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IQ-AHD-SaNFORDsJVNIOK-VinVIERSnY
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HI^TORIA
DE LA
<e<i^]»iiM^ )di m^m^
EN NUEVA-ESPANA,
QUE E8TABA ESCRIBIENDO
SEi IPo T?3SANCJESC® JAVKISm AlTalSCBIBB:
AL TIEMPO DE SU ESPULSION.
PUBLICALA
FARA PROBAR LA UTIUDAD QUE PRESTARA A LA AlfERICA MR<
XICANA LA SOLICITADA REP08ICI0N DE DICHA COMPA NIA»
OARIiOB MKASIA DE BU8TAMANTB.
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^fnAiibtu eoruinif eognoacetis eot, J. C.
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TOMO II.
Imprkbo for J. M. Lara, callc de la Palma num. 4.
I ao9oa
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iTTT''' Lii ^1^1 rfiiil tSi^m.U'i "^ ->:'-^— -^-
AL EXMO. SEJiOll GENERAL
BQiF itQSBa SSe ®e&JBPB& f jeaJIF'OCF'£&9
SECRETARIO
l!^ Jii 3)'J0I?i^(9)]I<D UXM «iriB3!Bii ^ SQiiaaSSii^
Su casa en Mexico, 13de enero de 1842.
Muy Sr. mio y amigo.
En diversas ocasiones, ya como hombre publico, ya
como ciudadano particular, ha manifestado V, su amor
a las ciencias y que no es pcregrino en ellas, dispen-
s&ndolas la proteccion que ha cabido en su esfera. Ac-
tualmente preside con mucho honor y eficacia el esta-
blecimiento Lancasteriano de esta capital, que ha lle-
gado en sus dias & su mas alto punto de esplendor,
acreditado en los ex4menes ptiblicos de sus alumnos.
Tal es el motivo que tengo para dedicarle con gusto la
publicacion de este segundo tomo de la historia de la
Compania de Jesus, escrita por el padre Francisco Xa-
vier AlegrCj originario del departamento de Veracruz
y paisano de V. Esta obra en que estan consignados
los sucesos principales ocurridos en mas de doscienlos
afSos, durante la dominacion espanola, y que nadie ha
^scrito con la critica y finura que caracteriza a este
varon extraordinario, se acaba de pedir el original por
el reverendisimo padre prep6sito general de la Com-
paiiia en Roma, sin duda con el objeto de traducirla en
los principales idiomas de la Europa, y por lo mismo
har& el debido honor & quien en parte se ha constitui-
do su Mec^nas. Deseo que asi se verifique, y que in-
fluyendo por razon deldestino que V. ocupa en nues-
tro gabinete, contribuya eficazmente al aumento de
nueBtros conocimientos histdricos, de que tenemos tan-
ta escasez por la falta de proteccion & los cronistas ^
historiadores de esta Ami^rica. Entre tanto, reciba V.
con estas lineas las consideraciones de aprecio con que
se protesta su menor servidor que atento b. s. m.
^iSir/od t.^i^9w ^i^Ax^Ka'^i^^.
CONTESTACION DEL 8R. TOANEL.
Sr. auditor D. C&rlos Maria Bustamant«.
Mi antiguo amigo y reepetable compajlero.
Me hace V. justicia en confesajr por medio de su
grata de 13 del corrienle, que amo laa ciencias y los
conocimientoa ijtiles, y que los he cultivado cuanto hao
permitido las varias situaciODes de mi inquieta fortuna.
En el ejercicio de) entendimiento y ea et eetudio de
tantos hombres ilastres que nos ban dejado sus leccio-
nes, he ballade siempre un placer y una aatisfacciOD,
que en vano se buscan en la cumbre torraentosa de los
negocios pOblicos. Por esto he dedicado los periodos
libres de rai vida & los adelantos de la educacioD pri-
maria, y jam4s pude persuadinne que mereciese por
ello un elogio, cuando no be becbo mas que eumplir
con los deberes comunisimos de un ciudadano amaiite
de la dicha y gloria de su p&tria.
Doy por bien empleados aquellos pequefios atanes,
porque V. me proporciona el gratisimo honor de dedi-
carme el segundo tomo de la historia de la Compahia
de Jesus de Nueva-EspatiOj escrita por el padre Fran-
cisco Xavier Alegre, originario del mismo departamen-
to de Veracruz, en que yo he nacido. Esta obra, for-
mada con una gran critica, descubre luego que su au-
tor es el te6logo distinguido que admiran las escuelas,
y el mismo que ha reproducido las sublimes concepcio-
nes de Homero en el idioma y en los melifluos versos
de Virgilio. ^C6mo no he de estar contento con el fa-
vor que V. me dispensa? Colocado, aunque sea acci-
•dentalmente al lado de ese c6lebre literato, me parece
que crezco de estatura para envanecerme de que nues-
tra p&tria haya sido capaz de producir esos hombres
inmortales, que fundan el nombre y la felicidad de las
naciones.
Acepto, pues, con la mayor gratitud la dedicatoria,
y protesto ft V. que por mil motivos es su adicto ami-
go y seguro servidor q. s. m. b.
%^ %/^i^nd Dome/.
W! M}r-'Ui*'
au-^ ' . .'■-> ■ ■■
- ._-. 1 ^ •'.^ai>A-.«^i>'». ^In
EL EDITOR.
|0Y principio k cste segundo tomo de la Historia de la Com-
pania de Jesus de la provincia de Mexico, escrita por el padro
Francisco Javier Alegre de la misma Compaiiia, habiendo im-
pendido un trabajo improbo en la impresion del primero; Ilev6-
dolo con resignacion por las calamidades piiblicas sobrevenidas
en cl aiio anterior, que cortando el comercio por espacio de mas
de un mes, impidieron la colectacion de las suscriciones que ha-
bia comenzado felizmente, sobreviniendo despues la rebaja de
hecho de la moneda de cobre, en que se habian recibido no po«
cas suscriciones, y cuyo desenlace no estuvo en mi c61culo.
Los lectores de esta obra habran conocido la justicia con
que desde un principio recomend6 su gran m^rito, y tenien-
do ademas la satisfaccion de leer en clla la relacion de no
pocos sucesos, que perteneciendo a la historia de este pais, 6 no
se ban referido con exactitud, 6 se ha procurado ocultarlos ma-
liciosamente a los mexicanos. £n el presente tomo verdn muy
detallados los hechos relatives al Sr. Palafox con losjemitas^ es-
critos no con la parcialidad que pudiera atribuirse al padre Ale-
gre en causa propia, sino coroo pudiera referirlos un escritor que
no perteneciese a la Compania de Jesus, sino con arreglo al es-
|)cdientc que tuvo a la vista, y cuyas constancias no pueden des-
mcntirse. Algimas personas prevenidas altamcnte contra la Com-
poAia de Jesus, mc tiaii oiifesado dc bucna fe que liaii caiiibia-
do de concepto con la Icctura de esia jniciosa obra, y conocian
el m^hto de loa servicios de csia corporacion a la juvcntud y h las
nactones barbaras, que en muy crecido niimero rcdujeron a la fu
cat6lica, han calificado justa la pretension de que rcgrcsen varo-
nes tan ilustres a esle pais, de donde fueron injuslamcnte lanza-
dos, para que restablezcan la inoralidad y las ciencias, en gran
parte perdidas, y sin las que no puede scr feliz una nacion. Yo,
pues, tne doy por satisfecho y recompensados mis afanes con ha-
ber conseguido este objeio, y conclujo supllcando a los bucnos
anericanos que desean nuestra felicidad, haga cada iino por su
parte cuanto pueda para que sc realice cl suspirado rcstableci-
mientude esta GOciedad. Suplico igualmcntc, se inc dispense
la libertad que me he tornado de anadir una ii oira nola al tcx-
to para ilustrar algunos hechos ocurridos dcspitcs do habcr eicri-
to el padre Alegre su iiistoria, y de que no pudo tencr noticiaf
asi como al supremo gobiemo el que haya furmado £ inecrtado en
el primer toioo un suplemento relalivo al Nuevo-M^vico, cuyas
mwones no tuvieron los jesuitas. Uicelo con cl objeto de mani-
ftwUr la aeccsidad que hay de eslablecerlos alii, u en otro« pun-
tos, so pena de quo alentadoe los birbaros con job auzilios de
los aventureros Tejanos continuar^n haci^ndonos una guerra a
muerte y tin cuartel, que no podremoa resistir por la lalla de gen-
te, de tropai y de dincro para pogarlaa, de modo quo si esta con-
tiniiat no solo scremtw testtgos do muy horretidos destrozos,
noo que probable mcutc perdsramos para siemprs una gran par-
te deaquellos ricosdepartamentos, que bien adininistradoi^ pro-
duciiian muy cuantioaas renlas a nueetro erario. DesengaAese
el gobicrno y abra los ojoa para conocer esta dolorosa vordad;
en ticmpo esta dc rcmediar males tan infandos. La/erocidad
de lof indios genlHes no te doma siiw por medio de la* misivHes, if
para estas nhtffuuos ton mnn proj»cs f ue /« jestatus. Algunas
tribiis de burbarof han pruti^stado que no sc sometoruo al yugo
del Evangelio sino cuando ee presenten log padres prietos (asi lla-
man a tos jcsuilas); tan ventajosa idea les inspiraron sus mayoreti
que los coaocieron y aioaron vordialmeatc.
Kim
aapfc;:??. - -.-. » Tir ,i ■ ^ ■jii».-rt^:■:^■.^:■^y^v:■■.^ . :
«>^ :^^« *•- ^ -^ -
l>E LA PROVIXCIA
8>a ID) A. i^Q)a!ss>A,»?s^ 98 ffwmwm
DC
NUEVA-ESPANA
ihiimm<i> ip^
SUMARIO.
Favor del Sr. arzobi«po y otro« ilustres penKmai^. fleiinia c(Migre.
gacion provincial. Milagros 6t las reliquias del martir S. Ponciano.
FrutoB del Seminario de S* Gregorio. De ios tcpchuanes. Primera
eotrada 6 te proviocia de Taraumara. Succsos de los xiximes. Mi*
lagros de S. Igoaeio. Nuevas reducciones de Sinaina. Alsamiento do
los negros. £spedicion contra loa rebeldes. Exito de la Jornada y
orfgen del pueblo de B. Lorexizo. Vi^ita d# Guatemala. Aluorte M
hermaiio Juan de Yereoiit y del f«dre fundador Pedro Sanchez. Bea«>f
tificacioa de nuastro Santo padre Igiiaeio» y sus solemnea fiestas. A\-\
gunos prodigies por tnterceeion del Banto. Fnitos del colegio m&xinus/
y eotrada en la CompaTiia del padre Aionto Guerrero. Muertes de va»
rios sugetos. Miniaterios on S. Gregorio. Fiestas de la beatificacion
en los otros colegios. Fervor de los misioneros. Singular carta del
padre Pedro <]e Veiasco. Construeoiou del fiierte ^de M/ootesclaros, y
aliaaza con ios cbiaipas« Motives de guerra con los yaquis. Prinifira
entrada i aus tieriras* Seguoda espedieioB. Ardud /del captten y £^z
i^xito de la ^niprcksa. Alianza con los xixkoes. Temblores y edipe
en Ay xico y sus frutos. Milagros de la imdgen de S. Ignacio en Gua^
cliaoa, y fuadacioo de la congregacioo. Seguoda entrada 6 los tarau»
mares. Suoesos .de Sinaloa. Inquieiud dc los tebuccos. M«erte del
padre Gabriel dc Logrouo, y frutos do la Amuaciata. Gaiio prodi^o<-
— 2 —
10 por intcrccijion de $• Luis Gonzaga. Estraordinaria vision de un
indio. Ministerios del colegio de la Puebla. Visita de misiones de D.
Fr. Juan del Valle. Sucesos dc los tepehuanes. De la robelion de ios
tehuecos. Trabajos de Ios ministros de Pdrras. Consecuencias de la
iniindacioD. Ministerios entre Ios taraumares. Prodigies de S* Igna-
cio y piedad del rey Felipe III. Alzamionto de Ios chicoratos y suce-
ceso del padre Juan Calvo. Muerte del padre Juan Bautista de Ve-
lasco. Peste en Topia. M ision de Guadalajara. Octava congregacion
provincial. Muerte del padre Dr. Pedro de Morales. Del padre Juan
de Trcjo. Misiones en Michoacdn. Doctrina de Ios mayos. Razon
del padre Pedro Mendez. Reduccion de la sierra de Yamoriba. Pri -
niera casa de Loreto en Mexico. Muerte del padre Bernardino de
Acosta y varios otros. Case raro en Tepotzotldn. Misiones de varies
colcgios. Arribo & Sinaloa del capitan Iturbi. Sucesos de Ios rebcl-
des chicoratos, y primera entrada & Ios devomes. Ministerios de Ios
demds colegios. Nueva mision de Europa y fundacion de una con-
gregacion en la Profesa. Mision d Nicaragua. Principios de la suble-
vacion de Ios tepehuanes. Ho«tilidades en Santa Catarina y en Atoto.
nilcu. £n Guatimap^ y Pap&tzquiaro. En el Zape, y gloriosas muertes
de echo misioneros. Inquietudes de Ios xiximes. De la Sierra de To-
pia. Peligro de Guadiana. Espedicion del gobemador contra Ios ap6s-
tatas. Nuevas inquietudes y segunda Jornada. Doctrina de Ios yaquis
y descripcion del Rio Grande. Establecimiento en Granada por via de
mision. Descripcion de aquel pais. Union de Ios colegios de S. Pe-
dro y S. Pablo y S. Ildefonsot y ereccion del colegio real. Revolucio-
nes en Tepotzotldn. Informe del virey. Prevencion real sobre aquel
curate. Pleitd con cl Sr. Cerna. Fundacion de MMda. Muerte del
padre Pedro Diaz. Del padre Sebastian Ghieca. Del venerable sier-
vo de Dios Fr. Pedro Cardete. Estado de Ios dem&s colegios.
Favor del Sr. El siguiente ano de 1608 ray6 desde luego muy feliz k la provincia
arxobirooyo- ^qu el favor y sinoiilares honores queinereci6 allUmo.y Rmo. Sr. ar-
penonages. zobispo de Mexico D. Fr. Garcia Guerra, del 6rden de predicadores.
Este prelado, el dia primero del ano en que celebra su institucion la
Compaiiia, quiso mostrar el paternal afecto con que la habia mirado
siempre, celebrando en la Casa Profesa de pontifical la niisa de aquel
dia* honrando despues con su presencia nuestro refectorio, y dando k
Ios jesuitas las mas lucidas y solemnes funciones de su Iglcsia Gate-
■^■■■*iw«tawwBg»B3<igtBailB^aWBE y>Tri^; - >, ' *'«tffly « ^ : rrly^r .H:i^^;^ /ii3 » Jft '' . * ^ j^ga
_3 —
dral. £1 mismo afecto mostrb en las pr6ximas Carnestolendas, dan-
do al pueblo la bendicion con el Santisimo, y empleando en aquellos
tres dias largos ratos de oracion en nuestro templo. Acompanaban &
su ilustrisima en un acto de tanta edificacion los Illmos. Sres. D.
Alonso de Peralta, inquisidor apost6lico y electo arzobispo del Rio dc
ia Plata en el Peru, D. Fr. Baltazar de Covarrubias, del 6rden de S.
Agustioy obispo de Michoacint y D. Juan de Cervantes^ electo obis-
po de Oaxaca. £1 ejemplo de estos cuatro prlncipes de la Iglesia se-
guia el Exmo. Sr. D. Luis de Velasco, virey de Nueva-Espana, y el
Sr. D. Lope de Armendaris, del hdbito de Santiago, general de la flo«
ta, y todo lo principal de la ciudad que hicieron memorable su devo-
cion y edificativa piedad, contribuyendo de su parte & estirpar la anti-
gua libertad y paganas diversiones de aquellos dias.
Poco despuesy & 16 de enero, se juntd en el colegio m^imo la sd-
tima congregacion provincial. La inundacion del ano antecedente no
habia dado lugar 4 ejecutarse & su tiempo. Siendo secretario el padre
Juan Sanchez fix6 elegido el dia 18 por procurador el padre Francisco
fiaezy rector del colegio de Tepotzotl^n. En el companero hallamos
alguna variedad. La carta annua senala al padre Juan dc Ledesma*
En el libro de las congregaciones hallamos anotado al padre Nico-
las de Arnaya. Esto parece necesario seguir, aunque no carece de di-
ficultad que un mismo sugeto en tan pocos aiios haya sido electo en
tegundo lugar dos veces, como efectivamente lo habia sido el padre
Arnaya el de 1599. Al siguiente mayo el padre Martin Pelaez, rec-
tor de este colegio, pas5 & gobernar toda la provincia. Entre las va-
rias mejoras que el padre Pelaez habia dejado al colegio m^iroo» no
fu^ la roenor el suntuoso retablo cuasi para dedicarse y que se dediqd
dn efecto el dia 31 de agosto al Inclito mdrtir S. Ponciano, cuyo cuer-
po entero habia ^1 mismo traido de Roma, volviendo de aquella capi-
tal & que habia sido destinado procurador el ano de 1603. Esta pie-
za, que fu^ en su tiempo de las mas bellas de Mexico, cedi6 despues
el lugar al glorioso apdstol de las Indias S. Francisco Javier. El San-
to m^tftir roanifestd por ent^nces cuan agradable le eraaquel obsequio,
J la devocion del pueblo & sus sagradoa despojos. Dos dias de la fies*
la observaron algunos de la vecindad & un hombre que en alta voz, in*
terrumpida con muchas l6grimas, oraba al Santo en una noche obscu-
ra & las puertaa de nuestra iglesia. La manana siguiente descubrid el
pi|8teri0f Al abrir nuestro sacristap la iglesia hall6 al hombre que con
—4 —
iin niiio en Io.5l>razo3 e.-nyeraha deade macho dntc». Preguntada la causa
rRfiriu (\Mo nqtiel niuo, despties do una larga enfemiedad y dehabcr pa-
5:ido dos dia!4 5<in alimento alguno, habia finalinente cedido & la fucrza
del mat la noche aniecedente* Que h su juicio y los de su casa habia
tnuerto, scgun todas las senas. £n esta afliccion, decia^ banado en
diilcisimo llanto, lo encomend^ muy deveras al mArtir S. Poneiano, y
dcjdndolo acostado en la cama vine & hacer oracion 6 esta iglesia. A
poco senti en mi nn interior movimiento de confianza, que cuasi inde-
liberadamente me hizo volver i, casa en que hall^ ^ mi amado hijo que
hablaba, y con voz clara pedia de comer. A qui lo traigo & dar las gra-
cias & quien lo ltbr6 de la muerte. A esta marayillosa relacion acorn-
pa?iaba cl testimonio de los que habian oido los clamores la noche an*
tecedente, los de su casa y la vecindad que habian sido testigos de la
enfermedad y del desconsuelo de sus padres. £sto caus6 un piado-
80 tunmlto dcia el altar del m&rtir, que no pudo desocuparse en mu*
chas horas, y lo hizo mirar despues como un recurso universal en to*
das las necesidades.
Fnitofi dc S. El colegio Seminario de S. Gregorio, florecia como HiOTApret on uti-
rcgono. ifginxos ministerios, y el SeSor que con los sencillos y ittttiildes de co-
mmon, tiene siempre nquella familiaridad y partieulares confianzas, que
niega k los poderosos y k los sAbios, segun el mundoy no dejaba de
eonservar entre los indioe algunas almas eseogidas, k ifiienes preva-
nia con todas las bendiciones de su dulsura. A imitaeion de lot ban*
qiietee y limosnas que se hacian k los pobres en noestra I^sit, una
India principal tom6 la devocion de juntar en sti oasa la noche de Na«
vidad todos los pobres que hallaba mas desamparadoa y deffnodost
Prevenlales abandante cena, Testidos, y aervliileB per e^ niiama la me-
sa con una alegrla que te rebozaba al semblante. Hizo es^e aegun su
coetumbre la Navidad de esle aiio, y habtendo eumplido eon el ofieio de
Marta, se apKcd al de Maria retirtodoie k mia pteza mas seereta, donde
tenia figurado el divine Naoimtentopara paaar la qocIm en eenteaaplacion
de iU]ual dulclsimo M isterio. A poco rato^ ooa tapasadaiiligafse •inti6
eobreeegida del soeno, y en M vt4 al Nifte Dies que aoiiri^iideee blan-
damonte, le decia: „Bfadre, td ptenaae qee faaa ?««tido j regalado k
loa pobres per mi amor; maa no has heehe bien 4 ellost lino k mU
oitbrtendo rot deaoudes, y aliffieotiadonie ea eata gNM pobreva en que
me vee**' O fiieae reaHdad 6 mistettoao snefto^ ^1 obr6 en aquelU
itaa w proAiBdo deapreeto de ei fnt9<na« un amnento de virtud y eia
JfcfcMilfc^Bi— — amy i ia ■ llW il l l i' il !'.!,^ V, rjrytj:mrrii fe^g?='FVe-i-v ^rV-'. -<-.--"'.r3rr''<r>'^
—5^
interior consuelo que jam&s podia traer ^ la memoria, ni vcr pintura 6
im^en alguna del Misterio sin derretirse en suavlsiiuo Uaato. Era
por eate miflmo tiempo eu la ciudad uo ejemplar de toda virtud y ctis*
tiaoa perfeccion uoa india cbichimeca. Yi^ndola elevada d tan subU*
iQ^ Ooat^p^i^fiqiQa y ftyoxea.divmois,. / descpofiando algiinoB confeso*
res, quisieron sujetturla.^ exdmen dei diferentea maestros de espirttu.
Fregunt^da^e im:^rciQi<^.y modo. de.vivirt respondia constantemen-
te^. qoe j»K0Qiirab%.8erv\r 4i aji^ ATOQs con diligencia y amor: que de dia
y d« ooctift au.ooqytwWi.QCupafCiQn eiia dor gracias & nuestro Seiior por
haberla b?<?bo criptieiMU y.pedir eate mismo. iavor para todoa los bom-
hsea, iiwgi44np^ntA.lQflL4e flU nactoo: que la continua niemoria de la
paaioa y nuorte da Jesucnstanole daba logar k reirsei regalarse 6
divertirad ooa.yaoaa coi|Tar9acioiiie8f ^6 oon otra alguna cosa de b
tterra. ^^.^j ^. . . . ^
No -era asto Un 4igno 4o ad^iirarae ^n loa indios aqtiguoa en la ftt Fratos de lot
ouantaesloa qu« poco dptes babian salido delas tiivebUia del pagank* ^^P^buanos,
mo. Unaiadiafrmoaa cur^ndeimentre los tepebuanes, se babia despuea
de- pooos meaea eonvertado i la {6^ cuando comeuz6 i senttrse en aque*
Hespaieeeuiia-epideBiiade virueliiSy. de que nu^ieron mucboa. Fu^ Ik^
mada <le un aoldado e/tpaSM paia que coimra 4 au muger. Xa India ym
erbrtiami, reapoodi^ eon stnceridad: S^enor, deade que el padre me ban-
tiB^ y me desea^B6 4e mia antiguoa errorest yx> no euro con las yer>
baay beobiaea quo aooatumbraba,- ni Qreo que vea pidais aemejante
abeisinaeioiu ^icameole qae permiti6 niieatro padjre poner aobre ^
eftfenBO"laa-niaBO0riiiTOcando los aanloa nombres de Jestts y Maiia.
Pueskija^ fespcMidi^'el^espaSoJ encantadQ de tal aimplicidad, cura de
ese mode ^ mt muger. Entdnces la buena indiay baciendo aobre la en«
fennafe sefiat de la cmzt y repitiendo aquellos dulclsimos nombres
eoB ima ^enfianza-y devocioDf que la inspir6 & loa presentes, y singu-
l ai me n te 4 ki- eBferma». se despidid dej&ndola con un grande a)iTio«que
Ai^ prioetpie de ana muy fn^re y muy perfecte 8a1ud« £1 resto de la
naekm -crecta ft gr andes pases en eristiandad y en poHcla. Se Teian
aqnellae naeieiies salipages, qne pasaban la vida en el juego y en la
o B sbf ia g aez^ aprender Versos ofictos^ cultivar sua eampos, cuidar 4t
Itt-edueaeieade 8»»b^oe, eelebrar sus fiestas, vestirse bonestaments^
fbraenlar s»g^nere de comercioeon los veoinos espanoles, y guardar-
le9 una eomtante fideKdad^ Habiendo por eate tiempo buido al mon-
te un indio con malee designies de alborotar la tierra, eltos mismos
Tom. II, 2
dieron aviso d unos cspanoles que dormian igDorantes en el campo^
Los hicieron acogerse k la Iglesin de un pueblo vecino, les guardaron
el sueno aquella noche, y & la manana los escoltaron por largo trecha
hasta sacarlos del peligro. Esto mismo usaron repetidas veces con loa
misionerosi que por ocasion de su oficio estaban ordinariamente maa
espuestos A los resentimientos de aquellos foragidos.
Primera en- ^^ guerra> que como apuntamos el aiio antecedente, se habia encen^
tradAilotU. ciido entre los tepehuanes del valle del Aguila, y parte de los tarau*
mares sua vecinos, contra otros de la misma naclon mas septentrio-
Dales, 6\6 motivo al apost6lico varon padre Juan Fonte para empren-
der sujetar al imperio de Jesucristo aquellas nuevas gentes que des-
cabrian y ofrecian tan vasto caropo & su celo. Por su consejo los ta-
rau mares y sus confederados tepehuanes, dejaron la guerra con una
docilidad admirable, y porque el cacique que envi^ (dice el mismo pa*
dre en su carta) es advertido y ladino, les pidi6 & los taraumarcs el
niiroero de los que esto decian, y lo trajo en una taleguilla de
huesezuelosy y eran ochocientos cuarenta y dos hombres de guejra
Sddeabrll de '^^^ ^^^ taraumares. Yisto esto« prosigue d mismo padre, vine & Gua*
1608. diana & tratarlo con el gobemador, que informado de mi y de algunos
caciques, dijo, doctrin&semos & la dicha gente: que de su parte acudi-
na, y de presente pediria al virey tres sacerdotes, dos para esta nueva
doctrina, que llamaremos valle de S. Pablo, y elotro para Ocotlan,que
comenz6 & doctrinarse el aao paaado. Yo quedo muy contento y ani-
mado, viendo la puerta que ae nos abre para grandes conversiones, y
macho maa por ver so hace sin gastos de capitanes y sol dados, lo
eaal ho procurado siempre, y proourar^, porque no habiendo extraor-
dinarios gastos, con mejor gana los ministros del rey dardn sacerdotes
para la doctrina, y sin duda los naturales gustan de vemos solos en
sus tierras, y on viondo soldados y espauoles, se recatan. Ac& lo que
veo 08, que habiendo side estos tepehuanes la gente mas rebelde, so-
berbia y traidora de toda osta tierra, despues que se dieron de paz, no
han cometido delito algtmo, por donde se haya ahorcado* preso 6 azo.
tado algun indiot ni so van de aqui & los pueblos de los gentiles por
disgusto de la doctrina 6 por apremio. Yo me encargar^ de esta mi-
■ion, y pues nuestro Se&or me da salud y aun no soy viejo, tendria e?-
eropulo de huir lo mas dificil y trabajoso. Saldr^ para ella de aqul
& dos diss, porque he de visitar & Ocotl&n, y llevar^ conmigo al padre
Juan del Valle, para que roiktuaroente nos ayudemos.^
— 7—
UuU aqui el padre Foate en su carta. Lo9 nueve padres que tra- Sucom>«i1«!m
bajaban en la TopfSt aunque no leaian ya por donde cstenderse k nue-
voa coDquistas, tenian sia embargo mucbo que hacer aun con los xixi<
mes gentiles j enemigos declarados de los ecaxees, que faabiaD Buj»-
tado el cuello si yugo del Erangelio. A principiosdelaDohabJanda-
do no pocas eaperanxas de coavertirse, y estaban ya para levantar sua
iglesiaa. Un indio ap6atata bast6 pare spsrtarlos de tan aaludables pen-
samientna. Entrdee por los pueblos de los xizimes< y en bus Doctor-
nas arengas, 70 he hablado con el padre (iea decia) y estoy peifecta-
mente inatruido de toda la auatancia de su doctrina. EI no tTa podido
responder & las razooed con que te he impugnado cuanto predica' acer-
ca de las cosas de la otm vida. Ta le be mostrado con el dado que
los muertos y bus almas alii se quedoo en loa sepulcros que 168 cu.
bren: que la Iglesia que conaerva estos cad&veres ea la verdadera epi>
demia que uoa ha afligtdo estoa auosi y ellos y sua espauolee, la (inioa
causa de lanto estr^o. No os eapanten las cosas que repite de glo.
ria y de infiemo en la olia vida. Todo e> patraSa, y el miamo padre
con l&giimas ha Ilegado i convencerse y confesar loa errorea en que
haata ahora ha vivido. Con tan negras meDtiras el impio ap6staU(
bien que no conaiguid apartar enterameute & los xiximes del deaeo de
bautizarse, reafri6 & lo m^nos de tal suerte sua &nimoe, que en mu-
chos meaes no pensacon en iUbricar iglesiae, ni dar enlrada & los cate-
quistas. Entie los nedfitos, dice el padre Diego Gonzalez Cueto, de fsM'""" ''"
mucbos oiuoa que )mn muwlo, solo uno ha ido sin bautismo por haber
estado la madre al tieoipo del parlo aialada entre dos rios en tienipo de
gran crecieBte, y eala desgracia del nino Ilora la madrs inconsolable-
mente, conTesAndoie de ello como de uo gravisimo pecado. Tioneo
todoa el debido coacepto de la confeaiont que practicaii cba una fre-
cuencia y nimiedad increible. Y aunque despues se aepa su pecado
y quieren castigarlosi van- confiadisimo?, y dicea que ya su padre lo
supo y se los perdonAi cosa que al capitan y espaoolea, ha caido tan
eagraciai que han mandado se lea perdone & los que esto dijeren para
que ciezca en elloa la oslima y amor & este santo Sacramento. Kes-
plandece mas esta piedad y la devocioa del rosario en dos pueblos, i
quienea parece ba echado el Senor su bendicion. Todos ellos y cllasi
)e rezan tan contiouamente y con tanto afeclo,y so coofiesHn con (ao-
to dolor y cotdura, que cuando alU entro, auniiuo es la onlruda (raba-
josidima, me comunica cl SeHor un graade consuclo. Ilubo indio <iii(i
—8—
se irroj6 en un rio caudaloso y precipitado, que Aadie se atrovia kvh-
dear, y llegando muy quebraatadb & la orilla donde 70 estaba; jtou
rigidndole yo aqtiella temeridad, mi fin^ padre, tne dijbi volo eracon^
Marmet 7 asi Dios me ayad6 para' qoe no me abogtts^. "
Milagrowde Tombntaba el Senor ta devocion de I08 Duevod cristianod^eon'algu-
gnacio. ^^ extraordinarios miceeibs, ya en la aalttdy'ya en las aem^t&rai, y
otras cosas de que abn lbs "miamoa gei^tilestid poidiaii dejar de conre-
nir. Entre todos ae bizo muy denotartm favor dd nuestro bienaTen»
turadb padre Ignacio, que rdfenremba con iaa 'pajabiaer ttiiamaa del pa.
dre Alon&o Gdbez en'caha al padre Martih Peiaess: ««Poiique lioU
^608"''^^ ^® gar£ V. R. de oir las cosas qoe Dios obra entre estaa gentes por me-
dio del nuestro padre, dbrd lo' que me acontecid pocos diaa faa en este
real de S. Andres. Estando una muger con grandes dolores de parte,
y llam&ndome para eonfesarla, y liabi^ndolo he^^bo, fu^ nuestro Sefior
servido de ialumbrarla con un bijo. Pero dando mnostras de que le
^piedaba otro, fheron tan excesivos y crueles los dolored que tuvo, que
kiBgemidos y gritos quedaba, eran bien'i^gnifidali^o^'del' tortneMo
que padecia en este trance. Se le aplieiMil HotieaHoi^ y otras'dosasde
deivocion; pero ni acababa de parir; ni bentid alivio al'gtfito'en los con-
tinuos dolbres. de matld6 tocar en la Iglesia la plegaria, t;omo snde
hacerse, para que Dios la alumbrase y sacas^ de aqtfel t^rmino tan do-
loroso cod bendicion. A todo esto no imbia eonsuelo. XiTam&ronmc
, , por estar cerca para qoe lb dijese ub Evangelic, ^on'que fi^nen mucha
f^ loi indies. Hlcelo, pero tampoco' tutK) efectb. En este aprieto^
▼iendo que & la pacifente le firltaban las faewart, k dije: Hija; enco.
mi^Wate inuy dereras ft laSantfsinia Vlrgen,y <^cbfeJWf tma Ave
Maria & nuestro 'behdito padre Ignacio que ba moetrado singular pa-
troiinio en este gi^nero de.peligro* Acfui etik ^ teli^tritf. Saqif^ un
boeso que sieropre traigo connii^, y ponl^nddsefo ella cotf mucba de-
vbcion; cosa milagtosa, luego al neiomentb, la criatura que ^stabaden-
tro toircida y atravesada, catisando gravisfmbs dbloms,' di6' Una 'rueha
y aali6 con grandlaima facilidad. Foi$ gfabde la adbairacion de4os pre-
f sentes,. y mucbo mas euahdo vierofn daer la criatora tan insensible, que
^ i joicio de todos estaba mueita. En esta fconibsion ▼ol?f<5 la madrc ^
encomendarse muy de corazon ft nuestro padre, sintiendo que fucsc sin
bantismo. No bien babia acabado esta oracioti, cuando el niiio did
mnestsas de estar vivo. Llamftronme ft gran prise: lo bauUc^, y lue-
go, contra lo natural de todos los recien nacidos, empez6 ft reir y to*
> f III ■ I . II - II II .. I * ■ ■ ■ ji m'^ 9^ r?T" ? . w r^ii^j'iaq' if^^j j$yy "e..': ■ •'i^---^ .••:■:-.-:- SCJI^E^
ttiftr «1 pe«ho« Todos i voces bendocian a Dios en su santo, quepor
^1- haei* tftntat mkericordias. - Lo maa digno de notarse fu^, quo dea-
poea-de lesr doa tarones dichos, aintiendo todavia algunos dolorcillot",
y dando-emdadot'porqtt^ ae ignoraba 6t qu€ pudieaen provenir y ea-
tar la -eiifernia «iuy d6byiladl^ invocaron ella j todos & Dueatro padre
Igmicks 7 hiego arroj6 nHierta aftd nina, conio de tres & cuatro ineaea,
qaedando la paciente ain alguna lesion 6 reaulta peligrosa/'
Aai bendeeift Dio4 la a^Slida piedad y siiicera f^ de aquellfts pdbfea Nuevas re.
gentea que coa tanta anaia venian de todas partes 6 buscar su aaliuk ^^^
En fihndoaf aiguid^I ejemplo de los tehuecos ysinaloas la n^ciotiTe-
cinade los tezoes y yecoratos, que conquist6 el padre Crist6bal de Vi-
Ikrhai * El padre Alberto de Clericia^ de concierto con el oi»pitan Die^
go Martinec-do Hurdaide, trabajaron on la reduccion de algunos pW
blea marltimos. Eatos, 6 por la ineomodidad que habian los afioaan-
te e edeatea padecido por las estraordinanaa crecientes de los rios, 6 por
dgun oteo capricbo, muy confbrme k ana g^nios inconstantes, desampa-
raron repentinamente aus cttsas 4 iglesias, y se rethnrom ft un cenro que
€oroiHiba «1 nar por todos lados, m^nos por mia angosta lengua de tierra
que k> jtinta al continente. EI capitan Hurdaide march6 prontamente
trair de eUos & la frente de algunos eapanoles y mas de mil indios fle«>
cberas. Los fbgkivoa con mngeres y ntSos serian quintentos, ntime.
TO Tmiy inferior y que debian temerlo todo de los indios que segtiian
"al oapitan;' satf antignoa enetnigos. Por otra parte, la sitnaciofi de la
peninsula' no les peimitia Tentaja algtma, poea ocopada la angosttinit
era preciso se rindteseni Ascrecion. En este aprieto tuvieron la for-
tona de tantaa y tan eonthmas Ikivias, que anegados los campos le fn^
■ • «
fbrzoso i Hurdaide retirarse y dejar para mejor tiempo aquella espe.
dicffofi. Este intervalo did lugar i las negociaciones del padre Alber-
to, que en unos inimos penetrados del temor, tuvieron todo el efecto
que podia pvometexse. Los rebeldes fueron, aunque poco i pocoi rea-
1 ituy^dose 1 sus antiguas poblaciones. Entregaron las cabezaa de
la sedicion, en quienes-se hrzo un ejetnpTar castigo: algunos fueron sen-
teneiados al tfabajo de minas, y los denias repartidos por Versos pw^*
bios en que se pudiese velar con mas inmediacton sobre su conducta,
y en que pudiescn formarse al ejemplar de otros mas antiguos y mas
fervoroso3 cristianos. En el discurso del ano se habian bautizado en-
trc estos y los otros pueblos tres mil doscientos y treinta y ocho, de
los cuales mil y doscientos habian cotequizado y aradido a! redil dc
— 10—
]a Iglesia el padre Pedro de Yelasco entre los ogncras, chicoratos y
caguametos. Entre los zuaques y tehuecos, habian mejorado de si-
tio varias rviciones y pueblos, i instancias de los padres Pedro Men-
dez y Andres Perez de Rivas. Estas dos naciones las mas vecinaa
al rio de Mayo, parecia habian de abrir puerta cou el tiempo & la con-
quista de aquelios naturales. La comodidad de ser todos de una mis.
ma lengua, y la mutua comunicacion de sus pequeiios tratos, vino en
fin 4 ofrecer lo que tanto apetecia. Los mayos parecian estar ya bien
dispuestos, gustaban del trato de nuestros misioneros, y bien presto lo
veremos aumentar con gran numero de almas el rebauo del buen
Pllstor.
Alzamiento , Entretanto una dificultosa empresa y de no menor utilidad, daba ma-
e negRM ^^^ ^| ^^|^ ^^ ^^^ operarios de la Gasa Profesa. Emprendi6 4 fines de
Alio de 1609 este ano el Exmo. Sr. D. Luis de Yelasco sujetar por las armas algu-
nibB tropas de negros bandidos, cuyo ntimero habia crecido demasiada-
mente en el reino, y cuyos atentados ponian en continua inquietud los
eaminos y las poblaciones todas desde Veracruz hasta M^juco. Los
mal contentos se habian hecho fuertes en unos lugares por naturaleza
inaccesibles, y por otra parte muy abundantes de provision, de donde
salian & asaltar los eaminos y lugares, con un dano que se hacia sentir
ya generalmente en Nueva-Espaiia, y con un ejemplo aun mas perni-
cioso para todos los esclavos y hombres facinerosos que hallaban en
elloB una segura proteccion contra las requisitorias de sus amos, y una
constante impunidad de sus mayores crlmenes. £1 prudente virey di6
esta importante comision & D. Pedro Gonzalez de Herrera, vecino de
la Puebla, y suplic6 juntamente al padre Martin Polaez, vice-provin-
cial, le concediese algunos sugetos de la Casa Profesa, que en cuali-
dad de misioneros castrenses acompana^en & la tropa, y que en llegan-
do la ocasion tentasen tambien de su parte la reduccion de aquelios
foragidos, por todos los medios que les sugiriera su piedad y su celo por
la salvacion de aquellas pobres almas. Destin&ronse los padres Juan
Laurencio y Juan Perez, sugetos muy i. prop6sito para el ^xito fellz de
aquel negocio. Salimos & nuestra empresa (dice el mismo padre Juan
Laurencio) & 26 de enero de'1609, habi^ndose &ntes promulgado ban-
do, que en aquel dia ni en todo el antecedente saliese de la ciudad ne-
gro alguuo que pudiese dar aviso de nuestra marcha & los alzados. Es-
tos & la sazon andaban tan insolentes, que en aquelios mismos dias ha-
bian robado y prendido fuego 4 una estancia de caropo, aunque no pu-
AJmh— Wi lli I iim.m ~,imit!iisr<l!i!.li!.J;4S:^^^:^ S^^&i>^ ■■'j^i.ni^^s^jj^
-^11 —
dieron hacer presa en la gente que se salv6 por los pies. Pasaron luc-
go & una pastorla, donde robaron seis indias, Uevaron preso d un espa-
nol, y quitaron & otro cruelmente la vida, habUndolo abierto la cabeza
y rtcogida con las tnanos la sangre que hebian con bdrbaras superati"
cioioa ceremontM, Al prisionero Uevaron consigo hasta el pie de la
sierra donde tenian su campo, y habiendo dado aviso arriba, baj6 ei
caudillo de los negros, que llamaban Yanga^ al son de tambores y al-
gunos otros ruidosos instrumentos* Yanga era un negro de cuerpo
gentil, bran de nacion, y de quieu se decia que si no lo cautivarau, fue-
ra rey en su tierra. Con estos elevados peusamientos, habia sido el
primero en la rebelion desde treinta aiios &ntes, en que con su autori-
dad y bellos modes para con los de su color habia engrosado conside-
rablemente su partido. Ya vie jo, reservando para si la administracion
civil y politica, habia fiado el mando de las arraas & otro negro de An«
gola llamado Francisco de la Malosa^ nombre del amo & quien servia.
£1 cautivo espanol en la presencia del negro, temeroso que le diesen
tan crudamente la muerte como & su companero, esperaba ya por me-
mentos la (iltima sentencia. El Yanga ent6nces, no temas, espimoU
le dijo, no morirdSf jmei has tislo mi semblanie, Mand6 luego que le
diesen de comer, y que se escribiese al capitan Pedro de Herrera y sus
soldados una carta Uena de soberbia, en que le decia, que ellos se ha-
bian retirado & aquel lugar por libertarse de la crueldad y de la perfidia
de los espanoles, que sin algun derecho pretendian ser duenos de su
libcrtad: que &voreciendo Dies una causa tan justa habian hasta en-
t6nces conseguido gloriosas victorias de todos los espanoles que habian
venido & aprehenderlos. Que en asaltar los lagares y haciendas de
los espanoles no hacian sine recompensarse por fberza de las annas
de lo que injustamente se les negaba. Que no tenia que pensar en
medios de paz, sino que conforme & sus instruceiones viniese luego &
medir las armas con ellos, y para que no pretestase su cobardia igno-
rancia de los caminos, le enviaba el portador & quien no habian que-
rido dar la muerte porque le sirviese de guia y le escusase el trabajo
de buscarlos. Mand6 luego al espanol llevase aquella carta y condu-
jese & los espanoles hasta aquel mismo puesto: pero que se guardase
de subir i lo alto de la sierra, sino queria morir con ellos.
Entre tanto nuestro capitan habia pasado revista de su gente, y ha- Emedicion
llado cicn soldados con otros tantos aventureros, ciento y cincuenta in^ contra elkn.
dies de arcp y flecha, & que se agregaron despues como otros doscien*-
— 12 —
tos hombros cntre espauolos, mulalos y meBtiiosi de las estaocias ve-
cinas. Cuminando por rurabos estraviados entre lodazaresy pantinoa,
per no ser scntidoa del enemigo, ae bused un puesto acomodado y se
fortified una casa en que se guardasen todas las provisiones de guerra
y de boca. £n este intermedio Km dot padres hitimes nuestra^ oiicio
procurando que toda la gente se'pu^iese bien con Dtiw^ pcira que^u
Magestad favoreCiese la empresa, gastandO todo eldiay bii0mi{>cute4e
la noche/ Afligia sumamente al capitan la asperexa do'aqueUtB rsier-
ras y la ignorancia del camino qilie debia seguir cuando Ileg6 ti veal
el euviado d$ los negros con su orguUosatmrta. La primera diligeacia
que biso el buen espanol iu6 confesarsev y eomulgar ^coa muoho ^eeo-
noeiiniento del gran biBbeficio que Dlos le iutbia heebo en saearkh'ooa
vida de l]Kd manos de tan ckrueles enemigOBi Letda la carta ma«ob6
luego el ej^rcitOy ddnungo 21 de febrero» y se ap08l6 jdnto A- «n >arca«
buco tres leguhs distante del real de* los lAorenos: al 1qdc» sigmente
^escubrieroB los batidoresunacuadrillade eNoA que-' oda gran prisaen-
sillaban algunds caballos/y tu intento, segun se sapadeapoes^ anppa-
a&r 4 quemar un ingenio de azucar ea las ocTcaHlaiPdir'Oiizanni^y (ver
si.podian baber 4 \tH manoitf un n^gro' de aqilkeHav paMoifas, nolicioso
d9 lop camino^ de la Sierra; y al espaHol- que habiaa enviado con la
C«rta arrepentido^ de haber dada & lo^ e'spafioles una' gms tan segura
para acometerlos. ' 'Luego* qite siotieron 6 loa en^migos, dejando algu-
nos caballos, flecbas y otras armas, huyerdn ft lo interior del bosque y
diecoa aviso k los suyos. Dentro de- bret«l se' ay6 «d lo alto de la Sier-
ra una espaotosa algaaara de hombres, niugeres y niios que damainm,
upa$iol^ en la Iterra, UpafibkMl Con esta nottcia, ei eapitan D. Pe«
dro Gonaedea mareb6 basta Hegar & un rio en campe liana y raao, de
bueoos pastos^ d6sde dende'se deiscubria ^l real de lob anemigOB colo-
qado eit lo alto de la Sierra 6n Teritajosa'iitiiaeioa pernaturaleaa y f>or
aita* Sste dia se ocup6 la gents en ceirar noestro campo con buena.
paliaada y cmcorrer latierfti>cen la vetitaja delmbev quitadd 4 los ne-
gros buen numero de cabaHos. Hafaia bastante BH»ti^o dtf tanwr que
ea la ordiuaria s^bda de la sUbidli positeen algOna e&boaeada, 6 ))or
algun otro caoiino la impidieseBry aii se paes6 todo ^ dia^en buacar
algun camino mas secrete y fidas seguro. No ballftnddset se reselvid
el asalto para el dia siguiente. Habi^dbse eosfesadodesde las tres de
la mauaoa toda la gente que iaHaba,. march6 al ej^ito en tres troaos.-
O uuo de los indios flecbero», que fueradesus armas Servian tambieiB
— 13 —
do gasladores para jr con bachas y machetes abriendo el camino,
la
a de loa arcabuceros y tropa rcghda que guiaba por si mtamo el
capilan: otra da loa avsaluiefoB j demfts goute advenediza que aoman-
daba un olf^rez vobrino d« D. Podro GoDZa\ez, Pot el camino se hi-
zo i. los eoemigos bastante daTio talaado alguoaa sementeras do mais,
de tabaco y calabazas quo poi alU leniao. Llegando al pi6 de la Sier-
ra avBQzaron algunos soldados recelosoa de algunaeinboscada. Se vid '
cu^ pnidente en bu temor, porque llegando & un puesto, un pentllo
que acompauaba la maicba »ittXi6 & loa negras eiDbos<»doa y avu6
con el ladrido & su amo. £1 capitani raarchando aobre egte aviso Ue-
gu & un aitio que tenia & >u frente Unas grandea pefiai t^adoa que por
lo alto coronabe una ceja A modo de muralla, tnu de la cual ae encu-
bria mucha gentei esperando que nueitroB aoldadoa se empeuaraa mas
CD la Bubida. Maa adelantoi en el misino camino, babian becho una ro^
aa de troncos, bejucoa j maleza coa que ae embarazaBan en el naallo.
Aunque ae conocib la estratagema no pudo encootraine mejor cami-
no, y hubieron de avanzar por aquella misnui parte. Cuando e] capir
tan y toda la tropa estuvo k tiro, comonzaftHi 6 dtaparaT con flecbaa, gob
piedna y con troncos, de tal manera, que partei6 milagro haber.quedli*
do algunos coa rida. Sobre «1 capitan D. Fadro Gonzalez arrojaron ft
plomounpefiascoquesvitdcDnpocadeeliimcioadel cuerpojperoap^naa
volvid para antmar su gente que desmayabn, cuando otra grande ipsa,
raspindole por las espaldas lo llev6 de encupotro aueata abqp, hiriaodo
malamenle al page de annas que lo acompauaba. A laa vqcbb de uu fs-
clavo auyo se creyd que babia muerto; pet-o 6], auaque. con tnucba ft>^
na, procure levantarae y animar & loa suyoa, dicieodo en alia voz, vim
eatoy y sano grecias al SeTior, ivalor comptiierosi De bM dos padwa qii9
Uevaado censigo el BaBto Criato y lo« Santoa Oleas seguiaa al »j6rfj>
to, al uoodift uoapiedraeu lamejilla, al otrOf que Cu6 el padi^ Jwm
Laureucio, (aMiiu6 ligenunente otra, y ma* uaa dectta que le poiKtr<}
no poco ea una pianM de qua tuvo tfxe padficer mucUos diaa. \ p^
stu- de tan vigwosa realateBcia que soBtWo «J capitan coa la pritifAf
colooina. llegando despues la ntagatardia eoD otro grande tfozo de iff,
dioa fleelierosi toa oaemigo* kubieron de deaanipUu la emitioficadft f
retiraree con prDci|NtiKtao i tu eatnpOt di$taQ(e aun niedia lagW dn
aqud aitio. Esaslecortft InoM't-MCiaikvda paso la dificultod con lo«
DMCV03 roparos que babian badioen ta6s> Bt^fiiei camijwi. Para Mi«.
charto inad kabiou wpeiHdo con grandee tropcoa, cortidHtts y immnp
— 14 —
cos, el uno y otro lado, no dejando sino una scnda angosta, y esa con
aigunas puertas de trccbo en trecho amarradas con fucrtes bejucos que
no pudieron vencerso sin grande dificultad, y qne hubicran costado rou-
cha sangre, si los emboscados hubieran tenido el valor de defender al-
guno de aquelloe pasos, y no bubieran procurado salvarse tan aprisa.
Sac«8o de la Despues de osta derrota, ya con seguridad de parte de los enemigos,
^""^ y vencido lo mas ^pero, estrecho y peligroso del camino, se march6
confiadamente al real de los Negros. £1 Yanga, que por su edud no
estaba ya capaz de las fatigas militareSf se babia quedado en el pueblo
y recogidose con las negras ^ indias cautivas & una pequena iglesia que
tenian, donde con candelas encendidas en las manos y unas flecbast
hincadas delante del altar, perseveraban en oracion mientras duraba la
pelea, que al fin, aunque facinerosos y perversos, obraba en el los aun
el amor y la veneracion & las cosas sagradas. Mientras practicaban
BOS devociones lleg6 un aviso al Yanga que en el avanco del peuol ha-
bian side derrotados los espcmoles con muerte del capitan y muchos de
los suyos. Breve tuvo el pesar de desenganarae con la ooticia, y aun con
la presencia de los fugitives que pusieron en constemacion todo aquci
pueblo. £1 Yanga los detuvo para que con sus mugeres ^ hijos no to-
masen luego la iuga. Deciales que aun vencido el penol tardarian trcs
dias para veneer las dificuhades de aquel corto camino. Apenas ba-
bta pronunciado estas palabras cuando oy6 la algazara de los indios
amigOB y la voceria de soldados que estaban ya sobre el pueblo. Dcs-
ampar&ronle luego con prisa y huyeron & los bosqnes vecinos, dejan-
do la ropa, las armas, y aun la cena que tenian prevenida para aquc-
Ha nocbe. £ntrando los nuestroa en el pueblo nos encaminamos lue-
go i la iglesia, persuadidos todos & que el baberse puesto bien con
Dies por medio de los santos Sacramentos habia side causa do la vic-
toria. La entrada fu6 cerca de la nocbe. No se hizo poco en curar
los machos heridos y procurar algun refresco & tantas gentes fatigadas.
Se prendid fiiego 6 mas de sesenta casas, reservando la iglesia y algu-
nos otros edificios para que sirviesen de cuarteles. £n medio de la po-
blacion estaba un drbol muy alto y en su copa una t mode de Pa via des-
de donde se descubria mucha tierra y lea servia de aialaya. Nueve me-
ses habia solamente que ocupaban este puesto y se veian ya plantados
mochos pl&tanos y otros irboles frutales, muchas sementeras de maiz,
de fnjol, de tabaco, de batatas, algodon y otras legumbres, mucha abun-
dancia de gallioas, gran nOmero de ganado, y^ algunos telares en que
"-1 r " — """ ' ' " -"-^ f-^-^-*- ■■ '-:.> :. V:::.:r-.'~S^^tX^
— 15 —
trabajaban las mugeres mientras quo los honibres la mitad se omplea«
ba ea la labor del campo, y la otra mitad estaba destinada d la pro-
feaioD de las armas. Los despojos que se hallaron en el pueblo fue-
ron considerables en ropa, espadasf mucho maiz y otras provisioned
de boca, algunos fusiles y no poca moneda.
£1 piadoso capitan, convid&ndolos-eon la paz, hizo levantar en un Conclusion
lugcr eminente una bandera blanca;' pero viendo que permanecian eh y^o^l'I^JI^'del
su obstinacion determin6 se guir el alcance, dejando alguna guarnicioD pueblo dc S .
en aquel puesto ventajoso. AIcanz<^ una cuadrilla de los alzados con
quien bubo un pequefio cheque con p^rdida de algunos espanoles, y
mas de los negrosy 4 quienes faltd en este lance uno de los mas bravoa
oficiales, que atravesado de muchos balazos. vino 4 caer de lo alto da
la cuesta, y por mas prisa que md di para ayudar 4 csta alma, cuando
llegue ya habia espirado. Yolvi6 el capitan 4 levantar bandera blan-
ca dejando una c^ula fimiadu en que les^ concedia perdon general*
A qui se supo como el Yanga iba con su gente 4cia otra rancheria don-
de intes tenian su habitacion, y que estaba muriendo en el monte uno
de sus principales caudillos k quien ^1 habia hecho maestre de caropo.
Marcharon los espanoles al primer puesto que habtan ganadode los ne-
gros, desdo dondc obr^y taldndoles los campos y fatig^ndolos con corre-
rias continuas en que salian siempre eon ventajas. Los padres en es-
te intor\'4lo nos empledbamos en hacer nna mision que fu^ muy pro-
vcchosa. Los soldados se- acomodaban iiicilmente k los ejercicios de
piedad, y gustaban de ellos viendo que so pretendia su bien y se les
trataba con suavidad y con amor, y las cabezas oran los primeros
en acudir d tan.santas obras/' Hasta aqui la relacion del padre Jttan
Laurencio^ ^ue llamado del padre provincial Rodrigo de Cabredo hubo
de dejar aquella espedicion para venir 4 acompaiiarle en la visita dc la
provincia. Kl Padre Juan Perez, que qued6 en el campo, prosigui6 las
inismos practicas de piedad que babia entablado su fervoroso compa-
uero. Todas las mauanas oian misa los soldados, y se les hacia luego
una breve pUtica acomodada & su profesion. Despues de esto queda*
ban en la iglesia los indios, rezaba el padre con cllos la doctrina oris-
tiana, y se les esplicaba alguno de los mas substanciules y necesarios
puntos. A la tarde se visitaban los enfermos, rezaban todos juntos en
la iglesia el rosario de nuestra Seiiora y la letania de los Santos, tk que
se anadia los vi^rncs algun cjempio d prop6si(o para la rcfuruiu do
las costumbres que tcrminuba on una sangrienlu (lisri|»liiiH. Una con-
— 16 —
ducta tan cristiana do podia dejar do atraer sobro aquellos piadosossol-
Capiiulanlof dados todas las bendictones del cielo. £n efectOf despues de varios
ffofierao^\1. encuentroB en que cada dia se debilitaba mas y mas el p&rtido de loa
roinal. negros^ hubieron de resolverse finalmente i escribir al virey proponi^n*
dole algunas capitulaciones, que fueron; lo primero, que el Yanga y sua -
principales companeros eotregarian deade luego & todos loa esclavoa
' fugitivos que se hallasen en su campo: que para impedir en la s^rie el
que aquella senrania sirviese de refugio t los esclavos foragidos^ se les
concediese 6 todos los librcs otro puesto acomodado« no distante del
que habian ganado los espauoles donde pudieran alojarse con sua hi*.
JOB y mugeres, oblig&ndose & no permitir entre eUos algun negro es-
clavo, y 6 buscarlos y recogerlos por aquellos montes para entregar-
los & su dueBio por una corta paga* Protestaban, finalmente, que su in-
tencion no habia sido faltar & Dies ni al rey, de quien eran y seriaa
slempre muy fieles vasallos: que para conservarse en ima y otra de-
pendencia, S. £• se dignase senalarles algun cura & quien reconocie-*
sen en lo espiritual, y alguno que hiciese oficio de justicia para el go-
btesQO politico de aqueUa poblacion. £1 prudente virey tuvo por biea
condescender con esta suplica, concedii^ndoles el aitio en que estd hoy
el pueblo de S. Lorenzo ^ & pocas leguas de la villa de CdrdovUf que
se fuBd6 deques por los aiios de 1618. La administracion espiritual
se agregd al beneficiado maa cercano del partido que llaman de la Ptm-
idf y los negros ban perseverado desde entdnces en pacifica posesion
de aquella tierra, con bastante tranquilidad y subordinacion & sus legi-
times superiores. f
Vinta de ^"X ^ ^^^ ^^^ ^^ ^^^ ^^* babiendo venido de N. M. R. P. ge-
Guatcmala. Qeral licencia para que se coatase como casa y residencia de la
Compania, y se anadiesen nuevos sugetos & la que so tenia en Gua-
temala, pareci6 necesario enviar un visitador que diese una cuenta
exacta y circunstanciada del estado de aqueUa fupdacion* Cometidse
esta ocupacion importante al padre Cristobal Bravo, quien desompe-
uando su comision, escribe asi al padre Martin Pelaez. „Llegu^ 6 me-
diados del diciembre pasado de 1608 i, esta ciudad de Guatemala con
saludf gracias i, Dies, donde los vecinos me recibieron mostrando el
mucho afecto que nos tienen, visit&ndome el Sr. obispo y ambos ca-
bildos, eolesi&stico y secular, el presidente y oidores* Hanme pedi-
■
X EfltablecidoB alU Iob negroe acabaron con Iob indios, de quienes son enemigoc
naturalee.
— 17^
do ooe grandt) inslancio que Ik Compsfiia haga asienlo en cstaciiiHad
y {Krnga estudioa de pnSposito, y en lo (]ud mas ban insistido cs en que
se poaiese escuda da leer 3^ escribir, porque desean mucho que sub hi-
joa ae erien desde diSobcoii la doctrina de la Compafiia y aalgan des-
de U escuela al estudio, qued&ndose siempre enlre los Dues1ro!<, y ca-
lo lo piden con tantas veroe c6mo si eatuviern eii c!lo su felicidad, hon-
n y hacienda, y aidor bubo recien Tenido de Esparin que me dijo, que
si no a^pieni en Bevilla que faabia padrea de la Compsirifa en Guatc-
nrnla no babria venido & ella, y laego que IIeg6 envi6 un hijo que (cnia
de ocho bBob at superior de estn rcsidencitt, pidii^ndolc con grnnde ins-
twwift ^e lo criaeen alU poTque no babin do enviarlo 9 otra parte, con
lo.aual «l podra rector se vi6 obli|7ido & recibirlc, y que aprcndicsc eu
ki'CasB & leer. Con mi venida so han asentado las cosascomoen cual-
quier Colegio, cod mucha edificacion de los de fucra y provecho dc log
Buestros. Se ha acorDododo otra Igteaia mayor y capaz para todo, por-
qoe In que babia no abarcaba la gente que de ordinario concurre d con.
feur y comulgar,' y aqui so hixo este aiio la (iesla de la Circuncision
con estmardiaario concurso. Be conocid bienk mucba gente quo hay
«n b dudad y lo macho que ae puede trebajer en ella para gloria de
Dioa. Tambien so vi6 b. mucba devocion que noa tienen, pues sien-
do coatumbre deada que se (nad6 eita ciudad celebrarse cste dia en la
ntedral in k ella el presidente con los nuevoa alcaldes y regidores,
todo este acomp^amietilo Tino abora 6 la nuevm iglosia de la Compa>
Mm. Tambien se hizo de esta casa ana mision & algunos pueblos de
indioe con grende servicio de nuestro Seuor, y ae podrfi con su ayu-
dsi continual' de cuando en cuando con notable provecho."
HttMa aqui et padre Crist6bal Bravo, primer visitador do Guatema-
la, donde por la auma distancia no podian llcgar en bus ordioariaa vi.
aitna los padrea provinciales, y mucho maa despuea que con la ogrega-
cioR de otros colegios ha crecido tanto la provincia. Este empleo se
ha cootinnado haata ahora ouadi^ndole la visile del colegio de ciudad
real y ultramaiinos, de cuyas Aindsciones hnblaremos en sus lespecti-
vos'lugares. A la vuelta de su visitahalld en la provincia al padre Ro-
drigo de Cabredo, que deapues de haber ejercitado este lustroso car-
go, y gobemado con grande acierto la provincia del Perti, pastf por
(trden de nuestro padre general & esta de Nueva-Espana, & que Uegd
el dia 28 de marzo, habiendo deacrobarcado & 3 del mismo en cl pucr-
to d« Aeapulco.
Mucrtcdcl Kl colegio inaxiiiio niuy A lus prioci|>ios del auo, pcrdio en cl reli-
Venmtia y giosa hennano Juao de Verentia* un perfccto ejciuplar de hcrmanos
del ^dre Pe. coadjutores. IJatoado i la Compauia por una voz del cicio, so es-
dre tjttnchez. r ^ u j^ jj.
8a elo^o. iorzo en clia a corrosponder de uo modo quo hizo muy creible su ma-
ravillosa vocacion en el continuo estudio de los ejercicios espiritualest
en observancia do las mas raenudas reglas, en pobreza, trabajo, ejer-
cicios de humillacion, y una amable sinceridad, digna de que la Ma-
dre de Dios le favorccicse con singulares gracias. Muri6 el dia 3 de
enero. El dolor de csta p^rdida, propia del colegio de Mexico, se es-
tendid poco despues & toda la provincia con la inuerte del padre Dr.
Pedro dc Sanchez^ primer padre fundador y provincial de nuestra pro-
vincia, y primer prepdsito de la Casa Profesa. Fu^ sugeto de una con*
sumada prudencia en el gobierno, digno de que recayese en ^1 la elec*
cion del aanto Borja« y de ser la primora piedra de una provincia tan
religiosa: suave sin debilidad, entero sin dureza, grande maestro de es-
piritus, que manejaba con un singular discemimiento. Su virtud y sua
letras Ic hicieron respetar de las personas mas autorizadas que bubo
en su tiempo en Mexico. Su grave y nerviosa elocuencia le bizo ad-
mirar en los ultimos aiios de todo g^nero de personas en la ilustre
congregacion del Salvador, a que di6 principio y en que se ejercit6
roochos auos. La cualidad de padre y fundador de la provincia^ no
le 8irvi6 jam&s sino para ser el primcro en las penosas distribuciones*
y en la obsen'ancia rigidisima de las ordenacionea mas mlnimas. £n
ateucion d su cansada edad y la importaiicia de su salud, determina-
ron los superiores poner otro padre que Ic aliviase en ciertos dias la
carga de la congregacion, y aun esto apeuas pudo conseguirse por la
instancia con que el pdbljco lo pedia, y la veneracion que tenian & su
persona. Iropcdido de sus auos y acbaques para el ministerio del pul-
pito, pas6 d maestro de espiritu de nucstros bermanos estudiantes en
el colegio mdximo. Cuidando de la ageua perfeccion, crcciiS mucho
en la propia y se 'prepar6 dignamente para cl descanso cterno, & que
pas6, scgun creemos, el dia 15 de julio de 1609.
La memoria de un goipe tan sensible & toda la provincia de Nueva-
de N. S. Pb. Espana, no parcce que podia borrarso enteramente, sino con un moti-
1 ^ '^&Ltl ^^ ^^ alegrla igual al que se recibio el ano siguiente con la noticia de
tas. . la beatificacion del fundador y padre de la universal Compania, Lle-
g6 & Mexico csta nueva feliz, & tiempo quo estaba ya para concluirse
Dcdicacion 1& fdbrica del tempio de la Casa Profesa. Era muy doloroso k los pa-
it^^^immmmammmmmm i ■!■ ■ I ' l li ' ^'1 Jt ■ Br■t3m:at'lff Sg^^=^:^^'i:^''^^•5^>■^^
— 19 —
dres no dcdicar el ouevo tcmplo con una solemnidad tan plausible; pe- dc la iglceia
ro no parecia poderse concluir en el tiempo que faltaba, ni se habria j^f^^^^ j^g
concluido, si el Exmo* Sr. marques de Salinas, con el grande afecto
que mostr6 siempre t la Compaula, no hubiera mandado entrar en la
obra doscientos hombres, y acalorado con su proteccion y tal vez con
8u presencia l<is trabajos. Con este socorro se logr6 en efecto aca*
bar la Iglesia para el dia 31 de julio. Desde mucho tiempo 6ntes lue-
go que lleg6 la bula autorizada, vispera de los santos ap6stoles S. Pe-
dro y S. Pablo, se comunic6 la nueva al pueblo por un alegre y gene*
ral repique de todas las campanas de la ciudad, d que siguieron lumi-
nariaSf fuegos de artificio, con otras muchas domostraciones de rego-
cijo en que quisieron tomar no pequeua parte las sagradas religiones,
cuerpos y sugetos mas ilustres de Mexico. Se dispuso en el templb
junto al altar mayor al lado del Evangelic otro mas pequeiio en que es-
taba una primorosa estitua de nuestro padre, vestido de terciopelo ne«
gro, bordado de oro y de la mias rica pedreria, con un Jesus en la nfia* '
no de la misma materia. El adomo solo de la estdtua se avalu6 en
cuairocitnios mil ducados f • A proporcion estaba el altar mayor, y to--
do el resto dc la Iglesia. £1 presbiterio lo coronaban grandes blando*'
nes y fubetes de plata y ^bano con braceros, en que se que-
maban inciensos, imbares, y otros de los mas preciosos, esquisitos y
suaves perfdmenes. Entre el innumerable tropel de gentes, que des-
de las dos de la tarde concurri6 & nuestra Iglesia, apenas podian laii
guardias que se pusieron en las puertas hacer lugar al Illmo. Sr. ar-
zobispo, al Sr. virey, real audiencia, cabildos y religiooes. Enton6 las
vlsperas el Sr. arzobispo desde su sitial, & un lado del altar mayor, y
prosigui6 el core de la Catedral, y las mas raras habilidades de esta
capital en voces 4 instnimentos. Arabadas las visperas sali6 todo el ^ C
ilustre concurso A una alta lonja que habia fi la puerta del templo pa-| \^-
ra ver cinco carros triunfales que esperaban para partir de alll A dis-j
currir por toda la ciudad y que conducian los personages que el dia si-
guiente y por toda la octava debian representar los cinco triunfos que
por si y por medio de su religion habia conseguido el santo fundador.
£1 primero, de lajuventud perdida; el segundo, de la ignorancia; el
tercero, de la heregia; el cuarto, de la gentilidad; y el quinto, de lan^
forma en iodos los estttdos. Ocupaban los carros con vistoslsimo ador-
1 iTaiita era la riqueza y picdad dc loa mexiconoe en aquella dpoca!
— 20 —
no y suavisima armonla do iostrumentos, seteota y dos niiios, la flor
de lu juvcQtud roeacicana, y de nuostros estudios on gracia, en habilidad
y en nobleza. Dur6 el posco hasta la omcion de la noche, y eotrada
ella, continuaron fuego«, luminarias, repiques, mascaras y concursode
geote A ver \o6 varios adornus que so preveuian en las calles para el
j»iguiente dia.
Dcmostracio. A las ocho de la maTiana comcnz6 d salir de la catedral la proce-
di^ariM ™roJ ®*^" ^°° ^^^* aquella lucida carabana que nos habia favorecido el dia
grocijo en ce. j dntes, 6. que 80 auadicron todas las cofradias de la ciudad. La de lo^
Iirnacio en \ i^^ros que estaba d cargo de los religiosos de la 6rdeu de predicado.
M6zico, i res, que inspirada de aquellos rcligiosisiincs padros, habia prevenido & la
' salida de la Catedral un Castillo portatil que tiraban veinticuatro salva*
ges vestidos con maravillosa propiedud. Al pisar el umbral de las
puertas, doce sacerdotes, que bajo de palio llevaban sobre sus hombros
las andas del Santisimoi se le hizo del Castillo la primera salva con cua-
renta y cuatro piezas. Luego rasg&ndoso un globo hermoso en que
tcrminaba, apareci6 la Santisima Virgen j nuestro padre S. Ignacio, y
despues de una breve repreaentacion* que hizo uno de los salvages,
otros doce salieron en una vistosisima danza. A pocos pasos so veta
jif : im elefante de enorme graodeza, de cuyo vasto seno salieron repeat!-
; oamente innumerables bombas, cohetes y otras muchas inveucioncs de
fuegos. . Al llegar 6. las casas de cabildo se veia una estdtua gigantesca
de un cuerpo y cuatro cabezas, que rcpresentabaa los quatro herosidr-
cas de aquellos tieaap.Q39 Luien^Calvincj ZuiagUo y MelauchtoK^ Ufia
^s|ditta de S.. Ignacio coiocada. entre nubes. sobre la azotea de las mis*
mas casas, disparando un ray^ que tenia en la diestia, pien^i5 Aiego
(l aquel infame monstruo enUre las oxecraqiooes mei^iadas de aplauso
de toda la multitud. Esta inge^iosa invenciony c9mQ la maypr parte
del lucioucnto y adorno y feliz disposicion d^ los diierentes regocyoQ
que ocuparon la ciudad aquellos diaA» se debi5 en gran parte ^ la de*
vocion, capacidad y ma^niikrencia del Sr, D. Ga9Xia de Etpinar^ cpr-t
regidor entonces de Mexico. For las demas calles estabftn repartjbd^
los cinco carros, en que sucesivaniente con bellas y hr^e^ves poesias se
daban al Seiior las graoias por las victenas qoe^abia concedido 6 su
siervo Ignacio, y eslo laisaio publicaban mil curioaas anvenoi^nes ^
verses diferenles en metros>6 idiowa^quese.veiwi repartidos eu ta^jaa
y vistosos carteles por las cuadras. £1 triunfo de la horegSa so repre-
8ent6 d las pnertas (lei temple dc los religiosos de S. Agustin eohre un
,jkm.'mr.-7T'
— 21 —
capoz y bica adornado tc^itro, ca que se veian In f^ con tiara pontifi-
cal, y cl glorioso Dr. S. Agustin, que teoian en medio y corooaban de
su mano 4 nuestro santo padre Ignacio. .£n medio de las cuatro es»
quinas estaba uq arco de bella arquitectui'a que t^rminaba en un glo- \y^
bo. £ste, abri^ndose y regando al mismo tiempo el suek> de iofinidad
de floros, manirest6.do8 hermoeoa. ninos Testidos de S. Nicolds To- i
lentino y S. Ignqcio, quo se dabao afectuoaamente los brazes* Doce .'
de los mas gpraduados religiosos cpa capaa do brocade, inqcnsarios
dorado^ y cruK alia, salieron d recibir aLiSeuQr, cantando el Te Deum^^
y & su retir^da «^ preodi5 fuego.&un castiUo.que ae veia sobre la tor--
re, una de las m^ ^Itasde la piud^d* A e^te tiejnpo.sdiu de nuestra
Iglesia la estitua dq 5* Igoaqio^ Marohabaa por deIant^ una compa-
nia de ciento y cincueuta^eabtdleroat.cuyo cos^ ep los vestido^ bp
avalu6 en iqas de.oehmla- mil peaat. . Kran ie^toa. todoa . vizcainosi de
las personas mas distinguidaa y n^as ^ricas de la ciudadi y Uevaban 1
su frente 1^1 oidors decapo.de Ja t^d^ audiepcia, de unfi d^ las; casaa
prioclpalcs de la proyin9i|i de Guip^^^pa* Segulanse otros ciento y
ochenta.de Ipsmimbr^mAs Uu^tres dO.la.OQngregocioh delSalVador«
con hachasen l^s manps. , Al ei^tr^. el 9euor en vl nuevo templo, uif
Jesus, despid^ei?4<^ ^y9h ^Pi^..^,]9 n^iA alto dP Uila d^. las (orres, y,
prendi6 fuego A un giga^te de p61vorai cenldo de una^iorpede lo mis.
mo, que signi^ci^ba la geoUli^ad. .
ColocadQ,ei^.8u lugar.el $aii(l$imftSacr(BiQntp y la cstdtua.de nues*
tro santo pa4r€^.seis:antigup8, ^tfiiaieaSiCgmatrog.^Btfit^.persoQagett
relativoa i, )m virtU4dejS en q^^ : m^ hslbiiia xjaaplandecido, se levanfa^.
ron suceaivaineotQ de ips.vistpMs.tflatroa.jqoe.bcupfban ealas piias^
trasdie la nave p/incipali y vjiuerQ9 ^.gfrticer & ia dtvina Magestad^ en
Dombre do S. igiiQcip y dB sus hijpsi fiq^ql templo, y & darle las gra»
cias de la infiuit^L b^pigoidc^d coi); q^i^. babi^ .venido 4 honrarlo. En la.
roisa. predic<i:de;las glorM^a dl^l;nMeyp bienf^yentqi^ado- el lUmot. Sr. ar*
zobispo D. S'r* CarQi^ Guerria«.qi^ Qon. si| cabildq, prelados de las re-
ligioner y QUra9^ muQbas. personasy honr<^ df^ues-. nuestro refectoriob
Muy sem^ante^ fueton en todo 4 este dia lips siguient^s de la octava^
que toraafoii t 9u cargo el cabildo ecIesi4atico y sagradas religionesi
fuera de dos- dyas, de qi^ qujso eocargarse la nobillsima, nacion vizcai-
na. TuLVOse por una sensd nada^.equivppa de lo ipucbo que el Sefior
se agradaba en los obsequies qqe se bacian i s\;k favorectdo siervo S«
l^nacio, que habiepdo side desde Aa^s de mayo continuas y copiosi.-
TOM, II. 4
—22—
simtis las lluviasy desdc la vispera liasta eenrarse b octava estavieraa
los dins sereBi^moBt sin aguas ni temor de ellas, prosiguiendo poce
despaes con la fueraa que es en ese tiempo tao regalar en estos paises.
Faera de esta, no faltaron seuales aun mas admirables y decisivas qne
aniniaron mueho & la devocion del santo fuadador de la Compania.
del Una senora principalt saliendo de naestra Iglesia, cay6 del coche tan
improvisamente, que no did lugar i. detener las mulas. Al caer invo-
c6 llena de confianza i S. Ignacio, j annqoe le pas6 la nieda por par-
te del braze izqtiierdo« el hombro 7 la cabeza, se levantd sin mas Ic-
/ sion que una contusion muy ligera, ann yendu el coche cargado, y ha-
bt^ndole dejado impresa en la ropa la senal de la rueda. Con esta ca-
sa parece quiso manifestar el santo cuknio agradecia los Inocentes
jubiios que se bacian d sn honor. £1 marido de esa niisnKi senora
ensay&ndose para correr la sortija (diyeraon que los nobles Vizcainos
dispusieron para el ultimo dia) en un cabaHo furioaoy se le desbocd
con tal Impetu, que se estrelld contra ona pared y sacndi6 de si al gi-
nete. Corrieron todos creyendo hallarlo muerto, 6 atardido al m^nosy
y maltratado del golpe; pero ^1 qne habia Ikunado en su corazon d S.
Ignacioy se lerantd may en sf y entenunente sano, y vino luego & dar
faui gracias eon todoe sus compeneroa & su santo protector.
£8te mismo fiivor esperimentaron en aquellos dias mismos muchas
otras personas. Una Infeliz muger estaba ya en hu tihimas agonSaa,
atraresada ki> cnatura y am fuenaar ^ r^or de loa continuos y recios
dolores. Un piadoao asiatente le acoosejd que llamaae a S. Ignacio,
refiri^ndole algonoe prodigioa de a^el mismo g^nero. Hizolo en su
eorazont que aun para haoerl^ en los lAbios le fidtaba el aliento, y lue-
go al momento pari6 sin lesion alguna soya 6 de la criatnra, un nino
hennoaisimoy 4 quien en memoria del beneficio puso ri nombre de Ig*
naeio. Otra, con solo la mtnaa diligencia, arro|6 la criatura ya co-
menzada & corromper, y que segnn el juicio de los m^dicoe tenia ya
cuatro dias de muerta en el seno de su madre, la que sin embargo que-
d6 enteramente sana. P6r mas de veinte boras tuvo otra senora atra-
vesada la criatura con gravisimos dolores, 4 igual riesgo del hijo y de
la madre. Acorddse el marido de lo que habia oido decir de $• Igna-
cioy y de una firroa suya, que se consenra como preciosa reliquia en
nuestro colegio m&ximo. Mandd alii; pero creciendo por instantes
loa doloresv y pareci^adole que tardaba* escribib en una c^dula el nom -
bre del santo« y pooi^ndoselo 4 la enferma con irivisima f<§» consign id
-r -1* I' -— ■ -i.i.'TyP ' SBi' ^cra r i , „jw<— «y -ifr -' ■
—23 —
que arrojara al momcnto la criatura, quedaiido iodos maravillados eh
las alabanzas al Sefior, admirable en sus santos. Aun fu^ mas mara-
villoso el caso siguiente. Yaria cuasi en loa tiltimos t^rmioos de la vi-
da un religioso de 8. Agustin^ cuando oyd el soleranc repiquc de nues-
tra Casa Profesa* Se le di6 d entender la causa de aquella uavedad»
y se sinti6 interiormente animado & valerse de aquel nuevo santo. Lo
prometi6 rezar todos los dias de su vida su conmemoracion, si lo sa-
caba de aquel peligro. Seria como las siete do la noche cuando osto
dijo, y 4 la manana se hall6 tan perfectamente sano, que pudo levan-
tarse de la cama 6ir h dar con admiracion de todo su convento las
gracias al Seiior en nueslra Iglesia. Debemos contar entre los singu-
iares favores en que por este tiempo quiso bonrar 4 sus dcvotos nues-
tro glorioso padre, que estando euando lle[;6 la noticia de su beatifi-
cacion la Casa P^ofesa muy gravada con nuove mil pesos que habia to-
rnado i r^dito para la fdbricay y otros dos ihil que se le babian pres-
tado» y habiendo de empeuarae de nuevo para una funcion tan ruido-
sa, movi6 de tal suerte los dninios de algunos piadosos, que para el
dia de su fiesta se hall6 eoteramente desempeiiada. D. Juan de Vi*
llaseca, secretario del lUmo. Sr. D. Luis de Yelasco en el Peru y en
estos reinoSf que fallecid por aquellos dias, dej6 & la Casa sin grava-
men alguao, los once mil pesos, que justamente se necesitaban para
satisfacer aquellos cr6ditos, y por otra parte las limosnas de toda la
ciudad fueron tantas, y tanta la parte que se tomaron las personas mas
iJustres en aquella solemnidad, que no bubo necesidad do nuevos em-
peuos para salir con el mayor lucimiento, y cual ap^nas se habia vis-
to en la America.
Aunque en el colegio mdximo y dcmas do la provincia se ocup6 Frutosdelco.
una gran parte del ajio y aun del siguiente, en preparacion para las y^tmda en
fiestas que en todas partes se hicieron ruidoslsimas, sin embargo no se 1^ Companfa
falt6 4 la gloriosa ocupacion de misioncs y ministerios, como el mas lonao Guerre,
agradable y s6lido obsequio que podia hacerse 6. nuestro sunto legisla- ^'
dor, dntes tomando posesion de los altares, pareci6 haber infuudido fi
sus bijos un nuevo espiritu, segun se vieron aplicarse 4 su propia pcr-
feccion y al provecho de sus pr6jimos. Se hizo una fervorosa mision
al pueblo de S. Juan del Rio 4 peticion de aquel bcneficiado, que con
espresiones muy cncarecidas did las gracias nl padre provincial y cn-
grandecio el trabajo y d fruto dc iiuostros midioacros. En lo intoriur
dc cufia, fueron muy considerables los progrcsos de lus cs'tudios que el
— 24 —
Illino. Sr. D, Fr« Garcfa Guerra honraba firecuentcmeate eon su pre-
scncia, y no pocas' veces oon su doctlsima r6plica« Este^jemplarUi-
mo princtpe, cada dia mas empeuado en dar & la Compailia nuevas
pniebas de su amor y benevolencia, qako ser protector do la congre-
gacion de la £nunciata en aqublla parte iqoe comprende los oetudian-
tes de facultades mayores. Este ilusire ejemplo de amor y devocion
& la Reina del cieb, tan propio'del sagrado 6rdeti de predicadores, ani-
m6 & knuchas personas de car deter & alistarse entre los eongregantes*
Fu^ uno de los primeroa el reverendistmo padre Fr^ Bartolom^ Ro-
mero, Gompanero de sii lUma. y de su mismii religiony 4 ^ue siguieron
cuatro prebendados de la santa' Iglesia Catedral. For esto^ chico in-
signes sugetos di6 la congregacion^en este aiio treinta ysiete & varias
religiones, tan aplicadoe d los ejercicios esptritiralest 6 la mortificacion
y & las demas virtiides religiosas* qae era toe cotnnli entre los prela-
dos que no ne^esitaban de la instroccion dd rioviciado 'Ids i^e veaian
de la congregacion de la Anunciata; Entre los dichos treinta y siete,
cupieron tres d la Gompania. Uno de' lellos 'fu6 el espiiitdal ydevoto
padre AloHBo. Criierr«rOy nieto del 8r. D* Melchor de Yillaseca: la flor
de la juventud* la geiltileza del cuerpo. Hi gmcia y favor de los Exmos*
yireyes, el cuhivo en todas las artes librest eingularmente en las ma*
temdticaSv la nobleza de la sangre y la opulencia del mas gnieso ma^
yorazgo que habia ent6nces en la America habian iijado en ^1 los ojos
de toda la ciudad. For estas razonqs pareci6 al padre provincial no
admitirle sin expresa licenciadol virqy. Este noble seiior la did con
mucbo gusto« imadiendo la que en semejante ocasion d S. Francisco
de Borja el emperador Cdrlos Y, que tendria mas envidioBoil que imi-
tadores.
Maertet do -^ ^^^ referidos frutos que did nuedtro Seuor al "Colegio de S. Pedro
vwioa 0iigetas y s. Pablo debemos anadir las moertes de sei^ sugetos que sn Mages-
tad llev6 para siy y que todos dejaron no pocas esperanzas de so eter-
na felicidad. Dos sacerdotes y cuatro hermanos cbadjutores. Entre to-
dos resplandeci6 singularmente la virtud del padre Heman Oomezj in-
fatigable opcrario de indios en .Tepotzotldn y S» Luis do la Paz. Para
aprovechar con la voz de muchos mintstros, redujo d arte y oompuso
un copioso diccionario de la dificllima lengua otoml. Fu£ estrema-
mente pobre y bumilde, y de un tenor tan igual y constante en el cum-
plimiento de sus reglas y ejercicios ile todas las virtudes religiosas, quo
nnnca pudo distinguirse cudl era en la que mas sobresalia, y la que ha-
-X- .-.■-■
— 25 —
cia, digdmoslo osi, el cardoter dc su ^nde ospiritu. Algunas pcrso-
nas fidedignas dentro, y fuera do casn, vieron sobrc la iglcsia y cole-
gio estnoidinarias senalcs del cie!o ol tienipo dc su mucrtc. La mas
notable y autorizada fu^ la que vi6 el citado padre Fr. BartotomS Ro-
tnero^ presentado del 6rden de predicadores, companero inseparable, y
jnuy semejante ea el espiritu al Illmo. Sr. D. Fr. Garcia Guerra, ar-
zobiapo de M^xieo*^ Saltendo de su fervorosa cracion el dia 2 de se*
tiembre por la maiiana, desde donde se veia el cimborrio dc nuestro teni-
plpf vi6 levantarae sobre ^1 una blanca y delgada nube que caminaba &cia
el Oriente, de donde poco despues en fnnna dc una escalera la vi6 doblaf
dcia el lenit y perderse eii utoa inm^nsa altura. £1 jtlbilo y mas qiie
humano oonsn^lo'que sentia en su tfspirito'&'la vista de aqiicl fen6rhe'-
no, le hrzb rdflejar con mayor atencioni Oyendo despues doblar en
ntiestra casa pregiin(6 qui^ tiabiainuerto. Dij(§ronle que un padre muy
recomeodable por su virtud y por los tfabijos padecidos por la salud
de los indios. £n cfect6, dijo el bueii religiose, el difunto debi6 de ser
un grando santo; y ref)ri6 con admirable sincferidad lo que habia visto,
no dadando fiiese l^lativo & la persona del padre Hernan Gomez, y se-
iial de la gloria & que inc^lediatamente habia subido de la cdrcel del
cuerpo. A la diligencia y cuttivo de semejantes obreros no es mucho
se viefien en los indtos tan raros ejeihplos de virtud. tJna doncella j6-
ven 86 habia criado i. los pechos de la devocion, en frecuencia de sa- 14' • ten
cramentos, en castidad y obsequios de la Santisima Yfrgen, & esmero en S. Grcgo.
de nno dc los padres de S. Gregorio. £1 demonio, que con todos 9ns "^'
ardides no podia haccr presa en aquella alma inoccnte, detcrmin6 ha-
cerle guerra por medio de sus padres. Trat&banla como d una esclava,
y llcgd & tanto el 6dio coi) que miraban su virtud, que llegaron & resol-
vcT entregarla d algun deshoncsto que corrompieso su corazon, y la
apartase del camino do la salud. No habicndo podido lograr su mal
intento, el padre inhumano la 8ac6 un dia dc la ciudad con cl piadoso
pretcsto de ir d visitar el c61ebre Santuario dc Guadalupe. Pcro dntes
dc entrar en el templo la llev6 al mbnte, y amarrdndola fuertemente d
untronco,*comenz6 d descargar sobrc ella cruelisimos golpes. No pcrmi- Sucem ex.
ti6 la Santisima Senora que en aquel lugar santificado con su presen- traordinaho
cia, se insultaso tan impunemente d la castidad y a la virtud de su sier- Santuario dc
va. A pocos golpes que habia dcscargado sobrc su hija aquel bdrbaro, ^J?^ f™'
vio junto a si un jayan negro y espantoso que comcnz6 k descargarlos
solnre el con tanta fuorza, quo a |k>€o ratu cayo en tiorra aturdido del
—26—
susto y del dolor. A los gritoa que imbia dado, coDcuiTi6 alguna gente
de los vccinos del Santuario que esta d la fulda. Hallan al horabre
fuera de sentido y 4 la infeliz doncclla amarrada. A sua prcguntas no
re8pondi6 aioo con un loodestisimo silencio, por no manchar el honor
de lu padro. No estuvicron mucho tiempo en la duda, porque volvien-
do en si 4 poca diligencia aquel indio se arroj6 & loe pies de su hija pt-
di^ndole perdon con inuchas Idgrimas, que pasaron despues 4 derramar
uno y otro en presencia de la Suntisima Virgen con acciones de gra-
cias. Otra virtuosa viuda reeiatid por rouchos dias 4 las solicitudes de
un hombre infamo. Corrido del dcsaire y ciego de la pasion intent6
hacer yiolencia 4 la honesta matrona; poro Dios que protegia 4 su sier-
va quitd las fuerzas 4 aquel lascivo y las did 4 la d^bil muger para que
como una ligera pluina lo apartase de si. £1 mismo, annepentido» afir-
m6 despues con juramento habersc hallado repentinamente tan debili-
tadoy que no podia aun levantar los brazes. A estos grandes cjcmplos
de virtuosa castidad anadamos un caso admirable con que quiso noes-
tro Santo padre Ignacio favorecer la buena f% de estos indius. Un ni-
lioy 4 quien por devocion al Santo se hahia dado el nombre de Ignacio^
lleg6 4 los (iltimos terminos de la vida. Sus padres y su abuelo encen-
didas dos velas 4 nuestro padre, le pedian con lugrioias la salud del
enfenno, 4 quien amaban tiemamente. Yuelvcn 4 vcrlo despues de su
oracion y le hallan perdidoa los pulsos y dando ya los ultimos alientos.
Conformdbanse con la voluntad del Senor, y daban ya las disposicio-
nes para el entierro, cuando al anciano abuelo, oprimido de la melan-
colia, le sobrecogi6 un pasagero sucno. En 61 se le reprcsent6 S. Ig-
nacio con un Jesu8 en la mano y su nicto en la otra dici^ndole: JVb
le aflijas, hijo^ ni desconjiesj que tu rUtio vive. r.A estas palabras despcr-
t6 Ueno de gozo el buen viejo, y dudando si era sueno 6 realidad lo que
habia visto, corri6 al lugar donde estaba el cuerpo cubicrto ya como
muerto con un velo, le descubri6 el semblantcs y lo vi6 risueno y en-
teramcnte sano.
Fiostas en Estos repetidos prodigies de S. Ignacio en M6xico y en otras rou*
loedemieco. ^j^^^ ciudadcs dc la Am6rica, hicieroa tan plauaiUes las fiestas de su
beatificacion en todos los lugares donde habia casa 6 colegio de la Com-
pania* En Guadalajara honru nuestro pulpito el Illmo. y Rmo. Sr.
D- Fr. Juan del Valley nionge de S. Benito. £n Oaxaca se dcbi6 mu-
cho al Illmo. Sr. D. Juan de Cervantes^ quo canto aquel dia misa pon-
tifical, al Sr. D. Cristdbal Onatc, corrcgidor dc aqucUa noble ciudad.
r ga- ■*» * ^ ' -t- . 1 .wiJ .T ii """^ - .' ' .v" ' '** — ^ " ■■"'
-27—
qtic quiso distinguirsc tomando A bu cargo costosas invonciones dc ro-
gocijos pGblicos, y singular mente al esclarecido 6rden de predicadorcst
que en el sermon, en proccsion, y en adomos deiglesia, contribiiycron
con singular benevolencia nl lucimiento de aqnellos dias. En los su-
getos de casa se Yi6 un nuevo fervor de cspiritu, y un deseo tan grande
y cficaz do la propia perfeccion, que segun escribe el padre Juan San-
chez, rector de aquel colegio, no contentos cou la hora de oracion quo
todoe tienen en la Compania por la maiiana, sin alguna 6rden 6 insi-
nuacion del superior ni algun otro motive, se veian acudir todos por la
tarde una hora 6 media, segun lo perroitian las ocupacioncs de cada
uno, 4 tener oracion en la iglesia ante el Santisimo Sacramento. A
cste santo ejercicio atrilniye el mismo padre en su carta la folic idad
aun temporal del colegio aquel ano, y lasespiritualcs bendiciones que el
Scfior derramaba libcralmente sobre sus apost6licos trabajos con espa-
noles 6 indios.
Semejantes aumcntos de fervor y de celo se vieron en los colegios Fervor de lot
de Puebla, Guadalajara Valladolid, y los demas; pero muy singular. n>Monc«»-
mente entre las misioncB de gentiles & quienes la falta de todas las co«
modidades temporales suplia el Seiior abundantisimamonte con celes-
tialea consuelos. El padre Martin Pelaez, hablando & nuestro padre
general de la visita de Guadiana; f,\lega€ (dice) & visitar estacasa don-
de bice junta de los religiosos y padres graves de todas las misiones
para asentar las casas, y dejar un superior de todas conforme & la 6rden
de y. R- Senti un grandfoimo consiielo de ver & todos aquellos padres, en
quienes se me reprcsent6 may viva mente el esplritu de los primerosde
iniestra religion. Porque veidaderamente son vivos imitadores de ellos
en la pobreza y desprecio de si mismos, en los trabajos que padecen, y
en el celo por la salad de todas aquellas naciones de gentes b&rbaras,
en cuya ensenanza andan ooupados. Son hombres deshechos de
todas las comodidades hamanas, y que solo buscan la mayor gloria
de Dios y bien de aquellas almas, como hijos verdaderos de nuestro pa-
dre S. Ignacio, y oomo tales recibieron con grande conformidad y con*
suelo todo lo que se dispuso y orden6 para el bien de las misiones^ sin
reparar en comodidad ni trabajo suyo." Concuerdan bien con estas es-
presiones las del padre Laurencio Mame, que habiendo llegado & Sin'a-
loa escribe asl: „Ha side Dios servido, mi padre visitador, que llegase
con salud 4 estas misiones, donde no creyera cuantas letras tiene la
Compai&ia janta9 con tan aventajada santidad. Yisto h6, padre mio, 4
—28—
nnos $Auto8 viojoii» muy dccaidos dc todo lo dc cntc muado, miiy aficio«
nados al trabajd y al padccor, dc una miouL pobreaa quo le qiH^roria 4
V. R. cl corazon verlos tan rotos» tan descalaoB y tan noceflitados d^
todo, coino aodan crnintes innieUolis^ in ptlibus caprinis^ qnihut dignu*
non est mnndus, Gloria a Dios que sabe on medio de las soledades y
afliccionod darles tanto gozo y consudo! Ho hollado, mi padre, eilmen
atajo para la porfeccion, que no quorria porder la oeaaion presente poc
mi poca virtud* Digolb, porque estbs. dias paaados hubo. noticia de
quo estos indios del partido de Sinaloa quiaieron quitar la vida al pa-
dre Cristdbal de Viilaliaf quemo.ba.cabidoipor mi compiaiiQrQ cmaeifi pue.
bios quo tenemos u nuestro <^argo, vcintidos legtiofi dola.viUa* y todoa
llenos de gen to feroz y belicoBa. iQjali fuera mi Oiod setrido de que
no fucsen solas amonaaas, sino que Ueglittemas 4 demudaar la aangre
H)T Jcsucristo! Y. R. so lo pida & nuestro 8edbr, que yo por 'roie desi
bctos no me utrevo. Yimos, mi padre, on conclusion en el.diaciUso de
luestro viagc las mi^ones de Topia y Teptboaaes, y atuique:lMiiNA fill-
a de regales del cuerpo hubo i^obra de c^MueW del almaj .Loe indioe
los recibieron^n lo9 ppebloaeBiprdeseion con crubee oti las maDoe^
:aiitando la doctrinK en s6 leiigua«.eil la ciiil'lea deda despuee*^ pa«
:re el fin de. nuostra v6aida.- EUos kioiaii. cq|> iQueitraa de wuy gran-
alegrla,. y nosotros la teniarooa de yerlois y oirlos, de manera que no
ra posible coniener las lagrimaa quo del corieiaon lebbaAban a lob ojoa.
isi llcgamos k Sinalea, donde quedamos buffiioe, coateoto^y oondeaeo
ie trabajar incansableoaeptp por elkien de eetaecalinae^ 'per nmor deL
3enor y Criador de ellae que niarde 4: V, R-. &o." "
^»rt^ ■ji'K"- A las dos antocede^t^l^ cartae ^qyue iMMyba^Mi^fimar uiiaiji4ea geiMh
drePodroVei nd de l^.v^da penoflj^iina, p^fo . U^^ct d0 g0z»!espirit4alqHe:i|Kisaba»
l^^Bco. nuestros misionercs, alamos otDa del f>adse Pedro die Yeiaeea^ eib
que ae conozc^t lo .misqio ,de iin.modo.nias «NUiaifeW Sstieg^an eaget0>
babia procurado ocult^ con el de^preoio- deisi-miatrib hao deloe mtm
felices iog^nios, quo tenia, en aq\idllp9 tAfnaipoaiar prov&ncia* Pa^ctd
a) padre provincial, t^tigo de su enaQontc aaUdunai UanfarliaA Mexi-
co 4 leer, el curso de arteada filosoiOa y dar eate OenauolQ al £lknio* St^
D* Luis do Yolaaco, que ae babia inainuado en qucarfir ecmoieer 4 ua
pariente de tan diatinguido merito* A eata iosiQoacion de loe aiipe-
riorea, responde as! cl religiosi8iqv>. padrec. ^yReoi^J 1^ de Y. R., y.
aunque eoroo Uena de paternal amori me iue de particulai Qonaiielo, no
dej6 de sentir mi corazon to que algunae-vocca ae mo ofrecta, y era quo
— 29--
vicndo por una parte In graa materintik ^crvicio d<d naestro^Senor y
ocaaioDes de aa mayor gloFta* que .Wiui 8e.ofreC6D» y d^Jijtdqme (K>r otra
mia faltas en rostra, conaideiraba queisi.para estaa ba.bia de habejr al-
gima peiia*.8eria qttitamie el Senor»;.eQnao imin, tangMide einpileo; y^
pnea TOO oumpUdo esteaenuoueQto^^muc^.Gauaa t^odr^da ^1 ccayen-
doest&.ealamemonadal .SanoF-micuJpa^piiaaTeojejequtarte. pena«
¥oi mi 'padn^,me stea(Oiinuy.tiem|o^y. a%iotiadi> ^eatoti pgtNT^tQs:
may oovadladd •^ incHnado ii eata mtniiiteyio >y avesao da miv paM a1 de
laaciudadeavfe.txudy^aun^padeliiem'teBar po^ ooin|>U|'
la aanta obediencid, nojotaBntp qaa'faeBei6on)griuid^>dtf90liii|d^
todavia lo riBp rado tt t O'& V. R.'.aoiiio:d pai&o aiaQnMb,>yi dMiio.dl anpe-
rior sarma *afreee' proponai; la-Hiiicluuglamda Pioa^que)iqr^^attl|ifaaa
impediri aonmiaflMutaiiBa; y pvada'i^ers^ fxmlocqua^eni eitoa'anail 80
les imw ^e liraioiaiitaa han^ miierto vecian' baotiigdali 4. aacyaroa n ta^i ^
da lo que ma'piareea»aaltalw4aeguMl^4iiaa^kifiajdel:Sajior» qtia ai Imi-
biara gaatada eate^^iampo anJeei^^urtaa.. Ahom MtW, <mc^ bautij^or y
fiejar deaoa pioaoboamuohoa huaadBaepo% jiintarka^ydarlei) eapliitu.
davida^ y eator mid ae hari^-ain aoz ai. leiigaa# puea Aunioa baut^^a^
pqdaMoM ^lecir que no tianen^aoniea niauo,piea^>aina.que qstin i^i^.lof
poitMihueaea^ y piegue'al^nor<4Xiiiairvan;io4iiViaia. vidaidel b&utia-
mo. Abani ea^el en8eiaalaa.4»aaracn8iaBBoa>y Taatis.de piti y eaxna
aqueafeaa haeao^ ya^ atnados^ lo^oumLpaaeoci babUt daaec:por la.yoz.da
Idgn^tMfetor y aanfoaya^np lo»aaa^eii<fiii« Aoy.au priooaic pa4r9i y to}
coal' iot poedeii' babar maneateiry ecbasrm^oa* ; Lou pdeUtoa agii4$iiar
era, 'las leagoaailMa aMiMfia^ivailaaa*.: •fim^aiaa/trea.anofthid.beeba lo
poaible pafa salir>bl6(» eaa la wa, ^ngdeiadamante eon lat»tni^ y ; e^u»
peaar la teyeara^ may ,iieeaaariaxBaai$er al piraaeiite poir biibeaai da bau-f
tisar Io»qiia ki biblaiiiit Ma paaeaa, ml padie, aea aaayor gloria de JPioa
aeddir & itaH y ae ioei aB t aa aliaaa bautizadaa, y racogar'y.bautuBar ^taa
miiebaa qae-fidtfen, ^ba ooupar traaadaaooB trainta eatodiaptea, y dea«
piiaa por fantami deaearteloftattparioi^qiie^patezafi.yd 6 loa iadioa
perdidftyaKiaaguay ea» ouyi; aontioaaciao aa puadabacanlauoba.
ISiptcMiauB/t^'ifatt eae puaato-a^podi&.aiiplir con muobaraadafitecioBg,
por iimebba alroa »qae por «IU aabvaiv para asoa miniataBJaa^y para m*
toa faltatt^ Renu^yaae tambian mi acmlimiento penaaadD4|aa taqgp da
trocar el IModa Oristo y auui apdstolaa por tm Ari$UUU$f y aala por
mia faltaa y jKir aa baber sabido laer eon la deUda diaposiaioii al libra
TOMO II 6
—30—
de Io8 Santos EvaiigelH«. Finalmeiite, ir entre parientes solo puede
senrir de m^noe quietud, y el Sr. Tire}', cocno tan piadoso y prudente^
do que gnatari que yo roe (piede por ac4« poes tanto importa para el
senricio de Dioa y bien de eatas gentes desamparadas, y si alguna mer-
ced quiere hacerme, sea enriar alguna buena limosna para omamento
de la iglesia, que ahora acabo de hacer, como le tengo escrito, y esti
tan pobre, que hasta misal y aobrepelliz es prestado. Ahora le tomo
i escribir, no en 6iden de eeo, sine de la mucha eaiidad y honra que
Y, R. me hace para que la estime y agi a de z ca, como yo faago, y ae de
por contentoy de que yo quede en eatas partes, dec."
FneHe de {^ humildad y desprecio de si mismo y de las bonras del mundo, ef
7 •ii»ttT t eon ^MpCCP^ de toda came y aangre, el deaeo de padecer, el fer?oroGo cela
100 ehimpai. ^ ]|^ aalvacion de las almas y la religioaa subordinaqion, no parece
que pueden ir mas lejoa ni pintane con mas vivos colores que se ven-
en la eitada carta del padre Pedro de Yelasco. De semejante car&c<
ter eran Ips misioneros de los zuaqueSf smatoat y tehuecosr ias ultimas
naoiones i que pot la costa del mar del Sur habia penetrado el £van-
gello^ Las guems continuas^ la desbonestidad, la embriaguez^ habian
misi repentinamente desaparecido entre aquellos nuevoe cristianos.
Pot' todaa las orillas de aquel gran rio so veian asentarso nuevas po»
UlDdienea, levantarse iglesias, cultivarae los campos, formalizarse el
gObtemo y formaiae una cristiandad floridisima. No contribuy6 poco
para cstos nuevos efectos la construccion de un fuerte en el pais de
lot tehuecosy y cuasi en el mismo sitio en que habia estado muchos anos
i^U^ la villa de Carapoa. Se fabric^ sobre un cerro escarpado y fuerte
por naturaleza. Al Norte de.fo montana bana sus faldas el rio, y 4 los
oMs vientos se esttenden unas vegas de bellisimos pastes. £1 recinto es
bastante para poner en tiempo de guerra aun el ganado y los caballos 4
euhierto de todo insulto. La figUra es cuadrada» de murallas bastante^
meMe gniesas para el g^nero de armas de acpiellas naoiones. Los
cuatro ingulos defienden otros tantos torreones, que sirven tambien de
atalayas. Aunque se GoncIuy6 esta fortificacion gobernando el Sr*
marqu6s de Salinas, se le di6 sin embargo el nombre de Montesdaroff en
honra del £xmo. Sr. D. Juao. de Mendoza, que desde algunos anos
totes habia concedido la licencia, tomd del fuerte como su nombre ,el
rioy que intes era conocido .por el de Zuaque y Sinaloa, segun la di-
▼ersidad de naoiones que poblaban sus m&rgenes. £ste edificio no sir.
vi6 solo para la seguridad de los soldados y misioneros para poncr frc-
-■=! *t ■■■■;■•■■■■'
— 3t —
no d las cscursiones tie los gentiles y afiunzar la tidolidad do los recien
convertidosy sine que & 8U fama sobrecogidos del temor los chinipas^'
vinieron 4 tratar paces con el ciipitan Hurdaide y pedir sacerdotes que
los doetrinasen en la f^. Era eata nacion vecina de los sinaloas por
la parte del Oriente; y la que con ellos habia pu6stose en emboscada
y hecho guerra & los eapaiioles en la entrada que por 6rden del coi^e
de Monterey habian hecbo & las minas el aiio primero de este siglo.
Dos de los principales, en nombre de todos los serranos que babitaban
como & cincuenta l^as de la villa de S» Felipe, pidieron perdon do
sus traiciones pasadas, y ser admiti^ bajo la proteccion de los espa«
noles, con quienes querian cultivar una amistad sincera. La ant^a
noticia que ae tenia de las minas de aquel pai^ pareci6 por entdnces
bastante motivo para no disgustarlos con una 4gria respuesta, aun<|ue
por otra parte no babia soficieBtemente fupdam^nto para epntar sobro
la fidelidad de sus promesas. Para enyiarles padre era menester ex*
presa licenciadel virey, y para pedirla se necebitaba de mas claras prue-
bas que las que se tenian hasta ent6nces. £1 capitan procur6 coiite-
nerlos con buenas esperanzas, y lo mismo & los mayos, sine que & es^
to8 se coticedid una solemne escritura firmada del mismo general do
liga ofensiva y 'defensiva en su favor, y promesa de enviarles cuanto
4nte8 algun padre, aunque esto aegundo iio Ueg6 4 ponerse en ejecu«
cion hiMBta despuea de tres anoa.
Deseaba tanto el capitan como los ministros del Evangelic dar doc- Motivoi de
trina & los mayos, no solaraente por el bien de aquellas almas, sinp f^lJ^^ui^
tambien por abrirse puerta para la conversion de Yaqui, ultimo rio de
Sinaloa, cuyas naciones por su nCimero y por su valor eztraoidinariOf
daban & los espanoles y 4 la nueva cristiandad continuas inquietudes,
£1 principio do ^Uas fu6, como en otras partes, un indio fugitive de la
mision dd 8. Andris. Era este natural de Sinaloa, y habiendo estado
algun tiempo en los reales de minas de la Topia, di6 vuelta 4 su pais
con 4ninio de inquietar las naciones gentiles y acabar con los misione-
ro8 y espanoles. Estaba bien instruido en los misterios de la religion
y 80 hacia llamar Juan Lautarot aunque nunca habia querido recibir
el bautismo. Anadidse 4 este por si bastantemente astuto y revoltoso
UB cacique de los zuaques de gran reputacion en la guerra. Preten-
diexon estos sublevar contra los padres y espanoles 4 los indios roayos,
y se lisongeaban de poderlo conseguir con facilidad, no siendo aun cris-
tianos. Una ocasion, que se ofrcci6 bien presto, Ics hizo perder lu
trada 4 fiu
ticmt.
—32—
cspcranza qae itenian, y di6 4 Io9 efip«lk>lc8 laphieba laas sincera. de
hi fideKdad do ^quellea iiidkis. FM^«f|iieir ti»iiipo«ioedi6ift «lxl«ra»
cion de lo» '^tMAfi^^ d^tfie ttttib& IMtmit Mmeioa feik rtiriager^ M6^
xico iel tk^tkn HuMaide. - L^^fito^ fflayostky^f mfieraB .leMvene
& recibir eti'Mi9ifemtfl?y fbih6i)ttf>cbllP8tf 'pi«te<(ci(Ni. la^lngmCitudde
aqaello^ fbfagtdOflr, "'' BioAMierWditkkW^WHMtmt^ i ^bdarfaui^nnoio.
lies do £hnfafD'y del ihilkc^e'%^liMft(y. ' €<»>«rfarsQpUBs: MOchM de
losiAcmJmftt ocm fbgitif6^V«^fibiWiisttpai8d|imidiV|^
capitanque habtaiyalliirglEUijblMlfc^
tadoy no tenidiidoae pors^gfUrd'cftfM iMti«ayo9f cos etinmiCK'6-iaa8
Muliaa de criatiaiios, tomd'k^'i^9fek>1tldMd6r^nriM»'idirtode^^Yaqii^
fista nacion, la ntalr iiuiM^r6^,'la'ifl«t9'^MTMi y 4ar* maa oolta d»43ina.
loai, tom6 iiiiliy de veraaltfiA^ftoilet'd^li^iMdles ibtrastei^oet^seiialiiaii
gbaredido demi 86inbra. 'Bdl^cAadd'^fo^llalylanniQy ^fi'lb^ delcf*
Her sobre loa brazos A eapltan- ^jMol y msltf M'cibti^ aiiladas, no per-
dieron tiempo en prepa^ra^ 'paialtdlinti^6rtis& i^fitenoia*
PHmera en- EfectivailieHte, el capitan, ^ti)%6 'qii^ lb dt>eit>ii lajgCif ettaaocopaoio*
hes mas urgentes, parti6* eh'tm^ci delod apdatatas^^ ^Llegandd ^ laa
• • •
rib^ras del Taqui con^]y6e6¥^i^fkned^y"ttlguiito8ifidH)b ainiigoa^ qat
harian por todosr cuatit^d^nbilslidmiA^do ftrtri^ i loeenemigps
intiy prevehidoa y mujf r6sUeltci^'8'|i^dtir)e/ «Sati8fiKih(>de><i(Mflovie«
sen armado en sus fronteras, y que recohode^ii qdo'no habialdgar tea:
retirado y tan &spero ^dbhdd w ptjldl6se& penethir' las armaa laspaSolas^
determine reqaeriiios por nilsdio cfe^l^nos'prisiolbroi^ A que vohriesea
lofl ^ristianos^fugitivoi^ f'ii^^j^hal^iMi6LduUni^
ldeaq[U^Ila^ae1*ra'. Los'y&q(itn^ti»€atieh)n Mctsahlbica jrse dividie*
ton 6n yarios par^efes. Lotf'riolEi^'jtHciosb^, i tuy^^fireniie'estaba el
cacique* .Snabatflutei fueitni'ife i^^ittit qiie i^' ofrecies^^f ^eApitaft 4ci paa
y se le con6cdieae la qu^- tab ju^tfttt^ikte pedia. Uatf /^patddaiios de
Lautaro seg;uian obstinadanl^nte ^'^dKftt&men ee]ilrali)S'yi4idnia& ya
fhriosainente & las armas. Si^'^iMbafgb, poco deBptie#pafi9defoB r6ii-
dirse al sentiAiienfo dc Aitaft^ttM, ^\i^ partid eon afj^a oe. otros al
campo del capitan, prometi^da ^ ^ttifoe^e la ^nlieioli' una ^nstan-
to amistad y que vbhrerian lira-^stk-^Lngerbsr eh' yendb-l^reeiiinlof^algu.
noe de paftc de los espafiolcs: Ci%]^6 Hilrd^idepeideMe ftar'de las boe-
nas palabras del cacique. £nri6'^ff^l dos itidi^s eristiaiiasMld la
misma nacion y niguhos tebdecos, ' Bctt/' fu^se por^tiif Jtn^dmybUei
proccdiese dH mala fb dcsdc 61 princrpior; 6* porqtieii su vvmlia LauU$y
er»5J'3if?^l>S?ij*4L^j.' '. ■iSMri'^^^^. j. v v f i . ' . ' . r
— 38 —
f«».de.GU|ravida.8e.tratabai.halMa ya hecl^o^.t^ d los yaquis par-
Udo.SMS TioleDtoi 9UO0 9e f^poderfuron da, las iadias cristianas, mataron
alguno8'(de Ipateh^ecos.y. loi^ de«nafl,peidi^.Ia ropa y los caballos, tu-
vitroii VMioha pena ^rx vqlver i ^iiar.el .cai^po y llevar la noticia de
una iriicioo Iban n^gra. El capftap^ au^que moyido a) pismo ticmpo
dei la.o6lera y la.vQigueQZjBo 90 ^ ^^aba en estado de hacer frente d
iiBtt, jtaomk 490$9pQi:^da y : ^i^noerosa. .Di6 yuelta 4 la villas fonn6 un
i(ii6f9ilp ^}fk V^yPK ^^^49. auS:prefidiarios y mas de dos roil indios
QQilifq$biradp0b y,<n^cc^ con ^ltgeii9ia 4 las riberas del Yaqui. Es-
tBj wgUH^ai -^spo^Acipn np fu^ mas f^^liz que la primcra. El capitan,
aceqietido ^al r^per el dia de uDaipu}tjitud muy superior 4 la suya,
dqiaMo ]iuiertO3,.0Qbra ,el pan^o mychos de los yaquis^ y muchos de
■W j^ploitjaliados mayos y tejiuecos, bubo de alzar el campo y salir
dt^ua tionraai aunque.tcaye^dp ^cvosigo.algunos prisioneros, por cuyo
naedia iesp<uQ9ha.hacvk>8 Qptjar en sqntimiento de paz. No eran estos
loi peBpami<ijatg». (del j^n^roigo. Qrgulloso con las dps antecedentes
vjetoria4<y uraop^ iie.)iabec bepho salir dos voces de su pais sin fnito
•igniioJa%«nAa0iO0panpla9».no in^entaban ra^nos que acabar con aque.
Uoa^abofTecidoa estrupgeros y bailar al rededor de sus cabezas. Zroti-
4irc^.les,d4ba,iA<i|M4tri^ para.defen^derse del fiiego de los fusiled, dispo-
jua loi|>l^iigajr^.^ que. debian acpnieter 6 retinirse, y cumplia en todo
epn.loe.ofic^oa de prudente gefe en el consejo, y de un valiente soida.
^ eq la accion*
..'.La defensa de una nuevfl^ q>istiandad, la seguridad de la propia vida Se«md« m
J el honcgr y bui^na^repjLit^cton de Jas armas, obligaban al capitan Diego pedicioii.
Martinez 4 oo.d^'ar sin castigo la traicion y la insolencia de los ya-
^|iiui« > $ia ^un^l^go, el. prudente capitan veia bien que no eran estos
4kMio losdepaa;^ jjiodios^ con qulepes un tiro de arcabuz decidia tal vez
jdk WH^tPiunpalia^ Su numero^ su v.alentia y sus ardides, eran muy su-
ffetipf eg 4 todas « ia^ demi^ naciones, 4 que hasta eut6nces habia sido
.iiaGaaarip hacer guerra* Con estos pensamientos arm6 comocuaren-
t^efpanolea, y cuat];o,niiI indios amigos, el mayor cuerpo de tropa,
que hasta lenU^ces^e habia yisto en j^ipaloa. Llegando 4 tierras de
•lop yaquist^enyii^; jUn papel , sellado, copio lo solia hacer con otras na-
cipnes prpmfti^ndples la paz. ,La respuesta no la dleron hasta el dia
jigoienia en qup al rayar el a]ba» cargaron sobre cl campo con tantain-
trepidez y con tanto drden, que no se les pudo resistir mucho tieropo.
