1571 Carramolino, M., historia de Avila, su provincia j obispado. 3 tona.
Madrid 1872—73.
Auch íür Spaniens Architektur iüteressant.
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CARRAMOLINO
HISTORIA DE AVILA
^U PROVINCIA Y OBISPADO
TOMO I
DE VENTA EN TODAS LAS LIBRERÍAS
HISTORIA DE ÁVILA,
su PROVINCIA Y OBISPADO.
jlPHENTl, FI'.NÜICinN T ESTEREOTIPIA DE 1). JlIAJi AfiüADO,
Calle del Cid, mnn. 4 (Recoletos).
HS
HISTORIA
DE
ili, Sü PWIli I iffli,
DON JUAN MARTIN CARRAMOLINO,
DE LA ACADEMIA DE CIEiNCIAS MORALES Y POLÍTICAS.
TOMO PRIMERO.
MADRID.
Ar\3
Calle del Carmen, núm. 32.
1872.
.A3
-\.^
No podré ser escaso, ni snhré detenerme donde
quiera, por ser hijo de esta Patria y deberle el prin-
cipio de mi vida y los sucesos y fortuna de ella. Este
amor será la guia para contar con verdad la buena
suerte y andanza de lo precioso de su fama y gloria
en tiempo de paz y guerra. (El Maestro Gil Gonzá-
lez Dávila , en el preámbulo al Teatro ecleftiíMico
de la Iglesia Apostólica de Avila.)
Á LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE AVILA.
Exr.MO. Señor :
Al aprobar patrióticamente V. E. la espoutáuea y lau-
dable proposición presentada por la celosa y activa Comi-
sión permanente de su seno, con el objeto de propagar la
instrucción popular en la presente generación y en las ve-
nideras de nuestra Provincia , indicando como uno de sus
más adecuados medios la publicación de la Historia de Avila,
su Provi?icia y Obisitaáo, que hace muchos años yo tengo
escrita, V. E. ha dado un público y noble testimonio de
su acendrada imparcialidad cuando se consagra al acrecen-
tamiento de las ciencias en el país que administra, «hacien-
»do abstracción comple-atodosy cada uno de los individuos
»de la Di2miacion, de sus diferentes opiniones en política , y
«sin tener presentes siquiera las del autor de la obra.»
Sólo podrá ser de lamentar, que no llegue á correspon-
der al elevado pensamiento de la Comisión y al generoso
acuerdo de la Diputación el cumplimiento, por parte mia,
del empeño en que me veo tan inesperada como satisfacto-
riamente constituido: pero le he aceptado con no menos
patriótico anhelo ; y tal cual sea mi trabajo literario, co-
mienzo hoy á publicarlo.
Sírvase V. E. acogerle con bondadosa voluntad; que en
ello quedarán ampliamente satisfechos los constantes de-
seos de toda la vida de su muy respetuoso servidor , hon-
rado Aviles
Juan Martin Carramolino.
Madrid l." do Agosto de 1872.
DISCURSO PRELIMINAR.
I.
Del objeto de esta obra, y de la importancia y necesidad de las
Historias particulares.
Escribo la historia del país en que me cupo
la fortuna de nacer. No aspiro al título de histo-
riador , para el cual son menester muchas y muy
altas prendas , que á mí me faltan. Tampoco me
satisface que se considere mi obra como uno y no
más de tantos otros libros que hablan de los su-
cesos y de las cosas de Avila, y que solamente
pueda ser consultado para verificar un dato , un
sitio, una fecha ó un acontecimiento que haya
tenido relación con algún pueblo de la Provincia.
Para un forastero , que no tenga el tierno apego
y el irresistible afecto que yo siento por las glo-
rias de mi paÍ3 natal , no valdrá más que cual-
quier otro documento , y únicamente le estimará
en tanto, en cuanto satisfaga su gu.sto, su curio-
8 HISTORIA DE AVILA.
sidad ó su deseo. Más pretendo yo que valga mi
libro en favor de mis paisanos , y en grata recom-
pensa más espero ciertamente de ellos.
Al transmitirles la relación, tan metódica y or-
denada como lie podido, de los notabilísimos su-
cesos ocurridos en nuestra patria, de los hechos
gloriosos de sus más esclarecidos campeones, y de
las noticias biográficas de las personas insignes
de diversas jerarquías, edades, estados y condi-
ciones que , en el transcurso conocido de los tiem-
pos, nacieron, residieron ó murieron en la ciu-
dad de Avila , su Pro"sáncia y Obispado , no me
contento con hacerles meros sabedores de ello.
Deseo que sean imitadores de tan perfectos decha-
dos y de tan ilustres modelos. Quisiera que con-
siderasen en mi obra la carta ejecutoria de su orí-
gen, del engrandecimiento, vicisitudes y deca-
dencia de su país, y de las hazañas, virtudes, he-
roísmo y santidad de los ínclitos y numerosos
personajes que les legaron un alto y merecido re-
nombre. La Historia que les presento es , en cuan-
to me ha sido posible, el trasunto de la verdad:
verdad en su parte geográfica , geológica , esta-
dística y descriptiva; verdad en la política y mi-
litar; verdad en la civil y religiosa.
Escribo para un pueblo que siempre fué tan
sensato como generoso, tan hidalgo en sus pen-
samientos y acciones, como en sus creencias y
prácticas religiosas católico ; pero al nüsmo tiem-
DISCURSO PRELIMINAR. 9
po, y en su inmensa mayoría entrojado á los afa-
nes de la vida activa y productora, y, por consi-
guiente, poco dado á las ciencias y á la literatura.
Así , pues , si algún crítico pretendiere que todas
las cosas , sucesos ó personas que han de entrar
en la narración que emprendo , no son de tal im-
portancia nacional, que merezcan conservarse por
la Historia en alabanza ó provecho de la posteri-
dad, como las penitencias de un ermitaño, los mi-
lagros justificados de un santo, los libros místicos
de un escritor timorato , la popul ar veneración á
las reliquias de un bienaventurado, no por eso
dejarán de ser para mis paisanos parte interesante
de mi Historia , como timbres gloriosos de su pa-
tria; ni dejaré yo de dar cuenta tan puntual de
todo ello cuanto á mi propósito convenga.
Bien sé que tomo sobre mí este trabajo á me-
diados del siglo XIX, en el que el funesto raciona-
lismo desecha arrogante y desdeñoso cuanto In
débil y miserable razón humana , que es su único
Dios , su única guia y su único principio de ar-
güir, de defender y de juzgar, no le presenta
como aceptable ; pero tampoco se me oculta que
la manía de negar todo lo que no está al alcance
de los estrechos límites de la razón, hace incurrir
en las más crasas é imperdonables 'contradic-
ciones.
Y si no hay en el mundo raza , nación , secta
ni pueblo alguno que no se engría, que no se en-
10 HISTORIA DE AVILA.
vanezca, que no se entusiasme con la relación de
las glorias que ha heredado de sus progenitores,
permitaseme el recuerdo de algunos símiles en
defensa de las tradiciones racionales y creencias
autorizadas que respetan mis paisanos. Si los Is-
maelitas emprenden penosas pereiz'rinaciones á la
Meca para venerar los restos de su gran Mahoma;
si el tambor hecho de la piel misma del frenético
apóstata Juan Ziska, servia para convocar á la pe-
lea y excitar el fiu'or de sus correligionarios los
Husitas; si el traje y ropas que se conservan del
heresiarca Lutero son actualmente objetos de
una inexplicable superstición para los protestan-
tes alemanes , sin que les salve de incurrir en tan
idolátrico culto la despreocupación que predican
y de que tanto presumen ; y todavía más : si hay
opulentos ingleses, que, fanáticos ó vanagloriosos,
gastan cuantiosas sumas en adquirir , para pre-
sentar á la admiración, examen ó curiosidad de
sus amigos, el cabello, el anillo, el sillón y hasta
el vaso , el cuchillo y la zapatilla de un guerrero
célebre , de un grande artista , de una afamada
bailarina ó aplaudida cantatriz, y hasta de un
execrable criminal ; y todo ello por pura vanidad
ó por un mundanal afecto , ¿qué tiene de censura-
ble ni de ridículo , y menos aún de irreligioso,
que sean objetos de nuestro respeto, de nuestro
amor y veneración los restos mortales que el
mundo católico conserva de sus bienaventurados
DISCURSO PRELniINAR. 11
moradores de la celestial Sion? ¿ Qué mucho , por
ejemplo, que nosotros los Avileses queramos in-
fundir en los forasteros el placer patrio y religioso
que sentimos cuando contemplamos reverentes
la sandalia , el rosario , el báculo de la gran Te-
resa de Jesús, y aquel desecado y santo dedo de su
preciosa mano , tantas veces dirigido en sus es-
critos por el divino Espíritu?
Y sin que salgamos de nuestra España, y
aunque no sea este lugar oportuno para recordar
tantos insignes personajes Avileses (que han bri-
llado por las armas , por las letras , por la santi-
dad y por otras virtudes cívicas y religiosas); si
la espada de Rui Diaz de Vivar, y la armadura
de Alonso Pérez de Guzman , y la farola de la
nave capitana que montaba en las aguas de Le-
pante I). Alvaro de Bazan, son olijetos dignos de
admiración para todos los anticuarios amantes de
las glorias nacionales ; si los campos de Calata-
ñazor , de las Navas de Tolosa y del Salado son
lugares de eternos recuerdos para los historiado-
res ; más todavía : si las reliquias que se han sal-
vado de los héroes y grandes hombres de todo el
mundo , y los países que recorrieron y los sitios
que visitaron, excitan el respeto y la veneración,
el amor y el heroísmo, el entusiasmo y otros no-
bilísimos afectos del alma en las gentes de todas
las naciones y de todos los cultos y creencias,
¿cómo yo , que consagro mi obra á eternizar los
12 HISTORIA DE AVILA.
timbres de mi patria, no be de imitar su ejemplo?
Por eso al lado de los recuerdos que ya encontró
Roma la Pagana, y que á su vez dejó á nuestras
comarcas en los Toros de Guisando y de Cebreros.
y en varias inscripciones de que daré razón, habré
de colocar los recuerdos que Roma la Cristiana les
legó, santificándolas con la fe y doctrina de nues-
tro primer prelado San Segundo, y con el heroico
martirio de los tres hermosos jóvenes y gallardos
mártires los hermanos San Vicente, Sabina y
Cristeta: por eso al celebrar al glorioso adalid
Blasco .limeño , muerto alevosamente en defensa
de la honra de nuestra Ciudad , y á los famosos
generales D. Fernando Alvarez de Toledo duque
de Alba, y Sancho Dávila, aparecerán en con-
traste otras tres figuras no menos gigantescas y
de humildísima fama: la de la gran Teresa de
Jesús, ínclita reformadora de la orden del Car-
melo; la de la con justa razón llamada la Mujer
fuerte, la venerable religiosa doña María Vela;
la de la pobre evangélica María Diaz la de Vita:
por eso, al hacer mención del gran teólogo y vir-
tuoso varón Juan de Briviesca , haré la del sabio é
ingeniosísimo médico Luis de Lovera; por eso,
cuando hable de las aguerridas huestes que bajo
el pendón de Avila extendían las conquistas de
la Cruz á Cuenca, Baeza, Jaén, Guadix, Zahara y
Granada, me encontraré en las montañas y cue-
vas de nuestra Provincia, orando con fervor por
DISCURSO TRELIMINAR. 13
el triunfo do esa misma Cruz, á los penitentes ere-
mitas Pedro del Barco, Pascual de Tormellas,
Bernardo de Candeleda ; por eso, en fin, cuando
muestre las armas avilesas domando en Flandes
y en los Paises-Bnjos el desenfrenado furor de la
herejía, ó á sus giorioios cabos conquistando
comarcas inmensas y gobernando las nacientes
poblaciones del Nuevo-]\Iundo , aparecerán en
Avila como otros ardientes y victoriosos defenso-
res del catolicismo el austero Pedro de Alcántara
y el dulce Juan de la Cruz , reclutando , organi-
zando y conduciendo con la palabra, y más aún
con el ejemplo , á muchos otros celosos é infati-
gables operarios de la Viña del Señor.
Heme detenido más que quisiera sobre este
pensamiento, porque es más importante que lo
que á primera vista aparece. La Historia de Avila,
por muy interesante que sea, no puede fijar la
atención del crítico , del filósofo ni del historia-
dor, sino como una parte de un todo, como un
fuerte y brillante eslabón de la gran cadena his-
tórica de la nacionalidad española. Y aunque son
muchos y muy notables los períodos envidiables
de Avila en la formación, cambios y alteraciones
de esa misma nacionalidad, suele desdeñarse por
los hombres consagrados á los estudios históricos
el examen de los detalles y pormenores de cada
suceso , contentándose con inquirir los principios
impulsivos y los resultados de los grandes acón-
HISTORIA DE AVILA.
tecimientos, y con deducir de unos y otros, de es-
tas causas y efectos, la tendencia y el espíritu
progresivo de los siglos , generalizando más que
lo que la lógica rigurosa consiente sus ideas , que
más de una vez se apartan no poco de lo que fué
la verdad misma de los heclios. Movidos de este
resorte por un lado, y constreñidos por otro á con-
sultar el ánimo de sus lectores , para no fatigarles
con las frecuentes digresiones que reclama la mi-
nuciosa relación de pormenores individuales ó
locales , abandonan los historiadores generales,
como cosa de poco momento, las descripciones
topográficas, las biografías de los personajes, el
origen de su nacimiento , la fama de sus hechos,
siempre que no entra en su plan filosófico y ge-
neralizador ocuparse de tales puntos, que califi-
can de pequeneces , y que son cabalmente para el
escritor de más modestas y limitadas concepcio-
nes el rico arsenal donde se provee de cuanto
necesita para formar las crónicas de un determi-
nado país ó de una época dada.
Y cuan necesario sea para la rectificación
constante de la Historia general que las leyendas
provinciales se extiendan á todos estos estudios,
nadie lo desconoce. ¿Qué seria de las historias ge-
nerales de que el mundo disfruta; qué seria de las
propias de nuestra nación, si no les hubiesen pre-
cedido los archivos de los monasterios y de las
catedrales , los de las ciudades y corporaciones
DISCURSO PRELIMINAR. 15
populares, y los de las universidades literarias y
casas de los i^-randes señores y proceres del Esta-
do? ¿Qué historiador nacional tiene espacio en la
vida breve del hombre, ni medios de adquisición,
ni conocimientos bastantes para estudiar, com-
prender y metodizar los innumerables documen-
tos que reclaman el lugar que de justicia se les
debe en la Historia general?
Y de esta imposil)ilidad material, j cuánta di-
ficultad intelectual ! Así se confunden por el más
avisado y estudioso los lugares , los nombres, las
personas y los tiempos ; y cuando ocurre un su-
ceso para el escritor general inexplicable , ó ro-
tundamente le niega como absurdo, ó cuando
menos le califica como ficticio é increíble. Pues
hé ahí la razón de la utilidad de las historias
particulares, de las crónicas especiales, de las
leyendas populares, que son más de la jurisdic-
ción del historiador local , y que , ayudado del
mismo modo que el general de las luces de la filo-
sofía, de las reglas de la crítica, de los datos de
la cronología , pero con más tiempo y desahogo,
por cargar sobre sus hombros menor peso , puede
fijar y determinar la certeza de los hechos de que
después se apodere el escritor nacional.
Y basta lo dicho para que ninguno , por más
que de erudito y literato presuma, se enoje ni
llene de fastidio , si tiene que leer algunas pági-
nas de nuestra Historia , consagradas á la uíemo-
16 HISTORIA DE AVILA.
ría de una pobre monja , de un compungido er-
mitaño, de un modesto escritor místico ó profano,
ó á los milagros que la Iglesia considere hechos
por la mediación de un santo , siempre que la
monja, el ermitaño, el escritor y el milagro ha-
yan figurado en la vida y progreso de nuestra
sociedad como un hecho que no deba pasarse en
silencio. Que no todo ha de ser guerras, y con-
quistas , y bandos , y parcialidades , y destrona-
mientos de reyes y conjuraciones espantosas, que
siempre dilaceran el corazón fiel Estado.
II.
De los falsos cronicones.
Mucho me temo, sin embargo, que al dar
cuenta de varios acontecimientos, por ejemplo,
de los sucesores de San Segundo en el episcopado
abulense , ampliando y rectificando sus más co-
nocidos catálogos con otros prelados, unos de
nombres ciertos, otros de nombres ignorados, pero
de cuya existencia hay racionales y grandes mo-
tivos de credibilidad , haya de fruncir el ceño al-
gún severo crítico , de los que con ánimo inflexi-
ble y cortante escalpelo despojan desapiadada-
mente á la historia del intachable y sólido, á la
DISCURSO PRELIMINAR. 17
par que ameno y patriótico fundamento de la tra-
dición , alegando por única causa de la aversión
que muestran á creer en ella , que todo lo que no
dicen los escritores en quienes han depositado
su entera fe , no es admisible , por no ser más que
fábulas é inventos gratuitos de la época de los
falsos cronicones.
Yo bien sé con cuan justa razón se condenan
muchas ficciones fraguadas desde el último ter-
cio del siglo XVI hasta mediados del xviii, y sé
cuánto se dice de los Fragmentos del tristemente
célebre Jerónimo Román de la Higuera , atribui-
dos á Dsxtro, Máximo y Ltiitprando, y de otros
escritores de esta época, porque incurrieron en
los mismos defectos, forjando hechos y suce-
sos á su voluntad , con los que desfiguraron la
verdad histórica. Pero sé también que la tra-
dición no puede ser rotundamente desechada
como elemento, no ya perjudicial, pero ni aun
como inútil para acrisolar la narración historial.
Sé que toda genuina tradición que, arrancando
desde un tiempo dado , es la verdad misma con-
servada de generación en generación por medio
de la palabra, no se prueba de antemano ó apriori
con documentos innegables , porque entonces de-
jarla de ser tradición; sino por el contrario, que
los testimonios de su certidumbre vienen á reta-
guardia ó a posieriori , á condición de aparecer
en el curso del tiempo inalterables. Sé que apé-
TOMO I. 2
18 HISTORIA DE AVILA.
lias hay tradición popular dig-na del asenso del
sentido común , que no tenga su origen en algo
cierto , ya sea religioso ó cientifico , ya guerrero
ó político , ya de cualquier otro carácter , con el
que , condenando los vicios que en la sociedad á
la sazón dominaran , se estimula á la virtud , al
estudio ó al patriotismo , si bien pueda aparecer el
hecho que se describa engalanado con refulgen-
tes y postizos atavíos , que le hagan hiperbólico,
y por tanto censurable ante las impasibles reglas
de la crítica. Sé que si á los episcopologios y á
las historias particulares de nuestras ciudades y
villas, de nuestras iglesias y monasterios, de
nuestras universidades, santuarios, hospicios y
otras instituciones locales, solamente porque vie-
sen la luz en gran número durante aquel período,
se los hubiere de considerar impregnados en las
fábulas y cuentos justamente censurados en Dex-
tro, Luitprando y comparsa, y, por consiguien-
te, que no se les debiera dar crédito, desaparece-
ría el más rico minero de nuestra literatura his-
tórica, y con ellos se perderían cuantas noticias
verdaderas nos han transmitido acerca de la forma
y estado de la sociedad , del nacimiento , progreso
y desarrollo de los municipios, de los fueros y
legislación especial de cada localidad , y del in-
menso número de datos, que arrojan clarísima
luz para penetrar en los opacos siglos de la Edad
Medía. Sé que es viciosa é inadmisible lógica
DISCUBSO PRELIMINAR. 19
condenar absoluta é irrevocablemente todo un li-
l)ro de ese género, porque se justifique que en él
se encuentran una ó más falsedades , que no pue-
den resistir al crisol de la verdad , si es que á su
lado se hallan consignados otros muchos hechos
habidos y reputados siempre como ciertos ; porque
jamas se debe de argüir deduciendo máximas ó
principios generales de proposiciones ó causas
particulares. Sé que el sabio y gran critico don
(Iregorio Mayans y Sisear, en la impugnación á
los falsos cronicones, publicada en Valencia en el
año 1742 , dijo , entre otras cosas : «De los falsos
cronicones dudará el mundo mientras avrá (así
está escrito) letras i amor á ellas; son los croni-
cones historias fabulosas, que con sus ficciones,
mentiras i embustes han falseado las memorias de
toda la antigüedad , representando en ella pobla-
ciones, personas i acciones que nunca hubo. En
el año 1594 ama un hombre en España, que
siendo muy leido, pero de un genio novelero,
popular i entregado á su pasión , según ella es-
cribía en obsequio del vulgo , de las opiniones
vulgares lo que imaginaba ó deliberaba. Este,
pues, forjó unos cabos sueltos, que llamó /ra^-
mentos, intitulándolos á Dextro (hijo de SanPa-
ciano , obispo de Barcelona) , puesto por San Je-
rónimo entre los escritores eclesiásticos; á Maxi-
mino, obispo de Zaragoza, célebre por San Isi-
doro, entre los varones ilustres; á Luitprando,
20 HISTORIA DE AVILA.
diácono de Pavía, bien conocido por sus escritos;
á Julián Pérez, escritor desconocido, aunque su
inventor le autorizó de mil maneras ; á San
Braulion, Tajón, Valderedo i Heleca , obispos de
Zaragoza. »
Sé también que fueron insignes impugnado-
res de tamañas falsedades D. Juan Bautista Pé-
rez , obispo de Segorbe; D. José Pellicer, D. Gas-
par Ibañez de Segovia, marqués de Mondejar, y
entre otros más antiguos D. Nicolás Antonio, en
su Biblioteca Vetus et Nova (á quien citaré con
frecuencia) , descubriendo que el inventor hasta
entonces incógnito de todas ellas habia sido
un Jerónimo Román de la Higuera. Sé, como
testigo ocular contemporáneo , que muchos ilus-
trados escritores de nuestros dias hacen alarde de
la más severa critica como enemigos irreconcilia-
bles de los falsos cronicones , con el laudable ob-
jeto de pm'ificar la historia de toda pútida in-
vención.
Pero de lo que no puedo prescindir en este
instante es de manifestar, para esclarecimiento de
mi propósito , que he disfrutado con grata y em-
peñada atención la reciente «Historia Crítica de
los Falsos Cronicones, » compuesta por el ilustrado
y laborioso Sr. D. José Godoy Alcántara, obra
premiada por voto unánime de la Heal Academia
de la Historia, y publicada en 1868 á sus expen-
sas , el cual después con gran reputación y me-
DISCURSO PRELIMINAR. 21
recimiento fué nombrado individuo de su seno.
Y como en este notabilísimo libro se habla de San
Segundo, primer obispo de Avila, á las pági-
nas 79; del templo de San Vicente, Sabina y
Cristeta, á las 165; de la virtuosa Paula de Car-
deñosa, la Santa Barbada, á las 216 y 217; y de
Tamayo deSalazar, provisor que fué de Avila, á
las 237 ; y en cada uno de estos pimtos se ex-
presa el erudito Sr. Godoy Alcántara de una
manera tal que desvirtúa y empequeñece, cuan-
flo rotmidamente no ridiculiza ó niega la im-
portancia que todos ellos han alcanzado , y jus-
tamente deben de retener en la Historia de la
Ciudad, porque á todos estos asuntos tiene á bien
calificarlos, ó de puras fábulas y monstruosas ma-
ravillas de los Falsos Cronicones , ó , por lo me-
nos , como revestidos y amancillados con tan
abigarradas falsedades ; desde ahora , para cuando
llegue el caso de ocuparme en su verdadera nar-
ración histórica , anuncio mi resolución de con-
testar sobre cada uno de ellos al Sr. Godoy Alcán-
tara; y el público ilustrado fallará imparcial-
mente sobre la mayor fuerza y convicción que
ostenten unas y otras alegaciones. Mientras tanto,
he de valerme de la respetabilísima autoridad del
mismo Sr. Godoy Alcántara, para sacará salvo
y triunfante el crédito puro y acendrada doctrina
de los escritores abulenses que me han enseñado
á escribir la Historia particular de mi país natal.
22 HISTORIA DE AVILA.
Dice este eruditísimo señor académico en la
página 34 de su Historia Crítica de los Falsos Cro-
nicones , que «Román de la Higuera, impreso ya
el libro de su consocio el célebre teólogo Gabriel
Vázquez, catedrático de Alcalá, sobre la herejía
de Elipando , y no habiendo nadie impugnado la
referencia á un documento que él le habia facili-
tado , creyó que pisaba en firme , y lanzó sus cro-
nicones á la prueba suprema , el juicio de D. Juan
Bautista Pérez , obispo de Segorbe , suponiéndoles
como copia sacada del códice original de la bi-
blioteca de Fulda. . . Su elevación á la silla de Se-
gorbe, acrecentando su a-utoridad, habia hecho sus
juicios más formidables : Román contó, pues, con
que teniendo sus cronicones el voto favorable del
prelado segorbicense, el éxito era seguro. Burlóse
Pérez del engendro, y escribió á Higuera, dicién-
dole paladinamente , como acostumbraba, que era
una ficción. Fulminada así la obra , comprendió
Higuera que estaba herida de muerte ; abstúvose
de dar á nadie otra copia, quedando la única en
manos de Pérez , de las que años adelante pasó á
las de Gaspar Escolano , analista de Valencia. Los
primitivos cronicones de Dextro , Máximo y En-
trando , volviendo maltrechos de su primera sa-
lida , se sumieron en profunda obscuridad: la no-
ticia de su existencia transciende á muy corto
número de personas , que m.nj luego la desatien-
den, y el olvido es tan profundo, que... no se les
DISCURSO PRELIMINAR. 23
cita.» Esto acaecía por los años de 1594 A 1596,
según el testimonio del mismo Sr. Godoy Alcán-
tara. Murió el sabio obispo de Segorbe en 1597
(pág. 131), «y despejado asi el terreno, dióse Ro-
mán de la Higuera á reconstruir un nuevo Dextro
y Máximo , y en esta segunda salida cambiará el
nombre de Marco por el de Lucio , que lleva en la
crónica de Padilla, lo que le ayudará á poder ne-
gar su identidad con el fracasado homónimo , si
por ventura existiese la copia exploradora remiti-
da al obispo de Segorbe.»
Y continúa el Sr. Godoy Alcántara á la pági-
na 170... «los cronicones permanecieron ocultos, y
; le ellos no tuvieron noticias ni aun los más fer-
vientes campeones. X mediados de 1608 , tal vez
á causa de haber comenzado á correr copias del
primitivo Dextro , que se hallaba en poder de Es-
colano , Higuera se decidió á lanzar sus refundi-
dos cronicones , escogiendo por inocente difundi-
dor al doctor Bartolomé Llórente, prior del Pi-
lar. ...» etc. Y para prueba de la autenticidad de
ellos , copia el Sr. Godoy Alcántara la siguiente
legalización. «Yo, el padre Hyerónimo Romano de
la Higuera, de la Compañía de Jesús, doy fe: que
yo i Pablo Llórente Lavemos cotejado i enmen-
dado este traslado de Üextro i Marco Máximo con
el traslado que acá tengo dellos , y van conforme
en todo , y porque es verdad di esta , firmada de
mi nombre en Belmente , de la diócesi de Cuen-
24 HISTORIA DE AVILA.
ca, en el Collegio de la Compañía de Jesús de esta
misma villa, en 23 del mes de Junio de 1608. —
Gerónimo Romano de la Higuera.» — Y todavía no
se imprimieron, porque, añade el Sr. Godoy y Al-
cántara, «pidieron y se les dieron copias D. San-
cho Uávila , obispo de Jaén ; D. Beltran de Gue-
vara, de Santiago; D. Prudencio de Sandoval, de
Pamplona ; D. Alejo de Meneses, de Braga; D. Pe-
dro de Castro y Quiñones , de Granada ; los de Si-
güenza , Plasencia , Palencia ; las iglesias metro-
politanas de Sevilla, Zaragoza, Compostela, Va-
lencia ; los colegios de Belmonte , Placentino ; el
condestable de Castilla , el duque de xYlcalá , y
después de todos , una innumerable multitud de
hombres doctos de toda suerte de profesiones : » y
lo atestigua con Rodrigo Caro, Defensa de los
escritos de Dextro y Máximo (MS. de la Biblio-
teca Nacional). Y concluye el Sr. Godoy Alcán-
tara en otra nota que sigue á la anterior , que
Tamayo de Vargas , en sus Novedades antiguas de
España, dice: «En Sevilla sé que hizo tanta esti-
mación de uno (de dichos ejemplares) que tiene
un curioso, que, deseándosele feriar quien podia,
pidió por él cinco mil ducados.»
Y para concluir por mi parte de acumular
textos literales (de este sabio académico , traslado
el siguiente , que consigna en nota colocada á la
página 236: «Es digno de notarse que el primero
que en impreso señaló como supositicio el Dex-
DISCURSO PRELIMINAR. 25
tro, fué un jesuíta. El P. Femando Chirinos de
Salazar, en su libro Pro immaculata Deiparm
Vmjinis Conceplione Defensio , estampado en Al-
calá en 1618 (un tomo en folio mayor), esto es,
un año antes de que se publicara el Dextro , ha-
blando de la antigüedad de la ñesta de la Con-
cepción,» etc. , concluye diciendo... que Higuera
lio falleció, como se creia, en 1624, sino que ya
í^a muerto en 1618, cuando se imprimió este li-
bro, que es el del P. Chirinos.
Hasta aqui los textos literales del Sr. Godoy
Alcántara , los cuales bastan y sobran á mi pro-
pósito-, porque claro es, y me interesa mucho
dejarlo consignado , que todas las historias , do-
cimientos, leyendas y monumentos históricos avi-
leses que sean anteriores al año de 1619, en que
se publicó el Dextro , y cuya lectura ya pudo lle-
gar á manos de los escritores de nuestra Ciudad,
no están inficionados , no podian estarlo de las
])osteriores fábulas y ficciones inventadas por el
embustero Román de la Higuera, primer autor
de los Falsos Cronicones. Razón única, pero im-
periosa , que me ha hecho acumular tantas obser-
vaciones sobre este importante punto.
Y sé , por último , para no distraerme de mi
modesto empeño de escribir una disertación pre-
via , conveniente sólo en cuanto baste á preparar
el estudio de una historia particular , que hace
más de tres siglos, dijo ya el P. Juan de Maria-
26 HISTORIA DE AVILA.
na, «que la Historia no admite partida de que
no se muestre quitanza:» yo, pues, presenta-
ré las que crea que pueden abonar mis dichos.
Por consecuencia de todo lo expuesto, con-
cluyo, que valgan lo que valieren los argmnen-
tos y pruebas que yo formule en la narración de
sucesos, instituciones, cosas ó personas concer-
nientes á la Historia de Avila, su Provincia y
Obispado , há golo á ciencia cierta ; primero , de
que al asentarlos procuraré no olvidarme de las
reglas de la crítica ; segundo , de que no serán
repulsados los documentos , las crónicas, las le-
yendas y noticias que yo aduzca como anteriores
á la maléfica inñuencia que ha ejercido la falsa
escuela que para escribir la Historia comenzó á
fundar Jerónimo Román de la Higuera desde que
aparecieron sus fragmentos-, y tercero, de que
bajo tan firmes bases dejo á cada cual de mis lec-
tores en la libertad de juzgarlos ; pero con la sa-
tisfacción de que habré de antemano desarmado
á cuantos , por la ignorancia en que me supusie-
ran, quisieren impugnarme. Así, pues, mi pluma
ha de narrar lo que tenga por cierto como cierto,
lo dudoso como dudoso, lo falso como falso. Poco
valor , aun así , tendrán quizá mis razonamientos,
si bien fundados siempre en las autoridades y da-
tos que acotaré ; pero si consigo al menos excitar
;'i otros á que adelanten más, aleccionados con
mis errores , en el estudio de una sensata y con-
DISCURSO PRELIMINAR. 27
vincente crítica para la acertada calificación de
ellos, algo habrá ganado la verdad de la His-
toria.
III.
De los motivos especiales de la publicación de la de Avila, su
Provincia y Obispado.
Los importantísimos sucesos en qne , intere-
sada la religión de nuestros padres , la indepen-
dencia de España , la restauración de la monar-
quía y la defensa de sus reyes, tuvieron una
grandísima influencia, así nuestra célebre Ciu-
dad como toda la antigua comarca , conocida hoy
con los nombres de su Provincia y Obispado; ora
como pueblo guerrero, ora como pacífico concejo;
ya levantando su pendón , bajo del cual conducía
huestes organizadas á campaña, ya como plaza
fuerte , guareciendo á sus monarcas contra la osa-
da pujanza de sus fuertes enemigos; bien como
cuna de ilustres capitanes y soldados , de esclare-
cidísimos varones y mujeres admirables por su
patriotismo, por su ciencia y santidad, y bien
como silla episcopal , en que han brillado glorio-
sísimos pastores, que al mismo tiempo eran el
28 HISTORIA DE AVILA.
alma, la fuerza y el pensamiento dominante en
los consejos de nuestros soberanos:
El esclarecimiento y alguna vez la rectifica-
ción , que para honrosa memoria de los Avileses
reclaman los grandes hechos de annas y gobier
no, que apareciendo desfigurados ó contradichos
por algunos historiadores, tuvieron lugar, así en
las siete pérdidas y siete recoc quistas de la Ciu-
dad hasta su completa repoblación en tiempo de
D. Alfonso VI, el Bravo, como en el desastroso
periodo de la reina doña Urraca, y en los bandos,
parcialidades y guerras ci\áles que turbaron tan
hondamente la paz del Reino durante la menor
edad de los tres gloriosos monarcas los Alfonsos
el VII , el Vni y el XI , salvando sus vidas y sus
coronas al abrigo de sus hasta hoy magníficos y
entonces inaccesibles muros :
La lealtad acrisolada de sus naturales en to-
dos tiempos , y más señaladamente en los débiles
reinados de D. Enrique I, deD. Fernando IV, Don
Juan II y D. Enrique IV; siendo Avila y el ter-
ritorio de su Provincia y Obispado teatro de tan
turbulentas y lamentables escenas , así como del
heroísmo é hidalguía nunca desmentida de mu-
chos ilustres hijos suyos en los florecientes tiem-
pos de los Católicos monarcas Isabel I de Castilla
y su esposo Fernando de Aragón, de Carlos I y de
Felipe n, precediendo el importante estudio del
origen y progreso de esta antiquísima población
DISCURSO PRELIMINAR . 29
y de su lamentable decadencia desde Felipe III
hasta que abdicó la corona el Sr. D. Carlos IV
en 1808:
La densa obscuridad en que yacian olvidados
en sus antiguos archivos interesantísimos docu-
mentos, y que de medio siglo acá rodaban la-
mentablemente hacinados por los inescrutables
estantes de las oficinas del Estado á consecuen-
cia de las repetidas ocupaciones que el Gobierno
ha hecho de los papeles de las comunidades mo-
násticas, religiosas y eclesiásticas, hasta que fe-
lizmente muchos se han salvado, recogiéndolos
la Real Academia de la Historia ; lo cual hubiera
hecho que dentro de pocos años fuera imposible
verificar con títulos fehacientes la historia de
nuestro pueblo :
La traslación d Madrid de los archivos, bi-
bliotecas y armerías en que se han aglomerado
todos los datos históricos y monumentos gloriosos
de más de trescientas nobilísimas casas de nues-
tro país , porque es necesario reconocer que Avila
y su tierra fueron, con algunas otras notables ciu-
dades, la cuna de la más esclarecida aristocracia
de Castilla, dando irrefragable testimonio de esta
verdad los sitios mismos que todos señalamos hoy
como palenques de las hazañas de sus antiguos
é insignes hijos, los artísticos edificios que eri-
gieron, los mayorazgos pingües que fundaron, las
piadosas memorias que instituyeron, las tradi-
30 HISTORIA DE AVILA.
ciones populares que hasta nosotros han llegado,
y el grandísimo número de pueblos y hereda-
mientos á que dieron sus propios nombres y con
que todavía son conocidos :
La escasez suma que se siente muchos años há
de las antiguas crónicas, leyendas é historias im-
presas de que tan rica era esta notabilísima Ciu-
dad al desaparecer el siglo xviii , y de las que ape-
nas se hallarán hoy en la Provincia media docena
de ejemplares; si bien, aunque todavía abunda-
sen, no satisfarían ya los deseos de la actual ge-
neración, porque la indigesta, árida y pesada
lectura de que adolecían , no se acomoda bien al
espíritu filosófico, crítico y casi escéptico del
tiempo en que vivimos ; y porque su incompleta
narración no abraza todas las épocas que deben
formar parte de la Historia interesante de nuestro
país:
La agremiante necesidad de sustraer á la len-
ta, pero incansable, voracidad del tiempo los es-
casos fragmentos que hasta hoy se han salvado
de los preciosos manuscritos avileses, entre los
que brillan como fulgentes luceros la historia de
la memorable basílica de San Vicente , Sabina y
Cristeta, mártires, escrita por el erudito y curioso
bachiller Bartolomé Fernandez Valencia en el
año de 1676 ; el catálogo de los obispos de nues-
tra apostólica Iglesia , posterior y muy preferible
á todos los anteriores , compuesto por el crítico y
DISCURSO PRELIMINAR. 31
entendido presbítero D. José Tello Martínez,
en 1790; los cuadernos históricos de las funda-
ciones de los memorables conventos de la Encar-
nación, donde profesó de carmelita calzada nues-
tra gloriosa paisana Santa Teresa de Jesús, escrito
por la religiosa doña María Pinel, hija de la
Ciudad , y de San José , el primero que fundó la
Santa de la descalcez del Carmelo , su autor en su
mayor parte, Francisco de Mora, el arquitecto
mismo que le construyó en su religiosa reacción;
la descripción de Arévalo, por D. Fernando Oso-
rio Altamirano Briceiio, en 1641 , que se conserva
en la Biblioteca Nacional; códices todos, entre
otros muchos curiosos y fidedig7ios testimonios, á
que habremos de acudir con frecuencia para con-
cordar sucesos y personajes, tiempos y lugares:
Y el deseo irresistible de dar rienda suelta á la
incesante afición que desde mis más juveniles
años me arrastraba á estudiar la vida heroica , no-
ble y generosa del pacífico y saludable país en
que he tenido la dicha de nacer , y en el que sus
ilustres campeones y guerreros rivalizan en nú-
mero con sus hombres de Estado, con sus varones
insignes en ciencia, y con sus santos y bien-
aventurados ; porque me consumía el afán de que
mis honradísimos paisanos pudieran estudiar, sal-
vo las personas de reconocida erudición, para
quien son innecesarias mis elucubraciones, lo que
han sido en el curso de los siglos nuestra Ciudad
32 HISTORIA DE AVILA.
y su tierra , haciéndoles entender con datos irre-
cusables las pruebas de sus gloriosos y merecidos
nombres de Avila de los Caballeros, Avila de los
Leales, Avila del Rey:
Tales y tan generosos son los motivos que al
fin hacen que, enlazando los ocios y mi actual
apartamiento de las altas ocupaciones á que por
tantos años he consagrado mi vida pública, me
haya decidido á concluir la Historia de mi amada
patria la ciudad de Avila y su tierra, para que
se conozca á fondo toda la de su Provincia y
Obispado.
Bien comprendo lo arduo y difícil de mi em-
peño; más arduo y difícil quizá, aunque cierta-
mente mucho más tenue y mucho menos impor-
tante, que el de escribir una Historia general. Y la
razón es clara. El historiador generaL colocado á
la altura de los conocimientos que requiere su
gravísimo cargo, se sobrepone sin pena á todas
las exigencias políticas; no reconoce patria; des-
atiende infundadas pretensiones locales ; combate
tradiciones fabulosas; censura el excesivo amor
cívico; se sonríe desdeñoso del entusiasmo, no
pocas veces exagerado ; habla siempre en el tono
científico y elevado, propio del mundo literario
para quien escribe ; y sin hacer caso de las habli-
llas de los que se sienten ofendidos 6 lastimados,
expone la verdad, ajeno á todo espíritu de vecin-
dad ó de partido. Pero yo tengo contra mí , como
DISCURSO PUELIMINAB. 33
historiador particular , otros tantos censores cuan-
tos son los habitantes de mi país, con tal de (^ue
se estimen medianamente ilustrados, y que es
para quienes principalmente escribo; porque to-
dos se creerán bastantemente instruidos en las
tradiciones de su propio pueblo , y se han de en-
carar conmig-o cada cual con su objeción, unos
por lo que he dicho, otros por lo que he dejado de
dtícir . muchos por el modo de decirlo , y todos
sin t^ner en cuenta que antes de dar á luz mi
obra he empleado muchas vigilias , he leido mu-
(;hos documentos, tal vez contradictorios, he pe-
dido muchos datos y noticias y comprobaciones á
lodos mis amigos de diversos estados, jerarquías
y condiciones , é invocado sin cesar en mi favor
el auxilio de la cronología , de la geografía, de la
crítica y de la Historia general.
Más entendidos y más justamente severos que
muchos de estos censores, podrán serlo todavía
los verdaderamente hombres ilustrados de toda la
Nación, si no he acertado á comprender y determi-
nar en la mia el carácter de la Historia particular;
y desde ahora imploro y espero su generosa in-
dulgencia, si observaren que en puntos esencial-
mente científicos desciendo á dar definiciones, por-
menores y noticias elementales, hasta poniendo
notas de trivial inteligencia para las gentes de
razón cultivada; porque siendo mi principdi ob-
.jeto ilustrar en cuanto pueda á mis amados com-
Toxo I. :j
34 HISTORIA DE AVILA.
patricios , no puede desconocerse que , como todos
los hombres del mundo, son, en su mayoría, ex-
traños al estudio de las ciencias.
Si pues en gracia de la necesidad , utilidad é
importancia de generalizar la afición á las histo-
rias particulares para el mejoramiento constante
de la Historia general , obtengo el beneplácito de
los sabios españoles, no menos confío en la natu-
ral benevolencia de los sencillos Avileses , que,
siendo siempre fácil y grata para con todos los fo-
rasteros , no se la han de negar ciertamente á su
buen amigo y paisano.
IV.
De notables accmtecimientos dignos de constante recuerdo en nuestra
Historia .
La ciudad de Avila , su Provincia y Obispada
se lamentan hace muchos años , y hasta siglos,
de que por las causas que dejo indicadas, y por
otras que aún podria enumerar, carecen de una
historia verdadera , digna de la merecida fama de
sus inmarcesibles glorias: y para acudir en cuanto
puedo á llenar este vacío, á subvenir á tan ur-
gente necesidad, emprendí há mucho tiempo la
DISCURSO PRELIMINAR. 35
para mí siempre dulce y siempre estricta narra-
ción de ellas.
En su Historia se ha de demostrar que el país
sobre que después se fundó la Ciudad, estaba ya
liabitado de gente celtíbera de remotísimo origen,
y que se hallaba circundado de otras muchas fa-
milias ó razas de la misma procedencia, asenta-
das en las comarcas que luego aparecerán com-
probadas. Después se indicarán ciertos nombres
propios , aplicados á cosas ó personas ; se hablará,
de ciertos monumentos imperecederos en el curso
de los siglos ; se exhibirán antiquísimos signos ó
caracteres que , siendo partes componentes de un
todo , constituyen un dialecto escrito , muy cono-
cido: y cuando esos nombres son extraños á todas
las regiones de Europa , y cuando esos perennes
monumentos, por informes y toscos que sean,
están reconocidos también como extranjeros en
nuestra Península, y cuando esos signos literarios,
elementos de una escritura, están considerados
como de un origen que tiene íntima filiación con
esos nombres de todo el mundo sabidos, y con esos
monumentos de significación para el mundo todo
desconocida , y por muy pocos sabios á lo sumo
sospechada; más todavía; cuando los nombres,
los monumentos y los caracteres escritos concuer-
dan su común existencia en una misma época
y en una misma región, ¿no podrá surgir de todo
esto una serie de indicios , de conjeturas y proba-
3í» HISTORIA DE AVILA.
hilidades, que favorezcan la racional creencia,
nunca interrumpida y de larg-uisimo tiempo acep-
tada, sobre la inmemorial fundación de Avila?
Uso á propósito de este lenguaje obscuro , más
que anfibológico , casi sibilítico , pero eminente-
mente dialéctico , que servirá al lector como el
hilo de Ariadna , que le conduzca segm'o para sa-
lir de este laberinto , y para que él mismo , sin
que yo se lo indique, fije y determine la funda-
ción de la Ciudad. Y si todavía , firme en su espí-
ritu resistente de no admitir lo que no conciba,
no quisiere confesar , ni aun asentir á esta apre-
Tuiante deducción , le reto y le provoco , para el
bien y adelanto de la ciencia , á que enuncie otra
idea ó dé otra noticia de la verdadera primitiva
] )oblacion de Avila ; pero á condición de que ex-
plique satisfactoriamente por qué en el corazón
de España, y hace más de veintidós centurias, se
usaron esos nombres para dar á conocer la Ciu-
dad ; que explique el origen y significación de
esos eternos Luonumentos , y explique y dé la ra-
zón de la existencia en cien y cien sitios de la
Ciudad , de esos signos característicos de un len-
guaje escrito, esculpidos en gran multitud de
piedras , que se ostentan burlándose del curso de
los siglos: y cuando de todo ello no dé razón
cumplida ni satisfactoria solución, contenga su
prurito de negar, y reconozca al menos el acerta-
do principio de inquirir , porque han pasado los
DISCURSO I'RELIMÍNAR. ',il
tiempos en que era un erróneo principio en las
escuelas el fallar irrevocablemente con un «lo
(jue no entiendo lo niego.»
Y dado ya que subsista una hipótesis más ()
menos verdadera , más ó menos probable , acerca
de la fundación de la Ciudad por una gente ex-
tranjera, sin engolfarnos en la ridicula, desacre-
ditadísima y hasta risible intervención r/iaquina-
ria de la mitología, que yo altamente desprecio,
pero á la que ignorantes, y á la vez orgullosas,
acudieron para enaltecer su origen muy notables
ciudades del mundo antiguo , fácil me será se-
guir el curso de las inmensas vicisitudes á que
ha estado sometida por más de dos mil años ];»
memorable ciudad de Avila.
Sujeta Espaiía, después de una lucha de dos-
cientos años, á la dominación romana , Avila su-
frió la misma suerte , é infinitos testimonios lapi-
darios lo comprueban: y en el primer siglo de
la Iglesia es una de las siete ciudades en que
ya se predicó la doctrina celestial del Evange-
lio por obispos enviados al efecto por el apóstol
»San Pedro , y que , siguiendo nosotros la tradi-
ción más autorizada , aunque en los tiempos ac-
tuales también combatida , entraron por la parte
meridional de la Península.
Establecidos en la Ciudad en el siglo v los Go-
dos , siete veces ó más se apoderaron de ella los
Sarracenos , y otras tantas la recuperaron los
38 HISTORIA DE AVILA.
Cristianos, hasta que, casi reducida á escombros y
ruinas , fué decretada su repoblación por el gran
rey D. Alfonso VI.
Avila es la ciudad destinada por el cielo para
gloria de sus hijos , y para el amparo , protección
y ventura de los reyes Alfonsos.
La conquistaron Alfonso II, el Casto; Alfon-
so ni , el Magno ; Alfonso V, el Noble : y la res-
tauró Alfonso VI, el Triunfador de Toledo. Es la
patria adoptiva , el asilo y la triunfante defensa
de otros tres reyes Alfonsos , todos niños y todos
esclarecidos: el VII, ó el Emperador ; el VIII, ó el
de las Navas; el XI, ó el del Salado. También Al-
fonso X, el Sabio, halló en sus prudentes y po-
líticos obispos consuelo á sus afanes y querellas.
Enrique I se habia acogido antes al abrigo de
las entonces inexpugnables murallas de Avila. '
La grande Isabel I nació en Madrigal ; educóse
en Arévalo ; fué reconocida y proclamada herede-
ra del trono en Guisando ; en Madrigal meditó y
creó la institución más salvadora de la sociedad
en su siglo , la organización de la Santa Herman-
dad; y todos estos pueblos son territorio de Avila.
El pendón del Concejo de Avila ondeó triun-
fante y el primero de todos los de Castilla , por
privilegio real, en muchas ciudades ganadas á
los Moros ; díganlo , entre otras , Cuenca , Baeza,
Jaén, Guadix, Málaga, Zahara y Granada.
De Avila v su tierra son los inmortales anti-
DISCURSO PRELIMINAR. 39
guos adalides Blasco Jimeno, Nalvillos Blaz-
quez, Esteban Domingo y otros; el mariscal don
Alvaro de Avila, y los gloriosos generales don
Fernando Alvarez de Toledo, gran duque de Alba;
el rayo de la guerra D. Sancho Dávila, D. Gil
González Dávila, el maestre de campo D. Ñuño
del Águila, y cien y cien otros ilustres y vale-
rosos guerreros.
Los españoles de ambas Américas admiran to-
davía asombrados las virtudes de insignes avile-
ses. Estalló una funesta rebelión en el Perú, al
principio de su colonización , y en una miserable
aldea de las sierras de Avila habia nacido el hu-
milde y desconocido clérigo Pedro La Gasea, que
va , llega , sofoca la insurrección y hace cortar la
cabeza al rebelde Gonzalo Pizarro. Méjico y Lima
y otras ciudades del Nuevo-Mundo cuentan gran-
des prelados , valerosos capitanes hijos de la tierra
de Avila.
Si Avila es la patria de tantos personajes es-
clarecidos en las armas y en el gobierno del Es-
tado , también es la cuna y el sepulcro de nume-
rosos bienaventurados. San Segundo, enviado
por los apóstoles San Pedro y San Pablo , es su
primer obispo ; San Vicente y sus hermanas las
Santas Sabina y Cristeta, la enaltecen con su
glorioso martirio , como con sus penitencias los
eremitas San Pedro del Barco, San Pascual do
Tormellas y San Bernardo de Candeleda. La sa-
40 HISTORIA DE AVILA.
pientisima Santa Teresa de Jesús, el dulcísimo
vSan Juan de la Cruz , el austero reformador San
Pedro de Alcántara son en Avila los ilustres cen-
turiones en santidad y letras de una gran cohorte
de memorables ¡personajes de ambos sexos que
ilustran la fama de tan privilegiada ciudad.
Las venerables María Diaz , la pobre Evangé-
lica de Vita ; la ilustre noble monja doña María
Vela , llamada la Mujer fuerte ; la humilde Ana
de Reyes; los piadosos y eruditos Julián Dávila.
Francisco de Guzman, Juan de Briviesca, Fran-
cisco Salcedo , hijos son de Avila, y canónigo de
su Iglesia xlntonio de Honcala. El santo duque
de Gandía , Francisco de Borja; el virtuoso Balta-
sar Alvarez , y los hermanos Pimentel, de la no-
bilísima casa de Benavente, exhalan en el pul-
pito y en sus libros el perfume de sus virtudes,
y le infiltran en el corazón de los cristianos avi-
leses. Esta época es para Avila su siglo de oro-
Sus reverendos obispos son siempre , así en la
paz como en la guerra, el voto más autorizado
en los consejos de los reyes. En las batallas y en
las conquistas siguen el cuartel real, y en las
ciencias sagradas y en la santidad de vida brillan
como refulgentes luceros : tales son D. Sancho
Blazquez Dávila, D. Domingo Dentudo, D. Alon-
so de Madrigal , el Tostado , y Fr. Hernando de
Talavera ; y antes había precedido á todos el pru-
dentísimo D. Pedro Sánchez Zurraquinez, prela-
DISCURSO PRELIMINAR. 41
(lo repoblador de Li Ciudad, y después los si-
iTuieron D. Fr. Francisco Ruiz y D. Diego de Arce
y Reinoso , entre otros muchos insignísimos pas-
tores que ciñeron sus sagradas sienes con la mi-
tra de San Segundo.
Pero aún no acaba aquí la importancia de
Avila. Es la ciudad más fuerte de Castilla ; y por
lo mismo es el asilo á que muchas veces se acoge
en los conflictos de su proceloso reinado el siem-
pre vacilante é indeciso D. Juan II, siendo los
campos de sus armas Avila , Arévalo y Olmedo:
es el punto que eligen la ingratitud , la soberbia
y el rencor de proceres sediciosos para levantar
el teatral cadalso , donde representaron con satá-
nica irrisión el destronamiento del rey D. Enri-
(¿ue IV , calificado por unos escritores de fiero , vi-
cioso y temible ; y de débil , inconstante é irreso-
luto por otros, terminándose aquella horrible es-
cena con la proclamación real de su hermano el
candido príncipe D. Alfonso: es, en fin, el lugar
á que convoca la Liga para la reunión de la Santa
Junta de las sublevadas comunidades de Castilla,
y en .su catedral se congregan los representantes
de las ciudades directoras de tan lamentable le-
vantamiento.
Todavía es Avila gloriosa para España y digna
del más atractivo estudio , si se la considera como
un gran conjunto de monumentos artísticos. Sus
templos , timbres del saber y de la piedad de los
42 HISTORIA DE AVILA.
siglos medios, son admirables. La catedral reco-
noce pocas en el Reino que la aventajen en méri-
to arquitectónico, y sola ella representa desde su
construcción el doble y expreso conato de que sea
al mismo tiempo que la casa de Dios la fortaleza
más poderosa de sus reyes.
La basílica de San Vicente, Sabina y Cristeta,
es de antigüedad tan remota como que su primer
templo nació bajo el imperio de Constantino: el
segundo alcanzó tan prodigiosa celebridad, que
fué reverenciado como una de las más aíamadas
iglesias Ju /•aderas de Castilla.
Las de San Pedro Apóstol y Santo Tomás el
Real, aquélla como antiquísima parroquia, ésta
como convento moderno , gran obra de los Reyes
Católicos , traen simultáneamente á la memoria
el primer auto de fe verificado en España por el
Inquisidor general Fr. Tomás de Torquemada.
Sus restos humanos descansan en una humilde
sepultura en lo interior de sus claustros , mien-
tras en el crucero del majestuoso templo está el
lujosísimo túmulo del príncipe D. Juan de Casti-
lla, hijo malogrado de los grandes monarcas Fer-
nando é Isabel.
Notables fueron todos sus monasterios y con-
ventos, desde el de la Antigua, de Benedictinos,
de puro origen godo , donde , al decir de la tradi»-
cion, yace el duque Se\eriano , venturoso padre
de San Ildefonso, San Fulgencio, San Isidoro v
DiSGlRSU l'RELiMlt\AR. 43
Santa Florentina , hasta los de la Encarnación y
San José, casas religiosas de la abulense Santa
Teresa, como que en el primero fué carmelita
calzada por espacio de treinta años, y el segundo
es el principio y cimiento de la descalcez del Car-
melo.
Las murallas de Avila, su alcázar y torre del
homenaje, fueron desde su construcción tan es-
beltas, tan gallardas, tan robustas, que merecen
en su lugar un detenido y cientifico estudio, y
que en opinión del ilustre viajero inglés Mr. Ri-
chard Ford, que ha muerto en el año de 1859,
son, á no dudarlo, las fortalezas que mejor se
conservan de su belicosa época en toda la culta
l^iUropa.
Dos palabras más todavia sobre el desconocido
y mal estudiado territorio de esta pacifica Pro-
vincia y Obispado , no menos bello por sus altas
montañas , sus profundos valles , sus rios crista-
linos, sus admirables cascadas, sus útilísimos sal-
tos de aguas y sus fragosos y pintorescos precipi-
cios, que el de las dulces Provincias Vasconga-
das. Rica de granos en su parte septentrional, de
ganados en la central , de aceites , vinos y deli-
cadísimas frutas en la meridional y occidental,
abundante en lanas, surtida de linos, reúne en sí
misma todos los elementos indispensables para
íitender á las necesidades de la vida; y desde el
naranjo y limonero que se crian en los delicio-
44 HISTORIA PK AMI.A.
SOS valles del partido de Arenas , varían sus pro-
ducciones hasta la del helado liken , que vegeta
solo en las fragosas cumbres de la gigantesca y
fantástica sierra de Gredos.
Tales son , entre otros muy gloriosos , los títu-
los y timbres en que funda su ejecutoria de impe-
recedero renombre Avila del Rey , Avila de los
Leales , Avila de los Caballeros ; celebérrima ca-
beza de su Provincia y Obispado ; timbres y títu-
los ignorados hoy de unos , equivocados por otros,
y por muchos mal entendidos y peor recopilados.
Los documentos que los comprueban van desapa-
reciendo al maléfico irreprimible influjo de los
tiempos: las guerras, las revoluciones, los incen-
dios y otras graves vicisitudes políticas ó desven-
turas domésticas aceleran esa desaparición. Sus-
traerlos al olvido , renovar su memoria á los Abu-
lenses, hacerlos notorios á toda la Nación, y coor-
dinarlos cronológica, crítica y filosóficamente,
rectificando algunas veces y siempre ampliando
(íon importantes pormenores y prudentes comen-
tarios la Historia general de España, ha sido,
como ya dejo dicho, el pensamiento que impulsó
mi amor patrio hacia tan grave y minucioso tra-
bajo : le he realizado ; y tal como es , sale á la luz
pública.
DISCURSO PRELIMINAR. 4")
V.
Del orden y compartimiento de esta obra.
Para darle unidad, sistema y conveniente
progresión, la he dividido en dos partes, que,
aunque por estar íntimamente enlazadas y tenei-
muclios puntos de contacto , tratan con necesaria
frecuencia de unos mismos objetos, deben, sin
embargo, ser consideradas bajo aspectos bien di-
ferentes : el estadístico , el gubernativo y el his-
tórico; así es que ambas tienden á un mismo fin,
al más exacto conocimiento del país.
Hablemos de la primera. Así como la estadís-
tica es en el gabinete de un hombre científico el
agradable y satisfactorio conocimiento que ad-
quiere de las partes componentes de un todo , vi-
niendo á clasificar y reunir en una cuartilla de
papel los grandes ó pequeños elementos de un
conjunto ó cuerpo de compleja naturaleza; cono-
cimiento que no podría alcanzar de un solo golpe
de vista la débil comprensión humana; y en tal
sentido y acepción gramatical, es antiquísima,
en el mundo la utilidad práctica de la estadística;
así cuando se la aplica á la gobernación de los
pueblos modernos , es un elemento importantísi-
46 HISTORIA DE AVILA.
mo en el estudio de su administpacion , y sin el
cual no puede darse un paso hacia su desarrollo,
engrandecimiento y prosperidad. Ella demuestra
la extensión superficial de cada territorio; sus
calidades geográficas ; sus accidentes geológicos;
el número de sus habitantes, distinguiéndolos
por sus sexos , edades y estados ; el desarrollo ó
diminución constante ó excepcional de su mo-
^'imiento ; los terrenos cultivables é improducti-
vos ; las producciones del suelo , de la industria y
del comercio , creadoras de la riqueza pública; los
artículos de subsistencias y abundancia con que
cuenta; la respectiva densidad por Idlómetros
ó leguas cuadradas de su población; las causas
que contribuyen á su acrecentamiento ó deca-
dencia : ella marca con el resumen de los estable-
cimientos de enseñanza el grado en que se halla
la instrucción popular de cada país ; señala la di-
ferencia de todos estos y otros elementos en di-
versos períodos de tiempo ; ostenta la fuerza vital
de la sociedad , y es la regla más segura , más in-
variable y más justa para asignar á cada provin-
cia , partido , pueblo ó familia , el importe con que
ha de contribuir en proporción á sus haberes para
el sostenimiento de las cargas públicas , genera-
les ó locales, por los cupos de sangre y cuotas de
dinero con que han de cubrirse las necesidades
respectivas sociales; ella , en fin , para venir ya á
nuestro objeto , es una fuente perenne de donde
DISriRSO l'RELIMINAR. 47
broto n todos los datos que concurren á la confec-
ción de la historia de cada territorio.
Por esta razón el primero de los tres volúme-
nes de que consta mi trabajo contiene los ele-
mentos constitutivos del segundo y del tercero,
listos encierran el texto histórico no interrumpi-
do, omitiendo las largas digresiones que habria
de menester para la descripción de las montañas,
valles, ños, llanuras, sitios y poblaciones, teatro
de los sucesos históricos que se refieren; y siempre
([uedarian obscuros, defectuosos y poco conocidos
en la sucesión de los tiempos todos los cambios
por que en más de veintidós siglos han pasado
Avila y las comarcas de su actual Provincia y
Obispado.
La lectura , pues , de este primer tomo sirve
de aliciente y como de buscapié para el más fruc-
tuoso estudio de la Historia : pica la curiosidad
del lector la rapidísima indicación de los fenó-
menos naturales y de los hechos notables , cuyo
desenvolvimiento está reservado á la narración
historial, y satisface y recrea su ánimo al obser-
var, en el examen de ésta, que ya le son conoci-
das las variadas regiones, las temperaturas opues-
tas y las diversas producciones de su suelo, de
cuyo minucioso estudio, por regla general, debe
de prescindir la extricta historia.
En esta parte, previa y verdadera auxiliar de
ella, se da razón con la misma sucinta brevedad
48 HISTORIA DE AVILA.
de las distintas razas de gentes que sucesivamen-
te habitaron su territorio, las divisiones politicas
que ha conocido en su gobierno desde la remota
dominación romana hasta nuestros dias. No es de
menor interés anticipar las noticias necesarias
sobre el principio y extensión de su Obispado,
indicando las distintas metrópolis á que ha esta-
do sometido hasta hoy, la antigua importancia
de su estado eclesiástico secular y regular, y las
preciosas riquezas de sus venerandas reliquias,
que esmaltan la santidad de sus iglesias. Por úl-
timo, era indispensable delinear el cuadro topo-
gráfico , monumental , artistico y descriptivo de
la Ciudad, objeto siempre primordial de nuestras
elucubraciones, porque su configuración, sus ad-
mirables murallas , sus robustísimas puertas mi-
litares y las muchas casas fuertes, moradas de
sus primeros repobladores en el siglo xi, es como
un interesante museo para los gloriosos cuerpos
científicos que se consagran al profundo estudio
del arte de la guerra.
Hé aquí la razón por qué presiden ante todo
las reseñas geográfica y geológica del territorio,
extractadas de las que ha publicado la Junta ge-
neral de Estadística del Reino, añadiéndose otras
más circunstanciadas y minuciosas noticias sobre
este mismo asunto , de que si bien puede y debe
desentenderse un centro general administrati^-o
ó científico , porque no entran tales pequeneces
DISCURSO TRELDIINAR. 49
en el sistema de sus trabajos, son, sin embargo,
de harto interés para los habitantes de una deter-
minada localidad , á la manera que estmian los
datos históricos, aunque sean poco notables, de
que no se cura, ó que procura muy poco apreciar
el historiador general.
Por la misma razón subsigue á estas la Rese-
ña politico-civil de la Provincia en toda su ex-
tensión , de la que forman parte interesante la
político-electoral desde una remota antigüedad, y
la esencialmente militar; continúan la político-
eclesiástica de toda la Diócesis con cuantos ele-
mentos la componen; los catálogos de varones
y mujeres ilustres en dignidades, gobierno, ar-
mas, santidad y letras; y cierran este primer vo-
lumen el cuadro peculiar descriptivo de Avila y
los de las cabezas de los partidos judiciales, con
algún otro especial si conviniere.
Vuelvo á decir con esta ocasión que quizá se
me moteje de que emprendo un camino no tri-
llado por los escritores de otras monografías de
más ó menos importancia y extensión , y de que
en ello doy una prueba ó de mi impericia, desco-
nociendo cómo deben escribirse , ó de una censu-
rable presunción , colocando al lado de una his-
toria particular unos conocimientos preliminares
tan extensos que absorben la tercera parte de
ella, y que produzco un monstruo literario tan
deforme como el que pintó Horacio en los prime-
TOUO I. 4
50 HISTORIA DE AVILA.
ro3 versos de su imperecedera epístola sobre la
poética á los hermanos Pisones. Venga, pues, la
censura, pero no me arrepiento de mi plan. Ko
me cansaré de repetir que para rectificar la Histo-
ria general es necesario el concurso de las histo-
rias particulares rectificadas: y si en la mia se
ve comprobada la necesidad de estas previas re-
señas, quedaré satisfecho: lo uno, porque esos
preliminares^ bien entendidos son verdadera his-
toria, pero difíciles de desleírse á cada paso en el
texto narrativo general; y lo otro, porque nadie
está obligado á jurar un statu qiio inalterable en
daño del progresivo perfeccionamiento de la hu-
manidad en manos del que se llame maestro.
La narración histórica, que, como queda indi-
cado, forma la segunda parte de la Obra y ocupa
los tomos segundo y tercero , pedia por su propia
condición y distintos períodos que comprende un
especial compartimiento. Abarca en teda su ex-
tensión el inmenso espacio de más de veintidós
siglos : y si bien son muy escasas las noticias que
podemos dar de la existencia de nuestra Ciudad
y de la condición, estado, leyes, usos y costum-
bres, artes, comercio y civilización de las gentes
habitadoras de nuestro país en las primeras cen-
turias, no podíamos, sin embargo, dejar de hablar
de estos primeros pobladores, dándoles algún na-
cimiento y determinando un principio; pero prin-
cipio, si no cierto, probable al menos, ajeno á
DISCURSO PRELIMINAR. 51
las fantásticas ilusiones de los .siglos mitológicos
y á los cuentos y fábulas que los modestos histo-
riadores de Avila, imitando á los de todos los pue-
blos célebres, han forjado y contrahecho para dar
un origen casi sobrehumano á nuestra Ciudad;
ficción ridicula, hija de la fogosa imaginación á
la par que ignorante credulidad de todos los pue-
blos nacientes, como es ardiente y crédula la in-
fancia del hombre. Y esto me proporcionará la
ocasión de entmr en profundas investigaciones,
filosóficas unas, históricas otras , y algunas hasta
filológicas , de que si bien no han de ser jueces
competentes muchos de mis paisanos , excitarán
el estudio de sabios y críticos anticuarios con
aplicación al origen desconocido pero presumible
de nuestra Ciudad.
Así , pues , la razón misma y la propia natu-
raleza de las cosas nos han marcado el plan y
distribución que debemos dar á nuestra obra. El
'hombre viejo , en el sentido simbólico de nuestras
creencias religiosas, ocupa el primer lugar en
esta narración: esto es, la indicación de las primi-
tivas razas que poseyeron nuestro país hasta la
predicación de la doctrina que vino á enseñar al
mundo el Hijo de Dios, para verificar la reden-
ción del género humano. El hombre oiuevo , esto
es , la propagación de la Ley de Gracia y toda la
extensión del tiempo que imperó triunfante en
España, y por necesidad en nuestro propio suelo.
52 HISTORIA DE AVILA.
desde que la predicó en Avila San Segundo, su
primer obispo , hasta el rápido y espantoso cata-
clismo que sufrió el imperio de los Césares con la
irrupción de las razas venidas del Septentrión de
Europa, es el segundo periodo; y en él habrán
de figurar el incremento y desarrollo del catoli-
cismo, las persecuciones horribles que sufrieron
los cristianos hasta la rota y aniquilamiento de
sus enemigos : la paz dada á la Iglesia , y la des-
trucción del gran poder latino por la natural fie-
reza y establecimiento de los bárbaros del Norte,
es otra importante época. No es menos interesante
la del origen, duración y caida de la Corona goda,
á que estaba sometida nuestra provincia, y de que
quedan notorios vestigios en i^vila. Los esfuerzos
prodigiosos que hizo la católica España contra la
dominación de sus nuevos señores los hijos de Is-
mael , rehaciéndose poco á poco de su primer atur-
dimiento y paroxismo, y cuyo^período de tiempo
corre el espacio de casi tres siglos , hasta que Avi-
la, después de repetidas pérdidas y otras tantas
reconquistas, los arrojó para siempre de su recin-
to, sufriendo en tan largo como penoso estado
repetidas ocupaciones , saqueos , incendios y rui-
nas , de que al fin se indemnizó triunfante , for-
man otra de las series de nuestras investigacio-
nes históricas. Comprende la parte más poética y
caballeresca, á la par que más gloriosa y memo-
rable de nuestro pais , la repoblación y suntuosa
DlSCi uso PREIJMINAR. 53
roedificacicaí de la ciudad en el reinado de ü. Al-
fonso VI, el conquistador de Toledo; y después
va apareciendo en los siguientes su importancia
política , eclesiástica , militar y científica en la
antigua corona de Castilla. El funesto reinado de
doña Urraca , dando ocasión á que se acrisolase la
lealtad de Avila con la sangre derramada de sus
inocentes y nobles caballeros en defensa de su
hijo D. Alfonso Vil; el hidalgo y generoso asilo
que por muchos años otorgó la ciudad á D. Al-
fonso VIII; la imparcial é incontrastable cons-
tancia con que cerro sus puertas á los numerosos
aspirantes á la tutela de D. Alfonso XI, que vivió
al abrigo de sus murallas hasta que se reconoció
á su abuela la reina doña María de Molina por su
tutora y regente del reino ; la confianza con que
el débil D. Juan II se entregaba á la caballerosa
fidelidad de los Avileses , buscando dentro de sua
muros la seguridad y descanso que le negaran en
otras partes los borrascosos tiempos de su tan lar-
go como bullicioso reinado ; y la silenciosa , pero
altamente significativa indignación con que la
ciudad presenció la satánica ceremonia y los inau-
ditos insultos hechos á la ^Majestad Real en la efi-
gie del, ja fuese pusilánime y casi imbécil, ya
iracundo y mal intencionado D. Enrique IV, son
otros tantos importantísimos períodos de la vida
histórica de Avila , Arévalo , Madrigal, Olmedo,
el Tiemblo, Cardeñosa, Guisando y otros muchos
54 HISTORIA DE AVILA.
puntos de sa Provincia y Obispado. ¿Cómo no
lia de ser parte gloriosa de su Historia el felici-
simo y nunca bastantemente conocido reinado de
la primera Isabel , cuando nació en Madrigal , se
educó en x\révalo , se acogió al santo asilo de un
monasterio en Avila; cuando renunciando modes-
ta y virtuosa la corona con que los ambiciosos y
soberbios magnates le brindaban en nuestra Ciu-
dad, contuvo su deslealtad; cuando fué procla-
mada heredera del trono en los campos de Gui-
sando ; cuando ya soberana de Castilla , medita y
acepta , y publica en ]\íadrigal la institución sal-
vadora en aquella época de la sociedad, la orga-
nización general de la Santa Hermandad ; cuando
en su pais natal dotó á la nación de otras impor-
tantísimas leyes?... En su üempo se sembraron
las semillas del saber y del valor subordinado en
todo el reino, que tan abundante cosecha produjo
para Avila en las gloriosas y memorables épocas
de Carlos V , Felipe 11 y Felipe III , que constitu-
yen su siglo de oro; porque con dificultad podrá
citarse otro pueblo de iguales y aun mayores ele-
mentos sociales , que presente á la vez tantos, tan
célebres y afamados personajes por su santidad,
por sus .letras , por sus hechos de armas y admi-
rables prendas de gobierno.
Aquí deberíamos dar por cumplido el empeño
que habemos contraído, poniendo término á nues-
tra tarea , si solamente escribiésemos la Historia
EISCLRSO PRELIMINAR. 55
heroica de Avila y toda su comarca, por.iue es
donde verdaderamente acaba su brillo y su gran-
deza y todo lo maravilloso y sorprendente á que
dan ocasión los poéticos episodios de su existen-
cia. Pero como escribimos su Historia general,
que habria de aparecer manca y defectuosa, si en
tal punto concluyera, tendremos que descender,
aunque con pena, á explicar las causas de la de-
cadencia , empobrecimiento j postración por que
hubo de pasar, como aconteció á todo el reino,
nuestro infortunado país en los reinados de Feli-
pe IV y de Carlos II y en los primeros años del
de Felipe V, en que comenzó á recobrarse algún
tanto de tan larga y triste situación.
Más útiles y provechosas, si bien menos bri-
llantes y deslumbradoras, fueron las mejoras que
recibió mi patria con los pacíficos, reformadores
y progresivos principios de la gobernación del
Kstado de que es deudora España al mismo Feli-
pe V y á sus hijos los dos excelsos hermanos Fer-
nando el VI y Carlos III ; desarrollo y protección
otorgados á los intereses populares, que se hicieron
sentir todavía en el siguiente reinado de Chir-
los IV, hasta que abdicó la corona en 1808: lími-
t3 que meditadamente hemos puesto á nuestra
historia.
Querer extenderla á tiempos posteriores serín
una empresa difícil, monstruosa y ajena á nues-
tro propósito. Difícil, porque concretando la nar-
56 HISTORIA DE AVILA.
ración á la parte que exclusivamente interesase
á la Provincia, no pocMa escribirse con impar-
cialidad, sin que apareciesen juicios y aprecia-
ciones personales que podrían ser ofensivas á de-
terminadas familias, que hayan figurado desde la
proclamación del Sr. D. Fernando Vil en la ges-
tión de los negocios públicos : monstruosa, porque
no es posible abarcar con la brevedad y concisión
con que hemos referido los sucesos de tantos si-
glos, los gloriosos acontecimientos de toda la mo-
narquia, y en que Avila reclamaria con justo de-
recho su parte, sin hacer una gigantesca sección,
que habria necesariamente de achicar y empe-
queñecer todas las anteriores de nuestra Obra: y
en fin, ajena á mi propósito, porque al acoger el
pensamiento de escribir la historia de mi país,
me propuse como dulce solaz renunciar al pe-
ligroso trato y comercio de los ^dvos, conten-
tándome con los inofensivos recuerdos de los
muertos.
No es esto decir que no aparezcan indicadas
en el libro todas las mejoras que sucesivamente
han ido recibiendo la Provincia y la Ciudad des-
de el cambio de nuestras instituciones políticas,
administrativas y económicas, así de utilidad
como de ornato público hasta nuestros dias: no,
hígase el bien, sea cualquiera la mano que le la-
bre; mi intención se limita á preterir toda opinión
sobre personas y familias , partidos y parcialida-
DISCURSO PRELIMINAR. 57
des políticas de más ó menos estimación y me-
moria.
Tal es el plan de mi trabajo; tal el orden de
las ideas que me decidí á dar á mi Obra: y, no
cesaré de repetirlo , especialmente la consagro al
recuerdo de las glorias y al agrado y enseñanza
de los sencillos, afables y honradísimcs hijos de
Avila, su Provincia y Obispado.
RESEÑAS GEOGRÁFIfÁ I GEOLÓGICA ÜE LA PROÍIEIA.
NOTICIAS GENERALES
DE LA SITUACIÓN GEOGRÁFICA DE LA CIUDAD,
Y DE LA EXTENSIÓN DE SU PROVINCIA Y OBISPADO.
Tiene la ciudad de Avila su asiento á las diez y
nueve leguas , de veinte al grado, al Oeste de Madrid;
y según los últimos , aunque todavía no definitivos,
estudios de la triangulación de la Península , hechos
por la Comisión del Mapa de España, que forma parte
de la general de Estadística del Reino, y que tan
brillantes resultados ha principiado á dar , á los un
grado 3' 30" de longitud Oeste del meridiano de
Madrid (1), y á los 40" 37' latitud Norte.
(i) Latitud.— Longitud. Dije en Los ge(5grafos,para dará conocer
el Discurso preliminar que siempre la tierra, que es un cuerpo aproxi-
que ocurra en mi libro alguna enun- maila pero no exactamenle esférico,
ciacion científica que no pueda es- la dividen en dos hemisferios, mita-
lar al alcance de tudos mis lectures, des ó partes iguales, y considerando
descenderé á explicarla, porque mi la unadt^l lalodel Nortey li otra del
interés principal es generalizar la lado del Sur, llaman Nurte ó boreal
ilustración entre mis paisanos; y se al primer hemisferio, y Sur ó aus-
])rpsenta la primera ocasión deter- tral al segundo ; y á la línea circular
minando qué se entiende en Geogra- divisoria que suponen, la llaman
fía por Latitud y Longitud de un A"c»£fdcr. Vuelven á dividir la tierri
pueblo ó punto de la tierra, y por en direccioii contraria en otras dos
qué se entiende así; puesto que no mitades, una hacia el Este, otra há-
es caprichosa esta fórmula ó lo- ciael Oeste, y á esta lír.ea la 11 mían
cuciou. Meridiano. Él Ecuador es una línea
60
HISTORIA DE AVILA.
Su Provincia se ve circunvalada al Norte por la
de Valladolid; al Este por las de Segovia j Madrid;
al Sur por las de Toledo y Cáceres , y al Oeste por
ésta y por la de Salamanca, internándose por varios
pueblos de todas ellas su apostólico y por consi-
guiente antiquísimo Obispado.
Fué el Obispado en la antigüedad de mucha ma-
yor extensión que es en la actualidad la Provincia,
fija, constante y común en todos los
países: el 'Yleridiano es una línea
convencional, que varía en cada es-
cuela, y que cada geógrafo adopta á
su placer como punto de partida de
sus estudios, colocándola en el pueblo
o punto del globo que más le agra-
da; resultando que el Ecuador es el
circulo máximo que se considera en
la esfera, y tiene por eje el de la
tierra, siendo así que el Meridiano es
el círculo máximo que pasa por los
polos y por ei zenit y nadir dhl pue-
blo ó "punto á que se refiere. Ade-
mas, todo el vulúmen del globo se
gubdivide de Norie á Sur y de Este
á Oeste , como cualquier otro cuerpo
esférico ó circular, en 560 porcio-
nes ó espacii'S iguales, que se lla-
man grados, cada grado en 60 minu-
tos, y cada minuto en 60 segundos.
Pondré un ejemplo: quiero expre-
sar 2 grados , 6 minutos y 12 segun-
dos L. Norte, y lo escribo así: 2" 6'
42" L. Norte: y con estos datos y con
saber que se llama Latitud la exten-
sión de la tierra de Norte á Sur y Lon-
gitud la extensión de la tierradeEste
á Oeste, puede averiguarse y 'ieter-
minarse la situación de cualquier
pueblo ó punto de ella. Sírvanos de
prueba nuestra ciudad. Como Avila
está en España, y España toda se
halla en el hemisferio ó media es-
fera del Norte, distará tantos grados
de Latitud Norte cuantos se aparte
del Ecuador hacia su polo: y como
Madrid, adoptado por merid'ano co-
mún para España, está al Oriente de
Avila, Avila distará tantos grados
de L'iigitiid cuantos se separa de
Madrid , o sea del Meridiano.
Pero todavía resta averiguar por
qué se llama Latitud á la línea que
cortando el Ecuador corre ne Norte
á Sur, y Longitud á la que divide al
Este del Oeste por medio de un Me-
ridiano, caminando perpendicuiar
al eje de la tierra de polo á polo;
y esto tiene dos explicaciones, am-
bas verdaderas y convincentes; pero
una es matemática y por consiguien-
te positiva, otra histórica y pur tan-
to hipotética. Como el globo terrá-
queo no es perfectamente esférico, es
más corto siete leguas en su círculo
de Norte á Sur que de Este á Oeste,
porque, según los cálculos más exac-
tos, tiene tle circunferencia 2, 28i le-
guas esjiañolas de 20 .il grado, osean
de 20,000 pies de Norte á Sur, y 2,291
de Este á Oeste , siendo sus respecti-
vos diámetros 1,142 y 1.1-ioy media
leguas; y jior consiguiente nada más
natural que llamar Longitud á lo
largo, y á lo ancho Latitud. Esta es
la verdadera y positiva rai-.on mate-
mática. La razón histórica trae su
origen de la extensión del antiguo
mundo conocido en tiempo de Ale-
jandro Magno, y á que luego se ex-
tendió la dominación del imperio ro-
mano; y como éste era mucho más
largo desde las costas del mar Cas-
pio en el Este hasta las del Atlántico
en el Oeste , que desde la Scitia y la
Sarinacia al Norte hasta la Libia ai
Sur, los antiguosgeógrafus adoptaron
estas Latitudy Longitud del imperio
por bases de sus estudios; por ma-
nera que lo que comenzó siendo his-
tóricamente cierto, luego apareció
cierto matemáticamente por los pro-
gresos de la ciencia.
RESEÑAS GEOGRÁFICA Y GEOLÓGICA. 01
piiesto que Avila y sus primitivas comarcas fueron
el primer territorio de Castilla la Vieja donde se pre-
dicó y echó profundas raices la doctrina del Evan-
gelio , así que las sillas episcopales confinantes que
sucesivamente se fueron creando , y con especialidad
las de rlasencia y ^'alladolid, que son las de más re-
ciente creación , tomaron parte de la demarcación de
la antigua diócesis Abulense.
El orden científico y rigurosamente lógico exige
que preceda al conocimiento de la formación, divi-
sión y extensión política del territorio que vamos á
estudiar, por ser de condición voluntaria, variable
y hasta cierto punto convencional , el de la situación
geográfica, condiciones geológicas y reseñado las
producciones y medios de existencia de nuestro país,
por ser de índole necesaria, invariable y eterna.
Pero como no hemos de traspasar los límites de la
Provincia y Obispado, llevando más allá nuestras in-
vestigaciones, porque esto seria escribir cosas aje-
nas al objeto que nos proponemos en honra y en pro-
vecho de nuestro país natal , expondremos solamente
y en su propio lugar lo que á este ínteres convenga.
DE LA PROVINCIA.
Reseña geográfica de sus montañas, valles y ríos con relación á toda
España, y señaladamente á las grandes cuencas del Duero y Tajo,
según los novísimos estudios de la Comisión de Estadística general
del Reino.
Esta sabia y bajo todos conceptos autorizada Co-
misión, creada en el año de 1857 , que inició sus im-
62 HISTORIA DE AVILA.
portautísimos trabajos publicando en 30 de Setiem-
bre del mismo año el Nomenclátor de los pueblos y
el Censo de la población de España, comenzó á recti-
ñcarlos y enriquecerlos, dando á luz su primer
Anuario estadístico, correspondiente al año de 1858.
Y en la Reseña geográfica de España que le precede,
al explicar su vertiente occidental ó lusitánica , y al
describir las cadenas de montañas, las cuencas que
circundan, y el origen y curso de los rios, cuyas
aguas , descendiendo de la línea divisoria , van á en-
riquecer los caudales del Duero y el Tajo, da á co-
nocer científicamente y con grande claridad, aunque
considerada bajo un aspecto genérico y absoluto, la
situación geográfica de la provincia de Avila.
Describe antes que la del Tajo la gran cuenca
del Duero, y tomando por punto de partida para la
parte que comprende nuestra provincia el alto de la
Cierva, que es uno de los elevados picos de la sierra
de Guadarrama, inmediato al camino de Castilla; y
tendiendo desde allí sus miradas hacia el Sudoeste
y el Oeste, en que se hallan los límites orientales del
territorio de Avila, fija la atención del observador
con la exactísima descripción siguiente :
^<Ci{enca del Duero. — Desde el alto de la Cierva,
la cordillera desciende notablemente , dividiéndose en
dos ramales principales: el uno que se dirige al Sud-
oeste, del cual nos ocuparemos después, y el otro
que va al Oeste, y sigue marcando la divisoria de
aguas de la región que describimos. En éste se en-
caentra la sierra de Malagon, dominando ligera-
mente la elevada llanura del Campo- Azál varo , ter-
RESEÑAS GEOGRÁFICA Y GEOLÓGICA. 63
minada al Norte por la pequeña cordillera de Ojos-
Alvos, paralela á este ramal y poco menos elevada;
luego las sierras del Herradon, y la Palomera ó Para-
mera , en la que se encuentra el puerto de las Pilas
á 1.356 metros (que son aproxidamente 1.627 va-
ras castellanas (1), y otros inmediatos que son de
ios más accesibles de la cumbre. Este segundo nom-
bre , ó sea el de Parameras de Avila , se da general-
mente á esta región , por presentar al Norte inclina-
das planicies, muy poco dominadas por la cresta, al
paso que las vertientes meridionales son muclio más
rápidas y abruptas , teniendo aquí otra vez el aspec-
to de un escalón. Más al Oeste, y en los llamados
Baldíos de Avila, vuelve á presentarse como sierra,
y en ella se levantan los picos Zapatero y la Serre-
ta, separados por el puerto, muy accesible, de Men-
ga. Después del último, la divisoria ofrece una de
sus más notables singularidades: por Norte y Sur
y perpendicularmente á ella se presentan dos colla-
dos bastante bajos, que la ligan con otras dos cade-
nas paralelas y muy próximas. La más septentrio-
nal, llamada sierra de Avila, se dirige al Este, en-
cerrando con la cumbre divisoria el valle de Ambles,
donde corre el Adaja, cortando luego este rio su en-
lace con la cordillera que limita al Norte el Campo -
Azálvaro, que parece prolongación de aquel valle,
hallándose la ciudad de Avila sobre el estribo que
(1) Fábese que siendo mayor el ras castellanas; y bajo este dato he-
metro que la vara de Burgos, por- idos hecho esta y las siguientes re-
que cunliene una vara y un quinto ducciones para la ni;ís fácil inieli-
lie eila, tinco uietros equivalen , con gencia de nuestros lectores.
muy pequeña diferencia, á seis va-
64: HISTORIA DE AVILA.
lia roto el Adaja, que marcha allí á 1.100 metros
(1.320 varas) de altitud. Por el Oeste sigue la misma
sierra con el nombre del Mirón hasta las orillas del
Tórmes, de cuyo rio nos ocuparemos bien pronto, de-
jando también al Sur el valle de Piedrahita, limitado
por la continuación de la cumbre principal , que se
prolonga al Oeste con la denominación de sierra de
Villafranca, ó Peña Negra, y que termina igual-
mente en las márgenes del rio mencionado: este valle
comunica con el de Ambles por el collado septen-
trional antes designado, y que se nombra puerto de
Villatoro. La cordillera de Avila y del Mirón lanza
sólo pequeños estribos al Norte , y es la última ca-
dena que se presenta por este lado, sucediéndose sin
interrupción elevadas planicies á unos 800 metros
(960 varas] de altitud por toda la provincia de Avila y
parte de Valladolid, hasta el Duero, que aquí corre
más lejano.
»E1 segundo collado, que, como dijimos, se inclina
al Sur desde las inmediaciones de la Serrota, divide
las aguas de los rios Alberche y Tórmes , que nacen
á uno y otro lado de él , y se dirigen respectivamen-
te al Tajo y al Duero. El Alberche, cuyo origen se
halla á 1.913 metros (2.296 varas), corre en su princi-
pio al Este para torcer mucho más adelante y brus-
camente al Sur y al Oeste: y el Tórmes va á Ponien-
te para inclinarse luego al Norte, y, por último, otra
vez ai Oeste. Estos dos rios marchan al pronto en-
cerrados en un estrecho y prof andísimo valle , limi-
tando la cuenca de entrambos por el Sur la elevada
sierra de Gredos. En la parte oriental de esta, que
RESENAS GEOGR.^'fiCA Y GEOLÓGICA. 05
mencionaremos, á pesar de pertenecer á la cuenca
del Tajo, se encuentran las elevadas crestas do Pe-
dro-Bernardo, Mijares, La Escusa y Cerrocasillas.
ái.760 metros (2.112 varas); Peña de Cadalso, á 1.18"^
metros(l .418 varas); cerro de Ag-ua-enfria ó Fuenfria,
á 979 metros (1.175 varas), ligándose con el ramal
que antes dijimos partia del Pico de la Cierva (por
donde comenzó esta descripción), en el cual sobresa-
len el cerro de San Benito, de 1.616 metros (1 .939 va-
ras), y el de Almenara, de 1 . 136, que son 1 .363 varas.
Esta cadena, en su parte más baja, desde donde se
eleva gradualmente en uno y otro sentido, está cru-
zada por el rio Alberclie, que se ha visto forzado a
romper, no sólo la línea de cumbres mencionadas
á 660 metros, ó 792 varas, de altitud, sino también
varios estribos que arrancan de una y otra, y que
parece quieren soldar la continuidad de las sierras de
Guadarrama con la de Gredos.
•Por el lado occidental esta última sierra se eleva
•considerablemente, alcanzando mayor altura, don-
de hay nieves casi perpetuas, en los Hermanillos de
•Gredos y en la plaza del Moro Almanzor , su punto
culminante, á 2.650 metros, ó sean 3.180 varas, sien-
do esta cresta la cuarta en altitud de nuestro país
(esto es, de toda España). Siguen al Oeste los ele-
vados picos del Potrico y Cabezapelada , y luego la
cordillera se inclina al Sudoeste, dejando ya de ser
la divisoria de la cuenca que nos ocupa. El límite de
ella lo forma después una nueva ensillada , que se
inclina algo al Noroeste , en la cual se encuentra el
■puerto de Tornavacas. por el que se une la cumbre
TOMO 1 5
60 lIISrORíA LE AVILA.
anterioi' al cerro del Trampal en la sierra de Béjar,
que corre paralela á la de Gredos en su última parte.
Tampoco sigue por ésta la divisoria, aunque llega á
notable elevación , penetrando , por el contrario , ha-
cia el Sudoeste en la cuenca del Tajo, y enlazándose
por el Nordeste con la sierra de Villafranca en la cor-
tadura del rio Termes. En las primeras vertientes al
Norte de estas encumbradas sierras se forman varias
lagunas, como la de Gredos, las Cinco Lagunas, las
del Barco, Trampal y otras, producidas por el des-
hielo de las nieves, y que se hallan rodeadas de in-
mensos peñascos. »
Hasta aquí la reseña que hace la Comisión de Es-
tadística general del Reino para describir nuestra
Provincia en la parte enclavada en la cuenca del
Duero; y para tratar de la del Tajo en lo que falta
para la completa descripción que á nosotros nos in-
teresa, concluye su narración de esta suerte:
o-C'iienca del Tojo.—Eu. las vertientes á este rio
se encuentran comprendidas casi todas las provincias
de Guadalajara y Toledo, un fragmento insignifican-
te de Teruel, una porción notable de Cuenca, toda la
de Madrid, tina tercera parte de Avila, un pequeño
trozo de Salamanca, y casi completa la de Cáccrcs,
con una gran extensión de Portugal.» Y después
continúa la Comisión en estos términos: «Desde los
altos de Almanzor, parte culminante de Gredos, se
lanzan al Sur de la cumbre algunos pequeños contra-
fuertes, dos de los cuales costean por uno y otro lado
(>1 camino de Avila á Talavera por el puerto del Pico.
Entre los montes de Casillas y Cadalso citados en la
RESEÑAS GEOGRÁFICA V GEOLÓGICA. 67
divisoria del Duero y en una notable depresión bien
próxiraa á la orilla derecha del Alberche , nace ei
Tiétar, partiendo también de allí un importante ra-
mal que, elevándose en los cerros del Berrocal, de
Nombelay San Vicente, divide estos dos rios después
que el primero, dando una gran vuelta, lia llegado á
marchar paralelo al segundo: este ramal continúa
por el Norte de Talavera , forma luego un lomo en
Oropesa, j acercándose cada vez más al Tajo, se con-
vierte en un alto borde que acompaña á este rio
hasta su unión con el Tiétar. También expresamos
en otra ocasión las cumbres y contoafuertes que es-
trechan el Alberche antes de la gran vuelta á que
hemos hecho referencia y que ligaban al parecer más
directamente la sierra de Gredos á la de Guadarrama
en el cerro de la Cierva. »
Este fué el punto por donde la Comisión de Esta-
dística dio principio á la descripción de nuestra Pro-
vincia; pero como la limita al conocimiento de las
cadenas de sus montañas y del origen y curso de las
aguas que, descendiendo de la divisoria, corren por
las dos cuencas del Duero y Tajo, y esto da una idea
muy escasa déla extensión, conñguracion y límites
de la Provincia y Obispado, creo oportuno fijarla y
determinarla más circunstanciadamente con arreglo
á los datos que suministran los diccionarios y mapas
geográficos más conocidos , y que personalmente y
en su mayor parte he procurado comprobar.
Pero antes conviene, no sólo por el respeto debi-
do á la autoridad científica de que procede, sino tam-
bién para mayor ilustración de nuestros lectores»
68 HISTORIA DE AVILA.
darles á conocer la reseña geológica que de nuestra
Provincia publicó la misma Junta general de Esta-
dística en el año 1862. Dice así:
BREVE RESEÑA GEOLÓGICA DE LA PROVINCIA DE AVILA.
Las provincias de Madrid y Segovia, geográfica
y geológicamente consideradas , ofrecen tres zonas
bastante simétricas, aunque dispuestas en sentido
inverso: una la de la sierra, que es común á ambas,
otra la de las arenas , que es la del centro , y en se-
guida la del terreno terciario. En la de Avila sólo
penetra la zona ó zonas de la sierra y la de las are-
nas, correspondiente á la de Segovia, de lo que re-
sulta que aquella sólo ofrece dos zonas , una la de la
sierra al Sur, y otra al Norte, la de la tierra llana ó
de las arenas, cuya superficie es las dos séptimas par-
tes de la total de la Provincia , poco más ó menos.
En la primera se levantan cuatro sierras princi-
pales: la de Gredos, que atraviesa toda la Provincia
en su parte meridional desde el puerto de Tornavacas
hasta el cerro de Guisando; la de los Baldíos de Avi-
la, que en su parte occidental se llama de la Avella-
neda, y en la oriental, antes de perderse en la Para-
mera, del pico Zapatero; la de Avila, que en su extre-
mo de Poniente se llama del Mirón , y de Villanueva
en el centro, y por fin, la de Malagon, que es la más
corta y la más baja, y que viene á ser una derivación
de la de Guadarrama. En el intermedio de las tres
últimas y de la zona de la tierra llana se extiende la
RESE'ÍAS GEOr.RÁFlCV Y GCOLOGlCA. 69
llamada Paraincra , que es una estepa do granito y
en algunos puntos de pizarras metamóvñcas. La
sierra de Gredos, en el pico llamado Plaza de Alman-
zor, alcanza la altura de 2.650 metros sobre el mar, á
que no llega ningún otro punto e7i el centro de la
Península. La Paramera ofrece una altitud de 1.100
á 1.200 metros, y la faja de la tierra llana de 800
á 900, siendo de notar que al lado opuesto de la sier-
ra, hacia Talayera, el mismo terreno de las arenas
se halla de 350 á 400 metros más bajo. Así es que
para atravesar la sierra desde los campos de Castilla
la Vieja se llega á lo alto de la Paramera y aun al
puerto de Tornavacas , en la raya de la provincia de
Cáceres, casi por llano, mientras que después hay
que bajar grandes cuestas.
En la zona de la tierra llana no hay valles que
merezcan este nombre, yendo los rios y los arroyos
perdidos casi siempre entre las arenas. Los que ofre-
ce la de la sierra pueden dividirse en dos clases : los
altos y los bajos. A los primeros corresponden el de
Ambles j el de Corneja, entre la sierra de Avila y la
de los Baldíos , uno á continuación del otro, y ambos
en dirección de Levante a Poniente, el segundo á este
último rumbo y el primero al opuesto , cuyas cabe-
ceras se hallan separadas por el puerto de Villatoro.
Otro es el de Caballeros, al Sur, y casi paralelo al de
Corneja, separado del mismo por un cordón de cer-
ros. Otra cañada elevada se forma en el Campo-Azál-
varo, pero su mayor parte corresponde á la provincia
de Segovia. Los de Ara valle. Nava del Barco y Na-
valonguilla se hallan al Sur del Barco de Avila.
70 HiSTORIA DE AVILA.
Los valles bajos son los que se liallan en el curso
del Tói'mes, del Alberche, del Tiétar y en sus anuen-
tes. Apenas merecen el nombre de valles, y son más
bien barrancos, cañadas ásperas y gargantas.
Los rios principales de la Provincia, ademas de
los que se acaban de nombrar, son el Adaja, que
nace en el puerto de Villatoro y se dirige al Este por
el valle de Ambles hasta Avila, donde tuerce al Norte
para ir á iVrévalo; el Corneja, que nace en el referido
puerto de Villatoro y se dirige al Oeste por el valle
de Corneja á juntarse con el Tórmes; el Voltoya, que
nace y muere en la provincia de Segovia , corriendo
sólo algunas leguas en la de Avila; el Zapardiel y el
Trabancos , que se dirigen al Norte en la zona de la
tierra llana , y que en verano apenas llevan agua. El
Alberche nace en unas praderas elevadas y de gran-
de extensión, el Tórmes en otras más bajas, y el Tié-
tar junto á Escarabajosa, en un terreno bastante
abierto. Los dos primeros efectúan luego su curso,
no por vegas ó valles, sino por cañadas sumamente
ásperas, dando riego solamente á algunas porciones
de tierra. Por lo que toca al Tiétar, que es el más
meridional y que corre en el terreno más bajo de la
Provincia, es, sin embargo, el que presta menos be-
neficios á la agricultura, arrastrando sus aguas por
una cañada, no áspera ni peñascosa como las dos
anteriores, pero más solitaria y cubierta de maleza y
de monte bajo muy espeso. Las aguas que se apro-
vechan con el mayor esmero y con gran ventaja para
la agricultura del país son las de muchas gargantas
que recibe el mismo rio por la derecha.
RESEÑAS GEOGRÁFICA V GEOLÓGICA. 71
No hay vegas en la provincia de Avila como las
del Tajuña, la de Alcalá y Ja de Torrelaguna en la
de Madrid, ni acequias como las del Tajo en Colme-
nar de Oreja y Aranjuez, ó la del Jarama en San
Martin de la Vega y Ciempozuelos , ni existe tampo-
co el terreno en que las referidas vegas se encuen-
tran, que es el terciario bien descubierto. Se toman
las aguas de los rios y arroyos en muchísimos puntos
para dar movimiento á los molinos ó para riego, pero
en espacios muy cortos.
Hay alganas pequeñas lagunas ó charcas en la
z^iiíx de la tierra llana, y en la sierra las lagunas •)
higos de Gredos y los de Nava del Barco.
Hay tres zonas ó regiones de vegetación: la del
olivo en la vertiente meridional de la sierra de Gre-
dos, desde Candeleda á Cebreros, que se continúa
l)Or la Vera de Plasencia al Oeste, y hasta el valle de
San Martin de Valdeiglesias al Este, donde ademas del
olivo abundan la vid, la higuera , la morera , el cas-
taño, diferentes frutales y también hortalizas , entre
ellas pimientos , que se exportan en gran cantidad
reducidos á pimentón. La segunda región es la á<',
los cereales, que comprende la tierra llana, y que en
la parte más baja, la del Norte, no deja de producir
bastante trigo, cebada y también vino, y en la alia
más centeno que trigo. La tierra es bastante arenosa,
y en pocos puntos da más de cuatro ó cinco por uno.
Lo es tanto, que nada prodace en muchos espacios,
aunque algunos de ellos se hallan Ocupados por pina-
res. Esta región se continúa al Norte en la parte mas
baja de la sierra, donde sólo se coge trigo y cebada
,J> HISTORIA DE AVILA.
en los sitios más favorecidos, y en el resto centeno y
patatas. Después sigue la región de las hierbas de
pasto, con que se sostienen muchísimos miles de ca-
bezas de ganado lanar, cabrío y vacuno, y en que
hay ademas mucho terreno ocupado por canchales y
rocas descarnadas. En la sierra hay también grandes
pinares, que no llegan á las mayores alturas.
Si la sierra y los terrenos de que la misma se
halla formada ocupan las cinco séptimas partes de la
Provincia, según queda dicho, se puede graduar que
el granito se extiende á más de las cuatro quintas
partes de aquellos, correspondiendo á una de las ma-
yores regiones graníticas de la Península.
Dicha roca ofrece diferentes variedades , como el
de grano fino, el de grano grueso, el porfídico, el
arenáceo, y en cuanto al coloi-, el gris, el blanco, el
rojo, el tostado, etc. Uno de los mejores para Jas-
construcciones monumentales es el blanco de Val-
demolinos, en el valle de Corneja, que se empleo en
el bello palacio del duque de Alba en Piedrahita,
hoy arruinado. Hay también en el Barco y cerca del
puerto de Tornavacas un granito que contiene frag-
mentos de pizarra en su masa, variedad que se ve
también en el cauce del Tajo en Puente del Arzo-
bispo.
Al granito acompaña en varios puntos algún
pórfido cuarcífero, que no deja de ser escaso, y algu-
nas rocas anñbólicas, más escasas todavía, como
también el cuarzo, en filones sobre todo. Con res-
pecto al terreno granítico, no diré más, ocupándome
largamente del mismo en la descripción geológica
r.ESEÍSAS GEOGRÁFiCA Y GEOLÓGICA. 73
(le la provincia de Madrid, por lo que toca á la mis-
ma y también á la de Avila.
Sobre él se presenta un terreno estratificado,
compuesto principalmente de gneis , que es mucha
más escaso que en la provincia de Madrid' j de cali-
za metamórfica, que en algunos puntos es un ver-
dadero mármol, aunque de grano bastante grueso.
Esta forma muchas y en algunos puntos corpulentas
capas, aunque de poca extensión, como sucede casi
siempre en el terreno gnéisico, al Sur de la Provincia,
entre la micacita, desde Hontanares á Candeleda, y
aun se continúan en la provincia de Toledo hasta
Cervera y pasado Moutesclaros. Fuera de esta parte,
sólo se hallan indicios de la misma caliza en el Barco
y cerca de Villatoro.
El mismo terreno, aunque sin caliza, se extiende
bastante en la parte superior de la Paramera, entre
Cebreros, San Bartolomé y Guadalperal, como igual-
mente en la ladera del Norte del cerro de Casillas y en
el de Guisando, en el Barco y en Navatejares, y al No-
roeste de Nava del Barco, al Norte de Piedrahita, en la
vega de San Martin, entro los Picos de Credos, etc. En
muchos puntos sólo se presenta en indicios, como
restos de la profunda denudación que ha sufrido , y
en un mapa geológico bien hecho sólo después de
un trabajo muy largo y fatigoso se pudieran incluir
todos. Entre Ramacastaüa y Mombeltran y en Ce-
breros se ven pequeñas fajas de micacita entre el
granito. El terreno de que se trata entra en descom-
posición con bastante facilidad, y no forma riscos ni
grandes asperezas, como en la provincia de Madrid.
74 HISTORIA DE AVILA.
Otro terreno hay en la sierra que tal vez correí^-
ponde al siluriano, aunque en él no se halla fósil al-
guno que lo ponga fuera de toda duda, ni aun tam-
poco indicio de ellos, acaso por el metamorfismo que
sufrieron las rocas de que se halla compuesto. Lo
mismo que en la provincia de Madrid, no contiene
caliza alguna, y sí sólo pizarras y cuarcitas, las pri-
meras de color pardo ó gris , y en alg-un punto ne-
gro, ya satinadas, ya con tránsito á la micacita, y
las segundas de color gris, rojizo, amarillento y
blanco, por lo regular con alguna mica.
A este terreno corresponde el que se halla al N. en
la unión de la sierra con la tierra llana, desde Diego
Alvaro á Mingorría, aunque en el primer punto pa-
rece falta la cuarcita y se presenta algún gneis, pro-
ducido sin duda por un metamorfismo más profundo,
y ademas en Aldea Vieja, Ojos Albos, urraca y Ber-
uuy de Salinero.
Tanto en dicho terreno como en el anterior se ven
algunos islotes de granito , como en lo alto de la Pa-
ramera sobre Cebreros, y entre San Bartolomé y Gua-
dalperal, en el puente del Sur de Arenas de San Pe-
dro , en Urraca, entre Aldea Vieja y Ojos Albos , etc.
En uno y otro la extratificacion se halla muy mal
reglada, y se encuentra tal variación en las direc-
ciones, que es difícil hallar en ellas algún orden.
Creo, sin embargo, haber observado que en el terre-
no gnéisico van hacia el rumbo del Norte , y en el
que presumo siluriano al del Este ú Oeste.
Los tres terrenos son muy pobres en especies mi-
nerales, como también en sustancias metalíferas, de
RF.SKÑAS GKOliUAFlCA Y GEOLÓGICA. i O
que apónas hay iadicios. Sólo en el territorio de Are-
nas de San Pedro parece se beneficiaron antig-ua-
raente algunas minas de hierro, si se ha de juzgar
por los restos de mineral que actualmente se ven en
diferentes puntos. No hay tampoco en ella ningún
establecimiento de aguas minerales, ni en la zona
de la sierra, ni en la de la tierra llana.
En la de la sierra no se presenta ningún otro ter-
reno, pues el cretáceo, que ademas aparece en la-^
provincias de Madrid y Segovia, no sale de las mis-
mas por la parte del Oeste ; y aunque á primera vista
pudiera creerse se halla oculto por las arenas , tengo
casi por cierto que esto no tiene lugar, lo mismo que
más á Poniente, en las provincias de Cáceres y Sala-
manca.
El terreno terciario se halla en la zona de la
tierra llana, cubierto por las arenas del cuaternario,
en medio de las cuales sólo aparece en pequeños is-
lotes, como en Canti veros, Langa, Mamblas, Cabe-
zas del Arenal, Rasueros, Cisla y Blasco Millan, así
como en el cauce del Adaja en Aré va lo. La denuda-
ción que ha sufrido antes ó al principio de la época
del diluvium fué tal, que ni el menor resto queda de
sus capas superiores , que se ven en ios alcores y me-
sas de las provincias de Valladolid y Palencia ; y si
algunas desigualdades se notan en la superficie, pro-
ceden más bien de las arenas , que , ó no fueron der-
ramadas por igual , ó las aguas las arrastraron lue-
go y en unos puntos más que en otros. Se compone
de alguna arenisca, mucha arcilla y margas, y ca-
lizas que son más ó menos terrosas, de que, sin em-
76 HISTORIA DE AVÍLA.
bargo, se hace muclia cal , sobre todo en Langa y en
Cantiveros , que se consume en los pueblos de seis ú
ocho leguas en contorno.
Este terreno , que tan favorable es para la agri-
cultura en otras provincias de ambas Castillas . en la
de Avila es casi como si no existiese.
El cuaternario ó diluviano ocupa casi toda la zona
de la tierra llana sobrepuesto al terciario, que, como
va dicho, no deja de asomar en diferentes puntos en
la superficie. En algunos no deja de contener bas-
tante arcilla, pero en lo general dominan en él las
arenas , las que en grandes espacios se hallan suel-
tas, constituyendo verdaderos arenales como los del
mar, donde se camina con no poca dificultad. Las
arenas más finas son todas silíceas ; las más gruesas
contienen también granos de feldespato. Envueltos
en unas y otras se ven casi siempre cantos rodados
hasta de un pié de grueso, algunos de cuarzo y la
mayor parte de cuarcita de diferentes colores. En la
masa del diluvium que contiene arcilla suelen verse
vénulas de tierra caliza.
En la sierra hay también algunos espacios ocu-
pados por este terreno , como en el Campo-Azálvaro,
donde se ven cortes de cuatro metros de altura , sin
que se halle á descubierto en todo su grueso, así
como en los valles de Ambles y de Corneja, donde
también contiene vénulas de tierra caliza á un nivel
mucho más alto que los puntos de donde pudiera ve-
nir, á juzgar por lo que hoy se ve.
Hay también en el valle de Aravalle, que tiene
su cabecera en el puerto de Tornavacas, un diluvium_
REDEÑAS GEüGR.Vl'lC V V GEOLÓGICA. it
do bastante espesor, compuesto de cantos rodados,
de '20 á 50 centímetros de diámetro , en la parte alta
de dicho valle, y en la parte baja de arcilla de un
color anteado con los mismos cantos. Creo que pueda
ser glaciario en su origen , y con más razón se puede
decir esto de unas grandes pedreras, así llamadas en
ol país, formadas de peñones no rodados, amontona-
dos unos sobre otros , que se ven casi en la desem-
bocadura en el Tórmes, del rio que baja de las lagu-
nas de Gredos, pedreras que en su origen pudieron
formar una morena. En el valle de la Nava del Barco
y en Kavalonguilla hay también muchísimos cantos
rodados de granito.
Es también sumamente notable el hecho que ofre-
ce el diluvium, junto á Pozanco, en la orilla derecha
del Adaja, presentándose extratificado con mucha
regularidad y mediando la circunstancia de que las
capas se hallan inclinadas de 15 á20°, y la de que
la inclinación ó buzamiento es hacia el Sur; esto es,
contra la sierra. La dirección de las mismas es háciael
Este Sureste. Tienen de medio metro á uno de potencia,
y se compone de arenas , de alguna arcilla y cantos
rodados, chicos la mayor parte, formando una are-
nisca muy desmoronadiza en la parte superior y con
alguna coherencia en la inferior. Este buzamiento
Jlama tanto más la atención, cuanto el terreno ter-
ciario, que so halla debajo, se presenta en capas ho-
rizontales , lo que quiere decir que aquel no es debido
á un movimiento de la sierra , sino á grandes olea-
das de las aguas diluvianas que arrastraban las ma-
terias detríticas, resultado de la erosión de los terre-
78 ¡ÍISTORiA :>E AVILA.
nos más altos. Así he visto también las arenas del
aluvión de Adaja en el valle de Ambles, dispuestas
en capas ó asientos con buzamiento de 10 á 15° con-
trario á la corriente del, rio; y después de la grande
aA^enida que trajo el Duero en el invierno de 1830
á 1861 , igual ó mayor que la que tuvo lugar en 1788,
en los famosos arribes de dicho rio donde recibe el
Tórmes y en otros puntos, dejó el agua grandes ma-
sas de arena hasta 30 metros sobre las aguas bajas,
bastante aglomerada , dispuesta en capitas muy del-
gadas con buzamiento de algunos grados contrario
a la corriente, cuyas capitas no se lialla])an corridas,
sino interrumpidas y saltadas cada 10 ó 40 centíme-
tros, lo que puede atribuirse á los rizos que formase
el agua con el viento.
Otra particularidad ofrecen los terrenos de la pro-
vincia de Avila, y es que en ellos no ha sido posible
hasta ahora hallar un solo fósil, mientras en las de
Madrid y Segovia se descubrieron en cuatro, en las
de Guadalajara y Falencia en ocho , en la de León en
siete, y así en otras.
Descripción menos científica que las dos precedentes reseñas geográ-
fica y geológica, pero mucho más circunstanciada , de la situación y
límites de la Provincia, y de sus abundantes, variadas y algunas
exquisitas producciones.
En la parte más meridional del antiguo reino de
Castilla la Vieja, y en los confines políticos que ya
quedan indicados, se encierra toda la provincia de
Avila, riuc en la división militar corresnonde á la
REi-EÑAS GEOGUÁFICA Y GEOLÓGICA. "79
capitanía g-eueral del distinto de aquel nombre, y en
la judicial á la Real Audiencia de Madrid, y todas
.■íus poblaciones, divididas hoy en cinco partidos,
como después veremos más detalladamente, se ha-
llan dentro de la periferia que describe la curva si-
guiente.
Coloquémonos como punto de partida en el ex-
tremo más septentrional de la Provincia, que está en
el curso del Adaja, y hallaremos su límite en la ori-
lla izquierda de este rio, en el confín con la provii;-
cia de Valladolid cuando corre por el Norte de 01-
medilla y Palacios de Goda; inclínase luego al Sud-
oeste á buscar por el Norte de Sinlabajos el rio Za-
pardiel, por cuya orilla derecha continúa hasta Lo-
moviejo, donde le corta, quedando este pueblo para
Valladolid. Sigue al Oeste á buscar el Norte de Ma-
drigal , comprendiendo el despoblado de Escargama-
ria y el terreno agregado al de Espelunca , y corta al
rio de Trabancos al Norte de Horcajo de las Torres,
donde termina.
Su límite occidental empieza comprendiendo CFte
pueblo; sigue la orilla derecha del arroyo de la Cruz
á buscar por el Este de Cantaracillo el rio Meninos,
por cuya margen derecha continúa hasta las inme-
diaciones de GimJalcon, que queda en la Provincia:
pasa luego á atravesar el rio Almar ú Olmar por el
Oeste de Duruelo ; corta en seguida lor^ rios Zamplon
y Margañar , y se dirige por el Este de Alaraz , de-
jando para esta provincia los pueblos de Diego Al-
varo , Martínez , Arevalillo y Aldea del Abad , y por
el E?te de Gallegos de Solmiron á buscar la ctn-
80 HISTURi.A LE AVILA.
fluencia del Corneja con el Tórmes: continúa des-
pués por el Sur de Tejados, Norte de Medinilla, Oes-
te de Neila y puerto de San Bartolomé á las lagunas
de Béjar, y desde aquí, caminando al Sur y abrazan-
do toda la sierra de Gredos, concluye al Oeste de
Caudeleda con el rio Tiétar.
El límite Sur principia en la confluencia del rio
Alardos con el Tiétar, y sigue el curso de este rio
hasta la confrontación de Fresnedillas, y continuan-
do por el Sur de este pueblo y el de Higuera de las
Dueñas, que quedan para Avila, va al Sur do Ceni-
cientos y del Prado hasta el rio Alberche, donde ter-
mina.
Su límite Fste se halla entre La Adrada y Rozas
de Puerto Real; sigue entre Majadillas y Cadalso,
quedando Adrada y Majadillas en esta Provincia, y
Rozas y Cadalso en la de Madrid : pasa luego al Oes-
te de San Martin de Valdeiglesias á cortar el Alber-
che por el Oeste de Valdequemada entre las Ceredas,
que queda para x\vila , así como Zarzalejo queda para
Madrid con dirección al puerto de Guadarrama, y de
aquí va por el Oeste del Espinar, de las Navas de
San Antonio, de Villacastin y de Labajos, que perte-
necen á Segovia , y por el Este de Velayos, que es de
Avila: corta después el rio Boltoya entre Adanero y
Pedro Miugo ; pasa al Oeste de Martin Muñoz y Mon-
tuenga, á buscar el rio Adaja en su confluencia con
el Arevalillo, y siguiendo la orilla derecha de aquel
rio, va á terminar en el límite septentrional de la
Provincia confinante con la de Valladolid, que es por
donde comenzó esta circunvalación.
RESEÑAS GEOGRÁFICA Y GEOLÍUÜCA. 81
Comprende la Provincia desde Madrigal al Tiétar,
v'jue son sus puntos más extremos de Norte á Sur,
veintitrés leguas . y del Tormos á las Ceredas , que
lo son de Oeste á Este, diez y ocho, mientras que el
Obispado, como veremos más adelante, abarca el es-
])acio de cuarenta leguas de Norte á Sur , desde 01-
m:'dilla, en la provincia de Valladolid, hasta Cande-
lada, y de más de veinticuatro de Este á Oeste, desde
las Ceredas ú Peguerinos á Santibañez de Béjar, en.
h\ de Salamanca.
De 3-jis montañas, puertos interiores, rios y valles.
MoxTAXAS.— Ya nos son conocidas las cordille-
ras de ellas que la Comisión de Estadística indicó al
describir la divisoria de las aguas del Duero y Tajo:
])ero si esta noticia es suficiente para la geografía
general del Reino, no basta cuando se trata de cono-
ver más circunstanciadamente todas las de nuestra
Provincia, que vamos brevemente á recorrer desde
aquel mismo punto de la Cierva , que arrancaba , se-
gún la reseña de la misma Comisión . del Oeste de
Guadarrama, y de cuya cima, de-prendiéndose dos
ramales, marcha el de la derecha internándonos en
la Provincia por el lado del camino que desde Madrid
<*onduce á Avila por las sierras de Malagon y Ojos
Alvos hasta llegar á la capital: desde la cual sigue en-
tre el valle Ambles y la Morana alta, enlazándose con
la elevada Serrota y puerto de Villatoro, que sirven
•de límite oriental á las sierras de Piedrahita y el Bar-
co de Avila, á cuya parte meridional se ve la ele-
TOMO I. 6
82 HISTORIA DE AVILA.
vadísima de Credos , de que nos ocuparemos más de-
tenidamente. Ei ramal de la izquierda conduce, sal-
vando las alturas del Escorial , á las Navas del Mar-
qués y Navalperal de Pinares, donde comienza el
elevado, frió y desierto territorio de la Paramera, de-
jando atrás cerca de Peguerinos, el puerto del Des-
cargadero y las Cabreras, que separan esta Pro-
vincia de la de Madrid por San Martin de Val-
deiglesias: á la derecha el pueito ^blHer radon, ala
izquierda las elcvadísimas montañas de Caheza de
la Parra y Cuatro ruanos, y ascendiendo siempre por
espacio de cinco leguas del Este al Oeste, pasando
en su trayecto por el territorio de la abadía del Bur-
gohondo, llegaremos al puerto del Pico, donde le di-
vide transversalmente la calzada que de Avila con-
duce á Talavera y Extremadura. Desde aquí conti-
núa la cordillera en grado ascendente por otras cin-
co leguas hasta la base de la fantástica y casi intran-
sitable sierra de Gredos, que majestuosamente se ele-
va todavía por espacio de dos leguas más, y cual
ningún otro pico de esta cadena de montañas, y
aun creo que ni de otra alguna de las dos Castillas, y
que es el término á donde habíamos llegado ya por la
cordillera antes descrita.
Es, pues, la sierra de Gredos, después de docfr
leguas de continua ascensión del terreno desde la Pa-
ramera, que ya en sí misma es un elevadísimo cam-
po, un grupo de montañas enormes, áridas y casi
inaccesibles á la planta humana , cruzada de precipi-
cios y derrumbaderos horrorosos y de aspecto selvá-
tico y durísimo. En el último tercio de su altura apenan
RESEÑAS líEOGRÁFiCV Y GEOLÜC.ICA. 83
se ve rastro de vegetación , si bien se reconoce el
liquen; todo son rocas gigantescas, profundos bar-
rancos, y ventisqueros de nieve, que en muchos sitios
la hacen perpetua. Ni habitan estas alturas otros
animales que cabras monteses (la Capra Jnsjjmiíca),
' de que hay bastante niimero, cuya cabeza particular,
por sus altos cuernos , prominente testuz y ojos ras-
gados, es muy semejante a la del toro, y las consti-
tuye raza peculiar de esta montaña y aun de toda
la Fauna Española (1), como lo son el gran carnero
salvaje de la sierra de Segura y el camaleón. Entre
varias agujas peñascosas que, formando como una
corona, se llaman los Hermanos de Gredas, está
situada la célebre laguna, de la cual el vulgo,
siempre crédulo, cuenta mil estupendas maravillas,
y el miedo que infunde á los sencillos habitantes
del país, más que en brujas, nigrománticos, alima-
ñas y vestiglos de que la suponen habitada, debe-
rían fundarle en lo que la experiencia de los siglos
acredita , y es que los nublados que de esta laguna
y sierra se levantan , suelen ser más destructores
que los que de otros puntos proceden; porque lle-
vando frecuentemente piedra y granizo, no hay año
que no destruyan las mieses y los frutos de los pue-
blos á que alcanzan. No es la laguna de tanta exten-
sión como la vulgar fantasía le ha dado ; su diáme-
tro será de ciento cincuenta á doscientas varas; su
figura elíptica irregular, que representa la de unas
(l> Vi'ase el tratado de Zoología eh'a asignatura en Ja Universidad
rublicadopor el señor don Laureano Central.
