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Full text of "Historia de Avila, su provincia y obispado"

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1571  Carramolino,  M.,  historia  de  Avila,  su  provincia  j  obispado.    3  tona. 
Madrid  1872—73. 
Auch  íür  Spaniens  Architektur  iüteressant. 


Digitized  by  the  Internet  Archive 

in  2010  with  funding  from 

University  of  Toronto 


http://www.archive.org/details/historiadeavilas01carr 


CARRAMOLINO 


HISTORIA  DE  AVILA 

^U  PROVINCIA  Y  OBISPADO 


TOMO  I 


DE  VENTA  EN  TODAS  LAS  LIBRERÍAS 


HISTORIA  DE  ÁVILA, 

su  PROVINCIA  Y  OBISPADO. 


jlPHENTl,   FI'.NÜICinN  T  ESTEREOTIPIA  DE  1).  JlIAJi  AfiüADO, 

Calle  del  Cid,  mnn.  4  (Recoletos). 


HS 


HISTORIA 


DE 


ili,  Sü  PWIli  I  iffli, 


DON  JUAN  MARTIN  CARRAMOLINO, 


DE  LA  ACADEMIA  DE  CIEiNCIAS  MORALES  Y  POLÍTICAS. 


TOMO    PRIMERO. 


MADRID. 


Ar\3 


Calle  del  Carmen,  núm.  32. 

1872. 


.A3 


-\.^ 


No  podré  ser  escaso,  ni  snhré  detenerme  donde 
quiera,  por  ser  hijo  de  esta  Patria  y  deberle  el  prin- 
cipio de  mi  vida  y  los  sucesos  y  fortuna  de  ella.  Este 
amor  será  la  guia  para  contar  con  verdad  la  buena 
suerte  y  andanza  de  lo  precioso  de  su  fama  y  gloria 
en  tiempo  de  paz  y  guerra.  (El  Maestro  Gil  Gonzá- 
lez Dávila ,  en  el  preámbulo  al  Teatro  ecleftiíMico 
de  la  Iglesia  Apostólica  de  Avila.) 


Á  LA  DIPUTACIÓN  PROVINCIAL  DE  AVILA. 


Exr.MO.  Señor  : 

Al  aprobar  patrióticamente  V.  E.  la  espoutáuea  y  lau- 
dable proposición  presentada  por  la  celosa  y  activa  Comi- 
sión permanente  de  su  seno,  con  el  objeto  de  propagar  la 
instrucción  popular  en  la  presente  generación  y  en  las  ve- 
nideras de  nuestra  Provincia ,  indicando  como  uno  de  sus 
más  adecuados  medios  la  publicación  de  la  Historia  de  Avila, 
su  Provi?icia  y  Obisitaáo,  que  hace  muchos  años  yo  tengo 
escrita,  V.  E.  ha  dado  un  público  y  noble  testimonio  de 
su  acendrada  imparcialidad  cuando  se  consagra  al  acrecen- 
tamiento de  las  ciencias  en  el  país  que  administra,  «hacien- 
»do  abstracción  comple-atodosy  cada  uno  de  los  individuos 
»de  la  Di2miacion,  de  sus  diferentes  opiniones  en  política ,  y 
«sin  tener  presentes  siquiera  las  del  autor  de  la  obra.» 

Sólo  podrá  ser  de  lamentar,  que  no  llegue  á  correspon- 
der al  elevado  pensamiento  de  la  Comisión  y  al  generoso 
acuerdo  de  la  Diputación  el  cumplimiento,  por  parte  mia, 
del  empeño  en  que  me  veo  tan  inesperada  como  satisfacto- 
riamente constituido:  pero  le  he  aceptado  con  no  menos 
patriótico  anhelo ;  y  tal  cual  sea  mi  trabajo  literario,  co- 
mienzo hoy  á  publicarlo. 

Sírvase  V.  E.  acogerle  con  bondadosa  voluntad;  que  en 
ello  quedarán  ampliamente  satisfechos  los  constantes  de- 
seos de  toda  la  vida  de  su  muy  respetuoso  servidor ,  hon- 
rado Aviles 

Juan  Martin  Carramolino. 

Madrid  l."  do  Agosto  de  1872. 


DISCURSO  PRELIMINAR. 


I. 


Del  objeto  de  esta  obra,  y  de  la  importancia  y  necesidad  de  las 
Historias  particulares. 


Escribo  la  historia  del  país  en  que  me  cupo 
la  fortuna  de  nacer.  No  aspiro  al  título  de  histo- 
riador ,  para  el  cual  son  menester  muchas  y  muy 
altas  prendas ,  que  á  mí  me  faltan.  Tampoco  me 
satisface  que  se  considere  mi  obra  como  uno  y  no 
más  de  tantos  otros  libros  que  hablan  de  los  su- 
cesos y  de  las  cosas  de  Avila,  y  que  solamente 
pueda  ser  consultado  para  verificar  un  dato ,  un 
sitio,  una  fecha  ó  un  acontecimiento  que  haya 
tenido  relación  con  algún  pueblo  de  la  Provincia. 
Para  un  forastero ,  que  no  tenga  el  tierno  apego 
y  el  irresistible  afecto  que  yo  siento  por  las  glo- 
rias de  mi  paÍ3  natal ,  no  valdrá  más  que  cual- 
quier otro  documento ,  y  únicamente  le  estimará 
en  tanto,  en  cuanto  satisfaga  su  gu.sto,  su  curio- 


8  HISTORIA    DE    AVILA. 

sidad  ó  su  deseo.  Más  pretendo  yo  que  valga  mi 
libro  en  favor  de  mis  paisanos ,  y  en  grata  recom- 
pensa más  espero  ciertamente  de  ellos. 

Al  transmitirles  la  relación,  tan  metódica  y  or- 
denada como  lie  podido,  de  los  notabilísimos  su- 
cesos ocurridos  en  nuestra  patria,  de  los  hechos 
gloriosos  de  sus  más  esclarecidos  campeones,  y  de 
las  noticias  biográficas  de  las  personas  insignes 
de  diversas  jerarquías,  edades,  estados  y  condi- 
ciones que ,  en  el  transcurso  conocido  de  los  tiem- 
pos, nacieron,  residieron  ó  murieron  en  la  ciu- 
dad de  Avila  ,  su  Pro"sáncia  y  Obispado ,  no  me 
contento  con  hacerles  meros  sabedores  de  ello. 
Deseo  que  sean  imitadores  de  tan  perfectos  decha- 
dos y  de  tan  ilustres  modelos.  Quisiera  que  con- 
siderasen en  mi  obra  la  carta  ejecutoria  de  su  orí- 
gen,  del  engrandecimiento,  vicisitudes  y  deca- 
dencia de  su  país,  y  de  las  hazañas,  virtudes,  he- 
roísmo y  santidad  de  los  ínclitos  y  numerosos 
personajes  que  les  legaron  un  alto  y  merecido  re- 
nombre. La  Historia  que  les  presento  es ,  en  cuan- 
to me  ha  sido  posible,  el  trasunto  de  la  verdad: 
verdad  en  su  parte  geográfica ,  geológica ,  esta- 
dística y  descriptiva;  verdad  en  la  política  y  mi- 
litar; verdad  en  la  civil  y  religiosa. 

Escribo  para  un  pueblo  que  siempre  fué  tan 
sensato  como  generoso,  tan  hidalgo  en  sus  pen- 
samientos y  acciones,  como  en  sus  creencias  y 
prácticas  religiosas  católico  ;  pero  al  nüsmo  tiem- 


DISCURSO    PRELIMINAR.  9 

po,  y  en  su  inmensa  mayoría  entrojado  á  los  afa- 
nes de  la  vida  activa  y  productora,  y,  por  consi- 
guiente, poco  dado  á  las  ciencias  y  á  la  literatura. 
Así ,  pues ,  si  algún  crítico  pretendiere  que  todas 
las  cosas ,  sucesos  ó  personas  que  han  de  entrar 
en  la  narración  que  emprendo ,  no  son  de  tal  im- 
portancia nacional,  que  merezcan  conservarse  por 
la  Historia  en  alabanza  ó  provecho  de  la  posteri- 
dad, como  las  penitencias  de  un  ermitaño,  los  mi- 
lagros justificados  de  un  santo,  los  libros  místicos 
de  un  escritor  timorato ,  la  popul  ar  veneración  á 
las  reliquias  de  un  bienaventurado,  no  por  eso 
dejarán  de  ser  para  mis  paisanos  parte  interesante 
de  mi  Historia ,  como  timbres  gloriosos  de  su  pa- 
tria; ni  dejaré  yo  de  dar  cuenta  tan  puntual  de 
todo  ello  cuanto  á  mi  propósito  convenga. 

Bien  sé  que  tomo  sobre  mí  este  trabajo  á  me- 
diados del  siglo  XIX,  en  el  que  el  funesto  raciona- 
lismo desecha  arrogante  y  desdeñoso  cuanto  In 
débil  y  miserable  razón  humana ,  que  es  su  único 
Dios ,  su  única  guia  y  su  único  principio  de  ar- 
güir, de  defender  y  de  juzgar,  no  le  presenta 
como  aceptable ;  pero  tampoco  se  me  oculta  que 
la  manía  de  negar  todo  lo  que  no  está  al  alcance 
de  los  estrechos  límites  de  la  razón,  hace  incurrir 
en  las  más  crasas  é  imperdonables 'contradic- 
ciones. 

Y  si  no  hay  en  el  mundo  raza ,  nación ,  secta 
ni  pueblo  alguno  que  no  se  engría,  que  no  se  en- 


10  HISTORIA    DE    AVILA. 

vanezca,  que  no  se  entusiasme  con  la  relación  de 
las  glorias  que  ha  heredado  de  sus  progenitores, 
permitaseme  el  recuerdo  de  algunos  símiles  en 
defensa  de  las  tradiciones  racionales  y  creencias 
autorizadas  que  respetan  mis  paisanos.  Si  los  Is- 
maelitas emprenden  penosas  pereiz'rinaciones  á  la 
Meca  para  venerar  los  restos  de  su  gran  Mahoma; 
si  el  tambor  hecho  de  la  piel  misma  del  frenético 
apóstata  Juan  Ziska,  servia  para  convocar  á  la  pe- 
lea y  excitar  el  fiu'or  de  sus  correligionarios  los 
Husitas;  si  el  traje  y  ropas  que  se  conservan  del 
heresiarca  Lutero  son  actualmente  objetos  de 
una  inexplicable  superstición  para  los  protestan- 
tes alemanes ,  sin  que  les  salve  de  incurrir  en  tan 
idolátrico  culto  la  despreocupación  que  predican 
y  de  que  tanto  presumen ;  y  todavía  más :  si  hay 
opulentos  ingleses,  que,  fanáticos  ó  vanagloriosos, 
gastan  cuantiosas  sumas  en  adquirir ,  para  pre- 
sentar á  la  admiración,  examen  ó  curiosidad  de 
sus  amigos,  el  cabello,  el  anillo,  el  sillón  y  hasta 
el  vaso ,  el  cuchillo  y  la  zapatilla  de  un  guerrero 
célebre ,  de  un  grande  artista ,  de  una  afamada 
bailarina  ó  aplaudida  cantatriz,  y  hasta  de  un 
execrable  criminal ;  y  todo  ello  por  pura  vanidad 
ó  por  un  mundanal  afecto ,  ¿qué  tiene  de  censura- 
ble ni  de  ridículo ,  y  menos  aún  de  irreligioso, 
que  sean  objetos  de  nuestro  respeto,  de  nuestro 
amor  y  veneración  los  restos  mortales  que  el 
mundo  católico  conserva  de  sus  bienaventurados 


DISCURSO    PRELniINAR.  11 

moradores  de  la  celestial  Sion?  ¿  Qué  mucho ,  por 
ejemplo,  que  nosotros  los  Avileses  queramos  in- 
fundir en  los  forasteros  el  placer  patrio  y  religioso 
que  sentimos  cuando  contemplamos  reverentes 
la  sandalia ,  el  rosario ,  el  báculo  de  la  gran  Te- 
resa de  Jesús,  y  aquel  desecado  y  santo  dedo  de  su 
preciosa  mano ,  tantas  veces  dirigido  en  sus  es- 
critos por  el  divino  Espíritu? 

Y  sin  que  salgamos  de  nuestra  España,  y 
aunque  no  sea  este  lugar  oportuno  para  recordar 
tantos  insignes  personajes  Avileses  (que  han  bri- 
llado por  las  armas ,  por  las  letras ,  por  la  santi- 
dad y  por  otras  virtudes  cívicas  y  religiosas);  si 
la  espada  de  Rui  Diaz  de  Vivar,  y  la  armadura 
de  Alonso  Pérez  de  Guzman ,  y  la  farola  de  la 
nave  capitana  que  montaba  en  las  aguas  de  Le- 
pante I).  Alvaro  de  Bazan,  son  olijetos  dignos  de 
admiración  para  todos  los  anticuarios  amantes  de 
las  glorias  nacionales ;  si  los  campos  de  Calata- 
ñazor ,  de  las  Navas  de  Tolosa  y  del  Salado  son 
lugares  de  eternos  recuerdos  para  los  historiado- 
res ;  más  todavía :  si  las  reliquias  que  se  han  sal- 
vado de  los  héroes  y  grandes  hombres  de  todo  el 
mundo ,  y  los  países  que  recorrieron  y  los  sitios 
que  visitaron,  excitan  el  respeto  y  la  veneración, 
el  amor  y  el  heroísmo,  el  entusiasmo  y  otros  no- 
bilísimos afectos  del  alma  en  las  gentes  de  todas 
las  naciones  y  de  todos  los  cultos  y  creencias, 
¿cómo  yo ,  que  consagro  mi  obra  á  eternizar  los 


12  HISTORIA     DE    AVILA. 

timbres  de  mi  patria,  no  be  de  imitar  su  ejemplo? 
Por  eso  al  lado  de  los  recuerdos  que  ya  encontró 
Roma  la  Pagana,  y  que  á  su  vez  dejó  á  nuestras 
comarcas  en  los  Toros  de  Guisando  y  de  Cebreros. 
y  en  varias  inscripciones  de  que  daré  razón,  habré 
de  colocar  los  recuerdos  que  Roma  la  Cristiana  les 
legó,  santificándolas  con  la  fe  y  doctrina  de  nues- 
tro primer  prelado  San  Segundo,  y  con  el  heroico 
martirio  de  los  tres  hermosos  jóvenes  y  gallardos 
mártires  los  hermanos  San  Vicente,  Sabina  y 
Cristeta:  por  eso  al  celebrar  al  glorioso  adalid 
Blasco  .limeño ,  muerto  alevosamente  en  defensa 
de  la  honra  de  nuestra  Ciudad ,  y  á  los  famosos 
generales  D.  Fernando  Alvarez  de  Toledo  duque 
de  Alba,  y  Sancho  Dávila,  aparecerán  en  con- 
traste otras  tres  figuras  no  menos  gigantescas  y 
de  humildísima  fama:  la  de  la  gran  Teresa  de 
Jesús,  ínclita  reformadora  de  la  orden  del  Car- 
melo; la  de  la  con  justa  razón  llamada  la  Mujer 
fuerte,  la  venerable  religiosa  doña  María  Vela; 
la  de  la  pobre  evangélica  María  Diaz  la  de  Vita: 
por  eso,  al  hacer  mención  del  gran  teólogo  y  vir- 
tuoso varón  Juan  de  Briviesca ,  haré  la  del  sabio  é 
ingeniosísimo  médico  Luis  de  Lovera;  por  eso, 
cuando  hable  de  las  aguerridas  huestes  que  bajo 
el  pendón  de  Avila  extendían  las  conquistas  de 
la  Cruz  á  Cuenca,  Baeza,  Jaén,  Guadix,  Zahara  y 
Granada,  me  encontraré  en  las  montañas  y  cue- 
vas de  nuestra  Provincia,  orando  con  fervor  por 


DISCURSO    TRELIMINAR.  13 

el  triunfo  do  esa  misma  Cruz,  á  los  penitentes  ere- 
mitas Pedro  del  Barco,  Pascual  de  Tormellas, 
Bernardo  de  Candeleda  ;  por  eso,  en  fin,  cuando 
muestre  las  armas  avilesas  domando  en  Flandes 
y  en  los  Paises-Bnjos  el  desenfrenado  furor  de  la 
herejía,  ó  á  sus  giorioios  cabos  conquistando 
comarcas  inmensas  y  gobernando  las  nacientes 
poblaciones  del  Nuevo-]\Iundo ,  aparecerán  en 
Avila  como  otros  ardientes  y  victoriosos  defenso- 
res del  catolicismo  el  austero  Pedro  de  Alcántara 
y  el  dulce  Juan  de  la  Cruz ,  reclutando ,  organi- 
zando y  conduciendo  con  la  palabra,  y  más  aún 
con  el  ejemplo ,  á  muchos  otros  celosos  é  infati- 
gables operarios  de  la  Viña  del  Señor. 

Heme  detenido  más  que  quisiera  sobre  este 
pensamiento,  porque  es  más  importante  que  lo 
que  á  primera  vista  aparece.  La  Historia  de  Avila, 
por  muy  interesante  que  sea,  no  puede  fijar  la 
atención  del  crítico ,  del  filósofo  ni  del  historia- 
dor, sino  como  una  parte  de  un  todo,  como  un 
fuerte  y  brillante  eslabón  de  la  gran  cadena  his- 
tórica de  la  nacionalidad  española.  Y  aunque  son 
muchos  y  muy  notables  los  períodos  envidiables 
de  Avila  en  la  formación,  cambios  y  alteraciones 
de  esa  misma  nacionalidad,  suele  desdeñarse  por 
los  hombres  consagrados  á  los  estudios  históricos 
el  examen  de  los  detalles  y  pormenores  de  cada 
suceso ,  contentándose  con  inquirir  los  principios 
impulsivos  y  los  resultados  de  los  grandes  acón- 


HISTORIA    DE    AVILA. 

tecimientos,  y  con  deducir  de  unos  y  otros,  de  es- 
tas causas  y  efectos,  la  tendencia  y  el  espíritu 
progresivo  de  los  siglos ,  generalizando  más  que 
lo  que  la  lógica  rigurosa  consiente  sus  ideas ,  que 
más  de  una  vez  se  apartan  no  poco  de  lo  que  fué 
la  verdad  misma  de  los  heclios.  Movidos  de  este 
resorte  por  un  lado,  y  constreñidos  por  otro  á  con- 
sultar el  ánimo  de  sus  lectores ,  para  no  fatigarles 
con  las  frecuentes  digresiones  que  reclama  la  mi- 
nuciosa relación  de  pormenores  individuales  ó 
locales ,  abandonan  los  historiadores  generales, 
como  cosa  de  poco  momento,  las  descripciones 
topográficas,  las  biografías  de  los  personajes,  el 
origen  de  su  nacimiento ,  la  fama  de  sus  hechos, 
siempre  que  no  entra  en  su  plan  filosófico  y  ge- 
neralizador  ocuparse  de  tales  puntos,  que  califi- 
can de  pequeneces ,  y  que  son  cabalmente  para  el 
escritor  de  más  modestas  y  limitadas  concepcio- 
nes el  rico  arsenal  donde  se  provee  de  cuanto 
necesita  para  formar  las  crónicas  de  un  determi- 
nado país  ó  de  una  época  dada. 

Y  cuan  necesario  sea  para  la  rectificación 
constante  de  la  Historia  general  que  las  leyendas 
provinciales  se  extiendan  á  todos  estos  estudios, 
nadie  lo  desconoce.  ¿Qué  seria  de  las  historias  ge- 
nerales de  que  el  mundo  disfruta;  qué  seria  de  las 
propias  de  nuestra  nación,  si  no  les  hubiesen  pre- 
cedido los  archivos  de  los  monasterios  y  de  las 
catedrales ,  los  de  las  ciudades  y  corporaciones 


DISCURSO    PRELIMINAR.  15 

populares,  y  los  de  las  universidades  literarias  y 
casas  de  los  i^-randes  señores  y  proceres  del  Esta- 
do? ¿Qué  historiador  nacional  tiene  espacio  en  la 
vida  breve  del  hombre,  ni  medios  de  adquisición, 
ni  conocimientos  bastantes  para  estudiar,  com- 
prender y  metodizar  los  innumerables  documen- 
tos que  reclaman  el  lugar  que  de  justicia  se  les 
debe  en  la  Historia  general? 

Y  de  esta  imposil)ilidad  material,  j  cuánta  di- 
ficultad intelectual !  Así  se  confunden  por  el  más 
avisado  y  estudioso  los  lugares ,  los  nombres,  las 
personas  y  los  tiempos ;  y  cuando  ocurre  un  su- 
ceso para  el  escritor  general  inexplicable ,  ó  ro- 
tundamente le  niega  como  absurdo,  ó  cuando 
menos  le  califica  como  ficticio  é  increíble.  Pues 
hé  ahí  la  razón  de  la  utilidad  de  las  historias 
particulares,  de  las  crónicas  especiales,  de  las 
leyendas  populares,  que  son  más  de  la  jurisdic- 
ción del  historiador  local ,  y  que ,  ayudado  del 
mismo  modo  que  el  general  de  las  luces  de  la  filo- 
sofía, de  las  reglas  de  la  crítica,  de  los  datos  de 
la  cronología ,  pero  con  más  tiempo  y  desahogo, 
por  cargar  sobre  sus  hombros  menor  peso ,  puede 
fijar  y  determinar  la  certeza  de  los  hechos  de  que 
después  se  apodere  el  escritor  nacional. 

Y  basta  lo  dicho  para  que  ninguno ,  por  más 
que  de  erudito  y  literato  presuma,  se  enoje  ni 
llene  de  fastidio ,  si  tiene  que  leer  algunas  pági- 
nas de  nuestra  Historia ,  consagradas  á  la  uíemo- 


16  HISTORIA    DE    AVILA. 

ría  de  una  pobre  monja ,  de  un  compungido  er- 
mitaño, de  un  modesto  escritor  místico  ó  profano, 
ó  á  los  milagros  que  la  Iglesia  considere  hechos 
por  la  mediación  de  un  santo ,  siempre  que  la 
monja,  el  ermitaño,  el  escritor  y  el  milagro  ha- 
yan figurado  en  la  vida  y  progreso  de  nuestra 
sociedad  como  un  hecho  que  no  deba  pasarse  en 
silencio.  Que  no  todo  ha  de  ser  guerras,  y  con- 
quistas ,  y  bandos ,  y  parcialidades ,  y  destrona- 
mientos de  reyes  y  conjuraciones  espantosas,  que 
siempre  dilaceran  el  corazón  fiel  Estado. 


II. 


De  los  falsos  cronicones. 

Mucho  me  temo,  sin  embargo,  que  al  dar 
cuenta  de  varios  acontecimientos,  por  ejemplo, 
de  los  sucesores  de  San  Segundo  en  el  episcopado 
abulense ,  ampliando  y  rectificando  sus  más  co- 
nocidos catálogos  con  otros  prelados,  unos  de 
nombres  ciertos,  otros  de  nombres  ignorados,  pero 
de  cuya  existencia  hay  racionales  y  grandes  mo- 
tivos de  credibilidad ,  haya  de  fruncir  el  ceño  al- 
gún severo  crítico ,  de  los  que  con  ánimo  inflexi- 
ble y  cortante  escalpelo  despojan  desapiadada- 
mente á  la  historia  del  intachable  y  sólido,  á  la 


DISCURSO    PRELIMINAR.  17 

par  que  ameno  y  patriótico  fundamento  de  la  tra- 
dición ,  alegando  por  única  causa  de  la  aversión 
que  muestran  á  creer  en  ella ,  que  todo  lo  que  no 
dicen  los  escritores  en  quienes  han  depositado 
su  entera  fe ,  no  es  admisible ,  por  no  ser  más  que 
fábulas  é  inventos  gratuitos  de  la  época  de  los 
falsos  cronicones. 

Yo  bien  sé  con  cuan  justa  razón  se  condenan 
muchas  ficciones  fraguadas  desde  el  último  ter- 
cio del  siglo  XVI  hasta  mediados  del  xviii,  y  sé 
cuánto  se  dice  de  los  Fragmentos  del  tristemente 
célebre  Jerónimo  Román  de  la  Higuera ,  atribui- 
dos á  Dsxtro,  Máximo  y  Ltiitprando,  y  de  otros 
escritores  de  esta  época,  porque  incurrieron  en 
los  mismos  defectos,  forjando  hechos  y  suce- 
sos á  su  voluntad ,  con  los  que  desfiguraron  la 
verdad  histórica.  Pero  sé  también  que  la  tra- 
dición no  puede  ser  rotundamente  desechada 
como  elemento,  no  ya  perjudicial,  pero  ni  aun 
como  inútil  para  acrisolar  la  narración  historial. 
Sé  que  toda  genuina  tradición  que,  arrancando 
desde  un  tiempo  dado ,  es  la  verdad  misma  con- 
servada de  generación  en  generación  por  medio 
de  la  palabra,  no  se  prueba  de  antemano  ó  apriori 
con  documentos  innegables ,  porque  entonces  de- 
jarla de  ser  tradición;  sino  por  el  contrario,  que 
los  testimonios  de  su  certidumbre  vienen  á  reta- 
guardia ó  a  posieriori ,  á  condición  de  aparecer 
en  el  curso  del  tiempo  inalterables.  Sé  que  apé- 

TOMO   I.  2 


18  HISTORIA    DE    AVILA. 

lias  hay  tradición  popular  dig-na  del  asenso  del 
sentido  común ,  que  no  tenga  su  origen  en  algo 
cierto ,  ya  sea  religioso  ó  cientifico ,  ya  guerrero 
ó  político ,  ya  de  cualquier  otro  carácter ,  con  el 
que ,  condenando  los  vicios  que  en  la  sociedad  á 
la  sazón  dominaran ,  se  estimula  á  la  virtud ,  al 
estudio  ó  al  patriotismo ,  si  bien  pueda  aparecer  el 
hecho  que  se  describa  engalanado  con  refulgen- 
tes y  postizos  atavíos ,  que  le  hagan  hiperbólico, 
y  por  tanto  censurable  ante  las  impasibles  reglas 
de  la  crítica.  Sé  que  si  á  los  episcopologios  y  á 
las  historias  particulares  de  nuestras  ciudades  y 
villas,  de  nuestras  iglesias  y  monasterios,  de 
nuestras  universidades,  santuarios,  hospicios  y 
otras  instituciones  locales,  solamente  porque  vie- 
sen la  luz  en  gran  número  durante  aquel  período, 
se  los  hubiere  de  considerar  impregnados  en  las 
fábulas  y  cuentos  justamente  censurados  en  Dex- 
tro,  Luitprando  y  comparsa,  y,  por  consiguien- 
te, que  no  se  les  debiera  dar  crédito,  desaparece- 
ría el  más  rico  minero  de  nuestra  literatura  his- 
tórica, y  con  ellos  se  perderían  cuantas  noticias 
verdaderas  nos  han  transmitido  acerca  de  la  forma 
y  estado  de  la  sociedad ,  del  nacimiento ,  progreso 
y  desarrollo  de  los  municipios,  de  los  fueros  y 
legislación  especial  de  cada  localidad ,  y  del  in- 
menso número  de  datos,  que  arrojan  clarísima 
luz  para  penetrar  en  los  opacos  siglos  de  la  Edad 
Medía.  Sé  que  es  viciosa  é  inadmisible  lógica 


DISCUBSO   PRELIMINAR.  19 

condenar  absoluta  é  irrevocablemente  todo  un  li- 
l)ro  de  ese  género,  porque  se  justifique  que  en  él 
se  encuentran  una  ó  más  falsedades ,  que  no  pue- 
den resistir  al  crisol  de  la  verdad ,  si  es  que  á  su 
lado  se  hallan  consignados  otros  muchos  hechos 
habidos  y  reputados  siempre  como  ciertos ;  porque 
jamas  se  debe  de  argüir  deduciendo  máximas  ó 
principios  generales  de  proposiciones  ó  causas 
particulares.  Sé  que  el  sabio  y  gran  critico  don 
(Iregorio  Mayans  y  Sisear,  en  la  impugnación  á 
los  falsos  cronicones,  publicada  en  Valencia  en  el 
año  1742 ,  dijo ,  entre  otras  cosas :  «De  los  falsos 
cronicones  dudará  el  mundo  mientras  avrá  (así 
está  escrito)  letras  i  amor  á  ellas;  son  los  croni- 
cones historias  fabulosas,  que  con  sus  ficciones, 
mentiras  i  embustes  han  falseado  las  memorias  de 
toda  la  antigüedad ,  representando  en  ella  pobla- 
ciones, personas  i  acciones  que  nunca  hubo.  En 
el  año  1594  ama  un  hombre  en  España,  que 
siendo  muy  leido,  pero  de  un  genio  novelero, 
popular  i  entregado  á  su  pasión ,  según  ella  es- 
cribía en  obsequio  del  vulgo ,  de  las  opiniones 
vulgares  lo  que  imaginaba  ó  deliberaba.  Este, 
pues,  forjó  unos  cabos  sueltos,  que  llamó /ra^- 
mentos,  intitulándolos  á  Dextro  (hijo  de  SanPa- 
ciano ,  obispo  de  Barcelona) ,  puesto  por  San  Je- 
rónimo entre  los  escritores  eclesiásticos;  á  Maxi- 
mino, obispo  de  Zaragoza,  célebre  por  San  Isi- 
doro,  entre  los  varones  ilustres;  á  Luitprando, 


20  HISTORIA    DE    AVILA. 

diácono  de  Pavía,  bien  conocido  por  sus  escritos; 
á  Julián  Pérez,  escritor  desconocido,  aunque  su 
inventor  le  autorizó  de  mil  maneras  ;  á  San 
Braulion,  Tajón,  Valderedo  i  Heleca ,  obispos  de 
Zaragoza. » 

Sé  también  que  fueron  insignes  impugnado- 
res de  tamañas  falsedades  D.  Juan  Bautista  Pé- 
rez ,  obispo  de  Segorbe;  D.  José  Pellicer,  D.  Gas- 
par Ibañez  de  Segovia,  marqués  de  Mondejar,  y 
entre  otros  más  antiguos  D.  Nicolás  Antonio,  en 
su  Biblioteca  Vetus  et  Nova  (á  quien  citaré  con 
frecuencia) ,  descubriendo  que  el  inventor  hasta 
entonces  incógnito  de  todas  ellas  habia  sido 
un  Jerónimo  Román  de  la  Higuera.  Sé,  como 
testigo  ocular  contemporáneo ,  que  muchos  ilus- 
trados escritores  de  nuestros  dias  hacen  alarde  de 
la  más  severa  critica  como  enemigos  irreconcilia- 
bles de  los  falsos  cronicones ,  con  el  laudable  ob- 
jeto de  pm'ificar  la  historia  de  toda  pútida  in- 
vención. 

Pero  de  lo  que  no  puedo  prescindir  en  este 
instante  es  de  manifestar,  para  esclarecimiento  de 
mi  propósito ,  que  he  disfrutado  con  grata  y  em- 
peñada atención  la  reciente  «Historia  Crítica  de 
los  Falsos  Cronicones, » compuesta  por  el  ilustrado 
y  laborioso  Sr.  D.  José  Godoy  Alcántara,  obra 
premiada  por  voto  unánime  de  la  Heal  Academia 
de  la  Historia,  y  publicada  en  1868  á  sus  expen- 
sas ,  el  cual  después  con  gran  reputación  y  me- 


DISCURSO    PRELIMINAR.  21 

recimiento  fué  nombrado  individuo  de  su  seno. 
Y  como  en  este  notabilísimo  libro  se  habla  de  San 
Segundo,  primer  obispo  de  Avila,  á  las  pági- 
nas 79;  del  templo  de  San  Vicente,  Sabina  y 
Cristeta,  á  las  165;  de  la  virtuosa  Paula  de  Car- 
deñosa,  la  Santa  Barbada,  á  las  216  y  217;  y  de 
Tamayo  deSalazar,  provisor  que  fué  de  Avila,  á 
las  237 ;  y  en  cada  uno  de  estos  pimtos  se  ex- 
presa el  erudito  Sr.  Godoy  Alcántara  de  una 
manera  tal  que  desvirtúa  y  empequeñece,  cuan- 
flo  rotmidamente  no  ridiculiza  ó  niega  la  im- 
portancia que  todos  ellos  han  alcanzado ,  y  jus- 
tamente deben  de  retener  en  la  Historia  de  la 
Ciudad,  porque  á  todos  estos  asuntos  tiene  á  bien 
calificarlos,  ó  de  puras  fábulas  y  monstruosas  ma- 
ravillas de  los  Falsos  Cronicones ,  ó ,  por  lo  me- 
nos ,  como  revestidos  y  amancillados  con  tan 
abigarradas  falsedades ;  desde  ahora ,  para  cuando 
llegue  el  caso  de  ocuparme  en  su  verdadera  nar- 
ración histórica ,  anuncio  mi  resolución  de  con- 
testar sobre  cada  uno  de  ellos  al  Sr.  Godoy  Alcán- 
tara; y  el  público  ilustrado  fallará  imparcial- 
mente  sobre  la  mayor  fuerza  y  convicción  que 
ostenten  unas  y  otras  alegaciones.  Mientras  tanto, 
he  de  valerme  de  la  respetabilísima  autoridad  del 
mismo  Sr.  Godoy  Alcántara,  para  sacará  salvo 
y  triunfante  el  crédito  puro  y  acendrada  doctrina 
de  los  escritores  abulenses  que  me  han  enseñado 
á  escribir  la  Historia  particular  de  mi  país  natal. 


22  HISTORIA    DE    AVILA. 

Dice  este  eruditísimo  señor  académico  en  la 
página  34  de  su  Historia  Crítica  de  los  Falsos  Cro- 
nicones ,  que  «Román  de  la  Higuera,  impreso  ya 
el  libro  de  su  consocio  el  célebre  teólogo  Gabriel 
Vázquez,  catedrático  de  Alcalá,  sobre  la  herejía 
de  Elipando ,  y  no  habiendo  nadie  impugnado  la 
referencia  á  un  documento  que  él  le  habia  facili- 
tado ,  creyó  que  pisaba  en  firme ,  y  lanzó  sus  cro- 
nicones á  la  prueba  suprema ,  el  juicio  de  D.  Juan 
Bautista  Pérez ,  obispo  de  Segorbe ,  suponiéndoles 
como  copia  sacada  del  códice  original  de  la  bi- 
blioteca de  Fulda. . .  Su  elevación  á  la  silla  de  Se- 
gorbe, acrecentando  su  a-utoridad,  habia  hecho  sus 
juicios  más  formidables :  Román  contó,  pues,  con 
que  teniendo  sus  cronicones  el  voto  favorable  del 
prelado  segorbicense,  el  éxito  era  seguro.  Burlóse 
Pérez  del  engendro,  y  escribió  á  Higuera,  dicién- 
dole  paladinamente ,  como  acostumbraba,  que  era 
una  ficción.  Fulminada  así  la  obra ,  comprendió 
Higuera  que  estaba  herida  de  muerte ;  abstúvose 
de  dar  á  nadie  otra  copia,  quedando  la  única  en 
manos  de  Pérez ,  de  las  que  años  adelante  pasó  á 
las  de  Gaspar  Escolano ,  analista  de  Valencia.  Los 
primitivos  cronicones  de  Dextro ,  Máximo  y  En- 
trando ,  volviendo  maltrechos  de  su  primera  sa- 
lida ,  se  sumieron  en  profunda  obscuridad:  la  no- 
ticia de  su  existencia  transciende  á  muy  corto 
número  de  personas ,  que  m.nj  luego  la  desatien- 
den, y  el  olvido  es  tan  profundo,  que...  no  se  les 


DISCURSO    PRELIMINAR.  23 

cita.»  Esto  acaecía  por  los  años  de  1594  A  1596, 
según  el  testimonio  del  mismo  Sr.  Godoy  Alcán- 
tara. Murió  el  sabio  obispo  de  Segorbe  en  1597 
(pág.  131),  «y  despejado  asi  el  terreno,  dióse  Ro- 
mán de  la  Higuera  á  reconstruir  un  nuevo  Dextro 
y  Máximo ,  y  en  esta  segunda  salida  cambiará  el 
nombre  de  Marco  por  el  de  Lucio ,  que  lleva  en  la 
crónica  de  Padilla,  lo  que  le  ayudará  á  poder  ne- 
gar su  identidad  con  el  fracasado  homónimo ,  si 
por  ventura  existiese  la  copia  exploradora  remiti- 
da al  obispo  de  Segorbe.» 

Y  continúa  el  Sr.  Godoy  Alcántara  á  la  pági- 
na 170...  «los  cronicones  permanecieron  ocultos,  y 
;  le  ellos  no  tuvieron  noticias  ni  aun  los  más  fer- 
vientes campeones.  X  mediados  de  1608 ,  tal  vez 
á  causa  de  haber  comenzado  á  correr  copias  del 
primitivo  Dextro  ,  que  se  hallaba  en  poder  de  Es- 
colano ,  Higuera  se  decidió  á  lanzar  sus  refundi- 
dos cronicones ,  escogiendo  por  inocente  difundi- 
dor al  doctor  Bartolomé  Llórente,  prior  del  Pi- 
lar. ...»  etc.  Y  para  prueba  de  la  autenticidad  de 
ellos ,  copia  el  Sr.  Godoy  Alcántara  la  siguiente 
legalización.  «Yo,  el  padre  Hyerónimo  Romano  de 
la  Higuera,  de  la  Compañía  de  Jesús,  doy  fe:  que 
yo  i  Pablo  Llórente  Lavemos  cotejado  i  enmen- 
dado este  traslado  de  Üextro  i  Marco  Máximo  con 
el  traslado  que  acá  tengo  dellos ,  y  van  conforme 
en  todo ,  y  porque  es  verdad  di  esta ,  firmada  de 
mi  nombre  en  Belmente ,  de  la  diócesi  de  Cuen- 


24  HISTORIA    DE    AVILA. 

ca,  en  el  Collegio  de  la  Compañía  de  Jesús  de  esta 
misma  villa,  en  23  del  mes  de  Junio  de  1608. — 
Gerónimo  Romano  de  la  Higuera.» — Y  todavía  no 
se  imprimieron,  porque,  añade  el  Sr.  Godoy  y  Al- 
cántara, «pidieron  y  se  les  dieron  copias  D.  San- 
cho Uávila ,  obispo  de  Jaén ;  D.  Beltran  de  Gue- 
vara, de  Santiago;  D.  Prudencio  de  Sandoval,  de 
Pamplona ;  D.  Alejo  de  Meneses,  de  Braga;  D.  Pe- 
dro de  Castro  y  Quiñones ,  de  Granada ;  los  de  Si- 
güenza ,  Plasencia ,  Palencia ;  las  iglesias  metro- 
politanas de  Sevilla,  Zaragoza,  Compostela,  Va- 
lencia ;  los  colegios  de  Belmonte ,  Placentino ;  el 
condestable  de  Castilla ,  el  duque  de  xYlcalá ,  y 
después  de  todos ,  una  innumerable  multitud  de 
hombres  doctos  de  toda  suerte  de  profesiones : »  y 
lo  atestigua  con  Rodrigo  Caro,  Defensa  de  los 
escritos  de  Dextro  y  Máximo  (MS.  de  la  Biblio- 
teca Nacional).  Y  concluye  el  Sr.  Godoy  Alcán- 
tara en  otra  nota  que  sigue  á  la  anterior ,  que 
Tamayo  de  Vargas  ,  en  sus  Novedades  antiguas  de 
España,  dice:  «En  Sevilla  sé  que  hizo  tanta  esti- 
mación de  uno  (de  dichos  ejemplares)  que  tiene 
un  curioso,  que,  deseándosele  feriar  quien  podia, 
pidió  por  él  cinco  mil  ducados.» 

Y  para  concluir  por  mi  parte  de  acumular 
textos  literales  (de  este  sabio  académico ,  traslado 
el  siguiente ,  que  consigna  en  nota  colocada  á  la 
página  236:  «Es  digno  de  notarse  que  el  primero 
que  en  impreso  señaló  como  supositicio  el  Dex- 


DISCURSO    PRELIMINAR.  25 

tro,  fué  un  jesuíta.  El  P.  Femando  Chirinos  de 
Salazar,  en  su  libro  Pro  immaculata  Deiparm 
Vmjinis  Conceplione  Defensio ,  estampado  en  Al- 
calá en  1618  (un  tomo  en  folio  mayor),  esto  es, 
un  año  antes  de  que  se  publicara  el  Dextro ,  ha- 
blando de  la  antigüedad  de  la  ñesta  de  la  Con- 
cepción,» etc. ,  concluye  diciendo...  que  Higuera 
lio  falleció,  como  se  creia,  en  1624,  sino  que  ya 
í^a  muerto  en  1618,  cuando  se  imprimió  este  li- 
bro, que  es  el  del  P.  Chirinos. 

Hasta  aqui  los  textos  literales  del  Sr.  Godoy 
Alcántara ,  los  cuales  bastan  y  sobran  á  mi  pro- 
pósito-, porque  claro  es,  y  me  interesa  mucho 
dejarlo  consignado ,  que  todas  las  historias ,  do- 
cimientos,  leyendas  y  monumentos  históricos  avi- 
leses  que  sean  anteriores  al  año  de  1619,  en  que 
se  publicó  el  Dextro ,  y  cuya  lectura  ya  pudo  lle- 
gar á  manos  de  los  escritores  de  nuestra  Ciudad, 
no  están  inficionados ,  no  podian  estarlo  de  las 
])osteriores  fábulas  y  ficciones  inventadas  por  el 
embustero  Román  de  la  Higuera,  primer  autor 
de  los  Falsos  Cronicones.  Razón  única,  pero  im- 
periosa ,  que  me  ha  hecho  acumular  tantas  obser- 
vaciones sobre  este  importante  punto. 

Y  sé ,  por  último ,  para  no  distraerme  de  mi 
modesto  empeño  de  escribir  una  disertación  pre- 
via ,  conveniente  sólo  en  cuanto  baste  á  preparar 
el  estudio  de  una  historia  particular ,  que  hace 
más  de  tres  siglos,  dijo  ya  el  P.  Juan  de  Maria- 


26  HISTORIA    DE    AVILA. 

na,  «que  la  Historia  no  admite  partida  de  que 
no  se  muestre  quitanza:»  yo,  pues,  presenta- 
ré las  que  crea  que  pueden  abonar  mis  dichos. 
Por  consecuencia  de  todo  lo  expuesto,  con- 
cluyo, que  valgan  lo  que  valieren  los  argmnen- 
tos  y  pruebas  que  yo  formule  en  la  narración  de 
sucesos,  instituciones,  cosas  ó  personas  concer- 
nientes á  la  Historia  de  Avila,  su  Provincia  y 
Obispado ,  há  golo  á  ciencia  cierta ;  primero ,  de 
que  al  asentarlos  procuraré  no  olvidarme  de  las 
reglas  de  la  crítica ;  segundo ,  de  que  no  serán 
repulsados  los  documentos ,  las  crónicas,  las  le- 
yendas y  noticias  que  yo  aduzca  como  anteriores 
á  la  maléfica  inñuencia  que  ha  ejercido  la  falsa 
escuela  que  para  escribir  la  Historia  comenzó  á 
fundar  Jerónimo  Román  de  la  Higuera  desde  que 
aparecieron  sus  fragmentos-,  y  tercero,  de  que 
bajo  tan  firmes  bases  dejo  á  cada  cual  de  mis  lec- 
tores en  la  libertad  de  juzgarlos ;  pero  con  la  sa- 
tisfacción de  que  habré  de  antemano  desarmado 
á  cuantos ,  por  la  ignorancia  en  que  me  supusie- 
ran, quisieren  impugnarme.  Así,  pues,  mi  pluma 
ha  de  narrar  lo  que  tenga  por  cierto  como  cierto, 
lo  dudoso  como  dudoso,  lo  falso  como  falso.  Poco 
valor ,  aun  así ,  tendrán  quizá  mis  razonamientos, 
si  bien  fundados  siempre  en  las  autoridades  y  da- 
tos que  acotaré ;  pero  si  consigo  al  menos  excitar 
;'i  otros  á  que  adelanten  más,  aleccionados  con 
mis  errores ,  en  el  estudio  de  una  sensata  y  con- 


DISCURSO    PRELIMINAR.  27 

vincente  crítica  para  la  acertada  calificación  de 
ellos,  algo  habrá  ganado  la  verdad  de  la  His- 
toria. 


III. 


De   los  motivos  especiales  de  la  publicación  de  la  de  Avila,   su 
Provincia  y  Obispado. 


Los  importantísimos  sucesos  en  qne ,  intere- 
sada la  religión  de  nuestros  padres ,  la  indepen- 
dencia de  España ,  la  restauración  de  la  monar- 
quía y  la  defensa  de  sus  reyes,  tuvieron  una 
grandísima  influencia,  así  nuestra  célebre  Ciu- 
dad como  toda  la  antigua  comarca ,  conocida  hoy 
con  los  nombres  de  su  Provincia  y  Obispado;  ora 
como  pueblo  guerrero,  ora  como  pacífico  concejo; 
ya  levantando  su  pendón ,  bajo  del  cual  conducía 
huestes  organizadas  á  campaña,  ya  como  plaza 
fuerte ,  guareciendo  á  sus  monarcas  contra  la  osa- 
da pujanza  de  sus  fuertes  enemigos;  bien  como 
cuna  de  ilustres  capitanes  y  soldados ,  de  esclare- 
cidísimos varones  y  mujeres  admirables  por  su 
patriotismo,  por  su  ciencia  y  santidad,  y  bien 
como  silla  episcopal ,  en  que  han  brillado  glorio- 
sísimos pastores,  que  al  mismo  tiempo  eran  el 


28  HISTORIA    DE    AVILA. 

alma,  la  fuerza  y  el  pensamiento  dominante  en 
los  consejos  de  nuestros  soberanos: 

El  esclarecimiento  y  alguna  vez  la  rectifica- 
ción ,  que  para  honrosa  memoria  de  los  Avileses 
reclaman  los  grandes  hechos  de  annas  y  gobier 
no,  que  apareciendo  desfigurados  ó  contradichos 
por  algunos  historiadores,  tuvieron  lugar,  así  en 
las  siete  pérdidas  y  siete  recoc  quistas  de  la  Ciu- 
dad hasta  su  completa  repoblación  en  tiempo  de 
D.  Alfonso  VI,  el  Bravo,  como  en  el  desastroso 
periodo  de  la  reina  doña  Urraca,  y  en  los  bandos, 
parcialidades  y  guerras  ci\áles  que  turbaron  tan 
hondamente  la  paz  del  Reino  durante  la  menor 
edad  de  los  tres  gloriosos  monarcas  los  Alfonsos 
el  VII ,  el  Vni  y  el  XI ,  salvando  sus  vidas  y  sus 
coronas  al  abrigo  de  sus  hasta  hoy  magníficos  y 
entonces  inaccesibles  muros : 

La  lealtad  acrisolada  de  sus  naturales  en  to- 
dos tiempos ,  y  más  señaladamente  en  los  débiles 
reinados  de  D.  Enrique  I,  deD.  Fernando  IV,  Don 
Juan  II  y  D.  Enrique  IV;  siendo  Avila  y  el  ter- 
ritorio de  su  Provincia  y  Obispado  teatro  de  tan 
turbulentas  y  lamentables  escenas ,  así  como  del 
heroísmo  é  hidalguía  nunca  desmentida  de  mu- 
chos ilustres  hijos  suyos  en  los  florecientes  tiem- 
pos de  los  Católicos  monarcas  Isabel  I  de  Castilla 
y  su  esposo  Fernando  de  Aragón,  de  Carlos  I  y  de 
Felipe  n,  precediendo  el  importante  estudio  del 
origen  y  progreso  de  esta  antiquísima  población 


DISCURSO    PRELIMINAR .  29 

y  de  su  lamentable  decadencia  desde  Felipe  III 
hasta  que  abdicó  la  corona  el  Sr.  D.  Carlos  IV 
en  1808: 

La  densa  obscuridad  en  que  yacian  olvidados 
en  sus  antiguos  archivos  interesantísimos  docu- 
mentos, y  que  de  medio  siglo  acá  rodaban  la- 
mentablemente hacinados  por  los  inescrutables 
estantes  de  las  oficinas  del  Estado  á  consecuen- 
cia de  las  repetidas  ocupaciones  que  el  Gobierno 
ha  hecho  de  los  papeles  de  las  comunidades  mo- 
násticas, religiosas  y  eclesiásticas,  hasta  que  fe- 
lizmente muchos  se  han  salvado,  recogiéndolos 
la  Real  Academia  de  la  Historia ;  lo  cual  hubiera 
hecho  que  dentro  de  pocos  años  fuera  imposible 
verificar  con  títulos  fehacientes  la  historia  de 
nuestro  pueblo : 

La  traslación  d  Madrid  de  los  archivos,  bi- 
bliotecas y  armerías  en  que  se  han  aglomerado 
todos  los  datos  históricos  y  monumentos  gloriosos 
de  más  de  trescientas  nobilísimas  casas  de  nues- 
tro país ,  porque  es  necesario  reconocer  que  Avila 
y  su  tierra  fueron,  con  algunas  otras  notables  ciu- 
dades, la  cuna  de  la  más  esclarecida  aristocracia 
de  Castilla,  dando  irrefragable  testimonio  de  esta 
verdad  los  sitios  mismos  que  todos  señalamos  hoy 
como  palenques  de  las  hazañas  de  sus  antiguos 
é  insignes  hijos,  los  artísticos  edificios  que  eri- 
gieron, los  mayorazgos  pingües  que  fundaron,  las 
piadosas  memorias  que  instituyeron,   las  tradi- 


30  HISTORIA    DE    AVILA. 

ciones  populares  que  hasta  nosotros  han  llegado, 
y  el  grandísimo  número  de  pueblos  y  hereda- 
mientos á  que  dieron  sus  propios  nombres  y  con 
que  todavía  son  conocidos : 

La  escasez  suma  que  se  siente  muchos  años  há 
de  las  antiguas  crónicas,  leyendas  é  historias  im- 
presas de  que  tan  rica  era  esta  notabilísima  Ciu- 
dad al  desaparecer  el  siglo  xviii ,  y  de  las  que  ape- 
nas se  hallarán  hoy  en  la  Provincia  media  docena 
de  ejemplares;  si  bien,  aunque  todavía  abunda- 
sen, no  satisfarían  ya  los  deseos  de  la  actual  ge- 
neración, porque  la  indigesta,  árida  y  pesada 
lectura  de  que  adolecían ,  no  se  acomoda  bien  al 
espíritu  filosófico,  crítico  y  casi  escéptico  del 
tiempo  en  que  vivimos  ;  y  porque  su  incompleta 
narración  no  abraza  todas  las  épocas  que  deben 
formar  parte  de  la  Historia  interesante  de  nuestro 
país: 

La  agremiante  necesidad  de  sustraer  á  la  len- 
ta, pero  incansable,  voracidad  del  tiempo  los  es- 
casos fragmentos  que  hasta  hoy  se  han  salvado 
de  los  preciosos  manuscritos  avileses,  entre  los 
que  brillan  como  fulgentes  luceros  la  historia  de 
la  memorable  basílica  de  San  Vicente ,  Sabina  y 
Cristeta,  mártires,  escrita  por  el  erudito  y  curioso 
bachiller  Bartolomé  Fernandez  Valencia  en  el 
año  de  1676 ;  el  catálogo  de  los  obispos  de  nues- 
tra apostólica  Iglesia ,  posterior  y  muy  preferible 
á  todos  los  anteriores ,  compuesto  por  el  crítico  y 


DISCURSO    PRELIMINAR.  31 

entendido  presbítero  D.  José  Tello  Martínez, 
en  1790;  los  cuadernos  históricos  de  las  funda- 
ciones de  los  memorables  conventos  de  la  Encar- 
nación, donde  profesó  de  carmelita  calzada  nues- 
tra gloriosa  paisana  Santa  Teresa  de  Jesús,  escrito 
por  la  religiosa  doña  María  Pinel,  hija  de  la 
Ciudad ,  y  de  San  José ,  el  primero  que  fundó  la 
Santa  de  la  descalcez  del  Carmelo ,  su  autor  en  su 
mayor  parte,  Francisco  de  Mora,  el  arquitecto 
mismo  que  le  construyó  en  su  religiosa  reacción; 
la  descripción  de  Arévalo,  por  D.  Fernando  Oso- 
rio  Altamirano  Briceiio,  en  1641 ,  que  se  conserva 
en  la  Biblioteca  Nacional;  códices  todos,  entre 
otros  muchos  curiosos  y  fidedig7ios  testimonios,  á 
que  habremos  de  acudir  con  frecuencia  para  con- 
cordar sucesos  y  personajes,  tiempos  y  lugares: 
Y  el  deseo  irresistible  de  dar  rienda  suelta  á  la 
incesante  afición  que  desde  mis  más  juveniles 
años  me  arrastraba  á  estudiar  la  vida  heroica ,  no- 
ble y  generosa  del  pacífico  y  saludable  país  en 
que  he  tenido  la  dicha  de  nacer ,  y  en  el  que  sus 
ilustres  campeones  y  guerreros  rivalizan  en  nú- 
mero con  sus  hombres  de  Estado,  con  sus  varones 
insignes  en  ciencia,  y  con  sus  santos  y  bien- 
aventurados ;  porque  me  consumía  el  afán  de  que 
mis  honradísimos  paisanos  pudieran  estudiar,  sal- 
vo las  personas  de  reconocida  erudición,  para 
quien  son  innecesarias  mis  elucubraciones,  lo  que 
han  sido  en  el  curso  de  los  siglos  nuestra  Ciudad 


32  HISTORIA    DE    AVILA. 

y  su  tierra ,  haciéndoles  entender  con  datos  irre- 
cusables las  pruebas  de  sus  gloriosos  y  merecidos 
nombres  de  Avila  de  los  Caballeros,  Avila  de  los 
Leales,  Avila  del  Rey: 

Tales  y  tan  generosos  son  los  motivos  que  al 
fin  hacen  que,  enlazando  los  ocios  y  mi  actual 
apartamiento  de  las  altas  ocupaciones  á  que  por 
tantos  años  he  consagrado  mi  vida  pública,  me 
haya  decidido  á  concluir  la  Historia  de  mi  amada 
patria  la  ciudad  de  Avila  y  su  tierra,  para  que 
se  conozca  á  fondo  toda  la  de  su  Provincia  y 
Obispado. 

Bien  comprendo  lo  arduo  y  difícil  de  mi  em- 
peño; más  arduo  y  difícil  quizá,  aunque  cierta- 
mente mucho  más  tenue  y  mucho  menos  impor- 
tante, que  el  de  escribir  una  Historia  general.  Y  la 
razón  es  clara.  El  historiador  generaL  colocado  á 
la  altura  de  los  conocimientos  que  requiere  su 
gravísimo  cargo,  se  sobrepone  sin  pena  á  todas 
las  exigencias  políticas;  no  reconoce  patria;  des- 
atiende infundadas  pretensiones  locales ;  combate 
tradiciones  fabulosas;  censura  el  excesivo  amor 
cívico;  se  sonríe  desdeñoso  del  entusiasmo,  no 
pocas  veces  exagerado ;  habla  siempre  en  el  tono 
científico  y  elevado,  propio  del  mundo  literario 
para  quien  escribe ;  y  sin  hacer  caso  de  las  habli- 
llas de  los  que  se  sienten  ofendidos  6  lastimados, 
expone  la  verdad,  ajeno  á  todo  espíritu  de  vecin- 
dad ó  de  partido.  Pero  yo  tengo  contra  mí ,  como 


DISCURSO    PUELIMINAB.  33 

historiador  particular ,  otros  tantos  censores  cuan- 
tos son  los  habitantes  de  mi  país,  con  tal  de  (^ue 
se  estimen  medianamente  ilustrados,  y  que  es 
para  quienes  principalmente  escribo;  porque  to- 
dos se  creerán  bastantemente  instruidos  en  las 
tradiciones  de  su  propio  pueblo ,  y  se  han  de  en- 
carar conmig-o  cada  cual  con  su  objeción,  unos 
por  lo  que  he  dicho,  otros  por  lo  que  he  dejado  de 
dtícir .  muchos  por  el  modo  de  decirlo ,  y  todos 
sin  t^ner  en  cuenta  que  antes  de  dar  á  luz  mi 
obra  he  empleado  muchas  vigilias ,  he  leido  mu- 
(;hos  documentos,  tal  vez  contradictorios,  he  pe- 
dido muchos  datos  y  noticias  y  comprobaciones  á 
lodos  mis  amigos  de  diversos  estados,  jerarquías 
y  condiciones ,  é  invocado  sin  cesar  en  mi  favor 
el  auxilio  de  la  cronología ,  de  la  geografía,  de  la 
crítica  y  de  la  Historia  general. 

Más  entendidos  y  más  justamente  severos  que 
muchos  de  estos  censores,  podrán  serlo  todavía 
los  verdaderamente  hombres  ilustrados  de  toda  la 
Nación,  si  no  he  acertado  á  comprender  y  determi- 
nar en  la  mia  el  carácter  de  la  Historia  particular; 
y  desde  ahora  imploro  y  espero  su  generosa  in- 
dulgencia, si  observaren  que  en  puntos  esencial- 
mente científicos  desciendo  á  dar  definiciones,  por- 
menores y  noticias  elementales,  hasta  poniendo 
notas  de  trivial  inteligencia  para  las  gentes  de 
razón  cultivada;  porque  siendo  mi  principdi  ob- 
.jeto  ilustrar  en  cuanto  pueda  á  mis  amados  com- 
Toxo  I.  :j 


34  HISTORIA   DE    AVILA. 

patricios ,  no  puede  desconocerse  que ,  como  todos 
los  hombres  del  mundo,  son,  en  su  mayoría,  ex- 
traños al  estudio  de  las  ciencias. 

Si  pues  en  gracia  de  la  necesidad ,  utilidad  é 
importancia  de  generalizar  la  afición  á  las  histo- 
rias particulares  para  el  mejoramiento  constante 
de  la  Historia  general ,  obtengo  el  beneplácito  de 
los  sabios  españoles,  no  menos  confío  en  la  natu- 
ral benevolencia  de  los  sencillos  Avileses ,  que, 
siendo  siempre  fácil  y  grata  para  con  todos  los  fo- 
rasteros ,  no  se  la  han  de  negar  ciertamente  á  su 
buen  amigo  y  paisano. 


IV. 


De  notables  accmtecimientos  dignos  de  constante  recuerdo  en  nuestra 

Historia . 


La  ciudad  de  Avila ,  su  Provincia  y  Obispada 
se  lamentan  hace  muchos  años ,  y  hasta  siglos, 
de  que  por  las  causas  que  dejo  indicadas,  y  por 
otras  que  aún  podria  enumerar,  carecen  de  una 
historia  verdadera ,  digna  de  la  merecida  fama  de 
sus  inmarcesibles  glorias:  y  para  acudir  en  cuanto 
puedo  á  llenar  este  vacío,  á  subvenir  á  tan  ur- 
gente necesidad,  emprendí  há  mucho  tiempo  la 


DISCURSO    PRELIMINAR.  35 

para  mí  siempre  dulce  y  siempre  estricta  narra- 
ción de  ellas. 

En  su  Historia  se  ha  de  demostrar  que  el  país 
sobre  que  después  se  fundó  la  Ciudad,  estaba  ya 
liabitado  de  gente  celtíbera  de  remotísimo  origen, 
y  que  se  hallaba  circundado  de  otras  muchas  fa- 
milias ó  razas  de  la  misma  procedencia,  asenta- 
das en  las  comarcas  que  luego  aparecerán  com- 
probadas. Después  se  indicarán  ciertos  nombres 
propios ,  aplicados  á  cosas  ó  personas ;  se  hablará, 
de  ciertos  monumentos  imperecederos  en  el  curso 
de  los  siglos ;  se  exhibirán  antiquísimos  signos  ó 
caracteres  que  ,  siendo  partes  componentes  de  un 
todo ,  constituyen  un  dialecto  escrito ,  muy  cono- 
cido: y  cuando  esos  nombres  son  extraños  á  todas 
las  regiones  de  Europa ,  y  cuando  esos  perennes 
monumentos,  por  informes  y  toscos  que  sean, 
están  reconocidos  también  como  extranjeros  en 
nuestra  Península,  y  cuando  esos  signos  literarios, 
elementos  de  una  escritura,  están  considerados 
como  de  un  origen  que  tiene  íntima  filiación  con 
esos  nombres  de  todo  el  mundo  sabidos,  y  con  esos 
monumentos  de  significación  para  el  mundo  todo 
desconocida ,  y  por  muy  pocos  sabios  á  lo  sumo 
sospechada;  más  todavía;  cuando  los  nombres, 
los  monumentos  y  los  caracteres  escritos  concuer- 
dan  su  común  existencia  en  una  misma  época 
y  en  una  misma  región,  ¿no  podrá  surgir  de  todo 
esto  una  serie  de  indicios ,  de  conjeturas  y  proba- 


3í»  HISTORIA    DE    AVILA. 

hilidades,  que  favorezcan  la  racional  creencia, 
nunca  interrumpida  y  de  larg-uisimo  tiempo  acep- 
tada, sobre  la  inmemorial  fundación  de  Avila? 

Uso  á  propósito  de  este  lenguaje  obscuro ,  más 
que  anfibológico ,  casi  sibilítico ,  pero  eminente- 
mente dialéctico ,  que  servirá  al  lector  como  el 
hilo  de  Ariadna ,  que  le  conduzca  segm'o  para  sa- 
lir de  este  laberinto ,  y  para  que  él  mismo ,  sin 
que  yo  se  lo  indique,  fije  y  determine  la  funda- 
ción de  la  Ciudad.  Y  si  todavía ,  firme  en  su  espí- 
ritu resistente  de  no  admitir  lo  que  no  conciba, 
no  quisiere  confesar ,  ni  aun  asentir  á  esta  apre- 
Tuiante  deducción ,  le  reto  y  le  provoco ,  para  el 
bien  y  adelanto  de  la  ciencia ,  á  que  enuncie  otra 
idea  ó  dé  otra  noticia  de  la  verdadera  primitiva 
]  )oblacion  de  Avila ;  pero  á  condición  de  que  ex- 
plique satisfactoriamente  por  qué  en  el  corazón 
de  España,  y  hace  más  de  veintidós  centurias,  se 
usaron  esos  nombres  para  dar  á  conocer  la  Ciu- 
dad ;  que  explique  el  origen  y  significación  de 
esos  eternos  Luonumentos ,  y  explique  y  dé  la  ra- 
zón de  la  existencia  en  cien  y  cien  sitios  de  la 
Ciudad ,  de  esos  signos  característicos  de  un  len- 
guaje escrito,  esculpidos  en  gran  multitud  de 
piedras ,  que  se  ostentan  burlándose  del  curso  de 
los  siglos:  y  cuando  de  todo  ello  no  dé  razón 
cumplida  ni  satisfactoria  solución,  contenga  su 
prurito  de  negar,  y  reconozca  al  menos  el  acerta- 
do principio  de  inquirir ,  porque  han  pasado  los 


DISCURSO    I'RELIMÍNAR.  ',il 

tiempos  en  que  era  un  erróneo  principio  en  las 
escuelas  el  fallar  irrevocablemente  con  un  «lo 
(jue  no  entiendo  lo  niego.» 

Y  dado  ya  que  subsista  una  hipótesis  más  () 
menos  verdadera ,  más  ó  menos  probable ,  acerca 
de  la  fundación  de  la  Ciudad  por  una  gente  ex- 
tranjera, sin  engolfarnos  en  la  ridicula,  desacre- 
ditadísima y  hasta  risible  intervención  r/iaquina- 
ria  de  la  mitología,  que  yo  altamente  desprecio, 
pero  á  la  que  ignorantes,  y  á  la  vez  orgullosas, 
acudieron  para  enaltecer  su  origen  muy  notables 
ciudades  del  mundo  antiguo ,  fácil  me  será  se- 
guir el  curso  de  las  inmensas  vicisitudes  á  que 
ha  estado  sometida  por  más  de  dos  mil  años  ];» 
memorable  ciudad  de  Avila. 

Sujeta  Espaiía,  después  de  una  lucha  de  dos- 
cientos años,  á  la  dominación  romana ,  Avila  su- 
frió la  misma  suerte ,  é  infinitos  testimonios  lapi- 
darios lo  comprueban:  y  en  el  primer  siglo  de 
la  Iglesia  es  una  de  las  siete  ciudades  en  que 
ya  se  predicó  la  doctrina  celestial  del  Evange- 
lio por  obispos  enviados  al  efecto  por  el  apóstol 
»San  Pedro ,  y  que ,  siguiendo  nosotros  la  tradi- 
ción más  autorizada ,  aunque  en  los  tiempos  ac- 
tuales también  combatida ,  entraron  por  la  parte 
meridional  de  la  Península. 

Establecidos  en  la  Ciudad  en  el  siglo  v  los  Go- 
dos ,  siete  veces  ó  más  se  apoderaron  de  ella  los 
Sarracenos ,   y  otras  tantas  la  recuperaron  los 


38  HISTORIA    DE    AVILA. 

Cristianos,  hasta  que,  casi  reducida  á  escombros  y 
ruinas ,  fué  decretada  su  repoblación  por  el  gran 
rey  D.  Alfonso  VI. 

Avila  es  la  ciudad  destinada  por  el  cielo  para 
gloria  de  sus  hijos ,  y  para  el  amparo ,  protección 
y  ventura  de  los  reyes  Alfonsos. 

La  conquistaron  Alfonso  II,  el  Casto;  Alfon- 
so ni ,  el  Magno ;  Alfonso  V,  el  Noble :  y  la  res- 
tauró Alfonso  VI,  el  Triunfador  de  Toledo.  Es  la 
patria  adoptiva ,  el  asilo  y  la  triunfante  defensa 
de  otros  tres  reyes  Alfonsos ,  todos  niños  y  todos 
esclarecidos:  el  VII,  ó  el  Emperador ;  el  VIII,  ó  el 
de  las  Navas;  el  XI,  ó  el  del  Salado.  También  Al- 
fonso X,  el  Sabio,  halló  en  sus  prudentes  y  po- 
líticos obispos  consuelo  á  sus  afanes  y  querellas. 

Enrique  I  se  habia  acogido  antes  al  abrigo  de 
las  entonces  inexpugnables  murallas  de  Avila.      ' 

La  grande  Isabel  I  nació  en  Madrigal ;  educóse 
en  Arévalo ;  fué  reconocida  y  proclamada  herede- 
ra del  trono  en  Guisando ;  en  Madrigal  meditó  y 
creó  la  institución  más  salvadora  de  la  sociedad 
en  su  siglo ,  la  organización  de  la  Santa  Herman- 
dad; y  todos  estos  pueblos  son  territorio  de  Avila. 

El  pendón  del  Concejo  de  Avila  ondeó  triun- 
fante y  el  primero  de  todos  los  de  Castilla ,  por 
privilegio  real,  en  muchas  ciudades  ganadas  á 
los  Moros ;  díganlo ,  entre  otras ,  Cuenca ,  Baeza, 
Jaén,  Guadix,  Málaga,  Zahara  y  Granada. 

De  Avila  v  su  tierra  son  los  inmortales  anti- 


DISCURSO    PRELIMINAR.  39 

guos  adalides  Blasco  Jimeno,  Nalvillos  Blaz- 
quez,  Esteban  Domingo  y  otros;  el  mariscal  don 
Alvaro  de  Avila,  y  los  gloriosos  generales  don 
Fernando  Alvarez  de  Toledo,  gran  duque  de  Alba; 
el  rayo  de  la  guerra  D.  Sancho  Dávila,  D.  Gil 
González  Dávila,  el  maestre  de  campo  D.  Ñuño 
del  Águila,  y  cien  y  cien  otros  ilustres  y  vale- 
rosos guerreros. 

Los  españoles  de  ambas  Américas  admiran  to- 
davía asombrados  las  virtudes  de  insignes  avile- 
ses.  Estalló  una  funesta  rebelión  en  el  Perú,  al 
principio  de  su  colonización ,  y  en  una  miserable 
aldea  de  las  sierras  de  Avila  habia  nacido  el  hu- 
milde y  desconocido  clérigo  Pedro  La  Gasea,  que 
va ,  llega ,  sofoca  la  insurrección  y  hace  cortar  la 
cabeza  al  rebelde  Gonzalo  Pizarro.  Méjico  y  Lima 
y  otras  ciudades  del  Nuevo-Mundo  cuentan  gran- 
des prelados ,  valerosos  capitanes  hijos  de  la  tierra 
de  Avila. 

Si  Avila  es  la  patria  de  tantos  personajes  es- 
clarecidos en  las  armas  y  en  el  gobierno  del  Es- 
tado ,  también  es  la  cuna  y  el  sepulcro  de  nume- 
rosos bienaventurados.  San  Segundo,  enviado 
por  los  apóstoles  San  Pedro  y  San  Pablo ,  es  su 
primer  obispo ;  San  Vicente  y  sus  hermanas  las 
Santas  Sabina  y  Cristeta,  la  enaltecen  con  su 
glorioso  martirio ,  como  con  sus  penitencias  los 
eremitas  San  Pedro  del  Barco,  San  Pascual  do 
Tormellas  y  San  Bernardo  de  Candeleda.  La  sa- 


40  HISTORIA    DE    AVILA. 

pientisima  Santa  Teresa  de  Jesús,  el  dulcísimo 
vSan  Juan  de  la  Cruz ,  el  austero  reformador  San 
Pedro  de  Alcántara  son  en  Avila  los  ilustres  cen- 
turiones en  santidad  y  letras  de  una  gran  cohorte 
de  memorables  ¡personajes  de  ambos  sexos  que 
ilustran  la  fama  de  tan  privilegiada  ciudad. 

Las  venerables  María  Diaz ,  la  pobre  Evangé- 
lica de  Vita ;  la  ilustre  noble  monja  doña  María 
Vela ,  llamada  la  Mujer  fuerte ;  la  humilde  Ana 
de  Reyes;  los  piadosos  y  eruditos  Julián  Dávila. 
Francisco  de  Guzman,  Juan  de  Briviesca,  Fran- 
cisco Salcedo ,  hijos  son  de  Avila,  y  canónigo  de 
su  Iglesia  xlntonio  de  Honcala.  El  santo  duque 
de  Gandía ,  Francisco  de  Borja;  el  virtuoso  Balta- 
sar Alvarez ,  y  los  hermanos  Pimentel,  de  la  no- 
bilísima casa  de  Benavente,  exhalan  en  el  pul- 
pito y  en  sus  libros  el  perfume  de  sus  virtudes, 
y  le  infiltran  en  el  corazón  de  los  cristianos  avi- 
leses.  Esta  época  es  para  Avila  su  siglo  de  oro- 

Sus  reverendos  obispos  son  siempre ,  así  en  la 
paz  como  en  la  guerra,  el  voto  más  autorizado 
en  los  consejos  de  los  reyes.  En  las  batallas  y  en 
las  conquistas  siguen  el  cuartel  real,  y  en  las 
ciencias  sagradas  y  en  la  santidad  de  vida  brillan 
como  refulgentes  luceros :  tales  son  D.  Sancho 
Blazquez  Dávila,  D.  Domingo  Dentudo,  D.  Alon- 
so de  Madrigal ,  el  Tostado ,  y  Fr.  Hernando  de 
Talavera ;  y  antes  había  precedido  á  todos  el  pru- 
dentísimo D.  Pedro  Sánchez  Zurraquinez,  prela- 


DISCURSO    PRELIMINAR.  41 

(lo  repoblador  de  Li  Ciudad,  y  después  los  si- 
iTuieron  D.  Fr.  Francisco  Ruiz  y  D.  Diego  de  Arce 
y  Reinoso ,  entre  otros  muchos  insignísimos  pas- 
tores que  ciñeron  sus  sagradas  sienes  con  la  mi- 
tra de  San  Segundo. 

Pero  aún  no  acaba  aquí  la  importancia  de 
Avila.  Es  la  ciudad  más  fuerte  de  Castilla ;  y  por 
lo  mismo  es  el  asilo  á  que  muchas  veces  se  acoge 
en  los  conflictos  de  su  proceloso  reinado  el  siem- 
pre vacilante  é  indeciso  D.  Juan  II,  siendo  los 
campos  de  sus  armas  Avila ,  Arévalo  y  Olmedo: 
es  el  punto  que  eligen  la  ingratitud ,  la  soberbia 
y  el  rencor  de  proceres  sediciosos  para  levantar 
el  teatral  cadalso ,  donde  representaron  con  satá- 
nica irrisión  el  destronamiento  del  rey  D.  Enri- 
(¿ue  IV ,  calificado  por  unos  escritores  de  fiero ,  vi- 
cioso y  temible ;  y  de  débil ,  inconstante  é  irreso- 
luto por  otros,  terminándose  aquella  horrible  es- 
cena con  la  proclamación  real  de  su  hermano  el 
candido  príncipe  D.  Alfonso:  es,  en  fin,  el  lugar 
á  que  convoca  la  Liga  para  la  reunión  de  la  Santa 
Junta  de  las  sublevadas  comunidades  de  Castilla, 
y  en  .su  catedral  se  congregan  los  representantes 
de  las  ciudades  directoras  de  tan  lamentable  le- 
vantamiento. 

Todavía  es  Avila  gloriosa  para  España  y  digna 
del  más  atractivo  estudio ,  si  se  la  considera  como 
un  gran  conjunto  de  monumentos  artísticos.  Sus 
templos ,  timbres  del  saber  y  de  la  piedad  de  los 


42  HISTORIA   DE    AVILA. 

siglos  medios,  son  admirables.  La  catedral  reco- 
noce pocas  en  el  Reino  que  la  aventajen  en  méri- 
to arquitectónico,  y  sola  ella  representa  desde  su 
construcción  el  doble  y  expreso  conato  de  que  sea 
al  mismo  tiempo  que  la  casa  de  Dios  la  fortaleza 
más  poderosa  de  sus  reyes. 

La  basílica  de  San  Vicente,  Sabina  y  Cristeta, 
es  de  antigüedad  tan  remota  como  que  su  primer 
templo  nació  bajo  el  imperio  de  Constantino:  el 
segundo  alcanzó  tan  prodigiosa  celebridad,  que 
fué  reverenciado  como  una  de  las  más  aíamadas 
iglesias  Ju /•aderas  de  Castilla. 

Las  de  San  Pedro  Apóstol  y  Santo  Tomás  el 
Real,  aquélla  como  antiquísima  parroquia,  ésta 
como  convento  moderno ,  gran  obra  de  los  Reyes 
Católicos ,  traen  simultáneamente  á  la  memoria 
el  primer  auto  de  fe  verificado  en  España  por  el 
Inquisidor  general  Fr.  Tomás  de  Torquemada. 
Sus  restos  humanos  descansan  en  una  humilde 
sepultura  en  lo  interior  de  sus  claustros ,  mien- 
tras en  el  crucero  del  majestuoso  templo  está  el 
lujosísimo  túmulo  del  príncipe  D.  Juan  de  Casti- 
lla, hijo  malogrado  de  los  grandes  monarcas  Fer- 
nando é  Isabel. 

Notables  fueron  todos  sus  monasterios  y  con- 
ventos, desde  el  de  la  Antigua,  de  Benedictinos, 
de  puro  origen  godo ,  donde ,  al  decir  de  la  tradi»- 
cion,  yace  el  duque  Se\eriano ,  venturoso  padre 
de  San  Ildefonso,  San  Fulgencio,  San  Isidoro  v 


DiSGlRSU    l'RELiMlt\AR.  43 

Santa  Florentina ,  hasta  los  de  la  Encarnación  y 
San  José,  casas  religiosas  de  la  abulense  Santa 
Teresa,  como  que  en  el  primero  fué  carmelita 
calzada  por  espacio  de  treinta  años,  y  el  segundo 
es  el  principio  y  cimiento  de  la  descalcez  del  Car- 
melo. 

Las  murallas  de  Avila,  su  alcázar  y  torre  del 
homenaje,  fueron  desde  su  construcción  tan  es- 
beltas, tan  gallardas,  tan  robustas,  que  merecen 
en  su  lugar  un  detenido  y  cientifico  estudio,  y 
que  en  opinión  del  ilustre  viajero  inglés  Mr.  Ri- 
chard Ford,  que  ha  muerto  en  el  año  de  1859, 
son,  á  no  dudarlo,  las  fortalezas  que  mejor  se 
conservan  de  su  belicosa  época  en  toda  la  culta 
l^iUropa. 

Dos  palabras  más  todavia  sobre  el  desconocido 
y  mal  estudiado  territorio  de  esta  pacifica  Pro- 
vincia y  Obispado ,  no  menos  bello  por  sus  altas 
montañas ,  sus  profundos  valles ,  sus  rios  crista- 
linos, sus  admirables  cascadas,  sus  útilísimos  sal- 
tos de  aguas  y  sus  fragosos  y  pintorescos  precipi- 
cios, que  el  de  las  dulces  Provincias  Vasconga- 
das. Rica  de  granos  en  su  parte  septentrional,  de 
ganados  en  la  central ,  de  aceites ,  vinos  y  deli- 
cadísimas frutas  en  la  meridional  y  occidental, 
abundante  en  lanas,  surtida  de  linos,  reúne  en  sí 
misma  todos  los  elementos  indispensables  para 
íitender  á  las  necesidades  de  la  vida;  y  desde  el 
naranjo  y  limonero  que  se  crian  en  los  delicio- 


44  HISTORIA     PK    AMI.A. 

SOS  valles  del  partido  de  Arenas ,  varían  sus  pro- 
ducciones hasta  la  del  helado  liken ,  que  vegeta 
solo  en  las  fragosas  cumbres  de  la  gigantesca  y 
fantástica  sierra  de  Gredos. 

Tales  son ,  entre  otros  muy  gloriosos ,  los  títu- 
los y  timbres  en  que  funda  su  ejecutoria  de  impe- 
recedero renombre  Avila  del  Rey ,  Avila  de  los 
Leales ,  Avila  de  los  Caballeros ;  celebérrima  ca- 
beza de  su  Provincia  y  Obispado ;  timbres  y  títu- 
los ignorados  hoy  de  unos ,  equivocados  por  otros, 
y  por  muchos  mal  entendidos  y  peor  recopilados. 
Los  documentos  que  los  comprueban  van  desapa- 
reciendo al  maléfico  irreprimible  influjo  de  los 
tiempos:  las  guerras,  las  revoluciones,  los  incen- 
dios y  otras  graves  vicisitudes  políticas  ó  desven- 
turas domésticas  aceleran  esa  desaparición.  Sus- 
traerlos al  olvido ,  renovar  su  memoria  á  los  Abu- 
lenses,  hacerlos  notorios  á  toda  la  Nación,  y  coor- 
dinarlos cronológica,  crítica  y  filosóficamente, 
rectificando  algunas  veces  y  siempre  ampliando 
(íon  importantes  pormenores  y  prudentes  comen- 
tarios la  Historia  general  de  España,  ha  sido, 
como  ya  dejo  dicho,  el  pensamiento  que  impulsó 
mi  amor  patrio  hacia  tan  grave  y  minucioso  tra- 
bajo :  le  he  realizado ;  y  tal  como  es ,  sale  á  la  luz 
pública. 


DISCURSO    PRELIMINAR.  4") 

V. 

Del  orden  y  compartimiento  de  esta  obra. 

Para  darle  unidad,  sistema  y  conveniente 
progresión,  la  he  dividido  en  dos  partes,  que, 
aunque  por  estar  íntimamente  enlazadas  y  tenei- 
muclios  puntos  de  contacto ,  tratan  con  necesaria 
frecuencia  de  unos  mismos  objetos,  deben,  sin 
embargo,  ser  consideradas  bajo  aspectos  bien  di- 
ferentes :  el  estadístico ,  el  gubernativo  y  el  his- 
tórico; así  es  que  ambas  tienden  á  un  mismo  fin, 
al  más  exacto  conocimiento  del  país. 

Hablemos  de  la  primera.  Así  como  la  estadís- 
tica es  en  el  gabinete  de  un  hombre  científico  el 
agradable  y  satisfactorio  conocimiento  que  ad- 
quiere de  las  partes  componentes  de  un  todo ,  vi- 
niendo á  clasificar  y  reunir  en  una  cuartilla  de 
papel  los  grandes  ó  pequeños  elementos  de  un 
conjunto  ó  cuerpo  de  compleja  naturaleza;  cono- 
cimiento que  no  podría  alcanzar  de  un  solo  golpe 
de  vista  la  débil  comprensión  humana;  y  en  tal 
sentido  y  acepción  gramatical,  es  antiquísima, 
en  el  mundo  la  utilidad  práctica  de  la  estadística; 
así  cuando  se  la  aplica  á  la  gobernación  de  los 
pueblos  modernos ,  es  un  elemento  importantísi- 


46  HISTORIA    DE    AVILA. 

mo  en  el  estudio  de  su  administpacion ,  y  sin  el 
cual  no  puede  darse  un  paso  hacia  su  desarrollo, 
engrandecimiento  y  prosperidad.  Ella  demuestra 
la  extensión  superficial  de  cada  territorio;  sus 
calidades  geográficas ;  sus  accidentes  geológicos; 
el  número  de  sus  habitantes,  distinguiéndolos 
por  sus  sexos ,  edades  y  estados ;  el  desarrollo  ó 
diminución  constante  ó  excepcional  de  su  mo- 
^'imiento ;  los  terrenos  cultivables  é  improducti- 
vos ;  las  producciones  del  suelo ,  de  la  industria  y 
del  comercio ,  creadoras  de  la  riqueza  pública;  los 
artículos  de  subsistencias  y  abundancia  con  que 
cuenta;  la  respectiva  densidad  por  Idlómetros 
ó  leguas  cuadradas  de  su  población;  las  causas 
que  contribuyen  á  su  acrecentamiento  ó  deca- 
dencia :  ella  marca  con  el  resumen  de  los  estable- 
cimientos de  enseñanza  el  grado  en  que  se  halla 
la  instrucción  popular  de  cada  país ;  señala  la  di- 
ferencia de  todos  estos  y  otros  elementos  en  di- 
versos períodos  de  tiempo ;  ostenta  la  fuerza  vital 
de  la  sociedad ,  y  es  la  regla  más  segura ,  más  in- 
variable y  más  justa  para  asignar  á  cada  provin- 
cia ,  partido ,  pueblo  ó  familia ,  el  importe  con  que 
ha  de  contribuir  en  proporción  á  sus  haberes  para 
el  sostenimiento  de  las  cargas  públicas ,  genera- 
les ó  locales,  por  los  cupos  de  sangre  y  cuotas  de 
dinero  con  que  han  de  cubrirse  las  necesidades 
respectivas  sociales;  ella ,  en  fin ,  para  venir  ya  á 
nuestro  objeto ,  es  una  fuente  perenne  de  donde 


DISriRSO    l'RELIMINAR.  47 

broto n  todos  los  datos  que  concurren  á  la  confec- 
ción de  la  historia  de  cada  territorio. 

Por  esta  razón  el  primero  de  los  tres  volúme- 
nes de  que  consta  mi  trabajo  contiene  los  ele- 
mentos constitutivos  del  segundo  y  del  tercero, 
listos  encierran  el  texto  histórico  no  interrumpi- 
do, omitiendo  las  largas  digresiones  que  habria 
de  menester  para  la  descripción  de  las  montañas, 
valles,  ños,  llanuras,  sitios  y  poblaciones,  teatro 
de  los  sucesos  históricos  que  se  refieren;  y  siempre 
([uedarian  obscuros,  defectuosos  y  poco  conocidos 
en  la  sucesión  de  los  tiempos  todos  los  cambios 
por  que  en  más  de  veintidós  siglos  han  pasado 
Avila  y  las  comarcas  de  su  actual  Provincia  y 
Obispado. 

La  lectura ,  pues ,  de  este  primer  tomo  sirve 
de  aliciente  y  como  de  buscapié  para  el  más  fruc- 
tuoso estudio  de  la  Historia  :  pica  la  curiosidad 
del  lector  la  rapidísima  indicación  de  los  fenó- 
menos naturales  y  de  los  hechos  notables ,  cuyo 
desenvolvimiento  está  reservado  á  la  narración 
historial,  y  satisface  y  recrea  su  ánimo  al  obser- 
var, en  el  examen  de  ésta,  que  ya  le  son  conoci- 
das las  variadas  regiones,  las  temperaturas  opues- 
tas y  las  diversas  producciones  de  su  suelo,  de 
cuyo  minucioso  estudio,  por  regla  general,  debe 
de  prescindir  la  extricta  historia. 

En  esta  parte,  previa  y  verdadera  auxiliar  de 
ella,  se  da  razón  con  la  misma  sucinta  brevedad 


48  HISTORIA    DE    AVILA. 

de  las  distintas  razas  de  gentes  que  sucesivamen- 
te habitaron  su  territorio,  las  divisiones  politicas 
que  ha  conocido  en  su  gobierno  desde  la  remota 
dominación  romana  hasta  nuestros  dias.  No  es  de 
menor  interés  anticipar  las  noticias  necesarias 
sobre  el  principio  y  extensión  de  su  Obispado, 
indicando  las  distintas  metrópolis  á  que  ha  esta- 
do sometido  hasta  hoy,  la  antigua  importancia 
de  su  estado  eclesiástico  secular  y  regular,  y  las 
preciosas  riquezas  de  sus  venerandas  reliquias, 
que  esmaltan  la  santidad  de  sus  iglesias.  Por  úl- 
timo, era  indispensable  delinear  el  cuadro  topo- 
gráfico ,  monumental ,  artistico  y  descriptivo  de 
la  Ciudad,  objeto  siempre  primordial  de  nuestras 
elucubraciones,  porque  su  configuración,  sus  ad- 
mirables murallas ,  sus  robustísimas  puertas  mi- 
litares y  las  muchas  casas  fuertes,  moradas  de 
sus  primeros  repobladores  en  el  siglo  xi,  es  como 
un  interesante  museo  para  los  gloriosos  cuerpos 
científicos  que  se  consagran  al  profundo  estudio 
del  arte  de  la  guerra. 

Hé  aquí  la  razón  por  qué  presiden  ante  todo 
las  reseñas  geográfica  y  geológica  del  territorio, 
extractadas  de  las  que  ha  publicado  la  Junta  ge- 
neral de  Estadística  del  Reino,  añadiéndose  otras 
más  circunstanciadas  y  minuciosas  noticias  sobre 
este  mismo  asunto ,  de  que  si  bien  puede  y  debe 
desentenderse  un  centro  general  administrati^-o 
ó  científico ,  porque  no  entran  tales  pequeneces 


DISCURSO   TRELDIINAR.  49 

en  el  sistema  de  sus  trabajos,  son,  sin  embargo, 
de  harto  interés  para  los  habitantes  de  una  deter- 
minada localidad ,  á  la  manera  que  estmian  los 
datos  históricos,  aunque  sean  poco  notables,  de 
que  no  se  cura,  ó  que  procura  muy  poco  apreciar 
el  historiador  general. 

Por  la  misma  razón  subsigue  á  estas  la  Rese- 
ña politico-civil  de  la  Provincia  en  toda  su  ex- 
tensión ,  de  la  que  forman  parte  interesante  la 
político-electoral  desde  una  remota  antigüedad,  y 
la  esencialmente  militar;  continúan  la  político- 
eclesiástica  de  toda  la  Diócesis  con  cuantos  ele- 
mentos la  componen;  los  catálogos  de  varones 
y  mujeres  ilustres  en  dignidades,  gobierno,  ar- 
mas, santidad  y  letras;  y  cierran  este  primer  vo- 
lumen el  cuadro  peculiar  descriptivo  de  Avila  y 
los  de  las  cabezas  de  los  partidos  judiciales,  con 
algún  otro  especial  si  conviniere. 

Vuelvo  á  decir  con  esta  ocasión  que  quizá  se 
me  moteje  de  que  emprendo  un  camino  no  tri- 
llado por  los  escritores  de  otras  monografías  de 
más  ó  menos  importancia  y  extensión ,  y  de  que 
en  ello  doy  una  prueba  ó  de  mi  impericia,  desco- 
nociendo cómo  deben  escribirse ,  ó  de  una  censu- 
rable presunción ,  colocando  al  lado  de  una  his- 
toria particular  unos  conocimientos  preliminares 
tan  extensos  que  absorben  la  tercera  parte  de 
ella,  y  que  produzco  un  monstruo  literario  tan 
deforme  como  el  que  pintó  Horacio  en  los  prime- 

TOUO  I.  4 


50  HISTORIA    DE    AVILA. 

ro3  versos  de  su  imperecedera  epístola  sobre  la 
poética  á  los  hermanos  Pisones.  Venga,  pues,  la 
censura,  pero  no  me  arrepiento  de  mi  plan.  Ko 
me  cansaré  de  repetir  que  para  rectificar  la  Histo- 
ria general  es  necesario  el  concurso  de  las  histo- 
rias particulares  rectificadas:  y  si  en  la  mia  se 
ve  comprobada  la  necesidad  de  estas  previas  re- 
señas, quedaré  satisfecho:  lo  uno,  porque  esos 
preliminares^  bien  entendidos  son  verdadera  his- 
toria, pero  difíciles  de  desleírse  á  cada  paso  en  el 
texto  narrativo  general;  y  lo  otro,  porque  nadie 
está  obligado  á  jurar  un  statu  qiio  inalterable  en 
daño  del  progresivo  perfeccionamiento  de  la  hu- 
manidad en  manos  del  que  se  llame  maestro. 

La  narración  histórica,  que,  como  queda  indi- 
cado, forma  la  segunda  parte  de  la  Obra  y  ocupa 
los  tomos  segundo  y  tercero ,  pedia  por  su  propia 
condición  y  distintos  períodos  que  comprende  un 
especial  compartimiento.  Abarca  en  teda  su  ex- 
tensión el  inmenso  espacio  de  más  de  veintidós 
siglos :  y  si  bien  son  muy  escasas  las  noticias  que 
podemos  dar  de  la  existencia  de  nuestra  Ciudad 
y  de  la  condición,  estado,  leyes,  usos  y  costum- 
bres, artes,  comercio  y  civilización  de  las  gentes 
habitadoras  de  nuestro  país  en  las  primeras  cen- 
turias, no  podíamos,  sin  embargo,  dejar  de  hablar 
de  estos  primeros  pobladores,  dándoles  algún  na- 
cimiento y  determinando  un  principio;  pero  prin- 
cipio, si  no  cierto,  probable  al  menos,  ajeno  á 


DISCURSO    PRELIMINAR.  51 

las  fantásticas  ilusiones  de  los  .siglos  mitológicos 
y  á  los  cuentos  y  fábulas  que  los  modestos  histo- 
riadores de  Avila,  imitando  á  los  de  todos  los  pue- 
blos célebres,  han  forjado  y  contrahecho  para  dar 
un  origen  casi  sobrehumano  á  nuestra  Ciudad; 
ficción  ridicula,  hija  de  la  fogosa  imaginación  á 
la  par  que  ignorante  credulidad  de  todos  los  pue- 
blos nacientes,  como  es  ardiente  y  crédula  la  in- 
fancia del  hombre.  Y  esto  me  proporcionará  la 
ocasión  de  entmr  en  profundas  investigaciones, 
filosóficas  unas,  históricas  otras ,  y  algunas  hasta 
filológicas ,  de  que  si  bien  no  han  de  ser  jueces 
competentes  muchos  de  mis  paisanos ,  excitarán 
el  estudio  de  sabios  y  críticos  anticuarios  con 
aplicación  al  origen  desconocido  pero  presumible 
de  nuestra  Ciudad. 

Así ,  pues ,  la  razón  misma  y  la  propia  natu- 
raleza de  las  cosas  nos  han  marcado  el  plan  y 
distribución  que  debemos  dar  á  nuestra  obra.  El 
'hombre  viejo ,  en  el  sentido  simbólico  de  nuestras 
creencias  religiosas,  ocupa  el  primer  lugar  en 
esta  narración:  esto  es,  la  indicación  de  las  primi- 
tivas razas  que  poseyeron  nuestro  país  hasta  la 
predicación  de  la  doctrina  que  vino  á  enseñar  al 
mundo  el  Hijo  de  Dios,  para  verificar  la  reden- 
ción del  género  humano.  El  hombre  oiuevo ,  esto 
es ,  la  propagación  de  la  Ley  de  Gracia  y  toda  la 
extensión  del  tiempo  que  imperó  triunfante  en 
España,  y  por  necesidad  en  nuestro  propio  suelo. 


52  HISTORIA    DE    AVILA. 

desde  que  la  predicó  en  Avila  San  Segundo,  su 
primer  obispo ,  hasta  el  rápido  y  espantoso  cata- 
clismo que  sufrió  el  imperio  de  los  Césares  con  la 
irrupción  de  las  razas  venidas  del  Septentrión  de 
Europa,  es  el  segundo  periodo;  y  en  él  habrán 
de  figurar  el  incremento  y  desarrollo  del  catoli- 
cismo, las  persecuciones  horribles  que  sufrieron 
los  cristianos  hasta  la  rota  y  aniquilamiento  de 
sus  enemigos :  la  paz  dada  á  la  Iglesia ,  y  la  des- 
trucción del  gran  poder  latino  por  la  natural  fie- 
reza y  establecimiento  de  los  bárbaros  del  Norte, 
es  otra  importante  época.  No  es  menos  interesante 
la  del  origen,  duración  y  caida  de  la  Corona  goda, 
á  que  estaba  sometida  nuestra  provincia,  y  de  que 
quedan  notorios  vestigios  en  i^vila.  Los  esfuerzos 
prodigiosos  que  hizo  la  católica  España  contra  la 
dominación  de  sus  nuevos  señores  los  hijos  de  Is- 
mael ,  rehaciéndose  poco  á  poco  de  su  primer  atur- 
dimiento y  paroxismo,  y  cuyo^período  de  tiempo 
corre  el  espacio  de  casi  tres  siglos ,  hasta  que  Avi- 
la, después  de  repetidas  pérdidas  y  otras  tantas 
reconquistas,  los  arrojó  para  siempre  de  su  recin- 
to, sufriendo  en  tan  largo  como  penoso  estado 
repetidas  ocupaciones ,  saqueos ,  incendios  y  rui- 
nas ,  de  que  al  fin  se  indemnizó  triunfante ,  for- 
man otra  de  las  series  de  nuestras  investigacio- 
nes históricas.  Comprende  la  parte  más  poética  y 
caballeresca,  á  la  par  que  más  gloriosa  y  memo- 
rable de  nuestro  pais ,  la  repoblación  y  suntuosa 


DlSCi  uso    PREIJMINAR.  53 

roedificacicaí  de  la  ciudad  en  el  reinado  de  ü.  Al- 
fonso VI,  el  conquistador  de  Toledo;  y  después 
va  apareciendo  en  los  siguientes  su  importancia 
política ,  eclesiástica ,  militar  y  científica  en  la 
antigua  corona  de  Castilla.  El  funesto  reinado  de 
doña  Urraca ,  dando  ocasión  á  que  se  acrisolase  la 
lealtad  de  Avila  con  la  sangre  derramada  de  sus 
inocentes  y  nobles  caballeros  en  defensa  de  su 
hijo  D.  Alfonso  Vil;  el  hidalgo  y  generoso  asilo 
que  por  muchos  años  otorgó  la  ciudad  á  D.  Al- 
fonso VIII;   la  imparcial  é  incontrastable  cons- 
tancia con  que  cerro  sus  puertas  á  los  numerosos 
aspirantes  á  la  tutela  de  D.  Alfonso  XI,  que  vivió 
al  abrigo  de  sus  murallas  hasta  que  se  reconoció 
á  su  abuela  la  reina  doña  María  de  Molina  por  su 
tutora  y  regente  del  reino ;  la  confianza  con  que 
el  débil  D.  Juan  II  se  entregaba  á  la  caballerosa 
fidelidad  de  los  Avileses ,  buscando  dentro  de  sua 
muros  la  seguridad  y  descanso  que  le  negaran  en 
otras  partes  los  borrascosos  tiempos  de  su  tan  lar- 
go como  bullicioso  reinado ;  y  la  silenciosa ,  pero 
altamente  significativa  indignación  con  que  la 
ciudad  presenció  la  satánica  ceremonia  y  los  inau- 
ditos insultos  hechos  á  la  ^Majestad  Real  en  la  efi- 
gie del,  ja  fuese  pusilánime  y  casi  imbécil,  ya 
iracundo  y  mal  intencionado  D.  Enrique  IV,  son 
otros  tantos  importantísimos  períodos  de  la  vida 
histórica  de  Avila ,  Arévalo ,  Madrigal,  Olmedo, 
el  Tiemblo,  Cardeñosa,  Guisando  y  otros  muchos 


54  HISTORIA    DE    AVILA. 

puntos  de  sa  Provincia  y  Obispado.  ¿Cómo  no 
lia  de  ser  parte  gloriosa  de  su  Historia  el  felici- 
simo  y  nunca  bastantemente  conocido  reinado  de 
la  primera  Isabel ,  cuando  nació  en  Madrigal ,  se 
educó  en  x\révalo ,  se  acogió  al  santo  asilo  de  un 
monasterio  en  Avila;  cuando  renunciando  modes- 
ta y  virtuosa  la  corona  con  que  los  ambiciosos  y 
soberbios  magnates  le  brindaban  en  nuestra  Ciu- 
dad, contuvo  su  deslealtad;  cuando  fué  procla- 
mada heredera  del  trono  en  los  campos  de  Gui- 
sando ;  cuando  ya  soberana  de  Castilla ,  medita  y 
acepta ,  y  publica  en  ]\íadrigal  la  institución  sal- 
vadora en  aquella  época  de  la  sociedad,  la  orga- 
nización general  de  la  Santa  Hermandad ;  cuando 
en  su  pais  natal  dotó  á  la  nación  de  otras  impor- 
tantísimas leyes?...  En  su  üempo  se  sembraron 
las  semillas  del  saber  y  del  valor  subordinado  en 
todo  el  reino,  que  tan  abundante  cosecha  produjo 
para  Avila  en  las  gloriosas  y  memorables  épocas 
de  Carlos  V ,  Felipe  11  y  Felipe  III ,  que  constitu- 
yen su  siglo  de  oro;  porque  con  dificultad  podrá 
citarse  otro  pueblo  de  iguales  y  aun  mayores  ele- 
mentos sociales ,  que  presente  á  la  vez  tantos,  tan 
célebres  y  afamados  personajes  por  su  santidad, 
por  sus  .letras ,  por  sus  hechos  de  armas  y  admi- 
rables prendas  de  gobierno. 

Aquí  deberíamos  dar  por  cumplido  el  empeño 
que  habemos  contraído,  poniendo  término  á  nues- 
tra tarea ,  si  solamente  escribiésemos  la  Historia 


EISCLRSO    PRELIMINAR.  55 

heroica  de  Avila  y  toda  su  comarca,  por.iue  es 
donde  verdaderamente  acaba  su  brillo  y  su  gran- 
deza y  todo  lo  maravilloso  y  sorprendente  á  que 
dan  ocasión  los  poéticos  episodios  de  su  existen- 
cia. Pero  como  escribimos  su  Historia  general, 
que  habria  de  aparecer  manca  y  defectuosa,  si  en 
tal  punto  concluyera,  tendremos  que  descender, 
aunque  con  pena,  á  explicar  las  causas  de  la  de- 
cadencia ,  empobrecimiento  j  postración  por  que 
hubo  de  pasar,  como  aconteció  á  todo  el  reino, 
nuestro  infortunado  país  en  los  reinados  de  Feli- 
pe IV  y  de  Carlos  II  y  en  los  primeros  años  del 
de  Felipe  V,  en  que  comenzó  á  recobrarse  algún 
tanto  de  tan  larga  y  triste  situación. 

Más  útiles  y  provechosas,  si  bien  menos  bri- 
llantes y  deslumbradoras,  fueron  las  mejoras  que 
recibió  mi  patria  con  los  pacíficos,  reformadores 
y  progresivos  principios  de  la  gobernación  del 
Kstado  de  que  es  deudora  España  al  mismo  Feli- 
pe V  y  á  sus  hijos  los  dos  excelsos  hermanos  Fer- 
nando el  VI  y  Carlos  III ;  desarrollo  y  protección 
otorgados  á  los  intereses  populares,  que  se  hicieron 
sentir  todavía  en  el  siguiente  reinado  de  Chir- 
los IV,  hasta  que  abdicó  la  corona  en  1808:  lími- 
t3  que  meditadamente  hemos  puesto  á  nuestra 
historia. 

Querer  extenderla  á  tiempos  posteriores  serín 
una  empresa  difícil,  monstruosa  y  ajena  á  nues- 
tro propósito.  Difícil,  porque  concretando  la  nar- 


56  HISTORIA    DE    AVILA. 

ración  á  la  parte  que  exclusivamente  interesase 
á  la  Provincia,  no  pocMa  escribirse  con  impar- 
cialidad, sin  que  apareciesen  juicios  y  aprecia- 
ciones personales  que  podrían  ser  ofensivas  á  de- 
terminadas familias,  que  hayan  figurado  desde  la 
proclamación  del  Sr.  D.  Fernando  Vil  en  la  ges- 
tión de  los  negocios  públicos :  monstruosa,  porque 
no  es  posible  abarcar  con  la  brevedad  y  concisión 
con  que  hemos  referido  los  sucesos  de  tantos  si- 
glos, los  gloriosos  acontecimientos  de  toda  la  mo- 
narquia,  y  en  que  Avila  reclamaria  con  justo  de- 
recho su  parte,  sin  hacer  una  gigantesca  sección, 
que  habria  necesariamente  de  achicar  y  empe- 
queñecer todas  las  anteriores  de  nuestra  Obra:  y 
en  fin,  ajena  á  mi  propósito,  porque  al  acoger  el 
pensamiento  de  escribir  la  historia  de  mi  país, 
me  propuse  como  dulce  solaz  renunciar  al  pe- 
ligroso trato  y  comercio  de  los  ^dvos,  conten- 
tándome con  los  inofensivos  recuerdos  de  los 
muertos. 

No  es  esto  decir  que  no  aparezcan  indicadas 
en  el  libro  todas  las  mejoras  que  sucesivamente 
han  ido  recibiendo  la  Provincia  y  la  Ciudad  des- 
de el  cambio  de  nuestras  instituciones  políticas, 
administrativas  y  económicas,  así  de  utilidad 
como  de  ornato  público  hasta  nuestros  dias:  no, 
hígase  el  bien,  sea  cualquiera  la  mano  que  le  la- 
bre; mi  intención  se  limita  á  preterir  toda  opinión 
sobre  personas  y  familias ,  partidos  y  parcialida- 


DISCURSO    PRELIMINAR.  57 

des  políticas  de  más  ó  menos  estimación  y  me- 
moria. 

Tal  es  el  plan  de  mi  trabajo;  tal  el  orden  de 
las  ideas  que  me  decidí  á  dar  á  mi  Obra:  y,  no 
cesaré  de  repetirlo ,  especialmente  la  consagro  al 
recuerdo  de  las  glorias  y  al  agrado  y  enseñanza 
de  los  sencillos,  afables  y  honradísimcs  hijos  de 
Avila,  su  Provincia  y  Obispado. 


RESEÑAS  GEOGRÁFIfÁ  I  GEOLÓGICA  ÜE  LA  PROÍIEIA. 


NOTICIAS  GENERALES 

DE    LA    SITUACIÓN    GEOGRÁFICA    DE   LA    CIUDAD, 

Y  DE  LA  EXTENSIÓN  DE  SU  PROVINCIA  Y  OBISPADO. 


Tiene  la  ciudad  de  Avila  su  asiento  á  las  diez  y 
nueve  leguas ,  de  veinte  al  grado,  al  Oeste  de  Madrid; 
y  según  los  últimos ,  aunque  todavía  no  definitivos, 
estudios  de  la  triangulación  de  la  Península ,  hechos 
por  la  Comisión  del  Mapa  de  España,  que  forma  parte 
de  la  general  de  Estadística  del  Reino,  y  que  tan 
brillantes  resultados  ha  principiado  á  dar ,  á  los  un 
grado  3'  30"  de  longitud  Oeste  del  meridiano  de 
Madrid (1),  y  á  los  40"  37'  latitud  Norte. 


(i)  Latitud.— Longitud.  Dije  en  Los  ge(5grafos,para  dará  conocer 
el  Discurso  preliminar  que  siempre  la  tierra,  que  es  un  cuerpo  aproxi- 
que  ocurra  en  mi  libro  alguna  enun-  maila  pero  no  exactamenle  esférico, 
ciacion  científica  que  no  pueda  es-  la  dividen  en  dos  hemisferios,  mita- 
lar  al  alcance  de  tudos  mis  lectures,  des  ó  partes  iguales,  y  considerando 
descenderé  á  explicarla,  porque  mi  la  unadt^l  lalodel  Nortey  li  otra  del 
interés  principal  es  generalizar  la  lado  del  Sur,  llaman  Nurte  ó  boreal 
ilustración  entre  mis  paisanos;  y  se  al  primer  hemisferio,  y  Sur  ó  aus- 
])rpsenta  la  primera  ocasión  deter-  tral  al  segundo ;  y  á  la  línea  circular 
minando  qué  se  entiende  en  Geogra-  divisoria  que  suponen,  la  llaman 
fía  por  Latitud  y  Longitud  de  un  A"c»£fdcr.  Vuelven  á  dividir  la  tierri 
pueblo  ó  punto  de  la  tierra,  y  por  en  direccioii  contraria  en  otras  dos 
qué  se  entiende  así;  puesto  que  no  mitades,  una  hacia  el  Este,  otra  há- 
es  caprichosa  esta  fórmula  ó  lo-  ciael  Oeste,  y  á  esta  lír.ea  la  11  mían 
cuciou.  Meridiano.  Él  Ecuador  es  una  línea 


60 


HISTORIA    DE    AVILA. 


Su  Provincia  se  ve  circunvalada  al  Norte  por  la 
de  Valladolid;  al  Este  por  las  de  Segovia  j  Madrid; 
al  Sur  por  las  de  Toledo  y  Cáceres ,  y  al  Oeste  por 
ésta  y  por  la  de  Salamanca,  internándose  por  varios 
pueblos  de  todas  ellas  su  apostólico  y  por  consi- 
guiente antiquísimo  Obispado. 

Fué  el  Obispado  en  la  antigüedad  de  mucha  ma- 
yor extensión  que  es  en  la  actualidad  la  Provincia, 


fija,  constante  y  común  en  todos  los 
países:  el  'Yleridiano  es  una  línea 
convencional,  que  varía  en  cada  es- 
cuela, y  que  cada  geógrafo  adopta  á 
su  placer  como  punto  de  partida  de 
sus  estudios,  colocándola  en  el  pueblo 
o  punto  del  globo  que  más  le  agra- 
da; resultando  que  el  Ecuador  es  el 
circulo  máximo  que  se  considera  en 
la  esfera,  y  tiene  por  eje  el  de  la 
tierra,  siendo  así  que  el  Meridiano  es 
el  círculo  máximo  que  pasa  por  los 
polos  y  por  ei  zenit  y  nadir  dhl  pue- 
blo ó  "punto  á  que  se  refiere.  Ade- 
mas, todo  el  vulúmen  del  globo  se 
gubdivide  de  Norie  á  Sur  y  de  Este 
á  Oeste ,  como  cualquier  otro  cuerpo 
esférico  ó  circular,  en  560  porcio- 
nes ó  espacii'S  iguales,  que  se  lla- 
man grados,  cada  grado  en  60  minu- 
tos, y  cada  minuto  en  60  segundos. 
Pondré  un  ejemplo:  quiero  expre- 
sar 2  grados ,  6  minutos  y  12  segun- 
dos L.  Norte,  y  lo  escribo  así:  2"  6' 
42"  L.  Norte:  y  con  estos  datos  y  con 
saber  que  se  llama  Latitud  la  exten- 
sión de  la  tierra  de  Norte  á  Sur  y  Lon- 
gitud la  extensión  de  la  tierradeEste 
á  Oeste,  puede  averiguarse  y  'ieter- 
minarse  la  situación  de  cualquier 
pueblo  ó  punto  de  ella.  Sírvanos  de 
prueba  nuestra  ciudad.  Como  Avila 
está  en  España,  y  España  toda  se 
halla  en  el  hemisferio  ó  media  es- 
fera del  Norte,  distará  tantos  grados 
de  Latitud  Norte  cuantos  se  aparte 
del  Ecuador  hacia  su  polo:  y  como 
Madrid,  adoptado  por  merid'ano  co- 
mún para  España,  está  al  Oriente  de 
Avila,  Avila  distará  tantos  grados 
de  L'iigitiid  cuantos  se  separa  de 
Madrid ,  o  sea  del  Meridiano. 


Pero  todavía  resta  averiguar  por 
qué  se  llama  Latitud  á  la  línea  que 
cortando  el  Ecuador  corre  ne  Norte 
á  Sur,  y  Longitud  á  la  que  divide  al 
Este  del  Oeste  por  medio  de  un  Me- 
ridiano, caminando  perpendicuiar 
al  eje  de  la  tierra  de  polo  á  polo; 
y  esto  tiene  dos  explicaciones,  am- 
bas verdaderas  y  convincentes;  pero 
una  es  matemática  y  por  consiguien- 
te positiva,  otra  histórica  y  pur  tan- 
to hipotética.  Como  el  globo  terrá- 
queo no  es  perfectamente  esférico,  es 
más  corto  siete  leguas  en  su  círculo 
de  Norte  á  Sur  que  de  Este  á  Oeste, 
porque,  según  los  cálculos  más  exac- 
tos, tiene  tle  circunferencia  2, 28i  le- 
guas esjiañolas  de  20  .il  grado, osean 
de  20,000  pies  de  Norte  á  Sur,  y  2,291 
de  Este  á  Oeste  ,  siendo  sus  respecti- 
vos diámetros  1,142  y  1.1-ioy  media 
leguas;  y  jior  consiguiente  nada  más 
natural  que  llamar  Longitud  á  lo 
largo,  y  á  lo  ancho  Latitud.  Esta  es 
la  verdadera  y  positiva  rai-.on  mate- 
mática. La  razón  histórica  trae  su 
origen  de  la  extensión  del  antiguo 
mundo  conocido  en  tiempo  de  Ale- 
jandro Magno,  y  á  que  luego  se  ex- 
tendió la  dominación  del  imperio  ro- 
mano; y  como  éste  era  mucho  más 
largo  desde  las  costas  del  mar  Cas- 
pio en  el  Este  hasta  las  del  Atlántico 
en  el  Oeste ,  que  desde  la  Scitia  y  la 
Sarinacia  al  Norte  hasta  la  Libia  ai 
Sur,  los  antiguosgeógrafus  adoptaron 
estas  Latitudy  Longitud  del  imperio 
por  bases  de  sus  estudios;  por  ma- 
nera que  lo  que  comenzó  siendo  his- 
tóricamente cierto,  luego  apareció 
cierto  matemáticamente  por  los  pro- 
gresos de  la  ciencia. 


RESEÑAS    GEOGRÁFICA    Y    GEOLÓGICA.  01 

piiesto  que  Avila  y  sus  primitivas  comarcas  fueron 
el  primer  territorio  de  Castilla  la  Vieja  donde  se  pre- 
dicó y  echó  profundas  raices  la  doctrina  del  Evan- 
gelio ,  así  que  las  sillas  episcopales  confinantes  que 
sucesivamente  se  fueron  creando ,  y  con  especialidad 
las  de  rlasencia  y  ^'alladolid,  que  son  las  de  más  re- 
ciente creación ,  tomaron  parte  de  la  demarcación  de 
la  antigua  diócesis  Abulense. 

El  orden  científico  y  rigurosamente  lógico  exige 
que  preceda  al  conocimiento  de  la  formación,  divi- 
sión y  extensión  política  del  territorio  que  vamos  á 
estudiar,  por  ser  de  condición  voluntaria,  variable 
y  hasta  cierto  punto  convencional ,  el  de  la  situación 
geográfica,  condiciones  geológicas  y  reseñado  las 
producciones  y  medios  de  existencia  de  nuestro  país, 
por  ser  de  índole  necesaria,  invariable  y  eterna. 
Pero  como  no  hemos  de  traspasar  los  límites  de  la 
Provincia  y  Obispado,  llevando  más  allá  nuestras  in- 
vestigaciones,  porque  esto  seria  escribir  cosas  aje- 
nas al  objeto  que  nos  proponemos  en  honra  y  en  pro- 
vecho de  nuestro  país  natal ,  expondremos  solamente 
y  en  su  propio  lugar  lo  que  á  este  ínteres  convenga. 

DE  LA  PROVINCIA. 

Reseña  geográfica  de  sus  montañas,  valles  y  ríos  con  relación  á  toda 
España,  y  señaladamente  á  las  grandes  cuencas  del  Duero  y  Tajo, 
según  los  novísimos  estudios  de  la  Comisión  de  Estadística  general 
del  Reino. 

Esta  sabia  y  bajo  todos  conceptos  autorizada  Co- 
misión, creada  en  el  año  de  1857 ,  que  inició  sus  im- 


62  HISTORIA    DE    AVILA. 

portautísimos  trabajos  publicando  en  30  de  Setiem- 
bre del  mismo  año  el  Nomenclátor  de  los  pueblos  y 
el  Censo  de  la  población  de  España,  comenzó  á  recti- 
ñcarlos   y   enriquecerlos,    dando  á  luz  su  primer 
Anuario  estadístico,  correspondiente  al  año  de  1858. 
Y  en  la  Reseña  geográfica  de  España  que  le  precede, 
al  explicar  su  vertiente  occidental  ó  lusitánica ,  y  al 
describir  las  cadenas  de  montañas,  las  cuencas  que 
circundan,  y  el  origen  y  curso  de  los  rios,  cuyas 
aguas ,  descendiendo  de  la  línea  divisoria ,  van  á  en- 
riquecer los  caudales  del  Duero  y  el  Tajo,  da  á  co- 
nocer científicamente  y  con  grande  claridad,  aunque 
considerada  bajo  un  aspecto  genérico  y  absoluto,  la 
situación  geográfica  de  la  provincia  de  Avila. 

Describe  antes  que  la  del  Tajo  la  gran  cuenca 
del  Duero,  y  tomando  por  punto  de  partida  para  la 
parte  que  comprende  nuestra  provincia  el  alto  de  la 
Cierva,  que  es  uno  de  los  elevados  picos  de  la  sierra 
de  Guadarrama,  inmediato  al  camino  de  Castilla;  y 
tendiendo  desde  allí  sus  miradas  hacia  el  Sudoeste 
y  el  Oeste,  en  que  se  hallan  los  límites  orientales  del 
territorio  de  Avila,  fija  la  atención  del  observador 
con  la  exactísima  descripción  siguiente : 

^<Ci{enca  del  Duero. — Desde  el  alto  de  la  Cierva, 
la  cordillera  desciende  notablemente ,  dividiéndose  en 
dos  ramales  principales:  el  uno  que  se  dirige  al  Sud- 
oeste, del  cual  nos  ocuparemos  después,  y  el  otro 
que  va  al  Oeste,  y  sigue  marcando  la  divisoria  de 
aguas  de  la  región  que  describimos.  En  éste  se  en- 
caentra  la  sierra  de  Malagon,  dominando  ligera- 
mente la  elevada  llanura  del  Campo- Azál varo ,  ter- 


RESEÑAS  GEOGRÁFICA  Y  GEOLÓGICA.        63 

minada  al  Norte  por  la  pequeña  cordillera  de  Ojos- 
Alvos,  paralela  á  este  ramal  y  poco  menos  elevada; 
luego  las  sierras  del  Herradon,  y  la  Palomera  ó  Para- 
mera ,  en  la  que  se  encuentra  el  puerto  de  las  Pilas 
á  1.356  metros  (que  son  aproxidamente  1.627  va- 
ras castellanas  (1),  y  otros  inmediatos  que  son  de 
ios  más  accesibles  de  la  cumbre.  Este  segundo  nom- 
bre ,  ó  sea  el  de  Parameras  de  Avila ,  se  da  general- 
mente á  esta  región ,  por  presentar  al  Norte  inclina- 
das planicies,  muy  poco  dominadas  por  la  cresta,  al 
paso  que  las  vertientes  meridionales  son  muclio  más 
rápidas  y  abruptas ,  teniendo  aquí  otra  vez  el  aspec- 
to de  un  escalón.  Más  al  Oeste,  y  en  los  llamados 
Baldíos  de  Avila,  vuelve  á  presentarse  como  sierra, 
y  en  ella  se  levantan  los  picos  Zapatero  y  la  Serre- 
ta, separados  por  el  puerto,  muy  accesible,  de  Men- 
ga. Después  del  último,  la  divisoria  ofrece  una  de 
sus  más  notables  singularidades:  por  Norte  y  Sur 
y  perpendicularmente  á  ella  se  presentan  dos  colla- 
dos bastante  bajos,  que  la  ligan  con  otras  dos  cade- 
nas paralelas  y  muy  próximas.  La  más  septentrio- 
nal, llamada  sierra  de  Avila,  se  dirige  al  Este,  en- 
cerrando con  la  cumbre  divisoria  el  valle  de  Ambles, 
donde  corre  el  Adaja,  cortando  luego  este  rio  su  en- 
lace con  la  cordillera  que  limita  al  Norte  el  Campo - 
Azálvaro,  que  parece  prolongación  de  aquel  valle, 
hallándose  la  ciudad  de  Avila  sobre  el  estribo  que 


(1)    Fábese  que  siendo  mayor  el  ras  castellanas;  y  bajo  este  dato  he- 
metro  que  la  vara  de  Burgos,  por-  idos  hecho  esta  y  las  siguientes  re- 
que  cunliene  una  vara  y  un  quinto  ducciones  para  la  ni;ís  fácil  inieli- 
lie  eila,  tinco  uietros  equivalen ,  con  gencia  de  nuestros  lectores. 
muy  pequeña  diferencia,  á  seis  va- 


64:  HISTORIA    DE    AVILA. 

lia  roto  el  Adaja,  que  marcha  allí  á  1.100  metros 
(1.320  varas)  de  altitud.  Por  el  Oeste  sigue  la  misma 
sierra  con  el  nombre  del  Mirón  hasta  las  orillas  del 
Tórmes,  de  cuyo  rio  nos  ocuparemos  bien  pronto,  de- 
jando también  al  Sur  el  valle  de  Piedrahita,  limitado 
por  la  continuación  de  la  cumbre  principal ,  que  se 
prolonga  al  Oeste  con  la  denominación  de  sierra  de 
Villafranca,  ó  Peña  Negra,  y  que  termina  igual- 
mente en  las  márgenes  del  rio  mencionado:  este  valle 
comunica  con  el  de  Ambles  por  el  collado  septen- 
trional antes  designado,  y  que  se  nombra  puerto  de 
Villatoro.  La  cordillera  de  Avila  y  del  Mirón  lanza 
sólo  pequeños  estribos  al  Norte ,  y  es  la  última  ca- 
dena que  se  presenta  por  este  lado,  sucediéndose  sin 
interrupción  elevadas  planicies  á  unos  800  metros 
(960  varas]  de  altitud  por  toda  la  provincia  de  Avila  y 
parte  de  Valladolid,  hasta  el  Duero,  que  aquí  corre 
más  lejano. 

»E1  segundo  collado,  que,  como  dijimos,  se  inclina 
al  Sur  desde  las  inmediaciones  de  la  Serrota,  divide 
las  aguas  de  los  rios  Alberche  y  Tórmes ,  que  nacen 
á  uno  y  otro  lado  de  él ,  y  se  dirigen  respectivamen- 
te al  Tajo  y  al  Duero.  El  Alberche,  cuyo  origen  se 
halla  á  1.913  metros  (2.296  varas),  corre  en  su  princi- 
pio al  Este  para  torcer  mucho  más  adelante  y  brus- 
camente al  Sur  y  al  Oeste:  y  el  Tórmes  va  á  Ponien- 
te para  inclinarse  luego  al  Norte,  y,  por  último,  otra 
vez  ai  Oeste.  Estos  dos  rios  marchan  al  pronto  en- 
cerrados en  un  estrecho  y  prof andísimo  valle ,  limi- 
tando la  cuenca  de  entrambos  por  el  Sur  la  elevada 
sierra  de  Gredos.  En  la  parte  oriental  de  esta,  que 


RESENAS    GEOGR.^'fiCA    Y    GEOLÓGICA.  05 

mencionaremos,  á  pesar  de  pertenecer  á  la  cuenca 
del  Tajo,  se  encuentran  las  elevadas  crestas  do  Pe- 
dro-Bernardo, Mijares,  La  Escusa  y  Cerrocasillas. 
ái.760  metros  (2.112  varas);  Peña  de  Cadalso,  á  1.18"^ 
metros(l .418  varas);  cerro  de  Ag-ua-enfria  ó  Fuenfria, 
á  979  metros  (1.175  varas),  ligándose  con  el  ramal 
que  antes  dijimos  partia  del  Pico  de  la  Cierva  (por 
donde  comenzó  esta  descripción),  en  el  cual  sobresa- 
len el  cerro  de  San  Benito,  de  1.616  metros  (1 .939  va- 
ras), y  el  de  Almenara,  de  1 .  136,  que  son  1 .363  varas. 
Esta  cadena,  en  su  parte  más  baja,  desde  donde  se 
eleva  gradualmente  en  uno  y  otro  sentido,  está  cru- 
zada por  el  rio  Alberclie,  que  se  ha  visto  forzado  a 
romper,  no  sólo  la  línea  de  cumbres  mencionadas 
á  660  metros,  ó  792  varas,  de  altitud,  sino  también 
varios  estribos  que  arrancan  de  una  y  otra,  y  que 
parece  quieren  soldar  la  continuidad  de  las  sierras  de 
Guadarrama  con  la  de  Gredos. 

•Por  el  lado  occidental  esta  última  sierra  se  eleva 
•considerablemente,  alcanzando  mayor  altura,  don- 
de hay  nieves  casi  perpetuas,  en  los  Hermanillos  de 
•Gredos  y  en  la  plaza  del  Moro  Almanzor ,  su  punto 
culminante,  á  2.650  metros,  ó  sean  3.180  varas,  sien- 
do esta  cresta  la  cuarta  en  altitud  de  nuestro  país 
(esto  es,  de  toda  España).  Siguen  al  Oeste  los  ele- 
vados picos  del  Potrico  y  Cabezapelada ,  y  luego  la 
cordillera  se  inclina  al  Sudoeste,  dejando  ya  de  ser 
la  divisoria  de  la  cuenca  que  nos  ocupa.  El  límite  de 
ella  lo  forma  después  una  nueva  ensillada ,  que  se 
inclina  algo  al  Noroeste ,  en  la  cual  se  encuentra  el 
■puerto  de  Tornavacas.  por  el  que  se  une  la  cumbre 

TOMO    1  5 


60  lIISrORíA    LE    AVILA. 

anterioi'  al  cerro  del  Trampal  en  la  sierra  de  Béjar, 
que  corre  paralela  á  la  de  Gredos  en  su  última  parte. 
Tampoco  sigue  por  ésta  la  divisoria,  aunque  llega  á 
notable  elevación ,  penetrando ,  por  el  contrario ,  ha- 
cia el  Sudoeste  en  la  cuenca  del  Tajo,  y  enlazándose 
por  el  Nordeste  con  la  sierra  de  Villafranca  en  la  cor- 
tadura del  rio  Termes.  En  las  primeras  vertientes  al 
Norte  de  estas  encumbradas  sierras  se  forman  varias 
lagunas,  como  la  de  Gredos,  las  Cinco  Lagunas,  las 
del  Barco,  Trampal  y  otras,  producidas  por  el  des- 
hielo de  las  nieves,  y  que  se  hallan  rodeadas  de  in- 
mensos peñascos. » 

Hasta  aquí  la  reseña  que  hace  la  Comisión  de  Es- 
tadística general  del  Reino  para  describir  nuestra 
Provincia  en  la  parte  enclavada  en  la  cuenca  del 
Duero;  y  para  tratar  de  la  del  Tajo  en  lo  que  falta 
para  la  completa  descripción  que  á  nosotros  nos  in- 
teresa, concluye  su  narración  de  esta  suerte: 

o-C'iienca  del  Tojo.—Eu.  las  vertientes  á  este  rio 
se  encuentran  comprendidas  casi  todas  las  provincias 
de  Guadalajara  y  Toledo,  un  fragmento  insignifican- 
te de  Teruel,  una  porción  notable  de  Cuenca,  toda  la 
de  Madrid,  tina  tercera  parte  de  Avila,  un  pequeño 
trozo  de  Salamanca,  y  casi  completa  la  de  Cáccrcs, 
con  una  gran  extensión  de  Portugal.»  Y  después 
continúa  la  Comisión  en  estos  términos:  «Desde  los 
altos  de  Almanzor,  parte  culminante  de  Gredos,  se 
lanzan  al  Sur  de  la  cumbre  algunos  pequeños  contra- 
fuertes, dos  de  los  cuales  costean  por  uno  y  otro  lado 
(>1  camino  de  Avila  á  Talavera  por  el  puerto  del  Pico. 
Entre  los  montes  de  Casillas  y  Cadalso  citados  en  la 


RESEÑAS    GEOGRÁFICA    V    GEOLÓGICA.  67 

divisoria  del  Duero  y  en  una  notable  depresión  bien 
próxiraa  á  la  orilla  derecha  del  Alberche ,  nace  ei 
Tiétar,  partiendo  también  de  allí  un  importante  ra- 
mal que,  elevándose  en  los  cerros  del  Berrocal,  de 
Nombelay  San  Vicente,  divide  estos  dos  rios  después 
que  el  primero,  dando  una  gran  vuelta,  lia  llegado  á 
marchar  paralelo  al  segundo:  este  ramal  continúa 
por  el  Norte  de  Talavera ,  forma  luego  un  lomo  en 
Oropesa,  j  acercándose  cada  vez  más  al  Tajo,  se  con- 
vierte en  un  alto  borde  que  acompaña  á  este  rio 
hasta  su  unión  con  el  Tiétar.  También  expresamos 
en  otra  ocasión  las  cumbres  y  contoafuertes  que  es- 
trechan el  Alberche  antes  de  la  gran  vuelta  á  que 
hemos  hecho  referencia  y  que  ligaban  al  parecer  más 
directamente  la  sierra  de  Gredos  á  la  de  Guadarrama 
en  el  cerro  de  la  Cierva. » 

Este  fué  el  punto  por  donde  la  Comisión  de  Esta- 
dística dio  principio  á  la  descripción  de  nuestra  Pro- 
vincia; pero  como  la  limita  al  conocimiento  de  las 
cadenas  de  sus  montañas  y  del  origen  y  curso  de  las 
aguas  que,  descendiendo  de  la  divisoria,  corren  por 
las  dos  cuencas  del  Duero  y  Tajo,  y  esto  da  una  idea 
muy  escasa  déla  extensión,  conñguracion  y  límites 
de  la  Provincia  y  Obispado,  creo  oportuno  fijarla  y 
determinarla  más  circunstanciadamente  con  arreglo 
á  los  datos  que  suministran  los  diccionarios  y  mapas 
geográficos  más  conocidos ,  y  que  personalmente  y 
en  su  mayor  parte  he  procurado  comprobar. 

Pero  antes  conviene,  no  sólo  por  el  respeto  debi- 
do á  la  autoridad  científica  de  que  procede,  sino  tam- 
bién para  mayor  ilustración  de  nuestros  lectores» 


68  HISTORIA    DE    AVILA. 

darles  á  conocer  la  reseña  geológica  que  de  nuestra 
Provincia  publicó  la  misma  Junta  general  de  Esta- 
dística en  el  año  1862.  Dice  así: 

BREVE  RESEÑA  GEOLÓGICA  DE  LA  PROVINCIA  DE  AVILA. 


Las  provincias  de  Madrid  y  Segovia,  geográfica 
y  geológicamente  consideradas ,  ofrecen  tres  zonas 
bastante  simétricas,  aunque  dispuestas  en  sentido 
inverso:  una  la  de  la  sierra,  que  es  común  á  ambas, 
otra  la  de  las  arenas ,  que  es  la  del  centro ,  y  en  se- 
guida la  del  terreno  terciario.  En  la  de  Avila  sólo 
penetra  la  zona  ó  zonas  de  la  sierra  y  la  de  las  are- 
nas, correspondiente  á  la  de  Segovia,  de  lo  que  re- 
sulta que  aquella  sólo  ofrece  dos  zonas ,  una  la  de  la 
sierra  al  Sur,  y  otra  al  Norte,  la  de  la  tierra  llana  ó 
de  las  arenas,  cuya  superficie  es  las  dos  séptimas  par- 
tes de  la  total  de  la  Provincia ,  poco  más  ó  menos. 

En  la  primera  se  levantan  cuatro  sierras  princi- 
pales: la  de  Gredos,  que  atraviesa  toda  la  Provincia 
en  su  parte  meridional  desde  el  puerto  de  Tornavacas 
hasta  el  cerro  de  Guisando;  la  de  los  Baldíos  de  Avi- 
la, que  en  su  parte  occidental  se  llama  de  la  Avella- 
neda, y  en  la  oriental,  antes  de  perderse  en  la  Para- 
mera, del  pico  Zapatero;  la  de  Avila,  que  en  su  extre- 
mo de  Poniente  se  llama  del  Mirón ,  y  de  Villanueva 
en  el  centro,  y  por  fin,  la  de  Malagon,  que  es  la  más 
corta  y  la  más  baja,  y  que  viene  á  ser  una  derivación 
de  la  de  Guadarrama.  En  el  intermedio  de  las  tres 
últimas  y  de  la  zona  de  la  tierra  llana  se  extiende  la 


RESE'ÍAS    GEOr.RÁFlCV    Y    GCOLOGlCA.  69 

llamada  Paraincra ,  que  es  una  estepa  do  granito  y 
en  algunos  puntos  de  pizarras  metamóvñcas.  La 
sierra  de  Gredos,  en  el  pico  llamado  Plaza  de  Alman- 
zor,  alcanza  la  altura  de  2.650  metros  sobre  el  mar,  á 
que  no  llega  ningún  otro  punto  e7i  el  centro  de  la 
Península.  La  Paramera  ofrece  una  altitud  de  1.100 
á  1.200  metros,  y  la  faja  de  la  tierra  llana  de  800 
á  900,  siendo  de  notar  que  al  lado  opuesto  de  la  sier- 
ra, hacia  Talayera,  el  mismo  terreno  de  las  arenas 
se  halla  de  350  á  400  metros  más  bajo.  Así  es  que 
para  atravesar  la  sierra  desde  los  campos  de  Castilla 
la  Vieja  se  llega  á  lo  alto  de  la  Paramera  y  aun  al 
puerto  de  Tornavacas ,  en  la  raya  de  la  provincia  de 
Cáceres,  casi  por  llano,  mientras  que  después  hay 
que  bajar  grandes  cuestas. 

En  la  zona  de  la  tierra  llana  no  hay  valles  que 
merezcan  este  nombre,  yendo  los  rios  y  los  arroyos 
perdidos  casi  siempre  entre  las  arenas.  Los  que  ofre- 
ce la  de  la  sierra  pueden  dividirse  en  dos  clases :  los 
altos  y  los  bajos.  A  los  primeros  corresponden  el  de 
Ambles  j  el  de  Corneja,  entre  la  sierra  de  Avila  y  la 
de  los  Baldíos ,  uno  á  continuación  del  otro,  y  ambos 
en  dirección  de  Levante  a  Poniente,  el  segundo  á  este 
último  rumbo  y  el  primero  al  opuesto ,  cuyas  cabe- 
ceras se  hallan  separadas  por  el  puerto  de  Villatoro. 
Otro  es  el  de  Caballeros,  al  Sur,  y  casi  paralelo  al  de 
Corneja,  separado  del  mismo  por  un  cordón  de  cer- 
ros. Otra  cañada  elevada  se  forma  en  el  Campo-Azál- 
varo,  pero  su  mayor  parte  corresponde  á  la  provincia 
de  Segovia.  Los  de  Ara  valle.  Nava  del  Barco  y  Na- 
valonguilla  se  hallan  al  Sur  del  Barco  de  Avila. 


70  HiSTORIA    DE    AVILA. 

Los  valles  bajos  son  los  que  se  liallan  en  el  curso 
del  Tói'mes,  del  Alberche,  del  Tiétar  y  en  sus  anuen- 
tes. Apenas  merecen  el  nombre  de  valles,  y  son  más 
bien  barrancos,  cañadas  ásperas  y  gargantas. 

Los  rios  principales  de  la  Provincia,  ademas  de 
los  que  se  acaban  de  nombrar,  son  el  Adaja,  que 
nace  en  el  puerto  de  Villatoro  y  se  dirige  al  Este  por 
el  valle  de  Ambles  hasta  Avila,  donde  tuerce  al  Norte 
para  ir  á  iVrévalo;  el  Corneja,  que  nace  en  el  referido 
puerto  de  Villatoro  y  se  dirige  al  Oeste  por  el  valle 
de  Corneja  á  juntarse  con  el  Tórmes;  el  Voltoya,  que 
nace  y  muere  en  la  provincia  de  Segovia ,  corriendo 
sólo  algunas  leguas  en  la  de  Avila;  el  Zapardiel  y  el 
Trabancos ,  que  se  dirigen  al  Norte  en  la  zona  de  la 
tierra  llana ,  y  que  en  verano  apenas  llevan  agua.  El 
Alberche  nace  en  unas  praderas  elevadas  y  de  gran- 
de extensión,  el  Tórmes  en  otras  más  bajas,  y  el  Tié- 
tar junto  á  Escarabajosa,  en  un  terreno  bastante 
abierto.  Los  dos  primeros  efectúan  luego  su  curso, 
no  por  vegas  ó  valles,  sino  por  cañadas  sumamente 
ásperas,  dando  riego  solamente  á  algunas  porciones 
de  tierra.  Por  lo  que  toca  al  Tiétar,  que  es  el  más 
meridional  y  que  corre  en  el  terreno  más  bajo  de  la 
Provincia,  es,  sin  embargo,  el  que  presta  menos  be- 
neficios á  la  agricultura,  arrastrando  sus  aguas  por 
una  cañada,  no  áspera  ni  peñascosa  como  las  dos 
anteriores,  pero  más  solitaria  y  cubierta  de  maleza  y 
de  monte  bajo  muy  espeso.  Las  aguas  que  se  apro- 
vechan con  el  mayor  esmero  y  con  gran  ventaja  para 
la  agricultura  del  país  son  las  de  muchas  gargantas 
que  recibe  el  mismo  rio  por  la  derecha. 


RESEÑAS    GEOGRÁFICA    V    GEOLÓGICA.  71 

No  hay  vegas  en  la  provincia  de  Avila  como  las 
del  Tajuña,  la  de  Alcalá  y  Ja  de  Torrelaguna  en  la 
de  Madrid,  ni  acequias  como  las  del  Tajo  en  Colme- 
nar de  Oreja  y  Aranjuez,  ó  la  del  Jarama  en  San 
Martin  de  la  Vega  y  Ciempozuelos ,  ni  existe  tampo- 
co el  terreno  en  que  las  referidas  vegas  se  encuen- 
tran, que  es  el  terciario  bien  descubierto.  Se  toman 
las  aguas  de  los  rios  y  arroyos  en  muchísimos  puntos 
para  dar  movimiento  á  los  molinos  ó  para  riego,  pero 
en  espacios  muy  cortos. 

Hay  alganas  pequeñas  lagunas  ó  charcas  en  la 
z^iiíx  de  la  tierra  llana,  y  en  la  sierra  las  lagunas  •) 
higos  de  Gredos  y  los  de  Nava  del  Barco. 

Hay  tres  zonas  ó  regiones  de  vegetación:  la  del 
olivo  en  la  vertiente  meridional  de  la  sierra  de  Gre- 
dos, desde  Candeleda  á  Cebreros,  que  se  continúa 
l)Or  la  Vera  de  Plasencia  al  Oeste,  y  hasta  el  valle  de 
San  Martin  de  Valdeiglesias  al  Este,  donde  ademas  del 
olivo  abundan  la  vid,  la  higuera ,  la  morera ,  el  cas- 
taño, diferentes  frutales  y  también  hortalizas ,  entre 
ellas  pimientos ,  que  se  exportan  en  gran  cantidad 
reducidos  á  pimentón.  La  segunda  región  es  la  á<', 
los  cereales,  que  comprende  la  tierra  llana,  y  que  en 
la  parte  más  baja,  la  del  Norte,  no  deja  de  producir 
bastante  trigo,  cebada  y  también  vino,  y  en  la  alia 
más  centeno  que  trigo.  La  tierra  es  bastante  arenosa, 
y  en  pocos  puntos  da  más  de  cuatro  ó  cinco  por  uno. 
Lo  es  tanto,  que  nada  prodace  en  muchos  espacios, 
aunque  algunos  de  ellos  se  hallan  Ocupados  por  pina- 
res. Esta  región  se  continúa  al  Norte  en  la  parte  mas 
baja  de  la  sierra,  donde  sólo  se  coge  trigo  y  cebada 


,J>  HISTORIA    DE    AVILA. 

en  los  sitios  más  favorecidos,  y  en  el  resto  centeno  y 
patatas.  Después  sigue  la  región  de  las  hierbas  de 
pasto,  con  que  se  sostienen  muchísimos  miles  de  ca- 
bezas de  ganado  lanar,  cabrío  y  vacuno,  y  en  que 
hay  ademas  mucho  terreno  ocupado  por  canchales  y 
rocas  descarnadas.  En  la  sierra  hay  también  grandes 
pinares,  que  no  llegan  á  las  mayores  alturas. 

Si  la  sierra  y  los  terrenos  de  que  la  misma  se 
halla  formada  ocupan  las  cinco  séptimas  partes  de  la 
Provincia,  según  queda  dicho,  se  puede  graduar  que 
el  granito  se  extiende  á  más  de  las  cuatro  quintas 
partes  de  aquellos,  correspondiendo  á  una  de  las  ma- 
yores regiones  graníticas  de  la  Península. 

Dicha  roca  ofrece  diferentes  variedades ,  como  el 
de  grano  fino,  el  de  grano  grueso,  el  porfídico,  el 
arenáceo,  y  en  cuanto  al  coloi-,  el  gris,  el  blanco,  el 
rojo,  el  tostado,  etc.  Uno  de  los  mejores  para  Jas- 
construcciones  monumentales  es  el  blanco  de  Val- 
demolinos,  en  el  valle  de  Corneja,  que  se  empleo  en 
el  bello  palacio  del  duque  de  Alba  en  Piedrahita, 
hoy  arruinado.  Hay  también  en  el  Barco  y  cerca  del 
puerto  de  Tornavacas  un  granito  que  contiene  frag- 
mentos de  pizarra  en  su  masa,  variedad  que  se  ve 
también  en  el  cauce  del  Tajo  en  Puente  del  Arzo- 
bispo. 

Al  granito  acompaña  en  varios  puntos  algún 
pórfido  cuarcífero,  que  no  deja  de  ser  escaso,  y  algu- 
nas rocas  anñbólicas,  más  escasas  todavía,  como 
también  el  cuarzo,  en  filones  sobre  todo.  Con  res- 
pecto al  terreno  granítico,  no  diré  más,  ocupándome 
largamente  del  mismo  en  la  descripción  geológica 


r.ESEÍSAS    GEOGRÁFiCA    Y    GEOLÓGICA.  73 

(le  la  provincia  de  Madrid,  por  lo  que  toca  á  la  mis- 
ma y  también  á  la  de  Avila. 

Sobre  él  se  presenta  un  terreno  estratificado, 
compuesto  principalmente  de  gneis ,  que  es  mucha 
más  escaso  que  en  la  provincia  de  Madrid'  j  de  cali- 
za metamórfica,  que  en  algunos  puntos  es  un  ver- 
dadero mármol,  aunque  de  grano  bastante  grueso. 
Esta  forma  muchas  y  en  algunos  puntos  corpulentas 
capas,  aunque  de  poca  extensión,  como  sucede  casi 
siempre  en  el  terreno  gnéisico,  al  Sur  de  la  Provincia, 
entre  la  micacita,  desde  Hontanares  á  Candeleda,  y 
aun  se  continúan  en  la  provincia  de  Toledo  hasta 
Cervera  y  pasado  Moutesclaros.  Fuera  de  esta  parte, 
sólo  se  hallan  indicios  de  la  misma  caliza  en  el  Barco 
y  cerca  de  Villatoro. 

El  mismo  terreno,  aunque  sin  caliza,  se  extiende 
bastante  en  la  parte  superior  de  la  Paramera,  entre 
Cebreros,  San  Bartolomé  y  Guadalperal,  como  igual- 
mente en  la  ladera  del  Norte  del  cerro  de  Casillas  y  en 
el  de  Guisando,  en  el  Barco  y  en  Navatejares,  y  al  No- 
roeste de  Nava  del  Barco,  al  Norte  de  Piedrahita,  en  la 
vega  de  San  Martin,  entro  los  Picos  de  Credos,  etc.  En 
muchos  puntos  sólo  se  presenta  en  indicios,  como 
restos  de  la  profunda  denudación  que  ha  sufrido ,  y 
en  un  mapa  geológico  bien  hecho  sólo  después  de 
un  trabajo  muy  largo  y  fatigoso  se  pudieran  incluir 
todos.  Entre  Ramacastaüa  y  Mombeltran  y  en  Ce- 
breros se  ven  pequeñas  fajas  de  micacita  entre  el 
granito.  El  terreno  de  que  se  trata  entra  en  descom- 
posición con  bastante  facilidad,  y  no  forma  riscos  ni 
grandes  asperezas,  como  en  la  provincia  de  Madrid. 


74  HISTORIA    DE    AVILA. 

Otro  terreno  hay  en  la  sierra  que  tal  vez  correí^- 
ponde  al  siluriano,  aunque  en  él  no  se  halla  fósil  al- 
guno que  lo  ponga  fuera  de  toda  duda,  ni  aun  tam- 
poco indicio  de  ellos,  acaso  por  el  metamorfismo  que 
sufrieron  las  rocas  de  que  se  halla  compuesto.  Lo 
mismo  que  en  la  provincia  de  Madrid,  no  contiene 
caliza  alguna,  y  sí  sólo  pizarras  y  cuarcitas,  las  pri- 
meras de  color  pardo  ó  gris ,  y  en  alg-un  punto  ne- 
gro, ya  satinadas,  ya  con  tránsito  á  la  micacita,  y 
las  segundas  de  color  gris,  rojizo,  amarillento  y 
blanco,  por  lo  regular  con  alguna  mica. 

A  este  terreno  corresponde  el  que  se  halla  al  N.  en 
la  unión  de  la  sierra  con  la  tierra  llana,  desde  Diego 
Alvaro  á  Mingorría,  aunque  en  el  primer  punto  pa- 
rece falta  la  cuarcita  y  se  presenta  algún  gneis,  pro- 
ducido sin  duda  por  un  metamorfismo  más  profundo, 
y  ademas  en  Aldea  Vieja,  Ojos  Albos,  urraca  y  Ber- 
uuy  de  Salinero. 

Tanto  en  dicho  terreno  como  en  el  anterior  se  ven 
algunos  islotes  de  granito ,  como  en  lo  alto  de  la  Pa- 
ramera sobre  Cebreros,  y  entre  San  Bartolomé  y  Gua- 
dalperal,  en  el  puente  del  Sur  de  Arenas  de  San  Pe- 
dro ,  en  Urraca,  entre  Aldea  Vieja  y  Ojos  Albos ,  etc. 
En  uno  y  otro  la  extratificacion  se  halla  muy  mal 
reglada,  y  se  encuentra  tal  variación  en  las  direc- 
ciones, que  es  difícil  hallar  en  ellas  algún  orden. 
Creo,  sin  embargo,  haber  observado  que  en  el  terre- 
no gnéisico  van  hacia  el  rumbo  del  Norte ,  y  en  el 
que  presumo  siluriano  al  del  Este  ú  Oeste. 

Los  tres  terrenos  son  muy  pobres  en  especies  mi- 
nerales, como  también  en  sustancias  metalíferas,  de 


RF.SKÑAS    GKOliUAFlCA    Y    GEOLÓGICA.  i  O 

que  apónas  hay  iadicios.  Sólo  en  el  territorio  de  Are- 
nas de  San  Pedro  parece  se  beneficiaron  antig-ua- 
raente  algunas  minas  de  hierro,  si  se  ha  de  juzgar 
por  los  restos  de  mineral  que  actualmente  se  ven  en 
diferentes  puntos.  No  hay  tampoco  en  ella  ningún 
establecimiento  de  aguas  minerales,  ni  en  la  zona 
de  la  sierra,  ni  en  la  de  la  tierra  llana. 

En  la  de  la  sierra  no  se  presenta  ningún  otro  ter- 
reno, pues  el  cretáceo,  que  ademas  aparece  en  la-^ 
provincias  de  Madrid  y  Segovia,  no  sale  de  las  mis- 
mas por  la  parte  del  Oeste ;  y  aunque  á  primera  vista 
pudiera  creerse  se  halla  oculto  por  las  arenas ,  tengo 
casi  por  cierto  que  esto  no  tiene  lugar,  lo  mismo  que 
más  á  Poniente,  en  las  provincias  de  Cáceres y  Sala- 
manca. 

El  terreno  terciario  se  halla  en  la  zona  de  la 
tierra  llana,  cubierto  por  las  arenas  del  cuaternario, 
en  medio  de  las  cuales  sólo  aparece  en  pequeños  is- 
lotes, como  en  Canti veros,  Langa,  Mamblas,  Cabe- 
zas del  Arenal,  Rasueros,  Cisla  y  Blasco  Millan,  así 
como  en  el  cauce  del  Adaja  en  Aré  va  lo.  La  denuda- 
ción que  ha  sufrido  antes  ó  al  principio  de  la  época 
del  diluvium  fué  tal,  que  ni  el  menor  resto  queda  de 
sus  capas  superiores ,  que  se  ven  en  ios  alcores  y  me- 
sas de  las  provincias  de  Valladolid  y  Palencia ;  y  si 
algunas  desigualdades  se  notan  en  la  superficie,  pro- 
ceden más  bien  de  las  arenas ,  que ,  ó  no  fueron  der- 
ramadas por  igual ,  ó  las  aguas  las  arrastraron  lue- 
go y  en  unos  puntos  más  que  en  otros.  Se  compone 
de  alguna  arenisca,  mucha  arcilla  y  margas,  y  ca- 
lizas que  son  más  ó  menos  terrosas,  de  que,  sin  em- 


76  HISTORIA    DE    AVÍLA. 

bargo,  se  hace  muclia  cal ,  sobre  todo  en  Langa  y  en 
Cantiveros ,  que  se  consume  en  los  pueblos  de  seis  ú 
ocho  leguas  en  contorno. 

Este  terreno ,  que  tan  favorable  es  para  la  agri- 
cultura en  otras  provincias  de  ambas  Castillas .  en  la 
de  Avila  es  casi  como  si  no  existiese. 

El  cuaternario  ó  diluviano  ocupa  casi  toda  la  zona 
de  la  tierra  llana  sobrepuesto  al  terciario,  que,  como 
va  dicho,  no  deja  de  asomar  en  diferentes  puntos  en 
la  superficie.  En  algunos  no  deja  de  contener  bas- 
tante arcilla,  pero  en  lo  general  dominan  en  él  las 
arenas ,  las  que  en  grandes  espacios  se  hallan  suel- 
tas, constituyendo  verdaderos  arenales  como  los  del 
mar,  donde  se  camina  con  no  poca  dificultad.  Las 
arenas  más  finas  son  todas  silíceas ;  las  más  gruesas 
contienen  también  granos  de  feldespato.  Envueltos 
en  unas  y  otras  se  ven  casi  siempre  cantos  rodados 
hasta  de  un  pié  de  grueso,  algunos  de  cuarzo  y  la 
mayor  parte  de  cuarcita  de  diferentes  colores.  En  la 
masa  del  diluvium  que  contiene  arcilla  suelen  verse 
vénulas  de  tierra  caliza. 

En  la  sierra  hay  también  algunos  espacios  ocu- 
pados por  este  terreno ,  como  en  el  Campo-Azálvaro, 
donde  se  ven  cortes  de  cuatro  metros  de  altura ,  sin 
que  se  halle  á  descubierto  en  todo  su  grueso,  así 
como  en  los  valles  de  Ambles  y  de  Corneja,  donde 
también  contiene  vénulas  de  tierra  caliza  á  un  nivel 
mucho  más  alto  que  los  puntos  de  donde  pudiera  ve- 
nir, á  juzgar  por  lo  que  hoy  se  ve. 

Hay  también  en  el  valle  de  Aravalle,  que  tiene 
su  cabecera  en  el  puerto  de  Tornavacas,  un  diluvium_ 


REDEÑAS    GEüGR.Vl'lC  V    V    GEOLÓGICA.  it 

do  bastante  espesor,  compuesto  de  cantos  rodados, 
de  '20  á  50  centímetros  de  diámetro ,  en  la  parte  alta 
de  dicho  valle,  y  en  la  parte  baja  de  arcilla  de  un 
color  anteado  con  los  mismos  cantos.  Creo  que  pueda 
ser  glaciario  en  su  origen ,  y  con  más  razón  se  puede 
decir  esto  de  unas  grandes  pedreras,  así  llamadas  en 
ol  país,  formadas  de  peñones  no  rodados,  amontona- 
dos unos  sobre  otros ,  que  se  ven  casi  en  la  desem- 
bocadura en  el  Tórmes,  del  rio  que  baja  de  las  lagu- 
nas de  Gredos,  pedreras  que  en  su  origen  pudieron 
formar  una  morena.  En  el  valle  de  la  Nava  del  Barco 
y  en  Kavalonguilla  hay  también  muchísimos  cantos 
rodados  de  granito. 

Es  también  sumamente  notable  el  hecho  que  ofre- 
ce el  diluvium,  junto  á  Pozanco,  en  la  orilla  derecha 
del  Adaja,  presentándose  extratificado  con  mucha 
regularidad  y  mediando  la  circunstancia  de  que  las 
capas  se  hallan  inclinadas  de  15  á20°,  y  la  de  que 
la  inclinación  ó  buzamiento  es  hacia  el  Sur;  esto  es, 
contra  la  sierra.  La  dirección  de  las  mismas  es  háciael 
Este  Sureste.  Tienen  de  medio  metro  á  uno  de  potencia, 
y  se  compone  de  arenas ,  de  alguna  arcilla  y  cantos 
rodados,  chicos  la  mayor  parte,  formando  una  are- 
nisca muy  desmoronadiza  en  la  parte  superior  y  con 
alguna  coherencia  en  la  inferior.  Este  buzamiento 
Jlama  tanto  más  la  atención,  cuanto  el  terreno  ter- 
ciario, que  so  halla  debajo,  se  presenta  en  capas  ho- 
rizontales ,  lo  que  quiere  decir  que  aquel  no  es  debido 
á  un  movimiento  de  la  sierra ,  sino  á  grandes  olea- 
das de  las  aguas  diluvianas  que  arrastraban  las  ma- 
terias detríticas,  resultado  de  la  erosión  de  los  terre- 


78  ¡ÍISTORiA    :>E    AVILA. 

nos  más  altos.  Así  he  visto  también  las  arenas  del 
aluvión  de  Adaja  en  el  valle  de  Ambles,  dispuestas 
en  capas  ó  asientos  con  buzamiento  de  10  á  15°  con- 
trario á  la  corriente  del,  rio;  y  después  de  la  grande 
aA^enida  que  trajo  el  Duero  en  el  invierno  de  1830 
á  1861 ,  igual  ó  mayor  que  la  que  tuvo  lugar  en  1788, 
en  los  famosos  arribes  de  dicho  rio  donde  recibe  el 
Tórmes  y  en  otros  puntos,  dejó  el  agua  grandes  ma- 
sas de  arena  hasta  30  metros  sobre  las  aguas  bajas, 
bastante  aglomerada ,  dispuesta  en  capitas  muy  del- 
gadas con  buzamiento  de  algunos  grados  contrario 
a  la  corriente,  cuyas  capitas  no  se  lialla])an  corridas, 
sino  interrumpidas  y  saltadas  cada  10  ó  40  centíme- 
tros, lo  que  puede  atribuirse  á  los  rizos  que  formase 
el  agua  con  el  viento. 

Otra  particularidad  ofrecen  los  terrenos  de  la  pro- 
vincia de  Avila,  y  es  que  en  ellos  no  ha  sido  posible 
hasta  ahora  hallar  un  solo  fósil,  mientras  en  las  de 
Madrid  y  Segovia  se  descubrieron  en  cuatro,  en  las 
de  Guadalajara  y  Falencia  en  ocho ,  en  la  de  León  en 
siete,  y  así  en  otras. 

Descripción  menos  científica  que  las  dos  precedentes  reseñas  geográ- 
fica y  geológica,  pero  mucho  más  circunstanciada ,  de  la  situación  y 
límites  de  la  Provincia,  y  de  sus  abundantes,  variadas  y  algunas 
exquisitas  producciones. 

En  la  parte  más  meridional  del  antiguo  reino  de 
Castilla  la  Vieja,  y  en  los  confines  políticos  que  ya 
quedan  indicados,  se  encierra  toda  la  provincia  de 
Avila,  riuc  en  la  división  militar  corresnonde  á  la 


REi-EÑAS    GEOGUÁFICA    Y    GEOLÓGICA.  "79 

capitanía  g-eueral  del  distinto  de  aquel  nombre,  y  en 
la  judicial  á  la  Real  Audiencia  de  Madrid,  y  todas 
.■íus  poblaciones,  divididas  hoy  en  cinco  partidos, 
como  después  veremos  más  detalladamente,  se  ha- 
llan dentro  de  la  periferia  que  describe  la  curva  si- 
guiente. 

Coloquémonos  como  punto  de  partida  en  el  ex- 
tremo más  septentrional  de  la  Provincia,  que  está  en 
el  curso  del  Adaja,  y  hallaremos  su  límite  en  la  ori- 
lla izquierda  de  este  rio,  en  el  confín  con  la  provii;- 
cia  de  Valladolid  cuando  corre  por  el  Norte  de  01- 
medilla  y  Palacios  de  Goda;  inclínase  luego  al  Sud- 
oeste á  buscar  por  el  Norte  de  Sinlabajos  el  rio  Za- 
pardiel,  por  cuya  orilla  derecha  continúa  hasta  Lo- 
moviejo,  donde  le  corta,  quedando  este  pueblo  para 
Valladolid.  Sigue  al  Oeste  á  buscar  el  Norte  de  Ma- 
drigal ,  comprendiendo  el  despoblado  de  Escargama- 
ria  y  el  terreno  agregado  al  de  Espelunca ,  y  corta  al 
rio  de  Trabancos  al  Norte  de  Horcajo  de  las  Torres, 
donde  termina. 

Su  límite  occidental  empieza  comprendiendo  CFte 
pueblo;  sigue  la  orilla  derecha  del  arroyo  de  la  Cruz 
á  buscar  por  el  Este  de  Cantaracillo  el  rio  Meninos, 
por  cuya  margen  derecha  continúa  hasta  las  inme- 
diaciones de  GimJalcon,  que  queda  en  la  Provincia: 
pasa  luego  á  atravesar  el  rio  Almar  ú  Olmar  por  el 
Oeste  de  Duruelo ;  corta  en  seguida  lor^  rios  Zamplon 
y  Margañar ,  y  se  dirige  por  el  Este  de  Alaraz ,  de- 
jando para  esta  provincia  los  pueblos  de  Diego  Al- 
varo ,  Martínez ,  Arevalillo  y  Aldea  del  Abad ,  y  por 
el  E?te  de  Gallegos  de  Solmiron  á  buscar  la  ctn- 


80  HISTURi.A     LE    AVILA. 

fluencia  del  Corneja  con  el  Tórmes:  continúa  des- 
pués por  el  Sur  de  Tejados,  Norte  de  Medinilla,  Oes- 
te de  Neila  y  puerto  de  San  Bartolomé  á  las  lagunas 
de  Béjar,  y  desde  aquí,  caminando  al  Sur  y  abrazan- 
do toda  la  sierra  de  Gredos,  concluye  al  Oeste  de 
Caudeleda  con  el  rio  Tiétar. 

El  límite  Sur  principia  en  la  confluencia  del  rio 
Alardos  con  el  Tiétar,  y  sigue  el  curso  de  este  rio 
hasta  la  confrontación  de  Fresnedillas,  y  continuan- 
do por  el  Sur  de  este  pueblo  y  el  de  Higuera  de  las 
Dueñas,  que  quedan  para  Avila,  va  al  Sur  do  Ceni- 
cientos y  del  Prado  hasta  el  rio  Alberche,  donde  ter- 
mina. 

Su  límite  Fste  se  halla  entre  La  Adrada  y  Rozas 
de  Puerto  Real;  sigue  entre  Majadillas  y  Cadalso, 
quedando  Adrada  y  Majadillas  en  esta  Provincia,  y 
Rozas  y  Cadalso  en  la  de  Madrid :  pasa  luego  al  Oes- 
te de  San  Martin  de  Valdeiglesias  á  cortar  el  Alber- 
che por  el  Oeste  de  Valdequemada  entre  las  Ceredas, 
que  queda  para  x\vila ,  así  como  Zarzalejo  queda  para 
Madrid  con  dirección  al  puerto  de  Guadarrama,  y  de 
aquí  va  por  el  Oeste  del  Espinar,  de  las  Navas  de 
San  Antonio,  de  Villacastin  y  de  Labajos,  que  perte- 
necen á  Segovia  ,  y  por  el  Este  de  Velayos,  que  es  de 
Avila:  corta  después  el  rio  Boltoya  entre  Adanero  y 
Pedro  Miugo ;  pasa  al  Oeste  de  Martin  Muñoz  y  Mon- 
tuenga,  á  buscar  el  rio  Adaja  en  su  confluencia  con 
el  Arevalillo,  y  siguiendo  la  orilla  derecha  de  aquel 
rio,  va  á  terminar  en  el  límite  septentrional  de  la 
Provincia  confinante  con  la  de  Valladolid,  que  es  por 
donde  comenzó  esta  circunvalación. 


RESEÑAS    GEOGRÁFICA    Y    GEOLÍUÜCA.  81 

Comprende  la  Provincia  desde  Madrigal  al  Tiétar, 
v'jue  son  sus  puntos  más  extremos  de  Norte  á  Sur, 
veintitrés  leguas .  y  del  Tormos  á  las  Ceredas ,  que 
lo  son  de  Oeste  á  Este,  diez  y  ocho,  mientras  que  el 
Obispado,  como  veremos  más  adelante,  abarca  el  es- 
])acio  de  cuarenta  leguas  de  Norte  á  Sur ,  desde  01- 
m:'dilla,  en  la  provincia  de  Valladolid,  hasta  Cande- 
lada, y  de  más  de  veinticuatro  de  Este  á  Oeste,  desde 
las  Ceredas  ú  Peguerinos  á  Santibañez  de  Béjar,  en. 
h\  de  Salamanca. 

De  3-jis  montañas,  puertos  interiores,  rios  y  valles. 