El capitan, con los i^as bravos; de los espauoles y de los aliados, sos-
—34 —
tuvo algun tiempo el combate con un valor her6ico, mi^iUraa se reco«
gia alguna parte del bagage y ae ponia en marcha el i«8to del ej^rcito,
dcsnmparando el real» en que no era posible dejar de perecer. Los
yaquit reaueltoa & acabar de una vez con un enemigo tan importuno*
•e apoderaron de una gran parte del bagage, las cajas, loa caballos que
on el ropetido aaalto no habian podido todos recoger, la plata labrada,
la ropa, todo les servia para acometer, j de todo ae valian para defeii«
derrio. La aangre propia y de loa que veian caer & au lado, irritaba
maa au e6lera y ae les ola gritar con deseaperacion: ^^ata^ espafioU
que battante$ quedan para acabar contigoJ*^ Efectivamentef faltd muy
poco para que vteran cumplidos sus deseos. Kl ej6rcito espanol de-
bia pasar necesariamente por un espeso bosque de muchos y gniesos
drbolos, do mucha broza y peiiascos y cortados troncos, que 6 cada pa-
80 imped ian el camtno. £1 capitan habia parlido au gente en dos tro-
zoa. La vanguardia la encomend6 k su caudillo 6 lugar-t^iente con 6r-
don do avanzar siempre, defendi^ndose y manteniendo en 6rden 6 loa
indios alindoa. Di6le cerca de tres mil de estos y diez y ocho eapa*
Holes. Loa restantes, con loa principales indios, y loa mas valeroaoa
marchaban en la retaguardia, cerca de su persona. Los yaquia pare-
cian baber aflojado algun tanto y rendidose al cansancio y fatiga da
trea boraa 6 mas de batalla. Pero esto no era sine ardid para dejar k
vanguardia que se empenase en el paso mas dificultoso de la aelva*
Cuando ya comenzaba & entrar la retaguardia, y los primaros no tenian
lugar de retroceder, volvieron i la carga con tal furiaf que en vez de
batalla fu^ una derrota y fuga declarada. Los indios confederados lo>
maron desde luego vergonzosamente por diversos caminoa y ae de»-
bandaron con precipitacion. IjOS espanotes y su candfllo, no pudien-
do ni con palabras, ni con golpes detener i los fugithroe, bicieroQ ireo-
le algun corto rato; pero los enemigos con el bagage ae babian apodera^
do de la mayor parte de la polrora. No podian entre los troncos y la
OMileza servirse de los caballos. Los pocos tiros que bacian eran sin
e(ecto« defendi^ndose con maravillosa agilidad los indios tias de Iob
gfuesiv? tn>nci>s^ desde donde por todos lados Uovian las ilediaa coq
fuena poco in^rior a la de las balas. En este aprieto* do kaHaiido
aaodo de hacer retirar al enemigo, y babi^ndoflr soltado la vos de qye
el capMn babaa muefto, todos los dies y oclio tocaaroiiel pntido de la
Riga T procufaroQ ganar las vecinas tienas de Mayou Todo el ej^-
eito i(iao 4 r tdn cira e a solo k leaacmrdit de veinle 6 poco ons soUi*
—35—
do9 esparioles y alguuos pocos indios. Do los soldudos solo mrcve
teoian los fusiles en cstado de scrvirso do cllos, los caballos heridos
algunos y otros fatigados de calor y dc cansancio. Sin embargo, ha-
ciendo prodigios de valor con un 6rden y una presencia de dninio y un
acierto en sus tiros, que aun los enemigos mismos no pudieron vcr sin
admiracioo, se fueron defendicndo hasta ganar una pequena altura en
que pudieron tomar algun aliento. Los yaquis apostados ^ la falda,
pretendieron desalojarlos, prendiendo fuego d la maleza, pero no ha-
biendo surtido efecto por la buena diligencia del capitan, detcrminaron
cercar el cainpo hasta la noche en que fucse mas fiicil sorprenderlo.
Entre los espafioles se pasaba con suma inquietud. Hallabanso sin
provisiones algunas de boca, cuasi cnteramente faltos do p6lvora, el
cansancio era grande, y mayor la sed: veianse cercados de una tropa
de enemigos* que habia mas de doscientos sitiadores para cada uno de
los sitiados. £ran diversos los parecercs, y de ninguno se podia pro-
■Mter buen 6xito«
En este estrecbo le vall6 4 Hurdaide el conocimiento que tenia del Ardid del ca.
genio de los indios, y su gonio fecundo en ardides militares. Tenian ^^ito do la
amarrados algunos caballos de armas, do que por el cansancio y las emproM.
heiidas no podian ya servirse para el resto de la Jornada. Era muy
natural que en soltdndolos eorriesen luego en busca de agua y de los
otros companeros que habian quedado en poder de los enemigos en el
real deeamparado. Los enemigos habian de creerse que los espanoles
afligidoe de la hambre y de la sed, hacian el ultimo esfuerzo para es-
capdrseles de las manos. Por otra parte, no cstaban ya muy lejos de
las tierras de los mayos, sobre cuya fidelidad podian contar seguramen-
te. Mandd, pues, que para tres boras despues de anochecer estuviesen
todos dispuestos para ponerse en marcha, y prevenida la lena para de-
jar hogueras encendidas. £n efecto, i la bora senalada estuvo todo
pronto. Se did libertad 4 todos loa caballos que no podian servir para
la silla. Estos, como lo habia pensado el capitan, partieron inmediata-
mente relinchando montc abajo con un tropel grandisimo. Los yaquis
lossiguieron con algazara creyendoque eran Ins espanoles. Entre tan-
to, favoreciendo Dies con especial providencia la ingeniosa estratage-
ma, se puso en marcha el pequeno ej6rcito, dejando encendidas hogue-
ras, y de trecho en trecho alguna ropa y otras cosillas en que se entre-
tuviese la avaricia de los indios, por rumbo distante del que habian to-
rnado en su derrota. Los caballos sueltos no pararon hasta las ro4rge^
— 3«--
nes del no, y loa enemigos que los seguian no pudieron desengafiavtfe
sino despues de corridas algunaa leguas. Los espanplea y sas poeotf
aliados roarchando en diligcncia toda la noche, al despuntar el dtki se
hallaron en las fronteras de los mayos. Desde alli tilvo cuidbdoel ca^
pitan de escribir al padre Martin Perez, superior de la villa, en estofl
t^rminos: „Dios perdone & esos hombr^s que me desampa^ttrOn y poi
sieron & riesgo toda esta provincia. Yo y los soldados que conittigo qoe-
daron, aunque heridos, estamos con vidd, y vamos caminando poeo 4
poco por el cansancib d^ los ca hallos yde los heridos. Y potque no te
hsrga alhoroto con las nuevas que Ilevarian, despa^ho por la poflta' i,
cse soldado que me ha side muy fiel/' £ste billete fu6 de siima impdr-
tancia en la consternacion en que se hailaban los &iiin)09. Toda Sitift*
loa tenia vuoltos los ojos & la provincia de Y'aqui esperando el 6xitO de
aquella espedicion, que parece habia de decidir tambietf el d^ la cris-
tiandad. Con la noticia de la muerte del capifan que hahian dlDdo loi
fugitivos, comenzahan ya & inquietarse los dnimos y no hahiar fiMnsM
paia reniediar el desdrden. Todo cesd eoii la iloticia de su salud, que
bastaha 6 eontenerlos ^n respeto, y [iocd- despues con 6u preacfncia;
Hurdaide trajo titicb fteyMlkfl en el rditto y los brfetzos, aunqtie ninga-
na de flecha eihpohs^ada; de los sold&dos ailgtmos miirieron d«apMB
de las heiidas, riingimo en el cairipbk De los aliador quedaron bn la tt6-
cion todos losque no huytirbn, fuera de unos- cientb de los priiifdipriee
que acompanaron fielmeiite al cMpitkif. Los' mayos, con' la mittna be^
nevole&cia que &ntes habiati acogldo llos fugitivos; acogi<en>ndefiipttei
(i Hurdiaide y i los suyos, procifr&ndblbs todos los tJivios que les per •>
mitia su pobroza.
La gloriosii retirada de aquellbs pbcos espanoles hx^ enlos &nimoM
de los yaquis mayor y mas feli^ implosion de lo que podia espemitie y
de lo quQ acaso no habria hecho la nlas completa victoria. Yiendb bd
puflo de hombres combatir sin algun intervale un dia entero, sin per-
der un soldado y hallar brecha de escapar en medio de mas de siete mil
enemigos que los cercaban, quedaron espantados de un valor tan herdi*
CO, y no qutsiefon fener por enemSgot: hombres tan valientefs. Eiivia«
ron & tratar de paces & las dos indias cristianas que las siguiercm lue-
gd & peticion del capitan los nias distinguidos caciques qiie deUan asett*
tairlas capitulaciones. Laprimera' fui^ que hubiesen de entregar las ona-
renta familias cristianas que habian dado motlVo al fotrnpcmiento. La
segunda que habiesen de entregar i Lautaro y al zuaque Babilomo pa^
BPwe«>»:WWWPM=P''8w»tfta^ >B W Wri| p ^^ ?*■ -t" 'rS" t^- »^^r* : :i< ' .j-i '■ '''-'"* ' ? ! ? '*
— 37 —
ra darles el casligo merecido. La tercera, que dedocupaiieii atguaas
poaesiones y tierraa que habian usurpadu & loa mayoa, y no huUieaen
de inquietar en lo de adelante 4 eata, ni alguna otra nacion aliada de
loe espanoleSy los cuales se obligaban 4 tomarlos tnjo de su proteccion
y defenderloe de sua eoemlgoa. Loa enviados lo prometieron todp con
la mayor solemnidad poeible, y en prueba de su firme y determinada vo-
luntad ^utregaron los prisioneros^ inucha plumeria y las mas precioaaa
alhajas y ropa que habian tornado del bagage. Celebrdse eate aolem^
ne Crato eon estmordmajrio jubilo de los p^res, soldados y toda la pro-
vineiat k 25 de abril de 1610« Dentro de pocos dias restituyeron 4 loa
ocoroiria y demda fugitivos, y 4 laa dos cabezas del motin Lautarp y
BdbilMBo, que«aprovech4ndose de sua naturales luces para cooperar 4
la gncia del^. Sefior» pidieron el bautismo y ae dispusieron 4 morir cri»*
tiaiiaaiente. P€|in48 de eso, para pruebas de la sinceridad de sua deseoa
y pvendaa daau fidelidad, enviaron catorce ninosi hijos de loa caciqueSr
que ae edacaaen en 9na espeqie de aeminano de indioBi que ae iiabio^
fbnmiA^M la villa de S . Felipe y Santiago. La pa» concluida oon los.
yaqoift fu^ aegqida de la rendicion de otraa mucbaa nacionea quQ verp*
aimibDemtefiopodian prometeiae de las armaa major fortuna que aqmen
Urn nacion beKcoaiaima.- Los nebomes, nacion ho menos numeroaa* que
habitaban' maa de ocheota rancherias al Este de los yaquia confinan^
eon los-tarabiunarea y tepehuanes del^tro lado de la sierra* Un cacique
de-estoa pot maa.de seis ocieaea ae mantuvo en la villa de Sinaba pi<f
dwndp i miajjatros que cultiyasen 4 sua gentee. Lo nusino practicaron
loa nureti, vteinos de loa nebome$ y loa yaquia. Loa tepahuea, gent^
aeiarbnaayide mucbo espiritu^ babitadorea de una peninsula que for-
mftft-fkMiirioa 6 bcazos del Mayo al: Orieote de los de esta nacion. Loa
ftoDflftoahsf •na-ao^.coptentaroaaolaiilinte con pedir el bautismo, aiiio
qoo dqjandp reauf Itamente la costa kifazftima que habiUban, vinieron
4 poUiyr eQ|;re Ipil doa rioa de .Mayo y Zuaque, y a pedir 4iuxilio - par
r& cpndilipir el reirtp de los siiyos. Pcx noivieinbre de eato ana salieron
de.pais 4recibir.aLl capi.tan los oguej^raSv distiotos dc otra. nacion del
mianio noiofai^-que pocaa Ipguas de 14 villa icultivaba ei padre Pedro de
Telaacp deadp tr^^anc» 4Rt^ T^j^cbnle un granda niiai^x> de fle-
chaa, pielep de gatPft montoBas^ niartaa :j otras cbaaii da Ja9>qae jmas
eaUmaban. Vinieron ppr el miaiDpiQaea'4. 'b^ ma respetda. los
itoeSf y 4*repetir faM:tnstftficiaa 9ue.^ft p^ras t)ocea habian l»ec|^o de pa-
dues que lp4 inatroyeaen. Tanto pudo. el ejemplo da los guerreroa ya-
TOM. 11. 6
\
— 38 —
quia, que d no impcdirles las justas prccauciones que ha parccido nece*
sario tomar en esta parte, en ffolo este a no habrian quizd entrada en
las redes dc la Iglesia mas de ochenta mil almas.
Alianxa con » ,. i i. j i j ^
lotzinmM. ^^ alianza celebrada en los yaquis nos acuerda otra no menos im>
portante que se celebr6 d fines de este mismo ano con los xiximes. Es«
ta nacion camicera, y quiz4 la mas brutal de la America, habia algua
ttempo dntes, k diligencias del padre Alonso Ruiz, celebrado paces con
los cristianos acaxees, de que hicimos mcncion, por los anos de 1607.
No se habian aun cumplido tres anos cuando volvieron 4 las hostiltda-
des. Los acaxees padecian por la cristiandad y por la alianza con
los espafioleSy & cuya destruccion los animaban y proeuraban traer los
xiximes. £1 gobernador de Guadiana D. Francisco Ordono tuvo tt*
den del marques de Salinas de pasar en persona k snjetar aquella na-
cion. Parti6 en efecto k priricipios de octubre k la frente de doscien-
tos soldados espanoles y mil y ciento de los indios, Ilevando consigo
4 los padres Alonso Gomez y Francisco Vera. Estaban los xixrmes,
dice el padre Alonso Gomez, partidos en doe puestos de Xocolilma y
Huapixupe, No quiso el general dividir su campo, sino que marchase
entero & Xocotilma donde ostaba la mayor fuerza del enemigo. Salie-
ron al campo algunos xiximes 4 verse con el gobernador, el cual, rc-
eibt^ndolos carinosamente, les mandd avisasen 4 los suyon que le es-
perasen juntos en Xocotilma sin temor alguno, pues que no pretendia
hacerles mal. Entramos en Xocotilma el dia 18 y al siguiente se pre-
s^ntaron como ciento cincuenta indios bravos puestos en fila en punto
de guerra, unos con lanzas y adargas, otros con arcos y flecbas, otnu
con sus macanas, bachuelas y cuchillos, con el cabello largo y bien
trensado con cinta de varies coloros y algunos embijados. Nuestios
soldados se pusieron tambien ammdos bo 6rden militar y tono de bata-
Ha. El general dijo 4 los indios que era aquella muy poca gente, y que
s&bia habia mas en el pueblo, que pasados dos dias se juntasen todos y
les hablaria lo que le habia movido 4 venir. En efecto, de alii 4 dos
dias, que fu^ el de las once mil Virgencs, vinieron como doscientos
hombres de guerra y muchos niiios y mugeres. £1 gobernador les hi-
zo sentar y que los acordonasen los soldados espafioles € indios ami-
gos: despues les dijo como vsnia de paz para su bien y provechoi que
solo queria castigar 4 tres 6 cuatro de ellos y los demas se irian libres
4 s^s catas. Mand<3 luego aroarrar 4 un indio apdstata, deudor de mu •
chas muorieft, locual sc hizo con paz. Este roanifestd 4 otro de sus
— 39 -
couipa/ieros; pero queriendo prendurios, uri iiidio vIlJo gril6 que prime*
ro se dejasen ma tar. Levantaronse todos y prctendian romper el cor-
del de Ioa nuobtros que los cercaba, con algunos cuchillos y hachuelas
que traian ocultas, porque de las que traian manifiestag los habia antes
desarroado el capitan de S. Hipdlito. Finalmente, los soldados hubie-
ron de acometer & los mas atrevidos, que eran unos once, 4 los cuales
despues de catequizados y bautizados se di6 ^entencia de muerte. Cas-
tigados estos se presentd un cacique xivime muy aborrecido de los su-
yos por baberse ido d poblar entre los acaxecs con veinte pares de sus
geantoB para instruirse en los misterios de la f^. Pidi6 el bautismo, y
hall&ndose capaz, fu^ bautizado, siendo su padrino el mismo gobernador
en bautismo y matrimonio, Uamdndose Francisco, y su muger Doila
Maria. El gobernador los regal6 mucbo, y luego mand6 proroulgar un
faandoy por el cual daba por libres de todos los delitos pasados A todos
loe que con el dicbo cacique quisiesen bajar de sus picacbos y vivir de
|iaz. Partimos luego k Guapixupe^ y habiendo el gobernador envia-
do por delante algunos mensageros, fueron mal recibidos y flecbados
de Io6 xiximes. A pocos pasos encontramos un espect&culo bien triste*
que fu6 una grande olla y algunas otras menores de carne humana. £1
oorazon babtan puesto en un asadorcillo, y los ojos sobre unas bojas de
maiz. A qui roand6 el gobernador & requerir con otro de los presos &
iin reyezueU) hccbicero, y que como dios era muy venerado. Hallaron-
lo en consejo con los ancianos de su nacion, los que dej6 al memento,
y vino a presentarsc al gobernador, diciendo que ^1 y diez y siete pue-
blos rasallos suyos babian vivido siempre de paz, y no babian jam&s
faltado k la palabra que dieron k los espanoles; que el baberse ahora
inqaietado y buido sus gentes, era de temor por ]o que les babian veni-
do 4 decir de Xocotilma. Luego mostr6 un peiiol vecino d que se ba-
bian rofugiado los suyos, los cuales bajaron luego, aunque no todos
juntos, y pidieron al gobernador sitio donde poblar, y padres que los
doctrinasen.
Concluida tan felizmente una espedicion tan arriesgada, los de Xo- Sqcmcm de
cotilroa, cuyo pueblo se habia enteramente arrasado y entregado d las Xocotdma.
llamas, remitieron veinte de los suyos 4 suplicar al gobernador perdo-
nase 4 los dem4s de su nacion que babian quedado presos, y ofrecien.
do poblar donde 4 su seuoria pareciese mejor. Intercedieron para es-
te mismo efecto los padres, y el gobernador les di6 entera libertad.
Suplic6 dcspues al padre provincial encomendase )a instruccion y doc-
— 40 —
tfina de aquellas gentcs i los padres Hernando dt Sanieren y AimMQ
€hme2t'i coya diligencia, i la mitad del itto ngnieiite, mas de siete mil
almas qae 4ntes como otras tantas fieras habitaban en ioapeMles»qiie-
bradas y cue?as de k>s monies, se habian ya reducido k pobiactoaes
tregnlares, y baatixidoso mas de trescientos. Fu^ may singalar enlie
otros el baatismo de an anciano de mas de sesenfa afios y froiocso h^
chicero. Tocado de Dios por una grare enfermedad baDd es el lervo-
roso celo del padre Santar^n la medicina de coeqio y alma. £Btr^6
mucbos Idolos 6 las llamas en la plasa ptiblica del pueblo, j reciydo
el baatismo ayod6 mucbo i, la conrersion de los suyos. £& soa eiifo.
medades y trabajos puesto de rodillas ante algona derola ka ig en de
huestro Redentor, se le oy6 decir mas de una rez con admirable sniee<»
ridad: Dia$^ ya j^ f e he keeko mi Seior^ ijfa te he heeko At petdre^ d m mt
Ma 3f sohtdf y fue no mutra jfo, que mdo te ^atero d tL Habiendo caido
poco despues de sa bauttsmo en un caudaloso rio, dijo despnes wl pa>
dre: Dios wu aiptdo porque «oy mi ft^o, me libro j me me6 p&r un hrm-
4K»- Tanta era la prisa que se daban nuestros operaribs en la cooqois.
ta de esta nacJon, y tan continuos y graves sos trabajos, qae el padre
Rodrigo de Cabredo, vtsitador que ba sido de esta proviocia, eaoAe
aai 6 nuestro padre general: ,,Cuando leo las cartas de los padrea de
esta mision, me parece que veo en ellas una perfecta imitacioa de k»
que el Ap<3et)oI escribia i los corintios segon la banri>re, deaniidas, ca*
lores, firtos, enfermedades, persecuciones, soledades, dtosamparoa ytMiaa
mil incomodidades que padecen y ileran cob estTaonfinana gusto y
coosoelo por la mayor gloria de Dios y bien de aquellas almas que la
obediencia les ba encomendado, &c.'*
Tales eran las glortosas ocupaciones de nuestros mlsiooeroa, y nam^
q^e coQ menos dificultad y trabiyo no era menor el firuto que 4 maooa
Uaoas se cogia en las ciudades. £1 concurso & los sennoaes, la fre*
cuencta & los sacramentos, el fervor en las congregaciones y demaa
ejercicioa de piedad, tuvieron^r este tiempo un singular aumenfo. Al
celo de los precficadores contribuyd de su parte el cielo con doa ea*
traorcfinanoa sucesos. £1 primero, fueron algunos dies de temblores
continuos y los mas violentos que basta entbnces se babian espenmen*
tndo ea estoa reinos. Acobanlados los animos con este terrible axote,
sobreriiio poco tiempo despues el eclips de que basta boy dUra la &ma
y el borror. Sucedio el dia f 1 de jonio, consagrado al ap6slol S. Ber*
nab^, de las dos 4 las cuatro de la tarde. A las trc:^ que e^taba en su
— 41 —
(luyor aumcnlo, so ubiu.unM;i(> ^ntctaifiuiilc nl sui, y jiur ulj^im brute
nto He vifsron Ua estreltoa, y (ai oc:o«arin cnceiider luces en las pic-
xas fl« algunas coaas. Las piatura^* horribles que elgunos adtrOnonios
babwn hecho de este fendnieoodeGdc uiguqos meses Antes, b-ibiuD prt^n-
cupadokifl corazofiM que creian verya aquellns seriales precuretinis Hpl
ultimo Juicio. Ti'uas aiaravillosax de que dejautlo obrar la naturalcza
aeguo las ley ea aatableciclas por su/uiiuiita tiabiduria, i>e slrve tal vcz
ladivina bondadpainlauluddesusaluiascscogidas. Entre estaa po-
dewos conlar muchai^ que se acogieron til srguro puerlo de varias ruli-
^ioDea. Doa pot catniaoa may eingularas on podemos omilir. Ilabia
dado »u nombre i la cungregaciop 4* 1» Anunciala un j6ven de muy
diferente carfictar de las deuis qua a^rvian & la Reina de la jiureza eii
■quella piodoek sociedad.: Se Jiabia dudo por espacie de «iete auua i
coDtinuaa torpezaa* cuando se Binlid Jlam^o dtl Seiior & cierla reli>
gioo>' LuchA.muchoa diaa y nuicltas aoches'con esle penaaniieDto sin
podeiio apartar de ai.. Para aos^ar aquellos reiuordiiuieutos y reco-
btar^quella falaapazidB qti^ a« jactanjaiempreiy de<]ue nuocagozaii
los impf OS, detenhinA, bien cootra su foato ir i. habliir ul prclado dc
mq^ella religion, pan el daico cunsuelo du que do tiabnan de adrnitir-
lci & to meaO« tan prentaihante. .Pero icuii fue eu c>>Drus>on y su sor>
presa cuBodo viti.que el superior de aqut-l drden al iosiante lo adiiiili6
ain ■^a« fxiniea, niMtdAadole que A la noche volvtese i vestirsc cl siui-
■to h&bito J cvinenzsr au naviciadol 8»\i6 de alK nfligidisiino dudan-
do 81 aquel peDSanuento.aeria de bueo: 6 mal esptrilu. LIeg6 eu os-
ttacoogojas i aucash^y airojiBdvse. ante la imilgeii do ud Crucilijo:
S^uor, le d«i:ia.con l&grtmaa, bien s^ que sois amoroso Padre dc pe-
cadorBs; pcro yoiae hallo Ian iadignode profesarme eiervo vucstro cii
medio de tantas torpexAs, qud no me pucdo persiudir !i que sea esln
Tntstra voliiDtad, y que.puoda yn cumplir con oblrgecionea tun eatre-
cha»>< Dadmei cAnooer. vaestro bencipldcilo, y aqui nie teneia prnnto
4 eomplirle. Aaidijo, y.slzando Iqs ojoei llorusos i la uanta imagen,
viti qua estando pendiente de un clayo, por Iros vcceu se apurlA noU-
blemvnte de la p«rcd, con tnulo bprror de aquel joven, que <:ay6 liic-
go an-tierradenuayado. Vulvitjndu en ei partiud nu&stro culegiu A
bqcer una co^Cesion general y luego al i;onveiitu, en que despiieE rcci-
bi6 muchas qtraa pruebas de que pios lo .qucria pnra el lalndo de per-
feocion- i^ ia mianu ciiyiad.cayS tan .gravcmetile enfurma una don*
CcIIbi bija de.un niCdicu, que su tni^mu.^iidre no le daba ya aino tics
— 42 —
hornts de vida. Tenia va perdida la habla y Jevantado e] pecho. £&•
tretanto eDtr6 un padre del colegio traydudole una iirma denuestro pa-
dre S. Ignacio, y mi^ntras le dccia la reconrjendacion del alma se la pu-
so sobre el pecho. LIeg6 & estremecerse en este intcrvalOf y creyen*
do todos que hiibia espirado, qued6 por al^un rato comn en un dulce
sueno, del cual volvi6 poco despues libre de calentura, y pronuuciando
afectuosamente el nombrc de i$. Ignacio. Hizo veto de dejar el mun*
do, y entrarse religiosa y lo cumplid, habiendo dntea ofrecido un vote
de Cera al altar de nucstro santo padre.
MilagitM dc La repentina galud con«<e£midb nor medio de nuestro elorioso padre
8. Ignacioen * , - »
Gnadiana, y S. ignacio que acabamos de refenr, nos acuerda otro prodigio de los
ftindacion do muchos con quo ya por esle tiempo se habia becho c^lebre la imftgen
cion. del santo que se venera en el colegio de Guadiana, y lo refiere asi el
padre Francisco Confreras, superior de aquella casa. Leonor JSlarii'
nezy muger de) capitan Juan Zudia Pacheco, so hallaba con tan recioe
dolores de parto que se desconfiaba do su vida. Aplic&ronsele sin efeo>
to varias reliquias, pcro enri^ndole la milagrosa imdgeOf que aquS te-
nemos, cesaron luego los dolores, y a) siguiente dia pari6 con felici-
dad. Sobrevinole despues una maligna calentura, que yendo siempre
en continue anmento dentro de muy pocas horns se vi6 desauciada de
los medicos. Envi6me ^ llamar ^ la media nocbe» roi^rcolee 25 de
mayo. Hall^Ia con un sudor frio, los ojos cuasi quebradost el pecbo
ronco y elevado. La confcsd con grande dificultad porque las ansias
eran de muerte, y & penas me parecia que pudiese amanecer. Ama-
neci6 y di^ronle el Yiatico, y dentro de media bora la Extrcma Un-
cion. Los medicos se despidieron y cesaron las mcdicinas como ya
muerta. Quedaron los padres del colegio asisti^ndola. Uno de ellos
pidio & los circunstantes que puestos de rodillas orasen k nuestro Se-
uor le diese salud por los merccimientos de 8. Ignacio, cuya iroi-
gen tenia & su lado la cnforma, y k quien en medio de sus ansias mi-
raba 6 vol via la cara muchas veces. Ap^nas so hincaron 4 hacer es-
ta oracion, cuando se priv6 totalmente, perdi6 la habla, crecieron laa
fatigas y agoniz6 por mas de dos boras. Comenzaron los padres k
decir la recomendacion del alma: tenianle al lado la candela y comen-
z6 k boquear y estirarse el cuerpo, creyendo todos los presentes que
habia espirado seguo todas las seuas. £n este mismo punto, cuando
ya toda la familia y presentes la lloraban por muerta, volvio en al, se
sent6 sola en la cama, y mirando k todos con una boca do risa: yo es*
— 43 —
toy buenn, les tlccia, Dios mc hn tinnndn pur U intcrccsiuii Jc S. I^-
nacio, d^jeame tevantar. Divulgdje Incgo la fimo du uate jirtxtigiu,
AcudiiS cuasi ludo el puehb ft vcrln y 6 acr tustigo do va n: 1 k,io Uin
graiide, como ellos deciun, y <Iepu^ieron despues un ludn furma. llusis
aqui el padru Francisco <1g Contrcras. La d(-vocioii<ILif) por eslusmfL-
villas ha conacn-udo »iempro e^ta ciuadad 4 iiueatro saalo palriarf a, la
fanieolado tambien cd ella una estiinacion y aprecio de ioa mlnisterioa
lie la C-impaiiiu, que lu hacc laay digna do nucslro agradecimicnto. Con
ocasiuQ de hubei ido el a,ua anlecc Jcnlu it la viaita el padro Martin Pelaez
tlevado del amor que teaiu a aqiidla rc^idancin, de que babia sido el pri-
mer fundador, le procuni el eOlido bien do la cunji;rcgacion do la Amiu*
ciata, dejaiido 6rden para que luego aecdtablfcieso, como enefectosa
ejecutd t principios del a.uo de Gil. Es muy cspre^iva y piadosa Ib
carta del gobemador y capilan generul sobrc usle asunto, para quo pu-
damoiS ORiilirla. „Entre los graudes bciicticioM (dice) que todo el rei-
no y eata rcpublica recibe de la Compania de Jesus, uno, y ft mi ver
de los man |irincipalea, es el habcr dejado pr^enado V. R. cuando vinu
i ta vidiU de esta casa, que eu cilia ge eeUiblcciese ia congregacion -de
Dueslra Senora, \a cual puso en cjccucion el padre F^anci^tco dc Coii'
treras luego ijuc Uegd, con mucbo gusto y ciiidudo. V est, el dia de
la Anuaciaciun se propuaoal pueblo, y el dia it de pAscuanos juntamou
en la iglesia,y gustanda el padro rector Fiauci^co de Contreras que
yo asisticra como protector, lo accptS con mueha vuluntad de servir ft
!• Vfi^eo en cunnto pudiese. Nombramoa los oficiales que en seme-
jantea congrcgaciouea suele baber, Por prefecio ft mi lenianle cl Dr.
Martin da Egurrola, y en los demfta oticius ft los alcaldes ordiiiarioB, ofi-
cialetf realea y demfts gentc honrada de c.^ta republics, y proleslo A,
V. R. que habiendo entendidu el inlento de la congregatuon y los me-
dios y fines de ella, ae ba rccibido cod general aplatuo de todoa, y
que ca Bin duda uno de lue mas elicacea medioa que usa la Compauia
para alcanzar el fin que pretendc de la salud de ba alinas. To, en nom-
bre de todoa, beso ft V. R. las manoa por ealc singular bien que nos
dejd, y le auplico eacriba al M. R. padre gencial noliciftndole «1 asicn-
to de eata congregacion, y pidi^ndolo se airva mandarla agregar ft la
primera de aquella corte con ol tUulo de la Anvnciala, y que aai mis-
mo su palernidad tcvcrendisima ae airva enviurnos las letraa apo8t61i-
caa y demas recaudoa con la mayor brcvcdad posible, pnrn gonr laa
gracias ^ indulgenciaa. Dioa nueatro Seiior guards ft V. S. muchos
— u—
nuos pfira <]uo recibamos son:ejantcs in«rcedes* Guadiana'lS de abrtl
&J 16il. Suy de vdcstra ptttemidud.^^Fitl/icttfro de Orrf'iio/a-"
La solfetliid del padre provincial Martin Pelaez no se habia ceuido aO"
lanicnto at bien de la capital de Nueva-Vizcaya. Habia diTidido tambien
lus Tiiibiones y dcjado d' los ^uperiores de ellas muy cuerdos reglameo-
iradadloiit"- ^^''' t*^** '^^ 6rdon loS padres Juan del Valle y Bernardd|de Cisneros,
rnumareff. cntiiiron desdc cl pueblo de Papizquiaro pohr tierras de los xixiiheSf y
antinciaron el reino de Dios i las rancherias y pueblos de Oankamtf
Hitcoriiame^ (h-izame^ Httmaze y otros muchos. £1 padre Juan Fon-
te, miBionero tambien do Tepehuunes y rcsidente en el pueblo de Za-*
pe, Itivo ^rden de hacer s6gun«ia cntrada 6 los taratimare». Visitd rbu-
chas qucbradas y cufevas, persuadiendoles que saliesen & poblar ensr-
ihjs ma:^ cuinodos, y tuvoci consuelo de que mas de tres mil de aqde.-
Ilos bdrbaros, diciies a su voz, Ic prometicson saJir& poblar el valle de'
S. Pnblo como en efccto lo ejecutaroh,' y veremos despues. Eotreto*'
nntiguos cn.stiai>Oj tepchilanes ^o veiah grandes ejerhplos de fidelidad.
Acompnnaban en grande nuixi'ero los mfsioneros eo sus penosisimOs'
cat'ninos. Y dicidndoles cl padre en ocasion que pasaba & un pueblo
ccrcano que con uu muchacho le bastaba; esto lo hacemos, respondk^
un caciqUe, para qiic los cspaTioles y ios demfrs indios vean cuanto ca-
timumostu persona, y cuan contentos Vi'vihios contigd. Habiendo uh
espauol por no sc qu^ motivo perrintido que saliede otio de sucasaen'
ocasion do estar muy enferiAo, los indids de Pap&zquiaro lo acogierohf
fimpiaron, y acomodiironfe una clioza y una cuma. No* tenian de que
hacorle colchon, y pidieron al padreJuaii del Yalleles diese alguno' 6
Tana de que formarlo. El apost^lico varon !aun para si no lo teniae j
bubicron de recogcr t&ntre las indias algiiba lana para dar al enffermb
espanol algun alivio. Cohtinimron asi por algun tienipo eh su caida-
do y asistencia con asombro y confusion de los espauoles, hasta qne
paso k mejor vida. Los mas pequeilos defectos en la asistencia de la
■ I ...
doctrina y semejantes piadosos ejercicios, venian i avisarlos & su mi-
nistro, y viendo en cierta ocasion & unos soldados con poca decencia
en la iglesiai vino un inUio catccuineno &'decir al padi'e: estos
no. son cristianbs: no tienen rospeto & la casa de Dios, pues vie-
nen 1 comer y hablar en el templo. Estas pequeiias accaones de
virtud on los ne<3fitos, son como aquellos primeros enaayos de la Ins
natural en los niiios, que Uonan de consuelo 6 aus padres* y lea hacea
concebir una idea grande de sus talentos en ana edad raadora.
-.-46 —
No etfto (as sucvoa en lu fe loa.suajiief, linoioai y Uhiueot, y mi Sncam d«
•e veiaa on alios mu adullas lag virkides cristianu- S« (tvergMSft- ™''*"*-
nn da andu deaaudoa. Habiuu formado dc adove ^lesua biihgae-
maute capacas* i. qua venna do Isrgtis distancias, coo un^ .^avocioa
que la iurundian i los cristiimoK aotiguos. . £s verdad qua ep las doa
I'lluiias d« las ^icbaa Dar.ioii«u habiu aun bastanles gentiles, y fiim en-
trt los ns(>Et« alguaos veatigios litt la^ antiguas su^rBtiqionea. Cm
ocasion da habarse canvartida un iamoso bechiceTo, quiso el padf*
Padio Mandez iaformarse da CI, de los ardidaa con que loB enySafcj
el demooio para desengaTiarhis can la Iub da is saata doclriaa. I!al«
J otroa desculviaroD al misu»ero' cdmo el demooio se les aparecia vb
vaiias figuias y Bembres, que correapondiaii biaa i. la antigua idolatrfa
de los giiogoa y romoops. A ana de aua tboses llomalwa Ouraba, gpa
quiere dectr fortaleza. .Era como Marl^t.djos.d^ la guerra. Ofre-
cianle arcos, flevhaa y todo g^er« da anna para el feliz Csita ds ana
batallas. A otro Uamabaa. SthuatobotflW qui^ dscir, deleilai & qutao
o&aeiaa pluiaaa, mantas, cuentecdlaa de yidrio 7 adoraoa mugenles,
Al dioa de las aguas llantabui £ai)uiM&ua.. £1 mas venerado ds todpa
en Coeokuamt, que aigpifica muerta. Acaso en estoa misiiiDB diw
qua daba el sacerdote algunos ratos fi eatas averiguaciooes, falt6 uno
da loa iastrumeotoB de caipinteria muy necesario & la f&brica deJa
Igleaia. Oy6 decii que .el ladion )o habria enlenado, y que un viejo
qas pocoa meses intea as lud)ia bautisado, sabiia sin duda donde esla-
ba. Haod6 lucgp 6. llomar aj buen vie^o, y pragunUadole por el ias-
tiuineato, bleu igooianie del motivo que babian tenido los iodioa pare
decirlo, el aaciano.hacifndose crucesi reepoodid: i>No, mi padre, yp
„jo DO »6 de esas coaaa desde que me luce cristiano." Esia rea-
puaata pic6 la curiosidad del misionero, y-deieoso de infoimaraBile
preguiitb ii ftjuas las sabia, y por qu6 medics. hEso, respond id, te ba-
nbr&n dicha astoa mis hijos, porque &Dtee cuonto se perdia, venian k
nCODBultftrmei y yo lea decia donde eataba dcapuea de haber hablado
hCOd Hu^aiota, que se me aparecta en figura de un niiio muy hermo'
msO) j me dacia donde eataba cada cosa. Despues qu^ me bauticii,
nae me ba^parecido algunaa vocea muy enojado, y me ha dicho que
,jio antra en la Igleaia,. ol me jfiersigne, ni dd cr^dito & lo que t6 me
iJua waaaado. To me he librado de ^1 con venir siempre como vea i
tja lgta«ia,7r ofr miaa para que no me eogane." Q/xeiA el padre ad.
mnadff.da eali^rahcaon, confirmada con el taMinfonto d«:lod* el put-
— 46 —
bio, de que era el oHLculo. AninKS al indio d proseguir en sua buenoa
prop6aito9, j loin6 ocasion para hacer una exhortacion muy fervoroaa
& la maltitud. No ea de omitir la significacion de la palabra huUova^
que segun interpretan los peritos de aqael idioma, quiere decir, merv-
diAno 6 cosa del Mediodia.
lebelkm de No todoa los nuevos cristianos lo eran tan de corazon como este
M oecos. ^^^^ viejo, y asf hall6 el padre Pedro Mendcz que muchos de su par-
tido adoraban aun algunos idolillos. Supo donde estaban y yendo con
algunos aoldados, los quebHS y los enterr6 ocultamente. Este santo
celo estuvo para costiar la vida al apostdKco varon. Los id6]atras sin-
tieroQ l^riamente este gblpe.' Los hechiceros animaban con sedicio-
fias arengas & los quehallaban m^nos arraigados en la f($, y entre 'una
r
gran parte trataron 6t dar la muerte al padre y retirarse & los bosqu<^8.
No pudo quedar tan oculto el proyecto que unos indios fieles no lo co-
municaaen al misionero. Teninn ya los mal contentos tomatdas todas
las avenidas del puebl6« y *no podia escapirseles la presa. Un gran
nlimero de indios fieles tuvo valor de acompaiiarle en la Iglesia, donde
el padre quiso ir & pasar la*noche y prepararse & morir. Sabi6ndose
al dia siguiente en la villa el grande riesgo en que estaba el padre Men-
dez, y que aun despues de diversos avisos no podia resolverse & dejar
aquel su amado partido, los superiores, atendiendo i. sns muchos anos
y qucbrantadd salud, le hubieron de mandar que se retirase al partido
de Ocoroni, que 6\ habia engendrado en Jesucristo, y cuyos moradoreSt
que le amaban tiemisimamente, lo recibieron con tanto gozo, que se
decian mutuamente unos & otros, y aun & los espanoles que encontra-
ban: ya vino nuestro padre, el que nos bautiz6 y nos abri6 las puer.
tas del ciclo. En medio de esta comun alegria, solo el padro estaba
acongojado, pareci^ndole que por sus culpas lo privaba Dios de la oca-
sion de derramar su songre por Jesucristo. Algun tanto le mitig6 es-
ta pena la promesa que le hizo el padre visitador de las misiones, de
que volveria & trabajar en la conversion de los gentiles, si venia, como
lo esperaba, licencia del virey para la doctrina 4 instruccion de los ma-
yos. La carta que con esta ocasion escribi6 al padre Martin Perez*
no puede leerse sin Idgrimas y sin quedar penetrado de los mismos sen-
timientos de huroildad y de celo que animaban h este fervorosisimo
anciano. „Aunque el padre visitador (dice) me ha dado buenas esperan-
zas de que eh abridndose puerta para la cbnversion de los gentiles del
rio Mayo, ser^ yo el primero que all* vaya, con todo tengo rauy gran-
— 47 —
d« ampscho y vergUeuza de baber aalidu (uuuque por 1* 0b«di«ncta]
da «Dlro loB tehuecos, por p&receriue que lie vuelto laid cspaldas al pa-
deeer y perdido las ocasioaes que alii tenia de sufnr y nierecer. qua ea
lo que al bombre vino & buscar de Espaua & eataa partes. Sola ma
ConauelftMT eeto valuntad de nuestro Seuor, y enteoder queV. R.
volveri por ml vocaclon y me darft la mano, y me lerantarfti no & co-
sas da bonrai ni da raf^lo, aiao & otras mayores ocasionea de padacar
por quian por mi padaci6 t&nto, y por aquel & quten yo tauto be ofea-
dido, qae ea lo que aiempre be deseadot despues que (rabajo eo ealaa
incoltas setvos de la geDtilidad; pues no es raaKia que conlrediccioDea,
peraecucioiieai oi peligrosi noa hagaa volver las espaldas afreatosasiea'
ta, maiiaU i, oA que tan poco imporCo, habiendo de aotrar en eatos
miamOB trabajoB y peligrosi otroa qua por sub grandes talentos impor-
(an toab) i la Compania." £a lugar del padm Pedro Mendez en&6 &
la mlsion de lea lehtiecoa el padre Laurmeio Adamt, que poco des-
puas ae vi6 tambien en los mistnos peligros, como veremoa adalante.
A) padra Pedro Meodcz, k los priocipios del auo siguientei paracid 161='-
nacaaario traerlo i. Mexico. Se puede dudar si este grande bombre
babria aerrido mas tltilmante 6 Dios en Us miaiones, de !□ que 8irvi6
en la Casa Profesa i. los catranoa y & los nueatroa, con los qjemploa
de sua religiosas virtudos. Era de una grande edi£cBcion ver 6 un
bombre de aeaenta -auos, despuca de diez y echo de misioaea, tan a(-
regladu y exacto en las diacrlbuciones mas inmimas de una Gasa ob-*.
serranUsinia, cle una pobreza cstremada, de qn trabajo tan conatante, ,
como si acabara de salir de loa eatudios. Sua converBRCionea encen-
dian & todoa en el deseo de la salTacion de laa ahnas, y puede deoirae
con verdad que formtS olros tantos misJoneros cuaotos eran loa auge- '
toa que tiataba, y que no le oian ■uapirar, aino por los desicrtoa da 8t-
naloa, vuellos aiempre los ojos tela aquel pais, que babia regado con
aus Budorea, y en que daseaba acabar sua diaa .en aervicio de aquallas
almas deaampsradas & que bien preato lo veremos volver.
Ilustraba por eale mismo tiempo el colegio mAximo de S. Pedro y Muaita del
S- Pablo con admirables virtudes el padre Gabriel de Li^roilo, que con padnOateiel
universal aantiniiento da (oda la provincia, pas6 A gozar de la bien- frnlaa da b
aventuranza, de que poco Anlea babia lenido una vision maravilloaai el
IH de Dctubre de eate miamo tmo. Deaecbadas las grandes eaperan*
zaa qua le daban bus ilustrea cuuaat obadaci6 & la voz de Dios que le
lUnxi & la Compania, manifeat&Ddoaela aun ftntes de venir & Mexico
sijtf fiimarbs fundadonig. En oHa fW^ sietnpf^ im perfM^tdej^mplar'
de obcervancia relij^osa. Favoreci6le et etelo coo singularefl iluatra-
oiotiiMf en la ^^micioB, 4 que <ltf ba todo tsl ti^ropo qofe \e dejaba libins «1 '
coofesoitarie. D^jd lletia aquelia^Casii, y lo eBtftan&hoj ^oda lapro^>
vinCia (lel'nuave olbr d^ bus virtddes. A vielarde tales modelos, naes
moobd que Idid congragantss, aun niftos de naestipo^ estudios. Be apli*
caseii eon tatito esnero & \cb ejercicios de la mas sublime perfeceion.
De la congregacion de . eetiidios fnayctres saliettm veistisfeVe pem di'«
versas veligionev, y caa«if otroe taiitos de estndios menores. El fer-
vor y devock^n en IM ocupaeiones piadosas de sua asistefickts era taU
que habi^ndose hallado en cierta ocasion & ellas^os personas queoon
DO pocd esodlndalo foAnentabad muy anfigUos rencores, tocades de^
aquel dievotb espectAciiKH se fuetbn juntarti^nte al padne prefeeto, j con
tedala solemnidad de escribano y testigos, otorgaron eilcritura de'
amistad coa juramento de no quebrantarlix jamfis. Entte todos fir6 muy
nbtable la piadosa asrtucia con que triunf6 dd nnmdo un colegial de
' S^ lld^nso. Eataba ^ste, como los mas forasteros queestudian en tos
c^Mvictorioid, eittiomendado por su padre, k un cabaHero muy rico d^'
eatai ciud^. T^o pudo ^ste sab^r los designios de su cKente sin un*
grav^ cuidado de que no Uevasen mal sus padres aquella resofucion
y le cu?paseil do algun desciiido. Para quedar & cubierto de toda sos-
pecha» determin6 sacarlo del S^nrinario y remitirlo & su p&tria. {T se-
rt ra^on, replied el j6ven, que saiga yo' del colegio, sin despedirme de
jnis cfbnripafieros y sin agradecer & los padres lo que ban trabajado en
mi educaid^^t Claro estd que ho, respondid el caballero: yo pasard
coQtigo e» persona 4 practicar ese oficio de urbanidad. Partieron jun-
tos flti efiikfo al Seminarfo, y conduci^ndolo el j6ven al aposento del
pa^e rectbr, 41 se apart6' con pretesto de ir 4 recoger sus alfaajas, y
fu4 pani' ir 4 postrarse 4 lbs pi^s del padre provincial, Rodrigo de Ca-
brtfdo, pfDt^stahdo no levantarite hasia ser admitido en la Companfiu
donde vivi6 mucttos alios, dando cada dia mayores pniebas de la sin-
ceridad de su focacion, con gratide consnelo de sus padres, que Ao
tuvierotf de so enfrada la manor pe^adumbre.
Prodigioda Y ya <fue betnoa hecho mencioh del Seminario de S» tidefonso, no
im^^^ pbdemoa omitir an case singularlsimb y que podr4 fomcntar mncbo la
devocioti dd sii noble juventud para con el ang^lico j6ven S. Luis
Gdntaga. 6uc^di6 con B. Pedro Camacbo, colegial del mismo cole-
gib, que lo reficre con tstas ifbrmalps paiabras. „Estando en Atlis*
III >
— JO-
CO, mi [i&tra, mil i una dehcsa fk pascar en nna tardc muy scri'tih, y
en qae no pftrecis posible siiccedicra & tan gran bonanza la menor
trorraBca d«l mnndo. P«ro no fu* asf, porque diverlidos en el pasoo,
nM cogi6 la neche y con «Ua la major- temp estad, y aguacero tnas
fiierte qua babia visto en mi nda. Habiendo pasado, no ein dificultad,
dgtims arroyos que con las avenidfts ent<}nces enn rioa, faltaba el ul-
tioM 7« eerca^ dondoibaniDB. No me atrAvia & pasar pol ta mucha
agua J dmgraeias que habian «uc«dido en aquel parage. Pero ^r-
fiAodome km macbes qne iban conmigo, mo upimi i pasar en la ca-
T^gadura de una de mia compaSeros. A poca distancia du ta orilla,
pefdiA'pfe la mula, y sin emba^o, me tuve basta la mitad del rio. Alii
cat y me anvbatti ta corriente en un inatanle A mas de treinta pasos.
Al caer, invoqutf i 8. Luis Gonzaga, i quien luve siempre por patron
drsda qae of leer ffa *ida y mJl^roa en el ctdegio. Los compaSeroa
no podian feme pm* la grsnde oscuridad de la noche. To, con la mu-
efaa-^ua que me ofaria todo sin alcanzar pie, no pade dar voces, m
ol hs suj^B, annque segun anpe despuea, me dieron (nuchas. Una
nla VBZ'oI, ni nuy gnicsa, ni muy delgads, sino intermedia y suave,
con que me deehiR que me tuviera que hatfo donde. Coh estb, senil
al mismo liempo que do en m«clio de las toirientes Airiosaa (que alM
eren i>m]>om per esMr el rio acanalado, y tlli una toma de molino, que
todo bttcia mas cierta mi desgncia) me rompujaban k un fpSasco, en
qoe nwtiendo hs manos, balM de que nstrme. Gritfi & mis compa-
neros, y esture colgado dos 6 tree cuartoa de bora sin cansancio algu-
no, mi6ntras ftii uno & su casa A traer cordetes, con que me fracaron
de laa nanifiesto peligro; lo cnal reConoEco deber al Selior y & bu Mk-
dM aantisima por la intBreesion del beato Luia Oonzoga. El pcilas-
o» de qne ae aaf eatsba tan levantado, que yendo 6 otro dia por la
mafiana loa que aquella noche habian aido tcatigos, ballaron que un
hambre i eaballo deade el cauce del rio, no alcanzaba 6 6], y estaba
tan InatroBo'y liso que no tenia agugero alguno de donde aairae. To.
doa nanifiestOB indlcios de ta nerced que por medio de este bendita
Santo me bizo nuestro 'Sefior. Fu^ eate case & dicx y aeis de octu-
br« de 161t, aieodo testtgoa Antonio Hernandez de Sosa, Franciaca
-Oarcia Tidal, Estevan de Soto y Felipe do Torres; y yo por ser ver-
^ad lo firmo con juramento- — Ptdro Camaeio."
Es de muy Averaa naturaleza, pero no contribuiri raenos 4 la pti- Suc«w>
fclica ediSeacion un suceso eapantoso que refiorc ta *tiitu« del Semina- P«"*»^
-50—
rio de S. Gregorio. Estaba un indio muy afiigido* parte por haberae
huido su muger, y parte por su mala coaciencia, cuando oy6 por con-
tingencia & un padre de aquel colegio que predicaba los jueves en el
roercado. Las palabras del predicador le atraveaaroa el corazon j lo
arrojaron en una tan profunda melancolfa, que no podia diaimular iloa
de su casa. El domingo siguiente quiso ver si hallaba consuelo oyen-
do 4 un padre de S. Francisco que predicaba en Santiago Tlaltelolco.
Lleg6 & tiempo que ponderaba el orador el desastroso ^xitodeunoque
habia callado en la confesion algunas de sus culpas. SaU6 de aqui ea-
tremamente acongojado, y no queriendo resolverse & acertar con la
tinica fuente de la tranquilidad y paz de su espiritu, determind salir hu-
yendo de la ciudad, como si en cualquiera pais y ocupaciones no hu-
biera de oir las voces de Dios, que no llevara consigo al torcedor de su
mala conciencia. Sali6 en efecto d las tres de la maiiana y camioaba
lleno de confusion por la calzada de S. Antonio, cuando vi6 de lejos an
bulto que Ileg&ndose 4 ^1; ven ac&y miserable, le dijo« ^d6nde vaa? |pien-
sas huir de lo que te atormenta, aunque vayas & los fines de la tienrnt
£1 indio, atemorizado, respondi6: [Qui^n eres tu que sabes mis triste-
zas? Descubri6se aquel bulto, y no vi6 sine un armazon de huesoa ae-
cos que le dijo estas palabras: Da gracias al Setior que te ha sufirido
tanto tiempo. Bien sabcs que ha muchos anos que no te confieaaai j
que desde tu ninez has callado tal y tal culpa. Si no te enmiendaa, bre-
ve vendrd sobre ti la ira de Dios. A estas voces cay6 el indio en tier-
ra y estuvo fuera de si un largo rate: volvi6 ewzados los cabelloa, on
sudor frio le corria por todo el cuerpo, y temblaba todo de pies & cabe-
za. Sosi^gate, infeliz, le dijo el csqueleto, que soy venido para tu bien*
Dios te llev6 el jueves al mercado y el domingo & Santiago. Ye al ja-
cal de S. Gregorio y confi^sate con uno de aquellos padres. ^C6mo ha-
rd eso, replied el indio un poco mas recobrado, que nunca be tratado
i, esos padres, y dicen que riiien mucho, ni tengo siquiera un ramillete
que llevarles? No es asi, hijo mio, replied la vision. Los padres siem-
pre acogen bien 4 todo gdnero de personas cuando van verdaderamen-
to contritas, ni es menester que les Ueves alguna cosa, pues ellos lo
ban dejado todo por Dios y no buscan mas que las almas. Ve con se-
guridad, enmidndate singularmente de tal y tal pecadoy y no digas eso
que piensas de tus parientes. De tu muger no tengas pena: est4 en la
calle de Tacuba en casa de N* De aqui d tres dias, & tal bora, la eu-
contrards en la calle de Santo Domingo. Le hablards y no hard caao
— 51-
d« ti; pero despues te llamard y so avendrd & haccr vida contigo, auir-
que ella ea tal, que durar^ poco en tu companla. Dijo, y el indio par-
ti6 luego & S. Gregorio, y di6 cuenta dc todo d aquel mismo sugeto &
quien habia oido predicar. Dudoso este de la verdad, dijo al indio que
para que ^1 |e oyese no era menester tantaa mentiras, que el decirlaa
era una culpa gravisima, porque no pretendia enganar t un hombre si-
Do & Jesucristo, cuyas veces haeia el sacerdote. A si dijo el prudente
confesor; pero la exactitud, la compuncion y Ugrimas con que se con
fes6 el buen indio y con que prosigui6 por tres dias su confesion gene-
ral, viendo cumplido en ese t^rmino cuanto le habia profetizado aquel
horrible espect&culo, le dej6 firmemente persuadido, y mucho mas el
ver que 4 pocos dias la muger que hacia ya vida con su marido, segun«
da vez desaparecid, y ^1, sin ninguna inquietud de las que habia an-
tecedentemente esperimentado, se dedicd al aenricio de una herroita,
doode proeeguia haciendo una vida ejeroplarlsimat
Con la misma confianza que llegaban al Seminario de S. Gregorio Ministeriov
loB naturales de M6xico y sus merindades, ocurrian tambien los de iTMJbla.
Puebia y su obispado al colegio del Espfritu Santo. Para conocer el
fhito que lograba el celo de nuestros obreros en las c&rceles, en los
hoflpitales y en los obrages, seria menester variar en cada ai!o los mu-
chos caaos que refieren las annuas, y que siendo generalmente de un
mismo car&cter, causarian quizd fastidio aun & los lectores mas piada-
SO0. £n este g^nero de ministerios se ve cada dia, aun at presente, y
se veHl siempre que la palabra de Dios desnuda y sencillamente pro-
poesta, es semillay es espada de una infinita fecundidad y fuerza por si
misma, aun prescindiendo de la destreza de Ta mano que la eiembra y
del brazo q^ e la maneja« La Compaiifa, encargada por los soberanos
pontifices y por los mas poderosos principes de eropleos lustrosisimos,
ha esperimentado siempre mas sblido consuelo, mayor tranquilidad y
mayor fruto en la esplicacion de la doctrina cristiana por las calles y
plazas, en la instruccion de los rudos ^ ignorantes, y en las visitas de
cILrceles y hospitales tan encomendadas por su santisimo legislador.
Estas oeupaciones que en todas las partes del mundo hacen, dig&mos.
lo asf , el car&cter de los jesuitas, florecian singularroente y florecen
hasta ahora en el colegio de la Puebia. La ciudad y los innumerables
pueblos de so resorte, son un campo fecundisimo que ofrecen siempre
macha mies d los segadores evang^licos. El partido de Zacapoaxtla
que dcbi6 d la Companfa cuasi los principios de la f<^, nccesitaba por
— 52 —
esttf tienipo mas que nanca do bu cuhivo. Ua cacique revolteaa a b
frcute de aJguoos otros sus semejaoteB« habia infemado aota el IlUaa.
6r. D« Ildefooso de la Mota, ya euU^ea digoisiiyiaohisfKV-de^Puebla,
a su t>encficiado, de lasf msLS atroccs calumnias qae le ia4 mux ^^ di>
Hipar. Los acusadores* temleodo el reseotiiiBeRto de au cwa» htiHii
huido 4 los apDtes vccinos donicle muchos auos 4nt«a lea halMan aaea-*
do nuestros miaioneros. A la £agp^y falta de nnjnrinn nipik^ hina prea-
to una torpisiaia disoluciou, y 4 eaia:Uoa a|M>muiabte idoUtiia* Hahk
ya maa de dos alios que asi viviaoy 4 peaar do todaa laa-diligeiiQiaa del
celoso pastor,, que por todoa caipiDoa babia procurado el cemodioi. fu
di6 4 los auperiorcs le enviasen doa padres misioneroa* Comenawoii
estoa 4 pradicar ea el pueblo, y \\eg6 luego 4 loa fugitivoa la laniftqiia
habian Uegadp 4 la cajbeceralos jeauitas. £1 amor que aieiopKehAbiao
los de aquel pais piofesado 4 la Compaulai movi^ al.autordeaqnaUoa
dos6rdencs 4 venirse 4 ver con. uao.de los miaionerjos una deaqueUas
nocbes* Facilmente ie persuadi6 el prudeute y celoso miiualn^ 4 que
se confesase, Ip que coipen^taadp desde aquelkr aiama nocha <Mialiaii6
por otras tres, volyi^odosp de dia al.abrigo. de los boaquea. . Aaabada au
confesioo, qued<^ conveocido de que era nepesajriq. retractaaa ptiUiaa^
qiepte dp cu^tpa teBtimQ|>ios babia levantado 4cau paaioc y ^adn* Tode
)q proQieti6..el verdadero peoftente, y el primer dia de fia3la» aatanie^
eir la iglesia todo el partidOf eatr6 ooa el padre. Uiiic4rQBae lea^loftde
rodilla^,y en presencia del beueiiciado y de todo el puablo: qua..«p
deshacia en devotas l4grtxoas« diotando el miaiQaeroy repidaiidael ca-
rique, se desdijo, se acus6 y pidi6 perdon de la injuria que Jiabialiechp
4 :^u mipiatro. Fu^ronse luego 4 arrojar 4 sua pieSf y ^ibanadojanli-
grimaa de gozo abraz6 primero alindiQ y luego, al pad|!e,. pr^ruynp^ea-
do en alabanzaa suyas y de la Coropauia« que repiti6.despueacoAAf!M>
tuosisiroas gracias en carta al Sr. obispo, al padre, provincial. yaLrec-
tor del colegio. lios dem4s indios con la roismafacilidad qua babiaii
seguido al cacique en su rabellon, \o siguieroa en Ja penitencia« y.deiir
tro de pocos diaa reducidas 4 su aprisco aquellaa.avejaa deacarnadair
y restituida al pueblo la tranquilidad, dieron la vuelta 4 au colegio.
Tisitadel Sr. £] iHmo. Sr. D. Ildefonso de la Mota recibi6 4 loa pyadrea coalaa
D. Fr. Juan . i . i •
4el Vmlle. may ores deroostraciones de benevolencia, y no contenta con ellaa. fii^
luego en persoqa.al colegio 4 dar al padre rector y 4 toda. la Compar
ilia las gracias por una obra tan del servicio y gloria del Se^uor yutilk^
dad de su rebano. Semejante dignacion tuvo poreato mismotienipa a|^
■MHmHHMMaw
— 5» —
lUmo. Rmo. Sr. D* Fr. Juan del Yalle, obispo de Guadailujara, del
orden de S. Benito. Este celosisimo pastor, d imitacion del Sr. D.
Alonso de la Mota que le habia precedido en aquella mitra, emprendtd
la visita de su dilatadisima di6cesis. Llev6 consigo al padre Juan 6a-
llegos. Pas6 hasta Sinaloa, j hablando delante de todos los espafioles
e iodios en el templo, prote3t6 que habia venido hasta alU mas para
ver por sus ojos los grandes trabajos de la Compania, y consolar su
espiritu con la comunicacion y trato de hombres tan santos, que por
juzgar hnbiese cosa alguna digna de remedio; estando, dijo, como es-
toy persuadido y segurlsimo, que donde ellos gobieman todo estari con
sumo concierto y reKgion. Aun di6 mas peso y mas autoridad 6 sus
palabras en carta que despues de su visita escnbi6 al padre provincial,
y dice asi: „He visto & casi todos los padres de estas misiones de To-
pia y Sinaloa, de que vengo consoladisimo y muy edificado, porque he
visto les debe mucho la Iglesia y su Magestad y la Compaiiia, por el
provecho tan notable que en estas partes hacen, y por lo mucho que pa-
decen entre estos barbaros que tienen k su cargo, y asi donde quiera
que yo me hallare, he de ser pregonero de estas y de otras eosas bue-
nas que en ellos he visto y tocado con mis manos, que por la breve-
dad no digo ahora. Serd nuestro Seiior servido que algun dia las po.
damos tratar & boca. Y en cuanto podiere tengo de ser gran protec.
torde estas misiones, y de los padres que en ellas andan, dec."
Tal era la idea quo de nuestros operarios se habia formado este ce- Sucesos de
losisimo pastor. Ni era solo el amor que habia profesado siempre ik tcpehua-
la Compaiiia cl que le hacia discttrrir tan vcntajosamente de los misio-
neros jesuitas. £1 padre Hernando Santar^n, que con el padre Alon-
so Gomez partia, como dijimos, cl cuidado do la nueva cristiandad de
los ziximes, escribiendo al padre provincial dice asi: „Fui k S. Bar-
tolomd, uno de los pueblos nuevos, y hall6 que el cacique tenia tam-
bien dispuesta su gentc, que cl dia de S. Lucas bauticd cincuenta
adultos. Entregan sus idolos al fuego, y se dejan cortar cl cabello con
una facilidad, que cs para alabar k Dies, y mucho mas la emulacion
de los que quedan por bautizar, y la ansia do saber la doctrina quo
desde que sale el sol hasta quo se pono no cesan dc rezar y de apren-
dcr las oraciones y catecismo, ni los que lo saben y estdn bautizados
dc cnseiiarlo. Gloria sea k Dies que tan bien endulza el camino mas
aspero que hay para estos pueblos con tan buena consecha como se
coge y ospera eogoroiejor pora novicmbre, de que dar^ cuenta k V. R.
T03I0 II 8
— 54 —
d&c." Entre los topehuanes no habia contribuido poco & 8U iDstniccion
la compania de muchos indios mexicaDos que trabajaban en las minas
de los reales vecinos. Estos formaron uua cofiradia de la Concepcioo
dc nucBtra Seuora. La puntual asistencia y devociou en los ejerciciod
do esta hermandad, que el Sr. obispo se sirvi6 de confirDiar y enrique-
cer con indulgencias, fu6 un grande medio para hacer foitnar & los ne6-
fitos una alta idea de nuestra religion, y animarlos d hacer lo que vetan
practicar & los mexicanos. Anadiase el ejemplo de los muchos Viz-
cainos y espauoles del real de Guanacevi. Estos, con ocasion de la
beatificacion de nuestro padre S. Ignacio, habian hecho fiestas nada
inferiores & las de cualquiera otra ciudad de la America. Fabricaron
despues una eapilla y un retablo, con frontales, ornamentost Idmparas
y dcm§8 alhajas necesarias de mucho precio. Esta magnilicencia y de-
vocion pic6 la curioaidad, y sirvi6 mucho & la instruccion de los nue-
vos cristianos. Los de Inde6, que con su fuga teuian en un grande sus-
to d los espauoles de aquel real, se restituyeron con suroa facilidad i
diligencias do los padres, quo tuvieron valor de irlos d buscar sin alga-
na escolta hasta sus mismos picachos. Del valle de S. Pablo rccien
descubierto, se veian bajar de ciento en ciento & poblar en sitios co-
medos para su instruccion, y eran aun muchos mas los que de la ser-
ranias de Ocotl&n habian venido al partido de S. Ignacio y pueblos
del Zapo. En ninguna otra do las naciones de la America se hacia ad-
mirar mas el poder de la gracia de Jesucristo y la suave fortaleza del
yugo evang^lico, Acostumbrados d vivir en el pillage, sin casas, sin
hogar, sin sementeras, y 4 la continua carniceria de los acaxees, de
Carantapa y de la cordillera de Baimoa, parece que con alojarse en el
puoblo dejaban con las quebradas y las breuas toda la fiereza 6 inbu-
manidad que les inspiraban los montes.
An6cciota pa. No podemos dejar de notar aqui lo que hcmos ya insinuado en otra
ra la hiftoria parte del viago de los antiguos mcxicanos, que parece haber sido por
cion de loe ^^^^ P^^ ^^ tepehuanes. Fucra de los nombres de Ocotldn, Atotonil-
i?^ju*** P^ CO y otros muchos que son antiquisimos en aquel pais, y en la raiz y
xicanoa. terminacion enteramente mcxicanos, lo convencen los indicios de que
hemos hablado ya en el aiio dc 1604, 4 que anadiremos ahora las pa-
labras del padre Diego Larios, misionero de aquel partido, que dice
asi: „Cabando dolante de la iglesia que ahora se fabrica, se hallaban
4 cada paso muchas ollas bicn tapadas con ccnizas y huesos humanos,
piodras do varios colorcs con tjue sc cmbijau metales y otras cosast y
— 5a —
lo que ics cauaabn mns ailmirncion cron las ed(iilua»r y (igtiras que dc."-
cubrian de varioB nnimaliia. A nii mc la cdun6 con ver una quo paro-
cis Tivaraenle iin rtiligioMo con su hAbim, cerquillo y corona mny al
propio. Y lo que he podido entender do indios muy vicjop, en que pa-
T«rou aquf los antiguos mexicanos que salieron del Pforto fi poblar e«c
reino do Mexico, y no debieron de eer pocost pucs una media legua ea-
U Ilena de estos como acpulcroa y ruinaa d« cdificios y templos. Dios
sea bendito, concliiye el piadoso misionero, que el lugar donde fu£ an-
tigaamente tan ofcndido coo aacrilicioH d idolatrtas, ahora es honrado
de aatos b&rbaroif, y la levanlan iglesias donde sea adoradai &c."
Los tehuecoa, que engauados de sub hecbiccros, habian huido & los d^ ig, tdaa-
montos i intcntado dar [a niuerte ol padre Pedro Meniiet, no se por- °°*-
luoD niaa piadosaincnte con su auccesor el padre Lorenxo Adame.
EaUndn en Macori vipieron en futiga algunos indioa do Asiaca k avi-
aarie c6mo los Uandidoa habian onlrado 4 aquci pueblo y quemcdo la
iglcaia. £nvi6 pionlamente avian al padre Andrde Perez, ministro de
loa Kuaquea, para que le onviara otros doa aoldados, y creyiiadoBe con
cuatro fluficicntemcnte eiicollado, ae dotermind & recorrer loa pueblos
J Tcr ai podia prcvonir que los dcui&s no hiciesen fuga. Despuea de
rariaa lentativas intitiles hiiiio do rclirarse & la villa. Los pueblos de
Maeori, Sibirijoa y algunos otros numentaron bicn presto el numero
dn los alxados, y todos dctcrminaron ncogcrsc a la sicrniR de loa Tu-
paguca. Uientraa que loa tetiuccos volvian & aumergirse laEtimoaamon-
U en laa tinieblas do su infidelidail, el padro Critlobal dt ViUalta, mi-
aislro de los Sinaloas, preparaba entrado & los huiles, nacion guerrora
4 iDfatimana como A aielo leguas mas al Norte, segun escribi6 el mis-
mo miaionero. Por medio, dice, de un muchacho que cogioron mie in-
dioa voy aprendiendo la Icngun do loa huite^, como si dijdnimoa fic-
ebaros, con deseo de ir i su lierra & llevarles la luz del Gv angolio, y
conociendo mis indios eslc desco, aunque de muy atris son enemigos
capilalea de loa huites, con todo, fucron d hacer pacc^ con ellos llevdn-
diries algunos donecilloa de loa que ellos tieneo, y fueron muy bion re-
cibidos. ¥o pienso escribirles y enviarles algunaa cosillaa de las que
alios ealimaD, y con csto tengo por cierto que saldrtn & verme,
i|as con eatos dijea y cosillas aucle ouestro Senor traer & si eatoa
■■dios como nifios &c. £n todo ol discurao del aHo se habian hecho
■n sola la prorincia de Sinaioa mil ochocientos trointa y un bautismos. j'^^'^J?* <*°
Apmas ae habian bautizedo cincucnla adultos y pocos mas p&rvu- tm de Pirmi
— 66 —
\oa en la niision lie P4rras» pero no era meoos por eso la aplicackw i»
los operarios, ni debe serlo la memoria debida 4 sua ^onosisimos Ua-
bajos. Este ano, dice en una suya el padre Arista, deade priacipios (ie
Julio hasta fines de sctiembre ban sido tan grandes y tanpodero^aalu
avenidas del rio de las Nasas, que de treinta auos a asta parte no te
acuerdan los nacidos haber visto en esta tierra cosa semejoite. £n el
pueblo de S. Gerbnimo abri6 nueve gargantas, dej6 la madre par doii>
de &ntes corria, y vino 4 dar al sitio donde poco intes se babia muda-
do el pueblo, Uegdndose muy pocas lanzas de nuestra casay hasta que
haciendo punta por otro lado penii6 la fuerza que alii Uevaba y di6 !»>
gar & algunofl reparos. En el de S. Ignacio subid tanto, que iL la pri-
niera avenida le quit6 & la iglesia algunos estrivos, y 4 la teicaia
la derrib6 por tierra y con ella la casa y yivienda de los padias,
y otras muchas vecinas, aunque hubo lugar de sacar las kaihg^
nc8 y alhajas de la iglesia y casa, y con los vallados que se hicitrQa
al derredor del pueblo se divirtid la aguaporotra parte. Luego se pie-
curd aderezar otra igleaia» y los nuestres viven en algunos cobcrtiaoa
de paja con barta incomodidad* En el pueblo de S. Pedro abrid el
rio una grande boca con que inundd al principio algo del pueblo j m
Uev6 algunas casas; despues se recogt6 d una gran canal que fti^ faa-
ciendo junto^d nuestra casa, Uevindose los corrales de eUa y bordea 4»
las parades, que no le faitd mas que media vara para entrar dantre 4a
la casa. La agua que se babia derramado por los Campos^ 6 pety e
hacia coz en algun alto, 6 porque se encontrb con la conioite de etie
canal, revolvi6 sobre el pueblo con tanto impetu y con tanta grtma db
los indios, que luego se pusieron en buida, diciendo qae ea otra
semejante se habian ahogado mucbos de sus antepasadoe. Loa
ques avisaron 4 los nueatros del peligro, diciendoles que no
sen mas, y luego corrieron a las alturas. Por mucba phaa que se
ron los padres, hubo de cogerles la noche obscnra y tempestoosa
agua y truenos. Gui6los un muchacho por unos espesos jatales y aa->
teres que estaban ya tan Uenos de agua, que a un indio qoe ae man6 4
buscar 4 sus corapaueros le daba por la cintura. Estos Uevaron 4 lea
padres del otro lado del estero 4 un mesquital donde estuvaaron dee
dias hasta saber, como all4 Noe, sijamctMmMsseni e^eae. Butioaron ea*
tre tanto un puesto mas seguro donde estuvieron trece diaat j tan ui»
c6aiodo, que ap^as pudo acomodarse una enramada para guafeceiee
de la agua« Bi^« en tin, la iiiundaciou, y did lu^^ 4 que ae pudiese ir
— 57 —
algunos treclios & pi^ con lu agua lla rudillui y dondc cslnbainna lioii'
do aobre uiios rullos i]c capaUaTias grucsas que llaniaii lua iiiJion uoLio-
yaa. Llegaudo at puctilo ballaron que la Virgcn Sanliaima Aciuicn Ics
padres hobiao cncomeodado la iglesia to hftbia guardado, y que cl lio
pOT la parte que sc lo arrim^ aunque habia corrida par alii algunos dias
coo fuerza, do habia hccho maa dauo del qua haliiau dejado. Midi6sc
lo que habia quedado de m&rgen y aa cran doa pi6a cabales do tiecta
areuucB, que fu^ cosa de gnmdo adnuracioUf y quo so tuvo por mi.
Ugro &.C.
La iDuadacion y eatcaordiiuriaa lluviae del auo antecedontc, fu^ se-
guida do un(a cacasez y aequedad on el de 1618, quo bubo bustaiile ^'ynja°jon '"
nsoa de lemor ua so eocaee eatoramento el ria, como eegun coufesa-
ban loa iodios lee habia sucedido inucbas vec4d en tieinpe de eu gen-
tilidad, y nunca dcspuoa dc bu bautisnw. Kaiaa sequedades oran or-
dfaiariamente acaaipauadas do guerras saiigrienlaH quo bacian unas &
olns Us naciones por ocupar les «steroB y charcoa mas hondos donde
quedaba algun peiicado do. que alKncotane, cuya falla suplian coo las
caroes de aus eDemigos. £d el trampo de quo hablaaiost eunque ea-
tnro alguDOs meses cortado el rio, gozabaa beiriitanablonienle todos de
la coila comodidad qaa les ofrecian loa charcoa. £1 teiuor era quo cl
mucbo peje que raoria eu las ollaa mas profuodas no iDficiunaae las
aguaa y murieao el qua quodaba. Verosimilaiente hubiera sabreveni-
do esta cal&midad coa la haEnbte y la epidemia, y aus trLites cnOBOCuen-
cias, si DO hubiera querido ol Seiiur lloviese tanto deada el fin de ae-
tiambre que el rio recobr6 bu corrieute y osegurd el austentodo aque-
llaa gentea laiaerablea, que apenas teuinn otro quo el pescado y les rai-
CM que veiaD uacer eaponlAneameDte on los derramaderoa de los lios,
y en drden t esto no puede dejarae de admirer cl ei'eoto aiugular do la
JHviiiB proTidouciai que supo convertir en gnude ^ rovecbo de aquella
tierr* lo quo se temia fueee au IMal deatruccion. Tanto los padres mi-
aiooenis como los otros -cspaiioles so faabian fatigado muchoa anos en
bowar de aquel rio alguna tenia para aprovechar las belUairaaa cam-
pioaa qua atraviesa y que por las peoas Uuvias del pais ae perdian laa.
timoBaroeDte. Lo que i. coata de nuicbo dinero y fatiga apenaa liabria
caoM^uidD la indunria do loa bDmbrea, Dioe lo hizo en pocas boras en
la innndacion del uio antecedonte. La avenida abri6 un canal capaci-
«iBU>, y tan grande, que con lapocacreoienle del aguiento aiio ^aliiS
por alii la agusi y eaplayindoae mnmamente, fecundizO loa cainpaa
entre los ta.
raumares.
— 58 —
vccinof? que so comcnzaron lupgo d scmbrftr con inosplicnbic alogrfa de
nquellas pobrcs gcntes, y con no poca utilidad y aumento del cristia^
nismo. Las scmenteras del pueblo de S. Pftdro anitnaron d sembrar k
algunos de los vccinos tepehuanes, y tragcron d aquellas tierras mas de
doscientas familias dc conchas, mejuos y otras naciones, d quienes per
este medio so comunic6 luego el pnsto cspiritual, deqaetanto mns ne-
cesitaban.
Ministerios Los conchos de que acabamos de hablar, es nacion bastantcmente
numerosaque se estiendc hasta las orillas del rio grandc del Norte. Por
la parte del septentrion confina con los laguneros, y al Mediodia tiene
algunos pueblos de los tepehuanes y valle de Santa Bdrbara, por don*
de habia comenzado d rayarles la luz del Evangelio d diligencias del
upost6lico padre Juan Fonte,- que trabnjaba con suceso en uquel pais,
aunque no sin continuos sustos de parte de algunos inquiotos, especial -
mente entre los taraumares que habian bajado al valle dc S. Pablo. Un
cacique tepehuan do grande roputacion entre los suyos por su valor y
nobleza, habia comenzado d esparoir nimores sediciosos contra el mi-
sionero y los nuevos cristianos conchos. La providencia del Senor di.
8ip6 muy breve aquellos malignos conscjos. Sobrcvino al indio l\trti-
manda (que este era su nombre) una fluccion d la garganta y al pecho
que le cerr6 enteramente cl camino de la voz, y aun de jii respfracion
que apenas alcanzaba con fatiga. Era csto d tiempo quo 6\ acababa
de cerrar los oidos d las proposiciones de paz que por medio de^' algu.
nos indios amigos suyos le representaba el padro Fonte. El azote del
Senor lo hizo d6cil, y luego enfermo como cstaba parti6 d verse con
el misionero, acept6 la paz que el gobernador roandaba ofrcccrle, y
prometid haccr entrar en ella d los taraumares que no esperaban si no
la serial que el les diese para ponerse en campana, y acabar con los
conchos y demds cristianos de aquellas cercaniaa^ En este medio tiem-
po se vi6 muy bien Id seguridad que trae consigo la buena coilciencia y
la santa intrepidcz de los hombres apost6lico8. Lleg6 uno de los pa'^
dres d la estancia dc un buen espanol en ocasion que le tenia muy in-
quieto la vecindad de unos indios que despues de varias muertes se ha-
bian declarado piiblicos salteadores de aquellos carapos. Oyendo el
padre de aquel hombre la justa causa de sus temores, sin delibcrar un
punto, pasd un cuarto de legua mas adelante al lugar mismo donde e^*
taban los indios. Lss habl6 al principio con dulzura, y luego con gran-
de libortad y osadia les reprendi6 sus delitos y la inquietud en que te-
—59—
nian toda lu tierra« Inquiri6 de cada uno d pueblo & quo pertenecia:
mandates dcjnr los arcos y aljavas, & que obedecicron con maravillosa
docilidad. Eiit6nces cl padro con grande nfabilidad y blandura, [no
scria raejor, les dijo, que en lugar de traer asustados los vecinos, ayu-
darais 4 un pobre hombre 4 levantar su sementcra, que por falta de
compaiieros sc le pierde en el campo? A estas palabras corrieron to*
dos oon grandisinia algazara, y capitanedndolos el padre fucron & la se-
mentera del buen cspanol, 6,hicieron lo que Ics habia insinuado cl padrct
con tanta prontitud y alegria, que el honibre, fucra de si, dcspues do
haberles agradecido su trabajo con algunas cosillas do las que ellos
aprecian» quod6 dando al Senor las gracias dc la autoridad que sobre
aquellas fieras concedia & sus ministros.
Los antiguos cristianos do Papdzquiaro, del Zape y Santa Cruz, flo- Prodigio de
recian cada dia mas en cultivo politico y cristiandad. La devocion d piedad dA
la Virgen Santisiraa y d los santos, era la primera leche con que se pro- J?? ^* Felipe
curaban formar. No dej6 Dios de manifestar aqui tambicn cuanto se
complacia en su siervo S. Ignacio. Una nina, jugando en presenciade
algunos indios con un real dc d cuarto, por esconderlo de otro do su
edad se lo ech<5 en la boca, de donde con facilidad se le fue d las fau-
ccs. Dentro de pocos instantes estuvo ya para entregar a Dios cl al-
ma, morado 6 incbado todo el rostro. La madre, que estaba presente
sin saber que era lo quo ahogaba d su hija, hizo alguna diligencia por
libortarla pcro inutilmcnte. En cstas circustancias, vuelta d una imd«
gen del santo con todas aquellas vcras que le sugeria su afliccion, pa-
dre Ignacio, le dijo, dadme d mi bija que se me muere. Al mismo ins-
tante la nina moribunda, sin alguna congoja 6 violcncia, depuso con
so6iego en el suelo la moneda ensangrentada, y qued6 pcrfectamente
Sana. Por este mismo tiempo la piedad del Sr. D. Felipe III, rey do
Espauai informado de los grandes progresos que hacia la fc en las re-
giones mas remotas de la America, y queriendo fomentar en todo su
reino la devocion para con el August isimo Sacramento, d que crey6
siempre vinculada la felicidad de su gobierno, como la de su austriaco
nombre, habia mandado d todas las misiones dorados y muy curiosos
sagrarios, en que pudicse colocarse con la debida decencia el adorable
cuerpo del Seiior. El dia de Corpus de 619 se estren6 esta pieza en
Papdzquiaro, depositdndose en ella el Santisimo con inmensojCi-
bilo y admiracion de los tepchuancs, d quicnes en publico sermon y en
las esplicacionea de doctrinas y privados coloquios, se habia procurado
i
—60—
instniir suficicntemente eii la significacion dc aquel sacrosanto mis.
terio.
Entradadlos No SO pasaba con tanta tranqullidad on Sinaloa y en Topfa. En
*^ ' la una, la guerra, en la olra, la epidemia, habian ofrecido bastanle ma-
teria d los importantes trabajoa de los misioneros. El capitan Diego
Martinez de Hurdaide, desde principios del afio, resolvid cntrar k liis
sierras de los tepahues, y castigar la rebclion de los tehuccos. ftl pa-
dre Andres Perez de Rivas, que le acompauo en esta arricsgada espe-
dicion, la reficre difusamente en su historia, y con mas brevcdaden car-
ta escrita al padre Martin Perez, superior de la mision, que dice asi:
^ „En esta dare cucnta d V. R. de nuestra Jornada d Tepahue, de que
tan to dopcndia el bien dc esta provincia. Lucgo que se juntaron los
Eoldados cristianos en Toro, que es el ultimo pueblo dc convertidos,
camino de Tepahue, todos los cspanoles y muchos dc los indios, so
confesaron, con pldtica que para ello les bice. A dos jomadas cortas,
cncontraron nuestros indios con cinco espfas tehuccos, de los cualcs
se prendieron dos. Prosiguiendo nuestra Jornada so nos juntaron los
tecayaguis, que caen d las vertientea del rio, y tambien llaman Cues,
los conicaris, que aunque parecc que vinieron dc traicion, dcscubterta
esta por cl capitan, se dieron por amigos, los mayos que salieron una
Jornada dc su tierra d juntdrsenos, los yaquinis, que salieron mas do
dos jornadas, los chinipas, los nebomes y los nures; de suerte que stn
los que salimos, se juntaron de estas sieto nacioncs, mas de dos mil in-
dios. Los tehuccos, viendo fanta gente y al capitan resuclto d casti-
garlos, aunque se detuviera dos 6 tres meses, para lo cual lieraba do
prevencion mas de cuatrocientas reses, comeniaron d temer, y algunos
mas cucrdos pensaron en rendirse Lo hicieron algunas cuadrillas,
d quienes el capitan, despues de un ligero castigo les di6 bastimcntos
para que llegasen d sus casas. LIcgando d Tepahue, campamos en on
pueblo desamparado d orillas del rio, y desde aqu! se envi6 un reqneri*
miento i los tehuccos y d sus fautores los tepahucs, y con este, un pa-
pel para un topile tehueco, que merecia cste tratamiento por lo biott
que habia ayudado d los espafiolcs en otras ocasioncs. Con esto, bct-
jaron mas de cuatrocientas personas. £1 cacique, aunque tenia e^do-
la de perdon, no quiso ponerse ante el capitan sin echarso primero 6
mis pies. Yo lo asegur^ y lo conduje al capitan, que lo recibid con
mucho agrado, 6 intcrccdi por muchos otros para que no se les dicra
aun aquel ligero castigo, para que cllos vean que somos padres y no
jueces.
— 61 —
Macho coiunielo dos did ver reducidoe & loa mas de los ciistianofi;
pero faltaban lo6 caciques principales, y delos mas culpados delos tepa-
huea vinieron algunos, & quienes el capitan regal6 con ropa; pero lue-
go se huyeron. £1 camino lohallamossembradode puas emp<mz<madas
de tania adtmdad, que un yaqui que 96 davd murid en veiniicuairo horat.
Me Uamaron, y pregunt&ndole qu6 hacia: aqui (dijo) me estoy acordan-
do de DioSy y teni^ndoroe por miserable! porque tu no quieres bauti-
sarme. Yo habia querido dilatarlo porque se instruyese mejor; pero
viendo que iba muy aprisa, le bautic^ y luego muri6. Eran estaspuas
poco nuu largos y mas gruesas que un alfiler. No hicieron mucbo da-
fio, porque los amigos que usaban zapatos y alpargatas, se ecbaron 4
recoger y se aseguraron los caminos. Estandp cerca del lugar donds
estdbati los alzados, sali6 un cacique con otros como cuarenta indios,
con un terciado en la mano que babia quitcido & un espanol con inten-
to de acometer al capitan, si le quisiesen prender; pero nada logr6 y
qaed6 en coUera. Los demas huyeron con el resto de los otros alza-
do8 por una quebrada que corre entre unos montes altlsimos, por la
eual sale de la sierra el rio de Mayo. Aqui di6 mucho cuidado el pa-
sar por alii. Lo encomendamos mucho d Dios y el dia de la Anun-
ciacion se dijo misa, que oyeron todos por el buen suceso, y ofrecie-
ron los soldados 4 la Yirgen santisima hacerle una fiesta en la villa y
comulgar todos« Y es asi que si Dios no bubiera cegado d los indios^
oon piedras desde lo alto de los montes, no bubiera salido uno con
vida, porque la senda era tan estrecha, que era precise ir de uno en
uno* A la entrada, para alemoritar d los enemigosj seahorcaron cinco,
todos gracias d Dios bautizados y bien instruidos. Caminamos desr
pues Ires diss, aunque jornadas cortas por la fragosidad de la sierra, y,
Uegando d lo ultimo de ella, los enemigos quo nos esperaban, acometie-
ron d nuestra vanguardia, aunque eran ellos mucho m6noB. Hubo al-
gunos heridos, pero comenzando los soldados d disparur sus arcabuces.
los alzados se pusieron en huida. Los indios amigos, como prdcticos
en correr por aquellas sierras, mataron d algunos y trajeron prisione-
ros d muchos, y entre ellos d los cabezas del alzamiento. A los demas
se envi6 requerimiento de paz, y aunque por ent6nces no tuvo efecto,
lo tuvo poco despues, porque los tehuocos,. as^ntadas por el capitan d
su vuelta las cosas, fiieron vol viendo dsus pueblos, y los tepahues vi-
nieron d darse de paz^ promctiendo guardarla sicmpro, y pidiendp pa-
dres que los bautizasen. Dur6 esta Jornada mos y medio, sin mas p^r-
TOMO 11. 9
— 62 —
dida de nuestra parte, que la de un yaqui, de que arriba se dijo, dec.''
Alzamiento Compuestas con tanta facilidad las cosaa de los tehuecos, no falta-
»to«^yTOce! "*" ^^ ^^^ P*'*® j"®*^ motivoa de temor. Con ocasion de un fuego
MM del padre se encendicron de tal suerte los dnimos, que llegaron d tomar los ar-
008 y las flechas en el pueblo de S. Ignacio. La presencia de los pa«
dres Juan Calvo y Pedro de Yelasco, soseg6 por entbnces el tumulto*
Pero como habia entre los dos partidos antigua enemistad, no pudo
apagarse cnteramente el deseo do la venganza en los cabuametos, que
consider&ndose con los vecinos gentiles, rcsolvieron de acabar con Urn
cbicoratos, y consiguientemente con los padres. £1 6dio contra la
nacion, degener6 bien presto en 6dio contra la religion, que les prohi-
bia la venganza. El padre Pedro de Yelasco, ignorante de sua mal«
Tados dcsignios, pasd'd visitar los enfermos del pueblo de S. Ignacio*
Los mal contentos se presentaron todod en la Iglesia por no caumur
sospecha; pero al salir el padre del pueblo, hall6 muertos dos indioa
cbicoratos, y averiguando los autores, vino en conocimiento de las da-
nadas intenciones de aquella gcnte ingrata. Los padres, acompafia-
dos de seis soldados, recorrieron los pueblos, procurando sofocar hm
principios de aquellos movimientos. Pareci6 haber surtido efecto ea-
ta diligencia, aunque bien presto tuvieron bastante fundamento para
desenganarse. En una enramada que estaba & la puerta de un apo.
sento, dice en carta propia el padre Juan Calvo, estaba yo una nocbe
poco despues de la oracion, rezando mi rosario, cuando derepente, sin
haber precedido cosa alguna, me sobrevino un temor grande quo me
hizo temblar todo el cuerpo, y me oblig6 & entrarmo en el aposen-
to, y apenas me hube puesto de rodillas para acabarlo de rezar, cuan-
do tiraron un flechazo A un muchacho mio, que saU6 por agua al mis*
mo puesto donde yo habia estado, libr&ndome el Senor, 4 lo que pue-
do entender, por la intercesion de su Santisima Madre, Hemes puesto
eete suceso con las mismas palabras del padre Juan Calvo en su carta,
porque el padre Andres Perez en su historia y manuscrito, y el padre
Faria, lo refieren del padre Pedro de Yelasco, sin duda por equlvoCO,
siendo los dos ministros de un mismo partido. Estando ya cercana la
p&scua, los padres hubieron de ir d la villa de S. Felipe y Santiago,
donde tenian sus anuales juntas. Entre tanto, los foragidos se deja-
ron caer sobre los pueblos de S. Ignacio y Cahuameto, quemaron laa
iglesias y algunas casas, no sin resistencia de sus mismos amigos y pa.
rientes cristianos, que habian qucdado en los pueblos, y que hubic-
—63—
roo lie acogerae a to maa alto del lo* monlci para dBTonder sus vida*
y las alhajaa k imigeQes eagradas, qua habian tenido cuidado du pr*-
MTTar del fuegn y de la pro&oacion dc aqucllus impios.
A 1m priucipioB de cstas inquicludvs liabia tambien padoctdota pro- Muoitedel T
viocia de Sinaloa un goipe rauy sensible en la muerto del padre Juan ^^^ viSm^
Bautista de Velasco, que por espacio do veintc aiios, sin mud.ir de si- ca.
tio halMa cultivado con Jnvcncible paciencia las nacionea dal rio de
Uocorilo, primero de Siaoloa. Foseia con perfoccion las doa princi>
pales lenguaa del paia, en que fue dcspues niaestro< k cuyo cjenipio
M fbmuron cuantos varones apost6licos trabajaroa despues en aquel
Tafltisiroo campo. La pobre ropa de cama que Uevd de Mexico, le sit-
n& en bu bltima enfennedad, en quo dcj<i admirablcs ejempios de to>
das las vinudes, que tanto habia cjercitado en su vida religiosa. Pocoa
diaa 4Dtes de morir, dijo 4 tin padre en una ospihtual conversacton,
qua BO M acordaba haber mentido advcrtidame&te deade que tenia uso
de raxon, Poca despuee, administr&ndole el aacramento dela Extre-
DM Dncion, rodeado de lodoa los padiea misioneroe, &1 llcgar k aque-
Uu palaliras: Quid d^iquuti per ardorem libidinU. Gracias i, Dioa,
dijo, Icvantando al cielo los ojos, que en esa materia, desde que naci
no he cometido cosa grave. Sin embargo de tan grande pureza de
Gonciencia, quiao Dies probarle con algunoa temores, en fucrza de los
cnalea preguntii una ocasion i. los que lo asistian: Y si me muoro do
eata enfennedad, jme salvare? Uespondi^ronle lo que mi buena vida
prometia en csta parte, y disipindosa repent I aainente aquellas dudaa y
congoju, dijo con un semblante apacible y rlaueTio: Pues ai eslo ea
va, muramos contentoe, y vatnos k ver & Dies. Con esta firme con-
fianza parlib de eMta vida el die 29 de Julio de 16] 3.
De la cpidemia y trubajos de los operarioa de la Compania en la p,^ ^ -j^
provincia de Topia y S. Andres, ofrece & nueatros lectorea U maa vi- ?(■■
va y agradable im^en una carta del padre Hernando de Santar&n, que
dice asi: ,iSe ba acabado este ano un arte de lengua acaxee, y un
vocabulario tan copioso, que con £lpodr4cunIquier padre por si apren-
der la lengua, como lo csperimenta ahom el padre Andres Gonzalez.
£1 trabajo que en esto ha tenido su autor et padre Pedro Gravina, ha
sido grande, y tanto, que i mi roe causaba ndmiracion que tuviese taa-
ta paciencia para eacaf un vocablo propio de la boca de eata bdrbara
geotfl. que i vaoea era menesler medio dia para ello. Seria de ihu-
cho alivio para el cmtinuo Irab^jo la nyuda y buoD finimo con que ha
— «4 —
▼enido el padre Pedro Mejia, que ei muy 4 propb^ito para ol pueato.
De ml digo qae aunque me siento ya viejo y cansado, no ha de quedar
por mi el procurar el bien de estas misiones, ni pedir salir de ellaa, no
cerrando per eso la puerta k la obediencia para disponer de mi perso*
na, como de an cuerpo muerto; pues harto roal seria si deapuca de dies
y tiueve afios de mision, trabajos y malas venturaa, no hubi6ramo8 aa*
eado siquiera la indiferencia que nueatro bienavonturado padre noa pi-
de. Y ya que no con tantos quilates, k lo m^nos, ecce ego, si adhme
pcptdo necessarius, rum recuse lahorem fiat voluntas Dominu No ban
esperimentado los de alld cl jugo y contento que Dioa comunica
& los de ac&. Mas da nuestro Sefior en un desamparo de estos, en an
desavio de hallarse en un monte & pie, en una tempestad de nieve*
que nos coge en una noche oscura, al sereno y agua, sin tienda ni
abrigo, que en muchas boras de oracion y de encerramiento. Esto, y
el parecerme que el pedir salir de aqui, es volver d Dies las espaldas,
y dejar A Jesucristo solo con la cruz A cuestas, y quo all& en mi re-
cogimiento me lo ba de dar en cara su divina Magestad, me maeve
& no pedir salir de aqui. Y cuando en esto me ballare la muerte, me
tendr6 por dicboso, y entendcr6 que el morir armado en la batalla, y
solo en medio de estos bdrbaros, me serd de tanto m^rito, como rodea-
do de mis padres y bermanos, y en este desamparo me prometo 'el
amparo de Dios nuestro Senor, por quien se bacc. Esta escribe can-
aado de sangrar con mis propias manos, por lo mucbo que en estos
pueblos ba picado el cocolixtlif sin haber otro que les acuda sino
solo yo, que en tres dias no me be sentado sino d comer, sangran'
do y hautizttndo mas de setenta personas f. Dios les de salud d estos
pobres, y el cielo d los mucbos que ban muerto, d Y. R. mucbos obre-
ros, y d ml su espiritu fervoroso para obedecer como bijo verdadero de
la Compania, &c."
Miiioa a Ot. A los nunca intcrrumpidos afanes de los ministros de gentiles, ana-
t>tipac. diremos los copiosos frutos con que bendijo el Senor los trabajos de
uno de los sugetos del colegio de Guadalajara. Sali6 la cuaresma d la
mina9 Ostoticpac, como d cincuenta leguas poco m^nos de aquella
capital. A persuaciones del celoso misionero, se levantaron iglesias
en los reales de la Resurreccion y S. Sebastian, en que basta entdncea
no babia sino unas malas'cbozas. A un minero muy acongojado por
t ;Ah! ;Cainto dicen estas palabras!!! Medit^^moelas. . .
■a
—65—
haberle faltado al niejor tiempo los trabajadores, corrigio snavcmcnta
el padre, dici^ndole que aquel era sin duda castigo del cicio, porquo
coDsentia entre los sirvientcs escandalos y graves ofensas del Sefior,
•in cuidar del bien de aquellas almas, por cuyo medio Dies lo dnba los
bienee temporales. Le aconsej6 que hiciese en su casa una capilla
deeente, que tuviese cuidado de que oyesen roisa sus indies, do que so
jantasen de noche 4 rez&r cl rosario y oir la csplicacion de In doctri-
na. El hombre reconocido fbrm6 luego al punto una capilla, mientras
M edificaba otra mas decente de piedra, de quo mandd prontamente
•bnr los cimientos. £1 padre las primeras noches se tom6 el trabajo
de juDlar la gente; pero no pudiendo perscverar alii largo tiempo, cl
boea mincTO bu8c6 persona de satisfaccion, & quicn cncomcnd6 para
Mmpre aquel oficio, d^ndole su casa y cien pesos anualeSy fuera del
HVtanto, con lo cual, que bien presto se divulg6por los reales vccinos,
■e movieron & venir, atraidos del buen tratamiento muchos indios, y lo-
gr6 por muchos anos una constante prosperidad. A este modo consi.
goid oixuB gloriosas victorias, ya en la estirpacion del juego y de los
timloB inicnos, ya en las restitucionos cuantiosas, ya en la composicion
de antiguas discordias y semejantes vicios comunes en pcrsonas que
BO coidan sino de ganancias temporales. Mostrar quiso sin duda el
8eik>r cu&nto le ofende csta infame pasion con un caso admirable y de
nmeha instruccion, que vamos k referir eon las mismas palabras con
^e lo escribid el padre Caspar de Garvajal, rector de Guadalajara.
nHabia en aquellas minas un cacique viejo y buen cristiano, llamado
D. Felipe, que luego que alii lleg6 el padre, se habia confesado gene-
imfanente. Era gran minero, y el que babia descubierlo las mas de las
qae alii tenian los espanoles. Estando, pucs, alii el padre k principios
de mayo, vino k mostrarle k D. Felipe, otro indio estrangero unas pie-
draa que rendian k cuarenta marcos por quintal, ensayadas por fuego.
Fb6 D. Felipe con el otro indio k ver la mina, y hallando ser verdad
la manifeatb. Con esta ocasion se levantaron entre los vecinos gran-
6m alborotos y discordias. Por bien de paz se dotermin6 que no fue-
M eipafiol alguno, sino de cada cuadrilla dos indios. Confes6 y co-
miilg6 D. Felipe, y al quinto dia de camino subiendo una scrrania, de Cato muy no
donde ae divisaba el lugar de la mina, y faltando poco para llegar, ^^^'''
hizo alto, y dijo k sus companeros: „Hijos mios, en aquel cerrito que
dtmiis, est^ la mina en tal y tal parte. Id vosotros, si pudi6rcis, quo
Dioa DO quiere que pase de aqui, sino que aqui me raucra: ayudadme
—06 —
d cncoinetidar a Dias, y sacando una pcqueila imigcn de nucstra Se-
nora, que llevaba -sieinpre consigo, pronuDcid los Dulcisimoa Nombm
de Jesus y Maria, y dentro dc poco espirb. Sus companeros atemo-
rizados, no quisleron proseguir y volvieron con el cucrpo al real deloi
Reyes, dondc se di6 scpultura con scntimionto comun per su cristiao*
dhd y por su esperiencia en el conocimiento de los metales. Por nw-
chos dias no se volvi6 d pensar en la mina, hasta que & un indio de
los que habian ido, persuadid su amo que volviese al descubrimientOi
8ali6 con otros por los mismos pasos que la primera vez, y llegando al
lugar donde el otro fallecid, sintid en si ansias roortales y que i todi
prisa se le acababa la vida, y espantado con la memoria de lo que le
habia acontecido d D. Felipe, y con lo que en si esperimentaba, se hia-
c6 de rodillas 6 hizo vote de volverse desde alii sin intcntar mas en
adelante semejante viage, y luego recobrdndoso algo, so volvid coow
pudo d su casa, roalo y achacoso, Fu6ronle & ver juntos con el pa-
dre d quien habia llamado para confesarae, los principales mineroti
dcseosos de saber el case, y dijoles en su Icngua estas razones: ,Jli«
rad, senores: Dios tiene muchos hijos y d todos tiene que dar. Uinf
cosas guarda para unos, y otras para otros. A vuestros abueloe di6
las roinas dc Tinamactle; d vuestros padres las de Huaxacatlan j
Chimaltitlan; d vosotros estas de Ostoticpac. Contentaos con ellae,
y dadle gracias que quizas tiene guardadas para vuestros hijoe 6 niib*
tos estas otras, d que yo iba, y no quiere que ahora se descubran." Ati
habl6 aquel indio, y apretdndole la cnfermedad, lo confesd ol padre j,
muri6 poco despucs.
OeUva con- ^ ^"^^ ^^^ ^"°» ®^ ^^^ ^ ^® noviembre, se celebr6 en Mexico la oc-
gregacionpro tava congregacion provincial. Fu6 elegido secretario el padre Agus-
tin Cano, primer procurador, el padre Nicolds do Arnaya, rector del
colegio de la Puebia: segundo, el padre Francisco de Vera, rector que
era segunda vez del colegio de Oaxaca. La congregacion juzg6 ae
debia pedir d nuestro padre general erigiesc en colegio las doe reai-
dencias de Guatemala y Sinaloa, y concedicse asimismo licencia para
fundacion de un colegio en M^rida de Yucatdn, que instantemonte lo
pretendia, y de que trataremos d su tiempo.
Muerte del ^® ®^*® mismo colegio llev6 el Senor para si algunos mescs dee*
padre Pedro pues al padro Dr. Pedro de Morales. Habia ejercitado con muchos
ora OB. cr6ditos la abogacia y obtenido algunos lustrosos eropleos en la ciu-
dad de Granada, cuando le llam6 el Senor d la Compania, d cuya vor
— 67 —
renuneiando las grandoa capcranzos quo Ic ofrecia cl muodo, obcdccid
prontameotc. Ed NueTa-Eepana tuvo siempre las primeras ealima-
eionea que le graoged au toucha virtud, sazonada de un aire feetivo
•icmpre J dulce, que le hacia el asilo de loa pobres. Con hu presencia
we re8tableci6 el colegio de la Puebia, quo el padre vieitodor Juan de
U Plaza pretendia ya cerrar. El ascendieote que cl padre tenia Bobre
Im corazonea fu6 tal, que saliendo en persona i pedir limostia por la
eiudad, junt6 en un solo dia mas de ocha mil peaoa; y que dieron es-
to Mima sin bstidjo ae prDb6 muy bien, porque saliendo pocos dias dcs-
pues & recoger el date con billets suyo una pobre dencella, volvi6 & bu
caaa con mas de tres mil pesos. En Iob muchoa anos que gobernti
aquel J otros colegios, moatr6 siempre ua grande celo per el buen notn-
br« de la Compania, niucba suavidad, ntucha entercza, un raro espe-
disote en tos negocios mae oscuros, y una constancia de inimo en las
cons adversas, & que ae atribuyd ent6ncoa la prosperidad y repenlinos
fum^ntna del coleglo de Puebia. Muri6 en Mexico el 6 de setiembre
de 1614.
Sigui6la k los tres meses el padre Juan de Trejo que c
de edad, que apenas Uegaban i, veinliocho, dej6 herdicos ejemplos de de'lVeja™
todas toBvirtudea. De&de niSo se coDsagrdenlcramenle&losobeequioe
de la Santisima Yirgen, y conociendo que no podia hacerle otro mas
agradable que conservarse en la purezadealmay cuerpo, cuidbdeella
DO aolo en ai, Uevando la virgiaidad hasta el sepulcro, sino en todos loa
dem&a. Sa celo por esta amable virtud llegd k tantOi que sabiendo que
un hombre vivia en mala amistad con una muger de aquella vecindad,
y la haia de la noche en que solia venir & la casa, bo estuvo conslante-
meDte esper&ndolo por muchoa diaa, y cuando y'\6 que por ser aun niiio
no M bacia caao de bub Toces, ae valid de las ptedras que ocultamente la
liraba deade ana azotea hasta que desterrd de su calle aquet esc&n-
dalo. Estando en tercera probacion fu6 aeSalado & la mision de los
xiximea, de que bablando con los padres en robusta salud: A mi (dijo)
me espera la mision del cielo que esta la tiene Dies destinada k otro mas
fervoroso. Sin embargo, habia ya dispuesto au tren para partir k To-
piB, que era corao ae hall6 escrito de bu mano, dos raudas de ropa,
fraEada, manteo, braviario, diurno y algun libro eapiritual. Enlr6 en
ejercicioB para emprendei su viage, y i loa fres dias llegd la Doticia de
eatar en la 61tima agonia el padre Horacio Carocci, insigne operario de
iadioa en el colo^o do Tepotzotlin. El padre Trcjo, que le estima-
— 68 —
bi y conocia !a gran falta que habia do hacer & lo« pobres, dijo mist
por su salud ofrcciendo en nianos de la Virgen Santisima su vida poc
la del padre Horacio. Pareci6 haber aceptado el Seiior su s&crifick^
pues aquel mismo dta, habiendo salido de su retiro i instancias de an
indio tocado do mal contagioso quo le llamaba 4 confesarsOy voIvi6 4
casa herido de un mortal accidente. San6 el padro Carocci contim It
comun espectacion, y muri6 el padro Trejo, dos voces victima de n
ardiente caridad, el dia 3 de diciembre.
Misionet en Este grande operario quo el Senor acababa do sacar de la provincia lo
Michoacdn. svLpMvL su Magcstad por otra parte anadicndo nuevo fervor 4 machos otros
que llcvaban copiosisimos frutos. En Tcpotzotldn el mcncionado padre
Horacio Carocci, en S. Gregorio de Mexico el padre Juan de Tom*
en Pdtzcuaro el padro Juan Ferro, eran otros tantos incansables mi-
sioncros que en todas ocasioncs ganaban d Dios muchas almas singa-
larraente entre los indios, 4 cuya salud e instruccion habian consi-
grado sus talcntos. El padre Juan Ferro parecia haber recibido d^
cicio el don de lenguas, segun la facilidad y prontitud con que Iw
aprendia, y la elocuencia y perfeccion de ellas que en 61 admirabui
los mismos indios. Al grande fruto que so cogi6 este aRo en cl obis*
pado do Michoacdn, ayud6 mucho la grande estimacion que hacia do
nuestros minisierios el Illmo. y Rmo. Sr. D. Fr. Baltazar de Covar*
rubias, religiose agustino. Este prelado, en una pastoral que dirigi^
4 todoslos beneficiados dcsu didcesis, les habia cncarecidamento en-
comendado Uevasen 4 sus respectivospartidiismisionerosjesuitas. Fue-
ra del antiguo afecto que esto pnncipe habia teiiido sicmpre 4 la Coin*
pafiia, le movi6 4 esta dcmostracion lo que poco 4ntes habia esperimen*
tado en la visita, y fu6 quo llegando 4 un partido distante de la capital
hall6 aquellos pueblos estrcmamcnte dados 4 la embriaguez, mucho mas
de lo que habia visto y oido en otras partes. En medio de esta general
corrupcion hall6 un lugar de la misma jurisdiccion en que aquel vicio
era por el contrario absolutamenle ignorado. Dando al Senor mucluuf
gracias y animando 4 los caciques del pueblo 4 perseverar en tan bue-
nos prop6sitos, no pudo menos que preguntar los medios con que so ha-
bian prcservado deun contdgio que hacia tanto cstrago en todo lo rea«
tanto de aquci partido. Los naturales me respondieron (escribe el ilus-
trisimo al padre provincial) que ellos eran como losdem4s; peroqueha*
bia poco mas de veintc anos que habia predicado en aquel pueblo el
benditp padre Gonzalo dc T4pia con tanto espfritu contra aquel vicio,
que deale entfinces lo liahian dojodo, 7 so hallnbnn muy bion ain hcbcr
COBB que lea turbaae el juicio.' Con eata espbriencia y la carta del cc-
loao paMor, los beneficiadoa A porfia pretendian de todaa partes opent-
rios jeauitas. Partieron entrc si cuasi todo el obispado los fervoroaiw
padna Ambiosio del Rio, Fra&cisco Ramirez, ; Juan Perro, todos anti-
guoa minoQeros y muy ejercitadoa en este g^nero de eBpiritualca con-
quiataa. El padro Juan Potto tuVo i su cargo la parte mas Irabajosn.
CaiTi6 todo lo quo Uaman tiemt caliente & la costa del mar del Sur por
loa paitidoa do Cinagna, Zocatula, Petatl&n y Tocpa haata Acapulco
donde predict con gran provecfao de loa cspaSoIes que por entdnccs
■Bl esperabon el barco de Filipinos. El licenciado Pedro Recendi dii>
con eapresiones de mucho agradecimiento cuenta al padre provincial
de loa glorioeoB (rabHJos'dd este grandc hombre. De Kacatecas so hi-
xatamtuen miaion & laa hacibndaa de minna del real de P&nuco y do
loa Ranraa. £n eMa segunda fiifi tan sonaiUo la conmocion y ti fruto,
qno d Ticario de aqucJ partido con el alcalde mayor y vecinoa, trataron
nayBiriamente de que flindase allf la Compaiiia. En nombre de to-
Am paHx6 el vicario k Zacateciu^ donds ac^atmtnte ae hallaba en la
ynmtm. el padre provincial Rodrigo Cabrodb; OfrecitJ ailio cUmbdo y al-
nnaa lioioBnaa que ae liatnah ya jtmtado para eao intento. El padre
pnTiD^I no pudo por entdncea condeacendcr; pero mostrando la delii-
dft gntitud, piometi6 que ae teiidria cuidado de quo paaaaen i aquel
mi por la cuaresma alg;unoa padrea, cbmo ae ejecut^ en muchoa Afioa
■gmentea. De S- Laia de la Paz, & peticion do loa vicarioa do S. Luis
AMoal y de 8. Miguel el Gmnde| doe poblacionea may conaiderables, pn-
akron alganos padrea la cuaresma con utilidad igu'al al piadom celo do
aqndloB pastorw,
Botre tanto conaeguida del Ezmo. St. D. Diego Fernandez de Men-
dDXa. marqufia de Guodalcazar, lalicenciaparaelaiuentoydoclrinadb
loe indios del rio Mayo, se proccdi6 & la ejccucion de esta grande em-
preaaeon mucho consuelo do lii criatiandad de GRndloa. Destinaron loa
wapmuitB al padre Pedro Hondez, que deapues de diez y ochoaiios de
mtsicmea habiaTuoItofiM^xicoymispirabaconatantemente por loa doner-
toa deSinaloa, Porlid d padre en companla del capilan Htirdaide. La re-
laeiCB de loa principioa do esta florida criatiandad, la lomaremos de las
fMWMM cartas del capitan y del misionero, que insertamoa aqui en todo
an tenor. La carta deD. Diego Martinez de Hurdaide dice osf; „Por sttr
tienqio de grande hambre cun'ndo vine & la reduccion do Mayn, y habc^r
TOMO II 10
— 70 —
gastacio todo lo que tenia, y tencr d mi cargo tanta gente 6 indioaaBii-
gos, mo fue fuerza enviar 4 buscar maiz d las sierras do Nebome y d»
Nurc. Habicndose los arricros alejodo sin mi 6rden cincuenta y cioeo
leguas, me vino nueva quo estaban ccrcadoe de eoemigos, y aunqiioici
estabamos mas apretados del hambre, sin comor mas que yerbas, me vi
obligado d ir d socorrcrlos con^veinte hombres. £Dtr6 en las tierras ds
los nebomcs gentiles, gente amiga que ha mas do cinco anos dieroalt
obediencia, y me recibieron con grandes muestras de amor, con crucei
puestas d trochos y enramadas, y algunas indias de edad con grandei
ollas de agua, aspcrjdndonos y dicicndo: Tantos espanoies vengais i
vivir en nucstras tierras como gotas de agua derramamos sobre vo«x-
tros; y habiendo hecho esta ccremonia conmigo, pasaron al lugar doa-
de habiamosdormido e hicieron lo mismo. • • • Prosegui adelante tm
jornadas de poblaciones, y la (iltima dntes de llegar d ellos salieron tl
camino con un gran socorro de alimentos. Hall6 puestas cmces, ar-
cos y enramadas, acudiendo infinidad deindios comarcanosconsusbi-
jos y mugeres dque les pusiese la mano en la cabeza, y decian: Aho-
ra que me has tocado vivir6 muchos anos por el gran deseo que tenia da
verte. Estdn estas naciones pobladas en unos llanos grandes que ae ha-
cen enmedio del grueso de la tierra que corresponde d los rios de fifayo
6 Hijaquimi, dcia el Norte. Es gente de natural muy blando y domds-
tico, y mas dados d la labor y cultura de la tierra, que d guerras. Son
grandes labradores, y siembran de riego con tan buen gobiemo en hf
rcpresas y acequias como los espanoies. Tienen suma de gallinaa de
Castilla, sus poblaciones son mas ordenadas y reducidas que las de las
otras naciones de por acd. Sus edificios muy de asiento porque no son de
leva como los de estos rios de petates; pero estos son de terrado de tier-
ra d manera de adobes. Las indias en sus vestidos son muy honastas
porque so cubren hasta los pies de pellejos de venado* tan bien adare-
sados y los estiman en tanto, que por ningun precio quisieion daruno
Aqui vinieron d dar la obediencia dos caciques de la tierra de adentio.
En ninguna parte hall6 noticia de espanoies, que les pregunt^ por sa-
ber de los del Nuevo-M^xico, aunque me la dieron do las vacas de Ci-
bola y de otras grandes poblaciones. EsperimentS su buen naturalt
docilidad y disposicion para recibir el Evangelioy en especial en los
nebomes, quo con mucho sentimiento me dijeron: Primero nos acaba-
remos todos que nos vengan d bautizar los padres. DSjeles que por qa6
no habian hecho las instancias que los mayos, d quo rcplicaron queea-
ttjaaifli Bi w i M II i r i --n- -- - | — | .-y. ^ i^i-.-.^- .^<.-:y .