Pérez Arcas, digno catedrático de
84 HISTORIA DE AMÍ. \.
gafas ó anteojos, forma como dos senos; su profim-
didad, en lo que ha podido medirse, es de doce á
treinta y seis varas, pues no es fácil entrar en el cen-
tro sino con barco: y como se carece de este elemento
en el país y no es fácil transportarle, es imposible ave-
riguar su mayor fondo, si bien la razón persuade que
debe de ir en aumento, puesto que naturalmente
ha de ir descendiendo el declive de las montaüas, que
casualmente agrupadas y sin salidas, sino por las
altas quebradas de sus crestas, forman la cuenca ó
lecho eterno de tan inmenso depósito de aguas. Du-
ras , cristalinas y extremadamente frias , aunque al
paladar muy gratas, permanecen heladas la mayor
parte del año, puesto que en el estío se ven sobrena-
dar grandes témpanos de mucho volumen. Pero si
esto impide la cria de pesca de toda clase en su seno ,
en cambio hay muchas y muy buenas truchas en las
gargantas ó vertientes que tienen origen en la mis-
ma laguna , que se precipitan por aquellos derrum-
Itaderos , formando magníficas cascadas , cuyos des-
cansos son otras tantas lagunas que incesantemen -
te se llenan y se vierten. Dada esta ligera idea de
la famosa laguna de Gredas, volvamos á hablar
de las montaíias. Las más próximas á ella son las
de Gargantilla y Sandio Viejo ; la de Peñanegra en
Piedrahita ; en Villafranca y Villatoro , Nata el Te-
jado, Ortigal, Picocabeza y Serróla; los Huaros en
la serrezuela más occidental de Avila, y en la me-
ridional, llamada de los Baldíos, Pico Zapatero,
Sanclion, Pinosa, el CncJriUo, los Gavilanes, los
Aventerazos y la Laucha del Cverxo; entre el Tiem-
RESKÑAS GKOtíRÁFlCA Y GEOLÓGICA. 85
blo y Casillas, las de Bocacvmhre, Fvonteroii, y el
pico que descuella sobre todos, ya antes indicado,
Cr/deza de la Parra; desde cuya cumbre se ven Ma-
drid, Toledo y parte no escasa de la Mancha; y no
lejos de las Navas del Marqués , el alto de Cartarjena:
y ya cualquiera observará que por el giro de tantas
curvas como se han descrito, hemos llegado al punto
oriental de la provincia de que partimos , que era el
pico de la Cierva.
Puertos.— Incomunicadas estarían las dos gran-
des zonas del Norte y Mediodía de la Provincia, si
la constancia humana en el curso de los siglos no
hubiera suavizado los puntos más bajos de tan larga
y fragosa cordillera de montañas , haciendo transita-
bles en toda su extensión , aunque todavía con gran-
des incomodidades y peligros , los puertos de la Pa-
ramera, Herradon, San Bartolomé, y Santa Cruz
de Pinares, que conducen á Cebreros y su partido;
el de Menga en la calzada que va á Extremadura por
Mombeltran y Talavera , y el de ViUatoro , que se
dirige á Piedrahita, el Barco, Bejar, Baños y tierra
de Plaseucia , todos en primer término respecto á la
capital: los de Serranillos, Mijares, Casas Viejas,
Pedro- Bernardo y VUlareJo , que están en segunda
línea con los de Bargallanta y del Pico, que es el
que corta la continuación de la via á Extremadura,
y el de Chía, que pone en contacto los partidos de
Arenas y Piedrahita , y , por último , los más meri-
dionales, como son los del Arenal, el Hornillo y
Candeleda: todos los cuales puntos de tránsito, si
bien satisfacen la primera necesidad de dar comuni-
SQ lUSToniA 1»K AMLA.
cacion en distintas direcciones á la capital, se le
abren á la vez á las provincias de Madrid, Toledo,
Cáceres y Salamanca.
Ríos. — De tantas j tan elevadas montañas que
en tan varias y encontradas direcciones se elevan,
bien se deduce que deben de ser en gran número los
rios que de ellas se desprendan ; y en verdad que po -
cas provincias de España, y de seguro ninguna de
Castilla, cuenta tantos, si ya poco caudales, de tan
puras, sanas y perennes aguas. En prueba de ello
recordamos , entre otros que pudiéramos enumerar,
los de Adaja, Adrada, Alardos, AWerche, AlbiUas,
Almar, Arenal, ArevaliUo, Arroyo Castaño, Becedas,
Berlanas, Boltoya, Candeleda, Cojío, Corneja, Gaz-
nata, Gargantas de Guisando, Hornillo, Menines,
Merdero, Ra macastaílas , Bkera de Lanzaita, /So-
tillo, Tiétar , Tórmes, Traljancos y Zampar diel. La
mayor parte de ellos , como que nacen de estas
grandes sierras , producen rica y abundante trucha,
se utilizan en riegos parciales de los heredamientos
confinantes con sus riberas, y presentan á cada paso
admirables y magníficos saltos de agua, que si los
estudiaran bien los ricos fabricantes é industriales
del Reino , vendrian á buscarlos en un país tan sano,
dócil y barato, para fijar en él con gran utilidad y
economía sus establecimientos fabriles, dando como
dan una pequeña muestra de esta posibilidad los
martinetes de cobre de Arenas y del Barco , las ñi-
bricas de papel de la Adrada, los lavaderos de la-
nas del mismo Barco y Bonilla , los batanes de va-
rios pueblos, y la multitud de molinos de harina y de
RE.-EÑAS CEOCiRÁFICA Y GE()I.OGIC\. 81
pimiento con que se utilizan las aguas de sus gar-
gantas. Solamente elAdaja, el Boltoja, Trabaneos,
Menines y Zapardiel, que son los que corren por las
tierras del Valle-Ambles y de Arévalo, y por los
campos de Pajares y Morana, son los que casi se es-
capan vírgenes y sin que se empleen sus aguas en
riegos, tanto más necesarios, cuanto más seco y abra-
sado es por los vientos el terreno de sus llanuras.
No es fácil describir el curso de todos ellos, y
así nos contentamos con indicar el de los prin-
■cipales.
Tiene su origen Adaja al pié del puerto de Villa-
toro al Oeste de la capital , y corriendo liácia el Este
por todo el Valle-Ambles, al llegar al Sur de Avila
cambia su curso en ángulo recto al Norte, muy cerca
de sus murallas de Poniente , donde sirve de fuerza
motriz á la hermosa casa-fábrica de que en otro lu-
gar hablaremos; y pasando por Cardeüosa, Zorita
y Pozanco , atravesando el terreno llano intermedio
del campo de Pajares, en cuyo largo e^acio sólo se
presta al servicio de algunos molinos harineros,
llega á Arévalo, reuniéndosele al Norte de esta villa
«1 Arevaiillo, y sale de la Provincia para morir en el
Duero, junto á la extinguida Cartuja de Aniago en
la de Valladolid.
También corre de Oeste á Este el AlUrche, que
naciendo cerca de San Martin de la Vega, en el parti-
do judicial 'de Piedrahita, cruza los términos de Na-
valengua, San Juan déla Nava y el Berraco, y lle-
gando al 'i'iemblo y torciendo algún espacio de Norte
áSur, vuelve á tomar la dirección de Oeste á Este para
88 HISTORIA DE AVILA.
tocar en la provincia de Madrid , y retorciendo otra
vez al Sur, desagua en el Tajo á media legua de Ta-
layera, en la provincia de Toledo.
Nace QVCorneja en el término de Villafranca de
la Sierra, al Norte del puerto de Chia, y fertilizando
del Este al Oeste á Bonilla, Piedrahita, San Bartolo-
mé, Navacepedilla, Mesegar, Navamorales , San Mi-
guel, Palacios y el Villar, en el valle á que da nom-
bre, entra en el Tórmes.
Este, que ya trae algunas leguas de curso desde
Navaredonda, en cuyo término nace, recorre una
bella y pintoresca ribera por los partidos de Piedra-
hita y el Barco , hasta el confín de la provincia , re-
cogiendo en su curso por Tormellas, Cabrera, Los
Llanos y otros pueblos, las aguas de Garganta, Ga-
lingomez , Aravalle , Caballeros y Becedas , para se-
guir su rumbo por la de Salamanca.
El Tiétar, que se forma en el término de Escara-
bajosa, del partido de Cebreros, y que recogiendo las
vertientes del Sotillo, Adrada y Lanzahita corre por
el partido de Arenas, cambia de dirección al Sur para
pasar el único puente de piedra que tiene en el tér-
mino de esta villa, por donde cruza la calzada de
Avila á Talavera ; y aumentando su caudal con las
aguas del Kamacastañas, Arenal, AlbiUas j Alar-
dos, va á perderse en el Tajo, en la provincia de
Cáceres.
El JBoltoya, que naciendo en los límites de la pro-
vincia de Segovia, cruza la de Avila por su Este en
los términos de Ojos- Albos, Tolbaños y Velayos para
entrar de nuevo en la provincia de su origen ; y el
RESEÑAS GEOGRÁFICA Y GEOLÓGICA. 89
Zopardiel, ([v.dUmñi^áo el suyo de las cuestas de
Vita y Pairal. al Oeste de Avila, y dirigiéndose con
rapidoz al Norte por Crespos, Fontiveros, Mamblas,
Barromau. San Esteban y Castellanos de Arévalo,
entra en la pro\incia de Valladolid para morir en
el Duero, en el término de Tordesillas.
Valles.— Del curso ya descrito de los rios y del
conocimiento topográfico de los pueblos y términos
que bañan, se desprende naturalmente la dirección,
anchura y límites de los valles por que corren; y
aunque son tantos, tan bellos y tan amenos los de la
parte meridional y occidental de la Provincia, dejan-
do por demasiado minuciosala enumeración de todos,
porque cuando son muy cortos y estrechos se les co-
nocen con el nombre de Cañadas y Riberas, nos li-
mitamos á enumerar como los más importantes los
siguientes:
Valle- Amllés. Fórmanle en el partido judicial de
la capital las vertientes de las sierras de Avila, que
están al Sur , conocidas con el nombre de los Bal-
dios, las alturas de la Paramera al Este, y al Oeste
las de Villatoro. Ocupa una extensión de siete á ocho
leguas de largo y de una á una y media de ancho;
siendo su dirección la misma del rio Adaja; esto es,
del Oeste al Este. Su límite occidental se halla á las
faldas de Villatoro , y casi en su término oriental se
halla situada la ciudad de Avila; su terreno es de lo
mejor cultivado en la Provincia para la producción de
cereales, criando ademas buenos y abundantes pas-
tos; tiene en su circuito muchos pueblos, y está cru-
zado de distintos arroyos, que bajando de ambos
90 HISTORIA DE AVILA.
lados de la sierra á desembocar en el Adaja, pudie-
ran utilizarse todavía en mayore.^ y mejor entendidos
riegos, que le liarian á la vez más rico y deleitoso.
Valle de Corneja. Traspasando desde el Válle-Am-
hlés el puerto de Villatoro en dirección á Occidente,
se encuentra situado á lo largo de los partidos judi-
ciales de Piedrahita y del Barco este valle, conocido
también con el título de Val de Corneja, porque le
riega por su centro el rio del mismo nombre. El le-
cho de las vertientes de las sierras de Villafranca,
Bonilla y Piedraliita hacen su asiento; su mayor lon-
gitud es de cinco leguas, y de cuatro su mayor an-
chura, en dirección del Este al Sudoeste: es su terre-
no , aunque ligero, de muy buena calidad, por estar
mucho más beneficiado que el anterior por los riegos,
y hermosean sus inmediaciones las cuatro villas de
Piedrahita y el Barco, el Mirón y la Horcajada, con
todas sus aldeas y dependencias rurales , que le
hacen de muy bella perspectiva ; todo lo cual cons-
tituye el Señorío, que, como veremos en la Histo-
ria, fué dado por el rey don Enrique II á D. García
Alvarez de Toledo.
Valle de Tiétar. La dirección y curso, ó más bien
la continuada serie de pequeños vallecillos que con
sus especiales nombres de La Adrada, Lanzahitay
Higueras de las Dueñas y Fresnedüla hacen á dere-
cha é izquierda el álbeo del rio que da nombre á toda
la abertura de las montañas, y que recorre hasta su
conjunción con el Alardes al límite de Extremadura,
es del Este al Oeste desde su origen hasta Hontana-
res , en donde cambia al Sur para salir por el puen-
RESEÑAS GEOGRÁFICA V GEOLÓGICA. 91
te inmediato á Arenas, fuera de la Provincia; y si el
Valle-Ambles le supera en el cultivo de cereales, y el
de Corneja le excede en hortalizas y legumbres, y es-
pecialmente en linares y en la cosecha de la delicada
aluvia que en abundancia produce, el de Tiéíav
aventaja á los dos en la dulzura de su clima, donde,
entre todos los frutos propios de las más templadas
zonas, se dan las moreras de todas clases, con éxito
tan feliz que Lau proporcionado á las fábricas de Ta-
lavera un regular surtido de capullos de seda. Y no
se limita al valle de Tiétar esta granjeria, que tam-
bién se extiende á otras amenas cañadas y profundos
barrancos en que se hallan los pueblos de Mombel-
tran, San Esteban y Santa Cruz del Valle, y varias
otras poblaciones del partido de Arenas.
Otro valle hay mucho más agreste y selvático: es
el llamado de Iruelas, en el partido de Cebrero?^, y
que se halla situado á la margen derecha del Alber-
che; y aunque sus producciones son solamente gran
multitud de pinos, robles y monte bajo de diferentes
arbustos , se beneficia todo con estimación y prove-
cho , ya en cortas de madera de construcción , que
como todas las de estas cordilleras , ademas de sur-
tir á la Provincia se transportan á Madrid y tierra de
Salamanca; ya en leñas, carbones y cisqueos; con
cuya limpia y constante descuaje se aumentan los
buenos pastos de que abunda , y de que disfruta gran
porción de ganados de todas clases ; ya también en la
numerosa caza que se conduce al consumo diario de
la corte.
Pero al hablar de pastos abundantes, producto
í)2 HISTORIA DE AVILA.
natural de la írescura de estos valles , no es posible
pasar en silencio los que, por sanos y abundosos,
l>roduce el espacio de terreno que media desde el Kor-
te de la sierra de Gredos á las de Piedrahita y el Bar-
co , que será como de cuatro á cinco leguas cuadra-
das; puesto que en las distintas cañadas y riberas que
allí se forman, se apacienta, no sólo todo el ganado
del país , sino el de otras varias provincias , pudiendo
asegurarse que pasan de cuarenta mil cabezas las
que se mantienen en la estación del verano , sin que
esto impida que las crestas de las sierras y los cerros
que separan unos vallecillos de otros , estén poblados
de pinares y montes de encina y roble , aunque no de
la espesura de que abunda el Val de Iruelas. Y por
los bosquejados hasta aquí, puede inferirse que de
las convergencias repetidísimas de todas estas sier-
ras , y de sus depresiones continuas á causa del vario
curso de las cascadas y torrentes por que se preci-
pitan sus aguas , resultan otros muchos valles que,
como el de Navaluenga , también á la margen del Al-
l)erche, presentan perspectivas variadas y risueñas.
De la división de la Provincia en sus dos grandes secciones de Tierra
llana y de Sierra por la diferencia de sus cualidades geológicas y
de las diversas y respectivas producciones de sus distintas zonas.
En dos grandes secciones , de todo punto diferen-
tes , se divide geológicamente la superficie de esta
Provincia: y por consiguiente, las producciones es-
pontáneas del suelo, las hijas del trabajo y cultivo,
las construcciones del caserío, el aspecto de las po-
UESK5¡AS GEOÜRÁIICA V (ÍKOLÓííK A. 93
blaciones , los hábitos y costumbres do sus morado-
res son totalmente distintos : tan diversos son los ter-
i'itorios del Norte j del Sur, que forman como dos
pueblos extraños é independientes y como si se ha-
llasen muy lejanos ei uno del otro.
La del Norte, labradora por esencia: la del Sur,
ganadera y dedicada al cultivo del viñedo , del olivo,
y de toda clase de legumbres, frutas y arbolados.
La del Norte abraza toda la tiei-ra úe Arcvalo , el
campo de Pajares y el de la Morana, cuyas inmen-
sas llanuras y dilatados horizontes , no cortados por
montaña , pico , ni cerro alguno de importancia , vie-
nen á terminar á dos ó tres leguas de la Capital , en
el desig'ual y pedregoso terreno que causan las ver-
tientes de la sierra central de la Provincia , inmediata
á la Ciudad , y por cuya razón toma su nombre de
sierra de Avila. La del Sur se extiende por los parti-
dos de Cebreros, Arenas, el Barco y Piedrahita, y es
tan variada que, apareciendo siempre fragosa y ás-
pera , en muy cortas distancias se presenta, ora tem-
plada, suave y dulce , ora fria, desapacible y nevada.
Sección del Norte ó de la Tieiira llana.— Su
clima es tan frió en los rigores del invierno , como
seco y ardiente en el estío; sus producciones son
casi exclusivamente los cereales, con algún viñedo,
del que obtienen im vino blanco mediano, así en la
calidad como en la cantidad, (\ug se consume en el
mismo país; pero sano, limpio y delgado, semejante
al de la gran cosecha de La Nava , La Seca , Roilana
y demás pueblos de la tierra de ]\Ied¡na del Campo,
de la provincia de Valladolid, ((ue se Iiallan al
94 HISTORIA DF, AVILA»
Norte del partido de Arévalo. Sin embargo , nece-
sario es recordar que merecieron gran nombre en
otros tiempos los vinos de Madrigal y sus contornos.
Ya la Reina Católica Doña Isabel conocía bien su
mérito, cuando los hacia servir á sus amigos , como
dignos de su mesa y productos de su patrimonio
real y de su casa nativa, cuando moraba en esta villa.
Se puede asegurar que indudablemente van mejo-
rando con el desarrollo , esmero y adelantos del cul-
tivo que de algunos años á esta parte se advierte en
los labradores acomodados de esta zona do la Pro-
vincia.
En mi último viaje, estudiándola detenidamente,
he sido obsequiado en Madrigal por varios amigos
mios con vinos selectos de sus cosechas, tan gratos
al paladar, tan puros y aromáticos, que podian esti-
marse, hasta cierto punto, semejantes al celebrado
manzanilla de Sanlúcar.
Resiéntese por desgracia toda esta zona de una
casi absoluta falta de riegos , y en muchos pueblos
hasta de las aguas más indispensables á las necesi-
dades de la vida. Verdad es que son pocas y muy es-
casas en verano las corrientes de los pequeños rios y
arroyos que la cruzan, y de que ya hemos dado ra-
zón; pero también lo es que, aun cuando vienen más
crecidas, marchan vírgenes e intactas hasta salir de
la Provincia , y sin emplearlas , como se podria , en
aprovechamiento alguno de riego, de que tanto se
carece ; y así es que las pocas norias , y no muchos
cigüeñales, que con toda la rústica sencillez de su
primitiva invención , se hallan en algunos huertos de
RESEÑAS GEOGRÁFICA Y GEOLÓGICA. 95
hortaliza, manifiestan bien á Jas claras cuan somera
y próxima se halla a la superficie de la tierra el
agua, y con cuánta facilidad y poco coste puede me-
jorarse su ascensión sobre el terreno , con grande
utilidad délos pueblos; no solamente para aumentar
su fortuna, sino para satisfacer las primeras y más
imperiosas atenciones , como son las aguas potables
para gentes y ganados. De esta manera desaparece-
rían las detenidas ó estancadas, cegándose muchas
lagunas insalubres, y desecándose sin sentirlo y sin
saberlo, si se generalizase el uso de medios hidráuli-
cos de poco valor, terrenos pantanosos, que con gran
beneficio de la salud pública pudieran dedicarse al
cultivo. En esto es preciso, aunque sensible, confe-
sar que está retrasado nuestro país, si bien se obser-
van ya tendencias á su mejoramiento.
No consentimos del mismo modo que se eche in-
justamente en cara á nuestros paisanos cierta in^Io-
lencia y holgazanería habitual, como causa deter-
minante de la pobreza y escasez de recursos de la
gran parte de ellos. No; no es esta la causa de su
ignorancia, de su pobreza de espíritu y de su mise-
ria. Otros han sido y son los obstáculos físicos , le-
gales y morales que á tan triste estado los han con-
ducido. El corto número de propietarios cultivado-
res de sus mismas tierras; el inmenso de meros colo-
nos de escasísima fortuna; el incesante aumento de
las rentas que les exigen los dueños de las fincas,
favorecidos por la libertad absoluta de los desahucios;
el pago de todas las contribuciones que les imponen,
y que debieran ellos satisfacer, porque se han esta-
96 HISTORIA i)E AVILA.
blecido proporcionalmente para gravar la propiedad
y no el trabajo del cultivador; la larga distancia del
hogar doméstico á que suelen estar las fincas que
cultivan, teniendo que emplear muchas y las mejo-
res horas del dia en ir y volver al campo en que han
de trabajar; la resistencia justísima que oponen á
emplear sus escasos caudales y sudores en mejoras
permanentes de las tierras que disfrutan como de
prestado y por poco tiempo, seguros, como están, de
que no se han de indemnizar de sus anticipos, porque
otro colono más atrevido ofrecerá al dueño mayor
renta, luego que vea la finca mejorada: la falta de
cierj-os en las propiedades situadas en terrenos de
gran declive , en los que las aguas atorrentadas es-
quilman de toda sustancia vegetal la parte alta, que
al menos se contendría en la baja si tuviesen el dique
de un seto vivo ó de un cercado; mejoras ambas hijas
del trabajo que necesariamente pediría la natural dis-
tribución de la tierra germínadora, y la falta casi
absoluta de todo género de arbolado en las secas y
abrasadas comarcas destinadas al exclusivo cultivo
del trigo, centeno, cebada, algarroba, garbanzo y
algún otro panizo... Obstáculos son estos, en verdad,
que se oponen al desarrollo y acrecentamiento de la
riqueza de la tierra llana de la Provincia. Pero , por
ventura, ¿los pueden remover, ó tienen de ellos la
culpa los colonos pobres ó ricos de las tierras? No,
repetimos; en su mayor parte pudieran ayudarlos los
señores y dueños de ellas, y solamente la iatroduc-
cion de arrendamientos por largo número de años,
como, por ejemplo, de diez, quince ó veinte, exi-
RESEÑAS GEOGKÁl'iCA Y GEOLÓGICA. 97
giendo en este período mejoras positivas al cultiva-
dor , tales como el cierro do algunas heredades , la
abertura de acequias , la desecación de pantanos , la
plantación de árboles, siquiera en los lindes j con-
fines de las fincas, ventajas que todas cediesen luego
en beneficio de los señores de la propiedad, seria el
medio como pudiera cambiar mejorándose la faz de
este abundante, al mismo tiempo que pobre terri-
torio. Dos veces hemos indicado en pocas líneas la
imperiosa necesidad de los arbolados; y ya es tiempo
de que insistamos en demostrar su inmensa, y to-
davía por la generalidad de los labradores , desco-
nocida utilidad.
No es preocupación exclusiva de la tierra llana
de Avila, sino de casi toda la de Castilla, que cifra su
principal, ó mejor dicho, su única riqueza en la pro-
ducción de granos, el atribuir á los arbolados dos
perjuicios, que califican de graves, para la agricul-
tura, y que son completamente falsos. El uno es, que
los campos en que hay árboles, su sombra no deja
granar bien las mieses , aunque las hace crecer con
mucha lozanía; y que, valiendo mucho más el grano
que la paja, no debe haber árboles que les hagan
sombra. Si los labradores castellanos , y entre ellos
mis honradísimos paisanos , viesen la feracidad de la
Lombardía y de muchos departamentos de la Fran-
cia, y sin salir al extranjero, recorriesen los campos
productores de Valencia y de Murcia, al mismo tiem-
po que los de nuestras Provincias Vascongadas, aun-
que de tan ingrato y duro suelo, donde se dan tam-
bién cosechas de granos, al mismo tiempo que se
Toy.o I. 7
98 HISTORIA DE AVILA.
planta y cuida el arbolado como el protector j cuí?-
todio de la agricultura, se convencerian de su error.
El otro es más chocante, al mismo tiempo que más
desatendible. Consiste en la preocupación deque los
árboles multiplican los pájaros, y por consiguiente,
que cuantos más pájaros haya comerán más grano;
y toda la razón que dan es, que observan que los pá-
jaros anidan y crian en el olmo (quizá único) que
hay en cada pueblo; sin reparar en que, cabalmente,
porque sólo hay uno ó muy pocos árboles , en ellos
buscan necesariamente su abrigo y su descanso; sin
reparar que los árboles crian simientes propias y
acomodadas á su alimento ; sin reparar que á los ár-
boles acuden mil y mil insectos que les sirven tam-
bién de sabroso pasto ; sin reparar que la sequedad
de sus campos proviene de la misma escasez de ár-
boles, porque su sombra hace falta para conservar
la humedad de la tierra ; y sin reparar que los rayos
del sol la penetran demasiado cuando está recien
movida, y que la lluvia y el rocío , tan convenientes
á la vegetación , se evaporan con los vientos que
corren por sus llanuras , y que se contendrían , sin
género de duda, si cada finca estuviese defendida
por árboles, al menos en sus linderos. Ya es tiempo,
repetimos, de sacarles de estos errores, y á los labra-
dores propietarios con el ejemplo, y á los párrocos y
demás personas instruidas con el consejo , incumbe
tan benéfica y patriótica misión.
Sección del Sur ó de la Sierra. — No sucede
así en la sección del Sur de la Provincia , que para
más fácil comprensión debemos subdividirendosfrac-
TIESEVAS (.EOGRÁfICA Y GEOIüGlCA. 99
clones: la una, que es la parte más central de ella,
y que la determinan las vertientes de la sierra de
Avila, así la del ramal que corre desde la entrada
en la Provincia por el Campo- Azálvaro, y que lle-
gando á la Ciudad . marcha por su Oeste hasta el
Este del puerto de Villatoro, dando sus aguas hacia
la Morana, por el Norte, y por el Sur al Valle Am-
bles; como la de la cordillera más fragosa, desde las
cumbres del Oeste del Escorial, que va formando
las sierras de Peguerinos, las Navas del Marqués
y Navalperal, por el Herradon, San Bartolomé y
Santa Cruz de Pinares , y que viene á presentarse
en Navalmoral, al frente de Avila, terminando su
curso de Este á Oeste, por los puertos de Menga y
del Pico , que van á enlazarse con el mismo de Vi-
llatoro, á quien separa de ellos el elevado promon-
torio de la Serreta. No es nuestra intención describir
de nuevo ahora las notables montañas de la Provin-
cia; es sólo delinear su comarca central. En ella pre-
domina la ganadería como base esencial de su ri-
queza, pues, aunque combinada con otros elemen-
tos de producción , es una de las más importantes
de la de toda la Provincia. Si se exceptúa el agra-
dable Valle-Ambles, que es la cuenca que forman
ambas cordilleras de la sierra de Avila, y que abun-
da en granos, especialmente en trigo, centeno y
algarroba, la cria del ganado vacuno, que suminis-
tra á Madrid gran parte de las delicadas carnes de
ternera de que disfruta, y á la parte agricultora
del Norte de la Provincia yuntas hermosas para el
arado: la cria del lanar merino, que trashuma en el
100 HISTORIA DE AVILA.
invierno á más templados climas de dentro y fuera
dala Provincia: la del caballar, cuya raza va nota-
blemente mejorando de algunos años áesta parte,
siendo buscada y apetecida por los feriantes y extrac-
tores; la del cabrío, que también abunda, sumi-
nistrando rica leche, y la de cerda, no en grandes
proporciones, poro en número más que bastante á sa-
tisfacer las necesidades de los habitantes, y algún
terreno de regadío, que se distribuye en huertecillos
de hortaliza . en linares y en el abundante cultivo de
la patata, de grandísima utilidad en toda la sierra,
son las producciones de esta extensa y variada co-
marca: y si á esto se agrega la utilidad, no pe-
queña, de los pastos de los baldíos, de los grandes
pinares y montes de encina y roble, de que abunda,
y de que se hacen interesantes cortas de maderas y
carboneos, podrá formarse una idea de toda la parte
central de la Provincia , deduciéndose de estos an-
tecedentes, que su clima, en lo general, más frió y
más húmedo, como más elevado, que el de la zona
septentrional, ofrece, sin embargo, en sus valles y
recuestos, al Sur de las sierras, abrigos para las
gentes y ganados, de que carece toda la tierra llana.
Forma el resto de la Provincia la zona más meri-
dional que recorre parte del Occidente de ella , y que
es todo el territorio quebradísimo , montañoso y cor-
tado de muchos y variados valles , por cada uno de
los cuales descienden uno, dos y más pequeños rios,
que en el país se conocen con los nombres de gar-
gantas y riberas; así que desde el Barco de Avila has-
ta Cebreros abarca todo el partido de Arenas y gran
RESEÑAS GEOGRÁFICA Y GEftnir.ICA. 101
parte del de Piedrahita, marchando las corrientes de
sus abundantes aguas en caprichosas y contraria'^
direcciones. El clima aquí ya es mucho más placen-
tero y suave en el invierno; y llegaría á ser extre-
madamente caluroso en el estío, si las elevadas sierras
de que abunda no refrigerasen con sus auras purísi-
mas y sus perpetuas nieves la temperatura , que es,
en verdad, encantadora. El olivo y el granado, el na-
ranjo y el limonero, la higuera y el almendro y la mo-
rera de distintas clases; el rico y abundante viñedo,
ya el que se ofrece en el estío y se consume en fruta,
como son la deliciosa uva albilla y moscatel, ya el
que rinde abundosa cosecha de buenos y hasta ex-
quisitos vinos; el guindo garrafal y de tomatillo, y el
abundantísimo cerezo; la pera de numerosas clases,
la ciruela de variadas formas y colores , las frutas de
pipa, desde el melón azucarado á¡A Tiemblo hasta el
pimiento de molino que produce Candeleda; las le-
gumbres más delicadas, entre las que sobresale la
suavísima aluvia de tierra del Barco , y los linos más
finos de Castilla ; y por singular contraste el robusto
nogal y el copado castaño, que dan muy pingües
frutos, al mismo tiempo que la encina, el roble, el
pino y el enebro coronan las crestas de las montañas
vegetales , dando largos y sabrosos pastos sus lade-
ras, sus valles y cañadas; tales son las producciones
de esta deliciosa faja semicircular de la Provincia. Y
si todo ello se debe al benigno clima ayudado del riego
que sin sistema alguno hidráulico general , se pro-
porciona cada cultivador , sangrando los arroyos que
en constantes saltos de agua se despeñan, ¿de qué
102 HISTORIA DE AVILA.
no seria capaz este tan rico y agradable país con las
mejoras que en otras partes lian introducido el estudio
de la agrie altara j las artes de la industria?
Por conclusión de estas Reseñas geográfica y geo-
Jógica, quiero indicar, para que mis paisanos las co-
nozcan, las diversas zonas en que son habitadores,
y las principales alturas de la Provincia, oficialmente
medidas, de que dan cuenta el Anuario estadístico
de 1858, la Guia de forasteros de 1871 á 1872, y
otros documentos por el Gobierno publicados.
Se conocen en la ciencia seis clases de zonas cli-
matológicas, clasificadas y tituladas en la forma
siguiente :
1.' Subtropical. 4." Fria.
2.^ Cálida templada. 5/ Ártica.
3.' Fria templada. 6." Polar.
Viven dentro de la zona cálida temjplada los pue-
blos llamados de Puertos alajo , que son los situados
en las faldas y valles de las sierras más meridionales
de la Provincia.
Ocupan la zonB,fria templada los situados en las
umbrías ó Norte de las sierras que , descendiendo á
sus inmediatos valles , miran liácia la capital ó centro
de la Provincia , lo cual también acontece por regla
general á los moradores de las mesetas de Castilla la
Vieja.
Sufren la zona fria los pueblos colocados en la
superficie de las mesetas y picos, que, pasando
de 1.000, no exceden de 1.710 metros de altura sobro
el nivel del mar.
RESEÑAS GEOGRÁFICA Y GEOLÓGICA. 103
Y finalmente, en la zona ártica sólo se encuen-
tran los picos, altas cuerdas y laderas de las sierras
de Grcdos y Guadarrama , que excedan de los 1 . 7 1 0 me-
tros indicados.
Las alturas de las montañas de la Provincia, de
que dan razón los mismos documentos oficiales, son
las sis"ui entes:
Los Hermanos de Gredos, que
Metros.
Varas.
1.'
constituyen la Plaza de Alman-
zor (y es la cuarta altara de Es-
paña), miden en metros reducidos
á varas castellanas
2.650
2.385
3.180
2/
Las Cabezas de Hierro
2.862
3.*
La sierra nacimiento del Alberche
(collado de la Serrota)
1.913
2.298
4/
Las de Pedro Bernardo, Mijares,
La Escusa y Cerro Casillas , mi-
den con corta diferencia entre si.
1.760
2.112
5.'
Las del Puerto de las Pilas
1.356
1.627
6.*
La catedral de la ciudad de Avila.
1.100
1.320
7.'
Las sierras de Avila y el Mirón
cuentan
800
916
8.'
Y las mesetas y más altas planicies
de la tierra llana de la Provincia,
miden, por término medio
750
900
Hay, sin embargo, otras alturas mayores que al-
gunas de las que quedan expuestas, pero cuyas me-
didas no se han practicado todavía oficialmente , ó,
por lo menos , no conocemos los datos en que se ha-
yan publicado: tales son las de Serrota, Zapatero,
Sancho v otras.
RESEÑA POLÍTICO-CIVIL DE LA PROVINCIA.
Rápida ojeada por el larguísimo espacio de tiempo desde los primeros
moradores de sus comarcas hasta la creación de Provincias por Fe-
lipe V.
Quedan agentados en las Reseñas geográfica y
geológica la situación j grados de latitud y longi-
tud que ocupa nuestra Ciudid, con arreglo al meri-
diano de Madrid; las provincias con que confina Ja
de Avila; los pueblos, montañas, rios, valles y lla-
nuras que le sirven de limites y describen su perife-
ria ; las dos grandes secciones de Tierra llana y de
Sierra en que se divide, con sus ricas, variadas y
abundantes producciones; las diversas zonas que en-
cierra y determinan tan distintos climas y tempe-
raturas, y las más notables altitudes, que ya nos
son conocidas, en las cordilleras de sus elevadas
montañas.
Ya es tiempo, pues, de que estudiemos la Provin-
cia más íntima y familiarmente, y en su distribución
política, gubernativa y económica, para conocerla
bajo el aspecto de su orden civil, desde la mayor
antigüedad, de que se puedan alegar pruebas, si no
concluyentes, al menos las que se deducen de las re-
glas ordinarias de la crítica racional, hasta llegar al
punto de su actual estado, respecto á su comparti-
miento, en txlos los ramos d'> la adraini^traeinn
general.
RESEÑA POLÍTiCO-ClVlL DE LA PROVINCIA. 105
No se me oculta que al establecer yo en esta re-
seña como bases , si no ciertas }' seguras , al menos
como las más lógicas y probables, las noticias que
suministro del estado social de Avila y sus comarcas,
anterior por siglos y siglos á la repoblación de la Ciu-
dad por D. Alfonso VI, se me argii'rá con el autori-
zado parecer de muchos historiadores , en relación á
las primitivas gentes que las poblaron, y á quienes
tales escritores dan otros asientos en nuesti'a Penín-
sula: pero ahora no me propongo sostener mi opi-
nión; reservo sus f andamentos y pruebas para su
propio lugar, que es el de la narración histórica. Otro
tanto podrá acontecer respecto á la serie que enun-
cio de ías diversas particiones que durante la do-
minación romana suíi'ió, en distintas creaciones de
provincias, nuestra España. Cumple sólo á mi pro-
pósito, en este momento, lijar como hechos ciertos
los que brevemente voy á indicar, y que justifican
la no interrumpida sucesión de moradores de nuestro
país, y de los gobiernos á que estuvieron sometidos,
reservando, vuelvo á decir ,^ para el razonamiento
histórico la comprobación de los asertos que aquí
hago.
Las gentes primitivas habitadoras de las comar-
cas que circundan á Avila, fueron, á no dudarlo,
celtíberas, puesto que es la opinión más común, que
de las dos razas de Celtas ó Iberos, resultó el pueblo
Celtíbero; y son conocidas, las que á nuestro pro-
pósito conviene, con lo? nombres de Vacceos, Caii-
ceanos, Segedanos. Carpctanos, Oretauos, Olcades
y Vettones, de cuyas respectivas familias y países
106 HISTORIA DE AVILA.
que habitaban, hablaremos más detenidamente en
la Historia.
Pero ¿quiénes fueron los fundadores de nuestra
ciudad? ¿Lo fué acaso una colonia fenicia, como la
más constante tradición abulense lo cuenta? Yo no
lo afirmo; pero expondré imparcialmente muchos ar-
gumentos de distinta índole, á su debido tiempo, que
pondrán á cada uno de mis lectores en aptitud de que
por sí propio resuelva este dificilísimo, sí, pero, á mi
parecer, no insoluble problema.
Conquistados ya en su mayor parte Cataluña y
el Aragón, por las irresistibles legiones de la Eepú-
blica Romana, que invadieron nuestra Península 218
años antes de la Natividad de Cristo; conocida la pri-
mera división de España, en Citerior, que era la más
inmediata al ejército invasor, y en Ulterior, que
significaba la que á la sazón se hallaba más leja-
na, es lo cierto que en los ochenta años siguientes
á la irrupción romana, y después de repetidas ba-
tallas, sufrían ya la ley del vencedor Toledo y
sus comarcas, Ilucia ^en la Mancha, Consuegra,
Ebura ó Talavera de la Reina, y que llevaron sus
armas victoriosas sobre los Vacceos , habitantes de
ambas orillas del Pisuerga , de las que era la cabeza
Palencia; sobre los Segedanos , en el territorio de Se-
govia ; los Cauceanos ó moradores de Coca ; sobre
Cárpese ó Carpeya, capital de los montes Carpe-
tanos, y sobre gran parte de la dilatada región de
los Vettones, en cuyo confín oriental se hallaban las
comarcas avilesas: y como todo el país ya conquis-
tado circundaba su territorio , claro es que ya en el
r>ESE^A PULinco-civiL de la pjiovi.ngia. 107
año 149 antes de la venida del Mesías, siendo Lucio
Licinio Lúculo, cónsul, y Servio Sulpicio Galba, pre-
tor, Avila y los moradores de su tierra eran subditos
de la soberbia Roma. Hallóse, pues, nuestro país, por
largo tiempo , en los confines de la España Citerior
y Ulterior, hasta que, 27 años antes de Cristo, siendo
emperador Octavio Augusto, dividióse la primera
vez la España en las tres conocidas provincias, Botica
Lusitáuica y Tarraconense , quedando dentro de los
límites de ésta, Avila y muchas de sus comarcanas.
Tal era su estado, cuando el emperador Constantino
dividió de nuevo la España en cinco, la Cartaginense,
la Tingitana, la Botica, la Lusitana y la Tarraco-
nense ; y segregando de esta última el territorio de
Avila, adscribióle á la Lusitana, de la que era su me-
trópoli ó capital Mérida. En el mismo siglo iv de la
ya era Cristiana , creó el gran Teodosio dos provin-
cias más, elevándolas á siete, formando la Baleárica,
que desmembró de la Cartaginense, y la Galiciana
de la Lusitánica, quedando, por consiguiente, bajo
el gobierno de la última y su convento jurídico eme-
ritense, las tierras de Avila.
No conozco, en la división política que á España
dieran los Godos , la ciudad á que estuviese sometida
Avila en los diversos condados ó jefaturas políticas
y militares establecidos, así mientras los nuevos
reyes conquistadores residieron en Narbona y el
Mediodía de la Francia, como desde que fijaron su
residencia ulterior en Toledo; pero es de presumir
que tuvieron que acomodarse los vencedores á todo
el sistema á que vivían acostumbrados los vencidos.
108 HISTORIA DE AVILA.
y sólo á fuerza de tiempo resultó aquel pueblo,
aquella legislación, aquel orden administrativo, de
que da muestra admirable y sorprendente el inmor-
tal código llamado Fuero Juzgo, ó Fornm Judicum,
y por consiguiente, que seguirla la división territo-
rial política romana. La que está fuera de contro-
versia, es la eclesiástica, porque conocidos ya en la
disciplina de la Iglesia los metropolitanos, por lo
menos desde el siglo iv, y Mérida como residencia del
de la provincia Lusitana, sea ó no cierta la división
de las metrópolis atribuida á Wamba, como acordada
en el Concilio II Toledano, aunque no se justifica por
sus actas, siem.pre resultará que Avila, en lo ecle-
siástico, y por natural inducción lo mismo acaecería
en lo civil, dependía, como sufragánea, de la iglesia
emeritense, que era Mérida.
Más clara, aunque más triste, fué la suerte del
territorio aviles bajo la cimitarra sarracena, porque
unas veces obedecía á los representantes de los ca-
liías de Córdoba, y otras á los reyezuelos de Toledo:
y como constan las irrupciones de los unos y los otros
en nuestro territorio , Avila y sus comarcas vivían
por los unos y los otros sojuzgadas, cuando no la
recuperaban, como repetidas veces acaeció, los reyes
de Asturias y León, hasta que la ganó, para no vol-
verse á perder, el glorioso Alfonso VI, á fines del si-
glo XI , y desde cuya época formó siempre parte de
la corona de Castilla.
En su gloriosa reconquista, las ciudades, villas y
pueblos más granados que comenzaron á repoblarse,
como Avila, Salamanca, Segoviay otros, consiguie-
nESE5¡A rOL¡TlCO-ClV!L 1;E LA PROVINCIA. 109
ron para sí y sus aledañas comarcas la independen-
cia de su gobierno y administración, crearon sus
concejos y gobiernos municipales, y leyantaron
huestes bajo sus propios pendones para su respectiva
defensa, y los cabos y prohombres de la guerra y
hasta los prelados que en ella acompañaban á los re-
yes , recibieron en galardón de sus proezas y servi-
cios, donaciones de más ó menos extensos territorios,
que mandaban y reglan desde sus castillos y casas
fuertes , ya por sí mismos , ya por sus tenientes ó de-
legados, que así administraban justicia, como man-
daban sus mesnadas en la guerra.
Castilla estuvo todavía por cerca de cuatro siglos
diseminada en infinitas, funestas y pequeñas fraccio-
nes, que obedecían á sus señores, y las ciudades y
villas libres á sus alcaldes y concejos, y más adelante
á sus corregidores, alcaldes mayores, gobernadores
políticos ó militares; y tal era su estado hasta que,
concluida la dinastía austríaca por la muerte de Car-
los II, le sucedió, como primer monarca de la ilustre
casa de Borbon, el Sr. D. Felipe V.
Creación de Provincias é Intendencias. — De la de Avila.
Terminada la larga guerra de Sucesión, y tran-
quilo ya en el trono el animoso Felipe, se propuso
establecer una acertada división administrativa en
España, demarcando .sus provincias; así que por su
memorable real orden de 1718, reformada y perfec-
cionada por su hijo D. Fernando VI en otra de 1749, fa-
cilitó los progresos de la agricultura, de las artes y
lio HISTORIA DE AVILA.
del comercio, dictando reglas para la exacta recau-
dación é inversión de los caudales del Erario. Tales
órdenes tenían por objeto, según lo expresa su texto,
volver á su antiguo esplendor el gobierno económi-
co, la administración de justicia y la causa pública,
porque todo se hallaba confundido con el ruido estre-
pitoso de las armas y la serie desgraciada de cuaren-
ta y nueve años de sangrientas y continuas guerras.
Creáronse entonces treinta y una intendencias:
ocho llamadas de Ejército y veintitrés de Provincia,
subdivididas éstas en primera, segunda y tercera cla-
se. Todos los intendentes tenían el encargo de cuidar
del aumento de los pueblos , la formación del mapa
y descripción de la Provincia, y el de visitarla pun-
tualmente para conocer su verdadero estado econó-
mico. Era, pues, de la incumbencia de los intendentes
fomentarlas fábricas, artes y oficios mecánicos; pro-
mover el adelantamiento de la cria y trato de ganado;
el uso de riego para fertilidad de los campos , pro-
tegiendo y fomentando los labradores , etc. ; de don-
de se ve que , según el sabio espíritu de esta legis-
lación, el oficio de los intendentes los constituía auto-
ridades tutelares de los pueblos, al mismo tiempo
que escrupulosos inspectores de la recta exacción é
inversión de los fondos públicos.
Tanta acumulación de atribuciones exigió el re-
unir á las intendencias las administrativas de los cor-
regimientos que había en cada provincia , lo cual
sufrió grandes impugnaciones de parte de los tribu-
nales, á cuyo frente se hallaba la poderosa autoridad
de los Consejos de Castilla y Aragón, por lo que que-
RESEÑA POLÍTICO-CIVIL DE LA PROVINCIA. 111
dóá voluntad del rey, según lo aconsejase la pru-
dencia, la reunión ó separación de intendencias y
corregimientos, tanto, que ya en nuestro siglo y en
el año de 1817 sólo se contaban seis intendentes-cor-
regidores ; y tal era el estado de las provincias hasta
que se crearon en 1812, y se establecieron en las
épocas constitucionales, los jefes políticos y sucesi-
vamente los subdelegados de Fomento y goberna-
dores de provincias, que reunieron en si el gobierno
civil y político , y el adelanto y progreso de todos los
ramos de la administración pública, y que última-
mente asumieron con la supresión de las intenden-
cias la inspección superior económica de todas ellas.
La de Avila perteneció a la tercera clase de las in-
tendencias, y en la división de España en provincias,
subdividida en partidos, corregimientos, alcaldías
mayores y ordinarias, hecha de orden del rey don
Carlos III, siendo el conde de Floridablanca su mi-
nistro de Estado, se aprobó en 22 de Marzo de 1785 y
se publicó en el de 1789 la siguiente
Demarcación y Nomenclátor de los pueblos de la provincia de Ahila,
que duró, con leves alteraciones, hasta el año de 1835.
Se componia de los Partidos y Estados siguientes:
El partido ó tierra de la ciudad de Abila se dividía en
siete sexmos; á saber:
San Juan. Serrezuela.
Cobaleda. Santiago.
San Vicente. Santo Tomé.
San Pedro.
112
HISTORIA DE AVILA.
El partido ó tierra de la villa de Arévalo contaba los seis
sexmos de
Orvita.
La Vega.
El Aceral.
Sinlabajos.
Aldeas.
Ráfirama.
Los partidos ó estados de la provincia de Abila eran los
siguientes:
Partido de Villatoro.
Partido de Bonilla.
Partido de Villafranca.
Estado de la Adrada.
Estado de las Navas del Mar-
qués.
Estado de Oropesa.
Estado de Navamorcuende.
Estado de Miranda.
Estado de Mon-beltran.
Pueblos sueltos ó eximidos
de sexmos ó partidos en la
provincia.
ABREVIATURAS
DE QUE SE HACE USO EN ESTE NOMENCLÁTOR.
Aid. significa Aldea.
A. 0. — Alcaide Ordinario.
A. P. — Alcalde Pedáneo.
A. 0. R. — Alcalde Ordinario RcaU'ngn.
A. 0. S. — Alcalde Ordiüario de .Señorío.
A. P. R. — Alcalde Pedáneo Realengo.
A !'. S.— Alcalde Pedáneo de Señorio.
A. 2W. R. — Alcalde ¡Mayor Realengo.
A. 31. S.^ Alcalde Mayor de Señorío.
C si<;nifica ciudad.
Corr. — Corregidor.
D. — Despoblado.
L. — Lugar.
R. —Realengo.
S. — Señorío.
S. E. — Señorio Eclesiástico.
S. S. — Señorío Secular.
V. — Villa.
Vcnl. — ^'enla.
TIERRA Ó PARTIDO DE AEILA U <US SIETE SEXMOS.
C. Abila, Corregidor por S.M.
Sexmo de San Juan.
D. Angeles (Los). R.
L. Berlanas, R.— A P.
D. Berreudilla, R.
L. Bernuj Zapardiel,
A. P.
V. Cardeñosa S. S. — A.
T().MO I
L. Cabizuela, R.— A. P.
V. Cantiverus, S. S.— A. O.
V. Cisla, S. S.— A. O.
R.— L. Hernán Sancho, R. — A. P.
V. Fuente el Sauz, S. S. —
O. A. ü.
S
114
HISTORIA DE AVILA.
V. Fontiveros, S. S.— A. O.
L. Goterrendura, R.— A. P.
D. Garoza, R.
L. Jaraíces, R. — A. P.
L. Oso (El), R.-A. P.
L. Peüalva, R.-A. P.
L. Riocabado, R.— A.. P.
V. San Pascual, R.-A. O.
V, San Juan de la Nava,
R.-A. O.
D. San Juan de la Torre.
D. Montalvo, R.
D. Mígales, R.
L. Zorita, R.— A. P.
Sexmo de Cobaleda.
L. Alameda (La), R.-^A. P.
L. Aveinte, R.— A. P.
L. Albornos, R.— A. P.
D. Borona, R.
L. Cordobilla, R.— A. P.
V. Collado, S. S.-A. O.
L. Crespo, R.— A. P.
L. Chaherrero, R.— A. P.
L. Castilblanco, R.— A. P.
V. Flores de Abíla, S. S.—
A. O.
L. GimialcoD, R.— A. P.
L. Muñojerro, R. — A. P.
D. Manzaneros, R.
L. Monsalupe, R. — A. P.
L. Muñosancho, R. — A. P.
L. Muñomer, R. — A. P.
L. Muñogrande, R.— A, P.
L. Naharros, R.— A. P.
L. Ortigosa, R.-A. P.
L. Pascualgrande, R. — A. P.
L. Papatrigo, R.— A. P.
Y. Rivilia de Barajas, S. S.—
A. O.
L. San Pedro del Arroyo, R. —
A. P.
L. San Juan de la Encínüla,
R.— A. P.
L. Salvadíos, R.— A. P,
L. Santo Tomo de Zabarcos,
R.-A.P-
L. Sigeres, R. — A. P.
D. Torcal, R.
L. Yiñegra, R.— A. P.
L. Villamajor, R. — A. P.
Sexmo de San Vicente.
L. Altarairos, R.— A. P. L. Chamartin, R.— A. P.
V. Bercimuelle. S. S.-A. O. D. Cid, R.
V. Bóveda, S. S.— A. O. L. Cillan, R.— A. P.
L. Bravos. R.— A. P V. Daruelo, S. S.— A. O.
L. Benitos, R.— A. P. V. Herreros de Suso, A. O.
V. Cantaracilln, S. S.— A. O. L. Gallegos, R.— A. P.
RESEÑA POLITICO-CIVIL DE LA PROViNClA.
11
L Grandes, R.-A. P.
D. Garci Pedro, R.
D. Mingo Blasco, R.
D. Manquillos, R.
L. Horcajuelo, R.- A. P.
L. Parral, R.-A. P.
D. Piedrahitilla.
L. Padiernos, R.— A. P.
L San Martin, R.— A. P.
L. Solana, R.— A. P.
L. Sancho-Reja, R — A. P.
V. Vita, R.— A. O.
Sexmo de San Pedro.
D. Halcones, R.
D. ArroTuelo, R,
L. Blascomillan, R.— A. P.
L. Valdecasa. R.— A. P.
L. Balbarda (concejo), R.—
A. P.
L. Belmente, R.— A. P.
L. Blandía, R.— A. P.
L. Bularros, R.— A. P.
L. Cabezas del Villar^ R. —
A. P.
L. Colilla(La), R.— A.P.
L. Casasola, R.— A. P.
D. Duruelo, R.
D. Hernán Gallego, R.
I). Herreros del Puerto, R.
L. Fresno 'El concejo), A. P.
D. Flor de Rosa, R.
L. Grajos, R.— A. P.
D. Gasea, R.
D. Iban-Grande, S. S.
L. Muñezfconcejo), R.— A.P.
D. Migalvin, R.
D. Marti-üominguez, R.
L. Mirueña, R. — A. P.
V. Mancera de Arriba, S. S.—
A. O.
L. Manjabúlago, R.— A. P.
L. Muñana, R.— A. P.
L. Muñogalindo, R.— A. P.
L. Muñoclias, R. — A.P.
L. Muñopepe, R.— A. P.
L. Marti-Herrero, R.^A. P.
L. Marlin, R.— A. P.
L. Muüico (concejo), R. —
A.P.
L. Morañuela, R. — A. P.
L. Xaharrillos del Rebollar,
R.— A. P.
L. Naharros del Puerto, R.—
A.P.
L. ^'iharra, R.— A. P.
L. Hortun-Pascual (concejo),
R.-A. P.
L. PajarilladelRebollar, R, —
A.P.
D. Pajarilla del Berrocal. R.
-A.P.
D. Rivilla de la Cañada, R.
D. San Miguel de las Viñas,
R.
D. Serranos y Albianos, R.
D. Santa María del Espino, R.
D. San Muñoz, R.
D. Gimones, R.
L. Serrada ^Lal. R.— A. P.
116
HISTORIA DE AVILA.
L. Salobral, R.— A. P. L. Torre (La;, R.— A. P.
L. Sanchidrian, R.-A. P. L. Villaflor, R.-A. P.
L. Santa María del Arroyo, D. Villargarcía, R.
R.— A. P. D. Zurraquin, R.
L. San García, R— A. P. D. Cilleros, R.
Sesmo de Serrczuela.
L. Aldealabad, R.— A. P. di, R.
L. Arevalillo, R.-A. P. V. Diego Alvaro, S. S.-/ . O.
L. Armenteros (concejo), R.— V. Martínez, S. S.— A. O.
A. P. L. Zapardiel de la Cañada,
D. Ventosa de la Cuesta, R. R. — A. P.
D. Castellanos de la Caua-
Scxmo de Santiago.
L.
Aldea el Rey, R.-A. P.
L,
L.
Berraco (El), R.— A P.
L.
L.
BerrocalejodeAragona, R.
L.
—A. P.
L.
L.
— Bernuy Salinero , R.—
L,
A.P.
L.
D.
Blasco Sanchuelo, R.
L.
V.
Cabreros, R. — A. 0.
L,
L.
Cabanas, R. — A. P.
V,
D.
Castellanos de Fresne-
das, R.
L.
y.
Herradon (El), S. S.—
L.
A. 0.
D
D.
Gemiguel, R.— A. P.
L.
Gemuüo, R.— A. P.
D
L.
Mironcillo, R.— A. P.
D
L.
Mediana, R.— A. P.
D
L.
Nava el Moral (concejo),
R.-A. P.
V,
L.
Navaluenga, R— A. P.
L.
Navatalgordo, R.— A. P.
Navarrevisca, R. — A. P.
Navalosa, R.— A. P.
Navalacruz, R. — A. P.
Navaquesera, R. — A. P.
Tsavaredondilla, R. — A. P.
isíavaelperal, R. — A. P.
Hoyo Quesero, R. — A. P.
Hoyo de Pinares, R. —
A.P.
Ojos-Albos, R.— A. P.
Riofrio, R.— A. P.
Santa María de Civíer-
cas, R.
Santo Tomé de Linares, R.
Serna (La), S. S.— A. O.
San Pedro de Linares, R.
San Bartolomé de Pinares,
S. S.-A. O.
Sotalvo, R.— A. P.
RESEÑA rOI.ITICO-CiVIL DE LA FROVINC'A,
117
V. Santa Cruz de Tinares, D. Torrecilla (La), R.— A. P.
S. S.— A. O. L. Tornadizos de Abila, R.
V. San Juan de la Nava, R. — L. Urraca Miguel, R.— A. P.
A. O. L. Villaviciosa, R— A. P.
V. Tiemblo ^El, S. S.-A. O.
Sexmo de Santo Tomé.
V. Adanero, S. S.-A. O.
D. Almarza, S. S.— A. O.
D. Aldea el Gordo, R.
L. Blasco Sancho, R. — A. P.
L. Beiavos, R.— A. P.
D. Diezgos, R.
L. Gallegos de San Vicente
(concejo], R.— A. P.
D. ^[amblas, R.
V. Mingorría, S. S. — A. O.
D. Ovieco, S. S.-A. O.
D. Pedrosillo, R.
L. Pajares, R.— A. P.
V. Pozanco, S. S.— A. O.
D. Puebla, S. S.— A. O.
V. Patos (Los), S. S.— A. O.
V. Santo Domingo, S. S.-
A. O.
L. Saornil de Voltoya, R.-
A P.
D. Saornil de Adaja, R.
L. Sanchidrian, R.— A. P.
L. Tolbaños, R.— A. P.
L. Yicolozano (concejo), R.-
A.P.
V. Vega (La), S. S.— A. O.
D. Vüladei, R.
TIERRA Ó PARTIDO DE ARÉVALO, DIVIDIDO EN LEIS SEXMOS.
V. Arévalo, R. -Correg. por S. M.
Sexmo de Orvita.
D. Aldehuela y Matilla, R. — L. Espinosa, R.— A. P.
A. P. L. Gutierre Muñoz, R.— A. P.
L. Aldeanueva del Codonal, L. Montuenga, R.— A. P.
R.— A. P. D. Navaelperal, R.— A. P.
L. Codorniz, R._a.P. L. Ürvita. R.— A. P.
118
HISTORIA DE AVJLA.
Sexmo de la Vega.
D. Blasco-Muño de la Vega, L. Martin Muñoz de la Dehe-
R.
L. Bota el Horno, R. — A. P.
L. DonHierro, R.— A. P.
D. Estepar, R.— A. P.
L. Montejo de la Vega, A. P.
D. Madrilejo, R.
D. Moro,lejadeSantaCruz, R.
sa, R.— A. P.
D. Palacios de la Vega, R.
L. Eapariegos, R.— A. P.
D. Servande y Tranujas, R.
L. San Cristóbal, R.— A. P.
L. Tolocirio, R.— A. P.
Sexmo del Aceral.
L. Aldeaseca, R.— A. P.
D. Valtodano, R.
L. Viñaderos, R. — A. P.
D. Bodegoncillo (El), R.
D. Valles-Domingo, R.— A. P.
L. Constanzana, R. — A. P.
L. Cabezas de Arambre, R. —
A. P.
L. Donjimeno, R.— A. P.
L. Langa, R.-A. P.
D. Montejuelo de Garci-Lobo,
R.
L. Magazos, R. — A. P.
L. Naharros del Monte, A. P.
L. Nava de Arévalo(Laj, R. —
A. P.
L. Noharre, R, — A. P.
L. Pedro Eodriguez, R. —
A. P.
L. Palacios Rubios, R. — A.P.
L. San Vicente, R. — A. P.
L. Tiuosillos, R.— A. P.
L. Villanueva, R.-A. P.
Sexmo de Sinlabajos-
D. Campo (El), R.— A. P.
L. Donvidas, R. — A. P.
L. Muriel,R.— A. P.
L. Honcaladas (Las), R. —
A. P.
L. Honquilana, R. — A. P.
D. Pozo (El), R.— A. P.
L. Sinlabajos, R.— A. P.
L. San Pablo de la Moraleja,
R.-A. P.
L. San Esteban, R.— A. P.
L. Salvador, R.— A. P.
L. Olmedillas (Las), R.— A. P. L. San Llórente, R.— A. P.
L. Palacios de Goda, R.— L. Tornadizos de Are'valo, R.
A P. —A. P.
RESEÑA rOL!Tlf.U-ClVlL DE LA rROVINClA. i 19
Sexmo de Aldeas.
L. Blasco-Nuuo de Mataca- V. Fuentes de Año, S. S.—
bras, R.— A. P. A. O.
L. Barroman, R.— A. P. V. Lomoviejo, R.— A. O.
L. Castellanos de Arévalo,U. — L. Moraleja de Matacabras.
A. P. D. Palazuelos de Zapardiel,
V. Canales, S. S. R.
L. Cabezas del Pozo, R. — V. Raliegos, S. S.— A. O.
A. P. D. Serranos de Arévalo. — R.
Soxmo ds Rágama.
D. Astudillo, R. — A. P. V. Horcajo de las Torres, S.
L. Ajo (El), R.— A. P. S.— A. O.
L. Bercial, R.— A. P. D. Píteos. R.
D. Bañuelos, R. L. Rág^ama, R. — A. P.
L. Cebolla, R.— A. P. L. Rasueros, R.— A. P.
L. Mamblas, R.-A. P. L. Villar (El), R.— A. P.
PARTIDOS O ESTADOS DE PROVINCIA.
Partido de Villatoro.
L. Amavida, S. S.— A. P. V. Muñotello, S. S.— A. P.
L. Cepeda, S. S.— A. P. L. Prado-segar, S. S.— A. P.
L. Menga-Muüoz , S. S. — L. Poveda, S. S.— A. P.
A. P. V. Villatoro, S. S.-A. O.
Partido ds Bonilla.
V. Bonilla de la Sierra, S. E L. Casas del Puerto de Boni-
— A. O. lia, S. E.— A, P.
L. Becedillas, S. !•:.— A. P. L. Malpartida, S. E.-A. P.
L. Cabezasde Bonilla, S. E.— L. Mesegar, S. E.— A. P.
A. P. L. Tortoles, S. E.— A. P.
120 HISTORIA DE AVILA.
Partido de Víllafranca.
L. Casas del Puerto, S. S — L. Navacepedilla, S. S.— A. P..
A. P. V. Villafranca, S. S.— A. O.
Partido de la Adrada.
V. Adrada (La), S. S.-A. O. V. Iglesuela(La),S.S.— A. O.
L. Casillas, S. S.— A. O. V. Piedralaves, S. S.— A. O.
V. Casas Viejas, S. S.-A. O. V. Sotillo de la Adrada, S. S.
V. Fresnedilla, S. S.— A. O. —A. O.
Estado de las Havas del Marqués.
V. Navas del Marqués, S. S. L. Val de Maqueda, S, S.—
-A. M. S. A. P.
V. Pelayos, S. S.— A. O.
Estado de Oropesa.
L. Alcañizo, S. S. — A. P. V. Lagartera, S. S. — A. P.
L. Corchuela, S. S.— A. P. V. Navalcan, S. S.— A. O.
L. Celeruela, S. S.— A. P. V. Oropesa, S. S.— A. M. S.
V. Calzada (La), S. S.— A. O. V. Parrillas, S. S.— A. O.
L. Herreruela, S. S.— A. P. V. Torralba, S. S.— A. ü.
L. Guadierbas-altas, S. S. — L. Ventas de S. Julián, S. S,
A. P. —A. P.
D. Guadierbas-bajas, S. S.—
A. P.
Estado de Navamorqüende.
V. Almendral, S. S.— A. O. V, Navamorqüende, S. S.—
V. Buenaventura, S. S. — A. O.
A. ü. V. Sotillo de las Palomas, S.
V. Cardiel, S. S.— A. O. S.— A. O.
V. Sartajada, S. S.— A. O. V. San Román, S. S.— A. O.
RESEÑA POLÍTICO-CIVIL DE LA TROVINCIA. 121
Estado de Miranda.
V. Bconal, S. S.— A. O. L. Gordo (El), S. S —A. P.
V. Candeleda, b'. S.— A. O. V Talayera la Vieja, S. S.—
L. Berrocalejo, S. S. — A. P. A. O.
V. Puebla de Nadados, S.S.— V. Térrico (El), S. S.— A. O.
A. O. V. Valverdeja, S. S.— A. O.
Estado de Mon-beltran.
L. Arroyo Castaño, S. S.— Y. Pedro Bernardo, S. S. —
A. P. A. O.
V. Cuevas (Las), S. S.— A. O. L. Serranillos, S. S.— A. P.
L. Gavilanes, S. S.— A. P. L Santa Cruzde Mon-beltran,
L. Higuera (La), S.S.— A. P. S. S.— A. P.
V. Lanzahita, S. S.— A. O. V. San Esteban del Valle, S.
V. ilon-beltran, S. S. — A. S — A. O.
M. S. V. Villarejo (El), S. S.- A. O.
V. Muarés, S. S.— A. O.
PUEBLOS SUELTOS O EXIMIDOS SIN SEXMO NI PAPJIDO.
V. Badillo, S. S.-A. O. V. Puente del Congosto, S. S.
V. Cespedosa, S. S.— A. O. —A. O.
V. Fuente el Sol, S. S. — V. San Bartolomé de Corneja,
A. O. S. S.— A. O.
V. Guijo (El), S. S.— A. O. D. Serranos de la Torre, S. S.
V. Madrigal, R. C. por S. M. —A. O.
S. Peñaranda de Bracamente, V. Villanueva del Campillo,
S. S.-A. M. S. S. S.— A. O.
V. Pascua! Cobo , S. S. — V. Villanueva de Gómez, S.
A. O. S.-A. O.
Y>:Z
IHSTOnjA DE AVILA.
Agregación posterior á la Provincia de los partidos del Barco de Avila,
Piedraliila y el Mirón, cuyos distritos no pertenecían á la de Avila eit
la di>'ision territorial de 178.j, porque estaban incorporados ú la de
Salamanca y tenían también sm respectivos compartimientos de esta
manera :
Barco de Avila.
Gobernábase es!e partido
por un alcalde mayor del se-
ñorío de Valdecorneja, y las
fracciones de su territorio lla-
mábanse, como en otros parti-
dos de Salamanca, en vez de
Sexmos, Quartos, y eran los
siguientes:
QüAiíTO DE SA.\ PEDUO, que Com-
prendía
Aldeanueva de Santa Cruz.
Aliseda.
Encinares.
Lastra del Can.
Santa María de Caballeros.
QDAUTO DEL OKILLAU.
El Losar.
QUARiO DE SAN BAIITOLOME.
Llanos (Los).
Nava (La).
Navalonguilla.
Navatejares.
Tormellas.
QUAIirO DE AUAVALLE.
Casas del Puerto de Torna-
vacas.
Gil García.
Solanas (Las).
Santiago de Aravalle.
QUAUrO DE SANTA LUCÍA.
Santa Lucía.
Piedrahita.
Gobernábase este partido
por un alcalde mayor del se-
ñorío de Valdecorneja; estaba
d'-vidida su tierra en los tres
sexmos siguientes:
SEX510 DE LO LLANO.
Sus pueblos eran:
Avellaneda.
Aldehuela.
Iloyo-redondo.
Nava Escurial.
San Miguel de Corneja.
Santiago del Collado.
SEXMO DE LA SIERRA.
Barajas.
Garganta del Villar.
reskSa roi.iTici) ciMi. Di; i.a imiovincia. 123
Hoyos del Lspino. sexmo de l.\ !íi\ kua.
Hoyos del Collado. Herguijuela ^La).
Hoyos de Miguel Muñoz. Horcajo.
Navadijos. Navacepeda.
Nava el Sauz. Nava el Peral.
Ivavaredonda. Navasequilla.
San Martin del Pimpollar. San Bartolomé.
San Martin de la Vega. Zapardiel.
Partido del Mirón.
Gobernábale un solo alcalde El Collado,
ordinario y los demás peda- La Xaharra.
neos, comprendiendo los pue- Navaliermosa.
blos de Santa Marín del Berrocal.
Valdemolinos.
El Mirón. Yillar de Corneja.
Arenas de San Pedro conoció también en la antigüedad
un sexmo, que le componían varios pueblos de su actual
partido, y se le llamaba de Ljs Herrerías de Avila; pero
en 1785 formaban, asi Arenas como sus actuales pueblos,
parte del gran partido de Talayera de la Reina, en la provin-
cia de Toledo.
RESÜMÍSN.
El territorio, pues, de la Provincia primitiva estuvo divi-
dido, con transitorias alteraciones, y en su mayor parte para
la administración de justicia y para el gobierno político y
económico de sus ayuntamientos, en cinco corregimientos y
seis alcaldías mayores, en la forma siguiente:
Avila Corregimiento. De nombramiento Real.
Arévalo Corregimiento. De nombramiento Real .
Arenas Corregimiento. Del señorío de la Casa
del Infantado.
Cebreros Corregimiento. De nombramiento Real.
124 HISTORIA DE AVILA.
Madrigal Corregimiento. De nombramiento Real.
Barco de Avila. . . Alcaldía mayor Del señorío de Valde-
corneja.
Mon-beltran Alcaldía mayor. Del señorío de Nava-
morqüende.
Navas del Mar-
qués Alcaldía mayor. Del señorío del marque-
sado de las Navas.
Oropesa (del Obis-
pado) Alcaldía mayor. Del señorío del conde de
Oropesa.
Piedrahita Alcaldía mayor. Del señorío de Valde-
corneja.
Peñaranda de Bra-
camonte Alcaldía mayor. Del señorío del conde de
Peñaranda.
SEXMOS.
Noticia de estas antiguas comunidades de la tierra; de sus Juntas;
y de sus Procuradores ó Sexmeros generales.
En los Partidos ó Estados de señorío , los dueños
(j poseedores respectivos de ellos disfrutaban de más
ó menos derechos territoriales y jurisdiccionales, ya
ciertos , ya disputados , según que podian sostener-
los y acreditarlos al tenor y en el espíritu de los tí-
tulos de sus adquisiciones , y todos ellos pertenecían
CQ la Provincia al señorío secular, á excepción del
de Bonilla, que era del eclesiástico, y que estaba
perpetuamente anejo á la Mitra; y sabido es que el
nombramiento de los jueces, alcaldes, regidores,
ayuntamientos, escribanos y demás dependientes
necesarios para el gobierno y justicia de estos terri-
RESEÑA POLÍTICO -CIVIL DE LA PROVINCIA. 125
torios, mermando gravemente las altas atribucio-
nes de la Corona, correspondió desde su creación á
sus privativos señores, hasta que el rey D. Fernan-
do VII , secundando felizmente las disposiciones
adoptadas en las Cortes generales reunidas en Cá-
diz desde 1810, reintegró á la Soberanía de tan im-
portante derecho, haciendo que el aüo de 1824 fuese
uno solo y uniforme el sistema de elección para la
administración judicial y municipal de la Provincia
y de todo el Reino.
Y para cerrar el punto relativo á la nomenclatu-
ra, importancia y división de los pueblos en Parti-
dos y Estados que formaban la estructura de la an-
tigua Provincia, me parece conveniente dar una idea,
aunque sea ligera, sobre la subdivisión de muchos
de ellos en Sexmos.
Es de notar que los partidos de Avila y de Aré-
valo, y los del Barco, Piedrahita y el Mirón, seme-
jantes en su antigua organización municipal y
económica á los de las provincias de Salamanca,
Segovia, Soria y otras poblaciones de Castilla, sin
perjuicio de ser, como lo eran, grandes agrupa-
ciones de varios concejos convecinos , pero cada
uno independiente del otro y con sus peculiares
y exclusivos derechos y deberes, aprovechamientos
y cargas, eran ademas el conjunto de muchos con-
cejos, que vivían en unas determinadas hermanda-
des ó comunidades generales, cuyos individuos ó
personalidades colectivas eran los pueblos, cuyas
secciones locales eran los sexmos, cuya colectividad
general era la tierra de Avila, de Arévalo, etc. ; to-
126 HISTORIA DE AViLA.
dos los cuales tenían por base de su asociación bie-
nes inmuebles de común aprovechamiento, conocidos
con los nombres de Propios, Comunes ó Baldíos, se-
gún era su procedencia, destino ó causa de su ad-
quisición , j de cuj^os terrenos han disfrutado siglos
y siglos, y todavía disfrutan, ya manteniendo en ellos
sus ganados en ciertas temporadas del año , ya aco-
giendo para el aprovechamiento de sus saludables
pastos sobrantes otras ganaderías de forasteros, bajo
cierta renta convenida, ora utilizando importantes
cortas de sus pinares y montes para maderas y le-
ñas , ora sacando otros no despreciables rendimien-
tos , y destinando sus productos metálicos y materia-
les á los gastos de la Comunidad , como la edifica-
ción y reparación de puentes y caminos y otras obli-
gaciones públicas, á que siempre contribuían los
partidos rurales de la tierra.
El gobierno administrativo v económico de estas
grandes comunidades, consistía en la división de sus
pueblos en varias secciones , denominadas Sexmos,
y en una Junta central, compuesta de los represen-
tantes de cada uno, que se llamaban Sexmeros, pre-
sidida por el corregidor de todo el distrito. Impor-
tantes , muy honrosos y considerados , y , por consi-
guiente, muy apetecidos, fueron siempre los cargos
de sexmeros, y más todavía los de P rocuradores ge-
nerales de la tierra, que eran como la diputación
permanente de todos los sexmos: y porque su cons-
tante cuidado era velar por la custodia y mejora de
la ganadería y agricultura, que son las bases capi-
tales de la riqueza de este país, nuestros Códigos ci-
KKSKÑA rOI.ITir.O- CIVIL TE LA FRítMNClA. ll:7
viles y los archivos de Avila y Arévalo, así como
los de las mencionadas ciudades de Castilla, ofrecen
en muchas leyes del Reino, y en los privilegios, con-
cordias y ejecutorias que á su instancia se lograron,
repetidos testimonios de la inteligencia, actividad y
celo con que se hubieron y portaron en todo tiempo
en sus honrados cargos , obteniendo siempre provi-
dencias favorables á sus representados.
La creación de los jefes políticos desde su primer
ensayo constitucional en 1812, llamados hoy gober-
nadores de provincia, y que estuvieron auxiliados
desde 1845 hasta 1868 de los Consejos provinciales,
sometió á su autoridad toda la administración activa
político-económica; pero sin que ni antes ni después
de la formación y extinción de los Consejos tuvieran
intervención en este asunto las Diputaciones provin-
ciales, que son cuerpos esencialmente populares,
nacidos en la misma época de 1812, y que se vieron
dotados en distintos períodos de más ó menos cir-
cunscriptas atribuciones , pero cuya simple existen-
cia hizo rebajar grandemente la influencia é impor-
tancia social délos Sexmeros y Procuradores gene-
rales, cuando en el antiguo régimen administrativo
eran la más genuina representación de la riqueza
rural de las tierras de Avila, Arévalo, el Barco, el
Mirón y Piedrahita.
Mas les llegó también su momento de desapare-
cer en el aüo de 185.3, sin cuidarse el Gobierno de
establecer un acertado reemplazo. Desde entonces,
forzoso, aunque sensible, es decirlo, porque es alta-
mente necesario y conveniente, hállanse hoy estos
128 HISTORIA DE AVILA.
grandes intereses sin cumplida protección, amparo y
acertada y garantida administración, cuando son
pingües centros de riqueza comunal, no en el sentido
de adjudicable á la Provincia en común, ni mucho
menos al Estado, como bienes nacionales, sino en el
de verdadero dominio privativo, adquirido por títulos,
unos lucrativos, otros onerosos, pero todos legales y
sagrados, como emanación directa de toda justa pro-
piedad.
No ofendo ni quiero ofender á nadie : nada más
distante de mi intención, que fijar la vista, aunque
fuese en transparencia, sobre personas; pienso sólo en
el mejoramiento de las cosas; do}^ por muy honra-
das y puras á las primeras, y las salvo por rai jui-
cio de toda responsabilidad; pero digo y sostengo,
en pro de las segundas, que la índole do su actual
administración es insuficiente, bajo todos aspectos,
para obtener el acierto que debe apetecerse en la
gestión de la recaudación é inversión de los fondos
de los bienes llamados de la Tierra.
Muchas y bien distintas y contradictorias son
las disposiciones dictadas para su administración y
gobierno desde que en el año de 1837 se suprimieron
las Jautas ó Ayuntamientos generales de Univer-
sidad y Tierra, siendo el estado actual la monstruosa
combinación de que una persona privada, particular,
sin autoridad alguna, es el Administrador; esto es,
la persona de la inteligencia, de la acción, de los
contratos de pastos, de cortas de maderas, en fin, el
Director: el Jefe de caja de la administración eco-
nómica es el tesorero ó custodio de los fondos , y un
RESEÑA POLÍTICO- CIVIL DE LA PROYLNCIA. 129
oficial de hacienda ejerce el cargo de interventor,
quedando para el Gobernador de la Provincia el triste
papel de simple Ordenador de pagos. Monstruosa
organización, repetimos; pero todavía se habria ga-
nado poco aunque el Gobernador recobrase su digno
puesto y fuera el verdadero Administrador, y que el
que ahora administra hubiere de ser su consejero
subordinado. La razón es clara.
La lamentable rapidez con que se suceden los
gobernadores de provincia , contándose dos, tres y
más en cada año , todos hombres probos y cumpli-
dos caballeros , pero todos hombres exclusivamente
políticos ; todos con la mejor intención de hacer el
bien de sus administrados , pero la mayor parte des-
conocedores por completo de estas locales fuentes
de riqueza avilesa; todos, en fin, intachables en su
moralidad, pero todos sin tiempo para consagrarse
al estudio de las necesidades y desarrollo de los inte-
reses materiales ó morales de la provincia, no hacen,
no pueden hacer más que oir y seguir los consejos ó
las operaciones , por más prudentes y acertadas que
parezcan, de un solo emi3leado, que es el deposita-
rio, por muy digno, muy capaz y muy honrado que
sea. Y esto no es administrar , en el sentido recto
de la ciencia económica : esto pide una saludable
reforma; y esa reforma consiste en que, así como la
Diputación Provincial extiende sus cuidados, aislada
y singularmente, á cada uno de los 270 pueblos en-
comendados á su paternal autoridad, abarque tam-
bién dentro de sus atribuciones el de esos grandes
ayuntamientos, concejos ó comunidades de la tierra,
TOMO I. 9
130 HISTORIA DE AVILA.
distribuidas en sexmos, y compuestas de muchos
pueblos agrupados todos j muy interesados en un
mismo fin: y basta esta indicación de tan desinte-
resados como patrióticos sentimientos en favor de
mi amado país natal.
DEMARCACIÓN ACTUAL DE LA PROVINCIA DESDE EL AÑO DE 1833.
Conocida ya la extensión é importancia que tuvo
nuestra primitiva Provincia, es indispensablemente
lógico y necesario exponer las que tiene en la ac-
tualidad, que es el año de 1872, y que tanto se dife-
rencian de aquellas otras, así por las muchas agrega-
ciones de pueblos que de las provincias confinantes
se le hicieron con posterioridad , como por las cortas
desmembraciones que á su vez sufrió de algunos,
adscribiéndolos á ellas, conforme á la circunscrip-
ción general que de todas las del Reino se decretó
en 30 de noviembre de 1833.
Para hacerlo con el orden y claridad convenien-
tes y con la multitud de datos estadísticos, que tanto
interesan á lagobercacion del Estado, así en las altas
miras del legislador y del supremo gobierno, como
en las más minuciosas operaciones administrativas
de los pueblos, he combinado las luminosas noticias
que de nuestra Provincia suministran el Noinenclá-
iOT general, corregido y publicado en el año de 1863,
y el Censo de población último, practicado en 1860.
A su final he colocado en primer término los tres
RESENA POLÍTICO-CIVIL DE LA PIKIVi.NCIA. 131
estados generales , que demuestran , el primero , las
poblaciones de todo género de que constaban los seis
partidos judiciales que entonces tenia la provincia,
clasificándolas en Ciudades, Villas, Lugares, Aldeas,
Caseríos, Albergues y otros grupos de viviendas, y
sacando al frente sus respectivos totales; el segun-
do, el número de sus Ayuntamientos y habitantes
respectivos, y las contribuciones que satisficieron
por la de consumos en el año económico de 1868
á 1869. y las que pagan por la territorial y subsidio
en el corriente de 1871 á 1872; siendo el tercero el
resumen general de las mismas contribuciones que,
con sus peculiares recargos , han correspondido á la
Provincia.
En segundo término aparece, al frente de cada
partido judicial, el número de sus respectivos habi-
tantes, clasificada su población por sexos, estado ci-
vil y edad de sus individuos, todo según los resulta-
dos que ofrecen el Censo y otros documentos facili-
tados por la Administración económica , y que antes
quedan apuntados, con relación á cada pueblo.
Y por coronamiento de este trabajo , puramente
estadístico, presento, por considerarle de grande
utilidad y hasta de agrado y esparcimiento para mi-í
paisanos , otro breve estado , con la superficie total
de la Provincia, dividida en leguas, kilómetros, hec-
táreas y fanegas de tierra de 9.216 varas cuadradas.
Para fijar con el acierto posible el sucesivo des-
arrollo y progresivo aumento de la población desde
que se tienen datos estadísticos oficiales, ofrezco
como antecedentes esencialmente históricos, el resul-
132 HISTORIA DE AViLA.
tado de la general de España en los tres primeros
censos anteriores á la creación de las Intendencias,
desde el más antiguo , que es del año de 1380 , en el
reinado de D. Juan I, que abrazan la primera sec-
ción. La segunda, que contiene otros siete censos,
más ó menos perfectos j posteriores , desde la crea-
ción de las Intendencias hasla nuestros dias: siendo
de notar que en el espacio de los últimos ochenta y
cuatro años , como luego veremos , se ha aumentado
la población provincial en más de un tercio, ó, lo
que es lo mismo, lo que va de un 14,"" á SS.""'' habi-
tantes por cada kilómetro cuadrado.
Era también necesario otro resumen relativo al
número anual de matrimonios , nacimientos y defun-
ciones, haciendo en él especial mención (por econo-
mizar el número de estados) de las escuelas y alumnos
que á ellas concurren, si bien este último punto, re-
lativo al ramo de la Instrucción pública, pide des-
pués mucho más detenido estudio ; y , por último , no
podia omitir la noticia de los pueblos que de nuestra
Provincia pasaron á otras, ni la de los que de otras
provincias se han agregado á la de Avila en la cir-
cunscripción de 1833.
Otra serie de datos, harto interesantes, subsi-
guen á estos para dar á conocer el grado de civiliza-
ción, de cultura y de buena administración á que
hoy ha llegado la Provincia : tales son los relativos
á los establecí mientas de Instrucción pública que se
han conocido desde la antigüedad, y especialmente
de los que hoy subsisten, y á los de Beneficencia,
que comprenden también desde remoto tiempo la re-
RESEÑA POLÍTICO-CIVIL DE LA PRUVIXCIA. 133
S3ña de sus hospitales, casa- inclusa y asilos de des-
amparados.
Era inevitable igualmente el hablar de las fuen-
tes de riqueza j producción de nuestro país , indi-
cando como esenciales su agricultura, ganadería,
montes, minería, industria y comercio, ferias y
mercados.
Tampoco podia desentenderme de hacer la indi-
cación necesaria sobre el Pote de Avila, medida-
patrón de todo el Reino para toda la contratación de
cereales, semillas y otros frutos áridos. Mucho más
interesante todavía era dar razón del antiguo lasti-
moso estado y de las notables mejoras y adelantos
hechos hasta el dia sobre caminos y vías de comuni-
cación.
Y para cerrar esta Reseña político-civil , era alta-
mente grato demostrar en un breve artículo que la
Provincia de Avila , gracias al cielo , no há menester
de las producciones y recursos de las demás del Rei-
no para cubrir sus ordinarias é imprescindibles ne-
cesidades con cómoda abundancia.
PROVINCIA
N'OMENGLATOR Y CENSO reunidos de los pueblos que la componen, seg
do por el Gobierno en el año de 186Ó, y del Censo último de 18i
viviendas, albergues, etc.; de sus clases y denominaciones; del núm.
tas que pagan actualmente por las contribuciones territorial y de ganader
gun los documentos recientisimos publicados por la Diputación Provine
ADVE
Las entidades subalternas, destinadas en la provincia de Avila para albergues de pastores y gana.
iie estas últiuias que figuran como edificios, por estar construidas de fábrica y cubiertas de teja.
El sistema general de construcciones en los partidos de Avila, Barco, Cebreros y Piedrahila
y en cajones de tierra, ó sea tapiales, enlazados con machones de adobes, cubiertos á teja v.
puerta de entrada y por algunas aberturas irregulares practicadas en la pared ó en el tejado.
En el partido de Arenas son también generalmente de mampostena ordinaria, pero constrn
trucciones lienzos de tapial con machones, adobes y ladrillo, ostentando mejor aspecto , más luc.
sobre la habitación principal.
La mayor parte de los edificios y albergues que figuran como inhabitados dentro de las poblacim
regla que tiene también sus excepciones.
Los molinos harineros se clasifican por lo regular como inhabitados , á causa de su estrechez y i
llevan agua en ciertas épocas del año, sólo durante estas se ven concurridos aquellos por el ticmp.)
Los edificios y albergues rurales, principalmente ¡as casas de dehesa, habitadas constantemcnlo
bien por colonos y pastores, según las estaciones y la naturaleza de los aprovechamientos de cada fi
Hay asimismo casas y simples chozas, que se denominan genéricamente secaderos de pimientos.
Los pajares, unos sirven, á la vez que de depósito de paja, de cuadra para el ganado de labor
Las casetas denominadas de campo se han considerado generalmente como inhabitadas, porque s
guardar aperos.
I LTiMV É iMPOuiOTE.— Las inicialcs V. H. colocadas al principio de cada plana y antes de los núme
)E AVILA.
datos oficiales sacados del Nomenclátor general corregido y publica-
nprendiendo la noticia exacta de sus As^untaniientos , poblaciones , grupos
sus habitantes clasificados por sexos y por su estado civil , y de las cuo-
ustrial y de comercio, y que pagaban por la de consumos liasta ISG-S , se -
)ficinas de Hacienda piiblica.
encías.
.'uomiiiaa enrevradoos en un.is inirtes, corrales en «tras, y en otras majadas; liabiendo algiiniis cii-
ingue por su rusticidad y la mala clase de los materiales, pues consisten en piedra unida con barro,
litando tpie la mayor parte de las casas sólo tienen un piso , y que muchas sólo reciben luz por la
más esmero, y muchas de mis de nn piso. V en el de Arcvalo, lo mis común es emplear en las cons—
. regularidad en sus fachadas : hay muchas casas ([uc llaman estar dobladas por tener desvanes de tablas
corralizas, cuadras, pajares y departamentos análogos, que se hallan segregados de las casas-moradas;
>ortancia; pues situados á las inmediaciones de los pueblos, sobre gargantas y arroyos que únicamente
esita cada parrnqniano ó vecero para moler sus granos.
ín la mayor parte por los guardas, y algunas por los colonos. Y las que se habitan temporalmente, tani-
le redad.
ir destinadas á guardar y curar este fruto; habitándose unas temporalmente y otras nunca.
os, llamados comunmente casetas, se ocupan solo con heno.
ven para dar abrigo, durante el dia, á los trabajadores de las fincas donde se hallan situadas, y para
la casilla de nexos, significa lo diferencia de estos.
136
HISTORIA CE AVILA.
PARTIDO JUDICIAL DE
AYUNTAMIENTOS.
rOKLACIOXES,
r.RCPOS, ed:fic!Os, titiendas, etc.
SU CLASE.
Arenal (El).
[Arenal (El) villa
Berrocoso de Abajo : Molino harinero '
Berrocoso de Arriba Molino harinero
píajadas de pastores (a) Casas
Molino del Tiemblo. ." Molino harinero"
Molino de Najarro Molino harinero
f.Xtra. Sra. de las Angustias Ermita
ISanto Cristo de la Cuesta ( Ermita
Arenas de San Pe-
Arenas de San Pedro
Batan (El)
Casetas de guardas (b)
Casquete (El)
Cerca de Carbonero (La)
Cristo (El) ,
Enriaderos (Los)
Hontanares
Llanos (Los)
Majadas de pastores (c)
dro \ Molino de la Barca de Peña. . .
Mnlino de Ramacastañas
Molino de Yaldelaosa
Molinos de las lelas de Arbillas
Molinos del Puente de Arbillas
Pajares (d)
Ramacastañas
San Pedro de Alcántara
Secaderos de pimiento (e)
Trampales (Los)
Villa
Molino y casas . . . .
Casetas
Molino aceitero.. . .
'Casetas de civiles.
Ermita
Molinos harineros.
Lugar
Caserío
Casas y chozas
Molino y casa
Molino y casa
Molino y pajar
Molinos y casas
Molinos y casas
Casas y chozas..
Lugar [[
Convento y pajares.
Casas y chozas
Casas de campo.. .'.
Candeleda I Villa
Majadas de pastores Chozas.
Candeleda.
Molinos de la cañada
Nuestra Señora de Chilla.
San Bernardo
Santo Cristo de la Cañada .
Secaderos de pimiento ¡Casas y" chozas
Tenería (La) | Molinos aceiteros
Molinos aceiteros.,
Ermita y casa. . . . . _
Ermita y casa
Ermita
RESEiÑA I'OLITICO-CIVIL I)E LA PROVINCIA.
137
¡lENAS DE SAN PEDRO.
fíADlTANTES CLASIFICADOS POR
«XOS. SOLTEROS. CASADOS. VIIDD
803
837
1.640
1.4121
1 205;
12.017
1 .348
1.170
2.518 :
491
465
813
630
720
580
274
302
517
426
541
431
82
149
CONTRIBUCIOIVES EN PESETAS.
De 1868 á 69.
87
159
3.250
7.229
8.526 75
De 1871 á 72.
TERRITORIAL.
9.679 50
27 570 15
31.208 40
598 35
4.257
1.903 51
138
HISTORIA DE AVILA.
AYUNTAMIENTOS.
P>)BLACIOAES,
URIPOS, EDIFICIOS, VIVIENDAS, ETC.
Casa vieja
Cuevas del Valle .
Casavieja
Garganta de los Molinos (La).
Majadas de pastores
Pajares
Casetas de campo
CoUadito (Eli
Cuevas del Valle
Molinillos (Los)
Molino de la Fuente
Pajares
Gavilanes ,
Cantera (La)
Concepción (La)
Gabilanes
Helechar (El) ,
Majadas de pastores.
Molinos (Los) ,
Pajares
Poyales (Los) ,
IArroraalillo
Gerron (l'.l)
Guisando
uuisauuo \ Majadas de pastores. .
1 Molinos de la Dehesa,
Raigal (El).
San José. . .
Hornillo (El).
Colmena (La)
Hornillo (El)
Majadas de pastores
Molino de la Fuentecilla.
Molino de la Veguilla
Pajares
San Marcos
ÍCaranueva
Garganta (La).. .
Herrenazos (Los
Lanzahita
su CLASE.
Villa
Molinos harineros.
Casas
Casas-pajares
Casetas
Casas de ganado . .
Villa
Molinos harineros.
Molino harinero. . .
Casas-pajares
Casas de labor ....
Ermita
Lugar >
Casas de ganado.. .
Casas
.Molinos harineros. .
Casas-pajares
Chozas ele pastores
Molino aceitero
Molino y pajares. . .
Villa
Casas
Molinos harineros. .
Molinos y pajar
Ermita
Molino harinero.
Villa
Casas
Molino harinero.
Molino aceitero..
Casas-pajares. . .
Ermita
Caseta de guarda. . ,
Molinos y pajares..
Caseta de guarda...
Villa
Casas J
Majadas de pastores ,
Novales (Los) I Secadero y majada
Nuestra Señora del Prado I Ermita
Pajares ' Casas-pajares
RySEiXÁ POLí TICO-CIVIL DE LA PllUYINGlA.
139
rANTES CLASIFICADOS POR
CONTRIBUCIONES EN PESETAS.
HABn
De 1868 á 69.
De 1871 á 72. 1
;eios.
SOLTEROS.
CISVDOS.
VIIDOS.
CONStJMÜS.
TERRITORIAL.
SCBSIDIO.
1.162
1.04S
693
550
426
424
43
74
4.375 25
2.577 50
1 .294 50
1.6a() 25
1.206
1.296 25
1
13.437
9.877 50
4.624 78
6.287 94
3.577 95
6.637 95
1.091 50
584 50
445 50
480 50
326 50
;i85
2 210
474
496
271
277
236
221
177
170
149
152
26
49
15
24
970
400
397
797
421
489
264
285
137
174
20
30
910
318
303
180
161
113
113
25
29
621
356
291
207
142
135
121
14
28
647
i
140
HISTORIA DE AVILA.
AYUNTAIflIENTOS.
mijares
Mombeltran
Parra (La).
Pedro Bernardo.
POBLACIONES,
fiRliPOS, EDriICIO?, VIYIEND.IS, ETC.
Batan (El)
Majadas de pastores
Mijares
Molinos de la Ribera ,
Pajares ^ Casas-pajares
Robledollano Caseta de civiles y p
su CLASE.
Molino harinero
Casas
Villa
Molinos harineros.
jar
San Sebastian I Ermita
Virgen de la Sangre i Ermita
Arroyocastaño
Caballero (El)
Casa de Gata
Casetas de Campo
Cubo (El)
Ermitillas (Las)
Higuera (La), ó La Higuerilla.
Majadas de pastores
Martinete de la Cañada
Molino de las Lanchas
Molino de los Puentes
Mombeltran
Orden (La)
Pajares , . . .
Prado de la Torre
Riosequeros
Tabla (La)
Tahona (La) ,
Caserío
Molino harinero. . . .
Casa-dehesa
Casetas
Molino aceitero
Molino aceitero
Caserío
Casas
Fábrica de batir cobi
Molino harinero. .
Molino harinero. .
Villa
Casa de campo.. .
Casas-pajares
Casa de tejeros.. .
Molino y pajar
Molino y pajar
Casa de campo.. .
Casas de campo. .
Casa-majada.
' Berezo(El)
Crucita (La)
I Nogales (Los) ^Molino aceitero.
Pajares ¡Casas-pajares
Parra (La) Lugar
San Pedro Advíncula ¡Iglesia parroquial.
Suerte (La) ¡Casa de campo
Garganta la Eliza Molinos, batan y paji
¡ res
Majadas de pastores Casas
Pajares ! Casas-pajares
Pedro Bernardo ¡Villa
RESE.Ñ.V POLITICO-CIML DE LA l'ROVl.NClA.
141
HARITANTES CLASIFICADOS POR
SOLTEROS. I CVSVDOS. VIlllUS.
CONTRIBl CIONES EN PESETAS.
De 1868 á 69.
De 1871 á 72.
555
1.112
687
667
1.354
233:
216
449
1.438
1.398
2.836'
342
294 I
408
328
138
111
808
731
199
201
264
85
81
574
584
16
(50
TF.RRIIORIAL.
3.220 75! 8.577 45 1 744 50
24
75
3.479 50 i 13.959
10
21
2.051 25
1.002 75 1.773
56
Ki !
4.05^ 75 19.891 05
36 50 i
2.119 50
142
HISTORIA 1)E AVILA.
AYUNTAMIENTOS.
POBLACIONES,
r.RUPOS. EDIFICIOS, VIVIENDAS, ETC.
sU CLASE.
Piedralabes .
[ Lancheras (Las) .' Batan y pajar. .
\ Ntra. Señora de la Concepción . Ermita
; Pajares Casas-pajares..
■ i Piedralabes Villa
/ Rosado (Rl) 'Molinos'y páíaV.
, San Roqus ¡Ermita
Poyales del Hoyo .
Arroyo Pascual ; Caseta de campo . .
Molinos de Arbillas 'Molinos harineros.
I Poyales del Hoyo i Villa .
Robles (Los) i Molinos y secaderos.. -
San Sebastian
Secaderos de pimiento
Ermita
Casas.
San Esteban del
Arroyo (El) Matadero y cuevas .
^alvo (El) ¡ Molino harinero
Casetas de campo (Casetas
Corrales de ganado Caías
Cubo (El) ' Molino' harinero! '.'.'.'.
_, ,, tuentecalleja , Cueva para vino
^^"® \ Garganta (La) Lagar de aceite
Garganta de la Majada Lagar de aceite
Juarina Molinos harineros
. I aceiteros
Pajares ■ Casa-pajares
San Esteban del Valle Villa
Arroyo (El) 'Molino y pajar..
_ , ^ , , -, Baillo (El) Molino "aceitero.
Santa Cruz del Va- | Casetns de campo Casetas
lie I Corrales de ganado Casas .......
Pajares ¡Casas-pajares. .
\ Santa Cruz del Valle \ Villa ....
Serranillos.
Arrejondos (Los) ¡Molino harinero.
Cañadillas (Las) Molino harinero.
Corrales de ganado ' Casas
ChorriTones (Los) |Mohno y pajares
Molino de Tomé Molino harinero.
Nuestra t^eñorade las Nieves,. Ermita
Serranillos Luffar
RESEÑA político- CIVIL DE LA PROVINCIA.
14a
ANTES CLASIFICADOS POR
CONTRlBUCrONES EN PESETAS.
IlARIT
De 1868 á 89.
De 1871 á 72. 11
KIOS.
SOLTEROS.
CASADOS.
viróos.
COJiSÜMOS.
TERRITORIAL.
SUBSIDIO.
769
t59l
452
377
266
266
51
48
3.179
4.349 25
3.042 50
1.231 90
1.078 50
10.718 46
18.781 65
14.746 50
6.750
4.496 85
490 50
897
2.082 50
235 50
157
1 460
704
780
351
351
320
330
33
99
1 484
780
771
447
390
285
288
48
93
1.551
•2Í18
173
166
112
111
13
21
596
491
248
265
127
183
14
43
880
1
1
144
HISTORIA DE AVILA.
AYUNTAMIENTOS.
Villarejo del Valle.
POBLACIOISE.'í,
GRIPOS, EDIFICIOS, \1VIEND\S, ETC.
Cubo (El)
Hornillo (El)
Majadas de pastores
Mártires (Los)
Molino de Be¡ato Tenaquillo..
Molino de Villa
Navalamuela
Nuestra Señora de Gracia
Portazgo del Puerto del Pico. .
Villarejo del Valle
SL' CLASE.
Molino harinero. . .
Casa de ganado
Casas
Ermita
Molino harinero...
Molino harinero. ..
Casa de guarda. ..
Ermita
Casa-portazgo —
Villa
.A.yTa.iat.aami'
PARTIDO Jl
Adanero
Adanero i Villa
Caseta de Escolástica Ortega. Caseta decampó." .'
Caseta del ferro-carril (La). . . .Caseta do guarda .
Jesús Nazareno Ermita
Paradores (Los) Casas de posada." ." .' .
lejar de J^aquma Martin 'Casa de tejeros
Telégrafo (Elj Torre telegráfica. . .
Ajo (El).
Ajo (El)
Palomar de Santiago Gutiérrez
Tejar de Francisco Galán
Albornos.
Albornos
Blazquetillo
Ortigosa de Morana
Palomar de Andrés Domínguez ^
San Miguel I iglesia parroquial
Lugar
Casa-palomar..
Casa de tejeros.
Lugar
Molino harinero.
Lugar
Casa-palomar.
Aldeaseca.
Aldeaseca i Lugar
RESEÑA POLÍTICO- CIVIL
DE LA PROVINCIA.
145
HABITANTES CLASIFICADOS POR
COXTRIBUCIOiNES EN PESETAS.
De 1888 á 69.
De 1871 á 72.
TEnRITORlAL. SUBSIDIO.
3X05.
SOLTEROS.
CVSVIIUS.
vimos.
COSIIMOS.
526
306
191
29
542
279
199
64
2.368
aiit.es.
12.010 05
1.525
1.06S
3 ce
311 S5
.'y^ct
lialDitf
L DE ARÉVaLO.
531 272
226
33
515
249
219
47
4.319 50
10.548
741 50
1.046
80
46
30
4
92
53
34
5
616 12
2.060 55
350 50
172
1 143
78
56
9
147
72
60
15
290
1.129 50
5.058
467 50
195
115
73
9
194
106
70
18
1.408 25
5.766 30
10
285
389
146
Arévalo.
Barroman.
mSTORIA DE AVILA.
POBLACIONES,
GRÜPOP, EÜIFICIOS, VIVIENDAS, ETC.
SU CLASE.
Bercial
diel..
de Zapar-
Bernuy Zapardiel.
Arévalo Villa
Bodegas paraíruar ar vino.. . . Casas
Caseta de las Viüuelas jCaseta de caminero.
Caseta del Puente de Madrid.. Caseta de caminero
Chamberí Casa de recreo. . . .
Estación del ferro-carril Caserío
Fi.brica de Bergonier ¡Fábrica de harinas..
Fortaleza (L;i) ¡Ca.stiilo ruinoso
Gómez Román tí Lngarejo Caserio
Huerta (!e Bergonier. ( asa de recreo
Huerta de D Fernondo ¡Caseta
Huerta del Escobar ¡Casa y palomar
Huertas de Abajo.
recreo y
Casa de
setas
Machín, coto redondo iCaserio
Matadero (El) ICasa y caseta. . .
Molino del Cubo ¡Molino liíirinero.
Molino nuevo ¡Molino harinero.
Molinos del Liigarejo 'jMulinos y casa. .
Paneras del Rey jCasa panera ....
Párraces de Abajo Casa ile recreo. .
Párraces de Arnb i t'asa y palomar.
Tejares.
Tenerías
Trinidad (La)
Virgen del Camino.
Barroman.
Humilladero (El),
Bercial de Zapardiel.
Tejar del Concejo. . .
Villar de Matacabras.
Bernuy Zapardiel.
Casas de tejeros. . .
Fábricas de curtido
Ex convento
Ermita v casa
Lugar .
Ermita
Lugar
Cnsfi de tejeros.
Lugar
Lufrar
RESE.ÑA POLÍTICO- CIVIL DE LA PROVINCIA.
147
HABITANTES CLASIFICADOS POR
BXOS. SOLTERO?. C»SA1>0S. VICDOS
1.798
1.740
3.538
201
:i98
278
146
11)1
:i07Í
1.036
970
108
110
159
164
86
88
677
622
80
79
103
97
56
63
85
148
CONTRIBUCIONES EN PESETAS.
De 1868 á69.
13
8
12
17
4
10
De 1871 á 72.
TEEKITORUL.
20.664 25 24.710 40
1.448
13.543 03
5.431 50
1.540 50 8.239 9¿
923 50
5.250 15
211 50
240 50
121 50
148
HISTORIA DE AVILA.
AYUNTAMIENTOS.
POBLACIONES,
GBIPOS, EDIFICIOS, VIVIE^ÍDAS, ETC.
. „ Blasconuño de Matacabras...
Blasconuno de Ma- godega de Ruperto Gutierres
tacabras Palomares
Blascosancho.
Bohodon (El).
Blascosancho.
San Roque. . .
su CLASE.
Lugar
Bodega para vino.
Casas-palomares .
Bohodon (El).
Cabezas de Alam-j Cabezas de Alambre.
bre I Humilladero (El)
Lugar .
Ermita
Villa.
Lugar .
Ermita
¡Cabezas del Pozo Lugar
Concepción (La) Ermita ruinosa.
Palomar de Blas Guerra Casa-palomar. .
Veracruz (La) Ermita
Cabizuela.
Cabizuela
Tejar de León Fernandez
Canales .
Canales.
Lugar
Casa de tejeros.
Villa
Cantiveros .
Cantiveros ¡ Villa
Nuestra Señora de la Vega Ermita y casa.
Veracruz (La) Ermita
Castellanos de Za-» Castellanos de Zapardiel Lugar
pardiel ) Tejar del concejo Casa de tejeros.
RKSEÑA político CIVIL DE LA PHOM.NCIA.
149
PANTES CLASIFICADOS POR
1 CONTRIBUCIONES EN PESETAS.
HABIl
De 1868 á 69.
De 1871 á 72. 1
.KTOS.
SOLTEROS.
C\S\DO?.
TUDOS.
CONSUMOS.
TERRITORIAL.
SIUSIDIO.
77
77
42
43
29
30
6
4
384 75
993 25
751 75
590 25
1.118 25
477 25
506
895 25
642 25
2.848 05
3.978
3.315 60
1.865 25
5.893 65
2.342 25
2.519 55
5.226 03
2.416 95
55
125 50
58
136
311 50
68 50
25
821 50
82
154
189
176
103
89
75
81
11
6
365
154
163
92
92
53
57
9
14
317
85
91
43
51
33
37
9
3
176
210
209
133
124
71
71
6
4
419
114
91
70
48
33
32
11
11
205
50
59
34
34
16
19
»
6
109
144
174
74
90
59
67
11
17
318
136
143
279
77
80
55
53
4
10
150
HISTORIA DE AVILA.
ftYUNTAW.IENTOS.
POBLACIONES,
GRUPOS, ed:f;cios, viviendas , ETC.
Cebolla
Cisla.
Sr CLASE.
Cebolla Lu»ar.
Cisla
Molino de Torralba.
Torralba
Collado de Contre-
ras
Collado de Contreras
Ermita de las Cuatro Calzadas
Santa Lucía
Coustanzana
Crespos .
Constanzana.
I Jaraíces
Caseta de Camineros.
Crespos
Chaberrero
Pascualffrande
Donjimeno
Donvidas
i Donjimeno
I Santo Cristo de la Salud.
Donvidas
Palomar de Ángel Gil.
Villa
Molino harinero. . .
Caserío de Dehesa.
Villa. . .
Ermita
Ermita.
Lugar
Lugar
Caseta.
Lugar .
Lugar .
Luífar .
Lugar .
Ermita
Espinosa de los Ca-
balleros
Aldehuela de Fuentes
Caseta del ferro-carril
Espinosa de los Caballeros.
Tejar de Manuel González jCasa de tejeros. . .
Ventorrillo de Peña Barracas
Lugar
Casa-palomar.
Caserío
Caseta de guarda..
Lug-ar
RESE>A POLlTICO-ClVlL DE LA PROVINCIA.
151
ANTES CLASIFICADOS
POR
CONTRIBUCIONES EN PESETAS.
HAP.íT
De 18S8 á 69.
De 187
TERRlTOniAL.
l á 72.
SlBSlDiO.
E\rtS.
SOLTEROS.
C\SUlOS.
\!UllOS.
CONSl'MOS.
71
70
46
43
22
26
3
1
297 25
943 50
1.245 75
490
1.438 25
737
611 25
634
2.173 60
5.598 90
6.430 60
3.227 40
6.003 45
2.725 20
2.891 70
3.372 75
165 50
230
625 64
55
466 50
196 50
37 50
110
Ul
177
163
340
108
90
67
65
2
8
219
2U
13S
111
68
67
13
16
433
77
72
42
45
28
26
7
1
149
307
314
165
170
118
130
24
14
621
114
96
75
57
35
35
4
4
210
79
94
42
55
31
32
6
7
173
104
108
55
62
39
37
10
9
212
152
HISTORIA DE AVILA.
AYUNTAMIENTOS.
Flores de Avila.
Fontiveros .
Fuente el Sauz . .
Fuentes de Año..
Gimialcon.
Gutierremuñoz.
PODLACiOXES,
GniPOS, ED'FICIOS, TIVIKNDAS, ETC.
Caseta de las Heras.
Choza de la Huerta..
Flores de Avila
Huelga
Palomares
San Salvador
Tejares
Fontiveros
Molino del Arroyo de la Madre
I Fuente el Sauz
/ Santísimo Cristo (El) .
Fuentes de Año. .
Molino de Abajo. ,
Molino de Arriba.
Palomares
Ralieeros
Gimialcon
Nuestra Señora de la Rosa!
Caseta del ferro-carril.
Gutierremuñoz
Santa Cruz
( Hernansancho
Hernansancho J,^°^^^? ^^ ^"^ ^obos
San Martin.
Tejar de las Heras del Cristo.
Sr CLASE.
Barraca
Choza
Villa
Molino harinero. .
Casas-palomares.
Ermita
Casa de tejeros . , ,
Villa
Molino harinero.
Villa . .
Ermita
Villa
Molino harinero. .
Molino harinero. .
Casas-palomares.
Luíjar
Lugar
Ermita ruinosa.
Caseta de guarda.,
Lugar
Ermita ruinosa
Lugar
Molino harinero.
Ermita
Casa de tejeros. .,
Horcajo de las Torres Villa.
Horcajo de las Tor- ' ^^°^'^° ^^ Ildefonso Escudero. Molino harinero.
res í Molino de José Sajanes Molino harinero .
Molino de Villa Molino harinero.
Tejares ICasa de tejeros..
RESEÑA POLITICO-ClVIL DE LA PROVINCIA.
153
HABITANTES CLASIFICADOS POR
CONTRinrciONES EN PESETAS.
De 1888 á 69.
De 1871 á 72.
-\05.
SOLTEROS.
C\S vllOS.
Tiróos.
CONSUMOS.
TERniTOniAL.
SUDSIDIO.
356
365
214
213
126
134
16
18
2.279 25
3.822
826 25
Í.586
552 50
1.180
902
2.072 25
12.333 60
14.094 90
4.117 50
8.409 60
3.042 27
5.098 50
5.814
14.368 05
558 20
1.821 62
37 50
500 1
229 50
409 88
180 50
779 50
1
721
444
490
230
268
188
192
26
30
9a4
118
103
66
52
48
45
4
6
221
267
243
158
128
94
94
15
21
510
123
103
72
52
40
45
11
6
226
221
193
115
93
96
90
10
10
414
163
171
90
92
66
67
7
12
334
425
404
239
222
164
161
22
21
829
1
154
HISTORIA DE AVILA,
POBLACIOAES,
GRIFOS. EDFICiOS, T:TIENDIS. ETC.
Lang^a
Langa
Tejar del coDcejo.
Madrigal da las Al-
tas Torres
Mamblas
Casa del Monte Alto
Convento (El)
Huerta del Cura Lanuza
Madrigal de las Altas Torres.
Molino de Viento (El)
Pajar de Marazuela
Tejares
Ma'Toblas
Palomar de Salvadlos
Torre de la Iglesia Vieja.
Cuadra de D. Ramón Nava.
Moraleja de Mata- Lagares de Nava y Franco.
cabras j Moraleja de Matacabras
Muñomerdsl Peco-
Muñosancho.
Muñomer del Peco
Nuestra Señora del Campo
Tejar de González
Ermita de las Heras.
Muñosancho
Villamajor
Narros del Castillo .
Narros de Sal-iue-
ña
Narros del Castillo.
Trabancos
Villaeomer
Narros de Saldueua.
si: CLASE.
Lugar
Casa de tejeros ....
Casa de guarda.. . .
Ex convento
Casa de recreo
Villa
Molino harinero. . .
Casa-pajar
Casas de tejeros.. .
Lugar
Casa-palomar
Campanario
Casa de ganado. . .
Lagares de vino. ..
Lugar
Lugar
Ermita
Casa de tejeros
Ermita
Lugar
Lugar
Villa
Casa de camineros.
Caserío de dehesa.
Lugar.
RESEÑA rOLlTICO-ClYlL CE LA PUOMNCIA.
155
VNTES CLASIFICADOS
POR
CONTRIBUCIONES EN PESETAS. 1
HADIT
De I8S8 á 69. 1
De 1871
TEERITORIAL.
á 72. {
SCBSIDIO.
05.
SOLTEROS.
cvsmus.
TllDOS.
cojísimos.
242
215
151
123
&4
81
7
11
1.183
6.988 75
1.525 17
632
309
1.239
696
996
6.057
22.298 62
5.666 82
3.295 53
2.761 20
5.181 30
2.747 25
3.630 15
440
1.952
1.100 50
107 50
111 50
381 50
229
273 [
457
1.180
1.270
699
743
440
453
41
74
2.450'
257;
274
145
145
103
111
9
18
531
91
99
51
52
38
40
2
7
190
65
72
36
33
29
34
5
137
163
183
346
85
105
62
j 68
1
16
10
197
173
i
124
¡ 95
1 69
1
4
11
1
370
! 175
161
101
86
64
69
10
6
336
156
HISTORIA DE AVILA.
AYUNTAMIENTOS.
Nava de Arévalo.
Órbita
Pajares
Palacios de Goda.
Papatrigo
Pedro Rodríguez.
Rasueros.
POBLACIONES,
GRUPOS, EDIFICIOS, VITIKNDIS, ETC.
' Magazos
Nava de Arévalo .
Noharre
Palacios Rubios
Tejar del Camino del Cristo. .
Viñaderos
I Caseta del ferro-carril.
1 Órbita
Nuestra Señora de Rivilla.
Pajares
Casa de Sisi
Casetas del ferro-carril.
Lagar del Cura López
Ntra. Sra. de la Fongriega.
Olmedillas (Las)
Palacios de Goda
Tornadizos de Are'valo
Papatrigo
Santo Tomás Apóstol.
Pedro Rodríguez.
Huerta de D. Antonio Saez..
Molino de Doña Ana María
Sánchez
Palomares
Rasueros
Tejar del Ayuntamiento
Lugar
Lugar
Lugar I
Lugar !
Casa de tejeros
Lugar
Caseta de guarda. .
Lugar
Ermita
Lugar
Choza de trabajador
Casetas de trabaja
res
Lagar de vino
Ermita
Caserío
Lugar
Lugar
Lugar
Iglesia parroquial.
Lugar.
Caseta y palomar.
Molino harinero. .
Casas -palomares.
Lugar
Casa de tejeros...
RESEÑA POLÍTICO- CIVIL DE LA PROVINCIA.
157
"ANTES CLASIFICADOS POR
CONTRIBUCIONES EN PESETAS.
HACn
De 1868 á 69.
De 1871 á 72. 1
:\os.
SOLTEROS.
CASVDOS.
VIUDOS.
CONSUMOS.
TERRITOBIiL.
SCDSIDIO.
343
333
200
177
127
133
16
23
1.851 25
1.155
1.355 75
2.963 50
1.050 50
473 75
1 2.053
i
9.233 10
4.132 80
6.201 81
12.080 73
5.610 15
1-949 85
10.953
521 50
113
729
678 50
377 50 i
37 50
685
676
157
152
83
81
62
66
12
5
309
194
236
101
126
87
89
6
21
430
379
403
782
213
246
137
136
29
21
217
229
131
128
a3
82
3
19
446
85
<S5
170
48
46
32
37
5
2
34-i
337
202
175
120
137
22
25
681
158
HISTORIA DE AVILA.
AYUNTABIIENTOS.
Rlvilla de Barajas.
I Salvadios.
rOBLACrOXES.
GRl POS, EDIFICIOS, VITIOD4P, ETC.
Castronuevo
Rivilla de Biirajas. . . .
Tejar de los Gallegos.
Palomares.
Salvadios..
Tejar de Luciano Sancbez.
su CLASE.
Casa c'e dehesa.
Villa
Casa de tejeros.
Casa-palomares.
Lugar
Casa de tejeros..
Sanchidrian.
Almarza Despoblado.
Caseta de las Heras del Corral Caseta
Lstacion del ferro-carril Caserío
Lnbajo Viejo (El) I Barraca
Molino de Almarza
Sanchidrian
tantísimo Cristo de la Vera-
Cruz
San Esteban de Za- 1 ^ -r-, ..t i„ v„ ^vi
pardiel ^"'^^ Esteban de Zapardiel.
Molino harinero.
Lugar
Ermita
San Pascual.
San Vicente de Aré-
valo
Sinlabajos.
Tiñosillcs .
Lus-ar.
San PascuaL
Santísimo Cristo de San Lo-
renzo ó de los Pinares ,
San Vicente de Arévalo
Humilladero (El)
Sinlabajos
Lugar.
Ermita y casas.
Lugar
Ermita ,
Lucrar. .
Tejar de Ignacio Gil Casa de tejeros
Tiñosillos.
Lugar.
RESEÑA POLITICO-ClVIL TE LA PROVINCIA.
159
rANTES CLASIFICADOS POR
CONTRIBUCIONES EN PESETAS.
HABn
De 1868 á 69.
De 1871 á 72. 1
IOS.
SOLTEROS.
CASADOS.
32
33
vimos.
i
CONSUMOS.
TERillTORUL.
SUBSIDIO.
99
88
65
47
2
8
505 25
723 75
3.241 75
620 75
752 50
606
1.446 50
547 50
4.702 05
2.681 10
9.430 20
2 110 68
3.228 75
2.645 64
4.401
2.854 34
226 50
243
1.802
50
37 50
100
341
250
187
113
104
63
59
45
43
5
2
217
Ó71
500
294
243
250
218
1
27
39
1 071
106
106
66
58
37
41
3
7
212
128
111
79
53
44
47
5
11
239
134
121
255
76
62
53
51
5
8
190
213
403
110
120
75
78
5
15
120
128
77
81
38
38
5
9
24?
160
HISTORIA DE AVILA.
AYUNTflWlENTOS.
rOBLAClOXES,
GRUPOS, EDIFICIOS, VIVIENDAS, ETC.
SU CLASE.
!
Villanueva de Go-( Molino del Chorrillo I Molino harinero
mez ( Villanueva de Gómez ¡ Villa
^ raL"^'^^^.^\^!'^"l ^^illanueva del Aceral Lugar.
Viñegra de Morana^
Cristo de la Luz (El).
Viñegra de Morana. .
Ermita
Lugar. .
C3incviexit.a y mj.e-v-e .A.yxxn.t.ei.ixii
PARTIDO Jl 1
Alamedilla (La).
Aldea del Rey.
Alamedilla (La.) 'Lugar
Berrocalejo Casa de pastores .
, Caseta de la Guardia Civil Caseta
Fuenteguinaldo Casa de pastores.
( Manzaneros Caserío de dehesa
Aldea vieja.
i Aldea del Rey Lugar
\ Gormaz ; Caserío de dehesa.
■ 1 Guterreño Caserío de dehesa.
( Valdeprados ¡Caserío de dehesa.
I Aldeavieja ¡Lugar
I Huerta de D. Antonio Zaonero. ; Caseta
I Huerta de D. José López ^ Caseta
I Huerta de las Charcas 'Caseta
ÍSan Cristóbal Ermita . . .
Santo Cristo de la Agonía Ermita
Tenerlas (Las) I Fábrica de curtidos
Virgen del Cubillo iKrmitay casa
RESEÑA POLlTlCO-ClVlL DE LA PROVINCIA.
161
CONTRIBUCIONES EN PESETAS.
HABITANTES CLASIFICADOS POR \\ jje iges á 69.
\0S. SOLTEHOJ. TÍStUOS. VllDOS. CONSUMO
389
375
764
347
155
156
311
218
196
1761 111
171 100
88
83
155
162
58
60
62
59
16
17
11
5
14
1.840 75
1.240 75
799 75
De 1871 á 72.
TEnRITOaiVL srBSiui
4.855 50
5.629 95
3.881 70
1.625
69
361
con tSS.O^rT* lialDitantes.
L DE AVILA
97
78
60
39
35
32
2
7
175
220
230
124
121
85
90
11
19
450
429
334
258
164
147
142
24
28
763
466 75
2.281 05
854 75 3.871 98
114 50
80
1.867 50| 10.911 60i 632
roMO 1.