MoxTAXAS.— Ya  nos  son  conocidas  las  cordille- 
ras de  ellas  que  la  Comisión  de  Estadística  indicó  al 
describir  la  divisoria  de  las  aguas  del  Duero  y  Tajo: 
])ero  si  esta  noticia  es  suficiente  para  la  geografía 
general  del  Reino,  no  basta  cuando  se  trata  de  cono- 
ver  más  circunstanciadamente  todas  las  de  nuestra 
Provincia,  que  vamos  brevemente  á  recorrer  desde 
aquel  mismo  punto  de  la  Cierva ,  que  arrancaba ,  se- 
gún la  reseña  de  la  misma  Comisión .  del  Oeste  de 
Guadarrama,  y  de  cuya  cima,  de-prendiéndose  dos 
ramales,  marcha  el  de  la  derecha  internándonos  en 
la  Provincia  por  el  lado  del  camino  que  desde  Madrid 
<*onduce  á  Avila  por  las  sierras  de  Malagon  y  Ojos 
Alvos  hasta  llegar  á  la  capital:  desde  la  cual  sigue  en- 
tre el  valle  Ambles  y  la  Morana  alta,  enlazándose  con 
la  elevada  Serrota  y  puerto  de  Villatoro,  que  sirven 
•de  límite  oriental  á  las  sierras  de  Piedrahita  y  el  Bar- 
co de  Avila,  á  cuya  parte  meridional  se  ve  la  ele- 

TOMO    I.  6 


82  HISTORIA    DE    AVILA. 

vadísima  de  Credos ,  de  que  nos  ocuparemos  más  de- 
tenidamente. Ei  ramal  de  la  izquierda  conduce,  sal- 
vando las  alturas  del  Escorial ,  á  las  Navas  del  Mar- 
qués y  Navalperal  de  Pinares,  donde  comienza  el 
elevado,  frió  y  desierto  territorio  de  la  Paramera,  de- 
jando atrás  cerca  de  Peguerinos,  el  puerto  del  Des- 
cargadero y   las  Cabreras,  que  separan  esta  Pro- 
vincia de   la  de  Madrid  por  San  Martin  de   Val- 
deiglesias:  á  la  derecha  el  pueito  ^blHer radon,  ala 
izquierda  las  elcvadísimas  montañas  de  Caheza  de 
la  Parra  y  Cuatro  ruanos,  y  ascendiendo  siempre  por 
espacio  de  cinco  leguas  del  Este  al  Oeste,  pasando 
en  su  trayecto  por  el  territorio  de  la  abadía  del  Bur- 
gohondo,  llegaremos  al  puerto  del  Pico,  donde  le  di- 
vide transversalmente  la  calzada  que  de  Avila  con- 
duce á  Talavera  y  Extremadura.  Desde  aquí  conti- 
núa la  cordillera  en  grado  ascendente  por  otras  cin- 
co leguas  hasta  la  base  de  la  fantástica  y  casi  intran- 
sitable sierra  de  Gredos,  que  majestuosamente  se  ele- 
va todavía  por  espacio  de  dos  leguas   más,  y  cual 
ningún  otro  pico  de  esta  cadena  de  montañas,   y 
aun  creo  que  ni  de  otra  alguna  de  las  dos  Castillas,  y 
que  es  el  término  á  donde  habíamos  llegado  ya  por  la 
cordillera  antes  descrita. 

Es,  pues,  la  sierra  de  Gredos,  después  de  docfr 
leguas  de  continua  ascensión  del  terreno  desde  la  Pa- 
ramera, que  ya  en  sí  misma  es  un  elevadísimo  cam- 
po, un  grupo  de  montañas  enormes,  áridas  y  casi 
inaccesibles  á  la  planta  humana ,  cruzada  de  precipi- 
cios y  derrumbaderos  horrorosos  y  de  aspecto  selvá- 
tico y  durísimo.  En  el  último  tercio  de  su  altura  apenan 


RESEÑAS    líEOGRÁFiCV    Y    GEOLÜC.ICA.  83 

se  ve  rastro  de  vegetación ,  si  bien  se  reconoce  el 
liquen;  todo  son  rocas  gigantescas,  profundos  bar- 
rancos, y  ventisqueros  de  nieve,  que  en  muchos  sitios 
la  hacen  perpetua.  Ni  habitan  estas  alturas  otros 
animales  que  cabras  monteses  (la  Capra  Jnsjjmiíca), 
'  de  que  hay  bastante  niimero,  cuya  cabeza  particular, 
por  sus  altos  cuernos ,  prominente  testuz  y  ojos  ras- 
gados, es  muy  semejante  a  la  del  toro,  y  las  consti- 
tuye raza  peculiar  de  esta  montaña  y  aun  de  toda 
la  Fauna  Española  (1),  como  lo  son  el  gran  carnero 
salvaje  de  la  sierra  de  Segura  y  el  camaleón.  Entre 
varias  agujas  peñascosas  que,  formando  como  una 
corona,  se  llaman  los  Hermanos  de  Gredas,  está 
situada  la  célebre  laguna,  de  la  cual  el  vulgo, 
siempre  crédulo,  cuenta  mil  estupendas  maravillas, 
y  el  miedo  que  infunde  á  los  sencillos  habitantes 
del  país,  más  que  en  brujas,  nigrománticos,  alima- 
ñas y  vestiglos  de  que  la  suponen  habitada,  debe- 
rían fundarle  en  lo  que  la  experiencia  de  los  siglos 
acredita ,  y  es  que  los  nublados  que  de  esta  laguna 
y  sierra  se  levantan ,  suelen  ser  más  destructores 
que  los  que  de  otros  puntos  proceden;  porque  lle- 
vando frecuentemente  piedra  y  granizo,  no  hay  año 
que  no  destruyan  las  mieses  y  los  frutos  de  los  pue- 
blos á  que  alcanzan.  No  es  la  laguna  de  tanta  exten- 
sión como  la  vulgar  fantasía  le  ha  dado ;  su  diáme- 
tro será  de  ciento  cincuenta  á  doscientas  varas;  su 
figura  elíptica  irregular,  que  representa  la  de  unas 


(l>    Vi'ase  el  tratado  de  Zoología    eh'a  asignatura  en  Ja  Universidad 
rublicadopor  el  señor  don  Laureano    Central. 
Pérez  Arcas,  digno  catedrático  de 


84  HISTORIA    DE    AMÍ.  \. 

gafas  ó  anteojos,  forma  como  dos  senos;  su  profim- 
didad,  en  lo  que  ha  podido  medirse,  es  de  doce  á 
treinta  y  seis  varas,  pues  no  es  fácil  entrar  en  el  cen- 
tro sino  con  barco:  y  como  se  carece  de  este  elemento 
en  el  país  y  no  es  fácil  transportarle,  es  imposible  ave- 
riguar su  mayor  fondo,  si  bien  la  razón  persuade  que 
debe  de  ir  en  aumento,  puesto  que  naturalmente 
ha  de  ir  descendiendo  el  declive  de  las  montaüas,  que 
casualmente  agrupadas  y  sin  salidas,  sino  por  las 
altas  quebradas  de  sus  crestas,  forman  la  cuenca  ó 
lecho  eterno  de  tan  inmenso  depósito  de  aguas.  Du- 
ras ,  cristalinas  y  extremadamente  frias ,  aunque  al 
paladar  muy  gratas,  permanecen  heladas  la  mayor 
parte  del  año,  puesto  que  en  el  estío  se  ven  sobrena- 
dar grandes  témpanos  de  mucho  volumen.  Pero  si 
esto  impide  la  cria  de  pesca  de  toda  clase  en  su  seno , 
en  cambio  hay  muchas  y  muy  buenas  truchas  en  las 
gargantas  ó  vertientes  que  tienen  origen  en  la  mis- 
ma laguna ,  que  se  precipitan  por  aquellos  derrum- 
Itaderos ,  formando  magníficas  cascadas ,  cuyos  des- 
cansos son  otras  tantas  lagunas  que  incesantemen  - 
te  se  llenan  y  se  vierten.  Dada  esta  ligera  idea  de 
la  famosa  laguna  de  Gredas,  volvamos  á  hablar 
de  las  montaíias.  Las  más  próximas  á  ella  son  las 
de  Gargantilla  y  Sandio  Viejo ;  la  de  Peñanegra  en 
Piedrahita ;  en  Villafranca  y  Villatoro ,  Nata  el  Te- 
jado, Ortigal,  Picocabeza  y  Serróla;  los  Huaros  en 
la  serrezuela  más  occidental  de  Avila,  y  en  la  me- 
ridional, llamada  de  los  Baldíos,  Pico  Zapatero, 
Sanclion,  Pinosa,  el  CncJriUo,  los  Gavilanes,  los 
Aventerazos  y  la  Laucha  del  Cverxo;  entre  el  Tiem- 


RESKÑAS    GKOtíRÁFlCA    Y    GEOLÓGICA.  85 

blo  y  Casillas,  las  de  Bocacvmhre,  Fvonteroii,  y  el 
pico  que  descuella  sobre  todos,  ya  antes  indicado, 
Cr/deza  de  la  Parra;  desde  cuya  cumbre  se  ven  Ma- 
drid, Toledo  y  parte  no  escasa  de  la  Mancha;  y  no 
lejos  de  las  Navas  del  Marqués ,  el  alto  de  Cartarjena: 
y  ya  cualquiera  observará  que  por  el  giro  de  tantas 
curvas  como  se  han  descrito,  hemos  llegado  al  punto 
oriental  de  la  provincia  de  que  partimos ,  que  era  el 
pico  de  la  Cierva. 

Puertos.— Incomunicadas  estarían  las  dos  gran- 
des zonas  del  Norte  y  Mediodía  de  la  Provincia,  si 
la  constancia  humana  en  el  curso  de  los  siglos  no 
hubiera  suavizado  los  puntos  más  bajos  de  tan  larga 
y  fragosa  cordillera  de  montañas ,  haciendo  transita- 
bles en  toda  su  extensión ,  aunque  todavía  con  gran- 
des incomodidades  y  peligros ,  los  puertos  de  la  Pa- 
ramera, Herradon,  San  Bartolomé,  y  Santa  Cruz 
de  Pinares,  que  conducen  á  Cebreros  y  su  partido; 
el  de  Menga  en  la  calzada  que  va  á  Extremadura  por 
Mombeltran  y  Talavera ,  y  el  de  ViUatoro ,  que  se 
dirige  á  Piedrahita,  el  Barco,  Bejar,  Baños  y  tierra 
de  Plaseucia ,  todos  en  primer  término  respecto  á  la 
capital:  los  de  Serranillos,  Mijares,  Casas  Viejas, 
Pedro- Bernardo  y  VUlareJo ,  que  están  en  segunda 
línea  con  los  de  Bargallanta  y  del  Pico,  que  es  el 
que  corta  la  continuación  de  la  via  á  Extremadura, 
y  el  de  Chía,  que  pone  en  contacto  los  partidos  de 
Arenas  y  Piedrahita ,  y ,  por  último ,  los  más  meri- 
dionales, como  son  los  del  Arenal,  el  Hornillo  y 
Candeleda:  todos  los  cuales  puntos  de  tránsito,  si 
bien  satisfacen  la  primera  necesidad  de  dar  comuni- 


SQ  lUSToniA    1»K    AMLA. 

cacion  en  distintas  direcciones  á  la  capital,  se  le 
abren  á  la  vez  á  las  provincias  de  Madrid,  Toledo, 
Cáceres  y  Salamanca. 

Ríos. — De  tantas  j  tan  elevadas  montañas  que 
en  tan  varias  y  encontradas  direcciones  se  elevan, 
bien  se  deduce  que  deben  de  ser  en  gran  número  los 
rios  que  de  ellas  se  desprendan ;  y  en  verdad  que  po  - 
cas  provincias  de  España,  y  de  seguro  ninguna  de 
Castilla,  cuenta  tantos,  si  ya  poco  caudales,  de  tan 
puras,  sanas  y  perennes  aguas.  En  prueba  de  ello 
recordamos ,  entre  otros  que  pudiéramos  enumerar, 
los  de  Adaja,  Adrada,  Alardos,  AWerche,  AlbiUas, 
Almar,  Arenal,  ArevaliUo,  Arroyo  Castaño,  Becedas, 
Berlanas,  Boltoya,  Candeleda,  Cojío,  Corneja,  Gaz- 
nata,  Gargantas  de  Guisando,  Hornillo,  Menines, 
Merdero,  Ra macastaílas ,  Bkera  de  Lanzaita,  /So- 
tillo,   Tiétar ,  Tórmes,  Traljancos  y  Zampar diel.  La 
mayor  parte  de  ellos  ,   como  que  nacen  de  estas 
grandes  sierras ,  producen  rica  y  abundante  trucha, 
se  utilizan  en  riegos  parciales  de  los  heredamientos 
confinantes  con  sus  riberas,  y  presentan  á  cada  paso 
admirables  y  magníficos  saltos  de  agua,  que  si  los 
estudiaran  bien  los  ricos  fabricantes  é  industriales 
del  Reino ,  vendrian  á  buscarlos  en  un  país  tan  sano, 
dócil  y  barato,  para  fijar  en  él  con  gran  utilidad  y 
economía  sus  establecimientos  fabriles,  dando  como 
dan  una  pequeña  muestra  de  esta  posibilidad  los 
martinetes  de  cobre  de  Arenas  y  del  Barco ,  las  ñi- 
bricas  de  papel  de  la  Adrada,  los  lavaderos  de  la- 
nas del  mismo  Barco  y  Bonilla ,  los  batanes  de  va- 
rios pueblos,  y  la  multitud  de  molinos  de  harina  y  de 


RE.-EÑAS    CEOCiRÁFICA    Y    GE()I.OGIC\.  81 

pimiento  con  que  se  utilizan  las  aguas  de  sus  gar- 
gantas. Solamente  elAdaja,  el  Boltoja,  Trabaneos, 
Menines  y  Zapardiel,  que  son  los  que  corren  por  las 
tierras  del  Valle-Ambles  y  de  Arévalo,  y  por  los 
campos  de  Pajares  y  Morana,  son  los  que  casi  se  es- 
capan vírgenes  y  sin  que  se  empleen  sus  aguas  en 
riegos,  tanto  más  necesarios,  cuanto  más  seco  y  abra- 
sado es  por  los  vientos  el  terreno  de  sus  llanuras. 

No  es  fácil  describir  el  curso  de  todos  ellos,  y 
así  nos  contentamos  con  indicar  el  de  los  prin- 
■cipales. 

Tiene  su  origen  Adaja  al  pié  del  puerto  de  Villa- 
toro  al  Oeste  de  la  capital ,  y  corriendo  liácia  el  Este 
por  todo  el  Valle-Ambles,  al  llegar  al  Sur  de  Avila 
cambia  su  curso  en  ángulo  recto  al  Norte,  muy  cerca 
de  sus  murallas  de  Poniente ,  donde  sirve  de  fuerza 
motriz  á  la  hermosa  casa-fábrica  de  que  en  otro  lu- 
gar hablaremos;  y  pasando  por  Cardeüosa,  Zorita 
y  Pozanco ,  atravesando  el  terreno  llano  intermedio 
del  campo  de  Pajares,  en  cuyo  largo  e^acio  sólo  se 
presta  al  servicio  de  algunos  molinos  harineros, 
llega  á  Arévalo,  reuniéndosele  al  Norte  de  esta  villa 
«1  Arevaiillo,  y  sale  de  la  Provincia  para  morir  en  el 
Duero,  junto  á  la  extinguida  Cartuja  de  Aniago  en 
la  de  Valladolid. 

También  corre  de  Oeste  á  Este  el  AlUrche,  que 
naciendo  cerca  de  San  Martin  de  la  Vega,  en  el  parti- 
do judicial 'de  Piedrahita,  cruza  los  términos  de  Na- 
valengua,  San  Juan  déla  Nava  y  el  Berraco,  y  lle- 
gando al  'i'iemblo  y  torciendo  algún  espacio  de  Norte 
áSur,  vuelve  á  tomar  la  dirección  de  Oeste  á  Este  para 


88  HISTORIA    DE    AVILA. 

tocar  en  la  provincia  de  Madrid ,  y  retorciendo  otra 
vez  al  Sur,  desagua  en  el  Tajo  á  media  legua  de  Ta- 
layera, en  la  provincia  de  Toledo. 

Nace  QVCorneja  en  el  término  de  Villafranca  de 
la  Sierra,  al  Norte  del  puerto  de  Chia,  y  fertilizando 
del  Este  al  Oeste  á  Bonilla,  Piedrahita,  San  Bartolo- 
mé, Navacepedilla,  Mesegar,  Navamorales ,  San  Mi- 
guel, Palacios  y  el  Villar,  en  el  valle  á  que  da  nom- 
bre, entra  en  el  Tórmes. 

Este,  que  ya  trae  algunas  leguas  de  curso  desde 
Navaredonda,  en  cuyo  término  nace,  recorre  una 
bella  y  pintoresca  ribera  por  los  partidos  de  Piedra- 
hita  y  el  Barco ,  hasta  el  confín  de  la  provincia ,  re- 
cogiendo en  su  curso  por  Tormellas,  Cabrera,  Los 
Llanos  y  otros  pueblos,  las  aguas  de  Garganta,  Ga- 
lingomez ,  Aravalle ,  Caballeros  y  Becedas ,  para  se- 
guir su  rumbo  por  la  de  Salamanca. 

El  Tiétar,  que  se  forma  en  el  término  de  Escara- 
bajosa,  del  partido  de  Cebreros,  y  que  recogiendo  las 
vertientes  del  Sotillo,  Adrada  y  Lanzahita  corre  por 
el  partido  de  Arenas,  cambia  de  dirección  al  Sur  para 
pasar  el  único  puente  de  piedra  que  tiene  en  el  tér- 
mino de  esta  villa,  por  donde  cruza  la  calzada  de 
Avila  á  Talavera ;  y  aumentando  su  caudal  con  las 
aguas  del  Kamacastañas,  Arenal,  AlbiUas  j  Alar- 
dos,  va  á  perderse  en  el  Tajo,  en  la  provincia  de 
Cáceres. 

El  JBoltoya,  que  naciendo  en  los  límites  de  la  pro- 
vincia de  Segovia,  cruza  la  de  Avila  por  su  Este  en 
los  términos  de  Ojos- Albos,  Tolbaños  y  Velayos  para 
entrar  de  nuevo  en  la  provincia  de  su  origen ;  y  el 


RESEÑAS    GEOGRÁFICA    Y    GEOLÓGICA.  89 

Zopardiel,  ([v.dUmñi^áo  el  suyo  de  las  cuestas  de 
Vita  y  Pairal.  al  Oeste  de  Avila,  y  dirigiéndose  con 
rapidoz  al  Norte  por  Crespos,  Fontiveros,  Mamblas, 
Barromau.  San  Esteban  y  Castellanos  de  Arévalo, 
entra  en  la  pro\incia  de  Valladolid  para  morir  en 
el  Duero,  en  el  término  de  Tordesillas. 

Valles.— Del  curso  ya  descrito  de  los  rios  y  del 
conocimiento  topográfico  de  los  pueblos  y  términos 
que  bañan,  se  desprende  naturalmente  la  dirección, 
anchura  y  límites  de  los  valles  por  que  corren;  y 
aunque  son  tantos,  tan  bellos  y  tan  amenos  los  de  la 
parte  meridional  y  occidental  de  la  Provincia,  dejan- 
do por  demasiado  minuciosala  enumeración  de  todos, 
porque  cuando  son  muy  cortos  y  estrechos  se  les  co- 
nocen con  el  nombre  de  Cañadas  y  Riberas,  nos  li- 
mitamos á  enumerar  como  los  más  importantes  los 
siguientes: 

Valle- Amllés.  Fórmanle  en  el  partido  judicial  de 
la  capital  las  vertientes  de  las  sierras  de  Avila,  que 
están  al  Sur ,  conocidas  con  el  nombre  de  los  Bal- 
dios,  las  alturas  de  la  Paramera  al  Este,  y  al  Oeste 
las  de  Villatoro.  Ocupa  una  extensión  de  siete  á  ocho 
leguas  de  largo  y  de  una  á  una  y  media  de  ancho; 
siendo  su  dirección  la  misma  del  rio  Adaja;  esto  es, 
del  Oeste  al  Este.  Su  límite  occidental  se  halla  á  las 
faldas  de  Villatoro ,  y  casi  en  su  término  oriental  se 
halla  situada  la  ciudad  de  Avila;  su  terreno  es  de  lo 
mejor  cultivado  en  la  Provincia  para  la  producción  de 
cereales,  criando  ademas  buenos  y  abundantes  pas- 
tos; tiene  en  su  circuito  muchos  pueblos,  y  está  cru- 
zado de  distintos  arroyos,   que  bajando  de  ambos 


90  HISTORIA    DE    AVILA. 

lados  de  la  sierra  á  desembocar  en  el  Adaja,  pudie- 
ran utilizarse  todavía  en  mayore.^  y  mejor  entendidos 
riegos,  que  le  liarian  á  la  vez  más  rico  y  deleitoso. 

Valle  de  Corneja.  Traspasando  desde  el  Válle-Am- 
hlés  el  puerto  de  Villatoro  en  dirección  á  Occidente, 
se  encuentra  situado  á  lo  largo  de  los  partidos  judi- 
ciales de  Piedrahita  y  del  Barco  este  valle,  conocido 
también  con  el  título  de  Val  de  Corneja,  porque  le 
riega  por  su  centro  el  rio  del  mismo  nombre.  El  le- 
cho de  las  vertientes  de  las  sierras  de  Villafranca, 
Bonilla  y  Piedraliita  hacen  su  asiento;  su  mayor  lon- 
gitud es  de  cinco  leguas,  y  de  cuatro  su  mayor  an- 
chura, en  dirección  del  Este  al  Sudoeste:  es  su  terre- 
no ,  aunque  ligero,  de  muy  buena  calidad,  por  estar 
mucho  más  beneficiado  que  el  anterior  por  los  riegos, 
y  hermosean  sus  inmediaciones  las  cuatro  villas  de 
Piedrahita  y  el  Barco,  el  Mirón  y  la  Horcajada,  con 
todas  sus  aldeas  y  dependencias  rurales  ,  que  le 
hacen  de  muy  bella  perspectiva ;  todo  lo  cual  cons- 
tituye el  Señorío,  que,  como  veremos  en  la  Histo- 
ria, fué  dado  por  el  rey  don  Enrique  II  á  D.  García 
Alvarez  de  Toledo. 

Valle  de  Tiétar.  La  dirección  y  curso,  ó  más  bien 
la  continuada  serie  de  pequeños  vallecillos  que  con 
sus  especiales  nombres  de  La  Adrada,  Lanzahitay 
Higueras  de  las  Dueñas  y  Fresnedüla  hacen  á  dere- 
cha é  izquierda  el  álbeo  del  rio  que  da  nombre  á  toda 
la  abertura  de  las  montañas,  y  que  recorre  hasta  su 
conjunción  con  el  Alardes  al  límite  de  Extremadura, 
es  del  Este  al  Oeste  desde  su  origen  hasta  Hontana- 
res ,  en  donde  cambia  al  Sur  para  salir  por  el  puen- 


RESEÑAS    GEOGRÁFICA    V    GEOLÓGICA.  91 

te  inmediato  á  Arenas,  fuera  de  la  Provincia;  y  si  el 
Valle-Ambles  le  supera  en  el  cultivo  de  cereales,  y  el 
de  Corneja  le  excede  en  hortalizas  y  legumbres,  y  es- 
pecialmente en  linares  y  en  la  cosecha  de  la  delicada 
aluvia  que  en  abundancia  produce,  el  de  Tiéíav 
aventaja  á  los  dos  en  la  dulzura  de  su  clima,  donde, 
entre  todos  los  frutos  propios  de  las  más  templadas 
zonas,  se  dan  las  moreras  de  todas  clases,  con  éxito 
tan  feliz  que  Lau  proporcionado  á  las  fábricas  de  Ta- 
lavera  un  regular  surtido  de  capullos  de  seda.  Y  no 
se  limita  al  valle  de  Tiétar  esta  granjeria,  que  tam- 
bién se  extiende  á  otras  amenas  cañadas  y  profundos 
barrancos  en  que  se  hallan  los  pueblos  de  Mombel- 
tran,  San  Esteban  y  Santa  Cruz  del  Valle,  y  varias 
otras  poblaciones  del  partido  de  Arenas. 

Otro  valle  hay  mucho  más  agreste  y  selvático:  es 
el  llamado  de  Iruelas,  en  el  partido  de  Cebrero?^,  y 
que  se  halla  situado  á  la  margen  derecha  del  Alber- 
che;  y  aunque  sus  producciones  son  solamente  gran 
multitud  de  pinos,  robles  y  monte  bajo  de  diferentes 
arbustos ,  se  beneficia  todo  con  estimación  y  prove- 
cho ,  ya  en  cortas  de  madera  de  construcción ,  que 
como  todas  las  de  estas  cordilleras ,  ademas  de  sur- 
tir á  la  Provincia  se  transportan  á  Madrid  y  tierra  de 
Salamanca;  ya  en  leñas,  carbones  y  cisqueos;  con 
cuya  limpia  y  constante  descuaje  se  aumentan  los 
buenos  pastos  de  que  abunda ,  y  de  que  disfruta  gran 
porción  de  ganados  de  todas  clases ;  ya  también  en  la 
numerosa  caza  que  se  conduce  al  consumo  diario  de 
la  corte. 

Pero  al  hablar  de  pastos  abundantes,  producto 


í)2  HISTORIA   DE    AVILA. 

natural  de  la  írescura  de  estos  valles ,  no  es  posible 
pasar  en  silencio  los  que,  por  sanos  y  abundosos, 
l>roduce  el  espacio  de  terreno  que  media  desde  el  Kor- 
te  de  la  sierra  de  Gredos  á  las  de  Piedrahita  y  el  Bar- 
co ,  que  será  como  de  cuatro  á  cinco  leguas  cuadra- 
das; puesto  que  en  las  distintas  cañadas  y  riberas  que 
allí  se  forman,  se  apacienta,  no  sólo  todo  el  ganado 
del  país ,  sino  el  de  otras  varias  provincias ,  pudiendo 
asegurarse  que  pasan  de  cuarenta  mil  cabezas  las 
que  se  mantienen  en  la  estación  del  verano ,  sin  que 
esto  impida  que  las  crestas  de  las  sierras  y  los  cerros 
que  separan  unos  vallecillos  de  otros ,  estén  poblados 
de  pinares  y  montes  de  encina  y  roble ,  aunque  no  de 
la  espesura  de  que  abunda  el  Val  de  Iruelas.  Y  por 
los  bosquejados  hasta  aquí,  puede  inferirse  que  de 
las  convergencias  repetidísimas  de  todas  estas  sier- 
ras ,  y  de  sus  depresiones  continuas  á  causa  del  vario 
curso  de  las  cascadas  y  torrentes  por  que  se  preci- 
pitan sus  aguas ,  resultan  otros  muchos  valles  que, 
como  el  de  Navaluenga ,  también  á  la  margen  del  Al- 
l)erche,  presentan  perspectivas  variadas  y  risueñas. 

De  la  división  de  la  Provincia  en  sus  dos  grandes  secciones  de  Tierra 
llana  y  de  Sierra  por  la  diferencia  de  sus  cualidades  geológicas  y 
de  las  diversas  y  respectivas  producciones  de  sus  distintas  zonas. 

En  dos  grandes  secciones ,  de  todo  punto  diferen- 
tes ,  se  divide  geológicamente  la  superficie  de  esta 
Provincia:  y  por  consiguiente,  las  producciones  es- 
pontáneas del  suelo,  las  hijas  del  trabajo  y  cultivo, 
las  construcciones  del  caserío,  el  aspecto  de  las  po- 


UESK5¡AS    GEOÜRÁIICA    V    (ÍKOLÓííK  A.  93 

blaciones ,  los  hábitos  y  costumbres  do  sus  morado- 
res son  totalmente  distintos :  tan  diversos  son  los  ter- 
i'itorios  del  Norte  j  del  Sur,  que  forman  como  dos 
pueblos  extraños  é  independientes  y  como  si  se  ha- 
llasen muy  lejanos  ei  uno  del  otro. 

La  del  Norte,  labradora  por  esencia:  la  del  Sur, 
ganadera  y  dedicada  al  cultivo  del  viñedo ,  del  olivo, 
y  de  toda  clase  de  legumbres,  frutas  y  arbolados. 
La  del  Norte  abraza  toda  la  tiei-ra  úe  Arcvalo ,  el 
campo  de  Pajares  y  el  de  la  Morana,  cuyas  inmen- 
sas llanuras  y  dilatados  horizontes ,  no  cortados  por 
montaña ,  pico ,  ni  cerro  alguno  de  importancia ,  vie- 
nen á  terminar  á  dos  ó  tres  leguas  de  la  Capital ,  en 
el  desig'ual  y  pedregoso  terreno  que  causan  las  ver- 
tientes de  la  sierra  central  de  la  Provincia ,  inmediata 
á  la  Ciudad ,  y  por  cuya  razón  toma  su  nombre  de 
sierra  de  Avila.  La  del  Sur  se  extiende  por  los  parti- 
dos de  Cebreros,  Arenas,  el  Barco  y  Piedrahita,  y  es 
tan  variada  que,  apareciendo  siempre  fragosa  y  ás- 
pera ,  en  muy  cortas  distancias  se  presenta,  ora  tem- 
plada, suave  y  dulce ,  ora  fria,  desapacible  y  nevada. 

Sección  del  Norte  ó  de  la  Tieiira  llana.— Su 
clima  es  tan  frió  en  los  rigores  del  invierno ,  como 
seco  y  ardiente  en  el  estío;  sus  producciones  son 
casi  exclusivamente  los  cereales,  con  algún  viñedo, 
del  que  obtienen  im  vino  blanco  mediano,  así  en  la 
calidad  como  en  la  cantidad,  (\ug  se  consume  en  el 
mismo  país;  pero  sano,  limpio  y  delgado,  semejante 
al  de  la  gran  cosecha  de  La  Nava ,  La  Seca ,  Roilana 
y  demás  pueblos  de  la  tierra  de  ]\Ied¡na  del  Campo, 
de  la  provincia  de  Valladolid,   ((ue  se  Iiallan  al 


94  HISTORIA    DF,    AVILA» 

Norte  del  partido  de  Arévalo.  Sin  embargo ,  nece- 
sario es  recordar  que  merecieron  gran  nombre  en 
otros  tiempos  los  vinos  de  Madrigal  y  sus  contornos. 

Ya  la  Reina  Católica  Doña  Isabel  conocía  bien  su 
mérito,  cuando  los  hacia  servir  á  sus  amigos ,  como 
dignos  de  su  mesa  y  productos  de  su  patrimonio 
real  y  de  su  casa  nativa,  cuando  moraba  en  esta  villa. 
Se  puede  asegurar  que  indudablemente  van  mejo- 
rando con  el  desarrollo ,  esmero  y  adelantos  del  cul- 
tivo que  de  algunos  años  á  esta  parte  se  advierte  en 
los  labradores  acomodados  de  esta  zona  do  la  Pro- 
vincia. 

En  mi  último  viaje,  estudiándola  detenidamente, 
he  sido  obsequiado  en  Madrigal  por  varios  amigos 
mios  con  vinos  selectos  de  sus  cosechas,  tan  gratos 
al  paladar,  tan  puros  y  aromáticos,  que  podian  esti- 
marse, hasta  cierto  punto,  semejantes  al  celebrado 
manzanilla  de  Sanlúcar. 

Resiéntese  por  desgracia  toda  esta  zona  de  una 
casi  absoluta  falta  de  riegos ,  y  en  muchos  pueblos 
hasta  de  las  aguas  más  indispensables  á  las  necesi- 
dades de  la  vida.  Verdad  es  que  son  pocas  y  muy  es- 
casas en  verano  las  corrientes  de  los  pequeños  rios  y 
arroyos  que  la  cruzan,  y  de  que  ya  hemos  dado  ra- 
zón; pero  también  lo  es  que,  aun  cuando  vienen  más 
crecidas,  marchan  vírgenes  e  intactas  hasta  salir  de 
la  Provincia ,  y  sin  emplearlas ,  como  se  podria ,  en 
aprovechamiento  alguno  de  riego,  de  que  tanto  se 
carece ;  y  así  es  que  las  pocas  norias ,  y  no  muchos 
cigüeñales,  que  con  toda  la  rústica  sencillez  de  su 
primitiva  invención ,  se  hallan  en  algunos  huertos  de 


RESEÑAS    GEOGRÁFICA    Y    GEOLÓGICA.  95 

hortaliza,  manifiestan  bien  á  Jas  claras  cuan  somera 
y  próxima  se  halla  a  la  superficie  de  la  tierra  el 
agua,  y  con  cuánta  facilidad  y  poco  coste  puede  me- 
jorarse su  ascensión  sobre  el  terreno ,  con  grande 
utilidad  délos  pueblos;  no  solamente  para  aumentar 
su  fortuna,  sino  para  satisfacer  las  primeras  y  más 
imperiosas  atenciones ,  como  son  las  aguas  potables 
para  gentes  y  ganados.  De  esta  manera  desaparece- 
rían las  detenidas  ó  estancadas,  cegándose  muchas 
lagunas  insalubres,  y  desecándose  sin  sentirlo  y  sin 
saberlo,  si  se  generalizase  el  uso  de  medios  hidráuli- 
cos de  poco  valor,  terrenos  pantanosos,  que  con  gran 
beneficio  de  la  salud  pública  pudieran  dedicarse  al 
cultivo.  En  esto  es  preciso,  aunque  sensible,  confe- 
sar que  está  retrasado  nuestro  país,  si  bien  se  obser- 
van ya  tendencias  á  su  mejoramiento. 

No  consentimos  del  mismo  modo  que  se  eche  in- 
justamente en  cara  á  nuestros  paisanos  cierta  in^Io- 
lencia  y  holgazanería  habitual,  como  causa  deter- 
minante de  la  pobreza  y  escasez  de  recursos  de  la 
gran  parte  de  ellos.  No;  no  es  esta  la  causa  de  su 
ignorancia,  de  su  pobreza  de  espíritu  y  de  su  mise- 
ria. Otros  han  sido  y  son  los  obstáculos  físicos ,  le- 
gales y  morales  que  á  tan  triste  estado  los  han  con- 
ducido. El  corto  número  de  propietarios  cultivado- 
res de  sus  mismas  tierras;  el  inmenso  de  meros  colo- 
nos de  escasísima  fortuna;  el  incesante  aumento  de 
las  rentas  que  les  exigen  los  dueños  de  las  fincas, 
favorecidos  por  la  libertad  absoluta  de  los  desahucios; 
el  pago  de  todas  las  contribuciones  que  les  imponen, 
y  que  debieran  ellos  satisfacer,  porque  se  han  esta- 


96  HISTORIA    i)E    AVILA. 

blecido  proporcionalmente  para  gravar  la  propiedad 
y  no  el  trabajo  del  cultivador;  la  larga  distancia  del 
hogar  doméstico  á  que  suelen  estar  las  fincas  que 
cultivan,  teniendo  que  emplear  muchas  y  las  mejo- 
res horas  del  dia  en  ir  y  volver  al  campo  en  que  han 
de  trabajar;  la  resistencia  justísima  que  oponen  á 
emplear  sus  escasos  caudales  y  sudores  en  mejoras 
permanentes  de  las  tierras  que  disfrutan  como  de 
prestado  y  por  poco  tiempo,  seguros,  como  están,  de 
que  no  se  han  de  indemnizar  de  sus  anticipos,  porque 
otro  colono  más  atrevido  ofrecerá  al  dueño  mayor 
renta,  luego  que  vea  la  finca  mejorada:  la  falta  de 
cierj-os  en  las   propiedades  situadas  en  terrenos  de 
gran  declive ,  en  los  que  las  aguas  atorrentadas  es- 
quilman de  toda  sustancia  vegetal  la  parte  alta,  que 
al  menos  se  contendría  en  la  baja  si  tuviesen  el  dique 
de  un  seto  vivo  ó  de  un  cercado;  mejoras  ambas  hijas 
del  trabajo  que  necesariamente  pediría  la  natural  dis- 
tribución de  la  tierra  germínadora,  y  la  falta  casi 
absoluta  de  todo  género  de  arbolado  en  las  secas  y 
abrasadas  comarcas  destinadas  al  exclusivo  cultivo 
del  trigo,  centeno,  cebada,  algarroba,  garbanzo  y 
algún  otro  panizo... Obstáculos  son  estos,  en  verdad, 
que  se  oponen  al  desarrollo  y  acrecentamiento  de  la 
riqueza  de  la  tierra  llana  de  la  Provincia.  Pero ,  por 
ventura,  ¿los  pueden  remover,  ó  tienen  de  ellos  la 
culpa  los  colonos  pobres  ó  ricos  de  las  tierras?  No, 
repetimos;  en  su  mayor  parte  pudieran  ayudarlos  los 
señores  y  dueños  de  ellas,  y  solamente  la  iatroduc- 
cion  de  arrendamientos  por  largo  número  de  años, 
como,  por  ejemplo,  de  diez,  quince  ó  veinte,  exi- 


RESEÑAS    GEOGKÁl'iCA    Y    GEOLÓGICA.  97 

giendo  en  este  período  mejoras  positivas  al  cultiva- 
dor ,  tales  como  el  cierro  do  algunas  heredades ,  la 
abertura  de  acequias ,  la  desecación  de  pantanos ,  la 
plantación  de  árboles,  siquiera  en  los  lindes  j  con- 
fines de  las  fincas,  ventajas  que  todas  cediesen  luego 
en  beneficio  de  los  señores  de  la  propiedad,  seria  el 
medio  como  pudiera  cambiar  mejorándose  la  faz  de 
este  abundante,  al  mismo  tiempo  que  pobre  terri- 
torio. Dos  veces  hemos  indicado  en  pocas  líneas  la 
imperiosa  necesidad  de  los  arbolados;  y  ya  es  tiempo 
de  que  insistamos  en  demostrar  su  inmensa,  y  to- 
davía por  la  generalidad  de  los  labradores ,  desco- 
nocida utilidad. 

No  es  preocupación  exclusiva  de  la  tierra  llana 
de  Avila,  sino  de  casi  toda  la  de  Castilla,  que  cifra  su 
principal,  ó  mejor  dicho,  su  única  riqueza  en  la  pro- 
ducción de  granos,  el  atribuir  á  los  arbolados  dos 
perjuicios,  que  califican  de  graves,  para  la  agricul- 
tura, y  que  son  completamente  falsos.  El  uno  es,  que 
los  campos  en  que  hay  árboles,  su  sombra  no  deja 
granar  bien  las  mieses ,  aunque  las  hace  crecer  con 
mucha  lozanía;  y  que,  valiendo  mucho  más  el  grano 
que  la  paja,  no  debe  haber  árboles  que  les  hagan 
sombra.  Si  los  labradores  castellanos ,  y  entre  ellos 
mis  honradísimos  paisanos ,  viesen  la  feracidad  de  la 
Lombardía  y  de  muchos  departamentos  de  la  Fran- 
cia, y  sin  salir  al  extranjero,  recorriesen  los  campos 
productores  de  Valencia  y  de  Murcia,  al  mismo  tiem- 
po que  los  de  nuestras  Provincias  Vascongadas,  aun- 
que de  tan  ingrato  y  duro  suelo,  donde  se  dan  tam- 
bién cosechas  de  granos,  al  mismo  tiempo  que  se 
Toy.o  I.  7 


98  HISTORIA    DE    AVILA. 

planta  y  cuida  el  arbolado  como  el  protector  j  cuí?- 
todio  de  la  agricultura,  se  convencerian  de  su  error. 
El  otro  es  más  chocante,  al  mismo  tiempo  que  más 
desatendible.  Consiste  en  la  preocupación  deque  los 
árboles  multiplican  los  pájaros,  y  por  consiguiente, 
que  cuantos  más  pájaros  haya  comerán  más  grano; 
y  toda  la  razón  que  dan  es,  que  observan  que  los  pá- 
jaros anidan  y  crian  en  el  olmo  (quizá  único)  que 
hay  en  cada  pueblo;  sin  reparar  en  que,  cabalmente, 
porque  sólo  hay  uno  ó  muy  pocos  árboles ,  en  ellos 
buscan  necesariamente  su  abrigo  y  su  descanso;  sin 
reparar  que  los  árboles  crian  simientes  propias  y 
acomodadas  á  su  alimento ;  sin  reparar  que  á  los  ár- 
boles acuden  mil  y  mil  insectos  que  les  sirven  tam- 
bién de  sabroso  pasto ;  sin  reparar  que  la  sequedad 
de  sus  campos  proviene  de  la  misma  escasez  de  ár- 
boles, porque  su  sombra  hace  falta  para  conservar 
la  humedad  de  la  tierra ;  y  sin  reparar  que  los  rayos 
del  sol  la  penetran  demasiado  cuando  está  recien 
movida,  y  que  la  lluvia  y  el  rocío ,  tan  convenientes 
á  la  vegetación ,  se  evaporan  con  los  vientos  que 
corren  por  sus  llanuras ,  y  que  se  contendrían ,  sin 
género  de  duda,  si  cada  finca  estuviese  defendida 
por  árboles,  al  menos  en  sus  linderos.  Ya  es  tiempo, 
repetimos,  de  sacarles  de  estos  errores,  y  á  los  labra- 
dores propietarios  con  el  ejemplo,  y  á  los  párrocos  y 
demás  personas  instruidas  con  el  consejo ,  incumbe 
tan  benéfica  y  patriótica  misión. 

Sección  del  Sur  ó  de  la  Sierra.  — No  sucede 
así  en  la  sección  del  Sur  de  la  Provincia ,  que  para 
más  fácil  comprensión  debemos  subdividirendosfrac- 


TIESEVAS    (.EOGRÁfICA    Y    GEOIüGlCA.  99 

clones:  la  una,  que  es  la  parte  más  central  de  ella, 
y  que  la  determinan  las  vertientes  de  la  sierra  de 
Avila,  así  la  del  ramal  que  corre  desde  la  entrada 
en  la  Provincia  por  el  Campo- Azálvaro,  y  que  lle- 
gando á  la  Ciudad .  marcha  por  su  Oeste  hasta  el 
Este  del  puerto  de  Villatoro,  dando  sus  aguas  hacia 
la  Morana,  por  el  Norte,  y  por  el  Sur  al  Valle  Am- 
bles; como  la  de  la  cordillera  más  fragosa,  desde  las 
cumbres  del  Oeste  del  Escorial,  que  va  formando 
las  sierras  de  Peguerinos,  las  Navas  del  Marqués 
y  Navalperal,  por  el  Herradon,  San  Bartolomé  y 
Santa  Cruz  de  Pinares ,  y  que  viene  á  presentarse 
en  Navalmoral,  al  frente  de  Avila,  terminando  su 
curso  de  Este  á  Oeste,  por  los  puertos  de  Menga  y 
del  Pico ,  que  van  á  enlazarse  con  el  mismo  de  Vi- 
llatoro, á  quien  separa  de  ellos  el  elevado  promon- 
torio de  la  Serreta.  No  es  nuestra  intención  describir 
de  nuevo  ahora  las  notables  montañas  de  la  Provin- 
cia; es  sólo  delinear  su  comarca  central.  En  ella  pre- 
domina la  ganadería  como  base  esencial  de  su  ri- 
queza, pues,  aunque  combinada  con  otros  elemen- 
tos de  producción ,  es  una  de  las  más  importantes 
de  la  de  toda  la  Provincia.  Si  se  exceptúa  el  agra- 
dable Valle-Ambles,  que  es  la  cuenca  que  forman 
ambas  cordilleras  de  la  sierra  de  Avila,  y  que  abun- 
da en  granos,  especialmente  en  trigo,  centeno  y 
algarroba,  la  cria  del  ganado  vacuno,  que  suminis- 
tra á  Madrid  gran  parte  de  las  delicadas  carnes  de 
ternera  de  que  disfruta,  y  á  la  parte  agricultora 
del  Norte  de  la  Provincia  yuntas  hermosas  para  el 
arado:  la  cria  del  lanar  merino,  que  trashuma  en  el 


100  HISTORIA    DE    AVILA. 

invierno  á  más  templados  climas  de  dentro  y  fuera 
dala  Provincia:  la  del  caballar,  cuya  raza  va  nota- 
blemente mejorando  de  algunos  años  áesta  parte, 
siendo  buscada  y  apetecida  por  los  feriantes  y  extrac- 
tores; la  del  cabrío,  que  también  abunda,  sumi- 
nistrando rica  leche,  y  la  de  cerda,  no  en  grandes 
proporciones,  poro  en  número  más  que  bastante  á  sa- 
tisfacer las  necesidades  de  los  habitantes,  y  algún 
terreno  de  regadío,  que  se  distribuye  en  huertecillos 
de  hortaliza .  en  linares  y  en  el  abundante  cultivo  de 
la  patata,  de  grandísima  utilidad  en  toda  la  sierra, 
son  las  producciones  de  esta  extensa  y  variada  co- 
marca: y  si  á  esto  se  agrega  la  utilidad,  no  pe- 
queña, de  los  pastos  de  los  baldíos,  de  los  grandes 
pinares  y  montes  de  encina  y  roble,  de  que  abunda, 
y  de  que  se  hacen  interesantes  cortas  de  maderas  y 
carboneos,  podrá  formarse  una  idea  de  toda  la  parte 
central  de  la  Provincia ,  deduciéndose  de  estos  an- 
tecedentes, que  su  clima,  en  lo  general,  más  frió  y 
más  húmedo,  como  más  elevado,  que  el  de  la  zona 
septentrional,  ofrece,  sin  embargo,  en  sus  valles  y 
recuestos,  al  Sur  de  las  sierras,  abrigos  para  las 
gentes  y  ganados,  de  que  carece  toda  la  tierra  llana. 
Forma  el  resto  de  la  Provincia  la  zona  más  meri- 
dional que  recorre  parte  del  Occidente  de  ella ,  y  que 
es  todo  el  territorio  quebradísimo ,  montañoso  y  cor- 
tado de  muchos  y  variados  valles ,  por  cada  uno  de 
los  cuales  descienden  uno,  dos  y  más  pequeños  rios, 
que  en  el  país  se  conocen  con  los  nombres  de  gar- 
gantas y  riberas;  así  que  desde  el  Barco  de  Avila  has- 
ta Cebreros  abarca  todo  el  partido  de  Arenas  y  gran 


RESEÑAS    GEOGRÁFICA    Y    GEftnir.ICA.  101 

parte  del  de  Piedrahita,  marchando  las  corrientes  de 
sus  abundantes  aguas  en  caprichosas  y  contraria'^ 
direcciones.  El  clima  aquí  ya  es  mucho  más  placen- 
tero y  suave  en  el  invierno;  y  llegaría  á  ser  extre- 
madamente caluroso  en  el  estío,  si  las  elevadas  sierras 
de  que  abunda  no  refrigerasen  con  sus  auras  purísi- 
mas y  sus  perpetuas  nieves  la  temperatura ,  que  es, 
en  verdad,  encantadora.  El  olivo  y  el  granado,  el  na- 
ranjo y  el  limonero,  la  higuera  y  el  almendro  y  la  mo- 
rera de  distintas  clases;  el  rico  y  abundante  viñedo, 
ya  el  que  se  ofrece  en  el  estío  y  se  consume  en  fruta, 
como  son  la  deliciosa  uva  albilla  y  moscatel,  ya  el 
que  rinde  abundosa  cosecha  de  buenos  y  hasta  ex- 
quisitos vinos;  el  guindo  garrafal  y  de  tomatillo,  y  el 
abundantísimo  cerezo;  la  pera  de  numerosas  clases, 
la  ciruela  de  variadas  formas  y  colores ,  las  frutas  de 
pipa,  desde  el  melón  azucarado  á¡A  Tiemblo  hasta  el 
pimiento  de  molino  que  produce  Candeleda;  las  le- 
gumbres más  delicadas,  entre  las  que  sobresale  la 
suavísima  aluvia  de  tierra  del  Barco ,  y  los  linos  más 
finos  de  Castilla ;  y  por  singular  contraste  el  robusto 
nogal  y  el  copado  castaño,  que  dan  muy  pingües 
frutos,  al  mismo  tiempo  que  la  encina,  el  roble,  el 
pino  y  el  enebro  coronan  las  crestas  de  las  montañas 
vegetales ,  dando  largos  y  sabrosos  pastos  sus  lade- 
ras, sus  valles  y  cañadas;  tales  son  las  producciones 
de  esta  deliciosa  faja  semicircular  de  la  Provincia.  Y 
si  todo  ello  se  debe  al  benigno  clima  ayudado  del  riego 
que  sin  sistema  alguno  hidráulico  general ,  se  pro- 
porciona cada  cultivador ,  sangrando  los  arroyos  que 
en  constantes  saltos  de  agua  se  despeñan,  ¿de  qué 


102  HISTORIA    DE    AVILA. 

no  seria  capaz  este  tan  rico  y  agradable  país  con  las 
mejoras  que  en  otras  partes  lian  introducido  el  estudio 
de  la  agrie  altara  j  las  artes  de  la  industria? 

Por  conclusión  de  estas  Reseñas  geográfica  y  geo- 
Jógica,  quiero  indicar,  para  que  mis  paisanos  las  co- 
nozcan, las  diversas  zonas  en  que  son  habitadores, 
y  las  principales  alturas  de  la  Provincia,  oficialmente 
medidas,  de  que  dan  cuenta  el  Anuario  estadístico 
de  1858,  la  Guia  de  forasteros  de  1871  á  1872,  y 
otros  documentos  por  el  Gobierno  publicados. 

Se  conocen  en  la  ciencia  seis  clases  de  zonas  cli- 
matológicas, clasificadas  y  tituladas  en  la  forma 
siguiente  : 

1.'     Subtropical.  4."     Fria. 

2.^    Cálida    templada.        5/    Ártica. 
3.'    Fria  templada.  6."    Polar. 

Viven  dentro  de  la  zona  cálida  temjplada  los  pue- 
blos llamados  de  Puertos  alajo ,  que  son  los  situados 
en  las  faldas  y  valles  de  las  sierras  más  meridionales 
de  la  Provincia. 

Ocupan  la  zonB,fria  templada  los  situados  en  las 
umbrías  ó  Norte  de  las  sierras  que ,  descendiendo  á 
sus  inmediatos  valles ,  miran  liácia  la  capital  ó  centro 
de  la  Provincia ,  lo  cual  también  acontece  por  regla 
general  á  los  moradores  de  las  mesetas  de  Castilla  la 
Vieja. 

Sufren  la  zona  fria  los  pueblos  colocados  en  la 
superficie  de  las  mesetas  y  picos,  que,  pasando 
de  1.000,  no  exceden  de  1.710  metros  de  altura  sobro 
el  nivel  del  mar. 


RESEÑAS  GEOGRÁFICA  Y  GEOLÓGICA.  103 

Y  finalmente,  en  la  zona  ártica  sólo  se  encuen- 
tran los  picos,  altas  cuerdas  y  laderas  de  las  sierras 
de  Grcdos  y  Guadarrama ,  que  excedan  de  los  1 . 7 1 0  me- 
tros indicados. 

Las  alturas  de  las  montañas  de  la  Provincia,  de 
que  dan  razón  los  mismos  documentos  oficiales,  son 
las  sis"ui entes: 


Los    Hermanos    de    Gredos,   que 

Metros. 

Varas. 

1.' 

constituyen  la  Plaza  de  Alman- 

zor  (y  es  la  cuarta  altara  de  Es- 

paña), miden  en  metros  reducidos 

á  varas  castellanas 

2.650 
2.385 

3.180 

2/ 

Las  Cabezas  de  Hierro 

2.862 

3.* 

La  sierra  nacimiento  del  Alberche 

(collado  de  la  Serrota) 

1.913 

2.298 

4/ 

Las  de  Pedro  Bernardo,  Mijares, 
La  Escusa  y  Cerro  Casillas ,  mi- 

den con  corta  diferencia  entre  si. 

1.760 

2.112 

5.' 

Las  del  Puerto  de  las  Pilas 

1.356 

1.627 

6.* 

La  catedral  de  la  ciudad  de  Avila. 

1.100 

1.320 

7.' 

Las   sierras   de  Avila  y   el  Mirón 

cuentan  

800 

916 

8.' 

Y  las  mesetas  y  más  altas  planicies 

de  la  tierra  llana  de  la  Provincia, 

miden,  por  término  medio 

750 

900 

Hay,  sin  embargo,  otras  alturas  mayores  que  al- 
gunas de  las  que  quedan  expuestas,  pero  cuyas  me- 
didas no  se  han  practicado  todavía  oficialmente ,  ó, 
por  lo  menos ,  no  conocemos  los  datos  en  que  se  ha- 
yan publicado:  tales  son  las  de  Serrota,  Zapatero, 
Sancho  v  otras. 


RESEÑA  POLÍTICO-CIVIL  DE  LA  PROVINCIA. 


Rápida  ojeada  por  el  larguísimo  espacio  de  tiempo  desde  los  primeros 
moradores  de  sus  comarcas  hasta  la  creación  de  Provincias  por  Fe- 
lipe V. 

Quedan  agentados  en  las  Reseñas  geográfica  y 
geológica  la  situación  j  grados  de  latitud  y  longi- 
tud que  ocupa  nuestra  Ciudid,  con  arreglo  al  meri- 
diano de  Madrid;  las  provincias  con  que  confina  Ja 
de  Avila;  los  pueblos,  montañas,  rios,  valles  y  lla- 
nuras que  le  sirven  de  limites  y  describen  su  perife- 
ria ;  las  dos  grandes  secciones  de  Tierra  llana  y  de 
Sierra  en  que  se  divide,  con  sus  ricas,  variadas  y 
abundantes  producciones;  las  diversas  zonas  que  en- 
cierra y  determinan  tan  distintos  climas  y  tempe- 
raturas, y  las  más  notables  altitudes,  que  ya  nos 
son  conocidas,  en  las  cordilleras  de  sus  elevadas 
montañas. 

Ya  es  tiempo,  pues,  de  que  estudiemos  la  Provin- 
cia más  íntima  y  familiarmente,  y  en  su  distribución 
política,  gubernativa  y  económica,  para  conocerla 
bajo  el  aspecto  de  su  orden  civil,  desde  la  mayor 
antigüedad,  de  que  se  puedan  alegar  pruebas,  si  no 
concluyentes,  al  menos  las  que  se  deducen  de  las  re- 
glas ordinarias  de  la  crítica  racional,  hasta  llegar  al 
punto  de  su  actual  estado,  respecto  á  su  comparti- 
miento, en  txlos  los  ramos  d'>  la  adraini^traeinn 
general. 


RESEÑA    POLÍTiCO-ClVlL    DE  LA    PROVINCIA.  105 

No  se  me  oculta  que  al  establecer  yo  en  esta  re- 
seña como  bases ,  si  no  ciertas  }'  seguras ,  al  menos 
como  las  más  lógicas  y  probables,  las  noticias  que 
suministro  del  estado  social  de  Avila  y  sus  comarcas, 
anterior  por  siglos  y  siglos  á  la  repoblación  de  la  Ciu- 
dad por  D.  Alfonso  VI,  se  me  argii'rá  con  el  autori- 
zado parecer  de  muchos  historiadores  ,  en  relación  á 
las  primitivas  gentes  que  las  poblaron,  y  á  quienes 
tales  escritores  dan  otros  asientos  en  nuesti'a  Penín- 
sula: pero  ahora  no  me  propongo  sostener  mi  opi- 
nión; reservo  sus  f andamentos  y  pruebas  para  su 
propio  lugar,  que  es  el  de  la  narración  histórica.  Otro 
tanto  podrá  acontecer  respecto  á  la  serie  que  enun- 
cio de  ías  diversas  particiones  que  durante  la  do- 
minación romana  suíi'ió,  en  distintas  creaciones  de 
provincias,  nuestra  España.  Cumple  sólo  á  mi  pro- 
pósito, en  este  momento,  lijar  como  hechos  ciertos 
los  que  brevemente  voy  á  indicar,  y  que  justifican 
la  no  interrumpida  sucesión  de  moradores  de  nuestro 
país,  y  de  los  gobiernos  á  que  estuvieron  sometidos, 
reservando,  vuelvo  á  decir ,^  para  el  razonamiento 
histórico  la  comprobación  de  los  asertos  que  aquí 
hago. 

Las  gentes  primitivas  habitadoras  de  las  comar- 
cas que  circundan  á  Avila,  fueron,  á  no  dudarlo, 
celtíberas,  puesto  que  es  la  opinión  más  común,  que 
de  las  dos  razas  de  Celtas  ó  Iberos,  resultó  el  pueblo 
Celtíbero;  y  son  conocidas,  las  que  á  nuestro  pro- 
pósito conviene,  con  lo?  nombres  de  Vacceos,  Caii- 
ceanos,  Segedanos.  Carpctanos,  Oretauos,  Olcades 
y  Vettones,  de  cuyas  respectivas  familias  y  países 


106  HISTORIA   DE  AVILA. 

que  habitaban,  hablaremos  más  detenidamente  en 
la  Historia. 

Pero  ¿quiénes  fueron  los  fundadores  de  nuestra 
ciudad?  ¿Lo  fué  acaso  una  colonia  fenicia,  como  la 
más  constante  tradición  abulense  lo  cuenta?  Yo  no 
lo  afirmo;  pero  expondré  imparcialmente  muchos  ar- 
gumentos de  distinta  índole,  á  su  debido  tiempo,  que 
pondrán  á  cada  uno  de  mis  lectores  en  aptitud  de  que 
por  sí  propio  resuelva  este  dificilísimo,  sí,  pero,  á  mi 
parecer,  no  insoluble  problema. 

Conquistados  ya  en  su  mayor  parte  Cataluña  y 
el  Aragón,  por  las  irresistibles  legiones  de  la  Eepú- 
blica  Romana,  que  invadieron  nuestra  Península  218 
años  antes  de  la  Natividad  de  Cristo;  conocida  la  pri- 
mera división  de  España,  en  Citerior,  que  era  la  más 
inmediata  al  ejército  invasor,  y  en  Ulterior,  que 
significaba  la  que  á  la  sazón  se  hallaba  más  leja- 
na, es  lo  cierto  que  en  los  ochenta  años  siguientes 
á  la  irrupción  romana,  y  después  de  repetidas  ba- 
tallas, sufrían  ya  la  ley  del  vencedor  Toledo  y 
sus  comarcas,  Ilucia  ^en  la  Mancha,  Consuegra, 
Ebura  ó  Talavera  de  la  Reina,  y  que  llevaron  sus 
armas  victoriosas  sobre  los  Vacceos ,  habitantes  de 
ambas  orillas  del  Pisuerga ,  de  las  que  era  la  cabeza 
Palencia;  sobre  los  Segedanos ,  en  el  territorio  de  Se- 
govia ;  los  Cauceanos  ó  moradores  de  Coca ;  sobre 
Cárpese  ó  Carpeya,  capital  de  los  montes  Carpe- 
tanos,  y  sobre  gran  parte  de  la  dilatada  región  de 
los  Vettones,  en  cuyo  confín  oriental  se  hallaban  las 
comarcas  avilesas:  y  como  todo  el  país  ya  conquis- 
tado circundaba  su  territorio ,  claro  es  que  ya  en  el 


r>ESE^A  PULinco-civiL  de  la  pjiovi.ngia.         107 

año  149  antes  de  la  venida  del  Mesías,  siendo  Lucio 
Licinio  Lúculo,  cónsul,  y  Servio  Sulpicio  Galba,  pre- 
tor, Avila  y  los  moradores  de  su  tierra  eran  subditos 
de  la  soberbia  Roma.  Hallóse,  pues,  nuestro  país,  por 
largo  tiempo ,  en  los  confines  de  la  España  Citerior 
y  Ulterior,  hasta  que,  27  años  antes  de  Cristo,  siendo 
emperador  Octavio  Augusto,  dividióse  la  primera 
vez  la  España  en  las  tres  conocidas  provincias,  Botica 
Lusitáuica  y  Tarraconense ,  quedando  dentro  de  los 
límites  de  ésta,  Avila  y  muchas  de  sus  comarcanas. 
Tal  era  su  estado,  cuando  el  emperador  Constantino 
dividió  de  nuevo  la  España  en  cinco,  la  Cartaginense, 
la  Tingitana,  la  Botica,  la  Lusitana  y  la  Tarraco- 
nense ;  y  segregando  de  esta  última  el  territorio  de 
Avila,  adscribióle  á  la  Lusitana,  de  la  que  era  su  me- 
trópoli ó  capital  Mérida.  En  el  mismo  siglo  iv  de  la 
ya  era  Cristiana ,  creó  el  gran  Teodosio  dos  provin- 
cias más,  elevándolas  á  siete,  formando  la  Baleárica, 
que  desmembró  de  la  Cartaginense,  y  la  Galiciana 
de  la  Lusitánica,  quedando,  por  consiguiente,  bajo 
el  gobierno  de  la  última  y  su  convento  jurídico  eme- 
ritense,  las  tierras  de  Avila. 

No  conozco,  en  la  división  política  que  á  España 
dieran  los  Godos ,  la  ciudad  á  que  estuviese  sometida 
Avila  en  los  diversos  condados  ó  jefaturas  políticas 
y  militares  establecidos,  así  mientras  los  nuevos 
reyes  conquistadores  residieron  en  Narbona  y  el 
Mediodía  de  la  Francia,  como  desde  que  fijaron  su 
residencia  ulterior  en  Toledo;  pero  es  de  presumir 
que  tuvieron  que  acomodarse  los  vencedores  á  todo 
el  sistema  á  que  vivían  acostumbrados  los  vencidos. 


108  HISTORIA    DE    AVILA. 

y  sólo  á  fuerza  de  tiempo  resultó  aquel  pueblo, 
aquella  legislación,  aquel  orden  administrativo,  de 
que  da  muestra  admirable  y  sorprendente  el  inmor- 
tal código  llamado  Fuero  Juzgo,  ó  Fornm  Judicum, 
y  por  consiguiente,  que  seguirla  la  división  territo- 
rial política  romana.  La  que  está  fuera  de  contro- 
versia, es  la  eclesiástica,  porque  conocidos  ya  en  la 
disciplina  de  la  Iglesia  los  metropolitanos,  por  lo 
menos  desde  el  siglo  iv,  y  Mérida  como  residencia  del 
de  la  provincia  Lusitana,  sea  ó  no  cierta  la  división 
de  las  metrópolis  atribuida  á  Wamba,  como  acordada 
en  el  Concilio  II  Toledano,  aunque  no  se  justifica  por 
sus  actas,  siem.pre  resultará  que  Avila,  en  lo  ecle- 
siástico, y  por  natural  inducción  lo  mismo  acaecería 
en  lo  civil,  dependía,  como  sufragánea,  de  la  iglesia 
emeritense,  que  era  Mérida. 

Más  clara,  aunque  más  triste,  fué  la  suerte  del 
territorio  aviles  bajo  la  cimitarra  sarracena,  porque 
unas  veces  obedecía  á  los  representantes  de  los  ca- 
liías  de  Córdoba,  y  otras  á  los  reyezuelos  de  Toledo: 
y  como  constan  las  irrupciones  de  los  unos  y  los  otros 
en  nuestro  territorio ,  Avila  y  sus  comarcas  vivían 
por  los  unos  y  los  otros  sojuzgadas,  cuando  no  la 
recuperaban,  como  repetidas  veces  acaeció,  los  reyes 
de  Asturias  y  León,  hasta  que  la  ganó,  para  no  vol- 
verse á  perder,  el  glorioso  Alfonso  VI,  á  fines  del  si- 
glo XI ,  y  desde  cuya  época  formó  siempre  parte  de 
la  corona  de  Castilla. 

En  su  gloriosa  reconquista,  las  ciudades,  villas  y 
pueblos  más  granados  que  comenzaron  á  repoblarse, 
como  Avila,  Salamanca,  Segoviay  otros,  consiguie- 


nESE5¡A  rOL¡TlCO-ClV!L   1;E   LA  PROVINCIA.  109 

ron  para  sí  y  sus  aledañas  comarcas  la  independen- 
cia de  su  gobierno  y  administración,  crearon  sus 
concejos  y  gobiernos  municipales,  y  leyantaron 
huestes  bajo  sus  propios  pendones  para  su  respectiva 
defensa,  y  los  cabos  y  prohombres  de  la  guerra  y 
hasta  los  prelados  que  en  ella  acompañaban  á  los  re- 
yes ,  recibieron  en  galardón  de  sus  proezas  y  servi- 
cios, donaciones  de  más  ó  menos  extensos  territorios, 
que  mandaban  y  reglan  desde  sus  castillos  y  casas 
fuertes ,  ya  por  sí  mismos ,  ya  por  sus  tenientes  ó  de- 
legados, que  así  administraban  justicia,  como  man- 
daban sus  mesnadas  en  la  guerra. 

Castilla  estuvo  todavía  por  cerca  de  cuatro  siglos 
diseminada  en  infinitas,  funestas  y  pequeñas  fraccio- 
nes, que  obedecían  á  sus  señores,  y  las  ciudades  y 
villas  libres  á  sus  alcaldes  y  concejos,  y  más  adelante 
á  sus  corregidores,  alcaldes  mayores,  gobernadores 
políticos  ó  militares;  y  tal  era  su  estado  hasta  que, 
concluida  la  dinastía  austríaca  por  la  muerte  de  Car- 
los II,  le  sucedió,  como  primer  monarca  de  la  ilustre 
casa  de  Borbon,  el  Sr.  D.  Felipe  V. 

Creación  de  Provincias  é  Intendencias. — De  la  de  Avila. 

Terminada  la  larga  guerra  de  Sucesión,  y  tran- 
quilo ya  en  el  trono  el  animoso  Felipe,  se  propuso 
establecer  una  acertada  división  administrativa  en 
España,  demarcando  .sus  provincias;  así  que  por  su 
memorable  real  orden  de  1718,  reformada  y  perfec- 
cionada por  su  hijo  D.  Fernando  VI  en  otra  de  1749,  fa- 
cilitó los  progresos  de  la  agricultura,  de  las  artes  y 


lio  HISTORIA    DE    AVILA. 

del  comercio,  dictando  reglas  para  la  exacta  recau- 
dación é  inversión  de  los  caudales  del  Erario.  Tales 
órdenes  tenían  por  objeto,  según  lo  expresa  su  texto, 
volver  á  su  antiguo  esplendor  el  gobierno  económi- 
co, la  administración  de  justicia  y  la  causa  pública, 
porque  todo  se  hallaba  confundido  con  el  ruido  estre- 
pitoso de  las  armas  y  la  serie  desgraciada  de  cuaren- 
ta y  nueve  años  de  sangrientas  y  continuas  guerras. 

Creáronse  entonces  treinta  y  una  intendencias: 
ocho  llamadas  de  Ejército  y  veintitrés  de  Provincia, 
subdivididas  éstas  en  primera,  segunda  y  tercera  cla- 
se. Todos  los  intendentes  tenían  el  encargo  de  cuidar 
del  aumento  de  los  pueblos ,  la  formación  del  mapa 
y  descripción  de  la  Provincia,  y  el  de  visitarla  pun- 
tualmente para  conocer  su  verdadero  estado  econó- 
mico. Era,  pues,  de  la  incumbencia  de  los  intendentes 
fomentarlas  fábricas,  artes  y  oficios  mecánicos;  pro- 
mover el  adelantamiento  de  la  cria  y  trato  de  ganado; 
el  uso  de  riego  para  fertilidad  de  los  campos ,  pro- 
tegiendo y  fomentando  los  labradores ,  etc. ;  de  don- 
de se  ve  que ,  según  el  sabio  espíritu  de  esta  legis- 
lación, el  oficio  de  los  intendentes  los  constituía  auto- 
ridades tutelares  de  los  pueblos,  al  mismo  tiempo 
que  escrupulosos  inspectores  de  la  recta  exacción  é 
inversión  de  los  fondos  públicos. 

Tanta  acumulación  de  atribuciones  exigió  el  re- 
unir á  las  intendencias  las  administrativas  de  los  cor- 
regimientos que  había  en  cada  provincia ,  lo  cual 
sufrió  grandes  impugnaciones  de  parte  de  los  tribu- 
nales, á  cuyo  frente  se  hallaba  la  poderosa  autoridad 
de  los  Consejos  de  Castilla  y  Aragón,  por  lo  que  que- 


RESEÑA  POLÍTICO-CIVIL  DE  LA   PROVINCIA.  111 

dóá  voluntad  del  rey,  según  lo  aconsejase  la  pru- 
dencia, la  reunión  ó  separación  de  intendencias  y 
corregimientos,  tanto,  que  ya  en  nuestro  siglo  y  en 
el  año  de  1817  sólo  se  contaban  seis  intendentes-cor- 
regidores ;  y  tal  era  el  estado  de  las  provincias  hasta 
que  se  crearon  en  1812,  y  se  establecieron  en  las 
épocas  constitucionales,  los  jefes  políticos  y  sucesi- 
vamente los  subdelegados  de  Fomento  y  goberna- 
dores de  provincias,  que  reunieron  en  si  el  gobierno 
civil  y  político ,  y  el  adelanto  y  progreso  de  todos  los 
ramos  de  la  administración  pública,  y  que  última- 
mente asumieron  con  la  supresión  de  las  intenden- 
cias la  inspección  superior  económica  de  todas  ellas. 
La  de  Avila  perteneció  a  la  tercera  clase  de  las  in- 
tendencias, y  en  la  división  de  España  en  provincias, 
subdividida  en  partidos,  corregimientos,  alcaldías 
mayores  y  ordinarias,  hecha  de  orden  del  rey  don 
Carlos  III,  siendo  el  conde  de  Floridablanca  su  mi- 
nistro de  Estado,  se  aprobó  en  22  de  Marzo  de  1785  y 
se  publicó  en  el  de  1789  la  siguiente 

Demarcación  y  Nomenclátor  de  los  pueblos  de  la  provincia  de  Ahila, 
que  duró,  con  leves  alteraciones,  hasta  el  año  de  1835. 

Se  componia  de  los  Partidos  y  Estados  siguientes: 
El  partido  ó  tierra  de  la  ciudad  de  Abila  se  dividía  en 
siete  sexmos;  á  saber: 

San  Juan.  Serrezuela. 

Cobaleda.  Santiago. 

San  Vicente.  Santo  Tomé. 
San  Pedro. 


112 


HISTORIA    DE    AVILA. 


El  partido  ó  tierra  de  la  villa  de  Arévalo  contaba  los  seis 
sexmos  de 


Orvita. 
La  Vega. 
El  Aceral. 


Sinlabajos. 

Aldeas. 

Ráfirama. 


Los  partidos  ó  estados  de  la  provincia  de  Abila  eran  los 
siguientes: 


Partido  de  Villatoro. 
Partido  de  Bonilla. 
Partido  de  Villafranca. 
Estado  de  la  Adrada. 
Estado  de  las  Navas  del  Mar- 
qués. 
Estado  de  Oropesa. 


Estado  de  Navamorcuende. 
Estado  de  Miranda. 
Estado  de  Mon-beltran. 
Pueblos    sueltos   ó   eximidos 

de  sexmos  ó  partidos  en  la 

provincia. 


ABREVIATURAS 


DE  QUE  SE  HACE  USO  EN  ESTE  NOMENCLÁTOR. 


Aid.  significa  Aldea. 

A.  0. — Alcaide  Ordinario. 

A.  P.  —  Alcalde  Pedáneo. 

A.  0.  R.  —  Alcalde  Ordinario  RcaU'ngn. 

A.  0.  S. — Alcalde  Ordiüario  de  .Señorío. 

A.  P.  R. — Alcalde  Pedáneo  Realengo. 

A    !'.  S.— Alcalde  Pedáneo  de  Señorio. 

A.  2W.  R.  —  Alcalde  ¡Mayor  Realengo. 

A.  31.  S.^  Alcalde  Mayor  de  Señorío. 

C  si<;nifica   ciudad. 


Corr.  —  Corregidor. 

D.  —  Despoblado. 

L.  — Lugar. 

R.  —Realengo. 

S. — Señorío. 

S.  E.  —  Señorio  Eclesiástico. 

S.  S.  —  Señorío  Secular. 

V.  — Villa. 

Vcnl.  —  ^'enla. 


TIERRA  Ó  PARTIDO  DE  AEILA  U  <US  SIETE  SEXMOS. 


C.  Abila,  Corregidor  por  S.M. 

Sexmo  de  San  Juan. 


D.  Angeles  (Los).  R. 
L.  Berlanas,  R.— A  P. 
D.  Berreudilla,  R. 
L.  Bernuj    Zapardiel, 

A.  P. 
V.  Cardeñosa  S.  S.  — A. 
T().MO    I 


L.  Cabizuela,  R.— A.  P. 

V.  Cantiverus,  S.  S.— A.  O. 

V.  Cisla,  S.  S.— A.  O. 
R.—   L.  Hernán  Sancho,  R. — A.  P. 

V.  Fuente  el  Sauz,    S.  S. — 
O.  A.  ü. 

S 


114 


HISTORIA    DE    AVILA. 


V.  Fontiveros,  S.  S.— A.  O. 
L.  Goterrendura,  R.— A.  P. 
D.  Garoza,  R. 
L.  Jaraíces,  R. — A.  P. 
L.  Oso  (El),  R.-A.  P. 
L.  Peüalva,  R.-A.  P. 
L.  Riocabado,  R.— A..  P. 


V.  San  Pascual,  R.-A.  O. 
V,  San    Juan  de    la  Nava, 

R.-A.  O. 
D.  San  Juan  de  la  Torre. 
D.  Montalvo,  R. 
D.  Mígales,  R. 
L.  Zorita,  R.— A.  P. 


Sexmo  de  Cobaleda. 


L.  Alameda  (La),  R.-^A.  P. 
L.  Aveinte,  R.— A.  P. 
L.  Albornos,  R.— A.  P. 
D.  Borona,  R. 
L.  Cordobilla,  R.— A.  P. 
V.  Collado,  S.  S.-A.  O. 
L.  Crespo,  R.— A.  P. 
L.  Chaherrero,  R.— A.  P. 
L.  Castilblanco,  R.— A.  P. 
V.  Flores  de  Abíla,   S.  S.— 

A.  O. 
L.  GimialcoD,  R.— A.  P. 
L.  Muñojerro,  R. — A.  P. 
D.  Manzaneros,  R. 
L.  Monsalupe,  R. — A.  P. 
L.  Muñosancho,  R. — A.  P. 
L.  Muñomer,  R. — A.  P. 
L.  Muñogrande,  R.— A,  P. 


L.  Naharros,  R.— A.  P. 

L.  Ortigosa,  R.-A.  P. 

L.  Pascualgrande,  R. — A.  P. 

L.  Papatrigo,  R.— A.  P. 

Y.  Rivilia  de  Barajas,  S.  S.— 

A.  O. 
L.  San  Pedro  del  Arroyo,  R. — 

A.  P. 
L.  San  Juan  de  la  Encínüla, 

R.— A.  P. 
L.  Salvadíos,  R.— A.  P, 
L.  Santo  Tomo  de  Zabarcos, 

R.-A.P- 
L.  Sigeres,  R. — A.  P. 
D.  Torcal,  R. 
L.  Yiñegra,  R.— A.  P. 
L.  Villamajor,  R. — A.  P. 


Sexmo  de  San  Vicente. 


L.  Altarairos,  R.— A.  P.  L.  Chamartin,  R.— A.  P. 

V.  Bercimuelle.  S.  S.-A.  O.  D.  Cid,  R. 

V.  Bóveda,  S.  S.— A.  O.  L.  Cillan,  R.— A.  P. 

L.  Bravos.  R.— A.  P  V.  Daruelo,  S.  S.— A.  O. 

L.  Benitos,  R.— A.  P.  V.   Herreros  de  Suso,  A.  O. 

V.  Cantaracilln,  S.  S.— A.  O.  L.  Gallegos,  R.— A.  P. 


RESEÑA  POLITICO-CIVIL   DE  LA  PROViNClA. 


11 


L    Grandes,  R.-A.  P. 
D.  Garci  Pedro,  R. 
D.  Mingo  Blasco,  R. 
D.  Manquillos,  R. 
L.  Horcajuelo,  R.-  A.  P. 
L.  Parral,  R.-A.  P. 


D.  Piedrahitilla. 

L.  Padiernos,  R.— A.  P. 

L    San  Martin,  R.— A.  P. 

L.  Solana,  R.— A.  P. 

L.  Sancho-Reja,  R  — A.  P. 

V.  Vita,  R.— A.  O. 


Sexmo  de  San  Pedro. 


D.  Halcones,  R. 

D.  ArroTuelo,  R, 

L.  Blascomillan,  R.— A.  P. 

L.  Valdecasa.  R.— A.  P. 

L.  Balbarda  (concejo),  R.— 

A.  P. 
L.  Belmente,  R.— A.  P. 
L.  Blandía,  R.— A.  P. 
L.  Bularros,  R.— A.  P. 
L.  Cabezas  del  Villar^   R. — 

A.  P. 
L.  Colilla(La),  R.— A.P. 
L.  Casasola,  R.— A.  P. 
D.  Duruelo,  R. 
D.  Hernán  Gallego,  R. 
I).  Herreros  del  Puerto,  R. 
L.  Fresno 'El concejo),  A.  P. 
D.  Flor  de  Rosa,  R. 
L.  Grajos,  R.— A.  P. 
D.  Gasea,  R. 
D.  Iban-Grande,  S.  S. 
L.  Muñezfconcejo),  R.— A.P. 
D.  Migalvin,  R. 
D.  Marti-üominguez,  R. 
L.  Mirueña,  R. — A.  P. 
V.  Mancera  de  Arriba,  S.  S.— 

A.  O. 
L.  Manjabúlago,  R.— A.  P. 


L.  Muñana,  R.— A.  P. 

L.  Muñogalindo,  R.— A.  P. 

L.  Muñoclias,  R. — A.P. 

L.  Muñopepe,  R.— A.  P. 

L.  Marti-Herrero,  R.^A.  P. 

L.  Marlin,  R.— A.  P. 

L.  Muüico     (concejo),     R. — 

A.P. 
L.  Morañuela,  R. — A.  P. 
L.  Xaharrillos  del  Rebollar, 

R.— A.  P. 
L.  Naharros  del  Puerto,  R.— 

A.P. 
L.  ^'iharra,  R.— A.  P. 
L.  Hortun-Pascual  (concejo), 

R.-A.  P. 
L.  PajarilladelRebollar,  R, — 

A.P. 
D.  Pajarilla  del  Berrocal.  R. 

-A.P. 
D.  Rivilla  de  la  Cañada,  R. 
D.  San  Miguel  de  las  Viñas, 

R. 
D.  Serranos  y  Albianos,  R. 
D.  Santa  María  del  Espino,  R. 
D.  San  Muñoz,  R. 
D.  Gimones,  R. 
L.  Serrada  ^Lal.  R.— A.  P. 


116 


HISTORIA    DE    AVILA. 


L.  Salobral,  R.— A.  P.  L.  Torre  (La;,  R.— A.  P. 

L.  Sanchidrian,  R.-A.  P.  L.  Villaflor,  R.-A.  P. 

L.  Santa  María  del  Arroyo,  D.  Villargarcía,  R. 

R.— A.  P.  D.  Zurraquin,  R. 

L.  San  García,  R— A.  P.  D.  Cilleros,  R. 

Sesmo  de  Serrczuela. 

L.  Aldealabad,  R.— A.  P.  di,  R. 

L.  Arevalillo,  R.-A.  P.  V.  Diego  Alvaro,  S.  S.-/  .  O. 

L.  Armenteros (concejo), R.—  V.  Martínez,  S.  S.— A.  O. 

A.  P.  L.  Zapardiel  de    la  Cañada, 
D.  Ventosa  de  la  Cuesta,  R.  R. — A.  P. 

D.  Castellanos  de   la  Caua- 

Scxmo  de  Santiago. 


L. 

Aldea  el  Rey,  R.-A.  P. 

L, 

L. 

Berraco  (El),  R.— A    P. 

L. 

L. 

BerrocalejodeAragona,  R. 

L. 

—A.  P. 

L. 

L. 

— Bernuy    Salinero  ,    R.— 

L, 

A.P. 

L. 

D. 

Blasco  Sanchuelo,  R. 

L. 

V. 

Cabreros,  R. — A.  0. 

L, 

L. 

Cabanas,  R. — A.  P. 

V, 

D. 

Castellanos    de    Fresne- 

das, R. 

L. 

y. 

Herradon    (El),    S.    S.— 

L. 

A.  0. 

D 

D. 

Gemiguel,  R.— A.  P. 

L. 

Gemuüo,  R.— A.  P. 

D 

L. 

Mironcillo,  R.— A.  P. 

D 

L. 

Mediana,  R.— A.  P. 

D 

L. 

Nava  el   Moral  (concejo), 
R.-A.  P. 

V, 

L. 

Navaluenga,  R— A.  P. 

L. 

Navatalgordo,  R.— A.  P. 
Navarrevisca,  R. — A.  P. 
Navalosa,  R.— A.  P. 
Navalacruz,  R. — A.  P. 
Navaquesera,  R. — A.  P. 
Tsavaredondilla,  R. — A.  P. 
isíavaelperal,  R. — A.  P. 
Hoyo  Quesero,  R. — A.  P. 
Hoyo    de    Pinares,    R.  — 
A.P. 

Ojos-Albos,  R.— A.  P. 
Riofrio,  R.— A.  P. 
Santa    María    de   Civíer- 
cas,  R. 

Santo  Tomé  de  Linares,  R. 
Serna  (La),  S.  S.— A.  O. 
San  Pedro  de  Linares,  R. 
San  Bartolomé  de  Pinares, 
S.  S.-A.  O. 
Sotalvo,  R.— A.  P. 


RESEÑA  rOI.ITICO-CiVIL  DE  LA  FROVINC'A, 


117 


V.  Santa    Cruz    de   Tinares,  D.  Torrecilla  (La),  R.— A.  P. 

S.  S.— A.  O.  L.  Tornadizos  de  Abila,  R. 

V.  San  Juan  de  la  Nava,  R. —  L.  Urraca  Miguel,  R.— A.  P. 

A.  O.  L.  Villaviciosa,  R— A.  P. 
V.  Tiemblo  ^El,  S.  S.-A.  O. 

Sexmo  de  Santo  Tomé. 


V.  Adanero,  S.  S.-A.  O. 

D.  Almarza,  S.  S.— A.  O. 

D.  Aldea  el  Gordo,  R. 

L.  Blasco  Sancho,  R.  — A.  P. 

L.  Beiavos,  R.— A.  P. 

D.  Diezgos,  R. 

L.  Gallegos   de  San   Vicente 

(concejo],  R.— A.  P. 
D.  ^[amblas,  R. 
V.  Mingorría,  S.  S. — A.  O. 
D.  Ovieco,  S.  S.-A.  O. 
D.  Pedrosillo,  R. 
L.  Pajares,  R.— A.  P. 
V.  Pozanco,  S.  S.— A.  O. 


D.  Puebla,  S.  S.— A.  O. 
V.  Patos  (Los),  S.  S.— A.  O. 
V.  Santo   Domingo,   S.   S.- 

A.  O. 
L.  Saornil  de  Voltoya,  R.- 

A    P. 
D.  Saornil  de  Adaja,  R. 
L.   Sanchidrian,  R.— A.  P. 
L.  Tolbaños,  R.— A.  P. 
L.  Yicolozano  (concejo),  R.- 

A.P. 
V.  Vega  (La),  S.  S.— A.  O. 
D.  Vüladei,  R. 


TIERRA  Ó  PARTIDO  DE  ARÉVALO,  DIVIDIDO  EN  LEIS  SEXMOS. 


V.  Arévalo,  R.  -Correg.  por  S.  M. 

Sexmo  de  Orvita. 

D.  Aldehuela  y  Matilla,  R.  —  L.  Espinosa,  R.— A.  P. 

A.  P.  L.   Gutierre  Muñoz,  R.— A.  P. 

L.  Aldeanueva  del   Codonal,  L.  Montuenga,  R.— A.  P. 

R.— A.  P.  D.  Navaelperal,  R.— A.  P. 

L.  Codorniz,  R._a.P.  L.  Ürvita.  R.— A.  P. 


118 


HISTORIA    DE    AVJLA. 


Sexmo    de    la   Vega. 


D.  Blasco-Muño  de  la  Vega,    L.  Martin  Muñoz  de  la  Dehe- 


R. 

L.  Bota  el  Horno,  R. — A.  P. 

L.  DonHierro,  R.— A.  P. 

D.  Estepar,  R.— A.  P. 

L.  Montejo  de  la  Vega,  A.  P. 

D.  Madrilejo,  R. 

D.  Moro,lejadeSantaCruz,  R. 


sa,  R.— A.  P. 
D.  Palacios  de  la  Vega,  R. 
L.  Eapariegos,  R.— A.  P. 
D.  Servande  y  Tranujas,  R. 
L.  San  Cristóbal,  R.— A.  P. 
L.  Tolocirio,  R.— A.  P. 


Sexmo  del  Aceral. 


L.  Aldeaseca,  R.— A.  P. 

D.  Valtodano,  R. 

L.  Viñaderos,  R. — A.  P. 

D.  Bodegoncillo  (El),  R. 

D.  Valles-Domingo,  R.— A.  P. 

L.  Constanzana,  R. — A.  P. 

L.  Cabezas  de  Arambre,  R. — 

A.  P. 
L.  Donjimeno,  R.— A.  P. 
L.  Langa,  R.-A.  P. 
D.  Montejuelo  de  Garci-Lobo, 

R. 


L.  Magazos,  R. — A.  P. 

L.  Naharros  del  Monte,  A.  P. 

L.  Nava  de  Arévalo(Laj,  R. — 

A.   P. 
L.  Noharre,  R, — A.  P. 
L.  Pedro     Eodriguez,     R. — 

A.  P. 
L.  Palacios  Rubios,  R. — A.P. 
L.  San  Vicente,  R. — A.  P. 
L.  Tiuosillos,  R.— A.  P. 
L.  Villanueva,  R.-A.  P. 


Sexmo  de  Sinlabajos- 


D.  Campo  (El),  R.— A.  P. 
L.  Donvidas,  R. — A.  P. 
L.  Muriel,R.— A.  P. 
L.  Honcaladas    (Las),    R. — 

A.  P. 
L.  Honquilana,  R. — A.  P. 


D.  Pozo  (El),  R.— A.  P. 
L.  Sinlabajos,  R.— A.  P. 
L.  San  Pablo  de  la  Moraleja, 

R.-A.  P. 
L.  San  Esteban,  R.— A.  P. 
L.  Salvador,  R.— A.  P. 


L.  Olmedillas  (Las),  R.— A.  P.    L.  San  Llórente,  R.— A.  P. 
L.  Palacios  de   Goda,    R.—   L.  Tornadizos  de  Are'valo,  R. 
A  P.  —A.  P. 


RESEÑA  rOL!Tlf.U-ClVlL  DE  LA   rROVINClA.  i  19 

Sexmo  de  Aldeas. 

L.  Blasco-Nuuo   de    Mataca-  V.  Fuentes  de  Año,  S.  S.— 

bras,  R.— A.  P.  A.  O. 

L.  Barroman,  R.— A.  P.  V.  Lomoviejo,  R.— A.  O. 

L.  Castellanos  de  Arévalo,U. —  L.  Moraleja    de   Matacabras. 

A.  P.  D.  Palazuelos   de   Zapardiel, 
V.  Canales,  S.  S.  R. 

L.  Cabezas  del    Pozo,   R. —  V.  Raliegos,  S.  S.— A.  O. 

A.  P.  D.  Serranos  de  Arévalo. — R. 

Soxmo  ds  Rágama. 

D.  Astudillo,  R. — A.  P.  V.  Horcajo  de  las  Torres,  S. 

L.  Ajo  (El),  R.— A.  P.  S.— A.  O. 

L.  Bercial,  R.— A.  P.  D.  Píteos.  R. 

D.  Bañuelos,  R.  L.  Rág^ama,  R. — A.  P. 

L.  Cebolla,  R.— A.  P.  L.  Rasueros,  R.— A.  P. 

L.  Mamblas,  R.-A.  P.  L.  Villar  (El),  R.— A.  P. 

PARTIDOS  O  ESTADOS  DE  PROVINCIA. 


Partido  de  Villatoro. 

L.  Amavida,  S.  S.— A.  P.  V.  Muñotello,  S.  S.— A.  P. 

L.  Cepeda,  S.  S.— A.  P.  L.  Prado-segar,  S.  S.— A.  P. 

L.  Menga-Muüoz  ,    S.    S.  —  L.  Poveda,  S.  S.— A.  P. 

A.  P.  V.  Villatoro,  S.  S.-A.  O. 

Partido  ds  Bonilla. 

V.  Bonilla  de  la  Sierra,  S.  E  L.  Casas  del  Puerto  de  Boni- 

— A.  O.  lia,  S.  E.— A,  P. 

L.  Becedillas,  S.  !•:.— A.  P.  L.  Malpartida,  S.  E.-A.  P. 

L.  Cabezasde Bonilla,  S.  E.—  L.  Mesegar,  S.  E.— A.  P. 

A.  P.  L.  Tortoles,  S.  E.— A.  P. 


120  HISTORIA    DE    AVILA. 

Partido  de  Víllafranca. 

L.  Casas  del  Puerto,  S.  S  —   L.  Navacepedilla,  S.  S.— A.  P.. 
A.  P.  V.  Villafranca,  S.  S.— A.  O. 

Partido  de  la  Adrada. 

V.  Adrada  (La),  S.  S.-A.  O.  V.  Iglesuela(La),S.S.— A.  O. 

L.  Casillas,  S.  S.— A.  O.  V.  Piedralaves,  S.  S.— A.  O. 

V.  Casas  Viejas,  S.  S.-A.  O.  V.  Sotillo  de  la  Adrada,  S.  S. 
V.  Fresnedilla,  S.  S.— A.  O.       —A.  O. 

Estado  de  las  Havas  del  Marqués. 

V.  Navas  del  Marqués,  S.  S.   L.  Val  de  Maqueda,  S,  S.— 

-A.  M.  S.  A.  P. 

V.  Pelayos,  S.  S.— A.  O. 

Estado  de  Oropesa. 

L.  Alcañizo,  S.  S. — A.  P.  V.  Lagartera,  S.  S. — A.  P. 

L.  Corchuela,  S.  S.— A.  P.  V.  Navalcan,  S.  S.— A.  O. 

L.  Celeruela,  S.  S.— A.  P.  V.  Oropesa,  S.  S.— A.  M.  S. 

V.  Calzada  (La),  S.  S.— A.  O.  V.  Parrillas,  S.  S.— A.  O. 

L.  Herreruela,  S.  S.— A.  P.  V.  Torralba,  S.  S.— A.  ü. 

L.  Guadierbas-altas,  S.  S. —  L.  Ventas  de  S.  Julián,  S.  S, 

A.  P.  —A.  P. 

D.  Guadierbas-bajas,  S.  S.— 

A.  P. 

Estado  de  Navamorqüende. 

V.  Almendral,  S.  S.— A.  O.      V,  Navamorqüende,  S.  S.— 
V.  Buenaventura,    S.     S. —         A.  O. 

A.  ü.  V.  Sotillo  de  las  Palomas,  S. 

V.  Cardiel,  S.  S.— A.  O.  S.— A.  O. 

V.  Sartajada,  S.  S.— A.  O.         V.  San  Román,  S.  S.— A.  O. 


RESEÑA  POLÍTICO-CIVIL  DE  LA  TROVINCIA.  121 


Estado  de  Miranda. 

V.  Bconal,  S.  S.— A.  O.  L.  Gordo  (El),  S.  S  —A.  P. 

V.  Candeleda,  b'.  S.— A.  O.  V  Talayera  la  Vieja,  S.  S.— 
L.  Berrocalejo,  S.  S. — A.  P.  A.  O. 

V.  Puebla  de  Nadados,  S.S.—  V.  Térrico  (El),  S.  S.— A.  O. 

A.  O.  V.  Valverdeja,  S.  S.— A.  O. 

Estado  de  Mon-beltran. 

L.  Arroyo   Castaño,  S.   S.—  Y.  Pedro   Bernardo,  S.    S. — 

A.  P.  A.  O. 

V.  Cuevas  (Las),  S.  S.— A.  O.  L.  Serranillos,  S.  S.— A.  P. 

L.  Gavilanes,  S.  S.— A.  P.  L  Santa Cruzde  Mon-beltran, 
L.  Higuera  (La),  S.S.— A.  P.  S.  S.— A.  P. 

V.  Lanzahita,  S.  S.— A.  O.  V.  San  Esteban  del  Valle,  S. 
V.  ilon-beltran,    S.    S.  — A.         S  — A.  O. 

M.  S.  V.  Villarejo  (El),  S.  S.- A.  O. 
V.  Muarés,  S.  S.— A.  O. 


PUEBLOS  SUELTOS  O  EXIMIDOS  SIN  SEXMO  NI  PAPJIDO. 


V.  Badillo,  S.  S.-A.  O.  V.  Puente  del  Congosto,  S.  S. 

V.  Cespedosa,  S.  S.— A.  O.  —A.  O. 

V.  Fuente    el   Sol,    S.    S. —  V.  San  Bartolomé  de  Corneja, 

A.  O.  S.  S.— A.  O. 

V.  Guijo  (El),  S.  S.— A.  O.  D.  Serranos  de  la  Torre,  S.  S. 

V.  Madrigal,  R.  C.  por  S.  M.  —A.  O. 

S.  Peñaranda  de  Bracamente,  V.  Villanueva  del  Campillo, 

S.  S.-A.  M.  S.  S.  S.— A.  O. 

V.  Pascua!    Cobo  ,    S.    S.  —  V.  Villanueva  de  Gómez,  S. 

A.  O.  S.-A.  O. 


Y>:Z 


IHSTOnjA    DE    AVILA. 


Agregación  posterior  á  la  Provincia  de  los  partidos  del  Barco  de  Avila, 
Piedraliila  y  el  Mirón,  cuyos  distritos  no  pertenecían  á  la  de  Avila  eit 
la  di>'ision  territorial  de  178.j,  porque  estaban  incorporados  ú  la  de 
Salamanca  y  tenían  también  sm  respectivos  compartimientos  de  esta 
manera : 

Barco  de  Avila. 


Gobernábase  es!e  partido 
por  un  alcalde  mayor  del  se- 
ñorío de  Valdecorneja,  y  las 
fracciones  de  su  territorio  lla- 
mábanse, como  en  otros  parti- 
dos de  Salamanca,  en  vez  de 
Sexmos,  Quartos,  y  eran  los 
siguientes: 

QüAiíTO  DE  SA.\  PEDUO,  que  Com- 
prendía 

Aldeanueva  de  Santa  Cruz. 

Aliseda. 

Encinares. 

Lastra  del  Can. 

Santa  María  de  Caballeros. 

QDAUTO    DEL   OKILLAU. 

El  Losar. 


QUARiO  DE   SAN  BAIITOLOME. 

Llanos  (Los). 
Nava  (La). 
Navalonguilla. 
Navatejares. 
Tormellas. 

QUAIirO   DE  AUAVALLE. 

Casas  del  Puerto  de  Torna- 
vacas. 
Gil  García. 
Solanas  (Las). 
Santiago  de  Aravalle. 

QUAUrO  DE   SANTA   LUCÍA. 

Santa  Lucía. 


Piedrahita. 


Gobernábase  este  partido 
por  un  alcalde  mayor  del  se- 
ñorío de  Valdecorneja;  estaba 
d'-vidida  su  tierra  en  los  tres 
sexmos  siguientes: 

SEX510    DE  LO  LLANO. 

Sus  pueblos  eran: 
Avellaneda. 


Aldehuela. 

Iloyo-redondo. 

Nava  Escurial. 

San  Miguel  de  Corneja. 

Santiago  del  Collado. 

SEXMO  DE  LA   SIERRA. 

Barajas. 

Garganta  del  Villar. 


reskSa  roi.iTici)  ciMi.  Di;  i.a  imiovincia.         123 

Hoyos  del  Lspino.  sexmo  de  l.\  !íi\  kua. 

Hoyos  del  Collado.  Herguijuela  ^La). 

Hoyos  de  Miguel  Muñoz.  Horcajo. 

Navadijos.  Navacepeda. 

Nava  el  Sauz.  Nava  el  Peral. 

Ivavaredonda.  Navasequilla. 

San  Martin  del  Pimpollar.  San  Bartolomé. 

San  Martin  de  la  Vega.  Zapardiel. 

Partido  del  Mirón. 

Gobernábale  un  solo  alcalde    El  Collado, 
ordinario  y  los  demás  peda-    La  Xaharra. 
neos,  comprendiendo  los  pue-    Navaliermosa. 
blos  de  Santa  Marín  del  Berrocal. 

Valdemolinos. 
El  Mirón.  Yillar  de  Corneja. 

Arenas  de  San  Pedro  conoció  también  en  la  antigüedad 
un  sexmo,  que  le  componían  varios  pueblos  de  su  actual 
partido,  y  se  le  llamaba  de  Ljs  Herrerías  de  Avila;  pero 
en  1785  formaban,  asi  Arenas  como  sus  actuales  pueblos, 
parte  del  gran  partido  de  Talayera  de  la  Reina,  en  la  provin- 
cia de  Toledo. 

RESÜMÍSN. 

El  territorio,  pues,  de  la  Provincia  primitiva  estuvo  divi- 
dido, con  transitorias  alteraciones,  y  en  su  mayor  parte  para 
la  administración  de  justicia  y  para  el  gobierno  político  y 
económico  de  sus  ayuntamientos,  en  cinco  corregimientos  y 
seis  alcaldías  mayores,  en  la  forma  siguiente: 

Avila Corregimiento.     De  nombramiento  Real. 

Arévalo Corregimiento.     De  nombramiento  Real . 

Arenas Corregimiento.     Del  señorío  de  la  Casa 

del  Infantado. 
Cebreros Corregimiento.     De  nombramiento  Real. 


124  HISTORIA    DE    AVILA. 

Madrigal Corregimiento.     De  nombramiento  Real. 

Barco  de  Avila. . .    Alcaldía  mayor     Del    señorío   de  Valde- 

corneja. 

Mon-beltran Alcaldía  mayor.    Del    señorío    de   Nava- 

morqüende. 

Navas    del    Mar- 
qués     Alcaldía  mayor.   Del  señorío  del  marque- 
sado de  las  Navas. 

Oropesa  (del  Obis- 
pado)     Alcaldía  mayor.    Del  señorío  del  conde  de 

Oropesa. 

Piedrahita Alcaldía  mayor.    Del   señorío  de  Valde- 

corneja. 

Peñaranda  de  Bra- 

camonte Alcaldía  mayor.    Del  señorío  del  conde  de 

Peñaranda. 

SEXMOS. 

Noticia  de  estas  antiguas  comunidades  de  la  tierra;  de  sus  Juntas; 
y  de  sus  Procuradores  ó  Sexmeros  generales. 

En  los  Partidos  ó  Estados  de  señorío ,  los  dueños 
(j  poseedores  respectivos  de  ellos  disfrutaban  de  más 
ó  menos  derechos  territoriales  y  jurisdiccionales,  ya 
ciertos ,  ya  disputados ,  según  que  podian  sostener- 
los y  acreditarlos  al  tenor  y  en  el  espíritu  de  los  tí- 
tulos de  sus  adquisiciones ,  y  todos  ellos  pertenecían 
CQ  la  Provincia  al  señorío  secular,  á  excepción  del 
de  Bonilla,  que  era  del  eclesiástico,  y  que  estaba 
perpetuamente  anejo  á  la  Mitra;  y  sabido  es  que  el 
nombramiento  de  los  jueces,  alcaldes,  regidores, 
ayuntamientos,  escribanos  y  demás  dependientes 
necesarios  para  el  gobierno  y  justicia  de  estos  terri- 


RESEÑA  POLÍTICO -CIVIL  DE  LA  PROVINCIA.  125 

torios,  mermando  gravemente  las  altas  atribucio- 
nes de  la  Corona,  correspondió  desde  su  creación  á 
sus  privativos  señores,  hasta  que  el  rey  D.  Fernan- 
do VII ,  secundando  felizmente  las  disposiciones 
adoptadas  en  las  Cortes  generales  reunidas  en  Cá- 
diz desde  1810,  reintegró  á  la  Soberanía  de  tan  im- 
portante derecho,  haciendo  que  el  aüo  de  1824  fuese 
uno  solo  y  uniforme  el  sistema  de  elección  para  la 
administración  judicial  y  municipal  de  la  Provincia 
y  de  todo  el  Reino. 

Y  para  cerrar  el  punto  relativo  á  la  nomenclatu- 
ra, importancia  y  división  de  los  pueblos  en  Parti- 
dos y  Estados  que  formaban  la  estructura  de  la  an- 
tigua Provincia,  me  parece  conveniente  dar  una  idea, 
aunque  sea  ligera,  sobre  la  subdivisión  de  muchos 
de  ellos  en  Sexmos. 

Es  de  notar  que  los  partidos  de  Avila  y  de  Aré- 
valo,  y  los  del  Barco,  Piedrahita  y  el  Mirón,  seme- 
jantes en  su  antigua  organización  municipal  y 
económica  á  los  de  las  provincias  de  Salamanca, 
Segovia,  Soria  y  otras  poblaciones  de  Castilla,  sin 
perjuicio  de  ser,  como  lo  eran,  grandes  agrupa- 
ciones de  varios  concejos  convecinos ,  pero  cada 
uno  independiente  del  otro  y  con  sus  peculiares 
y  exclusivos  derechos  y  deberes,  aprovechamientos 
y  cargas,  eran  ademas  el  conjunto  de  muchos  con- 
cejos, que  vivían  en  unas  determinadas  hermanda- 
des ó  comunidades  generales,  cuyos  individuos  ó 
personalidades  colectivas  eran  los  pueblos,  cuyas 
secciones  locales  eran  los  sexmos,  cuya  colectividad 
general  era  la  tierra  de  Avila,  de  Arévalo,  etc. ;  to- 


126  HISTORIA    DE    AViLA. 

dos  los  cuales  tenían  por  base  de  su  asociación  bie- 
nes inmuebles  de  común  aprovechamiento,  conocidos 
con  los  nombres  de  Propios,  Comunes  ó  Baldíos,  se- 
gún era  su  procedencia,  destino  ó  causa  de  su  ad- 
quisición ,  j  de  cuj^os  terrenos  han  disfrutado  siglos 
y  siglos,  y  todavía  disfrutan,  ya  manteniendo  en  ellos 
sus  ganados  en  ciertas  temporadas  del  año ,  ya  aco- 
giendo para  el  aprovechamiento  de  sus  saludables 
pastos  sobrantes  otras  ganaderías  de  forasteros,  bajo 
cierta  renta  convenida,  ora  utilizando  importantes 
cortas  de  sus  pinares  y  montes  para  maderas  y  le- 
ñas ,  ora  sacando  otros  no  despreciables  rendimien- 
tos ,  y  destinando  sus  productos  metálicos  y  materia- 
les á  los  gastos  de  la  Comunidad ,  como  la  edifica- 
ción y  reparación  de  puentes  y  caminos  y  otras  obli- 
gaciones públicas,  á  que  siempre  contribuían  los 
partidos  rurales  de  la  tierra. 

El  gobierno  administrativo  v  económico  de  estas 
grandes  comunidades,  consistía  en  la  división  de  sus 
pueblos  en  varias  secciones ,  denominadas  Sexmos, 
y  en  una  Junta  central,  compuesta  de  los  represen- 
tantes de  cada  uno,  que  se  llamaban  Sexmeros,  pre- 
sidida por  el  corregidor  de  todo  el  distrito.  Impor- 
tantes ,  muy  honrosos  y  considerados ,  y ,  por  consi- 
guiente, muy  apetecidos,  fueron  siempre  los  cargos 
de  sexmeros,  y  más  todavía  los  de  P rocuradores  ge- 
nerales de  la  tierra,  que  eran  como  la  diputación 
permanente  de  todos  los  sexmos:  y  porque  su  cons- 
tante cuidado  era  velar  por  la  custodia  y  mejora  de 
la  ganadería  y  agricultura,  que  son  las  bases  capi- 
tales de  la  riqueza  de  este  país,  nuestros  Códigos  ci- 


KKSKÑA   rOI.ITir.O- CIVIL   TE   LA   FRítMNClA.  ll:7 

viles  y  los  archivos  de  Avila  y  Arévalo,  así  como 
los  de  las  mencionadas  ciudades  de  Castilla,  ofrecen 
en  muchas  leyes  del  Reino,  y  en  los  privilegios,  con- 
cordias y  ejecutorias  que  á  su  instancia  se  lograron, 
repetidos  testimonios  de  la  inteligencia,  actividad  y 
celo  con  que  se  hubieron  y  portaron  en  todo  tiempo 
en  sus  honrados  cargos ,  obteniendo  siempre  provi- 
dencias favorables  á  sus  representados. 

La  creación  de  los  jefes  políticos  desde  su  primer 
ensayo  constitucional  en  1812,  llamados  hoy  gober- 
nadores de  provincia,  y  que  estuvieron  auxiliados 
desde  1845  hasta  1868  de  los  Consejos  provinciales, 
sometió  á  su  autoridad  toda  la  administración  activa 
político-económica;  pero  sin  que  ni  antes  ni  después 
de  la  formación  y  extinción  de  los  Consejos  tuvieran 
intervención  en  este  asunto  las  Diputaciones  provin- 
ciales, que  son  cuerpos  esencialmente  populares, 
nacidos  en  la  misma  época  de  1812,  y  que  se  vieron 
dotados  en  distintos  períodos  de  más  ó  menos  cir- 
cunscriptas atribuciones ,  pero  cuya  simple  existen- 
cia hizo  rebajar  grandemente  la  influencia  é  impor- 
tancia social  délos  Sexmeros  y  Procuradores  gene- 
rales, cuando  en  el  antiguo  régimen  administrativo 
eran  la  más  genuina  representación  de  la  riqueza 
rural  de  las  tierras  de  Avila,  Arévalo,  el  Barco,  el 
Mirón  y  Piedrahita. 

Mas  les  llegó  también  su  momento  de  desapare- 
cer en  el  aüo  de  185.3,  sin  cuidarse  el  Gobierno  de 
establecer  un  acertado  reemplazo.  Desde  entonces, 
forzoso,  aunque  sensible,  es  decirlo,  porque  es  alta- 
mente necesario  y  conveniente,  hállanse  hoy  estos 


128  HISTORIA    DE    AVILA. 

grandes  intereses  sin  cumplida  protección,  amparo  y 
acertada  y  garantida  administración,  cuando  son 
pingües  centros  de  riqueza  comunal,  no  en  el  sentido 
de  adjudicable  á  la  Provincia  en  común,  ni  mucho 
menos  al  Estado,  como  bienes  nacionales,  sino  en  el 
de  verdadero  dominio  privativo,  adquirido  por  títulos, 
unos  lucrativos,  otros  onerosos,  pero  todos  legales  y 
sagrados,  como  emanación  directa  de  toda  justa  pro- 
piedad. 

No  ofendo  ni  quiero  ofender  á  nadie :  nada  más 
distante  de  mi  intención,  que  fijar  la  vista,  aunque 
fuese  en  transparencia,  sobre  personas;  pienso  sólo  en 
el  mejoramiento  de  las  cosas;  do}^  por  muy  honra- 
das y  puras  á  las  primeras,  y  las  salvo  por  rai  jui- 
cio de  toda  responsabilidad;  pero  digo  y  sostengo, 
en  pro  de  las  segundas,  que  la  índole  do  su  actual 
administración  es  insuficiente,  bajo  todos  aspectos, 
para  obtener  el  acierto  que  debe  apetecerse  en  la 
gestión  de  la  recaudación  é  inversión  de  los  fondos 
de  los  bienes  llamados  de  la  Tierra. 

Muchas  y  bien  distintas  y  contradictorias  son 
las  disposiciones  dictadas  para  su  administración  y 
gobierno  desde  que  en  el  año  de  1837  se  suprimieron 
las  Jautas  ó  Ayuntamientos  generales  de  Univer- 
sidad y  Tierra,  siendo  el  estado  actual  la  monstruosa 
combinación  de  que  una  persona  privada,  particular, 
sin  autoridad  alguna,  es  el  Administrador;  esto  es, 
la  persona  de  la  inteligencia,  de  la  acción,  de  los 
contratos  de  pastos,  de  cortas  de  maderas,  en  fin,  el 
Director:  el  Jefe  de  caja  de  la  administración  eco- 
nómica es  el  tesorero  ó  custodio  de  los  fondos ,  y  un 


RESEÑA  POLÍTICO- CIVIL  DE  LA  PROYLNCIA.  129 

oficial  de  hacienda  ejerce  el  cargo  de  interventor, 
quedando  para  el  Gobernador  de  la  Provincia  el  triste 
papel  de  simple  Ordenador  de  pagos.  Monstruosa 
organización,  repetimos;  pero  todavía  se  habria  ga- 
nado poco  aunque  el  Gobernador  recobrase  su  digno 
puesto  y  fuera  el  verdadero  Administrador,  y  que  el 
que  ahora  administra  hubiere  de  ser  su  consejero 
subordinado.  La  razón  es  clara. 

La  lamentable  rapidez  con  que  se  suceden  los 
gobernadores  de  provincia ,  contándose  dos,  tres  y 
más  en  cada  año ,  todos  hombres  probos  y  cumpli- 
dos caballeros ,  pero  todos  hombres  exclusivamente 
políticos ;  todos  con  la  mejor  intención  de  hacer  el 
bien  de  sus  administrados ,  pero  la  mayor  parte  des- 
conocedores por  completo  de  estas  locales  fuentes 
de  riqueza  avilesa;  todos,  en  fin,  intachables  en  su 
moralidad,  pero  todos  sin  tiempo  para  consagrarse 
al  estudio  de  las  necesidades  y  desarrollo  de  los  inte- 
reses materiales  ó  morales  de  la  provincia,  no  hacen, 
no  pueden  hacer  más  que  oir  y  seguir  los  consejos  ó 
las  operaciones ,  por  más  prudentes  y  acertadas  que 
parezcan,  de  un  solo  emi3leado,  que  es  el  deposita- 
rio, por  muy  digno,  muy  capaz  y  muy  honrado  que 
sea.  Y  esto  no  es  administrar ,  en  el  sentido  recto 
de  la  ciencia  económica :  esto  pide  una  saludable 
reforma;  y  esa  reforma  consiste  en  que,  así  como  la 
Diputación  Provincial  extiende  sus  cuidados,  aislada 
y  singularmente,  á  cada  uno  de  los  270  pueblos  en- 
comendados á  su  paternal  autoridad,  abarque  tam- 
bién dentro  de  sus  atribuciones  el  de  esos  grandes 
ayuntamientos,  concejos  ó  comunidades  de  la  tierra, 

TOMO    I.  9 


130  HISTORIA    DE    AVILA. 

distribuidas  en  sexmos,  y  compuestas  de  muchos 
pueblos  agrupados  todos  j  muy  interesados  en  un 
mismo  fin:  y  basta  esta  indicación  de  tan  desinte- 
resados como  patrióticos  sentimientos  en  favor  de 
mi  amado  país  natal. 

DEMARCACIÓN  ACTUAL  DE  LA  PROVINCIA  DESDE  EL  AÑO  DE  1833. 


Conocida  ya  la  extensión  é  importancia  que  tuvo 
nuestra  primitiva  Provincia,  es  indispensablemente 
lógico  y  necesario  exponer  las  que  tiene  en  la  ac- 
tualidad, que  es  el  año  de  1872,  y  que  tanto  se  dife- 
rencian de  aquellas  otras,  así  por  las  muchas  agrega- 
ciones de  pueblos  que  de  las  provincias  confinantes 
se  le  hicieron  con  posterioridad ,  como  por  las  cortas 
desmembraciones  que  á  su  vez  sufrió  de  algunos, 
adscribiéndolos  á  ellas,  conforme  á  la  circunscrip- 
ción general  que  de  todas  las  del  Reino  se  decretó 
en  30  de  noviembre  de  1833. 

Para  hacerlo  con  el  orden  y  claridad  convenien- 
tes y  con  la  multitud  de  datos  estadísticos,  que  tanto 
interesan  á  lagobercacion  del  Estado,  así  en  las  altas 
miras  del  legislador  y  del  supremo  gobierno,  como 
en  las  más  minuciosas  operaciones  administrativas 
de  los  pueblos,  he  combinado  las  luminosas  noticias 
que  de  nuestra  Provincia  suministran  el  Noinenclá- 
iOT  general,  corregido  y  publicado  en  el  año  de  1863, 
y  el  Censo  de  población  último,  practicado  en  1860. 
A  su  final  he  colocado  en  primer  término  los  tres 


RESENA  POLÍTICO-CIVIL  DE   LA  PIKIVi.NCIA.  131 

estados  generales ,  que  demuestran ,  el  primero ,  las 
poblaciones  de  todo  género  de  que  constaban  los  seis 
partidos  judiciales  que  entonces  tenia  la  provincia, 
clasificándolas  en  Ciudades,  Villas,  Lugares,  Aldeas, 
Caseríos,  Albergues  y  otros  grupos  de  viviendas,  y 
sacando  al  frente  sus  respectivos  totales;  el  segun- 
do, el  número  de  sus  Ayuntamientos  y  habitantes 
respectivos,  y  las  contribuciones  que  satisficieron 
por  la  de  consumos  en  el  año  económico  de  1868 
á  1869.  y  las  que  pagan  por  la  territorial  y  subsidio 
en  el  corriente  de  1871  á  1872;  siendo  el  tercero  el 
resumen  general  de  las  mismas  contribuciones  que, 
con  sus  peculiares  recargos ,  han  correspondido  á  la 
Provincia. 

En  segundo  término  aparece,  al  frente  de  cada 
partido  judicial,  el  número  de  sus  respectivos  habi- 
tantes, clasificada  su  población  por  sexos,  estado  ci- 
vil y  edad  de  sus  individuos,  todo  según  los  resulta- 
dos que  ofrecen  el  Censo  y  otros  documentos  facili- 
tados por  la  Administración  económica ,  y  que  antes 
quedan  apuntados,  con  relación  á  cada  pueblo. 

Y  por  coronamiento  de  este  trabajo ,  puramente 
estadístico,  presento,  por  considerarle  de  grande 
utilidad  y  hasta  de  agrado  y  esparcimiento  para  mi-í 
paisanos ,  otro  breve  estado ,  con  la  superficie  total 
de  la  Provincia,  dividida  en  leguas,  kilómetros,  hec- 
táreas y  fanegas  de  tierra  de  9.216  varas  cuadradas. 

Para  fijar  con  el  acierto  posible  el  sucesivo  des- 
arrollo y  progresivo  aumento  de  la  población  desde 
que  se  tienen  datos  estadísticos  oficiales,  ofrezco 
como  antecedentes  esencialmente  históricos,  el  resul- 


132  HISTORIA    DE    AViLA. 

tado  de  la  general  de  España  en  los  tres  primeros 
censos  anteriores  á  la  creación  de  las  Intendencias, 
desde  el  más  antiguo ,  que  es  del  año  de  1380 ,  en  el 
reinado  de  D.  Juan  I,  que  abrazan  la  primera  sec- 
ción. La  segunda,  que  contiene  otros  siete  censos, 
más  ó  menos  perfectos  j  posteriores ,  desde  la  crea- 
ción de  las  Intendencias  hasla  nuestros  dias:  siendo 
de  notar  que  en  el  espacio  de  los  últimos  ochenta  y 
cuatro  años ,  como  luego  veremos ,  se  ha  aumentado 
la  población  provincial  en  más  de  un  tercio,  ó,  lo 
que  es  lo  mismo,  lo  que  va  de  un  14,""  á  SS.""''  habi- 
tantes por  cada  kilómetro  cuadrado. 

Era  también  necesario  otro  resumen  relativo  al 
número  anual  de  matrimonios ,  nacimientos  y  defun- 
ciones, haciendo  en  él  especial  mención  (por  econo- 
mizar el  número  de  estados)  de  las  escuelas  y  alumnos 
que  á  ellas  concurren,  si  bien  este  último  punto,  re- 
lativo al  ramo  de  la  Instrucción  pública,  pide  des- 
pués mucho  más  detenido  estudio ;  y ,  por  último ,  no 
podia  omitir  la  noticia  de  los  pueblos  que  de  nuestra 
Provincia  pasaron  á  otras,  ni  la  de  los  que  de  otras 
provincias  se  han  agregado  á  la  de  Avila  en  la  cir- 
cunscripción de  1833. 

Otra  serie  de  datos,  harto  interesantes,  subsi- 
guen á  estos  para  dar  á  conocer  el  grado  de  civiliza- 
ción, de  cultura  y  de  buena  administración  á  que 
hoy  ha  llegado  la  Provincia :  tales  son  los  relativos 
á  los  establecí  mientas  de  Instrucción  pública  que  se 
han  conocido  desde  la  antigüedad,  y  especialmente 
de  los  que  hoy  subsisten,  y  á  los  de  Beneficencia, 
que  comprenden  también  desde  remoto  tiempo  la  re- 


RESEÑA  POLÍTICO-CIVIL  DE   LA  PRUVIXCIA.  133 

S3ña  de  sus  hospitales,  casa- inclusa  y  asilos  de  des- 
amparados. 

Era  inevitable  igualmente  el  hablar  de  las  fuen- 
tes de  riqueza  j  producción  de  nuestro  país ,  indi- 
cando como  esenciales  su  agricultura,  ganadería, 
montes,  minería,  industria  y  comercio,  ferias  y 
mercados. 

Tampoco  podia  desentenderme  de  hacer  la  indi- 
cación necesaria  sobre  el  Pote  de  Avila,  medida- 
patrón  de  todo  el  Reino  para  toda  la  contratación  de 
cereales,  semillas  y  otros  frutos  áridos.  Mucho  más 
interesante  todavía  era  dar  razón  del  antiguo  lasti- 
moso estado  y  de  las  notables  mejoras  y  adelantos 
hechos  hasta  el  dia  sobre  caminos  y  vías  de  comuni- 
cación. 

Y  para  cerrar  esta  Reseña  político-civil ,  era  alta- 
mente grato  demostrar  en  un  breve  artículo  que  la 
Provincia  de  Avila ,  gracias  al  cielo ,  no  há  menester 
de  las  producciones  y  recursos  de  las  demás  del  Rei- 
no para  cubrir  sus  ordinarias  é  imprescindibles  ne- 
cesidades con  cómoda  abundancia. 


PROVINCIA 


N'OMENGLATOR  Y  CENSO  reunidos  de  los  pueblos  que  la  componen,  seg 
do  por  el  Gobierno  en  el  año  de  186Ó,  y  del  Censo  último  de  18i 
viviendas,  albergues,  etc.;  de  sus  clases  y  denominaciones;  del  núm. 
tas  que  pagan  actualmente  por  las  contribuciones  territorial  y  de  ganader 
gun  los  documentos  recientisimos  publicados  por  la  Diputación  Provine 


ADVE 


Las  entidades  subalternas,  destinadas  en  la  provincia  de  Avila  para  albergues  de  pastores  y  gana. 
iie  estas  últiuias  que  figuran  como  edificios,  por  estar  construidas  de  fábrica  y  cubiertas  de  teja. 
El  sistema  general  de  construcciones  en  los  partidos  de  Avila,  Barco,   Cebreros  y  Piedrahila 
y  en  cajones  de  tierra,  ó  sea  tapiales,  enlazados  con  machones  de  adobes,  cubiertos  á  teja  v. 
puerta  de  entrada  y  por  algunas  aberturas  irregulares  practicadas  en  la  pared  ó  en  el  tejado. 

En  el  partido  de  Arenas  son  también  generalmente  de  mampostena  ordinaria,  pero  constrn 
trucciones  lienzos  de  tapial  con  machones,  adobes  y  ladrillo,  ostentando  mejor  aspecto ,  más  luc. 
sobre  la  habitación  principal. 

La  mayor  parte  de  los  edificios  y  albergues  que  figuran  como  inhabitados  dentro  de  las  poblacim 
regla  que  tiene  también  sus  excepciones. 

Los  molinos  harineros  se  clasifican  por  lo  regular  como  inhabitados ,  á  causa  de  su  estrechez  y  i 
llevan  agua  en  ciertas  épocas  del  año,  sólo  durante  estas  se  ven  concurridos  aquellos  por  el  ticmp.) 
Los  edificios  y  albergues  rurales,  principalmente  ¡as  casas  de  dehesa,  habitadas  constantemcnlo 
bien  por  colonos  y  pastores,  según  las  estaciones  y  la  naturaleza  de  los  aprovechamientos  de  cada  fi 
Hay  asimismo  casas  y  simples  chozas,  que  se  denominan  genéricamente  secaderos  de  pimientos. 

Los  pajares,  unos  sirven,  á  la  vez  que  de  depósito  de  paja,  de  cuadra  para  el  ganado  de  labor 

Las  casetas  denominadas  de  campo  se  han  considerado  generalmente  como  inhabitadas,  porque  s 
guardar  aperos. 
I  LTiMV  É  iMPOuiOTE.— Las  inicialcs  V.  H.  colocadas  al  principio  de  cada  plana  y  antes  de  los  núme 


)E  AVILA. 


datos  oficiales  sacados  del  Nomenclátor  general  corregido  y  publica- 
nprendiendo  la  noticia  exacta  de  sus  As^untaniientos ,  poblaciones ,  grupos 
sus  habitantes  clasificados  por  sexos  y  por  su  estado  civil ,  y  de  las  cuo- 
ustrial  y  de  comercio,  y  que  pagaban  por  la  de  consumos  liasta  ISG-S ,  se  - 
)ficinas  de  Hacienda  piiblica. 


encías. 


.'uomiiiaa  enrevradoos  en  un.is  inirtes,  corrales  en  «tras,  y  en  otras  majadas;  liabiendo  algiiniis  cii- 

ingue  por  su  rusticidad  y  la  mala  clase  de  los  materiales,  pues  consisten  en  piedra  unida  con  barro, 
litando  tpie  la  mayor  parte  de  las  casas  sólo  tienen  un  piso ,  y  que  muchas  sólo  reciben  luz  por  la 

más  esmero,  y  muchas  de  mis  de  nn  piso.  V  en  el  de  Arcvalo,  lo  mis  común  es  emplear  en  las  cons— 
.  regularidad  en  sus  fachadas :  hay  muchas  casas  ([uc  llaman  estar  dobladas  por  tener  desvanes  de  tablas 

corralizas,  cuadras,  pajares  y  departamentos  análogos,  que  se  hallan  segregados  de  las  casas-moradas; 

>ortancia;  pues  situados  á  las  inmediaciones  de  los  pueblos,  sobre  gargantas  y  arroyos  que  únicamente 

esita  cada  parrnqniano  ó  vecero  para  moler  sus  granos. 

ín  la  mayor  parte  por  los  guardas,  y  algunas  por  los  colonos.  Y  las  que  se  habitan  temporalmente,  tani- 

le  redad. 

ir  destinadas  á  guardar  y  curar  este  fruto;  habitándose  unas  temporalmente  y  otras  nunca. 

os,  llamados  comunmente  casetas,  se  ocupan  solo  con  heno. 

ven  para  dar  abrigo,  durante  el  dia,  á  los  trabajadores   de  las   fincas  donde  se  hallan   situadas,  y  para 

la  casilla  de  nexos,  significa  lo  diferencia  de  estos. 


136 


HISTORIA    CE    AVILA. 


PARTIDO  JUDICIAL    DE 


AYUNTAMIENTOS. 


rOKLACIOXES, 
r.RCPOS,  ed:fic!Os,  titiendas,   etc. 


SU  CLASE. 


Arenal  (El). 


[Arenal  (El) villa 

Berrocoso  de  Abajo :  Molino  harinero  ' 

Berrocoso  de  Arriba Molino  harinero 

píajadas  de  pastores  (a) Casas 

Molino  del  Tiemblo. ." Molino  harinero" 

Molino  de  Najarro Molino  harinero 

f.Xtra.  Sra.  de  las  Angustias Ermita 

ISanto  Cristo  de  la  Cuesta ( Ermita 


Arenas  de  San  Pe- 


Arenas  de  San  Pedro 

Batan  (El) 

Casetas  de  guardas  (b) 

Casquete  (El) 

Cerca  de  Carbonero  (La) 

Cristo  (El) , 

Enriaderos  (Los) 

Hontanares 

Llanos  (Los) 

Majadas  de  pastores  (c) 

dro \  Molino  de  la  Barca  de  Peña. . . 

Mnlino  de  Ramacastañas 

Molino  de  Yaldelaosa 

Molinos  de  las  lelas  de  Arbillas 
Molinos  del  Puente  de  Arbillas 

Pajares  (d) 

Ramacastañas 

San  Pedro  de  Alcántara 

Secaderos  de  pimiento  (e) 

Trampales  (Los) 


Villa 

Molino  y  casas  . . . . 
Casetas 

Molino  aceitero.. . . 
'Casetas  de  civiles. 

Ermita 

Molinos  harineros. 

Lugar 

Caserío 

Casas  y  chozas 

Molino  y  casa 

Molino  y  casa 

Molino  y  pajar 

Molinos  y  casas 

Molinos  y  casas 

Casas  y  chozas.. 

Lugar [[ 

Convento  y  pajares. 

Casas  y  chozas 

Casas  de  campo.. .'. 


Candeleda I  Villa 

Majadas  de  pastores Chozas. 


Candeleda. 


Molinos  de  la  cañada 

Nuestra  Señora  de  Chilla. 

San  Bernardo 

Santo  Cristo  de  la  Cañada . 

Secaderos  de  pimiento ¡Casas  y" chozas 

Tenería  (La) | Molinos  aceiteros 


Molinos  aceiteros., 
Ermita  y  casa. . . . .    _ 

Ermita  y  casa 

Ermita 


RESEiÑA    I'OLITICO-CIVIL  I)E  LA  PROVINCIA. 


137 


¡lENAS   DE  SAN  PEDRO. 


fíADlTANTES  CLASIFICADOS  POR 


«XOS.  SOLTEROS.  CASADOS.  VIIDD 


803 
837 


1.640 


1.4121 

1  205; 

12.017 


1 .348 

1.170 

2.518 : 


491 
465 


813 

630 


720 
580 


274 
302 


517 
426 


541 
431 


82 
149 


CONTRIBUCIOIVES  EN  PESETAS. 


De  1868  á  69. 


87 
159 


3.250 


7.229 


8.526  75 


De  1871  á  72. 


TERRITORIAL. 


9.679  50 


27  570  15 


31.208  40 


598  35 


4.257 


1.903  51 


138 


HISTORIA    DE    AVILA. 


AYUNTAMIENTOS. 


P>)BLACIOAES, 

URIPOS,    EDIFICIOS,    VIVIENDAS,    ETC. 


Casa  vieja 


Cuevas  del  Valle . 


Casavieja 

Garganta  de  los  Molinos  (La). 

Majadas  de  pastores 

Pajares 

Casetas  de  campo 

CoUadito  (Eli 

Cuevas  del  Valle 

Molinillos  (Los) 

Molino  de  la  Fuente 

Pajares 


Gavilanes , 


Cantera  (La) 

Concepción  (La) 

Gabilanes 

Helechar  (El) , 

Majadas  de  pastores. 

Molinos  (Los) , 

Pajares 

Poyales  (Los) , 

IArroraalillo 
Gerron  (l'.l) 
Guisando 
uuisauuo \  Majadas  de  pastores. . 

1  Molinos  de  la  Dehesa, 


Raigal  (El). 
San  José. . . 


Hornillo  (El). 


Colmena  (La) 

Hornillo  (El) 

Majadas  de  pastores 

Molino  de  la  Fuentecilla. 

Molino  de  la  Veguilla 

Pajares  

San  Marcos 


ÍCaranueva 
Garganta  (La).. . 
Herrenazos  (Los 
Lanzahita 


su  CLASE. 


Villa 

Molinos  harineros. 

Casas 

Casas-pajares 

Casetas 

Casas  de  ganado . . 
Villa 

Molinos  harineros. 
Molino  harinero. . . 
Casas-pajares 

Casas  de  labor .... 

Ermita 

Lugar > 

Casas  de  ganado.. . 

Casas 

.Molinos  harineros. . 

Casas-pajares 

Chozas  ele  pastores 

Molino  aceitero 

Molino  y  pajares.  . . 

Villa 

Casas 

Molinos  harineros. . 

Molinos  y  pajar 

Ermita 


Molino  harinero. 

Villa 

Casas 

Molino  harinero. 
Molino  aceitero.. 
Casas-pajares. . . 
Ermita 


Caseta  de  guarda. . , 
Molinos  y  pajares.. 
Caseta  de  guarda... 

Villa 

Casas J 


Majadas  de  pastores , 

Novales  (Los) I  Secadero  y  majada 

Nuestra  Señora  del  Prado I  Ermita 

Pajares '  Casas-pajares 


RySEiXÁ  POLí TICO-CIVIL    DE  LA  PllUYINGlA. 


139 


rANTES  CLASIFICADOS  POR 

CONTRIBUCIONES  EN  PESETAS. 

HABn 

De  1868  á  69. 

De  1871  á  72.                1 

;eios. 

SOLTEROS. 

CISVDOS. 

VIIDOS. 

CONStJMÜS. 

TERRITORIAL. 

SCBSIDIO. 

1.162 
1.04S 

693 
550 

426 
424 

43 

74 

4.375  25 
2.577  50 

1 .294  50 

1.6a()  25 
1.206 

1.296  25 

1 

13.437 
9.877  50 

4.624  78 

6.287  94 
3.577  95 

6.637  95 

1.091  50 
584  50 

445  50 

480  50 
326  50 

;i85 

2  210 

474 
496 

271 

277 

236 

221 

177 
170 

149 
152 

26 
49 

15 
24 

970 

400 
397 

797 

421 
489 

264 

285 

137 
174 

20 
30 

910 

318 
303 

180 
161 

113 
113 

25 

29 

621 

356 

291 

207 
142 

135 

121 

14 
28 

647 

i 

140 


HISTORIA    DE    AVILA. 


AYUNTAIflIENTOS. 


mijares 


Mombeltran 


Parra  (La). 


Pedro  Bernardo. 


POBLACIONES, 

fiRliPOS,     EDriICIO?,     VIYIEND.IS,     ETC. 


Batan  (El) 

Majadas  de  pastores 

Mijares 

Molinos  de  la  Ribera , 

Pajares ^  Casas-pajares 

Robledollano Caseta  de  civiles  y  p 


su  CLASE. 


Molino  harinero 

Casas 

Villa 

Molinos  harineros. 


jar 


San  Sebastian I  Ermita 

Virgen  de  la  Sangre i  Ermita 


Arroyocastaño 

Caballero  (El) 

Casa  de  Gata 

Casetas  de  Campo 

Cubo  (El) 

Ermitillas  (Las) 

Higuera  (La),  ó  La  Higuerilla. 

Majadas  de  pastores 

Martinete  de  la  Cañada 

Molino  de  las  Lanchas 

Molino  de  los  Puentes 

Mombeltran 

Orden  (La) 

Pajares , . . . 

Prado  de  la  Torre 

Riosequeros 

Tabla  (La) 

Tahona  (La) , 


Caserío 

Molino  harinero. . . . 

Casa-dehesa 

Casetas 

Molino  aceitero 

Molino  aceitero 

Caserío 

Casas 

Fábrica  de  batir  cobi 
Molino  harinero. . 
Molino  harinero. . 

Villa 

Casa  de  campo.. . 

Casas-pajares 

Casa  de  tejeros.. . 

Molino  y  pajar 

Molino  y  pajar 

Casa  de  campo.. . 


Casas  de  campo. . 
Casa-majada. 


'  Berezo(El) 

Crucita  (La) 

I  Nogales  (Los) ^Molino  aceitero. 

Pajares ¡Casas-pajares 

Parra  (La) Lugar 

San  Pedro  Advíncula ¡Iglesia  parroquial. 

Suerte  (La) ¡Casa  de  campo 


Garganta  la  Eliza Molinos,  batan  y  paji 

¡     res 

Majadas  de  pastores Casas 

Pajares !  Casas-pajares 

Pedro  Bernardo ¡Villa 


RESE.Ñ.V  POLITICO-CIML  DE  LA   l'ROVl.NClA. 


141 


HARITANTES  CLASIFICADOS  POR 


SOLTEROS.      I        CVSVDOS.  VIlllUS. 


CONTRIBl  CIONES  EN  PESETAS. 


De  1868  á  69. 


De  1871   á  72. 


555 


1.112 


687 
667 


1.354 


233: 
216 


449 


1.438 
1.398 


2.836' 


342 

294  I 


408 
328 


138 

111 


808 
731 


199 
201 


264 


85 

81 


574 

584 


16 
(50 


TF.RRIIORIAL. 


3.220  75!   8.577  45 1    744  50 


24 
75 


3.479  50 i  13.959 


10 

21 


2.051  25 


1.002  75   1.773 


56 
Ki   ! 


4.05^  75  19.891  05 


36  50  i 


2.119  50 


142 


HISTORIA    1)E    AVILA. 


AYUNTAMIENTOS. 


POBLACIONES, 

r.RUPOS.    EDIFICIOS,    VIVIENDAS,    ETC. 


sU  CLASE. 


Piedralabes . 


[   Lancheras  (Las) .' Batan  y  pajar. . 

\  Ntra.  Señora  de  la  Concepción .  Ermita 

;  Pajares Casas-pajares.. 

■  i  Piedralabes Villa 

/  Rosado  (Rl) 'Molinos'y  páíaV. 

,   San  Roqus ¡Ermita 


Poyales  del  Hoyo . 


Arroyo  Pascual ;  Caseta  de  campo . . 

Molinos  de  Arbillas 'Molinos  harineros. 

I  Poyales  del  Hoyo i  Villa      . 


Robles  (Los) i  Molinos  y  secaderos..  - 


San  Sebastian 
Secaderos  de  pimiento 


Ermita 
Casas. 


San     Esteban    del 


Arroyo  (El) Matadero  y  cuevas  . 

^alvo  (El) ¡ Molino  harinero 

Casetas  de  campo (Casetas 

Corrales  de  ganado Caías 

Cubo  (El) '  Molino'  harinero! '.'.'.'. 

_,  ,,  tuentecalleja , Cueva  para  vino 

^^"® \  Garganta  (La) Lagar  de  aceite 

Garganta  de  la  Majada Lagar  de  aceite 

Juarina Molinos    harineros 

.  I     aceiteros 

Pajares ■  Casa-pajares 

San  Esteban  del  Valle Villa 


Arroyo  (El) 'Molino  y  pajar.. 

_     ,    ^         ,  , -,         Baillo  (El) Molino  "aceitero. 

Santa  Cruz  del  Va- |   Casetns  de  campo Casetas 

lie I   Corrales  de  ganado Casas  ....... 

Pajares ¡Casas-pajares. . 

\  Santa  Cruz  del  Valle \  Villa  ....    


Serranillos. 


Arrejondos  (Los) ¡Molino  harinero. 

Cañadillas  (Las) Molino  harinero. 

Corrales  de  ganado '  Casas 

ChorriTones  (Los) |Mohno  y  pajares 

Molino  de  Tomé Molino  harinero. 

Nuestra  t^eñorade  las  Nieves,.  Ermita 

Serranillos Luffar 


RESEÑA  político- CIVIL  DE  LA  PROVINCIA. 


14a 


ANTES  CLASIFICADOS  POR 

CONTRlBUCrONES  EN  PESETAS. 

IlARIT 

De  1868  á  89. 

De  1871  á  72.                11 

KIOS. 

SOLTEROS. 

CASADOS. 

viróos. 

COJiSÜMOS. 

TERRITORIAL. 

SUBSIDIO. 

769 
t59l 

452 

377 

266 
266 

51 
48 

3.179 
4.349  25 

3.042  50 

1.231  90 

1.078  50 

10.718  46 
18.781  65 

14.746  50 

6.750 
4.496  85 

490  50 

897 

2.082  50 

235  50 

157 

1  460 

704 
780 

351 
351 

320 
330 

33 

99 

1  484 

780 
771 

447 
390 

285 

288 

48 
93 

1.551 

•2Í18 

173 
166 

112 
111 

13 
21 

596 
491 

248 
265 

127 
183 

14 
43 

880 

1 
1 

144 


HISTORIA    DE    AVILA. 


AYUNTAMIENTOS. 


Villarejo  del  Valle. 


POBLACIOISE.'í, 

GRIPOS,    EDIFICIOS,     \1VIEND\S,    ETC. 


Cubo  (El) 

Hornillo  (El) 

Majadas  de  pastores 

Mártires  (Los) 

Molino  de  Be¡ato  Tenaquillo.. 

Molino  de  Villa 

Navalamuela 

Nuestra  Señora  de  Gracia 

Portazgo  del  Puerto  del  Pico. . 
Villarejo  del  Valle 


SL'  CLASE. 


Molino  harinero. . . 

Casa  de  ganado 

Casas 

Ermita 

Molino  harinero... 
Molino  harinero. .. 
Casa  de  guarda. .. 

Ermita 

Casa-portazgo  — 
Villa 

.A.yTa.iat.aami' 


PARTIDO    Jl 


Adanero 


Adanero i  Villa 

Caseta  de  Escolástica  Ortega.  Caseta  decampó." .' 
Caseta  del  ferro-carril  (La). . .  .Caseta  do  guarda  . 

Jesús  Nazareno Ermita 

Paradores  (Los) Casas  de  posada." ." .' . 

lejar  de  J^aquma  Martin 'Casa  de  tejeros 

Telégrafo  (Elj Torre  telegráfica. . . 


Ajo  (El). 


Ajo  (El) 

Palomar  de  Santiago  Gutiérrez 
Tejar  de  Francisco  Galán 


Albornos. 


Albornos 

Blazquetillo 

Ortigosa  de  Morana 

Palomar  de  Andrés  Domínguez ^ 

San  Miguel I  iglesia  parroquial 


Lugar 

Casa-palomar.. 
Casa  de  tejeros. 


Lugar 

Molino  harinero. 

Lugar 

Casa-palomar. 


Aldeaseca. 


Aldeaseca i  Lugar 


RESEÑA  POLÍTICO- CIVIL 

DE  LA  PROVINCIA. 

145 

HABITANTES  CLASIFICADOS   POR 

COXTRIBUCIOiNES  EN  PESETAS. 

De  1888  á  69. 

De  1871  á  72. 

TEnRITORlAL.                 SUBSIDIO. 

3X05. 

SOLTEROS. 

CVSVIIUS. 

vimos. 

COSIIMOS. 

526 

306 

191 

29 

542 

279 

199 

64 

2.368 
aiit.es. 

12.010  05 

1.525 

1.06S 

3      ce 

311     S5 

.'y^ct 

lialDitf 

L  DE  ARÉVaLO. 

531           272 

226 

33 

515 

249 

219 

47 

4.319  50 

10.548 

741  50 

1.046 

80 

46 

30 

4 

92 

53 

34 

5 

616  12 

2.060  55 

350  50 

172 

1     143 

78 

56 

9 

147 



72 

60 

15 

290 

1.129  50 

5.058 

467  50 

195 

115 

73 

9 

194 

106 

70 

18 

1.408  25 

5.766  30 
10 

285 

389 

146 


Arévalo. 


Barroman. 


mSTORIA    DE    AVILA. 


POBLACIONES, 

GRÜPOP,    EÜIFICIOS,    VIVIENDAS,     ETC. 


SU  CLASE. 


Bercial 
diel.. 


de    Zapar- 


Bernuy  Zapardiel. 


Arévalo Villa 

Bodegas  paraíruar  ar  vino.. . .  Casas 

Caseta  de  las  Viüuelas jCaseta  de  caminero. 

Caseta  del  Puente  de  Madrid..  Caseta  de  caminero 

Chamberí Casa  de  recreo. . . . 

Estación  del  ferro-carril Caserío 

Fi.brica  de  Bergonier ¡Fábrica  de  harinas.. 

Fortaleza (L;i) ¡Ca.stiilo  ruinoso 

Gómez  Román  tí  Lngarejo Caserio 

Huerta  (!e  Bergonier. (  asa  de  recreo 

Huerta  de  D   Fernondo ¡Caseta 

Huerta  del  Escobar ¡Casa  y  palomar 


Huertas  de  Abajo. 


recreo  y 


Casa  de 
setas 

Machín,  coto  redondo iCaserio 

Matadero  (El) ICasa  y  caseta. . . 

Molino  del  Cubo ¡Molino  liíirinero. 

Molino  nuevo ¡Molino  harinero. 

Molinos  del  Liigarejo 'jMulinos  y  casa. . 

Paneras  del  Rey jCasa  panera  .... 

Párraces  de  Abajo Casa  ile  recreo. . 

Párraces  de  Arnb  i t'asa  y  palomar. 


Tejares. 

Tenerías 

Trinidad  (La) 

Virgen  del  Camino. 


Barroman. 


Humilladero  (El), 


Bercial  de  Zapardiel. 
Tejar  del  Concejo. . . 
Villar  de  Matacabras. 


Bernuy  Zapardiel. 


Casas  de  tejeros. . . 
Fábricas  de  curtido 

Ex  convento 

Ermita  v  casa 


Lugar  . 

Ermita 


Lugar 

Cnsfi  de  tejeros. 
Lugar 


Lufrar 


RESE.ÑA  POLÍTICO- CIVIL  DE  LA  PROVINCIA. 


147 


HABITANTES  CLASIFICADOS  POR 


BXOS.  SOLTERO?.  C»SA1>0S.  VICDOS 


1.798 
1.740 


3.538 


201 


:i98 

278 


146 

11)1 

:i07Í 


1.036 

970 


108 
110 


159 
164 


86 
88 


677 
622 


80 
79 


103 
97 


56 
63 


85 
148 


CONTRIBUCIONES  EN  PESETAS. 


De  1868  á69. 


13 

8 


12 
17 


4 
10 


De  1871   á  72. 


TEEKITORUL. 


20.664  25  24.710  40 


1.448 


13.543  03 


5.431  50 


1.540  50   8.239  9¿ 


923  50 


5.250  15 


211  50 


240  50 


121  50 


148 


HISTORIA    DE    AVILA. 


AYUNTAMIENTOS. 


POBLACIONES, 


GBIPOS,    EDIFICIOS,    VIVIE^ÍDAS,    ETC. 


.         „        Blasconuño  de  Matacabras... 
Blasconuno  de  Ma-     godega  de  Ruperto  Gutierres 
tacabras Palomares 


Blascosancho. 


Bohodon  (El). 


Blascosancho. 
San  Roque. . . 


su  CLASE. 


Lugar 

Bodega  para  vino. 
Casas-palomares  . 


Bohodon  (El). 


Cabezas  de  Alam-j  Cabezas  de  Alambre. 
bre I  Humilladero  (El) 


Lugar  . 
Ermita 


Villa. 


Lugar  . 
Ermita 


¡Cabezas  del  Pozo Lugar 
Concepción  (La) Ermita  ruinosa. 
Palomar  de  Blas  Guerra Casa-palomar. . 
Veracruz  (La) Ermita 


Cabizuela. 


Cabizuela 

Tejar  de  León  Fernandez 


Canales . 


Canales. 


Lugar 

Casa  de  tejeros. 


Villa 


Cantiveros . 


Cantiveros ¡  Villa 

Nuestra  Señora  de  la  Vega Ermita  y  casa. 

Veracruz  (La) Ermita 


Castellanos  de  Za-»  Castellanos  de  Zapardiel Lugar 

pardiel )  Tejar  del  concejo Casa  de  tejeros. 


RKSEÑA   político  CIVIL  DE  LA  PHOM.NCIA. 


149 


PANTES  CLASIFICADOS  POR 

1            CONTRIBUCIONES  EN  PESETAS. 

HABIl 

De  1868  á  69. 

De  1871  á  72.                 1 

.KTOS. 

SOLTEROS. 

C\S\DO?. 

TUDOS. 

CONSUMOS. 

TERRITORIAL. 

SIUSIDIO. 

77 

77 

42 
43 

29 
30 

6 
4 

384  75 
993  25 

751  75 
590  25 
1.118  25 
477  25 
506 
895  25 
642  25 

2.848  05 
3.978 
3.315  60 
1.865  25 
5.893  65 
2.342  25 
2.519  55 
5.226  03 
2.416  95 

55 

125  50 

58 
136 
311  50 

68  50 

25 
821  50 

82 

154 

189 
176 

103 
89 

75 

81 

11 

6 

365 

154 
163 

92 
92 

53 
57 

9 
14 

317 

85 
91 

43 

51 

33 
37 

9 
3 

176 

210 
209 

133 

124 

71 
71 

6 
4 

419 

114 
91 

70 
48 

33 
32 

11 
11 

205 

50 
59 

34 
34 

16 
19 

» 
6 

109 

144 
174 

74 
90 

59 
67 

11 
17 

318 

136 
143 

279 

77 
80 

55 
53 

4 
10 

150 


HISTORIA    DE    AVILA. 


ftYUNTAW.IENTOS. 


POBLACIONES, 
GRUPOS,  ed:f;cios,  viviendas  ,  ETC. 


Cebolla 


Cisla. 


Sr  CLASE. 


Cebolla Lu»ar. 


Cisla 

Molino  de  Torralba. 
Torralba 


Collado  de  Contre- 
ras 


Collado  de  Contreras 

Ermita  de  las  Cuatro  Calzadas 
Santa  Lucía 


Coustanzana 


Crespos . 


Constanzana. 
I  Jaraíces  


Caseta  de  Camineros. 

Crespos 

Chaberrero 

Pascualffrande 


Donjimeno 


Donvidas 


i  Donjimeno 

I  Santo  Cristo  de  la  Salud. 


Donvidas 

Palomar  de  Ángel  Gil. 


Villa 

Molino  harinero. . . 
Caserío  de  Dehesa. 


Villa. . . 
Ermita 
Ermita. 


Lugar 
Lugar 


Caseta. 
Lugar . 
Lugar  . 
Luífar  . 


Lugar  . 
Ermita 


Espinosa  de  los  Ca- 
balleros   


Aldehuela  de  Fuentes 

Caseta  del  ferro-carril 

Espinosa  de  los  Caballeros. 

Tejar  de  Manuel  González jCasa  de  tejeros. . . 

Ventorrillo  de  Peña Barracas 


Lugar 

Casa-palomar. 


Caserío 

Caseta  de  guarda.. 
Lug-ar 


RESE>A  POLlTICO-ClVlL  DE  LA  PROVINCIA. 


151 


ANTES  CLASIFICADOS 

POR 

CONTRIBUCIONES  EN  PESETAS. 

HAP.íT 

De  18S8  á  69. 

De  187 

TERRlTOniAL. 

l  á  72. 

SlBSlDiO. 

E\rtS. 

SOLTEROS. 

C\SUlOS. 

\!UllOS. 

CONSl'MOS. 

71 

70 

46 
43 

22 

26 

3 

1 

297  25 

943  50 
1.245  75 

490 
1.438  25 

737 

611  25 

634 

2.173  60 
5.598  90 
6.430  60 
3.227  40 
6.003  45 
2.725  20 
2.891  70 

3.372  75 

165  50 
230 
625  64 

55 

466  50 
196  50 

37  50 

110 

Ul 

177 
163 

340 

108 
90 

67 
65 

2 
8 

219 
2U 

13S 
111 

68 
67 

13 

16 

433 

77 
72 

42 
45 

28 
26 

7 
1 

149 

307 
314 

165 
170 

118 
130 

24 
14 

621 

114 
96 



75 

57 

35 
35 

4 
4 

210 

79 
94 

42 
55 

31 
32 

6 

7 

173 

104 
108 

55 
62 

39 
37 

10 
9 

212 

152 


HISTORIA    DE    AVILA. 


AYUNTAMIENTOS. 


Flores  de  Avila. 


Fontiveros . 


Fuente  el  Sauz . . 


Fuentes  de  Año.. 


Gimialcon. 


Gutierremuñoz. 


PODLACiOXES, 

GniPOS,    ED'FICIOS,    TIVIKNDAS,    ETC. 


Caseta  de  las  Heras. 
Choza  de  la  Huerta.. 

Flores  de  Avila 

Huelga 

Palomares 

San  Salvador 

Tejares 


Fontiveros 

Molino  del  Arroyo  de  la  Madre 


I  Fuente  el  Sauz 

/  Santísimo  Cristo  (El) . 


Fuentes  de  Año. . 
Molino  de  Abajo. , 
Molino  de  Arriba. 

Palomares 

Ralieeros 


Gimialcon 

Nuestra  Señora  de  la  Rosa! 


Caseta  del  ferro-carril. 

Gutierremuñoz 

Santa  Cruz 


(  Hernansancho 
Hernansancho J,^°^^^?  ^^  ^"^  ^obos 


San  Martin. 

Tejar  de  las  Heras  del  Cristo. 


Sr  CLASE. 


Barraca 

Choza 

Villa 

Molino  harinero. . 
Casas-palomares. 

Ermita 

Casa  de  tejeros . , , 


Villa 

Molino  harinero. 


Villa . . 
Ermita 


Villa 

Molino  harinero. . 
Molino  harinero. . 
Casas-palomares. 
Luíjar 


Lugar 

Ermita  ruinosa. 


Caseta  de  guarda., 

Lugar 

Ermita  ruinosa 


Lugar 

Molino  harinero. 

Ermita 

Casa  de  tejeros. ., 


Horcajo  de  las  Torres Villa. 

Horcajo  de  las  Tor-  '  ^^°^'^°  ^^  Ildefonso  Escudero.  Molino  harinero. 

res  í  Molino  de  José  Sajanes Molino  harinero . 

Molino  de  Villa Molino  harinero. 

Tejares ICasa  de  tejeros.. 


RESEÑA  POLITICO-ClVIL   DE  LA   PROVINCIA. 


153 


HABITANTES  CLASIFICADOS  POR 

CONTRinrciONES  EN  PESETAS. 

De  1888  á  69. 

De  1871   á  72. 

-\05. 

SOLTEROS. 

C\S  vllOS. 

Tiróos. 

CONSUMOS. 

TERniTOniAL. 

SUDSIDIO. 

356 
365 

214 
213 

126 
134 

16 
18 

2.279  25 

3.822 

826  25 

Í.586 

552  50 
1.180 
902 

2.072  25 

12.333  60 

14.094  90 
4.117  50 

8.409  60 

3.042  27 
5.098  50 
5.814 

14.368  05 

558  20 

1.821  62 
37  50 

500       1 

229  50 

409  88 
180  50 

779  50 

1 

721 

444 

490 

230 

268 

188 
192 

26 
30 

9a4 

118 
103 

66 
52 

48 
45 



4 
6 

221 

267 
243 

158 
128 

94 
94 

15 
21 

510 

123 
103 

72 
52 

40 
45 

11 
6 

226 

221 

193 

115 
93 

96 

90 

10 
10 

414 

163 

171 

90 
92 

66 
67 

7 
12 

334 

425 
404 

239 
222 

164 
161 

22 
21 

829 

1 

154 


HISTORIA    DE    AVILA, 


POBLACIOAES, 

GRIFOS.    EDFICiOS,    T:TIENDIS.    ETC. 


Lang^a 


Langa 

Tejar  del  coDcejo. 


Madrigal  da  las  Al- 
tas Torres 


Mamblas 


Casa  del  Monte  Alto 

Convento  (El) 

Huerta  del  Cura  Lanuza 

Madrigal  de  las  Altas  Torres. 

Molino  de  Viento  (El) 

Pajar  de  Marazuela 

Tejares 


Ma'Toblas 

Palomar  de  Salvadlos 

Torre  de  la  Iglesia  Vieja. 


Cuadra  de  D.  Ramón  Nava. 

Moraleja  de  Mata-     Lagares  de  Nava  y  Franco. 

cabras j  Moraleja  de  Matacabras 


Muñomerdsl  Peco- 


Muñosancho. 


Muñomer  del  Peco 

Nuestra  Señora  del  Campo 
Tejar  de  González 


Ermita  de  las  Heras. 

Muñosancho 

Villamajor 


Narros  del  Castillo . 


Narros  de  Sal-iue- 
ña 


Narros  del  Castillo. 

Trabancos 

Villaeomer 


Narros  de  Saldueua. 


si:  CLASE. 


Lugar 

Casa  de  tejeros .... 

Casa  de  guarda.. . . 

Ex  convento 

Casa  de  recreo 

Villa 

Molino  harinero. . . 

Casa-pajar 

Casas  de  tejeros.. . 

Lugar 

Casa-palomar 

Campanario 

Casa  de  ganado. . . 
Lagares  de  vino. .. 
Lugar 

Lugar 

Ermita 

Casa  de  tejeros 

Ermita 

Lugar 

Lugar 

Villa 

Casa  de  camineros. 
Caserío  de  dehesa. 


Lugar. 


RESEÑA  rOLlTICO-ClYlL  CE  LA  PUOMNCIA. 


155 


VNTES  CLASIFICADOS 

POR 

CONTRIBUCIONES  EN  PESETAS.           1 

HADIT 

De  I8S8  á  69.   1 

De  1871 

TEERITORIAL. 

á  72.                { 

SCBSIDIO. 

05. 

SOLTEROS. 

cvsmus. 

TllDOS. 

cojísimos. 

242 
215 

151 
123 

&4 
81 

7 
11 

1.183 
6.988  75 

1.525  17 

632 

309 
1.239 

696 

996 

6.057 
22.298  62 

5.666  82 
3.295  53 
2.761  20 
5.181  30 
2.747  25 
3.630  15 

440 
1.952 

1.100  50 
107  50 
111  50 
381  50 
229 
273       [ 

457 

1.180 
1.270 

699 
743 

440 
453 

41 
74 

2.450' 

257; 
274 

145 
145 

103 
111 

9 

18 

531 

91 

99 

51 
52 

38 

40 

2 

7 

190 

65 
72 

36 
33 



29 
34 

5 

137 

163 

183 

346 

85 
105 

62 

j            68 

1 

16 
10 

197 
173 

i 

124 
¡            95 

1            69 

1 

4 
11 

1 

370 

!     175 
161 

101 
86 

64 
69 

10 
6 

336 

156 


HISTORIA    DE    AVILA. 


AYUNTAMIENTOS. 


Nava  de  Arévalo. 


Órbita 


Pajares 


Palacios  de  Goda. 


Papatrigo 


Pedro  Rodríguez. 


Rasueros. 


POBLACIONES, 


GRUPOS,    EDIFICIOS,    VITIKNDIS,    ETC. 


'  Magazos 

Nava  de  Arévalo . 

Noharre 

Palacios  Rubios 

Tejar  del  Camino  del  Cristo. . 
Viñaderos 


I  Caseta  del  ferro-carril. 
1  Órbita 


Nuestra  Señora  de  Rivilla. 
Pajares 


Casa  de  Sisi 

Casetas  del  ferro-carril. 


Lagar  del  Cura  López 

Ntra.  Sra.  de  la  Fongriega. 

Olmedillas  (Las) 

Palacios  de  Goda 

Tornadizos  de  Are'valo 


Papatrigo 

Santo  Tomás  Apóstol. 


Pedro  Rodríguez. 


Huerta  de  D.  Antonio  Saez.. 
Molino    de   Doña   Ana    María 

Sánchez 

Palomares 

Rasueros 

Tejar  del  Ayuntamiento 


Lugar 

Lugar 

Lugar I 

Lugar ! 

Casa  de  tejeros 

Lugar 

Caseta  de  guarda. . 
Lugar 

Ermita 

Lugar 


Choza  de  trabajador 
Casetas  de  trabaja 

res 

Lagar  de  vino 

Ermita 

Caserío 

Lugar 

Lugar 

Lugar 

Iglesia  parroquial. 


Lugar. 


Caseta  y  palomar. 
Molino  harinero. . 

Casas -palomares. 
Lugar 

Casa  de  tejeros... 


RESEÑA  POLÍTICO- CIVIL  DE  LA  PROVINCIA. 


157 


"ANTES  CLASIFICADOS  POR 

CONTRIBUCIONES  EN  PESETAS. 

HACn 

De  1868  á  69. 

De  1871  á  72.                1 

:\os. 

SOLTEROS. 

CASVDOS. 

VIUDOS. 

CONSUMOS. 

TERRITOBIiL. 

SCDSIDIO. 

343 
333 

200 

177 

127 
133 

16 
23 

1.851  25 

1.155 
1.355  75 

2.963  50 

1.050  50 
473  75 

1      2.053 

i 

9.233  10 

4.132  80 
6.201  81 

12.080  73 

5.610  15 
1-949  85 

10.953 

521  50 

113 
729 

678  50 

377  50  i 
37  50 

685 

676 

157 
152 

83 

81 

62 
66 

12 
5 

309 

194 
236 

101 
126 

87 
89 

6 

21 

430 

379 
403 

782 

213 
246 

137 
136 

29 
21 

217 
229 

131 
128 

a3 

82 

3 

19 

446 

85 

<S5 

170 

48 
46 

32 
37 

5 
2 

34-i 
337 

202 
175 

120 
137 

22 
25 

681 

158 


HISTORIA    DE    AVILA. 


AYUNTABIIENTOS. 


Rlvilla  de  Barajas. 


I  Salvadios. 


rOBLACrOXES. 

GRl  POS,   EDIFICIOS,    VITIOD4P,    ETC. 


Castronuevo 

Rivilla  de  Biirajas. . . . 
Tejar  de  los  Gallegos. 


Palomares. 
Salvadios.. 


Tejar  de  Luciano  Sancbez. 


su  CLASE. 


Casa  c'e  dehesa. 

Villa 

Casa  de  tejeros. 


Casa-palomares. 

Lugar 

Casa  de  tejeros.. 


Sanchidrian. 


Almarza Despoblado. 

Caseta  de  las  Heras  del  Corral  Caseta 

Lstacion  del  ferro-carril Caserío 

Lnbajo  Viejo  (El) I  Barraca 


Molino  de  Almarza 

Sanchidrian 

tantísimo  Cristo  de  la  Vera- 
Cruz 


San  Esteban  de  Za- 1  ^      -r-,  ..t i„  v„ ^vi 

pardiel  ^"'^^  Esteban  de  Zapardiel. 


Molino  harinero. 
Lugar 


Ermita 


San  Pascual. 


San  Vicente  de  Aré- 
valo 


Sinlabajos. 


Tiñosillcs . 


Lus-ar. 


San  PascuaL 


Santísimo  Cristo  de  San  Lo- 
renzo ó  de  los  Pinares , 

San  Vicente  de  Arévalo 


Humilladero  (El) 
Sinlabajos 


Lugar. 


Ermita  y  casas. 
Lugar 


Ermita , 
Lucrar. . 


Tejar  de  Ignacio  Gil Casa  de  tejeros 


Tiñosillos. 


Lugar. 


RESEÑA  POLITICO-ClVIL   TE  LA  PROVINCIA. 


159 




rANTES  CLASIFICADOS  POR 

CONTRIBUCIONES  EN  PESETAS. 

HABn 

De  1868  á  69. 

De  1871  á  72.                 1 

IOS. 

SOLTEROS. 

CASADOS. 

32 
33 

vimos. 

i 

CONSUMOS. 

TERillTORUL. 

SUBSIDIO. 

99 
88 

65 

47 

2 

8 

505  25 
723  75 

3.241  75 

620  75 
752  50 
606 
1.446  50 
547  50 

4.702  05 
2.681  10 

9.430  20 

2  110  68 
3.228  75 
2.645  64 
4.401 
2.854  34 

226  50 
243 

1.802 

50 

37  50 
100 
341 
250 

187 

113 

104 

63 
59 

45 
43 

5 
2 

217 

Ó71 

500 

294 
243 

250 
218 

1 

27 
39 

1  071 

106 
106 

66 

58 

37 

41 

3 

7 

212 

128 
111 

79 
53 

44 

47 

5 

11 

239 

134 
121 

255 

76 
62 



53 

51 

5 

8 

190 
213 

403 

110 
120 

75 

78 

5 

15 

120 
128 

77 
81 

38 
38 

5 
9 

24? 

160 


HISTORIA    DE    AVILA. 


AYUNTflWlENTOS. 


rOBLAClOXES, 


GRUPOS,    EDIFICIOS,    VIVIENDAS,    ETC. 


SU  CLASE. 


! 

Villanueva  de  Go-(  Molino  del  Chorrillo I  Molino  harinero 

mez (  Villanueva  de  Gómez ¡  Villa 


^ raL"^'^^^.^\^!'^"l  ^^illanueva  del  Aceral Lugar. 


Viñegra  de  Morana^ 


Cristo  de  la  Luz  (El). 
Viñegra  de  Morana. . 


Ermita 
Lugar. . 


C3incviexit.a   y  mj.e-v-e  .A.yxxn.t.ei.ixii 


PARTIDO  Jl  1 


Alamedilla  (La). 


Aldea  del  Rey. 


Alamedilla  (La.) 'Lugar 

Berrocalejo Casa  de  pastores . 

,    Caseta  de  la  Guardia  Civil Caseta 

Fuenteguinaldo Casa  de  pastores. 

(  Manzaneros Caserío  de  dehesa 


Aldea  vieja. 


i   Aldea  del  Rey Lugar 

\  Gormaz ; Caserío  de  dehesa. 

■  1  Guterreño Caserío  de  dehesa. 

(  Valdeprados  ¡Caserío  de  dehesa. 