— 71 —
faban persuadidos 4 quo los p&dres tendrian cuidado de entrar sin ser
ttsniadoe; y prometieron vcnir lucgo t pcdirlo, quo flerd un grando fre-
■o para teoer 4 raya los yaqaimis sus enemigoSy y ddndoles doctrina k
los yaquimis, per la que tanto claman, se podrd hacer con mas segu-
ridad. Tambien bajaron los nures, indios amigos que ha ailos que die-
ran la obediencia* y est&n muy bien barbechados para sembrar en cllos
la diTina palabnu Y. S. pida 4 nuestro Senor ayude esta causa 8U3ray
y 4 Duestro padre provincial envie obreros para esta grande mies, que
pioniete fhitos muy colmados. £1 Seiior los lleve & sazon, y guarde &
V. R. muchoB aftos, dec."
Hasta aqu( el valeroso capitan, que & la fidelidad, & la actividad y h^q^ del
4 la pTudencia en el gobiemo de aquellos poises, juntaba la s6lida pie- p^^ro Pedro
dad y el eelo de un ministro ^vang^lico. £1 padre Pedro Mendez re-
fiere aaf su primera entrada 4 los mayos. ^Esme tan dificil escribir
algo en esta nueva gente, que para hacerlo ha side forzoso retirarmo
yencermrmey porque en tomando la pluma me cercan que no hay mo-
de de epartarlos; pero al fin dir6 algo de nuestra entrada, que 4 gloria
de Dio6 fii6 prdspera. Luego que se les di6 aviso sali6 diez leguas cl
■layor caciqae 4 dar razon de la gente que habia podido juntar; mas
adelante salieron otros quince principalcs, y 4ntes do llegar al primer
pueblo de aquel rio (que Uamamos de la Santisima Trinidad) mas do
coatrociontoia con sus mugeres € hijos, con mucha plumcria y muestras
de rcgocijo. Habia muchas cruces puestas por los caminos, quo cicr-
to 000 sacaban I4grima8 de devocion, levantaron arcos aunquo no de
lanta hermosura como los de Mexico, pero que declaraban bion cl triun-
§6^ que Oristo rey de reyes, alcauzaba do sus cncmigos, 6 hicieron sus
eniamadaa para los bautismos. Fuimos en varies dias hasta la mar, y
en diez y oeho leguas fundamos siete pueblos en quo se contaron man
de nneve mil almas, fuera de otros muchos que la hambre tiene por csos
montes, cayos caciques vinieron al Ilamado del general, y prometieron
de aaentar su gente, que junta segun picnsan, pasardn de veinticuatn)
mil almas. En loo primeros quince dias he bautizado tres mil y cien
p4rvulo0, y quiniontos adultoe, fuera de viejos y enfermos in extremis,
quo serdn como otros quinientos, que despues de bautizados se han ido
en breve 4 gozar de nuestro Seiior. El sea bondito que tan breve con-
cedi6 4 cstos lo que yo ha tantos aAos desco, y por mis pecadosi no al.
canzo, &c." £n otra do pocos dias dcspucs escribe asi cl mismo nit-
sionero. „No habia sabido que cusa son los mayo?, iiasln quo dc cspn-
—72—
oio voy bautizauJo adulUM, y ya en todo el rio, gcacias i Diiw meitlo
Scnor, tcDgo casados tn fiuit edetme ciento cincueBta pue0« y «i-
tro cllci« diez y aiete principales y topiles, todoe de Vm mcjores criilii-
DO0 <iuo roe parece he tonido en todas las mnones en que ha etahi
Amtcn con gran devocion & las coeae de Bueebo Seiktf; miia no Ik
pierdcn por ningun caso, y en todo andan muy concertados y obedua*
te0, que en el tnieco que tieaen ahora de cuaiido yivian en eu EbeHid
parcoe bien que ha venido nueetro Sefior k mis afanas.
Rcducckmdc A la nueva cristiandad de los nnyosy podemos aiiadir la t^ediiceM
Yammiba. ^ ^^ seiranos de Tamoriba entre los xiximes. HaUa Asi de Mfe
cspiiitaal conquista el padre Hernando Santar6n« eA Glutm al padre
provincial: „Bn ^sta, daz6 cuenta & Y. R. de la pacifieMstoii y oob^
gregacion de los serranos de Yamoribai gente belioosa y seirily qrt
huian de la sujccien de \ob pueblos por sas homicidi o s ^ idolatriasy y 4
dendo se refijgial^ todes los males cristianes que ao nos teian db
nucstros pueblos* Tres de ellos vinieron al aviso del capilaiH qua bi
onvi6 k llamar con una cruz y bfind^ra blanca. Dijeion fus saliaa
como trcscientas alma%y qaeestaban divididos, quanendo vsbtm lapaft
y otroa no. £1 capitan envi6 4 decir que todos los que queriaii pasaa
juntasen en el lugar mas c6modo, que el iria 4 verios y 4 -acabari
todos los que querian guemu Amedrentados coo esta en:bijad%
viaron cinco Indies, y entre ellos al principal, diciendo que todos
rian paz« que fu^mos all4. Partimos con dos de eHos de Guapyapt
d 10 do dicicmbre por un camino que habian abierto losde Baeapft
muy trabajoso. Aqui estaban como ciento y veinte personaa^ quo a£
por bion ni por mol habian ppdido reducirse, parte por su fieressa ypafw
to por la comodidad del rio y tierras muy f<^rtiles que alii tenialK AHi
uscntamos un puoblo, 4 quien pusimos Santiago, y nos partimos 4 Ta-
moriba: caminamos cuatro leguas de mal camino cuestli airrifaay donde-
nos rodaron dos b6stias mas de cien estados. De aqui camiaamos id
Sur otraa cuatro leguas de buen camino, y canadas apacibles^ ydos
mas adelantoy siendo peiia tajada, y no habiendo camiiko por dondepa*
.«)ascn las b6stia8, fu6 necesario quo el capitan tomase la vanguardia, y
voucicse las dificultades^ quo no cran pocas, porque todo daba soepe-
cha do alguua colada, y aquella noche habia dicho la guia> que lea
iiius liabian do salir al camino, y con esto 4o8 indios amigos andahaa
(urbiidus y tomcrosos, y 4 mi se mo llcg6 uno de olios, y mo dijo: pa-
dre, vuclvotc, c|uc to ban do cortar la caboza; poro el Senor nuido el
I--. '-* '-V.
^^.
lilfc^^Hm^M- M r-in i — lTn~r^~^~r^'^"~^*"^ ''"^'•'y ^^** jw-j ^ .. : e_.- ^-- ■"---■i.-» >
— 73 —
comEOn de loa rebeidcs, do suertc, que a la lardo Ucgamos d YamoriUi,
|ne cae en iwa ladera muy apacible, y ciclo rauy scrcno, cntre pinos
f ODcinaSi que parecia un paraiso. Hallaraos hcchos ramadas, y
bodftlagente puevta de rodillas ante una cruz. Todas las antiguns
86 convirtieron en pedir paz, aroistad, Iglesia, padres, bau-
y qae no los sacisemoe de alii por acr aquellaa lierras tnuy fer-
tiles y el fio tan caudaloao, con tantas vegas y sacas de ague, conio
Yo krantd una cruz en ana de las enramadas, dije misa, y
por noDfii»re al pueblo Santa Graz dc la Sierra. £1 tiempo que
wfti emuvimobf mandamoa llamar & ios do Humaye, que vinieron vein-
te nc^ y dieron la t>bedieacia. Mas adelante al Sur en otro rio,
que Uamande IMLazatlan, esUn los de Altxamo. Ytao el principal do
que lo8 fuesen i, baiitizar. Ser&n como cuatrocientas
DespliclK) lambien el capiian doe indies que tenian entm-
el pnelilo de loe inas, piaika que dieaen la pas y fuesen nae^tios
.y no matasen & los qucest&il bajo-de fatobediencia dd reynues^
w eeoer •
aqii el kmwtmo padre Hernando de Santar^n, que incesan- Primera Ca.
le nfisdia Auetaa saciodea U rebaxio de^esncHsto. Bn fes da- ^^| Lorcto.
I •oota la «Lpb8t6lica red de la predicacien y nnniateiioBy se gana-
lan tMBfeiea mutliia ^Imaa. A fines tf el alio sigmnte se Tnamfest6
Imp «ota pederMBO medio es la dev6cion de la Santisima Mitdre de
Binpeira anifltarel lervor del pneblp cnstiasKs y conqviiitari& eu Ma-
gaetad muohda eeraaooes rebeldes. Aanqiie babia ya en Mexico mu-
dioe ci§IUbrea sntuarioa dedioados & la Vtrgen Madre, y aunqae las
mae^ laaeengt^gaoionefli erigidas en nuestfos colegios, eitirban ain.
gohaiBenCb •oonsagradaii A su calto, «ia easbatgOf parecia faltar & ua
D0iet|D6 parlicalat «trac8ivo i ia "piedad, y no hab^r la CodapaiSia
coB^ide pdrfeeiaiheole 4 aus-obligbcionea en esta parte, mi^ntras no
teniBen au-I^eaia alguna-captlla d somejanzade la celestial recima-
m4b Namiet, que eoh milagresa tnaiskmgracion ee yeneiu en Lofo«
4D. ' Ea tsomftante i cuanteis ban aaludado ia histbria de nuestra roli-
gioB, lm(8iiigiilttr^enev6lenciacon queqaisoJaReina de loa Angeles,
qoe^vriese'ica^'la Gompafiia en «quella su faToreoida citidad, y que
inin entraaen 4 -la ^piarte del ^euidado y cidto deaquel devoKiainio San-
toario. En la Ato^rica no habia ann capilla alguna de Loreto, dts-
pdoiendb aaila Frovidencia que aquella oasa peregrinaae hiciesc propia
Cosipafiia eu eatus roinoa, on quolo bubicson do cousagrar tan-
mm^
— 74 —
to8 altarcs, cuantos son los que k scmcjanza do aquel augusto origi-
nal se han erigido despues en Mexico, Tepotzotl&n, Guadalajara y
otros varies colegios. Dedicdse esta primera capilla en nuestra Casa
Profesa el dia 8 de sctiembre de 1615. Co8t6 su f^lbrica j primitiro
adorno 6.000 pesos, 4 que seanadieron despues muchas joyas y dona*
tivos preciosos, con que en memoria de los beneficios recibidos la en-
riquecieron algunos devotos. Se le dotaron dos cores de mtisica, uno
para las tardes de aquellos dias en que la Iglesia celebra los princi*
pales misterios de la Ylrgen Santlsima, y otro para la salve y letanias
que se cantaban despues de la pldtica y devotos ejercicios de la coii«
grigaeion del Salvador, que por medio de este poderoso atractivo re-
cibid considerables aumentos.
Muertedel Pocos meses intes habia llevado para si nuestro Senor de aqueOa
d^o AcosUu Qii^'i^ ^'^^^ ^ padre Bernardino de Acosta, uno de los mas antiguo«
•ugetos que tenia la universal Compania, y que alcanz6 tres afios el
gobiemo de su santo fundador. £1 amor & nuestra religion fu6 hare-
ditario en su familia. Cinco hermanos que fueron, entraron todos en
la Gompafiia y la honraron ooa sus grandes talentos y religiosas vixtu*
del. Los padres Caspar, Diego y Joa6 de Acosta, fueron faien coiio«
oidos en la Euxopa: al hermano Grist6bal de Acosta la muerte que le
■obfecogi6 intes de ordenarse de sacerdote, no le did lugar tid^ax tan-
to nombie. Su padre, despues de una fortuna muy lisonjera y pr6spe-
ra, vino & caer en suma pobreza, que toIer6 con cristiaim' confomlU
dad, y se retir6 4 uno de nuestros colegios, donde sirviendocooio elmaa
htunilde coadjutor, acab6 tranquilaraente sus dias. £1 padre Bernar-
dino, fu6 bombre de grande sinceridad que supo oonciliar con una es-
tremada prudencia. Gobem6 en el colegio de Logrono, en la Europa,
y los de Guadalajara, Oaxaca y Casa Profesa en la Am6rica, conatan-
te siempre en sus religiosas distribuciones, may dado & la oraoioB y
trato con Dies. Nadie oy6 jam6s de sus labios la mas leire murmufa*
cion. £n la ultima enfermedad que le dur6 cincuenta diaa, dej6 ad-
mirables ejemplos de paciencia* Tuvo siempre & su cabecera el libro
de las regies de la Compania, que tan cuidadosamente habia uem-
pre obeervado, y de que pa86 4 gozar el pr6mio el dia 29 de ma3ro.
IJfaerte de o. ^ p^^ intervalo le siguieron en el colegio mkxivoo los padree Die-
go Lopez de Mesa y Bernardino de AJbomoz. El primere, fu6 uno
de lo9 flindadores que vinieron en la primera mision'del padre Pedro
Sanchez. Despues do haber gobernado loa colegios de la Puoblay
—75—
Pitzcoaroy Yolladolid y la Casa Profesa, y ejercido con grando sati^-
&ccion lo8 empleos de secretario y consultor de la provincia, cay6 en
una especie de frenesi, ailo y medio 4btcs de su mueite. Aun en esta
situacion tan lastimosa no dejaba de edificar 4 los de casa con la cir*
cunspeccion de sua palabras, con su constante paciencia, y con un tan
nfmio cuidado de la pureza de su conciencia, que se confesaba dos y
tree vecea cada dia. Vuelto & su entcro juicio pocos dias doles de mo-
rir M previno con actos fervoroslsimos para pasar de esta vida i, los
80 de octubre. De la victoiioaa vocacion del padre Bernardino de ^
Albomoz, uno de los primeros que se recibteron en esta provincia, he-
mes hablado yn, en el primer libro de esta historia. Aqui solo anadi-
remoe, que todo el resto de su vida religiosa fu6 muy conforme 4 la pie-
dad y al desengano con que se ofrecid al Senor. Amaba tiemamente
1 la Gompania, y lo mostraba bien en la escrupulosa observancia de
\mb nas menudas reglas. Se dedic6 luego que fu^ sacerdote & los mi-
nisteriae de indict, en que pudo trabajar poco, probdndolo Dies con 32
anos de continuas y molestas enfermedades, que toler6 con her6ica pa-
cienciay hasta el dia 25 de julio en que pa86 al descanso. En el co-
legid de Oaxaca falt6 tambien el hermano Juan Bautista Aldricio.
¥n6 recibido en la Gompanfa en Roma por el padre Diego Laines, se-
gnndo general; sugeto de rara humildad, que le bizo pedir con tan-
taa lAgrimas y sinceridad el humilde estado de coadjutor, que hubieron
de condescender los superiores, aunque habia side admitido para sa-
cerdote, y era dotado de una singular viveza de ingenio. Todo el
tiempo qoe no le ocupaba el oficio de Marta, lo daba al de Maria, en
continua y fervorosa oracion ante el Santlsimo Sacramento. Decia-
se qoe ffi aposento era el core en que asistia aun desde buen rato 4n-
tes de levantarse la comunidad. A la oracion juntaba el ayuno, ladis-
ciplina por lo comun tres veces al dia, y el silicic ordinario. Su do-
Tocion para con su santo padre Ignacio le hacia decir muchas veces
que no deseaba vida sine para verlo canonizado, y habi6ndole afirma-
do por noticias que se tenian de Roma, que probablemcnte se canoni-
zaria aquel mismo afio, dijo con grande jdbilo 4 voces: „iVfinc dimu
tU tertum tuim Domine^ y pocos dias despues, el 7 do octubre, recibidos
los Santos Sacramentos, descansd en paz.
A laa antecedentes muertes do nuestros padres y hermanos, anadi- (^^g^ ^^^ ^^
remoB una de muy singulares circunstancias de un noble y piadoso ca- Tepotzotldn .
ballero* Adoleci6 este dc un mortal tabardillo en un pueblo muy cer-
— 76 —
oanQ al colcgio clc Tcpotzotldn. Su antigtiD ofecto fitn cqii la Can-
pafiia y dcvocion k S. Ignacio, lo hizo llaaiar liicgo 4 uno de loi. pfr
cJrcsy con quicn so confcsd. Corriendo I09 t^fminoA do ni onfiynpi^
dud, vino d cacr cu un delirio, con odcmiuies, fi(tiga« y mU^fUBK^
bien diferentos de todoB los sintomt^ que acompanaii por lo opmui^ ^
csto g6nero do iicbrcs. Dos padres que acudieron llawMMJqa, le djjp*
ron algUDOs Evangelios, y le aplicaron reliquias 6 iin4g«ne3| ^ngi^hfr
mcDte la de N. P. S. Igoacio. £1 cnfcnno en csta ocAa^on goq pr
uas y a]guna« palabras cortadas, di5 & entcnder que los tonnentos,^
padecia eran otros, no causados del accidente. Jl^os pad|:ef, nWjfi
dos a volvcr al colcgio, dqjaron muy enci^rgado 4 los circunstantef b|
avisason del 6xito, prometiendo encopieodarlo fervorosani^te al SeSWf
A pocos dias recibid el confesor un papel de otro cabaU^^ M^tiff^
omigo y companero del enfenno, qup po^dremos fiqui ^ la letn^x ^^i
padre: ayer l(ines 4 las ocho da la maftanq^ fui6 Diojs soryidq d^ Uenr
para si 4 nuestro enfenno. Muri6 como un 9antQ, pojrque aquei ajpfi*
dente que tenia el juevest so le quitiS 4 \bu» dos de^la piadrugfk^ c4 mr-
ncs, y qued6 con todo su juicio, y de)ante de muchas p^rsooaa i^e djio
quo lo habia un demonic atormentadp dos siglos: qu^s haUa viatq al| if^
fiemo, y en ^1 algunas perspnas coqocida^: que la Madre d^ Dif»M
C4rmen, y el santo padre Ignapip le habian sido interceaprea w^ dm-
dio de las oraciones de dos religiosos de Pf^vanto Casa. IS^tQ, y otfas
■ * .^ ft
cosas me habld con mucbas l^rimas, rog6 4 tpdos v^o ofendiMP^n i
Dios, por lo mucbo que le babia costado una a|ma, pidi<^ 4 ^odos peK-
don de tpdos los enojos que les bubiese dado inuy dp i^on|ZQn, y ^.f^
bado en la noche desde las diez basta el dia siguiejitp 4i|s o^bf^.i^ji^
manana« estuvo abrazado con un santo Cr^to, U^CjMVdp y ivd'jr^j^
misericordia, sin ser posible dejarlo de las i^nanos p^ tg^ o} *?^Itt^ Ak
cho, y estaba tan en si, que dicipndo una peiapo^ qpp Ip ayi^l^ljiE^ j^
Salmo de David, err6 en cierta partOi y ^1 4yo: Np 1^ de dei^if ^
sine asi." Hasta aqui el dicho papel, qup 4 los sugpto9 piadospf pper
drd dar materia 4 mupbas y muy importantes refle^yipn^r
£n los demas colegios flprecian con tr^n^u^lidf d y fervor lp9 in^^i^
Tarioii cole terios. Dc Puobla se bizo una utilisima mision 4 lap nunfia ^ Tli^
S^^ pujaliua, en que trabaj6 gloriosamcnto el padre J^uis de Cobamivifar
Los padres Juan Fcrro y Ambrosio de los Rios, segun su.costMpDJbre^.
corrian sanlificando los di versos partidos do Micboac4n« pp ^^^ca^*
tccas 3c enviaron tambicn misioneros al real de Hinas 4p los RaoKM»
aimab celOi 'hli tntUfniu prtetJcai de ptednd, t>\ miamn |)rov«ehb en
* pkMfls, 8e odttodtirft mejor por dm retar.aa de carta de «n ml
o de GliadalBJBiB, y db uti Illtno, obnpo de Michoacftti. El cti-
4rt )Ib GtrndRlKjeTK escribe bii «1 pndM provincial: „Los padraa de
MIta Adegio tienen nlnd, nolnUa j eonlinuo tfUidsdo y Ir&bajo en pro-
vMbo de ha almaa, y no ha lacido poCo en eMe Jubileo de loa cuer^n-
fa honu, que ee has paaodo cdn no pequefio guito y recreacion de es-
{Mritt, y tienen tanto de 61 eatba padres, que en todos tierapoe y ocs-
riotiai nM lo isomtUiicsn & manos Henna, Muchos rcces roe pongo
i (!t>ilBidA«r Umiaerfcordia que hace el Sefior & csta reptlblica, tenien-
thi'itai'ilU& eMe Mnto tttlegio y pedazo de clelo poblodo eiempre de
MMtM y tan bueOoa migetai, y loa que estin ol presente sin ninguna
IdU^aMCioii) pttidehtes, cUordoay de mnfiho coBsejo, de ^ndcstalcn-
1*7 Wiltotelo." EllUmo. Sr. D. Fr. Baltaaor deCobamiviafl.dan-
life id padre pnrriacial las graciaa de lo muobo qne en favor do mis ovc.
JiklMbajaban loa padres de aquet colegio, dice taU „Hanme pared-
KAi Im aeihnonee, que btfn sido de niu<!ha doetrina y aceptacion del
tttrAdo,-BlngularRieiltti loa del padre Jdan Ddvalos, y cdn ftiucho afec-
m, fcntiaiiento y espfritu. El padre reiftor eaU may bucno, que pot
Ha Wtbd y bnenos prendas rocrece'toda veneMcion y respeto, cuyo
. inMo y fntrecer eatlmo pormis gtatades letraa."
tat nn modo muy distlnto 6 iocolnparableineilte moB oficaz fli6 el AmboiSiiu.
"jMUr MVido de dar & eonocer nl mando todoe \m trabajoa ft tiKOino- loaddwpiUii
ikdodea de lu misioneros, y hi gtbnde dtiltdad do cms apostAlicoB ta-
ftfts Al lo eBpiritual y temporal eb laa provincias de SIdbIimi. ACa-
Ho i fMne^ios del verano, conlic^neia y tnei^^td que habia alcanXa-
Hd Hel My Felipe HI D. Tom&a de Cardona, vecin'o de Sevilla, para
la pietes de tai pdflaa en 61 mdr de Califomia, se habian afnuido dos
'iUViba i efitgo inl capitan D. Juan de ItiAbi. A la ebtrada del gil-
'fiilte halld acometidode loa catsarios, que llamaron Piihiltnguea, t in.
tetaban antduees aqudUos tnarea. Apresaron el Uno do sus navios.
El capttan Ilurbo con el oiro, entrd por el seno Califomio haata la il-
tan de 30 gt^os. La falta de btmimentos le hizo volver al Sur la
^OB, en bu^eot de algiin piierto. Lob indlos peacadofel dieron noti-
cU al padre AA'drSa t>6rcz, ^e habian Viato una caaa grando nadando
jfotire la dgUa. El padre, previcndo lo que era, habia ya escrito un
(Mpd tfi6 delpBcbarl^a 66u un indio gran nadador, ai Ilcgaban & arri-
'fKafie ffiutibo fe Ik itAta. Mifiillraa ae p^pafata eata embajada, d<M
TOMO II. II
— 78 —
marineros cnviados por el capitan ospaiio] en un eaquifet aigntendo ha
huellas de los Pescadores, maltratados de la hambre y de la aed, j
acompanados de un gran numero de Indies, que lea seguian de tropelt
se cntraron por las puertas de su pobre choza. £1 padre IO0 recibi6
con mucha caridad, 6 informado de las necesidades del capitan y de
su gente, paB6 4 bordo Ilevando todo cuanto pudo juntar de proyiao-
nes en aquel miserable pais. Informd al capitan de la vecindad de k
villa de Sinaloa, & la embocadura, de cuyo rio podia seguramente dar
fondo, y pedir todo lo necesario al capitan Diego Martinez de Hordai-
de. Parti6 Iturbe muy agradecido & la caridad del misionero, y edi-
ficado de su trabajosa vida. Arribando al rio de Sinaloa, esperimen-
t6 la misma benevolencia y liberalidad en los demaa sugetos de aqnd
partido. Eotre tanto, noticioso el marques de Guadalcazar, lixfij
de Nueva-Espaua, del corso que en aquellos mares hacian los Piehir'
Ungues mand6 6rden al capitan Iturbi para que recibiendo k su boide
& Bartolom6 Suarez, con algunos soldados del presidio de S. Aiidr6%
que comandaba en Topla, saliese d encontrar la nao de Filipinaa, y b
advirtiese tomar diferento rumbo y puerto que el de Acapulco, paxa
no caer on manos de los piratas. Se obedecieron las drdenes de S. E«
aunque no tuvicron efecto. Iturbi no pudo encontrar el barco de Fl-
lipinas, que sin alguna adversidad habia ya surgido en Acapulco. Di6
la vuelta t Sinaloa, en que fabric6 una barca chata para sondear Ja
costa, y seguir su designio en la pesca de las perlas, de que Uev6 4
M6xico considerable porcion, aunque las mas danadas, porque loa in-
dios para aprovechar los hostiones, ponian al fuego las concbas. De
las que logr6 sin dano, bubo una de tanto valor, que de quinto pag6
al rey novecientos pesos. La aventnra de Iturbi sirvid no poco para.
confirmar en la £6 4 los ne6fitos abomes, que volviendo 4 su pais de-
cian Uenos de admiracion 4 los ministros: „ahora creemos que es verdad
lo que nos decis de que por nuestro bien habeis venido de vuestras tier,
ras, pasando la n>ar en grandes casas de palo. Nuestros ojos lo ban
visto, y no lo podemos dudar."
Suecsosdelos Mientras que estos fervorosos cristianos de los mas indiferentes an-
irin^raentrZ c^^os sQcaban tan provechosas censecuencias, los rebeldes de Cbico>
la 4 losnebo. rato y Cahuameto no cedian 4 las mas vivas exhortaciones de sus mi-
nistros. Los padres Juan Calvo y Pedro de Velasco habian trabajado
infitilmente en reducirlos. Resolvieron ultimamente llamar en su ao.
porro al padre Hernando de SantariSn, que antes habia doctrinado 6 lot
net.
^^ - - I >^ ^ ■■! ■.. . 11 ■ n ■■ - i- ^ i.. i i -.s^a>g=;tj ^i ^■ . S .W .if a ii fl>»v. .. -..
—79—
bftcapmsy y A quien todas las naciones vecinas conservaban grande ve-
MiacioD. A los niegos, razones y dftdivas del padre parecieron ren*
dine pfontamente« y algunos se rindieron en efecto; los demas« vuelto
•1 padre & su mision de los xiximes, volvieron & su obstinacioDy que no
cefl6 del todo sine con la violencia del castigo y fuerza de las annas
con que entr6 k sujetarlos el valeroso Hurdaide. Gran parte habian
lenido ea la terquedad de estos fugitivos algunos malvados tepehuanes
que se habian avecindado entre ellosy y que para decirio asl, fuoron la
kradura de aquella conspiracion general que dentro de poco veremos
promnnpir con estruendo, y con mucha gloria de nuestra provincia.
Ealas amarguras se templaron por otra parte con la nueva conquista
de kM nebomesy que en ntimero de trescientos cincuenta vinieron k
BuDoa A pedir el bautismo. Samoa era un pueblo & la ribera austral
del tic de la Yillay fabricado muchos auos antes por indios de esta mis-
na nacion, que hasta cste lugar vinieron haciendo escolta & Cabeza do
Bacmy sua companeros, cuya aventura dejamos escrita en otra parte.
Tan antigua era en estos indios la amistad con los espaiiolos que des-
pnes habian siempre cuidadosamente cultivado. £1 padre Diego de
GuxmaDy ministro de aquel pueblo, los recibib con increible consuelo;
86 lea repartieron tierras y catorce fanegas de maiz para sus sicmbras.
8e qoedaban esperando otros muchos de esta misma gente.
A principios del aiio siguiente se repartieron de nuestra Casa Profe- Ministeriotde
sa diferentes sugetos & misiones por el arzobispado. £n Sultepec, en ^\ Profesa y
TaacOy en Pachuca, en S. Juan del Rio, tuvieron copioslsinia miesen
que ejercitar su celo, no solo en las obras de espiritual misericordia,
sino aun en la corporal por un ramo de peste que hacia no pequeno es-
tmgo en los pueblos de los indios. Harto sentimos no podernos de-
leoer con la relacion de los particulares frutos do estas fervorosas es-
pedioiones de que estftn Uenas nuestras anuas, porque no crezca & in-
manaoa yoliimenes esta historia. Al mismo tiempo que estos santifi-
eaban los pueblos de la didcesis de Mexico, treinta compaiieros, bajo
la oonducta del padre Nicol&s Amaya, navegaban el Oc^ano. Salie-
ron de Cldiz en un solo navio, poca esfera para el ccio de tantos ope-
rarios. La Providencia dispuso que haciendo mucha agua la nao, hu-
bieaen de repartirse entre los demas barcos que componian la flota.
Aunque en todos los navlos ejercitaron con grande utilidad todos sus
miniflterios, y edificaron mucho con los ejemplos dc su vida rcligiosa,
fu6 mas notable el provccho del barco llamado la Beatriz por un fspe-
— 80—
oial 8UC680 con que el cielo se deolar6 en su ikvor. F^m^mu^ pqriii*
de Europa. ^^ ^^^ general ocho padrea 1 eete navio; pt ro kubievcNi de . piMff pm
la monjficacion de que ni el capitaDf ni el pilotO:y pttiagenNi q«6Ma
lecibirloa & au bordo* con el preteato de la eatreches del buqoe. Vw
padrea repreaentaron humildementa que elloa ae alojaiioa muj gaila»
aoa oon loa grumetes. y geotea de mar, y en nada perjodicariaa 4 ka
paaageros. £n fiierza de eata modeata repreaeotaekMi aa xiiidid^ y la
mayoc parte de loa miaioneroa eotraroa ea el bareo* Solo el pilaM^
ae obatinaba en oegarlea el paaage, vomitando votoa y Uaaftqaiaaw
eacandaliqaban aun k geate no muy deaacoatunbfada i eate lei i g»B gti <
No blaafemd aquel impio impunemente laigo tiempo* Al ina tm tefm
loa padrea todoa aubieron al navio, uaa repentina apQplpgia. aetaNOfH
gi6 i aquel miaerable y dentro de ouatro diaa lo aoab69 ain babe» Mb
la Knenor aeiial de penitenoia, oi aun de aentido, i peaajr do laa mM 99^
quiaitaa diligenciaa y do la contumaaaiatenpiai qve eon eetio ofiniP im
caridad le pagaron lo muoho quo loa babU ultsajado* A I09 11 4l
setboabre tomaron puerto en San Juan de Ul<ia« y el padre NicoMa
de Amaya luego que \\eg6 4 M^aioo ioBa6 aobre n el ff>Viemci ^ bi
provineia. Poco deapuea de au Uegada ae fundi^ en la Cml FtqAa
Hjm congregaoion 6 herroandad con el tltulo de Puriaima Cooepoipti
Cmigregacion para solo aacerdotes. Ocbenta piadoaoa ecleaLlatiooa dioioa deada
Qina. luego su nombre, y cetebraron su priiaera funcion el dia 8 de
bre. El Illmo. Sr^ D* Juan de la Serna, que eataba fiiera da M^xioa
en la visita de su du5ceaiay eacvibi6 4 la venerable (^ngregacion eaat
tea Urminos: „De la fundacion de la aanta congvegacioa be recabU^
Qivicbo consueloy y con ^1 be concebido ficmea eaperanzaa de que bn
de scr aervido muebo auesUro Seiior con taxi aanta iBatiiucioa^ y quft
en la refbrmacion del clero y estado ecle8i4atiGo ban de. aer grnirina
loa fervorea que Dioa h^ 4 esa aaala coogregacion, para ouyo aei»i
centamiento acudir^ con la aficion y guato que el tiempo. iBoaliir4i^
En efectoy venido 4 Mexico au ibiaUiauQa, fuaatia. |aa nma 4a Im
semanas 4 loa ejercicioa de la coagregacion, y logr6 con su aut^fidM
un gran lustre.
Mition 4 Gra- J)q,\ colegio de Guatemala ae emprendi^ eate auo i^^ utillain^ yii-r
sion 4 instanciaa del conde de la Qomeiay presid^nte de ^quelli^ laaik
uudiencia, 4 laa prqvincias de Nicar4gu^ que eran ti^nbieix de su ji^
i-isdiccion. El camino es mas de cieoto y voiate leg^aai que emprao-
Hio gustosisimo cl padre Pedro dc Contrcra8» sygeto de grandoa talea*
-^81 -r.
Um y DMkl^i cKgftnMi9lo.aai, para e^ta eapecie de iuinidtorio«. £1 pre-
aidente habia dado anticipado aviso de sn marcha 6 la ciudad do Gra<
nii^ qu^ b e^>eral^ qpp impaci^cia. £1 IlJroo. Sr. D. Pedro do
Vill%&9ll)i obiapQde.aquella di^cesU, ]e hoaped6 en up puebjo vccino
i la oapitu) y Iq detuvo ^roa dia^ tratando asuatos pert^necientos al
lliaii de fiia ov^aa. Ma^ifiMU) ua gnmd^ y muy aptiguo deaeo de
qw fiw^apQ 4A ^iie). p^« y no sp qued6 en splaa palabraa como dea-
pti^ yewVKMf., AvisfiiMlo ^ au i^eaia de la llegada del padre, maodd
pfOOtpmi^epte ^rdeqi da que predicase en su catedral iodo^ Ipa sermo-.
^mdelapr^ximacDafefimaty no a»tiafecbo cpa demosiracionea de
tpiift9 apueoioi im\6. gn^d^ip^nte al miaion^io & que pawae i bospe-
dame m au mifimo palaob* Eate bonor no pudo admitir el padre, que
iflfiNi \k Ipable ooatuml^fe de nuestsoa mayorea, no quiao maa aloja.
lOtfcil^. que el fay^apttal* Lo primero aoept6 con gu9U> predicando en
bit enta d^ ri tpdoa loa dowingoa y vieinQa de ouaresma, y cuatro diaa de
b^ Ma^Hia aa,iita, coa tan eatraocdinario gufto, coaourao, ooomocion y
dociJJdadi del pueblo 4 aua aantoa conaejpa, cuanta era la ao^ptacion
omaque lo babiaa recibido. Detuviere* al padro aua mu^bos dia^ dea<
puoi de la euaroana, h^i^ndole una piadoaa viol^nQi^ para qMP 9P de-
jaaa la chidad en que tanto ihiU) babia beobos y podriA ba,^^' mvcbo
SUM coo el tiempo. Sin ettbarg^i si^ndole iorzoao ob^d^oer, hubi^on
4e dearie ^dir no m gi»9d^ dok^r, aunque cpn 1^ ^peranafi de voWei
al uio B^guieate, para el coal epparaVan poder dar asiei^to 4 1^. faada*
cioii da un colegkk Lo que no pudo conaeguirae pov eal^acea eo 1^
eiudad de Ghranada, ae logr6 felizmente eo Zaoatecaa per la UberaUdad
del nryieatiiB de campo D. Yioento Saldivar y Mendosa, eaballeco del
4ffden 4a Santiago, paoificadoi y capitan general que babia sidp. de
aquella provincia, y ub0 de aua primeroa pobladorea* Era muy aati-
guD eo eale noble y piadoao oabt^levo el aiecto & la Compania de Je-
au9 y el deaeo.de fui^dar un oolegio en aquelia ciudad* Le acaib^ de
feaohrer el ejemplo de au aobiliaima eapoaa Dona Ana de Vanueliaa,
que pooo antaa babia deiado en au testameoto el quinto de sua. bienea
para la fondacion cb eate oolegio. Siguiendo el maeatre de campo ua
tan piadoao ejemplo anadid al dicbo l^gado otraa cantidadea baata la
BUma de veintiaiete mil cuatcocientoa y ua peaoa, loa ocbo mil para la
fidnica de la igleaia y el reato para fondoa de que ae ausientaae la re-
ligipaa eomunidad, y que ae emplearon poi; su direcoion en laa hacien-
das de Siencguilla. Contribuy6 fucra dc eso para otras muchas obras
—82—
para adorno de la iglesia* eo torre* retablos j alganat 0tra« alhaju
para el servicio de los altares.
PrincipioB do Dejamos muchos otros menores sucesos aonque de graoda edifioi*
la subleyacion t* • y tii « ^*a
de lo8 tcpc- ^^^° P^"'^ refenr el mas notable de este aao, y en que sera preciso to-
huanes. ear ligeramente cosas que por si mismas merecian una particular hit*
toria. Las misiones de los tepehuanes habian gozado hasta alU da um
profunda paz. En los pueblos del Zape, de Santa Catarina y Fipftti-
quiaro con la religion habia entrado la policfa y cultivo en los trageiy
en las casas y gobiemo de las familias. £ntre ellos j los espandes
de los reales y haciendas vecinas, florecia un trato y coroercio moj
franco y provechoso. Na se les oia quejar de la violencia 6 vol trata
de los mineros: habian levantado bellas iglesias* & que coocurrian 4 li
doctrina, misa y procesiones. Par otra parte, concluida la paz antra
los conchos y el cacique Tucumudagui no tcnian los padres motivo al*
guno de sobresalto. Sin embargo, no se habia aun estinguido antartp
mente la mala raza de los hechiceros. Algunos de estos, persagoidos
de la justicia y de los padres, se habian refugiado & otros pueblos de
gentiles y entre los alzados cahuametos. Desde fin del ano antecadan*
te, asistiendo un indio lagunero & un baile de tepehuanes, uno da astoSf
de mucha autoridad y canas, le di6 un arco muy fuerte y adomado, di-
ci^ndole que era de un gran senor que se habia aparecido en diyanas
formas, y que vendria del Oriente 4 dar muerte t todos los padras y
espanoles. Otro levant6 un idolo en el pueblo de Tenerapa qua daek
venia & librar k su nacion de aquella nueva ley que habian introdudda
los padres, y cerrar para siempre el paso 4 los estrangeros* Traiales
el ejempio de dos indios y una india, llamados Lucas, Sebastian y Jos-
tina, & quienes por no querer apartarse de sus errores habia tragado vi*
vos la tierra. Aparecia en diversas edades, unas voces resplandaciaiH
te con arco y flechas en las manos, y en fuerza de sus encantos se da-
cia haber aparecido un muorto sobre el mismo sepulcro, y dicho & los
presentes que breve volveria su dios & aquella tierra, y ^1 resucitaiia j
se casaria de nuevo. £n medio de estas sediciosas conversaciones sa
comenz6 & formar una horrible conspiracion que guardaron con un ta-
nacisimo silencio. £s verdad que los padres habian conocido an alios
roucha tibieza en los cjercicios de piedad, y una cierta aversion y das*
pego &cia sus parsonas, que no pudo menos de notar el padra An-
dres Perez en pocos dias que estuvo en Pap&tzquiaro de paso para
Mexico.
Lm coBJundoa detomuDaron qultarse la miscara y coer aobre lo^ Ho«tilidtd«
padres j eap^oles el dia 21 de noviembre, dedicado i la Presentacion ^i,,, j Aioto.
de la Viigea SantiBima, para el que se preparaba una gran fiesta en la ™'*=9' 7 ™^
igleaia del Zape ea la colocacion de una bellUima esl&tua, que pcco Henundode
flntea se habia tnido de Mexico. La ocaaioa no podia aer mas opor- ^°'>"-
tuna; sin embaigo, la codicia de una irria cargada de ropas quo ba-
faiaii visto eatrar en Santa Catariaa, les bizo apresurer el rompimiento
eo este pueblo, & quien siguieron luego los demia de la naciou. £n
sTedO) mitfrcolfla per la maneoa, 16 de noviembre, comenzaron las
bostilidades con el robo de las mercadurias y muerte del padre Hernan-
do de Tobar; Este rervoroso jesuita habia llegado alii de Culiac&n el
dia intes. Los iodios le recibicron con una traidora benignidadi y fi la
iiMi5«ni» cuando ja se habia puesto en marcha para seguir bu viage,
le aalieron al camino. Hicieron preaa en til estendiendo su c61eni &
todoa Ins predicadorea del Evaogelio, sun los que no habian sido bus
BunutRHi Este que ea Santo, (decian todos blasfemando) veremos si
lo resDcita su Dioa 6 lo libra de nuestraa manos. iQu^ piensan estos
que no bay sino ensenar Padre nuestro que estis en los cielos, y Dios
Ifl salve HariaT A estas razonea el celoao sacerdote no pudo menos
que volver por la honra de de Dios, y reprenderles su apoatasfa. La
reapuesta futi una lanzada en el pecho con que niuri6 dentro de pono,
iavocando con gnmde afecto al Senor por quien moria. Un indio me-
xicano Ilaroado Juan Francisco, & quien tenian preso los lepebuanes,
tiii tesligo de su muerte, y libre depuBo lo dicho coo juramento en
Gnadiana. Alonao Crespo, espaiiDl que acompaSaba al padre, dejan-
do la rticua que conducia, bc acogi6 6 la estancta de Atotoailco, don-
de balld congregados algunos cBpauoIes, y al padre Fr. Pedro Gutier-
rez, religioso de 8, Francisco, resistieion estoa algun ticmpo 6. la mul-
titud de indioa que vino luego & cercarlos. £1 religioBO, que sali6 i.
persuadirlos con un cmcifijo en las manos, tuvo por recompensa de au
caridad una prociosa muerte alravesado de una flecha en el esttimago.
De los dem&s solo eacaparon Lucas Benites, escondido en una chime-
nea, y Criatdbal Martinez de Hurdaide, hijo del capitan de' Sinaloa, &
quien preseTv6 un indio, agradecido de ioa buenoB servicios de su
padre.
Mientras esto pasaba en Atotonilco, una cuadrilla de tepehuanes en ^ ^?^'
el pueblo de Guatimap^ scometi6 itreintaeepanoles que se habian he- qniuoijmiMr
cbo fliertea en uoacaaa. Estaban ya t. punto de rendirsey eaporimen- ^j^^|"
— 84-*
tar ioila la irihumadidad de aqUellos b&rbarosi cuandl) itOBBO ilittLiMiia-
da de caballos que pacia en la eampinri, cspaiitAdia tOtnd itiBk wpar
lugar. Lob sitiadd^es, creyendo qiie fu6iie algunti partida de c^fiiiSdes,
huyeron ft gran prisa, y los aitiadoa e8ca|)«ttm tdttiaiido luego el canli-
no de Guadiann, HcTando 6 aquella ciudad la desolacibn y el eB^siitOi
En Pap&tzquiaro el pueblo principal de la nacion, con la notlda qpt wt
habia tcnido por la muerte de tres indios fieles y de iinoB miBteritttoi
embozados, habliEi dado 6tden el teniente que se t^cogiesen todOB & li
iglesia. El mismo dia que en Satata Catarina dierbh muerte ftl piube
Hernando de Tobar« entraron en Santiago ddscientos indios bien aram*
do9, y dospues de cometidas en una bermita Tecina, en las cttoas j en
lascruoes y cosas santas que hallabab, las Hccibnefl fthas ihdigtmsy ptt-
sieron cetco 6 la igleaia en que estbban tntnbien los dos padi^ Dii^
de Orom^o y Bernardo de Cisneros. . Los sitiadas teststierdn dos din
apagando el fuego que diversas ocasiones prendleton & las puertai, de-
fendi^ndose de las flechas y matandb tambien algunos tepehtiliiiita.
Estos, temiendo que a los espafloles viniese socoito de Guadtdim, d%lh
de sabian baber eiiviado ya aviso, legraron con la astUcia \o qne lUsno
no habrian <ion la fuerza consegnido tan presto^ Mandartm deciri
los sitiados que se apiadaban de ellos, y que los dejariah salir con ^
da cbmo dejasen las armas. Estos, por medio de otrb ind»o« reftpoA^
didron que no querian sine salir do alli^ que les dejafian atis etfiliSy
tierras y ganados, y solo marebarian con sin familtas -A GtkafiaiiB.
ACeptarbn gustosamente los p^rfidos tepefauanes. Los espailoles ftr»
mando como una dovota procesion comensaron ft salir de la igtesia.
Los enemigos quo los cercaban por uno y otro lado, repHmiekxtal^^Mi^
furor por algunos pocos instantes para que acabasen todos de -miUr*
Cerraba la procesion el padre Bernardo- de CiineTos, Uevando M wdf
manos el Santisimo Sacramento, que 6 por mayor consuelo dia los fie^
les, 6 por la confianza que tenian en el socorro ds Guidiaila, 6 |M
inadvertencia en un caso tan repentino, habia dejado de donsuffiir.
Accion que ni podemos disoulpar enteramehfe hi querriamos oondMlf;
del todo. Llegando el padre con el Divinlsimo ft la mttad del cemeil-
terio, y pareci6ndole que en aquel lucido iriterraTo de du fiurdr daiiaa
oidos ft sus exhortaciones y prudentes consejos, comenz6 ft peristta-
dtrles se sosegasen. En este misroo instante, como si las palabru de-
su celoso pastor fueran senal de acometer, con una furia iAfemal caf«
garon sobrc aquoUa tropa inoccntc. Hombres, mugeres y niA<y9, sifi.
— 85—
dtflluicioii- de edad ifi aeto> todo oedia' k su.furor. Cou lauzaa de pa(o
M Bnsil, con flochoSfOODimaeatiasy y con espadas y hachas que
habioB toifaadoUi^a espnnolea^ malmbsiif disBtroaaban y arrastrai^a
siU'rMistenctaalgafHU/Alpadip'DiftgOkdeOrozco atraveavon cob
iiaala»ta''y kd^bartolDteungolpe: de mapiaa^^ ,'AJ. padre Ci^neroa
aiT^baMoti id^ laa maJbrnt araoafbimo! ouoBpot '^eh Benv* Y'^o^ parcce
qa«iO'daJBvbn:doii ¥ifl4:atgBnp9'iii8t^tept aipo. pasit que > luvieaa qua
aeolat loa uhiagea qbe:lUBeiib.>6|nBn.'adorahle Efidcoter." Afrojaroaa^
aiHi]o'la»|MS9tia8rpi9iiroiilaft-.y>bfiiMBanae •dnreilas eaa pl.^iayar .ea-
alhM> >niiAia|pb aaiaodo'debipadfe eaira^ochojiBdioai Id' levtetaroa- on
altak miaaltrvaquar 6t^:de!ipari^v4.'f asle ia atxavea^. pbr-junto al hoinbro
tna flacha. ' Eaestalaaiado^repitieiidb^el padra aob eataapala^-
i» Hacadf hijosjDiD8» dp inl.Ui;tqu/^ quiaillw% y didiaMo elloa eon
^■a fani o, Jieai tiiWt i adttaettin: y jotraa pakdbraa ^ Ia:miaai le: eatendie-
wnpto n Iwaaoa eafonna.^ crue^ y q^>oon'iuia:faablia la abridel cuer^
p».<|a aw jio 4iiiadH>yeon''qtt9 cbnsuih^ibaholocauaCo el S^cvoroao
.J ';
• Ba l9'4<***W*V'^<>(°P>^^^i®'^^ f^ ^^ igfesiAt solo seia pudieron En ei 2ape, y
Iftcataifl^ daf ftirar d& loa teOBhuanea y sisuierop al camiao de Gua- muertedecin-
dnoML. ■ Foea aaUa de li«gar ft la Sau^eds encontraron con el capitan
HafCiQeadd'OliiniSy^ifie venia ft-lsu socprro: volvi6 atrfts & conducir-^
laa con algnaaa otraa tcopaa de ibgiUvoa que sa lea babia juntadp 4^
laa^puabloa yicafnpoa 'vecM<tt.' En hi Saaoeda, dos indiostepebaa-
na«, cfdyandb qua ya %1K ^oma en loa demas •puaU90 no habria queda*
d&aoA-vida aapaiiol'algunoy seibtfn entvaado por laa caaaa para apro^
TiaclMvae ^e Joa d^pojoa* > Presos y piiestoB (i tormanto, oonfpsaroa
qiw al imanto- cm apaHar aun la^nii8iha,oiijidad'da.Ikimngo, y an pfaci
to pbeo faM paiii quel lo cualplieican. Bii el Zapa 6 paeblo> de^S. lg«
nacior'al miaaso-tiampa qua en Fapitaquiarovdieft y noeVe espaSoiaa
^M con HMada 8eaaBtanag?oa^9olavo»^'habien.'>vahtdo ft; pfevenir-la
laaAi del dia 2^1 V y- onatra pa4l«a nuaioneroB qua -ae iMibian coQg*ega«
^c^ooa^alauamb piado8ode«%aio^itteron otraa^tantas^vfctktt da au
tal^gtoby dalfanif'da'loa.apdgialaf. Dos de alios, que fueron los
fndv^Laiad[a3llaveayJ^atidel'yatae> marieron el HiismQ dia 18.
I;cii.padre8 Joan Foate y O^ndaimo de Moranta al siguiente dia 10 en
^1 eanlno parael'^nieblo. t Sn el mismo dia .acab6 gloriosameato el
padre Herhkuido de Santar^ii en el lugar ide Tenexapa de camijao para
%rf-paeribdo*B.'Ignatio. Queriendo oo Toiicxapa deieiicrse ft decir
TOMO II. 12
— 86 —
niiM, vi6 la iglesia doslrozada y vacto de fooCes d lug&r. Le
eaiio mucho dolor; pero no imagind que fneflo general el aimmientor
ni quirto el Soilor que lo alcansaaen varioa correoa que lo habiA mt*
viado el padre Andrea Tatino* au antiguo compauero* Tqbi6 el ea-
mliio para Guadiana* y al pasar un arroyo Bkiti6:el tropel cle loe tm*
migoa que con grande algazara lo arrogaron en tierra« SI padret'cen
au aaoAtunibrada dulzura, les pregunt6« qu6 mal lea habia becho* Bea^
pimdiiiroule oon un golpe de macana que le abri6 kcabesab £1 padie
AdreN l^opoBi eon el ayiao opoituno que ae le did, tuvo lugar.iieie>
liraran al Real de minaa de Indelid. £l-dealde mayor -D* JiianjdeAl*
vaar nutluioao de lo lucedido en los pueUoa dtt tepehuanea, paad 1m«
go eon doee aoMadoa al Zape, reconookS 4 la luz de la lona lea cmr*
puM luunrlfMi de loa eapafiolea y la igleoia quemada: no tenienda dUf
que kaceri y temiendo i|ue ae dejaaen caer loa rebeldea aobre el Beal
do Uimnaaevii volvM allA con diligencia. • £n eleamioo tarieren; qaa
kulVir algunaa deacargaa de flechas, de que fueron Iwridoa algnooat pa?
ro ninguno de riosgo. Al capitan mataron el caballo. LaifiddidaA
dn un indio niexicano le provey6 de otro en que proaeguir la jorntfa.
Kii Duanaaovi le acogieron todoa & la igleaia, en que reaietieitMi 'v^
IcToaaineiile i los tepehuanest y loa obligaron & daar el< oerco .cod
uiuerlea do muohoa de loa suyoa. La client que ne. hafaian podMa
ttpagar en la aangre de los espaSolea, la deafogaron coaira laa
y oAoinas de las minas que dnasaron impunemenioi y hubienm
bade con iodo el gobierno de Nueva Vizcaya y aun de toda la Ami*
rica, si Dios no kubiese cortado sua pesos atrevido»« £nlre loa aoa*
xees que doctrinaba el padre Andres Tutino halld que en pueUo de
Coapa, el maa vecino & loa tepehuanea» doa caciquea habiui oomBtt^
zadoi sembrar rumorea aediciosos y trataban de unirae oon loa iivp^r
huanes. £1 misionero did aviso i D« Bartolom^ Sdarest capitan del
iMi'lluimet. ^ ^^ ^® ^^^ Hip6Uto, que oon increible celeridad, oaminadaa en «ma
noche y medio dia mas de eincuenta leguas,^ yiao & au }K>corro«: j GoUh
curri6 iambien el padre Pedro Gravina, mis&oaerD de loa tiiimeaioe^
noticias iguabmente fintales de los puebloa que doctrinaba, £lcapi||n
en Coapa hizo justicia de los dos caciqued que ae /supo baber dttdp
socorro & los apdstatas. Csta ejecudon acabd de ftjar lot Animoe AoO-
tuanies de los acaxees que no habian aon perdido todo el hoorrorA 'la
sacrilega conducta de los tepehuanes. £1 padre Pedlo-'Graviiui vol>
vio a sus xiximcs a cnlrarse en los pcligroe por estar esta na^on mas
—87—
dMlarada aun que lo> acaxeoa. Algiinos ilc elloii enlraron & los pii^-
Uo> da au misma ntcian dondo so hallaban loa padres, que hubioraii
•in diida rauerto i lua monos & no haberee reiinido con tiempo i Snii
Hipdiilo. Quemaron la iglesia, letablos y ornainentas, aunque no (an
impunemenle que no lea siguieran el aleance muchos de aquelloa puC'
Moa en quieaes florecia aun la verda6era joligion. No moslrarou
BMiMM fidelidad y coostancia los de S&n Hip6lito vivaraente aolicita-
4w de loa tepehjanes y de los auyos. 8u respuesta fu4 que etioa no
^Mm Kcibida mal de loa padres, y que habian eido bautizados por
•I pwlre Santar^n.
Da loB xiximee pas6 fi&cilmenls el eoDlagici al Real de Topta. Al- Dd Km] t,
goiKM seificioeoB, aliadoa con loa tepebuanea, determinaran para el "'*P^-
Ar& Reyea del ana aiguiente dar aobre-el preaidio y deahacsrae de
kiafndraa Juan Acacio y Juan de Alvarez qua 1m doctrinaban. £1 j^^^ ^ jg^
afbu da aquella guarnicion oon la noticia que habia tenido dias an-
IM^ hsbia paealo el lugar fuera de inaulto, y eata mina hiibo de reven-
M* eoatn loa mismoa que la forjaban, proaoa y ajuaticiadoa lui gt&a
dt h cOBBpiraclon. Loa tepebuanea mat deapachadoa de aqul paaa-
lOB ft loa puebloa de Tecliobuapa y Garantapa, en que fueron bien re>
dbidoa, 6 por coirupcion, 6 por temor de aua moradorea. Loa padraa
IKc^ da Acevedo y Gaapar ds N&jen aa habian por 6rden de la obe-
dtencia retirado & Sinaloa; pero paaando algunoa dias aia novedad an
na poabloa determinaron reatihiirse, bien que con la eacolta de aeia
aoUadoa y aesenta indioa amigos que lea obligA i llevar couaigo el
prodw ito capilan Hurdaide. Hand6 tambien &bricar un foitin en «l
yodilo i qoe pudieee acogerae la guamicion, y no aatiafecho aun de
loa sidioa por bnberae aabido que algunoa habian aeguida i. loa (epo>
m A Santiago, y que Mroa habian intenlado dat la muerta i. aua
I, intantd prober au fidelidad mandando que acometiesaB i loa
n ae aabia eatar en algunoa ranchoa recinoa. Loa ser-
■ on nAntero de ciento y treinta acomotieron repentinaxieiite k loa
ETOiao aer ava a l iadoa, los pusieroa en fuga, dieron muerle 4
y Tolvwron con aus cabezaa y con una muger priaionera, por
^ian aa anpo que no eoperabon aino un buevo refueno de genia para
our aobra lodas laa pobladonea de aquellas aenaniaa. Aaf por el
■idid del aabto c apitan, 6 ae declararon 6 ee hicieron enemigoa aque-
Use poaUos, f M pudo por algun mas tiempo conlar aobra an fideli-
dal ■e^j^uaeote.
— 88 —
Ti'Ii^rro dc bll alrevJiniciUo de los ap6statail no bc limilaba aoltmeote 4 kM p^
<'iinrliana.
qikfnos pueblos y familias dc cspoitdles.' S^ supo despues que \
pu6l>Io d(;l Tunal, dos leguas distantes de Guadiana, y algunte 'olrOi
cdinarcanos debhin sorprcndor' )a oiudad ^1 mbmo tiempo que los W-
pchuaties ten sas puoblos acoihetreran 6 los padres y vecinos el diaSl
de boviembre. La codicia de los de- Santa Catarina aiiCicipaiid« hi
bbstilidades rompid estas medidas* y salv6 & la. capital. ' Avkadoi dt
los fugitivos de Pap4tzquiaro, procuraron pdnerse en esftado de AtSs^
sftt formando fosos y trincheras,. j cerraiido iasoalleay aveaidu.
Trabajaban en cstas obras publicas algunos indios-dei •Tunalt* 4 bt
^ales '4iiy6 decir aft Migioso de San Juan de Dies: n'Opdaxm hoyfn'
say que mnfiaaa lo vereis." Esia voz, junta con oiroa peqneiio%.ii|di*
cios hizo que los arrestas^n.. Procediase 4 fuerza de tormeolDflrlLJbi-
Aarles eonfesioDf'cdando repentioaoftentet ^in Aber de .doodo' ^ con
qu^ roothro, s^ 8olt6 la toz qoe Yctaian . on tropa 4 la ciudad loa in^MWi
y quo habian ya mtierto en las 'Ceh:dnia9 4 algunos o s p aSo lr s. - IfS
mugeres y niaoa He acogieron 4 las igtesiasy los hombres conieBOO^ 4
las amuu; Los soldadoa que guardaben los prcsos, .creyendo tepsr
ya el eineniiga s<^nre los brazoe, les entran ias'.dagas porlos pechos.
For toda la ciudad so conia con un terror p4aicOy aunque en
pdrte seliaUbban los lepehuanes. Entire los indies lie kwpucbloa
naMuios 8eliallah>n mudbosf de sus pefftrechM*'de guena» y / mcM U
deun cacique una corona de rica plumecia para jurawa rey de Goa-
diaaa. £ste y otros caciqued y goberdadores de* lee- puebloa pa g pt a n
am la vida, puestos en bbrieas airodMor de la ciudad. Lifoffmado d
tirey, nuindd que de las dos'cajas r^es de Guadiana y Zacatacatfae
dieeo todd el dbkero accesario paia la gueffta,que coor coosuka da ks
mas grtrea te6logo* yjunscoBsultosi' se decked 4 los apbetataa. £a>
toetaalD se cogi6 en DuraDg^ana cspia* y puesCo en torsentoav dacla-
t6 que los de Pap4tzquia£0 y otroe co ufi rier a das eslaban ya 4d(i|i k-
gaas de la dndad* y qoe traian par eapilaai un ibdio Uamado P^ia,
el que con fidsas pfcunesas de pea habia hecbo salir en Staliago 4 Jes
padrea y espanoles de la iglesia. Con esta- notkia* y 6rdanasjfaP
habian ya ttegado de Mexico* movi6 at go b c i n adu r D. Gaapar de;AI-
Tear con setenia 6 poco niiSnos soldadoa^espa&Qles 'y dsDto y veiale
indies amigos 4cia los reales de minas de Gaaoazevi, de lBdUii£;yla-
gares vecioos. Al montar la cuesta que llaman del Crafeow turo q«p
sostener un tuerte ataque de los indios. que con una oube 41 fle^as
am peuascos c]iic haoiun rodur Ucftlc tu ciiiiibrc', prootiraban impi'ilir
xufaida, que sin ciubargo so vrncii'i sin niiicrlc nlgnua de iiiic>Mra jinr-
i En lit nma sc hnllaron los coduvGrex dc 1). Pi^dro Kendon, rcgidor K;.]h lUci
Gitadiana. y do Fr. Sebastian Moiitano, religioao dominico, que dcs- "j^' -"]""
im do dos moscB consenaba aim la sangre frcsca en algunaa paries npat^miaK.
Icuerpoy cxhaloba iiaasuavo fragaaeia. El dia 14 dc cncro Ho-
I el gobemador & Guanazevi, que ball6 todo cuosumido al fucgo
an^ 1& jglesia, en 4]ae se liabian encei-rado Ian veciiloS y fortiBcado
■Bto perioilia et ticmpo. Dejando soeorrido csle sitio y abastecidn
^flTwea do guerra y de boca, deterinin6 puar adelaDtu & rubornii
'■6*m. ■■ ■
I!tmdi6 an- paqueuo cjdreito en dos (rozos, velnlicinco soldodos y se-
■t»wduM anugoedi6alcapitffnMo[itaiIo,yelcotiVeitatuietey Irein-
^^ Joe concboa •ali6 & buscar al enetnlgb. Loa dos c:impos debian
VtfUao en cl Zape para el dia 28 de enero. £1 captlan Montauo ta-
ct h fntuoa da haoer ptisiooaro & un iodlo principal llamado bijo d^I
idfiM de Saota Catarina, per doude habia comenaado \tc Adicim).
IdBf Inert de 1m indiaa de Siaaloai dec)«r6 por cdmplices enlacoda-
qwion itodoa loe demas desde Guadiaoa para el Norte: Veriaa pat-
k» do iudioa que »e cncontraban per los caminos citabaa para San-
ifpt dO)Papil2quiaro, y d^ajtarecian Con adtnirable'velocidld. Jnnfda
L.*l Zape para«l dtaaenalardo los .doa trozoi, ae hizo ju>li<!ia-eQ el
leiqiie [maioaoro> ' 3e4iallen>il lea cuorpos de trei&ta.esparialeB eii-
■ jmsbrea, mugeraa y niiioa; y como aerantd indids, todos boca aba-
iv-i^BV-M creyu sei "algiiDa'aupenticiDaa ceremonia' de ios bUbarMi
pwlo h*n obaervado otroaautoroa de lea nwradorea de la Flbnda.
iM nmnrfTT ■1° loB padres Juan del Valte, Luis de Alavez; Jdan Fmi-
^^ Gvn^ino de Horanta.ae hallaioa entarOB, y fresca aun la aaogro
ktaalieridan Elgobenador.despueadehiiber dado &1oh eueAiigtis
IgHAB «iwtosi aunque sin nwyor frulo. diti la ^-iielta & Guadiana tn-
■ndo ccoaigo los cuerpos de lo« cuatro jcsuilae. Paaando por SaOla
i^BriBadeapaohd i los ' capitanos Cristobal de Ontiveros y MmlaSo
19c divenas nuobos, hho'buscar cuidadDsameiAe el cad&ter del padre
fafHn t^Jft da tavat, i}iie no pudo encontrarse. Los dos oapltanes con
\m JujlM-nmrntrtn nnf fntrtf-rr diferentes partidas de ochenM y cien
■dkM qus nuaca tUvieroD valordc haetVles frente> De Sfcnta Cat&ti-
la varchd el goberoador para Atotouilco. El enemigo te aali^ alen-
timrtrtycon baitantc usndia y rc}<oliicion. Vcninn capitanendos dc un
-90—
mestizo ladino Ilainado Mutco Conclas y do otros muchos criadoi dt
c<tpariolos que sc los habian agregado con el omor de la Ubertad j co-
dicia del pillage. De los caciques principales era udo D. Pablo. £■-
tc y otros trece do los mas atrevidos quedaron sobre el eampo 4 hi
primeras descargas, y se hicieron algunos prisioneros; los demas senl-
\*mron por la fuga. Uno de los presos declare que todo el bagage 4s
los apbstatas, sus mugeres 6 hijos estaban en Tenexapa, donde tsnin
un famoso idolo, que las habia prometido la victoria 6 incilaido 4 k rs-
belion. £1 ej^rcito habit caminado aquel dia cinco leguas, j luatatl
dicz basta Tenexapa; sin embargo, los soldados mismos, olTidados-A
su cansancio, pedian que se les llevara al encmigo. £1 gobenHriir,
tomando cincucnta soldados y sesenta indios aliados, la flor de sa ga-
te, acompanado del capitan Juan de Pordejuela se morid paraTeBeiip
pa & las sietc de la noche del dia 12 de febrero. A la maiiaiMi mamA'
ci6 sobre el pueblo, y aunquo no fu^ tan eo silencio la mardia qoe'li
la hubiesen sentido los b&rbaros y procuredo retirarse 4 los beeq ii eib
sin embargo quedaron aun muchos al amparo de sus hijos j mogem.
Se acometi6 por varias partes al pueblo: rourieron treinta de los tepe-
huanes; quedaron prisioueros entre hombres, 'mugeres y nifioe nas dt
doscientas y veinte personas. Aqui se hallaron dos niiias espafiolMi
hijas de D. Juan de Castilla, teniente de Papitzquiaro, que habia ibmi^
to en el ataque el dia 18, y algunas otras negras y molataa criadaa ds
los espauoles, ciento y cincuenta cabalgadurasy fusiles, cotaa j otias
muchas alhajas de valor de mas de mil y quinientoe pesos* Ne pa-
diendo seguir el alcance k los fugitives se tom6 la mareha por Santiifgai
donde, como en Atotonilco, se did sepulture 6 loa muchos cadAvens
que se hallaron sin poderse distinguir laspersooas* - Lea apdatatu tts
osaron tener la campima, y el gobemador se parti6 para DnraBgo.
En los pinos se le junt6 el capitan D, Sebastian de Oyarsabal eon
cuarenta y cuatro soldados que enviaba en su socorro D. Franciaco
de Ordifiola, y el capitan D. Heman Diaz con otra compania j do^
cientos indios amigos. Con este nuevo refuerzo y noticiaa de otraa
paises que le venian de continues asaltos de los Tepehoanea dc|lend>
n6 revolver sobre ellos sin entrar en la ciudad. Antes de partina
entreg6 en la Sanceda al padre rector de Guadiana los cuatro coarpoa
de los padres muertos en el Zape, que fueron recibidos con una aspa-
cie de triunlb. Marchaban delante algunas companies de aoldadoat y
al lado mas de treicientos iudios de 4 pi^ y de d caballo vestidos k aa
>
"fi
'♦T.r<
^jg ^j r.,^
— 91 —
nodoy y adoniados de su mas rica pluineria. £ntrc las aafvas dc Xrtn
KiMadoa y repiquet de las campanas qucdaron depositaJoji en el con-
viitode 8. Franciacoy en que al dia aiguiente, 7 dc marzo, se los can-
A BUM muy solemne que ofici6 el reverendiaimo padre provincial Fr.
Ima Gromez; y de allf fueron con el maa lucido acompananiiento, con-
kieidos k nueatro (emplo, donde bajo el altar do nuestro muy santo pa-
Ire Ifnacio ce lea di6 deoente sepulture, anotando sobre las cajas sua
y el dia y ano de bus muertes. De las virtudes con que los
el 8enor para unas muertes tan preciosas, y do otras particu-
eirouiislanciaB, hablaremoa difusamente en el lugar maj propioi
por major callar aqui donde se espera taoto y no so puode
todo.
lliifatfas que se hacian tan justamente estos honores 4 los despojos NuevM mot'.
li ^qadloa miaionerost los tepehuanes y bus confederados en lugares ^<^^% wgun.'
bm diatuites de la capital no dejaban de causar bastante inquictud. ^^ jomada del
Loe cM Hesquital habian prendido fuego 6 Atotonilco, otro diatinto ^
iel qua keinoa oombrado, & ocho leguas de la villa del Nombre de
Sba; £a la aierraf catnino de Cbiametlai habian muerto 4 algu-
laa eapanolea enviadoa del gobemador coo tree mil pesos en ropa pa-
a aacar de aqoella provinoia algunos indios- £n San Sebastian
Haban con grande sobresaho aqnellos vecinos» y habian quemado en
keaponeta la iglesia y convento de rcligiosos frauciscanos. El guber-
Mdort-llevando consigo al padre Alonso de Valencia corri6 con inmen-
o trabajo maa de doacientas leguas. Quit6 4 los encmigoa mucbo
'pamio^ quemd sua sementeras, abraad sns pueblos, prendi6 miichas
la aoa mogeres € hgos que no podiaa seguirlos on su contiauo movi-
aieato, tom6 algimas espiaa que quisieron morir en los termentos 4n.
Ba que quebrantar su obstinado sUencio. Lo ruidoso de la roarcba,
jaa no podia ocultarse 4 los tepehuanes, y la esperanza de las aierraa
M qae mochaa Tocea ae neceaitaban para bi^ eacaleraa de mano, fa-
Foeaeian mudu> 4 loa alzados. Solo se vino 4 las manos con una par-
jda de treiata de eUos. Una emboscada de nuestlros aliados los car-
^ fiaiamante. Algunoa huyerooi, loa mas quedaron aobre el campo^
mra elloa un famoso cacique llamado Frandsco Cogozito* 4 quien ea
de laa blasfemiaa que habia bomitado contra los santos y cosaa
pclrmitid Dios queentre las muchas flechas de que se hall6
irixado el cuerpo, tree puntas, atravesada la lengus, Ic salian por la
Con eata viva fuerza de parte del gobemador D. Gaspar dc Al-
— 92 —
vcnr se habian cntkiqucciclu mucho Ulb fiwnas de lo** tepcbuapcsT y
talt&doles tambivn muchas de las princip alea cabezia. . Ett esto^cir'
cunstancias pareckS al padre Andrea. Lopes* ei Ooieo .minlsito 'd«-lw
tcpehuanes, que copdo dyimosy habiaquedado pos vidii y ^eogidM i
las minaa de Indeh^, pareci^t digo, k esteiimaioiMro gr^vement^
dolido de los descarrios de aquella& .Bua-amadaa- orejilh ^^!
dar oidQ & sus proposicioiies de paz. No faabia aido ■ tut ■^gtinaral I**
rebelion que no hubieaen quedado muchoa fieles &l)io» j ad t^y^'fw
que sin embargo o| .temor de ser tratados cotoo o6«ipliceaM Ja>eip*»
pirapio|i loahaoia andor fagitivofc • A aslMfpoviniediDi'de-iinibialiB
anciaqat eiuri6 ^ 1 amoroso padre uona aalT^^ardia de^MlentidalrriHf
y del gobemador & Guadiana. La India hizo su oficio con'fc.m^ti)
ex%G^tud. Biendo coja y .enfenoa carnind-maaiii dotcqeatniiliiliM
de -ranbheria enraneheriat lieviindo el pap^l y el diuitM'^l^adr^ Aa^
dr^ Lop«z, 4K>nno en prendaa de>' mi, verdaB;.- ,MuaJhoii de'los^^qiMitf
habian (enido ^arte eh el mothi set n mepen idewde teego«q<» miA;'otMi
quedanon en buena dispomcioD'tiara haeerlotoiuinioiAtlteB* -'l*aMM<^
senblante de las-oosas^en las'tmsMnea do Tapebuasieefrjfineil^del>«tfi»
d6>16l7, que dejaremos en esta ahuacioii^iiparfandO'im Ittritb'KMr'ejM
de tan tri8teeBpect6culot'para reoroaorloS'COtflit visla-^tf 4a mu6hii'-iiiie#
^pie^prepafqba el Sefipr 6 sua obiWcui en-lbto AttiAoe eoafioes ito> W-'
natoa«
Doctrina dc Hemes hablado ya -en otra- partem db k'lHvneMta-'ygtterrera-iiacieB
dLmnS^dll^^ toe yaquis, pobladores ikii gfwde'riode este'doiilbievr ^l^UtioK^
Rio Grande, dexwira quepaiten de^toda aquella provincia4 - BijimOfe QOBMdlao
puesdeks entmdaade O. {Hegot Mmftinev de Hjirdaide haftiaD-^hi^
brado alianza, y dejado rafaMies y ^un pedido rmsioapi^os qublto^
se&asen la ley deT verdaiero DiosJ • Elespueed# convertid(»|'los. nah
yo8 8u» visctnoe y suajantijgKoA enemigos, habiaft erecido mas; dc( Ma
^Meoa y lmoian> tee mayegres «sfvorBea'|»op llevarie ii sua tMmftal'pfti
dra.F^Miro Mendev; Alossoia aioa de ana ceiartaate idettdadiylbiv.
vor en pedir ijridivtros^ baifti^tfdos yi, y i«pakidos>MQehos'4k4lloB-|io#
M pueblos' antiguoa de cristSaftios^ ptfroci^ justd-Trg^soesdop «o» am
vivas- ipstoicias, Por -setienibra del ano Ifthteeedent^ habia tlmidaiA
M^sico el padre Andres P^mwz para ihipe<tar iM Sv. i-irey la»jjoeiu
"^ias ne^csarias, que obtonidas con fadilidad, volVid (kir hi: ptimmQ^ia
dcente ftrlo, y por i^ayb Aitf el primivotque eptr6'i :dqetriMip eMa-tili^
cien con .el padre Tonias B^silio. Ai;no de Yiaqui pueretou' ftor -nom^
— 93 —
Itro ei rio del Eopiritii Santn. Uau(i/nrnn denAu lucgo du dusciciilur^
en (loAcifintoa Um purvuloii, y pnco A poco loii ndultaa, ijue cii cMto, co-
mo en lod demos cjcfcicinR do roli{tinn, neguian el ojcmplo do Ion va-
Nua el Ka9w(Mgun que inuchaBanosdi^BimcaabnnKnudafliemprr
imu ■! Svpteotrtoa lu Bucvas conquiatas do I03 iniaionuriM lia podido
■veriguarae) en laa acrniniaa quu por In parte del OrJenla dividon U
-SoBom ^ la provincU de Tuauinsra, cerca de Tamitsopa. A pocas
lagqaa da su fu8nte,.recfl>e cerca de Biia&eraca el arroyo do Gualzime-
tBf liKgo «1 de Babupe, conieado aietnpre al Poniento; y eetrech&O'
A>M luego por diex j ocbo loguaa antra dos Btenaa, riegn varios pue-
hio9i anriquecMlo con ttlguoaa otraa vcriienlea, dospucs de haber da-
da uoa grande vuslta fccia •! Norle. curro Acia el Sur por lag tisrraa de
OpotA, <1b Guazavas y oliaai ain maa aumeiito que unox corios dcrra-
maadelas eiarraa, que d diatancia de una 6 dosleguas io ciricn. £11
rata Ingar, aanqua la dan el nombre del rio Grande, devde priocipios
de fnayo hasta juljo auele quedar en aaco, i exccpcion de algunoa ea-
teroa que oorren atempre al Sur> Rocibe coino i veiaUt leguaa el rio ^
laa Mulatos, el de Aros, y ntroa varios arroyoa, y saUendo luego & tier>
rk maa abierta, ae ensancha do tal auorte que A liempoa oa forzoao pa*
■arlo CD balaa, ea cuya conalruccion y manejo son iDuy dioalroa los
notiiralca del paia, qua intaa poblabnn & S. Mateo, y viven oliora en
S«^;uaripa> De aqui adelonte ouraentndo con cl rio de Oposura, y
algniMi otrofl vertidorost corre por un largo cajon al Sudocslo como
otma diex 7 ocho Icpias hqsia r\ pucbio de Soyopa. que doja A la de-
rreha y A In inqiiierda, rom') li Ans lef;iias ol de Tonichi, doiidc an In
jilntan doa arrnyns, y luo^fa el rio Chico on laa inmcdiacioncB del pue-
blo dfl Nuri. A diez Inguoa de cole ninibo bona aolwc tni dcrccha e)
pueblo de Cumuripa, y rccibn do la misma bandn un cnrlo nrroyo, quo
tmce como i una legiin de Tecoripn, licia el Norlc: luego cnttu poi
lai* lierraa del Zuaqui, y eorridnfl deado la junta Ireiiita y dos Icguo^
maa al SudoeelA, paaa per el pueblo do Buenaviata, dunde toma el
nombre de Taqui por los habilndores de esfa nacion que cultivnn eua
orillaa en ocho pueblo?, loa side eobrc la izquierdn, y cl una & la dcrc*
cha cerca de au embocadurn. Fertiliza eatoa campoa con innundacio-
nea periAdicas por cncro y julio. A la boca de eRic ria, dcspiiea do
doctrinadO) auelen arribar loa Irarcoa do California A provcer a(|uctla>t
rnstaa de granos, por all& muy eacnaoE. IjOs padrns TomAn Basilio
TOM. II. 13
■taMlMMMMIi^MABIMaii
—94—
y Andres Perez, en medio de aquelia nuraerosa gentilidad^ comenzaron
8U ministerio, ofreciendo al Seuor las primxcias de. niucho>s p&rvulos,
^ue de doscientos en doscientos baiit!zaron,;agregindoae tambien po-
CO d poco algunos adultos, que en esto, como en los de.mas ejercicios
de religiout seguian el ejempio de.sus.caciques, segun que lleno dc
alegria y de confianza^ escribi6 el roismo padre Perez con fecha 13
de junio de 1617.
Ettablecimien Lps antiguos de«eos de los habitadores de Granada tuvieron por es-
to c Granada |g jj^jjjp^ todo su efecto. La niision del padre Pedro de Contreras,
les hizo formar tan alta idea de los ministerios de la Compania, que
desde luego comenzaron ^ tratar de la fuudacion de un-colegio con el
mayor fervor. Uno de los vecinos ofreci6 uAa casa qve para si habia
comenzado d fabricar en el sitio mejor de la ciudad. Otro eclcsidsti-
co prometid una hacienda que rentaba tres mil pesos, fuora de seis nul
que se juntaron entre otras varias mandas. £1 Illmo. Sr. D. Pedro
Yillareal auadi6 otras casas junto k la Catedral, y cinco mil pesos que
& arbitrio de S. Illma. se habian dejado para obras pias* Vna libcra-
lidad tan piadosa, acompanada de motives muy coaduceoles a la gloria
de Dies, que vivamenterepresentaba el Sr. conde de la Gomera, presi.
dente de Guatemalat no podia dejar de taner un efecto muy pronto
Eir efecto, el padre Nicole de Ama3ra, aunque no admitid la funda-
cion de casa 6 residenoia, mand6 que volviese § Granada el padre Pe-
dro de Contreras con el padre Bias Hernandez, y que por via de mi-
sion estuviesen en la ciudad hasta nueva 6rden. El jtibilo con que fue-
ron recibidos de aquello» ciudadanos, y la prisa que se dieron en pro-
curarles todas las comodidades en casa 6 iglesia, fu^ correspondiente
al conato y ardor con que los habian solicitado, y tan constante que
habiendo estado alii cuatro anos los misioneros sin alguna renta fija,
que la calidad de pura mision no les permitia recibir, sin embargo,
enin tan laigas y continuas las limosnas, que en esta parte jam&s tu-
vieron que padecer en lo mas mfnimo. Comenzaron desde luego d
practicar sus ministerios con conofridautilidad del pais, de que los mis-
mos vecinos dieron un honorlfico testimonio, que citaremos mas opor-
tunamente en otra parte.
DeacripeUm Esta region fu^ descubierta y comenzada 4 poblar por los espaiioles
"^ P*" el ano de 1622, y erigida despues en obispado el de 1634. Gil Gon-
zalez, segun la relacion d<B G<miarat bautiz6 en ella treinta y dos mil
indios. Las primeias poblaciones de espanoles fueron: Leon, resi-
•>- -
— d5—
dencia del goboraador y del obispo, fundada por FrancMco Feruaa-
dez de C6rdova el aii6 de 1(>23, y poco despues 4 Granada. Sogo.
via^-de que andguamente ae sac6 mucbo oro, fuhdocion posterior de
pedMiik84 iaen* & la boea del desagiiadero, cl Realejo, puerto c6inodo
del mar idel ■ SuTf .sobre mi pequ^o no. Todaa estaa poblaciones es-
ika ai rededor del fimoso lago de .Nicariguav ai merece este Donibre«
oomunic&itdoae con el mar del Norte* Tiene de largo conno trointa
leguast mas •■ de veinie idaancho, y may cerca de noventa en imbito:
tiene fiujo y reflujo^ y abunda en muchos ^^neros de peges y tambien
en cocodriloe. £1. pais eomercia en az^icarv en cacao, en tintea.de
rail y purpura, con Panam^ Portobeloy Cartagena, Caracas, el Peru,
Tabaaoo y otros paiscs vectnos. Los corsarioa fianceses saquearon la
chidad de Leon el anode 1666, y la de Granada el de 1665 y 1675. A
pocas leguaa de las dos ciudades principales hay otros tantos volcanes.
De esta provincia se propuso i S. M. el ano de 1534 que se podria
abrir un camino para la comunicacion del mar del Norte al del Sur por
cl desaguadero del Gran Lago, que es, decian, un no tan grande.como
el Cruadalquivir en Seville, rice de muchas mines de oro y poblado de
innumefables gentes, y en que por la aolidez y variedad de sua made-
ras podria bacerse un famoao astillero. Anadian la benignidad del tem-
peramento, y el vieio de la tierra, tanto, que segun la relacion de un
c^lebre holand^s, hay irboles que entre doce hombres no podian abra-
zarlos. Herrera en este pasage da & la laguna de Nicaragua ciento
treinta leguas de circuito. Creo que confundi6 las de Leon y Grana- '
da, que en realidad son doa, aunque se cOmunicon eatre sf . A la de Leon
da Torquemada veinticinco leguas de circunfercncia, sobre diez de an-
cho. De loa. volcanes el mas famoso por su altura, por sus erupcio-
nes y sus bosques es el de Masaya, d que se baj5 el aiio de 1538, por
6rden del rey, falsamente informado, que era alguna masa de oro 6 pla-
ta k) que ardia en au fondo. El informante, Francisco Sanchez, daba
al volcan mas de trescientas treinta brazas de profundidad, y pudo me-
dirlas por medio de las cadenas y calderas con que por dos ocasiones
se procur6 sacar aquel imaginario tesoro. £1 primer obispo de Nica-
ragua fu^ el Sr. D. Garcia Alvarez Osorio. Gil Gonzalez err6 el
nombre y el ano de la ereccion, que dijo ser el de 1531, habi^ndose
origido la Catedral, segun el mismo, ^1 de 1534.
El siguiente anot.comenzd con la ereccion del colegio real que hizo ip^^JJJ^^' p^'
S. M# en el Seminbrio de S* Pedro y S« Pablo, y su agregacioii al Se- dro y S. rabl»
— 1X3 —
7 S. liaffun. mioario ilo 6. IlJcfunao, coo qne nJ siiipara y soidbTB do tan aogiwla
del colegio proteccion ha florccido coaatantemcnte hasta el dia do hay. Dekdc g1
'™' Duode 1589, coiDO dpjamM ja sBwitOy htibia porOfdeode N< U..R.
Aoo de 1614. F- 6"d^^ nauocihdd el gobienio 7 miaiouamtiail de eui colegio ul
pttdie Juaa da Lmko. P6ca mas de on awr ih^es en oAbikto te~
oido & S de jnoio da 1£W>, se tiaib de re^tsir * la CompsSix la wi-
mhitslracion; paro bon unas tiondkiosea & <{ue nv m podia cDiideM«a-
doi. Instaron aun ntsta aiios despves en eabtldo tmido & 8 de igoslo
de 169T; pero ctin ri miiuno exlto. Kiitrc txite por denuido de loa
patrono* aa habian perdida algunoa pnvoftiea, (fcminuy^DdoM olros.
tuaoa (loe iofonnido S. H. por 1m doctores FtU^^ra jf ^uetadu, 4
qniraos la real andiaicia babia enootnendado la revbion de cuealBB y
vlsibl de aiiuel cokgio, dcteniiiil6 por su real c^dnlk da 29 de majrw
Je 1613) qila la odmiiuatnckm de diclM colegio se encoincndaac a
la CompoTiia, y sengregaao al Semiuatiequo ^lla tenia en Mexico,
■[uedatnlo par S. N. cl patronaio de dicho colegin, j en lo> sefiores
vireycB el derechv de aombmr cotegialeo, j proreer lu beca* en n«n)>
bre de S. M., b coal c6dulu se iDsettAdBBpiiCBr«a la fieoifMlaciondB
ladioa, lib. I tit. 28,1. 18. ..E^AaoiBeadpaDf (dice)y-«BC«Tf(Rtnocelgo-
biero4 y idibiwatratkuidtl cofcgiD de B. Pedro y S. PaUn ile Heiicu
41b ConfnBla dnJoaits y nm reUfioiDr, rtsrirraocb pata bob y Iob re.
yea nuenras eucoesoree el patronaxgo de ^I,.y as niicsti& tolutitnd'
qne las virayea de la NtMnte>E^wa piBscDteii los colegiales con-
fWine a) naeatrt palronaigo raali para qtle estudien ailtes y teolcgia,
81c." En CODBecuencia da csta real didan 4loa IT d« anora dal aiio
da 1618, comp&Tcciendo Aate d BxnK. Br. D. Diego Pemandoz dc
C6rdova, marqu^a da Gnadaloizar, d 8r. D. Jo^ Snaresdif Ofallo,
ftflcal de S. M., cl padre NicoUa ^raofat prdvincialr y (d padra Diago
Lariai, rector de S. Itdefonao, ae ley6HB auto del tenatr^^uiailta: „En
ol nombra da Dioa Todtipoderosc, Padfe Htjo y Eapiriia Sanio, tree
personas y ua solo Dim T a r da darel , trim y ub». En la ciudad do Me-
xico en 17 diaa del mea deenerode 161B ^kw,el Sxroo. Br. D. Die-
go FemaDdez dc CbrdoVa, nmtfu^s de Goadalttzar, rirey, lugar tc-
ttiente dd rey nfeertn seSor, goberaaddr y ca^fitali general dc cstu
NueTB-Ea|nua y preejdente de la real aodicncia cboncilleria quo en
ella re^jidc, Aic, £a uotnbTo do la oat61ic4 real mogMtad del rry Fe-
lipe in, iiiaa<iii iiiMiii. <«tnnilnpirrtiiH« al 1 ir Inan fiiinrr- tin ftrn
Ile. ati Iwal ea «t« nolMAaaais, yd (ladreTiicaUB dn'AmcntlHo.-'
—97—
▼iDCial de la religioo de la Oompaiiia de Jeans de esla Niieira-Effparia,
J el padro Diogo Larios^ rector del colegio Seminario de S. Ude-
fousoi dijo: Que habiendo eotendido S. M« el oatado en quo tll-
tknameDte eetaba el eolegio d^ S. PedfO y S. Fablot cuyo patro^
natlgo le pertenece^ nai por el universal de este rcino, come por
kaber cesado la disposkion y fuddacion que al principio tQvo« que-
daodo Taoaoto de tddo punio; usando de su aooatumbrada de^
Bseneia y graodezay descando el biea universal de este reino en ett
crecimiedtD^ como tlKnbien en la Virtud y lotras de la juventody faa sidd
seryMd iomar el dicho colegio^ poni^Bdole bajo su proteccion y ampa*
iO| como ooHita de su real o^ula en que encarga la administraciofl
M diebo colegio k la Companla de Jesus de esta ciudad de Mexico
y religioaOe de ella, su fecha en 29 de mayo de 1012, cuyo tenor es
cottio sigue: fjEX Rey, Marques de Guadalc&2ar, pariente d quien ten*
go proveido por mi Tirey, gobernador y capitan general de las provin-
cias de Nueva-Espodiav 6 la persona 6 petsonas & cuyo cargo faereel*
gobiemo de ellas4 Por parte del padre Francisco de t'igueroa, proeu-
rador general de hti^mpalkia de Jesuii de las indinsv sei me ha r6pre^
^ntado que ella ftindb y tttvo 1 au cargo el colegio de San Pedro- jr.
San Pablo de \t ciudad de M^a:ico, y p^iaa diferencias qde sua pa-
troQoa tuvierott y las oondicioneacoH' que quisi^ron eoiiaervar ei^e pe^*
tionatgO'tes dtj6 la CoMpaftia el gobiemo del. kkiko colegio, de quo
lo ha resultado mucho dano, y sera raa/or cflid4 dia ^i no se pone re^
medio ei| ello; ; Mas habi^ndoae esctnguido y t^dimide kis colegiatu-
raa de loa dichoa patronoa, y quedando cdnio se debe el patronazgo'
por mi, podrtomis yireyes de la HucYa Espaaa prOBefifar lo^ -eole^
gtales de ellas en mi nombre, como lo hacen los del Petti en el cole*"
gio de Sari Marda de la ciudad de Lima, y' con esto rolver & encar-
garse M dicho eelegio la Compaiiia, uin6ndo4e eon el Beminario q^
tiene & su cargo ett la de Mexico con qoe Tendrhi;& restaurarse de mas
del bien universal que de ello se seguiria d la juventud iie aquel reino*
SkipHcdme que atento lo ctial mandase poner el dicho colegio en* Ha
forma que estd el de San Haftin de Lima debajo de mi prol^ocioo y
i cargo de la dicfaa Compafilaf y vt^ por k» de mtconBeyo raid do
las Indiasi por justos consideraeionea que A oHo aae btin movido, bar
acordado de encargar, como por la preseiite onca r go y ertoomendo,
el gobiornoyadtti!ttiiltniciotfdrf''dicAo^ colegio 'do -San 'F^ Am
Publo de la ciudad de M4xkok la Cdimpafiia d« Jesus y religbsoift dcv
— 98 —
cIIQi qucJtindo cl jiatronazgo por mi, 6 'para que voa, 6 el ini virey que
pnr tjcmpa fuerc dc oquellas provincias de Nueva-Fapanai pueda
prcsenlar los colegialea de las colegiaturas que esUin reasupiidaa eii
au patronazgo real y todas las que se hubiureh de proveer por la mis-
ma razon para colegiales, nrtistas y (etilogoa; y as! oa mando que lue-
go que llegaredes & la dicha ciudad de Mexico dois 6rden en que & la
didia Compauia de Jeaus ac le d^ la poaesian del dicbo colegio para
ol cfccto refetido, que tal ea mi voluDtad. Fecha en Madrid A 29 de
mayo del612ari08. — Yo cl Rey. — For mandadodelrey nucstrosenor.
Juan Ruiz de Coatreras." En cuya virtud y obedecimiento el dicho
Sr. virey les niaad6 dar la pososiou, y ae las did el Dr. D. Juan Que-
sada y Figueroa, oidor que fu^ de esta real Dudiencis, en 17 dias del
mes do enero de 1614 auos. T porque este reiuo y republica de es-
la ciudad y ta juveulud gocon y consigan la merced que S. M. les
hacet habieiidA elogido para bu mejor efocto por medio tan eficaz, cu-
mo lo es el cuidado, buena direccion y gobiemo de los dichos religio-
SOS de la dicha Companiai S. £. en el dicho nombre y en conformi'
dad de su real inleiicion, erige y funds el diche colegio real para que
para siempre jamas perpetuamente coostala y pennaDezca. Y por
abora le funda uuiendole al ctU^io Seminario de San Ildefonao, que la
dicha CompaEfa tieoa & su cargo, quedando el rey nueatro seuor por
aenor patron universal y perpetuo del dicho colegio, ea la forma y con
los establecimientoa aiguientea.
Frimerameqte, que ert el dicbo colegio Seminario y puerla principal
de £1 ee hayan da poner y pongan laa armas realea de Gaatilla y do
IieoD) para que con ellas se manifieste y conaerre la fiudacion real
de esle colegio.
Item: Que hayan de haber y sustentarae ea el dicbo col^io idoce
eoitgiala, & cuyo nUmero por abora se reduce la dicha (undacioii, ae-
gun la suatancia y canlidad de bienes y rentas que hoy tiene, cnno se
eqMreaari adelante.
Item: Que eatos doce colegialos ban da traer el manto aegun y dc
h color y forma que hoy traen y tr^jerea los demas colegiales del di>
cbo Semioaiioi diferenciindosa ea qua hayan de traer y traigan becau
verdes largaa y coa roaeot ol eaho, como ae usa en loa colegios ma.
yoraa de la Univeraidad de SalanumCs.
Ilew Qm estos 4oc« cokgialas fanyaa de aer filuoofoe y tedlogos,
y iatm dt Mfat doa JacnWaJaw j am colegUbms duran m» daw ona-
•.v
-99 —
tlnaosy que es el tiempo bestante en que so pueden graduar debachille-
res, sin que puedan hacer ni hag^n ausencia en c1 discurso de sus ee-
tudios J cureofl. T porque despues de graduados puedan disponer su
estado y designios^ se les concede, queriendo usar de 41, un ano de hos^
pedage en el dicho colegib con que por esto no se exccda del niiraero
de doce, y acabado este tiempo se hayan de proveer y provcan las di.
chas colegiatunts en otras personas en la forma que se dird.
Item: Que k los dichos colegiales se les haya de dar y d^, luego que
entraren en el dicho colegio im numto y una heca, y de dli d ires a9iat
ciro manto y hecOf habi6ndo]o menester y^no mas en el tiempo de su
colegiatura. f
Item: Que estos doce colegiales ban de estar si^etos en todo & los
estatutos y 6rdede8 del dicho colegio Seminario^ y al gobiemo del pa^
dre rector que all! estuviercy y i los demas sus delegados como todos
los otros que alll viven, sin excepcion m prwUegio alguno en esta par-
te, entendiendo, como dicen saber y advertir, que pueden y deben ser
castigados como los demas cuando lo merecieren.
Item: Para que vivan con la atencion que debon & su recogimiento
ocup&ndose fructuosamente en sus estudios, para que de ellos resulte lo
que se pretende en bien y acrecentamiento suyo y de la reptiblica; se
les advierte que el padre provincial de la Compaiiia por si 6 por medio
del rector del dicho colegio ha de tener y se le da poder y facultad pa*
ra dupedir al colegial que no vhiere recogidamente y conforme 4 razon
y & su ocupacion y ejereicio. Con que para ver de ejecutar la deter-
minacion que en esto hubiere, el dicho padre provincial primero dar&
cuenta 4 S. E, y vireyes que iueren, con entera claridad de las causae.
Item:' Que S. E. 6 el virey 6 vireyes que adelante fueren, hayan de
nombrar y nombren, y presenten los dichos colegiales absolutamente,
tentendo consideracion en los nombramientos k que scan personas vir.
tuosas, buenos estudiantes^ de buena estimacion y reputacion en su mo*
do de vivir, hijos de personas calificadas de este reino, nobles ti honra-
das y benem^ritas 6 criados de S. M* en quien concurran las dichas
calidades.
Item: Que el rector del dicho colegio, luego que por muertc, ausen-
cia 6 haber cumplido el dicho tiempo, hubiere vacante alguna colegia-
t Esta justa dispoficion no sc obscnra con gravdmcn dc los ninos pobrcs y sua
padres y protectores, me consta por cuperiencia propia.
— 100 —
tunt) liiiya dc dur y Hv nviao dc cUo nl viroy quo fucic, para qiic nota-
Itro y proves la colcgiaturu quo fulUrc-
[iciu: Que loB dichoa cologial«i ronlos, por st^rlo en todas las con.
currenctas dc comunUlail, refcctorio, y salicndo juntos con ios dcmus
cobgiales del Scminario ^yan de preferir y preceder a todo$ ii\ lugar
lie aatigufdad dt lodot y cualetquiera aclot.
Item: Que en cada aemana el padre rector [es aciialo hom y din en
quo todos loB colegiales rcalcs hayan de concurnry teocroTBcioa par-
ticular, ct^mo y en la cantidad que Iq pareciene por t& salud d^l rey
nucsUo scfior que cs 6 Tuere, y conaervocion de wu mow.
Item: Que en csda iin afio, para aicmpre jam&s, on ctdisbo colegii)
el dia de S. Udctiinso so haya do decir y dig^ una rojaa canUd^ c<q la
solcmaidad convcnicuto por el rey nuestro wflor que «a v fucre, i quo
hayao de aaistir el viroy y audiencia, y en reconocimiento del diclto pa-
tnoaiigo real y de csta fuodacion el padre rector de) dicho colcgio,
■cotapariado dc todoa Iob Gotegtale^f haya de dar U vela al vtroy quo
C9 6 fucrc con la autpridad y gravedad que fuiud acto pide y la Coni-
fhnitx Qcoetumbra t-
Item: Que el padre recter del dicho colegio coaw que tieng en cl cl
gobiemo ospirilua) y corroccion y odueaeion, haya de tener y Icnga la
•nmtirrv^it vdministncion dg lo temporal, al rual ee 1e entr»gu«n todos
1m bienes de este colegio, rentas y censo por inventario para quo Ios
cobra y reciba en m y Ios gasteen nistesto de dicho> colcgiales, sin
qua de aita odminislraciou haya de teDer ni tenga obligacion de dar
duKta fiiimada «b oingun liempo. Fero porque podrU soaeeer quo
por disininuifsa la ifflita 6 por la nuidaiiza de Loa tiempoa no hubicHC
butante posiUe pan eonaerTane dicha ndmero dia doce colegiale?.
fiainpro que e«ta diminucion aueedtere, dicbo rector dari nzon at di-
cha virey que ea <t &ore, para que diaouniiya cl dicbo numoro de docc,
6 iMTOvea y Ai 6ideB oomo la parezca para ctxiaerTBrlo. Y porque lam-
bianpodhaKuedarque de dicbanenta BobrBBocantidadalguna, tam.
hioii darfc cuenta para que ae aumante el nfimero de eole^ialea. V f^-
la de cetoe dos casos en que ba de baber la puntuolidad y cloridad que
conviene, tenieodo coroo se tiana la antoa y giande aatiafaccion dc
la Compaiiia y w> ministroa 7 (eligioaoe, rin que por oato ae quiera gm -
t Ad K liiio ciunda cl coodc del Vvnidilo icpuH> i l« jcmiiUs dc 6rdcn dr
Fttvaada VII.porclp«4rDpvtiae)a)OutaBtn. Vfanem bnioria drlnTmn.
jrloB dr MtixSeo, Unta A pifcin IIS.
— lOI —
Var en nada^ac ordcina que cuando el dicho virey quisiere, ha de {>oder
enviar uno de los oidores de esta real audieDcia al dtcho colegto |mra
que sepa el esiado de 6Iv y sus progresos en lo espiritual y temporal.
Item: Todas las veces que se ofreciero on la administracion dd la
dicha hacienda ser neccsario disponer, vender 6 enagenar alguna par-
te de ella, no lo pueda hacer el dicho rector, sin drden 6 acuerdo del
virey que es 6 fuore, y la enagenacion que de otra manera se hiciese
sea en si hinguna, y de ningun valor y efecto. Asimisroo no haya de
poder redirair ningun censo, ni deducirle, ni recibir el principal de €\-
sin 6rden de dicho virey, el cual raandard hacer la redencion 6 reduc-
cion que se ofrecicre, y depositar el principal hasta que por su 6rden,
con acuerdo y consulta de dicho rector, se vuelva 4 imponer.
Item: Por cuanto en dicha real c^dula v relaoion de ella se hace
mencion de la fundacion que el rey nuestro senor hizo en la ciudad de
los Reyes de las provincias del Perd en el colegio de S. Martin, sede-
clara que en estk fundacion se ha de guardar todo lo que en aqueHa
que sea mas conveniente y titil al aumento y conservacion de este co-
logie, demds de estos establecimientos y cl^usulas, y asimismo se con-
ccdcn las que alii hubiere en favor y estimacion de la dicha Compafiia
y religiosos de ella en este ministerio.
Item: En el dicho nombre cle la magcstad real se encarga y orde-
na al virey que es 6 fuere, lenga particular afecio d este colegio
y cuidado de d y de sua colegiales^ procurando no solo su conservacion
y permanencia, sine su acrecentamiento y honra, haci^ndola asi & IdS
colegiales reales promovi^ndolos & beneficios y otras ocupaciones de
estado, como d los dem&s colegiales de dicho Seminario, por cuya
compafiia y agregacion parece que quedan en el mismo patronazgo,
proteccioa y aiinparo real, f
Item: • Luego que los dichos colegiales y cualquiera de ellos sean re-
cibidoshayan de hacer y hagan juramento en presencia de dicho rector
t El actual i^obiemo ha xiombradp hoy una junta que cnticnde en lo ceondmioei
y litcrario dc este colegio, digriilsimo de toda proteccion: es el monumento mas dig.
no erigido 6 Minerva, y desde euyo dtrio respire y se dilata el corezon del via^io
curioBO^ Fasa otro tanto con el colegio de S. Gregorio regentado por el Sr. Lie.
D. Jutm Rodriguez Puehla^ el hombre mas 6. propOsito que pudiera ouscarse para
■emajante destino. E«ste colegio ha hocho su revolueion litoraria coftio la hateil
loa astrpB. es decir, en silenciot sin cstr^pito, y hoy est4 en el apogeo de su csplon.
dor. Sa junta diKCtiva es digna ie todo elogio que so lo hard la poeteridad jtis.
ta ^ impurcial. EHEimo. 8r. ministip de.l& guerra D. Joe^ Maria Tom^l es. el ao^
toal presiderite de la junta de S. Ildefonsd.
TOMO II. 14
k
— 102—
da qua guardar&n todoi loa capituloa y Htablecimieutos becbos y quo
•a addaDte w hicieren ea eata fundacioii, y que se bvorecerin loa uom
y Im otroa colegiales en todo tiempo, y ae honrai&n y cuidar&D aiempre
en loe oficioe quo obturieran.
Item: 8e erdena que sd dicbo colegio d padre rector tonga un ti<
fan en que n ariente eeta fundadon y todoa loe proreimientos, merce*
dw y corau tocantee al colegio y las nomuucionea, entradas y ealU
daa do I<M colegiales, y ae escriba en &1 todo lo que toca i la hacienda
y la dimioucioD 6 crecimiento de ella, pan que en lodo tiempo baya
ntsra noticia de lo que en dicbo col^o sucede.
T el dicbo padre Nicolia de Amaya, proviDcial de la dicba Compaq
Ua de Jeaua, y el padre Diego Larioa, rector de dtcbo Culegjo Semi-
nario que lo ea, y queda tambien por deeate col^io real y nueva fun-
da^n, como lo ban de aer loa que adelante flieron cin quien intta de
■bom as ban conferido todos loa capltulea y caaoa de su nao referidua,
qM loa maa de ellos ae ban propuesto de au parte. Hala^ndoloa vis-
to y entendido la auatancia de elloa, y 6idcdoa de verba ad veriuM, dj-
jeron que como lal provincial por af, y por loa que adelante fiieren,
y por la dicba Compafiia y colegio real y Benii nario de S. II-
delbnao, y el dicbo rector por ^ y por Im que adelante fuereo,
■eaptan y reciben la dicba fundacion del dicbo col^o real del rny
MNrtro SeSor, y loa catablecimientoe y clinsulaa de ella; y por lo que
i la dicba Compafiia y colegio toca para aiempre jamia perpetuamen-
ta, la guaidarin y cumplirin inviolaUemente ain coUradecirla ni re-
damarla abora ni en tiempo algunoi ni par ningnna cauaa de leaion,
mtihKuon, eng^o 6 otni eualqnioi derecho. Perque el que en coal,
qoiera manera lea pudiein puede pertenecert eeprenamente le rcnun-
ciani y de 61 no se quioren ni pretenden aprovecbar ni aer oidoa en ea-
ts raaon: y declanS el dicbo padre provindal que en au religion 6 ina.
titsto pan elotorgamientodecaalq(uencontntoyobligacion,nDnaan
tntadoa porqne por particular indulto y privilegio de au Santidad,
d provincial de eata nligion'eo abaoluto en lodo, y 61 aolo disponci
eoMtraU y obliga en todaa laa eoaaa e^ritnalea y temponlea. Pan
al complimienlo de todo lo coal d dicbo 8r. virey lo ototgA^ an wi
■ombn dri rey aneatn aeikir, haeieBda como baee todo lo iliimi ra.
fndo y ordenado, cierfo yaegun,y'loedidMnpadre>inDriaeialyne-
tor •• oUigan y obligan U dicha CompagJa y colegio y aoa pmrincia-
Iwy i iB lM Mqna ■diiiato finna, fmtpm par d ii|or y naafiM
— 103 —
de derecho competentes scan coinpelidos al cumplimiento, y rcnunota
ron las leyes de su favor y defensa, y la rcgla del derecho quo dice que
la general renunciacion de leyes, fecha, no vale, y el dicho fiscal. Lie.
D. Juan Suarez de Ovalle, corao mejor convenga, acepta el derecho
que al rey nuestro senor y los que les fueren les resulta de esta funda-
cion y otorgamiento; y yo Martin Lopez de Gauna, escribano mayor
de esta Nueva-Espaiia, doy (e que conozco los otorgantes que lo firma«
ron de sus nombres; testigos el Dr. Luis de Yillanueva Zapata, y Fer*
min Deicu y NicoUs de Ahedo, y D. Simon de Egursa, estantes en
esta dicha ciudad. — El marques de Guadalcazar. — El Lie. D. Juan
Suarez de Ovalle. — Nicolds de Arnaya. — Diego Larios. — Ante mit
Martin Lopez de Gauna.
Por la misma benignidad del rey nuestro seiior se consigui6 la do- J^®' m^^'*'?*^**
seada tranquil idad en el colegio de Tepotzotlan. Desde el tiempo de tlin.
su fundacion quiso el Sr, D. Pedro Moya de Contreras se encargasen
en 61 los jesuitas del oficio de p&rrocos, 4 que no pudo condescender
el padre vis itador Juan de la Plaza. Su Illma. bien prcvi6 los distor-
vios & que iba & esponer aquella iglesia, y procur6 remediarlo, prove-
yendo el beneficio en uno de los sugetos que reconoci6 maa bien afec*
tos 4 la compania. Aun asi no dur6 largo tiempo la paz. Estc k poco
tiempo comenz6 & procurar por todos caminos apartar dlos indios del
colegio. No pudi6ndolo conseguir se retir6 k Mexico desamparando
su grey con no muy buena opinion de la Compania. Estos rumores*
que podian impedir el gran fruto que con los naturales se hacia en aquel
colegio, obligaron al padre rector y demas padres 4 proponcr que se
admitiese el curato de Tepotzotlin, y aunque desde la primera congre-
gacion provincial se habia propuesto generalmentc, y siempre resisti-
do & este punto tanto los vocales como los padres generales en sus res-
puestas, sin embargo, vistos los grandes inconvenientes, hubo de con.
descender el padre Claudio Acuaviva el ano de 1608, como parece por
sus respuestas 4 la s6ptima congrcgacion provincial. Con esta penni-
sion se pas6 4 pretender licencia de S. M.,que en 8 de febrero de 1610
pidi6 informe al Exmo. Sr. D. Luis de Yelasco el segundo, incluy6n-
dole un papel en que se le proponia & S. M, no convenir que se die-
se aquel curato & los jesuitas. A esta c^dula, 6 incluso informe, res-
pondi6 el marques de Salinas con fecha de {iltimo de agosto del mismo
aoo en el tenor siguiente, que no podemos dispensamos de trasladar aquf.
,iSenor: La carta de V. M. de 8 de febrero de este ano rccibi, y ros. lnfonn« d«l
— 104 —
Id pondiendo 4 lo qua V. M. eu cll& metnattdii acercads loquc lua padrcfl
do la compania piden ds que so t«s d6 en propiedad lo doctrioa de Te-
polzotl&n digo: que habiendo vuto el papeliacluao.que V. M. me man-
d6 con la carUa entieodo que at MTTicio de V. H. y deacargo de su
ntl conciencia y bian d« ioa indios do aipul paitido, eMari may bien
qua w la d6 i U compare eaU doctrina en proptedad, porque con el
eelo que tienen del bien de Ioa indioa y de hi enaenanza, ban hecbo
en nquella doatrina.muclia provecfao, ayudaodo & Ioa cl6ngos que en
ella^ha habido desde el tiempo de D. Pedro Moja de Contreraa que alii
fiieron, que ha treinta aiios, y el mianio aizolMmo, como me conala,
deMA'toucho que la compaJUa guataae de tomar aquella docirina en
pnpiedad para tratar de ello con V. H.; p^ la compafiia nq qoiao
obligarse 6 ello, porque nunca han tntado de tenet doctrinaa en Mtaa
iadiaa,*]rdoBquetienenenel Peril lea oblig6& teneilaa D. Fiancbcode
Toledo, nendo alii virey; pen viendo poi eaperieocia en eala doctrina
d eatorim que ban hallado en algiinaa clirigoa para coutinuar el fnito
que ban hccko y hacen en aquelloa indioa, y que tiepen alii fundado
«a colegio de au noviciado, donde pueden vi*ir en obwi'raaein jeligio.
at, tntan de eate particulai, y aaf ae me nlieee ^na no Uene fuena al.
gvui la raaon primera qua ae al^a en elpapel iocluao de que si se
laa dfcavta doctrina an pn>|Hedad,preteBdeiinotnsde cltri|[be, iquien
■nalim ir i ayudafi ponpw yo hi qne oottozco i estoa padtea en eate
niBO trcinla y cinoo aSoa, y ayudan i cI£rigoa de muchaa doctrinaa,
«Mi laa aaltdaa que fc eato auelen hacer, y nunca Ioa be visto nl mdo
tantarda qoenr y apetecer doctrinaa (bera de cria porta nzonqoanr-
riba dge. La aegunda naoo del papd, que ea de taa haciendaa que
tiaoe aqoel ctdegio de TepotxotUn pan an Aindaoion y matento, y que
arf ae podii tHoer que ocnpen i Ioa indioa deaqoal putidoen eUaa,
luapoQO tiene fucna; lo uixh porqae 4 mimecoaata qua lo maa de
^faaBna haciwidaa ea fixn 4b aqiwl paitidoi y lo otn ponpia anaqoe
iMnea oaoa molinM en ti, Bane* ba taaido sa amfaasTeeenqoe T. H.
■• hi BaB&ido le aim an eale golnnM qnqa B%BBB de kM iadioa de
•qmI partido contn Ioa dicbee padieai y ea ci«Q> ^a b hnfaieraB ^•
da « Ioa mokntann cb alga, y alfaBoe da Ids d^rifoa de a^ieOa doc-
tnaa que no ban eatado bien cea Ioa dicbea paidra^ BO ae hnUetan 4aa<
tvl
«. - .
— 105 —
ml para que veaga en cllo, y cl general con mucha dificxdiad ha con*
cedido que se pueda tratar de csto, y solo en esta ductrina por la iqe-
tancia de los indios. Y asi se me ofrece que no hay razon dc memen-
to que impida el hacer V. M. merced d los padres de la Compania, en
lo que piden; 4ntes hay las que he dicho para que se Ic» conccda, d la^
cuales se puede anadir, que estos padres tiencn alii do ordinario tres 6
cuatro sacerdotes que saben bien la lengua otoraite, que es la natural
de loB indios de aquel partido, con que los doctrinan, en la cual lengua
ninguno de los cl^rigos que ha habido en aquella doctrina los ha doc*:
trinado como me consta, porque no la aprendcn por ser tan diflcil, y
estos padres la aprenden con cuidado, y siendo tantos y religiosos acu-.
diran mejor 4 la doctrina, que un clerigo solo aunque la supivra. Y ,
algunas voces que yo he estado en aquel lugar he visto lo que aquellos
padres hacen en esto, y cudn bien puestas ticnen las cosas del culto di-
vino y doctrina de los indios. Y es cosa cierta que 4 los mismos indio8«
aun en lo temporal, estar4 mejor; porque como estos padres, confoc«.
me 4 su religion, no pueden llenar ni aprovecharse delas ofrepdas, to..
das las distribuirdn entre los indios pobres, como mo consta que lo luu
cen en el Peru, que sera de rauy grande bien para ellos, Y fisj por>
esto, como por lo que yo s^ del Peru de las dos doctrinas quo alii tit*-,
nen del cercado de Lima y de Juli, se nie ofrece que estaria muy bien
al servicio de Died y de Y. M. que estos padres tuviesen, no solo la
doctrina de Tepotau^tlan que piden, sine otras muchas. £1 no haber esta«i
do mucho tiempo el 6l6ri^ de aquel partido en ^1, dino en Me^icoy^iia
side porque aquellofl padres ban acudido con tanto cuidado 4 la dpc^riofUi
no solo no hacla falta, sine 4ntes estaba muy mejor suplida, y asi lo9.
vireyes y^ prelados lo ban tenido pot bien, y por medio mas conveniens
te para el bien de los indios, Guarde Dios, 6ec." En consecuenoia^
de este informe y otras diligencias que practic6 el prudente principe
en ^ de junio de 1618 anos, despachd cedula al marqu^ de Guadalca--
zar para que se diese 4 la compania en propiedad el curate deXepoto
zotl4n proveyendo al Br. D. Sebastian Gutierrez del de C^tediAli van
CO por muerte del Br. Agustin Diaz, la cual cedula insert6 Ja real au-
diencia en auto de 27 de setiembre de 1618, que es comp ^igue* . . . .j
Don Felipe por la Gracia de Dios, dice. Muy reverendo en Cri«to».p^^j^.^^^j
padre doctor D. Juan de la Cerna, arzobispo do Ja igl^sia metropoli.-
tana de la ciudad de M6xico de la Nucva-Espana de mi conscjo, 6.4
vucstro provisor 6 vicario general, salud y ^acia. Bien sabeis, 6 dc-
— 106 —
bcia ashsr, qua net por derecho como por bulft apoittSIiea, i mi como a
& rcy de Csatilla y Leon, peitfinece la preaeotacinn de todu las dig-
nidades, canoDgiaa, racionea y otroe beneScioa ecleai&aticos, osi de Im
da la dicha igleaia coma de laa demaa da las Indias, ialos y tiemt fir-
DM d«I mar Oceano, y el proveer de di>«triDaa 4 Im dichos roinos, y
Msntar y dividir los beneficios para que mis rasallos lo tengan do per-
sonas doclaa de ciencia, coaciencia y buena vida; y para que so me
giiarde este derecho y palronazgo, he mandado dar la 6rdea que so de-
be tener y observar en lo susodicho, y por haber vacado uno de los cu-
ntoa da la dicha iglesia metropolitana, por fin y niuerte del liceocia-
do Agtistin Diaz, por justaa causas que me morierDD mandfi lilnrar una
mi' real cfidula del tenor siguicnte. — El Rey> Marques de Guadalca-
zari partente, mi virey, y capitan geaeral de ta Nueva-Espafla, A i la
penoDa 6 persooas, 4 cuyo cargo fuere su gobierno. Como habreis en-
tandido por parte de la companfa de Jesus de esa tiorra sa me suplici)
le hiciese merced de la doctrina y bcnoficio de TepotzotUn, que tiena
t >u cargo el Br. Sebastian Gulierroz, y por cidulaa mias oa manda A
Tos ; k esa audiencia me informase deao de to que m M ofrecia acerca
de ello, y tomtMen al arzebiapo de esa ciudad; y que ri en al aatretan-
to pudiisedes vos oomponer lo que 4 eslo tooa, y que el dicho bene&cio
m dieee 4 la diclia ctfmpaflfa, lo procur4sedea da suerte que tuviese
aftcto como mas largo se contiese en laa dichas c6dulaa 4 'que rae re-
fi«ro. T el padre Francisco de Figueroa, procurador de Is dicha com-
paftisi en nombre del dicho bacbiller Sebastian Gutierrez, me ha au.
plioado le hiciaae merced de preaentarla al curato que vac6 en U me-
tropolitana de eaa uudad por el Ue. Agoatin Diaz que fallacid ti met
de ietiembra del a&o pnsado da 617, 6 darle cMola para que le prave-
yAaedea en til, 6 en otro que vacaae, con lo cual ae podria dar el de
TipotKotUn 4 la dicha Compafila: y habiindoaa Tislo en al mi consejo
nnl da laa Indias, lo que me infom>4steis en virtud de laa dichas mis
o6duIaB, en carta de 34 da mayo del dicbo aSo, he tenido por bien da
BUidar dar esta mi o4duIa por la coal oa mando, que ealando race tl
ikbo beneficio cnrato de la dicha igleaia, pnmats en 41 al dicho ba.
chiller Sebaatian Gutiamz, y si no en el primaro que Tacare. de ma-
Ban, qua tenga eon eato eompUdo afecto k> que toea al dicho benefi'
do da TepotzotUa que ha de estar 4 cargo do loa raligiosoa de Im di-
obawM^afifaiy en ealamianaoonfbniiidBdeMiriboalanofaiipodeeaB
«iaM. FtelMaa Madrid 4 5dajuiodaI«]S«BM^1MlB*r*
— lot —
Por manilado del tey nuostro Senor Juan Ruiz Jc Contreraa. En la
ciudad de Mexico 4 26 dias del mes dc seticmbre de 1618 afioff, 1).