11
162
HISTORIA DE AVILA.
rOBLACIO.\ES,
AYURTSMIENTOS.
GROros, ed:f.cios, vitie?!Das, etc.
su CLASE.
Avéinte
Avéinte
Lugar
Alamedas (Las)
Caserío de labor.. .
Aldealeiego
Caserío de dehesa.
Aldealyta-dillo
Caserío de dehesa.
Avila de los Caballeros
Batanes (Los)
Ciudad
Molino V casa
Burguiilo(El)
Caserío de dehesa.
Casa del giutrda de campo. . . .
Casas de Hevi:la(Las)
Caseta
Caserío de labor. ..
Casas en la línea férrea
Caset;.s
C.iSiHa de -an l-Joque
Caseta de registro.
Cerez,. (K )
Caserío de dehesa.
E.'ítiicion del ferro-canil
Fresnillo (l^l)
Caserío
Casa de dehesa
Fuentes Claras de Al a'O
Caserío de dehesa.
Fuentes Claras de Arriba
Casorio de dehesa.
Gail ü Giiin iLl)
Casa de dehesa
Gansno (!■.])
Ca.-eri(. de dehesa.
Geniihernando
Casa de dehesa. . .
Avila
Hervéncias (Las)
Huerta de D. Manuel Rodrí-
Casa de pastores. .
guez
Huena del (^orral nuevo
Huerta del Moro
Caseta
Caseta
Casetas
Huertailel Vado de San Mateo
Huerta de l'ous
Casetas
Casa de recreo
Huerto de D. Jn;;quiri 0^'aña..
Casa de recreo. ..,
Muerto de Villaverde
Casa de recreo
Izquierdo (El)
Molino harinero....
^Marigarcía
Cíisa de dehesa....
Molinillo (El)
Casa de dehesa.. .
Molino de 1h Losa
Molino harinero. . .
M lin del Cubo
^loüno harinero. ..
Molinos de V;entu
Molinos abandonací
Pa.enciana
Caserío de dehesa.
Pa!üniare;o
Ca>a (le labor
1 ancalíente
Caserío de dehesa. '
Pedrusillo
Case ío de dehesa.-
ll
Risca del Tesorero
Casa de recreo ■
RESEÑA POLITICO-CÍVIL DE LA PROVINCIA.
163
HAIilTANTES CLASIFICADOS POR
182
171
353
106
93
62
66
14
12
CONTRIRICIONES EN PESETAS.
De 1838 á 69.
1.000
De 1871 á 72.
TEBRlTORtAl.
4.135 05
213
164
HISTORIA DE AVILA.
AYUNTAWIENTOS.
Avila X
Balbarda.
POBLACIONES.
GRIPO.5, EDIFICIOS, VIViENBAS, ETC.
SU CLASE.
/ Robinson ^Caseta de huerta. .
Eomeras |Las) Casa de pastores. .
Salamanquesa (La) ¡Caseta de huerta. .
San Miguel de las Viñas Caserío de dehesa.
Serna (La) ¡Caserío de dehesa.
Sonsoles ' Ermita y casa
Testadores j Caserío "^de dehesa.
Yillacomer Caseta de guarda..
Yonte Casa de dehesa
Zapatera
Casa de dehesa.
Berlanas (Las).
Balbarda Lugar
Majadas de pastores ¡Chozas
Martidominguez j Caserío de dehesa.
Nuestra Señora de los Reme-
dios Ermita
Oco Lugar
t^anchicorto ¡ Lugar
San Muñoz Caserío de deiiesa.
Aldehuela ;Barrio
Burgo (El) ¡Barrio
Nuestra Señora de la Asunción Iglesia y casa
Nuestra Señora de las Angus-I
tías Ermita
Rivilla Barrio
Tejar de la Era-vieja Casa de tejeros . . .
Bernuy Salinero.
Berrocalejo deAra-
gona
Bernuv Salinero.. . .
Semilla del Obispo.
Lugar
Caserío de dehesa.
I Blacha.
Berrocalejo de Aragona Lugar
Molino de Diego Navas Molino harinero. .
Nuestra Señora de Aragona. . . ¡Iglesia parroquial
Tejar de Dionisio Casa de tejeros . .
Blacha ¡Lugar.
RESEÑA r(»l.mCO-ClML DE LA PUOVINCIA.
165
HADITANTES CLASIFICADOS POR
CONTIUnUCIONES EN PESETAS. |
De 1888 á 69. :
De I87I
á 72.
IOS.
SOLTEROS.
CASADOS.
Tiróos.
CO>Sl'5IOS.
TERRlTORIll.
SIBSIDIO.
3.391
2.103
1.101
187
3.501
2.175 :
i
1.019
307
50.000
53.262 54
37.391 30
6.892
248
158
1
81
9
253
151
85
17
849 25
2.758 50
i
179 50
5()1
250
117
94
9
227
116
99
12
825 50
6.129
199 50
4"/l
133
1 76
51
6
133
i ^3
54
6
266
114
1
'
955
2.415 06
181 50
74
36
4
77
37
34
6
' 323 7í
1.824 75
1
31
191
140
89
47
4
130
76
49
5
62 50
270
508 2.407 6?
. . . .
166
HISTORIA DE AVILA.
AÍUNTAWIENTOS.
Blascóeles
Brabos.
Bularros
Burgrohondo.
Cardeñosa
POBLACIONES,
OBUPOS, EDIFICIOS, Y/VinXDAS, ETC.
Blascóeles
Huerta de los Pozos
Hueria de Navalperal. . ,
8anto Crioto de la Salud.
Aldeamuña
Arevalillode Torneros.
Brabos
Horcajuelo
Molino de Horcajuelo. .
su CLASE.
Lugar..
Choza..
Choza. .
Ermita
Caserío de dehesa.
Casa de dehesa.. .
Lugar
Lugar
Molino harinero. .
Caserío de dehesa.
Lugar
Caserío
Berona
Bularros
Casas de Villaverde (Las). .
Mingo -Blasco jCase.-ío de dehesa.
Molinos de los Cubos Molinos y cuadra. .
Muñojerro ¡Lugar
Muñoserracin ¡Iglesia y casa
iSesgudos ¡Caía de^dehesa
Torcal (El) 'Caserío de dehesa.
Burgohondo | Lugar
Molino del Egido 'Molino harinero. . .
Molino de San Roque LMoüno harinero. . .
Molinos del puente del Arco. .. |Molinos harineros.
Molinos del Rodete Molinos harineros.
San Roque ¡Ermita
San Sebastian | Ermita
Umbrías (Las) Casetas y chozas.
Veracruz (La) ' Ermita
Barbas de Oro. Molinos harineros..
Caleño (El) Batan
Cardeñosa ¡Villa
Colmenares Casas-colmenares .
Encerraderos de ganado Casetas
/ Molino del castillo | Molino harinero...
Molino de Majadas bajeras. . . . |Molino harinero. . .
Molino de Peñalen ! Molino harinero. . .
Molinos de Revuelta 'Molino harinero. . .
Monte de Ajates .Casa de guarda. . . .
PeJrocojo ¡Caserío de dehesa.
Santa María del Berrocal Ermita v casa
RESEÑA rOLlTICO-ClVIL DE LA PROVINCIA.
167
í
1 HABITANTES CLASIKICAPOS POR
CONinUiUCIONES EN PESETAS.
Be 1838 á 69. 1 De 1871 á 72. i
■BXOS.
SOLTEROS.
CVSVDOS.
■VIUDOS.
co:ísdmüs.
TBRRITORIAL.
SUBSIDIO.
338
295
207
155
12")
lis
11
22
1.285 25
494 50
331 75
1.425
2.463
3.536 10
2.794 14
3.245 85
5.120 55
5.608 35
282
115
37
308
462 25
633
103
89
63
45
37
3D
3
5
192
140
120
96
76
44
42
»
2
260
343
33S
200
188
129
130
14
20
681
396
386
233
197
151
150
12
39
782
168
HISTORIA DE AVILA.
fiYUNTAMIENTOS.
POBLACIONES,
GRIPOS, EDIFICIOS, VIVIENDAS, ETC.
Casasola
Cásasela
Duruelo
Gargantilla
Hernangallego
Ntra. Señora de la Asunción.
Silleros
Trasalegas
Cillan .
) Cillan
( Molinos del Puente.
Colilla (La).
Barraca de la Colilla.
Colilla (La)
Molino de Santos
Serracines
Venta del tio Panta. .
Chamariin.
Chamartin.
Miranda . . .
Fresno (El).
Fresno (El)...
Merino (El) . . ,
Pelmaza(La).
Gallegos de
miros
Alta-
Altamiros
Gallegos de Altamiros
Ntra. Señora de la Asunción. .
Gemuño
Gotarrendura
Campillo (El)....
Gemuño
Nuestra Señora de Albornos. .
Santo Cristo del Humilladero-
Tejar (El)
Gotarrendura.
su CLASE.
Lugar
Lugar
Molino harinero
Caserío de dehesa. .
Iglesia parroquial. .
Casa de dehesa
Molino harinero
Lugar
Molinos harineros. . .
Ventorrillo
Lugar
Molino harinero....
Chozas de pastores.
Casa-posada
Lugar
Caserío de dehesa..
Lugar
Lugar
Caserío de dehesa. .
Lugar
Lugar
Iglesia y casa
Casa de dehesa
Lugar
Ermita
Ermita
Casa de tejeros
Lugar
RESEÑA político CIVIL DE LA PROVI.NCIA.
169
fANTES CL
AsiFíCADOs ron
CO.NTRIBUCIONES EN PESETAS. !
HACn
De 1868 á 69.
De 1871
TEBH1T0RIAL.
á 72.
sur.siDio.
IOS.
SOI.IRBOS.
C\SID0.«.
YUDOS.
COSl-MOS.
164
178
104
101
57
69
3
8
79 50
102 50
126 50
12
185 50
119
50
37 50
342
502 19 3.422 70
135
150
80
82
50
58
5
10
443 75
684 50
243
1.620
524
659 25
669 50
2.068 20
2.207 70
1.971 90
4.883 85
2.578 95
4.414 05
2.695 50
285
94
91
53
47
34
40
7
4
185
109
110
67
87
40
48
2
5
219
222
226
136
116
75
97
11
13
448
167
174
105
100
54
62
8
12
:i4i
197
237
128
135
61
86
8
16
434
145
144
81
80
1
58
58
!
6
' 6
289
170
HISTOniA ÜE AVILA,
POBLACIONES,
OBI l'OS, CDIIICIOS, MMENDAS, ETC.
Grajos
Hija de Dios (La).
Carbonera (La)
Grajos
Molinos (Los)
Ntra. Señora de las Fuentes.
Tejar del Concejo
Belmente
Caseta de la Guardia civil. . .
Hija de Dios (La)
Molino de Lorenzo del Pozo.
San Mifí-uel
Casa-pajar
Lugar
Molinos harinero;
Ermita y casa
Casa de tejeros...
Lugar
Caseta
Lugar
Molino y casa
Ermita
Hoyocassro
Calamoclio
Encerraderos de ganado
Hoyocasero, úHoyoquesero.
Jatilla
Lastra (La)
Eozuelas (Las)
San Antonio. ....
Santos (Los)
So:illo
Maello.
Maello
Mingo Pelaez
Molino del Soto
Nuestra Señora del Consuelo. .
San Juan Bautista
Tele'grafo (El)
Venta de Portillo (La)
Ventas de las Casillas
Veracruz (La)
Villadey de las Gordillas ó Las
Cordillas
Molino Larinero. . .
Casas y choza
Lugar
Molino harinero. ..
Caseta de pastores.
Molino harinero. . .
Ermita
Krmita
Casa de tejeros. ..
Lugar
Caserío de dehesa.
Molino harinero. . .
I'.rmita
Iglesia parroquial.
Torre telegráfica..
Casa p tsada
Casas posadas . . ..
Ermita
Marlin
Marlin Lugar
Caserío de dehesa.
I Martiherrero .
Bermudillo
Flor de Rosa. .
Martiherrero. .
Palomar (El). .
Pedro Garcia. .
Pedro Serrano.
Caserío de dehesa
Caserío de dehesa
Lugar
Caserío de dehesa
Casa de dehesa.. .
Casa de dehesa.. .
RESEiÑA POLÍTICO CIVIL DE LA PROYLNCIA.
171
HABITANTES CLASIFICADOS I'OR
CONTRIHUCIONES E\ PESETAS.
214,
270
484
124
iot;
"23Í'
394
434
828*
593 ¡
584
112
105;
217:,
117
144
72
52
238
234
317
315
67
55
87
104
42
50
140
159
255
243
40
43
10
22
10
5
De 1868 á 69.
De 1871 á 72.
16
41
CONSl MOS. TERRITORIAL.
21
26
757 75 4.581
650
1.847 75
1.108 80
5.582 25
3.339 02
461 50 1.575
142
191 50
356 50
9.613 80 785
43
144,
144!
91
75
45
55
8
14
288¡,
833 50
3.090 60
77
172
HISTORIA DE AVILA.
Sü CLASE.
Mediana
Mediana Lugar.
Puente de Cal j Canto Caseta
Rling^orría.
Cristo de la Agonía (El) Ermita.
Cristo del Berrocal (El) lErmita.
Lancha (La)
Maripedro
Ming-orria
Nuestra Señora del Rosario
Olaya
Pradejones (Los)
Rivera d 1 Adaja
San Cristóbal
San Sebastian
Veguilla (La)
Zorita de los Molinos
Mironcillo.
Aunqueospese.. .
Mironcillo
Molino del Cubo.
Riofortes
Monsalupe
Monsalupe
Ntra. Sra. del Buensuceso.
Casa fragua
("aseta del ferro-carr
Villa
Ermita
Casas de campo. . . .
Casa del ferro- carril
Molinos harineros..
Ermita
Ermita
Casa de labor
Lugar
Castillo ruinoso
Lugar
Molino harinero
Caserío de dehesa. .
Lugar. ,
Ermita
Muñana.
Gallegos ' Casa de dehesa
Muñana | Lugar
Muñez ¡Lugar
Villagarcía Caserío de dehesa .
Muñochas.
Casas de Muñochas (Las)
Muñochas
Pedro Gallego
Muáogalindo.
Garoza
Muñogalindo.
Salobralejo.. .
Caserío
Lugar
Caserío de dehesa.
Caserío de dehesa.
Lugar
Lugar
RES
EÑA POLlTlCO-ClVIL DE LA PRUVliNClA.
173
HABITANTKS CLASIFICADOS POR
CONTRIBUCIONES EN PESETAS. |j
De 1868 á 69.
De 1871 á 72. ¡1
SEXOS.
SOLTEBlí.
CASADOS.
vnnn?.
CONSUMOS.
TERRITOniAL.
SIBSIDIO.
162
115
106
57
54
47
2
11
820
4.149 50
275 75
340
1.336 75
326 50
1.125
2.380 05
11.090 52
2.425 50
1.563 75
7.517 70
1.493 55
4.603 50
69
2.468 50
172 50
81
1.233 50
92
666 50 [
271
754
(344
425
330
294
256
35
58
1 398
94
112
54
65
36
37
4
10
2^S
102
89
56
44
44
38
2
7
191
4"^T
427
290
232
166
160
29
35
912
05
67
42
33
22
24
1
10
132
255
205
159
100
86
90
10
15
460
174
HISTORIA ÜF, AVILA.
AYUHTAMIEN70S.
POBLACIOXES,
GRCPOS, EliIFICIOS, VIVÍENDVS, ETC.
SU CLASE.
Muño^ra&de
Castilblanco
Muño;?rande
Tfluñopepe.
Lugar.
Luarar.
Muñopepe Lugar
* San Vicente Iglesia parroquiaL
Narrillos del Rebo-
llar
Benitos
ChorraliRl) ,
M 'linos de Retuerta
Narnllos del Rebollar
Nuestra Señora de Rihondo. .
Narrillos de
Leonardo . .
San!
Lugar
Molino harinero. . .
Molinos harineros.
Lugar
Ermita y casa
Casas pajares
Luííar. .
Aldea la Muía
NarrüL.s de ¿an Leonardo.
Penarro Casa de dehe.sa
Verdeja Caserío de dehesa
Narros del Puerto.
Molinos de las Chorreras. Molinos harineros.
Narros del l'uerto Lus-ar
Navalacruz.
Ma'adas de Pastores Thozas
INlolinos de la Garganta ¡Molinos harineros.
Navalmoral
Navalosa.
Navalacruz
Ntra. Sra. de las Longueras
Tejar de !a Casa
Encerraderos de ganado...
Molino de la Dehesa
Molinos de l;i Maarecilla. . .
Nav:il moral
Navalsanz
San Sebastian
Santa Maria
Encerraderos de ganado . . .
Molinos del Alberche
Navalosa
Pujares
Pradejones I Casa de tejeros
San Felipe y Santiago i Ermita
Valdeverro 'Molino harinero
Lugar
Ermita
Casa de tejeros.. . .
Casas
Molino harinero. . .
Molinos harineros.
Lugar
Caserío de dehesa.
Ermita
Ermita
Casas y choza
Molinos harineros.
Lugar
Casas y chozas. . . .
RESEÑA I'OLITICÜ-CIVIL DE LA PROVINCIA,
175
ANTES CLASIFICADOS
POR
CONTRIBUCÍOXES EN' Pl
iSETAS.
HABIT
De 1888 á 69. I
De 1871
á 72.
SUBSIDIO.
IOS.
SOLTERO?.
CXfKVOS.
YUDOS.
COSSCMOS.
TERRITORIAL.
159
153
92
89
59
59
8
5
-725
299
279
073 50
379 75
1.906
1.642
1.194 25
3.517 20
1.911 74
2.710 80
2.055 60
1.692
4.792 50
7.054 20
3.900 60
397 50
50
»
50
90
185 50
503
157
312
67
731
140
as
42
24
25
5
6
1
100
05
69
51
29
40
11
4
*?04
1
150
139
99
70
53
60
7
9
298
108
123
65
-79
36
39
7
5
231
359
394
211
227
132
140
16
27
753
570
ceo
343
315
211
205
16
40
1.130
328
386
214
225
1 101
i 125
13
36
714
\
176
HISTOUIA DE AVILA.
POBLACIONES,
fiRIPOS, EDIFICIOS, YITIENDAS, ETC.
Navaqussera
su CLASE.
Encerraíieros de ganado Chozas
Molino Viejo ¡Molino harinero.
jS'avaquesera .
Lugar.
Navarredondilla .
Encerraderos de ganado Casas
Molino del Puente | Molino harinero.
Navairedonáilb .Lugar
San Antonio Ermita.
Navarrevisca.
Batan de los Nogales
Encerraderos de ganado.
Molino del Pontón
Molino de San Antonio..
Navarrevisca
Ruda (La)
Casa-batan
Casas
Molino harinero..
Molino harinero . .
Lugar
Molinos harineros
San Antonio Ermita
Navatalgordo.
Encerraderos de ganado Casas
Molinos del Morisco Molinos harineros
Navatalgordo i Lugar
Nuestra Señora de la Canaleja. ¡Ermita
Tejar del Morisco Casa de tejeros...
Niharra
Niharra ;Lugar.
Santo Cristo del Sepulcro 'Ermita.
Ojos-albos
Oso (El)
Caseta de la Guardia civil Caseta
Encerradero (El) Casa de pastores.
Huerta de Canaleií Caseta
Molino del Quemado Molino y casa. . . .
Molino del í^alto de la Cabra . . ' Molino liarinero . .
Ojos-albos Lugar.
Tabladillo Caserío de dehesa
Tejar (El) I Casa de tejeros..
Oso (El).
Lusrar.
RESB5'A político -CIVIL DE LA PROVINCIA.
177
ANTES CLASIFICADOS POR
CONTRIBUCIONES EN PESETAS. ||
HABIT
De 1868 á 69.
De 1871
á 72.
;eios.
SOLTEROS.
CASADOS.
viróos.
CONSUMOS.
TERRITORIAL.
SUBSIDIO.
122|
• 139
82
85
36
43
4
11
371 25
746 25
2.037 25
2.325
686 75
746 75
1.019 Úl
1.244 25
2.248 83
4.131
4.689 45
3.613 50
3.843
1 5.647 50
»
106
193 25
255 50
101 50
45
144
261
297
299
184
175
102
99
11
25
596
4G0
541
274
323
169
178
17
40
1.001
680
639
414
3-?l
243
240
23
28
1.319
151
143
83
80
1
56
54
12
9
294
180
127
1 65
62
50
8
12
307
212
1%
117
j 114
í
82
74
1
i 13
8
408
12
178
HISTORIA DE AVILA.
AYUNTftWlENTOS.
POBLACIONES,
GRCPOS, EDIFICIOS, VITIEXDAS, ETC.
SU CLASE.
Padiernos.
Adijos Caserío de dehesa.
Ald'ealabad Lugar
Graja (La) Choza de pastores.
Montefrio ' Caserío de dehesa.
Padiernos ¡Lugar
Venta de Padiernos ; Casas-posadas
Viñavieja Choza de pastores.
Peñalba.
Cristo de Santa Teresa (El). . . i Ermita . .
iS^avares Caserío de dehesa.
Peñalba Lugar
Pozanco
Cristo de la Vera-Cruz (El) . . . Ermita
Molino de Castellanos Molino harinero..,
Molino de la Canongía ¡Molino harinero. ..
Molino Viejo Molino harinero. .
Pozanco Villa
Rice avado
Nuestra Señora de la Natividad Iglesia parroquial.
Pascualcobo JBarrio
Riocavado t Lugar
Riofrio.
Salobral
Cabanas ¡Lugar
Clenaentes ¡Caserío de dehesa.
Escalonilla ¡Barrio
Gemiguel ¡Caserío de dehesa.
Majadas de pastores Chozas.
Molinos de la Hoyuela
Riofrio
Valle de la Pavona
Molinos harinero-
Lugar
Caserío de dehesa.
Salobral iLugar.
Sanchoreja Florida (La)
1 Ibangrande.
Albornillo Caserío de dehesa.
Cid (El) ICaserío de dehesa
'Chozas de pastores
Molino harinero. . .
Sanchoreja Lugar
Mina de Santa Águeda Casas
San Esteban de los ] Navarrosa Casa de dehesa. . . .
Pa+os San Este'ban de los Patos o Los
Patos Villa
RESEÑA político- CIVIL DE LA PROVINCIA.
179
ANTES CLASIFICADOS POR
CONTRIBUCIONES EN PESETAS. |
HABIT
De 1868 á 69.
De 1871 á 72. 1
\0?.
sni.TFnos.
cvsinos.
Yirrios.
CONSI-MOS.
TERRITORIAL.
SUBSIDIO.
305
309
173
158
1
122
134
10
17
1.631 75
588 50
487 50
1.024 75
1.437 50
683 25
712 75
461 75
1
5.975 55
5.179 50
2.240 55
6.201 72
7.022 70
2.488 50
4.131
2.375 10
200 50
8
111 50
283
352
321
143 50
65 61
6U
118
121
71
64
40
41
7
16
239
62
19
36
38
32
29
4
2
141
un
135
80
6í
56
57
4
10
275
425
415
257
41
152
152
16
22
S40
131
137
84
75
41
55
6
7
268
17^
81
98
30
60
6
14
28f
118
100
68
52
46
49
4
8
227
180
HISTORIA DE AVILA.
ftYUNTArniENTOS.
POBLACIONES,
GRIFOS, EDiFIClOS, \IV1E>DAS, ETC.
San Juan de la En-
cinilla
San Pedro del Ar-
royo
Molino de la Arboleda. . . .
San Juan de la Encinilla. .
Tejares de San Bartolomé.
Morañuela.
Nuestra Señora de las Nieves . .
San Pedro Apóstol
San Pedro del Arroyo
Santísimo Cristo de los Reme-
dios
Valverde
Santa María del Ar-
royo
su CLASE.
Molino harinero. .
Lugar
Casas de tejeros..
Lugar
Iglesia parroquial
Iglesia parroquial
Lugar
Ermita
Casa de camineroí
Molinos del Hocino Molinos harineros
Nuestra Señora de la Asunción Iglesia y casa. .
Santa María del Arroyo Lugar
Santo Domingo de I
las Posadas i
Santo Domingo de las Posadas
Lugar
[ Molino de Santo Tome' Molino harinero.
Santo Tomé de Za- \ Smo. Cristo del Humilladero . ¡ Ermita
barcos i Santo Tomé de Zabarcos i Lugar
( Tejar de Joaquín Martin | Casa de tejeros. .
Serrada (La).
Sigeres.
Serrada (La) .
Tejera (L,a! . .
Lugar
Casa de tejeros.
Sigeres Lugar.
Solosancho.
Baterna ■ Lugar
Molino de Arriba • Molino harinero .
Monte de Barbacedo ' Casa de guarda .
Nuestra Señora de la Asunción Ermita
Robledillo LugaV -
San Juan del Monte Ermita
Solosancho Lugar
Valdemerino ' Chozas de pastora •
Venta de D. Diego : Casa -posada
Villaviciosa i Lugar
RESEÑA POLITICO-CIVIL DE LA PROVINCIA.
181
PANTES CLASIFICADOS POR
CONTRIBUCIONES EN PESETAS.
HABÍ'
De 1868 á 69. 1
De 187
á 72.
SCDSIDIO.
os.
SOLTEROS.
CVSVD05.
viróos.
rONSl MOS.
TERRITORIAL.
297
174
108
15
266
128
110
28
f>fi3
1.119
7.5^
1.208 75
148
79
58
3
138
73
60
5
278
574 25
3.994 20
88
135
84
46
5
114
59
48
7
249
210
516 25
2.113 65
265
132
68
10
163
84
70
9
:í73
739 2»
3 133 44
88
115
73
36
6
113
59
43
11
228
471 50
2.340
162
117
66
47
4
126
69
50
7
234
344
2.545 20
67
94
48
30
6
1^
56
35
7
]Sí2
384 50
1.615 05
50
573
:}42
213
18
568
319
214
35
141
1.269 75
8.603 55
171
182
HISTORIA LE AVILA.
AYUNTAMIENTOS.
Sotalbo
Toibaños.
Torre (La).
Tornadizos de Avi-
la
POBLACIONES,
CRüPOS, EDIFICiOS, VIVIENDAS, ETC.
SL CLASE.
Bandadas | Barrio
Casa de los Lázaros ; Casa de pastores
Mesegar.
Molino de los Batanes.
Molinos de Muñico. . . .
Palacios
Riatas, ó Arriatas
Sotalbo
Alameda de los Requenas. . .
Aldealgordo
Cortos
Escalonilla
Gallegos de San Vicente. . . .
Molino de Toibaños
Nuestra Señora de Sonsoles.
Saornil de Voltoya
Toibaños ....
Venta de San Vicente (La). .
Casa de dehesa.
Molinos harineros .
Molinos harineros.
Barrio
Barrio
Lugar .
Caserío de dehesa.
Caserío de dehesa.
Lugar .
Lugar
Lugar
Molino harinero. . .
Ermita
Lugar
Lugar
Lugar
Alameda (La)
Aldehuela
Arropino
Becerril
Blascomozo
Castellanillos
Cermuño I Caserío de dehesa
Fresneda ¡Caserío de dehesa
Caserío de dehesa
Casa de dehesa.. .
Caserío de dehesa
Caserío de dehesa
Caserío de dehesa
Casa de dehesa . .
Lagartera
Molino de la Corraliza.
Navatacon
Tornadizos de Avila. . .
Valdeciervos
Valdelavia
Valderosa
Guareña ..
Torre (La)
Casa de dehesa.. .
Molino harinero. .
Casa de dehesa.. .
Lugar
Caserío de dehesa
Caserío de dehesa
Casa de dehesa. .
Lugar.
Lugar.
RESEÑA POLITICO-CIYIL DE LA PROVINCIA.
183
HABITANTES CLASIFICADOS POR
222 150
239' 133
224
158
123
108
122
103
66
85
119
115
114
87
64
60
6
21
24
11
11
12
CONTRIBUCIONES EN PESETAS.
De 1888 á 69.
842
1.200
1.293
668 75
De I87I á 72.
TERRITORIAL.
6.292 44
7.432 65
8.226
2.709
230
272 89
131
160 50
184
HISTORIA DE AVILA,
AYUNTAMIENTOS.
Urraca Miguel.
Valdecasa.
Vega de Santa Ma-
ría
Velayos.
POBLACIONES,
GRUPOS, EDIFICIOS, TIV1END.4S, ETC.
Caseta de la Guardia Civil. .
Ciervos ,
Fuente de la Zarza
Serones
Urraca Miguel ,
Venta del Campo-Azálvaro..
Pasarilla del Rebollar.
Valdecasa
Ntra. Sra. de la Asunción
Vega de Santa María
Molino nuevo
Ntra. Sra. de la Soledad.
Velayos
Brieva . Lu
Vicolozano.
Villaflor.
Dehesillas (Las)
Encinas
Palazuelos
Pinar de Miraflores.
Vicolozano
Zurra
Gasea (La) Caserío de dehesa.
su CLASE.
Caseta
Caserío de dehesa.
Choza de pastores.
Casa de dehesa
Lugar
Posada y portazgo.
Lugar
Lugar
Iglesia parroquial.
Villa
Molino harinero.
Ermita
Lugar
Caserío de dehesa.
Lugar
Caserío de dehesa.
Caserío de dehesa.
Lugar
Casa de dehesa
Moheda
Molino del Palacio
Ovieco
Villaflor
Casa de dehesa
Molino harinero . . .
Caserío de dehesa.
Lusrar
detenta y siet© J^y\xj:x±SLXXi.±e
RESENA POLITICÜ-CIVIL DE LA PROVINCIA.
185
HABITANTES CLASIFICADOS POR
SOLTEROS. CASADOS. ! TICDOS.
183
U6
329
lili
131 i
242',
195
187
382
485¡
486!
971
200 !
94,
294
142
135
277'
107
73
62
68
102
87
235
240
127
51
87
80
68
62
42
55
82
85
218
212
63
38
50
52
11
11
15
CONTRIBUCIONES EN PESETAS.
De 1868 á 69.
32
34
10
5
De 1871 á 72.
TERRITORIAL. SIBSIDIO
922 25
288 25
561 50
2.696 75
4.092 30
3.234 15
4.116 30
8.630 55
625 75 3.497 94
597 75' 3.128 85
112 50
62 50
816 25
25
244
con ^^Cí.rP^'^^ 3raat>itaiites.
186
HISTORIA DE AVILA.
PARTIDO JUDI>
AYUNTAMIENTOS.
P0BLACIO\ES.
GRUPOS, EDIFICIOS, TIVIENDAS, ETC.
Aldeanueva de Santa Cruz..
Bardal
Aldeanueva de San- ¡^ ■ . V '/ú " " 'ii" 'á l'^^^\ '
ta CruT i Cristo del Humilladero (Elj.
' Pajares (Los).
su CLASE.
Lugar
Lugar
Ermita
Corrales de ganado.
Pradogrande j Casa de pastores . . .
Aldeliuela Lugar
Hito Lugar
Aldehuela.
Majada de Malagon jCasa de pastores.
Molinos (Los) Lugar
Navas (Las) Lugar
Nuestra Señora del Soto ¡Ermita y casas. . .
Rehoyo (El) ' Lugar
Solanas del Carrascal I Lugar
Solanillas Lugar
í Aliseda de Tormes Lugar
Aliseda de Tormes. Hondonero (El) ¡Molino harinero.
( Molino del Puente ¡ Molino harinero.
Barco de Avila (El).'
Abadía (La)
Aceña de D. Rufino González..
Aceña de D. Simón Carrera. . .
Aceñas de D. Juan García
Barco de Avila ( El)
Batan del Puonte
Batan de Pañuela
Casa Blanca (La)
Casa-Herrera
Gallareta
Helechares
Huerta de D. José Cueña
Huerta de D. Pascual Fidalgo.
Lavadero de San Buenaventura
Montenegro
Palomar de las Viñas
Picota (La)
Santo Cristo del Caño
Tejar de Roque Moreno
Molino y casa
Molino y casas
Molinos y cuadras.
Molinos harineros.
Villa
Casa-batan
Casa-batan
Casa de pastores. .
Casa de campo
Molino harinero. . .
Molino harinero. . .
Üasa de campo
Casa de campo
Lavadero de lanas.
Casa de campo. . .
Casa-palomar
Caseta de guarda. .
Ermita
Casa de tejeros —
RESEÑA POLlTICO-ClVlL DE LA PROVINCIA,
187
BARCO DE AVILA.
MACITANTES CLASIFICADOS I'OR
318
357
675
355
334
«eLTCROS. CASADOS. YUDOS.
689
282
234
516;
197
216
234
177
188
123
107
115
111
121
79
90
14
26
10
36
CONTRIBUCIONES EN PESETAS.
De 1888 á 69.
15
21
691
393
251
47
773
460
239
74
1.464
998 25
1.550
1.27S
De 1871 á 72.
TERRITORIAL.
3.600
3.831 30
2.538 45
5.305
12.780
75 50
223 50
124
4.853 50
HISTORIA DE AVILA.
AYUNTAMIENTOS.
Becedas
Bohoyo
Carrera (La).
rOBLAClOXES,
GRrPOS, EDIFICIOS, VIVIENDAS, ETC.
Becedas
Encarnación (La)
Garganta de la Sierra (La).
Palacios
' Ángel (El)
Bohojo
Guijuelos
Majadas de pastorea
Molino de la Vega
Molino del Batan
Molino del Canchal. . . .
Molino del Puente
Molino de los Acebos. . .
Molino de Navamojada.
Navamediana
Navamojada
Stl CLASE.
Cabezudo
Carrera (La)
Casa de Ayuntamiento
Cereceda
Lancharejo
Malaguilla (La)
Navalmoro
Prado-Puerta
Prado-Solís
Santa Ana
Soto (El)
Tejar (El)
Casas de la Vega
Casas del puerto de Tornavacas
Molino de la Cuesta
Casas del Puerto de J Pedro Jiménez
Tornavacas \ Reguera de la Hiruela (La)
San Julián
Santiago de Aravalle
Veg-aumbría
Uncinares .
Boquinegro (El).
Encinares
Hoyo (El)
Salvador ^El)
Sauces
Lugar
Ermita
Molinos y batanes.
Lugar
Ermita ruinosa . . .
Villa
Lugar
Casas de ganado.
Molino harinero. . .
Molino harinero. . .
Molino harinero. . .
Molino y pajar. . . .
Molino harinero. . .
Molino harinero. . .
Lugar
Lugar
Lugar
Lugar
Casa consistorial. .
Lugar
Lugar
Casa de campo. . .
Lugar
Casa de campo. . . .
Casa de campo.. . .
Iglesia parroquial.
Casa de campo
Casa de tejeros
Casa de campo
Lugar
Molino harinero. . .
Molino harinero. . .
Casa de pastores. .
Molinos harineros.
Lugar
Casa de pastores..
Casa-batan
Lugar
Lugar
Iglesia y casas. . . .
Lugar
rese:>a político- civil de la provincia.
189
HABITANTES CLASIFICADOS POR
SOLTEROS. CiSVDOS.
233
345
333
326
284
193
176
215
182
78
65
204
207
181
181
107
108
136
147
35
39
35
61
29
47
16
25
19
34
O
10
CONTRIBUCIONES EN PESETAS.
De 1868 á 69.
3.250
2.504 25
1.355 25
1.175
4.j7 50
De 1871 á 72.
TERniTORlAL.
8.094 60
8.293 50
6.169 55
5.872 05
1.534 50
794 50
134
87 50
174 50
35
190
HISTORIA DE AVILA.
POBLACIONES,
GRUPOS, EDIFICIOS, VIVIENDAS, ETC.
SU CLASE.
Gilbuena iLugar
Jun
Molino de Abajo .
Molino de Arriba
Gilg^arcía.
Cerrada del Río.
Gilgarcía
I Corrales de g-anado..
I Horcajada (La)
Horcajada Ribera del Corneja . .
I Ribera del Tdrmes. ..
¡ Riofraguas
[ Cardedal
I Eccehomo (El)
Lastra del Cano (La).
Last.riila
Molin' s de Andarlos.
¡San Francisco
Lastra del Cano (La)
/ Barquillo (El)
I Casas de la Vega
1 Concepción (La)
Losar (El) Losar (El)
Molino de Becedillas.
I Miilinosdel Tdrmes .
1 Navamorisca
/ Cabrera (La)
\ Cerradillo (El)
'i Hermosillo
( Llanos (Los)
Llanos (Los).
Medinilla.
Medinilla
Nuestra Señora de la Fuente
¡Santa
Nava del Barco.
Batan (El)
Herrero (El)
Molino de Aba o
Nava del Barco..
Lugar
Molino harinero . .
Molino harinero. .
Casa de pastores.
Lugar
Casas
Villa
Molinos y casas.
Molinos y casas.
Luírar
Lugar r . -
Ermita
Lugar
Lugar
Molinos harineros.
Ermita
Lugar
Lugar
Ermita y casa
Lugar
Molino harinero. . .
Molinos harineros.
Lugar
Casa de pastores. .
Molino harinero. . .
Lugar
Lugar
Lugar
Ermita y casa.
Molino y batan. .
Molino harinero.
Molino harinero.
Lugar
RESEÑA rOLITICO-ClVlL DE LA PROVINCIA.
191
ANTES CLASIFICADOS POR
CONTRIBUCIONES EN PESETAS.
HADIT
De 18S8 á 69.
De 1871
á 72.
1
.os. I
SOLTEROS.
CASArOS.
TIUDOS.
CONSUMOS.
TEERITORIAl.
SUBSIDIO.
478
443
283
254
164
166
31
23
1.898 75
646 50
2.295 50
1.250
1.300
584 75
1.622 75
770
6.312 60
1.702 35
6.430 50
2.977 20
5.217 30
2.709 36
4.338 90
1
2.865 60
561 50
25
i
561 25
75
53 50
126 50
197
94 50
921
134
148
87
86
39
45
8
17
282
741
698
456
391
266
261
19
46
1.439
223
247
470
301
295
138
125
T7
97
8
25
168
163
112
110
21
22
596
162
130
96
71
54
49
12
10
292
423
426
849
192
227
246
235
164
163
13
28
112
125
72
92
8
10
419
192
HISTORIA DE AVILA.
AYUNTAMIENTOS.
NavaloDguilla
POBLACIONES,
GRUPOS, EUIFICIOS, TITIENDVS, ETC.
SU CLASE.
Molinos de la Guilera Molinos harineros .
Molinos de los Prados I Molinos harineros.
Navalquijo | Lugar
Navalonguillo | Lugar
Ntra. Señora de los Leones Ermita
Navatejares
Cabezas Altas ' Lugar.
Cabezas Bajas Lugar.
Casas del Yado
Molino de los Herederos. . .
Navatejares
Orvezo
San Pedro
Neila Neila
Casas de labor. .
Molino harinero.
Lugar
Molino y casa. . ,
Ermita
Lugar.
San Bartolomé de ( ^^n Bartolomé de Béjar Lugar
ban Marcos Ermita
Tejera (La) Choza de tejeros.
Béjar.
San Lorenzo.
Pelofino ó la Aceña.
San Lorenzo
Vallehondo
Santa Lucía.
Casas de la Sierra .
Cerrudos
Garganta del Andrinal (La)
Loros (Los)
Mártires (Los)
Santa Lucía
Serranía
Molino y casa.
Lugar
Lugar
Lugar
Lugar
Molinos harineros
Lugar
Rrniita
Lugar
Lugar
Santa IVIaria de los
Cabaileros
Carrascalejo ! Lugar.
Collado (El)
Corrales de ganado
Cuartos (Los)
Navarregadilla
San Juan ¡ Ermita
Santa María de los Caballeros. ¡Lugar.
Lugar
Casas y chozas..
Lugar
Luff ar
RESEÑA político -CIVIL DE LA PROVINCIA.
193
ANTES CLASIFICADOS POR
CONTRIBUCIONES EN PESETAS. I|
HADIl
De 1868 á 69.
De 187
TERRITORIAL.
1 i 72.
aos.
!
SOLTBROS.
CVS\DOS.
YUDOS.
COXSIMOS.
SLBSIDIO.
381
396
777
195
228
199
196
167
168
15
32
1.536 50
732
497 57
875
750
759 25
920 25
6.056 55
2.650 50
1.808 55
4.125 15
2.702 70
1.779 75
4.863 60
!
i
136 50
25
49
440
18 50
57 50
50
118
133
64
75
13
20
423
175
175
110
98
55
65
19
12
350
212
234
139
1:33
62
88
1
11
33
446
236
241
477
191
190
143
140
83
82
10
19
115
105
66
73
10
12
381
372
376
: 233
218
125
1 127
14
31
381
13
194
HISTORIA TE AVILA.
AYUNTABIIENTOS.
Solana de Béjar..
Tcrmellas.
Tremedal
Umbrías
Zarza.
POBLACIONES,
Gao:os, ed:f ero?, titif.xdas, etc.
SU CLASE.
!i (I a>.
Capns fl''l TJt^y.
GargHTita f!e -i;
^aliurrcs 1/ s'
Nuestra ^^ encía la Nm va
fcclana de Bé ar
Lugar
Molinos harineros
Lugar
Ivrmitay casa. .
Lugar
Majadas ñc las Aloguillas Casas de pastores
Mülinn di'l Puente ¡Molino harinero.
Navaniures ¡Lugar
Tormellas 'Luo-ar
Corrales ite ganado Casas
Molino de las Veguillas.
Tremedal
Canaleja ....
Casas del \ ba'l
Casas de I\Intip' dro
Fústi-is o H natías
Mata de la Caii-ileja iLa'
lonton de ¡as Casas del Abad
■\ (Kl)
Pontón de l-.is CerraHillas (\'.\).
Retuerta
San Mai tin
Umbrías
Ventas de las Ve¿;udlas .Las;.
Mazalinos
Molino de O^rgai talioid-.i,
Zarza
Molino harinero.
Lugar
Lugar
Lugar
Lugar
Lugar
Molino harinero.
Molino harinero.
Molino harinero.
Lugar
iMMuita
Lugar
aserio
Lugar.
M lino harinero.
Lujrar
"\/"eirat:ii:ix:ie-ve .A.y xantaarxi
RESEÑA POLÍTICO- CIVIL DE LA PROVINCIA.
195
HABITANTES CLASIFICADOS POR
SOLTEROS. CASADOS. VimOS.
312
300
621
179
204
383^
64 1
111
!
175
287:
611!
121
178
299
192
153
100
112
46
53
177
líH
91
97
98
125
68
77
15
4S
92
108
25
ü8
22
31
10
15
3
10
18
19
o
13
CONTRIFUCIONES EN PESETAS.
De 1868 á 69.
De I87I á 72.
CONSUMOS. TBRRITORIAL. SUBSIDIO.
893
801
427
579
3.637 80
2.764 80
1.853 55
2.387 80
251
88
44
93
340
1.408 50
59
l^.XSrT' 3n.a.lDÍ-tan.-tes.
196
HISTORIA DE AVILA.
PARTIDO J
POBLACIONES,
GRUPOS, EDIFICIOS, VIVIK>!1\S, ETC.
SU CLASE.
Adrada (La).
Barraco.
Adrada Villa
Caseta del Puente del Vado. . . Caseta de civiles.
Castañarejo 'Fábrica de papel.
Encerraderos de ganado Casas
Fábrica de Abajo Fábrica de papel.
Hoyuelas (Las) Casa de dehesa.. ,
Martinete (El) Molino harinero. .
Mina (La) Casa de mineros
Molino de la Máquina Molino harinero.
Molino de D. Laureano Diaz.. . Molino harinero.
Molino de las Animas Molino harinero .
Molino de la Serra Molino harinero.
Molino del Batan Molino harinero.
Molino del Cubo Molino harinero.
Molino de Serrano ¡Molino harinero.
Momblanco Fábrica de papel.
Nuestra Señora de la Sangre. . Ermita
Nuestra Señora de la Yedra. . . Ermita
Pajares Casas-pajares. . .
Venero (El) Molino harinero.
Vinculero (El) Molino harinero.
I
Barraco Lugar
Encerraderos de ganado Casas
Garganta de Irnelas Caseta de huerta
Molinos del Puente del Bur-'
guillo Molinos j caseta.
Nuestra Señora de la Piedad . . . Ermita
Nuestra Señora de la Soledad. . Ermita
San Marcos F>mita
San Sebastian Ermita
RESEÑA rOLITICO-ClVIL PE LA mOVINCIA.
197
L DE CEBREROS,
HABITANTES CLASIFICADOS PUR
IOS. SOLTEROS. i CASADOS.
511
4:38
949 1
877
842
1.719
290
224
407
-14S
194
178
343
:]40
27
36
CONTRIBUCIONES EN PESETAS.
De 1868 á 69.
31
54
1.807 75
De 1871 á 72.
lEnRITOniAL.
8.933 85
808
3.250 11.569 50' 1.152
198
ftYUNTAIfllENTOS.
HISTORIA DF AVlLAc
Casillas
POBLACIONES,
GRUPOS, BuiPicios, tiv:e>das, etc.
;i: CLASE.
Casillas Lugar . .
Encerraderos de ganado . ...'.. j Casas . .
Ntra. tíra. de los Remedios Ermita
Cebreros.
Escarabajosa.
Fresnedilla.
Herrados (El).
Albacoa
Cañadilla (La).
Cebreros
Caserío de dehesa.
Molino y tenerías..
Villa
Convento (FA) ¡Casa de huerta
Casas
Matadero y tinado.
Caserío
Casas de ganado. .
Molino aceitero. . .
Casa de guarda. . .
Ermita y casa
Molinos harineros.
Casas de tejeros. . .
Casa de labor
Encerraderos de ganado
Enrollados ( Los)
Granja del Quejigar........
Huerta de .Serures
Molii.o del Puerto
Navaluenga
Nuestra -eñorade Valsordo.
Ribera del Alberche
Tejeras
Zumacal(El)
1 Escarabijosa Lugar
I Garganta de Casillas Molinos harineros.
Encerraderos de ganado.
Fresnedilla
Canto del Pico (El)......
C .nada (La)
Castrejon
Isncerr ileros de ganado.
Heiradon ( líl)
Pedriza (La)
San Pe 'ro
San Roque
Casas
Villa .
Casas del ferro-car
Casas del ferro-car
Molino harinero.
Casas
Villa
Casas del ferro-car
Ermita
Ermita
Higuera de las Due-
ñas
Casa de la Marquesa ¡Casa de labor
Cercado del M^nte iCasa de pastores.
Cercado del VaUe [Caseta de guarda.
Higuera de las Daeuas Villa
Molino de Arrojo Castaño | Molino harinero..
RESENA POLITlCO-ClVlL DE LA PROVINCIA.
199
HABIl
IOS.
ANTES CL
SOLTEROS.
A SI FI CAPO
^ POP.
1
CONTRIBUCIONES EN PESETAS. |
Be 1838 á 69. 1 De 1871 á 72. |
CiSlDOS.
TIUDOS.
C!)}(Sll!OS.
TERRITORIAL.
SUBSIDIO.
517
455
295
236
192
194
30
25
2.163
11.643 65
1.443 50
781 25
2.276
1.296 75
4.765 05
31.563 81
3.657 60
4.442 40
4.263
646.66
151 75
4.494
415 71
176 50 '
338
354 50
972
1.761
1.602
1-006
828
671
634
84
140
i. 363
293
296
178
102
115
13
22
589
207
186
122
96
75
78
1
10 1
12
393
550
293
374
153
160
123
16
17
843
292
227 ¡
170
115
98
96
1
15 ¡
16
519
,
1
1
200
HISTORIA DE AVILA.
Navalperal de Pina-
res
Navaluenga.
POBLACIONES,
GRUPOS, EDIFICIOS, VIVIENDAS, ETC.
SU CLASE.
Casilla del Huerto
Casilla del Mancho
Cerradero de la Perdiguera..
Hoyo de Pinares (El)
Molino del Batan
Molino del Puente
Molino del Remiendo
Navas del Marqués . {
Casa del Monte
Navahondilla
Parador (El)
!áan Miguel de Castaño.
Encerraderos de ganado.
Molino de las Colmenas. .
Navalperal de Pinares. . .
Casetas de huerta
Encerraderos de ganado
Molino del Portugués
Molino del Puente
Molino de Piedra Cabellera
Navaluenga
Ntra. Señora de la Concepción
Ntra. Señora de las Mercedes.,
San Bartolomé'
Venero Claro ,
Casa de recreo
Casa dtt recreo . . .
Casas de pastores.
Villa
Molino harinero. . ,
Molino harinero. . .
Molino harinero. • .
Casa de dehesa.
Lugar
Casa-po-ada . . .
Casa de lab-^r. .
Casa
Molino harinero.
Villa
Concepción (La)
Encerraderos de ganado.
Esperón (El)
Molino de la Majadilla. . .
Navas del Marqués
Pobedilla (La)
Retina ,
Ribera de Valtravieso
San Antonio
Santa Ana ,
Santo Cristo de Gracia.. ,
Valle (El)
Casetas
Casas y chovas. . .
Molino harinero. .
Molino y c:isa. . . .
Moiino y casa. . . .
Lugar
Ermita
Ermita
Ermita
Casa de campo. . .
Ermita
Casas y choza. . . .
Casa del Ierro carril
Molino harinero...
Villa
Casa de recreo ....
Molino harinero. . .
Molinos harineros.
Ermita
Erniita
Ermita y casa ....
Casa de guarda...
RESENA POLlT ICO-CIVIL PE LA PROVINCIA.
201
HAniTANTES CLASIFICADOS POR
SXOS. SOLTEROS. CASADOS. YUDOS.
iOO]
n
57
460 i
3Ü1
826
754
3^-t 273
351 I 270
57
53
433\ 265 143
:i32i 184 ! 125
276
276
513
530
31
60
15
23
35
54
64
131
CONTRlBUCtONES EN PESETAS.
De 1868 á 69.
2.308 75
De 1871 á 72.
TtURlTORIAL. SCBSIDIO
8.881 20
820
420 75 2.709
130
2.250 5.643 45 447
2.850
8.863 52' 1.917
6.03:3 21 20.386 87
3.762 50
202
HISTOIUA DE AVILA.
AYUNTAMIENTOS,
POBLACIONES,
CRt'POS, EDIFICIOS, VlVinNDiS, HTC.
SU CLASE.
Peguerinos.
Hoyo la Guija ] Lugar
Lastra ( La) i Lugar
Majadas de F. Jiménez y|
V. García Chozas de pastores-
Molino de Francisco García ¡Molino harinero....
Peguerinos Villa
San Bartolomé de
Casetas de guardas de viñas. . Casetas.
Encerraderos de ganado j Casas.
Finares ' Paramera (La)
Ribera del Gaznatas.
San Bartolomé de Pinares.
San Juan de la Na-
va
Encerraderos de ganado
Garganta (La)
Ntra. Señora de la Misericordia.
Ribera del Alberche
San Juan de la Nava
San Sebastian
Barricera (La) Molino harinero
Caseta de civiles. .
Molinos harineros.
Villa
Casas
Molinos harineros.
Ermita
Molinos harineros.
Villa
Ermita
San Juan
nlilo. . .
Aa wífti; \ Encerraderos de ganado Casas.
ce Mon~¡ ^^avandrinal i Lugar
Sai) Juan del Molinillo. . Lugar.
I Villarej o ' Lugar
Brabojo de Abajo ^Molino harinero.
Brabojo de Arriba j Molino harinero.
:íama Cruz áe pi.) Concepción (La) ¡Ermita
„„„„„ ■ Encerraderos de imanado .Casas
iiar6S 1 TV- 1 ■ ° i rN 1 j
/ iSavalaencma ¡Casa de guarda.
' San Juan ~
\ Santa Cruz de Pinares
Ermita
Villa
Sotillo de la Adra-
Casas de guardas de campo . . i Casas
Encerraderos de ganado ¡Casas
Ermita de la Sangre lErmita
Garganta de Maialcabo ^Molinos harineros.
"""" u« xa ^u.«-; j^j^jP^^ ^g j^^^.¿ ¡Molino harinero. . .
* ' Molino de Arroyo Castaño Molino harinero...
Ts'tra. Señora de los Remedios. . Ermita
Sotillo de la Adrada I Villa
Tejar de los Pradejones Casa de tejeros
RESEÑA l'OLITICO-CIVIL 1)K LA PUOVINGIA.
203
HABITANTES CLASIFICADOS POR
CONTRIBUCIONES EN PESETAS. |
De 1868 á 69.
De 1871 á 72. 1
ao.
SOLTEKOS.
c \ s v nos.
VllDOS.
CONSUMOS.
1.377
3.196 75
2.089 25
1
1
1.025
; 1.200 75
1
1
1
1
i
' 3.640 25
1
lEBRITORUL.
SUBSIDIO.
329
366
194
203
120
133
15
ao
7.151 40
8.483 67
7.048 35
4.722 30
4.648 50
14.167 80
855 50
1.770 10
478
108 50
200
1.250 3
695
688
624
404
324
250
250
34
50
1.312
177
499
2>!4
264
167
178
26
57
976
3S7
395
238
222
138
141
11
32
782
265
213
163
138
80
82
20
25
5í»8
8;ío
759
488
303
296
39
68
1.5H9
204
HISTORIA DE AVILA.
AYUNTAMIENTOS.
POBLACIONES,
GRUPOS, EDIFICIOS, YITIENDÍ-S, ETC.
Tiemblo (El).
Bástales
Clíselas de campo
Flncernideros de ganado...
Guisando (Ex-convento). . .
Huelgas (l as)
Jimena (l.a)
Molino de Kemigio
Moral (El)
Ntra. Sra. de la Asunciun..
San Antonio
Tejar (El) ¡Casa de'tejeros.
Tiemblo (El) ¡Villa
"VT'ein-te ayxxri-taxnien-toí
SU CLASE.
Caseta de civiles..
Casetas
Casas
Caserío
Molino y establo.. .
Casa de labor
Molino y establo...
Molino y establo . .
Iglesia parroquial.
Ermita y casa.
PARTIDO JUDICIA;
Aldealabad del Mi-
rón
Amavida
Aldealabad del Miren.
T.ugar
Ern)ita y casa.
B.'iri io
Ex-convento. .
Venta de Amavida. ' Casa-posada. .
.\mavida
Izquierdos
l'ascual Muñoz.
Risco (El).
Lugar
Arevalillo.
j Arevalillo T.ugar
I Molino de Cabezota jMolino harinero.
Avellaneda ,
Avellaneda 'T.ugar
Cristo del Humilladero (El). .. ¡Ermita
Majalejo (El) |Molino y palomares.
Becedillas .
) Becedillas '. . ¡Lugar
( Casillas de Chicapierna Lugar
i
RESFNA rOLlTICO-ClVlL DE LA PROVINCIA.
205
HABITANTES CLASIFICADOS POR
SOLIEnOS. CASADOS. \IVDOS.
COVTRIBUClOiNES EN PESETAS.
De 1868 á 69.
945 i
87] I
544
453
1.8161
355
355
46
63
De 1871 á 72.
TERRITORIAL
5.024 25j 13.357 35
1.139
.IX l^CB.rT'lO liei.l3ita.nt es.
V.L DE PIEDRAHITA.
105i
1291
2341
233
244
477
166
146
312
355
64
71
131
143
104
69
165 102
190 lio
40
50
80
86
57
65
57
70
2491 142 96
2681 144 ¡ 107
5r
22
15
o
12
6
10
11
17
474 50
795
715 25
570 25
1.020 15
3.865 50
1.851 30
2.673
1.030 50 4.376 70
43 50
130 50
100
24 50
247 50
206
HISTORIA DE AVILA.
AYUNTAMIENTOS.
Blascomillan .
Bonilla de la Sierra. <
Cabezas del Villar.
Carpió Medianero.
POBLACIONES,
GRUPOS, EDIFICIOS, TITIENDAS, ETC.
Si: CLASE.
Bercimuelle ,
Blascomillan
Convento de Duruelo (El).
Escalonilla
Molino de Bercimuelle
Bonilla de la Sierra
Cabezas de Bonilla
Lavadero (El)
Pajarejos Lugar
Posada de Chuy. Casa-posada
Caserío
Lugar
Caserío de labor.
Molino harinero.
Molino harinero.
Villa
Lugar
Casa de campo.
Ribera del Corneja
San Pedro Alcántara
Tejera (La)
Ventorrillo (El)
Molino harinero.
Ex-convento
Casa de tejeros. .
Caseta
Lugar
Ermita
Caserío de dehesa.
Cabezas del Villar
Humilladero (El)
Migalbin
Monte la Casa i Casa de dehesa
Ribera del Margañan Molinos harineros
Rivilla la Cañada [Caserío de dehesa
Serranos de Abianos Caserío de dehesa
Tejar (El) ¡Casa de tejeros...
Zurraquin Casa de dehesa. . .
Carpió Medianero Lugar
Casas del Puerto de ^ ^ j i n 4. -^ trn x
Villatoro t Casas del Puerto de ViUatoro. iT.ugar.
Cepeda la Mora.. .
Cepeda la Mora | Villa
Fonda de Santa Teresa ¡Parador y casa de ci-
I viles
Solana (La) ¡Molino harinero 1
Veguilla (La) ; | Molino harinero
Ventorrillo de Bargayanta I Casa-posada ,
RESEÑA POLÍTICO-CIVIL
DE LA rnoVLNCIA.
20'
i
HABITANTES CLASIFICADOS POR
CONTRIBICIONES EN PESETAS.
De 1868 á 69.
De 1871 á 72.
SOLTEROS.
CASADOS.
\ -VIUDOS.
COJiSUMOS.
TERRITOnrAL.
SUBSIDIO.
200
198
129
111
75
78
2
9
639 25
1.723 25
1.047 75
1
9-10 75
741
5.260 67
8.487
10.120 05
1.32() 60
3.408 48
5.194 35
i
132 50
431
825 50
12 50
392
131
404
554
466
331
246
198
198
25
22
1.020
499
373
310
209
170
141
19
23
872
86
76
47
37
32
3:3
9
6
162
241
273
133
152
96
102
12
9
514
181
188
369
87
105
i
78
75
1;
16
8
1
1
1
i
208
HISTORIA DE AVILA.
AYUNTAMIENTOS.
POBLACIONES,
ORiPOS, ed;picios, viviendas, etc.
su CLASE.
Coliado del Mirón. . Collado del Mirón.
Lusrar.
Diego Alvaro.
Gallegos de Sobri-
nos
Garganta del Villar .
Dehesa del Castillo Casa de guarda
Diego Alvaro i Villa
Molino del Berrocal Molino harinero
Tejera (La) Casa de tejeros
Blascojimeno Lugar
Gallegos de Sobrinos ¡Lugar
Isuestra Señora del Espino iCaserío de dehesa. ..
San Cristóbal Iglesia parroquial . .
Serracines Caserío de dehesa. . .
Sobrinos j Casorio de dehesa. ..
Tejera (La) ¡Casa de tejeros
Casa del Barrio de Abajo Casa vivienda
Garganta del Villar j Lugar
Molino de Enrique González. . Molino harinero
San Roque ¡Ermita
Grandes.
) Grandes Lugar
I San Martin de las Cabezas. . . . : Lugar
Herguijueia (La).
Choza ( La) Albergue de pastores
Herguijueia (La) i Lugar
Magdalena (La) 'Ermita ■
Molino de Prado Gerorao Molino harinero. . .
Molino de Santibañez Molino harinero
Torre de la Cab'íza Choza de pastores.
Herreros de Suso.. Herreros de Suso.
Villr
Horcajo de la
vera
Ri-
Camporbin Barrio
Concepción i Lai Ermita
Horcajo de la Ribera. , I .ugar
Molinos de la Gargan'a Molinos harineros.
Navasequilla ' Lugar
RESENA POLÍTICO- CIVIL DE LA PROVINCIA.
209
HABITANTES CL
ASIFICADOS
C VSVDOS.
5 POR
vimos.
CONTRIBUCIONES EN PESETAS.
j De I8S8 á69.
De 1871 á 72.
:xos.
SOLTEftOS.
CONSUMOS.
TnnniioRiAL.
SUBSIDIO.
■ 09
, 91
49
52
30
39
11
3
283 75
1.632 23
411
895 75
293 25
692 25
694
1 .008 50
1.017
4.902 75
3.663
1.620
1.570 05
2.135 70
4.693 86
3.718 35
40
739
49
50
25
49
219
62 5n
193
412
423
245
230
154
164
13
29
835
149
131
98
44
46
7
11
280
121
150
76
82
39
58
6
10
2";i
86
64
61
30
19
22
6
3
14~
i)5
'.)1
38
47
14
11
296
2\9
223
132
131
■
75
80
11
12
441
l&i
311
135
167
42
125
7
19
■i'X)
TOMO
I.
14
210
HISTORIA DE AVItA.
Hoyoreáondo .
Hoyos del Collado.
Hoyos del Espino.
Hoyos de Miguel
Muñoz
Hurtumpascual .
POBLACIONES,
or.uros, edificios, tiviexdas, etc.
Alameda (La)
Carrera (La)
Casas del camino
Casillas
Castillo (El)
H jyoredondo
Las)
Hoyos del Collado.
Casa de la Isla
Hoyos del Espino
Nuestra Señora del Reposo..
Ribera del Tormes
Santa María del Espino
Concepción (La)
Hoyos de Miguel Muñoz.
Gamonal
Hurtumpascual ú Hortumpas
j cual
( Viñegra
Malpartida de Cor- í Malpartida de Corneja.
neja ( Ventorrillo (El)
Mancara de Arriba .
Mancera de Arriba
Molino de Águeda Saez.
Tejera (La)
Manjabálagd
Escarbero (El)
Manjabálago
Molino de Cuesta al Pié.
Molino de la Mata
Molino del Batan. . .
Molino del Canalón.
su CLASE.
Lugar .
Lugar .
Lugar ,
Lugar .
Lugar ,
Lugar
Lugar .
Casa de campo
Lugar
Ermita
Molinos harineros.
Iglesia y casa
Ermita
Lusrar .
Lugar
Lugar
Lugar
Lugar
Casa-taberna
Ortigosa de Rívalmar I Lugar
Villa
Molino harinero
Casa de tejeros.
Molino harinero
Lugar
Molino harinero
Molino harinero
Molino harinero
Molino harinero
I
RESEÑA POLITICO-ClVIL DE LA PROVINCIA.
211
HABITANTES CLASIFICADOS POR
COXTRTBÜCIOXES EN PESETAS. |
De 1868 á 69.
De 1871 á 72. 1
toi
SOLTEROS.
CAS.VDOS.
VIUDOS.
CONSUMOS.
terhitorial.
SUBSIDIO.
254
163
76
15
214
123
78
13
800 50
4.882 50
135
468
78
44
29
5
85
47
32
6
178
1.179
25
163
215
124
80
11
276
148
97
31
1.139
4.005
34
491
100
62
31
7
97
58
37
2
442 50
1.242
30
197
197
124
68
5
187
111
67
18
568 75
2.605 50
100
384
216
132
74
10
204
110
82
12
776 75
4.000 50
386
420
180
107
68
5
180
94
68
18
875
3.464 55
180 50
360
129
49
9
.1.1
90
00
9
:l)
450
2.432 70
196 50
212
HISTORIA DE AVILA.
ftYÜNTÁÍSIENTOS.
Martínez
Meng-amuñoz .
Mesegar áe Corneja'
Mirón (El).
Mirueña.
MuñicQs.
POBLACIONES,
CRliPOS, EDIFICIOS, VIVIENDAS, ETC.
SU CLASE.
Martínez Villa
Montalvo
Rio del Castillo (El).
¡San ¡Simones
Gargantilla. .
Meagamuñoz
Mesegar de Corneja
Molino de Abajo, ó del Chorro.
Ventorrillo de la Calzada
Mirón (El)
Ntra, íára. de las Callejas.
Hurtunsancho, ú Hortunsan-
cho
Mirueña
Ribera de Navazamplon
Ribera de Rivalmar
Molino de Galleguitos
Molino del Lisgar
Muñico
Rinconada
Muñotello .
' Muñotello
í Ribera de Cantomoreno.
Narrillos del Álamo.
Navacepeda de Ter-
mes
Codes
Mercadillo
Narrillos del Álamo. .
Alentosa de la Cuesta.
Cañadillas (Las)
Navacepeda de Tórmes..
Mtra. Sra, de la Antigua.
Casa de labor
Molinos harineros.
Lugar
Molino harinero...
Lusrar
Lugar
Molino harinero.
Casa-taberna
Villa
Ermita y casa.
Casa de dehesa...
Lugar
Molíaos harineros
Molinos harineros
Molino harinero..
Molino harinero..
Lugar
Lugar
;
Villa
Molinos harineros.
Caserío de dehesa.
r^ugar
Lugar
Caserío de dehesa.
Molino harinero.
Lugar
Ermita
RE
SEÑA POLÍTICO- CIYIL
DE LA PROVINCIA.
213
ASUTCAUOS POR
i CONTRIBUCIONES EX PESETAS.
HABITANTES CL
1 De 1888 á 69.
1 De 1871 á 72.
TERRITORIAL. SUBSIDIO.
BXOS.
SOLTEROS.
CASADOS. I VIUDOS.
CONSUMOS.
250
248
498
110
129
147
139
89
91
14
18
1
850
1 724 50
690
888 75
l.''/12 50
345
•
1.120 75
967 50
998 50
3.996
1.395
2.917 35
4.068 45
.6.829 88
1.712 70
i
3.852 90
3.080 16
i
3.396 60
!
i
'■ 581
173 50
165 50 ¡
187 50
6S4 .
!
118 50
i
126
367
1
60 50 1
79
79
34
45.
6
5
248
197
201
3PS
234
233
106
112
121
112
75
75
103
108
16
14
10
13
1
467
430
393
823
274
216
. ' 134
151
22
26
177
18tí|
1
112
111
58
65
7
10
:í73i
2701
549
154 :
80
99
8 ■
20 ;
173 1
147 ¡
95
114
11
9
233
229
128
75
90
1
11
1
462
214
HISTORIA DE ÁVILA.
AYUNTÍMIENTOS.
Navacepedilla de
Corneja
POBLACIONES,
CnUPOS, EDIFICIOS, ■VIVIENDAS, ETC.
SU CLASE.
Garganta de los Hornos 'Barrio.
Heras (Las) Barrio.
Navacepedilla de Corneja ¡Villa . .
Navadijos
Caceras (Las). .
Galgas (Las). . .
Navadijos.
San Bartolomé.
Navaescuríal
Barraca de Marre
Barrio (El)
Encerraderos de ganado.
Marias (Las)
Navaescurial
Pajares..
Zapata <
Molinos harineros.
Molino harinero. . .
Lugar
Ermita
Cristo del Monte. (El)
Encerraderos de ganado
Navalperal de Tór-1 Molino del Batan
mes \ Navalperal de Tórmes, ó de la
Ribera Lugar
Ortigosa de Tórmes Lugar
Choza-taberna
Lugar
Casas
Lugar
Lugar
Casa-pajar
Lugar
Ermita .
Casas
Molino harinero.
Navaredonda de laj
Sierra
Barajas
Cañada (La)..
Molinillo (El).
Nava-Arenas.
Parral (El)
Pascualcobo.
Lugar ,
Escuela de niños. . .
Molino harinero. . . .
Chozas de pastores.
Navaredonda de la Sierra [Lugar ,
Ribera del Tórmes Molinos harineros. .
San Antonio Ermita
Molino de Pascual Martin Molino harinero.
Nuestra Señora del Parral Ermita y casa. . .
Parral (El) Lugar
Molino de Gudin.
1 Pascualcobo . . . .
Molino harinero.
Villa
RESEÑA POLITICO-CIML DE LA rROMNClA.
215
i
HABITANTES CLASIFICADOS POR
1
CONTRIBUCIONES EN PESETAS. |
De 1868 á 69.
De 187
1 á 72.
5C10S.
SOLTEROS.
CASADOS.
1
VIUDOS.
CONSUMOS.
TERRlIOniAL.
SlBSiDlO.
2-/5;
1
192
67
16
394!
222
146 '
26
1 .247 50
3.022 74
85
669:
107
62
38
7
114
67
42
5
748 75
1.727 10
62
221
226
135
79
12
220
117
82
21
946 75
3.609
94
446
303
179
112
12
309
166
121
22
975
4.533 30
330
612
464
276
163
25
603
333
223
47
2.263
8.115 30
405
1.061
106
65
35
6
96
49
1
41
6
269 25
1.263 60
6
202
258
1
i 154
98
6
271
, 149
108
14
529
•1 1.283 50
2.857 05
104 85
216
HISTORIA DE AVILA.
AYUNTAMIENTOS.
Piedrahita.
Poveda
Pradoseg^ar
San Bartolomé de
Corneja
San Bartolomé de
Torres
San García de In-
g-elmcs
San rslartin de la
Vega
POBLACIONES,
GRIFOS, EDIFICIOS, VIVIENDAS, ETC.
Almohalla (La)
Barrio nuevo
Cañada (La)
Casa de Sebastian Pérez (La)
Huerta de las Cruces (La). . . .
Huerta del Duque (La)
Magdalenos (Los)
Martiniego (El)
Ntra. Señora de la Vega
Pesquera
Piedrahita.
Rancho del Berrocal
Sotj (El)
su CLASE.
Poveda.
Lugar
Barrio
Lugar
Lugar
Casa de campo. . .
Caserío
Ermita
Casa de pastores.
Ermita y casa
Lugar
Villa
Casa-esquiladero.
Lugar
Lugar .
Molino de la Hiedra Molino harinero.
Molino del Puente Molino harinero.
Molino de los Barreros I Molino harinero.
Pradosegar ' Lugar
Casa de pastores.
Lugar
Lufi-ar
Hera(La)
Palacios
San Bartolomé de Corneja.,
Molino Caido Molino harinero.
Molino de las Lletas ¡Molino harinero. . .
Molinos de Abajo ¡Molinos harineros.
San Bartolomé de Tórmes i Lugar
Casa de Manuel Carretero Casa de pastores. .
Pajarilla del Berrocal Caserío de dehesa.
San Garcia de Ingelmos Lugar
Tejera (La) ¡ Casa de tejeros . . .
Torneros de la Hoz i Casa de dehesa
Cerro de la Corte i Choza de pastores.
Molino de la Escobilla ¡ Molino harinero. . .
Molino de Herranz IMolino harinero...
Molino de las Caceras ¡Molino harinero. . .
Ntra. Señora de la Piedad I Ermita
San Martin de la Vega ¡Lugar ,
Tejar (Elj ¡Casa de tejeros
ri:se5¡a roLiTico-civiL de la provincia.
217
1; CONTRIBUCIONES EN PESETAS.
HABITANTES CLASIFICADOS POR
060 534 380
U3\ 540 3:32
<.)3
81)
182
149
163
312
122
111
233'
120'
131
251 ¡
249,'
238
487
346!
:358;
704
54
49
156
136
222
204
35
35
90
83
111
127
10.160 50
9:5
5ü
1
101
55
7
7^
39
4
6-1
41
6
65
49
7
66 :
i
54
11
551 50
19.354 14! 6.338 30
2.569 50
611 50 : 2.391 75
3
19
13
27
2.199 60 39 50
61 50
50
501 25 i 1.894 05' 55
609 i 6.224 85 38
1.699 ! 5.117 85' 131
218
HISTORIA DE AVILA.
fiYUNTAWlENTOS.
POBLACIOAES,
GHCPOS, EDIFICIOS, VIVIENDAS, ETC.
San Martin del Pim-
pollar
San Miguel de Cor-
neja
Molino de la Isla
Molino de la Retuerta
Navalsaúz
San Martin del Pimpollar.
Venta del Obispo
su CLASE.
Encerraderos de ganado
Molinos de laFuente del Corcho
San Miguel de Corneja
Ntra. Señora de la Encina..
Riomayor (El)
?.r.?ir' "" """( «an Miguel de Serrezuela. .
^®^"®** ' Tejera (La) Casa de tejeros
Villanosa Casa de dehesa
San Miguel de Ser-
Molino harinero.
Molino harinero ,
Lugar
Lugar
Casa-posada. . . .
Casas
Molino harinero.
Lugar
Ermita
Molinos harineros.
Villa
Santa María
Berrocal . . .
del I
Santa María del Berrocal.
Santiago
liado. . .
del Co-
\
Solana de Rioalmar.
Casas de Navancuerda (Las).
Collado (El)
Encerraderos de ganado
Lastra (La)
Mora (La)
Navahermosa ,
Navalmaillo
Navamuñana
Navarveja
Nogal . .'
Pesqueruelas
Poval (El)
Pradoligerds
Santiago del Collado
Santiuste
Valdelaguna ' Lugar
Ventorro (El) | Casa-ventorrillo. . .
Zarzal | Lugar
Aldehuelas (Las) ¡Molino harinero, . .
Garcipedro 'Caserío de dehesa.
Horihuelos j Caserío de dehesa .
Molino Nuevo Molino harinero . . .
Solana de Rioalmar ¡ Lugar
Lugar
Lugar
Lugar
Casas
Lugar
Caserío de dehesa.
Caserío
Lugar
Lugar
Lugar
Lugar
Caserío
Lugar
Casa-pajar
Lugar
Lujíar
RESEÑA POLlTICO-ClVlL DE LA PROVINCIA.
219
ANTES CLASIFICADOS
CONTRIBUCIO.XES EN PESETAS. |
HABIT.
POR
De 1868 á 69.
De 1871
á 72.
;xos. i
1
SOLTEROS.
CASADOS.
TIÜDOS.
CONSUMOS.
TERRITORIAL.
sinsiD.'o.
75
125
510
790
1
, 100
)j 212 50
1881
187 i
121
198
65
71
2
18
980 50
950
1.819 50
2.299 75
1.359 50
1 548
3.295 80
2.745
8.215 89
4 062 78
8.063 75
4.159 7C
375
230,
224,
133
123
86
84
1
11
17
454
348
347
200
185
136
137
12
25
695
501
469
970
3:37
313
290
247
191
191
20
31
210
167
107
125
20
21
650
209
203
115
116
76
71
18
16
412
i
1
220
131ST0HIA DE AVILA,
rOCLACIO.XES,
nnupos, EDIFICEOS, viviendas, etc.
,SU CLASE.
Encerraderos de ganado.
vA-'-^io^ Pajares
Tortoles rnJ-^^ /T.,\
iejera (La)
Tortoles...
VadillodelaSierri
j Molino de la Cerquilla
i Molino del Cercado de los Ber-
I ros
/ Molino del Colmenar
Ílúolino del Pontón
Molino del Puente Nuevo
Trigazo (El)
\ Vadillo de la Sierra
Casas
Casas-pajares. . .
Casa de tejeros. .
Lugar
Molino harinero.
Valdemolinos ,
Navahermosa del Mirón.
Valdemolinos . ■
Í Capilla (La)
Casetas de las Huertas
Encerraderos de ganado
Molino de la Ermita de Gracia.
Sierra . .\ Molino de la Villa
I Palomar de M. Cáceres
f libera (La)
Viilafranca de la Sierra
ViUaíranca
Molino harinero. .
.Molino harinero, .
Moüno harinero..
Molino harinero. .
Casa de tejeros. . .
Villa
Lugar.
Lucrar.
Plaza de Toros. .
Barracas
Chozas
Molino harinero.
Molino harinero.
Barraca
Barrio
Villa
Garci-Caballero.
Lanchuela (La)..
,^-j. / Madre de Dios (La
piiiO 1 ni ■ /T V
VUiar ds Corneja.
Tejera (La)
Villanueva del Campillo
Hocino (El)
Hondonero (El) ,
Molinos de Fonseca
Pienzo(El)
Venta del Arrojo del Campo.
Villar de Corneja
¡Molinos harineros.
¡Molinos harineros.
¡Ermita
¡Casa de tejeros
Villa
Villaíoro
Caseta de la Guardia Civil.
Tejar (El)
Viilatoro
Molinos harineros.
Molinos harineros.
Molinos harineros.
Molinos harineros.
Casa-posada
Lugar
Caseta
Casa de tejeros.
Villa
RESEÑA rOLlÜCG-ClVIL DE LA PROVINCL\.
221
HADITANTES CLASIFICADOS POR
CONTRIBUCIONES EN PESETAS. ||
De 1888 á 69. I
Ee 187
TEDRITORUL.
l á 72.
SUBSIDIO.
■ EWS.
SOLTEROS.
rvsviios.
vimos.
CONSUMOS.
264
154
98
12
28S
173
100
15
965 75
3.865 50
367 50
522
3831
237
122
1
j
24
458,
268
168
22
"il
1.375
6.256 35
813 50,
120
68
46
6
1
1
r¿2
71
46
5
348 50
1.917 90
i
50
'242
.72-;
2S9
205
33
-
544
290
208
46
2.GU 76
7.618 50
1.443
1.0"71
390
238
140
12
408
222
166
20
■
1.575
5.656 95
158 50
798
114
70
42
2
113
61
46
6
404 25
•
1.246 95
86
227
189
104
'13
279
1 149
1
110
20
1.815 75
4.192 65
298 50
585
252
mSTORJA DE AVILA.
AYUNTAMIENTOS.
POBLACIONES,
r.ncPOS, EDIFICIOS, títie:<d.is, etc.
Vita.
Zapardiel de la Ca-
ñada
Erites
Yita..
Castellanos de la Cañada
Serranos de la Torre
Zapardiel de la Cañada . .
su CLASE.
Molino harinero.
Lugar
Caserío de dehesa.
Caserío de dehesa .
Lugar
Lugar.
Ermita
Angostura (La)
7an«...t:<^i ^« i« o: I Angustias (Las)
w» Charco del Molino (El) iMolino y batan.
°^™ ' Soledad (La) ¡Ermita
Zapardiel de la Ribera ¡Lugar
Sesenta 37- seis a.y\aTat.a.xixiei
RESE.XA político- CIVIL DE LA PROVINCIA.
223
HABITANTES CLASIFICADOS POR
SOLTEROS. CASADOS.
122
111
234
239
251
I
490
288
309
597;
58
135
137
177
176
42
45
96
99
99
114
15
12
9
CONTHinUCIONES EN PESETAS.
De 1888 á 69.
433 25
869 25
1.053 25
De 1871 á 72.
TERRITORIAL.
1.567 35
4.009 50
58 50
145 50
3 713 85 35
s con CBS.CSrrCS IxsiiDxtaxxtes.
224
HISTORIA DE AVILA.
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TOMO I,
15
226
HISTORIA DE AVILA.
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1
RESEÑA político -CIVIL DE LA PROVINCIA. 227
RESUMEN
de censo de la actual población en cada partido, clasificada por razón
de sexo, estado civil y edad de sus individuos.
Todavía nos faltaba este importantísimo dato que
examinar para el completo conocimiento de la Pro-
vincia, bajo su aspecto estadístico; trabajo de la
mayor utilidad , debido también al celo de la Comi-
sión de Estadística general, y que, elaborado simul-
táneamente que el Nomenclátor, son dos entidades
que, aunque muy distintas en su objeto, mutua-
mente se sirven de comprobantes de su recíproca
exactitud. Con el censo de población, que está ele-
vado por el Gobierno al carácter de documento oíl-
cial, desaparecerán los antiguos y mucho más im-
perfectos que le habian precedido para distintos ob-
jetos, por ejemplo, el de 1846 para las elecciones
de diputados á Cortes, el de 1850 para las quin-
tas. Y aunque por razón de tiempo y concisión de
la obra no publicamos el de todas las localidades de
la Provincia, creemos que baste al objeto de nues-
tra Rcscfia la exposición de sus importantes extrac-
tos. En éste aparece la clasificación de todos sus ha-
bitantes por razón de su sexo, estado civil y edad,
habiendo omitido el de su naturaleza porque es esca-
sísimo elnúmci'o de extranjeros domiciliados y tran-
seúntes por la Provincia.
La primera división es sólo por razón del sexo,
siendo de admirar la casi perfecta igualdad que se
228 HISTORIA DE AVILA.
advierte en ambos, pues en los 164.039 habitantes
sólo exceden los varones á las hembras en 1.453 en
toda la Provincia.
Por razón de su estado civil es la segunda clasi-
ficación ; y divididos todos los habitantes en solteros,
casados y viudos , aparece que exceden los varones
solteros á las hembras solteras en 4.504; pero aun-
que á primera vista pudiera creerse esta diferencia
síntoma indicante de algún desapego al matrimonio,
no es así, pues entre las edades de 16 á 40 años, las
más proporcionadas para tomar estado, sólo hay el
exceso de 649 hembras; y en el estado de viudez,
que para nuestro objeto es de soltería ó libertad para
contraer matrimonio (pues en el de casados ha de ser
necesariamente igual el número de ambos sexos),
exceden las hembras á los varones en 2.341 , dife-
rencia que se explica naturalmente, porque en pari-
dad de circunstancias, como son la edad, el número
de hijos y el estado de salud y de recursos, no sue-
len llevar ya la mejor parte las hembras para pasar
á las segundas nupcias.
Finalmente, el tercer extracto indica con la mis-
ma brevedad las distintas clases de edades en que se
considera la duración de la vida en los dos sexos,
siendo de notar que, comparativamente á muchas
otras provincias , es en la nuestra mayor el número
de ancianos desde los 70 años en adelante; prueba
inequívoca de la salubridad del país, de la abundan-
cia de subsistencias y de lo morigeradas que son las
costumbres de sus habitantes. Los extractos son
como sig-uen:
REDEÑA POLlTICn-ClVII. DE LA PROVINCIA,
229
Resiímkn gknk.ral de los habitautcx de la Provincia, por razón
de su sexo, estado civil // edad.
POR RAZÓN DE SEXO.
PARTIDOS JUDICIALES.
Arenas de San Pedro.
Arévalo
Varones.
Hembras
12.281 12.411
13.545' 13.238
Avila ' 19. 888' 19. 150
9.071 i 9 305
11.593 10.832
16. 368116.357
Barco de Avila .
Cabreros
Piedrahita . . . .
TOTAÍ.
82.746 81.293
TOTAL
de
habitantes.
24.692
26.783
39.038
18.376
22.425
32.725
164.039
POR RAZÓN DE ESTADO CIVIL.
PARTIDOS.
Solteros.
Casados.
Viudos.
TOTAL.
Arenas de San Pedro
7.227
6.491
4.487
4.731
5671
1.189)
24.692
Arévalo
7.7S2
7.270
5.073
5.034
690
934
26.783
Avila !
11.830
10.576
7.139
7.212
919
1.362
39.038
Barco de Avila
5.464
5.248
3.194
3.366
413
691
18.376
Cebreros
6.754
5.659
4.316
4.290
525
883
22.425
Piedrahita
9.816
9.119
5.886
6.178
666
1.060
32.725
mil 1 Varones ....
48.873
30.095
3.778
82.746
T°^''' ¡Hembras....
44.369
30.811
6.119
81.293
Total ge.nekai
93.236
60.906
9.897
164.039
230
HISTORIA DE AVILA.
POR RAZÓN DE EDAD.
Habitantes que no llegan á 1 ano de
edad en toda la Provincia
De 1 á 7
De 8 á 15
De 16 á 20
De 21 á 25
De 26 á 39
De 31 á 40
De 41 á 50
De 51 á 60
Varones.
Hembras
De 71 á80..
De 81 á 85. .
De 86 á 90..
De 91 á 95..
De 96 á 100.
Totales.
2.499| 2
14.961 i 14
14.639 13
7.519
5.282
7 241
I3.2i'4
8.361
4.6S6
De 61 á 70 I 3.273
837
120
24
6
4
478
629
,7S6
.831
,931
,180
,407
,204
,816
.163
735
87
33
6
o
TOTAL.
4.977
29.590
28.4¿5
15.350
11.3i3
14.421
25.701
16.565
9.502
6.436
.572
207
62
12
6
82.746 81.293 164.039
KrOT.A.S.
1.' La igualdad casi perfecta que se observa entre ambos
sexos en todos los períodos de la vida nos exime de dar la cla-
sificación detallada de las diversas edades que alcanzan los
habitantes de la Provincia en cada uno de los seis partidos de
su demarcación.
2." Hemos omitido el estado de naturales y extranjeros,
como ya queda dicho, porque ascendiendo solamente á 61 los
domiciliados en la Proviocia, y á 68 los transeúntes, total 129,
todo el resto de la población es de naturales.
3.* A 4.019 ascienden los naturales domiciliados en otra.s
provincias que accidentalmente se hallaban en la de Avila el
RESEiÑA POLlTlCO-CIVlL PE LA PROVINCIA.
231
(lia del recuento general, así como á su vez se hallarian fuera
de ella muchos habitantes sujos que no pudieron ser inscritos
en el censo de la Provincia.
ílesúmen general de la extensión superficial de la Provincia en le-
guas, kilómetros, hectáreas y fanegas de tierra de 9.216 varas cua-
dradas, seíTun los datos estadísticos modernos.
Leguas.
Kilómetros.
Hectáreas.
Fanegas.
249,10
7.722.10
772.210
1.199.163
NOTICIA DE DISTINTOS CENSOS DE POBLACIÓN
ANTERIORES Y POSTERIORES Á LA CREACIÓN DE LAS INTENDENCIAS.
Para fijar la población de la Provincia de AviU,
creada como todas en el año de 1718, bajo la direc-
ción política , administrativa y económica de las In-
tendencias y Gobiernos civiles de España, dividimos
en dos secciones los censos de población de que te-
nemos noticia, verificados ya en la Corona de Casti-
lla, ya en toda la Península é Islas adyacentes.
Primera sección, anterior á la creación de las Intendencias.
Primer censo. Es el de 1380, en el reinado de
D. Juan I, que está calificado por todos los estadistas
de dudoso, opinable y hasta increíble, y que dio por
población de Castilla 1 1.000.000 de habitantes , pero
sin demarcación de provincias: por consiguiente, es
desconocida la de Avila.
232 HISTORIA DE AVILA.
tSegwido. Es el de 1482, en el reinado de Isabel
la Católica, hecho por su Contador mayor Alonso
de Quintanilla; ascendió la población de Castilla á
7.500.000 habitantes: tampoco tiene la demarcación
parcial de provincias.
Tercero. Es el llamado del siglo xvi, publicado
en 1829 por D. Tomás González, Maestre-escuela de
la Iglesia de Plasencia, Coordinador que fué del ar-
chivo de Simancas ; y por otros datos relativos al si-
glo XVII resulta disminuida la población de Castilla
á 6.100.000 almas.
Segunda sección, posterior á la creación de las Intendencias.
Cuarto censo. Es el de 1768. Encomendada su
formación al estado eclesiástico, le verificó por dió-
cesis, y según sus datos parroquiales, hizo ascender
la población de la Península á 9.159.992 habitantes.
Quinto. Es el de 1787. Pareciéndole imperfecto
el anterior al conde de Floridablanca, primer minis-
tro del Sr. D. Carlos III, sometió su rectificación á
las Intendencias de las provincias , que dieron por
resultado 10/268.150; y el primer dato que poseemos
de población respecto á la Provincia de Avila,
según la extensión que primitivamente tuvo, fué el
de 113.762 habitantes, que al tenor de los estudios
estadísticos modernos correspondían á cada kiló-
metro cuadrado de su actual superficie 14,73 ha-
bitantes.
Sexto. Es el de 1797, publicado en 1800, en el
reinado del Sr. D. Carlos IV: dio algún aumento de po-
RESEÑA político-civil DE LA PROVINCIA. 233
blacion, fijando la del Reino en 10.541.221, siendo la
de la Provincia de Avila 118.161, y correspondiendo
á cada kilómetro cuadrado 15, C9 habitantes.
/Séptimo. Es el cómputo de población hecho en
1822. Las Cortes de esta legislatura en la segunda
época constitucional publicaron que la población de
España era la de 11.661.980 habitantes, pero sin la
demostración de los datos que tuvieron presentes al
efecto.
Octavo. Es el censo de 1826, mucho más perfecto
que el anterior, mandado formar por el rey D. Fer-
nando VII, que elaboraron la Superintendencia y
Subdelegaciones de Policía, y que hicieron ascender
en todo el Reino á 14.115.340 habitantes. Omitimos
hablar de otros distintos cómputos que para diferen-
tes objetos se hicieron desde 1834 á 185"), porque
conocidamente pueden calificarse de erróneos é in-
fundados, no mereciendo el título de censos.
Noveno. Pero felizmente se creó en el reinado de
la Señora Doña Isabel II la Junta general de Esta-
dística, y verificado el recuento general el dia 21 de
Mayo de 1857, se vio con público regocijo que la po-
blación de España ascendía á 15.464.340 habitantes.
Todavía no se satisfizo la opinión pública, ni menos
el Gobierno, con este dato; y repetida la operación en
la noche del 24 al 25 de Diciembre de 1860, este
censo, que se publicó en 1863, marcaba la población
general del Reino con 15.658.586 almas; y la de la
Provincia de Avila con 168.773, que por kilómetro
cuadrado correspondían á 21,85 habitantes.
Décimo. De 1861 á 1870. En este espacio de
234 HISTORIA DE AYiL.V.
tiempo no se lia verificado otro censo general ; pero
por los datos oficiales posteriormente ya recogidos,
resulta que la población de España en 1867 ascendía
á 16.641.980, y en el año de 1870 á 16.835.395, sien-
do por consiguiente la de la Provincia en este últi-
mo 178.76 », y por kilómetro cuadrado la de 22,89 ha-
bitantes en cada uno.
Moviiii:nto de ¡a población de la Provincia en 8i años, desde 1787 á 1870.
Años.
rohlacion
de la Provincia
En 17^7 I 113.702.
1797 118.061.
1860.
18711.
163.773.
176.719.
Habiíanfes
por kilómetro.
14,73
15,29
21,25
22,89
hlovimie'ito de la población de ¡a Provincia por Matrimonios, Nacimientos
y Deliiiiciunos en el año de 1869, y número de sus Escuelas y Alumnos
de ambos sexos que á ella^i concurrían en el de 1887, según resulta en
la Guii de Forasteros del año económico de 1871 á 1872.
Habitantes.
MatiimonidS.
IVacimieutos.
Defiincioncs.
Escuelas.
Alumnos.
176 325
1.661
0.5S2
7.6SS
496
21.693
OhserDacio7íes.~\.' Fué casual este aiio el major número
de fallecidos que el de nacidos, á consecuencia de una epide-
mia local.
2.' Rn cambio es muy grato demostrar que, concurriendo
un 12,9 de alumnos á las escuelas por cada 100 habitantes,
solamente siete provincias, de las cuarenta y nueve de la Pe-
nínsula, aventajan á la nuestra en esta cifra, porque la que
más cuenta son 14,3 alumnos por cada 100 habitantes.
RESEÑA POLITlCO-CIVIL DE LA PROVINCIA.
'235
3.' Los últimos datos oficiales sobre el estado de la pri-
maria enseñanza en la Provincia, debidos á mi buen amigo el
Sr. D. Tomás Pérez y González, siendo vicepresidente de la Di-
putación, y en el momento en que remito este escrito á la im-
prenta gobernador de la Provincia, son los siguientes :
ESTADO DE LA PRIMERA ENSEÑANZA EN LA PROVINCIA DE ÁVILA.
ESCUELAS.
Superiores de niños
Elementales completas de oposi- j De niños.
cion (De niñas.
Elementales completas de provi- j De niños.
sien ordinaria (De niñas.
Incompletas de ambos spxos
De adultos ,
De párvulos
Número.
1
41
37
68
54
169
23
393
Cantidad anual que los Ayuntamientos pagpan para las
anteriores escuelas.
CONCEPTOS.
Por razón del personal.
Por razón del material.
CAJNTinADE.S
Pesetas.
Cents.
190.576
25
45.646
25 ¡
2:J6.222.5()
CLASES DE ALUMNOS.
Niños asistentes á la Superior, elementales
completas , y á las incompletas
Niñas asistentes á las elementales completas y
á las incompletas
Adultos
Nunioi'o.
12.129
8.3191
600
21.048
236 inSTORIA DE AVILA.
No debe causar extraueza que aparezcan algún tanto dis-
minuidos los números de Escuelas y Alumnos que á elUiíj
concurren en la actualidad, comparados con los que resulta
que existían en el año de 1867, según la GvÁa de Forasteros
de 1871 á 1872, si se considera el lamentable estado á que en
todo el Reino está reducida la Instrucción primaria por cau-
sas pasajeras, que han provenido de los trastornos y quebran-
tos sufridos por todos los pueblos de la monarquía en sus in-
tereses comunales, á consecuencia de los cambios administra-
tivos creados por la revolución de Setiembre de 1868; pero aun
así siempre se ostenta la Provincia como de las más cuidado-
sas de \% primera enseñanza, porque solamente siete la prece-
den, según ya queda indicado.
SEGREGACIONES Y AGREGACIONES DE PUEBLOS
PAEA LA FORMACIÓN DE LA PROVIXCL\ ACTUAL.
yottt (le los oG pueblos que han pasado á otras provincias, y de los \ol coa
sus anejos de ellas que se han agregado á la de Avila en la actual divi-
sión territorial del Reino.
Tal cual queda manifestado xxltimamente es el número y
clase de poblaciones y el de sus habitantes en la actual exten-
sión de nuestra Provincia; pero como se la constitujó aj-í
en 1833, según ya queda expuesto, segregando de ella para las
limítrofes algunos pueblos, y dotándola á la vez de otros que-
de estas se tomaron, teniendo en cuenta sus límites naturales
y artificiales, es necesario determinarlos con claridad para la
justificación de nuestras apreciaciones históricas.
RESEÑA POLITlCO-CIVlL DE LA PROVINCIA.
23^
Pueblos que se han segregado de la anliqun provincia de Avila, y que han
j.asado á otras, scgnu la actual división terrilonal que rige desde el
año de 1835.
A la de Cáceres.
Bohonal.
Gordo. (Rl)
Talavera la Vieja.
Puebla de Nadados.
A ia de Madrid.
Pelavos.
Valdemaqueda.
A la de Salamanca.
Armenteros.
Bercimuelle.
Bóveda.
Cantaracillo.
Cespedosa.
Guijo. (El)
Peñaranda de Bracamente.
Puente del Congosto.
Rágama.
A la de Segovia.
Aldeanueva del Codousl.
Botaelhorco.
Codorniz.
üonjerro.
Martin Muñoz de la Dehesa-
Montejo de la Vega.
Montuenga.
Kapariegos.
San Cristóbal.
Tolocirio.
A la de Toledo.
Alcañizo.
Almendral.
Buenaventura.
Calzada.
Cardiel.
Célemela.
Corchuela.
Guadiervas.
Herreruela.
Iglesuela.
Lagartera.
Navalcan.
Navamorqüende.
Oropesa.
Parrillas.
San Román.
Sartajada.
Sotillo de las Palomas.
Torralva.
Torrico.
Viilverdeja.
"Ventas de San Julián.
A la de Vallado lid.
Fuente el Sol.
Honcalada.
Honquilana.
Lomoviejo.
Muriel.
Olmedillas.
Salvador.
San Llórente.
San Pablo de la Moraleja.
Total, 56.
238
HISTORIA DE AVILA,
Pueblos de otras provincias que se han agregado ú la de Avila, según la
actual división territorial decretada en el año de 1833.
De la de Salamanca.
Aldeanueva de Santa Cruz.
Anejo. — Bardal.
Aldehuéla.
/Hito.
iNavas.
Anejos. (Rehoyo.
iSolanilIas.
\Solanas del Carrascal.
Aliseda.
Avellaneda.
Barco de Avila.
Becedas.
Anejo.— Palacios.
Bohojo.
¡Guijuelos.
Anejos. ^Navamediana.
(Navamojada.
Caballeros. (Santa Maria de
los)
{Carrascalejo.
¡Collado.
jCuartos.
[Navarregadilla.
Carpiomedianero.
Carrera. (La)
ICabezuelo.
Cereceda.
Lancharejo.
Navalmoio.
Casas del Puerto de Tornaba-
Anejos.^
Collado del Mirón.
Encinares,
Hoyo.
Anejos.
ISnuces.
Siin Lorenzo.
Vallehondo.
Gallegos de Sobrinos.
Anejo. — Blasco Gimeno.
Garganta del Villar.
Gil-buena.
Anejo.— Junciana.
Gil-García.
Herguijuela.
Horcajada.
(Molino.
Anejos.' , „
(Refraguas.
Horcajo de la Rivera.
Hoyoredondo.
I Alameda.
Carrera,
.^^vj — Casas del Camino,
i Casillas.
¡Castillo.
Hoyos del Collado.
Hoyos del Espino.
Lastra del Cano.
(Cardenal.
Anejos.
Losar.
Anejo
Lastrilla.
ÍCasatejada.
^ ^Barquillo.
iCasas de la Voga.
Navamorisca.
RESEÑA rOI.lTICO-ClV
lilanos.
Anejo.— Hermosillo.
Mcdinilla.
MiroD. (El)
Navacepeda de Tórmes.
Narros del Castillo.
Navadejos.
Kavaescurial y cuatro anejos.
Navahermosa del Mirón.
Nava del Barco.
Navalperal de la Rivera.
(Hortigosa de la Ri-
vera.
"^ " jSan Bartolomé de la
I Rivera.
Navalonguilla.
Anejo.— Navalguijo.
Navaredonda.
Anejo. — Barajas.
Navasequilla.
Navatejares.
I Cabezas Altas.
Anejos.,^ , „ .
(Cabezas Bajas.
Neila.
Piedrahita y sus siete barrios.
San Bartolomé de Béjar.
San Martin de la Vega.
Sun Martin del Pimpollar.
I Hoyos de Miguel Mu-
ñoz.
Navalsauz.
San Miguel de la Corneja.
San Miguel de Serrezuela.
Santiago de Aravalle.
Santiago del Collado y sus
an-jos.
Santa Lucia.
Anejos.
lí. DE LA PROVINCIA. 239
Casas de la Sierra.
Cerrudus.
Loros.
[Serranía.
Santa María del Berrocal.
Solana de Bejar.
Anejo. — Sülanillas.
Casas del Rey.
Naharros.
Tormellas.
Anejo.— Navamures.
Tremedal.
Umbrías.
Ca.=:asdel Abad.
Casas deMaripedro.
Anejos (Canaleja.
Justías.
R'-tuerta.
Valdernoliiios.
Villar de Corneja.
Zapardiel de la Rivera.
Zarza.
Anejo. — Mazalinos.
De la ds Seg^ovia.
Aldeavieja.
Blascoeles.
Hoya.
Maello.
Pegucrinos.
,Hovo de la Guija.
Anejos.'
•' iLastra.
Villaverde.
De la de Tcledo.
Arenal.
Escarabajosa.
240 HISTORIA DE AVILA.
Guisando. Poyales del Hoyo.
Hontanares. Ramacastañas.
Hornillo. . Valdelacasa.
Navahondilla.
Anejo. — Mfij adulas. Total con sus anejos, 137.
Parra. (Laj
ESTÁBLECIMIENrüS DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA.
Sin remontarnos á tiempos desconocidos , que no
podrian ofrecer datos, ni aun aproximados, del orí-
gen y desarrollo que en ellos hubiera logrado alcan-
zar la enseñanza pública; y partiendo desde el rei-
nado feliz de los Reyes Católicos, que dio calma y
tranquilidad, órdon y regularidad á la administra-
ción de los pueblos, es necesario convenir en que ya
no nos son ignorados los distintos elementos que de
consuno obraron , esparciendo los rudimentos del sa-
ber en nuestra Provincia.
Notorio es que los antiguos monasterios fueron
el asilo donde se acocrieron tímidas las maltratadas
ciencias, que pudieron salvarse de la ferocidad y
brutal trato de largos siglos anteriores, y que en
ellos aprendieron á leer y escribir (cosa que entonces
parecía admirable) no ya algunos niños, sino hasta
no pocos hombres muy adultos. Secundaron y am-
pliaron tan caritativo oficio los institutos religiosos
mendicantes y píos-operarios, que sucesivamente se
habían ido creando; y muchas escuelas, puestas á
su espontáneo cuidado hasta principios del presente
siglo, lo testifican del más fidedigno modo. Se fué
generalizando lentamente, sí, pero siempre para bien
RESEÑA POLITlCO-CIVIL DE LA PROVINCIA. 241
de la humanidad , el espíritu protector de la ilustra-
ción de los pueblos con las numerosas fundaciones
de obras pías, destinadas á la dotación de maestros,
de que abundó la Provincia desde el siglo xvi hasta
nuestros propios dias, lo cual dio ocasión al esta-
blecimiento de no pocas escuelas de primeras letras;
y, últimamente, es necesario reconocer con cívica
gratitud los esfuerzos que sucesivamente fueron ha-
ciendo los propios Concejos, creando y dotando es-
cuelas de Instrucción primaria.
Dióse un paso hacia adelante , unas veces simul-
táneo, otras posterior con la enseñanza del latín,
lengua única hasta nuestros tiempos para oír y es-
tudiar ciencia ; y los monasterios y conventos por sí
mismos , y preceptores asalariados , conocidos con el
nombre de Domines, facilitaron la inteligencia, no
solamente de libros latinos vulgares, sino hasta de
los clásicos en que aquellas debían adquirirse ; y no
faltaron fundadores benéficos de pensiones anuales
para el sostenimiento de jóvenes pobres que aspira-
sen á estudios superiores.
En fin , y concretándonos á estos con relación á
nuestro país , la filosofía y la teología se enseñaban
con público merecimiento y fama en la Universidad
Real y Pontificia , creada por los Reyes Católicos al
fundar su magnífico convento de Dominicos, Santo
Tomás de Avila; en la Casa-colegio de la Compañía
de Jesús, creada un siglo después en nuestra Ciudad,
y en el seminario conciliar de San Millan.
Suprimidas aquellas dos instituciones religiosas,
como todas las demás de varones en todo el Reino,
TOMO I. 16
242 HISTORIA DE AVILA.
ya en los años de 1835 y siguientes se sintió la ur-
gente é imperiosa necesidad de proveer de estudios
filosóficos á la juventud, ávida de saber, y que cons-
tituyen en su esencia la segunda enseñanza; y de
aquí el establecimiento de los Institutos provinciales,
dotándose también del suyo á nuestra Ciudad , y del
cual luego hablaremos.
Aunque posterior á la erección del Instituto es la
de \di Fs cuela Normal Stqje I ioo' de Maestros, ante-
ponemos la breve noticia que aquí debe darse de
ella, porque en su esencia más corresponde á la Ins-
trucción primaria en todos sus grados, que á los es-
tudios filosóficos que se deben dar en el Iiistituto.
Fué creada esta Escuela con el carácter de Elemen-
tal ^tí Julio de 1860, conforme á la ley de 1857, y
elevada al carácter de Stiperior de Maestros en Se-
tiembre de 1862, á instancias de su inmediato Di-
rector, de la Junta provincial de Instrucción pública
y déla Diputación Provincial; y después de distintos
locales que ha ocupado, se halla hoy establecida en
el lado meridional del convento y casa nativa de
Santa Teresa, así como la Escuela practica, que for-
ma parte de ella, lo está en el espacioso salón le-
vantado en 1865 en el solar sobrante del edificio, casi
totalmente reconstruido, que ocupa la Diputación
i'rovincial.
Las aulas de ambas escuelas están surtidas de
todo el menaje necesario á sus respectivos destinos,
con buenas luces y favorable aspecto; y sus gabine-
tes de ciencias contienen ya escogidas colecciones de
objetos propios de sus asignaturas. Desde la creación
RESEÑA POLITlCO-CIVIL PE LA PROVINCIA. 2Í3
de la Escuela Normal han sido aprobados 108 alum-
nos de Maestros de primera enseñanza elemental,
y 42 de primera enseñanza superior, hallándose hoy
casi todos desempeñando las más importantes es-
cuelas de la Provincia; y la asistencia ordinaria de
discípulos á la Escuela práctica excede de 200.
Antes de concluir este importante artículo , debo
de recordar que jamas en E^^paña se habia intentado
la formación de una estadística de Instrucción pri-
maria, hasta que en el año de 1835 se emprendió este
trabajo; pero la época ora tan calamitosa y poco á
propósito para tal clase de investigaciones en medio
de los horrores de la guerra civil, que su resultado
se resintió de grande inexactitud, y ejemplo bien
claro de ello nos da nuestra mism.a Provincia, porque
en ia Guia del Ministerio de la Gobernación para el
año de 1836, aparece que el número de sus escuelas
era de 239 , siendo 214 de niñas y 29 de niños, según
lo atestigua el Director general de Instrucción pú-
blica D. Antonio Gil y Zarate, en la obra que publicó
sobre «La Instrucción pública en España» en 1855.
Error palmario y evidente, que no necesita de refu-
tación. Dos estadísticas se ensayaron después en los
años de 1846 y 1850, ya muy mejoradas en verdad,
pero aún distaban mucho de lo cierto. El cómputo
que la última exhibe, fué el de haber en España una
escuela por cada 171 vecinos, contándose 4 indivi-
duos porcada uno; y según él, A\i!a daba una es-
cuela por cada 123 vecinos, ó sean 492 individuos; y
siendo la población de la Provincia por aquellos años
la de ICO. 000 habitantes, poco más ó menos, porque
244 HISTORIA DE A\1LA.
aún no se tenían noticias puntuales del censo , el
resultado era que el conjunto de todos los vecinos é
individuos venia á producir en toda la población
provincial 345 escuelas. Pero como de los últimos
datos oficiales facilitados por la Diputación en el
presente año, ascienden las escuelas púUicas de
ambos sexos á 393, y como también queda demostra-
do que la población total se eleva hoy á 176.719 ha-
bitantes, resulta la mejora que ha recibido la primera
enseñanza, porque existe una escuela próximamen-
te por cada 445 individuos, cuando antes era por
cada 492.
La segunda enseñanza se facilita hoy únicamen-
te, como queda indicado, en el Instituto provincial.
Inauguróse en el año de 1848 en el convento de Car-
melitas Descalzos, llamado la Santa, por ser su casa
solar : comenzó con sólo la dotación de los tres pri-
meros años académicos : después se ha ido comple-
tando con todas las asignaturas , gabinetes y colec-
ciones necesarias para obtener el bachillerato en ar-
tes, siendo el número de alumnos que en el curso de
Octubre de 1871 á Junio de 1872 se han matricula-
do, el de 146 en estudios y 48 en dibujo: total, 194.
Pero como la ley y disposiciones posteriores vigentes
distan mucho, en mi opinión y también en la general,
de procurar los adelantos que son de desear, el Ins-
tituto , como casi todos , se resiente de esta fatalidad.
El estudio de las Facultades (que antiguamente
se llamaban Mayores) está reservado hoy como ter-
cera enseñanza alas universidades; y en la supri-
mida de Avila en el Real convento de Santo Tomás,
RESEÑA POLITICO-CIVlL DE LA PROVINCIA. 245
fundada en 1482 por los Reyes Católicos, se enseña-
ron la filosofía y teolopría en toda su extensión , du-
rante el tiempo de su existencia por espacio de tres
siglos y medio; pero según sus estatutos, que estu-
vieron vigentes hasta que por primera vez se la su-
primió por el plan general de estudios de 1807, tam-
bién se enseñaban el derecho civil y canónico , otor-
gándose los grados mayores en todas estas faculta-
des, y aun en la de medicina, a cuyo efecto, el prior
del convento, como rector-cancelario, convocábalos
profesores médicos de la Ciudad, en número sufi-
ciente á formar el tribunal de examen.
Esta es, rápidamente enunciada, la marcha que
ha llevado en su variado curso la Instrucción popu-
lar en nuestra Provincia ; ademas de que en sus lu-
gares oportunos habremos de hablar con mayor de-
tención de los establecimientos de uno y otro sexo
dignos de especial recuerdo.
ESTABLECIMIENTOS DE BENEFICENCIA.
La legislación moderna, creatura de las nuevas
instituciones económico -administrativas desde la
existencia de los Gobiernos de provincia , que susti-
tuyeron á las Intendencias, Corregimientos, Alcal-
días mayores y ordinarias en la administración de los
pueblos, ha ido lentamente sustituyendo con esta-
blecimientos filantrópicos nuevos el régimen de los
antiguos asilos creados por la Caridad y destinados
á dar salud en los hospitales á los enfermos pobre s
246 HISTORIA DE AVILA.
lactancia y cuidadosa alimentación á los desvalidos
niños expósitos en las Inclusas y Casas de materni-
dad, y alimento, abrigo, doctrina cristiana y educa-
ción social á los que, pudiendo ya manejarse por sí
mismos, hay que dirigirlos y acostumbrarlos desde
la infancia eu los Hospicios, de uno ó de otro sexo, á
que vivan obedientes y honrados, y cobren afición al
trabajo.
Por manera que la complicada y delicadísima ley
de Beneficencia ha venido hoy á reemplazar con su
administración, gobierno y disciplina civil el inmen-
so número de Constituciones , Estatutos , Observan-
cias y prácticas piadosas con que se reglan los esta-
blecimientos que con distintos nombres y para di-
versos fines habia creado la inagotable caridad cris-
tiana, bajo la direccioQ religiosa de sus obispos y sus
diversos patronos, juntas, consiliarios, administra-
dores y dependientes que se conocían en cada locali-
dad. Y las poblaciones de Avila en toda la Provincia y
Obispado eran riquísimas de estos píos establecimien-
tos; y es lógico que lo fuesen. Dirigida por la religión,
la caridad, ó más bieu dicho, siendo la caridad una do
las más sólidas é indestructibles bases sobre que la
religión se funda, después de ejercitar esta virtud
Avila y todas sus comarcas con un espléndido culto,
tributando el debido amor á Dios, principio de la ca-
ridad, habia necesariamente de ejercerla también
con no menor largueza en el amor al prójimo.
Por eso, al hacerse cargo en el nuevo régimen po -
lítico la Administración pública general de todos los
establecimientos de caridad, pudo estatuir con acier-
RESEÑA rOLlTlCO-CIVlL DE L4 PROVINCIA. 247
to, con homogeneidad y con holgura las bases que
la experiencia habia demostrado como más sólidas en
otros países, quizá menos católicos, pero grande-
mente benéficos, protectores de la desvalida humani-
dad; con lo cual dejaron asentados como elementos
centralizadores de los principios humanitarios y
filantrópicos que venianá poner en práctica, los ar-
dientes esfuerzos de antiguo empleados por la incan-
sable caridad.
En el texto histórico tendremos repetidas ocasio-
nes de hablar do varios de estos institutos que hon-
raban á muchos pueblos de la Provincia; por ahora
basta recordar ligeramente las numerosas fundacio-
nes antiguas v sus sucesivas reformas, hasta llegar
á la esmerada y cómoda situación actual de los esta-
blecimientos de Beneficencia de la Provincia.
Hospitales. Principiemos por ellos. Sin detener-
nos á inquirir el gran número de Obras Pias y me-
morias singulares caritativas, cuyo objeto era aten-
der á restablecer la perdida salud de los pobres,
consta que existieron en la antigüedad diez hospita-
les en la Capital, y hasta diez y seis en los pueblos
de La Adrada, Arenas, Arévalo, El Barco, Cabezas
de Alambre , Cauti veros , Candelada , Cebreros.
Fuentes de Año, Horcajo de las Torres, Madrigal,
Mirueña, Mombeltran, Órbita, San Vicente de Aréva-
lo y Villanueva de Gómez.
Habíanse ido refundiendo ya con acierto los diez
de la Ciudad en cinco, que eran los titulados Santa
Escolástica, La Magdalena, La Misericordia, San
Joaquín y Dios Padre. Pero todavía era necesaria
248 HISTORIA DE AVILA.
otra reforma mucho más profunda y radical para
evitar que se erogasen sus rentas , con gran daño y
olvido de los pobres dolientes, en los gastos exter-
nos de todas estas pías instituciones específicas y
parciales , para determinadas enfermedades, como en
los sueldos, las raciones que relativamente podrían
llamarse pingües y otros haberes de que disfrutaban
sus respectivos Patronos, Administradores, Capella-
nes, Facultativos y demás dependientes, y sin con-
tar los que requería el entretenimiento económico y
la conservación de todos sus edificios.
En tal estado , que era el año de 1768 , un enten-
dido y celoso intendente , deseando sacar al vecin-
dario del abatimiento y miseria en que se hallaba,
propuso entre otras cosas al Supremo Consejo de
Castilla la conveniencia y necesidad de reducir todos
estos establecimientos á un solo hospital. El procu-
rador síndico general y los dos diputados de abastos
secundaron el pensamiento en 1770, solicitando que
el hospital faese general para toda clase de enferme-
dades, y que su administración se pusiera á cargo de
un seglar, á quien se le pudiese compeler al cumpli-
miento de su obligación, y para ello alegaban razones
sumamente fuertes. Estas exposiciones dieron prin-
cipio á un ruidoso expediente, ventilado ante el Con-
sejo desde 1772, con audiencia, de una parte, del re-
verendo obispo y los patronos de los cinco hospitales,
y de la otra, del intendente , del corregidor y ayun-
tamiento, que duró veinticuatro años, con penosos y
desagradables incidentes, hasta Marzo de 1792. Mas
el Consejo, en Febrero de 1776, comenzó la reforma.
RESEÑA POLÍTICO-CIVIL DE LA PROVECÍA. 249
declarando hecha la unión de los cinco hospitales,
refundiéndolos en el de la Misericordia, reservando
sus derechos á los patronos , estableciendo una junta
de consiliarios, mitad seglares y mitad eclesiásticos,
á semejanza de la de los hospitales de Madrid, siendo
individuos de ella, ademas de un regidor por consi-
liario del ayuntamiento, el diputado más antiguo del
común y un sexmero procurador general de la tierra,
á la vez que el reverendo obispo nombrarla un consi-
liario de su confianza, el cabildo otro, quedando de
vocales perpetuos los patronos, y los otros con el ca-
rácter de trienales , y procediendo la junta al nom-
bramiento de administrador y dependientes, con otras
muchas disposiciones relativas á las obras que recla-
maba el edificio y el arreglo de la contabilidad.
Encargado el corregidor del puntual cumpli-
miento de todo, el reverendo obispo, el cabildo y los
antiguos patronos y administradores resistieron de
una manera muy fuerte aquel Real auto; mas el Con-
sejo le reprodujo por otros nuevos en 23 de Mayo del
mismo año, en 22 de Agosto de 1782 y en 18 de
Mayo de 1790. Sólo se consiguió, sin embargo, la
instalación de la nueva Junta en Enero de 1791;
pero suscitadas, en las dos únicas sesiones que cele-
bró, graves y acaloradas discusiones, el diputado
del común se retiró de ella , y el ayuntamiento y
corregidor acudieron otra vez al Consejo en solici-
tud de la providencia más seria y eficaz posible para
hacer cumplirlos Reales mandatos, y que se encar-
gase su ejecución con facultades bastantes á perso-
na que pudiera llevarlas á debido efecto. A su vez el
250 UlSTORiA 1)E AVILA.
reverendo obispo dio cuenta al Consejo de todo lo
ocurrido en .aquellas dos sesiones, y se permitió otras
razones y frases sumamente duras, que también omi-
to, como lo he hecho al principio de las del caballero
procurador general y de los diputados de abastos. En-
tonces el Consejo, para acabar definitivamente tan
urgente como enojoso negocio, en Noviembre de 1791
dio comisión en forma al Sr. D. Juan Melendez Val-
dés, oidor á la sazón de la chancillería de Valladolid,
para que pasase inmediatamente á Avila, é instruido
de todo el expediente hiciese la reunión de los hos-
pitales, trasladase sus enfermos al de la Misericordia,
y tomase cuantas providencias creyese oportunas
para llevar á cabo todo lo mandado en el primer Real
auto de 12 de Febrero de 1776.
Así se verificó: el Sr. Melendez Yaldés se cons-
tituyó en Avila con un escribano de comisión como
secretario, y dio por resultado la reunión de todos
en un solo hospital, capaz de 150 enfermos bien
asistidos, en vez de los 79, que fué el máximum que
se pudo sostener por los cinco hospitales , y esto en
tiempos de epidemias.
Todavía la oposición á esta importante reforma se
alzó en queja de algunas providencias del respetable
comisionado, pero el Supremo Consejo se sirvió
aprobarlas todas; y bien pronto se conoció el acierto
y la utilidad de ellas. Fué nombrado primer admi-
nistrador el celoso, entendido y buen patricio D. Ra-
fael Serrano y Sjrrano , respetado tio del autor de
esta Historia; y en el primer quinquenio de 1793
á 1797, el resumen de las cuentas de la reforma de
RESE>A POLITlCO-ClVIL DE LA PROVINCIA. 251
los hospitales, que obra en su archivo, justificó los
iumeusos beneficios que ella produjo.
Este éxito tuvo la formación de aquel grave ex-
pediente, en el que he procurado contenerme en el
papel de imparcial relator, prefiriéndole al de aboga-
do, ó fiscal, ó juez de las partes contendientes.
A los diez años de constantes mejoras , que pro-
dujeron caudales sobrantes, causas independientes
de la acertada Dirección del Hospital mermaron sus
rentas. Se paralizó el pago de los intereses de 51 ac-
ciones que el Hospital poseia en el Banco de San
Carlos y de los 17 juros y '2 imposiciones sobre la
renta del tabaco; en los años de 1806 á 1808 se le
vendieron la mayor y mejor parte de sus fincas,
imponiéndose sus capitales en la Real Caja de Con-
solidación, sin que llegase a cobrar sus intereses
anuales ; y cuando ya las tropas del emperador Na-
poleón ocupaban la Ciudad en 1809, se le debian al
Hospital, por dichos conceptos, más de ¿35.000 rs.; y
las asistencias de los enfermos del ejército invasor y
otras calamidades públicas originadas por la guerra,-
pusieron al establecimiento en la más lamentable
situación.
Sólo pudo salir de ella acudiendo la Junta á cu-
brir tantas necesidades, cuando ya era Administrador
el honrado D. Pedro Martin de Arévalo, padre del
que este libro escribe, y Mayordomo D. Manuel Pé-
rez, y destinándose los fondos de reserva que tan
celosa Dirección, desde 1792, habia proporcionado;
tan acertadas fueron las bases que al efecto por la
reforma se hablan estatuido. Para sostener al Hosjjí-
252 HISTORIA DE AVaA.
tal en su sucesivo pobre estado, hubo necesidad de
acudir á nuevas economías. Se refundieron en uno
los dos cargos de Administrador y Depositario, redu-
ciendo su dotación; se suprimieron las plazas de va-
rios dependientes, y se determinó que sólo fuesen
doce las camas destinadas á enfermos vecinos de la
Ciudad. El lastimoso resumen deducido del expe-
diente, con relación al quinquenio de 1827 á 1831, lo
comprueba, si se le compara con el que en la década
de 1792 á 1802 daba por resultado la asistencia á más
de cien enfermos y un crecido saldo constante á favor
del Hospital.