I  Aldeavieja ¡Lugar 

I  Huerta  de  D.  Antonio  Zaonero. ; Caseta 

I  Huerta  de  D.  José  López ^  Caseta 

I  Huerta  de  las  Charcas 'Caseta 

ÍSan  Cristóbal Ermita . . . 
Santo  Cristo  de  la  Agonía Ermita 
Tenerlas  (Las) I  Fábrica  de  curtidos 
Virgen  del  Cubillo iKrmitay  casa 


RESEÑA  POLlTlCO-ClVlL  DE  LA  PROVINCIA. 


161 


CONTRIBUCIONES  EN  PESETAS. 


HABITANTES  CLASIFICADOS  POR  \\  jje  iges  á  69. 


\0S.  SOLTEHOJ.  TÍStUOS.  VllDOS.  CONSUMO 


389 
375 


764 


347 

155 
156 


311 


218 
196 


1761  111 

171  100 


88 
83 


155 
162 


58 
60 


62 
59 


16 
17 


11 


5 

14 


1.840  75 


1.240  75 


799  75 


De  1871  á  72. 


TEnRITOaiVL  srBSiui 


4.855  50 


5.629  95 


3.881  70 


1.625 


69 


361 


con     tSS.O^rT*      lialDitantes. 


L    DE    AVILA 


97 

78 

60 
39 

35 

32 

2 

7 

175 

220 
230 

124 
121 

85 
90 

11 
19 

450 

429 
334 

258 
164 

147 
142 

24 

28 



763 

466  75 


2.281  05 


854  75      3.871  98 


114  50 


80 


1.867  50|    10.911  60i        632 


roMO  1. 


11 


162 


HISTORIA    DE    AVILA. 


rOBLACIO.\ES, 

AYURTSMIENTOS. 

GROros,  ed:f.cios,  vitie?!Das,  etc. 

su  CLASE. 

Avéinte 

Avéinte 

Lugar 

Alamedas  (Las) 

Caserío  de  labor.. . 

Aldealeiego 

Caserío  de  dehesa. 

Aldealyta-dillo 

Caserío  de  dehesa. 

Avila  de  los  Caballeros 

Batanes  (Los) 

Ciudad   

Molino  V  casa 

Burguiilo(El) 

Caserío  de  dehesa. 

Casa  del  giutrda  de  campo. . . . 
Casas  de  Hevi:la(Las) 

Caseta 

Caserío  de  labor. .. 

Casas  en  la  línea  férrea 

Caset;.s 

C.iSiHa  de  -an  l-Joque 

Caseta  de  registro. 

Cerez,.  (K  ) 

Caserío  de  dehesa. 

E.'ítiicion  del  ferro-canil 

Fresnillo  (l^l) 

Caserío 

Casa  de  dehesa 

Fuentes  Claras  de  Al  a'O 

Caserío  de  dehesa. 

Fuentes  Claras  de  Arriba 

Casorio  de  dehesa. 

Gail  ü  Giiin  iLl) 

Casa  de  dehesa 

Gansno  (!■.]) 

Ca.-eri(.  de  dehesa. 

Geniihernando 

Casa  de  dehesa. . . 

Avila 

Hervéncias  (Las) 

Huerta   de  D.  Manuel   Rodrí- 

Casa de  pastores. . 

guez  

Huena  del  (^orral  nuevo 

Huerta  del  Moro 

Caseta 

Caseta 

Casetas 

Huertailel  Vado  de  San  Mateo 
Huerta  de    l'ous 

Casetas 

Casa  de  recreo 

Huerto  de  D.  Jn;;quiri  0^'aña.. 

Casa  de  recreo. .., 

Muerto  de  Villaverde 

Casa  de  recreo 

Izquierdo  (El) 

Molino  harinero.... 

^Marigarcía 

Cíisa  de  dehesa.... 

Molinillo  (El) 

Casa  de  dehesa.. . 

Molino  de  1h  Losa 

Molino  harinero. . . 

M   lin    del  Cubo 

^loüno  harinero. .. 

Molinos  de  V;entu 

Molinos  abandonací 

Pa.enciana 

Caserío  de  dehesa. 

Pa!üniare;o 

Ca>a  (le  labor 

1  ancalíente 

Caserío  de  dehesa. ' 

Pedrusillo 

Case  ío  de  dehesa.- 

ll 

Risca  del  Tesorero  

Casa  de  recreo ■ 

RESEÑA  POLITICO-CÍVIL  DE  LA  PROVINCIA. 


163 


HAIilTANTES  CLASIFICADOS  POR 


182 
171 

353 


106 
93 


62 
66 


14 
12 


CONTRIRICIONES  EN  PESETAS. 


De  1838  á  69. 


1.000 


De   1871   á  72. 


TEBRlTORtAl. 


4.135  05 


213 


164 


HISTORIA    DE    AVILA. 


AYUNTAWIENTOS. 


Avila  X 


Balbarda. 


POBLACIONES. 

GRIPO.5,    EDIFICIOS,    VIViENBAS,    ETC. 


SU  CLASE. 


/  Robinson ^Caseta  de  huerta. . 

Eomeras  |Las) Casa  de  pastores. . 

Salamanquesa  (La) ¡Caseta  de  huerta. . 

San  Miguel  de  las  Viñas Caserío  de  dehesa. 

Serna  (La) ¡Caserío  de  dehesa. 

Sonsoles '  Ermita  y  casa 

Testadores j Caserío "^de  dehesa. 

Yillacomer Caseta  de  guarda.. 

Yonte Casa  de  dehesa 


Zapatera 


Casa  de  dehesa. 


Berlanas  (Las). 


Balbarda Lugar 

Majadas  de  pastores ¡Chozas 

Martidominguez j  Caserío  de  dehesa. 

Nuestra  Señora  de  los  Reme- 
dios  Ermita 

Oco Lugar 

t^anchicorto ¡  Lugar 

San  Muñoz Caserío  de  deiiesa. 

Aldehuela ;Barrio 

Burgo  (El) ¡Barrio 

Nuestra  Señora  de  la  Asunción  Iglesia  y  casa 

Nuestra  Señora  de  las  Angus-I 

tías Ermita 

Rivilla Barrio 

Tejar  de  la  Era-vieja Casa  de  tejeros  . . . 


Bernuy  Salinero. 


Berrocalejo  deAra- 
gona 


Bernuv  Salinero.. . . 
Semilla  del  Obispo. 


Lugar 

Caserío  de  dehesa. 


I  Blacha. 


Berrocalejo  de  Aragona Lugar 

Molino  de  Diego  Navas Molino  harinero. . 

Nuestra  Señora  de  Aragona. . .  ¡Iglesia  parroquial 
Tejar  de  Dionisio Casa  de  tejeros  . . 


Blacha ¡Lugar. 


RESEÑA   r(»l.mCO-ClML   DE   LA   PUOVINCIA. 

165 

HADITANTES  CLASIFICADOS  POR 

CONTIUnUCIONES  EN  PESETAS.             | 

De  1888  á  69.  : 

De  I87I 

á  72. 

IOS. 

SOLTEROS. 

CASADOS. 

Tiróos. 

CO>Sl'5IOS. 

TERRlTORIll. 

SIBSIDIO. 

3.391 

2.103 

1.101 

187 

3.501 

2.175  : 

i 

1.019 

307 

50.000 

53.262  54 

37.391  30 

6.892 

248 

158 

1 
81 

9 

253 

151 

85 

17 

849  25 

2.758  50 
i 

179  50 

5()1 

250 

117 

94 

9 

227 

116 

99 

12 

825  50 

6.129 

199  50 

4"/l 

133 

1            76 

51 

6 

133 

i            ^3 

54 

6 

266 
114 

1 

' 

955 

2.415  06 

181  50 

74 

36 

4 

77 

37 

34 

6 

'           323  7í 

1.824  75 

1 

31 

191 
140 

89 

47 

4 

130 

76 

49 

5 

62  50 

270 

508            2.407  6? 

.    . . . 

166 


HISTORIA    DE    AVILA. 


AÍUNTAWIENTOS. 


Blascóeles 


Brabos. 


Bularros 


Burgrohondo. 


Cardeñosa 


POBLACIONES, 

OBUPOS,    EDIFICIOS,    Y/VinXDAS,    ETC. 


Blascóeles 

Huerta  de  los  Pozos 

Hueria  de  Navalperal. . , 
8anto  Crioto  de  la  Salud. 


Aldeamuña 

Arevalillode  Torneros. 

Brabos  

Horcajuelo 

Molino  de  Horcajuelo. . 


su  CLASE. 


Lugar.. 
Choza.. 
Choza. . 
Ermita 


Caserío  de  dehesa. 
Casa  de  dehesa..    . 

Lugar  

Lugar 

Molino  harinero. . 


Caserío  de  dehesa. 

Lugar 

Caserío 


Berona 

Bularros 

Casas  de  Villaverde  (Las). . 

Mingo -Blasco jCase.-ío  de  dehesa. 

Molinos  de  los  Cubos Molinos  y  cuadra. . 

Muñojerro ¡Lugar 

Muñoserracin ¡Iglesia  y  casa 

iSesgudos ¡Caía  de^dehesa 

Torcal  (El) 'Caserío  de  dehesa. 

Burgohondo |  Lugar 

Molino  del  Egido 'Molino  harinero. . . 

Molino  de  San  Roque LMoüno  harinero. . . 

Molinos  del  puente  del  Arco. ..  |Molinos  harineros. 

Molinos  del  Rodete Molinos  harineros. 

San  Roque ¡Ermita 

San  Sebastian | Ermita 

Umbrías  (Las) Casetas  y  chozas. 

Veracruz  (La) '  Ermita 


Barbas  de  Oro. Molinos  harineros.. 

Caleño  (El) Batan 

Cardeñosa ¡Villa 

Colmenares Casas-colmenares  . 

Encerraderos  de  ganado Casetas 

/  Molino  del  castillo |  Molino  harinero... 

Molino  de  Majadas  bajeras. . . .  |Molino  harinero. . . 

Molino  de  Peñalen ! Molino  harinero. . . 

Molinos  de  Revuelta 'Molino  harinero. . . 

Monte  de  Ajates .Casa  de  guarda. . . . 

PeJrocojo ¡Caserío  de  dehesa. 

Santa  María  del  Berrocal Ermita  v  casa 


RESEÑA  rOLlTICO-ClVIL  DE   LA  PROVINCIA. 

167 

í 

1    HABITANTES  CLASIKICAPOS  POR 

CONinUiUCIONES  EN  PESETAS. 

Be  1838  á  69.    1                 De  1871  á  72.                i 

■BXOS. 

SOLTEROS. 

CVSVDOS. 

■VIUDOS. 

co:ísdmüs. 

TBRRITORIAL. 

SUBSIDIO. 

338 
295 

207 
155 

12") 

lis 

11 

22 

1.285  25 
494  50 

331  75 
1.425 

2.463 

3.536  10 
2.794  14 

3.245  85 
5.120  55 

5.608  35 

282 
115 

37 

308 

462  25 

633 

103 
89 

63 
45 

37 

3D 

3 

5 

192 

140 
120 

96 

76 

44 
42 

» 

2 

260 

343 

33S 

200 
188 

129 
130 

14 
20 

681 

396 
386 

233 

197 

151 
150 

12 

39 

782 

168 


HISTORIA    DE    AVILA. 


fiYUNTAMIENTOS. 


POBLACIONES, 

GRIPOS,    EDIFICIOS,    VIVIENDAS,     ETC. 


Casasola 


Cásasela 

Duruelo 

Gargantilla 

Hernangallego 

Ntra.  Señora  de  la  Asunción. 

Silleros 

Trasalegas 


Cillan . 


)  Cillan 

(  Molinos  del  Puente. 


Colilla  (La). 


Barraca  de  la  Colilla. 

Colilla  (La) 

Molino  de  Santos 

Serracines  

Venta  del  tio  Panta. . 


Chamariin. 


Chamartin. 
Miranda  . . . 


Fresno  (El). 


Fresno  (El)... 
Merino  (El)  . . , 
Pelmaza(La). 


Gallegos   de 
miros 


Alta- 


Altamiros 

Gallegos  de  Altamiros 

Ntra.  Señora  de  la  Asunción. . 


Gemuño 


Gotarrendura 


Campillo  (El).... 

Gemuño 

Nuestra  Señora  de  Albornos. . 
Santo  Cristo  del  Humilladero- 
Tejar  (El) 


Gotarrendura. 


su  CLASE. 


Lugar 

Lugar 

Molino  harinero 

Caserío  de  dehesa. . 
Iglesia  parroquial. . 

Casa  de  dehesa 

Molino  harinero 

Lugar 

Molinos  harineros. . . 

Ventorrillo 

Lugar 

Molino  harinero.... 
Chozas  de  pastores. 
Casa-posada 

Lugar 

Caserío  de  dehesa.. 

Lugar 

Lugar 

Caserío  de  dehesa. . 

Lugar 

Lugar 

Iglesia  y  casa 

Casa  de  dehesa 

Lugar 

Ermita 

Ermita 

Casa  de  tejeros 

Lugar 


RESEÑA  político  CIVIL   DE  LA   PROVI.NCIA. 


169 


fANTES  CL 

AsiFíCADOs  ron 

CO.NTRIBUCIONES  EN  PESETAS.            ! 

HACn 

De  1868  á  69. 

De  1871 

TEBH1T0RIAL. 

á  72. 

sur.siDio. 

IOS. 

SOI.IRBOS. 

C\SID0.«. 

YUDOS. 

COSl-MOS. 

164 
178 

104 
101 

57 

69 

3 

8 

79  50 

102  50 

126  50 

12 

185  50 
119 

50 

37  50 

342 

502  19       3.422  70 

135 
150 

80 
82 

50 

58 

5 

10 

443  75 
684  50 

243 

1.620 
524 

659  25 

669  50 

2.068  20 
2.207  70 

1.971  90 
4.883  85 
2.578  95 

4.414  05 

2.695  50 

285 

94 
91 

53 

47 

34 

40 

7 
4 

185 

109 
110 

67 

87 

40 
48 

2 
5 

219 

222 
226 

136 

116 

75 

97 

11 
13 

448 

167 
174 

105 

100 

54 

62 

8 
12 

:i4i 

197 
237 

128 
135 

61 
86 

8 
16 

434 

145 
144 

81 
80 

1 

58 
58 

! 

6 

'              6 

289 

170 


HISTOniA    ÜE    AVILA, 


POBLACIONES, 

OBI  l'OS,    CDIIICIOS,     MMENDAS,    ETC. 


Grajos 


Hija  de  Dios  (La). 


Carbonera  (La) 

Grajos 

Molinos  (Los) 

Ntra.  Señora  de  las  Fuentes. 
Tejar  del  Concejo 

Belmente 

Caseta  de  la  Guardia  civil. . . 

Hija  de  Dios  (La) 

Molino  de  Lorenzo  del  Pozo. 
San  Mifí-uel 


Casa-pajar 

Lugar 

Molinos  harinero; 

Ermita  y  casa 

Casa  de  tejeros... 

Lugar 

Caseta 

Lugar 

Molino  y  casa 

Ermita 


Hoyocassro 


Calamoclio 

Encerraderos  de  ganado 

Hoyocasero,  úHoyoquesero. 

Jatilla 

Lastra  (La) 

Eozuelas  (Las) 

San  Antonio. ....    

Santos  (Los) 

So:illo 


Maello. 


Maello 

Mingo  Pelaez 

Molino  del  Soto 

Nuestra  Señora  del  Consuelo. . 

San  Juan  Bautista 

Tele'grafo  (El) 

Venta  de  Portillo  (La) 

Ventas  de  las  Casillas 

Veracruz  (La) 

Villadey  de  las  Gordillas  ó  Las 
Cordillas 


Molino  Larinero. . . 

Casas  y  choza 

Lugar 

Molino  harinero. .. 
Caseta  de  pastores. 
Molino  harinero. . . 

Ermita 

Krmita 

Casa  de  tejeros. .. 

Lugar 

Caserío  de  dehesa. 
Molino  harinero. . . 

I'.rmita 

Iglesia  parroquial. 
Torre  telegráfica.. 

Casa  p  tsada 

Casas  posadas  . . .. 
Ermita 


Marlin 


Marlin Lugar 


Caserío  de  dehesa. 


I  Martiherrero . 


Bermudillo 

Flor  de  Rosa. . 
Martiherrero. . 
Palomar  (El). . 
Pedro  Garcia. . 
Pedro  Serrano. 


Caserío  de  dehesa 
Caserío  de  dehesa 
Lugar 

Caserío  de  dehesa 
Casa  de  dehesa.. . 
Casa  de  dehesa.. . 


RESEiÑA  POLÍTICO  CIVIL  DE  LA  PROYLNCIA. 


171 


HABITANTES  CLASIFICADOS  I'OR 


CONTRIHUCIONES  E\  PESETAS. 


214, 

270 
484 

124 

iot; 

"23Í' 


394 
434 

828* 


593  ¡ 
584 


112 
105; 

217:, 


117 
144 


72 
52 


238 
234 


317 
315 


67 
55 


87 
104 


42 
50 


140 
159 


255 
243 


40 
43 


10 
22 


10 
5 


De  1868  á  69. 


De  1871  á  72. 


16 

41 


CONSl  MOS.       TERRITORIAL. 


21 
26 


757  75   4.581 


650 


1.847  75 


1.108  80 


5.582  25 


3.339  02 


461  50   1.575 


142 


191  50 


356  50 


9.613  80    785 


43 


144, 
144! 


91 
75 


45 
55 


8 
14 


288¡, 


833  50 


3.090  60 


77 


172 


HISTORIA    DE    AVILA. 


Sü  CLASE. 


Mediana 


Mediana Lugar. 

Puente  de  Cal  j  Canto Caseta 


Rling^orría. 


Cristo  de  la  Agonía  (El) Ermita. 

Cristo  del  Berrocal  (El) lErmita. 

Lancha  (La) 

Maripedro 

Ming-orria 

Nuestra  Señora  del  Rosario 

Olaya 

Pradejones  (Los) 

Rivera  d  1  Adaja 

San  Cristóbal 

San  Sebastian 

Veguilla  (La) 

Zorita  de  los  Molinos 


Mironcillo. 


Aunqueospese.. . 

Mironcillo 

Molino  del  Cubo. 
Riofortes 


Monsalupe 


Monsalupe 

Ntra.  Sra.  del  Buensuceso. 


Casa  fragua 

("aseta  del  ferro-carr 

Villa 

Ermita 

Casas  de  campo. . . . 
Casa  del  ferro- carril 
Molinos  harineros.. 

Ermita 

Ermita 

Casa  de  labor 

Lugar 

Castillo  ruinoso 

Lugar 

Molino  harinero 

Caserío  de  dehesa. . 


Lugar. , 
Ermita 


Muñana. 


Gallegos ' Casa  de  dehesa 

Muñana |  Lugar 

Muñez ¡Lugar 

Villagarcía Caserío  de  dehesa . 


Muñochas. 


Casas  de  Muñochas  (Las) 

Muñochas 

Pedro  Gallego 


Muáogalindo. 


Garoza 

Muñogalindo. 
Salobralejo.. . 


Caserío 

Lugar 

Caserío  de  dehesa. 


Caserío  de  dehesa. 

Lugar 

Lugar 


RES 

EÑA  POLlTlCO-ClVIL   DE  LA  PRUVliNClA. 

173 

HABITANTKS  CLASIFICADOS  POR 

CONTRIBUCIONES  EN  PESETAS.            |j 

De  1868  á  69. 

De  1871  á  72.                ¡1 

SEXOS. 

SOLTEBlí. 

CASADOS. 

vnnn?. 

CONSUMOS. 

TERRITOniAL. 

SIBSIDIO. 

162 

115 

106 
57 

54 
47 

2 

11 

820 
4.149  50 

275  75 
340 
1.336  75 

326  50 
1.125 

2.380  05 
11.090  52 

2.425  50 
1.563  75 
7.517  70 
1.493  55 
4.603  50 

69 
2.468  50 

172  50 
81 
1.233  50 

92 
666  50 [ 

271 

754 

(344 

425 
330 

294 
256 

35 

58 

1  398 

94 

112 

54 
65 

36 
37 

4 
10 

2^S 

102 

89 

56 
44 

44 
38 

2 

7 

191 

4"^T 

427 

290 
232 

166 
160 

29 
35 

912 

05 
67 

42 
33 

22 

24 

1 
10 

132 

255 
205 

159 

100 

86 
90 

10 
15 

460 

174 


HISTORIA    ÜF,    AVILA. 


AYUHTAMIEN70S. 


POBLACIOXES, 


GRCPOS,    EliIFICIOS,    VIVÍENDVS,    ETC. 


SU  CLASE. 


Muño^ra&de 


Castilblanco 
Muño;?rande 


Tfluñopepe. 


Lugar. 
Luarar. 


Muñopepe Lugar 

*  San  Vicente Iglesia  parroquiaL 


Narrillos  del  Rebo- 
llar   


Benitos 

ChorraliRl) , 

M  'linos  de  Retuerta 

Narnllos  del  Rebollar 

Nuestra  Señora  de  Rihondo. . 


Narrillos    de 
Leonardo . . 


San! 


Lugar 

Molino  harinero. . . 
Molinos  harineros. 

Lugar 

Ermita  y  casa 

Casas  pajares 

Luííar. .    


Aldea  la  Muía 

NarrüL.s  de  ¿an  Leonardo. 

Penarro Casa  de  dehe.sa 

Verdeja Caserío  de  dehesa 


Narros  del  Puerto. 


Molinos  de  las  Chorreras. Molinos  harineros. 

Narros  del  l'uerto Lus-ar 


Navalacruz. 


Ma'adas  de  Pastores Thozas 

INlolinos  de  la  Garganta ¡Molinos  harineros. 


Navalmoral 


Navalosa. 


Navalacruz 

Ntra.  Sra.  de  las  Longueras 
Tejar  de  !a  Casa 

Encerraderos  de  ganado... 

Molino  de  la  Dehesa 

Molinos  de  l;i  Maarecilla. . . 

Nav:il  moral 

Navalsanz 

San  Sebastian 

Santa  Maria 

Encerraderos  de  ganado  . . . 

Molinos  del  Alberche 

Navalosa 

Pujares 

Pradejones I  Casa  de  tejeros 

San  Felipe  y  Santiago i Ermita 

Valdeverro 'Molino  harinero 


Lugar 

Ermita 

Casa  de  tejeros.. . . 

Casas 

Molino  harinero. . . 
Molinos  harineros. 

Lugar 

Caserío  de  dehesa. 

Ermita 

Ermita 

Casas  y  choza 

Molinos  harineros. 

Lugar 

Casas  y  chozas. . . . 


RESEÑA  I'OLITICÜ-CIVIL  DE  LA  PROVINCIA, 


175 


ANTES  CLASIFICADOS 

POR 

CONTRIBUCÍOXES  EN'  Pl 

iSETAS. 

HABIT 

De  1888  á  69.   I 

De  1871 

á  72. 

SUBSIDIO. 

IOS. 

SOLTERO?. 

CXfKVOS. 

YUDOS. 

COSSCMOS. 

TERRITORIAL. 

159 
153 

92 
89 

59 
59 

8 
5 

-725 

299 

279 

073  50 
379  75 
1.906 

1.642 
1.194  25 

3.517  20 
1.911  74 

2.710  80 

2.055  60 
1.692 
4.792  50 

7.054  20 
3.900  60 

397  50 
50 

» 

50 
90 
185  50 

503 

157 

312 

67 
731 

140 

as 

42 

24 
25 

5 

6 

1 

100 

05 



69 
51 

29 
40 

11 
4 

*?04 

1 

150 
139 

99 
70 

53 

60 

7 
9 

298 

108 
123 

65 
-79 

36 
39 

7 
5 

231 

359 
394 

211 
227 

132 

140 

16 
27 

753 

570 

ceo 

343 

315 

211 

205 

16 
40 

1.130 

328 
386 

214 
225 

1          101 
i          125 

13 
36 

714 

\ 

176 


HISTOUIA   DE    AVILA. 


POBLACIONES, 


fiRIPOS,    EDIFICIOS,    YITIENDAS,    ETC. 


Navaqussera 


su  CLASE. 


Encerraíieros  de  ganado Chozas 

Molino  Viejo ¡Molino  harinero. 


jS'avaquesera . 


Lugar. 


Navarredondilla . 


Encerraderos  de  ganado Casas 

Molino  del  Puente | Molino  harinero. 

Navairedonáilb .Lugar 

San  Antonio Ermita. 


Navarrevisca. 


Batan  de  los  Nogales 

Encerraderos  de  ganado. 

Molino  del  Pontón 

Molino  de  San  Antonio.. 

Navarrevisca 

Ruda  (La) 


Casa-batan 

Casas 

Molino  harinero.. 
Molino  harinero . . 

Lugar 

Molinos  harineros 


San  Antonio Ermita 


Navatalgordo. 


Encerraderos  de  ganado Casas 

Molinos  del  Morisco Molinos  harineros 

Navatalgordo i  Lugar 

Nuestra  Señora  de  la  Canaleja.  ¡Ermita 

Tejar  del  Morisco Casa  de  tejeros... 


Niharra 


Niharra ;Lugar. 

Santo  Cristo  del  Sepulcro 'Ermita. 


Ojos-albos 


Oso  (El) 


Caseta  de  la  Guardia  civil Caseta 

Encerradero  (El) Casa  de  pastores. 

Huerta  de  Canaleií Caseta 

Molino  del  Quemado Molino  y  casa. . . . 

Molino  del  í^alto  de  la  Cabra . . '  Molino  liarinero . . 

Ojos-albos Lugar. 

Tabladillo Caserío  de  dehesa 

Tejar  (El) I  Casa  de  tejeros.. 


Oso  (El). 


Lusrar. 


RESB5'A  político -CIVIL  DE  LA  PROVINCIA. 

177 

ANTES  CLASIFICADOS  POR 

CONTRIBUCIONES  EN  PESETAS.           || 

HABIT 

De  1868  á  69. 

De  1871 

á  72. 

;eios. 

SOLTEROS. 

CASADOS. 

viróos. 

CONSUMOS. 

TERRITORIAL. 

SUBSIDIO. 

122| 
•    139 

82 
85 

36 
43 

4 
11 

371  25 
746  25 

2.037  25 

2.325 

686  75 

746  75 
1.019  Úl 

1.244  25 
2.248  83 

4.131 

4.689  45 
3.613  50 

3.843 

1     5.647  50 

» 
106 

193  25 

255  50 
101  50 

45 

144 

261 

297 
299 

184 
175 

102 
99 

11 
25 

596 

4G0 
541 

274 
323 

169 
178 

17 
40 

1.001 

680 
639 

414 
3-?l 

243 

240 

23 

28 

1.319 

151 

143 

83 

80 

1 

56 

54 

12 
9 

294 

180 
127 

1           65 

62 
50 

8 
12 

307 

212 

1% 

117 

j           114 

í 

82 

74 

1 

i             13 
8 

408 

12 


178 


HISTORIA    DE    AVILA. 


AYUNTftWlENTOS. 


POBLACIONES, 

GRCPOS,    EDIFICIOS,    VITIEXDAS,    ETC. 


SU  CLASE. 


Padiernos. 


Adijos Caserío  de  dehesa. 

Ald'ealabad Lugar 

Graja  (La) Choza  de  pastores. 

Montefrio '  Caserío  de  dehesa. 

Padiernos ¡Lugar 

Venta  de  Padiernos ;  Casas-posadas 

Viñavieja Choza  de  pastores. 


Peñalba. 


Cristo  de  Santa  Teresa  (El). . .  i  Ermita . . 

iS^avares Caserío  de  dehesa. 

Peñalba Lugar 


Pozanco 


Cristo  de  la  Vera-Cruz  (El) . . .  Ermita 

Molino  de  Castellanos Molino  harinero.., 

Molino  de  la Canongía ¡Molino  harinero. .. 

Molino  Viejo Molino  harinero. . 

Pozanco Villa 


Rice avado 


Nuestra  Señora  de  la  Natividad  Iglesia  parroquial. 

Pascualcobo JBarrio 

Riocavado t  Lugar 


Riofrio. 


Salobral 


Cabanas ¡Lugar 

Clenaentes ¡Caserío  de  dehesa. 

Escalonilla ¡Barrio 

Gemiguel ¡Caserío  de  dehesa. 

Majadas  de  pastores Chozas. 

Molinos  de  la  Hoyuela 

Riofrio    

Valle  de  la  Pavona 


Molinos  harinero- 
Lugar 

Caserío  de  dehesa. 


Salobral iLugar. 


Sanchoreja Florida  (La) 

1  Ibangrande. 


Albornillo Caserío  de  dehesa. 

Cid  (El) ICaserío  de  dehesa 

'Chozas  de  pastores 

Molino  harinero. . . 

Sanchoreja Lugar 

Mina  de  Santa  Águeda Casas 

San  Esteban  de  los  ]  Navarrosa Casa  de  dehesa. . . . 

Pa+os  San  Este'ban  de  los  Patos  o  Los 

Patos Villa 


RESEÑA  político- CIVIL  DE  LA  PROVINCIA. 


179 


ANTES  CLASIFICADOS  POR 

CONTRIBUCIONES  EN  PESETAS.             | 

HABIT 

De  1868  á  69. 

De  1871  á  72.                 1 

\0?. 

sni.TFnos. 

cvsinos. 

Yirrios. 

CONSI-MOS. 

TERRITORIAL. 

SUBSIDIO. 

305 
309 

173 

158 

1 

122 
134 

10 
17 

1.631  75 

588  50 

487  50 

1.024  75 

1.437  50 

683  25 

712  75 
461  75 

1 

5.975  55 

5.179  50 
2.240  55 
6.201  72 

7.022  70 

2.488  50 
4.131 
2.375  10 

200  50 

8 
111  50 
283 

352 

321 

143  50 
65  61 

6U 

118 
121 

71 
64 

40 
41 

7 
16 

239 

62 

19 

36 
38 

32 

29 

4 
2 

141 

un 

135 

80 
6í 

56 
57 

4 
10 

275 

425 
415 

257 
41 

152 
152 

16 
22 

S40 

131 
137 

84 
75 

41 
55 

6 

7 

268 

17^ 

81 
98 

30 
60 

6 
14 

28f 

118 
100 

68 
52 

46 
49 

4 
8 

227 

180 


HISTORIA   DE    AVILA. 


ftYUNTArniENTOS. 


POBLACIONES, 

GRIFOS,    EDiFIClOS,    \IV1E>DAS,    ETC. 


San  Juan  de  la  En- 
cinilla 


San  Pedro  del  Ar- 
royo   


Molino  de  la  Arboleda.  . . . 
San  Juan  de  la  Encinilla.  . 
Tejares  de  San  Bartolomé. 


Morañuela. 

Nuestra  Señora  de  las  Nieves . . 

San  Pedro  Apóstol 

San  Pedro  del  Arroyo 

Santísimo  Cristo  de  los  Reme- 
dios  

Valverde 


Santa  María  del  Ar- 
royo  


su  CLASE. 


Molino  harinero. . 
Lugar 

Casas  de  tejeros.. 

Lugar 

Iglesia  parroquial 
Iglesia  parroquial 
Lugar 

Ermita 

Casa  de  camineroí 


Molinos  del  Hocino Molinos  harineros 

Nuestra  Señora  de  la  Asunción  Iglesia  y  casa. . 
Santa  María  del  Arroyo Lugar 


Santo  Domingo  de  I 
las  Posadas i 


Santo  Domingo  de  las  Posadas 


Lugar 


[  Molino  de  Santo  Tome' Molino  harinero. 

Santo  Tomé  de  Za-  \  Smo.   Cristo  del  Humilladero .  ¡  Ermita 

barcos i  Santo  Tomé  de  Zabarcos i  Lugar 

(  Tejar  de  Joaquín  Martin |  Casa  de  tejeros. . 


Serrada  (La). 


Sigeres. 


Serrada  (La) . 
Tejera  (L,a!  . . 


Lugar 

Casa  de  tejeros. 


Sigeres Lugar. 


Solosancho. 


Baterna ■  Lugar 

Molino  de  Arriba •  Molino  harinero . 

Monte  de  Barbacedo '  Casa  de  guarda . 

Nuestra  Señora  de  la  Asunción  Ermita 

Robledillo LugaV - 

San  Juan  del  Monte Ermita 

Solosancho Lugar 

Valdemerino '  Chozas  de  pastora  • 

Venta  de  D.  Diego :  Casa  -posada 

Villaviciosa i  Lugar 


RESEÑA  POLITICO-CIVIL  DE  LA  PROVINCIA. 


181 


PANTES  CLASIFICADOS  POR 

CONTRIBUCIONES  EN  PESETAS. 

HABÍ' 

De  1868  á  69.   1 

De  187 

á  72. 

SCDSIDIO. 

os. 

SOLTEROS. 

CVSVD05. 

viróos. 

rONSl  MOS. 

TERRITORIAL. 

297 

174 

108 

15 

266 

128 

110 

28 

f>fi3 

1.119 

7.5^ 

1.208  75 

148 

79 

58 

3 

138 

73 

60 

5 

278 

574  25 

3.994  20 

88 

135 

84 

46 

5 

114 

59 

48 

7 

249 

210 

516  25 

2.113  65 

265 

132 

68 

10 

163 

84 

70 

9 

:í73 

739  2» 

3  133  44 

88 

115 

73 

36 

6 

113 

59 

43 

11 

228 

471  50 

2.340 

162 

117 

66 

47 

4 

126 

69 

50 

7 

234 

344 

2.545  20 

67 

94 

48 

30 

6 

1^ 

56 

35 

7 

]Sí2 

384  50 

1.615  05 

50 

573 

:}42 

213 

18 

568 

319 

214 

35 

141 

1.269  75 

8.603  55 

171 

182 


HISTORIA    LE    AVILA. 


AYUNTAMIENTOS. 


Sotalbo 


Toibaños. 


Torre  (La). 


Tornadizos  de  Avi- 
la  


POBLACIONES, 

CRüPOS,    EDIFICiOS,    VIVIENDAS,    ETC. 


SL  CLASE. 


Bandadas |  Barrio 

Casa  de  los  Lázaros ;  Casa  de  pastores 


Mesegar. 

Molino  de  los  Batanes. 

Molinos  de  Muñico. . . . 

Palacios 

Riatas,  ó  Arriatas 

Sotalbo 


Alameda  de  los  Requenas. . . 

Aldealgordo  

Cortos 

Escalonilla 

Gallegos  de  San  Vicente. . . . 

Molino  de  Toibaños 

Nuestra  Señora  de  Sonsoles. 

Saornil  de  Voltoya 

Toibaños ....    

Venta  de  San  Vicente  (La). . 


Casa  de  dehesa. 
Molinos  harineros  . 
Molinos  harineros. 

Barrio 

Barrio 

Lugar .   


Caserío  de  dehesa. 
Caserío  de  dehesa. 

Lugar . 

Lugar 

Lugar 

Molino  harinero. . . 

Ermita 

Lugar 

Lugar 

Lugar 


Alameda  (La) 

Aldehuela 

Arropino 

Becerril 

Blascomozo 

Castellanillos 

Cermuño I  Caserío  de  dehesa 

Fresneda  ¡Caserío  de  dehesa 


Caserío  de  dehesa 
Casa  de  dehesa.. . 
Caserío  de  dehesa 
Caserío  de  dehesa 
Caserío  de  dehesa 
Casa  de  dehesa  . . 


Lagartera 

Molino  de  la  Corraliza. 

Navatacon 

Tornadizos  de  Avila. . . 

Valdeciervos 

Valdelavia 

Valderosa  


Guareña .. 
Torre  (La) 


Casa  de  dehesa.. . 
Molino  harinero. . 
Casa  de  dehesa.. . 

Lugar 

Caserío  de  dehesa 
Caserío  de  dehesa 
Casa  de  dehesa.  . 


Lugar. 
Lugar. 


RESEÑA  POLITICO-CIYIL  DE  LA  PROVINCIA. 


183 


HABITANTES  CLASIFICADOS  POR 


222  150 

239'  133 


224 
158 


123 

108 


122 

103 


66 

85 


119 
115 


114 

87 


64 
60 


6 

21 


24 
11 


11 
12 


CONTRIBUCIONES  EN  PESETAS. 


De  1888  á  69. 


842 


1.200 


1.293 


668  75 


De  I87I  á  72. 


TERRITORIAL. 


6.292  44 


7.432  65 


8.226 


2.709 


230 


272  89 


131 


160  50 


184 


HISTORIA   DE    AVILA, 


AYUNTAMIENTOS. 


Urraca  Miguel. 


Valdecasa. 


Vega  de  Santa  Ma- 
ría   


Velayos. 


POBLACIONES, 

GRUPOS,    EDIFICIOS,    TIV1END.4S,    ETC. 


Caseta  de  la  Guardia  Civil. . 

Ciervos , 

Fuente  de  la  Zarza 

Serones  

Urraca  Miguel , 

Venta  del  Campo-Azálvaro.. 


Pasarilla  del  Rebollar. 
Valdecasa 


Ntra.  Sra.  de  la  Asunción 
Vega  de  Santa  María 


Molino  nuevo 

Ntra.  Sra.  de  la  Soledad. 
Velayos 


Brieva .  Lu 


Vicolozano. 


Villaflor. 


Dehesillas  (Las) 

Encinas 

Palazuelos 

Pinar  de  Miraflores. 

Vicolozano 

Zurra 


Gasea  (La) Caserío  de  dehesa. 


su  CLASE. 


Caseta 

Caserío  de  dehesa. 
Choza  de  pastores. 

Casa  de  dehesa 

Lugar 

Posada  y  portazgo. 

Lugar 

Lugar 


Iglesia  parroquial. 
Villa 


Molino  harinero. 

Ermita 

Lugar 


Caserío  de  dehesa. 

Lugar 

Caserío  de  dehesa. 
Caserío  de  dehesa. 

Lugar 

Casa  de  dehesa 


Moheda 

Molino  del  Palacio 

Ovieco 

Villaflor 


Casa  de  dehesa 

Molino  harinero . . . 
Caserío  de  dehesa. 
Lusrar 


detenta   y   siet©   J^y\xj:x±SLXXi.±e 


RESENA  POLITICÜ-CIVIL  DE  LA  PROVINCIA. 


185 


HABITANTES  CLASIFICADOS  POR 


SOLTEROS.  CASADOS.        !  TICDOS. 


183 
U6 


329 


lili 
131  i 

242', 


195 
187 


382 

485¡ 
486! 


971 


200 ! 
94, 

294 


142 
135 


277' 


107 
73 


62 

68 


102 
87 


235 

240 


127 
51 


87 
80 


68 
62 


42 
55 


82 
85 


218 
212 


63 

38 


50 
52 


11 


11 
15 


CONTRIBUCIONES  EN  PESETAS. 


De  1868  á  69. 


32 

34 


10 
5 


De  1871  á  72. 


TERRITORIAL.  SIBSIDIO 


922  25 


288  25 


561  50 


2.696  75 


4.092  30 


3.234  15 


4.116  30 


8.630  55 


625  75   3.497  94 


597  75'  3.128  85 


112  50 


62  50 


816  25 


25 


244 


con    ^^Cí.rP^'^^    3raat>itaiites. 


186 


HISTORIA    DE    AVILA. 


PARTIDO  JUDI> 


AYUNTAMIENTOS. 


P0BLACIO\ES. 

GRUPOS,   EDIFICIOS,   TIVIENDAS,    ETC. 


Aldeanueva  de  Santa  Cruz.. 
Bardal 
Aldeanueva  de  San-    ¡^  ■  .    V  '/ú  " "  'ii"  'á        l'^^^\ ' 
ta  CruT  i  Cristo  del  Humilladero  (Elj. 
'  Pajares  (Los). 


su  CLASE. 


Lugar 

Lugar 

Ermita 

Corrales  de  ganado. 
Pradogrande j  Casa  de  pastores . . . 

Aldeliuela Lugar 

Hito Lugar 


Aldehuela. 


Majada  de  Malagon jCasa  de  pastores. 

Molinos  (Los) Lugar 

Navas  (Las) Lugar 

Nuestra  Señora  del  Soto ¡Ermita  y  casas. . . 

Rehoyo  (El) '  Lugar 

Solanas  del  Carrascal I  Lugar 

Solanillas Lugar 


í  Aliseda  de  Tormes Lugar 

Aliseda  de  Tormes.    Hondonero  (El) ¡Molino  harinero. 

(  Molino  del  Puente ¡ Molino  harinero. 


Barco  de  Avila  (El).' 


Abadía  (La) 

Aceña  de  D.  Rufino  González.. 
Aceña  de  D.  Simón  Carrera. . . 

Aceñas  de  D.  Juan  García 

Barco  de  Avila  ( El) 

Batan  del  Puonte 

Batan  de  Pañuela 

Casa  Blanca  (La) 

Casa-Herrera 

Gallareta 

Helechares 

Huerta  de  D.  José  Cueña 

Huerta  de  D.  Pascual  Fidalgo. 
Lavadero  de  San  Buenaventura 

Montenegro 

Palomar  de  las  Viñas 

Picota  (La) 

Santo  Cristo  del  Caño 

Tejar  de  Roque  Moreno 


Molino  y  casa 

Molino  y  casas 

Molinos  y  cuadras. 
Molinos  harineros. 

Villa 

Casa-batan 

Casa-batan 

Casa  de  pastores. . 

Casa  de  campo 

Molino  harinero. . . 
Molino  harinero. . . 

Üasa  de  campo 

Casa  de  campo 

Lavadero  de  lanas. 
Casa  de  campo. .   . 

Casa-palomar 

Caseta  de  guarda. . 

Ermita 

Casa  de  tejeros — 


RESEÑA  POLlTICO-ClVlL  DE  LA  PROVINCIA, 


187 


BARCO   DE  AVILA. 


MACITANTES  CLASIFICADOS  I'OR 


318 
357 


675 


355 
334 


«eLTCROS.  CASADOS.  YUDOS. 


689 


282 
234 


516; 


197 
216 


234 
177 


188 
123 


107 
115 


111 
121 


79 
90 


14 
26 


10 
36 


CONTRIBUCIONES  EN  PESETAS. 


De  1888  á  69. 


15 
21 


691 

393 

251 

47 

773 

460 

239 

74 

1.464 

998  25 


1.550 


1.27S 


De   1871  á  72. 


TERRITORIAL. 


3.600 


3.831  30 


2.538  45 


5.305 


12.780 


75  50 


223  50 


124 


4.853  50 


HISTORIA    DE    AVILA. 


AYUNTAMIENTOS. 


Becedas 


Bohoyo 


Carrera  (La). 


rOBLAClOXES, 

GRrPOS,    EDIFICIOS,    VIVIENDAS,    ETC. 


Becedas  

Encarnación  (La) 

Garganta  de  la  Sierra  (La). 
Palacios 


'  Ángel  (El) 

Bohojo 

Guijuelos 

Majadas  de  pastorea 

Molino  de  la  Vega 

Molino  del  Batan 

Molino  del  Canchal. .   . . 

Molino  del  Puente 

Molino  de  los  Acebos. . . 
Molino  de  Navamojada. 

Navamediana 

Navamojada 


Stl  CLASE. 


Cabezudo 

Carrera  (La) 

Casa  de  Ayuntamiento 

Cereceda  

Lancharejo 

Malaguilla  (La) 

Navalmoro 

Prado-Puerta 

Prado-Solís  

Santa  Ana 

Soto  (El) 

Tejar  (El) 

Casas  de  la  Vega 

Casas  del  puerto  de  Tornavacas 

Molino  de  la  Cuesta 

Casas  del  Puerto  de  J  Pedro  Jiménez 

Tornavacas \  Reguera  de  la  Hiruela  (La) 

San  Julián 

Santiago  de  Aravalle 

Veg-aumbría 


Uncinares . 


Boquinegro  (El). 

Encinares 

Hoyo  (El) 

Salvador  ^El) 

Sauces  


Lugar 

Ermita 

Molinos  y  batanes. 
Lugar 

Ermita  ruinosa  . . . 

Villa 

Lugar 

Casas  de  ganado. 
Molino  harinero. . . 
Molino  harinero. . . 
Molino  harinero. . . 
Molino  y  pajar. . . . 
Molino  harinero. . . 
Molino  harinero. . . 

Lugar 

Lugar 

Lugar 

Lugar 

Casa  consistorial. . 

Lugar 

Lugar 

Casa  de  campo.  . . 
Lugar 

Casa  de  campo. . . . 
Casa  de  campo.. . . 
Iglesia  parroquial. 

Casa  de  campo 

Casa  de  tejeros 

Casa  de  campo 

Lugar 

Molino  harinero. . . 
Molino  harinero. . . 
Casa  de  pastores. . 
Molinos  harineros. 

Lugar 

Casa  de  pastores.. 

Casa-batan 

Lugar 

Lugar 

Iglesia  y  casas. . . . 
Lugar 


rese:>a  político- civil  de  la  provincia. 


189 


HABITANTES  CLASIFICADOS  POR 


SOLTEROS.  CiSVDOS. 


233 


345 
333 


326 
284 


193 
176 


215 
182 


78 
65 


204 
207 


181 
181 


107 
108 


136 

147 


35 

39 


35 
61 


29 
47 


16 
25 


19 
34 


O 

10 


CONTRIBUCIONES  EN  PESETAS. 


De  1868  á  69. 


3.250 


2.504  25 


1.355  25 


1.175 


4.j7  50 


De  1871  á  72. 


TERniTORlAL. 


8.094  60 


8.293  50 


6.169  55 


5.872  05 


1.534  50 


794  50 


134 


87  50 


174  50 


35 


190 


HISTORIA    DE    AVILA. 


POBLACIONES, 

GRUPOS,    EDIFICIOS,    VIVIENDAS,    ETC. 


SU  CLASE. 


Gilbuena iLugar 


Jun 

Molino  de  Abajo  . 

Molino  de  Arriba 


Gilg^arcía. 


Cerrada  del  Río. 
Gilgarcía 


I  Corrales  de  g-anado.. 

I  Horcajada  (La) 

Horcajada Ribera  del  Corneja  . . 

I  Ribera  del  Tdrmes. .. 

¡  Riofraguas 

[  Cardedal 

I  Eccehomo  (El) 

Lastra  del  Cano  (La). 

Last.riila 

Molin'  s  de  Andarlos. 

¡San  Francisco 


Lastra  del  Cano  (La) 


/  Barquillo   (El) 

I  Casas  de  la  Vega 

1  Concepción  (La) 

Losar  (El) Losar  (El) 

Molino  de  Becedillas. 
I  Miilinosdel  Tdrmes  . 

1  Navamorisca 

/  Cabrera  (La) 

\  Cerradillo  (El) 

'i   Hermosillo 

(  Llanos  (Los) 


Llanos  (Los). 


Medinilla. 


Medinilla 

Nuestra  Señora  de   la  Fuente 
¡Santa 


Nava  del  Barco. 


Batan  (El) 

Herrero   (El) 

Molino  de  Aba  o 
Nava  del  Barco.. 


Lugar 

Molino  harinero . . 
Molino  harinero. . 


Casa  de  pastores. 
Lugar 


Casas 

Villa 

Molinos  y  casas. 
Molinos  y  casas. 
Luírar 


Lugar r .  - 

Ermita 

Lugar 

Lugar 

Molinos  harineros. 
Ermita 

Lugar 

Lugar 

Ermita  y  casa 

Lugar 

Molino  harinero. . . 
Molinos  harineros. 

Lugar 

Casa  de  pastores. . 
Molino  harinero. . . 

Lugar 

Lugar 


Lugar 

Ermita  y  casa. 


Molino  y  batan. . 
Molino  harinero. 
Molino  harinero. 
Lugar 


RESEÑA  rOLITICO-ClVlL  DE  LA  PROVINCIA. 


191 


ANTES  CLASIFICADOS  POR 

CONTRIBUCIONES  EN  PESETAS. 

HADIT 

De  18S8  á  69. 

De  1871 

á  72. 

1 
.os.        I 

SOLTEROS. 

CASArOS. 

TIUDOS. 

CONSUMOS. 

TEERITORIAl. 

SUBSIDIO. 

478 
443 

283 
254 

164 
166 

31 
23 

1.898  75 

646  50 

2.295  50 

1.250 

1.300 

584  75 
1.622  75 
770 

6.312  60 
1.702  35 
6.430  50 

2.977  20 

5.217  30 

2.709  36 

4.338  90 

1 

2.865  60 

561  50 

25 

i 
561  25 

75 

53  50 

126  50 
197 
94  50 

921 

134 

148 

87 
86 

39 
45 

8 
17 

282 

741 
698 

456 

391 

266 
261 

19 
46 

1.439 

223 
247 

470 

301 

295 

138 
125 

T7 
97 

8 
25 

168 
163 

112 
110 

21 

22 

596 

162 
130 

96 
71 

54 
49 

12 
10 

292 

423 

426 

849 

192 
227 

246 

235 

164 
163 

13 

28 

112 
125 

72 
92 

8 
10 

419 

192 


HISTORIA    DE    AVILA. 


AYUNTAMIENTOS. 


NavaloDguilla 


POBLACIONES, 

GRUPOS,    EUIFICIOS,    TITIENDVS,     ETC. 


SU  CLASE. 


Molinos  de  la  Guilera Molinos  harineros . 

Molinos  de  los  Prados I  Molinos  harineros. 

Navalquijo |  Lugar 

Navalonguillo |  Lugar 

Ntra.  Señora  de  los  Leones Ermita 


Navatejares 


Cabezas  Altas ' Lugar. 

Cabezas  Bajas Lugar. 

Casas  del  Yado 

Molino  de  los  Herederos. . . 

Navatejares 

Orvezo  

San  Pedro 


Neila Neila 


Casas  de  labor. . 
Molino  harinero. 

Lugar 

Molino  y  casa. . , 
Ermita   


Lugar. 


San   Bartolomé   de  (  ^^n  Bartolomé  de  Béjar Lugar 

ban  Marcos Ermita 

Tejera  (La) Choza  de  tejeros. 


Béjar. 


San   Lorenzo. 


Pelofino  ó  la  Aceña. 

San  Lorenzo 

Vallehondo 


Santa  Lucía. 


Casas  de  la  Sierra . 

Cerrudos 

Garganta  del  Andrinal  (La) 

Loros  (Los) 

Mártires  (Los) 

Santa  Lucía 

Serranía 


Molino  y  casa. 

Lugar 

Lugar 


Lugar 

Lugar 

Molinos  harineros 

Lugar 

Rrniita 

Lugar 

Lugar 


Santa  IVIaria  de  los 
Cabaileros 


Carrascalejo !  Lugar. 

Collado  (El) 

Corrales  de  ganado 

Cuartos  (Los) 

Navarregadilla 

San  Juan ¡  Ermita 

Santa  María  de  los  Caballeros.  ¡Lugar. 


Lugar 

Casas  y  chozas.. 

Lugar 

Luff  ar 


RESEÑA  político -CIVIL  DE  LA  PROVINCIA. 


193 


ANTES  CLASIFICADOS  POR 

CONTRIBUCIONES  EN  PESETAS.            I| 

HADIl 

De  1868  á  69. 

De  187 

TERRITORIAL. 

1  i  72. 

aos. 

! 

SOLTBROS. 

CVS\DOS. 

YUDOS. 

COXSIMOS. 

SLBSIDIO. 

381 
396 

777 

195 
228 

199 

196 

167 
168 

15 
32 

1.536  50 
732 

497  57 

875 
750 

759  25 
920  25 

6.056  55 
2.650  50 

1.808  55 
4.125  15 
2.702  70 

1.779  75 
4.863  60 

! 

i 

136  50 

25 

49 
440 
18  50 

57  50 
50 

118 
133 

64 
75 

13 

20 

423 

175 
175 

110 

98 

55 
65 

19 
12 

350 

212 
234 

139 
1:33 

62 
88 

1 

11 
33 

446 

236 
241 

477 

191 
190 

143 
140 

83 
82 

10 
19 

115 
105 

66 
73 

10 
12 

381 

372 
376 

:          233 

218 

125 

1          127 

14 
31 

381 

13 


194 


HISTORIA    TE    AVILA. 


AYUNTABIIENTOS. 


Solana  de  Béjar.. 


Tcrmellas. 


Tremedal 


Umbrías 


Zarza. 


POBLACIONES, 
Gao:os,  ed:f  ero?,  titif.xdas,  etc. 


SU  CLASE. 


!i  (I  a>. 


Capns  fl''l  TJt^y. 
GargHTita  f!e  -i; 

^aliurrcs   1/  s' 

Nuestra  ^^ encía  la  Nm  va 
fcclana  de  Bé  ar 


Lugar 

Molinos  harineros 

Lugar 

Ivrmitay  casa. . 
Lugar 

Majadas  ñc  las  Aloguillas Casas  de  pastores 

Mülinn  di'l  Puente ¡Molino  harinero. 

Navaniures ¡Lugar 

Tormellas 'Luo-ar 


Corrales  ite  ganado Casas 


Molino  de  las  Veguillas. 
Tremedal 


Canaleja .... 

Casas  del    \  ba'l 

Casas  de  I\Intip'  dro 

Fústi-is  o  H natías 

Mata  de  la  Caii-ileja  iLa' 

lonton  de  ¡as  Casas  del  Abad 


■\       (Kl) 


Pontón  de  l-.is  CerraHillas  (\'.\). 

Retuerta 

San  Mai  tin 

Umbrías 

Ventas  de  las  Ve¿;udlas  .Las;. 


Mazalinos 

Molino  de  O^rgai  talioid-.i, 
Zarza 


Molino  harinero. 
Lugar 


Lugar 

Lugar 

Lugar 

Lugar 

Molino  harinero. 

Molino  harinero. 
Molino  harinero. 

Lugar 

iMMuita 

Lugar 

aserio 


Lugar. 

M  lino  harinero. 
Lujrar 


"\/"eirat:ii:ix:ie-ve  .A.y xantaarxi 


RESEÑA  POLÍTICO- CIVIL  DE  LA  PROVINCIA. 


195 


HABITANTES  CLASIFICADOS  POR 


SOLTEROS.  CASADOS.  VimOS. 


312 

300 

621 


179 

204 

383^ 

64 1 

111 

! 

175 


287: 
611! 


121 

178 

299 


192 
153 


100 

112 


46 
53 


177 
líH 


91 
97 


98 
125 


68 

77 


15 
4S 


92 
108 


25 

ü8 


22 
31 


10 
15 


3 

10 


18 
19 


o 
13 


CONTRIFUCIONES  EN  PESETAS. 


De  1868  á  69. 


De  I87I  á  72. 


CONSUMOS.  TBRRITORIAL.  SUBSIDIO. 


893 


801 


427 


579 


3.637  80 


2.764  80 


1.853  55 


2.387  80 


251 


88 


44 


93 


340 


1.408  50 


59 


l^.XSrT'  3n.a.lDÍ-tan.-tes. 


196 


HISTORIA    DE    AVILA. 


PARTIDO  J 


POBLACIONES, 


GRUPOS,    EDIFICIOS,    VIVIK>!1\S,    ETC. 


SU  CLASE. 


Adrada  (La). 


Barraco. 


Adrada  Villa 

Caseta  del  Puente  del  Vado. . .  Caseta  de  civiles. 

Castañarejo 'Fábrica  de  papel. 

Encerraderos  de  ganado Casas 

Fábrica  de  Abajo Fábrica  de  papel. 

Hoyuelas  (Las) Casa  de  dehesa.. , 

Martinete  (El) Molino  harinero. . 

Mina  (La) Casa  de  mineros 

Molino  de  la  Máquina Molino  harinero. 

Molino  de  D.  Laureano  Diaz.. .  Molino  harinero. 

Molino  de  las  Animas Molino  harinero . 

Molino  de  la  Serra Molino  harinero. 

Molino  del  Batan Molino  harinero. 

Molino  del  Cubo Molino  harinero. 

Molino  de  Serrano ¡Molino  harinero. 

Momblanco Fábrica  de  papel. 

Nuestra  Señora  de  la  Sangre. .  Ermita 

Nuestra  Señora  de  la  Yedra. . .  Ermita 

Pajares Casas-pajares. . . 

Venero  (El) Molino  harinero. 

Vinculero  (El) Molino  harinero. 

I 

Barraco Lugar 

Encerraderos  de  ganado Casas 

Garganta  de  Irnelas Caseta  de  huerta 

Molinos   del   Puente  del  Bur-' 

guillo Molinos  j  caseta. 

Nuestra  Señora  de  la  Piedad . . .  Ermita 

Nuestra  Señora  de  la  Soledad. .  Ermita 

San  Marcos F>mita 

San  Sebastian Ermita 


RESEÑA   rOLITICO-ClVIL  PE  LA  mOVINCIA. 


197 


L   DE  CEBREROS, 


HABITANTES  CLASIFICADOS  PUR 


IOS.  SOLTEROS.       i        CASADOS. 


511 

4:38 


949 1 


877 
842 


1.719 


290 
224 


407 
-14S 


194 

178 


343 
:]40 


27 
36 


CONTRIBUCIONES  EN  PESETAS. 


De  1868  á  69. 


31 

54 


1.807  75 


De  1871   á  72. 


lEnRITOniAL. 


8.933  85 


808 


3.250    11.569  50'   1.152 


198 


ftYUNTAIfllENTOS. 


HISTORIA    DF    AVlLAc 


Casillas 


POBLACIONES, 
GRUPOS,  BuiPicios,  tiv:e>das,  etc. 


;i:  CLASE. 


Casillas Lugar . . 

Encerraderos  de  ganado . ...'..  j  Casas  . . 
Ntra.  tíra.  de  los  Remedios Ermita 


Cebreros. 


Escarabajosa. 


Fresnedilla. 


Herrados  (El). 


Albacoa  

Cañadilla  (La). 
Cebreros 


Caserío  de  dehesa. 
Molino  y  tenerías.. 

Villa 

Convento  (FA) ¡Casa  de  huerta 

Casas 

Matadero  y  tinado. 

Caserío 

Casas  de  ganado. . 
Molino  aceitero. . . 
Casa  de  guarda. . . 

Ermita  y  casa 

Molinos  harineros. 
Casas  de  tejeros. . . 
Casa  de  labor 


Encerraderos  de  ganado 

Enrollados  ( Los) 

Granja  del  Quejigar........ 

Huerta  de  .Serures  

Molii.o  del  Puerto 

Navaluenga 

Nuestra  -eñorade  Valsordo. 

Ribera  del  Alberche 

Tejeras 

Zumacal(El) 


1  Escarabijosa Lugar 

I  Garganta  de  Casillas Molinos  harineros. 


Encerraderos  de  ganado. 
Fresnedilla 


Canto  del  Pico  (El)...... 

C  .nada  (La) 

Castrejon 

Isncerr  ileros  de  ganado. 

Heiradon  ( líl) 

Pedriza  (La) 

San  Pe  'ro 

San  Roque 


Casas 
Villa  . 


Casas  del  ferro-car 
Casas  del  ferro-car 
Molino  harinero. 

Casas 

Villa 

Casas  del  ferro-car 

Ermita 

Ermita 


Higuera  de  las  Due- 
ñas   


Casa  de  la  Marquesa ¡Casa  de  labor 

Cercado  del  M^nte iCasa  de  pastores. 

Cercado  del  VaUe [Caseta  de  guarda. 

Higuera  de  las  Daeuas Villa 

Molino  de  Arrojo  Castaño |  Molino  harinero.. 


RESENA  POLITlCO-ClVlL  DE  LA  PROVINCIA. 


199 


HABIl 

IOS. 

ANTES  CL 

SOLTEROS. 

A  SI  FI  CAPO 

^  POP. 

1 

CONTRIBUCIONES  EN  PESETAS.             | 

Be  1838  á  69.  1               De  1871  á  72.              | 

CiSlDOS. 

TIUDOS. 

C!)}(Sll!OS. 

TERRITORIAL. 

SUBSIDIO. 

517 
455 

295 
236 

192 
194 

30 
25 

2.163 

11.643  65 

1.443  50 
781  25 

2.276 
1.296  75 

4.765  05 

31.563  81 

3.657  60 
4.442  40 

4.263 
646.66 

151  75 

4.494 

415  71 

176  50 ' 

338 
354  50 

972 

1.761 
1.602 

1-006 
828 

671 
634 

84 
140 

i.  363 

293 
296 

178 

102 
115 

13 
22 

589 

207 
186 

122 

96 

75 

78 

1 
10  1 
12 

393 

550 
293 

374 

153 

160 
123 

16 
17 

843 

292 

227  ¡ 

170 
115 

98 
96 

1 

15  ¡ 
16 

519 

, 

1 

1 

200 


HISTORIA   DE    AVILA. 


Navalperal  de  Pina- 
res  


Navaluenga. 


POBLACIONES, 


GRUPOS,    EDIFICIOS,    VIVIENDAS,    ETC. 


SU  CLASE. 


Casilla  del  Huerto 

Casilla  del  Mancho 

Cerradero  de  la  Perdiguera.. 

Hoyo  de  Pinares  (El) 

Molino  del  Batan 

Molino  del  Puente 

Molino  del  Remiendo 


Navas  del  Marqués .  { 


Casa  del  Monte 

Navahondilla 

Parador  (El) 

!áan  Miguel  de  Castaño. 


Encerraderos  de  ganado. 
Molino  de  las  Colmenas. . 
Navalperal  de  Pinares. . . 


Casetas  de  huerta 

Encerraderos  de  ganado 

Molino  del  Portugués 

Molino  del  Puente 

Molino  de  Piedra  Cabellera 

Navaluenga 

Ntra.  Señora  de  la  Concepción 
Ntra.  Señora  de  las  Mercedes., 

San  Bartolomé' 

Venero  Claro , 


Casa  de  recreo 

Casa  dtt  recreo  . . . 
Casas  de  pastores. 
Villa 

Molino  harinero. . , 
Molino  harinero. . . 
Molino  harinero.  • . 


Casa  de  dehesa. 

Lugar 

Casa-po-ada  . . . 
Casa  de  lab-^r. . 


Casa 

Molino  harinero. 
Villa 


Concepción  (La) 

Encerraderos  de  ganado. 

Esperón  (El) 

Molino  de  la  Majadilla. . . 

Navas  del  Marqués 

Pobedilla  (La) 

Retina , 

Ribera  de  Valtravieso 

San  Antonio 

Santa  Ana , 

Santo  Cristo  de  Gracia.. , 
Valle  (El) 


Casetas 

Casas  y  chovas. . . 
Molino  harinero. . 
Molino  y  c:isa. . . . 
Moiino  y  casa. . . . 

Lugar 

Ermita 

Ermita 

Ermita 

Casa  de  campo. . . 

Ermita 

Casas  y  choza. . . . 
Casa  del  Ierro  carril 
Molino  harinero... 

Villa 

Casa  de  recreo  .... 
Molino  harinero. . . 
Molinos  harineros. 

Ermita 

Erniita 

Ermita  y  casa  .... 
Casa  de  guarda... 


RESENA  POLlT  ICO-CIVIL  PE   LA  PROVINCIA. 


201 


HAniTANTES  CLASIFICADOS  POR 


SXOS.  SOLTEROS.  CASADOS.  YUDOS. 


iOO] 


n 

57 


460  i 
3Ü1 


826 
754 


3^-t      273 

351  I    270 


57 
53 


433\  265      143 

:i32i    184  !    125 


276 
276 


513 
530 


31 
60 


15 
23 


35 

54 


64 
131 


CONTRlBUCtONES  EN  PESETAS. 


De  1868  á  69. 


2.308  75 


De  1871   á  72. 


TtURlTORIAL.  SCBSIDIO 


8.881  20 


820 


420  75   2.709 


130 


2.250     5.643  45    447 


2.850 


8.863  52'  1.917 


6.03:3  21  20.386  87 


3.762  50 


202 


HISTOIUA    DE    AVILA. 


AYUNTAMIENTOS, 


POBLACIONES, 


CRt'POS,    EDIFICIOS,    VlVinNDiS,    HTC. 


SU  CLASE. 


Peguerinos. 


Hoyo  la  Guija ]  Lugar 

Lastra  ( La) i  Lugar 

Majadas    de     F.     Jiménez    y| 

V.  García Chozas  de  pastores- 
Molino  de  Francisco  García ¡Molino  harinero.... 

Peguerinos Villa 


San  Bartolomé  de 


Casetas  de  guardas  de  viñas. .  Casetas. 
Encerraderos  de  ganado j Casas. 


Finares       '  Paramera  (La) 

Ribera  del  Gaznatas. 


San  Bartolomé  de  Pinares. 


San  Juan  de  la  Na- 
va   


Encerraderos  de  ganado 

Garganta  (La) 

Ntra.  Señora  de  la  Misericordia. 

Ribera  del  Alberche 

San  Juan  de  la  Nava 

San  Sebastian 


Barricera  (La) Molino  harinero 


Caseta  de  civiles. . 
Molinos  harineros. 
Villa 


Casas 

Molinos  harineros. 

Ermita 

Molinos  harineros. 

Villa 

Ermita 


San  Juan 
nlilo.  . . 


Aa  wífti;  \   Encerraderos  de  ganado Casas. 

ce  Mon~¡  ^^avandrinal i  Lugar 

Sai)  Juan  del  Molinillo. . Lugar. 

I  Villarej  o '  Lugar 


Brabojo  de  Abajo ^Molino  harinero. 

Brabojo  de  Arriba j Molino  harinero. 

:íama  Cruz  áe  pi.)  Concepción  (La) ¡Ermita 

„„„„„  ■  Encerraderos  de  imanado .Casas 

iiar6S 1  TV-       1         ■  °  i  rN         1  j 

/  iSavalaencma ¡Casa  de  guarda. 

'   San  Juan ~ 

\  Santa  Cruz  de  Pinares 


Ermita 
Villa 


Sotillo  de  la  Adra- 


Casas  de  guardas  de  campo .    .  i  Casas 

Encerraderos  de  ganado ¡Casas 

Ermita  de  la  Sangre lErmita 

Garganta  de  Maialcabo ^Molinos  harineros. 

""""  u«  xa  ^u.«-;  j^j^jP^^  ^g  j^^^.¿ ¡Molino  harinero. . . 

* '  Molino  de  Arroyo  Castaño Molino  harinero... 

Ts'tra.  Señora  de  los  Remedios. .  Ermita 

Sotillo  de  la  Adrada I  Villa 

Tejar  de  los  Pradejones Casa  de  tejeros 


RESEÑA  l'OLITICO-CIVIL   1)K  LA  PUOVINGIA. 


203 


HABITANTES  CLASIFICADOS  POR 

CONTRIBUCIONES  EN  PESETAS.            | 

De  1868  á  69. 

De  1871  á  72.                  1 

ao. 

SOLTEKOS. 

c  \  s  v  nos. 

VllDOS. 

CONSUMOS. 

1.377 
3.196  75 

2.089  25 

1 
1 

1.025 

;       1.200  75 

1 
1 
1 
1 

i 

'       3.640  25 

1 

lEBRITORUL. 

SUBSIDIO. 

329 
366 

194 
203 

120 
133 

15 

ao 

7.151  40 
8.483  67 
7.048  35 
4.722  30 

4.648  50 
14.167  80 

855  50 
1.770  10 

478 
108  50 

200 
1.250    3 

695 

688 
624 

404 
324 

250 
250 

34 
50 

1.312 

177 
499 

2>!4 
264 

167 
178 

26 
57 

976 

3S7 
395 

238 

222 

138 
141 

11 
32 

782 

265 
213 

163 
138 

80 

82 

20 
25 

5í»8 

8;ío 

759 

488 

303 
296 

39 
68 

1.5H9 

204 


HISTORIA    DE    AVILA. 


AYUNTAMIENTOS. 


POBLACIONES, 


GRUPOS,     EDIFICIOS,     YITIENDÍ-S,     ETC. 


Tiemblo  (El). 


Bástales 

Clíselas  de  campo 

Flncernideros  de  ganado... 
Guisando  (Ex-convento). . . 

Huelgas  (l  as) 

Jimena  (l.a) 

Molino  de  Kemigio 

Moral  (El) 

Ntra.  Sra.  de  la  Asunciun.. 

San  Antonio 

Tejar  (El) ¡Casa  de'tejeros. 

Tiemblo  (El) ¡Villa 

"VT'ein-te    ayxxri-taxnien-toí 


SU  CLASE. 


Caseta  de  civiles.. 

Casetas 

Casas 

Caserío 

Molino  y  establo.. . 

Casa  de  labor 

Molino  y  establo... 
Molino  y  establo  . . 
Iglesia  parroquial. 
Ermita  y  casa. 


PARTIDO    JUDICIA; 


Aldealabad  del  Mi- 
rón   


Amavida 


Aldealabad  del  Miren. 


T.ugar 

Ern)ita  y  casa. 

B.'iri  io 

Ex-convento. . 
Venta  de  Amavida. '  Casa-posada. . 


.\mavida 

Izquierdos 

l'ascual  Muñoz. 
Risco  (El). 


Lugar 


Arevalillo. 


j  Arevalillo T.ugar 

I  Molino  de  Cabezota jMolino  harinero. 


Avellaneda , 


Avellaneda 'T.ugar 

Cristo  del  Humilladero  (El). ..  ¡Ermita 

Majalejo  (El) |Molino  y  palomares. 


Becedillas . 


)  Becedillas '. .  ¡Lugar 

(  Casillas  de  Chicapierna Lugar 


i 


RESFNA  rOLlTICO-ClVlL  DE  LA  PROVINCIA. 


205 


HABITANTES  CLASIFICADOS  POR 


SOLIEnOS.  CASADOS.  \IVDOS. 


COVTRIBUClOiNES  EN  PESETAS. 


De  1868  á  69. 


945  i 

87]  I 


544 
453 


1.8161 


355 
355 


46 
63 


De  1871  á  72. 


TERRITORIAL 


5.024  25j    13.357  35 


1.139 


.IX     l^CB.rT'lO     liei.l3ita.nt  es. 


V.L    DE    PIEDRAHITA. 


105i 
1291 


2341 

233 

244 


477 

166 
146 


312 


355 


64 
71 


131 
143 


104 

69 


165     102 
190     lio 


40 
50 


80 
86 


57 
65 


57 
70 


2491    142      96 
2681    144  ¡    107 


5r 


22 

15 


o 

12 


6 

10 


11 
17 


474  50 


795 


715  25 


570  25 


1.020  15 


3.865  50 


1.851  30 


2.673 


1.030  50   4.376  70 


43  50 


130  50 


100 


24  50 


247  50 


206 


HISTORIA    DE    AVILA. 


AYUNTAMIENTOS. 


Blascomillan . 


Bonilla  de  la  Sierra. < 


Cabezas  del  Villar. 


Carpió  Medianero. 


POBLACIONES, 

GRUPOS,    EDIFICIOS,     TITIENDAS,    ETC. 


Si:  CLASE. 


Bercimuelle , 

Blascomillan 

Convento  de  Duruelo  (El). 

Escalonilla 

Molino  de  Bercimuelle 


Bonilla  de  la  Sierra 

Cabezas  de  Bonilla 

Lavadero  (El) 

Pajarejos Lugar 

Posada  de  Chuy. Casa-posada 


Caserío 

Lugar 

Caserío  de  labor. 
Molino  harinero. 
Molino  harinero. 


Villa 

Lugar 

Casa  de  campo. 


Ribera  del  Corneja 
San  Pedro  Alcántara 

Tejera  (La) 

Ventorrillo  (El) 


Molino  harinero. 

Ex-convento 

Casa  de  tejeros. . 
Caseta 


Lugar 

Ermita 

Caserío  de  dehesa. 


Cabezas  del  Villar 

Humilladero  (El) 

Migalbin 

Monte  la  Casa i  Casa  de  dehesa 

Ribera  del  Margañan Molinos  harineros 

Rivilla  la  Cañada [Caserío  de  dehesa 

Serranos  de  Abianos Caserío  de  dehesa 

Tejar  (El) ¡Casa  de  tejeros... 

Zurraquin Casa  de  dehesa. . . 


Carpió  Medianero Lugar 


Casas  del  Puerto  de  ^  ^         j  i  n      4.    -^    trn  x 
Villatoro  t  Casas  del  Puerto  de  ViUatoro.  iT.ugar. 


Cepeda  la  Mora.. . 


Cepeda  la  Mora |  Villa 

Fonda  de  Santa  Teresa ¡Parador  y  casa  de  ci- 

I     viles 

Solana  (La) ¡Molino  harinero 1 

Veguilla  (La) ; |  Molino  harinero 

Ventorrillo  de  Bargayanta I  Casa-posada , 


RESEÑA  POLÍTICO-CIVIL 

DE  LA  rnoVLNCIA. 

20' 

i 

HABITANTES  CLASIFICADOS  POR 

CONTRIBICIONES  EN  PESETAS. 

De  1868  á  69. 

De  1871  á  72. 

SOLTEROS. 

CASADOS. 

\          -VIUDOS. 

COJiSUMOS. 

TERRITOnrAL. 

SUBSIDIO. 

200 
198 

129 
111 

75 

78 

2 

9 

639  25 
1.723  25 

1.047  75 

1 
9-10  75 

741 

5.260  67 

8.487 

10.120  05 

1.32()  60 
3.408  48 

5.194  35 

i 

132  50 
431 

825  50 

12  50 
392 

131 

404 

554 

466 

331 
246 

198 
198 

25 

22 



1.020 

499 
373 

310 
209 

170 
141 

19 
23 

872 

86 
76 

47 
37 

32 
3:3 

9 
6 

162 

241 
273 

133 
152 

96 
102 

12 
9 

514 

181 
188 

369 

87 
105 

i 

78 
75 

1; 

16 

8 

1 

1 

1 

i 

208 


HISTORIA    DE    AVILA. 


AYUNTAMIENTOS. 


POBLACIONES, 
ORiPOS,  ed;picios,  viviendas,   etc. 


su  CLASE. 


Coliado  del  Mirón. .     Collado  del  Mirón. 


Lusrar. 


Diego  Alvaro. 


Gallegos  de  Sobri- 
nos   


Garganta  del  Villar . 


Dehesa  del  Castillo Casa  de  guarda 

Diego  Alvaro i  Villa 

Molino  del  Berrocal Molino  harinero 

Tejera  (La) Casa  de  tejeros 

Blascojimeno Lugar 

Gallegos  de  Sobrinos ¡Lugar 

Isuestra  Señora  del  Espino iCaserío  de  dehesa. .. 

San  Cristóbal Iglesia  parroquial  . . 

Serracines Caserío  de  dehesa. . . 

Sobrinos j Casorio  de  dehesa. .. 

Tejera  (La) ¡Casa  de  tejeros 

Casa  del  Barrio  de  Abajo Casa  vivienda 

Garganta  del  Villar j  Lugar 

Molino  de  Enrique  González. .  Molino  harinero 

San  Roque ¡Ermita 


Grandes. 


)  Grandes Lugar 

I  San  Martin  de  las  Cabezas. . . . : Lugar 


Herguijueia  (La). 


Choza  ( La) Albergue  de  pastores 

Herguijueia  (La) i Lugar 

Magdalena  (La) 'Ermita ■ 

Molino  de  Prado  Gerorao Molino  harinero. . . 

Molino  de  Santibañez Molino  harinero 

Torre  de  la  Cab'íza Choza  de  pastores. 


Herreros  de  Suso..     Herreros  de  Suso. 


Villr 


Horcajo  de  la 

vera 


Ri- 


Camporbin Barrio 

Concepción  i  Lai Ermita 

Horcajo  de  la  Ribera. , I  .ugar 

Molinos  de  la  Gargan'a Molinos  harineros. 

Navasequilla '  Lugar 


RESENA  POLÍTICO- CIVIL  DE  LA  PROVINCIA. 


209 


HABITANTES  CL 

ASIFICADOS 

C  VSVDOS. 

5  POR 

vimos. 

CONTRIBUCIONES  EN  PESETAS. 

j   De  I8S8  á69. 

De  1871   á  72. 

:xos. 

SOLTEftOS. 

CONSUMOS. 

TnnniioRiAL. 

SUBSIDIO. 

■      09 
,   91 

49 
52 

30 
39 

11 

3 

283  75 
1.632  23 

411 

895  75 
293  25 

692  25 

694 
1 .008  50 

1.017 
4.902  75 

3.663 

1.620 
1.570  05 

2.135  70 

4.693  86 
3.718  35 

40 
739 

49 

50 
25 

49 

219 
62  5n 

193 

412 
423 

245 

230 

154 
164 

13 

29 

835 

149 
131 

98 

44 
46 

7 
11 

280 

121 
150 

76 

82 

39 
58 

6 
10 

2";i 

86 
64 

61 
30 

19 
22 

6 
3 

14~ 

i)5 
'.)1 

38 
47 

14 
11 

296 

2\9 
223 

132 

131 

■ 

75 

80 

11 
12 

441 

l&i 
311 

135 

167 

42 
125 

7 
19 

■i'X) 

TOMO 

I. 

14 

210 


HISTORIA    DE    AVItA. 


Hoyoreáondo . 


Hoyos  del  Collado. 


Hoyos  del  Espino. 


Hoyos    de    Miguel 
Muñoz 


Hurtumpascual . 


POBLACIONES, 
or.uros,  edificios,  tiviexdas,  etc. 


Alameda  (La) 

Carrera  (La) 

Casas  del  camino 

Casillas 

Castillo  (El) 

H  jyoredondo 


Las) 


Hoyos  del  Collado. 


Casa  de  la  Isla 

Hoyos  del  Espino 

Nuestra  Señora  del  Reposo.. 

Ribera  del  Tormes 

Santa  María  del  Espino 


Concepción  (La) 

Hoyos  de  Miguel  Muñoz. 


Gamonal 

Hurtumpascual  ú  Hortumpas 

j      cual 

(  Viñegra 


Malpartida  de  Cor-  í  Malpartida  de  Corneja. 
neja (  Ventorrillo  (El) 


Mancara  de  Arriba . 


Mancera  de  Arriba 

Molino  de  Águeda  Saez. 
Tejera  (La) 


Manjabálagd 


Escarbero  (El) 

Manjabálago 

Molino  de  Cuesta  al  Pié. 

Molino  de  la  Mata 

Molino  del  Batan. . . 

Molino  del  Canalón. 


su  CLASE. 


Lugar . 
Lugar . 
Lugar , 
Lugar . 
Lugar , 
Lugar 


Lugar . 


Casa  de  campo 

Lugar   

Ermita 

Molinos  harineros. 
Iglesia  y  casa 


Ermita 
Lusrar . 


Lugar 

Lugar 
Lugar 


Lugar 

Casa-taberna 


Ortigosa  de  Rívalmar I  Lugar 


Villa 

Molino  harinero 
Casa  de  tejeros. 

Molino  harinero 

Lugar 

Molino  harinero 
Molino  harinero 
Molino  harinero 
Molino  harinero 


I 


RESEÑA  POLITICO-ClVIL  DE  LA  PROVINCIA. 

211 

HABITANTES  CLASIFICADOS  POR 

COXTRTBÜCIOXES  EN  PESETAS.           | 

De  1868  á  69. 

De  1871  á  72.                1 

toi 

SOLTEROS. 

CAS.VDOS. 

VIUDOS. 

CONSUMOS. 

terhitorial. 

SUBSIDIO. 

254 

163 

76 

15 

214 

123 

78 

13 

800  50 

4.882  50 

135 

468 
78 

44 

29 

5 

85 

47 

32 

6 

178 

1.179 

25 

163 
215 

124 

80 

11 

276 

148 

97 

31 

1.139 

4.005 

34 

491 
100 

62 

31 

7 

97 

58 

37 

2 

442  50 

1.242 

30 

197 
197 

124 

68 

5 

187 

111 

67 

18 

568  75 

2.605  50 

100 

384 
216 

132 

74 

10 

204 

110 

82 

12 

776  75 

4.000  50 

386 

420 
180 

107 

68 

5 

180 

94 

68 

18 

875 

3.464  55 

180  50 

360 



129 

49 

9 

.1.1 

90 

00 

9 

:l) 

450 

2.432  70 

196  50 

212 


HISTORIA    DE    AVILA. 


ftYÜNTÁÍSIENTOS. 


Martínez 


Meng-amuñoz . 


Mesegar  áe  Corneja' 


Mirón   (El). 


Mirueña. 


MuñicQs. 


POBLACIONES, 

CRliPOS,    EDIFICIOS,    VIVIENDAS,    ETC. 


SU  CLASE. 


Martínez Villa 


Montalvo 

Rio  del  Castillo  (El). 
¡San  ¡Simones 


Gargantilla. . 
Meagamuñoz 


Mesegar  de  Corneja 

Molino  de  Abajo,  ó  del  Chorro. 
Ventorrillo  de  la  Calzada 


Mirón  (El) 

Ntra,  íára.  de  las  Callejas. 


Hurtunsancho,  ú   Hortunsan- 

cho 

Mirueña 

Ribera  de  Navazamplon 

Ribera  de  Rivalmar 


Molino  de  Galleguitos 

Molino  del  Lisgar 

Muñico 

Rinconada 


Muñotello . 


'  Muñotello 

í  Ribera  de  Cantomoreno. 


Narrillos  del  Álamo. 


Navacepeda  de  Ter- 
mes  


Codes  

Mercadillo 

Narrillos  del  Álamo. . 
Alentosa  de  la  Cuesta. 


Cañadillas  (Las) 

Navacepeda  de  Tórmes.. 
Mtra.  Sra,  de  la  Antigua. 


Casa  de  labor 

Molinos  harineros. 
Lugar 

Molino  harinero... 
Lusrar 


Lugar 

Molino  harinero. 
Casa-taberna 


Villa 

Ermita  y  casa. 


Casa  de  dehesa... 
Lugar 

Molíaos  harineros 
Molinos  harineros 

Molino  harinero.. 
Molino  harinero.. 

Lugar 

Lugar 


; 


Villa 

Molinos  harineros. 

Caserío  de  dehesa. 

r^ugar 

Lugar 

Caserío  de  dehesa. 


Molino  harinero. 

Lugar 

Ermita 


RE 

SEÑA  POLÍTICO- CIYIL 

DE  LA  PROVINCIA. 

213 

ASUTCAUOS    POR 

i           CONTRIBUCIONES  EX  PESETAS. 

HABITANTES  CL 

1  De  1888  á  69. 

1                 De  1871  á  72. 

TERRITORIAL.                SUBSIDIO. 

BXOS. 

SOLTEROS. 

CASADOS.        I           VIUDOS. 

CONSUMOS. 

250 
248 

498 

110 
129 

147 
139 

89 
91 

14 
18 

1 

850 
1          724  50 
690 
888  75 

l.''/12  50 

345 

• 

1.120  75 
967  50 

998  50 

3.996 

1.395 
2.917  35 
4.068  45 

.6.829  88 

1.712  70 

i 
3.852  90 

3.080  16 

i 

3.396  60 

! 

i 

'■        581 
173  50 
165  50 ¡ 
187  50 

6S4       . 

! 
118  50 

i 
126 

367 

1 
60  50 1 

79 
79 

34 
45. 

6 
5 



248 

197 
201 

3PS 

234 
233 

106 
112 

121 

112 

75 
75 

103 
108 

16 
14 

10 

13 

1 

467 

430 
393 

823 

274 
216 

.     '  134 

151 

22 

26 

177 
18tí| 

1 

112 
111 

58 
65 

7 
10 

:í73i 

2701 
549 

154  : 

80 
99 



8  ■ 

20    ; 

173  1 

147  ¡ 

95 

114 

11 

9 

233 

229 

128 


75 
90 

1 

11 

1 

462 

214 


HISTORIA    DE    ÁVILA. 


AYUNTÍMIENTOS. 


Navacepedilla     de 
Corneja 


POBLACIONES, 

CnUPOS,    EDIFICIOS,   ■VIVIENDAS,   ETC. 


SU  CLASE. 


Garganta  de  los  Hornos 'Barrio. 

Heras  (Las) Barrio. 

Navacepedilla  de  Corneja ¡Villa  . . 


Navadijos 


Caceras  (Las). . 
Galgas  (Las). . . 

Navadijos. 

San  Bartolomé. 


Navaescuríal 


Barraca  de  Marre 

Barrio  (El) 

Encerraderos  de  ganado. 

Marias  (Las) 

Navaescurial 

Pajares.. 

Zapata  < 


Molinos  harineros. 
Molino  harinero. . . 

Lugar 

Ermita 


Cristo  del  Monte.  (El) 

Encerraderos  de  ganado 

Navalperal  de  Tór-1  Molino  del  Batan 

mes \  Navalperal  de  Tórmes,  ó  de  la 

Ribera Lugar 

Ortigosa  de  Tórmes Lugar 


Choza-taberna 

Lugar 

Casas 

Lugar 

Lugar 

Casa-pajar 

Lugar 


Ermita . 

Casas 

Molino  harinero. 


Navaredonda  de  laj 
Sierra  


Barajas 

Cañada  (La).. 
Molinillo  (El). 
Nava-Arenas. 


Parral  (El) 


Pascualcobo. 


Lugar , 

Escuela  de  niños. . . 

Molino  harinero. . . . 

Chozas  de  pastores. 

Navaredonda  de  la  Sierra [Lugar , 

Ribera  del  Tórmes Molinos  harineros. . 

San  Antonio Ermita 


Molino  de  Pascual  Martin Molino  harinero. 

Nuestra  Señora  del  Parral Ermita  y  casa. . . 

Parral  (El) Lugar 


Molino  de  Gudin. 
1  Pascualcobo  . . . . 


Molino  harinero. 
Villa 


RESEÑA  POLITICO-CIML  DE  LA  rROMNClA. 

215 

i 

HABITANTES  CLASIFICADOS  POR 

1 

CONTRIBUCIONES  EN  PESETAS.            | 

De  1868  á  69. 

De  187 

1  á  72. 

5C10S. 

SOLTEROS. 

CASADOS. 

1 

VIUDOS. 

CONSUMOS. 

TERRlIOniAL. 

SlBSiDlO. 

2-/5; 

1 

192 

67 

16 

394! 

222 

146  ' 

26 

1 .247  50 

3.022  74 

85 

669: 
107 



62 

38 

7 

114 

67 

42 

5 

748  75 

1.727  10 

62 

221 

226 

135 

79 

12 

220 

117 

82 

21 

946  75 

3.609 

94 

446 

303 

179 

112 

12 

309 

166 

121 

22 

975 

4.533  30 

330 

612 

464 

276 

163 

25 

603 

333 

223 

47 

2.263 

8.115  30 

405 

1.061 
106 

65 

35 

6 

96 

49 

1 

41 

6 

269  25 

1.263  60 

6 

202 
258 

1 

i          154 

98 

6 

271 

,          149 

108 

14 

529 

•1      1.283  50 

2.857  05 

104  85 

216 


HISTORIA    DE    AVILA. 


AYUNTAMIENTOS. 


Piedrahita. 


Poveda  

Pradoseg^ar 

San   Bartolomé  de 
Corneja 

San  Bartolomé   de 
Torres 


San  García  de  In- 
g-elmcs 


San  rslartin   de   la 
Vega 


POBLACIONES, 


GRIFOS,    EDIFICIOS,    VIVIENDAS,    ETC. 


Almohalla  (La) 

Barrio  nuevo 

Cañada  (La) 

Casa  de  Sebastian  Pérez  (La) 
Huerta  de  las  Cruces  (La). . . . 

Huerta  del  Duque  (La) 

Magdalenos  (Los) 

Martiniego  (El) 

Ntra.  Señora  de  la  Vega 

Pesquera 

Piedrahita. 

Rancho  del  Berrocal 

Sotj  (El) 


su  CLASE. 


Poveda. 


Lugar 

Barrio 

Lugar 

Lugar 

Casa  de  campo. . . 

Caserío 

Ermita 

Casa  de  pastores. 

Ermita  y  casa 

Lugar 

Villa 

Casa-esquiladero. 
Lugar 


Lugar . 


Molino  de  la  Hiedra Molino  harinero. 

Molino  del  Puente Molino  harinero. 

Molino  de  los  Barreros I  Molino  harinero. 

Pradosegar '  Lugar 


Casa  de  pastores. 

Lugar 

Lufi-ar 


Hera(La) 

Palacios 

San  Bartolomé  de  Corneja., 

Molino  Caido Molino  harinero. 

Molino  de  las  Lletas ¡Molino  harinero. . . 

Molinos  de  Abajo ¡Molinos  harineros. 

San  Bartolomé  de  Tórmes i  Lugar 

Casa  de  Manuel  Carretero Casa  de  pastores. . 

Pajarilla  del  Berrocal Caserío  de  dehesa. 

San  Garcia  de  Ingelmos Lugar 

Tejera  (La) ¡  Casa  de  tejeros  . . . 

Torneros  de  la  Hoz i  Casa  de  dehesa 

Cerro  de  la  Corte i Choza  de  pastores. 

Molino  de  la  Escobilla ¡  Molino  harinero. . . 

Molino  de  Herranz IMolino  harinero... 

Molino  de  las  Caceras ¡Molino  harinero. . . 

Ntra.  Señora  de  la  Piedad I  Ermita 

San  Martin  de  la  Vega ¡Lugar , 

Tejar  (Elj ¡Casa  de  tejeros 


ri:se5¡a  roLiTico-civiL  de  la  provincia. 


217 


1;  CONTRIBUCIONES  EN  PESETAS. 


HABITANTES  CLASIFICADOS  POR 


060  534  380 

U3\  540  3:32 


<.)3 
81) 


182 
149 
163 

312 
122 
111 


233' 

120' 
131 


251  ¡ 

249,' 
238 


487 


346! 

:358; 


704 


54 
49 


156 
136 


222 

204 


35 
35 


90 
83 


111 
127 


10.160  50 


9:5 

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39 

4 

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66  : 

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54 

11 

551  50 


19.354  14!    6.338  30 


2.569  50 


611  50 :     2.391  75 


3 

19 


13 
27 


2.199  60  39  50 


61  50 


50 


501  25 i     1.894  05'  55 


609      i      6.224  85  38 


1.699      !     5.117  85'        131 


218 


HISTORIA    DE    AVILA. 


fiYUNTAWlENTOS. 


POBLACIOAES, 

GHCPOS,    EDIFICIOS,    VIVIENDAS,    ETC. 


San  Martin  del  Pim- 
pollar  


San  Miguel  de  Cor- 
neja   


Molino  de  la  Isla 

Molino  de  la  Retuerta 

Navalsaúz 

San  Martin  del  Pimpollar. 
Venta  del  Obispo 


su  CLASE. 


Encerraderos  de  ganado 

Molinos  de  laFuente  del  Corcho 
San  Miguel  de  Corneja 


Ntra.  Señora  de  la  Encina.. 

Riomayor  (El) 

?.r.?ir'  ""  """(  «an  Miguel  de  Serrezuela. . 
^®^"®** '  Tejera  (La) Casa  de  tejeros 

Villanosa Casa  de  dehesa 


San  Miguel  de  Ser- 


Molino  harinero. 
Molino  harinero , 

Lugar 

Lugar 

Casa-posada. . . . 


Casas 

Molino  harinero. 
Lugar 


Ermita 

Molinos  harineros. 
Villa 


Santa     María 
Berrocal . . . 


del  I 


Santa  María  del  Berrocal. 


Santiago 
liado. . . 


del    Co- 

\ 


Solana  de  Rioalmar. 


Casas  de  Navancuerda  (Las). 

Collado  (El) 

Encerraderos  de  ganado 

Lastra  (La) 

Mora  (La) 

Navahermosa , 

Navalmaillo 

Navamuñana 

Navarveja 

Nogal . .' 

Pesqueruelas 

Poval  (El) 

Pradoligerds 

Santiago  del  Collado 

Santiuste 

Valdelaguna '  Lugar 

Ventorro  (El) |  Casa-ventorrillo. . . 

Zarzal |  Lugar 

Aldehuelas  (Las) ¡Molino  harinero, . . 

Garcipedro 'Caserío  de  dehesa. 

Horihuelos j  Caserío  de  dehesa  . 

Molino  Nuevo Molino  harinero . . . 

Solana  de  Rioalmar ¡  Lugar 


Lugar 


Lugar 

Lugar 

Casas 

Lugar 

Caserío  de  dehesa. 

Caserío 

Lugar 

Lugar 

Lugar 

Lugar 

Caserío 

Lugar 

Casa-pajar 

Lugar 

Lujíar 


RESEÑA  POLlTICO-ClVlL  DE  LA  PROVINCIA. 


219 


ANTES  CLASIFICADOS 

CONTRIBUCIO.XES  EN  PESETAS.             | 

HABIT. 

POR 

De  1868  á  69. 

De  1871 



á  72. 

;xos.       i 

1 

SOLTEROS. 

CASADOS. 

TIÜDOS. 

CONSUMOS. 

TERRITORIAL. 

sinsiD.'o. 

75 

125 

510 
790 

1 

,         100 

)j        212  50 

1881 
187  i 

121 
198 

65 

71 

2 

18 

980  50 

950 
1.819  50 
2.299  75 

1.359  50 
1           548 

3.295  80 
2.745 

8.215  89 
4  062  78 

8.063  75 
4.159  7C 

375 

230, 
224, 

133 
123 

86 
84 

1 

11 
17 

454 

348 
347 

200 
185 

136 
137 

12 
25 

695 

501 
469 

970 

3:37 
313 

290 
247 

191 
191 

20 
31 

210 
167 

107 
125 

20 
21 

650 

209 
203 

115 
116 

76 
71 

18 
16 

412 

i 

1 

220 


131ST0HIA    DE    AVILA, 


rOCLACIO.XES, 
nnupos,  EDIFICEOS,  viviendas,  etc. 


,SU  CLASE. 


Encerraderos  de  ganado. 

vA-'-^io^  Pajares 

Tortoles rnJ-^^  /T.,\ 

iejera  (La) 

Tortoles... 


VadillodelaSierri 


j   Molino  de  la  Cerquilla 

i  Molino  del  Cercado  de  los  Ber- 

I       ros 

/  Molino  del  Colmenar 

Ílúolino  del  Pontón 
Molino  del  Puente  Nuevo 
Trigazo  (El)    

\  Vadillo  de  la  Sierra 


Casas 

Casas-pajares. . . 
Casa  de  tejeros. . 
Lugar 

Molino  harinero. 


Valdemolinos , 


Navahermosa  del  Mirón. 
Valdemolinos .  ■ 


Í  Capilla  (La) 
Casetas  de  las  Huertas 
Encerraderos  de  ganado 
Molino  de  la  Ermita  de  Gracia. 

Sierra .  .\  Molino  de  la  Villa 

I  Palomar  de  M.  Cáceres 

f   libera  (La) 

Viilafranca  de  la  Sierra 


ViUaíranca 


Molino  harinero. . 
.Molino  harinero, . 
Moüno  harinero.. 
Molino  harinero. . 
Casa  de  tejeros. . . 
Villa 


Lugar. 
Lucrar. 


Plaza  de  Toros. . 

Barracas 

Chozas 

Molino  harinero. 
Molino  harinero. 

Barraca 

Barrio 

Villa 


Garci-Caballero. 
Lanchuela  (La).. 


,^-j.  /  Madre  de  Dios  (La 

piiiO 1    ni    ■  /T      V 


VUiar  ds  Corneja. 


Tejera  (La) 

Villanueva  del  Campillo 

Hocino  (El) 

Hondonero  (El) , 

Molinos  de  Fonseca 

Pienzo(El) 

Venta  del  Arrojo  del  Campo. 
Villar  de  Corneja 


¡Molinos  harineros. 
¡Molinos  harineros. 

¡Ermita 

¡Casa  de  tejeros 

Villa 


Villaíoro 


Caseta  de  la  Guardia  Civil. 

Tejar  (El) 

Viilatoro 


Molinos  harineros. 
Molinos  harineros. 
Molinos  harineros. 
Molinos  harineros. 

Casa-posada 

Lugar 


Caseta 

Casa  de  tejeros. 
Villa 


RESEÑA  rOLlÜCG-ClVIL  DE  LA  PROVINCL\. 

221 

HADITANTES  CLASIFICADOS  POR 

CONTRIBUCIONES  EN  PESETAS.            || 

De  1888  á  69.   I 

Ee  187 

TEDRITORUL. 

l  á  72. 

SUBSIDIO. 

■  EWS. 

SOLTEROS. 

rvsviios. 

vimos. 

CONSUMOS. 

264 

154 

98 

12 

28S 

173 

100 

15 

965  75 

3.865  50 

367  50 

522 

3831 

237 

122 

1 
j 

24 

458, 

268 

168 

22 

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1.375 

6.256  35 

813  50, 

120 

68 

46 

6 

1 
1 

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348  50 

1.917  90 

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50 

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2S9 

205 

33 

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544 

290 

208 

46 

2.GU  76 

7.618  50 

1.443 

1.0"71 

390 

238 

140 

12 

408 

222 

166 

20 

■ 

1.575 

5.656  95 

158  50 

798 
114 

70 

42 

2 

113 

61 

46 

6 


404  25 

• 

1.246  95 

86 

227 

189 

104 

'13 

279 

1          149 

1 

110 

20 

1.815  75 

4.192  65 

298  50 

585 

252 


mSTORJA    DE    AVILA. 


AYUNTAMIENTOS. 


POBLACIONES, 
r.ncPOS,  EDIFICIOS,  títie:<d.is,  etc. 


Vita. 


Zapardiel  de  la  Ca- 
ñada   


Erites 
Yita.. 


Castellanos  de  la  Cañada 

Serranos  de  la  Torre 

Zapardiel  de  la  Cañada . . 


su  CLASE. 


Molino  harinero. 
Lugar 


Caserío  de  dehesa. 
Caserío  de  dehesa . 
Lugar 


Lugar. 
Ermita 


Angostura  (La) 

7an«...t:<^i  ^«  i«  o:  I  Angustias  (Las) 

w»  Charco  del  Molino  (El) iMolino  y  batan. 

°^™ '  Soledad  (La) ¡Ermita 

Zapardiel  de  la  Ribera ¡Lugar 


Sesenta  37-  seis  a.y\aTat.a.xixiei 


RESE.XA  político- CIVIL  DE  LA  PROVINCIA. 


223 


HABITANTES  CLASIFICADOS  POR 


SOLTEROS.  CASADOS. 


122 
111 

234 

239 

251 

I 

490 

288 
309 

597; 


58 


135 
137 


177 
176 


42 
45 


96 
99 


99 
114 


15 


12 
9 


CONTHinUCIONES  EN  PESETAS. 


De  1888  á  69. 


433  25 


869  25 


1.053  25 


De  1871  á  72. 


TERRITORIAL. 


1.567  35 


4.009  50 


58  50 


145  50 


3  713  85     35 


s    con    CBS.CSrrCS    IxsiiDxtaxxtes. 


224 


HISTORIA    DE    AVILA. 


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225 


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15 


226 


HISTORIA    DE    AVILA. 


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1 

1 

RESEÑA  político -CIVIL   DE  LA  PROVINCIA.  227 

RESUMEN 

de  censo  de  la  actual  población  en  cada  partido,  clasificada  por  razón 
de  sexo,  estado  civil  y  edad  de  sus  individuos. 


Todavía  nos  faltaba  este  importantísimo  dato  que 
examinar  para  el  completo  conocimiento  de  la  Pro- 
vincia, bajo  su  aspecto  estadístico;  trabajo  de  la 
mayor  utilidad ,  debido  también  al  celo  de  la  Comi- 
sión de  Estadística  general,  y  que,  elaborado  simul- 
táneamente que  el  Nomenclátor,  son  dos  entidades 
que,  aunque  muy  distintas  en  su  objeto,  mutua- 
mente se  sirven  de  comprobantes  de  su  recíproca 
exactitud.  Con  el  censo  de  población,  que  está  ele- 
vado por  el  Gobierno  al  carácter  de  documento  oíl- 
cial,  desaparecerán  los  antiguos  y  mucho  más  im- 
perfectos que  le  habian  precedido  para  distintos  ob- 
jetos, por  ejemplo,  el  de  1846  para  las  elecciones 
de  diputados  á  Cortes,  el  de  1850  para  las  quin- 
tas. Y  aunque  por  razón  de  tiempo  y  concisión  de 
la  obra  no  publicamos  el  de  todas  las  localidades  de 
la  Provincia,  creemos  que  baste  al  objeto  de  nues- 
tra Rcscfia  la  exposición  de  sus  importantes  extrac- 
tos. En  éste  aparece  la  clasificación  de  todos  sus  ha- 
bitantes por  razón  de  su  sexo,  estado  civil  y  edad, 
habiendo  omitido  el  de  su  naturaleza  porque  es  esca- 
sísimo elnúmci'o  de  extranjeros  domiciliados  y  tran- 
seúntes por  la  Provincia. 

La  primera  división  es  sólo  por  razón  del  sexo, 
siendo  de  admirar  la  casi  perfecta  igualdad  que  se 


228  HISTORIA    DE    AVILA. 

advierte  en  ambos,  pues  en  los  164.039  habitantes 
sólo  exceden  los  varones  á  las  hembras  en  1.453  en 
toda  la  Provincia. 

Por  razón  de  su  estado  civil  es  la  segunda  clasi- 
ficación ;  y  divididos  todos  los  habitantes  en  solteros, 
casados  y  viudos ,  aparece  que  exceden  los  varones 
solteros  á  las  hembras  solteras  en  4.504;  pero  aun- 
que á  primera  vista  pudiera  creerse  esta  diferencia 
síntoma  indicante  de  algún  desapego  al  matrimonio, 
no  es  así,  pues  entre  las  edades  de  16  á  40  años,  las 
más  proporcionadas  para  tomar  estado,  sólo  hay  el 
exceso  de  649  hembras;  y  en  el  estado  de  viudez, 
que  para  nuestro  objeto  es  de  soltería  ó  libertad  para 
contraer  matrimonio  (pues  en  el  de  casados  ha  de  ser 
necesariamente  igual  el  número  de  ambos  sexos), 
exceden  las  hembras  á  los  varones  en  2.341 ,  dife- 
rencia que  se  explica  naturalmente,  porque  en  pari- 
dad de  circunstancias,  como  son  la  edad,  el  número 
de  hijos  y  el  estado  de  salud  y  de  recursos,  no  sue- 
len llevar  ya  la  mejor  parte  las  hembras  para  pasar 
á  las  segundas  nupcias. 

Finalmente,  el  tercer  extracto  indica  con  la  mis- 
ma brevedad  las  distintas  clases  de  edades  en  que  se 
considera  la  duración  de  la  vida  en  los  dos  sexos, 
siendo  de  notar  que,  comparativamente  á  muchas 
otras  provincias ,  es  en  la  nuestra  mayor  el  número 
de  ancianos  desde  los  70  años  en  adelante;  prueba 
inequívoca  de  la  salubridad  del  país,  de  la  abundan- 
cia de  subsistencias  y  de  lo  morigeradas  que  son  las 
costumbres  de  sus  habitantes.  Los  extractos  son 
como  sig-uen: 


REDEÑA  POLlTICn-ClVII.   DE  LA  PROVINCIA, 


229 


Resiímkn  gknk.ral  de  los  habitautcx  de  la  Provincia,  por  razón 
de  su  sexo,  estado  civil  //  edad. 

POR  RAZÓN  DE  SEXO. 


PARTIDOS  JUDICIALES. 


Arenas  de  San  Pedro. 
Arévalo 


Varones. 


Hembras 


12.281  12.411 
13.545' 13.238 

Avila '  19. 888' 19. 150 

9.071  i  9  305 
11.593  10.832 
16. 368116.357 


Barco  de  Avila . 

Cabreros 

Piedrahita  . . . . 


TOTAÍ. 


82.746  81.293 


TOTAL 

de 

habitantes. 


24.692 
26.783 
39.038 
18.376 
22.425 
32.725 


164.039 


POR  RAZÓN  DE  ESTADO  CIVIL. 

PARTIDOS. 

Solteros. 

Casados. 

Viudos. 

TOTAL. 

Arenas  de  San  Pedro 

7.227 
6.491 

4.487 
4.731 

5671 
1.189) 

24.692 

Arévalo 

7.7S2 
7.270 

5.073 
5.034 

690 
934 

26.783 

Avila ! 

11.830 
10.576 

7.139 
7.212 

919 
1.362 

39.038 

Barco  de  Avila 

5.464 
5.248 

3.194 
3.366 

413 
691 

18.376 

Cebreros 

6.754 

5.659 

4.316 

4.290 

525 

883 

22.425 

Piedrahita 

9.816 
9.119 

5.886 
6.178 

666 
1.060 

32.725 

mil               1  Varones  .... 

48.873 

30.095 

3.778 

82.746 

T°^''' ¡Hembras.... 

44.369 

30.811 

6.119 

81.293 

Total  ge.nekai 

93.236 

60.906 

9.897 

164.039 

230 


HISTORIA    DE    AVILA. 


POR  RAZÓN    DE  EDAD. 


Habitantes  que  no  llegan  á  1  ano  de 

edad  en  toda  la  Provincia 

De  1  á  7 

De  8  á  15 

De  16  á  20 

De  21  á  25 

De  26  á  39 

De  31  á  40 

De  41  á  50 

De  51  á  60 


Varones. 


Hembras 


De  71  á80.. 
De  81  á  85. . 
De  86  á  90.. 
De  91  á  95.. 

De  96  á  100. 


Totales. 


2.499|  2 
14.961  i  14 
14.639  13 

7.519 

5.282 

7  241 
I3.2i'4 

8.361 


4.6S6 
De  61  á  70 I  3.273 


837 

120 

24 

6 

4 


478 

629 

,7S6 

.831 

,931 

,180 

,407 

,204 

,816 

.163 

735 

87 

33 

6 

o 


TOTAL. 


4.977 
29.590 
28.4¿5 
15.350 
11.3i3 
14.421 
25.701 
16.565 
9.502 
6.436 


.572 

207 

62 

12 

6 


82.746  81.293  164.039 


KrOT.A.S. 


1.'  La  igualdad  casi  perfecta  que  se  observa  entre  ambos 
sexos  en  todos  los  períodos  de  la  vida  nos  exime  de  dar  la  cla- 
sificación detallada  de  las  diversas  edades  que  alcanzan  los 
habitantes  de  la  Provincia  en  cada  uno  de  los  seis  partidos  de 
su  demarcación. 

2."  Hemos  omitido  el  estado  de  naturales  y  extranjeros, 
como  ya  queda  dicho,  porque  ascendiendo  solamente  á  61  los 
domiciliados  en  la  Proviocia,  y  á  68  los  transeúntes,  total  129, 
todo  el  resto  de  la  población  es  de  naturales. 

3.*  A  4.019  ascienden  los  naturales  domiciliados  en  otra.s 
provincias  que  accidentalmente  se  hallaban  en  la  de  Avila  el 


RESEiÑA  POLlTlCO-CIVlL  PE  LA  PROVINCIA. 


231 


(lia  del  recuento  general,  así  como  á  su  vez  se  hallarian  fuera 
de  ella  muchos  habitantes  sujos  que  no  pudieron  ser  inscritos 
en  el  censo  de  la  Provincia. 

ílesúmen  general  de  la  extensión  superficial  de  la  Provincia  en  le- 
guas, kilómetros,  hectáreas  y  fanegas  de  tierra  de  9.216  varas  cua- 
dradas, seíTun  los  datos  estadísticos  modernos. 


Leguas. 

Kilómetros. 

Hectáreas. 

Fanegas. 

249,10 

7.722.10 

772.210 

1.199.163 

NOTICIA  DE  DISTINTOS  CENSOS  DE  POBLACIÓN 

ANTERIORES  Y  POSTERIORES  Á  LA  CREACIÓN  DE  LAS  INTENDENCIAS. 


Para  fijar  la  población  de  la  Provincia  de  AviU, 
creada  como  todas  en  el  año  de  1718,  bajo  la  direc- 
ción política ,  administrativa  y  económica  de  las  In- 
tendencias y  Gobiernos  civiles  de  España,  dividimos 
en  dos  secciones  los  censos  de  población  de  que  te- 
nemos noticia,  verificados  ya  en  la  Corona  de  Casti- 
lla, ya  en  toda  la  Península  é  Islas  adyacentes. 

Primera  sección,  anterior  á  la  creación  de  las  Intendencias. 

Primer  censo.  Es  el  de  1380,  en  el  reinado  de 
D.  Juan  I,  que  está  calificado  por  todos  los  estadistas 
de  dudoso,  opinable  y  hasta  increíble,  y  que  dio  por 
población  de  Castilla  1 1.000.000  de  habitantes ,  pero 
sin  demarcación  de  provincias:  por  consiguiente,  es 
desconocida  la  de  Avila. 


232  HISTORIA    DE    AVILA. 

tSegwido.  Es  el  de  1482,  en  el  reinado  de  Isabel 
la  Católica,  hecho  por  su  Contador  mayor  Alonso 
de  Quintanilla;  ascendió  la  población  de  Castilla  á 
7.500.000  habitantes:  tampoco  tiene  la  demarcación 
parcial  de  provincias. 

Tercero.  Es  el  llamado  del  siglo  xvi,  publicado 
en  1829  por  D.  Tomás  González,  Maestre-escuela  de 
la  Iglesia  de  Plasencia,  Coordinador  que  fué  del  ar- 
chivo de  Simancas ;  y  por  otros  datos  relativos  al  si- 
glo XVII  resulta  disminuida  la  población  de  Castilla 
á  6.100.000  almas. 

Segunda  sección,  posterior  á  la  creación  de  las  Intendencias. 

Cuarto  censo.  Es  el  de  1768.  Encomendada  su 
formación  al  estado  eclesiástico,  le  verificó  por  dió- 
cesis, y  según  sus  datos  parroquiales,  hizo  ascender 
la  población  de  la  Península  á  9.159.992  habitantes. 

Quinto.  Es  el  de  1787.  Pareciéndole  imperfecto 
el  anterior  al  conde  de  Floridablanca,  primer  minis- 
tro del  Sr.  D.  Carlos  III,  sometió  su  rectificación  á 
las  Intendencias  de  las  provincias ,  que  dieron  por 
resultado  10/268.150;  y  el  primer  dato  que  poseemos 
de  población  respecto  á  la  Provincia  de  Avila, 
según  la  extensión  que  primitivamente  tuvo,  fué  el 
de  113.762  habitantes,  que  al  tenor  de  los  estudios 
estadísticos  modernos  correspondían  á  cada  kiló- 
metro cuadrado  de  su  actual  superficie  14,73  ha- 
bitantes. 

Sexto.  Es  el  de  1797,  publicado  en  1800,  en  el 
reinado  del  Sr.  D.  Carlos  IV:  dio  algún  aumento  de  po- 


RESEÑA  político-civil   DE  LA  PROVINCIA.  233 

blacion,  fijando  la  del  Reino  en  10.541.221,  siendo  la 
de  la  Provincia  de  Avila  118.161,  y  correspondiendo 
á  cada  kilómetro  cuadrado  15, C9  habitantes. 

/Séptimo.  Es  el  cómputo  de  población  hecho  en 
1822.  Las  Cortes  de  esta  legislatura  en  la  segunda 
época  constitucional  publicaron  que  la  población  de 
España  era  la  de  11.661.980  habitantes,  pero  sin  la 
demostración  de  los  datos  que  tuvieron  presentes  al 
efecto. 

Octavo.  Es  el  censo  de  1826,  mucho  más  perfecto 
que  el  anterior,  mandado  formar  por  el  rey  D.  Fer- 
nando VII,  que  elaboraron  la  Superintendencia  y 
Subdelegaciones  de  Policía,  y  que  hicieron  ascender 
en  todo  el  Reino  á  14.115.340  habitantes.  Omitimos 
hablar  de  otros  distintos  cómputos  que  para  diferen- 
tes objetos  se  hicieron  desde  1834  á  185"),  porque 
conocidamente  pueden  calificarse  de  erróneos  é  in- 
fundados, no  mereciendo  el  título  de  censos. 

Noveno.  Pero  felizmente  se  creó  en  el  reinado  de 
la  Señora  Doña  Isabel  II  la  Junta  general  de  Esta- 
dística, y  verificado  el  recuento  general  el  dia  21  de 
Mayo  de  1857,  se  vio  con  público  regocijo  que  la  po- 
blación de  España  ascendía  á  15.464.340  habitantes. 
Todavía  no  se  satisfizo  la  opinión  pública,  ni  menos 
el  Gobierno,  con  este  dato;  y  repetida  la  operación  en 
la  noche  del  24  al  25  de  Diciembre  de  1860,  este 
censo,  que  se  publicó  en  1863,  marcaba  la  población 
general  del  Reino  con  15.658.586  almas;  y  la  de  la 
Provincia  de  Avila  con  168.773,  que  por  kilómetro 
cuadrado  correspondían  á  21,85  habitantes. 

Décimo.     De   1861  á  1870.   En  este  espacio  de 


234  HISTORIA    DE    AYiL.V. 

tiempo  no  se  lia  verificado  otro  censo  general ;  pero 
por  los  datos  oficiales  posteriormente  ya  recogidos, 
resulta  que  la  población  de  España  en  1867  ascendía 
á  16.641.980,  y  en  el  año  de  1870  á  16.835.395,  sien- 
do por  consiguiente  la  de  la  Provincia  en  este  últi- 
mo 178.76  »,  y  por  kilómetro  cuadrado  la  de  22,89  ha- 
bitantes en  cada  uno. 

Moviiii:nto  de  ¡a  población  de  la  Provincia  en  8i años,  desde  1787  á  1870. 


Años. 


rohlacion 
de  la  Provincia 


En   17^7 I  113.702. 

1797 118.061. 


1860. 

18711. 


163.773. 

176.719. 


Habiíanfes 
por  kilómetro. 

14,73 

15,29 
21,25 

22,89 


hlovimie'ito  de  la  población  de  ¡a  Provincia  por  Matrimonios,  Nacimientos 
y  Deliiiiciunos  en  el  año  de  1869,  y  número  de  sus  Escuelas  y  Alumnos 
de  ambos  sexos  que  á  ella^i  concurrían  en  el  de  1887,  según  resulta  en 
la  Guii  de  Forasteros  del  año  económico  de  1871  á  1872. 


Habitantes. 

MatiimonidS. 

IVacimieutos. 

Defiincioncs. 

Escuelas. 

Alumnos. 

176  325 

1.661 

0.5S2 

7.6SS 

496 

21.693 

OhserDacio7íes.~\.'  Fué  casual  este  aiio  el  major  número 
de  fallecidos  que  el  de  nacidos,  á  consecuencia  de  una  epide- 
mia local. 

2.'  Rn  cambio  es  muy  grato  demostrar  que,  concurriendo 
un  12,9  de  alumnos  á  las  escuelas  por  cada  100  habitantes, 
solamente  siete  provincias,  de  las  cuarenta  y  nueve  de  la  Pe- 
nínsula, aventajan  á  la  nuestra  en  esta  cifra,  porque  la  que 
más  cuenta  son  14,3  alumnos  por  cada  100  habitantes. 


RESEÑA  POLITlCO-CIVIL  DE  LA  PROVINCIA. 


'235 


3.'  Los  últimos  datos  oficiales  sobre  el  estado  de  la  pri- 
maria enseñanza  en  la  Provincia,  debidos  á  mi  buen  amigo  el 
Sr.  D.  Tomás  Pérez  y  González,  siendo  vicepresidente  de  la  Di- 
putación, y  en  el  momento  en  que  remito  este  escrito  á  la  im- 
prenta gobernador  de  la  Provincia,  son  los  siguientes  : 

ESTADO  DE  LA  PRIMERA  ENSEÑANZA  EN  LA  PROVINCIA  DE  ÁVILA. 


ESCUELAS. 


Superiores  de  niños 

Elementales  completas  de  oposi- j  De  niños. 

cion (De  niñas. 

Elementales  completas  de  provi- j  De  niños. 

sien  ordinaria (De  niñas. 

Incompletas  de  ambos  spxos 

De  adultos , 

De  párvulos 


Número. 


1 
41 

37 

68 

54 

169 

23 


393 


Cantidad  anual   que    los   Ayuntamientos  pagpan   para    las 
anteriores  escuelas. 


CONCEPTOS. 


Por  razón  del  personal. 
Por  razón  del  material. 


CAJNTinADE.S 

Pesetas. 

Cents. 

190.576 

25 

45.646 

25  ¡ 

2:J6.222.5() 


CLASES  DE  ALUMNOS. 


Niños  asistentes  á  la  Superior,  elementales 
completas ,  y  á  las  incompletas 

Niñas  asistentes  á  las  elementales  completas  y 
á  las  incompletas 

Adultos 


Nunioi'o. 


12.129 

8.3191 
600 


21.048 


236  inSTORIA    DE    AVILA. 

No  debe  causar  extraueza  que  aparezcan  algún  tanto  dis- 
minuidos los  números  de  Escuelas  y  Alumnos  que  á  elUiíj 
concurren  en  la  actualidad,  comparados  con  los  que  resulta 
que  existían  en  el  año  de  1867,  según  la  GvÁa  de  Forasteros 
de  1871  á  1872,  si  se  considera  el  lamentable  estado  á  que  en 
todo  el  Reino  está  reducida  la  Instrucción  primaria  por  cau- 
sas pasajeras,  que  han  provenido  de  los  trastornos  y  quebran- 
tos sufridos  por  todos  los  pueblos  de  la  monarquía  en  sus  in- 
tereses comunales,  á  consecuencia  de  los  cambios  administra- 
tivos creados  por  la  revolución  de  Setiembre  de  1868;  pero  aun 
así  siempre  se  ostenta  la  Provincia  como  de  las  más  cuidado- 
sas de  \%  primera  enseñanza,  porque  solamente  siete  la  prece- 
den, según  ya  queda  indicado. 


SEGREGACIONES  Y  AGREGACIONES  DE  PUEBLOS 


PAEA    LA     FORMACIÓN     DE     LA     PROVIXCL\     ACTUAL. 


yottt  (le  los  oG  pueblos  que  han  pasado  á  otras  provincias,  y  de  los  \ol  coa 
sus  anejos  de  ellas  que  se  han  agregado  á  la  de  Avila  en  la  actual  divi- 
sión territorial  del  Reino. 

Tal  cual  queda  manifestado  xxltimamente  es  el  número  y 
clase  de  poblaciones  y  el  de  sus  habitantes  en  la  actual  exten- 
sión de  nuestra  Provincia;  pero  como  se  la  constitujó  aj-í 
en  1833,  según  ya  queda  expuesto,  segregando  de  ella  para  las 
limítrofes  algunos  pueblos,  y  dotándola  á  la  vez  de  otros  que- 
de estas  se  tomaron,  teniendo  en  cuenta  sus  límites  naturales 
y  artificiales,  es  necesario  determinarlos  con  claridad  para  la 
justificación  de  nuestras  apreciaciones  históricas. 


RESEÑA  POLITlCO-CIVlL  DE  LA  PROVINCIA. 


23^ 


Pueblos  que  se  han  segregado  de  la  anliqun  provincia  de  Avila,  y  que  han 
j.asado  á  otras,  scgnu  la  actual  división  terrilonal  que  rige  desde  el 
año  de  1835. 


A  la  de  Cáceres. 

Bohonal. 
Gordo.  (Rl) 
Talavera  la  Vieja. 
Puebla  de  Nadados. 

A  ia  de  Madrid. 

Pelavos. 
Valdemaqueda. 

A  la  de  Salamanca. 

Armenteros. 

Bercimuelle. 

Bóveda. 

Cantaracillo. 

Cespedosa. 

Guijo.  (El) 

Peñaranda  de  Bracamente. 

Puente  del  Congosto. 

Rágama. 

A  la  de  Segovia. 

Aldeanueva  del  Codousl. 

Botaelhorco. 

Codorniz. 

üonjerro. 

Martin  Muñoz  de  la  Dehesa- 

Montejo  de  la  Vega. 

Montuenga. 

Kapariegos. 

San  Cristóbal. 

Tolocirio. 

A  la  de  Toledo. 

Alcañizo. 


Almendral. 

Buenaventura. 

Calzada. 

Cardiel. 

Célemela. 

Corchuela. 

Guadiervas. 

Herreruela. 

Iglesuela. 

Lagartera. 

Navalcan. 

Navamorqüende. 

Oropesa. 

Parrillas. 

San  Román. 

Sartajada. 

Sotillo  de  las  Palomas. 

Torralva. 

Torrico. 

Viilverdeja. 

"Ventas  de  San  Julián. 

A  la  de  Vallado  lid. 

Fuente  el  Sol. 

Honcalada. 

Honquilana. 

Lomoviejo. 

Muriel. 

Olmedillas. 

Salvador. 

San  Llórente. 

San  Pablo  de  la  Moraleja. 

Total,  56. 


238 


HISTORIA    DE    AVILA, 


Pueblos  de  otras  provincias  que  se  han  agregado  ú  la  de  Avila,  según  la 
actual  división  territorial  decretada  en  el  año  de  1833. 


De  la  de  Salamanca. 

Aldeanueva  de  Santa  Cruz. 
Anejo. — Bardal. 
Aldehuéla. 

/Hito. 

iNavas. 
Anejos. (Rehoyo. 

iSolanilIas. 

\Solanas  del  Carrascal. 
Aliseda. 
Avellaneda. 
Barco  de  Avila. 
Becedas. 

Anejo.— Palacios. 
Bohojo. 

¡Guijuelos. 
Anejos. ^Navamediana. 

(Navamojada. 
Caballeros.    (Santa   Maria   de 
los) 

{Carrascalejo. 

¡Collado. 

jCuartos. 

[Navarregadilla. 
Carpiomedianero. 
Carrera.  (La) 

ICabezuelo. 
Cereceda. 
Lancharejo. 
Navalmoio. 
Casas  del  Puerto  de  Tornaba- 


Anejos.^ 


Collado  del  Mirón. 
Encinares, 

Hoyo. 


Anejos. 


ISnuces. 


Siin  Lorenzo. 

Vallehondo. 

Gallegos  de  Sobrinos. 

Anejo. — Blasco  Gimeno. 

Garganta  del  Villar. 

Gil-buena. 

Anejo.— Junciana. 

Gil-García. 

Herguijuela. 

Horcajada. 

(Molino. 
Anejos.'  ,   „ 

(Refraguas. 

Horcajo  de  la  Rivera. 

Hoyoredondo. 

I  Alameda. 
Carrera, 
.^^vj — Casas  del  Camino, 
i  Casillas. 
¡Castillo. 
Hoyos  del  Collado. 
Hoyos  del  Espino. 
Lastra  del  Cano. 

(Cardenal. 
Anejos. 

Losar. 


Anejo 


Lastrilla. 

ÍCasatejada. 
^  ^Barquillo. 
iCasas  de  la  Voga. 
Navamorisca. 


RESEÑA    rOI.lTICO-ClV 

lilanos. 

Anejo.— Hermosillo. 

Mcdinilla. 

MiroD.  (El) 

Navacepeda  de  Tórmes. 

Narros  del  Castillo. 

Navadejos. 

Kavaescurial  y  cuatro  anejos. 

Navahermosa  del  Mirón. 

Nava  del  Barco. 

Navalperal  de  la  Rivera. 

(Hortigosa  de    la  Ri- 
vera. 
"^  "  jSan  Bartolomé  de  la 
I     Rivera. 
Navalonguilla. 
Anejo.— Navalguijo. 
Navaredonda. 
Anejo. — Barajas. 
Navasequilla. 
Navatejares. 

I  Cabezas  Altas. 
Anejos.,^  ,         „  . 

(Cabezas  Bajas. 

Neila. 

Piedrahita  y  sus  siete  barrios. 

San  Bartolomé  de  Béjar. 

San  Martin  de  la  Vega. 

Sun  Martin  del  Pimpollar. 

I  Hoyos  de  Miguel  Mu- 
ñoz. 
Navalsauz. 
San  Miguel  de  la  Corneja. 
San  Miguel  de  Serrezuela. 
Santiago  de  Aravalle. 
Santiago  del   Collado    y   sus 

an-jos. 
Santa  Lucia. 


Anejos. 


lí.  DE  LA  PROVINCIA.  239 

Casas  de  la  Sierra. 

Cerrudus. 

Loros. 

[Serranía. 
Santa  María  del  Berrocal. 
Solana  de  Bejar. 
Anejo.  — Sülanillas. 
Casas  del  Rey. 
Naharros. 
Tormellas. 
Anejo.— Navamures. 
Tremedal. 
Umbrías. 

Ca.=:asdel  Abad. 

Casas  deMaripedro. 
Anejos  (Canaleja. 

Justías. 

R'-tuerta. 
Valdernoliiios. 
Villar  de  Corneja. 
Zapardiel  de  la  Rivera. 
Zarza. 
Anejo. — Mazalinos. 

De  la  ds  Seg^ovia. 

Aldeavieja. 

Blascoeles. 

Hoya. 

Maello. 

Pegucrinos. 

,Hovo  de  la  Guija. 

Anejos.' 

•'      iLastra. 

Villaverde. 

De  la  de  Tcledo. 

Arenal. 
Escarabajosa. 


240  HISTORIA    DE    AVILA. 

Guisando.  Poyales  del  Hoyo. 

Hontanares.  Ramacastañas. 

Hornillo.  .            Valdelacasa. 

Navahondilla. 

Anejo. — Mfij adulas.  Total  con  sus  anejos,  137. 

Parra.  (Laj 

ESTÁBLECIMIENrüS  DE  INSTRUCCIÓN  PÚBLICA. 


Sin  remontarnos  á  tiempos  desconocidos ,  que  no 
podrian  ofrecer  datos,  ni  aun  aproximados,  del  orí- 
gen  y  desarrollo  que  en  ellos  hubiera  logrado  alcan- 
zar la  enseñanza  pública;  y  partiendo  desde  el  rei- 
nado feliz  de  los  Reyes  Católicos,  que  dio  calma  y 
tranquilidad,  órdon  y  regularidad  á  la  administra- 
ción de  los  pueblos,  es  necesario  convenir  en  que  ya 
no  nos  son  ignorados  los  distintos  elementos  que  de 
consuno  obraron ,  esparciendo  los  rudimentos  del  sa- 
ber en  nuestra  Provincia. 

Notorio  es  que  los  antiguos  monasterios  fueron 
el  asilo  donde  se  acocrieron  tímidas  las  maltratadas 
ciencias,  que  pudieron  salvarse  de  la  ferocidad  y 
brutal  trato  de  largos  siglos  anteriores,  y  que  en 
ellos  aprendieron  á  leer  y  escribir  (cosa  que  entonces 
parecía  admirable)  no  ya  algunos  niños,  sino  hasta 
no  pocos  hombres  muy  adultos.  Secundaron  y  am- 
pliaron tan  caritativo  oficio  los  institutos  religiosos 
mendicantes  y  píos-operarios,  que  sucesivamente  se 
habían  ido  creando;  y  muchas  escuelas,  puestas  á 
su  espontáneo  cuidado  hasta  principios  del  presente 
siglo,  lo  testifican  del  más  fidedigno  modo.  Se  fué 
generalizando  lentamente,  sí,  pero  siempre  para  bien 


RESEÑA  POLITlCO-CIVIL  DE  LA  PROVINCIA.  241 

de  la  humanidad ,  el  espíritu  protector  de  la  ilustra- 
ción de  los  pueblos  con  las  numerosas  fundaciones 
de  obras  pías,  destinadas  á  la  dotación  de  maestros, 
de  que  abundó  la  Provincia  desde  el  siglo  xvi  hasta 
nuestros  propios  dias,  lo  cual  dio  ocasión  al  esta- 
blecimiento de  no  pocas  escuelas  de  primeras  letras; 
y,  últimamente,  es  necesario  reconocer  con  cívica 
gratitud  los  esfuerzos  que  sucesivamente  fueron  ha- 
ciendo los  propios  Concejos,  creando  y  dotando  es- 
cuelas de  Instrucción  primaria. 

Dióse  un  paso  hacia  adelante ,  unas  veces  simul- 
táneo, otras  posterior  con  la  enseñanza  del  latín, 
lengua  única  hasta  nuestros  tiempos  para  oír  y  es- 
tudiar ciencia ;  y  los  monasterios  y  conventos  por  sí 
mismos ,  y  preceptores  asalariados ,  conocidos  con  el 
nombre  de  Domines,  facilitaron  la  inteligencia,  no 
solamente  de  libros  latinos  vulgares,  sino  hasta  de 
los  clásicos  en  que  aquellas  debían  adquirirse ;  y  no 
faltaron  fundadores  benéficos  de  pensiones  anuales 
para  el  sostenimiento  de  jóvenes  pobres  que  aspira- 
sen á  estudios  superiores. 

En  fin ,  y  concretándonos  á  estos  con  relación  á 
nuestro  país ,  la  filosofía  y  la  teología  se  enseñaban 
con  público  merecimiento  y  fama  en  la  Universidad 
Real  y  Pontificia ,  creada  por  los  Reyes  Católicos  al 
fundar  su  magnífico  convento  de  Dominicos,  Santo 
Tomás  de  Avila;  en  la  Casa-colegio  de  la  Compañía 
de  Jesús,  creada  un  siglo  después  en  nuestra  Ciudad, 
y  en  el  seminario  conciliar  de  San  Millan. 

Suprimidas  aquellas  dos  instituciones  religiosas, 
como  todas  las  demás  de  varones  en  todo  el  Reino, 

TOMO   I.  16 


242  HISTORIA    DE    AVILA. 

ya  en  los  años  de  1835  y  siguientes  se  sintió  la  ur- 
gente é  imperiosa  necesidad  de  proveer  de  estudios 
filosóficos  á  la  juventud,  ávida  de  saber,  y  que  cons- 
tituyen en  su  esencia  la  segunda  enseñanza;  y  de 
aquí  el  establecimiento  de  los  Institutos  provinciales, 
dotándose  también  del  suyo  á  nuestra  Ciudad ,  y  del 
cual  luego  hablaremos. 

Aunque  posterior  á  la  erección  del  Instituto  es  la 
de  \di  Fs cuela  Normal  Stqje I  ioo'  de  Maestros,  ante- 
ponemos la  breve  noticia  que  aquí  debe  darse  de 
ella,  porque  en  su  esencia  más  corresponde  á  la  Ins- 
trucción primaria  en  todos  sus  grados,  que  á  los  es- 
tudios filosóficos  que  se  deben  dar  en  el  Iiistituto. 
Fué  creada  esta  Escuela  con  el  carácter  de  Elemen- 
tal ^tí  Julio  de  1860,  conforme  á  la  ley  de  1857,  y 
elevada  al  carácter  de  Stiperior  de  Maestros  en  Se- 
tiembre de  1862,  á  instancias  de  su  inmediato  Di- 
rector, de  la  Junta  provincial  de  Instrucción  pública 
y  déla  Diputación  Provincial;  y  después  de  distintos 
locales  que  ha  ocupado,  se  halla  hoy  establecida  en 
el  lado  meridional  del  convento  y  casa  nativa  de 
Santa  Teresa,  así  como  la  Escuela  practica,  que  for- 
ma parte  de  ella,  lo  está  en  el  espacioso  salón  le- 
vantado en  1865  en  el  solar  sobrante  del  edificio,  casi 
totalmente  reconstruido,  que  ocupa  la  Diputación 
i'rovincial. 

Las  aulas  de  ambas  escuelas  están  surtidas  de 
todo  el  menaje  necesario  á  sus  respectivos  destinos, 
con  buenas  luces  y  favorable  aspecto;  y  sus  gabine- 
tes de  ciencias  contienen  ya  escogidas  colecciones  de 
objetos  propios  de  sus  asignaturas.  Desde  la  creación 


RESEÑA  POLITlCO-CIVIL  PE  LA  PROVINCIA.  2Í3 

de  la  Escuela  Normal  han  sido  aprobados  108  alum- 
nos de  Maestros  de  primera  enseñanza  elemental, 
y  42  de  primera  enseñanza  superior,  hallándose  hoy 
casi  todos  desempeñando  las  más  importantes  es- 
cuelas de  la  Provincia;  y  la  asistencia  ordinaria  de 
discípulos  á  la  Escuela  práctica  excede  de  200. 

Antes  de  concluir  este  importante  artículo ,  debo 
de  recordar  que  jamas  en  E^^paña  se  habia  intentado 
la  formación  de  una  estadística  de  Instrucción  pri- 
maria, hasta  que  en  el  año  de  1835  se  emprendió  este 
trabajo;  pero  la  época  ora  tan  calamitosa  y  poco  á 
propósito  para  tal  clase  de  investigaciones  en  medio 
de  los  horrores  de  la  guerra  civil,  que  su  resultado 
se  resintió  de  grande  inexactitud,  y  ejemplo  bien 
claro  de  ello  nos  da  nuestra  mism.a  Provincia,  porque 
en  ia  Guia  del  Ministerio  de  la  Gobernación  para  el 
año  de  1836,  aparece  que  el  número  de  sus  escuelas 
era  de  239 ,  siendo  214  de  niñas  y  29  de  niños,  según 
lo  atestigua  el  Director  general  de  Instrucción  pú- 
blica D.  Antonio  Gil  y  Zarate,  en  la  obra  que  publicó 
sobre  «La  Instrucción  pública  en  España»  en  1855. 
Error  palmario  y  evidente,  que  no  necesita  de  refu- 
tación. Dos  estadísticas  se  ensayaron  después  en  los 
años  de  1846  y  1850,  ya  muy  mejoradas  en  verdad, 
pero  aún  distaban  mucho  de  lo  cierto.  El  cómputo 
que  la  última  exhibe,  fué  el  de  haber  en  España  una 
escuela  por  cada  171  vecinos,  contándose  4  indivi- 
duos porcada  uno;  y  según  él,  A\i!a  daba  una  es- 
cuela por  cada  123  vecinos,  ó  sean  492  individuos;  y 
siendo  la  población  de  la  Provincia  por  aquellos  años 
la  de  ICO. 000  habitantes,  poco  más  ó  menos,  porque 


244  HISTORIA    DE    A\1LA. 

aún  no  se  tenían  noticias  puntuales  del  censo ,  el 
resultado  era  que  el  conjunto  de  todos  los  vecinos  é 
individuos  venia  á  producir  en  toda  la  población 
provincial  345  escuelas.  Pero  como  de  los  últimos 
datos  oficiales  facilitados  por  la  Diputación  en  el 
presente  año,  ascienden  las  escuelas  púUicas  de 
ambos  sexos  á  393,  y  como  también  queda  demostra- 
do que  la  población  total  se  eleva  hoy  á  176.719  ha- 
bitantes, resulta  la  mejora  que  ha  recibido  la  primera 
enseñanza,  porque  existe  una  escuela  próximamen- 
te por  cada  445  individuos,  cuando  antes  era  por 
cada  492. 

La  segunda  enseñanza  se  facilita  hoy  únicamen- 
te, como  queda  indicado,  en  el  Instituto  provincial. 
Inauguróse  en  el  año  de  1848  en  el  convento  de  Car- 
melitas Descalzos,  llamado  la  Santa,  por  ser  su  casa 
solar :  comenzó  con  sólo  la  dotación  de  los  tres  pri- 
meros años  académicos :  después  se  ha  ido  comple- 
tando con  todas  las  asignaturas ,  gabinetes  y  colec- 
ciones necesarias  para  obtener  el  bachillerato  en  ar- 
tes, siendo  el  número  de  alumnos  que  en  el  curso  de 
Octubre  de  1871  á  Junio  de  1872  se  han  matricula- 
do, el  de  146  en  estudios  y  48  en  dibujo:  total,  194. 
Pero  como  la  ley  y  disposiciones  posteriores  vigentes 
distan  mucho,  en  mi  opinión  y  también  en  la  general, 
de  procurar  los  adelantos  que  son  de  desear,  el  Ins- 
tituto ,  como  casi  todos ,  se  resiente  de  esta  fatalidad. 
El  estudio  de  las  Facultades  (que  antiguamente 
se  llamaban  Mayores)  está  reservado  hoy  como  ter- 
cera enseñanza  alas  universidades;  y  en  la  supri- 
mida de  Avila  en  el  Real  convento  de  Santo  Tomás, 


RESEÑA  POLITICO-CIVlL  DE   LA  PROVINCIA.  245 

fundada  en  1482  por  los  Reyes  Católicos,  se  enseña- 
ron la  filosofía  y  teolopría  en  toda  su  extensión ,  du- 
rante el  tiempo  de  su  existencia  por  espacio  de  tres 
siglos  y  medio;  pero  según  sus  estatutos,  que  estu- 
vieron vigentes  hasta  que  por  primera  vez  se  la  su- 
primió por  el  plan  general  de  estudios  de  1807,  tam- 
bién se  enseñaban  el  derecho  civil  y  canónico ,  otor- 
gándose los  grados  mayores  en  todas  estas  faculta- 
des, y  aun  en  la  de  medicina,  a  cuyo  efecto,  el  prior 
del  convento,  como  rector-cancelario,  convocábalos 
profesores  médicos  de  la  Ciudad,  en  número  sufi- 
ciente á  formar  el  tribunal  de  examen. 

Esta  es,  rápidamente  enunciada,  la  marcha  que 
ha  llevado  en  su  variado  curso  la  Instrucción  popu- 
lar en  nuestra  Provincia ;  ademas  de  que  en  sus  lu- 
gares oportunos  habremos  de  hablar  con  mayor  de- 
tención de  los  establecimientos  de  uno  y  otro  sexo 
dignos  de  especial  recuerdo. 

ESTABLECIMIENTOS  DE  BENEFICENCIA. 


La  legislación  moderna,  creatura  de  las  nuevas 
instituciones  económico -administrativas  desde  la 
existencia  de  los  Gobiernos  de  provincia ,  que  susti- 
tuyeron á  las  Intendencias,  Corregimientos,  Alcal- 
días mayores  y  ordinarias  en  la  administración  de  los 
pueblos,  ha  ido  lentamente  sustituyendo  con  esta- 
blecimientos filantrópicos  nuevos  el  régimen  de  los 
antiguos  asilos  creados  por  la  Caridad  y  destinados 
á  dar  salud  en  los  hospitales  á  los  enfermos  pobre  s 


246  HISTORIA    DE    AVILA. 

lactancia  y  cuidadosa  alimentación  á  los  desvalidos 
niños  expósitos  en  las  Inclusas  y  Casas  de  materni- 
dad, y  alimento,  abrigo,  doctrina  cristiana  y  educa- 
ción social  á  los  que,  pudiendo  ya  manejarse  por  sí 
mismos,  hay  que  dirigirlos  y  acostumbrarlos  desde 
la  infancia  eu  los  Hospicios,  de  uno  ó  de  otro  sexo,  á 
que  vivan  obedientes  y  honrados,  y  cobren  afición  al 
trabajo. 

Por  manera  que  la  complicada  y  delicadísima  ley 
de  Beneficencia  ha  venido  hoy  á  reemplazar  con  su 
administración,  gobierno  y  disciplina  civil  el  inmen- 
so número  de  Constituciones ,  Estatutos  ,  Observan- 
cias y  prácticas  piadosas  con  que  se  reglan  los  esta- 
blecimientos que  con  distintos  nombres  y  para  di- 
versos fines  habia  creado  la  inagotable  caridad  cris- 
tiana, bajo  la  direccioQ  religiosa  de  sus  obispos  y  sus 
diversos  patronos,  juntas,  consiliarios,  administra- 
dores y  dependientes  que  se  conocían  en  cada  locali- 
dad. Y  las  poblaciones  de  Avila  en  toda  la  Provincia  y 
Obispado  eran  riquísimas  de  estos  píos  establecimien- 
tos; y  es  lógico  que  lo  fuesen.  Dirigida  por  la  religión, 
la  caridad,  ó  más  bieu  dicho,  siendo  la  caridad  una  do 
las  más  sólidas  é  indestructibles  bases  sobre  que  la 
religión  se  funda,  después  de  ejercitar  esta  virtud 
Avila  y  todas  sus  comarcas  con  un  espléndido  culto, 
tributando  el  debido  amor  á  Dios,  principio  de  la  ca- 
ridad, habia  necesariamente  de  ejercerla  también 
con  no  menor  largueza  en  el  amor  al  prójimo. 

Por  eso,  al  hacerse  cargo  en  el  nuevo  régimen  po  - 
lítico  la  Administración  pública  general  de  todos  los 
establecimientos  de  caridad,  pudo  estatuir  con  acier- 


RESEÑA  rOLlTlCO-CIVlL  DE  L4  PROVINCIA.  247 

to,  con  homogeneidad  y  con  holgura  las  bases  que 
la  experiencia  habia  demostrado  como  más  sólidas  en 
otros  países,  quizá  menos  católicos,  pero  grande- 
mente benéficos,  protectores  de  la  desvalida  humani- 
dad; con  lo  cual  dejaron  asentados  como  elementos 
centralizadores  de  los  principios  humanitarios  y 
filantrópicos  que  venianá  poner  en  práctica,  los  ar- 
dientes esfuerzos  de  antiguo  empleados  por  la  incan- 
sable caridad. 

En  el  texto  histórico  tendremos  repetidas  ocasio- 
nes de  hablar  do  varios  de  estos  institutos  que  hon- 
raban á  muchos  pueblos  de  la  Provincia;  por  ahora 
basta  recordar  ligeramente  las  numerosas  fundacio- 
nes antiguas  v  sus  sucesivas  reformas,  hasta  llegar 
á  la  esmerada  y  cómoda  situación  actual  de  los  esta- 
blecimientos de  Beneficencia  de  la  Provincia. 

Hospitales.  Principiemos  por  ellos.  Sin  detener- 
nos á  inquirir  el  gran  número  de  Obras  Pias  y  me- 
morias singulares  caritativas,  cuyo  objeto  era  aten- 
der á  restablecer  la  perdida  salud  de  los  pobres, 
consta  que  existieron  en  la  antigüedad  diez  hospita- 
les en  la  Capital,  y  hasta  diez  y  seis  en  los  pueblos 
de  La  Adrada,  Arenas,  Arévalo,  El  Barco,  Cabezas 
de  Alambre  ,  Cauti  veros  ,  Candelada  ,  Cebreros. 
Fuentes  de  Año,  Horcajo  de  las  Torres,  Madrigal, 
Mirueña,  Mombeltran,  Órbita,  San  Vicente  de  Aréva- 
lo y  Villanueva  de  Gómez. 

Habíanse  ido  refundiendo  ya  con  acierto  los  diez 
de  la  Ciudad  en  cinco,  que  eran  los  titulados  Santa 
Escolástica,  La  Magdalena,  La  Misericordia,  San 
Joaquín  y  Dios  Padre.  Pero  todavía  era  necesaria 


248  HISTORIA    DE    AVILA. 

otra  reforma  mucho  más  profunda  y  radical  para 
evitar  que  se  erogasen  sus  rentas ,  con  gran  daño  y 
olvido  de  los  pobres  dolientes,  en  los  gastos  exter- 
nos de  todas  estas  pías  instituciones  específicas  y 
parciales ,  para  determinadas  enfermedades,  como  en 
los  sueldos,  las  raciones  que  relativamente  podrían 
llamarse  pingües  y  otros  haberes  de  que  disfrutaban 
sus  respectivos  Patronos,  Administradores,  Capella- 
nes, Facultativos  y  demás  dependientes,  y  sin  con- 
tar los  que  requería  el  entretenimiento  económico  y 
la  conservación  de  todos  sus  edificios. 

En  tal  estado ,  que  era  el  año  de  1768 ,  un  enten- 
dido y  celoso  intendente ,  deseando  sacar  al  vecin- 
dario del  abatimiento  y  miseria  en  que  se  hallaba, 
propuso  entre  otras  cosas  al  Supremo  Consejo  de 
Castilla  la  conveniencia  y  necesidad  de  reducir  todos 
estos  establecimientos  á  un  solo  hospital.  El  procu- 
rador síndico  general  y  los  dos  diputados  de  abastos 
secundaron  el  pensamiento  en  1770,  solicitando  que 
el  hospital  faese  general  para  toda  clase  de  enferme- 
dades, y  que  su  administración  se  pusiera  á  cargo  de 
un  seglar,  á  quien  se  le  pudiese  compeler  al  cumpli- 
miento de  su  obligación,  y  para  ello  alegaban  razones 
sumamente  fuertes.  Estas  exposiciones  dieron  prin- 
cipio á  un  ruidoso  expediente,  ventilado  ante  el  Con- 
sejo desde  1772,  con  audiencia,  de  una  parte,  del  re- 
verendo obispo  y  los  patronos  de  los  cinco  hospitales, 
y  de  la  otra,  del  intendente ,  del  corregidor  y  ayun- 
tamiento, que  duró  veinticuatro  años,  con  penosos  y 
desagradables  incidentes,  hasta  Marzo  de  1792.  Mas 
el  Consejo,  en  Febrero  de  1776,  comenzó  la  reforma. 


RESEÑA  POLÍTICO-CIVIL  DE  LA  PROVECÍA.  249 

declarando  hecha  la  unión  de  los  cinco  hospitales, 
refundiéndolos  en  el  de  la  Misericordia,  reservando 
sus  derechos  á  los  patronos ,  estableciendo  una  junta 
de  consiliarios,  mitad  seglares  y  mitad  eclesiásticos, 
á  semejanza  de  la  de  los  hospitales  de  Madrid,  siendo 
individuos  de  ella,  ademas  de  un  regidor  por  consi- 
liario del  ayuntamiento,  el  diputado  más  antiguo  del 
común  y  un  sexmero  procurador  general  de  la  tierra, 
á  la  vez  que  el  reverendo  obispo  nombrarla  un  consi- 
liario de  su  confianza,  el  cabildo  otro,  quedando  de 
vocales  perpetuos  los  patronos,  y  los  otros  con  el  ca- 
rácter de  trienales ,  y  procediendo  la  junta  al  nom- 
bramiento de  administrador  y  dependientes,  con  otras 
muchas  disposiciones  relativas  á  las  obras  que  recla- 
maba el  edificio  y  el  arreglo  de  la  contabilidad. 

Encargado  el  corregidor  del  puntual  cumpli- 
miento de  todo,  el  reverendo  obispo,  el  cabildo  y  los 
antiguos  patronos  y  administradores  resistieron  de 
una  manera  muy  fuerte  aquel  Real  auto;  mas  el  Con- 
sejo le  reprodujo  por  otros  nuevos  en  23  de  Mayo  del 
mismo  año,  en  22  de  Agosto  de  1782  y  en  18  de 
Mayo  de  1790.  Sólo  se  consiguió,  sin  embargo,  la 
instalación  de  la  nueva  Junta  en  Enero  de  1791; 
pero  suscitadas,  en  las  dos  únicas  sesiones  que  cele- 
bró, graves  y  acaloradas  discusiones,  el  diputado 
del  común  se  retiró  de  ella ,  y  el  ayuntamiento  y 
corregidor  acudieron  otra  vez  al  Consejo  en  solici- 
tud de  la  providencia  más  seria  y  eficaz  posible  para 
hacer  cumplirlos  Reales  mandatos,  y  que  se  encar- 
gase su  ejecución  con  facultades  bastantes  á  perso- 
na que  pudiera  llevarlas  á  debido  efecto.  A  su  vez  el 


250  UlSTORiA    1)E    AVILA. 

reverendo  obispo  dio  cuenta  al  Consejo  de  todo  lo 
ocurrido  en  .aquellas  dos  sesiones,  y  se  permitió  otras 
razones  y  frases  sumamente  duras,  que  también  omi- 
to, como  lo  he  hecho  al  principio  de  las  del  caballero 
procurador  general  y  de  los  diputados  de  abastos.  En- 
tonces el  Consejo,  para  acabar  definitivamente  tan 
urgente  como  enojoso  negocio,  en  Noviembre  de  1791 
dio  comisión  en  forma  al  Sr.  D.  Juan  Melendez  Val- 
dés,  oidor  á  la  sazón  de  la  chancillería  de  Valladolid, 
para  que  pasase  inmediatamente  á  Avila,  é  instruido 
de  todo  el  expediente  hiciese  la  reunión  de  los  hos- 
pitales, trasladase  sus  enfermos  al  de  la  Misericordia, 
y  tomase  cuantas  providencias  creyese  oportunas 
para  llevar  á  cabo  todo  lo  mandado  en  el  primer  Real 
auto  de  12  de  Febrero  de  1776. 

Así  se  verificó:  el  Sr.  Melendez  Yaldés  se  cons- 
tituyó en  Avila  con  un  escribano  de  comisión  como 
secretario,  y  dio  por  resultado  la  reunión  de  todos 
en  un  solo  hospital,  capaz  de  150  enfermos  bien 
asistidos,  en  vez  de  los  79,  que  fué  el  máximum  que 
se  pudo  sostener  por  los  cinco  hospitales ,  y  esto  en 
tiempos  de  epidemias. 

Todavía  la  oposición  á  esta  importante  reforma  se 
alzó  en  queja  de  algunas  providencias  del  respetable 
comisionado,  pero  el  Supremo  Consejo  se  sirvió 
aprobarlas  todas;  y  bien  pronto  se  conoció  el  acierto 
y  la  utilidad  de  ellas.  Fué  nombrado  primer  admi- 
nistrador el  celoso,  entendido  y  buen  patricio  D.  Ra- 
fael Serrano  y  Sjrrano ,  respetado  tio  del  autor  de 
esta  Historia;  y  en  el  primer  quinquenio  de  1793 
á  1797,  el  resumen  de  las  cuentas  de  la  reforma  de 


RESE>A  POLITlCO-ClVIL  DE   LA  PROVINCIA.  251 

los  hospitales,  que  obra  en  su  archivo,  justificó  los 
iumeusos  beneficios  que  ella  produjo. 

Este  éxito  tuvo  la  formación  de  aquel  grave  ex- 
pediente, en  el  que  he  procurado  contenerme  en  el 
papel  de  imparcial  relator,  prefiriéndole  al  de  aboga- 
do, ó  fiscal,  ó  juez  de  las  partes  contendientes. 

A  los  diez  años  de  constantes  mejoras ,  que  pro- 
dujeron caudales  sobrantes,  causas  independientes 
de  la  acertada  Dirección  del  Hospital  mermaron  sus 
rentas.  Se  paralizó  el  pago  de  los  intereses  de  51  ac- 
ciones que  el  Hospital  poseia  en  el  Banco  de  San 
Carlos  y  de  los  17  juros  y  '2  imposiciones  sobre  la 
renta  del  tabaco;  en  los  años  de  1806  á  1808  se  le 
vendieron  la  mayor  y  mejor  parte  de  sus  fincas, 
imponiéndose  sus  capitales  en  la  Real  Caja  de  Con- 
solidación, sin  que  llegase  a  cobrar  sus  intereses 
anuales ;  y  cuando  ya  las  tropas  del  emperador  Na- 
poleón ocupaban  la  Ciudad  en  1809,  se  le  debian  al 
Hospital,  por  dichos  conceptos,  más  de  ¿35.000  rs.;  y 
las  asistencias  de  los  enfermos  del  ejército  invasor  y 
otras  calamidades  públicas  originadas  por  la  guerra,- 
pusieron  al  establecimiento  en  la  más  lamentable 
situación. 

Sólo  pudo  salir  de  ella  acudiendo  la  Junta  á  cu- 
brir tantas  necesidades,  cuando  ya  era  Administrador 
el  honrado  D.  Pedro  Martin  de  Arévalo,  padre  del 
que  este  libro  escribe,  y  Mayordomo  D.  Manuel  Pé- 
rez, y  destinándose  los  fondos  de  reserva  que  tan 
celosa  Dirección,  desde  1792,  habia  proporcionado; 
tan  acertadas  fueron  las  bases  que  al  efecto  por  la 
reforma  se  hablan  estatuido.  Para  sostener  al  Hosjjí- 


252  HISTORIA    DE    AVaA. 

tal  en  su  sucesivo  pobre  estado,  hubo  necesidad  de 
acudir  á  nuevas  economías.  Se  refundieron  en  uno 
los  dos  cargos  de  Administrador  y  Depositario,  redu- 
ciendo su  dotación;  se  suprimieron  las  plazas  de  va- 
rios dependientes,  y  se  determinó  que  sólo  fuesen 
doce  las  camas  destinadas  á  enfermos  vecinos  de  la 
Ciudad.  El  lastimoso  resumen  deducido  del  expe- 
diente, con  relación  al  quinquenio  de  1827  á  1831,  lo 
comprueba,  si  se  le  compara  con  el  que  en  la  década 
de  1792  á  1802  daba  por  resultado  la  asistencia  á  más 
de  cien  enfermos  y  un  crecido  saldo  constante  á  favor 
del  Hospital. 

Con  las  economías  realizadas  en  adelante,  con 
los  ingresos  de  las  asistencias  devengadas  por  mili- 
tares, y  con  el  recobro  de  cantidades  que  pagó  el 
Banco  de  San  Fernando  por  atrasos  y  cuenta  cor- 
riente de  las  acciones  del  extinguido  de  San  Carlos, 
ya  habia  mejorado  en  gran  manera  aquella  angustio- 
sa situación,  tanto  que  en  el  año  de  1835  ya  pudo  en- 
comendarse su  régimen  interior  al  caritativo  é  in- 
cansable celo  de  siete  Hermanas  de  la  Caridad. 

A  este  tiempo  cesó  en  su  ejercicio  la  Junta  esta- 
blecida por  el  Supremo  Consejo  de  Castilla,  que  diri- 
gió y  gobernó  el  Hospital  por  espacio  de  cuarenta  y 
cuatro  años,  y  la  sustituyó  en  sus  funciones  la  prime- 
ra Junta  Municipal  de  Beneficencia  nombrada  por  el 
ayuntamiento,  con  arreglo  á  la  ley  y  reglamento  del 
ramo  de  Febrero  de  1822,  restablecidos  en  Setiembre 
de  1836,  pero  nada  pudo  hacer  en  alivio  de  los  pobres, 
porque  el  Hospital  contaba  á  la  sazón  con  un  crédito 
contra  el  Estado  de  cerca  de  un  millón  de  reales,  y 


RESEÑA  POLlTlCO-ClVIL  DE  LA  PROVINCIA.  253 

porque  había  desaparecido  del  todo  la  renta  que  co- 
braba por  razón  de  diezmos;  y  de  aquí  que  creciera 
la  angustia  y  la  estrechez  de  los  recursos  por  los  años 
de  1843  á  1845.  Con  limosnas  particulares  y  algún  li- 
bramiento contra  los  fondos  provinciales  pudo  sub- 
sistir el  Hospital,  aunque  arrastrando  una  miserable 
existencia,  hasta  1849,  en  que  por  virtud  de  la  ley  y 
reglamento  de  aquel  año  perdió  su  carácter  de  insti- 
tuto local,  declarándosele  Establecimiento  Provin- 
cial de  Beneficencia  y  encomendándose  su  dirección 
á  la  Junta  Provincial  que  sucedió  á  la  Municipal. 

Desde  entonces  el  sostenimiento  del  Hospital  ya 
fué  carga  constante  del  presupuesto  de  la  Provincia, 
y  sus  puertas  se  abrieron  á  cuantos  enfermos  acudían 
á  ellas,  así  de  la  Ciudad  y  partidos,  como  cualquier 
otro  forastero.  Pero  la  suma  de  que  disponía  la  Di- 
putación no  era  todavía  bastante  á  emprender  las 
considerables  obras  que  el  edificio  requería,  ya  de 
urgente  reparación,  ya  de  mejoras  higiénicas,  au- 
mentando enfermerías,  dando  elevación,  luces  y  aire 
sano  á  las  existentes;  y  la  experiencia  acreditó  bien 
claramente  esta  necesidad;  porque  desde  el  año  1855 
á  1864  acudieron  enfermos  en  gran  número,  unos 
invadidos  en  sus  pueblos  del  cólera,  otros  como  tra- 
bajadores del  ferro-carril  del  Norte  en  el  tránsito  de 
la  Provincia,  y  hubo  precisión  de  establecer  otros 
hospitales  provisionales. 

En  esta  época  se  resolvió  la  formación  del  presu- 
puesto general  de  reparación  y  ensanche  del  edificio, 
y  aprobado  que  fué ,  la  Diputación  Provincial ,  con 
una  solicitud  verdaderamente  paternal  y  patriótica, 


254  HISTORIA    DE    AVILA. 

consignó  en  el  suyo  económico  de  1865  á  1866  la 
cantidad  necesaria  para  comenzar  la  obra,  y  en  el 
mi^mo  año  ya  se  construyó  de  nuevo  la  crujía  del 
Oáste,  que  mide  39  metros  de  larg-o  por  más  de  1 1  de 
ancho,  siendo  su  coste  255.315  rs.  99  cents. 

El  Tesoro  público  había  pagado  el  valor  de  las 
fincas  vendidas  al  Hospital,  dándole  en  equivalencia 
inscripciones  intransferibles  del  3  por  100,  y  durante 
el  ejercicio  del  presupuesto  de  1867  á  68,  poseía  el 
Hospital  un  capital,  producto  de  la  conversión  de  las 
iriscripciooes  y  del  valor  de  las  fincas  enajenadas 
desde  1806  á  1808,  de  :3.342.252  rs. 

Todavía  cuenta  la  Diputación  con  créditos  proce- 
dentes de  otras  fincas  y  censos  que  fueron  del  Hos- 
pital, y  de  capitales  y  réditos  de  antiguas  imposicio- 
nes sobre  la  renta  del  tabaco,  sobre  las  alcabalas,  si- 
sas de  Madrid  é  indemnización  de  los  diezmos  que 
dejó  de  percibir  por  haberse  abolido  esta  prestación. 
Con  la  esperanza  de  su  cobro  más  ó  menos  lejano, 
acordó  la  Diputación  continuar  las  obras  en  1870, 
y  en  efecto ,  se  construyó  desde  cimientos  la  cru- 
jía  del  Este,  de  iguales  dimensiones  que  la  an- 
toi'ior;  entre  ambas  se  levantó  otro  cuerpo,  cuya 
planta  se  destinó  á  una  buena  cocina  económica,  á  la 
botica  y  habitación  del  farmacéutico,  á  un  local  para 
el  Archivo,  y  ademas  se  mejoró  considerablemente 
la  parte  antigua  del  edificio,  importando  el  coste  do 
estas  obras  334.411  rs.  72  cents.,  de  tal  manera,  que 
hoy  el  Hospital  de  Avila  honra  á  la  Provincia,  y  pue- 
de emular  á  otros  de  igual  clase  de  ciudades,  cuan- 
do menos,  de  su  importancia. 


RESEÑA  político- CIVIL  DE  L\   PROVINCIA.  255 

He  sido  quizá  hasta  minucioso,  ajuicio  del  lector 
indiferente,  en  este  relato;  pero  en  verdad  considero 
que  he  estado  conciso  y  escaso,  omitiendo  importan- 
tes incidentes  de  la  ruidosa  contienda  entre  las  auto- 
ridades eclesiástica  y  civil. 

¡Ojalá  que  los  límites  de  esta  obra  consintiesen 
insertar  por  apéndice  su  fiel  y  puntual  extracto, 
extendido,  para  complacerme,  por  mi  primo  D.  Rafael 
Serrano  y  Brochero,  hoy  Diputado  Provincial,  Juez 
de  primera  instancia  jubilado,  y  una  de  las  personas 
más  aficionadas  al  estudio  de  las  antigüedad3s  de 
Avila,  y  á  quien  debo  para  escribir  su  Historia  otros 
libros,  datos  y  noticias. 

Inclusa.  También  será  un  modelo  acabado ,  den- 
tro de  pocos  meses,  para  establecimientos  de  esta 
clase,  porque,  proporción  guardada  á  la  población 
y  riqueza  de  la  Provincia,  siempre  honrará  á  mi 
país,  como  ya  le  honra  el  casi  nuevo  hospital,  la 
Casa  que,  á  mi  juicio,  mejor  que  Inclusa,  debería 
llamarse  de  Expósitos  y  Desamparados.  Justifica 
este  nombre  la  distinta  procedencia  de  los  seres  des- 
graciados á  quienes  da  entero  y  caritativo  asilo;  por- 
que en  él  se  alimentan,  crian  y  educan,  no  sólo  los 
hijos  de  padres  desconocidos,  que  son  expuestos  en 
el  torno  de  adm.ií=ion ,  y  los  que  por  igual  causa  re- 
miten las  autoridades  de  los  pueblos ,  sino  que  tam- 
bién se  acogen  y  gozan  en  el  establecimiento  de  la 
misma  hospitalidad  y  educación  religiosa  y  social, 
los  niños  de  corta  edad  que,  por  ser  huérfanos  de  pa- 
dre y  madre,  carecen  de  todo  punto  de  la  asidua  pro- 
tección de  sus  familias. 