Diego Fernandez de C(^rdova, dtc. Habiendo vtsto la real cedula de
esta otra parte, y lo que por ella S. M. le ordena y manda, S. E. l^
iom6 en eus nianos,be96 y puso sobre su caboza, y dijo que la obedcciai
y obedeci6 con la reverencia y acatamiento debido; y que atento d que
hasta ahora nose ha proveido el dicho curato, que en la iglesia de eeta
ciudad vac6 por fin y muerte del licenciado Agustin Diaz Prcsbitero^
que lo servia, le de8pach6 provision de presentacion de 61 al bachillcr
Sebastian Gutierrez, bcneficiado del partido dc Tepotzotl&n, inserto en
ella esta real cedula y obedecimiento, y asimisrao se dc el despacho
necesario & la parte de la Compania de Jesus, para que en conformi-
dad de lo contenido en la dicha real c6dula tengan & su cargo la doc-
trina y administracion de los dichos indios de Tepotzotlan como S. M.
ordena y manda, y asi lo provey6 y firm6 S. E.: El marques de Gua-
dalc4zar. — Ante mi: D. Manuel Francisco de Gauna. — Y porque ree.
pecto de estar vaco el dicho beneficio curato de esta iglesia por muerte
del dicho licenciado Agustin Diaz, y no haberse presentado 4 61 otra
persona, con acucrdo del dicho mi virey hice prcsentacion y nombra-
roiento en el dicho bachiller Sebastian Gutierrez, y se le despach6
provision para que le di^sedes la colacion y can6nica institucion de
^1, por cuya causa quedd vacante el dicho beneficio de Tepotzotldn, al
cual yo he de presentar persona que le tenga y adroinistre. Por tan-
to, por la prescnte, y conforme 4 lo dispuesto por la dicha mi real c6*
dula que desuso va incorporada con acuerdo del dicho mi virey, he ha*
hido por bien de dar el dicho beneficio 4 los religiosos de la Compania
de Jesus de esa tierra, para ahora, y hasta que por mi otra cosa se pro-
vca y mande, para que le tenga y admin istre, ponicndo en 61 persona
id6nea y suficiente, en quien concurran las calidades, que conforme i
lo dispuesto por mi patronazgo real, y por la ercccion de los beneficios
de esa Iglesia en la administracion de ellos y do las doctrinas, asi se-
culares como regularcs, son nccesarias, la cual dicha persona religto-
sa de la dicha Compania, que asi nombraren, ha do tener 4 su cargo y
cuidado la administracion do los Santos Sacramentos, predicando 4 los
naturales en la lengua que mas vulgarmente usaren, y confes4ndoIos y
doctrin4ndolos, como cura y p4rroco suyo, segun y como el dicho ba*
chiller Sebastian Gutierrez los ha tenido y administrado, y los tienen
y adminiftran los deroas religiosos de esa tierra que tienen 4 su cargo
— 108 —
ei>tiicj;'.i)i. s il'H'ii'ln;i'<; Ji' tnaiioia, que mi ruul coQciouciii on todo a«
ilcHcitrf^uu. V nsi os ruego y en cargo, quo en virtud do esta mi pre-
iiRiilncion, d^is y hagais dar la poseston del dicho benoAcio & la dicha
Oompania do Jcsu!>, & ciiyo cargo ha de estar, como dicha cs, con to-
dos Ina dcmn-i recaudos y faculicUi's que para la dicha admlntBtracion
fucrcD nccroarios. Dada en la ciudad do Mexico 6 27 dion del mes da
sclicmbrcde 1618 aii.ya. — EI marques de Guadalc&zDr. — Rcfrendada
de D. Manuel Francisco de Gauna."
Poaciion dul Kn consecucncia de est a real provision, el lllmo. Sr. arzobispo pro-
""'«'*' d'^ta" ^^'^"^ lucgo i dar & la Comparn'a la posesion de aquel beneficio, pro-
" inelSr. voyondo al Lie. U. Sebastian Gutierrez el de la Santa Iglesia Metro,
politana de Mexico, cooforme & la c^dula de S> M. Con eato se res-
lituy6 la paz y la trauquilidad a aquel partido: ae puso en mejor tJrden
la administracion y doctrina enlro los indios, cod gnindo conforroidad
y armonia con cl lllmo. Sr. Cerna. De una pequeHa causa pudo na-
ccr poco despuca un tlisturbio que impidieso por mucho ticmpo, y quo
aun aiTuinasQ cntcramcntoel frulo quo en csie pueblOi y aun en (oda la
Nuera-Espnua hacia ta Compania. £1 padra Crisldbsl Gomez, hombrc
dotado do una rnra elocuencia, y quo por ent<!iiices florecia con grandc
aplauso en el pulpito, predic6 por aquollos dins un sermon que la ma-
ligiddad 6 la impmdencia hall6 modo de interpretar contra ol Sr. ar-
lobispo. El lllmo., justamento indignado do aemejantc atrevimicnto,
quisb pTOceder i caellgar por si mismo al que creia delincucnte. EI
padre Nicol&e do Amaya, provincial enttincea, examinadaa afiriamenle
hiB palabras y discursoa del orador, no ballaba en toda aquella pieza
motivo elgiiao de lo)> que malicioaaraente se fingtan para irritar i aquel
prelado contra el padre Gomez. En virtud de eato, repreaenlri modea-
lamente al Sr. arzobispo las diligencios que habia practicado, le pre-
aen(6 cl sonnnn, y auadio que para cnlcra satisfaccion de bu senarla
estaba pronto 4 segutr cualquier arbittio que le sugiriese para que sir-
rioac de esoanniento & los vcnideroa. No viniendo en eeto ol lllmo.,
y qiiericndo baccrse justicia por su mano, f\i4 neceaario, confonde al
pnvilegio concedido & los regulares, elegir juez conservador en la per-
sona del Dr. D. Antonio Membrila j Arriaga, maestre escuela do lit
Santa Igleaia Catedral do Oazaca, que se ballaba por entdncea en M<-
xtHK Para procediendo eata Anotificar algunoa autosain hBberniB-
niftlMido IttfcemiiionaSt m lirtiid de laa coales procadia con iqaalla'
apo«T61iCB acitwidad, b\ Sr. imcabispb l« mandA ponar pr«M ni la eir-
— 109 —
eel publica arzobispal. Todo parecia encaininarse a uu peligro6o
roiupimiento: el Exmo. marquds de Guadalcazar, dio ordcn al Lie. D-
Diego Gomez de Mena, oidor de la real audiencia, para que pusicdc en
libertad al dicho conscrvador. No pudo csto ejecutarse sin algun rui^
do y violencia, por ipas que se procuraba evitar. Y hubiora ccdido en
gran pcrjuicio de los ministerios, y nombre de la Companla, si cl pa-
dre provincial, hombre de grando santidad y celestial prudencia, no hu-
bicra presentado al Sr. arzobispo una juridica informacion, fecha en 18
de noviembre de cste mismo auo, en que muchos y graves Icsligost ba*
jo dc jurameutc, dcponian de las sencillas y nada maliciosas cspresio-
ncs del predicador. Con esta demostracion se sqrenu ol dnirao do
nquel prelado, y volvi6 k florecor en ^1 la anligua estimacion y aprecio
que habia mostrado siempre d la Conipauia.
Auadi6sc por estc mismo tiempo & laprovincia un nuevo colegio en Fuiidaciundcl
la ciudad dc M^rida, capital de Yucaldn. Ninguna otra provincia ha- ^^f^ ^
bia prctendido con mas fbcrza ni conslancia la Compama. £s verdad
que en dos tomos manuscritos que se halls^n en la provincia se dice ha-
bcr ido en primera mision a Yucatan los padres Peuro Diaz y Pedro
Calderon el ano de 1617, y -asi lo escribe tambien en su historia ma-
nuscrita el padre Andres Porcz de Rivas; sin embargo^ cs preciso con-
fesar que hay en todo csto roucho yerro. £1 mismo padre Andres Pe-
rez escribe que esta misiou (k Yucatan del pac|re PcdrQ Diaz fuu larg<i,
yquc se dotuvo en ella mas dp .un auo, lo cual sq cpnyence m^iiificij^-
tamente falso, pues consta haber muerto en M^^xico cl padre )fG^ll^>
Diaz a. 12 dc onero do 1618.' Lo segundo, porque en su ci^ta , ciMir
ficante inserta en la nnua de 1618, so dice habei* ido on inisiou .d ftl^^t
catdn trece 6 catprce anos dntes, que correspondc d los auos de l^QA
6 1606. Lo terccroi porque en este mismo tiempo, quiero dcci)i>..^
alio do 1605, pone la primera mision ^ Yucatdn el R. P. Fr; Diegq
dc CogoUudo, cscritor diligentisinio de la historia de aqiiella pipyipqju.
Anadese, que como escribe el mismo ^adre Andres Perez^ lQ9,pfiiii4J>:
ros jesuitas iueron a peticion de D. Tristdn (dcbia decir D. C4rl9R)^
Luna y Arellaocx, gobernador de aqucU^ plaza, y «s cierto qpq ppt.jas^,
anos de 1617 uo.gobernaba ya I|, Cdrlos de Lupa, sino D*^ Ef{^i|^iM<i,
Ramirez Briseuo. Esf pues, cierUsimo que la primera peticior^ <4®.-lli;
repiiblica de Merida fud hjii joorta dc aquf^lr gobonfadgr^y^cabib^ s^Bj^dn
lur, fecha en 12 de octubre de 16p4^,. £I.sigu^cntc-aiJu>:d<^; 3i6i){};fuee
)x>n cnviados \oa ()adrcs.Pfdro. Diaz, y^ Pedro Cal/iqrpji,. ^(^ oHilQinHf
TOMO II.
15
— no—
t la cusluiiibrc (!e iiucstros mayorct?, se hospcdaron en cl liospitul del
Rosario, (jiic dcspuos se di6 ^ los rcligiosos dc S. Juan dc Dios. Prc-
dicabun en la Catcdral, qnc era la (\uc hoy sirvc de iglesia al dicho hos-
pitali y en o1 convento de S. Francisco, por bouignidad dc aquella so-
ralica faniilia, con accptacion y provccho dc loda la ciudad. £sto nio-
vio de tal sucrte los ^ninios, que procuraron s^riamcnto pernianeciese
ulli la Compania. £n un cabildo que se tuvo & 5 de agosto de aqucl
niisnio auo se tratu que de las prinieras encomiendas que vacascn se
dopositasen dos mil pesos para sustento de los padres, se cscribiese 6,
S. M . y al real consejo para la confirmacion de csta merccd, y licencia
para la lundacion dc uu colcgio. Estas diligencias no tuvieron efecto
por cnt6nce3, y cl ])adre Pedro Diaz hubo dc volvcr despues de dos
anos a Mexico con bastantc dolor dc aquella rcpublica, quo agradeci-
da & su doctrina y cjemplos de su religiosa vida, conserv6 su retrato en
la sacristia dc la Catcdral algunos anos.
El regimiento de la ciudad prosigui6 cu sus diligencias para con cl
padre general y provincial de Mexico, y & sus consejos 6 instancias
cl pi ados e cabildo D. Martin de Palomar se oblig6 & dar dos mil pe-
sos y unas casas avaluadas en cuatro 6 cinco mil para la dicha funda-
ciou, por escritura que olorg6 ante Luis de Torres, en 3 de diciembre
do 1609, la cual refrendb y ratified de nucvo en cl testamento, bajo
cuya disposicion fallecid, otorgado ante Juan Bautista Rejon Arias, t
1 08 31 de diciembre dc 1611. Pocos meses &ntes de la muerte dc D.
Martin de Palomar habia el Sr. Felipe III dirigido al padre provincial de
Mexico una real c^dula en que concede licencia para la dicha funda-
cioh, fecha en S. Lorenzo & 16 de jolio de 1611* Dijimos ya como
en la octava congregacion provincial, tenida en Mexico & 3 de noviem-
bre de 1613, 88 suplicaba al M. R. P. general admitiese la fundacion
de aquel colcgio, & que condesciende en sua respuestas dadas en Roma
& 6 de febrero de 1616. £n virtud de (odos estoa documentos, el pa-
dre provincial Nicolis de Amaj'a otorg6 pleno poder al padre Tomds
Dorainguez, para que en nombre de la Compaiiia tomase posesion de
aqvel colegio, precediendo la licencia y aprobacion del Sr. obispo do
aquella ciudad ante Juan Perez en 5 de febrero do 1618. El Illmo.
Sr. D. Fr. (ronzalo dc Salazar, del 6rden de S. Agustin, di6 su gm-
tm Kcencia y aceptacion en ID de mayo de 1618, y cl Sr. D. Francis-
CO Ramires Briserio provey6 auto on que Ics mandaba dar posesiou
en 19 dift rii^po'delinianio aiio dc 1618. Homos dado tan ezacta y
—Ill—
circunsianciada noticia de todos esto6 posagoti, y piioslo eh-toda sti iiiz
ecitos pasos juridicos do la fundaciou de Yucatan, para dijsonrodar el
nudo que se halla en losantiguos manuscritos, yju^lifioar la mzonque
tencnios para no seguir su cronologia en esto punto, rcspccto que de-
bemos d la antiguedad y a la religiosidad de.sus autores. Los prime-
ros jesuitas quo llegaron a Merida fueron los padres Toniad Domin-
guez, por superior, Francisco de Contreras, Melchor Maldonado y cl
hermano Pedro Mena, coadjutor, 4 que se agreg6poco despucs un her-
mono estudiante, que aprendiese la leugua maya .general del pais, para
que ordenado predicase y confcsase en ella a los indios, conforrae ^ ia
voluntad del piadoso fundador.
De la situacion, temperamento, poblacionea y cosas maravillosaa de ^^ridade"
csta peninsula, tanto en lo fisico como en. lo. politico de su antiguo del pais,
gobierno, y en lo moral de sus ritos, religion y costMinbres, trata lar-
gamcnte el citado padre CogoUudo, cuya histc^ia teoeiiKM por una de
las mas veridicas, exactas y juiciosas que se ban escrito en la Ameri-
ca. La capital es M^rida, asiento del gobernador y capitan general,
y silla episcopal fundada por el adelaniado D. Francisco de.Montejo. ' ' '
ea 6 de enero de 1542, aunque celebra por titular con fiesta de precepto
& S. Bernabc, por baberse ganado en su dia la c^lebre bataJla de Tibohn^
(hoy M^rida) que asegur6 d los espanolcs la posesion del pais. M^rida
estd cuasi en el centre de la peninsula en, 20 grades 10 minutes de Jiaii*
tud boreal.. Valladolid, Campecho y Salamanca de Bacalar, son tacQf
bien lugares derespaaoles y fundacion del mismo montejo. La Cate-
dral fu^ erigida por el Sumo Pontifice Pio IV en 16 de ;diciembre de
1561. £1 primer obispo co&sagrado de esta di6cesis fae el Illtno. 3r,;
D. Fr. Francisco del Toral, y dntes de 6\ habian side presentackM.Ff,
Juan de la Puerta y D. Fr. Julian Garc^s, con nombre.de obispo de
Cozumql 6 de nuestra Sonera de los Remedies, y de&|)ues fu6 primer,
obispo de Tlaxcala. La Catedral se de.dic6 por el nusmo Pontifice d
S. Ildefonso, no sin especial. providencia,habiendp losr ciudadanos pre-
tendido dedicarla 41a Encarnacioo, olvidados do una antigua proipesa.
que habian hecho al Santo arzobispo de Toledo. En la dipha Iglesiai
que es una f^brica suntuosa y magnlfica, se ve en' la capilla que i^i^
ve de gagrario una inscripcion en una piedra del payimentOY con esta^*
palabras: Hicjacet Franc. S. R, E. Card, Archie, Ksta Upida lia»
dado que pensar & algunos curiosos. Muchos la ban creido supuesta
& capiicho. Otros hao disourrido con mucha variedad. Nt creemop
— 112 —
(|iio haya siilo mi'ilicius.uneiite iingtda |)ara atornicntar los iiigenios di*
Ins anticiiniios, que .segnramentc huhiera sido iin tmbajo ocioso, ni po-
demos avontiirartampocoalguna racional conjctiira. En el p^tiodrl
convcnto dc S. Francisco C8t& una cruz de piedra con un santo Cris-
tOy que es famn comun habersc hallado en laconquista. £n la huer-
ta del misnio convento se ven aun algunas piedras curiosamente la-
bradas con cotas y morreon(^s & la antigua romana, y piinica. Lo
cferto es que los espanoles hallaron casas de piedra grandes y de bue-
na arquitectura, con cruces en muchas de las puerlas y en un adora-
torio dc Campeche: quelosindios eran dc los mas cultos y ladinos de
toda la America, tanto en el gobicrno politico, como en los ardides de
la gaerra. Las profcsias de Chilam Balam, 6 Cambal, y de otros an-
tiguos sacerdoles de aquella nacion han merecido el ascenso de horn-
bres muy cuerdos, y si se da cr^dito & las profeslas de las Sibilas, no
hallamoB argumento para iieg4rsclo A las predicciones de unos gen-
tiles como ellas.
Mucrte del A la fundacion del colegio de M<^rida anadiremos la muerte del pa-
Dia" ^^^^ ^^ IPedro Diaz, que le habia dado principio con au fervoroaa minoii.
Fu^ uno de los primeros fundadores de la provincia y destinado por
San Francisco de Borja para- nnaestro de novicios desde Europa, y
que luego en llegando hiciese la prafesion de cuarto voto, aunquc [no
tenia eino veintisiete aiios de edad. Gobernd dos veces el colegio dc
Mexico, fu^ dos veces procuradori Roma, prep6sito de la Casa Pro-
fesa, provincial y fundador de los colegios de Guadalajara y Oaxaca
por muerte del padre Diego Lopez. £n su tiempo se abri6 la puerta
i. laa misiones de infieles. En las fundaciones de Oaxaca y Guadala-
jara, siendo rector y prorincial en el pleito aobre el sitio de la Profcsn,
manifest^ una celcftfial prudencia. derivada de au mocha caridad con
loa pr6jimos y continue trato con Dios. Fu6 admirable la prontitud
J docilidad con que dcspucji de haberobtentdo cuantos empleos Instro-
808 tiene la proTincia* t A lo« sesenta aiios poco menos de su edad« A
la mas ligera insimnicion, emprendkS el Tiage & MMda de Tucatin.
donde dcj6 tan burn nombre de la Compania y tan Miave olor de sua
Tirtudes, quo estaba aun firoMa la memoria despues de catorec anos
q[ae se fundd ^1 colegio. Entre muchas religiosisimas sentencias su-
jMB que dej6 escrita*, y de qxie se valia ffecuentemente en su conrer-
aacMMiy era vmj notable que an rebgioao ha da tener aiempre algima
cosa que k eiltf HuMndo al apoaeMo. Miiri6coB acirtiiiiieBlodaflo-
— 113—
ria la provincia cl dia docc de enero dc 618: cl IHmo. Si\ D. Juan do
la Scma, arzobispo de Mexico, el Sr. D. Juan do Nenteria, pbispo do
la Nueva Segovia, y otras muchas personas dc distincion le visitaron
en su enferrnedad, y dos padres qiie lo habian confesado general men-
te dieron testimonio de que habia muerto con la gracia bautismal.
A fines del ano murid tanibien en Granada de Nicaragua el padre Mucrio del
podrc Scbnp-
Sebastian Chieca, uno de los fundadores de aqucUa residcncia, joven tianChieca.
de veinliocho anos de edad, pero muy maduro en virtud; dc singular
aspereza de vida, y de una grande actividady celo para procurar la
salud de las almas. £n el poco tiempo quo habia estado en aquolla
tierra sc mereci6 tarobien por su constancia en el trabajo 4 inocencia
de su vida las estimaciones de aquella ciudad, tanto que en los ullimos
dias las personas mas distinguidas, hincadas las rodillas al redcdor de
su pobre lecho, le pedian su bendicion y pretendian con 4nsia cual.
quiera de sus alhajas. Los curas de la ciudad impidieron se enterra-
80 el dia siguiente por la mauana para hacerle ellos d la tarde el funow
ral con cuanta solemnidad permitia el pais. Los padres de San Fran-'
cisco vinieron d nueslra iglesia 4 cantarle una misa en demostracion
de lo qiie a! padre y d b Compaiila estimaban. Muri6 el dia 26 de
diciembre del mismo ano. ■ >
Entro los tepehuanes, con los buenos oficios del padre Andrds Lo* Inquictud de
pcz habian ya vuelto tantos & sus pueblos* que parecid neccsario en- ^^ y«»V"8.
viar en su socorro al padre Jos^ de Lomas, antiguo misionero de la
Topfa. Las misiones del Norte no ofrecian por este tiempo cosa
considerable: los pueblos todos de Sinaloa, singularmenle los yaquis,
parecian crecer por instsntes en policia y religiom • Sin erobygirgo, no '
faltaban sustos y contradicciones i, los dos misioneros, Por dosTeeti
habian pretendido algunos sediciosos dar la muerte al padre Tom^Q
Basilio. La primera, con pretestode Uevarlo d visitar & an eiifermo: U
segunda, quericndo abiertamente acometerle un indio bdrbaro, creyen-
do que el bautismo que el padre habia dado d un hijo suyo era Im pau-^
sa de su muerte. En una y otra ocasion lucid bien la fidelidad deia
mayor parte de los yaquis, que socorrieron prontamepte d su mini^o '
No fu6 menor el riesgo en que se vi6 el padre Andrds Perez yeod^'A
visitar d un viejo enfermo: este le recibi6 con agrura, y cbreigidndole
amorosaniente el padre, otro que estaba con 61 corri6 & tomar el aiod
y la flecha, y hubiera quedado alii victima d su celo, si otra.indie^
los que acompfuiaban siempre al mjnistrd no se hubierp abk-a^daicate
— 114 —
aquel burbaro mientras sc ponia en seguro el misionero. Con la vida
(le estos peligraba tal vez toda aquella nueva cristiandad. £n dos dis-
tintas ocasiones, vueltos d su natural ferocidad, flecbaron & pna india
do nacion Guaiama, que habia mucho tiempo estado entre ellos, y ca-
sado con uno de los principales yaquis, y d unos nevonHfS, que con la
seguridad de haber ministro en aquellos pueblos pasaban d ver al mi-
sionero. A la india dieron cruel muerte sin poderlo remediar el padre,
que bubo de ceder al tiempo, y dejar pasar aquella furia, en que no
cran capaces de consejo. Al nevome sac6 y puso k cubierto de todo
insulto la fidelidad de un buen cacique. £ntre tanto los mayos vinie-
ron d quejarse de que babiendo ya los yaquis recibido padres y oido
la palabra de Dios, conscrvaban aun algunas cabelleras de los roayos
para celobrar sus bailes. Nosotros, decian, luego que comenzamos a
ser cristianos, quemamos todas las cabelleras y huesos de nuestros anti-
guoscnemigos. fistas cruelcs memorias creimos desde luego muy con-
trarias d las leycs de mansedumbre y humanid^d que nos enseuaban
los padres. Los yaquis, si son verdaderamente 6 desean ser de una
misma ley don nosotros y soguir vuestra doctrinal deben olvidar las
antiguas cncroistades, tratamos come 4 liennanosy y no perpetuar jun.
tamente con las supers! iciones de sugentilidad el 6dio de sus vecinos.
Una reconvencion tan justa avergonz6 d los yaquis. Respondieron
que tales cabelleras y tales bailes se hacian sin su noticia. Hicieron
exactas averiguaciones, hallaron algunas prendas semejantes, y juntas
Be raandaron quemar publicamente en la plaza del pueblo principal de
Torin.
Muerte de aL Los grandes auoaentos que el ano antecedente habia tenido la pro-
\Q^ ^^ Tincia se recompensaron bien con las grandes p^rdidas que en todas
partes tuvo que llorar en el ano de 1619. Los padres Francisco Ma-
JUinOy Pedro Mercado, y Ju&n Bautista Espinola, murieron en la Casa
Pfofesa en 13 de agosto, 15 y 19 de octubre. £n el colegio rodximo
los padres Francisco Yaez, Bilvestre Garcia, y Martin Fernandez; el
tUtimo d 14 de noviembre, los dos primeros d 14 y 19 de julio. £a
Oazaca falt6 el padre Juan Sanchez* y en Veracruz el padre Juan
Rogel. . Estos dos uUimosi y el padre Pedro Mercado, eran de los pri-
meros fundadores de la Provincia* y los otros de los mas antiguos de ella
liombres de miicha religion y de muy sdlidas virtudes, de que espera-
mom tratar difusamente en otra parte. £1 padre Juan Sanchez era el
ttnidida Us i|iMi YUlieron con el padre Pedro Sancbest y muri6 d los
— 115 —
31 <Ie diciembre. EI padre Juan Rogel era el priinero que liabia vc-
nido de la Compauia & la America septentrional con el padre Pedro
Martinez. A su muerte precedi6 la ruina de la casa 6 iglesia de Ve- t ^ dc
racruz, y de cuasi toda aquella ciudad en el incendio do los primeros Veracruz,
dias de este aiio. Quem&ronse los conventos de Santo Domingo y la
Merced. De nuestra Casa habia ya pasado el fuego sin considerable
lesion; pero ocho barriles de p61vora que se quemaron en casa de un
mercader con las piezas del techo y casa que hicieron volar i. todas
partes, volvieron & prender el fuego en nuestra casa ^ iglesia, ayudado
de un recio norte, con tanta violencia, que nada fu^ posible sacar sino
el santisirao Sacramento, y al padre Juan RogeU que por su avanzada
edad de noventa anos fu6 necesario cargarle dos sugetos en brazos y
llevarle d casa de un hombre honrado. Los ciudadanos mostraron
raucho en esta ocasion el antiguo y s6lido aprecio que hacian de los
jesuitas. Luego se les prepar6 casa en que albergarse. El Illmo.
Sr. D. Alonso de la Mota escribi6 k los curas que nos dejasen ejecu*
tar nuestros ministerios en la parroquia, como ya ellos lo habian gus-
tosamente ofrecido. Unos se encargaroh de proveerlos de ropa, otros
de alimento, otros de juntar limosnas para fi&brica del colegio 4 iglesia,
cuyas alhajas habian enteramente consumido las llamas: con esta li-
beralidad dentro de poco se comenz6 la flibrica. EI padre Juan Ro.
gel hubo de permanecer en la casa de un antiguo penitente suyo, en
atencion- & su edad, que no permitia tantas mudanzas. Los padres
iban diariamente & verlo, porque no conociera el religioslsimo'anciano
que estaba en distinta casa. El dia 19 observaron que anduvo por
toda la casa con una estraordinaria alegria y semblante de un ^ngeh
Sentado k comer con su huesped k la mesa, repentinamonte se levafl*
t6, junt6 las manos, alzd al cielo los ojos, y luego poni^ndolos carifio-
samente^en su bieohechor que le miraba at6nito, sin hablar palabra nt
dar muestra alguna de sentimiento 6 de congoja, los cend y di6 sii
alma al Criador. La pdrdida de la ciudad se avalud en nias de dos
millones, escribi6 el padre rector de aquel colegio, y con todo se ha
sentido por mayor la de un varon apost6lico como el padre Juan Ro-
gel, y de tan rara virtud y santidad, que se puede contar entre los mas
insignes que ha tenido la Compaiiia. EI padre NicoUs de Arnaya, pro-
vincial que era, y tan gran maestro de espiritu como dan k entender
sus piadosisimos escritos, escribiendo al padre general Mucio Wite-
Ueschiy despues de haber referido la carta de dicho padre rector, con*
— lit) —
cluye asi: Hubtii U(iui el padre, y pudiera alargarsc mas en la sauta
vida del padic Rogel, que fue admirable, y de varon vcrdaderamcntc
sunto, y dc los dc mayor virtud que en nucslro tierapo hemes alcanzado.
Elogio delve- A las muertes de tan insignesjcsuitas podremos anadir la del vene-
do^DfJ'Tr*! ^^^^ si^"^'^ ^^ ^*^® ^^- ^*^^^^ Cardete, de la familia scrafica. El
IVdro Garde amor grande que este hombre raro tuvo siempre a la Compania, y la
ft*
cstimacion que di6 en Yucatan d los jesuitas, no permite que pasemos
adelante sin dar en este ano, que ilustr6 con su mucrte, esta raucstra dc
nuestro agradecimiento y mcmoria de sua hcruicas virtudes. Tuvo una
santa 6 intima amistad con el padre Pedro Diaz, muy seroejante & 61
en cl espiritu, 4 quien comunic6 como habia pcdidu muchas veces al
Sefior que fuese 6 aquel pais la Compania. £1 Souor, anadi6y me lo
ha conccdido; pcro por ahora no se lograr^ la fundacion prometida.
El padre Pedro Diaz conscrv6 siempre tal vcneracion 4 8U XDemoTia,
que dcapues dc catorce afios dijo d los padres que pasabon d fundar cl
colcgio de M6rida: Yayan en Uora bucna muy consolados que alii ha-
llardn al viejo Cardete, hombre de gran virtud y eantidad. Luego que
llcgaron los padres, ya que las cnfermcdadcs con que lo ejercitaba cl
Scnor no Ic dleron lugar para ir d visitorlos, advirti6 al guardian que
pnsaso un oficio d Jos recien vcnidos,,y lea ofrcciese cuanto pudicsen
necesitar. £1 pooo ticmpo que le dure la vida, tuvicron en el un pa-
d^e d quien visitaban y amaban con la mayor ternura. En su ultima
qnfermcdad^ cercado de sus hcrmanos y dc todos los nuestros, que iguul-
mente le Uora ban, cxhort6 d unos y otros d que se amasen siempre
muclio, y trabajascn como, buenos hermauos en la vina del coraun pa-
dre de faroilias. Por mandado del lUmo. Sr. D. Fr. Gonzalo dc Sala-
zar, so hicieron deapues de su muerto inforroaciones que autorizo el
Ilino.« y en que los padres Tomds Doroinguez, y Francisco de Con-
p^fW9 depusieron con juramento cosas admirables. £n el f^retro a-
,|iri6 dois voces los ojos claros y hern^osoe que le voIvi6 d ccrrar otras
tuitaa, derratdando muchaa Idgrimas de devocipn el citado padre Fran-
pwcp dp Contreras. Muri6 el santo honibro d 2 de Setiembre dc 1619.
El toatimoDio del Sr. obispo dice asf: „No8 el maestro D. Fr. Gonzalo
de Salazar, por la miseracioD divina» y de la santa sedo apost6iipa de
Roma, obispo de ostas provinciaa de Yucatdo, Cozumel y Tabasco, del
cooRejo de S. M. d&c. Habiendo visto la informacion dada por cl pa-
drp, Fr. J!u«^B do Arcllanoi guardian del convcnta del SerdAco padre 8.
Franciacojcle ostaciudad atrda coDtenida, docituos que los tcfltigos en
^\- •■- - - I II I III Ml- ir - — ^T-.-i-ir ■. ■».l*u.i. nan, vt^. --4^ ■•■>«'? ■ J-. _-^m. Ji.-we_i-^
-111-
verdiMl. ¥ oertiUblimbfli- ^ue de tiem(m'd(>i^^ dci ctt^tlfkys-d d^lb ^.
te quo v«lAifiio» & este hncetro otespadd-y <?oiibdWlb» at pjidrc 1^.-1^
tiro Candete, nos fu6 publico y noffbtid la dA«dt^i2Uty sd^ Ja4 y¥^li^(«»A,
con que siempre procedi6 hasta cl fin de su vida. Y las vM64'tj<ie-'k
visitamos esperi men tamos ser religiose santode toda virtud, porque en
suspalabras t^»n compueatas'y macizas, en su virtud tan penitcnlo y re-
ligiosa, nos coiisto ser uno de los santos religiosos que hatenido la 6r-
d.;n del Serafico padre S. Francisco en esta provincia; y como tal le
f stimamos y von? ramos con toda devocion, porqiic cl csplendor do su
vi<l'(i movia d nu .stro interior espiritu para tratarle con el respeto y
veneracion de siervo de Dios. Con cuya fe nos hallamos a las exequias
y entierro de su cuerpo; a donde se moviu toda la ciudad, y lo que mas
causo en nos y en todos generalmcnte grande admiracion, fue estar el
dicho su cuerpo al cabo de mas de veinte horas de su fallecimiento tan
flexible, amoroso y tratable, que se dejaba gobernar sus miembros con
muy grande facilidad, cosa estraordinaria y particular en esta tierra don-
de por ser caliente, k las ocho horas los cuerpos se corrompen y quedan
tiezos. Y teni6ndolo como siempre le tuvimos por varon santo, con
toda veneracion le besamos las manos, y procedia del dicho su cuerpo
un olor suave que demostraba estar su alma en verdadero descaniM).
Todo lo cual certificamos, 6 interponemos en estos autos nuestra auto-
ridad, y lo firmamos ^."
En Sinaloa 4 la mi tad del afio habia entrado el padre Diego de f^tado de lo«
Guzman d los indios neboraes, que habia tiempo pretendian esta dicha. demas cole.
La tierra, dice el mismo padre en su relacion, es muy apacible y f<§r-
til por las muchas aguas que tiene. Los naturales muy d6ciles y fnas
cortesanos que los demds que hasta ahora se han descubierto; tienen ca-
sus de terrado, y las mugcres desde muy ninas andan cubiertas has-
ta los pies con pieles de venado muy bien curtidas y pintadas. Han
hecho iglesias y aniistad con los yaquis, y como estaban tan bicn dis-
puestos por sus ])urientes los de Baimoa, en estos pocos mescs re han
bautizado mil qisinicntos diez y seis adultos, fuera de cinco a.il no-
vcnta y seis pdrvulos. £n toda la provincia de Sinaloa Be coniaban
ya bautizados y roducidas d la chstiana politica setenta y cinco roil
almas, y mas do cincuenta mil se veian correr de los paises vecinos
en busca de las fuentes de la vida. Los dcm&s colegios de la provin-
cia proseguian en el fervor de sus santos ministerios. En el colegio
TOM. II. 16
Novena con.
— 118 —
nidximOt siendo sccrctario el padre Juan dc Jicdesma, sc cclebr6 el
dia 2 de novicmbrc la nona congregacion provincial, en que fueron
elegidos procuradores d Roma y Madrid los padres Hernando dc
Villafane y Juan Laurencio, rectores de los colegios de Sinnloa y
de M^xioo.
\:f
I.
DE LA PROVINCIA
S>S S'^ C!)Q)&£l^^ltS^ 6>SI I?SI®^®
UE
NUEVA-ESPANA
mamma) 7^2^
SUMARIO.
Beatificacion de S. Javier, y muerte del hcrinano Marcos GarciiV
Piden cl bautismo los chinipas y otras muchas nacioncs. Division de
las inisioncs dc Sinaloa y S. Ignacio. De los comicaris, tepagues y
sisibotaris. Renovacion del Seiior de Ixmiquilpan. Muerte del padre
Francisco Ramirez, y rnision de Michoac&n. Resolucion de despoblar
4 Granada, y nuevas instancias de los vccinos. Principios de funda-
cion en cl Rcalejo. Visita del padre Luis do Molina. Peste on Tuca-
Idn. Muerte del padre Yidal. Del padre Agustin Cano. Del padre
Agustin de Quiroz. Del Sr. obispo do Michoacdn. Sucosos de misio-
nes. Muerte do los padres Joaquin Serrano y Nicolas de Amaya. Otros
en Puebla. Principios de flindacion en S. Luis Potosi. Sucesos de Si-
naloa. De Tepehuanes. Origen de esta advocacion. Tumulto grande^
en Mexico. Destierro del ilustHaimo. Entredicho. Calumnia refiita-'
da. Establecimiento de la Compania en Potosi. Sucesos do misio-
nes. Pretension del Sr. obispo de Ciudad Real. Fundacion de S. II-
defonso dc Puebla. Refutaso una calumnia acerca de esta fundacion
•
Enfermedad del ilustrisimo. Su muerte. Beatificacion de S. Francis-
co de Borja. Muerte del hermano Juan de Aldana. Principios de fbn-
dacion en Quer^taro. Posesion decasa 6 iglesia. Descripcion del pais.
Santa Cruz y fundacion del colegio apostdlico. Donacion al colegio
de Potosf. Int^ntato fundar noviciado en Mexico. Dotacion para es*
T-
— 120 —
te cfccto. Mucrte 4e lu3 paduisj^^'jrj) dv lIurlj<rosa y Jikiu du Tol)ar.
Del padre Martin Perez. Del capitan Diogo Martinez da Hiirdaide,
6 inquictud do los ncbonics. Misiones en Michoacan. Cedula del rev.
Mucrte del padre Jose Vides. Pretension del colegio dc Tduiacan.
R^Ci(49^<ifi Iqs chiiuj)^^- IVlpuj^ie del Iieriuaoo Juan Castro. Carta
del padrir 'Pedro Mcndez. Siiccsos de los jjuazave.s. Vislta del Sr.
Ilcrinosillo y su muertc. Pretension del obispo di? Coniayagur.. Miier-
to del liorniano Pedro do Ovalle. Canoaizaciori dc fS. Felipe dc Jesus.
Inundacion grande. ServiciQS dc los jesuitas en la ocasion. Provich ji-
• ■
cias del virey. Quejas contra la Compauia y su satir:ihccion. Mucr-
te <lel padre Francisco Ramirez, Pretension do hf^ Indies de Topia.
Succsos de los tarahumares. EntfH^:^ los aybiuo.s y batucos. C;.:--
ta del padre Martin de Azpilcucta. Muertes dc varios sugetos. IJi:-
decima congregacion provincial. Minas del Parral. Inquietud d-;
los guazaparis. Conspiiacion contra los padres. Mucrte dc los dos
inisioneros. Consecuencias de este alzamiento. Transacion del plei-
to dc S. Ildefonso de Puebla. Dotacion del colegio de Guadiana.
Muerto del padre Cristdbfil Angel. Del padre Juan Laurencio, y pa-
dre Pedro Gutierrez* .Redu.ccion dc los hinas* Do los humis. Muer-
tc del padre Pedro Graving, Fnitos do Sinaloa y muerto del padro
Herpahdo de .Villafaiie. Del padro AIodso Gomez de Cervantes. Del
padre Lorenzo de Ayala. Frutos de Oaxaca. Peste en variaa ciu-
dadcs y muerte dej-padre Juan dc Ledesma. Fundacion del colegio
real de Crista. Muertc de. varies sugetos. Duodecima congrega-
cion provincial. In^ujetyd dc los t<^pebuancs. Frincipios dc la re-
duccion ih Sonora. Dcscripcion del pais. De los rios Colorado y
Gila.. De sus ycrbas y raiccs modicinalep. De sus supcrsticiones.
De sus gucrras. Cox^rcrsion de los tarabiunaics gcptentrionalcs. Su-
cesos de inifsio^es. Fundi^ion del nuevo rectorado .()e S, Javier. Do-
taciqn dcl^coWip de V^ra^^n^z. Doi)acion de D. Jutjji de Nava v
contradiccion. JJuca^o. ^ Ips padres Alonso Guerrero y Bernar-
difio.dc Llanos. Succsos 4ek los dcruas coleirios.
I.
... J ■ * .
Beyifioacupp^ [ -^^ ;>Nncipio6 del ano dc 1^20, 6Ji fines del afio r.^lecedentc babia
^I^.w.^.^^8^''''-'-^ ^ *^^*^^^-^^'^ ^^^ ^^ S. Francisco
Tier T iDuono^ ^ ■ • ■ • ■ ''
del termano ^^}9h ^-'uyas sol^n)u::3 fte#J|»s ocupfifi^a Its mayor parte del aSo en los
Mirco. Gat- pole^ios de cst^a pvvvinc^ifi^^^ppnn^ptend© en toda^ partes el favor de
los Ill.i^o3..4»r^lj«^ui?^.ilo Iftf <ia*'i|[!l<>p. y. ruligioncs cji^^ au toda« las ciu-
— m —
dacles dondc hnbia casu 6 colcgio, quisicroa tomursc una gran parte on
ucusiun-de tauio jubilo para la Conopariia. Entre lodas sc singul^ri-
7.6 graiidcincnte la Puebla do los Angeles y su Illrao. preladoD. llde-
lonso de la Mota y Efxobar. Kn Cate col(?gio niurio algunos mcscs
dcspucs cl fervoroso hermano ■!\Iarcos Garcia, quo junto en un grn-
d'.> cniinentc todas las vlrtudcs prupias dc su estudo, una grande einr
ceridad, una humildad profunda, una perfoctu jKibreza, un trabajo in-
<;;in.sable, en treinla auos que sirviii las haciendas, en que sin embargo
«lo la solcdad y libertad que ofrcce el campo, fu<i siempre observanti-
siino de la distribucion rcligiosa. Probglc nucstro Sffior eon nucve
afios de continual enfermedades, que loleradas con admirable pacien-
cm, lo sacaron dc osta vida el dia 14 de diciembro. Por este misnio
tiom[/0 se concedio licencia para una c^tedra de moral en Mdrida a
pcticion del Sr. obispo.
En It. o paises del !Norte la tranquilidad y fervor de los neofitos abiia »• jg« ^i y.
mas puerta a1 Evapgclio cada dia. Los chinipas, pueblos situados en tinnoloflchi.
lo mas alto del rio del Fuerte, sabieodo la grando harnUre que afligi6 nacionc^ "^
por csto tiempo a loa sinaloas, y otros pueblos vecinos, recogjerou un^
gran cantidad de maiz, frijol y otras semillas quo vinieron a ofrecer
gustosamente d los misLoneros para el socorro de aquella ncccsidfid, pi-
diendo que en recompensa fuesen d sus tierras d doctrinarlps en la fe.
Con la esperanza de que en paisando las aguns se les (|aria gusto, par-
tieron llenos de consuelo. Dieron aviso al rcsto dc la nacion, y de
comun acuerdoy resolvierou abrir y allanar los caminqs: i-ediij^fonsc
a cuatro pueblos, edificaron a^so, ^ iglesia, levantaron crucei? por tpdas
partes, y lo que no sc habia visto en otro algqno dc lo§ pueblos, ello9
espontdneamente vedaron, bajo de graves pcnas, que ningupo tuciese
ni vcndicse algun licor que cmbriagase. A los chjnip^^ sq juqiaron
para csperar al padre otras rancberias de gentiles vecinps, quo llama-
ban buites, y que yfi de antes luibiau prct^ndido apsiqsaipente lo niis-
mo. Los guazaparis, nacion numerosa yque ya por dos ocasiones ha-
bia bajado d tratar de su doctrina, repiti5 la misina djligencia aun con
inu!j vivas instancias por este mismo tiempo. La misipn de los nebo-
mcsi crecia cada dia con nuevas geptes. No parccc, (escribe el padre
Diego de Guzman) sinr> ^^0 Piosv ppr la iotercesion de nuestro paidre
S. Francisco J&viec ya di)aitaD]dq esta ipision, pprquc fiiei^ de los in.u.
cbos indios qi|€ tenemosi «i;pa d^ hr cri^tiano qgo h^^f>i^ del rip Sisi-
buiari, ha recibi6 con grpndo alegria> poni^i^dp crycps y pidiendo p^res.
— 122—
Dice, que cont6 setenta ranchcrlas, y que era tanta la gente conio la
de Mayo, rauy d6cil y que prometieron juntarse en cinco pueblos to-
dos en tierra liana y cercanos, que puodan visifarsc en un dia. El ca-
cique principal vino de alii ^ diez dias a csta villa d verse con el padre
y con el capitun. Vinome luego t visitar y present6nie Ires Sguilas.
Tambien me vinieron d ver los caciques de los batucos y me rontaron
cien rancherias pobladas d orillas, y cOntinCian en visitarmc a menu-
do." Hasta aqui el padre Diego de Guzman, por donde se ve con
cudntas ventajas restauraba el Seuor en estos paises, cuanto habia
perdido la religion entre los tepehuanes. En la provincia de Sinaloa
se habian bautizado en el ano, siete mil y quinientos entre pdrvulos y
adultos.
Diviiiionde Con los nuevos aumentos do la mision en cslos ullimos afios, sien-
de Sinaloa y ^^ V^ veinticuatro los sacerdotes, que la piedad del rey sustentaba
San Ignacio. en aquellos paises, y habi^ndose avanzado las espirituales conquistas
mas de sesenta leguas adelante de la villa do Sinaloa, parecia necesa-
rio senalar en Mayo la cabecera de otra mision, donde residiese un su-
perior, distiuto del que residia en la villa, y que a la ordinaria adminis-
tracion de los indios juntase tamibien el cuidado de los nuestros. Sc
8ciial6 por superior al padre Crist6bal Vallalta, antiguo misionero de
los sinaloas. En sola esta mision, que comprendia los mayos, yaquis
y nebomes, habia once misioneros, d cuyo cargo estaban, segun el pa-
dron que por mayor habian forma do los padres, mas de veintiun mil
almas en Mayo, treinta mil en Yaqui y nueve mil en lo poco que
hasta entdoces se habia penetrado de los nebomes. El partido mas
antiguo de los mayos se dividi6 en otros tres, de tres pueblos cada uno.
El mas oriental y mas cercaoo, compuesto do mayos y tepahues, so
did al padre Miguel Godines, el de en m^dio y cabecera de la mision
cupo en Buerte al padre Diego de la Cruz, y el mas occidental y mas
Yccino d la costa del golfo califprnio, tuvieron los dos padres Juan Ya-
rela y Juan Angel. Estos y los demas ministios, tenian siempre un
utillsimo ejercicio 6 en perfeccionar la imdgen de Jesucrislo en los ya
bautizados, 6 en formarla en las muchas naciones vecinas de gentiles,
que de todas partes pedian el bautismo. A instancias do los chinipas
que de nuevo habian enviado cien indios principales al pueblo de To-
re, hubo de pasar d sus tierras el padre Pedro Juan Castini. Ilabian-
B6 juntado en el mismo pueblo y con el mismo piadoso designio, siete
ti ocho caciques guazaparis. Parecidle esta buena ocasion al padre
nes.
— 123 —
I»ra coocluir uq tralo de aliaDza entre los guazaparis y los chiuipas,
cuja division y discordia podia ser uii grande obstdculo para la pro-
mulgacion del Evangelic. Convid6 & los de una y otra nacion para
un misrao dia, en que les di6 un solerano banquete, tratdndolos igual-
raente como d sus comunes hijos en Jesucristo, y exhortdndolos d la
paz, si querian recibir la ley del Dios verdadero. EUos se abrazaron
y prometieron guardar una coQstante amislad.
Del rio de Mayo se pas6 tainbien 6 la nacion de los comicaris, que Rcduccionde
lom6 a su cargo el padre Miguel Godines, ministro de los tepahues. ^^^ "'^*^"
Esta era una puerta muy franca para la conversion de los hios, nacion
un poco acia el Este* d ocho leguas de Tepahue, y cinco de Comicari,
cnyo ejemplo seguirian fdcilmenle los huvagueres y los tehuisos sus
vecinos mas acia el centro de la sierra. Logr6 tambien el fcrvoroso
padre Godines & costa de no pocas fatigas, que los basiroas y tebatas,
quo poco &ntes por quererlos sacar de sus pueblos habian huido d los
DionteSf volviesen de sus descarrios, y se aloja^fti en otros pueblos
de cristiauos. En Yaqui trabajaban por este tiempo cinco misioneros.
£1 padre Crist6bal de Yillalta, superior de aquella mision y residente
en Torin, habia entrado & succeder al padre Andres Perez de Rivas^
que desde fines del auo antecedente, despues de diez y seis auos de
inisiones, habia llamado la obediencia & Mexico para confiar d su pru-
dencia y religiosidad los mas importantes empleos de la provincia. A
los nebomes se destinaron los padres Francisco de Olinano y Diego
de Wandersippe. Esta nacion> por mayor seguridad habia dado con
todas las formalidades la paz y la obediencia al capitan de Sinaloa y
confirm6 este aiio la sinceridad de su palabra, enviando al Seminano
de indios de la villa once de los hijos de los principales caciques. £1
padre Pedro Mendez, aunque no de asiento, di6 tambien feliz princi-
pio & la mision de los sisibotaris. El padre Andres Perez de Rivas
sefiala esta entrada del padre Pedro Mendez al aiio de 1628, citando
una carta del mismo padre; y aunque cita al fin del mismo capitulo
otra entrada ol ano de 1621, la.atribuye d otro misionero. Nosotros
la hemes restituido d su verdadero autor el padre Mendez, guiados de
un testimonio tan aut^ntico, como.es la carta anua original del aiio de
1621 en que el padre Nicolds de Arnaya, dice asi: „Dar^ fin d esta
mision con una que recibi del padie Pedro Mendez, grande ap6stol de
toda aquella gentilidad, el cual, habiendo estado muchos aiios entre
aquellofl bdrbaros, convirtiendo muchas almas d nuestra santa f^, me
— 121 —
parccio tracric d M('»xir.o, dondo ch^scnnsaso do sns muchos y glorio-
Ros trhlwijos y nos edtfica^c a todos, y habiendo cstado algnn tirnipo,
despues por un aiio entero, me importuii6 para que le volviesc entre
sns gentiles 4 hijbs convcrtidos, V hiibb de cohdesecnder con sus nie.
gos: llegado all^ rccibi una suya de eKte tenor, 8lc. Luego pone la
carta que cila el padre Perez en su historia, la cual se convencc no ser
del alio de 28, pucs sc halla en la annua dc 21 firmada por cl padre
Nicolas de Arnayn, que inuri6 luego el aHo de 23. Sea do esto lo que
tiiere, los sisibotaris so baI16 ser la nacion mns docil y mas cnlta de
tnths las que ha^^ta alii se habiah descubierto. Tiabitan en unos vjil!i\s
de bello cielo y ><aludablo temple, cerca()os do montes no muy nI:o«.
Eii 6l trage, dice la citada carta, son muy difereatos de los yaqiri.-? y
mayos. Los hotnbres se cubreh con una poqueila manta pintada de
la cintura d la rodilla, y cuahdo hdce frio usafi uhas mantas gran^
dcs de algodon y pita. L^s mugieti^s viitl cargndas d6 vcstidos^
y al cntrar en la iglesitji baceti <tanto ruicto torao si fueran espafio*
)as. Los faldellines <\ue dsan llegatl hAsti( dl suelo, db' piolos
brunidas y.blandad (iomo una seda, conpinturas de eolores 6 de algo-
<Lon y pita, que tieneh en abundahcia.' 8e ponen 1 mas do eso un de*
Mhtal de la cioturA abajo, que en machab suele ber negto, y pareoo
escapulario-de moDjAi$. Lasdonbellas especialkneaie usan.una.espe*
e&e de jUbonbB 6 cor(>irio$ tnuy bieti l^bradoa; ti todd esto auadeii en
el ikiviecno iittbs como roquetes, j. hsi todas son hooestisiomsb Son
estod iti^os mny sdbtios en el ttomer, y por eEft> ^ozan de niiiy buena
sahid. Sus casas don dd btuto y de ierrado^ 4' nrodo jdb las que Be ha-*
cth de adbbes» f- ttiejorMt- potque aubqtu cl barrt).e8.8ia miSBclil de
paja, lo pfBUBXk y disponendi» manera que quoda.coddb uha. piedtnt S
lUego lo dubfen oon roadenla fiieites y bien labradas. £a las .daiiKas
qae bac^An eft thuedM dd alisgiila, €vL^Mij..4e aotar ^\m auoqtle dan-
tebbtt juntos hombres y lAulgerea, iii«d hablabab ni ae tocabaa ilHne**
diatatn^te Ids ftiano^, siao i^idoa i los c^boadc inantas 6 pauos; de
algodon, y las^n^ingerbs coA fet oJoaMi eLifl^lb cbn giabdo bofopostu-
ta y recato. AM aRentabtui unob tndios gentifes . la poca circun^c-
(HoD dti los cristianoH muy antiguos. .Todas las imaiensa recibici oii
^hded bs^ertiDRas d« naevoa aumenlos abn la prot^ccion del Illmo.
8r: 't). Fr. CrdAzalo de HeimosiUo, t>rhner obtspo de Guadiaiiay catie-
dtal ilu«vAitatatb etigtda (lor bulaa aposUSKcab de Piiuio V y cHula da
8, M. de 14 d6 JUttio de utt misttto aiio»
s\
1 ™ . ' tm r
— 125 —
Renovaeion del Senor de Ixmlqnllimii, llamado
do. Santa Teresa la antig^ua de Mexico.
A la ciudad de Mexico fue esie auo felicisimo (1621) por la milagrosa
renovacipn del Santp Cristo dc Ixmiquilpan, uno de los prodigies mas
coustadtes y aver/guados en es4a Ntieva Espaua, y que pertcncciendo
CQ parte 4 la inemoria del <Sr. Z). Aloi^so de ViUaaecaj insigne fimdador
de Duestro colcgio niiximo, no crecjcaos ser fuera de proposito ador-
nar esta nnrracion con la de un suceso tan ruidoso. Este piadoso ca-
ballero habia por Ips auos de 1545 maadado tracr do los reinos dc Casti-
11a diversas sagradas imagenes, de las cuales una del Santo Ecce Homo
don6 & su colcgio de S. Pedro y S. Pablo, y se venera aun en aquella
iglesia, otra de Cristo crucificado mand6 colocar en el tcmplo del Real
y minas de Ixmiquilpan, que llamaban del plomo pobre, y que entonces
ie pertenecian. Estuvo por muchos aiios la estdtua en un 4ngulo del
altar al lado de la Epistola, hasta que por los de 1615 visitando aquel
partido el lUmo. Sr. D. Juan Perez de la Sema, y considerando el
grande estrago que el tiempo y el descuido habian hecho en la sagrada
im&gen, y que apenas conservaba ya semblante humane, provey6 au-
to para que en primera ocasion se enterrase. En mas de cinco alios
no se cumpli6 con lo mandado, disponi^ndok) as! la Providencia que
preparaba ya el camino 4 la admirable renovacion. Por todo este tiem-
po se oyeron varias noches en la Iglesia tristes gemidos, horroroso os-
truendoi y aun tal vez repique de las campanas, con espanto de los ve-
cinos y aun de los ministros, que Ilegaban 4 desamparar la vecindad.
Oianse en el aire musicas de voces ^ instrumentos, y veiansc tambien
salir de la iglesia, como procesioncs de penitentes, que luego repenti-
trnmente dcsaparecian. Dur6 esto hasta el dia 5 de marzo, segundo
Tiemes de cuarcsma del ano de 1621, en que habiendo un recio hura-
can arniinado la mitad del techo de la iglesia y concurrido en tropa los
vecinos i cxarninar el estrago, vicron por una reja de las pucrtas que
la santa imugcn desprendida de la Cruz caminaba por el aire, y dctras
de ella, como ix doce pasos, la santi Cruz. Arrebatados de la admi-
racion deserrajaron las puertas por no hallarse d mano las Haves, y
v4eron como retrocediendo la Cruz y la imdgcn en la misma forma
volvta d colocarse en su antiguo sitio. No estaba entonces en el Real
el vicario de aquel partido, y aunque informado despues, nunca d\6
TOMO If. 17
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rredito, tonicndo csta coir.o lodas las antccrcl( ntcs cosas que habian
acontccido, por ilusion dc los vccinoj?. Entre tanto, por la suma e^te-
rilidad de aquel ano, detennino el mismo vioario sacar en procesion
una devota imdgcn de Nuestra Senora que so veneraba en su iglesia.
Rogdronle los vccinos que sacaso la estatua del Santo Cristo, y aun-
que lo resislio mucho tiempo diciendo que estaba indecente, denegri-
do, y casi sin cabeza, hubo al fin de condescender con tan feliz suce-
so, que antes de llegar al medio del camino comenzo ^ entoldarse el
oielo con grandes y densas nubcs. Al volver la procesion comenz6
la lliivia, que se continu6 por diez y siete dias en el Real, y dos legtias
en cnntorno, esperimentdndose la misma esteiilidad que antes en los
pueblos vccinos.
Paso lo dicho hasta el dia 19 de mayo, vispera dc la Ascencion, en
que el mismo vicario oy6 diversas ocasiones entre las tres y cuatro
de la tarde tan ruidosos golpes y gemidos, que A pesar de su incredii-
Hdad, le obligaron d llamar gcnte y registrar la iglesia, aunque no ha-
llando causa se corri6 de haberse (como decia) dejado asustar sin fun-
damento. Ccrraba ya la puerta del templo cuando oy6 comenzarse 4
repicar las campanas aprisa y r6ciamcnte. Con este motivo volvi6 4
registrar detr^ y por los lados del altar mayor, y llegando dcia el iu-
gar del Santo Cristo, le cay6 de lo alto una gota de agua en la oreja
derecha. Con csta ocasion uno del concurso reconoci6 que sudaba la
imagcn, y llegdndose muchos otros a certificarse reconocieron que so
habia entcramente rcnovado. A vista de tan grande prodigio, comen-
z6 el vicario d enjugar con lienzos el sudor, quo sin embargo procedi6
tan copioso, que mojrt muchos hasta el dia siguientc d las ocho de la
manana. Hici6ronsc muchas diligencias desde este dia 20 de mayo para
asegurarso cuanto humanamente fueso posible do lo sobre natural del
succso. Estos sudores so rcpiticron distintas ocasiones con otros cs-
pantosos sucesos dc temblorcs y estraordinariofj movimientos, que por
grandos procaucidnes que tomo el vicario no pudieron ocultarse al Sr.
Arzobispo. Este, conforme d la gravednd del negocio, cnvi6 al Lie.
1). Juan (le Aguado, provisor de los indiop, y visitador general dc la
diocesis, acompanado de un notario, receptor y nn fiscal, para que hi-
ciesc una exacta informacion, y en caso de no hallar cosa cicrta tra-
jesc preso al vicario. Entre tanto, a las seis dc la manana cl dia 1. ^
de junio, habia sudado otra vez la santa imugen, piimero ngun, despues
agua y sangro, quo brotandole tambien por la frcnte le foi*m6 una cin-
— 127 —
ta 6 faja al dcrrcdor como la conserva hasta hoy vu iVuu El provisor,
proinulgados algunos cdictos, dctermin6 llcvar a su casa la imagon pa-
ra ponerla 4 cubierto do todo fraudo 6 engafio. Vieron las piedras con
que habian acunado la cruz sobre cl altar raatizadas todas de sangro
frosca, que rcconocieron, y comprobaron dicho visit.idor y notario con
vcinticinco testigos. En la casa del visitador se obraron tan frccuen-
ics prodigies, ya de clarisinio resplandor en la obscuridad de la nochc,
ya de movimientos, ya de sudoreo y sanidades repentinas, que depusie-
ron mas de setenta y cinco testigos, que el Illmo. Sr. Serna di6 6rdcn
para que so trajese d Mexico en una area cerrada. AI cargaria, aun-
que no era la estatua sino de carton, sintieron un exhorbitante peso,
que haciendo los circunstantes varias promesas piadosas, parecio dis-
ininuirsc, y so pudo emprendcr la conduccion la manana del dia 14 do
Julio. Comenzada la marcha fue tan viva la oposicion de los indios y
vecinos de aqucllas minas, que arrancaron la estcitua de las inanos del
visitador y vicario, quedando por ent6ncc8 depositada en el convento
de religiosos agustinos. Aqui, sacdndola en procesion todos los dias,
so csperimehtaron y se autenticaron admirables prodigies, singularmen-
te un dia, que con espantode todos los circunstantes, se le vi6 abrir los
ojos y volver el rostro dcia atrds. Con la noticia quo cada dia crccia
de cosas tan raras, se di6 mas apretada 6rden para su rcmision d esta
ciudad, de parte del Sr. Arzobispo y del Rmo, Fr. Agustin de Ardui,
provincial de S. Agustin, con lo cual hubieron de condescender aque-
Ilos vecinos, y se trajo d Mdxico'la sagrada im6gcn, que el piadoso Ar-
zobispo deposit6 en su palacio, y algunos afios despucs, habiendo do
partiree d los reinos de Castilla, la dcj6 en cl convento de S. Jos6 do
religiosas carmelitas descalzas, donde despucs aca ha sido venerada
con singular devocion do toda la ciudad, principalmcnte dcspues que cl
Illroo Sr. D. Francisco de Aguiar y Seijas, scgun lo dispuesto por el
Santo Concilio de Trento, visto cl proceso 6 informaciones juridicas,
pronuncio scntencia de ser milagrosa aquella rcnovacion con todod los
sucesos antccedentes y consiguientes della, el dia 18 de mnyo de 1689
alios, t
t Eela rclacion (son palabras del manuscrito del padre Alcgre) ota copiada
del manuscrito con notas del autor, que bc conserva en cl archivo del vircinulo
de Nueva-EHpaiia.
Tambicn se vo consignada ci el tomo 3. "^ pdgina 1254 dc la Monarquia tjo
£spana, historia de la vida y hechoB del rcy Felipe III, obra p^stnma del maeslm
— 128 —
^ Jel En ol colcgio du I'ui/.cuaro niiiy it los i-rintipios <lei afiu llcvu lI tic-
limy nor psir;; si al padre ticrutiiino Rouiirez, nalunil ilo Siivilla, lioiiibrc dc
' "'■ miicha oracion y Je un culo anliontu de la salvucion de las ahiini', en
cuya conversion cmpleO la major jinrto do su vida, primcro con los ta-
rascos, lucgo en la gran IcgHnadeSunPodroidcuyadticlnnndit'ipriii-
GU Gonzalez Davilo, croniela Jc diclio icy y dv Fcliiio IV cl Crandi^, uarguruiiJu
catc cs< T.tuT que liabia iciiio original cl proccBO que iiiaiid'i fnriiiiir tl urzuhisjju I,ii
Kcma ... . Ilaata do vrAc, docimicnio [irccloso litis privaron I™ cspiinoliB, jr liirpo
not adriu'ramos dc toi falla dc los apuntes qne pudo formar cl St. Ziiniarraga i«>brc
U AjHiricion do nucxtra Sea. do Gnadati^, hnbiendo lanta dircrtiicla cntrc lu <!pu-
M du [531 CD que su vctificd, i la del ajio en que ei.iti\6 d >Sr. La ^ciun, cuaii.
lo va dc an cslado dc horriUli;s gutiras en que gubcmd cl Sr. /iuriiimiga, al dc
un ctUidd de piufunda i'u:i y i,uictud del reinado de Felijic III. I.a iuvaiiioii ii<:
EKjiana por los franccBi's cii 1308 liizo que tclos fc apodtraBcn dc ills prineiimltii
nrchivof, eoiiio el dc Simancav, dc dondc han Eaeado Iob mas intgnrtantca doco.
mciitoB relativos L las AniCricBS, j cuja cmnpilaclon, rormada por H. Hernmix.
Compant, <)uo liaettt liof llega a veinle loiuoa, licniofl lo qxic pan) ariginat pol loe
pimcroB eouquiBtadores, dc quo no teniainos noticia, y_ tambicn Icciuos lui ivla.
cioncn de liis jr.incro* obiEpoa dirigidas al rcj-, uiuujue e)u la dcBgtacia dc liu-
nariu t.u Icctura en el pure y castizo idioina cspafiol en quo W! esenbicroii p<-T
■qucllos preladoe.
Edla asombrosB rcnovaciim del Soiior de Santa Tccosa, no Bola lia Bido crcldu
basta nuvHlrosdiaapurtodosIciiinexieanoBiSinocoiiliniiadii cxin prodigioa ungulanm,
espaiinicutQiido eu ails piotcectoii co Lcdas los ealainidadcx pilblicaa, y ultimas
lucnlc en la terrible cpldciuia del cAu/ira tiuritijque comenxdii cedcr luegoque if
tacd en magnifiea proeei-iuii. Lob aEC*:licos crecn que en su rclioTacion BUfri6
cl Sefioc lua miomaB congnjus que en el tridiio ^c la Cruz en el Cutvano, y que su
miserieoidia dcia este pueblo inexicano ba «ido tanla. que por rnnediarlo y c*.
Ungutr la abominable idolalrfo,' mlfriii una nuofa paiion. Sea de cito lo quo bc
quiero, Bu majpiifioo tcrapVi da tcdiinaaio do bus beniladcH y de la gma piodad
de nucstroB BcIcb; cs do bclliBima aniuilectuia, j eU cimbonio eanipca wbrc loa
, naa ■uguislt^B cdifiuios, stilal&ndoac, aqui coinD pudiera el dc S, Podro en Roinu.
Es Dn furot rudondo tosli^r.iJo sobre dos bilema dc columr.ati, que Uaina singular,
inentc li> admiracion dc lodo vingcroquc lovisita con cntusiavmo. Eicflalo tambien
con un (^into Icmor, la imAgen niifma del Scfior, que nadtc o(« rcrlo lino abruma-
do dc tl 1 I'rofUndo icrpeto y coinfuBion: liabla sin duds nl eorazon y cicita al
antpCii^iniento y al dolor. ^Ali! pleguc a BU bondad que yo la lenga picBCnto al
ticmpo i,i:c exliolc cl iiUi:i:i Buspiro I SL-giiro estoy dc tenci una buena acogida
huniiUado a bus pJUB, y dc s uor dc la dolencia de mis iniquidudi'i>, ennio los tHrai-li.
laa cuando vciau cl Kiiubulu dc eala figura en la scrpicnte de broi:ee que MoiBeB Ics
prcBCDtit en rl dcoierlo. l^^rrilu cuLii... Bl ^ut vitre mi ratlro no inorird- Valiin<i
iBmH AfrteabuHlHr omim genit*. iSE.
'^■-l---^-J^... "^ <»■»«- -:-.f.- ■?«. Jt^. - ■ , .. . ^ , -y
— 129 —
cipio con cscursionos que hacia dcsdo cl colcgio do Zacutccas. Fun-
do ia fiimosa niision do Tepcliuancs, y Jucgo cl culegio do Guatemala,
en que manifesto bastantcmcntc la celestial prudencia que sr.cuba del
continuo trato con Dies. Su pobreza (uc suma, iiermaiia dc la
grande humildad con que cscondia sus singuiares talentoa, y por la
cual so mcrccio la cstimacion y confiauza del Sr. obispo de Guatcma-
la, no muy propicio a los principios. Volviendo de la congrogacion
provincial 4 su colcgio dc Pdtzcuaro, no le pcrmili6 su fervor pasar in-
fructuosamente aqutllos dias. Fue haciendo niision por todos los pue-
blos del camino, en que se detuvo hasta algunos diasdcfipuesde la cua-
rcsuiH. Llcgado nl colegio tuvo unos fervorosos cjercicios, y aunquo
con no se que intcriort-s prenuncios desu ccrcana mucrto,sali6cn mi-
bion |> >r los pueblos dc la tiorra caliente, d que ningujio de la compa-
fiia h-.bia entrado despues de la muerte del apostdlico padre Juan Fer-
ro. En csta ocupacion le sobrecogi<3 la enfermedad ultima, dc que mu-
rio a los 12 de cnero dc 1621. El padre Gcr6nimo do Santiago, mi.
iiioncro formado al grande ejemplar de los padres Ferro y Ramirez, pro-
sigui6 aquel evang6lico empleo, y despues de la cuaresma recorri6 ks
partidos dj Toremendo, Baniquc, Purudndiro, Fenjamo c Irrpuato.
Uno do aquellos beneiiciados, poco instruido en la conducta de nucs-
tros misioneros, y observando que la mayor parte del dia cmplcaban on
oir confesiones, pregunto a uno de los cspafioles vecinos de aquel par-
lido: (,Quc anda haciendo este padre que conficsa tanto? [For ventura
viene d juntar alguna limoena? Se le respondi6, como aun espontd-
neaniente ofrecidas no habiii querido admitirlas, de quo qued6 muy
e^iticado y deseoso do que pasase tambien el padre d su partido. De
Zacatccas so liizo una provechosa mision al Frcsnillo y d las minas
del Potosi, annquc distantes. Aqui se conoci6 tan sensiblcmente cl
fruto, en la reforma do las costumbres, que se comenz6 d tratar de la
fundaoion de un colegio entre algunas piadosas personas que efecti-
vamente lograron poco despues sus deseos.
Las esperanzas que se les dieron por cnt6nccs causaron tanto con- Rngoim;- a
suclo a los vecinos de aquel real de minas, cuanto fue el dolor quo tu- dcspoblar Gra
vo la ciudad de granada en Nicaragua de ver desvanecidas las que jJi^tancUw^^
hosta ent6ncc8 habia tenido de la fundacion de una cusa do la Compa- lo« vocinos.
nia. Desde fines del ano anteccdente habia recibido cl padre Pedro do
Cabruru, orden cerrada del padre provincial Nicolas de Arnaya, en que
le manduba restituirse con el hcnnano Bias Hernandez al colegio de
— 130 —
(fuatciiiala. No fultaron al prudenlc superior razoncs para una clctcr-
minacion al parccer tan violenta. El padre Florian do A} crve, a qu'wn
cl ano do 18 ee habia cnviado per visitador dc aqiiella residencia y del
colf^gio do Guatemala, habia sido de dictanien que no podia fimdarse
ni gobcniarse bien un colcgio tan distante. El padre Sebastian Chie-
ca, el padre Hernando Mejia, que habian estado alii, el padre Carba-
jal, rector del colegio de Guatemala, y otros varios habian sido del
inismo parccer. Por otra parte los jesuitas no habian ido alii si-
no por via de mision, y hnbian cstado ya mas de trcs anos. Sabida hi
resolucion del padre provincial se conmovi6 notablemente toda la ciu-
dad. Sc junt6 cabildo el dia 10 de enero, en que el procurador dc hi
ciudad presc^nto una peticiondel tenor siguiente.
„Francisco Lopez de Castro, procurador general de esta ciudad dc
Granada, provincia de Nicaragua, digo: que habra cuatro anus, poco
mas 6 menos, que la Compariia de Jesus esta fundada en esta ciudad,
con grande fruto de toda esta tierra, y muy grande aprovcchamicnto
de todo genero de gentcs, y que los religiosos dc ella ban acudido y
acuden al bien de las almas en confesioncs, sermones, ensofianza du
Ids nifios 6 ignorantes, dando estudios d los que ban de ser saccrdo.
tcs, y haciendo paces, y componiendo a los que est&n enemistados, y
odificando toda la tierra con la buena vida y ejemplo, y dcseo de que
todos se aprovechen y salven, como lo suele hucer la Compania dc
Jesus en todas las partes del mundo; y aunque es vcrdad, y de parte
do los superiores dc la dicha Compania ha habido alguna dificultad por
estaresto tan apartado dc M6xico; pero (iltimamentc con la fundacion
que el ailo pasado el padre Antonio de Grijalva orrcci6 del Realejo,
trajo el padre Bias Hernandez carta d Y. S. do su Rmo. padre provin*
cial en que ofrecia (i Y. S. favorecer esta fundacion de Granada, y ser
intercesor con su general para que esta fundacion de tanto scnicio de
Dies fuese adelante; y ahora de nucvo, cuando toda la tierra cstaba mas
contenta con las buenas esperanzas que cl dicbo padre provincial Ic
habia dado, ahora de repente el padre Pedro de Cabrera, superior dc
la dicha casa, ha dicho quetienc 6rden de dicho padre provincial para
irse y despoblar esta ca8a,lo que ha sido de tanta pena y dolor para to.
da la tierra, que no pudiendo muchos declarar con palabras, lo Uoran
y sienten como cs razon.
A V. S. pido y suplico, que mirando lo mucho que importa la cstada
de la Copipania de Jesus en esta ciudad, al servicio do Dies N. Senor y de
■■^^ ^ ■ ■■■ ■■■ «i-i »ju-i I ■ I' L ' v mti vjs tnmmanatr^'st ^ » ^• ^ Tlrtm'llk^Jl& ■t^J.J^t^^,.>J»^■Vc-r i-^-, j-, ,-,»;..
— 131
S. M., pucs con ella doscarga tanto s\i concicncia del bicn y provccho
de estas almas, que piJa cncarccidamente d los dichos padres en un
cabildo abierto, no salgan de csta ciudad, y que V. S. y todo el cabil-
do abierto cscriban apretada y cncarecidainente al dicho padre provin.
cial, representdndolc la gran neccsidadque hay en toda aquesta tierra
do !a Compania do Jesus, el mucho fruto que hace, y el mucbo dano que
ac ha de seguir dc su salida, y juntamente se le suplique que espere d '
la segunda resolucion de su general isimo, y para aquesto so despache
una persona de autoridad que no solanicnto lleve las cartas^, sino tam-
bieji de nizon de todo, y negocie lo que tanto nos irnportn, que para su
viage ofrccen algunos de los vecinos, y yo en su nombre, todo el gasto
necesario. Y en esto V. S. acudird al scrvicio de Dios y de S. M.,
y al provccho, edificacion, y ncccsidad de toda aquesta tierra. — Fran*
Cisco Lopez de Castro."
En consecuencia de esta pcticion se mand6juntar cabildo abierto el
dia 17, en que d hi pasada peticion afiadid el procurador general lo si-
guiente: „Que dado caso que los dichos padres se determinen d irsc, se
les pida que la dicha casa ^ iglesia con todos los ornameplos y cosas
pertcnecientes d ella, no se desbaga ni se venda nada, sino que se quede
como so estd, porque el dcshacerse seria gran desconsuelo y dolor pa-
ra todos los vecinos que ban ayudado, y noquieren que se les devuelva
nosa alguna sino que todo se quede como estd hasta que se escriba en-
carccidamente al dicho padre provincial, representdndolc lo mucho que
ha hecho la Compania, y la raucha voluntad y amor que todos le tie-
nen; y otro si, se le envie un testimonio dc los muchos vecinos que
son en esta ciudad, y de la mucha gente forastera que va y viene por
aquestos puertos, y de los muchos pueblos de indios nccesitados de
doctrina &c." K vista la peticion, se acord6 que scan los padres de la
Compania llamados para que les conste lo^'que pide el procurador ge-
neral, y para ello fueron el capitan D. Pedro de Villa Real alcalde or-
dinariu, y el capitan Cristobal de Villagra d traer d los padres, d los
males se Ls refirio lo pedido por el procurador y la voluntad de esta
ciudad, y vcnidos dijeron, que conforrae al 6rden del padre provincial
ya so balnan de haber ido; mas por dar gusto d esta ciudad y al Sr.
Gobernador y d todos los vecinos, les dejaron todas las cost s y la igle-
sia, mandas y ornamentos en la forma y mancra que estd hasta dar
cnenta personalmente al padre provincial, y que cstan en mucha obli-
gacion, y lo estd y cstard toda la Compania de Jesus al amor quo to-
•1 Rcalrjn.
— 133 —
(Ids Iwn moslrudfi J- .Icscndo b:i nompnriia. Con lo citnl, los diohos,
jiij;[icia, caliililo y rpgiraionto do esia ciiidad, y los vrrinog q\;c A cstp
cabiitlu se hallaron, hon veiiido y vicncti eo io que el prociirador gc-
ncrul hii podiilo por si;r Un I'ltil y provechoso d todos. ¥ paro que
coHdto Io firinaron &.u, A ostas dtligcncins auudjcron algunas man-
dftB, que por lodas llcgnrian & seiseionlfja pesos; pcro Io quo mas peso
di(') A todo, fiiu la sCiplien del Illmi. Sr. D. Fr. Iteiiito Gerdnimo Wal-
todnno, que aim dnles de llcgar d su oltbpado escribid al padre provin-
cini desdi! Ciirlago de Cosla Rica con fecha de 20 de ngoslo de 1621.
rrincijjioB do Uivis insWncias (an grandes, tan vivas y Ian sincerag, tenian ya bas-
l';^ tnnlc inclinajo d liniino del padre provincial, y acnb6 del todo do in-
clinarlo lu fundiicion que cntonccs sc proporciun6 de la villa dt I Kea-
lejo. Do (a-lc jiucrti) se habia escri'.a dcsdo el ano antecedenle &
nucstro padre general, que en efecto aceplo la dicha fundacion que ae
proponia muy vcntajosa en fccha de 3 de enero dc 1621, cuasi al mis-
mo liempo que se Irataba de desamparar 4 (Jninada. Log vecinos del
Rcalejo en vez de resfriarsc con estc cjemplar, tomnron mas finimo y
detenninaron inforninr 6 S. M. para que se inlcresasc en el asunlo.
En 6rden d esto, el prociirador general presenM una pelicion de ceic
tenor.
»En la villa y puerfo del Rcalejo, provincia de Nicamgun, & 13 dias
^el mes do febrero de 1621 ante el capitan Crisi<5val de Salaznr, ccir-
rcgidor dc csla villa por S. M. fu"^ leida esta pelicion.
„Felipo de Aguero procurador general do esta villa, en nombre do
ella y en viitud de Io acordado por el cabildo de 12 de este, digo: Que
si bien coinun y provccho universal de esta villa y de log e^lantcs y
babitunled eci ella, convicnc hacer informacion ad perpeluam, 6 Coma
mas haya lugor en derecho, parn enviar & S. M. en su real con<i<;jo de
las indias de los capilulos y cosas siguientes.
Lo primcro, que esia villa ea puerto de mar, y corresponde al mar
del Sur, i dondc vienen navios y fragatas asi del Perd, coino de Pana-
ma, Nueva Eipaua, Sonaonate y otras partes, y que dc aqni se ^iieien
de^pachar bajclos de aviso, y para otros efectos del servicio ilc S. M.
4 ba isks Filipinas; y mediante lo diclio hay en esta villa rniicho trato
y comercio dc los frulos de la tierra y otras iiicrcnderfas, y urude k
clla mucha gcnte dc diferenles partes al dicho comercio.
Item: que Tiasta ahora no ha habido ni hay conveoto alguno fundodo
con licencio do S. M., y que ha careeido y carece de quien Ic predt-.
n- M W-r ii M ■! I T^.Mti.. ft ^— -^-^-^ r^^^^^^^-.-c: ,i.^< -. ■• •) "t '^l.r i JiTmt
— 133 —
que la palabra evang^lica y acuda i la crianza de buenas costumbres
de los niuos que en ella nacen. Por lo cual todos generalmente son
ignorantes de lo que les conviene saber para su salvacion; de tal manem
que solo tienen el oombre de cristianoSk
Item: Que el padre Antonio do Grijalva cura y vicario que ha side
en esta villa, const&ndole de lo dicho con celo del servicio de Dios y
bien de las almas, ha hecho instancia en traer ^ esta villa un colegio
dc la Compaiiia do Jesus, y para- su fundacion y dotacion ha hecho do-
nacion y gracia de unas poderosas haciendas en el t^rmino do este
corregimiento, llamada la Cosubina que tienen para su servicio treinta
piezas de esclavos varones y hembras, donde hay dos obrages dc hacer
tinta de anil, y que con la industria de los dichos esclavos se cojen ca-
da ano de sesenta quintales para arriba, y tienen en dichas haciendas
una grande estancia de ganado vacano de mil cabezas para arriba* y
tienen una cria de mulas en que se hientm decincuenta & sesenta cada.
afio, y es capaz de criar mas de quinientas t&da, ano, y saben los t«a-
tigos que con roediana industria que en ella se ponga, las dichas hacien-
daa valdr&n mad de seis mil pesos de renta cada ano, lo cual es muy
bastante para fundar y sustentar dicho colegio, y led sobrar^ para bor
cer mucha limosna como lo acostumbran los dichos padres.
Item: Que con la venida de los padres de la Companfa 4 la ciudad
de Granada de esta provincia & cierta mision, en que han estado dos 6
tres anos, toda esta provincia de Nicaragua recibi6 y ha tenido mucho
bien y utilidad para su salvacion y buenas costumbres; de tal maneca,
que lo que hasta estos tiempos nunca se habia hecho, los vecinos de -er
llos frecuentaban los sacramentos de confesion y comonion, de quiooe
en quince dii&s, y algunos mas & menudo. Y los hijos de los espaSlo*
les que en ella nacen, que su ejercicio era en sabiendo andar ser var
queros y hombres de campo, sin ninguna doctrina ni policia, despuea
que vinieron dichos padres se habia visto tan grande enmienda y mejo*
ria aunque no han tenido colegio ni casa fundada, que unos cran ya
muy buenos gram dticos y latinos, y los pequeiios todos & una, poiiticosv
bien criados y doctrinados en el catecismo, de manora qucya se podia
esperarde ellos grandes tetras y virtud. Y por haber enviado & ilamar &
los dichos padres el provincial de la Compania, toda esta provincia
queda hu^rfana y desamparada de toda esta doctrina cristiana y buenas
costumbres, y lo que algunos han aprendido es fuerza se les ha de ol-
vidar, y los que nacieren es fuerza hayan de quedar en la misma ig-
TOMO 11. 18
— 134 —
norancin. Y olra ninguna religion es la que convienc en esta proviR^
cia tanto como la Compania, cuyo instituto es enscnar y predicar co-
mo es pOblico.
Item: Que si S. M. fuese servido dc mandar que la dicha fundacion
tuviese efecto, en ello haria i, Dios nuestro Seuor un grato servicio y
4 esta provincia, y particularmcnte ^ esta villa muy gran bien y mer-
ced. For tanto, para que ^ S. M. conste, & V. pido y suplico 6i>c, £n
cl mismo dia 13 se presentaron portestigos cl padre Antonio de Gn-
jalva cura y vicario de la dicha villa, D. Geronimo Ponce de Leon,
juez reformador de aquel corregimiento, d Pedro de Rivera escribano
de cabildo, y d Ldzaro Isidro de Quevedo y D. Manuel de 2^'osa, que
todos bajo la religion del jurameoto convinieron en los cinco capitulos
propuestos. A esta informaeion acompaud una carta firmada de todo
el regimiento el mismo dia 13 de febrero de 1621.
Vurita del pa. £1 padre provincial Nicolds de Arnaya cometi6 al padre Luis de
dwLaip de Molina, destinado visitador del coif gio de Guatemala, que pasase 4
Granada y Realejo, que exaroinase los fondos de una y otra fundacion,
y proveyese en interin lo que juzgase mas conveniente al servicio dc
Dios. Para Granada se mand6 volver al padre Pedro de Cabrera, 4
quien seualadamente pedia la ciudad, y el Illmo. Waltodano. Para el
Realejo se seuald al padre Alonso de Valencia con facultad in scriptis
del padre provincial fecha en 1 . ^ de octubre para que precediendo
]< Hcencia de S. M. admitiese en nombre del padre general la funda-
cion de aquel colegio, y diese k D. Antonio de Grijalva la patente de
fundador. El padre Luis de Molina, aunque contra el juicio y dict&-
men de cuasi todos los padres de Guatemala, recibida & mitad del auo
siguiente la licencia do S. M. para la fundacion de un colegio en el
Realejo, y una residencia en Granada, admiti6 lo uno y lo otro d la
que podemos juzgar por el suceso, no con la mas madura circunspcc-
cion. El mismo padre en la relacion que hace de su visita, conoci6
los inconvenientes que podian tener aquellas dos casas, los pocos fon-
dos dc una y otra, y sobro todo, la suma distancia de que era forzosa
consecucncia la mala administracion en un gobierno no tan dependien-
te y subordinado d la unidad como cl de In Companla. A lo que pa-
rece se admitieron estas dos fundaciones con la lisongera csperanza '
de que se podria poner en Guatemala la cabeza de una vice-provincia
si llegaban & fundarse algunos otros colegios en Chiapas, Comayagua
y Costa Rica & que podian agregrase las misioncs de gentiles dc que
Mi^MiaMMWfaBet.AkHBMasawMJMi^ii't^i.t'uMa'iwiu'A.w- f :j>saA-~
— 135 —
Isabia mucho aun en las vecindades de Cdrtago, como pretendia el con-
de de Gomera presidente de Guatemala, y el recien fundado colegio
en M^rida de Tucat&n. La esperiencia ha mostrado cuan poco fun«
damento^habia para esta imaginaria vice-provincia. Las casas de Gra-
nada y el Realejo no pudieron subsistir largo tiempo. El colegio
mas cercano k Guatemala que es el de ciudad Real, no vino & fundarse
sino muchos aiios despues. La pretendida fundacion de S. Salvador
4 fines del siglo pasado, y la de Valladolid, capital de Comayagiia, k los
principles de este se ban con mas prudencia desechado en un tiempo
en que ya la provincia mexicana trabaja demasiadamente con su mis-
ma grandeza. El poco tiempo que dur6 la Compaiiia en el Realejo
no dej6 de bacer considerable fruto. El padre Pedro de Valencia vino
^ descubrir entre los indios de Suchaba mucha y muy disimulada ido-
hitrla. Con aviso que di6 al Illmo. sali6 este luego & la visila- Ilzdld
en efectoendiferentes pueblos grandes adoratorios, y en ellos mas de
cuatrocientos idolos de diversas figuras. L]am6 al padre, que con un
fervoroso sermon excit6 en el pueblo piadosisimo Ilanto. El Sr. Arzo*
bispo 1o aviv6 mas baiiado en l^imas al dar la bendicion. Los sa-
cerdotes de los idolos asistian & este espect&culo en trage de peniten-
cia, y se hnbia luego de proceder & sentencia de azotes. Los espauo-
les que se hallaban presentes instaron tanto por el perdon, que no pudo
negarse el prelado, pero el cielo manifestd que no le era agradable se-
raejante stiplica. Cuasi repentinamente se cubri6 de nuhes que arro-
jaron gran cantidad de rayos, con tanto temor de los intercesores, que
volvieron d pedir el castigo de los infamcs ap6statas, y dentro de poco
volvi6 el cielo k su primera serenidad.
El mismo efecto de piedad y compuncion que cau86 en los vccinos
de Suchaba la tempestad, causd y con mucha mas razon en Guatemala
una erupcion del volc&n muy d los principios del ano. Habianse oido
algunos dias antes ruidos sordos que tenian ya no poco asustado al
pueblo. El dia 20 de enero, dedicado & San Sebastian, que algunos
anos antes se habia jurado patron de la ciudad, muy cerca de la noche
salian dos de los padres llamados & auxiliar & una senora dc la prime-
ra nobleza. En la plaza encontraron dos mozos con estraordinaria
prisa. Preguntadod qu^ tenian, y si iban fugitives dela justicia: „De
la de Dios, respondieron, y vamos k los monasteries k rogar 4 los reli-
giosos hagan plegarias k nuestro Senor para que no se arruinc la ciu-
dad." Inipediatamente comenzaron k oirse cspantosos bramidos del
— 138 —
volc^n. Las llamas subi an inasdc diezvnrosHobre lacumbrc, y uluni<
brabnn bnsta una gran dislancin. Alucho liumo negro y espeso acbm-
liaSaba dc cuando en cuaodo i. una coptosa Iliivia de ceniza y poca
• piedra menuda. El eepanto natural en aemejantes lances tenia baa.
tantetnente preparados los dnimaa para las exhortiLcioncs du los pa-
dres, que lograron maravilloaas converaiones. Juntaronselcs algunoa
DDBs piodosoB eclesittsticos congregantea de la Anunciatai que bicic- '
ron con esta ocosion dar su nombre i otros mucboa ii quienea el mis-
ino auo hizo participes de todas las iodulgeDcias y gracias, agregan-
dolos & la primaria de Roma el padre general Mucio Witelleschi.
FeitB en Yd- £d cstos paises se ejercitabail las obras de eapiritual misericordia.
■ion i Valla. I^" ^uc^'&n Con muy diverse g^ncro de calamidad fue prectso k loa
dolid. espiritunles ministerios afiadir otroa no menos tncritorios de caridad
corporal. £n toda la Peninsula bc hizo acntir una grande hambrc.
Loa indioe, dejaodo la ciudad y las doctrinas, eran obligados 6. discur-
rir por los roontes y laa selvaa en busca de raices y yerbas con que oli-
mentaroe. No baatando el canipo & la necesidad de tantos pobrcs,
se les vcia venir 4 vender aus pobres alhajuelas paTa coraprar un poco
dc maiz, y acab&Ddose esias muy breve se encontraban de puerta en
pwrta per la ciudad eDJambres de pobrcs. Los Srea. obispo y gober-
tndor aun repartiendo largaa limosnas, y tomando las providencias mas
eristianas en la provision y venta de los granos no podian ponei^ento-
ro rcmedio & tanto mal. En el colegio ae daba do comer diariamento
& mas dc cuatrocicntoa pobrea, y per medio de secttlares piadosos se
austentaban muchos mua con limoenas que recogian loa padres para
esle mismo efecto. Este motive Uev6 tambieu i la villa de Valladolid
al padre Melcbor Maldonodp. Juntamente con hacer alii la causa dc
lee pobrea hizo la, de Dios, predicando algunoa sermoncs, recouciUando
enemistadcs en que ba sido siempre muy deagraciado aquel pais, visitan-
do las c^rceles, c introdiicicndo Is. frecuencia de sacromentea. Agra-
decide el cum y vicario, y todo el cabildo secular & tantos buenos, ofi-
cio8)le :-,jplicaron volvieso & prcdicac alii la cuarcema, escribiendo pa-
ra esta causa al padre rnctor Tomfis Dominguez. Tralcron antes de
acomod :r olgun boapcdage y alojomiento tijo & arbitrio del niismo padre
Haldol! do, que con cdiltcacion de lodos, nu quiso otro que una piezn
delbos]iiluI dondcel se bobia inantenido todo el liompo dc su peregri-
nacion. Uno dc losiniisricos vocinoasooblig6 &dai ul niisionero cl
necesario sustento atiuclla y los demas cuaresmas quo quisiooea ir i
H.iWIJIlia „ f '-h^^g-Tmil »*inr-*^'wm;.^^J -.4^' ! .-> -.^.;A . I ' I r Ij'TJiJa'-JMi'i'r
— 137—
\alladolid. Tanto era el bucn olor de cdificacion que hubia podido
dojar un solo sujeto en pocos meses de detencion.
En el colegio do Tepotzotliin muri6 el padre Pedro Yidal, insigno Mucrtc del P.
operario do indies> en cuya inetruccion emple6 cuarenta aiiofl con un ^*^^° ^ *"^''
tenor invariable. Todo cuanto pudieramos decir de. sus religiosas
virtudefi, no haria formar de ellasr tan aha idea eomo la cUrta que va-
mos d referir del goberoador y caciques de Tepotzotlaa escrita al pa-
dre provincial, que traducidu fielmente, dice aai: „£n cste punto de K
media noche supimos como nuestro Senor llevd para si al ciudadano
del cielo, a nuestro amado' padre Pedro Yidal, al que con su sombra
nos cubria. Lo cual nos fu6 do grande pena d todos sua hijos, alcal-
des, rcgidores y demas yecinos de este- pueblo^ que quedan liorando
tristes y afiigidos de que nuestro Seiiornos bfiya s^cado^del inundo al -
abogado de los pobres. ^Pero que podemos decir? £J1 ora el bdculo y
arrimo de todos los de este pueble. Mas consoUdionos los quo quedamos
hu^rfanos sin nuestro padre» con que ^ heberle Ilevado nu/sstro g^ran Sc*
liOr H3il cielpt babird sido pan^ que mucbo cnejor allA ppeda abogar por no-
sotfos delante desu divina Jklagestad. ;Luega que amaileci<6, tpdossua
hijos y cofrades de las dos cofradias rpgamos eocaxecidamente a^ nuefi>*
tro padre lector nos diet»o,Uconcia para naandar decir una'inisa caota*
da- por nuestro padre difuutp. La qual se dira luego para que 90 acuor-
de de nosotros delante de' Oios y de su santisima Madre.' £1 mismo
Seuor» Hacedory Criador nuestro te guarde. Ta pueblo T^spotsotlaa
mayo 2 do 1622."
Siguid al padre Yidal el padre Agustiu Cano, rector deloolegio de Muertc del P.
Valladolid,y qno de los primeros que se recibieron en esta provincia; -^E^^^*^^*"®
excelente en las lotms bumanas y de un gran talento de (iCUpito, en
que se ejercit6 por muchos anos enconocida utilidad de los que le oian.
Llamado despues^ la cdtedra, leyd escritara cuasi veint&anos, en que
qgpuso doctisimamente los piofetas mayores, las Epistolas deS. Pablo
y los cdnticos del nuevo y yiejo • Testamento. Noticiosos l6d padres
generalcs Claudio Acuaviva y Muoio Witellescbi de la> solidez y sabi*
duria de sus esposiciones,. mandaron drden de que se imprilnieraQ*
Pero no babiendo el padre por su grande humildad querido micntras
vivid procurarlo por -ningunGamiiiOf despues de su lou^rte Id intentar
ron algunas personas quo sabian dar a sus eseritOs Itc esdinacion corresp
l>ondientc d su meritOr obligandosc a costear la impresion. Sin cm*
bargo, ni impresos. ni manuscritos se ban eonservado, y carcce la pro-
— 138—
vincia con dolor dc estos coino de otros muchos documcntos de la ex*
cclente sabidurin y piedad de nuestros mayores. Hace rnemoria de
cste insigne varon la Biblioteca de la Compania en la edicion de Ro-
ma anadida, y el Dr. D. Juan Jose de Eguiara y Eguren en su Biblio-
teca Mexicana. En una y otra parte solo se hace mencion de los co-
men tarios sobre los cdnticos de uno y otro Testamento y las Epistolas
de San Pablo, y omitieron los profetas, de los cuales singularmente el
Isaias fu^ una de sus obras mas aplaudidas. Muri6 el padre Agustin
Cano 4 23 de sctiembre de 1622,
Muerte del P. ^ ^^^ ^^^^ ^^^^ ^^^ mismo mes de seiiembre habia llegado felizmen-
AguBtin de ^q ^ Veracruz la flota, y en ella destinado provincial el padre Juan
Quiroz.
Laurencio. Venia tambien como visitador el padre Agustin Quiroz.
' Este gran sugeto solo vino 4 dejar 4 la provincia un gran deseo de si,
y k ver marchitar tan presto como nacieron las esperanzas que se po-
dia promoter de su prudencia. A los tres meses de llegado muri6 el
13 de diciembre, de una enfermedad contraida en la navegacion. Ha-
bia nacido en Anduxar de muy noble familia y tenido en su provincia
de Andalucia los mas distinguidos cargos. En el poco tiempo quo
estuvo en Mexico se tuvo tan alto concepto de su santidad, que el
Exmo. Sr. D. Diego Carriilo de Mendoza, marques de Gelves, le vi-
8it6 cuatro dias antes de morir, y todo el tiempo que estuvo en su pre-
sencia fu^ hincado de rodiUas junto a su pobre lecho suplicdndole se
acordase de il en el cielo^ y pidi^ndole su hendicion, quo despues de
mucha resistencia le hubo de dar para su consuelo. Lo mismo hicie-
ron 4 ejemplo del Sr. virey el marques del Valle, el conde de Santiago,
el marques do Yillamayor y otras personas de la primera nobleza.
Tanto es cicrto, que no hay honor mas bien merecido ni mas sincera
estimacion que la que concilia la santidad.
Muerte del Sr. No fu4 menos sentida en la provincia que las dos antecedentes la
choBcan. muerte del Illmo. Sr. D. Fr. Baltazar de Covarrubias, dignisimo obis-
po de Michoac4n. Este prelado am6 muy tiemamente 4 la Compa-
nia, y se mir6 siempre como uno de ella. Los cuatro, cinco y mas
dias solia permanecer en el colegio con solos dos pages, comiendo en
ouestro refectorio, y edific4ndose, como decia, del recogimiento, estu-
dio y trabajo de los padres, y puntualidad en sus religiosas distribucio-
nes. Murio 4 los 27 de julio de 1622. £1 colegio, como tan obliga-
do, tom6 la mayor parte en las honras quelo hizo su catedral. Predi-
c6 uno de los padres, otro hizo la oracion funebre, y otros las poesias
Ill III ■■inWM^iTi f ■■"iiiTMi ■ II — "ti I r im -i ^tf- ^-aw sa^
— 139 —
y cpitdfios que adornaron el tumulo. Repartlcronse hus alhnjas en-
tre los eclesi^sticos pobres conlo liraosna de misas. Los Sres. capitu-
lares hicieron el honor de reservar las mas preciosas d la Corapania,y
aunque se daban sin aquel gravamen con que sc habian distribuido las
demas, sin embargo no se hubieron de admitir porque no se creyera
que se recibian como estipendio, de que qued6 muy edificada toda la
ciudad. La proleccion y sombra que perdia la Compania de Jesus en
el ilustrisimo de Michoacan, la recompens6 el Senor con cl aprecio de
otro del mismo car&cter y de la misma religion de San Agustin en el
Illmo. Sr. D. Fr. Gonzaio de Hennosillo, obispo de Durango. El ano
antecedente 6 poco antes habia tornado posesion de su dignidad, y es«
tando lo mas de su rebano -k cargo de los misioneros jesuitas de Par.
ras, Tepehuanes y Sinaloa, dctermin6 ir luego L reconoccr sus ovejas
en compania del padre Francisco de Arista, superior de la residencia
de Guadiana. £n esta visita qued6 su senoria sumamente propicio al
ministerio y trabajo de aquellos misioneros, de que habl6 en cartas al
padre provincial con las palabras de mayor veneracion, llam&ndolos
varones santos, varones apostdlicos, verdaderos hijos de la Compania.
Confirmd toda la cristiandad de la Laguna de San Pedro de Parras y
del Rio de las Nassas, dejando para otro ano la visita de Sinaloa.
Singularmente se agrad6 de una especie de seminario 6 convictorio de
indizuelos, que 4 semejanza del de San Martin de Tepotzotian, se ha-
bia hccho en Parras, donde aprendian d leer y escribir, d tocar algu-
DOS instrumentos, y canto para el servicio de la iglesia. Estando alii
raurieron dos j6vene8 de aquel seminario. El uno despues de haber
recibido la santa Comunion, que habia pedido con grande instancia,
y para la que se habia preparado confesdndose cinco veces en aquella
misma mafiana. Ei otro, hablando con una imdgen de Nuestra Se-
nora, Ic decia: „Madre do Dies, pagadme ahora todas las misas que
OS he cantado los sdbados y vuestras fiestas toda mi vida; no me dejeis,
que ya veo que me muero y no he hocho pcnitcncia de mis culpas.''
Kste tierno coloquio oia el ilustnsimo y !os prescntes bafiados en Id-
grimas, vieudo como la divina gracia previcne con bendiciones de dul-
zura algunas almas en las regiones mas barbaras del mundo. Los
dos jdvenes eran de muchas leguas de alli, de los que llamaban serra-
nos de Suavila, acaso lo mismo que Uamamos Coahuila al presente.
Con la vista de unos sucesos tan aprcciables como estos, se anima- |?<^^«>» <^^
bar. al trabajo los misioneros en medio dc sus continuas fatigas. En ParraB.
^140 —
Parras un furiooo rama do pcste, en Sinaloa laB secreted conspiracio-
nos do alguno3 inal-avonidos con lasfijocion, dieron bostaote materia
H sus merecimiontos. El padre Toxn&s Basilio, misionero de Yaqui,
recibi6 un flechazo en ol pecho sin haber pvecedido ooaa que pu^lieae
dar inotivo d semejaatc ntentado. Se descubrid ser el autor an heehi-
cero Uaraado Jtian Suca, algun tierapo ^ntes bautizado^ £1 agreeorr
preso por los fieles neboracs on Tecompa, y llevado al capita n, en el
camino se did k s\ mismo la muertc^ entrdndose por el muslo una fle«^
cha croponzonada. La que tiro al padre, 6 't6 tenia yorba, 6 no muy
frcsca, ni tam}>OGb le entrd, rayendo del und al otro lado. La heridt
t'uo grande y poUgrosa: lbs fieles yaquis acudieron prontanientc & sv
socorro. Unos tpmaron & su cargo ir 4 llamar al padre mas cercano,.
que lo era el padro Cristdbal de Yillalta; btros la cura de la berida, que
en efecto,: despoes die algvmos diassand perfectamente. Este suceso no
parece que lo pennitl4 Dtos en el padre Tom^ Banlio, sino 'para ani^
niarlo k nuevds peligrpe. A los dbs meses, por fines de nmyoyiomprea.
did en compania'del padre Francidco Olina^o, la eonvendonde iosaif^
binos, cuyds primerQsipueblbs eran Teo[]^ y Matape» al Norte de Fo»
rin, cabece'ra de Taqui. - £a esta primera entrada se baatiaaron cua<*
trociontos y nueve pdrvulos, y seis enfermos adiiltos, de los ceales loe^
go Uevd ol Seiior f am si miichas primicias. Los albinos son de las
inismas co^tumbrss y gonios 'de los sisibotaris de que arriba hemes ha«
blado. • •
Muerte del A los principios del afio siguiente murid en la villa de S. Miguel c^
Ser^o P^dre Jose Serrano. Era muy conocido y estimado en aquel lugar tm
que habia becho muy frecuefttes misionea Aun fu^ materia de mayor
sentimicnto la pdrdida del cspiritualisimo padre -Nicolas de Ama^hi^
quo pocos mcses 4ntes acababa dc dejar el gbbiemo de la provincia,
Fi\6 compauero del veneraWo padre Gonzalo de Tdpia eh las primeras
misLones d los chtchimecas y d Guadiana, y su humildad le mortific6'
toda su vida con ol pcnsamiento de que por su tibieza se habia hccho
indigno de derramar como 61, la sangre por Jesucristo. Gobcrnd coti
grande suavidad y prudencia los coIegios.de Pucbla, Guadiana, Tepot-
zotldn, en que fue seis anos maestro de novicios, procurador a Roma,-
en que asistid d la congregacion general que se juntd por muerte del
padre Claudio Acuaviva, El sucesor padre MucFo Witelleschi lo cnvid
de provincial, y lo fue seis aiios con grande utilidad de toda la provin-
cia. Estuvo muchos anos correspondi6ndose por cartas y hacicndo
• — - ^J* ^l«
■ •' ^1 -»■- -. .*. -w «^.APA*^t«J
— 141 —
bien 4 una persona que babia scmbrado por todo cl reino cartas uiuy
contrarias i, su honor.- Edcribi6 varios tratados mistk^MS en que de retra-
t6 el cardcter de su espiritu. Siendo provincial preguntada una per-
sona de oardcter por un confidente suyo, [qu^ sentia de los jesuitas?
Hay muchott, dijo, n>uy dignos de estimacion; pero al provincial todo
M6xico lo tiene -por santo. MuFi6 el dia 21 de marzo de 1623. A la
coniun opinion de su santidad, que hacia un grande honor k la Com-
pallia, se anadi6 en aquellos dias mismos la entrada en nuestra reli-
gion, 6 inmediatamente la muerte del Sr. D. Melchor do Oiiate, maes-
tre-escuclas dc la Santa Iglesia Catedral do M6xico por sua limosnas
y por 6u eminente literatura nniy venerada en toda la ciudad, que que-
d6 nmy edificada' tanto de su piadosa resolucion, como de la paz y
tranquilidad con -que dentro de rauy poco tiempo acab6 sus dias.
En el colegio de la Puebla fallecieron los padres Juan Alvarez y Jjl^ ^ *^*]T
Crist6bal do Villalta; El primero era sugeto de aquel colegio y natu- yarez y Cris.
ral de aquella misma ciudad. Fu6 algun tiempo misionero de la To- *^^ villalta
pta con nracho provecho de los indios, insigne en la devocion y temu-
ra para con la Yirgen, k iftien entre suavf simos coloquios entregd su
espiritu. £1 padre Grist6bal de Yillalta habia sido itiuchos anos mi-
sionero en Sinaloa, y primer ap6stol de los sinaloas y los tz6es: los tres
alios tiltitnos estuvo en los yaquis dc superior de aquellos misioneros.
Llamado'ide Sinaloa para rector del colegio de Guatemala, le sobrcco-
gi6 en la Puebla la illtima eilfcrmedad, en que dej6 edificada aquella
comunidad con grandesr ejemplos de todas las virtudes. Estos y los
demas c61egi6s, fuera ' de sus drdinarios ministerios de confesonario,
pGlpito, educacion de la juventud, visitas de cdrcelcs y hospitales, no
ofrecen por este tiempo cosa particular. De la Casa Profesa so hizo
miaioh d S. Juan del Rio, d peticion 6 instancias de aquel bencficiado,
que escribiendo al padre provincial, dice asi: „Dc esta vcz qucdan
muy santos lod vecinos de este partido con la doctrina del padre Juan
de Sangueza, el cual ha autorizado con su mucba virttid y ejemplos con
que nos ha edificado; y asi obra tan grande solo pucdo pagarse dc la
mano de nuestro Senor, por cuyo amor y servicio V. 11. reparte tan H-
beralmente el fruto que haco la Compania de Jesus, que aqui ha sido
muy grande, y al tanto esla obligacion, &c." Se repiti6 tambien mi-
sion al real de minas de S. Luis Potosi, y d peticion dc aquellos ve-
cinos, que desde algun tiempo dntcs instaban por la fundacion de un
colegio de que habia ya muy bucnos principios.
TOMO IT. 19
— 142 —
Habia mucrto en Mexico el afio antecedento D- Juan de Zavala y
Fandrraga, alguacil mayor y dueno de unas minas en el distrito de S.
Luis Potosi, dejando dispucsto en su tcstamento, que del valor de aque-
llas haciendas se sacasen cincuenta mil pesos para la fundacion de un
colegio de la Compauiu, y dichas minas como k mejor postor se ha-
bian adjudicado & un sobrino suyo del mismo nombre, obligdndose k\0
de mayo do 1622 este, d dar los cincuenta mil pesos siemprc que so
vorificasc dicha fundacion. Se obtuvo licencia de la real andiencia y
dccrcto, para que los albaccas proccdiesen al cumplimiento y exhibi-
rion de dicho legado en 19 de scticmbre de 1623. Con estos docu-
mentos sc cncarg6 al padre Luis dc Molina con otro padre y un hcrma-
no coadjutor que pasascn alia por via do mision, y obtenido el bcncpli-
cito del cabildo scde vacantc de Michoacan, vicscn si scria convenien-
te cstablecciese casa en dicho lugar la Compania. El cabildo, en quien
ha side siempre como hereditario el amor y la benevolencia para con
nuestra religion, concedi6 su grata licencia fecha en 29 de dicicmbre
dc 1623, aiiadiendo & ella una carta al beneficiado dc S. Luis que no
podomos omitir sin pcrder un testiraonio el mas autcntico de nuestra
gratitud con aquel cucrpo venerable. A buena dicha (dice) tione cste
cabildo que en tiempo dc su gobierno sede vacante tenga principio una
tan deseable cuanto util y provcchosa empresa, como es la fundacion
y recibimiento de la Compania de Jesus en ese pueblo de S. Luis, & cu-
yo cfecto va con otros compaileros el padre Luis de Molina, religioso de
ella, persona aventajada y de muy grande opinion, en religion, letras y
pulpito, amparado dc S. £. y de nuestra licencia quo lleva como Y.
verd, y lo en clla dicho basla para que Y . con su santo celo haga lo po-
siblo en favorecerles, honrarles y agasajarles en e^a parroquia y pue-
blo, .en que no sera pcquena parte el darla de esta d todos los benofi-
ciados para que hagan lo mismo en sus casas, iglesias y beneficios,
honrdnd(.so con tales huespedes quo ayudan y no disipan. Guarde Dies
a Y. <fcc. Yalladolid y diciembrc 29 dc 1623. — D. Eliseo Guajardo.
— Dr. 1). Juan Fernandez de Celis. — Felipe do Govea y Florencia. —
Por mandado dc los Srcs. dean v cabildo scdo vacantc. — Br. Bartolo-
m6 Hilario de Ordufia, secretario.
Entre tanto en Mexico en 10 tl, octubre del mismo se habia otor-
gado cntre los albaccas y cl provincial Juan Laurcncio, la solemnc es«
critura de que sc cntrcgaba li la Compania la dicha cantidad, obligdn-
dose a todotj los aufragios que en cllu sc acostumbrun hucer d sus fun
dadores.
■M-ii-*! i*^'> -^ . • .»- ■• V-- ■ ^^' -•--:---- . ^ — .- ^■-■ib'A.C^.a*'''
— 143 —
Tal era la situacion de las cosas para la uueva funducion del Potusi, ^P*^®** *^®
^ , Stnaloa.
mi^ntras que en las misiones altcrnativamentc por sucesos pr6speros y
adversos so procuraba promover la gloria de Dios. La hambre y la
pesto afligieron por algunos meses d las provincias de Topia y Sina-
loa. A los rninistros por las quebradas y preciptcios de los montes, por
los rios crecidos, por las playas ardientes, por las raalezas y los bos.
qucs, cntre pcligros de enemigos gentiles y de p6rfidos ap6statas dc dia
y de nocbc les serd necesario recorrcrlo todo para proveerles de alimen-
to, para confesar moribundos, para cnterrar caddveres, y para impedir
supersticiones. Todo les servia de medio para instruirlos y para cnca-
fninarlos ^ su eterna salud. Solo ud misionero anduvo mas de cuatro-
cientas leguas en esto continuo oficio de caridad, y el gran padre du
familias rocogi6 por medio de sus operarios y fieles administradorcs tan
abundante cosecha, que en un solo partido pasaron de ctento y cincuen-
ta los que acabando de recibir el bautismo volaron k la gloria. Por
otra parte, era de un inesplicable consuelo el ardor con que los hures,
los albinos y otras naciones gentiles perseveraban en sus buenos de-
aeos dc entrar en el rebano del Senor. Los aibinos sobre todo dieron
una clara prueba en ocasion bien critica. Salieron algunos de cUos 4 '
visitar como solian k uno de los misioneros mas cercanos. Pasaban
por tierras de otros sus antiguos enemigos, que los comenzaron k fle-
char. Ellos volvieron k su pais. Se hizo junta de la nacion para de-
clararles la guerra. Hubo diversidad de pareceres. Los principalcs
caciques fueron de scntir que no debia declararse. Nosotros (decian)
tenemos ya bautizados y cristianos nuestros nines. Habemos fabrica-
do iglesias y edificado casa k los padres, que esperamos ver muy bre-
ve en nuestros pueblos para que nos ensenen y bauticcn. La guerra
podr& ser impedimento para que no vengan los padres. Nuestros ene-
migos no se Turn declarado en cuerpo de nacion i El atrevimiento de
uno ti otro mal6volo, de que pudi^ramos vengamos con facilidad, no ha
de ser causa para esponernos k riesgo ^de quedar mas iiempo sin bau-
tismo. Perseveremos en paz, y pasemos la noticia al capitan, que el
inquirird. los malhechores, y su respeto nos asegurard el pasage para
ir k ver k nuestro padre.
Aun era incomparablomcnte mayor el consuelo espiritual que reci-
t RcflexioncB dc csta naturaleza apcnas las bacon los poUticos mas consuma.
doi de EuTopa. ;OjaI4 sc tcngan prcscntcs en los Estadoe-Unidoe con respccto 4
Jb pretendida agregacion do Tejas!
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bian los mUioncros jesuitaa dfc la provincia Topehuanee, vicndo por su
cuidado y diligencia volver d florecer la viua que tan lastimosamente
habia arruinado cl enemigo comun. Deade principios del auo de 18
habia eatrado degun dejamos escrito el padre Jos^ de Loroas. Esto se
croy6 bastar por entooces on que eran muy pocos los quo habian cot
menzado & restituirse & stw pueblos^ y solo de aquellos que babia hecho
huir el temor. Poco k poco^ muertos los principales gefos, apretados
por los espanoles, afligidos de las iQComodidadeSf atraidos do la dulzu.
ra de los padres, se fueron agregando muchos otros; de suerte que dos
auos despues hubicron de enviarso otros cuatro' padres por orden del
Sr. virey, marques de Guadalci&zar, & peticiou del gobemador de Gua-
diana, Los puebIos.de Guanaccvi, de Santiago, estancias de A:toto»
^onilco y la Sauceda, volvieron k poblars6 con mas indios y espaiU^es
quo antes. £1 pueblo de Saa Simon que antes era un lugar deapre-
ciable de catorce familias, se bizo despues uno delos mayorescon una
colonia que k 61 tse hizo bajar de los tarabidnaves del valle de San Pa-
blo. La mas florida poblacion se bizo en el Zape, donde halua side
mayor el estrago, disponiendo el Senor que asi como en ocasibn ^
una solemnidad que se proparaba k su Madre Santisiraa habia prorrnncb*
pido la r&bia y furor, asl para honra de la misma Senora fuese este
l>ueblo su mas favorecido, y en qaemas briliase ladevocion de los £e-
les y su augusta protection. La im^en de la santS«draa Virgen, en
cuya EK>lemno colocacion sc rebelaron los tepebuanes, fu6 entooces el
principal objeto de su cdlera. Rob4ronle todos sus adomos^ quiUroo-
la de sus andas, en que impiamente hicieron subtr dos indias, pttaelm-
dolas on forma de proccsicm por todo el pueblo. Dieron k la est&tua
un hachazo en la m^jilla izquicrda, y luego la aicojaron en an pozo.
Bien se conbce que estaban poseidos del demonio, y qiie procediabaDi.
mados del odio contra Ja religion los que tan indigiiamtdiite ultrajafaoo
las sagradas im&genes; perode esto daremos aun tin 6tra parte pnie-
•bas mas sogurr.s.
Pasada la bormsca, teniendo los padres noticia del lugar en que
habian arrojrr'o la imdgen, procuraron sacarla, y comenz6 k ser vista
con gran \qv. racioii. El capitan de Guanazevi habia prometido k la
Senora mand;.r retocar la sagrada est^tua, y promover eonsUinteinente
su devocion si Ic ayudaba pur.i salir con felicidad de aqucllas peligro-
sas invasiones y continuos sustos. Cumpli6 su promesa con la mis-
ma picdad ({xic hi habia hcclu). EL padro Oviedoen hu Zodia<so Ma-
k«Jfb>« tf« -■iW^'* '--.. *'JW m*m . -. ._ •m.-'^.t^^. JKJr^t^'^^''i
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r ••
riano, guiado de lus i)elabras del padre Andres Perez de lliv^a en su
iiistoria de lus misiones, bastojite equivocas, djcc haberse nmndado ha-
cer otra nueva esldtua d scmejanza de la priincra, cuyos fragmentos
se distribuyeron como rcliquias. I^sto segundo no dice el padre Ri-
^as; solo escribe que pasada la tempcstad el capitan de Guanaz.cvi
niando hacer una de las mas hcroiosas imdgcnes que hay en el rteino,
lo cual puede entenderse . que bq bizo de la misnia madera y de lo?
raos fragmentos de la antigua intdgen. En nuestru carta anua. do 1G23
se dice que csta iniagen es la antigua de bulto que despedazaroo, y ul.
trajaron estoa bar baros en sualzamiento: renov^Ia el capitan. por voto
que habia hocho do hacerlo a^, 'nandando hacer una de las ;nas bellas
y acabadas imagenes que hay porac^ Aiiddase luego quo cuaiulo so
coloc6 dc nuevQ, que fue cl dia 14 de agosto por la tarde, so Ic, canta-
ron visperas muy solcmnes, y al otro^ dia bubo misa, y sermon» con tan.
tas Ugrimas del predicador y los oyentes, que par^cia ^e -p^ipn; ya,
por acordarse de.Ia nuierte do los.pidres y de inas do o<;h^nta porso*
nas que alii habian muQrto;,yay por trQei;le8 4 la momona laf dpaisoTiQ
que on la Virgen hicieron cstos bfrbaros, y la enlrauabl^ dovocion
que el padre Juan del Yalle tuvo.^icmprc d aquelk santa im%en.