Con las economías realizadas en adelante, con
los ingresos de las asistencias devengadas por mili-
tares, y con el recobro de cantidades que pagó el
Banco de San Fernando por atrasos y cuenta cor-
riente de las acciones del extinguido de San Carlos,
ya habia mejorado en gran manera aquella angustio-
sa situación, tanto que en el año de 1835 ya pudo en-
comendarse su régimen interior al caritativo é in-
cansable celo de siete Hermanas de la Caridad.
A este tiempo cesó en su ejercicio la Junta esta-
blecida por el Supremo Consejo de Castilla, que diri-
gió y gobernó el Hospital por espacio de cuarenta y
cuatro años, y la sustituyó en sus funciones la prime-
ra Junta Municipal de Beneficencia nombrada por el
ayuntamiento, con arreglo á la ley y reglamento del
ramo de Febrero de 1822, restablecidos en Setiembre
de 1836, pero nada pudo hacer en alivio de los pobres,
porque el Hospital contaba á la sazón con un crédito
contra el Estado de cerca de un millón de reales, y
RESEÑA POLlTlCO-ClVIL DE LA PROVINCIA. 253
porque había desaparecido del todo la renta que co-
braba por razón de diezmos; y de aquí que creciera
la angustia y la estrechez de los recursos por los años
de 1843 á 1845. Con limosnas particulares y algún li-
bramiento contra los fondos provinciales pudo sub-
sistir el Hospital, aunque arrastrando una miserable
existencia, hasta 1849, en que por virtud de la ley y
reglamento de aquel año perdió su carácter de insti-
tuto local, declarándosele Establecimiento Provin-
cial de Beneficencia y encomendándose su dirección
á la Junta Provincial que sucedió á la Municipal.
Desde entonces el sostenimiento del Hospital ya
fué carga constante del presupuesto de la Provincia,
y sus puertas se abrieron á cuantos enfermos acudían
á ellas, así de la Ciudad y partidos, como cualquier
otro forastero. Pero la suma de que disponía la Di-
putación no era todavía bastante á emprender las
considerables obras que el edificio requería, ya de
urgente reparación, ya de mejoras higiénicas, au-
mentando enfermerías, dando elevación, luces y aire
sano á las existentes; y la experiencia acreditó bien
claramente esta necesidad; porque desde el año 1855
á 1864 acudieron enfermos en gran número, unos
invadidos en sus pueblos del cólera, otros como tra-
bajadores del ferro-carril del Norte en el tránsito de
la Provincia, y hubo precisión de establecer otros
hospitales provisionales.
En esta época se resolvió la formación del presu-
puesto general de reparación y ensanche del edificio,
y aprobado que fué , la Diputación Provincial , con
una solicitud verdaderamente paternal y patriótica,
254 HISTORIA DE AVILA.
consignó en el suyo económico de 1865 á 1866 la
cantidad necesaria para comenzar la obra, y en el
mi^mo año ya se construyó de nuevo la crujía del
Oáste, que mide 39 metros de larg-o por más de 1 1 de
ancho, siendo su coste 255.315 rs. 99 cents.
El Tesoro público había pagado el valor de las
fincas vendidas al Hospital, dándole en equivalencia
inscripciones intransferibles del 3 por 100, y durante
el ejercicio del presupuesto de 1867 á 68, poseía el
Hospital un capital, producto de la conversión de las
iriscripciooes y del valor de las fincas enajenadas
desde 1806 á 1808, de :3.342.252 rs.
Todavía cuenta la Diputación con créditos proce-
dentes de otras fincas y censos que fueron del Hos-
pital, y de capitales y réditos de antiguas imposicio-
nes sobre la renta del tabaco, sobre las alcabalas, si-
sas de Madrid é indemnización de los diezmos que
dejó de percibir por haberse abolido esta prestación.
Con la esperanza de su cobro más ó menos lejano,
acordó la Diputación continuar las obras en 1870,
y en efecto , se construyó desde cimientos la cru-
jía del Este, de iguales dimensiones que la an-
toi'ior; entre ambas se levantó otro cuerpo, cuya
planta se destinó á una buena cocina económica, á la
botica y habitación del farmacéutico, á un local para
el Archivo, y ademas se mejoró considerablemente
la parte antigua del edificio, importando el coste do
estas obras 334.411 rs. 72 cents., de tal manera, que
hoy el Hospital de Avila honra á la Provincia, y pue-
de emular á otros de igual clase de ciudades, cuan-
do menos, de su importancia.
RESEÑA político- CIVIL DE L\ PROVINCIA. 255
He sido quizá hasta minucioso, ajuicio del lector
indiferente, en este relato; pero en verdad considero
que he estado conciso y escaso, omitiendo importan-
tes incidentes de la ruidosa contienda entre las auto-
ridades eclesiástica y civil.
¡Ojalá que los límites de esta obra consintiesen
insertar por apéndice su fiel y puntual extracto,
extendido, para complacerme, por mi primo D. Rafael
Serrano y Brochero, hoy Diputado Provincial, Juez
de primera instancia jubilado, y una de las personas
más aficionadas al estudio de las antigüedad3s de
Avila, y á quien debo para escribir su Historia otros
libros, datos y noticias.
Inclusa. También será un modelo acabado , den-
tro de pocos meses, para establecimientos de esta
clase, porque, proporción guardada á la población
y riqueza de la Provincia, siempre honrará á mi
país, como ya le honra el casi nuevo hospital, la
Casa que, á mi juicio, mejor que Inclusa, debería
llamarse de Expósitos y Desamparados. Justifica
este nombre la distinta procedencia de los seres des-
graciados á quienes da entero y caritativo asilo; por-
que en él se alimentan, crian y educan, no sólo los
hijos de padres desconocidos, que son expuestos en
el torno de adm.ií=ion , y los que por igual causa re-
miten las autoridades de los pueblos , sino que tam-
bién se acogen y gozan en el establecimiento de la
misma hospitalidad y educación religiosa y social,
los niños de corta edad que, por ser huérfanos de pa-
dre y madre, carecen de todo punto de la asidua pro-
tección de sus familias.
256 HISTORIA DE AVILA.
También conoció la antigüedad en Avila dos es-
tablecimientos , cuyo piadoso objeto era el de dar
lactancia y criar á los niños cuyos padres querían
ocultar su desgraciado origen, pero ambos pobres ; y
á pesar del corlo número que en cada una de estas
casas se cuidaban, nunca pudo contar ninguna con
suficientes recursos para satisfacer sus necesidades
con la indispensable abundancia. Debióse el más an-
tiguo , que para mí , por más esmero que he empleado
en averiguarlo, es de época ignorada, á una funda-
ción hecha , regida y administrada por el cabildo de
la Santa Iglesia Catedral , y fué dotada con los pro-
ductos anuales del medio préstamo de Arenas, que
en el sistema diocesano para la prestación y distri-
bución délas rentas decimales, solia producir por un
quinquenio entre el mínimum de 7.500 y el máximum
de 20.000 rs., una renta anual de 13.700. Y figuro
este cálculo hipotético, porque, por las razones indi-
cadas, me son desconocidas las cuentas de esta pia-
dosa institución, que llevaba por nombre El torno de
Jos niños.
De tiempo conocido , y más moderno , era la otra
fundación. Hízolael caritativo D. Pedro López Cala-
tayud , deán de esta Santa Iglesia, en el año de 1505.
al mismo tiempo que fundó el Hospital de Santa Es-
colástica, que es uno de los cinco de que he dado
noticia en el artículo de Hospitales; y destinó para la
crianza de niños expósitos la décima parte de las
rentas con que dotó al hospital , que consistía en los
productos decimales de ocho préstamos, de que sin
duda podía disponer, y que valia anualmente 132.000
RESEÑA POLITICO-CIVlL DE LA PROVINCIA. 257
maravedises, equivalentes, según expresan los papeles
antiguos de esta fundación, á 7.777 rs. , con arreglo
á las Ordenanzas de moneda á que se refieren, forma-
das en las Cortes de Madrigal de 1476 y de Medina del
Campo de 1497, vigentes al tiempo de ella; no ascen-
diendo por consiguiente la décima parte para los ni-
ños expósitos más que á la tenue cantidad de 777
reales. Y es de presumir que el mismo fundador se
abstuvo de aplicarla á este objeto, ínterin no se au-
mentasen las rentas del hospital, porque hasta el
año de 1617 no se abrió el libro de cuenta y razón
para los primeros expósitos que en él ingresaron. De
sus asientos aparece que los niños acogidos en él
aquel año, fueron 14, y llegaron á 24 en el de 1619,
de cuyo número nunca pasaron ; y en tal forma sub-
sistió esta casa-cuna hasta el de 1732, en el que in-
gresaron seis más, enviados por orden del cabildo,
tal vez por no haber plazas vacantes en el Torno de
los niños. El cabildo, pues, solamente por medio de
un señor capitular gobernaba la Inclusa , producto
de ambas fundaciones, sin que la antigua Junta del
Hospital general desde 1792 tuviese intervención al-
guna en su administración y gobierno; por consi-
guiente, no existen en el archivo de Beneficencia
cuentas ni documentos por donde conocer las vicisi-
tudes de esta piadosa institución, cuyo edificio esta-
ba en la plazuela de Santa Catalina.
Así las cosas, la Junta municipal de Beneficencia,
creada en 1 836 á consecuencia del restablecimiento de
la ley de 1822, se hizo cargo de esta piadosa ins-
titución, y por el estiidio de sus actas y cuentas se
TOMO I. 17
258 HISTORIA DE AVILA.
conocen los esfuerzos y sacrificios que tuvieron que
hacer, así el respetable antiguo patrono y sus comi-
sarios capitulares, como la misma Junta municipal,
para no cerrar la casa , por la miseria extrema en que
vivian aquellos desgraciados expósitos , y no era de
extrañar. Las rentas eran tan escasas como queda
referido ; el valor de los bastimentos necesarios mu-
cho más costoso que cuando se estatuyeron ambas
fundaciones; la pensión mensual de cada nodriza ha-
bla subido de 12 á 40 rs., y la situación de los expó-
sitos no podia ser más deplorable. Hízose el último
esfuerzo por la Junta, y ya desde Mayo de 1838 se
consiguió: primero, que la Diputación provincial
concediese el arbitrio de medio real por habitante de
la Provincia, cuya derrama produjo 58.758 rs. ; se-
gundo, que de Real orden se entregase el producto
íntegro de aquel año, que correspondía al Fondo pío
beneñcial de la diócesis; tercero, que se adjudicase el
líquido de las funciones públicas que la Junta acor-
dase con el consentimiento del ayuntamiento y apro-
bación del gobernador; cuarto, que se le destinara
poruña vez el valor de 4.000 pinos de los baldíos de
la Ciudad y tierra; quinto, que por la Comisaría ge-
neral de Cruzada se aplicasen limosnas de alguna
consideración, con cargo á la cuenta del indulto cua-
dragesinal; sexto, y por último, que la Junta pro-
vincial de enajenación de efectos y edificios de con-
ventos suprimidos, concediese el de las religiosas
Franciscas de la Concepción , situado en el arrabal
del Norte, frente á la parroquia de San Andrés, pava
establecer en él la Casa-Inclusa.
RESEÑA POLÍTICO- CIVIL PE LA PROVINCIA. 259
Con estos auxilios , aunque casi ninguno perma-
nente, mejoró no poco la suerte de los expósitos,
viéndose en local más desahogado, mucho mejor
asistidos en alimento y ropas, y pagándose al propio
tiempo, entre otros muchos créditos, el más aflicti-
vo, que ascendia á 60.000 rs., de que eran acreedo-
ras por su servicio las nodrizas. Pero cesó en el año
de 1849 la Junta Municipal, porque obtuvo el Esta-
blecimiento el carácter de Provincial, aunque ya en
realidad de fondos provinciales se sostenia , y la
nueva Junta Directiva que la reemplazó se vio reves-
tida de más amplias facultades para acordar otras
reformas y mejoras que fué realizando.
Mas una grande calamidad general amenazaba
de nuevo á la Inclusa. El cólera habia invadido en
1854 algunos pueblos de la Provincia; y advirtién-
dose que aquel asilo no ofrecia gran salubridad, que
algunas de sus habitaciones estaban ruinosas, otras
húmedas, sin ventilación ni capacidad para los 93
expósitos que ya en él existían, se acordó su trasla-
ción provisional al edificio que fué el Hospital de
Dios Padre: la experiencia acreditó que era todavía
más insano que el local de que los pobres acogidos
salieran, y cuando estaba acordada su vuelta á él, un
incendio destruyó una buena parte. Reparado que
fué este daño, en Noviembre de 1857 volvieron á
ocuparle definitivamente los expósitos; y para su
bien y ventura religiosa y social, en Enero de 1858 se
hicieron cargo de ellos las siempre infatigables hijas
de San Vicente de Paul, las Hermanas de la Caridad.
Diversas causas aumentaron tristemente el nú-
260 HISTORIA DE AVILA.
mero de expósitos; entre ellas deben contarse que se
traían á la Inclusa los de toda la Provincia, que las
jóvenes ya nubiles, apartadas como estaban del tra-
to social, seguían solteras , que muchos matrimo-
nios muy pobres, aunque honrados, llevaban sus
hijos al Torno, y por último, fuerza es decirlo, que
la inmoralidad y la relajación general de costum-
bres aumentaban nacimientos ilegítimos. Para evitar
cuanto se pudiera tal afluencia, se establecieron
dotes de 160 rs. destinadas para las jóvenes que se
casaran, y pensiones de 20 rs. mensuales para ayuda
de la lactancia de los niños de matrimonios pobres,
y una y otra medida dieron buen resultado.
Mas el creciente número de acogidos exigía el
ensanche del edificio ; la Junta Provincial le aco-
metió, y desde el año de 1864 al de 1869 se levantó
desde los cimientos el ala ó crujía del Sur del edifi-
cio. La Diputación provincial había recibido ya, se-
gún la nueva ley, la administración y gobierno de la
Inclusa, é inspirada del celo, caridad y patriotismo
de las Juntas anteriores la Municipal y la Provincial
directiva, resolvió la construcción de otras dos cru-
jías, la del Norte, igual en todo á la primera, y la de
Oriente que uniese ambas, y que quedaron conclui-
das en el año económico de 1870 á 1871. Quedaba
por reedificar, ó, mejor dicho, construir, la de Occi-
dente, en que se hallan la iglesia, coro y habitacio-
nes de las Hermanas de la Caridad, cuando ocho
días antes de su última dolencia tuvo D. Agustín
Calvo y Calvo el buen pensamiento de legar á la Di-
putación el importe de una hacienda suya, cuyo va-
RESEÑA POLlTlCO-ClVlL DE LA PROVINCIA. 261
lor metálico ascendió á 143.000 rs. , que entregaron
sus albaccas, y que basta y sobra para el cerramien-
to y conclusión del edificio con esta cuarta crujía,
que ya hoy va muy adelantada, y en la que sólo se
han podido conservar la iglesia y coro que comunica
con la casa.
Consolador y agradable, bajo todos sus aspectos,
es el cuadro que presenta la Inclusa de Avila, que á
la vez es un testimonio irrecusable de cuánto pueden
la constancia y el patriotismo, dirigidos por la Cari-
dad. Tuyo principio esta benéfica institución, como
dejo dicho, en dos piadosas fundaciones, que sólo
contaban con muy exiguas rentas, pero que quizá
entonces bastasen para la asistencia de 24 expósitos.
Hoy existe un establecimiento todo nuevo, con gran-
des desahogos de patios, cercas y lavaderos , dotado
de escuelas de ambos sexos, de talleres de costura y
zapatería, de una imprenta, servida por los mis-
mos hospicianos, destinada á la publicación del Bo-
letm Oficial, y de otras necesarias dependencias;
mantiene 186 acogidos de uno y otro sexo en el in-
terior de la casa; paga las pensiones de 247 al cargo
de sus nodrizas en la Provincia ; da , aunque peque-
ñas, dotes á las expósitas cuando se casan, y ayuda
con socorros mensuales á muchos matrimonios pobres
])ara que atiendan á la lactancia de sus hijos: con
razón comencé este artículo diciendo que la Inclusa
de Avila puede ser modelo de otras instituciones de
esta clase.
262 HISTORIA DE AVILA
DE LAS FUENTES DE RIQUEZA Y PRODUCCIÓN DE LA PROVINCIA.
Agricultura. Ganadería, Montes püUicos, Minería, ludu^tíria, Comercio,
Ferias y Mercados.
Otra serie de datos de distintos géneros, pero que
todos pertenecen al estudio de la reseña político-
civil de la Provincia, ya como elementos constantes
de producción, ya como medios de su fomento y
desarrollo, debia llamar nuestra atención, como son
los resúmenes del estado de la Agricultura, de la
Ganadería, de los Montes públicos, déla Minería, de
la Industria y del Comercio, de las Ferias y Mercados;
y como gran medio del movimiento necesario de los
productos de todas estas fuentes de riqueza, exponer
después la actual situación de sus caminos generales
y demás vias de comunicación.
Y aunque ya en la descripción menos científica,
sí, pero mucho más circunstanciada y conocida de
las gentes del país, que la dada por la Comisión ge-
neral de Estadística, y que yo coloqué como trabajo
personal mió, en pos de las reseñas geográfica y
geológica, procuré dar á conocer, aunque inciden-
talmente, las abundantes, variadas y, muchas de
ellas, exquisitas producciones respectivas y pecu-
liares de las dos grandes secciones de tierra llana y
de sierra en que se divide la Provincia, todavía con-
sidero oportunos en mi obra otros extractos ó resú-
RESEÑA POLITICO-ClVIL DE LA PROVINCIA. 263
menes como comprobantes de su riqueza. Y para
llenar este objeto aparecen los datos que siguen á
continuación.
Agricultura. Aunque la Agricultura es el casi
único elemento de riqueza de toda la zona septen-
trional, ó sea de la tierra llana de la Provincia,
tan abundante en cereales, que también produce
un gran número de pueblos situados en la meri-
dional ó de la sierra, desgraciadamente carecemos
de datos circunstanciados de sus especies, calidad
y cifras de sus productos; de su consumo en el
interior; de la exportación de sus conocidos sobran-
tes para otras provincias, y de la suma total de sus
valores, ya como patrimonio de sus productores y
de los dueños del terrazgo, ya como materia im-
pimible para las contribuciones de distintas clases
que sobre ellos pesan. Y desgraciadamente, repe-
timos, por más que liemos hojeado los luminosos
Anuarios estadísticos , no hemos encontrado este
trabajo común y de gran interés para todas las
provincias del Reino, y que algún dia, así lo espe-
ramos, habrá de aparecer, como ya se ostenta con
toda claridad el de la Ganadería. Bástenos, pues,
para nuestra satisfacción asegurar que la Provincia
tiene mucho mayores producciones agrícolas anua-
les que las que necesita para su más abundante
consumo.
La Ganadería de la Provincia de Avila en 24 de
Setiembre de 1865, según el Anuario general Esta-
dístico de 1862 á 1865 y el orden numérico que
ocupa, según sus respectivas clases comparadas con
264 HISTORIA DE AVILA.
las de las demás provincias del Reino , son las
siguientes:
Cabezas de granado.
Caballar 13.985
Mular 11 . 066
Asnal 23.170
Vacuno 66.150
Lanar 685.137
Cabrío 106.178
De cerda 94.440
Total 1.000.126
Ocupa nuestra Provincia, entre las 49 de la Pe-
nínsula é Islas adyacentes :
Respecto al ganado caballar, el número 19.
» » del mular, el número 35.
» » del asnal, el número 28.
» » del vacuno, el número 17.
» » del lanar, el número 11.
í » del cabrío, el número 13.
» » del de cerda, el número 17.
Por el número total de toda clase de Ganadería
ocupa el lugar núm. 13.
Y no debe pasarse en silencio que en el ganado
vacuno el que se cria en el partido de Piedrahita y
sus contornos es el más hermoso y gallardo de todo
el Reino.
Montes públicos. La extensión superficial de los
montes públicos en la Provincia, así de los ya decla-
rados exentos de la desamortización como de los
RESEÑA POLITlCO-ClVIL DE LA PROVINCIA. 265
enajenables y no vendidos en el quinquenio de 1801
á 1865, érala siguiente:
La de los exceptuados de la desamortiza-
ción ocupa 105.705 hectáreas.
La de los enajenables y no vendidos 24.909 »
La extensión total era de 130.614 hectáreas.
Minería. Quien haya leido la extructura, eleva-
ción y condiciones geológicas de las montañas de
nuestra Provincia, comprenderá fácilmente que no
ha de carecer de algunos productos minerales. Y así
es la verdad. De las antiguas minas que en tiempos
más ó menos conocidos se han beneficiado, dan clara
muestra los inmensos escoriales que en distintos
puntos se ostentan aún, amontonados en las sierras
del Sur, y señaladamente en el partido de Arenas,
llamado antiguamente de las Herrerías, así como los
indicios de las bocas, pozos y galerías que en aque-
llas épocas se abrieran. Pero como al ojo vulgar no
le satisface la contemplación del pasado , porque no
considera que es indicio claro del porvenir, hemos
querido satisfacer el interés de nuestros lectores que
se sientan con más ó menos afición á la riqueza mi-
nera, insertando aquí Jiteral la «Relación de las mi-
nas que existian hace pocos años en la Provincia,
con expresión de su estado actual,» según consta en
el registro del Gobierno civil.
266
HISTORIA DE AVILA
Eelacion de las mittas (fiie existiQíi en la Provincia
en el año de 1860, con expresión de su estado.
Nombres de las minas.
Clase (le mineral. Pueblos doade radican.
CON TITILO DE PROPIEDAD.
María Isabel.
Cobre.
Hoyo de Pinares.
Virgen de Navacerrada.
ídem.
Cebreros.
QUE DEVENGAN DERECHOS, SEGÚN LA LEY,
POR ESTAR DEMARCADAS.
Esperanza Cumplida.
Cobre.
Hoyo de Pinares
Filón Fijo.
ídem.
ídem.
Bella Margarita.
Galena.
ídem.
Eiea Olvidada.
Cobre.
Cebreros.
Carolina.
ídem.
ídem.
Teresa.
ídem.
EN TRAMITACIÓN
Avila.
Revancha.
Plomo.
Hoyo de Pinares.
Ramona.
Cobre.
ídem.
Menesterosa.
ídem.
ídem.
Antorcha de Avila.
ídem.
ídem.
lüdustria.
ídem.
ídem.
Herida.
ídem.
ídem.
María Josefa.
Hierro.
Cebreros.
Princesa.
Cobre.
Hoyo de Pinares,
Alfonsa.
ídem.
ídem.
Candelaria.
ídem.
Cebreros.
Istra. Sra. de la Con-
cepcioD.
ídem.
ídem.
Santa Mariana.
ídem.
ídem.
Síin José.
Hierro.
ídem.
San Gregorio.
Turba.
Navas del Mar-
qués.
RESEÑA POLÍTICO -CIVIL DE LA PROVINCIA. 267
Nombres de las ruinas. Clase de mineral. Pueblos donde radican.
San Miguel.
Santa Elena.
Pelícano.
Dolorosa.
San Antonio de Padua. Cobre.
Tormesina. Plata y azufre
Turba. Navas del Mar-
qués.
Sulfuro argentí-
fero, ídem.
Plomo argentífe-
ro. San Bartolomé de
Pinares.
Metal argentífero. Adrada.
San Esteban de
los Patos.
Zapardiel de la
Rivera.
CADUCADAS Y ABANDONADAS, ADKQÜE CON MINERAL.
María.
Turba.
Navas del Mar-
qués.
Inmaculada.
ídem.
ídem.
San Eloy.
Sulfuro
argentí-
fero.
ídem.
Luciana.
Plomo.
Hoyo de Pinares
Perpetua Constancia.
Hierro.
ídem.
Casualidad imprevista.
Cobre.
ídem.
Socorro.
ídem.
ídem.
Bella Agustina.
ídem.
ídem.
Santa Amalia.
Plomo.
ídem.
Las Tres Perlas.
Cobre.
ídem.
Bella Rosa.
ídem.
ídem.
Anticipada.
Hierro.
ídem.
La Terrible.
Carbonato de co-
bre.
Avila.
IStra. Sra. de la Guia.
Cobre.
ídem.
La Prosperidad.
ídem.
ídem.
Felicidad de los Pobres.
ídem y
plata.
Adrada.
La Elvira.
Pirita arsenical.
SotillodeAdraJa
268 HISTORIA DE AVILA.
Nombres de las minas. Clase de mineral. Pueblos donde radican.
Abundancia Castella-
na.
Pirita arsenical.
Sotillo de Adrada.
La Carolina.
Plomo argentífe-
ro.
ídem.
Nueva América.
ídem.
ídem.
La Fortuna.
Galena argentífe-
ra.
ídem.
Bella Enriqueta.
Plomo.
ídem.
Isabelita.
Plomo y cobre.
Hoyo de Pinares.
La Sobresaliente.
Plata y otros me-
tales.
Higuera de las
Dueñas.
Californias.
Galena argentífe-
ra.
ídem.
Santa Bárbara.
Galena.
ídem.
La Estrella.
Plomo argentífe-
ro.
Cebrercs.
La Amistad.
Pirita de hierro.
ídem.
Amor de Dios y del
prójimo.
ídem.
ídem.
Carmen.
Galena.
ídem.
Santa Bárbara.
Plomo argentífe-
ro.
Piedralaves.
Soledad.
Pirita arsenical.
Casillas.
La Dudosa.
Cobre.
El Tiemblo.
Santa Teresa.
ídem.
Mediana.
La Perla.
ídem.
ídem.
Hortensia.
Pirita arsenical.
Zapardiel de la
Rivera.
San Agustin.
Galena.
San Bartolomé de
Pinares.
San José.
ídem.
ídem.
Santa Águeda.
Cobre.
San Esteban de
los Patos.
Ramona.
Plomo.
Barraco.
RESEÑA POLITICO-ClVIL DE LA PROVINCIA. 269
Nombres de las minas. Clase de mineral. Pueblos donde radican.
Esperanza. Plomo. Fresnedilla.
San Isicolás. Oxido de hierro. Aldeavieja.
Segundo San Juan. Cobre. Santa Cruz de Pi-
nares.
Corbina. Pirita arsenical. Zapardiel de la
Rivera.
Estrella de Oro. Galena. Higuera de las
Dueñas.
Industria Española. Cobre. Hovo de Pinares.
Pero la verdad es, aunque sea sensible decirlo,
que el estado que presenta el Anuario estadístico de
1862 á 1865 era el de que, lejos de progresar, se ha
disminuido la esperanza que se concibió años ante-
riores de la importancia que habia de obtenerse de
un regular laboreo j beneficio de las minas, porque
da el único resultado siguiente:
AÑO DE 1861.
Minas productivas. . . 6 Oficinas de beneficio existentes.
Su superficie, metros 545.016 Parada 1
Hornos reverberos. . . 1
Operarios 50 Valores producidos
_, . ^ , , para el Estado por
Plomo, qum tales me- . ., .
contribuciones de
(ricos 2.442 pertenencias 3. 179,34
Concesiones demarca-
Cobre, id. id 1.258 das 1
Y todavía tenemos datos posteriores, pero no más
satisfactorios.
En la Estadística Minera, correspondiente al año
270 HISTORIA DE AVILA.
de 1868, publicada por la Dirección general de Agri-
cultura, Industria y Comercio, se dice que el estado
de paralización es completo, existiendo sólo dos
concesiones de plomo y dos de cobre. En la de 1869
aparecen existentes en 31 de Diciembre cuatro minas,
con un total de superficie demarcada de 33 hectáreas,
53 áreas y 95 metros cuadrados , manifestando al
mismo tiempo que la importancia y vida de la mine-
ría de la Provincia en nada ha variado de la de los
aüos anteriores.
Por esta razón, sin duda, hace cinco ó seis aüos
que los ingenieros no la visitan, faltando expedien-
tes en solicitud de concesiones: hoy, sin embargo,
están pendientes de informe cinco en el término de
Cebreros; por manera que no resulta descubrimiento
alguno importante para lo sucesivo.
En los terrenos ígneos primario y de transición
abundan materiales de construcción y ornato, seña-
ladamente algunas calizas metamórficas, que son
verdaderos mármoles; vienen en capas de gran espe-
sor y corta extensión, y en algunos puntos, com.o el
intermedio de las estaciones de Robledo y las Navas,
se encuentran vestigios de explotaciones, algunas
utilizadas poco há para la confección de cal común,
y existen trazas de una via conocida con el nombre
de «Camino de las Cureñas,» que sirvió sin dada
para el transporte de rocas cuando se construía el
monasterio del Escorial.
Industria y comercio. Mucho le falta á nuestra
Provincia , en verdad , para figurar en el mapa de
los pueblos mercantiles é industriales de España.
RESEÑA POLÍTICO-CIVIL DE LA PROVINCIA. 271
Preciso es reconocer que, lejos de progresar, lia
retrocedido no poco del estado en que se hallaba
su riqueza industrial á principios de este siglo. Han
desaparecido casi de todo punto de la Capital las
diez ó doce fábricas de paños medianamente finos,
pero de gran duración por su hilado y de exquisito
tinte negro, que elaboraban una no pequeña parte
de las ricas lanas merinas del país , y que ya no
eran á principios del siglo xix sino un pálido re-
flejo del gran fulgor que arrojaban á principios del
siglo XVI, cuando sus paños finos abastecían muchos
mercados de Europa, según lo dejaremos probado en
la Historia: ha sucumbido la fabricación de manu-
facturas de algodón que con muy laudable celo, pero
con pensamiento poco meditado, levantó el Gobierno
con magníficos edificios sobre el Adaja, á las puer-
tas de la Ciudad, en su casco é inmediaciones , en el
último tercio del siglo pasado ; no ha prosperado la
de tejidos de hilo, ni la de papel, y da escasos
rendimientos la de harinas, que sucesivamente se
han ido planteando en la misma casa-fábrica del
puente, que era la de la fuerza motora que entre-
tenia á los demás establecimientos , según más lar-
gamente lo explicaremos cuando nos concretemos á
hablar de este asunto en más oportuno lugar.
El uso de los artefactos extranjeros de algodón,
á que se acostumbraron años há los cultivadores de
las provincias Vascongadas y que ya se elaboran en
su propio suelo, y el que hacen muchas otras comar-
cas rurales de Andalucía, abandonando sus antigaos
trajes, han destruido la fábrica de estameñas toscas,
272 HISTORIA dh avila.
pero muy fuertes y duraderas, que formaba la prin-
cipal riqueza del pueblo de Velayos; y el prodigioso
adelanto de la fabricación en todo el Reino, y señala-
damente en la rica, industriosa y vecina ciudad de
Eéjar, á donde emigraron desde Avila los maestros
de hilazas y tejidos y los maquinistas en los años
de 1825 en adelante, llevándose consigo la mayor
y mejor parte de los aparatos fabriles que se soste-
nian en Avila, ha venido á envilecer hasta los bur-
dos paños de Villanueva de Gómez, Santa María del
Berrocal, Pedro Bernardo y otros pueblos de la Pro-
vincia, que toda^'ía en su estacionaria rutina surten
alas gentes del campo y á los más pobres jornaleros
de las ropas de ínfima calidad de que se visten.
Para exportar el sobrante de sus productos y
procurarse otros de que carece, se va ensanchando
su comercio de tal manera, que hoy es indudable-
mente cinco veces mayor, por lo menos, que el que
se conocía treinta años há.
Conviene recordar en este lugar que en la Expo-
sición Castellana verificada en Valladolid en el año
de 1860, á que concurrieron sus once provincias, la
de Avila salió airosa en la exhibición que hizo de sus
efectos, frutas y ganados. He aquí la prueba que pu-
blicó de ello el gobernador en el Boletín Oficial
de 16 de Junio, convocando á sus expositores á reco-
ger los premios que les habían sido concedidos por
el Jurado de calificación:
« Aunque pocos los expositores de la de Avila,
casi todos han sido premiados. La medalla de oro se
ha concedido á los cereales, como los mejores de la
rXSE.ÑA rOLlTlCO-CiVlL DH LA PR0VP,C1A. 273
Exposición. Tres medallas de plata v diferentes de
bronce se han adjudicado á la bondad de sus trigos.
La cria caballar ha merecido una medalla de
plata, y tres del mismo metal la ganadería, con
varias de cobre y menciones honorífícas. Los aceites,
vinos, aguardientes, plantas alimenticias y frutas,
también la han merecido.
Una de plata se adjudicó al mérito de la Arqui-
tectura, y otras de bronce por objetos de metal,
ebanistería y decorado ; de modo que todo induce a
creer que los cereales , los ganados y los productos
de esta Provincia deben figurar en primera línea
por su excelencia y buenas cualidades, á medida
([ue sus productores, conociendo sus propios inte-
reses , se dediquen con esmero á fomentar la ri-
queza del país. En la Exposición de Madrid, el año
de 1858, ya se dio á conocer la bondad de los cereales
y ganados de esta provincia (1), y desde entonces
su mérito positivo les ha dado mejor estimación,
mayor valor, y éste se aumentará, á no dudar, con
el resultado obtenido en la de ^'alladolid.
PERIAS I MERCADOS QUE SE CELEBRAN EN TODO EL Aí;o EN LA PROVINCIA.
Ademas se celebran en toda la Provincia trece
ferias anuales, que si bien están abiertas á todo
(l) Y se cnncedi'') la mpdalla dt^ la, quo también obtuvo después la
o al Sr. D. Francisco .l.ivii;r H^r- de Vallaloiid.
indez, entendido agricultor de \\i-
TOMO I. 18
274 HISTORIA DE AVILA.
género de contratación , en su esencia no son más
que grandes mercados de ganadería.
No obstante, la del 22 al 30 de Junio en la Capi-
tal abraza toda clase de mercancías, de que suele
surtirse por mayor el comercio de la Provincia, siendo
notable por el progresivo adelanto de sus ganados,
señaladamente el caballar, y la del 8 de Setiembre,
en que domina más que otros el de reses vacunas.
Por manera que con estas ferias fijas y con los diez y
seis mercados semanales de que disfrutan la Capital,
las cabezas de partido y otros pueblos, distinguién-
dose entre todos, por su importancia en el comercio
de granos, el de Arévalo, y en el de ganados los de la
Capital, Navaredonda y Piedrahita, cubre sin que-
branto ni fatiga las diarias exigencias y las gratas
comodidades de la vida.
Ferias.
Avila Dos: una del 22 al 30 de Junio; otra
del 8 al 11 de Setiembre.
Arenas Una , el último domingo de Agosto
y los dos dias siguierstes.
Adrada (La) Una, el 2 de Noviembre.
Barco de Avila Dos: una el 6 de Majo; otra del I
al 12 de Octubre.
Bonilla de la Sierra Una, el 11 de Noviembre,
Cebreros Una, el 14 de Agosto.
Navaredonda Una, el 25 de Julio.
Pedrc-Bernardo Una, los dias 8, 9 y 10 de Junio.
Piedrahita Dos : una del 15 al 17 de Abril , y
otra del 24 al 27 de Agosto.
Villafranca de la Sierra, Una, el lo de Setiembre.
i!i:sK\A roLiTu.o-c.iviL lu: i.v imioviacia. 275
Mercados semanales.
En Avila Los viernes para toda clase de con-
sumos, y ademas los lunes y miér-
coles para cereales.
Arévalo Los martes.
Arenas Los domingos.
Barco de Avila Los lunes.
Cebreros Los martes, jueves y sábados.
Diego Alvaro Los jueves.
Fontiveros Circunscriptos á ganados en los me-
ses de Octubre y Noviembre.
Navas (Las) Los jueves y domingos.
Piedrahita Los martes.
Velayos Los sábados.
Pero antes de cerrar este artículo, relativo al comercio y
contratación , reclama con justicia nuestra Ciudad que aquí
demos una ligera noticia del insigne privilegio de que de tiem-
po inmemorial ha disfrutado sobre la medida de los grano.«,
legumbres secas, la sal y otras producciones áridas, como la
castaña, la nuez, etc. , y que es conocido con el nombre de
Poíe de Aciía.
POTE DE ÁVILA —MEDIDA DE GRANOS.
La palabra Pote, según el Diccionario de la Lai-
fjua casieUana , es de origen gallego ó asturiano , y
significa la «Medida ó pesa por la cual se arreglan
otras;» y como muchos de los repobladores de nues-
tra Ciudad procedieron de Asturias , es cosa natural
creer que desde la repoblación de Avila en el reina-
276 HISTORIA DE AVILA.
do de D. Alonso VI se llamó, como hasta ahora con-
tinúa llamándose, Pote de Avila la medida que sirve
para la contratación en compras , ventas , arrenda-
mientos y demás obligaciones cuya cosa , merced ó
valor consiste en granos ; y decimos en granos , por-
que al principio se fijó solamente para el pan, esto
es, para la materia de que se forma el pan , aunque
después, por semejanza, se extendió álos demás ce-
reales, alas legumbres secas, á la sal y otros frutos
áridos, como la castaña, la nuez, la avellana, etc.
Esta medida, que es el tipo , el patrón y norma de
otras perfectamente iguales y que se dividen en su-
cesivas fracciones, es la media fanega que largos si-
glos liá se conserva en el archivo de nuestra Ciudad,
y que es considerada como patrimonio y fuente de
riqueza de su antiguo Concejo. Repito que el origen
de este exclusivo privilegio procede de tiempo in-
memorial: así le caracterizan cuantas historias, le-
yendas y documentos antiquísimos, más ó menos
autorizados, que hablan de las cosas de Avila, he
podido registrar, sin que ninguno fije ni con aproxi-
mación la época en que obtuviese Avila esta señalada
merced Real, Yo me atrevo á suponer, aunque con la
misma incertidumbre, que habiendo sido favorecida
esta Ciudad con muchos privilegios por cuatro reyes
Alfonsos, el VII, el VIII y el XI, que le debieron en
su menor edad seguro y generoso asilo, como lar-
gamente lo ha de demostrar la narración histórica,
contra cuantos contendían por apoderarse de sus re-
gias personas con el título de sus tutores ó regentes
del Reino, ó por el sabio D. Alfonso X, que también
RESEÑA POLITICO-CÍVIL l;E LA PROVINCIA. 217
distinguió á la Ciudad con insignes privilegios, á
uno de estos cuatro monarcas debió Avila el privile-
gio del Pote del pan. Procede lógicamente esta in-
ducción del tenor de las leyes 2/ y 3/ del tít. ix, li-
bro IX de la Novísima Recopilación, que tratan de
los pesos y medidas, y como ya en ellas D. Enri-
que II, 1). Juan II, D. Enrique IV, y D. Fernan-
do y Doña Isabel los Católicos, es decir, desde el
año 1369 hasta el de 1583, que recorren el espacio
de dos siglos , vinieron restableciendo el uso gene-
ral de la antigua medida de Avila, necesario es
deducir que ya la Ciudad gozaba de este privilegio
desde las primeras centurias de su repoblación.
Tranquila le disfrutaba hasta el año de 1789, en
que D. Juan Pruneda y Cañal, maestro ensamblador
de Oviedo, acudió al rey manifestando que habia he-
cho el descubrimiento de una máquina ó artefacto
(¡ue podia servir de regla en todo el Reino, y que ya
habia merecido la aceptación del Administrador ge-
neral de Salinas, del Ayuntamiento y Sociedad Eco-
nómica de la misma ciudad, y que el Consejo de Cas-
tilla, previos detenidos informes, tuvo á bien conce-
derle « facultad y privilegio exclusivo para que por
tiempo de diez años pueda construir y vender la ex-
presada máquina, pero sin obligar á persona ni pue-
blo alguno á que la compren ni usen : » que la Direc-
ción general de Rentas también se ocupó en el
detenido estudio de este asunto; y finalmente, que el
Ayuntamiento de Madrid , á quien acudió Pruneda
con la misma solicitud, después de oportuno expe-
diente instructivo, ordenó que Pruneda instruyese en
278 UISTURIA DE AVILA.
el manejo de la máquina al administrador y depen-
dientes del oficio de almotacén , para resolver con
acierto sobre el particular. Con todos estos antece-
dentes, que tan favorables le eran, acudió al rey por
conducto de su celoso ministro el conde de Florida-
])lanca, para que se dignase adoptar su máquina y
mandar establecerla y usarla en todo el Reino, por lo
tocante á los Pósitos, etc.
Así caminaba este expediente á su resolución,
cuando , para que fuese acertada , se expuso en la
nota que formó el oficial del negociado,, que, pres-
cindiendo del mérito del invento, « no se iiabia con-
dado para nada, como debiera, con el Ayuntamiento
»de Avila, que sin duda era más interesado que na-
»die en el negocio, porque él y no otro era el legí-
»timo depositario del Pote Real que servia de regla
»á todos los reinos y señoríos de la Corona. » Y tales
razones se añadieron en la nota para probar la justi-
cia de dar audiencia á la Ciudad de Avila, que la Real
resolución dictada en San I,orenzo (del Escorial)
á 24 de Octubre de 1789, fué la sigaiente: Dé.jese
ESTO ASÍ, Y ARCHÍVESE. ¿Y saben mis paisanos á
quién se debió el preparar en gran parte y el obtener
tan espontánea y augusta resolución? Pues se debió
álos esfuerzos de un dignísimo aviles, á mi respeta-
ble tío, entonces joven, D. Agustin Serrano y Serra-
no, y que después de una larga y honrosa carrera,
murió, ya viejo, siendo jefe de sección, jubilado, del
ministerio de la Gobernación.
Todavía no se contentó el Sr. D. Carlos IV con
tan repetidas disposiciones; así es que en la ley 5.',
RE,<ESa POMTiCO-CiVII. DE LA PROVINCIA, 279
que es la última de dichos título, libro y código, re-
encargó su puntual observancia y expreso cum-
plimiento, y entre otras prescripciones relativas á
pesos y medidas de líquidos y artefactos, declaró ter-
minantemente respecto á la de granos, sal y semi-
llas, que la fanega de Avila consta de doce celemi-
nes, que su mitad la media fanega es el tiiw Ó2Mtron
común para todo el Reino, y divide la fanega en cua-
tro cuartillas; el celemín en cuatro cuartillos, y el
cuartillo en medio , ochavo , medio ochavo y ochavi-
Uo. Fué tan generalmente observada esta antigua
ley, que de los libros consistoriales de Avila consta
haber llevado Antonio Dávila , alg'uacil de las guar-
das de la Ciudad , un facsimñe comprobado á la
de Toro, en 20 de Enero de 1423, y que se llevó
otro á la de Méjico en 1558 (1), y ambas cosas, en
cumplimiento de la ley de D. Juan II , que terminan-
temente mandaba «á los concejos de las otras ciuda-
des y villas de nuestros Reinos y cabezas de los di-
chos partidos , que envíen á las ciudades de Toledo
(esto es para la medida de los líquidos) y de Avila á
tomar y concertar medidas para ellos de pan y vino,
é iguales de las susodichas , y selladas con el sello
de la ciudad de donde las llevaren ; y sean las medi-
das del concejo, las del pan, de piedra, ó de madera
con chapas de hierro, y las medidas del vino que
sean de cobre , y las reciban por ante escribano ; y
dende en adelante las otras medidas de pan y vino
que se hobieren de hacer, se hagan conformes é
(1) Luis Ariz , Historia de las folio 3? vuelto, párrafo «Tiene esta
Grandezas de Avila, Parte tercera, ciudad de tiempo inmeinoiial... vele.
280 HISTORIA DE AVILA.
iguales con las dichas medidas , y selladas , y no de
otra guisa.»
Es curioso saber cómo se hacia el contraste y
prueba de la exactitud de las medidas que bajo su
responsabilidad facilitaba el Concejo de Avila. Hace
muchos años que el tipo ó patrón de la media fanega
que se custodia en su archivo, es de hierro, en forma
de cubo, más ancho por abajo que á la boca: sobre
él, pero sin tocarle, se colocaba en un tres pies más
abierto, una tolva con un pequeño oriñcio en su re-
mate agudo; se llenaba de semilla de linaza, que, ca-
yendo lentamente en el centro como en un reloj de
arena, se iba repartiendo por los costados, y cuando
ya rebosaba ligeramente la semilla , el fiel medidor
echaba el rasero, que era también de hierro, y de
toda esta operación verificada ante el Ayuntamiento
en pleno daba testimonio de su presencia al acto y
de su inspección ocular, el escribano del Concejo,
con lo que se expedía la certificación conveniente,
sellada con las armas de la Ciudad por los regidores
encargados de la custodia del Pote, y se entregaba
á la parte que así lo demandaba.
Tal fué, y necesario seria todavía hoy en todos
los ámbitos de la Monarquía, el uso del privilegio del
Pote, de que disfruta desde una remota antigüedad
Avila, en el caso de que alguna ciudad ó Ayunta-
miento del Reino, algún tribunal ó juzgado tuviere
precisión de aplicarle en algún negocio en que fuese
estimada la prueba legal de esta medida de capacidad
para los áridos.
Pero como establecido por ley del Reino el nuevo
RESEÑA rOLiTICO-ClVíL DE LA PROVINCIA. 2S1
sistema decimal, la gran contratación de granos
para las fábricas de harinas podria hacerse no por la
medida antigua de Avila, sino por la nueva decimal,
creemos conveniente para instrucción de nuestros
paisanos ofrecerles el estado comparativo equivalen-
te de ambas medidas en la forma que á continuación
se expresa : tiene
X-'n cahiz 12 fanegas. . . ó 666 litros 12 milésin'ías.
Una fanega. . 12 celemines. . . 55 id 501 id.
Unce'emin.. 4 cuartillos.. . -i id.... 625 id.
l'a cuartillo. 4 ochavos lid 156 id.
Un ochavo . . » » 289 id.
CAMINOS Y vías DE COJíUNICÁCIO:i DE LA PROVINCIA.
También debo al patriótico celo y simpática
amistad del Sr. D. Tomás Pérez y González el haber
conseguido por su influencia, como Vicepresidente de
la Diputación Provincial, los dos estados que literal-
mente marcan á continuación; el uno la situación
actual de las carreteras pertenecientes al Estado, que
cruzan en diversas direcciones h, Provincia; y el otro
la de las carreteras provinciales y caminos vecinales
construidos con fondos de la Provincia hasta fin del
año de 1871; y ademas una minuciosa y exacta nota
expresiva de todo el trayecto del camino de hierro
por la Provincia, porque sirve, no sólo para conocerle
con exactitud, sino de curiosidad y esparcimiento.
A estos documentos puramente técnicos acompa-
282 HISTORIA DE AVILA.
ñau otras observaciones no científicas, que he creído
oportuno escribir, acomodadas al conocimiento prác-
tico de mis paisanos, y para referirles, como intere-
santes recuerdos , el triste estado en que respecto á
caminos y medios de comunicación interior se hallaba
la Provincia en el año de 1819, en que se comenzó el
más antiguo de todos ellos, para que así adviertan las
lentas, sí, pero sucesivas mejoras que ya se han rea-
lizado y que todavía se meditan para la más cómoda
comunicación y fácil tránsito por su país.
■ CARRETERAS PERTENECIENTES AL ESTADO EN LA PROVINCIA DE ÁVILA.
Carretera de prirJier órdsa de Viilacasiin á Vigo.
Empalma en la plaza de Villacastin con la de
primer orden de Madrid á la Coruña. La travesía del
pueblo se halla en estudio.
Desde la salida hasta Aldeavieja está terminada
en una extensión de siete kilómetros. Desde Aldea-
vieja á Mediana se halla en construcción y se termi-
nará dentro de dos meses, en una extensión de nue-
ve kilómetros. Desde dicho Mediana hasta la entrada
de Avila se halla construida en una extensión de 12
Ivilómetros. En Avila está la travesía sin estudiar,
incluyéndose en dicha travesía un puente de primer
orden sobre el Adaja, y tiene una longitud de tres
kilómetros. Desde este punto hasta el límite de la
Provincia de Avila en el arroyo del Regamon, tér-
r.F.SEvv roLiTir.o-r.ivii. nr; la i'iiovíncía. 283
in:uo de Gimialcon, está terminada, teniendo este
trayecto una longitud de 48 kilómetros 338 metros.
Tiene dicha carretera en total una longitud de 79
kilómetros 332 metros. Su origen en Villacastiu, pro-
vincia de Segovia, teniendo una longitud dentro do
dicha provincia de 4.600 metms, pero corresponde su
estudio, construcción y conservación á la Provincia
de Avila: pasa por Aldeavieja, bastante próxima a
Mediana, Berrocalejo y Vicolozano, cruzando por
Avila, la Alamedilla, Aveinte, San Pedro del Arro-
yo, Chaherrero, Salvadlos, y cerca de Gimialcon,
en cuyo término concluye en esta Provincia.
Carretera de seg^undo orden de Sorihuela á Avila.
Esta tiene su origen en Sorihuela, provincia de
Salamanca ; entra en la de Avila en el término
de Villar de Corneja. Está terminada hasta la Ciu-
dad, ó sea el puente de Adaja. Tiene una longitud
de 71 kilómetros 665 metros. Pasa por cerca del Vi-
llar, el Hoyo y las Casas de Sebastian Pérez, cor-
riendo luego por Piedrahita, Casas del Puerto Villa-
toro y Villatoro . se aproxima á la Torre y Santa
María del Arroyo, pasa por Muñogalindo á Avila, y
se aproxima bastante á San Migael de Corneja.
Aunque su denominación es de tercer orden, está
construida con los anchos de ses'undo.
284 HISTORIA r.E AVILA.
Carretera de tercer orden de Avila al ccnfin de la provincia
de Toledo, por Cebreros.
(Antes de segundo orden de Toledo á Avila.)
Esta tiene su origen en Avila, y se halla sin es-
tudiar hasta San Bartolomé de Pinares, en una lon-
gitud de 23 kilómetros 257 metros, y desde dicho
punto hasta el límite de la Provincia , en el término
del Tiemblo, ó sea en el arroyo de Tórtolas, se halla
el proyecto aprobado por la Dirección general de
Obras públicas en una longitud de 29 kilómetros 591
metros. Su longitud total es de 52 kilómetros 848
metros, y pasa por Tornadizos, el Herradon, San Bar-
tolomé de Pinares y Cebreros.
Carretera ¿e tercer orden de Arévalo á Madrigal por
Aldeaseca.
Esta tieüe su origen en x\révalo, y se halla el
proyecto aprobado por la Dirección de Obras públi-
cas: tiene una longitud de 24 kilómetros 69 metros,
y pasa por Aldeaseca, Barroman y termina en Ma-
drigal.
Carretera de tercer orden de Salvadlos á Aldeaseca.
Esta tiene su origen en Salvadios, pasa por Fon-
tiveros, Faente el Sauz, Villanueva y termina en
Aldeaseca: tiene una longitud de 28 kilómetros, y se
halla sin estudiar.
RESEÑA POLÍTICO- CIVIL DE LA PnOViNCIA. 2S5
Carretera de tercer orden d3 Madrigal al Carpió.
Esta tiene su origen en Madrigal : á los 12 kiló-
metros sale de la Provincia de Avila y entra en la de
■^'alladoiid. en la que tiene cinco kilómetros, siendo
toda su longitud de 17 kilómetros. No hay más pue-
blos que el del origen y el de la terminación. Está
sin estudiar.
Carretera de tercer orden de Piedrahita a! Barco.
Esta tiene su origen en Piedrahita, se aproxima
á Santiago del Collado, pasa por la Aldehucla, se
aproxima á Carrascalejo, pasa por Santa María de
los Caballeros y San Lorenzo, y termina en la entrada
del Barco. Tiene una longitud de 21 kilómetros y
siete metros. Está el proyecto aprobado en toda su
longitud, y desde San Lorenzo al Barco subastado,
empezándose las obras á primeros de Julio en una
extensión de 3.200 metros.
Carretera de tercer orden de Avila al confín de la provincia
de Toledo por Arenas de San Pedro.
Esta, aunque tiene su origen en Avila, empalma
con la de Sorihuela á Avila, entra en Santa María del
Arroyo y la Torre, desde cuyo punto se halla en es-
tudio hasta el puerto del Pico, en una longitud de
35 kilómetros 562 metros. Pasa por Narros del Puerto
y Menga. Desde el puerto del Pico hasta el límite de
la Provincia, ó sea el Boquerón de Velada, se halla
subastada, y las obras en ejecución, en una extensión
de 37 kilómetros, pasando esta segunda parte por
286
HISTORIA DE AVILA.
las Cuevas del Valle, Mombeltran, y La Parra, se
aproxima á Arenas de San Pedro, j pasa por Rama-
castañas. Tiene una longitud total de 72 kilóme-
tros 562 metros.
Caminos vecinales y carreteras provinciales construidos en la
Provincia de Avila hasta el mes de Diciembre de 1871 .
LONGITUD CO'ÍSTP.' IDA.
CAMINOS.
De Piedrahita al límite de la provincia de
Salamanca, por Horcajo Medianero
De Avila á Piedralaves, por Xavalmoral y
Burgohondo
De Avila al camino vecinal de Cebreros al
Sotillo, por Barraco y Tiemblo
De Cebreros á Sotillo, tocando en Escara-
bajosa
Dvíl Barco de Avila á la carretera de Avila á
Sorihíiela, por Horcajada
De Peguerinos á la estación de Navas del
Marqués, en el ferro-carril del Norte, por
las Navas
De Arévalo á Madrigal, por Sinlabajos y
Castellanos
De Arévalo á Palacios Rubios
De los Paradores de Adanero á la Fombrie-
ga, por Arévalo (1)
Dá Avila al limite de la provincia de Sego-
via, por Bernuy y Urraca i2)
(\) Esta ps una carretera cons- cariaba de ese irrizo por ser paralelo
Iruida por el Estado, y forma parte al ferro carril. Desde entonces corre
i!e la general de Madrid á la Co- á cuenta de la Diputación su con-
Tuña. Se incautó de ella la Dipu^ servacion.
lacion el año 1S70, en virtud de la (2í Esta se construyó con fondos
excilacion del Ciobierno, que se des- provinciales, pero dirigida por los
Kilómelros.
Metros.
1
12
T)
»
3
635
1
500
2
101
1
162
G
204
»
201
28
3S6
20
300
RESEÑA POLÍTICO-CIVIL DE LA TROVINCiV. '287
FERRO-CARRIL.
Su Iruycclo cu la Provincia, contando la numeración de xiis hi.únielros
desde la estación de Madrid.
Principia la línea en la Provincia de Avila desde
Madrid en el kilómetro 69 , entre las estaciones de
Robledo (provincia de Madrid) y Navas del Marqués
(provincia de Avila). Desde este kilómetro hasta la
estación de las Navas, no hay ningún paso nivel;
hay un puente de sillería, de un arco, de ocho me-
tros de luz por seis de altura ; hay un túnel de roca
dura, de 674 metros de longitud. Hay empalizadas
en los kilómetros 81 y 82.
Estación de las Nacas.— ^?> de tercera clase; está
situada al kilómetro 83 y 736 metros. Desde esta
estación á la de Navalperai hay de distancia cuatro
kilómetros y 816 metros. Hay tres pasos de nivel;
un puente de sillería, sillarejo y mampostería con-
certada, de siet<^- arcos de 15 metros de luz por 41 el
más alto; otro de tres arcos, 15 metros de luz por 18
de altura el más alto, de sillería, sillarejo y mam-
postería concertada ; otro de un arco, de sillería, si-
llarejo y mampostería concertada , de tres metros de
luz por 3,60 de altura. Hay cinco túneles de roca
dura; el primero de 100 metros de longitud; el se-
gundo de 144; el tercero de 60 ; el cuarto de 1 14, y el
ingenieros civiles, y tiene lodns las Su consrrvai'ion corre también á
condiciunes en su cünstruccioii y cuenta de la l'rovincia.
anchura como si fuera del Estado.
288 HISTORIA DE AVILA,
quinto de 60. En este trayecto no atraviesa la línea
la jurisdicción de ningún otro pueblo. Hay empali-
zadas para detener la nieve en los kilómetros 86 y 87.
Estación de Navalperal de Pinares.— Es de ter-
cera clase, y está situada al kilómetro 88 y 552 me-
tros. Dista de la inmediata, ó sea La Cañada, ocho
kilómetros y 448 metros. Hay dos pasos de nivel.
Cuatro puentes de sillería, sillarejo, mampostería or-
dinaria, de un arco, teniendo el primero tres metros
de luz por 3,60 de alto ; el segundo cinco por 5,60, y
los tercero y cuarto cuatro metros por 4,60. Hay dos
túneles de roca dura: el primero de 130 metros de
longitud, y el segundo de 314. En este trayecto no
cruza la línea las jurisdicciones de otros pueblos más
que la del Herradou , en la cual está situada la esta-
ción de la Cañada , que no es pueblo , y toma este
nombre del sitio. Hay empalizadas para detener la
nieve en los kilómetros desde el 89 al 97.
Estación de La Cañada (ó sea del pueblo de Her-
radon).— Es de tercera clase, y está situada al kiló-
metro Wl. Dista de la inmediata, ó sea Navalgrande,
seis kilómetros. Hay cuatro pasos de nivel. Hay cua-
tro puentes de sillería, sillarejo y mampostería ordi-
naria, todos de un arco: el primero de tres metros de
luz por 3,80 de altura; el segundo de cuatro por 5,60;
el tercero de tres por 2,80, y el cuarto de lo mismo.
Hay dos túneles de roca dura y uno de floja: el pri-
mero tiene una longitud de 943 metros ; el segundo
de 152, y el tercero de 130.
Estación de Navalgrande. — De tercera clase; ki-
lómetro 103. Dista de la inmediata, ó sea Avila, 17
iii:í;e.ña roLiTico-civiL de la phovincia. 280
kilómetros y 557 metros. Hay dos pasos de nivel.
Hay siete puentes, uno de hierro de tres arcos, de 4:¿
metros de luz por 25,80 de altura el mayor. Los otros
seis son de sillería, sillarejo y mampostería ordina-
ria, teniendo el primero tres metros de luz por tres de
altura; el segundo 3,50 por cinco; el tercero cuatro
por cinco; el cuarto cuatro por 4,50; el quinto 3,50
por cinco, y el sexto 3,50 por cinco. Hay tres túneles
de roca dura: el primero de 1 .000 metros de luz; el se-
g-undo de 133, y el tercero de 116. Pasa por las juris-
dicciones de Herradon, Bernuy, Tornadizos y Avila
Estación de Avila^ — Es de primera clase; está en
el kilómetro 120 y 557 metros. Dista de la de Min-
o-orría 13 kilómetros y 564 metros. Hay tres puentes
de un arco: el primero, de hierro, de 6,60 de luz por
cinco de altura ; los otros dos de sillería, sillarejo y
raampostcría ordinaria, teniendo el uno cuatro por
5,50, y el otro tres por 3.80.
Miiif/orria. — Es de tercera clase; kilómetro ISl
y 121 metros. Dista de la inmediata 10 kilómetros
y 838 metros. Tiene un paso de nivel.
FeZ¿??/i95.— De tercera clase; kilómetros 144 y 957
metro-. Dista seis kilómetros y 324 metros. Tieno
cuatro pasos de nivel. Cuatro puentes de un arco de
sillería: de tres por cuatro uno; tres por 3,75 otro;
tres por 3.35 otro, y tres por 4,20 otro.
SancMclrian. — De tercera clase; kilómetros 151
Y 381 metros. Dista nueve y 348. Hay dos puentes
de sillería y ladrillo de un arco ; el uno de 3,75 por
cinco, y el otro de tres por cuatro. Hay dos pasos do
nivel.
TOMO 1 19
290 . HISTORIA DE AVILA.
Admiero .—Vio, tercera clase: kilómetros 160 y 729
metros. Dista 10 kilómetros y 691 metros. Hay dos
puentes de sillería y ladrillo; el uno de tres por 4, 10,
y el otro de tres por cuatro. Pasa por las jurisdiccio-
nes de Adanero, Gutiérrez Muñoz, Órbita, Espinosa
y Arévalo. Hay seis pasos de nivel.
^rer«Zo.— De segunda clase; kilómetros 171 y
-kO metros. Hay un puente de sillería y ladrillo de
cinco arcos; á los cinco kilómetros, entre Arévalo y
Ataquines (que es de^la provincia de Valladolid), con-
cluye el trayecto en la provincia de Avila.
ANTIGUO ESTADO DE LOS CAMI^'OS DE LA PROVINCIA.
Si comparamos el estado que presentan hoy las
vias de comunicación que partiendo de Avila la
ponen en contacto con otras capitales de provincia.
y las que, naciendo en las cabezas de partido ó en
otros pueblos situados en las extremidades de ella, se
dirigen á la Ciudad, omitiendo hablar de las que en
cuerdas más ó menos sectantes de su perímetro, cor-
ren de unos á otros, con lo que exigen de justicia la
necesidad, la utilidad y la comodidad de sus habitan-
tes, todavía tenemos que lamentarnos y confesar con
dolor su conocido retraso. Pero si para consuelo
nuestro y para estudiar al país en el sistema de sus
progresivas, aunque lentas, mejoras, la comparación
versa entre el estado actual y el que presentaba la
Provincia cincuenta años ha, es también justo soste-
ner que mucho bueno se ha hecho, y que es poco lo
FxESK.ÑA rOLlTlCO-ClVlL DE LA I'ROMNCIA. 291
que resta pava poner en regular e?tado las grandes
travesías de la Provincia. He aquí la demostración de
unas y otras reñexioues.
Camino de Avila a Madrid. — Do, herradura sólo,
por veredas, por prados, por pantanos, por cerros es-
carpados y profundos barrancos eran las dos vías que
ne conocían para ir á la capital del Reino, ora se
marchase hasta Villacastin para entrar en la carre-
tera general de Castilla, ora se la fuese á buscar por
el Campo- Azíilvaro á la fonda de SanEafael, al pié del
puerto de Guadarrama. Pero en el año de 1819 se pro-
yectó y principió á abrirse el segundo de estos cami-
nos , atravesando dos únicos pueblos , el de Bernuy
Salinero, de nuestra Provincia, y el del Espinar, de la
de Segovia. siendo intendente de Avila el Sr. I). José
Sánchez: y desde 1825 en adelante se concluyó, sién-
dolo D. Bernardo Noncriba, estableciéndose una ven-
ta y un portazgo en el límite de las dos provincias,
con el objeto de templar algún tanto la larga sole-
dad y desamparo de esta via, muy expuesta ademas,
por el frió, en la estación de las nieves: y tal es hoy
la que, con algunas ligeras enmiendas posteriores y
cuidando de su conservación peones camineros , han
corrido las diligencias de ]iíadrid á Avila v Sala-
do
manca.
Los graves inconvenientes que quedan indicados
han hecho, sin embargo, pensar, como debió hacerse
desde 1819, en la mejora de la primitiva via por Vi-
llacastin, y mucho mejor construida que la del Cam-
po-Azálvaro, que carece de ñrme, y que, propia-
mente hablando , fué poco más que una explanación;
292 HISTORIA DV. AVILA.
falta poco por hacer para llegar á la Ciudad, como
<[ueda indicado al hablar de las carreteras generales:
})or manera, que es de esperar que en muy breve
tiempo se abra al público con mejores condiciones
de construcción , en terreno más abrigado, y hallán-
dose en su corto trayecto de cinco leguas cuatro
j)ueblos, Vicolozano, Berrocalejo, Mediana y Aldea-
vieja. Importantísima mejora, de que han de partici-
])ar la mayor parte de las poblaciones de la Provin-
cia, porque son pocos los pueblos de las llanuras
(le Arévalo y los de las fragosidades del partido de
I'inares, los que no tendrán necesidad frecuente de
utilizarle .
Camino del Puerto del Pico , ó de Amia á Tala-
rera.—Qi peligroso era el paso de los antiguos sen-
deros desde Avila á Madrid, incomparablemente más
aún lo era el transponer las grandes cumbres para
tocar en la parte meridional de la Provincia. Y como
continuación del camino de Madrid á la capital, de
que hemos hablado, se abrieron también desde 1819
los puertos de MeDga y del Pico, que, facilitando las
comunicaciones del partido de Arenas, hablan de
empalmar en TalaA'era con la carretera general de
Extremadura. Hízose en aquella época no poco con
la apertura de estas fragosas sierras, porque, en ver-
dad, no se hacia mucho en parte alguna en materia
de caminos; pero es necesario confesar que no se
hizo lo bastante. Quedó como un camino fácil de her-
radura, muy penoso para la carretería, y dificilísimo,
cuando no imposible, para carruajes de velocidad y
largo tiro. Mas conocidos ya los inconvenientes que
RESENA rOI.lTlCO-ClVIL PE I. \ rROVlNCIA. 293
presenta y los medios de salvarlos, es de necesidad
urgente el emprender su reforma , aprovechando todo
lo utiUzable; tanto más, cnanto que el Puerto del
Pico es el punto más corto de comunicación do las
provincias de Toledo, Cáceres y Badajoz con Casti-
lla la Vieja; y el ferro-carril del Norte, en su paso
])or Avila, de que luego nos ocuparemos, ha de re-
portar cuantiosos rendimientos con los importantes
accesos de esta necesaria via. De su actual estudio y
estado se ha dado también razón al hablar de las ac-
tuales carreteras.
Camino de Vülatoro para llegar por Piedrahita
¡j el Barco áB([jar. — Afortunado es el Valle-Amblés
con las dos vias que le atraviesan , y que, naciendo
juntas en su salida de Avila, se separan diagonal-
mente , para aproximarse á los pueblos del Sur de su
llanura la calzada del puerto del Pico , y á los de su
Norte el nuevo camino que conduce por Piedrahita á
Béjar. Es el que en la nota que precede de la=i carrete-
ras de la Provincia, lleva por nombre de Sorihuela á
Avila, y, según ella, se halla ya terminada, y remo-
vidos todos los obstáculos naturales que se oponían
á un fácil tránsito en tan fragoso y desigual terreno.
Caíiiino de Salamanca. — En el lamentable estado
de nuestras comunicaciones, marchábase sin camina
ñrme desde Salamanca á Madrid, atravesando la
provincia de Avila, sufriendo todo género de peli-
gros. En muchos puntos de la tierra llana, y muy
señaladamente en la ler/tca negra (por la fuerte miga
fie su terreno), á las inmediaciones de Fontiveros,
atollábanse los coches, galeras y recuas, y hasta los
294 lüSTORiA di: avila.
viajeros á caballo necesitaban á las veces de grandes
auxilios para salir á tierra firme : y el peligroso vado
del Adaja entre Villanueva de Gómez y Blasco San-
cho , donde los transeimtes , ya en ruedas , ya á ca-
ballo, tenian que ser trasbordados á la opuesta mar-
gen del rio en hombros de los vadeadores, que tan afa-
nosamente ganan su vida, dará una ligera irlí^a de lo
intolerable de tal travesía: en el invierno ni aun así
se pasaba, y era necesario hacer el gran rodeo de
tocar en Arévalo. Conocedor práctico de tantos peli-
gros el autor de esta Reseña , tuvo la fortuna de ob-
tener del ánimo bondadoso de la Reina Gobernadora,
augusta madre de S. M. la Sra. Doña Isabel II, cuan-
do á sus órdenes desempeñaba el Ministerio de la Go-
bernación en el año de 1839, que se declarase carre-
tera general la que , saliendo de Madrid y debiendo
tocar hasta la línea de Portugal, pasaba por Avila y
Salamanca. Desde entonces, con los sucesivos es-
fuerzos hechos por ambas provincias , siempre ayu-
dadas del Gobierno, comenzó á abrirse este camino.
Acertados proj^ectos ])Osteriores han combinado el
beneficio de estas y otras muchas provincias, llevan-
do ya casi á cabo la importante carretera, que, cor-
riendo por la de Zamora , abre un nuevo camino á
Galicia por las Portillas en la de Orense.
Camino de Valladolid. — VinélQ^o^ también mu-
cho que sea harto difícil y peligroso el corto espacio
de cuatro ó cinco leguas que al Norte de Avila cor-
ren hasta empalmar con el camino real que de Ma-
drid conduce á la actual capital de Castilla, y tanto
más, cuanto que el hombre menos entendido com-
RESE.ÑA l'OLlTlCü-ClViL DL LA I'UOVINCIA. 295
prende cuan poco costoso es el poner siquiera tran-
sitable para carruajes la antiquísima calzada que á
Toledo , atravesando por Ming-orría j Santo Domin-
go, que por esta razón de las Posadas se llamaba, y
([ue, debiendo entrar ahora por Velayos en la nueva
entre Sanchidrian y Blasco Sancho, desde Burgos
conducía. Sensible es reconocer que hoy no hay ca-
mino de ruedas desde Avila á Valladolid en este es-
pacio, y si no se repara el que queda indicado, será
preciso hacer grandes rodeos, ora por Villacastin, ora
l^or la Morana. Y no basta decir que con la via férrea
está de sobra esta pequeña fracción de la carretera,
porque muchas personas tienen que hacer en ruedas
sus viajes á puntos transversales, abandonando el
tren, y se hallan sin carruajes para llegar al punto
que desean.
Ferro-carril del Norte.— hd, construcción de esta
importante via coronó los laudables y patrióticos es-
faerzos que los hijos y amigos de nuestra Provincia,
de todos los partidos, colores y matices políticos, ha-
bíamos hecho , cada cual en el círculo de su poder
y en el de sus influencias, declarando la ley en que
se decretó que , entre otros , Avila y Arévalo eran
puntos esenciales de la via férrea que, partiendo de
jladrid y pasando por Valladolid y Burgos, había de
terminar en el límite Norte del Reino. Y hoy que así
í'stá ejecutado y que ya no hay competencia, es con-
veniente publicar, para que se sepa, que la ley determi-
nó lo justo. Si se apetecía el camino que fuese de más
fácil construcción, y, por consiguiente, el más breve
cu su ejecución, el menos costoso, el que más mer-
29G lIlSlOr.lA DE AVILA.
cados y poblaciones hallase en su tránsito, y al que^
la? producciones de mayor número de provincias en-
riqueciesen, Avila reunía con grandes ventajas to-
das estas circunstancias, porque presentándose en
dirección á esta ciudad el punto más suave para el
jjaso de las montañas del Guadarrama, era al mismo
t"empo Avila el de la confluencia y cambio de los
])roductos de Extremadura, de Valladolid, Zamora,
Salamanca y otros mercados de Castilla. Lo que fal-
taba era describir su trayecto, que tenia que arrancar
necesariamente del Eeal Sitio de San Lorenzo. Y este
l^roblema se resolvió formando el gran ángulo, cuyo
vértice entre Madrid y Valladolid es cabalmente
nuestra capital, porque naciendo no lejos del Esco-
rial , en el límite Este entre Eobledo y las Navas del
iviarqués, muere en el límite Norte de la Provincia.
Aquí describiríamos paso á paso todo su curso ; pero
como es tan perfecto, tan científico, tan exacto y
hasta minucioso el que queda ya expuesto, lo cree-
mos de todo punto innecesario.
Olsertaciotí final sobre los caminos,— Qm^i^Q por
el vulgo que una vez explotada la via-férrea en su
tránsito por la Provincia, es inútil pensar ya en la re-
]) iracion y en las mejoras de los caminos á Madrid y
Valladolid, prometiéndose encontrar así una laudable
economía; y es indispensable desvanecer tal error;
antes al contrario, nunca hay mayor necesidad de em-
])render nuevos caminos, de conservarlos actuales y
de descender á la mejora de los vecinales, que cuando
\i\\ ferro-carril pasa á las inmediaciones. Semejantes
estas grandes vias á las grandes arterias y grandes
RESEÑA rOLlTICO-ClVlL DE LA PROVINCIA. 297
veuas del cuerpo humano, que respectivamente dan y
reciben la sangre, que va y vuelve sin cosar al cora-
zón, y que necesitan del más perfecto equilibrio y buen
estado, hasta de los más pequeños vasos sanguíneos
de nuestro organismo, así el ferro-carril necesita en
nuestra Provincia, como en todas las que le tienen,
]).ira dir y to.nar fácilmente viajeros y mercancías
que acudan á sus estaciones, de las grandes vias or-
dinarias, que son las carreteras; que á ellas accedan
otras mcno.-i importantes, y que estas se vaj'an di-
vidiendo y subdividicndo hasta llegar á cada pueblo,
y si es posible á cada heredamiento.
Y la experiencia demuestra ya á mi país , como
lo ha demostrado en otras muchas provincias, que al
año de estar en uso la via-férrea se han abierto y re-
])arado muchos caminos, que sin ella, ó se hubiesen
abandonado ó no se hubieran construido jamas. Tal
03 la benéfica influencia que derrama á muchas le-
guas de sí cada ferro-carril.
Y nuestra Diputación Provincial, bien convencida
de tal verdad, ha hecho y está haciendo grandes es-
fuerzos para abrir comunicaciones en los puntos má>;
fragosos del país.
La Procincia de Axila no necesita de las pruuuc-
ciones y recursos de otras para cubrir sus ordinarias
é imprescindibles necesidades con cómoda abundan-
cia: es digna de ser bien conocida, por los elementos
no explotados que encierra de riqueza, y de ser visi-
298 HISTORIA !1E AVILA.
tada por su amenidad j variados climas, por su com-
probada salubridad y por la belleza de sus pintores-
cos paisajes.
En efecto, por más que no sea lialagiieño el as-
pecto industrial y mercantil que presenta, no es éste
motivo suficiente para que sus naturales , á quienes
animan pensamientos elevados, dejen de alentar á sus
honrados compatricios a que hagan esfuerzos para
mejorar, en este punto, de situación, cuando por otra
parte es innegable que es creciente el desarrollo de
su riqueza de treinta años acá , evitando así la ex-
portación de caudales de la Provincia.
Pero aunque un hado fatal proscribiese eterna-
mente de nuestro país los progresos manufactureros,
son todavía de tal y tan buena y tan segura produc-
ción los elementos constantes de su existencia, que
si nunca pudiera llegar á llamarse rico, puede no
obstante afirmarse que tampoco jamas se verá extre-
madamente pobre. Sí; la Provincia en sus productos
naturales tiene efectivamente la riqueza suficiente
para subvenir á todas sus necesidades. Dulce y sa-
tisfactoria es tal idea para sus buenos hijos; pero no
basta indicarla como un afecto del corazón, es nece-
sario demostrarla con los cálculos de la Estadística y
con la favorable inclinación que las exportaciones de
sus productos y las importaciones de aquellos que
consume y de que carece, presenta en una buena
balanza comercial.
Si sus granos y legumbres de todas especies, y
señaladam^ente el trigo, el garbanzo y la aluvia (')
judía seca: si sus ganados lanar, cabrío y vacuno.
KüSEVV I'OLITICO-CIVIL DE LA PROVINCIA. 299
así los que se destinan al consumo de carnes , como
al servicio del cultivo y del transporte, á que debe
agregarse la abundante cria del caballar, que dia-
riamente se mejora; si sus lanas merinas y bastas:
si sus linos; si sus frutas de estío y de invierno; si
la patata y la castaña, y si sus vinos y aceites, que
son los elementos más pingües y seguros de su ri-
queza, no sólo surten abundantemente al país, sino
que proporcionan considerables extracciones fuera de
la Provincia; si sus maderas de construcción , sus le-
ñas j carl)ones también producen transportes de im-
portancia : si sus frescos pastos acogen en el venino
muchísimos ganados de las provincias aledañas; si sus
clarísimas g-argantas y rios dan abundantes y delica-
das truchas para el consumo dei país y para una cons-
tante granjeria, conduciéndolas ala corte; si, auiique
toscos y groseros, producen para el uso del pueblo sus
linos lienzos , y paños sus lanas . sin mendigar para
los tejidos de una ni otra clase, ni telares, ni bata-
nes; si las fábricas de sombreros de Avila, Piedrahi-
ta y otros pueblos; si las hilazas que exporta Béjar;
si la loza encarnada de la capital, de Tiñosillos y
otros lugares ; si las fábricas de papel de la Adrada;
si los martinetes de cobre de Arenas y del Barco : y
si los magníficos lavaderos de lanas finas del Barco
y de Bonilla son siquiera elementos indicativos de su
industria actual, que tanto pudiera ensancharse: si
es prodigiosa la cantidad y muy estimable la calidad
de sus minerales de basalto , ocre , hierro , cobre, plo-
mo y plata do que dan claro testimonio las minas en
otro tiempo beneficiadas, y las nuevas descubiertas
300 UiSTORIA LE AVILA.
eii Arenas, Arenul, Caiideleda, Guisando, Pedr:>
Bernardo, los Patos y otros muchos puntos; sino
menos abundan sus montañas en pizarras lumi-
nosas, muy convenientes para pavimentos, y e:i
hermosos mármoles y jaspes de caprichosos colores,
de que aparecen pruebas inequívocas, entre otras
tantas que pudieran citarse, en la capilla de San
Pedro de Alcántara en Arenas ; si es considerable el
número de arbustos y plantas medicinales y tintó-
reas en todas sus sierras; si la miel que rinden los
colmenares que ellas encierran es tan sabrosa como
apreciada; y si otras varias y diversificadas produc-
ciones naturales y artificiales rinden, aunque en
menor escala, valores considerables á nuestro país,
evitando en igual proporción el sacrificio que exi-
giría la introducción de otros tantos productos ne-
cesarios á toda su población, que, generalmente
hablando, es harto modesta, sencilla y extraña á
todo lujo ; y sobre todo si esa pequeña , ruda y
estacionaria industria, debida en gran parte al apro
vechaniiento de algunos de los infinitos y prodigio-
sos saltos de agua que se pierden, sirve al menos
de señuelo para que sean conocidos y puedan ser
utilizados en más ricos é importantes establecimien-
tos industriales, donde los naturales y forasteros-
empleen sus capitales con utilidad propia de la Pro-
vincia, dando ocupación á muchos jornaleros; es
evidentemente claro que mientras esto no suceda , y
considerada nada más que como hoy se encuentra,
exportando sus cereales , sus frutas , sus lanas, ga-
nados y maderas , la provincia de Avila , gracias á
nrsKÑA roLiTico-civii- F'E h promncia. íOl
la divina rrovidcncia , tiene la fortuna de reunir
elementos bastantes de riqueza para garantir toda?
las necesidades de la vida.
Lo manifestado hasta aquí , relativo á su pinto-
resca situación geográfica, á sus sierras, valles y
rios, á las ricas y abundantes producciones de su
cultivo y ganadería, y á los imperfectos, pero útiles
resultados de su industria , no es exageración hija
del amor al país. No tiene, no, la provincia de Avi-
la que envidiar la salubridad, la belleza, la frescura,
la amenidad, la abundancia y diversidad de sus car-
r.es y pesca dulce , de sus delicadas frutas y de todo
género de subsistencias á las agradables y justa-
mente celebradas y concurridas del Norte de España ,
muy conocidas y visitadas por el autor de esta obra,
para ofrecer al viajero una deleitosa estación en el
estío, y aun una templada y muy higiénica morada
contra los rigores del invierno. Otras son las causas
(que fácilmente pueden desaparecer, como hijas, no
de la naturaleza, sino únicamente de la opinión, una
vez bien conocido el país) de que hoy no sea m.á«
frecuentado de forasteros, convirtiéndose en una jor-
nada de placer para muchas familias acomodadas de
la corte en los ardores del verano, y señaladamente
para los que son hacendados en sus distintos parti-
dos : y puesto que las vias de comunicación se van
facilitando más cada dia, sépanlo mis paisanos para
que se üediquen los que en ello se interesen al útil y
conveniente tráfico y ejercicio del hospedaje, propor-
cionando comodidad y bienestar al viajero; y sépanlo
á su vez los forasteros para que se persuadan de que
302 HISTORIA DE AVILA.
soii mlij dignas de su esparcimiento , de su estudio
y admiración las enormes y rudas montañas, los^
amenos y profundos valles, las ruidosas cascadas,
los impetuosos torrentes, los espesos montes, que
mantienen corzos , cabras monteses y jabalíes, y, en
iin, los admirables horizontes con que el cielo, en su
clemencia, embelleció mi país.
RESEÑA PERSONAL POLÍTICO-CIVIL
EN EL xMAS LATO SSISTIDO DE ESTE EPÍGRAFE.
A la Reseña político-civil que acabo de escribir.
iv^lativa en su esencia á las cosas ó elementos mate-
riales y morales que constituyen la Provincia, sigue
la concerniente á las personas , tomando este nom-
bre en la acepción de personas políticas, públicas ó
de otro modo caracterizadas con un título social, que
directamente tenga relación con los cargos de que
hayan estado investidas; y de muchas de las cuales
habremos de hacer después mención especial en la
Historia. Califico, pues, esta reseña &q personal poli-
tico-ciml en el más lato sentido de su epígrafe, por-
que los individuos que la componen corresponden
en todos sus ramos á lo que se llama Estarlo civil,
on contraposición de lo que pertenece ó atañe, bajo
cualquier aspecto, al Estado eclesiástico.
Y para exponerla con la más conducente clari-
dad, la divido en dos secciones : una la político-elec-
toral de la Ciudad sola ó de toda la Provincia: otra
la exclusivamente militar, porque procede ya de los
cuerpos creados con los hijos de la Provincia, ya de
los institutos científicos, que perteneciendo al ejer-
cito en general la han enaltecido con su permanen-
304 HiSTonjA ce avila.
cia en ella de más ó menos duración. En el texto de
la Historia, y en sus respectivos períodos, hablare-
mos más detenidamente de ellos.
RESEÑA político-electoral
LE LA CIUDAD Y AKTIGUA TIERRA DE AVILA Y DE SU PROVINCIA.
Tampoco podia pa=:ar en olvido, en nuestra época
do Gobierno constitucional representativo, la reseña
político-electoral de la Ciudad v Provincia en muy
distintos tiempos, de que lie podido adquirir noticias
exactas, en cuanto contiene, si bien lamentando al-
guna omisión y algún defecto , que no me ha sido
posible evitar, á pesar de haber practicado las más
esquisitas diligencias en busca de datos oficiales , ó
por lo menos fidedignos.
Comprende, pues, esta reseña la noticia de los
Procuradores de la Ciudad de Avila en las antiguas
Cortes de León y Castilla, desde las celebradas en
Burgos en 1315, hasta las últimas reunidas en Ma-
drid por D. Felipe IV en 1634, y las generales del
Reino por la ilustre casa de Borbon, desde D. FeH-
pe Ven 1712 y 1713, hasta las de 1832 por D. Fer-
nando Vil; los Diputados á las modernas Cortes
constitucionales, desde las Constituyentes en Cádiz
do 1810 alas ordinarias de 1813 y 1814, y de 1820
á 1823: los Procuradores á las convocadas por Esta-
mentos para 1834 y 1838, y los Diputados, ya en Cor-
RESEÑA PtRSO.NAL rOIITlCO CIVIL. 305
tes constituyentes, ya en orJinarias, desde 1836 has-
ta las actuales de 1872. Incluyese también la enu-
meración cronológica de los Senadores, ora propues-
tos por la Provincia y elegidos por la Corona , ora
vitalicios de exclusivo nombramiento real , pero que
antes habian sido Diputados ó S3nadores electivos,
cuyo catálogo principia en 1837 y termina en 1868;
y finalmente, los Senadores de absoluta y exclusiva
elección popular, desde que se publicó la Consti'u-
cion de 1869 hasta los que han pertenecido á las
Cortes de 1872.
Por último, como causaria suma extrañeza , y
con gran razón , que á este Nomenclátor político no
siguiese la noticia del restablecimiento y renovacio-
nes generales ó parciales de la Diputación Provin-
cial, con el variado número de sus individuos, según
sus respectivas épocas, publico la serie que com-
prende desde 1820 (y se interrumpe en 1822), cor-
riendo ya exacta desde 1835 hasta los actuales,
elegidos en 1871.
ANTIGUAS CORTES DE CASTILLA Y LEÓN Y GENERALES DE TODO EL REINO.
Solamente concurrían á ellas , en representación
del estado civil, los Procuradores que enviaban las
ciudades y villas que tenian el privilegio de voto en
Cortes, y la de Avila le ol)tuvo desde la más remota
antigüedad.
Este cuadro cronológico es (así debo persuadí r-
TOMO I. 20
306 HISTORIA DE AVILA.
meló) el más exacto que hasta hoy puede presentar -
se. Y lo digo con alguna confianza, porque no es en
su esencia mió : no he tenido en él más parte que la-
de inquirir y averiguar, proporcionarme y tener á la
vista los documentos de donde pudiera extractarle»
y creo que lo he logrado.
Es debido tan penoso y delicado trabajo á los
afanes incesantes de la Real Academia de la Historia
en la magnífica publicación que tiene comenzada de
las Cortes de León y Castilla: á la Colección, no me-
nos esmerada y luminosa, de las Actas de las Cortes
de Castilla , acordada por el Congreso de los señores
Diputados, que todavía está incompleta, y á los da-
tos especiales posteriores que he recogido en otras
obras históricas, ó que me han proporcionado las se-
cretarías y archivos de la Diputación Provincial y
Ayuntamiento de nuestra Ciudad ; y de todos estos
fidedignos documentos he formado el catálogo coor-
dinado que sigue á continuación.
CORTES DE LEÓN Y DE CASTILLA
putlicadas por la Real Academia de la Historia, y por el Congreso
de los Sres. Diputados.
Año 1115.— Reinado de Doña Urraca.
Concilium Ovetense, anno 1115,
Concilio de Oviedo.
Sanctius Abelensis Episcopus.
Sancho Obispo Abelense.
RESEÑA PERSONAL POLlTlCO-ClVlL. 307
1305.— Reinado deD. Fernando IV.
Ordenamiento otorgado á los Concejos de
los lugares de Castilla en las Cortes de
Medina del Campo, en el año 1305; fir-
ma entre otros de esta manera «D. Pedro
Obispo de Avila, conf. »
Por el profundo respeto qué debo á la Academia,
y por honrosa memoria de dos antiguos prelados de
la Iglesia de Avila , he creido oportuno no omitir en
este catálogo de sus Procuradores á las antiguas
Cortes el Concilio de Oviedo y el Ordenamiento de
Medina del Campo, si bien concurrieron á ambos por
su carácter de Obispos. Es de notar que los de Avila,
en el siglo xii, no se llamaban Abulenses , sino Abe-
lenses, y que el que asistió á las Cortes de Medina
del Campo, fué D. Pedro Luxán, según todo se de-
mostrará más adelante.
Año 1315.— Era 1353.— Reinado deD. Alonso XI.
Cuaderno de la Hermandad que los ca-
balleros hijos-dalgo y hombres buenos de
los reinos de Castilla, León, Toledo y las
Extremaduras hicieron para defenderse
de los tuertos y daños que les causasen
los tutores, durante la menor edad de
D. Alonso XI, aprobado en las Cortes
de Burgos, celebradas el año 1315 (1),
era MCCCLIII.
(1) AÑO. Era. — Como es la prl- en otras muchas, queremos 'lar á
mera vez que se présenla la ocasión nuestros paisanos la siguiente expli-
de emplear reunifios á la vez el Año cacio'i de amh:is palabras,
y la Era, que habremos de repetir Es sabido de t^doel mundo lile-
:^08 HISTORIA DE AVILA.
De Abila:
Gurci González é Fierran Blasquez é Goncalo
Gómez é Nunno Gómez é Blasco Munnoz Ffide
Esteuan Domingo é Don Matheos é Ssanclio
Sánchez , hermano de X uuno Gómez , é Gon-
zalo Aluarez é Cromez Gil é Goncalo González
Quexada é Johan Gómez Baylete é Fierran Sán-
chez Ffide Ssancho Crespo é Nunno Ferrandez,
ffijo de Vasco Ssanchez , é Ximen Nunno , ffijo
de Ffortun García é Don Mateos, ffijo de Munno
Mateos, é Pero Fferrandez de Vargas.
Extraño parecerá que concurriesen al otorga-
miento de este Cuaderno de Hermandad nada menos
(jue diez y seis representantes de Avila, pero al
examinar las actas de estas Cortes se ve que los de
otros territorios firmaban separadamente por los res-
pectivos pueblos de que procedían, mientras que los
de Avila firmaron juntos bajo el epígrafe Abila, que
comprende «la Ciudad y tierra,» frase constante-
mente usada desde la antigüedad en los documentos
avileses.
rario. que existe la diferencia de forma: Amius Erctt Re(/iií Aiigi-'x-
íreinta y ocho años entre la Era de ti (tantos). Por abreviar la fór-
Augusto y la Era Cristi ina. prece- muía se emplearon después soi;i-
diendo aquella á esta: así, por ejem- mente las iniciales de estas cuatro
pío, el año 138 de la Era 6 imperio ]ialabras, y como la A y la E unidis
ds Augusto corresponde al año ^(}U hacen en iatin un diptongo, resull'i
de la Era ó nacimit^nto de Cristo, que se leia ;EP>A. Su significaciíin
Pero es curioso saber por qué se siempre recordaba el tiempo del cni-
adopíó la palabra Era para signi- perador Augusto . y así se siguii'i
ficar un espacio de tiempo ó marcar usándola en (bastilla' hasta que eu »■!
una época. Consiste esto, en que año de su Era 1421, que corres-
para fijar el tiempo de un aconteci- ponde al de lo<S.5de la Era Cristiana,
miento posterior ya al año 71Í de la se comenzó á contar el tiempo desde
fundación de P.oma, en que Octavio la Natividad de N. S. Jesucristo, ¡mr
Augusto fundó el trono imperial ro- resolución del rey D Juan 1 en las
mano , se comenzó á usar de esta Cortes que celebró en Segovia.
F.KgEXA PERSONAL rOI.ITlCO-CtVlL. 309
Aüo 1.391 —Cortes de Madrid:
Alfonso González é Sancho Sánchez, pro(*urado-
res de Abila.
1521.— En la Coruüa, reinado de D. Carlos I:
Diego Hernández de Quiñones.
Sancho Zimbron.
1521.— Junta de Avila, en el mismo reinado, lla-
mada con poca exactitud Cortes, y con
mayor propiedad Comunidades de Castilla:
Antón Vázquez Dávila.
Sancho Zimbron .
1563.— En Madrid, reinado de I). Felipe II:
D. Enrique de Avila.
Lázaro de Salazar de Avila.
1566. -En Madrid:
Juan de Henao, regidor de la Ciudad.
Gilde Villalba, idem.
1570.— En Madrid:
Antonio del Peso, regidor.
Antonio de Ñuño Hierro, idero.
1573. -En Madrid:
Luis Nuuez Vela, regidor.
Diego de Tapia , idera.
1576. -En Madrid:
Juan de Ayala, regidor.
D. Pedro del Águila, idem.
310 HISTORIA DE AVILA.
1579 á 82.— En Madrid:
Licenciado Pacheco de Espinosa, regidor.
Rodrigo de Barrientos, idem.
1583 á 85.— En Madrid:
D. Pedro del Águila, procurador.
Ochoa de Aguirre, idem.
1586 á 88.— En Madrid:
Licenciado Diego Gasea de Salazar.
Vela Nuuez.
1588 á 90.— ídem:
D. Pedro del Peso.
Hernán de Guillamas.
1592 á 98.— ídem:
Gaspar de BuUon.
D. Diego de Rivera.
1598á601.— Reinado de Felipe III.— ídem:
D. Diego de Rivera Vázquez.
D. Francisco del Peso.
1602á604.— En Valladolid:
D. Diego de Rivera Vázquez.
D. Juan Serrano Zapata.
1607á611.— En Madrid:
Licenciado D. Juan Serrano Zapata.
D. Francisco Nuñez Vela de Acuña.
161 lá612.— ídem:
D. Antonio de Pedroso.
D. Pedro de Henao.
RESEÑA PERSONAL POLITICO-ClVlL. 311
1615.— En Madrid:
D. Antonio Soto de Barrientos.
D. Gabriel Pacheco.
1617á6:20.~Idem:
D. Diego de Avila de Tapia.
D. Gabriel Alvarez Cimbrón.
1621.— ídem:
D. Antonio dePedroso.
D. Juan Serrano.
1623á629. -Reinado de Felipe IV.— En Madrid:
D. Ñuño de Mujica.
D. Gonzalo Daza de Olivares.
1632á636.— ídem:
D. Sancho de Bullón.
D. Antonio de Avila, marqués de las Navas.
1638á643.-Idem:
D. Gerónimo Guillamas.
D. Dieg"o de Villabesa.
1 646 á 647.— ídem:
D. Gabriel de Barrionuevo.
D. Juan Vela del Águila.
1649 á 651.— ídem:
D. Antonio Vela de Tapia.
D. Antonio Pacheco Triviño.
1 655 á 658.— ídem:
D. Juan de Salcedo Guillamas.
D. Diego Gabriel del Águila.
312 HISTORIA UE AVILA.
1660á664.— En Madrid:
D. Pedro de Henao.
J). Alonso Calderón.
CORTES GENERALES DEL REINO.
1712á713.~-Eii Madrid.- Reinado deD. Felipe V.—
Convocadas para establecer un nuevo or-
den de sucesión en la Corona.
D. Diego Gabriel de Villalva.
1). Joaquín Bullón y Castejon.
1789.— ídem.— Reinado de D. Carlos IV.— Para
restablecer el orden antiguo en la suce-
sión de la Corona.
I). Fausto Cosío.
El conde de Ivangrande.
1833.— ídem.— Reinado de D. Fernando VIL —
Convocadas para la publicación de las
Actas de las Cortes de 1789, y Jura de
su hija doña Isabel como princesa de
Asturias.
D. Agustín Calvo y Calvo.
D. Fausto Aguado.
CORTES CONSTÍTUCMALES DEL REINO.
DIVISIÓN PO! iriCÜ-ELECTORAL BE LA PROVINCIA
EX ülSTliNTAS ÉPOCAS.
Como el Gobierno monárquico-representativo
que desde el año de 1810 se inauguró en este siglo
en nuestro país , y se ha ido organizando y rectifi-
cando , aunque con largas interrupciones y vicisitu-
des , ha dado ocasión á otra división territorial de la
Provincia bajo su aspecto electoral , y son de tener
muy en cuenta para quien se ocupe en la historia de
la última media centuria, así los diversos principios
políticos bajo los que la Provincia ha sido repre-
sentada en las Cortes del Reino , como la sucesión
de sus Diputaciones provinciales, nueva entidad
popular propia de las instituciones constituciona-
les, darán clara idea de estos acontecimientos, así
respecto de la variada división político-electoral de
la Provincia, como de las elecciones generales á
Cortes que ha celebrado, y de las renovaciones de su
Diputación Provincial, los breves extractos que á
continuación se estampan.
1810 á 12.— Convocadas Cortes generales y extra-
ordinarias por la Junta Central de gobier-
no, durante la guerra de la Independen-
cia y la cautividad del rey D. Fernan-
do VIÍ, se constituyeron en Cádiz en el
314 HisroniA de avila.
año de 1810: y como casi todo el territo-
rio de la Península se hallaba ocupado
por los franceses y no era posible la elec-
ción popular en las provincias, los res-
pectivos naturales de cada una , residen-
tes en la isla gaditana y territorio libre
de enemigos, eligieron Diputados por sus
respectivos países; y para representar
nuestra Provincia fué nombrado, como
natural de ella, el señor
D. Francisco de la Serna.
1813 á 14.— Publicada la Constitución de 1812, que
formaron las anteriores Cortes generales
y extraordinarias , convocáronse las pri-
meras ordinarias para 1.° de Octubre
de 1813, y debiendo durar solamente dos
años el cargo de la Diputación, fueron
elegidos en la Provincia por el método
electoral que la misma Constitución mar-
caba , y en virtud del cual le correspon-
dían dos Diputados, los señores
D. Juan Manuel Rengifo.
D. Luis Lujan y Monroy.
1820 á 21 . —Abolido el gobierno representativo cons-
titucional en Mayo de 1814, al regreso á
España del rey D. Fernando, fué resta-
blecido en Marzo de 1820; y convocadas
Cortes ordinarias á Madrid, con arreglo á
la Constitución , fueron elegidos por Di-
RESEÑA PERSONAL rOLITlCO-ClVlL. 315
putados de la Provincia para las legisla-
laturas de 1820 y 1821 los señores
D. Antonio de la Cuesta y Torre.
D. Eugenio de Tapia.
1822 á 23.— Renovada la elección general de Dipu-
tados para las nuevas Cortes ordinarias
de 1822 y 1823, recayó la de la Provincia
en los señores
D. Leandro Ladrón de Guevara.
D. José Cano.
1834á 36.— Derogado otra vez el sistema constitu-
cional en 1.° de Octubre de 1823 por el
mismo monarca D. Fernando VII, se ins-
tauró un nuevo gobierno representativo,
en 10 de Abril de 1834, bajo las formas
que prescribía el Estatuto Real , creando
dos Estamentos, el de Proceres, de nom-
bramiento de la Corona , y el de Procura-
dores , de elección popular ; y en su vir-
tud fueron nombrados por la Provincia,
en 30 de Junio del mismo año de 1834,
para su reunión en 24 de Julio siguiente,
como miembros del de Procuradores , los
señores
D. José Somoza.
D. Juan Domin2"0 Balmaseda. — Y por su dimisión
D. Patricio Martin del Tejar.
1836.— Habíase hecho nueva elección general
para el Estamento de Procuradores en 13
316 HISTORIA PE AVILA.
de Julio de 1836, porque estaban convo-
cadas las Cortes para Agosto del mismo
año; masa consecuencia de haberse resta-
blecido en el mismo Agosto la Constitu-
ción de 1812, no pudieron ejercer su car-
go de Procuradores los elegidos por hi
Provincia, que lo fueron los señores
D. Eugenio de Tapia.
D. Leandro Ladren de Guevara.
D. Mariano José de Larra.
1836 á 37.— El nuevo gobierno constitucional convo-
có Cortes Constituientes para la revisión v
reforma de la Constitución de 1812, y á
este objeto resultaron nombrados por la
Provincia en 2 de Octubre de 1836, para
su reunión en 24 del mismo, los señores
D. Juan Ruiz Cei'meño.
D. José Crespo y Velez.
D. José Somoza.
1837 á 38.— Publicada y jurada la Constitución
de 1837, por la que se crearon dos Cáma-
ras, el Senado, de propuesta populai*
y nombramiento real , y el Congreso d;3
Diputados, de pura elección popular,
habiéndose fijado su número á nno por
cada setenta mil almas ; estos podian du-
rar hasta cinco años en el ejercicio de su
cargo, y los Senadores, que eran tres
quintos del número de Diputados , se re-
novaban parcialmente en cada elección
KESEiÑA PERSONAL i-OLmcO CIVIL. • 317
general. Y en la primera, hecha en 22 cíe
Setiembre de 1837, para la reunión de la-^
Cortes en 19 de Noviembre, resultaron
nombrados Diputados los señores
D. Francisco Ao:ustin Sil vela.
D. Juan Martin Carramolino.
D. Agustín Mela.
1839.— Disuelto el primer Congreso de los Dipu-
tados en 1.° de Junio de 1839, con arre-
glo á las facultades de la Corona , y con-
vocadas nuevas Corte? para 1." de Se-
tiembre del mismo, quedaron elegidos
en 24 de Julio , como Diputados , los mis-
mos señores que lo fueron en las ante-
rioi'es
D. Francisco Agustín Silvela.
D. Juan Martin Carramolino.
D. Agüstin Mela.
1840.— Disuelto otra vez el Congreso de los Di-
putados en 18 de Noviembre de 1839, y
convocadas las Cortes para el 18 de Fe-
brero de 1840, fueron elegidos en 19 de
Enero para ocupar los asientos del Con-
greso los señores
D. Juan Martin Carramolino.
D. Andrés Caballero.
D. Juan Bravo M arillo.
]841 a 42.— Lanzada de su alto cargo de Regente y
Gobernadora del reino la reina n':adre
318 HISTORIA DE AVILA.
doña María Cristina de Borbon, por la re-
volución y levantamiento de Setiembre
de 1840; disuelto el Congreso en 11 de
Octubre siguiente, y convocadas las Cor-
tes por el Regente del reino , general Es-
partero, duque de la Victoria, para el 19
de Marzo de 1841 , fueron elegidos Dipu-
tados en 1." de Febrero, y representaron
la Provincia, los señores
D. Andrés Corsino Berualdo de Quirós.
D. Francisco Agustín Sil vela.
D. José xilonso,
1843.— En las elecciones generales verificadas
en 27 de Febrero de 1843. primera legis-
latura de aquel año, bajo la JRegencia del
duque de la Victoria, fueron elegidos Di-
putados, para su apertura en 3 de Abril,
los señores
I). José Alonso.
D. Francisco Agustin Silvela.
D. Antonio Zabonero dePiobles.
1843.— En la siguiente elección general, verifica-
da en 15 de Setiembre de 1843, segunda
legislatura de aquel año, que liabia de
abrirse en 15 de Octubre, fueron nombra-
dos Diputados por la Provincia , los se-
ñores
General D. Manuel de Mazarredo.
D. Francisco Ortiz de Taranco.
D. Andrés Corsino Bernaldo de Quirds.
RESEÑA PEliSONAL POLÍTICO CIVIL. 319
1844 á 45.— Convocadas nuevas Cortes para el 10 de
Octubre de 1844, por estar ya declarada
mayor de edad S. M. la reina doña Isa-
bel II, fueron elegidos Diputados, en 13 de
Setiembre , los señores
General I). Manuel de Mazarredo.
D. Juan Martín Carraniolino.
D. Francisco Ortiz de Taranco.
Y reemplazaron á los dos primeros en
elecciones parciales los señores
D. Valentín Sánchez Monge.
D. Andrés Caballero y Rozas.
SENADORES POR LA CONSTITUCIÓN DE 1837.
Eeformada en la última legislatura la Constitu-
ción de 1837 por la publicada y jurada en 1845, se
constituyó la Cámara del Senado en vitalicia y del
exclusivo nombramiento de la Corona. Pero los Se-
nadores que en toda la existencia de la Constitución
de 1837 procedieron de la propuesta de la Provincia
y nombramiento Real, renovándose por mitad en
cada una de las nuevas elecciones, lo fueron los
señores
D. Domingo Mela, que juró en 29 de Enero de 1838.
D. Antonio Solís, en 26 de Abril de 1838.
General D. Francisco Narvaez , en 17 de Setiembre
de 1839.
320 lílSTOKlA DE AVILA,
General D. José Ramón Rodil, en 6 de Abril de 1843.
D. Andrés Caballero, en 16 de Octubre de 1843.
ü. Leandro Ladrón de Guevara, en 25 de Noviem-
bre de 1843.
SIGUE LA ELECCIÓN DE SEÑORES DIPUTADOS.
1846 á 49.— Reducida ya la elección popular á sólo
la de señores Diputados, y aumentado su
número a cuatro por la Provincia, á razón
de uno por cada cincuenta mil almas , se
sucedieron en las legislaturas convocadas
para 31 de Diciembre de 1846 y las si-
guientes hasta 1849 inclusive, los se-
ñores
1). Juan Martín Carramoliuo , y por su cesación
D. Miguel Puche y Bautista, por Avila.
D. Juan Ruiz Cermeño, por Arévalo.
I). Nicolás Mélida, por Arenas de San Pedro.
D. Valentin Sánchez Monge, por Piedrahita.
1850.— Otra vez disuelto el Congreso de los Di-
putados, y convocadas nuevas Cortes
para 31 de Octubre de 1850, fueron non:-
brados en 31 de Agosto, por Diputados
de los cuatro distritos de la Provincia, los
señores
I). Miguel Puche y Bautista, por Avila.
I). Agustiu Alfaro, por Arévalo.
J). Nicolás Mélida, por Arenas de San Pedro.
J). Juan Ruiz Cermeño, por Piedrahita.
RESEÑA PEUSO.NAL POLlTICO-ClVlL. 321
1851 á 52.— Nuevamente disuelto el Congreso de los
Diputados, y precedida la elección en 10
de Mayo de 1851 para las Cortes convo-
cadas en 1," de Junio, fueron nombrados
respectivamente los señores
D. Ildefonso Salaya, por Avila.
D. Valentín Sánchez Mon;>-e, por Arévalo.
D. Nicolás Mélida, por Arenas de San Pedro.
D. Juan García, por Piedrahita.
1853á 54. — Convocadas nuevas Cortes para el 1." de
Marzo de 1853, previa la disolución del
Congreso , dieron las nuevas elecciones
verificadas en 4 de Febrero, el resultado
de ser elegidos por Diputados los señores
D. Ramón de Echevarría, por Avila.
D. Agustín Alfaro, por Arévalo.
D. Nicolás Mélida, por Arenas de San Pedro-
D. Juan García , por Piedrahita.
1854 á 56. — L'n nuevo levantamiento militar derrocó
el Gobierno establecido, poniéndose al
frente del que le sustituyó los generales
Espartero, duque la Victoria, y O'Don-
nell, conde de Lucena; se disolvió el Con-
greso; se dejó en suspenso y como objeto
de ulterior discusión la existencia del
Senado, y se convocaron Cortes Consti-
tuyentes para el 8 de Noviembre de 1854,
con objeto de formar una nueva Consti-
tución política. En ellas fueron diputados
por la Provincia, elegidos en 4 de Octu-
T05I0 I. 21
322 HISTORIA LE AVILA.
bre, no por distritos, sino todos juntos,,
con arreglo á la ley electoral de la Cons-
titución de 1837, los señores
D. José Antonio Miguel Romero.
D. Antonio Ossorio.
D. Juan Alonso Colmenares.
D. Vicente Hernández de la Rúa.
1856 á 58.— Una contra-revolución, verificada en
Julio de 1856, disolvió las Cortes Consti-
tuyentes , sin que llegara á publicarse la
nueva Constitución, obra de sus discu-
■ siones ; y restablecida la observancia de
la Constitución de 1845, convocadas Cor-
tes ordinarias para 1." de Mayo de 1857,
fueron elegidos diputados en ^5 de Marzo
anterior, los señores
D. Ramón de Echevarría , por Avila.
D. Agustin Alfaro, por Arévalo.
i). Nicolás Mélida, por Arenas de San Pedro.
J). Joaquin Escario, y en su lugar 1). Andrés Ca-
ballero de Rozas, por Piedrahita.
1859 á 60. — Disuelto este Congreso y convocadas
nuevas Cortes, fueron nombrados en 31
de Octubre de 1858, y se hallaron repre-
sentando la Provincia, los señores
D. Andrés Cahallero y Rozas, por Avila.
D. Agustín Alfaro, por Arévalo.
D. Nicolás Mélida, por Arenas de San Pedro.
D. Joaquin Escario, y por su r-enuncia desde Junio
de 1860, D. Amalio Marichaiar , por Piedrahita -
RESENA PERSONAL POLlTlCO-CIviL. o23
1803. — D. Francisco Caballero del Mazo, por Avila.
1). Vicente Hernández de la líua, por Arévalo.
D. Manuel Silvela, por Arenas de San Pedro.
D. Joaquín Escario , por Piedrahita.
1865. — I). Francisco Caballero del Mazo, por Avila.
D. Vicente Hernández de la Rúa, por Arévalo.
D. Manuel Silvela, por Arenas de San Pedro.
D. Manuel Sánchez Ocaña, por Piedrahita.
18()5. — D. .Toaquin Escario.
D. Manuel Silvela.
D. Francisco Caballero del Mazo.
D. Vicente Hernández de la Púa.
18()6. — D. Manuel Sánchez Ocaña.
D. Francisco Caballero del Mazo.
D. Manuel María Mariano.
D. Alberto Manso de Velasco.
Los senadores vitalicios , segiin la Consti-
tución de 1845 , que habían obtenido an-
tes el cargo de diputados por la Provincia,
y que sucesivamente fueron nombrados,
son los Excmos. señores
I). Andrés Caballero.
General D. Manuel Mazarredo.
D. Francisco Agustín Silvela.
General D. Francisco Narvaez , conde de Yumurí.
D. Juan Martin Carramolino.
D. Juan Bravo Muríllo.
D. Andrés Caballero del Mazo.
1868.— Triunfante la revolución en Setiembre, y
derrumbado el trono de la Sra. Doña Isa-
bel II, el Gobierno Provisional convocó á
324 HISTORIA DE AViLA.
Córte^ Constituyentes, y fueron elegidos
los señores
D. Manuel SÜTela.
D. Joaquín Escario.
D. Laureano Figuerola.
D. Cecilio Ramón Soriano.
Y por renuncia del Sr. Escario , que marchó á
la isla de Cuba como Intendente de ella, fué ele-
gido D. Francisco Silvela.
Publicada la Constitución de 1869, y con-
vocadas Cortes ordinarias para elegir di-
putados y senadores, fueron los diputa-
dos por distritos los señores
Marqués de Sofraga, por Avila.
D. Francisco Silvela, por Piedrahita.
Duque de Veragua, por Arévalo.
Marqués de Santa Marta, por Arenas.
y habiendo optado por el distrito de Cór-
doba el marqués de Santa Marta, fué ele-
gido
D. Zoilo Pérez.
Senadores:
D. Manuel Silvela.
D. Fernando Blanco, obispo de Avila.
Duque de Abrantes.
D. Valeutin Sánchez Monge.
Pero habiendo renunciado el Sr. Obispo
Blanco la Senaduría, optado el señor du-
que de Abrantes por la de Granada, y
RESEÑA PERSONAL POLlTlCO-ClVlL. 325
110 habiendo comprobado sus calidades el
Si*. D. Valentín Sánchez Monge para ser-
lo, fué el único representante de la Pro-
vincia en el Senado el señor
D. Manuel Silvela.
Disueltas estas Cortes en 187.2 y convo-
cadas otras ordinarias, han sido elegidos
para Diputados :
D. José Cadenas, por el distrito de Avila.
D. Celestino Rico, por Piedrahita.
D. Francisco Pindado, por Arévalo.
D. Juan Domingo Pinedo, por Arenas.
Para Senadores:
D. Juan Martin Carramolino.
Marqués de la Torrecilla.
D. Justo Pelayo Cuesta.
D. Manuel Sánchez Ocaña.
Cuyos cargos desempeñaron todos, á excepción
del Sr. Pindado, que no llegó á presentarse. El Con-
greso y el Senado faeron disueltos en 28 de Junio
de 1872.
326
HISTORIA DE AVILA.
DIPUTACIÓN PROVINCIAL.
Cuadro de las elecciones que han tenido lugar en la Provincia para la
reinstalación y renovaciones sucesivas de su Diputación Provincial,
desde su restablecimiento en el año de 1820 hasta el de 1871 , con
la indicación de sus fechas, y de las leyes, decretos y Reales órde-
nes que se expidieron al efecto, como producto de los diversos
sistemas políticos que se han sucedido (i).
Instalaciones.
Renovaciones.
risijosiiiones.
18 Novbre de 1835.
Nueva y total.
Real decreto de 21 Setiem-
bre de 1835.
5 Enero de 1838...
Total
Decreto de las Cortes de 31
Agosto de 1837.
l.°Enerodel841...
Total
Real decreto de 14 de Oc-
tubre de 1840.
l."Novbrede 1843..
Total
Real decreto de 23 Agosto,
de 1H43.
15 Agosto de 1847..
Total
Real decreto de 30 de Ju-
nio de 1847.
15 de Abril de 1850.
Mitad
Real decreto de 28 Enero
de 1850.
2 de Abril de 1852.
Mitad
Ley orjjránica del año 1845.
17 Aj^osto de 1854..
Total
Real decreto de 7 Agosto
de 1854.
29 Febrero de 1858.
Total
Reales órdenes de 10 y 20
de Agosto de 1855.
11 Dicbre. de 1856.
Total
Reales órdenes 18 Octubre
Y 15 Novbre. de 1856.
18 Julio de 1858
Total
Real decreto de 23 Mavo
de 1858.
4 Abril de 1860..
Mtad
Real decreto de 6 de Fe-
brero 1860.
(1) No ha sillo posible hallar, á hiciera de los papeles de la Diputa
Cdiisecuencia de lus trastornos |K)1í- ''i'»" ni vrr snnrimirlA en ÍS4 í vl824
ti'OS anteriores y de la distribución,
*i" duda poco regularizada, que se
hiciera de los papeles de la Diputa-
ción al MT sujirimida en 181 í y 1824,
km liliros de actas en aue debían
IOS libro.-í de actas en que ucului
constat sus inslaiaciones y ios nom-
RESEÑA PEP.SOWL POLITlCO-CiVlL. 32'
DIPUTADOS.
Aüo 1820. —Los señores
I). Leandro José Ladrón de Guevara.
1). José Cano.
D. Juan Lorenzo Fernandez.
D. Manuel Grande.
D. José Fragua.
D. Manuel de la Peña Granizo.
1835. — D. Luis Arrabal, por Avila.
D. Domingo Mela, Arévalo.
D. José Ruiz , Arenas.
D. Juan García, Barco.
I). Andrés Corsino Bernaldo de Quirós, Ce-
breros.
D. Roque García, Piedr;ihita.
1836. — D. Luis Arrabal, Avila.
D. Joaquiu Pérez, ídem.
D. Pedro Gutiérrez Lamadrid, Arévalo.
D. Juan García, Barco.
D. JuanDiaz Corralejo, Cebreros.
D. Andrés Corsino Bernaldo de Quirós, ideru.
D. Gaspar Domínguez, Piedrahita.
1838. — D. Joaquín Muñoz de Cossío, Avila.
D. Dionisio Jiménez Salvadios, idem.
D. Antonio María Perrino, Arévalo.
hn;s do los Dii)uU(los que lo fueron portantps. en cuyo.nurso y resolución
«•n ambas lípocus, por más esfíiorzos apart^ccrán los SeñurHs que asistie-
que ahora se han lieclio paraliallar- ron á las scs'iDnes en que los nego-
!iis. Todavía queda un nipdio piri rins de quí fu'^ron objeto se Ira-
llenar fste vacío, y es el de estudiar taron.
con detención los e.xpcdienleá im-
328 HISTORIA DE AVILA.
D. Benito Buitrao-o y Vinuesa, Arenas.
D. Manuel de la Peña, Barco.
D. Pedro Tomás Bernaldo de Quirós, Cebreros.
D. Miguel Bueno , Piedrahita.
1841. — D. Luis Arrabal, Avila.
D. Joaquín Pérez, ideui.
D. Antonio Osorio, Arévalo.
D. Manuel Sanz , Arenas.
D. Juan Hernández, Barco.
D. Pedro Tomás Bernaldo de Quirós, Cebreros.
D. Tomás Gómez, Piedrahita.
1843.— D. Luis Arrabal, Avila.
D. Joaquín Muñoz de Cossío, idem.
D. Julián Guerra, Arévalo.
D. Vicente Cuadrillero, Arenas.
D. Rafael Jara, Barco.
D. Laureano Diaz, Cebreros.
D. Valentín Sánchez Monge, Piedrahita.
1847. — D. Alejandro Gutiérrez, Avila.
D. Enrique Aboin Coronel, idem.
D. Jorge del Fresno, Arévalo.
D. Benito Buitrago, Arenas.
D. Manuel Carrasco, ideai.
D. Rafael Jara, Barco.
D. Vicente Andrés de Segovia. Cebreros.
D. Manuel Carmena, Piedrahita.
D. Mariano Domínguez, ídem.
1850. — I). Alejandro Gutiérrez, Avila.
D. Enrique Aboin Coronel, idem.
D. Jorge del Fresno, Arévalo.
D. Benito Buitrago y Vinuesa, Arenas.
I). Feliciano López, idem.
D. Rafael Jara, Barco.
RESEÑA PERSONAL POLlTlCO-CIVlL. 329
1). Vicente Andrés de Seg'ovia, Ccbreros.
I). Mariano Domins-uez, Piedrahita.
i). Pedro Antonio Hernández de Lorenzo, ídem.
1852.— 1). Alejandro Gutiérrez, Avila.
1). Antonio Osorio, Arévalo.
1). Benito Baitrago y Vinuesa, Arenas.
1). Rafael Jara, Barco.
D. Ildefonso Bernaldo de Quiros, Cebreros.
D. Vicente Andrés de Segovia, idem.
D. Mariano Domiuguez, Piedrahita.
D. Pedro Hernández de Lorenzo, idem.
D. Juan }.íanuel Barco, idera.
1854. — D. Alejandro Gutiérrez, Avila.
D. Calixto Benito, idem.
D. Antonio Osorio, Arévalo.
1). Leandro José Ladrón de Guevara, Arenas.
D. Rafael Jara, Barco.
D. Pedro Tomás Bernaldo de Quiros, Cebreros.
1). Isidro Sánchez de Rivera, Piedrahita.
1856.— D. Alejandro Gutiérrez, Avila.
D. José Mela, Arévalo.
D. Gerardo Gómez Miranda, Arenas.
D. Pascual Fidalgo, Barco.
D. Juan Navas, Cebreros.
D. Francisco Ortiz Urrero, Piedrahita.
1856. — D. Enrique Aboin Coronel, Avila.
D. José Delgado, idem.
D. Simen Marazuela, Arévalo.
D. Vicente Cuadrillero, Arenas.
I). Fernando García Oca ña, idem.
J). Zacarías Madrigal, Barco.
D. Ángel Jiménez, Cebreros.
D. Pedro Hernández de Lorenzo, Piedrahita.
330 HISTORIA DE AVILA.
D. Zíliguel Bueno, Piedrahit:i.
1S58. — D. Joaquín Muñoz deCossio, Avila.
D. Enrique Aboiu Coronel, idem.
D. Felipe Porrino, Arévalo.
D. Luis Lujan, Ar.^nas.
D. Joaquín Manzanares, Cebreros.
D Isidro Sánchez de Rivera, Piedrahita.
D. Zacarías Hernández de Lorenzo, idem.
18G0. — D. Joaquín Muñoz de Cossío, Avila.
D. Enrique Aboin Coronel, ídem.
D. Jerónimo Marazuela, Arévalo.
D. Gregorio Jiménez Millan, Arenas.
D. xlamon López , ídem.
J). Fernando González, Barco.
I). Joaquín Manzanares, Cebreros.
I). Isidro Sanr-hez de Kivera, Piedrahita.
D. Zacarías Hernández de Lorenzo, ídem.
1S61. — D. Joaquín Muñoz de Cossío, Avila.
I). Enrique Aboin Coronel, idem.
I). Jerónimo Marazuela, Arévalo.
D. Gregorio Jiménez Millan, Arenas.
I). Joaquín Manzanares, Cebreros.
D. Isidro Sánchez de Rivera, Piedrahita.
D. Ramón López, idem.
D. Fernando González, Barco.
1S65. — I). Joaquín Muñoz de Cossío, Avila.
D. Enrique Aboin Coronel, idem.
D. Agapíto Segovía , Cebreros.
I). Fernando González, Barco.
I). Juan García, Piedrahita.
I). Juan Francisco Hernández, ídem.