256  HISTORIA    DE    AVILA. 

También  conoció  la  antigüedad  en  Avila  dos  es- 
tablecimientos ,  cuyo  piadoso  objeto  era  el  de  dar 
lactancia  y  criar  á  los  niños  cuyos  padres  querían 
ocultar  su  desgraciado  origen,  pero  ambos  pobres ;  y 
á  pesar  del  corlo  número  que  en  cada  una  de  estas 
casas  se  cuidaban,  nunca  pudo  contar  ninguna  con 
suficientes  recursos  para  satisfacer  sus  necesidades 
con  la  indispensable  abundancia.  Debióse  el  más  an- 
tiguo ,  que  para  mí ,  por  más  esmero  que  he  empleado 
en  averiguarlo,  es  de  época  ignorada,  á  una  funda- 
ción hecha ,  regida  y  administrada  por  el  cabildo  de 
la  Santa  Iglesia  Catedral ,  y  fué  dotada  con  los  pro- 
ductos anuales  del  medio  préstamo  de  Arenas,  que 
en  el  sistema  diocesano  para  la  prestación  y  distri- 
bución délas  rentas  decimales,  solia producir  por  un 
quinquenio  entre  el  mínimum  de  7.500  y  el  máximum 
de  20.000  rs.,  una  renta  anual  de  13.700.  Y  figuro 
este  cálculo  hipotético,  porque,  por  las  razones  indi- 
cadas, me  son  desconocidas  las  cuentas  de  esta  pia- 
dosa institución,  que  llevaba  por  nombre  El  torno  de 
Jos  niños. 

De  tiempo  conocido ,  y  más  moderno ,  era  la  otra 
fundación.  Hízolael  caritativo  D.  Pedro  López  Cala- 
tayud ,  deán  de  esta  Santa  Iglesia,  en  el  año  de  1505. 
al  mismo  tiempo  que  fundó  el  Hospital  de  Santa  Es- 
colástica, que  es  uno  de  los  cinco  de  que  he  dado 
noticia  en  el  artículo  de  Hospitales;  y  destinó  para  la 
crianza  de  niños  expósitos  la  décima  parte  de  las 
rentas  con  que  dotó  al  hospital ,  que  consistía  en  los 
productos  decimales  de  ocho  préstamos,  de  que  sin 
duda  podía  disponer,  y  que  valia  anualmente  132.000 


RESEÑA  POLITICO-CIVlL  DE  LA  PROVINCIA.  257 

maravedises,  equivalentes,  según  expresan  los  papeles 
antiguos  de  esta  fundación,  á  7.777  rs. ,  con  arreglo 
á  las  Ordenanzas  de  moneda  á  que  se  refieren,  forma- 
das en  las  Cortes  de  Madrigal  de  1476  y  de  Medina  del 
Campo  de  1497,  vigentes  al  tiempo  de  ella;  no  ascen- 
diendo por  consiguiente  la  décima  parte  para  los  ni- 
ños expósitos  más  que  á  la  tenue  cantidad  de  777 
reales.  Y  es  de  presumir  que  el  mismo  fundador  se 
abstuvo  de  aplicarla  á  este  objeto,  ínterin  no  se  au- 
mentasen las  rentas  del  hospital,  porque  hasta  el 
año  de  1617  no  se  abrió  el  libro  de  cuenta  y  razón 
para  los  primeros  expósitos  que  en  él  ingresaron.  De 
sus  asientos  aparece  que  los  niños  acogidos  en  él 
aquel  año,  fueron  14,  y  llegaron  á  24  en  el  de  1619, 
de  cuyo  número  nunca  pasaron ;  y  en  tal  forma  sub- 
sistió esta  casa-cuna  hasta  el  de  1732,  en  el  que  in- 
gresaron seis  más,  enviados  por  orden  del  cabildo, 
tal  vez  por  no  haber  plazas  vacantes  en  el  Torno  de 
los  niños.  El  cabildo,  pues,  solamente  por  medio  de 
un  señor  capitular  gobernaba  la  Inclusa ,  producto 
de  ambas  fundaciones,  sin  que  la  antigua  Junta  del 
Hospital  general  desde  1792  tuviese  intervención  al- 
guna en  su  administración  y  gobierno;  por  consi- 
guiente, no  existen  en  el  archivo  de  Beneficencia 
cuentas  ni  documentos  por  donde  conocer  las  vicisi- 
tudes de  esta  piadosa  institución,  cuyo  edificio  esta- 
ba en  la  plazuela  de  Santa  Catalina. 

Así  las  cosas,  la  Junta  municipal  de  Beneficencia, 
creada  en  1 836  á  consecuencia  del  restablecimiento  de 
la  ley  de  1822,  se  hizo  cargo  de  esta  piadosa  ins- 
titución, y  por  el  estiidio  de  sus  actas  y  cuentas  se 

TOMO    I.  17 


258  HISTORIA    DE    AVILA. 

conocen  los  esfuerzos  y  sacrificios  que  tuvieron  que 
hacer,  así  el  respetable  antiguo  patrono  y  sus  comi- 
sarios capitulares,  como  la  misma  Junta  municipal, 
para  no  cerrar  la  casa ,  por  la  miseria  extrema  en  que 
vivian  aquellos  desgraciados  expósitos ,  y  no  era  de 
extrañar.  Las  rentas  eran  tan  escasas  como  queda 
referido ;  el  valor  de  los  bastimentos  necesarios  mu- 
cho más  costoso  que  cuando  se  estatuyeron  ambas 
fundaciones;  la  pensión  mensual  de  cada  nodriza  ha- 
bla subido  de  12  á  40  rs.,  y  la  situación  de  los  expó- 
sitos no  podia  ser  más  deplorable.  Hízose  el  último 
esfuerzo  por  la  Junta,  y  ya  desde  Mayo  de  1838  se 
consiguió:  primero,  que  la  Diputación  provincial 
concediese  el  arbitrio  de  medio  real  por  habitante  de 
la  Provincia,  cuya  derrama  produjo  58.758  rs. ;  se- 
gundo, que  de  Real  orden  se  entregase  el  producto 
íntegro  de  aquel  año,  que  correspondía  al  Fondo  pío 
beneñcial  de  la  diócesis;  tercero,  que  se  adjudicase  el 
líquido  de  las  funciones  públicas  que  la  Junta  acor- 
dase con  el  consentimiento  del  ayuntamiento  y  apro- 
bación del  gobernador;  cuarto,  que  se  le  destinara 
poruña  vez  el  valor  de  4.000  pinos  de  los  baldíos  de 
la  Ciudad  y  tierra;  quinto,  que  por  la  Comisaría  ge- 
neral de  Cruzada  se  aplicasen  limosnas  de  alguna 
consideración,  con  cargo  á  la  cuenta  del  indulto  cua- 
dragesinal;  sexto,  y  por  último,  que  la  Junta  pro- 
vincial de  enajenación  de  efectos  y  edificios  de  con- 
ventos suprimidos,  concediese  el  de  las  religiosas 
Franciscas  de  la  Concepción ,  situado  en  el  arrabal 
del  Norte,  frente  á  la  parroquia  de  San  Andrés,  pava 
establecer  en  él  la  Casa-Inclusa. 


RESEÑA  POLÍTICO- CIVIL  PE  LA  PROVINCIA.  259 

Con  estos  auxilios ,  aunque  casi  ninguno  perma- 
nente, mejoró  no  poco  la  suerte  de  los  expósitos, 
viéndose  en  local  más  desahogado,  mucho  mejor 
asistidos  en  alimento  y  ropas,  y  pagándose  al  propio 
tiempo,  entre  otros  muchos  créditos,  el  más  aflicti- 
vo, que  ascendia  á  60.000  rs.,  de  que  eran  acreedo- 
ras por  su  servicio  las  nodrizas.  Pero  cesó  en  el  año 
de  1849  la  Junta  Municipal,  porque  obtuvo  el  Esta- 
blecimiento el  carácter  de  Provincial,  aunque  ya  en 
realidad  de  fondos  provinciales  se  sostenia  ,  y  la 
nueva  Junta  Directiva  que  la  reemplazó  se  vio  reves- 
tida de  más  amplias  facultades  para  acordar  otras 
reformas  y  mejoras  que  fué  realizando. 

Mas  una  grande  calamidad  general  amenazaba 
de  nuevo  á  la  Inclusa.  El  cólera  habia  invadido  en 
1854  algunos  pueblos  de  la  Provincia;  y  advirtién- 
dose que  aquel  asilo  no  ofrecia  gran  salubridad,  que 
algunas  de  sus  habitaciones  estaban  ruinosas,  otras 
húmedas,  sin  ventilación  ni  capacidad  para  los  93 
expósitos  que  ya  en  él  existían,  se  acordó  su  trasla- 
ción provisional  al  edificio  que  fué  el  Hospital  de 
Dios  Padre:  la  experiencia  acreditó  que  era  todavía 
más  insano  que  el  local  de  que  los  pobres  acogidos 
salieran,  y  cuando  estaba  acordada  su  vuelta  á  él,  un 
incendio  destruyó  una  buena  parte.  Reparado  que 
fué  este  daño,  en  Noviembre  de  1857  volvieron  á 
ocuparle  definitivamente  los  expósitos;  y  para  su 
bien  y  ventura  religiosa  y  social,  en  Enero  de  1858  se 
hicieron  cargo  de  ellos  las  siempre  infatigables  hijas 
de  San  Vicente  de  Paul,  las  Hermanas  de  la  Caridad. 

Diversas  causas  aumentaron  tristemente  el  nú- 


260  HISTORIA    DE    AVILA. 

mero  de  expósitos;  entre  ellas  deben  contarse  que  se 
traían  á  la  Inclusa  los  de  toda  la  Provincia,  que  las 
jóvenes  ya  nubiles,  apartadas  como  estaban  del  tra- 
to social,  seguían  solteras ,  que  muchos  matrimo- 
nios muy  pobres,  aunque  honrados,  llevaban  sus 
hijos  al  Torno,  y  por  último,  fuerza  es  decirlo,  que 
la  inmoralidad  y  la  relajación  general  de  costum- 
bres aumentaban  nacimientos  ilegítimos.  Para  evitar 
cuanto  se  pudiera  tal  afluencia,  se  establecieron 
dotes  de  160  rs.  destinadas  para  las  jóvenes  que  se 
casaran,  y  pensiones  de  20  rs.  mensuales  para  ayuda 
de  la  lactancia  de  los  niños  de  matrimonios  pobres, 
y  una  y  otra  medida  dieron  buen  resultado. 

Mas  el  creciente  número  de  acogidos  exigía  el 
ensanche  del  edificio ;  la  Junta  Provincial  le  aco- 
metió, y  desde  el  año  de  1864  al  de  1869  se  levantó 
desde  los  cimientos  el  ala  ó  crujía  del  Sur  del  edifi- 
cio. La  Diputación  provincial  había  recibido  ya,  se- 
gún la  nueva  ley,  la  administración  y  gobierno  de  la 
Inclusa,  é  inspirada  del  celo,  caridad  y  patriotismo 
de  las  Juntas  anteriores  la  Municipal  y  la  Provincial 
directiva,  resolvió  la  construcción  de  otras  dos  cru- 
jías, la  del  Norte,  igual  en  todo  á  la  primera,  y  la  de 
Oriente  que  uniese  ambas,  y  que  quedaron  conclui- 
das en  el  año  económico  de  1870  á  1871.  Quedaba 
por  reedificar,  ó,  mejor  dicho,  construir,  la  de  Occi- 
dente, en  que  se  hallan  la  iglesia,  coro  y  habitacio- 
nes de  las  Hermanas  de  la  Caridad,  cuando  ocho 
días  antes  de  su  última  dolencia  tuvo  D.  Agustín 
Calvo  y  Calvo  el  buen  pensamiento  de  legar  á  la  Di- 
putación el  importe  de  una  hacienda  suya,  cuyo  va- 


RESEÑA  POLlTlCO-ClVlL  DE  LA  PROVINCIA.  261 

lor  metálico  ascendió  á  143.000  rs. ,  que  entregaron 
sus  albaccas,  y  que  basta  y  sobra  para  el  cerramien- 
to y  conclusión  del  edificio  con  esta  cuarta  crujía, 
que  ya  hoy  va  muy  adelantada,  y  en  la  que  sólo  se 
han  podido  conservar  la  iglesia  y  coro  que  comunica 
con  la  casa. 

Consolador  y  agradable,  bajo  todos  sus  aspectos, 
es  el  cuadro  que  presenta  la  Inclusa  de  Avila,  que  á 
la  vez  es  un  testimonio  irrecusable  de  cuánto  pueden 
la  constancia  y  el  patriotismo,  dirigidos  por  la  Cari- 
dad. Tuyo  principio  esta  benéfica  institución,  como 
dejo  dicho,  en  dos  piadosas  fundaciones,  que  sólo 
contaban  con  muy  exiguas  rentas,  pero  que  quizá 
entonces  bastasen  para  la  asistencia  de  24  expósitos. 
Hoy  existe  un  establecimiento  todo  nuevo,  con  gran- 
des desahogos  de  patios,  cercas  y  lavaderos ,  dotado 
de  escuelas  de  ambos  sexos,  de  talleres  de  costura  y 
zapatería,  de  una  imprenta,  servida  por  los  mis- 
mos hospicianos,  destinada  á  la  publicación  del  Bo- 
letm  Oficial,  y  de  otras  necesarias  dependencias; 
mantiene  186  acogidos  de  uno  y  otro  sexo  en  el  in- 
terior de  la  casa;  paga  las  pensiones  de  247  al  cargo 
de  sus  nodrizas  en  la  Provincia ;  da ,  aunque  peque- 
ñas, dotes  á  las  expósitas  cuando  se  casan,  y  ayuda 
con  socorros  mensuales  á  muchos  matrimonios  pobres 
])ara  que  atiendan  á  la  lactancia  de  sus  hijos:  con 
razón  comencé  este  artículo  diciendo  que  la  Inclusa 
de  Avila  puede  ser  modelo  de  otras  instituciones  de 
esta  clase. 


262  HISTORIA    DE    AVILA 


DE  LAS  FUENTES  DE  RIQUEZA  Y  PRODUCCIÓN  DE  LA  PROVINCIA. 


Agricultura.  Ganadería,  Montes  püUicos,  Minería,  ludu^tíria,  Comercio, 
Ferias  y  Mercados. 

Otra  serie  de  datos  de  distintos  géneros,  pero  que 
todos  pertenecen  al  estudio  de  la  reseña  político- 
civil  de  la  Provincia,  ya  como  elementos  constantes 
de  producción,  ya  como  medios  de  su  fomento  y 
desarrollo,  debia  llamar  nuestra  atención,  como  son 
los  resúmenes  del  estado  de  la  Agricultura,  de  la 
Ganadería,  de  los  Montes  públicos,  déla  Minería,  de 
la  Industria  y  del  Comercio,  de  las  Ferias  y  Mercados; 
y  como  gran  medio  del  movimiento  necesario  de  los 
productos  de  todas  estas  fuentes  de  riqueza,  exponer 
después  la  actual  situación  de  sus  caminos  generales 
y  demás  vias  de  comunicación. 

Y  aunque  ya  en  la  descripción  menos  científica, 
sí,  pero  mucho  más  circunstanciada  y  conocida  de 
las  gentes  del  país,  que  la  dada  por  la  Comisión  ge- 
neral de  Estadística,  y  que  yo  coloqué  como  trabajo 
personal  mió,  en  pos  de  las  reseñas  geográfica  y 
geológica,  procuré  dar  á  conocer,  aunque  inciden- 
talmente,  las  abundantes,  variadas  y,  muchas  de 
ellas,  exquisitas  producciones  respectivas  y  pecu- 
liares de  las  dos  grandes  secciones  de  tierra  llana  y 
de  sierra  en  que  se  divide  la  Provincia,  todavía  con- 
sidero oportunos  en  mi  obra  otros  extractos  ó  resú- 


RESEÑA  POLITICO-ClVIL  DE  LA  PROVINCIA.  263 

menes  como  comprobantes  de  su  riqueza.  Y  para 
llenar  este  objeto  aparecen  los  datos  que  siguen  á 
continuación. 

Agricultura.  Aunque  la  Agricultura  es  el  casi 
único  elemento  de  riqueza  de  toda  la  zona  septen- 
trional, ó  sea  de  la  tierra  llana  de  la  Provincia, 
tan  abundante  en  cereales,  que  también  produce 
un  gran  número  de  pueblos  situados  en  la  meri- 
dional ó  de  la  sierra,  desgraciadamente  carecemos 
de  datos  circunstanciados  de  sus  especies,  calidad 
y  cifras  de  sus  productos;  de  su  consumo  en  el 
interior;  de  la  exportación  de  sus  conocidos  sobran- 
tes para  otras  provincias,  y  de  la  suma  total  de  sus 
valores,  ya  como  patrimonio  de  sus  productores  y 
de  los  dueños  del  terrazgo,  ya  como  materia  im- 
pimible  para  las  contribuciones  de  distintas  clases 
que  sobre  ellos  pesan.  Y  desgraciadamente,  repe- 
timos, por  más  que  liemos  hojeado  los  luminosos 
Anuarios  estadísticos  ,  no  hemos  encontrado  este 
trabajo  común  y  de  gran  interés  para  todas  las 
provincias  del  Reino,  y  que  algún  dia,  así  lo  espe- 
ramos, habrá  de  aparecer,  como  ya  se  ostenta  con 
toda  claridad  el  de  la  Ganadería.  Bástenos,  pues, 
para  nuestra  satisfacción  asegurar  que  la  Provincia 
tiene  mucho  mayores  producciones  agrícolas  anua- 
les que  las  que  necesita  para  su  más  abundante 
consumo. 

La  Ganadería  de  la  Provincia  de  Avila  en  24  de 
Setiembre  de  1865,  según  el  Anuario  general  Esta- 
dístico de  1862  á  1865  y  el  orden  numérico  que 
ocupa,  según  sus  respectivas  clases  comparadas  con 


264  HISTORIA    DE    AVILA. 

las  de  las   demás  provincias  del  Reino ,   son  las 
siguientes: 

Cabezas  de  granado. 

Caballar 13.985 

Mular 11 .  066 

Asnal 23.170 

Vacuno 66.150 

Lanar 685.137 

Cabrío 106.178 

De  cerda 94.440 


Total 1.000.126 


Ocupa  nuestra  Provincia,  entre  las  49  de  la  Pe- 
nínsula é  Islas  adyacentes : 

Respecto  al  ganado  caballar,  el  número  19. 

»  »  del  mular,  el  número  35. 

»  »  del  asnal,  el  número  28. 

»  »  del  vacuno,  el  número  17. 

»  »  del  lanar,  el  número  11. 

í  »  del  cabrío,  el  número  13. 

»  »  del  de  cerda,  el  número  17. 

Por  el  número  total  de  toda  clase  de  Ganadería 
ocupa  el  lugar  núm.  13. 

Y  no  debe  pasarse  en  silencio  que  en  el  ganado 
vacuno  el  que  se  cria  en  el  partido  de  Piedrahita  y 
sus  contornos  es  el  más  hermoso  y  gallardo  de  todo 
el  Reino. 

Montes  públicos.  La  extensión  superficial  de  los 
montes  públicos  en  la  Provincia,  así  de  los  ya  decla- 
rados exentos  de  la  desamortización  como  de  los 


RESEÑA  POLITlCO-ClVIL  DE  LA  PROVINCIA.  265 

enajenables  y  no  vendidos  en  el  quinquenio  de  1801 
á  1865,  érala  siguiente: 


La  de  los  exceptuados  de  la  desamortiza- 
ción ocupa 105.705  hectáreas. 

La  de  los  enajenables  y  no  vendidos 24.909  » 


La  extensión  total  era  de 130.614  hectáreas. 


Minería.  Quien  haya  leido  la  extructura,  eleva- 
ción y  condiciones  geológicas  de  las  montañas  de 
nuestra  Provincia,  comprenderá  fácilmente  que  no 
ha  de  carecer  de  algunos  productos  minerales.  Y  así 
es  la  verdad.  De  las  antiguas  minas  que  en  tiempos 
más  ó  menos  conocidos  se  han  beneficiado,  dan  clara 
muestra  los  inmensos  escoriales  que  en  distintos 
puntos  se  ostentan  aún,  amontonados  en  las  sierras 
del  Sur,  y  señaladamente  en  el  partido  de  Arenas, 
llamado  antiguamente  de  las  Herrerías,  así  como  los 
indicios  de  las  bocas,  pozos  y  galerías  que  en  aque- 
llas épocas  se  abrieran.  Pero  como  al  ojo  vulgar  no 
le  satisface  la  contemplación  del  pasado ,  porque  no 
considera  que  es  indicio  claro  del  porvenir,  hemos 
querido  satisfacer  el  interés  de  nuestros  lectores  que 
se  sientan  con  más  ó  menos  afición  á  la  riqueza  mi- 
nera, insertando  aquí  Jiteral  la  «Relación  de  las  mi- 
nas que  existian  hace  pocos  años  en  la  Provincia, 
con  expresión  de  su  estado  actual,»  según  consta  en 
el  registro  del  Gobierno  civil. 


266 


HISTORIA    DE    AVILA 


Eelacion  de  las  mittas  (fiie  existiQíi  en  la  Provincia 
en  el  año  de  1860,  con  expresión  de  su  estado. 


Nombres  de  las  minas. 


Clase  (le  mineral.  Pueblos  doade  radican. 


CON  TITILO  DE  PROPIEDAD. 


María  Isabel. 

Cobre. 

Hoyo  de  Pinares. 

Virgen  de  Navacerrada. 

ídem. 

Cebreros. 

QUE  DEVENGAN  DERECHOS,  SEGÚN  LA  LEY, 

POR  ESTAR  DEMARCADAS. 

Esperanza  Cumplida. 

Cobre. 

Hoyo  de  Pinares 

Filón  Fijo. 

ídem. 

ídem. 

Bella  Margarita. 

Galena. 

ídem. 

Eiea  Olvidada. 

Cobre. 

Cebreros. 

Carolina. 

ídem. 

ídem. 

Teresa. 

ídem. 

EN  TRAMITACIÓN 

Avila. 

Revancha. 

Plomo. 

Hoyo  de  Pinares. 

Ramona. 

Cobre. 

ídem. 

Menesterosa. 

ídem. 

ídem. 

Antorcha  de  Avila. 

ídem. 

ídem. 

lüdustria. 

ídem. 

ídem. 

Herida. 

ídem. 

ídem. 

María  Josefa. 

Hierro. 

Cebreros. 

Princesa. 

Cobre. 

Hoyo  de  Pinares, 

Alfonsa. 

ídem. 

ídem. 

Candelaria. 

ídem. 

Cebreros. 

Istra.  Sra.  de  la  Con- 

cepcioD. 

ídem. 

ídem. 

Santa  Mariana. 

ídem. 

ídem. 

Síin  José. 

Hierro. 

ídem. 

San  Gregorio. 

Turba. 

Navas  del    Mar- 
qués. 

RESEÑA  POLÍTICO -CIVIL  DE  LA  PROVINCIA.  267 

Nombres  de  las  ruinas.  Clase  de  mineral.  Pueblos  donde  radican. 


San  Miguel. 
Santa  Elena. 
Pelícano. 

Dolorosa. 

San  Antonio  de  Padua.    Cobre. 

Tormesina.  Plata  y  azufre 


Turba.  Navas    del  Mar- 

qués. 
Sulfuro  argentí- 
fero, ídem. 
Plomo  argentífe- 
ro.                       San  Bartolomé  de 
Pinares. 
Metal  argentífero.     Adrada. 

San   Esteban  de 

los  Patos. 
Zapardiel    de    la 
Rivera. 


CADUCADAS  Y  ABANDONADAS,  ADKQÜE  CON  MINERAL. 


María. 

Turba. 

Navas    del   Mar- 
qués. 

Inmaculada. 

ídem. 

ídem. 

San  Eloy. 

Sulfuro 

argentí- 

fero. 

ídem. 

Luciana. 

Plomo. 

Hoyo  de  Pinares 

Perpetua  Constancia. 

Hierro. 

ídem. 

Casualidad  imprevista. 

Cobre. 

ídem. 

Socorro. 

ídem. 

ídem. 

Bella  Agustina. 

ídem. 

ídem. 

Santa  Amalia. 

Plomo. 

ídem. 

Las  Tres  Perlas. 

Cobre. 

ídem. 

Bella  Rosa. 

ídem. 

ídem. 

Anticipada. 

Hierro. 

ídem. 

La  Terrible. 

Carbonato  de  co- 

bre. 

Avila. 

IStra.  Sra.  de  la  Guia. 

Cobre. 

ídem. 

La  Prosperidad. 

ídem. 

ídem. 

Felicidad  de  los  Pobres. 

ídem  y 

plata. 

Adrada. 

La  Elvira. 

Pirita  arsenical. 

SotillodeAdraJa 

268  HISTORIA    DE    AVILA. 

Nombres  de  las  minas.  Clase  de  mineral.  Pueblos  donde  radican. 


Abundancia   Castella- 

na. 

Pirita  arsenical. 

Sotillo  de  Adrada. 

La  Carolina. 

Plomo  argentífe- 

ro. 

ídem. 

Nueva  América. 

ídem. 

ídem. 

La  Fortuna. 

Galena  argentífe- 

ra. 

ídem. 

Bella  Enriqueta. 

Plomo. 

ídem. 

Isabelita. 

Plomo  y  cobre. 

Hoyo  de  Pinares. 

La  Sobresaliente. 

Plata  y  otros  me- 

tales. 

Higuera  de  las 
Dueñas. 

Californias. 

Galena  argentífe- 

ra. 

ídem. 

Santa  Bárbara. 

Galena. 

ídem. 

La  Estrella. 

Plomo  argentífe- 

ro. 

Cebrercs. 

La  Amistad. 

Pirita  de  hierro. 

ídem. 

Amor    de   Dios  y  del 

prójimo. 

ídem. 

ídem. 

Carmen. 

Galena. 

ídem. 

Santa  Bárbara. 

Plomo  argentífe- 

ro. 

Piedralaves. 

Soledad. 

Pirita  arsenical. 

Casillas. 

La  Dudosa. 

Cobre. 

El  Tiemblo. 

Santa  Teresa. 

ídem. 

Mediana. 

La  Perla. 

ídem. 

ídem. 

Hortensia. 

Pirita  arsenical. 

Zapardiel  de  la 
Rivera. 

San  Agustin. 

Galena. 

San  Bartolomé  de 
Pinares. 

San  José. 

ídem. 

ídem. 

Santa  Águeda. 

Cobre. 

San  Esteban  de 
los  Patos. 

Ramona. 

Plomo. 

Barraco. 

RESEÑA  POLITICO-ClVIL  DE  LA  PROVINCIA.  269 

Nombres  de  las  minas.  Clase  de  mineral.  Pueblos  donde  radican. 

Esperanza.  Plomo.  Fresnedilla. 

San  Isicolás.  Oxido  de  hierro.      Aldeavieja. 

Segundo  San  Juan.  Cobre.  Santa  Cruz  de  Pi- 

nares. 

Corbina.  Pirita  arsenical.       Zapardiel   de    la 

Rivera. 

Estrella  de  Oro.  Galena.  Higuera    de    las 

Dueñas. 

Industria  Española.  Cobre.  Hovo  de  Pinares. 

Pero  la  verdad  es,  aunque  sea  sensible  decirlo, 
que  el  estado  que  presenta  el  Anuario  estadístico  de 
1862  á  1865  era  el  de  que,  lejos  de  progresar,  se  ha 
disminuido  la  esperanza  que  se  concibió  años  ante- 
riores de  la  importancia  que  habia  de  obtenerse  de 
un  regular  laboreo  j  beneficio  de  las  minas,  porque 
da  el  único  resultado  siguiente: 

AÑO     DE     1861. 

Minas  productivas. . .  6       Oficinas  de  beneficio  existentes. 

Su  superficie,  metros  545.016   Parada 1 

Hornos  reverberos. . .  1 

Operarios 50    Valores     producidos 

_,  .  ^  ,         ,  para  el  Estado  por 

Plomo,  qum tales  me-  .  .,      . 

contribuciones     de 

(ricos 2.442       pertenencias 3. 179,34 

Concesiones  demarca- 
Cobre,  id.  id 1.258       das 1 

Y  todavía  tenemos  datos  posteriores,  pero  no  más 
satisfactorios. 

En  la  Estadística  Minera,  correspondiente  al  año 


270  HISTORIA    DE    AVILA. 

de  1868,  publicada  por  la  Dirección  general  de  Agri- 
cultura, Industria  y  Comercio,  se  dice  que  el  estado 
de  paralización  es  completo,  existiendo  sólo  dos 
concesiones  de  plomo  y  dos  de  cobre.  En  la  de  1869 
aparecen  existentes  en  31  de  Diciembre  cuatro  minas, 
con  un  total  de  superficie  demarcada  de  33  hectáreas, 
53  áreas  y  95  metros  cuadrados ,  manifestando  al 
mismo  tiempo  que  la  importancia  y  vida  de  la  mine- 
ría de  la  Provincia  en  nada  ha  variado  de  la  de  los 
aüos  anteriores. 

Por  esta  razón,  sin  duda,  hace  cinco  ó  seis  aüos 
que  los  ingenieros  no  la  visitan,  faltando  expedien- 
tes en  solicitud  de  concesiones:  hoy,  sin  embargo, 
están  pendientes  de  informe  cinco  en  el  término  de 
Cebreros;  por  manera  que  no  resulta  descubrimiento 
alguno  importante  para  lo  sucesivo. 

En  los  terrenos  ígneos  primario  y  de  transición 
abundan  materiales  de  construcción  y  ornato,  seña- 
ladamente algunas  calizas  metamórficas,  que  son 
verdaderos  mármoles;  vienen  en  capas  de  gran  espe- 
sor y  corta  extensión,  y  en  algunos  puntos,  com.o  el 
intermedio  de  las  estaciones  de  Robledo  y  las  Navas, 
se  encuentran  vestigios  de  explotaciones,  algunas 
utilizadas  poco  há  para  la  confección  de  cal  común, 
y  existen  trazas  de  una  via  conocida  con  el  nombre 
de  «Camino  de  las  Cureñas,»  que  sirvió  sin  dada 
para  el  transporte  de  rocas  cuando  se  construía  el 
monasterio  del  Escorial. 

Industria  y  comercio.  Mucho  le  falta  á  nuestra 
Provincia ,  en  verdad ,  para  figurar  en  el  mapa  de 
los  pueblos  mercantiles  é  industriales  de  España. 


RESEÑA  POLÍTICO-CIVIL  DE  LA   PROVINCIA.  271 

Preciso  es  reconocer  que,  lejos  de  progresar,  lia 
retrocedido  no  poco  del  estado  en  que  se  hallaba 
su  riqueza  industrial  á  principios  de  este  siglo.  Han 
desaparecido  casi  de  todo  punto  de  la  Capital  las 
diez  ó  doce  fábricas  de  paños  medianamente  finos, 
pero  de  gran  duración  por  su  hilado  y  de  exquisito 
tinte  negro,  que  elaboraban  una  no  pequeña  parte 
de  las  ricas  lanas  merinas  del  país ,  y  que  ya  no 
eran  á  principios  del  siglo  xix  sino  un  pálido  re- 
flejo del  gran  fulgor  que  arrojaban  á  principios  del 
siglo  XVI,  cuando  sus  paños  finos  abastecían  muchos 
mercados  de  Europa,  según  lo  dejaremos  probado  en 
la  Historia:  ha  sucumbido  la  fabricación  de  manu- 
facturas de  algodón  que  con  muy  laudable  celo,  pero 
con  pensamiento  poco  meditado,  levantó  el  Gobierno 
con  magníficos  edificios  sobre  el  Adaja,  á  las  puer- 
tas de  la  Ciudad,  en  su  casco  é  inmediaciones ,  en  el 
último  tercio  del  siglo  pasado ;  no  ha  prosperado  la 
de  tejidos  de  hilo,  ni  la  de  papel,  y  da  escasos 
rendimientos  la  de  harinas,  que  sucesivamente  se 
han  ido  planteando  en  la  misma  casa-fábrica  del 
puente,  que  era  la  de  la  fuerza  motora  que  entre- 
tenia  á  los  demás  establecimientos ,  según  más  lar- 
gamente lo  explicaremos  cuando  nos  concretemos  á 
hablar  de  este  asunto  en  más  oportuno  lugar. 

El  uso  de  los  artefactos  extranjeros  de  algodón, 
á  que  se  acostumbraron  años  há  los  cultivadores  de 
las  provincias  Vascongadas  y  que  ya  se  elaboran  en 
su  propio  suelo,  y  el  que  hacen  muchas  otras  comar- 
cas rurales  de  Andalucía,  abandonando  sus  antigaos 
trajes,  han  destruido  la  fábrica  de  estameñas  toscas, 


272  HISTORIA  dh  avila. 

pero  muy  fuertes  y  duraderas,  que  formaba  la  prin- 
cipal riqueza  del  pueblo  de  Velayos;  y  el  prodigioso 
adelanto  de  la  fabricación  en  todo  el  Reino,  y  señala- 
damente en  la  rica,  industriosa  y  vecina  ciudad  de 
Eéjar,  á  donde  emigraron  desde  Avila  los  maestros 
de  hilazas  y  tejidos  y  los  maquinistas  en  los  años 
de  1825  en  adelante,  llevándose  consigo  la  mayor 
y  mejor  parte  de  los  aparatos  fabriles  que  se  soste- 
nian  en  Avila,  ha  venido  á  envilecer  hasta  los  bur- 
dos paños  de  Villanueva  de  Gómez,  Santa  María  del 
Berrocal,  Pedro  Bernardo  y  otros  pueblos  de  la  Pro- 
vincia, que  toda^'ía  en  su  estacionaria  rutina  surten 
alas  gentes  del  campo  y  á  los  más  pobres  jornaleros 
de  las  ropas  de  ínfima  calidad  de  que  se  visten. 

Para  exportar  el  sobrante  de  sus  productos  y 
procurarse  otros  de  que  carece,  se  va  ensanchando 
su  comercio  de  tal  manera,  que  hoy  es  indudable- 
mente cinco  veces  mayor,  por  lo  menos,  que  el  que 
se  conocía  treinta  años  há. 

Conviene  recordar  en  este  lugar  que  en  la  Expo- 
sición Castellana  verificada  en  Valladolid  en  el  año 
de  1860,  á  que  concurrieron  sus  once  provincias,  la 
de  Avila  salió  airosa  en  la  exhibición  que  hizo  de  sus 
efectos,  frutas  y  ganados.  He  aquí  la  prueba  que  pu- 
blicó de  ello  el  gobernador  en  el  Boletín  Oficial 
de  16  de  Junio,  convocando  á  sus  expositores  á  reco- 
ger los  premios  que  les  habían  sido  concedidos  por 
el  Jurado  de  calificación: 

« Aunque  pocos  los  expositores  de  la  de  Avila, 
casi  todos  han  sido  premiados.  La  medalla  de  oro  se 
ha  concedido  á  los  cereales,  como  los  mejores  de  la 


rXSE.ÑA  rOLlTlCO-CiVlL  DH  LA  PR0VP,C1A.  273 

Exposición.  Tres  medallas  de  plata  v  diferentes  de 
bronce  se  han  adjudicado  á  la  bondad  de  sus  trigos. 

La  cria  caballar  ha  merecido  una  medalla  de 
plata,  y  tres  del  mismo  metal  la  ganadería,  con 
varias  de  cobre  y  menciones  honorífícas.  Los  aceites, 
vinos,  aguardientes,  plantas  alimenticias  y  frutas, 
también  la  han  merecido. 

Una  de  plata  se  adjudicó  al  mérito  de  la  Arqui- 
tectura, y  otras  de  bronce  por  objetos  de  metal, 
ebanistería  y  decorado ;   de  modo  que  todo  induce  a 
creer  que  los  cereales ,  los  ganados  y  los  productos 
de  esta  Provincia  deben  figurar  en  primera  línea 
por  su  excelencia  y  buenas  cualidades,   á  medida 
([ue  sus  productores,  conociendo  sus  propios  inte- 
reses ,  se  dediquen  con  esmero  á  fomentar  la  ri- 
queza del  país.  En  la  Exposición  de  Madrid,  el  año 
de  1858,  ya  se  dio  á  conocer  la  bondad  de  los  cereales 
y  ganados  de  esta  provincia  (1),  y  desde  entonces 
su  mérito  positivo  les  ha  dado  mejor  estimación, 
mayor  valor,  y  éste  se  aumentará,  á  no  dudar,  con 
el  resultado  obtenido  en  la  de  ^'alladolid. 

PERIAS  I  MERCADOS  QUE  SE  CELEBRAN  EN  TODO  EL  Aí;o  EN  LA  PROVINCIA. 


Ademas  se  celebran  en  toda  la  Provincia  trece 
ferias  anuales,  que  si  bien  están  abiertas  á  todo 


(l)    Y  se  cnncedi'')  la  mpdalla  dt^    la,  quo  también  obtuvo  después  la 
o  al  Sr.  D.  Francisco  .l.ivii;r  H^r-    de  Vallaloiid. 
indez,  entendido  agricultor  de  \\i- 

TOMO   I.  18 


274  HISTORIA    DE    AVILA. 

género  de  contratación ,  en  su  esencia  no  son  más 
que  grandes  mercados  de  ganadería. 

No  obstante,  la  del  22  al  30  de  Junio  en  la  Capi- 
tal abraza  toda  clase  de  mercancías,  de  que  suele 
surtirse  por  mayor  el  comercio  de  la  Provincia,  siendo 
notable  por  el  progresivo  adelanto  de  sus  ganados, 
señaladamente  el  caballar,  y  la  del  8  de  Setiembre, 
en  que  domina  más  que  otros  el  de  reses  vacunas. 
Por  manera  que  con  estas  ferias  fijas  y  con  los  diez  y 
seis  mercados  semanales  de  que  disfrutan  la  Capital, 
las  cabezas  de  partido  y  otros  pueblos,  distinguién- 
dose entre  todos,  por  su  importancia  en  el  comercio 
de  granos,  el  de  Arévalo,  y  en  el  de  ganados  los  de  la 
Capital,  Navaredonda  y  Piedrahita,  cubre  sin  que- 
branto ni  fatiga  las  diarias  exigencias  y  las  gratas 
comodidades  de  la  vida. 

Ferias. 

Avila Dos:  una  del  22  al  30  de  Junio;  otra 

del  8  al  11  de  Setiembre. 
Arenas Una ,  el  último  domingo  de  Agosto 

y  los  dos  dias  siguierstes. 

Adrada  (La) Una,  el  2  de  Noviembre. 

Barco  de  Avila Dos:  una  el  6  de  Majo;  otra  del  I 

al  12  de  Octubre. 

Bonilla  de  la  Sierra Una,  el  11  de  Noviembre, 

Cebreros Una,  el  14  de  Agosto. 

Navaredonda Una,  el  25  de  Julio. 

Pedrc-Bernardo Una,  los  dias  8,  9  y  10  de  Junio. 

Piedrahita Dos :  una  del  15  al  17  de  Abril ,  y 

otra  del  24  al  27  de  Agosto. 
Villafranca  de  la  Sierra,    Una,  el  lo  de  Setiembre. 


i!i:sK\A  roLiTu.o-c.iviL  lu:  i.v  imioviacia.         275 

Mercados  semanales. 

En  Avila Los  viernes  para  toda  clase  de  con- 
sumos, y  ademas  los  lunes  y  miér- 
coles para  cereales. 

Arévalo Los  martes. 

Arenas Los  domingos. 

Barco  de  Avila Los  lunes. 

Cebreros Los  martes,  jueves  y  sábados. 

Diego  Alvaro Los  jueves. 

Fontiveros Circunscriptos  á  ganados  en  los  me- 
ses de  Octubre  y  Noviembre. 

Navas  (Las) Los  jueves  y  domingos. 

Piedrahita Los  martes. 

Velayos Los  sábados. 

Pero  antes  de  cerrar  este  artículo,  relativo  al  comercio  y 
contratación ,  reclama  con  justicia  nuestra  Ciudad  que  aquí 
demos  una  ligera  noticia  del  insigne  privilegio  de  que  de  tiem- 
po inmemorial  ha  disfrutado  sobre  la  medida  de  los  grano.«, 
legumbres  secas,  la  sal  y  otras  producciones  áridas,  como  la 
castaña,  la  nuez,  etc. ,  y  que  es  conocido  con  el  nombre  de 
Poíe  de  Aciía. 

POTE  DE  ÁVILA —MEDIDA  DE  GRANOS. 


La  palabra  Pote,  según  el  Diccionario  de  la  Lai- 
fjua  casieUana ,  es  de  origen  gallego  ó  asturiano ,  y 
significa  la  «Medida  ó  pesa  por  la  cual  se  arreglan 
otras;»  y  como  muchos  de  los  repobladores  de  nues- 
tra Ciudad  procedieron  de  Asturias ,  es  cosa  natural 
creer  que  desde  la  repoblación  de  Avila  en  el  reina- 


276  HISTORIA    DE    AVILA. 

do  de  D.  Alonso  VI  se  llamó,  como  hasta  ahora  con- 
tinúa llamándose,  Pote  de  Avila  la  medida  que  sirve 
para  la  contratación  en  compras ,  ventas ,  arrenda- 
mientos y  demás  obligaciones  cuya  cosa ,  merced  ó 
valor  consiste  en  granos ;  y  decimos  en  granos ,  por- 
que al  principio  se  fijó  solamente  para  el  pan,  esto 
es,  para  la  materia  de  que  se  forma  el  pan ,  aunque 
después,  por  semejanza,  se  extendió  álos  demás  ce- 
reales, alas  legumbres  secas,  á  la  sal  y  otros  frutos 
áridos,  como  la  castaña,  la  nuez,  la  avellana,  etc. 

Esta  medida,  que  es  el  tipo ,  el  patrón  y  norma  de 
otras  perfectamente  iguales  y  que  se  dividen  en  su- 
cesivas fracciones,  es  la  media  fanega  que  largos  si- 
glos liá  se  conserva  en  el  archivo  de  nuestra  Ciudad, 
y  que  es  considerada  como  patrimonio  y  fuente  de 
riqueza  de  su  antiguo  Concejo.  Repito  que  el  origen 
de  este  exclusivo  privilegio  procede  de  tiempo  in- 
memorial: así  le  caracterizan  cuantas  historias,  le- 
yendas y  documentos  antiquísimos,  más  ó  menos 
autorizados,  que  hablan  de  las  cosas  de  Avila,  he 
podido  registrar,  sin  que  ninguno  fije  ni  con  aproxi- 
mación la  época  en  que  obtuviese  Avila  esta  señalada 
merced  Real,  Yo  me  atrevo  á  suponer,  aunque  con  la 
misma  incertidumbre,  que  habiendo  sido  favorecida 
esta  Ciudad  con  muchos  privilegios  por  cuatro  reyes 
Alfonsos,  el  VII,  el  VIII  y  el  XI,  que  le  debieron  en 
su  menor  edad  seguro  y  generoso  asilo,  como  lar- 
gamente lo  ha  de  demostrar  la  narración  histórica, 
contra  cuantos  contendían  por  apoderarse  de  sus  re- 
gias personas  con  el  título  de  sus  tutores  ó  regentes 
del  Reino,  ó  por  el  sabio  D.  Alfonso  X,  que  también 


RESEÑA  POLITICO-CÍVIL  l;E  LA  PROVINCIA.  217 

distinguió  á  la  Ciudad  con  insignes  privilegios,  á 
uno  de  estos  cuatro  monarcas  debió  Avila  el  privile- 
gio del  Pote  del  pan.  Procede  lógicamente  esta  in- 
ducción del  tenor  de  las  leyes  2/  y  3/  del  tít.  ix,  li- 
bro IX  de  la  Novísima  Recopilación,  que  tratan  de 
los  pesos  y  medidas,  y  como  ya  en  ellas  D.  Enri- 
que II,  1).  Juan  II,  D.  Enrique  IV,  y  D.  Fernan- 
do y  Doña  Isabel  los  Católicos,  es  decir,  desde  el 
año  1369  hasta  el  de  1583,  que  recorren  el  espacio 
de  dos  siglos ,  vinieron  restableciendo  el  uso  gene- 
ral de  la  antigua  medida  de  Avila,  necesario  es 
deducir  que  ya  la  Ciudad  gozaba  de  este  privilegio 
desde  las  primeras  centurias  de  su  repoblación. 

Tranquila  le  disfrutaba  hasta  el  año  de  1789,  en 
que  D.  Juan  Pruneda  y  Cañal,  maestro  ensamblador 
de  Oviedo,  acudió  al  rey  manifestando  que  habia  he- 
cho el  descubrimiento  de  una  máquina  ó  artefacto 
(¡ue  podia  servir  de  regla  en  todo  el  Reino,  y  que  ya 
habia  merecido  la  aceptación  del  Administrador  ge- 
neral de  Salinas,  del  Ayuntamiento  y  Sociedad  Eco- 
nómica de  la  misma  ciudad,  y  que  el  Consejo  de  Cas- 
tilla, previos  detenidos  informes,  tuvo  á  bien  conce- 
derle « facultad  y  privilegio  exclusivo  para  que  por 
tiempo  de  diez  años  pueda  construir  y  vender  la  ex- 
presada máquina,  pero  sin  obligar  á  persona  ni  pue- 
blo alguno  á  que  la  compren  ni  usen : »  que  la  Direc- 
ción general  de  Rentas  también  se  ocupó  en  el 
detenido  estudio  de  este  asunto;  y  finalmente,  que  el 
Ayuntamiento  de  Madrid ,  á  quien  acudió  Pruneda 
con  la  misma  solicitud,  después  de  oportuno  expe- 
diente instructivo,  ordenó  que  Pruneda  instruyese  en 


278  UISTURIA    DE    AVILA. 

el  manejo  de  la  máquina  al  administrador  y  depen- 
dientes del  oficio  de  almotacén ,  para  resolver  con 
acierto  sobre  el  particular.  Con  todos  estos  antece- 
dentes, que  tan  favorables  le  eran,  acudió  al  rey  por 
conducto  de  su  celoso  ministro  el  conde  de  Florida- 
])lanca,  para  que  se  dignase  adoptar  su  máquina  y 
mandar  establecerla  y  usarla  en  todo  el  Reino,  por  lo 
tocante  á  los  Pósitos,  etc. 

Así  caminaba  este  expediente  á  su  resolución, 
cuando ,  para  que  fuese  acertada ,  se  expuso  en  la 
nota  que  formó  el  oficial  del  negociado,,  que,  pres- 
cindiendo del  mérito  del  invento,  « no  se  iiabia  con- 
dado para  nada,  como  debiera,  con  el  Ayuntamiento 
»de  Avila,  que  sin  duda  era  más  interesado  que  na- 
»die  en  el  negocio,  porque  él  y  no  otro  era  el  legí- 
»timo  depositario  del  Pote  Real  que  servia  de  regla 
»á  todos  los  reinos  y  señoríos  de  la  Corona. »  Y  tales 
razones  se  añadieron  en  la  nota  para  probar  la  justi- 
cia de  dar  audiencia  á  la  Ciudad  de  Avila,  que  la  Real 
resolución  dictada  en  San  I,orenzo  (del  Escorial) 
á  24  de  Octubre  de  1789,  fué  la  sigaiente:  Dé.jese 
ESTO  ASÍ,  Y  ARCHÍVESE.  ¿Y  saben  mis  paisanos  á 
quién  se  debió  el  preparar  en  gran  parte  y  el  obtener 
tan  espontánea  y  augusta  resolución?  Pues  se  debió 
álos  esfuerzos  de  un  dignísimo  aviles,  á  mi  respeta- 
ble tío,  entonces  joven,  D.  Agustin  Serrano  y  Serra- 
no, y  que  después  de  una  larga  y  honrosa  carrera, 
murió,  ya  viejo,  siendo  jefe  de  sección,  jubilado,  del 
ministerio  de  la  Gobernación. 

Todavía  no  se  contentó  el  Sr.  D.  Carlos  IV  con 
tan  repetidas  disposiciones;  así  es  que  en  la  ley  5.', 


RE,<ESa  POMTiCO-CiVII.   DE  LA  PROVINCIA,  279 

que  es  la  última  de  dichos  título,  libro  y  código,  re- 
encargó  su  puntual  observancia  y  expreso  cum- 
plimiento, y  entre  otras  prescripciones  relativas  á 
pesos  y  medidas  de  líquidos  y  artefactos,  declaró  ter- 
minantemente respecto  á  la  de  granos,  sal  y  semi- 
llas, que  la  fanega  de  Avila  consta  de  doce  celemi- 
nes, que  su  mitad  la  media  fanega  es  el  tiiw  Ó2Mtron 
común  para  todo  el  Reino,  y  divide  la  fanega  en  cua- 
tro cuartillas;  el  celemín  en  cuatro  cuartillos,  y  el 
cuartillo  en  medio ,  ochavo ,  medio  ochavo  y  ochavi- 
Uo.  Fué  tan  generalmente  observada  esta  antigua 
ley,  que  de  los  libros  consistoriales  de  Avila  consta 
haber  llevado  Antonio  Dávila ,  alg'uacil  de  las  guar- 
das de  la  Ciudad ,  un  facsimñe  comprobado  á  la 
de  Toro,  en  20  de  Enero  de  1423,  y  que  se  llevó 
otro  á  la  de  Méjico  en  1558  (1),  y  ambas  cosas,  en 
cumplimiento  de  la  ley  de  D.  Juan  II ,  que  terminan- 
temente mandaba  «á  los  concejos  de  las  otras  ciuda- 
des y  villas  de  nuestros  Reinos  y  cabezas  de  los  di- 
chos partidos ,  que  envíen  á  las  ciudades  de  Toledo 
(esto  es  para  la  medida  de  los  líquidos)  y  de  Avila  á 
tomar  y  concertar  medidas  para  ellos  de  pan  y  vino, 
é  iguales  de  las  susodichas ,  y  selladas  con  el  sello 
de  la  ciudad  de  donde  las  llevaren ;  y  sean  las  medi- 
das del  concejo,  las  del  pan,  de  piedra,  ó  de  madera 
con  chapas  de  hierro,  y  las  medidas  del  vino  que 
sean  de  cobre ,  y  las  reciban  por  ante  escribano ;  y 
dende  en  adelante  las  otras  medidas  de  pan  y  vino 
que  se  hobieren  de  hacer,  se  hagan  conformes  é 

(1)    Luis   Ariz  ,  Historia  de  las    folio  3?  vuelto,  párrafo  «Tiene  esta 
Grandezas  de  Avila,  Parte  tercera,    ciudad  de  tiempo  inmeinoiial... vele. 


280  HISTORIA    DE    AVILA. 

iguales  con  las  dichas  medidas ,  y  selladas ,  y  no  de 
otra  guisa.» 

Es  curioso  saber  cómo  se  hacia  el  contraste  y 
prueba  de  la  exactitud  de  las  medidas  que  bajo  su 
responsabilidad  facilitaba  el  Concejo  de  Avila.  Hace 
muchos  años  que  el  tipo  ó  patrón  de  la  media  fanega 
que  se  custodia  en  su  archivo,  es  de  hierro,  en  forma 
de  cubo,  más  ancho  por  abajo  que  á  la  boca:  sobre 
él,  pero  sin  tocarle,  se  colocaba  en  un  tres  pies  más 
abierto,  una  tolva  con  un  pequeño  oriñcio  en  su  re- 
mate agudo;  se  llenaba  de  semilla  de  linaza,  que,  ca- 
yendo lentamente  en  el  centro  como  en  un  reloj  de 
arena,  se  iba  repartiendo  por  los  costados,  y  cuando 
ya  rebosaba  ligeramente  la  semilla ,  el  fiel  medidor 
echaba  el  rasero,  que  era  también  de  hierro,  y  de 
toda  esta  operación  verificada  ante  el  Ayuntamiento 
en  pleno  daba  testimonio  de  su  presencia  al  acto  y 
de  su  inspección  ocular,  el  escribano  del  Concejo, 
con  lo  que  se  expedía  la  certificación  conveniente, 
sellada  con  las  armas  de  la  Ciudad  por  los  regidores 
encargados  de  la  custodia  del  Pote,  y  se  entregaba 
á  la  parte  que  así  lo  demandaba. 

Tal  fué,  y  necesario  seria  todavía  hoy  en  todos 
los  ámbitos  de  la  Monarquía,  el  uso  del  privilegio  del 
Pote,  de  que  disfruta  desde  una  remota  antigüedad 
Avila,  en  el  caso  de  que  alguna  ciudad  ó  Ayunta- 
miento del  Reino,  algún  tribunal  ó  juzgado  tuviere 
precisión  de  aplicarle  en  algún  negocio  en  que  fuese 
estimada  la  prueba  legal  de  esta  medida  de  capacidad 
para  los  áridos. 

Pero  como  establecido  por  ley  del  Reino  el  nuevo 


RESEÑA  rOLiTICO-ClVíL  DE  LA   PROVINCIA.  2S1 

sistema  decimal,  la  gran  contratación  de  granos 
para  las  fábricas  de  harinas  podria  hacerse  no  por  la 
medida  antigua  de  Avila,  sino  por  la  nueva  decimal, 
creemos  conveniente  para  instrucción  de  nuestros 
paisanos  ofrecerles  el  estado  comparativo  equivalen- 
te de  ambas  medidas  en  la  forma  que  á  continuación 
se  expresa :  tiene 

X-'n  cahiz 12  fanegas. . .  ó  666  litros       12  milésin'ías. 

Una  fanega. .  12  celemines. . .     55  id 501  id. 

Unce'emin..  4  cuartillos.. .  -i  id....  625  id. 

l'a  cuartillo.       4  ochavos lid 156  id. 

Un  ochavo . .  »  »  289  id. 

CAMINOS  Y  vías  DE  COJíUNICÁCIO:i  DE  LA  PROVINCIA. 


También  debo  al  patriótico  celo  y  simpática 
amistad  del  Sr.  D.  Tomás  Pérez  y  González  el  haber 
conseguido  por  su  influencia,  como  Vicepresidente  de 
la  Diputación  Provincial,  los  dos  estados  que  literal- 
mente marcan  á  continuación;  el  uno  la  situación 
actual  de  las  carreteras  pertenecientes  al  Estado,  que 
cruzan  en  diversas  direcciones  h,  Provincia;  y  el  otro 
la  de  las  carreteras  provinciales  y  caminos  vecinales 
construidos  con  fondos  de  la  Provincia  hasta  fin  del 
año  de  1871;  y  ademas  una  minuciosa  y  exacta  nota 
expresiva  de  todo  el  trayecto  del  camino  de  hierro 
por  la  Provincia,  porque  sirve,  no  sólo  para  conocerle 
con  exactitud,  sino  de  curiosidad  y  esparcimiento. 

A  estos  documentos  puramente  técnicos  acompa- 


282  HISTORIA    DE    AVILA. 

ñau  otras  observaciones  no  científicas,  que  he  creído 
oportuno  escribir,  acomodadas  al  conocimiento  prác- 
tico de  mis  paisanos,  y  para  referirles,  como  intere- 
santes recuerdos ,  el  triste  estado  en  que  respecto  á 
caminos  y  medios  de  comunicación  interior  se  hallaba 
la  Provincia  en  el  año  de  1819,  en  que  se  comenzó  el 
más  antiguo  de  todos  ellos,  para  que  así  adviertan  las 
lentas,  sí,  pero  sucesivas  mejoras  que  ya  se  han  rea- 
lizado y  que  todavía  se  meditan  para  la  más  cómoda 
comunicación  y  fácil  tránsito  por  su  país. 

■     CARRETERAS  PERTENECIENTES  AL  ESTADO  EN  LA  PROVINCIA  DE  ÁVILA. 


Carretera  de  prirJier  órdsa  de  Viilacasiin  á  Vigo. 

Empalma  en  la  plaza  de  Villacastin  con  la  de 
primer  orden  de  Madrid  á  la  Coruña.  La  travesía  del 
pueblo  se  halla  en  estudio. 

Desde  la  salida  hasta  Aldeavieja  está  terminada 
en  una  extensión  de  siete  kilómetros.  Desde  Aldea- 
vieja  á  Mediana  se  halla  en  construcción  y  se  termi- 
nará dentro  de  dos  meses,  en  una  extensión  de  nue- 
ve kilómetros.  Desde  dicho  Mediana  hasta  la  entrada 
de  Avila  se  halla  construida  en  una  extensión  de  12 
Ivilómetros.  En  Avila  está  la  travesía  sin  estudiar, 
incluyéndose  en  dicha  travesía  un  puente  de  primer 
orden  sobre  el  Adaja,  y  tiene  una  longitud  de  tres 
kilómetros.  Desde  este  punto  hasta  el  límite  de  la 
Provincia  de  Avila  en  el  arroyo  del  Regamon,  tér- 


r.F.SEvv  roLiTir.o-r.ivii.  nr;  la  i'iiovíncía.         283 

in:uo  de  Gimialcon,  está  terminada,  teniendo  este 
trayecto  una  longitud  de  48  kilómetros  338  metros. 
Tiene  dicha  carretera  en  total  una  longitud  de  79 
kilómetros  332  metros.  Su  origen  en  Villacastiu,  pro- 
vincia de  Segovia,  teniendo  una  longitud  dentro  do 
dicha  provincia  de  4.600  metms,  pero  corresponde  su 
estudio,  construcción  y  conservación  á  la  Provincia 
de  Avila:  pasa  por  Aldeavieja,  bastante  próxima  a 
Mediana,  Berrocalejo  y  Vicolozano,  cruzando  por 
Avila,  la  Alamedilla,  Aveinte,  San  Pedro  del  Arro- 
yo, Chaherrero,  Salvadlos,  y  cerca  de  Gimialcon, 
en  cuyo  término  concluye  en  esta  Provincia. 

Carretera  de  seg^undo  orden  de  Sorihuela  á  Avila. 

Esta  tiene  su  origen  en  Sorihuela,  provincia  de 
Salamanca ;  entra  en  la  de  Avila  en  el  término 
de  Villar  de  Corneja.  Está  terminada  hasta  la  Ciu- 
dad, ó  sea  el  puente  de  Adaja.  Tiene  una  longitud 
de  71  kilómetros  665  metros.  Pasa  por  cerca  del  Vi- 
llar, el  Hoyo  y  las  Casas  de  Sebastian  Pérez,  cor- 
riendo luego  por  Piedrahita,  Casas  del  Puerto  Villa- 
toro  y  Villatoro .  se  aproxima  á  la  Torre  y  Santa 
María  del  Arroyo,  pasa  por  Muñogalindo  á  Avila,  y 
se  aproxima  bastante  á  San  Migael  de  Corneja. 
Aunque  su  denominación  es  de  tercer  orden,  está 
construida  con  los  anchos  de  ses'undo. 


284  HISTORIA    r.E    AVILA. 

Carretera  de  tercer  orden  de  Avila  al  ccnfin  de  la  provincia 
de  Toledo,  por  Cebreros. 

(Antes  de  segundo  orden  de  Toledo  á  Avila.) 

Esta  tiene  su  origen  en  Avila,  y  se  halla  sin  es- 
tudiar hasta  San  Bartolomé  de  Pinares,  en  una  lon- 
gitud de  23  kilómetros  257  metros,  y  desde  dicho 
punto  hasta  el  límite  de  la  Provincia ,  en  el  término 
del  Tiemblo,  ó  sea  en  el  arroyo  de  Tórtolas,  se  halla 
el  proyecto  aprobado  por  la  Dirección  general  de 
Obras  públicas  en  una  longitud  de  29  kilómetros  591 
metros.  Su  longitud  total  es  de  52  kilómetros  848 
metros,  y  pasa  por  Tornadizos,  el  Herradon,  San  Bar- 
tolomé de  Pinares  y  Cebreros. 

Carretera  ¿e  tercer  orden  de  Arévalo  á  Madrigal  por 
Aldeaseca. 

Esta  tieüe  su  origen  en  x\révalo,  y  se  halla  el 
proyecto  aprobado  por  la  Dirección  de  Obras  públi- 
cas: tiene  una  longitud  de  24  kilómetros  69  metros, 
y  pasa  por  Aldeaseca,  Barroman  y  termina  en  Ma- 
drigal. 

Carretera  de  tercer  orden  de  Salvadlos  á  Aldeaseca. 

Esta  tiene  su  origen  en  Salvadios,  pasa  por  Fon- 
tiveros,  Faente  el  Sauz,  Villanueva  y  termina  en 
Aldeaseca:  tiene  una  longitud  de  28  kilómetros,  y  se 
halla  sin  estudiar. 


RESEÑA  POLÍTICO- CIVIL  DE  LA  PnOViNCIA.  2S5 

Carretera  de  tercer  orden  d3  Madrigal  al  Carpió. 

Esta  tiene  su  origen  en  Madrigal :  á  los  12  kiló- 
metros sale  de  la  Provincia  de  Avila  y  entra  en  la  de 
■^'alladoiid.  en  la  que  tiene  cinco  kilómetros,  siendo 
toda  su  longitud  de  17  kilómetros.  No  hay  más  pue- 
blos que  el  del  origen  y  el  de  la  terminación.  Está 
sin  estudiar. 

Carretera  de  tercer  orden  de  Piedrahita  a!  Barco. 

Esta  tiene  su  origen  en  Piedrahita,  se  aproxima 
á  Santiago  del  Collado,  pasa  por  la  Aldehucla,  se 
aproxima  á  Carrascalejo,  pasa  por  Santa  María  de 
los  Caballeros  y  San  Lorenzo,  y  termina  en  la  entrada 
del  Barco.  Tiene  una  longitud  de  21  kilómetros  y 
siete  metros.  Está  el  proyecto  aprobado  en  toda  su 
longitud,  y  desde  San  Lorenzo  al  Barco  subastado, 
empezándose  las  obras  á  primeros  de  Julio  en  una 
extensión  de  3.200  metros. 

Carretera  de  tercer  orden  de  Avila  al  confín  de  la  provincia 
de  Toledo  por  Arenas  de  San  Pedro. 

Esta,  aunque  tiene  su  origen  en  Avila,  empalma 
con  la  de  Sorihuela  á  Avila,  entra  en  Santa  María  del 
Arroyo  y  la  Torre,  desde  cuyo  punto  se  halla  en  es- 
tudio hasta  el  puerto  del  Pico,  en  una  longitud  de 
35  kilómetros  562  metros.  Pasa  por  Narros  del  Puerto 
y  Menga.  Desde  el  puerto  del  Pico  hasta  el  límite  de 
la  Provincia,  ó  sea  el  Boquerón  de  Velada,  se  halla 
subastada,  y  las  obras  en  ejecución,  en  una  extensión 
de  37  kilómetros,  pasando  esta  segunda  parte  por 


286 


HISTORIA    DE    AVILA. 


las  Cuevas  del  Valle,  Mombeltran,  y  La  Parra,  se 
aproxima  á  Arenas  de  San  Pedro,  j  pasa  por  Rama- 
castañas.  Tiene  una  longitud  total  de  72  kilóme- 
tros 562  metros. 

Caminos  vecinales  y  carreteras  provinciales  construidos  en  la 
Provincia  de  Avila  hasta  el  mes  de  Diciembre  de  1871 . 


LONGITUD  CO'ÍSTP.'  IDA. 


CAMINOS. 


De  Piedrahita  al  límite  de  la  provincia  de 


Salamanca,  por  Horcajo  Medianero 

De  Avila  á  Piedralaves,  por  Xavalmoral  y 

Burgohondo 

De  Avila  al  camino  vecinal  de  Cebreros  al 

Sotillo,  por  Barraco  y  Tiemblo 

De  Cebreros  á  Sotillo,  tocando  en  Escara- 

bajosa 

Dvíl  Barco  de  Avila  á  la  carretera  de  Avila  á 

Sorihíiela,  por  Horcajada 

De  Peguerinos  á  la  estación  de  Navas  del 

Marqués,  en  el  ferro-carril  del  Norte,  por 

las  Navas 

De  Arévalo  á  Madrigal,  por  Sinlabajos  y 

Castellanos 

De  Arévalo  á  Palacios  Rubios 

De  los  Paradores  de  Adanero  á  la  Fombrie- 

ga,  por  Arévalo  (1) 

Dá  Avila  al  limite  de  la  provincia  de  Sego- 

via,  por  Bernuy  y  Urraca  i2) 


(\)    Esta  ps  una  carretera  cons-  cariaba  de  ese  irrizo  por  ser  paralelo 

Iruida  por  el  Estado,  y  forma  parte  al  ferro  carril.  Desde  entonces  corre 

i!e  la  general  de  Madrid  á  la  Co-  á  cuenta  de  la  Diputación  su  con- 

Tuña.  Se  incautó  de  ella  la  Dipu^  servacion. 

lacion  el  año  1S70,  en  virtud  de  la  (2í     Esta  se  construyó  con  fondos 

excilacion  del  Ciobierno,  que  se  des-  provinciales,  pero  dirigida  por  los 


Kilómelros. 

Metros. 

1 

12 

T) 

» 

3 

635 

1 

500 

2 

101 

1 

162 

G 

204 

» 

201 

28 

3S6 

20 

300 

RESEÑA  POLÍTICO-CIVIL   DE  LA  TROVINCiV.  '287 


FERRO-CARRIL. 


Su  Iruycclo  cu  la  Provincia,  contando  la  numeración  de  xiis  hi.únielros 
desde  la  estación  de  Madrid. 

Principia  la  línea  en  la  Provincia  de  Avila  desde 
Madrid  en  el  kilómetro  69 ,  entre  las  estaciones  de 
Robledo  (provincia  de  Madrid)  y  Navas  del  Marqués 
(provincia  de  Avila).  Desde  este  kilómetro  hasta  la 
estación  de  las  Navas,  no  hay  ningún  paso  nivel; 
hay  un  puente  de  sillería,  de  un  arco,  de  ocho  me- 
tros de  luz  por  seis  de  altura ;  hay  un  túnel  de  roca 
dura,  de  674  metros  de  longitud.  Hay  empalizadas 
en  los  kilómetros  81  y  82. 

Estación  de  las  Nacas.— ^?>  de  tercera  clase;  está 
situada  al  kilómetro  83  y  736  metros.  Desde  esta 
estación  á  la  de  Navalperai  hay  de  distancia  cuatro 
kilómetros  y  816  metros.  Hay  tres  pasos  de  nivel; 
un  puente  de  sillería,  sillarejo  y  mampostería  con- 
certada, de  siet<^-  arcos  de  15  metros  de  luz  por  41  el 
más  alto;  otro  de  tres  arcos,  15  metros  de  luz  por  18 
de  altura  el  más  alto,  de  sillería,  sillarejo  y  mam- 
postería concertada ;  otro  de  un  arco,  de  sillería,  si- 
llarejo y  mampostería  concertada ,  de  tres  metros  de 
luz  por  3,60  de  altura.  Hay  cinco  túneles  de  roca 
dura;  el  primero  de  100  metros  de  longitud;  el  se- 
gundo de  144;  el  tercero  de  60 ;  el  cuarto  de  1 14,  y  el 


ingenieros  civiles,  y  tiene  lodns  las    Su   consrrvai'ion   corre   también   á 
condiciunes  en   su   cünstruccioii  y    cuenta  de  la  l'rovincia. 
anchura  como  si  fuera  del  Estado. 


288  HISTORIA    DE    AVILA, 

quinto  de  60.  En  este  trayecto  no  atraviesa  la  línea 
la  jurisdicción  de  ningún  otro  pueblo.  Hay  empali- 
zadas para  detener  la  nieve  en  los  kilómetros  86  y  87. 

Estación  de  Navalperal  de  Pinares.— Es  de  ter- 
cera clase,  y  está  situada  al  kilómetro  88  y  552  me- 
tros. Dista  de  la  inmediata,  ó  sea  La  Cañada,  ocho 
kilómetros  y  448  metros.  Hay  dos  pasos  de  nivel. 
Cuatro  puentes  de  sillería,  sillarejo,  mampostería  or- 
dinaria, de  un  arco,  teniendo  el  primero  tres  metros 
de  luz  por  3,60  de  alto ;  el  segundo  cinco  por  5,60,  y 
los  tercero  y  cuarto  cuatro  metros  por  4,60.  Hay  dos 
túneles  de  roca  dura:  el  primero  de  130  metros  de 
longitud,  y  el  segundo  de  314.  En  este  trayecto  no 
cruza  la  línea  las  jurisdicciones  de  otros  pueblos  más 
que  la  del  Herradou ,  en  la  cual  está  situada  la  esta- 
ción de  la  Cañada ,  que  no  es  pueblo ,  y  toma  este 
nombre  del  sitio.  Hay  empalizadas  para  detener  la 
nieve  en  los  kilómetros  desde  el  89  al  97. 

Estación  de  La  Cañada  (ó  sea  del  pueblo  de  Her- 
radon).— Es  de  tercera  clase,  y  está  situada  al  kiló- 
metro Wl.  Dista  de  la  inmediata,  ó  sea  Navalgrande, 
seis  kilómetros.  Hay  cuatro  pasos  de  nivel.  Hay  cua- 
tro puentes  de  sillería,  sillarejo  y  mampostería  ordi- 
naria, todos  de  un  arco:  el  primero  de  tres  metros  de 
luz  por  3,80  de  altura;  el  segundo  de  cuatro  por  5,60; 
el  tercero  de  tres  por  2,80,  y  el  cuarto  de  lo  mismo. 
Hay  dos  túneles  de  roca  dura  y  uno  de  floja:  el  pri- 
mero tiene  una  longitud  de  943  metros ;  el  segundo 
de  152,  y  el  tercero  de  130. 

Estación  de  Navalgrande. — De  tercera  clase;  ki- 
lómetro 103.  Dista  de  la  inmediata,  ó  sea  Avila,  17 


iii:í;e.ña  roLiTico-civiL  de  la  phovincia.         280 

kilómetros  y  557  metros.  Hay  dos  pasos  de  nivel. 
Hay  siete  puentes,  uno  de  hierro  de  tres  arcos,  de  4:¿ 
metros  de  luz  por  25,80  de  altura  el  mayor.  Los  otros 
seis  son  de  sillería,  sillarejo  y  mampostería  ordina- 
ria, teniendo  el  primero  tres  metros  de  luz  por  tres  de 
altura;  el  segundo  3,50  por  cinco;  el  tercero  cuatro 
por  cinco;  el  cuarto  cuatro  por  4,50;  el  quinto  3,50 
por  cinco,  y  el  sexto  3,50  por  cinco.  Hay  tres  túneles 
de  roca  dura:  el  primero  de  1 .000  metros  de  luz;  el  se- 
g-undo  de  133,  y  el  tercero  de  116.  Pasa  por  las  juris- 
dicciones de  Herradon,  Bernuy,  Tornadizos  y  Avila 

Estación  de  Avila^ — Es  de  primera  clase;  está  en 
el  kilómetro  120  y  557  metros.  Dista  de  la  de  Min- 
o-orría  13  kilómetros  y  564  metros.  Hay  tres  puentes 
de  un  arco:  el  primero,  de  hierro,  de  6,60  de  luz  por 
cinco  de  altura ;  los  otros  dos  de  sillería,  sillarejo  y 
raampostcría  ordinaria,  teniendo  el  uno  cuatro  por 
5,50,  y  el  otro  tres  por  3.80. 

Miiif/orria. — Es  de  tercera  clase;  kilómetro  ISl 
y  121  metros.  Dista  de  la  inmediata  10  kilómetros 
y  838  metros.  Tiene  un  paso  de  nivel. 

FeZ¿??/i95.— De  tercera  clase;  kilómetros  144  y  957 
metro-.  Dista  seis  kilómetros  y  324  metros.  Tieno 
cuatro  pasos  de  nivel.  Cuatro  puentes  de  un  arco  de 
sillería:  de  tres  por  cuatro  uno;  tres  por  3,75  otro; 
tres  por  3.35  otro,  y  tres  por  4,20  otro. 

SancMclrian. — De  tercera  clase;  kilómetros  151 
Y  381  metros.  Dista  nueve  y  348.  Hay  dos  puentes 
de  sillería  y  ladrillo  de  un  arco ;  el  uno  de  3,75  por 
cinco,  y  el  otro  de  tres  por  cuatro.  Hay  dos  pasos  do 
nivel. 

TOMO   1  19 


290  .  HISTORIA    DE    AVILA. 

Admiero .—Vio,  tercera  clase:  kilómetros  160  y  729 
metros.  Dista  10  kilómetros  y  691  metros.  Hay  dos 
puentes  de  sillería  y  ladrillo;  el  uno  de  tres  por  4, 10, 
y  el  otro  de  tres  por  cuatro.  Pasa  por  las  jurisdiccio- 
nes de  Adanero,  Gutiérrez  Muñoz,  Órbita,  Espinosa 
y  Arévalo.  Hay  seis  pasos  de  nivel. 

^rer«Zo.— De  segunda  clase;  kilómetros  171  y 
-kO  metros.  Hay  un  puente  de  sillería  y  ladrillo  de 
cinco  arcos;  á  los  cinco  kilómetros,  entre  Arévalo  y 
Ataquines  (que  es  de^la  provincia  de  Valladolid),  con- 
cluye el  trayecto  en  la  provincia  de  Avila. 

ANTIGUO  ESTADO  DE  LOS  CAMI^'OS  DE  LA  PROVINCIA. 


Si  comparamos  el  estado  que  presentan  hoy  las 
vias  de  comunicación  que  partiendo  de  Avila  la 
ponen  en  contacto  con  otras  capitales  de  provincia. 
y  las  que,  naciendo  en  las  cabezas  de  partido  ó  en 
otros  pueblos  situados  en  las  extremidades  de  ella,  se 
dirigen  á  la  Ciudad,  omitiendo  hablar  de  las  que  en 
cuerdas  más  ó  menos  sectantes  de  su  perímetro,  cor- 
ren de  unos  á  otros,  con  lo  que  exigen  de  justicia  la 
necesidad,  la  utilidad  y  la  comodidad  de  sus  habitan- 
tes, todavía  tenemos  que  lamentarnos  y  confesar  con 
dolor  su  conocido  retraso.  Pero  si  para  consuelo 
nuestro  y  para  estudiar  al  país  en  el  sistema  de  sus 
progresivas,  aunque  lentas,  mejoras,  la  comparación 
versa  entre  el  estado  actual  y  el  que  presentaba  la 
Provincia  cincuenta  años  ha,  es  también  justo  soste- 
ner que  mucho  bueno  se  ha  hecho,  y  que  es  poco  lo 


FxESK.ÑA   rOLlTlCO-ClVlL  DE  LA  I'ROMNCIA.  291 

que  resta  pava  poner  en  regular  e?tado  las  grandes 
travesías  de  la  Provincia.  He  aquí  la  demostración  de 
unas  y  otras  reñexioues. 

Camino  de  Avila  a  Madrid.  — Do,  herradura  sólo, 
por  veredas,  por  prados,  por  pantanos,  por  cerros  es- 
carpados y  profundos  barrancos  eran  las  dos  vías  que 
ne  conocían  para  ir  á  la  capital  del  Reino,  ora  se 
marchase  hasta  Villacastin  para  entrar  en  la  carre- 
tera general  de  Castilla,  ora  se  la  fuese  á  buscar  por 
el  Campo- Azíilvaro  á  la  fonda  de  SanEafael,  al  pié  del 
puerto  de  Guadarrama.  Pero  en  el  año  de  1819  se  pro- 
yectó y  principió  á  abrirse  el  segundo  de  estos  cami- 
nos ,  atravesando  dos  únicos  pueblos ,  el  de  Bernuy 
Salinero,  de  nuestra  Provincia,  y  el  del  Espinar,  de  la 
de  Segovia.  siendo  intendente  de  Avila  el  Sr.  I).  José 
Sánchez:  y  desde  1825  en  adelante  se  concluyó,  sién- 
dolo D.  Bernardo  Noncriba,  estableciéndose  una  ven- 
ta y  un  portazgo  en  el  límite  de  las  dos  provincias, 
con  el  objeto  de  templar  algún  tanto  la  larga  sole- 
dad y  desamparo  de  esta  via,  muy  expuesta  ademas, 
por  el  frió,  en  la  estación  de  las  nieves:  y  tal  es  hoy 
la  que,  con  algunas  ligeras  enmiendas  posteriores  y 
cuidando  de  su  conservación  peones  camineros ,  han 
corrido  las  diligencias  de  ]iíadrid  á  Avila  v  Sala- 


do 
manca. 


Los  graves  inconvenientes  que  quedan  indicados 
han  hecho,  sin  embargo,  pensar,  como  debió  hacerse 
desde  1819,  en  la  mejora  de  la  primitiva  via  por  Vi- 
llacastin, y  mucho  mejor  construida  que  la  del  Cam- 
po-Azálvaro,  que  carece  de  ñrme,  y  que,  propia- 
mente hablando ,  fué  poco  más  que  una  explanación; 


292  HISTORIA    DV.    AVILA. 

falta  poco  por  hacer  para  llegar  á  la  Ciudad,  como 
<[ueda  indicado  al  hablar  de  las  carreteras  generales: 
})or  manera,  que  es  de  esperar  que  en  muy  breve 
tiempo  se  abra  al  público  con  mejores  condiciones 
de  construcción ,  en  terreno  más  abrigado,  y  hallán- 
dose en  su  corto  trayecto  de  cinco  leguas  cuatro 
j)ueblos,  Vicolozano,  Berrocalejo,  Mediana  y  Aldea- 
vieja.  Importantísima  mejora,  de  que  han  de  partici- 
])ar  la  mayor  parte  de  las  poblaciones  de  la  Provin- 
cia, porque  son  pocos  los  pueblos  de  las  llanuras 
(le  Arévalo  y  los  de  las  fragosidades  del  partido  de 
I'inares,  los  que  no  tendrán  necesidad  frecuente  de 
utilizarle . 

Camino  del  Puerto  del  Pico ,  ó  de  Amia  á  Tala- 
rera.—Qi  peligroso  era  el  paso  de  los  antiguos  sen- 
deros desde  Avila  á  Madrid,  incomparablemente  más 
aún  lo  era  el  transponer  las  grandes  cumbres  para 
tocar  en  la  parte  meridional  de  la  Provincia.  Y  como 
continuación  del  camino  de  Madrid  á  la  capital,  de 
que  hemos  hablado,  se  abrieron  también  desde  1819 
los  puertos  de  MeDga  y  del  Pico,  que,  facilitando  las 
comunicaciones  del  partido  de  Arenas,  hablan  de 
empalmar  en  TalaA'era  con  la  carretera  general  de 
Extremadura.  Hízose  en  aquella  época  no  poco  con 
la  apertura  de  estas  fragosas  sierras,  porque,  en  ver- 
dad, no  se  hacia  mucho  en  parte  alguna  en  materia 
de  caminos;  pero  es  necesario  confesar  que  no  se 
hizo  lo  bastante.  Quedó  como  un  camino  fácil  de  her- 
radura, muy  penoso  para  la  carretería,  y  dificilísimo, 
cuando  no  imposible,  para  carruajes  de  velocidad  y 
largo  tiro.  Mas  conocidos  ya  los  inconvenientes  que 


RESENA  rOI.lTlCO-ClVIL  PE   I.  \   rROVlNCIA.  293 

presenta  y  los  medios  de  salvarlos,  es  de  necesidad 
urgente  el  emprender  su  reforma ,  aprovechando  todo 
lo  utiUzable;  tanto  más,  cnanto  que  el  Puerto  del 
Pico  es  el  punto  más  corto  de  comunicación  do  las 
provincias  de  Toledo,  Cáceres  y  Badajoz  con  Casti- 
lla la  Vieja;  y  el  ferro-carril  del  Norte,  en  su  paso 
])or  Avila,  de  que  luego  nos  ocuparemos,  ha  de  re- 
portar cuantiosos  rendimientos  con  los  importantes 
accesos  de  esta  necesaria  via.  De  su  actual  estudio  y 
estado  se  ha  dado  también  razón  al  hablar  de  las  ac- 
tuales carreteras. 

Camino  de  Vülatoro  para  llegar  por  Piedrahita 
¡j  el  Barco  áB([jar. — Afortunado  es  el  Valle-Amblés 
con  las  dos  vias  que  le  atraviesan  ,  y  que,  naciendo 
juntas  en  su  salida  de  Avila,  se  separan  diagonal- 
mente  ,  para  aproximarse  á  los  pueblos  del  Sur  de  su 
llanura  la  calzada  del  puerto  del  Pico ,  y  á  los  de  su 
Norte  el  nuevo  camino  que  conduce  por  Piedrahita  á 
Béjar.  Es  el  que  en  la  nota  que  precede  de  la=i  carrete- 
ras de  la  Provincia,  lleva  por  nombre  de  Sorihuela  á 
Avila,  y,  según  ella,  se  halla  ya  terminada,  y  remo- 
vidos todos  los  obstáculos  naturales  que  se  oponían 
á  un  fácil  tránsito  en  tan  fragoso  y  desigual  terreno. 

Caíiiino  de  Salamanca. — En  el  lamentable  estado 
de  nuestras  comunicaciones,  marchábase  sin  camina 
ñrme  desde  Salamanca  á  Madrid,  atravesando  la 
provincia  de  Avila,  sufriendo  todo  género  de  peli- 
gros. En  muchos  puntos  de  la  tierra  llana,  y  muy 
señaladamente  en  la  ler/tca  negra  (por  la  fuerte  miga 
fie  su  terreno),  á  las  inmediaciones  de  Fontiveros, 
atollábanse  los  coches,  galeras  y  recuas,  y  hasta  los 


294  lüSTORiA  di:  avila. 

viajeros  á  caballo  necesitaban  á  las  veces  de  grandes 
auxilios  para  salir  á  tierra  firme :  y  el  peligroso  vado 
del  Adaja  entre  Villanueva  de  Gómez  y  Blasco  San- 
cho ,  donde  los  transeimtes ,  ya  en  ruedas ,  ya  á  ca- 
ballo, tenian  que  ser  trasbordados  á  la  opuesta  mar- 
gen del  rio  en  hombros  de  los  vadeadores,  que  tan  afa- 
nosamente ganan  su  vida,  dará  una  ligera  irlí^a  de  lo 
intolerable  de  tal  travesía:  en  el  invierno  ni  aun  así 
se  pasaba,  y  era  necesario  hacer  el  gran  rodeo  de 
tocar  en  Arévalo.  Conocedor  práctico  de  tantos  peli- 
gros el  autor  de  esta  Reseña ,  tuvo  la  fortuna  de  ob- 
tener del  ánimo  bondadoso  de  la  Reina  Gobernadora, 
augusta  madre  de  S.  M.  la  Sra.  Doña  Isabel  II,  cuan- 
do á  sus  órdenes  desempeñaba  el  Ministerio  de  la  Go- 
bernación en  el  año  de  1839,  que  se  declarase  carre- 
tera general  la  que ,  saliendo  de  Madrid  y  debiendo 
tocar  hasta  la  línea  de  Portugal,  pasaba  por  Avila  y 
Salamanca.  Desde  entonces,  con  los  sucesivos  es- 
fuerzos hechos  por  ambas  provincias ,  siempre  ayu- 
dadas del  Gobierno,  comenzó  á  abrirse  este  camino. 
Acertados  proj^ectos  ])Osteriores  han  combinado  el 
beneficio  de  estas  y  otras  muchas  provincias,  llevan- 
do ya  casi  á  cabo  la  importante  carretera,  que,  cor- 
riendo por  la  de  Zamora ,  abre  un  nuevo  camino  á 
Galicia  por  las  Portillas  en  la  de  Orense. 

Camino  de  Valladolid.  —  VinélQ^o^  también  mu- 
cho que  sea  harto  difícil  y  peligroso  el  corto  espacio 
de  cuatro  ó  cinco  leguas  que  al  Norte  de  Avila  cor- 
ren hasta  empalmar  con  el  camino  real  que  de  Ma- 
drid conduce  á  la  actual  capital  de  Castilla,  y  tanto 
más,  cuanto  que  el  hombre  menos  entendido  com- 


RESE.ÑA  l'OLlTlCü-ClViL  DL  LA   I'UOVINCIA.  295 

prende  cuan  poco  costoso  es  el  poner  siquiera  tran- 
sitable para  carruajes  la  antiquísima  calzada  que  á 
Toledo ,  atravesando  por  Ming-orría  j  Santo  Domin- 
go, que  por  esta  razón  de  las  Posadas  se  llamaba,  y 
([ue,  debiendo  entrar  ahora  por  Velayos  en  la  nueva 
entre  Sanchidrian  y  Blasco  Sancho,  desde  Burgos 
conducía.  Sensible  es  reconocer  que  hoy  no  hay  ca- 
mino de  ruedas  desde  Avila  á  Valladolid  en  este  es- 
pacio, y  si  no  se  repara  el  que  queda  indicado,  será 
preciso  hacer  grandes  rodeos,  ora  por  Villacastin,  ora 
l^or  la  Morana.  Y  no  basta  decir  que  con  la  via  férrea 
está  de  sobra  esta  pequeña  fracción  de  la  carretera, 
porque  muchas  personas  tienen  que  hacer  en  ruedas 
sus  viajes  á  puntos  transversales,  abandonando  el 
tren,  y  se  hallan  sin  carruajes  para  llegar  al  punto 
que  desean. 

Ferro-carril  del  Norte.— hd,  construcción  de  esta 
importante  via  coronó  los  laudables  y  patrióticos  es- 
faerzos  que  los  hijos  y  amigos  de  nuestra  Provincia, 
de  todos  los  partidos,  colores  y  matices  políticos,  ha- 
bíamos hecho ,  cada  cual  en  el  círculo  de  su  poder 
y  en  el  de  sus  influencias,  declarando  la  ley  en  que 
se  decretó  que ,  entre  otros ,  Avila  y  Arévalo  eran 
puntos  esenciales  de  la  via  férrea  que,  partiendo  de 
jladrid  y  pasando  por  Valladolid  y  Burgos,  había  de 
terminar  en  el  límite  Norte  del  Reino.  Y  hoy  que  así 
í'stá  ejecutado  y  que  ya  no  hay  competencia,  es  con- 
veniente publicar,  para  que  se  sepa,  que  la  ley  determi- 
nó lo  justo.  Si  se  apetecía  el  camino  que  fuese  de  más 
fácil  construcción,  y,  por  consiguiente,  el  más  breve 
cu  su  ejecución,  el  menos  costoso,  el  que  más  mer- 


29G  lIlSlOr.lA    DE    AVILA. 

cados  y  poblaciones  hallase  en  su  tránsito,  y  al  que^ 
la?  producciones  de  mayor  número  de  provincias  en- 
riqueciesen, Avila  reunía  con  grandes  ventajas  to- 
das estas  circunstancias,  porque  presentándose  en 
dirección  á  esta  ciudad  el  punto  más  suave  para  el 
jjaso  de  las  montañas  del  Guadarrama,  era  al  mismo 
t"empo  Avila  el  de  la  confluencia  y  cambio  de  los 
])roductos  de  Extremadura,  de  Valladolid,  Zamora, 
Salamanca  y  otros  mercados  de  Castilla.  Lo  que  fal- 
taba era  describir  su  trayecto,  que  tenia  que  arrancar 
necesariamente  del  Eeal  Sitio  de  San  Lorenzo.  Y  este 
l^roblema  se  resolvió  formando  el  gran  ángulo,  cuyo 
vértice  entre  Madrid  y  Valladolid  es  cabalmente 
nuestra  capital,  porque  naciendo  no  lejos  del  Esco- 
rial ,  en  el  límite  Este  entre  Eobledo  y  las  Navas  del 
iviarqués,  muere  en  el  límite  Norte  de  la  Provincia. 
Aquí  describiríamos  paso  á  paso  todo  su  curso ;  pero 
como  es  tan  perfecto,  tan  científico,  tan  exacto  y 
hasta  minucioso  el  que  queda  ya  expuesto,  lo  cree- 
mos de  todo  punto  innecesario. 

Olsertaciotí final  sobre  los  caminos,— Qm^i^Q  por 
el  vulgo  que  una  vez  explotada  la  via-férrea  en  su 
tránsito  por  la  Provincia,  es  inútil  pensar  ya  en  la  re- 
])  iracion  y  en  las  mejoras  de  los  caminos  á  Madrid  y 
Valladolid,  prometiéndose  encontrar  así  una  laudable 
economía;  y  es  indispensable  desvanecer  tal  error; 
antes  al  contrario,  nunca  hay  mayor  necesidad  de  em- 
])render  nuevos  caminos,  de  conservarlos  actuales  y 
de  descender  á  la  mejora  de  los  vecinales,  que  cuando 
\i\\  ferro-carril  pasa  á  las  inmediaciones.  Semejantes 
estas  grandes  vias  á  las  grandes  arterias  y  grandes 


RESEÑA  rOLlTICO-ClVlL  DE  LA  PROVINCIA.  297 

veuas  del  cuerpo  humano,  que  respectivamente  dan  y 
reciben  la  sangre,  que  va  y  vuelve  sin  cosar  al  cora- 
zón, y  que  necesitan  del  más  perfecto  equilibrio  y  buen 
estado,  hasta  de  los  más  pequeños  vasos  sanguíneos 
de  nuestro  organismo,  así  el  ferro-carril  necesita  en 
nuestra  Provincia,  como  en  todas  las  que  le  tienen, 
]).ira  dir  y  to.nar  fácilmente  viajeros  y  mercancías 
que  acudan  á  sus  estaciones,  de  las  grandes  vias  or- 
dinarias, que  son  las  carreteras;  que  á  ellas  accedan 
otras  mcno.-i  importantes,  y  que  estas  se  vaj'an  di- 
vidiendo y  subdividicndo  hasta  llegar  á  cada  pueblo, 
y  si  es  posible  á  cada  heredamiento. 

Y  la  experiencia  demuestra  ya  á  mi  país ,  como 
lo  ha  demostrado  en  otras  muchas  provincias,  que  al 
año  de  estar  en  uso  la  via-férrea  se  han  abierto  y  re- 
])arado  muchos  caminos,  que  sin  ella,  ó  se  hubiesen 
abandonado  ó  no  se  hubieran  construido  jamas.  Tal 
03  la  benéfica  influencia  que  derrama  á  muchas  le- 
guas de  sí  cada  ferro-carril. 

Y  nuestra  Diputación  Provincial,  bien  convencida 
de  tal  verdad,  ha  hecho  y  está  haciendo  grandes  es- 
fuerzos para  abrir  comunicaciones  en  los  puntos  má>; 
fragosos  del  país. 


La  Procincia  de  Axila  no  necesita  de  las  pruuuc- 
ciones  y  recursos  de  otras  para  cubrir  sus  ordinarias 
é  imprescindibles  necesidades  con  cómoda  abundan- 
cia: es  digna  de  ser  bien  conocida,  por  los  elementos 
no  explotados  que  encierra  de  riqueza,  y  de  ser  visi- 


298  HISTORIA    !1E    AVILA. 

tada  por  su  amenidad  j  variados  climas,  por  su  com- 
probada salubridad  y  por  la  belleza  de  sus  pintores- 
cos paisajes. 

En  efecto,  por  más  que  no  sea  lialagiieño  el  as- 
pecto industrial  y  mercantil  que  presenta,  no  es  éste 
motivo  suficiente  para  que  sus  naturales ,  á  quienes 
animan  pensamientos  elevados,  dejen  de  alentar  á  sus 
honrados  compatricios  a  que  hagan  esfuerzos  para 
mejorar,  en  este  punto,  de  situación,  cuando  por  otra 
parte  es  innegable  que  es  creciente  el  desarrollo  de 
su  riqueza  de  treinta  años  acá ,  evitando  así  la  ex- 
portación de  caudales  de  la  Provincia. 

Pero  aunque  un  hado  fatal  proscribiese  eterna- 
mente de  nuestro  país  los  progresos  manufactureros, 
son  todavía  de  tal  y  tan  buena  y  tan  segura  produc- 
ción los  elementos  constantes  de  su  existencia,  que 
si  nunca  pudiera  llegar  á  llamarse  rico,  puede  no 
obstante  afirmarse  que  tampoco  jamas  se  verá  extre- 
madamente pobre.  Sí;  la  Provincia  en  sus  productos 
naturales  tiene  efectivamente  la  riqueza  suficiente 
para  subvenir  á  todas  sus  necesidades.  Dulce  y  sa- 
tisfactoria es  tal  idea  para  sus  buenos  hijos;  pero  no 
basta  indicarla  como  un  afecto  del  corazón,  es  nece- 
sario demostrarla  con  los  cálculos  de  la  Estadística  y 
con  la  favorable  inclinación  que  las  exportaciones  de 
sus  productos  y  las  importaciones  de  aquellos  que 
consume  y  de  que  carece,  presenta  en  una  buena 
balanza  comercial. 

Si  sus  granos  y  legumbres  de  todas  especies,  y 
señaladam^ente  el  trigo,  el  garbanzo  y  la  aluvia  (') 
judía  seca:  si  sus  ganados  lanar,  cabrío  y  vacuno. 


KüSEVV  I'OLITICO-CIVIL   DE  LA  PROVINCIA.  299 

así  los  que  se  destinan  al  consumo  de  carnes ,  como 
al  servicio  del  cultivo  y  del  transporte,  á  que  debe 
agregarse  la  abundante  cria  del  caballar,  que  dia- 
riamente se  mejora;  si  sus  lanas  merinas  y  bastas: 
si  sus  linos;  si  sus  frutas  de  estío  y  de  invierno;  si 
la  patata  y  la  castaña,  y  si  sus  vinos  y  aceites,  que 
son  los  elementos  más  pingües  y  seguros  de  su  ri- 
queza, no  sólo  surten  abundantemente  al  país,  sino 
que  proporcionan  considerables  extracciones  fuera  de 
la  Provincia;  si  sus  maderas  de  construcción ,  sus  le- 
ñas j  carl)ones  también  producen  transportes  de  im- 
portancia :  si  sus  frescos  pastos  acogen  en  el  venino 
muchísimos  ganados  de  las  provincias  aledañas;  si  sus 
clarísimas  g-argantas  y  rios  dan  abundantes  y  delica- 
das truchas  para  el  consumo  dei  país  y  para  una  cons- 
tante granjeria,  conduciéndolas  ala  corte;  si,  auiique 
toscos  y  groseros,  producen  para  el  uso  del  pueblo  sus 
linos  lienzos ,  y  paños  sus  lanas .  sin  mendigar  para 
los  tejidos  de  una  ni  otra  clase,  ni  telares,  ni  bata- 
nes; si  las  fábricas  de  sombreros  de  Avila,  Piedrahi- 
ta  y  otros  pueblos;  si  las  hilazas  que  exporta  Béjar; 
si  la  loza  encarnada  de  la  capital,  de  Tiñosillos  y 
otros  lugares ;  si  las  fábricas  de  papel  de  la  Adrada; 
si  los  martinetes  de  cobre  de  Arenas  y  del  Barco :  y 
si  los  magníficos  lavaderos  de  lanas  finas  del  Barco 
y  de  Bonilla  son  siquiera  elementos  indicativos  de  su 
industria  actual,  que  tanto  pudiera  ensancharse:  si 
es  prodigiosa  la  cantidad  y  muy  estimable  la  calidad 
de  sus  minerales  de  basalto ,  ocre ,  hierro ,  cobre,  plo- 
mo y  plata  do  que  dan  claro  testimonio  las  minas  en 
otro  tiempo  beneficiadas,  y  las  nuevas  descubiertas 


300  UiSTORIA    LE    AVILA. 

eii  Arenas,  Arenul,  Caiideleda,  Guisando,  Pedr:> 
Bernardo,  los  Patos  y  otros  muchos  puntos;  sino 
menos  abundan  sus  montañas  en  pizarras  lumi- 
nosas, muy  convenientes  para  pavimentos,  y  e:i 
hermosos  mármoles  y  jaspes  de  caprichosos  colores, 
de  que  aparecen  pruebas  inequívocas,  entre  otras 
tantas  que  pudieran  citarse,  en  la  capilla  de  San 
Pedro  de  Alcántara  en  Arenas ;  si  es  considerable  el 
número  de  arbustos  y  plantas  medicinales  y  tintó- 
reas en  todas  sus  sierras;  si  la  miel  que  rinden  los 
colmenares  que  ellas  encierran  es  tan  sabrosa  como 
apreciada;  y  si  otras  varias  y  diversificadas  produc- 
ciones naturales  y  artificiales  rinden,  aunque  en 
menor  escala,  valores  considerables  á  nuestro  país, 
evitando  en  igual  proporción  el  sacrificio  que  exi- 
giría la  introducción  de  otros  tantos  productos  ne- 
cesarios á  toda  su  población,  que,  generalmente 
hablando,  es  harto  modesta,  sencilla  y  extraña  á 
todo  lujo ;  y  sobre  todo  si  esa  pequeña ,  ruda  y 
estacionaria  industria,  debida  en  gran  parte  al  apro 
vechaniiento  de  algunos  de  los  infinitos  y  prodigio- 
sos saltos  de  agua  que  se  pierden,  sirve  al  menos 
de  señuelo  para  que  sean  conocidos  y  puedan  ser 
utilizados  en  más  ricos  é  importantes  establecimien- 
tos industriales,  donde  los  naturales  y  forasteros- 
empleen  sus  capitales  con  utilidad  propia  de  la  Pro- 
vincia, dando  ocupación  á  muchos  jornaleros;  es 
evidentemente  claro  que  mientras  esto  no  suceda ,  y 
considerada  nada  más  que  como  hoy  se  encuentra, 
exportando  sus  cereales ,  sus  frutas ,  sus  lanas,  ga- 
nados y  maderas ,  la  provincia  de  Avila ,  gracias  á 


nrsKÑA  roLiTico-civii-  F'E  h  promncia.         íOl 

la  divina  rrovidcncia ,  tiene  la  fortuna  de  reunir 
elementos  bastantes  de  riqueza  para  garantir  toda? 
las  necesidades  de  la  vida. 

Lo  manifestado  hasta  aquí ,  relativo  á  su  pinto- 
resca situación  geográfica,  á  sus  sierras,  valles  y 
rios,  á  las  ricas  y  abundantes  producciones  de  su 
cultivo  y  ganadería,  y  á  los  imperfectos,  pero  útiles 
resultados  de  su  industria ,  no  es  exageración  hija 
del  amor  al  país.  No  tiene,  no,  la  provincia  de  Avi- 
la que  envidiar  la  salubridad,  la  belleza,  la  frescura, 
la  amenidad,  la  abundancia  y  diversidad  de  sus  car- 
r.es  y  pesca  dulce ,  de  sus  delicadas  frutas  y  de  todo 
género  de  subsistencias  á  las  agradables  y  justa- 
mente celebradas  y  concurridas  del  Norte  de  España , 
muy  conocidas  y  visitadas  por  el  autor  de  esta  obra, 
para  ofrecer  al  viajero  una  deleitosa  estación  en  el 
estío,  y  aun  una  templada  y  muy  higiénica  morada 
contra  los  rigores  del  invierno.  Otras  son  las  causas 
(que  fácilmente  pueden  desaparecer,  como  hijas,  no 
de  la  naturaleza,  sino  únicamente  de  la  opinión,  una 
vez  bien  conocido  el  país)  de  que  hoy  no  sea  m.á« 
frecuentado  de  forasteros,  convirtiéndose  en  una  jor- 
nada de  placer  para  muchas  familias  acomodadas  de 
la  corte  en  los  ardores  del  verano,  y  señaladamente 
para  los  que  son  hacendados  en  sus  distintos  parti- 
dos :  y  puesto  que  las  vias  de  comunicación  se  van 
facilitando  más  cada  dia,  sépanlo  mis  paisanos  para 
que  se  üediquen  los  que  en  ello  se  interesen  al  útil  y 
conveniente  tráfico  y  ejercicio  del  hospedaje,  propor- 
cionando comodidad  y  bienestar  al  viajero;  y  sépanlo 
á  su  vez  los  forasteros  para  que  se  persuadan  de  que 


302  HISTORIA    DE    AVILA. 

soii  mlij  dignas  de  su  esparcimiento ,  de  su  estudio 
y  admiración  las  enormes  y  rudas  montañas,  los^ 
amenos  y  profundos  valles,  las  ruidosas  cascadas, 
los  impetuosos  torrentes,  los  espesos  montes,  que 
mantienen  corzos ,  cabras  monteses  y  jabalíes,  y,  en 
iin,  los  admirables  horizontes  con  que  el  cielo,  en  su 
clemencia,  embelleció  mi  país. 


RESEÑA  PERSONAL  POLÍTICO-CIVIL 


EN    EL    xMAS    LATO    SSISTIDO    DE    ESTE    EPÍGRAFE. 


A  la  Reseña  político-civil  que  acabo  de  escribir. 
iv^lativa  en  su  esencia  á  las  cosas  ó  elementos  mate- 
riales y  morales  que  constituyen  la  Provincia,  sigue 
la  concerniente  á  las  personas ,  tomando  este  nom- 
bre en  la  acepción  de  personas  políticas,  públicas  ó 
de  otro  modo  caracterizadas  con  un  título  social,  que 
directamente  tenga  relación  con  los  cargos  de  que 
hayan  estado  investidas;  y  de  muchas  de  las  cuales 
habremos  de  hacer  después  mención  especial  en  la 
Historia.  Califico,  pues,  esta  reseña  &q personal poli- 
tico-ciml  en  el  más  lato  sentido  de  su  epígrafe,  por- 
que los  individuos  que  la  componen  corresponden 
en  todos  sus  ramos  á  lo  que  se  llama  Estarlo  civil, 
on  contraposición  de  lo  que  pertenece  ó  atañe,  bajo 
cualquier  aspecto,  al  Estado  eclesiástico. 

Y  para  exponerla  con  la  más  conducente  clari- 
dad, la  divido  en  dos  secciones :  una  la  político-elec- 
toral de  la  Ciudad  sola  ó  de  toda  la  Provincia:  otra 
la  exclusivamente  militar,  porque  procede  ya  de  los 
cuerpos  creados  con  los  hijos  de  la  Provincia,  ya  de 
los  institutos  científicos,  que  perteneciendo  al  ejer- 
cito en  general  la  han  enaltecido  con  su  permanen- 


304  HiSTonjA  ce  avila. 

cia  en  ella  de  más  ó  menos  duración.  En  el  texto  de 
la  Historia,  y  en  sus  respectivos  períodos,  hablare- 
mos más  detenidamente  de  ellos. 

RESEÑA  político-electoral 
LE  LA  CIUDAD  Y  AKTIGUA  TIERRA  DE  AVILA  Y  DE  SU  PROVINCIA. 


Tampoco  podia  pa=:ar  en  olvido,  en  nuestra  época 
do  Gobierno  constitucional  representativo,  la  reseña 
político-electoral  de  la  Ciudad  v  Provincia  en  muy 
distintos  tiempos,  de  que  lie  podido  adquirir  noticias 
exactas,  en  cuanto  contiene,  si  bien  lamentando  al- 
guna omisión  y  algún  defecto ,  que  no  me  ha  sido 
posible  evitar,  á  pesar  de  haber  practicado  las  más 
esquisitas  diligencias  en  busca  de  datos  oficiales ,  ó 
por  lo  menos  fidedignos. 

Comprende,  pues,  esta  reseña  la  noticia  de  los 
Procuradores  de  la  Ciudad  de  Avila  en  las  antiguas 
Cortes  de  León  y  Castilla,  desde  las  celebradas  en 
Burgos  en  1315,  hasta  las  últimas  reunidas  en  Ma- 
drid por  D.  Felipe  IV  en  1634,  y  las  generales  del 
Reino  por  la  ilustre  casa  de  Borbon,  desde  D.  FeH- 
pe  Ven  1712  y  1713,  hasta  las  de  1832  por  D.  Fer- 
nando Vil;  los  Diputados  á  las  modernas  Cortes 
constitucionales,  desde  las  Constituyentes  en  Cádiz 
do  1810  alas  ordinarias  de  1813  y  1814,  y  de  1820 
á  1823:  los  Procuradores  á  las  convocadas  por  Esta- 
mentos para  1834  y  1838,  y  los  Diputados,  ya  en  Cor- 


RESEÑA  PtRSO.NAL   rOIITlCO   CIVIL.  305 

tes  constituyentes,  ya  en  orJinarias,  desde  1836  has- 
ta las  actuales  de  1872.  Incluyese  también  la  enu- 
meración cronológica  de  los  Senadores,  ora  propues- 
tos por  la  Provincia  y  elegidos  por  la  Corona ,  ora 
vitalicios  de  exclusivo  nombramiento  real ,  pero  que 
antes  habian  sido  Diputados  ó  S3nadores  electivos, 
cuyo  catálogo  principia  en  1837  y  termina  en  1868; 
y  finalmente,  los  Senadores  de  absoluta  y  exclusiva 
elección  popular,  desde  que  se  publicó  la  Consti'u- 
cion  de  1869  hasta  los  que  han  pertenecido  á  las 
Cortes  de  1872. 

Por  último,  como  causaria  suma  extrañeza ,  y 
con  gran  razón ,  que  á  este  Nomenclátor  político  no 
siguiese  la  noticia  del  restablecimiento  y  renovacio- 
nes generales  ó  parciales  de  la  Diputación  Provin- 
cial, con  el  variado  número  de  sus  individuos,  según 
sus  respectivas  épocas,  publico  la  serie  que  com- 
prende desde  1820  (y  se  interrumpe  en  1822),  cor- 
riendo ya  exacta  desde  1835  hasta  los  actuales, 
elegidos  en  1871. 

ANTIGUAS  CORTES  DE  CASTILLA  Y  LEÓN  Y  GENERALES  DE  TODO  EL  REINO. 


Solamente  concurrían  á  ellas ,  en  representación 
del  estado  civil,  los  Procuradores  que  enviaban  las 
ciudades  y  villas  que  tenian  el  privilegio  de  voto  en 
Cortes,  y  la  de  Avila  le  ol)tuvo  desde  la  más  remota 
antigüedad. 

Este  cuadro  cronológico  es  (así  debo  persuadí r- 
TOMO  I.  20 


306  HISTORIA    DE    AVILA. 

meló)  el  más  exacto  que  hasta  hoy  puede  presentar  - 
se.  Y  lo  digo  con  alguna  confianza,  porque  no  es  en 
su  esencia  mió :  no  he  tenido  en  él  más  parte  que  la- 
de  inquirir  y  averiguar,  proporcionarme  y  tener  á  la 
vista  los  documentos  de  donde  pudiera  extractarle» 
y  creo  que  lo  he  logrado. 

Es  debido  tan  penoso  y  delicado  trabajo  á  los 
afanes  incesantes  de  la  Real  Academia  de  la  Historia 
en  la  magnífica  publicación  que  tiene  comenzada  de 
las  Cortes  de  León  y  Castilla:  á  la  Colección,  no  me- 
nos esmerada  y  luminosa,  de  las  Actas  de  las  Cortes 
de  Castilla ,  acordada  por  el  Congreso  de  los  señores 
Diputados,  que  todavía  está  incompleta,  y  á  los  da- 
tos especiales  posteriores  que  he  recogido  en  otras 
obras  históricas,  ó  que  me  han  proporcionado  las  se- 
cretarías y  archivos  de  la  Diputación  Provincial  y 
Ayuntamiento  de  nuestra  Ciudad ;  y  de  todos  estos 
fidedignos  documentos  he  formado  el  catálogo  coor- 
dinado que  sigue  á  continuación. 

CORTES  DE  LEÓN  Y  DE  CASTILLA 

putlicadas  por  la  Real  Academia  de  la  Historia,  y  por  el  Congreso 
de  los  Sres.  Diputados. 


Año  1115.— Reinado  de  Doña  Urraca. 

Concilium  Ovetense,  anno  1115, 
Concilio  de  Oviedo. 

Sanctius  Abelensis  Episcopus. 
Sancho  Obispo  Abelense. 


RESEÑA  PERSONAL  POLlTlCO-ClVlL.  307 

1305.— Reinado  deD.  Fernando  IV. 

Ordenamiento  otorgado  á  los  Concejos  de 
los  lugares  de  Castilla  en  las  Cortes  de 
Medina  del  Campo,  en  el  año  1305;  fir- 
ma entre  otros  de  esta  manera  «D.  Pedro 
Obispo  de  Avila,  conf. » 

Por  el  profundo  respeto  qué  debo  á  la  Academia, 
y  por  honrosa  memoria  de  dos  antiguos  prelados  de 
la  Iglesia  de  Avila ,  he  creido  oportuno  no  omitir  en 
este  catálogo  de  sus  Procuradores  á  las  antiguas 
Cortes  el  Concilio  de  Oviedo  y  el  Ordenamiento  de 
Medina  del  Campo,  si  bien  concurrieron  á  ambos  por 
su  carácter  de  Obispos.  Es  de  notar  que  los  de  Avila, 
en  el  siglo  xii,  no  se  llamaban  Abulenses ,  sino  Abe- 
lenses,  y  que  el  que  asistió  á  las  Cortes  de  Medina 
del  Campo,  fué  D.  Pedro  Luxán,  según  todo  se  de- 
mostrará más  adelante. 

Año  1315.— Era  1353.— Reinado  deD.  Alonso  XI. 
Cuaderno  de  la  Hermandad  que  los  ca- 
balleros hijos-dalgo  y  hombres  buenos  de 
los  reinos  de  Castilla,  León,  Toledo  y  las 
Extremaduras  hicieron  para  defenderse 
de  los  tuertos  y  daños  que  les  causasen 
los  tutores,  durante  la  menor  edad  de 
D.  Alonso  XI,  aprobado  en  las  Cortes 
de  Burgos,  celebradas  el  año  1315  (1), 
era  MCCCLIII. 


(1)     AÑO.  Era. — Como  es  la  prl-  en  otras  muchas,  queremos  'lar  á 

mera  vez  que  se  présenla  la  ocasión  nuestros  paisanos  la  siguiente  expli- 

de  emplear  reunifios  á  la  vez  el  Año  cacio'i  de  amh:is  palabras, 
y  la  Era,  que  habremos  de  repetir  Es  sabido  de  t^doel  mundo  lile- 


:^08  HISTORIA    DE    AVILA. 

De  Abila: 

Gurci  González  é  Fierran  Blasquez  é  Goncalo 
Gómez  é  Nunno  Gómez  é  Blasco  Munnoz  Ffide 
Esteuan  Domingo  é  Don  Matheos  é  Ssanclio 
Sánchez ,  hermano  de  X uuno  Gómez  ,  é  Gon- 
zalo Aluarez  é  Cromez  Gil  é  Goncalo  González 
Quexada  é  Johan  Gómez  Baylete  é  Fierran  Sán- 
chez Ffide  Ssancho  Crespo  é  Nunno  Ferrandez, 
ffijo  de  Vasco  Ssanchez ,  é  Ximen  Nunno ,  ffijo 
de  Ffortun  García  é  Don  Mateos,  ffijo  de  Munno 
Mateos,  é  Pero  Fferrandez  de  Vargas. 

Extraño  parecerá  que  concurriesen  al  otorga- 
miento de  este  Cuaderno  de  Hermandad  nada  menos 
(jue  diez  y  seis  representantes  de  Avila,  pero  al 
examinar  las  actas  de  estas  Cortes  se  ve  que  los  de 
otros  territorios  firmaban  separadamente  por  los  res- 
pectivos pueblos  de  que  procedían,  mientras  que  los 
de  Avila  firmaron  juntos  bajo  el  epígrafe  Abila,  que 
comprende  «la  Ciudad  y  tierra,»  frase  constante- 
mente usada  desde  la  antigüedad  en  los  documentos 
avileses. 


rario.  que  existe  la  diferencia  de  forma:  Amius  Erctt  Re(/iií  Aiigi-'x- 

íreinta  y  ocho  años  entre  la  Era  de    ti (tantos).  Por  abreviar  la  fór- 

Augusto  y  la  Era  Cristi  ina.  prece-  muía  se  emplearon   después  soi;i- 

diendo  aquella  á  esta:  así,  por  ejem-  mente  las  iniciales  de  estas  cuatro 

pío,  el  año  138  de  la  Era  6  imperio  ]ialabras,  y  como  la  A  y  la  E  unidis 

ds  Augusto  corresponde  al  año  ^(}U  hacen  en  iatin  un  diptongo,  resull'i 

de  la  Era  ó  nacimit^nto  de  Cristo,  que  se  leia  ;EP>A.  Su  significaciíin 

Pero  es  curioso  saber   por  qué  se  siempre  recordaba  el  tiempo  del  cni- 

adopíó  la  palabra  Era  para  signi-  perador  Augusto .  y  así  se  siguii'i 

ficar  un  espacio  de  tiempo  ó  marcar  usándola  en  (bastilla'  hasta  que  eu  »■! 

una  época.    Consiste  esto,  en  que  año  de  su   Era   1421,  que  corres- 

para  fijar  el  tiempo  de  un  aconteci-  ponde  al  de  lo<S.5de  la  Era  Cristiana, 

miento  posterior  ya  al  año  71Í  de  la  se  comenzó  á  contar  el  tiempo  desde 

fundación  de  P.oma,  en  que  Octavio  la  Natividad  de  N.  S.  Jesucristo,  ¡mr 

Augusto  fundó  el  trono  imperial  ro-  resolución  del  rey  D    Juan  1  en  las 

mano ,  se  comenzó  á  usar  de  esta  Cortes  que  celebró  en  Segovia. 


F.KgEXA  PERSONAL    rOI.ITlCO-CtVlL.  309 

Aüo  1.391  —Cortes  de  Madrid: 

Alfonso  González  é  Sancho  Sánchez,  pro(*urado- 
res  de  Abila. 

1521.— En  la  Coruüa,  reinado  de  D.  Carlos  I: 

Diego  Hernández  de  Quiñones. 
Sancho  Zimbron. 

1521.— Junta  de  Avila,  en  el  mismo  reinado,  lla- 
mada con  poca  exactitud  Cortes,  y  con 
mayor  propiedad  Comunidades  de  Castilla: 

Antón  Vázquez  Dávila. 
Sancho  Zimbron . 

1563.— En  Madrid,  reinado  de  I).  Felipe  II: 

D.  Enrique  de  Avila. 
Lázaro  de  Salazar  de  Avila. 

1566. -En  Madrid: 

Juan  de  Henao,  regidor  de  la  Ciudad. 
Gilde  Villalba,  idem. 

1570.— En  Madrid: 

Antonio  del  Peso,  regidor. 
Antonio  de  Ñuño  Hierro,  idero. 

1573. -En  Madrid: 

Luis  Nuuez  Vela,  regidor. 
Diego  de  Tapia  ,  idera. 

1576. -En  Madrid: 

Juan  de  Ayala,  regidor. 
D.  Pedro  del  Águila,  idem. 


310  HISTORIA    DE    AVILA. 

1579  á  82.— En  Madrid: 

Licenciado  Pacheco  de  Espinosa,  regidor. 
Rodrigo  de  Barrientos,  idem. 

1583  á  85.— En  Madrid: 

D.  Pedro  del  Águila,  procurador. 
Ochoa  de  Aguirre,  idem. 

1586 á  88.— En  Madrid: 

Licenciado  Diego  Gasea  de  Salazar. 
Vela  Nuuez. 

1588 á  90.— ídem: 

D.  Pedro  del  Peso. 
Hernán  de  Guillamas. 

1592 á  98.— ídem: 

Gaspar  de  BuUon. 
D.  Diego  de  Rivera. 

1598á601.— Reinado  de  Felipe  III.— ídem: 

D.  Diego  de  Rivera  Vázquez. 
D.  Francisco  del  Peso. 

1602á604.— En  Valladolid: 

D.  Diego  de  Rivera  Vázquez. 
D.  Juan  Serrano  Zapata. 

1607á611.— En  Madrid: 

Licenciado  D.  Juan  Serrano  Zapata. 
D.  Francisco  Nuñez  Vela  de  Acuña. 

161  lá612.— ídem: 

D.  Antonio  de  Pedroso. 
D.  Pedro  de  Henao. 


RESEÑA  PERSONAL  POLITICO-ClVlL.  311 

1615.— En  Madrid: 

D.  Antonio  Soto  de  Barrientos. 
D.  Gabriel  Pacheco. 

1617á6:20.~Idem: 

D.  Diego  de  Avila  de  Tapia. 
D.  Gabriel  Alvarez  Cimbrón. 


1621.— ídem: 

D.  Antonio  dePedroso. 
D.  Juan  Serrano. 

1623á629. -Reinado  de  Felipe  IV.— En  Madrid: 

D.  Ñuño  de  Mujica. 

D.  Gonzalo  Daza  de  Olivares. 

1632á636.— ídem: 

D.  Sancho  de  Bullón. 

D.  Antonio  de  Avila,  marqués  de  las  Navas. 

1638á643.-Idem: 

D.  Gerónimo  Guillamas. 
D.  Dieg"o  de  Villabesa. 

1 646  á  647.— ídem: 

D.  Gabriel  de  Barrionuevo. 
D.  Juan  Vela  del  Águila. 

1649  á  651.— ídem: 

D.  Antonio  Vela  de  Tapia. 
D.  Antonio  Pacheco  Triviño. 

1 655  á  658.— ídem: 

D.  Juan  de  Salcedo  Guillamas. 
D.  Diego  Gabriel  del  Águila. 


312  HISTORIA    UE    AVILA. 

1660á664.— En  Madrid: 

D.  Pedro  de  Henao. 
J).  Alonso  Calderón. 

CORTES  GENERALES  DEL  REINO. 


1712á713.~-Eii  Madrid.- Reinado  deD.  Felipe  V.— 
Convocadas  para  establecer  un  nuevo  or- 
den de  sucesión  en  la  Corona. 

D.  Diego  Gabriel  de  Villalva. 
1).  Joaquín  Bullón  y  Castejon. 

1789.— ídem.— Reinado  de  D.  Carlos  IV.— Para 
restablecer  el  orden  antiguo  en  la  suce- 
sión de  la  Corona. 

I).  Fausto  Cosío. 

El  conde  de  Ivangrande. 

1833.— ídem.— Reinado  de  D.  Fernando  VIL  — 
Convocadas  para  la  publicación  de  las 
Actas  de  las  Cortes  de  1789,  y  Jura  de 
su  hija  doña  Isabel  como  princesa  de 
Asturias. 

D.  Agustín  Calvo  y  Calvo. 
D.  Fausto  Aguado. 


CORTES  CONSTÍTUCMALES  DEL  REINO. 


DIVISIÓN     PO!  iriCÜ-ELECTORAL     BE     LA     PROVINCIA 
EX  ülSTliNTAS  ÉPOCAS. 

Como  el  Gobierno  monárquico-representativo 
que  desde  el  año  de  1810  se  inauguró  en  este  siglo 
en  nuestro  país ,  y  se  ha  ido  organizando  y  rectifi- 
cando ,  aunque  con  largas  interrupciones  y  vicisitu- 
des ,  ha  dado  ocasión  á  otra  división  territorial  de  la 
Provincia  bajo  su  aspecto  electoral ,  y  son  de  tener 
muy  en  cuenta  para  quien  se  ocupe  en  la  historia  de 
la  última  media  centuria,  así  los  diversos  principios 
políticos  bajo  los  que  la  Provincia  ha  sido  repre- 
sentada en  las  Cortes  del  Reino ,  como  la  sucesión 
de  sus  Diputaciones  provinciales,  nueva  entidad 
popular  propia  de  las  instituciones  constituciona- 
les, darán  clara  idea  de  estos  acontecimientos,  así 
respecto  de  la  variada  división  político-electoral  de 
la  Provincia,  como  de  las  elecciones  generales  á 
Cortes  que  ha  celebrado,  y  de  las  renovaciones  de  su 
Diputación  Provincial,  los  breves  extractos  que  á 
continuación  se  estampan. 

1810  á  12.— Convocadas  Cortes  generales  y  extra- 
ordinarias por  la  Junta  Central  de  gobier- 
no, durante  la  guerra  de  la  Independen- 
cia y  la  cautividad  del  rey  D.  Fernan- 
do VIÍ,  se  constituyeron  en  Cádiz  en  el 


314  HisroniA  de  avila. 

año  de  1810:  y  como  casi  todo  el  territo- 
rio de  la  Península  se  hallaba  ocupado 
por  los  franceses  y  no  era  posible  la  elec- 
ción popular  en  las  provincias,  los  res- 
pectivos naturales  de  cada  una ,  residen- 
tes en  la  isla  gaditana  y  territorio  libre 
de  enemigos,  eligieron  Diputados  por  sus 
respectivos  países;  y  para  representar 
nuestra  Provincia  fué  nombrado,  como 
natural  de  ella,  el  señor 

D.  Francisco  de  la  Serna. 

1813 á  14.— Publicada  la  Constitución  de  1812,  que 
formaron  las  anteriores  Cortes  generales 
y  extraordinarias ,  convocáronse  las  pri- 
meras ordinarias  para  1.°  de  Octubre 
de  1813,  y  debiendo  durar  solamente  dos 
años  el  cargo  de  la  Diputación,  fueron 
elegidos  en  la  Provincia  por  el  método 
electoral  que  la  misma  Constitución  mar- 
caba ,  y  en  virtud  del  cual  le  correspon- 
dían dos  Diputados,  los  señores 

D.  Juan  Manuel  Rengifo. 
D.  Luis  Lujan  y  Monroy. 

1820  á  21 .  —Abolido  el  gobierno  representativo  cons- 
titucional en  Mayo  de  1814,  al  regreso  á 
España  del  rey  D.  Fernando,  fué  resta- 
blecido en  Marzo  de  1820;  y  convocadas 
Cortes  ordinarias  á  Madrid,  con  arreglo  á 
la  Constitución ,  fueron  elegidos  por  Di- 


RESEÑA  PERSONAL  rOLITlCO-ClVlL.  315 

putados  de  la  Provincia  para  las  legisla- 
laturas  de  1820  y  1821  los  señores 

D.  Antonio  de  la  Cuesta  y  Torre. 
D.  Eugenio  de  Tapia. 

1822  á  23.— Renovada  la  elección  general  de  Dipu- 
tados para  las  nuevas  Cortes  ordinarias 
de  1822  y  1823,  recayó  la  de  la  Provincia 
en  los  señores 

D.  Leandro  Ladrón  de  Guevara. 
D.  José  Cano. 

1834á  36.— Derogado  otra  vez  el  sistema  constitu- 
cional en  1.°  de  Octubre  de  1823  por  el 
mismo  monarca  D.  Fernando  VII,  se  ins- 
tauró un  nuevo  gobierno  representativo, 
en  10  de  Abril  de  1834,  bajo  las  formas 
que  prescribía  el  Estatuto  Real ,  creando 
dos  Estamentos,  el  de  Proceres,  de  nom- 
bramiento de  la  Corona ,  y  el  de  Procura- 
dores ,  de  elección  popular ;  y  en  su  vir- 
tud fueron  nombrados  por  la  Provincia, 
en  30  de  Junio  del  mismo  año  de  1834, 
para  su  reunión  en  24  de  Julio  siguiente, 
como  miembros  del  de  Procuradores ,  los 
señores 

D.  José  Somoza. 

D.  Juan  Domin2"0  Balmaseda. — Y  por  su  dimisión 

D.  Patricio  Martin  del  Tejar. 

1836.— Habíase    hecho  nueva  elección  general 
para  el  Estamento  de  Procuradores  en  13 


316  HISTORIA    PE    AVILA. 

de  Julio  de  1836,  porque  estaban  convo- 
cadas las  Cortes  para  Agosto  del  mismo 
año;  masa  consecuencia  de  haberse  resta- 
blecido en  el  mismo  Agosto  la  Constitu- 
ción de  1812,  no  pudieron  ejercer  su  car- 
go de  Procuradores  los  elegidos  por  hi 
Provincia,  que  lo  fueron  los  señores 

D.  Eugenio  de  Tapia. 

D.  Leandro  Ladren  de  Guevara. 

D.  Mariano  José  de  Larra. 

1836  á  37.— El  nuevo  gobierno  constitucional  convo- 
có Cortes  Constituientes  para  la  revisión  v 
reforma  de  la  Constitución  de  1812,  y  á 
este  objeto  resultaron  nombrados  por  la 
Provincia  en  2  de  Octubre  de  1836,  para 
su  reunión  en  24  del  mismo,  los  señores 

D.  Juan  Ruiz  Cei'meño. 
D.  José  Crespo  y  Velez. 
D.  José  Somoza. 

1837 á  38.— Publicada  y  jurada  la  Constitución 
de  1837,  por  la  que  se  crearon  dos  Cáma- 
ras, el  Senado,  de  propuesta  populai* 
y  nombramiento  real ,  y  el  Congreso  d;3 
Diputados,  de  pura  elección  popular, 
habiéndose  fijado  su  número  á  nno  por 
cada  setenta  mil  almas ;  estos  podian  du- 
rar hasta  cinco  años  en  el  ejercicio  de  su 
cargo,  y  los  Senadores,  que  eran  tres 
quintos  del  número  de  Diputados ,  se  re- 
novaban parcialmente  en  cada  elección 


KESEiÑA  PERSONAL  i-OLmcO  CIVIL.  •     317 

general.  Y  en  la  primera,  hecha  en  22  cíe 
Setiembre  de  1837,  para  la  reunión  de  la-^ 
Cortes  en  19  de  Noviembre,  resultaron 
nombrados  Diputados  los  señores 

D.  Francisco  Ao:ustin  Sil  vela. 
D.  Juan  Martin  Carramolino. 
D.  Agustín  Mela. 

1839.— Disuelto  el  primer  Congreso  de  los  Dipu- 
tados en  1.°  de  Junio  de  1839,  con  arre- 
glo á  las  facultades  de  la  Corona ,  y  con- 
vocadas nuevas  Corte?  para  1."  de  Se- 
tiembre del  mismo,  quedaron  elegidos 
en  24  de  Julio ,  como  Diputados ,  los  mis- 
mos señores  que  lo  fueron  en  las  ante- 
rioi'es 

D.  Francisco  Agustín  Silvela. 
D.  Juan  Martin  Carramolino. 
D.  Agüstin  Mela. 

1840.— Disuelto  otra  vez  el  Congreso  de  los  Di- 
putados en  18  de  Noviembre  de  1839,  y 
convocadas  las  Cortes  para  el  18  de  Fe- 
brero de  1840,  fueron  elegidos  en  19  de 
Enero  para  ocupar  los  asientos  del  Con- 
greso los  señores 

D.  Juan  Martin  Carramolino. 
D.  Andrés  Caballero. 
D.  Juan  Bravo  M arillo. 

]841  a  42.— Lanzada  de  su  alto  cargo  de  Regente  y 
Gobernadora  del  reino   la    reina  n':adre 


318  HISTORIA    DE    AVILA. 

doña  María  Cristina  de  Borbon,  por  la  re- 
volución y  levantamiento  de  Setiembre 
de  1840;  disuelto  el  Congreso  en  11  de 
Octubre  siguiente,  y  convocadas  las  Cor- 
tes por  el  Regente  del  reino ,  general  Es- 
partero, duque  de  la  Victoria,  para  el  19 
de  Marzo  de  1841 ,  fueron  elegidos  Dipu- 
tados en  1."  de  Febrero,  y  representaron 
la  Provincia,  los  señores 

D.  Andrés  Corsino  Berualdo  de  Quirós. 
D.  Francisco  Agustín  Sil  vela. 
D.  José  xilonso, 

1843.— En  las  elecciones  generales  verificadas 
en  27  de  Febrero  de  1843.  primera  legis- 
latura de  aquel  año,  bajo  la  JRegencia  del 
duque  de  la  Victoria,  fueron  elegidos  Di- 
putados, para  su  apertura  en  3  de  Abril, 
los  señores 

I).  José  Alonso. 

D.  Francisco  Agustin  Silvela. 

D.  Antonio  Zabonero  dePiobles. 

1843.— En  la  siguiente  elección  general,  verifica- 
da en  15  de  Setiembre  de  1843,  segunda 
legislatura  de  aquel  año,  que  liabia  de 
abrirse  en  15  de  Octubre,  fueron  nombra- 
dos Diputados  por  la  Provincia ,  los  se- 
ñores 

General  D.  Manuel  de  Mazarredo. 

D.  Francisco  Ortiz  de  Taranco. 

D.  Andrés  Corsino  Bernaldo  de  Quirds. 


RESEÑA  PEliSONAL  POLÍTICO   CIVIL.  319 

1844  á  45.— Convocadas  nuevas  Cortes  para  el  10  de 
Octubre  de  1844,  por  estar  ya  declarada 
mayor  de  edad  S.  M.  la  reina  doña  Isa- 
bel II,  fueron  elegidos  Diputados,  en  13  de 

Setiembre ,  los  señores 

General  I).  Manuel  de  Mazarredo. 
D.  Juan  Martín  Carraniolino. 
D.  Francisco  Ortiz  de  Taranco. 

Y  reemplazaron  á  los  dos  primeros  en 
elecciones  parciales  los  señores 

D.  Valentín  Sánchez  Monge. 
D.  Andrés  Caballero  y  Rozas. 

SENADORES    POR    LA    CONSTITUCIÓN    DE    1837. 


Eeformada  en  la  última  legislatura  la  Constitu- 
ción de  1837  por  la  publicada  y  jurada  en  1845,  se 
constituyó  la  Cámara  del  Senado  en  vitalicia  y  del 
exclusivo  nombramiento  de  la  Corona.  Pero  los  Se- 
nadores que  en  toda  la  existencia  de  la  Constitución 
de  1837  procedieron  de  la  propuesta  de  la  Provincia 
y  nombramiento  Real,  renovándose  por  mitad  en 
cada  una  de  las  nuevas  elecciones,  lo  fueron  los 
señores 

D.  Domingo  Mela,  que  juró  en  29  de  Enero  de  1838. 
D.  Antonio  Solís,  en  26  de  Abril  de  1838. 
General  D.  Francisco  Narvaez ,  en  17  de  Setiembre 
de  1839. 


320  lílSTOKlA    DE    AVILA, 

General  D.  José  Ramón  Rodil,  en  6  de  Abril  de  1843. 
D.  Andrés  Caballero,  en  16  de  Octubre  de  1843. 
ü.  Leandro  Ladrón   de   Guevara,   en  25  de  Noviem- 
bre de  1843. 

SIGUE    LA    ELECCIÓN    DE    SEÑORES    DIPUTADOS. 


1846  á  49.— Reducida  ya  la  elección  popular  á  sólo 
la  de  señores  Diputados,  y  aumentado  su 
número  a  cuatro  por  la  Provincia,  á  razón 
de  uno  por  cada  cincuenta  mil  almas ,  se 
sucedieron  en  las  legislaturas  convocadas 
para  31  de  Diciembre  de  1846  y  las  si- 
guientes hasta  1849  inclusive,  los  se- 
ñores 

1).  Juan  Martín  Carramoliuo  ,  y  por  su  cesación 

D.  Miguel  Puche  y  Bautista,  por  Avila. 

D.  Juan  Ruiz  Cermeño,  por  Arévalo. 

I).  Nicolás  Mélida,  por  Arenas  de  San  Pedro. 

D.  Valentin  Sánchez  Monge,  por  Piedrahita. 

1850.— Otra  vez  disuelto  el  Congreso  de  los  Di- 
putados, y  convocadas  nuevas  Cortes 
para  31  de  Octubre  de  1850,  fueron  non:- 
brados  en  31  de  Agosto,  por  Diputados 
de  los  cuatro  distritos  de  la  Provincia,  los 
señores 

I).  Miguel  Puche  y  Bautista,  por  Avila. 
I).  Agustiu  Alfaro,  por  Arévalo. 
J).  Nicolás  Mélida,  por  Arenas  de  San  Pedro. 
J).  Juan  Ruiz  Cermeño,  por  Piedrahita. 


RESEÑA  PEUSO.NAL    POLlTICO-ClVlL.  321 

1851  á  52.— Nuevamente  disuelto  el  Congreso  de  los 
Diputados,  y  precedida  la  elección  en  10 
de  Mayo  de  1851  para  las  Cortes  convo- 
cadas en  1,"  de  Junio,  fueron  nombrados 
respectivamente  los  señores 

D.  Ildefonso  Salaya,  por  Avila. 
D.  Valentín  Sánchez  Mon;>-e,  por  Arévalo. 
D.  Nicolás  Mélida,  por  Arenas  de  San  Pedro. 
D.  Juan  García,  por  Piedrahita. 

1853á  54. — Convocadas  nuevas  Cortes  para  el  1."  de 
Marzo  de  1853,  previa  la  disolución  del 
Congreso ,  dieron  las  nuevas  elecciones 
verificadas  en  4  de  Febrero,  el  resultado 
de  ser  elegidos  por  Diputados  los  señores 

D.  Ramón  de  Echevarría,  por  Avila. 

D.  Agustín  Alfaro,  por  Arévalo. 

D.  Nicolás  Mélida,  por  Arenas  de  San  Pedro- 

D.  Juan  García  ,  por  Piedrahita. 

1854  á  56. — L'n  nuevo  levantamiento  militar  derrocó 
el  Gobierno  establecido,  poniéndose  al 
frente  del  que  le  sustituyó  los  generales 
Espartero,  duque  la  Victoria,  y  O'Don- 
nell,  conde  de  Lucena;  se  disolvió  el  Con- 
greso; se  dejó  en  suspenso  y  como  objeto 
de  ulterior  discusión  la  existencia  del 
Senado,  y  se  convocaron  Cortes  Consti- 
tuyentes para  el  8  de  Noviembre  de  1854, 
con  objeto  de  formar  una  nueva  Consti- 
tución política.  En  ellas  fueron  diputados 
por  la  Provincia,  elegidos  en  4  de  Octu- 

T05I0    I.  21 


322  HISTORIA    LE    AVILA. 

bre,  no  por  distritos,  sino  todos  juntos,, 
con  arreglo  á  la  ley  electoral  de  la  Cons- 
titución de  1837,  los  señores 

D.  José  Antonio  Miguel  Romero. 

D.  Antonio  Ossorio. 

D.  Juan  Alonso  Colmenares. 

D.  Vicente  Hernández  de  la  Rúa. 

1856 á  58.— Una  contra-revolución,  verificada  en 
Julio  de  1856,  disolvió  las  Cortes  Consti- 
tuyentes ,  sin  que  llegara  á  publicarse  la 
nueva  Constitución,  obra  de  sus  discu- 
■  siones ;  y  restablecida  la  observancia  de 
la  Constitución  de  1845,  convocadas  Cor- 
tes ordinarias  para  1."  de  Mayo  de  1857, 
fueron  elegidos  diputados  en  ^5  de  Marzo 
anterior,  los  señores 

D.  Ramón  de  Echevarría ,  por  Avila. 
D.  Agustin  Alfaro,  por  Arévalo. 
i).  Nicolás  Mélida,  por  Arenas  de  San  Pedro. 
J).  Joaquin  Escario,  y  en  su  lugar  1).  Andrés  Ca- 
ballero de  Rozas,  por  Piedrahita. 

1859  á  60. — Disuelto  este  Congreso  y  convocadas 
nuevas  Cortes,  fueron  nombrados  en  31 
de  Octubre  de  1858,  y  se  hallaron  repre- 
sentando la  Provincia,  los  señores 

D.  Andrés  Cahallero  y  Rozas,  por  Avila. 
D.  Agustín  Alfaro,  por  Arévalo. 
D.  Nicolás  Mélida,  por  Arenas  de  San  Pedro. 
D.  Joaquin  Escario,  y  por  su  r-enuncia  desde  Junio 
de  1860,  D.  Amalio  Marichaiar ,  por  Piedrahita  - 


RESENA  PERSONAL  POLlTlCO-CIviL.  o23 

1803. — D.  Francisco  Caballero  del  Mazo,  por  Avila. 
1).  Vicente  Hernández  de  la  líua,  por  Arévalo. 
D.  Manuel  Silvela,  por  Arenas  de  San  Pedro. 
D.  Joaquín  Escario  ,  por  Piedrahita. 

1865. — I).  Francisco  Caballero  del  Mazo,  por  Avila. 

D.  Vicente  Hernández  de  la  Rúa,  por  Arévalo. 
D.  Manuel  Silvela,  por  Arenas  de  San  Pedro. 
D.  Manuel  Sánchez  Ocaña,  por  Piedrahita. 

18()5. — D.  .Toaquin  Escario. 
D.  Manuel  Silvela. 
D.  Francisco  Caballero  del  Mazo. 
D.  Vicente  Hernández  de  la  Púa. 

18()6. — D.  Manuel  Sánchez  Ocaña. 

D.  Francisco  Caballero  del  Mazo. 
D.  Manuel  María  Mariano. 
D.  Alberto  Manso  de  Velasco. 

Los  senadores  vitalicios ,  segiin  la  Consti- 
tución de  1845 ,  que  habían  obtenido  an- 
tes el  cargo  de  diputados  por  la  Provincia, 
y  que  sucesivamente  fueron  nombrados, 
son  los  Excmos.  señores 

I).  Andrés  Caballero. 

General  D.  Manuel  Mazarredo. 

D.  Francisco  Agustín  Silvela. 

General  D.  Francisco  Narvaez ,  conde  de  Yumurí. 

D.  Juan  Martin  Carramolino. 

D.  Juan  Bravo  Muríllo. 

D.  Andrés  Caballero  del  Mazo. 

1868.— Triunfante  la  revolución  en  Setiembre,  y 
derrumbado  el  trono  de  la  Sra.  Doña  Isa- 
bel II,  el  Gobierno  Provisional  convocó  á 


324  HISTORIA    DE    AViLA. 

Córte^  Constituyentes,  y  fueron  elegidos 
los  señores 

D.  Manuel  SÜTela. 
D.  Joaquín  Escario. 
D.  Laureano  Figuerola. 
D.  Cecilio  Ramón  Soriano. 

Y  por  renuncia  del  Sr.  Escario ,  que  marchó  á 
la  isla  de  Cuba  como  Intendente  de  ella,  fué  ele- 
gido D.  Francisco  Silvela. 

Publicada  la  Constitución  de  1869,  y  con- 
vocadas Cortes  ordinarias  para  elegir  di- 
putados y  senadores,  fueron  los  diputa- 
dos por  distritos  los  señores 

Marqués  de  Sofraga,  por  Avila. 
D.  Francisco  Silvela,  por  Piedrahita. 
Duque  de  Veragua,  por  Arévalo. 
Marqués  de  Santa  Marta,  por  Arenas. 

y  habiendo  optado  por  el  distrito  de  Cór- 
doba el  marqués  de  Santa  Marta,  fué  ele- 
gido 

D.  Zoilo  Pérez. 

Senadores: 

D.  Manuel  Silvela. 

D.  Fernando  Blanco,  obispo  de  Avila. 

Duque  de  Abrantes. 

D.  Valeutin  Sánchez  Monge. 

Pero  habiendo  renunciado  el  Sr.  Obispo 
Blanco  la  Senaduría,  optado  el  señor  du- 
que de  Abrantes  por  la  de  Granada,  y 


RESEÑA  PERSONAL  POLlTlCO-ClVlL.  325 

110  habiendo  comprobado  sus  calidades  el 
Si*.  D.  Valentín  Sánchez  Monge  para  ser- 
lo, fué  el  único  representante  de  la  Pro- 
vincia en  el  Senado  el  señor 

D.  Manuel  Silvela. 

Disueltas  estas  Cortes  en  187.2  y  convo- 
cadas otras  ordinarias,  han  sido  elegidos 
para  Diputados : 

D.  José  Cadenas,  por  el  distrito  de  Avila. 
D.  Celestino  Rico,  por  Piedrahita. 
D.  Francisco  Pindado,  por  Arévalo. 
D.  Juan  Domingo  Pinedo,  por  Arenas. 

Para  Senadores: 

D.  Juan  Martin  Carramolino. 
Marqués  de  la  Torrecilla. 
D.  Justo  Pelayo  Cuesta. 
D.  Manuel  Sánchez  Ocaña. 

Cuyos  cargos  desempeñaron  todos,  á  excepción 
del  Sr.  Pindado,  que  no  llegó  á  presentarse.  El  Con- 
greso y  el  Senado  faeron  disueltos  en  28  de  Junio 
de  1872. 


326 


HISTORIA    DE    AVILA. 


DIPUTACIÓN  PROVINCIAL. 


Cuadro  de  las  elecciones  que  han  tenido  lugar  en  la  Provincia  para  la 
reinstalación  y  renovaciones  sucesivas  de  su  Diputación  Provincial, 
desde  su  restablecimiento  en  el  año  de  1820  hasta  el  de  1871 ,  con 
la  indicación  de  sus  fechas,  y  de  las  leyes,  decretos  y  Reales  órde- 
nes que  se  expidieron  al  efecto,  como  producto  de  los  diversos 
sistemas  políticos  que  se  han  sucedido  (i). 


Instalaciones. 

Renovaciones. 

risijosiiiones. 

18  Novbre  de  1835. 

Nueva  y  total. 

Real  decreto  de  21  Setiem- 
bre de  1835. 

5  Enero  de  1838... 

Total 

Decreto  de  las  Cortes  de  31 
Agosto  de  1837. 

l.°Enerodel841... 

Total 

Real  decreto  de  14  de  Oc- 
tubre de  1840. 

l."Novbrede  1843.. 

Total 

Real  decreto  de  23  Agosto, 

de  1H43. 

15  Agosto  de  1847.. 

Total 

Real  decreto  de  30  de  Ju- 

nio de  1847. 

15  de  Abril  de  1850. 

Mitad 

Real  decreto  de  28  Enero 
de  1850. 

2  de  Abril  de  1852. 

Mitad 

Ley  orjjránica  del  año  1845. 

17  Aj^osto  de  1854.. 

Total 

Real  decreto  de  7  Agosto 

de  1854. 

29  Febrero  de  1858. 

Total 

Reales  órdenes  de  10  y  20 
de  Agosto  de  1855. 

11  Dicbre.  de  1856. 

Total 

Reales  órdenes  18  Octubre 

Y  15  Novbre.  de  1856. 

18  Julio  de  1858 

Total 

Real  decreto  de  23  Mavo 
de  1858. 

4  Abril  de  1860.. 

Mtad 

Real  decreto  de  6  de  Fe- 
brero 1860. 

(1)     No  ha  sillo  posible  hallar,  á    hiciera  de  los  papeles  de  la  Diputa 
Cdiisecuencia  de  lus  trastornos  |K)1í-     ''i'»"  ni  vrr  snnrimirlA  en  ÍS4  í  vl824 
ti'OS  anteriores  y  de  la  distribución, 
*i"  duda  poco  regularizada,  que  se 


hiciera  de  los  papeles  de  la  Diputa- 
ción al  MT  sujirimida  en  181  í  y  1824, 
km   liliros  de  actas  en  aue  debían 


IOS   libro.-í  de  actas  en  que  ucului 
constat  sus  inslaiaciones  y  ios  nom- 


RESEÑA  PEP.SOWL  POLITlCO-CiVlL.  32' 


DIPUTADOS. 

Aüo    1820. —Los  señores 

I).  Leandro  José  Ladrón  de  Guevara. 

1).  José  Cano. 

D.  Juan  Lorenzo  Fernandez. 

D.  Manuel  Grande. 

D.  José  Fragua. 

D.  Manuel  de  la  Peña  Granizo. 

1835. — D.  Luis  Arrabal,  por  Avila. 
D.  Domingo  Mela,  Arévalo. 
D.  José  Ruiz ,  Arenas. 
D.  Juan  García,  Barco. 
I).  Andrés   Corsino  Bernaldo  de   Quirós,   Ce- 

breros. 
D.  Roque  García,  Piedr;ihita. 

1836. — D.  Luis  Arrabal,  Avila. 
D.  Joaquiu  Pérez,  ídem. 
D.  Pedro  Gutiérrez  Lamadrid,  Arévalo. 
D.  Juan  García,  Barco. 
D.  JuanDiaz  Corralejo,  Cebreros. 
D.  Andrés  Corsino  Bernaldo  de  Quirós,  ideru. 
D.  Gaspar  Domínguez,  Piedrahita. 

1838. — D.  Joaquín  Muñoz  de  Cossío,  Avila. 
D.  Dionisio  Jiménez  Salvadios,  idem. 
D.  Antonio  María  Perrino,  Arévalo. 


hn;s  do  los  Dii)uU(los  que  lo  fueron  portantps.  en  cuyo.nurso  y  resolución 
«•n  ambas  lípocus,  por  más  esfíiorzos  apart^ccrán  los  SeñurHs  que  asistie- 
que  ahora  se  han  lieclio  paraliallar-  ron  á  las  scs'iDnes  en  que  los  nego- 
!iis.  Todavía  queda  un  nipdio  piri  rins  de  quí  fu'^ron  objeto  se  Ira- 
llenar  fste  vacío,  y  es  el  de  estudiar  taron. 
con  detención  los  e.xpcdienleá  im- 


328  HISTORIA    DE    AVILA. 

D.  Benito  Buitrao-o  y  Vinuesa,  Arenas. 

D.  Manuel  de  la  Peña,  Barco. 

D.  Pedro  Tomás  Bernaldo  de  Quirós,  Cebreros. 

D.  Miguel  Bueno  ,  Piedrahita. 
1841. — D.  Luis  Arrabal,  Avila. 

D.  Joaquín  Pérez,  ideui. 

D.  Antonio  Osorio,  Arévalo. 

D.  Manuel  Sanz  ,  Arenas. 

D.  Juan  Hernández,  Barco. 

D.  Pedro  Tomás  Bernaldo  de  Quirós,  Cebreros. 

D.  Tomás  Gómez,  Piedrahita. 
1843.— D.  Luis  Arrabal,  Avila. 

D.  Joaquín  Muñoz  de  Cossío,  idem. 

D.  Julián  Guerra,  Arévalo. 

D.  Vicente  Cuadrillero,  Arenas. 

D.  Rafael  Jara,  Barco. 

D.  Laureano  Diaz,  Cebreros. 

D.  Valentín  Sánchez  Monge,  Piedrahita. 
1847. — D.  Alejandro  Gutiérrez,  Avila. 

D.  Enrique  Aboin  Coronel,  idem. 

D.  Jorge  del  Fresno,  Arévalo. 

D.  Benito  Buitrago,  Arenas. 

D.  Manuel  Carrasco,  ideai. 

D.  Rafael  Jara,  Barco. 

D.  Vicente  Andrés  de  Segovia.  Cebreros. 

D.  Manuel  Carmena,  Piedrahita. 

D.  Mariano  Domínguez,  ídem. 

1850. — I).  Alejandro  Gutiérrez,  Avila. 

D.  Enrique  Aboin  Coronel,  idem. 

D.  Jorge  del  Fresno,  Arévalo. 

D.  Benito  Buitrago  y  Vinuesa,  Arenas. 

I).  Feliciano  López,  idem. 

D.  Rafael  Jara,  Barco. 


RESEÑA  PERSONAL  POLlTlCO-CIVlL.  329 

1).  Vicente  Andrés  de  Seg'ovia,  Ccbreros. 

I).  Mariano  Domins-uez,  Piedrahita. 

i).  Pedro  Antonio  Hernández  de  Lorenzo,  ídem. 
1852.— 1).  Alejandro  Gutiérrez,  Avila. 

1).  Antonio  Osorio,  Arévalo. 

1).  Benito  Baitrago  y  Vinuesa,  Arenas. 

1).  Rafael  Jara,  Barco. 

D.  Ildefonso  Bernaldo  de  Quiros,  Cebreros. 

D.  Vicente  Andrés  de  Segovia,  idem. 

D.  Mariano  Domiuguez,  Piedrahita. 

D.  Pedro  Hernández  de  Lorenzo,  idem. 

D.  Juan  }.íanuel  Barco,  idera. 
1854. — D.  Alejandro  Gutiérrez,  Avila. 

D.  Calixto  Benito,  idem. 

D.  Antonio  Osorio,  Arévalo. 

1).  Leandro  José  Ladrón  de  Guevara,   Arenas. 

D.  Rafael  Jara,  Barco. 

D.  Pedro  Tomás  Bernaldo  de  Quiros,  Cebreros. 

1).  Isidro  Sánchez  de  Rivera,  Piedrahita. 
1856.— D.  Alejandro  Gutiérrez,  Avila. 

D.  José  Mela,  Arévalo. 

D.  Gerardo  Gómez  Miranda,  Arenas. 

D.  Pascual  Fidalgo,  Barco. 

D.  Juan  Navas,  Cebreros. 

D.  Francisco  Ortiz  Urrero,  Piedrahita. 
1856. — D.  Enrique  Aboin  Coronel,  Avila. 

D.  José  Delgado,  idem. 

D.  Simen  Marazuela,  Arévalo. 

D.  Vicente  Cuadrillero,  Arenas. 

I).  Fernando  García  Oca  ña,  idem. 

J).  Zacarías  Madrigal,  Barco. 

D.  Ángel  Jiménez,  Cebreros. 

D.  Pedro  Hernández  de  Lorenzo,  Piedrahita. 


330  HISTORIA    DE    AVILA. 

D.  Zíliguel  Bueno,  Piedrahit:i. 
1S58. — D.  Joaquín  Muñoz  deCossio,  Avila. 

D.  Enrique  Aboiu  Coronel,  idem. 

D.  Felipe  Porrino,  Arévalo. 

D.  Luis  Lujan,  Ar.^nas. 

D.  Joaquín  Manzanares,  Cebreros. 

D  Isidro  Sánchez  de  Rivera,  Piedrahita. 

D.  Zacarías  Hernández  de  Lorenzo,  idem. 
18G0. — D.  Joaquín  Muñoz  de  Cossío,  Avila. 

D.  Enrique  Aboin  Coronel,  ídem. 

D.  Jerónimo  Marazuela,  Arévalo. 

D.  Gregorio  Jiménez  Millan,  Arenas. 

D.  xlamon  López ,  ídem. 

J).  Fernando  González,  Barco. 

I).  Joaquín  Manzanares,  Cebreros. 

I).  Isidro  Sanr-hez  de  Kivera,  Piedrahita. 

D.  Zacarías  Hernández  de  Lorenzo,  ídem. 
1S61. —  D.  Joaquín  Muñoz  de  Cossío,  Avila. 

I).  Enrique  Aboin  Coronel,  idem. 

I).  Jerónimo  Marazuela,  Arévalo. 

D.  Gregorio  Jiménez  Millan,  Arenas. 

I).  Joaquín  Manzanares,  Cebreros. 

D.  Isidro  Sánchez  de  Rivera,  Piedrahita. 

D.  Ramón  López,  idem. 

D.  Fernando  González,  Barco. 
1S65. —  I).  Joaquín  Muñoz  de  Cossío,  Avila. 

D.  Enrique  Aboin  Coronel,  idem. 

D.  Agapíto  Segovía ,  Cebreros. 

I).  Fernando  González,  Barco. 

I).  Juan  García,  Piedrahita. 

I).  Juan  Francisco  Hernández,  ídem. 

D.  Jerónimo  Marazuela,  Arévalo. 

D.  Pedro  YillareaL  Arenas. 


RESECA  PZnSO-XAL    í'OLITiCü-ClVlL.  331 

1866. —  D.  Joaquín  Muñoz  de  Cossío,  Avila. 
D.  Eurique  Aboiu  Coronel,  idem. 
D.  Agapito  Segovia,  Cabreros. 
D.  Fernando  González,  Barco. 
D.  José  González  Rivera,  Arenas. 
D.  Plácido  Rodríguez  Solís,  Piedrahita. 
D.  Juan  Francisco  Hernández,  idem. 
D.  Fructuoso  Montalvo,  Arévalo. 

1867.— D.  Fernando  González,  Piedrahita. 

D.  Antonio  Hernández  y  Domínguez,  idem. 

D.  Pío  del  Castillo,  Avila. 

1).  Mariano  Aboin  Coronel,  idem. 

D.  Patricio  Martin  Marrupe,  Arenas. 

D.  Antonio  Yalcárcel,  Arévalo. 

D.  Pablo  Sánchez  Mouge,  idem. 

D.  Vicente  Segovia,  Cebreros. 

La  Diputación  anterior  duró  hasta  29  de  Octubre 
do  1868.  Triunfante  la  revolución  de  1868,  se  reem- 
plazó con  la  siguiente 

IMPUTACIÓN    NOMBRADA  POR    LA   JUMA  REVOLUCIONARIA   CREADA 
EN  LA  CAPITAL  DE  LA  PROVLNCLV. 

\ 

D.  Alejandro  Gutiérrez,  Avila. 
D.  Calixto  Benito,  idem. 
D.  José  Olleros  Pérez,  Piedrahita. 
D.  Plácido  Rodríguez  Solís,  idem. 
D,  Félix  García  Panco,  Arévalo. 
D.  Antouino  Ramos,  Cebreros. 
1).  Bernardo  Villegas,  Arenas. 
D.  Pedro  López  Huerta,  Barco. 

En  virtud  de  la  circular  del  Ministerio  de  la  Go- 


332  KLSTORIA    'JE    AVILA. 

bemacion  de  i2  de  Noviembre  del  mismo  aüo,  que- 
dó reducida  á  un  solo  Diputado  por  partido  judicial, 
que  lo  fueron  los  señores 

D.  Alejandro  Gutiérrez,  Avila, 
D.  Antonino  Ramos,  Cebreros. 
D.  José  Olleros,  Piedrahita. 
D.  Juan  Méndez,  Arenas. 
D.  Jerónimo  Marazuela,  Arévalo. 

Se  reconstituyó  en  virtud  de  Real  orden  de  17  de 
Marzo  de  1870,  en  la  forma  siguiente: 

D.  Rafael  Serrano,  Avila. 

D.  Alejandro  Gutiérrez,  idem. 

D.  José  Olleros,  Piedrahita. 

D.  Vicente  Lunas,  idem. 

D.  Telesforo  Gómez  Rodriguez,  Arévalo. 

D.  Ildefonso  Bernaldo  de  Quirós,  Cebreros. 

D.  Manuel  Magan,  Arenas. 

En  17  de  Febrero  de  1871,  por  la  ley  orgánica  de 
Diputaciones,  se  formó  la  siguiente: 

Partido  de  Avila. 

U.  Juan  Climaco  Sánchez,  Avila. 

D.  Santiago  Alonso  Perote,  idem. 

D.  Rafael  Serrano  Brochero,  Muñaua. 

I).  Lucio  Sánchez  Albornoz,  Navatalgordo. 

D.  Pablo  Amores  Bueno,  Padiernos. 

D.  Francisco  Benito  Nebreda,  San  Juan  de  la 

Encinilla. 
D.  Juan  Blazquez,  Vadillo  de  la  Sierra. 
D.  León  Castillo  y  Soriano,  Vela  vos. 


RESEÑA  PERSONAL  POLITíCO-CiVlL.  333 

Partido  de  Arenas. 

D.  Luis  López,  Arenas. 

D.  Quiterio  Jiménez  Millan,  Poyales  del  Hoyo. 

D.  Manuel  Magan,  Casavieja. 

D.  Pedro  Gómez  de  la  Majada ,  Mombeltran. 

Partido  de  Arévalo. 

D.  Pedro  Delgado  y  Martin,  Adanero. 
D.  Telesforo  Gómez  Rodriguez,  Arévalo. 
D.  Pablo  Sánchez  Monge,  Crespos. 
D.  Agustín  Mela,  Madrigal. 
D.  Mariano  López  Mela,  Fontiveros. 

Partido  de  Cebreros. 

D.  Tomás  Pérez  González ,  Cebreros. 
D.  Mariano  Dompablo,  Barraco. 
D.  Laureano  Cifuentes,  Adrada. 
D.  Ildefonso  Berualdo   de  Quirós,    Navas  del 
Marqués. 

Partido  de  Piedrahita. 

D.  José  Olleros  Pérez  ,  Piedrahita. 

D.  Miguel  Ramírez ,  Bonilla  de  la  Sierra. 

D.  Francisco  Javier  Pérez  ,  Navaredonda. 

D.  Juan  García,  Barco. 

D.  Vicente  Lunas,  Horcajada. 

D.  Juan  Lorenzo  Martin  del  Rio,  Umbrías. 

Por  la  renuncia  de  D.  Luis  López  lo  es  en  la  ac- 
tualidad D.  Joaquín  Buitrago,  por  Arenas. 

Y  por  la  de  T).  Telesforo  Gómez  Rodriguez, 
D.  Román  Martin  Eernal,  por  Arévalo. 


334  HISTORIA    DE    AVILA. 


MESA. 

Presidente  de  la  Diputación  ,  D.  Agustín  Mcla. 
Vicepresidente,  D.  Vicente  Lunas. 
Secretarios:  D.  Laureano  Cifuentes  y  I).  Fran- 
cisco Benito  Xebreda. 

COMISIÓN    PERMANENTE. 

D.  Tomás  Pérez  y  González,  vicepresidente. 

D.  León  Castillo  y  Soriauo. 

D.  José  Olleros  y  Pérez. 

D.  Pedro  Gómez  déla  Majada. 

D.  Mariano  López  Mela. 

Y  habiendo  sido  nombrado  gobernador  de  la 
Provincia  el  Sr.  I).  Tomas  Pérez  González 
cuando  esta  nota  se  escribe  .  ha  quedado  va- 
cante la  diputación  por  Cebreros. 

EMPLEADOS    PERMANENTES    JEFES    DE    LAS    DEPENDENCIAS 
DE    LA    DIPUTACIÓN. 

D.  Carmelo  Calvo  y  líodriguez,  .secretaría. 
D.  Antonio  Gil  de  Albornoz,  contaduría. 
D.  Juan  Sánchez  Albornoz,  depositaría. 

RESEÑA  MILITAR. 


De  Igs  instituciones  militares  que  constituyen  en  su  más  lato  senlido 
parte  integrante  de  la  Reseña  político-civil  de  ía  Provincia. 

Inútil ,  y  más  que  inútil  imposible,  seria  dar  pun- 
tual noticia  de  las  fuerzas  que  aprestaban  Avila  y 
sus  comarcas  para  formar  la  milicia  eventual  que  sus 


RESEÑA  l'ERSO.NAL   POLlTICO-ClVlL.  335 

cabos  comandaron  bajo  el  glorioso  pendón  de  su 
Concejo  desde  la  repoblación  de  la  Ciudad  en  el  si- 
glo XI  hasta  fines  del  xv ,  á  que  concurrió  en  la  fe- 
liz conquista  de  Granada.  De  esto  daremos  cuenta 
ocasionalmente  en  la  Historia.  Aquí  queremos  sólo 
hacer  mención  de  las  fuerzas  militares  constituidas 
en  cuerpos  ya  constantes,  disciplinados  j  regidos 
por  sabias  ordenanzas  y  reglamentos,  que  enaltecen 
la  fama  de  la  Provincia;  si  bien  en  el  texto  histórico 
daremos  razón  más  circunstanciada  de  sus  respecti- 
vos méritos  y  servicios.  Tales  son  su  Regimiento 
provincial,  la  Real  Escuela  Militar,  el  Regimiento 
de  Voluntarios  en  la  guerra  de  la  Independencia,  y 
el  Real  y  militar  Cuerpo  de  Ingenieros. 

REGIMIENTO  PROVINCIAL  DE  ÁVILA. 


De  los  gloriosos  veteranos  que  asistieron  á  la 
conquista  de  Granada  por  los  Reyes  Católicos,  pro- 
cede la  creación  de  los  regimientos  provinciales ;  de 
ellos  se  organizó  esta  milicia  en  compañías  sueltas, 
al  mando  de  sus  respectivos  capitanes,  llevando 
cada  una  el  nombre  de  la  ciudad  de  que  procedia,  y 
así  existieron  hasta  que  acabó  la  dinastía  austriaca . 

Felipe  V,  en  1734,  creó  treinta  y  tres  regimien- 
tos, que  elevó  á  cuarenta  y  dos  Carlos  III  en  1776 ,  y 
uno  de  estos  fué  el  de  la  provincia  de  Avila:  así  h'zo 
la  guerra  de  la  Independencia.  El  rey  D.  Fernan- 
do V'II,  en  1814,  añadió  un  regimiento,  y  los  cila- 
renta  y  tres  compusieron  cuatro  divisiones,  corres- 


0¿5  HISTOUIA    i)E    AVILA. 

pondiendoá  la  primera,  que  se  formó  de  los  de  Cas- 
tilla la  Vieja,  el  de  Avila.  Su  restauración  se  verificó 
en  1824;  y  en  30  de  Mayo  de  1832  las  compañías 
de  granaderos  y  cazadores  provinciales  formaron  la 
Guardia  Real  Provincial  permanente.  De  los  he- 
chos más  notables  de  nuestro  regimiento  provincial 
en  1793,  1794,  1801  y  1806,  y  en  las  guerras  de  la 
Independencia  de  1808  y  civil  y  dinástica  de  1834, 
daremos  cuenta  en  la  narración  histórica,  con  arre- 
glo á  los  datos  que  hemos  podido  adquirir. 