I^aio misnio afirma una antigua historia majiuscrita, y supone e] docto
|;adre Rinaldini en la d^dicatoria de una obra mlstica que cposagr6 a
esta soberaua imdgen. Concue^da en lo mismo la cpmun opinion de
aquellos v^cinos, ontre quienes man^6 h^cor ayeriguaciones niuy cxac
tas el lUino. Sr. D. Pedro Tamt^ron este -ano pasado de 1763. Uno
de los mas fidedignos testigos, (D. Francisco Jaques Gutierrez), anadid
habor oido generalmentc, que cu^ndo se llevo ^ rotpcar d. Mexico la
aania imdgen, yolviendo con clla el arriero, y abriendp.por no s^ qu^
motivo el pajon .en el eantuarip de Guadalupe^ pb^rv0 en el rostro
la sefial del hachazo. yolvi6la d lleyar, y segunda vez Je acontcci6
lo roismo. Instd aun tercera vez, y halldndola aun despues.de todo
con la misma senali conoci6 no ser voluntad de la Seuora, que se com-
pusicse. Hasta aqui son palabras formalcs del lUmo. Sr. Tamaron,
quicB habiendo tqnido la pi^do^ curiosidad do medir la santa imdgeh,
prosigue asi: ,,La santa imd^en, quo modi con mis manos, ticne dp alto
vara y una tercia, y la cisura que eorro desde la mitad do la mejilla
del lado siniestro, y baja por la baiba hasta cerca del cucUo, ticne po-
CO mas do cuatro dedos do largo. Su semblante herraoso, magcstuosp
y devoto, ioiunde fervor, y se conserva bianco y rosado. Ll^manlc
mo.
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comunmonte la Virgcn dd Hachazoy Nuestra Senora del Zape, Nucs-
tra Senora del Yalle, y aun Ic ha dado tambicn la picdad dc algunos
cl nombrc de nuestra Sonora de los misioncros. A esta sombra no en
mucho quo con tanta fclicidad sc proccdicsc en el restablecimiento de
las misioncs.
Grande y cs- El siguiente afio dc 1624 es muy memorable en la Nueva-Espafia
multo en M6. P^*"^ ^"^ podamos pasaf por 61 sin dar alguna noticia de los grandes
xico.Vewla sucesos que en 61 acontecieron. Gobernaba el reino desdc ol afio dc
Reyiflta Me- .. t i -n ^ v^ -rv.
xicananame. 21 como virey y capitan general el Exmo. Sr. D. Diego CairUlo Pi-
ro 1 , abnl ju^jj^^ conde de Priego, marquis de Gdves^ y ocapaba la silla metro-
1835, y 2 de politana el Illmo. Sr. Dr. D. Juan Perez de la Cema. Porgrande
junio del mis. q^g fu^se la pnidencia y la justificacion de entrambos principcs, no fal-
taron motivos de discordia, y aun sin culpa de uno y otro podian traer
Btt origen desde los fines del gobierno antecedente. El virey venia con
particulares comisiones para la enmienda de ciertos abusos, en que
principalmente era comprendido D. Mdchor de Baraezj caballero del
6rden de Santiago y corregidor de Metepec, que se retrajo al convento
de Santo Domingo. Pusieron los jueces guardias A dicho convento de
predicadores, y las pusieron d causa de que se tuvo denuncia de quo
el reo pensaba en bacer fuga, y entre tanto ocurri6 D. Pedro Gar.
ces Portillo al provincial para que permitiese estraer cl reo. El
Sr. arzobispo aboc6 asf la causa, y sin embargo de la apelacion
interpuesta, el dia 1.® de noviembre 1623, declar6 por excomul-
dos al licenciado D. Juan de Aharado y Bracamonte^ y al corregidor
de la ciudad con-jueces de la causa, que en grade de fuerza so presen-
taron i. la real audiencia recusando al Sr. arzobispo. Procediendo
los pasos judiciales de la causa, el Sr. virey mand6 aalir desterrado de
los reinos de S. M. al licenciado Melchor dc los Reyes, cl6rigo pres-
bftero, con parecer y consulta dc juristas y te6logos seglares y rcgu-
lares en 14 de noviembre de 1623, en el cual dia espidi6 tambien un
auto y real provision, en que al dicho Sr. arzobispo se le mandaba re.
poner, > dar por nulo todo lo actuado judicial 6 estrajudicialmentc so-
bre el articulo que habia intentado de censura, por la espulsion del di-
cho D. Jos6 de los Reyes, s6 la pena de diez mil ducados, y ser habi-
do por estraiio de los reinos de S. M., 4 que S. S. Illma. obedeci6
con protesta el siguiente dia 15. Entre tanto el Sr. obispo de la Pue-
bla, que en virtud de las bulas apost6licas obraba como delegado de su
santidad, dcBpach6 provision para quo el metropolitano absolvicse loa
i>4Sb^BwJajuM-»i-daa»>'<.ik'l ^'^ « .•, .w '
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cxcomu1gado9, y en caso de negarse di6 coxnision k uti retigioso
grave para hacerlo. Ed efecto, el Sr. arzobispose neg6 diciendo, que
cl delegado procedia sin conocimieDto de la causa. Por dos ocasiones
el religiose subdelegado absolvi6 y quit6 de la tabUUa los escomulga-
dos en vlrtud de segunda comision, que bajo la pena de quinientos du-
cados, se habia impuesto al metropolitano. No habiendo sui'tido esta
diligencia el efecto deseado, el Ilimo. de la Puebla despacho tercera
provision, declarando al Sr. arzobispo incurso en la multa de los qui*
nientos ducados, y mand^ndole con pena do otros mi), que nlzase el
cntredicho que desdeel dia 2 deencro habia puesto k la ciudad. Esta
provision se le Dotific6 al Illmo. cl lOde enero, y manteni^ndose en la
respuesta de que el testimonio en cuya virtud provey6 el delegado, no
habia side sacado con noticia suya, ni autorizado por el notario ante
quicn sc trataba la causa, apel6 y protestd el real auzilio de la fuerza.
Sid embargo, el subdelegado procedid & la ejecucion de la pena pecu-
niaria, notificando diferontes autos al cabildo eclesi&stico, i. los p&rro-
cos y casas religiosas para que no guardasen el entredicho. £1 me*
tropolitano de su parte envi6 al licenciado Martinez, cura de la Gate*
dral, con una peticion, que dijo ser recurso de fuerza & la real audien-
cia. La sala respondi6 que dicha peticion se entregase conforme el es*
tilo d alguno de los procuradores del numero.
Con esta respuesta al dia siguiente» 1 1 de enero, el Illmo. d las diez
del dia paso personalmente d la audiencia. Los oidores D, Jucen de
Paz VaUeciUo^ Di Diego de Avendmo^ y D, Juan de Ibarra, se pasa-
ron prontamente k la sala de acuerdo, dondo en compafiia del marques
proveyeron un auto de ruego y cncargo para que el Illmo. se volviese
^ 8u casa, y desde alii pidiese lo que d su derecho convenia; respondid
que no saldria de alii hasta que se le decretase una peticion que habia
intentado presentar desde el dia antecedentc. Se lo notified segundo
uuto con pena de cuatro mil ducados. En esta sentencia no convino
el Dr. Avendaiio, y pareciendo que no bastaban los votos de dos oido-
res, dijo el licenciado Ibarra al marques de Gclves, que en aquel ca-
Mo tenia vote, con quo hubo de votar tambien S. E. Recibida del Sr.
arzobispo la misma respuesta, se proveyd tercer auto en que se le en-
cargaba lo mismo bajo pena de ser privado dc las tcmporalidadcs, y
ser habido por estrano dc los reinos de S. M. El lilmo. se mantuvo
siempro firme en su respuesta, en cuya virtud se did drden al Dr« D.
Lorenzo Terrones, alcalde del crimen y M alguacil mayor, para que con
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todo el dccoro pos&ble saoasen a S. S. de la sola y dc Mexico, catiii.
no. del puorto de San Juan de Ulua^ para que alli se embarcase en
barcode su* eleccion a los rcinos do Casdlla. Esta brdca se cjecu-
16 Inego al puhto, y sobro el medio diasalid el prelado para Guadalu-
pe, dondd 6cm\6 aquel dia, y pas5 :& dormir al pueblo de Santa Clara.
£1 dia siguiento 16s t res oidores arriba aombrados, sin nbticia del S r.
viroy, en ateiicion d no haber habido cl dia antecedente raas votes que
^os de dos oidores, y estar alli en la sala del crimen el licenciado^ ^^-
qvez de Cimneros, que pudo haberse llamado, y hab^r faltado tambien
el fiscal de S. M.; proveyeron nuevo auto deelaiando haber interveni-
do discordia, y haberse de vor y detconinar en. remision. For tantp,
mandaban & los ejeculprea nombrados que interin^e determinaba yol-
viesen alSr. arzobispo d Mexico. Entre tantahabiondo su senoria^ x-
comulgado al alcalde Terrenes, seapel<3al delegado, de quten dentro
de.veinticuatro boras vino provision cometida al M. R. P. M. F. Akm-
go de Almcria, del drden de predicadores,. jiara que losAbsolviese* y ae
Uevase i, pura y debido efecto lo actuadq. £1 nuovb decreto de los
tres oidores alcanz6al Sr/Illm6« en^S^on Jutm^TVo/i^uacdfiy^puebloidis.
tante de Mexico nuevo leguast de donde lo&,cjecutores habian deter-
minado no pasar adelante. £1 Exmo., entendidala causa, mand6 ar*
restar en Palacio & los dicbos tres oidores, y responded al alcalde Ter-
renes que prosiguiesQ ejecutando su comisioih. Diapuesto ya el coche
para la.marcha en TeotihuacaB,:el lUmo. eiitr6 laiglesia^ abri6 elaa-
grario, y espMSp ^ Divinisimo. Ifteoonvenido con los nuevoa> drdenea
de S. £., dijo: que estaba visUax^.aqueUc^comourmdelaafan^^
de 9U digcesis. Cerrado el sagracio hizo traer una silla, y cuai^do aV
guoo de. los tninistcos subia para hablarle en las^radas del preabiteriOt
lo i^bri£^ y toinaba en sua nianos 'el augustisimo Sacramento, f £1 al-
calde del. crimen di6 cuenta k S. E. de lo que pasaba .el mismo dia 14
en la noche, en el cual el Sr. arzobispo did tambien '6rden ^ au pro-
visor, para que alotro dia 15 de enero se promulgaae en Mexico ce-
sacion 4 dimnis en todas las igleaias.
. Ef^ctivarnente, d las echo de la mauaoa se 'ley6 el edicto en la ca-
tedrni, en que se publicaba la cesacion, y se dedaraba el excelentfai-
t H6 aqui an modo escandaloso dc borlarsc dc la autoridad real i la Bombra de
AugVBto Sacramento del altar. Talcs procedimiontos ban traido muy funostos con*
socucnciat 4 la religion y ministros que hoy dcploramos.
.*«-;■*-'■■«-«»■ * ■ iw»- — - .■•
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ma incurso en las censuras de la bula de ia cena^ y de la clemeatina
primera de panis. Se coosumL5 el Santisimo Sacramento, se despidib
de la igle.sia & innumerable pueblo« que atraido de aquella nuoca visU
ceremonia habia concurrido en raucho nfimero. Se clavaron las puer-
tas del teroplo, y comeuz6 un lugubre sonido de las campanas. Es-
te golpe llen6 do coasternacion los ^nunos. La roelancolia y el eno-
jo se veia pintado en los semblantes de la plebe. Al rededor de laa
iglesias se formaba en diversos corrillos la gente que de ellas salia;
pero se hablaba muy poco. Este triste silencio de la ciudad no inter-
rumpido sino por cl clamor mas. triste de las campanas, causaba reli-
gioso horror con que se miraban unos & otros* En estas circunstan-
cias pasaba por la plaza un escribano de c4mara llamado D, Cristobal
de Osorto, Esta vista excit6 el furor: los muchachos comenzaron
la grita y la algazara« Uam&ndole herege y judio. La inconsiderada
Toz de los muchachos sigui6 con mayor malicia la infiDita pleb«
de mulatos, negros, indios y mestizos que con una negra nube de pie-
dcas lo hicieron retraerse d gran prisa en palacio. Dentro de up ini-
tante ya estaba rodeado todo de infinita gente, con palos, con piedras,
con cuchillos para forzar las puertas. Se hizo sQua con el clarin pa«
ra que la nobleza viniese d la defensa de la autoridad real. El exce^
lentisiroo hubiera bajado en persona^ pero lo impidieron los que lo
acompaiiaban, diciendo, como era asi, que el pueblo furioso no acata-
ria & su persona, ni k su alta dignidad. Oyendo su excelencia que
entre la confusion de las voces muchos pedian al Arzobispo, mand6 al
instante al inquisidor Z>. Juan Crutierrez Flores, que partiese 4 traerlo
del camino. Este, al salir vi6 6. una persona distinguida, que segui-
da de la multitud, prendia fuego & las puertas del palacio. La repre«
hendid severamente, y contuvo d la plebc, diciendo d voces que iba
& restituir d la ciudad a su Illma. Purecieron sosegarse muchos; sin
cmbargOf otros proseguian. Quitaron el estandarte real que se habia
puesto en uno do los balcones, y pasdronlo d la catedral. Despues
dc un breve descnnso, animados de ciertas cabezas, volvieron d ccrcar
las casas reales y prender fuego d las puertas, diciendo a gritos, que
querian ver la audienciu. El virey mand6 d los oidores quo se mo.s-
trasen en las ventanas; mas como echasen menos entre los demas
al Lie. Z). Pedro de Vergara y Oaviria, se mand6 luego por
^l d su casa, y venido les mand6 el virey que saliesen d la calle, y
diesen por la plaza algunas vucltah para, sosegar con su presencia a^
TOMO ir-
20
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pueblo farioso. Efeclivameute, caus6 uo poca adtiiiracion ver la
quietud en quo entraron raicntras que la audieneia se maDtuvo en la
plaza. Mudados dcrepente en otros hombres, se Ics oy6 pedir & gran-
des voces pcrdon general, que se les concedi6 sin alguna dificultad.
NueTa in. Todo parecia caminar ya d la tranquilidad y acostumbrada obedien-
qosetod. ^jj^ y gujecion, cuaudo una pequeua circunstancia lo inud6 todo. Los
oidores despues de hnber estado algun tiempo fu las calles se entra-
ron en las casas dc cabildo. La plcbe ignomute, y presta d enfure-
torse con cirilqtiier niievo accidente, crey6 qnr tsto era darlo autori-
r)ad para procfdcr contra el vircy. Sobre un f.indamento tan irracio-
mil se arroja con fiiria otra vcz sobre el palaci , prcnde fuego d las
puertas, y lo llevan todo d fuego y sangrc. Sorian ya las cinco de la
tarde, y la audieneia tcmiendo mayores des^irdencs inand6 publicar un
bando para que todas las personas capaccs de tomar las armas se jun-
tascn, y estuviesen k las 6rdenes del Lie. D. Pc?dro de Vergara y
Gaviria. d quicn nombmron capitan general. Entre tanto, seguia la
sedicion con tanta mayor furia, cuanto se acercuba mas la uoche, velo
muy d prop6sito para cubrir las personas de difcrcntes partidos. A la
oracion, en quo ya el fuego habia abierto bastantc brecha en las puer-
tas del palacio, y crecido el concurso en mas dc tres mil hombres
so acometi6 d saquearlo y d apodcrarse de cuantos habia dentro; pa-
peles, plata labrada, ropa, todo se dio en pr^mio de los mas atrevi-
dos, que entre la confusion gritaban: i Viva la iglesia y el rcy, f y
muera cl mal gobki^o\ El marques de Gelves sabiendo que los mal
contentos traian como distintivo para conocerse entre la obscuridad un
pano bianco en el sombrero, se vali6 de la misma contraseuO, y gri-
tando los que iban con dl, quo eran muy pocos, las mismas palabras
que el pueblo repetia, salio dc palacio y so retir6 d San Francisco, sin
mas lesion que un b.ilazo, que lo quemd el cuadrado de una media.
A l^s once de la noch.' entre los repiques de l;if» campanas y las acla-
ir.iciones dc loda la miiltilud entr6 en Mexico cl Arzobispo, (rayendo
( ! Paulisini ; i^acramcnto. Lleg6 d la puerta do las casas do cabil-
(1 \ en qu;^ sui apcan^o del cocbe, mand6 dar fi los oidores las gra-
ri.i; , y paso a depositor al Divinlsimo en el oraioiio do su casa. La
real audieneia desdc aniiella misma tarde tom<3 en si provisionalraen-
Ir v\ gobieriT', y haciciulo despues junta de tc6logo> y jurisconsultos
t ;Vivn lit inrloin, y viva la rnpifial . . . ;Qm' rontrasi*'.
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perscvcr6 en ^1, y provoy6 auto en 26 de encro, en fucrza del cual
gobern6 hasta la venida del marques de Cerralvo. £i Illmo. Sr. D.
Juan Perez de la Sama saU6 de Mexico ^ los veinte y un dias del
ines siguiente para Espana, donde S. M. le hizo obispo de Zamora.
Vino despues el ano de 25 por visitador de la real sala y juez de
residencia, Z>. JMartin Carrillo, quo fud despues arzohispo do Gra-
nada.
Este es el hecho puio y simple y sencilio en que hemes procura- Calumnia re-
do contar todas aquelius circunstancias que pudieran denotar estudio do
paries inuy ageno de uii historiador, y mas religioso. Algunos pape-
les impresos y manu;critos hacon maliciosamento jugar a los jesuitas
uu gran papel en esta c^rcna. Lo que consta es quo el religioso padre
Juan de Ledesma Uamado del virev en la consulta de 14 de noviembrcr
sc cscuso modestamenle de dar dict&men en aquella materia, como
consta de la misma real provision en que mostro no ser pailidario del
virey, ui tan adicto 6, sus interescs como se quiere dar d entender. Por
otra parte, que no le fueron contrarios se v^, do que en la con-
sulta que hizo la audiencia de los provinciates de todas las religioncs
sobre si debia volverse al virey cl gobierno, el de la Compania y todos
los demas, exccpto uno, fueron de sentir que debia volversele, como
consta del informc que sc rcmiti6 d S. M. Eu uno de los papcles do a-
quel ticmpo en que se trata del mode con quo se portaron las religio-
nes en este grave negocio, do la Compauia se dice asi: *'IiOS padrea
de la Compania con su singular prudencia desean siempre no dejar
descontento d nadie, y esto intcntaron en este case, si bicn no parcce
que lo consiguieron." Esto ultimo se anade porquc en una causa tan
equlvoca, y en un derecho tan dudoso no faltaron algunos que se de>
clarasen ya por el Illmo., ya por la audiencia, 6 ya por el virey aun
en cartas ^ informes escritos u S. M., cuya conducta jamas dejaremos
de reprobar como enteramento agena del institute y profesion religio-
sa. Por lo demas, todo lo que vi6 el mundo, y lo que agradecida la
ciudad escribi6 al rey nuestro senor, fue que los padres de la Casa P. o-
fesa salieron todos fi la plaza, no con pequeno peligro do sus vid<> t^
procurando apaciguar la gentc con buenas palabrn.s y quictnila, oycii-
do rauchas confesionos de los heridos, y hacicndo todos mny budos
oiicios en servicio cc Dies y de la republica. f Volvii.».i!o d los a-
t La prccrdentc relacion del tumuHo dr Mexico esiA mny exact r ,y dc todo pun*
— 152 —
itintoA mtLM propios de niiestra histork, el padre I^ie de Molioi
pas6 k S. Luis Potoei donde fu^ recibido oon gcandc edpectacion y ••
plftuso de aquellos vocinos. Hosped^ronse ^1 y saa compaHeroe io
mm de las mad niinets casillas del logar, poniondo por cimieftto de k
atieva plant a la humillacion y la pobresa. £1 padre Juan Laareoeie
qae \\eg6 alll poco despues de paso ^ la visita de los demos cotegios
qued6 (dice el padre Andres Perez de Rivas, su secretario, en suni aaiw*
crito) sumamente ecUficndo de hi raortilicacion de nqueUoe baeaos pa-
dreSy dela regular disoipliiiu que obeervaban en aquella peqneila casite,
T d^l boen olor quo osparctan en todo aquel veciadario. Donde debeaiov
advcrtit que el padre Perez en aquel parage dice haberae fundado este
eoUgio dos anos antes de 1622. Lo contrario coneta de la escritura
dd fundaoion, y clc la ficencia del cnbildu que fueron k fines de 23.
htn rcpublicanoe viendo i, los padres en tanta e^trechez 6 incoraodi*
to 6cmibnkie oon lo que «e lee en la eompilacion de dociunentoe hi«tdriooB pevtfeacv
otolites al Minmdo de FeUpe IV ol gntnile, que oon el career de inediio* ee jriiWirfl
•a-fl taoifi 1.^ de la Rervista Mezipana, imprcsa en csta capital en la oficina de
p. I|pajioio Cuxnplidoen 1835,pdgina8 81, 107 y 199. La Icctura de dicho doco.
mento es tan fa^itidioea por su estilo como ezacta, y llama singulaimentp la atencioo
porque hace vcr que la deposicion del virey Iturrigaray por loe oidores de Mexico, ee
ftfrUtt fotire el tipo de la del conde de Oelvet, proccdiendo ambas de una misaaa em.
«a; m deeir, del odio y mala voluntad que loe oidoros do M^zloo tuvicroii 4 Joe yjp».
3Pee, y con qakmes ftiemprc rivalizaron. Esta emulacion que por otra parte di6 por «».
foltado el equilibrio de amboe podcres, y dc que rcsultd no pocobicn al pueblo moziea.
no, pues Bi alguno de elloe se dosquiciaba y qucria sobrcponcrso d las leyes, el otio \»
contenia ^ iba d la mano; equilibrio que hoy no sc conoce porque sobreponi€ndoee el
actual grobicrno que preside los destines de Mexico d la constitucion y d hu leyes, o>
tfa como le place sin reeponsabilidad alguna; defecto frandc quo haoe suepirfrr A h^
aexicanoe'qn giao parte por e] pasado rugimcn» viriendo hoy sin 'guttnti^a dt ep gei
djir-ll^ltlT hffif lir inmcnsQs sacriBcios dc toda especic por constituicse en naeion libn^
.ffitaana 6 iodependientc.
Cn la cronologia de los vircyes se notan dus tilulos de Castilla cop denominacio-
net muy aproximada^:, y cuyos gobicmos son hasta cicrto punto andlogoe y may
marcados por hechof) ruidoeos d saber, el conde do OdlveZf cl de Oeh>e§ y el de
O&hg, en los gobicniop do loe dof pciaieros bubo tumultoe bastanta aangriestqi;
•D el del tercero so notnron por piirte 4/^1 virey grandcs conatoe a la indopon4^no*3
de C9ta America 4 imitacion dc la que cn sus dias habian conseguido los E^do^
IJnidos del Norte. Podrdse comprobar esta vcrdad con la Icctura dc su gobicnia
de que se habla en el tomo 3. ^ Historia de los tres siglos de M<:xico durante el gobier.
no espa&ol, desde la pdgina 56 d la 68 que publiqu6 cn 1836, imprenta de D. AIe>
jandro^ald^s en Mdxico.
•iJ^
/-<«^.>I*I '••' '
— 153 —
dad de habitacion, quisietort proveeHes de otra nicjor, autw^uc no fu6
necesafio, porque cl mismo D. Juaii de 26v:ila, sobrino del fiindador, d
quien so babian adjiidicado lias haciendas de minas en satisfaccion dn
los cincuenta mil pesos i, que ae hdbia obligtvdo d lb Compaiiia, di6
las casas que habiati sido morada de su tie, avaluadas en ocho mil j
qainientos pesos. Los ministerios conforme A la licencia del cabildo, so
ejercitabati en la misma parroqiiia del lugar, y la liberalidad de los
tecinos que no habia tonido lugar, quiso tenerlo en la iglesia. Habia
en el lugar no lejns de nuostra casri una hermitu, la primem que ha-
bia babido en aquel lugar, y tenia el nombre dc la Santa Veracruz.
Asi Ic llaman las anuas de 24 y 25, aunque on los otros man«scritoG qu?^
tratan de la fundacion de esfe colegio, le llaman i\v S, SebfistiaVi sin
dt)da per equivoco coti otra semejante cesion que sc hixo en sus prin-
cipios al colegio de ^acatecas. Los republicanos hicieron donacion
4 la Compania de dicha hermita' con altares, orAamentos y vasos sa-
grados, aunque siempre bajo la nccesaria condicion del benepldcito del
IHnio.,qac en aquel ano habia tornado posesiori dela mitra.
A los 3 de noviembre cntr6 en Mexico el Exmo. Sr* D. Rodrign Sue -aoe dc
Pacheco Jnarquez de Cerraho smgularmente afccto si la Compania, oe
donde laego tom6 por confesor al padre Guillermo de los^ Rios, rector
del colegio de San Pedro y San Pablo, sugeto & quien singularn^nto
Fabian procure do infamar en la sedicion como eoemigo dj la autori-
dad J gobierno del virey. La eleccion que hizo de su persona el
marques de Cerralvo, y cl acertado gobierno de este senor, uno de los
mas aplaudidos que ha tenido hr America, manifestaron bien presto
todo lo contrario. Las misioncs no ofrecen por oste ticmpo cosa al-
ginia estraordinaria. El numero de los cristianos en Sinaloa subia ya
A 101.300, fuera de casi otros tantoa que entre piirvuloa y adultbs ba-
bian muerto, en treinta y dos auos de fundada la mision. Entre los te-
pefauanes se esperimentaba cada dia un nucvo fervor, singularmente
despues que en Ttiraumara junto al valle de San Pablo sc dio mucrte
4 ChHarte, uno dc los mal rontentos, y que procurabn aun sostener por
li^rgo tiempo sn partido. El Illmo. Sr. D^. Fr. Gonzalo de Hermosillo
es el autor do es?ta noticia en carta cscrita al padre provincial, despjios
dc baber visitado esto aiio las misioncs de Topiii, y Toj chuanes. Cn^
mo yo, (dice) los he recibido puedo dar d V. S. mil parahicnes dc los
liuenos succsos que los padres de la Compania tieu<^n en estas partes,
AJ^onde la doctrina suya sc logra tan bien quo proincto imry gloriosoi^
— 154 —
fined. En estos ultiinos dias se hizo la ontrada al valle ue S. Pabla
con grandc accptacion y gusto de los mismos indios que la deseabanf
y habian asi pedido, y en ella loa cspaiioles quitaron la vida d Oriarte,
mucrte muy bien dcseada en cstc reino, por el animo inquieto y per-
turbador que tenia, y que era la cabeza y caudillo de los indios. Yo
estimo d V. S. y d todos los demas mis padres con estremos cncare-
Prctennon cimientos el beneficio quo se les hace d estos uaturales &;c."
df ^^Ciudad ^ '^^ antecedenles cspresiones del Sr- obispo de Nueva-Vizcaya,
Real. podemos auadir otras aun mayorcs del Illnio. Sr. D. Bernardino Sa-
lazar y Frias, dignlsimo prelado de Chiapa. Desde poco despues que
pasaron d Guatemala los primeros jesuitas, habia instado esla ciudad
para que alii se envinsen algunos misioneros. Creci6 cl deseo mu-
cho mas despues que el auo de 22 tom6 posesion de a(]ue] gobierno ei
referido prelado. LIeg6 6, tanto, que entie su sciio.ia y los vecinos
determinaron enviar d Mexico todo avio, y trcscientos pesos para el
vidtico, d que aiiadian encarecidos ruegos: no so pudo rosistir d tau
urgentes motives, y d laa suplicas de un pastor tan acrcedor d nues-
tras atencioncs. Partieron efectivamente un pa^re y uu hermano.
Este en la plaza y en la puerta de la iglesia enseiiaba a los ninos e
ignorantes la doctrina cristiana, mientras el padre predicuba, confc-
saba, y ejercia todos los demas ministerios. La pobreza, y la desnu-
dez de los dos misioneros, su admirable constancia en el trabajo, y la
utilidad grande que se pvometian de tenerlos siempre en su compaiiia,
comenz6 d suscitar en algunos dnimos pensamientos de tundacion.
El Illmo. cscribi6 al padre provincial Juan Laurencio en estos t^rmi-
nos: „iVotable merced he recibido con la do V. R. singularmcnte por
venir por manos de los portadores padre Juan Antonio y su compane-
ro, cuya venida la tenia muy deseada porque s^ de cierto, que ha de
ser para muy gran servicio de Dies nucstro Senor, y bien de las almas.
Han side recibidos con notable aplauso, y rogocijo general de todos,
pronosticando el bien grande que ban do recibir de mano de nuestro
Senor por medio de tales ministros. Yo me holgara ser un obispo tan
caudaloso de hacienda como lo soy de deseos de servira la Compaiiia,
que d ningun hijo suyo mientras viviere, en esto dard ventaja, para
fundar aqni un colegio; pcro en cuanto mi corto caudal al canzarr^
hard cuanto pudierc remilidndome d las obras, y seran testigos
nsl de mis deseos como de mis obligacionos. En el inte-
rin he dado d los padres para su hospedagc una casa que cs tala
— 155 —
asigniiJa para hospital, In ciial y su sitio es para vlvienda perpelua.
En lo demas no solo acudird do mi parte, pero alentard d todos tl que
reconozcan el gran bien que con la CompaKia me ha cnviado nuestro
Senor, que guarde &c." Fimdaciond«
Tales eran los piadosos deseos del Sr. Salazar, que hubicra sin du- ^j^ p^^^la.
da puesto en ejecucion, & no habdrselo poco despucs impedido la
niuerte, que le sobrevino el ano siguiente de 1625. Las mayores fa-
cultades que gozaba el lUmo. Sr. D. Ildefonso de la Mota, le ayuda-
ron & poner mas presto per obra lo que aunquc con igual voluntad no
pudo conseguir el dignisimo prelado de Chinpu. Habia el lUmo. do la
Puebla labrado para su sepulcro y hospital de los naturates, una igle-
sia dedicada al grande nrzobispo de Toledo, cuyo nombrc tenia, y
anadldole atgunas piezas de casa; pero, 6 porque crcyesc que despues
de sus dias no podria subsistir aquella obra de piedad, 6 por algun otro
motivo, determin6 dar aquella iglesia y casas a la Companla para un
colegio do estudios mayores de iilosofia y teologla: comunic6 este
oculto designio con el Exmo. Sr. marquds dc Cerralvo cuando pas6
por aquella ciudad 6 finer: de octubre del ano antecedente. Este se-
nor, que amaba tiernlsimamente d la Compania, le aprob6 enteramen-
le la accion, y le exhort6 d ponerla luegopor obra. Efectivamente,
el dia 23 de enero dedicado al glorioso Dr- S. Ildefonso, se otorgaron
las escrituras, sefialando su Illma. por patron para despues de sus dins
al venerable dean y cabildo de aquella santa iglesia, dejando renta
seiialada para los capitulares que en aquel dia asistiesen cada ano
en nuestra iglesia, y aiiadida condicion de que si algun ano faltase el
cabildo pasase el patronato al niismo santo titular, d quien en su nom-
bre se presentaria la candela; para mayor'comodidad y lustre de aque-
llos estudios, pretendi6 y consigui6 del Exmo. marques do Cerralvo,
y del claustro de la universidad, que los cursos do 61osofia y teolo-.
ftia que all! se estudiascn, pudiesen servir para j^raduarse en las mis-*
mas facultndes con la certificacion del rector 6 prefecto de aquel
colegio. De nucstros superiorcs consiguid tanibien que el primer
maestro de teologia de aquel su ilustrisimo colcf;io, hubicse do ser cl
padre Andres de Valencia^ dc cuya sabiduria habia form.ndo tan alta
concepto, que cstando en el colegio del Espiritu Santo insto con los
superiores para que leyeso piibticamente casos morales. Kl Illmo^
asistia muchas voces li cstas asamblcas micntras lo pcrmiticron sus
achaqiics, y a fw cjcmplo rl clero: «abicndo qnr ;'i ninguno ordcnabn
— 156 —
ru Illma. sin cortificacion del padic Andres de Yalencwi, de qae asi^
tia en dichas juntas. Aunque la inuerte impidiO al Sr« obispo ver es-
tahlecidos en su cologio los estudio^ la Companla cuinpli6 de su par-
^e, seiialando para aquel mismo octubre un maestro de filosofia y dos
de teglqgia., de los cuales fu^ uno el padre Andres de Valencia, & que
despues se aoadiej^on otros dos, -cuyaa lecciones ban furaiado en
nquella ciudad boinbres muy grandes, y continuan hasla el presento
CUD notable lustre de aquella Dobilisima ciudad.
Refatase una ^^^ podcmos pasar adelante en jauestra liistoria sin desvaoecor d
calumnia a- nuuStros lectores una preocupacion que acaso les haiia juzgar ajuy de
core a G c osta
fundacion* otro modo acerca de la noticia pura y sincera quo henios dado de 1«
fundacion de este colegio; preocupacion tajato mas poderota, ciwnliA
tienc por autor 6 pur patrono> d lo m€nos un escritor digno por otra
parte de la mayor vaneracion, tapto por su elevado car deter , como por
su eminente sabiduria. Esta pluma si no gobernada por la pasion, d
lo m6nos dirigid.a de informes poco favorables d nuestra religion* ha
divulgado por todo el muodo que la Compania abusO de algun^-eapecie
de insensatez que los anos y la ^nfermodad habian cauaado en el lUmo.
Sr. D. Ildefonso de la Mota, y 4ie la confianza que haci^ su Illma. del
padre Andr^ de Valencia y algunos otros jesuitas para sorpr ender in&
consentimiento y firma de las escriturus de fundacion en los 6Uimo8
inatantes de su vida. Es menester ignorar enterameote el cardcter del
Sr. D. Ildefonso do Ja Mota, el tiempo de su enfermedad, las condicie-
nes de la fundacion y las circunstancias de su muertc, para avanza^ d
los ojos de todo el mundo una proposicion tan injuriosa d la Compafiia
de Jesus. No nos pertenece en cualidad de historiadores hacer aqui
una apologia juridica. La historia ensena con los hechos. La rela-
cion misma que haremos de la onferraedad y muerte do aquel gran pre-
lado, no interrumpird enfadosamente el hilo de los sucesos, y serd al
mismo tiempo una prueba clara y conveniente de la falsedad de aque-
lla calumnia. Hemos visto ya cuanto el lUmo. Sr. D. Ildefonso de la
Mota fu^ siempre a fee to d la Compaiiia dcsde que era obispo de Gua-
dalajara, y cuanto qued6 edificado en la visita de las inisiones, y agra-
decide al trabajo de aquellos sus fieles coadj uteres. £n el obispado
de la Puebla succedi6 y aun coadyuv6 algun tiempo d un prelado tan
afecto d nuestros ministerios, como fu6 el Illmo. D. Diego Romano
que acababa de fundar en Valladolid de Castilla el insigne cole^o de
San Ambrosio, en que se mand6 sepultar. Su antiguo afecto anima-
— 157— '
do coil la cstiumcion que veia on su dignisitiio antecesor, y su grande
ujemplo en la fundacion de tin colegio, y la ternura con que mir6 aquo-
lia su ohm haata prefeiisla & su amada esposa en el dep6siio de au ca-
diYor, [no eran bastantes k inspirarle loa minnoa pensamientos? Por
otra parte, no era hombrft de un carrier propio 4 dejarae sorpronder
ittoilmente, ni «mprender cosa alguna sin la mas prudente reflexion.
Era, dice el maestro Gil Gonzalez Divila, varon dc maravilloso cjem-
plo, y tan atento en seguir los pasos de la virtucl, que su roemoria «n
cl mundo de la Nueva-Espana, se venera como de obispo apostdlico.
El vastisimo tcrritorio do la Nueva-Galicia, cntonccs aun no dividido
en doe mitras, lo visitd perBonalmente muchas veccs, y una dc ellas
con evidente riesgo de la vida en la rebelion de los acaicees. El de
la Puebia vi8it6 treoe ocaaiones, y aun se preparaba 4 nueva visita
cuando le aobrevino la ultima enfermedad. No acredita poco su vir-
tud, dice el citado Gil Gonzalez, el haber aido intimo amigo del santo
varon Gf egorio Lopez, y el haber muerto como 61 escribe, con palma
J prerogativa de rirgen. Sena de eatranar que hubiese fundado un
ecdc^o de la Compania, ai en ouantas partes estuvo no hubiera ido de-
jandomoBumentoainaignea de magnificencia y de piedad. En Michoa-
eim, en Guadalajara, en Puebia, en M6xico, sobre todo, dondefund6^
mooasterio de la Santlaima Trinidad, dot6 las salves de los s&badoa de
coaresma en au Iglesia: di6 una eat4tua de plata de la Asuncion, y mas
de cincuenta mil ducados en alhajaa de aacristia. Su roayordomo de-
}6 porescrito eataa palabraa, que hacen aolaa el panegirico deun gran-
de obispn. „Ai Sr. de la Mota le valid maa de novecientoa mil xluca-
doa el obiapado, ftiera de treinta mil que trajo de au patrimoDio, y todo
lo di6 de Iknosna y gaat6 en obras piaa. Solo gaataba en al y en au
faiBilia, coosagraciones de obiapos y o^os eapedientea que ae le ofre-
cian, cuando maa nueve mil peaos. I>ot6 muchas religiosas que en-
traron «n eooiwntos. Cada mes y cada aemana tenia aeftaladas cuan-
tioaas limoanas i gente honrada y vergonzante. Las que hacia d los
indioa eran ^tremadas, y todo el afio en peao, y en loa afioe cnroa
puerta franca en su casa, y en el p4tio montonea de maiz y carnc que
.se lea repartia. Muchos domingos por la tarde visitaba los pobrea del
hospital, y qnena que se hallaae alll el medico para cpie le diese razon
de todos. Conaolibalos diaponiendo qae se lea acudieae con todo re-
gale &c." Manifiestan bien el alto ooncepCo que el rey cat6lico D.
Felipe II ae habia Ibrmado de su virtud y cximia litcratura, kia paia-
TOM. II. 21
— 158 —
bras que S. M. escribiu ai sautitnino padre Cicmentu VIII, prcsentan-
dole para el obispado de Jalisco en 22 de octubre de 1597. ^Tengo,
dice, mucha satisfaccion de sa vida, ejemplo, letras y servicios parti*
culares que ha hecho i las iglesias donde ha residido." Ni m^nos lo que
anade el citado Gil Gonzalez por estas palabras. nFu6 tan grande la
opinion que tuvo, que en toda la Nueva-Espana se tenia por asentado,
que si la santidnd del sumo pontifice honrara A las Indias con los ho-
Qores de capelo de cardcnal, csta gracia habia de ser para el obispo de
la Puebla."
EnfennedaU Era ya dt^ .sotcnta y nueve aftos, y sin enibirgo sc habia puesto en
^ ^' camino para Tiueva visita, porque habia algun tiempo que no la hacia
en las partes mas remotas de su obispado. La enfermedad lo hizo vol-
ver muy presto del camino, y luego trat6 de recibir el Santo Vi&tico.
El haber firmado la escritura de ftmdacion en aquel mismo dia, es lo
que ha dado motivo a la prctendida estorcion de parte de la Compa-
liia, sin advertir, que dosde muchos dias dntes habia tratado con el Sr.
marques de Cerralvo sobro la fundacion de su colegio y pretendido el
que los estudiantes se graduasen con la certificacian del rector 6 pre-
fecto, comb consta del decreto del marques firmado en Mexico i 7 de
6Dero de 25, que el Illmo. sobrevivid despues dos meses, y que en aquel
acto y en todos los siguientes hasta el ultimo suspire conserv6 siempre
una entereza de juicio que admir6 4 cuantos le vicron, y que se cono*
cera mejor por la misma serie de los sucesos, Sabiendo que llegaba
ya el Senor a su c4mara, pidid una gran fuente de plata sobredorada,
on que habia side bautizado, como bijo de muy nobles y opulentos pa-
dres, y a quien conservaba por esto particular aficion. En ella venian
tres papeles: el uno, la protestacion de la £6^ que ley 6 con una ente-
ro2^ y piedad, que la imfundia & los presentcs. El otro era su testa -
mento que mostrd ^ su cabildo y curcunstantes, haci^ndolos testigos de
<|ue aquella era su ultima voluntad, y confirmaba y ratificaba de nae*
vo. El otro mostru sor un libro en que tenia cscrito de su mano to-
das las capellanias que habia dado y beneficios dc que habia hecho co-
Incicm. Hizo despues una cxhortacidn muy pat6tica i los presentes,
y xoDcluyd con su amado cabildo con aquellas palabras: Hsec mando
voins^ ul pacem hahealis ad tmbtcem^ persuadiendoles k la antigua paz y
buena armonia que su I lima, habia tan felizmente conservado en diez
y nuevo anos de su gobicrno. Abraz6 despues tiemamente a todos los
capitularcs y i\ D. Luis dc Cordova, alcalde mayor de la ciudad. Dcs-
— 159 —
puss ciiton6 d Pange ItnguOf y cant6 la omcian, y despucs de hi comu-
nion y un gran rato de recogiiniento el Te-Deum con admiracion de
todos los presenter, que jam4s habian visto seinejante sercnidad.
Vivi6 despues de esta religiosisima preparacion dos meses, poco m^- ,su mucrte.
nos, en el cual tiempo prctendio el Sr, virey y real unLversidady loquc
ya hemos referido. Cada dia lo sciialaba con nucvaslimosuasalos po-
bres. Di6 hasta la cama en que yacia enfermo y el pabellon que la cu-
bria, haciendo tomar juridica y real posesion al donatario, y pidiendose-
la despues prestada para morir en ella. HaciaVeniralgunas voces a sii
ante sala la Compatiia a que le cantasen el miserere 6 las leccioncs de
difuntoH, a que aiiadia luego la oracion pro defuncio episcopo. Nada
«c pas6 d su providencin. Dispuso su cntierro en el nuL'vo colegio do
Sfm Ildefonso, preparo I:is bayetas, el bdlsamo, la ccra y aun los cu-
chillos con que habian do abrir su cadaver, segun el ritual romano, en-
•comendando que por mayor decoro y honestidad lo abrieson por un la-
•do. No habl6 ni trato en todo este tiempo sino de su roucrte, tenien-
do largos ratos de meditacion sobre el raodo con que habia de aparc-
cer ante el soberano Juez, y el semblante con que su Magestad lo re-
cibiria. Con esta preparacion y tan repetidos actos de amor, de con-
lianza, de miseiicordiai de religion, de desengaiio y de tantas otras vir-
tudes cristianas, sc dispuso para el ultimo trance. £1 mismo habia
dicho algunos meses ^tes, y repiti6 cuando recibi6 el Yi^tico, que
no moriria hasta los idus de marzo. £n llegando este dia pidi6 el
Cruciiijo de la indulgencia, y habi^ndose pcupado largos rates en colo-
quios consu Magestad, dijo: ^.Consumatum esiy y luego: mmanustuas Muerictanu
Damine commendo spiritum meumJ*^ Respondi6 & toda la rccomendacion
del alma, y comenzando un sacerdote & decirle: „Muria Maier gra-
tia^^ y no pudiendo proseguir por la fuerza del llanto, el prclado pro-
Agiiid aquelladevotajaculatoria, y acabada, fijos los ojos en el Cruci-
fijo; le entreg6 su espiritu con suma tranquilidad & la media noche del
16 de marzo de 1625. Se hicieron las debidas honras en su Santa
Iglesia Catedral, y luego se depositb en el colegio de San Ildefonso,
donde al lado del Evangelio una bien acabada estatua de m(irmol con
aas armas, eterniza su memoria y nuestro agradecimiento.
A la fundacion ventajosa de este colegio se afindieron otros muchos « ..
mouvos para nacer este ano muy glonoso & la provincia mexicana. deSanPrwi-
lileg^ por este tiempo la noticia de la beatificacion de S. Francisco de ^"^^^ ^^ ^''
Borja, su fundador, cuyas fiestas con el favor y scmbra del Exmo. mar-
\3
— 160 —
qu^s dc Ocrralvo fucron muy RRmejantes 4 k» que dejanios escritasde .
uuestro Santo padre Ignecio, y ocuparon algun tieropa a los deiii4»co«
legios de la provincia. fismcrironsa stogulamieDta loa de Puebia y
Guatemala. En csta ciudad di6 mucho credito 6. la Compaiiia la ge-
neroaa resolucion de D. Lorenzo de Ayala, maestro-eacuela de aque-
lla Santa Iglesia Catedral, que vcnciendo no pocas dificultadea, y des-
preciando las grandes esperanzaa que su sangre y sua riquezas le efre-
cian, 8ali6 fugitive de la ciudad y de enmedio de sua nobles deudos pa*
ra venir k ofrecer al Seuor el sacriticio de si mismo en nuestro novi-
ciado de Tepotzotlan con admiracion del excelentiaimo y de todas las
pervonas do distincion que lo viaitaron en Mexico. £n esta her6ica
accion I^^b habia prccedido poco dntes D. Sancho de Baraona^ cbaatre
de aquella misma catedral, que k poco tiempo de religion pas6 k gozar
c>l premio, muriendo aun de novicio. £n este colegio^ fundados pocoa
arloa (intes los estudios de filosofia, pareci6 preciso condcscender coa
los deseos de aquellos ciudadanos, dando tambien principto k las Ice-
Clones pQblicas de leologia para que se enviaron de Mexico sugetos c9.
Muarte del eoffidos. En el Rcakjo niuri6 el hermano Juan de Aldana^ varoo- da
hanBanoJusn
AJiUna. admirable sencillez, de quien hace honrosa inemoria nuestro menolo*
gio el dia 7 de abril, aunque alii sin duda por equivoco se pone so
mnertc el ano de 27. Habia ido en compania del padre rector AkMMO
de Valencis, fundador de aquella rcFidoncia, y con ti niieiDo salki pa»
ra Nueva-Espafla, siendo los priroeros y dllimioe morador^s de aquella
casa que por 6rden de N. M. R. padre general Mucio WiteHes^hi vino
d dcshaccr k los tree anos de flittdada. La esperiencia ensend 4 los sin
pcriores, inconvenientes grandes que no se habian tocado a4 principio.
La hacienda de Ttnta qae habia dado el Lie. D. Antonio de €hrijalv8,
4 porqne no era lo qoe se habia infonnado, 6 pofqoe la poca esperien-
eia de loi^ administradores en un g6acro do labranxa para ello« taaFimcr.
va, no era la mas oportutia, no cotttHbuia lo scificieitte para la subm-
tencta de los sti (rotes. Lo mismo acontecia en la romd^eia de Gfana.
da, y en esta con mayor raabon, no t«iiiendo fondos olg«riio#, era ftece-
tfario que los hcrmanos salies^a por lea logares vecinoa k reooger li-
moana de que alimcntarse lifcs casas,y Tk> bastando csof que Ibea^n^ IkM.
ta muy lejos por tierra, y add por mar, k Panamd y k Poiiobell^, con
poco cr6dito de la Compania, mientras que dos 6 tree padraii qoadaban
ioloa en los colegioa con dispendio de la dis^xibocion y <^baerraneia i^.
liglosa.
— IGl —
Al padre po(lro de Cabrera quo gobernnba la rc&idencia do Graua- P""c»P">s c!c
1 11 • r 1 ' .-111 i'»ndacion in
flu, ocuparon luego Jos supenor^s on otra tunuacion mas icUzquciad& Qnereturo.
Nicanigua, y ea que hasta hoy pcrseveran los gloriosoH frutos de su tra*
bajo. Habia mucho tiempo que loa vecinosdol pueblo de Santiugo, Iidj
ciiulnd de Quer6taro, liabian pretendido ae eetablecieso alii la Conip;!v
fiia. Desde el ano do 1615, 6 poco 4iite8y ei alfercz D. TomiLs Gon.
zaiez de Fig«ieroa habia olVecido d* la Compariia cincueDta mil pe^os
para este piadoso deaigoio. So ocurri6 d la corte do Madrid por la H«
cenciu, y S. M. por su real codula de 12 de uiarzo do 1018 pidio 4 Ir
real audiencia le ioformase en la materia. Entrc tanto tnurid D. To-
iiuia Gonzalez de Figueroa, y con 61 la pronta eaperaoza que se tenia
<le la fundacion en Queretaro, hasta que la piedad del Dr. I). Diego
Barriontos y Rivera, y su esposa Dona Maria Lomelin,. determinarou
fundar alii un celegio, viata la licencia que habia vonida de S. M. en
conlbrmidad del ventajoso iofbrme que despuea da muerto D, Tonia
Gonzalez habia hecko la real audiencia. Otorgarxxn los fundadorea es-
<*.ritura de treinta milr pesos para dicha fundacion* y la acept6 en su
nombre y de sua sucesores el padre Jiiau Laurencio en 20 de junio de
1625. Llevaba el padre Pedro de Cabrora, destinado rector de este co-
legiOf cartas del Exmo. Sr. marques de Cerralvo par& el alcalde ma-
yor de aquel lugar D^ Leemos de Astudillo con 6rden de que amparase
y protegieae k la Compaiiia, y llevase 4 puro y debido efecto la funda-
cion de aquel colegio, sin embargo de cualquiera contradicciones que
fle ofrecieran de parte de particulare^ seglareSf cK'hgos 6 religiosos do
cualquiera instituto. £1 Senor, que ain duda se agradaba de aquella
fundacion, no permiti^S que fueson neccsarios seroejantes recuraoa. £1
alcalde mayor era por si misrao bastantemente indinado k favoreeer-
ii08« Los vecinos intea habian inatada muchas vecefl« y aun o&ecido
algunaa mandas para la fundacion del £olegio. £1 clero y religiones re-
cibieron 4 los primeros fundadores con aingular agrado, como lo mos*-
tranm en las obras,
Acaso por aquellos dias ac hall6 en aquel lugar ol padre Pedro de Poiamon de
Egurrola, rector del colegto de Valladolid. Deapuea de faaber conse- ^"^ '^ ^^^
guido, 4 diligenciaa del alcalde mayor, sitio en que alc^arse con auii.
<:icnte fondo y camodidad para la fSibrica da iglesia y colegio, al pa-
dre rector Cabrera en compania del padre Egurrola fueron 4 rendir la
obediencia al padre j;uardian de S. Francisco, p4rroco juntamente de
^uel pueblo. Prc8ent4ronle las necesariao licencias y recoraendacio.
— 162 —
DCS del Sr. ^irey y gohtm^dor del arzobi/i^do, prutcstando que jamas
nsarian dc cllas sina con ^1 beneplacito d?? su revcretidisifDi, i cava
disposicion dejaban enters m^fite tanto la fundacion como la poeesioD
del sitio qu3 teniio cscogido. Pooo despues de los padres cnf r6 el alcal -
de mayor q<ie csforz/S las mismas nzofies con toda la riTeza y clocaen.
cia qa? le mgeria su grande afocto. El rovereado padre guardian no
solo reciKid con samo gusto i los padres, sino que para mayor ng-
nificacion determin6 que de su roisroo convenlo se pasase el Soberano
Sacramento i nuestra xglesia, senalando para rsta solemnidad el dia 20
de agosto, consagrado al glorioso ab^ S Bernardo. En aquel corto
inten-alo s^ dispuso para tcmplo la piezi mas capaz dc la casa, con^i
de ciento y y veinte pasos, d diligencias del alcalde mayor y de su mu-
ger Dona Isabel de Astudillo, tan semejante d su mirido en la piedad
y amor para con la Compania, como en el apellido y en la sangrc.
'Egtoe 60s scilores asistieron personalmente k disponcr y adomar la pc*
qnefia iglesia. El rererendisimo guardian promulg6 edieto p^ra que
todas las cofradias asistiesen el dia senalado en la parroquia con sus
respectivas insignias, y el dia de la Asuncion de nuestra Senora man-
d6 publicar en el piilpito la solemne procesion para el dia 20. El on-
dor que I0 fue tambien en nueftra iglesia en la primera funcion, llera-
do de nn ticmo afecto que habia profesado siempre k la Compania, no
ae contcnt6 con publicar precisamente la futura poeesion, sino que des-
cendiendo al motiro de aquella solemnidad di6 4 su auditorio una su-
blime idea do la Corepaitia con aquellas palabras: Tgnem vent ndiert tii
ierram. El dia de 8. Bernardo amanecieron colgadas las calles, y des-
de muy temprano llena de gente nuestra iglesia en que se babia colo-
cado la imigen de nnestro glorioso padre en medio del Serifico padre
8. Francisco y 8. Antonio de Pddua. Trajo el adorable Saeraroento
en la procesion, y cantbdespues la misa, el reverendo padre guardian,
y predic6 el reverendo padre Fr. Juan Manuel. El piadooo alcalde
mayor supli6 nuestra pobreza dando aquel dia en su casa k los religio-
•os que tanto nos habian favorecido, un banquete magniiico, y & la
CompaAia 61 y todo el lugar muchos parabienes de la paz y tranquili-
dad con que habian tomado poeesion de casa 6 iglesia, de lo cual se
mand6 dar tambien nn testimonio autorizado en toda forma.
. . Tales fueron los principios delcolegio de Quer^taro, lugar antiguo,
deQoer^taro grande y bien poblado, de terreno muy f$rtil,de ^mena situacion y de
agradable temple. Est6 situado como k cuarenta leguas al noresf e de
k'-
— IG.J —
Mexico, n los veintiun grailos do latitiul scptenlrional, y es como
la garganta tie todo el comercio de Mexico coii los paises mas borea-
los, J tierra adentro. El pueblo sedicc haber side fundado en tiempo de
Moclheuzoma primero, quinlo rey de Mexico, ciento y diez ocho anos
dcspues de la fundacion de aquella capital. D. Fernando de T6pia,
cacique do Xilotepec, lo conquist6 por los anos de 1531,e)mismo ano
que en M«^xico se aparecio la milagrosa Imogen de Nuestra Senora de
Guadalupe, y tom6 posesion de 61 el dia 25 de julio dedicado al glo-
rioso patron de Espaua de quien tom6 el nombre do Santiago de Que-
rctaro f* Los indios de esle pais cran por la mayor parte ofomiteSt
habia iambien algunos tarascos, y pocos niexicanos. En el dia es
dcspues de Mexico la mejor y mas grande poblacion de espanoles en
el arzobispado. El rey cat61ico D. Felipe lY le di5 titulo de ciudad
por los alios de 1654, y provee alll S. M. un corregidor cuyo cargo es
de cinco aiios. Los primeros predicadores y parrocos del lugar,
y cuasi restauradores de su poblacion, fueron los reverendos padres
franciscanos, que tienen alii un magnlfico convento cabeza de provtn-
cia, y muy herraosa y bicn adoriiada iglesia. Hay tambien coiWen-
tos de S. Agustin, de Santo Domingo, del Carmen, hospicio de la
Merced, convento de S. Diego, hospital de S. Hip6lito, convento de
religiosas de Santa Clara, Capuchinas poco ha fuiidadas por los afios
de 1721, beacerio de Santa Rosa de Viterbo, y de Santa Teresa, de
modema fiindacion, colegio seminario dedicado al Ap68tol de las in-
dias San Francisco Javier, que A cargo de la Compbnia fund6 el Lie.
D. Juan Caballero de Osio. A la roitad del siglo presente se divtdid
t Influyb mucho para la poblacion, S. Sebastian de Aparicio, situado en un
punto inmediato llamado de las Carretas de que en esta America fu€ plantador pa.
ra recojer limosnas hasta Zacatecas, y de all! comenzd a fonnarse la poblacion d&
Ja ciudad. Su eonquista tiene aire de rom&ntica. Convim^ronse Km otomis con
Io« mexicanos en pelear & pudadas, quedando los vencidos i voluntad de los vence-
dores. DepoiiiUlronse y cuslodiironse las annas de los combatientes para no hacer
uso do ellas, y comenz6 la lid de los fnoquetea desde salido el sol hasta oculiarse en
el cerro del Sangremal, donde hoy se halla el colegio llamado de propaganda
^fide, Thunfaron los mcxicanos, y conienz6 d eetablecerse allf el gobiemo la.
brindoffe la cru2 de una cantera inmediata. Ija eonquista dc Qucr^taro era necc.
naria per su camino para tierra adentro, dondt cran saltcados los viandantes. (ma.
nuscritos del P. Vega que sc hallan en la bbreria del convento dc S. Francisco de
Mexico). EE.
— 104 —
cl curuto atiliguo quedattJu cti los cl6rigos scglarcs cl do cspauolo;?, y
cl de indiod ^ los religiosos dc S. Ftancisco, cuya parroquia cs San
Sebastian en lo que llanian la olra banda, la parto mas aincna dc la
ciudad d las orilias del rio. Sus mas bellos cdificios son: el convento
y patio principal dc S. Aguslin. £1 convonto 6 iglesia de S. Fran-
cisco. £1 templo de nuestra Seuora de Guadalupe, el primcro dedi-
cado a la santisiroa Sefiora, y con la prioiera congregacion de cldrigos
codsagrados d su culto. £1 convento del Carmen y el colegto de bi
Coiapailia. £n la igles^ia de Santa Rosa, ya so mire lafi&brica, ya la
liqueza y gusto, 6 ya la dispoaicion de sus adomos, todo es dc un pri*
ujor y delicadc^a que oncanta. £1 (erreno de la ciuda4 es dcsiguul
en partes por las faldas de lomas en que esta edUicada. La parte mas
ulta carecia de agua liasta que D. AnhtUe d$ Urm^a y Jirana, mer-
^Hes dtl Villar dt la ^guUa, el afio de 17S26 em^proBdid traer el agua
d la ciudad. La obra se concl(»y<^ •el anode 1736. £ate acueducto
es de los ma^i belios de la A-m^jfic^. Fucra de la taijea.ciega que por
inas de una legua viene eoLre los Mootes, todo el demas diatrito hasta
la ciudad, de mas do 1332 varas Jio suptee arcos de hennosa canteria,
y nuiy #eactLla a;t]uitectura| desig.uale$i en el ancho, y en el alto, segun
estd mas 6 njteti^QS bajp el plan. L09 am altos «on de veinticincp
varas, y )os mas anchos de di^z y ocbo varafi dos ierciaB; las baaas
de diez y seis varas en cuadro. £1 costo de toda la obca Aieroa cieu*
to cuatytTkia y do$ mt7 seiecieniot noveuta y tmptsos^de Urn cualaci puao
el iparqu^s ochen^a y dos mil wmeciesiUfs ocJuuU y deU, £1 padie
MvriUo ciiapdo la i^ceta de Mexico acrecenta ia altura en nueva va«
ras, y disminuye el costo en diez j echo mil pesos.
Quer^taro se 4ice ser vulgarmente el Paraiao de la AmSrica. De
^h^cS^S^ W[d3«:ico y de otras paries se va alli d convalecer de varias enferme^
4e Qaer^taro. dades. Lo que ILonum la co^oda, que jes una quiehra entre dos cer-
nos, 6 ya por la abaadancia de aus agaas, 4i por U frescara de sus
boeques, 6 por la amenidad de aim kuertas, 6 por lo aaludable de aas^^
baftost 6 por el teinperamento del aire, 6 por la c^pia de las frutas,. 6-
por la hermosura de su vista; es de los paseos mas belloe, y de los
peises mas graciosos que puede pintar la simple naturaleza. £stra-
muros del lugar se venera la milagrosa imdgen de nuestra Senora, que
Uaman del PuebUto, y alli cerca ae ven unos pequefioa montecillos que
se dice ser fabricados d mano en tiempo de la gentilidad, d semejanaa
de otros que se hallan cerca de S. Juan Teotihuacau d nueve leguaa
— 165—
de Mexico, y que segun las divoraas interpretaciones, Servian de ata-
layas 6 de adoratorios en que subian 4 ofrecer sus barbaros ;iacrificios.
Pero lo que hace mas recomeD<kib]e 4 esta ciudad es ol santuario, y
colegio de la Santa Cms, recoleccion de franciseanos. Esta Cruz co- y ftmdacioii
locada en aquel sitio ^ peticion de ios mismos indios, y que por algun ^^ ^j^^^
tiempo estuvo sin culto alguno particular bajo de una cubiertu pagiza»
despues que por bus milagrosos movimientos y otras maravillas co-
raenz6 k hacerse c^lebre, fu^ puesta en una capilia al cuidado y cnlte
de Ios religiosos de S. -Francisco, que edificaron alK un pequeno oon-
vento, hasta que partiendo 6 ia Europa el venerable padre Fr. Jtniomo
Linax consiguid de Fr. Jo§4 Jimenez Samamego^ ministro general del
6rden serifico, liceneia para fundar un colegio de misioneros apos-
t6KcoSv su feclia en Bladrid A 29 de octubre de 1681. Esta liceneia
se consigui6 para el pueblo de S. Juan del Rio de Orizava, f ^ villa de
C6rdova; pero no habiendo parecido conveniente en el consejo real
de las Indias, el reverendisimo ministro general destin6 para ella el
convento de Santa Cruz de Quer^taro, por 'patente dada en 12 do
marzo de 1682, que aprob6 S. M. en 18 de abril del mismo aflo, y
do que se tom6 posesion el 15 de agosto del siguiente de 1683.
La Cruz es de piedra de canterfa blanquisca, oc]||ivado el m&stil y Ios
brazos. De las varias medidas que se han hecho para examiner su
milagroso aumento trata largaraente el cronista de aquel convento, por
cuyo testimonio se vc, que el afio de 31 de este siglo, se hall6 de
cuatro varas y tres dodos lo quo tenia descubierto, y que entdnces se
le di6 una vara mas i la vara, de modo que solo quedasen visibles tres
varas y tres dedos. Esto dice aquel escritor, y lo que podemos ase-
gorar es que hatnendo llcgado a venerar esta santa reliquia el nno pa-
sado de 1764, y soplicado al reverendisimo padre Fr. Mariano Duefias
quo midiese exactamente la Santa Cruz; segun las medidas que ent6n-
cee se hallaron, y conservo con voneracion tieno hoy el ro&stil tres va-
ras y media, y una octava, y Ios brazos vara y una sesta. Es tarn*
bieii fama comun que ha temblado muchas ^voces con estraordinarios
movimientos, y la dltima, 6 una de las tiltimas voces, supimos que ha.
Ilia ado el afio de en presencia del padre Tbmds ToUo do la-
Compafiia, que quiso visitar el santuario de earaino para las misiones,
doado poeos afios despues did la vida & manos de Ios barbaros.
t Hoy esBte un eonvenlo dc Propaganda en Orizava, y olro en la Popam, »u.
^urbio de Guadalajara. — EE.
T05f« Jl. 2*^
— 166 —
Djnacion al £1 Quovo colegiu de S« LuiD Potosi caminaba con progresos tan Ce^
Poto^.^ ^ ^^^^^ como babian sido los principios del dc Quer^taro. Todo el ano
se habia estado esperando al Illmo* Sr. D« Fr. Alonso Enriquez de
Arinendarisi que dc obispo de Cuba babia pasado & la initra de Mi-
choac&n, para que con su autoridad confirmase la donacion que de la
Iglesia y albojas do la Veracruz habia hecho d la Compaiiia aquella
republica. Los malignos informes que de algunos de los padres se ba-
bian dado & su II Ima., ten ian su animo justamente enagenado, y no
parecia baber de ser muy favorable su sentenda. Acaso por este mis-
mo tiempo pasaba no 16jos dc alii para la visita de Guadiana el padre
Juan Laurencio« £1 padre Luis de Molina le 8ali6 al camino & pro-
curar que viose al Illmo. y le desbiciese aquellas siniestras impresio-
fies. Las razones del padre provincial, su religiosa humildad, y pni-
dcnte reaignacion con que lo dejd todo al arbitrio de su senoria, lo
dcsengaiiaron tanto, que dentro de pocos dias, hall&ndose alii misroo
en la visita de su di6cesis, pas6 personalmcnte al colegio, confirmd la
dicba donacion, y di6 mucbas gracias i los padres de la gran parte
que tomaban sobre si del peso de su mitra. Ni contento con una de-
mostracion tan honrosa, volvi6 d su casa, y envi6 un testimonio de la
dicba confirmacion ^torizado con su firma, y refcendado de su secre-
tario, £ste testimonio que su Illma., para prueba mayor de su benc-
volencla, remitid con un religiose de la Merced que traia por confe-
9or y compaiiero, llegd d nuestro colegio d tiempo que se hallaban pre-
scntcs el alcalde mayor y otras de las personas mas distinguidas del
lugar, que con rcpiques y otros publicos regocijos en cuasi todas las
demas iglesias mostraron cuanta parte tomaban en aqucl beneficio y
bonor que se concedia d nuestros religiosos. Los partidos de misio-
nes ofrecian por este tiempo a Dies mucbas almas, y d los padres
una abundante cosecha do merecimientos con la peste general que
afligid por algunos meses cuasi todo el Norte. £n Mexico el dia 3
iMeimm con. dc noviembre se di6 principio d la d^cima congregacion provincial,
^J^J*^^ on que siendo secretario el padre Diego Diaz de Pangua, fueron elec-
tos procuradores los padres Ger6nimo Diez, prepdsito de la Casa Pro*
fe9a, y el padre Diego Gonzalez. £n esta congregacion se propuao
por primera vez que se pidiera d su Santidad el priviiegio de confirmar
en las misiones. La congregacion por fliertes razones no juzgd de-
borsc podir por cnt6nccs, aunquc habia ya el ojemplar del Japon, ana-
ilicndo que cuando en algun tiempo llegasc a prctcndcrse, sicmprc hu-
— 167 —
bic se de ser con previo consentimicnto do los senorefl obinpois ciiya
aka dignidad siempre ha reconocido y en nada hvL procurado dismi-
nuir con sua privilcgios la Compania dc Jesus.
Entre otros varios negocios, do que fueron encargados nueslros pro- int^taae fini
curadorcs, no era el menor impetrar del M. R. P. general la acepta- ^"^JJJJJP^^
cion de un colegio mucho tiempo dotes proyectado. Dcsde ol gobier*
no del padre visitador Rodrigo de Cabredo, se habia comenzado ddis-
currir sacar del pueblo de Tepotzotldn el noviciado y casa de proba-
tion. La cl4usula del testamento de D. Pedro Ruiz de Ahumada, de.
jaba al arbitrio del padre provincial la eleccion del sitio para la fun*
dacion del noviciado. Los disgustos quo habia por entdnces con los
beneficiados de aquel partido, cran motive bastante para dcsamparar
aquel lugar. Aiiadiase la incomodidad del temperamcnto y el retire
del pueblo, no el mas i, propdsito del mundo para las humiliaciones y
deeprecio de la vanidad con que quiso nuestro glorioso padre que se
educasen los novicios de una religion, cuyos bijos ban de volar por to*
da la tierrsi y hacer guerra d los vicios, dentro, digdmoslo asl, de sus
mismas trincberas. Con este pensamiento sc ocurri6 entunces d S. M.
que fu^ servido despachar su real c6dula, fecha en 'Talladolid d 13 de
junio de 1615, por la cual comete al Exmo. Sr. marqu6s de Guadal-
cdzar la asignacion de sitio acomodado al intento de la CompafuQ.
Habi6ndose luego sosegado los distiirbios que habian obligado d to- DoUcioo jm.
mar esta resolucion, por la merced que hizo S. M. d la Compania de " ••*• •'*^*®
darle en propiedad el curato y parroquia de Tepotzotldn, no se volvi6
d pensar en la traslacion del noviciado, hasta que d fines del ano d»
1624 el Sr. D. Melchor de Cuellar, y su muger Dona Mariana Niuo de
Aguilar, trataron de fundar en Mexico una casa dc probacion con el
titulo de Senora Santa Ana. £1 padre provincial di6 facultad y pie-
DO poder para la conclusion de este importanle asunto al R. P. Gui-
llermo de los Rios, por instrumento otorgado en 12 do diciembre de
1624. Los piadosos fundadores otorgaron cscritura dc scscntamil pc-
so^en 20 de enero del siguiente ano de 25, d que con el gran dcsoo
que tenia dicha Dona Mariana de ver concluido cl noviciado, anadi6
otra de cuarenta mil pesos en 24 dc abril de 1626. Con estos diicu-
iQQiilos y la c^dula de S. M. que dejaba al arbitrio del virey cl esta-
blecimiento del noviciado, se ocurri6 al Exmo. Sr. marques de Cerral-
vo, quien insertando en su mandamiento la real c^dula, scfial6 esta
ciudad de Mexico por dccrcto espedido t*n S do julio de 1626. Con
— 168 —
la misraa felicidad se coDsiguid para el nuero noviciado la licencM del
Dr. D. Pedro Garc^s Portillo, provisor y vicario general y gobemm-
dor del arzobispado, fecba en Mexico d 24 de juUo del misroo aflo, en
cuya virtud so procedio a tomar poaesion de un sitio, donde hoy estft
el colegio dc San Andres, y sc tomo efectivamcnte en 22 de agosto de
liS26. Pocos meses despoca )leg6 la patente del padre Macio Wite-
Heachi, en que concede k aqoelloa sefiores el patronato y privflogios
de tales, fecha on Roma k 20 de mayo del miamo afio de 26.
padwirp^dio ^^® *"° ^"® P^' ^^"^ P**^® ^**®^ ^ ^^ provincia, y si podemoe decir-
do Horti^oza lo asi, k toda Nueva-Espana. Los literatos perdieron k nno de hm
Tar. ^ mayores hombrcs que ha tenido la America, los indios k un operario m-
fatigable, k cuyo ejemplar se formaron todos cuantos en San Crregero
de Mexico, en Tepotzotl^n y en Puebla hubo en lou principios de la
provincia: las misiones de gentiles al primer fundador de ellas, y que
por cspacio dc treinta y cuatro aHos habia cuhivado el campo de Si*
naloa. El primcro de estos grandca hombres fu6 el padre Dr. Pedre>
de Hortigoza, primer lector de filosofia y teologla en el cok^io m&xi*'
mo. En las honras^ que cbmo A nno de sua mas fembsos doctoretf Ife
hizo la universidad, no dudaron decir en sermon y oracion fftnebi^v
que babia sido sol y maestro universal de estos reinos. El Dr. D.
Alonso Munoz, tesorero dc la santa Iglesia y catedrfitico muy antiguo
de teologfa, aludiendo k la segunda mision de jesuitas en que habia ve-
nido ol padre Pedro de Hortigoza, solia decir con gracia, que en la
primera habia venido la Compaiiia, y en la segunda la teologfa. Del
aprecio que los arzobispos y los vireyes, las provincias de nueva y an -
tigua Espan&y y aun el padre general Clandio Acuaviva hicieron cons-
tantcmente de su gran virtud y litenitura, nos apartaria mucho del hi-
lo principal dc nuestra historia, y &que daremoe gustosamente mucho
lugar en otra parte. Muri6 el dia 12 de mayo de 1626. A finoe del
mismo ano, vispera de San Francisco Javier, que cnt6nces se celebra-
ba & 2 de diciembrc^ fal]eci6 tambien en el mismo colegio su grande
imitador el padre Juan de Tovar, llamado comunraente el Javier de
Nueva-Espafra. Entr6 on la Compaiiia pocos mcses despues de fun-
dada en Mexico, ya sacerdote y prebeudado de la santa Tgiesia'Oate-
dral. Por cuarenta y siete aHos se ooup6 sin intermision en ayndari
los indios en San Gregorio y en Tepotzotlfin, cxcclente en los idiomas
otomi, mazagua, y mcxicano. Hombre de admirable pobreza, 'humil-
dad y pacicncia, qiie mo5^r6 bion en los scis Ciltimos afios, privado de
ta vista, nmrtilicaeton qne tolor6 «6ii una tratiquiUtiad imirarillosa, mn
qiio aun el ardiente celode ayudar & los indios, que lo connimid sienipr^'»,
faiciete asomar 6 mis liibios mia palabra de sentiimento de aquolla caia^
nidad, 6 qae desdijeee en lo mas miiiiino de una conformidad perlecta.
£1 tereevo de Ine sagetos arriba maociDBados fu6 ei fadre Martin Del P. Mar.
t^roa, fimdador ioDtaineate con el vea^rable padre Gcazalo de Tapia ^*" ^^^^'
fie las mbioMs do Sinaioa, en qeo'deade el «fio de 1500 hasta el presen-
le se habia oeopado con un tenor do vtda inveiiablo, y eon gvande piHit-
▼echo de aquelia cristiUMlady ifin ri^qaacer y vi6 llegar i su periec-
cion. Pa6 siempiie^ aun en tnedk) de tantefl y tadcontkiuadaifaCigas,
•de na ailenoio, de on TocegiaiieBilOy y de oaa observancia admirables.
En los ikitimos dies afios, despiies de' hab^r feMpleado veintiseis> on lee
x>ficios de inni'vida Aciiva y ieboriosa, ile proqik) con Asna enfermedad
tque no Is daba Jogar ni aun para le^pantafse de una silla sin ageno sq-
-coiTo. P4ir <tan iargo tien^ vaod emterarosfste t Dioa en leocion ee-
piritual, en onbctoa, en *ee«tfaioas jaoulatortas, enjiobqeaa^ en paeieo-
cia y abslnccion 4oftal de todo lo tevrena. ' Algonea vates empied mti
«soiifairper elididen da los ailos ks aucesop de aqoella mision^ desde
«I ide lOM htfsta et de 1090, tedoide su lAaiao; fragmeatos freciosos de
^ue bemos profcu m do saear euanto aqut lie faa escrito vslativo daqae-
Ikw tiempes, ebtvigtendb con su exaola oransiogia la oonfbsion ifue tal
•ves ecurre en la liMeria da Sinaloa del padre Aadvto de fiivas. M u-
•n6 el -dia 115 de abrtl. No M geipe menes doleroso para aquelias iwr-
«ienes la oinerte del4einoso oapitan Diego MartiBeadetiurdaide, qae Del caniun
«6ii el valor y cen las sfftnas, con la *pnidenoia y dl ctfBscjo, eod au tiDezdeHm-.
'propia kacienda y eon la constahte proteoeion de todos los nsMone- ^|<l^t ^ ">-
Tos, fix^ por mucfaos aik>s no menos ^1 oapitan que el -apdstol y la eo- log neTomas.
lumna de aquetla cristiaadad. ^uoeedi6le en el <mfgo D. Pedro de
Perea, y eon las precauciones neceesrias en los'prinoipiee de las nue-
Vos gobiemos, habiendo btgado d visttarie los oaciques y gobernadeffes
de los paeblos, quiso pfoceder A- la ^^veriguaciott deeterlos nunefes de
akamientoi que eon ooasion dela muertede su predeeoser habiaa co-
roeiOEado Aaentipar maliciosamenle a^gunos nevomesdel partido 4el pa
dre Tandersipe. 8e decia efecttvaroente que lea de «sta Jiaoion ka-
'bian cnriado -i los pueblos yocinos aqueHas cafias de tabaco que usa.
'Ban como en prenda-de su aliansa y geneml oonspiracion. Mi^ntras
^ue el prudente capitan hacia sobre'oste asunto las diligenciasy y dc-
'4enia cerca de si & los caciques de los nevomos, algunos viejoe del pue-
— 170 —
bio on que residia el padre Vandexaipe, se AienHi 4 el y dij^ronle loi
intcntos malvados de aus gontes, y como hobiaii oonjuridoee, que m
dentro de cinco dias no rolvian al pueblo los caciqueSt babian de flecfaar
al raisionero. El padre no juzgo deber hacer mucbo aprecio de ni
aviso ya demasiadamente comun en las nuevas cristiandadesy y que
acaeo no tenia mas cimiento que el miedo y la cabiloeidad de bus ned-
fitcs. Entre tanto, habiendo llegado 4 los tree dias la noticia de que
en la villa se babia dado la muerte por justicia 4 un indio que por au.
tos babia resultado ser el gefe de aquella conspiraoion, loa Devomes
abreviaron el plazo, y entrando un poco adentro en una pieza en qm
actualmentd estaba el padre escribiendo, dos de losparientesdel muer*
to le tiraron dos flecbas, la una le hizo en la frente una pequeoa hen-
da, la otra le hiri6 mas profundamente en el pecho, aunque al soslayo,
por baberse el padre al mismo tiempo levantado de la silla* avisads
de un niiio que di6 voces. Huyeron los agresores, y el padre, bahien-
do sacado del pecbo la saeta, aunque dejando dentro el pedernal y d
nervio de venado con qua lo atan, despues de baber agradecido ft
los unos la fidelidad con que babian corrido 4 favorecerlo y exhortado^
4 todoe 4 mantenerse en paz sin miedo de loe eepaiioles, qoe no caati-
garian sino 4 los culpados, que eran bien conocidos, parti6 odd dili-
gencia 4 Tecoripa, el partido mas vecino, que administraba el padre
Francisco de Olinano. So confesd oon mucbo aosiegOt habiendo. ya
comenzado 4 hacer su efecto la ponzoiia. Se procedid luego 4 la vs-
traccion del pedernal y cura de la Uaga, que sin embargo de no aer
muy fresca la yerba, le dej6 que padecer para mucbos anos. Deepues
de seis dias, en que se conoci6 no baber peligro de muerte, le pasanui
al rio de Yaqui, no juzgando los superiores por conveniente volverlo 4
los nevomes, por quienes sin embargo clamaba el fervoroso misionero;
tanto mas, que aun en el partido del padre Olinano se sabia que los
indios babian arruinado una estancia, quemado laiglesia, y que babia
side necesario enviar un piquete de soldados para la seguridad de aquel
ministro. Todo estaba en paz, en regularidad y en fervor en loa de*
mas partidos de misiones. Las circulares que del colegio de P4t9Ciia«
ro se hacian frecuentemente por toda la dibcesis de Michoacan deade
la fundacion de aquel colegio, y en que los padres Gonzalo de Tapia,
MiMonei en Ger6nimo Ramirez, Juan Ferro, Ambrosio de los Rios, Juan de San-
tiago, y tantos otros obreros infatigables habian ganado al cielo mu.
chas aliiias^y un grande nombre & h Compania,8e babian interrumpi*
■*'-'*-•- -—-*^
mm^
— 171 —
do por mas de ties anos por motivos muy Justus. Los indies de cua-
si todos los partidos, reconociendo la falta de aquel saludablo riego,
en vano habian hecho las representaciones mas vivas. Determinaron,
pues, ocurrir & S. M., como lo hizo en nombre de todos los tarascoa
D« Luis de Castilleja y Puniata, deacendiente de los antiguos reycs
del pais. S. M. condeseendid & unos deseos tan racionales, despach6
su real cddula fecha en 17 de agosto de 1626, cuyo tenor hemos resuel*
to insertar aqui como un testimonio el mas aul6ntico de la atencion de
nuestros reyes para con los caciques de la Am^ricai y del alto aprecio
queformaban de nuestros ministerios. [Fdf/a la c^dvla en elmanuscrito,']
Las muchas agues del aiSo antecedente de 26 habian dado principio Mtierte del
4 la inundacion que dur6 cuatro aflos, y que no acab6 hasta el de 20 J^^j^^^
cuasi con la ruina total de la ciudad, y de que en llegando aquel tiem.
po procuraremos dar una cxacta relacion. £n el colegio de Mexico
muri6 el padre Jos6 de Vides, famooo abogado de la audiencia real
de Mexico. Habia casado con uno senora principal, y muy rica de
aquella ciudad, y en la continue fatiga de negocios y pleitos, conservd
siempre un fondo grande de piedad, y una cordial dovocion para con la
Yirgen Santisima y su Santisimo esposo Senor San Jo86. £1 grande
afecto que tenia & la Compafiia de Jesus le habia hecho pedir al Sei&or
que si le daba algun hijo varon habia de procurar cuanto estuviera do
su parte, que sirviese d S. M. en la Compafiia, y habia de ponerle el
uombre de Jos^. Entre estas fervorosas stiplicas de uno y otro vino
d morir la virtuosa senora. £1, oprimido del dolor, busc6 consuelo en
la vista y trato del venerable siervo de Dies Gregorio Lopez, d quien
trataba con familiaridad. Llegado d su presencia el santo hombre le
dijo con gracia: Seiior Tomas, lo que V. queria que hiciera un hijo
suyo, ^no serd mejor que Y. lo haga? Dies se ha llevado d la seiiora
para que Y. le sirva en la Compania de Jesus. £ste aviso lo llen6 de
confusion y espanto. Luch6 por algun tiempo con las aecularea in-
clinaciones > humanos respetos, hasta que finalmente se resolvid d se-
guirla voz de Dios, muddndoseen estasegunda regeneracion el nom-
bre de Tomds en Jose. A los 34 anos de una vida ejemplar, pasd d go.
zar el premio de sus trabajos, el dia 10 de octubre de 1627.
Por ese mismo tierapo los sciiores D. Juan del Castillo y doiia Ma. pretention de
riana de Fuesta, su csposa, vecinos de Tehuacdn. habian comenzado fole^enTc
hoaein.
a tratar con grande ardor de fundar en aquelia villa un colegio de la
Compaiiia, para io que de comun consent! mieuto otorgaron solemne
— 172 ^
(^scritura de 13 dc Tlicienibrc delmisino ano, ohiigandosc d dar paracs-
te efecto unas opuieatas haciendas que tenian cu aquellos territohos.
Habia vuvlto poco aiitQ» de- Homa con unsi florida mision el padre Ge-
roBuno Dies: eneargado- ja^laiDQOte del gobierno de la proTincia, (k que
alguo tiempo aiUes habta venido do viaitador c\ padre Diego de Sosq.
Uao y otro jusgaroiir deberse admitir la donaeioii, y proceder a la fun.
dadon del cotegio, obtonida antes la licencit de S. M. y la aproba-
cion de N. M. R. P. general; y pareci^ndoles que para uno y otro era
tnuy corto el termino de dos anos, de»tro de loa cuales se espreeaba
que haUiin de eotrar en Tebuacdn loa i^mdadorea del colegio, auplici-
ron que tuvieaen por bifo alargar aquel plazo, come en efecto lo eje-
outaran^ aunque no podemos saber la causa de haberse detenido en
dilo seis aaos basta el de 1633, como diremos d su tiempo. Yolviendo
4 lo prtseDte, en Sinaloa se agreg6 al lebailo de Jesucriato la numero-
aa nacion de los Chinipas. ¥a desde el ailQ do 1621 el fenroroeo pa«
Rdduccion dc drc Pedro Juan Castini habia entrado 4 aquellos paises, y dejado alii un
log cbiniiKtf .
b4bil catequista de los siaaloaa que les fuese instruyendo en la doctri-
na, dospues de haber becho paees entrs esta nacion y los ^uazaparir,
cuyo cacique Cabameai pedis tambiea con grande instancia el bautis-
mo* Desde aqueUa. primera entrada se babian bautizado como cua-
trocientos p4f vulos, y los adultoa bacian cads dia nuevias instanciaa
para tener la misma ibrtuoa. Sin embargo de tan salwiabks deseos,
d poiqtte jusgaron que todavia no les obUgaba su pretension para abs-
tMMrso de los gentilicbs zaraos y erabriagueses, 6 porque cxoyeron ser-
ies Hcito despediiss de susantiguosritosGon toda solemnidad^ datsimi-
niiroo eelebrar ubo de aquellos bailes, oon mas riiido y mayor apara-
to qae otras v^iies. En 41, uno de los principalea caciques, aturdido
con )a fuerza del licor» aobre un tenue motive flechd a una parionta
su^a. Tolvio en si^ y reconocido de su crimen qos teroia no fue^e mo-
liKi de reterdar la entrada del padte en sua tieiras, resolTid ine 4 ar-
rojar 4 sua pies. £jecat6 esto eon tanto fervor y diligencisY que en
soloun dia anduro %m 4spero y penoso camino qos era regularmente de
teas joniadas. £1 padre Castinit^ eompadecido de so eeguedad'4 igno-
rancia» y por otra parte, entemecido de su dolor y I4grimas, lo re-
cibi6 con bonignidad; pero sin embargo, llevado del celo de reparar
con ana ' publica satisfrccion aqoel grave ese4ndalo que podia viciar
todo al tenrsno para la semilla del Evangelio, le mandd que restitut.
do 4 su puebio juatase an la enraroada que les scnria do iglesia 4 to^
— 173 —
dus los caciques, confenose dclante de ellos su culpa, y leu auplicaso que
para cscormicnto de los demas, eada uno dcscargasc sobre sus espal-
das dos golpes de disciplina. Oy6 el bdrbaro una proposicion tan du-
ra y parti5 luego & ponerla en ejecucion, & pcsar de toda la rosiston-
cia y el respcto de los suyos. Acabado un acto de tanta cdificacion
el tervoroso cacique vuelto ol pueblo, que habia concurrido de tropcl:
yo (Ics dijo) por babor incunido en el delito que sabeis, me he sujeta-
do k un castigo tan duro para ensenaros cual debo ser el dnimo y dis-
posicion de nueetros corazones cstando para recibir el bautismo. S'
mi ejemplo os ha engafiado, que oa desengaiie mi arrepentimicnto, y
que OS persuada d que en lo de adelante babeis de tenor en mi un fis.
cal y un ccloso vengador de las ceremonias gentilicasi de los licores, y
do todos los vicios que olios ocasionan. £sta exhojrtacion y cste cjem-
plo ba8t6 d desterrar para siempre de toda la nacion la envejecida
costumbre de sus embriagueccs y profanes bailee.
Sabida la holla disposicion do los dnimos^ rcsolvi6 el padre pasar do
asiento d los chinipas, d que se habian juntado de las vceinas nacio.
nos los hios, barohios, temoris, guazaparis en numero de mas de qui.
nicntas familias. No pudo hacerlo tan presto como dcsoaba por ha>
ber muerto poco despues de aquclla cuai'esma el hermano procucador
de aquellas misiones, y que era como se esplic6 uno do ellos las ma^
nos y los pics de los misioneros. Era este el hermano Francisco de .,i
•^ '^ Mucrtc del
Castro, que de la tamilia del Exmo. Sr. marques de YiUamanrique beim. Fnn.
sacado do Dies para humilde coadjutor de la Compaiiia, sirvi6 en ella ^*'*^ Castro,
treinta y cuatro ailos dcsde el de 1598, en que vol viendo d Sinaloat
do donde habia venido d negocios de su mision, lo Uev^ consige^l ve-
nerable padre Gonzalo do Tdpia. Fu6 hembre dc grandc humildad y
do constante mortificacion y obscrvancia. Algunos piensan haberse
despues. ordenado de sacerdotc y pasado dc coadjutor temporal d cspi-
ritual, d que parecc haber dado rootivp cl padre Juan Eueebio Niorem-
berg. lievado de esta opinion cl autor, de los latinos y elcganlcs elo-
gios do algunos de nuestros varones ilustres, quo por 6rdcn de N. M.
1{. p. general Laurcncio Ricci se enviaron d Roma, escribe asi: ^^Li-
Icrarum Tiaud ovmijio expers Maiae sacerdotis dignitalae admissil^ in
q^a tameu eonsUtutus ^c." En las cartas anuas do nuestra provincia,
on las vidas manuscritas do los claros varonca, en la historia del padre
Rivas, que en cl lib. 3 c. ultimo se escribe su vida por un tcstigo ocular
(|uc lu irato inuehos afio^, no so hacc inctiioriii algiina dr sjus onlcnes.
TOMO II. 2*<
— 174 —
Nutstru int'iiulDgii* y <:l j'uilru Ovicilo tn ms fliigius do cuudjiitorcs lo
poDcn fn estc gi-j,Jo: no hcmos podido subL,T cl fundanicnto que liivo
I'l |)udrc Eiistbio. Sobrc cl din y ufio (Ic su mucrto no sc varia menus,
m [)itdrc Oviedo en los rer<;riJoB elogios, y nueatro muiiologio Ic asig-
nan cl dia 5 du fubrero. £1 padre Andrndc por dicicmbrc, cl padre
Petrignani & 7 dc junio. Estos doa tjltimoa le haccn muerto el ano
de 34. Nil BO qu6 motivo pucda habcr causadd (anta variacioo. Lo
cicrlo cs que murid dejando on aquclla cniEion un gran vacio ol afio de
1627 cidia 14 dc abri), como conata de la carta quo el padre Juan Va-
ri-lu cscribi6 al padre provincial firmada en 16 de fubrcra do 1628, en
lu cual el dicho padre Varel a, superior de aquella reaidencia, lo trata
aicmpre, como cl padre Rivaa, con el nombre de hermano.
Carta del P. Luego que lo permttiiS cl ticmpo pnafi el padre Coslini al paia de loa
^dro Men- ebinipan, que con un increible jObilo lo recibieron en iglcsia y cnsa
que tenian ya editicadaa. Colocdronao crucea en las caaas y calle?, y
Be concedi6 el santo bautiamo & los mas bicn diepucatoa de loa adul-
toa entre chinipaa, guazaparis, temoria y algunas olros naciones que
cada dia engroaaban el partido de los fieles. El padre Pedro Juan
Ckstioi, que habin conquietado cs(a nacion, y rcducidoJa ya cuaei en-
tenimente al grcmio de le Iglesiat deapues de haber bstado la mayor
parts del alio con eaa naeTos bijos, le fu£ forzoso dar la vuelta & loa
sinaloas y loa huites, Loa chinipae y demas nacionea cupicion en
Buerte dichosisima al padre Julio Fascual que & fines do aquel aiio lie.
g6 de Mexico. Con la miama rapjdez que ae eatendian las cspiritua-
les conquistas en Sinaloa dcia el Orlente, se propegaban tanibien por
cl Norle icia laa rcgionea de los Bisibotoris. Eata nacion, & cuyos
bautismos ya deade cl atio de 21 habia dado principio el padre Pedro
Hendcz, logr6 por cstc miamo tienipo la fortuna de cultivaiBe con doc-
irina dc asiento. El mismo padre Mondez, que haata entfinces habia
estado en el Yaqui, parti6 Ueno de conauelo & esta empreaa, quo habia
deseado con anain. Escrihiendo al padre provincial con fecba de 16
de noviembre: „Aqui llegu6 (dice) & mediados de mayo acompaiiado
de unoa indios ladisoa. Luego que loa aiaibotaris aupieron de mi ve-
nida comonzaron L poner por leguas cntcras arcos dc yerba con gran-
des cnicoH, y on los puoUos me recihian hincados de rodillas con cni-
cea en las manos. No he hallado on esta nacion nutro dc idolatriu, y
hochiccria muy pbva. Lob quo llamau comunmenlo hccbicerva en au
lengUBa itoribe, son loa nuy vnlicnlea en la guerra. En wia mcscs no
— 175 —
lio tcniiJo noticia dc quo algiino sc hiya cmbriagnxlo. EI silio «]e los
pueblos qu« lengo ya juntos y confrregados con sum i^lrsias, os en dos
valles muy furtilcs de maiz y otraa legumbros. Los rioa ilo iindan
aguas con que riegan sus scmcnteras todas con notable ariiticio, y asi
nunca so padccc hanibre en cstos puestos. Dospucs de bautizados nua-
ca picrdcn misa, y la oyeo con tanta dcvocion, que hasta dospucs que
he dado gracias y echadoles la bcndicion no se van dc la iglesia. £n
lo que mas so ecba de ver su bondad y bucna disposicion, es on que
rancher ias que ten (an en algunos cerros de k veinte, de d treinta* y
otras de mas casas fuertesy abistecidas de todo, y hacendillius sin vio*
lencia ni brazo armado, las han cchado por el suelo y bajddosc a poblar
jimto d las iglcsias, que en seis mcscs han fubricado trcsyaunque no las
raayorcs; pero las mcjorcs y mas lucidas que he tenido, y la una so ha
iledicado d nucstro glorioso ap6stol San Francisco Javier."
Hasta aqui el padre Pedro Mendez» d cuya rclacion podemos ana- Succbob dc
dir lo que acontcci6 al padre Alberto do Clericis en cl partido dc
Guazavc con algunas nacioncs maritimas, poco dntes convertidas.
Dispusieron cstos para cl dia 24 dc marzo una solcmnc pesca, para la
cual quisicron quo cl padre los acompailara y les dijera misa en la pla-
ya. Juntdronsc en numcro de mas de cuatrocicntos, y dcspues docc-
Icbrado cl santo sacrificioy cntraron d su pesca, Ya estaban para echar
el lance cuando observ6 cl padre que algunos indios sc habian aparta-
do de los demas. Preguntdndoles la causa, reeipondi6 uuo de los mas
ladinos, que de aqucllos algunod cran sepulturcros y entorraban los
muertos, otros habian poco dntes onviudado y perdido sus mugeres, y
otros finalmente las tenian con su ordinaria cnfermcdad, en las cua-
les circunstancias debian, scgun cl rito del pais, abetenerso de la caK|i
y de la pesca, que de otra sucrte no se haria pesca alguna. Procu-
re el misionero desengaiiarlos do cste error, y llam6 a los demas quo
estaban separados. Los pescadorcs se comenzaron d afligir y consul,
taban ya entre si dejarla para ticmpo en que no estuviesc alii el pa-
dre. £stc, conocicndo sus designios, les dijo que para desengaiiarloa
da aquel abuso les prometia en nombre de la Santisima Virgen, cuya
misa habian oido, que si cntraban todos d pescar, habian de echar un
lance mas foliz y mas copioso quo nunca. Dijo estas palabras con
tal fervor y ascvcracion, quo al instantc con una alogre algazara se
arrojaron todos d la pesca invocando d la Virgen con estas dulces pa-
labras: Nuostra Madrc Santa Maria. El padre entre tanto desdo la
— 176—
plnya viendo sii (e Ins r-iicomcnHaba :i la niisiiin. Scfiorn, y coopcran -
do Dio9 A la sinccriiiud <!c nqitcllos ))obrcs, y & Ian oracJoncs de sii stcr-
vo, fu6 taiiabtindanto lapesca, qucenuncuartodchor.i cogicrnnmu-
chas arrobas de pege, con tal facilidad, que cuasi, dice cl padre Vnre-
la en sa retacion sobre cl icstimonio do olgunos soldadoa cspaiiolcs, Ics
venian & las manoB ealtdndolea Bobre Ib cabeza y al rededor del cuer-
po. Junto con eate bcncficio lea hizo Dios el de desengaiiarloe de nqiic-
|la vana observancia, y atraerlod i la derocion para con eu SanlisimR
Madre, cuyo nombre qucd<S desde entdnces impuesfo i aquella costn y
pesqueria.
r- Ayud6 mucho nl aumeoto y espiritual conauclo de aquella nucva
.. ' cristiandad la prcBencia y viva voz de au pastor el Illmo. D, Fr. Gon-
zalo de Hennoaillo, que emprendiA poco despuea CL coata de inmensas
fatigae la viaita dc aquella grande y la mafi remota parte de su didcesis.
Seguido de innumerable tropa de indios, que de todas partea concurrian
guatosisimoB fi ver yreciblr la bendicion del padre grande (quo asi le
llamaban) pas6 mucho mas adelante de la villa de San Felipe haata
Mayori, pueblo principal de los tehuecos. Confirm6 muchoa millarea,
celflbr6 misa do pontifical, y ordend de 6rden sacro i algunoa que ba-
bian venido de Topfa y Culiac&n. La misteriosa mageslad de las aa.
gndas ceremoniaB, hizo fonnar & los neiSfitos una altisima idea de
nnestra aanta religion. El Illmo. dcapnea do haber couBolado y aca-
rieiado mucho i aquellafl aua ovejaa, volviendo & Topfa fu^ aobreco^.
do de una mortal enfennedad que i pocoa diaa lo acabd en el camino.
UerAae n cuerpo y se le di<S aepultura en la iglena de nueBtro cole-
ffo de Sinaloa, con m^noa aparato del que demandaba su eminenle
dignidad; peio con muy sincenis l&grimaa de loa indios y de todoa Ids
imnoneroa, cuyoa tnbajoa habia siempre apreciado mucho. AI tiem.
po que faltaba 6 la Compafila de Jeaua en Durango un padre tan tier.
DO jr UD (an poderoso protector, en Talladolid, capital de Comayagna,
PnteiMion V^ vnlgarmente Uaman Honduras, otro Illmo. prelado deaeaba y pe-
' dia ardientemente algunos religiosoa de ella, que enlraran i la parte
de sn pastoral solicilud. Era este el Sr. D. Fr. Alonso Galdo, del <3t-
dsD de predicadorea, y halUndoee cargade de mucbas ygravisimaa oa-
fonnedades, halna deade el aBo antecedente auplicado ft 8. M. le se-
fialase coadjutor y le enviase algunoa religiosos de la Compaitia, pant
lo cnal eecribid tambien al padre provincial GenSnimo Diez con fecha
96 de jwnio de 16SS> &1 8r. conde de Gomera, presidente de bt nm.\
— 177 —
audiencia de Guatemala, prametta dar d la Compafiia las doctrinns do
.todo cstc obispado; sin embargo, on los superiores prcvalerio a las mas
fuertes razones la esperiencia que go tenia dc los culegios del Ucalejo
y Granada de Nicaragua, que habia sido necesario desamparar poco
dntes. Estopasaba en Honduras. En Tehuacin estaba aun viva tod •
via la pretension do un oolegio* ' £1 ano antecedente^ el licenciado
D. Juan Bravo, cura de aquel partido, habia, en 16 de junio, escrito
con n^evas instandias al padre provinoiaK For otra parte, D. Tristan
de Luna y Arellano, alcalde mayor, bacia toda diligencia con el 8n
marques do Cerralro, 4 cuya petioion habia escrito un ventajoso informe
en 22 de mayo de 1629. 8. £. mand6 avaluar las haciendas que D.
Juan Castillo y su esposa ofrecian d la Compafiia, que juntas monta-
ban la suma de ciento ochenta y-seis mil pesos, y para mayor
seguridad, no queriendo dar lugar d que se creyese que su grande afec?
# to d la Compafiia hacia pasar atropelladaroente por nn negocio tan gra*
ve, di6 comision d su asesor D. Pedro Barrientos Lomelin para que
hiciese una exacta informocion da testigos mas autorizados sobre la
utilidad de aquel establecimiento, que sin etnbargo pidi^ndose despoM
muy duras condiciones no pudo tener efecto alguno, como veremos ade<*
lante.
En M^ico mun6 el hermano Pedra de Ovalle despues de cuarenta Muerto del
y dos anos de una vida edificativa en la religion. En los ultimos aiios j^'^^q^L^
lo habia dedicado la obediencia d la instnlceion y cultivo de los nines
Indies del Seminario de S. Gregorio. ProcuFalm sobre todo criarlos
con la lochi6 de la devocion d la bienaventurafla Virgen en que fad sin-
gulaiishno. Parece lo reconocid la SeHora por su fiel siervo Uevdndo^
k> d goxarel premio de sus trabajos el dia consagrado d su devotlsi-
mo defensor 8. Ildefonso, 23 de enero de 1629. £1 padre Florencia
en su menologio, y el padre Oviedo en las ytdas de ejemplares coadju.
tores, le senalan el dia 16 de julio de 1<28. Lo contrario consta de la
carta annua, d que juKgamos mas seguro conforraamos.
Este ano fud por una parte el mas plausible, y por otra el mas cala- Cwionizacioii
mitoso d la ciudad de Mdxico. A los principios de dl se celebraroa de 8. Felipe
con la mayor solemnidad y fiparato que jamds se habia visto las fiestaB
de la canonizacton de 8. Felipe de Jesus. Todos los gremtos se in-
teresaban miieho en el aplauso de este santo mdrtir, el primero qae de
estOB reinos y de esta ciudad habia aubidod los altares. Comeazdronse
ins fiestas el dia 6 de febrero, justamente aquel en que treinta y nuere
<t<:l Jiip'in. Li Coiiipafiiu do Jc^u:! i<Li:i Ilium do iiqucUa gmn |:nrlu
cle go-f.ii f|i[.i 111 iocal)a [lor la cunoiiizui'iun de trea hijos suyoa que lia-
biiin iicoiiii>;tiiiiiL a S. Feljp^!, en pi murtirio tenia (niiibicMi particulari's
motivuM para Bingulntizarae en laa duiiioElracioiics lie vcncracion pnrn
con cl inclita mdilir t'rancUcami. lliil>ia este pasado eu juvcnlud en
loa cstudios dc nucbtro colegio mixiino de Mexico, y vivia aim en
a!fiii\ iiil-<ino cologio cl padro Pedro Giiiiciroz que babia ti^nido cl lio-
Qor y l;i Tclicidad do initniirlo en loi prim^ros ruditncDtos dc la grami-
tico. Con csta oca^ion cnire todns Itts dcmas roligionea se flingnlnri-
zd la Compafiia, y la liicida juvenlud da sus estudioa en cckbrar nqiicl
luBlrc de Mexico y de la ncrSiica lamilia. Tuvicron cstas ficblas la
•iDgularidad muy digna de iioUrae de que asi^tiese & ellus Anitmia
JUarlint:, dichosa inadre <)cl benditu inurlir, la cual aicle dtaa despucp,
indofll 12 de Febrerot. habiendo asistido uldia octavo de lalicstade Kubien* •
avcnturado bijo quo celebraroo loa franciscanos deacolzoa dc S. Die-
go, no temendo fclicidad mayor qu$ poder gozar Bolire la- ticrra, vuyu
mferina aquol miamo dia, y pasu poco dcspuea, cl 20 del niismo, m
aeotajiafiarle, como piadosamentc 6C debe ouperar, en laa morados
«(ernaa. A tan felicca principiny del ailo, siguiemn, como Bucle suce-
iet conTormu i la naturaleza de laa cosas humanafi, uno» tristUimos
fines con In inundacion que ImisUl ahora llamao grantU^y quplo fu^ jcn
ofitcto mucho mas que cuantas hastH enti'mcBs babin padecida csta ciu>
dwi. Uabiaae coinenzado & Bentii desde fines del afio do 26 en que
fueron, como dijimos, oopioriaiinaa las lluviaa. Creeiii el pcli^o con
las del afiD de 27, en que sin embargo con la buena diligencta del
Eimo. Sr- raarquea de Ccrralvo no ae tuvo el mayor susto. Oispuso
8> £• por conaejo y dirucdun do lod lionibrca mita intcligentcs, que ao
leTantase la nlb.irrada de S. Cristt'ilial una vara mas, y lo miemo las do
Meikaltziiigo, S. Antonio, Cslvario, Tacuba y Alzci>polzalco. Quo
BO rcparasen las de Zutupango y S. T.&zaro, obra antigua de D. Luis
da Velasco cl vicjo. Que se.recdificaae una antigua calzada para di-
Tertir el curso de los rios SaiKlorvm y Rloiiiles, do niodo, que dcspucs
de haberae eaplayado por loa ejidoa de la Picdad y S. Antonio, viniese
i deanguar eu la laguna dc S. LAzbto. Que se bicieae una presa dc
mampoateria pnra divertir las nvcnidas de Pachuca, que engrosaban
laa logunaa de Zumpango y S. Criatdbal: quo se proaiguieso el desague
de Hoflhualoca, j se carmae una abertura qua pan hacer esperiencia
— 179 —
del incrcmciito del agua habia imindado ubrir el marquos de Gelv€Z
por auto de 7 do inarzo de 16*2:^, Que so estacasen las acequias den-
tro dc la ciudad para que las aguas corricsen sin perjuicio de las ca-
llcs y casas. La superinteiidencia, dice en su relacion D. Fernando
de Zcpeda, dc todas estas obras encarg6 S. E. & los rcligio^os dc la
Compania de Jesus, con maestros quo dispusiescn su f&brica, y todas
sc pusieron en ejecucion y se fucron hacicndo hasta mediado el ano
dc 1629.
Los rcligiosos de la Compania que aqui no senala ni indi>id(iu este i^cmcios de
autor, sabemos por carta annua de 29, q\je fueron seis, cntre los cua- joBjeBuilascn
^ . la ocaeioD*
les el padre Bartolom^ Santos y el padre Crist6bal Angel, que en se.
mcjante ocasion habian ya ayudado al Exmo. marques de Salinas, y
scrvido bastantemcnte & la causa pdblica en el ano de 1G07. Con es- '
tas precauciones se pas6 el ano de 27 y el de 28 sin el mayor susto.
La ciudad y el vircy, agradecidos al trabajo de los padres, se prome-
tian ya una total seguridad; pero & pesar de las mas prudentes medidas
so verified bicn presto todo lo contrario. £n e( ano de 28 fueron las
lluvias demasiadamente tardias; en el de 29 comenzaron muy tempra*
no, y con tal fuerza y continuacioo, que dspanoles 6 indios antiguos no
se acordaban haberlas visto semcjantes. 'Fuera de la mucha agua que
llovia, de la que trasminaba por las albarradas y las presas, se habian
ya anegado todos los barrios dc la ciudadi de suerte que d pocos dias
no se podia entrar 6 salir sino por las calzadas. Los barrios, compues-
tos por lo comun de casas de adobe, todos se arruinaron cojiendo &
muchos pobres bajo de sus ruinas. Otros quedaban aislados, y raorian
de hambre y necesidad muchisimos. £1 dia 5 de setiembre navegaban
ya las canoas por los arrabales do Santiago, de la Piedad, ypor las ca-
Uea mas bajas. Las familias roligiosas comenzaron d desaroparar sus
conventos, dejando prccisamcnte algunos pocos sugetos parte por lain*
comodidad y el peligro, y parte por la falta de las limosnas. Dentro
do poco se hallarou menos en la ciudad, fuera de los muertos, mas de
vciniisiete mil peraonas, Muchas familias se pasaron & la Puebla,
que por tanto, & fines del siglo qud tratamos, cuasi competia con la ca-
pital en el ndmero y riqueza de sus habitadbres. Sobrevino 4 estos
grandes principios de inundacion, que tenia ya muy constemados los
dnimos, el copiosisimo aeuacero de S, Mateo, que basta ahora es fa- Estraordina-
•^ • ° ' ^ , no affaacero
mo30 en el reino, en quo desde la vispera hasta el dia llovi6 con in- en Mexico do
creible fuerza par treinla y aeis horas continuas. Al dia siguiente, 22, durac^ra. ^
— 180 —
ainanccio toda la ciiidad Ucr.a de uguu, que subia urns dc media vaia
en la i)nrte mas aha. Encarecicronsc los bastimcntos con iiicsplica-
blc duao de los pobrcs: no se oian sinp cianiores pidieudo & Dios mi.
scricordia, y continuas plcgaiias eu las iglesias. Ni aun quedaba el
consuelo de refugiarse ^ los altare:^ y al sagrado de las im^genes raila-
grosas. Todos los tcmplos estaban ccrrados y aun despues de lodo
]lenos de agua. Ccsaron los seimoncs, la frccuencia dc los sacramcn-
tos, el comercio do las tiendasi el trato y comunicacion de las gentes,
los oficios mccdnicosy y aun los publicos de audieilcia y tribunale^^. £1
lUmo. St*. D. Francisco Manso y Zuiiiga, arzobispo de Mexico, pro-
veycndo d tcido como celosisimo pastor, hizo primeramente traerdesu
santuaiio & la milagrosa imdgcn dc nuestra Sra. do Guadalupe, accion
que no habia tcnido qjemplar hasta cntonces. £ntr6 la Santa ira&gen
en la ciudad en canoa con acompcuamiento de toda la noblcza, clero
y religiones, el dia 24 de sctiembre. Di6 asimismo su senoria licen-
cia que en los balcones, en tablados que se formaron en las encrucija-
das do las callcs y aun en las azoLeas se pudiesen poner altarea en que
celebrar el santo sacrificio de la raisa, que oia ol pueblo dcsde los tor*
rados y ventanas vecinas, no con aquel respetuoso silencio que en los
templosy sino ^tos con l^igrimas, soUozos y clamores que d los ojos
aacaba ua tau nuevo y tan lasUnioso cspectdculo. Salia tambien todos
los dias su Ulma. en una canoa por los barrios 6 visitar las casas de
los pobres, lleyando tras de si algujias otras canoas cargadas de pan,
Caroe, maiz, frijol y otras muchas cosas que repaKia d los mcneste-
rosos.
Providcnciaa No cumplia con menos exaotitud las grandas obligaciones de su ofi-
del yircy. ^^ ^j Exmo. iDarqii6s de Ccr^lvo* Dividi6 los varies cuarteles y bar-
rios de la ciudad entre religio3oa graves y otras personas de su satis-
faccion, con 6rden de formar una lista de todos los pobres que en ellos
so hallasen. Estas personas debian ocurrir cada torcero dia 6. palacio,
donde en pan, en carnc, en seniillas y en reales, se les daba cuanto
era mencator para el socorro de las necesidades de sus respectivos
cantoncs. Mand6 asimismo formar otra lista de todos aquellos que 6
por entera ruina, 6 por eminente peligro dc sus casas habian queda-
do dcsacomodados, con 6rdcn de traerlos todos <l palacio. S. £. se cu-
cargo dc muchisimos que en unode los mas grandes y mas fuertes cdi-
ficioa dc la ciudad congrcg^ y alimcuto por mas dc^cis moscs. Los
demia reparti6 por las casas ricas y comunidados Tcligiopas. Muohus
IfK^rsonos do caudal, imitando estos ilustres ejomplares, socorrian. lib^'
ralisiinaincQtc ^ los nccesitado8» y pagabaa casas en que sc mantuvie-
sen d sus Qspen^s. Mand^roDse' tVaer todas las canoas do los ]hic-
bloa vecinog, s^fabricaron angostas.cal^adas ea laecalles ^ raiz de laa
paredes,. y pu^ntes de madera para el Aragin y comercto de la ciiidad.
Tomada^ estas mas urgentes providencias secoineoz6 & pensar enlofl
romedios pam tanto mal en lo futuroi So propusi^rpn pr6iQio»eii noBtb*
bre de S. M. ^ los que diesen algua (irbitrio,.aunque Cucse knuy eottOK
so, para desaguar ^ Mexico, y libmrla para sicinpre de tan coDtiotiioa ,
sobrcsahos. ..So presentaroh.muchlsiinosv y enUr^ ellos el |>adre Fran-
ciscQ Calder.oni de la.Coaipauia.de Jesiua, repreaent6 de.un'sumidero
de que parece habia habido <en la antigiiedad alguaas noticias en la k-^
guna de Tescuco,- y que acaao habria obstruidoy fsnsolvado el tiempo,
d.por la estrechu/a de su vaso.iio era suficiente para reoibir tantaff
aguas*. t : Para el recondcimiento de est^ y otroa raucb6s' roedioa' so
di6 comiaion & personas iitteligentea. 3* £• entre tanto salid k recor-
rer todo$ los contomoo^ de Mi^xiop .6 raiz <lc los monies que ciiien' su
hermosisimo plan, espedicioo enque anduvo en pocos diasTOasdecien
leguas. : ]^09p.ues d^ todo so cbnock) que el unico recurso era prose*
guij- y perfeQcionar el;doaagua d» {iuebyeto^ra, que veintiun anos intea
babia con^enzadp el marques xieiSalinas. .1^1 IU(no;'|SF. D. 'Francis-
co MansOvedcrtbieodOi4 S. N»t con feoba. IlS ds octubre de 20, dice
Ixaber muerto. eti aquel cottx> lieitipo knas. de tretnia mil indioa y de veta-
te milfamUias de eapdiiok^ que 4ntes de.la'> iaundacion tenia Mexico,,
apeoas quedaban eu Ja tciudad cuatrocieutaa. En una situacion .tan*
lastimosa es facil ooncebirxuanto teadcii|n.<iue hacery padeCer? wi^-t
troB op^tttDod en espirituales y temporales< obcas de tniscricortiia^ S i
Es neneater confesar 4)ue' a. prindpids de ia inundacion'doi 8(Aih»m Qucjus con-
llainaboo & parte alguna dnuestros operarioa; pero aunapehaavpodiall nfa^su^nl!
andar por las calles sin.esponeree i las descortesias y i las-iaaidiwi^ tiefaccion.
nes del pueblo. • Cod oeasion de haber el excelentisimo in]cstvi|af«i»4
porintcndencia de las obras arriba dichaa 4 cuidndo de nuestniB religioM
SOS, no faltaron personas desafcctas d la Compaiiia que de palabra y
por cscrito publicaron por todala ciudad, y aun por todo el reino^ querioa
jesuitas liubian dejado en las ulbarradas nigunos ojos y abcrtura%/bo-
.i
^.u*.
t EbIc CD cl fanioeo Bumidcro llamudo PaHtitlan dc qne haUa el padrc l^hagtin
y que se liu solicitado inainnifiiito por cl aymilaniicnto dc Mexico.
TOMO M. 24
— 182—
mo si junto con ellos no hubicscn asiistido da drdvii del vircy otras
peruonas inlcligontea para no poderlos culpar do' jgnontncis. A^uiior,
interpreluntlo mas malignamente cl hci^o, eiiailiat) quo cntohabin sido
para rcgar unos lieiras. AuDque no bo decia qu6 Dlbamda?! qud li«r-
nw, ni en qu6 pane se babian obierto los diqucs; sin embargo, un»
impostum tan mal eurvida en unoa Animos conatcrOBdos, ball6 f&cil-
mente cr^dito, sin advertir c6mo podian ostar laa nubee A djsposicion
de los josiiitafli 6 qu6 necesidad habia de las aguaa de la laguoa pam
el riego de tas tienast cuando caia del cielo con tanta abundancia
Guanta jam&s ae habia villa en Nueva-Elapaiia. Final metite, dea-
pues de algun tiempo de mortificacion gravisima, la razon, el silencio
y la paeioncia de los calumniadoa. In con»tancia y puntualidad en los
ininistorios i todas horas del dia y de la noche, el ver que ninguno dc
JOB josuiiBS habia desampamdo la ciudad, nunque la Casa FrofcsBt con
la falta total de laa limosnas, padecio increiblea trabajos, la liberalidad
con que de nuestroa colegios ae Bocorria i. los pobres, pues de limos-
nas TDanualea ae dieron del colegto mftximo maa de cuatro mil peeoa,
niorn de treinta famiUas quo por algunoi meaea ntantuvo en casaB pro-
piaB aun en ocnaion que con la ruina de otraa habia perdido maa de
cuarenta mil pesos; todo esto, digo, y mas que tbdo la coofeaion del
miaino Enrico Martinez, maestro mayor de la obra, que puesto on
prisioB por 6rden del viray, confeatf habia hecbo ceirar la boca del dcs.
agUe, impidtendo et paso del rio de Cuautitlfin sin (Jrden ni licencia
del virey, y habia roto el vertldero, con lo cual el rio de Cuaulitltn en-
tr6'poT la laguna de Zumpango, que tiene comuolcacion con la de 8.