D. Jerónimo Marazuela, Arévalo.
D. Pedro YillareaL Arenas.
RESECA PZnSO-XAL í'OLITiCü-ClVlL. 331
1866. — D. Joaquín Muñoz de Cossío, Avila.
D. Eurique Aboiu Coronel, idem.
D. Agapito Segovia, Cabreros.
D. Fernando González, Barco.
D. José González Rivera, Arenas.
D. Plácido Rodríguez Solís, Piedrahita.
D. Juan Francisco Hernández, idem.
D. Fructuoso Montalvo, Arévalo.
1867.— D. Fernando González, Piedrahita.
D. Antonio Hernández y Domínguez, idem.
D. Pío del Castillo, Avila.
1). Mariano Aboin Coronel, idem.
D. Patricio Martin Marrupe, Arenas.
D. Antonio Yalcárcel, Arévalo.
D. Pablo Sánchez Mouge, idem.
D. Vicente Segovia, Cebreros.
La Diputación anterior duró hasta 29 de Octubre
do 1868. Triunfante la revolución de 1868, se reem-
plazó con la siguiente
IMPUTACIÓN NOMBRADA POR LA JUMA REVOLUCIONARIA CREADA
EN LA CAPITAL DE LA PROVLNCLV.
\
D. Alejandro Gutiérrez, Avila.
D. Calixto Benito, idem.
D. José Olleros Pérez, Piedrahita.
D. Plácido Rodríguez Solís, idem.
D, Félix García Panco, Arévalo.
D. Antouino Ramos, Cebreros.
1). Bernardo Villegas, Arenas.
D. Pedro López Huerta, Barco.
En virtud de la circular del Ministerio de la Go-
332 KLSTORIA 'JE AVILA.
bemacion de i2 de Noviembre del mismo aüo, que-
dó reducida á un solo Diputado por partido judicial,
que lo fueron los señores
D. Alejandro Gutiérrez, Avila,
D. Antonino Ramos, Cebreros.
D. José Olleros, Piedrahita.
D. Juan Méndez, Arenas.
D. Jerónimo Marazuela, Arévalo.
Se reconstituyó en virtud de Real orden de 17 de
Marzo de 1870, en la forma siguiente:
D. Rafael Serrano, Avila.
D. Alejandro Gutiérrez, idem.
D. José Olleros, Piedrahita.
D. Vicente Lunas, idem.
D. Telesforo Gómez Rodriguez, Arévalo.
D. Ildefonso Bernaldo de Quirós, Cebreros.
D. Manuel Magan, Arenas.
En 17 de Febrero de 1871, por la ley orgánica de
Diputaciones, se formó la siguiente:
Partido de Avila.
U. Juan Climaco Sánchez, Avila.
D. Santiago Alonso Perote, idem.
D. Rafael Serrano Brochero, Muñaua.
I). Lucio Sánchez Albornoz, Navatalgordo.
D. Pablo Amores Bueno, Padiernos.
D. Francisco Benito Nebreda, San Juan de la
Encinilla.
D. Juan Blazquez, Vadillo de la Sierra.
D. León Castillo y Soriano, Vela vos.
RESEÑA PERSONAL POLITíCO-CiVlL. 333
Partido de Arenas.
D. Luis López, Arenas.
D. Quiterio Jiménez Millan, Poyales del Hoyo.
D. Manuel Magan, Casavieja.
D. Pedro Gómez de la Majada , Mombeltran.
Partido de Arévalo.
D. Pedro Delgado y Martin, Adanero.
D. Telesforo Gómez Rodriguez, Arévalo.
D. Pablo Sánchez Monge, Crespos.
D. Agustín Mela, Madrigal.
D. Mariano López Mela, Fontiveros.
Partido de Cebreros.
D. Tomás Pérez González , Cebreros.
D. Mariano Dompablo, Barraco.
D. Laureano Cifuentes, Adrada.
D. Ildefonso Berualdo de Quirós, Navas del
Marqués.
Partido de Piedrahita.
D. José Olleros Pérez , Piedrahita.
D. Miguel Ramírez , Bonilla de la Sierra.
D. Francisco Javier Pérez , Navaredonda.
D. Juan García, Barco.
D. Vicente Lunas, Horcajada.
D. Juan Lorenzo Martin del Rio, Umbrías.
Por la renuncia de D. Luis López lo es en la ac-
tualidad D. Joaquín Buitrago, por Arenas.
Y por la de T). Telesforo Gómez Rodriguez,
D. Román Martin Eernal, por Arévalo.
334 HISTORIA DE AVILA.
MESA.
Presidente de la Diputación , D. Agustín Mcla.
Vicepresidente, D. Vicente Lunas.
Secretarios: D. Laureano Cifuentes y I). Fran-
cisco Benito Xebreda.
COMISIÓN PERMANENTE.
D. Tomás Pérez y González, vicepresidente.
D. León Castillo y Soriauo.
D. José Olleros y Pérez.
D. Pedro Gómez déla Majada.
D. Mariano López Mela.
Y habiendo sido nombrado gobernador de la
Provincia el Sr. I). Tomas Pérez González
cuando esta nota se escribe . ha quedado va-
cante la diputación por Cebreros.
EMPLEADOS PERMANENTES JEFES DE LAS DEPENDENCIAS
DE LA DIPUTACIÓN.
D. Carmelo Calvo y líodriguez, .secretaría.
D. Antonio Gil de Albornoz, contaduría.
D. Juan Sánchez Albornoz, depositaría.
RESEÑA MILITAR.
De Igs instituciones militares que constituyen en su más lato senlido
parte integrante de la Reseña político-civil de ía Provincia.
Inútil , y más que inútil imposible, seria dar pun-
tual noticia de las fuerzas que aprestaban Avila y
sus comarcas para formar la milicia eventual que sus
RESEÑA l'ERSO.NAL POLlTICO-ClVlL. 335
cabos comandaron bajo el glorioso pendón de su
Concejo desde la repoblación de la Ciudad en el si-
glo XI hasta fines del xv , á que concurrió en la fe-
liz conquista de Granada. De esto daremos cuenta
ocasionalmente en la Historia. Aquí queremos sólo
hacer mención de las fuerzas militares constituidas
en cuerpos ya constantes, disciplinados j regidos
por sabias ordenanzas y reglamentos, que enaltecen
la fama de la Provincia; si bien en el texto histórico
daremos razón más circunstanciada de sus respecti-
vos méritos y servicios. Tales son su Regimiento
provincial, la Real Escuela Militar, el Regimiento
de Voluntarios en la guerra de la Independencia, y
el Real y militar Cuerpo de Ingenieros.
REGIMIENTO PROVINCIAL DE ÁVILA.
De los gloriosos veteranos que asistieron á la
conquista de Granada por los Reyes Católicos, pro-
cede la creación de los regimientos provinciales ; de
ellos se organizó esta milicia en compañías sueltas,
al mando de sus respectivos capitanes, llevando
cada una el nombre de la ciudad de que procedia, y
así existieron hasta que acabó la dinastía austriaca .
Felipe V, en 1734, creó treinta y tres regimien-
tos, que elevó á cuarenta y dos Carlos III en 1776 , y
uno de estos fué el de la provincia de Avila: así h'zo
la guerra de la Independencia. El rey D. Fernan-
do V'II, en 1814, añadió un regimiento, y los cila-
renta y tres compusieron cuatro divisiones, corres-
0¿5 HISTOUIA i)E AVILA.
pondiendoá la primera, que se formó de los de Cas-
tilla la Vieja, el de Avila. Su restauración se verificó
en 1824; y en 30 de Mayo de 1832 las compañías
de granaderos y cazadores provinciales formaron la
Guardia Real Provincial permanente. De los he-
chos más notables de nuestro regimiento provincial
en 1793, 1794, 1801 y 1806, y en las guerras de la
Independencia de 1808 y civil y dinástica de 1834,
daremos cuenta en la narración histórica, con arre-
glo á los datos que hemos podido adquirir.
REAL ESCUELA MILITAR DE AVILA.
Siendo bastante lastimoso el atraso en que se ha-
llaba el ejército respecto del arte de la guerra (se-
gún lo expresa la Memoria histórica de las Acade-
mias y Escuelas militares de España, dedicada por
el Colegio general de Toledo á S. M. la Reina doña
Isabel II , y presentada pe r el respetable general con-
de de Clonard en 1847), dispuso el rey D. Carlos III
que en la ciudad de Avila se fundase para las armas
de infantería y caballería una Escuela general, don-
de se aprendiesen fundamentalmente los conocimien-
tos de la ciencia militar, para que produjeran á su
tiempo buenos generales. Y no se frustraron las es-
peranzas que el Rey concibió con su establecimiento.
Prefirióse la ciudad de Avila para el asiento de
esta Escuela militar en 1774, atendiendo á que era
un pneblo poco expuesto á distracciones, su tempe-
ramento sano, el país abundante de comestibles; que
RESEÑA PERSONAL POLÍTICO- CIVIL. 337
liabia número de casas suficientes para el hospedaje
de los oficiales, y un cuartel acomodado para alojar
el regimiento de infantería que se necesitaba en las
demostraciones de las maniobras que se trataren,
siendo conveniente que allí hubiera un escuadrón de
caballería desde el 1.° de Abril hasta fin de Octabre
de cada año. Se eligió para edificio de la Escuela la
casa que todavía hoy conserva el nombre de la Aca-
demia, en la plazuela de Santa Teresa, tocando con
la puerta de la muralla llamada de la Santa, propia
de los nobles Nuñez Vela, que poseen los duques de
la Roca ; y se la dispuso con la decencia y comodi-
dad que requería el establecimiento, colocándose
una corta biblioteca de los libros militares más lu-
minosos y conducentes á la instrucción de los oficia-
les en el arte de la guerra.
De las reales disposiciones adoptadas al efecto y
dolos felices resultados que produjo su método de
estudios, daremos más detenida cuenta en el texto
de la Historia, repitiendo aquí la agradable nueva de
que no se engañó el rey en sus esperanzas. Los ofi-
ciales que se formaron en esta Escuela para grandes
jefes fueron bien conocidos y respetables; todos hon-
raron la Milicia española , figurando luego muchos
en los principales mandos de nuestros ejércitos.
REGIMIENTO DE VOLUNTARIOS DE ÁVILA.
Cuando España toda se convenció en el memora-
ble dia 2 de Mayo de 1808, de la hasta aquel mo-
mento insidiosa y pérfida , y desde entonces clara y
TOMO I. 22
338 HISTORIA DE AVILA.
manifiesta, intención del emperador Napoleón I de
robarnos nuestra independencia nacional, de privar
á nuestros reyes de su trono, que contaba once si-
glos de existencia, de establecer en él á su hermano
José Bonaparte, y de hacer de nuestra patria un rei-
no casi feudatario y en todo sometido á su ilimitada
ambición imperial, resonó casi simultáneamente en
toda la monarquía un grito general de guerra al in-
A^asor, y todas las provincias se prepararon á ella.
No fué la última la de Avila. En 1." de Setiembre del
mismo año de 1808 se creó con los hijos del país el
regimiento que llevó por nombre Voluntarios de
Avila .
Poco tiempo después de su organización, pasó á
guarnecer la plaza de Ciudad-Rodrigo : sostuvo con
otras fuerzas el sitio que sufrió, distinguiéndose en la
defensa de sus puestos exteriores desde el 28 de Mayo
hasta el 27 de Junio, y después en la del cuerpo
de la plaza, hasta que al capitular en 10 de Julio
de 1810, fué prisionero de guerra; y terminada ésta,
fué disuelto en el nuevo arreglo del ejército.
Del número de sus combatientes , de sus jefes y
oficiales, de los que fueron muertos y heridos, así de
esta clase como de la de tropa, daremos razón más
circunstanciada en la narración histórica.
BEAL CUEEPO DE IKGEKIEROS DEL EJÉRCITO.
También cuenta Avila entre las honrosas memo-
rias de la Provincia, la estancia por aJgunos años en
IIESL.ÑA PEnSO.NAL l'OLlTlCO-ClViL. 3:39
Avila y Arcvalo, del Real Cuerpo de Ingenieros del
ejército.
Disuelto el regimiento, que entonces llevaba el
nombre de Zapadores, Minadores-Pontoneros, en No-
viembre de 18*23, á consecuencia de la abolición del
sistema constitucional; reconstituido en 1824 un solo
batallón de los dos de que constaba , y después de
sus breves permanencias en Madrid y Toledo, íe
mandó en Abril, y se repitió por otra real orden en
Junio de 1826, que pasara á residir en Avila, y tuvo
tan pronto cumplimiento . que en 30 del mismo ya
liabia entrado en esta Ciudad. En 1828 se completó
la fuerza del regimiento, organizándose el segundo
batallón: fué su cuartel el edificio de la Alhóndigo,
y también se ocupó una casa particular con alguna
de sus dependencias.
En la Academia de Ingenieros , que residió suce-
sivamente desde 1823 á 1828 en Alcalá, Granada y
Madrid, cursaban sus alumnos los dos primeros años,
y los del tercero y cuarto pasaban á servir en el re-
gimiento, por manera que en realidad la Academia
no estuvo en Avila, sino sólo esta sección de ella.
El Ingeniero general manifestó al Gobierno que
el clima de Avila dejaba muy poco tiempo útil para
las prácticas peculiares del cuerpo, y sin duda por
esta razón se dispuso que el regimiento y la Acade-
mia con sus dependencias se trasladasen á Talavora
de la Reina, lo que se verificó en Octubre de 1829.
También se halló mal alojado el cuerpo en Tala-
vera, y por real orden de 2 de Julio de 1831, regi-
miento, Academia y dependencias se trasladaron á
340 HISTORIA DE AVILA.
la villa de Arévalo, haciendo su entrada en 9 de Se-
tiembre. Ocupó el regimiento el edificio llamado Pa-
neras del Rey; la Academia, parques j dependencias
se establecieron en el de la Trinidad. Pero también
se notó en Arévalo un gran número de enfermos, que
llegó á ser un 30 por 100, por las malas condiciones
del cuartel ; y tal vez por esta causa se ordenó en
Setiembre de 1833 que el regimiento, parque y Es-
cuela especial de Ingenieros (así se la llamó), con
todas sus dependencias, se trasladasen á Guadalaja-
ra, lo que se cumplió inmediatamente, en donde
todavía continúa la Academia.
De esta breve relación aparece el tiempo que el
ilustre Cuerpo de Ingenieros residió en la Provincia:
y para el texto histórico reservamos otras noticias
más circunstanciadas , y señaladamente del número
de alumnos que en Avila y Arévalo cursaban, de los
jefes bajo cuyas órdenes se formaron, y de los gene-
rales que de aquella Escuela han salido.
CATÁLOGO DE VARONES Y MUJERES ILUSTRES
OÜE PERTENECEN Á LA RESEÑA PERSONAL POLITICO-ClVlL.
Para complemento de ella, era indispensable pu-
blicar, como una de las altas honras y timbres de
mi patria, un catálogo de los varones y mujeres
ilustres de la Ciudad, Provincia y Obispado, que
son más conocidos por razón de sus dignidades,
gobierno , armas y letras. Varios escritores avileses
RESEÑA PERSONAL POLITICO-CIVlL. 841
comenzaron ya este trabajo; los resultados de sus
esfuerzos fueron muv imperfectos y por demás es-
casos. Desempeñóle también hasta el año de 1647,
en que dio á luz su Teatro eclesiástico de las iglesias
de Castilla, el erudito maestro Gil González Dávila.
Mas tampoco me era posible copiarle literalmente,
porque contiene muchas noticias que, aunque de gran
importancia, pertenecen exclusivamente á la narra-
ción histórica, y he suprimido cuantas me ha sido
posible, sin faltar á la debida claridad. También la-
mento no poder seguirle, aunque fuese alterándole
no pocas veces, para observar el natural curso de los
tiempos, porque el respetable cronista se desen-
tendió de todo punto del orden cronológico , no sólo
anteponiendo ó posponiendo por algunos años , sino
alguna vez por más de un siglo, los nombres que
enumera , llegando hasta el extremo de colocar los
liijos y nietos antes que sus padres y abuelos, y hoy
seria un empeño tan temerario como infructuoso res-
tablecer la exactitud cronológica , faltando , por la
irreparable perturbación de los tiempos, los archivos
en que se custodiaban los documentos que indispen-
sablemente habria que consultar. En cambio he aña-
dido muchos otros nombres que este sabio aviles
omitió, ya porque contrajo su examen á formar sola-
mente la nómina de los ilustres hijos de la Ciudad,
y yo le extiendo á la de todos los de la Provincia y
Obispado de que he adquirido noticia, y ya porque
era justo recordar también los personajes que han
vivido en tiempos posteriores.
Muchos notables varones de este Catáloíro han
342 . HISTORIA DE AVILA.
sido conocidos desde la más remota autig'üedad basta
nuestros dias solamente por sus nombres y apelli-
dos, sin el tratamiento que, para otros más moder-
nos , introdujo luego el uso legal de Señor j de Dotí,
y que últimamente se otorga ya á todos en la vida
social : yo , pues , he creído conveniente no hacer
en esto alteración; que no por eso son ni serian
menos célebres y distinguidos Blasco Nuñez Vela,
virey del Perú: Alvaro de Avila, mariscal de Don
Juan 11; el canónigo Antonio de Oncala y otros mil.
También he tenido gran cuidado en no alterar los
nombres ni la antigua ortografía de los pueblos,
castillos, plazas, batallas, países y otras localida-
dás; ni los de los generales ó jefes enemigos; ni los
de los empleos ó destinos, hoy desconocidos, con
los que y ante los cuales ganaron prez y gloría
nuestros guerreros ú hombres de Estado y de go-
bierno; y esto porque así los dan á conocer los escri-
tores del país , y ademas porque así están autoriza-
dos en muchos documentos respetados en la ciencia
de la diplomática.
Por todas estas consideraciones, he preferido
adoptar el nuevo y cómodo método alfabético, en
cuanto me ha sido posible, de apellidos y nombres, y
cuando los unos y los otros eran los mismos , el de
las poblaciones, sitios, empleos ó motivos porque
alcanzaron renombre; sistema, aunque para mí muy
trabajoso, que así evita la quisquillosa y vana pre-
tensión de antelaciones y precedencias, como propor-
í'iona la facilidad de encontrar el sujeto que se de-
sea, si bien he conservado y amplificado las grandes
RESE.ÑA PERSONAL I'OLITICO-CIVIL . 343
clasificaciones ó grupos que ya hizo con más ó me-
nos perfección el maestro Gil González Dávila.
Muévanme á ampliar y coordinar así este trabajo
j á darle lugar en esta sección de mi obra, varias,
pero mu}^ fundadas razones; la una, porque no deben
ser ignoradas de sus paisanos tan eminentes j seña-
ladas personas, y no es fácil que á todas las encuen-
tren en la narración histórica, que ha de circunscri-
birse á los sucesos esencialmente abulenses y á los
personajes que' más en ellos figuraron: la otra, por-
que los que ocupen un puesto distinguido en ella,
serán así de antemano conocidos, y las familias ó
corporaciones á que han dado lustre y provecho , ó
los lectores que por otro interés , ó mera curiosidad,
intenten saber más detenidamente los merecimientos
á que son acreedores, emprenderán con más agrada-
ble ahinco el examen de la Historia. Ademas de que,
así como ha de contener este volumen otros impor-
tantes catálogos, como elEpiscopologio abuleuse, la
serie de los antiguos Procuradores, y nuevos Dipu-
tados y Senadores á Cortes, y la sucesión de los in-
dividuos de la Diputación Provincial; la lista de los
varones y mujeres que ilustraron mi patria en el di-
latado orden político-civil, coronará el edificio pa-
triótico que me he propuesto levantar, consagrándole
á la memoria de las glorias avilcsas. Bajo estas
i'íclaraciones, sigue á continuación el
344 HISTORIA DE AVILA.
CJ uí^ T7 Á I- CZ> C3^ O
DE VARONES Y MUJERES ILUSTRES DE LA CIUDAD, l'ROVIMIA
Y OBISPADO, POR RAZÓN DE SUS DIGNIDADES, GOBIERNO,
ARMAS Y LETRAS.
De la Real Casa y familia d3 Castilia.
Su Alteza Real la Señora Doña Isabel-
la Reina Católica, natLiral de Madrigal.
En la Casa Real, Dignidades y Gobierno.
Águila (D. Suero del), caballero del Emperador D. Fer-
nando, Eey de Hungría.
Alvarez de Toledo (D. Fernando), el Gran Duque de
Alba, Gobernador de los Países Bajos, conquistador de Por-
tugal.
Arévalo (Juan de), Canciller.
Arévalo de Montalvo (Juan) , Secretario de los Reyes
Católicos.
Avila (D. Alvaro de), jlariscal y Camarero deD. Juan II
y del Rey D. Fernando de Aragón.
Avila"(D. Pedro de), Marqués de las Navas, Mayordomo
del Rey D. Felipe II y Embajador en Roma.
Avila (D. Rodrigo del) , Mayordomo de la Emperatriz
Doña María.
Blasco (Gimen), xllcalde en la repoblación de Avila.
Blasquez Serrano (Licenciado D. Juan), del Consejo de
Indias.
Bracamente (D. Alonso de). Conde de Peñaranda, Ma-
yordomo del Rey Felipe III.
Bracamente (D. Gaspar de). Conde de Peñaranda, Em-
bajador en Alemania.
Bracamente (Mosen Rubin de), Corregidor de Granada
y de Madrid.
Briceño (D. Alonso), de las Cinco Casas de Arévalo.
Bullón (D. Gaspar de) , Contador y Aposentador Mayor
del Rey D. Felipe III.
REÍEÑA I'EIISONAL POLlTlCO-CIVIL. 3Í5
Bullón (D. Sancho de), Gentil-hombre de la Casa de
Castilla, Araiero Mayor y del Consejo de la Contaduría.
Castillo (Licenciado I). Juan del), Oidor de la Audien-
cia de Quito.
Córdoba (D. Alonso de), de la Cámara del Principe don
Carlos y del Key D. Felipe II.
Cortés y la Cárcel (D. Sebastian), del Consejo y Cá-
mara .
Cueto (D. Diego), primer Regidor de la Florida.
Dávila (D. Alonso), Contador de Yucatán en el principio
de la conquista.
Dávila (I). Alonso), Secretario de los Reyes Católicos.
Dávila (I). Antonio), Marqués de las Navas, Mayordo-
mo del Rey D. Felipe ÍV.
Dávila (D. Antonio), Embajador en Alemania.
Dávila (D. Francisco), Marqués de la Puebla, Presidente
de Hacienda y del Consejo de Estado.
Dávila (D. Gómez), Grande de Castilla, Marqués de
Velada, Ayo del Rey D. Felipe III, su Mayordomo Mayor
y de los Consejos de Estado y Guerra.
Dávila (D. Gonzalo). Murió electo Ayo del Príncipe don
Juan.
Dávila (D. Juan), del hábito de Calatrava, Gobernador
en el Perú.
Dávila (D. Juan), Secretario del Rey D. Juan I.
Dávila (D. Luis), Marqués de Miravel, Embajador en el
Concilio de Trente.
Dávila (D. Pedro), Contador Mayor del Emperador don
Carlos.
Dávila (D. Pedro), Marqués de las Navas, Mayordomo
del Rey D. Felipe III.
Dávila (D. Pedro), primer Conde del Risco, se hallo en
la conquista de Granada.
Dávila (D. Sancho) , Virey de la Nueva España.
Dávila (D. Sancho), del hábito do Alcántara, Goberna-
dor de Zacatecas, en la Nueva España.
Dávila (D. Vicente), primer Poblador y Regidor de la
Margarita.
Dávila y Guzman (D. línrique), Marqués de Povar, de
la Cámara del Rey D. í'elipe III, Embajador en Flandes,
Capitán de la Guardia Española, Virey de Valencia y Pre-
sidente del Consejo de las Ordenes.
Dávila y Toledo (D. Antonio), Marqués de Velada, Go-
bernador de Milán, Gentil-hombre de Cámara del Sr. Rey
D. Felipe IV, y íieneral en distintas campañas.
346 HISTORIA DE AVILA.
Dávila Y Zúñiga (D. Antonio), Marqués de Miravel, de
los Consejos de Estado y Guerra, Ayo del Príncipe D. Bal-
tasar Carlos y Presidente de Ordenes.
Esteban Domingo. Celebre adalid, caudillo de las hues-
tes de Avila en el siglo XIII.
Frias (D. Juan de), del Consejo de I). Juan II, lino de
los Jueces en el proceso y sentencia de I). Alvaro de Luna.
Frias (D. Sandio de), del Consejo de los Reyes Católicos.
García de la Cárcel (Simón) , de las cinco casas de
Aré V alo.
García Dávila Muñoz (D. Juan), del Hábito de Santia-
go y del Consejo de Hacienda del Rey D. Felipe IV.
García Sedeño (Gómez) , de las cinco casas de Arévalo.
García de Tapia (Gómez) , de las cinco casas de Aré-
valo.
Gasea (Pedro la), Pacificador del Perú.
Gasea (D. Diego la) , del Real Consejo de Castilla.
Gasea Salazar (D. Diego la), de los Consejos de Hacien-
da , Indias y Castilla .
Jiménez del Castillo y Villegas (Diego) , Secretario de
Carlos V.
Jimeno (Blasco), el Adalid, repoblador de Avila.
Jimeno (D. Blasco), Caballero de la casa del Rey don
Fernando el Ma2-no.
Gómez Dávila (D. Hernán), Maestresala del Rey don
Juan el II.
González (D. Gonzalo), muy señalado en el servicio del
Rey D Alonso el Sabio.
González Briceño (Garci) , de las cinco casas de Aré-
valo.
González Verdugo (Fernán), de las cinco casas de Aré-
valo.
González Dávila (D Gil), Maestresala del Rey don
.Tuan II.
González Dávila (D. Gil) , Alcalde de Corle y Contador
de la Isla Española.
González' Dávila (D. Pedro), del Consejo del Rey don
Enrique III y de D. Juan II.
González" de Contreras (D. Pedro), Montero Mayor del
Rey D. Juan II.
"González de Valderravano (D. Fernán), del Consejo del
Rey D. Juan II, Corregidor de Avila y Alcaide de su
Alcázar.
González de Valderravano (Dr. D. Pedro), del Consejo
del Rov D. Juan II.
RESEÑA PERSONAL POLITlCOCIVlL. 347
línillamas (I). Francisco), Pagador general del ejército
de Granada, y Proveedor de las Galeras de f^spaua.
Guillamas Vciazquez (D. Francisco), Maestre de l<i
('amara y Tesorero de la Reina Margarita. Sirvió mucho ni
Sr. D. Juan de Austria.
Guzman (D. Pedro de). Corregidor de Madrid.
Henao (Licenciado D. Juan), Alcalde de Hijosdalgo eii
Yalladolid y Oidor de Navarra.
Henao (D. Juan de). Corregidor de varias ciudades. Vi-
sitador de los Cuantiosos de Córdoba, y Gentil-hombre de
la Real Casa de Castilla.
Hinojosa (D. Gedeon de), del Consejo y Cámara.
Juanes (Juan de). Alcalde de Corte y del Consejo de l.t
líeina doña Juana.
Leparaso (Francisco), Secretario de Carlos V.
Manzanas Renjifo (D. Bernardino), Caballerizo del Rey
D. Fernando de Hungría.
Martin-. z de Montalvo (Fernán), de las cinco casas de
Arévalo.
Mejía (D. Diego), ^Marqués de Lemanes, Gobernador de
Milán, General contra las armas de Cataluña y Portugal, y
del Consejo de Estado.
Mejía y Ovando (1). Diego), primer Conde de üceda.
Mayordomo de la Reina Doña Ana.
Mojica (D. Ñuño), Corregidor de Madrid y Mayordomo
del Infante D. Fernando, el Cardenal.
Muñoz (Martin), varón muy notable que intervino en la
repoblación de Avila .
Muñoz (El Licenciado), Fiscal del Consejo de los Reyes
Católicos.
Nufiez Vela (D. Cristóbal), Gobernador de Charcas y
íi^uito, en el Perú.
Nuñez Vela (Blasco), Virey del Perú. Murió peleando,
y dióle .sepultura Blasco Juárez, natural de Avila.
Pacheco de Espinosa (D. Luis), Corregidor de Ubeda y
Baeza y Gentil-hombre de la Real Casa.
Palomeque de Acuña (D. Diego). Gobernador de la
provincia del Dorado, Isla de la Trinidad, murió gloriosa-
mente peleando contra Gualtero Ralehig . corsario inglés.
Pérez Dávila (D. Esteban), Arbitro con el Rey don
Dionis de Portugal, para conciliar á los Reyes D. Fernan-
do IV df Castilla y D. Jaime de Aragón.
Rodríguez Valtodano (D. Benito), (iobernador del Con-
sejo y Cámara de Indias.
Ronquillo (D. Rodrigo). El .Mcalde.
348 HISTORIA DE AVILA.
Ronquillo Briceño (D. Antonio), Embajador en Roma.
Ronquillo Briceño (D. Pedro), Embajador en Ingla-
terra.
Sandoval (D. Die^^o), Veedor general del ejército.
Sánchez (Hernán), Embajador en Persia.
Sánchez Dávila (I). Sancho), Guarda Mayor del Rey
Don Enrique lY, Capitán de los Reyes Católicos y Alcaide
de los Alcázares de Carmona .
Sánchez de Arévaio y la Cárcel (Alonso), Secretario de
Felipe II.
Sánchez de Arévaio y de la Cárcel (Juan), Secretario
de Felipe II.
Serrano Zapata (D. Juan), del Consejo de Ordenes, Em-
bajador en Genova.
Tapia (D. Francisco de), del Consejo y Cámara.
Tello de Guzman (Hernán), Caballero de Santiago, Co-
mendador de Viloria.
Tello de Guzman (Hernán), Embajador en Genova y
Roma.
Toledo (D. Fernando de), de la Cámara del Rey D. Fe-
lipe n.
Vázquez Dávila (D. Juan), primer ^larqués de Loriaua,
Gentil-hombre de Cámara del Rey D. Felipe III.
Vázquez Renjifo (D. Gil), Embajador del Emperador
á los Obispos y ciudadanos de Castilla en el levantamiento
de las Comunidades.
Vela Carvajal (Licenciado D. Cristóbal), Fiscal de la
Contratación de Sevilla.
Velazquez (D. Juan), Contador de los Reyes Católicos
y Testamentario de la Reina Isabel.
Zurraquin (Sancho Sánchez), Repoblador de Avila y
gran soldado.
En las Armas. — Generales.
Acuña Vela (D. Juan), del Consejo de la Guerra; Capi-
tán general de la Artillería.
Águila (D. Juan del), General de mar y tierra y Maestre
de Campo general en la jornada de Irlanda.
Arévaio de Zuazo, distinguido general.
Blasquez Montalvo (Juan).
Brochero (D. Gregorio), General de Ingenieros.
Dávila (D. Gómez), Capitán general del ejército del
Emperador Carlos V en el asalto á la villa de Blonco.
RESEÑA rCllSONAL POLITICÜ CIVIL. 349
Dávila (D. Luis), General de la artillería de vSicilia.
D.^vlla (D. Luis), Marqués de Miravel, General de la
oaballería de Lorena.
Dávila (D. Pedro), Capitán general y Gobernador de
las Terceras.
Dávila (Sancho), General de la costa de Granada y
Maestre de Campo en la conquista del reino de Portugal;
Castellano de Pavía y Amberes.
Dávila y Guzmau (D. Alonso), Capitán general de la
artillería que asistía en Badajoz contra el rebelde de Por-
tugal en 1645.
Esté vane/. (Juan de).
Gómez (Alvaro).
Gómez Dávila (D. Fernán), Señor de Villatoro, Capitán
general en la guerra de Giieldres. Murió en Flandes.
Gómez Tello (Diego).
González Dávila (D. Gil), Capitán general del Rey don
jMirique II.
Hernández de Monjaráz (Juan).
Mesia A'elazquez (1). Diego), jMarqués de Leganés; (Go-
bernador de Milán, General de la Artillería y del ejército
que faé contra Cataluña en 1642, y de los Consejos de Es-
tado j Guerra.
Pantoja (D. Juan), Teniente general en los Estados de
Elandes.
Ramírez Briceño (Pedro).
Ronquillo (D. Gonzalo), Capitán general, y Poblador
de Arévalo y Segovia, de Filipinas.
Sandoval (1). Jerónimo), General de Marina.
Sedeño (Antonio).
Tejada (D.Félix Ignacio), Capitán general de la Armada.
Triviño Guillamas (D. Juan), Gobernador y Capitán ge-
neral de la Florida.
Vera (Diego de), Gobernador de Trípoli, (ieneral de la
artillería: fué sobre Oran y Bujía.
Verdugo í(juillermo).
Zúñiga (Juan de).
Maestres de Campo, Castellanos y Sarg'entos Mayores.
Águila (D. Esteban del). Capitán de caballos, Sargento
ma^'or.
Águila (D. Ñuño del), Maestre de Campo en el sitio de
Velez-]Málaa:a.
OüO HÍSTORÍA DE AVil..',.
Águila (Sancho del), Castellano de Trujillo en tiempo-
i]e los Reyes Católicos.
Zarrientos (Antonio de), Castellano de Gaeta.
Barrionuevo, Sargento mayor.
Eecerril (D. Juan), Brigadier, Coronel del regimiento
provincial.
Bracamonte (D. Antonio de), Castellano de Pamplona.
Bracamente (D. Gonzalo de), Maestre de Campo en Cer-
ileua.
Bracamonte (D. Juan de), murió en el cerco de Os-
íende.
Bullón (Sancho de). Castellano de Cápua.
Cardeñosa Guillamas (Cristóbal de) , Gobernador de
Compañías, y Castellano de Lanfranc.
Castro, Sargento mayor.
Castro (Antonio de) , Sargento mayor.
Chacón (D. Juan), Maestre de Campo en la guerra de
Portugal, del Consejo de Guerra, Castellano de San Telmo.
Chacón (D. Juan), Castellano de Lisboa.
Dáyila y Mendoza (D. Diego), Castellano de Pam-
jJona.
Dávila Mouroy (D. Luis), Sargento mayor del Consejo
de Guerra del Archiduque Alberto.
Dávila Guzman (Diego), Maestre de Campo de la gente
de Aragón.
Dávila y Guzman (Diego ) , Castellano de Pamplona _^■
Jaca.
Fernando (Francisco), Castellano de Utrech \ Maestre
de Campo.
Frias (D. Bartolomé de). Alcaide de la fortaleza de
A.renas.
González Dávila (Gonzalo) , Alcaide de la fortaleza de
Messa .
González de Mendoza (Pedro), Castellano de Otranto.
(íuiera (D. Diego), Sargento mayor y Castellano de San
{iian en Lisboa.
Guzman (Gabriel de), Maestre de Campo en tiempo de
los Beyes Católicos.
Guzman (Luis de), Alcaide de Almería.
Jiménez (Domingo), Sargento mayor en los Estados de
Flandes.
Olanda (Pedro de). Teniente de Sancho Dávila y Caste-
llano de Pavía.
Olmedo (Hernando de), Sargento maycr y Gobernadcr
del Safo en Flandes.
RCSEÑA I'EÜSO.XAL rOLITlCO-ClVIL. 351
Oreion (Xurio), Castellano de Cascaes y Gobernador ele
Orbiteilo.
liivera (1). Luis de), Maestre de Campo en la jornada de
Portugal.
Suiu-ez Dávila (Pedro), Teniente del castillo de Utrecli.
Triviño (Juan de), (lobcrnador de la Florida.
Va/A'juez Bávila (Antonio), Señor de Duruelo de Rio-
almar, Capitán de infantería nombrado por la Ciudad contra
los Comuneros; padre del fiímoso Sancho Dávila.
Vázquez Dávila (Cristóbal), Crobernador de Ziiplien.
Verduo-o (Francisco), Castellano de Gante.
Villalba (Martin de), Castellano de San Salvador de
Mesina.
Villalba (Pedro de), Teniente de Castellano de olilán, y
Cabo de tercios.
Villalba (Sancho de) , Castellano de San Salvador de
^lesina y Pamplona.
Capitanes notables.
Águila (D. Antonio del), ganó á Guadix, Zenete y ser-
ranías de las Alpujarras.
Águila (D. Vicente del), en Bretaña.
Águila (Diego del) , Capitán de la Guarda del Rey Ca-
t(jliC0.
Águila y Toledo (D. Fadrique del), Capitán en Flandes.
Ahumada (Agustín de) , Capitán y Gobernador do los
Quijos en la provincia de Chile , que se halló en diez y
siete batallas.
Álvarez de Bracamente (Diego), (Capitán en el tiempo
del Marqués de Pescara.
Alvarez de Cueto (Diego), Capitán de caballos contra
los Pizarros.
Andrada (Hernando de), de la ('onquista del Perú.
Blazquez Vela Xuñez (Francisco) , Capitán y Pagador-
de la gente de Castilla.
Bracamoute (D. Andrés de), Capitán en la guerra de
Saboya, año lbl6.
Bullón (Sancho de), fué uno de los encomendados del
Emperador cuando Sebastian Gaboto (Cabot) se armó para
la conquista de la Especiería.
Cabrera (Juan), Capitán en el Perú.
('alderon (Cristóljal), murió sirviendo en Flandes.
Cepeda (Jerónimo de), de la Conquisi-a del Perú.
352 HISTORIA DE AVILA.
Dávila (Antonio de), del Consejo de Guerra, Goberna-
dor de Rimbergue.
Dávila (Alonso), de los conquistadores de Nueva-Espa-
ña, Gobernador de Guatemala.
Dávila (Diego), Señor de Yillafranca. Se halló enlátala
de Granada con el Rey D. Juan el II.
Dávila (Diego)-, se halló en la prisión del Rey Francis-
co de Francia.
Dávila (D. Gonzalo), Señor de Navamorqüende. Vale-
roso Capitán , que murió peleando contra franceses y cata-
lanes; año 1642.
Dávila (Ñuño) : se halló en la conquista de la Tilla de
Alarcon.
Dávila (Pedro): se halló en la tala de Granada con el
Rey D. Juan el 11.
Dávila Alvarado (Alonso), Capitán de la Guarda de Her-
nán Cortés. Fué el que descubrió el Golfo Dulce, é hízole
el Emperador muchas mercedes.
Dávila Cimbrón (Juan), Capitán en el asalto de Galera;
año 1570.
Dávila y Guevara (D. Fernando), del hábito de Santia-
go, Capitán de caballos en el año de 1642.
Dávila Guzmau (D. Diego) , al servicio del Archiduque
Alberto.
Gasea de Avila (Pedro) : se halló en la ganancia de la
ciudad de Granada.
Gómez Bermejo (Diego), Teniente de la Guarda del
Duque de Alba.
Gómez Dávila (D. Manuel), Capitán de caballos en el
Estado de Milán, año de 1645.
González (Gonzalo), en tiempo de D. Alonso el XI.
González Dávila (Gil) : se halló en la tala de Granada
con el Rey D. Juan el II.
Guiera (xicacio): gobernó el tercio de D. Fadrique Bo-
badilla.
Guillamas (Francisco), llamado el Soldado, murió en la
rebelión de Granada.
Guillamas (Juan): militó en Sicilia y Flandes.
Guzman (Luis de), Comendador de Aceca.
Lesquinas del Hierro (Diego de), de la casa de los Con-
des de Orgaz.
Mendoza (D. Diego de), Capitán en Flandes, hallóse en
el socorro de Malta y murió en el cerco de Galera.
Navarro (Antonio), Capitán en Méjico.
Navarro (Pedro), dejó las armas y tomó el hábito de
Fi'SnÑA PEnSO>AL rOLITlCO CIVIL. 353
frnncisco descalzo, llamándose fray Pedro de Buenaven-
tura.
Nuñez Dávila (Francisco), murió en servicio de los Ivo-
yes Católico^; contra los moros, año 1487.
Xuñez Dávila (I). Juan), se halló en las Navas de To-
losa.
Nuñez Dávila (Juan), valeroso Capitán, reedificó la
iíí:lesia del convento de religiosos Carmelitas; la de la San-
tísima Trinidad; la de Nuestra Señora de la Antigua, y
fundó la de Nuestra Señora de las Vacas y el convento de
monjas Bernardas, que hoy es colegio de San Millau.
Ñuñez (Hernán), murió en la batalla de Olmedo.
Nuñez Vela (D. Antonio), Gobernador de Alcántara.
Nuñez Vela (Antonio), Capitán de infantería en. el Es-
tado de Milán.
Nuñez Vela (D. Luiá), Capitán en Fl andes.
Orejón (Hernando de), Capitán de caballos en la guerra
de Granada.
Ortiz (Diego), Capitán en Flandes y Portugal.
Pérez Dávila (D. Guillen), se halló en la batalla de las
Navas de Tolosa.
Pérez de Avila (D. Gutierre), se halló en la batalla do
]:.5 Navas de Tolosa.
Pérez Dávila (D. Rodrigo), se halló en la l)atalla de las
Navas de Tolosa.
Puente y Garay (.Juan Antonio de la), contra catalanes
y portugueses en 1642 y 1643.
Rabia (Ñuño), se halló en la conqui.sta de la villa de
Alarcou.
Sánchez (Sancho), famoso Capitán en el Perú. ^lurio
] jaleando contra los Pizarros.
Sánchez Zurraquin (Sancho), famoso Capitán en tieni¡)0
del Rey D. Alonso el VI.
Tribiño (D. José de), en Puerto-Rico.
A^'azquez Dávila (Juan), se halló en lu tala de Granada
con el Rey D. Juan el II.
Vázquez del Pino (Cri.stóbal), Gobernador de Zufren y
Veedor de la artillería.
Velazquez (Fernán), Capitán en tiempo del Rey don
Alonso XI.
Vera (Diego de), se halló con Sancho Dávila en la En-
camisada de Raujua.
Verdugo (^Telchor), famoso capitán en Indias.
Villalva (D. Diego de), IMaese de Camjjo en Cataluña
en el año de 1640.
TOMO J. 23
354 KISTORiA DE AVILA.
Soldados notables.
Aliseda (El Alférez), en el Perú, Fundailor ile una ca-
pilla en el Barco.
Almaráz (Francisco), célebre soldado en el Perú, funda-
dor de una capellanía en el Barco.
Méndez (Francisco), célebre soldado en el Perú, funda-
dor de una capellanía en el Barco.
Escritores y otros varones insig'nes en letras.
Bravo (Juan), gran Médico, escritor de varias obras dp
medicina.
Calderón (D. Alonso), Fiscal del Donativo Real; escri-
bió un tratado de la Sentencia definiliva.
Cianea (Aí.tonio de), escribió la Historia de la vida,
muerte , ballazg-o y traslación del cuerpo de San Segundo,
primer Obispo de Avila.
Dávila (D. Luis), Marqués de Mirabel; escribió unos
comentarios de Carlos Ven África.
Díaz Rengifo (Juan), escribió un Arte poética española,
(i de la Rima.
González Alvarez (Vicente), escribió la Expulsión de
los moriscos de Aa'ila.
González Dávila (el Maestro Gil), cronista de las Indias
y de los Reinos de las dos Castillas; escribió varias, muy
conocidas y estimadas obras.
Hernández de Gregorio (D. Manuel), boticario de Cá-
mara de S. M.; autor del Diccionario elemental de farma-
eia, botánica y materia médica.
Herrera (Jaan Bautista de), escribió en octava rima (así
lo dice Gil González Dávila) la Vida de Alejandro Magno.
Lovera (Juan de). Médico de Carlos V, notable escritor.
Oütiveros (Pedro), Catedrático de Vísperas en Sala-
manca .
Sedeño (Juan), notable como soldado, y como escritor
de la Suma de Varones ilustres y de otras obras.
Somoza (D. José), literato, escritor, poeta.
Tapia (D. ílugenio de). Director de Instrucción públi-
ca, jurisconsulto, escritor.
Vela (Licenciado D. Juan). Colegial mayor de San Bar-
tolomé de Salamanca; obtuvo tres cátedras en a(|ue)la Fni-
versidad v escribió un tratado de Dc/ic/is.
RESEÑA PERSONAL POLITICÜ-CIVIL. 355
Vivauco (el maestro Sebastian) , Catedrático de iiuis¡c;i
en .Salamanca; imprimió muchas obras de este g-énero.
Mujeres ilustres en el orden civil.
Blazquez (Jimena), defensora en jefe de Avila, eu (d
siglo XI.
Hijas de Jimena Blazquez , defensoras con su m:ulre de
Avila.
Bazo (Señora del), raíz y tronco de la casa del \r/.con-
dsido de Huerta.
RESEÑA político-eclesiástica
DE LA DIÓCESIS.
AL hcíío. t Ilmü. Sn. D. FERNANDO BLANCO,
OBISPO DE ÁVILA.
ExcMO. Señor :
Mu la filosofía peripatética, ó por lo menos esencialmente
«■scolástica, que á V. E. F. y á mí nos enseñaron sus doctos
Hermanos los hijos piadosos del insigne Santo Domingo
de (ruzman , aprendimos como un infalible axioma que el
entendimiento concibe primero la idea absoluta del Ente y
(les})ues la de sus peculiares _^;ar¿í'.s 6 rjualidades ; y por eso
no es monos cierto en la ciencia que antes es el Ser y
<lespues su propio Oühar.
Y siendo esto así, íacilmente encontrará V. E. I. la razón
lóg-ica de que habiendo de comenzar yo mi KisTonu dv.
Avir.A, si: PR0Vl^CIA y Oiüspado enunciando la existencia del
Ente ó colectividad social llamada Provincia , que com-
])rende la noción de sus calidades , desde las g-eográflcas y
geológicas hasta las de sus más pequeños accidentes socia-
les, proceda ya, en el orden de mis ideas, la explicación de
las que caracterizan la Besem eclesiástica del Obispado, tan
importante en verdad, cuando no sea más notable y bri-
llante, como la social ó política en toda la extensión de
esta palabra.
Si yo, pues, acierto á tratarla así, claro es que habrá do
cobrar grandísimo valor, saliendo favorecida con el ilustro
nombre del amigo respetable, del profundo literato, del elo-
cuente sagrado orador, y más que todo del dignísimo sucesor
de San Segundo, que es V. E. I., á quien el Espíritu Santo
lia colocado de pastor cuidadoso de la grey de su Diócesis.
Admita, pue-í, V. E. I. este testimonio previo del pro-
fundo respeto con que he de narrar en la Histohia de Avila,
su PROVI^CIA Y Obispado todas las cosas que ii nuestra Sania
Keligion y á la Moral Cristiana corresponden, seguro do
que no ha de hallar (asi coufladameute lo espero) aserto
alguno merecedor de censura: pero si desgraciadamente
yo me equivocare , desde aliora le retiro , le someto humil-
de á su juicio superior, prometiendo la más pública rec-
tificación, y quedando siempre obsecuentísimo servidor
de V. E. I. su afectuoso amigo, que su santo anillo besa,
Juan Martin Carramolino.
Madrid 21 de Agosto de 1S72.
RESEÑA POLÍTICO-ECLESIÁSTICA.
DEL OBÍSPADO.
su ANTIGÜEDAD, EXTK.NSIÜN Y CONFINES CON OTRAS DIÓCESIS.
Ya queda referido que el perímetro de la Diócesis
se extiende más lejos que el de la actual Provincia,
como que todavía se conservan, sujetos al Obispado
muchos é importantes pueblos que, perteneciendo en
la antigüedad á la tierra y comarcas de Avila, hoy
corresponden respectivamente á varias provincias
que le son limítrofes. Conñna , pues , actualmente el
Obispado por el Norte con el nuevo Arzobispado do
Valladolid; por el Sur con el de Toledo ; por el Este
con el Obispado de Segovia y Abadía exenta de Pár-
races, que, como de la orden de San Jerónimo, esta-
ba unida al suprimido Real Monasterio del Escorial;
por Sudoeste con el de Plasencia, y por Oeste con el
de Salamanca.
La Silla episcopal reside en Avila , siendo de las
más antiguas de la Cristiandad, puesto que existe
nada menos quo desde los tiempos apostólicos , fun-
dada por San Segundo, uno de los siete Obispos con-
sagrados por San Pedro , que primeramente vinieron
á España por las costas del Mediodía á emprender hi
362 HISTORIA DE AVILA.
predicación del Evangelio, y conocidamente es la
primera en las provincias que en tiempos posteriores
correspondieron á los antiguos reinos de Castilla y
de León , como con mayor extensión se demostrará
en la Historia.
Es también de las más completas que se han co-
nocido, y se conservan en España, la serie de los res-
petables varones que, sucesores de San Segundo,
constituyen su Episcopado; pero preciso es confesar,
como lo indicamos en este artículo, que existen, se-
ñaladamente en los siglos ii, iii y iv de la Iglesia,
algunos huecos en esta sucesión , que es imposible
llenar nominalmente , y que del mismo modo aparece
alguna duda respecto á los prelados que debieron do
regir la Iglesia , ó que por lo menos estarían consti-
tuidos para regirla , cuando se hallase la Silla libre
de la invasión sarracena. Pero dejando para el texto
histórico el dar más extensas explicaciones sobre este
punto, iodicaré ahora los medios que he adoptado
para restablecer con el acierto posible el catálogo de
los Obispos que han ocupado la Santa y Apostólica
Iglesia de Avila.
]^.íuchos son, y de muy diversas épocas, los que.
más ó menos numerosos, mas ó menos completos y
razonados en su orden cronológico , he tenido oca-
sión de reunir y comparar, para de todos ellos ele-
gir, en algunos pasajes enmendar, y definitivamente
ampliar el que hoy aparece como el más perfecto y
acabado.
Ocupáronse en formarle en sus respectivos tiem-
pos Antonio de Cianco, en su libro de la !';>///, muer-
rese5a roi.rrico-ECLEsiÁsiicA.' 3(Ki
ti\ ]iaUa:go y traslación del cuerpo de San Segundo,
publicado en 1595; el benedictino Fray Luis Ariz, en
su historia de las Grandevas de la Ciudad de Avila,
impresa eu 1607; el cronista Gil González Dávila, en
su Teatro eclesiástico de las ir/lesias de Castilla,
dado á luz en 1G47. También redactaron los suyos
con los datos que tuvieron á la mano hasta sus res-
pectivas épocas, D. Manuel Homar, empleado en las
oficinas de Rentas Reales de la Provincia en tiempos
del Sr. D. Carlos IIÍ, cuyo manuscrito, relativo á la
l)rimera parte de su Compendio de la Historia de
Arila, conservo en mi poder; y D. Manuel García y
García Málag-a, administrador que fué de Real Ha-
cienda, é hijo de la Provincia, á cuyo bondadoso ca-
rácter debí muchas noticias históricas de la Ciudad,
no publicadas, que cousignó en un volumen escrito
de su propio puño con el título de Extracto de la
Historia de Avila, el cual abarca datos interesantes
liasta el año de 1812, y cariñosamente me regaló, ex-
citándome á continuar en mis estudios acerca de ella.
Mas sobre todos estos, sin contar con otros apun-
te.-: parciales, como los del provisor que fué de la dió-
cesis, D. Juan Tamayo Salazar, y del estudioso bene-
ficiado D. Bartolomé Feruaudez Valencia, en su His-
toria de la Basílica de San Vicente, el más genuino,
histórico y crítico, el más perfecto y acabado hasta
su tiempo es el que escribió el presbítero beneficiado
de Avila, D. José Tello Martínez, que dedicó al
limo. Sr. D. Fr. Julián de Gascueña, digno Obispo
de la diócesis, en 18 de Marzo de 1788. Custodio con
esmero este luminoso códice original hace muclios
264 . HISTORIA ÜE AVILA.
uño?, escrito de su propia mano, en dos tomos en 4."
<3spaüol, de letra tan clara como menuda y compacta,
cuya propiedad es de la biblioteca del Colegio Semi-
nario conciliar de San Millan,y cuyo uso y estudio mo
franqueó, para proseguir mi Historia, con la más es-
pontánea y patriótica voluntad, mi respetable amigo
y distinguido aviles el Sr. D. Félix Hernández, ce-
loso Rector del mismo. Canónigo Penitenciario án-
tes, y ahora Dignidad de Chantre en esta Santa Igle-
sia. A tal códice es al que he dado la preferencia
para su publicación, completándola con los nombres
de los reverendos prelados que han sucedido hasta
hoy al Sr. Gascueña.
Pero el ilustrado Tello Martinez dejó todavía
un gran vacío por llenar, y consiste en que después
de los dos primeros Obispos , San Segundo y su in-
mediato sucesor Julio, ó San Julio, que esto ya lo
liquidaremos, hay desde los años 125 ó 130 del naci-
miento de Cristo, en que ya naturalmente habrían
ambos fallecido, hasta el de 589, en que, aunque con
la nota de dudoso , coloca ya al undécimo , á quien
llama Froiselo I, y según otros , de nombre Fructuo-
so, el largo espacio de 464 años; y como le distri-
buye en solos ocho Obispos , sin nombre , desde el
tercero al décimo, arrancando desde aquí toda la nu-
meración, no es admisible tan corto número de pre-
lados, porque correspondería cada uno á 58 de pon-
tificado, tiempo no presumible por demasiado largo,
cuando debe suponerse que ascenderían á él en una
edad ya provecta. Esto me induce á creer que con-
cediendo (concesión bien gratuita) ocupada sin in-
IIESE.ÑA POLlTiCOIiCLESrúSllCA. 365
terrupcion la Silla Abulense, debieron ser, poi* lo me-
nos, 29 los obispos intermedios de tan larga época,
concediéndoles por término medio el de 16 años ú
cada uno, que es el mismo que resulta para los 108
])relados que, con exclusión de los dos primeros,
han existido desde la muerte de Julio hasta el año
de 1857, en que fué presentado por S. M. la Reina
Doña Isabel II para esta iglesia el respetabilísimo
Sr. D. Fernando Blanco , que hoy tan dignamente la
ocupa. Esta observación nos hace también deducir
(|ue en vez de los 110 prelados que son los en el Ca-
tálogo numerados, han debido llegar al menos á 139:
y era conveniente advertirlo desde ahora, para evitar
que cualquiera de mis m-ás escrupulosos lectores
previniese tal argumento , queriendo sacar de él por
consecuencia que era poco probable la certeza de
todo el Catálogo, si bien el curso histórico nos ha de
ir fijando varias indubitables épocas de la sucesiva
existencia de la Mitra , con la de notables prelados
comprobados por datos canónicos ó civiles irrecusa-
bles que la justifiquen.
En medio de tan densa obscuridad, todavía despi-
den tenues ráfagas de luz , que vienen , ya que no á
disiparla del todo, al menos á en parte esclarecerla,
tres grandes sucesos que recuerda la historia gene-
ral eclesiástica, y que afectan á la sucesión episco-
pal de Avila: el martirio de los santos hermanos los
jóvenes Vicente, Sabina y Cristeta, la turbación que
causaron en las iglesias de Castilla los tránsfugas
Marcial, Obispo de Mérida, y Basilides, de Astorga,
y la herejía del presuntuoso y soberbio Prisciliano,
^366 Hí^lORIA DE AVILA.
que aspiíY), aunque felizmente sin lograrlo, á sentar-
se en la Silla establecida y santificada por San Se-
gundo; de todos los cuales acontecimientos hemos
<le sacar á su tiempo oportunas deducciones justiri-
eativas de la constante sucesión de su episcopado.
Por todas estas razones, asentando, sin contra-
decirla, pero sin tampoco aceptarla del todo, la cla-
sificación que hace el erudito Tello Martinez de
OhisTpOíi i n/iomhm dos , marcándolos con una N. : de
Obispos r/íííffo.yoó', por las noticias equívocas que su
elevación á la Silla afectan, y de Obispos i ndul Ha-
dos, que son los que de toda nota aparecen exentos,
sale á luz con muy escasas correcciones el siguiente
CATALOGO
de los Obispos de la Santa y Apostólica Iglesia de Avila por el orden
numérico de su sucesión, designándose á los unos, en cuanto es po-
sible, con sus nombres y lósanos en que ocupabcn la Silla Episco-
pal, y fijándose para los otros con mayor seguridad sus números,
nombres, apellidos y años en que comenzó su respectivo Pontiñcado.
A \ íl s
LOSUEVERENDOS PRELAIiOS. 'I''^"'»
ro:'.li!ic:iilns.
1 Sau Segundo Mártir, su priuaer Unispo
desde el año de Cristo 66
2 Julio, ó Sau Julio, debió sucederle hasta
el de 1-25
W N
4 N
5 N
O N
RESEÑA rULÜlCO-ECLESlÁSTlCA. 367
AAOS
(le sus
l'dntilicados.
7 X
8 X
<> X
10 X
1 1 Froiselo (I) ú Fructuoso, dudoso 589
12 Justiniano (1) GlO
1 3 Theudogio (I) ó Theodocio 033
14 Mauricio (I) ó Maurino G46
15 Eustochio (I) ó Edustocio 6ó0
16 Amanuro (I) ó Araanungo 656
] 7 Asphalio (I) ó Aphalio 681
18 Unigerio (I) ú Onigisso 683
19 Joan (I) 693
20 D. Pedro (1) 843
21 Vinceneio (I) , dudoso 934
22 D. Domingo (I) 1087
23 D. Jerónimo fl) ó Hyeronymo 1103
24 D. Pedro (II), apellidado Saiichez Zurra-
quines 1105
25 D. Sancho (1) , dudoso 1115
26 D. Severo (I) ó Suero 1130
27 D. Joan ó Juan (II) 1133
28 D. Iñigo (I) ó Eneco 1142
29 D. Pedro (III) 1149
30 D. Suncho (II) , dudoso 1150
31 D. Diego ó Yagüe (I), de apellido Lugo. 1159
32 D.Sancho (III) 1180
33 D. Domingo (II) Blasco 1182
34 D. Diego (II) 1187
35 D. Domingo (III) Blasco 1190
36 D.Diego (III) 1203
Í68 HISTORIA DE AVILA.
ANOS
de sus
Pontificados.
37 D.Benito (I) 1210
38 D. Pedro (IV) lustancio 1213
39 D. Juan (III) 1216
40 D. Pedro (V)...- 1220
41 D. Domingo (IV), llamado el Dentudo.. 1229
42 D. Benito (II) 1256
43 D. Fray Doming-o (V) Juárez ó Suarez... 1271
44 D. Sancho (IV) 1272
45 D. Fray Aymar (I) 12&4
46 D. Fernando ú Hernando (í) 1290
47 D. Pedro (VI) Luten ó Luxan 1312
48 D. Sancho (V) Sánchez Dávila 1355
49 D. Gonzalo (I) de la r< rrc 1358
50 D. Alonso (I) de Córdova 1369
51 D. Alonso (II) 1378
52 IJ. Diego (IV) Rodelas 1389
53 D. Alonso (íll) de Córdova, dudoso 1397
54 D. Juan (IV) de Guzman 1424
55 D. Diego (V) de Fuensalida 1432
56 D. Juan (V) de Cervantes (Cardenal). . . . 1436
57 D. Fray Lope (I) Barrientos 1445
58 D. Alonso (IV) de Fon-Seca 1452
59 D. Alonso (V) Tostado y Piihera 1455
CO D. Martin (I) de Vilches 1469
61 D. Alonso (VI) de Fon-Seca 14S5
62 D. Fray Diego (VI) de Saldaría 1487
63 D. Fray Hernando (IIj de Talayera 1492
64 D. Francisco (I) de la Fuente 1499
65 D. Alonso ( VH ) Carrillo 1514
66 D. Fray Francisco (H) Ruiz 1528
67 D. Rodrigo (I) Mercado 1548
RESEÑA POLÍTICO-ECLESIÁSTICA, 369
AÑOS
de sus
Pontificados.
t>S 1). Diego (VII) Álava y Esquivel 1559
69 D. Diego (VIII) de los Cobos 1560
70 D. Alvaro (I) de Mendoza 1577
71 D. Antonio (I) Mauricio de Pazos 1578
72 D. Sancho (VI) Bustos y Villegas 1581
73 D. Pedro (VID Fernandez y Temiño 1590
74 D. Jeróui.uo (II) Manrique de Lara 1595
75 D. Fray Juan (VI) Velazquez de las
Cuevas 1598
76 D. Lorenzo (I) Otaduy 1611
77 D. Juan (VII) Al varez de Caldas 1615
78 I). Francisco (III) Gamarra 1626
79 D. Juan (VIII) Gallo 1627
80 D. Francisco ( IV) Márquez 1631
81 D. Pedro (VIII) Cifuentes 1636
82 D. Diego (IX) Arce y Keinoso 1640
83 D. Juan (ÍX) Velez de Valdivieso 1640
84 D. Joseph (I) Argaiz 1647
85 D. Bernardo (I) Atayde 1656
86 D. Martin ( II ) Bonilla 1662
87 D. Francisco (V) Roxas 1663
88 D. Fray Juan (X) Asensio 1682
89 D. Fray Diego (X) Fernandez y Ángulo. 1700
90 D. Gregorio (I) Solórzano 1703
91 D. Baltasar (I) de la Peña y Aviles 1705
92 D. Fray Francisco (VI) Solís 1712
93 D. Fray Julián (I) Cano y Tobar 1720
94 D. Joseph (II) Yermo y Sant-Ibañcz 172S
^5 D. Fray Pedro (IX) de Ayala 1738
96 D. Narciso (I) Queralt 1743
97 D. Pedro (X) González 1758
loiío I. 24
370 UlSTOIÍiA DE AVILA.
A.\OS
de sus
ronlilieados.
98 D. Romualdo (I) Velarde 1766
99 D. Miguel (I) Merino 1781
100 D. Autonino (I) Sentmanat 1783
101 D. Fray Julián (II) de Gascueña 1788
102 D. Francisco (VII) Javier Cabrera 1799
103 D.Rafael (I)de Muzquiz Y Aldunate... 1801
104 D. Manuel (I) Gómez de Salazar 1815
105 D. Rodrigo ÍII) Antonio de Orellana. . . . 1822
106 D. Ramón (I) María de Andurriaga 1841
107 D. Manuel (II) López de Santistéban. . . 1852
108 D. Fray Gregorio (II) Sánchez Rubio. . . 1854
109 D. Juan (XI) Alfonso de Alburquerque . 1857
110 D. Fray Fernando (III) Blanco y Loren-
zo, que dignamente gobierna la Igle-
sia en el presente año de 1872
El Sr. D. José García Tejero, canónigo de esta
santa Iglesia, electo en la época constitucional
de 1820 á 1823, por fallecimiento del Sr. Orellana,
renunció la mitra , y por consiguiente no llegó á re-
cibir las bulas de su confirmación.
IGLESIAS METROPOLITANAS
Á QUE SICESIVAME.ME «A ESTADO ADSCRIPTA COMO SUFRA-
GÁNEA LA DE ÁVILA.
Como la Iglesia Católica lia seguido constante-
mente , desde sus primeros siglos, la clasificación de
las ciudades y de sus magistraturas civiles, para
RESEÑA POLÍTICO-ECLESIÁSTICA. 371
crear, enaltecer ó suprimir las Sillas Episcopales
en los respectivos casos de organizar Diócesis en
grandes pueblos convertidos al cristianismo , de en-
grandecer los que antes eran de menor considera-
ción, ó cuando desgracias lamentables reducian á
pequeñas y pobres las que antes eran ciudades más
ricas y populosas, se observa que las iglesias de
Tarragona , Sevilla , Mérida y otras f aeron siempre
más consideradas que muchas otras que pudieran
citarse.
Por esta razón , nadie , medianamente versado en
la historia eclesiástica, ignora que, conocidos ya los
metropolitanos (llamados después Arzobispos) antes
de terminar el siglo ii , puesto que ya se habla de
ellos en el Concilio Iliberitano, el más antiguo de los
de España , celebrado en el año 300 , según los datos
históricos más exactos , los Prelados de esas impor-
tantes ciudades fueron Metropolitanos en considera-
ción á que por su riqueza y población obtenían en el
orden político autoridades de jerarquía superior. Hé
ahí por qué Mérida , que, como hemos asentado en la
Reseña político-civil, fué la capital de la provincia
Lusitana bajo el poder de la República y de los Em-
peradores romanos, fué también la Silla Episcopal
más notable y autorizada que presidiera á otras mu-
chas sufragáneas. Así siguió bajo la dominación de
los Reyes Godos , y porque extendía su mando por el
Norte hasta los confines de la Tarraconense, Mérida
fué la primera iglesia metropolitana á que estuvo so-
metido desde el principio para su administración
eclesiástica el Obispado de Avila.
372 HISTORIA DE AVILA.
No'se hizo, pues, novedad en este punto por es-
pacio de muchos siglos ; así es que el rey Wamba no
tuvo que erigir, sino solamente respetar por Silla
metropolitana de Avila , á la de Mérida , en cuyo es-
tado continuó hasta la irrupción y ocupación de casi
toda España por los sarraceno? . que acaeció á prin-
cipio del siglo VIII.
Fuese verificando la reconquista de la Península.
y erigida en metrópoli la iglesia de Compostela (hoy
Santiago) por el papa Calixto II, á ruegos del Rey
de Castilla, después Emperador, que es el Rey Niño,
gloria y blasón amado de los Avileses, Avila fué
desde el 28 de Febrero de 1120 una de las doce igle-
sias sufragáneas con que fué dotada la nueva Me-
trópoli.
y en este estado continuó, hasta que, en cumpli-
miento del Concordato de 1851 y por la Bula de 4 de
Julio de 1857, expedida por nuestro Santísimo Padre
el papa Pió IX, y á instancias de la Reina la Señora
Doña Isabel II, fué declarada Metrópoli la de Valla-
:loIid, y las de Avila, Astorga, Salamanca, Segovia
y Zamora sus cinco iglesias sufragáneas.
ESTUDIO DE LA DIÓCESIS EN SU EXTEÍÍSION ACTUAL
Y M'MERO DE Pi ES'.LOS Y PATIROQÜIAS OLE COMPRENDE.
El Orden que hemos seguido al tratar de la Pro-
Atncia, nos conduce al estudio de la Diócesis para
comprender su extensión actual y el número de sus
KESEÑA lOLITICO-ECLESlÁSTICA. 373
pueblos y parroquias, así el contenido dentro de la
Provincia , como el correspondiente á otras , dejando
para la conclusión de esta Reseña echar una rápid?.
ojeada sobre la mayor y más dilatada jurisdicción
que en otros tiempos alcanzara. Después examina-
remos el estado del clero secular, considerando el ca-
tedral anterior y posterior á las prescripciones del
último Concordato , y el parroquial con arreglo á la
graduación de todas las iglesias del Obispado en su
actual clasificación: seguirá la noticia de otras igle-
sias, capillas y ermitas más notables en la Ciudad,
Provincia y Obispado, y cerrará este punto la de su
Colegio Seminario Conciliar. Daremos también cuen-
ta del clero regular, refiriendo todos los monasterios,
conventos y casas religiosas de hombres y mujeres,
conocidos en el transcurso de los tiempos á que nues-
tras noticias alcancen , hasta la supresión de los unos
y el arreglo de los otros en las diversas y recientes
reformas que en nuestros dias han sufrido: presenta-
remos el paralelo del estado general eclesiástico de
la Diócesis en distintas épocas, hasta el que resulta
déla Guia exlesiástica de 1860 y Anuario estadísti-
co: expondremos el régimen gubernativo y judicial
eclesiástico parala mejor administración del Obispa-
do, con su división en distintas épocas en vicarías y
arciprestazgos; y por último, como conclusión dcí
esta Reseña, daremos á conocer la importancia y alta
consideración que el Obispado merecía por su estado
eclesiástico general en tiempos más antiguos.
374 inSTORiA DE AV]LA.
PUEBLOS DE LA DIÓCESIS
qus corresponden á otras provincias, y pueblos de la Provincia
que corresponden á otras diócesis ó jurisdicciones exentas.
Aunque la base superficial de la demarcación del
Obispado es, en su generalidad , la misma que la de
la Provincia, consta, sin embargo, la primera de ma-
yor extensión territorial y también de mayor núme-
ro de habitantes, porque comprende setenta pueblos
pertenecientes á las provincias confinantes , si bien
pierde para otras jurisdicciones eclesiásticas limítro-
fes doce, que son de la Provincia: y ademas existen
otros seis, llamados de Medianas, porque inmediatos
á las villas de Olmedo y Medina del Campo, están so-
metidos por años alternos en su provisión, jurisdic-
ción y gobierno espiritual , en los nones al prelado
de Avila, y en los pares al de Valladolid. Disposición
monstruosa, que si pudo algún dia adoptarse y des-
pués permitirse por bien de la paz, debe desaparecer
en la nueva circunscripción de diócesis acordada en
el mismo Concordato , y de que se está ocupando el
Gobierno , agregándose , según su mayor proximi-
dad ó conveniencia eclesiástica, á una de las dos.
Los estados que siguen presentan con claridad
ambas diferencias.
RESEÑA político-eclesiástica.
375
PUEBLOS DEL OBISPADO DE AVILA QUE CORRESPONDEN Á OTRAS PROVINCIAS.
A la provincia de Cáceres. Navamorales.
Puente del Congosto.
Berrocalejo de Abajo. Rágama.
Gordo. (El) Salmoral.
Santibañez de Béjar.
A la provincia de Madrid. Tejado. (El)
Valdemaqueda.
A la provincia de Toledo.
A la provincia de Segovia.
Aldeanueva del Codonal.
Codorniz.
Donjerro.
Martin Muñoz de la Dehesa-.
Martin Muaoz de las Posadas.
Montejo de la Vega.
Montuenga.
Rapariegos.
San Cristóbal de la Vega.
Tolocirio.
A la proviacia de Salamanca.
Armenteros.
Bercimuelle.
Bóveda.
Cantaracillo.
Cespedosa.
Gallegos de Solmiron.
Guijo. (El)
Maneera de Abajo.
Alcafíizo.
Almendral.
Buenaventura.
Calzada de Oropesa.
Cardiel.
Castril de Bayuela.
Cervera.
Corchuela.
Garciotun.
Herreruela y Caleruela.
Hinojosa.
Iglesuela.
Lagartera.
Marrupe.
Montes Claros.
Navalcan.
Navamorqüende.
Nuñogomez.
Oropesa.
Parrillas.
Real de San Vicente.
San Román.
Sartajada.
376
HISTORIA DE AVILA.
Sotillo de las Palomas.
Torralba.
Torrico.
Valverdeja.
Velada.
Balviadero.
Bocigas.
Calabazas.
Fuente Olmedo.
Honcaladas.
Hornillos.
A la provincia de Valladolid. Lomoviejo.
Llano de Olmedo.
Agua Sal. Muriel.
Almenara. Olmedo.
Ataquines. Onquilana.
PUEBLOS DE LA PROVINCIA DE ÁVILA QUE PERTENECEN Á OTRAS DIÓCESIS
ó JURISDICCIO^TS EXENTAS.
Al Obispado de Plasencia.
Becedas.
üil-bueua.
Junciana.
Medinilla.
Neila.
San Bartolomé de Béjar.
Solana de Béjar.
Al Arzobispado de Toledo.
Kavahondilla.
Al Obispado de Segovia>
Aldeavieja.
Maello.
Peguerinos.
Al orden de San Juan de Je-
T. salen.
Narrillos de San Leonardo, de
la Encomienda de San Juan
de Barbalos en Salamanca.
DEL CLERO SECULAR.
Clero catedral. Individuos de su dotación an-
tes y después del Concordato de 1851.— La silla epis-
copal , que , como va expuesto , reside en la Ciudad
RESEÑA PüLlTlCO ECLESIÁSTICA. 377
desde el siglo primero del cristianismo, debió á la
magnánima piedad del Rey D. Alonso VI la erección
del suntuoso templo que le sirve de catedral, y
de que hablaremos más extensamente en otro lu-
gar. Dotósela desde el principio del suficiente clero
para un solemne y respetuoso culto; y porque, ya
por disposiciones generales canónicas, creándose
dignidades y canongías de oficio, ya por reformas
particulares, se fué organizando tal como en nues-
tros dias se le ha conocido , conviene recordar que
hasta la ejecución del Concordato de 1851 constaba
del Obispo, de siete Dignidades, que eran el Dean,
los Arcedianos de Avila, Arévalo y Olmedo, Chan-
tre, Maestrescuela y Tesorero. Antiguamente so
contaba otra Dignidad más, que era la de Arcediano
de Oropesa, y que posteriormente fué suprimida;
de 20 Canónigos, de los cuales eran cuatro de oficio;
á saber: el Magistral, el Lectoral, el Penitenciario y
Doctoral; de 20 Racioneros, que disfrutaban la renta
de medio canonicato, y de 20 Capellanes de coro y
altar. Ademas tenia otras dos prebendas llamadas
capellanías maj'ores, y al cargo de sus poseedores
estaba el oficio de Párrocos de la iglesia mayor y de
comenzar las horas canónicas, haciendo por semanas
el de Prestes en el coro; cuyo número total de pre-
bendas era el de 70 , sin contar los sochantres , or-
ganistas, capilla de música, pertiguero y otros sir-
vientes del coro y de la iglesia. A 29 han quedado
reducidos sus individuos prebendados , con arreglo
al Concordato de 1851; á saber: el Obispo, cinco Dig-
nidades, que son: el Dean, Arcipreste, Arcediano,
578
HISTORIA DF, AVILA.
Maestre-escuela y Chantre : 1 1 Canónigos , inclu-
sos los cuatro de oficio, y 12 Beneficiados, con el
preciso servicio de los indispensables dependientes.
Ademas existe dentro de la iglesia, si bien con ser-
vicio eclesiástico particular, la capilla de San Segun-
do, que tuvo destinados á su culto seis Capellanes;
resultando, como se v'e en el estado que presentamos
á la vista, que de 76 individuos que existían, á 35 que
existen, han desaparecido 39 prebendas y beneficios
en la iglesia catedral. Ademas puede asegurarse que
habia otro gran número de Capellanías colativas
instituidas en las capillas y altares del templo y
claustro, de las cuales unas están provistas de an-
tiguo y otras vacantes esperando el arreglo especial
de esta clase de beneficios eclesiásticos , prometido
en el nuevo convenio celebrado por el Gobierno con
la Santa Sede en el año de 1860.
CLERO CATEDRAL DE LA SANTA IGLESIA DE AVILA ANTERIOR Y
POSTERIOR AL CONCOrU)ATO DE 1851.
AMERIOR AL CO^COKDATO.
Obispo 1
Dignidades 7
Canónigos 20
Racioneros 20
Capellanes mayores párrocos 2
Medios Beneficiados ó Capellanes 20
La capilla de San Segundo, unida á la catedral,
tiene para su servicio especial, Capellanes
TOTAL.
70
RESEÑA político-eclesiástica. 379
POSTERIOR AL CO^(:onI)ATO. TOTAL.
Obispo 1 1
Dignidades «W
Canónicos 11 i
Beneficiados al servicio del altar y coro 12 )
Capellanes que la capilla de San Segundo , unida ¡
á la catedral, tiene para su servicio especial. . . I
29
35
Clero colegial. Ahadia su^winúda del Buríjo-
hondo.—Gon el nombre de Abadía se ha conocido
hasta principios del presente siglo la que fué anti-
quísima iglesia colegiata, y que dejó de ser, consti-
tuyéndose en parroquial de esta villa, en el año 1819.
Era de Canónigos regulares de San Agustín ; estaba
presidida por un Abad, con el carácter de verdadero
Prelado inferior y uso de insignias episcopales; y
como se ignora su remotísimo origen, debe de pre-
sumirse que le tuvo en los siglos medios desde que
fué aprobado por la Iglesia este Instituto.
En tiempos antiguos ejerciael Abad la jurisdicción
eclesiástica en ella y en los ocho pueblos de Navala-
cruz , Navalosa , Navalengua, Navaquesera, Nava-
redonda, Navarrevisca, Navatalgordo y Hoyocasero:
pero en cumplimiento de las prescripciones genera-
les del Concilio Ecuménico de Trento , debió desapa-
recer su jurisdicción exenta, incorporándose en la
ordinaria diocesana. Era necesario dar cuenta de esta
antiquísima iglesia abacial , como único recuerdo en
la Diócesis de la disciplina antigua de la Iglesia de
380 - HISTORIA DE AVILA.
España, de la cual han sido los últimos respetables
y más reconocidos restos las iglesias catedral de
Pamplona y colegiales de León y Eoncesvalles.
Clero parroquial. Número // clasificación
actual de las Parroquias del OMspado hasta que se
rectificfiien en ejecución del Concordato de 1851.—
El número actual de ellas excede al de los pueblos,
porque cuentan más de una algunos de estos ; y si
bien , según las disposiciones adoptadas por las dos
supremas Potestades para el arreglo parroquial , de
que se ocupa el Gobierno , es más que probable que
desaparezcan algunas Pilas en poblaciones que cuen-
tan más que las que permite su reducido vecindario,
también es seguro que habrán de crearse muchas
más, según el suyo, en varios, que hasta ahora
están considerados como Anejos ó Filiales de otra
Iglesia matriz. Y los estados que á continuación se
insertan, explican con toda claridad los datos que
quedan enunciados ; así como la clasificación de
todas las parroquias urbanas en los grados de tér-
mino, segundo ascenso, primer ascenso y entrada,
y de las rurales de primera y de segunda clase.
RESEXA rOLlTlCO-ECLESIASTM, V,
:i81
OBISPADO DE AVILA.
Número total de los pueblos y parroquias que comprende la
Diócesis en diversas provincias.
PROVINCIAS.
En la de Avila \ 240
De la de Toledo. ....
De la de Valladolid.. .
De la de Salamanca \
De la de Segovia I
De la de Cacares I
De la de Madrid 1
PAR-
pumi.os.
TOTAL.
RoyciAS.
240
255
28
28
28
33
15
324
15
10
10
2
2
1
1
TOTAL
3U
Nota. Ademas los pueblos llamados de 3íedianas son:
Cervillejo de la Cruz
Fuente el Sol
Gómez Narro
Moraleja de las Panaderas.
Pozaldez
Rubí de Bracamente
PARROQUIAS.
MjMERO y clasificación ]»K, las KXISTENTES K7i LA ItlOCKSIS
SEGLN SU ACTUAL ESTADO.
Parroquias urbanas de termino 4f)
— — de segundo ascenso.. 64
— — de pr i ii:er ascenso. . . 1)2 ^ rj.,
• — — de entrada 92 í
— rurales de 1.' clase 23 \
— - de 2." clase 27 /
382 UISTORLV DE AVILA.
IGLESIAS NOTABLES
en la Ciudad, Provincia y Obispado, que no corresponden al Catálogo
parroquial.
IGLESIAS INDEPENDIENTES.
San Segundo, á orillas del Adaja, Avila.
Nuestra Señora délas ísieves, Avila.
CAPILLAS DOTADAS C0.\ VARIOS CAPELLANES.
San Segundo, unida ala catedral, Avila.
Capilla Real de San Pedro Alcántara, Arenas.
Capilla de Mosen Rubí , Avila.
Capilla Real en la parroquia de Fontiveros.
CAPILLAS UNIDAS Á LA CATEDRAL.
La de Velada, Avila.
La de la Concepción, idcm.
La de las Angustias , idem.
Las del Claustro, idem.
ER:\IITAS NOTABLES.
Santo Cristo de las Navas del Marqués.
Santo Cristo de los Pinares.
Nuestra Señora de Sonsoles, Avila.
Nuestra Señora del Cubillo, Aldeavieja.
Nuestra Señora de las Fuentes, en Grajos.
Nuestra Señora del Espino, Hoyos del Espino.
Y algunas más que hayamos omitido, sin contar con
otras muchas muy pequeñas y de escaso renombre.
llEi^E^A político-eclesiástica. o83
Seminario Conciliar de San Millan. Bajo
tres distintos aspectos puede considerarse el edificio
que en Avila es el Seminario Conciliar, j que abre-
viadamente se le llama el Colegio , de todos los que
liaremos mención en este lugar, ya en el artículo
descriptivo de la Ciudad, ya en el texto histórico on
sus períodos respectivos , bien se le considere como
Monasterio de Religiosas Benedictinas , que desapa-
reció hace siglos, bien como escuela, primero de ni-
ños de la doctrina, y después de sacerdotes jóvenes;
y últimamente como Seminario Conciliar de la Dió-
cesis, con arreglo á las prescripciones del Concilio de
Trento ; y en este último sentido y como entidad im-
portante, que debe figurar en la Reseña eclesiástica,
damos ahori la breve noticia siguiente.
Fué erigido en el año de 1613 por el Obispo don
Juan Alvarez de Caldas, reformado en 1737 por su
sucesor D. Fray Pedro de Ayala, aumentado en 1790
por el memorable prelado I). Fr. Julián de Gascue-
ña, se ensanchó de nuevo el edificio en los pontifica-
dos de los Sres. D. Fray Gregorio Sánchez Rubio y
D. Juan Alonso de Alburquerque, y últimamente hoy
está dividida la enseñanza por disposición del dig-
nísimo actual señor obispo D. Fernando Blanco, por
razón de estudios, conservándose en este edificio los
teológicos , y los gramáticos y filosóficos en el gran
convento-universidad, suprimido, de Santo Tomás.
Tiene catorce becas plecas y diez y siete medias de
gracia, que provee el Diocesano en naturales del
Obispado, previa oposición; los que son pensionistas
pagan 1. 100 rs, anuales; las rentas que debe perci-
i
384 HISTORIA DE AVILA.
bir, según el Concordato, son 90.000 rs. cada año, á
cargo del Tesoro. Es, hace muchos años, su celoso
rector, el Sr. 1). Félix Hernández, antes canónigo
penitenciario, hoy dignidad de Chantre. El número
de alumnos matriculados cuando se publicó la Gíiia
eclesiástica de 1860, era de internos, 52; exter-
nos, 116: total, 168.
CLERO REGULAR.
MONASTERIOS, CONVENTOS Y CASAS RELIGIOSAS DE UNO Y OTRO
SEXO, CONOCIDOS EIV DISTINTAS ÉPOCAS EN EL OBISPADO HASTA
EL AÑO DE 1872.
Si del Clero Secular pasamos á hacer el examen
y recuento de los Institutos del Clero Regular y del
]iúmero de los monasterios y conventos de uno y
otro sexo que cada Orden religiosa contaba, y que ya
liabian existido ó existían á la época en que há más
de dos siglos escribía el maestro Gil González Dávila,
en el año de 1643, observaremos Cjue, según su au-
torizado aserto , eran setenta y una casas en toda la
Diócesis, sin contar la Iglesia Colegial Regular de la
Abadía del Burgo-hondo, de que ya se ha hecho
mención, como secularizada, en el artículo anterior
del Clero Secular.
Pero viniendo después á épocas más recientes y
bien conocidas, nos ha parecido oportuno fijar las
que subsistían, ya en tiempos pacíficos, á saber, á
mediados y á fines del sigdo xvín, ya en otros me-
BESEÑA POLITlCO-ECLESIASTICA. 385
nos tranquilos, como en el año de 1808, principio de
la destrucción de algunas con motivo de la gloriosa
guerra con los franceses; en 1834, principio de las
grandes reformas del Clero Regular, causadas en el
Reino por disposiciones políticas; en 1857, á conse-
cuencia ya de su reorganización con arreglo al Con-
cordato de 1851; y finalmente, en el año actual
de 1872, que es su último estado: diferencias cierta-
mente bien notables , que con la noticia de los res-
pectivos institutos religiosos á que correspondían
todas estas casas y de los pueblos en que se halla-
ban establecidas, se representan con la posible clari-
dad en los siguientes cuadros, qae liemos formado
al efecto.
MONASTERIOS, CONVENTOS í CASAS RELIGIOSAS DE AMBOS SEXOS
<¡V£ HAN EXISTIDO EN EL OBISPADO EN DI\E!IS\S EI'OCAS
DE QUE SE CONSEPxVA MEMORIA.
DE VARONES.
Orden de San Benito.
Ntra. Si'ci. la Antigua, de Avila.
Orden de Caballería de Sanliago.
Casa de sus caballeros y freyres, eu Avila.
Orden de Premonstratcnses .
Canónigos regulares de Sancti Spiriíus, Avila.
Regla de San Agustín .
Canónigos regulares en la iglesia colegial del Bur^^-o-
hondo. ' '"^
Erjiitaños de San Agustín.
TOMO I 25
386 HISTORIA DE AVILA.
Convento de Madrigal.
CouTento de Arenas.
Convento del Risco- Villa toro.
Casa-Administraciou de Fontiveros.
Orden de frailes Menores Obscrvaittes.
San Francisco, de Avila.
San Francisco, de Arévalo.
Orden de Predicadores.
Santo Tomás, de Avila.
Santa Rosa, de Mombeltran .
San Pablo , de las Navas del Marqués.
Orden de San Jerónimo.
Monasterio de Guisando.
Monasterio de laMeiorada.
Colegio Silla geueralicia, en Avila.
Orden de la Santísima Trinidad.
Convento délas Virtudes, junto á Rágama.
Orden del Carmen Calzado.
Convento de San Silvestre , en Avila .
Orden de Mínimos.
Convento de Mancera.
Instituto de la Compañía de Jesús.
Colegio de San Ignacio, de Avila.
Santiago el Mayor, de Arévalo.
Orden de Franciscos Descalzos.
San Antonio, de Avila.
San Pedro Alcántara, de Arenas.
San Lázaro, de Arévalo.
San Francisco, del Barco de Avila.
Corpus Christi, de Martin Muñoz.
Convento de Jesús, de Cebreros.
Convento de Cardillejo.
Hospitalarios de San Juan de Dios.
Hospital de San Bartolomé, de Arévalo.
RESEÑA rOLITICO-ECLESlÁfiTICA. 38*7
Orden del (Yinnen Descalzo.
Convento de Duruelo.
Pan Juan de la Cruz, de Fontiveros.
Santa Teresa, de Avila.
DE MUJERES.
Benedictinas.
Monasterio de Santa Fé, de Avila.
Monasterio de San Millan, de Avila.
Monasterio de las Berlauas.
Cistercicnscs.
Monasterio de Santa Ana, de Avila.
Monasterio el Real, de Arévalo.
Franciscas de Santa Clara.
Convento de Villa-Dei, en las Gordillas.
Convento de Santa María de Jesús, ó las Gordillas, de
Avila.
Convento de la Anunciación, de Arévalo.
Convento de Oropesa.
Convento de Olmedo.
Convento de Santa Clara, de Rapariegos.
Franciscas de la Purísima Concepción.
Convento de Avila.
Convento de Olmedo.
Dominicas.
Convento de Santa Catalina, de Avila.
Convento de Aldeanueva.
Convento de Santa Cruz, de Olmedo.
Beaterio de la Tercera Orden, de Piedrahita.
Agustinas Calzadas.
Convento de Santa María de Gracia, de Avila.
Convento de Santa María la Real, de Madrigal.
Agustinas Descalzas.
Convento de la Calzada, de Oropesa.
Convento de San Juan Bautista , de Arenas.
388 HISTORIA DE AVILA.
Carmelitas Calzadas.
Convento de la Encarnación, de Avila.
Convento de Piedrahita.
Convento de Fontiveros.
Carmelitas Descalzas.
Convento de San José, ó Las Madres, de Avila.
Convento de Arenas.
Hijas (le la Caridad.
En el Hospital de Avila.
En la Inclusa de Avila.
Adoratrices del Santísimo Sacramento.
Se está construyendo su casa.
RESUMEN.
Casas de varones 33
Casas de mujeres 29
TOTAL 62
MONASTERIOS Y CONVENTOS EXISTENTES DESPUÉS DEL CONCORDATO DE Í85Í.
A consecuencia de las antiguas supresiones par-
ciales, como la casa de la Orden de Santiago, los
monasterios de Santa Fé y San Millan , el convento
de las Virtudes , la iglesia colegial de la Abadía del
Burgoliondo; de otras supresiones generales, como
las de las dos casas de la Compañía de Jesús en 1767,
las de los Institutos monacales de varones en 1821,
las de otros muchos Institutos en la reforma de 1834,
y las posteriormente verificadas, los únicos monas-
terios y conventos (todos de religiosas) que mencio-
na la Guia eclesiástica de 1860 como existentes en
el Obispado, son las 18 casas que, con expresión de
RESEÑA POLÍTICO-ECLESIÁSTICA.
389
las provincias, pueblos é Institutos á que pertenecen,
á continuación se expresan:
PROVINCIAS.
INSTITUTOS.
Avila.
I
I AldeanuevadeSan-( Dominicas que se han tras-
ta Cruz I ladado después á Avila.
Bernardas.
Carmelitas Calzadas.
Carmelitas Descalzas.
Agustinas.
Avila ) Franciscas Claras.
ídem Concepcionistas.
Hermanas de la Caridad.
Adoratrices del Santísimo
Sacramento (1).
Madrigal
Arévalo . .
Segovia.
Piedrahita.
Fontiveros.
Rapariegos.
Toledo iOropesa.
I La Calzada.
VaUadolid.
Olmedo.
Agustinas.
j Bernardas.
Franciscas.
Carmelitas Calzadas.
Carmelitas Calzadas.
Franciscas Claras.
Franciscas Claras.
Agustinas Descalzas.
/ Dominicas.
\ Franciscas Claras.
j Franciscas Concepcionis-
' tas.
ESTADO COMPARATIVO
de los monasterios y convenios de uno y otro sexo existentes en el Obis-
pado en distintas épocas.
En el año de 1646, según las indicaciones que hace el
cronista Gil González Dávila en su Teatro eclesiástico
de las iglesias de Castilla, eran 71
(i) Las Hermanas de la Caridad mero de los diez y oclio monasterios
y las Adoratrices que tu, y existen y conventos conservadü.s en 1<S60.
en la ciudad, no entraron en el nú-
390 HISTORIA DE AYILA.
A mediados del siglo xviii liablan existido, según la rela-
ción general que antecede 5')
En el año de 1800, según el Diccionario de Hacienda
del Sr. D. José Canga Arguelles, que parece muy in-
exacto, existían solamente 34
En el de 1860, según la GvÁa eclesiástica, después del arre-
glo hecho en virtud del Concordato de 1851, quedaron,
siendo todos de religiosas IS
Y en 1872, agregadas las Hermanas de la Caridad en el
Hospital é Inclusa y las Adoratrices del Santísimo
Sacramento 3
Existentes en 1872 21
RESUMEN COMPAKATIYO DEL ESTADO ECLESIÁSTICO GENERAL
ENTRE LOS AÑOS DE 1787 Y 1857.
De los datos hasta aquí suministrados y de la
comparación que resulta entre los del último tercio
del siglo pasado y de los que aparecen á mediados
del presente, esto es, en el año de 1857, procede el
que á continuación se expresa:
ESTADO GENERAL ECLt:SLA.STICO.
En 1787.
En 1857.
pueblos de la Diócesis
324
344
32
26
70
333
458
383
324
Parroquias
344
Monasterios y conventos de varones. . . .
Monasterios y conventos de mujeres. ....
Individuos del clero catedral
»
18
29
Individuos del clero parroquial
333
Individuos do Institutos relígioso-5 desa-
renes
Individuos de Institutos de mujeres. . . .
191
RESEÑA POLrnCO-ECLKSlÁSTlCA. 391
Ademas estaban adscritos al clero secular de la
Diócesis la mayor parte de poseedores de otros bsne-
ficios eclesiásticos, capellanías y préstamos, sujetos
desde que recibian la prima tonsura al rezo divino y
servicio de alguna iglesia: número que bien puede
asegurarse que pasaba de cuatrocientos , porque do
mil excedian las piezas eclesiásticas que podian ser-
vir de títulos de ordenación.
Pero hemos hablado de préstamos , y como para
la joven generación presente, y más para las futuras,
será ya esta palabra de significación desconocida,
queremos explicársela. Como la suprimida prestación
del Diezmo constituía en Castilla, y señaladamente
en nuestra Diócesis, un acervo común ó depósito ge-
neral de sus ingresos, que se recogían en las cillas,
trojes ó bodegas al efecto preparadas, y que se dis-
tribuían en distintas porciones, que muchas de ellas
no eran para el sostenimiento del culto y clero , del
acervo se hacían nueve partes, que se llamaban No-
venos ; tres de ellos se asignaban á las tercias rea-
les, que unas veces pertenecían al Erario, muchas
estaban enajenadas de la Corona en partícipes legos;
otra porción del acervo común de algunos Novenos
servia para la fábrica y culto de las iglesias y para
la dotación del Párroco : el i-esto del acervo solía di-
vidirse en obras piadosas ó benéficas , como dotación
de establecimientos literarios, hospitales, inclusas, y
fíiempre se reservaba una parte, que solía ser de uno
ó más Novenos, para el préstamo. Su importe se des-
tinaba, ó á dotar eclesiásticos incongruos, ó á jóve-
nes que se dedicaban á las carreras de teología ó de-
392 HISTORIA DE AVILA.
recho canónico y civil. Eran los Préstamos de provi-
sión de la Corona , y gran número de dignos ecle-
siásticos han debido á este auxilio su alto porvenir,
si bien como el abuso suele marchar en pos del más
útil y acertado pensamiento, muchos de esos jóve-
nes no llegaban al sacerdocio y continuaban célibes
disfrutándolos toda su vida, á los cuales en el len-
guaje antiguo social se les llamaba Abates. Los
Préstamos, pues, para volver á nuestro objeto, eran
rentas eclesiásticas qae podian servir de títulos de
ordenación, y de ellos abundaba cu gran número
nuestro Obispado.
GOBIERNO ECLESIÁSTICO, POLÍTICO Y JUDICIAL DE LA DIÓCESIS.
Por último , para que el Prelado diocesano pueda
regir con todo el celo de su autoridad pastoral y ad-
ministrar pronta y rectamente la justicia, así en los
negocios económicos como en los judiciales, en el
Obispado de su cargo, y más especialmente sobre
los individuos del clero secular y regular, está cons-
tituido el gobierno y administración de las Diócesis
bajo las instituciones canónicas que á continuación
se expresan.
Secretaria de Cámara.— k ella corresponde la
instrucción y despacho de todos los negocios admi-
nistrativos, económicos y de gracia, bajo las inme-
diatas inspección y resolución del Prelado, tales
como la convocación á concursos, provisión de eco-
nomatos , instrucción de expedientes de erección ó
RESEÑA rOLITiCO-ECLESLÍSTICA. 393
reediñcacíon de templos, y toda la correspondencia
con la superioridad eclesiástica ó civil.
Proüisorato. — Es el tribunal de justicia para to-
dos los negocios contenciosos , así criminales como
relativos á la declaración de derechos correspondien-
tes á personas ó cosas eclesiásticas. Ayuda al provi-
sor en tan grave cargo el fiscal diocesano en todos
los asuntos de justicia, y son los actuarios, así en los
procesos como en los expedientes matrimoniales, dis-
pensas de parentescos y otros negocios que requie-
ren justificación legal, y al mismo tiempo son los
archiveros y custodios de unos y otros, cuatro Nota-
rios mayores eclesiásticos ; hay ademas un algua-
cil mayor, llamado de Corona > y otros dependien-
tes necesarios , como notarios receptores ó de dili-
gencias.
Sínodo diocesano. — Compónese esta respetable
institución de un número variable á voluntad del
prelado, de dignos individuos del clero catedral,
parroquial y regular, de reconocida ciencia y virtud
comprobada, ya por sus grados literarios, ya por
sus acreditados servicios en la Iglesia ; y es su prin-
cipal misión la de ser el tribunal ante quien se veri-
fican las oposiciones á los curatos y demás piezas
eclesiásticas que requieren la previa aprobación en
sínodo para obtenerse; como también suele ser con-
sultado sobre asuntos graves de doctrina ó de con-
ciencia, ya en pleno, ya en comisión, ya particular-
mente, algan individuo de su seno para resolverlos
con mayor acierto, cuando así lo determina el
prelado.
394
HISTORlxV DE AVILA.
Arcij^restazgos y vicarias establecidos en el Olis-
cado antes y despides del Concordato de 1851.— Fi-
nalmente, para la más pronta y cómoda administra-
ción y ejecución de todos los negocios eclesiásticos
de la diócesis, hallábase dividida hace siglos en
cierto numero de arciprestazgos y vicarías que des-
pués se lia alterado ; y para conocer su antigua y
actual nomenclatura, y pueblos que á cada uno cor-
responden, presentamos un estado comparativo en-
tre el conocido desde 1587 y el que hoy existe á con-
secuencia de la ejecución del Concordato de 1851,
en la forma siguiente:
DíVISIOX COXOCIDA ANTERIOR AL CONCORDATO.
Avila, areiprestazgo de.
Barco de Avila, idem.
Bonilla de ía Sierra, idem.
Hoyopinares , idem.
Mombeltran, idem.
Piedrahita , idem.
Arenas de S. Pedro, vicaría de.
Arévalo, idem.
Madrigal, idem.
Olmedo, idem.
Oropesa, idem.
DIVISIÓN ARREGLADA DESPUÉS DEL CONCORDATO.
ARCIPRESTAZGOS.
NUMERO DE PUEBLOS
que cada uno comprende.
. ., ., 1 . . j i Cuida de la ciudad v
Avila, capital, arcipreste de /
( de los 7 más cercanos.
Inmediaciones de Avila, idem de Id. de los 11 inmediatos.
Arenas, idem de Id. de los 20 idem.
Arévalo, idem de Id. de los 44 idem.
Baroo, idem del Id. de los 23 idem.
Bonilla . idem de Id. de los 8 idem.
RESEÑA POLÍTICO-ECLESIÁSTICA. 395
ARCIPRESTAZGOS.
M'MEnO DE l'Uini.OS
(|uc cada uno comiircude.
Burgohondo, idem del Id. de los 11 ídem.
Cebreros, Ídem de Id. de los 6 idem.
Hoyo de Pinares, idem del Id. de los 7 idem.
Morana Alta, idem de Id. de los 16 idem.
Morana Baja, idem de Id. de los 22 idem.
Mombeltran, idem de Id. de los 10 idem.
Madrigal, idem de Id. de los 18 idem.
Olmedo, idem de Id. de los 19 idem.
Oropesa, idem de Id. de los 14 idem.
Piedrahita, idem de Id. de los 25 idem.
Sierra de Piedrahita, idem de. . . Id. de los 16 idem.
Solana de Rioalmar, idem de. . . Id. de los 11 Ídem.
Valle-Ambles , idem de Id. délos 15 idem.
ValledeTiétaróVayuela,idemde Id. de los 10 idem.
La diferencia consiste en que antes del Concorda-
to estaba dividido todo el territorio diocesano , como
queda dicho, en 11 grupos, clasificados en seis arci-
prestazgos j cinco vicarías, y después se ha dividido
en 20 arciprestazgos, con lo que se ha mejorado no-
tablemente la administración de los negocios ecle-
siásticos.
CONCLUSIÓN.
Importancia y consideración que merecía el Obispado por su Estado
eclesiástico general hasta el año de
Tan considerable era y de tal importancia el
Obispado á principios de este siglo por su ilustrado y
respetable Clero secular y regular, por sus pingües
396 HISTORIA DE AVILA.
rentas, por la numerosa provisión de sus prebendas
y beneficios , y por la influencia é intervención legal
que tenia el estado eclesiástico en la multitud de
carg'os, oficios y dependencias que existían al cui-
dado de la Iglesia , que con justa razón era llamada
esta Diócesis Roma la Chica; tantos eran los benefi-
cios eclesiásticos, las capellanías, los hospitales, las
obras pías de Beneficencia é Instrucción pública y
otras varias fundaciones que la caridad cristiana,
algo más eficaz, indefectible y provechosa que la
filosofía filantrópica de nuestros dias, habia enco-
mendado á la autoridad , tutela y protección de sus
Prelados, ya las ejercieran por sí mismos, ya estu-
vieran cometidas á patronos especiales bajo la vigi-
lancia y visita del Diocesano. Mas ya que no nos sea
posible descender á la enumeración dt3 tantos por-
menores en estos apuntes estadísticos , bástenos re-
cordar que há poco más de dos siglos , cuando escri-
bía nuestro erudito y laborioso paisano el maestro
Gil González Dávila su Teatro eclesiástico , daba á
nuestra Diócesis en 1646 (después se aumentaron
machas otras fundaciones, especialmente de capella-
nías colativas) el estado siguiente
Pilas bautismales 537
Beneficios eclesiásticos que exigían servicio persona'. 717
Ermitas dotadas con rentas para su culto 221
Capellanías 980
Prestameras, que podían servir de título de ordenación. 66S
Monasterios y conventos de arabos sexos 71
Y ademas todo el clero catedral y de la colegiata regular
de San x\gustia de la villa del Buríro-hcndo.
RESEÑA rOLITlCO-ECLESlÁSTlCA. 397
DE LAS RELIQUIAS SAGRADAS Y SANTAS £N TODO EL OBISPADO.
Al escribir el Discurso preliminar, después de
maduramente concebido y casi de todo punto ejecu-
tado el plan de mi obra-, y al hablar en él de la im-
portancia y necesidad de las historias particiñares.
enunciados pensamientos: el uno, que el historia-
dor particular tiene obligación de dar á conocer y de
desenvolver el ohjeto de sus estudios, descendiendo
á pormenores , reñriendo minuciosidades , y ocupán-
dose en pequeneces que no entran en el animo de un
historiador general, que ss desentiende de todas es-
tas particularidades , sin apreciarlas ni darles valor
alguno, y que de estudiarlas, siquiera fuese ligera-
mente, harian interminable su trabajo, de suyo in-
menso, complejo y variado, mientras que las mi-
ras del historiador particular se contraen á puntos
mucho más pequeños, y que para hacerse percepti-
bles y fijar los ojos y la atención del lector, es nece-
sario que los agrande y abulte con la balumba de to-
das sus más ocultas cualidades. El otro pensamiento
fué defender el aprecio é importancia que mis paisanos
han de dar con justa razón á estas circunstanciadas
narraciones , y el afecto y entusiasmo con que han
de leer el recuerdo que se les haga de los venerandos
restos mortales de los santos y venerables avileses,
moradores de la celestial Sion, el reverente placer
con que contemplan las reliquias que de ellos se
conservan , y el culto que les tributan como amigos
398 HISTORIA DE AVILA.
de Dios, como vasos escogidos de su divino amor , y
como sus medianeros para ampararlos y protegerlos
en sus tribulaciones y trabajos. Y en justificación de
esta conducta, mejor diré de esta necesidad de su
inteligencia, de su fe y de sus religiosos anhelos,
aduje el testimonio universal que presenta la pobre
humanidad, indicando que si no hay raza, nación,
secta ni pueblo alguno en la tierra que no se enva-
nezca y engría con la relación de las glorias que se
cantan de sus héroes y progenitores, y con la exhi-
bición solemne ó privada que vse les hace de los obje-
tos materiales que de ellos se conservan, no hay
nada de censurable ni de ridículo , y menos aún de
irreligioso ó idolátrico en el pueblo católico, cuando
respectivamente muestra su alegría , su entusiasmo,
su respeto y veneración á las santas reliquias que
posee y que pertenecieron á los Bienaventurados. Y
llega ya el oportuno momento y la hora feliz de ha-
cer aplicación de estas observaciones filosóficas y
generales á nuestra historia en defensa de las piado-
sas creencias y prácticas religiosas de los avileses:
porque lógicos y consecuentes en nuestro plan , y
antes de cerrar la Eeseña general eclesiástica de
toda la Diócesis con el Catálogo , no menos rico y
admirable que el que dejamos escrito en la Político-
civil, de varones y mujeres ilustres de la Ciudad,
Provincia y Obispado, requiere con justicia el lugar
de precedencia en el sentido religioso, que caracte-
riza toda la Político-eclesiástica, el recuerdo de las
preciosidades que enriquecen su Iglesia, y así vamos
á demostrarlo.
Rt.s;::.ÑA i-oliíkíi-eclesiástica. 399
SAGRADA HOSTIA U SANTA FORMA INCORRUPTA
ViCN/.RAÜA Ey EL REAL C0>" VENTO DE SANTO TOMAS DK AVILA
DESPE EL AÑO DE 1491.
El portentoso modo por el que fué rescatada in-
tacta esta Hostia consagrada, de las sacrilegas ma-
nos de un judío que la ocultaba entre las hojas de
un libro , dio lugar á la formación de la causa que
á él y otros cómplices se siguió por este enorme
crimen y por el martirio dado al santo JViño lla-
mado déla Guardia. Convictos y confesos, fueron
sentenciados por el Tribunal de la Inquisición y en-
tregados á la justicia secular, la cual, según las
leyes á la sazón vigentes , los llevó al suplicio,
haciéndolos quemar en el patíbulo que al efecto
se levantó, y siempre se le llamó desde entonces
el Brasero de la Dehesa. El Santísimo Sacramento
fué conducido en procesión muy devota al convento
de Santo Tomás, en que residía el Inquisidor general
reverendo fray Tomás de Torquemada, donde cons-
tantemente ha sido respetuosamente adorado, ha-
biéndosele trasladado á la magníñca parroquia de
San Pedro, cuando la iglesia del convento, ya cerra-
do, ya suprimido, no ha podido estar abierta al culto.
En la narración histórica daremos muy detenidas
noticias de este comprobado y gravísimo suceso y
causa, que siquiera por el nombre es de muchos co-
nocida: pero era de toda obligación para el autor
indicar ligeramente aquí este memorable caso, coló-
400 HISTORIA DE AVILA.
candóle á la cabeza del artículo que consagra á la
memoria de las Santas Reliquias de distintos géne-
ros que se veneran en todo el Obispado.
PUEBLOS DE LA DIÓCESIS DE AVILA
UG son patria de Santos, Santas y personas de uno y otro sexo cali-
ficadas por la piedad con el título de Venerables; que poseen algún
cuerpo ó reliquia de estos ü otros Bienaventurados ; y que reveren-
cian algunas sagradas imágenes con respetuosa devoción; todo sa-
cado de las noticias que nos han dejado el Maestro Gil González Dá-
vila en su Teatro Eclesiástico de las iglesias catedrales de las dos
■Castillas, y otros conocidos escritores abulenses, y coordinado y adi-
cionado por el infatigable y estudioso Presbítero Beneficiado D. -José
Tello Martínez, como le colocó al fin de su copioso y laudable Catá-
logo, que ya queda inserto, de los Reverendos Obispos de Avila.
Avila.
El cuerpo de San Segundo, mártir, primer obispo y pa-
trono: en la iglesia Catedral.
Los cuerpos de San Vicente, Santa Sabina y Santa Cris-
teta, hermanos y mártires, patronos: en la iglesia de sus
nombres .
El cuerpo de San Fortunato, mártir: en la iglesia de
San Ignacio de Loyola, hoy parroquial de Santo Tomás
Apóstol.
El cuerpo de San Vidal, mártir: en la Catedral.
El cuerpo de un niño de los inocentes mártires (que
visitó el obispo D. Pedro de Cifuentes): en la iglesia Cate-
dral.
El cuerpo de San Pedro del Barco, anacoreta: en la
iglesia parroquial de los mártires San Vicente, etc.
El cuerpo de Santa Paula, la Barbada, virgen: en la
iglesia de San Segundo de Adaja.
La cabeza de uno de los cuarenta mártires: en la Ca-
tedral.
Dos cabezas de las once mil vírgenes: en la Catedral.
Reliquia de San Justo, mártir: en la Catedral.
líelicjuia de San Crescencio, mártir: en la Catedral.
RESEÑA POLÍTICO- ECLESIÁSTICA. 401
La cabeza de San Dionisio, obispo y mártir: en la Ca
tedral.
Reliquia de San Víctor, mártir: ea la Catedral.
El cuerpo de San Vicente, mártir: cu la Catedral.
Una espina de las de la corona de Nuestro k^eñor Jesu-
cristo (de que hizo memoria el doctor Antonio de Houcala
<>n su Peutaplon Christianaí Pietatis, lib. 2, Stauric, capí-
tulo 8): en la Catedral.
Un cáliz que se halló con el cuerpo de San Segundo:
en la Catedral.
Unos corporales, consagrados por San Ildefonso , Arzo-
bispo de Toledo , y enviados por el mismo para el altar de
Nuestra Señora , ó de los Mártires , con una carta escrita á
los presbíteros de la misma iglesia de San Vicente , cuya
fecha ó data no puede leerse por estar tan antigua; pero
sí la mayor parte de ella , y la firma del Santo: en San
Vicente.
Dos fojas de Doctrina , escritas de mano de San Ber-
nardo: en San Vicente.
Una sandalia ó zapato del glorioso Padre Santo Domin-
go de Guzman, fundador de los PP. predicadores: en San
Vicente.
Un brazo de la cruz en que murió crucificado San Fe-
lipe, Apóstol: en la Catedral.
Un hueso de San Judas Tadeo, Apóstol: en la Catedral.
Un cíngulo ó cinta de San Pedro , Apóstol : en San
Pedro.
Una canilla de San Lorenzo, mártir: en San Pedro.
Una cabeza de uno de los Santos mártires Macabeos: en
San Pedro.
Las cabezas de San Lucio, papa y mártir ; de San Víc-
tor, mártir; de San Gabino, papa y mártir; de San Alejan-
dro , papa y mártir; de San Aniceto , papa y mártir , y de
Santa Cristina, virgen y mártir, se c=inservan en el con-
vento de Premonstratenses, traídas por el P. Manuel Herre-
ra, del mismo orden.
Las dos canillas de San Andrés, Apóstol, y parte del
aspa en que fué martirizado : en el monasterio de Monjas
Cistercienses, de Santa Ana.
El cuerpo de San Mauricio, soldado, mártir: en el Mo-
nasterio de Monjas Carmelitas Descalzas, de San José.
Reliquia (hueso) de San Pedro de Alcántara: en el con-
vento de San Antonio de Avila.
Un hueso del brazo izquierdo de Santo Tomás de Aqui-
no: en el convento de su título.
TOMO I. 26
402 KISTORíA I/E AVILA.
Eeliquia de San Luis Bcltran, en el convento de Santo
Tomás.
Reliquia (hueso) de Santa Teresa de Jesús: en el con-
cento de su título.
El venerable Alfonso Tostado y Rivera , obispo : en la
Catedral.
El venerable Antonio de Honcala, canónigo presbítero:
en la Cátedra].
El venerable Gaspar de Aza, racionero presbítero: en el
convento de San José.
El venerable Julián de Avila , presbítero : en el con-
vento de San José.
El venerable Francisco de Guzman, canónigo presbíte-
ro, trasladado de la antigua iglesia de San Gil, año 1573,
á la de San Ignacio de Leyóla, hoy parroquia de Santo To-
más, Apóstol.
El venerable Francisco de Salcedo (antes casado, caba-
llero y noble), presbítero: en el convento de San José.
El venerable Paulo Verdugo, presbítero; cura de la
iglesia de San Vicente.
El venerable Miguel Raquero, presbítero.
El venerable Juan Ordoñez, presbítero.
El venerable Fernando Orejón, canóuis"0 presbítero.
YA venerable Juan de Brivicsca , presbítero: en el con-
vento de San Francisco.
El venerable Juan Sánchez, presbítero.
El venerable Agustín de Santistéban , presbítero, gran
confesor.
El venerable Luis Vázquez, presbítero: en el convento
de San Silvestre, Carmen Calzado.
El venerable Gil González de Avila, presbítero: en la
parroquia de San Juan Bautista.
El venerable Antonio Cabero , racionero presbítero : en
la Catedral.
El venerable Hernando Alvarez , sacerdote regular en
San Gil, año 1571, trasladado á San Ignacio.
El venerable Alonso Vázquez, presbítero regular, el
primero que se enterró en el Colegio de San Ignacio.
El venerable Diego de Villena , presbítero regular: en
San Ignacio.
El venerable Diego Carrillo , presbítero: en San Gil,
trasladado á San Ignacio.
El venerable Juan Nuñez Dávila , caballero : en San
Ignacio.
El venerable Tello Pantoja, noble caballero.
RESEÑA I'OLITICO-ECLESIASTICA. 403
El venerable Pedro Agairre , clérigo de órdenes me-
nores.
El venerable Lorenzo de Cepeda, hermano de Santa Te-
resa: en el convento de San José.
El venerable Pedro Sánchez de Cepeda , tio de Santa
Teresa.
El venerable José González , canónigo chantre.
El venerable Juan Nuñez, capitán en la milicia.
El venerable Pedro Navarro , capitán en la milicia , v
después religioso de San Francisco de los Descalzos de San
Pedro de Alcántara : en el convento de San Antonio , donde
se llamó Fray Pedro de Bouaventura.
La venerable Maria Diaz: en la iglesia de San Millan.
La venerable Sor María Vela , monja bernarda : en el
monasterio de Santa Ana.
La venerable Sor Leonor de Cepeda, carmelita: en el
convento de la Encarnación.
La venerable Ana María, muy penitente.
La venerable Aua de los Reyes, doncella de muy notable
mortificación : en San Gil, trasladada á San Ignacio.
La venerable Sra. Aldonza Muñoz : en el convento de
Santo Tomás.
La venerable Sra. Catharina de Avila: en el convento
de Santo Tomás.
La venerable Francisca Trigo, morisca expelida de Es-
pana; y después mártir en Tetuan.
La venerable Mencía del Águila, hermana de Hernando
Alvarez y mujer de Francisco de Salcedo.
La venerable Sra. Guiomar de Ulloa, viuda.
Las venerables cinco primeras compañeras y di>;cjpulas
de Santa Teresa en la reforma de la Orden del Carmelo;
á saber: Antonia del Espíritu Santo (antes de Henao),
María de la Cruz (antes de la Paz), María de San José
(antes de Avila), Isabel de Santo Domingo (antes de Hor-
tega) y Úrsula de los Santos; como también los padres de
la Santa los Sres. Alonso Sánchez de Cepeda y Beatriz de
Ahumada .
La imagen del Señor Crucificado: en la iglesia parro-
quial de San Pedro.
La imagen del Señor Crucificado: en el claustro de la
Catedral.
La imagen del Señor Crucificado : en la iglesia de San
Juan.
La imagen del Señor á la coluu.ni: en la iglesia de San
Vicente.
40-1 inSTORIA DE AViLA.
La imagen del Señor Crucificado : en la capilla suelta
de la Luz.
La imagen del Señor Crucificado : en el convento de
Santo Tomás.
La imagen del Señor Crucificado: en el convento de San
Francisco.
La imagen del Señor Sepultado : en el convento de Car-
melitas Calzados.
La imagen del Señor á la columna : en el convento de
Carmelitas Descalzos.
La imagen del Señor Crucificado: en el convento de los
Premonstratenses.
ün Ecce Homo: en el convento de Santa Ana.
La imagen de Nuestra Señora de la Soterraña: en la
iglesia de San Vicente.
La imagen de Xuestra Señora de la Salud : en la iglesia
de San Millan.
La imagen de Nuestra Señora del Consuelo , antes en
San Gil, trasladada á San Ignacio, hoy parroquia de Santo
Tomás.
La imagen de Nuestra Señora de las Nieves, ó de Santa
María la Mayor de Eoma: en su capilla.
La imagen de Nuestra Señora de las Vacas : en su
capilla.
La imagen de Nuestra Señora de los Dolores : en San
Nicolás.
La imagen de Nuestra Señora de los Dolores : en la
Catedral.
La imagen de Nuestra Señora de Sonsoles : en su
ermita.
La imagen de Nuestra Señora del Rosario : en los Do-
minicos.
La imagen de Nuestra Señora de la Corona: en los
Franciscos.
La imagen de Nuestra Señora de la Correa: en las mon-
jas Agustinas.
La imagen de Nuestra Señora del Escapulario: en los
Carmelitas Calzados.
La imagen de Nuestra Señora llamada (La x^ntigua:»
en los Benedictinos.
RESEÑA POLITlCO-ECLESíÁSTICA. 405
PUEBLOS DEL OBISPADO.
Almendral.
La venerable Sor Ana de San Bartolomé, Carmelita
Descalza.
Los santos niños Juan y Juana.
Arení^ís.
San Pedro de Alcántara: yace su cuerpo.
Arévalo.
El cuerpo de San Victorino, mártir.
Los venerables frailes León, compañero de San Fran-
cisco, y Lorenzo de Raparieg'os.
La verdadera imagen del Patriarca San Francisco.
El Barco.
San Pedro Anacoreta.
La Lnágen del Santísimo Cruciñcado, de la Pasión.
El Berraco.
San Raynés, mártir, traido de Flandes por el capitán
f). Juan del Águila.
Bonilla.
El venerable obispo de Salamanca, antes provisor de
Avila, D. Francisco de Soto y Sidazar.
Candeleda.
San Bernardo, ermitaño, abogado contra el mal de
rabia.
Cardeñcsa.
Las imágenes de Jesús y de María.
El devotísimo Via-Crucis, colocado en un sitio muy
áspero y de penitencia.
San Esteban del Valle.
San Pedro Bautista , mártir en el Japón , del orden de
San Pedro Alcántara.
406 HISTORIA DE AVíLA.
Grajos.
La imagen de Nuestra Señora con el título de las Fuen-
tes: en su ermita.
Vita.
La imagen de Nuestra Señora del Parral : en su ermita.
Madrigal.
La venerable Sor Catharina de Cristo (antes Dalmaseda),
Carmelita Descalza.
La imagen de Nuestro Señor Crucificado , con título de
las Injurias.
Ríonibeltran.
El venerable obispo de Avila 1). Fray Pedro de Ayala.
Nava el Sauz.
El venerable P. Cristóbal Bravo , Provincial de los Des-
calzos de San Francisco , compañero j discípulo de San
Pedro Alcántara.
Olmedo.
El venerable Padre Bartolomé de Olmedo, mercenario.
Oropesa.
El venerable Padre Alonso Orozco , del orden de los
Eremitas de San Agustín.
El venerable D. Pedro de Oropesa.
El venerable Padre Vicente Val verde , dominicano.
La venerable Sor Inés de la Concepción, monja de San-
ta Clara. En su convento.
£1 Tiemblo.
San Antonio Ermitaño , imagen antigua.
Tormenes.
San Pascual, sacerdote y solitario.
San Vicente de Pinares.
Imagen de Nuestro Señor Crucificado: en su ermita de
los Pinares.
RESEXA POLITICO-ECLESlÁsnCV. 407
CATÁLOGO
DK LOS VARONES Y MüJ£R::S DÉLA CIUDAD, l'ROVI.XCIA V ;)BISPM>J,
ILUSTRES EN SANTIDAD Y VIRTrD, DIGNIDADES, GOBIKRNO Y LE-
TRAS, BAJO CUYOS CONCEPTOS PERTENECEN Á LA RESEÑA PER-
SONAL ECLESIÁSTICA.