REAL  ESCUELA  MILITAR  DE  AVILA. 


Siendo  bastante  lastimoso  el  atraso  en  que  se  ha- 
llaba el  ejército  respecto  del  arte  de  la  guerra  (se- 
gún lo  expresa  la  Memoria  histórica  de  las  Acade- 
mias y  Escuelas  militares  de  España,  dedicada  por 
el  Colegio  general  de  Toledo  á  S.  M.  la  Reina  doña 
Isabel  II ,  y  presentada  pe  r  el  respetable  general  con- 
de de  Clonard  en  1847),  dispuso  el  rey  D.  Carlos  III 
que  en  la  ciudad  de  Avila  se  fundase  para  las  armas 
de  infantería  y  caballería  una  Escuela  general,  don- 
de se  aprendiesen  fundamentalmente  los  conocimien- 
tos de  la  ciencia  militar,  para  que  produjeran  á  su 
tiempo  buenos  generales.  Y  no  se  frustraron  las  es- 
peranzas que  el  Rey  concibió  con  su  establecimiento. 

Prefirióse  la  ciudad  de  Avila  para  el  asiento  de 
esta  Escuela  militar  en  1774,  atendiendo  á  que  era 
un  pneblo  poco  expuesto  á  distracciones,  su  tempe- 
ramento sano,  el  país  abundante  de  comestibles;  que 


RESEÑA  PERSONAL  POLÍTICO- CIVIL.  337 

liabia  número  de  casas  suficientes  para  el  hospedaje 
de  los  oficiales,  y  un  cuartel  acomodado  para  alojar 
el  regimiento  de  infantería  que  se  necesitaba  en  las 
demostraciones  de  las  maniobras  que  se  trataren, 
siendo  conveniente  que  allí  hubiera  un  escuadrón  de 
caballería  desde  el  1.°  de  Abril  hasta  fin  de  Octabre 
de  cada  año.  Se  eligió  para  edificio  de  la  Escuela  la 
casa  que  todavía  hoy  conserva  el  nombre  de  la  Aca- 
demia, en  la  plazuela  de  Santa  Teresa,  tocando  con 
la  puerta  de  la  muralla  llamada  de  la  Santa,  propia 
de  los  nobles  Nuñez  Vela,  que  poseen  los  duques  de 
la  Roca ;  y  se  la  dispuso  con  la  decencia  y  comodi- 
dad que  requería  el  establecimiento,  colocándose 
una  corta  biblioteca  de  los  libros  militares  más  lu- 
minosos y  conducentes  á  la  instrucción  de  los  oficia- 
les en  el  arte  de  la  guerra. 

De  las  reales  disposiciones  adoptadas  al  efecto  y 
dolos  felices  resultados  que  produjo  su  método  de 
estudios,  daremos  más  detenida  cuenta  en  el  texto 
de  la  Historia,  repitiendo  aquí  la  agradable  nueva  de 
que  no  se  engañó  el  rey  en  sus  esperanzas.  Los  ofi- 
ciales que  se  formaron  en  esta  Escuela  para  grandes 
jefes  fueron  bien  conocidos  y  respetables;  todos  hon- 
raron la  Milicia  española ,  figurando  luego  muchos 
en  los  principales  mandos  de  nuestros  ejércitos. 

REGIMIENTO  DE  VOLUNTARIOS  DE  ÁVILA. 


Cuando  España  toda  se  convenció  en  el  memora- 
ble dia  2  de  Mayo  de  1808,  de  la  hasta  aquel  mo- 
mento insidiosa  y  pérfida ,  y  desde  entonces  clara  y 

TOMO  I.  22 


338  HISTORIA    DE    AVILA. 

manifiesta,  intención  del  emperador  Napoleón  I  de 
robarnos  nuestra  independencia  nacional,  de  privar 
á  nuestros  reyes  de  su  trono,  que  contaba  once  si- 
glos de  existencia,  de  establecer  en  él  á  su  hermano 
José  Bonaparte,  y  de  hacer  de  nuestra  patria  un  rei- 
no casi  feudatario  y  en  todo  sometido  á  su  ilimitada 
ambición  imperial,  resonó  casi  simultáneamente  en 
toda  la  monarquía  un  grito  general  de  guerra  al  in- 
A^asor,  y  todas  las  provincias  se  prepararon  á  ella. 
No  fué  la  última  la  de  Avila.  En  1."  de  Setiembre  del 
mismo  año  de  1808  se  creó  con  los  hijos  del  país  el 
regimiento  que  llevó  por  nombre  Voluntarios  de 
Avila . 

Poco  tiempo  después  de  su  organización,  pasó  á 
guarnecer  la  plaza  de  Ciudad-Rodrigo :  sostuvo  con 
otras  fuerzas  el  sitio  que  sufrió,  distinguiéndose  en  la 
defensa  de  sus  puestos  exteriores  desde  el  28  de  Mayo 
hasta  el  27  de  Junio,  y  después  en  la  del  cuerpo 
de  la  plaza,  hasta  que  al  capitular  en  10  de  Julio 
de  1810,  fué  prisionero  de  guerra;  y  terminada  ésta, 
fué  disuelto  en  el  nuevo  arreglo  del  ejército. 

Del  número  de  sus  combatientes ,  de  sus  jefes  y 
oficiales,  de  los  que  fueron  muertos  y  heridos,  así  de 
esta  clase  como  de  la  de  tropa,  daremos  razón  más 
circunstanciada  en  la  narración  histórica. 

BEAL  CUEEPO  DE  IKGEKIEROS  DEL  EJÉRCITO. 


También  cuenta  Avila  entre  las  honrosas  memo- 
rias de  la  Provincia,  la  estancia  por  aJgunos  años  en 


IIESL.ÑA  PEnSO.NAL  l'OLlTlCO-ClViL.  3:39 

Avila  y  Arcvalo,  del  Real  Cuerpo  de  Ingenieros  del 
ejército. 

Disuelto  el  regimiento,  que  entonces  llevaba  el 
nombre  de  Zapadores,  Minadores-Pontoneros,  en  No- 
viembre de  18*23,  á  consecuencia  de  la  abolición  del 
sistema  constitucional;  reconstituido  en  1824  un  solo 
batallón  de  los  dos  de  que  constaba ,  y  después  de 
sus  breves  permanencias  en  Madrid  y  Toledo,  íe 
mandó  en  Abril,  y  se  repitió  por  otra  real  orden  en 
Junio  de  1826,  que  pasara  á  residir  en  Avila,  y  tuvo 
tan  pronto  cumplimiento .  que  en  30  del  mismo  ya 
liabia  entrado  en  esta  Ciudad.  En  1828  se  completó 
la  fuerza  del  regimiento,  organizándose  el  segundo 
batallón:  fué  su  cuartel  el  edificio  de  la  Alhóndigo, 
y  también  se  ocupó  una  casa  particular  con  alguna 
de  sus  dependencias. 

En  la  Academia  de  Ingenieros ,  que  residió  suce- 
sivamente desde  1823  á  1828  en  Alcalá,  Granada  y 
Madrid,  cursaban  sus  alumnos  los  dos  primeros  años, 
y  los  del  tercero  y  cuarto  pasaban  á  servir  en  el  re- 
gimiento, por  manera  que  en  realidad  la  Academia 
no  estuvo  en  Avila,  sino  sólo  esta  sección  de  ella. 

El  Ingeniero  general  manifestó  al  Gobierno  que 
el  clima  de  Avila  dejaba  muy  poco  tiempo  útil  para 
las  prácticas  peculiares  del  cuerpo,  y  sin  duda  por 
esta  razón  se  dispuso  que  el  regimiento  y  la  Acade- 
mia con  sus  dependencias  se  trasladasen  á  Talavora 
de  la  Reina,  lo  que  se  verificó  en  Octubre  de  1829. 

También  se  halló  mal  alojado  el  cuerpo  en  Tala- 
vera,  y  por  real  orden  de  2  de  Julio  de  1831,  regi- 
miento, Academia  y  dependencias  se  trasladaron  á 


340  HISTORIA    DE    AVILA. 

la  villa  de  Arévalo,  haciendo  su  entrada  en  9  de  Se- 
tiembre. Ocupó  el  regimiento  el  edificio  llamado  Pa- 
neras del  Rey;  la  Academia,  parques  j  dependencias 
se  establecieron  en  el  de  la  Trinidad.  Pero  también 
se  notó  en  Arévalo  un  gran  número  de  enfermos,  que 
llegó  á  ser  un  30  por  100,  por  las  malas  condiciones 
del  cuartel ;  y  tal  vez  por  esta  causa  se  ordenó  en 
Setiembre  de  1833  que  el  regimiento,  parque  y  Es- 
cuela especial  de  Ingenieros  (así  se  la  llamó),  con 
todas  sus  dependencias,  se  trasladasen  á  Guadalaja- 
ra,  lo  que  se  cumplió  inmediatamente,  en  donde 
todavía  continúa  la  Academia. 

De  esta  breve  relación  aparece  el  tiempo  que  el 
ilustre  Cuerpo  de  Ingenieros  residió  en  la  Provincia: 
y  para  el  texto  histórico  reservamos  otras  noticias 
más  circunstanciadas ,  y  señaladamente  del  número 
de  alumnos  que  en  Avila  y  Arévalo  cursaban,  de  los 
jefes  bajo  cuyas  órdenes  se  formaron,  y  de  los  gene- 
rales que  de  aquella  Escuela  han  salido. 

CATÁLOGO  DE  VARONES  Y  MUJERES  ILUSTRES 

OÜE    PERTENECEN    Á    LA    RESEÑA    PERSONAL    POLITICO-ClVlL. 


Para  complemento  de  ella,  era  indispensable  pu- 
blicar, como  una  de  las  altas  honras  y  timbres  de 
mi  patria,  un  catálogo  de  los  varones  y  mujeres 
ilustres  de  la  Ciudad,  Provincia  y  Obispado,  que 
son  más  conocidos  por  razón  de  sus  dignidades, 
gobierno ,  armas  y  letras.  Varios  escritores  avileses 


RESEÑA  PERSONAL  POLITICO-CIVlL.  841 

comenzaron  ya  este  trabajo;  los  resultados  de  sus 
esfuerzos  fueron  muv  imperfectos  y  por  demás  es- 
casos. Desempeñóle  también  hasta  el  año  de  1647, 
en  que  dio  á  luz  su  Teatro  eclesiástico  de  las  iglesias 
de  Castilla,  el  erudito  maestro  Gil  González  Dávila. 
Mas  tampoco  me  era  posible  copiarle  literalmente, 
porque  contiene  muchas  noticias  que,  aunque  de  gran 
importancia,  pertenecen  exclusivamente  á  la  narra- 
ción histórica,  y  he  suprimido  cuantas  me  ha  sido 
posible,  sin  faltar  á  la  debida  claridad.  También  la- 
mento no  poder  seguirle,  aunque  fuese  alterándole 
no  pocas  veces,  para  observar  el  natural  curso  de  los 
tiempos,  porque  el  respetable  cronista  se  desen- 
tendió de  todo  punto  del  orden  cronológico ,  no  sólo 
anteponiendo  ó  posponiendo  por  algunos  años ,  sino 
alguna  vez  por  más  de  un  siglo,  los  nombres  que 
enumera  ,  llegando  hasta  el  extremo  de  colocar  los 
liijos  y  nietos  antes  que  sus  padres  y  abuelos,  y  hoy 
seria  un  empeño  tan  temerario  como  infructuoso  res- 
tablecer la  exactitud  cronológica ,  faltando ,  por  la 
irreparable  perturbación  de  los  tiempos,  los  archivos 
en  que  se  custodiaban  los  documentos  que  indispen- 
sablemente habria  que  consultar.  En  cambio  he  aña- 
dido muchos  otros  nombres  que  este  sabio  aviles 
omitió,  ya  porque  contrajo  su  examen  á  formar  sola- 
mente la  nómina  de  los  ilustres  hijos  de  la  Ciudad, 
y  yo  le  extiendo  á  la  de  todos  los  de  la  Provincia  y 
Obispado  de  que  he  adquirido  noticia,  y  ya  porque 
era  justo  recordar  también  los  personajes  que  han 
vivido  en  tiempos  posteriores. 

Muchos  notables  varones  de  este  Catáloíro  han 


342     .  HISTORIA    DE    AVILA. 

sido  conocidos  desde  la  más  remota  autig'üedad  basta 
nuestros  dias  solamente  por  sus  nombres  y  apelli- 
dos, sin  el  tratamiento  que,  para  otros  más  moder- 
nos ,  introdujo  luego  el  uso  legal  de  Señor  j  de  Dotí, 
y  que  últimamente  se  otorga  ya  á  todos  en  la  vida 
social :  yo ,  pues ,  he  creído  conveniente  no  hacer 
en  esto  alteración;  que  no  por  eso  son  ni  serian 
menos  célebres  y  distinguidos  Blasco  Nuñez  Vela, 
virey  del  Perú:  Alvaro  de  Avila,  mariscal  de  Don 
Juan  11;  el  canónigo  Antonio  de  Oncala  y  otros  mil. 
También  he  tenido  gran  cuidado  en  no  alterar  los 
nombres  ni  la  antigua  ortografía  de  los  pueblos, 
castillos,  plazas,  batallas,  países  y  otras  localida- 
dás;  ni  los  de  los  generales  ó  jefes  enemigos;  ni  los 
de  los  empleos  ó  destinos,  hoy  desconocidos,  con 
los  que  y  ante  los  cuales  ganaron  prez  y  gloría 
nuestros  guerreros  ú  hombres  de  Estado  y  de  go- 
bierno; y  esto  porque  así  los  dan  á  conocer  los  escri- 
tores del  país ,  y  ademas  porque  así  están  autoriza- 
dos en  muchos  documentos  respetados  en  la  ciencia 
de  la  diplomática. 

Por  todas  estas  consideraciones,  he  preferido 
adoptar  el  nuevo  y  cómodo  método  alfabético,  en 
cuanto  me  ha  sido  posible,  de  apellidos  y  nombres,  y 
cuando  los  unos  y  los  otros  eran  los  mismos ,  el  de 
las  poblaciones,  sitios,  empleos  ó  motivos  porque 
alcanzaron  renombre;  sistema,  aunque  para  mí  muy 
trabajoso,  que  así  evita  la  quisquillosa  y  vana  pre- 
tensión de  antelaciones  y  precedencias,  como  propor- 
í'iona  la  facilidad  de  encontrar  el  sujeto  que  se  de- 
sea, si  bien  he  conservado  y  amplificado  las  grandes 


RESE.ÑA  PERSONAL   I'OLITICO-CIVIL  .  343 

clasificaciones  ó  grupos  que  ya  hizo  con  más  ó  me- 
nos perfección  el  maestro  Gil  González  Dávila. 

Muévanme  á  ampliar  y  coordinar  así  este  trabajo 
j  á  darle  lugar  en  esta  sección  de  mi  obra,  varias, 
pero  mu}^  fundadas  razones;  la  una,  porque  no  deben 
ser  ignoradas  de  sus  paisanos  tan  eminentes  j  seña- 
ladas personas,  y  no  es  fácil  que  á  todas  las  encuen- 
tren en  la  narración  histórica,  que  ha  de  circunscri- 
birse á  los  sucesos  esencialmente  abulenses  y  á  los 
personajes  que' más  en  ellos  figuraron:  la  otra,  por- 
que los  que  ocupen  un  puesto  distinguido  en  ella, 
serán  así  de  antemano  conocidos,  y  las  familias  ó 
corporaciones  á  que  han  dado  lustre  y  provecho ,  ó 
los  lectores  que  por  otro  interés ,  ó  mera  curiosidad, 
intenten  saber  más  detenidamente  los  merecimientos 
á  que  son  acreedores,  emprenderán  con  más  agrada- 
ble ahinco  el  examen  de  la  Historia.  Ademas  de  que, 
así  como  ha  de  contener  este  volumen  otros  impor- 
tantes catálogos,  como  elEpiscopologio  abuleuse,  la 
serie  de  los  antiguos  Procuradores,  y  nuevos  Dipu- 
tados y  Senadores  á  Cortes,  y  la  sucesión  de  los  in- 
dividuos de  la  Diputación  Provincial;  la  lista  de  los 
varones  y  mujeres  que  ilustraron  mi  patria  en  el  di- 
latado orden  político-civil,  coronará  el  edificio  pa- 
triótico que  me  he  propuesto  levantar,  consagrándole 
á  la  memoria  de  las  glorias  avilcsas.  Bajo  estas 
i'íclaraciones,  sigue  á  continuación  el 


344  HISTORIA    DE    AVILA. 

CJ  uí^  T7  Á  I-  CZ>  C3^  O 

DE    VARONES    Y    MUJERES    ILUSTRES    DE    LA    CIUDAD,    l'ROVIMIA 

Y  OBISPADO,  POR   RAZÓN    DE  SUS   DIGNIDADES,  GOBIERNO, 

ARMAS     Y    LETRAS. 


De  la  Real  Casa  y  familia  d3  Castilia. 

Su  Alteza  Real  la  Señora  Doña  Isabel- 
la  Reina  Católica,  natLiral  de  Madrigal. 

En  la  Casa  Real,  Dignidades  y  Gobierno. 

Águila  (D.  Suero  del),  caballero  del  Emperador  D.  Fer- 
nando, Eey  de  Hungría. 

Alvarez  de  Toledo  (D.  Fernando),  el  Gran  Duque  de 
Alba,  Gobernador  de  los  Países  Bajos,  conquistador  de  Por- 
tugal. 

Arévalo  (Juan  de),  Canciller. 

Arévalo  de  Montalvo  (Juan) ,  Secretario  de  los  Reyes 
Católicos. 

Avila  (D.  Alvaro  de),  jlariscal  y  Camarero  deD.  Juan  II 
y  del  Rey  D.  Fernando  de  Aragón. 

Avila"(D.  Pedro  de),  Marqués  de  las  Navas,  Mayordomo 
del  Rey  D.  Felipe  II  y  Embajador  en  Roma. 

Avila  (D.  Rodrigo  del) ,  Mayordomo  de  la  Emperatriz 
Doña  María. 

Blasco  (Gimen),  xllcalde  en  la  repoblación  de  Avila. 

Blasquez  Serrano  (Licenciado  D.  Juan),  del  Consejo  de 
Indias. 

Bracamente  (D.  Alonso  de).  Conde  de  Peñaranda,  Ma- 
yordomo del  Rey  Felipe  III. 

Bracamente  (D.  Gaspar  de).  Conde  de  Peñaranda,  Em- 
bajador en  Alemania. 

Bracamente  (Mosen  Rubin  de),  Corregidor  de  Granada 
y  de  Madrid. 

Briceño  (D.  Alonso),  de  las  Cinco  Casas  de  Arévalo. 

Bullón  (D.  Gaspar  de) ,  Contador  y  Aposentador  Mayor 
del  Rey  D.  Felipe  III. 


REÍEÑA  I'EIISONAL  POLlTlCO-CIVIL.  3Í5 

Bullón  (D.  Sancho  de),  Gentil-hombre  de  la  Casa  de 
Castilla,  Araiero  Mayor  y  del  Consejo  de  la  Contaduría. 

Castillo  (Licenciado  I).  Juan  del),  Oidor  de  la  Audien- 
cia de  Quito. 

Córdoba  (D.  Alonso  de),  de  la  Cámara  del  Principe  don 
Carlos  y  del  Key  D.  Felipe  II. 

Cortés  y  la  Cárcel  (D.  Sebastian),  del  Consejo  y  Cá- 
mara . 

Cueto  (D.  Diego),  primer  Regidor  de  la  Florida. 

Dávila  (D.  Alonso),  Contador  de  Yucatán  en  el  principio 
de  la  conquista. 

Dávila  (I).  Alonso),  Secretario  de  los  Reyes  Católicos. 

Dávila  (I).  Antonio),  Marqués  de  las  Navas,  Mayordo- 
mo del  Rey  D.  Felipe  ÍV. 

Dávila  (D.  Antonio),  Embajador  en  Alemania. 

Dávila  (D.  Francisco),  Marqués  de  la  Puebla,  Presidente 
de  Hacienda  y  del  Consejo  de  Estado. 

Dávila  (D.  Gómez),  Grande  de  Castilla,  Marqués  de 
Velada,  Ayo  del  Rey  D.  Felipe  III,  su  Mayordomo  Mayor 
y  de  los  Consejos  de  Estado  y  Guerra. 

Dávila  (D.  Gonzalo).  Murió  electo  Ayo  del  Príncipe  don 
Juan. 

Dávila  (D.  Juan),  del  hábito  de  Calatrava,  Gobernador 
en  el  Perú. 

Dávila  (D.  Juan),  Secretario  del  Rey  D.  Juan  I. 

Dávila  (D.  Luis),  Marqués  de  Miravel,  Embajador  en  el 
Concilio  de  Trente. 

Dávila  (D.  Pedro),  Contador  Mayor  del  Emperador  don 
Carlos. 

Dávila  (D.  Pedro),  Marqués  de  las  Navas,  Mayordomo 
del  Rey  D.  Felipe  III. 

Dávila  (D.  Pedro),  primer  Conde  del  Risco,  se  hallo  en 
la  conquista  de  Granada. 

Dávila  (D.  Sancho) ,  Virey  de  la  Nueva  España. 

Dávila  (D.  Sancho),  del  hábito  do  Alcántara,  Goberna- 
dor de  Zacatecas,  en  la  Nueva  España. 

Dávila  (D.  Vicente),  primer  Poblador  y  Regidor  de  la 
Margarita. 

Dávila  y  Guzman  (D.  línrique),  Marqués  de  Povar,  de 
la  Cámara  del  Rey  D.  í'elipe  III,  Embajador  en  Flandes, 
Capitán  de  la  Guardia  Española,  Virey  de  Valencia  y  Pre- 
sidente del  Consejo  de  las  Ordenes. 

Dávila  y  Toledo  (D.  Antonio),  Marqués  de  Velada,  Go- 
bernador de  Milán,  Gentil-hombre  de  Cámara  del  Sr.  Rey 
D.  Felipe  IV,  y  íieneral  en  distintas  campañas. 


346  HISTORIA   DE    AVILA. 

Dávila  Y  Zúñiga  (D.  Antonio),  Marqués  de  Miravel,  de 
los  Consejos  de  Estado  y  Guerra,  Ayo  del  Príncipe  D.  Bal- 
tasar Carlos  y  Presidente  de  Ordenes. 

Esteban  Domingo.  Celebre  adalid,  caudillo  de  las  hues- 
tes de  Avila  en  el  siglo  XIII. 

Frias  (D.  Juan  de),  del  Consejo  de  I).  Juan  II,  lino  de 
los  Jueces  en  el  proceso  y  sentencia  de  I).  Alvaro  de  Luna. 

Frias  (D.  Sandio  de),  del  Consejo  de  los  Reyes  Católicos. 

García  de  la  Cárcel  (Simón) ,  de  las  cinco  casas  de 
Aré  V  alo. 

García  Dávila  Muñoz  (D.  Juan),  del  Hábito  de  Santia- 
go y  del  Consejo  de  Hacienda  del  Rey  D.  Felipe  IV. 

García  Sedeño  (Gómez) ,  de  las  cinco  casas  de  Arévalo. 

García  de  Tapia  (Gómez) ,  de  las  cinco  casas  de  Aré- 
valo. 

Gasea  (Pedro  la),  Pacificador  del  Perú. 

Gasea  (D.  Diego  la) ,  del  Real  Consejo  de  Castilla. 

Gasea  Salazar  (D.  Diego  la),  de  los  Consejos  de  Hacien- 
da ,  Indias  y  Castilla . 

Jiménez  del  Castillo  y  Villegas  (Diego) ,  Secretario  de 
Carlos  V. 

Jimeno  (Blasco),  el  Adalid,  repoblador  de  Avila. 

Jimeno  (D.  Blasco),  Caballero  de  la  casa  del  Rey  don 
Fernando  el  Ma2-no. 

Gómez  Dávila  (D.  Hernán),  Maestresala  del  Rey  don 
Juan  el  II. 

González  (D.  Gonzalo),  muy  señalado  en  el  servicio  del 
Rey  D  Alonso  el  Sabio. 

González  Briceño  (Garci) ,  de  las  cinco  casas  de  Aré- 
valo. 

González  Verdugo  (Fernán),  de  las  cinco  casas  de  Aré- 
valo. 

González  Dávila  (D  Gil),  Maestresala  del  Rey  don 
.Tuan  II. 

González  Dávila  (D.  Gil) ,  Alcalde  de  Corle  y  Contador 
de  la  Isla  Española. 

González'  Dávila  (D.  Pedro),  del  Consejo  del  Rey  don 
Enrique  III  y  de  D.  Juan  II. 

González"  de  Contreras  (D.  Pedro),  Montero  Mayor  del 
Rey  D.  Juan  II. 

"González  de  Valderravano  (D.  Fernán),  del  Consejo  del 
Rey  D.  Juan  II,  Corregidor  de  Avila  y  Alcaide  de  su 
Alcázar. 

González  de  Valderravano  (Dr.  D.  Pedro),  del  Consejo 
del  Rov  D.  Juan  II. 


RESEÑA  PERSONAL   POLITlCOCIVlL.  347 

línillamas  (I).  Francisco),  Pagador  general  del  ejército 
de  Granada,  y  Proveedor  de  las  Galeras  de  f^spaua. 

Guillamas  Vciazquez  (D.  Francisco),  Maestre  de  l<i 
('amara  y  Tesorero  de  la  Reina  Margarita.  Sirvió  mucho  ni 
Sr.  D.  Juan  de  Austria. 

Guzman  (D.  Pedro  de).  Corregidor  de  Madrid. 

Henao  (Licenciado  D.  Juan),  Alcalde  de  Hijosdalgo  eii 
Yalladolid  y  Oidor  de  Navarra. 

Henao  (D.  Juan  de).  Corregidor  de  varias  ciudades.  Vi- 
sitador de  los  Cuantiosos  de  Córdoba,  y  Gentil-hombre  de 
la  Real  Casa  de  Castilla. 

Hinojosa  (D.  Gedeon  de),  del  Consejo  y  Cámara. 

Juanes  (Juan  de).  Alcalde  de  Corte  y  del  Consejo  de  l.t 
líeina  doña  Juana. 

Leparaso  (Francisco),  Secretario  de  Carlos  V. 

Manzanas  Renjifo  (D.  Bernardino),  Caballerizo  del  Rey 
D.  Fernando  de  Hungría. 

Martin-. z  de  Montalvo  (Fernán),  de  las  cinco  casas  de 
Arévalo. 

Mejía  (D.  Diego),  ^Marqués  de  Lemanes,  Gobernador  de 
Milán,  General  contra  las  armas  de  Cataluña  y  Portugal,  y 
del  Consejo  de  Estado. 

Mejía  y  Ovando  (1).  Diego),  primer  Conde  de  üceda. 
Mayordomo  de  la  Reina  Doña  Ana. 

Mojica  (D.  Ñuño),  Corregidor  de  Madrid  y  Mayordomo 
del  Infante  D.  Fernando,  el  Cardenal. 

Muñoz  (Martin),  varón  muy  notable  que  intervino  en  la 
repoblación  de  Avila . 

Muñoz  (El  Licenciado),  Fiscal  del  Consejo  de  los  Reyes 
Católicos. 

Nufiez  Vela  (D.  Cristóbal),  Gobernador  de  Charcas  y 
íi^uito,  en  el  Perú. 

Nuñez  Vela  (Blasco),  Virey  del  Perú.  Murió  peleando, 
y  dióle  .sepultura  Blasco  Juárez,  natural  de  Avila. 

Pacheco  de  Espinosa  (D.  Luis),  Corregidor  de  Ubeda  y 
Baeza  y  Gentil-hombre  de  la  Real  Casa. 

Palomeque  de  Acuña  (D.  Diego).  Gobernador  de  la 
provincia  del  Dorado,  Isla  de  la  Trinidad,  murió  gloriosa- 
mente peleando  contra  Gualtero  Ralehig  .  corsario  inglés. 

Pérez  Dávila  (D.  Esteban),  Arbitro  con  el  Rey  don 
Dionis  de  Portugal,  para  conciliar  á  los  Reyes  D.  Fernan- 
do IV  df  Castilla  y  D.  Jaime  de  Aragón. 

Rodríguez  Valtodano  (D.  Benito),  (iobernador  del  Con- 
sejo y  Cámara  de  Indias. 

Ronquillo  (D.  Rodrigo).  El  .Mcalde. 


348  HISTORIA    DE    AVILA. 

Ronquillo  Briceño  (D.  Antonio),  Embajador  en  Roma. 

Ronquillo  Briceño  (D.  Pedro),  Embajador  en  Ingla- 
terra. 

Sandoval  (D.  Die^^o),  Veedor  general  del  ejército. 

Sánchez  (Hernán),  Embajador  en  Persia. 

Sánchez  Dávila  (I).  Sancho),  Guarda  Mayor  del  Rey 
Don  Enrique  lY,  Capitán  de  los  Reyes  Católicos  y  Alcaide 
de  los  Alcázares  de  Carmona . 

Sánchez  de  Arévaio  y  la  Cárcel  (Alonso),  Secretario  de 
Felipe  II. 

Sánchez  de  Arévaio  y  de  la  Cárcel  (Juan),  Secretario 
de  Felipe  II. 

Serrano  Zapata  (D.  Juan),  del  Consejo  de  Ordenes,  Em- 
bajador en  Genova. 

Tapia  (D.  Francisco  de),  del  Consejo  y  Cámara. 

Tello  de  Guzman  (Hernán),  Caballero  de  Santiago,  Co- 
mendador de  Viloria. 

Tello  de  Guzman  (Hernán),  Embajador  en  Genova  y 
Roma. 

Toledo  (D.  Fernando  de),  de  la  Cámara  del  Rey  D.  Fe- 
lipe n. 

Vázquez  Dávila  (D.  Juan),  primer  ^larqués  de  Loriaua, 
Gentil-hombre  de  Cámara  del  Rey  D.  Felipe  III. 

Vázquez  Renjifo  (D.  Gil),  Embajador  del  Emperador 
á  los  Obispos  y  ciudadanos  de  Castilla  en  el  levantamiento 
de  las  Comunidades. 

Vela  Carvajal  (Licenciado  D.  Cristóbal),  Fiscal  de  la 
Contratación  de  Sevilla. 

Velazquez  (D.  Juan),  Contador  de  los  Reyes  Católicos 
y  Testamentario  de  la  Reina  Isabel. 

Zurraquin  (Sancho  Sánchez),  Repoblador  de  Avila  y 
gran  soldado. 

En  las  Armas. — Generales. 

Acuña  Vela  (D.  Juan),  del  Consejo  de  la  Guerra;  Capi- 
tán general  de  la  Artillería. 

Águila  (D.  Juan  del),  General  de  mar  y  tierra  y  Maestre 
de  Campo  general  en  la  jornada  de  Irlanda. 

Arévaio  de  Zuazo,  distinguido  general. 

Blasquez  Montalvo  (Juan). 

Brochero  (D.  Gregorio),  General  de  Ingenieros. 

Dávila  (D.  Gómez),  Capitán  general  del  ejército  del 
Emperador  Carlos  V  en  el  asalto  á  la  villa  de  Blonco. 


RESEÑA  rCllSONAL  POLITICÜ   CIVIL.  349 

Dávila  (D.  Luis),  General  de  la  artillería  de  vSicilia. 

D.^vlla  (D.  Luis),  Marqués  de  Miravel,  General  de  la 
oaballería  de  Lorena. 

Dávila  (D.  Pedro),  Capitán  general  y  Gobernador  de 
las  Terceras. 

Dávila  (Sancho),  General  de  la  costa  de  Granada  y 
Maestre  de  Campo  en  la  conquista  del  reino  de  Portugal; 
Castellano  de  Pavía  y  Amberes. 

Dávila  y  Guzmau  (D.  Alonso),  Capitán  general  de  la 
artillería  que  asistía  en  Badajoz  contra  el  rebelde  de  Por- 
tugal en  1645. 

Esté  vane/.  (Juan  de). 

Gómez  (Alvaro). 

Gómez  Dávila  (D.  Fernán),  Señor  de  Villatoro,  Capitán 
general  en  la  guerra  de  Giieldres.  Murió  en  Flandes. 

Gómez  Tello  (Diego). 

González  Dávila  (D.  Gil),  Capitán  general  del  Rey  don 
jMirique  II. 

Hernández  de  Monjaráz  (Juan). 

Mesia  A'elazquez  (1).  Diego),  jMarqués  de  Leganés;  (Go- 
bernador de  Milán,  General  de  la  Artillería  y  del  ejército 
que  faé  contra  Cataluña  en  1642,  y  de  los  Consejos  de  Es- 
tado j  Guerra. 

Pantoja  (D.  Juan),  Teniente  general  en  los  Estados  de 
Elandes. 

Ramírez  Briceño  (Pedro). 

Ronquillo  (D.  Gonzalo),  Capitán  general,  y  Poblador 
de  Arévalo  y  Segovia,  de  Filipinas. 

Sandoval  (1).  Jerónimo),  General  de  Marina. 

Sedeño  (Antonio). 

Tejada  (D.Félix  Ignacio),  Capitán  general  de  la  Armada. 

Triviño  Guillamas  (D.  Juan),  Gobernador  y  Capitán  ge- 
neral de  la  Florida. 

Vera  (Diego  de),  Gobernador  de  Trípoli,  (ieneral  de  la 
artillería:  fué  sobre  Oran  y  Bujía. 
Verdugo  í(juillermo). 
Zúñiga  (Juan  de). 

Maestres  de  Campo,  Castellanos  y  Sarg'entos  Mayores. 

Águila  (D.  Esteban  del).  Capitán  de  caballos,  Sargento 
ma^'or. 

Águila  (D.  Ñuño  del),  Maestre  de  Campo  en  el  sitio  de 
Velez-]Málaa:a. 


OüO  HÍSTORÍA    DE    AVil..',. 

Águila  (Sancho  del),  Castellano  de  Trujillo  en  tiempo- 
i]e  los  Reyes  Católicos. 

Zarrientos  (Antonio  de),  Castellano  de  Gaeta. 

Barrionuevo,  Sargento  mayor. 

Eecerril  (D.  Juan),  Brigadier,  Coronel  del  regimiento 
provincial. 

Bracamonte  (D.  Antonio  de),  Castellano  de  Pamplona. 

Bracamente  (D.  Gonzalo  de),  Maestre  de  Campo  en  Cer- 
ileua. 

Bracamonte  (D.  Juan  de),  murió  en  el  cerco  de  Os- 
íende. 

Bullón  (Sancho  de).  Castellano  de  Cápua. 

Cardeñosa  Guillamas   (Cristóbal  de) ,    Gobernador  de 
Compañías,  y  Castellano  de  Lanfranc. 

Castro,  Sargento  mayor. 

Castro  (Antonio  de) ,  Sargento  mayor. 

Chacón  (D.  Juan),  Maestre  de  Campo  en  la  guerra  de 
Portugal,  del  Consejo  de  Guerra,  Castellano  de  San  Telmo. 

Chacón  (D.  Juan),  Castellano  de  Lisboa. 

Dáyila  y    Mendoza  (D.   Diego),   Castellano  de  Pam- 
jJona. 

Dávila  Mouroy  (D.  Luis),  Sargento  mayor  del  Consejo 
de  Guerra  del  Archiduque  Alberto. 

Dávila  Guzman  (Diego),  Maestre  de  Campo  de  la  gente 
de  Aragón. 

Dávila  y  Guzman  (Diego  ) ,  Castellano  de  Pamplona  _^■ 
Jaca. 

Fernando  (Francisco),  Castellano  de  Utrech  \  Maestre 
de  Campo. 

Frias  (D.   Bartolomé  de).   Alcaide  de  la   fortaleza  de 
A.renas. 

González  Dávila  (Gonzalo) ,  Alcaide  de  la  fortaleza  de 
Messa . 

González  de  Mendoza  (Pedro),  Castellano  de  Otranto. 

(íuiera  (D.  Diego),  Sargento  mayor  y  Castellano  de  San 
{iian  en  Lisboa. 

Guzman  (Gabriel  de),  Maestre  de  Campo  en  tiempo  de 
los  Beyes  Católicos. 

Guzman  (Luis  de),  Alcaide  de  Almería. 

Jiménez  (Domingo),  Sargento  mayor  en  los  Estados  de 
Flandes. 

Olanda  (Pedro  de).  Teniente  de  Sancho  Dávila  y  Caste- 
llano de  Pavía. 

Olmedo  (Hernando  de),  Sargento  maycr  y  Gobernadcr 
del  Safo  en  Flandes. 


RCSEÑA  I'EÜSO.XAL  rOLITlCO-ClVIL.  351 

Oreion  (Xurio),  Castellano  de  Cascaes  y  Gobernador  ele 
Orbiteilo. 

liivera  (1).  Luis  de),  Maestre  de  Campo  en  la  jornada  de 
Portugal. 

Suiu-ez  Dávila  (Pedro),  Teniente  del  castillo  de  Utrecli. 

Triviño  (Juan  de),  (lobcrnador  de  la  Florida. 

Va/A'juez  Bávila  (Antonio),  Señor  de  Duruelo  de  Rio- 
almar,  Capitán  de  infantería  nombrado  por  la  Ciudad  contra 
los  Comuneros;  padre  del  fiímoso  Sancho  Dávila. 

Vázquez  Dávila  (Cristóbal),  Crobernador  de  Ziiplien. 

Verduo-o  (Francisco),  Castellano  de  Gante. 

Villalba  (Martin  de),  Castellano  de  San  Salvador  de 
Mesina. 

Villalba  (Pedro  de),  Teniente  de  Castellano  de  olilán,  y 
Cabo  de  tercios. 

Villalba  (Sancho  de) ,  Castellano  de  San  Salvador  de 
^lesina  y  Pamplona. 

Capitanes  notables. 

Águila  (D.  Antonio  del),  ganó  á  Guadix,  Zenete  y  ser- 
ranías de  las  Alpujarras. 

Águila  (D.  Vicente  del),  en  Bretaña. 

Águila  (Diego  del) ,  Capitán  de  la  Guarda  del  Rey  Ca- 

t(jliC0. 

Águila  y  Toledo  (D.  Fadrique  del),  Capitán  en  Flandes. 

Ahumada  (Agustín  de) ,  Capitán  y  Gobernador  do  los 
Quijos  en  la  provincia  de  Chile ,  que  se  halló  en  diez  y 
siete  batallas. 

Álvarez  de  Bracamente  (Diego),  (Capitán  en  el  tiempo 
del  Marqués  de  Pescara. 

Alvarez  de  Cueto  (Diego),  Capitán  de  caballos  contra 
los  Pizarros. 

Andrada  (Hernando  de),  de  la  ('onquista  del  Perú. 

Blazquez  Vela  Xuñez  (Francisco) ,  Capitán  y  Pagador- 
de  la  gente  de  Castilla. 

Bracamoute  (D.  Andrés  de),  Capitán  en  la  guerra  de 
Saboya,  año  lbl6. 

Bullón  (Sancho  de),  fué  uno  de  los  encomendados  del 
Emperador  cuando  Sebastian  Gaboto  (Cabot)  se  armó  para 
la  conquista  de  la  Especiería. 

Cabrera  (Juan),  Capitán  en  el  Perú. 

('alderon  (Cristóljal),  murió  sirviendo  en  Flandes. 

Cepeda  (Jerónimo  de),  de  la Conquisi-a  del  Perú. 


352  HISTORIA    DE    AVILA. 

Dávila  (Antonio  de),  del  Consejo  de  Guerra,  Goberna- 
dor de  Rimbergue. 

Dávila  (Alonso),  de  los  conquistadores  de  Nueva-Espa- 
ña, Gobernador  de  Guatemala. 

Dávila  (Diego),  Señor  de  Yillafranca.  Se  halló  enlátala 
de  Granada  con  el  Rey  D.  Juan  el  II. 

Dávila  (Diego)-,  se  halló  en  la  prisión  del  Rey  Francis- 
co de  Francia. 

Dávila  (D.  Gonzalo),  Señor  de  Navamorqüende.  Vale- 
roso Capitán ,  que  murió  peleando  contra  franceses  y  cata- 
lanes; año  1642. 

Dávila  (Ñuño) :  se  halló  en  la  conquista  de  la  Tilla  de 
Alarcon. 

Dávila  (Pedro):  se  halló  en  la  tala  de  Granada  con  el 
Rey  D.  Juan  el  11. 

Dávila  Alvarado  (Alonso),  Capitán  de  la  Guarda  de  Her- 
nán Cortés.  Fué  el  que  descubrió  el  Golfo  Dulce,  é  hízole 
el  Emperador  muchas  mercedes. 

Dávila  Cimbrón  (Juan),  Capitán  en  el  asalto  de  Galera; 
año  1570. 

Dávila  y  Guevara  (D.  Fernando),  del  hábito  de  Santia- 
go, Capitán  de  caballos  en  el  año  de  1642. 

Dávila  Guzmau  (D.  Diego) ,  al  servicio  del  Archiduque 
Alberto. 

Gasea  de  Avila  (Pedro) :  se  halló  en  la  ganancia  de  la 
ciudad  de  Granada. 

Gómez  Bermejo  (Diego),  Teniente  de  la  Guarda  del 
Duque  de  Alba. 

Gómez  Dávila  (D.  Manuel),  Capitán  de  caballos  en  el 
Estado  de  Milán,  año  de  1645. 

González  (Gonzalo),  en  tiempo  de  D.  Alonso  el  XI. 
González  Dávila  (Gil) :  se  halló  en  la  tala  de  Granada 
con  el  Rey  D.  Juan  el  II. 

Guiera  (xicacio):  gobernó  el  tercio  de  D.  Fadrique  Bo- 
badilla. 

Guillamas  (Francisco),  llamado  el  Soldado,  murió  en  la 
rebelión  de  Granada. 

Guillamas  (Juan):  militó  en  Sicilia  y  Flandes. 
Guzman  (Luis  de),  Comendador  de  Aceca. 
Lesquinas  del  Hierro  (Diego  de),  de  la  casa  de  los  Con- 
des de  Orgaz. 

Mendoza  (D.  Diego  de),  Capitán  en  Flandes,  hallóse  en 
el  socorro  de  Malta  y  murió  en  el  cerco  de  Galera. 
Navarro  (Antonio),  Capitán  en  Méjico. 
Navarro  (Pedro),  dejó  las  armas  y  tomó  el  hábito  de 


Fi'SnÑA  PEnSO>AL  rOLITlCO  CIVIL.  353 

frnncisco  descalzo,  llamándose  fray  Pedro  de  Buenaven- 
tura. 

Nuñez  Dávila  (Francisco),  murió  en  servicio  de  los  Ivo- 
yes  Católico^;  contra  los  moros,  año  1487. 

Xuñez  Dávila  (I).  Juan),  se  halló  en  las  Navas  de  To- 
losa. 

Nuñez  Dávila  (Juan),  valeroso  Capitán,  reedificó  la 
iíí:lesia  del  convento  de  religiosos  Carmelitas;  la  de  la  San- 
tísima Trinidad;  la  de  Nuestra  Señora  de  la  Antigua,  y 
fundó  la  de  Nuestra  Señora  de  las  Vacas  y  el  convento  de 
monjas  Bernardas,  que  hoy  es  colegio  de  San  Millau. 

Ñuñez  (Hernán),  murió  en  la  batalla  de  Olmedo. 

Nuñez  Vela  (D.  Antonio),  Gobernador  de  Alcántara. 

Nuñez  Vela  (Antonio),  Capitán  de  infantería  en.  el  Es- 
tado de  Milán. 

Nuñez  Vela  (D.  Luiá),  Capitán  en  Fl andes. 

Orejón  (Hernando  de),  Capitán  de  caballos  en  la  guerra 
de  Granada. 

Ortiz  (Diego),  Capitán  en  Flandes  y  Portugal. 

Pérez  Dávila  (D.  Guillen),  se  halló  en  la  batalla  de  las 
Navas  de  Tolosa. 

Pérez  de  Avila  (D.  Gutierre),  se  halló  en  la  batalla  do 
]:.5  Navas  de  Tolosa. 

Pérez  Dávila  (D.  Rodrigo),  se  halló  en  la  l)atalla  de  las 
Navas  de  Tolosa. 

Puente  y  Garay  (.Juan  Antonio  de  la),  contra  catalanes 
y  portugueses  en  1642  y  1643. 

Rabia  (Ñuño),  se  halló  en  la  conqui.sta  de  la  villa  de 
Alarcou. 

Sánchez  (Sancho),  famoso  Capitán  en  el  Perú.  ^lurio 
] jaleando  contra  los  Pizarros. 

Sánchez  Zurraquin  (Sancho),  famoso  Capitán  en  tieni¡)0 
del  Rey  D.  Alonso  el  VI. 

Tribiño  (D.  José  de),  en  Puerto-Rico. 

A^'azquez  Dávila  (Juan),  se  halló  en  lu  tala  de  Granada 
con  el  Rey  D.  Juan  el  II. 

Vázquez  del  Pino  (Cri.stóbal),  Gobernador  de  Zufren  y 
Veedor  de  la  artillería. 

Velazquez  (Fernán),  Capitán  en  tiempo  del  Rey  don 
Alonso  XI. 

Vera  (Diego  de),  se  halló  con  Sancho  Dávila  en  la  En- 
camisada de  Raujua. 

Verdugo  (^Telchor),  famoso  capitán  en  Indias. 

Villalva  (D.  Diego  de),  IMaese  de  Camjjo  en  Cataluña 
en  el  año  de  1640. 

TOMO   J.  23 


354  KISTORiA    DE    AVILA. 

Soldados  notables. 

Aliseda  (El  Alférez),  en  el  Perú,  Fundailor  ile  una  ca- 
pilla en  el  Barco. 

Almaráz  (Francisco),  célebre  soldado  en  el  Perú,  funda- 
dor de  una  capellanía  en  el  Barco. 

Méndez  (Francisco),  célebre  soldado  en  el  Perú,  funda- 
dor de  una  capellanía  en  el  Barco. 

Escritores  y  otros  varones  insig'nes  en  letras. 

Bravo  (Juan),  gran  Médico,  escritor  de  varias  obras  dp 
medicina. 

Calderón  (D.  Alonso),  Fiscal  del  Donativo  Real;  escri- 
bió un  tratado  de  la  Sentencia  definiliva. 

Cianea  (Aí.tonio  de),  escribió  la  Historia  de  la  vida, 
muerte ,  ballazg-o  y  traslación  del  cuerpo  de  San  Segundo, 
primer  Obispo  de  Avila. 

Dávila  (D.  Luis),  Marqués  de  Mirabel;  escribió  unos 
comentarios  de  Carlos  Ven  África. 

Díaz  Rengifo  (Juan),  escribió  un  Arte  poética  española, 
(i  de  la  Rima. 

González  Alvarez  (Vicente),  escribió  la  Expulsión  de 
los  moriscos  de  Aa'ila. 

González  Dávila  (el  Maestro  Gil),  cronista  de  las  Indias 
y  de  los  Reinos  de  las  dos  Castillas;  escribió  varias,  muy 
conocidas  y  estimadas  obras. 

Hernández  de  Gregorio  (D.  Manuel),  boticario  de  Cá- 
mara de  S.  M.;  autor  del  Diccionario  elemental  de  farma- 
eia,  botánica  y  materia  médica. 

Herrera  (Jaan  Bautista  de),  escribió  en  octava  rima  (así 
lo  dice  Gil  González  Dávila)  la  Vida  de  Alejandro  Magno. 

Lovera  (Juan de).  Médico  de  Carlos  V,  notable  escritor. 

Oütiveros  (Pedro),  Catedrático  de  Vísperas  en  Sala- 
manca . 

Sedeño  (Juan),  notable  como  soldado,  y  como  escritor 
de  la  Suma  de  Varones  ilustres  y  de  otras  obras. 

Somoza  (D.  José),  literato,  escritor,  poeta. 

Tapia  (D.  ílugenio  de).  Director  de  Instrucción  públi- 
ca, jurisconsulto,  escritor. 

Vela  (Licenciado D.  Juan).  Colegial  mayor  de  San  Bar- 
tolomé de  Salamanca;  obtuvo  tres  cátedras  en  a(|ue)la  Fni- 
versidad  v  escribió  un  tratado  de  Dc/ic/is. 


RESEÑA  PERSONAL  POLITICÜ-CIVIL.  355 

Vivauco  (el  maestro  Sebastian) ,  Catedrático  de  iiuis¡c;i 
en  .Salamanca;  imprimió  muchas  obras  de  este  g-énero. 

Mujeres  ilustres  en  el  orden  civil. 

Blazquez  (Jimena),  defensora  en  jefe  de  Avila,  eu  (d 
siglo  XI. 

Hijas  de  Jimena  Blazquez ,  defensoras  con  su  m:ulre  de 
Avila. 

Bazo  (Señora  del),  raíz  y  tronco  de  la  casa  del  \r/.con- 
dsido  de  Huerta. 


RESEÑA  político-eclesiástica 

DE  LA  DIÓCESIS. 


AL  hcíío.  t  Ilmü.  Sn.  D.  FERNANDO  BLANCO, 

OBISPO    DE    ÁVILA. 

ExcMO.  Señor  : 

Mu  la  filosofía  peripatética,  ó  por  lo  menos  esencialmente 
«■scolástica,  que  á  V.  E.  F.  y  á  mí  nos  enseñaron  sus  doctos 
Hermanos  los  hijos  piadosos  del  insigne  Santo  Domingo 
de  (ruzman ,  aprendimos  como  un  infalible  axioma  que  el 
entendimiento  concibe  primero  la  idea  absoluta  del  Ente  y 
(les})ues  la  de  sus  peculiares  _^;ar¿í'.s  6  rjualidades ;  y  por  eso 
no  es  monos  cierto  en  la  ciencia  que  antes  es  el  Ser  y 
<lespues  su  propio  Oühar. 

Y  siendo  esto  así,  íacilmente  encontrará  V.  E.  I.  la  razón 
lóg-ica  de  que  habiendo  de  comenzar  yo  mi  KisTonu  dv. 
Avir.A,  si:  PR0Vl^CIA  y  Oiüspado  enunciando  la  existencia  del 
Ente  ó  colectividad  social  llamada  Provincia ,  que  com- 
])rende  la  noción  de  sus  calidades ,  desde  las  g-eográflcas  y 
geológicas  hasta  las  de  sus  más  pequeños  accidentes  socia- 
les, proceda  ya,  en  el  orden  de  mis  ideas,  la  explicación  de 
las  que  caracterizan  la  Besem  eclesiástica  del  Obispado,  tan 
importante  en  verdad,  cuando  no  sea  más  notable  y  bri- 
llante, como  la  social  ó  política  en  toda  la  extensión  de 
esta  palabra. 

Si  yo,  pues,  acierto  á  tratarla  así,  claro  es  que  habrá  do 
cobrar  grandísimo  valor,  saliendo  favorecida  con  el  ilustro 
nombre  del  amigo  respetable,  del  profundo  literato,  del  elo- 
cuente sagrado  orador,  y  más  que  todo  del  dignísimo  sucesor 
de  San  Segundo,  que  es  V.  E.  I.,  á  quien  el  Espíritu  Santo 
lia  colocado  de  pastor  cuidadoso  de  la  grey  de  su  Diócesis. 

Admita,  pue-í,  V.  E.  I.  este  testimonio  previo  del  pro- 


fundo  respeto  con  que  he  de  narrar  en  la  Histohia  de  Avila, 
su  PROVI^CIA  Y  Obispado  todas  las  cosas  que  ii  nuestra  Sania 
Keligion  y  á  la  Moral  Cristiana  corresponden,  seguro  do 
que  no  ha  de  hallar  (asi  coufladameute  lo  espero)  aserto 
alguno  merecedor  de  censura:  pero  si  desgraciadamente 
yo  me  equivocare ,  desde  aliora  le  retiro ,  le  someto  humil- 
de á  su  juicio  superior,  prometiendo  la  más  pública  rec- 
tificación, y  quedando  siempre  obsecuentísimo  servidor 
de  V.  E.  I.  su  afectuoso  amigo,  que  su  santo  anillo  besa, 

Juan  Martin  Carramolino. 
Madrid  21  de  Agosto  de  1S72. 


RESEÑA  POLÍTICO-ECLESIÁSTICA. 


DEL  OBÍSPADO. 

su  ANTIGÜEDAD,  EXTK.NSIÜN   Y  CONFINES  CON  OTRAS  DIÓCESIS. 

Ya  queda  referido  que  el  perímetro  de  la  Diócesis 
se  extiende  más  lejos  que  el  de  la  actual  Provincia, 
como  que  todavía  se  conservan,  sujetos  al  Obispado 
muchos  é  importantes  pueblos  que,  perteneciendo  en 
la  antigüedad  á  la  tierra  y  comarcas  de  Avila,  hoy 
corresponden  respectivamente  á  varias  provincias 
que  le  son  limítrofes.  Conñna ,  pues ,  actualmente  el 
Obispado  por  el  Norte  con  el  nuevo  Arzobispado  do 
Valladolid;  por  el  Sur  con  el  de  Toledo ;  por  el  Este 
con  el  Obispado  de  Segovia  y  Abadía  exenta  de  Pár- 
races,  que,  como  de  la  orden  de  San  Jerónimo,  esta- 
ba unida  al  suprimido  Real  Monasterio  del  Escorial; 
por  Sudoeste  con  el  de  Plasencia,  y  por  Oeste  con  el 
de  Salamanca. 

La  Silla  episcopal  reside  en  Avila ,  siendo  de  las 
más  antiguas  de  la  Cristiandad,  puesto  que  existe 
nada  menos  quo  desde  los  tiempos  apostólicos ,  fun- 
dada por  San  Segundo,  uno  de  los  siete  Obispos  con- 
sagrados por  San  Pedro ,  que  primeramente  vinieron 
á  España  por  las  costas  del  Mediodía  á  emprender  hi 


362  HISTORIA    DE    AVILA. 

predicación  del  Evangelio,  y  conocidamente  es  la 
primera  en  las  provincias  que  en  tiempos  posteriores 
correspondieron  á  los  antiguos  reinos  de  Castilla  y 
de  León ,  como  con  mayor  extensión  se  demostrará 
en  la  Historia. 

Es  también  de  las  más  completas  que  se  han  co- 
nocido, y  se  conservan  en  España,  la  serie  de  los  res- 
petables varones  que,  sucesores  de  San  Segundo, 
constituyen  su  Episcopado;  pero  preciso  es  confesar, 
como  lo  indicamos  en  este  artículo,  que  existen,  se- 
ñaladamente en  los  siglos  ii,  iii  y  iv  de  la  Iglesia, 
algunos  huecos  en  esta  sucesión ,  que  es  imposible 
llenar  nominalmente ,  y  que  del  mismo  modo  aparece 
alguna  duda  respecto  á  los  prelados  que  debieron  do 
regir  la  Iglesia ,  ó  que  por  lo  menos  estarían  consti- 
tuidos para  regirla ,  cuando  se  hallase  la  Silla  libre 
de  la  invasión  sarracena.  Pero  dejando  para  el  texto 
histórico  el  dar  más  extensas  explicaciones  sobre  este 
punto,  iodicaré  ahora  los  medios  que  he  adoptado 
para  restablecer  con  el  acierto  posible  el  catálogo  de 
los  Obispos  que  han  ocupado  la  Santa  y  Apostólica 
Iglesia  de  Avila. 

]^.íuchos  son,  y  de  muy  diversas  épocas,  los  que. 
más  ó  menos  numerosos,  mas  ó  menos  completos  y 
razonados  en  su  orden  cronológico ,  he  tenido  oca- 
sión de  reunir  y  comparar,  para  de  todos  ellos  ele- 
gir, en  algunos  pasajes  enmendar,  y  definitivamente 
ampliar  el  que  hoy  aparece  como  el  más  perfecto  y 
acabado. 

Ocupáronse  en  formarle  en  sus  respectivos  tiem- 
pos Antonio  de  Cianco,  en  su  libro  de  la  !';>///,  muer- 


rese5a  roi.rrico-ECLEsiÁsiicA.'  3(Ki 

ti\  ]iaUa:go  y  traslación  del  cuerpo  de  San  Segundo, 
publicado  en  1595;  el  benedictino  Fray  Luis  Ariz,  en 
su  historia  de  las  Grandevas  de  la  Ciudad  de  Avila, 
impresa  eu  1607;  el  cronista  Gil  González  Dávila,  en 
su  Teatro  eclesiástico  de  las  ir/lesias  de  Castilla, 
dado  á  luz  en  1G47.  También  redactaron  los  suyos 
con  los  datos  que  tuvieron  á  la  mano  hasta  sus  res- 
pectivas épocas,  D.  Manuel  Homar,  empleado  en  las 
oficinas  de  Rentas  Reales  de  la  Provincia  en  tiempos 
del  Sr.  D.  Carlos  IIÍ,  cuyo  manuscrito,  relativo  á  la 
l)rimera  parte  de  su  Compendio  de  la  Historia  de 
Arila,  conservo  en  mi  poder;  y  D.  Manuel  García  y 
García  Málag-a,  administrador  que  fué  de  Real  Ha- 
cienda, é  hijo  de  la  Provincia,  á  cuyo  bondadoso  ca- 
rácter debí  muchas  noticias  históricas  de  la  Ciudad, 
no  publicadas,  que  cousignó  en  un  volumen  escrito 
de  su  propio  puño  con  el  título  de  Extracto  de  la 
Historia  de  Avila,  el  cual  abarca  datos  interesantes 
liasta  el  año  de  1812,  y  cariñosamente  me  regaló,  ex- 
citándome á  continuar  en  mis  estudios  acerca  de  ella. 
Mas  sobre  todos  estos,  sin  contar  con  otros  apun- 
te.-: parciales,  como  los  del  provisor  que  fué  de  la  dió- 
cesis, D.  Juan  Tamayo  Salazar,  y  del  estudioso  bene- 
ficiado D.  Bartolomé  Feruaudez  Valencia,  en  su  His- 
toria de  la  Basílica  de  San  Vicente,  el  más  genuino, 
histórico  y  crítico,  el  más  perfecto  y  acabado  hasta 
su  tiempo  es  el  que  escribió  el  presbítero  beneficiado 
de  Avila,  D.  José  Tello  Martínez,  que  dedicó  al 
limo.  Sr.  D.  Fr.  Julián  de  Gascueña,  digno  Obispo 
de  la  diócesis,  en  18  de  Marzo  de  1788.  Custodio  con 
esmero  este  luminoso  códice  original  hace  muclios 


264    .  HISTORIA    ÜE    AVILA. 

uño?,  escrito  de  su  propia  mano,  en  dos  tomos  en  4." 
<3spaüol,  de  letra  tan  clara  como  menuda  y  compacta, 
cuya  propiedad  es  de  la  biblioteca  del  Colegio  Semi- 
nario conciliar  de  San  Millan,y  cuyo  uso  y  estudio  mo 
franqueó,  para  proseguir  mi  Historia,  con  la  más  es- 
pontánea y  patriótica  voluntad,  mi  respetable  amigo 
y  distinguido  aviles  el  Sr.  D.  Félix  Hernández,  ce- 
loso Rector  del  mismo.  Canónigo  Penitenciario  án- 
tes,  y  ahora  Dignidad  de  Chantre  en  esta  Santa  Igle- 
sia. A  tal  códice  es  al  que  he  dado  la  preferencia 
para  su  publicación,  completándola  con  los  nombres 
de  los  reverendos  prelados  que  han  sucedido  hasta 
hoy  al  Sr.  Gascueña. 

Pero  el  ilustrado  Tello  Martinez  dejó  todavía 
un  gran  vacío  por  llenar,  y  consiste  en  que  después 
de  los  dos  primeros  Obispos ,  San  Segundo  y  su  in- 
mediato sucesor  Julio,  ó  San  Julio,  que  esto  ya  lo 
liquidaremos,  hay  desde  los  años  125  ó  130  del  naci- 
miento de  Cristo,  en  que  ya  naturalmente  habrían 
ambos  fallecido,  hasta  el  de  589,  en  que,  aunque  con 
la  nota  de  dudoso ,  coloca  ya  al  undécimo ,  á  quien 
llama  Froiselo  I,  y  según  otros ,  de  nombre  Fructuo- 
so, el  largo  espacio  de  464  años;  y  como  le  distri- 
buye en  solos  ocho  Obispos ,  sin  nombre ,  desde  el 
tercero  al  décimo,  arrancando  desde  aquí  toda  la  nu- 
meración, no  es  admisible  tan  corto  número  de  pre- 
lados, porque  correspondería  cada  uno  á  58  de  pon- 
tificado, tiempo  no  presumible  por  demasiado  largo, 
cuando  debe  suponerse  que  ascenderían  á  él  en  una 
edad  ya  provecta.  Esto  me  induce  á  creer  que  con- 
cediendo (concesión  bien  gratuita)  ocupada  sin  in- 


IIESE.ÑA  POLlTiCOIiCLESrúSllCA.  365 

terrupcion  la  Silla  Abulense,  debieron  ser,  poi*  lo  me- 
nos, 29  los  obispos  intermedios  de  tan  larga  época, 
concediéndoles  por  término  medio  el  de  16  años  ú 
cada  uno,  que  es  el  mismo  que  resulta  para  los  108 
])relados  que,  con  exclusión  de  los  dos  primeros, 
han  existido  desde  la  muerte  de  Julio  hasta  el  año 
de  1857,  en  que  fué  presentado  por  S.  M.  la  Reina 
Doña  Isabel  II  para  esta  iglesia  el  respetabilísimo 
Sr.  D.  Fernando  Blanco ,  que  hoy  tan  dignamente  la 
ocupa.  Esta  observación  nos  hace  también  deducir 
(|ue  en  vez  de  los  110  prelados  que  son  los  en  el  Ca- 
tálogo numerados,  han  debido  llegar  al  menos  á  139: 
y  era  conveniente  advertirlo  desde  ahora,  para  evitar 
que  cualquiera  de  mis  m-ás  escrupulosos  lectores 
previniese  tal  argumento ,  queriendo  sacar  de  él  por 
consecuencia  que  era  poco  probable  la  certeza  de 
todo  el  Catálogo,  si  bien  el  curso  histórico  nos  ha  de 
ir  fijando  varias  indubitables  épocas  de  la  sucesiva 
existencia  de  la  Mitra ,  con  la  de  notables  prelados 
comprobados  por  datos  canónicos  ó  civiles  irrecusa- 
bles que  la  justifiquen. 

En  medio  de  tan  densa  obscuridad,  todavía  despi- 
den tenues  ráfagas  de  luz ,  que  vienen ,  ya  que  no  á 
disiparla  del  todo,  al  menos  á  en  parte  esclarecerla, 
tres  grandes  sucesos  que  recuerda  la  historia  gene- 
ral eclesiástica,  y  que  afectan  á  la  sucesión  episco- 
pal de  Avila:  el  martirio  de  los  santos  hermanos  los 
jóvenes  Vicente,  Sabina  y  Cristeta,  la  turbación  que 
causaron  en  las  iglesias  de  Castilla  los  tránsfugas 
Marcial,  Obispo  de  Mérida,  y  Basilides,  de  Astorga, 
y  la  herejía  del  presuntuoso  y  soberbio  Prisciliano, 


^366  Hí^lORIA     DE    AVILA. 

que  aspiíY),  aunque  felizmente  sin  lograrlo,  á  sentar- 
se en  la  Silla  establecida  y  santificada  por  San  Se- 
gundo; de  todos  los  cuales  acontecimientos  hemos 
<le  sacar  á  su  tiempo  oportunas  deducciones  justiri- 
eativas  de  la  constante  sucesión  de  su  episcopado. 

Por  todas  estas  razones,  asentando,  sin  contra- 
decirla, pero  sin  tampoco  aceptarla  del  todo,  la  cla- 
sificación que  hace  el  erudito  Tello  Martinez  de 
OhisTpOíi  i n/iomhm dos ,  marcándolos  con  una  N. :  de 
Obispos  r/íííffo.yoó',  por  las  noticias  equívocas  que  su 
elevación  á  la  Silla  afectan,  y  de  Obispos  i ndul Ha- 
dos, que  son  los  que  de  toda  nota  aparecen  exentos, 
sale  á  luz  con  muy  escasas  correcciones  el  siguiente 

CATALOGO 

de  los  Obispos  de  la  Santa  y  Apostólica  Iglesia  de  Avila  por  el  orden 
numérico  de  su  sucesión,  designándose  á  los  unos,  en  cuanto  es  po- 
sible, con  sus  nombres  y  lósanos  en  que  ocupabcn  la  Silla  Episco- 
pal, y  fijándose  para  los  otros  con  mayor  seguridad  sus  números, 
nombres,  apellidos  y  años  en  que  comenzó  su  respectivo  Pontiñcado. 

A  \  íl  s 

LOSUEVERENDOS  PRELAIiOS.  'I''^"'» 

ro:'.li!ic:iilns. 

1  Sau  Segundo  Mártir,    su  priuaer  Unispo 

desde  el  año  de  Cristo 66 

2  Julio,  ó  Sau  Julio,  debió  sucederle hasta 

el  de 1-25 

W     N 

4  N 

5  N 

O     N 


RESEÑA   rULÜlCO-ECLESlÁSTlCA.  367 

AAOS 
(le  sus 
l'dntilicados. 

7  X 

8  X 

<>    X 

10  X 

1 1  Froiselo  (I)  ú  Fructuoso,  dudoso 589 

12  Justiniano  (1) GlO 

1 3  Theudogio  (I)  ó  Theodocio 033 

14  Mauricio  (I)  ó  Maurino G46 

15  Eustochio  (I)  ó  Edustocio 6ó0 

16  Amanuro  (I)  ó  Araanungo 656 

]  7     Asphalio  (I)  ó  Aphalio 681 

18  Unigerio  (I)  ú  Onigisso 683 

19  Joan  (I) 693 

20  D.  Pedro  (1) 843 

21  Vinceneio  (I) ,  dudoso 934 

22  D.  Domingo  (I) 1087 

23  D.  Jerónimo  fl)  ó  Hyeronymo 1103 

24  D.  Pedro  (II),  apellidado  Saiichez  Zurra- 

quines 1105 

25  D.  Sancho  (1) ,  dudoso 1115 

26  D.  Severo  (I)  ó  Suero 1130 

27  D.  Joan  ó  Juan  (II) 1133 

28  D.  Iñigo  (I)  ó  Eneco 1142 

29  D.  Pedro  (III) 1149 

30  D.  Suncho  (II) ,  dudoso 1150 

31  D.  Diego  ó  Yagüe  (I),  de  apellido  Lugo.  1159 

32  D.Sancho  (III) 1180 

33  D.  Domingo  (II)  Blasco 1182 

34  D.  Diego  (II) 1187 

35  D.  Domingo  (III)  Blasco 1190 

36  D.Diego  (III) 1203 


Í68  HISTORIA    DE    AVILA. 


ANOS 

de  sus 

Pontificados. 


37  D.Benito  (I) 1210 

38  D.  Pedro  (IV)  lustancio 1213 

39  D.  Juan  (III) 1216 

40  D.  Pedro  (V)...- 1220 

41  D.  Domingo  (IV),  llamado  el  Dentudo..  1229 

42  D.  Benito  (II) 1256 

43  D.  Fray  Doming-o  (V)  Juárez  ó  Suarez...  1271 

44  D.  Sancho  (IV) 1272 

45  D.  Fray  Aymar  (I) 12&4 

46  D.  Fernando  ú  Hernando  (í) 1290 

47  D.  Pedro  (VI)  Luten  ó  Luxan 1312 

48  D.  Sancho  (V)  Sánchez  Dávila 1355 

49  D.  Gonzalo  (I)  de  la  r<  rrc 1358 

50  D.  Alonso  (I)  de  Córdova 1369 

51  D.  Alonso  (II) 1378 

52  IJ.  Diego  (IV)  Rodelas 1389 

53  D.  Alonso  (íll)  de  Córdova,  dudoso 1397 

54  D.  Juan  (IV)  de  Guzman 1424 

55  D.  Diego  (V)  de  Fuensalida 1432 

56  D.  Juan  (V)  de  Cervantes  (Cardenal). .  . .  1436 

57  D.  Fray  Lope  (I)  Barrientos 1445 

58  D.  Alonso  (IV)  de  Fon-Seca 1452 

59  D.  Alonso  (V)  Tostado  y  Piihera 1455 

CO  D.  Martin  (I)  de  Vilches 1469 

61  D.  Alonso  (VI)  de  Fon-Seca 14S5 

62  D.  Fray  Diego  (VI)  de  Saldaría 1487 

63  D.  Fray  Hernando  (IIj  de  Talayera 1492 

64  D.  Francisco  (I)  de  la  Fuente 1499 

65  D.  Alonso  ( VH )  Carrillo 1514 

66  D.  Fray  Francisco  (H)  Ruiz 1528 

67  D.  Rodrigo  (I)  Mercado 1548 


RESEÑA  POLÍTICO-ECLESIÁSTICA,  369 

AÑOS 

de  sus 

Pontificados. 

t>S      1).  Diego  (VII)  Álava  y  Esquivel 1559 

69  D.  Diego  (VIII)  de  los  Cobos 1560 

70  D.  Alvaro  (I)  de  Mendoza 1577 

71  D.  Antonio  (I)  Mauricio  de  Pazos 1578 

72  D.  Sancho  (VI)  Bustos  y  Villegas 1581 

73  D.  Pedro  (VID  Fernandez  y  Temiño 1590 

74  D.  Jeróui.uo  (II)  Manrique  de  Lara 1595 

75  D.  Fray  Juan  (VI)   Velazquez   de  las 

Cuevas 1598 

76  D.  Lorenzo  (I)  Otaduy 1611 

77  D.  Juan  (VII)  Al varez  de  Caldas 1615 

78  I).  Francisco  (III)  Gamarra 1626 

79  D.  Juan  (VIII)  Gallo 1627 

80  D.  Francisco  ( IV)  Márquez 1631 

81  D.  Pedro  (VIII)  Cifuentes 1636 

82  D.  Diego  (IX)  Arce  y  Keinoso 1640 

83  D.  Juan  (ÍX)  Velez  de  Valdivieso 1640 

84  D.  Joseph  (I)  Argaiz 1647 

85  D.  Bernardo  (I)  Atayde 1656 

86  D.  Martin  ( II )  Bonilla 1662 

87  D.  Francisco  (V)  Roxas 1663 

88  D.  Fray  Juan  (X)  Asensio 1682 

89  D.  Fray  Diego  (X)  Fernandez  y  Ángulo.  1700 

90  D.  Gregorio  (I)  Solórzano 1703 

91  D.  Baltasar  (I)  de  la  Peña  y  Aviles 1705 

92  D.  Fray  Francisco  (VI)  Solís 1712 

93  D.  Fray  Julián  (I)  Cano  y  Tobar 1720 

94  D.  Joseph  (II)  Yermo  y  Sant-Ibañcz 172S 

^5      D.  Fray  Pedro  (IX)  de  Ayala 1738 

96  D.  Narciso  (I)  Queralt 1743 

97  D.  Pedro  (X)  González 1758 

loiío  I.  24 


370  UlSTOIÍiA    DE    AVILA. 


A.\OS 

de  sus 
ronlilieados. 


98  D.  Romualdo  (I)  Velarde 1766 

99  D.  Miguel  (I)  Merino 1781 

100  D.  Autonino  (I)  Sentmanat 1783 

101  D.  Fray  Julián  (II)  de  Gascueña 1788 

102  D.  Francisco  (VII)  Javier  Cabrera 1799 

103  D.Rafael  (I)de  Muzquiz  Y  Aldunate...  1801 

104  D.  Manuel  (I)  Gómez  de  Salazar 1815 

105  D.  Rodrigo  ÍII)  Antonio  de  Orellana. . . .  1822 

106  D.  Ramón  (I)  María  de  Andurriaga 1841 

107  D.  Manuel  (II)  López  de  Santistéban. . .  1852 

108  D.  Fray  Gregorio  (II)  Sánchez  Rubio. . .  1854 

109  D.  Juan  (XI)  Alfonso  de  Alburquerque .  1857 

110  D.  Fray  Fernando  (III)  Blanco  y  Loren- 

zo, que  dignamente  gobierna  la  Igle- 
sia en  el  presente  año  de 1872 

El  Sr.  D.  José  García  Tejero,  canónigo  de  esta 
santa  Iglesia,  electo  en  la  época  constitucional 
de  1820  á  1823,  por  fallecimiento  del  Sr.  Orellana, 
renunció  la  mitra ,  y  por  consiguiente  no  llegó  á  re- 
cibir las  bulas  de  su  confirmación. 

IGLESIAS  METROPOLITANAS 

Á    QUE    SICESIVAME.ME   «A    ESTADO  ADSCRIPTA    COMO   SUFRA- 
GÁNEA   LA    DE    ÁVILA. 


Como  la  Iglesia  Católica  lia  seguido  constante- 
mente ,  desde  sus  primeros  siglos,  la  clasificación  de 
las  ciudades  y  de  sus  magistraturas  civiles,  para 


RESEÑA  POLÍTICO-ECLESIÁSTICA.  371 

crear,  enaltecer  ó  suprimir  las  Sillas  Episcopales 
en  los  respectivos  casos  de  organizar  Diócesis  en 
grandes  pueblos  convertidos  al  cristianismo ,  de  en- 
grandecer los  que  antes  eran  de  menor  considera- 
ción, ó  cuando  desgracias  lamentables  reducian  á 
pequeñas  y  pobres  las  que  antes  eran  ciudades  más 
ricas  y  populosas,  se  observa  que  las  iglesias  de 
Tarragona ,  Sevilla ,  Mérida  y  otras  f aeron  siempre 
más  consideradas  que  muchas  otras  que  pudieran 
citarse. 

Por  esta  razón ,  nadie ,  medianamente  versado  en 
la  historia  eclesiástica,  ignora  que,  conocidos  ya  los 
metropolitanos  (llamados  después  Arzobispos)  antes 
de  terminar  el  siglo  ii ,  puesto  que  ya  se  habla  de 
ellos  en  el  Concilio  Iliberitano,  el  más  antiguo  de  los 
de  España ,  celebrado  en  el  año  300 ,  según  los  datos 
históricos  más  exactos ,  los  Prelados  de  esas  impor- 
tantes ciudades  fueron  Metropolitanos  en  considera- 
ción á  que  por  su  riqueza  y  población  obtenían  en  el 
orden  político  autoridades  de  jerarquía  superior.  Hé 
ahí  por  qué  Mérida ,  que,  como  hemos  asentado  en  la 
Reseña  político-civil,  fué  la  capital  de  la  provincia 
Lusitana  bajo  el  poder  de  la  República  y  de  los  Em- 
peradores romanos,  fué  también  la  Silla  Episcopal 
más  notable  y  autorizada  que  presidiera  á  otras  mu- 
chas sufragáneas.  Así  siguió  bajo  la  dominación  de 
los  Reyes  Godos ,  y  porque  extendía  su  mando  por  el 
Norte  hasta  los  confines  de  la  Tarraconense,  Mérida 
fué  la  primera  iglesia  metropolitana  á  que  estuvo  so- 
metido desde  el  principio  para  su  administración 
eclesiástica  el  Obispado  de  Avila. 


372  HISTORIA    DE    AVILA. 

No'se  hizo,  pues,  novedad  en  este  punto  por  es- 
pacio de  muchos  siglos ;  así  es  que  el  rey  Wamba  no 
tuvo  que  erigir,  sino  solamente  respetar  por  Silla 
metropolitana  de  Avila ,  á  la  de  Mérida ,  en  cuyo  es- 
tado continuó  hasta  la  irrupción  y  ocupación  de  casi 
toda  España  por  los  sarraceno? .  que  acaeció  á  prin- 
cipio del  siglo  VIII. 

Fuese  verificando  la  reconquista  de  la  Península. 
y  erigida  en  metrópoli  la  iglesia  de  Compostela  (hoy 
Santiago)  por  el  papa  Calixto  II,  á  ruegos  del  Rey 
de  Castilla,  después  Emperador,  que  es  el  Rey  Niño, 
gloria  y  blasón  amado  de  los  Avileses,  Avila  fué 
desde  el  28  de  Febrero  de  1120  una  de  las  doce  igle- 
sias sufragáneas  con  que  fué  dotada  la  nueva  Me- 
trópoli. 

y  en  este  estado  continuó,  hasta  que,  en  cumpli- 
miento del  Concordato  de  1851  y  por  la  Bula  de  4  de 
Julio  de  1857,  expedida  por  nuestro  Santísimo  Padre 
el  papa  Pió  IX,  y  á  instancias  de  la  Reina  la  Señora 
Doña  Isabel  II,  fué  declarada  Metrópoli  la  de  Valla- 
:loIid,  y  las  de  Avila,  Astorga,  Salamanca,  Segovia 
y  Zamora  sus  cinco  iglesias  sufragáneas. 

ESTUDIO  DE  LA  DIÓCESIS  EN  SU  EXTEÍÍSION  ACTUAL 

Y    M'MERO     DE     Pi  ES'.LOS    Y    PATIROQÜIAS      OLE     COMPRENDE. 


El  Orden  que  hemos  seguido  al  tratar  de  la  Pro- 
Atncia,  nos  conduce  al  estudio  de  la  Diócesis  para 
comprender  su  extensión  actual  y  el  número  de  sus 


KESEÑA  lOLITICO-ECLESlÁSTICA.  373 

pueblos  y  parroquias,  así  el  contenido  dentro  de  la 
Provincia ,  como  el  correspondiente  á  otras ,  dejando 
para  la  conclusión  de  esta  Reseña  echar  una  rápid?. 
ojeada  sobre  la  mayor  y  más  dilatada  jurisdicción 
que  en  otros  tiempos  alcanzara.  Después  examina- 
remos el  estado  del  clero  secular,  considerando  el  ca- 
tedral anterior  y  posterior  á  las  prescripciones  del 
último  Concordato ,  y  el  parroquial  con  arreglo  á  la 
graduación  de  todas  las  iglesias  del  Obispado  en  su 
actual  clasificación:  seguirá  la  noticia  de  otras  igle- 
sias, capillas  y  ermitas  más  notables  en  la  Ciudad, 
Provincia  y  Obispado,  y  cerrará  este  punto  la  de  su 
Colegio  Seminario  Conciliar.  Daremos  también  cuen- 
ta del  clero  regular,  refiriendo  todos  los  monasterios, 
conventos  y  casas  religiosas  de  hombres  y  mujeres, 
conocidos  en  el  transcurso  de  los  tiempos  á  que  nues- 
tras noticias  alcancen ,  hasta  la  supresión  de  los  unos 
y  el  arreglo  de  los  otros  en  las  diversas  y  recientes 
reformas  que  en  nuestros  dias  han  sufrido:  presenta- 
remos el  paralelo  del  estado  general  eclesiástico  de 
la  Diócesis  en  distintas  épocas,  hasta  el  que  resulta 
déla  Guia  exlesiástica  de  1860  y  Anuario  estadísti- 
co: expondremos  el  régimen  gubernativo  y  judicial 
eclesiástico  parala  mejor  administración  del  Obispa- 
do, con  su  división  en  distintas  épocas  en  vicarías  y 
arciprestazgos;  y  por  último,  como  conclusión  dcí 
esta  Reseña,  daremos  á  conocer  la  importancia  y  alta 
consideración  que  el  Obispado  merecía  por  su  estado 
eclesiástico  general  en  tiempos  más  antiguos. 


374  inSTORiA    DE    AV]LA. 

PUEBLOS  DE  LA  DIÓCESIS 

qus  corresponden  á  otras  provincias,   y  pueblos  de  la  Provincia 
que  corresponden  á  otras  diócesis  ó  jurisdicciones  exentas. 


Aunque  la  base  superficial  de  la  demarcación  del 
Obispado  es,  en  su  generalidad ,  la  misma  que  la  de 
la  Provincia,  consta,  sin  embargo,  la  primera  de  ma- 
yor extensión  territorial  y  también  de  mayor  núme- 
ro de  habitantes,  porque  comprende  setenta  pueblos 
pertenecientes  á  las  provincias  confinantes ,  si  bien 
pierde  para  otras  jurisdicciones  eclesiásticas  limítro- 
fes doce,  que  son  de  la  Provincia:  y  ademas  existen 
otros  seis,  llamados  de  Medianas,  porque  inmediatos 
á  las  villas  de  Olmedo  y  Medina  del  Campo,  están  so- 
metidos por  años  alternos  en  su  provisión,  jurisdic- 
ción y  gobierno  espiritual ,  en  los  nones  al  prelado 
de  Avila,  y  en  los  pares  al  de  Valladolid.  Disposición 
monstruosa,  que  si  pudo  algún  dia  adoptarse  y  des- 
pués permitirse  por  bien  de  la  paz,  debe  desaparecer 
en  la  nueva  circunscripción  de  diócesis  acordada  en 
el  mismo  Concordato ,  y  de  que  se  está  ocupando  el 
Gobierno ,  agregándose ,  según  su  mayor  proximi- 
dad ó  conveniencia  eclesiástica,  á  una  de  las  dos. 

Los  estados  que  siguen  presentan  con  claridad 
ambas  diferencias. 


RESEÑA  político-eclesiástica. 


375 


PUEBLOS  DEL  OBISPADO  DE  AVILA  QUE  CORRESPONDEN  Á  OTRAS  PROVINCIAS. 


A  la  provincia  de  Cáceres.     Navamorales. 

Puente  del  Congosto. 
Berrocalejo  de  Abajo.  Rágama. 

Gordo.  (El)  Salmoral. 

Santibañez  de  Béjar. 
A  la  provincia  de  Madrid.       Tejado.  (El) 


Valdemaqueda. 


A  la  provincia  de  Toledo. 


A  la  provincia  de  Segovia. 

Aldeanueva  del  Codonal. 

Codorniz. 

Donjerro. 

Martin  Muñoz  de  la  Dehesa-. 

Martin  Muaoz  de  las  Posadas. 

Montejo  de  la  Vega. 

Montuenga. 

Rapariegos. 

San  Cristóbal  de  la  Vega. 

Tolocirio. 

A  la  proviacia  de  Salamanca. 

Armenteros. 

Bercimuelle. 

Bóveda. 

Cantaracillo. 

Cespedosa. 

Gallegos  de  Solmiron. 

Guijo.  (El) 

Maneera  de  Abajo. 


Alcafíizo. 

Almendral. 

Buenaventura. 

Calzada  de  Oropesa. 

Cardiel. 

Castril  de  Bayuela. 

Cervera. 

Corchuela. 

Garciotun. 

Herreruela  y  Caleruela. 

Hinojosa. 

Iglesuela. 

Lagartera. 

Marrupe. 

Montes  Claros. 

Navalcan. 

Navamorqüende. 

Nuñogomez. 

Oropesa. 

Parrillas. 

Real  de  San  Vicente. 

San  Román. 

Sartajada. 


376 


HISTORIA    DE    AVILA. 


Sotillo  de  las  Palomas. 

Torralba. 

Torrico. 

Valverdeja. 

Velada. 


Balviadero. 

Bocigas. 

Calabazas. 

Fuente  Olmedo. 

Honcaladas. 

Hornillos. 
A  la  provincia  de  Valladolid.    Lomoviejo. 

Llano  de  Olmedo. 
Agua  Sal.  Muriel. 

Almenara.  Olmedo. 

Ataquines.  Onquilana. 


PUEBLOS  DE  LA  PROVINCIA  DE  ÁVILA  QUE  PERTENECEN  Á  OTRAS  DIÓCESIS 

ó    JURISDICCIO^TS    EXENTAS. 


Al  Obispado  de  Plasencia. 

Becedas. 

üil-bueua. 

Junciana. 

Medinilla. 

Neila. 

San  Bartolomé  de  Béjar. 

Solana  de  Béjar. 

Al  Arzobispado  de  Toledo. 

Kavahondilla. 


Al  Obispado  de  Segovia> 

Aldeavieja. 

Maello. 

Peguerinos. 

Al  orden  de  San  Juan  de  Je- 
T.  salen. 

Narrillos  de  San  Leonardo,  de 
la  Encomienda  de  San  Juan 
de  Barbalos  en  Salamanca. 


DEL  CLERO  SECULAR. 


Clero  catedral.  Individuos  de  su  dotación  an- 
tes y  después  del  Concordato  de  1851.— La  silla  epis- 
copal ,  que ,  como  va  expuesto ,  reside  en  la  Ciudad 


RESEÑA  PüLlTlCO  ECLESIÁSTICA.  377 

desde  el  siglo  primero  del  cristianismo,  debió  á  la 
magnánima  piedad  del  Rey  D.  Alonso  VI  la  erección 
del  suntuoso  templo  que  le  sirve  de  catedral,  y 
de  que  hablaremos  más  extensamente  en  otro  lu- 
gar. Dotósela  desde  el  principio  del  suficiente  clero 
para  un  solemne  y  respetuoso  culto;  y  porque,  ya 
por  disposiciones  generales  canónicas,  creándose 
dignidades  y  canongías  de  oficio,  ya  por  reformas 
particulares,  se  fué  organizando  tal  como  en  nues- 
tros dias  se  le  ha  conocido ,  conviene  recordar  que 
hasta  la  ejecución  del  Concordato  de  1851  constaba 
del  Obispo,  de  siete  Dignidades,  que  eran  el  Dean, 
los  Arcedianos  de  Avila,  Arévalo  y  Olmedo,  Chan- 
tre, Maestrescuela  y  Tesorero.  Antiguamente  so 
contaba  otra  Dignidad  más,  que  era  la  de  Arcediano 
de  Oropesa,  y  que  posteriormente  fué  suprimida; 
de  20  Canónigos,  de  los  cuales  eran  cuatro  de  oficio; 
á  saber:  el  Magistral,  el  Lectoral,  el  Penitenciario  y 
Doctoral;  de  20  Racioneros,  que  disfrutaban  la  renta 
de  medio  canonicato,  y  de  20  Capellanes  de  coro  y 
altar.  Ademas  tenia  otras  dos  prebendas  llamadas 
capellanías  maj'ores,  y  al  cargo  de  sus  poseedores 
estaba  el  oficio  de  Párrocos  de  la  iglesia  mayor  y  de 
comenzar  las  horas  canónicas,  haciendo  por  semanas 
el  de  Prestes  en  el  coro;  cuyo  número  total  de  pre- 
bendas era  el  de  70 ,  sin  contar  los  sochantres ,  or- 
ganistas, capilla  de  música,  pertiguero  y  otros  sir- 
vientes del  coro  y  de  la  iglesia.  A  29  han  quedado 
reducidos  sus  individuos  prebendados ,  con  arreglo 
al  Concordato  de  1851;  á  saber:  el  Obispo,  cinco  Dig- 
nidades, que  son:  el  Dean,  Arcipreste,  Arcediano, 


578 


HISTORIA    DF,    AVILA. 


Maestre-escuela  y  Chantre :  1 1  Canónigos ,  inclu- 
sos los  cuatro  de  oficio,  y  12  Beneficiados,  con  el 
preciso  servicio  de  los  indispensables  dependientes. 
Ademas  existe  dentro  de  la  iglesia,  si  bien  con  ser- 
vicio eclesiástico  particular,  la  capilla  de  San  Segun- 
do, que  tuvo  destinados  á  su  culto  seis  Capellanes; 
resultando,  como  se  v'e  en  el  estado  que  presentamos 
á  la  vista,  que  de  76  individuos  que  existían,  á  35  que 
existen,  han  desaparecido  39  prebendas  y  beneficios 
en  la  iglesia  catedral.  Ademas  puede  asegurarse  que 
habia  otro  gran  número  de  Capellanías  colativas 
instituidas  en  las  capillas  y  altares  del  templo  y 
claustro,  de  las  cuales  unas  están  provistas  de  an- 
tiguo y  otras  vacantes  esperando  el  arreglo  especial 
de  esta  clase  de  beneficios  eclesiásticos ,  prometido 
en  el  nuevo  convenio  celebrado  por  el  Gobierno  con 
la  Santa  Sede  en  el  año  de  1860. 

CLERO  CATEDRAL  DE  LA  SANTA  IGLESIA  DE  AVILA  ANTERIOR  Y 
POSTERIOR  AL  CONCOrU)ATO  DE   1851. 


AMERIOR   AL    CO^COKDATO. 


Obispo 1 

Dignidades 7 

Canónigos 20 

Racioneros 20 

Capellanes  mayores  párrocos 2 

Medios  Beneficiados  ó  Capellanes 20 

La  capilla  de  San  Segundo,  unida  á  la  catedral, 
tiene  para  su  servicio  especial,  Capellanes 


TOTAL. 


70 


RESEÑA  político-eclesiástica.  379 


POSTERIOR   AL    CO^(:onI)ATO.  TOTAL. 


Obispo 1    1 

Dignidades «W 

Canónicos 11  i 

Beneficiados  al  servicio  del  altar  y  coro 12  ) 

Capellanes  que  la  capilla  de  San  Segundo  ,  unida  ¡ 
á  la  catedral,  tiene  para  su  servicio  especial. . .    I 


29 


35 


Clero  colegial.  Ahadia  su^winúda  del Buríjo- 
hondo.—Gon  el  nombre  de  Abadía  se  ha  conocido 
hasta  principios  del  presente  siglo  la  que  fué  anti- 
quísima iglesia  colegiata,  y  que  dejó  de  ser,  consti- 
tuyéndose en  parroquial  de  esta  villa,  en  el  año  1819. 
Era  de  Canónigos  regulares  de  San  Agustín ;  estaba 
presidida  por  un  Abad,  con  el  carácter  de  verdadero 
Prelado  inferior  y  uso  de  insignias  episcopales;  y 
como  se  ignora  su  remotísimo  origen,  debe  de  pre- 
sumirse que  le  tuvo  en  los  siglos  medios  desde  que 
fué  aprobado  por  la  Iglesia  este  Instituto. 

En  tiempos  antiguos  ejerciael  Abad  la  jurisdicción 
eclesiástica  en  ella  y  en  los  ocho  pueblos  de  Navala- 
cruz ,  Navalosa ,  Navalengua,  Navaquesera,  Nava- 
redonda,  Navarrevisca,  Navatalgordo  y  Hoyocasero: 
pero  en  cumplimiento  de  las  prescripciones  genera- 
les del  Concilio  Ecuménico  de  Trento ,  debió  desapa- 
recer su  jurisdicción  exenta,  incorporándose  en  la 
ordinaria  diocesana.  Era  necesario  dar  cuenta  de  esta 
antiquísima  iglesia  abacial ,  como  único  recuerdo  en 
la  Diócesis  de  la  disciplina  antigua  de  la  Iglesia  de 


380   -  HISTORIA    DE    AVILA. 

España,  de  la  cual  han  sido  los  últimos  respetables 
y  más  reconocidos  restos  las  iglesias  catedral  de 
Pamplona  y  colegiales  de  León  y  Eoncesvalles. 

Clero  parroquial.  Número  //  clasificación 
actual  de  las  Parroquias  del  OMspado  hasta  que  se 
rectificfiien  en  ejecución  del  Concordato  de  1851.— 
El  número  actual  de  ellas  excede  al  de  los  pueblos, 
porque  cuentan  más  de  una  algunos  de  estos ;  y  si 
bien ,  según  las  disposiciones  adoptadas  por  las  dos 
supremas  Potestades  para  el  arreglo  parroquial ,  de 
que  se  ocupa  el  Gobierno ,  es  más  que  probable  que 
desaparezcan  algunas  Pilas  en  poblaciones  que  cuen- 
tan más  que  las  que  permite  su  reducido  vecindario, 
también  es  seguro  que  habrán  de  crearse  muchas 
más,  según  el  suyo,  en  varios,  que  hasta  ahora 
están  considerados  como  Anejos  ó  Filiales  de  otra 
Iglesia  matriz.  Y  los  estados  que  á  continuación  se 
insertan,  explican  con  toda  claridad  los  datos  que 
quedan  enunciados ;  así  como  la  clasificación  de 
todas  las  parroquias  urbanas  en  los  grados  de  tér- 
mino, segundo  ascenso,  primer  ascenso  y  entrada, 
y  de  las  rurales  de  primera  y  de  segunda  clase. 


RESEXA    rOLlTlCO-ECLESIASTM,  V, 


:i81 


OBISPADO  DE  AVILA. 


Número  total  de  los  pueblos  y  parroquias  que  comprende  la 
Diócesis  en  diversas  provincias. 


PROVINCIAS. 


En  la  de  Avila \     240 

De  la  de  Toledo. .... 
De  la  de  Valladolid.. . 

De  la  de  Salamanca \ 

De  la  de  Segovia I 

De  la  de  Cacares I 

De  la  de  Madrid 1 


PAR- 

pumi.os. 

TOTAL. 

RoyciAS. 

240 

255 

28 

28 

28 

33 

15 

324 

15 

10 

10 

2 

2 

1 

1 

TOTAL 


3U 


Nota.    Ademas  los  pueblos  llamados  de  3íedianas  son: 


Cervillejo  de  la  Cruz 

Fuente  el  Sol 

Gómez  Narro 

Moraleja  de  las  Panaderas. 

Pozaldez 

Rubí  de  Bracamente 


PARROQUIAS. 


MjMERO    y    clasificación    ]»K,    las    KXISTENTES  K7i    LA    ItlOCKSIS 
SEGLN    SU    ACTUAL    ESTADO. 

Parroquias  urbanas  de  termino 4f) 

—  —  de  segundo  ascenso..  64 

—  —          de  pr i ii:er  ascenso. . .  1)2    ^       rj., 
•     —               —          de  entrada 92    í 

—  rurales  de  1.' clase 23    \ 

—  -      de  2."  clase 27    / 


382  UISTORLV    DE    AVILA. 

IGLESIAS  NOTABLES 

en  la  Ciudad,  Provincia  y  Obispado,  que  no  corresponden  al  Catálogo 
parroquial. 

IGLESIAS  INDEPENDIENTES. 

San  Segundo,  á  orillas  del  Adaja,  Avila. 
Nuestra  Señora  délas  ísieves,  Avila. 

CAPILLAS  DOTADAS  C0.\  VARIOS   CAPELLANES. 

San  Segundo,  unida  ala  catedral,  Avila. 
Capilla  Real  de  San  Pedro  Alcántara,  Arenas. 
Capilla  de  Mosen  Rubí ,  Avila. 
Capilla  Real  en  la  parroquia  de  Fontiveros. 

CAPILLAS  UNIDAS  Á  LA  CATEDRAL. 

La  de  Velada,  Avila. 
La  de  la  Concepción,  idcm. 
La  de  las  Angustias ,  idem. 
Las  del  Claustro,  idem. 

ER:\IITAS  NOTABLES. 

Santo  Cristo  de  las  Navas  del  Marqués. 
Santo  Cristo  de  los  Pinares. 
Nuestra  Señora  de  Sonsoles,  Avila. 
Nuestra  Señora  del  Cubillo,  Aldeavieja. 
Nuestra  Señora  de  las  Fuentes,  en  Grajos. 
Nuestra  Señora  del  Espino,  Hoyos  del  Espino. 
Y  algunas  más  que  hayamos  omitido,  sin  contar  con 
otras  muchas  muy  pequeñas  y  de  escaso  renombre. 


llEi^E^A  político-eclesiástica.  o83 

Seminario  Conciliar  de  San  Millan.  Bajo 
tres  distintos  aspectos  puede  considerarse  el  edificio 
que  en  Avila  es  el  Seminario  Conciliar,  j  que  abre- 
viadamente se  le  llama  el  Colegio ,  de  todos  los  que 
liaremos  mención  en  este  lugar,  ya  en  el  artículo 
descriptivo  de  la  Ciudad,  ya  en  el  texto  histórico  on 
sus  períodos  respectivos ,  bien  se  le  considere  como 
Monasterio  de  Religiosas  Benedictinas ,  que  desapa- 
reció hace  siglos,  bien  como  escuela,  primero  de  ni- 
ños de  la  doctrina,  y  después  de  sacerdotes  jóvenes; 
y  últimamente  como  Seminario  Conciliar  de  la  Dió- 
cesis, con  arreglo  á  las  prescripciones  del  Concilio  de 
Trento ;  y  en  este  último  sentido  y  como  entidad  im- 
portante, que  debe  figurar  en  la  Reseña  eclesiástica, 
damos  ahori  la  breve  noticia  siguiente. 

Fué  erigido  en  el  año  de  1613  por  el  Obispo  don 
Juan  Alvarez  de  Caldas,  reformado  en  1737  por  su 
sucesor  D.  Fray  Pedro  de  Ayala,  aumentado  en  1790 
por  el  memorable  prelado  I).  Fr.  Julián  de  Gascue- 
ña,  se  ensanchó  de  nuevo  el  edificio  en  los  pontifica- 
dos de  los  Sres.  D.  Fray  Gregorio  Sánchez  Rubio  y 
D.  Juan  Alonso  de  Alburquerque,  y  últimamente  hoy 
está  dividida  la  enseñanza  por  disposición  del  dig- 
nísimo actual  señor  obispo  D.  Fernando  Blanco,  por 
razón  de  estudios,  conservándose  en  este  edificio  los 
teológicos ,  y  los  gramáticos  y  filosóficos  en  el  gran 
convento-universidad,  suprimido,  de  Santo  Tomás. 
Tiene  catorce  becas  plecas  y  diez  y  siete  medias  de 
gracia,  que  provee  el  Diocesano  en  naturales  del 
Obispado,  previa  oposición;  los  que  son  pensionistas 
pagan  1. 100  rs,  anuales;  las  rentas  que  debe  perci- 


i 


384  HISTORIA    DE    AVILA. 

bir,  según  el  Concordato,  son  90.000  rs.  cada  año,  á 
cargo  del  Tesoro.  Es,  hace  muchos  años,  su  celoso 
rector,  el  Sr.  1).  Félix  Hernández,  antes  canónigo 
penitenciario,  hoy  dignidad  de  Chantre.  El  número 
de  alumnos  matriculados  cuando  se  publicó  la  Gíiia 
eclesiástica  de  1860,  era  de  internos,  52;  exter- 
nos, 116:  total,  168. 

CLERO    REGULAR. 


MONASTERIOS,  CONVENTOS  Y  CASAS  RELIGIOSAS  DE  UNO  Y  OTRO 
SEXO,  CONOCIDOS  EIV  DISTINTAS  ÉPOCAS  EN  EL  OBISPADO  HASTA 
EL  AÑO  DE  1872. 

Si  del  Clero  Secular  pasamos  á  hacer  el  examen 
y  recuento  de  los  Institutos  del  Clero  Regular  y  del 
]iúmero  de  los  monasterios  y  conventos  de  uno  y 
otro  sexo  que  cada  Orden  religiosa  contaba,  y  que  ya 
liabian  existido  ó  existían  á  la  época  en  que  há  más 
de  dos  siglos  escribía  el  maestro  Gil  González  Dávila, 
en  el  año  de  1643,  observaremos  Cjue,  según  su  au- 
torizado aserto ,  eran  setenta  y  una  casas  en  toda  la 
Diócesis,  sin  contar  la  Iglesia  Colegial  Regular  de  la 
Abadía  del  Burgo-hondo,  de  que  ya  se  ha  hecho 
mención,  como  secularizada,  en  el  artículo  anterior 
del  Clero  Secular. 

Pero  viniendo  después  á  épocas  más  recientes  y 
bien  conocidas,  nos  ha  parecido  oportuno  fijar  las 
que  subsistían,  ya  en  tiempos  pacíficos,  á  saber,  á 
mediados  y  á  fines  del  sigdo  xvín,  ya  en  otros  me- 


BESEÑA  POLITlCO-ECLESIASTICA.  385 

nos  tranquilos,  como  en  el  año  de  1808,  principio  de 
la  destrucción  de  algunas  con  motivo  de  la  gloriosa 
guerra  con  los  franceses;  en  1834,  principio  de  las 
grandes  reformas  del  Clero  Regular,  causadas  en  el 
Reino  por  disposiciones  políticas;  en  1857,  á  conse- 
cuencia ya  de  su  reorganización  con  arreglo  al  Con- 
cordato de  1851;  y  finalmente,  en  el  año  actual 
de  1872,  que  es  su  último  estado:  diferencias  cierta- 
mente bien  notables ,  que  con  la  noticia  de  los  res- 
pectivos institutos  religiosos  á  que  correspondían 
todas  estas  casas  y  de  los  pueblos  en  que  se  halla- 
ban establecidas,  se  representan  con  la  posible  clari- 
dad en  los  siguientes  cuadros,  qae  liemos  formado 
al  efecto. 

MONASTERIOS,  CONVENTOS  í  CASAS  RELIGIOSAS  DE  AMBOS  SEXOS 

<¡V£    HAN     EXISTIDO     EN     EL     OBISPADO     EN    DI\E!IS\S     EI'OCAS 
DE    QUE    SE    CONSEPxVA    MEMORIA. 


DE  VARONES. 

Orden  de  San  Benito. 

Ntra.  Si'ci.  la  Antigua,  de  Avila. 

Orden  de  Caballería  de  Sanliago. 

Casa  de  sus  caballeros  y  freyres,  eu  Avila. 

Orden  de  Premonstratcnses . 

Canónigos  regulares  de  Sancti  Spiriíus,  Avila. 

Regla  de  San  Agustín . 

Canónigos  regulares  en  la  iglesia  colegial  del  Bur^^-o- 
hondo.  '  '"^ 

Erjiitaños  de  San  Agustín. 

TOMO   I  25 


386  HISTORIA    DE    AVILA. 

Convento  de  Madrigal. 
CouTento  de  Arenas. 
Convento  del  Risco- Villa  toro. 
Casa-Administraciou  de  Fontiveros. 

Orden  de  frailes  Menores  Obscrvaittes. 

San  Francisco,  de  Avila. 
San  Francisco,  de  Arévalo. 

Orden  de  Predicadores. 

Santo  Tomás,  de  Avila. 

Santa  Rosa,  de  Mombeltran . 

San  Pablo ,  de  las  Navas  del  Marqués. 

Orden  de  San  Jerónimo. 

Monasterio  de  Guisando. 
Monasterio  de  laMeiorada. 
Colegio  Silla  geueralicia,  en  Avila. 

Orden  de  la  Santísima  Trinidad. 

Convento  délas  Virtudes,  junto  á  Rágama. 

Orden  del  Carmen  Calzado. 

Convento  de  San  Silvestre ,  en  Avila . 

Orden  de  Mínimos. 

Convento  de  Mancera. 

Instituto  de  la  Compañía  de  Jesús. 

Colegio  de  San  Ignacio,  de  Avila. 
Santiago  el  Mayor,  de  Arévalo. 

Orden  de  Franciscos  Descalzos. 

San  Antonio,  de  Avila. 

San  Pedro  Alcántara,  de  Arenas. 

San  Lázaro,  de  Arévalo. 

San  Francisco,  del  Barco  de  Avila. 

Corpus  Christi,  de  Martin  Muñoz. 

Convento  de  Jesús,  de  Cebreros. 

Convento  de  Cardillejo. 

Hospitalarios  de  San  Juan  de  Dios. 

Hospital  de  San  Bartolomé,  de  Arévalo. 


RESEÑA  rOLITICO-ECLESlÁfiTICA.  38*7 

Orden  del  (Yinnen  Descalzo. 

Convento  de  Duruelo. 

Pan  Juan  de  la  Cruz,  de  Fontiveros. 

Santa  Teresa,  de  Avila. 

DE  MUJERES. 

Benedictinas. 

Monasterio  de  Santa  Fé,  de  Avila. 
Monasterio  de  San  Millan,  de  Avila. 
Monasterio  de  las  Berlauas. 

Cistercicnscs. 

Monasterio  de  Santa  Ana,  de  Avila. 
Monasterio  el  Real,  de  Arévalo. 

Franciscas  de  Santa  Clara. 

Convento  de  Villa-Dei,  en  las  Gordillas. 
Convento  de  Santa  María  de  Jesús,  ó  las  Gordillas,  de 
Avila. 

Convento  de  la  Anunciación,  de  Arévalo. 

Convento  de  Oropesa. 

Convento  de  Olmedo. 

Convento  de  Santa  Clara,  de  Rapariegos. 

Franciscas  de  la  Purísima  Concepción. 

Convento  de  Avila. 
Convento  de  Olmedo. 

Dominicas. 

Convento  de  Santa  Catalina,  de  Avila. 
Convento  de  Aldeanueva. 
Convento  de  Santa  Cruz,  de  Olmedo. 
Beaterio  de  la  Tercera  Orden,  de  Piedrahita. 

Agustinas  Calzadas. 

Convento  de  Santa  María  de  Gracia,  de  Avila. 
Convento  de  Santa  María  la  Real,  de  Madrigal. 

Agustinas  Descalzas. 

Convento  de  la  Calzada,  de  Oropesa. 
Convento  de  San  Juan  Bautista ,  de  Arenas. 


388  HISTORIA    DE    AVILA. 

Carmelitas  Calzadas. 

Convento  de  la  Encarnación,  de  Avila. 
Convento  de  Piedrahita. 
Convento  de  Fontiveros. 

Carmelitas  Descalzas. 

Convento  de  San  José,  ó  Las  Madres,  de  Avila. 
Convento  de  Arenas. 

Hijas  (le  la  Caridad. 

En  el  Hospital  de  Avila. 
En  la  Inclusa  de  Avila. 

Adoratrices  del  Santísimo  Sacramento. 

Se  está  construyendo  su  casa. 

RESUMEN. 

Casas  de  varones 33 

Casas  de  mujeres 29 

TOTAL 62 

MONASTERIOS  Y  CONVENTOS  EXISTENTES  DESPUÉS  DEL  CONCORDATO  DE  Í85Í. 


A  consecuencia  de  las  antiguas  supresiones  par- 
ciales, como  la  casa  de  la  Orden  de  Santiago,  los 
monasterios  de  Santa  Fé  y  San  Millan ,  el  convento 
de  las  Virtudes ,  la  iglesia  colegial  de  la  Abadía  del 
Burgoliondo;  de  otras  supresiones  generales,  como 
las  de  las  dos  casas  de  la  Compañía  de  Jesús  en  1767, 
las  de  los  Institutos  monacales  de  varones  en  1821, 
las  de  otros  muchos  Institutos  en  la  reforma  de  1834, 
y  las  posteriormente  verificadas,  los  únicos  monas- 
terios y  conventos  (todos  de  religiosas)  que  mencio- 
na la  Guia  eclesiástica  de  1860  como  existentes  en 
el  Obispado,  son  las  18  casas  que,  con  expresión  de 


RESEÑA  POLÍTICO-ECLESIÁSTICA. 


389 


las  provincias,  pueblos  é  Institutos  á  que  pertenecen, 
á  continuación  se  expresan: 


PROVINCIAS. 


INSTITUTOS. 


Avila. 


I 

I  AldeanuevadeSan-(  Dominicas  que  se  han  tras- 
ta  Cruz I      ladado  después  á  Avila. 

Bernardas. 
Carmelitas  Calzadas. 
Carmelitas  Descalzas. 
Agustinas. 

Avila )  Franciscas  Claras. 

ídem  Concepcionistas. 
Hermanas  de  la  Caridad. 
Adoratrices  del  Santísimo 
Sacramento  (1). 


Madrigal 
Arévalo . . 


Segovia. 


Piedrahita. 
Fontiveros. 

Rapariegos. 


Toledo iOropesa. 

I  La  Calzada. 


VaUadolid. 


Olmedo. 


Agustinas. 

j  Bernardas. 
Franciscas. 

Carmelitas  Calzadas. 
Carmelitas  Calzadas. 

Franciscas  Claras. 

Franciscas  Claras. 
Agustinas  Descalzas. 

/  Dominicas. 

\  Franciscas  Claras. 

j  Franciscas  Concepcionis- 

'      tas. 


ESTADO    COMPARATIVO 

de  los  monasterios  y  convenios  de  uno  y  otro  sexo  existentes  en  el  Obis- 
pado en  distintas  épocas. 

En  el  año  de  1646,  según  las  indicaciones  que  hace  el 
cronista  Gil  González  Dávila  en  su  Teatro  eclesiástico 
de  las  iglesias  de  Castilla,  eran 71 

(i)     Las  Hermanas  de  la  Caridad     mero  de  los  diez  y  oclio  monasterios 
y  las  Adoratrices  que   tu, y  existen     y  conventos  conservadü.s  en  1<S60. 
en  la  ciudad,  no  entraron  en  el  nú- 


390  HISTORIA    DE    AYILA. 

A  mediados  del  siglo  xviii  liablan  existido,  según  la  rela- 
ción general  que  antecede 5') 

En  el  año  de  1800,  según  el  Diccionario  de  Hacienda 
del  Sr.  D.  José  Canga  Arguelles,  que  parece  muy  in- 
exacto,  existían  solamente 34 

En  el  de  1860,  según  la  GvÁa  eclesiástica,  después  del  arre- 
glo hecho  en  virtud  del  Concordato  de  1851,  quedaron, 
siendo  todos  de  religiosas IS 

Y  en  1872,  agregadas  las  Hermanas  de  la  Caridad  en  el 
Hospital  é  Inclusa  y  las  Adoratrices  del  Santísimo 
Sacramento 3 

Existentes  en  1872 21 


RESUMEN  COMPAKATIYO  DEL  ESTADO  ECLESIÁSTICO  GENERAL 

ENTRE  LOS  AÑOS  DE  1787  Y  1857. 


De  los  datos  hasta  aquí  suministrados  y  de  la 
comparación  que  resulta  entre  los  del  último  tercio 
del  siglo  pasado  y  de  los  que  aparecen  á  mediados 
del  presente,  esto  es,  en  el  año  de  1857,  procede  el 
que  á  continuación  se  expresa: 


ESTADO  GENERAL  ECLt:SLA.STICO. 

En  1787. 

En  1857. 

pueblos  de  la  Diócesis 

324 

344 

32 

26 

70 
333 

458 
383 

324 

Parroquias 

344 

Monasterios  y  conventos  de  varones. . . . 
Monasterios  y  conventos  de  mujeres. .... 
Individuos  del  clero  catedral 

» 
18 

29 

Individuos  del  clero  parroquial 

333 

Individuos  do  Institutos  relígioso-5  desa- 
renes  

Individuos  de  Institutos  de  mujeres. . . . 

191 

RESEÑA  POLrnCO-ECLKSlÁSTlCA.  391 

Ademas  estaban  adscritos  al  clero  secular  de  la 
Diócesis  la  mayor  parte  de  poseedores  de  otros  bsne- 
ficios  eclesiásticos,  capellanías  y  préstamos,  sujetos 
desde  que  recibian  la  prima  tonsura  al  rezo  divino  y 
servicio  de  alguna  iglesia:  número  que  bien  puede 
asegurarse  que  pasaba  de  cuatrocientos ,  porque  do 
mil  excedian  las  piezas  eclesiásticas  que  podian  ser- 
vir de  títulos  de  ordenación. 

Pero  hemos  hablado  de  préstamos ,  y  como  para 
la  joven  generación  presente,  y  más  para  las  futuras, 
será  ya  esta  palabra  de  significación  desconocida, 
queremos  explicársela.  Como  la  suprimida  prestación 
del  Diezmo  constituía  en  Castilla,  y  señaladamente 
en  nuestra  Diócesis,  un  acervo  común  ó  depósito  ge- 
neral de  sus  ingresos,  que  se  recogían  en  las  cillas, 
trojes  ó  bodegas  al  efecto  preparadas,  y  que  se  dis- 
tribuían en  distintas  porciones,  que  muchas  de  ellas 
no  eran  para  el  sostenimiento  del  culto  y  clero ,  del 
acervo  se  hacían  nueve  partes,  que  se  llamaban  No- 
venos ;  tres  de  ellos  se  asignaban  á  las  tercias  rea- 
les, que  unas  veces  pertenecían  al  Erario,  muchas 
estaban  enajenadas  de  la  Corona  en  partícipes  legos; 
otra  porción  del  acervo  común  de  algunos  Novenos 
servia  para  la  fábrica  y  culto  de  las  iglesias  y  para 
la  dotación  del  Párroco :  el  i-esto  del  acervo  solía  di- 
vidirse en  obras  piadosas  ó  benéficas ,  como  dotación 
de  establecimientos  literarios,  hospitales,  inclusas,  y 
fíiempre  se  reservaba  una  parte,  que  solía  ser  de  uno 
ó  más  Novenos,  para  el  préstamo.  Su  importe  se  des- 
tinaba, ó  á  dotar  eclesiásticos  incongruos,  ó  á  jóve- 
nes que  se  dedicaban  á  las  carreras  de  teología  ó  de- 


392  HISTORIA    DE    AVILA. 

recho  canónico  y  civil.  Eran  los  Préstamos  de  provi- 
sión de  la  Corona ,  y  gran  número  de  dignos  ecle- 
siásticos han  debido  á  este  auxilio  su  alto  porvenir, 
si  bien  como  el  abuso  suele  marchar  en  pos  del  más 
útil  y  acertado  pensamiento,  muchos  de  esos  jóve- 
nes no  llegaban  al  sacerdocio  y  continuaban  célibes 
disfrutándolos  toda  su  vida,  á  los  cuales  en  el  len- 
guaje antiguo  social  se  les  llamaba  Abates.  Los 
Préstamos,  pues,  para  volver  á  nuestro  objeto,  eran 
rentas  eclesiásticas  qae  podian  servir  de  títulos  de 
ordenación,  y  de  ellos  abundaba  cu  gran  número 
nuestro  Obispado. 

GOBIERNO  ECLESIÁSTICO,  POLÍTICO  Y  JUDICIAL  DE  LA  DIÓCESIS. 


Por  último ,  para  que  el  Prelado  diocesano  pueda 
regir  con  todo  el  celo  de  su  autoridad  pastoral  y  ad- 
ministrar pronta  y  rectamente  la  justicia,  así  en  los 
negocios  económicos  como  en  los  judiciales,  en  el 
Obispado  de  su  cargo,  y  más  especialmente  sobre 
los  individuos  del  clero  secular  y  regular,  está  cons- 
tituido el  gobierno  y  administración  de  las  Diócesis 
bajo  las  instituciones  canónicas  que  á  continuación 
se  expresan. 

Secretaria  de  Cámara.— k  ella  corresponde  la 
instrucción  y  despacho  de  todos  los  negocios  admi- 
nistrativos, económicos  y  de  gracia,  bajo  las  inme- 
diatas inspección  y  resolución  del  Prelado,  tales 
como  la  convocación  á  concursos,  provisión  de  eco- 
nomatos ,  instrucción  de  expedientes  de  erección  ó 


RESEÑA  rOLITiCO-ECLESLÍSTICA.  393 

reediñcacíon  de  templos,  y  toda  la  correspondencia 
con  la  superioridad  eclesiástica  ó  civil. 

Proüisorato. — Es  el  tribunal  de  justicia  para  to- 
dos los  negocios  contenciosos ,  así  criminales  como 
relativos  á  la  declaración  de  derechos  correspondien- 
tes á  personas  ó  cosas  eclesiásticas.  Ayuda  al  provi- 
sor en  tan  grave  cargo  el  fiscal  diocesano  en  todos 
los  asuntos  de  justicia,  y  son  los  actuarios,  así  en  los 
procesos  como  en  los  expedientes  matrimoniales,  dis- 
pensas de  parentescos  y  otros  negocios  que  requie- 
ren justificación  legal,  y  al  mismo  tiempo  son  los 
archiveros  y  custodios  de  unos  y  otros,  cuatro  Nota- 
rios mayores  eclesiásticos ;  hay  ademas  un  algua- 
cil mayor,  llamado  de  Corona  >  y  otros  dependien- 
tes necesarios ,  como  notarios  receptores  ó  de  dili- 
gencias. 

Sínodo  diocesano.  —  Compónese  esta  respetable 
institución  de  un  número  variable  á  voluntad  del 
prelado,  de  dignos  individuos  del  clero  catedral, 
parroquial  y  regular,  de  reconocida  ciencia  y  virtud 
comprobada,  ya  por  sus  grados  literarios,  ya  por 
sus  acreditados  servicios  en  la  Iglesia ;  y  es  su  prin- 
cipal misión  la  de  ser  el  tribunal  ante  quien  se  veri- 
fican las  oposiciones  á  los  curatos  y  demás  piezas 
eclesiásticas  que  requieren  la  previa  aprobación  en 
sínodo  para  obtenerse;  como  también  suele  ser  con- 
sultado sobre  asuntos  graves  de  doctrina  ó  de  con- 
ciencia, ya  en  pleno,  ya  en  comisión,  ya  particular- 
mente, algan  individuo  de  su  seno  para  resolverlos 
con  mayor  acierto,  cuando  así  lo  determina  el 
prelado. 


394 


HISTORlxV    DE    AVILA. 


Arcij^restazgos  y  vicarias  establecidos  en  el  Olis- 
cado antes  y  despides  del  Concordato  de  1851.— Fi- 
nalmente, para  la  más  pronta  y  cómoda  administra- 
ción y  ejecución  de  todos  los  negocios  eclesiásticos 
de  la  diócesis,  hallábase  dividida  hace  siglos  en 
cierto  numero  de  arciprestazgos  y  vicarías  que  des- 
pués se  lia  alterado ;  y  para  conocer  su  antigua  y 
actual  nomenclatura,  y  pueblos  que  á  cada  uno  cor- 
responden, presentamos  un  estado  comparativo  en- 
tre el  conocido  desde  1587  y  el  que  hoy  existe  á  con- 
secuencia de  la  ejecución  del  Concordato  de  1851, 
en  la  forma  siguiente: 

DíVISIOX    COXOCIDA    ANTERIOR    AL    CONCORDATO. 


Avila,  areiprestazgo  de. 
Barco  de  Avila,  idem. 
Bonilla  de  ía  Sierra,  idem. 
Hoyopinares ,  idem. 
Mombeltran,  idem. 
Piedrahita ,  idem. 


Arenas  de  S.  Pedro,  vicaría  de. 
Arévalo,  idem. 
Madrigal,  idem. 
Olmedo,  idem. 
Oropesa,  idem. 


DIVISIÓN   ARREGLADA    DESPUÉS    DEL    CONCORDATO. 


ARCIPRESTAZGOS. 


NUMERO    DE    PUEBLOS 

que    cada  uno    comprende. 


.    .,  .,   1         .        .     j  i  Cuida    de     la    ciudad    v 

Avila,  capital,  arcipreste  de / 

(        de  los    7  más  cercanos. 

Inmediaciones  de  Avila,  idem  de  Id.  de  los  11  inmediatos. 

Arenas,  idem  de Id.  de  los  20      idem. 

Arévalo,  idem  de Id.  de  los  44      idem. 

Baroo,  idem  del Id.  de  los  23      idem. 

Bonilla .  idem  de Id.  de  los    8      idem. 


RESEÑA  POLÍTICO-ECLESIÁSTICA.  395 


ARCIPRESTAZGOS. 


M'MEnO    DE    l'Uini.OS 
(|uc    cada    uno    comiircude. 


Burgohondo,  idem  del Id.  de  los  11  ídem. 

Cebreros,  Ídem  de Id.  de  los    6  idem. 

Hoyo  de  Pinares,  idem  del Id.  de  los    7  idem. 

Morana  Alta,  idem  de Id.  de  los  16  idem. 

Morana  Baja,  idem  de Id.  de  los  22  idem. 

Mombeltran,  idem  de Id.  de  los  10  idem. 

Madrigal,  idem  de Id.  de  los  18  idem. 

Olmedo,  idem  de Id.  de  los  19  idem. 

Oropesa,  idem  de Id.  de  los  14  idem. 

Piedrahita,  idem  de Id.  de  los  25  idem. 

Sierra  de  Piedrahita,  idem  de. . .  Id.  de  los  16  idem. 

Solana  de  Rioalmar,  idem  de. . .  Id.  de  los  11  Ídem. 

Valle-Ambles ,  idem  de Id.  délos  15  idem. 

ValledeTiétaróVayuela,idemde  Id.  de  los  10  idem. 

La  diferencia  consiste  en  que  antes  del  Concorda- 
to estaba  dividido  todo  el  territorio  diocesano ,  como 
queda  dicho,  en  11  grupos,  clasificados  en  seis  arci- 
prestazgos  j  cinco  vicarías,  y  después  se  ha  dividido 
en  20  arciprestazgos,  con  lo  que  se  ha  mejorado  no- 
tablemente la  administración  de  los  negocios  ecle- 
siásticos. 

CONCLUSIÓN. 


Importancia  y  consideración  que  merecía  el  Obispado  por  su  Estado 
eclesiástico  general  hasta  el  año  de 


Tan  considerable  era  y  de  tal  importancia  el 
Obispado  á  principios  de  este  siglo  por  su  ilustrado  y 
respetable  Clero  secular  y  regular,  por  sus  pingües 


396  HISTORIA    DE    AVILA. 

rentas,  por  la  numerosa  provisión  de  sus  prebendas 
y  beneficios ,  y  por  la  influencia  é  intervención  legal 
que  tenia  el  estado  eclesiástico  en  la  multitud  de 
carg'os,  oficios  y  dependencias  que  existían  al  cui- 
dado de  la  Iglesia  ,  que  con  justa  razón  era  llamada 
esta  Diócesis  Roma  la  Chica;  tantos  eran  los  benefi- 
cios eclesiásticos,  las  capellanías,  los  hospitales,  las 
obras  pías  de  Beneficencia  é  Instrucción  pública  y 
otras  varias  fundaciones  que  la  caridad  cristiana, 
algo  más  eficaz,  indefectible  y  provechosa  que  la 
filosofía  filantrópica  de  nuestros  dias,  habia  enco- 
mendado á  la  autoridad ,  tutela  y  protección  de  sus 
Prelados,  ya  las  ejercieran  por  sí  mismos,  ya  estu- 
vieran cometidas  á  patronos  especiales  bajo  la  vigi- 
lancia y  visita  del  Diocesano.  Mas  ya  que  no  nos  sea 
posible  descender  á  la  enumeración  dt3  tantos  por- 
menores en  estos  apuntes  estadísticos ,  bástenos  re- 
cordar que  há  poco  más  de  dos  siglos ,  cuando  escri- 
bía nuestro  erudito  y  laborioso  paisano  el  maestro 
Gil  González  Dávila  su  Teatro  eclesiástico ,  daba  á 
nuestra  Diócesis  en  1646  (después  se  aumentaron 
machas  otras  fundaciones,  especialmente  de  capella- 
nías colativas)  el  estado  siguiente 

Pilas  bautismales 537 

Beneficios  eclesiásticos  que  exigían  servicio  persona'.  717 

Ermitas  dotadas  con  rentas  para  su  culto 221 

Capellanías 980 

Prestameras,  que  podían  servir  de  título  de  ordenación.  66S 

Monasterios  y  conventos  de  arabos  sexos 71 

Y  ademas  todo  el  clero  catedral  y  de  la  colegiata  regular 
de  San  x\gustia  de  la  villa  del  Buríro-hcndo. 


RESEÑA  rOLITlCO-ECLESlÁSTlCA.  397 

DE  LAS  RELIQUIAS  SAGRADAS  Y  SANTAS  £N  TODO  EL  OBISPADO. 


Al  escribir  el  Discurso  preliminar,  después  de 
maduramente  concebido  y  casi  de  todo  punto  ejecu- 
tado el  plan  de  mi  obra-,  y  al  hablar  en  él  de  la  im- 
portancia y  necesidad  de  las  historias  particiñares. 
enunciados  pensamientos:  el  uno,  que  el  historia- 
dor particular  tiene  obligación  de  dar  á  conocer  y  de 
desenvolver  el  ohjeto  de  sus  estudios,  descendiendo 
á  pormenores ,  reñriendo  minuciosidades ,  y  ocupán- 
dose en  pequeneces  que  no  entran  en  el  animo  de  un 
historiador  general,  que  ss  desentiende  de  todas  es- 
tas particularidades ,  sin  apreciarlas  ni  darles  valor 
alguno,  y  que  de  estudiarlas,  siquiera  fuese  ligera- 
mente, harian  interminable  su  trabajo,  de  suyo  in- 
menso, complejo  y  variado,  mientras  que  las  mi- 
ras del  historiador  particular  se  contraen  á  puntos 
mucho  más  pequeños,  y  que  para  hacerse  percepti- 
bles y  fijar  los  ojos  y  la  atención  del  lector,  es  nece- 
sario que  los  agrande  y  abulte  con  la  balumba  de  to- 
das sus  más  ocultas  cualidades.  El  otro  pensamiento 
fué  defender  el  aprecio  é  importancia  que  mis  paisanos 
han  de  dar  con  justa  razón  á  estas  circunstanciadas 
narraciones ,  y  el  afecto  y  entusiasmo  con  que  han 
de  leer  el  recuerdo  que  se  les  haga  de  los  venerandos 
restos  mortales  de  los  santos  y  venerables  avileses, 
moradores  de  la  celestial  Sion,  el  reverente  placer 
con  que  contemplan  las  reliquias  que  de  ellos  se 
conservan ,  y  el  culto  que  les  tributan  como  amigos 


398  HISTORIA    DE    AVILA. 

de  Dios,  como  vasos  escogidos  de  su  divino  amor ,  y 
como  sus  medianeros  para  ampararlos  y  protegerlos 
en  sus  tribulaciones  y  trabajos.  Y  en  justificación  de 
esta  conducta,  mejor  diré  de  esta  necesidad  de  su 
inteligencia,  de  su  fe  y  de  sus  religiosos  anhelos, 
aduje  el  testimonio  universal  que  presenta  la  pobre 
humanidad,  indicando  que  si  no  hay  raza,  nación, 
secta  ni  pueblo  alguno  en  la  tierra  que  no  se  enva- 
nezca y  engría  con  la  relación  de  las  glorias  que  se 
cantan  de  sus  héroes  y  progenitores,  y  con  la  exhi- 
bición solemne  ó  privada  que  vse  les  hace  de  los  obje- 
tos materiales  que  de  ellos  se  conservan,  no  hay 
nada  de  censurable  ni  de  ridículo ,  y  menos  aún  de 
irreligioso  ó  idolátrico  en  el  pueblo  católico,  cuando 
respectivamente  muestra  su  alegría ,  su  entusiasmo, 
su  respeto  y  veneración  á  las  santas  reliquias  que 
posee  y  que  pertenecieron  á  los  Bienaventurados.  Y 
llega  ya  el  oportuno  momento  y  la  hora  feliz  de  ha- 
cer aplicación  de  estas  observaciones  filosóficas  y 
generales  á  nuestra  historia  en  defensa  de  las  piado- 
sas creencias  y  prácticas  religiosas  de  los  avileses: 
porque  lógicos  y  consecuentes  en  nuestro  plan ,  y 
antes  de  cerrar  la  Eeseña  general  eclesiástica  de 
toda  la  Diócesis  con  el  Catálogo ,  no  menos  rico  y 
admirable  que  el  que  dejamos  escrito  en  la  Político- 
civil,  de  varones  y  mujeres  ilustres  de  la  Ciudad, 
Provincia  y  Obispado,  requiere  con  justicia  el  lugar 
de  precedencia  en  el  sentido  religioso,  que  caracte- 
riza toda  la  Político-eclesiástica,  el  recuerdo  de  las 
preciosidades  que  enriquecen  su  Iglesia,  y  así  vamos 
á  demostrarlo. 


Rt.s;::.ÑA  i-oliíkíi-eclesiástica.  399 

SAGRADA  HOSTIA  U  SANTA  FORMA  INCORRUPTA 

ViCN/.RAÜA    Ey    EL   REAL   C0>" VENTO   DE    SANTO   TOMAS    DK    AVILA 
DESPE    EL    AÑO    DE    1491. 


El  portentoso  modo  por  el  que  fué  rescatada  in- 
tacta esta  Hostia  consagrada,  de  las  sacrilegas  ma- 
nos de  un  judío  que  la  ocultaba  entre  las  hojas  de 
un  libro ,  dio  lugar  á  la  formación  de  la  causa  que 
á  él  y  otros  cómplices  se  siguió  por  este  enorme 
crimen  y  por  el  martirio  dado  al  santo  JViño  lla- 
mado déla  Guardia.  Convictos  y  confesos,  fueron 
sentenciados  por  el  Tribunal  de  la  Inquisición  y  en- 
tregados á  la  justicia  secular,  la  cual,  según  las 
leyes  á  la  sazón  vigentes ,  los  llevó  al  suplicio, 
haciéndolos  quemar  en  el  patíbulo  que  al  efecto 
se  levantó,  y  siempre  se  le  llamó  desde  entonces 
el  Brasero  de  la  Dehesa.  El  Santísimo  Sacramento 
fué  conducido  en  procesión  muy  devota  al  convento 
de  Santo  Tomás,  en  que  residía  el  Inquisidor  general 
reverendo  fray  Tomás  de  Torquemada,  donde  cons- 
tantemente ha  sido  respetuosamente  adorado,  ha- 
biéndosele trasladado  á  la  magníñca  parroquia  de 
San  Pedro,  cuando  la  iglesia  del  convento,  ya  cerra- 
do, ya  suprimido,  no  ha  podido  estar  abierta  al  culto. 
En  la  narración  histórica  daremos  muy  detenidas 
noticias  de  este  comprobado  y  gravísimo  suceso  y 
causa,  que  siquiera  por  el  nombre  es  de  muchos  co- 
nocida: pero  era  de  toda  obligación  para  el  autor 
indicar  ligeramente  aquí  este  memorable  caso,  coló- 


400  HISTORIA    DE    AVILA. 

candóle  á  la  cabeza  del  artículo  que  consagra  á  la 
memoria  de  las  Santas  Reliquias  de  distintos  géne- 
ros que  se  veneran  en  todo  el  Obispado. 

PUEBLOS  DE  LA  DIÓCESIS  DE  AVILA 

UG  son  patria  de  Santos,  Santas  y  personas  de  uno  y  otro  sexo  cali- 
ficadas por  la  piedad  con  el  título  de  Venerables;  que  poseen  algún 
cuerpo  ó  reliquia  de  estos  ü  otros  Bienaventurados ;  y  que  reveren- 
cian algunas  sagradas  imágenes  con  respetuosa  devoción;  todo  sa- 
cado de  las  noticias  que  nos  han  dejado  el  Maestro  Gil  González  Dá- 
vila  en  su  Teatro  Eclesiástico  de  las  iglesias  catedrales  de  las  dos 
■Castillas,  y  otros  conocidos  escritores  abulenses,  y  coordinado  y  adi- 
cionado por  el  infatigable  y  estudioso  Presbítero  Beneficiado  D.  -José 
Tello  Martínez,  como  le  colocó  al  fin  de  su  copioso  y  laudable  Catá- 
logo, que  ya  queda  inserto,  de  los  Reverendos  Obispos  de  Avila. 

Avila. 

El  cuerpo  de  San  Segundo,  mártir,  primer  obispo  y  pa- 
trono: en  la  iglesia  Catedral. 

Los  cuerpos  de  San  Vicente,  Santa  Sabina  y  Santa  Cris- 
teta,  hermanos  y  mártires,  patronos:  en  la  iglesia  de  sus 
nombres . 

El  cuerpo  de  San  Fortunato,  mártir:  en  la  iglesia  de 
San  Ignacio  de  Loyola,  hoy  parroquial  de  Santo  Tomás 
Apóstol. 

El  cuerpo  de  San  Vidal,  mártir:  en  la  Catedral. 

El  cuerpo  de  un  niño  de  los  inocentes  mártires  (que 
visitó  el  obispo  D.  Pedro  de  Cifuentes):  en  la  iglesia  Cate- 
dral. 

El  cuerpo  de  San  Pedro  del  Barco,  anacoreta:  en  la 
iglesia  parroquial  de  los  mártires  San  Vicente,  etc. 

El  cuerpo  de  Santa  Paula,  la  Barbada,  virgen:  en  la 
iglesia  de  San  Segundo  de  Adaja. 

La  cabeza  de  uno  de  los  cuarenta  mártires:  en  la  Ca- 
tedral. 

Dos  cabezas  de  las  once  mil  vírgenes:  en  la  Catedral. 

Reliquia  de  San  Justo,  mártir:  en  la  Catedral. 

líelicjuia  de  San  Crescencio,  mártir:  en  la  Catedral. 


RESEÑA  POLÍTICO- ECLESIÁSTICA.  401 

La  cabeza  de  San  Dionisio,  obispo  y  mártir:  en  la  Ca 
tedral. 

Reliquia  de  San  Víctor,  mártir:  ea  la  Catedral. 
El  cuerpo  de  San  Vicente,  mártir:  cu  la  Catedral. 
Una  espina  de  las  de  la  corona  de  Nuestro  k^eñor  Jesu- 
cristo (de  que  hizo  memoria  el  doctor  Antonio  de  Houcala 
<>n  su  Peutaplon  Christianaí  Pietatis,  lib.  2,  Stauric,  capí- 
tulo 8):  en  la  Catedral. 

Un  cáliz  que  se  halló  con  el  cuerpo  de  San  Segundo: 
en  la  Catedral. 

Unos  corporales,  consagrados  por  San  Ildefonso ,  Arzo- 
bispo de  Toledo ,  y  enviados  por  el  mismo  para  el  altar  de 
Nuestra  Señora ,  ó  de  los  Mártires ,  con  una  carta  escrita  á 
los  presbíteros  de  la  misma  iglesia  de  San  Vicente ,  cuya 
fecha  ó  data  no  puede  leerse  por  estar  tan  antigua;  pero 
sí  la  mayor  parte  de  ella ,  y  la  firma  del  Santo:  en  San 
Vicente. 

Dos  fojas  de  Doctrina ,  escritas  de  mano  de  San  Ber- 
nardo: en  San  Vicente. 

Una  sandalia  ó  zapato  del  glorioso  Padre  Santo  Domin- 
go de  Guzman,  fundador  de  los  PP.  predicadores:  en  San 
Vicente. 

Un  brazo  de  la  cruz  en  que  murió  crucificado  San  Fe- 
lipe, Apóstol:  en  la  Catedral. 

Un  hueso  de  San  Judas  Tadeo,  Apóstol:  en  la  Catedral. 
Un  cíngulo   ó  cinta   de  San  Pedro ,  Apóstol :  en    San 
Pedro. 

Una  canilla  de  San  Lorenzo,  mártir:  en  San  Pedro. 
Una  cabeza  de  uno  de  los  Santos  mártires  Macabeos:  en 
San  Pedro. 

Las  cabezas  de  San  Lucio,  papa  y  mártir ;  de  San  Víc- 
tor, mártir;  de  San  Gabino,  papa  y  mártir;  de  San  Alejan- 
dro ,  papa  y  mártir;  de  San  Aniceto ,  papa  y  mártir ,  y  de 
Santa  Cristina,  virgen  y  mártir,  se  c=inservan  en  el  con- 
vento de  Premonstratenses,  traídas  por  el  P.  Manuel  Herre- 
ra, del  mismo  orden. 

Las  dos  canillas  de  San  Andrés,  Apóstol,  y  parte  del 
aspa  en  que  fué  martirizado :  en  el  monasterio  de  Monjas 
Cistercienses,  de  Santa  Ana. 

El  cuerpo  de  San  Mauricio,  soldado,  mártir:  en  el  Mo- 
nasterio de  Monjas  Carmelitas  Descalzas,  de  San  José. 

Reliquia  (hueso)  de  San  Pedro  de  Alcántara:  en  el  con- 
vento de  San  Antonio  de  Avila. 

Un  hueso  del  brazo  izquierdo  de  Santo  Tomás  de  Aqui- 
no:  en  el  convento  de  su  título. 

TOMO  I.  26 


402  KISTORíA    I/E    AVILA. 

Eeliquia  de  San  Luis  Bcltran,  en  el  convento  de  Santo 
Tomás. 

Reliquia  (hueso)  de  Santa  Teresa  de  Jesús:  en  el  con- 
cento de  su  título. 

El  venerable  Alfonso  Tostado  y  Rivera  ,  obispo :  en  la 
Catedral. 

El  venerable  Antonio  de  Honcala,  canónigo  presbítero: 
en  la  Cátedra]. 

El  venerable  Gaspar  de  Aza,  racionero  presbítero:  en  el 
convento  de  San  José. 

El  venerable  Julián  de  Avila ,  presbítero :  en  el  con- 
vento de  San  José. 

El  venerable  Francisco  de  Guzman,  canónigo  presbíte- 
ro, trasladado  de  la  antigua  iglesia  de  San  Gil,  año  1573, 
á  la  de  San  Ignacio  de  Leyóla,  hoy  parroquia  de  Santo  To- 
más, Apóstol. 

El  venerable  Francisco  de  Salcedo  (antes  casado,  caba- 
llero y  noble),  presbítero:  en  el  convento  de  San  José. 

El  venerable  Paulo  Verdugo,  presbítero;  cura  de  la 
iglesia  de  San  Vicente. 

El  venerable  Miguel  Raquero,  presbítero. 

El  venerable  Juan  Ordoñez,  presbítero. 

El  venerable  Fernando  Orejón,  canóuis"0  presbítero. 

YA  venerable  Juan  de  Brivicsca  ,  presbítero:  en  el  con- 
vento de  San  Francisco. 

El  venerable  Juan  Sánchez,  presbítero. 

El  venerable  Agustín  de  Santistéban  ,  presbítero,  gran 
confesor. 

El  venerable  Luis  Vázquez,  presbítero:  en  el  convento 
de  San  Silvestre,  Carmen  Calzado. 

El  venerable  Gil  González  de  Avila,  presbítero:  en  la 
parroquia  de  San  Juan  Bautista. 

El  venerable  Antonio  Cabero ,  racionero  presbítero :  en 
la  Catedral. 

El  venerable  Hernando  Alvarez ,  sacerdote  regular  en 
San  Gil,  año  1571,  trasladado á  San  Ignacio. 

El  venerable  Alonso  Vázquez,  presbítero  regular,  el 
primero  que  se  enterró  en  el  Colegio  de  San  Ignacio. 

El  venerable  Diego  de  Villena ,  presbítero  regular:  en 
San  Ignacio. 

El  venerable  Diego  Carrillo ,  presbítero:  en  San  Gil, 
trasladado  á  San  Ignacio. 

El  venerable  Juan  Nuñez  Dávila ,  caballero :  en  San 
Ignacio. 

El  venerable  Tello  Pantoja,  noble  caballero. 


RESEÑA  I'OLITICO-ECLESIASTICA.  403 

El  venerable  Pedro  Agairre ,  clérigo  de  órdenes  me- 
nores. 

El  venerable  Lorenzo  de  Cepeda,  hermano  de  Santa  Te- 
resa: en  el  convento  de  San  José. 

El  venerable  Pedro  Sánchez  de  Cepeda ,  tio  de  Santa 
Teresa. 

El  venerable  José  González ,  canónigo  chantre. 

El  venerable  Juan  Nuñez,  capitán  en  la  milicia. 

El  venerable  Pedro  Navarro ,  capitán  en  la  milicia ,  v 
después  religioso  de  San  Francisco  de  los  Descalzos  de  San 
Pedro  de  Alcántara :  en  el  convento  de  San  Antonio ,  donde 
se  llamó  Fray  Pedro  de  Bouaventura. 

La  venerable  Maria  Diaz:  en  la  iglesia  de  San  Millan. 

La  venerable  Sor  María  Vela ,  monja  bernarda :  en  el 
monasterio  de  Santa  Ana. 

La  venerable  Sor  Leonor  de  Cepeda,  carmelita:  en  el 
convento  de  la  Encarnación. 

La  venerable  Ana  María,  muy  penitente. 

La  venerable  Aua  de  los  Reyes,  doncella  de  muy  notable 
mortificación  :  en  San  Gil,  trasladada  á  San  Ignacio. 

La  venerable  Sra.  Aldonza  Muñoz :  en  el  convento  de 
Santo  Tomás. 

La  venerable  Sra.  Catharina  de  Avila:  en  el  convento 
de  Santo  Tomás. 

La  venerable  Francisca  Trigo,  morisca  expelida  de  Es- 
pana;  y  después  mártir  en  Tetuan. 

La  venerable  Mencía  del  Águila,  hermana  de  Hernando 
Alvarez  y  mujer  de  Francisco  de  Salcedo. 

La  venerable  Sra.  Guiomar  de  Ulloa,  viuda. 

Las  venerables  cinco  primeras  compañeras  y  di>;cjpulas 
de  Santa  Teresa  en  la  reforma  de  la  Orden  del  Carmelo; 
á  saber:  Antonia  del  Espíritu  Santo  (antes  de  Henao), 
María  de  la  Cruz  (antes  de  la  Paz),  María  de  San  José 
(antes  de  Avila),  Isabel  de  Santo  Domingo  (antes  de  Hor- 
tega)  y  Úrsula  de  los  Santos;  como  también  los  padres  de 
la  Santa  los  Sres.  Alonso  Sánchez  de  Cepeda  y  Beatriz  de 
Ahumada . 

La  imagen  del  Señor  Crucificado:  en  la  iglesia  parro- 
quial de  San  Pedro. 

La  imagen  del  Señor  Crucificado:  en  el  claustro  de  la 
Catedral. 

La  imagen  del  Señor  Crucificado :  en  la  iglesia  de  San 
Juan. 

La  imagen  del  Señor  á  la  coluu.ni:  en  la  iglesia  de  San 
Vicente. 


40-1  inSTORIA    DE    AViLA. 

La  imagen  del  Señor  Crucificado :  en  la  capilla  suelta 
de  la  Luz. 

La  imagen  del  Señor  Crucificado  :  en  el  convento  de 
Santo  Tomás. 

La  imagen  del  Señor  Crucificado:  en  el  convento  de  San 
Francisco. 

La  imagen  del  Señor  Sepultado :  en  el  convento  de  Car- 
melitas Calzados. 

La  imagen  del  Señor  á  la  columna :  en  el  convento  de 
Carmelitas  Descalzos. 

La  imagen  del  Señor  Crucificado:  en  el  convento  de  los 
Premonstratenses. 

ün  Ecce  Homo:  en  el  convento  de  Santa  Ana. 

La  imagen  de  Nuestra  Señora  de  la  Soterraña:  en  la 
iglesia  de  San  Vicente. 

La  imagen  de  Xuestra  Señora  de  la  Salud :  en  la  iglesia 
de  San  Millan. 

La  imagen  de  Nuestra  Señora  del  Consuelo ,  antes  en 
San  Gil,  trasladada  á  San  Ignacio,  hoy  parroquia  de  Santo 
Tomás. 

La  imagen  de  Nuestra  Señora  de  las  Nieves,  ó  de  Santa 
María  la  Mayor  de  Eoma:  en  su  capilla. 

La  imagen  de  Nuestra  Señora  de  las  Vacas :  en  su 
capilla. 

La  imagen  de  Nuestra  Señora  de  los  Dolores :  en  San 
Nicolás. 

La  imagen  de  Nuestra  Señora  de  los  Dolores :  en  la 
Catedral. 

La  imagen  de  Nuestra  Señora  de  Sonsoles :  en  su 
ermita. 

La  imagen  de  Nuestra  Señora  del  Rosario :  en  los  Do- 
minicos. 

La  imagen  de  Nuestra  Señora  de  la  Corona:  en  los 
Franciscos. 

La  imagen  de  Nuestra  Señora  de  la  Correa:  en  las  mon- 
jas Agustinas. 

La  imagen  de  Nuestra  Señora  del  Escapulario:  en  los 
Carmelitas  Calzados. 

La  imagen  de  Nuestra  Señora  llamada  (La  x^ntigua:» 
en  los  Benedictinos. 


RESEÑA  POLITlCO-ECLESíÁSTICA.  405 

PUEBLOS  DEL  OBISPADO. 


Almendral. 

La  venerable  Sor  Ana  de  San  Bartolomé,  Carmelita 
Descalza. 

Los  santos  niños  Juan  y  Juana. 

Arení^ís. 

San  Pedro  de  Alcántara:  yace  su  cuerpo. 

Arévalo. 

El  cuerpo  de  San  Victorino,  mártir. 
Los  venerables  frailes  León,  compañero   de  San  Fran- 
cisco, y  Lorenzo  de  Raparieg'os. 

La  verdadera  imagen  del  Patriarca  San  Francisco. 

El  Barco. 

San  Pedro  Anacoreta. 

La  Lnágen  del  Santísimo  Cruciñcado,  de  la  Pasión. 

El  Berraco. 

San  Raynés,  mártir,  traido  de  Flandes  por  el  capitán 
f).  Juan  del  Águila. 

Bonilla. 

El  venerable   obispo  de  Salamanca,   antes  provisor  de 
Avila,  D.  Francisco  de  Soto  y  Sidazar. 

Candeleda. 

San  Bernardo,  ermitaño,  abogado  contra  el  mal  de 
rabia. 

Cardeñcsa. 

Las  imágenes  de  Jesús  y  de  María. 
El  devotísimo  Via-Crucis,  colocado  en  un  sitio  muy 
áspero  y  de  penitencia. 

San  Esteban  del  Valle. 

San  Pedro  Bautista ,  mártir  en  el  Japón ,   del  orden  de 
San  Pedro  Alcántara. 


406  HISTORIA    DE    AVíLA. 

Grajos. 

La  imagen  de  Nuestra  Señora  con  el  título  de  las  Fuen- 
tes: en  su  ermita. 

Vita. 

La  imagen  de  Nuestra  Señora  del  Parral :  en  su  ermita. 

Madrigal. 

La  venerable  Sor  Catharina  de  Cristo  (antes  Dalmaseda), 
Carmelita  Descalza. 

La  imagen  de  Nuestro  Señor  Crucificado ,  con  título  de 
las  Injurias. 

Ríonibeltran. 

El  venerable  obispo  de  Avila  1).  Fray  Pedro  de  Ayala. 

Nava  el  Sauz. 

El  venerable  P.  Cristóbal  Bravo ,  Provincial  de  los  Des- 
calzos de  San  Francisco ,  compañero  j  discípulo  de  San 
Pedro  Alcántara. 

Olmedo. 

El  venerable  Padre  Bartolomé  de  Olmedo,  mercenario. 

Oropesa. 

El  venerable  Padre  Alonso  Orozco ,  del  orden  de  los 
Eremitas  de  San  Agustín. 

El  venerable  D.  Pedro  de  Oropesa. 

El  venerable  Padre  Vicente  Val  verde ,  dominicano. 

La  venerable  Sor  Inés  de  la  Concepción,  monja  de  San- 
ta Clara.  En  su  convento. 

£1  Tiemblo. 

San  Antonio  Ermitaño  ,  imagen  antigua. 

Tormenes. 

San  Pascual,  sacerdote  y  solitario. 

San  Vicente  de  Pinares. 

Imagen  de  Nuestro  Señor  Crucificado:  en  su  ermita  de 
los  Pinares. 


RESEXA  POLITICO-ECLESlÁsnCV.  407 

CATÁLOGO 

DK  LOS  VARONES  Y  MüJ£R::S  DÉLA  CIUDAD,  l'ROVI.XCIA  V  ;)BISPM>J, 
ILUSTRES  EN  SANTIDAD  Y  VIRTrD,  DIGNIDADES,  GOBIKRNO  Y  LE- 
TRAS, BAJO  CUYOS  CONCEPTOS  PERTENECEN  Á  LA  RESEÑA  PER- 
SONAL ECLESIÁSTICA. 

La  misma  razón  que  tuvimos  para  cerrar  la  hon- 
rosa Reseña  personal  de  la  Provincia  con  el  Catálogo 
de  sus  esclarecidos  hijos  de  ambos  sexos  en  el  orden 
político-civil,  según  el  sentido  más  lato  de  esta  ex- 
presión, nos  conduce  á  dar  aquí  igual  honorífica  con- 
clusión á  la  Reseña  Personal  Eclesiástica  con  la  no- 
table y  extensa  nómina  de  Varones  y  Mujeres  que 
enaltecen  la  Iglesia  abulense.  Y  por  los  propios  mo- 
tivos que  allí  expusimos,  adoptando  como  base  el 
largo  Catálogo  que  nos  dejó  el  Maestro  Gil  González 
Dávila,  pero  suprimiendo  de  él  las  noticias  que  ex- 
clusivamente pert mecen  á  la  Historia,  le  hemos  am- 
pliado con  los  nombres  de  las  distinguidas  personas 
que  han  figurado  en  tiempos  posteriores  y  llegado  á 
nuestra  noticia. 

Solamente  se  diferencian  ambos  catálogos  en  que 
en  éste  dejamos  de  seguir  el  orden  alfabético  de  ape- 
llidos en  los  grupos  de  Santos,  Santas  y  Venerables 
de  uno  y  otro  sexo,  ya  porque  son  más  conocidos  por 
sus  nombres  solos,  y  algunos  por  los  pueblos  de  su 
naturaleza,  ya  porque  otros  abandonaron  su  sobre- 
nombre familiar  (aunque  de  muchos  no  le  ignora- 
mosj  por  preferir  otro  más  místico  y  espiritual,  con 
que  son  en  sus  iglesias  ó  comunidades  más  conocí- 


408  HISTORIA    DE    AVILA. 

dos.  También  debo  de  advertir  que  este  Catálogo  j 
el  de  las  Santas  Reliquias  que  lia  precedido  se  sirven, 
para  muchos  de  tales  bienaventurados,  de  recíprocos 
comprobantes,  puesto  que  el  anterior  sólo  da  noticia 
de  los  pueblos,  iglesias  ó  lugares  en  que  son  reve- 
renciados, cuando  el  que  ahora  escribimos  los  da  á 
conocer  por  sus  familias,  su  vida,  profesión  y  virtudes 
en  que  se  ejercitaron.  El  Catálogo  actual  es  como 
sigue : 

Varones  insignes  en  santidad  y  ■virtud. 

vSan  Segundo,  primer  obispo  de  Avila. 

San  Vicente  ílártir,  en  Avila. 

San  Pedro  del  Barco,  ea  Avila. 

San  Pascual  de  Tormellas. 

San  Bernardo  de  Candeleda. 

San  Juan  de  la  Cruz,  de  Fontiveros. 

San  Pedro  Bautista  Martin  del  Japón,  misionero  fran- 
ciscano. 

Venerable  Agustin  de  Santistéban,  presbítero. 

Venerable  Alfonso  Tostado  y  Rivera,  de  Madrigal. 

Venerable  D.  Alonso  Sánchez  de  Cepeda,  padre  de  San- 
ta Teresa. 

Venerable  Alonso  Oroza,  agusliniano,  de  Oropesa. 

Venerable  Alonso  Vázquez,  de  la  Compañía  de  Jesús. 

Venerable  Antonio  Cabero,  racionero  en  la  Catedral. 

Venerable  Bartolomé  de  Olmedo,  mercenario. 

Venerable  D.  Diego  de  Bracamente,  deán. 

Venerable  Diego  Carrillo,  de  la  Compañía  de  Jesús. 

Venerable  Diego  de  Villena ,  de  la  Compañía  de  Jesús. 

Venerable  Fernando  Orejón,  canónigo. 

Venerable  D.  Francisco  de  Guzman,  canónigo  de  Avi- 
la; muY  caritativo. 

Venerable  Francisco  Morales,  de  la  Compañía. 

Venerable  Francisco  Salcedo,  presbítero,  de  la  Compa- 
ñía de  Jesús.  . 

Venerable  Gaspar  Daza,  racionero  de  la  Catedral. 

Venerable  Fray  Gerónimo  del  Espíritu-Santo ,  francis- 
cano descalzo. 

Venerable  Gil  González  Dávila,  presbítero. 


RESEÑA  rOLmCO-ECLESlÁSTlCA.  409 

Venerable  Hernando  Alvarez  del  Águila,  de  la  Compa- 
ñía de  Jesús. 

Venerable  José  González  ,  dignidad  de  chantre. 

Venerable  D.  Juan  Nuñez  Lávila,  capitán  en  la  milicia. 

Venerable  Juan  Ordouez ,  presbítero. 

Venerable  Juan  Bautista  Ordoíiez  ,  el  licenciado ,  gran 
limosnero. 

Venerable  Juan  Sánchez,  presbítero. 

Venerable  Juan  de  Briviesca,  presbítero. 

Venerable  Julián  de  Avila,  presbítero. 

Venerable  León  de  Arévalo,  compañero  de  San  Francis- 
co en  sus  fundaciones. 

Venerable  Lorenzo  de  Rapariegos ,  compañero  de  San 
Francisco  en  sus  fundaciones. 

Venerable  Lorenzo  de  Cepeda ,  hermano  de  Santa  Te- 
resa. 

Venerable  Luis  de  Aledina,  jesuíta,  uno  de  los  fundado- 
res de  su  colegio  en  Avila. 

Venerable  Luis  Vázquez,  pre.sbítero. 

Venerable  Miguel  Baquero,  presbítero, 

Venerable  Pablo  Verdugo,  cura  de  San  Vicente  de 
Avila. 

Venerable  Pedro  Aguirre ,  clérigo . 

Venerable  D.  Pedro  Aguirre  y  Loyola,  rico  caballero, 
gran  penitente,  amigo  de  los  pobres. 

Venerable  Fray  Pedro  de  San  Andrés,  franciscano  des- 
calzo. 

Venerable  Pedro  Navarro ,  capitán  en  la  milicia ,  y  des- 
pués franciscano  descalzo ,  llamado  Fray  Pedro  de  Buena- 
ventura. 

Venerable  Pedro  Sánchez  de  Cepeda,  tio  de  Santa  Te- 
resa . 

Venerable  Tello  Pantoja  (el  Caballero). 

Venerable  Val  verde  Vicente,  dominicano,  Oropesa. 

Mujeres  insig'ncs  en  santidad  y  virtud. 

Santa  Teresa  de  Jesús,  de  Avila. 
Santa  Cristeta,  mártir,  en  Avila. 
Santa  Sabina,  mártir,  en  Avila. 

Santa  Paula,  virgen;  la  Barbada  de  Cardeñosa,  en  Avila. 
Santa  Francisca  Trigo ,  morisca  de  las  expelidas  de  Es- 
paña, padeció  martirio  en  Tetuan  en  1623. 
Venerable  Aldonza  Muñoz. 
Venerable  Ana  María,  gran  penitente. 


410  HISTORIA    DE    AVILA. 

Venerable  Ana  Reyes,  de  quien  escribió  la  vida  el  pa- 
dre Baltasar  Alvarez,  de  la  Compañía  de  Jesús. 

Venerable  Ana  de  San  Bartolomé ,  Carmelita  descalza, 
natural  de  El  Almendral. 

Venerable  Antonia  del  Espíritu  Santo,  antes  Henao,  de 
las  primeras  compañeras  de  fundación  de  Santa  Teresa  de 
Jesús. 

Venerable  Doña  Beatriz  de  Ahumada,  madre  de  Santa 
Teresa  de  Jesús. 

Venerable  Doña  Catalina  Dávila,  de  quien  hacia  gran- 
des elogios  San  Pedro  Alcántara. 

Venerable  Catalina  del  Espíritu  Santo,  antes  Verdugo 
de  Trejo:  escribió  su  propia  vida  de  orden  de  su  confesor, 
Y  otros  papeles. 

Venerable  Catharina  de  Avila. 

Doña  Elvira  González  de  Medina,  fundadora  del  beate- 
río que  precedió  al  convento  de  la  Encarnación. 

Venerable  Doña  Guiomar  de  ülloa,  de  quien  hace  muy 
particular  memoria  el  padre  Baltasar  Alvarez,  de  la  Com- 
pañía de  Jesús. 

Venerable  Inés  de  la  Concepción,  monja  de  Santa  Clara 
do  Oropesa. 

Venerable  Isabel  de  Santo  Domingo,  antes  Ortega,  com- 
pañera de  Santa  Teresa  de  Jesús,  natural  de  Cardeñosa. 

Venerable  Leonor  de  Cepeda,  carmelita  en  el  convento 
de  la  Encarnación. 

Venerable  Mari  Díaz  de  Vita,  en  Avila. 

Venerable  Doña  María  Alvarez  de  ^'ergas,  fundadora  y 
religiosa  del  convento  de  Piedrahita. 

Venerable  Doña  María  Vela,  religiosa  bernarda,  en 
Avila. 

Venerable  María  de  la  Cruz,  antes  de  la  Paz,  compane- 
ra de  Santa  Teresa  de  Jesús. 

Venerable  María  de  Jesús,  antes  Muñoz. 

Venerable  María  de  San  José,  antes  de  Avila,  compa- 
ñera de  Santa  Teresa  de  Jesús. 

Venerable  María  de  San  José,  lega,  carmelita  en  Fonti- 
veros. 

Venerable  Mencía  del  Águila. 

Venerable  Ürsula  de  los  Santos,  compañera  de  Santa 
Teresa  de  Jesús. 


RESEiÑA  POLlTlCO-ECLV;S¡ÁSTiCA.  411 


Hijos  del  Obispada,  ilustres  en  el  gobierno  de  la  Iglesia. 

Dávila  (I).  Francisco),  arcediano  de  Toledo,  cardenal  do 
la  Santa  Romana  Iglesia. 

Espinosa  (D.  Diego),  cardenal  de  la  Santa  Romana 
Iglesia,  obispo  de  Sigüenza,  inquisidor  general. 

Guzman  (D.  Diego  de),  patriarca  de  las  Indias,  carde- 
nal arzobispo  de  Sevilla. 

Verdugo  (D.  Alonso),  cardenal  de  la  Santa  Romana 
Iglesia. 

Arévalo  (Fr.  Bernardino  de),  que  no  aceptó  el  arzobis- 
pado de  Toledo. 

Fernandez  Yaltodano  (D.  Cristóbal),  arzobispo  de  San- 
tiago, uno  de  los  jueces  del  arzobispo  de  Toledo,  Carranza. 

Vela  (D.  Cristóbal),  obispo  de  Canarias  y  arzobispo  de 
Burgos. 

Avila  y  Vera  (Doctor),  abad  de  Alcalá  de  Henares. 

Ballesteros  (D.  Jerónimo),  obispo  de  Venezuela. 

Barco  (1).  Fr.  Fernando  del),  carmelita,  obispo  de  Sala- 
mina  y  predicador  de  Carlos  V. 

Bravo  (D.  Andrés),  obispo  de  Sigüenza. 

Briceño  (D.  Alonso),  o¡)ispo  de  Nicaragua. 

Carrillo  Altamirano  (D.  Fernando),  obispo  de  Puebla 
de  los  Angeles  y  de  Osma. 

Dávila  {D.  Blasco),  obispo  de  Sigüenza. 

Dávila  (D.  Diego),  abad  de  Alcalá  la  Real. 

Dávila  (D.  Juan),  abad  del  Burgohondo  y  de  Alcalá  la 
Real. 

Dávila  ÍD.  Rodrigo),  obispo  de  Plasencia. 

Dávila  (D.  Sancho),  obispo  de  Avila.  Notario  mayor  de 
Castilla,  maestro  del  rey  D   Alonso  XI. 

Dávila  (D.  Sancho),  obispo  de  Cartagena,  Jaén,  Sigüen- 
za y  Plasencia. 

Gómez  Salazar  fD.  Manuel),  obispo  de  Ceuta. 

Mercado  (D.  Diego  de),  obispo  de  Yucatán. 

Montalvo  (Fr.  D.  Juau),  dominico,  obispo  de  Cartagena 
de  Indias. 

Paredes  Caballero  (D.  Bernardo  de),  obispo  de  Orihuela, 
Lérida  y  Oviedo. 

Rodriguez  Aguayo  de  Mercado  (D.  Alonso),  obispo  de 
Gaeta. 

Sánchez  de  Arévalo  (D.  Alonso),  obispo  de  Plasencia. 

Sánchez  de  Arévalo  (D.  Rodrigo),  obispo  de  Falencia, 
historiador. 


412  lIISTOrUA    DE    AVILA. 

Torres  Ossorio  (D.  Juan),  obispo  de  Valladolid. 
Vázquez  (D.  Rodrigo),  obispo  de  Troya. 

Varones  ilustres  de  la  Santa  Ig^lesia  Catedral  de  Avila. 

Ares  (Dr.  Miguel),  canónigo  magistral,  obispo  de 
Orense. 