Citst6bal y la de Mexico, dapdo por eacuaa que el avio (\i6 poco y
larde, y las avonidas nunca vislaa, y qua el haberle cenado fu^ por las
"I' RMchaa lajaa que cayeioo impidiendo el paso. Esta priaioa y esta con-
fewon volvieron au primeia eatimacion y antiguo reconocimiento i la
' GvafMoia, i. quien aun despues de la iiiundacion, quedA bastante ma-
teria.para sjercitar su celo en la peste que sobrevino at siguiente auo,
oeanDnada de la humedad, de la faambre, de la corrupcion de los cadti*
vBiMi de tantoB animalea y aun de muchos pobres que 6, coda paso mo.
liaD en los primeios dias.
No porque en eate tiempo bubieran ya bajado cnteramente las agues,
lo cual no se vino 6, conaeguir sine hasta los principios del alio dc
1U3, Antes loa nuevas Uuvias del ano de 1630, eingularmento por los
meaea de junio y julio, io puieroD todo en nueva constornacion y cir-
-^183—
eun:stancias en que la c^lebre procesion del dia dc Corpus cstiivo pnm
prorampir en una sedicion aun mas niidosa que la del ailo de 24^ y cu-
ya relacion es enteramente agena de nuestro asunto. En el colegio de Muerte del
Mexico muri6 el padre Iirnacio de Zavaley natural de Oaxaca. de sinmi- ^^ ^P^^-
, , , T . ^ CK) Zavala
lar compostura y amabilidad de costumbres* La caridad bon que asis-
tia d Io8 enfermoB de casa en cl oiicio de ministro, di6 motive i. su en-
fermedad postrera en que tres dias dntes, vUitado segun se crey6 en>
t6nces de nuostro padre S. Ignacio y S. Francisco Javier, tuvo noticHi
de su prbxima muerte. tin estas mismas circunstancias fiil]eci6 el
Dr. D. Pedro Garci^s Portillo, persona muy afecta d la Compaiiia, &
quien como la ultima seiial de su estimacion, dej6 por heredera de su
escogida numerosa libreria, que se aplic6 al colegio m&ximo. Falt6
poco despues en cl colegio de Yalladolid el padre Francisco RamireSf 'J"*^'^*?!*-^*^
iusigne operario de los iridios tarascos, entr^ quiones emple6 fueradel ekeoBMmhet
tiempo que lo ocupdia obediencia en los gbbiemos de Pdtzcuaro, Va»
lladolid, colegio m&ximo y Casa Profesa, todo el resto de sesenta anofli
que vivi6 en la Compafiia. Siondo ya de ochenta» 6 impedido de
la gota, se hacia llevar en silla de nnanos al cementerio de la catedral
para esplicar &■ los indios la doctrina cristiana: ejercicio santo en que
le coji6 la filtima enfermedad lleno de dias y merecimientos de quo
pas6 ft gozar el pr^mio en 22 de junio. Con su muerte tendria mu-
cha mayor razon de quojarse uno de los boncficiados de la costa de
Michoacdn, que pocos meses (Intes habia escrito al padre Diego de la
Cruzt rector de P&tzcuaro, en estos t^rminos. „Despuesquc nos fal~
tnron el padre 6er6nimo Ramirez y cl padre Juan Ferro, nos ba des-
amparado la Compania & los de esta tierra caliente, donde tant6 fru*
to se hacia y tan gran sorvicio k nuestro Senor. Si Y. P. vicra la
necesidad, se hallaria obligado en conciencia ft quitar alguno de los pa-
dres de allft, y enviftrnoslo. [Es posible que la caridad de la Compa-
nia solo se haya do estender ft los partidos de por ahf cerca, y que do
hemos de mcrerer gozar dc la doctrina que otros anos hemos tonidot
t
Pnr la sangrc de Jesucristo que siquiera esta cuaresma nos envie on
padre, y si fucrc do Icngua mexicana serft de mas provecho. Si supie.
ra cuando Iloga ahf nuestro padre provincial fuera en persona a su-*
plicftrselo y rcprcsentarle esta necesidad, si bien V. P. la puode re-
mediar &c."
Lo que este beneficiada intcntaba rcprosentar al padre provincial tu- ProtenRion de
vJeron v^lor para hacer desde mUcho 'mas lejos los gentiles de Humo- Xopfa. *^ ^
— 184 —
ae y Giiariiiunitf, pupblub d6 lo interior tie la sierra de Tojiiii, junto al
iiacimieDto del rio Humace, que ctinndo '-deHOtnboca en el mar del Siir
.' llanMD comiiDmento rio de Piaxda. Estos vioieroii hnela Guadiana
4 verse coa el padre Godniiao Diez, que visitaba aqucl colegio para
que lea inaDciaaa padres que los doctiinason, comoen eTecto »a ejecu-
1A poco despucB con increiblc consuelo euyo, y de los mLiioDCros que
liatlaron una tierra muy d6c\\ pura la aomilla ovang^Uca. A laa cerca .
nias de estaa naciono^ hnbia entrado muchos anos antes <.-l apoel6Iico
padre Hernando de Saetar^n como dejamoB escrito en otra parte. De
esta capital de Nucva-Vizcaya ae hizo tambien una mision fruduoat-
sima ol pueblo, y real de nunas do Gucncam^, una de loa primeroa lu-
gares quo cultivO el padre Ramirez en au primera eotrada i la laguna
^<8an Pedro y provincia de Parras. Aun fai -mas quo el de loa geuti.
SuMMt.dflloi lea de Topia ol fervor de loa lorauraareB. A la coQversion de eatoa
liabia dado principiodeadeel ailo de 1607 el veneitable padre Juan Fon-
to.~ Primero las guerraa de unaa nacionea con otras, luego ol alzo-
micnto de loa tepbbuanea sua vecinoa aofbcaron coa facilidad ol gra-
1)0 que apenas comenzaba Abrotarenlasbellaa eaperanzaa. Uespues
M habia becho una ti otra ligera excunion al valie do San Pablo, don-
de.Bollan bajar algunoe de .esta aacioni que el padre Joa£ do Lomaa
pncuraba atraer con dulzura. El fuego, aua no entcramente apaga-
do bajo laa ceoisa*. volvi6 6. preuder on algunos corazones maa bien
dfspueatoB. Stm loa tarautn ares > (dice el padre Joa^ Pascual)|Uno de
ana maa antiguoa mtsioneroai gente pob'tica, y auu en au genlilidad a*
ovbrian etioa, y mucho mw ellaa, con un tegidode pita becho de unaa
pabiillaa aitvestrea de que ncaban hilo, y tan tii[Hdo, que la agua on
61 se contiene alo demmarie 6 conaumirsa, mucho mas cuando cali
tiraote. Son grandea labradores. crian avea de Coalilla con abundan-
otB, y muchos tieoen aus manadaa'de ovejas, con lo cual mantienen
algun trato y comercio con los cspanolea, que lee ferian ropa y otraa
coaaa. Son belicosoa, y on las ocaaionea que ae ban ofrecido ban
BMwtrwdo mudw valor, 6 per loa eapauoles 6 contra elloa. Al OHente
ti«D«n «] rio de los Conchoat j al Foniente la Sinaloa, Sonora y las
regiones del Nuevo-M^xico, al Nortey al Auatro la naciou do loa To-
pdrusnea, cuya lengua bablan lamlHea comunmenle. Su region ae es-
lieade aegun parece desde los veintisiete basta los veintinueve grados
" ' J" litdiu ol fTnrtti £1 tratoyicumunicacioo con loa miniatros de loa
, WpdIiiwtaiiiiOTitf t TMurOiQuhdiana'tpreaeBfcracal g obemador
— 185—
D. Hip6]ito dc Yolasco, mnrquds de Snlinasy A pcdir pndre$; que lo^
doctrinasen de asionio, prometiendo poblnr & £>u cloccion en lu^areB
mas 'c6EUodos qtie so les eefialaseii para su mojor admiiudtrucion. El
gf^raador seual6 luogo al capitan Juan de Baraza, que de acucrdo
oon el padre Juaa die Hevedia, destinado.^.esta empnesa por ei padre
proviociai, reconociese y eligi^se los puestos roaa 6 prop68ito. Pasa-
ron hasta Nonoava, donde juntaron haata cuatroclentas personasy con
las cuales Junto al riacimiento del rio Florido se fund6 el pueblo de
S. Miguel de las Bocas. Al padre Juan de Heredta, que cuitiVd al-
gunos meses esta nueva vina, succedi6 el padk'e Gabriel Diaai« portu«
gu6a de nacioo, que deapues de al^un tiempo fund6 el pueblo de San
Gabriel, sobro el misino rio, cercnno al de las Bocas.
No fu4 i. los nrincipios tan pacSfica y tan feliz la entrada que hi* Entrada do
loB aibmos y
cioron pw este mismo tiempo & los aibinos y br.tucas, el padre Mar« y batucas.
tin de Aspilcueta, y el padre Lorenzo de C&rdenas* Esta nacion ha-
bia pedido alguaos anos antes con grande ansia y fervor el bautismot
y los padres Francisco de Olinano y Tomas Basilio, habian'bajado & su
paisy.bautizado'rau'chbs p&nrulos, cpmo dejamos antes escrito. Con
ia oiuerte del capitab Biego' Martinez de Hurdaide, y trato con algu*
nos nebomes, que huyeron 6cia aquellas partes despues de la muerte
que intentaron dar al padre Yandersipej se enfViaron algun tanto en su
primar fervor, y parecieron recibir eon poco gustjo & los misioneros^
Un case bastantemente raro que aconteci6 laegoque se comenz6 d
dar principio & la ini^ruccion y bautismoii dp los adultos, cnagcn6 mu-
cho los doimos 6 iba & caiisar la ruina total de aqtoella nueva cristian-
dad^ Eran en aqiiel puis muy temibles las tempestades y frecuentes
los ray OS. £1 espanto de los indios, como suele suiceder, habta dege*
narado en supersticibn. > Tenian en una pequeSa bdveda de barro en-
oerrado el cuerpo de uno de sus principales caciques, que habia muer-
to de un rayo. Estaba sentado el ead&ver, y alll concurrian en el tiem-
po de Jas lluvtas'& ofrecerle sos votes y Eacerle 3tipli(»s para no morir
unmodo tan vk»lento.< Skbido elehganoprbcur6' el padre convencer-
los desu^rror. A laspalabras aBadi6Mas acciobes. Fue 6 la cue-
va, sac6 ol.cueq»o de aqunl infeliz, arruind la bdveda, yno dej6 seiial
alggna.de aquella abominable idolatrla. Comene6 4 pocos diss los
bauttsmos, y e^tando apuntando •en los Hbrbs 4 los que acababa de bau-
lizaf.de una pequena nube so' dbparb repentinamente nn irayo que
0iat6 & una diehosa iridia,deJ8Tida /viva la cnatura que tenia en los
Iirnzns. ]l,Mc siicrso drRconrortt'i (odns Ins ineili<la»i <lol mUiuncro.
I.iw biti.'hiceroB y Ion anciaiioBclainaronnltameDte cmilniel Hantobau-
lisriin y cDntro lu irreli{*ioQ y la imjiiedad de quien ee habia airevido ^
(irofunur cl i Jolu aiitiguci y tutelar.dcl pais; ■■□ embargo, pudieron mas
Ins razooea del pudre para contcDcr k la multitud que vacilnba, y se
confirm^ mas en la fii viendo pocos d'ma dtepuea que un indio, ya en
teramente deaauciado habia comenzado i. mejorar, y en breve eetuvo
sono despues de haber lecibido el bnulismo. Debemoa advertJr quo
nl padre Andres de Rivaa atribuye estos cases al padra Francii<co Oli-
iiano, el prtmero que BliiiDbr6 con la luzdel Evaogelio estas regioncs.
El equivoco pudo estar en que dicho padre administxaba otros pueblos
vecinoa de los nebomes. Nosotros bcinos senalado por el primer mi-
sionero, que ndminialtd da asiento & eata nacion, al padre Lorenzo de
Cjirdenas aobra el teslimonio de una carta fecha en 3 de dicieiiibre de
1630, que el padre Ignacio de Zavala, yadifunto, eacribiu cl padre
Martin do Azpilcueta.
Carta dal pa. En ella da 8U autoT una . circimsUni'iada relacion de su enlradn fi
de Axpilcuois 1<>3 batucas. Son, dice el eitado pudre, gento de lindo natural, cuasi
de una lengua no djficili y parecida mucho 4 la de Ocoroiri. Nuuca
aienten hambre, que Uueva 6 do, porque cuanto aiembran ea de regn*
dio, que sua milpas parecen lodas buertas, con tanlas aacaa de agun
; eras tan bien diapucstas coiao de hortaliza. Genie veslida y <le po-
licik aa! ea su babla como en sua caaaa que laa tienon siempre muy
timpiaa cou laa cocinas aparle, y las dcepensas para el maiz y piovi-
won da coon. Elloa grandes tejedoroa y de verguensn, que bablao
oinmpre con loa ojoe b^joa aia mirar al rostro. Kb lierra en que se
puede cojer abunrlancla de (rigo y vino, puea las pariaa se dan de Mi
aio sembrarlus, bien que la uba ea algo agria. Toda la genie qua si-
gue kc'm el Norte y al Oricate es como esta, y mi«ntrM mas adenlro
en mayor numero, de suerle que no tonenwH que envidiar ft los religio.
SOB de San Francisco Ih roucfaa mies que tienen en el Nuevo^MfoicOi
sino su solicitud y cuidado an cultivarlal S«tas son palabras del pa-
dre Hartinde Azpilcueta. Aiiade, qua sin embargo de (an belles pren-
daB los batucaa lo recibierou cen nigun deaden, sin arcos ni «nrama-
das, ni qiiien lo Ilevara su pebro equipage, neg&banle loa aliraentoa
y la madera pars fabrica de la ijileaia, y aun los pftrbuloe para el bau.
tismn. Una conducta tan iirFgulnr- bubiera omedrentado dexde luego
Aetn Ammo ^neeldel padie-- Axpiiouetn. Persuadido A qua t loe
— I8T —
gc^ntiles se habian de trator coino & los. niuus, no hizo daso do su^ dc«i«
denes. Con cuenieciilaji de vidrio, con piiituros toscaH y liguras que
^i niismo formaba y otraa cosillaa de esto g^nero loa comeuzo k ntraer
blandanienie. Hallando cariiio y enCraSas de padre en su ministrot
luego fueron parecicndo los p^rvulcto oct^Los y se bautizaron como
trescientoa. Los adultos se dieron rtiucha prisa en instruirse sin em-
bargo de las persuaciones de alguoos cristianos apdstatas de otros
pueblost que (iretendian apartarlos de tan piadoso prop6sito. Descu-
biertos, el uno de ellos se ahorc6 por su mano, y su muerte y castigo
sirvi6 dc antidoto & la mortal ponzoua que habia pretendido propagar
entre aquellos^ catecumenos. Esta doble persecucion vencid el misio-
Dero con la pacicncia; otra mayor desbaratd poco despues con la in-
dustria. Los indios vecinos del valle de Sonora y Yaviacora se cons-
piraron & deshacerse de un vecino incdmodo que bautizados los batu-
cas queria luego entrar 4 bus tierraa. Unos iodios fielea dieron al
padre noticia de la conjuracion que ae formaba contra su vida. £1
padre, conociendo su debilidad les mand6 decir con los mismos men-
sageros que se diesen prisa, que los aguardaba con arcabuces y con bue-
nos machetes para cortarles las cabezas y hacerles ver si los padres co-
mo ellos decian, eran mugeres porque andaban con ropa hasta los pies,
y no sabian malar a nadie. Dicho esto mand6 sacar algunas hachas
y machetes que llevaba para repartirles como coea que ellos mucho
aprecian, y dispar6 tambien en su presencia un arcabuz de un mozp
espaTiol que lo habia acompaiiado. £1 fuego, el humo, el estallido de
una arma para ellos nuaca vista, hizo formar & los batucaa, llenos &n-
tes de tcmor, un altisimo concepto de su«ministro, como de un hom-
bre invencible. Los mensageros partieron con diligencia 4 contar lle-
nos de admiracion lo que habian visto. Sin embargo, el padre tomd
prudentemente todaa sus medidas. Puso en seguridad cuanto el lu-
gar permitia 4 las mugeres y los ninos. De los indios de arco y fle.
cha dej6 alguna parte para defensa del pueblo y de la iglesia. Los
demas mand6 4 tomar los pases estrechos por donde debian pasar los
cnemigos. £1 con algrunos indios del Zuaque y Mayo, que habia trai-
do consigo estuvo toda la noche en vela, y encomendando muy de co-
razon a Sau Francisco Javier, 4 quien habia consagrado la mision el
cxito dc aquel negocio. Los indios que se habian enviado 4 la guar-
nicion de los pasos estrechos, viendo que amanecia y aun no se deja-
ban vor ioi onemi^os, determinaron avanzar 4 buscarlos. A distan-
— 188 —
cia do una k-gua hallnron en »n valk; arenoso hucllas dc innumcrafolo
gcnto, y por cinco scndas tm^tantemente nuchas quo alii sc juntabau
pisudas rccientcs de hombres que huian. Hallaroii tambien algunas
ilochas, macunas y una eapocie ckiehdzosu Cojieron cinco prisioneros,
cl uno hu j6, los cuatro irajeron tA padre» segun la 6rden que les habia
dndo que no matasen algi^no; Pucstos en su preaencia muertos del
susto, el padre, ilevnndo adclantosu fi^bula, les dijo que no tuviesen
temor, que ^1 no habia de nianchar sus manos con la sangre de unos
cobardes y mugeres como elios, quo no habian tehido, siendo tantosy
valor de verle la cam* Hizo luego disparar el arcabuz, y ellos con las
manos en la cabeza cayeron por cl suclo aturdidos. Id', proBijguid, y de-
cid i. vuestros parientes, que el padre que csti con los batucas tiene
con qud matar much^ gente & untiempo, y que si no os ha Cortado las
cabezas cs porquc no tiene' mal corazon como ellos. Que espere en
breve en su tterin al capitan de los espauoles, que no tendrti de ellos
|a piedad que yo he tcnida de vosotros. Dicho esto los dcspach6 A su
tierra escoltados de olgnno^ indios fieles, porque no les quisiesen da^.
muerte los batucas. Esta generosidad mud6 los dnimos de aquella&
naciones, que algunos auos despues se vieron correr con -ansia k las
fuentcs del bautismo, y fonnar una cristiandad quo dard niucha materia
& esta historia.
Muerto do va. • Entre tanto pordid oquella mision un grande ppcrari6 en el colegio do
noe lagv Stnaloa, al padre Caspar Varola despues de muchos aiios de continoas
y provechosisimas fatigaiu Lai'poca diligoncia de aqOalloa titoipoB,
ofiultdndonos el mes y'el dia«de su muerte nos ha defiNiudaflo tambien;
de algunas de sos particalare^yictudes. Lo. misiho hos obliga k decir
del padre Francisco lUmaiies'doi Lson, coadjutor espiritual formado
on el colegio -do Mexico; Solo sabemos de 61 qu^ por mas de cua-
renta anos so ociip6 en onseiiar k los nines los primeros rudimentoa de
la graradticat oficio poco lustroso a los ojos del mundo; pero en .quod
vardn humildisimo hall6 medo de cumplir perfectamente con elaltisii-
roo fin ddBu tnstituto, fbrm^ndo de cquellas tiernas plantaa tiMtrumen«
tos aptos parii lit nuyor gloria de Dios, y santificacion de las almas.
Sigui<5 & ano y otro en la Casa Profesa el padi^ Diego Diaz de Pan«»
guai sugeto baddo para todoslos varios y fructuosos ministerios de la
Conipaiiia, do una viva y j>odorosa clocuencia en cl pulpito, dc acerta^
do conscjo en los negocios, do admirable cclo y fuerza de cspiritu |mra
lufl mieiooes, y rigidisimo . obuorvador del instituto, en cuyus disposi.
— 189 —
(uonos iTJis mcnudoB haliaba sictnprc miicho quo ndmirar y que alabar
CQ BUS familiarcs convcrsiicioncs.. Fue maraviilosa sii obedioncia, no
menos en dojar (os nplausos do la cdtcdrn, dcspucs do tnuchos unos pa-
ra ir k las misioncs de Parras, que en dcjar despucs aquel sitio, en que
8C ocupaba con tanta' utilidad para vonir a la congregacion del Salva-
dor. Su rctiroy su humildad y una sinccridud de niilo, en medio de
una eminente sabiduria, lo hicicron niuy ainublo d toda la provincia.
Muri6 el dia VI5 do abiil de 1631.
A fines del afio, el dia 3 de noviembrc, se junto en el colegio m^i- Und^cima
mo la undecima congregacion provincial, en que siendo sccrctario el congregacion
padre Tomas Domingucz, fucron clegidos procuradorcs & Roma y Ma- P"*^^"*®** •
drid el padre Florian de Aycrve, y el mismo padre Domingucz. Vi-
niendo d los postulados quo debian bacersc d nuestro padre general,
determin6 la congregacion pedir d su P. M. R. que los provinciales so
seualascn cada tres anos, cosa quo habia sufrido alguna alteracion des-
de el ano de 602, en que vino & Nueva-Espana el padre Ildefonso, quo
como todos sus sucesores hasta el presenle padre €rer6oimo Diez,
habia gobernado scis por dispensacion de los padres generalesy d
causa de la distancia. Se propuso que esta no era tanta, que
no se pudiesen rccibir al ano dos 6 tres despachos de Roma, y que pa-
ra obviar otros inconvonientes, so debia reducir k los t6rminos comu.
nes y al uso de todas las provincias de Europa, muy conforme en esto
i, la mente del Santo fundador, que no habiendo limitado tiempo & los
rcctores, lo limita k los provinciales en la parte 9 de las constitucio-
hcs, cap. 3 § 14. Lo segundo, que d los provinciales de Europa so
quite la facultad de enviar d las Indias algun sugeto, ni de feriar 6
contratar en esto d su arbitrio con los procuradores de America, ha-
biendose tocado que semejantes sugetos eran acd do muy poca utili-'
dad. Lo terccro, quo se impetrasc do su santidad el privilegio de cc-
lebrar nuestros sacerdotes tres misas el dia de la conmemoracion do los
fieles difuntos, que se decia haber impetrado para su provincia los pro-
curadores del nucvo reino de Granada. Se pidi6 tambion que con-
descendiendo con los deseos de los moradores de la Habana, se digna-
se su padre conccder so estableciese alii alguna residencia de la
Compania. Di6 ocision d esta su^lica la grando instancia que el aiio
antecedentc pasando d su obispado de Guadalajara, habia hecho al pa-
dre provincial^el lUmo. Sr. D. Leonel de Cervantes, que habia goberna-
do dntes aquella di6cesis, y escrito sobre lo mismo al padre general,
TOM. II. 25
— I9U —
haci6ndole prescntc cl antiguo afccto de aquolla ciudad desde que los
• primeros jesuitas vinieron i, la Florida, d que so anadia ser una escala
necesaria pant la navcgacion & Espatia. Poco despues de la congre-
Mucrtc del P. gacion falleci6 cl padre Gaspar M encscs, rector que habia stdo, 4 in-
signe operario do indios en el colegio dc Tcpotzotldn. Fu^ ungran-
de ejemplar dc todas las virtudes religiosas, singularmente de una in-
vencible paciencia, con quo reducido d su pobre lecho, de perlecia pn.
decid y edific6 por mas de seis afios al colegio do Mdxico. En nutjs-
tro menologio so hace mctnoria de ^1 el dia 11 de mayo do 1631. No
sabemos por que, cuando consta habcr tenido vcfto en la congregacion
pasada, que se concIuy6 cl 7 de noviembre, y mas cuando hallamos
que mun6 cl 22 del mismo, en la carta que cscribi6 de bus virtudes el
padre Melchor Marquez.
Parral. ^^ ^^ niisiones fucra dc los ordinaries trabajos, nada so ofrccia
digno de especial mcmoria, sine que liabi6ndoso descubicrto las mina?
. del Parral, sc comenzaron d poblar de mas espaiioles las ticrras veci-
nas de tepehuancs, y se facilitaba mas el socorro y seguridad para las
nuevas conquistas do los taraumarcs, quo se habian comenzado el ano
antecedents La paz en que estaba toda la cristiandad de Sinaloa no
podia durar mucbo. Tantas naciones de iemorisj aibinos^ sisihotaris.
Inquietudes batucaSf chinipas, nebomes y gtiazaparis, como se habian agregado en
de loB Jfuaza- ^^ ^.^ pr6ximos al redit de la Iglesia, sin la mayor contradiccion,
eran para los hombrcs opostCdicos bastantc motive de temor, sabiendo
que no se fundan s6lidamente las nuevas iglesias sino sobro los sudo-
res y la sangro de siis ministros. Efectivamenle, se formaba ya una
tempeetad para venir d descargar sobrc las cabezas de algunos de los
.miaioneros. EI cacique Comabeay, que habia tan instantemente pre-
tendido cl bautismo y cxhortado d los demas de su nacion Guazapari
d imitar un cjcmplo tan glorioso, poco despues vuelto d su natural fie-
reza habia comenzado d sembrar palabras sediciosas contra el pndro
Julio Pascual, que habia, como dijimos, succedido al padre Pedro Juan
Castini« El buen padre procuro con bcneficios y con dddivas veneer
la dureza do aquel rebelde ap6stata, que 6 cedi6 6 disimul6 algun
I iompo hasta habcr fortificado su partido. No tard6 mucho en conse-
guirlo, y d fines del ano antcccdente sc declar6 abiertamcnte en sus
noctumas asambleas sobrc cl asunto, dc dar la muerte al padre Julio.
Avisados de estos perversos designios, y no tomando para su defensa
algunas prccauciones, los deles chinipas dicron noticia al capitan, quo
I — ■ f ■*
— 191 —
al punto nian(l6 al padre seis soldados dc cscolta. La prosencia do
cstos contuvo por algun tiempo & los partidarics del mal cacique. Hi-
cieron al misioncro tantns promesas y parecicron entrar on su deber con
tal fervor, que el honibre do Dios persuadido 4 que no habia habido
fundamento para tanto temor, y que habian sido sospechas nacidas del
grande amor que le tenian susfieles chinipas, volvi6 4 la villa los sol-
dados. Entre tanto cl p6r(ido Comabeay con la alianza de los varo-
hios habia fortificado su partido de Guazaparis mal coutentos. En-
viaron los de Varohio 4 ilamur al padre para administfar la Extrema-
Uncion 4 un enfermo, creyendo que con esta ocasion se detuvieso al.
gunos dias en su pueblo. No habia aun llcgado la hora de Dios, ni
«ra aquella sola la victima que debia ofrecerle su vida por la salud do
los bdrbaros. £1 padre Julio lueg6 que ungi6 y consolo al enfermo,
<li6 la vuelta 4 los chinipas, donde debia llegar muy en breve el padre
Manuel Martinez, destinado para partir con el los trabajos de aquella
nueva vifia. Llog6 en efecto el dia 23 de enero, y luego al veinticin-
co partieron juntos al pueblo de Varohio. Cuatro dias despues tu-
vieron la noticia do los malos designios de los guazaparis, y como a un
catcquista que el padre Pedro Juan Castini habia dejado entre cUos
casado con india guazapari habian dado cruolracnte la muerte 4 un
hermano suyo. Se confinn6 mas la noticia el dia siguientc, cuya no-
che tenian determinada para la ejccucion do sus perversos intentos.
Juzg6 el padre Julio Pascual que debia prevenir aquellos barbaros, y
llani6 en su ayuda 4 sus fieles chinipas. Hallanbase pocos de ellos en
el pueblo cuando les lleg6 tan funesta noticia; pero sin embargo, toma*
roD lacgo laa armas y corrieron 4 la defensa de su pastor. Los guaza-
paris que entraron en sospecha de que venian contra ellos los chinipas,
se juntaron con los varohios y con algunas otras naciones de gentiles en
tanto ndmero quo los obligaron 4 retirarse. Libres de aquel miedo el
ap6stata Comabeay y sua aliados, 4ntes de esclarccer el dia pusieron
fucgo 4 la casa en que dormian los padres, y juntamente 4 la iglesia pa-
ra dar 4 conooer el motive de su aborrecimiento y su crueldad. Los
padres, despues de haberso mutuamente confesado y prcparado 4 la
muerte,* hicieron lo mismo con algunos indios oficiales que habian trai-
do, y otros indizuelos can tores para el servioio de la iglesia, y el padro
Julio Pascual salio 4 hablarlcs con heroico valor. Su prcsencia y sus
razoncs parecieron hacer algun efecto, y sea por cslo, 6 por alguna otra J*"®^ . *'°
razon, pasd todo cl sabado 31 y la nochcsin que los guazaparis inten. roi.
— 192 —
tasen alguna otra novedail, aunquc en todo cstc tiempo no cesaron dc
oir los padres iujurias 6 improperios que mostraban bien cuanto tenian
que temcr del atrevimicnto y furor do aquellos blrbaros: li la manana
asaltaron rcpentinamente la casa con grande alarido y trope! , qucbra-
ron las puertaslos unos, otros asaltaron por las tapias, y comenzaron d
dispararles una Uuvia dc flechae. Una atraveg6 al padre Julio Pascual
por el est6mago. Herido como estaba sigui6 al padre Manuel Marti-
nez, que sali6 fuera del unibrul diciendo: „No muramos como tristes y
cobardes; demos la vida por Jesucristo y su santa ley." No acab6 de pro-
nuncicir estas palabras sin quo una flecha le cosiese el brazo con cl
cucrpo. Hincdronse luogo da rodillas, y herizndo tpdo el cuerpo dc
flbchas consumaron felizmonto ol cnrso desu vida el dia 1. ^ de febro-
rode 1632.
Coiwecuencia • Los cadaveres cuasi palpitantes aun, y rebolcdndos;^ en su ^angre^
raiento arrastraron furiosos y encarnizados hasta poner las cabezas sobre una
viga, donde con machete^^ con bacbas, con piedras con macanas se las
dejaron qucbrantadas y sin Hgura de bumanos scrablantes. Fu6 muy
digno do notar que ios barbaros no cortasen las cabezas para bailar con
ellas, en aplauso y celcbracion de su victoria. Gran parte pudo tcner
eu esto la fidelidad y cl valor de un indio llamado Crisanto Sunemeay,
quo no pudiendo ya impedir la mucrto dc los padres, escondido tras de
UQ pilar de la casa, se qucdu hasta el donungo en la noche en guarda
de aquellos venerables dcspojos, upartando de alli con flecbas unos cua-
tro 6 cinco que vio llegar, con animo de ultrajarlos. Los iieles chini-
paSy cntendida la muerte de los padres, y que los ap6stata8 habian dcs*
amparado cl pueblo do los varoiiios, para ir k quemar la iglesia do los
guazaparis, sacaron los cadaveres, y con muciia venoracion y dolor los
dieron sepultura en su iglesia, do donde poco despucs los trasladd el
padre Marcos Gomez a su partido e iglesia de Comicary, junl4ndose
todos los misioneros d sus bobras el dia 14delniismo mes dc febrcro.
Juutamcnte con los padres dieron ^us vidas por la constancia en la fe
y abominacion de la sacrilega impiedad seb muchachos cantores, y al-
gunoa indios de Io3 cjuo habian traido consigo que fueron nueve, y solo
so supo habersc su'vailo Crisanto Sunemeay. De los niiios Hiera do
los seis muertos babia otros dos, quo ocultos debajo do una mesa cl uno,
y oiro en una alacona, tuvicrou lugar dc huir cntre las garras do aque-
Uas lieras, reservanduloa Dies para testigos de lus circunstancias do
eifta accion. Los chioipus pasuron luego'lu noticia ul capitan D. Pc-
— 193—
dro Pcrca, y a.1 superior do la niitiion, pidicndo qite so Its cnviasc otro
padre, pero cstandoalli contiounmentocspuosto ol ininistro y oUos ^los
insultos dolos guaxaparis y varohios qiiohabiun jiirado su |>6rdidu, fuo
preCiso incorporarlus con los pueblos dB los smaloas, patlecieiulo oIIom
este doloroso dcstierro de su patria, y la dcsolacion desus casas 6 iglo-
sia, que era dc las mas lucidas por conservar la ft y la religion que pro-
iesaban. Tomaronlos k su cuidado cl padre Friincisco Torices con o-
tro compaficro. Kl capitan D. i*edro Perca por su parte sc encarg6 del
castigo do los rebeldes. Kcfugiados estos & sus picachoa y quebrados
profundas, estaban & cubierto do las annas osputlolaF, y se kubian bur-
lado|impuncmeiite del capitun y dosu tropa. En osta atoncion babian
llegado en su compauia algunos indios amigos, u quicncs cometio el
alcancc. Estos, aunquo cristiunos, no olvidados de su antigua ficrcza
on cl dorccbo que les daba una causa do gucrra tun justa, su lo creye-
ron todo permilido, y la venganza pas6 mncho mas adelante de lo quo
pcrinitia la cristiana niodonicioii. Murieron de los alzados cci*ca do
ocbocientas personas de varohios y guazaparis. Los rci&tantes que sc-
rian como cuatrocicntos, por diligcncia del padixi Torices se rcduj^ron
d los pueblos de lossiualous, fucradeunos poc^s que se quedaron vi-
viendo conio lioras en los montes, 6 se agregaron a algunos otros puc*
bios de gentiles*
Tal era el scinblante de las cosas entre los guazaparis y varohios. Tmniiaccion
El seuo de la piovincia habia conseguido entre tanto dos muy conside- ^ iJdefonro
rabies alivios. El primero en la transaccion de un pleito con el vene-
rable dean y cabildo de la Santa Iglos<ia Catedml dc Puebla sobre la
iuudacion del colegio do S. lidelbn^so. En viriud de la escritura de
fundacion podia el colegio una gruesa cantidad do mas do veinte uril
pesos d la Santa Iglcsia. £;>ta rcconvenia al colegio pretendiendo
unular dicha escritura y dotaciouporhibersido otorgada dospussde re*
cibidos por su senoria ilustrisiiua los sacrameulus en la ultima enier-
inedad. Dur6 algunos auos el pleito^ haciendose cada dia nuovos cos-
tos, hastaque interviniendo el Illrao. Sr. D- Gutierre Bernardo do Qui-
roz, dignisimo prelado de aquella Iglesia, y teniendotio 4 este efecto
varies cabildos en presencia dc su ilustrisima, sin acabarse de conveuir
los capitulares trataron do elegir dipulados que en nombre de toda la
asauiblea torminaran pacificauiente aquel nogocio. Fueron <^^tos los
Sres. D. Juau Godiues, D. Gaspar Moreno y D. Alonso llcnera, Ca-
iro los cuales y los padres rectores de los colegios del Espihtu Santo
— 194 —
J S. Ildefonso, 8c cclebro un concierto du traiisaccion en fucrza de la
cual desistia cada una de las paries de sus rcspectivas pretensiones, 6.
1. ® de abril de 1632. El segundo luti la dotacion del colegio de
colcgio de ^uadiana que hasta entuuces se habia niantenido sobre inuy pocos ibn-
Guadiana. ^Jos 4 inciertas limosoas. El fundador lii^ el Lie. D. Francisco Ro-
jas de Ayora, primer provisor y vicario general del obispado de la Nue-
va-Vizcaya. Sorial6 para este efecto la hacienda de S. Isidro de la
Punta, con buenas tierras de labor y crias de ganado, ii que anadi6 en
dinero efectivo quince mil pesos, con otras limosnas, fucra de lo quo
despues dej6 en su testamento. Con este socorro se trat6 de poner
luego clases de gramdtica y latinidad, como ardientcmente lo habia do-
seado su primer obispo el Ilimo. Sr. D. Fr. Gonzalo de Hermosillo.
Mucrte del P. En la Casa Profesa muri6 d los 28 de abril el padre Crist6bai An-
gel y Juan o^U despues de *haber ocupado muchos afios los puestos mas lustrosos
Laurcncio. ^jg ]j| provincia. Llamado del Senor 4 la Compania por un mode parti-
cular; mientras mas prevenido le parecia estar contra los cnganos de los
jesuitas, se esmer6 en conservar todo el tiempo de su vida religiosa la
pureza de la conciencia como ^1 esplic6 d su confesor, cuanto cabe en
las humanas fuerzas. No fu^ menos sensible el ano siguiente la niuer-
te del padre Juan Laureucio^ observantisimo religioso que con su pru-
dencia y ejemplo gobern6 diversos colegios, y la provincia toda, seis
anos. Fervoroso misionero ^ incansable operario de la Casa Profesa
en las lenguas otomi y mexicana, que siendo rector de Tepotzotlan,
aprendi6 para bien do muchas almas de aquel y otros parlidos. A su ce.
lo y prudencia debieron aun la temporal segiuidad el puerto de Vera-
cruz y muchos otros lugares vecinos amenazados de una invasion de
negros foragidos de que hemes hablado en otra parte. Retirado los
tiltimos alios de su vida d la ocupacion de maestro de espiritu de nues-
tra juventud, emprendi6 interpretar los salmos de David de un modo
que sirvieran mas a fumentar la piedad 6 interior afccto, que d divertir
el entendimiento 6 lucir la erudicion. En este ejercicio que lo era do
una contemplacion no interrumpida llegando al salmo 72 en aquel ver-
so: Deu8 nosier Deus salvos facien^ti^ et Domini Domini exiius mortis,
ncometido de una maligna fiebre pas6 de esta vida a los 72 anos de su
Mnertcdel P. edad el 26 de mayo, A ?1 de abril le sigui6 el padre Pedro Gutior-
Pedro Gaticr, ^^^ coadjutor espiritual formado de un retiro y abstraccion admirablo
do todo lo criado para unirse mas estrechamente al Senor por medio de
vtw oootinua mtditacion* £Qse&6 por treinta anos gramdtica en ol
^195 —
colegio maximo, llegando & ver logrado el fnito de sii piadosa educn-
cioD en hoinbres iniiy ilustres. Tuvo aicmprc por una de bus mayo-
rcs gloria::} haber tenido en cl numero desuj^discipulos al iiisigne m^r.
tir del Japon S. Felipe de Jesus, que lleg6 d venerar en los altares.
£1 Illmo Sr. D. Lconel de Cervantes, obispo do Santa Marta, de Cu-
ba, de Guadalajara y de Oajacu, se arrodillo en cierta ocasion delante
del padre d besarle lamano y sfgradecerle las santas rodximas que ha*
pia procurado inspirarle en su ninez. £1 padre Luis Bonifaz esp]ic6 las
singulares virtudes de este siervo de Dios y pureza de su vida con
aquel breve y grande elogio: Homo sine querela^ verus Dei culior absti'
uei^% se abomni apere malo, el permanel in innoceiicia 9tia» Muri6 el dia
21 do abril de 1633.
Por este tiempo habia ya tornado en si el gobierno de la provincia
el padre Floriano de Ayorve, que desde luego comenz6 d dar nuevo
calor d la fiindacion de Tehuacan, no sabemos por qud motivos detoni-
da hasta eut6nces. A representacion de dicho padre provincial los
fundadores D. Juan del Castillo y Dona Mariana de Tuesta otorgaron
nuevas escrituras, no habiendo tenido efecto las primeras en el senala-
do plazo de seis anos, aunque sin culpa alguna de parte de la Compania.
A lassegundas se ledi6 tambien el tdrinino de otros seis anos, que vcnian
d cumplirso el de 30. Sin embargo de lo mucho que deseaba el padre A-
yerve ver cumplida en su tiempo aquella fundacion, no tuvo efecto por
ent6nces, y dilatada para tiempos mas calamitosos lleg6 d no veriiicarsc
janids, £1 colegio de Yaliadolid tuvo este aiio considerable alivio en la
piadosa liberalidad del Lie. D. Diego Gomez, que por clausula dc su
testamento otorgado en 21 dias del mcs de marzo, lo dej6 por herede.
ro de una hacienda de minas en el real de Santa Fd de Guanajuato.
A la siguiente mision de la sierra de Topia se agreg6 por el mismo Rcduccion do
tiempo nueva materia de merecimientos y trabajos con la reduccion de
los hinas, que de algun tiempo dntes habian hecho fuga de sus pueblos.
Son los hinas muy semejantes en ritos y costumbres a los xiximes 6
toyas, de que hemes hablado en otra parte, aunque de diversa lengua y
de gdnios mas d6ciles. Habitan la mayor parte en profundisimas que-
bradas del ceutro de la sierra, y muchos d las margenes del rio de Hu-
mace, que en su embocadura llaman de Piaxtla, muy cerca de su nn-
cimiento, conio d cinco leguas de Yamoriba. La aspcrcza de los cn«
mines habia cerrado la puerta d las armas espauolas y d los ministros
del Evangelio, hasta que d peticion del Illmo. Sr. D. Fr. Gonzalo de
— li)o —
Fiormosillo hulx> dc ohcargnrso de bu conversion la Compania. El
padro Luis Bonifoz, visitador entdnces dc aqiiellas misioneSf 8enal6 pa-
ra cista anies^da ospedicion al padro Diego de Cneto, antiguo misio-
neroy y muj & prop6sita pcra tan gran designio. .El Lie. Francisco do
la Osa, beneflciado do Cogotd, que Ic encontro en su viage y aun al-
gunos otros rnisioncros, procuraron apartario con muy iuertes razones
de aqnel camino arduisimo, y como anadian infnicUioso. Nada prc-
valeci6 en cl bucn religioso al amor de la obcdiencia. La vista y ia
relacion de los trabajos y los riesgos, animaba mas su fervor. Con cs-
to dnimo llego al pueblo de S. Sebastian de Huaimino, y dcsdo alii
inand6 A rcquerir & los hinae. No pudo consegiiir que bajaran de la
sierra sino scis, a quicnes propuso con los modes mas dulces cl ir.ten-
to y fin de hu venida. La cabilosa nacion de los hinas, temiendo al-
guns traicion de parte de los espaiiolos, rcs:pondicron ^ esta embajada
que etlos no podian Ilegar A Huaimino, ni ponerse & discrecion de sus
enemigos, que si el padro venia solo y busoaba su bien, tierras teuian
en que sin peligro podia hablarles, que lo csperaban en Ixtitl&n (des-
pues S. Javier) cuatro leguas mas &cia el nacimiento del rio. Una ref^-
l^uosta tan desabrida y tun equivoca no acobardo al misionero de Jesti-
cristo: con aquclla intrepidez que inspira el celo santo parti6 para Ix-
titl4n. Al Ilegar tuvo cl desconsuelo de verse engaiiado de aquellos
l)6rbaros. No hallo en el pueblo sino muy pocos vecinos: los dem&s,
retirados en lo interior de la sierra, no parece que esperaban sino que
cl misionero se empcnaso mas en su alcance. El padre, rasgando un
Ijonzo 6 tafetan en que llevaba envuelta una pequena imiigen de la
Vl^g^D Santisima, lo dividi6 en tres partes, en la una envolvi6 la mis-
ma imdgen,. en la otra su rosario, y en la otra una bolsilla con varias
roliquias, y las di<j a tres diferentcs niensajeros que las llevaran d las
pfii^cipales rancberias como un pasaporto y prenda usada entre ellos
de BOguridad. La rospuesta nada fu^ diferente de la primera. Dije-
ron que en Qucibo^, dicz leguas mas adelantc, esperaban al padre.
Cualquicra otro 6nimo que el de un varon apost6lico, hubiera descs-
porado del buen exito. El padre Cucto, llevado de un nuevo fervor^
se pu80 lucgo en marcha 6 hizo nocho en el carnpo. A deshora comen-
zaron k bajar deshilados, sin niiios ni mugeres mas de trescientos in-
dios armados de arco y flecha. £1 buen padre, solo entre tantas fie-
raa, puosta en Dios su confianza, los recibi6 con un rostro sereno, d&n-
doles los gracias y preguntando si era aquel todo el cuerpo de la na-
hf. 4 •..•_.■.&.- ■ •- - —
— 1«7 —
4*ion. Sabiendo quo no, y que conforme d au palabra io esperalNin on
ol liignr citadOf partio lleno de consuelo pam Qtioibos (hoy Santiiigo).
En el camino^ la riboni del rio hallo olavadnft en ]a arena trcs latiBfti^
y en eilas atadas sua prendas, quo hincodo de rodillas, bes6 con temum
y con lagriraaa- £n Uegando al pueblo Itall^conbastante dolor muy po-
009 de tos hinas; poro dosenganadoa luego que vieron que el padre voniai
solo, fueron bajando con sue familiaa. £1 padre les propuso su emba>*
jada de parte de Dioa y del Sr. obiapo que Io enviaba. Concurriendo
el Seuor & sua fervoroaas exhortaciones traiaron de formar alli un pues^
blo« al que se di6 el nombre del Bspiritu Santo, per la prontitud cuo
que habia su graoia obrado en aqueilos corasones* . Entregaron gozo-
SOS para el bautismo mas de ciento cincuenta p4rvulo9. Levantiron-
se crucesy y se fabric6 una igleaia pajiza, celebrando misa el padre, y
deteniendoae algunoa dias en esplicarles la santa f(§ y obligacionea de
onstianoa. Hecho eato di6 la vuelta & Otatitlto, su partido, prome*
ti^ndoles volver luego & verlos, en habiendo dado cuenta de su oomi-
sion al ilustrisimo y al padre Luis de Bonifaz. Entre tanto muri6 el
Sr. obispo de Guadiana, y el padre Bonifaz ocup6 la obediencia en el
gobiemo de loa oolegios. Los hinas se hallaron en la mayor desola«
cioD. En poeas naciones totes de sit bautisrno se vi6 mas constanle
fervor. Escribieron al superior de ia mision de S« Andresf pero estei,
que habia sido de dictimen contrario & aquella entrada, no tuvo por
conveniente resolver k su favor. Por otra parte, el padre provincial
Oer6ninio Diez« que ent6nces era, tenia seiialado al padre Diego de
Cueto por su rare talento de pulpito para la Casa Profesa. Esta reso-
luoion hubiera ^in duda arruinado enteramente la robion de loa hints.
Estos se pusieron dentro de pocos dias en Durango, donde ont^nces
se hallaba el padre Dtez, que jio pudo resistir & las siaeeras instaaciaB
COR que pedian que entrase el padre Cueto k sua tterras. Yuelto el
misionero, aunque loa principales y caciques de la nacion permaneoian
on sns buenoe deseos, losdem&s se habian enfriado notablemente, y no
pensaban en dejar sus aniados picachos^ El padre desde el real de 8.
Sebastian hocia frecuentes escursiones d diversas partes de la sierra
con suceso nniy desigual k su fervor y sus fatigaa* Ni 'le fultaron peli-
groB de la vida de parte de un indio ap6statB del Tunal, k quiensua da-
Jitos tenian desterrado k aquellas brefias. £1 capitan del presidio, aviaado
de los indios de Tepuxtla que el p^rfido procuraba atraer otros 40U par-
;tid<i, Io puflo en prision, y entrando por 6rden del gobernador k la si^iv
TOMO lU 26
— 198 —
ra, hizo bajar k muchos y los- rediijo a poblaciones lijns, repartiendoles
(*ien fanngas de inaiz para siis si«*nihr:jR, y nlgunas vacas y cnballos.
Occido cl ni'imoro fu<'? nocesario cnvi.ir a I padre Ciicto un nuevo com-
panero que ^ud ol padre Pedro Jimenez. El asicnto do los pueblos
daro muy poco: una grande hambfc que sobrevino los oblig6 d dcsalo-
jarlos y volversc a los montes en busca de yerbas y raices para el ne-
cesario sustcnto. No parece que podian volver a las qucbradas y (k
los bosqties siu rcvestirse de su antigua fcrocidad y de toda la aspere-
za do aquel clima. Pocos votvieron d sus pueblos, losdcmds: para re-
dimirse de aquolla esclavitud, determinaron desbacerse de los padres.
Ninguna asistoncia a la iglesia, ningun cuidado de traer sus bijos al
bautismo, ni de iustruirse ellos. Por otra parte, se les notaba andar
siempre armados y recatarse de los niisioneros. Estas sospechas, y
aun los avisos de algunos fieles, bicieron al padre Cueto enviar 4 su
companero d Guadiana d inforniar al gobemador D. Gonzalo Gomez
de Cervantes para que biciora entrsir al capitan Bartolom^ Suarez de
YillaltA, boinbre muy icmido en aquellas rogioncs jKira lareduccion de
los rebeldes.
Por la ausencia del gobernador no pudotener tan pronto efecto csta
espedicion; sin embargo, la dulzura del padre Cueto y su valor, rerae-
4i6 una gr&n parte del dano. Redujo d mucbos y form6 do ellos un
nqcvo pueblo, que ya era elsestocon el nombre de Santiago en el mis-
nio Bitio de Queibos, por otro nombre de Quiiitldn. La entrada del ca-
pitan Bartolom^ Suarez no vino d efoctuarso hasta el tietnpo do que
vamos bablando, Habiendo Hegado d Yamoriba en compania del pa-
dre Diego Jimenez d los 18 de noviembre, en vez de encontrarse con
los gefes de los binas t|uc habia citado para aquel sitio, se ball6 con car-
ta del padre Juan Mallen, en que le avisaba la mala disposicion de sus
'dntmos, y como se armaban para delbnderle la entrada. Confirmaba
esta sospccba vor que d los 20 de nnvicmbre aun no parcciaalgunode
i^llos. Serono cste temor una carla del padre Cueto, en que asegura-
• baal capitan quo los binas serian con el al dia siguiente. Recibi^ronlos
cn el campo los indios cliados en numero de ceroa de dos mil que se
habian juntadode divcrsos puebloo en cl contro de una media luoa que
formaban vistosamente aritiados. La entrada cerraban treinta 6 pocos
• tnas -Boldados espanoles, que baciondo fuego pusieron en respeto y aun
€n constern>icion d los nuevos huospedes. Despues de haberlos reque-
rido con graves palabras del abondono de sus pueblos 6 infidelidad pa-^
iMta
^U -<ltf.r.i«^ .k. — ■ ■ ■•••'* 'vtA^M'
— 199 —
ra con sus niinistrod, Ics hizo jurar de uucvo fidclidad al rey nuestro se*
uor, y on forma jiiridica se otorgo instrumento delafundaciony aaiea-
to de los pueblos, entreg^ndosc niiituainenle sus caciques al capitan
flechas, y el a ellos balas. Lucgo marcharon todos en procesion a la
icrlesia dondo sc canto la salve i, nuestra Seiiora. £1 padre les hizo
una breve y fervorosa cxhortacion, y cl capitan no menoa senalado en
la prudencia y el valor que en la piedad para enseuar ^ los indios la ve«
neracion que se debe & los niinistros del Altisimo, hincadas las rodilla^
le be86 los pics. Reparti6 luego a los hinas muchos coHtales de iiiaiz
y algunas cargas de carae, con 'que sacudieron de si enteramente el
susto con que habiau estado hasta entdnces. Concluida esta cereino-
uia con un festivo baile de los hinas se paa6 & sus tierras, y rendidas
cl piadoso capitan las annas u los pi^s de una im&gen dc ia ^Virgen
Suutisima, Ics liizo un largo razonamiento exhortandolos ^ la paz, al
aprccio de sus almas y veneracion de sus ministros. En prueba dela
que cl les tenia, no sin grando resistcncia y confusion del padre Cue-
to, que ya estaba presente, se arroj^ ^ sus pi^ii, y dejando ensenados
a los b&rbaros con ejemplos de tan rara humildad, dcspues de haber
hocho traer un idolo formado en una niacana (de que tenian noticja;
pero no habian podido los padres habcr k las manos) y taj&dolo en pie-
zas d los pies de la misma im&gen, di6 la vuelta d S. Andres.
Por aquellos mismos paises como nueve leguas mas adelante del lu* I>e los htunis.
gar de Queibos 6 dc Santiago, habitaban otras nacioncs, d quienes la
configuracion de los picachos altisimos, que defendtan la cntrada de su
pai«9 habia hecho dar el nombre do los Humis. Habia muchos aikM
qaek costa.de inmensos pcligros habia visitado estas ranchcriaii el a-
postblico padre Hernando de Santarcn, y bautizado algunos p4rvulo8«
No pudo el fervoroso padre darles doctrina de asiento, por ser mas ne-
ccaaria y provechosa su presencia en otJ^os pueblos de la sierra. Ellos
aficionados con el trato de los padres ministros de Papazquiaro, cada
dia crecian en deseos del bautismo, de cuya sinceridad dieron ana pnio.
ba nada vulgar en ticmpo de la rebelion do los tcpehuanes que jamaa
pudicron traerlos 4 su partido ni apartarlos de aquellos santos prop6si.
tos. Lo que al priucipio mas hubian resistido, que era salir dc sus
quebradas, voluntariamento hicicron dcspues por si mismos saliendo 4
|»oblar on llumaze y Huarizamc, alcgando csto por merito ul padre
Nicolas do Estrada, rector do Guadiana, y al padre (veruuiuio Diez
provincial, paru que cntrascn a su ticrra los padres. Esto aconteoiu
— 200 —
por lo8 amis cic 1680, coiiio on su lugiir ckjumos escrito, y dcsde cntdDceff
el padre Estrada en medio dc las ocupacioncs dc su cargo de rector, ha-
oiii lugur para algunas escurnones al pais de aquelloa fe1*voro0os cate-
oCiinenos^ hasta que por 6rden del padre provincial Florislno de Ayerve
P&06 & doctrinarlos a la isitad de esteano el padre Pedro Qrstinat mi-
nifltro de oquel partido de santa Maria de Otais, que ocup6 el padre
Mucrtc del ^^^80 XimoDoz, Cuaiido comenzaba el padre Gravina 6 tratar del
padre Pedro bautisxno de los adultos, c&rgfvdo de anos y do gloriosisiraos .trabc^oe en
nn nuevo olima» y camioos impracticables, le sobrevino la ultima en*
fermedad de que muri6 4 la ontrada del ano de 16d4 al 17 -de enero.
£1 celo grande de la salvaciorn de las almas, que coiisiwii6 siempre cl
corazon do esto grando hombre, en cerca de treinta a&is que ee con-
ftHigr6 cntcrameDte d su ^ultivo, so roligiosa observancia, su alUsiiBa
oontcmplucion de que quodaron senales nada cquivocaa, y otras de sue
admirablcs virtudes, dar4nen otra pcurte mucha materia con que odtficiir
a nucstros lectores. Hoora su memoria nuestro menologio el dia 15
de enero dol afio de 1635, conforme en esto k una carta raanuscrita
del padre Ibarra, que copid tambien en su bistoria el padre Andres Pc
rez. Esta carta osta sin fecha, y parece haberse esorito deapues de
algUQOs auos. £1 dia que le hemes sefialado, es el que pone en su
elegante y curioBa felacion, el padre Diego Ximetiez, quo tanto en Otais
comoeB Humaze, lo sucoedid en el mtmsteriOf y cuya obra hubtertutios,
4 no flsr tfn larga, inaertado aqui k la leira gustosamenfte.
£ste nnisionero no meooa en lo material de los lugarea^ que en las
pBSfTechoaas fatigas y fenror de espirita, seguia Las kueUas del padre
iSravina. Dejando el partido.de Otais al cuidado del padre Francisco
Serrano, se encarg6 de la mision de los humis! con lo mucho que en
poco tiempo habia trabigado an antdcesor,ball6 mny dispuedta la mice
para introduciria por medio del bautismo eo los graneioa del gran padre
de familias, y bautito enpocos dias raasde tresciontosadultos* Causabau
bastante snqaietud al mbioneroalgunos do los mas obstioadoa ap68ta->
tea de los tepehuauos, y nun imiohos foragidoe de los malhechoi^ do
los reales de minas y pueblos do espailoles, qUe asegurabon en la aspe-
resa de aqoella sierra lorimponidad de sua delitos, y hactan con su de-
pravado ojempio no poco estniga on otras ranoherias de gtotilcs, cer-
canas & los pueblou do iiuiiiaisc y Guarizame, i quicnos se dieron lee
Bonbres de 8. Podro y S. Bartolome. A costa dc niuoho trabajo pudo
conseguir para librurkiM dc aquel eofiiagio, que so rodvgetKjn d un nuovd
_iim !»• ' ^ M !■' . . .'^ .J.-.-* __
t'ruio df Si-
pueblo diez leguus do Guarizanjo, d que di6 ol nombrc do S. Pablo, uaioa y imici.
Auoque habi«n faltado ya Ia« nucvas conquistas en vl partido do Li H^^^nao Vi-
viila de Sinaloa, fiin embargo, no tral)ajaban poco los misioncros en for- Uafafic.
raar aquellos pueblos d la polStica crisliana, ensenarlcs lo3 oficios me-
cdDi<ios, fabricar iglesias mas dccootes, y desarraigar la cizaiia que la I
vez prendia por medio de algunos gentiles do pueblos distantcs que per
alH pasaban^ y 4 los que luego se procuraba tracr ui rcdil do la iglcsia*
Los neofitos se hacian macstros de estos nuevos catecumenos, y los
persuadian y doctrinaban con tanta mayor facilidad, cuanta afindc a
las palabrascl cjomplo. $o vi6 un niiio de los que cantaban diario-
monte la dootrina en la iglesia haccrse ap^stol, y cateqinsta de otro do
su edad, persuadirlo al bautismo, ^ instruirlo perfectamento bien en la
creenoia y obligaciones do cristiano. A cste liempo, aunque no so sn-
ha el mes y el dia, falu> d la sinaloa el padre Hernando de Yillafaue,
grande cjemplar y patron de eslas misionos, on que ocup6 mas de
treinta anos. Habi^ndolo enriado la provincia de procurador a Roma
en la oongregacion celebrada el auo de 1619, tanto en la capital del
mundo con su Santidad y con el general de la Compafiia, como en Ma-
drid con cl Scnor D. Felipe III, hizo siempro la causa de los indios con
mayor aplicacion. Yuelto de su viagc sin podcrlo dctener^ la espccta-
-cion que sentt:i de su grande prudencia para los emplcos de mas lustre,
pidi6 encarecidamentc a los superiores lo volvicsoa d Sinaloa, donde
edificando siempre con su vida observante, y aprovechando d los indios
<:on sus continuas fatigas, acab6 su carrera en bucna vejez« con la ac-
tividad y fervor de un nuevo misioncro.
No fu6 menos sensible en la Casa Profesa la muerte del padre Alon- Mucrto del
ao GromeK de Cervantes, ilustrc por su orl^en, de una de las mas nobles 1^^^ Alonso
CTomez dc
y antiguas fanulias de Mexico, y tnucho mas por sus leligiosas virtu- Cervantes.
tudes. Su propio abatimiento y bumillacion parece. haber^sido la ocu-
pacion y continuo estudio de su vida. Esta lo hizo en medio do gravi-
simas enfermcdades que padijci() muchos anos, huir siotnpre dc aquellos
colegios en que podia t-eneraiguna estimacion. Llamado do las mi-
sioncs para el colegio de Oaxaca d peticion del Illnio. Sr. D. Juan Go-
inea dc Cervantes su tio, a pesar do su rendida obcdiencia se opuso con
•tal vigor y cncrgia de razonce, quccl Illmo.,y los superiores no mchoci
editicudos que satisfcchos, hubicron de conservarlo ontro sus amados in-
di(»s. Lo mismo hizo desjuics do ulgunos anos dcslinado al colf><^io dc
ijrtiudalujara Ai>eticion dc su lihnoi hermano D» Lionel dc C<'r\;inteij.
^203—
Su vida flic un cokitintio cjercicio de pacicncia en los ultinios anot en
quo lo cjercito el Scfior con agudisinios dolorcs ocasiunados do liabcrlo
dospcnado una inula en una dc las mas profundas y fragosas barrancas
dc la sierra de Topia. Prcdicando d las religiosas del real convcnto do
Jesus Maria sobrc aqucllas palabras: Ecce sjxmsus venit, exile obriam
eij rcpcntinamente enniudeci6, y habiendo qucdado algun rato como
fucra do si con los ojos fijos en el cielo, cayo de la silla, do donde Uo-
vado d casa, dcntro do pocas horas cspird el dia 7 do diciembre de 1684.
Al mcs siguientc muri6 en el coleffio de Mexico, dondo actualmen-
Mucrtc del . : ° J • . . , J T All
l»a(lrc Lorenzo ^® ejcrcia cl cargo dc ministro el padre Lorenzo Ayala, de quien ar-
dc Ayala. Yiha dejamos hecha mcncioii por el singular dcsengano, con que renan-
ciando la dignidad dc maestro c«cuela de la Santa Iglesia Catcdral de
Guatemala, y muchasotras esperanzas con que lo lisongeaba su cdad,
su caudal, su literatura y su nobleza, se consagr6d Dios en la humfl-
de y trabajosa vida de la religion. Consume dentro de pocos afios so
sacrificio el dia 14 de enero dc 1635. Esto roi^mo ano se acab6 en el
colegiodo Sinaloa un hermoso templodetres naves, con grande rego-
cijo, y no poca cdificacion de aquella nucva cristiandad. D. Tomas
Perez, rico labrador de aquella provincia, contrihuy6 con grucsas li-
inosnas. En los demas pueblos so animaban los misioneros d pcsar
dc su pobrcza, d cdificar deccntcs iglesias, y mucbo mas d formar en las
almas dignos templos del Espiritn Santo, instniy6ndolos cada dia mas
& fondo en la religion, y on toda cristiana virtud. No se adelanta-
ron menos las f^bricas en la Casa Profesa, d cuidado del padre prep6.
alto Luis Bonifaz, y en el colegio mdximo por cl padre Andres Perez
de Rivas,'y en el colegio de Oaxaca querespird algun tanto de los grandes
trabajos que d causa dc la pobreza suma, so habian padecido los anos an-
tecedentcs, con la piadosa libcraltdad de D. Juan Franco de Utuite, que
di6 catorcc mil pesos para la compra de una hacienda, y ofrecia hasta
veinte mil para el edificio de la iglesia, aunquc esto no llcg6 d tenor efec*
cto como veremos adclante.
Aunquc ya por estos aflos habia dejado la Compafifa la administra-
xoca ^^^^ ^®^ pueblo de Xalatlaco, no dejaban de hacer nucstros opcrarios
copioso fruto en los indios con frecucntes misioncs. Este cjercicio
fu6 mucho mas provechoso y ncccsario cl aiio de 1636 por la epidemia
que cuasi generalmente corrio entro los indios dc una maligna calen-
tura,quc ellos llaman cocolixtli. En lo interior do la ciudad so prac-
ticaban los demos ministerios con fervor y aceptacion. Se tuvo cntrc
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^^-^jl^l^^—Miy^iM^M^aiaMa^ifc*— »— ^^-J^i^iW*'!* > I ■■.■^>"— »^*r» <*«^~ — • ■ V - • ^ i^^f ^ mtm •mm-^ J J « ^.
— 203 —
otrad grandcs utiiidadcs ol Bulido consuelo dc componcr un ruidoso plci*
to outre el lllmo. Sr. D. Fr. Juan de Bohorquoz. Ilabia puosto su so-
fioria cDtrcdicho a aquellos religiosisimos padres, :|: y prohibido bajo gra-
V isimas cciisuras que ningun ciudadano cntrara en su iglesia, y asi so
habia observado por mas de un afio con grande consternacton de los
animos, en que aquclla obscrvantisiina religion se ha grangcado cuasi
dcsde su fundacion, singularisimo aprecio. £1 Sr. obispo inflexible &
las mhs fuei-tes reprcsentaciones, se -dejd rcndir de un padre de los
nuestros, aiz6 el entredicho, sc compuso toda aquella diferencia & sa-
tisfaccion de cntrambas partes, y volvi6 d toda la ciudad la alegria con
el edificativotrato y comunicacion de aquella religiosa comunidad.
En Tepotzotlan, Pdztcuaro, y los demas colegios on que los pueblos do Pcstc en va-
indios son la principal ocupacion, di6 el contagio abundante pftbulo al "^® ^*^" j^i
celoy caridad de los padres que sin interrupcion se entregaban al cor- padre Juan de
poral y espiritual alivio de los enfermos. Esta constante aplicacion en *^""^°*
Tepotzotlan, donde por razon do p&rrocos era mas continua la fatiga,
co8t6 la vida d los padres Juan Manuel y Pedro Marcos, que acaba*
ron victimas do su caridad en agradable holacausto, segun podemoses-
pcrar de sua religiosas virtudes. £n eatas circunstancias en quo tan-
tos indios morian de desamparados aun dentro de las ciudades y en cl
mismo centro de Mexico, hizo una gran falta el sabio y observantisimo
padre Juan de Ledesma, que por rouchos aiios en medio de los aplau-
Bos do todo el reino y ocupaciones de la cdtedra, en que es tenido go-
neralfoente por el segundo de la provincia despucs del padre Pedro de
Hortigoza, hizo siempre un gran lugar al ministerio de indios en el
seminario de S. Grcgorio, cuyo templo reedific6 cuasi enteramente, y
ctiidaba por si mismo como el mas humilde coadjutor. Su religiosa
vida escribi^) cl padre Juan Eusebio Nieremberg en sus claros varonea
y de el hacen honrosa mcncion rouchos de nuestros autores. Murid el
dia 12 dc octubre.
A la tnuerte dc cste grande hombre siguicron otras muchas que pu- _
sieron en gran costcrnacion d la provincia. En Sinaloa faltaron doa varios boj^c.
insigncs hcrmanos, padre Juan y Gaspar Yarela, tan scmejantes en ^^'
la sangrc como en la regular observancia y espiritu apostdlico. £1
primcro fu6 misionero de los mayos, luego rector de Sinaloa, de
dondo volvi6 d succcd:>r d los vcnerablcs padres Julio Pascual y Ma«
nucl Martinez en cl partido dc chinipas. Lo imit6 on esto su horma-
I Pnrccc que focron los dcmiaiccn.
— 204 —
niano quo s.icado dc ia mision pura el roctorado de Zacatecas, instil
tHiito, que hubo dc rcsiituirlo la obedicncia a su trabajoso partido do
Mocoritu, donde acabu gloriosainente ocupado. Muri6 tambion el pa-
dre Martin de Ay.pilruela, hombro de rara oHpedicion y actividad parn
emprender asuntos de la gloria de Dios entro las oacioi>9S b&rbaras*
Fue primer miiiioncro de los batncas> do la nobilisima familia do S*
Francisco Javier, y grande imitador de bus trabnjos on la conversion
de los gentiles, y no ineuos en Jsi pureza virginal, que segun el testi-
monio de sus confesurcs conserv6 liasta la muerto. Muy semejantea
a \os antecedentes, tue el cuarto misionero difVinto padre Bias de Fare*
dcs, que despucs de haber cultivado algunos alios Ips pueblos de Oeo^
roiri, y otros ccrcanosd la villa de Sinaloa, parti6 con nuevos -brioe d
los tepahpes y comicaris, y sucesivainente d. otras nucvas naciones^
donde son siemprc mayores los trabajos. Bsto eftSinaloa. No fu^
me nor el estrago de la muerte en otros colcgios* **£n ei ool^gio in4xi«
mo d 28 dc fcbrcro de 1637 muri6 el padre Diego de Sancti EalieYBiK
insigno mi^cstro y sucesor en la citedra del pad ce Pedro de Hortigoza.
Fue en la filosofia discipuio del venerable'padre Goa^lo de Tapia. El
Exmo. Sr. marques de Guadalo&zav lo tomd por su director^ luego quo
vino & Nueva Espana, y habieado do partir de aqui para los rcinos del
Peru con licencia que habia.pretQndido donueatro padr» generalf lo
llev^.ooDsigo dLimay luego 4 SeFilla. Ep todas partes fii6recono«
eidp poruno de lop gvandes te^logos que temn la Oompaiiia en oqiiel
tiempo. A pesap- delos orios ydel •natural aimor 4 aqueUa proviaci^en
que habia vestido la sotana, volvid A Mexico donde kMheefioresvittyes
D/ RodrigoPaciieooraarqutede.Cerralvo. y D. Lop& Dies de. Amen*
daria roarqu6s de Cadereitay lo luvieron por con£eeor ygoia ei^ los.iar*
poctantes negooios de su gobierno. Aun fu6 mayor^ que pon.todo^ eeta^
por una constante observancia de las mas monudas regies, por una poo*
funda humildad y recoginiicnto, y por una suma pobieza de que el
lUnio. Sr. obbpo do G6rdova y otras personaa graves de Elspana, que-
da]X)nJ)nstantemcntjo edificadoa.
' Pbff junio del mismo aiio muri6 en el misnu) colegio de. Mexico el
hermaDQ.Pfidro Nieto, que llamedo do Dios a la Gompania len la edad
(ie 7S auoa despues do hpber militado en. la Florida. bajo el comando
del fidel^intftdo D. Pedro Mendez de Aviles, y rchusado algunos dc los
consuUqr^ a^rnitirlo |>o|: su avanzada edad, fu6 admiiido per el padre
provincial Antonio de Mendpza, sin duda con particular inspicacioiv
^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^j^^m^^mm^^mtimmm ■ im^mi « ^•- — --~- — — — . __^ ^.-. • ^^(•'■■r': .'.-iifc '^h 1^ "» **■*•■
— 205 —
del ctelo« En elia ciespuefl del novieMo fu6 enviado 4 las hacieadM
de Santfr Lucia que eirvi6 veinte aikie, con Itfactividad y diligeaci&idA
un j6ven» y con el fervor y edificacion de un novicio* Al fin do esloa
afios en que contabo ya lo& 102 de mi edad, a6 te 6ncomend6 la porteria
del oolegio real de S. lldefonso, y eenal&ndole para etfte efecto un*-
poaentillo batftantemente estrecho bajo de U esCalera^ entf6 nuiy con^
tcnto on doficio diciendo: En eete apoeMitico he de estar loa anoi
de S. Alejo, y fu6 asi, que vivid en aquella ocupaoion treimta aikM, en«
tregado stempred la oracion y Metros piadosos- ejercicioBt baela' el dia
3 de junio de 1627 en que m«ii6, 6 los 132 de su edadi Poco &ntea tl
dia 27 de marzo habia muerto en Una hacienda- junto al piUlUo de Ma^
linalco, el padre Pedro de Egiirrola. Fu6 algttnoe afios misionett) en
la aiemt de Topia, Uamado deepueepara el gobiorho'dealgunos-colegioej
on que manifest6 etngular' pnldeaeia aacada del fondb de su cominua
y fervorosa oracion^ singularmente^n lafundaoiooy gobiernodelxxrieA
gio de Quer^tarode que fu6 primer rector. Al ci^deeetd titeopo* y
ya aquejado de algunaa enfermedadee^ obededd ain lamtecr niuebirti
de repugnancio k la 6rden de loe liupetioreB que lo'deatidaroii k las-mi-
sioneb de Parra«. De alii vuelto & TepOisBOtlftn 4- pesar de' eue^alioa y
8U8 achaquee, emprendi6 el trabajoso-eitudio de la lettgua ototfi p€(*
ra a3rudar 4 doe naturalecN|ue le dMeron steoqilre un paternal^ tfmor;
MuridUeno deconsuelo y do celeati«d alegnaii vi«ta de unaimtgcn de
la Sontlsima Yirgentquepor utm nneterioaaciauididftd Uevaron unOft
indios al apoeento del enfermo^ y ioe padresagdstiiioe'de Malidalco' lo
ecpnliaron con gran aolenmidad en su ii^ena..
Habia ya segun parece desdc principios de eit« ano'tbntado' iati Daodicima
cargo el gobtenio de la provincia el (ladre Luis: Boniiius, habieiido dkdo pro^ncial,
4 toda ella un ilustre c)emp]ar de inoderaoion/y de cuairlejcis deben
eelar de toda an^icion mundana^lde h^eedo In- Gompafiia^ Pu6^ ^
case que confortne al postulado de- la antecedefite Ooiigre{(abknr 7<^.
M. R. P« G. Mnoio Witellesobi, luego que se -cuoiptierdD ioe^ treii
alios delprovincialato del padre Florian do Ayvnre aenalodd ^Roum
4 principios ddi afio de 632^ manddpatentedeprbviiioial^al padre Luifc
Bonifiiz. £1 humilde. padce sin dar 4- pcrsom-^dguna noti^is de^'sn
patente, dcj6 correr toda el afie. de- 3& y 3d, y>hybieta:dk j 4do piesn r
de 37, si con otra motive no se hubiera subido-d^ RomaiAvaaigiiBhite,
Desouhierto, hubo de rendirel cuello 4 yugo'tan pesodo ODil notabk
cdificacion de toda la provincio. Cumplidoe los seiaaikMrde la tiitiant
TOM. II. 27
— 306 —
congregacion provincial, juntd los padres en el cologio mdximo el ditt
primero de noviembro, y fu6 elegido secretario el padre Andres de Yv*
lencia, y el dia 4 por procuradores los padres Andres Perez de Rivas;
rector del colegio de Mexico, y Pedro de Yelasco rector y maestro de
novicios en Tepotzotl&n. En esta congregacion, entre otras cosas
conducentes al dom^stico, hallamos baberse pretendido de N. M. R.
P. general, que fuera del provincial nombrado, seiialase su P. M. R.
otro que hubiese de gobemar en caso de muerte 6 absoluta inhabilidad
del primero como despues acd se ha practicado constantemente. Tarn-
bien que se estendiese & esta provincia el rezo y misa con rito doble &
los Santos M^tires Cosme y Damian, en cuyo dia fu6 confirmada
nuestra religion: se instd asi mismo sobre la pretension de que se iro-
petrase de su Santidad priviJcgio paraalgunode los simples sacerdotes,
de confirmar en las partes mas remotas donde no podian llegar en sun
visitas los senores obispos. A estas peticiones se aiiadieron otras dos
de mucho honor & la provincia. La primera que se tratara con S. B. M.
de la de declaracion de M&rtires & los padres venerables Gonzalo de
Tapia, y los otros diez que en Tepehuanes'y Chinipas habian muerto
por Jesucristo 4 manos de los b^baros, como tambien & los padres Pe-
dro Martinez, Juan Bautista de Segura y sus companeros muertns por
la misma causa en la Florida. Debent namque^ afiadieron los padres,
inter hums nottrtiepromneiae JUioa camputari. La segunda que S. P.
M. R. eaviaae facultad para imprimir las obras filosdficas y teolbgicas
del padre Juan de Ledesma, que sus disclpulos dentro y fuera de la
Compania habian deseado con ansia y nunca conseguido de la profun-
da humildad de su autor.
T<^vian los padres d sus respectivos colegios acabada la congrega*
cion, y fu6 cosa muy singular y testificada, separadamente por muchos
sacerdotes, y algunos testigos de vista, que habiendo salido algunos pa-,
dres de Tepotzotldn & recibir & su rector, el padre Pedro de Yelasco, y
d&ndole el parabien de su elcccion; pidan, (les dijo), vuestras reveren-
cias al Seilor, que nos traiga con bien de Roma. Pues ^c6mo? replica -
xon, [no esti nombrado en primer lugar el padre Andr6s Perez? £s asi
respondi6el padre avergonzado, es asi; pero puede que nos toque la
suerte. £1 suceso mostr6 bien que no habia dicho el padre aquellas
palabras sin luz particular del cielo. Dentro de poco Ileg6 pliego de
Roma, en que venia seiialado provincial el padre Andres Perez de Ri-
vas, con lo cual hubo de partir 4 Roma el padre Velasco en coropailia
: ' ^rtfc r.
— 807 —
del padre Diego Salazar, £s may digna de memoria para comun edi*
ficacion, la competcncia que hubo en estas circunstancias entre el pa.
dre Luis Bonifaz y cl padro Andres Perez de Rivas. £1 uno con la
mtsma humildad con quo habia dejado correr doe anos sin declarar su
patcnte de provincial, luego quo lleg6 ol nuevo gobiemo, aunque dc au
trienio no habia aun cumplido el primer ano, dej6 gustosamente el oil*
cio. El padre Andres Perez, que veia no haber cumplido su antece-
sor el tiempo, y que ostaba tan lejoa como el de semejantes pretensio-
nes, pretendia que se maotuvieso en el gobiomo basta curoplir sua trea
anos. No ddndose alguno de los dos por voncido, se hubo de ramitir el
asunto al juicio do la consulla. Esta determind que el padre Andres
Perez tooiase el cargo de la provincia, y que se diese 4 N. M. R. P.
general noticia de lo sucedido, para que en otro trienio pudiese lograr
el acertado gobierno del padre Luis de Bonifaz. En el corto interv&- ])f qq^ Jq y^^
lo que restaba del ano despues de la congregacion, murieron en P&tz- P^^j^ ^"^
cuaro el padre Ambrosio de los rios 4 18, en la Casa Profesa & 23 el Rjoi, Heman!
Padre Hernando Mejia, y en el colegio m^ximo el padre Melchor ^ , ?^^J^£r ^
Marquez & 28 del mismo mes de diciembre, Todos tres sugetos de qaez.
probada virtud, especialmente el primero, infatigablo operario por mas
de cuarenta aiios del colegio de P&tzcuaro, y formado al grande ejem-
plar de los padres Gonzalo de T&pia, Juan Fcrro y Ger6nimo Ra-
mirez.
De este mismo caracter de misioneros circularcs fue el padre Cristd-
bal Gomez, que ejercit6 este oficio con mucha gloria de la Compania
y provecho de las almas por n^as de treinta anos. Es verdad que 41a
universal y constante lama de su elocuencia, lo pretendian 4 porfia las
ciudades todas de Nuova-Espaua. La naturaleza habia juntado en 61
todas las cualidades de un grande orador. Un genio fecundo de s6li-
dos y juiciosos pensamientos, una fantasia muy rica do vivas im4ge-
nes que ponia cuasi 4 los ojos de los oyentcs, una espresion pura, sen*
cilia y hermosa, una presoncia venerable, una voz sonora, mucha exce-
lencia en las bellas Ictras, y mas que todo una no interrumpida oracion
y cclo ardiente de aprovechar 4 su auditorio. Esto le hacia huir los
aplausos de las ciudades y prodicar con mas gusto 4 los indios y gen-
te ruda conforroc al espiritu de la Ck)mpania. Su religiosa humildad y
paciencia insensible luci6 bien en la dura persecucion que de parte de
un gran prelado tuvo que padecer sin culpa alguna de su parte, de que
dejamos hecha mencion en otro lugar. Mun6 4 los 10 de febrero d#
~«08—
1686. £n kft dem^i oele^twde la piovmcia fte-cjcfcitdban con la or-
dinaria tranqmlidad j fervor lot miniflterioe.
^^^^ ^^ ^^ pa«ba as) en las mieionee do tepebiianes. Algnnas rsliquiaa
del paaado tncendto broCaban ial vez debajo de lai eenhsasv y pooiafi
enbastante cenetermcion a aqnella eristiandad y aospastores. Ub ca.
eique principal del pneUo del Zape Uamado D. Felipe, ae habia red-
rado al monte senttdo del rigor y enlereaa con ^pie el miaiottero le le-
prendia sua deadrdenea, En eate retire ae le jtint^ nn be nwan o warf^
Haniado D. Pedro, bombre inquieto y popular, aauy incUaado 4 la aii-
peraCicion de am mayorea, y enire loa auyoa corria por fiunoao becbiee-
ro. Este, con varios engaiioe y aedtctoaaa arengaa enfroeaba catia
dia maa el partido de loa mal eontentoa. Por diligoneia del padre
Gaapar de Contreraa, anperior de aqnellaa niaienea, veaelTio el eapt-
. tan D. Juan de Baraaa envtarlea una embejada de indm amigoa, di-
ci^ndolea c6mo eataba nodctoao de aua deaignioe; peio ain embai^go,
- pronto a perdonarloa y recibirloa en au-afliiatad ai aeguiaa au eonaeio
y ae realitiiian voluntartamente & an poeblo. Inteiin que ^ ptadoao ea^
pitan por eatoa medioa aoavea pietendia apagar la aedieion, pennilifi
Woe cpie alia ae deavanecieae baeiendo que ae deaeargaae la tcmpeatad
iobae la cabeca del infeHz D. Pedro. Un tadio del pueblo de Saota
Catarina, perauadido a que eate con aua becbizee babia cauaado la en*
fermedad de una bermana anya le di6 muerte mientraa dormia. Loa
dlemiB c6mplicea, aorprendidoa k la manana, y cre ye ndo que aquel gol-
pe Tenia de mano de loa espafiolea, ae eaparcieron ain aaber uBoade etroa
por diferentea rumboa. El D. Felipe, que era el pr i n ci p al eandiUo,
feomando el camino por el' valle de S. Pablo, fu^ al Parral k uiojaiae
ft loa piee del gobemador que eataba aJli acaao.
Pxaminado aobre las causae de su deacontento y de au fuga, oMip6
gravemente d su ministio que actuabnente era el padre Martin Suaras.
Una^cahimnias de eate g^nero aunque tan aensiblea al deeoin de la
CompaJlia, eran sin embargo mucbo maa to l er a blea que el alsamtento
que ae temia de toda la nacion, y la raina de aqnella enatianilad. Acu.
aaba el p^rfido al padre Martin Suarez de aer un bombre dnro 6 in«
flexibloy poco d prop6aito para aquella ocupacion, y de baberle nanrpa-
do aua tierraa para aembrar en eUas. El i^bemador madnramente
intbrmado en el negocio, haU6 quecl indio ae babia buido de.an pneblo
el dia 2 deabril, y que la corta parte de tierra no la babta aembrado el
miaionero baatn el mea de junio. v eao en laa miamaa tierraade aiempN^
— 209 —
Xo t'umlu mejor In acuaaeioa aobre el rigor Jc au tralo y aspercza d«
■u genio. Todo cl partido d«puso que no leconocia en cl fadn Uw-
tin Suarez, tino una roadra amorosUimn, que acudia con jtrande «ari-
dad 4 todaa lua necesidadea, que aia intaHs algano lea preatalia njnv
aiadoa y todoi los apens neccMiioa para la labcr de aua campaa, y
que el cacique no podia quqaras aino ile Ja jnala^apoaieion d« h iad*
too y de au indDeiiidad & laa suavea sMmneatacioaea dd padre. Asi
triunfb la l%de lairreligion,y lainocancia deUperfidia.
Mientraa que aai fluctn^an «Qlra penecuciooes 7 iemoaea loami-
sion«rM de Mpeboanea, no panes uno qne djlataado Jaitietra ana ami
nl Norte de Sinaloa, vtvseia A oada p*ao nuevoa campoa t la> hoaea da
oueatroa opetanea. Beade fioeadel silo^de 636,6. puBcipioa de JS,
faabiaaalido dalaemisianaa par BUgrandBaaciauIad 7 ({uabmntoa en
moa de caarenta auea da apMl6lisaaiattgaasl pajdre Pedro lUendesi
i>te graoda bombre, aai per la diilaura yjauKvidad de bub eoMtnitma,
come por la lacgs eapensncia qua Iwiaa colwado eaa d largo into de
aqtiellBB geotaa, eta almaa 4 pcepdato-del munla pnik BiiMiir «1 ^iriaaa
de la Banta Igkaia Diwnm naetonaB, alfajrendo inaaa, miaahu jafc
4mia A otraa tax la craancia y oUigRcioBM criatlanaa. Ia ^tinw aa.
cion que <loctrui6, -fii^ la-de loa aiailntafia y eahuanpaa; oeafinaba
oonloahaliitadaresdei valla de fioaora. Con el amable traiodat va. ^'''^fi^^
roB de Dioa y regularidad qM olwervafaaDAuiidadaMaieato an loa am. de Sonon.
tia«M flua cecinos to«B«tagoa & nfirinaafia i lanligiaai 7 & loa ni-
niatnis ipK fei inquiateii ton aakaa gr fodaataa xi&ximaa. fiatrd*
aa«cadcr al padie AfandeE en la imaoa deioa uibolaiia H fwiaa Bar-
tolomA Caatano, angete nmy apt* (nra JlevradelaiitB Ja* opintnalaa
osB^uielaa dedganantigaatainDneio, AlguatMnpad(^>uei«o«p*>
xaron & aer t«« viraay tan utgentaa ka iananciaa de.loa aoBum*, da
quo habiajramiichaBlMatiaadoaan loa puddoa Teeisoa, qaaalfvte
CaetaiioeoB lacultad de tod auparioraa, ae halU preciaada t antrar i
aiM tierraa & principioa delano do qua vmmoalrataBlo,
Eatnraak region, noa de laa maa Arlilea, daiaa maa rieasy delw jp^lj^''"
Maa bien poUadas de .la Nuen>£ifiana, qoa hi dodo daapaea mek tao
gloiioaa materia 4 laa fidigas de los jeanilaa, ■mdo porvtia^nuto la
ttUioia region icia el Norte de la Anrtiice, y an qaa tenuaan laa d^
minioa da la nioaarquia aapafMa; por taM» poco eonooida ann da loa
aaJMoai nwrece bi«a qae tngamoa de ella ana naa prdija deacripcaoB,
•aparalmenta habiendo de ociipar en lo de adehnte nnoho Ingar aa
—210 —
nucstra historia. Del vaHe de Sonora tuvieron noticia los antiguos,
aunque muy imperfecta, y de ^1 hace meDciod D. Antonio de Herrc*
ra en el cap. 1 1 lib. 9 d^cada 6, aunque alii le da aquel cronista
el nombre de Voile de Sefiora, sea porque aai le pusieron los espano*
lea, y 8ufri6 deapues alguna variacion, aea porque 03reron mal el nom-
bre que k aquella region daban sua naturalea, sea por el nombre de algun
principal cacique que pudieron confundir con otro de este nombre famo-
BO en la entrada que bizo Hernando de Soto & la Florida. £st& aituada
la provinota como & cuairocientas leguas de Mexico, y ciento y treinta
de la villa de Sinaloa. Al Oriente tiene una larga cordillera de mon-
test que la divide de la Tarauroanu al Poniente el seno de Cortes 6
mar de Califi)mia, que bana sus costas desde la embocadura del Yaqui
hasta la del famoso rio Colorado. La junta del rio Xila con el Colo-
rado ponemos por an tiltimo t^rmino 6cia el Norte, aunque algunos la
estrecban mas por esta parte, y ieia el Sur el rio Yaqui, que la separa
de Ostimiiri y Sinaloa. Del curso del rio Yaqui, cuyo conocimiento pudo
mucho mas contribuir i la inteligencia de este pais, escribimos larga-
mante en el libro antecedente, cnando tratamo^de la conversion de aque*
Uaa naciones, y poniendo su embocadura de este en 28 grades, poco m^-
■oi# segun loa mas modemos mapas, y la junta de los rios Xilay Colorado
i los 84 y 80, damos & la Sonora 'sets grades y medio de latitud sep-
tentrional, que vienen & ser ciento y treinta leguas de largo, y deado
860 y 80 basta 266 y 42 grades de longitud, aunque en los mapaa ma-
■uscritos hay mucha variacion, asi en el numerode loa grados como
en el mode de computarlos. Los rios que ri^gan esta provincia son
el citado Yaqui, el de San Pedro, el Xila y el Colorado, fuera de otroa
pequeiios, y muebo dntes de llegar al mar pierden sus agues y sus noro-
brea en la arena, y son el de Matape, el de los Hures que nace junto
al real de Cananea, y a poca distancia del pueblo de Opodepe se junta
eon otro que nace en Zaracatzi. £1 de Coscopera; que de alll toroa
su origen y se pierde en los llanos de Santa Rosa. £1 de Tubutama
que nace cerca de Arizona, y cerca de Bizani, veintidoa leguas totes
de llegar al mar se consume en las playas. £1 de Tubac, cuya fuen-
ta es una legua al Norte de Santa Maria Soamea, y junto al mismo
presidio de Tubac acaba su carrera, si no es en tiempo de agues muy
abundantes, que suelen llevarlo mas al Norte basta San Franciaco
Javier del Bac. £1 rio de San Pedro, que Daman tambien defies So-
Jiahipuris tiene su fuente como dos leguas al sudeste del presidio de
— 211 —
Tcrrcnate, y desagua on el rio Xtla, 6 poco mas do 38 gredoa de aU
(ura* £1 Xila nace en los 36 en la parte que mira al am de la. sieira
de MogoUon, tierra de apaches, en un logar Uamado de Todos Saotos'
atraviesa el valle de Santa Lucia» donde engruefia con alguAos arro-
yos. Su direccion en la fuente en al audoeatey aunque deapues aigue
por lo general al Poniente, formando fertiUaimoa vallea como el de la
Florida, & cuya entrada como d 46 leguaa de au orfgen ae enriquece
con laa aguaa del lio de San Francisco, que naee eu la miama aiarra
de Mogollon, por la parte del Norte. Deapues de haber regado laa
tierras de los Pimas y Cov'omaricopaa, y recibido laa aguaa del rio
Verde y del Salado, que nacen de las aerranfaa de los Apaches, corre
al Poniente un despoblado de cuarenta leguaa haata juntarse con el rio
Colorado.
Este rio es el mas caudaloso de cuantos haata ahora se has deacu- De IO0 riot
bierto en la America Septentrional. El padre Francisco EusebioKi* xa^"** ^
no, que lo pas6 & instancias de los naturales de aquel pais, afirma que
en aquel sitio, que era como i seis ti ocho leguaa del mar tiene mas
de doacientas varas de anchov sin cncontr6rsele fondo si no es en laa
orillas, y que'todo ^l es muy abundante de pege, aunque no individlia sus
especies. Por su grandeza, anehura y profundidadf se coooce que vie-
ne alii de rouy lejos, aunque oa se sabe hasta ahora eosa cierta acerea
de su origen. Su corriente hasta hoy conocida es Norte & Sur: ni falta
quien crea que nace en la Canada de aquellas grandea lagunas i. cuyaa
orillas vive la nacion Mosemlec, donde viene & deaaguar el rio Muer^
to. Por el c^lebre viage del varon de la Hontam se sabe que aquelloa
grandea lagoa no est&n muy distantea del Nuevo-M^xico, segun el in-
forme que de estas gentes le dieron sus habitadores, como afirma tarn-
bien en au relacion D. Gabriel de C6rdonas que habla larga y vents*
josamente del asiento, costumbres y politics de aquellaa geutea, poco
diversas & las nacionea de Europa. Despuea que el Colorado reciba
al Xila como i doce leguaa de su junta, antra regando laa tierraa de
los Yumas y otras nacionea de Quiquimas, Cuanasy que segun la re-
lacion del padre Sedelmair, antiguo y diligente misioneroi serin maa
de treinta mil almas & la nbera izquierda, todaa de la miama lengua de
los Pimas, aunque algo diferentes en el dialecto. No faltan & las rr-
beras de estos rios y en toda la provincia coaas que pueden interesar
bastantemente la curiosidad do loa hombrea de letras. Como & una
legua del rio Xila ^ la isquierdn, 4 los 34 grades y cerca de 30 minup*
—212—
tos de hditad M v<i la que tlaonn caaa. gmde de HactBZuina>. Es iia
^dificio coadrilengo ds caatro Bkoat qos 4 poasr de ■aantigiiwdiul'pBr*
manooe aun en pit. Los lecfaoa ■on d« ngaa.ds txdto, y laa poredw
dfl materu muy Ubda qm^fmeca la m^or ai^gamaza. EaU dJridida
«(t mucboir campaitinieBtim, piasas ^ iWdRKrta dsbaabmto capacidad
pan' alojanvanallfttitMOofle aadaBte. Ss )a h»dada el nomfare- de
McielaKitiWpw)atruljcioitaaintaat»daB(fielpaiB,.de cpw la &brioa-
n» loa mtnaotrnwi en sa fiunoao naga del Septenlrion ea.buaca^ las
regiones siMisaridionales que ocuparon deaimaa. A tfiitanciada tna
litgaaa de eMaeaaajy k laderecfaoidel riotaavealaaniinasdeobo edi-
fieiotqnepareoe miioha'maB>8UntBOso'y grands que «l^uaM«bttnioa do
deolr. Gnantoa han visto aquellaa romaa dkten babertes:paracidOr >•»
de UD palacio nolo, sioo de una entera ciudad dividida eo muohaa oua-
draa igualea todaa, y d« tru 7 cualro bIIm, aagnn afirma oonro tevtigo
oenlar'e) padre Ignscio Jamr Keler dealgunasAbncaaquttbabiaivis.
M'«nSo[iora, yque ee cr«en aer esdw misinaa.quaBe-hallan 41aa'ribe-
ne^el Xitai Loa pimaa-miia aepmitrioaalaK-Pefieren conatantament*
U kw tniaiooeroa, de oiroa-polaciaa nui|;Blflao»que MtaallwcwJo inl«>-
rior del^paia^ do tnamiirosa disponoiaH y aimatrta. Enlre etloa uira
e» ibnna de laberinto que parece haberaidw: esas de placer de^lgtm
graii'prfimpe; 8a f^an. aegnn l»a iodioa lo pinion eo la Kreoa, ea de]
■no^qt>eBev»enhnnrgen< t SeoonooaqtietKi'fu^'iiiujnooitB l«>de>
Mitnoo qutt en eato»4ierrB8'huii«ron tevneKioaneat^wr otmarariaase*
IHvde anUgua^]> d«iBbI« pvbtacion. Entodaalaanmediacioncsdese-
KM grMdu'edificraeitnin'&'algHDBs-leguBa <le> diataaoiai donde- quiera
que B«' cBVal&iti«tra'BebalI«) fragiDeillcmdaloBalMiiaDtenMtile fina
-;)> d« 'vairiee esioresi I>*s'l«gB>»fk>-DrTiba de-la can: gmndadeMoote-
■timal, ifftaalla^iaa acvqaiaianoba y prefmidaf ckpos dat Rbaataoer de
)lgaannBira^ii}Ma<«iadlMl,'ydareBartDacbu>leguaaulMH]iMlh>sipingttes
ItaDo*. nredn legtMd^^dMw edifioio) bI Pdni^tej aa Te^unailagona
i^ff deBBgnseti el rio perun angoatO' ventderci . Su'pe^MAea 7 lare-
KUIiiridaddeBdifigui*-cmM'eirauUi>;{nfdien<'h<)o«r>jt»igar<qiu>'entobra
iNrlidmlMB, B)'ne-i«<dMmto(i«T« M.pronindiM-liteU ahon' intoMUh
Mr, nrnqneCDR- votl^'veirdeW MtadtdoB se |ui>pt«o)MiM)xaMimn «u
t O padre Vega en aiu mBDiucribM iofditoi que cxiiten en la libKrfa del con-
Vanto de de' S. FrnDciaoa do Mfiieo, y d6 que le remitid copla 1 Eipefta dc drden
detrefiian ipie tiwi il bWia m fiMoriaC'ri N(MVDiMliDd«elSh'D. JaBnBlutist»Ma.
— 213 —
fondo. A la banda del Norte de la aterra de MogoUon ctrea de laa
fueotes del rio de S. Franeiseov ae encuentran unoa posos de baatan*
te profundtdad cavadoa en roca yiva, y legufi deacubrid el campo eapa^
nol el afio de 17379 Servian de trojes & loa apachea en que guardabaa
8U8 granoSf que sirvierou no poco en aquella ocasioo & nuestms gen-
tes. Toda la region por lo general ea mnj f<^rtil, j singalannente k
Pimeria alta, en que tal vez de ocho almndes de siembra se baa eojtdo
quinientaa anegas de maiz. Las legumbrea se cojen en abundaaeia*
El frijol & la tercera 6 cuarta siembra degenera en otra especie qua loa
naturales Uaman tepari, de menos sustancia, y no tan deliciosa al guato.
£1 temple de la tierra es mas caliente que templado« especiftlmenta
«n laa cercanias de la costa del mar de California* En lo mas orient
tal se siente bastantemente el inviemo, y nieva en mucbos llanos aun«
<iue se disipa muy breve. £1 partido de Santa Maria Soamca es el
mas frio de toda la provincia. £1 padre Ignacio Keler, fundador de es«
ta mision, solia docir que el verano de an pueblo comenzaba 6 las on-
ce, y acababa ft las tree del dia de S. Juan Bautista. Aquellas gentea
y sus ministros gozan por lo general de buena salud: entre los natura-
les paaan mucbos de cien aiios, excepto los pimaa altos que segun so
cree por razon de las aguas y sombrio cauce de sus arroyos, son es-
puestoB ft dtversos acbaques* £1 mas temible entre ellos es, el que 11a*
man saguaidodo 6 v6mito amarillo. La cria de ganados caballar y va*
cuno seria muy abundante como lo era antiguamente« si las continuas
invasiones de los saris y apacbes dieran lugar 4 su cria. Animalea siU
vestres hay mucbisimos, tigres, osos, venados de varias especiesf lo«
boa, gates monteses, cameros que Haman simarrones, berrendos de la
iigura y tamaiio de las cabras monteses, conejos y liebres en increibla
abundancia, ardillas y otros mas comunes. Lo particular es una es*
pecie de leones 6 leopardos estremamente timidos, que gimen en vitfn*
dose acosados y huyen do la gente. Los jabaKs, no son enteramente aa*
mejantes ft los cerdos domftsticost sine que tienen el ombligo en lo supa«
rior do! lomo: los que qnierea aprovecharse de su came, luego que muera
ct jabali le hincan por «1 ombligo un carrizo 6 caiia hueca para que por
nlli evapore cierto almiecle, que de otra suerte iniiciona muy en brave
0. inutiliza enteramente la caza. Hftllanse en los montes diversoa g^-
neros do viboras y culebras* La quo los opatas Haman Co tiene cas-
^•abcl y su picadura es mortal. Tienen los nalurakspbru su ponzoiia
\iii rcmodio bastantomoiKc cstraorrliimrio: cojoii oiitre dos palois la ca-
TOMO 11. 2S
— 214 —
b€Xa de la vibon* j eon la otn numo esUenden la cola y ie dan por kf
largo del etiarpo ▼arioa mordidaa. £0 cosa manviUoaa que el herido
BO ae Iuiidia» J al animal eomienaa luego 4 hincharae monatninaanmnte
iMUta qua revienta. Otro g^ero de rfboratambien de caacabei ea el «a»
dmtOf an remedio es el agengibre tnaiirado y pueato aobre la lienda.
Otro g^nero de vibora Uaman Uvco maa temible que laa otras dos poc-
qott no tiene caacabei que aviae para preveoir la picada. Hay otraa
pintaa de Colorado y negro, pequeuaa y muy ponzouoaa8» que cayendo
de lo alto ae quiebran en pedazoa como si fueran de vidiio. Enlie laa
Ottlebraa qua no bacen dano al bombre hay una no muy large* pero de
umk groaura diafbrme que se dice atraer con aa aliento la preaa. Lla-
manao corot en lengua opata^ y parece aer laa miamaa que en la iaia
da Cuba llaman majaeat y buyos en el nuevo reino* Loa naluralea usan
de ellaa en lugar de gatoa para, caaar loa ratooea. De pajaroa tienen
todoa cnantoa ae conocen en la America, y parece no aer alii tan eaca-
aaa laa ^iguilaa de doa ^^>^w>ffi pues tienen en au lengua nombre par-
ticular qna lea diatingue da laa atraaaguilafl» Lliimanlaa xipipiraigu*
J laa de unacabexa pa^^*^ Guegue llaman k un p4jaro 4 quien tenian
por anuncio de una prdjuma guerra* y a esta cauaa le daban tambien
el nombre de mtmagua. Laa relacionea que bemoa viato de loa padrea
minonefoa no noa dan la deacripeion de eata ave, ni dicen tampoco ei
fundamento que podian tener loa oaturalea para aemejaole peranacion*
y ^?— y *if KQfKKleiBoa dejar de aoadir uaa palabra de laa yerbaa y raicea ma-
dicinalea- de Sonora. Fuera de loa comunea simples que conoce ya
todo el mundo, y de que ea tan fecunda y tan aplaudida la Americav hay
aqui mucboa otroa poco 6 nada conoeidoa que merecen paitieularalen-
etott. La Foiz de la tomiuagua tomada en cocimiento por olgunoa diaa
ea-un especitico contraa las calenturaa tan eticaz como la quimu Lo
miamo liace la raiz de conaguai 6 yerfaa de vibora* que tomando suco»
cimiento hace prorumpir al doliente en un sudor copioao* Para loa
paamoa aai interiores como eslemoa* de tumores &Cm uaan el cocimieii-^
to de la yerba que llamaa /laro^at en electo tan pronto* que dimdolaen
al **—*»■*** 4 uua bestia Je carga se ba viato luego levantarse y prose-
guir can el aliento que aniu^ la jor oada. La que llaman t^uagmai oa
un remedio prontisimo routru el dolor de muela^s. Para loa dolores dc
vieatre* de co:»tado y culicos* usua tie la raiz del tairago* cspecio du
lecluigd siUehirc. Para t:l !^i:«iiu|uuii* vivuula^f y dciuaa culculurus pus-
tileiicidlc6 luuuui ui c\H:iuacuti> dc lu uiba i|uc lluuiau viviuatu* El
r
— 215 —
cocolmecate es un simple de estraordinaria virtud; en Opata le llaman
cocomeca, como si dij^ramos, fuera el dolor. Crece en loa sierras aiin
sobre las penas, echa unas guias largas que se arrastron por el suelo jr
su roiz es eolorada. Su cocimiento se di. por bebida ordinaria y por
lo comun con felicidad en cuasi todo g^nero de enfermedades. Del
san, la raiz es un purgante fuerte, bueno para los g&licos, si no esUu
ya muy d^biles; la hoja para los fkus y varias otres dolencias. La.go-
milla y la jojova son ya bastantemente conocidas en todo el reinck La
corteza interior del matze es muy & prop6sxto para limpiar y purificar
las llagas y hacerlas encarnar con brevedad. La leche de las ramas
del caguiraguo es excelento para lus g&licos. La misma virtud tieoe
el tepuru y la de deshinchar todo g^nero de llagas y tumores. £1 c6*
cimiento de la yerba que llaman tabuquit, segun el testimonio y espe*
riencia de las mugeres del pais, sirve para hacer fecuudas las mugeres
est^riles. £1 cumem6 es un eficacisimo y prontisimo ciustico* La
yerba chupi la usan reducida i. polvos como de tabaco para descargar
la cabeza y aliviar su sudor. £1 magot es un Arbol pequeiio muy lo-
sano y muy bermoso ^ la vista; pero & corta incision de la corteza
brota una leche mortal que les servia en su gentilidad para emponzo-
uar sus flechas. £1 antidote de rste veneno y de otro cualquiera tie-
nen muy pronto en la taramatraca 6 caramatraca. Observ6 cl p$idre
Francisco Pimentel, que en calidad de capitan sigui6 el campo espa*
uol en la cspedicion del ano de 1750, que ninguno murid de cuantos
6 la comieron, 6 mascada la pusieron sobre la herida. Un antiguo
misionero de la mi&ma provincia afirma haber visto & un baquero tan
maltratado & coses de un potro indomito, en el semblante y la cabezai
que en algunas heridas se le veian los huesos, y que sin mas remedio
que esta yerba quebrantada y puesta con aguardiente de mescal por
mode de emplastro, lo habia visto al dia siguiente, cicatrizadas las lla-
gas, montar & caballo y proseguir en su ejercicio. £1 mismo asegura
haberla visto user con felicidad para preservarse de rabia, y conclnye au
relacion diciendo: „Tanto he oido decir dc esta poderosa raiz, que por
mi veto d ninguna sine & ella debiera darse fl nombre de panacea." La
escoba amarga que elios llaman sisico, suelda con mucha prontitadlos
huesos quebrados: la raiz del yusi les 8ir\'e para las obstrucciones de
orina. Para concluir con. las cosas modicinales de esta region^ aHadire*
mos la agradable produecion de un guaano quepodemos Uamar de ohr^
como al otro Uaman de seda. £ste en las tierras mas calientes de la
— 216 —
pr<>tiiicia, pegado k Imt rocas tfyadas ea lo8 cajones de las sierras, la-
bra un ovillo de un humor glutiooio y aromitico que le endurece j vie-
ne a qnedar oomo el incienao. El industrioso artifice no aobrevive k
k mx frabajo, Los naturalea se aproTechan de ^1 y lo usan contra el
aire zahumando con dicho aroma k los quo padecen de este peligroso
aceidente.
Las nacionea que pueblan en cata provineaa pueden reducirae k cua-
tro: piroaa, opataa, apaches y aeria. A loa pimaa ae pueden reducir los
opaa cocomaricopas, hudcoacanea, yiimas, quiquimaa y otroa puebloa a
una 7 otra orilla de loa rioa Xjla y Colorado, que hablan la miama Ion-
gua de loa pimaa. Eatoa ae parten en altoa y bajos. Loa aegundos
fueron loa primoroa que con el nombre de nevoroea bejoe, recibieron el
bautiamo, de quienea dejamoa ya eachto, y parte de aus puebloa, como
Nure y Onabaa, pert^iecen k laa miaiones de Sinaloa. Loe altoa ocu*
pan deade Cuicupe haata Coboroa del Este a Oeate, y de Sur k Norte,
deade alii haata loa rtoa Xila y Cobrado, aunque de la otra banda
de eete hay muchoa que hablan todavk el miiaao iJioma. A los se*
ria que habitan la coata del seno Califiifnio, deade algunas leguaa al
Norte de la embocadura del Yaqui haata la bahia de San Juan Bautis*
ta, pueden reducirae los guaimas, pocoa en ntimero, y de la miaraa len-
giMi. A los opatas se reducen loa tovaa y eudeves, poco diferentesen el
idioma y laa coatumbres. Laa aerraniaa al oontorno de eataa regiones^
pcupan generahnente los apaches, nacion numerosisima y que se es>
tiende hasta el Nuevo-M6xico, los cuales como los seria, maa que en*
tre los pobladores, debian contarse como el asote y ruina de la provin-
cia de 8onora. En ntnguna de estas nacioncs se ban hallado letras^
m otra alguna invencion que pudiese inatruir k la poateridadde losau-
peaoa pasados, como los geroglificos egipcios y mexicanos. Solo hay
enixe ellos algonas confiisas y desfiguradas tradioiones, cuyo misterio-
so secrcto no revelan sine con sub» dificultad, aunque su contenidoes
siempre de muy poca importancia. Haata el presente,jam^ se lesha
podido averiguar sacridcio, religion, ni algun g6nero de culto, ni nin«
guna.adoracion, ni ningun idolo, aunque no ban faltado hechiceros 6
engaiadores que con nombre de tales vivan k espensas del miedo y crc-
dulidad do loa maa sencillos. Las supersticiones y abuses gentilicos quo
tenian son muy raroa para dejarlos de referir. Loa ninoa recien naci«
doa, sin diatinclon do aexos, padecen el tormento de picades con una
fspina la parte superior e inferior de los pirpados, jn forma semicircu^
Utk^L
— 217—
lar. Las pcqueuas picadunui llenan luego dc un color negro, quo tie-
nen por cona de singular hermosura. Cada niilo tiene un perl^ que es
una especie de padiino, que conyidan sua padres. Este, despues de
haberle hecho un largo discurso al recien nacido sobre las obligacio-
nes propias de su sexo, le va tentando por todo el cuerpo, cstirdndole
los brazos y piernas, y luego le impone un apellido 6 norobre de su len-
gua, no significativo. Despues de la ceremonia, el peri y el nine se
reputan en lo civil como una misma persona, y tienen con sua respec-
tivos parientea la misma relacion. Lo mismo bacen las mugeres en
su proporcion con las ninas. Con los muertos suelen enf error todo el
ajuar de su casa, como ha sido costumbre de otras naciones. Los apa-^
ches tienen esto de particular, que i. nadie entierran sino & los que
mueren en guerra contra los cristianos y & los niiios recien nacidos.
Con los primeros lo hacen por ocultar su p^rdida en las batallas y no
dar i BUS enemigos ese motivo de Yanagloria. Con los nines usan otra
ceremonia bastantemente extraordinaria, y es que la madre del muer-
to per unos pocos diss lleva de la propia leche de sus pecbos alguna jf.
cara 6 pequeno vaso con que riega la sepultnra de su hijo.
Tenian varios g^eros de adiyinaciones 6 agUeros, muy semejantes p^ bus mipcn
& los de los antiguos gentiles de Grecia y do Roma. La mas particu.
lar era por las langostas. Tomaban sus agorercs en las manos uno
de estos animalejos: prcgunt&banle por donde habian de acometcr los
apaohes. Para que respondiera el mudo Or^culo, lo aaian por la ca.
beza, y se observaba cuidadosamente la mano 6 pie que movia prime-
ro la langosta, persuadidos i. que por alii convenia esperar al enemigo.
Aun era mas conforme 6 los antiguos ritos del paganlsroo lo que ha-
cian en los caminos reales, en los eclipses y en los reyos. A la ma.
nera de las est&tuas de Mercurio, que los griegos y romanos ponian en
los caminos, se sabe que en Sonora formaban tambien sus montes de
piedras, de palos, de huesos de animales. Todos los pasageros esta-
ban obligados 4 contribuir dc su parte con alguna de aquellas cosas.
Los de d caballo arrojaban alii las varas que llevaban para azotar sus
b^stias. Los de & pi6 recogian algun tronco 6 piedra con que hacian
crecor mas aquel cumulo. Cuando cl sol 6 la luna padecian algun
eclipse, salian todos los hombres y mugeres desus casasdando los mas
fuertes alaridos y haciendo cuanto estruendo podian. Esto se supo por-
que estando ausente de uno de los pueUos el padre misionero en oca-
sion dc uno de cstos eclipses, quisicron repicar las campanas, y lo hu«
— 218—
bicran hccho a no habcrlo impcdido un espanol que procur6 desenga*
fmrloa y avisd luego al padre. Ed levaDt&ndoso algun aire impetuoso
crcian firmemente que venian los apaches sobre sua tierras. £1 que
moria picado de alguoa vibora, decian que sin duda hubicra muertode
rayo. £n las tempestades cuando mas asusta el estruendo de los true-
nos y rayoA k las person as cuerdas, ellos se regocijaban con bcules y
daban saltos de placer; bien que por otra parte temerosisimos de este
g^nero de muerte. £1 tocado de rayo era para ellos como para los
antiguos romanos una persona contaminada, cuyo trato y comunica-
cion se evitaba con el mayor cuidado. Si vivia, se desnudabade todo
cuanto tenia en el cuerpo, y sus parientes jam4s consentian que vol-
viese 4 pisar su casa. £n el campo habia de estar y alii se le llevaba
el sustento, la bebida y todo lo demas necesario. Y para que en otro
tiempo no los mate el rayo, hacen cabo de ano con una olla de agua
que arrojan sobre aquel infeliz y con que lo banan desde la cabeza
hasta los pies* Si muere, lo tienen tres 6 cuatro dias sentado, eepe«
rando que vuelva la alma, v dicen andar atemorizada volando al rede*
dor del cuerpo. Despues de este tiempo, si no vuelve en si, lo llevan
& enterrar sentado y con sus mejores vestidos, poniendo &8u lado com-
petente porcion de sus ordinaries alimentos.
De SUB gncr. Dejadas otras muchas ridiculas creenciaa y ceroraonias en sus en-
tierros y sus raatrimonios, que no son todas para escribirse, diremos
solamente alguna cosa de sus guerras. £1 j6ven que desea valer
por las armas, dntes de ser admitido en toda forma k esta profesion, de*
be hacer m^ritos en algunas campanas, ydi siguiendo el alcance k los
enemigos, ya escoltando algunos pasageroH por tierras y pesos peligro-
sos; despues de probado algun tiempo en estas esperiencias y tonida la
aprobacion de los ancianos, citan al pretendiente para algun dia en
quo deba dar la ultima prueba de su valor. Los antiguos guerreros
armados de arco y flecha, de picas, de adargas, forman un grande cir-
culo, cuyo ccntro ocupa el j6ven pretendiente, con uno de los mas dis*
tinguidos soldados, que le sirve de padrino y ae pone k sus espaldaa con
las manos sobre los hombros de su abijado. £1 capitan, que cs siem-
pre alguno de los mas bravos y que ha conseguido mas famosas victo-
rias, Ic hace un largo diacurso, ponder^ndole los grandes trabajos que
debc sufrir en la campaila: que la hambre, los fries, las caloros, las vi-
gilias, el sudor y la fatiga, son los pasos por donde se logran las vie
torins y sc cterniza la memoria. Dicho esto, saca de su carcnx al*
rat.
•V - ^r * _ '
— 219 —
ganoa pica y unas de iguila secos y endurecidos, con los cuales c(s
mtenza & sajarle desde loshombros hasta las munecaSf no derechameD-
to sino con algunas undulaciones que aunienten mas el dolor. Luego
pasa 4 ejercitar la mimna operacion en el pecho, en los muslos y en las
piernas. Todo esto sufren con una constancia increible, sin un que-
jido ni un suspiro, aunque por todas las partes de su cuerpo corre d hi-
los la sangre; pero no tienen por desdoro que el grave dolor saque al
pretendiente & los ojos algunas l&grimas y que aun corran por sus me-
jillasy mientras por otra parte conserra en el semblante el decoro y la
serenidad de un inimo despreciador de los tormentos. Aun no acaba
aqui el duro noviciado de estas gentes. Mi6ntras es el m^nos aniiguo
de aquel gremio, no debe pretender alivio alguno. En todos los lan-
ces qae se ofrecen ha de llevar siempre lo poor. £1 ha de ^asar toda
la noche en vela, guardando los caballos. £n todo este tiempo por in-
tolerable que sea el frio, no ba de acercarse 4 alguna de las hogueras 4
calentarse como los dem4s. Si tal. vez muestra alguno mortificarse
con el excesivo frio, no pierden los antiguos guerreros la ocasion de en-
seilarlo 4 trabajos, como ellos dicen, arroj4Ddolo como de burla en al-
gun charco, 6 ban4ndolo con algun c4ntaro de agua. A la guerrapre-
ceden siempre, como en las naciones de Sinaloa, las arengas de los vie-
jos. £1 modo de celebrar sus victorias^ sus bailee, los can tares de sus
viejas y demas barbaridades, son enteramente semejantes. Solo son
distintos de los de Sinaloa, y muy semejantes 4 los habitadores de Ca-
nad4, en los insultos y vejaciones que hacen 4 los prisioneros de guerra.
Aun entre los opatas, que son los mas racionales y de genio mas sua-
ve, usaban salir algunas viejas mas autorizadas con tizones ardientes
y quemarles en varias partes del cuerpo, singularmente en los muslos.
Esto hacian aun con los nines mas tiemos de cuatro y cinco anos.