La misma razón que tuvimos para cerrar la hon-
rosa Reseña personal de la Provincia con el Catálogo
de sus esclarecidos hijos de ambos sexos en el orden
político-civil, según el sentido más lato de esta ex-
presión, nos conduce á dar aquí igual honorífica con-
clusión á la Reseña Personal Eclesiástica con la no-
table y extensa nómina de Varones y Mujeres que
enaltecen la Iglesia abulense. Y por los propios mo-
tivos que allí expusimos, adoptando como base el
largo Catálogo que nos dejó el Maestro Gil González
Dávila, pero suprimiendo de él las noticias que ex-
clusivamente pert mecen á la Historia, le hemos am-
pliado con los nombres de las distinguidas personas
que han figurado en tiempos posteriores y llegado á
nuestra noticia.
Solamente se diferencian ambos catálogos en que
en éste dejamos de seguir el orden alfabético de ape-
llidos en los grupos de Santos, Santas y Venerables
de uno y otro sexo, ya porque son más conocidos por
sus nombres solos, y algunos por los pueblos de su
naturaleza, ya porque otros abandonaron su sobre-
nombre familiar (aunque de muchos no le ignora-
mosj por preferir otro más místico y espiritual, con
que son en sus iglesias ó comunidades más conocí-
408 HISTORIA DE AVILA.
dos. También debo de advertir que este Catálogo j
el de las Santas Reliquias que lia precedido se sirven,
para muchos de tales bienaventurados, de recíprocos
comprobantes, puesto que el anterior sólo da noticia
de los pueblos, iglesias ó lugares en que son reve-
renciados, cuando el que ahora escribimos los da á
conocer por sus familias, su vida, profesión y virtudes
en que se ejercitaron. El Catálogo actual es como
sigue :
Varones insignes en santidad y ■virtud.
vSan Segundo, primer obispo de Avila.
San Vicente ílártir, en Avila.
San Pedro del Barco, ea Avila.
San Pascual de Tormellas.
San Bernardo de Candeleda.
San Juan de la Cruz, de Fontiveros.
San Pedro Bautista Martin del Japón, misionero fran-
ciscano.
Venerable Agustin de Santistéban, presbítero.
Venerable Alfonso Tostado y Rivera, de Madrigal.
Venerable D. Alonso Sánchez de Cepeda, padre de San-
ta Teresa.
Venerable Alonso Oroza, agusliniano, de Oropesa.
Venerable Alonso Vázquez, de la Compañía de Jesús.
Venerable Antonio Cabero, racionero en la Catedral.
Venerable Bartolomé de Olmedo, mercenario.
Venerable D. Diego de Bracamente, deán.
Venerable Diego Carrillo, de la Compañía de Jesús.
Venerable Diego de Villena , de la Compañía de Jesús.
Venerable Fernando Orejón, canónigo.
Venerable D. Francisco de Guzman, canónigo de Avi-
la; muY caritativo.
Venerable Francisco Morales, de la Compañía.
Venerable Francisco Salcedo, presbítero, de la Compa-
ñía de Jesús. .
Venerable Gaspar Daza, racionero de la Catedral.
Venerable Fray Gerónimo del Espíritu-Santo , francis-
cano descalzo.
Venerable Gil González Dávila, presbítero.
RESEÑA rOLmCO-ECLESlÁSTlCA. 409
Venerable Hernando Alvarez del Águila, de la Compa-
ñía de Jesús.
Venerable José González , dignidad de chantre.
Venerable D. Juan Nuñez Lávila, capitán en la milicia.
Venerable Juan Ordouez , presbítero.
Venerable Juan Bautista Ordoíiez , el licenciado , gran
limosnero.
Venerable Juan Sánchez, presbítero.
Venerable Juan de Briviesca, presbítero.
Venerable Julián de Avila, presbítero.
Venerable León de Arévalo, compañero de San Francis-
co en sus fundaciones.
Venerable Lorenzo de Rapariegos , compañero de San
Francisco en sus fundaciones.
Venerable Lorenzo de Cepeda , hermano de Santa Te-
resa.
Venerable Luis de Aledina, jesuíta, uno de los fundado-
res de su colegio en Avila.
Venerable Luis Vázquez, pre.sbítero.
Venerable Miguel Baquero, presbítero,
Venerable Pablo Verdugo, cura de San Vicente de
Avila.
Venerable Pedro Aguirre , clérigo .
Venerable D. Pedro Aguirre y Loyola, rico caballero,
gran penitente, amigo de los pobres.
Venerable Fray Pedro de San Andrés, franciscano des-
calzo.
Venerable Pedro Navarro , capitán en la milicia , y des-
pués franciscano descalzo , llamado Fray Pedro de Buena-
ventura.
Venerable Pedro Sánchez de Cepeda, tio de Santa Te-
resa .
Venerable Tello Pantoja (el Caballero).
Venerable Val verde Vicente, dominicano, Oropesa.
Mujeres insig'ncs en santidad y virtud.
Santa Teresa de Jesús, de Avila.
Santa Cristeta, mártir, en Avila.
Santa Sabina, mártir, en Avila.
Santa Paula, virgen; la Barbada de Cardeñosa, en Avila.
Santa Francisca Trigo , morisca de las expelidas de Es-
paña, padeció martirio en Tetuan en 1623.
Venerable Aldonza Muñoz.
Venerable Ana María, gran penitente.
410 HISTORIA DE AVILA.
Venerable Ana Reyes, de quien escribió la vida el pa-
dre Baltasar Alvarez, de la Compañía de Jesús.
Venerable Ana de San Bartolomé , Carmelita descalza,
natural de El Almendral.
Venerable Antonia del Espíritu Santo, antes Henao, de
las primeras compañeras de fundación de Santa Teresa de
Jesús.
Venerable Doña Beatriz de Ahumada, madre de Santa
Teresa de Jesús.
Venerable Doña Catalina Dávila, de quien hacia gran-
des elogios San Pedro Alcántara.
Venerable Catalina del Espíritu Santo, antes Verdugo
de Trejo: escribió su propia vida de orden de su confesor,
Y otros papeles.
Venerable Catharina de Avila.
Doña Elvira González de Medina, fundadora del beate-
río que precedió al convento de la Encarnación.
Venerable Doña Guiomar de ülloa, de quien hace muy
particular memoria el padre Baltasar Alvarez, de la Com-
pañía de Jesús.
Venerable Inés de la Concepción, monja de Santa Clara
do Oropesa.
Venerable Isabel de Santo Domingo, antes Ortega, com-
pañera de Santa Teresa de Jesús, natural de Cardeñosa.
Venerable Leonor de Cepeda, carmelita en el convento
de la Encarnación.
Venerable Mari Díaz de Vita, en Avila.
Venerable Doña María Alvarez de ^'ergas, fundadora y
religiosa del convento de Piedrahita.
Venerable Doña María Vela, religiosa bernarda, en
Avila.
Venerable María de la Cruz, antes de la Paz, compane-
ra de Santa Teresa de Jesús.
Venerable María de Jesús, antes Muñoz.
Venerable María de San José, antes de Avila, compa-
ñera de Santa Teresa de Jesús.
Venerable María de San José, lega, carmelita en Fonti-
veros.
Venerable Mencía del Águila.
Venerable Ürsula de los Santos, compañera de Santa
Teresa de Jesús.
RESEiÑA POLlTlCO-ECLV;S¡ÁSTiCA. 411
Hijos del Obispada, ilustres en el gobierno de la Iglesia.
Dávila (I). Francisco), arcediano de Toledo, cardenal do
la Santa Romana Iglesia.
Espinosa (D. Diego), cardenal de la Santa Romana
Iglesia, obispo de Sigüenza, inquisidor general.
Guzman (D. Diego de), patriarca de las Indias, carde-
nal arzobispo de Sevilla.
Verdugo (D. Alonso), cardenal de la Santa Romana
Iglesia.
Arévalo (Fr. Bernardino de), que no aceptó el arzobis-
pado de Toledo.
Fernandez Yaltodano (D. Cristóbal), arzobispo de San-
tiago, uno de los jueces del arzobispo de Toledo, Carranza.
Vela (D. Cristóbal), obispo de Canarias y arzobispo de
Burgos.
Avila y Vera (Doctor), abad de Alcalá de Henares.
Ballesteros (D. Jerónimo), obispo de Venezuela.
Barco (1). Fr. Fernando del), carmelita, obispo de Sala-
mina y predicador de Carlos V.
Bravo (D. Andrés), obispo de Sigüenza.
Briceño (D. Alonso), o¡)ispo de Nicaragua.
Carrillo Altamirano (D. Fernando), obispo de Puebla
de los Angeles y de Osma.
Dávila {D. Blasco), obispo de Sigüenza.
Dávila (D. Diego), abad de Alcalá la Real.
Dávila (D. Juan), abad del Burgohondo y de Alcalá la
Real.
Dávila ÍD. Rodrigo), obispo de Plasencia.
Dávila (D. Sancho), obispo de Avila. Notario mayor de
Castilla, maestro del rey D Alonso XI.
Dávila (D. Sancho), obispo de Cartagena, Jaén, Sigüen-
za y Plasencia.
Gómez Salazar fD. Manuel), obispo de Ceuta.
Mercado (D. Diego de), obispo de Yucatán.
Montalvo (Fr. D. Juau), dominico, obispo de Cartagena
de Indias.
Paredes Caballero (D. Bernardo de), obispo de Orihuela,
Lérida y Oviedo.
Rodriguez Aguayo de Mercado (D. Alonso), obispo de
Gaeta.
Sánchez de Arévalo (D. Alonso), obispo de Plasencia.
Sánchez de Arévalo (D. Rodrigo), obispo de Falencia,
historiador.
412 lIISTOrUA DE AVILA.
Torres Ossorio (D. Juan), obispo de Valladolid.
Vázquez (D. Rodrigo), obispo de Troya.
Varones ilustres de la Santa Ig^lesia Catedral de Avila.
Ares (Dr. Miguel), canónigo magistral, obispo de
Orense.
Arguello (D. Gutierre), canónigo, alcalde de Hijosdal-
go en la Chancillería de Valladolid , su oidor , j en Koma
auditor de la Rota.
Arteaga y Dicastillo (Dr. D. Juan) , doctoral, obispo de
Orense.
Beltrau de Guevara (D. Juan), canónigo doctoral, obis-
po de Badajoz, arzobispo de Santiago v presidente de
Italia.
Calatayud (D. Pedro), deán. Dotó el hospital de Santa
Escolástica.
Camargo (D. Jerónimo), canónigo magistral, obispo de
Ciudad-Rodrigo, Coria y Córdoba.
Carrillo (D. Juan), tesorero y canónigo, secretario del
archiduque Alberto , conde de Flandes.
Carrillo (D. Martin) , canónigo , obispo de Oviedo y ar-
zobispo de Granada.
Castillo (el Dr. D. Diego de), magistral, obispo de Trd-
jillo en América.
Castro (D. Pedro de), canónigo magistral, obispo de
Lugo, Segovia y arzobispo de Valencia.
Compludo (el maestro Francisco de) , canónigo y cate-
drático de Salamanca, y el segundo colegial del mayor
de Cuenca.
Fernandez (D. Alonso), canónigo, hijo del infante dou
Felipe.
Fonseca (D. Juan de), arcediano de Olmedo, obispo de
Bosano, de Jaén, Falencia y Burgos, y primer presidente
de Indias.
García (D. Luis), canónigo doctoral, obispo de Orense
y Astorga.
González Bohordo, capellán de honor de Felipe IV.
González Dávila (el Dr. D. Agustin) canónigo de Avila,
pi'ocurador general de las ig'lesias de las dos Castillas en
Roma.
Maldonado (D. Pedro), canónigo, obispo de Ciudad-
Rodrigo.
Martin de Barcia (Dr. D. ZAÍanuel), canónigo, obispo de
Ceuta.
RESEÑA rOMTICO-ECLKSlÁSTiCA. 413
Martínez Zarzosa (D. DieG^o), canóui,2:o, obispo de Tuy.
Melgosa (D. Francisco de), canónigo, inquisidor de
Ccraeña.
Moxica (D. Francisco), arcediano de Toledo, antes ca-
nónigo de Avila.
Payno (D. Antonio), canónigo lectoral, obispo de
Orense.
Rodezno (Dr. Francisco), canónigo, inquisidor de Cer-
deña y Granada, y fiscal de la Suprema.
Rueda (D. Fernando), canónigo magistral, obispo de
Canarias.
Salamanca (D. Francisco de), canónigo, maestro del iu
fante 1). Fernando, arzobispo de Toledo.
Sanz Oyanguren (D. Baltasar), arcediano de Arévalo,
fiscal de bis inquisiciones de Llerena y Toledo.
Soto Salazar (D. Francisco), canónigo, obispo de Se-
gorbey Salamanca.
Vela (D. Cristóbal), arcediano de Avila, obispo de Ca-
narias y arzobispo de Burgos.
Zamora (Fernando de), canónigo, secretario del rey
D. Alonso el Sabio.
Fundadores p-Iadcsos.
Anaya (D. Pedro), canónigo; fundador de la capilla del
Cristo en el Claustro.
Daza (D. Pedro), arcediano y canónigo de Avila; fundó
y dotó la capilla de Nuestra Señoi-a de la Piedad.
Dávila (I). Rodrigo), arcediano de Arévalo; fundó la ca-
pilla de Santa María la Blanca.
Jiménez (Fr. Francisco), agustino; fundó en Lima del
Perú el primer convento de su religión.
Medina (D. Cristóbal de), deán; fundó la capilla de la
Concepción.
Ramírez de Villaescusa (D. Diego), arcediano de Olme-
do, obispo de Astorga, Málaga y Cuenca; fundador del co-
legio de Cuenca en Salamanca.
Valderrábano (D. Alon.so de), deán; fundó y dotó la ca-
pilla de San Ildefonso.
Vázquez (Pedro) , canónigo; fundador y dotador de la
capilla de Nuestra Señora delClaustro.
Velazquez (D. Blasco), deán; fundó y dotó la capilla de
.San Antolin en la Catedral.
Velazquez (D. Gonzalo), arcediano de Avila; fundó el
convento de San Pablo de la Moraleja.
414 HISTORIA DE AViLA.
Varones notables en varios cargos y ejercicios eclesiásticos.
Alvarez de la Serna (D. Juan), primer secretario de la
Inquisición.
Avila (Fray Pedro de), monje Jerónimo, confesor de la
Princesa doña Juana de Austria.
Castro (el padre Agustin de), de la Compañía; predica-
dor de Felipe IV.
Cimbrón (Fray Francisco), franciscano, gran misionero
en Méjico.
Dávila (el padre Gonzalo), provincial de la Compañía.
Dávila (Fray Jorge), misionero en Nueva-España; bau-
tizó más de un millón de gentiles.
Dávila (el padre Juan), de los clérigos regulares, minis-
tro délos enfermos. •
Escudero (el licenciado D. Alonso), inquisidor de To-
ledo.
Garci-Serrano, tesorero de los bienes confiscados por la
Inquisición.
Guzman (Fray Jerónimo de) , franciscano , comisario
general de las Indias.
Juan Ensebio (el padre), cura de San Vicente de Avila.
Morales Encinas (el padre Francisco) , de la Compañía,
misionero en Filipinas.
Naron (D. Gómez), el Abad.
Ontiveros (Pedro) , asesor de la Inquisición de Valla-
dolid.
Rengifo (maestro Fray Reginaldo) , confesor del empe-
rador Carlos V.
Valderrábano (el comendador Fernando de), murió en el
cerco de Baza, en 1489.
Vázquez (el bachiller D. Jerónimo), presbítero, asis-
tente al Concilio de Trente.
Verdugo (D. Juan), primer fiscal de la Inquisición, ecle-
siástico.
Escritores eclesiásticos y personas notables en letras.
Santa Teresa de Jesús; escribió muchas obras místicas.
San Juan de la Cruz ; escribió en prosa y verso obras
Til I Q TI r*ri ^
Avila (Alfonso) , de la Compañía de Jesús; escribió un
tratado del bienaventurado San Segundo, obispo de Avila.
RESEÑA POLÍTICO-ECLESIÁSTICA. 415
Avila (el padre Esteban de) , de la Compañía de Jesús
en el Perú; escribió un tratado De Ccnsiiris y el Compendio
de la Suma del doctor Navarro.
Bravo (Bartolomé), de la Compañía de Jesús; escribió
de humanidades.
Castro (Agustín de), de la Compañía de Jesús ; escribió
grandes sermones y tratados políticos.
Córdoba (Juan Rodulfo), de la Compañía de Jesús; es-
cribió comentarios sobre los Santos Padres.
Dávila (Julián) , confesor de Santa Teresa .- escribió la
vida de la Santa.
Dávila (D. Sancho), canónigo, obispo de Cartagena,
Jaén y Plasencia; escribió un tomo sobre la Veneración de
las Beliquias.
Fuen-Salida (el padre Francisco), de la Compañía de
Jesús; escribió un tratado del Sosiego del Alma.
García (Antonio), de la Compañía de Jesús; es ribió
sobre literatura y música.
García (D. Nicolás), canónigo; escribió una importante
y conocida obra en dos tomos. De Benefitiis.
González (Tomás) , de la Compañía de Jesús ; escribió
e retórica y gramática latina.
Guerra (Antonio), de la Compañía de Jesús; escribió el
elogio fi'iuebre de Antonio Bermejo, y una Carta á la
muerte del P. Ramón de Ojeda.
Guzman (Pedro de), de la Compañía de Jesús; tradujo
la Historia de la entrada de la cristiandad eu el Japón, del
Padre Tursellino, y escribió discursos sobre el tra])ajo y la
ociosidad.
Herrera (Antonio), de la Compañía de Jesús; compuso
notables oraciones sagradas.
Onr-ala (Antonio), canónigo de Avila, notable escritor,
teólogo y humanista.
Pinel (Doña María), Carmelita Calzada de la Encarna-
ción ; escribió la historia de los primeros tiempos de su
convento, que se conserva inédita.
Rosales (el doctor), canónigo; catedrático de Cánones en
Salamanca.
Sánchez (el doctor Juan) , capellán del convento de la
Encarnación de Madrid; escribió una suma de casos de
conciencia
Tostado y Rivera (Alfonso de) , obispo de Avila ; escri-
bió numerosas orras.
Triviño (el doctor Juan de), canónigo de Segovia; es-
cribió el tratado Praxis examinatorum.
416 UISTOKIA DE AVILA,
Vclazquez (Juan Antonio) , de la Compañía de Jesús;
escribió comentarios sobre distintos capítulos de la Es-
critura.
Yerdug-o (el doctor Pablo) ; escribió en versos castella-
nos la vida de Santa Teresa ; fué cura de San Vicente de
Avila.
Victoria (Luis); imprimió muchas obras de música, que
son muy estimadas y cantadas en todas las iglesias cate-
drales.
ARTICULO DESCRIPTIVO
LA CIUDAD DE ÁVILA.
TOMO í.
21
AL AITÜTAMIEMO DE LA I I Y i L. GIÜDAÜ GE iílLA.
Exc.MO. Señor :
V. E. ha tenido la bondad de enaltecer la Historia, que
hii mucho tiempo escribí, de Avila, su Provincia y Obispado,
y que hoy comienzo á publicar, permitiendo que en los
principios de ella coloque su respetable nombre ; y yo he
creído que el lugar más indicado es al frente del Artículo
descriptivo de nuestra Ciudad.
Sucesor V. E., por el largo transcurso de los tiempos, de
aquellos Alcaldes y Concejo justamente celebrados en todas
las edades posteriores á la repoblación de Avila , cuyo pen-
dón ondeara glorioso en la reconquista de muchas ciudades
meridionales de España, desde Cuenca á Badajoz; sucesor
del Corregidor y Regimiento que ya gobernaban esa Capi-
tal y sus inmediatas comarcas desde el siglo xv, y que
supieron producir una pléyade de briosos capitanes y sabios
consejeros de sus Reyes, que dilataron y eternizaron sus
nombres en las siguientes centurias por Flandes, Italia,
Francia, Portugal y la entonces naciente América ; sucesor
del posterior ilustre Consistorio creado, parte por la libre
elección de las memorables cuadrillas de San Juan y San
Vicente , en que la Ciudad estaba al efecto dividida, parte
con las familias nobles que en él obtenían asiento en juro
de heredad por concesiones de nuestros Monarcas ; y suce-
sor, finalmente, de los nuevos Ayuntamientos exclusiva-
mente populares desde que se proclamó el sistema mu-
nicipal, base de la Representación nacional; do quiera
que V. E. fije en lo pasado la vista, siempre hallará digní-
simos antecesores que imitar, siempre su inalterable lema,
la honradez, la lealtad, el valor político y militar, el pun-
donor, y los timbres que conquistaron para nuestra Ciudad,
de Avila del Rey, Avila de los Leales, Avila de los Ca-
balleros.
Que V. E. emule los honrosos servicios de sus benemé-
ritos antepasados; que sepa inspirar sus virtudes cívicas
á la juventud, que á su lado se educa, siempre ansiosa de
nombre y aura popular, son mis constantes deseos: y para
que se realicen por los dechados de tan distinguidos varo-
nes como en todas edades, estados y condiciones brillaron,
he escrito su verdadera Historia.
Acójala V. E. con ánimo elevado y generoso , como
ardientemente se lo ruega su paisano y amigo,
Juan Martin Carramolino.
Madrid 1." de As:osto de 1872.
ARTICULO DESCRIPTIVO DE AVILA.
DE LA POSICIÓN TOPOGRÁFICA,
VISTAS Y HORIZO.NTES DE LA CIUDVD.
Está asentada Avila á lo larg-o de una elevada y
bastante ancha colina, con inclinación al O., la cual
arrancando del ramal de las montañas que se des-
prenden de Guadarrama, ala derecha del camino que
desde Madrid conduce á la Ciudad, y que conocemos
con el nombre de Sierra de Malagon, paralela á la de
Ojos-albos, viene á concluir al Occidente de ella con
rápido descenso en el cauce del Adaja, hasta donde
llegan sus murallas. Sus arrabales están situados
en las faldas de la misma colina, y participan del
terreno llano y bajo, que es el asiento de sus dos pin-
torescos valles. El del N. por lo estrecho y tortuoso
no ha tomado nunca este nombre, porque es más
bien solamente una cañada. Nosotros no titubearía-
mos en llamarle Valle de los Santos: tan conocidos,
grandes y tantos son los que le han santiñcado con
sus plantas en distintos siglos, desde el convento de
San Antonio hasta la iglesia de San Segundo del
Adaja. Principia en el histórico y siempre memora-
ble sitio de las Hervencias, y abrazando el convento,
422 HISTORIA DE AViLA.
huerta j linda alameda que faeron de San Antonio,
todo el anchuroso espacio del de San Francisco , la
feligresía de San Andrés y las ermitas de San Mar-
tin y Nuestra Señora de la Cabeza, á cu^^o frente y
cerrando este valle por el N. se halla el convento de
la Encarnación, de carmelitas calzadas, fenece en
el declive que baña la orilla derecha del rio. La
])erspectiva que presenta esta faja de la Ciudad al
que, colocado en los antepechos de las puertas del
Mariscal ó del Carmen, tiende la vista por todo el
horizonte, es ciertamente bella por el contraste de
las diversas, aunque pequeñas alamedas que se des-
cubren en el valle, el arrabal circuido de huertas y
prados, los templos que se elevan en sus extremos,
y en último grado los montes que se destacan en
parda lontananza.
Pero todavía es , si no más risueña , mucho más
magnífica, y ensancha grandemente el ánimo, la que
presenta toda la línea meridional de la Ciudad, bien
se la observe desde el paseo de San Roque, bien
desde el del Rastro; porque siendo más despejada la
descendente posición de los barrios de San Nicolás,
Santiago y las Vacas, cuyas tres iglesias los embe-
llecen, apareciendo en la punta más oriental el sun-
tuoso Real convento de Santo Tomás , de religiosos
tlominicos, y como bajo los pies del observador el
convento de monjas agustinas de Nuestra Señora de
Gracia, su claro y despejado horizonte es ciertamente
encantador. Como un anchuroso escabel de la Ciudad
está la dehesa, que hasta hace treinta años era una
espaciosísima pradera, donde pastaban los ganados
DESCRirCION DE LA CIUDAD. 4'23
que se destinaban al consumo de carnes de la pobla-
ción, y que ho3% repartida á censo entre los vecinos.
va presentando la variada vista de los distintos ser-
vicios agrícolas á que sus dueños la dedican. A la
izquierda y á media legua de distancia se ve la ele-
vada y espaciosa ermita de la muy venerada Virgen
de Sonsoles, á la derecha el ledo y manso curso del
Adaja entre frondosos fresnos, sauces y bardague-
ras, y todo este risueño horizonte que del E. al O,
se dilata por ocho leguas de largo y cerca de dos de
ancho, ocupa el llano y alegre valle Ambles, sembra-
do de muchos pequeños pueblos, cerrándole por to-
dos lados las altas, y por muchos meses del año ne-
vedas sierras de Avila, de Menga y de Villatoro;
sorprendente y grato panorama de que con dificultad
gozan otras importantes poblaciones de Castilla.
DE SU POBLACIÓN,
CONSIDERADA BAJO SU ASPECTO CIVIL Y ECLESIÁSTICO.
Avila civil.— Apreciada de este modo, habremos
'■de hablar de sus murallas, sus puertas civiles y mi-
litares, su alcázar y las antiguas casas fuertes d(í
sus repobladores: de otras muy notables que perte-
necen á la ilustre aristocracia de Castilla ó á dis-
tinguidos propietarios del país, y de los estableci-
mientos destinados al servicio público de la Ciudad.
Distribúyense todos los edificios mencionados y el
resto del caserío en dos plazas de antiguo llamadas
424 HISTORIA DE AVILA.
El Mercado Chico, situada en el centro de la Ciudad
murada, y El Mercado Grande, á la cabeza de la más
importante parte de la Ciudad abierta; en muchas
plazuelas, de las cuales son las más conocidas las ti-
tuladas de San Vicente, de Sofraga, de la Capilla,
de la Santa, del Rastro, del Marqués de las Navas,
de Santo Tomé, de San Pedro, de las Paneras del Ca-
bildo y de la Catedral, y en 127 calles, cuyos nom-
bres, por demasiado conocidos unos, y otros por
harto ignorados , seria tan prolijo como inútil en
este lugar enumerar , contando todo el casco de la
población 1.336 edificios.
Sin embargo, como el Ayuntamiento se ocupa
con todo celo en el año de 1860 en rectificar y mejo-
rar la rotulación de las plazas, plazuelas y calles,
restableciendo los alterados y corrompidos nombres
de algunas, sustituyendo los chabacanos é innobles
de otras, y honrando á muchas con los de distingui-
dos avileses, dignos de eterna memoria; celebro sin-
ceramente la acertada ejecución de este laudable
pensamiento, en la cual desplegó un acertado celo-
mi constante amigo el Sr. D. Juan Clímaco Sánchez,
una de las personas más estudiosas y dedicadas al
conocimiento tradicional de la Historia de Avila. Y
tan laboriosa mejora ha hecho, que ya se conozcan
con los respectivos nuevos nombres, el antiguo Mer-
cado Chico, de Plaza de la Constitución ; el Mercado
(írande, de Plaza del Alcázar; la plazuela de las Ofi-
cinas, con el de los Cepedas; la del Peso de la Harina,
de los Leales ; la del Medio Celemín , de Zurraquin
Sancho ; la del Marqués de las Navas , de Pedro de
lESCniI'CiON DE LA CIUDAD. 425
Avila; la del Palacio Viejo, del Rey Niño; la de San-
to Tomé el ^'iejo ó Paneras del Cabildo, de Nalvillos;
la calle del Juego de Pelota, se llama del Tostado; la
del Lomo, de Esteban Domingo; la de Sofraga, de
Lope Nuñez: de Bracamonte se titula ahora la Bajada
de la Capilla; del Conde D. Ramón , la del Horno del
Conde ; de Blasco Jimeno, la de los Pies de San Juao ;
de Jimeua Blazquez, la del Cárcabo de la Santa; d^
Sancho Dávila, la délas Campanas; de los Lesquinas,
la que fué de Santa Catalina, y ñnalmente, otras ca-
lles recuerdan los gloriosos nombres de Jimen Blaz-
quez, de Barba-acedo y otros insignes hijos do la Ciu-
dad, Provincia y Obispado,
También tienen nombres propios sus muchos y
agradables paseos: unos, cómodos y bien cuidados;
otros, más agrestes, pero no menos risueños y varia-
dos. Merecen particular mención el de la linda Alame-
da de San Antonio, que es el principal en la estación
de verano, que en este mismo año se ha descuajado
de su enfermo y añejo arbolado para reemplazarle
con bellos jardines, á los que ya precede el del Campo
del Recreo, y subsigue el de la Fuente Nueva, que
debe correrse con un pequeñísimo coste de expropia-
ción hasta dar vuelta al muy inmediato del camino
de ]\íadrid; desde el cual, arrancando en dirección á
la tapia oriental del convento de las Cordillas, y
atravesando el solitario de los Molinos de Viento , se
llega al de San Roque, que es el más cómodo y abri-
gado en la larga y cruda temporada de invierno. Vol-
viendo de él á la Ciudad y atravesando la Plaza del
Alcázar, se entra en el del Rastro, que es, como que-
426 H.SIORIA DE AVILA.
da dicho, de una encantadora vista, y muy Lien
acondicionado, y que concluye en la puerta de la
Santa. Aquí pnncipia ya el que se conoce con el
nombre de la Ronda, que va siempre circulando al
pié de la muralla hasta tocar en la puerta de San Vi-
cente, y en cuya larga curva nacen otros muchos de
menos renombre. En cambio de alguna molestia que
causa su desigual terreno, al pimto que se dejan las
sendas, el pié roza con el tomillo, el cantueso, la me-
jorana y otras plantas de la más agradable fragan-
cia; y estos paseos son los frecuentados por las gen-
tes que huyen del bullicio de la sociedad , como el
que por San Nicolás y el barrio de la Feria va á la
Calzada de Santo Tomás ; el del camino de la Serna
por la Dehesa: la Fuente de San Mateo en la Calza-
da de Extremadura; los Cuatro Postes y la Fuente
de la Canaleja hacia la de Salamanca; la Huerta del
Moro, la Encarnación, la Fuente Buena y la del Pra-
dillo, esta^ dos á las inmediaciones de la carretera
de Valladolid, y que en las tapias del convento de
San Francisco vienen á rematar y hacer un trivio
con el de la Fuente Nueva, unido á la alameda de
San Antonio, que es por donde comenzamos.
Avila eclesiástica. — Bajo su aspecto eclesiásti-
co ocupará nuestra atención en primer lugar la Ca-
tedral, que, siendo el más suntuoso templo del Obis-
pado y uno de los ciertamente magníficos de todo el
Reino, es á la vez fortaleza por su estructura y por
sus merecidos timbres. En seguida daremos noticia
de sus ocho parroquias, San Pedro, San Vicente, San
DESCRIPCIÓN PE LA CiLDAD. 427
Juan, Santiago, Santo Tomó, Santo Domingo, San
Andréí=;y San Nicolás: de los nueve institutos de re-
ligiosos que han existido; á saber: el de Nuestra Se-
ñora de la Antigua, de monjes Benedictinos; el de
Canónigos Premonstratenses ó de San Norberto, titu-
lado Sancti iSjñritus: el de PP. Observantes del Orden
de San Francisco; el de Santo Tomás, de Dominicos,
que al mismo tiempo fué Palacio Real y Universidad;
el de San Silvestre , de Carmelitas Calzados : el de
Franciscanos Descalzos de San Pedro de Alcántara,
llamado de San Antonio; el de Monjes de San Jeróni-
mo; el de los PP. de la Compañía de Jesús ó de San
Ignacio , y el de Santa Teresa, de Carmelitas Descal-
zos: de sus siete casas de religiosas, que son, según
su respectiva antigiiedad, el monasterio de monjas
Bernardas, de Santa Ana; el de dominicas, de Santa
Catalina; el de Franciscas Claras, de Santa María de
Jesús, vulgo las Cordillas; el de Agustinas de Nues-
tra Señora de Gracia; el de Carmelitas observantes ó
calzadas con el título de la Encarnación; el de Fran-
ciscas Concepcionistas, y el de San José, primera
fundación de Santa Teresa de Jesús , de Carmelitas
Descalzas.
El sencillo y bello Seminario Conciliar de San
?>íillan, las dos capillas con culto público constante,
•así la magnífica de la Anunciación, llamada de Me-
sen Rubí de Bracamonte, como la de Nuestra Señora
de las Nieves, y la primitiva iglesia episcopal de San
Segundo á las orillas del Adaja, tomarán también su
Pagaren esta descripción; y por último, daremos
cuenta délas 19 erm.itas de que hacemos memoria.
42<S HISTORIA DE AViLA.
existentes ántos del año de 1808, que en el casco de
la población eran las de Nuestra Señora de las Va-
cas, la Trinidad, San Cristóbal, San Benito, San Lá-
zaro, San Julián, Santa Cruz, San Esteban, San Mi-
guel y el Humilladero de San Francisco ; y en sus
inmediaciones San Roque , Nuestra Señora de las
Aguas , los Remedios , San Isidro , San Mateo , San
Lorenzo, la Virgen de la Cabeza, á la que está con-
tiguo el cementerio; San Martin, y el Resucitado:
reservando, para conclusión de este estudio, liacer
muy singular recuerdo del santuario en que á media
legua de la Ciudad se venera con particularísima
devoción á la Virgen Madre de Dios, bajo la advoca-
ción de Nuestra Señora de Sonsoles.
Así, pues, comencémosle por la parte política ó
civil de la Ciudad.
LA MURALLA,
sus PUERTAS CIVILES Y MILITARES, EL ALCÁZAR, LA CATEDRAL
COMO FUERTE, Y CASAS DE LOS REPOBLADORES.
Ya liabia yo acabado hace muchos años la des-
cripción de las murallas, puertas militares y alcázar,
sostenido tan sólo en las respetables autoridades del
viajero inglés (1) Ricardo Ford, el cual asegura ser
(1) A II.inf]-book for Iravellers Manual para lis viajeros por Es-
in Spain — Seconrl edition entirt'Iy paña. Segunda edición completa-
reviáed vith great additions and al- mente revisada, con muchas adicio •
leralions. nes y correcciones.
«Quien dice España dice todo.» «Quien dice España dice todo.»
r.ondon, .Ilion Murray, Alber- En Londres, por Juan Murray,
male Street, 1847. calle Albermale, 1847.
DESCRirCiON DE LA CILP-An. 429
la muralla de Avila «im glorioso monumento, quizá
»el más perfecto y más bellamente concluido y con-
» servado en toda Europa de los de la Edad Media, y
«que llama agradable y sorprendentemente la aten-
»cion de los aficionados á las bellas artes,» y del
sabio arquitecto Jorge Edmundo Street (1), que afir-
ma «que de las muchas antiguas fortificadas ciu-
«dades que ha visto en España, Avila es la más
«completa; » cuando en la última primavera tuve oca-
sión de departir un gran rato sobre este asunto con
mi muy querido amigo el ilustrado Comandante ca-
pitán de ingenieros . Sr. D. Cándido Ortiz de Pinedo
y Blaisse, propietario en la Provincia, y hoy al cui-
dado de su patrimonio en esta ciudad. Eoo-uéle me
hiciese el favor de consignar por escrito las lumi-
nosas ideas científicas que en nuestra conversación
emitió, y su primer respuesta fué negarse rotunda-
mente á ello , por la fundadísima razón de carecer
en aquel momento de libros , planos , cartas , ins-
trumentos y demás medios necesarios para hablar
facultativamente de tan interesantes obras; cosa bien
distinta, en verdad, que enunciar cuatro generalida-
des, admisibles sólo en una conferencia casual. Yo
insistí de nuevo, le pedí, le supliqué, le conjuré por
(1) Some Account of Golhic Apunips varios sobre la Arqui-
Architeriure in Spain by Gcorge tnclura G.Uica en España , por Jorge
lidmunil Slroct. F. S. A. aullior «üf Kdmundo Slreet F. S. A. Autor de
brick and niarble arcbiteclure of la ^Arquiti'iiura con ladrillo y inJr-
Italy.v mol de ilalia.»
«The oíd pallis where is the good «Inquirid de las antiguas sendas cuál
way.» sea el buen camino.»
Jeremías, vi, 16. Jeremías, vi, 16.
London 186'), Jhon Murray, Ai- Londres, por Juan Murray , caite
bermale Slreet. ' Albermale, l8G.j.
430 HISTORIA DS AVILA.
la mejor suerte de Avila, á la cual tanto quiere, pues
desde su niñez puede llamarse hijo de ella, y por fin
conseguí que , desprovisto como se hallaba de todo
elemento científico, se comprometiese á escribir, fia-
do sólo á su memoria, y por la simple inspección
ocular de los objetos, y á darme los apuntes de que
voy á hacer oportunísimo uso : con lo cual reem-
plazo mi descripción, tan ajena á los conocimientos
de arquitectura y fortificación , daré un buen rato á
las personas entendidas do dentro y fuera de Espa-
ña, y mi caro amigo ha hecho un gran servicio á mi
monumental y artística patria.
Muralla.— La situación de la fortaleza de Avila
es análoga á la de la mayor parte de las plazas de
guerra anteriores al uso de las armas de fuego: bus-
cábanse entonces con ahinco para su emplazamiento
aquellas localidades (comunes en nuestro país) que,
dominando un curso de agua suficiente al abasteci-
miento de los habitantes , y próximas á sus mejores
terrenos de cultivo, poseyesen trozos escarpados ó
rápidas pendientes sobre que levantar los muros, di-
ficultando así , y haciendo á veces impracticable su
acceso, tanto á las escaladas de viva fuerza, cuanto
á las máquinas de toda especie, empleadas en los
ataques industriosos.
Entonces, como en nuestro siglo, era gran venta-
ja poder reducir considerablemente la parte atacable
de las plazas, porque limitándose á cerrar y vigilar
el resto de su perímetro fortificado, podían acumularse
sobre el frente de ataque cuantos medios de defensa
activa y pasiva tuviesen á su alcance los sitiados.
rK?(RirC5í).N liK I.A CILOAI). 431
Construida sobre una roca de granito, Avila res-
ponde á estos primeros principios militares de la an-
tigüedad; su trazado forma un prolongado trapecio,
cuyo lado menor se extiende en la parte más baja,
dominando el curso del rio , j su angosto puen-
te de piedra: de este frente arrancan dos lincas di-
vergentes, que siguiendo las sinuosidades de dos
crestas graníticas, llamadas en el país Riscas, se
remontan hasta abrazar lo alto de una planicie , que
contiene el casco principal de la Ciudad-; esta se
cierra con otra línea de defensa casi recta, para-
lela al frente opuesto, más extensa que aquel, y que
corre por terreno llano y accesible. Este frente, como
naturalmente indicado para el ataque , contiene las
más formidables obras de defensa; y en el tuvieron
indudablemente lugar los acontecimientos históri-
cos y tradicionales en que figuran los muros de
la Ciudad.
La organización de las fortificaciones en lo gene-
ral de la muralla, es completamente uniforme, así
como su sií^tema de construcción, indicando haber
sido levantada, si no de una sola vez, por lo menos
en una misma época. Constitúyenla lienzos ó corti-
nas rectas y almenadas , flanqueadas por 88 cubos ó
torres salientes redondeadas ; estos torreones están
adheridos á las cortinas por sus golas, y son mucho
más elevados que aquellas; disposición que, ademas
de permitir el flanqueo de las escarpas, domina y de-
fiende eficazmente los adarves ó terraplenes del re-
cinto. La altura de la muralla, así como la de las
torres flanqueantes, varia con lo accesible del terreno
432 HISTORIA DE AVILA.
ÍDinediato, y los escarpes que la forma de la roca
permitió hacer á su pié, para aumentar la elevación
por este medio , el cual probablemente proporcionó
también á la mano mucha parte de los materiales
empleados en la construcción.
Súbese á la muralla por escaleras de piedra, ado-
sadas á sus paramentos interiores , y desde esta á la
plataforma superior de las torres . por escaleras que
arrancan de sus golas, abiertas en el macizo de la
misma torre, é invisibles por lo tanto para el sitia-
dor: los muros y torres son macizos, los paramentos
son de gruesa y bien cajeada manipostería, y de
hormigón ordinario, mezclado con piedra gruesa,
todo el relleno.
Notable esta muralla por sus altos torreones,
buena construcción y guerrero aspecto, lo es mucho
más por su maravilloso estado de conservación, que
no alcanza otra obra de su tiempo: todos los relieves
son verticales, sin talud, resalte ni contrafuerte al-
i^uno; y, sin embargo, endurecido el mortero hasta
el punto de ser su cohesión mayor que la de la pie-
dra que traba, y la roca sobre que insiste, ha desafia-
do hasta ahora, no sólo el trabajo de los siglos, sino
la destructora mano de los hombres; pudiendo ase-
gurarse que si no ha sido reducida en todo ni en par-
te á materiales para las edificaciones particulares, lo
debe á que es más fácil y barato romper las rocas
que la rodean, que arrancar de sus lechos seculares
las piedras que la constituyen. Sólo así se compren-
de que , á través de tantas convulsiones como han
agitado á esta desgarrada patria, exista casi intacta.
DESCRIPCIÓN Í>E LA CiÜOA!). 433
cuando en algunos parajes ha venido á sor un verda-
dero estorbo para la población desarrollada extra-
muros. El almenado la corona con sus calados fes-
tonas, como en los primeros tiempos de su vida; y
han padecido más los escarpes tallados á su pió en la,
dura roca, que la fábrica m.isma de los muros, porque
la descomposición espontánea del granito expues-
to á la intemperie , fenómeno bien conocido, produc<3
ya algunas importantes socavaciones , que de seguir
en el actual abandono, acabarán por acarrear desplo-
mes, faltando la roca, no la obra de nuestros abuelos.
Puertas. Cuéntanse nueve puertas y algunas
poternas en el recinto fortificado; de ellas tres se
abren en el frente atacable, dos en el del Norte, una
en el que defiende el rio, y las restantes en el frente
del Sur: ninguna de estas obras, en los tres frentes
naturalmente defendidos, tiene otra importancia que
la de simples salidas para los usos ordinarios. Si
bien varias de ellas parecen haber sido abiertas en
el siglo XVI, tal vez para satisfacer nuevas exigen-
cias de la vida civil, las que se conservan tales como
debieron salir de las manos de los constructores de la
plaza, no son sino pequeños arcos abiertos en el
centro de las cortinas , defendidos por los torreones
contiguos, y cerrados con sólidas puertas, cuyos
quicios primitivos , escávados en la piedra, sirven
todavía para el juego de las que posee la Ciudad. No
tienen disposición militar ninguna que permitiera
usarlas durante el sitio , y probablemente estaban
destinadas á resistir pasivamente, atrancadas con
solidez ó muradas por el interior.
Toxo I. 28
434 EISTORJA DE AVILA.
A esta misma especie pertenece también la cen-
tral del lado ó frente atacable, llamada vulgarmente
del Peso de la Harina , á causa sin duda de un ediñ-
cio moderno adosado á ella , y que la oculta por el
exterior; pero en los dos costados de este frente, j
destinadas indudablemente á la defensa activa y á
dar paso á las reacciones ofensivas en cualquiera
época del sitio, se levantan imponentes é intactas dos
admirables puertas militares, únicas en su gónero, y
que merecen muy singular mención.
Puertas militares. Son las llamadas de San
Vicente y del Alcázar: estas puertas, tan preciosas
por su esmerada construcción como por la perfección
de sus disposiciones defensivas y sus extraordinarias
dimensiones, son ademas inapreciables como monu-
mentos arqueológicos para el estudio de la arquitec-
tura militar de la Edad Media. Si, como suponen per-
sonas entendidas en esta clase de estudios , datan de
la época de las murallas , cuya misma construcción
tienen, es decir, de fines del siglo xi, no hay en
Europa otros ejemplares contemporáneos: todas las
puertas militares de los siglos inmediatamente an-
teriores y posteriores que existen se hallan en tal
estado de deterioro, ó han sufrido tantas modifica-
ciones , que el arqueólogo se ve obligado á recons-
truirlas con gran trabajo, para venir en conocimien-
to de su organización primitiva : las de Avila están,
intactas ; ni una piedra saliente , ni una almena les
falta; y como después veremos, si los rudos guerre-
ros de la Recjnquiíta no levantaron muros tan per-
fectos como loí rC'mnios, ni desplegaron los ingenio-
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 435
SOS medios de ataque que estos empleaban en sus
campañas, no fué por falta de conocimiento de la an-
tigua poliorcética, pues las puertas que nos ocupan
ostentan todavía, con sus más minuciosos detalles,
las últimas perfecciones que jamas alcanzaron estas
construcciones, hasta el cambio radical que la arti-
llería produjo en el arte de fortificar las plazas de
guerra.
Para que aquellos de nuestros lectores á quienes
no sea familiar el antiguo arte de la guerra puedan
formar una idea del valor que en su tiempo tuvieron
estas dos puertas , haremos , antes de describirlas,
algunas ligeras indicaciones acerca de lo que fue-
ron en general esta clase de defensas , permitiéndo-
nos extractar el trabajo de un ilustre escritor mili-
tar belga.
Para fortificar las puertas, dice, convirtióse su
entrada en un tortuoso desfiladero, flanqueado por
muros aspillerados, y cubierto por una bóveda, que
servia de suelo á un segundo piso: disponiendo aber-
turas en este suelo, se creaban matacanes , por los'
cuales se hacían llover dardos , piedras , aceite hir-
viendo y cuantos objetos pueden herir ó matar, so-
bre la cabeza de los temerarios que osasen forzar el
paso. Estaba cerrado ademas del lado de la plaza por
gruesas puertas de madera , chapeadas de bronce ó
hierro ai exterior, y sujetas por un fuerte barrote de
madera, encajado por ambos extremos en las mani-
posterías. Hacia la campaña por una reja de hierro ó
puerta de madera armada por abajo con fuertes pun-
tas de hierro, que resbalaba por ranuras verticales.
436 HISTORIA 1>E AVILA.
Este cierre, llamado rastrillo {pectern), estaba ordi-
nariamente suspendido, y caia detrás del enemigo
que se arriesgaba á pasar, encontrándose así encer-
rado en un estrecho espacio, donde recibíala muerte
sin defensa ni esperanza de salida.
Con el tiempo, pero mucho más tarde, se perfec-
cionó aún este medio , sustituyendo los órganos al
rastrillo : este último podia ser detenido en su caida
por un carro ú otro objeto voluminoso, dejando pasos
laterales abiertos : se reemplazó el rastrillo de una
pieza por "vigas justapuestas, pero con movimientos
independientes; de suerte que si las unas eran dete-^
nidas en su marcha, las demás no dejaban de bajar
hasta el suelo, cerrando el paso por los lados de la
masa interpuesta. El nombre de órganos aplicado á
esta defensa, viene sin duda de la analogía entre la
disposición de las vigas y la de los cañones del ins-
trumento de aquel nombre. Las puertas estaban
ademas casi siempre flanqueadas por torres á dere-
cha é izquierda, cuando el paso no estaba practicado
en la torre misma.
Hechas estas indicaciones preliminares, daremos
una idea de la superior disposición de las dos gran-
des puertas de Avila, aunque incompleta, como ne-
cesariamente lo ha de ser sin el auxilio del dibujo.
Las dos son tan semejantes, que bastará describir
una de ellas, haciéndonos cargo de pasada de las li-
geras diferencias que las distinguen.
La puerta de San ^-'Ícente está situada en el cen-
tro de una parte de muralla retirada de la línea ge-
neral de defensa, retirada que debió tener por objeto
DESCrxLPCION DE LA CILDAD. 437
no tocar á la basílica del mismo nombre, ya existen-
te y venerada en la época de su construcción; la cual
viene precisamente en prolongación de dicha línea.
Consta la puerta de dos torres almenadas que arran-
can rectangularmente del recinto, y cuyos salientes
se redondean en semicírculo; estas torres alcanzan
la elevación de 20 metros , y entre ellas media una
distancia de 5 metros y medio; de manera que el hue-
co intermedio viene á formar un callejón, cuyo fondo
cierra el espeso muro, también guarnecido de alme-
nas, en el cual esta practicado el arco ó puerta pro-
piamente dicha: este muro mide 15 metros de alto.
En la parte superior de las torres, allí donde comien-
za el redondeo de los salientes, un atrevido arco las
une, y trasdosado de nivel á la altura de las plata-
formas, sirve de comunicación entre ambas, ala vez
que coronado de almenas , ayuda eficazmente á su
defensa.
El arco ó bóveda de salida es de medio punto
y 4 metros de altura bajo la clave; el espesor del
muro en que esta abierta es de 7 metros , de modo
que viene á formar un segundo callejón que se divi-
de en tres partes. La que mira al exterior servia es-
pecialmente para el juego de una primera puerta cu-
yos quicios , existentes aún , desempeñan el mismo
oficio en las puertas de madera que posee la Ciudad:
en la bóveda que cubre esta parte, y hasta la ranura
destinada al órgano, hay una gran abertura cuadra-
da, sobre la cual, y á manera de chimenea, se levan-
ta hasta la plataforma del muro un revestimiento que
la convierte en pozo, abierto por sus dos extremos;
438 mSTORiA DE AViLA.
por él se arrojaban sobre los asaltantes las piedras y
líquidos hirvientes. En los costados de esta misma
parte desembocan dos galerías reservadas en el es-
pesor del muro, y que corren dentro de él en sentido
longitudinal: estas galerías tenían por objeto hosti-
lizar al enemigo por ambos flancos , al mismo tiempo
que por el pozo vertical se le ofcndia : es probable
que, á pesar de hallarse bastante altas, sus bocas es-
tuviesen cerradas por rejas de hierro; pero hoy, por
motivos sin duda de policía urbana , están muradas;
por lo que no es posible examinar sus disposiciones
interiores.
La parte central del callejón que forma la puer-
ta , contiene la ranura para el juego de subida y ba-
jada del órgano, y tiene un ancho de cuarenta cen-
tímetros; de frente abraza todo el arco, subiendo
hasta desembocar á cielo descubierto en el adarve,
desde el cual se dejaba caer esta máquina, suspen-
dida á quince metros del suelo : es de notar que , á
pesar de la estrechez de esta especie de estuche don-
de se encerraba el órgano , puede la vista recorrer
perfectamente todo su interior; sin que en tantos si-
glos, la tierra ó piedras desprendidas de la platafor-
ma, la hayan obstruido en lo más mínimo.
La parte que mira al interior de la Ciudad estaba
destinada al juego de una tercera puerta, cuyos qui-
cios han desaparecido; viéndose sólo una viga mo-
derna engastada en la mampostería, en cuya madera
hay excavados dos quicios; pero ocupa una posición
que seguramente no tuvo la puerta primitiva; los
paramentos de esta parte están embadurnados de
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 439
■cal y restos de pinturas, que no permiten yer las se-
ñales que pudieran haber dejado las primeras dispo-
siciones.
En ios costados de las torres , que forman la calle
que precede al arco , existen cuatro piedras ó canes
salientes, cuyas cabezas están carcomidas: no nos es
posible asegurar cuál fuese el objeto de estos silla-
res, faltando sus extremos; pero entre las diversas
suposiciones admisibles , nos inclinamos á creer que
sirvieron para el juego de un puente levadizo, tendi-
do sobre un foso excavado delante del arco.
En la puerta del Alcázar es más perceptible este
objeto, porque ademas de las cuatro piedras, exis-
ten sobre el mismo arco otras señales en hueco,
que parecen indicar los puntos de amarre de las
cadenas.
La disposición general de la puerta del Alcázar
es la misma que la de San Vicente , con ligeras va-
riantes en las dimensiones: la parte interior del ca-
llejón de entrada, así como la ranura para el órgano,
son iguales: la abertura para el pozo vertical es me-
nor, y las galerías laterales son más bajas, abriéndc-
se al nivel del suelo ; estas galerías están muradas
también. En lo demás, ambas obras parecen hechas
por las mismas manos.
Sobre las almenas del arco que une las platafor-
mas de las torres flanqueantes de esta última puerta,
ondean hoy los colores de la casa de Austria , clava-
dos en la misma piedra que sostuvo en otras edades
la Cruz del Redentor, de cuyos brazos pendiael mo-
-Tado pendón de Castilla.
440 HISTORIA DE AVILA.
Caanto liemos descrito hasta ahora existe en toda
la plenitud de su severa belleza militar ; pero detras
(le la mole principal de estas puertas, existieron
otras obras más bajas, que completaban con perfecto
acaDamiento el sistema empleado, no sólo para su
defensa propia, sino también para permitir sin riesgo
alguno para la plaza, la salida y entrada de cuerpos
expedicionarios, destinados, ya para refuerzo ó co-
municación con el exterior, yapara reacciones ofen-
sivas. La piqueta inconsciente de los encargados de
emlellecer la población las ha hecho desaparecer, para
convertir en plazuelas el solar que ocuparon. La que
corresponde á la puerta de San Vicente debe }■ a ser
antigua; y habiéndose adosado á la parte interior de
la muralla otras constrncciones , no es hoy posible
calcular la forma que tuvieron las primitivas, aun-
que parece probable que su disposición fuese análo-
ga á la que tuvo la puerta del Alcázar. La primera
obra que existió detras de esta, debió ya ser modifi-
cada al reconstruirse bajo el reinado de D. Felipe II
el Alcázar que , no sólo estaba contiguo a la puerta ,
sino que sus muros formaban parte de las defensas
interiores, y en ellas tenia una de las entradas prin-
cipales; pero hasta hace pocos años ha existido, sin
modificación sensible, uno de los muros primitivos,
y un curioso arco que daba acceso al interior de la
población civil.
De todos modos, el conjunto de estas obras for-
maba una plazoleta, situada inmediatamente detras
de la puerta, rodeada de espesos muros, que debie-
ron ser almenados, y capaz de trescientos á cuatro-
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 441
cientos hombres, apiñados en masa; en uno de sus
costados liabia practicado un arco, en lugar escogi-
do de manera que no fuese visible desde la campa-
ña, aun abierta la puerta principal. El objeto de es-
tas disposiciones es manifiesto, y sencilla la mani-
obra de las puertas para las entradas y salidas: for-
mado en masa compacta el grupo que liabia de salir
en presencia del enemigo ; cerrada todavía la puerta
exterior , cerrábase también de modo segm'O la inte-
rior de la plazoleta , quedando completamente aislada
la fuerza formada en ella; entonces se abria la puer-
ta que daba ala campaña: la maniobra inversa pro-
tegía la entrada de los que intentaban refugiarse
dentro de la plaza, y aseguraba á esta de una sor-
presa frecuente en la historia de los sitios, por en-
trar revueltos vencedores y vencidos de un combate
exterior, encontrando abierta una puerta para reco-
ger los fugitivos. La defensa propia de la Puerta mi-
litar estaba al mismo tiempo muy reforzada con esto
verdadero atrincheramiento, interior y permanente.
Tales fueron y son todavía estos admirables y
grandiosos monumentos, donde se agotó el genio
militar de su tiempo.
La Catedral como fortaleza. Sabido es que
una de las particularidades de Avila consiste , no en
que su iglesia Catedral está fortificada, sino en que
forma parte integrante del recinto de la plaza. En
efecto: detras del altar mayor corre un sistema de
bóvedas de planta trapezoidal, que se apoyan en un
maro semicircular, y sostienen la plataforma ó terra-
plén de una inmensa torre flanqueante , cuya escarpa
442 UISTORIA DE AVILA.
está formada por dicho muro, almeuado en su coro-
namiento: una serie de fuertes canes de piedra, com-
puestos de tres sillares superpuestos y volados cada
uno sobre su inmediato inferior, sostiene otro muro
también almenado, concéntrico con el de la torre, y
que deja entre ambos un espacio vacío ó matacán
corrido para la defensa del pié de la obra: este mata-
can viene á estar situado á la mitad de la altura de
la torre; de manera que sus almenas son dominadas
y defendidas por las que corocan el torreón, las cua-
les conservan su acción sobre la campaña: bájase al
muro volado por una escalera que arranca de la pla-
taforma superior, á la cual vienen á parar los bota-
reles del ábside de la nave central de la iglesia , sin
obstruir el terraplén defensivo. Sobre el muro inte-
rior del templo, concéntrico con los ya indicados,.
y que rodea al altar mayor, se levanta por el ex-
terior otra torre almenada en todo su perímetro,
que desde gran altura domina y bate la plataforma
del torreón principal: de modo que el conjunto del
cubo presenta á la campaña un colosal torreón de
cincuenta metros de diámetro , con tres ordenes de
aloienas, y el matacán corrido: es, por lo tanto, la
pieza principal del recinto , y ocupa próximamente
el centro del frente de ataque , en cuyos dos extre-
mos están situadas las puertas de que antes nos he-
mos ocupado. Esta torre da un saliente mucho ma-
yor que las demás, y por esta causa permite que
desde él pueda vigilarse todo el frente atacable; en-
clavado en el recinto, todo el torreón es exterior á la
muralla; mientras que el resto de la Catedral está
DESClilFClOX DE LA CIUDAD. 443
dentro del perímetTO íortiñcado; su ábside, torres, y
c llantos lugares pudieron proporcionar un adarve en.
que situarse los defensores , estuvieron ó están aún
coronados de almenas y otras disposiciones defensi-
vas ; dando al exterior de la iglesia un aspecto que
la asemeja, más bien á un vasto alcázar, que á un
templo consagrado á la oración y al recogimiento.
Esta principal parte de las defensas de la plaza,
es, á no dudarlo, mucho más moderna que la mura-
lla, como lo es el actual templo: no sólo su estilo ar-
quitectónico y su modo de constraccion lo demues-
tran , sino que lo evidencia la colocación de la torre
flanqueante. Las demás del recinto están situaias
entre sí á la distancia calculada como necesaria
para el flanqueo eficaz, dado el alcance de las armas
arrojadizas de la época; de manera que, si no son
exactamente de igual longitud las cortinas, sólo va-
rían entre los pequeños límites que exigieron las
desigualdades del terreno : en el torreón de la Cate-
dral hubiera podido obtenerse la misma regularidad
para las cortinas contiguas , si se hubiese construido
al tiempo de la muralla; nada más fácil : pero levan-
tado después, habia de alterar necesariamente la pri-
mitiva y conveniente uniformidad, como en efecto
sucede. Las dos torres ordinarias que á sus costados
existen, están entre sí á una distancia igual á la
longitud de dos cortinas, más el grueso de una torre;
el gran torreón ocupa casi todo este espacio, dejan-
do sólo entre él y las torres referidas dos exiguas
cortinas desiguales, de las que la una mide unos dos
metros, sin más misión que la de cerrar el claro: so
444 HISTORIA DE AVILA.
comprende, pues, á primera vista, que el recinto cor-
ria primitivamente con su natural regularidad, cuan-
do el nuevo torreón exigió el derribo de una torre y
la mayor parte délas cortinas colaterales, cuyo lu-'
gar ocupó con su vasta mole.
Casas de los repobladores. Hasta aquí todas
las fortificaciones someramente descritas, si bien no-
tabilísimas , no salen del círculo conocido , donde se
encierran y giran los medios de defensa, que consti-
tuían el arte de los antiguos : y aunque poco puede
reconocerse del Alcázar, que, arruinado y reconstrui-
do varias veces, y convertido, por último, en cuartel
y casas particulares, no conserva ninguno de sus ca-
racteres primitivos, puede, sin embargo, asegurarse
que su trazado y defensas estuvieron dentro de los
mismos límites; pero tuvo esta plaza singular una
organización interna en sus viviendas, ó á io menos
en las de los Señores y Pobladores, que, acrecentando
de un modo extraordinario su fuerza defensiva, cons-
tituye una especial idea de la fortificación , que no
sabemos haya sido propuesta, ni menos aplicada, en
otras fortalezas anteriores á la introducción de la ar-
tillería en los ejércitos. Para encontrar algo pareci-
do, es preciso llegar hasta el más moderno arte de
fortificar las plazas; y aun así, á pesar de ingeniosas
invenciones, nunca se consiguió el mismo objeto de
un modo tan eficaz, tan sencillo y completo, y sobre
todo, tan seguro en la práctica, por hallarse en per-
fecta armonía con la manera de vivir y guerrear de
aquella sociedad.
Las casas ó castillos de los Señores, la del Obis-
DESCRirCIOX DE LA CIUDAD. 445
po, la Catedral, el Alcázar Real, y de cuantas enti-
dades personal ó colectivamente poseían un poder
militar, fueron construidas formando un cordón pa-
ralelo al interior de la muralla, que seg-uia todo el
recinto, menos en la parte baja, donde ni el terreno
era á propósito para tales viviendas, ni presumible
el ataque , por lo inabordable de la muralla ; estas
casas estaban fortificadas hacia el interior de la po-
blación; naciendo de su conjunto una especie de re-
cinto vuelto al centro, donde estaban las casas de los
simples moradores: cuyo recinto, así podia defender-
se contra un enemigo que hubiese penetrado por al-
gún punto en el interior de la Ciudad, como imponer
á los habitantes en el caso, no raro, de agitaciones
populares. De todas las casas fuertes partían muros
divisorios, que llegaban hasta la muralla; los cuales,
íil par que las aislaban entre sí, cerraban á sus es-
paldas los huertos y jardines que las servían de des-
ahogo; de manera, que cada una de estas casas tenia
detras su jardín, cuyos lados eran dos muros diviso-
rios y el trozo de muralla entre ambos comprendido:
esta disposición es hoy perfectamente visible, á pesar
de las múltiples transformaciones que los siglos han
traído en pos de sí : todavía muchas de aquellas ca-
sas están en poder de los grandes, sucesores de las
casas repobladoras; y aunque unas en ruina, reedifi-
cadas bajo otra forma, y destinadas á otros servicio'?
las más, conservan algunas su primera fortificación,
y todas la situación primitiva; subsistiendo en no po-
cas los jardines y trozos de muralla que les cupieron
en suerte. Las que hoy poseen los marqueses de So-
446 HISTORIA DE AVILA.
fraga. Torre- Arias y Bracamonte, son de estas últi-
mas: las dos unidas que pertenecen al duque de
Ábranles , si bien reconstruidas en su interior , con-
servan los muros almenados , sus puertas fortifica-
das, y otras disposiciones defensivas y aún intactas,
que permiten juzgar del carácter que , poco más ó
menos, debieron tener las demás.
Si en todas épocas la rapidez y precisión de las
maniobras ba sido una de las más necesarias condi-
ciones para obtener la victoria, en aquellos tiempos,
en que al servicio militar faltaba la regularidad per-
fecta que le ban dado los ejércitos permanentes , las
sorpresas y estratagemas de toda especie, eran de un
uso é importancia infinitamente superior á la que
conservan en nuestro siglo. Así, los medios que con
preferencia se intentaban para apoderarse de las pla-
zas, eran las sorpresas á viva fuerza; las escaladas
nocturnas: la entrega de una puerta, por inteligencias
con los encargados de su guarda; y en una palabra,
todo golpe de audacia, que pudiese coger despreve-
nidos á los defensores y desguarnecida la muralla.
Compréndese fácilmente, que todo aquello que con-
dujese á coronar rápidamente los adarves, evitando
la confusión natural en las alarmas repentinas ; y
cuanto fuere encaminado á impedir que la ocupación
momentánea de un punto cualquiera del recinto, ar-
rastrase la caida de la plaza entera , como habitual-
mente sucedía, no podia menos de aumentar en gran
manera, no sólo el valor intrínseco de una fortaleza,
sino también la energía de la defensa: que no hay
estimulo que tanto anime al soldado de todos los
DESCRIPCIÓN DE LA CI.DAD. AM
tiempos, como el saber que tiene la espalda Lien
guardada.
Con ambos objetos cumplia tan guerrera organi-
zación interior: á la primera señal de alarma, cuan-
tos hombres útiles habitaban las casas fuertes, sin
salir de sus propios alojamientos, ni abrir la puerta
de su casa, ocupaban sin confusión alguna su puesto
de combate: bastaba sólo salir cada uno á su jardiu
para que quedase coronada la muralla. La caida de
un panto de esta, no arrastraba en modo alguno la
de todo el recinto, sino que convirtiéndose cada tro-
zo en una verdadera cindadela, protegida por las in-
mediatas, ó daban lugar á tratos y capitulaciones,
en que no se depusieran las armas sin condiciones
previamente estipuladas, ó podia prolongarse la lu-
cha, obligando al sitiador á nuevos sacrificios y dila-
ciones, que no siempre en la guerra pueden sopor-
tarse, sin exponerse á perder en un momento lo tra-
bajosamente ganado en toda una campaña.
Explic-acion no facultativa y consagrada únicamente á determinar les
relaciones de la Muralla, Puertas y Alcázar con la Ciudad en sus usos
civiles, y los nombres con que sucesivamente han sido conocidos,
indicándose de paso los sucesos históricos que recuerdan y que en
adelante se han de referir.
Conocidas ya científicamente la belleza, robustez
y gallardía de las antiguas Fortalezas de Avila y su
importancia militar en los tiempos en que aún no se
usaba la pólvora, procede que yo dé la explicación de
la Mm-alla, Puertas y Alcázar con relación al objeto
que la muestra de este artículo señala.
448 HISTORIA DR AVILA.
De las nueve puertas que dan entrada á la Ciudad
amurallada, la del Adaja, llamada también del Puen-
te, y de tres siglos á nosotros , de San Segundo , es
la única, como queda dicho, en la banda de Ponien-
te; la del Carmen y la del Mariscal, que recuerda al
ilustre D. Alvaro de Avila, se hallan en la del Norte;
la de la Malaventura, testimonio eterno de la salida
por ella de las víctimas de las Hervencias, llamada
hoy del Matadero; la de I). Antonio Vela, conocidísi-
ma hace ya dos siglos por Puerta de la Santa, ó de
Santa Teresa, porque ya dejo indicado que en Avila
y su tierra se la llama por antonomasia la Santa; y
la del noble General Gil González Dávila, que pocos
la titulan con otro nombre que la del Piastro, todas
tres sirven en la banda del Mediodía; y por Oriente
hay otras tres, la magnífica, que ya queda científi-
camente descrita, llamada por siglos y siglos del
Mercado Grande, y recientemente del Alcázar ; la de
la Iglesia Mayor, inmediata á su cimborio, de antiguo
conocida con los nombres de la Harina ó Puerta
Nueva, y en el nuevo Nomenclátor de la Ciudad, ti-
tulada de los Leales; y la de San Vicente, que por
re^^peto á la Basílica de los Santos Mártires abulenses
conserva su nombre.
Tuvo ademas la Muralla tres portillos de puro
servicio militar; el uno llamado del Baluarte, porque
cae bajo la alta torre de su título, en el ángulo Sud-
Este del circuito murado, y que se le habilita cuando
la necesidad lo exige; el de la Albóndiga, que está
también cerrado dentro del edificio de este nombre,
adosado á los muros en la parte que mira al Mercado
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 449
Grande, y los dos con destino al exclusivo uso del
Alcázar; y un tercero, que, aunque tapiado quizá
tres siglos liá, todavía aparece como colgado en la
cortina á consecuencia de los desmontes hechos para
la nivelación del paseo de la Ronda y que se ostenta
en la parte central de el del Rastro, perteneciendo
esta poterna á las antiguas casas del célebre cam-
peón Esteban Domingo, ó Palacio de Pedro de Avila,
casa fuerte propia antes de los Duques de Medina-
celi, y ahora del que lo es de Abrantes, y la cual
acaso dio motivo á labrar otra puerta en el interior
de la Ciudad, en la que se colocó la presuntuosa
inscripción, de que largamente nos ocuparemos,
Donde una 'puerta se cierra otra se aire.
Y por último, á consecuencia de la traslación del
cuerpo de San Segundo ala capilla que se le edificó
adherida á la Catedral, en que se le venera, se abrió
en la calle del nombre de este Santo y en la misma
banda de Oriente otra puerta, que es como la décima,
que al mismo tiempo que facilita acceso al templo
por medio de una cómoda y doble escalinata, puede
servir en caso necesario de nueva comunicación á la
Ciudad.
Lástima grande era, hace pocos años, que el úni-
co punto en que amenazaba alguna ruina la Muralla
fuese cabalmente la puerta, hoy tan frecuentada, que
lleva el nombre de la Santa, ocasionada quizá por
las infiltraciones del riego que se ha dado por mucho
tiempo al jardinillo que se halla sobre las través de
su arco, pero que felizmente acabo de ver bien repa-
rada.
TOMO I. 29
450 HISTORIA DE AVILA.
Y aunque con gusto he observado también que la
Muralla no se resiente en parte alguna de su perí-
metro, no es posible dejar de llamar la atención do
|a autoridad local sobre obra de tanta necesidad,
como es la de rellenar algunos huecos que se han
causado y que prepararían nuevas ruinas, señalada-
mente cerca de las salidas de las puertas del Carmen
y Mariscal y en algún otro punto, por haberse to-
lerado, aüos atrás (descuido imperdonable) sacar
piedras y arcilla de sus cimientos. Felizmente se
prohibió con rigor tan bárbaro abuso; y de esperar
es que reconociendo el Ayuntamiento que la magní-
fica Muralla de Avila es un «Glorioso monumento
histórico,» según le calificó en su viaje por España
Mister Ricardo Ford, á quien todavía excede en elo-
gios Mister Jorge Edmundo Street en su Tratado de
la Arquitectura gótica en España, y de cuya res-
petable autoridad me valdré para describir otros
importantes edificios abulenses , acuerde y asigne
en el presupuesto municipal una cantidad anual
constante, por pequeña que sea, con destino exclu-
sivo á su conservación; así como también que acuda
á la Comisión de Monumentos artísticos del Reino,
a fin de que por una vez obtenga del Gobierno la
guma bastante, que no necesita ser grande, para
la primera reparación de cimien!"Os y almenaje y
de dos ó tres cubos, cuyas cabezas principian á
desmoronarse, con gran peligro de la via pública,
mostrando en sus compactas entrañas la durísima
argamasa que liga tanta piedra com.o encierran. Y
hechas estas indicaciones , en la Historia explanare-
DESCRIPCIÓN DE LA C'.IDAÜ. 451
mos los notables sucesos que tienen relación con la
Muralla.
El Alcázar. Era el Alcázar, como científica-
mente queda explicado , parte esencial de las anti-
guas y grandiosas defensas de la Ciudad: en él
tenían morada sus Alcaides desde la repoblación de
Avila; ha sido en diversas épocas la estancia de
nuestros Reyes; y las últimas reformas notables que
se han hecho se verificaron en los reinados de don
Felipe II y D. Felipe V, como lo atestiguaban las
inscripciones del medallón colocado sobre su puerta
exterior, que da vista al Mercado Grande y se con-
serva, y la del mismo Alcázar, cuya fachada lamen-
tablemente acaba de desaparecer; pero de estos tes-
timonios lapidarios nos ocuparemos en otro lugar.
En el espacio de ambas puertas de la Muralla y Al-
cázar se formaba, hasta hace pocos años, la pequeña
plazuela cuadrilonga, ya también indicada, y en el
lienzo por donde se entraba en la parte murada de
la Ciudad á la calle de Don Jerónimo ó de la Feria
había un arco. Y hablamos de este arco exprofeso,
])ornue á pretexto de la estrechez de la calle que
allí termina, se resolvió demolerle, presentando
como causa atendible la mayor comodidad del paso
público. Reconocemos con sincera franqueza que no
liabia anchuroso espacio para hacer la vuelta de
ambos arcos; pero no era tan molesta, en nuestra
opinión, que exigiese el gran sacrificio de derruir
el bello , elegante y tan robusto como airoso arco
árabe puro, que cerraba la plazoleta del Alcázar, y
de lo que siempre nos lamentaremos, sin ensañarnos
452 HISTORIA DE AVILA.
contra el activo interés particular, móvil quizá de
tan funesta demolición. Fúndase nuestro patriótico
Fentimiento: lo primero, en que la anchura de la
calle de la Feria, aunque posteriormente muy mejo-
rada, sólo consiente el paso de un carruaje, que podia
antes tomar ^fácilmente la entrada del arco destruido
en otra plazoleta interior de mayores ensanches que
la misma calle; lo segundo, en que ha faltado esta
defensa adelantada del Alcázar, en ei caso que al-
guna vez conviniese aislarle de toda la población;
lo tercero, en que era un malecón fortísimo que apo-
yaba y contenia la inmensa mole de uno de los altí-
simos cubos de la puerta de la muralla, que por falta
de reparación constante pudiera algún dia derrum-
barse, causando graves daños sobre el apiñado case-
río; y lo cuarto, por demás interesante para la glo-
ria eterna de la ciudad y digno culto que se debe á
las bellas artes, en que así ha desaparecido lastimo-
samente tan magnífico, raro y envidiable monumen-
to, que era objeto del estudio y admiración de los
viajeros entendidos.
Pero bien vengas mal, si vienes solo. A imitación
de tan funesto ejemplo se ha dado un paso más
grave todavía en tan incalificable demolición. Sub-
sistía la fachada del Alcázar, reparada por los Feli-
pes II y V, dando frente á la gran puerta del Mer-
cado Grande: en ella se ostentaba otro elevado y
magnífico arco ojival que daba entrada á la forta-
leza, adornado de los Reales emblemas. A la derecha
de su vestíbulo ó cuerpo de guardia, existia otro arco
también árabe , aunque desfigurado por hallarse casi
DESCRIPCIÓN DE LA CirOAI). 453
oculto con lig-eras maniposterías , y que también ha
caído á los golpes de la piqueta demoledora: por ma-
nera que son va tres los magníficos arcos derruidos
en im ti-iángulo de veinte varas, y únicamente queda
en pié un cuarto arco, que es igualmente ojival,
que será el que haya de aparecer en la fachada , que
esperamos habrá de decorarse , y que da inmediata-
mente entrada á la plaza de armas del Alcázar. Pero
no quiero hablar más de esto , que angustia el cora-
zón de todo buen patricio. Por lo demás, el Alcázar
contiene en su recinto, como ya queda expuesto, dos
elevadísimas torres , una que hace costado con la
plaza de armas y que sorprende por el atrevido vue-
lo é inmenso volumen de su segundo cuerpo , y otra
titulada del Baluarte ó de la Esquina , desde cuyas
almenas pueden observarse exactamente cuantos
movimientos estratégicos se intenten en todo el cam-
po que forma los horizontes de la Ciudad, y muy se-
ñaladamente en la dilatada llanura del Valle-Ambles,
por fuerzas que desciendan de las sinuosas montañas
que le circundan.
Casas fuertes ds los principales repobla-
dores. Ya queda dicho por el Sr. D. Cándido Ortiz
de Pinedo, que ni dentro ni fuera de España se cono-
ce otra ciudad ú población fortificada que presente
la meditada singularidad de un segundo orden de
fortalezas, cuya defensa no esté encomendada in-
mediatamente al jefe ó cabo que manda la gente de
guerra en cada plaza, sino al cuidado, vigilancia y
servidores privados de un determinado prohombre,
dentro de los lindes de su casa-morada. Y esto es
454 HISTORIA DE AVILA.
cabalmente lo que se estableció en Avila al cons-
truirse sus murallas y alcázar. Sus más notables
repobladores en el reinado de Alfonso YI, bajo las
disposiciones de su yerno el conde D. Ramón de
Borgoña, primer marido de doña Urraca, consi-
guieron repartirse entre sí el terreno interior de la
Ciudad más inmediato á la línea casi circular de
la muralla, que más expuesta se suponía á ataques
enemigos, para fundar cada uno su casa, pero que
no sólo había de bastar á las comodidades de sus
viviendas y á las necesidades que requería la con-
servación ó aumento de su respectivo patrimonio,
sino que á la vez había de ser una fortaleza para de-
fender en el exterior la parte de mui-alla que á cada
cual correspondía en la línea de su propio dominio,
y en el interior el orden y tranquilidad del pueblo,
cuando de cualquier manera se alterasen. Y la lige-
ra pintura que vamos á hacer, y que es común á to-
das ellas, y la posición peculiar de cada una de estas
casas fuertes , que aún se muestran á todo abserva-
dor, hasta la evidencia lo comprueba.
Principiemos por la del Obispo, llamada el Pala-
cio Viejo, y que es la única de esta clase en la banda
<ie Oriente de la muralla. Se construyó frente á la
l>uerta del Korte de la Catedral : el corte, el color , la
colocación y la clase de la piedra que en ella se em-
pleó, así como la calidad de la argamasa de su fuerte
muro exterior, que hasta hoy ha subsistido en toda
su longitud, y que ahora se está demoliendo en la
]>arte que corre desde el alto y ancho arco de su en-
trada hasta la puerta Nueva ó de los Leales, clara-
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 455
mente manifiestan, así su antigliedad, como su con-
dición de casa-fuerte. Era grandísimo el ámbito que
abarcaba, como que corría desde esta puerta conti-
gua á la iglesia mayor, á la vez fortaleza, basta
tocar con la de San Vicente , ya descrita , teniendo
por ancliura el espacio que hay hasta formar toda
la calle hoy llamada del Tostado , porque este céle-
bre obispo de Avila la habitó como morada propia
•de su dignidad. Su posición, pues, y su servicio la
destinaban á auxiliar las dos fortalezas en cuyo pro-
medio se encontraba. Dejaron los prelados abulenses
de habitarla en el año de 1775, trasladándose á otra
de que inmediatamente hablaremos , y se la destinó
para que la ocupasen las escuelas públicas de ins-
trucción primaria y latinidad, con desahogadas ha-
bitaciones para los maestros; pero lo que importa á
nuestro actual conato es indicar que tenia grandes
patios cercados por la muralla, y que en ella estaban
hechas en su mismo espesor escalas de piedra para
dominar las cortinas y cubos que alcanzaba la ex-
tensión de la casa , hoy de todo punto desconocida
en su edificación interior; pero al curioso viajero que
entre en su espacioso corralón le aconsejo que no
salga sin ver una muestra interesantísima de lo que
fué la antigua, haciendo que se le muestre un pre-
cioso resto que queda encerrado dentro de la segun-
da puerta á la derecha (que es taller de un carpin-
tero); la escalinata, portada y las pequeñísimas y
variadas ventanas que se ofrecen á su vista le harán
comprender lo que seria el primitivo edificio. Y para
concluir del todo este punto y que nadie extraüe que
456 HISTORIA DE AVILA.
la casa de un obispo fuera á la Tez una fortaleza
militar, recuérdese que en aquellos siglos los obis-
pos eran también importantes Proceres del reino, y
que compartían con los grandes guerreros, así las
fatigas y trabajos, como los provechos y utilidades
de la reconquista.
En la banda del Sur fué la primera casa faerte la
que, arrancando de las espaldas del Alcázar, se co-
noció como propia de los ascendientes de los señores
de Navamorcuende, y que ya en el siglo xvi se con-
virtió en colegio de la Compañía de Jesús, abarcan-
do todo el terreno que media hasta las casas actua-
les del duque de Ábranles, y del que formaba parte
la actual parroquia de Santo Tomé. Este es el edifi-
cio al cual, á la extinción de los jesuítas, se cousti-
tuyó en palacio episcopal en el año de 1775. Tiene
sus principales habitaciones utilizando la muralla
sobre el paseo del Rastro, con vistas deliciosas que,
dominando las sierras por tres lados, se extienden
por el dilatado Valle-Ambles: y bien se d'i^ja obser-
var que la parte que hoy son habitaciones, antes era
la que con patios y escalas facilitaba el servicia
militar de la muralla.
Colindantes, como queda dicho, ocupando todo el
espacio hasta la puerta de Gil González Dávila, ó sea
del Rastro, y llevando todavía su inspección y man-
do más allá de ella, están las casas que fueron de los
predecesores del célebre aviles Esteban Domingo,
que por más de tres siglos se han llamado del mar-
qués de las Navas , poseídas hasta nuestros dias por
la de Medinaceli, y hace ya algunos años por la del
PEScnirciON de la cíuuad. 457
duque de Abrantcs; su fachada principal es idéntica
en su construcción á la de la muralla. Sobre sus dos
magníficas puertas, de elevados j anchurosos arcos
formados por esbeltas dovelas, semejantes á los que
se ostentan otros varios en Avila , y en lo más alto
del muro, se ven fortísimos matacanes que las pro-
tegían, A los lados de ellas estaban, hasta pocos
años há, cuatro grandes toros , marranos ó elefantes
de piedra de los muchos que hay en el país , y que
hoy, por facilitar el paso de la acera, se hallan reco-
gidos en el patio en que estuvieron las habitaciones
principales. Llama grandemente la atención una, hoy
más recogida, antes enorme reja que defendía la in-
mensa ventana que todavía se halla cerca del ángu-
lo Norte del edificio. Entre las molduras de su cor-
nisa se lee esta inscripción: Petrus Avila et María
coRDUiiENSis ANNO MDXLI; y á lo largo de su zó-
calo este vanaglorioso , y en su época muy signifi-
cativo, lema, que ya antes dejo indicado: «Donde
una puerta se cierra otra se abre.» En vano pro-
curé averiguar, por espacio de muchos años, su
verdadero significado. Siempre presumí que el pode-
roso Pedro de Avila, su dueño, se vio obligado á con-
vertir en reja el hueco que abrió y que destinaba
para puerta; pero no han sido estériles mis últimos
esfuerzos, y habiéndose dignado franquearme sus
archivos mis bondadosos amigos los señores duques
de Medinaceli y de Abrantes, consintiendo que sus
estudiosos y afables archiveros me facilitasen copias
de los documentos que con este curioso asunto pu-
dieran tener alguna relación, reservo para el texto
458 HISTORIA DE AVILA.
histórico su largo extracto, que lia de venir, hasta
cierto punto, á justificar mi presunción, puesto que
(y hasta para este momento) precedió un solemne
juicio de residencia sohre el cierro ó franco uso de la
poterna del Eastro, de que ya queda hecha mención,
y recayó una Real Cédula que, á mi modo de ver,
está íntioaamente enlazada con la historia de la mis-
teriosa ventana en que está esculpido ese enig-
mático rótulo. Sobre el arco y puerta del Rastro,
y de mucho más moderna construcción, hay una
larga y achatada bóveda que estriba por ambos ex-
tremos en la muralla , para un magnífico mirador;
debajo de ella y sobre la pusrta se hallaba incrusta-
do en el muro hasta la época de la guerra de la In-
dependencia, un grande escudo con las armas de la
familia. El cielo no consienta que el racional deseo
de blanquear ó adornar el caserío común de la Ciu-
dad lleve la broclia de la cal á profanar el venerando
color rojizo de las enormes piedras de este monu-
mento, símbolo del poler y arrojo de nuestros ante-
pasados.
Lindes partia con la de Esteban Domingo que
acabamos de bosquejar, sobre los muros, que no so-
bre el pavimento de la Ciudad, por mediar una calle
que separa los edificios, la casa que hoy se llama de
las Oficinas, por estar reunidas en ella las de la
Provincia, en la Plazuela de los Cepedas; toda su
larga fachada es el indicante de la parte de muralla
cuya custodia estaba encomendada desde la repobla-
ción al dueño de ella, alcanzando su vigilancia has-
ta cerca de ki puerta de Santa Teresa.
I)::scr:p(:io.n nr. la ciudad. 459
Al otro lado de la niisma puerta está la casa lla-
mada de la Academia, porque en ella se estableció la
escuela militar, que ya queda en resumen indicada,
ya mediado el siglo último , y que fué el antiguo
solar de la noble familia de los Xuñez Vela. Es nota-
ble por su robusta y limpia construcción de piedra
sillería, y más aún por el magnífico arco de su ])or-
tada , superior quizá á los de otras varias que
embellecen la Ciudad. Reedificáronla con este lujo
D. Blasco Nuñez Vela (y su mujer doña Brianda de
Acuña), de quienes á su tiempo hablaremos en nues-
tra Historia. Largos años liá que esta casa pertenece
á los estados de los duques de la Roca. El servicio
militar que interiormente prestaba era defender la
parte de muralla que correspondía á su dueño, como
respecto de los de otras casas queda ya relacionado.
Esta era la última en su banda del Sur: y con estos
cinco fuertes se consideró que la Ciudad quedaba
por este lado doblemente asegurada.
La defensa de el del Xorte incumbía á otras cinco
casas en un espacio de muralla casi de la misma lon-
gitud que el quo ocupaban las otras cinco , y que cor-
respondieron á otros repobladores, á quienes han ido
sucediendo los descendientes de los señores de Vi-
llaviciosa (del Valle-Ambles), de los Águilas, de los
Bracamontes y de los dueños de los solares en que
existieron el destruido cuartel del Regimiento pro-
vincial y el también arruinado convento de Carmeli-
tas calzados , cuyos restos reparados sirven ahora de
cárcel. La primera, que ocupa toda la plazuela de So-
fraga, se estriba en la puerta militar de San Vicente,
460 EISTORIA DE AYíLA.
correspondiéndole la defensa desde el cubo llamado
de la Milla (de que hablaremos al tratar de San Pedro
del Barco) que está en el ángulo Nordeste de la mu-
ralla, corriendo un buen espacio por el terreno des-
cendente de ella. La sigue por la parte contigua en
los muros la que en la actual calle de Sofraga se os-
tenta con una bella portada, frente á la que se llamó
del Lomo y ahora de Esteban Domingo, que corres-
pondió á los ilustres Águilas, y hoy está en el domi-
nio de los condes de Torre-Arias , con cuyo nombre
es conocida en la Ciudad ; el espacio que estaba en-
comendado á su defensa es el intermedio de la ante-
rior y de la que á renglón seguido vamos á hablar.
Esta es la délos Bracamontes, de un aspecto ex-
terior menos notable, pero mucho más grandiosa por
las elegantes arcadas de su anchuroso patio; la cual,
protegiendo el arco ó puerta del ]\Iariscal, extiende
su defensa por un buen trecho de la muralla. Por el
apellido Bracamonte pertenece á los señores de Fuen-
te el Sol, correspondiendo hoy á los estados del con-
dado de Parscnt.
Otra casa de gran solidez y con otro gallardo
arco por portada , es la que está muy próxima á la
puerta del Carmen, que perteneció á los antepasados
del conde de Polentinos, y fué destruida en la guerra
déla Independencia: hasta entonces habia servido
para cuartel del Regimiento provincial , y excusado
es repetir que estaba dotada para su defensa de otra
porción de terreno sobre el circuito mural.
Finalmente, era la última adosada á él en la ban-
da del Norte la casa-fuerte que existió tocando tam-
DESCRIPCIÓN DE LA CllDAD. 461
bien con la puerta del Carmen , j que desde el aüo
de 1378 se convirtió en el que fué convento de Nues-
tra Señora de esta advocación, y al cual se cedió
también la antiquísima parroquia de San Silvestre.
y de cuanto queda dicho relativo á estas casas de
los repobladores, aparece que ocupaban más de la
mitad del trapecio que forma la configuración do toda
la muralla.
Otras casas notables. Pero no eran las ya des-
critas las únicas, ó fuertes, ó hermosas, que la anti-
gua aristocracia poseía; habia otras en el centro de
la población. El torreón de los Guzmanes, que perte-
nece á la casa de Oñate por el título de Montealegre,
es en su inmensa robustez y gran elevación un tes-
timonio del espíritu guerrero de los siglos poste-
riores en que se construyó : hoy está recientemente
reparado.
Con torres gemelas, no de defensa , sino de ador-
no, está inmediata y de buena sillería labrada, la de
los condes de Superunda , que á su vez linda con la
délos marqueses de Almarza; y del otro lado, cer-
rando la plazuela de las Oficinas ó de los Cepedas, se
halla la del duque de Tamames, de cuya fachada no
deja gozar el gran cercado que le es conjunto. De
urgente necesidad era reducir á menor espacio esta
dependencia, y de pequeño sacrificio para su dueño,
que le hizo con la mejor voluntad: reclamaba esta
mejora, no sólo el ornato público, sino el fácil acceso
desde la Plaza principal, á la Casa de Gobierno y ofi-
cinas de Provincia, y al venerando solar de Santa
Teresa, que era el convento de Carmelitas Descalzos,
462 HISTORIA DE AVILA.
mayormente en las varias procesiones que de la Ca-
tedral á él y viceversa, hacen el Obispo, Cabildo y
Clero, el Ayuntamiento y Patronato de la Santa, y el
piadoso concurso de la Ciudad y tierra. Y así se con-
siguió también alinear, en cuanto fué posible, la es-
trecha y tortuosa calle de las Campanas ó de Blasco
Jimeno, en la que se halla la que hoy, casi del todo
reconstruida y dignamente en el interior decorada,
ocupa la Diputación Provincial.
Severa, adusta y hasta imponente se muestra la
casa del Mayorazgo de los Verdugos, que hoy posee
D. Ramón de Campomanes en la calle de Sofraga:
presenta todo el carácter de fortaleza: labrada su fa-
chada de obscura piedra sillar, y defendida su puerta
por dos torres cuadradas en sus extremos , en sus
bajos ostenta las aberturas que servían para el juego
de saetas , arcabuces ó mosquetes ; y en los ángulos
que forman con la cortina existian dos grandes pie-
dras , figuras de los toros, elefantes ó marranos de
que ya hemos hecho mención; hoy no hay más que
uno; el otro está tendido hace años en la plazuela
de la Feria al barrio de Santiago y á la esquina del
corral llamado de Concejo, porque al trasladarle á la
Serna, heredamiento de esta distinguida familia, se
rompió el carro en que se le conduela, y allí se
quedó, sin que ni el dueño ni el Ayuntamiento le
muevan del sitio en que cayera, sirviendo de obs-
táculo y hasta de peligro para la via pública.
Otra casa magnífica es la que fué de los ascen-
dientes de los marqueses de Velada, y que después
se unió á los de Astorga, condes de Altamira. Sitúa-
DESCRIPCIÓN ÜK LA CIUDAD. 463
da en la plazuela de la Catedral, ostenta en el
ángulo de su robusta fachada de manipostería con-
certada, un gallardo torreón, semejante, aunque no
tan fuerte, al de la de los Guzmanes ó de Oñate; y
en el costado de la calle del Tostado, dos portadas
simétricas , de conocida esbeltez y gallardía. Hoy es
propiedad de D. Enrique Aboin Coronel, vecino de la
Ciudad, y á la primitiva riqueza de su extenso patio,
hermoseado de bellos arcos , ha hecho que corres-
ponda lo decorado de sus habitaciones.
Es singular la fachada de otra casa que en la ca-
lle de la Rúa posee también el conde de Polentinos.
Elévase la portada , que es de clara y fina piedra de
granito, presentando en su cima un labrado matacán,
y hasta el zócalo van descendiendo caprichosos di-
bujos, en su mayor parte, jeroglíficos militares.
Lanzas, alabardas, pistolas, mosquetes, bragas, pe-
tos, cascos y otros útiles délas antiguas armaduras,
esmaltan el frontispicio. Dentro se ve el local que
ocupó la habitación más noble del palacio , y en el
fondo el patio de lindas arcadas sobre columnas.
Para poner fin á este punto de casas notables, de-
bemos hacer mención, por su antiquísimo origen,
de la que en la Plazuela de la Catedral hace esquina
en dirección á la calle de Andrin ó del Comercio;
y basta ver su gran escudo de armas para reconocer
su remota antigüedad: por su más bella y nueva
construcción de las llamadas del Deanato, de Re-
venga, y todavía podíamos hablar de otras que el
tiempo ha colocado, haciendo olvidar su antiguo do-
minio, en manos de más modernos propietarios que
464 HISTORIA 1)E AVILA.
con laudable afán las embellecen, j en las que, por
las comodidades de que disfrutan, no tienen que en-
vidiar las que ofrezcan las de otras capitales do pro-
vincia.
Alhóndiga. . El virtuoso obispo D. Fr. Francisco
Ruiz logró la instalación de un pósito para socorro
de labradores necesitados j mantenimiento de pobres
en años de hambre; y para su oficina y paneras se
labró en el siglo xvi el edificio de piedra sillería
adosado á la muralla, dando frente al Mercado Gran-
de, desde la puerta del Alcázar hasta la torre del
Baluarte. Y aunque tal institución ha desaparecido,
el edificio se conserva para otros varios usos.
Teatro. Tiene bien acreditado Avila su gusto á
la declamación y á la música ; y en diversas épocas,
y por muy largas temporadas, personas cultas de
uno y otro sexo han dado funciones teatrales, cuyos
productos destinaban, generosas, al remedio de nece-
sidades públicas. Por esta razón suele no pasarse año
alguno que no reciba alguna compañía dramática ó
lírica. Pero el fatal pensamiento de utilizar para es-
cenario público la pequeña iglesia del hospital de
San Joaquín ó de la Convalecencia, incapaz de ensan-
ches y mejoras, ha malogrado los esfuerzos en él he-
chos, siendo gobernadores de la Provincia D. Joa-
quín Escario y D. Felipe Benicio Díaz; porque, si
bien se decoró bastante, siempre será estrecho y pe-
queño, y estará recordando la necesidad de otro lo-
cal demás cómodas é imprescindibles condiciones.
ÍMercado cubierto. En el local que dejó la an-
tigua abrasada cárcel , al extremo de la calle de la
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 465
MaldegoUada, se lia construido uno que, si bien no
es anchuroso, satisface en gran parte al diario servi-
cio del vecindario, puesto que los mercados semana-
les, en que á la vez se surten la Ciudad y pueblos
inmediatos, se extienden por secciones de vituallas,
artefactos y demás consumos en las dos plazas ma-
yores y otros puntos de conveniente capacidad y
desahogo.
Acueducto y Fuentes. Si una de las primeras
necesidades de la vida es la abundancia de aguas,
son tan saludables las de la Ciudad y tan numerosas
sus fuentes, que entre las que cuentan la población
y sus paseos, puede asegurarse que pasan de 24.
Abundantes han sido siempre los raudales de las
llamadas la Canaleja, Fuentebuena, Pradillo, Fuente
Nueva, La Sierpe, Caüogordo y otras más en los pa-
seos: y también debieran serlo las interiores de la
Ciudad; pero su cañería es muy vieja, trasvenase
gran parte de su caudal, son insuficientes los repa-
ros parciales que se hacen, y ya es una de las más
apremiantes necesidades que cubrir, y que están
ocupando la atención del Ayuntamiento. Mucho más
de un siglo há que, siendo Corregidor de la Ciudad y
Superintendente de las provincias de Avila y Sego-
via, D. Pablo Soriva, se recogieron y aumentaron
grandemente los veneros que desde las Hervencias,
á los Molinos de Viento, surten el acueducto de orí-
gen antiguo y construcción, al parecer, anterior al
siglo XV. Principia la fábrica visible de su arcada en
la arqueta de desagüe, llamada el Caño Cingarria,
frontero á la fachada Norte del convento de las Gor-
TOMO I. 30
466 HISTORIA DE AVILA.
dillas, y corre por el canal que sostienen 25 altos j
anchos arcos, protegidos por una robusta maniposte-
ría de piedra berroqueña. No llama la atención del
viajero tanto como merece, porque está en su ma-
yor parte oculta por otros edificios: solamente cuatro
de sus arcos se ostentan claros; de los 21 restantes,
seis tienen tapiadas sus luces; cinco se hallan dentro
de la casa de mi buen amigo D. Francisco Javier
Hernández, y los 10 últimos corren paralelos ala ta-
pia Norte del convento de las Madres, desde cuyo
punto sale subterránea la cañería para distribuirse
por las fuentes de la Ciudad. Varias son las casas que
también las tienen propias, y son ademas muchos los
jardines y huertos con fuente particular; y la afición
de los avileses á este cómodo retiro y diario solaz de
las famihas es acaso el principal motivo de que el
forastero observe poco concurridos los paseos.
Edificios varios. De los que ocupan la Diputa-
ción y el Instituto provincial , las Escuelas Normal
Superior y la Práctica de maestros, el Hospital y la
Inclusa , la Cárcel y otros servicios públicos omiti-
mos hablar en este lugar, porque, ó ya lo hemos he-
cho de algunos , ó lo haremos de los otros con más
oportunidad.
Mejoras recientes de la población. En cam-
bio de la omisión que acabamos de hacer, justísimo
es recapitular las más importantes mejoras que ha
obtenido la población en los últimos veintidós años,
ya que la necesidad de ir abreviando este prolijo ar-
tículo , no nos permita encarecer su respectiva utili-
dad y embellecimiento.
TESCRirCION tE LA CILDAÜ. 467
Estaba comenzada la reedificación ó nueva plan-
ta del Mercado Cliico (plaza de la Constitución) desde
el año de 1795; pero se hizo poco más que el lienzo
que mira á Oriente; y sentada esta base, voy á recor-
rer cronológicamente las mejoras sucesivas.
Se principió en 1850, y está para concluirse, la
hermosa reconstrucción de todo el Mercado Grande
en sus lienzos de Mediodía y Poniente, que hoy pue-
den rivalizar con los de las mejores plazas del Reino.
En 1851 , 52 y 53 se continuaron los lienzos de
Oriente y Norte del Mercado Chico. En 1856 tuvo
principio la reforma de la espaciosa calle de San Se-
gundo; en 1857 la de la calle de la Feria; en 1858 la
de Andrin ó del Comercio , quedando casi alineadas
y más anchas, cuando eran muy tortuosas; en 1862
se regularizó la plazuela de las Oficinas ó délos Ce-
pedas; en 1863 se formó el paseo Campo del Recreo;
se labró la bella escalinata de San Juan para el más
cómodo acceso al Mercado Chico; y en 1869 se embe-
lleció la Plaza del Alcázar con un lindo y cómodo
paseo.
Se han colocado aceras en todas las calles que
son de alguna importancia, mostrando la suya las
del Colegio y de San Francisco, y todas llegan á 40;
hay abiertas y en uso alcantarillas en las dos plazas
principales, en tres plazuelas y 20 calles; y por úl-
timo, una gran parte de todo el caserío se ha her-
moseado, ya con nuevas construcciones, ya reparan-
do y regularizando las antiguas.
Prodigioso desarrollo , admirable constancia y
laudabilísimo afán en que á porfía han contendido y
468 HISTORIA DE AVILA.
contienden los propietarios todos y cuantos Ayunta-
mientos han gobernado la Ciudad en todo el tiempo
que queda referido.
Ayuntamiento. Réstanos para poner fin al ar-
tículo que liemos titulado Avila civil, hablar déla
nueva casa de Ayuntamiento. No eran, por cierto, de
tal importancia las destruidas Casas Consistoriales
que toda la presente generación ha conocido , y que
contaban poco más de tres siglos de existencia; por-
que aunque de una fachada regular de piedra sillería
con airoso balconaje corrido por toda ella y de una
altura proporcionada á su piso principal, era pequeño
su salón de sesiones y más reducidas aún sus escasas
oficinas y dependencias; pero el progresivo estado
ruinoso en que se hallaban, la necesidad de local
para los más numerosos servicios de su complicada
administración, y ademas la visible deformidad que
su fachada presentaba ya, á consecuencia de la ali-
neación dada á la nueva planta de la plaza, acelera-
ron su demolición. Justificada se hallaba, y todos
estos defectos han desaparecido con el nuevo, bello,
grave y sólido edificio que las ha reemplazado, de
hermosa piedra sillería, bien asentada, de noble as-
pecto, digno vestíbulo, cómoda escalera, salón de se-
siones decoroso, y entendido compartimiento de todas
sus necesarias dependencias. Principióse la nueva
obra en el año de 1863 y se concluyó en el de 1868.
Hoy, pues, la casa del Ayuntamiento de Avila,
aunque la última en el orden de esta descripción,
puede con justicia considerarse como la primera que
se coloca al frente de la población para muestra
DESCRIPCIÓN VE LA CILDAD. 469
del buen gusto con que se va reconstruyendo la
Ciudad.
AVILA ECLESIÁSTICA.
Si el cuadro que acabamos de bosquejar bajo su
aspecto civil da suficientes pruebas 'de la importan-
cia de Avila desde fines del siglo xi hasta que , con
la atracción de sus más altos y más ricos prohom-
bres á la corte, se resintió, como las demás ciudades
del reino, de la falta de tan vivificadores elementos
de su prosperidad material y de su grandeza histó-
rica, no es ciertamente menos bello, sino que aun le
aventaja y excede bajo su aspecto eclesiástico. De él
daremos también conocimiento por el orden ya indi-
cado y de la manera más concisa que nos sea posi-
ble, para no defraudar á la Historia de la parte que
de derecho le corresponde al tratar de cada una de las
épocas en que nacieron, se ensancharon y sufrieron
alguna grave modificación, ó de todo punto se extin-
guieron, ios magníficos y numerosos monumentos ó
instituciones, siempre sometidos al gobierno de la
Iglesia.
La Catedral como templo. Ya queda científica-
mente descrita como fortaleza , que constituía parte
integrante del plan de defensa adoptado desde el
tiempo de la repoblación de la Ciudad , según la in-
teligente pluma del Sr. Ortiz de Pinedo. Incúmbeme
ahora considerarla como su iglesia mayor, donde
desde su fundación, coetánea á la de las murallas,
470 HISTORIA DE AVILA.
se lia dado siempre digno culto al Salvador de los
hombres, advocación titular con que es adorado por
los avileses en el misterio de su Transfiguración.
Para hacerlo de una manera que satisfaga á mis
lectores, abandono también la descripción vulgar
en que me empeñé hace muchos años, lego como
soy en el estudio de las bellas artes , y traigo en mi
auxilio al sabio arquitecto inglés Jorge Edmundo
Street (1). ya citado en este volumen. No le copiaré
íntegramente en la descripción que hace de nues-
tra Catedral, porque también la pinta como casa
fuerte , porque es muy extenso y porque no lo per-
miten los límites del trabajo que me he propuesto;
pero extractaré sustancialmente los párrafos que
basten , en el mismo orden con que los escribió, á
dar a conocer por ellos toda la importancia de esta
suntuosa iglesia.
Dice así : « Dudo muchísimo que alguna parte de
la Catedral sea de los tiempos de la primitiva cons-
trucción de la iglesia. Su carácter general es el ya
conocido á fines del siglo xii, pero con considerables
alteraciones y adiciones en períodos de tiempos más
cercanos.
»E1 plano del terreno demuestra la singular dispo-
sición del proyecto , en que el presbiterio , con su
doble nave y semicirculares capillas abiertas en el
grueso de las murallas, es de las obras más notables
de su género en España. El muro exterior del ábside
es un semicírculo dividido en secciones por muros de
(1) En sus Apuntes sohre la Arquitectura gótica en España.
TESCRIPCION DE LA CIUDAD. 471
esbelta salida, alternando en ellos columnas empo-
tradas. Las capillas no se ven al exterior, y por esta
razón parece una torre avanzada de vasta extensión,
flanqueada y protegida en ambos lados por los cubos
de la muralla. Quizá la manera singular con que
terminó el alto almenado , causa la extraña deseme-
janza con io que estamos acostumbrados a ver, y
llama más la atención que ninguna otra belleza co-
nocida en la misma obra, siendo agradable observar
que tan difícil problema no presentase dificultad á
aquellos antiguos arquitectos. Juzgo completamente
imposible que las capillas interiores en su actual es-
tado sean del mismo tiempo que el templo , aunque
es cierto que el plan general es semejante al de las
que hay en el monasterio de Veruela, casi de la mis-
ma época, y con ser absidales en ambos templos , se
enlazan con el gran ábside. La gran belleza de las
aristas de su estrecha nave , la ornamentación en lo
alto do su linda techumbre y sus delgadas saetas re-
saltan, mientras sus atrevidas sencillas columnas
sostienen tres dardos del costado contiguo de la na-
ve. La ornamentación, pues, es verdaderamente bue-
na en extremo. Un cuidadoso examen de la del coro
muestra evidentemente lo mucho que se alteró el
plan primitivo de la iglesia en sus adelantos sucesi-
vos, aunque no dejen de ser indicio de una ilustra-
ción más ventajosa de cada época; siendo el objeto
dominante del nuevo arquitecto sacrificar las tres
entradas al presbiterio (el tríforium) para sacar
iguales en anchura todas sus divisiones, así en ei
ábside como en los muros del costado. La capilla
472 HISTORIA DE AVILA.
mayor ó santuario recibe luces de diez y seis anchas
ventanas de arco redondo, bien delineadas, con capi-
teles ricamente festonados. El crucero tiene ei mis-,
mo género de construcción que el coro, y mucho
más atrevida, porque no están los capiteles de orna-
mentación sobre las columnas que dividen las naves ►
El resto de la iglesia fué tan alterado en el siglo xiv^
que todo su carácter presenta el de esta época.
Todas las ventanas están ricamente moldeadas, y
los estribos bien desenvueltos en sus ángulos; pero
por desgracia la parte más alta de los muros exte-
riores es una línea labrada de ladrillo debajo del
alero del pobre tejado. La belleza de su primitiva
elevación, siempre interesante, es aquí incierta é
insegura. Hay dos torres al fin de las naves que no
se abren en sí mismas , sino que tienen la entrada
en ios costados de los muros del templo: la del
Sudoeste no está concluida, pero la del Noroeste
es una bellísima obra de la primitiva época. Tiene
magníficos estribos y hueco para el campanario,
con dos ventanas en cada lado de elevadas moldu-
ras triangulares, y debajo del almenado una línea
de rica labor. Los ángulos internos y externos es-
tán esculpidos de una abundancia de bolas , que á.
cierta distancia produce el mismo efecto que un or-
namento inglés de botones de flor, dando un aire de
riqueza á toda la obra ; y el parapeto concluye con
una albardilla puntiaguda , como recuerdo de una
muralla morisca. La puerta del Norte es de grandes
dimensiones, tiene seis estatuas de nicho en cada
lado : entre el cerramiento del frontis y su cornisa.
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 473
está esculpido el Salvador con una aureola en el
centro, la última cena y la traición de Judas, bajo al-
gunos ángeles, j encima la coronación de la Santí-
sima Virgen. Los órdenes de la arquivolta están lle-
nos con figuras representando la Resurrección de los
muertos y la Adoración de los reyes: tiene gran
semejanza todo este compartimiento con el corres-
pondiente á las iglesias de Burgos y León ; y le pre-
cede un pórtico de escaso fondo, formado por los es-
tribos de ambos lados. Sobre las sacristías hay un
tejado original ó primitivo de piedra, extremada-
mente bueno , y del cual parece que debió estar en
la antigüedad cubierto todo el templo. El declive de
este tejado estaba formado por piedras alternativa-
mente ahuecadas , descansando las unas sobre las
otras, descubierta cada una en ocho pulgadas para
cubrir las junturas, método muy semejante al de las
antiguas construcciones de Irlanda.
»E1 claustro colocado tras el muro de la nave de
Mediodía está desatendido y mutilado hace tiempo: se
construyó probablemente á principios del siglo xiv,
tiene anchas y bien delineadas ventanas, general-
mente, de cuatro huecos, pero ahora tapiados muchos
y con sus puntas ó remates destruidos ; su bóveda ó
techumbre es muy bella, y vistosa la piedra jaspeada
que le cubre. Hay una capilla anchurosa del siglo xv
en su costado oriental (la del Cardenal Cervantes); las
ventanas de esta capilla están cubiertas de un rudo
ornamento, indicio de la época de su construcción.
No debe omitirse el hablar de los adornos interiores
de la Catedral; algunos son muy bellos. El retablo
474 HISTORIA DE AVILA,
del altar mayor es grandioso, tiene cinco lados, que
siguen el contorno absidal, y tres cuerpos de eleva-
ción. El inferior está ocupado con los cuadros de los
cuatro Evangelistas y cuatro Doctores de la Iglesia,
pintados en sus entrepaños, y San Pedro y San Pablo
en el centro. El intermedio muestra la Transfigura-
ción en el punto central, la Anunciación, el Nacimien-
to, la Adoración de los Magos y la Presentación en el
Templo en los costados; y en el cuerpo más alto ocu-
pa el sitio principal la Crucifixión, y en los costados
están los Azotes, la Agonía, la Resurrección y la
Bajada á los infiernos. Fueron sus pintores Santos
Cruz, Pedro Berruguete y Juan de Borgoña. Algunas
de estas pinturas tienen gran mérito, sobre todas
San Mateo, á quien un ángel sostiene el tintero; la
Adoración y alguna otra están admirablemente de-
liueadas y pintadas. La obra de madera está rica-
mente esculpida y dorada, con mezcla de los estilos
gótico y del renacimiento. La ornamentación del coro
es también del renacimiento. Hay una gruesa verja
bronceada que cierra el presbiterio, sus puertas y el
coro ; y otras de más baja barandilla sirven de paso
expedito del uno al otro. Una escalinata de siete gra-
das para ascender al altar, el magnífico color del re-
tablo y el contraste de las luces por cristales de co-
lores de época remota, dan á todo el templo un as-
pecto sumamente grandioso y bello.»
Hasta aquí el extracto que me be permitido liacer
de la larga descripción del sabio Street, que, sin
embargo, se limitó á tratar los puntos que creyó más
esenciales, más bellos y notables de la Catedral; pero
HESCRIPCION DE LA CIUDA:). 475
cü mí seria una imperdonable omisión, si no comple-
tase este caadro, siquiera sea á grandes rasgos y sin
arte, indicando el origen y enumerando con rapidez
otras partes del templo, á que mis paisanos profesan
profunda estimación y respeto.
Edificó la Catedral el Conquistador D. Alonso VI;
faé el Arquitecto el maestro Alvar García, natural
de Estella: se comenzó la obra en 1091, y duró diez
y seis años. La puerta principal, que es la de Occi-
dente, tiene una extensa á la par que minuciosa or-
namentación de piedra blanca ñna, es de grande al-
tura y se destaca notablemente entre el oscuro color
de la de sillería de granito de toda la fabrica, con las
imágenes de San Segundo, los Santos Vicente, Sa-
bina y Cristeta, Santa Teresa de Jesús y el Arcángel
San Miguel. La puerta del Este corresponde á la ca-
pilla de San Segundo, descansa sobre una doble es-
calinata, según ya queda referido, y figuran en ella
las estatuas de Santiago, San Juan Evangelista, y
en el centro la del Santo Obispo, nuestro patrón, y
la capilla es de piedra berroqueña en los muros, y de
arenisca jaspeada en las bóvedas; la nave absidal
detras del presbiterio presenta de gran bulto los cua-
tro Evangelistas y en un rico y magnífico relieve
al venerado y venerable Prelado abulense D. Alonso
de Madrigal, el Tostado. Dos magníficos y costosos
pulpitos, uno de estilo ojival, otro del renacimiento,
estriban en las columnas de los arcos intermedios de
la capilla mayor y el coro, á los que están adosados
los dos altares colaterales de San Segundo y Santa
Catalina, de fino alabastro fabricados.
I
476 HISTORIA DE AVILA,
El trascoro de la Catedral es otra de sus notables
y majestuosas partes, no tanto por los bellos medio
relieves relativos al nacimiento é infancia de Jesús,
cuanto por la magnífica perspectiva que presenta de
la grandiosidad del templo , y el gigantesco Cristo
crucificado de exquisito alabastro sobre el valentísimo
rebajado arco que le cierra. Su sillería de nogal es del
mejor gusto y detalla muy bien labrada; y un gran
órgano á cada lado coronan esta importante parte de
la iglesia. La pila bautismal de los desvalidos niños
de la Inclusa, las hermosas figuras de mármol de
Carrara de la Santísima Virgen al pié de la Cruz te-
niendo en el regazo á su difunto liijo el Salvador del
mundo, y de San Felipe Neri y Santa Juliana de Fal-
coneri en la capilla de la Blanca, la de la Concep-
ción, qae le es contigua, muy estimable por sus bellos
cuadros, las dos puertas laterales del claustro, sus
capillas tituladas de las Cuevas, del Cristo de las
Batallas y de la Virgen de la Claustra, la mucho más
espaciosa de los Marqueses de Velada, añadida á la
nave del lado del Evangelio, así por su agradable
claridad y altar mayor , como por los preciosos reli-
carios de sus colaterales, enriquecida en los últimos
años con tres objetos de la devoción de los avileses,
la Virgen de la Caridad, muy visitada por Santa Te-
resa , la preciosa eñgie de San Lázaro , y el cuerpo
del mártir San Vidal; y para poner término á esta
enumeración, más que descripción, la magnífica sa-
cristía, en la que entre muchas ricas pinturas sobre-
sale el precioso altar de alabastro dedicado á San
Bernabé, salón tan célebre, porque siendo en el si-
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 477
glo XVI la Sala Capitular, en él celebró sus sesiones
la Santa Junta de los Procuradores de las Comuni-
dades de Castilla, forman el gran conjunto de las
cosas más notables de la Catedral. Hablar de sus
vasos V ornamentos sagrados, de sus numerosas v
Santas reliquias, de sus muchos y notabilísimos se-
pulcros de personajes célebres en santidad y virtud,
armas y letras, y de otros objetos dignos de estudio,
nos llevarla muy lejos del concebido propósito , y tal
vez no con mucho acierto, entregados sólo á nues-
tros personales esfuerzos; que no siempre se acierta
á escoger las personas á quienes se piden datos, que
les fuera fácil darlos. En toda nuestra obra, sin
embargo, reunimos cuantas noticias hemos podido
recaudar.
PARROQUIAS EXISTENTES.
San Pedro. No vacilamos en colocar la primera
de las ocho que existen, y aun de las diez y nueve á
cuyo número llegaron, como diremos en la Historia,
la iglesia de San Pedro , Apóstol, aunque convenci-
dos de que es mucho más antigua en su primera edi-
ficación la de los santos mártires Vicente , Sabina y
Cristeta. Pero está dedicada al Príncipe de los Após-
toles, y es natural hablar de su templo después de el
del Salvador, que es la Catedral. Ha sido ademas la
cabeza del Arciprestazgo á que dio nombre por gran
espacio de tiempo: su cura rector es el presidente del
Cabildo parroquial, compuesto del clero de todas las
478 HISTORIA DE AVILA.
feligresías de la Ciudad : tiene asiento alto de honor
en el coro de la Catedral , vistiendo la capa coral de
sus prebendados; y finalmente, después de largas
contiendas judiciales que sostuvo esta iglesia con la
de San Vicente sobre la declaración do su mayor an-
tigiiedad, y, por consiguiente, de precedencia de de-
recho y honor , obtuvo tal declaración , si bien te-
niendo que ceder en las procesiones públicas su lu-
gar á la de los Santos Mártires desde la mitad de la
carrera, verificándose esta transacción en obsequioso
respeto á los títulos que respectivamente en su favor
se alegan. Su construcción es anterior al tiempo de
la reedificación de la Ciudad , como ya lo demostra-
remos en la narración histórica , pues se hace men-
ción de este gran templo en la concordia que todas
las parroquias de Avila celebraron con la Mitra y el
cabildo de la Catedral de una parte , y de otra con el
Concejo y gobierno de la Ciudad en el año de 1254;
documento á que habremos de referirnos muchas
veces, como dato importante de la cronología ecle-
siástica. Hállase situada esta memorable iglesia
en espacioso sitio, ostentando su fachada princi-
pal, que mira á Poniente, en el lienzo Oriental del
Mercado Grande, haciendo frente al magnífico arco
del Alcázar: su fábrica solidísima de piedra arenis-
ca jaspeada, que el transcurso del tiempo ha con-
vertido en un color rojizo general en la parte ex-
puesta á la intemperie, pertenece á la arquitectura
bizantina más severa, que el sabio inglés Street ape-
llida romanesca, en la bella descripción que también
hace de este templo : y aunque el cuerpo do la igle-
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 479
sia es en verdad majestuoso, Lo son más los brazos
de sil crucero, construidos por el inolvidable obispo
D. Francisco Ruiz. Como se halla edificada en terre-
no llano V despejado por todos sus lados , permite el
agradable estudio del grave y simétrico aspecto de
los tres ábsides que forman el altar mayor y sus co-
laterales.
Contribuyen á dar hermosura y gallardía á toda
la ohra su grande y arqueada puerta principal en la
fachada occidental sobre un espaciosísimo atrio , en
que brilla por ventana circular un grande rosetón , y
las dos que están á los costados inmediatas al cilice-
ro. Tiene esta iglesia grande semejanza y analogía
en muchos puntos de su construcción, antigüe lad,
compartimiento y gallardía con la de San Vicente.
Y como de ella hablará por nuestro medio la lengua
de la ciencia en el brevísimo extracto de la gran
descripción artística que de tan interesante y vene-
rado templo de la Cristiandad hizo veinte años há
nuestro compatricio, el laborioso y entusiasta arqui-
tecto D. Andrés Hernández Callejo, bien podemos
asegurar que será aplicable en gran parte á San
Pedro y hasta cierto punto á Santiago , San Andrés
y hasta á Nuestra Señora de la Cabeza, aunque gra-
dualmente y en muy inferiores escalas , cuanto nos
dice más adelante en su informe sobre la basílica de
San Vicente. En esta iglesia se bautizó el venerable
sacerdote Juan de Briviesca, de quien haremos hon-
rosa mención en la Historia, así como de las insignes
casas nobles que pertenecieron á su feligresía, y
también reservamos para entonces el dar razón del
480 HISTORIA DE AVILA.
tremendo y lúgubre cortejo que de ella salió para
la ejecución del auto de fe contra los autores del exe-
crable martirio del ]Siño de la Guardia, de que deja-
mos hecha ligera indicación.
San ^JCE^■TE. Muchas páginas habríamos de
ocupar para describir dignamente este monumento
célebre en toda la Cristiandad, en la arquitectura y en
la historia, no ya solamente de Avila, sino de los an-
tiguos reinos de Castilla y de León, aunque no hicié-
semos más que un reducidísimo extracto del curioso
y extenso manuscrito que , con el título de Historia
y grandezas del insigne temiólo, lasilica y santuario
de los Santos Vicente, iS ahina y Cristeta , escribió el
erudito y entendido Bartolomé Fernandez Valencia,
beneficiado de esta iglesia y muy benemérito hijo de
Avila; códice precioso que indudablemente aventaja
á muchas crónicas , leyendas y noticias relativas á
la historia de nuestra Ciudad. Pero teniendo en cuen-
ta los estrechos límites que consiente la concisión
que he impuesto á estos apuntes descriptivos, no los
traspaso , puesto que en la relación histórica me he
de permitir hacer importantes excursiones hacia este
venerando templo en las diversas épocas que habré
de bosquejar y en las que la basílica de San ^'ícente
fué siempre objeto de la más interesante espectacion.