Arguello  (D.  Gutierre),  canónigo,  alcalde  de  Hijosdal- 
go en  la  Chancillería  de  Valladolid ,  su  oidor ,  j  en  Koma 
auditor  de  la  Rota. 

Arteaga  y  Dicastillo  (Dr.  D.  Juan) ,  doctoral,  obispo  de 
Orense. 

Beltrau  de  Guevara  (D.  Juan),  canónigo  doctoral,  obis- 
po de  Badajoz,  arzobispo  de  Santiago  v  presidente  de 
Italia. 

Calatayud  (D.  Pedro),  deán.  Dotó  el  hospital  de  Santa 
Escolástica. 

Camargo  (D.  Jerónimo),  canónigo  magistral,  obispo  de 
Ciudad-Rodrigo,  Coria  y  Córdoba. 

Carrillo  (D.  Juan),  tesorero  y  canónigo,  secretario  del 
archiduque  Alberto ,  conde  de  Flandes. 

Carrillo  (D.  Martin) ,  canónigo ,  obispo  de  Oviedo  y  ar- 
zobispo de  Granada. 

Castillo  (el  Dr.  D.  Diego  de),  magistral,  obispo  de  Trd- 
jillo  en  América. 

Castro  (D.  Pedro  de),  canónigo  magistral,  obispo  de 
Lugo,  Segovia  y  arzobispo  de  Valencia. 

Compludo  (el  maestro  Francisco  de) ,  canónigo  y  cate- 
drático de  Salamanca,  y  el  segundo  colegial  del  mayor 
de  Cuenca. 

Fernandez  (D.  Alonso),  canónigo,  hijo  del  infante  dou 
Felipe. 

Fonseca  (D.  Juan  de),  arcediano  de  Olmedo,  obispo  de 
Bosano,  de  Jaén,  Falencia  y  Burgos,  y  primer  presidente 
de  Indias. 

García  (D.  Luis),  canónigo  doctoral,  obispo  de  Orense 
y  Astorga. 

González  Bohordo,  capellán  de  honor  de  Felipe  IV. 

González  Dávila  (el  Dr.  D.  Agustin)  canónigo  de  Avila, 
pi'ocurador  general  de  las  ig'lesias  de  las  dos  Castillas  en 
Roma. 

Maldonado  (D.  Pedro),  canónigo,  obispo  de  Ciudad- 
Rodrigo. 

Martin  de  Barcia  (Dr.  D.  ZAÍanuel),  canónigo,  obispo  de 
Ceuta. 


RESEÑA  rOMTICO-ECLKSlÁSTiCA.  413 

Martínez  Zarzosa  (D.  DieG^o),  canóui,2:o,  obispo  de  Tuy. 

Melgosa  (D.  Francisco  de),  canónigo,  inquisidor  de 
Ccraeña. 

Moxica  (D.  Francisco),  arcediano  de  Toledo,  antes  ca- 
nónigo de  Avila. 

Payno  (D.  Antonio),  canónigo  lectoral,  obispo  de 
Orense. 

Rodezno  (Dr.  Francisco),  canónigo,  inquisidor  de  Cer- 
deña  y  Granada,  y  fiscal  de  la  Suprema. 

Rueda  (D.  Fernando),  canónigo  magistral,  obispo  de 
Canarias. 

Salamanca  (D.  Francisco  de),  canónigo,  maestro  del  iu 
fante  1).  Fernando,  arzobispo  de  Toledo. 

Sanz  Oyanguren  (D.  Baltasar),  arcediano  de  Arévalo, 
fiscal  de  bis  inquisiciones  de  Llerena  y  Toledo. 

Soto  Salazar  (D.  Francisco),  canónigo,  obispo  de  Se- 
gorbey  Salamanca. 

Vela  (D.  Cristóbal),  arcediano  de  Avila,  obispo  de  Ca- 
narias y  arzobispo  de  Burgos. 

Zamora  (Fernando  de),  canónigo,  secretario  del  rey 
D.  Alonso  el  Sabio. 

Fundadores  p-Iadcsos. 

Anaya  (D.  Pedro),  canónigo;  fundador  de  la  capilla  del 
Cristo  en  el  Claustro. 

Daza  (D.  Pedro),  arcediano  y  canónigo  de  Avila;  fundó 
y  dotó  la  capilla  de  Nuestra  Señoi-a  de  la  Piedad. 

Dávila  (I).  Rodrigo),  arcediano  de  Arévalo;  fundó  la  ca- 
pilla de  Santa  María  la  Blanca. 

Jiménez  (Fr.  Francisco),  agustino;  fundó  en  Lima  del 
Perú  el  primer  convento  de  su  religión. 

Medina  (D.  Cristóbal  de),  deán;  fundó  la  capilla  de  la 
Concepción. 

Ramírez  de  Villaescusa  (D.  Diego),  arcediano  de  Olme- 
do, obispo  de  Astorga,  Málaga  y  Cuenca;  fundador  del  co- 
legio de  Cuenca  en  Salamanca. 

Valderrábano  (D.  Alon.so  de),  deán;  fundó  y  dotó  la  ca- 
pilla de  San  Ildefonso. 

Vázquez  (Pedro) ,  canónigo;  fundador  y  dotador  de  la 
capilla  de  Nuestra  Señora  delClaustro. 

Velazquez  (D.  Blasco),  deán;  fundó  y  dotó  la  capilla  de 
.San  Antolin  en  la  Catedral. 

Velazquez  (D.  Gonzalo),  arcediano  de  Avila;  fundó  el 
convento  de  San  Pablo  de  la  Moraleja. 


414  HISTORIA    DE    AViLA. 


Varones  notables  en  varios  cargos  y  ejercicios  eclesiásticos. 

Alvarez  de  la  Serna  (D.  Juan),  primer  secretario  de  la 
Inquisición. 

Avila  (Fray  Pedro  de),  monje  Jerónimo,  confesor  de  la 
Princesa  doña  Juana  de  Austria. 

Castro  (el  padre  Agustin  de),  de  la  Compañía;  predica- 
dor de  Felipe  IV. 

Cimbrón  (Fray  Francisco),  franciscano,  gran  misionero 
en  Méjico. 

Dávila  (el  padre  Gonzalo),  provincial  de  la  Compañía. 

Dávila  (Fray  Jorge),  misionero  en  Nueva-España;  bau- 
tizó más  de  un  millón  de  gentiles. 

Dávila  (el  padre  Juan),  de  los  clérigos  regulares,  minis- 
tro délos  enfermos.  • 

Escudero   (el  licenciado  D.  Alonso),  inquisidor  de  To- 
ledo. 

Garci-Serrano,  tesorero  de  los  bienes  confiscados  por  la 
Inquisición. 

Guzman  (Fray  Jerónimo  de) ,   franciscano ,   comisario 
general  de  las  Indias. 

Juan  Ensebio  (el  padre),  cura  de  San  Vicente  de  Avila. 

Morales  Encinas  (el  padre  Francisco) ,  de  la  Compañía, 
misionero  en  Filipinas. 

Naron  (D.  Gómez),  el  Abad. 

Ontiveros  (Pedro) ,  asesor  de  la  Inquisición  de  Valla- 
dolid. 

Rengifo  (maestro  Fray  Reginaldo) ,  confesor  del  empe- 
rador Carlos  V. 

Valderrábano  (el  comendador  Fernando  de),  murió  en  el 
cerco  de  Baza,  en  1489. 

Vázquez   (el  bachiller  D.  Jerónimo),  presbítero,    asis- 
tente al  Concilio  de  Trente. 

Verdugo  (D.  Juan),  primer  fiscal  de  la  Inquisición,  ecle- 
siástico. 

Escritores  eclesiásticos  y  personas  notables  en  letras. 

Santa  Teresa  de  Jesús;  escribió  muchas  obras  místicas. 
San  Juan  de  la  Cruz ;  escribió  en  prosa  y  verso  obras 

Til  I Q TI  r*ri  ^ 

Avila  (Alfonso) ,  de  la  Compañía  de  Jesús;  escribió  un 
tratado  del  bienaventurado  San  Segundo,  obispo  de  Avila. 


RESEÑA  POLÍTICO-ECLESIÁSTICA.  415 

Avila  (el  padre  Esteban  de) ,  de  la  Compañía  de  Jesús 
en  el  Perú;  escribió  un  tratado  De  Ccnsiiris  y  el  Compendio 
de  la  Suma  del  doctor  Navarro. 

Bravo  (Bartolomé),  de  la  Compañía  de  Jesús;  escribió 
de  humanidades. 

Castro  (Agustín  de),  de  la  Compañía  de  Jesús  ;  escribió 
grandes  sermones  y  tratados  políticos. 

Córdoba  (Juan  Rodulfo),  de  la  Compañía  de  Jesús;  es- 
cribió comentarios  sobre  los  Santos  Padres. 

Dávila  (Julián) ,  confesor  de  Santa  Teresa .-  escribió  la 
vida  de  la  Santa. 

Dávila  (D.  Sancho),  canónigo,  obispo  de  Cartagena, 
Jaén  y  Plasencia;  escribió  un  tomo  sobre  la  Veneración  de 
las  Beliquias. 

Fuen-Salida  (el  padre  Francisco),  de  la  Compañía  de 
Jesús;  escribió  un  tratado  del  Sosiego  del  Alma. 

García  (Antonio),  de  la  Compañía  de  Jesús;  es  ribió 
sobre  literatura  y  música. 

García  (D.  Nicolás),  canónigo;  escribió  una  importante 
y  conocida  obra  en  dos  tomos.  De  Benefitiis. 

González  (Tomás) ,  de  la  Compañía  de  Jesús ;  escribió 
e  retórica  y  gramática  latina. 
Guerra  (Antonio),  de  la  Compañía  de  Jesús;  escribió  el 
elogio  fi'iuebre   de    Antonio  Bermejo,   y  una  Carta  á  la 
muerte  del  P.  Ramón  de  Ojeda. 

Guzman  (Pedro  de),  de  la  Compañía  de  Jesús;  tradujo 
la  Historia  de  la  entrada  de  la  cristiandad  eu  el  Japón,  del 
Padre  Tursellino,  y  escribió  discursos  sobre  el  tra])ajo  y  la 
ociosidad. 

Herrera  (Antonio),  de  la  Compañía  de  Jesús;  compuso 
notables  oraciones  sagradas. 

Onr-ala  (Antonio),  canónigo  de  Avila,  notable  escritor, 
teólogo  y  humanista. 

Pinel  (Doña  María),  Carmelita  Calzada  de  la  Encarna- 
ción ;  escribió  la  historia  de  los  primeros  tiempos  de  su 
convento,  que  se  conserva  inédita. 

Rosales  (el  doctor),  canónigo;  catedrático  de  Cánones  en 
Salamanca. 

Sánchez  (el  doctor  Juan) ,  capellán  del  convento  de  la 
Encarnación  de  Madrid;  escribió  una  suma  de  casos  de 
conciencia 

Tostado  y  Rivera  (Alfonso  de) ,  obispo  de  Avila ;  escri- 
bió numerosas  orras. 

Triviño  (el  doctor  Juan  de),  canónigo  de  Segovia;  es- 
cribió el  tratado  Praxis  examinatorum. 


416  UISTOKIA    DE    AVILA, 

Vclazquez  (Juan  Antonio) ,  de  la  Compañía  de  Jesús; 
escribió  comentarios  sobre  distintos  capítulos  de  la  Es- 
critura. 

Yerdug-o  (el  doctor  Pablo) ;  escribió  en  versos  castella- 
nos la  vida  de  Santa  Teresa ;  fué  cura  de  San  Vicente  de 
Avila. 

Victoria  (Luis);  imprimió  muchas  obras  de  música,  que 
son  muy  estimadas  y  cantadas  en  todas  las  iglesias  cate- 
drales. 


ARTICULO  DESCRIPTIVO 


LA  CIUDAD  DE  ÁVILA. 


TOMO   í. 


21 


AL  AITÜTAMIEMO  DE  LA  I  I Y  i  L.  GIÜDAÜ  GE  iílLA. 


Exc.MO.  Señor  : 

V.  E.  ha  tenido  la  bondad  de  enaltecer  la  Historia,  que 
hii  mucho  tiempo  escribí,  de  Avila,  su  Provincia  y  Obispado, 
y  que  hoy  comienzo  á  publicar,  permitiendo  que  en  los 
principios  de  ella  coloque  su  respetable  nombre ;  y  yo  he 
creído  que  el  lugar  más  indicado  es  al  frente  del  Artículo 
descriptivo  de  nuestra  Ciudad. 

Sucesor  V.  E.,  por  el  largo  transcurso  de  los  tiempos,  de 
aquellos  Alcaldes  y  Concejo  justamente  celebrados  en  todas 
las  edades  posteriores  á  la  repoblación  de  Avila ,  cuyo  pen- 
dón ondeara  glorioso  en  la  reconquista  de  muchas  ciudades 
meridionales  de  España,  desde  Cuenca  á  Badajoz;  sucesor 
del  Corregidor  y  Regimiento  que  ya  gobernaban  esa  Capi- 
tal y  sus  inmediatas  comarcas  desde  el  siglo  xv,  y  que 
supieron  producir  una  pléyade  de  briosos  capitanes  y  sabios 
consejeros  de  sus  Reyes,  que  dilataron  y  eternizaron  sus 
nombres  en  las  siguientes  centurias  por  Flandes,  Italia, 
Francia,  Portugal  y  la  entonces  naciente  América ;  sucesor 
del  posterior  ilustre  Consistorio  creado,  parte  por  la  libre 
elección  de  las  memorables  cuadrillas  de  San  Juan  y  San 
Vicente ,  en  que  la  Ciudad  estaba  al  efecto  dividida,  parte 
con  las  familias  nobles  que  en  él  obtenían  asiento  en  juro 
de  heredad  por  concesiones  de  nuestros  Monarcas ;  y  suce- 
sor, finalmente,  de  los  nuevos  Ayuntamientos  exclusiva- 
mente populares  desde  que  se  proclamó  el  sistema  mu- 
nicipal, base  de  la  Representación  nacional;  do  quiera 
que  V.  E.  fije  en  lo  pasado  la  vista,  siempre  hallará  digní- 
simos antecesores  que  imitar,  siempre  su  inalterable  lema, 


la  honradez,  la  lealtad,  el  valor  político  y  militar,  el  pun- 
donor, y  los  timbres  que  conquistaron  para  nuestra  Ciudad, 
de  Avila  del  Rey,  Avila  de  los  Leales,  Avila  de  los  Ca- 
balleros. 

Que  V.  E.  emule  los  honrosos  servicios  de  sus  benemé- 
ritos antepasados;  que  sepa  inspirar  sus  virtudes  cívicas 
á  la  juventud,  que  á  su  lado  se  educa,  siempre  ansiosa  de 
nombre  y  aura  popular,  son  mis  constantes  deseos:  y  para 
que  se  realicen  por  los  dechados  de  tan  distinguidos  varo- 
nes como  en  todas  edades,  estados  y  condiciones  brillaron, 
he  escrito  su  verdadera  Historia. 

Acójala  V.  E.  con  ánimo  elevado  y  generoso ,  como 
ardientemente  se  lo  ruega  su  paisano  y  amigo, 

Juan  Martin  Carramolino. 

Madrid  1."  de  As:osto  de  1872. 


ARTICULO  DESCRIPTIVO  DE  AVILA. 


DE   LA  POSICIÓN    TOPOGRÁFICA, 

VISTAS  Y  HORIZO.NTES  DE  LA  CIUDVD. 


Está  asentada  Avila  á  lo  larg-o  de  una  elevada  y 
bastante  ancha  colina,  con  inclinación  al  O.,  la  cual 
arrancando  del  ramal  de  las  montañas  que  se  des- 
prenden de  Guadarrama,  ala  derecha  del  camino  que 
desde  Madrid  conduce  á  la  Ciudad,  y  que  conocemos 
con  el  nombre  de  Sierra  de  Malagon,  paralela  á  la  de 
Ojos-albos,  viene  á  concluir  al  Occidente  de  ella  con 
rápido  descenso  en  el  cauce  del  Adaja,  hasta  donde 
llegan  sus  murallas.  Sus  arrabales  están  situados 
en  las  faldas  de  la  misma  colina,  y  participan  del 
terreno  llano  y  bajo,  que  es  el  asiento  de  sus  dos  pin- 
torescos valles.  El  del  N.  por  lo  estrecho  y  tortuoso 
no  ha  tomado  nunca  este  nombre,  porque  es  más 
bien  solamente  una  cañada.  Nosotros  no  titubearía- 
mos en  llamarle  Valle  de  los  Santos:  tan  conocidos, 
grandes  y  tantos  son  los  que  le  han  santiñcado  con 
sus  plantas  en  distintos  siglos,  desde  el  convento  de 
San  Antonio  hasta  la  iglesia  de  San  Segundo  del 
Adaja.  Principia  en  el  histórico  y  siempre  memora- 
ble sitio  de  las  Hervencias,  y  abrazando  el  convento, 


422  HISTORIA    DE    AViLA. 

huerta  j  linda  alameda  que  faeron  de  San  Antonio, 
todo  el  anchuroso  espacio  del  de  San  Francisco ,  la 
feligresía  de  San  Andrés  y  las  ermitas  de  San  Mar- 
tin y  Nuestra  Señora  de  la  Cabeza,  á  cu^^o  frente  y 
cerrando  este  valle  por  el  N.  se  halla  el  convento  de 
la  Encarnación,  de  carmelitas  calzadas,  fenece  en 
el  declive  que  baña  la  orilla  derecha  del  rio.  La 
])erspectiva  que  presenta  esta  faja  de  la  Ciudad  al 
que,  colocado  en  los  antepechos  de  las  puertas  del 
Mariscal  ó  del  Carmen,  tiende  la  vista  por  todo  el 
horizonte,  es  ciertamente  bella  por  el  contraste  de 
las  diversas,  aunque  pequeñas  alamedas  que  se  des- 
cubren en  el  valle,  el  arrabal  circuido  de  huertas  y 
prados,  los  templos  que  se  elevan  en  sus  extremos, 
y  en  último  grado  los  montes  que  se  destacan  en 
parda  lontananza. 

Pero  todavía  es ,  si  no  más  risueña ,  mucho  más 
magnífica,  y  ensancha  grandemente  el  ánimo,  la  que 
presenta  toda  la  línea  meridional  de  la  Ciudad,  bien 
se  la  observe  desde  el  paseo  de  San  Roque,  bien 
desde  el  del  Rastro;  porque  siendo  más  despejada  la 
descendente  posición  de  los  barrios  de  San  Nicolás, 
Santiago  y  las  Vacas,  cuyas  tres  iglesias  los  embe- 
llecen, apareciendo  en  la  punta  más  oriental  el  sun- 
tuoso Real  convento  de  Santo  Tomás ,  de  religiosos 
tlominicos,  y  como  bajo  los  pies  del  observador  el 
convento  de  monjas  agustinas  de  Nuestra  Señora  de 
Gracia,  su  claro  y  despejado  horizonte  es  ciertamente 
encantador.  Como  un  anchuroso  escabel  de  la  Ciudad 
está  la  dehesa,  que  hasta  hace  treinta  años  era  una 
espaciosísima  pradera,  donde  pastaban  los  ganados 


DESCRirCION  DE  LA  CIUDAD.  4'23 

que  se  destinaban  al  consumo  de  carnes  de  la  pobla- 
ción, y  que  ho3%  repartida  á  censo  entre  los  vecinos. 
va  presentando  la  variada  vista  de  los  distintos  ser- 
vicios agrícolas  á  que  sus  dueños  la  dedican.  A  la 
izquierda  y  á  media  legua  de  distancia  se  ve  la  ele- 
vada y  espaciosa  ermita  de  la  muy  venerada  Virgen 
de  Sonsoles,  á  la  derecha  el  ledo  y  manso  curso  del 
Adaja  entre  frondosos  fresnos,  sauces  y  bardague- 
ras, y  todo  este  risueño  horizonte  que  del  E.  al  O, 
se  dilata  por  ocho  leguas  de  largo  y  cerca  de  dos  de 
ancho,  ocupa  el  llano  y  alegre  valle  Ambles,  sembra- 
do de  muchos  pequeños  pueblos,  cerrándole  por  to- 
dos lados  las  altas,  y  por  muchos  meses  del  año  ne- 
vedas  sierras  de  Avila,  de  Menga  y  de  Villatoro; 
sorprendente  y  grato  panorama  de  que  con  dificultad 
gozan  otras  importantes  poblaciones  de  Castilla. 

DE   SU    POBLACIÓN, 

CONSIDERADA    BAJO    SU   ASPECTO   CIVIL   Y    ECLESIÁSTICO. 


Avila  civil.— Apreciada  de  este  modo,  habremos 
'■de  hablar  de  sus  murallas,  sus  puertas  civiles  y  mi- 
litares, su  alcázar  y  las  antiguas  casas  fuertes  d(í 
sus  repobladores:  de  otras  muy  notables  que  perte- 
necen á  la  ilustre  aristocracia  de  Castilla  ó  á  dis- 
tinguidos propietarios  del  país,  y  de  los  estableci- 
mientos destinados  al  servicio  público  de  la  Ciudad. 

Distribúyense  todos  los  edificios  mencionados  y  el 
resto  del  caserío  en  dos  plazas  de  antiguo  llamadas 


424  HISTORIA  DE    AVILA. 

El  Mercado  Chico,  situada  en  el  centro  de  la  Ciudad 
murada,  y  El  Mercado  Grande,  á  la  cabeza  de  la  más 
importante  parte  de  la  Ciudad  abierta;  en  muchas 
plazuelas,  de  las  cuales  son  las  más  conocidas  las  ti- 
tuladas de  San  Vicente,  de  Sofraga,  de  la  Capilla, 
de  la  Santa,  del  Rastro,  del  Marqués  de  las  Navas, 
de  Santo  Tomé,  de  San  Pedro,  de  las  Paneras  del  Ca- 
bildo y  de  la  Catedral,  y  en  127  calles,  cuyos  nom- 
bres, por  demasiado  conocidos  unos,  y  otros  por 
harto  ignorados ,  seria  tan  prolijo  como  inútil  en 
este  lugar  enumerar  ,  contando  todo  el  casco  de  la 
población  1.336  edificios. 

Sin  embargo,  como  el  Ayuntamiento  se  ocupa 
con  todo  celo  en  el  año  de  1860  en  rectificar  y  mejo- 
rar la  rotulación  de  las  plazas,  plazuelas  y  calles, 
restableciendo  los  alterados  y  corrompidos  nombres 
de  algunas,  sustituyendo  los  chabacanos  é  innobles 
de  otras,  y  honrando  á  muchas  con  los  de  distingui- 
dos avileses,  dignos  de  eterna  memoria;  celebro  sin- 
ceramente la  acertada  ejecución  de  este  laudable 
pensamiento,  en  la  cual  desplegó  un  acertado  celo- 
mi  constante  amigo  el  Sr.  D.  Juan  Clímaco  Sánchez, 
una  de  las  personas  más  estudiosas  y  dedicadas  al 
conocimiento  tradicional  de  la  Historia  de  Avila.  Y 
tan  laboriosa  mejora  ha  hecho,  que  ya  se  conozcan 
con  los  respectivos  nuevos  nombres,  el  antiguo  Mer- 
cado Chico,  de  Plaza  de  la  Constitución ;  el  Mercado 
(írande,  de  Plaza  del  Alcázar;  la  plazuela  de  las  Ofi- 
cinas, con  el  de  los  Cepedas;  la  del  Peso  de  la  Harina, 
de  los  Leales ;  la  del  Medio  Celemín ,  de  Zurraquin 
Sancho ;  la  del  Marqués  de  las  Navas ,  de  Pedro  de 


lESCniI'CiON  DE  LA  CIUDAD.  425 

Avila;  la  del  Palacio  Viejo,  del  Rey  Niño;  la  de  San- 
to Tomé  el  ^'iejo  ó  Paneras  del  Cabildo,  de  Nalvillos; 
la  calle  del  Juego  de  Pelota,  se  llama  del  Tostado;  la 
del  Lomo,  de  Esteban  Domingo;  la  de  Sofraga,  de 
Lope  Nuñez:  de  Bracamonte  se  titula  ahora  la  Bajada 
de  la  Capilla;  del  Conde  D.  Ramón ,  la  del  Horno  del 
Conde ;  de  Blasco  Jimeno,  la  de  los  Pies  de  San  Juao ; 
de  Jimeua  Blazquez,  la  del  Cárcabo  de  la  Santa;  d^ 
Sancho  Dávila,  la  délas  Campanas;  de  los  Lesquinas, 
la  que  fué  de  Santa  Catalina,  y  ñnalmente,  otras  ca- 
lles recuerdan  los  gloriosos  nombres  de  Jimen  Blaz- 
quez, de  Barba-acedo  y  otros  insignes  hijos  do  la  Ciu- 
dad, Provincia  y  Obispado, 

También  tienen  nombres  propios  sus  muchos  y 
agradables  paseos:  unos,  cómodos  y  bien  cuidados; 
otros,  más  agrestes,  pero  no  menos  risueños  y  varia- 
dos. Merecen  particular  mención  el  de  la  linda  Alame- 
da de  San  Antonio,  que  es  el  principal  en  la  estación 
de  verano,  que  en  este  mismo  año  se  ha  descuajado 
de  su  enfermo  y  añejo  arbolado  para  reemplazarle 
con  bellos  jardines,  á  los  que  ya  precede  el  del  Campo 
del  Recreo,  y  subsigue  el  de  la  Fuente  Nueva,  que 
debe  correrse  con  un  pequeñísimo  coste  de  expropia- 
ción hasta  dar  vuelta  al  muy  inmediato  del  camino 
de  ]\íadrid;  desde  el  cual,  arrancando  en  dirección  á 
la  tapia  oriental  del  convento  de  las  Cordillas,  y 
atravesando  el  solitario  de  los  Molinos  de  Viento ,  se 
llega  al  de  San  Roque,  que  es  el  más  cómodo  y  abri- 
gado en  la  larga  y  cruda  temporada  de  invierno.  Vol- 
viendo de  él  á  la  Ciudad  y  atravesando  la  Plaza  del 
Alcázar,  se  entra  en  el  del  Rastro,  que  es,  como  que- 


426  H.SIORIA    DE    AVILA. 

da  dicho,  de  una  encantadora  vista,  y  muy  Lien 
acondicionado,  y  que  concluye  en  la  puerta  de  la 
Santa.  Aquí  pnncipia  ya  el  que  se  conoce  con  el 
nombre  de  la  Ronda,  que  va  siempre  circulando  al 
pié  de  la  muralla  hasta  tocar  en  la  puerta  de  San  Vi- 
cente, y  en  cuya  larga  curva  nacen  otros  muchos  de 
menos  renombre.  En  cambio  de  alguna  molestia  que 
causa  su  desigual  terreno,  al  pimto  que  se  dejan  las 
sendas,  el  pié  roza  con  el  tomillo,  el  cantueso,  la  me- 
jorana y  otras  plantas  de  la  más  agradable  fragan- 
cia; y  estos  paseos  son  los  frecuentados  por  las  gen- 
tes que  huyen  del  bullicio  de  la  sociedad ,  como  el 
que  por  San  Nicolás  y  el  barrio  de  la  Feria  va  á  la 
Calzada  de  Santo  Tomás ;  el  del  camino  de  la  Serna 
por  la  Dehesa:  la  Fuente  de  San  Mateo  en  la  Calza- 
da de  Extremadura;  los  Cuatro  Postes  y  la  Fuente 
de  la  Canaleja  hacia  la  de  Salamanca;  la  Huerta  del 
Moro,  la  Encarnación,  la  Fuente  Buena  y  la  del  Pra- 
dillo,  esta^  dos  á  las  inmediaciones  de  la  carretera 
de  Valladolid,  y  que  en  las  tapias  del  convento  de 
San  Francisco  vienen  á  rematar  y  hacer  un  trivio 
con  el  de  la  Fuente  Nueva,  unido  á  la  alameda  de 
San  Antonio,  que  es  por  donde  comenzamos. 

Avila  eclesiástica. — Bajo  su  aspecto  eclesiásti- 
co ocupará  nuestra  atención  en  primer  lugar  la  Ca- 
tedral, que,  siendo  el  más  suntuoso  templo  del  Obis- 
pado y  uno  de  los  ciertamente  magníficos  de  todo  el 
Reino,  es  á  la  vez  fortaleza  por  su  estructura  y  por 
sus  merecidos  timbres.  En  seguida  daremos  noticia 
de  sus  ocho  parroquias,  San  Pedro,  San  Vicente,  San 


DESCRIPCIÓN  PE  LA  CiLDAD.  427 

Juan,  Santiago,  Santo  Tomó,  Santo  Domingo,  San 
Andréí=;y  San  Nicolás:  de  los  nueve  institutos  de  re- 
ligiosos que  han  existido;  á  saber:  el  de  Nuestra  Se- 
ñora de  la  Antigua,  de  monjes  Benedictinos;  el  de 
Canónigos  Premonstratenses  ó  de  San  Norberto,  titu- 
lado Sancti  iSjñritus:  el  de  PP.  Observantes  del  Orden 
de  San  Francisco;  el  de  Santo  Tomás,  de  Dominicos, 
que  al  mismo  tiempo  fué  Palacio  Real  y  Universidad; 
el  de  San  Silvestre ,  de  Carmelitas  Calzados :  el  de 
Franciscanos  Descalzos  de  San  Pedro  de  Alcántara, 
llamado  de  San  Antonio;  el  de  Monjes  de  San  Jeróni- 
mo; el  de  los  PP.  de  la  Compañía  de  Jesús  ó  de  San 
Ignacio ,  y  el  de  Santa  Teresa,  de  Carmelitas  Descal- 
zos: de  sus  siete  casas  de  religiosas,  que  son,  según 
su  respectiva  antigiiedad,  el  monasterio  de  monjas 
Bernardas,  de  Santa  Ana;  el  de  dominicas,  de  Santa 
Catalina;  el  de  Franciscas  Claras,  de  Santa  María  de 
Jesús,  vulgo  las  Cordillas;  el  de  Agustinas  de  Nues- 
tra Señora  de  Gracia;  el  de  Carmelitas  observantes  ó 
calzadas  con  el  título  de  la  Encarnación;  el  de  Fran- 
ciscas Concepcionistas,  y  el  de  San  José,  primera 
fundación  de  Santa  Teresa  de  Jesús ,  de  Carmelitas 
Descalzas. 

El  sencillo  y  bello  Seminario  Conciliar  de  San 
?>íillan,  las  dos  capillas  con  culto  público  constante, 
•así  la  magnífica  de  la  Anunciación,  llamada  de  Me- 
sen Rubí  de  Bracamonte,  como  la  de  Nuestra  Señora 
de  las  Nieves,  y  la  primitiva  iglesia  episcopal  de  San 
Segundo  á  las  orillas  del  Adaja,  tomarán  también  su 
Pagaren  esta  descripción;  y  por  último,  daremos 
cuenta  délas  19  erm.itas  de  que  hacemos  memoria. 


42<S  HISTORIA    DE    AViLA. 

existentes  ántos  del  año  de  1808,  que  en  el  casco  de 
la  población  eran  las  de  Nuestra  Señora  de  las  Va- 
cas, la  Trinidad,  San  Cristóbal,  San  Benito,  San  Lá- 
zaro, San  Julián,  Santa  Cruz,  San  Esteban,  San  Mi- 
guel y  el  Humilladero  de  San  Francisco ;  y  en  sus 
inmediaciones  San  Roque ,  Nuestra  Señora  de  las 
Aguas ,  los  Remedios ,  San  Isidro ,  San  Mateo ,  San 
Lorenzo,  la  Virgen  de  la  Cabeza,  á  la  que  está  con- 
tiguo el  cementerio;  San  Martin,  y  el  Resucitado: 
reservando,  para  conclusión  de  este  estudio,  liacer 
muy  singular  recuerdo  del  santuario  en  que  á  media 
legua  de  la  Ciudad  se  venera  con  particularísima 
devoción  á  la  Virgen  Madre  de  Dios,  bajo  la  advoca- 
ción de  Nuestra  Señora  de  Sonsoles. 

Así,  pues,  comencémosle  por  la  parte  política  ó 
civil  de  la  Ciudad. 

LA  MURALLA, 

sus  PUERTAS  CIVILES    Y  MILITARES,    EL   ALCÁZAR,    LA   CATEDRAL 
COMO  FUERTE,  Y  CASAS  DE  LOS  REPOBLADORES. 


Ya  liabia  yo  acabado  hace  muchos  años  la  des- 
cripción de  las  murallas,  puertas  militares  y  alcázar, 
sostenido  tan  sólo  en  las  respetables  autoridades  del 
viajero  inglés  (1)  Ricardo  Ford,  el  cual  asegura  ser 

(1)    A  II.inf]-book  for  Iravellers  Manual  para  lis  viajeros  por  Es- 

in  Spain  — Seconrl  edition  entirt'Iy  paña.   Segunda  edición    completa- 

reviáed  vith  great  additions  and  al-  mente  revisada,  con  muchas  adicio  • 

leralions.  nes  y  correcciones. 

«Quien  dice  España  dice  todo.»  «Quien  dice  España  dice  todo.» 

r.ondon,  .Ilion  Murray,  Alber-  En  Londres,  por  Juan  Murray, 

male  Street,  1847.  calle  Albermale,  1847. 


DESCRirCiON  DE  LA  CILP-An.  429 

la  muralla  de  Avila  «im  glorioso  monumento,  quizá 
»el  más  perfecto  y  más  bellamente  concluido  y  con- 
» servado  en  toda  Europa  de  los  de  la  Edad  Media,  y 
«que  llama  agradable  y  sorprendentemente  la  aten- 
»cion  de  los  aficionados  á  las  bellas  artes,»  y  del 
sabio  arquitecto  Jorge  Edmundo  Street  (1),  que  afir- 
ma «que  de  las  muchas  antiguas  fortificadas  ciu- 
«dades  que  ha  visto  en  España,  Avila  es  la  más 
«completa; »  cuando  en  la  última  primavera  tuve  oca- 
sión de  departir  un  gran  rato  sobre  este  asunto  con 
mi  muy  querido  amigo  el  ilustrado  Comandante  ca- 
pitán de  ingenieros .  Sr.  D.  Cándido  Ortiz  de  Pinedo 
y  Blaisse,  propietario  en  la  Provincia,  y  hoy  al  cui- 
dado de  su  patrimonio  en  esta  ciudad.  Eoo-uéle  me 
hiciese  el  favor  de  consignar  por  escrito  las  lumi- 
nosas ideas  científicas  que  en  nuestra  conversación 
emitió,  y  su  primer  respuesta  fué  negarse  rotunda- 
mente á  ello ,  por  la  fundadísima  razón  de  carecer 
en  aquel  momento  de  libros ,  planos ,  cartas ,  ins- 
trumentos y  demás  medios  necesarios  para  hablar 
facultativamente  de  tan  interesantes  obras;  cosa  bien 
distinta,  en  verdad,  que  enunciar  cuatro  generalida- 
des, admisibles  sólo  en  una  conferencia  casual.  Yo 
insistí  de  nuevo,  le  pedí,  le  supliqué,  le  conjuré  por 


(1)    Some    Account    of   Golhic  Apunips  varios  sobre  la  Arqui- 

Architeriure    in   Spain   by    Gcorge  tnclura  G.Uica  en  España  ,  por  Jorge 

lidmunil  Slroct.  F.  S.  A.  aullior  «üf  Kdmundo  Slreet  F.  S.  A.  Autor  de 

brick    and   niarble   arcbiteclure  of  la  ^Arquiti'iiura  con  ladrillo  y  inJr- 

Italy.v  mol  de  ilalia.» 

«The  oíd  pallis  where  is  the  good  «Inquirid  de  las  antiguas  sendas  cuál 

way.»  sea  el  buen  camino.» 

Jeremías,  vi,  16.  Jeremías,  vi,  16. 

London  186'),  Jhon  Murray,  Ai-  Londres,  por  Juan  Murray ,  caite 

bermale  Slreet.                      '  Albermale,  l8G.j. 


430  HISTORIA    DS    AVILA. 

la  mejor  suerte  de  Avila,  á  la  cual  tanto  quiere,  pues 
desde  su  niñez  puede  llamarse  hijo  de  ella,  y  por  fin 
conseguí  que ,  desprovisto  como  se  hallaba  de  todo 
elemento  científico,  se  comprometiese  á  escribir,  fia- 
do sólo  á  su  memoria,  y  por  la  simple  inspección 
ocular  de  los  objetos,  y  á  darme  los  apuntes  de  que 
voy  á  hacer  oportunísimo  uso :  con  lo  cual  reem- 
plazo mi  descripción,  tan  ajena  á  los  conocimientos 
de  arquitectura  y  fortificación ,  daré  un  buen  rato  á 
las  personas  entendidas  do  dentro  y  fuera  de  Espa- 
ña, y  mi  caro  amigo  ha  hecho  un  gran  servicio  á  mi 
monumental  y  artística  patria. 

Muralla.— La  situación  de  la  fortaleza  de  Avila 
es  análoga  á  la  de  la  mayor  parte  de  las  plazas  de 
guerra  anteriores  al  uso  de  las  armas  de  fuego:  bus- 
cábanse entonces  con  ahinco  para  su  emplazamiento 
aquellas  localidades  (comunes  en  nuestro  país)  que, 
dominando  un  curso  de  agua  suficiente  al  abasteci- 
miento de  los  habitantes ,  y  próximas  á  sus  mejores 
terrenos  de  cultivo,  poseyesen  trozos  escarpados  ó 
rápidas  pendientes  sobre  que  levantar  los  muros,  di- 
ficultando así ,  y  haciendo  á  veces  impracticable  su 
acceso,  tanto  á  las  escaladas  de  viva  fuerza,  cuanto 
á  las  máquinas  de  toda  especie,  empleadas  en  los 
ataques  industriosos. 

Entonces,  como  en  nuestro  siglo,  era  gran  venta- 
ja poder  reducir  considerablemente  la  parte  atacable 
de  las  plazas,  porque  limitándose  á  cerrar  y  vigilar 
el  resto  de  su  perímetro  fortificado,  podían  acumularse 
sobre  el  frente  de  ataque  cuantos  medios  de  defensa 
activa  y  pasiva  tuviesen  á  su  alcance  los  sitiados. 


rK?(RirC5í).N   liK   I.A  CILOAI).  431 

Construida  sobre  una  roca  de  granito,  Avila  res- 
ponde á  estos  primeros  principios  militares  de  la  an- 
tigüedad; su  trazado  forma  un  prolongado  trapecio, 
cuyo  lado  menor  se  extiende  en  la  parte  más  baja, 
dominando  el  curso  del  rio ,  j  su  angosto  puen- 
te de  piedra:  de  este  frente  arrancan  dos  lincas  di- 
vergentes, que  siguiendo  las  sinuosidades  de  dos 
crestas  graníticas,  llamadas  en  el  país  Riscas,  se 
remontan  hasta  abrazar  lo  alto  de  una  planicie ,  que 
contiene  el  casco  principal  de  la  Ciudad-;  esta  se 
cierra  con  otra  línea  de  defensa  casi  recta,  para- 
lela al  frente  opuesto,  más  extensa  que  aquel,  y  que 
corre  por  terreno  llano  y  accesible.  Este  frente,  como 
naturalmente  indicado  para  el  ataque ,  contiene  las 
más  formidables  obras  de  defensa;  y  en  el  tuvieron 
indudablemente  lugar  los  acontecimientos  históri- 
cos y  tradicionales  en  que  figuran  los  muros  de 
la  Ciudad. 

La  organización  de  las  fortificaciones  en  lo  gene- 
ral de  la  muralla,  es  completamente  uniforme,  así 
como  su  sií^tema  de  construcción,  indicando  haber 
sido  levantada,  si  no  de  una  sola  vez,  por  lo  menos 
en  una  misma  época.  Constitúyenla  lienzos  ó  corti- 
nas rectas  y  almenadas ,  flanqueadas  por  88  cubos  ó 
torres  salientes  redondeadas ;  estos  torreones  están 
adheridos  á  las  cortinas  por  sus  golas,  y  son  mucho 
más  elevados  que  aquellas;  disposición  que,  ademas 
de  permitir  el  flanqueo  de  las  escarpas,  domina  y  de- 
fiende eficazmente  los  adarves  ó  terraplenes  del  re- 
cinto. La  altura  de  la  muralla,  así  como  la  de  las 
torres  flanqueantes,  varia  con  lo  accesible  del  terreno 


432  HISTORIA    DE    AVILA. 

ÍDinediato,  y  los  escarpes  que  la  forma  de  la  roca 
permitió  hacer  á  su  pié,  para  aumentar  la  elevación 
por  este  medio ,  el  cual  probablemente  proporcionó 
también  á  la  mano  mucha  parte  de  los  materiales 
empleados  en  la  construcción. 

Súbese  á  la  muralla  por  escaleras  de  piedra,  ado- 
sadas á  sus  paramentos  interiores ,  y  desde  esta  á  la 
plataforma  superior  de  las  torres .  por  escaleras  que 
arrancan  de  sus  golas,  abiertas  en  el  macizo  de  la 
misma  torre,  é  invisibles  por  lo  tanto  para  el  sitia- 
dor: los  muros  y  torres  son  macizos,  los  paramentos 
son  de  gruesa  y  bien  cajeada  manipostería,  y  de 
hormigón  ordinario,  mezclado  con  piedra  gruesa, 
todo  el  relleno. 

Notable  esta  muralla  por  sus  altos  torreones, 
buena  construcción  y  guerrero  aspecto,  lo  es  mucho 
más  por  su  maravilloso  estado  de  conservación,  que 
no  alcanza  otra  obra  de  su  tiempo:  todos  los  relieves 
son  verticales,  sin  talud,  resalte  ni  contrafuerte  al- 
i^uno;  y,  sin  embargo,  endurecido  el  mortero  hasta 
el  punto  de  ser  su  cohesión  mayor  que  la  de  la  pie- 
dra que  traba,  y  la  roca  sobre  que  insiste,  ha  desafia- 
do hasta  ahora,  no  sólo  el  trabajo  de  los  siglos,  sino 
la  destructora  mano  de  los  hombres;  pudiendo  ase- 
gurarse que  si  no  ha  sido  reducida  en  todo  ni  en  par- 
te á  materiales  para  las  edificaciones  particulares,  lo 
debe  á  que  es  más  fácil  y  barato  romper  las  rocas 
que  la  rodean,  que  arrancar  de  sus  lechos  seculares 
las  piedras  que  la  constituyen.  Sólo  así  se  compren- 
de que ,  á  través  de  tantas  convulsiones  como  han 
agitado  á  esta  desgarrada  patria,  exista  casi  intacta. 


DESCRIPCIÓN  Í>E  LA  CiÜOA!).  433 

cuando  en  algunos  parajes  ha  venido  á  sor  un  verda- 
dero estorbo  para  la  población  desarrollada  extra- 
muros. El  almenado  la  corona  con  sus  calados  fes- 
tonas, como  en  los  primeros  tiempos  de  su  vida;  y 
han  padecido  más  los  escarpes  tallados  á  su  pió  en  la, 
dura  roca,  que  la  fábrica  m.isma  de  los  muros,  porque 
la  descomposición  espontánea  del  granito  expues- 
to á  la  intemperie ,  fenómeno  bien  conocido,  produc<3 
ya  algunas  importantes  socavaciones ,  que  de  seguir 
en  el  actual  abandono,  acabarán  por  acarrear  desplo- 
mes, faltando  la  roca,  no  la  obra  de  nuestros  abuelos. 
Puertas.  Cuéntanse  nueve  puertas  y  algunas 
poternas  en  el  recinto  fortificado;  de  ellas  tres  se 
abren  en  el  frente  atacable,  dos  en  el  del  Norte,  una 
en  el  que  defiende  el  rio,  y  las  restantes  en  el  frente 
del  Sur:  ninguna  de  estas  obras,  en  los  tres  frentes 
naturalmente  defendidos,  tiene  otra  importancia  que 
la  de  simples  salidas  para  los  usos  ordinarios.  Si 
bien  varias  de  ellas  parecen  haber  sido  abiertas  en 
el  siglo  XVI,  tal  vez  para  satisfacer  nuevas  exigen- 
cias de  la  vida  civil,  las  que  se  conservan  tales  como 
debieron  salir  de  las  manos  de  los  constructores  de  la 
plaza,  no  son  sino  pequeños  arcos  abiertos  en  el 
centro  de  las  cortinas ,  defendidos  por  los  torreones 
contiguos,  y  cerrados  con  sólidas  puertas,  cuyos 
quicios  primitivos ,  escávados  en  la  piedra,  sirven 
todavía  para  el  juego  de  las  que  posee  la  Ciudad.  No 
tienen  disposición  militar  ninguna  que  permitiera 
usarlas  durante  el  sitio ,  y  probablemente  estaban 
destinadas  á  resistir  pasivamente,  atrancadas  con 
solidez  ó  muradas  por  el  interior. 

Toxo  I.  28 


434  EISTORJA    DE    AVILA. 

A  esta  misma  especie  pertenece  también  la  cen- 
tral del  lado  ó  frente  atacable,  llamada  vulgarmente 
del  Peso  de  la  Harina ,  á  causa  sin  duda  de  un  ediñ- 
cio  moderno  adosado  á  ella ,  y  que  la  oculta  por  el 
exterior;  pero  en  los  dos  costados  de  este  frente,  j 
destinadas  indudablemente  á  la  defensa  activa  y  á 
dar  paso  á  las  reacciones  ofensivas  en  cualquiera 
época  del  sitio,  se  levantan  imponentes  é  intactas  dos 
admirables  puertas  militares,  únicas  en  su  gónero,  y 
que  merecen  muy  singular  mención. 

Puertas  militares.  Son  las  llamadas  de  San 
Vicente  y  del  Alcázar:  estas  puertas,  tan  preciosas 
por  su  esmerada  construcción  como  por  la  perfección 
de  sus  disposiciones  defensivas  y  sus  extraordinarias 
dimensiones,  son  ademas  inapreciables  como  monu- 
mentos arqueológicos  para  el  estudio  de  la  arquitec- 
tura militar  de  la  Edad  Media.  Si,  como  suponen  per- 
sonas entendidas  en  esta  clase  de  estudios ,  datan  de 
la  época  de  las  murallas ,  cuya  misma  construcción 
tienen,  es  decir,  de  fines  del  siglo  xi,  no  hay  en 
Europa  otros  ejemplares  contemporáneos:  todas  las 
puertas  militares  de  los  siglos  inmediatamente  an- 
teriores y  posteriores  que  existen  se  hallan  en  tal 
estado  de  deterioro,  ó  han  sufrido  tantas  modifica- 
ciones ,  que  el  arqueólogo  se  ve  obligado  á  recons- 
truirlas con  gran  trabajo,  para  venir  en  conocimien- 
to de  su  organización  primitiva :  las  de  Avila  están, 
intactas ;  ni  una  piedra  saliente ,  ni  una  almena  les 
falta;  y  como  después  veremos,  si  los  rudos  guerre- 
ros de  la  Recjnquiíta  no  levantaron  muros  tan  per- 
fectos como  loí  rC'mnios,  ni  desplegaron  los  ingenio- 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  CIUDAD.  435 

SOS  medios  de  ataque  que  estos  empleaban  en  sus 
campañas,  no  fué  por  falta  de  conocimiento  de  la  an- 
tigua poliorcética,  pues  las  puertas  que  nos  ocupan 
ostentan  todavía,  con  sus  más  minuciosos  detalles, 
las  últimas  perfecciones  que  jamas  alcanzaron  estas 
construcciones,  hasta  el  cambio  radical  que  la  arti- 
llería produjo  en  el  arte  de  fortificar  las  plazas  de 
guerra. 

Para  que  aquellos  de  nuestros  lectores  á  quienes 
no  sea  familiar  el  antiguo  arte  de  la  guerra  puedan 
formar  una  idea  del  valor  que  en  su  tiempo  tuvieron 
estas  dos  puertas ,  haremos ,  antes  de  describirlas, 
algunas  ligeras  indicaciones  acerca  de  lo  que  fue- 
ron en  general  esta  clase  de  defensas ,  permitiéndo- 
nos extractar  el  trabajo  de  un  ilustre  escritor  mili- 
tar belga. 

Para  fortificar  las  puertas,  dice,  convirtióse  su 
entrada  en  un  tortuoso  desfiladero,  flanqueado  por 
muros  aspillerados,  y  cubierto  por  una  bóveda,  que 
servia  de  suelo  á  un  segundo  piso:  disponiendo  aber- 
turas en  este  suelo,  se  creaban  matacanes ,  por  los' 
cuales  se  hacían  llover  dardos ,  piedras ,  aceite  hir- 
viendo y  cuantos  objetos  pueden  herir  ó  matar,  so- 
bre la  cabeza  de  los  temerarios  que  osasen  forzar  el 
paso.  Estaba  cerrado  ademas  del  lado  de  la  plaza  por 
gruesas  puertas  de  madera ,  chapeadas  de  bronce  ó 
hierro  ai  exterior,  y  sujetas  por  un  fuerte  barrote  de 
madera,  encajado  por  ambos  extremos  en  las  mani- 
posterías. Hacia  la  campaña  por  una  reja  de  hierro  ó 
puerta  de  madera  armada  por  abajo  con  fuertes  pun- 
tas de  hierro,  que  resbalaba  por  ranuras  verticales. 


436  HISTORIA     1>E    AVILA. 

Este  cierre,  llamado  rastrillo  {pectern),  estaba  ordi- 
nariamente suspendido,  y  caia  detrás  del  enemigo 
que  se  arriesgaba  á  pasar,  encontrándose  así  encer- 
rado en  un  estrecho  espacio,  donde  recibíala  muerte 
sin  defensa  ni  esperanza  de  salida. 

Con  el  tiempo,  pero  mucho  más  tarde,  se  perfec- 
cionó aún  este  medio ,  sustituyendo  los  órganos  al 
rastrillo :  este  último  podia  ser  detenido  en  su  caida 
por  un  carro  ú  otro  objeto  voluminoso,  dejando  pasos 
laterales  abiertos :  se  reemplazó  el  rastrillo  de  una 
pieza  por  "vigas  justapuestas,  pero  con  movimientos 
independientes;  de  suerte  que  si  las  unas  eran  dete-^ 
nidas  en  su  marcha,  las  demás  no  dejaban  de  bajar 
hasta  el  suelo,  cerrando  el  paso  por  los  lados  de  la 
masa  interpuesta.  El  nombre  de  órganos  aplicado  á 
esta  defensa,  viene  sin  duda  de  la  analogía  entre  la 
disposición  de  las  vigas  y  la  de  los  cañones  del  ins- 
trumento de  aquel  nombre.   Las  puertas  estaban 
ademas  casi  siempre  flanqueadas  por  torres  á  dere- 
cha é  izquierda,  cuando  el  paso  no  estaba  practicado 
en  la  torre  misma. 

Hechas  estas  indicaciones  preliminares,  daremos 
una  idea  de  la  superior  disposición  de  las  dos  gran- 
des puertas  de  Avila,  aunque  incompleta,  como  ne- 
cesariamente lo  ha  de  ser  sin  el  auxilio  del  dibujo. 
Las  dos  son  tan  semejantes,  que  bastará  describir 
una  de  ellas,  haciéndonos  cargo  de  pasada  de  las  li- 
geras diferencias  que  las  distinguen. 

La  puerta  de  San  ^-'Ícente  está  situada  en  el  cen- 
tro de  una  parte  de  muralla  retirada  de  la  línea  ge- 
neral de  defensa,  retirada  que  debió  tener  por  objeto 


DESCrxLPCION  DE  LA   CILDAD.  437 

no  tocar  á  la  basílica  del  mismo  nombre,  ya  existen- 
te y  venerada  en  la  época  de  su  construcción;  la  cual 
viene  precisamente  en  prolongación  de  dicha  línea. 
Consta  la  puerta  de  dos  torres  almenadas  que  arran- 
can rectangularmente  del  recinto,  y  cuyos  salientes 
se  redondean  en  semicírculo;  estas  torres  alcanzan 
la  elevación  de  20  metros ,  y  entre  ellas  media  una 
distancia  de  5  metros  y  medio;  de  manera  que  el  hue- 
co intermedio  viene  á  formar  un  callejón,  cuyo  fondo 
cierra  el  espeso  muro,  también  guarnecido  de  alme- 
nas, en  el  cual  esta  practicado  el  arco  ó  puerta  pro- 
piamente dicha:  este  muro  mide  15  metros  de  alto. 
En  la  parte  superior  de  las  torres,  allí  donde  comien- 
za el  redondeo  de  los  salientes,  un  atrevido  arco  las 
une,  y  trasdosado  de  nivel  á  la  altura  de  las  plata- 
formas, sirve  de  comunicación  entre  ambas,  ala  vez 
que  coronado  de  almenas ,  ayuda  eficazmente  á  su 
defensa. 

El  arco  ó  bóveda  de  salida  es  de  medio  punto 
y  4  metros  de  altura  bajo  la  clave;  el  espesor  del 
muro  en  que  esta  abierta  es  de  7  metros ,  de  modo 
que  viene  á  formar  un  segundo  callejón  que  se  divi- 
de en  tres  partes.  La  que  mira  al  exterior  servia  es- 
pecialmente para  el  juego  de  una  primera  puerta  cu- 
yos quicios ,  existentes  aún ,  desempeñan  el  mismo 
oficio  en  las  puertas  de  madera  que  posee  la  Ciudad: 
en  la  bóveda  que  cubre  esta  parte,  y  hasta  la  ranura 
destinada  al  órgano,  hay  una  gran  abertura  cuadra- 
da, sobre  la  cual,  y  á  manera  de  chimenea,  se  levan- 
ta hasta  la  plataforma  del  muro  un  revestimiento  que 
la  convierte  en  pozo,  abierto  por  sus  dos  extremos; 


438  mSTORiA    DE    AViLA. 

por  él  se  arrojaban  sobre  los  asaltantes  las  piedras  y 
líquidos  hirvientes.  En  los  costados  de  esta  misma 
parte  desembocan  dos  galerías  reservadas  en  el  es- 
pesor del  muro,  y  que  corren  dentro  de  él  en  sentido 
longitudinal:  estas  galerías  tenían  por  objeto  hosti- 
lizar al  enemigo  por  ambos  flancos ,  al  mismo  tiempo 
que  por  el  pozo  vertical  se  le  ofcndia :  es  probable 
que,  á  pesar  de  hallarse  bastante  altas,  sus  bocas  es- 
tuviesen cerradas  por  rejas  de  hierro;  pero  hoy,  por 
motivos  sin  duda  de  policía  urbana ,  están  muradas; 
por  lo  que  no  es  posible  examinar  sus  disposiciones 
interiores. 

La  parte  central  del  callejón  que  forma  la  puer- 
ta ,  contiene  la  ranura  para  el  juego  de  subida  y  ba- 
jada del  órgano,  y  tiene  un  ancho  de  cuarenta  cen- 
tímetros; de  frente  abraza  todo  el  arco,  subiendo 
hasta  desembocar  á  cielo  descubierto  en  el  adarve, 
desde  el  cual  se  dejaba  caer  esta  máquina,  suspen- 
dida á  quince  metros  del  suelo :  es  de  notar  que ,  á 
pesar  de  la  estrechez  de  esta  especie  de  estuche  don- 
de se  encerraba  el  órgano ,  puede  la  vista  recorrer 
perfectamente  todo  su  interior;  sin  que  en  tantos  si- 
glos, la  tierra  ó  piedras  desprendidas  de  la  platafor- 
ma, la  hayan  obstruido  en  lo  más  mínimo. 

La  parte  que  mira  al  interior  de  la  Ciudad  estaba 
destinada  al  juego  de  una  tercera  puerta,  cuyos  qui- 
cios han  desaparecido;  viéndose  sólo  una  viga  mo- 
derna engastada  en  la  mampostería,  en  cuya  madera 
hay  excavados  dos  quicios;  pero  ocupa  una  posición 
que  seguramente  no  tuvo  la  puerta  primitiva;  los 
paramentos  de  esta  parte  están  embadurnados  de 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  CIUDAD.  439 

■cal  y  restos  de  pinturas,  que  no  permiten  yer  las  se- 
ñales que  pudieran  haber  dejado  las  primeras  dispo- 
siciones. 

En  ios  costados  de  las  torres ,  que  forman  la  calle 
que  precede  al  arco ,  existen  cuatro  piedras  ó  canes 
salientes,  cuyas  cabezas  están  carcomidas:  no  nos  es 
posible  asegurar  cuál  fuese  el  objeto  de  estos  silla- 
res, faltando  sus  extremos;  pero  entre  las  diversas 
suposiciones  admisibles ,  nos  inclinamos  á  creer  que 
sirvieron  para  el  juego  de  un  puente  levadizo,  tendi- 
do sobre  un  foso  excavado  delante  del  arco. 

En  la  puerta  del  Alcázar  es  más  perceptible  este 
objeto,  porque  ademas  de  las  cuatro  piedras,  exis- 
ten sobre  el  mismo  arco  otras  señales  en  hueco, 
que  parecen  indicar  los  puntos  de  amarre  de  las 
cadenas. 

La  disposición  general  de  la  puerta  del  Alcázar 
es  la  misma  que  la  de  San  Vicente ,  con  ligeras  va- 
riantes en  las  dimensiones:  la  parte  interior  del  ca- 
llejón de  entrada,  así  como  la  ranura  para  el  órgano, 
son  iguales:  la  abertura  para  el  pozo  vertical  es  me- 
nor, y  las  galerías  laterales  son  más  bajas,  abriéndc- 
se  al  nivel  del  suelo ;  estas  galerías  están  muradas 
también.  En  lo  demás,  ambas  obras  parecen  hechas 
por  las  mismas  manos. 

Sobre  las  almenas  del  arco  que  une  las  platafor- 
mas de  las  torres  flanqueantes  de  esta  última  puerta, 
ondean  hoy  los  colores  de  la  casa  de  Austria ,  clava- 
dos en  la  misma  piedra  que  sostuvo  en  otras  edades 
la  Cruz  del  Redentor,  de  cuyos  brazos  pendiael  mo- 
-Tado  pendón  de  Castilla. 


440  HISTORIA   DE    AVILA. 

Caanto  liemos  descrito  hasta  ahora  existe  en  toda 
la  plenitud  de  su  severa  belleza  militar ;  pero  detras 
(le  la  mole  principal  de  estas  puertas,  existieron 
otras  obras  más  bajas,  que  completaban  con  perfecto 
acaDamiento  el  sistema  empleado,  no  sólo  para  su 
defensa  propia,  sino  también  para  permitir  sin  riesgo 
alguno  para  la  plaza,  la  salida  y  entrada  de  cuerpos 
expedicionarios,  destinados,  ya  para  refuerzo  ó  co- 
municación con  el  exterior,  yapara  reacciones  ofen- 
sivas. La  piqueta  inconsciente  de  los  encargados  de 
emlellecer  la  población  las  ha  hecho  desaparecer,  para 
convertir  en  plazuelas  el  solar  que  ocuparon.  La  que 
corresponde  á  la  puerta  de  San  Vicente  debe  }■  a  ser 
antigua;  y  habiéndose  adosado  á  la  parte  interior  de 
la  muralla  otras  constrncciones ,  no  es  hoy  posible 
calcular  la  forma  que  tuvieron  las  primitivas,  aun- 
que parece  probable  que  su  disposición  fuese  análo- 
ga á  la  que  tuvo  la  puerta  del  Alcázar.  La  primera 
obra  que  existió  detras  de  esta,  debió  ya  ser  modifi- 
cada al  reconstruirse  bajo  el  reinado  de  D.  Felipe  II 
el  Alcázar  que ,  no  sólo  estaba  contiguo  a  la  puerta , 
sino  que  sus  muros  formaban  parte  de  las  defensas 
interiores,  y  en  ellas  tenia  una  de  las  entradas  prin- 
cipales; pero  hasta  hace  pocos  años  ha  existido,  sin 
modificación  sensible,  uno  de  los  muros  primitivos, 
y  un  curioso  arco  que  daba  acceso  al  interior  de  la 
población  civil. 

De  todos  modos,  el  conjunto  de  estas  obras  for- 
maba una  plazoleta,  situada  inmediatamente  detras 
de  la  puerta,  rodeada  de  espesos  muros,  que  debie- 
ron ser  almenados,  y  capaz  de  trescientos  á  cuatro- 


DESCRIPCIÓN  DE   LA  CIUDAD.  441 

cientos  hombres,  apiñados  en  masa;  en  uno  de  sus 
costados  liabia  practicado  un  arco,  en  lugar  escogi- 
do de  manera  que  no  fuese  visible  desde  la  campa- 
ña, aun  abierta  la  puerta  principal.  El  objeto  de  es- 
tas disposiciones  es  manifiesto,  y  sencilla  la  mani- 
obra de  las  puertas  para  las  entradas  y  salidas:  for- 
mado en  masa  compacta  el  grupo  que  liabia  de  salir 
en  presencia  del  enemigo ;  cerrada  todavía  la  puerta 
exterior ,  cerrábase  también  de  modo  segm'O  la  inte- 
rior de  la  plazoleta ,  quedando  completamente  aislada 
la  fuerza  formada  en  ella;  entonces  se  abria  la  puer- 
ta que  daba  ala  campaña:  la  maniobra  inversa  pro- 
tegía la  entrada  de  los  que  intentaban  refugiarse 
dentro  de  la  plaza,  y  aseguraba  á  esta  de  una  sor- 
presa frecuente  en  la  historia  de  los  sitios,  por  en- 
trar revueltos  vencedores  y  vencidos  de  un  combate 
exterior,  encontrando  abierta  una  puerta  para  reco- 
ger los  fugitivos.  La  defensa  propia  de  la  Puerta  mi- 
litar estaba  al  mismo  tiempo  muy  reforzada  con  esto 
verdadero  atrincheramiento,  interior  y  permanente. 
Tales  fueron  y  son  todavía  estos  admirables  y 
grandiosos  monumentos,  donde  se  agotó  el  genio 
militar  de  su  tiempo. 

La  Catedral  como  fortaleza.  Sabido  es  que 
una  de  las  particularidades  de  Avila  consiste ,  no  en 
que  su  iglesia  Catedral  está  fortificada,  sino  en  que 
forma  parte  integrante  del  recinto  de  la  plaza.  En 
efecto:  detras  del  altar  mayor  corre  un  sistema  de 
bóvedas  de  planta  trapezoidal,  que  se  apoyan  en  un 
maro  semicircular,  y  sostienen  la  plataforma  ó  terra- 
plén de  una  inmensa  torre  flanqueante ,  cuya  escarpa 


442  UISTORIA    DE    AVILA. 

está  formada  por  dicho  muro,  almeuado  en  su  coro- 
namiento: una  serie  de  fuertes  canes  de  piedra,  com- 
puestos de  tres  sillares  superpuestos  y  volados  cada 
uno  sobre  su  inmediato  inferior,  sostiene  otro  muro 
también  almenado,  concéntrico  con  el  de  la  torre,  y 
que  deja  entre  ambos  un  espacio  vacío  ó  matacán 
corrido  para  la  defensa  del  pié  de  la  obra:  este  mata- 
can  viene  á  estar  situado  á  la  mitad  de  la  altura  de 
la  torre;  de  manera  que  sus  almenas  son  dominadas 
y  defendidas  por  las  que  corocan  el  torreón,  las  cua- 
les conservan  su  acción  sobre  la  campaña:  bájase  al 
muro  volado  por  una  escalera  que  arranca  de  la  pla- 
taforma superior,  á  la  cual  vienen  á  parar  los  bota- 
reles  del  ábside  de  la  nave  central  de  la  iglesia ,  sin 
obstruir  el  terraplén  defensivo.  Sobre  el  muro  inte- 
rior del  templo,  concéntrico  con  los  ya  indicados,. 
y  que  rodea  al  altar  mayor,  se  levanta  por  el  ex- 
terior otra  torre  almenada  en  todo  su  perímetro, 
que  desde  gran  altura  domina  y  bate  la  plataforma 
del  torreón  principal:  de  modo  que  el  conjunto  del 
cubo  presenta  á  la  campaña  un  colosal  torreón  de 
cincuenta  metros  de  diámetro ,  con  tres  ordenes  de 
aloienas,  y  el  matacán  corrido:  es,  por  lo  tanto,  la 
pieza  principal  del  recinto ,  y  ocupa  próximamente 
el  centro  del  frente  de  ataque ,  en  cuyos  dos  extre- 
mos están  situadas  las  puertas  de  que  antes  nos  he- 
mos ocupado.  Esta  torre  da  un  saliente  mucho  ma- 
yor que  las  demás,  y  por  esta  causa  permite  que 
desde  él  pueda  vigilarse  todo  el  frente  atacable;  en- 
clavado en  el  recinto,  todo  el  torreón  es  exterior  á  la 
muralla;  mientras  que  el  resto  de  la  Catedral  está 


DESClilFClOX  DE  LA  CIUDAD.  443 

dentro  del  perímetTO  íortiñcado;  su  ábside,  torres,  y 
c llantos  lugares  pudieron  proporcionar  un  adarve  en. 
que  situarse  los  defensores ,  estuvieron  ó  están  aún 
coronados  de  almenas  y  otras  disposiciones  defensi- 
vas ;  dando  al  exterior  de  la  iglesia  un  aspecto  que 
la  asemeja,  más  bien  á  un  vasto  alcázar,  que  á  un 
templo  consagrado  á  la  oración  y  al  recogimiento. 

Esta  principal  parte  de  las  defensas  de  la  plaza, 
es,  á  no  dudarlo,  mucho  más  moderna  que  la  mura- 
lla, como  lo  es  el  actual  templo:  no  sólo  su  estilo  ar- 
quitectónico y  su  modo  de  constraccion  lo  demues- 
tran ,  sino  que  lo  evidencia  la  colocación  de  la  torre 
flanqueante.  Las  demás  del  recinto  están  situaias 
entre  sí  á  la  distancia  calculada  como  necesaria 
para  el  flanqueo  eficaz,  dado  el  alcance  de  las  armas 
arrojadizas  de  la  época;  de  manera  que,  si  no  son 
exactamente  de  igual  longitud  las  cortinas,  sólo  va- 
rían entre  los  pequeños  límites  que  exigieron  las 
desigualdades  del  terreno :  en  el  torreón  de  la  Cate- 
dral hubiera  podido  obtenerse  la  misma  regularidad 
para  las  cortinas  contiguas ,  si  se  hubiese  construido 
al  tiempo  de  la  muralla;  nada  más  fácil :  pero  levan- 
tado después,  habia  de  alterar  necesariamente  la  pri- 
mitiva y  conveniente  uniformidad,  como  en  efecto 
sucede.  Las  dos  torres  ordinarias  que  á  sus  costados 
existen,  están  entre  sí  á  una  distancia  igual  á  la 
longitud  de  dos  cortinas,  más  el  grueso  de  una  torre; 
el  gran  torreón  ocupa  casi  todo  este  espacio,  dejan- 
do sólo  entre  él  y  las  torres  referidas  dos  exiguas 
cortinas  desiguales,  de  las  que  la  una  mide  unos  dos 
metros,  sin  más  misión  que  la  de  cerrar  el  claro:  so 


444  HISTORIA    DE    AVILA. 

comprende,  pues,  á  primera  vista,  que  el  recinto  cor- 
ria  primitivamente  con  su  natural  regularidad,  cuan- 
do el  nuevo  torreón  exigió  el  derribo  de  una  torre  y 
la  mayor  parte  délas  cortinas  colaterales,  cuyo  lu-' 
gar  ocupó  con  su  vasta  mole. 

Casas  de  los  repobladores.  Hasta  aquí  todas 
las  fortificaciones  someramente  descritas,  si  bien  no- 
tabilísimas ,  no  salen  del  círculo  conocido ,  donde  se 
encierran  y  giran  los  medios  de  defensa,  que  consti- 
tuían el  arte  de  los  antiguos :  y  aunque  poco  puede 
reconocerse  del  Alcázar,  que,  arruinado  y  reconstrui- 
do varias  veces,  y  convertido,  por  último,  en  cuartel 
y  casas  particulares,  no  conserva  ninguno  de  sus  ca- 
racteres primitivos,  puede,  sin  embargo,  asegurarse 
que  su  trazado  y  defensas  estuvieron  dentro  de  los 
mismos  límites;  pero  tuvo  esta  plaza  singular  una 
organización  interna  en  sus  viviendas,  ó  á  io  menos 
en  las  de  los  Señores  y  Pobladores,  que,  acrecentando 
de  un  modo  extraordinario  su  fuerza  defensiva,  cons- 
tituye una  especial  idea  de  la  fortificación ,  que  no 
sabemos  haya  sido  propuesta,  ni  menos  aplicada,  en 
otras  fortalezas  anteriores  á  la  introducción  de  la  ar- 
tillería en  los  ejércitos.  Para  encontrar  algo  pareci- 
do, es  preciso  llegar  hasta  el  más  moderno  arte  de 
fortificar  las  plazas;  y  aun  así,  á  pesar  de  ingeniosas 
invenciones,  nunca  se  consiguió  el  mismo  objeto  de 
un  modo  tan  eficaz,  tan  sencillo  y  completo,  y  sobre 
todo,  tan  seguro  en  la  práctica,  por  hallarse  en  per- 
fecta armonía  con  la  manera  de  vivir  y  guerrear  de 
aquella  sociedad. 

Las  casas  ó  castillos  de  los  Señores,  la  del  Obis- 


DESCRirCIOX  DE   LA  CIUDAD.  445 

po,  la  Catedral,  el  Alcázar  Real,  y  de  cuantas  enti- 
dades personal  ó  colectivamente  poseían  un  poder 
militar,  fueron  construidas  formando  un  cordón  pa- 
ralelo al  interior  de  la  muralla,  que  seg-uia  todo  el 
recinto,  menos  en  la  parte  baja,  donde  ni  el  terreno 
era  á  propósito  para  tales  viviendas,  ni  presumible 
el  ataque ,  por  lo  inabordable  de  la  muralla ;  estas 
casas  estaban  fortificadas  hacia  el  interior  de  la  po- 
blación; naciendo  de  su  conjunto  una  especie  de  re- 
cinto vuelto  al  centro,  donde  estaban  las  casas  de  los 
simples  moradores:  cuyo  recinto,  así  podia  defender- 
se contra  un  enemigo  que  hubiese  penetrado  por  al- 
gún punto  en  el  interior  de  la  Ciudad,  como  imponer 
á  los  habitantes  en  el  caso,  no  raro,  de  agitaciones 
populares.  De  todas  las  casas  fuertes  partían  muros 
divisorios,  que  llegaban  hasta  la  muralla;  los  cuales, 
íil  par  que  las  aislaban  entre  sí,  cerraban  á  sus  es- 
paldas los  huertos  y  jardines  que  las  servían  de  des- 
ahogo; de  manera,  que  cada  una  de  estas  casas  tenia 
detras  su  jardín,  cuyos  lados  eran  dos  muros  diviso- 
rios y  el  trozo  de  muralla  entre  ambos  comprendido: 
esta  disposición  es  hoy  perfectamente  visible,  á  pesar 
de  las  múltiples  transformaciones  que  los  siglos  han 
traído  en  pos  de  sí :  todavía  muchas  de  aquellas  ca- 
sas están  en  poder  de  los  grandes,  sucesores  de  las 
casas  repobladoras;  y  aunque  unas  en  ruina,  reedifi- 
cadas bajo  otra  forma,  y  destinadas  á  otros  servicio'? 
las  más,  conservan  algunas  su  primera  fortificación, 
y  todas  la  situación  primitiva;  subsistiendo  en  no  po- 
cas los  jardines  y  trozos  de  muralla  que  les  cupieron 
en  suerte.  Las  que  hoy  poseen  los  marqueses  de  So- 


446  HISTORIA    DE    AVILA. 

fraga.  Torre- Arias  y  Bracamonte,  son  de  estas  últi- 
mas: las  dos  unidas  que  pertenecen  al  duque  de 
Ábranles ,  si  bien  reconstruidas  en  su  interior ,  con- 
servan los  muros  almenados ,  sus  puertas  fortifica- 
das, y  otras  disposiciones  defensivas  y  aún  intactas, 
que  permiten  juzgar  del  carácter  que ,  poco  más  ó 
menos,  debieron  tener  las  demás. 

Si  en  todas  épocas  la  rapidez  y  precisión  de  las 
maniobras  ba  sido  una  de  las  más  necesarias  condi- 
ciones para  obtener  la  victoria,  en  aquellos  tiempos, 
en  que  al  servicio  militar  faltaba  la  regularidad  per- 
fecta que  le  ban  dado  los  ejércitos  permanentes ,  las 
sorpresas  y  estratagemas  de  toda  especie,  eran  de  un 
uso  é  importancia  infinitamente  superior  á  la  que 
conservan  en  nuestro  siglo.  Así,  los  medios  que  con 
preferencia  se  intentaban  para  apoderarse  de  las  pla- 
zas, eran  las  sorpresas  á  viva  fuerza;  las  escaladas 
nocturnas:  la  entrega  de  una  puerta,  por  inteligencias 
con  los  encargados  de  su  guarda;  y  en  una  palabra, 
todo  golpe  de  audacia,  que  pudiese  coger  despreve- 
nidos á  los  defensores  y  desguarnecida  la  muralla. 
Compréndese  fácilmente,  que  todo  aquello  que  con- 
dujese á  coronar  rápidamente  los  adarves,  evitando 
la  confusión  natural  en  las  alarmas  repentinas ;  y 
cuanto  fuere  encaminado  á  impedir  que  la  ocupación 
momentánea  de  un  punto  cualquiera  del  recinto,  ar- 
rastrase la  caida  de  la  plaza  entera ,  como  habitual- 
mente  sucedía,  no  podia  menos  de  aumentar  en  gran 
manera,  no  sólo  el  valor  intrínseco  de  una  fortaleza, 
sino  también  la  energía  de  la  defensa:  que  no  hay 
estimulo  que  tanto  anime  al  soldado  de  todos  los 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  CI.DAD.  AM 

tiempos,  como  el  saber  que  tiene  la  espalda  Lien 
guardada. 

Con  ambos  objetos  cumplia  tan  guerrera  organi- 
zación interior:  á  la  primera  señal  de  alarma,  cuan- 
tos hombres  útiles  habitaban  las  casas  fuertes,  sin 
salir  de  sus  propios  alojamientos,  ni  abrir  la  puerta 
de  su  casa,  ocupaban  sin  confusión  alguna  su  puesto 
de  combate:  bastaba  sólo  salir  cada  uno  á  su  jardiu 
para  que  quedase  coronada  la  muralla.  La  caida  de 
un  panto  de  esta,  no  arrastraba  en  modo  alguno  la 
de  todo  el  recinto,  sino  que  convirtiéndose  cada  tro- 
zo en  una  verdadera  cindadela,  protegida  por  las  in- 
mediatas, ó  daban  lugar  á  tratos  y  capitulaciones, 
en  que  no  se  depusieran  las  armas  sin  condiciones 
previamente  estipuladas,  ó  podia  prolongarse  la  lu- 
cha, obligando  al  sitiador  á  nuevos  sacrificios  y  dila- 
ciones, que  no  siempre  en  la  guerra  pueden  sopor- 
tarse, sin  exponerse  á  perder  en  un  momento  lo  tra- 
bajosamente ganado  en  toda  una  campaña. 

Explic-acion  no  facultativa  y  consagrada  únicamente  á  determinar  les 
relaciones  de  la  Muralla,  Puertas  y  Alcázar  con  la  Ciudad  en  sus  usos 
civiles,  y  los  nombres  con  que  sucesivamente  han  sido  conocidos, 
indicándose  de  paso  los  sucesos  históricos  que  recuerdan  y  que  en 
adelante  se  han  de  referir. 

Conocidas  ya  científicamente  la  belleza,  robustez 
y  gallardía  de  las  antiguas  Fortalezas  de  Avila  y  su 
importancia  militar  en  los  tiempos  en  que  aún  no  se 
usaba  la  pólvora,  procede  que  yo  dé  la  explicación  de 
la  Mm-alla,  Puertas  y  Alcázar  con  relación  al  objeto 
que  la  muestra  de  este  artículo  señala. 


448  HISTORIA    DR    AVILA. 

De  las  nueve  puertas  que  dan  entrada  á  la  Ciudad 
amurallada,  la  del  Adaja,  llamada  también  del  Puen- 
te, y  de  tres  siglos  á  nosotros ,  de  San  Segundo ,  es 
la  única,  como  queda  dicho,  en  la  banda  de  Ponien- 
te; la  del  Carmen  y  la  del  Mariscal,  que  recuerda  al 
ilustre  D.  Alvaro  de  Avila,  se  hallan  en  la  del  Norte; 
la  de  la  Malaventura,  testimonio  eterno  de  la  salida 
por  ella  de  las  víctimas  de  las  Hervencias,  llamada 
hoy  del  Matadero;  la  de  I).  Antonio  Vela,  conocidísi- 
ma hace  ya  dos  siglos  por  Puerta  de  la  Santa,  ó  de 
Santa  Teresa,  porque  ya  dejo  indicado  que  en  Avila 
y  su  tierra  se  la  llama  por  antonomasia  la  Santa;  y 
la  del  noble  General  Gil  González  Dávila,  que  pocos 
la  titulan  con  otro  nombre  que  la  del  Piastro,  todas 
tres  sirven  en  la  banda  del  Mediodía;  y  por  Oriente 
hay  otras  tres,  la  magnífica,  que  ya  queda  científi- 
camente descrita,  llamada  por  siglos  y  siglos  del 
Mercado  Grande,  y  recientemente  del  Alcázar ;  la  de 
la  Iglesia  Mayor,  inmediata  á  su  cimborio,  de  antiguo 
conocida  con  los  nombres  de  la  Harina  ó  Puerta 
Nueva,  y  en  el  nuevo  Nomenclátor  de  la  Ciudad,  ti- 
tulada de  los  Leales;  y  la  de  San  Vicente,  que  por 
re^^peto  á  la  Basílica  de  los  Santos  Mártires  abulenses 
conserva  su  nombre. 

Tuvo  ademas  la  Muralla  tres  portillos  de  puro 
servicio  militar;  el  uno  llamado  del  Baluarte,  porque 
cae  bajo  la  alta  torre  de  su  título,  en  el  ángulo  Sud- 
Este  del  circuito  murado,  y  que  se  le  habilita  cuando 
la  necesidad  lo  exige;  el  de  la  Albóndiga,  que  está 
también  cerrado  dentro  del  edificio  de  este  nombre, 
adosado  á  los  muros  en  la  parte  que  mira  al  Mercado 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  CIUDAD.  449 

Grande,  y  los  dos  con  destino  al  exclusivo  uso  del 
Alcázar;  y  un  tercero,  que,  aunque  tapiado  quizá 
tres  siglos  liá,  todavía  aparece  como  colgado  en  la 
cortina  á  consecuencia  de  los  desmontes  hechos  para 
la  nivelación  del  paseo  de  la  Ronda  y  que  se  ostenta 
en  la  parte  central  de  el  del  Rastro,  perteneciendo 
esta  poterna  á  las  antiguas  casas  del  célebre  cam- 
peón Esteban  Domingo,  ó  Palacio  de  Pedro  de  Avila, 
casa  fuerte  propia  antes  de  los  Duques  de  Medina- 
celi,  y  ahora  del  que  lo  es  de  Abrantes,  y  la  cual 
acaso  dio  motivo  á  labrar  otra  puerta  en  el  interior 
de  la  Ciudad,  en  la  que  se  colocó  la  presuntuosa 
inscripción,  de  que  largamente  nos  ocuparemos, 
Donde  una  'puerta  se  cierra  otra  se  aire. 

Y  por  último,  á  consecuencia  de  la  traslación  del 
cuerpo  de  San  Segundo  ala  capilla  que  se  le  edificó 
adherida  á  la  Catedral,  en  que  se  le  venera,  se  abrió 
en  la  calle  del  nombre  de  este  Santo  y  en  la  misma 
banda  de  Oriente  otra  puerta,  que  es  como  la  décima, 
que  al  mismo  tiempo  que  facilita  acceso  al  templo 
por  medio  de  una  cómoda  y  doble  escalinata,  puede 
servir  en  caso  necesario  de  nueva  comunicación  á  la 
Ciudad. 

Lástima  grande  era,  hace  pocos  años,  que  el  úni- 
co punto  en  que  amenazaba  alguna  ruina  la  Muralla 
fuese  cabalmente  la  puerta,  hoy  tan  frecuentada,  que 
lleva  el  nombre  de  la  Santa,  ocasionada  quizá  por 
las  infiltraciones  del  riego  que  se  ha  dado  por  mucho 
tiempo  al  jardinillo  que  se  halla  sobre  las  través  de 
su  arco,  pero  que  felizmente  acabo  de  ver  bien  repa- 
rada. 

TOMO   I.  29 


450  HISTORIA    DE    AVILA. 

Y  aunque  con  gusto  he  observado  también  que  la 
Muralla  no  se  resiente  en  parte  alguna  de  su  perí- 
metro, no  es  posible  dejar  de  llamar  la  atención  do 
|a  autoridad  local  sobre  obra  de  tanta  necesidad, 
como  es  la  de  rellenar  algunos  huecos  que  se  han 
causado  y  que  prepararían  nuevas  ruinas,  señalada- 
mente cerca  de  las  salidas  de  las  puertas  del  Carmen 
y  Mariscal  y  en  algún  otro  punto,  por  haberse  to- 
lerado, aüos  atrás  (descuido  imperdonable)  sacar 
piedras  y  arcilla  de  sus  cimientos.  Felizmente  se 
prohibió  con  rigor  tan  bárbaro  abuso;  y  de  esperar 
es  que  reconociendo  el  Ayuntamiento  que  la  magní- 
fica Muralla  de  Avila  es  un  «Glorioso  monumento 
histórico,»  según  le  calificó  en  su  viaje  por  España 
Mister  Ricardo  Ford,  á  quien  todavía  excede  en  elo- 
gios Mister  Jorge  Edmundo  Street  en  su  Tratado  de 
la  Arquitectura  gótica  en  España,  y  de  cuya  res- 
petable autoridad  me  valdré  para  describir  otros 
importantes  edificios  abulenses ,  acuerde  y  asigne 
en  el  presupuesto  municipal  una  cantidad  anual 
constante,  por  pequeña  que  sea,  con  destino  exclu- 
sivo á su  conservación;  así  como  también  que  acuda 
á  la  Comisión  de  Monumentos  artísticos  del  Reino, 
a  fin  de  que  por  una  vez  obtenga  del  Gobierno  la 
guma  bastante,  que  no  necesita  ser  grande,  para 
la  primera  reparación  de  cimien!"Os  y  almenaje  y 
de  dos  ó  tres  cubos,  cuyas  cabezas  principian  á 
desmoronarse,  con  gran  peligro  de  la  via  pública, 
mostrando  en  sus  compactas  entrañas  la  durísima 
argamasa  que  liga  tanta  piedra  com.o  encierran.  Y 
hechas  estas  indicaciones ,  en  la  Historia  explanare- 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  C'.IDAÜ.  451 

mos  los  notables  sucesos  que  tienen  relación  con  la 
Muralla. 

El  Alcázar.  Era  el  Alcázar,  como  científica- 
mente queda  explicado ,  parte  esencial  de  las  anti- 
guas y  grandiosas  defensas  de  la  Ciudad:  en  él 
tenían  morada  sus  Alcaides  desde  la  repoblación  de 
Avila;  ha  sido  en  diversas  épocas  la  estancia  de 
nuestros  Reyes;  y  las  últimas  reformas  notables  que 
se  han  hecho  se  verificaron  en  los  reinados  de  don 
Felipe  II  y  D.  Felipe  V,  como  lo  atestiguaban  las 
inscripciones  del  medallón  colocado  sobre  su  puerta 
exterior,  que  da  vista  al  Mercado  Grande  y  se  con- 
serva, y  la  del  mismo  Alcázar,  cuya  fachada  lamen- 
tablemente acaba  de  desaparecer;  pero  de  estos  tes- 
timonios lapidarios  nos  ocuparemos  en  otro  lugar. 
En  el  espacio  de  ambas  puertas  de  la  Muralla  y  Al- 
cázar se  formaba,  hasta  hace  pocos  años,  la  pequeña 
plazuela  cuadrilonga,  ya  también  indicada,  y  en  el 
lienzo  por  donde  se  entraba  en  la  parte  murada  de 
la  Ciudad  á  la  calle  de  Don  Jerónimo  ó  de  la  Feria 
había  un  arco.  Y  hablamos  de  este  arco  exprofeso, 
])ornue  á  pretexto  de  la  estrechez  de  la  calle  que 
allí  termina,  se  resolvió  demolerle,  presentando 
como  causa  atendible  la  mayor  comodidad  del  paso 
público.  Reconocemos  con  sincera  franqueza  que  no 
liabia  anchuroso  espacio  para  hacer  la  vuelta  de 
ambos  arcos;  pero  no  era  tan  molesta,  en  nuestra 
opinión,  que  exigiese  el  gran  sacrificio  de  derruir 
el  bello ,  elegante  y  tan  robusto  como  airoso  arco 
árabe  puro,  que  cerraba  la  plazoleta  del  Alcázar,  y 
de  lo  que  siempre  nos  lamentaremos,  sin  ensañarnos 


452  HISTORIA    DE    AVILA. 

contra  el  activo  interés  particular,  móvil  quizá  de 
tan  funesta  demolición.  Fúndase  nuestro  patriótico 
Fentimiento:  lo  primero,  en  que  la  anchura  de  la 
calle  de  la  Feria,  aunque  posteriormente  muy  mejo- 
rada, sólo  consiente  el  paso  de  un  carruaje,  que  podia 
antes  tomar  ^fácilmente  la  entrada  del  arco  destruido 
en  otra  plazoleta  interior  de  mayores  ensanches  que 
la  misma  calle;  lo  segundo,  en  que  ha  faltado  esta 
defensa  adelantada  del  Alcázar,  en  ei  caso  que  al- 
guna vez  conviniese  aislarle  de  toda  la  población; 
lo  tercero,  en  que  era  un  malecón  fortísimo  que  apo- 
yaba y  contenia  la  inmensa  mole  de  uno  de  los  altí- 
simos cubos  de  la  puerta  de  la  muralla,  que  por  falta 
de  reparación  constante  pudiera  algún  dia  derrum- 
barse, causando  graves  daños  sobre  el  apiñado  case- 
río; y  lo  cuarto,  por  demás  interesante  para  la  glo- 
ria eterna  de  la  ciudad  y  digno  culto  que  se  debe  á 
las  bellas  artes,  en  que  así  ha  desaparecido  lastimo- 
samente tan  magnífico,  raro  y  envidiable  monumen- 
to, que  era  objeto  del  estudio  y  admiración  de  los 
viajeros  entendidos. 

Pero  bien  vengas  mal,  si  vienes  solo.  A  imitación 
de  tan  funesto  ejemplo  se  ha  dado  un  paso  más 
grave  todavía  en  tan  incalificable  demolición.  Sub- 
sistía la  fachada  del  Alcázar,  reparada  por  los  Feli- 
pes II  y  V,  dando  frente  á  la  gran  puerta  del  Mer- 
cado Grande:  en  ella  se  ostentaba  otro  elevado  y 
magnífico  arco  ojival  que  daba  entrada  á  la  forta- 
leza, adornado  de  los  Reales  emblemas.  A  la  derecha 
de  su  vestíbulo  ó  cuerpo  de  guardia,  existia  otro  arco 
también  árabe ,  aunque  desfigurado  por  hallarse  casi 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  CirOAI).  453 

oculto  con  lig-eras  maniposterías ,  y  que  también  ha 
caído  á  los  golpes  de  la  piqueta  demoledora:  por  ma- 
nera que  son  va  tres  los  magníficos  arcos  derruidos 
en  im  ti-iángulo  de  veinte  varas,  y  únicamente  queda 
en  pié  un  cuarto  arco,   que  es  igualmente  ojival, 
que  será  el  que  haya  de  aparecer  en  la  fachada ,  que 
esperamos  habrá  de  decorarse ,  y  que  da  inmediata- 
mente entrada  á  la  plaza  de  armas  del  Alcázar.  Pero 
no  quiero  hablar  más  de  esto ,  que  angustia  el  cora- 
zón de  todo  buen  patricio.  Por  lo  demás,  el  Alcázar 
contiene  en  su  recinto,  como  ya  queda  expuesto,  dos 
elevadísimas  torres ,   una  que  hace  costado  con  la 
plaza  de  armas  y  que  sorprende  por  el  atrevido  vue- 
lo é  inmenso  volumen  de  su  segundo  cuerpo ,  y  otra 
titulada  del  Baluarte  ó  de  la  Esquina ,  desde  cuyas 
almenas  pueden  observarse   exactamente   cuantos 
movimientos  estratégicos  se  intenten  en  todo  el  cam- 
po que  forma  los  horizontes  de  la  Ciudad,  y  muy  se- 
ñaladamente en  la  dilatada  llanura  del  Valle-Ambles, 
por  fuerzas  que  desciendan  de  las  sinuosas  montañas 
que  le  circundan. 

Casas  fuertes  ds  los  principales  repobla- 
dores. Ya  queda  dicho  por  el  Sr.  D.  Cándido  Ortiz 
de  Pinedo,  que  ni  dentro  ni  fuera  de  España  se  cono- 
ce otra  ciudad  ú  población  fortificada  que  presente 
la  meditada  singularidad  de  un  segundo  orden  de 
fortalezas,  cuya  defensa  no  esté  encomendada  in- 
mediatamente al  jefe  ó  cabo  que  manda  la  gente  de 
guerra  en  cada  plaza,  sino  al  cuidado,  vigilancia  y 
servidores  privados  de  un  determinado  prohombre, 
dentro  de  los  lindes  de  su  casa-morada.  Y  esto  es 


454  HISTORIA    DE    AVILA. 

cabalmente  lo  que  se  estableció  en  Avila  al  cons- 
truirse sus  murallas  y  alcázar.  Sus  más  notables 
repobladores  en  el  reinado  de  Alfonso  YI,  bajo  las 
disposiciones  de  su  yerno  el  conde  D.  Ramón  de 
Borgoña,  primer  marido  de  doña  Urraca,  consi- 
guieron repartirse  entre  sí  el  terreno  interior  de  la 
Ciudad  más  inmediato  á  la  línea  casi  circular  de 
la  muralla,  que  más  expuesta  se  suponía  á  ataques 
enemigos,  para  fundar  cada  uno  su  casa,  pero  que 
no  sólo  había  de  bastar  á  las  comodidades  de  sus 
viviendas  y  á  las  necesidades  que  requería  la  con- 
servación ó  aumento  de  su  respectivo  patrimonio, 
sino  que  á  la  vez  había  de  ser  una  fortaleza  para  de- 
fender en  el  exterior  la  parte  de  mui-alla  que  á  cada 
cual  correspondía  en  la  línea  de  su  propio  dominio, 
y  en  el  interior  el  orden  y  tranquilidad  del  pueblo, 
cuando  de  cualquier  manera  se  alterasen.  Y  la  lige- 
ra pintura  que  vamos  á  hacer,  y  que  es  común  á  to- 
das ellas,  y  la  posición  peculiar  de  cada  una  de  estas 
casas  fuertes ,  que  aún  se  muestran  á  todo  abserva- 
dor,  hasta  la  evidencia  lo  comprueba. 

Principiemos  por  la  del  Obispo,  llamada  el  Pala- 
cio Viejo,  y  que  es  la  única  de  esta  clase  en  la  banda 
<ie  Oriente  de  la  muralla.  Se  construyó  frente  á  la 
l>uerta  del  Korte  de  la  Catedral :  el  corte,  el  color ,  la 
colocación  y  la  clase  de  la  piedra  que  en  ella  se  em- 
pleó, así  como  la  calidad  de  la  argamasa  de  su  fuerte 
muro  exterior,  que  hasta  hoy  ha  subsistido  en  toda 
su  longitud,  y  que  ahora  se  está  demoliendo  en  la 
]>arte  que  corre  desde  el  alto  y  ancho  arco  de  su  en- 
trada hasta  la  puerta  Nueva  ó  de  los  Leales,  clara- 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  CIUDAD.  455 

mente  manifiestan,  así  su  antigliedad,  como  su  con- 
dición de  casa-fuerte.  Era  grandísimo  el  ámbito  que 
abarcaba,  como  que  corría  desde  esta  puerta  conti- 
gua á  la  iglesia  mayor,  á  la  vez  fortaleza,  basta 
tocar  con  la  de  San  Vicente ,  ya  descrita ,  teniendo 
por  ancliura  el  espacio  que  hay  hasta  formar  toda 
la  calle  hoy  llamada  del  Tostado ,  porque  este  céle- 
bre obispo  de  Avila  la  habitó  como  morada  propia 
•de  su  dignidad.  Su  posición,  pues,  y  su  servicio  la 
destinaban  á  auxiliar  las  dos  fortalezas  en  cuyo  pro- 
medio se  encontraba.  Dejaron  los  prelados  abulenses 
de  habitarla  en  el  año  de  1775,  trasladándose  á  otra 
de  que  inmediatamente  hablaremos ,  y  se  la  destinó 
para  que  la  ocupasen  las  escuelas  públicas  de  ins- 
trucción primaria  y  latinidad,  con  desahogadas  ha- 
bitaciones para  los  maestros;  pero  lo  que  importa  á 
nuestro  actual  conato  es  indicar  que  tenia  grandes 
patios  cercados  por  la  muralla,  y  que  en  ella  estaban 
hechas  en  su  mismo  espesor  escalas  de  piedra  para 
dominar  las  cortinas  y  cubos  que  alcanzaba  la  ex- 
tensión de  la  casa ,  hoy  de  todo  punto  desconocida 
en  su  edificación  interior;  pero  al  curioso  viajero  que 
entre  en  su  espacioso  corralón  le  aconsejo  que  no 
salga  sin  ver  una  muestra  interesantísima  de  lo  que 
fué  la  antigua,  haciendo  que  se  le  muestre  un  pre- 
cioso resto  que  queda  encerrado  dentro  de  la  segun- 
da puerta  á  la  derecha  (que  es  taller  de  un  carpin- 
tero); la  escalinata,  portada  y  las  pequeñísimas  y 
variadas  ventanas  que  se  ofrecen  á  su  vista  le  harán 
comprender  lo  que  seria  el  primitivo  edificio.  Y  para 
concluir  del  todo  este  punto  y  que  nadie  extraüe  que 


456  HISTORIA    DE    AVILA. 

la  casa  de  un  obispo  fuera  á  la  Tez  una  fortaleza 
militar,  recuérdese  que  en  aquellos  siglos  los  obis- 
pos eran  también  importantes  Proceres  del  reino,  y 
que  compartían  con  los  grandes  guerreros,  así  las 
fatigas  y  trabajos,  como  los  provechos  y  utilidades 
de  la  reconquista. 

En  la  banda  del  Sur  fué  la  primera  casa  faerte  la 
que,  arrancando  de  las  espaldas  del  Alcázar,  se  co- 
noció como  propia  de  los  ascendientes  de  los  señores 
de  Navamorcuende,  y  que  ya  en  el  siglo  xvi  se  con- 
virtió en  colegio  de  la  Compañía  de  Jesús,  abarcan- 
do todo  el  terreno  que  media  hasta  las  casas  actua- 
les del  duque  de  Ábranles,  y  del  que  formaba  parte 
la  actual  parroquia  de  Santo  Tomé.  Este  es  el  edifi- 
cio al  cual,  á  la  extinción  de  los  jesuítas,  se  cousti- 
tuyó  en  palacio  episcopal  en  el  año  de  1775.  Tiene 
sus  principales  habitaciones  utilizando  la  muralla 
sobre  el  paseo  del  Rastro,  con  vistas  deliciosas  que, 
dominando  las  sierras  por  tres  lados,  se  extienden 
por  el  dilatado  Valle-Ambles:  y  bien  se  d'i^ja  obser- 
var que  la  parte  que  hoy  son  habitaciones,  antes  era 
la  que  con  patios  y  escalas  facilitaba  el  servicia 
militar  de  la  muralla. 

Colindantes,  como  queda  dicho,  ocupando  todo  el 
espacio  hasta  la  puerta  de  Gil  González  Dávila,  ó  sea 
del  Rastro,  y  llevando  todavía  su  inspección  y  man- 
do más  allá  de  ella,  están  las  casas  que  fueron  de  los 
predecesores  del  célebre  aviles  Esteban  Domingo, 
que  por  más  de  tres  siglos  se  han  llamado  del  mar- 
qués de  las  Navas ,  poseídas  hasta  nuestros  dias  por 
la  de  Medinaceli,  y  hace  ya  algunos  años  por  la  del 


PEScnirciON  de  la  cíuuad.  457 

duque  de  Abrantcs;  su  fachada  principal  es  idéntica 
en  su  construcción  á  la  de  la  muralla.  Sobre  sus  dos 
magníficas  puertas,  de  elevados  j  anchurosos  arcos 
formados  por  esbeltas  dovelas,  semejantes  á  los  que 
se  ostentan  otros  varios  en  Avila ,  y  en  lo  más  alto 
del  muro,  se  ven  fortísimos  matacanes  que  las  pro- 
tegían, A  los  lados  de  ellas  estaban,  hasta  pocos 
años  há,  cuatro  grandes  toros ,  marranos  ó  elefantes 
de  piedra  de  los  muchos  que  hay  en  el  país ,  y  que 
hoy,  por  facilitar  el  paso  de  la  acera,  se  hallan  reco- 
gidos en  el  patio  en  que  estuvieron  las  habitaciones 
principales.  Llama  grandemente  la  atención  una,  hoy 
más  recogida,  antes  enorme  reja  que  defendía  la  in- 
mensa ventana  que  todavía  se  halla  cerca  del  ángu- 
lo Norte  del  edificio.  Entre  las  molduras  de  su  cor- 
nisa se  lee  esta  inscripción:  Petrus  Avila  et  María 
coRDUiiENSis  ANNO  MDXLI;  y  á  lo  largo  de  su  zó- 
calo este  vanaglorioso ,  y  en  su  época  muy  signifi- 
cativo, lema,  que  ya  antes  dejo  indicado:  «Donde 
una  puerta  se  cierra  otra  se  abre.»  En  vano  pro- 
curé averiguar,  por  espacio  de  muchos  años,  su 
verdadero  significado.  Siempre  presumí  que  el  pode- 
roso Pedro  de  Avila,  su  dueño,  se  vio  obligado  á  con- 
vertir en  reja  el  hueco  que  abrió  y  que  destinaba 
para  puerta;  pero  no  han  sido  estériles  mis  últimos 
esfuerzos,  y  habiéndose  dignado  franquearme  sus 
archivos  mis  bondadosos  amigos  los  señores  duques 
de  Medinaceli  y  de  Abrantes,  consintiendo  que  sus 
estudiosos  y  afables  archiveros  me  facilitasen  copias 
de  los  documentos  que  con  este  curioso  asunto  pu- 
dieran tener  alguna  relación,  reservo  para  el  texto 


458  HISTORIA    DE    AVILA. 

histórico  su  largo  extracto,  que  lia  de  venir,  hasta 
cierto  punto,  á  justificar  mi  presunción,  puesto  que 
(y  hasta  para  este  momento)  precedió  un  solemne 
juicio  de  residencia  sohre  el  cierro  ó  franco  uso  de  la 
poterna  del  Eastro,  de  que  ya  queda  hecha  mención, 
y  recayó  una  Real  Cédula  que,  á  mi  modo  de  ver, 
está  íntioaamente  enlazada  con  la  historia  de  la  mis- 
teriosa ventana  en  que  está  esculpido  ese  enig- 
mático rótulo.  Sobre  el  arco  y  puerta  del  Rastro, 
y  de  mucho  más  moderna  construcción,  hay  una 
larga  y  achatada  bóveda  que  estriba  por  ambos  ex- 
tremos en  la  muralla ,  para  un  magnífico  mirador; 
debajo  de  ella  y  sobre  la  pusrta  se  hallaba  incrusta- 
do en  el  muro  hasta  la  época  de  la  guerra  de  la  In- 
dependencia, un  grande  escudo  con  las  armas  de  la 
familia.  El  cielo  no  consienta  que  el  racional  deseo 
de  blanquear  ó  adornar  el  caserío  común  de  la  Ciu- 
dad lleve  la  broclia  de  la  cal  á  profanar  el  venerando 
color  rojizo  de  las  enormes  piedras  de  este  monu- 
mento, símbolo  del  poler  y  arrojo  de  nuestros  ante- 
pasados. 

Lindes  partia  con  la  de  Esteban  Domingo  que 
acabamos  de  bosquejar,  sobre  los  muros,  que  no  so- 
bre el  pavimento  de  la  Ciudad,  por  mediar  una  calle 
que  separa  los  edificios,  la  casa  que  hoy  se  llama  de 
las  Oficinas,  por  estar  reunidas  en  ella  las  de  la 
Provincia,  en  la  Plazuela  de  los  Cepedas;  toda  su 
larga  fachada  es  el  indicante  de  la  parte  de  muralla 
cuya  custodia  estaba  encomendada  desde  la  repobla- 
ción al  dueño  de  ella,  alcanzando  su  vigilancia  has- 
ta cerca  de  ki  puerta  de  Santa  Teresa. 


I)::scr:p(:io.n  nr.  la  ciudad.  459 

Al  otro  lado  de  la  niisma  puerta  está  la  casa  lla- 
mada de  la  Academia,  porque  en  ella  se  estableció  la 
escuela  militar,  que  ya  queda  en  resumen  indicada, 
ya  mediado  el  siglo  último ,  y  que  fué  el  antiguo 
solar  de  la  noble  familia  de  los  Xuñez  Vela.  Es  nota- 
ble por  su  robusta  y  limpia  construcción  de  piedra 
sillería,  y  más  aún  por  el  magnífico  arco  de  su  ])or- 
tada ,  superior  quizá  á  los  de  otras  varias  que 
embellecen  la  Ciudad.  Reedificáronla  con  este  lujo 
D.  Blasco  Nuñez  Vela  (y  su  mujer  doña  Brianda  de 
Acuña),  de  quienes  á  su  tiempo  hablaremos  en  nues- 
tra Historia.  Largos  años  liá  que  esta  casa  pertenece 
á  los  estados  de  los  duques  de  la  Roca.  El  servicio 
militar  que  interiormente  prestaba  era  defender  la 
parte  de  muralla  que  correspondía  á  su  dueño,  como 
respecto  de  los  de  otras  casas  queda  ya  relacionado. 
Esta  era  la  última  en  su  banda  del  Sur:  y  con  estos 
cinco  fuertes  se  consideró  que  la  Ciudad  quedaba 
por  este  lado  doblemente  asegurada. 

La  defensa  de  el  del  Xorte  incumbía  á  otras  cinco 
casas  en  un  espacio  de  muralla  casi  de  la  misma  lon- 
gitud que  el  quo  ocupaban  las  otras  cinco ,  y  que  cor- 
respondieron á  otros  repobladores,  á  quienes  han  ido 
sucediendo  los  descendientes  de  los  señores  de  Vi- 
llaviciosa  (del  Valle-Ambles),  de  los  Águilas,  de  los 
Bracamontes  y  de  los  dueños  de  los  solares  en  que 
existieron  el  destruido  cuartel  del  Regimiento  pro- 
vincial y  el  también  arruinado  convento  de  Carmeli- 
tas calzados ,  cuyos  restos  reparados  sirven  ahora  de 
cárcel.  La  primera,  que  ocupa  toda  la  plazuela  de  So- 
fraga,  se  estriba  en  la  puerta  militar  de  San  Vicente, 


460  EISTORIA    DE    AYíLA. 

correspondiéndole  la  defensa  desde  el  cubo  llamado 
de  la  Milla  (de  que  hablaremos  al  tratar  de  San  Pedro 
del  Barco)  que  está  en  el  ángulo  Nordeste  de  la  mu- 
ralla, corriendo  un  buen  espacio  por  el  terreno  des- 
cendente de  ella.  La  sigue  por  la  parte  contigua  en 
los  muros  la  que  en  la  actual  calle  de  Sofraga  se  os- 
tenta con  una  bella  portada,  frente  á  la  que  se  llamó 
del  Lomo  y  ahora  de  Esteban  Domingo,  que  corres- 
pondió á  los  ilustres  Águilas,  y  hoy  está  en  el  domi- 
nio de  los  condes  de  Torre-Arias ,  con  cuyo  nombre 
es  conocida  en  la  Ciudad ;  el  espacio  que  estaba  en- 
comendado á  su  defensa  es  el  intermedio  de  la  ante- 
rior y  de  la  que  á  renglón  seguido  vamos  á  hablar. 

Esta  es  la  délos  Bracamontes,  de  un  aspecto  ex- 
terior menos  notable,  pero  mucho  más  grandiosa  por 
las  elegantes  arcadas  de  su  anchuroso  patio;  la  cual, 
protegiendo  el  arco  ó  puerta  del  ]\Iariscal,  extiende 
su  defensa  por  un  buen  trecho  de  la  muralla.  Por  el 
apellido  Bracamonte  pertenece  á  los  señores  de  Fuen- 
te el  Sol,  correspondiendo  hoy  á  los  estados  del  con- 
dado de  Parscnt. 

Otra  casa  de  gran  solidez  y  con  otro  gallardo 
arco  por  portada ,  es  la  que  está  muy  próxima  á  la 
puerta  del  Carmen,  que  perteneció  á  los  antepasados 
del  conde  de  Polentinos,  y  fué  destruida  en  la  guerra 
déla  Independencia:  hasta  entonces  habia  servido 
para  cuartel  del  Regimiento  provincial ,  y  excusado 
es  repetir  que  estaba  dotada  para  su  defensa  de  otra 
porción  de  terreno  sobre  el  circuito  mural. 

Finalmente,  era  la  última  adosada  á  él  en  la  ban- 
da del  Norte  la  casa-fuerte  que  existió  tocando  tam- 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  CllDAD.  461 

bien  con  la  puerta  del  Carmen ,  j  que  desde  el  aüo 
de  1378  se  convirtió  en  el  que  fué  convento  de  Nues- 
tra Señora  de  esta  advocación,  y  al  cual  se  cedió 
también  la  antiquísima  parroquia  de  San  Silvestre. 
y  de  cuanto  queda  dicho  relativo  á  estas  casas  de 
los  repobladores,  aparece  que  ocupaban  más  de  la 
mitad  del  trapecio  que  forma  la  configuración  do  toda 
la  muralla. 

Otras  casas  notables.  Pero  no  eran  las  ya  des- 
critas las  únicas,  ó  fuertes,  ó  hermosas,  que  la  anti- 
gua aristocracia  poseía;  habia  otras  en  el  centro  de 
la  población.  El  torreón  de  los  Guzmanes,  que  perte- 
nece á  la  casa  de  Oñate  por  el  título  de  Montealegre, 
es  en  su  inmensa  robustez  y  gran  elevación  un  tes- 
timonio del  espíritu  guerrero  de  los  siglos  poste- 
riores en  que  se  construyó :  hoy  está  recientemente 
reparado. 

Con  torres  gemelas,  no  de  defensa ,  sino  de  ador- 
no, está  inmediata  y  de  buena  sillería  labrada,  la  de 
los  condes  de  Superunda ,  que  á  su  vez  linda  con  la 
délos  marqueses  de  Almarza;  y  del  otro  lado,  cer- 
rando la  plazuela  de  las  Oficinas  ó  de  los  Cepedas,  se 
halla  la  del  duque  de  Tamames,  de  cuya  fachada  no 
deja  gozar  el  gran  cercado  que  le  es  conjunto.  De 
urgente  necesidad  era  reducir  á  menor  espacio  esta 
dependencia,  y  de  pequeño  sacrificio  para  su  dueño, 
que  le  hizo  con  la  mejor  voluntad:  reclamaba  esta 
mejora,  no  sólo  el  ornato  público,  sino  el  fácil  acceso 
desde  la  Plaza  principal,  á  la  Casa  de  Gobierno  y  ofi- 
cinas de  Provincia,  y  al  venerando  solar  de  Santa 
Teresa,  que  era  el  convento  de  Carmelitas  Descalzos, 


462  HISTORIA    DE    AVILA. 

mayormente  en  las  varias  procesiones  que  de  la  Ca- 
tedral á  él  y  viceversa,  hacen  el  Obispo,  Cabildo  y 
Clero,  el  Ayuntamiento  y  Patronato  de  la  Santa,  y  el 
piadoso  concurso  de  la  Ciudad  y  tierra.  Y  así  se  con- 
siguió también  alinear,  en  cuanto  fué  posible,  la  es- 
trecha y  tortuosa  calle  de  las  Campanas  ó  de  Blasco 
Jimeno,  en  la  que  se  halla  la  que  hoy,  casi  del  todo 
reconstruida  y  dignamente  en  el  interior  decorada, 
ocupa  la  Diputación  Provincial. 

Severa,  adusta  y  hasta  imponente  se  muestra  la 
casa  del  Mayorazgo  de  los  Verdugos,  que  hoy  posee 
D.  Ramón  de  Campomanes  en  la  calle  de  Sofraga: 
presenta  todo  el  carácter  de  fortaleza:  labrada  su  fa- 
chada de  obscura  piedra  sillar,  y  defendida  su  puerta 
por  dos  torres  cuadradas  en  sus  extremos ,  en  sus 
bajos  ostenta  las  aberturas  que  servían  para  el  juego 
de  saetas ,  arcabuces  ó  mosquetes ;  y  en  los  ángulos 
que  forman  con  la  cortina  existian  dos  grandes  pie- 
dras ,  figuras  de  los  toros,  elefantes  ó  marranos  de 
que  ya  hemos  hecho  mención;  hoy  no  hay  más  que 
uno;  el  otro  está  tendido  hace  años  en  la  plazuela 
de  la  Feria  al  barrio  de  Santiago  y  á  la  esquina  del 
corral  llamado  de  Concejo,  porque  al  trasladarle  á  la 
Serna,  heredamiento  de  esta  distinguida  familia,  se 
rompió  el  carro  en  que  se  le  conduela,  y  allí  se 
quedó,  sin  que  ni  el  dueño  ni  el  Ayuntamiento  le 
muevan  del  sitio  en  que  cayera,  sirviendo  de  obs- 
táculo y  hasta  de  peligro  para  la  via  pública. 

Otra  casa  magnífica  es  la  que  fué  de  los  ascen- 
dientes de  los  marqueses  de  Velada,  y  que  después 
se  unió  á  los  de  Astorga,  condes  de  Altamira.  Sitúa- 


DESCRIPCIÓN  ÜK  LA  CIUDAD.  463 

da  en  la  plazuela  de  la  Catedral,  ostenta  en  el 
ángulo  de  su  robusta  fachada  de  manipostería  con- 
certada, un  gallardo  torreón,  semejante,  aunque  no 
tan  fuerte,  al  de  la  de  los  Guzmanes  ó  de  Oñate;  y 
en  el  costado  de  la  calle  del  Tostado,  dos  portadas 
simétricas ,  de  conocida  esbeltez  y  gallardía.  Hoy  es 
propiedad  de  D.  Enrique  Aboin  Coronel,  vecino  de  la 
Ciudad,  y  á  la  primitiva  riqueza  de  su  extenso  patio, 
hermoseado  de  bellos  arcos ,  ha  hecho  que  corres- 
ponda lo  decorado  de  sus  habitaciones. 

Es  singular  la  fachada  de  otra  casa  que  en  la  ca- 
lle de  la  Rúa  posee  también  el  conde  de  Polentinos. 
Elévase  la  portada ,  que  es  de  clara  y  fina  piedra  de 
granito,  presentando  en  su  cima  un  labrado  matacán, 
y  hasta  el  zócalo  van  descendiendo  caprichosos  di- 
bujos, en  su  mayor  parte,  jeroglíficos  militares. 
Lanzas,  alabardas,  pistolas,  mosquetes,  bragas,  pe- 
tos, cascos  y  otros  útiles  délas  antiguas  armaduras, 
esmaltan  el  frontispicio.  Dentro  se  ve  el  local  que 
ocupó  la  habitación  más  noble  del  palacio ,  y  en  el 
fondo  el  patio  de  lindas  arcadas  sobre  columnas. 

Para  poner  fin  á  este  punto  de  casas  notables,  de- 
bemos hacer  mención,  por  su  antiquísimo  origen, 
de  la  que  en  la  Plazuela  de  la  Catedral  hace  esquina 
en  dirección  á  la  calle  de  Andrin  ó  del  Comercio; 
y  basta  ver  su  gran  escudo  de  armas  para  reconocer 
su  remota  antigüedad:  por  su  más  bella  y  nueva 
construcción  de  las  llamadas  del  Deanato,  de  Re- 
venga, y  todavía  podíamos  hablar  de  otras  que  el 
tiempo  ha  colocado,  haciendo  olvidar  su  antiguo  do- 
minio, en  manos  de  más  modernos  propietarios  que 


464  HISTORIA    1)E    AVILA. 

con  laudable  afán  las  embellecen,  j  en  las  que,  por 
las  comodidades  de  que  disfrutan,  no  tienen  que  en- 
vidiar las  que  ofrezcan  las  de  otras  capitales  do  pro- 
vincia. 

Alhóndiga.  .  El  virtuoso  obispo  D.  Fr.  Francisco 
Ruiz  logró  la  instalación  de  un  pósito  para  socorro 
de  labradores  necesitados  j  mantenimiento  de  pobres 
en  años  de  hambre;  y  para  su  oficina  y  paneras  se 
labró  en  el  siglo  xvi  el  edificio  de  piedra  sillería 
adosado  á  la  muralla,  dando  frente  al  Mercado  Gran- 
de, desde  la  puerta  del  Alcázar  hasta  la  torre  del 
Baluarte.  Y  aunque  tal  institución  ha  desaparecido, 
el  edificio  se  conserva  para  otros  varios  usos. 

Teatro.  Tiene  bien  acreditado  Avila  su  gusto  á 
la  declamación  y  á  la  música ;  y  en  diversas  épocas, 
y  por  muy  largas  temporadas,  personas  cultas  de 
uno  y  otro  sexo  han  dado  funciones  teatrales,  cuyos 
productos  destinaban,  generosas,  al  remedio  de  nece- 
sidades públicas.  Por  esta  razón  suele  no  pasarse  año 
alguno  que  no  reciba  alguna  compañía  dramática  ó 
lírica.  Pero  el  fatal  pensamiento  de  utilizar  para  es- 
cenario público  la  pequeña  iglesia  del  hospital  de 
San  Joaquín  ó  de  la  Convalecencia,  incapaz  de  ensan- 
ches y  mejoras,  ha  malogrado  los  esfuerzos  en  él  he- 
chos, siendo  gobernadores  de  la  Provincia  D.  Joa- 
quín Escario  y  D.  Felipe  Benicio  Díaz;  porque,  si 
bien  se  decoró  bastante,  siempre  será  estrecho  y  pe- 
queño, y  estará  recordando  la  necesidad  de  otro  lo- 
cal demás  cómodas  é  imprescindibles  condiciones. 

ÍMercado  cubierto.    En  el  local  que  dejó  la  an- 
tigua abrasada  cárcel ,  al  extremo  de  la  calle  de  la 


DESCRIPCIÓN  DE   LA  CIUDAD.  465 

MaldegoUada,  se  lia  construido  uno  que,  si  bien  no 
es  anchuroso,  satisface  en  gran  parte  al  diario  servi- 
cio del  vecindario,  puesto  que  los  mercados  semana- 
les, en  que  á  la  vez  se  surten  la  Ciudad  y  pueblos 
inmediatos,  se  extienden  por  secciones  de  vituallas, 
artefactos  y  demás  consumos  en  las  dos  plazas  ma- 
yores y  otros  puntos  de  conveniente  capacidad  y 
desahogo. 

Acueducto  y  Fuentes.    Si  una  de  las  primeras 
necesidades  de  la  vida  es  la  abundancia  de  aguas, 
son  tan  saludables  las  de  la  Ciudad  y  tan  numerosas 
sus  fuentes,  que  entre  las  que  cuentan  la  población 
y  sus  paseos,  puede  asegurarse  que  pasan  de  24. 
Abundantes  han  sido  siempre  los  raudales  de  las 
llamadas  la  Canaleja,  Fuentebuena,  Pradillo,  Fuente 
Nueva,  La  Sierpe,  Caüogordo  y  otras  más  en  los  pa- 
seos: y  también  debieran  serlo  las  interiores  de  la 
Ciudad;  pero  su  cañería  es  muy  vieja,  trasvenase 
gran  parte  de  su  caudal,  son  insuficientes  los  repa- 
ros parciales  que  se  hacen,  y  ya  es  una  de  las  más 
apremiantes  necesidades  que   cubrir,  y  que  están 
ocupando  la  atención  del  Ayuntamiento.  Mucho  más 
de  un  siglo  há  que,  siendo  Corregidor  de  la  Ciudad  y 
Superintendente  de  las  provincias  de  Avila  y  Sego- 
via,  D.  Pablo  Soriva,  se  recogieron  y  aumentaron 
grandemente  los  veneros  que  desde  las  Hervencias, 
á  los  Molinos  de  Viento,  surten  el  acueducto  de  orí- 
gen  antiguo  y  construcción,  al  parecer,  anterior  al 
siglo  XV.  Principia  la  fábrica  visible  de  su  arcada  en 
la  arqueta  de  desagüe,  llamada  el  Caño  Cingarria, 
frontero  á  la  fachada  Norte  del  convento  de  las  Gor- 

TOMO    I.  30 


466  HISTORIA    DE    AVILA. 

dillas,  y  corre  por  el  canal  que  sostienen  25  altos  j 
anchos  arcos,  protegidos  por  una  robusta  maniposte- 
ría de  piedra  berroqueña.  No  llama  la  atención  del 
viajero  tanto  como  merece,  porque  está  en  su  ma- 
yor parte  oculta  por  otros  edificios:  solamente  cuatro 
de  sus  arcos  se  ostentan  claros;  de  los  21  restantes, 
seis  tienen  tapiadas  sus  luces;  cinco  se  hallan  dentro 
de  la  casa  de  mi  buen  amigo  D.  Francisco  Javier 
Hernández,  y  los  10  últimos  corren  paralelos  ala  ta- 
pia Norte  del  convento  de  las  Madres,  desde  cuyo 
punto  sale  subterránea  la  cañería  para  distribuirse 
por  las  fuentes  de  la  Ciudad.  Varias  son  las  casas  que 
también  las  tienen  propias,  y  son  ademas  muchos  los 
jardines  y  huertos  con  fuente  particular;  y  la  afición 
de  los  avileses  á  este  cómodo  retiro  y  diario  solaz  de 
las  famihas  es  acaso  el  principal  motivo  de  que  el 
forastero  observe  poco  concurridos  los  paseos. 

Edificios  varios.  De  los  que  ocupan  la  Diputa- 
ción y  el  Instituto  provincial ,  las  Escuelas  Normal 
Superior  y  la  Práctica  de  maestros,  el  Hospital  y  la 
Inclusa ,  la  Cárcel  y  otros  servicios  públicos  omiti- 
mos hablar  en  este  lugar,  porque,  ó  ya  lo  hemos  he- 
cho de  algunos ,  ó  lo  haremos  de  los  otros  con  más 
oportunidad. 

Mejoras  recientes  de  la  población.  En  cam- 
bio de  la  omisión  que  acabamos  de  hacer,  justísimo 
es  recapitular  las  más  importantes  mejoras  que  ha 
obtenido  la  población  en  los  últimos  veintidós  años, 
ya  que  la  necesidad  de  ir  abreviando  este  prolijo  ar- 
tículo ,  no  nos  permita  encarecer  su  respectiva  utili- 
dad y  embellecimiento. 


TESCRirCION  tE  LA  CILDAÜ.  467 

Estaba  comenzada  la  reedificación  ó  nueva  plan- 
ta del  Mercado  Cliico  (plaza  de  la  Constitución)  desde 
el  año  de  1795;  pero  se  hizo  poco  más  que  el  lienzo 
que  mira  á  Oriente;  y  sentada  esta  base,  voy  á  recor- 
rer cronológicamente  las  mejoras  sucesivas. 

Se  principió  en  1850,  y  está  para  concluirse,  la 
hermosa  reconstrucción  de  todo  el  Mercado  Grande 
en  sus  lienzos  de  Mediodía  y  Poniente,  que  hoy  pue- 
den rivalizar  con  los  de  las  mejores  plazas  del  Reino. 
En  1851 ,  52  y  53  se  continuaron  los  lienzos  de 
Oriente  y  Norte  del  Mercado  Chico.  En  1856  tuvo 
principio  la  reforma  de  la  espaciosa  calle  de  San  Se- 
gundo; en  1857  la  de  la  calle  de  la  Feria;  en  1858  la 
de  Andrin  ó  del  Comercio ,  quedando  casi  alineadas 
y  más  anchas,  cuando  eran  muy  tortuosas;  en  1862 
se  regularizó  la  plazuela  de  las  Oficinas  ó  délos  Ce- 
pedas; en  1863  se  formó  el  paseo  Campo  del  Recreo; 
se  labró  la  bella  escalinata  de  San  Juan  para  el  más 
cómodo  acceso  al  Mercado  Chico;  y  en  1869  se  embe- 
lleció la  Plaza  del  Alcázar  con  un  lindo  y  cómodo 
paseo. 

Se  han  colocado  aceras  en  todas  las  calles  que 
son  de  alguna  importancia,  mostrando  la  suya  las 
del  Colegio  y  de  San  Francisco,  y  todas  llegan  á  40; 
hay  abiertas  y  en  uso  alcantarillas  en  las  dos  plazas 
principales,  en  tres  plazuelas  y  20  calles;  y  por  úl- 
timo, una  gran  parte  de  todo  el  caserío  se  ha  her- 
moseado, ya  con  nuevas  construcciones,  ya  reparan- 
do y  regularizando  las  antiguas. 

Prodigioso  desarrollo ,  admirable  constancia  y 
laudabilísimo  afán  en  que  á  porfía  han  contendido  y 


468  HISTORIA    DE    AVILA. 

contienden  los  propietarios  todos  y  cuantos  Ayunta- 
mientos han  gobernado  la  Ciudad  en  todo  el  tiempo 
que  queda  referido. 

Ayuntamiento.  Réstanos  para  poner  fin  al  ar- 
tículo que  liemos  titulado  Avila  civil,  hablar  déla 
nueva  casa  de  Ayuntamiento.  No  eran,  por  cierto,  de 
tal  importancia  las  destruidas  Casas  Consistoriales 
que  toda  la  presente  generación  ha  conocido ,  y  que 
contaban  poco  más  de  tres  siglos  de  existencia;  por- 
que aunque  de  una  fachada  regular  de  piedra  sillería 
con  airoso  balconaje  corrido  por  toda  ella  y  de  una 
altura  proporcionada  á  su  piso  principal,  era  pequeño 
su  salón  de  sesiones  y  más  reducidas  aún  sus  escasas 
oficinas  y  dependencias;  pero  el  progresivo  estado 
ruinoso  en  que  se  hallaban,  la  necesidad  de  local 
para  los  más  numerosos  servicios  de  su  complicada 
administración,  y  ademas  la  visible  deformidad  que 
su  fachada  presentaba  ya,  á  consecuencia  de  la  ali- 
neación dada  á  la  nueva  planta  de  la  plaza,  acelera- 
ron su  demolición.  Justificada  se  hallaba,  y  todos 
estos  defectos  han  desaparecido  con  el  nuevo,  bello, 
grave  y  sólido  edificio  que  las  ha  reemplazado,  de 
hermosa  piedra  sillería,  bien  asentada,  de  noble  as- 
pecto, digno  vestíbulo,  cómoda  escalera,  salón  de  se- 
siones decoroso,  y  entendido  compartimiento  de  todas 
sus  necesarias  dependencias.  Principióse  la  nueva 
obra  en  el  año  de  1863  y  se  concluyó  en  el  de  1868. 
Hoy,  pues,  la  casa  del  Ayuntamiento  de  Avila, 
aunque  la  última  en  el  orden  de  esta  descripción, 
puede  con  justicia  considerarse  como  la  primera  que 
se  coloca  al  frente  de  la  población  para  muestra 


DESCRIPCIÓN  VE  LA  CILDAD.  469 

del  buen  gusto  con  que  se  va  reconstruyendo  la 
Ciudad. 

AVILA  ECLESIÁSTICA. 


Si  el  cuadro  que  acabamos  de  bosquejar  bajo  su 
aspecto  civil  da  suficientes  pruebas  'de  la  importan- 
cia de  Avila  desde  fines  del  siglo  xi  hasta  que ,  con 
la  atracción  de  sus  más  altos  y  más  ricos  prohom- 
bres á  la  corte,  se  resintió,  como  las  demás  ciudades 
del  reino,  de  la  falta  de  tan  vivificadores  elementos 
de  su  prosperidad  material  y  de  su  grandeza  histó- 
rica, no  es  ciertamente  menos  bello,  sino  que  aun  le 
aventaja  y  excede  bajo  su  aspecto  eclesiástico.  De  él 
daremos  también  conocimiento  por  el  orden  ya  indi- 
cado y  de  la  manera  más  concisa  que  nos  sea  posi- 
ble, para  no  defraudar  á  la  Historia  de  la  parte  que 
de  derecho  le  corresponde  al  tratar  de  cada  una  de  las 
épocas  en  que  nacieron,  se  ensancharon  y  sufrieron 
alguna  grave  modificación,  ó  de  todo  punto  se  extin- 
guieron, ios  magníficos  y  numerosos  monumentos  ó 
instituciones,  siempre  sometidos  al  gobierno  de  la 
Iglesia. 

La  Catedral  como  templo.  Ya  queda  científica- 
mente descrita  como  fortaleza ,  que  constituía  parte 
integrante  del  plan  de  defensa  adoptado  desde  el 
tiempo  de  la  repoblación  de  la  Ciudad ,  según  la  in- 
teligente pluma  del  Sr.  Ortiz  de  Pinedo.  Incúmbeme 
ahora  considerarla  como  su  iglesia  mayor,  donde 
desde  su  fundación,  coetánea  á  la  de  las  murallas, 


470  HISTORIA    DE    AVILA. 

se  lia  dado  siempre  digno  culto  al  Salvador  de  los 
hombres,  advocación  titular  con  que  es  adorado  por 
los  avileses  en  el  misterio  de  su  Transfiguración. 
Para  hacerlo  de  una  manera  que  satisfaga  á  mis 
lectores,  abandono  también  la  descripción  vulgar 
en  que  me  empeñé  hace  muchos  años,  lego  como 
soy  en  el  estudio  de  las  bellas  artes ,  y  traigo  en  mi 
auxilio  al  sabio  arquitecto  inglés  Jorge  Edmundo 
Street  (1).  ya  citado  en  este  volumen.  No  le  copiaré 
íntegramente  en  la  descripción  que  hace  de  nues- 
tra Catedral,  porque  también  la  pinta  como  casa 
fuerte ,  porque  es  muy  extenso  y  porque  no  lo  per- 
miten los  límites  del  trabajo  que  me  he  propuesto; 
pero  extractaré  sustancialmente  los  párrafos  que 
basten ,  en  el  mismo  orden  con  que  los  escribió,  á 
dar  a  conocer  por  ellos  toda  la  importancia  de  esta 
suntuosa  iglesia. 

Dice  así :  « Dudo  muchísimo  que  alguna  parte  de 
la  Catedral  sea  de  los  tiempos  de  la  primitiva  cons- 
trucción de  la  iglesia.  Su  carácter  general  es  el  ya 
conocido  á  fines  del  siglo  xii,  pero  con  considerables 
alteraciones  y  adiciones  en  períodos  de  tiempos  más 
cercanos. 

»E1  plano  del  terreno  demuestra  la  singular  dispo- 
sición del  proyecto ,  en  que  el  presbiterio ,  con  su 
doble  nave  y  semicirculares  capillas  abiertas  en  el 
grueso  de  las  murallas,  es  de  las  obras  más  notables 
de  su  género  en  España.  El  muro  exterior  del  ábside 
es  un  semicírculo  dividido  en  secciones  por  muros  de 

(1)    En  sus  Apuntes  sohre  la  Arquitectura  gótica  en  España. 


TESCRIPCION  DE  LA  CIUDAD.  471 

esbelta  salida,  alternando  en  ellos  columnas  empo- 
tradas. Las  capillas  no  se  ven  al  exterior,  y  por  esta 
razón  parece  una  torre  avanzada  de  vasta  extensión, 
flanqueada  y  protegida  en  ambos  lados  por  los  cubos 
de  la  muralla.  Quizá  la  manera  singular  con  que 
terminó  el  alto  almenado ,  causa  la  extraña  deseme- 
janza con  io  que  estamos  acostumbrados  a  ver,  y 
llama  más  la  atención  que  ninguna  otra  belleza  co- 
nocida en  la  misma  obra,  siendo  agradable  observar 
que  tan  difícil  problema  no  presentase  dificultad  á 
aquellos  antiguos  arquitectos.  Juzgo  completamente 
imposible  que  las  capillas  interiores  en  su  actual  es- 
tado sean  del  mismo  tiempo  que  el  templo ,  aunque 
es  cierto  que  el  plan  general  es  semejante  al  de  las 
que  hay  en  el  monasterio  de  Veruela,  casi  de  la  mis- 
ma época,  y  con  ser  absidales  en  ambos  templos ,  se 
enlazan  con  el  gran  ábside.  La  gran  belleza  de  las 
aristas  de  su  estrecha  nave ,  la  ornamentación  en  lo 
alto  do  su  linda  techumbre  y  sus  delgadas  saetas  re- 
saltan, mientras  sus  atrevidas  sencillas  columnas 
sostienen  tres  dardos  del  costado  contiguo  de  la  na- 
ve. La  ornamentación,  pues,  es  verdaderamente  bue- 
na en  extremo.  Un  cuidadoso  examen  de  la  del  coro 
muestra  evidentemente  lo  mucho  que  se  alteró  el 
plan  primitivo  de  la  iglesia  en  sus  adelantos  sucesi- 
vos, aunque  no  dejen  de  ser  indicio  de  una  ilustra- 
ción más  ventajosa  de  cada  época;  siendo  el  objeto 
dominante  del  nuevo  arquitecto  sacrificar  las  tres 
entradas  al  presbiterio  (el  tríforium)  para  sacar 
iguales  en  anchura  todas  sus  divisiones,  así  en  ei 
ábside  como  en  los  muros  del  costado.  La  capilla 


472  HISTORIA    DE    AVILA. 

mayor  ó  santuario  recibe  luces  de  diez  y  seis  anchas 
ventanas  de  arco  redondo,  bien  delineadas,  con  capi- 
teles ricamente  festonados.  El  crucero  tiene  ei  mis-, 
mo  género  de  construcción  que  el  coro,  y  mucho 
más  atrevida,  porque  no  están  los  capiteles  de  orna- 
mentación sobre  las  columnas  que  dividen  las  naves  ► 
El  resto  de  la  iglesia  fué  tan  alterado  en  el  siglo  xiv^ 
que  todo  su  carácter  presenta  el  de  esta  época. 
Todas  las  ventanas  están  ricamente  moldeadas,  y 
los  estribos  bien  desenvueltos  en  sus  ángulos;  pero 
por  desgracia  la  parte  más  alta  de  los  muros  exte- 
riores es  una  línea  labrada  de  ladrillo  debajo  del 
alero  del  pobre  tejado.  La  belleza  de  su  primitiva 
elevación,  siempre  interesante,  es  aquí  incierta  é 
insegura.  Hay  dos  torres  al  fin  de  las  naves  que  no 
se  abren  en  sí  mismas ,  sino  que  tienen  la  entrada 
en  ios  costados  de  los  muros  del  templo:  la  del 
Sudoeste  no  está  concluida,  pero  la  del  Noroeste 
es  una  bellísima  obra  de  la  primitiva  época.  Tiene 
magníficos  estribos  y  hueco  para  el  campanario, 
con  dos  ventanas  en  cada  lado  de  elevadas  moldu- 
ras triangulares,  y  debajo  del  almenado  una  línea 
de  rica  labor.  Los  ángulos  internos  y  externos  es- 
tán esculpidos  de  una  abundancia  de  bolas ,  que  á. 
cierta  distancia  produce  el  mismo  efecto  que  un  or- 
namento inglés  de  botones  de  flor,  dando  un  aire  de 
riqueza  á  toda  la  obra ;  y  el  parapeto  concluye  con 
una  albardilla  puntiaguda ,  como  recuerdo  de  una 
muralla  morisca.  La  puerta  del  Norte  es  de  grandes 
dimensiones,  tiene  seis  estatuas  de  nicho  en  cada 
lado :  entre  el  cerramiento  del  frontis  y  su  cornisa. 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  CIUDAD.  473 

está  esculpido  el  Salvador  con  una  aureola  en  el 
centro,  la  última  cena  y  la  traición  de  Judas,  bajo  al- 
gunos ángeles,  j  encima  la  coronación  de  la  Santí- 
sima Virgen.  Los  órdenes  de  la  arquivolta  están  lle- 
nos con  figuras  representando  la  Resurrección  de  los 
muertos  y  la  Adoración  de  los  reyes:  tiene  gran 
semejanza  todo  este  compartimiento  con  el  corres- 
pondiente á  las  iglesias  de  Burgos  y  León ;  y  le  pre- 
cede un  pórtico  de  escaso  fondo,  formado  por  los  es- 
tribos de  ambos  lados.  Sobre  las  sacristías  hay  un 
tejado  original  ó  primitivo  de  piedra,  extremada- 
mente bueno ,  y  del  cual  parece  que  debió  estar  en 
la  antigüedad  cubierto  todo  el  templo.  El  declive  de 
este  tejado  estaba  formado  por  piedras  alternativa- 
mente ahuecadas ,  descansando  las  unas  sobre  las 
otras,  descubierta  cada  una  en  ocho  pulgadas  para 
cubrir  las  junturas,  método  muy  semejante  al  de  las 
antiguas  construcciones  de  Irlanda. 

»E1  claustro  colocado  tras  el  muro  de  la  nave  de 
Mediodía  está  desatendido  y  mutilado  hace  tiempo:  se 
construyó  probablemente  á  principios  del  siglo  xiv, 
tiene  anchas  y  bien  delineadas  ventanas,  general- 
mente, de  cuatro  huecos,  pero  ahora  tapiados  muchos 
y  con  sus  puntas  ó  remates  destruidos ;  su  bóveda  ó 
techumbre  es  muy  bella,  y  vistosa  la  piedra  jaspeada 
que  le  cubre.  Hay  una  capilla  anchurosa  del  siglo  xv 
en  su  costado  oriental  (la  del  Cardenal  Cervantes);  las 
ventanas  de  esta  capilla  están  cubiertas  de  un  rudo 
ornamento,  indicio  de  la  época  de  su  construcción. 
No  debe  omitirse  el  hablar  de  los  adornos  interiores 
de  la  Catedral;  algunos  son  muy  bellos.  El  retablo 


474  HISTORIA    DE    AVILA, 

del  altar  mayor  es  grandioso,  tiene  cinco  lados,  que 
siguen  el  contorno  absidal,  y  tres  cuerpos  de  eleva- 
ción. El  inferior  está  ocupado  con  los  cuadros  de  los 
cuatro  Evangelistas  y  cuatro  Doctores  de  la  Iglesia, 
pintados  en  sus  entrepaños,  y  San  Pedro  y  San  Pablo 
en  el  centro.  El  intermedio  muestra  la  Transfigura- 
ción en  el  punto  central,  la  Anunciación,  el  Nacimien- 
to, la  Adoración  de  los  Magos  y  la  Presentación  en  el 
Templo  en  los  costados;  y  en  el  cuerpo  más  alto  ocu- 
pa el  sitio  principal  la  Crucifixión,  y  en  los  costados 
están  los  Azotes,  la  Agonía,  la  Resurrección  y  la 
Bajada  á  los  infiernos.  Fueron  sus  pintores  Santos 
Cruz,  Pedro  Berruguete  y  Juan  de  Borgoña.  Algunas 
de  estas  pinturas  tienen  gran  mérito,  sobre  todas 
San  Mateo,  á  quien  un  ángel  sostiene  el  tintero;  la 
Adoración  y  alguna  otra  están  admirablemente  de- 
liueadas  y  pintadas.  La  obra  de  madera  está  rica- 
mente esculpida  y  dorada,  con  mezcla  de  los  estilos 
gótico  y  del  renacimiento.  La  ornamentación  del  coro 
es  también  del  renacimiento.  Hay  una  gruesa  verja 
bronceada  que  cierra  el  presbiterio,  sus  puertas  y  el 
coro ;  y  otras  de  más  baja  barandilla  sirven  de  paso 
expedito  del  uno  al  otro.  Una  escalinata  de  siete  gra- 
das para  ascender  al  altar,  el  magnífico  color  del  re- 
tablo y  el  contraste  de  las  luces  por  cristales  de  co- 
lores de  época  remota,  dan  á  todo  el  templo  un  as- 
pecto sumamente  grandioso  y  bello.» 

Hasta  aquí  el  extracto  que  me  be  permitido  liacer 
de  la  larga  descripción  del  sabio  Street,  que,  sin 
embargo,  se  limitó  á  tratar  los  puntos  que  creyó  más 
esenciales,  más  bellos  y  notables  de  la  Catedral;  pero 


HESCRIPCION  DE  LA  CIUDA:).  475 

cü  mí  seria  una  imperdonable  omisión,  si  no  comple- 
tase este  caadro,  siquiera  sea  á  grandes  rasgos  y  sin 
arte,  indicando  el  origen  y  enumerando  con  rapidez 
otras  partes  del  templo,  á  que  mis  paisanos  profesan 
profunda  estimación  y  respeto. 

Edificó  la  Catedral  el  Conquistador  D.  Alonso  VI; 
faé  el  Arquitecto  el  maestro  Alvar  García,  natural 
de  Estella:  se  comenzó  la  obra  en  1091,  y  duró  diez 
y  seis  años.  La  puerta  principal,  que  es  la  de  Occi- 
dente, tiene  una  extensa  á  la  par  que  minuciosa  or- 
namentación de  piedra  blanca  ñna,  es  de  grande  al- 
tura y  se  destaca  notablemente  entre  el  oscuro  color 
de  la  de  sillería  de  granito  de  toda  la  fabrica,  con  las 
imágenes  de  San  Segundo,  los  Santos  Vicente,  Sa- 
bina y  Cristeta,  Santa  Teresa  de  Jesús  y  el  Arcángel 
San  Miguel.  La  puerta  del  Este  corresponde  á  la  ca- 
pilla de  San  Segundo,  descansa  sobre  una  doble  es- 
calinata, según  ya  queda  referido,  y  figuran  en  ella 
las  estatuas  de  Santiago,  San  Juan  Evangelista,  y 
en  el  centro  la  del  Santo  Obispo,  nuestro  patrón,  y 
la  capilla  es  de  piedra  berroqueña  en  los  muros,  y  de 
arenisca  jaspeada  en  las  bóvedas;  la  nave  absidal 
detras  del  presbiterio  presenta  de  gran  bulto  los  cua- 
tro Evangelistas  y  en  un  rico  y  magnífico  relieve 
al  venerado  y  venerable  Prelado  abulense  D.  Alonso 
de  Madrigal,  el  Tostado.  Dos  magníficos  y  costosos 
pulpitos,  uno  de  estilo  ojival,  otro  del  renacimiento, 
estriban  en  las  columnas  de  los  arcos  intermedios  de 
la  capilla  mayor  y  el  coro,  á  los  que  están  adosados 
los  dos  altares  colaterales  de  San  Segundo  y  Santa 
Catalina,  de  fino  alabastro  fabricados. 


I 


476  HISTORIA    DE    AVILA, 

El  trascoro  de  la  Catedral  es  otra  de  sus  notables 
y  majestuosas  partes,  no  tanto  por  los  bellos  medio 
relieves  relativos  al  nacimiento  é  infancia  de  Jesús, 
cuanto  por  la  magnífica  perspectiva  que  presenta  de 
la  grandiosidad  del  templo ,  y  el  gigantesco  Cristo 
crucificado  de  exquisito  alabastro  sobre  el  valentísimo 
rebajado  arco  que  le  cierra.  Su  sillería  de  nogal  es  del 
mejor  gusto  y  detalla  muy  bien  labrada;  y  un  gran 
órgano  á  cada  lado  coronan  esta  importante  parte  de 
la  iglesia.  La  pila  bautismal  de  los  desvalidos  niños 
de  la  Inclusa,  las  hermosas  figuras  de  mármol  de 
Carrara  de  la  Santísima  Virgen  al  pié  de  la  Cruz  te- 
niendo en  el  regazo  á  su  difunto  liijo  el  Salvador  del 
mundo,  y  de  San  Felipe  Neri  y  Santa  Juliana  de  Fal- 
coneri  en  la  capilla  de  la  Blanca,  la  de  la  Concep- 
ción, qae  le  es  contigua,  muy  estimable  por  sus  bellos 
cuadros,  las  dos  puertas  laterales  del  claustro,  sus 
capillas  tituladas  de  las  Cuevas,  del  Cristo  de  las 
Batallas  y  de  la  Virgen  de  la  Claustra,  la  mucho  más 
espaciosa  de  los  Marqueses  de  Velada,  añadida  á  la 
nave  del  lado  del  Evangelio,  así  por  su  agradable 
claridad  y  altar  mayor ,  como  por  los  preciosos  reli- 
carios de  sus  colaterales,  enriquecida  en  los  últimos 
años  con  tres  objetos  de  la  devoción  de  los  avileses, 
la  Virgen  de  la  Caridad,  muy  visitada  por  Santa  Te- 
resa ,  la  preciosa  eñgie  de  San  Lázaro ,  y  el  cuerpo 
del  mártir  San  Vidal;  y  para  poner  término  á  esta 
enumeración,  más  que  descripción,  la  magnífica  sa- 
cristía, en  la  que  entre  muchas  ricas  pinturas  sobre- 
sale el  precioso  altar  de  alabastro  dedicado  á  San 
Bernabé,  salón  tan  célebre,  porque  siendo  en  el  si- 


DESCRIPCIÓN  DE  LA    CIUDAD.  477 

glo  XVI  la  Sala  Capitular,  en  él  celebró  sus  sesiones 
la  Santa  Junta  de  los  Procuradores  de  las  Comuni- 
dades de  Castilla,  forman  el  gran  conjunto  de  las 
cosas  más  notables  de  la  Catedral.  Hablar  de  sus 
vasos  V  ornamentos  sagrados,  de  sus  numerosas  v 
Santas  reliquias,  de  sus  muchos  y  notabilísimos  se- 
pulcros de  personajes  célebres  en  santidad  y  virtud, 
armas  y  letras,  y  de  otros  objetos  dignos  de  estudio, 
nos  llevarla  muy  lejos  del  concebido  propósito ,  y  tal 
vez  no  con  mucho  acierto,  entregados  sólo  á  nues- 
tros personales  esfuerzos;  que  no  siempre  se  acierta 
á  escoger  las  personas  á  quienes  se  piden  datos,  que 
les  fuera  fácil  darlos.  En  toda  nuestra  obra,  sin 
embargo,  reunimos  cuantas  noticias  hemos  podido 
recaudar. 

PARROQUIAS  EXISTENTES. 


San  Pedro.  No  vacilamos  en  colocar  la  primera 
de  las  ocho  que  existen,  y  aun  de  las  diez  y  nueve  á 
cuyo  número  llegaron,  como  diremos  en  la  Historia, 
la  iglesia  de  San  Pedro ,  Apóstol,  aunque  convenci- 
dos de  que  es  mucho  más  antigua  en  su  primera  edi- 
ficación la  de  los  santos  mártires  Vicente ,  Sabina  y 
Cristeta.  Pero  está  dedicada  al  Príncipe  de  los  Após- 
toles, y  es  natural  hablar  de  su  templo  después  de  el 
del  Salvador,  que  es  la  Catedral.  Ha  sido  ademas  la 
cabeza  del  Arciprestazgo  á  que  dio  nombre  por  gran 
espacio  de  tiempo:  su  cura  rector  es  el  presidente  del 
Cabildo  parroquial,  compuesto  del  clero  de  todas  las 


478  HISTORIA    DE    AVILA. 

feligresías  de  la  Ciudad :  tiene  asiento  alto  de  honor 
en  el  coro  de  la  Catedral ,  vistiendo  la  capa  coral  de 
sus  prebendados;  y  finalmente,  después  de  largas 
contiendas  judiciales  que  sostuvo  esta  iglesia  con  la 
de  San  Vicente  sobre  la  declaración  do  su  mayor  an- 
tigiiedad,  y, por  consiguiente,  de  precedencia  de  de- 
recho y  honor ,  obtuvo  tal  declaración ,  si  bien  te- 
niendo que  ceder  en  las  procesiones  públicas  su  lu- 
gar á  la  de  los  Santos  Mártires  desde  la  mitad  de  la 
carrera,  verificándose  esta  transacción  en  obsequioso 
respeto  á  los  títulos  que  respectivamente  en  su  favor 
se  alegan.  Su  construcción  es  anterior  al  tiempo  de 
la  reedificación  de  la  Ciudad ,  como  ya  lo  demostra- 
remos en  la  narración  histórica ,  pues  se  hace  men- 
ción de  este  gran  templo  en  la  concordia  que  todas 
las  parroquias  de  Avila  celebraron  con  la  Mitra  y  el 
cabildo  de  la  Catedral  de  una  parte ,  y  de  otra  con  el 
Concejo  y  gobierno  de  la  Ciudad  en  el  año  de  1254; 
documento  á  que  habremos  de  referirnos  muchas 
veces,  como  dato  importante  de  la  cronología  ecle- 
siástica. Hállase  situada  esta  memorable  iglesia 
en  espacioso  sitio,  ostentando  su  fachada  princi- 
pal, que  mira  á  Poniente,  en  el  lienzo  Oriental  del 
Mercado  Grande,  haciendo  frente  al  magnífico  arco 
del  Alcázar:  su  fábrica  solidísima  de  piedra  arenis- 
ca jaspeada,  que  el  transcurso  del  tiempo  ha  con- 
vertido en  un  color  rojizo  general  en  la  parte  ex- 
puesta á  la  intemperie,  pertenece  á  la  arquitectura 
bizantina  más  severa,  que  el  sabio  inglés  Street  ape- 
llida romanesca,  en  la  bella  descripción  que  también 
hace  de  este  templo :  y  aunque  el  cuerpo  do  la  igle- 


DESCRIPCIÓN  DE  LA   CIUDAD.  479 

sia  es  en  verdad  majestuoso,  Lo  son  más  los  brazos 
de  sil  crucero,  construidos  por  el  inolvidable  obispo 
D.  Francisco  Ruiz.  Como  se  halla  edificada  en  terre- 
no llano  V  despejado  por  todos  sus  lados ,  permite  el 
agradable  estudio  del  grave  y  simétrico  aspecto  de 
los  tres  ábsides  que  forman  el  altar  mayor  y  sus  co- 
laterales. 

Contribuyen  á  dar  hermosura  y  gallardía  á  toda 
la  ohra  su  grande  y  arqueada  puerta  principal  en  la 
fachada  occidental  sobre  un  espaciosísimo  atrio ,  en 
que  brilla  por  ventana  circular  un  grande  rosetón ,  y 
las  dos  que  están  á  los  costados  inmediatas  al  cilice- 
ro.  Tiene  esta  iglesia  grande  semejanza  y  analogía 
en  muchos  puntos  de  su  construcción,  antigüe lad, 
compartimiento  y  gallardía  con  la  de  San  Vicente. 
Y  como  de  ella  hablará  por  nuestro  medio  la  lengua 
de  la  ciencia  en  el  brevísimo  extracto  de  la  gran 
descripción  artística  que  de  tan  interesante  y  vene- 
rado templo  de  la  Cristiandad  hizo  veinte  años  há 
nuestro  compatricio,  el  laborioso  y  entusiasta  arqui- 
tecto D.  Andrés  Hernández  Callejo,  bien  podemos 
asegurar  que  será  aplicable  en  gran  parte  á  San 
Pedro  y  hasta  cierto  punto  á  Santiago ,  San  Andrés 
y  hasta  á  Nuestra  Señora  de  la  Cabeza,  aunque  gra- 
dualmente y  en  muy  inferiores  escalas ,  cuanto  nos 
dice  más  adelante  en  su  informe  sobre  la  basílica  de 
San  Vicente.  En  esta  iglesia  se  bautizó  el  venerable 
sacerdote  Juan  de  Briviesca,  de  quien  haremos  hon- 
rosa mención  en  la  Historia,  así  como  de  las  insignes 
casas  nobles  que  pertenecieron  á  su  feligresía,  y 
también  reservamos  para  entonces  el  dar  razón  del 


480  HISTORIA    DE    AVILA. 

tremendo  y  lúgubre  cortejo  que  de  ella  salió  para 
la  ejecución  del  auto  de  fe  contra  los  autores  del  exe- 
crable martirio  del  ]Siño  de  la  Guardia,  de  que  deja- 
mos hecha  ligera  indicación. 

San  ^JCE^■TE.  Muchas  páginas  habríamos  de 
ocupar  para  describir  dignamente  este  monumento 
célebre  en  toda  la  Cristiandad,  en  la  arquitectura  y  en 
la  historia,  no  ya  solamente  de  Avila,  sino  de  los  an- 
tiguos reinos  de  Castilla  y  de  León,  aunque  no  hicié- 
semos más  que  un  reducidísimo  extracto  del  curioso 
y  extenso  manuscrito  que ,  con  el  título  de  Historia 
y  grandezas  del  insigne  temiólo,  lasilica  y  santuario 
de  los  Santos  Vicente,  iS ahina  y  Cristeta ,  escribió  el 
erudito  y  entendido  Bartolomé  Fernandez  Valencia, 
beneficiado  de  esta  iglesia  y  muy  benemérito  hijo  de 
Avila;  códice  precioso  que  indudablemente  aventaja 
á  muchas  crónicas ,  leyendas  y  noticias  relativas  á 
la  historia  de  nuestra  Ciudad.  Pero  teniendo  en  cuen- 
ta los  estrechos  límites  que  consiente  la  concisión 
que  he  impuesto  á  estos  apuntes  descriptivos,  no  los 
traspaso ,  puesto  que  en  la  relación  histórica  me  he 
de  permitir  hacer  importantes  excursiones  hacia  este 
venerando  templo  en  las  diversas  épocas  que  habré 
de  bosquejar  y  en  las  que  la  basílica  de  San  ^'ícente 
fué  siempre  objeto  de  la  más  interesante  espectacion. 

El  nombre  de  los  tres  jóvenes  mártires  San  Vi- 
cente y  sus  hermanas  Sabina  y  Cristeta ,  que  lleva 
esta  célebre  y  majestuosa  iglesia,  es  el  testimonio 
más  irrefragable  de  que  se  levantó  á  su  honra  y  glo- 
ria ,  para  que  en  ella  se  conservase  siempre  viva  la 
fe  de  Cristo ,  que  confirmaron  con  su  sangre  en  el 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  CIUDAD.  481 

martirio.  La  época  de  la  persecución  en  que  se  yeri- 
ficó ;  el  motivo  j  origen  del  templo  que  por  prime- 
ra vez  se  lovantó  en  loor  de  estos  santos  mártires; 
la  ligera  y  natural ,  pero  crítica,  indispensable  y  jus- 
tiñcada  rectificación  del  año  á  que  se  atribuye  su 
fundación,  para  que  concuerde  con  las  prescripciones 
de  la  cronología ;  las  vicisitudes  por  que  pasó  esta 
siempre  venerada  iglesia  en  la  tan  larga  como  peno-  . 
sa  dominación  sarracénica,  que  para  Avila  duró  por 
espacio  de  doscientos  setenta  y  seis  años  hasta  su 
última  reconquista ;  los  medios  empleados  para  sal- 
varla del  incendio  y  devastación;  los  piadosos  esfuer- 
zos hechos  por  muchos  monarcas  de  Castilla,  desde 
Fernando  III  el  Santo,  para  su  sucesiva  reparación  y 
engrandecimiento,  hasta  ponerle  en  el  estado  en  que 
hoy  le  vemos;  el  prestigio  político-religioso  que  ad- 
quiriera llegando  á  ser  una  de  las  más  célebres  igle- 
sias jiiraderas  de  Castilla,  y  otras  muy  notables 
particularidades  que  tan  distinguido  renombre  han 
dado  á  este  santo  templo,  no  son  asunto  de  estos 
apuntes  descriptivos,  y  expuestas  serán  en  más  opor- 
tuno lugar  en  nuestra  Historia.  Por  ahora  basta  que 
demos  noticia  d'3  las  bellezas  artísticas  del  edificio. 
Su  arquitectura  es  indudablemente  bizantina;  y 
basta  este  sólo  dato  para  prueba  de  dos  verdades:  la 
una,  que  tal  cual  es  hoy,  no  fué  el  primer  templo  que 
se  construyó  á  principios  del  siglo  iv,  porque  entonces 
no  se  conocía  ni  á'm  en  la  misma  Constantinopla  el 
género  arquitectónico  que  mereció  el  nombre  de  bi- 
zantino, bajo  el  imperio  de  Justiniano,  en  el  siglo  vi: 
la  otra,  que  dominada  ya  España  por  la  cimitarra 

TOMO    I.  31 


482  HISTORIA    BE    AVILA. 

de  Damasco,  desde  principios  del  viii,  época  en  que 
aún  no  se  liabia  difundido  tal  orden  do  arquitectura 
por  Castilla,  mal  pudo  aplicarse  á  un  templo  cristia- 
no, bajo  la  dominación  de  los  árabes,  ni  en  ios  cor- 
tos intervalos  en  que  Avila  se  veia  libre  de  africa- 
nos, porque  no  era,  en  verdad,  tiempo  oportuno  para 
ediñcar  iglesias  á  los  mártires  de  Cristo ;  y  por  con- 
siguiente, que  sólo  cuando  á  consecuencia  de  la  re- 
conquista de  Toledo  se  aseguró  la  repoblación  de 
Avila,  fué  la  época  de  la  ediñcacion  del  segundo 
templo  de  San  Vicente,  sobre  el  terreno  mismo  que 
ocupó  el  primero.  Pero  ni  aun  tal  como  pudo  cons- 
truirse en  el  siglo  xi,  coetáneo  al  de  San  Pedro,  es 
como  hoy  le  conocemos.  Las  restauraciones  hechas 
por  San  Fernando  y  su  hijo  el  sabio  Alfonso,  por  don 
Alonso  XI  y  otras  posteriores,  forman  el  conjunto  ac- 
tual de  sus  bellezas.  Foro  para  no  errar  nosotros  en 
la  conveniente  descripción  de  ellas ,  que  no  sabría- 
'mos  bien  ponderar,  extractaremos  lo  más  puntual, 
pero  ligeramente  posible,  la  extensa  y  acabada  que 
de  este  gran  monumento  de  las  artes  hizo  el  arqui- 
tecto D.  Andrés  Plernandez  Callejo,  cuando  amena- 
zando ruina  la  nave  lateral  del  Sur  y  una  de  sus 
torres,  se  encargó  de  la  importante  obra  de  su  repa- 
ración, y  la  llevó  á  feliz  término,  procurándose  con 
incansable  celo  recursos  pecuniarios  con  que  aten- 
der á  sus  gastos,  y  para  los  que  contribuyó  con  más 
de  cien  mil  reales  el  artículo  del  presupuesto  del  Es- 
tado con  destino  á  la  reparación  de  templos,  cuando 
su  inversión  corria  á  cargo  del  Pieal  Consejo  de  la  Cá- 
mara eclesiástica ,  de  que  á  la  sazón  el  autor  de  esta 


CESCRirClOX  DE  LA  CIL'DAD.  483 

Historia  era  individao.  He  aquí  su  extracto  (1),  en 
el  que  á  la  vez  indico  algunas  noticias  puramente 
canónicas  ó  iitárgicas  de  la  disciplina  antigua  de  la 
Iglesia. 

La  Basílica  de  San  Vicente,  situada  al  Este  extra- 
muros de  la  población,  se  halla  construida  sobre  una 
roca  granítica  en  la  falda  de  una  colina,  a  la  inme- 
diación de  la  carretera  de  Madrid,  formando  parte 
del  arrabal  que  se  extiende  en  un  terreno  desigual 
por  los  barrios  de  San  Andrés  j  San  Francisco,  donde 
principia  el  camino  del  Norte  que  conduce  á  Arévalo 
y  Valladolid.  Desde  este  campo,  y  sobre  la  indicada 
carretera,  es  donde  ostenta  la  Basílica  todas  sus  be- 
llas formas,  completando  este  magnífico  monumento 
de  la  Edad  Media  el  interesante  panorama  que  pre- 
senta la  Ciudad  por  el  Norte  con  las  cortinas  y  cu- 
bos de  su  almenada  muralla. 

La  fábrica  primitiva  de  este  templo  es  do  piedra 
arenisca  de  colores  jaspeados  de  dorado,  rojo  y  otros 
que  presentan  un  cambiante  de  medias  tintas  dulces 
y  agradables.  En  ella  se  ve  empleado  el  sistema  grie- 
go de  hiladas  de  desigual  altura  en  un  mismo  muro. 
Su  planta,  de  una  forma  sencilla  y  perfecto  dibujo,  es 
de  cruz  latina,  dividiéndose  en  tres  naves  paralelas 
entre  sí  y  separadas  por  dos  ñlas  de  gruesos  pilares 
en  la  longitud  de  Este  á  Oeste  y  otra  en  la  de  Norto  á 
Sur,  terminando  por  su  parte  oriental  en  otros  tantos 
ábsides  y  siendo  mayor  el  del  centro  que  los  laterales, 


(1)  Memoria  histórica-descripti-  de  la  Ciudad  de  Avila,  por  D.András 
va  sobre  l.i  basílica  de  los  s.-intos  Hernández  Callejo.— Madrid,  1849. 
niárlires  Vicenie,  Sabina  y  Cristeta, 


484  HISTORIA    CE    AVILA. 

proporción  que  guardan  igualmente  las  tres  naves. 
Por  la  parte  del  Oeste  termina  esta  planta  esencial- 
mente latina  en  dos  capillas  con  un  altísimo  pórtico 
intermedio  que  se  extienden  en  toda  la  longitud  de 
la  fachada  principal :  la  primera  destinada  en  la  an- 
tigua disciplina  á  la  instrucción  y  purificación  de 
los  catecúmenos,  y  la  segunda  á  los  penitentes  y 
pecadores  que  con  oraciones  y  lágrimas  pedian  du- 
rante las  ceremonias  religiosas  el  ser  admitidos  á  la 
contemplación  de  ellas.  En  una  de  estas  dos  capillas 
exteriores  existia  la  fuente  de  purificación ,  como  se 
denota  aún  por  la  gran  basa  circular  que  existe  en 
ella,  hasta  que  con  el  nombre  de  pila  ba-utismal  se 
trasladó  á  un  recinto  de  verjas  de  hierro  en  la  prime- 
ra capilla  de  la  nave  colateral  del  Norte. 

Estaba  destinada  esta  en  la  antigüedad  para  las 
mujeres,  y  la  del  Sur  para  los  hombres;  si  bien  ocu- 
paban estos,  en  otras  iglesias  del  mismo  género,  las 
naves  en  su  planta  baja,  y  aquellas  en  la  alta,  y  de 
que  por  cierto  no  carece  esta  iglesia.  En  unas  y  en 
otras  habia  puestos  preferentes ,  que  eran  ocupados 
por  personas  distinguidas;  así  que  en  la  colateral  de 
los  varones  se  hallaba  el  destinado  á  los  prohombres 
de  la  Ciudad,  y  en  la  de  las  mujeres  otro  para  las  es- 
posas é  hijas  de  aquellos.  En  el  espacio  comprendido 
entre  la  puerta  principal,  llamada  Porta- Basüica,  y 
la  Porta-Speciosa ,  marcada  por  el  cancel  ó  verja  de 
hierro  que  divide  el  templo  en  dos  cuerpos ,  se  ha- 
cían las  procesiones ,  y  durante  las  ceremonias  reli- 
giosas se  colocaban  cerca  del  cancel  los  que  comul- 
gaban, detras  de  estos  los  penitentes  y  catecúmenos 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  CIUDAD.  485 

va  bastante  instruidos,  y  por  último  los  catecúmenos 
más  neófitos. 