Cuando no era tanta la crueldad, por lo m^notf les obligaban 4 acompa-
liar el baile, que solia durar 4 voces dos y tres dias, remud4ndose los
venccdores, y bailando siempre los cautivos, que en siendo nines y mu*
geres tiemas morian tal vez de la fatiga. En las guerras que hacian
4ntes de ser cristianos, no tomaban para si cosa alguna del bo tin, sino
que lo repartian todo entre los viejos que no podian ya salir 4 campa-
Tia. Esto era porque creian quo si vestian alguna ropa de sus encmi-
gos habian de cacr en sus manos. Ya en este punto no son tan es-
crupulosos. El modo de curar las heridas es con peyote, que ellos 11a-
rnau pcyori hecho polvo, de quo rcUcnan la llaga, limpidndola y rcno-
— 2«0 —
vindolft tre> veca en coda doa diaa, 6 cod una c^>ccie do b&lauio,
cofflpuesto da peocaa de maguey, mweol, lechuguilla y palma de ditil,
de (|ue bay mucho en el paia, y tambieo de echo, que lltman tq)6, el
cual lea airre tambien pars tefngerax la aed, habi^ndoae eaperimenta-
flo miiy uociva la agua para loa heridoa de flecha.
ConvuwoD Talea eran las nuevas nacionea que da nuevo pretendian cl baudv
muMt^^ mo, y que comenzaba i cultiTar el padre Baitolomfi Castafio- No po-
trionklo. CO podia coDlribuir i eata glorioaa empraaa la puerta que al miamo liein>
po 8e abha al 8ur de la misma provincia pani la cODTeraion de loa la>
raumarea. Hemos ya habWo vaiiaa Tecea de eata nacion, y poco bt
vimoe coaio i aos inatauciaa cntraron por loa auoa do 1630 el padre
Juan de Heredia, y el padre Gabiiel Diaz, reduci^ndose mucbaa Ami*
liaa al pueblo que entdncea ae fimn6 de San Miguel de laa Bocaa. Los
demaa tarauroarea, cuyaa tiernta aranzan tnucbo icia al Norte, y vie-
Don, como dijimoi, & confinar con la provincia de Sonoro, se afici<»>a'
ban mas eada dia i la vida quieta y tranquila de los ya doctrinadoa.
Por oira parte, con la poblaeion del real deSan Josi del Parrel, at cut-
tiro de cuyas minas ae di6 principiopor los auoade 1631, ofreeia ma.
yor comodidad para el asiento de estaa miaionea y aegaridad de sua
miniatios. SolicHaron, puea, un espaiJol de aquel real, qua lea eacri-
bieae una carta y la trajeae & Mexico si padre Andr^ Perez de Rivaa.
No podian los taraumarea deaear que gobemaae augeto maa & prop6-
aito pam conaeguirlo. El padre que babia empleado gnstoaamenla loa
bFiob de su juventud en el serricio de los indios, y que sabia aprecisr
cuanto es juslo este ministerio importantfaimo, destintS luego para Ta-
raumara & loa padrea GerAnimo de Figueroa que antes eataba en Te-
pehuanca, y al padro Joati Paacual Talenciano, que concluia entdnces
BUS estudios. Llegarou al Parrat por junio de 1639. £1 gobernador
D. Francisco Bravo de la Serna, que se hellabft en aquel Real, man-
d4 vcnir alii los caciques de los laraUmeres, y teni^ndoloa prcaenles
lea encargd mucho el cuidado y veoeracion debida k loa miniatros del
Allisimo, cuyaa manos bca6 hincndo de rodillas para darlea ejemplo>
El padro Oerdnimo de Figueroa penetr<S hasta el real de San Felipe,
hoy Chibuahufi. £t padre Jos4 Pascual quedfi en San Miguel de las
BoCQs para aprendcr el idioma. Kale partido doctrinaba, conto drji.
mo9, cl padre Gabriel Dinz, do quton habin nsf cl padre Caspar de
Contrerns, visilador do la provincia de Tcpchuana y Taraumara, cs-
'.Tthicndo al padre provincial fi princtpios de cstc n)iamo nfio. MVerds^
p<i— *L» *-^f fc >'Wai'^ ^■
—221 —
^eramente, dice, no s6 de qu^ vine mas admirado, ai de au anaia da
gaoar almas i, Criato, si de au faomildad ea atijetarae k cooaa de ntfio
un venerable anciano, ai de an pacieneia en tolerar impertinenciaa y
bobeiias de gente salvage, si de su caridad en socorrer & pobres j pa*
aageros, si del retire de su oracion y ejercicios eapiritualeSy si del ea*
mero y cuidado en el cuUo divine. Finalmente, alii vi k Pablo Ap6a*
tol en la vida active, y d Pablo Ermitano en la contemplativa. £ata
fervoroso misionero aumentaba cada dia su rebano con el socorro de
on cacique principal, 4 quien puso por nombre Nicolis, y ft quien dea*
tia6 Dios para ap6stol de su nacion. Este como ocho meses ftntea
habia bajado con mas de sesenta personas de sos hijos y parientes t
pedir el bautismo. Conseguido despues de muchas pruebas, fu^ un
medio cficacisimo, y un fkieliaimo coadjutor del padre Gabiiel Diax eai
la labor do aquella vina. Los taraumares rccibian con hambre tan pia.
d<>8a la palabra divina, que dentro de dos meses tuvo el padre Figue-
rea dispuesto para «1 bautismo un gran numero de adultos* Senald*
ee para esta glorbsa funcion el dia 15 de agosto. Apenas se habia
dado prineipio cuando una negra nube, casi repentinamente ofu8C6 el
cielo. Los truenos eran incesantes y cuasi rauy cootinuos los rayos.
&i padre conoci6 la turbacion ^ inquietud que osto causaba en los 4ni-
mos de sus cateciiimenos. Los anim6 dici^ndoles, que el comun ene«
migo mostraba asi inutilmente d sentimiento y mbia de verioa saltr
de la obecuridad ft la, admirable laz de ia 0^ aanta, que ft la iglesia da
lesucriato no le faltaban armas para ponerlos en fuga. Diciendo es«
to comena6 ft rezar en alta voz los exoreismos, y con ellos ft ^ai*
parae Va nube y restituirse la aerenidad al dia. No fuft eate el tmica
modo €on que el deroonio intent6 combalir, y con que quiso Dios pro^
bar la f<$ de aquellos nuevos criatiaaoB* £1 dia 28 de aetiembre, ^
fuerza de una copioaa lloria, orecid estraordinaiiameate un rio vecun^
Lo que cau'sd mas horror {u6 un animal de grandeza y figura haataea*
t6nces nvnca viata en el paia, que llevado de la corrknte bramaba con
espanto y constemacion de todo el pueblo y de los padres mismos qua
foeron tcstigos del soceso. A esto terrible asote sigui^ la hambret
por habor barrido el rio fnrioso con todas las siembraa. Los pttdre^,
como ordinariamente acontece en las nuevas converstones, tuvieron
el trabajo de buscarles alimentos, pam que oprimidos de la calamidad
»e deafalleoiesen «a ia fi§«
f!«e9ta fuensa de las agtms, invodadon dc los rios, hainbre y sus otnus sionvfl.
TOMo ri, 29
—222—
tristes consecuencias se hicieron sentir por este mismo tieropo en to^
dos lo8 paitidos de Sinaloa, coa mucho trabajo y m^rito de los ininifi-
tros. Fu^ mayor que en otras partes en ei partido de Guazave, en
que «e temi6 arrumase el rio la nueva y vistosa iglesia de trcs naves,
que & costa de inmensas fatigas acababa de fabrics r en Taniazula el
padre Juan Romero. Quiso Dies que la misma corricnte llevd 4cia
aquelia parte, por donde pcligraba el templo, un grueso tronco que
agregada la mucba broza le cerr6 el paso y puso d cubierto el edilicio.
Con esta ocasion uno de los mas antiguos y mas fervorosos cristianos
Tino k dar aviso al misionero que cierlo embustero ique preciaba de
encantador y adivino habia andado haciendo juntas secretes con algu-
Dos del pueblo. No se pudo haber & las manos al pretendido encan-
tador; pero los caciques, en abominacion de tan grave impiedad, des-
pues de haber castigado 4 algunos de los delincuentes, pusicron fue .
go & las cases en que se habian celebrado aquellas sacrileges asam-
bleas. Esto pasaba en el partido de la villa; por donde sc ve que la
mala zizana que procuraba sembrar el enemigo comun, nunca Ucgaba
4 sofocar enteramente la buena semilla que antes rendia mas colma-
do8 7 apreciables frutos en el corazon de los nuevos cristianos. Es-
to 80 vi6 bien en que habiendo ido algunos de los nevomes del pueblo
de Bamoa & visiter & otros gentiles de su nacion, que habitaban mu-
chas leguas de alii en los confines de Sonora, celebraron estos su ve.
nida con un convite magnifico & su mode, y en que conforme & su
costumbre se debia beber largamente. Los nevomes cristianos, en
medio del placer y de la comun alegria, instados vivamonte de sua ami-
gos y parientes, no creyeron series permitido aun el prober aquellos li-
cores, antes reprendieron en los suyos, que estando ya los padres en
otros pueblos cercanos, y pretendiendo ellos bautizarse, hiciesen cosa
tan agena de la scveridad y pureza de costumbres que demanda la ley
de Jesucristo.
Ftmdacion Por el mes de abril de este mismo ano, habiendo ya crecido nota-
tondo de San blemente el numero de los misioneros y de los partidos, parecid nece-
Javier. sario anadir otro nuevo superior & los dos que antes habia en Sinaloa«
El Duevo roctorado se llam6 de San Francisco Javier, 4 cuya juris-
diccion permanocian los partidos de Comoripas, Ayvinos, Yatucos,
Ures y Sonoras. Los rios dc Yaqui y Mayo con las naciones de Te*
pahues, Conicaris, Onabas y Moras, quedaron como antes bajo la ad-
vocaciou de N. P. S. Ignacio,y las dcmas misionetj ^ciael Sur alrec-
— 223 —
torado de la villa de Sinaloa. Esta division hallamos en alguoos ma-
nuscritos atrazada hasta el provincialato del padre Francisco Calderon;
pero no concuerda esto con la razon de los tiempos. Consta por una
carta del padre Diego de Vandersipe, firmada 4 24 de abril de 1630
haberse hecho en aquel mismo raes y alio con la autoridad del padre
Leonardo Xatino, visitador de aquellas misiones, on nombro del pa-
dre provincial, que era entonces el padre Andres Perez de Rivas. En
solo el vallo de Sonora so habian formado cuatro pueblos & diligencia
de los padres Bartolom^' Castano y Pedro Pantoja, que i principioa de
enero habia entrado d acoropafiarlo. Con la docilidad y buena disposi-
cion de los sonoras se pudo este ano dar principio 6 los bautismos de
los adultos en los cuatro pueblos, que eran el de San Pedro de Acont-
ziy la Concepcion de Babiacora, los Remedios de Banamitzi, y San
Ignacio de Sinoquipe, d que debe anadirse el Rosario do Hacameri,
poblacion mas antigua, y en que desde el ano antes se habia dado prin-
cipio & los bautismos, segun el catdlogo de misiones y partidos que
el alio do 685 hizo y autoriz6 en toda forma el padre Diego de Almo-
nazid, visitador de aquellas naciones. El numcro de los bautizados
adultos subia ya d 2819, el de pdrvulos 4 1527. Tan rdpidos pro-
grcsos en poco mas de un ano no so habian visto hasta entdnces en
otra alguna dc aquellas naciones. Es vcrdad que en ninguna^otra se
habia hecho tan sensible la virtud de aquel bauo sacrosanto. Los in-
dios, con la rcpetida csperiencia, llegaron <i tencr lal confianza de que
en bautizdndose habian de sanar, no solo de las espirituales prro in'n
de las corporales dolencias, que en sinticndo algun leve princii in de
enfermedad, llamaban luego al padre para que los instruyese y b:\nti-
zasc; esta persuacion lleg6 4 poner 4 los misioneros en no poco cui-
dado. Lo primero, de que no formasen alguna falsa idea del efecto
del Sacramento, y lo scgundo dc no rebautizar 6, algunos, especial,
mente pdrvulos, porque tal vez enfermando desnucs de bautizados vo-
nian sas padres, gentiles aun, dicicndo al misioncro. . • . Aqui te traigo
k mi hijo para que lo vuelvas 4 bautizar y sane de su mal.
Bendijo el Senor los trabajos dc toda la provincia, ofrcciendo al mis- Dotacion del
mo tiempo ventajosas dotacioncs para dos coleoios iinialmentc neccsi-*^^*^^''**^®^*^*
DO racruz.
tados quo provochosos. En la ciudad do la Pucbla, la noble seuora^
Dona Constanza Pricto, y su hijo el Dr. D, Fernando de la Scrna, (
racionero dc la Santa Iglesia Catedral, dicron una hacienda avaluada
en cuarenta y cinco mil pesos para fundacion y dotacion del colcgio
— 224 —
de Veracruz^ obligdndose asimiamo dicho senor k dar tambicn despue*
dfl su fallcciimento una gruesa iibrcria. So otorg6 y acept6 la eecri*
turn en 22 de febrero de 1639, preecntes los padres Pedro de Vela«co
7 Pedro de la Serna, hermano del fundador, por particular comiaion,
i|iie para el efecto tuvieron del padre Andres Perez, dada en 15 dias
del miflmo mes y ano; se auadieron luego al colegio olgunos sagetos, y
■e pU80 claee de gram&tica y escuela do niuos, con grande satisfaccion
de aquelloe republicanos que cscribioron como intoresados, dando las
gracias k los insignes fundadores. Lo mismo hizo el Ulmo. Sr. D.
Juan de Palafox y Mendoza, que vino de alii 4 poco al obispado de la
Puebla. Para que fueso nms universal el fruto de aquel colegio, supli-
c6 su seAoria Illraa, al padre provincial Andres Perez, pusiese alii un
■ugeto que leyese k los cl^rigos teologia moral, como luogo se ejecut6,
fomentando el Illmo. de su parte k esta institucion, con precepto que
impuso 4 los ecleii4sticos de que hubiesen de asistir 4 aquella utilisi-
ma leccion; bien es verdad que mudadas luego las cosas, como no bay
cosa mas variable que las opinioncs y afectos bumanos, t:ivo que su.
frir cste colegio y su fundador una crude pcrsecucion, priiicipio de ma-
les y de dolores que afligieron por algunos anos la provincia.
Dcmteioii de El otro insigne bonefuctor fuo el capitan D. Gaspar do Nava, no-
Nava "y^ii! ^'® 7 pod^roso vecino de Durango, capital de la Nueva.Vizcayn. Es-
tiadiedoiL te en el tcstamcnto, bajo cuya disposicion fullcci6 por el mes de ma-
yo, dej6 por hcrcdera a su alma, y su caudal para que se dislribuycse
en obras pfas 4 arbitrio del padre Andres Perez, o del que por ticm-
po fucsc provincial de la Compania, y sefiuladamcntc para quo sefun-
daso un colegio nuovo de la Compaiiia, 6 so dicsc cicrta y fija dota-
cion 4 alguno dc los colcgios ya cstablccidos que no la tuviese, con
condicion quo le hubicsc do reconoccr por fundador y haccrle como 4
tal todos Jos honorcs y sufragios que acoslurabra nuostra religion. No
carcci6 dc contradiccioti'^s la libcrnlidad dc c£tc piadoso caballero de
parte de la fabrica dc la Suuta Iglesia Catedral; perocediendo la Com-
pafua con noble d'^sinlcn's cuatro mil pesos per via de limosna 4 dicha
fiibricn, rcs6 la contradlccion, la ciudad qued6 cdificada del modesto
cortc que so tomo en aquol lance, y cl Sefior obispo dio al padre Fian-
risco dc Ibarra, rector do aquel colegio, las gracias por instrumento
firmado de su mano, del tenor siguientc: „En lu ciudad do Durango
en 19 dias del mes de agoslo dc 1039 anos. — Ante su scnoria Illma. el
Sr. Dr. D. Alonso Fxauco y Luna, obispo de Durango, del consejo d^
—226 —
S. M. dpc. El rtverendo p«dre Franciaco d« Ibarra, ractor d<il coIo* *
gio de la Compania de Jesua y viaitador de las mifliones do Tepehua-
nes, pareci6 y dijo: que habrd como tree meaes, poco mas 6 m^Doa, que
fallecio en esta dicha ciudad cl capitan Caspar do Nava, vecino do
ella, y por su testa mccto y ultima voluntad, dcja por hcredara on el re-
roaniento de tus bienes k mi alma 4 dif^oaicion de sus albaceas, y del
M. R. P. ADdr68 Perez, provincial do la dicha Coippania de Jesua. Y
teniendo noticia de la pobrcza y nccoaidad de oata Santa Igleaia Cato-
dral» y atendiendo k la vecindad y domicilio del dicLo difunto, en la
manera que mejor haya lugar de derecho, en nombre de la dicha Cora-
pania de Jesua, y dicho M. R. P. provincial, daba y did libra y eapon-
tineamente por via de limoana en favor de la alma del dicho difunto k
la dicha Santa Igleaia Catedral cuatro mil pesos en realos, especial y
seualadamente para la obra y edificio material de ella, quo so va ha-
ciendo, y no para otra coaa: dichos cuatro mil pesos en realei?, real-
mente los trajo y cxhibio, y su sefioria Ulma. los recibi6 y so di6 por
cntregado do olios para el dicho efecto, y so otorg6 dcpositario on taor
to que so disponga lo que convenga, y mandaba y mand6 quede este
recaodo on el archivo de la Santa Iglesia, y al dicho R. P. rector sc
Ic do un tanto de ^I, en manera que hoga f^, y lo firm6, siendo testi-
gos cl Sr. nrcediano D. Francisco Rojas de Ayora, y M«ircoade Yi-
llafranca, veciuos de csta ciudad. — Alonso, obispo de Durango,
En Mexico murieron dos sugetos de conocida virlud y constantcfa- Mucrtc delos
made santidad. A 18 de marzo muri6 cl padre Alonso Guerrero y ^ Guerrerov
Yillaseca, nioto del insigne fuiidador del colegio m^&imo y succeorde Bernardino da
au patronato, de cuya entrada en nuestra religion hicimos momoriacn
otra parte. Al desongaiio dc su vocacion, corrcspondid constantemnn-
tc su vida religiosa. En cl builicio de la ciudad, 4 vista de sus nobi*
lisimos dcudos, y en el colegio mas numeroso de toda la provincia,
guard6 siempre un retiro, una abstraccion y un silcncio como en las
aoledadcs de la Tobaida. Varon dc scncillisima ubodicncia y profun-
da humildad, dc adrairablc pobroza y f.iniiliar tralo con Nucstro Scnor
por una continua y ftrvorosa cracion, en que tal vcz lo hallaron arro-
bado. Yivi6 veintiocho ailos en la Compania, y rcspiran hasta hoy
fragrancia sus raros ejemplof . Poco dcFpues le siguio cl padre Bernar-
dino dc Llanos, que por espaciodo cuarcnta aiios Icyo las infimas ela-
tes de gram4tica en el colegio mdximo propoioionado 4 csta aunque
oscura, impr»rtante ocupacion, no tanto" por su cxcelcncia en latinidad
—226 —
y letras humanas, cuanto por la singular dulzura de su g6nio, por mi
paciencia ioveocible, por su caridad para con loa ninos hu^rfanos, y
singularmente por su tiema devocion para con la Virgen Santisima,
prenda mas aprcciable & quien ha de formar d la virtud los iniraos
aun tiernos, y que apenas pucden criarse con leche mas suave, que
con la piedad y afecto de hijos para con la Madre de Dios. Con es-
te dulce nombre en los Idbios, acab6 su carrera cl padre Bernardino de
Llanos el dia 22 de octubre. Su aposento qued6 lleno de una celestial
fragranciOf que percibieron por muchos dias todos los sugetos de casa.
La Santisima Senora, segun es constante tradicion, apareciendo a un
amante siervo suyo de la religion de San Francisco, le dijo ser aqael
jesuita cl que mas ardientemente la amaba en este mundo. La santi-
dad de su siervo, declar6 el Senor en vida, y despues de su muerte con
algunos extraordinarios sucesos, d que dareraos lugar en otra parte.
Sucotoi de Las cartas anuas de los domas colegios en todo el ano de 39, y cl
Jofldemaf co- giguiento de 640, no ofrecen cosa alguna que sea de contar, fuera de
los ordinaries ministcrios que en todas partes se cjercitaban con tran-
quilidad y con fervor, singularmente en Pdtzeuaro, en San Luis de la
Paz y nuevo colegio de Quer6taro. Solo en Tepotzotldn y en Vera-
cruz habia comenzado d turbarse la constante sorenidad con ocasion
de varios pleitos. La Santa Iglesia Catcdral de Puebla intent6 que
D. Fernando do la Soma revocasc la donacion que habia hecho d la
Compania de una hacienda dc campo, manddndole bajo pena de exco-
munion que no diese d los religiosos poscsion de dicha hacienda, y
aun llcgado d embargarle la rcnta de su prebenda. Por otra parte,
on virtud do una cedula dc S. M. espedida en 1 1 de agosto de 637
so habia reconvcnido al padre rector de Tepotzotldn sobro varios
puntos en que los anteccdentes seuores arzobispos y vireyes no ha-
bian juzgado debcrsc comprendcr el partido do Tepotzotldn, unico
curato do gcntes no rccicn convertidas que administraba la Compa-
fila. Hiillabase la scde arzobispal vacanto por muerte del Illmo.
Sr. D. Francisco Vcrdugo, y en cxpectacion del Illmo. Sr. D. Feli-
ciano de la Vega, obispo de la Paz. S. M., informado por el padre
Pedro de Velasco cuando cstuvo de procurador en aquella corte, des-
pacho en 25 dc octubre de 640 cddula al Exmo, Sr. D. Diego Lopez
PachecOf duqnc dc Escalona ya virey de JSUxico, desde 28 de agosto de
1640 para quo le informasc en el asunto. Los puntos de la real ce-
dula cran sobre que los religiosos quo hubicscn de ejcrcitnr el oficio ds
kiCbW
^f^m» m ^ai •^•i
— 227 —
p&rrocos, fuesen examioados por penonas nombradas por el ordinario,
en cuanto & la suficiencia y doctrina % jdioma; punto k que como nada
contrario t las constituciones y privilegios de la Compania, no podia
nuestra religion dejar de sujetarsey como las demas; no asi en otros en
que la ejecucion hubiera sido contraria al instituto de la Compania, eo-
mo era la provision, colacion, institucion can6nica, visita, correccion
del ordinario y facultad de removerlo & su arbitrio. Uno y otro ne-
gocio parecian haber tornado buen semblante. £1 Exmo. informd muy
d favor de la Compunia, que hasta despues de algnnos anos permane-
ci6 en pacifica posesion del curato de TepotzotUn, aunque ofreci6n-
dose nuevos disturbios sobre otra nueva c^dula, hubo de dejar la admi-
nistracLon de aquel partido, como yercmos & su tiempo.
Fin del libro sesto.^
VB L.\ PROVIRCIA
&S &&, ®Q)9iS>^i[^SA, S)S 4[^S®^!^
DE
NUEVA-ESPANA.
SUMARIO.
Recapitulacion de la primera parte de csta historia. £stado de Ici
ohispados do Nueva-Espaiia. Pretension de colegio en Zelaya. Muc r-
te del padre Luis do Molina, y primeros cnsayos de la congregacion do
la Punsima. Mision en el obispado de la Puebia & peticion del Sr.
Palafox. Carta del rey al Sr. Palafox en quo le encarga d6 las gra-
cias al padre Juan de Avalos que fu^ uno de los misioneros. Division
de los gobiernos de Sinaloa y Sonora. Visita del gobernador de Gua-
diana. Espedicion d Ccdifomia. Grobiorao del obispo de Puebia. Re-
conviene el Exmo. 6 lllmo. Sr. Palafox al gobernador de Sonora. D^-
cimatercia congregacion provincial. Estado del pleito sobre la funda-
cion del colegio en Veracruz. Muerte de tres insignes operarios en
la Casa Profesa. Muerte del Illrao. Sr. D. Juan Sanchez Du-
que, obispo de Guadiana, admitido en la Compauia. Muerte del
padre Luis de Bonifaz, y pretensioncs del gobernador de Sonora. Seo-
tencia de la real audiencia en el asunto. Alzamiento de los tobosos y su
motive. Confederacion de los cabezas y tobosos. Informe del Sr.
obispo de la Puebia, y respuesta del padre Calderon. Dotacion de
Guadalajara. Muerte de algunos sugetos. Muerte del padre Andres do
Yal. Visita del padre Juan dc Bueras, y mision del obispado de Pue-
bia d peticion del Sr. obispo. Alzamiento dc los tobosos y confedera-
cion dc las sictc nacioncs con muerte de dos religiosos franciscanos.
— 229--
Hostilidades de los indios tizauosr Espodicion d^ O. Luis de Valdetf
al castigo do los alzados. Exito de esta Jornada y sosiego de los iii<*
dies. Eetado de las misiones de Sonom, y muerte del padre provincial
Juan de Bueras. Principio y establecimiento de la venerable congre-
gracion de la Parisima. Ihistres congregantes de eila* Yisita del Sn
Palafox en sa di^cesis, y mision del padre Lorento Lopez. Dotacioil
del colegio de Guatemala, y jura de S. PrancisCo Javier porsu patron «
Gobiemo del padre Pedro de Velasco. Auidenio de las misiones. In-
tontos de la reduccion de los himeris. Noticia de los guazaves y sa
rcduccion, Fidelidad de Job ancianos tepchuanes^ y epidemia de los
pueblos. Peste entre los tarauniiares y casos prodigiosos. ftuina de la
tglesia de la Compaiiia en Durango. Muerte de D. Fernando Alvarez
de Toledo, y del padre Bartolome Perez. Muerte del padre Gaspar.
Hasta aqui ha corrido sin tropiezo alguno la pluma por el largo es« RecaDitula
pacio de ochenta atios^ ofrecicndo & los juiciosos lectores, si no una te- eion de los li.
la do prodigies y de sueesos milagrosos, & lo menos una serie de tra* ,^,
bajos dirigtdos constante y generalmente d la mayor gloria de Dm y
sanlificacion de sue redvmdoa. No queremos dar d entender que todos
los sugetos que en elBtos alios vivieron en nuestra provincia fuefon otros
tantos varones esclarecidos en virtud y en sabiduria, como folsamente
tian calumntado las bislorias de las 6rdenes religiosas, algunos hereges
<ie nuestros tiempos. Muchos habr6 babido tibios, muchos imperfec-
tos, machos impnidentes, y aun quiz& algunos que faayan correspond! •
do mal al tsstttuto y regla santisima que profesaiMai« ^qui^n podr& ne«
garlo? Pero mietatras la relacioo de sus defectos no contribuye en c6»
sa algiina k la s^rie de la historia 6 & la comun edificacion; mientna
sus imperfecciones 6 sus colpas son secrctas y aun rigorosamente cas*
tigadas dentro de los claustros religiosos, ^deber& acaso el histdriador
descubrirlas por dar asunto k la curiosidad de algunas lenguas malva*
das, y no le obligari dates k callarlas y sepultarlas en un profundo ol-
vido la caridad cristiana? Esto hemes dicho por satisfacer k la mal
fundada critica de aquellos que querrian hallar en las bistorias religio*
sas eacandalo para infamar cl estado regular, 6 para autorizar sus cri^
mcncs, cuando por olra parte no querrian usar do esta libertad en las
propias historias do sus principcs, 6 do sus heroes de romance. Por lo
demds, si hemes hecho, 6 htciercmos en lo de adelantc honorifica me*
iiioria de muchos ilustrcs mucrtos, cs y scr^ ^olo dc aquellos que poy
TOM. II. 30
— 230—
8u particular fervor 6 iooeeiicia de vida se liaD mcrccido lo6 aplausotf
y la veneracion de aquellos pueblos y lugares que ediftcaron con sua
ejeinplo0« Si, todos no aon asi; pero i )o menos ^no ea baatante mate-
ria de alabanaa el hecho miamo y la aencilla relacion de lo aconteci-
do en eatofl anos? Siete aacerdotea y trea hermanoa eatudiantes vienen
A eapenaaa de S. M. sin roaa caudal que el de au Turtud. £n Caiiartaa,
en Veracruz, en Puebla, procuran detenerloa; en Mexico lea ofreceti
opulentaa dbtaciones; en P&tzcuaro, en Guatemala, en Gkiadalajarai en
Valladolid, en Oaxaca, en Puebla, loa pretenden loa cabildos ecleaiia.
ticos. Loa lUmoa. Srea. D. Franciaco y D. Fr. Domingo de Arzoln,
lea procuran colegioe en la Nueva-Galicia; el Sr. D. Antonio Mo-
ralea en P&tzcuaro; el Sr. D. Fr. Juan de Medina en Yalladolid; el
Sr. D. Pedro Moya Contreraa lea conTida con el eurato de Tepotzo-
tl&n, con borlaa en la Universidad. £1 Sr. D. Ildefonao de la Mota lea
funda un nuevo colegio en la Puebla. Loa Srea. D. Fr. Bernardo dc
Alburquerque en Oaxaca, D. Fr. Juan Ramirez en Guatemala, deapuea
de que ae satisfacen de au conductai lea favorecen con el maa diatin-
guide aprecib. El Sr. D. Podro de Yillareal lea ofrece aitio y cau-
dal en Nicaragua. £1 Sr. D. Bernardino de Salazar lea ofrece fun-
dacion en Cbiapas. £1 Sr. D. Leonel de Cervantea en la Habana.
£1 Sr. D. Domingo de Salazar loa Iley6 conaigo k Filipinaa. £1
* Sr. D^" Bartolom^ Guerrero al nuevo reino de Granada. En
diez y aiete colegioa que babian fundado basta entdnces, loa maa
de elloa sin mas renta que laa gratuitaa limosnaa, ae lea ha viato
Gonstantea en el confeaonario, continuoe en el pdlpito y en la esplica-
cton de la doelrina criatiana por laa callea y plazaa; la aaistencia k loa
moribundoa maa animosa y maa frecuente en tiempos de peate y de loa
n^ayores rieagotf; las visitaa de circelea y hoapkales; el conaaelo y
ayuda de loa ajuaticiados; la educacion de la juventud en laa eacue-
laa, en loa estudios en los acminarioa con la leche dc sana doctrina,
y lo principal con la frecuencia de aacramentoa, con la devocion i la
Virgen Santisima y dcmda cjercicioa de laa congrogacionea. Al Nor-
te de la America, sin maa armaa que el aufrimienk) y la dnlzura, ban
ailadido al imperio de Jesucristo y & loa dominioa de nnestroe cat6licoa
reyes, mas de doscientas Icguas, y en el laa maa de treacientaa mil al*
mas, fuora de otras tantas que entrc pdrvulos y adultoa babian ya muer-
to con Jas aguus del bautismo. Anadanse las vastaa provincias de To-
pia, dc S. AndrSs, dc Tcpobuancs, do ki laguna de ParraSi do Tarau-
— 231 —
nrares, y la sangre de tmce de sus ilustres hijoa que habian muerto por
Jesucristo i manos de los b&rharos. Mas de den iglesias krantadas
cl Terdadero Dios sobre las ruinas de la idolairia. i
Tal es el plan que de la provincia mexicana de la Compania de Je- Estado de lot
WIS, hemes procarado delinear en los seis priineros libros de csta histc JJJJ^eL^^
ria. Los 'sigmentes van 4 abrir k nuestra vista un teatro bastantemcn* fta.
te diverse en muchas cosas. Gobernaba el reino el Exmo. Sr. D.
Diego Lopez Pacheco, raarqu6s de Villena, duque de Escalona. £1
mrzobispado vacaba pormueite del lUmo. Sr. D. Feliciano de la Vega*
ypromovido 4 esta •silla del obispado de la Paz, muri6 en el pueblo de
Tixtla ▼iniendo de Acapulco, el 6 de enero dc 1641, La silla epis*
•copal ^e ia Pnebla la ocupaba el Illmo. Sr. D. Juan de PdlafoxyMen^
•deza; la de Michoac4n el Sr. D. Fr. M4rcos Ramirez de Prado, la de
Ouatemala el Sr. D. Juan Sanchez Duque; la de Guadalajara el Sr. D.
Agusttn de Ugarte y Saravia que este mismo &iio pasd k la sede de Are-
qnrpa. En la Nueva-V izcaya el Illmo, Sr. D. Fr. Diego de Evia,que
l*or enero de este auo torod posesion de su dignidad. En Oaxaca el
l^hno. Sr. D. Bartolom^ de Benavente. En la provincia estaba ya
para cumplir el t^rmtno de su gobiemo el padre Andres Perez de Ri*
vas, y seiSalado su sucosor el padre Luis Bonifaz, que en el mes de fe-
brero tom6 k su cargo el gobierno de toda la provincia. El Sr. obis*
po de la Puebla pareci6 mostrarse muy propicio al Sr. D. Fernando de
la Soma, fundador de Veracruz en el pleito que sobre la donacion de
una hacienda le habia movido el ilustre cabildo. Habi6ndose este pre*
bendado presentado k su ilustrSsima sobre el embargo do su renta, pro*
wey6 que se le entregason los libramientos como prebendado con fe*
cha en la ciudad de Huexotzingo k 20 de enero de 1541. En conso-
cuencia de este proveido se present6 peticion ante el Dn D, Juan L^
pex de Merlo^ su provisor y vicario general para que se alzaae
efectivamente el embargo, quien con fccha del 31 del mismo mas
t Cuando Voltaire medio compuso la fachada de una i^rlesia quo lo afeabm tu em$m
hizo poner Ueno de orgulio cita inscripcioo..... Erexit Deo^ Vo/tesre... ^Con eaints
mayor satisfaccion y mas josUcia podian deeir loe jcmiitaiM... Erijimoa al Dlos
vcrdadero aobro las ruinas dc la idolatria mas de cien iglesias 4 JewciistoT ^Y aim
ticnc valor el espintu. de contradiccion 6 inmoralidad para dudar fi convendri ic-
poner <^n America esta corporacion que ha multiplicado tantas pmebas de sa neeeti-
dad y titilidad? El euadro quo ha trazado en bosqucjo cl padre Alegre ci efeetiTOi
y ntdic omrk desnentitlo.— ££.
— 2d8—
y afio, mandu que so acudieae con los libramientos acoatinnbradoa auii«
que con la advertencia al contador de la aaota iglesia que rcscrvase de
dicba cantidad lo que importase el valor de los dieziuos que se hubic-
sen dejado de pagar en dicba bacienda, y que asl lo prosiguieac ba-
ciendo basta la decision. De este auto apel6 D. Fernando de la Ser-
na para ante el juez metropolitano de Mexico, interponiendo, si espre-
sa 6 tacitamente se le dcnegabay el real auxilio de fuerza en 9*de mar-
zo del uiismo ano. Procodicndo en la causa el Dr. Merlo, sin embar-
go & la apelacion interpuesta so le despacbd en 20 de abril una real pro-
vision n^and^ndole rcmitir los autos, y vistos se despacbb otra en 7 de
niayo declarando que hacia fuerza el ecUsioMicOf y se espidid carta do
ruego y encargo para que otorgase la apelacion y repusiese y diese por
Qulo lo actuado deques do ella, y las partes se presentaron ante el
Dr. D. Pedro Barrientos Lomelin, provincial y vicario general del ar-
zobispado por el cabildo sede vacante.
Pratenskm de £1 pleito intontado por el ilustro cabildo de la Santa Iglesia Catedral
lay«. de la Puobla contra el Dr. D. Fernando de la Sema, no solo militaba
coptra la fundacion de Veracruz^ sino que bizo tambien iluctuar por
miicbo tiempo la protendida fundacion de Tebuac&n, y Ciltimamente vi-
no 6 perderia del todo, como veremos poco adelante. £ntre lanto co-
in«az6 i raytur esperanza de un'nucvo colegio en la di6cesis de Micboa-
cAOy donde muy al contrario de lo que acontece ordinariamente en las
coias humanas, con el trato y comunicacion parecia auoientarse cada
dia mas la estimacion y aprccio de la Compania. Enfermd muy i k»
(nrincipios de este aiio ^n 8, Miguel el Grande el Lie. D. Juan de So»
tOf ciira propietario de aquel lugar, y dejaba en su testamento por alba-
cea al padre Dr. Diego de Molina, rector del cc^egio de Quer^taro, or-
denando que del remanente de aus bienes se fundase en Zelaya* su pa-
|ria| un colegio de la Compania con la advocacion de la gloriosa Asun-
cion de puestra Senora. Su opulento caudal fue lo menos que di6 k
puestra religion el Lie. Soto« Lo mas fue que conforme & la licencia
que Uevado de su grande afecto babia impetrado desde tiempo ^ntes
4el padre general Mucio Witellcscbi se di6 tambien d si mismo, mu-
riaiido consagrado k Dies con los votos de la Compania, en que hubie-
ra entrado mucho totes si le bubieran dado lugar las indispensables
obligaciones de su ministerio. Con su muerte se pesaron las cosas muy
de otra manera de parte de los superiores. £1 padre Luis Bonifaz,
habidos los votos de la consulta, ?<o juzgo debet^se admitir aquel pia*
— 233 —
do$o hgadOf Muuurrir la Compaaia en alguna nola habitudo mtter^
to 4» tUa el leUadort y Muda un. jtsuUa el albacea. llubo, fuies, de
rcuuDciorae y repartirae en limosoas y otras obras piadosas d prove,
rho de su pallia y su parroquiat y el iDtcotado colegio no vino i fun,
darse en aquella eiudnd liasta despues de och^nta afios, conio dircmo^
en su iugar.
En el colegio de Tepotzotl&n, doiide hatiia ido pocoa diuia intes A Mucrtc del P.
predicar el dia de la Circuncision, fallccid el padre Luia de Mdiimv f'""' ^^ ?^°'
inuy cercano y 8eme|ante no menos en la sangre que en la virtua y li^* rosentayosdo
teratura k aquel gran jesuita del mismo nonibre que tanto ilustr6 la Uo^ '*on dclTpu-
togia y la juriaprudencia. Fu6 el padre. Luis dotado de una ealrnoau risima.
dinaria elocuenciav y el mas aplaudidoorador quo tuvo por entdnoes^lai
Casa Profesa, & cuyo pulpito puede decirse con verdad comenz^ k da^
aqoel lustre que despuea se ha procurado.conservar con la mejor elec-'
Cion. Jamfts se le oy6 palabra que indicara mayor aprecio de otro*
oradores, cosa bastantemeote rara on este genero de ptrofesiony y maa^'
no ignorando el buen padre que tenia muchoa ^inulos & 'qilien dabmi;
celos aua aplsuaos. £dific6 muchoa auos la Casa Profesa con ttnaf
abatraccion y rettro talt que ae decia comanmeate'que el padre Molifm
no ae habia de procurar ver sine en al' altar •d en el pHlpito. : Asi ttf^
vo tiempo para darse macho al tratp con Dids, eiqraa luces dej<} apun^
tadas en variaa obras. Enlre'ellas dej6'un}u8to volumen que intitu^
16 E$p^ deprtladoSf y gran parte deun excelente comentario sobfe
ios salmoa. Muh6 4 los tres diaa de.enero de. 1641 -Los grandeaejenfr^
ploa de virtud que perdi6 la Caaa Profesa con elpadi^ lAiis- de^'Holiv
na loa recomjpensd poco deapuea eon la vetaida del padra Pedf^JtMik ; ,. ..]/
Caslini, k quien por su edad y enferroedades pareci6 necesariotraendo
Sinaloa* despues de haber trabajado alll muohos afios* singularmenda . ... .
con la Bueva'cristiandad de loa ehinipas* Pobo tiempo le goz6 la Ca« ' ^
sa Profeaa, porqoe k causa de un grave accidente pareci6 le seria maa
oportnna morada 1^ del colegio m^iximo; Aqul* cpiivalecido en brere,
coinenzdi4bii8car modo dedeafogar el celoaanto.quelo consumia y. que
habia pi9rdido<aon loa he6fit0B y 16a g^tiles de Sinaloa au proporcionado
pdbuio, Dios lo trajo sin duda para cchar los primeros cimientos y He.
var despues & su pcrfeccion tina de las mas ilustres y de las edificantea
congregaciodes de Jesus. Comenzd el padre & traor d sf con suavi-
dad algunos pocos^ pcro eiicogidos estudianles. En el confesonario y
en privadas conversaciooes procuraba afkionarlos al cxlimen de con*
~t34 —
ciencia, & alguaos ratot de oracion, freeuencia de saeramentos y otroa
cjorcicios dte piedad. Como era tan dulce an trato y de tan graode ma-
giatorio de eapirttu, hallando por otra parte una materia ddeil y bien dia-
puosta en los j6venes congregantes de la Aatmefo/Ot cracid muy en br«-
ve aquella piadoaa escuela que liabiade rendir luego tan glorioaoa frutoa.
Tero mientras verooa subir la venerable congregacion de la Puriai-
ma 4 aquel estado de lustre y de perfeccion en que ae mantiene haata
hoy en dia* no podemos pasar en ailencio la miaion que se hizo por ea*
te tiempo en el colegio del Espiritu Santo en el obbpado de la Puebla.
Ilabia el lUmo. Sr. D. Juan de Palafox dado nuevamente k cUrigos mu«
choa beneficioa de au didceaia* cuya adminUtracion tenian totea los re-
gQlarea de vartas drdenes. Una rautacion como eata no podia menos
que eaponer laa feligresias 4 grandes alteraciones. Para precaver sua
conaecuencias, y juntamente para adiestrar, como decia au iluatrfaima«
A loa nuevoa curas en el celo y cuidado pastoral, le pareckSconvenien-
ta que se repartieaen por aquellos pueblos cuatro miaioneros de la Cchd-
paillav peritOB en el idioroa de aquellos indioa y jra acoetumbradoa & ea-
ta g^nero de eacuraiones como loa habia tenido aiempre aquel colegio.
£1 padre provincial Luis de Bonifaz condescendid prontamentev aenar
fando cuatro augetos de las cualidades y circunatanciaa que pretendia
«l ihiatriaimo, quien por si misiiio quiso senalarlea loa lugares y t^r-
ounoa de sua respectivas >misiones. Al nno destind laa dudades de
Tkieala, Huexotzingo y Cbolula, con Topoyango, Nativitas* Hoa-
mantla* 8. Felipe, 8. Martin, Totomdmacan y otros pueblos da aqaelloa
eoolomos. Al otro di6 por t^rmino la ciudad de Tepaaca, AcatmingOt
MiMa de la Amozaqoe, Quechula, Acultxingo, Tecamachalco, Nopaluca, Tehoa.
di^^Mis de Qim y varios otros lunres vecinos. A unos y otros cometi6 su iluatrf-
PneUitipeti. , ' ^ '
ekm del Sr. sima todas sus veces y autohdad para cuanto pudiera ofirec^rselea eo
^^^^* la prictica de sus saludables ministerios. La mision se hizo coo tan
Botable fruto y provecho de aquellos kigares, que el prelado ae dign6,
por carta eacrita al padre provincial y aun k loa dos padres miaiooeros,
4 darlea laa gractaa por lo mucko que habian trabajado en utilidad de
SMSovejaa y an descargo de su soUcitud en la Puebla. f Loa miakmeros
t Uoo de loe ministroi f^ el padre Juaa de ATaloe que di6 euenta por una car.
ta al iltntrieisno, y cfte la remitid al rey. S. M.« en carta eecriU deade Cuenca, fe.
cha 4 13 de junio de 643, al Sr. Palafox, Ic dice: „Y 4 Juan de ATaloe, xeligioeo
de la Compajila de Jesus, uno de los misioneros, le dareis graeias por to bien que ha
pifxiedido en estas matcriaa, y le dBreis ha pareeido bien lo que cserihia en earta de
4 de abril del ado pasado* cuya copia me remUtstcis, dtc ^^Nota i^l eit/or.
•^236 —
de Sinaba perdieron uno de los mas insignos obreros en el padre Yh YM^delA..
cente del Aguilat que por etpacio de treinta y trefl afios habia cultiva- gaila y perto
do aquella vifia. Entr6 en la Companfa renunciando lafl grandes es^ Tq>eha«can.
peranzas que le daba la sombra y proteecion de su ilustre heitnano D*
Juan del Aguila, yaentdnces doctor de la Universidad de Alcal&y dea«
puea obispo de Lugo. Bn todo el tiempo de su vida carg6 el padre Vi-
cente la pesada cruz de unos molostfsimot eacrApulos, si intolerablea en
todos tiempos, mucho mas en la ocnpacion de misionero. Sin embaigo«
jamto se qnej6, jam&s propuao el ejercicio; intes habi^ndose mudado
en aquelloB dias todos suif conmisioneros, ^1 solo continu6 en el empleo
sin intermision, siendo cuando rauri6 el mas antiguo ministro de Sina-
loa. Di61e el Seiior en au Ciltima enfermedad una admirable paz 7 se*
renidad de esplritu, premio sin duda de su continua mortificacion 6 ino*
cencia de vida y princtpio de etema quietud. Muri6 el 6 de marzo de
641. Lo dero&s de Sinaloa y Tepebuanes no ofrecia sino l&stimas, pri-
mero con grande bambre* ft que se sigui6, como sucle suceder, una
mortal epidemia. Una y otra did ft los padres una grande cosecba de
merecimietos en buscar alimentoa para sus bijos* en seguirlos por los
arenales, por las malezas, por los pantanos y las breiias donde se par-
tian ft buscar el alimentOt y donde oprimidos de la enfermedad solian
quedarse hasta rendir el alma. Entre estas angustias y penalidades
crecia el cuidado de Ins supersticiones y abuses ft que tal vcz por su
antigua costumbre solian recurrir por llbrarse de la enfermedad. Bn
los principios de esta peste, en un pueblo de la mision de Taqui, uno
de SOS saludadoree 6 curanderos babiendo practicado sus misteriosas
ceremonias en el enfermo:. • .Levftntate, bermano» le dijo, ya estftsia*
no. Tent6 el infeliz ft levantarse; pero en el roismo movimiento oa.
y6 muerto con vergQenza del infkme beobicero y eacamiiento de todoa
Km Tecines que no volvieron ft valerse de tan malrada medkiBa. En
este partido se habian bautizado en ol afio mas de mil treacientos pftr.
Tulos.
En lo politico bubo alguna mutaeion en aqncllas naciones, quo ft* Diviaon de
8ult6 en mayor utilidad de la nuera cristiandad de Taraumares. EI ^ Jj^SSTy
gobcmador y capitan de Sinaloa D. Pedro Perea, bizo asiento con el Sonon.
£xmo« Sr. duque de Escalona sobre el descubrimiento y gobiemo de
las provincias de Sonora, y condescendiendo S. E. en nombre de S. M.,
sc dividiu el roando de unas y otras naciones, poni^ndose la cabecera de
Sonora en el Real do S. Juan Bautista, boy dcspoblado. Para dar In^
— 236 —
uUiina mono a esto negoeio, partis de Sinaloa por cl mesdc octubrc cl
cupitan D. Pddro Fcrea eo compania del padro Ger6nimo do Figueroa,
iiiitiionero de Taraiunaresy por cuyaa tien'os le pareci6 podia ser roe-
jor y mas breve el caroioo para ealir 4 IO0 Siaibotaris por los pueblos
do Jiribelxi y Salnutripot qab admioLstraban miaioneros jesuitas. Esta
UBpedicion ojecutada con felicidad, hizo mas traginable el camino del
Parral, cuyas minas estahan ent6ncoB en boga, y facilit6<iue penetrase
la luz k inucbas nacioncs nuiQ septentrionaleSy asi de la lengoa de IO0
taraumarc8, como de otras vccinas de pimeria, por cuyas rancheriaa
ol padro Gerdnime de Figueroa iba industriosamente dejando tmiy ga^*
nados loa inimos y sombranda de pasa el grano evaog^lico. Los ta-
raumares, sea por amor y reverencia al mialonero de que por la vo-
cindad de los oristianos tenian ya muchas noticias; sea por afecto & la
religion y deseo de abrazarla, 6 lo quo parece mas natural, por el te-
mor de las armas, de que marchaba escoltado el capitaoi y por respeto
& su autoridad, se mostraban por todas partes muy d6eiles, concurrin*i
con todo g6nero de provisiones, y comerciaban con los espanolos gti j«
tosaro^ntsi JEl gobiemo do Sinaloa did el virey d .D. Luis Ceatin
de Cana^w
Vinta del go. En este estado se ballaba ol gobiemo politici^ de las misiones, cuan-
Guadimiia. ^ ^^ ^* ^^ Vald^, caballero del drden de Santiago, gobemador y ca-
pitan general de la Nuova-Yizcaya, tuvo 6rden de pasar & visitar loa
if»pyoa partidos do Taraumarcs, del Parral y denias lugares vecinos^
^li6 d esta empresa por mayo do 1642 y d Huexotitldn, puoblo en que
residia el padre Qer5ntino.de Figueroa^ superior de aquella mision; hi*
zo bajar. los caciques do toda9 aquellas cereanias para el asiento y
tijanquilidad de sus poblacioneay en que iiombr6 gobernadores y capita-
^eB con un apai^ato y solemnidad que dej6 llenos de admiracion, y no*
ipoteos de respeto y de satisfacciones d aquellos nuevos vasallos de S« Af •*
Yerdad ea que toda la arojkonia de estos estahlecimientosse turb6poco
despoes por discordias y disenciones de sus kigar tenientes, mas aten-*
. 1 tfiff cooio suoiQ suceder, d sus intereses.particulares que d la publica
- f t^1idad». . ,Np Su^ nia^ feliz la espedicion que d la mitad de este ana
se encQD|end6 al cuidadp y valor do D, Luis Cestin de Canas. Reci-
bi|6 ,6rdcn del marqu6s de Yillena, do pasar desde Sinaloa al roconoci«
mien to del seno y cpstasjo Californias, y do Uevar consigo para csto
efjeCfto ali pa4i^ JivpJAto Cortes, lidbil misioncro de aquella provincia, y
r]uc cl [jadrp pcovxnciifil .^uis.de Bonifaz habia vcnido en concedcr 11
— 237 —
6. £. Pariieron do Sinaloa por cl mes de julio y Uegar^n dlaiala de
S. Jos^y cnyos habitadorea los recibieroii con bastantea mucstraa de
placer, y aun prometicron ay\tdar al buseo de las perlaa, como los espa*
iioles los dcfcndiesen contra otra nacion enemiga que habitaba en la
tierra finne. De alii pasaron corriendo la costa hasta el seno 6 ba-
hia de la Paz. El padre Jacinto Cort6s, conforme & la costumbfe de
la Compania, da en carta escrita al padre provincial noticia de su viB«
ge y de las costumbres de aquellos natttmles, que nos dar6n knatieria
para lugar mas oportuno, Lo mismb hizo cl gobemador de Sinaloa eil
larga relacion que reintti6 al Sr. virey y que junto con las apretAdtiS
drdenes de S. M., encendieron en su inimo grandes deseos de llevarift
su perfeccion aquel importante descubrimiento. Hubieran sido mtsf
cficaces para moverlo d emprcndcr s^riamente un descubrimiento f
una conquista tan importante, d haber venido informe en mas felioes
circunstancias. Cuando Ileg6, habia ya sido el duque ddpueettf del
gobiemo desdo 10 de junio de aquel mismo ailo» en quie ei Olmo. 9t\
D. Juan de Palalbx, convocados secrctamente los oidores^ habia tedutti
do posesion del gobiemo por seisretas 6rdenes de la corte, mientntfllek
gaba D, Gania Sarmiento- deScHamafor^ dcstinado virey de Nueva-
Espnna. Los motivos de la deposicion del duque de Escalooaf fueron
al parecer, algtmds letes taspechas' contra 4U UtdMU Habia preecdit^
do poco tiempo ftntes eldia primero dedicicmbre de 1640 laconspirv^
cion de Portugal contra el rey D. Felipe lY, y ta aclamaciea y eoro*
nacion del duque de Braganta, En un tiempo en que ann lot prtmis*
ros seilores de Espafia no- estabon libres de las timidas ipresuncioiiea
del conde duque de Olivares, primer ministro da estodo, no fu6 niooho
que 4 las acciones mas menudas y & los diehet mas equinkoos -se iM
diese mayor cuerpo, d tanta distancia como de M^xtea 4 la cdrte dp
Espana. £1 Exmo. duque de Escltlona prob6 tan biend^S. M»- laVae-
titud y fidelidad de su conducta, que satisfecho el rey volvi6 d nombnir-
lo virey de Mexico, d que hubiera vuelta efectivameate, si necesidadei
mas uYgentes qo lo hubieran Uevado al gobiemo de fiiciiia. El ti(MB«
po que estuTo en la corte, procurd acalorar el deseubrinnentb- y c^m-
quista do California, debi^ndose d su actividad las mas sdtias y efietf-
ces providencias, como veremos en la s^rio. X
X Este es uno de los sucesoe mms notables y escandaloaos ocurridoi en la Ntie«
t'a.EspafiB, y de que lie dado idea en un imprpHo que piibliqud on M^Fxico- en 1831
en la imprenta de D. Alejandro Vald^s, intltulado: El venerable 8r. D. Juan db
TOMO !!• '<)i
— 238—
a
Pur la auscncia y dcpoatcion del duquc de Eacaluna so hullo ci
lllmo. Sr. D. Juan de Palafox con la mayor autoridad y podcr, asi en
lo cclesidfltico como en lo secular que habia tonido hasta entunces, ni
tuvo despues hombre ninguno en la America. Obispo dc la Catedral
IDAS rica de las iodias, goboroador del arzobispado y aun elccto arzo-
Inspo de Mexico, visitador de la real audiencia, y gobernador y capitan
general do Nuova-Espana; todo este inmenso peso tenia que temer
sobre si el racionero D. Fernando de la Serna en el pleito comenzado
de lo8 diezmos. Efectivamonte, sin embargo dc la sentencia obtenida
e;i 8U favor por el Dr. D. Pedro Barrientos Lumelin, dia 2 dc encro
de 16429 en que revocaba cl auto del provisor de la Puebia en cuan-
to 4 la reservacion de la cantidad correspondiente al diezrao de la ha-
cienda, tuvo autt mucho que padecer en sus bicnes y en su misma per-
sona por muchosdias, y mas que todo, la mortificacion de haber tcnido,
aunque inculpablemente, ocasion de los gravisimos disturbios, que poco
detpues pusicron 4 la provincia en la mas triste situacion. £1 apode-
rado de la Santa Iglefda apQl6 de este auto para ante el delegado de
mi santidadi que lo era el«8r. obispo de Oaxaca en 7 del mismo mes.
Etta apelacion so admiti6 solamente en cuanto 4 lo devolutivo, man-
dando que en cuaoto 4 lo ejecutivo ae guardase lo antecodentciuento
proveidoy como consta do auto de 6 de mayo. La parte de la Iglesta
recam6 por via de Rierza 4 la real audiencia en 17 do junio, y en 15
de setieokbre ae provey6 auto en que aquellos senores declararon hacer
fuerza el juez provisor y deberse admitir la peticion en ambos cfec
tO0f para lo que ae despacbd real provision. Sin embargo, el lllmo. y
Exmo. visitador, Aierli do este aaunto que defendia coo el mayor
ardov, en todo lo demaa procuraba favorecor d la Compania, como siem.-
pre 4ntes lo haUa <^ccutadbj&n Europa.
Bien bc hubo mcnester un brazo tan podcroso como este para no ce-
Falafox y Mendoza justifScado en' cl tribunal de la razon, por haBer rcmitido d E».
-pallb J veparado d^l vireinato de Mexico al Bxno. Sr. D. Diego Lopez Pacheco,
dmpie de Eaeidoiia. Este pioccdimiento tiene macbaa aimpatias cob d que ua6 la
foal andiencia'de Mexico con el vircy D. Joad Iturrigaray, y en ambor, bub autorea
mdnos 8C guiaron por prtncipios dc josticia que por amor A la dependencia de In
America con la Espaiia, La idea de la indepcndcncia los cspantaba y hacia quo
vieacn culebhoaii y fantaEmas cuando se la figuraban posiblc: succao que al Cm m?
verified por loa miamos medioa dc que sc vnli^ cl gobicrno para irapcdirlo porque
#i> erat injalin. — EE.
— 239 —
der a la aatucia y a Ins inicuas pretensionos ^1 gobernador dc Sonn-
ra. Habta cste entrado en aquolla provincia en compafiia del padre
(Ter6nimo de Figueroa, y pretendido el gobierno do aqucl pais bajo el
t4tuIo de Nueva-AndaUtcia. A poco tiempo se di8gu8t6 con cl padre
Figucroa, que no podia redocir i aprobar la dureza y rigor con que
trataba 6 los indios, escollo on que siempre tropiezan los celosos mi-
sioneros con gentcs acostumbradaa i buscar sua particularos intereset
y no Io8 de Jeeucristo. Con este motivo intents desbacerse, no solo
de aqucl censor, sino dc todos los jesuitas, 6 introducir en aquella re-
gion misioneros de otros 6rdenefl, como si todos no hubiesen de defen-
der con la misma enCereza la libsrtad do los indiosquepretendia opri-
mir. No pudieron estar tan sccretos sus dcsignios que no los pene-
trasc el padre Figucroa, y diese jironto aviso nl -padre Pedro Pantoja,
visiti^dor de aqucl partido de S. Francisco Javier. Este escribid pron-
tamente al padre pronnctal, y se ocurrid al Exmo. 6 lUmo. Sr, D.
Juan da Palafox, que reconvino luogo al capitan y le bizo entrar en
su (li bcr; bien que lo dur6 poco tiempo aquella violonta sugestion, y
en breve lo veromos cxcitar en el mismo asiinto nuevas turbacionei.
La gravcdad dc los negoctos que se iban entrelazando unos eon
otroi, principalmento en el obispado de la Puebia, movid al padre pro-
vincial Lui:i do Bonifuz d anticipar cerca de un ano la congregacion
provincial, que scgun cl uso constante no debia comenzar sino hasta
el mes de noviembrc de 1643. La fl.itadebia salir pormarzode aquel
ailo, y no daba tiempo para consultar 4 los padres de los colegios dis-
tantes; asi ca que o1 padre Luis Bonifez 4 aquellos vocales que se ha-
llaban en los colegios cercanos dc Puebia y Tepotzolftn, habidos
sus votos, se rcsolvi6 juntar la congreghcion provincial, irregular y ez-i
traordinaria para el dia 22 de enero en la Casa Proim. Concuivie*
ron en num<^ro de 27 profosos, stipliendo la congregacion por la aii*
toridad que Ics dan nuestras constituciones, los defectos do tieinp<s lu»
gar y niimero do los vocales en la primcra sesion que se tuvo el dia
31 dal mismo me;?, en que fu^ tambien elegido secretario el padre Ho-
racio Carocci. La eleccion de proCuradofes se dej6 para el dia 8 de
febrero, en que fueron elegidos los padres Andres Perez de Rivas, rec-
tor del colegio m&ximo de M6xico, y el padre Juan de Sangfleza« reo-*
tor del colegio y casa de probacion de Tepotzotl&n. EtUdo del
Kl Illmo. Sr. obispo de la Puebia no tard6 mocbo en saber que la ^l^j^ioii de
Compania habia anticipado la eleccion dc su9 procuradores, para que Venoms.
— 340 —
dicse cuenta en Madrid y Roma de la situacion do sua negocios, en
que por parte de 8u Catcdral era rouy iateresada S. S, L Con esU
ocasion se escribi6 enldnces por su 6rden un ioforme y defeosa auto-
rizuda do sus derechos para rcmitir & Espaoa en aqueiia misoia flota«
pareci^ndoloy como dice, muy debido & la juata defensa que la flota qua
lleva la queja, lleve asimismo la satiafacciou. Eate papel est4 dividi-
do en tres puntoa: el priniero, ai eran juatificadoa los medios que iom6
^qmelia Santa Igleaia para defender aua derechos: el segundo* ai eatos
medioa eran neceaarios ea cl eatado de laa coaaa: el tercero, ai el pro-
pj^ prelado puede y debe aaistir & la dafenaa de au Igleaia en caao ae-
mjGJante* Corro eato informe en manoa de todoa, como tambien otroa
imichoa papelea aobre el miamo oaunto. Entre tanto, el Dr. D. Fer-
oaado de la Serna tenia mucho que padecer en la proaecucion de au
pleitp: con ei cabildo.de la Catedral da Puebla, Sin atencion k la* p6*
i^cion intexpu^ata. del auto de 2 de enero del a&o antecedentet ae pro-
e^dio. 4 darlap6r incurao. en la exoomunion del auto de 4 demarzod^
6i39« Recurri6 por via d^ fuensa aegunda ves & la real audiencia. Salid el
pleiio 4oB vacea en diaeordia en 26 do febrero y 10 de marzo; haata que
ill.dia 22 de )iiayo declares aquei tribunal no hacer fUerzA el juez pro-
iqapr 4^ la ]^uflbla en den«igar la apelaoion que interponia el Dr. Ser-
Utida :1a 4efiaitiya.
.:«Xgai CaHA Piofaaa de Mexico perdi6 eate atio trea iluatrea obreroa*
4lMf46apuea.ila ganadaa al Seiior muchaa almaa en laa miaionea de
gCHlile^ iluatraban con aua ejemploa aquella comunidad* El primeno
fiaA d pH^9 'imn de Afdepast flamenco de nacion« homJbve do nnuy
toMMai aiapdridad y de un grande celo de propagar la fe de Jeaucriato,
dsjqiie d&6 muy.claraa pruebaa aun deade au ninezy no dejaqdoae cor*
Foteper de laa aolicitacionos y raaloa tratamientoa dc uno de aua her-«
ntoOa, quQ a&guia la aectii de Calvino. Diez y aiete auoa cultiv6 la
aricjMi y^qui con la misma regularidad de yida y religioaa diati-ibucion
ilk, l08 c^gios. Cada auo bacia por eapncio de un mea edtera lea
^^leKfioa de N. P< S. Ignacio. La caridad con que aai^tii} haata el
fiUJRtnAi^tlieoiQ iAAenfermode contagio, hizo maa precioao el aaorificio
•daa^ii vidt* qae ofr^i5 al Senor el dia 9 de fehraro. S<gui61e poco
tiempo deapu^a M padre Martin de Egurrola. Suagraveaachaquea le
aacaron de las miatouea da Parraa en que habia trabajado maa de on-
de auoa para el minUtario de la Caaa Profbaa que ejercit6 aieta aEos,
p^ admirable prudeocia. fja SiaatlMnaA Tirgen le pag6 la -aingulai
— 241 —
(levocion cod que la voncrO toda au vida, avia&ndulc con voz chira y
distiota du la hora do su inuertc, Aun iue nias i-CDdiblc lu fulta del
l»adrc Fedio Mendoz, antiguo inisionero j de los fuiidadorcs de las de
Siaaloa, en que entr6 k aucccdcr al venerable padre Gonzalo dc Ta-
pia. Fud primer ap6«lol de los tc)iueco8 y de los niayos: paB6 u los ya-
quis, y su ultima conquista fuerbn los sisibotari;;* con que abri6 puer-
ta & la cooquista de Sonora, y & la numerosa cristiandad que ha flore-
cido en nquellas provincial. Tuvo todas loa cualidadeis propias de un
misionoro, una mansedunibrc inalterable, grande amor a loa indies y
cclo & toda prueba de los mayores trabajos. Varias vcccs hemo^ he-
cbo mencion de este operarid en lo que dejamoa escrito^ y la relacion
de 8U religioia vida« nos dura auto larga materia en otra parte. Dea*
canad c^n paz el dia 22 de julio.
£a el numero de loa iluatrea muertos de nueatra provincial debemos Muertc del
contar al lUmo. Sr. D. Juan Sanchez Duque, obiapo de Guadalajara* juan Sanchez
Habia nactdo eate prelado en un Ingar vccino d Talavent de la Roba, ^^^gJ^
dc padrea rouy pobres. Loa primeroa rudimenloa de gram&tica y aun u^ara admiti.
la fiIoaofia> estudi6 en el colegio de la Compauia de Jeaua de la villa p^^j*^*"^
dc Oropeza. Paadde ahi 4 Alcald d cursar teologfa, en que an oapa«
cidad y aua viitudeale gnngear^ el patrocinio del Dr. Eapinoaa y al*
gunoa olroa piadoaost eon cuyoa brazoa pudo borlarae en aqueUas fa*
cultades, y hacerae opto para mali lustroaoa einpleoa. Electo obiapo
de Nueva-GaKcia por proAiocion del 6r. ]>. Franclaco de Rivera iUk
silla de Michoacdny dcae<S con.anaia reaunciar aquella alia pero peaa*
da dignidad, y retiraree d vivir entiQramenie k Dioa^ y aai «q la Con*
pania de Jeaua, d quien babia conaervado aiempre muy lingular Tftta0»
rarioa. La diatancia del romanp pontffiee, cuya licencia erfek indiapta*
aablcmente neceaaria para el valor de la renonciav djlat6 por algw
tiempo aua deacoa* Pero acometi^ndola la iiltima enfennedad« Ikaa^
al padre rector, y habi^ndolo pedido con humildad y con Idgrimaa qui:
lo admitieae en la Compania, oonfomie d la licencia que tenia >« aK*
ca9zada da loa superiorea* promctiendo impetrarla (ni vtvia) de «it
aantidad para renunciar el obiapado, fu^ admitido d loa votoa reUgio^
80S qtjo htzo con grande edificacion de los preaenlea, y poooa diaa dea-
pues arrojado aobre una cruz dc centza aobre el desnudo auelo, eapM
con tranquilidad por ^1 mes de marzo do este miamo ano.
A loa princtpiba del aiguiehte tom6 d su cargo el gobiemo de la pro- ]^„^^ ^ p,
vincia el padra Frofnciabo Colderon por mncrtc del padre Luis de Bo- LaiadeBoni.
— 243 —
(\7. y prftni. iiif;,/. siifTcto ^ gmn pnidencia y religiosidad. Se ocup6 ccrca do
r^, vcinte anos on ol ejereicio de las misiones, de donde le sac6 la obc-
dicncia para el gobierno de los colegiales. llemo^ ya reierido los
grandofl ojemploa de moderacion que di6 en la vez primera que tuvo
ol ofieio de provincial. No fueion menorea Ids de pnidencia j man-
sedumbre cristiana que di6 en el segundo, en que comenzaban ya los
sordos inovimientos de aquella borraaca que habia de agitar tan violeo-
lamentQ a toda la provincia. Ya singular duizura del padre Luia de
Bonifaz, impidi^ que prorrumpiera con estruendo en su tiempo; pero
viendo que al fin no podia enteramente prevenirlo todo, ni reracniiar laa
coaaa con nn presencia^ fle parti6 d la viaita de los colegioa- A pocos
diaa de llegado d Valladolid, acometido de un violento dolor j oprimi-
do del peso de tantos cuidados, pasd de esta vida el 3 de febrero do
1644. Otron ponen su rouerte el dia 16 de marzo. £1 padre Fran-
cisco Calderon, que le succedi6 en el cargo, era hombre p'^co 4 pro*
p6Bho para laa presentes circunstanciaa, annque en otras h'lUiera sido
mny apreciable hu condueta. Era de un genio vivo y ardiente, y que
atrnito siempre d la justicia de sua fines y rectitud de intencion en
lo que hacia, no atendia tanto d la conducencia y proporcion de los
ifiedios* Es verdad que k la variedad de asuntos importantea que ocu*
paron el tiempo de su gobierno, ap^nas daban lugar para tomar justa-
mente la« medidas. Por una parte el gobemador de la Sonora D. Pe-
dro Perea perseveraba en su antigna pretension dc introdocir minisfros
de otras religiones en aquella provincia, principal mente en el vaile de
Cumnpas, en que el padre visitador Pedro (^antoja habia puesto al padre
Kgidio de Montefrio, y de que el mtsmo capitan diez aiios antes habia
dado posesion al padre Tomds Basilio. En consecuencia de este de-
signio llev6 consigo & Vanamitzi cuatro 6 cinco religiosos. El padre
visitador, informado de esta novedad, escnbi6 luego & dicho capitan y
al superior de aquellos padres, y pas6 inroediatamente k la viaita de di-
cho pueblo en que el gobemador tenia su casa y famOia. A los reli-
giosos 4 quienes el capitan llevaba engafiados, y que con un santo co-
lo y reeta intencion, solo eran guiados del deseo de la salvacion de las
almas, fue facil desenganarlos; no asi el capitan, que ofendido de loa
requeriniientos que en toda forma le hizo el visitador, proninipi6 en
amargas quejas contra los de la Compaiiia. De todo se did cnentm
al Exmo. Sr. conde de Salvaticrra y al padre provincial Francisco
Calderon, enviando para este efecto k Mexico al padre 6er6nimo de la
Cnnal, anliguo mi^ionoro del valle dc Sononi.
— 243 —
Mientras sc toinulmn dc parte de la Conipunia cstas jiihtoM provi- RcniHtcncia de
dcucias, el canitui D. Pedro Perea mortificado de no haber podido ^*** *»ympri» r
cnfermcdad v
cjecutar sus pruncros provectos, y protcndioiulo coinplacer ^ aquelloa mucrtcdolgo*
rcligiosos que habia einpefiado eii su Heguiimento, puso los ojos en los *^"'***'''*
llymcris, nacioQ situada ea Io8 varios valles que forma la Sierra Ma-
drc ontre Occidento y Norte del valle de Sooora. Dbpuso desde iue-
go 8u marcha llevando conbigo Io;b mismos ministros y muchos otros
seculares. £ste aparato nunca vUto cd su pais cspantb d los Hyme-
risy pueblos gentiles aun. Corrioron luego & las armas y ocuparon los
pasos angostos do los montes por doudo se podia entrar en sus tierras.
£1 capitan, que no se ballaba con tropas ni provisiones suiicientes pa*
ra resistir a tanta multitud de b&rbaros, so vi6 precisado d retroceder
con tanta prisa y susto, que auadida la mortificacion on un genio pun.
donoroso y altivo, lo derribo tn la cama con una grave enfermedad.
Se hizo conducir d Vananiitzi« donde fu6 forzoso dentro de pocos diaa
adniinistrarle ios Santos Sacramentos, asisti^ndole constantomente en
todo cl tiempo do su enfermedad el padre visitador y loa- demds que
alU se hallaban* con una caridad que no pudo dejar de roconocer, y
por lo que se vio obligado d mandar d su muger Dona Maria de Ibar.
ra, que pliblicamonte en la iglesia diese d los padres las debidas gra«
cias. Sin embargo, d fines de setiembre, halldndose ya enteramente
convalecido, 6 paroci^ndole que lo cstaba, determind pasar d Toapa,
donde tenia citada una junta para la ejecucion da sus designios. Par-
tis efectivamente; pero agravandosele con la agitacion del camino su
ontigua enfermedad, de que aun estaba mal sano, espird dentro de po«
cos dias & los 4 de octubre. Dosed nuicho en esta ultima enfermedad
verse con el padre visitador Pedro Pantoja, y en efccto lo mandd lla*>
Diar. Por mucha prisa que se di6 el padre llegu d tiempo que aunquo
conocia y daba rouestras de entender, babia ya perdido enteramente cl
uso de la habla. £1 padre procur6 pagarle con todoe los oficios de
caridad posible su antigua aversion para con la Compania asisti^ndolo
hasta el ultimo suspiro.
No contento con eso continu6 dcspues lo mismo con su viuda Do-
na Maria de Ibarra, d quicn suplic6 le diese licencia para llevar el ca-
ddver al pueblo de Acantzi como lo ejecutd con el mayor acompaiia*
miento y pompa que permitia cl pais. El mismo padre visitador can*
t6 la misa 6 hizo cl cnticrro, ddndolc sepulture on una capiUa al lado
derccho dol evangelio. Poco tiempo despues lleg6 cl padre GerdoL*
— 244 —
mo do la Canal, trnyondo favorable scntcncia del real acucrdo. Lie-
vuba comctida la rcsidcncia del difunto D. Juan de Pcmlta, gobcrna-
dor do Sinaloa, con aprctadas drdcnes pnra que D. Pedro Perca dcja«c
el mando luego, y tomada <licha residencia saliese detoda la pro\'iacfa
de Nueva-Andalticia. A los religiosoa quehasta cnt<5nce8 ae habian
detenido en Babiape con esperanzas de entrar en loa himeria, se lea no*
tiiic6 un auto de ruego y encargo para que dejasen luego la ticnn y se
restituyeaen & sus antiguos pucstos.
Alzamiento ^^o en Sonora. En loa confines de Pdrras y provincia de taniu-
de lo6 toboMM mafea eran de mayor consecuencia las inquietudes de los naturales.
Comenzaron estas por algunos g6nios revoltosos del pueblo de 6. Fran»
CISCO del Mesquital, doctrina de la familia serifica. EMos, con la su-
jccion y santa disciplina, comenzarou & huirse del pueblo, pretestando
que no podian Bufrir la dureza y males tratos de aquellos relig^osov.
F4cilmente pas^ el contagio de este & otros pueblos vocinos hasta cl
Tizonazo, cuyoe naturales, que estaban & cargo de la Compafiia, no du-
doron poncr ^n sus-mioisCros las longuas atrevidas. £n efecto, Heg6
su atrevimieuto & tanto, que persuadido el Illmo. Sr. D. Fr. Diego de
-Evia & que la opresion de lot doctrineros era la causa de su abatimien*
to, intenti) quHar d los regulares todaa aquellas doctrinas, y aun Ueg6
4 httcet un viotento despojo en el padre Juan de Zep^da^ actual misio-
iieiro ^ Tixonato. Brave sad^ubrid^ue no la violencia de los (ran*
cisoanoa y los jesaitas, sino el amor de la libertad y sus fines particu-
lares eran el vie^dsro .motive de su fuga. Comeozturon las-hostilida-
des por Io& tobosos, g^tes beltcosas y bdrbaras, y que Servian como de
asilo & todos lbs fbragidos y mal contentos de aqueHas provinciaa.
Los robos y las muertes eran ordinarias no solo en los carros y espa-
noles que enoontraban en los caminos, pero aun en -las poblaciones y
en los reales de minas mas poblados. En los reales deMapimi, del Par,
ral y en S. ittiguel de las Boeas se vivia en un continue sobresalto, os^
pecialroente en las crecientea de las lunas, en que solian juntarse. Pa*>
m reprimir estas correrias determind D. Luis de Yaldes, gobemador
lie la Nueva-Yizcaya, que saliesen del Parral tres eompafiias bajo la
co'nducta del capitan Juan de Barafia, oficial que habia servido lai^
tiempo en el pais, y que juntaba 4 un grande valor el conociroiento del
terrene y una grande esperiencia del genio y mode de pelear do los in-
dies. A la'frente do doscientos scsenta entre soldados 6 indios cono-
eidos, entrd dtclio capitan hasta las I'lltimas ranchcrias de los tobo8o»
-iA V
— 245—
cerca del rio grande del Norte. Hubo varios ehcueii(ro8 en que les ma*
t6 muchos 6 hizo algunos prisioneros. Las rocas y picachos y la If.
gereza de bus pies valieron d los demds. - Al mismo tieiripo que el -ctf .
pitan Barasa los acometia, dig&'moslo asf, dentro de sus mismas triche-
ras, un trozo de ellos cay6 violentamente sobre las tierras de Inde^.
Tularon los campos, Ilev&ronse la mayof parte de) gahado, y con mucf-
to de algunos cspanolcs dieron la vuelta d su pais con tan increible vc«
locidad, que en dos dias caminaron- mas dc sctentb leguaJs. Esta prisa
les fu6 en la ocasion bastante pemrciosa, porque encontrdhdose con el
trozo de espaiioles que tdlvia, no pudieron escusar el! cheque, en .que
perdido todo cuanto habian hurtado en Inde^, muertds y prcsbs muchos
de los suyos, el resto hubo de buscar abrigo en los monies y juntarse
con el grueso de la nacion.
Esta junta fu6 muy daiiosa para toda la -provincia . Los toboiios'i . Confeden-
vi^ndose con poca gente y fuerzas para poder-hacer frente ft \6k espi^ bexM 7 tobo.
noles 6 indios aliados, dcterminaron traer ft so partidd ft l^^ cftbeKaii^
nacion numerosa y guerrera del partido de Tizonazo. £1 goberniidor
de Nueva-Vizcaya D. Luis Yald^ hiibia p^k^'todos Ids ihediospro^
curado la paz y amistad de estod indios. Para date ^fe^Oy'ddsjpiaeii'de !: ,
muchos buohds oficios-leshabiarenviado & D» Alvaro de'-Morantft, g»l '
bcrnador de Tizonazo, en coxnpaiSfa'del'padf^ JuaA Zepeda, miiiiscrp
del misroo pueblo. La negociacion fli6 tan feliz, qoe dentro' de pocbs
dias bajaron mas de cuatrocientoi aoompaJlaBd6 i loe anViaSoe^ y se
presentaron al gobemador prometiendo redileiro^ 4, riitios c6modo0« !»•
ccrse cristianos y ser fieles vasaDte de 8. M. ' Habiend6 faltad6 fioco
despues del partido de llzonazo el padre Juan de Zepeda,-los cabezak
sc creyerbn ylesdbfigados de 8US*amtiguaSph!ftAe8atol' No iVolVieron ft
dcjarse rer en pueblo alguno de Gristiah6s, y habidndblesenviado 'o^.
gunda vez al capitah D. Alvaro paia' solieibribs ft^ la paz de'Vutil«t da
su pais, le dieron cfUel miteilei etf el caAiino. Tale^ emnias diipoitl.
clones de los ftnimos etitre'tos oabezas ouaiido los ibbdsospretendieix>a
hacerlea tomar parte en ad »)zatni6nto.
El 6xito fu6 cotno podia pironleterse de tales prin^ipios.' Los cabe-
zas, para prueba de la stnceridad- con que entraban ^n sus intereses, les
comunicarbn sus aiitiguos resentimientos con los 'espafioles, y edmo
cllos habian dado la muerte al capitan D^ Alvaro, seoreto liasta cnt6n.
ces oculto. Contfaida la alianza en' toda forma, comenzaron luogo ft
Hcntirse los efeetos. El capitan Barasa so mantenia sobre las ormas,
TOMO II. 32
— 246 —
y corria la tierra proveyendo por todas partes a la scguridad del comer-
CIO. ^Pero qu6 providencias se podian tomar bastanteinente cficacca
contra tropas desbandados de bandoleros que amanecian al dia siguien-
te 4 treinta 6 cuarenta leguas del sitio donde habian hccho el dano?
La primera accion de los confedcrados fu6 cargar sobre una tropa de
carros quo conducia Marcos Beltran escoltado de otros quince hcm^
brcs. Los furagidos acometicron con tanta furiq, que de eilos once de-
jaron mueitos sobre el campo y & los cuatro llevaron prisioneros. £1
conductor, malamcnte bcrldo, tuvo la fortuna de escapar de bus manos:
cargados de dcspojos dieron vuulta k sus rancherias, donde por seguo-
da vez rosolvi6 acometcrlos el capitan Barasa. Ya marchaba en su
busca cuando rccibiu 6rden de volver con su tropa 4cia otra parte. £a
marchas y contra marchas so le hizo gastar in(iti]niente el tiempo con
deshonor del^uen capitan y dauo de toda la provincia, por infonnes
de algunos Amnios que finalmente lograron hacerle dejar las armas y
retirarse 4 su presidio k los fines del ano.
Infonne del ^^^^^ y^ venido por este tiempo, impreso en fispana, el infonne
8r. chkpo de que de parte de la Santa Iglesia Catedral de la Puebla se hiibia pre-
poei^^d&pa. sentad^ 4 S. M. y corria por todo el reino con no poco deshonor de la
dreCaldeion. Compania, Para remediar este dano, el padre Francisco Caldcron im.
pTimi6 una respuesta demostrando en ciertos puntos la falsedad de di-
cho informe, y volviendo por el honor de la provincia que tenia & su
cargo; el cual, refutadas las d6biles razones con que habian pretendido
impugnarlo, se insert6 despues en el memorial que se present6 4 S. M.
de parte de la Compania» y corre impreso entre las manos de todos. £f •
ta qiu partcid juHa defmsa de la Companies dolid dliame$Ue al lUmo. Sr.
Mspo de la Puebla que crcia uUra^ada su dignidad y lot derechos de su
iglesia. Ayud6 en parte que 4 los 6 de julio de este misoio ano, el
Dr. D. Pedro Barrientos Lomelin, provisor y vicario general del ca-
bildo sede vacante, juez en grado de apelacion en segunda instancia
sobre el pleilo de D. Fernando de la Sema, provey6 auto en que inhi-
bia al Dr. D. Juan de Merle, provisor de la Puebla, que de modo al.
guno conociese procediese ni actuaso en dicha causa. £sto era en
tiempo de que el Ulmo. D. Juan de Manozca, electo arzobispo de
Mexico, habia ya tornado por su procurador el gobiemo de la didcesis
y ccsado el del Illmo. D. Juan de Palafux.
A los 21 de marzo murio en el colegio de Mexico el padre Mateo
Castrovcrdc, natural di> la mii»na ciudad, cclebre orador y de genio es-
I* * *■ . . . Ill I ■ I ■ ^— ^— ^M— »1— — fc»JM^l«^«*<a6%«Ot'''«TMI#l>
— 247 —
traorJinario pcra la pocshi hitiiiay castollana. Loyu teologia niucho Muerte del P.
ticmpo en los colcgios dc Puebla y Mexico. Fue hombrc de cstraor- ^J^^*'^'"
dinario rccogiinicnto y abstraccion, que le hizo olvidar aun las calles
dc 8U patria. En cstc retire hall6 tiempo para cntregarse 6 Dios en lar-
gos rates do oracion y para escribir muy utiles tratados, enlrc los cua-
Ics fu6 un piadoso y crudito comcntario sobrc los cantares, que no lie*
g6 21 ver la luz. £1 colegio del Espiritu Santo perdi6 on el padro
Diego do licrrera un antigue y fuinoso operario que per mas de cin-
cuenta anos se emple6 en la instruccion y ayuda de los indies, tanto en
la ciudad como en los vccinos pueblos, para donde incesantemente lo
solicitaban los beneficiados* Acabo su carrera 4 10 de agosto con
universal sentiraiento de los naiuralos. Pocos meses despues fallecid
en Mexico el padro Miguel Godines 6 Wading, sugeto que en las hu- Muerte del P.
manas y divinas letras, en la prudencia para el gobiemo, en el ejercicio g^^^
de las misiones y en el roagisterio y discrecion de espiritu, di6 mu-
cho lustre & la provincia. Despues de muchoa aiios do misiones en
Sinalua, siendo prefecto de estodios mayores en el colegio m&ximoi
escribid el admirable compendio de la teologia mistiea que habia cor-
rido con tanto aplauso, y que en nuestros dias el padre Ignacio la Ra>
guera acaba de iluetrar con dos copiosos voliimenes. Este autOTy al
|irincipio de su obra, recogid con la mayor diligencia cuantaa noticias
pudo haber & las manos del padre Miguel Godines, y escribe haber
muerto el dia 12 de diciembre, no muy conforme en esto &lo8 manus-
critos de nuestra provincia que ponen su muerte el dia 18 del misroo.
En su vida procuraremos valernos do las dem^s noticias del padre la
Reguera y de otras que tenemos mas paHiculares.
£1 pnSximo enero de 1646 fall6 al colegio miximo del Espfritu San- Muerte del P.
to, que actualmente gobemaba, y 4 toda la provincia, una grande lum* Andm de Va
brera en el padre Andres Valencia, igual on todo g^nero de literatursy
k que anadido un religiosisimo tenor de vida, mereci6 & si y & la pro*
vincia la estiraaeion de las primeras personas. £1 Illmo« Sr. D. Alon-
80 de la Mota, justo reconocedor del m^rito de los hombies literates,
lo pidi6 para el colegio del Espfritu Santo, y le encomend6 la instruc-
cion de su clero en las matenas morales. Fundado el colegio de San
Ildefonso, quiso que fuese el primer maestro de teologia de aquellos es-
tudios. £1 mismo aprecio hizo de su dictdmen el Exmo. Sr. marqo^s
de Yillena. Tuvo per una alma favorecida del Serior noticia cierta de
su pr6xima muerte k quQ se dispuso en el ejercicio de todas las virtu*
—248—
dcs» y murio con traoquilidad el dk 11 de eoercH auoque la l^lioteca
mexicana, stguiendo el mcoologio del padre Juan Antonio de Oviedo«
lo seuala el }1 de enero del aiio antecedeatet no sabemos con que fun-
damento.
Vmu del P. £n ette miamo llego de la3 ialaa Fiitpinaa el padre. Juan doBjiieraF,
ruT mi Jm ^^'^^'^^^ visitador dc la proyincia de Nueva-Eapaiia^ y que concluida
pordolMiiMu la viaita debia entrar & gobornarla en caUdad de provinciah Hallin-
il pctickm del ^^^^ ^^° noUcias algunaa del pais y de Ice colegiea^ tomd por compa-
Sr. obi^M. ^jQ y aecretario al padre Juan de Sangiiesa, que hafata vuelta de Ro*
ma al colegio de Tepotzotlin. £n laa preaeatca cutmnstanciasera cl
padre Juan do Bueras el hombro nuM 4 propdsito del nmndo paia enco-
meodarie el gobicmo de la provincia. A su venerable ancianidad y
^ contaniada pmdencia ae allegaba una sinceridad.de inimo y una ino-
\' ce&eia y 6uavi^^ deeoatumbrea adnuFftble»xnuclia instniccion en lee
menoroa ipicea del institutot mucbo ^spiritu y ffecuente trato con Dioa
en la oracion. El p^dra .Tisitador ae dedicd deade luego eoteramente-
&.r€atablecer la paz y buena aiwonia.con el Ulmo. Sc. obiapo de la
Pucbla; 8u prudcnda y el %ltp copcepto que.ae babia fonmdo.de au
yirtud, que tratlucia en tpda su cpadvicta, fu^ baataotopafa qee.ea po«
00 raenos de un ano, qifeobtuvo el oficio de viskador, oalmaee algiin
tanto la borraaca, y aun ^e conqibi^een eeperanzaa de una peffecta
tranquilidad. Pidi6 a) 3r. pbispo al padre yiaitador al^aoa ouaione*
roa qu^ ejercitasen su s^nto- minialerie per joa poebloa maa remotoe do
su .Qbi|9p4do . ^^naji^rpnse. Im^Oi los. padrea Jllateo de . UrraoE^ y\jiwtm*
^ l^opez, graqde^opexario^B indios, y de quien habia oieatrAdo.aieiii<.
pre su S. S. Illma. jparticujtar estimacion. £1 padre viaitador repre-
8enl6 al lllioo. al misoio Uenipg c6ino haji>ia probibido & Iqs miaioac-
ros quo no predicaacn y confesasen en loa .pueblos que popo 4ntea ao
habian quitado k los regularas. de Tacioa 6rdenes, por quitar entre las
familias r^ligLosas este mof^yp de aentinueBto, y qua po pepafaea.q^e
la Compauia de Jesus babia teqido parte algunaen i^l dpspojp de las
doctrioas, como algunos halaan qperido darles k entende^* .^q elpfio-
tivo dc la inision quo por 6rdon de suisenscrriaibabian h^l|o en ^quo-
llos pueblos algunoe anos dntes, £1 Sr« obiapo .ooiioci6 todo al pcao
dc esta razon, y condeacendi^gustosamentei admirando la pru d eacia y
circunapcccion del padre visit^ori, Ca|icedi6 4 los doa operarios sua
iacultades todaa para todps Ipa cases qme pudieran ofrec^rse^ ea el
fueco interior de la^ conci^pcias, y en.carg4odoles singularme^te 1|^
—249^
iostniccion de los negvos de lofl iiigejD[iQS« loe hizo comenzur su'jormi'
(la . opostdlica por el lado dc IzC^r. y tierra Calit^^tc. . .
Salieron de la Puebla el dia 12 de julio, y comcnz^foA ma santos
miaisiefios por el pueblo deS. Salvador el Verde.. £^1 cieloidorrarna-
ha por todiaus partea 4an abundapte^ bcndicioncs/sobra jsvs trabajos, que
ol cura de Tepexuxuma, Dr.D. Eugenie Romero y muQbo9 otros es.
cribicfon mil agradeciinicntos al Sr. obispo, reconocicndo que el cspi-
rita de Dios haU&bay obrsba por medio de a^ucllb8.su8.xDiDi3tros. £1
padre 'Ma^eo de UrFoz- predioaba. y confesaba a loa esponoiies, y el pa-
dre Lortezo Lope? ^ Io6 indios* hh poea. aitlud del primero 1& hizo
zendir muy 'en breve 4 la cooliQuafatiga, j'^ofermd en la villa de Atlix.
cio. £} padre Lopez contiQti6 0(4o la tniaioncoD tin copiioso fruto y
utitidad de lo8'iiidio0,'que}iubofHicblQen que/arre))atftdos' do su sen-
oillo fibfTor, eschbiefoo'de cornim acvMido al Sr« Ubiapo'fara que el pa.
die^ encaigaai do su adidiiuiitraokHi- £a Teopaafbui hall6. U pai.
aoilero una de -aquallas abnoa-en i]ue 61 S^nonae agrada tal fes de
rmai n r das nqoazaa desti ouaerioonUa yiHn, pfofdodidad? de: aos. joioios.
Habia' ^fimoado ana iddta-de raAcbiem'fiSo^'dB txind yrotitos'taiiiaiido
la^imutf eawcmUe apoataaia* ! J£a|&a{Bidotba«titada> •Ptalia'i laL mira y
OPpUBftoion de la tSootfina, conftsaba h»' ciiulewkaa} pfaro an ati:Qtea.
zod 'iaili63 faabta adorado aI vahlKd€0t> Oioa* taicdoocUaE an ttyd tf^
adcnato.' Eafleuada 'de ' mm- iB ^e lk^o padrda 6 1& idobtfiii *y'al bbbs
profunda dlaiitelo; daba'sosadoQeC^iDoasAiMMtp^dtli^iidh qUe bdaber.
vdba ^{m el kntfydr ireapalo^ .Ti«$itda:i|iiiidO0«iQODto:4ML8c|S<{Ckt><Mii/fe^
qae^vaiadb hmrolM de 'su-fiickn^d^ twoi'T'^MitdiU^ witiMvrfh
]6^mKiM6'<llatoMar. L6 declare caai aioc^rtia-Ui|;riDMMi el toieln (atlMio
de'sttfahnay^aopltGindole lajoef^^ae «n lQa--Qii8teitaa-|if)^ i^
la.^^ antttieaa. Hl^tolo el^ndve con.elvmyor aitealra.^^^a|«atiltoai' qoe
podb datoierae en-aljHiebkuy ^Mdph!^clfi«ydada'lnihb.flapifcrttoMj4
mi ingeiuo Veeino, cottfahne 4<Ia tnattacoiqn dal fir..iabb|ML- ^ A ^opaa
Waadeilegado'vmiarQii.AaliBailajQaoio aqliella t)obi«} etMt^.Mxp^
mhnraate lUidfeigojada y da«<Maa. da .Whbila. .XA haiAikte .rafotigabla
al 'fUKM ae puao aa oainino* -aqntae diataba buatro -l^guai. V bnui ba
dier de ia ncibbe. fla)l6 k^ eD£mi»iQuy^afligida,xon.i)itaMffeajni«
gestionea y auii Mariorcb ap.ftnQiMeal4Ql^'inal:espiiit4.r'.:IDaaMa iqna
BO hioiese apmdo^ lasdoafmfta Mpadca: i«%la.iiUMliea ouy fitbr-
taa p^ra impn^aar los mirt^ioa do la.i&qae «9gurai)n|^iilBa a|io<^ la
captacidad -de la india. Afcotada y aatiMeft^ha eon k«l wwdmo^. del ee*
—260—
loso ministro, y guarnecicU con los tiltimos Sacrainentos de la Iglesia,
parcci6 ontrar en una inalterable screnidad, y enccndida en fervorosos
actos de contricion y de confianza en Dies, le entreg6 el alma a las
once del dia siguiente. Alentado el padre Lorenzo Lopez con este 8a«
ceao, pro6igui6 fu apostdlico ministerio con un nuevo fervor, tomando
d camino dicta Orizava. Santific6 de paso muchoe ingenios y algu-
nos pueblos.
Dc Orizava, donde se le junt6 el padre Pedro de Orgaz, retrocedie«
ron los misioneros dcia Maltrata, con noticia que tuvo el padre Pedro
Lopez do alguna idolatrfa que habta aun entre los naturalcs de aquel
pueblo. En sermonos, on pldticas, en conversaciones privadas, comen*
zaron desde luego & combatir aquel gravisimo crimen. Favoreci6 el
Senor ni ccio con pronto y feliz suceso. Dos indios de los mas an-
cianos y mas obstinados en su error, vinieron una noche k verse con
los padres, y despues de muy largo coloquio, en que les propusieron
muchas y muy groseras dudas, los Uevaron 4 un arroyo cercano. AUf
les mostraron un arbol gnieso, en cuyo tronco tenian oculto un peque*
no idolo de figura humana, & quien do noche la mayor parte del pue-
blo iba & ofrecer bus cultos con copal, incienso y otras ceremonias su-
porsticiosas. El padre les mand6 sacar y qucbrar en su presencia ft
aquel objeto de abominacion, 4 que obedecieron gustosamente, sigui^n-
doles todos los demas en el descngafio, como los habtan seguido en la
infidelidad. De all! pasaron 4 la villa de C6rdova, donde el padre Lo-
renzo Lopez recibi6 carta del lUmo. Sr. D. Juan de Palafbx, en que le
sigoificaba que se alegraria que pasase ai pueblo de Gozamaloapan, si-
tuado junto al rio de Alvarado, no muy 16jos de la costa 4 predicar el
dia de la limpia Concepcion, en la dedicacion de un nuevo tcmplo de-
dicado 4 este gloriosisimo misterio. Obodecid el padre prontamente
y public6 el jubilee en aquel lugar, de que recogid un eopiosisimo firu-
to que continu6 en Taootalpa, Alvarado, Talixcoya y Medellin. De
aqui hubiera pasado 4 Veracruz, solo distante tres leguas, si en los
ultimos dias de diciembre no hubiera el padre Lopez recibido segunda
carta del lUmo., que lo llamaba para que lo acompanase en la visita
de su didcesis, que intentaba comenzar 4 principios del ano siguiente,
y en que tendr4 lugar mas propio esta segunda espedicion.
Las que se hacian por este mismo tiempo al Norte de la America en
la provincia de Taraumares eran de muy distinta naturaleza: quitado
^1 mando al capitan Juan do Barasa» el Unico que habia por esperien-
MMU^-^K
—251 —
cia y por valor capaz de sujetar & los alzados, y el tioico & quien dice
tomian, se comenzaron & csperimentar cada dia mayores estragos. Las
dos naciones confederadaB, tobosos y cabezas, coino un torrente sin di-
qUes corrian la tierra, mataban y robaban impuncmente en los caminos
y los poblados, en las haciendas y en las minas« A los principios del
alio so habia dado el coroando de las annas con el titulo de tenicntc de
gobernador y capitan genefal« al maestre de campo D. Francisco Mon-
tano de la Cueva, Se poso luego en campana; pero con tal dcnprccio
y atrevimiento de los indios, que en aquellos mismos diss acomctieron
sus haciendas, robaron todo el ganado, talaron los sembrados, pusie-
ron fuego & las casas y dieron 4 conoccr 4 todo el mundo su debilidad
6 su ineptitud para aquel empleo. Con la impunidad de estos delitos y
ninguna resistencia de los espaiioles, crecia cada dia mas el n(imcro
de los alzados.
Por uno de los pocos indios que se pudieron haber 4 las manos, se
supo que los salineros, maroites, julimes, conchos y colorados, so ha-
bian allegado al partido de los cabezas y tobosos. Nada se estrand
mas que la sublevacion de los conchos, nacion ddcil y que hasta ent6n.
ees habia sido la mas fid 4 los espanoles y. la primera en defenderlosu
No hallando motives que pudiosen indudrlos al rompimiento, se les
enviaron algunos que sondeasen sus 4nimoa; pero en breve se decla-
raron de un modo que no dej6 dudar de la disposicion en que se halla*
ban. En el pueblo de S. Francisco de Conchos, doetrina de la 8or4-
fica familia, la manana del dia 25 de marzo estando (xgra celebmr la
fiesta de la Encamacion los padres Fr. F61iz Cigar4n j Fr. Fnmciis-
CO Labado, sintieron una extraordinaria conmocion y algazara en el
pueblo. Saliendo 4 las puertas vierop al cacique, por nombie D. Jo*
s6y que corria 4cia la iglesia huyendo de una multitud de indios qua
le seguian armados de arcos^ flechas y maoanas. £1 cacique se enM
por la iglesia; pero sus enemigos no se hallaban en 4nimo de respetar
aquel sagrado asilo, y ciegos de la c6lera se entraron en aquel Ingar
santo. Los religiosos no pudieron disimular un atentado tan sacrfle-
go, y procuraron impedirles la entrada con un celo que les cost6 4 en-
trambos la vida. A las puntas de las flechas y golpes de las roacanaa
acabaron felizmente, regando con su sangre la casa de Dies, cuyo ce-
lo los consumia. Entre tanto, otra porcion de ellos entr6 4 las pie-
zas interiorcs del convento, donde se habia refiigiado el cacique IX
Jos6. Mi^ntras f nos pretenden forzar las puertas, otros mas atrevi%
— 252 —
dos pusiqron fiiego & los teehes, entpe-euyas llamas acab4 et bqco 4ai«
ciquo. Dea<)tii pfraaron al pnebto dei S^ Pedro^ •doctviiui' lambion-dc
religioflos franciaca&os sobn-U iiii8i»a>do de Codc1iob< Loa^norado*
res de oste puebioy ya 'de/cftwuevtb confer grueep do la nacioiv habiaa
^8aa(fidoiiaainiDiotn>4|ii« pMia8e<ai:padieyigiiio MaeaydaifiConTr
pafiia de Jgbqb^'^ cuyb paitidosdiataba sal^aeialegiias, una eacolta^de
Teinte 6 hoinUlaraufiMre8.pankla.aegundadc4eJra p^nraopaydd-i^
bio, 81 Hegabaii i inv^dislo laBaleadcn* B«[|o aate espeeioso protasUr
86 ocultaban doaigoioa permeiqaieiniov^ Imb iatentoa ertm,;- aegim ac
supo d^ueSy-acabar con^la vida de aquel rehgieso, y atribuirlamuar'
te 4 Ida tatauiaarae ipara ineidiir li los^eapaiioW «ontra esiatiaoioii y
oUigarla-i HDind cob l«p^ deinaa elzadoat La pro^idqboia d^el Sofior
diapiMo (]ue rat6ntraa' el reiigioae^'franciacano fu6 & venleicon^liuidbra
Vigiiio Maez, aconietieron los foragidos concbos las aldeas .f .faacie»-
das vecinaa & S. Pedro. Loa ^laturalea ya oonoeidoa no aguardaroD i
que volvjese lu' miniitn) noaedtef y deMttipamron laajcaaaa^en^ogliiK
dolaa & las ilaniaa. Ek^z0ilaflo/''6nieo>piiebl6'de:a^ueIW8iote;Ba«
Clones que estebaii oargoid» la Compafiii y en que eataba el.padie
Diego de OsMio, aigu|6> 1)165 presto la nistna forttma, como^loe d^S,
^Bartolom^^. 'Bv toia, ' Maaabmhbiia! y Atotonifoa, qiie docirhiabaiitloa
padrea fhLUdndattoa.^ .
Con»el»ii(iotbo:dep«stpMi^'IiD8tilidades y la^noticia queaetuvo de qua
por eate miMno-lieni(ioiodos/lcHi iitdiba coacbbs-que se hallaban an al
Parral yauaciSxtbiiii^ifaaliiattdasaiispiMdo^ el|M^ Nieolis^a Z^
pedae8cribi6'|L^ieBi^e-ife'l^bei^nador D; Pirancisoo Atontono pam
que dieaarprbvi^encta aowMpdadfeale para la s^gbridadde^loe nedfitos
taraumareryda-Mla'ftitttktMt ]^yft ^if^nd AMifdarlos retiraf & ausrea-
peetivos parttdoa eoniorHie &'k> qtMdMda'el afto ^anteeedente liabia
cRspuesto'ciItpadre visitiftdbr^Marfiii Suavec. 'Req^dndi^el maisatrada
xmtapo' que ptfta eLdia^aiguiewta de la focba, c|ue era el 26 de abrii, n^
TnUiriaqmiie8>8o!dadds>ci(m«i):oabo'[yal:a ascoltado aquelloa padres;
sin . ambargo^ivabidif divi^pJEflradO' Wiu'ohos dias «l 'efeoto de eata pmniew
aa, y credfSwio etda^iniMiiKte ^iiaa elpeligiro, ^ padm Zepeda ejeoot^
las drdenea y mapddi $ lodba tos Msiomr^B^ dojroe panidos estaban^n
•fronteras.de elgiina-'' da latfi^cienea confederada^^ que se retirasen al
real de S. F^ipe^ ^ Ohiboahaad ' Bl padN»' Diego de Osorio que ad.
miniatraba ^1 puetblolldi Tieonazo, se i^ti^d hT real In^6.
Hostilidades Los natumib^de osti»'parti<lof^lio eran Ids Qlfimos que habian entra.
— 253 —
do en la liga do las sietc naciones, recompemaron csta tsrdanza con de Im de Ti.
mas frecaentes y mas craeles mtaltos. Eligieitni uno quo preflidtese *^"^'®-
d toda !a nacion, & quien obedecian como ^ rey. Era €ste un indio
bastaittemente ladmo y sagaz, que en memoria del ilustre jesuita que
lo habta baatizado, so haeia Hamar Geronimo de Momnta. A otro
Haniado NictiUa BtUuri [6 pies de liebre] dieron el oficto de capitan«
A uno Hamada Htmcmdote dienm el titulo de obicypo^ A mi cuidado
pertenecian las cosag de la religion, 61 les deeia mtM, retnedando con
ridiculas € impuras ceremonial el adorable sacrificio, dl loscaflabay los
descasaba is, su vokintad. Parti^ronse kiego en tree trozoe, Ilevando
^ todas partes e) suslo y k deselacioii. Los unos acometieren el sttio
de Ramos: otros fuenm ^tcta Cuencam^: otros dcia 8. Pedro, pueblo
ccrcano y de la jurisdiccion de Parras. Aqui, como en lugar m<6Bos
poblado, fli6 mayor el estrago. Despves de haber muerto k machos y
puesto feego k las easas, eatMtoo en la igletia, i|uebi«roB) anas^aron
y profafiaron cnanle no pedki series de Bkogana vtilidad. La eovtin-
gencta de haber ide k Parras el padre Diego del Castiilo, c|ue 4oetri-
naba k aquel poebks lo libr4 de la mvorte.
Los fongidos determioaron pasar k Parras, y habtan ya emprendi.
tio el camino que habteren de dofar avisados de sos e^^Naa, da lagente
y arraas qfue habta pam resistiries. £a este camino cautiraroa 4 una
espaiiola y cuatro hijos suyas qoe preseataivn al p^rfido Moraata,
C/«aiido eetaban en su pfesencia leiirieiido con jactaneia los robos y
muertes qns habian heclro, la buena muger no podia contaner iaa Ik*
grimas* Se trat6 en eu janta de malaria;, pern prevaleek» la opinion
de los que tuvieron 4 mayor gloria haoevia que les sirfiese en lot o6«
cios mas groeeros. iio tuvieran la misflBa piedad can «s liijos: de ties
varones qntaron 4 los dea la Tvda 4 loe ojoa de la iaftdis aoadre, y al
mas pequeiKo poees dias desposs. Lo raismo quisieron faaoer ecm una
htja; pero Tenctendo la lascivia 4 la iofbumanidad, hubo de aatri^giiur*
sele a uno de los priacipales caciques que la pre t en dia para sf , piedad
mas cruel para hija y madre que la muerte que kubteran podi^ dar*
les. Apartadas al dta siguiente, 4 la madre por nemhre Antenm
Tremiho^ le quitaron el calzado y booeelOB vestidee que llevaba: car.
t4ronle el pelo: haeianse senrir de eila en cortar lenst eaiyr agua
y todo to demas que acostambraban hacer entre eUos las raugeres, £1
jmdre Nicolis do Zepcda, dc quien tenemos una prolija reiacion docs-
tc ali£amieato, y que conocia a la muger dicba y a sti riMrido AnHmh
TOM. II. I3I1
— 254 —
Perez de Molina^ ascgura que u pocos dias de cauliverio y de trabaje/
casi repentinamente encanecid, Despucs de algunos raeses de tan tris-
to servidumbro y de haber mudado muchos amos, que por un capoto 6
un caballo la compraban, hubo de pasar d los tobosos, como un gage
y prenda que aseguraso la alianza entre las dos naciones, y estos cuan*
do trataron do rcndirsc a los espaiioles y dc restituirse d sus pueblos,
quisieron quitarle la vida por no dejar un testigo de sus maldades; la
que despues de haber padccido aun mas sensible ultragc, el mismo in.
dio que la hnbia tan gravcmente injuriado, la dej6 en el campo, a me-
dia Icgua dc la hacienda de D. Diego de Ontiveros, diciendole que se
fueso como se fu6 en cfccto, donde aunque recibida con cristiana ca^
ridady oprimida de la vergUenza y del dolor vivio algunos mcscs en
amargo llanto.
Eipcdicion Entre tanto las naciones confederadas habian juntadose para deler.
Valditalcat. ""^nar los modos de hacer la gucrra y los puestos en que debian repar*
tiro de loa al- tirse para no carecer de alimentos, de que por su multitud empezaban
ya d sentir alguna fulta. En esta asamblea resolvieron acometer al
valle del Espiritu Santo 6 del rio Floridot y singularmente el puebia
de San Miguel de las Bocas, do que esperaban sacar mucho botin y
llevarse al padre Nicolds de Zepeda, d quien conocian muy bien do
mis anos que habia adminiHtrado el pueblo del Tizonazo. En efccto,
aqucl valle era el mas poblado de haciendas abundantes en ganado y
fecundas en grano, con que habrian podido mantener la guerra mucbo
tiempo. La providencia del gobernador D. Luis de \AW€b cort6 &
tiempo todas estas medidas. Este prudente caballero dividi6 su gente
en cuatro partes. En Atotonilco dej6 al maestro de campo D* Fran-
cisco Trevino con 6rden de recibir en paz d los Indies, que acaso perse-
guides en otras partes viniesen d pedirla rendidos. Al capitan Crist6bal
de Ncvares envt6 por el lado de los conchos. Dio por otra parte 6rden al
capitan Juan de Barasa para que prontamenio vinicsc con toda la gente
de su presidio d juntdrsele d pocas leguas del real de Cuencam^, don-
do ^1 con la mayor parte de la gente debia salir d lines dc agosto. Pe-
netro hasta las salinas en busca de los foragidos, cuyos designioa acer-
ca de la entrada que pretendian haccr al rio Florido y pueblo de las
Bocas, so entendieron por algunos espias. A pocos dias de marclia so
hall6 el campo del gobernador d visjta dc la desordcnada multitud de
los biirbaros, que sobrcccgidos dc tcmor sc rccogicron d lo mas alto do
un montc, dosdc dondc griUiban conllisainoutc pidicndo paz y enarbo*
— 255 —
Inndo bandcra blanca. D. Luis Valilos, aun contra los votes dc la
mayor parte de su conspjo, determino recibirlos al |>f!rdoii, y en csta
contianza bajo el cacique Morania acompafmdodc los principalcs (i ju-
rar la obcdiencia y acojorse ^ ]a clcmcncia del general. Este, para
inayores muestras dc la sinceridad con que los admitia, Ics dio ol ca-
potillo de campafia que Ilevaba, bien conocido por la cruz de Santia-
go de que era caballero. Un religiose franciscano les di6 tambien su
capilla, y pidicndo tres dias de tregua, volvi6 el JMoranta 4 los suyoa
para asegurarles de las buenas intcnciones del gobemador y atraerloa
a la paz. En rehencs quedaron diez y echo 6 veinte caciques. Se
conocid bien presto cuan poco se podia contar sobre la palabra del
p^rfido ap6stata« Fasaron los tres dias y algo mas, que la benignidad
del gobernador quiso csperarlos sin que pareciesen; y no pudiendo sub.
sistir el cjercito mas largo ticm|>o cntre aquellas 4speras montanas sin
bastimcntos, determin6 el general pasarse al cerro Gordo, dondc era
muy facil provcersc de lo neccsario. El capitan Bartnlom^ de Acos-
ta, que con quince soldados habia qucdado de guamicion en San Mi-
giiel de las Bocas, tuvo la fortuna de aprisionar una cuadrilla de vein.
tiocho 6 treinta personas con scis de las principales cabezas, 4 los cua*
les, corao 4 los rebcnes que habian quedado en el campo, avcriguados
gravisimos delitos,se les di6 sen tone ia de mucrte, disponi^ndolos 4 mo-
rir cristianamente el padre Nicolas de Zepeda, su antiguo ministrOy
que habia mandado llamar el gobemador para ver si por su medio po«
dia reducir 4 los foragidos, 4 cuyas tierras se disponia 4 hacer Dueva
cntrada. EUos, que no estaban ignorantes de los dcsignios del gene*
ral, do quien dcspues de la traicion antecedente no podian prometerse
bucn cuartel, se encaminaron 4 su teniente D. Francisco Montaiio quo '
habia qucdado, como dijimos, en la fronterade Atotonilco. La parcia-
lidad del cacique Morania envi6 4 este un iodio j6ven, do buena pre«
sencia, muy ladino y muy estimado entre ellos por su valor y sus ar-
dides, 4 quien llamaban DominguiUo, Este, despues do haber preten-
dido justificar en cuanto pudo la conducta de los suyos, pidi6 en nom-
bre de todos ser adrnitido 4 la paz y buena gracia del gobemador; j
anadi6 que la mayor prenda que podia d4rseles de ser benignamente
oidos, seria ehviarles de parte del gobernador 4 un indio noble de 8U
nacion, 4 qutcn ellos amuban tiernamente, y cuyos consejos les pesaba
no haber seguido en la ocasion. Era este un indio de muy bellas cos-
tumbres, muy fiel 4 1m eiu>aiioles, y seguia cntdpces al macstre de cam*
— 256 —
\iO. Ksic, toniicndo quiucscn qiiiUirlc la vida, rc6isti6 largo tiempo
oHviarlo Imuta que log mismos diputados sc ofrecieron ^ quediur en
prcndaa, con que probaron BiocoraBiente cm propuceta.
Ezito de csta Partido cl buen indio, Uamado Francisco Mandd, iuvo que luchar
Jornada y so. |^}gu|| tiempo con la obstinacion de sua naturales, que no iodos babian
iDdioc. con0en(ido de buena fc en la embajada de DominguiUo. Verosimil.
meRte habria tenido esta negociacion el mismo ^xito que la antere-
dente, si no hubieran sabido quo el gobernador i los 18 de seliembre,
pardendo de Cerro Gordo ^ la frente de cineo compaBtas y oracho nu-
mero de indios amigos tepebuanoa y taraumares habta entrado 4 sua
tierra«; con este nuevo temor bubieron de rendirse y el Mandd voWi6
k Atotonilco 4 dar al roaestre de campo estas alegres mioTas. Se di6
luego parte i D. Ruis Yaldca, quien fu6 de parecer que no ae recibie-
aen i la paz aino con la condici(ni de baber de entragar laa eabezaa y
iiiotoi>ea principales ^1 alsamiento, cuyo casttgo y eacanniesito de
loa demai era el fin principal de tantos gaatoa como se hacian k la
real hacienda. Con esta condicion bajaron 130 de los mas pacificos
y de alU i pocos dias el miuno cacique Hbronto con el grueao de loa
aalineros* los cuales mantuvo siempre k la vista D. Francisco Monta-
BO hasta la vuelta del gobernador que ooo esta noticia rino k la mi-
tad del mes de noviembre k dar el 6rden conveniente en el castigo de
los colpados y la distribueioB de los pneUoe k que debian agvegaras*
No se hioo ei^to sin bastantes dtficultades aun menos de parte de loa
iadios que de los mismos espaiioles. Entre estos babia gran diacor.
dia sobre el pueblo k que debian inoorporarse los cabezas* Uno de
los capitanes se ofreoia k asentarlos en el Cerro Goido, Uevado de par.
ticularea miras, como deques mani£est6 el suceso. £1 gobernador
quiso sin embargo que volviesen alTisonaso, cono vc^sderon enc^.
to k priacipios del ano do 1S46* aunqoe no oon tan boen 6rden como
se deseaba. Los ^muloa del capitan Juan de Bacasa informaiHui al
gobernador que no convenia confiarle el asiento y estaUeGumento de
estas oaoiones por ser bombre de genio ispero* 4 quien los indios lia*
bian teaido siempre un grande horror. Llevado de estas rasones, qua
parecian no tencr mas objeto que el bien de los indios, D. Luis VaK
d^s, hombre sano y de baenaa intencianes fi6 la emprem 4 aqael mis-
mo sogeto que ae oirecia 4 pobl&rlos en Cerro Gordo. Este no pens6
aioo en conseguir de los indioa lo que no habia oonseguido del gober-
nador. Efiectiyamente, loe condujo al Tizona^, pero con palabram, coq
—257—
doneciUos j con amenazas, inspiriiadoles mixioaaB tnuy ooetrarios d
la publica tranqoiiidacl, dontro de poco tiempo ae comensaj'Oii d cs*
poriflieniar loi tiistes«fectoa de au maUciosa condueta, Loa indios en
liequeBos ouadrillaa se deaparecian cada dia del pucUo y ae acogian d
la caiBa de au conductor, que sin cvidado algano de au docirina 6 ina*
truccLoB Iq9 man tenia en su aervicio d pesar de laa derneatracioiies de
los oiiaioaeroa, y ann de expreeaa ^rdenea de D. Luia Vald^B,queBHiy
tarda cooocio aer enganado. Par otra parte, el lUmo. obiapo de Du-
rango, ioipresioaado contra loa reUgioaoa de la Cooapania y de S. Fran-
ciacoy de cuya dureza creyd, cocao dijimoay babiaa tenidQ oeaaion loa
raovimioAtoa paaadoa loego que aupo haber bi^adp de pax ka nacioaea
alzadaa, de6tin6 parrocoa cldrigoa que recibieaen loa piaUoa del Tizo-
nazo y de S« Miguel de laa Bocaa, que adminifllraba la Compamot y
otroa doa que eataban d cargo da loa religioaoa franciaoanoa. £1 go-
bernador mand6 ionnar una junta de loa ca^itanea y m^^Um maa prin-
cipalea de lot puebloa vecinoBi j vespondid ai Ulmo.^ que de enlregax
aquellaa adnuniatmcionaa d nuevoe pdrroGoa, que entfafaaa aio eoeoct-
iniento ni espeiiencia alguna del ^nio y coatuad>re8 da loa iadio% en*
tps otroa gravea inconvementea ae seguiria infaliblenaenle faaberae de
turbar y rojnper la paz y tranquiJidad de loa aueroa eataUecimieACo^
que entdncea ae pretendian. Le proponia con viveza razooea capaoea
de deaunpreaionarlo del ialao coooapio en que eataba de lea auaidne*
roa regularea^ y anadia que mi^ntraa no le coofftaae de la roluntaddel
rey, no podia reaolverae d privar de la adnuniatracion de atqiiel rebafio
d loa religioaoa franciacanoa y jeaaLtaai en que d coafca de aiidor y de
sangre habian intioducido la fi§ de Josucriato, Con eata c eaolnciOA der
8iaU6 entuBcea de su intento el lUmo. 8r. D. Fr. Diego de £via. hot^
indios aalineros y vecinoa del real de Mapimii que no babinn nun da«
jado las armaa, ateroorizadoa pooo deapuea per «1 ei^tan Joan de Ba»
rasa, hubieron tanbien do rendirae, y diatribuidos per au vmao en di«
ferentea pueblos, deacansi^ toda la tierra de laa boatilidades paaadaa.