El nombre de los tres jóvenes mártires San Vi-
cente y sus hermanas Sabina y Cristeta , que lleva
esta célebre y majestuosa iglesia, es el testimonio
más irrefragable de que se levantó á su honra y glo-
ria , para que en ella se conservase siempre viva la
fe de Cristo , que confirmaron con su sangre en el
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 481
martirio. La época de la persecución en que se yeri-
ficó ; el motivo j origen del templo que por prime-
ra vez se lovantó en loor de estos santos mártires;
la ligera y natural , pero crítica, indispensable y jus-
tiñcada rectificación del año á que se atribuye su
fundación, para que concuerde con las prescripciones
de la cronología ; las vicisitudes por que pasó esta
siempre venerada iglesia en la tan larga como peno- .
sa dominación sarracénica, que para Avila duró por
espacio de doscientos setenta y seis años hasta su
última reconquista ; los medios empleados para sal-
varla del incendio y devastación; los piadosos esfuer-
zos hechos por muchos monarcas de Castilla, desde
Fernando III el Santo, para su sucesiva reparación y
engrandecimiento, hasta ponerle en el estado en que
hoy le vemos; el prestigio político-religioso que ad-
quiriera llegando á ser una de las más célebres igle-
sias jiiraderas de Castilla, y otras muy notables
particularidades que tan distinguido renombre han
dado á este santo templo, no son asunto de estos
apuntes descriptivos, y expuestas serán en más opor-
tuno lugar en nuestra Historia. Por ahora basta que
demos noticia d'3 las bellezas artísticas del edificio.
Su arquitectura es indudablemente bizantina; y
basta este sólo dato para prueba de dos verdades: la
una, que tal cual es hoy, no fué el primer templo que
se construyó á principios del siglo iv, porque entonces
no se conocía ni á'm en la misma Constantinopla el
género arquitectónico que mereció el nombre de bi-
zantino, bajo el imperio de Justiniano, en el siglo vi:
la otra, que dominada ya España por la cimitarra
TOMO I. 31
482 HISTORIA BE AVILA.
de Damasco, desde principios del viii, época en que
aún no se liabia difundido tal orden do arquitectura
por Castilla, mal pudo aplicarse á un templo cristia-
no, bajo la dominación de los árabes, ni en ios cor-
tos intervalos en que Avila se veia libre de africa-
nos, porque no era, en verdad, tiempo oportuno para
ediñcar iglesias á los mártires de Cristo ; y por con-
siguiente, que sólo cuando á consecuencia de la re-
conquista de Toledo se aseguró la repoblación de
Avila, fué la época de la ediñcacion del segundo
templo de San Vicente, sobre el terreno mismo que
ocupó el primero. Pero ni aun tal como pudo cons-
truirse en el siglo xi, coetáneo al de San Pedro, es
como hoy le conocemos. Las restauraciones hechas
por San Fernando y su hijo el sabio Alfonso, por don
Alonso XI y otras posteriores, forman el conjunto ac-
tual de sus bellezas. Foro para no errar nosotros en
la conveniente descripción de ellas , que no sabría-
'mos bien ponderar, extractaremos lo más puntual,
pero ligeramente posible, la extensa y acabada que
de este gran monumento de las artes hizo el arqui-
tecto D. Andrés Plernandez Callejo, cuando amena-
zando ruina la nave lateral del Sur y una de sus
torres, se encargó de la importante obra de su repa-
ración, y la llevó á feliz término, procurándose con
incansable celo recursos pecuniarios con que aten-
der á sus gastos, y para los que contribuyó con más
de cien mil reales el artículo del presupuesto del Es-
tado con destino á la reparación de templos, cuando
su inversión corria á cargo del Pieal Consejo de la Cá-
mara eclesiástica , de que á la sazón el autor de esta
CESCRirClOX DE LA CIL'DAD. 483
Historia era individao. He aquí su extracto (1), en
el que á la vez indico algunas noticias puramente
canónicas ó iitárgicas de la disciplina antigua de la
Iglesia.
La Basílica de San Vicente, situada al Este extra-
muros de la población, se halla construida sobre una
roca granítica en la falda de una colina, a la inme-
diación de la carretera de Madrid, formando parte
del arrabal que se extiende en un terreno desigual
por los barrios de San Andrés j San Francisco, donde
principia el camino del Norte que conduce á Arévalo
y Valladolid. Desde este campo, y sobre la indicada
carretera, es donde ostenta la Basílica todas sus be-
llas formas, completando este magnífico monumento
de la Edad Media el interesante panorama que pre-
senta la Ciudad por el Norte con las cortinas y cu-
bos de su almenada muralla.
La fábrica primitiva de este templo es do piedra
arenisca de colores jaspeados de dorado, rojo y otros
que presentan un cambiante de medias tintas dulces
y agradables. En ella se ve empleado el sistema grie-
go de hiladas de desigual altura en un mismo muro.
Su planta, de una forma sencilla y perfecto dibujo, es
de cruz latina, dividiéndose en tres naves paralelas
entre sí y separadas por dos ñlas de gruesos pilares
en la longitud de Este á Oeste y otra en la de Norto á
Sur, terminando por su parte oriental en otros tantos
ábsides y siendo mayor el del centro que los laterales,
(1) Memoria histórica-descripti- de la Ciudad de Avila, por D.András
va sobre l.i basílica de los s.-intos Hernández Callejo.— Madrid, 1849.
niárlires Vicenie, Sabina y Cristeta,
484 HISTORIA CE AVILA.
proporción que guardan igualmente las tres naves.
Por la parte del Oeste termina esta planta esencial-
mente latina en dos capillas con un altísimo pórtico
intermedio que se extienden en toda la longitud de
la fachada principal : la primera destinada en la an-
tigua disciplina á la instrucción y purificación de
los catecúmenos, y la segunda á los penitentes y
pecadores que con oraciones y lágrimas pedian du-
rante las ceremonias religiosas el ser admitidos á la
contemplación de ellas. En una de estas dos capillas
exteriores existia la fuente de purificación , como se
denota aún por la gran basa circular que existe en
ella, hasta que con el nombre de pila ba-utismal se
trasladó á un recinto de verjas de hierro en la prime-
ra capilla de la nave colateral del Norte.
Estaba destinada esta en la antigüedad para las
mujeres, y la del Sur para los hombres; si bien ocu-
paban estos, en otras iglesias del mismo género, las
naves en su planta baja, y aquellas en la alta, y de
que por cierto no carece esta iglesia. En unas y en
otras habia puestos preferentes , que eran ocupados
por personas distinguidas; así que en la colateral de
los varones se hallaba el destinado á los prohombres
de la Ciudad, y en la de las mujeres otro para las es-
posas é hijas de aquellos. En el espacio comprendido
entre la puerta principal, llamada Porta- Basüica, y
la Porta-Speciosa , marcada por el cancel ó verja de
hierro que divide el templo en dos cuerpos , se ha-
cían las procesiones , y durante las ceremonias reli-
giosas se colocaban cerca del cancel los que comul-
gaban, detras de estos los penitentes y catecúmenos
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 485
va bastante instruidos, y por último los catecúmenos
más neófitos.
Tanto la nave colateral del Norte como la del
Sm*, tienen en el templo dos espaciosas puertas que
manifiestan el deseo que hubo de conservar las for-
mas de la primitiva Iglesia, requisito que no se guar-
dó con tanto esmero en otros templos de la cristian-
dad durante el mismo siglo. El segundo cuerpo de
la iglesia estaba destinado al coro, en cuyo recinto y
en el último pilar al lado del Evangelio, espacio que
da ingreso al crucero, se contempla el pulpito de
hierro que debió sustituir á otro que fuese más ade-
cuado á la fábrica y gusto de este templo , y que se
destruiría cuando se repararon los cuatro pilares de
los arcos torales. En el costado de la nave colateral
del Norte comprendido en este segundo cuerpo del
templo, se halla situada la escalera que conduce á
las criptas, en un todo iguales á los tres ábsides, y
que se halla alumbrada por una claraboya abierta
en el pavimento de la nave del crucero , siendo do
este modo fácil y cómodo el continuo uso que hace
de ella el pueblo para venerar en esta segunda igle-
sia á la Virgen de la Soterraüa. Aquí es donde se
enseña el agujero ó sinuosa grieta del peñasco , de
que , según la piadosa tradición refiere , salió una
serpiente para devorar al judío, después fundador
del primer templo, y por donde volvió á ocultarse el
tremendo reptil cuando le dejó libre y desapareció de
su vista . como lo explicaremos en la Historia ; por-
que es de advertir que este es el sitio donde fueron
arrojados los cuerpos de los mártires. En el ábside
486 líISTOlllA DE AVILA.
central destinado al presbiterio está el altar mayor
adosado al retablo churrigueresco que sustituyó á
otro más elegante pintado en tablas. Se halla cerra-
do por un cancel enfrente del altar , llamado Porta
sancta. Los ábsides menores hoy son capillas cola-
terales. La sacristía, construida en la escuadra ex-
terior que forma la nave del crucero con la colateral
del Norte, vino con posterioridad á interrumpir y
afear el bello dibujo de la planta descrita hasta aquí.
Otro aditamento, si bien de no escaso mérito ar-
tístico, termina esta planta. En la fachada del Sur
existe un largo y ancho pórtico de ligera arquitec-
tura y muy buen estilo, el cual se pensó continuar
por Oeste y Norte, como lo indica el arranque de un
arco que mira á este último punto cardinal. Su colo-
cación no está estudiada con los contrafuertes del
muro del templo, y este es un defecto lastimoso y
un indicio de que se atendió á lucir y aplicar en este
sitio un proyecto no creado para él. Su pavimento,
cubierto de sepulturas con inscripciones ya poco le-
gibles y con escudos de armas de muchos caballeros,
hace creer que era el sitio destinado al enterramien-
to de los nobles. Ademas el cementerio se extendía,
según lo indica la barbacana que partía de la fachada
del Sur, como adosada á uno de los contrafuertes de
la nave del crucero, por todo el sitio que hoy ocupa el
bello y reciente muro de contención de la carretera
de Madrid, á unirse por el Oeste con el pretil que se
demuestra en la fachada del Norte y terminar en el
muro de la sacristía, según lo comprueban los varios
sepulcros exteriores del templo. En las naves colate-
DESCRirCIO-N TE LA CU DAD. 487
rales y en sus primeras capillas hay practicadas dos
buenas escaleras de caracol, construidas de piedra,
desgraciadamente arenisca, que suben á las dos tor-
res y á una tribuna que corresponde á la parte su-
perior de la Porta-Basílica, la cual es de un gusto
tan sencillo y bello que completa una obra llena de
detalles y formas elegantes. Otras dos escaleras
abiertas en la nave del crucero facilitan la subida á
las galerías altas, á la armadura del pórtico y al ór-
gano colocado al lado del Evangelio, entre los dos
pilares de la capilla en que se halla la entrada de las
criptas. La fachada principal se encuentra mutilada
de una de sus torres por la irresistible acción del
tiempo, y, lo que es peor, profanada después por la
ignorancia que interrumpió la línea angular del Sur
con la prolongación del pórtico de otro género de
arquitectura y de otra construcción, pero que estaba
destinada á ser tan simétrica y bella como lo es la pos-
terior. Esta es la última parte de la reparación que
se encomendó al arquitecto Hernández Callejo, que
la ejecutó de una manera tan perfecta quenada dejó
que desear, pues se confunden sin conocerse las par-
tes nueva y vieja de la obra. El alma se indigna'
al ver maltratadas y poco menos que destruidas las
archivoitas déla Porta-Basílica, sembradas de ricos
follajes entrelazados con caprichosos animales de
gracioso dibujo y de colocación elegante, los cuales
ñguran salirse de la lacería afiligranada que los su-
jeta. ¡Imposible parece que tanta belleza no hablase
al corazón más insensible y contuviese los golpes de
su mano brutal ! La torre que subsiste es obra tan
488 HISTORIA DE AVILA.
perfecta y original, que no hallamos nada con que
compararla. Sus cuatro frentes son ligeras espada-
ñas unidas entre sí hasta cierta altura, y en cada
una se ofrece una graciosa crestería de piedra berro-
queña, dando á esta parte del edificio mucha nove-
dad y belleza. Por ser todo en este cuerpo curioso, lo
son los tres arcos del campanario , iguales en cada
uno de sus cuatro frentes, pues triunfando el central
.sobre sus latsrales más estrechos, cada cual termina
con una archivolta inversamente colocada , y tanta
en sus molduras como en las jambas del arco cen-
tral, se ven dos ovarios presentando muy buen efecto
de claro oscuro, decoración que tiene también la im-
posta general sobre que descansa este último cuerpo.
El central de la fachada occidental presenta un
arco tan elevado, que juega con la altura de los pri-
meros cuerpos de las torres, el cual con su forma
apuntada gana espacio suficiente para dejarnos ver
en el interior del pórtico la Porta-Basílica de grande
semejanza con la de Santa María en Toscanella. En
el interior del pórtico se ofrece á la vista un casque-
te esférico, dividido en ocho lunetos ccn aristones de
molduras, reunidos en un florón colocado en la cla-
ve de esta bóveda.
La puerta de esta fachada principal , cuya orna-
mentación es de piedra blanca gTanítica, componién-
dose los muros de la arenisca, como el resto del tem-
plo en su forma primitiva, consta de dos columnas-
de estrias espirales, colocadas junto á las jambas.
En el centro del intercolumnio hay otra de igual
forma, que sostiene ai Salvador sentado predicando
DESCUirCIO.N DE LA CILDAC. 489
á los Apóstoles, colocados á uno y oti'o laclo en co-
lumnitas que avanzan sucesivamente poco más de
un pié. Sobre las cabezas de aquellos se hallan va-
riados y capricliosos capiteles de ejecución muy es-
merada. Represéntanse en los medios puntos de los
dos arcos de esta puerta principal dos pasajes de la
historia de Lázaro, ambos do alto relieve. Por últi-
mo, completa esta riquísima portada una imposta
llena de santos separados por ligeros castilletes, so-
bre los que juega el antepecho de la tribuna alta que
pone en comunicación ambas torres.
La fachada del Norte muestra un aspecto, no tan
rico, pero sí grave, imponente y majestuoso con la
elevación tan notable que la permite tomar por esta
parte la desigualdad del terreno, presentándose sus
diferentes cuerpos en primero, segundo y tercer tér-
mino, con un claro-oscuro de muy buen efecto. La
puerta de esta fachada es esencialmente bizantina.
Su frente se halla reforzado en toda su altura con un
adelanto de piedra granítica, de distinto carácter en
su forma y de molduras sencillas en su cornisamento
greco-romano.
La fachada posterior, ó sea la oriental, está llena
de poesía, de unidad y de conceptos filosóficos. Los
tres ábsides, tan limpios en su dibujo, tan sencilla y
ricamente decorados y de proporciones tan bellas,
están unidos entre sí de la manera más delicada.
Delgadas columnas suben desde su zócalo hasta las
cornisas, rompiendo las impostas viseladas, que ro-
dean estos cuerpos circulares, tanto en el primero,
como en el segundo y tercer cuerpo. Decoran el pri-
490 HISTORIA liE AV!LA,
mero tres ventanas sencillas en el ábside central, y
una en ios laterales, dando luz á las capillas subter-
ráneas. Igaal decoración presenta el segundo cuerpo,
y se eleva el tercero sin otra ornamentación que la
imposta, sirviendo de consolas ó canes á las cornisas
varias cabezas de animales. Nada nos resta que aña-
dir acerca del crucero, igual en un todo por sus
cuatro frentes; y no nos detenemos á hablar de la fa-
chada del Sur porque es idéntica á la del Norte. La
puerta de entrada á la nave colateral del Sur es mu-
cho más rica que la del Norte, si bien su género de
arquitectura es el mismo. Consiste en un orden de ar-
cos de diferentes diámetros de menor á mayor, deco-
rados los unos con flores y cintas, y los otros con un
junquillo en su arista, y el resto de su frente liso.
El arco menor, que es el que da entrada al templo,
tiene en su clave el Lábaro de Constantino , descan-
sa en unas consolas que sirven de guarda-polvo á
dos estatuas sentadas, enfrente una de otra, en las
jambas de la puerta. Una es la Virgen, que escucha
á un ángel colocado debajo del arco inmediato anun-
ciándole será Madre del Mesías. La otra parece el
Rey David, al cual siguen otras dos figuras, que,
adosadas á las pilastras de los otros arcos , represen-
tan á San Joaquín y Santa Ana.
Descriptos á grandes rasgos la planta y exterior
del templo, reducido, por decirlo así, á miniatura el
gran cuadro que de él formó el arquitecto Hernández
Callejo, y despojado quizá, sin conocerlo nosotros,
de sus más bellos pormenores , por no considerarlos
objeto de este artículo ligeramente descriptivo, re-
DESCRirClO.N \)K LA CIUDAD. 491
nimciamos también al cxámeu minucioso de su inte-
rior, por considerar ajeno igualmente á nuestro pro-
pósito el estudio artístico de sus compartimientos,
de sus grandes arcos, de sus cornisas, de sus bóve-
das, de sus nervios, de sus aristas, de sus florones,
de sus lunetos, de sus delgadas columnas, en fin,
de todos los primores que pudieron aglomerar en
esta célebre iglesia la piedad y el saber de muy
distintos siglos. No obstante la concisión á que aspi-
ramos, no podemos cerrar el artículo de San Vicente
sin dar noticia de los más notables sepulcros que le
adornan y embellecen.
En la capilla de la nave colateral del Sur, com-
prendida eu el segundo cuerpo del templo , hay un
retablo churrigueresco , dedicado á las hermanas de
San Vicente , en memoria del enterramiento que te-
nían en aquel sitio, hasta que fueron trasladadas
al de su santo hermano, que ocupa otro preferente
en el crucero. La planta de este gran sepulcro es un
paralelügramo circundado de un estilóbato de pie-
dra, en cuyos ángulos se elevan cuatro colum.nas,
imitando al jaspe. Ciérrale una verja de hierro. En
los csntros y ángulos de su friso se ven las armas
de los Reyes Católicos , las de la Santa Sede , las
del Obispo de Avila t). Martin de Vilches, las del
cabildo Catedral y las de muchas nobles casas avi-
lesas. Un elevadísimo chapitel, cubierto de esca-
mas doradas, en cuya cúspide se ve al arcángel
San Miguel, cubre el entablamento. En el interior se
halla el túmulo de los Santos Mártires, que embelle-
cen distintos grupos de pequeñas columnas. Muchos
492 HISTORIA DE AVILA.
üibujos alegóricos del Nuevo Testamento y otros
alusivos al martirio de San Vicente y sus hermanas,
aparecen en el segundo cuerpo. En la parte histórica
trataremos detenidamente de cuanto en distintas épo-
cas se ha escrito sobre la existencia de sus santos
cuerpos en este sepulcro, objeto de fervorosa devo-
ción para los avileses.
Otro sepulcro, adosado al muro del crucero del
Sur, contiene el cuerpo de San Pedro del Barco, en
cuya inmediación cubre una rejilla la losa en que
estampó la huella de su herradura la yegua ó muía
que condujo el cuerpo del Santo hasta este punto.
En la Historia daremos extensa noticia de este pe-
nitente eremita. Su sepulcro es de arquitectura
greco-romana, hecho con esmero y perfección nota-
ble: ¡lástima es que le corone un desproporcionado
cimborio!
Cierra el número de tan notables sepulcros el
que conserva los restos del judío á quien se atri-
buye la fundación del primitivo templo , y del cual
también haremos la conveniente mención en el texto
histórico.
Otros se hallan adosados á los muro> ó practica-
dos en ellos, ya bajo el pórtico, ya en la nave del
crucero y en las fachadas de Oriente y Norte, ya en
los contrafuertes del Mediodía, junto á la célebre efi-
gie de Nuestra Señora de la Guia ; y de alguno de
estos enterramientos haremos mención especial en la
Historia. Al lado de los últimos sepulcros referidos
existe de tiempo inmemorial la imagen que acaba-
mos de indicar, de Nuestra Señora de la Guia, y
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 493
cerca de ella estaba también la del mártir San Vicen-
te. A las dos acudían los caballeros de Avila antes
de ir á campaña á implorar su auxilio , j cuando re-
gresaban sanos y victoriosos , á darles gracias antes
de entrar en la Ciudad.
En fin : conserva esta iglesia tan grandes tradi-
ciones y religiosos recuerdos , que con dificultad
habrá otra en Castilla que ostente tantos y tan céle-
bres; por lo cual lia sido siempre objeto de venera-
ción y de respeto para muchos monarcas, prelados y
altos proceres, así como para todo el pueblo.
Nuestra Señora de la Soterraña, que, como queda
dicho, se venera en la cripta mayor del templo, es
una santa imagen de tan remota antigüedad, que
hay motivos muy poderosos para creerla de ios pri-
meros años del cristianismo. Atribuye nía nuestros
escritores místicos, cronistas y anticuarios, á los
tiempos apostólicos. Los motivos de credulidad que
alegan no son para enumerados en la clase de dis-
curso en que ahora nos ocupamos. Satisfácenos por
de pronto significar únicamente que esta sagrada y
veneradísima imagen apareció de una manera por-
tentosa en las bóvedas subterráneas de la iglesia
cuando ya era mediado el siglo ix , lo que hace su-
poner que la ocultaron los cristianos desde principios
del vm, al desplomarse la monarquía visigoda; y
atendidas la rudeza artística de los siglos de su do-
minación, á la par que la belleza y perfección que se
observa en las formas y facciones de la imagen , nos
hace transportar su origen á los tiempos de la civi-
lización romana ; y así no es de admirar que muchos
494 HISTORIA DE AVILA.
piadosos cronólogos quieran darle tan alto v privile-
giado principio. Pero sea cual sea el de su antiquí-
sima existencia , lo que no puede disputarse por na-
die es que la virgen de la Soterraña es el gran con-
suelo, el remedio heroico, el último refugio á que
se acogen con el mayor fervor los avileses en todas
las tribulaciones en que vuelven los ojos al cielo
para implorar sus misericordias. Éralo tanto ya en
el siglo XVI, que al hacer Santa Teresa de Jesús
su tránsito desde su convento de la Encarnación,
en el año de 1562, á la humilde casa en que iba á
fundar el de San José , que lleva el nombre de
Las Madres , y que es el primero de la reforma de
la Orden del Carmen, entró á orar en San Vicente;
y bajando á la cripta de la virgen de la Soterraña,
en ella verificó su descalcez, y ya descalza caminó
hasta el sitio en que inauguró su anhelada em-
presa. Con este motivo se celebra todos los años
en San Vicente una función religiosa por el obispo y
cabildo Catedral. Muy pocas son las veces que se la
ha sacado de su silencioso y devotísimo asiento para
tributarle con extraordinarios motivos más especiales
cultos; y cada una de ellas recuerda un suceso de
gran interés para la Ciudad.
San Juan. La misma emulación que existió so-
bre precedencia entre San Pedro y San Vicente, hubo
largos años también sobre su antigüedad entre esta
parroquia de San Juan Bautista y la de Santiago,
Apóstol. Ambas existían ya en el siglo xi , y son an-
teriores al tiempo de la restauración de la Ciudad,
puesto que hay datos históricos que indudablemente
LESCRIPCION HE LA CIUDAD. 495
así lo comprueban. Pero sin duda circunstancias de
mejor localidad, de mayoi' feligresía y de más impor-
tancia civil por su inmediación j otras relaciones
más estrechas con el gobierno municipal , decidieron
el pleito, que en 159S ganó la de San Juan, tomando
ei lugar de precedencia sobre la de Santiago. De la
de San Juan se habla ya en las crónicas antiguas
ayilesas con motivo de la valerosa defensa que hizo
de la población la noble Jimena Blazquez , mujer de
su primCx gobernador Jimeno Blazquez, y en la con-
cordia pau'oquial de 1254. En esta iglesia se fundó,
tomando su nombre, una de las dos antiquísimas
cuadrillas de la Ciudad , al frente de la cual marcha-
ba la casa y descendencia del noble Blasco Jimeno.
Fué notablemente reedificada en tiempo del obispo
D. Francisco Euiz, testificándolo sus armas coloca-
das en la puerta principal , y á la manera que San
Pedro forma uno de los lienzos del Mercado Grande,
en el Mercado Chico, y por todo el frente que mira á
la casa de Ayuntamiento, está asentada la magnífica
iglesia de San Juan , fachada que habrá de ocultarse
concluida que sea la restauración de la plaza por
este lienzo. Es su fábrica de piedra sillería berroque-
ña; su forma de una sola nave, de gran capacidad y
de indudable orden gótico, y el altar mayor, á que
se sube por una alta y espaciosa escalinata , y sus
dos colaterales, colocados en dos capillas iguales
que forman todo el crucero , son de construcción mu-
cho más moderna. Debióse á la piedad del noble ge-
neral y esforzado caballero Sancho Dávila la recons-
trucción do la Capilla mayor: junto al muro do ella
496 HISTORIA DE AVILA.
está su sepulcro, con una larga inscripción, de que
daremos cuenta en ia Historia , que es como el ex-
tracto de la de su gloriosa carrera, y el de su esposa
está al otro costado. Su ilustre descendiente mi muy
afectuoso amigo el último respetable marqués de Mi-
raflores, varias veces presidente del Senado y del
Consejo de ministros, cuya casa continúa siendo feli-
grés de esta iglesia, construyó en el aüo de 1859 en
la cripta ó bóveda que forma el paralelógramo del
altar mayor, á que dan entrada puertas laterales,
dos bellos y majestuosos enterramientos de familia,
dirigidos por el arquitecto Hernández Callejo, que
sin duda son los más notables d3 varios que en
cierra el templo de otros caballeros avileses, que
mencionaremos en la Historia; y el patronato par-
ticular de la Capilla ma,yor corresponde á la casa
de Miraflores. En una de sus capillas se da culto
á la imagen de Nuestra Señora del Carmen, que
se veneraba hasta la exclaustración en su conven-
to de San Silvestre, que es hoy la cárcel, y que
se hallaba dentro de su distrito parroquial. Pero lo
que especialmente distingue y enaltece esta igle-
sia es que fueron parroquianos originarios suyos
D. Alonso Sánchez de Cepeda y doña Beatriz de
Ahumada, padres de Santa Teresa de Jesús, cuya
pila bautismal, que se conserva con grandísimo
respeto, es la que sirve para dar el agua de la
regeneración á los hijos de toda la parroquia y á
ios de las demás cuando así lo desean sus familias,
porque en ella recibió la gracia del bautismo esta
gloriosa niña, ornamento insigne de Avila, ilus-
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 497
tre reformadora del Carmelo y compatrona de las
Españas.
En esta iglesia está erigida y celebra sus fancio-
ues mensuales la respetable hermandad sacramental
titulada la Minerva , que la componen gentes aco-
modadas de la población ; y el reloj civil al servicio
del Ayuntamiento, y la gran campana llamada el
Zumbo, con que se anuncian los grandes sucesos
prósperos, así como también señala los fuegos ú
otros lamentables acontecimientos , están en su tor-
re, que, como queda expuesto, cae sobre el Mercado
Chico.
Santiago. También queda demostrada su gran
antigüedad, y en su corroboración suministra la más
fehaciente prueba el hecho de que en esta iglesia
se dio sepultura al célebre Nalvillos Blazquez, hijo
de Jimen-Blazquez , uno , como va dicho , de los dos
primeros gobernadores de la Ciudad; y en ella están
sepultados también los esforzados adalides Gómez
Jimeno y Sancho Jimeno ; de todos los cuales habla-
remos oportunamente en la Historia. Reservamos
igualmente para ella el hacerlo de la larga inscrip-
ción que en caracteres arábigos se hallaba á la puerta
y muro meridional de esta iglesia, con toda claridad
esculpidos en sus sillares. En su muro meridional y
al lado de la Epístola, y en el promedio de su pared,
se conserva todavía abierto un balcón ó tribuna que
la tradición refiere ser la de la cárcel de privilegio,
desde donde oian misa los caballeros de la Orden de
Santiago que se hallaban en prisión. Es también de
construcción gótica, de sillares de piedra jaspeada
TOMO I. 32
498' HISTORIA DE AVILA.
y de una sola j anclmrosa nave. Su torre, esbelta y
gallarda, es de tiempo muy posterior; y el trozo más
elevado de ella es novísimo, porque á principios de
este siglo y á la hora en que se celebraban varias
misas, en un dia muy tranquilo y sereno, se hundió
repentinamente , destruyendo la techumbre de toda
la capilla mayor. Muy poco tiempo há, existian aún
testigos presenciales del suceso, porque estaban
dentro de la iglesia. Tiene de harto singular su vio-
lenta y atrevida construcción, que los brazos que
cierran su presbiterio son notablemente desiguales,
extendiéndose dos varas próximamente el uno más
que el otro, y desde la oblicuidad de la línea que for-
man, arranca también oblicua toda la anchura de la
nave; por manera que el que á los pies de la igle-
sia se coloque en el centro de su muro occidental, so
encuentra muy fuera de el del altar mayor. ¿Seria
descuido ó estudio , torpeza ó excesiva arrogancia de
su arquitecto? Bien merece que lo mediten y decidan
los peritos. A un sabio , amante del estudio de las an-
tigüedades, he oido decir que conoce algunas otras
iglesias de esta irregular y chocante construcción,
explicando la oblicuidad del presbiterio Lacia el lado
izquierdo , como un recuerdo de la inclinación de la
Cabeza de Cristo en la Cruz. En este templo está fun-
dada la noble cofradía del Apóstol Santiago por la
insigne doña Urraca Briceño , de honrosa mención en
la Historia; y según una nómina ó lista antigua de
la parre quia, aparece que en el año de 1580 eran se-
tenta y ocho los caballeros de Avila que la com-
pon ian.
DESCRIPCIÓN D: la CIUDAD. 409
Santo Tomé. Con este nombre se conoce la par-
roquia de Santo Tomás , Apóstol , cuya indisputable
antigüedad se comprueba igualmente, porque fué
una de las que se interesaron en la concordia del año
de 1254. Su primitivo asiento fué en el edificio que
hasta ahora se ha llamado Paneras del Cabildo.
Aunque destinado el que existe hoy á usos tan di-
versos desde el último tercio del siglo xviii, mues-
tra bien en su sillería y mampostería concertada de
piedra arenisca roja, que era de una bella y sólida
construcción , si bien de menor capacidad que las
cuatro parroquias de que ya hemos hablado. Pero
extinguida la Compañía de Jesús en España en el año
de 1774, fué trasladada esta feligresía á la iglesia da
aquel instituto, contigua hoy al palacio episcopal,
siendo su párroco D. José Carramolino, respetable
tio del autor de esta Descripción, comunicándose
interiormente ambos edificios, y dándose desde en-
tonces su nombre á la plazuela en que se halla
situada.
La capilla mayor y las colaterales de la antigua
iglesia fueron edificadas en el año de 1540 por Diego
Hernández, clérigo y rico beneficiado que era de ella,
donde se respetó hasta la traslación su s-epultura.
En una de dichas capillas estaban pintados al fresco
la entrada de San Segundo en Avila y el martirio de
San Vicente y sus hermanas; y tenia notables enter-
ramientos: de algunos de ellos hablaremos en la His-
toria. Trasladóse del antiguo al nuevo templo, entre
cosas de mérito, una efigie de Nuestra Señora de ios
Dolores, que se colocó en el altar mayor; propios del
LOO HISTORIA DE AVILA.
moderno, esto es, del instituto de la Compañía, son
un San José y un San Francisco Javier, de muv
buenas formas y actitudes ; y en él se conserva la
silla en que San Pedro Alcántara se sentaba cuando
tenia sus místicas conferencias con nuestra santa la
gran Teresa de Jesús. La nueva iglesia, como todas
las de los jesuítas, es una cruz latina de bastante
extensión , con dos capillas y altares á ambos lados
del templo: sobre sus naves laterales corren anchu-
rosas tribunas, haciéndose notar el esmerado adorno
de todas las paredes y retablos, si bien sobrecarga-
dos de molduras y ojarasca, según el gusto del tiem-
po en que se hicieron.
Santo Domingo. De la misma época, años más
ó menos que la iglesia de Santo Tomé , la antigua,
es la construcción de la de Santo Domingo, puesto que
también tuvo su representación en la concordia men-
-cionada. Esta ligera indicación comprueba que se de-
dicó á Santo Domingo de Silos , consagrándola en el
año de 1202 (quizá debiera decir 1212) el obispo don
Pedro Instancio, y no á Santo Domingo de Guzman,
•que es hoy el Santo de su advocación colocado en el
altar mayor, puesto quo á esta fecha aún, ó no vivia,
ó por lo menos no podía estar venerado en los altares,
este insigne patriarca, fundador de la orden de Pre-
dicadores, siendo así que el de Silos habia muerto ya
en el año de 1073. Y terminantemente lo atestigua
la lápida que en memoria de la primitiva consa-
gración del templo se halla junto á los altares del
Santo Cristo y de Nuestra Señora. A mediados del
sifído XIV se aí?re£ró á esta ísdesía la feligresía de la
FESCRIPGION DE LA CIUDAD. 501
parroquia que se suprimió de San Silvestre, y cuyo
local obtuvieron los Padres Carmelitas Calzados para
templo de su casa-convento. La capilla mayor de
Santo Domingo es de piedra sillería bien labrada,
mientras que el cuerpo de la iglesia lo es de arenisca
roja: y bien demuestran á la simple vista la gran
diferencia de sus edades , puesto que la capilla ma-
yor es de tiempo de Carlos I, como edificada con
patronato y enterramiento propio por Blasco Isu-
ñez ^^ela.
San Andrés. También se cree que es del tiempo
de la repoblación esta parroquia, cuya feligresía
abraza la mayor parte del arrabal del Norte. En el
Compendio de la Historia de Avila, de D. Manuel
Homar, manuscrito de fines del siglo pasado, dice su
autor que tuvo en sus manos una piedra de mármol
blanco , sacada de un sepulcro pocos años antes , en
que se leian entre renglones estas palabras : el pri-
mero de esta imrroquia ño MCIX.
de que infiere que pertenecería al primer enterra-
miento en ella. Todo su aspecto, aunque mucho más
humilde y pobre , recuerda el gusto del siglo de la
construcción de las iglesias de San Pedro , San Vi-
cente y Santiago. Tiene de notable la de San Andrés
que en el día de cada año del santo titular repartía
la noble casa de Villatoro una colación espléndida al
clero de ella en memoria de la toma de la ciudad de
Baeza, que se ganó de los moros en el día de San
Andrés, y á cuya conquista concurrió un esclare-
cido ascendiente suyo, como en la Historia lo ex-
pondremos.
502 HíSTORIA DE AVILA.
Sax Nicolás. Para concluir la enumeración de
las parroquias actuales , me resta hablar de la de
San Nicolás, feligresía colindante con la de Santia-
go al Sur de la Ciudad j en lo más bajo del arrabal.
Es en su antigüedad coetánea á las anteriores, dan-
do constante testimonio de la época de su erección la
lápida que en la misma iglesia se conserva, por la
que consta que el obispo D. Liego (de ignorado ape-
llido) la dedicó en la era MCCXXXVI , que corres-
ponde al año de Cristo de 1198, á San Nicolás obis-
po; y á mayor abundamiento, consta que en la
Concordia de 1254 intervino también el clero de
esta parroquia. Su fábrica de piedra roja tiene bien
poco que admirar, porque su estrecha y elevada tor-
re es muy desproporcionada respecto á lo baja que es
la techumbre de la iglesia. Salta, en verdad, á los
ojos tal deformidad en la construcción, cuando apa-
recen los siete templos parroquiales de que ya hemos
dado noticia, libres de tan grave defecto, á no ser
que en alguna época que no conozcamos, haya ha-
bido necesidad de rebajar sus muros, en cuyo caso
debieran también haberse disminuido los de su torre,
y no se perdia nada ciertamente con que hubiese des-
aparecido su humilde cierro. En cambio de esta po-
breza y en lo general de la de sus feligreses, si bien
lo son algunas muy distingaidas familias, gozan de
muy preciosa distinción, según el voto de los inteli-
gentes, una imagen de Nuestra Señora de las Angus-
tias y una efigie del Señor en el sepulcro.
En la Historia nos detendremos á explicar la
contradicción que resulta sobre la antigüedad respec-
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 503
tiva de las parroquias de Santo Domingo, San An-
drés y San Nicolás.
Parroquias en distintos tiempos íjuprimidas.
Ademas de las ocho en la actualidad existentes, tuvo
otras once más, cuyo dato basta para justificar cuan
crecida fuese en la Edad Media la población de la
Ciudad, después tan mermada y disminuida por cau-
sas que á su ticiupo indicaremos, puesto que no esce-
dia de ochocientos vecinos en el último tercio del si-
glo pasado, quizá justificaremos que llegó á contar
cuatro mil, cuando hoy sólo llegan á mil ochocientos.
De las parroquias suprimidas fuéronse refundiendo
sus feligresías en las actuales; y aunque habremos
de hablar de todas ellas en otros lugares y con dis-
tintos motivos, conviene enumerarlas aquí para co-
nocerlas á un solo golpe de vista. Eran la de San
Sebastian, que existia en la iglesia de San Segundo,
á la orilla del rio Adaja; la de San Bartolomé, que
es la capilla de Nuestra Señora de la Cabeza; la de
San Gil, que últimamente se convirtió en el monaste-
rio de San Jerónimo; la Trinidad, que ha desapareci-
do, siendo ya ermita á principios del presente siglo,
en la calle que de la Toledana va al convento de Santo
Tomás; la de Santa Cruz, que fué destruida en 1769,
a las cercanías de la de Santiago; la de San Pelayo,
que se refundió en la ermita actualmente ruinosa de
San Isidro, y la de San Martin, que como ermita se
conserva en buen estado; y todas siete, en la pobla-
ción extramuros de la Ciudad. De San Esteban , San
.Julián, San Silvestre y los Santos .Justo y Pastor,
intramuros, hablaremos en sus lugares respectivos.
504 HISTORIA DE AVILA.
MONASTERIOS Y CONVENTOS DE VÁKONE^
Nuestra Señora la Antigua, del orden de San
Benito. Es de época antiquísima; su fundación ex-
cede á la memoria de los hombres ; era ya muy co-
nocida durante la dominación de los Godos; es el
tercer templo en que se adoró á Dios en Avila, y
cuantas crónicas hablan de esta casa-monasterio la
reconocen fandada antes del año 687. Fué hasta la
pérdida de la Ciudad por la irrupción de los árabes-
un monasterio doUe; esto es, de ambos sexos, como
hubo otros muchos en los primitivos tiempos del as-
cetismo religioso, y se cuenta por hija suya conven-
tual á la virgen Leocadia, de la real sangre del pia-
doso Wamba. En su iglesia se supone también se-
pultado al duque Severiano , de la más esclarecida
nobleza goda, sirviendo de testimonio instrumental,
que corrobora esta constante tradición, una plancha.
ó lámina de plomo que se halló en un sepulcro an-
tiquísimo, en que aparecían los restos casi pulveri-
zados de un cuerpo humano , de que daremos más
noticias en el texto histórico ; hallazgo debido á la
casualidad en el año de 1630, cuando se abrían los
cimientos de una capilla al lado del Evangelio del
altar mayor de su iglesia. Al repoblarse la Ciudad
por el conde D. Ramón , le acompañaban y asistían
monjes benedictinos, los cuales recuperaron esta an-
tigua casa de su instituto, destinándola sólo á varo-
nes, y haciéndola en época posterior dependiente del
DESCRIPCIÓN DE LA CIÜDáD. 505
monasterio de Nuestra Señora de -Valvanera, en la
Rioja; ¡y cuál seria la idea que en el siglo xi se
tuviera de su antigüedad, cuando se le apellidaba ya
entonces Santa ]\Iaría la Vieja! Pero para no dete-
nernos ahora á noticias esencialmente históricas,
baste saber que fué roediñcado en 1469 por el noble
caballero Juan Nuñez Dávila, y que en una de sus
capillas tenian sus enterramientos en el siglo xvii
Agustín González Dávila y María de Morales, padres
de Vicente González Alvarez, que escribió la expul-
sión de los moriscos de Avila , y del gran cronista
Gil González Dávila, su hermano. Este edificio, que
subsiste hoy, aunque dedicado á usos profanos , se
halla al Sur exacto del crucero de la célebre iglesia
parroquial de San Pedro, en el agrio y fuerte declive
que conduce al barrio de Nuestra Señora de las Va-
cas, y sus habitaciones gozan, como todas las de
esta banda de la Ciudad , del hermosísimo horizonte
que presenta el extenso Valle-Ambles.
Casa-convento de los caballeros de la orden
DE Santl\go. No existe en la Ciudad sitio, vesti-
gio ni memoria alguna que atestigüe la existencia
de la casa-convento que en ella tuvieron con el títu-
lo ó advocación de San Mateo, y sin embargo, es un
hecho indudable, comprobado por las crónicas de la
orden. Por los años de 1171 y 1172, siendo fundador
y primer maestre de ella(l) D. Pedro Fernandez,
se fundó esta casa religiosa en Avila, poco tiempo
(1) Vida del Venerable funda- San Aguslin en el Real convento
dor de la orden de Santiago l>. Pe- de üclc¿; un lomo en folio. — Wi-
dro Fernandez; por I). Joseplí Lo- drid, imprenta de Bernardo Peral-
pez Agurleta , canónigo reglar de ta, i731.
506 HISTORIA DE AVILA.
antes de la confirmación apostólica de tan insigne
milicia. No es este el momento oportuno de estu-
diar su historia ; bástenos ahora indicar que el car-
denal Jacinto, legado del Sumo Pontífice Alejan-
dro III, los prelados de Santiago, León, Salamanca
Y Zamora, D. Sancho, obispo de Avila, y otros
proceres del reino , se reunieron en Avila para con-
cordar las voluntades de los desavenidos reyes de
Castilla y León , y de Aragón ; que durante su
permanencia en la Ciudad celebró capítulo la or-
den, y en presencia del cardenal-legado hicieron
su profesión muchos ilustres avileses , dando su
obediencia al maestre D. Pedro Fernandez; que auto-
i'izados para elegir su inmediato prelado ó comen-
dador, edificaron su convento con el título de San
Mateo; y que el rey de Castilla D. Alonso VIII,
que también había concurrido á Avila, se hospedó
en la casa del ilustre D. Sancho de Estrada. Pero la
dificultad de hallar el sitio en que se edificó el con-
vento consiste en que el título de San Mateo , se-
gún la crónica indicada , nos lleva á buscarle á la
otra orilla del Adaja, donde existió el monasterio de
Santa Fé, ó San Clemente, de religiosas Bernardas,
porque á sus inmediaciones subsistió hasta este si-
glo la ermita de San Mateo, con la particularidad de
pertenecer ella y algunas heredades colindantes, á
la orden de Santiago. Pero sea probable ó no esta
suposición, es lo cierto que en Avila existió desde el
nacimiento de esta religiosa milicia una casa-con-
vento de sus caballeros.
Sancti Spiritus de Premonstratexses. De re-
DESCRIPCIÓN 1;E LA CIUDAD. 507
motísimo origen también, aunque de fecha ya cono-
cida, es la casa conventual de canónigos regalares
de San Norberto , que existió al Mediodía de la Ciu-
dad, al comenzar el llano de la dehesa y á la orilla
áil pequeño rio Grajal, junto al camino que condu-
cía á Toledo.
Fundóla el noble y distinguido caballero Ñuño
Mateos, en el año 1209, en que servía al rey don
Alonso VIII , mandando las armas de Avila , y á la
sazón en que era su obispo D. Benito, primero de
este nombre. En el cementerio de su iglesia estaba
labrado un antiquísimo lucillo , en que descansaban
los restos mortales de este célebre adalid aviles. Pero
un incendio voraz redujo á cenizas en menos de dos
horas, en la noche del 20 de Agosto de 1741, la igle-
sia con cuanto contenia; y aunque se reedificó de
sencilla arquitectura á fines del último siglo , en la
guerra con los franceses de 1808 fué destruido todo
el convento; y en las épocas posteriores en que se
han restablecido los institutos monásticos , se reco-
gió esta comunidad al casco del pueblo , habitando
al efecto una casa particular , habiendo sido la últi-
ma en la calle de los Tallistas, esquina á la cuesta
que sube á San Jerónimo. Rica era su iglesia de re-
liquias, que trajo de Roma el P. D. Fr. Manuel do
Herrero, hijo de esta casa, visitador general de su
Orden y escritor de varias obras místicas , y las co-
locó en una devota capilla, consagrada en su primi-
tivo convento á Cristo crucificado. Hoy sólo apare-
cen pobres ruinas , campos y cercados , que forman
parte de la fortuna de un propietario particular.
508 HISTORIA DE AVILA.
San Francisco . Se aproxima su antigüedad , si
bien aventajaba mucho al anterior en su construc-
ción, en sus ilustres enterramientos, y sobre todo en
el número de sus esclarecidos hijos, el convento de
Padres Observantes de San Francisco, hoy destrui-
do, y que existia al extremo Nordeste de la pobla-
ción y remate de la calle á que da nombre. Consta
h istóricamente que ya se hallaba fundado en el si-
glo xiií ; esto es , en el mismo en que este seráfico
patriarca dio principio á la institución y observancia
de su regla bajo el pontificado de Inocencio III.
En la historia de San Francisco, escrita por el
P. Chalipe , traducida del francés por un devoto del
santo , é impresa en la oficina de Ibarra , en Madrid
y año de 1796, asegura el autor en su capítulo 26,
bajo la respetable autoridad de D. Fr. Francisca
Gonzaga , obispo de Mantua y general de la Orden,
que la constante tradición afirma haber principiado
el mismo San Francisco, entre otras, las fundaciones
de Arévalo, Avila, Madrid y Tudela.
En sus claustros se verificó la fundación de los
mayorazgos de las casas de Navamorcuende y de
Cardiel por el noble Blasco Jimeno en el año de 1294.
Edificada al principio la vivienda de los rehgiosos
en la parte más septentrional del edificio, sobrevino
un incendio que la abrasó ; y con mayor acierto , se
reemplazó con la edificada al Oriente y Mediodía,
contribuyendo á gran parte de sus gastos D. Alonso
Henao, respetable maestre-escuela de esta santa
iglesia , haciéndose el claustro principal á expensas
del obispo D. Fr. Francisco Ruiz, hijo dignísimo de
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 509
la observancia franciscana. La fábrica de la iglesia,
de arquitectura ojival, y de piedra de granito, era de
una grande y suntuosa nave, adornada por ambos
lados de capillas notables, y enriquecida de ilustres
enterramientos, que recordaremos en la Historia.
También enaltecen las glorias de este convento hijos
notables de su claustro. Fueron sus guardianes el
crítico y severo cronista D. Fr. Antonio de Guevara,
obispo de Mondoñedo; D. Fr. Juan de Zumarraga,
primer obispo y arzobispo de Méjico; D. Fr. Fran-
cisco Guerra, obispo de Cádiz; D. Fr. Sebastian de
Arévalo, que lo fué de Mondoñedo y Osma; D. Fray
Antonio de Cardona, arzobispo de Valencia, y entre
otros el humilde D. Fr. José García, que después de
haber renunciado las mitras de Osma y de Málaga,
se resignó al cabo á ser obispo de Sigüenza,
Nuestra Señora del Carmen. Estribando so-
bre la muralla del Norte y levantándose la gallarda
y bellísima espadaña de su torre sobre el torreón
mismo que da entrada á la Ciudad por la puerta de
su nombre, se fundó en el año de 1378 el convento
de PP. Observantes del Carmelo, siendo prelado en
la Diócesis D. Diego de las Eoelas. Establecióse
esta comunidad, tomando para iglesia la que ya
da antiguo era parroquia con la advocación de San
' Silvestre, según queda refrrido, por cuya razón fué
suprimida y agregada su feligresía á la de Santo
Domingo; y en memoria de tal cesión permaneció
muchos años en la capilla de los Nuñez y Triviños
un retablo , en que figuraban el papa San Silvestre,
y á sus lados el emperador Constantino y su madre
510 HISTORIA DE AVILA.
Santa Elena. La parte necesaria para convento se
construyó en el solar de la última casa fuerte de
la banda del Norte. Y gran deterioro debió de su-
frir la primitiva iglesia conventual , de que sólo se
conservaban la Capilla mayor y los colaterales,
puesto que la reedificó el valeroso capitán Juan
Xuñez Dávila, ya dignamente citado, en el año
de 1469. Gozaban en ella y sus capillas de notables
enterramientos distinguidas familias avilesas. Va-
rones notables ha dado también este convento , uno
de ellos el venerable P. Fr. Diego Matia, de que
hace muy singular mención Santa Teresa de Jesús
en el capítulo 38 de su vida. También fué prior de él
D. Fr. Juan Alonso de Solís, obispo de Puerto-Rico,
donde convirtió á la fe muchos indígenas.
En este convenio existia casi desde su fundación
Tina capilla donde se veneraba con gran devoción la
imagen de María Santísima de las Angustias, á
quien daba reverente culto una congregación de
personas muy principales de la Ciudad. Su fiesta
anual era en 9 de Febrero. El Viernes Santo se cele-
braba con gran concurso el descendimiento de Cristo
de la Cruz , formándose en seguida la procesión del
Santo Entierro, procesión muy respetuosa. Llevaban
los religiosos los atributos de la Pasión; pero desde
el año 1808 los han sustituido niños, y todo esto
santo y fúnebre cortejo sale desde entonces de la
parroquia de Santo Tomé.
Fué destruido el convento durante la guerra de la
Independencia desde 1808 á 1814; reedificado en par-
te desde el año de 1815 á 1820; y los sucesos poli-
DESCRirClON DE LA ClUDAr. 511
ticos acaecidos desde 1836, hicieron que pasase á do-
minio particular, habiéndose utilizado después para
transformarle en cárcel, de que sirve en la actua-
lidad.
Convento, universidad y palacio real de San-
to To:^iÁs. Muchas páginas de esta obra habríamos
de ocupar, si hubiésemos de hacer una general des-
cripción, por concisa y lacónica que fuera, de la mag-
nificencia y suntuosidad de su templo, de las herm.o-
sas capillas, de los costosísimos sepulcros, de la
grandeza y gallardía de sus claustros, de las espa-
ciosas escaleras, de las altas galerías, y de las demás
riquezas artísticas que este conventoy casa real, glo-
ria de la Orden de Santo Domingo en España, ostenta-
ba antes de la extinción general de los institutos mo-
násticos, debido en su mayor parte á la generosa pie-
dad de los Reyes Católicos D. Fernando y doña Isabel,
al consejo tan ilustrado como severo de su confesor
D. Fr. Hernando de Talavera , dignísimo obispo de
Avila, y después primer arzobispo de Granada, y
al celo y entusiasmo religioso que, según el espíritu
de aquel siglo, consumía al reverendo P. Fr. Tomás
de Torquemada, prior del convento de Dominicos do
Segovia, y á la sazón primer inquisidor general del
Reino. Y no seríamos tampoco escasos en la enume-
ración de los timbres científicos que, por espacio de
más de tres siglos, conquistara con su universidad
literaria, que también debió á la munificencia real de
tan esclarecidos príncipes, si no temiésemos que este
artículo desdijese por lo difuso del tono y carácter de
nuestra obra, y que se atribuyese á excesiva, aun-
512 HISTORIA DE AVILA.
que disculpable parcialidad, por haber cursado en
sus escuelas los años filosóñcos de nuestra carrera.
El primer convento de dominicos edificado poco
antes en el mismo lugar que ocupa el suntuoso que
ahora describimos, fué pobre y humilde; le levantó la
religiosidad de la ilustre señora doña María Dávila,
de la noble casa de los Marqueses de las Navas, viu-
da de D. Fernando de Acuña, Virey de Sicilia, que
habia estado casada en primeras nupcias con D. Fer-
nando Nuñez Arnalt, Tesorero de los Reyes Católi-
cos, y su construcción fué por los años de 1478. Pero
establecido en España el Tribunal de la Inquisición,
que principió á perseguir como enemigos de la uni-
dad de la doctrina católica á los judíos y herejes
que no se reconciliaban con la Iglesia, se declaraban
del Fisco, como pena común á otros graves delitos,
los bienes de los que incurrían en este crimen; y los
Reyes Católicos pusieron tan gran caudal como con
tal motivo entraba en el Real Erario, á disposición del
primer Inquisidor general, para que, segim su pru-
dencia y juicio, invirtiese sus caudales en fines pia-
dosos. Y siendo como era dominicano, resolvió, con
asentimiento de los Reyes, ensanchar y engrandecer
el convento primitivo de su orden, que habia en la
Ciudad, cori^espondiendo á la grandiosidad de sus
gigantescos pensamientos el no menos gigantesco
V OTandioso convento de Santo Tomás de Avila.
Dióse principio á la obra en el año de 1482, se
acabó en el de 1493, y fué enriquecido de cuantos
primores artísticos hasta entonces eran conocidos.
Situado faera ya de la población, al extremo Sud-
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 513
este de la Ciudad, llegábase á él ó por el gran rodeo de
la calzada que del Barco á Madrid atraviesa el barrio
de la Feria, ó por un fragosísimo camino que desde las
inmediaciones de la parroquia de San Pedro se despe-
ñaba, hasta que á principios de este siglo, en 1803, se
construyó la cómoda calzada llamada la Cuesta de
Santo Tomás, en laque, entre otros grandes obstácu-
los que hubo que vencer, fué uno el romper y hacer
que desapareciese un peñasco de tal magnitud, que
vse llamaba la Peña Gorda, y que mereció que en su
sitio se levantase un pilar en memoria suya.
Un anchuroso vestíbulo cubierto de tres arcos
de piedra daba entrada al espacioso atrio ó gran
patio en que está encarrado el templo, que todo
es de sillares de granito en sus muros y de are-
niscas jaspeadas en sus bóvedas, tan delicadamen-
te asentadas, que apenas se distinguen sus juntu-
ras. Es de gusto puramente gótico: su alta y es-
belta fachada presenta un gran arco volado, bajo del
cual, adornando su rica y costosa puerta, se hallan
ocho grandes figuras que representan los cuatro in-
signes Santos de la Orden, Santo Domingo, Santo
Tomás, San Luis Beltran y Santa Eosa de Lima, y
otros cuatro patronos de ella, San Juan Bautista, San
Juan Evangelista, San José y Santa Catalina: y el
lugar del centro le ocupa la Santa Cruz. Sobre el
arco y bajo el rosetón ó gran estrella que da luces al
coro, se halla un Águila colosal, escudo de Carlos V,
en cuyo seno se ostentan las armas de España; y en
el ángulo izquierdo de la fachada, entre los dos
-contrafuertes Noroeste, á la altura del pavimento
TOMO I. 33
514 HISTORIA DE AVILA.
del coro, se ve nacer un caracol que, convirtiéndose^
en una columna hueca con oportunas lucernas, con-
duce desde el coro al examen y cuidado de las ex-
tensas bóvedas de la iglesia.
Es esta grande, magnífica , y su figura una per-
fecta cruz latina. El altar mayor, cuyo retablo cuen-
ta setenta pies de altura, está sobre un arco de
veintiocho de elevación, que arranca de los estribos
del crucero, dando lugar á un extenso presbiterio, á
que conduce desde la sacristía una espaciosa escale-
ra interior. El retablo presenta en diversos cuadros
de su compartimiento la vida de Santo Tomás, al
cual, en el pavimento del templo y bajo el mismo
arco del altar mayor, está consagrado otro en que
se le ve de grande escultura, y se le veneraba como
el especial patrono de la juventud escolar de la Uni-
versidad, establecida en sus magníficos claustros, y
de que nos ocuparemos después. El coro, que está á
mayor altura todavía para dominar bien el altar ma-
yor, es tan anchuroso que contenia setenta y tres
asientos en su admirable sillería. Así la calificamos,
porque quizá es de las más hermosas que se conocen:
es fantástica en toda su composición , de una esqui-
sita y delicada filigrana piramidal, esenciahnente
gótica. Sus dos primeros asientos , separados de los
otros por las puertas que dan entrada al coro y al
ói'gano, son dos tronos dedicados á los regios funda-
dores los Reyes Católicos ; y se nota la singularidad
en toda la sillería de no verse en ella signo alguno
católico ni religioso; y es que fué obra de un célebre
tallista judío, que, condenado á muerte, fué indulta-
DESCRH'CIOiN DE LA CilDAD. 515
do de su pena á condición de labrarla ; y él , áim eu
esto, mostró su aversión al cristianismo. Una sola
tribuna hay en todo el templo, mirando al altar ma-
yor, á donde los reyes concurrian á los divinos Oficios,
desde el piso alto del claustro real , que conducía á
sus habitaciones. En medio del crucero está el mag-
nífico sepulcro del malogrado príncipe D. Juan, hijo
de los Reyes Católicos. Es un lecho lujosísimo del
más fino alabastro , en que descansa al descubierto,
vestida de toda gala y armada de guerrero , la esta-
tua del príncipe. Las partes componentes de esta
cama mortuoria, los medio-relieves y figuras alegó-
ricas que la ciñen, y cuantas bellezas artísticas re-
conocen en este monumento los amantes de la es-
cultura, no pueden ser objeto de estudio detenido
para nuestra narración, ligeramente descriptiva. A
ambos lados del templo hay tres capillas de particu-
lares fundaciones; pero merecen especial mención
las dos más inmediatas al crucero. En la de San Luis
Beltran, que está al lado del Evangelio, hay otro
hermoso sepulcro de mármol , aislado como el ante-
rior , en forma de túmulo ; yacen en él dos figuras
del tamaño natural, que son las de D. Juan Velaz-
quez y su mujer doña Juana, hija de esta Ciudad, y
ambos nodriza y ayo del príncipe , al cual ni aun
después de muerto quisieron abandonar, haciéndose
labrar su sepultura cerca de la de su señor. La del
lado de la Epístola, donde se venera un Santo Cris-
to, es celebérrima, porque en ella estaba el confeso-
nario en que el padre Domingo Bañez oía y dirigía
á Santa Teresa de Jesús, y ante esta sagrada imá-
516 mSTORlA DE AVILA.
gen fué donde sintió el delicioso éxtasis en que vio
que la Virgen y San José la cubrían con una capa
blanca, sembrada de estrellas , y que colgaba de su
cuello un precioso collar de indefinible resplandor; y
en esta situación es como aparece al culto público
en el altar mayor de la iglesia de los Carmelitas
Descalzos, fundada en su casa natal. Andrés Salazar
Dávila, hijo de los fundadores de la primera capilla,
y su mujer doña Leonor, y D. Juan Dávila, abad que
faé de Alcalá la Real, fundaron otras, dotándolas do
varias obras pias. La sacristía, salón gótico, largo y
espacioso , era por constitución el enterramiento de
los religiosos, y entre estos sus hermanos, y sin
signo alguno de distinción, se mandó enterrar el
fundador del convento, Fray Tomás de Torquemada;
sus restos descansan en el medio de su espacio, bajo
la única gran piedra de pizarra que allí se muestra.
En tres grandes cuadros ó secciones podemos
comprender dividido este gran edificio, que se deter-
minan y sirven por sus tres claustros altos y bajos,
el del Noviciado, el del Silencio y el de los Reyes. A
la derecha de la fachada de la iglesia, y en forma
humilde ó provisional, humilde si así se hizo en con-
sideración á sus religiosos moradores, provisional, si
es que se pensó en una- portada más majestuosa y
que correspondiese al todo del convento, está la por-
tería que inmediatamente condace al claustro del No-
viciado, establecido alrededor de un patio de cinco
arcos por banda de columnas octógonas. Aunque
períécto en sí este departamento, que en su origen
se cree que era la cárcel de los reos que juzgaba el
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. ^11
Tribunal de la Inquisición, obscurece el gran atrio
de la iglesia y no deja lucir el segundo y majestuoso
claustro del Silencio ; y antes de llegar á él aparece
dentro del vestíbulo la escalera destinada esclusi va-
mente al Noviciado. El claustro del Silencio que
está cerrado, es todo de hermosa bóveda gótica en su
planta baja y de madera la techumbre de la alta: el
patio que forma es digno de estudio por su belleza.
Dos festones adornan sus paredes en la cornisa de
cada planta; la baja es un juego alternado de las ar-
mas de la ilustre casa de Santo Domingo de Guz-
man, y en medio de ellas un ramo de azucenas,
símbolo de la pureza, y las antiquísimas de la Casa
Real de Castilla, el yugo y coyundas del arado y un
haz de saetas celtíberas atado con otra coyunda,
jeroglíficos que todavía se observan sobre el arco de
la muralla del Mercado Grande , ya que han desapa-
recido las de la destruida puerta exterior del Alcázar.
El segundo festón presenta en los' huecos de cada
arco un granado cargado de fruto, y es porque se
hizo muy poco después de la conquista de Granada,
y se quiso así perpetuar su memoria. De este segun-
do claustro arrancan en sentido contrario las escale-
ras para el coro y para el altar mayor : en su inme-
diación está la sacristía; en otro ángulo el gran refec-
torio, y en último término un salón cuadrado, que la
tradición supone que era la sala del Tribunal de las
causas de Fe. A su derecha nace la alta escalera que
conduela á las viviendas de los religiosos, con tal es-
tudio fabricada, que á proporcionados tramos y des-
cansos de ella salen los larp^os tránsitos destinados á
518 HISTORIA DE AVILA.
las respectivas clases y grados de los individuos de
la comunidad. La bóveda del cuadro de esta escalera
ostenta en sus ángulos cuatro retratos de Pontífices
dominicanos, Inocencio V, Benedicto Xí, Pi() V y el
P. Juan Vercellis, vestido todavía de dominicano, con
la Tiara que le presentan dos ángeles, y á la espalda
la Muerte con su guadaña, que no le permitió sen-
tarse en la silla de San Pedro , para la que estaba
destinado.
De la sala del Tribunal, de que dejamos hecha
mención , se entra al extenso y magnífico claustro
Real que aparece abierto en sus dobles arcadas alta
y baja. En él estaban todas las cátedras de Filosofía
y Teología de su Real y Pontificia Universidad : de
ella hemos hablado, en parte, al tratar de los esta-
blecimientos de instrucción pública, y hablaremos
todavía en el texto histórico.
Pero acabemos esta descripción, ya tan adelan-
tada. La planta alta del claustro Real estaba dedi-
cada al Palacio , morada y esparcimiento de nuestros
Reyes, Se entraba por una gran portada , que está al
Norte del edificio , donde se halla la espaciosa esca-
lera que conducía á dos extensos y magníficos salo-
nes, que aún ostentan vestigios de sus pinturas, y
á otras cámaras y habitaciones destinadas á su real
servicio. Eligieron los Reyes Católicos este retiro
para la estación del estío en nuestro fresco país: dos
veranos le disfrutaron ; pero la prematura muerte de
su hijo el Príncipe D. Juan , que amaba con entu-
siasmo este gran convento, los alejó de lugar de tan
tristes recuerdos ; y los religiosos jamás ocuparon
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 519
estas solitarias estancias por respeto a sus excelsos
dueños.
Cinco eran , pues , las esbeltas y suntuosas es-
caleras de tan gran compartimiento: la del Novi-
ciado á la izquierda de la Portería; la del Coro á la
del Claustro del Silencio ; la que de la Sacristía lle-
vaba al Altar mayor; la de las viviendas de los reli-
giosos, y la de las Reales habitaciones, situada al
Norte del patio de los Estudios. Dos siglos después,
en el punto más oriental del convento, se labró una
anchurosa y cómoda enfermería , obra del dignísimo
dominicano. D. Fr. Pedro de Ayala, virtuoso y ve-
nerable obispo de Avila, de quien daremos extensa
noticia en nuestra Historia.
Ya queda expuesto á la cabeza del Catálogo de
las santas reliquias que posee el Obispado, que en
la magnífica iglesia de Santo Tomás se adora la Sa-
grada Hostia, rescatada de manos de los verdugos
del Santo Niño de la Guardia , y dicho tenemos que
nos r3servamos dar detenida cuenta en la Historia
de tan cruento y horrible suceso.
Pero la supresión de las comunidades religiosas
de varones en nuestro siglo, alcanzó también á la de
Santo Tomás. Largos años después perteneció tan
inmenso edificio, con su extensa huerta y todas sus
dependencias , al dominio de un particular. Justo es
reconocer que procuró su conservación con religio-
sos intentos: su muerte le sumió de nuevo en las
cavernosas simas de un concurso de acreedores. Muy
-expuesto estuvo á que el hacha destructora de la re-
volución, aguzada por el ínteres personal, le con-
520 HISTORIA DE AVILA.
virtiese en ruinas para aprovecharse de sus incalcu-
lables despojos; mas el cielo inspiró á la reina doña
Isabel II el pensamiento de evitarlo , por la piadosa
indicación y consejo de nuestro actual y dignísimo
prelado el Sr, D. Fernando Blanco, y le compró con
fondos de su patrimonio y encomendóle su custodia;
quien ha devuelto al culto divino el templo, y desti-
nado el claustro á casa de enseñanza y domicilio do
los menesterosos jóvenes que se dedican á la carrera
de la Iglesia.
Colegio de San Ignacio , ó de la Compañía de
Jesús. A los trece años de la fundación de esta tan
célebre institución española por su patriarca San
Ignacio , memorable soldado del emperador Carlos V,
y gloriosísimo capitán sagrado contra las huestes
del luteranismo , se estableció en Avila esta casa re-
ligiosa en el año de 1553, en el local que ocupaba
la antigua parroquia de San Gil, y donde más ade-
lante se estableció el monasterio de San Jerónimo.
Fueron de los primeros individuos de ella dos padres
que eran hijos de esta Ciudad, Hernán Dálvarez del
Águila y Luis de Medina, y verificóse la fundación
en el pontificado del obispo D. Diego de Álava y Es-
quivel. Otros muy notables hijos del pueblo fueron
de los que primeramente poblaron el colegio , con-
tándose entre ellos los PP. Gonzalo del x\guila , Bal-
tasar Vázquez , Francisco de Morales y Juan Alva-
rez. Pero todavía es mucho más digno de memoria
el venerable P. Baltasar Alvarez, uno de los más sa-
bios confesores de Santa Teresa de Jesús y de la ve-
nerable Mari-Diaz. También se afilió á la Compañía.
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 521
el virtuoso caballero D. Francisco deGuzman, canó-
nigo de la Catedral de esta Ciudad, ejemplo raro de
virtud y santidad, y padre y amparo de los pobres;
y sobre todo se enalteció el colegio , viviendo en él
por algún tiempo y hacia los aüos de 1557, el que en
el mundo fuera el distinguido caballero de la prime-
ra nobleza de España, tercer duque de Gandía, que
en el retiro de la Orden fué el humilde, penitente y
bienaventurado San Francisco de Borja, uno de los
primeros compañeros del patriarca San Ignacio. En
la iglesia del colegio se depositó el cuerpo de la ve-
nerable madre Ana Reyes , contemporánea y compa-
ñera de la piadosa Mari-Diaz. Pero en el año de 1623
se trasladó el colegio dentro de las murallas de la
Ciudad, alas casas que fueron de los Sres. de Na-
vamorcuende y Villatoro , compradas á este fin por
el Cardenal Patriarca de las Indias D. Diego de Guz-
man, á quien, como bienhechor, le otorgó la Com-
pañía su patronato. Suntuoso hubiera sido el edifi-
cio seguQ los modelos y trazas que el Patriarca ha-
bía exigido de los más excelentes arquitectos ; pera
su muerte, que acaeció en Ancona (Italia) cortó los
vuelos de la obra, reduciéndola á la forma que tenia
al tiempo de la extinción de los jesuítas, y que, como
ya hemos indicado , se la destinó á ser en parte el
actual palacio episcopal, y en parte la parroquia de
Santo Tomé. Consagró la nueva iglesia de San Igna-
cio el obispo D. Francisco Gamarra, y trasladóse á
ella el Sacramento, y en los dos días que se dedicaron
á esta festividad predicaron dos hermanos carnales,
los PP. Pimentel, hijos del conde de Benavente. Si
522 HISTORIA DE AVILA.
muclias y preciosas reliquias debió este colegio al
Patriarca Cardenal , fué por sí mismo un verdadero
relicario de virtudes ; tantos j tan celosos varones
produjo, que el ilustrado cronista Bartolomé Fernan-
dez Valencia, ya antes citado, dice de todos ellos que
eran eminentes en el pulpito, prudentes en el con-
fesonario, en la cátedra elocuentes, discretos en el
consejo, doctos en sus escritos, y de su sagrado ins-
tituto observantísimos; idea que confirma el maestro
Gil González Dávila en el Teatro Eclesiástico de este
Obispado.
San Antonio, de Franciscos Descalzos. D. Ro-
drigo del Águila, de la más distinguida nobleza de
esta Ciudad, caballero de Santiago, mayordomo de la
emperatriz doña María, y corregidor de Madrid, edi-
ficó en el año de 1577, para los religiosos franciscos
de la reforma de San Pedro de Alcántara, este conven-
to, á dos mil pasos de la Ciudad, en su parte oriental
y sitio que hoy ocupa al extremo de la linda alameda
de que ya liemos hablado, á que da nombre el Santo
de su advocación Y si bien en tiempos posteriores ha
sido hermoseada por la Ciudad con calles alineadas,
cómodos asientos y abundantes fuentes, sobresalien-
do por su caprichosa estructura la llamada de la Sier-
pe, formada en un gran peñasco allí mismo nacido y
horadado para tantos caños cuantos son los orificios
de la boca, narices, ojos y oidos del tremendo reptil
que representa, fué en un principio plantada por ór-
jí¡ den y á expensas del mismo caballero D. Rodrigo del
Águila, para suavizar el agrio terreno que separa al
convento de toda la población. Se equivocó el ero-
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 523
ni?ta Gil González Dávila cuando dijo en su Teatro
Eclesiástico, que San Pedro de Alcántara, fundador
de la orden, habia asentado la primera piedra de la
iglesia. Habia muerto ya el Santo bastantes años
antes, puesto que falleció en el de 1562, y la obra,
como va dicho, no se verificó hasta el de 1577. Pero
si no tiene este mérito, tiene el de que en ella están
sepultados , como lo dice su epitafio, el piadoso fun-
dador D. Rodrigo y su mujer doña María de Tapia;
descansando también los restos de los venerables
Fray Diego de Vera, Fray Pedro de San Buenaven-
tura, Fray Felipe de Barcelona, Fray Alonso de Fa-
lencia, Fray Pedro la Magdalena, Fray Lúeas de los
Mártires, y otros de virtuosísimos hijos de la des-
calcez franciscana.
La construcción de su iglesia, aunque reducida,
es agradable por su sencillez, aseo y compartimien-
to : pero lo que llama vivamente la atención es su
capilla lateral, consagrada á la Purísima Concep-
ción de María Santísima, bnjo el título de Nuestra
Señora de la Portería, siendo uno de los templos de
mayor devoción para los avileses, y que por ser
muy reciente, pues cuenta poco más de un siglo,
pide que desde ahora anunciemos, para ocupar al-
guna página en la historia, la narración tan tierna
como interesante que requieren el origen del cuadro
de la Virgen y la erección de su capilla; debido
todo al bienaventurado lego del convento Luis de
San José.
Es esta capilla un claro octógono, bellamente de-
corado; cada ángulo exterior está robustecido por un
524 HISTORIA DF AVILA.. ' '
contrafuerte en forma de columna, que remata en un
pequeño capitel. Los ocho capiteles rodean el mucho
más alto y esbelto en que remata la media naranja.
La imagen de la Purísima Concepción , en la forma
aérea de flotante traje en que está pintada la Vir-
gen de la Portería de Avila, es el prototipo de todas
las que bajo igual forma se colocaron en el espacio
de pocos años en Madrid y Méjico y en otros muchos
pueblos de ambos mundos. Por esta razón se atribuye
al humilde Luis de San José ser el inventor de este
nuevo retrato de la Purísima Concepción. La comu-
nidad de San Antonio, comprendiendo bien la virtud
de este humildísimo religioso, le dio sepultura en la
capilla que levantó á la Virgen, junto á la tarima
de su altar. Consérvase en la sacristía el retrato del
lego, que muestra en su mano un boceto ó bosquejo
de la Virgen como él la quiso retratar : y en el rin-
cón de la portería en que provisionalmente se la
colocó , se puso y conservaba otro retrato de la
Virgen en azulejog.
La huerta del convento pasó , con motivo de la
desamortización, á manos del dominio particular:
¡ojalá que su dueño actual haga revocar, siquiera sea
de cal, el sitio de la tapia de la huerta en que el hu-
milde Luis de San José, aterrado del peligro que cor-
ría, mereció la aparición de la Virgen ! Sitio que aún
subsiste blanqueado para que no se confunda con el
resto de la tapia.
Monasterio de San Jerónimo. En la cumbre
más alta que ocupa la población, al Oriente de la
Ciudad, y en el tránsito que desde la Catedral con-
DESCRIPCIÓN BE LA CllDAD. 525
duce á San Antonio por la plazuela de las Paneras del
Cabildo y calle á que da su fachada la desmantelada
iglesia del convento de Santa Catalina, de que des-
pués hablaremos , existió el monasterio de que tra-
tamos, j parece como providencial su fundación. Hé
aquí los motivos de este piadoso juicio. Habiendo
estatuido D. Suero del Águila, caballero de esta Ciu-
dad y padre del D. Rodrigo, á quien acabamos de
conocer como fundador del convento de San Anto-
nio, un mayorazgo con la cláusula expresa de que
á falta de sucesores directos suyos heredase la orden
de San Jerónimo su rico patrimonio, y habiendo te-
nido nada menos que veintidós hijos, tuvo también
la amargura de sobrevivir á todos ellos , y al falle-
cer, en el ano de 1606, la religión jeronimiana tomó
posesión tranquila de la herencia. Ya en el lugar de
la Serrada, á dos leguas de la Ciudad y en unas
casas del mismo caballero existia una corta comu-
nidad de monjes de San Jerónimo, de quienes fué
uno el venerable Padre Fray Francisco de Uceda, va-
ron eminente en virtudes y letras. Y vacante algunos
aüos después la iglesia de San Gil y las habitaciones
contiguas á ella, que habían ocupado hasta la trasla-
ción á su colegio de San Ignacio los Padres jesuitas,
en este local se instaló el monasterio, que ha perma-
necido, hasta que, por la extinción de los institutos
monásticos, pasó al dominio particular; y en tal es-
tado se conserva. Ha tenido eminentes y virtuosos
hijos, y entre otros el Padre Fray José Algete, gene-
ral de su religión; el Padre Fray Agustin de ]\Iadrid,
predicador del rey D. Carlos II, y D. Fray Ignacio de
52(5 HISTORIA DE AVILA.
Urbma, que después de su generalato en la orden, fué
arzobispo de Santa Fé y de la Puebla de los Angeles,
en nuestras perdidas posesiones de América; y en
esta misma casa cursó sus estudios de colegial el Pa-
dre Fray Francisco Enriquez, hijo del conde de Alba
de Liste. Tenia la particularidad esta santa casa de
ser la precisa é invariable residencia do los reveren-
dísimos Generales de la orden. Al principio y desde
su origen, siempre estuvo adscripto el generalato
á la prelacia del monasterio de San Bartolomé de
Lupiana, como el más antiguo, por acuerdo áól
primer Capítulo general celebrado en el de Guadalu-
pe, en 1415. Mas habiéndose segregado ambos car-
gos en 1684, en el de 1687 se resolvió en el de Lu-
piana fijar la residencia del Padre general en el Co-
legio de Jesús de Avila; disposición que, aprobada
por la sagrada congregación de obispos j regulares,
fué confirmada por bula de Inocencio XI de 2 de No-
viembre de 1688. Créese, con fundamento, que fué
elegido el Colegio de Avila para silla generalicia, en
consideración á estar fuera, pero no lejos, de la cor-
te y en el centro del reino , para la más cómoda y
pronta correspondencia de todos los monasterios y
monjes, que con frecuencia y necesidad acudian con
asuntos al prelado general, á quien, como á sus
secretarios, fámulos y demás asistentes, mantenían
todos los monasterios del reino, al mismo tiempo que
le prestaban respetuosa asistencia el prior, maestros
y pasantes del colegio. El Padre Fray Francisco de
los Santos, continuador de la erudita Crónica de la
Orden, escrita por el sabio Padre Fray José de Si-
DESCRIPCIÓN I)E LA CIUDAD. .527
güenza, suministra más extensas noticias al que de-
see consultarlas.
Convento de Santa Teresa. Carmelitas Bes-
calzos. El último, por ser el más moderno de todos
los conventos de varones, pero el primero para los
avilescs, por ser el santuario de su mayor devoción,
el refugio á que acuden en sus calamidades, y el
consuelo en todas sus tribulaciones , es la iglesia-
convento que para el retiro y oración á que se con-
sagran los carmelitas descalzos , se construyó en la
casa misma donde nació su ínclita fundadora nues-
tra paisana, gloria, protección y amparo, la madre
Teresa de Jesús. Y ninguna comunidad religiosa su-
frió tantas dificultades, tantos obstáculos, tantas
persecuciones y tantos trabajos para establecerse en
la Ciudad, como los que tuvo que soportar y vencer
hasta verse asentada en el hogar materno la de los
hijos de la Santa.
Habíase fundado enDuruelo, en el año de 1568,
el primer convento de varones de la reforma carme-
litana; por causas de salubridad y mejor servicio re-
ligioso so le trasladó después á Mancera de Abajo
en 1570, donde permaneció veintisiete años ; pero en
el de 1597 pretendieron con justa razón los religio-
sos que la primera casa de su Orden existiese en la
Ciudad patria do su ilustre madre; y para ello con-
taban con la pía donación que de unas casas pro-
pias suyas les hacia D. Juan Bertrán do Guevara y
Figuoroa, canónigo de aquella santa iglesia, que,
andando el tiempo, llegó á ocupar la elevada silla
del arzobispado de Santiago. Pero frustróse cuando
528 HISTORIA DE AVILA.
-estaba ya arreglado este primer proyecto. Llegó el
aüo de 1600, y el obispo D. Lorenzo de Otaduy, con
licencia de la Ciudad y con el consentimiento de la
antigua cofradía de San Sebastian , que radicaba en
la iglesia de San Segundo de Adaja, les facilitó mo-
rada en las pequeñas casas que le son contiguas
para primera vivienda, señalándoles una pensión
moderadísima sobre las rentas de su mitra para que
no mendigasen; y cuatro faeron los únicos religiosos
que primeramente las ocuparon. Expondremos en la
narración histórica la, si no maravillosa, cuando me-
nos admirable , manera como este prelado vio cum-
plida una obligación que, acaso sin pensar en ella,
contrajo largos años antes cuando regentaba cáte-
dras en la Universidad de Alcalá, de dar un dia casa-
habitacion á los hijos de Santa Teresa. Las notorias
incomodidades que en este estrecho albergue su-
ii'ian, ademas de no permitirles aumentar su número,
ios obligó á buscar otro más cómodo y desahogado
-en el barrio de Nuestra Señora de las Vacas, y le ob-
tuvieron en el año de 1610; pero de él fueron expeli-
dos con violencia por desafueros de sus vecinos,
viéndose precisados á volver á su primer asilo, lo
■cual fué un nuevo infortunio: mas aquietados aque-
llos desabrimientos del pueblo , volvieron á esta su
segunda casa en el siguiente de 1611, donde per-
manecieron hasta 1614, en que, mejorando de local,
estableciéronse en uno de la calle Empedrada, que
es en el que hoy existe el único hospital general,
frente al arco de la Santa, y en donde ya consiguie-
ron erigir una modestísima iglesia; de manera que
EESCRIPCION DE LA CIUDAD. 5*29
este pobre edificio es el primero que ya pudo honrar-
se con el título de Convento de Santa Teresa de Je-
sús ; porque esto acontecía cuando estaba muy re-
ciente la beatificación de su fundadora. Habia hecho
la Ciudad con este motivo el voto de santificar como
fiesta anual el dia de la Santa, tomándola por su pa-
trona, lo que se elevó á precepto eclesiástico para su
vecindario por disposición del obispo D. Bernardo de
Atayde. Pero aún era poco digna esta mansión para
dar culto á Dios por la mediación de tan insigns avi-
lesa; y conociéndolo así el conde-duque de Olivares,
ministro y gran privado de Felipe IV, á sus expensa-^".
se labró la iglesia y convento que, desde el 15 do
Octubre (dia de la Santa) de 1636, fué ocupado por
sus hijos, convirtiéndose así en templo y relicario,
constantemente consagrado á su veneración, el anti-
guo solar de sus ilustres progenitores. Tantos es-
fuerzos y trabajos tuvieron al fin su término desea-
do; por manera que bien pudo aplicarse á sí misma
la familia de la Descalcez del Carmelo , el epifonema
de Virgilio:
Tanta) mollis erat Romanam condere gentem.
La espaciosa fachada de la iglesia es sencilla
pero agradable por su regularidad , labrada de lim-
pia mampostería concertada, y guarnecida en sus
compartimientos de sillares de granito bastante cla-
ro: el templo, como otros muchos de su época ó ins-
tituto, es de una sola nave con crucero, y está ador-
nado de capillas laterales; á la derecha so halla la
T03:o I. 34
530' lilSTORIA DE AVILA.
puerta que conduce á la sacristía, bastante desalío -
gada, que se comunica con el convento, y á la iz-
quierda é inmediata al altar de Nuestra Señora del
Carmen, la entrada á la pequeña pero linda j risue-
ña capilla que fué la habitación donde nació la
Santa .
Allí se la venera con profundo recogimiento
bajo la forma de un hermosísimo busto de su ima-
gen. Al lado de la capilla hay un gabinete mucho
más pequeño aún, en que se custodian y muestran
con reverencia las reliquias que esta Santa Casa po-
see de su gloriosa Madre, que son el dedo índice de
su mano derecha, el gran báculo que llevó en sus
viajes, el rosario de que hacia uso, regalo de uno de
sus hermanos, una de las sandalias que calzó, y al-
gunas cartas originales de tan sabia y santa escri-
tora. Si esta casa ha sido siempre considerada como
uno de los mejores edificios que los Carmelitas descal-
zos poseen en el Eeino, mejor todavía ha debido repu-
társela como dechado y modelo de santidad, de vida y
disciplina religiosa. Dos ó tres hijos de ella que so-
breviven ala exclaustración general, cuidan de man-
tener abierto el templo al devoto é incesante culto
que le da toda la Ciudad, y aun cuando desgraciada-
mente llegasen á faltar, agobiados de los años, no
hay que temer que en Avila falte la devoción á la
Santa; pero siempre será de desear que les vayan
reemplazando en este servicio otros hermanos suyos,,
profesos en casas extranjeras, con licencia del Go-
bierno, como fieles y constantes custodios de la casa
naterna de la fundadora de la Descalcez del Carmelo.
DESCRIPCIÓN nC LA CIUDAD. 531
El resto del edificio se conserva bieu , como queda
dicho , porque está ocupado por el Instituto provin-
cial de segunda enseñanza y por la Escuela superior
normal. Mas no se extendian las casas de los padres
de Santa Teresa á todo el espacio que hoy ocupa el
convento; el cual comprendió también las de su tic
D. Francisco, separadas de las primeras por una os-
cura y estrecha calle, que corría desde la plazuela
de Santo Domingo al ángulo que forman hoy la del
Torreón de los Mugicas , ó de la casa del conde de
Oñate, y la que está en el punto mismo del conduc-
to subterráneo del Cárcabo. Llamábase esta calle de
la Dama; la Ciudad resistió por algún tiempo su cier-
ro y desaparición, necesarios para dar unidad al
nuevo edificio; mas al cabo cedió, á condición de quo
se perpetuase la memoria de esta calle con una efigie
ó busto de una Dama en la fábrica del convento. Y
á este efecto, en su ángulo Noroeste, á grande al-
tura, se construyó en el fuerte de su escuadra un
asiento triangular, que semeja una ventana tapia-
da, donde se colocó la Dama de piedra, que hace mu-
chos años ha desaparecido , frente á la puei'ta de
Santo Domingo.
También ha faltado la comunidad de religiosos
que constantemente prestaba culto á su Seráfica Ma-
dre Santa Teresa; pero la Ciudad, representada por
su Ayuntamiento, dirigida por su Obispo, cabildo
y clero parroquial y por una numerosa congregación
llamada del Patronato, compuesta de los más nota-
bles vecinos y de muchos forasteros, honrándose
hasta ahora con haber tciúdo por sus hermanos
r>3'2 HISTORIA DE AVILA.
mayores a nuestros reyes , hace anualmente repeti-
das y solemnes fiestas religiosas en lionor de tan
esclarecida Santa.
MOMASTERIOS Y CONYEMOS DE HELIGIOSAS.
Santa Ana, del orden de San Bernardo. Exis-
tia ya a mediados del siglo xiv , como lo acredita la
inscripción que en toscos versos alejandrinos se lee
debajo del nicho sepulcral de su fundador D. Sancho
Dávila, natural de esta Ciudad, digno obispo de ella,
descendiente de la ilustre casa de Navamorqüende, y
maestro j ayo del rey D. Alonso XI , de quien obtu-
YO el título de notario mayor de Castilla.
A este monasterio, que se edificó en el año de 1352,
se han unido y agregado en diversos tiempos otros
varios, por cuya razón se aumentó el número de reli-
giosas en la proporción en que se acrecentaron sus
rentas. Tales fueron el de San Clemente, y por otro
nombre de Santa Fé, que estaba á las inmediaciones
de la Ciudad, á la izquierda del Adaja, y no lejos del
camino que ahora conduce á Extremadura , en cuyo
recuerdo subsistia un árbol llamado de Santa Fé,
hasta hace pocos añoí, y no lejos de los que aún re-
cuerdan la ermita de San Mateo ; el de Santa Esco-
lástica , que luego se convirtió en hospital , y que
desde la última guerra con Francia fué demolido,
conservándose ya únicamente su bellísima portada,
frente á la fachada meridionrd de la parroquia de
Santo Domingo: el de San Millan, que continúa sien-
DESCRirClON DE LA CIUDAD. 533
tío la iglesia del Seminario Conciliar, rica en rcciici'-
(los de virtud y santidad, como ya queda expuesto y
todavía veremos; yelde la villa de la Higuera, co-
nocida con el nombre de las Dueñas , fueron otras
tantas casas de religiosas profesas de San Benito, de
San Bernardo y de beatas que sin solemne emisión do
votos monásticos, estaban como afiliadas al servicio y
culto de sus iglesias. Pero el que más nombre é im-
portancia le dio fué el de San Clemente, de la regla
benedictina , porque entre otras rentas que poseia y
llevó al que se incorporaba, fué la conocida en todo
el Obispado con el nombre de la Cuartilla de Santa
Ana. Pero del origen de esta patriótica carga de la
tierra en favor del trono, de su larga posesión y goce
por el monasterio , y de su extinción , acordada por
las Cortes de 1822, daremos detenida cuenta en la
Historia. Ha sido notable esta comunidad por su ri-
gurosa disciplina monástica; tiene muchas reliquias
de santos, y muchos y buenos vasos sagrados y or-
namentos. Pero el mayor de que con razón hace
alarde, es el haber sido religiosa de ella la venerable
señora doña María Vela, de la noble familia de los
Velas, que fueron muchos y muy esclarecidos en
este país, y de la cual nos será preciso hablar con
mayor detenimiento en el texto histórico, puesto que
sus virtudes y conocí la santidad la conquistaron el
alto título con que es conocida de la Mujer fuerte.
También fué siempre este monasterio el espacioso y
cómodo retiro que preferían las familias más distin-
guidas de la Ciudad y Provincia para que profesasen
la vida monástica las jóvenes de ellas que entraban
534 iiisToniA DE avii.a.
en reügion, como lo hicieron entre otras muchas las
hijas de los duques de Alba, condes de Oropesa, con-
des de Alba de Liste, marqueses de Velada, señores
de Navamorqüende y otros títulos de la primera no-
bleza.
Por último, es muy agradable su posición topo-
gráfica. Es el primer edificio que se encuentra á la
llegada á la Ciudad por el camino de Madrid , de cu-
yas vistas, como de las de la alameda de San Antonio,
pueden disfrutar las monjas desde sus habitaciones
internadas en su extensa huerta , cuya fuerte y her-
mosa tapia, al Norte del monasterio, tiene á su pié
ol prolongado asiento del paseo del Campo del Ee-
creo, desde donde se descubre un claro y despejado
horizonte hacia el Oeste y Norte de la Ciudad.
Santa Catalina, del arden de Santo Domingo.
Fundóle doña Catalina de Guiera, hija de Fierres
(Pedro), caballero francés, que con otros muchos
vino á España á tomar parte en favor de don
Enrique de Trastamara en las grandes y turbulentas
contiendas que sostuvo contra su hermano el rey
D. Pedro, á quien privó de la vida y del cetro á las
inmediaciones del famoso castillo de Montiel. Viuda
la doña Catalina de Hernando de Belmente , señor
que era del heredamiento y pueblo llamado la Hija
de Dios, en que sucedió después el cabildo de la san-
ta iglesia de esta Ciudad , reunió algunas piadosas
mujeres, de quienes se hizo superiora, en el pontifi-
cado del obispo D. Martin de Vilches, y comenzó á
sus expensas la edificación de e?te convento para
sus religiosas. Al principio , que lo era también del
EESCRiPCiON DE LA CIUDAD. 535
siglo XV, se puso bajo la obediencia del cabildo; pero
alg'Linos años después, en el de 1478, en que ya exis-
tia el primitivo convento de Santo Tomás, prestáron-
sela las monjas al prior de su orden de Predicadores.
La capilla mayor fué erigida por Pero ALvarez Ser-
rano y su mujer doña Leonor de Zapata en 1570.
Grande era en sus primitivos tiempos la comunidad,
pues hay datos de que llegaron á cincuenta sus reli-
giosas; pero decayó tanto después, que á fines del si-
glo último no pasaban de nueve, y tan pobre y des-
truido se vio ya el convento por los años de 1786, que
hallándose arruinadas sus celdas, sufrian la imponde-
rable incomodidad de dormir todas en el claustro,
sin más abrigo en los rigurosos inviernos de Avila,
que la debilidad de unas tablas que les incomunica-
ban con las ruinas. En los años siguientes repararon
algún tanto su vivienda, y ciertamente que, aunque
poco cómoda , jamás la hubieran abandonado , si las
ideas y disposiciones reformadoras de nuestros tiem-
pos no les hubiesen privado de su humilde, sí, pero
anchuroso albergue, para enajenar todo el edificio,
que pasó entero á manos del dominio particular , y
que lastimosamente y afeando el casco de la pobla-
ción, está hoy reducido á escombros por aprovechar-
se de sus materiales. La portada de la iglesia, que
se conserva, es bella, de piedra berroqueña de sille-
ría, con portada de arco y dos columnas estriadas, y
sobre su cornisamento hay un nicho en el que está
la estatua de la Santa titular, que los inteligentes
estiman de mérito, y todo el edificio ocupa , con las
cuatro robustas paredes de la capilla mayor, un sitio
5¿Jb mSTORlA DE AVILA.
de gran comunicación ; porque haciendo frente pol-
lino de sus costados con la plazuela de las Paneras
del Cabildo, hoy de Nalvillos, es el vértice del ángulo
(}ue abren las dos calles que por San Jerónimo y por
ei Seminario Conciliar conducen á los paseos del
Campo del Recreo y San Antonio, de la Fuente Nue-
va y del camino de Madrid.
Santa María de Jesús (las Gordillas), del orden
dx San Francisco. A cuatro leguas Norte de Avila
y en el heredamiento y gran coto redondo llamado
las Gordillas, habíase fundado pt)r la rica y piadosa
señora doña María Dávila, primero esposa de D. Fer-
nán Nuñez Arnalt, tesorero de los Reyes Católicos,
y después de D. Fernando de Acuña, virey de Sici-
lia (á la cual ya conocemos como fundadora del pri-
mitivo convento de Dominicos en Avila), el de reli-
giosas Franciscas de Santa Clara, al que se dio el
título de Villa Dei , y tan abundantemente le dotara
que exigió por cláusula fundacional que constase de
cincuenta y dos monjas, y que dos de ellas turnasen
constantemente de dia y noche asistiendo en vela al
Santísimo Sacramento; siendo otra de sus cláusulas
que se repartiesen en grano anualmente doscientas
fanegas de trigo á pobres vergonzantes en la capilla
de la calle Andrin , hoy del Comercio , con la advo-
cación de Nuestra Señora de las Nieves, de que
luego hablaremos. Heredero universal este convento
de tan rica señora, disfrutó, entre otras, de una
pingüe renta que m.erece un lugar en la Historia,
llamada de las cristianiegas, judiegas y moriegas
de la Ciudad. Estuvieron estas relio-iosas en Villa
DESCRIPCIÓN PE LA CIUDAD. SSl
Dei desde el año de 1502, que fué el de su funda-
ción, hasta que por razou de salud se ti'asi;;daroii
á Avila á las casas contiguas á la ya indicada capi-
lla de la Anunciación , pero sólo provisionalmente y
hasta que se levantó el convento que hoy habitan y
que ha conservado el mismo sobrenombre de las Cor-
dillas. Es espacioso, cómodo y ventilado, porque
ocupa uno de los sitios más elevados de la Ciudad, y
su iglesia anchurosa, sólida y de conocido gusto gó-
tico. La tapia meridional de su extensa huerta forma
en toda su línea el abrigado paseo de invierno, lla-
mado de San Roque, con la perspectiva de un claro
y dilatado horizonte. De este convento salieron sieto
religiosas, todas naturales de la Ciudad, para la fun-
dación del de los Angeles de Madrid, que ha desapa-
recido, y que edificó doña Leonor Mascareñas, dama
de la emperatriz doña Isabel, y donde algunos aüO:-;
después estuvo hospedada la gran Santa Teresa (!o
Jesús.
Santa María de Gracia, del orden de San Agun-
tin. Pocos años después de la fundación del primer
Beaterío, del cual resulta el convento de la Encar-
nación, de que inmediatamente vamos á ocuparnos,
pero también pocos años antes que como tal conven-
to existiera, se erigió fuera de la muralla, al pie de
la gran torre del Baluarte, este de religiosas Agus-
tinas. Una virtuosa hija de la ciudad, llamada doña
Mencía López, fué su fundadora en el año de 1509,
bajo la dirección y gobierno del P. Fray Juan de Se-
villa, vicario general de la orden, que vino á la Ciu-
dad á tomar posesión del edificio que á tal objeto se
538 HISTORIA DE AVILA.
obtuvo en el pontificado del obispo D. Alonso Carrillo.
Era esta la antigua iglesia parroquial de los niños
mártires San Justo y Pastor. Es sabido que durante
la ocupación de la Ciudad por los Sarracenos fué
mezquita; porque así lo demostró una inscripción
arábiga que se hallaba esculpida en la techumbre del
antiguo templo y que se derribó para hacerle de
nuevo, y de la cual se deducía una antigüedad de
construcción de más de quinientos años, lo cual
equivale á ser obra del siglo décimo. La. del templo
actual es del gusto del renacimiento, de muy bien
sentados sillares de claras piedras jaspeadas. Se de-
bió la de la capilla mayor á D. Pedro Dávila, con-
tador mayor del Emperador Carlos V, en el año
de 1551 y siguientes, y á un hijo suyo de su mismo
nombre. Fué vicario rector de este convento el es-
clarecido Santo Tomás de Villanueva, arzobispo de
Valencia. Es la casa donde recibió nuestra Santa Te-
resa de Jesús po? espacio de dos años una santa ins-
trucción como educanda interna, hasta que en 1532
pasó á tomar el hábito carmelita en la de la Encar-
nación. También se honra este convento con haber
tenido di religiosa suya por algún tiempo á la seño-
ra doña Ana, hija del gran D. Juan de Austria, ven-
cedor en Lepanto, que habiendo profesado en el con-
vento de Madrigal, vino castigada al de Gracia como
complicada en la causa del Pastelero de aquella villa,
de que daremos conveniente noticia en la Historia.
La casualidad, según unos, y según otros una
disposición sobrehumana, hizo que al labrarse la ca-
pilla mayor, de las fajas, colores j sombras de las
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 539
piedras jaspeadas, de que es la fábrica, resultase en
lina la imagen de Nuestra Señora con su divino Hijo
en los brazos y cubierta con un manto, todo con
bastante semejanza y propiedad, y como acertó á
caer esta figura á los pies del Crucifijo que forma el
remate del altar mayor, la piedad de nuestros antece-
sores la ha venerado siempre con gran devoción; con
tanta, que por espacio de muchos años ha ardido con-
tinuamente una lámpara en su obsequio á más de la
quede ordinario alumbra al Sacramento.
Nuestra Señora de la Encarnación, de Carme-
litas calzadas 6 de la Observancia. Omitiendo com-
paraciones de mayor ó menor merecimiento, siempre
desagradables para los interesados ó sus partidarios,
es preciso confesar que el convento de la Encarna-
ción es uno de los más ricos relicarios en santidad
y virtud, no digo de Avila y de España, pero aun de
todo el orbe cristiano. Un grueso volumen seria ne-
cesario para narrar dignamente la historia de esta
santa y afamada casa. Escribió la de los primeros
tiempos de su existencia la discreta y erudita doña
María Pinel, hija religiosa de ella, al mismo tiempo
que lo eran otras tres hermanas suyas, y dedicóla ú
la reina doña María Luisa Gabriela de Saboya, pri-
mera mujer de D. Felipe V: códice precioso que ma-
nuscrito se conserva por la comunidad, y que tuve el
gusto de leer y extractar en el verano de 1854. Su
narración, confirmada con la no menos puntual del
beneficiado Fernandez Valencia, y con las que están
contestes las demás crónicas y leyendas del país, me
servirá de guia para lo poco que ahora pueda decir
540 HISTORIA DE AVILA.
entre tanto y tanto como de este convento me obliga
á callar la naturaleza de un discurso puramente des-
criptivo.
Catorce mujeres piadosas se reunieron en el año
1467, con el santo objeto de vivir recogidas en co-
munidad y retiradas del mundo, consagrando su
vida á la oración, fijando este número misterioso en
el nombre y memoria de Jesús y María y de los doce
Apóstoles, y obteniendo la protección de D. Gutierre
Alvarez de Toledo, hijo de D. García, duque de Alba,
les cedió las rentas que poseía de varios préstamos
en el obispado. Con lo cual y con la iglesia de Tocios
los Santos que existia entre el Mercado chico y la
parroquia de San Vicente que antes habia sido sina-
goga, y las casas contiguas á ella del mayorazgo de
San Miguel del Arroyo, se fundó un beaterío que
gobernó y presidió, en tiempo del obispo D. Alfonso
de Fonseca, la señora que más trabajó para lograr
tal intento, y que se llamaba doña Elvira González-
de Medina, Sus votos al principio fueron simples, y
entre las opiniones diversas que se suscitaron , pre-
firiendo unas la regla de Santo Domingo y otras la
del Carmelo, prevaleció ésta, y de aquí el origen de
las carmelitas en Avila. Por muerte de la doña Elvi-
ra fue segunda superiora doña Catalina del Águila,
y habiendo tomado el hábito doña Beatriz Guiera,
hija del señor de Origüelas, caballero distinguido de
esta ciudad, vino á ser la tercera, volviendo á este
beaterío desde el religioso y observantísimo conven-
to de Alba, á donde se habia retirado durante el go-
bierno de la doña Catalina, y amamantada en tan
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 541
santa cuna propuso á sus compañeras, y obtuvo de
ellas, que se constituyesen en verdadero convento y
comunidad de carmelitas. El local era estrecho é in-
cómodo, y al efecto compraron, precedidas las licen-
cias necesarias, unas casas de labranza y una huer-
ta contigua que habia sido osario de judíos, hasta su
expulsión general en 1492, al sitio donde hoy existe
el convento, extramuros de la ciudad y en su parte
más septentrional, siendo obispo D. Alonso Carrillo,
que mucho favoreció la fundación. Faltaba sólo la
iglesia, que al cabo se edificó, aunque pobre y pe-
queña; de manera que en el día 4 de Abril de 1515,
en que ¡coincidencia admirable! recibía el bautismo
la niña Teresa de Cepeda y Ahumada en la parroquia
de San Juan, se dijo la primera misa en el convento
de la Encarnación que después habia de habitar por
espacio de más de veintisiete años, santificándole
con sus virtudes, con sus padecimientos, con su sa-
biduría, con sus escritos, con sus éxtasis y arroba-
mientos, y del que habia de salir capitaneando otras
muchas religiosas hijas todas de tan santa casa, para
ser ya la gran Teresa de Jesús, reformadora en toda
la cristiandad de la antiquísima regla del Carmelo.
Pero tan miserable era el edificio todo, tan pobres y
desmantelados estaban su iglesia y su coro, cubier-
tos á teja vana, que, como dice la discreta cronista
doña María Pinel, mientras rezaban les divinos oficios
se les nevaban los Breviarios en las manos, y en los
ardientes soles del estío podian leer en ellos aunque
estuviesen cerradas las ventanas, con la clara luz que
por los agujeros del tejado se introducía. Y sin em-
542 HISTORIA BE AVILA.
bargo de ser tan pobres, llegáronse á contar ciento
ochenta monjas á un mismo tiempo. Más de un siglo
vivió en tanta estrechez comunidad tan grande, no
siendo más abundante ni delicado su alimento,
hasta que extendida la fama de la santidad de su
hermana y madre, la ya canonizada Teresa de Jesús,
á fines del siglo xvii , en el xviii siguiente se repa-
raron, ó más bien se edificaron, más suntuosamente
la iglesia y convento , y se construyeron las robus-
tas paredes de su haerta en los términos que hoy se
ostentan.
Pero no necesitó de esta grandeza exterior para
ser eminentemente grande y rica de gracias j favo-
res celestiales esta santa casa. En ella tomó el há-
bito de r<eligiosa la joven Teresa en 1532; en ella la
visitaban y confortaban, San Juan de la Cruz, peni-
tenciario y capellán del convento, San Pedro de Al-
cántara, San Luis Beitran, San Francisco de Borja;
los venerables Baltasar Alvarez, Julián Dávila, Juan
de Briviesca; los ilustres dominicanos, Pedro de
Ibañez, Domingo Bañez y otros varones escogidos
de Dios, ornamento del siglo de oro de la Ciudad; en
ella escribió la primera de sus obras, que fué el Zi^^ro
de la vida', de ella salió para hacer la primera funda-
ción en su convento de San José de Avila en el año
de 1562, y en ella se verificó la tremenda transver-
beracion. Pero basta, que me aparto de mi oiicio de
puro descriptor. En la Historia tendré ocasión más
de una vez para volver á hablar de tan santa casa.
Concluyo, pues, este párrafo recordando que en una
humilde casita, hoy capilla, que entonces estaba
DESCRÍPCÍON BE LA CIUDAD. 543
fuera del convento, y ahora dentro de su huerta, fue
la pobre vivienda de San Juan de la Cruz, compañe-
ro de la Santa en la empresa de la Descalcez de la
Orden del Carmelo.
La Purísima Concepción, de Franciscas concep-
cionistas. Iso están contestes los escritores de las
antigüedades de la Ciudad acerca de los verdaderos
fundadores de este convento, que al principio se le
llamó monasterio de las Once mil Vírgenes, porque
en el 21 de Octubre, dia de su festividad, tomaron
posesión de esta casa las monjas, que, siguiendo
la regla general de San Francisco , la observan mo-
dificada con el rezo y culto especial que consa-
gran al misterio , ya declarado dogmático , de la In-
maculada Concepción de la Madre de Dios. El maes-
tro Gil González Dávila fija su fundación en el.
año 1539, y la atribuye al caballero D. Luis Guilla-
mas y su mujer doña Juana Cimbrón, y le siguen
otros cronistas; pero el beneficiado Fernandez Va-
lencia, que los aventaja en exactitud, extensión y
abundancia de documentos justificativos de ios fastos
abulenses, da por fundador del convento al licencia-
do Maldonado, en 1539; al presbítero Escudero la
edificación de su iglesia, en 1542, ambos canónigos
de esta santa iglesia, y la de la capilla mayor á don
Antonio Navarro y su esposa doña Catalina Sedaño;
y á este escritor siguen otros en sus memorias avi-
lesas. Unos y otros están contestes en que la funda-
ción tuvo lugar en el año de 1539; pero añade Fer-
nandez Valencia, que á los sesenta siguientes, esto
es, el de 1599, cedieron los patronos que existían el
544 HISTORIA DE AVILA.
patronato de la capilla mayor á doña Luisa de Gui-
llamas para que le sirviese para su enterramiento y
el de sus padres; y así bien puede concillarse que los
Giiillamas se reputen, si no verdaderos fandadores,
al menos reconocidos bienhechores del convento de
la Concepción. Formóse esta comunidad de religio-
sas de otras dos que existían ; la una en la villa de
Olmedo; la otra en el lugar de Las Berlanas. De la
de Olmedo pasaron á Avila siete para darle princi-
pio ; paro habiendo regresado á poco tiempo á su casa
matriz, las reemplazaron seis del de Las Berlanas,
que desapareció hace muchos años, y que habia sido
fimdado por Fray Buenaventura Alvarez, confesor de
doña Juliana Angela de Velasco , duquesa de Frias, y
mujer del condestable de Castilla. Tres de estas seis
religiosas eran hermanas, doña Juana, doña Ana y
doña María de Bracamente; pero aunque esto sea
notable, lo es mucho más todavía que á mediados
del sigilo XVII hubiese en la misma casa cinco reli-
glosas profesas, hermanas todas del cronista Gil
González Dávila: tan infiltrado estaba en estos tiem-
pos el espíritu fundacional de monasterios y conven-
tos, y tanto era el entusiasmo que causaban las pro-
fesiones religiosas.
Así existia este religiosísimo convento , situado
entre el de San Francisco, de varones, y la parro-
quia de San Andrés, y que ho_v es la nueva Inclusa,
hasta que las reformas políticas que trajeron los años
de 1836 y siguientes le cerraron, llevando sus profe-
sas al de las Gordillas , tamabien franciscanas , pero
de distinta regla , hábito , usos y costumbres , y allí
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 545
permanecieron hasta que en 1852 pudieron obtener
de la Diputación provincial que se les indemnizase
de la pérdida de su antigua y espaciosa casa , que so
habia destinado á establecimiento provincial de be-
neficencia, con el antiguo hospital de la Magdalena,
que también era á la sazón edificio de la Provincia,
y que es el que , frente á la torre del Baluarte , ex-
tiende sus vistas á lo largo del paseo del Rastro y
sobre el barrio de la calle Toledana. Logrado este
nuevo albergue con aprobación del Supremo Go-
bierno, á lo que pudo contribuir en algo el autor de
esta Reseña , en que le ayudó no poco su hermano
político D. José Delgado y Oller; con las muchas li-
mosnas que recogieron y con la franca y piadosa
protección que les dispensaron el gobernador civil
D. Juan Francisco Gil y el deán D. Valentín Pizarro,
consiguieron verse en su nueva casa, que es, como
era la antigua, modelo de religiosa cristiandad.
San José , de Carmelitas Descalzas, llamadas las
Madres. También toca ser el último en el orden
de los tiempos, entre los conventos de religiosas, al
de las austeras, rígidas y penitentes hijas de Santa
Teresa , dedicado á San José , puesto que es del año
de 1562. Pero, si bien es el último en los tiempos,
¿cuál puede llamarse el primero, porque le exceda en
merecimientos de virtud y santidad? Es este santo y
ejemplarísimo convento como la base angular de la
reforma del Orden carmelitano ; es la primera funda-
ción que hizo Santa Teresa al salir de su convento
de la Encarnación para acometer la grande empresa
de la Descalcez; es el trofeo más glorioso de todas las
TOMO I. 35
546 HISTORIA DE AVILA.
batallas que tuvo que sostener, de todas las dificul-
tades que superar, de todos los obstáculos que ven-
cer, y de todas las conmociones y tumultos que
calmar, hasta que al cabo logró que en él se dije-
ra la primera misa: es aquella iglesia, de que la
Santa misma habla en sus obras, cuando residien-
do en este su convento , y como animada de un ce-
leste espíritu, escribió; «Tiempo verná que en esta
iglesia se hagan muchos milagros: llamarla han
iglesia santa;» es, en fin, el convento de San Joseph
de Avila, glorioso siempre, siempre admirado. Y
cierto que, si Avila abunda, como lo hemos visto, en
casas religiosas de esclarecida fama de santidad , el
tiempo ha acreditado con cuánta razón vaticinó la
Santa la suerte que le estaba reservada á su ejem-
plar y virtuosa familia.
Pocas fueron, pues no pasaron de treinta, las
monjas que en distintas ocasiones salieron de la En-
carnación para ser compañeras de la Santa, en la
gran obra de la reforma, y cuatro solas las que sacó
para inaugurarla con la fundación del convento de
San José: pobres , muy pobres la iglesia y vivienda
que pudo proporcionarse la fundadora en sus princi-
pios, y en el mismo terreno en que después se levan-
tó el bellísimo templo que ahora conocemos. Prote-
gíala en sus gigantescos proyectos el Obispo, que á
la sazón lo era D. Alvaro de Mendoza, y aunque
despaes pasó á ocupar la silla de Palencia, tan unido
estaba á la virtuosa empresa de la Santa, que quiso
que descansaran sus huesos en esta casa solariega
de la Descalcez carmelitana, como lo comprueba su
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 547
sepulcro de mármol, que en el presbiterio j al lado do
la Epístola se ve, y sobre el cual está el prelado en
estatua mirando al altar y orando de rodillas; trabajo
de muy correcta y delicada ejecución. Era también,
entre otros, el más insigue bienhechor de esta na-
ciente comunidad el noble Francisco Guillamas Ve-
lazquez, Maestro de Cámara del Rey D. Felipe II,
que labró á sus expensas la capilla de la Asunción de
Nuestra Señora, y que enalteció colocando en ella el
cuerpo de San Mauricio y otras santas reliquias; pero
como la primitiva iglesia era de fábrica muy humil-
de y poco segura, intentó á su costa hacerla nueva.
Mas en vano trabajaba al efecto, que repetidas ten-
tativas de edificación y otras tantas ruinas ó necesa-
rias demoliciones manifestaban lo inseguro de la fá-
brica: estaba reservada á un célebre arquitecto esta
obra, que lo fué al mismo tiempo de su arrepenti-
miento y conversión, y como un llamamiento divino
por desusados y extraordinarios modos. Así lo con-
fiesa él mismo en la extensa relación que de la cons-
trucción de esta iglesia y de sus antes mundanales
y después piadosas costumbres escribió, y de la que
extractaremos datos importantes en el texto de la
Historia.
Este maestro era el célebre Francisco Mora, dis-
cípulo de Juan de Herrera y arquitecto del Rey Fe-
lipe III: y de sus manos salió la nueva iglesia de San
José tan perfecta y acabada, que es un modelo de
buen gusto. Es su fachada de sillares de piedra
blanca de fino grano, y su bóveda de piedras jaspea-
das: su pórtico, que lo es de la berroqueña ó de gra-
548 HISTORIA DE AVILA.
nito, descansa sobre cuatro esbeltas columnas, y en
la fachada que sobre él se levanta y en un bello
pedestal hay dos estatuas de mármol blanco y del
más delicado trabajo, la de San José, que inclina
hacia abajo la vista para mirar la de Jesús , que al
parecer niño todavía, y llevando una sierra en la
mano, muestra que habla á su padre putativo; obra
del acreditado escultor Giral. Las puertas son de
una fina madera , que la piedad popular tiene por
incorruptible, traida de las posesiones que Portu-
gal poseia á la sazón en la India. Adornan la igle-
sia seis buenas capillas, la ya citada de la Asun-
ción, la de la Concepción, la del Nacimiento, la de
San Joaquín y Santa Ana, la de San Lorenzo y la de
Santa Teresa. Están sepultados en la penúltima el
maestro Gaspar Daza, uno de los más sabios confe-
sores que tuvo la Santa, y el venerable sacerdote Ju-
lián Dávila; y en la última el virtuoso Lorenzo de'
Cepeda, hermano de Santa Teresa. Fuera del pórtico
existe otra capilla dedicada al apóstol San Pablo, en
el sitio que fué la primitiva iglesia que dispuso la
Santa y que edificó un caballero muy cristiano y
muy estimado, por sus singulares virtudes, de nues-
tra gloriosa paisana, llamado D. Francisco de Sal-
cedo, el cual después murió eclesiástico; de todos
los cuales esclarecidos varones, así como de las pri-
meras religiosas que hubo en este convento, y que
se dieron á conocer por sus obras y virtudes, hare-
mos mención particular en la Flistoria. Custodiase
en el coro la silla que usó la Santa siendo la primera
priora de esta casa, y ocúpala al presente una imagen
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 5-59
i^uya que se repata de escultura primorosa. En la
huerta se venera, en un devoto humilladero, un Cris-
to crucificado, que se tiene por imagen portentosa;
porque encargado por la Santa á un afamado artista
con las proporciones, formas j colorido que le pre-
vino, refiere la piadosa tradición que jamas acertó
á delinear en uno de sus brazos un rasgón que le
exigía, y que apareció después milagrosamente for-
mado; hecho atestiguado en varios pasajes de las
obras de la Santa Escritora.
En este convento era frecuentemente visitada,
asistida y aconsejada, como lo había sido en el de la
Encarnación, de San Juan de la Cruz, de San Pedro
Alcántara, de San Francisco de Borja, de San Luis
Beltran y de otros ilustres varones que forman en
santidad y ciencia las glorias de Avila; y de él salió
acompañada del venerable padre Julián Dávila á la
fundación de los primeros conventos de su regla. Las
hijas religiosas de tan santa casa forman la comuni-
dad más austera y rígida que se conoce, y en las ne-
cesidades públicas y privadas acuden los abulenses
á ellas, como santas medianeras para implorar de
Dios sus misericordias. En el día de San Bartolomé
de cada año, que es el aniversario de la primera misa
en la primitiva pobre iglesia, concurren á celebrarla,
como gran festividad, el Obispo y Cabildo catedral.
Todavía aparece en una muy diminuta espadaña,
sobro la adherida capíUita de San Pablo, la pequeñí-
sima campana con que se inauguró la fundación. En
la huerta se cuida con esmero un avellano plantado
por la Santa, y en la fachada del Norte se observa
I
550 HISTORIA DE AVILA.
tapiada la puerta por donde entró con sus primeras
compañeras de fundación á la estrecha vivienda,
que al efecto compró su hermana doña María , que
tantas muestras de amor la dio toda su vida.
CAPILLAS INDEPENDIENTES.
Continuando la descripción comenzada, tócanos
hablar ahora de otras iglesias y edificios que ador-
nan la Ciudad bajo su aspecto eclesiástico, y que por
el orden de antigüedad que hemos adoptado son los
siguientes:
San Segundo de Ada ja. Tiene esta humilde
iglesia la gloria de haber sido el primer templo que
en Avila se levantó para adorar al verdadero Dios
en los principios mismos de la predicación del Evan-
gelio. La piadosa y constante tradición de diez y
nueve siglos atestigua que en una de las pobres ca-
sas que existian á la orilla derecha del rio Adaja, al
extremo Noroeste de la Ciudad, se hospedó el bien-
aventurado Segundo, primer obispo de ella, como
ya antes lo hemos indicado; y por consiguiente que
en aquellas miserables casas fué donde por primera
vez se dio culto al "Redentor del mundo, y en que
tuvo origen, como lugar en que se fijó la silla pon-
tifical de este venerable prelado, la Santa Iglesia
Apostólica de Avila.
Sabemos cuan perseguida se veia la naciente re-
ligión del Crucificado en los primeros siglos del Cris-
DESCRIPCIOX DE LA CIUDAD. 551
lianismo. Desde la paz que le otorgó Constantino á
los principios del siglo iv hasta los del viii, en que
se verificó la irrupción sarracénica, existió en Avila
este pequeño templo consagrado al Salvador, des-
cansando en el los restos mortales de nuestro primer
pastor, y en tal estado se hallarían, cuando, temero-
sos los cristianos de alguna profanación, hubieron de
ocultarlos en el nicho de una pared, que tuvo la for-
tuna de subsistir por espacio de otros ocho siglos
más, y hasta que el cielo permitió que, trabajándose
en ella para ensanchar el edificio, se descubriese el
vaso de piedra en que se custodiaban, y cuyo suceso
(lió motivo á su traslación á la Catedral en el año
de 1595, como largamente lo exponemos en la nar-
ración histórica. Verificada la reconquista definitiva
de la Ciudad, se consideró como parroquia esta igle-
sia, si bien bajo la advocación, no de San Segundo,
sino de San Sebastian y Santa Lucía; y prueba ter-
minante de ello la da la existencia de la cofradía de
sus nombres en 1095, de que hablaremos en otro lu-
gar: y la concordia que al describir las demás par-
roquias dijimos que se celebró entre el obispo D. Be-
nito Segundo y el clero catedral y parroquial de la
Ciudad en el año de 1254, manifiesta que intervino
en ella la de San Sebastian de que ahora tratamos.
Pero andando los tiempos, y verificada la aparición
del cuerpo del santo obispo, la iglesia tomó su escla-
recido nombre, y se la conoce desde entonces con el
título de San Segundo del Rio ó de Adaja, para no
confundirla con la capilla que se levantó hace tres
siglos dentro de los muros de la Catedral , para dar
5L2 HISTORIA LE AVILA.
más digno culto y más decoroso asiento á los restos
del glorioso prelado.
Tenemos, pues, que esta iglesia ha conocido los
tiempos de las dominaciones romana, goda y árabe,
y que desde la restauración continúa abierta á la de-
voción pública. Pocas, poquísimas habrá, no digo en
España, pero ni en toda la cristiandad , que le aven-
tajen en años. Como en compensación de la gran
pérdida que sufria llevándose los restos del Santo á
más ostentoso sitio, tuvo el noble, elevado y cristia-
no pensamiento de sustituir en su lugar una estatua
de nuestro santo pastor la piadosa doña María de
Mendoza, hermana del obispo D. Alvaro del mismo
apellido, y en el año de 1573 se colocó la que de ri-
quísimo alabastro, de delicadas molduras, y de her-
mosísimas y colosales formas se ve al lado de la
Epístola, puesta de rodillas delante de un reclinato-
rio, y adornada de todas sus pontificales insignias.
Preciosidad artística visitada por todos los forasteros,
y que reanima y conserva constante la veneración al
Santo que representa. Esta iglesia es ademas notable
por haber sido con gran frecuencia visitada por la
heroína de la castidad, la virgen Paula, llamada la
Santa Barbada, á la que daremos á conocer en nues-
tra Historia, si es que no podemos asegurar que en
ella vivió muchos años de su vida; y lo es también,
porque no habiendo podido adquirirla para fundar
en ella un convento la Orden Tercera de San Fran-
cisco, en tiempo del prelado D. Diego de Álava y
Esquivel, fué no obstante la primera morada que
por espacio de diez años tuvieron en esta Ciu-
DESCRIPCIÓN lE LA CIUDAD. 553
dad, como ya atrás queda dicho, los Carmelitas
descalzos.