Tanto  la  nave  colateral  del  Norte  como  la  del 
Sm*,  tienen  en  el  templo  dos  espaciosas  puertas  que 
manifiestan  el  deseo  que  hubo  de  conservar  las  for- 
mas de  la  primitiva  Iglesia,  requisito  que  no  se  guar- 
dó con  tanto  esmero  en  otros  templos  de  la  cristian- 
dad durante  el  mismo  siglo.  El  segundo  cuerpo  de 
la  iglesia  estaba  destinado  al  coro,  en  cuyo  recinto  y 
en  el  último  pilar  al  lado  del  Evangelio,  espacio  que 
da  ingreso  al  crucero,  se  contempla  el  pulpito  de 
hierro  que  debió  sustituir  á  otro  que  fuese  más  ade- 
cuado á  la  fábrica  y  gusto  de  este  templo ,  y  que  se 
destruiría  cuando  se  repararon  los  cuatro  pilares  de 
los  arcos  torales.  En  el  costado  de  la  nave  colateral 
del  Norte  comprendido  en  este  segundo  cuerpo  del 
templo,  se  halla  situada  la  escalera  que  conduce  á 
las  criptas,  en  un  todo  iguales  á  los  tres  ábsides,  y 
que  se  halla  alumbrada  por  una  claraboya  abierta 
en  el  pavimento  de  la  nave  del  crucero ,  siendo  do 
este  modo  fácil  y  cómodo  el  continuo  uso  que  hace 
de  ella  el  pueblo  para  venerar  en  esta  segunda  igle- 
sia á  la  Virgen  de  la  Soterraüa.  Aquí  es  donde  se 
enseña  el  agujero  ó  sinuosa  grieta  del  peñasco ,  de 
que ,  según  la  piadosa  tradición  refiere ,  salió  una 
serpiente  para  devorar  al  judío,  después  fundador 
del  primer  templo,  y  por  donde  volvió  á  ocultarse  el 
tremendo  reptil  cuando  le  dejó  libre  y  desapareció  de 
su  vista .  como  lo  explicaremos  en  la  Historia ;  por- 
que es  de  advertir  que  este  es  el  sitio  donde  fueron 
arrojados  los  cuerpos  de  los  mártires.  En  el  ábside 


486  líISTOlllA    DE    AVILA. 

central  destinado  al  presbiterio  está  el  altar  mayor 
adosado  al  retablo  churrigueresco  que  sustituyó  á 
otro  más  elegante  pintado  en  tablas.  Se  halla  cerra- 
do por  un  cancel  enfrente  del  altar ,  llamado  Porta 
sancta.  Los  ábsides  menores  hoy  son  capillas  cola- 
terales. La  sacristía,  construida  en  la  escuadra  ex- 
terior que  forma  la  nave  del  crucero  con  la  colateral 
del  Norte,  vino  con  posterioridad  á  interrumpir  y 
afear  el  bello  dibujo  de  la  planta  descrita  hasta  aquí. 
Otro  aditamento,  si  bien  de  no  escaso  mérito  ar- 
tístico, termina  esta  planta.  En  la  fachada  del  Sur 
existe  un  largo  y  ancho  pórtico  de  ligera  arquitec- 
tura y  muy  buen  estilo,  el  cual  se  pensó  continuar 
por  Oeste  y  Norte,  como  lo  indica  el  arranque  de  un 
arco  que  mira  á  este  último  punto  cardinal.  Su  colo- 
cación no  está  estudiada  con  los  contrafuertes  del 
muro  del  templo,  y  este  es  un  defecto  lastimoso  y 
un  indicio  de  que  se  atendió  á  lucir  y  aplicar  en  este 
sitio  un  proyecto  no  creado  para  él.  Su  pavimento, 
cubierto  de  sepulturas  con  inscripciones  ya  poco  le- 
gibles y  con  escudos  de  armas  de  muchos  caballeros, 
hace  creer  que  era  el  sitio  destinado  al  enterramien- 
to de  los  nobles.  Ademas  el  cementerio  se  extendía, 
según  lo  indica  la  barbacana  que  partía  de  la  fachada 
del  Sur,  como  adosada  á  uno  de  los  contrafuertes  de 
la  nave  del  crucero,  por  todo  el  sitio  que  hoy  ocupa  el 
bello  y  reciente  muro  de  contención  de  la  carretera 
de  Madrid,  á  unirse  por  el  Oeste  con  el  pretil  que  se 
demuestra  en  la  fachada  del  Norte  y  terminar  en  el 
muro  de  la  sacristía,  según  lo  comprueban  los  varios 
sepulcros  exteriores  del  templo.  En  las  naves  colate- 


DESCRirCIO-N  TE  LA  CU  DAD.  487 

rales  y  en  sus  primeras  capillas  hay  practicadas  dos 
buenas  escaleras  de  caracol,  construidas  de  piedra, 
desgraciadamente  arenisca,  que  suben  á  las  dos  tor- 
res y  á  una  tribuna  que  corresponde  á  la  parte  su- 
perior de  la  Porta-Basílica,  la  cual  es  de  un  gusto 
tan  sencillo  y  bello  que  completa  una  obra  llena  de 
detalles  y  formas  elegantes.  Otras  dos  escaleras 
abiertas  en  la  nave  del  crucero  facilitan  la  subida  á 
las  galerías  altas,  á  la  armadura  del  pórtico  y  al  ór- 
gano colocado  al  lado  del  Evangelio,  entre  los  dos 
pilares  de  la  capilla  en  que  se  halla  la  entrada  de  las 
criptas.  La  fachada  principal  se  encuentra  mutilada 
de  una  de  sus  torres  por  la  irresistible  acción  del 
tiempo,  y,  lo  que  es  peor,  profanada  después  por  la 
ignorancia  que  interrumpió  la  línea  angular  del  Sur 
con  la  prolongación  del  pórtico  de  otro  género  de 
arquitectura  y  de  otra  construcción,  pero  que  estaba 
destinada  á  ser  tan  simétrica  y  bella  como  lo  es  la  pos- 
terior. Esta  es  la  última  parte  de  la  reparación  que 
se  encomendó  al  arquitecto  Hernández  Callejo,  que 
la  ejecutó  de  una  manera  tan  perfecta  quenada  dejó 
que  desear,  pues  se  confunden  sin  conocerse  las  par- 
tes nueva  y  vieja  de  la  obra.  El  alma  se  indigna' 
al  ver  maltratadas  y  poco  menos  que  destruidas  las 
archivoitas  déla  Porta-Basílica,  sembradas  de  ricos 
follajes  entrelazados  con  caprichosos  animales  de 
gracioso  dibujo  y  de  colocación  elegante,  los  cuales 
ñguran  salirse  de  la  lacería  afiligranada  que  los  su- 
jeta. ¡Imposible  parece  que  tanta  belleza  no  hablase 
al  corazón  más  insensible  y  contuviese  los  golpes  de 
su  mano  brutal !  La  torre  que  subsiste  es  obra  tan 


488  HISTORIA    DE    AVILA. 

perfecta  y  original,  que  no  hallamos  nada  con  que 
compararla.  Sus  cuatro  frentes  son  ligeras  espada- 
ñas unidas  entre  sí  hasta  cierta  altura,  y  en  cada 
una  se  ofrece  una  graciosa  crestería  de  piedra  berro- 
queña, dando  á  esta  parte  del  edificio  mucha  nove- 
dad y  belleza.  Por  ser  todo  en  este  cuerpo  curioso,  lo 
son  los  tres  arcos  del  campanario ,  iguales  en  cada 
uno  de  sus  cuatro  frentes,  pues  triunfando  el  central 
.sobre  sus  latsrales  más  estrechos,  cada  cual  termina 
con  una  archivolta  inversamente  colocada ,  y  tanta 
en  sus  molduras  como  en  las  jambas  del  arco  cen- 
tral, se  ven  dos  ovarios  presentando  muy  buen  efecto 
de  claro  oscuro,  decoración  que  tiene  también  la  im- 
posta general  sobre  que  descansa  este  último  cuerpo. 

El  central  de  la  fachada  occidental  presenta  un 
arco  tan  elevado,  que  juega  con  la  altura  de  los  pri- 
meros cuerpos  de  las  torres,  el  cual  con  su  forma 
apuntada  gana  espacio  suficiente  para  dejarnos  ver 
en  el  interior  del  pórtico  la  Porta-Basílica  de  grande 
semejanza  con  la  de  Santa  María  en  Toscanella.  En 
el  interior  del  pórtico  se  ofrece  á  la  vista  un  casque- 
te esférico,  dividido  en  ocho  lunetos  ccn  aristones  de 
molduras,  reunidos  en  un  florón  colocado  en  la  cla- 
ve de  esta  bóveda. 

La  puerta  de  esta  fachada  principal ,  cuya  orna- 
mentación es  de  piedra  blanca  gTanítica,  componién- 
dose los  muros  de  la  arenisca,  como  el  resto  del  tem- 
plo en  su  forma  primitiva,  consta  de  dos  columnas- 
de  estrias  espirales,  colocadas  junto  á  las  jambas. 
En  el  centro  del  intercolumnio  hay  otra  de  igual 
forma,  que  sostiene  ai  Salvador  sentado  predicando 


DESCUirCIO.N  DE  LA  CILDAC.  489 

á  los  Apóstoles,  colocados  á  uno  y  oti'o  laclo  en  co- 
lumnitas  que  avanzan  sucesivamente  poco  más  de 
un  pié.  Sobre  las  cabezas  de  aquellos  se  hallan  va- 
riados y  capricliosos  capiteles  de  ejecución  muy  es- 
merada. Represéntanse  en  los  medios  puntos  de  los 
dos  arcos  de  esta  puerta  principal  dos  pasajes  de  la 
historia  de  Lázaro,  ambos  do  alto  relieve.  Por  últi- 
mo, completa  esta  riquísima  portada  una  imposta 
llena  de  santos  separados  por  ligeros  castilletes,  so- 
bre los  que  juega  el  antepecho  de  la  tribuna  alta  que 
pone  en  comunicación  ambas  torres. 

La  fachada  del  Norte  muestra  un  aspecto,  no  tan 
rico,  pero  sí  grave,  imponente  y  majestuoso  con  la 
elevación  tan  notable  que  la  permite  tomar  por  esta 
parte  la  desigualdad  del  terreno,  presentándose  sus 
diferentes  cuerpos  en  primero,  segundo  y  tercer  tér- 
mino, con  un  claro-oscuro  de  muy  buen  efecto.  La 
puerta  de  esta  fachada  es  esencialmente  bizantina. 
Su  frente  se  halla  reforzado  en  toda  su  altura  con  un 
adelanto  de  piedra  granítica,  de  distinto  carácter  en 
su  forma  y  de  molduras  sencillas  en  su  cornisamento 
greco-romano. 

La  fachada  posterior,  ó  sea  la  oriental,  está  llena 
de  poesía,  de  unidad  y  de  conceptos  filosóficos.  Los 
tres  ábsides,  tan  limpios  en  su  dibujo,  tan  sencilla  y 
ricamente  decorados  y  de  proporciones  tan  bellas, 
están  unidos  entre  sí  de  la  manera  más  delicada. 
Delgadas  columnas  suben  desde  su  zócalo  hasta  las 
cornisas,  rompiendo  las  impostas  viseladas,  que  ro- 
dean estos  cuerpos  circulares,  tanto  en  el  primero, 
como  en  el  segundo  y  tercer  cuerpo.  Decoran  el  pri- 


490  HISTORIA    liE    AV!LA, 

mero  tres  ventanas  sencillas  en  el  ábside  central,  y 
una  en  ios  laterales,  dando  luz  á  las  capillas  subter- 
ráneas. Igaal  decoración  presenta  el  segundo  cuerpo, 
y  se  eleva  el  tercero  sin  otra  ornamentación  que  la 
imposta,  sirviendo  de  consolas  ó  canes  á  las  cornisas 
varias  cabezas  de  animales.  Nada  nos  resta  que  aña- 
dir acerca  del  crucero,  igual  en  un  todo  por  sus 
cuatro  frentes;  y  no  nos  detenemos  á  hablar  de  la  fa- 
chada del  Sur  porque  es  idéntica  á  la  del  Norte.  La 
puerta  de  entrada  á  la  nave  colateral  del  Sur  es  mu- 
cho más  rica  que  la  del  Norte,  si  bien  su  género  de 
arquitectura  es  el  mismo.  Consiste  en  un  orden  de  ar- 
cos de  diferentes  diámetros  de  menor  á  mayor,  deco- 
rados los  unos  con  flores  y  cintas,  y  los  otros  con  un 
junquillo  en  su  arista,  y  el  resto  de  su  frente  liso. 
El  arco  menor,  que  es  el  que  da  entrada  al  templo, 
tiene  en  su  clave  el  Lábaro  de  Constantino ,  descan- 
sa en  unas  consolas  que  sirven  de  guarda-polvo  á 
dos  estatuas  sentadas,  enfrente  una  de  otra,  en  las 
jambas  de  la  puerta.  Una  es  la  Virgen,  que  escucha 
á  un  ángel  colocado  debajo  del  arco  inmediato  anun- 
ciándole será  Madre  del  Mesías.  La  otra  parece  el 
Rey  David,  al  cual  siguen  otras  dos  figuras,  que, 
adosadas  á  las  pilastras  de  los  otros  arcos ,  represen- 
tan á  San  Joaquín  y  Santa  Ana. 

Descriptos  á  grandes  rasgos  la  planta  y  exterior 
del  templo,  reducido,  por  decirlo  así,  á  miniatura  el 
gran  cuadro  que  de  él  formó  el  arquitecto  Hernández 
Callejo,  y  despojado  quizá,  sin  conocerlo  nosotros, 
de  sus  más  bellos  pormenores ,  por  no  considerarlos 
objeto  de  este  artículo  ligeramente  descriptivo,  re- 


DESCRirClO.N  \)K  LA  CIUDAD.  491 

nimciamos  también  al  cxámeu  minucioso  de  su  inte- 
rior, por  considerar  ajeno  igualmente  á  nuestro  pro- 
pósito el  estudio  artístico  de  sus  compartimientos, 
de  sus  grandes  arcos,  de  sus  cornisas,  de  sus  bóve- 
das, de  sus  nervios,  de  sus  aristas,  de  sus  florones, 
de  sus  lunetos,  de  sus  delgadas  columnas,  en  fin, 
de  todos  los  primores  que  pudieron  aglomerar  en 
esta  célebre  iglesia  la  piedad  y  el  saber  de  muy 
distintos  siglos.  No  obstante  la  concisión  á  que  aspi- 
ramos, no  podemos  cerrar  el  artículo  de  San  Vicente 
sin  dar  noticia  de  los  más  notables  sepulcros  que  le 
adornan  y  embellecen. 

En  la  capilla  de  la  nave  colateral  del  Sur,  com- 
prendida eu  el  segundo  cuerpo  del  templo ,  hay  un 
retablo  churrigueresco ,  dedicado  á  las  hermanas  de 
San  Vicente ,  en  memoria  del  enterramiento  que  te- 
nían en  aquel  sitio,  hasta  que  fueron  trasladadas 
al  de  su  santo  hermano,  que  ocupa  otro  preferente 
en  el  crucero.  La  planta  de  este  gran  sepulcro  es  un 
paralelügramo  circundado  de  un  estilóbato  de  pie- 
dra, en  cuyos  ángulos  se  elevan  cuatro  colum.nas, 
imitando  al  jaspe.  Ciérrale  una  verja  de  hierro.  En 
los  csntros  y  ángulos  de  su  friso  se  ven  las  armas 
de  los  Reyes  Católicos ,  las  de  la  Santa  Sede ,  las 
del  Obispo  de  Avila  t).  Martin  de  Vilches,  las  del 
cabildo  Catedral  y  las  de  muchas  nobles  casas  avi- 
lesas.  Un  elevadísimo  chapitel,  cubierto  de  esca- 
mas doradas,  en  cuya  cúspide  se  ve  al  arcángel 
San  Miguel,  cubre  el  entablamento.  En  el  interior  se 
halla  el  túmulo  de  los  Santos  Mártires,  que  embelle- 
cen distintos  grupos  de  pequeñas  columnas.  Muchos 


492  HISTORIA    DE    AVILA. 

üibujos  alegóricos  del  Nuevo  Testamento  y  otros 
alusivos  al  martirio  de  San  Vicente  y  sus  hermanas, 
aparecen  en  el  segundo  cuerpo.  En  la  parte  histórica 
trataremos  detenidamente  de  cuanto  en  distintas  épo- 
cas se  ha  escrito  sobre  la  existencia  de  sus  santos 
cuerpos  en  este  sepulcro,  objeto  de  fervorosa  devo- 
ción para  los  avileses. 

Otro  sepulcro,  adosado  al  muro  del  crucero  del 
Sur,  contiene  el  cuerpo  de  San  Pedro  del  Barco,  en 
cuya  inmediación  cubre  una  rejilla  la  losa  en  que 
estampó  la  huella  de  su  herradura  la  yegua  ó  muía 
que  condujo  el  cuerpo  del  Santo  hasta  este  punto. 
En  la  Historia  daremos  extensa  noticia  de  este  pe- 
nitente eremita.  Su  sepulcro  es  de  arquitectura 
greco-romana,  hecho  con  esmero  y  perfección  nota- 
ble: ¡lástima  es  que  le  corone  un  desproporcionado 
cimborio! 

Cierra  el  número  de  tan  notables  sepulcros  el 
que  conserva  los  restos  del  judío  á  quien  se  atri- 
buye la  fundación  del  primitivo  templo ,  y  del  cual 
también  haremos  la  conveniente  mención  en  el  texto 
histórico. 

Otros  se  hallan  adosados  á  los  muro>  ó  practica- 
dos en  ellos,  ya  bajo  el  pórtico,  ya  en  la  nave  del 
crucero  y  en  las  fachadas  de  Oriente  y  Norte,  ya  en 
los  contrafuertes  del  Mediodía,  junto  á  la  célebre  efi- 
gie de  Nuestra  Señora  de  la  Guia ;  y  de  alguno  de 
estos  enterramientos  haremos  mención  especial  en  la 
Historia.  Al  lado  de  los  últimos  sepulcros  referidos 
existe  de  tiempo  inmemorial  la  imagen  que  acaba- 
mos de  indicar,  de  Nuestra  Señora  de  la  Guia,  y 


DESCRIPCIÓN   DE  LA  CIUDAD.  493 

cerca  de  ella  estaba  también  la  del  mártir  San  Vicen- 
te. A  las  dos  acudían  los  caballeros  de  Avila  antes 
de  ir  á  campaña  á  implorar  su  auxilio ,  j  cuando  re- 
gresaban sanos  y  victoriosos ,  á  darles  gracias  antes 
de  entrar  en  la  Ciudad. 

En  fin :  conserva  esta  iglesia  tan  grandes  tradi- 
ciones y  religiosos  recuerdos ,  que  con  dificultad 
habrá  otra  en  Castilla  que  ostente  tantos  y  tan  céle- 
bres; por  lo  cual  lia  sido  siempre  objeto  de  venera- 
ción y  de  respeto  para  muchos  monarcas,  prelados  y 
altos  proceres,  así  como  para  todo  el  pueblo. 

Nuestra  Señora  de  la  Soterraña,  que,  como  queda 
dicho,  se  venera  en  la  cripta  mayor  del  templo,  es 
una  santa  imagen  de  tan  remota  antigüedad,  que 
hay  motivos  muy  poderosos  para  creerla  de  ios  pri- 
meros años  del  cristianismo.  Atribuye  nía  nuestros 
escritores  místicos,  cronistas  y  anticuarios,  á  los 
tiempos  apostólicos.  Los  motivos  de  credulidad  que 
alegan  no  son  para  enumerados  en  la  clase  de  dis- 
curso en  que  ahora  nos  ocupamos.  Satisfácenos  por 
de  pronto  significar  únicamente  que  esta  sagrada  y 
veneradísima  imagen  apareció  de  una  manera  por- 
tentosa en  las  bóvedas  subterráneas  de  la  iglesia 
cuando  ya  era  mediado  el  siglo  ix ,  lo  que  hace  su- 
poner que  la  ocultaron  los  cristianos  desde  principios 
del  vm,  al  desplomarse  la  monarquía  visigoda;  y 
atendidas  la  rudeza  artística  de  los  siglos  de  su  do- 
minación, á  la  par  que  la  belleza  y  perfección  que  se 
observa  en  las  formas  y  facciones  de  la  imagen ,  nos 
hace  transportar  su  origen  á  los  tiempos  de  la  civi- 
lización romana ;  y  así  no  es  de  admirar  que  muchos 


494  HISTORIA    DE    AVILA. 

piadosos  cronólogos  quieran  darle  tan  alto  v  privile- 
giado principio.  Pero  sea  cual  sea  el  de  su  antiquí- 
sima existencia ,  lo  que  no  puede  disputarse  por  na- 
die es  que  la  virgen  de  la  Soterraña  es  el  gran  con- 
suelo, el  remedio  heroico,  el  último  refugio  á  que 
se  acogen  con  el  mayor  fervor  los  avileses  en  todas 
las  tribulaciones  en  que  vuelven  los  ojos  al  cielo 
para  implorar  sus  misericordias.  Éralo  tanto  ya  en 
el  siglo  XVI,  que  al  hacer  Santa  Teresa  de  Jesús 
su  tránsito  desde  su  convento  de  la  Encarnación, 
en  el  año  de  1562,  á  la  humilde  casa  en  que  iba  á 
fundar  el  de  San  José ,  que  lleva  el  nombre  de 
Las  Madres ,  y  que  es  el  primero  de  la  reforma  de 
la  Orden  del  Carmen,  entró  á  orar  en  San  Vicente; 
y  bajando  á  la  cripta  de  la  virgen  de  la  Soterraña, 
en  ella  verificó  su  descalcez,  y  ya  descalza  caminó 
hasta  el  sitio  en  que  inauguró  su  anhelada  em- 
presa. Con  este  motivo  se  celebra  todos  los  años 
en  San  Vicente  una  función  religiosa  por  el  obispo  y 
cabildo  Catedral.  Muy  pocas  son  las  veces  que  se  la 
ha  sacado  de  su  silencioso  y  devotísimo  asiento  para 
tributarle  con  extraordinarios  motivos  más  especiales 
cultos;  y  cada  una  de  ellas  recuerda  un  suceso  de 
gran  interés  para  la  Ciudad. 

San  Juan.  La  misma  emulación  que  existió  so- 
bre precedencia  entre  San  Pedro  y  San  Vicente,  hubo 
largos  años  también  sobre  su  antigüedad  entre  esta 
parroquia  de  San  Juan  Bautista  y  la  de  Santiago, 
Apóstol.  Ambas  existían  ya  en  el  siglo  xi ,  y  son  an- 
teriores al  tiempo  de  la  restauración  de  la  Ciudad, 
puesto  que  hay  datos  históricos  que  indudablemente 


LESCRIPCION  HE  LA  CIUDAD.  495 

así  lo  comprueban.  Pero  sin  duda  circunstancias  de 
mejor  localidad,  de  mayoi'  feligresía  y  de  más  impor- 
tancia civil  por  su  inmediación  j  otras  relaciones 
más  estrechas  con  el  gobierno  municipal ,  decidieron 
el  pleito,  que  en  159S  ganó  la  de  San  Juan,  tomando 
ei  lugar  de  precedencia  sobre  la  de  Santiago.  De  la 
de  San  Juan  se  habla  ya  en  las  crónicas  antiguas 
ayilesas  con  motivo  de  la  valerosa  defensa  que  hizo 
de  la  población  la  noble  Jimena  Blazquez ,  mujer  de 
su  primCx  gobernador  Jimeno  Blazquez,  y  en  la  con- 
cordia pau'oquial  de  1254.  En  esta  iglesia  se  fundó, 
tomando  su  nombre,  una  de  las  dos  antiquísimas 
cuadrillas  de  la  Ciudad ,  al  frente  de  la  cual  marcha- 
ba la  casa  y  descendencia  del  noble  Blasco  Jimeno. 
Fué  notablemente  reedificada  en  tiempo  del  obispo 
D.  Francisco  Euiz,  testificándolo  sus  armas  coloca- 
das en  la  puerta  principal ,  y  á  la  manera  que  San 
Pedro  forma  uno  de  los  lienzos  del  Mercado  Grande, 
en  el  Mercado  Chico,  y  por  todo  el  frente  que  mira  á 
la  casa  de  Ayuntamiento,  está  asentada  la  magnífica 
iglesia  de  San  Juan ,  fachada  que  habrá  de  ocultarse 
concluida  que  sea  la  restauración  de  la  plaza  por 
este  lienzo.  Es  su  fábrica  de  piedra  sillería  berroque- 
ña; su  forma  de  una  sola  nave,  de  gran  capacidad  y 
de  indudable  orden  gótico,  y  el  altar  mayor,  á  que 
se  sube  por  una  alta  y  espaciosa  escalinata ,  y  sus 
dos  colaterales,  colocados  en  dos  capillas  iguales 
que  forman  todo  el  crucero ,  son  de  construcción  mu- 
cho más  moderna.  Debióse  á  la  piedad  del  noble  ge- 
neral y  esforzado  caballero  Sancho  Dávila  la  recons- 
trucción do  la  Capilla  mayor:  junto  al  muro  do  ella 


496  HISTORIA    DE    AVILA. 

está  su  sepulcro,  con  una  larga  inscripción,  de  que 
daremos  cuenta  en  ia  Historia ,  que  es  como  el  ex- 
tracto de  la  de  su  gloriosa  carrera,  y  el  de  su  esposa 
está  al  otro  costado.  Su  ilustre  descendiente  mi  muy 
afectuoso  amigo  el  último  respetable  marqués  de  Mi- 
raflores,  varias  veces  presidente  del  Senado  y  del 
Consejo  de  ministros,  cuya  casa  continúa  siendo  feli- 
grés de  esta  iglesia,  construyó  en  el  aüo  de  1859  en 
la  cripta  ó  bóveda  que  forma  el  paralelógramo  del 
altar  mayor,  á  que  dan  entrada  puertas  laterales, 
dos  bellos  y  majestuosos  enterramientos  de  familia, 
dirigidos  por  el  arquitecto  Hernández  Callejo,  que 
sin  duda  son  los  más  notables  d3  varios  que  en 
cierra  el  templo  de  otros  caballeros  avileses,  que 
mencionaremos  en  la  Historia;  y  el  patronato  par- 
ticular de  la  Capilla  ma,yor  corresponde  á  la  casa 
de  Miraflores.  En  una  de  sus  capillas  se  da  culto 
á  la  imagen  de  Nuestra  Señora  del  Carmen,  que 
se  veneraba  hasta  la  exclaustración  en  su  conven- 
to de  San  Silvestre,  que  es  hoy  la  cárcel,  y  que 
se  hallaba  dentro  de  su  distrito  parroquial.  Pero  lo 
que  especialmente  distingue  y  enaltece  esta  igle- 
sia es  que  fueron  parroquianos  originarios  suyos 
D.  Alonso  Sánchez  de  Cepeda  y  doña  Beatriz  de 
Ahumada,  padres  de  Santa  Teresa  de  Jesús,  cuya 
pila  bautismal,  que  se  conserva  con  grandísimo 
respeto,  es  la  que  sirve  para  dar  el  agua  de  la 
regeneración  á  los  hijos  de  toda  la  parroquia  y  á 
ios  de  las  demás  cuando  así  lo  desean  sus  familias, 
porque  en  ella  recibió  la  gracia  del  bautismo  esta 
gloriosa  niña,  ornamento  insigne  de  Avila,  ilus- 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  CIUDAD.  497 

tre  reformadora  del  Carmelo  y  compatrona   de  las 
Españas. 

En  esta  iglesia  está  erigida  y  celebra  sus  fancio- 
ues  mensuales  la  respetable  hermandad  sacramental 
titulada  la  Minerva ,  que  la  componen  gentes  aco- 
modadas de  la  población ;  y  el  reloj  civil  al  servicio 
del  Ayuntamiento,  y  la  gran  campana  llamada  el 
Zumbo,  con  que  se  anuncian  los  grandes  sucesos 
prósperos,  así  como  también  señala  los  fuegos  ú 
otros  lamentables  acontecimientos ,  están  en  su  tor- 
re, que,  como  queda  expuesto,  cae  sobre  el  Mercado 
Chico. 

Santiago.  También  queda  demostrada  su  gran 
antigüedad,  y  en  su  corroboración  suministra  la  más 
fehaciente  prueba  el  hecho  de  que  en  esta  iglesia 
se  dio  sepultura  al  célebre  Nalvillos  Blazquez,  hijo 
de  Jimen-Blazquez ,  uno ,  como  va  dicho ,  de  los  dos 
primeros  gobernadores  de  la  Ciudad;  y  en  ella  están 
sepultados  también  los  esforzados  adalides  Gómez 
Jimeno  y  Sancho  Jimeno ;  de  todos  los  cuales  habla- 
remos oportunamente  en  la  Historia.  Reservamos 
igualmente  para  ella  el  hacerlo  de  la  larga  inscrip- 
ción que  en  caracteres  arábigos  se  hallaba  á  la  puerta 
y  muro  meridional  de  esta  iglesia,  con  toda  claridad 
esculpidos  en  sus  sillares.  En  su  muro  meridional  y 
al  lado  de  la  Epístola,  y  en  el  promedio  de  su  pared, 
se  conserva  todavía  abierto  un  balcón  ó  tribuna  que 
la  tradición  refiere  ser  la  de  la  cárcel  de  privilegio, 
desde  donde  oian  misa  los  caballeros  de  la  Orden  de 
Santiago  que  se  hallaban  en  prisión.  Es  también  de 
construcción  gótica,  de  sillares  de  piedra  jaspeada 
TOMO  I.  32 


498'  HISTORIA    DE    AVILA. 

y  de  una  sola  j  anclmrosa  nave.  Su  torre,  esbelta  y 
gallarda,  es  de  tiempo  muy  posterior;  y  el  trozo  más 
elevado  de  ella  es  novísimo,  porque  á  principios  de 
este  siglo  y  á  la  hora  en  que  se  celebraban  varias 
misas,  en  un  dia  muy  tranquilo  y  sereno,  se  hundió 
repentinamente ,  destruyendo  la  techumbre  de  toda 
la  capilla  mayor.  Muy  poco  tiempo  há,  existian  aún 
testigos  presenciales  del  suceso,   porque  estaban 
dentro  de  la  iglesia.  Tiene  de  harto  singular  su  vio- 
lenta y  atrevida  construcción,  que  los  brazos  que 
cierran  su  presbiterio  son  notablemente  desiguales, 
extendiéndose  dos  varas  próximamente  el  uno  más 
que  el  otro,  y  desde  la  oblicuidad  de  la  línea  que  for- 
man, arranca  también  oblicua  toda  la  anchura  de  la 
nave;  por  manera  que  el  que  á  los  pies  de  la  igle- 
sia se  coloque  en  el  centro  de  su  muro  occidental,  so 
encuentra  muy  fuera  de  el  del  altar  mayor.  ¿Seria 
descuido  ó  estudio ,  torpeza  ó  excesiva  arrogancia  de 
su  arquitecto?  Bien  merece  que  lo  mediten  y  decidan 
los  peritos.  A  un  sabio ,  amante  del  estudio  de  las  an- 
tigüedades, he  oido  decir  que  conoce  algunas  otras 
iglesias  de  esta  irregular  y  chocante  construcción, 
explicando  la  oblicuidad  del  presbiterio  Lacia  el  lado 
izquierdo ,  como  un  recuerdo  de  la  inclinación  de  la 
Cabeza  de  Cristo  en  la  Cruz.  En  este  templo  está  fun- 
dada la  noble  cofradía  del  Apóstol  Santiago  por  la 
insigne  doña  Urraca  Briceño ,  de  honrosa  mención  en 
la  Historia;  y  según  una  nómina  ó  lista  antigua  de 
la  parre quia,  aparece  que  en  el  año  de  1580  eran  se- 
tenta y  ocho  los  caballeros  de  Avila  que  la  com- 
pon ian. 


DESCRIPCIÓN  D:  la  CIUDAD.  409 

Santo  Tomé.  Con  este  nombre  se  conoce  la  par- 
roquia de  Santo  Tomás ,  Apóstol ,  cuya  indisputable 
antigüedad  se  comprueba  igualmente,  porque  fué 
una  de  las  que  se  interesaron  en  la  concordia  del  año 
de  1254.  Su  primitivo  asiento  fué  en  el  edificio  que 
hasta  ahora  se  ha  llamado  Paneras  del  Cabildo. 
Aunque  destinado  el  que  existe  hoy  á  usos  tan  di- 
versos desde  el  último  tercio  del  siglo  xviii,  mues- 
tra bien  en  su  sillería  y  mampostería  concertada  de 
piedra  arenisca  roja,  que  era  de  una  bella  y  sólida 
construcción ,  si  bien  de  menor  capacidad  que  las 
cuatro  parroquias  de  que  ya  hemos  hablado.  Pero 
extinguida  la  Compañía  de  Jesús  en  España  en  el  año 
de  1774,  fué  trasladada  esta  feligresía  á  la  iglesia  da 
aquel  instituto,  contigua  hoy  al  palacio  episcopal, 
siendo  su  párroco  D.  José  Carramolino,  respetable 
tio  del  autor  de  esta  Descripción,  comunicándose 
interiormente  ambos  edificios,  y  dándose  desde  en- 
tonces su  nombre  á  la  plazuela  en  que  se  halla 
situada. 

La  capilla  mayor  y  las  colaterales  de  la  antigua 
iglesia  fueron  edificadas  en  el  año  de  1540  por  Diego 
Hernández,  clérigo  y  rico  beneficiado  que  era  de  ella, 
donde  se  respetó  hasta  la  traslación  su  s-epultura. 
En  una  de  dichas  capillas  estaban  pintados  al  fresco 
la  entrada  de  San  Segundo  en  Avila  y  el  martirio  de 
San  Vicente  y  sus  hermanas;  y  tenia  notables  enter- 
ramientos: de  algunos  de  ellos  hablaremos  en  la  His- 
toria. Trasladóse  del  antiguo  al  nuevo  templo,  entre 
cosas  de  mérito,  una  efigie  de  Nuestra  Señora  de  ios 
Dolores,  que  se  colocó  en  el  altar  mayor;  propios  del 


LOO  HISTORIA    DE    AVILA. 

moderno,  esto  es,  del  instituto  de  la  Compañía,  son 
un  San  José  y  un  San  Francisco  Javier,  de  muv 
buenas  formas  y  actitudes ;  y  en  él  se  conserva  la 
silla  en  que  San  Pedro  Alcántara  se  sentaba  cuando 
tenia  sus  místicas  conferencias  con  nuestra  santa  la 
gran  Teresa  de  Jesús.  La  nueva  iglesia,  como  todas 
las  de  los  jesuítas,  es  una  cruz  latina  de  bastante 
extensión ,  con  dos  capillas  y  altares  á  ambos  lados 
del  templo:  sobre  sus  naves  laterales  corren  anchu- 
rosas tribunas,  haciéndose  notar  el  esmerado  adorno 
de  todas  las  paredes  y  retablos,  si  bien  sobrecarga- 
dos de  molduras  y  ojarasca,  según  el  gusto  del  tiem- 
po en  que  se  hicieron. 

Santo  Domingo.  De  la  misma  época,  años  más 
ó  menos  que  la  iglesia  de  Santo  Tomé ,  la  antigua, 
es  la  construcción  de  la  de  Santo  Domingo,  puesto  que 
también  tuvo  su  representación  en  la  concordia  men- 
-cionada.  Esta  ligera  indicación  comprueba  que  se  de- 
dicó á  Santo  Domingo  de  Silos ,  consagrándola  en  el 
año  de  1202  (quizá  debiera  decir  1212)  el  obispo  don 
Pedro  Instancio,  y  no  á  Santo  Domingo  de  Guzman, 
•que  es  hoy  el  Santo  de  su  advocación  colocado  en  el 
altar  mayor,  puesto  quo  á  esta  fecha  aún,  ó  no  vivia, 
ó  por  lo  menos  no  podía  estar  venerado  en  los  altares, 
este  insigne  patriarca,  fundador  de  la  orden  de  Pre- 
dicadores, siendo  así  que  el  de  Silos  habia  muerto  ya 
en  el  año  de  1073.  Y  terminantemente  lo  atestigua 
la  lápida  que  en  memoria  de  la  primitiva  consa- 
gración del  templo  se  halla  junto  á  los  altares  del 
Santo  Cristo  y  de  Nuestra  Señora.  A  mediados  del 
sifído  XIV  se  aí?re£ró  á  esta  ísdesía  la  feligresía  de  la 


FESCRIPGION  DE  LA  CIUDAD.  501 

parroquia  que  se  suprimió  de  San  Silvestre,  y  cuyo 
local  obtuvieron  los  Padres  Carmelitas  Calzados  para 
templo  de  su  casa-convento.  La  capilla  mayor  de 
Santo  Domingo  es  de  piedra  sillería  bien  labrada, 
mientras  que  el  cuerpo  de  la  iglesia  lo  es  de  arenisca 
roja:  y  bien  demuestran  á  la  simple  vista  la  gran 
diferencia  de  sus  edades ,  puesto  que  la  capilla  ma- 
yor es  de  tiempo  de  Carlos  I,  como  edificada  con 
patronato  y  enterramiento  propio  por  Blasco  Isu- 
ñez  ^^ela. 

San  Andrés.  También  se  cree  que  es  del  tiempo 
de  la  repoblación  esta  parroquia,  cuya  feligresía 
abraza  la  mayor  parte  del  arrabal  del  Norte.  En  el 
Compendio  de  la  Historia  de  Avila,  de  D.  Manuel 
Homar,  manuscrito  de  fines  del  siglo  pasado,  dice  su 
autor  que  tuvo  en  sus  manos  una  piedra  de  mármol 
blanco ,  sacada  de  un  sepulcro  pocos  años  antes ,  en 
que  se  leian  entre  renglones  estas  palabras  :  el  pri- 

mero de  esta  imrroquia ño  MCIX. 

de  que  infiere  que  pertenecería  al  primer  enterra- 
miento en  ella.  Todo  su  aspecto,  aunque  mucho  más 
humilde  y  pobre ,  recuerda  el  gusto  del  siglo  de  la 
construcción  de  las  iglesias  de  San  Pedro ,  San  Vi- 
cente y  Santiago.  Tiene  de  notable  la  de  San  Andrés 
que  en  el  día  de  cada  año  del  santo  titular  repartía 
la  noble  casa  de  Villatoro  una  colación  espléndida  al 
clero  de  ella  en  memoria  de  la  toma  de  la  ciudad  de 
Baeza,  que  se  ganó  de  los  moros  en  el  día  de  San 
Andrés,  y  á  cuya  conquista  concurrió  un  esclare- 
cido ascendiente  suyo,  como  en  la  Historia  lo  ex- 
pondremos. 


502  HíSTORIA    DE    AVILA. 

Sax  Nicolás.  Para  concluir  la  enumeración  de 
las  parroquias  actuales ,  me  resta  hablar  de  la  de 
San  Nicolás,  feligresía  colindante  con  la  de  Santia- 
go al  Sur  de  la  Ciudad  j  en  lo  más  bajo  del  arrabal. 
Es  en  su  antigüedad  coetánea  á  las  anteriores,  dan- 
do constante  testimonio  de  la  época  de  su  erección  la 
lápida  que  en  la  misma  iglesia  se  conserva,  por  la 
que  consta  que  el  obispo  D.  Liego  (de  ignorado  ape- 
llido) la  dedicó  en  la  era  MCCXXXVI ,  que  corres- 
ponde al  año  de  Cristo  de  1198,  á  San  Nicolás  obis- 
po; y  á  mayor  abundamiento,  consta  que  en  la 
Concordia  de  1254  intervino  también  el  clero  de 
esta  parroquia.  Su  fábrica  de  piedra  roja  tiene  bien 
poco  que  admirar,  porque  su  estrecha  y  elevada  tor- 
re es  muy  desproporcionada  respecto  á  lo  baja  que  es 
la  techumbre  de  la  iglesia.  Salta,  en  verdad,  á  los 
ojos  tal  deformidad  en  la  construcción,  cuando  apa- 
recen los  siete  templos  parroquiales  de  que  ya  hemos 
dado  noticia,  libres  de  tan  grave  defecto,  á  no  ser 
que  en  alguna  época  que  no  conozcamos,  haya  ha- 
bido necesidad  de  rebajar  sus  muros,  en  cuyo  caso 
debieran  también  haberse  disminuido  los  de  su  torre, 
y  no  se  perdia  nada  ciertamente  con  que  hubiese  des- 
aparecido su  humilde  cierro.  En  cambio  de  esta  po- 
breza y  en  lo  general  de  la  de  sus  feligreses,  si  bien 
lo  son  algunas  muy  distingaidas  familias,  gozan  de 
muy  preciosa  distinción,  según  el  voto  de  los  inteli- 
gentes, una  imagen  de  Nuestra  Señora  de  las  Angus- 
tias y  una  efigie  del  Señor  en  el  sepulcro. 

En  la  Historia  nos  detendremos   á  explicar  la 
contradicción  que  resulta  sobre  la  antigüedad  respec- 


DESCRIPCIÓN  DE  LA    CIUDAD.  503 

tiva  de  las  parroquias  de  Santo  Domingo,  San  An- 
drés y  San  Nicolás. 

Parroquias  en  distintos  tiempos  íjuprimidas. 
Ademas  de  las  ocho  en  la  actualidad  existentes,  tuvo 
otras  once  más,  cuyo  dato  basta  para  justificar  cuan 
crecida  fuese  en  la  Edad  Media  la  población  de  la 
Ciudad,  después  tan  mermada  y  disminuida  por  cau- 
sas que  á  su  ticiupo  indicaremos,  puesto  que  no  esce- 
dia  de  ochocientos  vecinos  en  el  último  tercio  del  si- 
glo pasado,  quizá  justificaremos  que  llegó  á  contar 
cuatro  mil,  cuando  hoy  sólo  llegan  á  mil  ochocientos. 
De  las  parroquias  suprimidas  fuéronse  refundiendo 
sus  feligresías  en  las  actuales;  y  aunque  habremos 
de  hablar  de  todas  ellas  en  otros  lugares  y  con  dis- 
tintos motivos,  conviene  enumerarlas  aquí  para  co- 
nocerlas á  un  solo  golpe  de  vista.  Eran  la  de  San 
Sebastian,  que  existia  en  la  iglesia  de  San  Segundo, 
á  la  orilla  del  rio  Adaja;  la  de  San  Bartolomé,  que 
es  la  capilla  de  Nuestra  Señora  de  la  Cabeza;  la  de 
San  Gil,  que  últimamente  se  convirtió  en  el  monaste- 
rio de  San  Jerónimo;  la  Trinidad,  que  ha  desapareci- 
do, siendo  ya  ermita  á  principios  del  presente  siglo, 
en  la  calle  que  de  la  Toledana  va  al  convento  de  Santo 
Tomás;  la  de  Santa  Cruz,  que  fué  destruida  en  1769, 
a  las  cercanías  de  la  de  Santiago;  la  de  San  Pelayo, 
que  se  refundió  en  la  ermita  actualmente  ruinosa  de 
San  Isidro,  y  la  de  San  Martin,  que  como  ermita  se 
conserva  en  buen  estado;  y  todas  siete,  en  la  pobla- 
ción extramuros  de  la  Ciudad.  De  San  Esteban ,  San 
.Julián,  San  Silvestre  y  los  Santos  .Justo  y  Pastor, 
intramuros,  hablaremos  en  sus  lugares  respectivos. 


504  HISTORIA    DE    AVILA. 

MONASTERIOS  Y  CONVENTOS  DE  VÁKONE^ 


Nuestra  Señora  la  Antigua,  del  orden  de  San 
Benito.  Es  de  época  antiquísima;  su  fundación  ex- 
cede á  la  memoria  de  los  hombres ;  era  ya  muy  co- 
nocida durante  la  dominación  de  los  Godos;  es  el 
tercer  templo  en  que  se  adoró  á  Dios  en  Avila,  y 
cuantas  crónicas  hablan  de  esta  casa-monasterio  la 
reconocen  fandada  antes  del  año  687.  Fué  hasta  la 
pérdida  de  la  Ciudad  por  la  irrupción  de  los  árabes- 
un  monasterio  doUe;  esto  es,  de  ambos  sexos,  como 
hubo  otros  muchos  en  los  primitivos  tiempos  del  as- 
cetismo religioso,  y  se  cuenta  por  hija  suya  conven- 
tual á  la  virgen  Leocadia,  de  la  real  sangre  del  pia- 
doso Wamba.  En  su  iglesia  se  supone  también  se- 
pultado al  duque  Severiano ,  de  la  más  esclarecida 
nobleza  goda,  sirviendo  de  testimonio  instrumental, 
que  corrobora  esta  constante  tradición,  una  plancha. 
ó  lámina  de  plomo  que  se  halló  en  un  sepulcro  an- 
tiquísimo, en  que  aparecían  los  restos  casi  pulveri- 
zados de  un  cuerpo  humano ,  de  que  daremos  más 
noticias  en  el  texto  histórico ;  hallazgo  debido  á  la 
casualidad  en  el  año  de  1630,  cuando  se  abrían  los 
cimientos  de  una  capilla  al  lado  del  Evangelio  del 
altar  mayor  de  su  iglesia.  Al  repoblarse  la  Ciudad 
por  el  conde  D.  Ramón ,  le  acompañaban  y  asistían 
monjes  benedictinos,  los  cuales  recuperaron  esta  an- 
tigua casa  de  su  instituto,  destinándola  sólo  á  varo- 
nes, y  haciéndola  en  época  posterior  dependiente  del 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  CIÜDáD.  505 

monasterio  de  Nuestra  Señora  de  -Valvanera,  en  la 
Rioja;  ¡y  cuál  seria  la  idea  que  en  el  siglo  xi  se 
tuviera  de  su  antigüedad,  cuando  se  le  apellidaba  ya 
entonces  Santa  ]\Iaría  la  Vieja!  Pero  para  no  dete- 
nernos ahora  á  noticias  esencialmente  históricas, 
baste  saber  que  fué  roediñcado  en  1469  por  el  noble 
caballero  Juan  Nuñez  Dávila,  y  que  en  una  de  sus 
capillas  tenian  sus  enterramientos  en  el  siglo  xvii 
Agustín  González  Dávila  y  María  de  Morales,  padres 
de  Vicente  González  Alvarez,  que  escribió  la  expul- 
sión de  los  moriscos  de  Avila ,  y  del  gran  cronista 
Gil  González  Dávila,  su  hermano.  Este  edificio,  que 
subsiste  hoy,  aunque  dedicado  á  usos  profanos ,  se 
halla  al  Sur  exacto  del  crucero  de  la  célebre  iglesia 
parroquial  de  San  Pedro,  en  el  agrio  y  fuerte  declive 
que  conduce  al  barrio  de  Nuestra  Señora  de  las  Va- 
cas, y  sus  habitaciones  gozan,  como  todas  las  de 
esta  banda  de  la  Ciudad ,  del  hermosísimo  horizonte 
que  presenta  el  extenso  Valle-Ambles. 

Casa-convento  de  los  caballeros  de  la  orden 
DE  Santl\go.  No  existe  en  la  Ciudad  sitio,  vesti- 
gio ni  memoria  alguna  que  atestigüe  la  existencia 
de  la  casa-convento  que  en  ella  tuvieron  con  el  títu- 
lo ó  advocación  de  San  Mateo,  y  sin  embargo,  es  un 
hecho  indudable,  comprobado  por  las  crónicas  de  la 
orden.  Por  los  años  de  1171  y  1172,  siendo  fundador 
y  primer  maestre  de  ella(l)  D.  Pedro  Fernandez, 
se  fundó  esta  casa  religiosa  en  Avila,  poco  tiempo 

(1)  Vida  del  Venerable  funda-  San  Aguslin  en  el  Real  convento 
dor  de  la  orden  de  Santiago  l>.  Pe-  de  üclc¿;  un  lomo  en  folio. — Wi- 
dro  Fernandez;  por  I).  Joseplí  Lo-  drid,  imprenta  de  Bernardo  Peral- 
pez   Agurleta  ,  canónigo  reglar  de  ta,  i731. 


506  HISTORIA    DE    AVILA. 

antes  de  la  confirmación  apostólica  de  tan  insigne 
milicia.  No  es  este  el  momento  oportuno  de  estu- 
diar su  historia ;  bástenos  ahora  indicar  que  el  car- 
denal Jacinto,  legado  del  Sumo  Pontífice  Alejan- 
dro III,  los  prelados  de  Santiago,  León,  Salamanca 
Y  Zamora,  D.  Sancho,  obispo  de  Avila,   y  otros 
proceres  del  reino ,  se  reunieron  en  Avila  para  con- 
cordar las  voluntades  de  los  desavenidos  reyes  de 
Castilla  y  León ,  y  de   Aragón  ;   que  durante  su 
permanencia  en  la  Ciudad  celebró  capítulo  la  or- 
den,  y  en  presencia  del  cardenal-legado  hicieron 
su  profesión  muchos  ilustres  avileses ,  dando    su 
obediencia  al  maestre  D.  Pedro  Fernandez;  que  auto- 
i'izados  para  elegir  su  inmediato  prelado  ó  comen- 
dador, edificaron  su  convento  con  el  título  de  San 
Mateo;   y  que  el  rey  de  Castilla  D.  Alonso  VIII, 
que  también  había  concurrido  á  Avila,   se  hospedó 
en  la  casa  del  ilustre  D.  Sancho  de  Estrada.  Pero  la 
dificultad  de  hallar  el  sitio  en  que  se  edificó  el  con- 
vento consiste  en  que  el  título  de  San  Mateo ,  se- 
gún la  crónica  indicada ,  nos  lleva  á  buscarle  á  la 
otra  orilla  del  Adaja,  donde  existió  el  monasterio  de 
Santa  Fé,  ó  San  Clemente,  de  religiosas  Bernardas, 
porque  á  sus  inmediaciones  subsistió  hasta  este  si- 
glo la  ermita  de  San  Mateo,  con  la  particularidad  de 
pertenecer  ella  y  algunas  heredades  colindantes,  á 
la  orden  de  Santiago.  Pero  sea  probable  ó  no  esta 
suposición,  es  lo  cierto  que  en  Avila  existió  desde  el 
nacimiento  de  esta  religiosa  milicia  una  casa-con- 
vento de  sus  caballeros. 
Sancti  Spiritus  de  Premonstratexses.    De  re- 


DESCRIPCIÓN  1;E  LA  CIUDAD.  507 

motísimo  origen  también,  aunque  de  fecha  ya  cono- 
cida, es  la  casa  conventual  de  canónigos  regalares 
de  San  Norberto ,  que  existió  al  Mediodía  de  la  Ciu- 
dad, al  comenzar  el  llano  de  la  dehesa  y  á  la  orilla 
áil  pequeño  rio  Grajal,  junto  al  camino  que  condu- 
cía á  Toledo. 

Fundóla  el  noble  y  distinguido  caballero  Ñuño 
Mateos,  en  el  año  1209,  en  que  servía  al  rey  don 
Alonso  VIII ,  mandando  las  armas  de  Avila ,  y  á  la 
sazón  en  que  era  su  obispo  D.  Benito,  primero  de 
este  nombre.  En  el  cementerio  de  su  iglesia  estaba 
labrado  un  antiquísimo  lucillo ,  en  que  descansaban 
los  restos  mortales  de  este  célebre  adalid  aviles.  Pero 
un  incendio  voraz  redujo  á  cenizas  en  menos  de  dos 
horas,  en  la  noche  del  20  de  Agosto  de  1741,  la  igle- 
sia con  cuanto  contenia;  y  aunque  se  reedificó  de 
sencilla  arquitectura  á  fines  del  último  siglo ,  en  la 
guerra  con  los  franceses  de  1808  fué  destruido  todo 
el  convento;  y  en  las  épocas  posteriores  en  que  se 
han  restablecido  los  institutos  monásticos ,  se  reco- 
gió esta  comunidad  al  casco  del  pueblo ,  habitando 
al  efecto  una  casa  particular ,  habiendo  sido  la  últi- 
ma en  la  calle  de  los  Tallistas,  esquina  á  la  cuesta 
que  sube  á  San  Jerónimo.  Rica  era  su  iglesia  de  re- 
liquias, que  trajo  de  Roma  el  P.  D.  Fr.  Manuel  do 
Herrero,  hijo  de  esta  casa,  visitador  general  de  su 
Orden  y  escritor  de  varias  obras  místicas ,  y  las  co- 
locó en  una  devota  capilla,  consagrada  en  su  primi- 
tivo convento  á  Cristo  crucificado.  Hoy  sólo  apare- 
cen pobres  ruinas ,  campos  y  cercados ,  que  forman 
parte  de  la  fortuna  de  un  propietario  particular. 


508  HISTORIA    DE    AVILA. 

San  Francisco  .  Se  aproxima  su  antigüedad ,  si 
bien  aventajaba  mucho  al  anterior  en  su  construc- 
ción, en  sus  ilustres  enterramientos,  y  sobre  todo  en 
el  número  de  sus  esclarecidos  hijos,  el  convento  de 
Padres  Observantes  de  San  Francisco,  hoy  destrui- 
do, y  que  existia  al  extremo  Nordeste  de  la  pobla- 
ción y  remate  de  la  calle  á  que  da  nombre.  Consta 
h  istóricamente  que  ya  se  hallaba  fundado  en  el  si- 
glo xiií ;  esto  es ,  en  el  mismo  en  que  este  seráfico 
patriarca  dio  principio  á  la  institución  y  observancia 
de  su  regla  bajo  el  pontificado  de  Inocencio  III. 

En  la  historia  de  San  Francisco,  escrita  por  el 
P.  Chalipe ,  traducida  del  francés  por  un  devoto  del 
santo ,  é  impresa  en  la  oficina  de  Ibarra ,  en  Madrid 
y  año  de  1796,  asegura  el  autor  en  su  capítulo  26, 
bajo  la  respetable  autoridad  de  D.  Fr.  Francisca 
Gonzaga ,  obispo  de  Mantua  y  general  de  la  Orden, 
que  la  constante  tradición  afirma  haber  principiado 
el  mismo  San  Francisco,  entre  otras,  las  fundaciones 
de  Arévalo,  Avila,  Madrid  y  Tudela. 

En  sus  claustros  se  verificó  la  fundación  de  los 
mayorazgos  de  las  casas  de  Navamorcuende  y  de 
Cardiel  por  el  noble  Blasco  Jimeno  en  el  año  de  1294. 
Edificada  al  principio  la  vivienda  de  los  rehgiosos 
en  la  parte  más  septentrional  del  edificio,  sobrevino 
un  incendio  que  la  abrasó ;  y  con  mayor  acierto ,  se 
reemplazó  con  la  edificada  al  Oriente  y  Mediodía, 
contribuyendo  á  gran  parte  de  sus  gastos  D.  Alonso 
Henao,  respetable  maestre-escuela  de  esta  santa 
iglesia ,  haciéndose  el  claustro  principal  á  expensas 
del  obispo  D.  Fr.  Francisco  Ruiz,  hijo  dignísimo  de 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  CIUDAD.  509 

la  observancia  franciscana.  La  fábrica  de  la  iglesia, 
de  arquitectura  ojival,  y  de  piedra  de  granito,  era  de 
una  grande  y  suntuosa  nave,  adornada  por  ambos 
lados  de  capillas  notables,  y  enriquecida  de  ilustres 
enterramientos,  que  recordaremos  en  la  Historia. 
También  enaltecen  las  glorias  de  este  convento  hijos 
notables  de  su  claustro.  Fueron  sus  guardianes  el 
crítico  y  severo  cronista  D.  Fr.  Antonio  de  Guevara, 
obispo  de  Mondoñedo;  D.  Fr.  Juan  de  Zumarraga, 
primer  obispo  y  arzobispo  de  Méjico;  D.  Fr.  Fran- 
cisco Guerra,  obispo  de  Cádiz;  D.  Fr.  Sebastian  de 
Arévalo,  que  lo  fué  de  Mondoñedo  y  Osma;  D.  Fray 
Antonio  de  Cardona,  arzobispo  de  Valencia,  y  entre 
otros  el  humilde  D.  Fr.  José  García,  que  después  de 
haber  renunciado  las  mitras  de  Osma  y  de  Málaga, 
se  resignó  al  cabo  á  ser  obispo  de  Sigüenza, 

Nuestra  Señora  del  Carmen.  Estribando  so- 
bre la  muralla  del  Norte  y  levantándose  la  gallarda 
y  bellísima  espadaña  de  su  torre  sobre  el  torreón 
mismo  que  da  entrada  á  la  Ciudad  por  la  puerta  de 
su  nombre,  se  fundó  en  el  año  de  1378  el  convento 
de  PP.  Observantes  del  Carmelo,  siendo  prelado  en 
la  Diócesis  D.  Diego  de  las  Eoelas.  Establecióse 
esta  comunidad,  tomando  para  iglesia  la  que  ya 
da  antiguo  era  parroquia  con  la  advocación  de  San 
'  Silvestre,  según  queda  refrrido,  por  cuya  razón  fué 
suprimida  y  agregada  su  feligresía  á  la  de  Santo 
Domingo;  y  en  memoria  de  tal  cesión  permaneció 
muchos  años  en  la  capilla  de  los  Nuñez  y  Triviños 
un  retablo ,  en  que  figuraban  el  papa  San  Silvestre, 
y  á  sus  lados  el  emperador  Constantino  y  su  madre 


510  HISTORIA    DE    AVILA. 

Santa  Elena.  La  parte  necesaria  para  convento  se 
construyó  en  el  solar  de  la  última  casa  fuerte  de 
la  banda  del  Norte.  Y  gran  deterioro  debió  de  su- 
frir la  primitiva  iglesia  conventual ,  de  que  sólo  se 
conservaban   la  Capilla  mayor  y  los   colaterales, 
puesto   que  la  reedificó  el  valeroso  capitán  Juan 
Xuñez  Dávila,   ya  dignamente  citado,   en  el  año 
de  1469.  Gozaban  en  ella  y  sus  capillas  de  notables 
enterramientos  distinguidas  familias  avilesas.   Va- 
rones notables  ha  dado  también  este  convento ,  uno 
de  ellos  el  venerable  P.  Fr.  Diego  Matia,  de  que 
hace  muy  singular  mención  Santa  Teresa  de  Jesús 
en  el  capítulo  38  de  su  vida.  También  fué  prior  de  él 
D.  Fr.  Juan  Alonso  de  Solís,  obispo  de  Puerto-Rico, 
donde  convirtió  á  la  fe  muchos  indígenas. 

En  este  convenio  existia  casi  desde  su  fundación 
Tina  capilla  donde  se  veneraba  con  gran  devoción  la 
imagen  de  María  Santísima  de  las  Angustias,  á 
quien  daba  reverente  culto  una  congregación  de 
personas  muy  principales  de  la  Ciudad.  Su  fiesta 
anual  era  en  9  de  Febrero.  El  Viernes  Santo  se  cele- 
braba con  gran  concurso  el  descendimiento  de  Cristo 
de  la  Cruz ,  formándose  en  seguida  la  procesión  del 
Santo  Entierro,  procesión  muy  respetuosa.  Llevaban 
los  religiosos  los  atributos  de  la  Pasión;  pero  desde 
el  año  1808  los  han  sustituido  niños,  y  todo  esto 
santo  y  fúnebre  cortejo  sale  desde  entonces  de  la 
parroquia  de  Santo  Tomé. 

Fué  destruido  el  convento  durante  la  guerra  de  la 
Independencia  desde  1808  á  1814;  reedificado  en  par- 
te desde  el  año   de  1815  á  1820;  y  los  sucesos  poli- 


DESCRirClON  DE  LA   ClUDAr.  511 

ticos  acaecidos  desde  1836,  hicieron  que  pasase  á  do- 
minio particular,  habiéndose  utilizado  después  para 
transformarle  en  cárcel,  de  que  sirve  en  la  actua- 
lidad. 

Convento,  universidad  y  palacio  real  de  San- 
to To:^iÁs.  Muchas  páginas  de  esta  obra  habríamos 
de  ocupar,  si  hubiésemos  de  hacer  una  general  des- 
cripción, por  concisa  y  lacónica  que  fuera,  de  la  mag- 
nificencia y  suntuosidad  de  su  templo,  de  las  herm.o- 
sas  capillas,  de  los  costosísimos  sepulcros,  de  la 
grandeza  y  gallardía  de  sus  claustros,  de  las  espa- 
ciosas escaleras,  de  las  altas  galerías,  y  de  las  demás 
riquezas  artísticas  que  este  conventoy  casa  real,  glo- 
ria de  la  Orden  de  Santo  Domingo  en  España,  ostenta- 
ba antes  de  la  extinción  general  de  los  institutos  mo- 
násticos, debido  en  su  mayor  parte  á  la  generosa  pie- 
dad de  los  Reyes  Católicos  D.  Fernando  y  doña  Isabel, 
al  consejo  tan  ilustrado  como  severo  de  su  confesor 
D.  Fr.  Hernando  de  Talavera ,  dignísimo  obispo  de 
Avila,  y  después  primer  arzobispo  de  Granada,  y 
al  celo  y  entusiasmo  religioso  que,  según  el  espíritu 
de  aquel  siglo,  consumía  al  reverendo  P.  Fr.  Tomás 
de  Torquemada,  prior  del  convento  de  Dominicos  do 
Segovia,  y  á  la  sazón  primer  inquisidor  general  del 
Reino.  Y  no  seríamos  tampoco  escasos  en  la  enume- 
ración de  los  timbres  científicos  que,  por  espacio  de 
más  de  tres  siglos,  conquistara  con  su  universidad 
literaria,  que  también  debió  á  la  munificencia  real  de 
tan  esclarecidos  príncipes,  si  no  temiésemos  que  este 
artículo  desdijese  por  lo  difuso  del  tono  y  carácter  de 
nuestra  obra,  y  que  se  atribuyese  á  excesiva,  aun- 


512  HISTORIA    DE    AVILA. 

que  disculpable  parcialidad,  por  haber  cursado  en 
sus  escuelas  los  años  filosóñcos  de  nuestra  carrera. 
El  primer  convento  de  dominicos  edificado  poco 
antes  en  el  mismo  lugar  que  ocupa  el  suntuoso  que 
ahora  describimos,  fué  pobre  y  humilde;  le  levantó  la 
religiosidad  de  la  ilustre  señora  doña  María  Dávila, 
de  la  noble  casa  de  los  Marqueses  de  las  Navas,  viu- 
da de  D.  Fernando  de  Acuña,  Virey  de  Sicilia,  que 
habia  estado  casada  en  primeras  nupcias  con  D.  Fer- 
nando Nuñez  Arnalt,  Tesorero  de  los  Reyes  Católi- 
cos, y  su  construcción  fué  por  los  años  de  1478.  Pero 
establecido  en  España  el  Tribunal  de  la  Inquisición, 
que  principió  á  perseguir  como  enemigos  de  la  uni- 
dad de  la   doctrina  católica  á  los  judíos  y  herejes 
que  no  se  reconciliaban  con  la  Iglesia,  se  declaraban 
del  Fisco,  como  pena  común  á  otros  graves  delitos, 
los  bienes  de  los  que  incurrían  en  este  crimen;  y  los 
Reyes  Católicos  pusieron  tan  gran  caudal  como  con 
tal  motivo  entraba  en  el  Real  Erario,  á  disposición  del 
primer  Inquisidor  general,  para  que,  segim  su  pru- 
dencia y  juicio,  invirtiese  sus  caudales  en  fines  pia- 
dosos. Y  siendo  como  era  dominicano,  resolvió,  con 
asentimiento  de  los  Reyes,  ensanchar  y  engrandecer 
el  convento  primitivo  de  su  orden,  que  habia  en  la 
Ciudad,  cori^espondiendo  á  la  grandiosidad  de  sus 
gigantescos  pensamientos  el  no  menos  gigantesco 
V  OTandioso  convento  de  Santo  Tomás  de  Avila. 

Dióse  principio  á  la  obra  en  el  año  de  1482,   se 
acabó  en  el  de  1493,  y  fué  enriquecido  de  cuantos 
primores  artísticos  hasta  entonces  eran  conocidos. 
Situado  faera  ya  de  la  población,  al  extremo  Sud- 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  CIUDAD.  513 

este  de  la  Ciudad,  llegábase  á  él  ó  por  el  gran  rodeo  de 
la  calzada  que  del  Barco  á  Madrid  atraviesa  el  barrio 
de  la  Feria,  ó  por  un  fragosísimo  camino  que  desde  las 
inmediaciones  de  la  parroquia  de  San  Pedro  se  despe- 
ñaba, hasta  que  á  principios  de  este  siglo,  en  1803,  se 
construyó  la  cómoda  calzada  llamada  la  Cuesta  de 
Santo  Tomás,  en  laque,  entre  otros  grandes  obstácu- 
los que  hubo  que  vencer,  fué  uno  el  romper  y  hacer 
que  desapareciese  un  peñasco  de  tal  magnitud,  que 
vse  llamaba  la  Peña  Gorda,  y  que  mereció  que  en  su 
sitio  se  levantase  un  pilar  en  memoria  suya. 

Un  anchuroso  vestíbulo  cubierto  de  tres  arcos 
de  piedra  daba  entrada  al  espacioso  atrio  ó  gran 
patio  en  que  está  encarrado  el  templo,  que  todo 
es  de  sillares  de  granito  en  sus  muros  y  de  are- 
niscas jaspeadas  en  sus  bóvedas,  tan  delicadamen- 
te asentadas,  que  apenas  se  distinguen  sus  juntu- 
ras. Es  de  gusto  puramente  gótico:  su  alta  y  es- 
belta fachada  presenta  un  gran  arco  volado,  bajo  del 
cual,  adornando  su  rica  y  costosa  puerta,  se  hallan 
ocho  grandes  figuras  que  representan  los  cuatro  in- 
signes Santos  de  la  Orden,  Santo  Domingo,  Santo 
Tomás,  San  Luis  Beltran  y  Santa  Eosa  de  Lima,  y 
otros  cuatro  patronos  de  ella,  San  Juan  Bautista,  San 
Juan  Evangelista,  San  José  y  Santa  Catalina:  y  el 
lugar  del  centro  le  ocupa  la  Santa  Cruz.  Sobre  el 
arco  y  bajo  el  rosetón  ó  gran  estrella  que  da  luces  al 
coro,  se  halla  un  Águila  colosal,  escudo  de  Carlos  V, 
en  cuyo  seno  se  ostentan  las  armas  de  España;  y  en 
el  ángulo  izquierdo  de  la  fachada,  entre  los  dos 
-contrafuertes  Noroeste,  á  la  altura  del  pavimento 

TOMO   I.  33 


514  HISTORIA    DE    AVILA. 

del  coro,  se  ve  nacer  un  caracol  que,  convirtiéndose^ 
en  una  columna  hueca  con  oportunas  lucernas,  con- 
duce desde  el  coro  al  examen  y  cuidado  de  las  ex- 
tensas bóvedas  de  la  iglesia. 

Es  esta  grande,  magnífica ,  y  su  figura  una  per- 
fecta cruz  latina.  El  altar  mayor,  cuyo  retablo  cuen- 
ta setenta  pies  de  altura,  está  sobre  un  arco  de 
veintiocho  de  elevación,  que  arranca  de  los  estribos 
del  crucero,  dando  lugar  á  un  extenso  presbiterio,  á 
que  conduce  desde  la  sacristía  una  espaciosa  escale- 
ra interior.  El  retablo  presenta  en  diversos  cuadros 
de  su  compartimiento  la  vida  de  Santo  Tomás,  al 
cual,  en  el  pavimento  del  templo  y  bajo  el  mismo 
arco  del  altar  mayor,  está  consagrado  otro  en  que 
se  le  ve  de  grande  escultura,  y  se  le  veneraba  como 
el  especial  patrono  de  la  juventud  escolar  de  la  Uni- 
versidad, establecida  en  sus  magníficos  claustros,  y 
de  que  nos  ocuparemos  después.  El  coro,  que  está  á 
mayor  altura  todavía  para  dominar  bien  el  altar  ma- 
yor, es  tan  anchuroso  que  contenia  setenta  y  tres 
asientos  en  su  admirable  sillería.  Así  la  calificamos, 
porque  quizá  es  de  las  más  hermosas  que  se  conocen: 
es  fantástica  en  toda  su  composición ,  de  una  esqui- 
sita  y  delicada  filigrana  piramidal,  esenciahnente 
gótica.  Sus  dos  primeros  asientos ,  separados  de  los 
otros  por  las  puertas  que  dan  entrada  al  coro  y  al 
ói'gano,  son  dos  tronos  dedicados  á  los  regios  funda- 
dores los  Reyes  Católicos ;  y  se  nota  la  singularidad 
en  toda  la  sillería  de  no  verse  en  ella  signo  alguno 
católico  ni  religioso;  y  es  que  fué  obra  de  un  célebre 
tallista  judío,  que,  condenado  á  muerte,  fué  indulta- 


DESCRH'CIOiN  DE  LA  CilDAD.  515 

do  de  su  pena  á  condición  de  labrarla ;  y  él ,  áim  eu 
esto,  mostró  su  aversión  al  cristianismo.  Una  sola 
tribuna  hay  en  todo  el  templo,  mirando  al  altar  ma- 
yor, á  donde  los  reyes  concurrian  á  los  divinos  Oficios, 
desde  el  piso  alto  del  claustro  real ,  que  conducía  á 
sus  habitaciones.  En  medio  del  crucero  está  el  mag- 
nífico sepulcro  del  malogrado  príncipe  D.  Juan,  hijo 
de  los  Reyes  Católicos.  Es  un  lecho  lujosísimo  del 
más  fino  alabastro ,  en  que  descansa  al  descubierto, 
vestida  de  toda  gala  y  armada  de  guerrero ,  la  esta- 
tua del  príncipe.  Las  partes  componentes  de  esta 
cama  mortuoria,  los  medio-relieves  y  figuras  alegó- 
ricas que  la  ciñen,  y  cuantas  bellezas  artísticas  re- 
conocen en  este  monumento  los  amantes  de  la  es- 
cultura, no  pueden  ser  objeto  de  estudio  detenido 
para  nuestra  narración,  ligeramente  descriptiva.  A 
ambos  lados  del  templo  hay  tres  capillas  de  particu- 
lares fundaciones;  pero  merecen  especial  mención 
las  dos  más  inmediatas  al  crucero.  En  la  de  San  Luis 
Beltran,  que  está  al  lado  del  Evangelio,  hay  otro 
hermoso  sepulcro  de  mármol ,  aislado  como  el  ante- 
rior ,  en  forma  de  túmulo ;  yacen  en  él  dos  figuras 
del  tamaño  natural,  que  son  las  de  D.  Juan  Velaz- 
quez  y  su  mujer  doña  Juana,  hija  de  esta  Ciudad,  y 
ambos  nodriza  y  ayo  del  príncipe ,  al  cual  ni  aun 
después  de  muerto  quisieron  abandonar,  haciéndose 
labrar  su  sepultura  cerca  de  la  de  su  señor.  La  del 
lado  de  la  Epístola,  donde  se  venera  un  Santo  Cris- 
to, es  celebérrima,  porque  en  ella  estaba  el  confeso- 
nario en  que  el  padre  Domingo  Bañez  oía  y  dirigía 
á  Santa  Teresa  de  Jesús,  y  ante  esta  sagrada  imá- 


516  mSTORlA    DE    AVILA. 

gen  fué  donde  sintió  el  delicioso  éxtasis  en  que  vio 
que  la  Virgen  y  San  José  la  cubrían  con  una  capa 
blanca,  sembrada  de  estrellas ,  y  que  colgaba  de  su 
cuello  un  precioso  collar  de  indefinible  resplandor;  y 
en  esta  situación  es  como  aparece  al  culto  público 
en  el  altar  mayor  de  la  iglesia  de  los  Carmelitas 
Descalzos,  fundada  en  su  casa  natal.  Andrés  Salazar 
Dávila,  hijo  de  los  fundadores  de  la  primera  capilla, 
y  su  mujer  doña  Leonor,  y  D.  Juan  Dávila,  abad  que 
faé  de  Alcalá  la  Real,  fundaron  otras,  dotándolas  do 
varias  obras  pias.  La  sacristía,  salón  gótico,  largo  y 
espacioso ,  era  por  constitución  el  enterramiento  de 
los  religiosos,  y  entre  estos  sus  hermanos,  y  sin 
signo  alguno  de  distinción,  se  mandó  enterrar  el 
fundador  del  convento,  Fray  Tomás  de  Torquemada; 
sus  restos  descansan  en  el  medio  de  su  espacio,  bajo 
la  única  gran  piedra  de  pizarra  que  allí  se  muestra. 
En  tres  grandes  cuadros  ó  secciones  podemos 
comprender  dividido  este  gran  edificio,  que  se  deter- 
minan y  sirven  por  sus  tres  claustros  altos  y  bajos, 
el  del  Noviciado,  el  del  Silencio  y  el  de  los  Reyes.  A 
la  derecha  de  la  fachada  de  la  iglesia,  y  en  forma 
humilde  ó  provisional,  humilde  si  así  se  hizo  en  con- 
sideración á  sus  religiosos  moradores,  provisional,  si 
es  que  se  pensó  en  una-  portada  más  majestuosa  y 
que  correspondiese  al  todo  del  convento,  está  la  por- 
tería que  inmediatamente  condace  al  claustro  del  No- 
viciado, establecido  alrededor  de  un  patio  de  cinco 
arcos  por  banda  de  columnas  octógonas.  Aunque 
períécto  en  sí  este  departamento,  que  en  su  origen 
se  cree  que  era  la  cárcel  de  los  reos  que  juzgaba  el 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  CIUDAD.  ^11 

Tribunal  de  la  Inquisición,  obscurece  el  gran  atrio 
de  la  iglesia  y  no  deja  lucir  el  segundo  y  majestuoso 
claustro  del  Silencio ;  y  antes  de  llegar  á  él  aparece 
dentro  del  vestíbulo  la  escalera  destinada  esclusi va- 
mente  al  Noviciado.  El  claustro  del  Silencio  que 
está  cerrado,  es  todo  de  hermosa  bóveda  gótica  en  su 
planta  baja  y  de  madera  la  techumbre  de  la  alta:  el 
patio  que  forma  es  digno  de  estudio  por  su  belleza. 
Dos  festones  adornan  sus  paredes  en  la  cornisa  de 
cada  planta;  la  baja  es  un  juego  alternado  de  las  ar- 
mas de  la  ilustre  casa  de  Santo  Domingo  de  Guz- 
man,  y  en  medio  de  ellas  un  ramo  de  azucenas, 
símbolo  de  la  pureza,  y  las  antiquísimas  de  la  Casa 
Real  de  Castilla,  el  yugo  y  coyundas  del  arado  y  un 
haz  de  saetas  celtíberas  atado  con  otra  coyunda, 
jeroglíficos  que  todavía  se  observan  sobre  el  arco  de 
la  muralla  del  Mercado  Grande ,  ya  que  han  desapa- 
recido las  de  la  destruida  puerta  exterior  del  Alcázar. 
El  segundo  festón  presenta  en  los'  huecos  de  cada 
arco  un  granado  cargado  de  fruto,  y  es  porque  se 
hizo  muy  poco  después  de  la  conquista  de  Granada, 
y  se  quiso  así  perpetuar  su  memoria.  De  este  segun- 
do claustro  arrancan  en  sentido  contrario  las  escale- 
ras para  el  coro  y  para  el  altar  mayor :  en  su  inme- 
diación está  la  sacristía;  en  otro  ángulo  el  gran  refec- 
torio, y  en  último  término  un  salón  cuadrado,  que  la 
tradición  supone  que  era  la  sala  del  Tribunal  de  las 
causas  de  Fe.  A  su  derecha  nace  la  alta  escalera  que 
conduela  á  las  viviendas  de  los  religiosos,  con  tal  es- 
tudio fabricada,  que  á  proporcionados  tramos  y  des- 
cansos de  ella  salen  los  larp^os  tránsitos  destinados  á 


518  HISTORIA    DE    AVILA. 

las  respectivas  clases  y  grados  de  los  individuos  de 
la  comunidad.  La  bóveda  del  cuadro  de  esta  escalera 
ostenta  en  sus  ángulos  cuatro  retratos  de  Pontífices 
dominicanos,  Inocencio  V,  Benedicto  Xí,  Pi()  V  y  el 
P.  Juan  Vercellis,  vestido  todavía  de  dominicano,  con 
la  Tiara  que  le  presentan  dos  ángeles,  y  á  la  espalda 
la  Muerte  con  su  guadaña,  que  no  le  permitió  sen- 
tarse en  la  silla  de  San  Pedro ,  para  la  que  estaba 
destinado. 

De  la  sala  del  Tribunal,  de  que  dejamos  hecha 
mención ,  se  entra  al  extenso  y  magnífico  claustro 
Real  que  aparece  abierto  en  sus  dobles  arcadas  alta 
y  baja.  En  él  estaban  todas  las  cátedras  de  Filosofía 
y  Teología  de  su  Real  y  Pontificia  Universidad :  de 
ella  hemos  hablado,  en  parte,  al  tratar  de  los  esta- 
blecimientos de  instrucción  pública,  y  hablaremos 
todavía  en  el  texto  histórico. 

Pero  acabemos  esta  descripción,  ya  tan  adelan- 
tada. La  planta  alta  del  claustro  Real  estaba  dedi- 
cada al  Palacio ,  morada  y  esparcimiento  de  nuestros 
Reyes,  Se  entraba  por  una  gran  portada ,  que  está  al 
Norte  del  edificio ,  donde  se  halla  la  espaciosa  esca- 
lera que  conducía  á  dos  extensos  y  magníficos  salo- 
nes, que  aún  ostentan  vestigios  de  sus  pinturas,  y 
á  otras  cámaras  y  habitaciones  destinadas  á  su  real 
servicio.  Eligieron  los  Reyes  Católicos  este  retiro 
para  la  estación  del  estío  en  nuestro  fresco  país:  dos 
veranos  le  disfrutaron ;  pero  la  prematura  muerte  de 
su  hijo  el  Príncipe  D.  Juan ,  que  amaba  con  entu- 
siasmo este  gran  convento,  los  alejó  de  lugar  de  tan 
tristes  recuerdos ;  y  los  religiosos  jamás  ocuparon 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  CIUDAD.  519 

estas  solitarias  estancias  por  respeto  a  sus  excelsos 
dueños. 

Cinco  eran ,  pues ,  las  esbeltas  y  suntuosas  es- 
caleras de  tan  gran  compartimiento:  la  del  Novi- 
ciado á  la  izquierda  de  la  Portería;  la  del  Coro  á  la 
del  Claustro  del  Silencio ;  la  que  de  la  Sacristía  lle- 
vaba al  Altar  mayor;  la  de  las  viviendas  de  los  reli- 
giosos, y  la  de  las  Reales  habitaciones,  situada  al 
Norte  del  patio  de  los  Estudios.  Dos  siglos  después, 
en  el  punto  más  oriental  del  convento,  se  labró  una 
anchurosa  y  cómoda  enfermería ,  obra  del  dignísimo 
dominicano. D.  Fr.  Pedro  de  Ayala,  virtuoso  y  ve- 
nerable obispo  de  Avila,  de  quien  daremos  extensa 
noticia  en  nuestra  Historia. 

Ya  queda  expuesto  á  la  cabeza  del  Catálogo  de 
las  santas  reliquias  que  posee  el  Obispado,  que  en 
la  magnífica  iglesia  de  Santo  Tomás  se  adora  la  Sa- 
grada Hostia,  rescatada  de  manos  de  los  verdugos 
del  Santo  Niño  de  la  Guardia ,  y  dicho  tenemos  que 
nos  r3servamos  dar  detenida  cuenta  en  la  Historia 
de  tan  cruento  y  horrible  suceso. 

Pero  la  supresión  de  las  comunidades  religiosas 
de  varones  en  nuestro  siglo,  alcanzó  también  á  la  de 
Santo  Tomás.  Largos  años  después  perteneció  tan 
inmenso  edificio,  con  su  extensa  huerta  y  todas  sus 
dependencias ,  al  dominio  de  un  particular.  Justo  es 
reconocer  que  procuró  su  conservación  con  religio- 
sos intentos:  su  muerte  le  sumió  de  nuevo  en  las 
cavernosas  simas  de  un  concurso  de  acreedores.  Muy 
-expuesto  estuvo  á  que  el  hacha  destructora  de  la  re- 
volución, aguzada  por  el  ínteres  personal,  le  con- 


520  HISTORIA    DE    AVILA. 

virtiese  en  ruinas  para  aprovecharse  de  sus  incalcu- 
lables despojos;  mas  el  cielo  inspiró  á  la  reina  doña 
Isabel  II  el  pensamiento  de  evitarlo ,  por  la  piadosa 
indicación  y  consejo  de  nuestro  actual  y  dignísimo 
prelado  el  Sr,  D.  Fernando  Blanco,  y  le  compró  con 
fondos  de  su  patrimonio  y  encomendóle  su  custodia; 
quien  ha  devuelto  al  culto  divino  el  templo,  y  desti- 
nado el  claustro  á  casa  de  enseñanza  y  domicilio  do 
los  menesterosos  jóvenes  que  se  dedican  á  la  carrera 
de  la  Iglesia. 

Colegio  de  San  Ignacio  ,  ó  de  la  Compañía  de 
Jesús.  A  los  trece  años  de  la  fundación  de  esta  tan 
célebre  institución  española  por  su  patriarca  San 
Ignacio ,  memorable  soldado  del  emperador  Carlos  V, 
y  gloriosísimo  capitán  sagrado  contra  las  huestes 
del  luteranismo ,  se  estableció  en  Avila  esta  casa  re- 
ligiosa en  el  año  de  1553,  en  el  local  que  ocupaba 
la  antigua  parroquia  de  San  Gil,  y  donde  más  ade- 
lante se  estableció  el  monasterio  de  San  Jerónimo. 
Fueron  de  los  primeros  individuos  de  ella  dos  padres 
que  eran  hijos  de  esta  Ciudad,  Hernán  Dálvarez  del 
Águila  y  Luis  de  Medina,  y  verificóse  la  fundación 
en  el  pontificado  del  obispo  D.  Diego  de  Álava  y  Es- 
quivel.  Otros  muy  notables  hijos  del  pueblo  fueron 
de  los  que  primeramente  poblaron  el  colegio ,  con- 
tándose entre  ellos  los  PP.  Gonzalo  del  x\guila ,  Bal- 
tasar Vázquez ,  Francisco  de  Morales  y  Juan  Alva- 
rez.  Pero  todavía  es  mucho  más  digno  de  memoria 
el  venerable  P.  Baltasar  Alvarez,  uno  de  los  más  sa- 
bios confesores  de  Santa  Teresa  de  Jesús  y  de  la  ve- 
nerable Mari-Diaz.  También  se  afilió  á  la  Compañía. 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  CIUDAD.  521 

el  virtuoso  caballero  D.  Francisco  deGuzman,  canó- 
nigo de  la  Catedral  de  esta  Ciudad,  ejemplo  raro  de 
virtud  y  santidad,  y  padre  y  amparo  de  los  pobres; 
y  sobre  todo  se  enalteció  el  colegio ,  viviendo  en  él 
por  algún  tiempo  y  hacia  los  aüos  de  1557,  el  que  en 
el  mundo  fuera  el  distinguido  caballero  de  la  prime- 
ra nobleza  de  España,  tercer  duque  de  Gandía,  que 
en  el  retiro  de  la  Orden  fué  el  humilde,  penitente  y 
bienaventurado  San  Francisco  de  Borja,  uno  de  los 
primeros  compañeros  del  patriarca  San  Ignacio.  En 
la  iglesia  del  colegio  se  depositó  el  cuerpo  de  la  ve- 
nerable madre  Ana  Reyes ,  contemporánea  y  compa- 
ñera de  la  piadosa  Mari-Diaz.  Pero  en  el  año  de  1623 
se  trasladó  el  colegio  dentro  de  las  murallas  de  la 
Ciudad,  alas  casas  que  fueron  de  los  Sres.  de  Na- 
vamorcuende  y  Villatoro ,  compradas  á  este  fin  por 
el  Cardenal  Patriarca  de  las  Indias  D.  Diego  de  Guz- 
man,  á  quien,  como  bienhechor,  le  otorgó  la  Com- 
pañía su  patronato.  Suntuoso  hubiera  sido  el  edifi- 
cio seguQ  los  modelos  y  trazas  que  el  Patriarca  ha- 
bía exigido  de  los  más  excelentes  arquitectos ;  pera 
su  muerte,  que  acaeció  en  Ancona  (Italia)  cortó  los 
vuelos  de  la  obra,  reduciéndola  á  la  forma  que  tenia 
al  tiempo  de  la  extinción  de  los  jesuítas,  y  que,  como 
ya  hemos  indicado ,  se  la  destinó  á  ser  en  parte  el 
actual  palacio  episcopal,  y  en  parte  la  parroquia  de 
Santo  Tomé.  Consagró  la  nueva  iglesia  de  San  Igna- 
cio el  obispo  D.  Francisco  Gamarra,  y  trasladóse  á 
ella  el  Sacramento,  y  en  los  dos  días  que  se  dedicaron 
á  esta  festividad  predicaron  dos  hermanos  carnales, 
los  PP.  Pimentel,  hijos  del  conde  de  Benavente.  Si 


522  HISTORIA    DE    AVILA. 

muclias  y  preciosas  reliquias  debió  este  colegio  al 
Patriarca  Cardenal ,  fué  por  sí  mismo  un  verdadero 
relicario  de  virtudes ;  tantos  j  tan  celosos  varones 
produjo,  que  el  ilustrado  cronista  Bartolomé  Fernan- 
dez Valencia,  ya  antes  citado,  dice  de  todos  ellos  que 
eran  eminentes  en  el  pulpito,  prudentes  en  el  con- 
fesonario, en  la  cátedra  elocuentes,  discretos  en  el 
consejo,  doctos  en  sus  escritos,  y  de  su  sagrado  ins- 
tituto observantísimos;  idea  que  confirma  el  maestro 
Gil  González  Dávila  en  el  Teatro  Eclesiástico  de  este 
Obispado. 

San  Antonio,  de  Franciscos  Descalzos.  D.  Ro- 
drigo del  Águila,  de  la  más  distinguida  nobleza  de 
esta  Ciudad,  caballero  de  Santiago,  mayordomo  de  la 
emperatriz  doña  María,  y  corregidor  de  Madrid,  edi- 
ficó en  el  año  de  1577,  para  los  religiosos  franciscos 
de  la  reforma  de  San  Pedro  de  Alcántara,  este  conven- 
to, á  dos  mil  pasos  de  la  Ciudad,  en  su  parte  oriental 
y  sitio  que  hoy  ocupa  al  extremo  de  la  linda  alameda 
de  que  ya  liemos  hablado,  á  que  da  nombre  el  Santo 
de  su  advocación  Y  si  bien  en  tiempos  posteriores  ha 
sido  hermoseada  por  la  Ciudad  con  calles  alineadas, 
cómodos  asientos  y  abundantes  fuentes,  sobresalien- 
do por  su  caprichosa  estructura  la  llamada  de  la  Sier- 
pe, formada  en  un  gran  peñasco  allí  mismo  nacido  y 
horadado  para  tantos  caños  cuantos  son  los  orificios 
de  la  boca,  narices,  ojos  y  oidos  del  tremendo  reptil 
que  representa,  fué  en  un  principio  plantada  por  ór- 
jí¡  den  y  á  expensas  del  mismo  caballero  D.  Rodrigo  del 

Águila,  para  suavizar  el  agrio  terreno  que  separa  al 
convento  de  toda  la  población.  Se  equivocó  el  ero- 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  CIUDAD.  523 

ni?ta  Gil  González  Dávila  cuando  dijo  en  su  Teatro 
Eclesiástico,  que  San  Pedro  de  Alcántara,  fundador 
de  la  orden,  habia  asentado  la  primera  piedra  de  la 
iglesia.  Habia  muerto  ya  el  Santo  bastantes  años 
antes,  puesto  que  falleció  en  el  de  1562,  y  la  obra, 
como  va  dicho,  no  se  verificó  hasta  el  de  1577.  Pero 
si  no  tiene  este  mérito,  tiene  el  de  que  en  ella  están 
sepultados ,  como  lo  dice  su  epitafio,  el  piadoso  fun- 
dador D.  Rodrigo  y  su  mujer  doña  María  de  Tapia; 
descansando  también  los  restos  de  los  venerables 
Fray  Diego  de  Vera,  Fray  Pedro  de  San  Buenaven- 
tura, Fray  Felipe  de  Barcelona,  Fray  Alonso  de  Fa- 
lencia, Fray  Pedro  la  Magdalena,  Fray  Lúeas  de  los 
Mártires,  y  otros  de  virtuosísimos  hijos  de  la  des- 
calcez franciscana. 

La  construcción  de  su  iglesia,  aunque  reducida, 
es  agradable  por  su  sencillez,  aseo  y  compartimien- 
to :  pero  lo  que  llama  vivamente  la  atención  es  su 
capilla  lateral,  consagrada  á  la  Purísima  Concep- 
ción de  María  Santísima,  bnjo  el  título  de  Nuestra 
Señora  de  la  Portería,  siendo  uno  de  los  templos  de 
mayor  devoción  para  los  avileses,  y  que  por  ser 
muy  reciente,  pues  cuenta  poco  más  de  un  siglo, 
pide  que  desde  ahora  anunciemos,  para  ocupar  al- 
guna página  en  la  historia,  la  narración  tan  tierna 
como  interesante  que  requieren  el  origen  del  cuadro 
de  la  Virgen  y  la  erección  de  su  capilla;  debido 
todo  al  bienaventurado  lego  del  convento  Luis  de 
San  José. 

Es  esta  capilla  un  claro  octógono,  bellamente  de- 
corado; cada  ángulo  exterior  está  robustecido  por  un 


524  HISTORIA    DF    AVILA..  '      ' 

contrafuerte  en  forma  de  columna,  que  remata  en  un 
pequeño  capitel.  Los  ocho  capiteles  rodean  el  mucho 
más  alto  y  esbelto  en  que  remata  la  media  naranja. 
La  imagen  de  la  Purísima  Concepción ,  en  la  forma 
aérea  de  flotante  traje  en  que  está  pintada  la  Vir- 
gen de  la  Portería  de  Avila,  es  el  prototipo  de  todas 
las  que  bajo  igual  forma  se  colocaron  en  el  espacio 
de  pocos  años  en  Madrid  y  Méjico  y  en  otros  muchos 
pueblos  de  ambos  mundos.  Por  esta  razón  se  atribuye 
al  humilde  Luis  de  San  José  ser  el  inventor  de  este 
nuevo  retrato  de  la  Purísima  Concepción.  La  comu- 
nidad de  San  Antonio,  comprendiendo  bien  la  virtud 
de  este  humildísimo  religioso,  le  dio  sepultura  en  la 
capilla  que  levantó  á  la  Virgen,  junto  á  la  tarima 
de  su  altar.  Consérvase  en  la  sacristía  el  retrato  del 
lego,  que  muestra  en  su  mano  un  boceto  ó  bosquejo 
de  la  Virgen  como  él  la  quiso  retratar :  y  en  el  rin- 
cón de  la  portería  en  que  provisionalmente  se  la 
colocó  ,  se  puso  y  conservaba  otro  retrato  de  la 
Virgen  en  azulejog. 

La  huerta  del  convento  pasó ,  con  motivo  de  la 
desamortización,  á  manos  del  dominio  particular: 
¡ojalá  que  su  dueño  actual  haga  revocar,  siquiera  sea 
de  cal,  el  sitio  de  la  tapia  de  la  huerta  en  que  el  hu- 
milde Luis  de  San  José,  aterrado  del  peligro  que  cor- 
ría, mereció  la  aparición  de  la  Virgen !  Sitio  que  aún 
subsiste  blanqueado  para  que  no  se  confunda  con  el 
resto  de  la  tapia. 

Monasterio  de  San  Jerónimo.  En  la  cumbre 
más  alta  que  ocupa  la  población,  al  Oriente  de  la 
Ciudad,  y  en  el  tránsito  que  desde  la  Catedral  con- 


DESCRIPCIÓN  BE  LA  CllDAD.  525 

duce  á  San  Antonio  por  la  plazuela  de  las  Paneras  del 
Cabildo  y  calle  á  que  da  su  fachada  la  desmantelada 
iglesia  del  convento  de  Santa  Catalina,  de  que  des- 
pués hablaremos ,  existió  el  monasterio  de  que  tra- 
tamos, j  parece  como  providencial  su  fundación.  Hé 
aquí  los  motivos  de  este  piadoso  juicio.  Habiendo 
estatuido  D.  Suero  del  Águila,  caballero  de  esta  Ciu- 
dad y  padre  del  D.  Rodrigo,  á  quien  acabamos  de 
conocer  como  fundador  del  convento  de  San  Anto- 
nio, un  mayorazgo  con  la  cláusula  expresa  de  que 
á  falta  de  sucesores  directos  suyos  heredase  la  orden 
de  San  Jerónimo  su  rico  patrimonio,  y  habiendo  te- 
nido nada  menos  que  veintidós  hijos,  tuvo  también 
la  amargura  de  sobrevivir  á  todos  ellos ,  y  al  falle- 
cer, en  el  ano  de  1606,  la  religión  jeronimiana  tomó 
posesión  tranquila  de  la  herencia.  Ya  en  el  lugar  de 
la  Serrada,  á  dos  leguas  de  la  Ciudad  y  en  unas 
casas  del  mismo  caballero  existia  una  corta  comu- 
nidad de  monjes  de  San  Jerónimo,  de  quienes  fué 
uno  el  venerable  Padre  Fray  Francisco  de  Uceda,  va- 
ron  eminente  en  virtudes  y  letras.  Y  vacante  algunos 
aüos  después  la  iglesia  de  San  Gil  y  las  habitaciones 
contiguas  á  ella,  que  habían  ocupado  hasta  la  trasla- 
ción á  su  colegio  de  San  Ignacio  los  Padres  jesuitas, 
en  este  local  se  instaló  el  monasterio,  que  ha  perma- 
necido, hasta  que,  por  la  extinción  de  los  institutos 
monásticos,  pasó  al  dominio  particular;  y  en  tal  es- 
tado se  conserva.  Ha  tenido  eminentes  y  virtuosos 
hijos,  y  entre  otros  el  Padre  Fray  José  Algete,  gene- 
ral de  su  religión;  el  Padre  Fray  Agustin  de  ]\Iadrid, 
predicador  del  rey  D.  Carlos  II,  y  D.  Fray  Ignacio  de 


52(5  HISTORIA    DE    AVILA. 

Urbma,  que  después  de  su  generalato  en  la  orden,  fué 
arzobispo  de  Santa  Fé  y  de  la  Puebla  de  los  Angeles, 
en  nuestras  perdidas  posesiones  de  América;  y  en 
esta  misma  casa  cursó  sus  estudios  de  colegial  el  Pa- 
dre Fray  Francisco  Enriquez,  hijo  del  conde  de  Alba 
de  Liste.  Tenia  la  particularidad  esta  santa  casa  de 
ser  la  precisa  é  invariable  residencia  do  los  reveren- 
dísimos Generales  de  la  orden.  Al  principio  y  desde 
su  origen,  siempre  estuvo  adscripto  el  generalato 
á  la  prelacia  del  monasterio  de  San  Bartolomé  de 
Lupiana,  como  el  más  antiguo,  por  acuerdo  áól 
primer  Capítulo  general  celebrado  en  el  de  Guadalu- 
pe, en  1415.  Mas  habiéndose  segregado  ambos  car- 
gos en  1684,  en  el  de  1687  se  resolvió  en  el  de  Lu- 
piana fijar  la  residencia  del  Padre  general  en  el  Co- 
legio de  Jesús  de  Avila;  disposición  que,  aprobada 
por  la  sagrada  congregación  de  obispos  j  regulares, 
fué  confirmada  por  bula  de  Inocencio  XI  de  2  de  No- 
viembre de  1688.  Créese,  con  fundamento,  que  fué 
elegido  el  Colegio  de  Avila  para  silla  generalicia,  en 
consideración  á  estar  fuera,  pero  no  lejos,  de  la  cor- 
te y  en  el  centro  del  reino ,  para  la  más  cómoda  y 
pronta  correspondencia  de  todos  los  monasterios  y 
monjes,  que  con  frecuencia  y  necesidad  acudian  con 
asuntos  al  prelado  general,  á  quien,  como  á  sus 
secretarios,  fámulos  y  demás  asistentes,  mantenían 
todos  los  monasterios  del  reino,  al  mismo  tiempo  que 
le  prestaban  respetuosa  asistencia  el  prior,  maestros 
y  pasantes  del  colegio.  El  Padre  Fray  Francisco  de 
los  Santos,  continuador  de  la  erudita  Crónica  de  la 
Orden,  escrita  por  el  sabio  Padre  Fray  José  de  Si- 


DESCRIPCIÓN  I)E  LA  CIUDAD.  .527 

güenza,  suministra  más  extensas  noticias  al  que  de- 
see consultarlas. 

Convento  de  Santa  Teresa.  Carmelitas  Bes- 
calzos.  El  último,  por  ser  el  más  moderno  de  todos 
los  conventos  de  varones,  pero  el  primero  para  los 
avilescs,  por  ser  el  santuario  de  su  mayor  devoción, 
el  refugio  á  que  acuden  en  sus  calamidades,  y  el 
consuelo  en  todas  sus  tribulaciones ,  es  la  iglesia- 
convento  que  para  el  retiro  y  oración  á  que  se  con- 
sagran los  carmelitas  descalzos ,  se  construyó  en  la 
casa  misma  donde  nació  su  ínclita  fundadora  nues- 
tra paisana,  gloria,  protección  y  amparo,  la  madre 
Teresa  de  Jesús.  Y  ninguna  comunidad  religiosa  su- 
frió tantas  dificultades,  tantos  obstáculos,  tantas 
persecuciones  y  tantos  trabajos  para  establecerse  en 
la  Ciudad,  como  los  que  tuvo  que  soportar  y  vencer 
hasta  verse  asentada  en  el  hogar  materno  la  de  los 
hijos  de  la  Santa. 

Habíase  fundado  enDuruelo,  en  el  año  de  1568, 
el  primer  convento  de  varones  de  la  reforma  carme- 
litana; por  causas  de  salubridad  y  mejor  servicio  re- 
ligioso so  le  trasladó  después  á  Mancera  de  Abajo 
en  1570,  donde  permaneció  veintisiete  años ;  pero  en 
el  de  1597  pretendieron  con  justa  razón  los  religio- 
sos que  la  primera  casa  de  su  Orden  existiese  en  la 
Ciudad  patria  do  su  ilustre  madre;  y  para  ello  con- 
taban con  la  pía  donación  que  de  unas  casas  pro- 
pias suyas  les  hacia  D.  Juan  Bertrán  do  Guevara  y 
Figuoroa,  canónigo  de  aquella  santa  iglesia,  que, 
andando  el  tiempo,  llegó  á  ocupar  la  elevada  silla 
del  arzobispado  de  Santiago.  Pero  frustróse  cuando 


528  HISTORIA    DE    AVILA. 

-estaba  ya  arreglado  este  primer  proyecto.  Llegó  el 
aüo  de  1600,  y  el  obispo  D.  Lorenzo  de  Otaduy,  con 
licencia  de  la  Ciudad  y  con  el  consentimiento  de  la 
antigua  cofradía  de  San  Sebastian ,  que  radicaba  en 
la  iglesia  de  San  Segundo  de  Adaja,  les  facilitó  mo- 
rada en  las  pequeñas  casas  que  le  son  contiguas 
para  primera  vivienda,  señalándoles  una  pensión 
moderadísima  sobre  las  rentas  de  su  mitra  para  que 
no  mendigasen;  y  cuatro  faeron  los  únicos  religiosos 
que  primeramente  las  ocuparon.  Expondremos  en  la 
narración  histórica  la,  si  no  maravillosa,  cuando  me- 
nos admirable ,  manera  como  este  prelado  vio  cum- 
plida una  obligación  que,  acaso  sin  pensar  en  ella, 
contrajo  largos  años  antes  cuando  regentaba  cáte- 
dras en  la  Universidad  de  Alcalá,  de  dar  un  dia  casa- 
habitacion  á  los  hijos  de  Santa  Teresa.  Las  notorias 
incomodidades  que  en  este  estrecho  albergue  su- 
ii'ian,  ademas  de  no  permitirles  aumentar  su  número, 
ios  obligó  á  buscar  otro  más  cómodo  y  desahogado 
-en  el  barrio  de  Nuestra  Señora  de  las  Vacas,  y  le  ob- 
tuvieron en  el  año  de  1610;  pero  de  él  fueron  expeli- 
dos con  violencia  por  desafueros  de  sus  vecinos, 
viéndose  precisados  á  volver  á  su  primer  asilo,  lo 
■cual  fué  un  nuevo  infortunio:  mas  aquietados  aque- 
llos desabrimientos  del  pueblo ,  volvieron  á  esta  su 
segunda  casa  en  el  siguiente  de  1611,  donde  per- 
manecieron hasta  1614,  en  que,  mejorando  de  local, 
estableciéronse  en  uno  de  la  calle  Empedrada,  que 
es  en  el  que  hoy  existe  el  único  hospital  general, 
frente  al  arco  de  la  Santa,  y  en  donde  ya  consiguie- 
ron erigir  una  modestísima  iglesia;  de  manera  que 


EESCRIPCION  DE  LA  CIUDAD.  5*29 

este  pobre  edificio  es  el  primero  que  ya  pudo  honrar- 
se con  el  título  de  Convento  de  Santa  Teresa  de  Je- 
sús ;  porque  esto  acontecía  cuando  estaba  muy  re- 
ciente la  beatificación  de  su  fundadora.  Habia  hecho 
la  Ciudad  con  este  motivo  el  voto  de  santificar  como 
fiesta  anual  el  dia  de  la  Santa,  tomándola  por  su  pa- 
trona,  lo  que  se  elevó  á  precepto  eclesiástico  para  su 
vecindario  por  disposición  del  obispo  D.  Bernardo  de 
Atayde.  Pero  aún  era  poco  digna  esta  mansión  para 
dar  culto  á  Dios  por  la  mediación  de  tan  insigns  avi- 
lesa;  y  conociéndolo  así  el  conde-duque  de  Olivares, 
ministro  y  gran  privado  de  Felipe  IV,  á  sus  expensa-^". 
se  labró  la  iglesia  y  convento  que,  desde  el  15  do 
Octubre  (dia  de  la  Santa)  de  1636,  fué  ocupado  por 
sus  hijos,  convirtiéndose  así  en  templo  y  relicario, 
constantemente  consagrado  á  su  veneración,  el  anti- 
guo solar  de  sus  ilustres  progenitores.  Tantos  es- 
fuerzos y  trabajos  tuvieron  al  fin  su  término  desea- 
do; por  manera  que  bien  pudo  aplicarse  á  sí  misma 
la  familia  de  la  Descalcez  del  Carmelo ,  el  epifonema 
de  Virgilio: 

Tanta)  mollis  erat  Romanam  condere  gentem. 

La  espaciosa  fachada  de  la  iglesia  es  sencilla 
pero  agradable  por  su  regularidad ,  labrada  de  lim- 
pia mampostería  concertada,  y  guarnecida  en  sus 
compartimientos  de  sillares  de  granito  bastante  cla- 
ro: el  templo,  como  otros  muchos  de  su  época  ó  ins- 
tituto, es  de  una  sola  nave  con  crucero,  y  está  ador- 
nado de  capillas  laterales;  á  la  derecha  so  halla  la 
T03:o  I.  34 


530'  lilSTORIA    DE    AVILA. 

puerta  que  conduce  á  la  sacristía,  bastante  desalío - 
gada,  que  se  comunica  con  el  convento,  y  á  la  iz- 
quierda é  inmediata  al  altar  de  Nuestra  Señora  del 
Carmen,  la  entrada  á  la  pequeña  pero  linda  j  risue- 
ña capilla  que  fué  la  habitación  donde  nació  la 
Santa . 

Allí  se  la  venera  con  profundo  recogimiento 
bajo  la  forma  de  un  hermosísimo  busto  de  su  ima- 
gen. Al  lado  de  la  capilla  hay  un  gabinete  mucho 
más  pequeño  aún,  en  que  se  custodian  y  muestran 
con  reverencia  las  reliquias  que  esta  Santa  Casa  po- 
see de  su  gloriosa  Madre,  que  son  el  dedo  índice  de 
su  mano  derecha,  el  gran  báculo  que  llevó  en  sus 
viajes,  el  rosario  de  que  hacia  uso,  regalo  de  uno  de 
sus  hermanos,  una  de  las  sandalias  que  calzó,  y  al- 
gunas cartas  originales  de  tan  sabia  y  santa  escri- 
tora. Si  esta  casa  ha  sido  siempre  considerada  como 
uno  de  los  mejores  edificios  que  los  Carmelitas  descal- 
zos poseen  en  el  Eeino,  mejor  todavía  ha  debido  repu- 
társela como  dechado  y  modelo  de  santidad,  de  vida  y 
disciplina  religiosa.  Dos  ó  tres  hijos  de  ella  que  so- 
breviven ala  exclaustración  general,  cuidan  de  man- 
tener abierto  el  templo  al  devoto  é  incesante  culto 
que  le  da  toda  la  Ciudad,  y  aun  cuando  desgraciada- 
mente llegasen  á  faltar,  agobiados  de  los  años,  no 
hay  que  temer  que  en  Avila  falte  la  devoción  á  la 
Santa;  pero  siempre  será  de  desear  que  les  vayan 
reemplazando  en  este  servicio  otros  hermanos  suyos,, 
profesos  en  casas  extranjeras,  con  licencia  del  Go- 
bierno, como  fieles  y  constantes  custodios  de  la  casa 
naterna  de  la  fundadora  de  la  Descalcez  del  Carmelo. 


DESCRIPCIÓN   nC  LA  CIUDAD.  531 

El  resto  del  edificio  se  conserva  bieu ,  como  queda 
dicho ,  porque  está  ocupado  por  el  Instituto  provin- 
cial de  segunda  enseñanza  y  por  la  Escuela  superior 
normal.  Mas  no  se  extendian  las  casas  de  los  padres 
de  Santa  Teresa  á  todo  el  espacio  que  hoy  ocupa  el 
convento;  el  cual  comprendió  también  las  de  su  tic 
D.  Francisco,  separadas  de  las  primeras  por  una  os- 
cura y  estrecha  calle,  que  corría  desde  la  plazuela 
de  Santo  Domingo  al  ángulo  que  forman  hoy  la  del 
Torreón  de  los  Mugicas ,  ó  de  la  casa  del  conde  de 
Oñate,  y  la  que  está  en  el  punto  mismo  del  conduc- 
to subterráneo  del  Cárcabo.  Llamábase  esta  calle  de 
la  Dama;  la  Ciudad  resistió  por  algún  tiempo  su  cier- 
ro y  desaparición,  necesarios  para  dar  unidad  al 
nuevo  edificio;  mas  al  cabo  cedió,  á  condición  de  quo 
se  perpetuase  la  memoria  de  esta  calle  con  una  efigie 
ó  busto  de  una  Dama  en  la  fábrica  del  convento.  Y 
á  este  efecto,  en  su  ángulo  Noroeste,  á  grande  al- 
tura, se  construyó  en  el  fuerte  de  su  escuadra  un 
asiento  triangular,  que  semeja  una  ventana  tapia- 
da, donde  se  colocó  la  Dama  de  piedra,  que  hace  mu- 
chos años  ha  desaparecido ,  frente  á  la  puei'ta  de 
Santo  Domingo. 

También  ha  faltado  la  comunidad  de  religiosos 
que  constantemente  prestaba  culto  á  su  Seráfica  Ma- 
dre Santa  Teresa;  pero  la  Ciudad,  representada  por 
su  Ayuntamiento,  dirigida  por  su  Obispo,  cabildo 
y  clero  parroquial  y  por  una  numerosa  congregación 
llamada  del  Patronato,  compuesta  de  los  más  nota- 
bles vecinos  y  de  muchos  forasteros,  honrándose 
hasta  ahora  con  haber  tciúdo  por   sus  hermanos 


r>3'2  HISTORIA    DE    AVILA. 

mayores  a  nuestros  reyes ,  hace  anualmente  repeti- 
das y  solemnes  fiestas  religiosas  en  lionor  de  tan 
esclarecida  Santa. 

MOMASTERIOS  Y  CONYEMOS  DE  HELIGIOSAS. 


Santa  Ana,  del  orden  de  San  Bernardo.  Exis- 
tia ya  a  mediados  del  siglo  xiv ,  como  lo  acredita  la 
inscripción  que  en  toscos  versos  alejandrinos  se  lee 
debajo  del  nicho  sepulcral  de  su  fundador  D.  Sancho 
Dávila,  natural  de  esta  Ciudad,  digno  obispo  de  ella, 
descendiente  de  la  ilustre  casa  de  Navamorqüende,  y 
maestro  j  ayo  del  rey  D.  Alonso  XI ,  de  quien  obtu- 
YO  el  título  de  notario  mayor  de  Castilla. 

A  este  monasterio,  que  se  edificó  en  el  año  de  1352, 
se  han  unido  y  agregado  en  diversos  tiempos  otros 
varios,  por  cuya  razón  se  aumentó  el  número  de  reli- 
giosas en  la  proporción  en  que  se  acrecentaron  sus 
rentas.  Tales  fueron  el  de  San  Clemente,  y  por  otro 
nombre  de  Santa  Fé,  que  estaba  á  las  inmediaciones 
de  la  Ciudad,  á  la  izquierda  del  Adaja,  y  no  lejos  del 
camino  que  ahora  conduce  á  Extremadura ,  en  cuyo 
recuerdo  subsistia  un  árbol  llamado  de  Santa  Fé, 
hasta  hace  pocos  añoí,  y  no  lejos  de  los  que  aún  re- 
cuerdan la  ermita  de  San  Mateo ;  el  de  Santa  Esco- 
lástica ,  que  luego  se  convirtió  en  hospital ,  y  que 
desde  la  última  guerra  con  Francia  fué  demolido, 
conservándose  ya  únicamente  su  bellísima  portada, 
frente  á  la  fachada  meridionrd  de  la  parroquia  de 
Santo  Domingo:  el  de  San  Millan,  que  continúa  sien- 


DESCRirClON  DE  LA  CIUDAD.  533 

tío  la  iglesia  del  Seminario  Conciliar,  rica  en  rcciici'- 
(los  de  virtud  y  santidad,  como  ya  queda  expuesto  y 
todavía  veremos;  yelde  la  villa  de  la  Higuera,  co- 
nocida con  el  nombre  de  las  Dueñas ,  fueron  otras 
tantas  casas  de  religiosas  profesas  de  San  Benito,  de 
San  Bernardo  y  de  beatas  que  sin  solemne  emisión  do 
votos  monásticos,  estaban  como  afiliadas  al  servicio  y 
culto  de  sus  iglesias.  Pero  el  que  más  nombre  é  im- 
portancia le  dio  fué  el  de  San  Clemente,  de  la  regla 
benedictina ,  porque  entre  otras  rentas  que  poseia  y 
llevó  al  que  se  incorporaba,  fué  la  conocida  en  todo 
el  Obispado  con  el  nombre  de  la  Cuartilla  de  Santa 
Ana.  Pero  del  origen  de  esta  patriótica  carga  de  la 
tierra  en  favor  del  trono,  de  su  larga  posesión  y  goce 
por  el  monasterio ,  y  de  su  extinción ,  acordada  por 
las  Cortes  de  1822,  daremos  detenida  cuenta  en  la 
Historia.  Ha  sido  notable  esta  comunidad  por  su  ri- 
gurosa disciplina  monástica;  tiene  muchas  reliquias 
de  santos,  y  muchos  y  buenos  vasos  sagrados  y  or- 
namentos. Pero  el  mayor  de  que  con  razón  hace 
alarde,  es  el  haber  sido  religiosa  de  ella  la  venerable 
señora  doña  María  Vela,  de  la  noble  familia  de  los 
Velas,  que  fueron  muchos  y  muy  esclarecidos  en 
este  país,  y  de  la  cual  nos  será  preciso  hablar  con 
mayor  detenimiento  en  el  texto  histórico,  puesto  que 
sus  virtudes  y  conocí  la  santidad  la  conquistaron  el 
alto  título  con  que  es  conocida  de  la  Mujer  fuerte. 
También  fué  siempre  este  monasterio  el  espacioso  y 
cómodo  retiro  que  preferían  las  familias  más  distin- 
guidas de  la  Ciudad  y  Provincia  para  que  profesasen 
la  vida  monástica  las  jóvenes  de  ellas  que  entraban 


534  iiisToniA  DE  avii.a. 

en  reügion,  como  lo  hicieron  entre  otras  muchas  las 
hijas  de  los  duques  de  Alba,  condes  de  Oropesa,  con- 
des de  Alba  de  Liste,  marqueses  de  Velada,  señores 
de  Navamorqüende  y  otros  títulos  de  la  primera  no- 
bleza. 

Por  último,  es  muy  agradable  su  posición  topo- 
gráfica. Es  el  primer  edificio  que  se  encuentra  á  la 
llegada  á  la  Ciudad  por  el  camino  de  Madrid ,  de  cu- 
yas vistas,  como  de  las  de  la  alameda  de  San  Antonio, 
pueden  disfrutar  las  monjas  desde  sus  habitaciones 
internadas  en  su  extensa  huerta ,  cuya  fuerte  y  her- 
mosa tapia,  al  Norte  del  monasterio,  tiene  á  su  pié 
ol  prolongado  asiento  del  paseo  del  Campo  del  Ee- 
creo,  desde  donde  se  descubre  un  claro  y  despejado 
horizonte  hacia  el  Oeste  y  Norte  de  la  Ciudad. 

Santa  Catalina,  del  arden  de  Santo  Domingo. 
Fundóle  doña  Catalina  de  Guiera,  hija  de  Fierres 
(Pedro),  caballero  francés,  que  con  otros  muchos 
vino  á  España  á  tomar  parte  en  favor  de  don 
Enrique  de  Trastamara  en  las  grandes  y  turbulentas 
contiendas  que  sostuvo  contra  su  hermano  el  rey 
D.  Pedro,  á  quien  privó  de  la  vida  y  del  cetro  á  las 
inmediaciones  del  famoso  castillo  de  Montiel.  Viuda 
la  doña  Catalina  de  Hernando  de  Belmente ,  señor 
que  era  del  heredamiento  y  pueblo  llamado  la  Hija 
de  Dios,  en  que  sucedió  después  el  cabildo  de  la  san- 
ta iglesia  de  esta  Ciudad ,  reunió  algunas  piadosas 
mujeres,  de  quienes  se  hizo  superiora,  en  el  pontifi- 
cado del  obispo  D.  Martin  de  Vilches,  y  comenzó  á 
sus  expensas  la  edificación  de  e?te  convento  para 
sus  religiosas.  Al  principio ,  que  lo  era  también  del 


EESCRiPCiON  DE  LA  CIUDAD.  535 

siglo  XV,  se  puso  bajo  la  obediencia  del  cabildo;  pero 
alg'Linos  años  después,  en  el  de  1478,  en  que  ya  exis- 
tia el  primitivo  convento  de  Santo  Tomás,  prestáron- 
sela  las  monjas  al  prior  de  su  orden  de  Predicadores. 
La  capilla  mayor  fué  erigida  por  Pero  ALvarez  Ser- 
rano y  su  mujer  doña  Leonor  de  Zapata  en  1570. 
Grande  era  en  sus  primitivos  tiempos  la  comunidad, 
pues  hay  datos  de  que  llegaron  á  cincuenta  sus  reli- 
giosas; pero  decayó  tanto  después,  que  á  fines  del  si- 
glo último  no  pasaban  de  nueve,  y  tan  pobre  y  des- 
truido se  vio  ya  el  convento  por  los  años  de  1786,  que 
hallándose  arruinadas  sus  celdas,  sufrian  la  imponde- 
rable incomodidad  de  dormir  todas  en  el  claustro, 
sin  más  abrigo  en  los  rigurosos  inviernos  de  Avila, 
que  la  debilidad  de  unas  tablas  que  les  incomunica- 
ban con  las  ruinas.  En  los  años  siguientes  repararon 
algún  tanto  su  vivienda,  y  ciertamente  que,  aunque 
poco  cómoda ,  jamás  la  hubieran  abandonado ,  si  las 
ideas  y  disposiciones  reformadoras  de  nuestros  tiem- 
pos no  les  hubiesen  privado  de  su  humilde,  sí,  pero 
anchuroso  albergue,  para  enajenar  todo  el  edificio, 
que  pasó  entero  á  manos  del  dominio  particular ,  y 
que  lastimosamente  y  afeando  el  casco  de  la  pobla- 
ción, está  hoy  reducido  á  escombros  por  aprovechar- 
se de  sus  materiales.  La  portada  de  la  iglesia,  que 
se  conserva,  es  bella,  de  piedra  berroqueña  de  sille- 
ría, con  portada  de  arco  y  dos  columnas  estriadas,  y 
sobre  su  cornisamento  hay  un  nicho  en  el  que  está 
la  estatua  de  la  Santa  titular,  que  los  inteligentes 
estiman  de  mérito,  y  todo  el  edificio  ocupa ,  con  las 
cuatro  robustas  paredes  de  la  capilla  mayor,  un  sitio 


5¿Jb  mSTORlA    DE    AVILA. 

de  gran  comunicación ;  porque  haciendo  frente  pol- 
lino de  sus  costados  con  la  plazuela  de  las  Paneras 
del  Cabildo,  hoy  de  Nalvillos,  es  el  vértice  del  ángulo 
(}ue  abren  las  dos  calles  que  por  San  Jerónimo  y  por 
ei  Seminario  Conciliar  conducen  á  los  paseos  del 
Campo  del  Recreo  y  San  Antonio,  de  la  Fuente  Nue- 
va y  del  camino  de  Madrid. 

Santa  María  de  Jesús  (las  Gordillas),  del  orden 
dx  San  Francisco.  A  cuatro  leguas  Norte  de  Avila 
y  en  el  heredamiento  y  gran  coto  redondo  llamado 
las  Gordillas,  habíase  fundado  pt)r  la  rica  y  piadosa 
señora  doña  María  Dávila,  primero  esposa  de  D.  Fer- 
nán Nuñez  Arnalt,  tesorero  de  los  Reyes  Católicos, 
y  después  de  D.  Fernando  de  Acuña,  virey  de  Sici- 
lia (á  la  cual  ya  conocemos  como  fundadora  del  pri- 
mitivo convento  de  Dominicos  en  Avila),  el  de  reli- 
giosas Franciscas  de  Santa  Clara,  al  que  se  dio  el 
título  de  Villa  Dei ,  y  tan  abundantemente  le  dotara 
que  exigió  por  cláusula  fundacional  que  constase  de 
cincuenta  y  dos  monjas,  y  que  dos  de  ellas  turnasen 
constantemente  de  dia  y  noche  asistiendo  en  vela  al 
Santísimo  Sacramento;  siendo  otra  de  sus  cláusulas 
que  se  repartiesen  en  grano  anualmente  doscientas 
fanegas  de  trigo  á  pobres  vergonzantes  en  la  capilla 
de  la  calle  Andrin ,  hoy  del  Comercio ,  con  la  advo- 
cación de  Nuestra  Señora  de  las  Nieves,  de  que 
luego  hablaremos.  Heredero  universal  este  convento 
de  tan  rica  señora,  disfrutó,  entre  otras,  de  una 
pingüe  renta  que  m.erece  un  lugar  en  la  Historia, 
llamada  de  las  cristianiegas,  judiegas  y  moriegas 
de  la  Ciudad.  Estuvieron  estas  relio-iosas  en  Villa 


DESCRIPCIÓN  PE  LA  CIUDAD.  SSl 

Dei  desde  el  año  de  1502,  que  fué  el  de  su  funda- 
ción, hasta  que  por  razou  de  salud  se  ti'asi;;daroii 
á  Avila  á  las  casas  contiguas  á  la  ya  indicada  capi- 
lla de  la  Anunciación ,  pero  sólo  provisionalmente  y 
hasta  que  se  levantó  el  convento  que  hoy  habitan  y 
que  ha  conservado  el  mismo  sobrenombre  de  las  Cor- 
dillas. Es  espacioso,  cómodo  y  ventilado,  porque 
ocupa  uno  de  los  sitios  más  elevados  de  la  Ciudad,  y 
su  iglesia  anchurosa,  sólida  y  de  conocido  gusto  gó- 
tico. La  tapia  meridional  de  su  extensa  huerta  forma 
en  toda  su  línea  el  abrigado  paseo  de  invierno,  lla- 
mado de  San  Roque,  con  la  perspectiva  de  un  claro 
y  dilatado  horizonte.  De  este  convento  salieron  sieto 
religiosas,  todas  naturales  de  la  Ciudad,  para  la  fun- 
dación del  de  los  Angeles  de  Madrid,  que  ha  desapa- 
recido, y  que  edificó  doña  Leonor  Mascareñas,  dama 
de  la  emperatriz  doña  Isabel,  y  donde  algunos  aüO:-; 
después  estuvo  hospedada  la  gran  Santa  Teresa  (!o 
Jesús. 

Santa  María  de  Gracia,  del  orden  de  San  Agun- 
tin.  Pocos  años  después  de  la  fundación  del  primer 
Beaterío,  del  cual  resulta  el  convento  de  la  Encar- 
nación, de  que  inmediatamente  vamos  á  ocuparnos, 
pero  también  pocos  años  antes  que  como  tal  conven- 
to existiera,  se  erigió  fuera  de  la  muralla,  al  pie  de 
la  gran  torre  del  Baluarte,  este  de  religiosas  Agus- 
tinas. Una  virtuosa  hija  de  la  ciudad,  llamada  doña 
Mencía  López,  fué  su  fundadora  en  el  año  de  1509, 
bajo  la  dirección  y  gobierno  del  P.  Fray  Juan  de  Se- 
villa, vicario  general  de  la  orden,  que  vino  á  la  Ciu- 
dad á  tomar  posesión  del  edificio  que  á  tal  objeto  se 


538  HISTORIA    DE    AVILA. 

obtuvo  en  el  pontificado  del  obispo  D.  Alonso  Carrillo. 
Era  esta  la  antigua  iglesia  parroquial  de  los  niños 
mártires  San  Justo  y  Pastor.  Es  sabido  que  durante 
la  ocupación  de  la  Ciudad  por  los  Sarracenos  fué 
mezquita;  porque  así  lo  demostró  una  inscripción 
arábiga  que  se  hallaba  esculpida  en  la  techumbre  del 
antiguo  templo  y  que  se  derribó  para  hacerle  de 
nuevo,  y  de  la  cual  se  deducía  una  antigüedad  de 
construcción  de  más  de  quinientos  años,  lo  cual 
equivale  á  ser  obra  del  siglo  décimo.  La.  del  templo 
actual  es  del  gusto  del  renacimiento,  de  muy  bien 
sentados  sillares  de  claras  piedras  jaspeadas.  Se  de- 
bió la  de  la  capilla  mayor  á  D.  Pedro  Dávila,  con- 
tador mayor  del  Emperador  Carlos  V,  en  el  año 
de  1551  y  siguientes,  y  á  un  hijo  suyo  de  su  mismo 
nombre.  Fué  vicario  rector  de  este  convento  el  es- 
clarecido Santo  Tomás  de  Villanueva,  arzobispo  de 
Valencia.  Es  la  casa  donde  recibió  nuestra  Santa  Te- 
resa de  Jesús  po?  espacio  de  dos  años  una  santa  ins- 
trucción como  educanda  interna,  hasta  que  en  1532 
pasó  á  tomar  el  hábito  carmelita  en  la  de  la  Encar- 
nación. También  se  honra  este  convento  con  haber 
tenido  di  religiosa  suya  por  algún  tiempo  á  la  seño- 
ra doña  Ana,  hija  del  gran  D.  Juan  de  Austria,  ven- 
cedor en  Lepanto,  que  habiendo  profesado  en  el  con- 
vento de  Madrigal,  vino  castigada  al  de  Gracia  como 
complicada  en  la  causa  del  Pastelero  de  aquella  villa, 
de  que  daremos  conveniente  noticia  en  la  Historia. 
La  casualidad,  según  unos,  y  según  otros  una 
disposición  sobrehumana,  hizo  que  al  labrarse  la  ca- 
pilla mayor,  de  las  fajas,  colores  j  sombras  de  las 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  CIUDAD.  539 

piedras  jaspeadas,  de  que  es  la  fábrica,  resultase  en 
lina  la  imagen  de  Nuestra  Señora  con  su  divino  Hijo 
en  los  brazos  y  cubierta  con  un  manto,  todo  con 
bastante  semejanza  y  propiedad,  y  como  acertó  á 
caer  esta  figura  á  los  pies  del  Crucifijo  que  forma  el 
remate  del  altar  mayor,  la  piedad  de  nuestros  antece- 
sores la  ha  venerado  siempre  con  gran  devoción;  con 
tanta,  que  por  espacio  de  muchos  años  ha  ardido  con- 
tinuamente una  lámpara  en  su  obsequio  á  más  de  la 
quede  ordinario  alumbra  al  Sacramento. 

Nuestra  Señora  de  la  Encarnación,  de  Carme- 
litas calzadas  6  de  la  Observancia.  Omitiendo  com- 
paraciones de  mayor  ó  menor  merecimiento,  siempre 
desagradables  para  los  interesados  ó  sus  partidarios, 
es  preciso  confesar  que  el  convento  de  la  Encarna- 
ción es  uno  de  los  más  ricos  relicarios  en  santidad 
y  virtud,  no  digo  de  Avila  y  de  España,  pero  aun  de 
todo  el  orbe  cristiano.  Un  grueso  volumen  seria  ne- 
cesario para  narrar  dignamente  la  historia  de  esta 
santa  y  afamada  casa.  Escribió  la  de  los  primeros 
tiempos  de  su  existencia  la  discreta  y  erudita  doña 
María  Pinel,  hija  religiosa  de  ella,  al  mismo  tiempo 
que  lo  eran  otras  tres  hermanas  suyas,  y  dedicóla  ú 
la  reina  doña  María  Luisa  Gabriela  de  Saboya,  pri- 
mera mujer  de  D.  Felipe  V:  códice  precioso  que  ma- 
nuscrito se  conserva  por  la  comunidad,  y  que  tuve  el 
gusto  de  leer  y  extractar  en  el  verano  de  1854.  Su 
narración,  confirmada  con  la  no  menos  puntual  del 
beneficiado  Fernandez  Valencia,  y  con  las  que  están 
contestes  las  demás  crónicas  y  leyendas  del  país,  me 
servirá  de  guia  para  lo  poco  que  ahora  pueda  decir 


540  HISTORIA    DE    AVILA. 

entre  tanto  y  tanto  como  de  este  convento  me  obliga 
á  callar  la  naturaleza  de  un  discurso  puramente  des- 
criptivo. 

Catorce  mujeres  piadosas  se  reunieron  en  el  año 
1467,  con  el  santo  objeto  de  vivir  recogidas  en  co- 
munidad y  retiradas  del  mundo,  consagrando  su 
vida  á  la  oración,  fijando  este  número  misterioso  en 
el  nombre  y  memoria  de  Jesús  y  María  y  de  los  doce 
Apóstoles,  y  obteniendo  la  protección  de  D.  Gutierre 
Alvarez  de  Toledo,  hijo  de  D.  García,  duque  de  Alba, 
les  cedió  las  rentas  que  poseía  de  varios  préstamos 
en  el  obispado.  Con  lo  cual  y  con  la  iglesia  de  Tocios 
los  Santos  que  existia  entre  el  Mercado  chico  y  la 
parroquia  de  San  Vicente  que  antes  habia  sido  sina- 
goga, y  las  casas  contiguas  á  ella  del  mayorazgo  de 
San  Miguel  del  Arroyo,  se  fundó  un  beaterío  que 
gobernó  y  presidió,  en  tiempo  del  obispo  D.  Alfonso 
de  Fonseca,  la  señora  que  más  trabajó  para  lograr 
tal  intento,  y  que  se  llamaba  doña  Elvira  González- 
de  Medina,  Sus  votos  al  principio  fueron  simples,  y 
entre  las  opiniones  diversas  que  se  suscitaron ,  pre- 
firiendo unas  la  regla  de  Santo  Domingo  y  otras  la 
del  Carmelo,  prevaleció  ésta,  y  de  aquí  el  origen  de 
las  carmelitas  en  Avila.  Por  muerte  de  la  doña  Elvi- 
ra fue  segunda  superiora  doña  Catalina  del  Águila, 
y  habiendo  tomado  el  hábito  doña  Beatriz  Guiera, 
hija  del  señor  de  Origüelas,  caballero  distinguido  de 
esta  ciudad,  vino  á  ser  la  tercera,  volviendo  á  este 
beaterío  desde  el  religioso  y  observantísimo  conven- 
to de  Alba,  á  donde  se  habia  retirado  durante  el  go- 
bierno de  la  doña  Catalina,  y  amamantada  en  tan 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  CIUDAD.  541 

santa  cuna  propuso  á  sus  compañeras,  y  obtuvo  de 
ellas,  que  se  constituyesen  en  verdadero  convento  y 
comunidad  de  carmelitas.  El  local  era  estrecho  é  in- 
cómodo, y  al  efecto  compraron,  precedidas  las  licen- 
cias necesarias,  unas  casas  de  labranza  y  una  huer- 
ta contigua  que  habia  sido  osario  de  judíos,  hasta  su 
expulsión  general  en  1492,  al  sitio  donde  hoy  existe 
el  convento,  extramuros  de  la  ciudad  y  en  su  parte 
más  septentrional,  siendo  obispo  D.  Alonso  Carrillo, 
que  mucho  favoreció  la  fundación.  Faltaba  sólo  la 
iglesia,  que  al  cabo  se  edificó,  aunque  pobre  y  pe- 
queña; de  manera  que  en  el  día  4  de  Abril  de  1515, 
en  que  ¡coincidencia  admirable!  recibía  el  bautismo 
la  niña  Teresa  de  Cepeda  y  Ahumada  en  la  parroquia 
de  San  Juan,  se  dijo  la  primera  misa  en  el  convento 
de  la  Encarnación  que  después  habia  de  habitar  por 
espacio  de  más  de  veintisiete  años,  santificándole 
con  sus  virtudes,  con  sus  padecimientos,  con  su  sa- 
biduría, con  sus  escritos,  con  sus  éxtasis  y  arroba- 
mientos, y  del  que  habia  de  salir  capitaneando  otras 
muchas  religiosas  hijas  todas  de  tan  santa  casa,  para 
ser  ya  la  gran  Teresa  de  Jesús,  reformadora  en  toda 
la  cristiandad  de  la  antiquísima  regla  del  Carmelo. 
Pero  tan  miserable  era  el  edificio  todo,  tan  pobres  y 
desmantelados  estaban  su  iglesia  y  su  coro,  cubier- 
tos á  teja  vana,  que,  como  dice  la  discreta  cronista 
doña  María  Pinel,  mientras  rezaban  les  divinos  oficios 
se  les  nevaban  los  Breviarios  en  las  manos,  y  en  los 
ardientes  soles  del  estío  podian  leer  en  ellos  aunque 
estuviesen  cerradas  las  ventanas,  con  la  clara  luz  que 
por  los  agujeros  del  tejado  se  introducía.  Y  sin  em- 


542  HISTORIA    BE    AVILA. 

bargo  de  ser  tan  pobres,  llegáronse  á  contar  ciento 
ochenta  monjas  á  un  mismo  tiempo.  Más  de  un  siglo 
vivió  en  tanta  estrechez  comunidad  tan  grande,  no 
siendo  más  abundante  ni  delicado  su  alimento, 
hasta  que  extendida  la  fama  de  la  santidad  de  su 
hermana  y  madre,  la  ya  canonizada  Teresa  de  Jesús, 
á  fines  del  siglo  xvii ,  en  el  xviii  siguiente  se  repa- 
raron, ó  más  bien  se  edificaron,  más  suntuosamente 
la  iglesia  y  convento ,  y  se  construyeron  las  robus- 
tas paredes  de  su  haerta  en  los  términos  que  hoy  se 
ostentan. 

Pero  no  necesitó  de  esta  grandeza  exterior  para 
ser  eminentemente  grande  y  rica  de  gracias  j  favo- 
res celestiales  esta  santa  casa.  En  ella  tomó  el  há- 
bito de  r<eligiosa  la  joven  Teresa  en  1532;  en  ella  la 
visitaban  y  confortaban,  San  Juan  de  la  Cruz,  peni- 
tenciario y  capellán  del  convento,  San  Pedro  de  Al- 
cántara, San  Luis  Beitran,  San  Francisco  de  Borja; 
los  venerables  Baltasar  Alvarez,  Julián  Dávila,  Juan 
de  Briviesca;  los  ilustres  dominicanos,  Pedro  de 
Ibañez,  Domingo  Bañez  y  otros  varones  escogidos 
de  Dios,  ornamento  del  siglo  de  oro  de  la  Ciudad;  en 
ella  escribió  la  primera  de  sus  obras,  que  fué  el  Zi^^ro 
de  la  vida',  de  ella  salió  para  hacer  la  primera  funda- 
ción en  su  convento  de  San  José  de  Avila  en  el  año 
de  1562,  y  en  ella  se  verificó  la  tremenda  transver- 
beracion.  Pero  basta,  que  me  aparto  de  mi  oiicio  de 
puro  descriptor.  En  la  Historia  tendré  ocasión  más 
de  una  vez  para  volver  á  hablar  de  tan  santa  casa. 
Concluyo,  pues,  este  párrafo  recordando  que  en  una 
humilde  casita,   hoy  capilla,  que  entonces  estaba 


DESCRÍPCÍON  BE  LA  CIUDAD.  543 

fuera  del  convento,  y  ahora  dentro  de  su  huerta,  fue 
la  pobre  vivienda  de  San  Juan  de  la  Cruz,  compañe- 
ro de  la  Santa  en  la  empresa  de  la  Descalcez  de  la 
Orden  del  Carmelo. 

La  Purísima  Concepción,  de  Franciscas  concep- 
cionistas.  Iso  están  contestes  los  escritores  de  las 
antigüedades  de  la  Ciudad  acerca  de  los  verdaderos 
fundadores  de  este  convento,  que  al  principio  se  le 
llamó  monasterio  de  las  Once  mil  Vírgenes,  porque 
en  el  21  de  Octubre,  dia  de  su  festividad,  tomaron 
posesión  de  esta  casa  las  monjas,  que,  siguiendo 
la  regla  general  de  San  Francisco ,  la  observan  mo- 
dificada con  el  rezo  y  culto  especial  que  consa- 
gran al  misterio ,  ya  declarado  dogmático ,  de  la  In- 
maculada Concepción  de  la  Madre  de  Dios.  El  maes- 
tro Gil  González  Dávila  fija  su  fundación  en  el. 
año  1539,  y  la  atribuye  al  caballero  D.  Luis  Guilla- 
mas  y  su  mujer  doña  Juana  Cimbrón,  y  le  siguen 
otros  cronistas;  pero  el  beneficiado  Fernandez  Va- 
lencia, que  los  aventaja  en  exactitud,  extensión  y 
abundancia  de  documentos  justificativos  de  ios  fastos 
abulenses,  da  por  fundador  del  convento  al  licencia- 
do Maldonado,  en  1539;  al  presbítero  Escudero  la 
edificación  de  su  iglesia,  en  1542,  ambos  canónigos 
de  esta  santa  iglesia,  y  la  de  la  capilla  mayor  á  don 
Antonio  Navarro  y  su  esposa  doña  Catalina  Sedaño; 
y  á  este  escritor  siguen  otros  en  sus  memorias  avi- 
lesas.  Unos  y  otros  están  contestes  en  que  la  funda- 
ción tuvo  lugar  en  el  año  de  1539;  pero  añade  Fer- 
nandez Valencia,  que  á  los  sesenta  siguientes,  esto 
es,  el  de  1599,  cedieron  los  patronos  que  existían  el 


544  HISTORIA    DE    AVILA. 

patronato  de  la  capilla  mayor  á  doña  Luisa  de  Gui- 
llamas  para  que  le  sirviese  para  su  enterramiento  y 
el  de  sus  padres;  y  así  bien  puede  concillarse  que  los 
Giiillamas  se  reputen,  si  no  verdaderos  fandadores, 
al  menos  reconocidos  bienhechores  del  convento  de 
la  Concepción.  Formóse  esta  comunidad  de  religio- 
sas de  otras  dos  que  existían ;  la  una  en  la  villa  de 
Olmedo;  la  otra  en  el  lugar  de  Las  Berlanas.  De  la 
de  Olmedo  pasaron  á  Avila  siete  para  darle  princi- 
pio ;  paro  habiendo  regresado  á  poco  tiempo  á  su  casa 
matriz,  las  reemplazaron  seis  del  de  Las  Berlanas, 
que  desapareció  hace  muchos  años,  y  que  habia  sido 
fimdado  por  Fray  Buenaventura  Alvarez,  confesor  de 
doña  Juliana  Angela  de  Velasco ,  duquesa  de  Frias,  y 
mujer  del  condestable  de  Castilla.  Tres  de  estas  seis 
religiosas  eran  hermanas,  doña  Juana,  doña  Ana  y 
doña  María  de  Bracamente;  pero  aunque  esto  sea 
notable,  lo  es  mucho  más  todavía  que  á  mediados 
del  sigilo  XVII  hubiese  en  la  misma  casa  cinco  reli- 
glosas   profesas,  hermanas  todas  del  cronista  Gil 
González  Dávila:  tan  infiltrado  estaba  en  estos  tiem- 
pos el  espíritu  fundacional  de  monasterios  y  conven- 
tos, y  tanto  era  el  entusiasmo  que  causaban  las  pro- 
fesiones religiosas. 

Así  existia  este  religiosísimo  convento ,  situado 
entre  el  de  San  Francisco,  de  varones,  y  la  parro- 
quia de  San  Andrés,  y  que  ho_v  es  la  nueva  Inclusa, 
hasta  que  las  reformas  políticas  que  trajeron  los  años 
de  1836  y  siguientes  le  cerraron,  llevando  sus  profe- 
sas al  de  las  Gordillas ,  tamabien  franciscanas ,  pero 
de  distinta  regla ,  hábito ,  usos  y  costumbres ,  y  allí 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  CIUDAD.  545 

permanecieron  hasta  que  en  1852  pudieron  obtener 
de  la  Diputación  provincial  que  se  les  indemnizase 
de  la  pérdida  de  su  antigua  y  espaciosa  casa ,  que  so 
habia  destinado  á  establecimiento  provincial  de  be- 
neficencia, con  el  antiguo  hospital  de  la  Magdalena, 
que  también  era  á  la  sazón  edificio  de  la  Provincia, 
y  que  es  el  que ,  frente  á  la  torre  del  Baluarte ,  ex- 
tiende sus  vistas  á  lo  largo  del  paseo  del  Rastro  y 
sobre  el  barrio  de  la  calle  Toledana.  Logrado  este 
nuevo  albergue  con  aprobación  del  Supremo  Go- 
bierno, á  lo  que  pudo  contribuir  en  algo  el  autor  de 
esta  Reseña ,  en  que  le  ayudó  no  poco  su  hermano 
político  D.  José  Delgado  y  Oller;  con  las  muchas  li- 
mosnas que  recogieron  y  con  la  franca  y  piadosa 
protección  que  les  dispensaron  el  gobernador  civil 
D.  Juan  Francisco  Gil  y  el  deán  D.  Valentín  Pizarro, 
consiguieron  verse  en  su  nueva  casa,  que  es,  como 
era  la  antigua,  modelo  de  religiosa  cristiandad. 

San  José  ,  de  Carmelitas  Descalzas,  llamadas  las 
Madres.  También  toca  ser  el  último  en  el  orden 
de  los  tiempos,  entre  los  conventos  de  religiosas,  al 
de  las  austeras,  rígidas  y  penitentes  hijas  de  Santa 
Teresa ,  dedicado  á  San  José ,  puesto  que  es  del  año 
de  1562.  Pero,  si  bien  es  el  último  en  los  tiempos, 
¿cuál  puede  llamarse  el  primero,  porque  le  exceda  en 
merecimientos  de  virtud  y  santidad?  Es  este  santo  y 
ejemplarísimo  convento  como  la  base  angular  de  la 
reforma  del  Orden  carmelitano ;  es  la  primera  funda- 
ción que  hizo  Santa  Teresa  al  salir  de  su  convento 
de  la  Encarnación  para  acometer  la  grande  empresa 
de  la  Descalcez;  es  el  trofeo  más  glorioso  de  todas  las 
TOMO   I.  35 


546  HISTORIA    DE    AVILA. 

batallas  que  tuvo  que  sostener,  de  todas  las  dificul- 
tades que  superar,  de  todos  los  obstáculos  que  ven- 
cer, y  de  todas  las  conmociones  y  tumultos  que 
calmar,  hasta  que  al  cabo  logró  que  en  él  se  dije- 
ra la  primera  misa:  es  aquella  iglesia,  de  que  la 
Santa  misma  habla  en  sus  obras,  cuando  residien- 
do en  este  su  convento ,  y  como  animada  de  un  ce- 
leste espíritu,  escribió;  «Tiempo  verná  que  en  esta 
iglesia  se  hagan  muchos  milagros:  llamarla  han 
iglesia  santa;»  es,  en  fin,  el  convento  de  San  Joseph 
de  Avila,  glorioso  siempre,  siempre  admirado.  Y 
cierto  que,  si  Avila  abunda,  como  lo  hemos  visto,  en 
casas  religiosas  de  esclarecida  fama  de  santidad ,  el 
tiempo  ha  acreditado  con  cuánta  razón  vaticinó  la 
Santa  la  suerte  que  le  estaba  reservada  á  su  ejem- 
plar y  virtuosa  familia. 

Pocas  fueron,  pues  no  pasaron  de  treinta,  las 
monjas  que  en  distintas  ocasiones  salieron  de  la  En- 
carnación para  ser  compañeras  de  la  Santa,  en  la 
gran  obra  de  la  reforma,  y  cuatro  solas  las  que  sacó 
para  inaugurarla  con  la  fundación  del  convento  de 
San  José:  pobres ,  muy  pobres  la  iglesia  y  vivienda 
que  pudo  proporcionarse  la  fundadora  en  sus  princi- 
pios, y  en  el  mismo  terreno  en  que  después  se  levan- 
tó el  bellísimo  templo  que  ahora  conocemos.  Prote- 
gíala en  sus  gigantescos  proyectos  el  Obispo,  que  á 
la  sazón  lo  era  D.  Alvaro  de  Mendoza,  y  aunque 
despaes  pasó  á  ocupar  la  silla  de  Palencia,  tan  unido 
estaba  á  la  virtuosa  empresa  de  la  Santa,  que  quiso 
que  descansaran  sus  huesos  en  esta  casa  solariega 
de  la  Descalcez  carmelitana,  como  lo  comprueba  su 


DESCRIPCIÓN   DE  LA  CIUDAD.  547 

sepulcro  de  mármol,  que  en  el  presbiterio  j  al  lado  do 
la  Epístola  se  ve,  y  sobre  el  cual  está  el  prelado  en 
estatua  mirando  al  altar  y  orando  de  rodillas;  trabajo 
de  muy  correcta  y  delicada  ejecución.  Era  también, 
entre  otros,  el  más  insigue  bienhechor  de  esta  na- 
ciente comunidad  el  noble  Francisco  Guillamas  Ve- 
lazquez,  Maestro  de  Cámara  del  Rey  D.  Felipe  II, 
que  labró  á  sus  expensas  la  capilla  de  la  Asunción  de 
Nuestra  Señora,  y  que  enalteció  colocando  en  ella  el 
cuerpo  de  San  Mauricio  y  otras  santas  reliquias;  pero 
como  la  primitiva  iglesia  era  de  fábrica  muy  humil- 
de y  poco  segura,  intentó  á  su  costa  hacerla  nueva. 
Mas  en  vano  trabajaba  al  efecto,  que  repetidas  ten- 
tativas de  edificación  y  otras  tantas  ruinas  ó  necesa- 
rias demoliciones  manifestaban  lo  inseguro  de  la  fá- 
brica: estaba  reservada  á  un  célebre  arquitecto  esta 
obra,  que  lo  fué  al  mismo  tiempo  de  su  arrepenti- 
miento y  conversión,  y  como  un  llamamiento  divino 
por  desusados  y  extraordinarios  modos.  Así  lo  con- 
fiesa él  mismo  en  la  extensa  relación  que  de  la  cons- 
trucción de  esta  iglesia  y  de  sus  antes  mundanales 
y  después  piadosas  costumbres  escribió,  y  de  la  que 
extractaremos  datos  importantes  en  el  texto  de  la 
Historia. 

Este  maestro  era  el  célebre  Francisco  Mora,  dis- 
cípulo de  Juan  de  Herrera  y  arquitecto  del  Rey  Fe- 
lipe III:  y  de  sus  manos  salió  la  nueva  iglesia  de  San 
José  tan  perfecta  y  acabada,  que  es  un  modelo  de 
buen  gusto.  Es  su  fachada  de  sillares  de  piedra 
blanca  de  fino  grano,  y  su  bóveda  de  piedras  jaspea- 
das: su  pórtico,  que  lo  es  de  la  berroqueña  ó  de  gra- 


548  HISTORIA    DE    AVILA. 

nito,  descansa  sobre  cuatro  esbeltas  columnas,  y  en 
la  fachada  que  sobre  él  se  levanta  y  en  un  bello 
pedestal  hay  dos  estatuas  de  mármol  blanco  y  del 
más  delicado  trabajo,  la  de  San  José,  que  inclina 
hacia  abajo  la  vista  para  mirar  la  de  Jesús ,  que  al 
parecer  niño  todavía,  y  llevando  una  sierra  en  la 
mano,  muestra  que  habla  á  su  padre  putativo;  obra 
del  acreditado  escultor  Giral.  Las  puertas  son  de 
una  fina  madera ,  que  la  piedad  popular  tiene  por 
incorruptible,  traida  de  las  posesiones  que  Portu- 
gal poseia  á  la  sazón  en  la  India.  Adornan  la  igle- 
sia seis  buenas  capillas,  la  ya  citada  de  la  Asun- 
ción, la  de  la  Concepción,  la  del  Nacimiento,  la  de 
San  Joaquín  y  Santa  Ana,  la  de  San  Lorenzo  y  la  de 
Santa  Teresa.  Están  sepultados  en  la  penúltima  el 
maestro  Gaspar  Daza,  uno  de  los  más  sabios  confe- 
sores que  tuvo  la  Santa,  y  el  venerable  sacerdote  Ju- 
lián Dávila;  y  en  la  última  el  virtuoso  Lorenzo  de' 
Cepeda,  hermano  de  Santa  Teresa.  Fuera  del  pórtico 
existe  otra  capilla  dedicada  al  apóstol  San  Pablo,  en 
el  sitio  que  fué  la  primitiva  iglesia  que  dispuso  la 
Santa  y  que  edificó  un  caballero  muy  cristiano  y 
muy  estimado,  por  sus  singulares  virtudes,  de  nues- 
tra gloriosa  paisana,  llamado  D.  Francisco  de  Sal- 
cedo, el  cual  después  murió  eclesiástico;  de  todos 
los  cuales  esclarecidos  varones,  así  como  de  las  pri- 
meras religiosas  que  hubo  en  este  convento,  y  que 
se  dieron  á  conocer  por  sus  obras  y  virtudes,  hare- 
mos mención  particular  en  la  Flistoria.  Custodiase 
en  el  coro  la  silla  que  usó  la  Santa  siendo  la  primera 
priora  de  esta  casa,  y  ocúpala  al  presente  una  imagen 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  CIUDAD.  5-59 

i^uya  que  se  repata  de  escultura  primorosa.  En  la 
huerta  se  venera,  en  un  devoto  humilladero,  un  Cris- 
to crucificado,  que  se  tiene  por  imagen  portentosa; 
porque  encargado  por  la  Santa  á  un  afamado  artista 
con  las  proporciones,  formas  j  colorido  que  le  pre- 
vino, refiere  la  piadosa  tradición  que  jamas  acertó 
á  delinear  en  uno  de  sus  brazos  un  rasgón  que  le 
exigía,  y  que  apareció  después  milagrosamente  for- 
mado; hecho  atestiguado  en  varios  pasajes  de  las 
obras  de  la  Santa  Escritora. 

En  este  convento  era  frecuentemente  visitada, 
asistida  y  aconsejada,  como  lo  había  sido  en  el  de  la 
Encarnación,  de  San  Juan  de  la  Cruz,  de  San  Pedro 
Alcántara,  de  San  Francisco  de  Borja,  de  San  Luis 
Beltran  y  de  otros  ilustres  varones  que  forman  en 
santidad  y  ciencia  las  glorias  de  Avila;  y  de  él  salió 
acompañada  del  venerable  padre  Julián  Dávila  á  la 
fundación  de  los  primeros  conventos  de  su  regla.  Las 
hijas  religiosas  de  tan  santa  casa  forman  la  comuni- 
dad más  austera  y  rígida  que  se  conoce,  y  en  las  ne- 
cesidades públicas  y  privadas  acuden  los  abulenses 
á  ellas,  como  santas  medianeras  para  implorar  de 
Dios  sus  misericordias.  En  el  día  de  San  Bartolomé 
de  cada  año,  que  es  el  aniversario  de  la  primera  misa 
en  la  primitiva  pobre  iglesia,  concurren  á  celebrarla, 
como  gran  festividad,  el  Obispo  y  Cabildo  catedral. 

Todavía  aparece  en  una  muy  diminuta  espadaña, 
sobro  la  adherida  capíUita  de  San  Pablo,  la  pequeñí- 
sima campana  con  que  se  inauguró  la  fundación.  En 
la  huerta  se  cuida  con  esmero  un  avellano  plantado 
por  la  Santa,  y  en  la  fachada  del  Norte  se  observa 


I 

550  HISTORIA    DE    AVILA. 

tapiada  la  puerta  por  donde  entró  con  sus  primeras 
compañeras  de  fundación  á  la  estrecha  vivienda, 
que  al  efecto  compró  su  hermana  doña  María ,  que 
tantas  muestras  de  amor  la  dio  toda  su  vida. 


CAPILLAS  INDEPENDIENTES. 


Continuando  la  descripción  comenzada,  tócanos 
hablar  ahora  de  otras  iglesias  y  edificios  que  ador- 
nan la  Ciudad  bajo  su  aspecto  eclesiástico,  y  que  por 
el  orden  de  antigüedad  que  hemos  adoptado  son  los 
siguientes: 

San  Segundo  de  Ada  ja.  Tiene  esta  humilde 
iglesia  la  gloria  de  haber  sido  el  primer  templo  que 
en  Avila  se  levantó  para  adorar  al  verdadero  Dios 
en  los  principios  mismos  de  la  predicación  del  Evan- 
gelio. La  piadosa  y  constante  tradición  de  diez  y 
nueve  siglos  atestigua  que  en  una  de  las  pobres  ca- 
sas que  existian  á  la  orilla  derecha  del  rio  Adaja,  al 
extremo  Noroeste  de  la  Ciudad,  se  hospedó  el  bien- 
aventurado Segundo,  primer  obispo  de  ella,  como 
ya  antes  lo  hemos  indicado;  y  por  consiguiente  que 
en  aquellas  miserables  casas  fué  donde  por  primera 
vez  se  dio  culto  al  "Redentor  del  mundo,  y  en  que 
tuvo  origen,  como  lugar  en  que  se  fijó  la  silla  pon- 
tifical de  este  venerable  prelado,  la  Santa  Iglesia 
Apostólica  de  Avila. 

Sabemos  cuan  perseguida  se  veia  la  naciente  re- 
ligión del  Crucificado  en  los  primeros  siglos  del  Cris- 


DESCRIPCIOX  DE  LA  CIUDAD.  551 

lianismo.  Desde  la  paz  que  le  otorgó  Constantino  á 
los  principios  del  siglo  iv  hasta  los  del  viii,  en  que 
se  verificó  la  irrupción  sarracénica,  existió  en  Avila 
este  pequeño  templo  consagrado  al  Salvador,  des- 
cansando en  el  los  restos  mortales  de  nuestro  primer 
pastor,  y  en  tal  estado  se  hallarían,  cuando,  temero- 
sos los  cristianos  de  alguna  profanación,  hubieron  de 
ocultarlos  en  el  nicho  de  una  pared,  que  tuvo  la  for- 
tuna de  subsistir  por  espacio  de  otros  ocho  siglos 
más,  y  hasta  que  el  cielo  permitió  que,  trabajándose 
en  ella  para  ensanchar  el  edificio,  se  descubriese  el 
vaso  de  piedra  en  que  se  custodiaban,  y  cuyo  suceso 
(lió  motivo  á  su  traslación  á  la  Catedral  en  el  año 
de  1595,  como  largamente  lo  exponemos  en  la  nar- 
ración histórica.  Verificada  la  reconquista  definitiva 
de  la  Ciudad,  se  consideró  como  parroquia  esta  igle- 
sia, si  bien  bajo  la  advocación,  no  de  San  Segundo, 
sino  de  San  Sebastian  y  Santa  Lucía;  y  prueba  ter- 
minante de  ello  la  da  la  existencia  de  la  cofradía  de 
sus  nombres  en  1095,  de  que  hablaremos  en  otro  lu- 
gar: y  la  concordia  que  al  describir  las  demás  par- 
roquias dijimos  que  se  celebró  entre  el  obispo  D.  Be- 
nito Segundo  y  el  clero  catedral  y  parroquial  de  la 
Ciudad  en  el  año  de  1254,  manifiesta  que  intervino 
en  ella  la  de  San  Sebastian  de  que  ahora  tratamos. 
Pero  andando  los  tiempos,  y  verificada  la  aparición 
del  cuerpo  del  santo  obispo,  la  iglesia  tomó  su  escla- 
recido nombre,  y  se  la  conoce  desde  entonces  con  el 
título  de  San  Segundo  del  Rio  ó  de  Adaja,  para  no 
confundirla  con  la  capilla  que  se  levantó  hace  tres 
siglos  dentro  de  los  muros  de  la  Catedral ,  para  dar 


5L2  HISTORIA    LE    AVILA. 

más  digno  culto  y  más  decoroso  asiento  á  los  restos 
del  glorioso  prelado. 

Tenemos,  pues,  que  esta  iglesia  ha  conocido  los 
tiempos  de  las  dominaciones  romana,  goda  y  árabe, 
y  que  desde  la  restauración  continúa  abierta  á  la  de- 
voción pública.  Pocas,  poquísimas  habrá,  no  digo  en 
España,  pero  ni  en  toda  la  cristiandad ,  que  le  aven- 
tajen en  años.  Como  en  compensación  de  la  gran 
pérdida  que  sufria  llevándose  los  restos  del  Santo  á 
más  ostentoso  sitio,  tuvo  el  noble,  elevado  y  cristia- 
no pensamiento  de  sustituir  en  su  lugar  una  estatua 
de  nuestro  santo  pastor  la  piadosa  doña  María  de 
Mendoza,  hermana  del  obispo  D.  Alvaro  del  mismo 
apellido,  y  en  el  año  de  1573  se  colocó  la  que  de  ri- 
quísimo alabastro,  de  delicadas  molduras,  y  de  her- 
mosísimas y  colosales  formas  se  ve  al  lado  de  la 
Epístola,  puesta  de  rodillas  delante  de  un  reclinato- 
rio, y  adornada  de  todas  sus  pontificales  insignias. 
Preciosidad  artística  visitada  por  todos  los  forasteros, 
y  que  reanima  y  conserva  constante  la  veneración  al 
Santo  que  representa.  Esta  iglesia  es  ademas  notable 
por  haber  sido  con  gran  frecuencia  visitada  por  la 
heroína  de  la  castidad,  la  virgen  Paula,  llamada  la 
Santa  Barbada,  á  la  que  daremos  á  conocer  en  nues- 
tra Historia,  si  es  que  no  podemos  asegurar  que  en 
ella  vivió  muchos  años  de  su  vida;  y  lo  es  también, 
porque  no  habiendo  podido  adquirirla  para  fundar 
en  ella  un  convento  la  Orden  Tercera  de  San  Fran- 
cisco, en  tiempo  del  prelado  D.  Diego  de  Álava  y 
Esquivel,  fué  no  obstante  la  primera  morada  que 
por  espacio  de  diez  años  tuvieron  en  esta  Ciu- 


DESCRIPCIÓN  lE  LA  CIUDAD.  553 

dad,  como  ya  atrás  queda  dicho,  los  Carmelitas 
descalzos. 

Nuestra  Señora  de  las  Nieves.  Al  hablar  del 
convento  de  las  Franciscas  Claras,  llamadas  las 
Gordillas,  dimos  ya  razón  de  su  rica  y  virtuosa  fun- 
dadora doüa  María  Dávila,  viuda  por  dos  veces  de 
dos  notables  personajes,  la  cual,  como  allí  también 
indicamos,  fundó  esta  capilla,  situada  en  el  punto 
más  céntrico  y  concurrido  de  la  Ciudad,  cual  es  la 
calle  de  Andrin  ó  del  Comercio.  Dedicóla  á  la  vene- 
ración de  la  Virgen  en  el  Misterio  de  la  Anunciación, 
y  dotóla  de  abundantes  limosnas  que  hablan  de  dis- 
tribuirse á  pobres  vergonzantes.  Su  fábrica  es  soli- 
dísima, de  piedra  berroqueña,  asentada  en  sillares, 
pero  desproporcionada,  porque  su  gran  elevación 
no  corresponde  á  las  demás  diminutas  dimensiones. 
Tocando  con  esta  capilla  y  propias  de  su  dotación 
existían  las  casas  que  sirvieron  de  morada  provi- 
sional á  las  monjas  franciscas  desde  que  abandona- 
ron su  primitivo  convento  de  Villa  Dei  en  el  monte 
de  las  Gordillas,  hasta  que  se  trasladaron  al  cons- 
truido en  la  Ciudad.  En  el  año  de  1600  obtuvo  el  de- 
recho de  patronato  de  esta  capilla  Antonio  Gutiérrez 
de  Vayas ,  con  su  mujer  María  de  la  Concepción ,  é 
institu^^eron  en  ella  algunas  capellanías,  memorias 
piadosas  y  lugar  de  sepultura  para  sus  parientes  y 
deudos. 

Nuestra  Señora  de  la  Anunciación.  Capilla 
de  Mosen  Rubí  de  Bracamonte.  Mucho  más  conocida 
con  este  último  nombre  lego  y  profano ,  que  con  el 
primero  puramente  religioso,  es  la  magnífica  íábrica 


554  HISTORIA    DE    AVILA. 

del  templo  y  hospedería  á  él  unida  que  se  levanta  al 
Norte,  pero  dentro  de  las  murallas  de  la  Ciudad,  en- 
tre el  Mercado  Chico  y  el  Arco  del  Mariscal.  Es,  pues, 
la  capilla  de  Mosen  Rubí  un  polígono  de  hermosa  y 
bien  asentada  sillería,  de  grande  elevación,  que  for- 
ma un  claro,  ancho  y  despejado  templo,  al  que  da 
entrada  una  sola  nave,  mucho  más  corta,  baja  yes- 
trecha,  que  está  indicando  la  forzosa  cuando  no  medi- 
tada, incompleta  construcción  de  la  proyectada  obra. 
En  él  se  da  constante  y  respetuoso  culto  á  la  Madre 
de  Dios,  bajo  el  Misterio  de  la  Encarnación  del  Ver- 
bo; y  para  que  nunca  faltasen  piadosos  corazones  que 
sin  cesar  orasen  en  esta  santa  casa,  se  construyó 
contiguo  á  ella  un  magnífico  patio ,  cerrado  por  co- 
lumnas, que  sosteniendo  la  techumbre  de  las  habita- 
ciones que  por  todos  lados  le  circundan ,  sirviese  de 
hospedería  á  seis  eclesiásticos ,  que  bajo  la  presi- 
dencia del  titulado  capellán  mayor  asistiesen  dia- 
riamente á  los  Divinos  Oficios ,  y  de  trece  ancianos 
de  ambos  sexos,  que  suelen  ser  labradores  y  viudas 
pobres  que  en  sus  mejores  años  fueran  colonos  de  la 
casa  de  los  nobles  patronos  de  esta  benéfica  institu- 
ción, los  señores  de  Fuente  el  Sol,  por  su  ilustre  ape- 
llido de  Bracamonte,  y  cuyo  título  está  hoy  unido  á 
la  casa  de  los  condes  de  Parsent.  Y  obtienen  este 
patronato  familiar  porque  principiada  la  obra  con  tan 
benéfico  pensamiento  por  doña  Aldonza  de  Guzman, 
hija  de  D.  Gómez  Dávila,  señor  de  San  Román,  y 
nieta  de  Payo  de  Rivera,  mariscal  de  Castilla,  dejó 
por  heredera  á  su  sobrina  doña  María  de  Herrera, 
que  la  continuó,  pero  que  aún  no  la  llevó  á  cabo. 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  CIUDAD.  555 

siendo  ya  viuda  de  Andrés  Vázquez  Dávila,  hijo 
del  célebre  Gonzalo  Dávila ,  gobernador  del  Maes- 
trazgo de  Calatrava.  Y  como  ni  una  ni  otra  señora 
lograsen  sucesión  directa,  eligió  esta  última  por  pri- 
mer patrono  de  tan  rica  y  piadosa  fundación  á  Mosen 
Rubí  de  Braque-Monte,  señor  de  Fuente  el  Sol,  su 
sobrino,  vinculando  este  derecho  en  sus  hijos  y  des- 
cendientes, dándole  por  compatrono  al  reverendo 
prior  de  Santo  Tomás  el  Real;  y  ya  en  aquel  tiempo 
se  acabó  la  obra,  tal  como  hoy  la  conocemos.  A  este 
espacioso  hospedaje,  y  previas  las  disposiciones  ca- 
nónicas necesarias,  han  sido  trasladadas  las  religio- 
sas Dominicas  de  Aldeanueva  de  Santa  Cruz  ó  de  las 
Monjas,  por  nuestro  actual  prelado,  su  hermano  de 
hábito,  el  Sr.  D.  Fray  Fernando  Blanco. 

San  Millan.  Muchos  cambios  y  muy  notables 
modificaciones  han  conocido  el  antiguo  edificio  é 
iglesia  de  San  Millan,  como  dejamos  brevemente  in- 
dicados al  tratar  del  Seminario  Conciliar.  Fueron 
primero  una  casa  de  religiosas  del  orden  de  San  Be- 
nito, afiliadas  al  antiquísimo  y  célebre  monasterio  de 
San  Millan  de  la  Cogulla ,  de  cuya  circunstancia  se 
tomó  y  se  ha  conservado  siempre  su  nombre.  Fundó 
la  capilla  en  el  año  de  1469  el  noble  y  distinguido 
caballero  Juan  Nuñez  DJvila,  de  quien  haremos 
mención  como  restaurador  de  la  ermita  de  Nuestra 
Señora  délas  Vacas,  y  su  sepulcro,  con  busto  de 
alabastro ,  se  halla  en  el  presbiterio  de  San  Millan, 
al  lado  del  Evangelio.  Agregadas  después  las  mon- 
jas Benitas  al  monasterio  de  Santa  Ana  de  esta  Ciu- 
dad, como  las  de  otras  casas  religiosas,  según  queda 


556  HISTORIA    DE    AVILA. 

también  dicho,  fueron  cedidas  la  casa  é  iglesia  á  los 
Niños  de  la  Doctrina.  Tuvo  principio  esta  piadosa 
institución  por  el  fervoroso  y  caritativo  celo  de  Her- 
nando Alvarez  del  Ag-uila,  hijo  distinguido  de  esta 
Ciudad  y  sacerdote  de  ejemplar  vida,  que  después  se 
adscribió  á  la  Compañía  de  Jesús,  siendo  uno  de  los 
fundadores  de  su  casa-colegio  de  San  Gil.  Propúsose 
recoger  en  él  á  cuantos  niños  pobres  pudo,  enseñarles 
la  doctrina  cristiana  é  inspirarles  buenas  costum- 
bres; y  para  lograr  tan  santo  y  piadoso  fin  obtuvo  en 
1545  de  la  abadesa  y  religiosas  de  Santa  Ana  la  ce- 
sión del  edificio  é  iglesia  de  San  Millan.  A  instancias 
de  la  venerable  María  Diaz  y  del  virtuoso  Padre  Juan 
Dávila,  el  obispo  D.  Alvaro  de  Mendoza  pudo  conse- 
guir después  una  nueva  cesión  para  establecer  un 
colegio  de  sacerdotes  en  1568,  donde  había  de  mejo- 
rarse la  instrucción  y  moralidad  de  los  que  se  consa- 
grasen al  servicio  del  altar.  Mientras  esto  sucedía  el 
Concilio  de  Trento  decretaba  como  ley  general  de 
disciplina  eclesiástica  la  erección  en  todas  las  dióce- 
sis de  colegios  ó  seminarios  al  propio  objeto;  por 
donde  se  ve  que  Avila  se  anticipó  á  plantearle,  como 
ligera  é  incompletamente  lo  dejamos  expuesto  en  la 
Reseña  eclesiástica  del  Obispado. 

Tantas  alteraciones,  adiciones  y  modificaciones 
como  ha  tenido  esta  localidad,  la  han  convertido  en 
una  obra  que  embellece  la  Ciudad,  que  corresponde 
dignamente  á  su  objeto,  que  ostenta  la  generosidad 
de  sus  prelados,  y  que  muestra  la  habilidad  del  ar- 
quitecto que  concibió  y  ejecutó  su  compartimiento. 
Porque  situado  á  las  desembocaduras  de  las  estre- 


ÜESCBIPCION  DE  LA  CIUDAD.  557 

chísimas  antiguas  calles  de  San  Miguel  y  del  Mor- 
tero, y  habiendo  de  extenderse  su  fachada  por  la  tor- 
tuosa calle  que  lleva  el  nombre  del  Colegio,  necesa- 
riamente habria  de  estrellarse,  si  continuaba  recta, 
con  las  casas  de  la  otra  acera;  cuando  por  la  forma 
de  convexidad  que  dio  al  polígono  que  forma  todo  el 
exterior  del  edificio,  distribuyendo  con  acierto  en 
proporciones  simétricas  los  espacios  de  los  patios  y 
lienzos  de  las  habitaciones,  forma  una  de  las  más  es- 
paciosas calles,  con  nuevas  y  cómodas  aceras,  siendo 
el  tránsito  muy  concurrido  para  los  paseos  del  Cam- 
po del  Recreo,  San  Antonio,  la  Fuente  Nueva,  car- 
retera de  Madrid  v  estación  de  la  via  férrea. 


ERMITAS  ACTUALES. 


Existian  á  principios  de  este  siglo  18  ermitas, 
nueve  en  el  casco  de  la  Población,  otras  nueve  en 
sus  ÍEmcdiaciones:  de  unas  y  otras  han  desapare- 
cido muchas;  pero  así  por  el  respeto  que  merecen 
las  que  aún  subsisten,  como  por  la  consideración 
de  que  todavía  se  conservan  vivos  los  nombres  y 
la  memoria  de  las  que  han  faltado,  y  principal- 
mente porque  han  sido  constantes  testimonios  de 
hechos  que  alguna  vez  será  necesario  recordar  en 
el  contexto  historial,  haremos  una  rapidísima  indi- 
cación de  todas  ellas.  De  las  que  habia  dentro  de 
la  Ciudad  sólo  quedan  cinco.  Nuestra  Señora  de  las 
Vacas,  San  Esteban,  el  Humilladero  de  la  Vera- 


558  HISTORIA    DE    AVILA. 

Cruz,-  San  Martin  y  San  Bartolomé ,  ó  sea  Nuestra 
Señora  de  la  Cabeza. 

Nuestra  Señora  de  las  Vacas.  Es  tan  antigua 
su  iglesia,  que  se  ignora  su  origen,  aunque  las  más 
viejas  crónicas  de  Avila  atestiguan  que  este  templo, 
el  de  San  Segundo  y  el  del  Monasterio  de  Nuestra 
Señora  de  la  Antigua,  de  que  ya  hemos  hablado, 
existian  antes  de  la  pérdida  de  España.  El  título  de 
la  imagen  que  en  él  se  venera,  se  atribuye  á  uno  de 
dos  motivos :  unos  diceu  que  se  apareció  la  Virgen 
á  un  sencillo  carbonero  en  un  corral  de  vacas ,  de 
que  dejó  indicios  y  signos  de  recuerdo  en  las  señales 
de  carbón  que  muestra  en  su  cuello;  otros,  que  un 
devoto  labrador,  siempre  que  oia  tocar  las  campanas 
de  esta  iglesia,  dejaba  su  trabajo  y  acudia  á  ella  á 
orar,  y  que  alguna  vez  sucedió  que  al  volver  á  su 
heredad  halló  que  las  vacas  por  sí  solas  la  labraban. 
La  primera  tradición  es  la  más  recibida,  aunque  am- 
bas, á  cual  más  piadosas,  son  creídas  de  las  gentes 
ardientemente  devotas. 

Pero  sea  lo  uno  ó  lo  otro,  ó  sea  cualquiera  su 
origen,  lo  cierto  es  que  ya  á  mediados  del  siglo  xiii 
pertenecía  esta  iglesia  á  la  ínclita  orden  de  los  ca- 
balleros de  San  Juan  de  Jerusalem,  puesto  que  en  su 
archivo  existia  hace  años  la  escritura  de  compromiso 
por  la  cual  Frey  D.  Diego  Aranda,  Comendador  de 
Santa  María  de  las  Vacas  de  Avila,  y  Frey  D.  Fer- 
nando de  Fonseca,  Prior  del  Santo  Sepulcro,  en  nom- 
bre y  representación  de  toda  la  orden  en  las  lenguas 
de  Castilla ,  Portugal  y  Navarra ,  transigían  y  con- 
cordaban con  el  Bachiller  Marcos  de  Barrionuevo, 


DESCRIPCIÓN  Di;   LA  CIUDAD.  559 

como  apoderado  de  las  cofradías  de  la  Trinidad  y  las 
Vacas,  cierto  pleito,  en  el  cual  aparecía  ya  un  ins- 
trumento que  acreditaba  que  la  iglesia  de  las  Vacas 
era  la  cabeza  de  la  Encomienda  de  su  nombre  en  el 
año  l'2bS,  en  que  á  la  sazón  estaba  de  Comendador 
de  Santa  María  de  las  Vacas,  Sebastian  Diaz,  perso- 
na, título  y  fecha  justificados  por  el  libro  de  óbitos 
de  la  Santa  Iglesia  Catedral,  que  á  la  sazón  regia. 

Arruinado,  ó  por  lo  menos  muy  destrozado,  este 
templo,  le  reedificó  el  virtuoso  y  rico  caballero  Juan 
Nuñez  Dávila,  que  con  ardiente  celo  y  á  mediados 
del  siglo  XV  reparó  también  el  monasterio  de  la  An- 
tigua y  la  iglesia  de  San  Silvestre  y  construyó  ade- 
mas la  de  San  Millan  y  la  ermita  ó  humilladero  del 
Santo  Cristo  de  la  Luz;  pero  la  capilla  mayor  del 
santuario  de  las  Vacas,  que  es  mucho  más  noble  y 
elevada,  toda  de  piedra  sillería  de  granito,  fué  poste- 
riormente levantada  por  el  humilde  sacerdote  Alonso 
Diaz,  en  el  año  de  1582,  bajo  el  pontificado  del  obis- 
po D.  Pedro  Fernandez  Triviño. 

Pudiera  muy  bien  llamarse  á  esta  santa  imagen, 
por  motivos  mucho  más  recientes  y  conocidos  del 
pueblo,  Nuestra  Señora  de  la  Mariposa.  Pero  la  mo- 
derna historia  de  esta  mariposa  reclama  una  página 
más  extensa  en  nuestra  narración  histórica,  para 
evitar  que  por  una  simple  indicación,  que  aquí  so 
hiciera,  se  repute  al  autor  por  unas  gentes  de  incré- 
dulo y  poco  timorato,  y  por  otras  de  demasiado  timo- 
rato y  crédulo. 

San  Esteban.    A  la  mitad  del  grave  descenso 
que  desde  la  plaza  del  Mercado  Chico  hay  que  hacer 


560  HISTORIA    DE    AVILA, 

por  ia  banda  del  Poniente  hasta  el  rio,  se  halla  esta 
antigua  iglesia,  y  hablase  ya  de  ella  al  tiempo  de  la 
repoblación  de  la  Ciudad,  y  después  como  una  de  las 
parroquias  que  intervinieron  en  la  concordia  de  1254: 
y  su  piedra  arenisca  roja  y  el  gusto  de  su  construc- 
ción la  hacen,  á  no  dudarlo,  coetánea  de  las  de  San 
Pedro  y  San  Vicente :  su  feligresía  se  agregó ,  por 
razón  de  su  proximidad,  á  la  de  Santo  Domingo. 

El  Humilladero  de  la  Vera-Cruz.  Esta  ermita 
es  de  piedra  sillería  berroqueña ;  estuvo  su  comen- 
zada construcción  detenida  muchos  años,  desde  1552 
al  de  1594.  Dio  motivo  á  esta  paralización  el  pleito 
que  se  suscitó  entre  el  párroco  y  beneficiados  de  San 
Vicente  y  la  hermandad  de  la  Vera-Cruz;  porque  ci- 
mentada la  obra  en  el  confia  del  cementerio  de  aque- 
lla parroquia  bajo  ciertas  condiciones,  reducidas  á 
que  su  clero  sirviese  á  la  cofradía ,  y  rotas  las  bue- 
nas relaciones  bajo  las  que  se  habia  inaugurado  la 
edificación,  fué  necesario  que  una  sentencia  ejecuto- 
ria que  se  dictó  por  D.  Fernando  de  Escobar,  arce- 
diano de  Arévalo,  en  el  concepto  de  subdelegado 
apostólico,  revocando  la  del  provisor  del  Obispado 
D.  Pedro  Rodriguez  de  León,  viniese  á  poner  término 
á  tal  contienda,  en  que  llevó  la  mejor  parte  la  Her- 
mandad, si  bien  no  se  desconocieron  de  todo  punto  los 
derechos  que  sostenia  la  parroquia,  puesto  que  des- 
pués de  dicha  sentencia  ha  seguido  por  muchos  años 
el  clero  de  San  Vicente  ejerciendo  actos  de  posesión 
en  la  ermita,  verificando  la  procesión  anual  de  las 
ánimas  en  el  dia  de  la  Conmemoración  general  de 
los  Difuntos,  alrededor  del  Humilladero,  el  cual  ha 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  CIUDAD.  561 

perdido  mucho  de  su  belleza  exterior  desde  que,  he- 
cha la  nivelación  del  camino  que  de  la  Ciudad  sale 
para  Madrid,  se  ha  soterrado  la  fachada  principal. 
que  era  la  del  Mediodía,  hasta  la  mitad  de  sa  puerta, 
si  bien  el  novísimo  malecón  que  sostiene  la  via  pú- 
blica, y  que  ha  reducido  á  mucho  menos,  aunque  á 
la  verdad  más  bella,  la  antes  llana  y  extensa  pla- 
zuela de  San  Vicente,  le  hermosea  no  poco,  así  como 
á  todo  este  costado  de  la  Ciudad,  porque  se  ha  mejo- 
rado grandemente  la  bajada  y  calle  de  San  Francis- 
co, que  es  la  salida  para  Valladolid. 

San  Martin.     Debe  ser  de  mucha  antigüedad;  sin 
duda  existia  ya  bajo  los  Reyes  Godos;  y  la  razón  de 
este  juicio  es  muy  obvia.  Consta,  por  el  testimonio 
de  los  más  notables  historiadores  de  la  Ciudad ,  que 
San  Martin  era  de  las  primitivas  parroquias,  y  que 
en  su  colación  vivían  los  maestros,  oficiales  y  gran 
número  de  obreros  que  trabajaron  en  la  edificación 
simultánea  de  la  muralla  y  de  la  Catedral;  y  como 
esto  sucedía  á  fines  del  siglo  xi,  y  tan  luego  como 
pudo  asegurarse  con  la  conquista  de  Toledo  la  paci- 
ficación de  Avila  y  su  tierra,  es  consiguiente,  que 
no  habiendo   sido  tiempo  oportuno  para   levantar 
iglesias  el  de  la  dominación  sarracénica,  y  existien- 
do ya  la  de  San  Martin  al  tiempo  de  la  repoblación 
de  la  Ciudad,  tenemos  que  retroceder  á  la  época  de 
la  corona  goda  para  encontrar  el  origen  de  esta  igle- 
sia. En  el  año  de  1251  seguía  destinada  aparroquia, 
puesto  que  fue  una  de  las  que  intervinieron  en  la 
concordia  de  esta  fecha :  ha  sufrido  muchas  modifica- 
ciones su  fábrica,  siendo  conocidas  las  de  los  años 

TOMO   I.  36 


562  HISTORIA    DE    AVILA. 

de  1542,  1663  y  1700,  y  en  esta  última  fué  la  reno- 
vación de  su  capilla  mayor.  Llama  la  atención  su 
bella  y  alta  torre,  que  es  de  épocas  distintas:  el  pri- 
mer cuerpo ,  que  se  eleva  hasta  cerca  del  campana- 
rio, es  de  piedra  berroqueña,  sentada  á  sillares, 
cuando  el  resto,  más  alto  que  lo  que  consiente  el 
buen  gusto,  es  de  ladrillo  solo.  Era  muy  rica  en  reli- 
quias de  santos,  y  de  ellas  se  halló  gran  número  el 
año  1542  en  un  nicho  labrado  en  un  pilar,  detras  del 
retablo  de  su  altar  mayor. 

San  Bartolomé  ,  ó  Nuestra  Señora  de  la  Ca- 
beza, Y  LOS  Cementerios.    Si  en  todos  tiempos  fué 
muy  venerada  esta  iglesia,  hoy  es  mucho  más  con- 
currida ,  puesto  que  á  ella  está  unido  el  cementerio 
general  de  toda  la  población.  Es  también  muy  anti- 
gua; la  fundó  el  obispo  D.  Pedro  Instando,  en  el 
año  de  1210,  dedicándola  al  apóstol  San  Bartolomé, 
como  lo  dice  la  inscripción  lapidaria  de  que  nos  ha- 
cemos cargo  en  otro  lugar,  y  se  la  destinó  á  parro- 
quia, pues  consta  que  lo  era  en  la  época  de  la  con- 
cordia de  1254.  Andando  el  tiempo,  se  sustituyó  el 
nombre  de  esta  iglesia,  por  haberse  colocado  en  su 
altar  mayor  una  imagen  de  Nuestra  Señora,  de  gran- 
dísima devoción  para  todo  el  pueblo,  á  la  que  se  da 
el  título  de  la  Caleza,  habiéndose  formado  después, 
para  asegurar  su  culto  y  asistencia,  una  cofradía  á 
c'ue  se  afilian  con  especial  afecto  todos  los  abogados, 
escribanos,  notarios,  procuradores,  y  otros  depen- 
dientes de  la  administración  de  justicia.  Adornan  y 
embellecen  esta  ermita  sus  tres  ábsides  del  carácter 
puro  bizantino,  y  por  su  lado  meridional  una  peque- 


DESCRIPCIO.N   DE  LA  CIUDAD.  563 

ña  alameda  que  le  da  frescura  y  aspecto  risueño ;  y 
como  se  halla  en  el  campo  al  Norte  de  la  Ciudad  y 
en  punto  muy  ventilado ,  por  ser  el  más  alto  de  la 
cañada  en  qu3  está  situada,  lo  que  justifica  su  salu- 
bridad, se  determinó  fijar  definitivamente  á  su  co,s.- 
tado  el  cementerio ,  único  y  general  de  la  Ciudad.  Y 
digo  definitivamente,  porque,  para  ir  abreviando 
esta  descripción,  conviene  hablar  aquí,  aunque  con 
rapidez,  de  los  cementerios  que  fueron  provisionales. 
Habia  caido  en  desuso  la  piadosa  costumbre  de 
hacer  los  enterramientos  en  cementerios ,  costumbre 
que  fué  muy  observada  en  Avila,  y  de  que  dan  prue- 
ba irrefragable  los  que  aún  existen  cerrados  con  cos- 
tosos pretiles  en  las  parroquias  de  San  Nicolás,  San- 
tiago, Santo  Domingo,  San  Pedro,  y  sobre  todo  San 
Vicente,  que  en  sus  pórticos  y  muros  ostenta  todavía 
muchos  sepulcros  de  las  más  notables  familias  de  la 
Ciudad.  Pero  á  fines  de  1813  se  dispuso  por  el  Go- 
bierno del  Estado  el  establecimiento  general  de  ce- 
menterios ;  y  aunque  desde  entonces  se  designó  para 
el  de  Avila  la  ermita  de  que  vamos  hablando ,  á  la 
vuelta  del  rey  D.  Fernando  VII  á  España,  en  1814, 
se  paralizó  la  obra  ya  comenzada;  mas  la  funesta 
epidemia  del  cólera-morbo  en  1834,  recordó  el  cum- 
plimiento de  las  repetidas  disposiciones  anteriores 
sobre  construcción  de  ellos  en  todo  el  Reino.  Una 
junta  nombrada  en  Avila  al  efecto,  resolvió  como 
primera  medida  provisoria  habilitar  algunas  ermitas 
de  las  existentes  extramuros  hasta  labrar  el  que  se 
proyectaba.  Halló  resistencia  esta  medida,  así  en  el 
vecindario  por  el  estrecho  y  no  ventilado  recinto  de 


564  HISTORIA    DE    AVILA. 

las  ermitas,  como  en  los  patronos,  congregaciones  ó 
hermandades  que  las  sostenian:  y  fué  preciso  con- 
vertir en  cementerio,  también  interino,  el  cercado  in- 
mediato al  convento  de  San  Francisco ,  que  desgra- 
ciadamente llevaba  el  nombre  de  Prado  de  las  Vilo- 
ras-  Nuevo  disgusto  general  causaba  este  nombre, 
que  recordaba  el  venenoso  reptil,  y  para  disiparle  y 
tranquilizar  los  espíritus  apocados,  se  aceleró  la 
construcción  del  que  hoy  existe ,  que  es  capaz ,  ven- 
tilado y  decoroso ,  sirviendo  de  depósito  á  los  cadá- 
veres, y  de  capilla,  donde  se  celebran  los  primeros 
sufragios,  la  iglesia  colindante  de  Nuestra  Señora  de 
la  Cabeza.  Con  este  motivo  se  ha  mejorado  notable- 
mente el  tránsito  que  á  esta  religiosa  morada  desde 
la  Ciudad  conduce .  suavizando  su  fragoso  piso,  ha- 
ciendo una  vía  cómoda ,  y  embelleciéndola  con  hile- 
ras de  árboles  muy  copudos. 

EKMITAS  ÁOTINáDAS. 


Bajo  este  nombre  genérico  comprendemos  las 
parroquias  antiguamente  suprimidas  de  San  Miguel, 
Santa  Cruz,  San  Julián,  San  Lorenzo,  La  Trinidad, 
San  Isidoro,  de  que  es  indispensable  hablar  por  su 
pasada  importancia  eclesiástica  y  civil:  las  peque- 
ñas iglesias  de  escaso  renombre  que  existieron  en 
el  casco  y  alrededores  de  la  Ciudad ,  son  San  Cris- 
tóbal, Resucitado,  Cristo  de  la  Luz,  San  Roque, 
las  Aguas  y  los  Remedios;  y,  por  último,  otras 
que,  por  sus  peculiares  circunstancias,  no  pueden 


DESCRirClOX  DE  LA   CIUDAD.  565 

pi'eterirse  en  esta  clasificación;  á  saber:  San  Benito, 
San  Mateo,  San  Lázaro  ó  Nuestra  Señora  de  la 
Caridad, 

San  Miguel.  Edificio  pobre  y  de  poca  importan- 
cia, recientemente  destruido,  y  que  estuvo  situado 
en  la  rinconada  que  forma  la  calle  de  su  nombre  al 
Norte  del  Mercado  Grande,  é  inmediata  al  destruido 
convento  de  Santa  Catalina.  También  fué  parroquia, 
según  lo  atestigua  Antonio  de  Cianea  en  su  Historia 
de  la  Traslación  de  San  Segundo,  y  su  feligresía  se 
unió  á  la  de  Santo  Tomé  el  Viejo ,  que,  como  hemos 
dicho,  existia  en  el  local  que  ha  servido  hasta  nues- 
tros dias  de  paneras  del  Cabildo. 

Santa  Cruz.  Todavía  se  designa  por  los  ancianos 
que  viven  actualmente,  el  lugar  en  que  estuvo  esta" 
iglesia,  á  las  inmediaciones  de  la  de  Santiago:  su 
antigüedad  data  de  la  época  de  la  repoblación,  y  se 
comprueba  con  saber  que  era  una  de  las  parroquias 
que  intervinieron  en  la  concordia  de  1254,  según  lo 
atestiguan  unánimes  los  historiadores  de  la  Ciudad. 
Y  aunque  fué  muy  reparada,  siendo  obispo  D.  Fran- 
cisco de  Rojas,  sin  duda  su  pobreza,  escasa  feligre- 
sía é  inmediación  á  la  de  Santiago,  fueron  causas  de 
su  supresión,  y  después  de  su  ruina  y  total  desapa- 
rición. 

San  Julián.  Muy  pocas  noticias  quedan  ya  de 
esta  ermita.  Estaba  dedicada  al  Santo  de  su  nombre, 
obispo  de  Cuenca,  y  existia  en  una  calle  que  tam- 
bién ha  desaparecido  de  todo  punto,  hace  más  de  un 
siglo.  Hablamos  de  la  calle  de  Cardefiosa,  que  ar- 
rancando desde  la  cabeza  del  puente  de  Adaja,  se  ex- 


566  HISTORIA   BE  ÁV]L.V, 

tendía  en  dirección  de  este  pueblo  hacia  los  Cuatro 
Postes.  En  esta  ermita  se  veneraba  con  gran  devo- 
ción una  imagen  de  Nuestra  Señora  del  Carmen;  pero 
acaecida  su  ruina  por  los  años  de  1740,  fué  traslada- 
da con  los  demás  ornamentos  de  la  iglesia  á  la  de  San 
Esteban,  de  que  ya  hemos  hablado,  y  en  cuya  cola- 
ción ó  cuadrilla  estaba  situada. 

San  Lorenzo.  Al  Norte  de  la  iglesia  de  San  Se- 
gundo de  Adaja,  y  en  un  rellano  que  hay  á  la  mitad 
del  declive  que  conduce  al  Vado  del  rio,  existió  hasta 
los  años  destructores  de  la  última  guerra  de  sucesión, 
que  todos  hemos  presenciado ,  la  ermita  de  San  Lo- 
renzo, célebre  por  más  de  un  título.  Era  una  de  las 
antiguas  parroquias;  estaba  en  ella  la  casa  de  las 
emparedadas  arrepentidas  de  su  mala  vida  anterior, 
para  consagrarse  á  la  penitencia;  también  era  forzo- 
sa reclusión  cuando  la  autoridad  competente,  ya  ci- 
vil, ya  eclesiástica,  ó  la  del  padre  ó  marido,  conduela 
á  aquel  local  á  las  mujeres  que  hablan  cometido  fal- 
tas contra  el  pudor,  que  merecían  esta  pena.  Pero  lo 
que  hace  más  memorable  la  iglesia,  es  que  en  ella 
se  verificó  el  prodigioso  caso,  que  la  constante  tra- 
dición de  los  siglos  refiere,  del  cambio  que  sufrió  la 
virtuosa  virgen  Paula,  demudándosela  su  hermosa 
tez  en  un  rostro  varonil,  apareciendo  repentinamente 
muy  barbada;  pero  basta  tal  indicación,  porque  so- 
bre este  punto  tengo  prometido  hablar  más  larga- 
mente en  la  Historia. 

La  Trinidad.  No  he  podido  adquirir  noticia  al- 
guna de  su  antigua  existencia,  sólo  se  recuerda  su 
ruina  durante  la  oraerra  con  los  franceses  de  1808"  á 


PESCRIPCIOX  DE  LA  CIUDAD.  567 

1814.  y  estaba  situarla  en  la  calle  que  aiTaucando  de 
la  plazuela  de  Juan  Jorge  en  la  cuesta  de  Gracia, 
conduela  al  convento  de  Santo  Tomás. 

San  Cristóbal.  Tan  antigua  debió  de  ser,  que 
no  dan  razón  de  ella  las  crónicas  de  la  Ciudad.  Cons- 
ta que  se  reedificó  en  167-4,  siendo  obispo  D.  Fray 
Juan  de  Asensio,  y  su  asiento  era  á  las  inmediacio- 
nes de  la  iglesia  de  la  Trinidad,  de  que  acabamos  de 
hablar. 

San  Isidro.  Muy  otra  es  la  importancia  histó- 
rica de  esta  iglesia,  que  sucesivamente  ha  tenido 
tres  títulos  ó  advocaciones.  Ya  sus  mismas  campanas 
son  testigos  de  su  grande  antigüedad,  porque  de  una 
de  ellas  se  deduce  que  tiene  de  fecha  por  lo  menos 
de  siete  á  ocho  siglos.  Y  no  podia  dejar  de  ser  así, 
siendo  cierta  su  historia.  Dícese  que  su  primer  título 
fué  de  San  Pelayo,  en  honor  del  hermoso  joven  y 
tierno  mártir,  que  de  edad  de  trece  años  mereció  en 
Córdoba  la  palma  de  la  pureza  cristiana,  en  el  de  925. 
Después  se  alteró  su  nombre,  añadiéndole  la  advoca- 
ción de  San  Isidoro  Arzobispo  de  Sevilla,  porque  se 
cree  que  en  la  traslación  del  Santo  cuerpo  de  este 
gran  doctor  de  la  Iglesia  de  España,  que  se  hizo 
desde  Sevilla  á  León  en  el  año  de  1082,  descansó 
algún  tiempo  en  la  iglesia  de  San  Pelayo,  y  en  obse- 
quio á  su  altísimo  saber  y  ejemplares  virtudes  se  le 
agregó  su  nombre,  llamándose  ya  de  San  Isidoro  y 
San  Pelayo,  hasta  que  en  el  año  de  1232,  el  Obispo 
D.  Domingo  el  Dentudo  la  dejó  sólo  el  de  San  Isi- 
doro. Y  por  último,  sin  que  aparezcan  otros  motivos 
que  la  devoción  que  el  cuerpo  de  labradores  tendría 


568  HISTORIA    DE    AVILA. 

á  San  Isidro ,  patrón  de  Madrid ,  á  este  último  Santo 
es  ai  que  se  veneraba  en  esta  iglesia ,  y  con  cuya 
nombre  hoy  se  la  conoce.  Es  su  fábrica  de  la  misma 
piedra  arenisca  roja  que  aparece  en  los  más  anti- 
guos templos  de  Avila ,  y  fuó  también  una  de  sus 
parroquias  para  los  feligreses  que  vivian  en  el  arra- 
bal extremo  entre  el  Mediodía  y  Poniente  de  la  Ciu- 
dad, que  después  se  agregaron  á  las  de  Santiago  y 
San  Nicolás. 

El  Resucitado  y  Cristo  de  la  Luz,  tienen  el 
nombre  específico  de  Humilladeros.  Situada  la  pri- 
mera al  Norte,  cerca  del  convento  de  San  Francisco, 
á  la  derecha  de  la  fuente  del  Pradillo  y  calzada  que 
va  á  Valladolid,  nada  ofrece  que  observar,  y  como  lo 
dice  su  título,  estaba  consagrada  al  misterio  de  la 
Resurrección.  Tampoco  es  notable  la  segunda,  que 
existia  al  comenzar  el  camino  que  va  á  las  Navas  y 
al  Escorial,  entre  los  dos  conventos  de  Santa  Ana  y 
Santa  María  de  Jesús  de  las  GorJilIas  ;  pero  tiene  la 
particularidad  de  ser  la  cabeza  ó  principio  de  la  via 
^acra  del  Calvario,  que  termina  en  el  convento  de 
San  Antonio,  y  cuyas  cruces,  en  proporcionadas  dis- 
tancias, se  fijaron  en  la  solemne  procesión  que  al 
efecto  se  verificó  en  el  año  de  1615. 

San  Roque.  Que  era  de  una  pequeña  y  muy  po- 
bre fábrica,  estaba  al  extremo  oriental  del  paseo  á  que 
da  su  nombre,  y  contigua  al  ángulo  Sudoeste  de  la 
huerta  del  convento  de  las  Gordillas.  Nada  notable 
se  recuerda  de  esta  ermita,  sino  la  devoción  con  que 
los  avileses  acudían  á  ella  en  tiempo  de  pestes.  Se 
la  destruyó  después  de  los  sucesos  políticos  de  1836. 


DESCRIPCIÓN  DE  LA  CIUDAD.  569 

La  Virgen  de  las  Aguas.  Era  también  de  muy 
escasa  capacidad  y  mérito,  colocada  en  el  camino  de 
Cebreros,  á  las  inmediaciones  de  las  tapias  del  Este 
y  Sur  de  la  huerta  del  convento  de  Santo  Tomás:  se 
veneraba  en  ella  la  imagen  de  Nuestra  Señora,  sien- 
do aneja  del  santuario  de  Sonsoles,  cuyo  escudo  os- 
tentaba su  fachada. 

Los  Remedios.  La  desaparición  de  esta  ermita 
fué  resultado  de  los  destrozos  causados  en  la  guerra 
de  la  Independencia;  desde  1808  y  muchos  años  des- 
pués estuvieron  sus  escombros  recordando  el  lugar 
de  su  existencia  en  el  camino  que  de  la  Ciudad  va 
al  santuario  de  Sonsoles,  del  que  era  aneja  dicha 
ermita,  pues  aunque  la  edificó  la  rica  y  piadosa  doña 
María  Dávila,  la  fundadora  del  convento  délas  Gordi- 
Uas,  después  en  el  año  de  1680  la  tomaron  á  su  car- 
go los  patronos  de  la  Virgen  de  Sonsoles,  y  en  ella 
pusieron  por  armas  el  escudo  de  los  dos  soles. 

San  Benito.  Esta  antiquísima  iglesia,  que  se  ha- 
llaba en  la  falda  del  arrabal  meridional,  en  el  mismo 
barrio  de  las  Vacas,  y  que  ya  existia,  como  Nuestra 
Señora  de  la  Antigua,  en  los  tiempos  de  la  Corona 
goda,  tenia  la  particularidad  de  ser  el  asiento  y  sala 
capitular  del  cabildo  parroquial,  compuesto  délos 
curas  y  beneficiados  propios  de  la  Ciudad,  y  cuyo  ar- 
chivo seria  digno  del  estudio  de  nuestros  paleógrafos 
y  amantes  de  antigüedades ,  porque  conserva  docu- 
mentos de  los  más  remotos  tiempos,  y  entre  ellos  al- 
gunas concesiones  que  hizo  al  clero  parroquial  de 
Avila  el  Rey  D.  Alonso  el  Sabio,  como  limosna  de  los 
sufragios  que  encomendó  á  su  conciencia. 


570  HISTORIA    DE    AVILA. 

San  Mateo.  También  ha  desaparecido  de  todo 
punto.  Situado  á  la  margen  izquierda  del  Adaja,  ala 
salida  de  la  Ciudad  para  el  Valle-Ambles,  después  de 
pasada  la  punta  de  la  Risca.  Era  célebre  en  los  si- 
glos pasados  esta  ermita,  porque  habia  sustituido  á 
la  antiquísima  de  San  Leonardo,  que  existió  cerca  de 
Narrillos  en  el  monte  de  Pan  caliente,  para  celebrar- 
se la  gran  romería  que  hacia  anualmente  toda  la  po- 
blación, yendo  á  ella  procesionalmente  varias  cofra- 
días de  la  Ciudad,  y  de  lo  cual  tendremos  motivos  de 
hablar  en  la  narración  histórica.  Correspondió  esta 
ermita,  con  algunas  heredades  situadas  en  su  con- 
torno, al  célebre  Hospital  de  Toledo,  propio  de  la  or- 
den y  caballería  de  Santiago,  único  indicio  que  queda 
de  la  existencia  de  la  casa-convento  de  sus  caballe- 
ros, de  que  queda  hecha  mención,  habiendo  pertene- 
cido antes  á  los  templarios.  Aún  aparecen  algunos 
escombros  á  la  izquierda  del  camino  que  se  ha  abier- 
to para  los  puertos ,  y  á  la  derecha  una  fuente  lla- 
mada de  San  Mateo ,  que  se  la  supone  ferruginosa. 

San  Lázaro,  ó  Nuestra  Señora  de  la  Cari- 
dad. Pena  me  causa  contar  esta  iglesia  entre  las 
ermitas  destruidas  hace  muy  pocos  años.  Sábese  que 
en  su  origen  era  un  hospital  en  que  se  curaban  la 
lepra,  las  bubas  y  otras  sucias  enfermedades ,  y  se 
procuraba  á  la  par  el  arrepentimiento  y  enmienda  de 
la  mala  vida  de  los  que  allí  tenían  que  mendigar  la 
salud.  Consta  que  fué  reparado  este  edificio  tan  im- 
portante por  su  objeto  en  el  pontificado  de  D.  Fran- 
cisco de  Rojas  Borja,  y  que  después  que  cesó  de  ser 
hospital,  trasladadas  sus  rentas  al  titulado  de  Dios 


TESCRIPCION  DE  LA  CIUDAD.  571 

Padre,  quedó  solamente  de  ermita.  Estaba  situada  á 
la  embocadura  del  puente  sobre  el  ño  Adaja,  y  se- 
gún la  tradición  constante  y  no  desmentida  (pues 
tan  recientes  son  los  hechos ,  y  esto  es  lo  que  nos 
causa  la  pena  que  sentimos),  en  esta  iglesia  de  San 
Lázaro,  donde  se  veneraba  la  Virgen  de  la  Caridad, 
entró  la  niña  Teresa  de  Cepeda  y  Ahumada  á  hacer 
oración,  cuando,  acompañada  de  su  hermanito  Ro- 
drigo, emprendía  su  viaje  para  obtener  el  martirio 
que  apetecían  sus  tiernos  corazones,  encendidos  por 
un  fuego  celestial.  En  memoria  de  esta  visita ,  que 
tan  grata  debió  de  ser  á  la  Virgen ,  se  estableció  la 
procesión  anual  en  la  víspera  del  dia  de  la  Santa, 
para  conducir  á  la  Virgen  á  la  Catedral ;  desdo  allí 
la  acompaña  el  cabildo  hasta  el  convento  de  Carme- 
litas Descalzos,  casa  nativa  de  la  Santa,  donde  se 
celebra  la  festividad,  y  por  la  tarde  se  la  llevaba  á  su 
ermita  por  el  Patronato  de  la  Santa.  De  esta  manera 
se  recordaba  todos  los  años  la  visita  que  le  hizo  San- 
ta Teresa  cuando  marchaba  en  anhelo  del  martirio. 
Destruida  la  ermita,  la  Virgen  de  la  Caridad  tiene 
hoy  su  culto  en  la  iglesia  Catedral,  en  la  capilla  de 
los  marqueses  de  Velada,  y  á  ella  se  ha  trasladado 
también  la  bella  efigie  de  San  Lázaro.  Otra  particu- 
laridad hacia  notable  esta  ermita,  y  es  que  en  el  do- 
mingo de  la  Cuaresma  llamado  de  Lázaro  se  trasla- 
daban anualmente  desde  esta  ermita ,  donde  tenían 
un  descanso  interino,  á  la  de  Santa  María  Magdale- 
na, sita  en  el  Mercado  Grande,  los  restos  mortales  de 
los  que  morían  ajusticiados,  para  darles  sepultura 
más  solemne  y  duradera. 


572  HISTORIA    DE    AVILA. 


HOSPITALES  DE  LA  CIUDAD. 


Muchas  páginas  ocuparíamos  en  este  lugar  si 
hubiéramos  de  dar  noticia,  aunque  muy  sucinta, 
de  las  numerosas  casas  que   Avila  contaba  como 
asilos  de  la  pobreza  aquejada  de  enfermedades   y 
lacerias.  Pero  habiendo  hecho  indicaciones  genera- 
les de  su  antiguo  estado  en  la  Reseña  político- 
civil  de  la  Provincia  y  su  artículo  consagrado  á 
los  Establecimientos  de  beneficencia ,  marcando  los 
penosos  pasos  por  los  que  acertadamente  se  llegó 
á  estatuir  un  solo  Hospital  general  de  que  ahora 
cuida  toda  la  Provincia,  en  el  local  que   fué  del 
déla  Misericordia,  hoy  casi  del  todo  reedificado  y 
grandemente  ensanchado  con  numerosas  salas  para 
los  enfermos  y  sus  necesarias  dependencias,  cree- 
mos oportuno  reservar  para  el  orden  cronológico  de 
los  sucesos  la  mención  particular  que  ciertamente 
merecen  en  la  historia  de  la  Ciudad.  Así,  pues,  nos 
limitamos  aquí  á  indicar  sus  nombres  y  Jocalidades 
que  ocuparon. 

El  de  Santa  María  Magdalena ,  que  hoy  ocupan 
las  religiosas  Franciscas  Concepcionistas. 

De  Santa  Escolástica ,  destruido ,  frente  á  la  par- 
roquia de  Santo  Domingo. 

De  Dios  Padre,  frente  á  la  de  San  Nicolás ,  que 
hoy  sirve  de  Hospicio  á  ancianos  y  jóvenes  desvali- 
dos, por  suscricion  generosa  de  varios  vecinos. 


DESCRIPCIÓN  DE  LA    CIUDAD.  573 

De  San  Joaquín  ó  de  la  Conyalecencia,  frontero  ú 
la  de  San  Vicente. 

Y  el  de  la  Misericordia,  que,  como  acabo  de  indi- 
car, es  el  que  se  eligió  en  1792  para  la  reunión  de 
todos  ellos,  y  que  hoy  subsiste  como  establecimiento 
provincial,  grandemente  mejorado. 

Habian  preexistido  á  aquella  refundición  otros, 
como  el  de  San  Antonio  Abad,  San  Gil,  y  San  Láza- 
ro; y  finalmente,  para  pobres  peregrinos  un  pequeño 
Hospicio  bajo  la  advocación,  anexión  y  patronato  de 
Nuestra  Señora  de  Sonsoles. 


Ermita  de  Sonsoles.  Para  poner  fin  á  este  pri- 
mer tomo  de  la  Historia  de  la  Ciudad,  Provincia 
T  Obispado,  me  resta  hablar,  como  última  singulari- 
dad digna  de  mención,  del  venerado  santuario  de 
Nuestra  Señora  de  Sonsoles. 

Bajo  este  simbólico  nombre  se  levantó  al  Sudeste, 
á  media  legua  de  Avila,  en  una  sierra  que  se  halla 
á  la  altura,  poco  más  ó  menos,  que  la  que  ocupa  la 
parte  más  elevada  de  su  población,  separándolas  el 
Valle-Ambles,  que  por  este  punto  va  estrechándose 
hasta  acabar,  de  alli  á  poco,  en  la  misma  cordillera 
circular,  este  bello  y  alegre  santuario  dedicado  á  la 
Virgen  Madre  de  Dios.  Es  de  mampostería,  de  piedra 
granito,  pedernal  y  ladrillo,  bien  encalada,  tiene  tres 
naves  que  le  dan  una  regular  anchura,  y  m^uy  buenas 
proporciones  al  presbiterio,  altar  mayor  y  camarín, 
al  que  se  asciende  por  dos  salas  que  sirven  de  sacris- 


574  HISTORIA    DE    AVILA. 

tía,  relicario  y  guarda-ropas,  j  en  que  se  halla  de- 
positado un  gran  número  de  ofertas  hechas  por  los 
fieles  á  la  Virgen  en  sus  aflicciones,  enfermedades  y 
desgracias.  Enlazada  con  la  iglesia  por  un  arco,  que 
da  paso  público  á  las  gentes,  se  encuentra  una  có- 
moda hospedería,  que  consta  de  la  sala  de  sesiones 
del  Patronato  que  tributa  sus  obsequiosos  cultos  á 
esta  sagrada  imagen,  y  de  las  habitaciones  del  ca- 
pellán y  del  santero ,  quien  las  franquea  á  los  devo- 
tos que  visitan  á  la  Virgen  en  todas  las  estaciones 
apacibles  del  año  para  cumplir  sus  promesas  y 
votos;  porque  la  Virgen  de  Sonsoles  es  el  objeto 
de  la  constante  y  profunda  veneración  de  más  de 
cuarenta  pueblos  del  valle  y  sierras  próximas.  Está 
asentada  la  ermita  en  la  mesa  ó  rellano  del  cerro 
algo  inclinado  hacia  el  Norte.  Adornan  sus  alrede- 
dores una  abundante  fuente  de  dos  caños,  labrada 
de  piedra  berroqueña ,  una  escasa  arboleda  que  de- 
biera hallarse  mucho  más  poblada,  como  antigua- 
mente estaba,  la  Plaza  de  Toros ,  y  unos  cuantos 
cobertizos  para  tiendas  de  buhoneros,  confiteros  y 
vendedores  de  baratijas,  de  que  en  los  dias  de  ro- 
mería, de  que  vamos  á  hablar,  se  hace  consumo, 
y  cierra  todo  este  grande  espacio  y  su  anchuroso 
campo,  una  tapia  de  piedra  seca,  que  en  su  lado 
de  Poniente  y  en  dirección  á  la  portada  de  la  igle- 
sia facilita  la  entrada  de  un  arco.  Los  antiguos  es  - 
critores  del  país  celebran  las  frondosas  alamedas  que 
circundaban  la  ermita;  muchos  años  há  que  debe 
haber  faltado  tan  abundante  arbolado,  porque  repe- 
timos con  dolor  que  el  que  existe ,  aunque  se  va  re- 


DESCRIPCIÓN  líE  LA  CIUDAD.  575 

poniendo,  es  por  desgracia  más  escaso  que  el  que 
este  sitio  de  veneración  y  esparcimiento,  de  piedad  y 
popular  alegría  demandaba. 

Aunque  el  título  con  que  ya  se  le  conoce  por  casi 
todos  es  el  de  Sonsoles,  en  la  antigüedad  se  le  llamó 
por  muchos  de  San  Zoles,  siendo  el  origen  de  la  dife- 
rencia de  nombres  la  de  sucesos  que  recuerdan,  y  á 
que  respectivamente  se  atribuyen.  Los  partidarios  de 
una  y  otra  advocación  convienen  en  que  es  antiquí- 
sima la  existencia  de  la  ermita,  pero  dicen  los  prime- 
ros que  la  imagen  que  en  el  santuario  se  venera, 
siendo  de  los  primeros  tiempos  del  cristianismo,  fué 
escondida  por  los  godos  en  alguna  cueva  ó  fragosi- 
dad de  aquellas  sierras  en  la  época  de  la  irrupción 
de  los  árabes;  que  andando  los  tiempos  se  apareció  á 
un  pastor,  y  que  al  dar  cuenta  del  suceso  expuso, 
que  habia  visto  á  la  Virgen  con  su  Divino  Hijo  en 
los  brazos,  y  se  expresó  diciendo...  Son-soles;  otros, 
aunque  con  más  alteración  en  el  lenguaje,  encuen- 
tran un  origen  menos  portentoso  y  más  filosóñco. 
Suponen  que  al  trasladarse  á  Carrion,  en  el  año  1080, 
el  cuerpo  de  San  Zol,  ó  San  Zoilo,  como  hoy  se  dice, 
tomó  la  comitiva  descanso  en  este  sitio  cuando  le 
llevaba  desde  Córdoba,  y  que  siendo  coetánea  á  este 
suceso  el  de  la  invención  de  la  Virgen,  se  dijo  que 
habia  acaecido  en  el  sitio  de  San  Zol  ó  San  Zoles. 
Pero  sea  de  estas  indicaciones  lo  que  se  quiera,  es  lo 
cierto  que  Sansoles  le  han  llamado  siempre  los  es- 
critores más  notables  del  país,  como  Gil  González  Dá- 
vila,  Fernandez  Valencia,  y  el  benedictino  Ariz,  si 
bien  el  uso,  legislador  y  aun  dictador  supremo  en 


576  HISTORÍA    HE    AVILA. 

materia  de  lenguaje,  ha  triunfado  haciendo  ya  gene- 
ral y  uniforme  la  advocación  de  Sonsoles. 

Réstanos  hablar  de  la  importancia  religiosa  de 
esta  Santa  imagen,  que  las  gentes  de  todos  los  con- 
tornos reverencian  como  constante  y  eminentemente 
milagrosa.  No  sólo  inspira  consuelo,  fé  y  respeto  sumo 
en  los  corazones  piadosos  de  toda  la  comarca,  sino 
que  es  la  esperanza  y  como  el  asilo  y  último  baluarte 
a  que  las  gentes  en  masa  se  acogen  en  sus  grandes 
necesidades  y  aflicciones.  Las  pestes,  los  malos  tem- 
porales ,  el  temor  de  ver  perdidas  sus  cosechas  por 
escasez  ó  por  exceso  de  lluvias ,  las  irrupciones  de 
enemigos  y  otras  calamidades  como  sufre  la  pobre 
humanidad,  son  otros  tantos  motivos  para  que  todos 
los  pueblos  de  la  tierra  de  Avila  fijen  sus  llorosos 
ojos  ei  la  Virgen  de  Sonsoles,  pidiéndola  que  los 
mire  con  los  suyos  siempre  misericordiosos.  Así  es 
que  en  tales  y  tan  supremos  casos  el  Patronato  que 
la  sirve ,  compuesto  de  personas  notables  del  país,  el 
clero  de  las  parroquias,  el  cabildo  catedral  y  las 
autoridades  civiles ,  previa  la  venia  de  los  obispos, 
acuden  á  la  ermita,  conducen  la  imagen  con  fervien- 
tes plegarias  á  la  Catedral,  le  rinden  cultos  fervo- 
rosos, y  llenos  de  gratitud  y  de  respeto  la  vuelven  á 
su  casa.  En  ella  se  celebran  dos  grandes  festivida- 
des, una  en  el  domingo  último  de  Setiembre,  otra  en 
el  segundo  domingo  de  Octubre,  por  todos  los  pue- 
blos de  la  Serranía  y  Vallé-Amblés.  Es  mucho  más 
conocida  la  segunda  romería;  verdad  es  que  la  hacen 
muchos  más  pueblos  y  más  ricos  que  los  que  cele- 
bran la  primera;  vienen  distribuidos  en  concejos  ó 


PESCRIPCIOX  DE  LA   CIUDA!».  577 

'escuadras  presididos  por  sus  respectivos  curas  pár- 
rocos y  alcaldes,  y  turna  anualmente  entre  ellos 
como  signo  de  preeminencia  y  honor  una  g-ran  ban- 
dera con  los  colores  del  pabellón  nacional.  Con  ella, 
después  de  concluida  la  fiesta  religiosa  y  antes  y 
después  de  las  alegres,  bulliciosas  y  abundantísimas 
comidas  campestres  esparcidas  por  el  gran  cercado 
en  otras  tantas  secciones  como  son  las  escuadras  ó 
concejos,  y  a  cuya  cabeza  se  sientan  siempre  sus 
respectivos  curas  y  alcaldes ,  se  juega  la  bandera. 
Es  este  un  ejercicio  gimnástico  vistoso,  y  en  que 
sólo  pueden  lucirse  y  hacer  alarde  de  sus  formas 
atiéticas  y  robustos  miembros  los  más  fuertes  man- 
cebos ,  plegando  y  desplegando  al  aire  libre  en  el 
asta  el  inmenso  vuelo  de  la  bandera,  haciendo  con 
sus  diversos  giros  el  palenque  y  estadio  necesarios 
para  que  goce  de  su  vista  un  numeroso  círculo,  ya 
de  críticos,  ya  de  admiradores,  según  su  peculiar 
genio  ó  instrucción. 

Antes  de  llegar  el  sol  á  su  ocaso,  tan  grande 
concurrencia  va  desapareciendo,  en  los  mismos  gru- 
pos ó  escuadras  en  que  vinieron,  aunque  la  alegría, 
que  en  el  corazón  á  todos  rebosa,  los  hace  más  inde- 
pendientes, bulliciosos  y  desasosegados,  pero  bien 
puede  asegurarse  que  apenas  ocurre  suceso  des- 
agradable en  tales  romerías.  Tan  pacífico,  honrado  y 
modesto  es  el  carácter  de  toda  la  comarca.  En  los 
seis  años  que  duró  la  última  guerra  civil  de  1834  no 
se  creyó  conveniente  dejar  expuesta  á  los  excesos 
del  libertinaje  y  del  saqueo,  que  tanto  se  desarrollan 
en  épocas  de  calamidades  públicas,  esta  sagrada 
lüMO  I.  37 


578  HISTORIA    DE    AVILA. 

imagen,   ni   sus  vasos   sagrados,   alhajas  y  orna- 
mentos; y  permaneció  en  la  Catedral  con  reverente 
culto  hasta  que  la  seguridad  de  los  campos  consin- 
tió ya  restituirla  á  su  santuario,  que  al  efecto  se  res- 
tauró decorosamente  por  su  celoso  Patronato. 


De  los  Cuatro  Postes,  del  Brasero  de  la  Dehesa, 
de  la  Cruz  de  hierro  en  San  Roque,  del  Pinar  de  Mi- 
raflores  y  de  algunos  otros  puntos  en  las  cercanías 
de  la  Ciudad  hablaremos  en  los  lugares  que  deben 
ocupar  en  esta  Obra. 


APÉNDICE. 


ARTÍCULOS  DESCRIPTIVOS  DE  LAS  CINCO  VILLAS, 

CABEZAS  DE  LOS  PARHOOS  JUDICIALES  DE  U  PROVINCIA. 


Arenas  de  San  Pedro.  Estn  villa,  oabo/.a  de  su  par- 
tido judicial  do  entrada,  autig-uo  correíriuiieuto  sefiorial,  y 
cuya  provisión  pertenecía  á  la  casa  de  Infantado,  con  097  edi- 
ficios habitados,  muchos  de  ellos  de  dos  pisos,  que  forman 
cómodas  casas,  dos  plazas,  cinco  plazuelas  y  calles  regu- 
larmente empedradas  y  alineadas,  aunque  casi  todas  eu 
gran  declive,  goza  de  hermosas  fuentes  y  abundantes  aguas; 
y  ademas  de  contar  con  la  Casa-Ayuntamiento,  de  moderna 
y  buena  construcción,  con  un  Pósito,  un  Hospital  bien  asisti- 
do, escuelas  de  niños  y  niñas,  algunas  posadas  y  otras  de- 
pendencias deservicio  público,  tiene  una  iglesia  jiarroquial, 
que  es  muy  antigua,  situada  en  la  plaza  principal,  bastante 
capaz  para  la  población,  y  dedicada  á  la  Asunción  de  Nues- 
tra Señora.  La  mesa  de  su  altar  mayor  sostiene  un  bello 
Tabernáculo,  modelo  digno  de  iinit;írse.  cuando  se  cons- 
truyó, separado  del  retablo  y  rodeado  de  la  sillería  del  pres- 
biterio, todo  de  un  buen  nogal  del  ])aís  y  de  fino  gusto, 
construido  el  año  de  1790,  siendo  Párroco  y  Vicario  ecle- 
siástico del  partido  el  respetable  1).  José  Carramolino,  pa- 
riente muy  próximo  del  autor  de  estos  apuntes  descriptivos. 
Durante  la  última  guerra  civil  estuvo  depositada  en  esfei 
iglesia  la  urna  en  que  se  conserva  y  venera  el  cuerpo  de 
San  Pedro  de  Alcántara,  fundador  de  los  franciscanos  des- 
calzos, á  consecuenci.H  do  la  exclaustración  general,  ha- 
biendo sido  trasladado  de  su  convento,  que  se  halla  á  au 


580  HISTORIA    DE    AVILA. 

cuarto  de  legua,  poco  más  ó  menos,  de  la  villa,  j  que  es  el 
segundo  que  fundó  el  Santo  en  su  reforma.  En  él,  á  fines 
del  siglo  pasado,  se  erigió  una  bellísima  capilla,  rica  por 
los  jaspes  y  mármoles  propios  del  país  y  por  las  alhajas  que 
llegó  á  reunir,  que  atraia  con  razón  la  piadosa  curiosidad 
de  los  forasteros,  y  donde  se  le  daba  digna  veneración  por 
los  pueblos  inmediatos  y  principalmente  por  la  villa.  En 
esta  capilla,  obra  del  célebre  arquitecto  D.  Ventura  Eodri- 
guez,  se  halla  la  sepultura  en  que  fué  enterrado  aquel  pe- 
nitente fundador,  y  de  la  cual  se  le  sacó  incorrupto  pasados 
más  de  cien  años,  para  colocarle  en  la  urna  en  que  hoy 
existe,  y  que  se  restituyó  al  culto  público  en  su  convento 
en  el  reinado  de  la  señora  doña  Isabel  11,  dotando  su  capi- 
lla de  cierto  número  de  capellanes  para  su  digno  servicio. 

Unida  al  convento  está  la  linda  huerta,  de  amena  varie- 
dad de  plantas,  entre  las  que  se  contaban  la  higuera  plan- 
tada por  el  Santo ,  y  la  misteriosa  zarza  sin  púas,  que  la 
piedad  del  pueblo  contemplaba  con  religioso  respeto. 

También  es  notable  esta  villa,  porque  al  Noroeste  é  in- 
mediato á  las  casas,  pero  aislado  de  todo  otro  edificio,  exis- 
te el  palacio  que  en  el  último  tercio  del  siglo  pasado  mandó 
construir  el  Sr.  D.  Carlos  III  para  habitación  del  infante 
D.  Luis,  su  hermano,  á  causa  de  su  matrimonio  desigual 
con  la  señora  doña  María  Teresa  de  Vallabriga,  con  objeto 
de  alejarla  de  la  Corte;  y  aunque  más  pequeño,  tenia  el 
mismo  orden  de  arquitectura,  escultura  y  vistas  que  el  pa- 
lacio de  Madrid,  embelleciéndole  una  escogida  colección  de 
pinturas,  que  desaparecieron,  con  otras  riquezas  que  le 
adornaban,  en  la  guerra  de  la  Independencia,  durante  la 
cual  se  convirtió  en  casa  fuerte ,  afeando  su  fábrica  con  las 
aspilleras  que  se  abrieron,  y  desde  cuya  época  siempre  ha 
venido  deteriorándose,  y  hoy  está  sirviendo  para  habitacio- 
nes de  algtmos  vecinos. 

Las  dimensiones  de  que  consta  y  de  que  debió  constar 
esta  digna  morada  de  un  Príncipe  de  la  sangre  real,  por- 
que sólo  se  construyó  parte  de  ella,  son  las  siguientes: 

Metros. 


Su  longitud  para  la  fachada  principal,  proyectada, 

era  de = ". 12 

ídem  de  la  parte  que  se  construyó 44 

Latitud  de  la  fachada 40,80 

Altura  total  del  ediflcio. 19,10 

Superficie  de  toda  la  parte  construida 1 .844 

ídem  de  la  parte  que  no  llegó  á  construirse 1 .242,20 


APÉNDICE.  581 

Ademas  tenia  un  espacioso  jardín  pol^lado  de  las  más 
exquisitas  frutas  del  país,  de  muchas  provincias  del  Reino 
y  de  gran  parte  de  América  é  Italia. 

Arenas  tuvo  un  convento  de  religiosos  agustinos ,  con 
la  advocación  de  Nuestra  Señora  del  Pilar,  j  conserva  otro 
de  monjas  de  la  misma  orden,  que  antes  fué  de  carmelitas 
descalzas. 

La  cárcel,  nueva  obra  de  D.  Andrés  Callejo,  celoso  ar- 
quitecto que  fué  de  la  Provincia,  está  construida  en  el  an- 
tiguo castillo  que  poseía  la  casa  de  Infantado. 

Arenas  fué  desde  la  época  de  la  restauración  de  la  Mo- 
narquía cabeza  de  un  gran  partido  que  se  llamó  de  las  Her- 
rerías de  Avila,  prueba  inequívoca  de  c^ue  se  conocía  en 
abundancia  el  hierro,  como  mineral,  en  sus  moutaiias.  Sus 
antiguas  casas  solariegas  y  la  permanencia  del  infante 
D.  Luis  en  la  villa,  la  dieron  cierto  trato,  aire  y  gusto  so- 
cial que  la  distingue  entre  otras  notables  poblaciones  de  la 
Provincia.  Era  grande,  como  en  toda  esta  comarca,  el  ar- 
bolado de  castaños,  que  formaba  una  importante  parte  de 
su  riqueza,  hasta  que  comenzó  en  ellos,  por  el  último  ter- 
cio del  siglo  pasado,  una  enfermedad  que  ha  destruido  casi 
todos  los  castañares,  ocasionada,  ajuicio  de  los  inteligen- 
tes, de  la  vejez  de  las  plantas,  no  pudiendo  nutrirse  por 
esta  razón  de  su  cansada  tierra;  pero  como  ya  habrá  recu- 
perado su  vigor,  en  tan  largo  transcurso  de  tiempo,  es  se- 
guro que  nuevas  estacas  ó  plantones  traídos  de  otras  co- 
marcas crecerían  con  lozanía,  y  en  prueba  de  la  fuerza  de- 
su  vegetación,  se  muestra  aún  el  sitio  de  un  castaño,  que 
yo  vi  todavía,  cuando  era  jovenzuelo,  en  el  año  de  1820, 
dentro  de  cuyo  hueco  tronco  entró  y  giró  para  salir  a  caba- 
llo el  infante  D.  Luis,  en  el  año  1785. 

Arenas,  pues,  por  su  bella  situación,  por  sus  paseos,, 
vistas,  amenidad  y  por  lo  variado  de  sus  frutas,  especial- 
mente su  delicada  guinda  garrafal  y  albaricoques  de  al- 
mendra dulce,  y  por  sus  viñedos  y  olivares,  por  sus  naran- 
jos, cuyo  plantío  se  va  aumentando,  es  uno  de  los  pueblos 
más  templados,  más  frondosos,  más  pintorescos  y  más  cul- 
tos de  toda  la  Provincia  y  Obispado. 

En  su  modesta  industria  sobresalía,  hace  años,  un  her- 
moso edificio  al  margen  de  su  cristalina  garganta,  llamado 
el  Martinete,  porque  estaba  destinado  á  la  elaboración  de 
muchas  manufacturas  de  cobre,  que  eran  muy  estimadas, 
y  ahora  comprendo  yo,  después  do  muchos  años  que  hace 
(|ue  la  vi,  que  por  todas  sus  condiciones  era  muy  capaz  de 
grandes  mejoras  en  el  perfeccionamiento  de  sus  artefactos. 


582  HISTORIA    DE    AVILA. 

Los  lamentables  incendios  que  ha  safrido  en  la  guerra 
con  los  franceses  en  1808,  y  en  la  dinástica  desde  1833 
á  1839,  destruyeron  los  ricos  archivos  del  ayuntamiento, 
de  la  iglesia,  de  los  conventos  y  de  casas  principales  de  la 
villa,  y  esto  le  hace  resentirse  no  poco  de  la  falta  de  datos 
con  que  justificar  su  honrosa  historia.  Sin  embargo,  recor- 
damos que  Arenas  fué  la  cuna  de  D.  Juan  de  Frias  y  su 
sobrino  D.  Sancho  Frias,  colegiales  en  el  viejo  de  San  Bar- 
tolomé de  Salamanca,  dignos  de  honrosa  memoria.  El  pri- 
mero murió  de  consejero  del  rey  1).  Juan  II,  ennobleciendo 
á  su  familia,  y  fué  uno  de  los  jueces  en  la  célebre  causa  y 
sentencia  del  gran  privado  de  aquel  monarca,  D.  Alvaro  de 
Luna,  y  el  segundo,  sepultado  en  la  capilla  mayor  de  la 
iglesia,  después  de  una  larga  carrera,  murió  siendo  del 
Consejo  de  los  Reyes  Católicos  D/  Isabel  y  D.  Fernando. 
Fué  hermano  suyo  don  Bartolomé,  que  siguió  la  de  las  ar- 
mas, señalándose  en  las  conquistas  de  Ronda,  Coín,  Car- 
tama  y  Marbella,  y  sobrino  de  todos  D.  Antonio  de  Frias 
Salazar,  alcaide  de  la  fortaleza  de  la  villa  y  patrono  del 
convento  de  agustinas  recoletas  de  ella. 

Pero  lo  que  es  inolvidable  es  la  estancia  de  la  triste 
condesa  (que  así  se  firmaba  siempre),  la  señora  doña  Juana 
Pimentel,  viuda  del  tau  afortunado  en  su  vida  como  en  su 
muerte  desgraciado  D.  Alvaro  de  Luna,  de  la  cual  se  con- 
servan todavía  algunos  documentos  en  la  villa. 


Arévalo.  De  la  primera  importancia  en  la  Provincia 
es  esta  antiquísima  y  por  muchos  motivos  muy  notable  po- 
blación, con  más  de  650  casas  habitadas,  divididas  en  dife- 
rentes calles  y  seis  plazuelas  en  regular  estado ,  y  con  tres 
anchurosas  y  principales  plazas  ,  tituladas  de  la  Villa,  del 
Real,  y  de  Santo  Domingo,  ó  del  Arrabal,  ó  del  Mercado.  La 
de  la  Villa  es  casi  cuadrada,  con  portales  en  dos  de  sus 
lienzos;  la  del  Arrabal  cuadrilonga  y  contigua  á  la  antigua 
muralla,  también  con  portales  y  empedrados,  y  la  del  Real 
de  idénticas  cualidades  que  las  anteriores,  y  que  debe  repu- 
tarse la  principal  por  sus  buenas  casas,  y  entre  ellas  la  del 
Ayuntamiento.  Tenia  para  su  servicio  público  un  buen  pó- 
sito ,  el  hospital  titulado  de  San  Miguel,  al  que  se  agrega- 
ron las  rentas  y  edificio  del  suprimido  convento  hospitalario 
de  San  Juan  de  Dios,  cárcel  segura,  lindante  con  la  antigua 
casa  del  Corregimiento,  hoy  Consistorio,  anchurosa  casa- 
matadero,  cátedra  de  latinidad,  dos  escuelas  de  instrucción 
primaria  para  niños,  otras  dos  para  niñas,  y  demás  depen- 


APÉNDICE.  583 

ciencias  de  la  administración  civil;  es  muy  notable  su  acue- 
ducto por  la  buena  construcción  de  sus  arcas,  anchura  y 
altura  de  sus  registros,  y  por  sus  ricas  y  delgadas  aguas, 
que  dan  surtido  á  la  población  en  tres  fuentes  bien  distri- 
buidas; goza  también  de  cuatro  puentes,  dos  sobre  el  Ada- 
ja,  llamados  de  San  Julián  ó  de  Madrid  y  de  Valladolid,  y 
dos  sobre  el  Arevalillo,  titulados  de  Medina  y  de  los  Bar- 
ros. El  nuevo  puente  construido  á  corta  distancia  de  la 
confluencia  de  ambos  rios  para  el  ferro-carril  del  Norte,  de 
cuatro  ojos,  los  dos  centrales  mayores  que  los  de  los  lados, 
obra  de  ingenieros  franceses,  bajo  la  responsabilidad  de  su 
constructor  Mr.  deBergogné,  llama  justamente  la  atención 
por  su  gran  altura,  compartimiento  y  belleza. 

Pero  es  más  digna  de  observación  esta  villa,  asi  por  los 
restos  que  conserva  de  una  remotísima  antigüedad,  de  que 
da  muestras  su  antes  formidable  fortaleza,  como  por  otros 
más  modernos  monumentos,  y  los  muchos  templos,  monas- 
terios y  conventos  que  la  embellecian  hasta  que  comenza- 
ron nuestras  revoluciones  en  1808.  En  la  Historia  nos  ocu- 
paremos del  origen  de  esta  población,  apoyados  en  la  auto- 
ridad de  Tilo  Livio,  y  siguiendo  sus  más  notables  vicisi- 
tudes. 

Pero  considerándola  ahora  solamente  bajo  su  punto  des- 
criptivo, exige  de  nuestro  deber  una,  aunque  ligera,  narra- 
ción. 

Semejante  Arévalo  á  la  capital.  Avila,  en  contar  gran 
caserío  fuera  del  terreno  antiguamente  murado,  pero  cuyo 
extenso  arrabal  está  unido  á  la  primitiva  población,  se  di- 
ferencia en  que  así  como  en  Avila  es  una  necesidad  conser- 
var su  magnífica  muralla  como  un  gran  monumento  artís- 
tico del  siglo  XI,  por  subsistir  integro  y  esbelto,  así  en  Aré- 
valo lo  es  el  derruir  los  pocos,  informes  y  ruinosos  restop 
de  la  suya,  hermoseando  así  la  villa  y  librando  á  sus  habi- 
tantes de  inminentes  pehgros.  Las  gentes  van  abandonan- 
do el  espacio  que  encerraba  la  muralla  á  la  banda  del  Nor- 
te, y  edifican  y  hermosean  el  arrabal  que  está  situado  al 
Sur.  La  célebre  fortaleza  del  Adaja,  en  la  confluencia  de 
este  rio  con  el  Arevalillo,  es  de  edad  ignorada.  Cinco  fuer- 
tes cubos  con  robustas  cortinas  la  formaban:  el  quinto  mi- 
rando al  vértice  del  ángulo  que  abren  ambas  corrientes; 
dos  de  magnífica  fábrica  de  ladrillo  como  el  anterior,  en 
sus  lados  centrales,  y  otros  dos  de  piedra  cortada  al  exterior 
y  en  el  interior  maciza,  que  presenta  la  fachada  principal, 
constituían  la  gran  plaza  de  armas  de  este  pentágono:  y 
otro  muro  más  ancho  y  más  bajo,  de  durísima  mamposte- 


584  HISTORIA    DE    AVILA. 

ría  y  de  más  moderna  construcción,  que  es  un  gran  tam- 
bor, dificultábala  entrada,  protegiendo  la  Torre  del  Home- 
naje, que  es  la  de  la  derecha,  ó  del  lado  del  Adaja.  Cami- 
nos cubiertos  con  dirección  á  los  puentes  de  Medina  y  Va- 
Uadolid,  aljibes  ó  pozos  de  agua  saludable,  que  se  tomaba 
de  los  rios,  servian  en  gran  manera  á  la  guarnición  de  este 
memorable  fuerte,  que  presencio  tan  grandes  como  memo- 
rables sucesos  en  los  turbulentos  tiempos  de  la  Edad  Media. 
En  él  lloro  encerrada  sus  celos  y  amor  juntos,  la  desventu- 
rada dona  Blanca  de  Borbon,  infausta  victima  del  ingrato 
D.  Pedro  de  Castilla:  en  él  estuvo  preso  D.  Enrique,  el  hijo 
del  almirante  de  Castilla,  en  castigo  de  su  osadía  en  tiempo 
de  la  severa  Isabel  la  Católica:  en  él  vivieron  prisioneros  el 
príncipe  de  Orauge  Pedro  Guillermo  de  Xasau,  como  jefe 
rebelde  contra  Carlos  V  y  Felipe  II  en  las  turbulencias  de 
Flandes,  y  como  reos  de  Estado  D.  Juan  Palafox  y  Mendo- 
za, marqués  de  Ariza,  por  complicado  en  las  revueltas  de 
Aragón  en  tiempo  del  mismo  Felipe  II,  y  don  Pedro  Tellez 
Girón,  tercer  duque  de  Osuna,  virey  de  Ñapóles,  á  quien 
sus  émulos  acusaron  injustamente  de  intenciones  de  suble- 
varse proclamándose  soberano  de  los  Estados  que  á  nombre 
de  Felipe  III  gobernaba. 

Hoy  aparece  desmantelado,  y  sólo  ostenta  que  sus  des- 
moronados torreones  son  la  morada  de  los  muertos.  Pero 
es  estrecho  y  poco  bien  acondicionado  este  cementerio,  y 
el  ayuntamiento  se  ocupa  con  justa  razón  en  preparar  otro 
descanso  más  decorado  á  los  que  abandonan  para  siempre 
el  mundo.  Mas  líbrele  el  cielo  del  antipatriótico  pensamien- 
to que  alguna  vez  ha  surgido  en  la  villa  de  querer  destruir 
tan  histórica  fortaleza  por  utilizarse  del  miserable  provecho 
que  pudiera  proporcionar  la  venta  de  sus  escombros  y  ma- 
teriales. 

El  escudo  de  las  armas  de  Arévalo  es  esa  misma  forta- 
leza y  un  guerrero  que  salea  escape  de  ella,  sin  bridas,  es- 
tribos ni  olro  arreo  eu  su  caballo.  La  tradición  popular 
constante  le  tiene  por  ^4/'t'i'flco,  jefe  del  belicoso  pueblo  cel- 
tíbero, á  que  dio  su  nombre:  á  tanta  antigüedad  hacen  re- 
montar los  Arevalenses  el  origen  de  su  población.  La  im- 
portancia política,  militar  y  social  de  Arévalo  desde  la 
restauración  de  España,  la  dejaremos  indicada  en  el  curso 
de  la  Historia. 

Los  amantes  de  nuestras  antigüedades  suponen  hallar- 
las en  Arévalo  de  las  lejanas  épocas  celtíbero-fenicia,  ro- 
mana y  goda.  A  la  primera  atribuyen  la  figura  que  llama 
el  vulgo  la  Marrana  de  Cárdenas,  y  que  sin  duda  es  uno 


APExNDICE.  585 

de  tantos  toros  como  se  hallan  en  Avila,  Guisando  y  otros 
muchos  punios  de  la  Provincia;  y  aunque  muy  destígurado 
aparece  todavía  á  la  entrada  de  la  casa  del  mayorazgo  de 
los  Puertas.  También  debe  corresponder  áesta  oscura  épo- 
ca, un  vaso  grande  de  mármol  negro  que  parece  un  baño, 
muy  labrado  de  figuras  jeroglíficas,  y  que  desgraciada- 
mente está  boca  abajo  y  empotrado  en  una  pared  del  por- 
tal de  los  condes  de  Valdeláguila,  por  cuya  razón  no  puede 
conocerse  su  capacidad  y  proporciones.  Del  tiempo  de  los 
romanos  se  reputa  el  puente  de  Valladolid;  y  se  afirma 
tradicioualraeute  que  en  un  antiguo  castillo  se  construyó 
la  primitiva  iglesia  de  San  Pedro,  de  que  hablaremos  des- 
pués, y  que  son  de  origen  godo  las  de  San  Nicolás,  hoy 
también  destruida,  San  Miguel,  Santa  María  y  San  Martin, 
el  puente  de  los  Barros  y  el  hermoso  acueducto.  Y  para 
que  tampoco  falte  memoria  de  la  dominación  árabe  se  cuen- 
ta que  el  teso,  hoy  mercado  de  los  ganados,  era  el  cemen- 
terio de  los  cristianos  durante  el  grave  sitio  que  sufrieron 
por  los  invasores,  y  que  en  su  conquista  fueron  convertidas 
en  mezquitas  las  iglesias  de  que  antes  hemos  hablado. 

Reconquistada  últimamente  Arévalo  por  D.  Alonso  VI, 
que  decretó  su  repoblación  en  la  misma  época  que  la  de 
Avila,  y  comprendida  en  la  corona  de  Castilla  desde  el  rei- 
nado de  D.  Sancho  III,  fueron  heredados  en  ella  muchos 
nobles  que  se  presumían  descendientes  de  los  primeros  re- 
conquistadores de  España  desde  el  tiempo  de  D.  Pclayo,  y 
así  vinieron  señoreándose  de  todo  el  territorio,  cuando  en 
la  guerra  fratricida  que  sostuvieron  el  vencido  D.  Pedro  de 
Castilla  y  el  vencedor  D.  Enrique  de  Trastamara  se  divi- 
dieron en  bandos,  y  los  que  triunfantes  habían  servido  á 
D.  Enrique  se  titularon  las  cinco  casas  ó  linajes,  agregán- 
dose á  estas  cabezas  otros  muchos  caballeros  y  escuderos 
que  después  dieron  gran  lustre  á  sus  descendencias.  Enu- 
méranse  como  sus  jefes,  Fernán  Martínez  de  Montalvo, 
Gómez  García  de  Tapia,  Garcí  González  Briceño ,  Simón 
García  de  la  Cárcel,  y  Fernán  González  Verdugo:  y  en  so- 
corro de  ellos  se  había  antes  distinguido  Gómez  García  Se- 
deño, noble  descendiente  de  Sahagun.  Obtuvieron  por  mer- 
ced que  el  rey  D.  Enrique  les  hizo,  el  privilegio  de  las 
Juntas,  que  consistía  en  que  cada  una  de  las  cinco  casas 
y  sus  afiliados,  constituidos  en  junta  en  el  viernes  primero 
de  Enero,  se  concertasen  y  por  riguroso  turno  nombrasen 
los  oficios  de  justicia  de  cada  año:  y  para  hacerlo  con  so- 
lemnidad, cada  linaje  escogió  un  templo,  como  local  de  sus 
sesiones,  y  en  esta  forma  ha  subsistido  por  siglos  el  gobier- 


586  HISTORIA    DE    AVILA. 

no  municipal  de  Arévalo,  hasta  que  las  leyes  del  Reino  han 
concluido  con  los  privilegios  especiales  de  cada  localidad, 
estableciendo  una  ley  general  para  toda  la  Nación.  El 
Ayuntamiento  conserva  muchos  privilegios  rodados  y 
cartas  reales  que  originales  he  visto  ,  de  Alfonso  X,  San- 
cho IV,  Fernando  IV,  Enrique  II, los  Reyes  Católicos,  Dona 
Juana  y  D.  Carlos,  y  otros  monarcas  hasta  Carlos  II,  todos 
contestes  en  el  punto  esencial  de  que  Arévalo  jamás  hahia 
de  ser  enajenado  de  la  Corona. 

Bajo  su  aspecto  eclesiástico  es  riquísimo  Arévalo  de  mo- 
numentos. Siete  son  sus  actuales  parroquias,  y  en  orden  á 
su  respectiva  antigüedad  aparecen  San  Martin  ,  Santa  Ma- 
ría, San  Miguel,  San  Nicolás,  Santo  Domingo,  el  Salvador 
y  San  Juan.  Varias  otras  han  desaparecido.  Recientemente 
la  de  San  Pedro ,  Apóstol ,  al  Norte  de  la  población ,  que 
más  semejaba  fortaleza  que  iglesia  por  sus  torres  y  reduc- 
tos, empleando  sus  materiales  en  el  gran  puente  que  para 
la  vía  férrea  se  ha  construido ,  por  cuya  razón  la  feligresía 
de  San  Pedro  está  unida  hoy  á  la  de  Santo  Domingo.  Tan 
antigua  era  la  iglesia  de  San  Pedro  ,  que  se  le  supone  tem- 
plo de  la  gentilidad ,  consagrado  á  la  diosa  Minerva.  A  la 
de  Santa  María  está  agregada  de  época  remota  la  de  la 
Magdalena,  que  se  hallaba  situada  á  la  izquierda  del  Are- 
valillo.  En  la  suprimida  de  San  Esteban  se  construyó,  hace 
años,  la  casa-matadero :  no  lejos  de  ella ,  en  dirección  á  la 
fortaleza,  estuvo  la  primitiva  parroquia  de  San  Nicolás,  que 
subsiste;  pero  trasladada  desde  el  reinado  del  Sr.  D.  Carlos  III 
al  colegio  de  la  Compañía  de  Jesús ;  y  en  la  del  Salvador, 
que  es  moderna,  se  cree  que  hubo  otra  iglesia,  edificada  en 
tiempo  de  Constantino;  todo  lo  cual  indica  que  ya  Arévalo 
era  un  pueblo  importante  en  la  dominación  romana  y  en 
los  primeros  siglos  del  cristianismo.  Una  breve  reseña  nos 
dará  á  conocer  lo  más  notable  de  todas  las  existentes. 

Sax  Martin.  Repútasela  por  la  más  antigua,  aunque 
algunas  gentes  tienen  por  tal  á  Santa  María ,  porque  lleva 
el  nombre  de  la  Maijor ,  sin  reparar  en  que  este  título  no  es 
por  razón  del  tiempo ,  sino  del  misterio  de  la  Asunción, 
que  entre  todos  los  de  la  Virgen  se  ha  apellidado  el  Mayor. 
Son  notables  sus  dos  elevadas  y  corpulentas  torres  geme- 
las, de  macizo  ladrillo  labradas,  como  lo  están  todos  los 
edificios  sagrados  y  profanos  de  la  villa.  En  la  capilla  de 
Nuestra  Señora,  en  San  Martin,  está  establecida  la  Jun- 
ta de  nobles  conexionados  al  linaje  de  los  Tapias ;  y  la 
de  los  Verdugos  celebraba  sus  sesiones  bajo  la  tribuna. 


APÉNDICE.  587 

después  que  se  arruinó  la  iglesia  de  San  Esteban.  Existen 
á  derecha  é  izquierda  dos  capillas  de  patronato  especial:  la 
primera  de  los  Muñoces  y  la  segunda  de  los  Sedeños.  Tie- 
ne un  pórtico  á  la  fachada  del  Sur ,  muy  bello ,  de  arqui- 
tectura bizantina ,  y  es  lástima  que  para  oficinas  poco  im- 
portantes de  la  parroquia  se  hayan  tapiado  cuatro  de  los 
diez  arcos  que  le  formaban.  Hoy  aparece  destruida;  pero 
por  muchos  siglos  ha  estado  agregada  á  San  Martin  una 
capilla,  separada  de  la  iglesia  por  la  calle  que  baja  al  puen- 
te de  Medina ,  llamada  de  Nuestra  Señora  de  la  Capilla ,  la 
cual  se  asegura  que  fué  el  primitivo  templo  de  los  cristia- 
nos en  Arévalo. 

Sama  María  la  Mayor  y  Santa  Magdalena.  Es  anti- 
quísima su  construcción ;  la  muy  elevada  torre  que  ostenta 
estriba  sobre  un  arco,  que  sirve  de  paso  en  la  via  pública, 
y  dícese  que  descansa  sobre  otra  bóveda  subterránea.  La 
familia  y  los  nobles  del  linaje  de  los  Brícenos  celebraban  en 
su  capilla  mayor  las  sesiones  de  sus  juntas. 

San  Miguel,  que  es  la  tercera  en  antigüedad  ,  se  mues- 
tra gallarda  por  la  extraordinaria  altura  y  magnitud  de  sus 
dos  arcos,  que  llaman  la  atención  del  viajero.  El  altar  ma- 
yor, del  siglo  XVI,  es  notable:  consta  de  tres  cuerpos  ,  de 
cinco  cuadros  cada  uno:  es  esbelto  sa  arco  toral.  En  el 
presbiterio  se  reunia  la  antigua  junta  de  los  Montalvos. 

San  Nicolás  de  Barí.  Colocada  hoy,  como  queda  indi- 
cado, en  el  colegio  que  fué  de  la  Compañía  de  Jesús,  re- 
cuerda el  nombre  de  un  gran  bienhechor  de  esta  casa  la 
inscripción  que ,  por  cima  del  altar  mayor ,  dice:  « Hernán 
Tello  de  Guzman ,  caballero  de  Santiago  ,  comendador  de 
Vitoria,  veedor  general  de  los  ejércitos  y  gobernador  de 
Oran,  ano  de  1591.»  En  este  templo  es  donde  está  deposi- 
tado el  cuerpo  de  San  Victorino ,  mártir  del  siglo  iii ,  pa- 
trón de  la  villa:  y  se  conservan  en  distintas  partes  de  la 
iglesia  altares ,  imágenes  y  pinturas  ,  recuerdos  de  sus  pri- 
mitivos dueños  los  hijos  de  San  Ignacio  de  Loyola.  Es  el 
templo  de  mayor  capacidad  de  Arévalo,  si  es  que  no  le  ex- 
cede el  de  Santo  Domingo. 

San  .Tcan.  Es  en  el  orden  de  antigüedad  ,  y  más  todavía 
por  el  punto  de  su  situación,  la  pruelaa  más  inequívoca  del 
lento,  pero  constante  movimiento  y  desarrollo  de  la  pobla- 
ción del  Norte  al  Mediodía.  Los  Cárcel  y  Sedeños,  bajo  el 


588  HISTOniA    DE    AYILA. 

título  de  Gómez  García  y  Sedeños,  celebraban  en  esta  igle- 
sia sus  sesiones. 

Las  cuatro  ig-lesias  que  han  precedido  ocupan  el  recinto 
murado  de  la  villa :  las  dos  que  van  á  seguir  dominan  el 
arra]3al;  San  Juan  está  colocado  en  la  misma  muralla,  ha- 
biendo tenido  que  romperla  para  extenderse  por.  ambos  la- 
dos; lo  que  indica  el  curso  progresivo  del  caserío  de  este 
pueblo.  Llaman  la  atención  tres  capillas :  en  el  presbiterio, 
la  fundada  por  D.  Mateo  de  Aré  valo  Sedeño  j  su  mujer  doña 
Aldonza  Sedeño  en  1570,  y  á  los  lados  la  de  Pedro  Altami- 
rano  y  Catalina  Sedeño,  con  el  enterramiento  de  su  hija 
D.  Juan,  y  la  de  D.  Manuel  Vera  Lorenzana  y  doña  Caía- 
lina  de  Arévalo  Sedeño,  año  de  1740. 

Santo  Domingo.  Presenta  el  aspecto  de  más  moderna 
qae  todas  las  ya  indicadas;  y  es  bella  su  situación,  forman- 
do una  de  las  dos  más  estrechas  fachadas  de  la  plaza  del 
Mercado;  tiene  tres  anchurosas  naves,  sostenidas  por  tres 
arcos  por  banda.  La  capilla  mayor  presenta  al  lado  del 
Evangelio  el  enterramiento  de  D.  Lope  del  Rio  y  su  mujer, 
y  la  larga  inscripción  que  le  cubre ,  refiere  menudamente 
toda  su  ascendencia. 

El  Salvador.  Bastante  más  pequeña  que  la  anterior, 
aunque  su  compartimiento  es  también  de  tres  naves ;  en  la 
de  la  derecha  se  abrió  una  capilla,  dotada  en  su  origen  con 
cinco  capellanes ,  siendo  sus  primeros  patronos,  como  fun- 
dadores ,  Bernal  de  Avila  y  doña  Luisa  Briceño,  en  el  año 
de  1562,-  y  en  la  de  la  izquierda  el  enterramiento  de  la  rica 
Teresa  León,  en  1633;  es  llamada  la  capilla  de  las  Navas. 
A  los  pies  del  templo  la  de  Juan  de  Párraces  y  Vicenta 
López,  desde  1707:  y  el  baptisterio  en  la  de  San  Juan  de 
la  Cruz. 

En  los  cinco  conventos  de  varones  que  contaba  Arévalo, 
es  digno  de  atención  particular  el  de  San  Francisco ,  por 
haber  sido  erigido  por  el  mismo  Santo  hacia  los  años  de  1214, 
j  en  él  descansaban  los  restos  de  Fray  León  y  de  Fray  Lo- 
renzo de  Rapariegos,  insignes  por  sus  virtudes,  y  compa- 
ñeros del  Patriarca  en  sus  empresas  fundacionales.  Obtuvo 
el  titulo  de  Convento  Real,  porque  ,  amenazando  ruina,  le 
reedificó  la  reina  Doña  María ,  mujer  primera  de  D.  Juan  II, 
y  tenia  ademas  la  particularidad  de  que  en  él  estudió  la 
gramática  latina  nuestro  inmortal  obispo  D.  Alonso  de 
Madrigal,  el  Tostado.  Hallábase  situado  en  el  extremo 
meridional  de   la  villa ;    era  de   gran  extensión ;  pero  ha 


APÉNDICE.  589 

desaparecido  de  todo  punto  en  las  revoluciones  de  nues- 
tro siglo. 

El  pe  Trinitarios  calzados,  que  también  fundaron  per- 
sonalmente San  Félix  de  Valois  y  San  Juan  de  Mata ,  no 
lejos  del  de  San  Francisco  ,  es  otro  montón  de  ruinas.  Era 
tan  anchuroso,  que  en  él  celebraba  la  Orden  sus  capítulos, 
hasta  que  le  sustituyó  el  del  despoblado,  llamado  de  las 
Virtudes.  Y  en  recuerdo  de  que  estos  dos  Santos,  fundado- 
res de  la  caritativa  Redención  de  cautivos ,  honraron  á 
Arévalo  con  su  presencia,  en  el  interior  del  convento  de 
San  Francisco,  deque  antes  hemos  hablado,  se  construyó 
una  capilla,  consagrada  á  sus  nombres. 

Franciscos  descalzos  ,  de  la  reforma  de  San  Pedro  Al- 
cántara. En  1588  se  fundó  el  convento  á  costa  del  licen- 
ciado Juan  Méndez  de  Hungría,  en  sitio  hoy  desconocido. 
Se  trasladó  después  á  un  antiguo  hospital,  que  se  cree 
fundación  de  Alonso  VI,  al  tiempo  de  la  repoblación  de  la 
villa ,  y  por  llamarse  de  San  Lázaro ,  así  se  tituló  también 
el  convenio  desde  1590.  Era  obispo  D.  Pedro  Fernandez 
Temiño ,  fundador  de  el  del  Calvario  de  Salamanca ,  rei- 
nando Felipe  II  ,  que  les  concedió  este  hospital  y  puso  el 
convento  bajo  su  patronato  específico.  Morada  fué  de  vir- 
tuosísimos varones,  entre  otros  los  venerables  Fray  Pedro 
de  San  Andrés  y  Fray  Jerónimo  del  Espíritu  Santo,  y  de 
tantos  otros  que ,  cuando  vivía  el  venerable  padre  Fray 
Diego  de  los  Llanos,  escribía  el  cronista  Fray  Martin  de 
San  José,  «que  parecía  este  religiosísimo  convento  la  The- 
baida  de  Egipto.»  Le  enriqueció  con  dos  preciosas  reliquias 
D.  Francisco  Ronquillo  ,  marqués  de  Granado,  presidente 
del  Consejo  de  Castilla:  una  de  las  espinas  de  la  Corona  de 
Cristo  y  un  crecido  LUjniim  Crucis;  prendas  respectivas 
antes  de  dona  María  Ana  de  Austria  y  del  papa  Clemen- 
te VIII,  según  consta  de  sus  auténticas.  El  duque  de  Ler- 
ma,  gran  privado  de  Felipe  III,  labró  en  su  extensa  huerta 
una  capilla ,  que  dedicó  á  San  Pedro  de  Alcántara  y  á  San 
Pascual  Bailón:  también  hoy  ha  desaparecido  de  todo  pun- 
to este  convento. 

Del  de  San  Juan  de  Dios,  que  era  hospital  con  el  tí- 
tulo de  Santa  Catalina,  queda  ya  indicado  que,  al  desapa- 
recer, fueron  agregadas  sus  rentas  al  de  la  villa ,  llamado 
de  San  Miguel. 

Y  la  casa-colegio  de  Santiago,  correspondiente  á  la 
Compañía  de  Jesús,  fué  convertido  en  parroquia,  trasla- 


590  HISTORIA    DE    AVILA. 

dándose  á  él,  desde  el  año  de  1780  ,  la  de  San  Nicolás  ,  se- 
gún también  dejamos  expuesto.  Las  es^^uelas  de  primeras 
letras  y  de  latinidad  ocupan  el  resto  de  este  edificio;  y  á  él 
estuvo  unida  antes  que  á  Santo  Domingo  la  feligresía  de  la 
arruinada  parroquia  de  San  Pedro. 

Poco  notables  son  los  tres  conventos  de  monjas,  todas 
franciscas ,  llamados  de  Jesús ,  de  Santa  Isabel  ó  las  Mon- 
talvas,  y  de  Santa  María  de  la  Encarnación,  si  se  exceptúa 
la  buena  iglesia  de  este  último.  Todas  ellas,  y  á  más  las 
de  ííapariegos,  se  vieron  un  dia  reunidas  en  el  de  la  Encar- 
nación, por  los  años  de  1841.  Y  una  prueba  inequívoca  del 
acendrado  amor  que  cada  comunidad  tenia  á  su  antigua 
casa,  Ijuscaudo  la  ansiada  paz  que  fuera  de  ella  no  encon- 
traban, la  dieron  primero  las  del  de  Jesús,  después  las  Men- 
tal vas,  logrando  que  el  Gobierno  tolerase  la  valiente  reso- 
lución que  tomaron  de  volverse  por  su  propia  autoridad  al 
silencio.so  hogar  que  habían  elegido  para  perpetuo  retiro. 
Las  de  Rapariegos  lo  hicieron ,  previa  licencia  Real ,  con- 
tribuyendo á  obtenerla  el  autor  de  estos  apuntes  descripti- 
vos. En  el  altar  mayor  del  de  las  Montalvas  hay  un  magní- 
fico cuadro  de  tres  varas  de  alto  y  ancho  proporcionado, 
que  representa  la  majestuosa  figura  del  Padre  Eterno. 

Monasterio  de  Santa  María  la  Real.  De  mucha  más 
importancia  artística,  histórica  y  de  muy  veneranda  anti- 
güedad es  esta  casa  religiosa.  En  su  origen,  puro  godo,  de- 
bió de  ser  de  monjas  benedictinas,  después  se  le  llamó  de 
San  Bernardo,  y  últimamente  es  conocido  desde  el  si- 
glo XVI  por  el  monasterio  del  Real  ó  de  Santa  María.  Des- 
apareció su  primera  edificación,  que  fué  en  el  arrabal,  pa- 
sado el  rio  Arevalillo,  en  la  larga  dominación  sarracénica. 
Reedificáronle  por  los  años  de  1237  los  esclarecidos  areva- 
lenses  el  abad  D.  Gómez  y  su  hermano  D.  Román,  caballe- 
ro de  Santiago;  y  siendo  abadesa  en  el  de  1524  dona  Luisa 
Ronquillo,  hermana,  ó  por  lo  menos  prima,  del  célebre  al- 
calde D.  Rodrigo  Ronquillo,  natural  de  esta  villa,  y  en  me- 
moria de  los  servicios  de  éste  al  emperador  Carlos  V  en 
los  funestos  sucesos  de  las  Comunidades  de  Castilla,  logra- 
ron las  religiosas  que  el  monarca  les  cediese  el  palacio  real, 
su  morada  y  de  sus  predecesores,  para  su  monasterio.  En  la 
iglesia,  que  es  notable  por  su  construcción,  adornos  y  an- 
churoso coro,  y  á  los  lados  del  arco  toral  se  hallan  los  re- 
tratos de  los  dos  hermanos  primeros  restauradores.  Las  se- 
pulturas se  marcan  con  una  larga  inscripción.  En  el  muro 
de  la  iglesia  frente  á  su  puerta,  é  inmediato  al  coro,  se 


APÉNÜICE.  591 

custodia  el  «Archivo  de  las  informaciones  de  limpieza  de 
los  cristianos  viejos  cofrades  de  Santiago,  que  fundaron  los 
nobles  D.  Gómez  y  D.  Koman  en  el  año  1237.» 

Atestio:ua  mucho  la  santidad  de  esta  casa  la  venerable 
dona  Catalina  del  Espíritu-Santo,  hija  de  Antonio  Verduí^o 
de  Trejo  y  de  doña  Beatriz  Polo,  y  hermana  de  otras  dos 
religiosas.  Profesó  en  22  de  Julio  de  1613,  siendo  abadesa 
doña  Leonor  de  üsorio.  Escribió  su  propia  vida  de  orden 
del  Padre  Fray  Cristóbal  Méndez,  su  confesor,  predicador 
de  los  Trinitarios.  Contaba  ya  treinta  y  dos  años  de  edad 
cuando  hizo  sus  votos;  murió  en  12  de  Febrero  de  1G31. 
Escribió  ademas  muchos  papeles  místicos  y  cartas  notables; 
parte  de  ello  se  ha  extraviado,  y  el  resto  lo  encierra  una 
caja  que  guarda  con  esmero  el  monasterio.  Treinta  y  tres 
son  estos  documentos  que  le  envió  desde  Toledo  su  padre 
confesor,  según  la  auténtica  por  él  firmada  en  1.°  de  Enero 
de  1635.  Toda  la  comunidad  venera  á  esta  religiosa  como 
santa,  en  la  esperanza  de  obtener  algún  dia  su  beatiñ- 
cacion. 

Que  este  gran  edificio  fué  el  verdadero  palacio  de  los 
reyes  de  Castilla,  y  no  una  casa  propia  del  alcaide  Ronqui- 
llo, como  muchos  Arevalenses  equivocadamente  sostienen, 
lo  probaremos  hasta  la  evidencia  en  la  narración  histórica. 

Si  hubiésemos  de  mencionar  todos  los  ilustres  varones , 
cuyas  cunas  se  mecieron  en  Arévalo,  dotándole  de  hijos  es- 
clarecidos en  armas  y  letras,  y  que  sirvieron  elevados  pues- 
tos en  la  Iglesia  y  el  Estado,  necesitaríamos  ocupar  muchas 
páginas,  porque  muchas  son  las  nóminas  ó  listas  de  ellos 
que  tenemos  á  la  vista,  y  aún  no  los  contienen  todos.  Las 
casas-palacios  de  grandes  señores;  las  de  nobles  pero  más 
modestos  mayorazgos,  y  los  escudos  de  armas  que  adornan 
sus  portadas  y  balcones;  las  numerosas  fundaciones  ecle- 
siásticas y  de  beneficencia  que  instituyeron;  los  sepulcros 
y  enterramientos  que  presentan  las  paredes  y  pavimentos 
de  sus  templos;  los  privilegios  reales  otorgados  á  la  villa 
por  merecimientos  de  sus  hijos;  las  antiguas  actas  consis- 
toriales, todo,  todo  persuade  y  demuestra  que  no  se  da  ua 
paso  en  sus  plazas,  calles  y  templos  sin  encontrar  recuer- 
dos gloriosos  y  monumentos  históricos  de  esta  población. 
Para  salir  de  la  dificultad  de  enumerarlos,  nos  hemos  con- 
tentado con  inscribir  los  más  notables  en  los  dos  Catálogos 
civil  y  eclesiástico  de  varones  y  mujeres  ilustres,  que  que- 
dan ya  impresos,  reservándonos,  según  lo  exija  la  narra- 
ción histórica,  hablar  de  algunos  dignos  de  mención  par- 
ticular. 


592  HISTORIA    DE    AVILA. 

Rodean  á  la  villa  algunos  buenos  paseos,  señaladamen- 
te los  ([ue  aparecen  entre  ambos  rios,  cuyas  ri'oeras  se  ven 
pobladas  de  arbolado;  pero  el  más  notable  entre  todas  sus 
alamedas,  es  el  de  las  tapias  del  Conde.  A  su  conclusión 
embellecen  la  margen  derecha  del  Arevalillo  cuatro  lindas 
posesiones  con  jardines,  huertos  frutales  y  aguas  abun- 
dantes. 

Arévalo  celebra  semanalmente  todos  los  martes  un  afa- 
mado mercado  de  cereales  y  de  gran  importancia  mercan- 
til, porque  en  él  se  fija  el  precio  de  los  granos,  de  que  hay 
siempre  gran  contratación  para  muchos  puntos  de  Castilla, 
destinándose  á  este  objeto  la  gran  plaza  que  ha  tomado  su 
nombre.  Y  al  hablar  de  ella,  no  podemos  omitir  el  dar  no- 
ticia de  la  extravagancia  de  un  caprichoso  testador  en 
instituir  por  heredera  ó  legataria  á  la  Bola  de  la  plaza:  y  el 
objeto  de  tal  institución  le  declara  la  leyenda  que  en  la 
misma  bola  y  su  pedestal  está  grabada.  De  ella  daremos 
cuenta  en  la  Historia. 

Existen  muchos  apuntes ,  aunque  algunos  bastante 
Inexactos,  para  describir  la  historia  de  Arévalo,  de  que 
por  desgracia  se  carece,  en  varias  leyendas  y  manuscritos 
que  conservan  los  hombres  amantes  de  las  anti2:üedades  de 
la  población;  uno  se  custodia  hoy  en  la  Biblioteca  Na- 
cional, en  el  cajón  C,  núm.  123,  con  el  titulo  de  Descrip- 
ción de  Arévalo,  por  D.  Fernando  Ossorio  Altamirano  Bri- 
ceño,  caballero  de  esta  villa;  y  de  todos  ellos  nos  hemos 
aprovechado  para  nuestros  estudios  históricos  y  descrip- 
tivos. 


Barco  de  Avila.  Tomó  su  nombre  esta  bella  y  pin- 
toresca villa ,  cuando  era  una  pobre  aldea  dependiente  de 
la  jurisdicción  de  Avila,  de  un  barco  de  que  se  servia  para 
comunicarse  con  el  territorio  que  está  á  la  izquierda  del 
Tórmes,  y  que  le  cruzaba  cerca  de  su  confluencia  con  el 
Aravalle,  antes  de  que  se  hicieran  los  dos  puentes  que  so- 
bre uno  y  otro  rio  ahora  se  hallan.  Su  iglesia  parroquiales 
magnifica,  espaciosa,  del  ór;:en  gótico,  de  piedra  sillería, 
con  elegantes  verjas  al  presbiterio  y  capillas  laterales,  y 
compartida  en  tres  anchurosas  naves;  todo  lo  que  la  cons- 
tituye uno  de  los  mejores  templos  del  Obispado,  Mucho 
más  de  un  siglo  después  de  concluida  se  abrió  en  el  muro  de 
la  izquierda  una  capilla  que  labró  el  inquisidor  Hernán  Ro- 
driguez,  canónigo  de  Toledo,  por  los  años  de  1518.  El  pri- 
mer tramo  de  la  escalera  de  su  esbelta  torre  es  de  un  cara- 


APLNDICE.  593 

col  de  sillería  airoso  y  claro.  Eu  sa  sacristía  se  hallan  al- 
gunas bellas  pinturas,  y  se  guarda  como  preciosa  reliquia 
en  un  rico  viril  de  plata  un  antebrazo  del  penitente  y  santo 
ermitaño  Pedro  del  Barco,  hijo  de  la  villa,  del  cual  dare- 
mos largas  noticias  en  la  Historia,  y  al  que  recordaremos 
aquí  como  un  gran  bienhechor  de  su  patria.  También  se 
conservaba,  cuando  visité  esta  villa  en  1860,  por  el  enten- 
dido celo  de  su  párroco,  respetable  Arcipreste  del  partido, 
una  pilita  de  alabastro  que  servia  en  la  capilla  del  palacio 
que  levantó  en  Navarregadilla  la  familia  del  céleljre  Pedro 
de  la  Gasea,  pacificador  del  Perú. 

La  villa  está  murada,  y  su  cerca,  aunque  no  fuerte  ni 
muy  alta,  se  conserva  en  buen  estado.  Cuatro  puertas,  al 
Oriente  la  de  Avila,  llamada  desde  la  más  remota  é  igno- 
rada tradición  la  del  Ahorcado ;  la  de  la  Regadera  al  Me- 
diodía; al  Ocaso  la  del  Puente,  y  al  Norte  la  de  la  Horcaja- 
da,  y  entre  estas  dos  un  portillo  en  que  hace  pocos  años  se 
ha  demolido,  con  poco  buen  acuerdo,  un  arco  árabe  que  le 
adornaba,  le  dan  fácil  comunicación  en  todas  direcciones. 
El  castillo  de  los  señores  Valde-Corneja,  que  lo  eran  tam- 
bién de  la  villa,  construido  al  Noroeste  y  en  el  punto  más 
elevado  de  ella,  era  una  fuerte  casa  cuadrada,  hoy  destrui- 
da, pero  de  la  cual  se  conservan  enteras  las  cuatro  cortinas, 
protegidas  de  cuatro  cubos  circulares  en  sus  ángulos,  y  de 
otro  cuadrado  que  defendía  la  puerta  de  la  entrada,  y  en  el 
que  subsiste  todavía,  bajo  de  llave,  la  campana  que  exci- 
ta al  pueblo  á  la  oración  en  las  madrugadas,  al  medio  día 
y  al  oscurecer,  para  lo  cual  hay  rentas  suficientes  de  una 
piadosa  dotación;  indicio  claro,  á  mi  parecer,  de  que  es  más 
antiguo  que  la  iglesia  parroquial  este  castillo,  que  hoy  está 
convertido  en  cementerio.  En  su  antigua  sala  de  armas, 
que  es  anchurosa  y  de  gran  bóveda  de  piedra  sillería ,  se 
colocó  provisionalmente  el  hermoso  retablo  de  San  Pedro 
del  Barco,  cuya  efigie  es  de  gran  bulto,  y  las  dos  laterales, 
que  son  Jesús  Nazareno  y  la  Virgen  Madre,  se  guardan,  por 
ahora,  en  la  parroquia,  formando  el  perfecto  complemento 
de  este  altar  pinturas  de  mérito. 

Intramuros,  y  al  lado  de  la  puerta  de  la  Horcajada, 
existió,  porque  hoy  está  demolido,  un  convento  de  Fran- 
ciscanos descalzos ,  cajos  fundadores  fueron  hijos  del  de 
Tabladilla,  en  el  inmediato  valle  de  Torna  vacas,  discípulos 
de  su  Patriarca  San  Pedro  Alcántara. 

Muchas ,  dicen  las  crónicas  de  la  Descalcez  francis- 
cana, fueron  las  diligencias  que  hicieron  los  vecinos  de 
esta  villa  para  obtener  la  fundación  de  un  convento  de  la 

TOMO   I.  38 


594  HISTORIA    DE    AVILA. 

reforma  de  San  Pedro  Alcántara.  Y  como  la  duquesa  de- 
Alba  hubiese  obtenido  del  Comisario  general  de  la  Orden, 
Fray  Francisco  Guzman,  el  beneplácito  de  fundar  tres 
conventos  en  los  pueblos  de  sus  estados  que  más  le  agra- 
dasen, el  Barco  fué  uno  de  los  elegidos.  Verificándose  el 
primer  establecimiento  de  la  comunidad  en  el  año  de  1576 
en  la  antigua  ermita  de  los  Santos  Mártires  que  los  reli- 
giosos obtuvieron  del  virtuoso  obispo  D.  Alvaro  de  Mendo- 
za, después  se  trasladaron  al  Hospital  dedicado  al  Espíritu 
Santo,  hasta  que  definitivamente  labraron  su  casa  en  sitio 
más  sano,  al  Nordeste  de  la  población,  junto  á  la  muralla, 
donde  han  permanecido  hasta  que  las  guerras  y  revolucio- 
nes de  nuestro  siglo  los  expulsaron  de  ella.  Hallábase  este 
convento,  como  otros,  en  los  confines  de  las  provincias  re- 
ligiosas de  San  Gabriel  y  San  Pablo,  y  profeses  de  la  una 
hacían  fundaciones  en  el  territorio  de  la  otra ;  lo  cual  dio 
ocasión  á  inconvenientes  que  se  remediaron  estableciendo 
en  el  capítulo  del  año  de  1593  los  límites  de  ambos,  y  que- 
dando el  convento  del  Barco  en  la  de  San  Pablo. 

Pero  lo  que  más  ennoblece  esta  villa,  y  en  que  se  debe 
mostrar  más  ufanía,  es  la  linda  capilla  que  en  el  ángulo  de 
la  plazuela  de  la  Iglesia  y  de  la  Calle  Mayor  construyeron 
há  más  de  dos  siglos  los  piadosos  Barcenses  á  su  paisano  el 
ermitaño  San  Pedro.  Es  pequeña,  pero  clara  y  de  regula- 
res proporciones.  Las  necesidades  de  la  última  guerra  di- 
nástica y  lüs  extravíos  de  la  razón  en  tiempos  en  que  se 
desenfrenan  las  pasiones  populares  la  profanaron.  Algún 
tiempo  después  se  la  respetó  más  ,  colocando  en  ella  la  es- 
cuela pública;  pero  aunque  laudable  fuera  este  destino,  po- 
dían establecerse  las  escuelas  de  ambos  sexos  con  mayores 
ventajas  en  otro  edificio  religioso,  llamado  de  la  Pasión,  y 
de  ello  se  ocuparon  ya  el  Ayuntamiento,  el  Arcipreste  y  los 
pro-hombres  de  la  viUa,  y  es  de  esperar  que  no  se  retarde 
el  dia  en  que  al  Santo  ermitaño  Barccnse  se  le  vuelva  á 
dar  culto  en  la  antigua  casa  de  sus  padres,  donde  nació,  y 
donde  murió,  después  de  haber  pasado  su  laboriosa  vida  en 
el  próximo  campo,  entonces  desierto,  enseñando  con  su  si- 
lencioso y  solitario  ejemplo  á  sus  compatricios  á  descuajar 
y  reducir  á  cultivo  terrenos  eriales,  como  él  lo  hizo  en  el 
pequeño  en  que  largos  años  vivió  y  sobre  el  que  después 
se  construyó  otra  ermita  en  honra  suya,  que  adornaban 
pinturas  con  distintos  pasajes  de  su  vida,  pero  que  hoy  ha 
desaparecido  de  tal  modo,  que  ya  no  se  conoce  el  punto  que 
ocupaba  en  la  Rivera  de  que  luego  me  voy  á  ocupar. 

Es  ciertamente   agradable  la  estructura  y  compartí- 


APÉNDICE.  595 

miento  de  la  población  en  la  pendiente  inclinada  que  se 
eleva  desde  el  valle  de  la  Rivera  hasta  el  Castillo.  Su  case- 
río, que  se  compone  de  más  de  doscientos  cincuenta  fuegos, 
habiendo  bastantes  casas  muy  cómodas  y  alguna  hasta  lu- 
josamente construida,  forma  calles  bastante  espaciosas, 
rectas  y  empedradas.  Es  cuadrada  la  Plaza  Mayor,  con  an- 
chos y  limpios  soportales,  encontrándose  en  uno  de  sus 
ángulos  la  Casa  de  Ayuntamiento,  que  adorna  un  buen  reloj 
moderno,  así  como  á  su  calle  Mayor  un  hospital  para  los 
vecinos  del  pueblo,  con  la  advocación  de  San  Miguel,  y  más 
arriba  la  cárcel  que  reclama  otro  edificio  de  mayor  espacio 
y  seguridad. 

Las  afueras  de  la  villa  son  en  extremo  encantadoras.  El 
terreno  meridional,  regado  por  abundantísimos  raudales  de 
agua  del  cristalino  Tórmes,  en  que  se  cultivan  las  abun- 
dantes cosechas  de  la  suave  y  afamada  aluvia  del  Barco, 
de  la  patata  y  del  lino,  con  gran  número  de  árboles  fruíales 
de  diversas  y  delicadas  especies,  y  que  constituyen  gran 
parte  de  la  riqueza  del  pueblo,  es  sin  exageración  un  re- 
cuerdo de  la  huerta  de  Valencia;  y  ya  que  las  diferencias 
de  clima  y  temperatura  no  consienten  que  rivalice  con  sus 
ricos  frutos,  la  excede  en  mucho  en  la  abundancia  de  sus 
riegos,  que  por  todas  partes  sobran,  volviendo  al  Tórmes 
después  de  haber  proporcionado  tres  ó  cuatro  cosechas 
anuales.  El  Tórmes,  que  antes  y  después  de  enriquecer  la 
tierra  da  á  los  pobres  pescadores  del  Barco  y  sus  más  pró- 
ximas aldeas  dos  cargas  diarias  de  las  sabrosas  truchas  y 
anguilas  que  tanto  celebraba  el  Emperador  Carlos  V,  cuan- 
do retirándose  á  Yuste,  en  estación  todavía  muy  agradable 
del  año,  se  detuvo  en  esta  villa  por  tres  dias  ( dicen  que  es- 
perando ropas  de  abrigo  que  pidió  á  Valladolid);  pesca  deh- 
cadísima,  que  estimada  á  tres  reales  libra  y  en  300  dias  de 
trabajo  al  año,  proporciona  con  su  exportación  y  consumo 
en  el  país  cerca  de  25.000  duros  á  tan  menesterosas  familias. 
El  lavadero  de  lanas  .situado  á  la  derecha  del  Tórmes  en  la 
parte  meridional  de  la  villa,  la  ermita  del  Santo  Cristo  lla- 
mado del  Caño,  que  se  halla  á  la  izquierda  y  á  la  cabeza 
del  puente  sobre  el  rio,  el  paseo  de  invierno,  titulado  El 
Concejil ,  con  el  más  variado  horizonte  sobre  la  Rivera; 
el  de  verano  á  la  puerta  de  Avila,  y  la  espaciosa  perspectiva 
que  en  risueña  lontananza  presentan  las  sierras  Llana  y  de 
Gredos  de  una  parte,  de  otra  la  de  Béjar  y  la  quebrada  del 
Aravalle  en  dirección  á  Extremadura,  por  el  valle  de  Tor- 
navacas,  con  otros  muchos  sitios  pintorescos,  forman  del 
Barco  de  Avila  la  más  bella  morada  en  las  estaciones  de 


596  HISTORIA    DE    AVILA. 

verano  y  otoño.  Mucha  mayor  población  contaba  esta  villa 
á  principios  del  siglo  xvii.  A  600  vecinos  la  hacen  llegar 
documentos  oficiales,  con  más  de  50  beneficios  eclesiásti- 
cos; pero  presumimos  que  en  este  censo  entraba  la  pobla- 
ción de  algunas  aldeas  aledañas  que  formaban  con  el  Barco 
un  solo  concejo  y  una  sola  feligresía. 

No  solamente  se  honra  el  Barco  con  ser  la  patria  del 
ermitaño  Pedro:  éslo  también  del  noble  y  distinguido  ba- 
chiller I).  Jerónimo  Vázquez,  presbítero  asistente  al  Con- 
cilio de  Trento,  párroco  que  fué  de  sa  pueblo,  y  el  primero 
que  abrió  en  su  iglesia  los  libros  de  matrimonios  desde 
el  año  de  1584,  y  que  descendía  de  la  ilustre  familia  de  los 
Avilas  los  de  los  trece  róeles.  Lo  es  del  valiente  alférez  Ali- 
seda, que  nació  en  el  inmediato  despoblado  de  los  Ximones, 
y  de  Francisco  Almaraz  y  Francisco  Méndez,  todos  tres 
guerreros  en  el  Perú,  y  que  desde  allí  fundaron  capellanías 
para  sus  familias.  Lo  es,  en  fin,  entre  otros  notables  suje- 
tos, de  Pedro  Salazar,  fundador  del  primer  mayorazgo  de  la 
casa  de  Alba-Beal;  de  la  señora  del  Bazo,  que  dio  origen 
por  su  rama  castellana  á  la  casa  del  Vizconde  de  Huerta, 
radicante  en  Murcia,  y  de  D.  Diego  de  la  Gasea  Salazar, 
hijo  de  otro  D.  Diego  y  sobrino  del  gran  pacificador  del 
Perú.  El  que  ahora  nos  ocupa  requiere  que  recordemos  que 
fué  oidor  de  Valladolid,  y  sucesivamente  ministro  de  los 
Reales  Consejos  de  Hacienda,  Indias  y  Castilla,  hasta  el 
año  de  1603,  que  fué  el  de  su  fallecimiento. 

Faltábale  únicamente  al  Barco  para  su  fácil  y  constante 
comunicación  con  la  Capital  (y  lo  mismo  sucedía  á  Pie- 
drahita)  la  conclusión  de  la  carretera  provincial  del  puerto 
do  Villatoro:  ya  era  tiempo  de  acelerarla  haciendo  un  sa- 
crificio la  Provincia,  como  lo  está  verificando,  para  que  del 
Barco  partan  dos  ramales,  uno  que  conduzca  á  la  industriosa 
Béjar,  otro  que  comunique  con  el  Valle  de  Tornavacas,  de 
donde  Avila  y  todo  su  país  han  de  reportar  ventajas  bien 
conocidas.  Mientras  tanto,  siempre  puede  blasonar  el  Barco 
de  ser  una  de  las  poblaciones  más  cultas,  más  agradables  y 
más  dignas  de  ser  visitadas  por  curiosos  y  forasteros. 


Gebreros.  Algunas  gentes  suponen  que  el  nombre 
de  e.sta  villa  proviene  de  Cebra,  por  creer  que  abundase 
esta  hermosa  especie  de  cuadrúpedos  en  otros  tiempos  en 
las  sierras  que  la  rodean;  mas  yo  entiendo  que  andan  equi- 
vocados quienes  á  tal  suposición  dan  crédito.  Xo  hay  noti- 
cia, ni  vestigio,  ni  rastro  que  á  tal  creencia  induzca,  y  mé- 


APÉNDICE.  597 

nos  cuando  los  zoólof^os  describen  la  cebra  como  indígena 
del  África,  semejante  al  mulo,  de  color  de  melocotón,  con 
listas  transversales,  pardas  ó  negras  en  la  piel,  de  la  ga- 
llardía y  viveza  del  caballo,  aunque  más  pequeño,  pero  más 
ligero;  y  tal  raza  de  cuadrúpedos  es  absolutamente  desco- 
nocida en  todas  las  sierras  de  la  Provincia.  Si  la  equivoca- 
ción consistiera  en  tomar  la  cebra  por  el  ciervo,  entonces  el 
nombre  de  la  villa  estará  imperfectamente  derivado,  pero 
seria  verdadero,  porque  en  los  montes  de  Cebreros  se  ven 
con  frecuencia  ciervos  y  venados;  un  ciervo,  pues,  y  no  una 
cebra,  debe  de  ser  el  cuadrúpedo  que  se  ostente  como  bla- 
són en  el  escudo  de  la  villa. 

Pero  sea  de  esto  lo  que  se  quiera,  Cebreros  es  la  cabeza 
del  partido  judicial  de  entrada  á  que  da  nombre,  creado 
por  el  rey  D.  Fernando  Vil  en  la  segunda  década  de  su 
reinado,  villa  situada  á  las  seis  y  media  leguas  al  Sudeste 
de  Avila,  con  más  de  680  edificios  habitados,  distribuidos 
en  calles  bastante  anchas  y  largas,  una  plaza  principal  ro- 
deada de  soportales  que  sirven  de  paseo,  y  en  otras  tres 
plazuelas.  El  edificio  consistorial  es  de  salones  espaciosos, 
asi  como  estrecha  es  su  cárcel,  y  de  buena  construcción  el 
pósito.  Hay  dos  escuelas  de  instrucción  primaria  para  ni- 
ños de  ambos  sexos,  y  seis  fuentes  públicas  que  abastecen 
al  vecindario.  Al  tiempo  de  la  exclaustración  general  exis- 
tia un  convento  de  Franciscos  descalzos  con  la  advoca- 
ción de  Jesús,  que  se  fundó  siendo  prelado  abulense  D.  Al- 
varo de  Mendoza,  y  que  si  bien  ha  pasado  á  dominio  particu- 
lar, su  iglesia  continúa  abierta  al  culto  público,  y  la  par- 
roquial, dedicada  al  apóstol  Santiago,  es  un  edificio  mag- 
nífico de  tres  naves  y  fábrica  de  sillería,  como  que  también 
es  obra  del  célebre  arquitecto  Juan  de  Herrera,  la  cual  ha 
sido  reparada  recientemente  á  expensas  del  Estado,  tenien- 
do la  satisfacción  de  contribuir  con  su  influencia  oficial, 
cuando  en  1853  desempeñaba  el  cargo  de  ministro  fiscal 
de  la  Real  Cámara  Eclesiástica,  el  autor  de  estos  apuntes 
descriptivos,  para  que  así  se  realizase.  El  curato  y  tenen- 
cia de  parroquia  son  Ijeneficios  del  exclusivo  patronato  y 
nombramiento  del  cabildo  catedral.  También  llama  la  aten- 
ción el  puente  de  cuatro  ojos  sobre  el  Alberche,  titulado  de 
Valsordo,  que  sirve  de  comuuicacion  á  nuestra  provincia 
con  las  de  Madrid  y  Toledo.  Presenta  ademas  Cebreros  otros 
dos  monumentos  notables  por  su  antigüedad.  El  uno  alcan- 
za tanto,  que  su  origen  es  coetáneo  con  la  fundación  de 
Avila,  como  en  adelante  veremos,  aunque  aparentemente 
pertenece  á  la  dominación  romana:  es  un  gran  toro  ó  ele- 


598  HISTORIA    DE    AVILA. 

^aute,  hecho  de  peña  de  granito,  que  se  hallaba  en  la  ribera 
del  Alberche,  y  que  era  por  esta  parte  el  mojón  ó  limite  de 
las  dos  provincias,  Tarraconense  y  Lusitánica,  que  con  la 
Betica  formaban  parte  del  imperio  romano  en  la  península 
Ibérica:  y  nuestro  laborioso  y  erudito  paisano  el  Maestro 
Gil  González  Dávila,  en  so.  Teatro  eclesiástico,  Iglesia  de 
Avila,  da  testimonio  de  que  en  uno  de  sus  costados  se  leia 
en  su  tiempo  esta  inscripción:  "//íc  est  Tarraco,  non  Lusita- 
iiia;}>  y  en  el  otro  costado  esta:  «///c  Lusitnnia,  non  Tarra- 
to,»  para  demostrar  sin  duda,  que  del  respectivo  lado  en 
que  se  halla  la  inscripción,  comenzaba  el  territorio  de  cada 
una  de  estas  provincias.  En  la  narración  histórica,  como 
lagar  más  oportuno,  nos  hemos  de  ocupar  más  detenida- 
mente en  este  asunto;  pero  desde  ahora  anunciamos  que  no 
hay  que  confundir  el  toro  de  Cebreros,  como  lastimosamen- 
te lo  hacen  algunos  escritores,  con  los  foros  de  Guisando. 
Hoy,  según  se  me  asegura  por  mi  pariente  D,  Bibiano  Gil, 
con  el  apoyo  de  los  más  ancianos  de  la  villa,  ni  memoria 
existe  en  ella  de  tan  notable  monumento.  ¡Lástima  grande! 
¡¡ero  yo  encuentro  una  razón  muy  sencilla  de  tal  desapari- 
ción, y  es  que,  hallándose  en  un  cercado  en  declive  inme- 
diato &1  Alberche,  faltando  á  la  piedra  su  asiento  terrizo 
por  efecto  de  las  lluvias  atorrentadas,  cayó  derrumbada  en 
el  suelo:  su  misma  corpulencia  fué  conteniendo  las  tierras 
que  sin  cesar  llevan  consigo  las  aguas,  y  amonlonándose 
p3C0  á  poco  en  el  curso  de  los  años  tales  sedimentos,  lle- 
garon á  cubrirla.  Hoy  seria  necesaria  una  cata  de  explora- 
ción en  el  terrazgo  para  hallarla,  y  á  la  comisión  de  monu- 
mentos artísticos  incumbiría,  si  lo  creyese  de  reconocido 
ínteres  histórico,  ordenar  esta  bien  fácil  operación. 

El  otro  monumento,  aunque  también  antiguo,  no  se  re- 
monta á  tan  largo  tiempo;  pertenece  al  de  la  reconquista 
sobre  los  sarracenos,  y  lo  forman  los  restos  de  una  atalaya 
ó  castillete  que  servía  de  torre  de  señales  para  observar  y 
noticiar  las  incursiones  ó  movimientos  de  los  ejércitos  de 
ambos  pueblos  combatientes:  siendo  de  notar  que  esta 
clase  de  telégrafos  se  extendían  por  toda  la  línea  de  las 
montañas  en  sus  más  notables  eminencias,  hasta  comuni- 
carse con  los  puntos  principales  á  que  servían,  que  eran 
Avila  y  Toledo.  Cebreros  fué  una  de  las  poblaciones  que  el 
rey  D.  Fernando  IV  cedió  á  su  tio  el  infante  D.  Juan,  como 
demostraremos  en  la  Historia,  por  convenio  y  transacción 
con  que  procuraba  acallar  sus  siempre  ambiciosas  exigen- 
cias. Finalmente,  Cebreros  produce  un  sabroso  vino  mosca- 
tel, el  más  delicado  albíllo  como  fruta  de  mesa,  azucarados 


APÉNDICE.  599 

melones,  al-^un  aceite  y  otros  frutos,  y  abundancia  de  caza, 
en  la  que  no  faltan,  como  va  dicho,  corzos,  venados  y  ja- 
balíes, y  forman  gran  parte  de  su  riqueza  pastos  abundo- 
sos para  su  ganadería. 

De  tan  urgente  necesidad  es,  como  será  de  gran  prove- 
cho, la  conclusión  de  la  carretera  de  tercer  orden,  que  de 
Aviia  ha  de  pasar  por  Cebreros  hasta  llegar  al  confín  de  la 
i^roviucia  de  Toledo,  porque  es  la  llave  en  el  Sudeste  de 
ia  de  Avila,  de  todas  las  comunicaciones  interiores  que  cor- 
ren al  Este  para  el  más  fácil  acceso  al  ferro-carril,  y  al 
Sudoeste  hasta  llegar  al  Barco,  en  toda  la  faja  meridional, 
que  tan  quebrada  y  fragosa  es,  según  ya  queda  descrita:  y 
para  decir  verdad ,'^  la  Diputación  provincial  se  ocupa  ya 
con  celo  en  este  grave  negocio,  como  de  otros  de  igual  na- 
turaleza en  el  ámbito  de  toda  la  Provincia. 

PiedraMta.  Risueña,  frondosa  y  amenase  ostenta  esta 
villa  con  sus  muchas,  aunque  pequeñas  barriadas,  levan- 
tándose al  Norte  de  la  sierra  de  sa  nombre  como  un  fresco 
rosal  en  medio  de  muchos  arbustos  olorosos;  y  si  su  pobla- 
ción, de  doscientas  cincuenta  casas,  es  bajo  este  aspecto,  la 
más  pequeña  de  las  cabezas  de  partido  de  la  Provincia,  son 
en  gran  número  tan  lindas,  cómodas  y  aseadas,  y  de  tan 
regular  construcción,  distribuidas  en  doce  calles  empedra- 
das, suñcientemente  anchas,  y  en  tres  plazuelas,  ademas 
de  la  plaza  principal ,  que  es  cuadrilátera ,  con  soportales 
y  con  una  hermosa  y  abundantísima  fuente  en  el  centro  de 
ella,  que  atraen  agradablemente  la  atención  del  viajero.  La 
casado  ayuntamiento,  la  cárcel  en  editicio  separado,  la 
iglesia  parroquial ,  cabeza  de  un  extenso  arciprestazgo,  el 
hospital,  un  convento  de  monjas  Carmelitas  calzadas,  un 
antiguo  beaterío  de  hermanas  terceras  del  Orden  de  Santo 
Domingo,  y  el  ya  destruido  convento  de  religiosos  del  mis- 
mo instituto,  con  tres  ermitas  con  culto  público,  constitu- 
yen el  servicio  y  adorno  del  pueblo.  Pero  lo  más  gran- 
dioso de  él,  y  de  que  pocos  de  su  importancia  vecinal  po- 
dían hacer  igual  alarde ,  era  el  tan  bollo  como  magnílico 
palacio  de  los  duques  de  Alba,  edificado  con  todo  el  lujo  y 
buen  gusto  que  podían  exigir  las  bellas  artes  en  el  último 
tercio  del  siglo  pasado,  y  que  no  presenta  hoy  más  que 
lamentables  ruinas ,  como  uno  de  los  más  horribles  es- 
tragos de  la  guerra  de  la  Independencia.  De  todo  ello  va- 
mos á  hablar,  porque  todo  es  digno  de  recuerdo. 

La  muralla,  que  se  conserva  entera,  aunque  siempre 


600  HISTORIA    DE    AVILA. 

debió  ser  débil  para  la  defensa  de  la  villa ,  tiene  cinco  puer- 
tas con  los  nombres  y  en  dirección  de  Avila ,  Salamanca, 
el  Barco,  la  Horcajada,  y  la  Nueva  ó  de  la  Villa,  que  está 
muy  próxima  á  la  plaza.  La  ronda  exterior  es  un  paseo  con 
arbolado  en  las  alas  del  camino,  que  arrancando  desie  la 
alameda  del  palacio  del  Duque  hacia  el  Oriente  ó  puerta  de 
Avila,  circunda  la  población  hasta  el  estribo  del  g-ran  ma- 
lecón ó  dique  de  los  jardines.  Hermosea  el  interior  de  la 
villa  la  parroquia,  que  ocupa  la  fachada  Norte  de  la  plaza: 
es  bastante  capaz,  si  bien  de  distintos  géneros  de  arquitec- 
tura, y  fué  palacio  de  la  reina  doña  Bereuguela  ,  madre  de 
San  Fernando,  que  le  donó  á  la  villa  para  templo  cuando 
lloraba  el  triste  estado  de  separación  en  que  vivia  de  su  es- 
poso Alfonso  IX,  rey  de  León.  Consta  la  donación  del  ta- 
blero de  sufragios  que  obra  en  la  sacristía  ,  y  así  lo  confir- 
ma la  corona  real  que  se  coloca  en  el  túmulo  en  los  dos 
primeros  viernes  del  año,  en  que  se  celebran  aniversarios 
por  tan  regia  bienhechora.  Embellécenla,  no  obstante,  los 
dos  tendidos  arcos  de  su  pórtico,  la  capilla  de  los  Vergas, 
que  corresponde  á  la  casa  del  duque  de  Gor ,  un  retablo 
antiguo  en  el  templo  y  dos  más  antiguos  quizá  en  su  claus- 
tro procesional,  que  no  carecen  de  mérito,  aunque  están 
muy  descuidados,  y  que  correspondieron  á  la  primitiva 
iglesia  de  San  Andrés  ,  que  se  hallaba  construida  en  el  ar- 
rabal llamado  la  Pesquera ,  hoy  bastante  separado  del  re- 
cinto murado  de  la  villa.  En  el  cuerpo  de  la  actual  y  al 
lado  del  Evangelio  está  construido  un  subterráneo  de  cua- 
tro varas  en  cuadro  ,  que  titulan  la  Cislcrna,  de  muy  baja 
y  achatada  bóveda  ,  que  en  la  mayor  altura  de  sus  cuatro 
paredes  y  en  la  bóveda  contiene  en  caracteres  muy  anti- 
cuados, inscripciones  de  dos  enterramientos. 

El  Beaterío  de  las  dominicas  fué  un  instituto  de  ense- 
ñanza de  niñas,  que  regían,  no  monjas  de  clausura,  sino 
hermanas  terceras  de  esta  religión,  fundado  en  el  ano 
de  1558  por  el  virtuoso  Melchor  Cano,  sobrino  del  sabio  de 
si  mismo  nombre,  célebre  escritor  teólogo  en  el  reinado  de 
Felipe  II,  y  arabos  ilustres  religiosos  dominicanos.  Era  este 
fundador,  natural  de  Madridejos,  en  la  Mancha,  donde  es 
muy  venerado  y  se  ha  tratado  de  su  beatifícacion^.  El  edi- 
ficio es  humilde;  pero  el  servicio  ala  instrucción  religiosa 
y  social  que  las  beatas  prestaban  era  muy  grande.  En  esta 
casa  vivió,  modelo  de  la  más  áspera  mortificación  y  peni- 
tencia, la  venerable  L'osa  de  la  Santísima  Trinidad,  para, 
cuya  beatificación  están  dados  los  primeros  pasos  que  tan 
importante  declaración  requiere.  Y  como  prueba  de  su  ejem- 


APÉNDICE.  601 

plarísima  vida,  se  muestra  su  oscura  y  estrecha  celdilla, 
con  numerosos  instrumentos  de  las  añicciones  corporales 
á  que  se  entregó  por  muchos  años  en  esta  santo  retiro. 

Fábrica  más  importante  es  la  del  convento  de  Carmeli- 
tas calzadas,  construido  por  los  años  de  1460,  bajo  el  patro- 
nato del  señor  de  la  villa ,  que  lo  era  el  de  todo  el  valle  de 
Corneja,  como  lo  testifica  el  escudo  de  las  armas  de  su  casa 
que  está  sobre  la  puerta.  Honrábase  esta  virtuosa  comuni- 
dad en  tener  por  fundadora  á  doña  María  Alvarez  de  Ver- 
gas, que  fué  una  de  sus  primeras  religiosas,  y  más  todavía 
por  ser  hija  ya  de  ella  la  venerable  María  de  Jesús,  de  ape- 
llido Muñoz,  natural  de  Hoyos  del  Espino.  Profesó  á  los 
sesenta  y  dos  años  de  edad ;  y  tan  notorias  y  esclarecidas 
fueron  sus  virtudes,  comprobadas  con  maravillosos  aconte- 
cimientos en  su  vida  y  muerte,  que  el  respetable  obispo 
de  Avila  D.  Pedro  de  Ayala  elevó  sus  venerandos  restos  á 
más  decoroso  descanso ,  con  intervención  del  corregidor  y 
ayuntamiento  de  la  villa,  en  el  año  de  1735,  formándose  el 
oportuno  expediente,  que  conserva  el  convento  como  dato 
preliminar  para  el  de  su  beatificación. 

El  convento  de  Dominicos,  hoy  destruido,  porque  sola- 
mente se  conservan  los  paredones  y  los  bellos  y  airosos 
arcos  njivos  de  sus  naves,  y  parte  de  su  limpia  fachada  de 
sillería  de  granito,  sirve  de  cementerio;  pero  ¡ah!  antes  lo 
fué  también,  y  muy  suntuoso,  de  los  nobilísimos  señores  ¿el 
valle  de  Corneja.  En  los  dos  muros  de  la  capilla  mayor  .se 
hallan  rotos,  mutilados  y  hechos  pedazos,  aunque  todavía 
cada  uno  en  su  respectivo  nicho,  cuatro  bustos  que  seme- 
jan dos  matrimonios ;  son  de  fino  alabastro ;  ellos  vestidos 
de  guerreros,  sus  esposas  de  gala.  Lástima  grande  causa 
tal  destrozo.  En  cambio  consuela  que  en  las  capillas  latera- 
les se  hayan  construido  de  piedra  labrada  nichos  á  la  mo- 
derna para  las  personas  acomodadas  de  la  villa. 

Antiquísima  es  la  existencia  de  Piedrahita;  delñó  prece- 
der á  la  invasión  sarracena,  puesto  que  la  Historia  general 
y  la  propia  de  nuestro  país  atestiguan  notables  sucesos 
ocurridos  durante  ella  en  esta  población  y  sus- cercanías,  y 
se  sabe  que  era  uno  délos  lugares  á  donde  se  retiraban  los 
moros,  perseguidos  por  los  cristianos  de  Avila.  Expulsa- 
dos que  fueron  de  estas  comarcas,  fué  restaurada  la  villa, 
y  como  descendientes  de  las  antiguas  familias  de  sus  re- 
pobladores, se  cuentan  los  apellidos  de  los  Pecellines, 
Crespos,  Velez,  Vergas  y  otros.  Hállase  situada  en  muy 
pintoresca  situación.  Al  Mediodía  se  ostenta  la  Sierra- 
Peuanegra,  y  en  el  promedio  de  su  cuesta  se  ve   el  me- 


602  HISTORIA    DE    AVILA. 

morable  Monte  de  la  Jura .  al  cual  por  su  importancia 
histórica  consagraremos  una  página  en  la  Historia.  Al  Po- 
niente el  cerro  de  la  Cruz;  y  entre  ambas  cumbres,  en  el 
camino  del  Barco,  se  encuentra  el  lindo  heredamiento  cer- 
rado de  la  Pesqueruela,  modesto  patrimonio  del  literato, 
escritor  y  poeta  Sr.  D.  José  Somoza,  jefe  político  de  la  pro- 
vincia en  el  ano  de  1820,  á  la  cual  representó  con  celo 
en  varias  ocasiones  como  diputado  á  Cortes,  y  que  siempre 
renunció  á  altos  puestos,  con  que  sus  amigos  políticos,  en- 
cumbrados al  poder,  le  brindaban.  Al  Oriente  de  la  pobla- 
ción se  halla  otra  hermosa  heredad ,  llamada  el  Berrocal  ó 
la  Huerta  del  Duque,  puntos  ambos,  como  otros  muchos 
del  contorno,  que  cantó  en  bellos  versos  el  diputado  So- 
moza. 

Pero  lo  que  sobre  todo  llama  la  atención  del  viajero 
hoy,  como  dejamos  indicado,  es  el  examen  y  triste  estado 
de  las  ruinas  y  de  los  magníficos  y  suntuosos  restos  que 
aún  quedan  del  palacio  de  los  duques  de  Alba,  que,  como 
señores  de  Valde-Corneja,  lo  fueron  por  largo  tiempo  de  la 
villa.  Construyóle  en  la  falda  de  la  sierra  meridional  de  la 
villa,  tocando  con  la  población,  D.  Fernando  Alvarez  de 
Toledo,  duodécimo  duque  de  Alba  y  décimo-quinto  señor 
del  Yalle  de  Corneja,  á  estilo  é  imitando  el  gusto  de  mu- 
chos de  Italia,  labrándole  de  durísima  peña  berroqueña  en 
sus  cimiento.?,  de  otra  de  muy  fino  granito  blanca  j  limpia 
en  todos  sus  firmes  exteriores,  que  se  corta  en  la  abundan- 
te cantera  de  Valdemolinos,  á  dos  leguas  de  la  villa,  y  del 
más  sólido  y  delicado  ladrillo  que  se  conoce  para  relleno 
de  sus  centros.  Dióle  cuatro  fachadas,  con  dos  pisos,  el  en- 
tresuelo ,  que  es  todo  de  sillería,  y  que  era  la  mansión  de 
los  duques  j  de  los  distinguidos  amigos  á  quienes  hospe- 
daban, y  el  principal,  que  ocupaba  la  familia,  sirviendo  los 
robustísimos  sótanos  de  muy  alta  bóveda  de  piedra  para  al- 
macenes y  desahogos  de  tan  opulenta  casa.  Seis  escalina- 
tas daban  entrada  al  magnífico  entresuelo ,  una  en  el  cen- 
tro de  cada  fachada,  y  en  la  principal,  que  mira  á  la  villa, 
dos  más  que  comunicaban  con  las  habitaciones  salientes  ó 
de  martillo,  que  formaban  un  bello  cuadro,  cerrado  con  un 
airoso  pedestal,  sobre  el  que  se  elevaba  el  busto  del  duque 
constructor,  que  era  de  mármol  de  Carrara.  Mas  antes  de 
llegar  á  este  vestíbulo,  existe  un  anchuroso  patio  cuadri- 
longo, á  que  daba  entrada  una  grande  y  hermosa  puerta  de 
hierro,  defendida  por  dos  elegantes  y  anchurosas  casas  de 
porteros,  hallándose  en  ( 1  medio  de  este  espacio  la  boca  del 
aljibe  del  antiguo  castillo,  sobre  cuyo  terreno  se  edificó  el 


APÉNDICE.  603 

palacio,  y  á  su  derecha,  en  el  promedio  de  este  estadio,  la 
aislada  torre  del  Reloj,  de  la  misma  rica  coustruccion. 

Ocupaban  los  deliciosos  jardines  de  esta  deliciosa  mora- 
da sus  tres  lados,  dilatándose  por  el  de  Mediodía  en  forma 
de  un  frondoso  anfiteatro,  cuyo  primer  término  describía  un 
magnífico  malecón  circular  que  progresiyamente  se  eleva, 
naciendo  del  centro  del  muro  una  hermosa  fuente,  llamada 
del  Mascaron,  que  vertía  sus  aguas  en  un  dilatado  estan- 
que. Otros  cinco  más,  todos  de  distintas  formas,  facilitaban 
gradualmente  los  riegos  en  las  planicies  ó  bancales  que 
iban  ascendiendo,  y  al  propio  tiempo  servían  de  cria  y  ce- 
badero de  las  sabrosas  anguilas,  truchas  y  barbos,  que  las 
cristalinas  aguas  de  aquellas  gargantas  crian.  La  parte  más 
alta  de  los  jardines  estaba  embellecida  con  dos  hermosas 
construcciones.  Una  era  la  Casa  de  las  Aguas,  donde  entraba 
uu  perenne  torrente  que  del  inmediato  monte  se  desprende, 
y  que  se  distribuía  á  todas  partes,  y  la  otra  el  celebrado 
Puente  de  las  Azucenas ,  de  forma  diagonal  de  arco  muy 
achatado  y  de  atrevida  concepción,  que  llevaba  aquel  nom- 
bre porque  el  adorno  de  la  puerta  por  donde  los  Duques 
salían  á  caza,  construida  á  su  extremo,  tenía  por  adorno 
dos  magníficas  azucenas  de  hierro  por  remate  de  sus  airosos 
dinteles.  Pero  lo  que  más  debe  asombrar  á  todo  viajero,  en 
mi  opinión,  es  el  magnífico  y  robustísimo  malecón  ó  muro 
que  en  la  banda  de  Poniente  recorre  casi  toda  la  extensión 
de  los  jardines,  conteniendo  la  inmensa  mole  del  terrazgo 
de  una  parte,  y  de  la  otra  encerrando  el  torrente  que  des- 
truiría si  no  el  camino  público  que  conduce  al  Barco.  Es  en 
sus  dos  lados  este  cauce  de  fuerte  piedra  sillería  labrada,  y 
tal  su  profundidad  en  línea  escarpada,  que  por  la  punta  del 
dique,  muy  inmediato  á  la  puerta  de  la  villa,  cuenta,  por- 
que lo  he  hecho  medir,  más  de  54  pies  desde  su  mayor  al- 
tura hasta  el  fondo  del  torrente. 

Concluido  este  hermoso  palacio  por  el  duque  D.  Fer- 
nando, que  murió  en  1776,  sucedióle  en  su  casa  y  estados 
su  nieta  doña  María  Teresa,  la  benéfica,  la  munificentísima, 
la  inolvidable  Duquesa  de  Alba ,  que  huérfana  desde  muy 
tierna  edad  se  crió  al  lado  de  su  ilustre  abuelo,  habitando 
largas  temporadas,  por  espacio  de  muchos  años,  este  sitio 
de  placer.  Con  tal  motivo  y  el  del  agradable  temple  del 
pueblo  en  la  estación  del  verano,  vino  á  ser  Piedrahita  el 
punto  de  reunión  de  muchos  personajes  y  hombres  nota- 
bles, y  como  la  Arcadia  de  la  Provincia ,  porque  Bails  y 
Melendez  Valdés,  Iglesias  y  Goya,  Bayeu  y  Quintana,  Nu- 
ñez  y  Somoza,  y  otros  muchos  literatos  y  artistas  que  pu- 


604  HISTORIA    DE    AVILA. 

diéramos  citar,  han  meditado  ó  compuesto  aquí  obras  tan 
útiles  como  honoríficas  á  las  artes  y  á  las  ciencias. 

Es  Piedrahita  el  pueblo  que  quizá  puede  dar  más  noti- 
cias de  su  historia  entre  todos  los  de  la  Provincia;  porque 
aunque  su  archivo  pereció  en  gran  parte,  como  otros  mu- 
chos de  nuestro  país  y  de  toda  España ,  en  la  guerra  de  la 
Independencia,  salvóse  felizmente  un  libro  eu  folio,  que  es 
el  índice  razonado  de  todos  sus  documentos,  desde  que 
tuvo  principio  el  señorío  de  Valde-Corneja,  á  fines  del  si- 
glo XIV.  Llámanle  el  Faldiño,  porque  se  cree  que  era  el 
apellido  de  un  estudioso  y  entendido  fraile  dominico,  hijo 
de  su  convento,  á  quien  la  villa  encomendó  tan  importante 
trabajo,  á  mediados  del  último  siglo. 

Y  á  su  autoridad  acudiremos  cuando  ocasionalmente 
tengamos  que  comprobar  en  nuestra  Historia  la  de  la  villa. 
Una  sola  verdad  queremos  anticipar  ,  ya  que  se  la  ha  que- 
rido combatir.  Es  natural  de  ella  un  célebre  escritor  en 
medicina,  catedrático  de  Salamanca,  el  doctor  Juan  Bravo, 
testigo  intachable  que  justifica  que  el  Gran  Duque  de  Alba, 
conquistador  de  Portugal,  nació  en  Piedrahita. 

Y  para  que  nada  falte  á  este  agradable  país,  abundan  en 
sus  campos  y  montes  plantas  medicinales  y  tintóreas,  y  en 
distintos  puntos  del  contorno,  y  señaladamente  en  el  Ber- 
rocal, lindero  con  la  villa,  aguas  ferruginosas  y  sulfúreas. 
Tal  es,  eu  bosquejo,  la  amena  y  deleitosa  Piedrahita. 


OMISIONES  QUE  SE  HAN  PADECIDO. 


En  la  numeración  de  Monasterios  y  Conventos  de  varones. 

El  convento  de  la  Santísima  Trinidad  de  Arévalo, 
página 386 

En  la  de  Escritores  eclesiásticos  y  personas  notables  en  letras. 

Oarcía  Mazo  (D.  Santiago) ,  Canónigo  magistral  de 
Valladolid;  escribió  el  Catecismo  explicado,  que  ya 
cuenta  muchas  ediciones,  pág 415 


ÍNDIGK. 


ráíjs. 

A  la  Diputación  provincial  de  Avila 5 

Discurso  preliminar 7 

Del_  objeto  de  esta  obra,  y  de  la  importancia  y  nece- 
sidad de  las  historias  particulares,  pág.  7.  — De 
los  falsos  cronicones,  16  —De  los  motivos  espe- 
ciales de  la  publicación  de  la  Historia  de  Avila, 
su  Provincia  y  Obispado,  27 —De  los  notables 
acontecimientos,  dignos  de  constante  recuerdo 
en  nuestra  Historia,  34.— Del  orden  y  comparti- 
miento de  esta  obra,  45. 

Reseñas  g^eo^ráfica  y  geológica  de  la  Provincia 59 

Noticias  GE^ERALEs  de  la  situación  geográfica  de  la  Ciu- 
dad y  de  la  extensión  de  su  Provincia  y  Obispado 59 

De  la  Provincia:  Reseña  geográfica  de  sus  montañas, 
valles  y  ríos  con  relación  á  toda  España,  y  señalada- 
mente á  las  grandes  cuencas  del  Duero  y  Tajo,  según 
los  novísimos  estudios  de  la  comisión  de  estadística 

general  del  Reino 61 

Cuenca  del  Duero,  62.— Cuenca  del  Tajo,  66. 

Breve  reskña  geológica  de  la  provincia  de  Ávila 68 

Descripción  mknos  científica  que  las  dos  precedentes  re- 
señas, pero  mucho  más  circunstanciada,  de  la  situa- 
ción y  límites  de  la  Provincia,  y  de  sus  abundantes, 

variadas,  y  algunas  esquisitas,  producciones 78 

De  sus  montañas.  Puertos  interiores,  Rios  y  Va 
lies.  81. — De  la  división  de  la  Provincia,  en  sus 
dos  grandes  secciones  de  tierra  llana  y  de  sierra 
por  la  diferencia  de  sus  cualidades  geológicas  y 
de  las  diversas  y  respectivas  producciones  de  sus 
distintas  zonas,  92.— Sección  del  Norte  ó  de  la 
tierra  llana,  93.— Sección  del  Sur  ó  de  la  Sier- 
ra, 98.— Zonas  climatológicas  de  la  Provincia,  102. 
— Alturas  medidas  de  algunas  de  sus  monta- 
ñas, 103. 
Reseña  político-civil  de  la  Provincia 104 


608  HISTORIA    DE    AVILA. 

Págs. 


Rápida  ojeapa  por  el  larguísimo  espacio  de  tiempo  desde 
los  primeros  moradores  de  sus  comarcas  hasta  la 
creación  de  provincias  por  Felipe  V 105 

Creación  de  früviiNCias  é  intendencias. — De  la  de  Abila.  109 
Demarcación  y  Nomenclátor  ae  los  pueblos  de  la 
provincia  de  Abila  que  duró,  con  leves  alt<^racio- 
nes,  liasta  el  año  de  1833,  111. — Agregación  pos- 
terior á  ella  de  los  partidos  del  Barco  de  Avila, 
Piedrahita  y  el  Mirón,  122. — Resumen  de  la  divi- 
sión de  la  antigua  Provincia  en  corregimientos  y 
alcaldías  mayores,  123.— Sexmos;  noticia  de  estas 
antiguas  comunidades  de  la  tierra;  de  sus  juntas 
y  de  sus  procuradores  ó  sexmeros  generales.  124. 

Demarcación  actual  de  la  Provincia  desde  el  año  de  1833.  130 
Nomenclátor  t  Censo  reunidos  de  los  pueblos  de  la 
Provincia;  sus  Ayuntamientos:  poblaciones,  gru- 
pos, viviendas;  sus  habitantes  por  sexo  y  estado 
civil,  y  contribuciones  que  satisfacen,  134. — Re- 
sumen del  censo  de  la  actual  población  en  cada 
partido,  clasificada  por  razón  de  sexo,  estado 
civil  y  edad  de  sus  individuos.  227. — Resumen  de 
la  extensión  superficial  de  la  Provincia,  en  le- 
guas,  kilómetros,  hect:'ireas  y  fanegas  de  tier- 
ra, 231.— Noticia  de  distintos  censos  de  población 
anteriores  y  posteriores  á  la  creación  de  las  in- 
tendencias, 231.— Mov  miento  de  la  población  de 
la  Provincia  desde  1787  á  1870,  pág.234.— Id.,  id. 
por  matrimonios ,  nacimientos  y  defunciones 
en  l8Gvl,  y  número  de  escuelas  y  alumnos  en  1867, 
pág.  234. — Kstado  de  la  primera  enseñanz  i  en  la 
Provincia,  235.— Segregaciones  y  agregaciones 
de  pueblos  para  la  formación  de  la  Provincia 
actual,  236.— Establecimientos  de  Instrucción  pú- 
blica, 240.— Id.  de  Beneficencia,  245.— Hospita- 
les, 247.— Inclusa,  255. — De  las  fuentes  de  rique- 
za y  producción  de  la  Provincia,  262.— Agricul- 
tura,  263.  —  Ganadería,  263.  —  Montes  públi- 
cos, 264. — Minería,  265. —  Industria  y  comer- 
cio. 270.— Ferias  y  Mercados,  273. — Pote  de  Avila. 
— Medida  de  granos,  275.— Caminos  y  vías  de 
comunicación  de  la  Provincia,  281. — Carreteras 
pertenecientes  al  Estado  en  la  Provincia,  282. — 
Caminos  vecinales  y  carreteras  provinciales  cons- 
truidas hasta  el  mes  de  Diciembre  de  1871 ,  pá- 
gina 286. — Ferrocarril,  su  trayecto  en  la  Pro- 
vincia, 287.— Antiguo  estada  de  los  caminos  en 
la  Provincia,  295. 

L\  paoyI.^:cIA  de  Avila  no  necesita  de  las  producciones  y 


ÍNDICE.  609 

lecursos  de  otras  para  cubrir  sus  ordinarias  é  impres- 
cindibles atenciones  con  cúaioda  abundancia;  es  digna 
de  ser  bien  conocida  por  los  elementos  no  explotados 
de  riqueza,  y  de  ser  visitada  por  su  amenidad  y 
variados  climas,  por  su  comprobada  salubridad  y  por 

la  belleza  de  sus  pintorescos  paisajes 297 

Reseña  personal  palítLco-civii,  en  el  más  lato  sentido 

de  este  epígrafe 303 

K,E."^EÑA  puliíico-t:í.ecto;íal  de  la  Ciudad  y  antigua  tierra 

de  Avila ,  y  de  su  Provincia 304 

Antiguas  Cortes  de  Castilla  y  León  y  generales  de 
todo  el  Reino,  3)5. — Cortes  de  León  y  de  Castilla, 
publicadas  por  la  Real  Academia  de  la  Historia 
y  por  el  Congreso  de  los  señores  Diputados,  3)6 .  — 
Cortes  generales  del  Reino.  312. —Cortes  cons- 
titucionales.— División  político-electo  al  de  la 
Provincia  en  distintas  épocas,  313.— Diputación 
provincial. — Cuadro  de  sus  elecciones  y  renov.i- 
ciones  generales  ó  parciales  desde  182 )  á  1871,  pá- 
gina 326. 
Reseña  míluaíi.— De  sus  instituciones  como  parte 
integrante  de  la  Reseña  p)litico-civil,  334  — R'i- 
gimiento  provincial  de  Avila,  335. — Real  Escue- 
la militar  de  Avila,  336. — Regimiento  de  volun- 
tarios de  Avila,  337.— Real  cuerpo  de  Ingenie- 
r3S  del  ejército,  338 
Cataloüo  de  varones  y  MUJi'iiES  ILUSTRES  que  pertenecen 

á  la  Reseña  politico-civil 340 

Reseña  poliíiso-eciesiástica  de  la  Diócesis .357 

Ai  Exc.no.  é  ílmo.  Sr.  D.  Fernando  Blanco,  obispo  de 

Avila 359 

Reseña  politico-eclesustica.— Del  Obispado.— Su 
antigüedad,  extensión  y  confines  con  otras  dió- 
cesis, 361. — Catálogo  de  los  obispos  de  la  Santa 
y  Apostólica  iglesia  de  Avila,  366. — Iglesias  me- 
tropolitanas á  que  sucesivamente  ha  estado  ads- 
criptacomo  sufragánea  la  de  Avila,  370. — Estu- 
dio de  la  Diócesis  en  su  extensión  actual,  y  nú- 
mero de  pueblos  y  parroquias  que  comprende, 
372.  —  Pueblos  de  la  Diócesis  que  corresponden 
á  otras  provincias,  y  pueblos  de  la  Provincia  que 
corresponden  á  otras  diócesis  ó  jurisdicciones 
exentas,  374. 

Df.l  cleu'»  secular 376 

Clero  catedral,  376.— Clero  colegial,  379. — Clero 
parroquial,  380. 

Clkko  regí,  lar 384 

Monasterios,  conventos  y   casas  religiosas  de  uno 

TOMO   I.  39 


610  HISTORIA    DE    AVILA. 

PárjS. 


y  otro  sexo  en  distintas  épocas  hasta  el  año  de 
"1S"2,  pág.  384. — Le  Varones,  385. — De  mujeres, 
387.— Existentes  después  del  Concordato  de  1851, 
página  388. —Estado  comparativo  de  los  monas- 
teiios  y  conventos  existentes  en  el  Obispado  en 
distintas  épocas,  389. — Resumen  comparativu 
del  estado  eclesi  stico  general  entre  les  años  de 
1787  y  1857,  pág.  390.— Gobierno  eclesiástico  po- 
lítico'^y  judicial  de  la  Diócesis,  392.— Arcipres- 
tazgos  y  vicarias  antes  y  después  del  Concordato 
de  1851,  pí'g.  394. — Conclusión.— Importancia  y 
consideración  que  merecia  el  Obispado  hasta  el 
año  de  1808,  pag.  396.— De  las  reliquias  sagra- 
das y  santas  en  todo  el  Obispado,  397. 
Catalogo  de  varünks  y  mujerks  iLi.'^rRES  que  pertenecen 

á  la  Reseña  políticc-eclesifstica 407 

Articulo  descriptivo  ¿e  la  Ciudad  de  Avüa 417 

Al  AyuntaK-iento  de  la  M.  N.  y  M.  L.  cilpad  de  Avila.  .     419 
De  la  posición  topográfica,  vistas  y  horizontes  de 
la  Ciudad,  421. — De  su  población,  considerada 
bajo  su  aspecto  civil  y  eclesif' stico,  423. — Avila 
civil,  423. — Avila  eclesiástica,  426. 

Avila  civil 428 

La  muralla,  sis  puertas  civiles  y  militares  y  alcázar, 
la  Catedral  como  fuerte,  y  casas  de  los  repobladores.     428 
Muralla,  430. — Puertas,  433  — Puertas  militares  y 
Alcázar,   434.— Catedial  como  fortaleza,   441.—- 
Casas  de  los  Repobladores,  444. 
Explicación  no  facultativa  de  las  relaciones  civiles 
de  estas  fortalezas,  sus  nombres  y  sucesos  que 
recuerdan,  447. — Puertas,  448 — Alcázar,  451. — 
Casas    fuertes    de    los    principales     repoblado- 
res,   453. — Otras  casas   notables,   461.— Alhun- 
diga,  464  — Teatro,  464.— Mercado  cubierto,  464, 
-^Acueducto  y  fuentes,  465. — lídifícios  varios,  466. 
— Mejoras  recientes  de  la  población,  466.— Ayun- 
tamiento, 468. 

Avila  eclesiástica 4 

La  Catedral,  como  templo,  469.— Panoquias  exis- 
tentes, 477. — San  Pedro,  477.  — San  Vicente,  480. 
—Nuestra  Señora  de  la  Soterraña,  493.— San  . 
Juan,  494.— Santiago,  497.-  Santo  Tomé,  499. — 
Sinto  Domingo,  500.— San  Andrés,  501.— San 
Nicol;  s,  5!'2 —Parroquias  en  distintos  tiempos 
suprimidas,  503. 

Monasterios  y  coave.ntos  de  varones 50 

Nuestra  Señora  de  hi  Antigua,  504.— Casa-convento 
de  los  caballeros  de  la  orden  de  Santiago,  505. — 


ÍNDICE.  611 

rái/s. 

Saneti-Spiritus  de  Premonstratenses,  506.— San 
Francisco,  SOS. —Nuestra  Señora  del  Carmen,  509. 
—  Convento,  Universidad  y  Palacio  Real  de  Santo 
Tomas,  511. — Colegio  de  San  Ignacio,  ó  de  la 
Compañía  de  Jesús,  520. — San  Antonio,  522. — 
Monasterio  de  San  Jerónimo,  524.— Convento  de 
Santa  Teresa.— Carmelitas  descalzos,  527. 

Monasterios  y  co.n ventos  de  religiíjsas 532 

Santa  Ana,  del  orden  de  f  an  Bernardo,  532.— Santa 
Catalina,  del  orden  de  Santo  Domingo,  534. — 
Santa  j\Iaría  de  Jesús  (las  Cordillas),  del  orden 
de  San  Francisco,  536.— Santa  María  de  Gracia, 
del  orden  de  San  Agustín,  537.— Nuestra  Seño- 
ra de  la  Encarnación,  de  Carmelitas  calzadas, 
539.— La  Purísima  Concepción,  de  Franciscas 
Concepcíonistas,  543.— San  José,  de  Carmelitas 
descalzas,  llamadas  las  Madres,  545. 

Capillas  i.nd£I'em)ie:m  es '  550 

San  Segundo  de  Adaja,  550. — Nuestra  Señora  de 
las  Nieves,  553. — Nuestra  Señora  de  la  Anuncia- 
ción, ó  Cüpilla  de  Mosen  Kubi,  553.— San  Mi- 
llan,  555. 

Ermitas  acti  ales 557 

Nuestra  Señora  de  las  Vacas,  558.  —  San  Este- 
ban, 559. —El  humilladero  de  la  Vera-Cruz,  560. — 
San  Martin,  561.— San  Bartolomé,  ó  Nuestra  Se- 
ñora de  la  Cabeza,  y  los  Cementerios,  562. 

Ermitas  arruinadas 564 

San  Miguel.  565.— Santa  Cruz,  565. — San  Julián 565. 
—San  Lorenzo,  566.  —  La  Trinidad,  566.— San 
Cristfjbal,  567. — San  Isidro,  567.— El  Resucitado 
y  Cristo  de  la  Luz,  568. —San  Roque,  568. — La 
Virgen  de  las  Aguas,  569.— Los  Remedios,  569. — 
San  Benito,  5iJ9.  — San  j\Iateo,  570. — San  Lázaro, 
ó  Nuestra  Señora  de  la  Caridad,  570. 

Hospitales  de  la  Ciudad 572 

Ermita  de  SüíNSOLES 573 

APÉNDICE.— Artículos  de.scuiptivos  de  las  cinco  villas, 

CAREZAS    DE  LOS  IWRTIDÜS  JUDICIALES  DE  LA   PROVINCIA 579 

Arenas  de  San  Pedro,  579.— Arévalo,  582. — Barco 
de  Avila,  592.— Cebreros,  596.— Piedrahita,  599. 


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