Nuestra Señora de las Nieves. Al hablar del
convento de las Franciscas Claras, llamadas las
Gordillas, dimos ya razón de su rica y virtuosa fun-
dadora doüa María Dávila, viuda por dos veces de
dos notables personajes, la cual, como allí también
indicamos, fundó esta capilla, situada en el punto
más céntrico y concurrido de la Ciudad, cual es la
calle de Andrin ó del Comercio. Dedicóla á la vene-
ración de la Virgen en el Misterio de la Anunciación,
y dotóla de abundantes limosnas que hablan de dis-
tribuirse á pobres vergonzantes. Su fábrica es soli-
dísima, de piedra berroqueña, asentada en sillares,
pero desproporcionada, porque su gran elevación
no corresponde á las demás diminutas dimensiones.
Tocando con esta capilla y propias de su dotación
existían las casas que sirvieron de morada provi-
sional á las monjas franciscas desde que abandona-
ron su primitivo convento de Villa Dei en el monte
de las Gordillas, hasta que se trasladaron al cons-
truido en la Ciudad. En el año de 1600 obtuvo el de-
recho de patronato de esta capilla Antonio Gutiérrez
de Vayas , con su mujer María de la Concepción , é
institu^^eron en ella algunas capellanías, memorias
piadosas y lugar de sepultura para sus parientes y
deudos.
Nuestra Señora de la Anunciación. Capilla
de Mosen Rubí de Bracamonte. Mucho más conocida
con este último nombre lego y profano , que con el
primero puramente religioso, es la magnífica íábrica
554 HISTORIA DE AVILA.
del templo y hospedería á él unida que se levanta al
Norte, pero dentro de las murallas de la Ciudad, en-
tre el Mercado Chico y el Arco del Mariscal. Es, pues,
la capilla de Mosen Rubí un polígono de hermosa y
bien asentada sillería, de grande elevación, que for-
ma un claro, ancho y despejado templo, al que da
entrada una sola nave, mucho más corta, baja yes-
trecha, que está indicando la forzosa cuando no medi-
tada, incompleta construcción de la proyectada obra.
En él se da constante y respetuoso culto á la Madre
de Dios, bajo el Misterio de la Encarnación del Ver-
bo; y para que nunca faltasen piadosos corazones que
sin cesar orasen en esta santa casa, se construyó
contiguo á ella un magnífico patio , cerrado por co-
lumnas, que sosteniendo la techumbre de las habita-
ciones que por todos lados le circundan , sirviese de
hospedería á seis eclesiásticos , que bajo la presi-
dencia del titulado capellán mayor asistiesen dia-
riamente á los Divinos Oficios , y de trece ancianos
de ambos sexos, que suelen ser labradores y viudas
pobres que en sus mejores años fueran colonos de la
casa de los nobles patronos de esta benéfica institu-
ción, los señores de Fuente el Sol, por su ilustre ape-
llido de Bracamonte, y cuyo título está hoy unido á
la casa de los condes de Parsent. Y obtienen este
patronato familiar porque principiada la obra con tan
benéfico pensamiento por doña Aldonza de Guzman,
hija de D. Gómez Dávila, señor de San Román, y
nieta de Payo de Rivera, mariscal de Castilla, dejó
por heredera á su sobrina doña María de Herrera,
que la continuó, pero que aún no la llevó á cabo.
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 555
siendo ya viuda de Andrés Vázquez Dávila, hijo
del célebre Gonzalo Dávila , gobernador del Maes-
trazgo de Calatrava. Y como ni una ni otra señora
lograsen sucesión directa, eligió esta última por pri-
mer patrono de tan rica y piadosa fundación á Mosen
Rubí de Braque-Monte, señor de Fuente el Sol, su
sobrino, vinculando este derecho en sus hijos y des-
cendientes, dándole por compatrono al reverendo
prior de Santo Tomás el Real; y ya en aquel tiempo
se acabó la obra, tal como hoy la conocemos. A este
espacioso hospedaje, y previas las disposiciones ca-
nónicas necesarias, han sido trasladadas las religio-
sas Dominicas de Aldeanueva de Santa Cruz ó de las
Monjas, por nuestro actual prelado, su hermano de
hábito, el Sr. D. Fray Fernando Blanco.
San Millan. Muchos cambios y muy notables
modificaciones han conocido el antiguo edificio é
iglesia de San Millan, como dejamos brevemente in-
dicados al tratar del Seminario Conciliar. Fueron
primero una casa de religiosas del orden de San Be-
nito, afiliadas al antiquísimo y célebre monasterio de
San Millan de la Cogulla , de cuya circunstancia se
tomó y se ha conservado siempre su nombre. Fundó
la capilla en el año de 1469 el noble y distinguido
caballero Juan Nuñez DJvila, de quien haremos
mención como restaurador de la ermita de Nuestra
Señora délas Vacas, y su sepulcro, con busto de
alabastro , se halla en el presbiterio de San Millan,
al lado del Evangelio. Agregadas después las mon-
jas Benitas al monasterio de Santa Ana de esta Ciu-
dad, como las de otras casas religiosas, según queda
556 HISTORIA DE AVILA.
también dicho, fueron cedidas la casa é iglesia á los
Niños de la Doctrina. Tuvo principio esta piadosa
institución por el fervoroso y caritativo celo de Her-
nando Alvarez del Ag-uila, hijo distinguido de esta
Ciudad y sacerdote de ejemplar vida, que después se
adscribió á la Compañía de Jesús, siendo uno de los
fundadores de su casa-colegio de San Gil. Propúsose
recoger en él á cuantos niños pobres pudo, enseñarles
la doctrina cristiana é inspirarles buenas costum-
bres; y para lograr tan santo y piadoso fin obtuvo en
1545 de la abadesa y religiosas de Santa Ana la ce-
sión del edificio é iglesia de San Millan. A instancias
de la venerable María Diaz y del virtuoso Padre Juan
Dávila, el obispo D. Alvaro de Mendoza pudo conse-
guir después una nueva cesión para establecer un
colegio de sacerdotes en 1568, donde había de mejo-
rarse la instrucción y moralidad de los que se consa-
grasen al servicio del altar. Mientras esto sucedía el
Concilio de Trento decretaba como ley general de
disciplina eclesiástica la erección en todas las dióce-
sis de colegios ó seminarios al propio objeto; por
donde se ve que Avila se anticipó á plantearle, como
ligera é incompletamente lo dejamos expuesto en la
Reseña eclesiástica del Obispado.
Tantas alteraciones, adiciones y modificaciones
como ha tenido esta localidad, la han convertido en
una obra que embellece la Ciudad, que corresponde
dignamente á su objeto, que ostenta la generosidad
de sus prelados, y que muestra la habilidad del ar-
quitecto que concibió y ejecutó su compartimiento.
Porque situado á las desembocaduras de las estre-
ÜESCBIPCION DE LA CIUDAD. 557
chísimas antiguas calles de San Miguel y del Mor-
tero, y habiendo de extenderse su fachada por la tor-
tuosa calle que lleva el nombre del Colegio, necesa-
riamente habria de estrellarse, si continuaba recta,
con las casas de la otra acera; cuando por la forma
de convexidad que dio al polígono que forma todo el
exterior del edificio, distribuyendo con acierto en
proporciones simétricas los espacios de los patios y
lienzos de las habitaciones, forma una de las más es-
paciosas calles, con nuevas y cómodas aceras, siendo
el tránsito muy concurrido para los paseos del Cam-
po del Recreo, San Antonio, la Fuente Nueva, car-
retera de Madrid v estación de la via férrea.
ERMITAS ACTUALES.
Existian á principios de este siglo 18 ermitas,
nueve en el casco de la Población, otras nueve en
sus ÍEmcdiaciones: de unas y otras han desapare-
cido muchas; pero así por el respeto que merecen
las que aún subsisten, como por la consideración
de que todavía se conservan vivos los nombres y
la memoria de las que han faltado, y principal-
mente porque han sido constantes testimonios de
hechos que alguna vez será necesario recordar en
el contexto historial, haremos una rapidísima indi-
cación de todas ellas. De las que habia dentro de
la Ciudad sólo quedan cinco. Nuestra Señora de las
Vacas, San Esteban, el Humilladero de la Vera-
558 HISTORIA DE AVILA.
Cruz,- San Martin y San Bartolomé , ó sea Nuestra
Señora de la Cabeza.
Nuestra Señora de las Vacas. Es tan antigua
su iglesia, que se ignora su origen, aunque las más
viejas crónicas de Avila atestiguan que este templo,
el de San Segundo y el del Monasterio de Nuestra
Señora de la Antigua, de que ya hemos hablado,
existian antes de la pérdida de España. El título de
la imagen que en él se venera, se atribuye á uno de
dos motivos : unos diceu que se apareció la Virgen
á un sencillo carbonero en un corral de vacas , de
que dejó indicios y signos de recuerdo en las señales
de carbón que muestra en su cuello; otros, que un
devoto labrador, siempre que oia tocar las campanas
de esta iglesia, dejaba su trabajo y acudia á ella á
orar, y que alguna vez sucedió que al volver á su
heredad halló que las vacas por sí solas la labraban.
La primera tradición es la más recibida, aunque am-
bas, á cual más piadosas, son creídas de las gentes
ardientemente devotas.
Pero sea lo uno ó lo otro, ó sea cualquiera su
origen, lo cierto es que ya á mediados del siglo xiii
pertenecía esta iglesia á la ínclita orden de los ca-
balleros de San Juan de Jerusalem, puesto que en su
archivo existia hace años la escritura de compromiso
por la cual Frey D. Diego Aranda, Comendador de
Santa María de las Vacas de Avila, y Frey D. Fer-
nando de Fonseca, Prior del Santo Sepulcro, en nom-
bre y representación de toda la orden en las lenguas
de Castilla , Portugal y Navarra , transigían y con-
cordaban con el Bachiller Marcos de Barrionuevo,
DESCRIPCIÓN Di; LA CIUDAD. 559
como apoderado de las cofradías de la Trinidad y las
Vacas, cierto pleito, en el cual aparecía ya un ins-
trumento que acreditaba que la iglesia de las Vacas
era la cabeza de la Encomienda de su nombre en el
año l'2bS, en que á la sazón estaba de Comendador
de Santa María de las Vacas, Sebastian Diaz, perso-
na, título y fecha justificados por el libro de óbitos
de la Santa Iglesia Catedral, que á la sazón regia.
Arruinado, ó por lo menos muy destrozado, este
templo, le reedificó el virtuoso y rico caballero Juan
Nuñez Dávila, que con ardiente celo y á mediados
del siglo XV reparó también el monasterio de la An-
tigua y la iglesia de San Silvestre y construyó ade-
mas la de San Millan y la ermita ó humilladero del
Santo Cristo de la Luz; pero la capilla mayor del
santuario de las Vacas, que es mucho más noble y
elevada, toda de piedra sillería de granito, fué poste-
riormente levantada por el humilde sacerdote Alonso
Diaz, en el año de 1582, bajo el pontificado del obis-
po D. Pedro Fernandez Triviño.
Pudiera muy bien llamarse á esta santa imagen,
por motivos mucho más recientes y conocidos del
pueblo, Nuestra Señora de la Mariposa. Pero la mo-
derna historia de esta mariposa reclama una página
más extensa en nuestra narración histórica, para
evitar que por una simple indicación, que aquí so
hiciera, se repute al autor por unas gentes de incré-
dulo y poco timorato, y por otras de demasiado timo-
rato y crédulo.
San Esteban. A la mitad del grave descenso
que desde la plaza del Mercado Chico hay que hacer
560 HISTORIA DE AVILA,
por ia banda del Poniente hasta el rio, se halla esta
antigua iglesia, y hablase ya de ella al tiempo de la
repoblación de la Ciudad, y después como una de las
parroquias que intervinieron en la concordia de 1254:
y su piedra arenisca roja y el gusto de su construc-
ción la hacen, á no dudarlo, coetánea de las de San
Pedro y San Vicente : su feligresía se agregó , por
razón de su proximidad, á la de Santo Domingo.
El Humilladero de la Vera-Cruz. Esta ermita
es de piedra sillería berroqueña ; estuvo su comen-
zada construcción detenida muchos años, desde 1552
al de 1594. Dio motivo á esta paralización el pleito
que se suscitó entre el párroco y beneficiados de San
Vicente y la hermandad de la Vera-Cruz; porque ci-
mentada la obra en el confia del cementerio de aque-
lla parroquia bajo ciertas condiciones, reducidas á
que su clero sirviese á la cofradía , y rotas las bue-
nas relaciones bajo las que se habia inaugurado la
edificación, fué necesario que una sentencia ejecuto-
ria que se dictó por D. Fernando de Escobar, arce-
diano de Arévalo, en el concepto de subdelegado
apostólico, revocando la del provisor del Obispado
D. Pedro Rodriguez de León, viniese á poner término
á tal contienda, en que llevó la mejor parte la Her-
mandad, si bien no se desconocieron de todo punto los
derechos que sostenia la parroquia, puesto que des-
pués de dicha sentencia ha seguido por muchos años
el clero de San Vicente ejerciendo actos de posesión
en la ermita, verificando la procesión anual de las
ánimas en el dia de la Conmemoración general de
los Difuntos, alrededor del Humilladero, el cual ha
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 561
perdido mucho de su belleza exterior desde que, he-
cha la nivelación del camino que de la Ciudad sale
para Madrid, se ha soterrado la fachada principal.
que era la del Mediodía, hasta la mitad de sa puerta,
si bien el novísimo malecón que sostiene la via pú-
blica, y que ha reducido á mucho menos, aunque á
la verdad más bella, la antes llana y extensa pla-
zuela de San Vicente, le hermosea no poco, así como
á todo este costado de la Ciudad, porque se ha mejo-
rado grandemente la bajada y calle de San Francis-
co, que es la salida para Valladolid.
San Martin. Debe ser de mucha antigüedad; sin
duda existia ya bajo los Reyes Godos; y la razón de
este juicio es muy obvia. Consta, por el testimonio
de los más notables historiadores de la Ciudad , que
San Martin era de las primitivas parroquias, y que
en su colación vivían los maestros, oficiales y gran
número de obreros que trabajaron en la edificación
simultánea de la muralla y de la Catedral; y como
esto sucedía á fines del siglo xi, y tan luego como
pudo asegurarse con la conquista de Toledo la paci-
ficación de Avila y su tierra, es consiguiente, que
no habiendo sido tiempo oportuno para levantar
iglesias el de la dominación sarracénica, y existien-
do ya la de San Martin al tiempo de la repoblación
de la Ciudad, tenemos que retroceder á la época de
la corona goda para encontrar el origen de esta igle-
sia. En el año de 1251 seguía destinada aparroquia,
puesto que fue una de las que intervinieron en la
concordia de esta fecha : ha sufrido muchas modifica-
ciones su fábrica, siendo conocidas las de los años
TOMO I. 36
562 HISTORIA DE AVILA.
de 1542, 1663 y 1700, y en esta última fué la reno-
vación de su capilla mayor. Llama la atención su
bella y alta torre, que es de épocas distintas: el pri-
mer cuerpo , que se eleva hasta cerca del campana-
rio, es de piedra berroqueña, sentada á sillares,
cuando el resto, más alto que lo que consiente el
buen gusto, es de ladrillo solo. Era muy rica en reli-
quias de santos, y de ellas se halló gran número el
año 1542 en un nicho labrado en un pilar, detras del
retablo de su altar mayor.
San Bartolomé , ó Nuestra Señora de la Ca-
beza, Y LOS Cementerios. Si en todos tiempos fué
muy venerada esta iglesia, hoy es mucho más con-
currida , puesto que á ella está unido el cementerio
general de toda la población. Es también muy anti-
gua; la fundó el obispo D. Pedro Instando, en el
año de 1210, dedicándola al apóstol San Bartolomé,
como lo dice la inscripción lapidaria de que nos ha-
cemos cargo en otro lugar, y se la destinó á parro-
quia, pues consta que lo era en la época de la con-
cordia de 1254. Andando el tiempo, se sustituyó el
nombre de esta iglesia, por haberse colocado en su
altar mayor una imagen de Nuestra Señora, de gran-
dísima devoción para todo el pueblo, á la que se da
el título de la Caleza, habiéndose formado después,
para asegurar su culto y asistencia, una cofradía á
c'ue se afilian con especial afecto todos los abogados,
escribanos, notarios, procuradores, y otros depen-
dientes de la administración de justicia. Adornan y
embellecen esta ermita sus tres ábsides del carácter
puro bizantino, y por su lado meridional una peque-
DESCRIPCIO.N DE LA CIUDAD. 563
ña alameda que le da frescura y aspecto risueño ; y
como se halla en el campo al Norte de la Ciudad y
en punto muy ventilado , por ser el más alto de la
cañada en qu3 está situada, lo que justifica su salu-
bridad, se determinó fijar definitivamente á su co,s.-
tado el cementerio , único y general de la Ciudad. Y
digo definitivamente, porque, para ir abreviando
esta descripción, conviene hablar aquí, aunque con
rapidez, de los cementerios que fueron provisionales.
Habia caido en desuso la piadosa costumbre de
hacer los enterramientos en cementerios , costumbre
que fué muy observada en Avila, y de que dan prue-
ba irrefragable los que aún existen cerrados con cos-
tosos pretiles en las parroquias de San Nicolás, San-
tiago, Santo Domingo, San Pedro, y sobre todo San
Vicente, que en sus pórticos y muros ostenta todavía
muchos sepulcros de las más notables familias de la
Ciudad. Pero á fines de 1813 se dispuso por el Go-
bierno del Estado el establecimiento general de ce-
menterios ; y aunque desde entonces se designó para
el de Avila la ermita de que vamos hablando , á la
vuelta del rey D. Fernando VII á España, en 1814,
se paralizó la obra ya comenzada; mas la funesta
epidemia del cólera-morbo en 1834, recordó el cum-
plimiento de las repetidas disposiciones anteriores
sobre construcción de ellos en todo el Reino. Una
junta nombrada en Avila al efecto, resolvió como
primera medida provisoria habilitar algunas ermitas
de las existentes extramuros hasta labrar el que se
proyectaba. Halló resistencia esta medida, así en el
vecindario por el estrecho y no ventilado recinto de
564 HISTORIA DE AVILA.
las ermitas, como en los patronos, congregaciones ó
hermandades que las sostenian: y fué preciso con-
vertir en cementerio, también interino, el cercado in-
mediato al convento de San Francisco , que desgra-
ciadamente llevaba el nombre de Prado de las Vilo-
ras- Nuevo disgusto general causaba este nombre,
que recordaba el venenoso reptil, y para disiparle y
tranquilizar los espíritus apocados, se aceleró la
construcción del que hoy existe , que es capaz , ven-
tilado y decoroso , sirviendo de depósito á los cadá-
veres, y de capilla, donde se celebran los primeros
sufragios, la iglesia colindante de Nuestra Señora de
la Cabeza. Con este motivo se ha mejorado notable-
mente el tránsito que á esta religiosa morada desde
la Ciudad conduce . suavizando su fragoso piso, ha-
ciendo una vía cómoda , y embelleciéndola con hile-
ras de árboles muy copudos.
EKMITAS ÁOTINáDAS.
Bajo este nombre genérico comprendemos las
parroquias antiguamente suprimidas de San Miguel,
Santa Cruz, San Julián, San Lorenzo, La Trinidad,
San Isidoro, de que es indispensable hablar por su
pasada importancia eclesiástica y civil: las peque-
ñas iglesias de escaso renombre que existieron en
el casco y alrededores de la Ciudad , son San Cris-
tóbal, Resucitado, Cristo de la Luz, San Roque,
las Aguas y los Remedios; y, por último, otras
que, por sus peculiares circunstancias, no pueden
DESCRirClOX DE LA CIUDAD. 565
pi'eterirse en esta clasificación; á saber: San Benito,
San Mateo, San Lázaro ó Nuestra Señora de la
Caridad,
San Miguel. Edificio pobre y de poca importan-
cia, recientemente destruido, y que estuvo situado
en la rinconada que forma la calle de su nombre al
Norte del Mercado Grande, é inmediata al destruido
convento de Santa Catalina. También fué parroquia,
según lo atestigua Antonio de Cianea en su Historia
de la Traslación de San Segundo, y su feligresía se
unió á la de Santo Tomé el Viejo , que, como hemos
dicho, existia en el local que ha servido hasta nues-
tros dias de paneras del Cabildo.
Santa Cruz. Todavía se designa por los ancianos
que viven actualmente, el lugar en que estuvo esta"
iglesia, á las inmediaciones de la de Santiago: su
antigüedad data de la época de la repoblación, y se
comprueba con saber que era una de las parroquias
que intervinieron en la concordia de 1254, según lo
atestiguan unánimes los historiadores de la Ciudad.
Y aunque fué muy reparada, siendo obispo D. Fran-
cisco de Rojas, sin duda su pobreza, escasa feligre-
sía é inmediación á la de Santiago, fueron causas de
su supresión, y después de su ruina y total desapa-
rición.
San Julián. Muy pocas noticias quedan ya de
esta ermita. Estaba dedicada al Santo de su nombre,
obispo de Cuenca, y existia en una calle que tam-
bién ha desaparecido de todo punto, hace más de un
siglo. Hablamos de la calle de Cardefiosa, que ar-
rancando desde la cabeza del puente de Adaja, se ex-
566 HISTORIA BE ÁV]L.V,
tendía en dirección de este pueblo hacia los Cuatro
Postes. En esta ermita se veneraba con gran devo-
ción una imagen de Nuestra Señora del Carmen; pero
acaecida su ruina por los años de 1740, fué traslada-
da con los demás ornamentos de la iglesia á la de San
Esteban, de que ya hemos hablado, y en cuya cola-
ción ó cuadrilla estaba situada.
San Lorenzo. Al Norte de la iglesia de San Se-
gundo de Adaja, y en un rellano que hay á la mitad
del declive que conduce al Vado del rio, existió hasta
los años destructores de la última guerra de sucesión,
que todos hemos presenciado , la ermita de San Lo-
renzo, célebre por más de un título. Era una de las
antiguas parroquias; estaba en ella la casa de las
emparedadas arrepentidas de su mala vida anterior,
para consagrarse á la penitencia; también era forzo-
sa reclusión cuando la autoridad competente, ya ci-
vil, ya eclesiástica, ó la del padre ó marido, conduela
á aquel local á las mujeres que hablan cometido fal-
tas contra el pudor, que merecían esta pena. Pero lo
que hace más memorable la iglesia, es que en ella
se verificó el prodigioso caso, que la constante tra-
dición de los siglos refiere, del cambio que sufrió la
virtuosa virgen Paula, demudándosela su hermosa
tez en un rostro varonil, apareciendo repentinamente
muy barbada; pero basta tal indicación, porque so-
bre este punto tengo prometido hablar más larga-
mente en la Historia.
La Trinidad. No he podido adquirir noticia al-
guna de su antigua existencia, sólo se recuerda su
ruina durante la oraerra con los franceses de 1808" á
PESCRIPCIOX DE LA CIUDAD. 567
1814. y estaba situarla en la calle que aiTaucando de
la plazuela de Juan Jorge en la cuesta de Gracia,
conduela al convento de Santo Tomás.
San Cristóbal. Tan antigua debió de ser, que
no dan razón de ella las crónicas de la Ciudad. Cons-
ta que se reedificó en 167-4, siendo obispo D. Fray
Juan de Asensio, y su asiento era á las inmediacio-
nes de la iglesia de la Trinidad, de que acabamos de
hablar.
San Isidro. Muy otra es la importancia histó-
rica de esta iglesia, que sucesivamente ha tenido
tres títulos ó advocaciones. Ya sus mismas campanas
son testigos de su grande antigüedad, porque de una
de ellas se deduce que tiene de fecha por lo menos
de siete á ocho siglos. Y no podia dejar de ser así,
siendo cierta su historia. Dícese que su primer título
fué de San Pelayo, en honor del hermoso joven y
tierno mártir, que de edad de trece años mereció en
Córdoba la palma de la pureza cristiana, en el de 925.
Después se alteró su nombre, añadiéndole la advoca-
ción de San Isidoro Arzobispo de Sevilla, porque se
cree que en la traslación del Santo cuerpo de este
gran doctor de la Iglesia de España, que se hizo
desde Sevilla á León en el año de 1082, descansó
algún tiempo en la iglesia de San Pelayo, y en obse-
quio á su altísimo saber y ejemplares virtudes se le
agregó su nombre, llamándose ya de San Isidoro y
San Pelayo, hasta que en el año de 1232, el Obispo
D. Domingo el Dentudo la dejó sólo el de San Isi-
doro. Y por último, sin que aparezcan otros motivos
que la devoción que el cuerpo de labradores tendría
568 HISTORIA DE AVILA.
á San Isidro , patrón de Madrid , á este último Santo
es ai que se veneraba en esta iglesia , y con cuya
nombre hoy se la conoce. Es su fábrica de la misma
piedra arenisca roja que aparece en los más anti-
guos templos de Avila , y fuó también una de sus
parroquias para los feligreses que vivian en el arra-
bal extremo entre el Mediodía y Poniente de la Ciu-
dad, que después se agregaron á las de Santiago y
San Nicolás.
El Resucitado y Cristo de la Luz, tienen el
nombre específico de Humilladeros. Situada la pri-
mera al Norte, cerca del convento de San Francisco,
á la derecha de la fuente del Pradillo y calzada que
va á Valladolid, nada ofrece que observar, y como lo
dice su título, estaba consagrada al misterio de la
Resurrección. Tampoco es notable la segunda, que
existia al comenzar el camino que va á las Navas y
al Escorial, entre los dos conventos de Santa Ana y
Santa María de Jesús de las GorJilIas ; pero tiene la
particularidad de ser la cabeza ó principio de la via
^acra del Calvario, que termina en el convento de
San Antonio, y cuyas cruces, en proporcionadas dis-
tancias, se fijaron en la solemne procesión que al
efecto se verificó en el año de 1615.
San Roque. Que era de una pequeña y muy po-
bre fábrica, estaba al extremo oriental del paseo á que
da su nombre, y contigua al ángulo Sudoeste de la
huerta del convento de las Gordillas. Nada notable
se recuerda de esta ermita, sino la devoción con que
los avileses acudían á ella en tiempo de pestes. Se
la destruyó después de los sucesos políticos de 1836.
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 569
La Virgen de las Aguas. Era también de muy
escasa capacidad y mérito, colocada en el camino de
Cebreros, á las inmediaciones de las tapias del Este
y Sur de la huerta del convento de Santo Tomás: se
veneraba en ella la imagen de Nuestra Señora, sien-
do aneja del santuario de Sonsoles, cuyo escudo os-
tentaba su fachada.
Los Remedios. La desaparición de esta ermita
fué resultado de los destrozos causados en la guerra
de la Independencia; desde 1808 y muchos años des-
pués estuvieron sus escombros recordando el lugar
de su existencia en el camino que de la Ciudad va
al santuario de Sonsoles, del que era aneja dicha
ermita, pues aunque la edificó la rica y piadosa doña
María Dávila, la fundadora del convento délas Gordi-
Uas, después en el año de 1680 la tomaron á su car-
go los patronos de la Virgen de Sonsoles, y en ella
pusieron por armas el escudo de los dos soles.
San Benito. Esta antiquísima iglesia, que se ha-
llaba en la falda del arrabal meridional, en el mismo
barrio de las Vacas, y que ya existia, como Nuestra
Señora de la Antigua, en los tiempos de la Corona
goda, tenia la particularidad de ser el asiento y sala
capitular del cabildo parroquial, compuesto délos
curas y beneficiados propios de la Ciudad, y cuyo ar-
chivo seria digno del estudio de nuestros paleógrafos
y amantes de antigüedades , porque conserva docu-
mentos de los más remotos tiempos, y entre ellos al-
gunas concesiones que hizo al clero parroquial de
Avila el Rey D. Alonso el Sabio, como limosna de los
sufragios que encomendó á su conciencia.
570 HISTORIA DE AVILA.
San Mateo. También ha desaparecido de todo
punto. Situado á la margen izquierda del Adaja, ala
salida de la Ciudad para el Valle-Ambles, después de
pasada la punta de la Risca. Era célebre en los si-
glos pasados esta ermita, porque habia sustituido á
la antiquísima de San Leonardo, que existió cerca de
Narrillos en el monte de Pan caliente, para celebrar-
se la gran romería que hacia anualmente toda la po-
blación, yendo á ella procesionalmente varias cofra-
días de la Ciudad, y de lo cual tendremos motivos de
hablar en la narración histórica. Correspondió esta
ermita, con algunas heredades situadas en su con-
torno, al célebre Hospital de Toledo, propio de la or-
den y caballería de Santiago, único indicio que queda
de la existencia de la casa-convento de sus caballe-
ros, de que queda hecha mención, habiendo pertene-
cido antes á los templarios. Aún aparecen algunos
escombros á la izquierda del camino que se ha abier-
to para los puertos , y á la derecha una fuente lla-
mada de San Mateo , que se la supone ferruginosa.
San Lázaro, ó Nuestra Señora de la Cari-
dad. Pena me causa contar esta iglesia entre las
ermitas destruidas hace muy pocos años. Sábese que
en su origen era un hospital en que se curaban la
lepra, las bubas y otras sucias enfermedades , y se
procuraba á la par el arrepentimiento y enmienda de
la mala vida de los que allí tenían que mendigar la
salud. Consta que fué reparado este edificio tan im-
portante por su objeto en el pontificado de D. Fran-
cisco de Rojas Borja, y que después que cesó de ser
hospital, trasladadas sus rentas al titulado de Dios
TESCRIPCION DE LA CIUDAD. 571
Padre, quedó solamente de ermita. Estaba situada á
la embocadura del puente sobre el ño Adaja, y se-
gún la tradición constante y no desmentida (pues
tan recientes son los hechos , y esto es lo que nos
causa la pena que sentimos), en esta iglesia de San
Lázaro, donde se veneraba la Virgen de la Caridad,
entró la niña Teresa de Cepeda y Ahumada á hacer
oración, cuando, acompañada de su hermanito Ro-
drigo, emprendía su viaje para obtener el martirio
que apetecían sus tiernos corazones, encendidos por
un fuego celestial. En memoria de esta visita , que
tan grata debió de ser á la Virgen , se estableció la
procesión anual en la víspera del dia de la Santa,
para conducir á la Virgen á la Catedral ; desdo allí
la acompaña el cabildo hasta el convento de Carme-
litas Descalzos, casa nativa de la Santa, donde se
celebra la festividad, y por la tarde se la llevaba á su
ermita por el Patronato de la Santa. De esta manera
se recordaba todos los años la visita que le hizo San-
ta Teresa cuando marchaba en anhelo del martirio.
Destruida la ermita, la Virgen de la Caridad tiene
hoy su culto en la iglesia Catedral, en la capilla de
los marqueses de Velada, y á ella se ha trasladado
también la bella efigie de San Lázaro. Otra particu-
laridad hacia notable esta ermita, y es que en el do-
mingo de la Cuaresma llamado de Lázaro se trasla-
daban anualmente desde esta ermita , donde tenían
un descanso interino, á la de Santa María Magdale-
na, sita en el Mercado Grande, los restos mortales de
los que morían ajusticiados, para darles sepultura
más solemne y duradera.
572 HISTORIA DE AVILA.
HOSPITALES DE LA CIUDAD.
Muchas páginas ocuparíamos en este lugar si
hubiéramos de dar noticia, aunque muy sucinta,
de las numerosas casas que Avila contaba como
asilos de la pobreza aquejada de enfermedades y
lacerias. Pero habiendo hecho indicaciones genera-
les de su antiguo estado en la Reseña político-
civil de la Provincia y su artículo consagrado á
los Establecimientos de beneficencia , marcando los
penosos pasos por los que acertadamente se llegó
á estatuir un solo Hospital general de que ahora
cuida toda la Provincia, en el local que fué del
déla Misericordia, hoy casi del todo reedificado y
grandemente ensanchado con numerosas salas para
los enfermos y sus necesarias dependencias, cree-
mos oportuno reservar para el orden cronológico de
los sucesos la mención particular que ciertamente
merecen en la historia de la Ciudad. Así, pues, nos
limitamos aquí á indicar sus nombres y Jocalidades
que ocuparon.
El de Santa María Magdalena , que hoy ocupan
las religiosas Franciscas Concepcionistas.
De Santa Escolástica , destruido , frente á la par-
roquia de Santo Domingo.
De Dios Padre, frente á la de San Nicolás , que
hoy sirve de Hospicio á ancianos y jóvenes desvali-
dos, por suscricion generosa de varios vecinos.
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD. 573
De San Joaquín ó de la Conyalecencia, frontero ú
la de San Vicente.
Y el de la Misericordia, que, como acabo de indi-
car, es el que se eligió en 1792 para la reunión de
todos ellos, y que hoy subsiste como establecimiento
provincial, grandemente mejorado.
Habian preexistido á aquella refundición otros,
como el de San Antonio Abad, San Gil, y San Láza-
ro; y finalmente, para pobres peregrinos un pequeño
Hospicio bajo la advocación, anexión y patronato de
Nuestra Señora de Sonsoles.
Ermita de Sonsoles. Para poner fin á este pri-
mer tomo de la Historia de la Ciudad, Provincia
T Obispado, me resta hablar, como última singulari-
dad digna de mención, del venerado santuario de
Nuestra Señora de Sonsoles.
Bajo este simbólico nombre se levantó al Sudeste,
á media legua de Avila, en una sierra que se halla
á la altura, poco más ó menos, que la que ocupa la
parte más elevada de su población, separándolas el
Valle-Ambles, que por este punto va estrechándose
hasta acabar, de alli á poco, en la misma cordillera
circular, este bello y alegre santuario dedicado á la
Virgen Madre de Dios. Es de mampostería, de piedra
granito, pedernal y ladrillo, bien encalada, tiene tres
naves que le dan una regular anchura, y m^uy buenas
proporciones al presbiterio, altar mayor y camarín,
al que se asciende por dos salas que sirven de sacris-
574 HISTORIA DE AVILA.
tía, relicario y guarda-ropas, j en que se halla de-
positado un gran número de ofertas hechas por los
fieles á la Virgen en sus aflicciones, enfermedades y
desgracias. Enlazada con la iglesia por un arco, que
da paso público á las gentes, se encuentra una có-
moda hospedería, que consta de la sala de sesiones
del Patronato que tributa sus obsequiosos cultos á
esta sagrada imagen, y de las habitaciones del ca-
pellán y del santero , quien las franquea á los devo-
tos que visitan á la Virgen en todas las estaciones
apacibles del año para cumplir sus promesas y
votos; porque la Virgen de Sonsoles es el objeto
de la constante y profunda veneración de más de
cuarenta pueblos del valle y sierras próximas. Está
asentada la ermita en la mesa ó rellano del cerro
algo inclinado hacia el Norte. Adornan sus alrede-
dores una abundante fuente de dos caños, labrada
de piedra berroqueña , una escasa arboleda que de-
biera hallarse mucho más poblada, como antigua-
mente estaba, la Plaza de Toros , y unos cuantos
cobertizos para tiendas de buhoneros, confiteros y
vendedores de baratijas, de que en los dias de ro-
mería, de que vamos á hablar, se hace consumo,
y cierra todo este grande espacio y su anchuroso
campo, una tapia de piedra seca, que en su lado
de Poniente y en dirección á la portada de la igle-
sia facilita la entrada de un arco. Los antiguos es -
critores del país celebran las frondosas alamedas que
circundaban la ermita; muchos años há que debe
haber faltado tan abundante arbolado, porque repe-
timos con dolor que el que existe , aunque se va re-
DESCRIPCIÓN líE LA CIUDAD. 575
poniendo, es por desgracia más escaso que el que
este sitio de veneración y esparcimiento, de piedad y
popular alegría demandaba.
Aunque el título con que ya se le conoce por casi
todos es el de Sonsoles, en la antigüedad se le llamó
por muchos de San Zoles, siendo el origen de la dife-
rencia de nombres la de sucesos que recuerdan, y á
que respectivamente se atribuyen. Los partidarios de
una y otra advocación convienen en que es antiquí-
sima la existencia de la ermita, pero dicen los prime-
ros que la imagen que en el santuario se venera,
siendo de los primeros tiempos del cristianismo, fué
escondida por los godos en alguna cueva ó fragosi-
dad de aquellas sierras en la época de la irrupción
de los árabes; que andando los tiempos se apareció á
un pastor, y que al dar cuenta del suceso expuso,
que habia visto á la Virgen con su Divino Hijo en
los brazos, y se expresó diciendo... Son-soles; otros,
aunque con más alteración en el lenguaje, encuen-
tran un origen menos portentoso y más filosóñco.
Suponen que al trasladarse á Carrion, en el año 1080,
el cuerpo de San Zol, ó San Zoilo, como hoy se dice,
tomó la comitiva descanso en este sitio cuando le
llevaba desde Córdoba, y que siendo coetánea á este
suceso el de la invención de la Virgen, se dijo que
habia acaecido en el sitio de San Zol ó San Zoles.
Pero sea de estas indicaciones lo que se quiera, es lo
cierto que Sansoles le han llamado siempre los es-
critores más notables del país, como Gil González Dá-
vila, Fernandez Valencia, y el benedictino Ariz, si
bien el uso, legislador y aun dictador supremo en
576 HISTORÍA HE AVILA.
materia de lenguaje, ha triunfado haciendo ya gene-
ral y uniforme la advocación de Sonsoles.
Réstanos hablar de la importancia religiosa de
esta Santa imagen, que las gentes de todos los con-
tornos reverencian como constante y eminentemente
milagrosa. No sólo inspira consuelo, fé y respeto sumo
en los corazones piadosos de toda la comarca, sino
que es la esperanza y como el asilo y último baluarte
a que las gentes en masa se acogen en sus grandes
necesidades y aflicciones. Las pestes, los malos tem-
porales , el temor de ver perdidas sus cosechas por
escasez ó por exceso de lluvias , las irrupciones de
enemigos y otras calamidades como sufre la pobre
humanidad, son otros tantos motivos para que todos
los pueblos de la tierra de Avila fijen sus llorosos
ojos ei la Virgen de Sonsoles, pidiéndola que los
mire con los suyos siempre misericordiosos. Así es
que en tales y tan supremos casos el Patronato que
la sirve , compuesto de personas notables del país, el
clero de las parroquias, el cabildo catedral y las
autoridades civiles , previa la venia de los obispos,
acuden á la ermita, conducen la imagen con fervien-
tes plegarias á la Catedral, le rinden cultos fervo-
rosos, y llenos de gratitud y de respeto la vuelven á
su casa. En ella se celebran dos grandes festivida-
des, una en el domingo último de Setiembre, otra en
el segundo domingo de Octubre, por todos los pue-
blos de la Serranía y Vallé-Amblés. Es mucho más
conocida la segunda romería; verdad es que la hacen
muchos más pueblos y más ricos que los que cele-
bran la primera; vienen distribuidos en concejos ó
PESCRIPCIOX DE LA CIUDA!». 577
'escuadras presididos por sus respectivos curas pár-
rocos y alcaldes, y turna anualmente entre ellos
como signo de preeminencia y honor una g-ran ban-
dera con los colores del pabellón nacional. Con ella,
después de concluida la fiesta religiosa y antes y
después de las alegres, bulliciosas y abundantísimas
comidas campestres esparcidas por el gran cercado
en otras tantas secciones como son las escuadras ó
concejos, y a cuya cabeza se sientan siempre sus
respectivos curas y alcaldes , se juega la bandera.
Es este un ejercicio gimnástico vistoso, y en que
sólo pueden lucirse y hacer alarde de sus formas
atiéticas y robustos miembros los más fuertes man-
cebos , plegando y desplegando al aire libre en el
asta el inmenso vuelo de la bandera, haciendo con
sus diversos giros el palenque y estadio necesarios
para que goce de su vista un numeroso círculo, ya
de críticos, ya de admiradores, según su peculiar
genio ó instrucción.
Antes de llegar el sol á su ocaso, tan grande
concurrencia va desapareciendo, en los mismos gru-
pos ó escuadras en que vinieron, aunque la alegría,
que en el corazón á todos rebosa, los hace más inde-
pendientes, bulliciosos y desasosegados, pero bien
puede asegurarse que apenas ocurre suceso des-
agradable en tales romerías. Tan pacífico, honrado y
modesto es el carácter de toda la comarca. En los
seis años que duró la última guerra civil de 1834 no
se creyó conveniente dejar expuesta á los excesos
del libertinaje y del saqueo, que tanto se desarrollan
en épocas de calamidades públicas, esta sagrada
lüMO I. 37
578 HISTORIA DE AVILA.
imagen, ni sus vasos sagrados, alhajas y orna-
mentos; y permaneció en la Catedral con reverente
culto hasta que la seguridad de los campos consin-
tió ya restituirla á su santuario, que al efecto se res-
tauró decorosamente por su celoso Patronato.
De los Cuatro Postes, del Brasero de la Dehesa,
de la Cruz de hierro en San Roque, del Pinar de Mi-
raflores y de algunos otros puntos en las cercanías
de la Ciudad hablaremos en los lugares que deben
ocupar en esta Obra.
APÉNDICE.
ARTÍCULOS DESCRIPTIVOS DE LAS CINCO VILLAS,
CABEZAS DE LOS PARHOOS JUDICIALES DE U PROVINCIA.
Arenas de San Pedro. Estn villa, oabo/.a de su par-
tido judicial do entrada, autig-uo correíriuiieuto sefiorial, y
cuya provisión pertenecía á la casa de Infantado, con 097 edi-
ficios habitados, muchos de ellos de dos pisos, que forman
cómodas casas, dos plazas, cinco plazuelas y calles regu-
larmente empedradas y alineadas, aunque casi todas eu
gran declive, goza de hermosas fuentes y abundantes aguas;
y ademas de contar con la Casa-Ayuntamiento, de moderna
y buena construcción, con un Pósito, un Hospital bien asisti-
do, escuelas de niños y niñas, algunas posadas y otras de-
pendencias deservicio público, tiene una iglesia jiarroquial,
que es muy antigua, situada en la plaza principal, bastante
capaz para la población, y dedicada á la Asunción de Nues-
tra Señora. La mesa de su altar mayor sostiene un bello
Tabernáculo, modelo digno de iinit;írse. cuando se cons-
truyó, separado del retablo y rodeado de la sillería del pres-
biterio, todo de un buen nogal del ])aís y de fino gusto,
construido el año de 1790, siendo Párroco y Vicario ecle-
siástico del partido el respetable 1). José Carramolino, pa-
riente muy próximo del autor de estos apuntes descriptivos.
Durante la última guerra civil estuvo depositada en esfei
iglesia la urna en que se conserva y venera el cuerpo de
San Pedro de Alcántara, fundador de los franciscanos des-
calzos, á consecuenci.H do la exclaustración general, ha-
biendo sido trasladado de su convento, que se halla á au
580 HISTORIA DE AVILA.
cuarto de legua, poco más ó menos, de la villa, j que es el
segundo que fundó el Santo en su reforma. En él, á fines
del siglo pasado, se erigió una bellísima capilla, rica por
los jaspes y mármoles propios del país y por las alhajas que
llegó á reunir, que atraia con razón la piadosa curiosidad
de los forasteros, y donde se le daba digna veneración por
los pueblos inmediatos y principalmente por la villa. En
esta capilla, obra del célebre arquitecto D. Ventura Eodri-
guez, se halla la sepultura en que fué enterrado aquel pe-
nitente fundador, y de la cual se le sacó incorrupto pasados
más de cien años, para colocarle en la urna en que hoy
existe, y que se restituyó al culto público en su convento
en el reinado de la señora doña Isabel 11, dotando su capi-
lla de cierto número de capellanes para su digno servicio.
Unida al convento está la linda huerta, de amena varie-
dad de plantas, entre las que se contaban la higuera plan-
tada por el Santo , y la misteriosa zarza sin púas, que la
piedad del pueblo contemplaba con religioso respeto.
También es notable esta villa, porque al Noroeste é in-
mediato á las casas, pero aislado de todo otro edificio, exis-
te el palacio que en el último tercio del siglo pasado mandó
construir el Sr. D. Carlos III para habitación del infante
D. Luis, su hermano, á causa de su matrimonio desigual
con la señora doña María Teresa de Vallabriga, con objeto
de alejarla de la Corte; y aunque más pequeño, tenia el
mismo orden de arquitectura, escultura y vistas que el pa-
lacio de Madrid, embelleciéndole una escogida colección de
pinturas, que desaparecieron, con otras riquezas que le
adornaban, en la guerra de la Independencia, durante la
cual se convirtió en casa fuerte , afeando su fábrica con las
aspilleras que se abrieron, y desde cuya época siempre ha
venido deteriorándose, y hoy está sirviendo para habitacio-
nes de algtmos vecinos.
Las dimensiones de que consta y de que debió constar
esta digna morada de un Príncipe de la sangre real, por-
que sólo se construyó parte de ella, son las siguientes:
Metros.
Su longitud para la fachada principal, proyectada,
era de = ". 12
ídem de la parte que se construyó 44
Latitud de la fachada 40,80
Altura total del ediflcio. 19,10
Superficie de toda la parte construida 1 .844
ídem de la parte que no llegó á construirse 1 .242,20
APÉNDICE. 581
Ademas tenia un espacioso jardín pol^lado de las más
exquisitas frutas del país, de muchas provincias del Reino
y de gran parte de América é Italia.
Arenas tuvo un convento de religiosos agustinos , con
la advocación de Nuestra Señora del Pilar, j conserva otro
de monjas de la misma orden, que antes fué de carmelitas
descalzas.
La cárcel, nueva obra de D. Andrés Callejo, celoso ar-
quitecto que fué de la Provincia, está construida en el an-
tiguo castillo que poseía la casa de Infantado.
Arenas fué desde la época de la restauración de la Mo-
narquía cabeza de un gran partido que se llamó de las Her-
rerías de Avila, prueba inequívoca de c^ue se conocía en
abundancia el hierro, como mineral, en sus moutaiias. Sus
antiguas casas solariegas y la permanencia del infante
D. Luis en la villa, la dieron cierto trato, aire y gusto so-
cial que la distingue entre otras notables poblaciones de la
Provincia. Era grande, como en toda esta comarca, el ar-
bolado de castaños, que formaba una importante parte de
su riqueza, hasta que comenzó en ellos, por el último ter-
cio del siglo pasado, una enfermedad que ha destruido casi
todos los castañares, ocasionada, ajuicio de los inteligen-
tes, de la vejez de las plantas, no pudiendo nutrirse por
esta razón de su cansada tierra; pero como ya habrá recu-
perado su vigor, en tan largo transcurso de tiempo, es se-
guro que nuevas estacas ó plantones traídos de otras co-
marcas crecerían con lozanía, y en prueba de la fuerza de-
su vegetación, se muestra aún el sitio de un castaño, que
yo vi todavía, cuando era jovenzuelo, en el año de 1820,
dentro de cuyo hueco tronco entró y giró para salir a caba-
llo el infante D. Luis, en el año 1785.
Arenas, pues, por su bella situación, por sus paseos,,
vistas, amenidad y por lo variado de sus frutas, especial-
mente su delicada guinda garrafal y albaricoques de al-
mendra dulce, y por sus viñedos y olivares, por sus naran-
jos, cuyo plantío se va aumentando, es uno de los pueblos
más templados, más frondosos, más pintorescos y más cul-
tos de toda la Provincia y Obispado.
En su modesta industria sobresalía, hace años, un her-
moso edificio al margen de su cristalina garganta, llamado
el Martinete, porque estaba destinado á la elaboración de
muchas manufacturas de cobre, que eran muy estimadas,
y ahora comprendo yo, después do muchos años que hace
(|ue la vi, que por todas sus condiciones era muy capaz de
grandes mejoras en el perfeccionamiento de sus artefactos.
582 HISTORIA DE AVILA.
Los lamentables incendios que ha safrido en la guerra
con los franceses en 1808, y en la dinástica desde 1833
á 1839, destruyeron los ricos archivos del ayuntamiento,
de la iglesia, de los conventos y de casas principales de la
villa, y esto le hace resentirse no poco de la falta de datos
con que justificar su honrosa historia. Sin embargo, recor-
damos que Arenas fué la cuna de D. Juan de Frias y su
sobrino D. Sancho Frias, colegiales en el viejo de San Bar-
tolomé de Salamanca, dignos de honrosa memoria. El pri-
mero murió de consejero del rey 1). Juan II, ennobleciendo
á su familia, y fué uno de los jueces en la célebre causa y
sentencia del gran privado de aquel monarca, D. Alvaro de
Luna, y el segundo, sepultado en la capilla mayor de la
iglesia, después de una larga carrera, murió siendo del
Consejo de los Reyes Católicos D/ Isabel y D. Fernando.
Fué hermano suyo don Bartolomé, que siguió la de las ar-
mas, señalándose en las conquistas de Ronda, Coín, Car-
tama y Marbella, y sobrino de todos D. Antonio de Frias
Salazar, alcaide de la fortaleza de la villa y patrono del
convento de agustinas recoletas de ella.
Pero lo que es inolvidable es la estancia de la triste
condesa (que así se firmaba siempre), la señora doña Juana
Pimentel, viuda del tau afortunado en su vida como en su
muerte desgraciado D. Alvaro de Luna, de la cual se con-
servan todavía algunos documentos en la villa.
Arévalo. De la primera importancia en la Provincia
es esta antiquísima y por muchos motivos muy notable po-
blación, con más de 650 casas habitadas, divididas en dife-
rentes calles y seis plazuelas en regular estado , y con tres
anchurosas y principales plazas , tituladas de la Villa, del
Real, y de Santo Domingo, ó del Arrabal, ó del Mercado. La
de la Villa es casi cuadrada, con portales en dos de sus
lienzos; la del Arrabal cuadrilonga y contigua á la antigua
muralla, también con portales y empedrados, y la del Real
de idénticas cualidades que las anteriores, y que debe repu-
tarse la principal por sus buenas casas, y entre ellas la del
Ayuntamiento. Tenia para su servicio público un buen pó-
sito , el hospital titulado de San Miguel, al que se agrega-
ron las rentas y edificio del suprimido convento hospitalario
de San Juan de Dios, cárcel segura, lindante con la antigua
casa del Corregimiento, hoy Consistorio, anchurosa casa-
matadero, cátedra de latinidad, dos escuelas de instrucción
primaria para niños, otras dos para niñas, y demás depen-
APÉNDICE. 583
ciencias de la administración civil; es muy notable su acue-
ducto por la buena construcción de sus arcas, anchura y
altura de sus registros, y por sus ricas y delgadas aguas,
que dan surtido á la población en tres fuentes bien distri-
buidas; goza también de cuatro puentes, dos sobre el Ada-
ja, llamados de San Julián ó de Madrid y de Valladolid, y
dos sobre el Arevalillo, titulados de Medina y de los Bar-
ros. El nuevo puente construido á corta distancia de la
confluencia de ambos rios para el ferro-carril del Norte, de
cuatro ojos, los dos centrales mayores que los de los lados,
obra de ingenieros franceses, bajo la responsabilidad de su
constructor Mr. deBergogné, llama justamente la atención
por su gran altura, compartimiento y belleza.
Pero es más digna de observación esta villa, asi por los
restos que conserva de una remotísima antigüedad, de que
da muestras su antes formidable fortaleza, como por otros
más modernos monumentos, y los muchos templos, monas-
terios y conventos que la embellecian hasta que comenza-
ron nuestras revoluciones en 1808. En la Historia nos ocu-
paremos del origen de esta población, apoyados en la auto-
ridad de Tilo Livio, y siguiendo sus más notables vicisi-
tudes.
Pero considerándola ahora solamente bajo su punto des-
criptivo, exige de nuestro deber una, aunque ligera, narra-
ción.
Semejante Arévalo á la capital. Avila, en contar gran
caserío fuera del terreno antiguamente murado, pero cuyo
extenso arrabal está unido á la primitiva población, se di-
ferencia en que así como en Avila es una necesidad conser-
var su magnífica muralla como un gran monumento artís-
tico del siglo XI, por subsistir integro y esbelto, así en Aré-
valo lo es el derruir los pocos, informes y ruinosos restop
de la suya, hermoseando así la villa y librando á sus habi-
tantes de inminentes pehgros. Las gentes van abandonan-
do el espacio que encerraba la muralla á la banda del Nor-
te, y edifican y hermosean el arrabal que está situado al
Sur. La célebre fortaleza del Adaja, en la confluencia de
este rio con el Arevalillo, es de edad ignorada. Cinco fuer-
tes cubos con robustas cortinas la formaban: el quinto mi-
rando al vértice del ángulo que abren ambas corrientes;
dos de magnífica fábrica de ladrillo como el anterior, en
sus lados centrales, y otros dos de piedra cortada al exterior
y en el interior maciza, que presenta la fachada principal,
constituían la gran plaza de armas de este pentágono: y
otro muro más ancho y más bajo, de durísima mamposte-
584 HISTORIA DE AVILA.
ría y de más moderna construcción, que es un gran tam-
bor, dificultábala entrada, protegiendo la Torre del Home-
naje, que es la de la derecha, ó del lado del Adaja. Cami-
nos cubiertos con dirección á los puentes de Medina y Va-
Uadolid, aljibes ó pozos de agua saludable, que se tomaba
de los rios, servian en gran manera á la guarnición de este
memorable fuerte, que presencio tan grandes como memo-
rables sucesos en los turbulentos tiempos de la Edad Media.
En él lloro encerrada sus celos y amor juntos, la desventu-
rada dona Blanca de Borbon, infausta victima del ingrato
D. Pedro de Castilla: en él estuvo preso D. Enrique, el hijo
del almirante de Castilla, en castigo de su osadía en tiempo
de la severa Isabel la Católica: en él vivieron prisioneros el
príncipe de Orauge Pedro Guillermo de Xasau, como jefe
rebelde contra Carlos V y Felipe II en las turbulencias de
Flandes, y como reos de Estado D. Juan Palafox y Mendo-
za, marqués de Ariza, por complicado en las revueltas de
Aragón en tiempo del mismo Felipe II, y don Pedro Tellez
Girón, tercer duque de Osuna, virey de Ñapóles, á quien
sus émulos acusaron injustamente de intenciones de suble-
varse proclamándose soberano de los Estados que á nombre
de Felipe III gobernaba.
Hoy aparece desmantelado, y sólo ostenta que sus des-
moronados torreones son la morada de los muertos. Pero
es estrecho y poco bien acondicionado este cementerio, y
el ayuntamiento se ocupa con justa razón en preparar otro
descanso más decorado á los que abandonan para siempre
el mundo. Mas líbrele el cielo del antipatriótico pensamien-
to que alguna vez ha surgido en la villa de querer destruir
tan histórica fortaleza por utilizarse del miserable provecho
que pudiera proporcionar la venta de sus escombros y ma-
teriales.
El escudo de las armas de Arévalo es esa misma forta-
leza y un guerrero que salea escape de ella, sin bridas, es-
tribos ni olro arreo eu su caballo. La tradición popular
constante le tiene por ^4/'t'i'flco, jefe del belicoso pueblo cel-
tíbero, á que dio su nombre: á tanta antigüedad hacen re-
montar los Arevalenses el origen de su población. La im-
portancia política, militar y social de Arévalo desde la
restauración de España, la dejaremos indicada en el curso
de la Historia.
Los amantes de nuestras antigüedades suponen hallar-
las en Arévalo de las lejanas épocas celtíbero-fenicia, ro-
mana y goda. A la primera atribuyen la figura que llama
el vulgo la Marrana de Cárdenas, y que sin duda es uno
APExNDICE. 585
de tantos toros como se hallan en Avila, Guisando y otros
muchos punios de la Provincia; y aunque muy destígurado
aparece todavía á la entrada de la casa del mayorazgo de
los Puertas. También debe corresponder áesta oscura épo-
ca, un vaso grande de mármol negro que parece un baño,
muy labrado de figuras jeroglíficas, y que desgraciada-
mente está boca abajo y empotrado en una pared del por-
tal de los condes de Valdeláguila, por cuya razón no puede
conocerse su capacidad y proporciones. Del tiempo de los
romanos se reputa el puente de Valladolid; y se afirma
tradicioualraeute que en un antiguo castillo se construyó
la primitiva iglesia de San Pedro, de que hablaremos des-
pués, y que son de origen godo las de San Nicolás, hoy
también destruida, San Miguel, Santa María y San Martin,
el puente de los Barros y el hermoso acueducto. Y para
que tampoco falte memoria de la dominación árabe se cuen-
ta que el teso, hoy mercado de los ganados, era el cemen-
terio de los cristianos durante el grave sitio que sufrieron
por los invasores, y que en su conquista fueron convertidas
en mezquitas las iglesias de que antes hemos hablado.
Reconquistada últimamente Arévalo por D. Alonso VI,
que decretó su repoblación en la misma época que la de
Avila, y comprendida en la corona de Castilla desde el rei-
nado de D. Sancho III, fueron heredados en ella muchos
nobles que se presumían descendientes de los primeros re-
conquistadores de España desde el tiempo de D. Pclayo, y
así vinieron señoreándose de todo el territorio, cuando en
la guerra fratricida que sostuvieron el vencido D. Pedro de
Castilla y el vencedor D. Enrique de Trastamara se divi-
dieron en bandos, y los que triunfantes habían servido á
D. Enrique se titularon las cinco casas ó linajes, agregán-
dose á estas cabezas otros muchos caballeros y escuderos
que después dieron gran lustre á sus descendencias. Enu-
méranse como sus jefes, Fernán Martínez de Montalvo,
Gómez García de Tapia, Garcí González Briceño , Simón
García de la Cárcel, y Fernán González Verdugo: y en so-
corro de ellos se había antes distinguido Gómez García Se-
deño, noble descendiente de Sahagun. Obtuvieron por mer-
ced que el rey D. Enrique les hizo, el privilegio de las
Juntas, que consistía en que cada una de las cinco casas
y sus afiliados, constituidos en junta en el viernes primero
de Enero, se concertasen y por riguroso turno nombrasen
los oficios de justicia de cada año: y para hacerlo con so-
lemnidad, cada linaje escogió un templo, como local de sus
sesiones, y en esta forma ha subsistido por siglos el gobier-
586 HISTORIA DE AVILA.
no municipal de Arévalo, hasta que las leyes del Reino han
concluido con los privilegios especiales de cada localidad,
estableciendo una ley general para toda la Nación. El
Ayuntamiento conserva muchos privilegios rodados y
cartas reales que originales he visto , de Alfonso X, San-
cho IV, Fernando IV, Enrique II, los Reyes Católicos, Dona
Juana y D. Carlos, y otros monarcas hasta Carlos II, todos
contestes en el punto esencial de que Arévalo jamás hahia
de ser enajenado de la Corona.
Bajo su aspecto eclesiástico es riquísimo Arévalo de mo-
numentos. Siete son sus actuales parroquias, y en orden á
su respectiva antigüedad aparecen San Martin , Santa Ma-
ría, San Miguel, San Nicolás, Santo Domingo, el Salvador
y San Juan. Varias otras han desaparecido. Recientemente
la de San Pedro , Apóstol , al Norte de la población , que
más semejaba fortaleza que iglesia por sus torres y reduc-
tos, empleando sus materiales en el gran puente que para
la vía férrea se ha construido , por cuya razón la feligresía
de San Pedro está unida hoy á la de Santo Domingo. Tan
antigua era la iglesia de San Pedro , que se le supone tem-
plo de la gentilidad , consagrado á la diosa Minerva. A la
de Santa María está agregada de época remota la de la
Magdalena, que se hallaba situada á la izquierda del Are-
valillo. En la suprimida de San Esteban se construyó, hace
años, la casa-matadero : no lejos de ella , en dirección á la
fortaleza, estuvo la primitiva parroquia de San Nicolás, que
subsiste; pero trasladada desde el reinado del Sr. D. Carlos III
al colegio de la Compañía de Jesús ; y en la del Salvador,
que es moderna, se cree que hubo otra iglesia, edificada en
tiempo de Constantino; todo lo cual indica que ya Arévalo
era un pueblo importante en la dominación romana y en
los primeros siglos del cristianismo. Una breve reseña nos
dará á conocer lo más notable de todas las existentes.
Sax Martin. Repútasela por la más antigua, aunque
algunas gentes tienen por tal á Santa María , porque lleva
el nombre de la Maijor , sin reparar en que este título no es
por razón del tiempo , sino del misterio de la Asunción,
que entre todos los de la Virgen se ha apellidado el Mayor.
Son notables sus dos elevadas y corpulentas torres geme-
las, de macizo ladrillo labradas, como lo están todos los
edificios sagrados y profanos de la villa. En la capilla de
Nuestra Señora, en San Martin, está establecida la Jun-
ta de nobles conexionados al linaje de los Tapias ; y la
de los Verdugos celebraba sus sesiones bajo la tribuna.
APÉNDICE. 587
después que se arruinó la iglesia de San Esteban. Existen
á derecha é izquierda dos capillas de patronato especial: la
primera de los Muñoces y la segunda de los Sedeños. Tie-
ne un pórtico á la fachada del Sur , muy bello , de arqui-
tectura bizantina , y es lástima que para oficinas poco im-
portantes de la parroquia se hayan tapiado cuatro de los
diez arcos que le formaban. Hoy aparece destruida; pero
por muchos siglos ha estado agregada á San Martin una
capilla, separada de la iglesia por la calle que baja al puen-
te de Medina , llamada de Nuestra Señora de la Capilla , la
cual se asegura que fué el primitivo templo de los cristia-
nos en Arévalo.
Sama María la Mayor y Santa Magdalena. Es anti-
quísima su construcción ; la muy elevada torre que ostenta
estriba sobre un arco, que sirve de paso en la via pública,
y dícese que descansa sobre otra bóveda subterránea. La
familia y los nobles del linaje de los Brícenos celebraban en
su capilla mayor las sesiones de sus juntas.
San Miguel, que es la tercera en antigüedad , se mues-
tra gallarda por la extraordinaria altura y magnitud de sus
dos arcos, que llaman la atención del viajero. El altar ma-
yor, del siglo XVI, es notable: consta de tres cuerpos , de
cinco cuadros cada uno: es esbelto sa arco toral. En el
presbiterio se reunia la antigua junta de los Montalvos.
San Nicolás de Barí. Colocada hoy, como queda indi-
cado, en el colegio que fué de la Compañía de Jesús, re-
cuerda el nombre de un gran bienhechor de esta casa la
inscripción que , por cima del altar mayor , dice: « Hernán
Tello de Guzman , caballero de Santiago , comendador de
Vitoria, veedor general de los ejércitos y gobernador de
Oran, ano de 1591.» En este templo es donde está deposi-
tado el cuerpo de San Victorino , mártir del siglo iii , pa-
trón de la villa: y se conservan en distintas partes de la
iglesia altares , imágenes y pinturas , recuerdos de sus pri-
mitivos dueños los hijos de San Ignacio de Loyola. Es el
templo de mayor capacidad de Arévalo, si es que no le ex-
cede el de Santo Domingo.
San .Tcan. Es en el orden de antigüedad , y más todavía
por el punto de su situación, la pruelaa más inequívoca del
lento, pero constante movimiento y desarrollo de la pobla-
ción del Norte al Mediodía. Los Cárcel y Sedeños, bajo el
588 HISTOniA DE AYILA.
título de Gómez García y Sedeños, celebraban en esta igle-
sia sus sesiones.
Las cuatro ig-lesias que han precedido ocupan el recinto
murado de la villa : las dos que van á seguir dominan el
arra]3al; San Juan está colocado en la misma muralla, ha-
biendo tenido que romperla para extenderse por. ambos la-
dos; lo que indica el curso progresivo del caserío de este
pueblo. Llaman la atención tres capillas : en el presbiterio,
la fundada por D. Mateo de Aré valo Sedeño j su mujer doña
Aldonza Sedeño en 1570, y á los lados la de Pedro Altami-
rano y Catalina Sedeño, con el enterramiento de su hija
D. Juan, y la de D. Manuel Vera Lorenzana y doña Caía-
lina de Arévalo Sedeño, año de 1740.
Santo Domingo. Presenta el aspecto de más moderna
qae todas las ya indicadas; y es bella su situación, forman-
do una de las dos más estrechas fachadas de la plaza del
Mercado; tiene tres anchurosas naves, sostenidas por tres
arcos por banda. La capilla mayor presenta al lado del
Evangelio el enterramiento de D. Lope del Rio y su mujer,
y la larga inscripción que le cubre , refiere menudamente
toda su ascendencia.
El Salvador. Bastante más pequeña que la anterior,
aunque su compartimiento es también de tres naves ; en la
de la derecha se abrió una capilla, dotada en su origen con
cinco capellanes , siendo sus primeros patronos, como fun-
dadores , Bernal de Avila y doña Luisa Briceño, en el año
de 1562,- y en la de la izquierda el enterramiento de la rica
Teresa León, en 1633; es llamada la capilla de las Navas.
A los pies del templo la de Juan de Párraces y Vicenta
López, desde 1707: y el baptisterio en la de San Juan de
la Cruz.
En los cinco conventos de varones que contaba Arévalo,
es digno de atención particular el de San Francisco , por
haber sido erigido por el mismo Santo hacia los años de 1214,
j en él descansaban los restos de Fray León y de Fray Lo-
renzo de Rapariegos, insignes por sus virtudes, y compa-
ñeros del Patriarca en sus empresas fundacionales. Obtuvo
el titulo de Convento Real, porque , amenazando ruina, le
reedificó la reina Doña María , mujer primera de D. Juan II,
y tenia ademas la particularidad de que en él estudió la
gramática latina nuestro inmortal obispo D. Alonso de
Madrigal, el Tostado. Hallábase situado en el extremo
meridional de la villa ; era de gran extensión ; pero ha
APÉNDICE. 589
desaparecido de todo punto en las revoluciones de nues-
tro siglo.
El pe Trinitarios calzados, que también fundaron per-
sonalmente San Félix de Valois y San Juan de Mata , no
lejos del de San Francisco , es otro montón de ruinas. Era
tan anchuroso, que en él celebraba la Orden sus capítulos,
hasta que le sustituyó el del despoblado, llamado de las
Virtudes. Y en recuerdo de que estos dos Santos, fundado-
res de la caritativa Redención de cautivos , honraron á
Arévalo con su presencia, en el interior del convento de
San Francisco, deque antes hemos hablado, se construyó
una capilla, consagrada á sus nombres.
Franciscos descalzos , de la reforma de San Pedro Al-
cántara. En 1588 se fundó el convento á costa del licen-
ciado Juan Méndez de Hungría, en sitio hoy desconocido.
Se trasladó después á un antiguo hospital, que se cree
fundación de Alonso VI, al tiempo de la repoblación de la
villa , y por llamarse de San Lázaro , así se tituló también
el convenio desde 1590. Era obispo D. Pedro Fernandez
Temiño , fundador de el del Calvario de Salamanca , rei-
nando Felipe II , que les concedió este hospital y puso el
convento bajo su patronato específico. Morada fué de vir-
tuosísimos varones, entre otros los venerables Fray Pedro
de San Andrés y Fray Jerónimo del Espíritu Santo, y de
tantos otros que , cuando vivía el venerable padre Fray
Diego de los Llanos, escribía el cronista Fray Martin de
San José, «que parecía este religiosísimo convento la The-
baida de Egipto.» Le enriqueció con dos preciosas reliquias
D. Francisco Ronquillo , marqués de Granado, presidente
del Consejo de Castilla: una de las espinas de la Corona de
Cristo y un crecido LUjniim Crucis; prendas respectivas
antes de dona María Ana de Austria y del papa Clemen-
te VIII, según consta de sus auténticas. El duque de Ler-
ma, gran privado de Felipe III, labró en su extensa huerta
una capilla , que dedicó á San Pedro de Alcántara y á San
Pascual Bailón: también hoy ha desaparecido de todo pun-
to este convento.
Del de San Juan de Dios, que era hospital con el tí-
tulo de Santa Catalina, queda ya indicado que, al desapa-
recer, fueron agregadas sus rentas al de la villa , llamado
de San Miguel.
Y la casa-colegio de Santiago, correspondiente á la
Compañía de Jesús, fué convertido en parroquia, trasla-
590 HISTORIA DE AVILA.
dándose á él, desde el año de 1780 , la de San Nicolás , se-
gún también dejamos expuesto. Las es^^uelas de primeras
letras y de latinidad ocupan el resto de este edificio; y á él
estuvo unida antes que á Santo Domingo la feligresía de la
arruinada parroquia de San Pedro.
Poco notables son los tres conventos de monjas, todas
franciscas , llamados de Jesús , de Santa Isabel ó las Mon-
talvas, y de Santa María de la Encarnación, si se exceptúa
la buena iglesia de este último. Todas ellas, y á más las
de ííapariegos, se vieron un dia reunidas en el de la Encar-
nación, por los años de 1841. Y una prueba inequívoca del
acendrado amor que cada comunidad tenia á su antigua
casa, Ijuscaudo la ansiada paz que fuera de ella no encon-
traban, la dieron primero las del de Jesús, después las Men-
tal vas, logrando que el Gobierno tolerase la valiente reso-
lución que tomaron de volverse por su propia autoridad al
silencio.so hogar que habían elegido para perpetuo retiro.
Las de Rapariegos lo hicieron , previa licencia Real , con-
tribuyendo á obtenerla el autor de estos apuntes descripti-
vos. En el altar mayor del de las Montalvas hay un magní-
fico cuadro de tres varas de alto y ancho proporcionado,
que representa la majestuosa figura del Padre Eterno.
Monasterio de Santa María la Real. De mucha más
importancia artística, histórica y de muy veneranda anti-
güedad es esta casa religiosa. En su origen, puro godo, de-
bió de ser de monjas benedictinas, después se le llamó de
San Bernardo, y últimamente es conocido desde el si-
glo XVI por el monasterio del Real ó de Santa María. Des-
apareció su primera edificación, que fué en el arrabal, pa-
sado el rio Arevalillo, en la larga dominación sarracénica.
Reedificáronle por los años de 1237 los esclarecidos areva-
lenses el abad D. Gómez y su hermano D. Román, caballe-
ro de Santiago; y siendo abadesa en el de 1524 dona Luisa
Ronquillo, hermana, ó por lo menos prima, del célebre al-
calde D. Rodrigo Ronquillo, natural de esta villa, y en me-
moria de los servicios de éste al emperador Carlos V en
los funestos sucesos de las Comunidades de Castilla, logra-
ron las religiosas que el monarca les cediese el palacio real,
su morada y de sus predecesores, para su monasterio. En la
iglesia, que es notable por su construcción, adornos y an-
churoso coro, y á los lados del arco toral se hallan los re-
tratos de los dos hermanos primeros restauradores. Las se-
pulturas se marcan con una larga inscripción. En el muro
de la iglesia frente á su puerta, é inmediato al coro, se
APÉNÜICE. 591
custodia el «Archivo de las informaciones de limpieza de
los cristianos viejos cofrades de Santiago, que fundaron los
nobles D. Gómez y D. Koman en el año 1237.»
Atestio:ua mucho la santidad de esta casa la venerable
dona Catalina del Espíritu-Santo, hija de Antonio Verduí^o
de Trejo y de doña Beatriz Polo, y hermana de otras dos
religiosas. Profesó en 22 de Julio de 1613, siendo abadesa
doña Leonor de üsorio. Escribió su propia vida de orden
del Padre Fray Cristóbal Méndez, su confesor, predicador
de los Trinitarios. Contaba ya treinta y dos años de edad
cuando hizo sus votos; murió en 12 de Febrero de 1G31.
Escribió ademas muchos papeles místicos y cartas notables;
parte de ello se ha extraviado, y el resto lo encierra una
caja que guarda con esmero el monasterio. Treinta y tres
son estos documentos que le envió desde Toledo su padre
confesor, según la auténtica por él firmada en 1.° de Enero
de 1635. Toda la comunidad venera á esta religiosa como
santa, en la esperanza de obtener algún dia su beatiñ-
cacion.
Que este gran edificio fué el verdadero palacio de los
reyes de Castilla, y no una casa propia del alcaide Ronqui-
llo, como muchos Arevalenses equivocadamente sostienen,
lo probaremos hasta la evidencia en la narración histórica.
Si hubiésemos de mencionar todos los ilustres varones ,
cuyas cunas se mecieron en Arévalo, dotándole de hijos es-
clarecidos en armas y letras, y que sirvieron elevados pues-
tos en la Iglesia y el Estado, necesitaríamos ocupar muchas
páginas, porque muchas son las nóminas ó listas de ellos
que tenemos á la vista, y aún no los contienen todos. Las
casas-palacios de grandes señores; las de nobles pero más
modestos mayorazgos, y los escudos de armas que adornan
sus portadas y balcones; las numerosas fundaciones ecle-
siásticas y de beneficencia que instituyeron; los sepulcros
y enterramientos que presentan las paredes y pavimentos
de sus templos; los privilegios reales otorgados á la villa
por merecimientos de sus hijos; las antiguas actas consis-
toriales, todo, todo persuade y demuestra que no se da ua
paso en sus plazas, calles y templos sin encontrar recuer-
dos gloriosos y monumentos históricos de esta población.
Para salir de la dificultad de enumerarlos, nos hemos con-
tentado con inscribir los más notables en los dos Catálogos
civil y eclesiástico de varones y mujeres ilustres, que que-
dan ya impresos, reservándonos, según lo exija la narra-
ción histórica, hablar de algunos dignos de mención par-
ticular.
592 HISTORIA DE AVILA.
Rodean á la villa algunos buenos paseos, señaladamen-
te los ([ue aparecen entre ambos rios, cuyas ri'oeras se ven
pobladas de arbolado; pero el más notable entre todas sus
alamedas, es el de las tapias del Conde. A su conclusión
embellecen la margen derecha del Arevalillo cuatro lindas
posesiones con jardines, huertos frutales y aguas abun-
dantes.
Arévalo celebra semanalmente todos los martes un afa-
mado mercado de cereales y de gran importancia mercan-
til, porque en él se fija el precio de los granos, de que hay
siempre gran contratación para muchos puntos de Castilla,
destinándose á este objeto la gran plaza que ha tomado su
nombre. Y al hablar de ella, no podemos omitir el dar no-
ticia de la extravagancia de un caprichoso testador en
instituir por heredera ó legataria á la Bola de la plaza: y el
objeto de tal institución le declara la leyenda que en la
misma bola y su pedestal está grabada. De ella daremos
cuenta en la Historia.
Existen muchos apuntes , aunque algunos bastante
Inexactos, para describir la historia de Arévalo, de que
por desgracia se carece, en varias leyendas y manuscritos
que conservan los hombres amantes de las anti2:üedades de
la población; uno se custodia hoy en la Biblioteca Na-
cional, en el cajón C, núm. 123, con el titulo de Descrip-
ción de Arévalo, por D. Fernando Ossorio Altamirano Bri-
ceño, caballero de esta villa; y de todos ellos nos hemos
aprovechado para nuestros estudios históricos y descrip-
tivos.
Barco de Avila. Tomó su nombre esta bella y pin-
toresca villa , cuando era una pobre aldea dependiente de
la jurisdicción de Avila, de un barco de que se servia para
comunicarse con el territorio que está á la izquierda del
Tórmes, y que le cruzaba cerca de su confluencia con el
Aravalle, antes de que se hicieran los dos puentes que so-
bre uno y otro rio ahora se hallan. Su iglesia parroquiales
magnifica, espaciosa, del ór;:en gótico, de piedra sillería,
con elegantes verjas al presbiterio y capillas laterales, y
compartida en tres anchurosas naves; todo lo que la cons-
tituye uno de los mejores templos del Obispado, Mucho
más de un siglo después de concluida se abrió en el muro de
la izquierda una capilla que labró el inquisidor Hernán Ro-
driguez, canónigo de Toledo, por los años de 1518. El pri-
mer tramo de la escalera de su esbelta torre es de un cara-
APLNDICE. 593
col de sillería airoso y claro. Eu sa sacristía se hallan al-
gunas bellas pinturas, y se guarda como preciosa reliquia
en un rico viril de plata un antebrazo del penitente y santo
ermitaño Pedro del Barco, hijo de la villa, del cual dare-
mos largas noticias en la Historia, y al que recordaremos
aquí como un gran bienhechor de su patria. También se
conservaba, cuando visité esta villa en 1860, por el enten-
dido celo de su párroco, respetable Arcipreste del partido,
una pilita de alabastro que servia en la capilla del palacio
que levantó en Navarregadilla la familia del céleljre Pedro
de la Gasea, pacificador del Perú.
La villa está murada, y su cerca, aunque no fuerte ni
muy alta, se conserva en buen estado. Cuatro puertas, al
Oriente la de Avila, llamada desde la más remota é igno-
rada tradición la del Ahorcado ; la de la Regadera al Me-
diodía; al Ocaso la del Puente, y al Norte la de la Horcaja-
da, y entre estas dos un portillo en que hace pocos años se
ha demolido, con poco buen acuerdo, un arco árabe que le
adornaba, le dan fácil comunicación en todas direcciones.
El castillo de los señores Valde-Corneja, que lo eran tam-
bién de la villa, construido al Noroeste y en el punto más
elevado de ella, era una fuerte casa cuadrada, hoy destrui-
da, pero de la cual se conservan enteras las cuatro cortinas,
protegidas de cuatro cubos circulares en sus ángulos, y de
otro cuadrado que defendía la puerta de la entrada, y en el
que subsiste todavía, bajo de llave, la campana que exci-
ta al pueblo á la oración en las madrugadas, al medio día
y al oscurecer, para lo cual hay rentas suficientes de una
piadosa dotación; indicio claro, á mi parecer, de que es más
antiguo que la iglesia parroquial este castillo, que hoy está
convertido en cementerio. En su antigua sala de armas,
que es anchurosa y de gran bóveda de piedra sillería , se
colocó provisionalmente el hermoso retablo de San Pedro
del Barco, cuya efigie es de gran bulto, y las dos laterales,
que son Jesús Nazareno y la Virgen Madre, se guardan, por
ahora, en la parroquia, formando el perfecto complemento
de este altar pinturas de mérito.
Intramuros, y al lado de la puerta de la Horcajada,
existió, porque hoy está demolido, un convento de Fran-
ciscanos descalzos , cajos fundadores fueron hijos del de
Tabladilla, en el inmediato valle de Torna vacas, discípulos
de su Patriarca San Pedro Alcántara.
Muchas , dicen las crónicas de la Descalcez francis-
cana, fueron las diligencias que hicieron los vecinos de
esta villa para obtener la fundación de un convento de la
TOMO I. 38
594 HISTORIA DE AVILA.
reforma de San Pedro Alcántara. Y como la duquesa de-
Alba hubiese obtenido del Comisario general de la Orden,
Fray Francisco Guzman, el beneplácito de fundar tres
conventos en los pueblos de sus estados que más le agra-
dasen, el Barco fué uno de los elegidos. Verificándose el
primer establecimiento de la comunidad en el año de 1576
en la antigua ermita de los Santos Mártires que los reli-
giosos obtuvieron del virtuoso obispo D. Alvaro de Mendo-
za, después se trasladaron al Hospital dedicado al Espíritu
Santo, hasta que definitivamente labraron su casa en sitio
más sano, al Nordeste de la población, junto á la muralla,
donde han permanecido hasta que las guerras y revolucio-
nes de nuestro siglo los expulsaron de ella. Hallábase este
convento, como otros, en los confines de las provincias re-
ligiosas de San Gabriel y San Pablo, y profeses de la una
hacían fundaciones en el territorio de la otra ; lo cual dio
ocasión á inconvenientes que se remediaron estableciendo
en el capítulo del año de 1593 los límites de ambos, y que-
dando el convento del Barco en la de San Pablo.
Pero lo que más ennoblece esta villa, y en que se debe
mostrar más ufanía, es la linda capilla que en el ángulo de
la plazuela de la Iglesia y de la Calle Mayor construyeron
há más de dos siglos los piadosos Barcenses á su paisano el
ermitaño San Pedro. Es pequeña, pero clara y de regula-
res proporciones. Las necesidades de la última guerra di-
nástica y lüs extravíos de la razón en tiempos en que se
desenfrenan las pasiones populares la profanaron. Algún
tiempo después se la respetó más , colocando en ella la es-
cuela pública; pero aunque laudable fuera este destino, po-
dían establecerse las escuelas de ambos sexos con mayores
ventajas en otro edificio religioso, llamado de la Pasión, y
de ello se ocuparon ya el Ayuntamiento, el Arcipreste y los
pro-hombres de la viUa, y es de esperar que no se retarde
el dia en que al Santo ermitaño Barccnse se le vuelva á
dar culto en la antigua casa de sus padres, donde nació, y
donde murió, después de haber pasado su laboriosa vida en
el próximo campo, entonces desierto, enseñando con su si-
lencioso y solitario ejemplo á sus compatricios á descuajar
y reducir á cultivo terrenos eriales, como él lo hizo en el
pequeño en que largos años vivió y sobre el que después
se construyó otra ermita en honra suya, que adornaban
pinturas con distintos pasajes de su vida, pero que hoy ha
desaparecido de tal modo, que ya no se conoce el punto que
ocupaba en la Rivera de que luego me voy á ocupar.
Es ciertamente agradable la estructura y compartí-
APÉNDICE. 595
miento de la población en la pendiente inclinada que se
eleva desde el valle de la Rivera hasta el Castillo. Su case-
río, que se compone de más de doscientos cincuenta fuegos,
habiendo bastantes casas muy cómodas y alguna hasta lu-
josamente construida, forma calles bastante espaciosas,
rectas y empedradas. Es cuadrada la Plaza Mayor, con an-
chos y limpios soportales, encontrándose en uno de sus
ángulos la Casa de Ayuntamiento, que adorna un buen reloj
moderno, así como á su calle Mayor un hospital para los
vecinos del pueblo, con la advocación de San Miguel, y más
arriba la cárcel que reclama otro edificio de mayor espacio
y seguridad.
Las afueras de la villa son en extremo encantadoras. El
terreno meridional, regado por abundantísimos raudales de
agua del cristalino Tórmes, en que se cultivan las abun-
dantes cosechas de la suave y afamada aluvia del Barco,
de la patata y del lino, con gran número de árboles fruíales
de diversas y delicadas especies, y que constituyen gran
parte de la riqueza del pueblo, es sin exageración un re-
cuerdo de la huerta de Valencia; y ya que las diferencias
de clima y temperatura no consienten que rivalice con sus
ricos frutos, la excede en mucho en la abundancia de sus
riegos, que por todas partes sobran, volviendo al Tórmes
después de haber proporcionado tres ó cuatro cosechas
anuales. El Tórmes, que antes y después de enriquecer la
tierra da á los pobres pescadores del Barco y sus más pró-
ximas aldeas dos cargas diarias de las sabrosas truchas y
anguilas que tanto celebraba el Emperador Carlos V, cuan-
do retirándose á Yuste, en estación todavía muy agradable
del año, se detuvo en esta villa por tres dias ( dicen que es-
perando ropas de abrigo que pidió á Valladolid); pesca deh-
cadísima, que estimada á tres reales libra y en 300 dias de
trabajo al año, proporciona con su exportación y consumo
en el país cerca de 25.000 duros á tan menesterosas familias.
El lavadero de lanas .situado á la derecha del Tórmes en la
parte meridional de la villa, la ermita del Santo Cristo lla-
mado del Caño, que se halla á la izquierda y á la cabeza
del puente sobre el rio, el paseo de invierno, titulado El
Concejil , con el más variado horizonte sobre la Rivera;
el de verano á la puerta de Avila, y la espaciosa perspectiva
que en risueña lontananza presentan las sierras Llana y de
Gredos de una parte, de otra la de Béjar y la quebrada del
Aravalle en dirección á Extremadura, por el valle de Tor-
navacas, con otros muchos sitios pintorescos, forman del
Barco de Avila la más bella morada en las estaciones de
596 HISTORIA DE AVILA.
verano y otoño. Mucha mayor población contaba esta villa
á principios del siglo xvii. A 600 vecinos la hacen llegar
documentos oficiales, con más de 50 beneficios eclesiásti-
cos; pero presumimos que en este censo entraba la pobla-
ción de algunas aldeas aledañas que formaban con el Barco
un solo concejo y una sola feligresía.
No solamente se honra el Barco con ser la patria del
ermitaño Pedro: éslo también del noble y distinguido ba-
chiller I). Jerónimo Vázquez, presbítero asistente al Con-
cilio de Trento, párroco que fué de sa pueblo, y el primero
que abrió en su iglesia los libros de matrimonios desde
el año de 1584, y que descendía de la ilustre familia de los
Avilas los de los trece róeles. Lo es del valiente alférez Ali-
seda, que nació en el inmediato despoblado de los Ximones,
y de Francisco Almaraz y Francisco Méndez, todos tres
guerreros en el Perú, y que desde allí fundaron capellanías
para sus familias. Lo es, en fin, entre otros notables suje-
tos, de Pedro Salazar, fundador del primer mayorazgo de la
casa de Alba-Beal; de la señora del Bazo, que dio origen
por su rama castellana á la casa del Vizconde de Huerta,
radicante en Murcia, y de D. Diego de la Gasea Salazar,
hijo de otro D. Diego y sobrino del gran pacificador del
Perú. El que ahora nos ocupa requiere que recordemos que
fué oidor de Valladolid, y sucesivamente ministro de los
Reales Consejos de Hacienda, Indias y Castilla, hasta el
año de 1603, que fué el de su fallecimiento.
Faltábale únicamente al Barco para su fácil y constante
comunicación con la Capital (y lo mismo sucedía á Pie-
drahita) la conclusión de la carretera provincial del puerto
do Villatoro: ya era tiempo de acelerarla haciendo un sa-
crificio la Provincia, como lo está verificando, para que del
Barco partan dos ramales, uno que conduzca á la industriosa
Béjar, otro que comunique con el Valle de Tornavacas, de
donde Avila y todo su país han de reportar ventajas bien
conocidas. Mientras tanto, siempre puede blasonar el Barco
de ser una de las poblaciones más cultas, más agradables y
más dignas de ser visitadas por curiosos y forasteros.
Gebreros. Algunas gentes suponen que el nombre
de e.sta villa proviene de Cebra, por creer que abundase
esta hermosa especie de cuadrúpedos en otros tiempos en
las sierras que la rodean; mas yo entiendo que andan equi-
vocados quienes á tal suposición dan crédito. Xo hay noti-
cia, ni vestigio, ni rastro que á tal creencia induzca, y mé-
APÉNDICE. 597
nos cuando los zoólof^os describen la cebra como indígena
del África, semejante al mulo, de color de melocotón, con
listas transversales, pardas ó negras en la piel, de la ga-
llardía y viveza del caballo, aunque más pequeño, pero más
ligero; y tal raza de cuadrúpedos es absolutamente desco-
nocida en todas las sierras de la Provincia. Si la equivoca-
ción consistiera en tomar la cebra por el ciervo, entonces el
nombre de la villa estará imperfectamente derivado, pero
seria verdadero, porque en los montes de Cebreros se ven
con frecuencia ciervos y venados; un ciervo, pues, y no una
cebra, debe de ser el cuadrúpedo que se ostente como bla-
són en el escudo de la villa.
Pero sea de esto lo que se quiera, Cebreros es la cabeza
del partido judicial de entrada á que da nombre, creado
por el rey D. Fernando Vil en la segunda década de su
reinado, villa situada á las seis y media leguas al Sudeste
de Avila, con más de 680 edificios habitados, distribuidos
en calles bastante anchas y largas, una plaza principal ro-
deada de soportales que sirven de paseo, y en otras tres
plazuelas. El edificio consistorial es de salones espaciosos,
asi como estrecha es su cárcel, y de buena construcción el
pósito. Hay dos escuelas de instrucción primaria para ni-
ños de ambos sexos, y seis fuentes públicas que abastecen
al vecindario. Al tiempo de la exclaustración general exis-
tia un convento de Franciscos descalzos con la advoca-
ción de Jesús, que se fundó siendo prelado abulense D. Al-
varo de Mendoza, y que si bien ha pasado á dominio particu-
lar, su iglesia continúa abierta al culto público, y la par-
roquial, dedicada al apóstol Santiago, es un edificio mag-
nífico de tres naves y fábrica de sillería, como que también
es obra del célebre arquitecto Juan de Herrera, la cual ha
sido reparada recientemente á expensas del Estado, tenien-
do la satisfacción de contribuir con su influencia oficial,
cuando en 1853 desempeñaba el cargo de ministro fiscal
de la Real Cámara Eclesiástica, el autor de estos apuntes
descriptivos, para que así se realizase. El curato y tenen-
cia de parroquia son Ijeneficios del exclusivo patronato y
nombramiento del cabildo catedral. También llama la aten-
ción el puente de cuatro ojos sobre el Alberche, titulado de
Valsordo, que sirve de comuuicacion á nuestra provincia
con las de Madrid y Toledo. Presenta ademas Cebreros otros
dos monumentos notables por su antigüedad. El uno alcan-
za tanto, que su origen es coetáneo con la fundación de
Avila, como en adelante veremos, aunque aparentemente
pertenece á la dominación romana: es un gran toro ó ele-
598 HISTORIA DE AVILA.
^aute, hecho de peña de granito, que se hallaba en la ribera
del Alberche, y que era por esta parte el mojón ó limite de
las dos provincias, Tarraconense y Lusitánica, que con la
Betica formaban parte del imperio romano en la península
Ibérica: y nuestro laborioso y erudito paisano el Maestro
Gil González Dávila, en so. Teatro eclesiástico, Iglesia de
Avila, da testimonio de que en uno de sus costados se leia
en su tiempo esta inscripción: "//íc est Tarraco, non Lusita-
iiia;}> y en el otro costado esta: «///c Lusitnnia, non Tarra-
to,» para demostrar sin duda, que del respectivo lado en
que se halla la inscripción, comenzaba el territorio de cada
una de estas provincias. En la narración histórica, como
lagar más oportuno, nos hemos de ocupar más detenida-
mente en este asunto; pero desde ahora anunciamos que no
hay que confundir el toro de Cebreros, como lastimosamen-
te lo hacen algunos escritores, con los foros de Guisando.
Hoy, según se me asegura por mi pariente D, Bibiano Gil,
con el apoyo de los más ancianos de la villa, ni memoria
existe en ella de tan notable monumento. ¡Lástima grande!
¡¡ero yo encuentro una razón muy sencilla de tal desapari-
ción, y es que, hallándose en un cercado en declive inme-
diato &1 Alberche, faltando á la piedra su asiento terrizo
por efecto de las lluvias atorrentadas, cayó derrumbada en
el suelo: su misma corpulencia fué conteniendo las tierras
que sin cesar llevan consigo las aguas, y amonlonándose
p3C0 á poco en el curso de los años tales sedimentos, lle-
garon á cubrirla. Hoy seria necesaria una cata de explora-
ción en el terrazgo para hallarla, y á la comisión de monu-
mentos artísticos incumbiría, si lo creyese de reconocido
ínteres histórico, ordenar esta bien fácil operación.
El otro monumento, aunque también antiguo, no se re-
monta á tan largo tiempo; pertenece al de la reconquista
sobre los sarracenos, y lo forman los restos de una atalaya
ó castillete que servía de torre de señales para observar y
noticiar las incursiones ó movimientos de los ejércitos de
ambos pueblos combatientes: siendo de notar que esta
clase de telégrafos se extendían por toda la línea de las
montañas en sus más notables eminencias, hasta comuni-
carse con los puntos principales á que servían, que eran
Avila y Toledo. Cebreros fué una de las poblaciones que el
rey D. Fernando IV cedió á su tio el infante D. Juan, como
demostraremos en la Historia, por convenio y transacción
con que procuraba acallar sus siempre ambiciosas exigen-
cias. Finalmente, Cebreros produce un sabroso vino mosca-
tel, el más delicado albíllo como fruta de mesa, azucarados
APÉNDICE. 599
melones, al-^un aceite y otros frutos, y abundancia de caza,
en la que no faltan, como va dicho, corzos, venados y ja-
balíes, y forman gran parte de su riqueza pastos abundo-
sos para su ganadería.
De tan urgente necesidad es, como será de gran prove-
cho, la conclusión de la carretera de tercer orden, que de
Aviia ha de pasar por Cebreros hasta llegar al confín de la
i^roviucia de Toledo, porque es la llave en el Sudeste de
ia de Avila, de todas las comunicaciones interiores que cor-
ren al Este para el más fácil acceso al ferro-carril, y al
Sudoeste hasta llegar al Barco, en toda la faja meridional,
que tan quebrada y fragosa es, según ya queda descrita: y
para decir verdad ,'^ la Diputación provincial se ocupa ya
con celo en este grave negocio, como de otros de igual na-
turaleza en el ámbito de toda la Provincia.
PiedraMta. Risueña, frondosa y amenase ostenta esta
villa con sus muchas, aunque pequeñas barriadas, levan-
tándose al Norte de la sierra de sa nombre como un fresco
rosal en medio de muchos arbustos olorosos; y si su pobla-
ción, de doscientas cincuenta casas, es bajo este aspecto, la
más pequeña de las cabezas de partido de la Provincia, son
en gran número tan lindas, cómodas y aseadas, y de tan
regular construcción, distribuidas en doce calles empedra-
das, suñcientemente anchas, y en tres plazuelas, ademas
de la plaza principal , que es cuadrilátera , con soportales
y con una hermosa y abundantísima fuente en el centro de
ella, que atraen agradablemente la atención del viajero. La
casado ayuntamiento, la cárcel en editicio separado, la
iglesia parroquial , cabeza de un extenso arciprestazgo, el
hospital, un convento de monjas Carmelitas calzadas, un
antiguo beaterío de hermanas terceras del Orden de Santo
Domingo, y el ya destruido convento de religiosos del mis-
mo instituto, con tres ermitas con culto público, constitu-
yen el servicio y adorno del pueblo. Pero lo más gran-
dioso de él, y de que pocos de su importancia vecinal po-
dían hacer igual alarde , era el tan bollo como magnílico
palacio de los duques de Alba, edificado con todo el lujo y
buen gusto que podían exigir las bellas artes en el último
tercio del siglo pasado, y que no presenta hoy más que
lamentables ruinas , como uno de los más horribles es-
tragos de la guerra de la Independencia. De todo ello va-
mos á hablar, porque todo es digno de recuerdo.
La muralla, que se conserva entera, aunque siempre
600 HISTORIA DE AVILA.
debió ser débil para la defensa de la villa , tiene cinco puer-
tas con los nombres y en dirección de Avila , Salamanca,
el Barco, la Horcajada, y la Nueva ó de la Villa, que está
muy próxima á la plaza. La ronda exterior es un paseo con
arbolado en las alas del camino, que arrancando desie la
alameda del palacio del Duque hacia el Oriente ó puerta de
Avila, circunda la población hasta el estribo del g-ran ma-
lecón ó dique de los jardines. Hermosea el interior de la
villa la parroquia, que ocupa la fachada Norte de la plaza:
es bastante capaz, si bien de distintos géneros de arquitec-
tura, y fué palacio de la reina doña Bereuguela , madre de
San Fernando, que le donó á la villa para templo cuando
lloraba el triste estado de separación en que vivia de su es-
poso Alfonso IX, rey de León. Consta la donación del ta-
blero de sufragios que obra en la sacristía , y así lo confir-
ma la corona real que se coloca en el túmulo en los dos
primeros viernes del año, en que se celebran aniversarios
por tan regia bienhechora. Embellécenla, no obstante, los
dos tendidos arcos de su pórtico, la capilla de los Vergas,
que corresponde á la casa del duque de Gor , un retablo
antiguo en el templo y dos más antiguos quizá en su claus-
tro procesional, que no carecen de mérito, aunque están
muy descuidados, y que correspondieron á la primitiva
iglesia de San Andrés , que se hallaba construida en el ar-
rabal llamado la Pesquera , hoy bastante separado del re-
cinto murado de la villa. En el cuerpo de la actual y al
lado del Evangelio está construido un subterráneo de cua-
tro varas en cuadro , que titulan la Cislcrna, de muy baja
y achatada bóveda , que en la mayor altura de sus cuatro
paredes y en la bóveda contiene en caracteres muy anti-
cuados, inscripciones de dos enterramientos.
El Beaterío de las dominicas fué un instituto de ense-
ñanza de niñas, que regían, no monjas de clausura, sino
hermanas terceras de esta religión, fundado en el ano
de 1558 por el virtuoso Melchor Cano, sobrino del sabio de
si mismo nombre, célebre escritor teólogo en el reinado de
Felipe II, y arabos ilustres religiosos dominicanos. Era este
fundador, natural de Madridejos, en la Mancha, donde es
muy venerado y se ha tratado de su beatifícacion^. El edi-
ficio es humilde; pero el servicio ala instrucción religiosa
y social que las beatas prestaban era muy grande. En esta
casa vivió, modelo de la más áspera mortificación y peni-
tencia, la venerable L'osa de la Santísima Trinidad, para,
cuya beatificación están dados los primeros pasos que tan
importante declaración requiere. Y como prueba de su ejem-
APÉNDICE. 601
plarísima vida, se muestra su oscura y estrecha celdilla,
con numerosos instrumentos de las añicciones corporales
á que se entregó por muchos años en esta santo retiro.
Fábrica más importante es la del convento de Carmeli-
tas calzadas, construido por los años de 1460, bajo el patro-
nato del señor de la villa , que lo era el de todo el valle de
Corneja, como lo testifica el escudo de las armas de su casa
que está sobre la puerta. Honrábase esta virtuosa comuni-
dad en tener por fundadora á doña María Alvarez de Ver-
gas, que fué una de sus primeras religiosas, y más todavía
por ser hija ya de ella la venerable María de Jesús, de ape-
llido Muñoz, natural de Hoyos del Espino. Profesó á los
sesenta y dos años de edad ; y tan notorias y esclarecidas
fueron sus virtudes, comprobadas con maravillosos aconte-
cimientos en su vida y muerte, que el respetable obispo
de Avila D. Pedro de Ayala elevó sus venerandos restos á
más decoroso descanso , con intervención del corregidor y
ayuntamiento de la villa, en el año de 1735, formándose el
oportuno expediente, que conserva el convento como dato
preliminar para el de su beatificación.
El convento de Dominicos, hoy destruido, porque sola-
mente se conservan los paredones y los bellos y airosos
arcos njivos de sus naves, y parte de su limpia fachada de
sillería de granito, sirve de cementerio; pero ¡ah! antes lo
fué también, y muy suntuoso, de los nobilísimos señores ¿el
valle de Corneja. En los dos muros de la capilla mayor .se
hallan rotos, mutilados y hechos pedazos, aunque todavía
cada uno en su respectivo nicho, cuatro bustos que seme-
jan dos matrimonios ; son de fino alabastro ; ellos vestidos
de guerreros, sus esposas de gala. Lástima grande causa
tal destrozo. En cambio consuela que en las capillas latera-
les se hayan construido de piedra labrada nichos á la mo-
derna para las personas acomodadas de la villa.
Antiquísima es la existencia de Piedrahita; delñó prece-
der á la invasión sarracena, puesto que la Historia general
y la propia de nuestro país atestiguan notables sucesos
ocurridos durante ella en esta población y sus- cercanías, y
se sabe que era uno délos lugares á donde se retiraban los
moros, perseguidos por los cristianos de Avila. Expulsa-
dos que fueron de estas comarcas, fué restaurada la villa,
y como descendientes de las antiguas familias de sus re-
pobladores, se cuentan los apellidos de los Pecellines,
Crespos, Velez, Vergas y otros. Hállase situada en muy
pintoresca situación. Al Mediodía se ostenta la Sierra-
Peuanegra, y en el promedio de su cuesta se ve el me-
602 HISTORIA DE AVILA.
morable Monte de la Jura . al cual por su importancia
histórica consagraremos una página en la Historia. Al Po-
niente el cerro de la Cruz; y entre ambas cumbres, en el
camino del Barco, se encuentra el lindo heredamiento cer-
rado de la Pesqueruela, modesto patrimonio del literato,
escritor y poeta Sr. D. José Somoza, jefe político de la pro-
vincia en el ano de 1820, á la cual representó con celo
en varias ocasiones como diputado á Cortes, y que siempre
renunció á altos puestos, con que sus amigos políticos, en-
cumbrados al poder, le brindaban. Al Oriente de la pobla-
ción se halla otra hermosa heredad , llamada el Berrocal ó
la Huerta del Duque, puntos ambos, como otros muchos
del contorno, que cantó en bellos versos el diputado So-
moza.
Pero lo que sobre todo llama la atención del viajero
hoy, como dejamos indicado, es el examen y triste estado
de las ruinas y de los magníficos y suntuosos restos que
aún quedan del palacio de los duques de Alba, que, como
señores de Valde-Corneja, lo fueron por largo tiempo de la
villa. Construyóle en la falda de la sierra meridional de la
villa, tocando con la población, D. Fernando Alvarez de
Toledo, duodécimo duque de Alba y décimo-quinto señor
del Yalle de Corneja, á estilo é imitando el gusto de mu-
chos de Italia, labrándole de durísima peña berroqueña en
sus cimiento.?, de otra de muy fino granito blanca j limpia
en todos sus firmes exteriores, que se corta en la abundan-
te cantera de Valdemolinos, á dos leguas de la villa, y del
más sólido y delicado ladrillo que se conoce para relleno
de sus centros. Dióle cuatro fachadas, con dos pisos, el en-
tresuelo , que es todo de sillería, y que era la mansión de
los duques j de los distinguidos amigos á quienes hospe-
daban, y el principal, que ocupaba la familia, sirviendo los
robustísimos sótanos de muy alta bóveda de piedra para al-
macenes y desahogos de tan opulenta casa. Seis escalina-
tas daban entrada al magnífico entresuelo , una en el cen-
tro de cada fachada, y en la principal, que mira á la villa,
dos más que comunicaban con las habitaciones salientes ó
de martillo, que formaban un bello cuadro, cerrado con un
airoso pedestal, sobre el que se elevaba el busto del duque
constructor, que era de mármol de Carrara. Mas antes de
llegar á este vestíbulo, existe un anchuroso patio cuadri-
longo, á que daba entrada una grande y hermosa puerta de
hierro, defendida por dos elegantes y anchurosas casas de
porteros, hallándose en ( 1 medio de este espacio la boca del
aljibe del antiguo castillo, sobre cuyo terreno se edificó el
APÉNDICE. 603
palacio, y á su derecha, en el promedio de este estadio, la
aislada torre del Reloj, de la misma rica coustruccion.
Ocupaban los deliciosos jardines de esta deliciosa mora-
da sus tres lados, dilatándose por el de Mediodía en forma
de un frondoso anfiteatro, cuyo primer término describía un
magnífico malecón circular que progresiyamente se eleva,
naciendo del centro del muro una hermosa fuente, llamada
del Mascaron, que vertía sus aguas en un dilatado estan-
que. Otros cinco más, todos de distintas formas, facilitaban
gradualmente los riegos en las planicies ó bancales que
iban ascendiendo, y al propio tiempo servían de cria y ce-
badero de las sabrosas anguilas, truchas y barbos, que las
cristalinas aguas de aquellas gargantas crian. La parte más
alta de los jardines estaba embellecida con dos hermosas
construcciones. Una era la Casa de las Aguas, donde entraba
uu perenne torrente que del inmediato monte se desprende,
y que se distribuía á todas partes, y la otra el celebrado
Puente de las Azucenas , de forma diagonal de arco muy
achatado y de atrevida concepción, que llevaba aquel nom-
bre porque el adorno de la puerta por donde los Duques
salían á caza, construida á su extremo, tenía por adorno
dos magníficas azucenas de hierro por remate de sus airosos
dinteles. Pero lo que más debe asombrar á todo viajero, en
mi opinión, es el magnífico y robustísimo malecón ó muro
que en la banda de Poniente recorre casi toda la extensión
de los jardines, conteniendo la inmensa mole del terrazgo
de una parte, y de la otra encerrando el torrente que des-
truiría si no el camino público que conduce al Barco. Es en
sus dos lados este cauce de fuerte piedra sillería labrada, y
tal su profundidad en línea escarpada, que por la punta del
dique, muy inmediato á la puerta de la villa, cuenta, por-
que lo he hecho medir, más de 54 pies desde su mayor al-
tura hasta el fondo del torrente.
Concluido este hermoso palacio por el duque D. Fer-
nando, que murió en 1776, sucedióle en su casa y estados
su nieta doña María Teresa, la benéfica, la munificentísima,
la inolvidable Duquesa de Alba , que huérfana desde muy
tierna edad se crió al lado de su ilustre abuelo, habitando
largas temporadas, por espacio de muchos años, este sitio
de placer. Con tal motivo y el del agradable temple del
pueblo en la estación del verano, vino á ser Piedrahita el
punto de reunión de muchos personajes y hombres nota-
bles, y como la Arcadia de la Provincia , porque Bails y
Melendez Valdés, Iglesias y Goya, Bayeu y Quintana, Nu-
ñez y Somoza, y otros muchos literatos y artistas que pu-
604 HISTORIA DE AVILA.
diéramos citar, han meditado ó compuesto aquí obras tan
útiles como honoríficas á las artes y á las ciencias.
Es Piedrahita el pueblo que quizá puede dar más noti-
cias de su historia entre todos los de la Provincia; porque
aunque su archivo pereció en gran parte, como otros mu-
chos de nuestro país y de toda España , en la guerra de la
Independencia, salvóse felizmente un libro eu folio, que es
el índice razonado de todos sus documentos, desde que
tuvo principio el señorío de Valde-Corneja, á fines del si-
glo XIV. Llámanle el Faldiño, porque se cree que era el
apellido de un estudioso y entendido fraile dominico, hijo
de su convento, á quien la villa encomendó tan importante
trabajo, á mediados del último siglo.
Y á su autoridad acudiremos cuando ocasionalmente
tengamos que comprobar en nuestra Historia la de la villa.
Una sola verdad queremos anticipar , ya que se la ha que-
rido combatir. Es natural de ella un célebre escritor en
medicina, catedrático de Salamanca, el doctor Juan Bravo,
testigo intachable que justifica que el Gran Duque de Alba,
conquistador de Portugal, nació en Piedrahita.
Y para que nada falte á este agradable país, abundan en
sus campos y montes plantas medicinales y tintóreas, y en
distintos puntos del contorno, y señaladamente en el Ber-
rocal, lindero con la villa, aguas ferruginosas y sulfúreas.
Tal es, eu bosquejo, la amena y deleitosa Piedrahita.
OMISIONES QUE SE HAN PADECIDO.
En la numeración de Monasterios y Conventos de varones.
El convento de la Santísima Trinidad de Arévalo,
página 386
En la de Escritores eclesiásticos y personas notables en letras.
Oarcía Mazo (D. Santiago) , Canónigo magistral de
Valladolid; escribió el Catecismo explicado, que ya
cuenta muchas ediciones, pág 415
ÍNDIGK.
ráíjs.
A la Diputación provincial de Avila 5
Discurso preliminar 7
Del_ objeto de esta obra, y de la importancia y nece-
sidad de las historias particulares, pág. 7. — De
los falsos cronicones, 16 —De los motivos espe-
ciales de la publicación de la Historia de Avila,
su Provincia y Obispado, 27 —De los notables
acontecimientos, dignos de constante recuerdo
en nuestra Historia, 34.— Del orden y comparti-
miento de esta obra, 45.
Reseñas g^eo^ráfica y geológica de la Provincia 59
Noticias GE^ERALEs de la situación geográfica de la Ciu-
dad y de la extensión de su Provincia y Obispado 59
De la Provincia: Reseña geográfica de sus montañas,
valles y ríos con relación á toda España, y señalada-
mente á las grandes cuencas del Duero y Tajo, según
los novísimos estudios de la comisión de estadística
general del Reino 61
Cuenca del Duero, 62.— Cuenca del Tajo, 66.
Breve reskña geológica de la provincia de Ávila 68
Descripción mknos científica que las dos precedentes re-
señas, pero mucho más circunstanciada, de la situa-
ción y límites de la Provincia, y de sus abundantes,
variadas, y algunas esquisitas, producciones 78
De sus montañas. Puertos interiores, Rios y Va
lies. 81. — De la división de la Provincia, en sus
dos grandes secciones de tierra llana y de sierra
por la diferencia de sus cualidades geológicas y
de las diversas y respectivas producciones de sus
distintas zonas, 92.— Sección del Norte ó de la
tierra llana, 93.— Sección del Sur ó de la Sier-
ra, 98.— Zonas climatológicas de la Provincia, 102.
— Alturas medidas de algunas de sus monta-
ñas, 103.
Reseña político-civil de la Provincia 104
608 HISTORIA DE AVILA.
Págs.
Rápida ojeapa por el larguísimo espacio de tiempo desde
los primeros moradores de sus comarcas hasta la
creación de provincias por Felipe V 105
Creación de früviiNCias é intendencias. — De la de Abila. 109
Demarcación y Nomenclátor ae los pueblos de la
provincia de Abila que duró, con leves alt<^racio-
nes, liasta el año de 1833, 111. — Agregación pos-
terior á ella de los partidos del Barco de Avila,
Piedrahita y el Mirón, 122. — Resumen de la divi-
sión de la antigua Provincia en corregimientos y
alcaldías mayores, 123.— Sexmos; noticia de estas
antiguas comunidades de la tierra; de sus juntas
y de sus procuradores ó sexmeros generales. 124.
Demarcación actual de la Provincia desde el año de 1833. 130
Nomenclátor t Censo reunidos de los pueblos de la
Provincia; sus Ayuntamientos: poblaciones, gru-
pos, viviendas; sus habitantes por sexo y estado
civil, y contribuciones que satisfacen, 134. — Re-
sumen del censo de la actual población en cada
partido, clasificada por razón de sexo, estado
civil y edad de sus individuos. 227. — Resumen de
la extensión superficial de la Provincia, en le-
guas, kilómetros, hect:'ireas y fanegas de tier-
ra, 231.— Noticia de distintos censos de población
anteriores y posteriores á la creación de las in-
tendencias, 231.— Mov miento de la población de
la Provincia desde 1787 á 1870, pág.234.— Id., id.
por matrimonios , nacimientos y defunciones
en l8Gvl, y número de escuelas y alumnos en 1867,
pág. 234. — Kstado de la primera enseñanz i en la
Provincia, 235.— Segregaciones y agregaciones
de pueblos para la formación de la Provincia
actual, 236.— Establecimientos de Instrucción pú-
blica, 240.— Id. de Beneficencia, 245.— Hospita-
les, 247.— Inclusa, 255. — De las fuentes de rique-
za y producción de la Provincia, 262.— Agricul-
tura, 263. — Ganadería, 263. — Montes públi-
cos, 264. — Minería, 265. — Industria y comer-
cio. 270.— Ferias y Mercados, 273. — Pote de Avila.
— Medida de granos, 275.— Caminos y vías de
comunicación de la Provincia, 281. — Carreteras
pertenecientes al Estado en la Provincia, 282. —
Caminos vecinales y carreteras provinciales cons-
truidas hasta el mes de Diciembre de 1871 , pá-
gina 286. — Ferrocarril, su trayecto en la Pro-
vincia, 287.— Antiguo estada de los caminos en
la Provincia, 295.
L\ paoyI.^:cIA de Avila no necesita de las producciones y
ÍNDICE. 609
lecursos de otras para cubrir sus ordinarias é impres-
cindibles atenciones con cúaioda abundancia; es digna
de ser bien conocida por los elementos no explotados
de riqueza, y de ser visitada por su amenidad y
variados climas, por su comprobada salubridad y por
la belleza de sus pintorescos paisajes 297
Reseña personal palítLco-civii, en el más lato sentido
de este epígrafe 303
K,E."^EÑA puliíico-t:í.ecto;íal de la Ciudad y antigua tierra
de Avila , y de su Provincia 304
Antiguas Cortes de Castilla y León y generales de
todo el Reino, 3)5. — Cortes de León y de Castilla,
publicadas por la Real Academia de la Historia
y por el Congreso de los señores Diputados, 3)6 . —
Cortes generales del Reino. 312. —Cortes cons-
titucionales.— División político-electo al de la
Provincia en distintas épocas, 313.— Diputación
provincial. — Cuadro de sus elecciones y renov.i-
ciones generales ó parciales desde 182 ) á 1871, pá-
gina 326.
Reseña míluaíi.— De sus instituciones como parte
integrante de la Reseña p)litico-civil, 334 — R'i-
gimiento provincial de Avila, 335. — Real Escue-
la militar de Avila, 336. — Regimiento de volun-
tarios de Avila, 337.— Real cuerpo de Ingenie-
r3S del ejército, 338
Cataloüo de varones y MUJi'iiES ILUSTRES que pertenecen
á la Reseña politico-civil 340
Reseña poliíiso-eciesiástica de la Diócesis .357
Ai Exc.no. é ílmo. Sr. D. Fernando Blanco, obispo de
Avila 359
Reseña politico-eclesustica.— Del Obispado.— Su
antigüedad, extensión y confines con otras dió-
cesis, 361. — Catálogo de los obispos de la Santa
y Apostólica iglesia de Avila, 366. — Iglesias me-
tropolitanas á que sucesivamente ha estado ads-
criptacomo sufragánea la de Avila, 370. — Estu-
dio de la Diócesis en su extensión actual, y nú-
mero de pueblos y parroquias que comprende,
372. — Pueblos de la Diócesis que corresponden
á otras provincias, y pueblos de la Provincia que
corresponden á otras diócesis ó jurisdicciones
exentas, 374.
Df.l cleu'» secular 376
Clero catedral, 376.— Clero colegial, 379. — Clero
parroquial, 380.
Clkko regí, lar 384
Monasterios, conventos y casas religiosas de uno
TOMO I. 39
610 HISTORIA DE AVILA.
PárjS.
y otro sexo en distintas épocas hasta el año de
"1S"2, pág. 384. — Le Varones, 385. — De mujeres,
387.— Existentes después del Concordato de 1851,
página 388. —Estado comparativo de los monas-
teiios y conventos existentes en el Obispado en
distintas épocas, 389. — Resumen comparativu
del estado eclesi stico general entre les años de
1787 y 1857, pág. 390.— Gobierno eclesiástico po-
lítico'^y judicial de la Diócesis, 392.— Arcipres-
tazgos y vicarias antes y después del Concordato
de 1851, pí'g. 394. — Conclusión.— Importancia y
consideración que merecia el Obispado hasta el
año de 1808, pag. 396.— De las reliquias sagra-
das y santas en todo el Obispado, 397.
Catalogo de varünks y mujerks iLi.'^rRES que pertenecen
á la Reseña políticc-eclesifstica 407
Articulo descriptivo ¿e la Ciudad de Avüa 417
Al AyuntaK-iento de la M. N. y M. L. cilpad de Avila. . 419
De la posición topográfica, vistas y horizontes de
la Ciudad, 421. — De su población, considerada
bajo su aspecto civil y eclesif' stico, 423. — Avila
civil, 423. — Avila eclesiástica, 426.
Avila civil 428
La muralla, sis puertas civiles y militares y alcázar,
la Catedral como fuerte, y casas de los repobladores. 428
Muralla, 430. — Puertas, 433 — Puertas militares y
Alcázar, 434.— Catedial como fortaleza, 441.—-
Casas de los Repobladores, 444.
Explicación no facultativa de las relaciones civiles
de estas fortalezas, sus nombres y sucesos que
recuerdan, 447. — Puertas, 448 — Alcázar, 451. —
Casas fuertes de los principales repoblado-
res, 453. — Otras casas notables, 461.— Alhun-
diga, 464 — Teatro, 464.— Mercado cubierto, 464,
-^Acueducto y fuentes, 465. — lídifícios varios, 466.
— Mejoras recientes de la población, 466.— Ayun-
tamiento, 468.
Avila eclesiástica 4
La Catedral, como templo, 469.— Panoquias exis-
tentes, 477. — San Pedro, 477. — San Vicente, 480.
—Nuestra Señora de la Soterraña, 493.— San .
Juan, 494.— Santiago, 497.- Santo Tomé, 499. —
Sinto Domingo, 500.— San Andrés, 501.— San
Nicol; s, 5!'2 —Parroquias en distintos tiempos
suprimidas, 503.
Monasterios y coave.ntos de varones 50
Nuestra Señora de hi Antigua, 504.— Casa-convento
de los caballeros de la orden de Santiago, 505. —
ÍNDICE. 611
rái/s.
Saneti-Spiritus de Premonstratenses, 506.— San
Francisco, SOS. —Nuestra Señora del Carmen, 509.
— Convento, Universidad y Palacio Real de Santo
Tomas, 511. — Colegio de San Ignacio, ó de la
Compañía de Jesús, 520. — San Antonio, 522. —
Monasterio de San Jerónimo, 524.— Convento de
Santa Teresa.— Carmelitas descalzos, 527.
Monasterios y co.n ventos de religiíjsas 532
Santa Ana, del orden de f an Bernardo, 532.— Santa
Catalina, del orden de Santo Domingo, 534. —
Santa j\Iaría de Jesús (las Cordillas), del orden
de San Francisco, 536.— Santa María de Gracia,
del orden de San Agustín, 537.— Nuestra Seño-
ra de la Encarnación, de Carmelitas calzadas,
539.— La Purísima Concepción, de Franciscas
Concepcíonistas, 543.— San José, de Carmelitas
descalzas, llamadas las Madres, 545.
Capillas i.nd£I'em)ie:m es ' 550
San Segundo de Adaja, 550. — Nuestra Señora de
las Nieves, 553. — Nuestra Señora de la Anuncia-
ción, ó Cüpilla de Mosen Kubi, 553.— San Mi-
llan, 555.
Ermitas acti ales 557
Nuestra Señora de las Vacas, 558. — San Este-
ban, 559. —El humilladero de la Vera-Cruz, 560. —
San Martin, 561.— San Bartolomé, ó Nuestra Se-
ñora de la Cabeza, y los Cementerios, 562.
Ermitas arruinadas 564
San Miguel. 565.— Santa Cruz, 565. — San Julián 565.
—San Lorenzo, 566. — La Trinidad, 566.— San
Cristfjbal, 567. — San Isidro, 567.— El Resucitado
y Cristo de la Luz, 568. —San Roque, 568. — La
Virgen de las Aguas, 569.— Los Remedios, 569. —
San Benito, 5iJ9. — San j\Iateo, 570. — San Lázaro,
ó Nuestra Señora de la Caridad, 570.
Hospitales de la Ciudad 572
Ermita de SüíNSOLES 573
APÉNDICE.— Artículos de.scuiptivos de las cinco villas,
CAREZAS DE LOS IWRTIDÜS JUDICIALES DE LA PROVINCIA 579
Arenas de San Pedro, 579.— Arévalo, 582. — Barco
de Avila, 592.— Cebreros, 596.— Piedrahita, 599.
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