En la uueva mision de S. Francisco Javier, provincia de Sononit Fitado A
deapuea de la muerte del capitan D. Pedro Pcrea, caminaha todo con las mkiones
prosperidad. £1 padre viaitador Pedro Pantcja que con el padre Bar- moOTtoM ^
iolonie Caatano, habia sido fundador de aqueUa miaon, no pepdonaba l"R»vuieiftl J.
cuidado ni trabajo aJguao para avansar maa cada dia laa eapihdudei
conquistas. Dividid ioda la region en aiete partideey deqne ouidaban
otros tantos nuatonerea. Al padie Franetaoo Paris encomendd lea
— 258 —
poieblos de Ures y Nocaroori. £1 partido dc Huccapa con los pueblos
de Bananiichi, Senoquipe, Arizpe y Teuricatzi al padro Ger6nimo Ca-
nal. £1 de Curoupas al padre Egidio Montefrio: el de Yatuco al pa-
dre Juan de Mendoza; cl de Guasdavaa con Oposura y Nacoberi al
padre M4rco6 del Rio: el de Matape al padre Pedro Bneno, y el de
Babiacora, que administraba el raismo padre visitador. En el auo que
hablamos de 46, se bautizaron en los siete partidos dos mil ciento cua-
renta y nueve personas entre p&rrulos y adultos. For lo demos, la
hambre que se hizo sentir bastantemente en este tiempo, di6 copiosa
materia & los misioneros, tanto de Sonora, como los pueblos ^septentrio-
nales de Sinaloa. El padre visitador Juan de Bueras, crey6 conducir
la vislta general de la provincia, poniendo la (iltima mano i, los nego-
cios de Sonora. Caminando para Guadiana rccibid carta de los padres
consultores, por las cuales conoci6 ser necesaria su prcsencia en Me-
xico, para donde volvi6 con diligencia, y dando por concluida la visita
tomd k su cargo el gobiemo de la provincia. A pocos dias se comen-
z6 a sentir gravemente enfermo, y administrados los santos Sacramen-
tos, descansd en paz con mucho sentimiento de sus stlbditos y de rou-
chos estraiios que lo trataron. 6oberu6 diez afios la provincia de Fi-
lipinas, & donde habia ido de la de Toledo. En todas partes edific6 con
una sinceridad de espiritu, con una apacibilidad de costumbres, con
una huroildad, que casi babia llegado k serle natural, y con una discre-
cion y suavidad admirable. En medio de una rigorositnma pobreza»
hall6 su caridad fondos suficientes para socorrer A muchas familias de
Cbina y Ja pones, que buycndo de la cruel persecucion que se movia
contra el nombre cristiano, se desterraron voluntariamente & Filipinafl,
y sacrificaron & la £6 todos los bienes de la ticrra. £1 tiempo que go-
bern6 en Nueva-Espana con la suavidad y dulzura, que era el alma de
todos sus dictdmenes, estuvo detcniendo aquella tempestad que algun
tiempo despues de su muertc prorrumpi6 con estruendo. Descansd en
paz el dia 19 de fobrero en el colcgio mdximo. Por su Tallecimiento
se abri6 cl segundo pliego en que se hall<S senalado provincial al pa-
dre Pedro de Yelasco, actual rector de aquel colcgio, hombre de mu-
cha roligiosidad y de cminente literatura, con que oscureci6, 6 por me-
jor dccir, ilustr6 la noUeza de su origen. Tom6 el padre Pedro do
Yelasco posesion del provincialato el dia 12 de fcbrero, aunque & prin-
cipios del aiio siguiente recibi6 carta del padre general, en que lo con*
firmaba por el trionio entero ol gobiemo de la provincia.
— 259 —
£1 padre provincial Juan de Bueras habia fintes de morir puesto la principios y
ultima mano d la ilustre y venerable congregacion de la Purisima, de ^^^?^"^*"
que por tanto debemos dar aqul, como en su lugar propio, una breve y mgacion do
cxacta relacion. Dijimos por los anos de 1641 como habia pasado de *"^^'
la Casa Profesa al colegio m^ximo el padre Pedro Juan Castini, y co-
monzado 4 juntar algimoa piadosos estudiantes de las clases raayores,
d quienes hacia familiares y fervorosaa pidticas sobro materias de es*
piritu. A poco tiempo, con el dulce trato del padre y el buen olorde
devocion que inspiraba aquella edificativa juventud, comenzd d aumen-
tarse el numero y d Ilegarse algunos ejemplares sacerdotes y sccula*
res de algun cardcter. Este aumento lleno de consuelo al padre y le
obligd d dar alguna forma regular d aquellas juntas. Se 8enal6 dia
que hubiese de ser jueves 6 el que en su lugar vacase en la semana,
para que no faltasen loe cursantes d la tarea de sus cstudios. Se dea.
tinu para teatro de sus devociones y pidticas el general, de que d poco
tiempo se pnsaron d la interior capilla de Loreto^ y se fijaron las pld*
ticas d solo los tiempos de adviento y de cuaresn^. Asi persever6
por todo el ano do 42, hasta quo d principios del siguiente creyendoel
padre poderse promoter algo mas del fervor y constancia de aquellos
sus alumnos, les propuso que so eligiese un prefecto de entre ellos mis-
mos a pluralidad de votes, como fud efectivamente elegido el Br. Pe.
dro Velazquex da Loayxa. £n este mismo dia, que fud justamente el
30 de abril, pareciendo muy estrecha la pieza en que hasta ent^nces
habian hecho sus ejercicios, se pasaron al core de la iglesia. Fuera
dc esta mudanza de lugar y la institucton del nuevo prefecto, todo lo
dcmas se qued6 por ent6nces en la misma disposicion, hasta el advien*
to dc 1642, en que aumentado ya el numero de los oyentes parecid ne-
ccsario bajarso al crucero al brazo derecho, donde ante el altar de la
Anunciata prosiguieron sud piadosos mtnisterios. A fines del ano* da
45 se habian ya agregado mas dc cuarenta sacerdotes, y como otros
tantos seglares deseosos de su aprovechamiento; con lo cual, mas ani^
made el padre Castini, les propuso que formasen una congregacion en
que se perpetuase el fruto espiritual de que gozaban. Proptisoles esto
despues de una pldtica el dia 7 de diciembre de 45, y fud oido con tan«
ta aceptacion, que inmediatamente despues partieron juntos al aposen*
to on que yacia enfermo el padre provincial Juan de Bueras d pe-
dirlcs erigicsc aquelja socicdad en congregacion, conlbnue d las otras
uiuchas que habia en nuestras casas y colcgios, y les concedicsc plena
— 260—
libertad 6 f«e«)UK) d« hacer aim juntaa y en elfos deliberar fa sabs-
tanciai cdv#cici0i], modd eondtekHi60, y estaMos mas eonducenfea
al fim ^ue preftendiaii de la perfeecioo oristiaiia* AiadiefoBy que «u re-
vertacia Isa aofialase lugar propio para aua eapirituales cxMipaciooea
y piopto prefodo qaa lea dirigieae: que queriaa (tiese aeftaladJEonente d
mino padre Pedro Joaiv Caetim; y fiaalmeniey que al mianiia padie ee
le encargaae la ceBtinuaoioii de dichae pUtieaB) ao aole en adviemo y
cvaretma, aino en todoa iaa eeaKHMia del aiio, en lea dia» que n\ euer*
po de la coDgvegacion parecieeen maaproporcionadea. £T padre riai-
tador y pronrkieial eoBdeseendt6 ga o ^foa a metite eon tan piadoaoadeeeoa:
pr<inieti6 cooperar de bq parte 6 que el padre general agregaae aqueHa
noeva congf^gacMw 4 la primoria de la Anonciata de tlonMr. Para In*
ffsrda aua juntoa la* ofirae*6la oapiHa de la Ceneepeien, qne per en*
l6anBe« estaba ya acabtadeee. Ne aeeptaron eate hmier creyendo que
era nauy pequefiki la pieEa pam loa aomentea qae ae premetian en le
fiilniOt y per otrn paite muy en lo iarterior de) colegk^ para que tan^
taa paraonaa aeculafaa podiaaeH alff coneurrir tan ft^cuentemente era
nmcfaa incomodidad de k>a augetoa de caaa» Beterminaron, puea, quel
daraa en la mtama l^^ede que aerrta de entierro^ y en que vencidas na
poena diAenltadea ban peraeverade basta el preaenle. En la argnienfe
jtfntay qua aa tavo c^ 7 de enera del ailo en que tamoa, prtmeramente
Be mtificanm an el designie de formar una congregacien, y qcnsieroa
qua tuvteie per tilalo la PurUimor Coneepcion de JVkestra Sehtrra^ par
oapeoial devoeiDa da tedorf 1 eat^ gionosfsime misterie. Gonrrmteron.
en que loa pdaaevoa eficialea da la eeagregneioft feesen nneve, an pre-
fecta y doa aaittentea». que naceaariamentfe hubieaen de ser aaecr«K>Cea
y aeia eoneiliarioa, doa edeai4stieoa de* algua 6iden aacro y eua-
tfo fecularaa que bubteaes da elegirsa cada aflo^ en el dia que ac-
nalaae la naama congvcgaeioa, que caai deade entdneea fu4 el 27 da
afleio conaagrado i la nKmena del padie S. Juan Cria6stonio. Para
la phmecaeleccion ae dn$in6 el dia 17 deaquelmMRymeay en elcual
elegidoa con sunia concerdia loa nueve ofidales, todo el coarpo de la
ceogregacion Its cedi6 al dcreebo para qua en au aembre^ y de aeuer- •
da coa cl padce Caatiai^ formaaan loa reglaraenloa y conatttuctaaea
GOBvenientea i perieccion y sabaiatencta da obra taa piadoaa, 6 inme*
diataaiente pasaron ba electoa k preaeatarse al padre provincial Juan
da Bueraa que eataba aua grayeneate eaiertno de lee acbaquea de que
muii6 poco despucs. Coniirmo cl padre viailador la oleecjon de loa
_ 26fl ~
nucvos oficiulefi y los niievos reglamontos que se habian formado en ki
junta antocedcntc; peco.^ causa dc la grave enfermedad del padre Jinn
de Bueras, ni dc la primera creccioD, ni de la confirmacion, pudo que-
dar instrumento autentico por donde pudiesc constar y pretonderais la
formal ercccion y agregacion dcscada de Roma. Fallecio, coitrib di«
jimos, deotro de pocos dias el padro Juan do Bueras; y habi^ndose sue-
cedido en el gobierno dc la provincia cl padre Pedro de YelascOffi^gdn
lo resuclto en nuova junta de ^0 de febrero, prosent6 la congregacion
un escrito al nuevo. provincial pidiendo oonfirmacion de todo lb hacffea
alii actuado, que concedi6 con accion de.gracias d padre Pedro Te-
iasco en 20 dc mar^o de 646 . Deade estc tiempo, tanto de parte del padne
provincia], como del padre Pedro Juan Castini y lavenerablo cnongfe-
gacion, so eecribid a nuestro Jd. B» P. general, ein cuya institncion ad
podia tener algunu firmeza el nueivo cdificio, ni procederse 4 formarlas
constituciones y reglas para su permanencia y pevfeccion. A peMtr
de tan vivas diligencias, taid6 cinco afios la aproliacion del padt« ge-
neral, que no lleg6 basta el de 1651, en que ya gobemaba el ptuke
Picdlomini. Su antecesor el R. P. Vincencio Cjarraffa habia en efto-
to desde el ano de 1646 erigido y agregadb i la AsniDciata de Roma;
pero eata primeira instituc^on mn n^ticia alguna en M^xioo hafaia pa--
«ado k FilifiufiL^ por descQid«» 4e I99 condactores, do donde no Tino 4
Nueva-E«paqa]baaUelanod9 lfi53«Seco«iOc^laparticdarprovideB. • .
cia del Senqr en babei^e ifnp^tn^ oonficmacion dri padre Picolonn.
ni, sin nolicia alguna de la 4}ue babift oenoedido m antecesor* y como
ae vi6 despues» no bubiera podido te«er efoc4o alguno, par venirapnAa.
da y agregada 4 la primaria de Rojoaa la eongiegadon de la Pucuima
fundada en la Oa^a Profeaa de M^iico; equivDco tanto mas «abitaii«
cial, cuaato era cierip baberse fundado en dicba Gaaaotra, congrega.
don de veneral^^ sQicerdotes bajo el mtsmo titulo «a tientpo 6ek lUmo.
Sr. 0* Juan de la Soma, de que bablamos por los anos de ICItt^ y de
que aunque muy d^biles, quedaban aan alganas memories que Tolrie^
ron 4 rctvivir pocp despues, como direraoa 4 su tiempo.
Tales fueron los principios de la ilustre coogregacion de la Purin- nwlnsooii.
ma. Comenz4ronla unos pocos estudiantes qne fprmalizada ya la PtESS^J**
planta y mudado el martes en jueyes^ en quo solian ser sus piadoops
juntas, bd)ieron d« ocder el lugar 4 las primeras pocsonas de la fop4.
blica, q^e tanto del cabildo ecleai4stioo como de la loal audieiioia,in.
quisicion y otros tribunales, concurriei[Oii. i pprfia 4 dar sot oombiwy
TOMO II. 34
.J
— 262 —
•
tnbiijar en su propia pcrfeccion. Talcs fuerun ci lllrao. Sr. D. Jmm
cle PalacioSy eKl6nces catcdratico de prima de laycs dc Ja rcrl Vi j/er-
sidad y dcspucs obispo de Cuba, dunde }m\i6 y di6 ^ luz el tjinodo pro-
viocial, en que lanto resplandece su celo, pir.dad y prudencia, y que
hasta ahora se' obscrva con tanta cxactitud y vcneracion en aquella
didcesis. El Illnio. Sr. D. Juan dc Mailozca, ent^ncea inquisidor de
.M6xico,y despuecj obispo do Cuba y Guatemala y clecto de la Pu^bla.
El Dr. D. Juan Manuel de Sotomayor, caballero del 6iden dc Cala-
irava y oidorde la real audiencia. El Exmo. Sr. D. Juan de Leyba,
conde de Banos, virey, gobernador y capita n general de estos reim*.
de cuyos udmiralJes ejemplos en cste asuiito hablaremos en otra parte,
y en qulen puede gloria rse la venerable congrcgacion de la Purisima de
baber dado al mundo aquella grande luz de dcsengano, con que renun-
ciando al mundo se acogi6 & la humildad dc la vida rcligiosa eiitre los
carmelitas descatzos de Madrid. Con cste mismo csplendor, y lo que
68 mas, con el mismo fervor en sus espirituales ejercicios de oracion,
leccion y frecuencia de Sacramentos, cultos de la Virgen SanlSsimn,
fraternal concordia, piadosas limosnas y visituf) d^) hospitales, perma-
nece aun hoy csta ilustre junta «
ViiitAdelSr. Para principios dc esto afio habia resuelto, como dijiraop, el Illmo.
dideens, y mi' 3f • obispo de la Puebla D. Jtuin de Palafox emprender la visiki desu
hn^cTl!^ vasta dibcesis, en que habia conseguido del padre nsitador Juan de
ptt. Bueras, le acompafiase el padre Lorenzo Ijopett, fervoroso operuriodc
indxos en el colegio del Espirttu Santo, que por mandadb de S. S. llkna.
acababa de llegar de la mision que efvcribimos el ano antecedtnK*.
Dcbpucs de seis meses de eontinua fatiga, de caminadas mas do 240
leguas, de habsr predicado mas de doscientos sermones, y oido de pc-
nitencia mas dc sieto mil almas, siu mas descanso que el de los pocoa
dias que corrieron dc 15 de enero d 5 del mes siguiente, volviiS el in-
cansable espiritu del padre Lorenzo Lopez d la tarca de gus ministe-
rios apostulicos, y salid do Puebla acompafiando al Sr. obispo. En to-
do el caniino que fu6 dc mas de cuatrocientas Icguas, rcpartida ontre
St la fatiga, cl Sr. obispo predicaba <i los espanoles y cl padro Lopez ^
lo9 Indies, cuyas ctiufesiones bia solo por no ir algun olro sacerdote
que supiese ei idioma mexicano, otomit y totoni'xo que el padro poseia
juntos en igual pcrfeccion. La aspereza de los caminos, la desigual-
dad de los temperamentos, y el no intcrrumpido trabajo de la mision,
■obre un cuerpo no muy robusto y nun cansado ya con los vingea y
— 263 —
pr>n(|3:i^ t.'.roil?? ih Li misioii antoccdenlc, atrajeron al p:idre Lopez lu6.
fro que llcgo ul puerto do Veracruz unas tercianas dc que no pudosa-
imr, Imsta quo por ^:rdcn do los in6dicos sali6 para Jalapa. El Illcno.
Je ofreciu con grande liboralidad todo lo que parecicso neccsario a su
curacion y convalocencia, aunque las providoncias quo so dieron del
<*.olcgio do Veracruz ao dicroa lug*ir 4 admitir e«te fivor. Entrelan-
.to, el Sr. obispo reconi6 los restantes pueblos de la costa, y tuvo la
b^nignidad de esperar ai padre ya convalccido en Mzala^ d doce leguas
de Jalapa, desde donde prosIgui6 con el misnio fervor y espiritu, hasU
volvor ix, la Pucbla & los 27 de junio.
El Sr. I). Juan de Palaibx dio al padre provincial Pedro d(j Velas-
co las giacias de lo mucb.) que en aquella ocasioa babia Irabajado por
(^1 bien do su rebaiio el padre Lorenzo Lopez, significando al mismo
tiempo cuanto gustaria que no salieso el padre de .iquolla ciudad y co.
legio en <}ue eran tan gloriosos y tan utiles sus trabjjos.
• . En eii^te inismo tiempo, cuarcnta afiosdespues dc cstablocida en Gua- Dotacion
tcniala la Conipania, y habi^ndosc mantcnido en ella de voluntarias li- Ouattt^day
mosnafi con no pequefia.s iucomodida dee, le proveyo el Senor do cuan- j^ de San
tiosa dotacion por la piadosa genorosidad del capttan D. Nicolas Jus^ vier por pft-
tiniatw^ vecioo de la raisma ciudad, caballero del h^bito de Santiago, y ?**? .,|
rama de la nobilisima familia de los Justinianos de Geneva, que ofreci6
para la fundacion treinta mil pesos. Acept6 el padre provincial Pe-
dro de Velasco, y condrmd dcspues el padre general Vicencio Carrafa^
concediendole todas los gracias y privilegios que 4 sus fundadore^
acostumbra la Compania. El piadoso caballero por la singular devo-
cion que tuvo sicmpre & nuestro glorioso patriarca Sr. S, Ignacio, qui.
so dejarlo por sucosor de su patronato, para que on el dia de su fiesta
se dedicase a 61 la candela que se acostumbra dar ^ los patronos. Con
estos Duevos aumentos crecia justamente el csroero y aplicacion de
los obreros d la comun utilidad de aquella republica, en que tan prove*
chosamente se empleaban sns saludables exhortaciones. Este aprecio
y docilidad se manife8t6 singulannente, en el siguiente ano de 1647.
Lleg6 k Guatemala la funesta noticia del yiolento teiremoto, que por
mayo de aquel mismo ano habia casi enteramento amiinado en pocos
minutos la ciudad de Santiago de Chile en los reinos del Peru. Afta-
diase on la relacion, como entre la ruina comun de los edificins en quo
babian muerto mas dc mil personas, habia caido tambien cl palacia
episcopal. Gobernaba actualroente aquella didcesis el Illmu. v Rmo.
— 264 —
Sr. D. Fr. Caspar dc Villarroel, y cavaudo para darrepul.urii & su ca-
daver, Ip hallaron fiin la menor lesion dando rauchas gracias 4 Dios y
alapdftol de laa Indias S. Fmncisco Javier, dequienera siogularmen^
te; devoto* y k quien habia invocado al desplomarse el edificto. Refirto
este ca^ prodigioso predicacdo en la fcstividad de S. Francwco Javier
el padre Lucas de Salazar, y concluy6 exhortando d su auditorio 4 la
devocion y recurso 4 tan podero^o abogado para defenderse del terri-
ble azote de los teinbloros, de que ha sido siompre tan molestada la cuu-
dad de Guatemala. Estu piadosa exhortucion tuvo mas efecto que cl
que podia prometerse el orador. A Ion quince dias, ya la ciudad ea
pleno cabildo habia reauclto jurar por patron contra los temblores d S.
Francisco Javier, pronietiendo hacerle 4 sus espensas la fiesta ennuesr-
traiglesiu, y asistir en tonna de ciudad, cotno efoctivaraento lo juraron,
pfecediendo la aprobaciou y confirmacion del Sr. D. Diego de ATeii-
dano, prebidente de la real audiencia, y del lUmo. Sr. D. BartoloiD«
Gonzalez Soltero, que con acuerdo de su cabildo y general aplausa y
alegria del pueblo, hizo de guarda el dia 3 de dicicmbre en que hon>
ra la Iglesia 8U:memoria.
^ Habia ya cerca de un ano que gobernaba la provincia el padre Pe-
^i^idro de Velasco, cuando vinieron de Roma nuevos pliegos en qae-el
juJJJ'*^ inismo padre venia senalado provinciaL Fu6 esta asignacfon ungdU
pe.dplorpso para el humildisimo padre, como lo niostr6 bien, consi-
IBvSUtO qB' la v^
radnockm d« gui^odp oon instancias de N« M-. R. P. general que no se le conta8»
lot hymens. ^^ trienio de su gobiemo desdo este nuevo 6rden, sino desde el dia 21
de febrero de 1646, en que por fallecimiento del padre Juari de Buera&
lo habia tornado d su cargo. So crBy6 desde juego una particular pro.
videncia del Senor haber- puesto en tiempo tan calamitoso a la frente
de la provincia un hombio de tanta circunspeccion, de tan acreditada
literatura, de tan grande fortaleza de^nimo, junto con una bumildad
tan her^ica« una moderacion y aun unaa canaa tan respeiabWa an lo
humano,^ que^un los mas doclarados 6roulos de laCompafiiino tunc.
ron ptro crimen de que acusarle sino de alguna defetenoia 4 Ioa>diet4^
meoea del padre Francisco Calderon, actual prep6sito dela€asa Pro-
fesn. En su visita.de que habia vuelto poco dntes, habia dej^do dlodoa,.
los colegyos prudentisimos reglamentos y ordenanzasxpB que se veiaa'
todos obligados i proceder en la mas xigprosa observanoift^ Cuid68i«»
gularmente de lai misiones de losgentilca 4 que ^1 miwQO habia dedi^
<*do tan gustosa.y utilmoa.te:Siis primcros fervoros. Tuvci cl 86l«do-
— 265 —
consuclo do muchos espirituales aumentos debidos ;il forvor de lo8 opc-
rarios. En la mision de S. Fmticisco Javier se aumcntb el rcbano do
JesuCristo con mas de veinto mil adultos que recibieron el bautismo, se-
gun la relacion del padre Pedro Pnntoja, k quien por su singular acti-
vidad y celo se habia continuado seis anos en el oficio de visit-^dor.
Nuevamente, paf* arrancar de ^I toda la ocasion do los pasados dis-
turbios, pretendia envi»»r dos niisioneros que llcvason la luz del Evan-
gelio i los hymens. Ksta nacion parecia estar la mas b'icn dispuesta
del mando para recibir la seinilla de la santa dectrina. Machos de
cllos salian con frccuencia al valle de Sonora d visitar (\ los niisionc-'
ros mas vecinos, y u mostrarles el giisto que tendrian de verlos en sua
tierras.
Tal vez las inadres, atraidas del buen hospedago que halluban en los
pueblos de los cristianos, traian a sus hijos para que se bjutizasen co-
mo en efi^cto se cjecut6 con nmchos.
El padre visUador propuso en una de las juntas d tos padres, si les '
parecia convcniente ^ncargarse la Compania de aquella naeva empre-
sa, y convini^ndose y aun oirect^ndose todos al trabajo, 6enal<5 d lo8
padres Pedro Buenb y Fr&ncisco Paris, que aceptaron la comision con
estraordinaria alegria. Ya se disponian para la Jornada, cuando se ^u-*
po por una carta del capttan de aquellas minas c6mo intentaba hicer
justicia en Babispe de un indio malhechor, lo que avisaba para que se
dojase hasta mcjor ocasion la entrada d los hymeris, que aunquu dis-
tantes, no dejarian de lener rouy presto la Doticia y servirles dc r6mo.
ra para sujetarse d los espanoles. En efecto, no parcci6 prodencia cs-
poner la vida de los dos misioneros d la natural inconstancia y barbd-
rie de unas naciones, que con inuy ligeros motivos mudan ordinaria.
mente do consejo, y se despach6 luega «orreo d los padres para que sus-
pendiosen la partida hasta nucva 6rden.
Los frutos <iue se espei-aban do la conversion de los hymens recoin. Noticiadclos
peQB6 elcieloabundanfementecon la entera reduccion de losguazavep. £^^.^y««
„Habita -esta nacion (dico en su carta de 4 de ahril el padre M&fcod
del Rio) como d «iento cincuenta leguas de la villa de Siualoa,^ y lldV
manse sxm, 6 porqne en «u pat9«nndura muy temprano la pitaya de qUe
hay grande abondant^ia, 6 porqueliay muchas milpas. Yiniendo de Si-
naloa se camlna patii estd-s gentos entre Noite y Ponicntc, y estdn ro-
partidoe en ctiatra vaMcs conotros taiit09 pueblos, de los cualcrs riega
UD brazo del no Yaqui, teniendo al Oriontc los babispcs, y al Pdnictit©
-266 —
la niibion dc Cuiimpas, dc Sunor.i, con onyoG moradorwS c.sii;i cmpa^
rr.ntnrlos, hahlaii la niisniA lengu », y oJjsjrvati las niism.is cosfirnn.cs.*'
DeHtie ciiatro 6 cinco anos JinttAS li:»bi.i iiiU'iJtado sujetnr c*<l!i niici-)]! el
» apitan D. Pe«lro Perea, acordono < I silio y mandel acornctor por va-
rias partes, loqiie no pudo conr/jgLiir yi:io a cost.i de m*audcs nos;jos»
Ijob gimzavce, avisados de eu inarcha cscogioron pucslo vcnt.njoso, don-
de atrincherados i. su modo y prevcnidoa de viveres, eppcraron al one-
migo, cuya« tropaa ae componian do mas do cien ospafioles y dos m.l
indioB aniigos. Puro de todas partes fu^ igual la rcsL-i-jncia de Jos
vuleroso'3 guazivcs. D.:rramaron mucha aaugre de iiidios contedera-
dos, y mm la dc no pocos espanoles, y ie hubiviran h'.H-h ) valvr.r ol pi j
utras, si al valor no hubii*ra euplido la indiiatna. M iudij }).>:i. r Ijogo
A los conlornos, quo [favorocido del vier.lr., prendio velozni'jnle en los
(roncos y ramajos do que habian formado ?us t'iuciicras y Gca<{»ii pa-
b6 niuy presto d sus choz.if=^. No desinayo por cso cl valor do los cer-
cados, 6ntes crcciendo con la desesperacion se exliortaban iniituanicn-
tc d vender caraa sus vidao y morir antes que ciitrogarse. VA capitau
scntia vivamente darse por vencido de un'punado de gentcssin di.^cipli-
na^ V conocia niuy.bien de cuaiito cstorbo podia serle dejnra las espal-
das nacion tau valerosa para los designios quo nieditaba. Entre os-
tos pen sarnie ntos, sabiendo que era gente cuidadosisima dc sus milpas
y sembrados, hizo entrar por sus cumcnteras que estaban en los vailcs
vecinos muy verdes y hermosas, una porcioa do vacasy caballos, man-
d&ndolos al mismo tienipo requerir con la paz. Koia estratagoma in-
vo todo cl efccta que cl capitan 82 promcita. ]ia vista do sus milpas
destrozadas fue para ellos uu espect^culo mas triste que el de sus oho-
zas ardiendo para moverlos a rcndirse. Bajaron do paz, y dcsde co-
tdnces se habia comenzado lenlamcnte por la vuelta de los anos ante-
cedentes A trabajar en su conversion. Por febrcro de 45 hizo una en-
trada k sus tierras cl padre Cri8t6bal Garcia, y dando noticia al padre
visitador de las demostraciones de gozo con que habia side rccibido, so
deterjninaron al ano siguiente, por niarzo, destinando d los padres Mar-
cos ^1 Jlio y Egidio de Afontefrio, a quicnes no pudieron vor salir dc
8uti tierras sin mucho dolor. Compadecido el padre Marcos del Rio,
les prometi6 volver en breve 6 verlos, como en cfecto volvio de alii a
dos qnescs, A su arribo Ic ofrecieron para cl bautismo mas de cuatro-
ciepjtos pdrbulos cotno en prendas de que ellos hafian lo mismo, y pa-
ra pl>ligar al padre & perseverar en sus pueblos. Movido de tanto fer-
— 26r —
vorcl i..i:'i».,.rj, J- Inlaid., .;! l.;..;.-|.licil.. di; los ci.j.. rior.s.. Iwln .I;;
oiii'lvsccnUiT con dU9 licHcmt. f:,iiiljr.'i cl griino ili! !:i lUviiia pi.Lbra
pint Isii litliB su.fsrt, que [hit cbril Hi- cjfj ufu tenia ya luuliiadus y
ri:iliiciiJjs_& la policia crisliiina, r.Kix (!e cualm mil aihiUoa.
No Servian d« menor coQf iioiii Ijm cjeiii;)ioM da fiTvor que ae vt-ian FideliJnd tin
en l:i onligua crisliandnri de I.-h i.'[hIium]cs. 1.-j.s del putblo de San- '<>• «Dcian(M
tn Cntarina dundi liubia |>r(>riim|iido hi coiii«)iiriicion dd itno du 1616 epidrmia cii
Irtviiroti bi;.n la mnn< h.i d«mi p^a^J.i oposlasi;i con un grini<Ieeje!iiplo «"P'»bIo..
tic fidi'liJ:iil y lie cunstuntiu on la locacion |iri;siinlu. Queilaban uuu
uiguntis fuiieaias rcliiiiiias ilcl alzainieiito i!u loa snliiieros y lobo-ioa, y
no faltaban entre Ins dc iin pucWo algunts qxiunial nvenidtis con la su-
j(;cicm y <!isciplina do los iiiiiiialros, iniunluroii sacuilir un vug') que so
li'S h;iciii d>^ t^Mo jicao. Loii l('|H'h;tBnpH nrs;: im: clam. s cod la iioliciai.'u
.>i!is plitic.'fl seiliL-iosaB rtj juiilaron [i.ira poniT rtiuedio, y ll.-.mandu fi
ill piL'Ssneia 4 loj mozod i(]i|iitclui<, el indio gubtroador les liizo uii
grave razunamionto en Bnla furrtin: „Vosotfo*-, liijos raios, suia j6ve-
nea, y la Tilta do esperienciii us arrastra tras el amor de la novedad.
EscLichnd log consejos do *uestre< padres nnaanoa. Nucatros mayo-
fc9 tuvicrcn cstos desigtiioa ntreviiJoa quo ahora lumcDlaia voaotros.
Dieron l:i inuerte 4 bub poatores y maostros, y i, muchosotroa inocen-
tes. Ptro ^quS coosiguieron con rcbelarsc contra Dbsf Nosotroa quo
iilcamamoj aquellos tjempua y estos, ob dircmos la verdad. EIlos ps- ,
garon con muy desuslruHaa niuertes la pona de au delito, y H iiosotros
uos dejaron la triste herencia de inuchaa calamidadcs nuiica fintes vio-
las en ct pail. El poder de los eapaijulea as(A6 nuestras aeiiicnteTas y
nueatras caea^. Los miamos de la nacion, diacordca entro xi, volvie.
roD unoB contra olros bub macsnas y flechas. La£ scqucdades, laa ham.
bres, laa epid'emioa ban a^^otado el nucnero de nueeii'aa gentcs que ape-
uob llegn hoy t la mitad del que nosotroa alcanzamos. Tenod siem-
pru ^a la ntcmoria lo que lantas veces nos rcpilc nubtitro padrCf que no
bay mas que un vcrdndero Dioa, y que lodo ni hu da acabar con I^
muerte. Nosotros somos Icittigoa quo dcspuos quo hcinoa ob^-'dccido A
nuestroa ininistroa, y vivido como buenoa criatjanoa, bcmoa hallado la
paz y la Iranquilidad que tanto npeleceii lus lionibrcs, y que a los que
viven quietos y pacfticoB en bub puebloa Uios da lo neocsario para ]a
\iilo, y inucbo consuelo y aoaiego en el fin do bus dias-" % Eataa pa-
; ipjaliiiiui: lot rcvolloHM de nucitn fpoca dtt pngicia, tuvirnn pmrnln
tcic TB-onamlonlat ;Quf divcrsa (erii nut^ra lucrli:! — EE,
— 26S —
labros Ixistat'uD pnra apugar el incendlo que ya cooicnzaba a plunder,
y el padro Goronimo Regano, inisionero del pueblo, que refiere este su-
ceso, quedtS no nionos cdificado que agradecido al fervor y constancia
de los ancianot) a quicnes debia su vida y la salud dc todo su rebano.
A esto pueblo, couio & muchos otros de topehuancs y taraumares^ adi-
gi6 por este tnismo tieinpo una epidcmia coo que qulso el cielo probar
su fervor y eu fe. Los misioneros atendian d todas partes con gran ce-
lo, como lo muestran siemprc los de la Compaala, y sabe todo el mun-
do en semojantes circunstancias. En medio de la afliccion no (alta-
ban grandcs motivos dc consuelo. £n Santiago de Papazqui^o un
indio moribundo san6 repenfinamcntc haciendo vuto de servir con su
miisica a la soborana Virgen en las fiestas dc una cofradia dcdicada al
misterio do ru Concepcion en gracla. Este mismo pueblo, temiendo
pjr la faltii de agiia, mucha esterilidad del aiio, hizo una devota pro.
cesion d la noisma Senord, que no se acab6 sin una repentina y copto-
sisima Iluvia, principio de otras muchas que siguieron, y que hicieron
uno de los aiios mas Dlrtiles. Aunque de muy distinta naturaleza no
fu^ de raenos gloria para el Seiior la constancia de una india que des.
pues de baber resistido largo tiempo a las solicitudes de un soldado es-
panel, lo apartd de si enteramento con un valor her6ico. Habi6ndole
traido algunas d&divas para su vestido y adorno, la j6yen india en su
presencia las arroj6 en el fuego dici^ndole. • • Seiior, dejadme. • • ^que-
reis que por daros gusto arda mi alma eternamento en los infiemos co-
mo esas vuestras prendas? No os canscis, que no pienso ofender 4
Pios. • • •
La epidemia y la sequedad se hicieron sentir igualmente entre los
viximes, taraumares y otras naciones vecinas de que sacd el cielo co-
piosisimos frutos. Los xiximes hallaron i la sequed^d pronto remedio
en una devota plegaria que hicieron al SantlsinK) Sacramento, espues-
to publicamente en su iglesia. Entre los taraumares hizo mayor es*
trago la epidemia, singularmente en el pueblo de S. Miguel de las Bo*
cas. A algunos dias de contagio cay6 hefido el misionero padre Ga*
briel Diaz, portugues de nacion, que no perdonaba trabajp alguno por
la salud corporal y espiritual de sus amados ne6fitos. Libre de la en-
fennedad atribuy6 su curacion s^l patrocinio del gloriosfsimo Arc&ngol
San Miguel, y apenas mal convalecido, volviendo 4 sus ordinorias ta-
ireas exhort6 a sus feligreses 4 que hiciescn una devota procesion aa-
eapdo la cst^tua del santo'por el pueblo puesto 4 la sombra de 9u nom-
ftlff riiTTl
— 269 —
bre, y (\i6 cosa de fisombro que puntualmente deade aquel mismo diA
ninguno otro muri6 de la enfermedad, siendo asi que en los dias ante-
cedentcs jam^s bajaron de cuatro 6 cinco los enderros. Aun de otro
mode mafl marevilloeo quiso Dios mostrar & aquellos nuevos cristianos
la podcrosa intercesion de su glorioso titular. Fresentdee a! padre una
india teniendo en sue brazoe una criatura de cuatro mecres, ya en los
illtimos trances de la vida per haber tree dias que no tomaba el pecho al
rigor del eontagio. Exhortaba el padre i la boena india & que lo enco-
mendase muy de veras al Santo Arc&ngel, prometi^ndole c^e no dejaria
desocorrerla. Al oir estas palabras la tiema criaturai con admiracion
del padre y de algunas otra0 personas que so hallaban presentes,
pronunci6 en alta, clara y distinta voz estas palabrast Saneie Sonde
Michael^ y luego, volviendo k su natural mudez, busc6 ansiosamente
el pecho de la que la tenia en sus brazos, y al dia siguiente ya estaba
con una cntera salud. En memoria de tan raro prodigio Uamaron k
la dicha nina Inis de 8. Miguel todo el resto de su vida. No quiso
honrar menos el Sefior k su fidellsimo siervo S. Ignacio. A una india
del mismo pueblo sobre el eontagio de que estaba gravemente enfemia,
8c anadieron los dolores de un dificoltoso parte. Llamado el padre k
su socorro, despues de eonfbsarla, la exhort6 k confiar en Dios^que la
sncaria de aquel peligro porta intereesion del santo, y luego, poni^n*
dole al cuello una medaila con m imdgen, comenz6 k rezar sobre la do-
liente la oracion del oficio: apenas la acab6 cuando la enferma arroj6
una criatura que al parecer de lodos los ciTCunstantes estaba mnerta.
No por eso de]6 de acudir eon diligencia el fervoroso misionero k ver
si daba algunas sefias de vida. Hizo eon ella la misma diligencia, y
al instante comenzd k darias tan claras, que todos clamaron k milagro.
El padre la bautiz6 con increiUe jiibilo, y dentro de pocos instantes
V(J6 ai cielo. Con otro semefante suceso obrado por intereesion del
mismo Banto en el pueblo del Tizonazo con el hijo de on cacique gen-
til que ya trataban de sepultar, trajo IKos al bautismo mas de sesenta
gentiles testigos del prodigio. Esto en las misiones.
En el colegio de Guadiana 6 de Durango se pas6 desde la mitad del Amiinaie la
ano con bastante incomodidad, aunque no sin esperimentar la benevo* '.fi^l«^* de 1<m
lencia de aquellos [nadosos ciudadaoos. Habiase fabricadojdesde el aiio de Duniiigo.
1616 una iglesia vistosa y bastantemenle capaz; pero4) loese por la pri-
sa con que so lyaiso acabar, 6 por poca fijeza de los materiaies on tier,
ra, no muy poblada aun, y donde habia pooos maMUns intel^eiiles en
TOM. II. 35
— 270 —
la arquitectura, con las copiosas Uuvias de esto ano, ac vino ^ tiemt
una noche con tan espantotio ruido, que despertd atemorizada toda la
ciudad. Imb campanas de la torre que se taneron por ai miBuias al
desplomarse el edificio, avisaron que elestragoera en nuestro colegio.
£1 gobernador D. Luis de Yaldes fu6 el piimero que corri5 al so-
corro de los padres, y temiendo que el colegio corrieae^ la misma suer-
te 6 que hubiese padecido con la ruina del templo, rogi^ instantemen-
te al padre rector se pasase con su comunidad k las casa» del ayunta-
luiento. £1 mismo ofirecimiento hicieron los religiosos de S- Francis.
CO y de S. Juan de Dies; pero no habiendose reconocido algun peligro
en la casa, no pareci6 necesario desampararla. Al dia siguiente con-
currieron las personas mas distinguidas de la ciudad convocadas de su
devocion A desenterrar el Divinuimo Sacramenlo. £1 Illmo. y Rino»
Sr. D. Fr. Diego do £via, fu6 el primero que con una barrcta comen-
z6 k cavar la tierra como k cinco varas del sitio en que habia estado
el altar mayor. El gobernador, prebendados de la Santa Iglesia, re*
ligiosos y republicanos siguieron un ejemplo de tanta piedad. Habrian
cavado ya como vara y media de profundidad^ cuando se descubh6 una
de las sagradas formas. A.este cspectAculo, hincados de rodillas aque-
Uos ilustres trabajadorcs y llorando detemura, tom6 cl Sr. obi^o la
forma, y poni6ndola en un c4liz con solomne repique de su catedial y
las dem4s iglesias, la condujo bajo de palio 4 una interior capilla del
colegio. Despues de esto se prosiguid cavando con mayor ardor^ pe*
ro no pudo hallarse alguna otra forma, hasta que advirtiendo que sc
habia comenzado 4 cavar muy lejos del lugar donde estaba el sagrario,
sin embargo de habersc alii encontrado i^na de los formas, se comenz6
mas arriba, y 4 las cuatro de la tarde vino 4 descubrirse la caja de made-
ra sin pucrta junto al pi6 del altar mayor, y en ella el vaso del bogrado
depusito algun tan to aboyado, con muchas astillas dentro de ^1, y algu-
nas otras esparcidas por el suelo del sagrario. Todas las recogi6 con
suma vcneracion el ilustrisimo prolado, y entrc los repiques y tiermsi-
mos afectos de todos los circunstantes, las condujo 4 la misma capilla.
Aquella tarde y todo el dia siguiente prosiguieron 4 imitacion del Sr.
gobernador, nobles y plebeyos en desenterrar las santas im4genes, sin-
gularmente la de la Santisima Virgen, c6pia de la que pintd S. L(i.
cas, que habi^ndole caido encima toda la torre se halld sin lesion al-
guna en rostro y manos, aunquc roto y maltrado cl i-opagc. Para re-
paro y adorno do esta santa ini4gon, que era el oncanto de los corazQ-
— 271 —
ncs, ofrecid lucgo un vecino de la ciudad frescientos pesos. £1 gober*
imdor, por su singalar afccto & la Compafiiay quiso salir los dias si-
gaientes en compania del padre rector & pcdir liinosna para nueva ft-
hrica con tan feliz suceso en la comun l&stima de todos los vecinos, que
«o1o el primer dia se juntaron ires mil pesos* No dejaremos de notar
como desenterr&ndose los cucrpos de los benditos padres que habian
tnuerto & manos de los tepehuanes, se hall6 el del padre Luis de JUo"
vez entero con la piel enjuta, el rostro levantado al cielo» y formando
con la mano derecha la senal de la cruz. Estos cuerpos se deposita-
ron dcspues en la Santa Iglesia donde aun hoy descansan.
A I colegio de P&tzcuaro falt6 un continuo benefactor, y & toda aque, Muerte dc D.
lla ciudad un grande ejcmpio en el inngne caballero D. Fernando Al- ^J^"dc Tol
varez de Toledo, alguacil mayor del Santo Oficio. Habia cste por su ledo y del pa.
singular piedad pretendido y obtenido de los superiores ser admiii* ^^ pcroz.
do en la Compania & la hora de la muerte. Sintidse herido de una
grave enfermedad, y sin esperar & los tiltimos mementos pidid con ta*
Yes instancias ser admitido & los votes religiosos, que sin poderse resis*
tir el rcctor^de aquel colegio, los hizo en presencia de muchas peno-
nas que i^deaban su lecho, protestando que aunque no llegase 4 los 61-
timos t^rminos la enfermedad, era su &nimo vivir como religiotfode la
Compania todo el tiempo que el Seiior quisiese concederle, dejanda ii-
bre facultad al padre provincial para disponer de todos sua biehes. fit
jubilo interior con que se banaba su alma dijo ser el mayor quo habia
tenido en su vida; reboz6 & los ojos en abundantes Ugriroas de devo-
cion que la infundid ft todod los presentes. Fu6 ana contingeheia
misteriosa, y que se hizo mucho lugar en la atencion ^ pliblioo, que
^ la misma hora que ofrecia al Senor el sacrificio de su libertad por roe*
*dio de los votes, se vi6 formarse sobre el techo de su eaaa un arco iris
tie singular belleza. Aun fu6 mas dolorosa la p6rdida que hizo el co-
legio de M6rida en el padre Barieiam^ Perex^ sa actual rectcur dcspues
de haberlo side de Zacatecas, Veracruz y Oaxaca, homhre singular,
Unto en los dones de la naturaleza como en las religiosas virtudee:
de una pobreza quo pasaba k grave necesidad en sub vestidos, en sua
muebles, y aun en los libros, en que jam&s tuvo de su uao flino el hre-
viario y la biblia: de una humildad honorifica y & prueba, tanto de Jos
placeres 6 aplausos, como de los dosprecios, en que di6 maravillpaot
ejemplos. Sua grandes talentos se hicieion admirar de las primeras
personas del reino, y el lUmo. Sr. Fr« Bartolom6 de' Bbnavente, obb*
— 378 —
po do Oaixaoa, oytodole haUar sin aJguaa (mvoncion on ua puiito que
so dign<3 oonsultarlei dijo dcspuos aUisraado k algunos dc sua prcben*
dados* « • • Mmcha iitmrUuta debe hdber en la Com^nia, pues ule horn*
hre no ocm^laaptmttaM cAudnu* £1 Illino. Sr. D. Maroon de Rue*
da« obiapo de Yueat^n, despuea gobemador y capitan general de esta
Nu6Va«£4panai sabida mi muerte, mando doblar de cabildo en au cate*
drali paa6 peraoaalniente 4 dar el pdaame k loe padres y decirle ud res-
ponao, y al dia aiguiente aaisti^ ooo el Sr. gobernador de aquella pro*
vincia y todo mi cabildo al entierro. Descaasd en paz el dia 4 de se*
tiembre en cl colegio de la Puebla.
A loa doa moees, 4 de noviembre, falleci6 en el eolegio rodximo el
infatigaUe padre Alonao de Ro^, natural de la ciudad de Guatonoa-
la, nngulaniMnte devote de la Santiaima Yiigea, y compaTiero inaepa-
rable del eaptritaaliainio padre Bernardino da Jjlanoi^ de quien liiciiaoe
nwfnoria por loa aiioa de 1639. Fu^ oiaeetro tree anos en el novicia*
do de Tepoteotltof acompanaddo d loa novioioa en todas las distribu-
clones de aquetta exacdaima probacion. Traido despues para procu*
rador del oolegio niximo, habi^ndoae acabado en su tiempo la interior
capiUade la Concepcton, y dcterminddoee que nuestroa hermanos ea-
(udianlea ae juntaaen en ella k la oracion de por la manana, el padre
anatid con elioa k esta knportantiaiana diatribucioji basta pocos meaca
intea de nerir qua ae lo impidieroa sua acbaquea. £a medio de las
gm^es ocupacioBea de su oficio hacia logar para alguaos otroa ratos de
oraoion, y para confeaar y esplicar la doctrina k loa indios en el Semi,
nario de 8. Gregorio. Ea su enfermedad repiti6 mucbas voces |rni.
eias al Befiori <|ua del oficio de procurador no as la haUa pegado mat
^fw d poteo de laa coZIaf , y lo manifestafaa hieni tanto en la pobreza de
«Q apoaeato y an peraoaa^ como en la iranquilidad de ooaoeiKaa, con
t{ue aviaado 41110 ae coafesase como para morir» res^poAdid siBcaramott-
te: aai la iia proeaiada hacer cada dia para deeir nMsa*
En la Gaaa Proieaa da Mexico muri6 k loa piiaciiaos del €»o el pa-
^re Gaapar de Carvaial, satuial de la FueUa de ioa Angelaa. UanMu
do de DfOB^Ia Crnnpafiiaen-lo aaaa florido da au edad y daauacaponua^
t»s per Medio dt la eonveraackm -eapidtuai de un benaano caa^utor:
f\i<§ en eHa uao de loa hombiBS mas aapiritoaioa que ba teiado la jpaavib-
^, de aumo raoogimiento y abstraccion oon que badia lugar 4ia«a lau
tsbasy eoDStantiaiaaaadavooioaeB. A au oeioae dabid en gran parte
Hi^vrottion*da loa ehacbimecas, Imaehiobilee, que ea vano ae liabia
r«g 273.
ZL P. FSOHaXEIiASCO,
\U.:., "1^;, ,^o„. ,= . ■( casa ;-.- voiidpKa;.:^ii^C.,..\:[...
— 273 —
tcntado por las arnruui. Esta (ii6 au ocupacion siciido superior en S.
Luis dc la Paz, con tanto nmory reconociraicnto do aqucilos bdrbaroa,
c]uc entendi^ndolo cl Exmo. Sr. marques dc Salinas no quiso nonibmr
capitan dc aquella provincia sin que cl padre lo oprobasc. Gobcrno
los colegios de Veracruz, Guadalajara y Guatemala, y dus voces el co-
legio real de S. Ildefonso, la scgunda en circunstanciasbieD criticasyy
tales, que el padre visitador Rodrigo de Cabre<lo licg6 6 decir en con-
suha, que 6 habia de eotrar & goberoarlo cl padre Carvajal,^ hebia d«
cstinguirsc el colegio. Fu^ escogido de Dios para dirigir eo ol caoii-
no del ospiritu 4 roudias almas muy favorecidas da S. M., entre ]a«
cualos se cuenta la vener&ble madro Sor Juana de S« Luis, gloria del
inonasterio de 8. Gerunimo de esta ciudad, 4 quien mas de una vex
maniieftt^ cl Sefior cuanto so agradaba en el alma de su a ante maes.
tro y confewr. En los iiltimos ailos de sn larga vida io probd el cwm
lo con mucluis y gravisimas cnfermedades de ojos, de cabeaat de estd.
mago, de vaso, de higado, de ludropeda, de gota continiuu y cmdamen.
tc dc apoplegia* En medio de la comun companion con que todov fe
miiaban como 4 un varon de dolorea, se manluvo con ua rqstrp I4)fuut
ble y sereno, dando gracioa 4 Dios por Iqa diversos tormentos con que
lo a^ia, faasta que «ittti6ndose detener coo violeiicta en la c4rcei dal
cuerpo, y abrasado en vivisimos descoe de gozar de Dios, se valid de
un poderofio medio. Preeentd 4 la Santisiaia VSigen un memorial lie-
no de dttlciaiaoe uHecUrn y taernSeimas qu^os, y para mas ascgurane
de 8u &kz 4xito lo encomend 6 4 su antiguo amigo y companero d pa-
dre Antonio Arias, que habia muerto desde el ano de IGOd, poni^ndo-
le este sobrescrito: Deo et Vtrgmu dthsdimmo Patri Ankmio Aria9,
in codali sodetate Juu, 6e conocid la eficacia de este momorialy e»
que 4 pocos dies, el 10 de fisbreroi pas6 con tranquiUdad de esta vjda
4 los 85 aik>s de eu edad, y 64 do jrcdigion.
Hasta aqui, no sin particular deeignio, hahaamos d^de eorrer gus- ^^^S|nJ!*
tosamento la narracion por lof dem4s suceeos de este ano, iemeroso de 8r. obiipo de
volver les ojoe 4cia la ciudad de los Aoigelee, donde no podiamos ofce- p^^jj^^^^
«er 4 noestros lectoresaioouB tjjstiflimoeflpect4€uloy las violentatf erupr Maeva-Eqia.
ciones de un iaeeadio que ya medio apagado ya cubierto, habia eetad(»
siempre araeaaaaado 4 Ja pvovincia. Finalmente^ laduia Jey de h M*r
tona y de la cixmobfia nos Ueva coo dolor ^ renovar i^ mqiporifi 4^
acciooee tan niidosas. f HpdUbese, cofiao hemes dicho repetidas v«^
^ ;Iiertoro«! Atcnckm 6 impareialidad on lo que vaiii 4 rcr» Eato o« piden-£JB.
-274 —
tcs gobcrnando el obispado de la Puel)la el lllmo. Sr. D. Jiiati dc
Palafox y Mcndo7a y la provincia del Nueva-Espana el padre Pe-
dro de Velasco, sugctos cntrambos de iiuslre nacimientOy de grande li-
terature, y do un m6rito sobresaliente. La obligacion de Duestro oficio
no DOS da derecho pare calificar las ocultas intenciones, sino solo pare
referir los bechos. Sin derogar un punto & la alta reputacion que tie*-
ne en el mundo el Illmo. Sr. Palafox, y d la que se ba merecido siem.
pre la Companla de Jesus, pudo baber entre uno y otro altereciones
muy renidas; ni el referir nosotros desnudamente los pasos de estas con-
troversias podr4 servir de escdndalo sino k los que no supieren que iSv
Cfer^nimo y S. Jlgustin^ las dos mas grondes lumbreres de la Iglesia ca*>
t61ica, tuTieron entre si disensiones muy dgrias: que S. Gregorio el
Grande, y Juan, patriarca de Constanlinopla, Uamado el ayunadar por
la aspereza de su vida, los dos con fama de eminente santidad, discor-
daron sobre ciertos puntos, y aun dos concilios, como el Antioqueno y
el Efesino primero, jxirt erroris odioj pari veritatis amore^ con igual
detestacion al error, con igual amor & la verdad; y que finalroente para
hablar con las palabras mismas que escribid Facundo en semcjante
asunto al emperedor Justiniano: Pro eadem rdigione qua recti cdUur
Deus^ rum foitim disseniire d $e titotcem, ied eliam Umdabiliier pugna-
ri adoersum se rectwtmt, et religiassisimi passunt, dum eo$ non raUover-
euHus, sed alleriua tdterum latei mterUio, Quiere decir: que por la mis-
ma verdad de la religion cat6lica con que Dios ha querido sor honrado,
pueden no solamente discordar entre si, pero aun pleitear laudablemen-
te los hombres mas rectos, los mas ejemplares y mas religio^os; no por-
que se dejen cegar de la pasion hasta ignorar el modo con que Dios
quiere ser bonrado basta desamparar la justicia 6 la verdad, sino por-
que no pueden conocerse & fondo las intenciones unos & otros.
niM J mimer C)uando lleg6 & la America el Illmo. Sr. D. Juan de Palafox, halld
•'^^^^I^jy^-ya contcstado el pleito que de parte de su Santa Iglesia Catedral se
sor do FttCDui*
habia puesto al Dr. D. Fernando de la Serna, prebendado de la misma
Iglesia, sobre una hacienda que habia dado para fundacion del colegio
de Veracruz. Este pleito se sigui6 con bastante ardor; pero sin pasar
i agrura de una y otra parte, basta que de parte de la Santa Iglesia Ca.
tedral se public6 un papel con titulo de dtfenaa^ firmado^por el ilustri-
simo, y dirigido al rey nuestro senor, k que el padre Francisco Calde-
ron se vi6 obligado k responder refutando algunas proposiciones, y
aclarendo otras de algun sentido cquivoco, miontras que se formaba
— 275 --
otro mas formal y juridico que dcspuoe se imprimi6, y en quo por mc-
nor se respondc d todos los argumcntoe que & su favor habia promovi-
do con bastante elocuencia y cnergia el de ]a Santa Iglcsia Catedrsl.
Esta que pareci6 justa defensa de la Compania, acnb6 de agricar el 4iii*
mo del Illmo. y Exmo. Sr. obi.s|>o, y junt^ndose de una y otra parte al-
gunos otros pequenos raotivos, que aunque por si de ningun momento,
son de roucho peso en dnimos ya adoloridos, vino a parar en una san-
grienta contradiccion en estc auo de 1647- £1 Sr. obispo se did por
agraviado de ciertas proposiciones de algunos predicadores jesuitas*
singularmente del padre Jumn de S. Migudf que en las presentes cirw
cunstancias fu6 f&cil & algunos mal intencionados torcer & sentidos
perniciosos y denigrativos de la conducta y dignidades.de S E. I. Sin-
ti6 tambien, como significa en mas de una de sus cartas, que los pa*
drcs no le hubiesen visitado en una enfermedad de que adolecio 6 prin*
cipios de este mismo ano; que no le hubiesen convidado para el Ju-
bilee de cuarenta boras en el.colegio del Espiritu Santo, y que
hubiesen sacado de la Puebla al padre Lorenzo Lopez, de quien
su ilustrisima, como de un insigne operario de indios, hacia particular
estimacion. Por otra parte, & los jesuitas de los colegios de Puebla
no les faltaban motivos do sentimiento viendo cuanto discordaban 4
su parccer las palabras del Sr. obispo con lo que hacia y eseribia en las
ocasiones que se presentaban» prohibiendo predicar en su obispado al
padre Juan de S. Miguel, y procediendo 4 otras demostraciones menos
ruidosas; pero, no menos sensibles contra algunos otros individuos.
Ello es quo en estas ligeras escaramuzas y privados resentlmientos pa-
saron muchos dias hasta el 6 de marzo del ano presente, mi^rcoles de
ceniza en la tarde, en que de parte del Dr. D. Juan de Merlo, provisor y
vicario general del Illmo. Sr. D.. Juan de Palafox, so notified iloi pa-
dres rectores de los colegios todos de aquella ciudad, un edicto en quo
dcsdc luego suspendia las licencias que tuviesen los padres de ellot
como contra ventores del Santo Concilio Tridentino, para aseguranede
la suficiencia de dicbos religioios, y por otras juatas causas, y quo den.
tro de veinticuairo horas se le prescntasen las dicbas licencias, y que de
no hacerlo asi, se procederia & lo que bubiese lugar en derecbo.
Para la perfecta inteligencia de eata controveraia debe suponenet <iue
los roligiosos de la Compania de Jesus tanto en esta como en las demi»
provincias de las Indias, se hallaban en quieta y pacifica pososion del
privilegio concedido por Questro Santloimo padre Grcgorio XIII, da
— 276 —
feliz mutnoria, cuyas palabras eon: Eisdtm que ut semct ah a!tu/uo
itlarttm pariittm EpUeope approbati ad praedkandum^ confessiones au-
dtendHMf eimisaasedebrandum in aecclens, et Oralotw societatis praedic^
lm^ promlfUsteriorttm Juijusmodi exerciiio tdterwf Ucentiam, el approba-
Honem db tdis Ejphcopis peiere^ sett habere minime teneaiUttr, Privilcgio
que conflrm6 la Santidad de Gregorio XIV y de Paulo V en la bula:
Qftamhim Rdigio^ espcdida el afio de 1606. Es ciertOrpara nodisiinU'
lar coaa alguna, que algunos teologoe aun de la miimia Compauia ha-
bian entcndido de otra manera eete privilegio, y que en el obispado de
Guadalajara por les anoe ds 1021 9C habian suscitado no s6 qu^ dudas
Bobre 8u inteligencia; pero habi6ndose cnt6nces formado un parecer baa-
tantemente fundado y docto, que firmaron, fucra de otros insignes te6*
logos, lotf doctorcs D, Diego SarrienioSf D, lAds de Cifnentes y D*
Juan Cano^ los dot primeros prebendados de la Santa Iglesia Catedml
de Mdxico« y los doctores D. Fernando Francisco Rieuefio y D. Luis
de Herrera do la Satita Iglesia Catedn^ de la Puebla, fik:ilmente de so-
isg6 la eontroversia, defitiendo i, tan pmdente dict&meft el Dlmo. Rmo.
Br. D. Fr. Jaan del Yalte qtie gobernaba dquel obispado. Estaba, pucs,
la provincia de Nueva-EspaHa en pacifiea posesion de selenta y cineo
•3of tolerada por todos los St'es. obtspos quo en todo ese iiempo habia
habido en la America. £1 mismo Sr. D. Juan de Palafox en seis anos
que babia goboitiado su di6cesis, jamds habia movida duda alguna so-
hie este punto; ^ntes como hemos visto en sus visitas y fuera de ella*
en nrochas otras ocasioaesy se habia valido de los jesuitas para mi-
iiodes en lodo su oBispado, y eacomend a do & otros muchos los mo-
nasterioft de sus religiosas con positivas instancias. Be habia queja-
& su ihistrfsima algunas voces, y aun repite en ea carta al padre Flo-
fe&cio Caroci, do que bs jesuitas se hubioien retirado del confesona-
rio de sus monjas, y habidndose niudado en seis afios, como dice en aque-
lla mismacartai cuabi todos los sttgetos de aquellos colegios bien le cons-
taba & S. S. L que lo hacian sin particular licenoia suya y en faorza
de sus prhileglos. Sin embargo die todo esto^ persuadido & lo que pa-
Mce,. y d& bastantemente t entender en sus cartas, & influjo de su pro-
visor^ qoe no habia privileglo bastante &- &voreoer 4 los jesuitas en
esia posesioo,. se detefmind & notificar el dicho edicto.
Las ra^ones que mas peso hicieron en el Animo de su ilustrisima^
pairecen haber side <fie al primkivo privilegio de la Santidad de Paulo
tn, siendo anterior al Santo Concilio de Trento, quedaba aWgado
— 277 —
poi* la disposicion contraria en el capitulo 16 de la seccion 23, twno
eonfiesa el misrao padro Suarez que despues habia on contra las deci*
slonesde Pio V en el ano de 1671, y la de Clemente VIII en elaflbde
1604. Que la de la Santidad de Paulo V,*aunque posterior d todas esaa,
como espedida en ef ai5o de 1606, cstaba espresamente revocada por
contraries constituciones de Gregorio XVyUrbano VIII. Perodci^d-
tas dos revocaciones no podia ignorar la parte de la Santa Iglesia Cate-
dral quo la priniera de la Santidad de Gregorio XV cstaba espresa-
niente revocada el ano de 1626 & peticion del Sr. D. Felipe IV, per
medio de D. Rodrigo Silva, duque de Pastrana, su cmbajador en Rb-
ma, como consta de la mismb bula que nos ha parecido aqui vaciar A
la lotra:
„Feii. jP. Julio Episeop, Orarien»e^ Noitro, el Sedis Apoiffolica in
Hispaniarum regnis Nuncio. Ven.frat: alioB dfel ret Chegorio Papa
XV. Predeeessore n<i$tro emanarunt liieroi ietunis MequenHs^ videKeit:
Gregorius Episcopu8 servuM Mervoriim Dei ^c« (km atlfem, ncui ae€t»
pimu8^ circa txecutionmn litterarum prtBdiciurwn in regnis ■Hiapanm-'
rum faciendam nonmtUa per dileclum JUiumnobUemvirym Roderieum
de SUvaf Ductm Pastrana ehariuimi in Xptofilii nosiri Philippi IBIt-
paniarum Regis Caiolici apud AVw, et Sedem Jiposiolicam oralorsm
eiwdem Philippi Regis- nomine coram dilecUs filUs noslris Dommieo
SS, duodecim ApostalorumCrimnasioy loanne Garzia^ SS. quoturcoro-
uoiorum^ MSlinOt ac SeipiankCobeUuiio SanciiB Susanna, necnon JinUh
nio Semcii QmspirH iUnhrum PresUuHs Cardindlilms respeelive nun-
cu^aiis ad id A fwbis spetialiihr deputatis deductafuerini, t^c. et iMtu
prapio^ el ex seientia ceria^ ac matura deUb'eratione nostra, deque ^postO'
lica polestaiis pleniiudinefrdL iua per prasentes conmiiiimns, e't man"
damns, ul in regnis Hispaniarvm pradictis iantum ni execuuiione liUie'
rarum inseriarfm hmusmodi super sederi authoritate nostra curis^ stfk^
cias, donee aliier 6 nobis seu Romanis Ponttfidbus suecesoribus hdHiris
provisum Juerit^ coniradictores quosltbel et non obstantihus. Dahnn
Romce apud 8, Petrum suhannulo Piseatorisdieseptimafebruani'dhn.
1625. Poniificatus nostri anno 2«o"
Por donde se r6 manifiefltamente c6mo la bula del Sr. Gregorio XV Bobra k bnla
se manda suspender en todos los reinos de Espaiia, y no solo en el ofits- ^©^XV y w
pado de Jaen, como se aleg6 por la contraria parte, confundien^- el umiucion.
Breve de 7 de febrero de 1625 con otro de 21 de abril del mismo aiiol
en que la bula del Sr. Gregorio XV, que comiensa inseruiahUi, maa.
TOMO II. 86
— 878-^
dftd f uspender en los demis rhinos de Espana, ae concede con limitacion
al eminentiaiino Sr. cardcnal Sandoval, ent^inces obispo do Jaen, por
particular atenoion 4 su persona y dignidad, de que hablaremoa
deapues.
Sobra la bula For lo tocante 4 la bula del Sr. Urbano VIII efpedida en ol auo de
del Sr. Urba- ,".«« • i. j / . , ,
BO VIII. ICliop aunque quiera entenderse como eapreaamente revocatoria de loa
pi^ivilegios de ia Compaiiia, es cierto y le constabu muy bien al Illmc.
Sr. obispo de la Puebla, que dicha bula no estaba legitimamente publi-
cada y promulgada en las Indias. Y aunqae en las constituciones pon-
tificias rouchos doctores no rcquieron eata promulgacion cm todoa loa
lugarcs dcls^.cristiandad; .pero cuando se trata de revocacion de privi-
legios conviene la mayor parte, en que se requiere publicacion on aque-
Uosmitmoa higares en que ae hallaii loa que gozan de dicbo privilegio,
eatando en posesion coptraria, lo cifol tiene niucha mayor fuerza eh
latf Indias por el particular privilegio de que gozan loareyes cat6licos,
deque no tengan fuenrA de ley las bulaa que no fueren pasadas por el
real .y supremo. conaejo cqidq ea cprriente, y haata hoy se esperimenta
( ca,da pasD aun en materiaa de. mayor lAaportaiicia. Adddaae, que aun
en glioma ers fama comun t|uie el roiaoto Foniifice Urbano VIII en el
aiguiente ano de 1 629 habia de nuevo conoedido, 6 rivaUdado el privilegio
d^ U. Compaiiia en cuanto d las regionea y provincias de las Indiaa.
i^'^pp^^"*' . .Viendo, puea, los padres rectores de Iba^colegios de Puebla que en
txodel t^rmi- lo* privilegios de la Compauia no coastaba estar revocados espresa-
v^*n8o?°^^ inente por bula alguna de su Santidad, que los favorecia la larga po^
de loa cole, seaioa con ciencia y aun con benepUcito de todos los Srea. obispos de
^^* la America, que no los ignoraba, y. que aun por mil caminos diverao»
los habia basta alii fomentado el Sr, Pal^fox, aunqbe ' pudieran haber
respuesto en dcrecho otroo muchas cosas 4 la notiticacion del edicto,
solo dijeron no ser cllos parte legitima en aquel caso, y que trat4ndoee da
privilegios conccdidos 4 todo el cuerpo de la religion, este edicto debia
notificarse al padre provincial, 4 quien pasarian luego la notioia, y sin
cnya Ucencia no podian contcstar on ol aaunto. Sin embargo, mien*
tras daban aviso al padre provincial, quo so hallaba en Mexico 4 solas
veintidos leguas, por no pareccr dcsobcdientes al edicto, se abstuvieron
al dia siguiente, 7 de marzo y juevcs primcro de cuaresma, de salir con
' ' (a proceaion de la doctrina cristiana y do predicar en la plaza los dos
lermonos que siemprc so hacian en castelkmo y mexicano. Instaba el
1 1
vierna^ para cl cual se habia promulgndo ya sermon desde algunos diaa
— 279 —
antes, en cuya aiencion, despues <ie larga deliberucion y cotrauUft, M
resolvib que el padre Pedro de Valencia y Luis de Legaspi, que habia
de predicar el dia siguiente, pasasen ^ ver a su iiustrisima, como efec«
tivamente pasaron deniro del Urmino senalado de las veiniicuatro lioras^
suplicdndole humildemente, que en atencion 4 su privilcgio y al esc&n^
dalo que podia ocasionarse de cesar la Compania en sus ministerios en
cl tiempo santo de la cuaresma, en que 4 todo el roundo son tan piibli-
cos, se dignase sobrcsecr en cl asunto y no actuar juridicamente contra
los padres rectores que no eran parte legitima, 4 lo menos mientras que
venia la resolucion del padre piovincial que no podria tardar: que la
Compania no ignoraba los derechos de la mitra en csta parte, ni queria
desobedecerle, sino solo proceder de acuerdo y con la direccion de su
provincial. A esta representacion respondi6 su ilustrisima con muchas
quejas de la Compania, y de algunos religiosos de los colegiales de
Puebla, negdndose redondamente 4 la sOplica de los padres, y conclu-
yendo con que so le niostrasen las licencias 6 privilegios. Instaron
los padres en que su seiioria se dignase esperar la resolucion del padre
provincial. Estuvo firme en su resolucion el Sr. obispo diciendo que
la Compania siguiese su derecho y 61 seguiria el suyo. liuego, vol-
viendoso al padre Luis de Legaspi: MucJio me peseta le dijo^ que sea tmei-
tra paiemidad el predicador de mahana. Con esta respuesta tan llena
do amargura y dolor, volvieron lod padres al colegio fluctuando en un
mar de dudas y congojas. Se junt6 segunda consulta de los sugetoa
mas graves y mas doctos de los dos colegios, en que se rcsolvid lo primefo
que el Sr. obispo no podia quitar absolutamente las licencias de confe-
sar y predicar 4 tres colegios de la Compania, y aun 4 todos los de 8U
obispado como lo habia hecho. Esta resolucion se fundaba en varioe
decretos de la congregacion de Eminentisimos establacida en Roma pa-
ra los negocios de regulares, uno del dia 16 de enero de 1606 en que ae
dice: Dominos ordinarias non posse facullalem audiendi eonfessiaiUM
omnibus simuluniusconventusregularibuSi eadem sac, congregatione in-
consulta adimere. Otro del dia 20 de noviembre de 1615 en que se
dice: lUmi. ejusdem congregationes PP. rati vix fieri posse^ ut sic sine
scandalof magnaque animarum pe^micie conlingantf re mature perpensa
ad omnen scandali maleriam submovendami et qud magis spiritttali pia-
rum mentium consolatiioni consiUatur el ^atuunt insuper eosdem .Irehie-
piscopoSf Episcopos^ locorumque ordinarias confessiones audiendi fa^
cultalem omnibus simul unius convenius regularihus confeioriis eadem sac.
— 280 —
congregatione ineowtuUa ladimere n&n po$»€. Quod quidem deeretum
fit iidem Illmi* pairis opporlunum^ el neceuarium durerunU Ha inriolo'
biliterjubent obsertari, Quierc decir uno y otro: Que los ilustristmot
padres de aqnella sacra congrcgacion juzgando que apenas pueden aetne-
J antes cosas hacerse sin escdndalo y sin gran detiimento de las almas,
considerado maduramente el caso para quitartoda materia de escAndalo
y para proveer mejor al consuelo espiritual de las almas piadosas, esta-
blecen y^^determinan que los arzobispos, obispos y ordinaries de los lu-
gares no puedan sin consultar & la misma congregacion quitar las fa«
cultades de confesar juntamente k todos los confesores regulares de un
convento, monasterio 6 colegio, y lo mismo so habia declarado el aiio
lintes de 1646 el dia 21 de febrero en favor de los regulares de la Ru-
sia, aunque era tan dificil el recurso 6 la sagrada congrcgacion desde
unos lugares tan distantes de Roma. Y aunque es verdad que en el bre-
ve del Sr. Inocencio X obtenido en este mismo pleito se declar6 des-
paes que los Sres. obispos de Indias, por esta razon de dificil recurso
podian suspender las dichas licencias & tudo un monasterio 6 colcsgto
de regulares sin consulta do la sacra congregacion, y que el decreto
citado de 20 de noviembrc do 615 por dcfecto de intencion y de con-
reniencia moral, no se estendia 6. regiones tan remotas de la sede ro-
mana; pero esta limitacion declarada el ano de 48 no podia sufragar &
lo qae el Sr. obispo habia obrado en principios de 47, ni quitaba 4 los
paidies el derecho de entcnder aquel decreto como lo habian entendido
casi todos los autores que habian escrito husta aquel tiempo. A que so
anade que aun en el mismo breve de la Santidad de Inocencio X, en
que se limita aquel decreto & favor de los obispos de las Indias, se po-
hen al fin estas palabras: Verum ab hue generali suspentiontf qua vix •«-
ne $candalo, et animarum, pernicie contingere potest, abstinendum esse
Episcopis nin gravisima subsistente causa, super quo sacra congrtga^
Ho iUoruim conctentids graviier voluit esse onerafas. Quiere decir: Quo
pudi6ndose apenas haccr esta genen^I suspension de todo un monaste.
rio 6 colegio sin grandc cscdndalo y detrimento de las almas, se abs.
tengan de ello los obispos, si no fuero con causas gravisimas, sobre lo
cual la misma sacra congregacion les encarga gravemente la concien -
cia. Y sicndo ceto asi respecto d un colegio entero, [qu^ seria con dos
colegios y un Seminario quo habia en la ciudad de la Puebla, y aun
con todos los colegios de aquella jurisdiccion, pues lo mismo se habia
mandado notifiear & los jcsuitas del colegio de Veracruz? Atendiendo
— 281 —
d estas razoncs detcrniinaron los padres quo c1 llusf risiino cxcedia en ?kgunda re-
dichu suspension los limites do su autoridad. moiWoe!^ ^"*
Dcterminaron lo scgundo, que aun cuando las facultndcs de S. S. I.^
se estendiesen d poder suspender generalmcnte las licencias dc coitfe-
sar y predicar 6 todo un colcgio, y aun a todos los dc su di6cesis, era
cierto y constante que no las podia suspender k aquellos inismos a quie-
nes una vez las habiadado, por expresa decision de la Santidad de Pio
y en la bula que comienza: Elsi mendicanfium, cspedida el ano de
1567, donde se dice: Statuimus eliam quod Ulc qui stmel in vna dioee-
si admissus por episcopum fuerii, semper ineadem diocesi haheatur pro
admiso nee amplius examinari^ vel presentwi in ilia dioccsi dtbeat lam
quoad praedicationes faciendas^ quam quoad confessiones audiendas, Y
que la bula de Pio V no fu6 revocada en csta parte por otra del Sr. Gre-
gorio XIII, que comienza: In tanta^ so ve por declaraciones posteriores
de la sagrada congregacion una do 1691, on que expresamente se dice
no haberse revocado otra del ano de 1606, y la misma del ano de 6 1 5, en
que se dice en la primera parte: Statunt ae decernunt archiepiscopis^
episcopiSf locorumque ordinaiiisadquos confessariot approhandi jus special
confesariosregulares alias ab ipsis liberi approbatos ab audiendis confession
nibus suspendere post hctc minime licerc, nisi ex nova causa^ eaque ad con^
fessiones ipsas periincnte^ aulob non servatum inteixHctum ab ipsiusordina^
riispositum ^-c, y otra posterior aprobada porlasantidad de Urbano VIII,
afio de 6 25, en que se dice: Que Regvlaressemelexaminati, el aprobati non
subsunt amplius examini episcopt^y lo misnrto rcspondi6 la sagrada congre-
gacion en ocasion de este pleito de la Puebla, como se puede ver en el
breve de Inocencio X d la segtinda pregunta propuesta do parte de la
Compania. Episcopus regularempro confessionibus semd approbatum si-
ne nova causa suspendere possit ab ipsis audiendis. Respondit non posse
sine nova causa eaque ad confessiones ipsas pertinenie, Por otra parte, ea
certisimo que lo que se dice de las licencias de confesar, so entiende .
tambien de las de predicar, siendo uno mismo el ex4men y aprobacion
que requiere cl concilio, y habiendo en la suspension la misma razon
de escdndalo, y expres&ndose tambien estas en la bula dc la santidad de
Pio Y. £s tambien constante que esta aprobacion y licencia de los
Sres. obispos que requiere el concilio Tridentino, no es preciso que se
conceda porletraspatentes en forma, sino qiie pueden darlas los Illmos.
por cartas misivas simplemente, y sin aTguna solemnidad, y aun de ti-
VH voz, como cs comun opinion de Ids autores, y confirmd la sacr^
— 282 —
congregacion en la quinta duda propuesta de parte.de la Coinpauia:
I An liceniia audiendi confessionesf et praedicandi ab tpiscopo per Vute^
ras missioaSf an solum per liUeras paterUes Caticellanac concedi possit?
Jiespondit posse concedi el'uun per liUercLs missivas vel ore ienus si tla
episcopo videlnlur.
. Supuestob cstos genomics principios, en quo uo habiii duda, ol mismo
padre Luis du Legaspi quebabia de prcdicar cl dia sigiiieDtc 8 de mar-
zo mostr6 carta original del Illmo. Sr. D. Juan de Palafox, fecha en
Tototepeci. 24 de febrcrodel ano antecedento do 1646, en que no solo
le daba su iluslrisima permiso, pero aun lo encargaba quo predicase^
concluyendo la carta con csta csprcsion tan llona do benevolencia y de
humanidad: Eticomiendeme d Dios vtiestrapaiemidad, y pida lo mismo
a sus oytnlesy que siento mucho no ser yo uno de ellos. En virlud de es-
tos documentos determinaron los padres consultores quo dicho edicto
suspensive aun cuando pudiese estenderse (que negaban)4 todos lossu-
getos dc los dos colegios, no podia comprcnder k aquellos quo tenian
las licencias del mismo Sr, D. Juan de Palafox; y siendo uno de estos
el padre Legaspi, podia predicar sin embargo de dicbo edicto, y asi
que se tocase d sermon en nuestra iglesia, especialmente que para predi-
car los regulares exentos en su propia iglesia, el concilio Tridentino
solo rcquiere la bendicion del obispo diocesano, y que segun la comun
opinion de los autores, aunque no so obtenga, basta que se pida, como
efectivamente se habia pedido aquel mismo dia 4 su ilustrisima per los
padres Pedro de Valencia, y el mismo padre Luis de Legaspi que habia
de predicar.
Constat 6x Tomada no sin bastante turbacion y conffoja esta rcsolucion el dia
fact. concord. j o j^
Nam. 4. siguiente del 8 de marzo, cstando ya para subir el predicador al pdlpi.
Notificacion . ^ |^ jj^^^ media de la manana fu6 llamado del notario de su ilus-
al padre rcc- .
tor del Espf. trisima el padre rector Diego de Monroy, d quien se intim6 scgundo
nromulffacicm **^^^» ^^^ inhibicion de confesar y predicar dntes de mostrar las licen-
del edicto ge. cias s5 pena de excomunion mayor. Este auto se notific6 solamente
Nam. 5. ^^ padre rector del Espiritu Santo, sin noticia alguna del padro Luis
de Legaspi, quo entre tanto estaba ya predicando, segun consta del he-
cho concordado. El ilustrisimo, creyendo ultrajada su dignidad, man-
d6 notificar d los padres rectores de los dos colegios tercer auto, ame-
nazando con pena de excomunion mayor, y de fijar ptiblicamente d to-
doa los que de la Compania se atreviesen & confesar y predicar sin
previa licencia, 6 sin demostracion de ella. So rcspondi6 escusdndo-
kd..
— 283 —
86 de podcr contcstar en este asunto sin 6rden del provincial, para lo
cual 80 concodi6 t6rmino de veinte dias, dentro do los cuales so abstu-
viesen enteramente de dichos rninistcrios. Aquella tnisma tarde se pu-
blicrt un odicto general en que condenando d los rcligiosos de la Com-
pania de JesUs de desobedientes, transgresorefl y coniravcntores del
santo coixcilio de Trento, biilas pontificias y declaraciones de los car-
denales, les manda s6 pena de excomunion no confiesen ni prediquen
on su obispado, y debajo de la misma pena k todos sus feligreses no
oigan sermones ni pl&ticas de los religiosos de la Compafiia, rti se con-
fiesen con ninguno de ellos, por cuanto temerariamente por falta de
jurisdiccion se esponen 4 hacer confesiones inv&lidas y sacrilegas. El
mismo Sr. Illmo. di6 mayor autoridad 4 la promulgacion de este edic-
to, asistiendo personalmonte i, ella on la iglesia de las religiosas de
la Santisirr.a Trinidad. Y aunque su tenor rezaba quo se fijase en las
puertaa de las igiesias, nunca lleg6 k ejecutarse, quizd temi6ndose pru-
dentcmente el escdndalo y descortesfas del pueblo, ya bastantemente
conmovido y dividido en facciones; bien que se imprimid poco despues
y so divulg6 por todo el reino. £n una de las claCisulas de dicha
edicto 80 daba & entender como todas las demas religiones se habian
humildeinento sujetado y obedecido al primer auto de su ilustrlshna,
m^nos la Compafiia; sin embargo, procediendo despues 4 exacta ave-
riguacion sobre este punto, convinieron todos los prelados de las de-
mas religiones que d nmgftno de dlos se le hahia notificaio avto seme-
jtttUe.
El Illmo. y Exmo. Sr. D. Juan de Palafox procedia 4 su parecer Razonos en
coh bastante justifies cion, y se creia autorisado par4 semejantes de- J^ ^ toda-
mostraciones, parte con los decretos del santo concilio Tridentino en obiipo de la
que probibe 4 los regulares predicary confeaarsin aprobacion y licen- ^^^^^'
cia de los obispoe dioceaanos; parte por la bula de la Santidad de Gre-
gorio XV, que comienza: In scruiabUif espedida en el aiio de 1622,
en virtud de la cual se llamaba y decia proceder como legado de su
Santidad* A los padres parecia que aun en este modo de proceder por
oaosuras, excedia el Sr. obispo los Hmites de su autoridad, no pudi6n:
dolo hacer ni por dereclio que le diese el concilio, ni por el que le da-
ba la citada constitucion de Gregorio XV. No porcl concilio,' porque
en fuerza de aqixel decreto solo pueden proceder contra regulares exen-
tos en aquellos casos que allf so expresan, y en que est4n sujetos 4 la
jurisdiccion dol ordinario. Y aunque lo est4n, segun el concilio en
— 284 —
cucinto a las liccncios de confcsar y prcdicar; pero no aquellos que tie'
ncn privilegio conatante y posterior al mismo santo conciliOf como era
el do lo8 jcrtuitas, cl cual aunque juzgasc el Sr. obispo que no lea fa-
vorecia, no por eso podia proceder k quitarles la posesion, ni mucho m^'
nos u importer censuras; porque la ioterpretacion de los privilegios esik
reservada al inismo Sumo Pontlfice, y no 4 lob mismos ordinaries que son
parte, ni aqn & los mctropolitanos, como cs comun opinion, y aun e^tk
docidido en estc mismo pleito 4 la cuarta duda propucsta 4 la sagrada
congregacion por parte del Sr- obispo. Si verba privilegiorwn tint ohS'
cfi)*a, et ambigua non metropolitanum^ nee viciniorem episcopum; sed #u-
mum pontificem pro interpretatione esse adeundum: lucgo aun dado caso
.que estuvieren ambiguas y obscuras las palabras del privilegio que go-
zaban los colcgios 4ntc8 de recurrir al Sumo Pontlfice por la interpreta.
cion, no podia el Sr» obispo turbar su antigua posesion, ni mucho me-
nos proceder con censuras contra ellosen virtud del.cohciIioTridenti«
so. Y es esto tan cierto 6 incontestable, que aun en esta misma con-
troTersia habi6ndos8 pfeguntado en la cuarta duda de parte de la Com.
pania, ^si el ordinario en este caso podia protieder con censuras con«
tra los regulares exentos? Se respondid que si podia, pero no en fuer-
za del concilio Tridentino: Po8se procedere non qtadem in vim contSii
Trideniini. .
Resta, pues, que solo podia hacerlo en fuerza dela bula de Gregorio
Wf y esto s( declar6 la sagrada congregacion: Posse procedere non
fuidgm in vim concilii Tridentini^ sed in vim constitutionis Chregori JCV
quae incipit: Inecrutabili Dei pi^ovidenGta, Pero cs constante qneeBta
bula de Gregorio ILV estaha dnies mandada suspender para todosloa
; reinoede Espahaporla Sanlidadde Uvkano VIII, como consta del bn.
' Te espedido al Sr. Juliq Zacheti,. despue» cardeiial que arriba dejamos
citado, 4 peticion del duque d» Paslrami* Y aunque se alegaba haber
cesado dicba suspension de Urboiio VIII 4 instancias del cardena]
Stindovalf obispo de Jaen, es certisimo que aun despues de ialimitaoion
becha 4 favor de aquel eminentisimo en atenoion 4 su dignidad^ la bdla
del Sr. Gregorio XV qued6 generalmente mandada sospendef para
todos los otros reinos de Espana; tanto, quo aun despues de miicbbs
anos en el de 1705 hablando el Sr. Felipe V con todos los Sres: obisi
pos do la America .en c^ula de 4 de octtibre, dice: ,,Y habiendo via.
to su instancia en mi consejo real ile las Indtas, y teniendo presents
que la santidad de Gregorio XV espidi6 el aiio de 1622 una bula sii|e.
— 285 —
tando a los regiilaros en muohas cosas (i \fx jurisdiccion de los obispoEi,
dando d estos f;\cultad para proceder contra cllos no solo con penas,
ghio con censuras: lo cual, d instancia del Sr. Felipo IV (quo cstd en
gloria) mand6 suapendcr la Santidad de Urbano Vlll cl afio de 1625,
cnviando facultad al nuncio de Espana (que ent6nccs era) nrdcnase a
l03 obispos de estos reinos no ejccutasen la bula del afio de 1622; lo
cual hizo el nuncio ordenando d los obispos y araobispos do estos rei-
nos, en virtud de santa obediencia, no usasen ni procediesen d lo por
clla mandado. Y estando, coiho eertd en los bularios la bula do 1622,
y no la de 1625, en que la Santidad de Urbano VIII la derog6 6 sus-
pondi6, sc ticne entendido ho ha faltado algonrprolado en la Nueva-
Espafia que ha procedido contra los regulares, poni^ndoles Censuras de
que (en caso ique tuviera facultad para ello) deberia abstonersc, pro.
cediehdo con raansedumbre > no jndicialmente por obviar cualquier in-
quietud, litigio 6 nola en aqnellas partes, en coya inteligencia ruego y
' encargo por la presente d todos los araobispos y obispoe de las iglesias
metropolitanas y'catedrales.... que contra- los religiosos de todos los
6rdene's die sus 'distritos y jurisdicciones, asi curas como no curas, no
pongan excomunidnes d&ninguna manera en ninguii'tiempo,'6i no eff ^
en los catios qu^ Jos breves p<Mtificios y Concilio de Trenito lea conce-
diesen e8|)i^38ainente autoridad pkra ello, &o. De esta real c^dula se de-
duce manifie^tanienfe, lo primero, que dicha bula del 6r. Gregoiio XV
comb in^nfdiida "sirai^ndet pore! Sr. Urbano VIII, no daba ningunaau-
toridad al Sr. obispo derla Puebla paVa proedder coiiio delegado de su
Santidad, ni pitra 'Rilmiiidr cehsiiras -contra regulares exekitos. Lo se-
' gundo, qiie la limitacion ptiesta deiipues por el mismo Santisimo Padre
Urbano VlII d favor del Eminentfeinio Sandoval, dbispo de Jaen, no
alz6 la suspension mandada hacer para iodo lo restante do los reinos
de Espana, comb pretendia el Sr. D. Juan de Palafox. Lo teroero,
que si el ano de 1705, cincnenta y siete aiioff dcspues^de las ireipUeatas
de la sagrada congregacion, todavia se creia suspcndidfr eil^ los'Veittos
cle Espafia la dicha bula de Gregorio XV^ y por consiguiente no po-
dian los Sres. obispos proceder en virttid de ella contra los rcgulares
con censuras, ic6mo pudo d Illmo, obispo de la Puebia el dia 8de mar-
zo de 1647, un aiio dntcs de las respuestas de lasagrada congregacion,
proceder d ello en virtud de una bula mandada suspender?
Sin embargo, aunque por estas y'otras razones que no hacen d nues- ^^ noticia
tro asunto, juzgaban los padres que no Ics obligaba dicho edicto, y es-. vLdaf*'/'^
TOMO 11. 37 * '
_286 —
brar*^ conMT* ^^^^" librcs de incurrir on la cxcomunion cou que en el se Ics amena*
vadoref. zaba, por cvitar la publica nota y cscdndalo del pueblo, se abttuvierau
de confeaary predicar en todo el resio de la cuaresma^ quilando estefo-
menlo d la indignacion del Sr. ilusirisimo^ como dcponen varioa teatL-
g08 y consta del hecho conoordado niimero 12. Entre tanto Ucgaban
unos sobre otroa los corroos al padre provincial Pedro de Vela^co, que re-
sidia en Mexico, con individuates noticias dc lo que pasaba en Puebla.
]ja primera diligcnciu dol padro provincial fu^ mandar haccr en lodoa
Ics colegios oraciones y plegarias al Senor por cl acierto de In Compania
ennegocio de tanta consecuencia^yporel lUmo. Sr. obispo de la Puebla.
£n el colegio del Eapiritu Santo di6 6rdcn para que se hicicse csto por
algunos dias con el Santiaimo Sacramento espuesto en la capilla inte-
rior. Tratd luego del pronto remedio que demandaban neccsidades tan
urgentes. Juntos los contniltores determinaron *que la Compania de
Jesus estaba gravemonte injuriada: que al padre provincial^ corao 4 su
cabeza en estos reinos, le competia volver por el honor de la afligida
provincia, y hacer pdblica la religiosa y edificativa tonducta de clla en
todos los aauntoe que en el dia se disputaban: que el remedio mas pronto
y eficaz era proceder &Ja eleccion de conservadores conforme & los am-
plisimos privilegios de que en esta parte gozaba la Compania. De es.
te mismo dicidmen fueron otros sugctos de los mas autorizados do esta
capital, de que haremos mencion poco despues. No podia dudarse que no
babiendo en las'Indias jucces conservadores senalados por los concilios
provinciales, como requiere la bula del ano de .623 de la Santidad do
Gregorio XY, no estaba obligada la Compania 4 conformarse con di-
cha constitucion en esta parte, y podia proceder conforme al privile-
gio de Gregorio XIII. Fluctuando en varias dudas sobre las personas
que se oligirian en eato ncgocio tan importante, la esclarecida y gra-
visima religion de Santo Domingo por medio de su provincial el Rmo.
Ff* JAzaro de Prado^ se present6 al padre Pedro de Velasco, diciendo:
qn^ cnando estaba li religion de Santo Domingo en las Indias, no era
rezon que la Compania de Jesus buscase en otra parte el alivio de su
afliccion, pues fuera de ser gloria suya entrar a la parte do la pcnali-
dad y el trabajo.que padecia la Compania, dosde luego ofrccian hasta
los cilices de su iglema si fuese necesario, para el socorro y gastos do
la defenda. Gonerosidad que jam&s bprrari el tiempo de nucstra rae-
moria, y 4 que agradocido, como era justo, el padre provincial Pedro do
. Velasco, pa86 4 nombrar de la niisma sagrad^ religion 4 los rcvcrcii*
— 287—
disimos padres Pr. Juan de Pnrcdes, predicador goncral de 8u 6rdeD y
actual prior del real convento do Mexico, y al Rmo. padre maetitro Fn
Aguslin Godines, dofinidor y elector en capltulo gcucraldel mismoiSr-
den, personas en quicnes parecian concurrir todao las cualidadea nece-
sarias para la dicha comision, Hizose el nombrainiento en virtud de
las biilas y prLvilegios apost^licos el dia 20 de marzo.
Pero 4nte0 de pasar adelante en la relacion de los hcchos, debcmos Eetolucion
-advertir, que la Compania no eligri6 nt pudo elegir jueces conserVado. da^in^Mto
res porque se le mandasc observar el decreto del Concilio Tridentioo, punto.
de no predicar 6 confesar sin licencia del ordinarioi come se quiso dm
A entender en la primcm duda propucata & la sagrada congregacion de
•parte del Sr. obispo. iJin quando EfnBCOpui aUqua decrtia ConcUii
Trideniini pracipit obBervari^ e< execuiunU mandarin regtUaria quicuM"
ijue etiam socieltUis Juu «ti6 prat /e«te fuod Auttumodt praecepla tti/Wn-
gtml 9ua privUegia po9nni eligere comfercahreti! £1 Sr. obispo ide la
Pucbla bien informado estaba de lo contrario, no solo por los jesuitasy
4 quienes acaso tendria por sospechosos, sino por personas indifcrentes,
y aun inclinadas & S. £• I., como el fiscal de S. M. D> Pedro Melian,
su intirao amigOyy d quien juntamento con el maestre de campo D. An-
tonio de Yergara, di6 sus poderes en Mexico. Este* puee, en caria do 31
de raarzo le dice estas palabras que no podemos omitir:,, Hame pareci*
do avisar 4 V. £. que de las disputas y confbrencias que ha excitado
mi pedimentOy ha Uegado & entender que no se trata de nombrar con-
servadores porque el provisor niand6 exhibir las licencias do confesar
y predicar; ni fuera de substancia la qu^a, pucs siendo este derccho
tan claro y asentado por el concilio, 4 oadiQ hacQ injuria quiep usa del
quo le pertenece«"
„El agravio pretenden flindar *en que debieodo el provincial podir
primero las licencias y aprobacion que (uviesen los padres, y con quo
ban administrado desde que V. £. Ueg5 4 esa igksia, (que se dieses.
t4n prestos 4 exhibirlas, y que algunas son de V. £.) empez6 despo.
j4ndolos del uso y poeesion en que por ellan estaban, y declarando en
autos y edictos p6blicoe por sacrilegas, nulas y escandalosas Lis
confesiones que hacian y habian hecho 4nte8, por lo cual y otras jus-
tas causas, so movia el provisor 4 prohibirles desde luegp aquellos lui.
riiterios. V, E. con mas certidumbre y &cilidad iuandar4 ajustar si
esto es cierto y pasa asi en el hecho, y lo que puedc pesar y obrar en el
derccho, como quien mejor lo sabe, para roandar al provincial, que salvo
el quo lo perienece^ y aiu fultar 4 su copservncion :y . dtlbn^, so le in*
cILne tambion k escusiar ^tos crobarazos, suavizando en cuanto fiiere
posibie la matena, para que la Compailia no pueda tcner causa justa de
nombrar coilseTvadorcd, que es ol cuso-on que el fiscal lo podriy debe
* ■
cedlriuleciry y la audieocia 6 el Sr, Vircy no consentirlo sin contmve-
nir a] derccho y buias apost^lioaa. ' Guatde Dioa d V. E. como deseo.
M^xicbdl de marzode 1647. Serviddrde V. E.z=iDr, Pedro JSUlian.^'
/De «sta raiama carta y lo didio knt^s ae coligey que tampoco se nom-
brai'on Ibis conservadorcs^ poiqde el ilustrisionoi guardado el 6rden
del dcrocboy qoisiose procedear contra lee religiosos de la Cbmpania en
aqUcUoBcaflOs, eh quo corho lea d^m^s regulares .eetiii sujetos 4 lo6
Stea;obidpo8 en virttid dal •CodcTUo Tndenti'noj come parecese quiso *
-dar^ eotcnder en. la 'eeguoda-bonaulta propuedta on eatos t(6rnu608:
^An quando {frdinatim procBditJuris ordme servahy adtersiu regtdares
praedietos'm metbus^ inqmbuM per CtmcUium -TVidentinum out constu
tutionfis apostolicds ipH subjiokmiur, potsifU conservatorhajudica aug^
note? Sd Teigindnient9'oomo.tampioco ee eligieron por pretender Ion
jeauitas conieaar y jiredicar mn licencias del diocesano en vlrtud de su
privilegioainmostrariopneaefitabanprontos dmbstrario y ^exhibirdi-
laHas iioenciaa, como en efecto laamostrarob y exbibieron luego que fue.
roh reatituidosd'sti antigua poseaion por bl cabildo, y como las mos.
trarbn y elhibieroii al miamo Sr. obispo despues de la notificacion del
ll^eve del 9t, Inoceneio. En cuya virtud tampoco hace contr^, la Com-
pafifa la tercera' duda ^ropueatu por el Sr. oblapo. lAn regularibus
ettam Soc. Jem assererUibus ie habere prwSegia quo- minui obediani
EpUeopo in execiUume detretorwn juris commuhis^ Cone. Trid. tt eamt^
Ikutionum apastolicarum ordinariij debearU ipsis adktbefe fd^/»^ a^sfufii
exhiMtitme kuftumodi pflMltgiommf ;
M6nos militaC contra la Compafiiala caarta dudac propueata pear el
Mustrisimo y concebWa en eetos iftwinorf: i^dwintaHU qno'fBgtdari^
quicumque kfiUm societiuia Jm« §i3pibtaHt aUqm p^ivStgui^ tiordiMt*imb
judicmt ea ndh suffragari cdiui'^d^ qwagitUr, tt ad temitdnfeufire ¥^
gtdares pTaedieii posainif ac debeant p*(>90cai*i ad SwMtm Pontifid^mf
vel in partibus hhdiarim renUfHaimis ^metrapoUlanum, autordinuri^im
viciniorem, vel poiiiis possint Iwe'easU'cligerejudieesconMirvatortai De.
cimo3 que no milita contra la Cottipaflia esta pr^nta, pues la pib-
vincia no eligi6 eemejantes conservadbrcs para 2a intetpretacian ds mi
privUegiOj que gabian muy Men estar re8e}vadad la SUtii ApostSU^.a dt
•^289 —
quien kabia dimanado; siiio para que miiniras vcnia dc su StuUidad cs*
ia inteiyvctacion aulciit'tca, no fuesen despojados sus r<!ligiosos deluco de
dicho privilegio de que cslahan en Ian anii^uay qiiida y Ivauquila pose-
sion. Finalmentc, no perjudica al clerccho de la Compania la rcspucsta
dc la sagrada congrcgacion a la octava duda que so propuso en cstos ter-
rainoe: i^n qitaado epmopi jura^ vel decimal cat^dralimn adversvs re-
gulares praediclos dote siut spoiiantes aecclesias^oram judiee competeule
luentur^ librosqu&j meinoralia tl alle<raiiuhes jiroductinf, jtts eclessiai'um
caUiedralium ej^rimentes, cl acquisUiones reh'giosoruyij aliaque td ge*
neris ad nnmerantes, huiwmodi scxiptorun^ cccalione possinf, regulares
nominare conscrvalorea, praelendentea injttrtam sili inferri referenda im*
moderatas acquisitiones? La junta de los cmincntisimos rcspondi6
[respond.^ con esta niodoracion: S^i episcopi pro Itiendisjurihus edcaict'
iiim catedralium coram judice competenii hiiiusmodi script a prodiicant,
el regtdarium immoderaias cuiquUiliones vcraciUr^ el modesU i^ferant^
non liccre regxdarilms obeam causam ad conservalqires recwrrere en quo
parccc que en el caso contra rio en que juzgaba hallarsc la provincia,
si Ic fu6 licito valerao del cxtraordinario rcmcdio de la eleccion do
conservadores. . . , • •
A esto efcclo se imprunio un manific^to con tUulodo ResolucinnJu" Parcccres do
ridica sohre el derecho cier.l6 d^ la Cotnpania de Jemuen el ncmbramien' y gabias per.
io dejuecea conservadoreBi divididoa en( tres puntos; ^le los cualcs cl pri- ■?"*** ^^ ^1^-
niero conttene la justiiicacion d6 las cadsas, el segundo, de las porsor
nas, y el tcrcerov'^1 modQ, circunstanoj^s y U90 do dicba eleccion. Esto
papol 6e di6 4 i^qonocer y aprobar & jmuchos sugctos del cabildp ccle-
ai^stico, claustro de la real Uaiver8id4d y sagradas rcljgiones, cuyo pa-
recer ha parecido necesario insertar a,qui d la loUra,
Parecer de algunos Sres. del cabUdb'de la Santa Jgltsia de Mexico.
„Uemos visto con atencion los cscritos.flobre csta ca^sa, y sentimos
que en cl pedir y quercr reconoccr el provisor de la Pucbla las licen-
cias do confesar y prediear & los religiosos (le la Coi'tipania dc Jesus
(supuMA te lie^ncia y tolemneiadel Sr. obispoy susapnobiteioiied que
sc mnestran) en ol modo parece' 8e;htt esoedtdo^ y quoios dichos reli-
giosos d^bon'scr roBtituidos al cr^dito y biiena opinion, -y d la poe^sion
prin^ra en que edtaban ^'qae^nok. dobierbo atit privadoe^ empeaidndosD
por la suspension y des^jo; y que #estituidoa,ddBdo8deBteniuno com-
pctento, y pidi^ndoseM (x ordenindoseles en tleccnte y dcbida' fonna,
— 290 —
los dichos rcligiosos mtiestrcn sus privilopns 6 licvhcins, tomo ofreccnf
panicuyo efecto scntimos quo jiista y Icgitimamonte han nombrado
jueces conscrvadores, y cstc es nucstro parccer debajo de mejor, si que
nos sujetamos. — Dr. D. NicoUs de la Torre, dean y catedratico de
prima de teologia en la real Universidad. — Dr. D. Juan Parcja y Ri-
vera, can6nigo.— ^Dr. D. Diego Rodriguez Osorio, racionero. — Dr. D'/
Juan de Poblete, chantre de la Santo Wesia Catedral. — Dr. D. Leon
Lazo, can6nigo. — Dr. D. Antonio de Esquivol y Castafieda, racione-
ro. — Dr. D. Cristobal Mill4n, racionero y caliiicador del santo oficio.
Confdrmome con el parecer del Illnu). y Rmo. cabildo de la Santa
Iglesia de Mexico. — Dr. D. Jacinto de la Serna, cura dc la Catedral
y.visitador del arzobispado.
Conr6nnome con el parecer del Illmo. y Rmo. cabildo, y de los de-
mas padres maestros y doctores, como tambien fundado en dcnecbo y
teologia moral, tan santo, justo y necesario, salvo dec. — Dr. D. Cri8<»
tobal Guticnez de Medina, cura de la Catedral.
Parecer de la eicJarecida or den de Santo Domingo,
A todo lo contenido en cste papel suscribo como d verdades ciortar/
manifiestas, notorias y seguras. — Fr. Ldzaro do Prado, maestro provi-
sional calificador del santo oficio. — Fr. Juan de C6rdova, maestra
quondam provincial comisaiio del santo oficio. — Fr, Francisco Na*
ranjo, maestro rogento catedr&tico de Santo Tomds, calificador del
santo oficio. — Fr. Alonso de Gironda, maestro calificador del aanta
oficio, — Fr. Juan de A3rrolo, predicador general, calificador del santo
oficio. — Fr. Rodrigo de Medinilla, presentado. — Fr. Lorenzo Maldo-
nado, presentado. — ^Fr. Francisco de Burgos, maestro calificador del
santo oficio. — Fr. Lorenzo de Figueroa, maestro calificador del santo
oficio. — Fr. Gregorio Curiel, presentado.— -Fr. Jacinto de Guevara,
preseniado. — Fr. Jacinto Calderon, presentado,
Parecer de la aerdfica orden de San Francisco.
llabiendo visto este papel con todo cuidado, nos ajustamos al pare*
cer de los Rmos. padres maestros que le ban firmado, y somos del roia-
mo parecer. — Fr, Hilario de Ibarra, maestro provincial. — Fr. Luis
Cortes, predicador calificador del santo oficio, padre de provincia. —
Fr. Francisco de Guzmdn, defioidor. — ^Fr. Gabriel de Angulo, custo-
dio. — Fr. Fernando Ortiz, lector. — Fr. Juan Lozano» predicador y pa.
— 291 —
dre do provincia. — Fr. Bernardino dc la Concepcion, prcdicador, guar-
dian do Cuernavaca. — Fr. Andres dc Posada, lector jubilado, padre do
provincia. — Fr. Andres dc Artcaga lector jubilado. — Fr, Antonio Me-
nendez, lector jubilado. — Fr. Agustin de Amezaga, lector jubilado. —
Fr. Bartolomd do Lctona, lector do tbologia, calificador del santo oO-
cio. — Fr. Agustin Sanchez, prcdicador, vicario del conveuto de Md«
xico.
Parecer de la inclita religion de Stm JIgnslin,
Vistos y entondidos los fundamentos de parte dc los muy RR. PP.
conservadores, tcnemos por cierta 6 infaliblc su jurisdiccion y lo contc-
nido en cste papel, y lo firmamos. En nuestro convento de Mexico en
18 de marzo do 1647. — Maestro Fr. Diego do los Rios, provincial ca-
lificador del santo oficio. — Maestro Fr. Francisco Mendoza, provin-
cial absolute, deHnidor mayor. — Maestro Fr. Bartolon)6 Pacho. —
Maestro Fr. Agustin Vald^s. — Maestro Fr. Ger6ninio Melgarejo, lec-
tor de teologia. — Fr. Liicas Garcia, lector de teologia. — Fr. Migiiel do
Consucgra, lector de teologia en el cojegio real de S. Pablo. — ^Maes-
tro Fr. Antonio Barrientos, prior del convento de Mexico. — Maestro
Fr. Diego de Porras. — Maestro Fr. Agnstin Diaz, lector do teologin.
— Maestro Fr. Diego Rcyna, lector de teologia y prior de Oaxaca. —
Maestro Fr. Nicol&s Caroacho, lector de teologia on cl colegio real do
S. Pablo. — rMaestro Fr. Martin do'Peralta, calificador del santo ofi-
cio, provincial absoluto, rector del colegio real de S. Fablo«
Partcer de la vuigne drden de nwuira Senara de lu Merced.
Habiendo visto con toda atencion este papel y bulas en 41 content-
das, nos conformamos y somos del fAismo parecer qae tantosy tan gra-
ves padres, maestros y doctores, y lo firmamos en este convento de Me-
xico en 20 dias de! mes de mayo de 1647. — Maestro Fr. Rodrigo Cal-
cinas de S. Ramon, provincial. — Maestro Fr. Gcr6nimo de Andrade,
padre de provincia. — Maestro Fr. Pedro Vald6s, secretario general,
calificador del santo .oficio. — Maestro Fr. Tom&s Cano, regente dees-
tudios. — Maestro Fr. Francisco de Pareja, dcfinidor general. — Prescn-
tado Fr. Juan Hurtado. — Maestro Fr. Alonso Sedeilo, lector de teo-
logia. — Maestro Fr. Francisco Hernandez, catedritico de filoeofia en
la real Universidad. — Fr. Nicolds de Zepeda, lector de artes, — Maes-
tro Fr. Juan do Ayrola, com«;ndador, calificador de la snprema, doca-
— 292- ^
no (le hi real Univcrsicfad. — Maoslro Fr. Francisco dc Armcnta. —
Prcsentado Fr. Pedro Tudela. — Prcsontado Fr. Juan dc Valverde, se-
crotario do provincia. — Maestro Fr. Juan dc Alarcon. — Prcsentado
Fr. Cristobal dc Soto, dcfinidor tfcneral. — Mac8tro Fr. Juan de Rue-
dii, lector dc" tcblogia, pafrbrinador del santo oficib. — Prcsentado Fr^
Nicolas de Valdivicizo, Icdor dc teologia,
Pcdimcnlo Sin embargo de lo inuy juslificado que parecian estarlos motives do
lucion^ (IcTTa ''^ Companfa de Jesus parti proceder al iiombrainiento de jueces con-
rcal audirn. sorvadorcfl, cl fiscal do S. M. D. Pedro Melian, por razon dc su oficio^
virey. ^ ^^ ^*^^ obligado d prcaentar una pcticional Exmo. Sr. conde do Sal-
vatierrn, liacicndole prcscntc rcpetidas 6rdencsy cedulas de S. M. pa-
ra que los rogularcs no procediesen d elcccion de conservadorcs, sino
en 3(jucIlos car/os gravisimos en que el dorecho lo permite, y previa
ni6ndolo cdmo per cstilo y forma necesaria estd prevenido en dichas
ccdulaS) que los conservadores asi nombrados dntcs de cmpezar d usar
dc su ofieio, se prcscnten en la real audiencia con las causas dc su
nombramicnto, para que siendo conforme d derocho bastantes y dignas
dc aquel rcmedio, se les permita el uso, 6 se les prohiba y cscuse no lo
siendo. El virey en. cl mismo dia pas6 csta peticion al Dr. D. Mateo
de Cisncros,.su asesor general, que conviniendo con el Sr. fiscal en la
circunspcccion con que so debia proceder en el asunto,^t/ro^<5 ser muy
basiantes las causas, y hallarse la Compahia en uno de aquellos casos en
que el derecho le permitia usar de aqud extraordinario remedio. Solo
habia gravisima dificultad en la prcsentacion d la real audiencia; por-
quc estatidp gud pcfidi^nte la vnrita del Illmo. y Exmb. Sr. D. Juan do
Falaro:f, y por con^iguiente los Sres. oidoros sujctos d la jurisdiccion
de S. E. I., DO parecc les qucdaljfi libertad para dctcrminar en cl caso
en contra de aquel mismo d quion rcconocian por juez. Por estas cau-
sas el padre provincial Pedro di^ Yelasco, habiendo tornado dictdmen dc
muchos sugetos gravisimos dentro y fuera de la Compaiiia, se resolvi6
d recusar a ioda la audiencia con el ejcmplar de D. .Garcia de Valdds
Osorio, que pocos anos dntcs por semejante causa habia practicado lo
mismoy con aprobacion del real y supremo couse^o de las Indias. El
E:^mo. conde dc Salvatierra, con parecer de su asesor general, di6 por
buena la rccusacioo, y recayendo toda la autoridad en S. E., permiti6
d los dos revci'jndos conservadorcs nombrados por la Companta de Jesus^
ol uso librc do su. jurisdiccit^n en todo lo ^ue mire d las injurias y tur.
hacion dc privilegios, <iin cstondcrso al punto dc las Ucencias de predw
t ^ . .*-
— 293 —
car y confesar, por no ser tocante d conservatoria. Aprob6 tombieil el
nombramiento el Illmo. St. arzobispo D. Juan de Manozca dando ttf
Hcencia para que los reverendos juecea comenzascn & actuar en la cauaiC
desde la ciudad de M6xico, por estar la de la Puebia, en que residia el
Sr. D. Juan de Palafox y su provisor dentro de las tres dietas concedi<
das A los conservadores de la Compania, por la Santidad de Gregorid
XIII en la constitucion que comienza: Aequum reptttamus cj-c, Fu6 del
mismo dict&men el Illmo. y Rmo. Sr. D. Fr. M drcos Ramirez de Prfc.
do, cnt6nces obispo de Midioac&n y visitador del tribunal de la Sontc
Cruzada y despues arzobispo de Mexico, cuyo honorifico testimoiild
citaremos despues en lugar mas oportuno.
Establecida asi y reconocida por las primeras personas de Mexico Eecrito del
la autoridad de los jueces conservadofes, present6 el padre provincial ^'t^'Jdioto
Pedro de Velasco en nombre de su religion el primer escrito, en que, de los con-
Buponiendo no ser el pleito por haberse pedido las Hccncias de confe«
Bar y predicar, que estaban prontos i exhibir siempre que debida y jus-
tiflcadamente se pidiesen, se querellaba en toda forma de veintiocho
notorios agravios que pretendia haber becho k la Companfa de Jesufl
el provisor de la Puebia. Pedia rcstitucion de actos y edictos, y res^
titucion & 10S ministerios de que habian sido violentamente despojadoc
los colegioe de aquel obispado. En consecuencia de esta peticion los
reverendos jueces provej'eron un auto del tenor siguiente....„En la ciu-
dad de Mexico, & dos dias del mes de abril de mil seiseientos cuarenta
y siete, los M. RR. PP. Fr. Juande Paredei, predicador general prior
de este convento real de Santo Domingo, y padre maeHro Fr, ^gU8»
tin Godinesy definidor y elector del capitulo general de nuestra Orden,
jueces apost6licos conservadores en virtud de bulas y letras apostdlicas
para el negocio y causa contenida en este proceso, que ante bus PP.
se ha fulminado & pedimento de la parte de la Compaiiia de Jesus con*
tra el Illmo. y Exmo. Sr. D. Juan de Palafox y Mendoza, obispo dd
la ciudad de los Angeles del consejodo S. M. d^c, y contra el Sr. D*
Juan de Merlo^ can6nigo doctoral de la santa iglesia Catedral de los
Angeles, provisor y vicario general en ella y su obispado por dicho se*
fior obispo: habiendo' visto los autos de la dicha causa, dijeron: Que an«
to todas cosas se debian declarar y se declaran por legitimes jueces de
esta causa, por concurrir en las personas de sus paternidades reveren.
das las cualidades que se requieren conforme & las bulas, letras apiE>st6<k
licas y privilegios prcsentados y pasados por el real conscjo de Indies*
TOMO II. ' 38
— 294 —
y por ser este caso de los cxpresamente contenidog on ellas, y hallaree
dcntro de las tres dietas computadas dcsde el ultimo fin dc la di6cefii»
de dicho obispado de la Puebla de los Angeles, en que linda con este
Arzobispado, y por tener como tienen accptada dicha jurisdiccion; y
usando de ella y atendicndo & lo que por razon de su oficio les toca y
pertencce y se les comcte y manda segun lo pedido por parte de dicha
religion, y los iecaudos para ello presentados d informacion dada en
sujustificacion, debian de m.indar y mandaron; Que ante iodas cosas
la dicha religion y sus reUgiosos sean restituidos y ampavados en4a po^
stsiony uso y costumbre en que ban estado y estdn, en particular los do
lod colcgios de la dicha ciudad de los Angeles, de conft'sar y predicar
ptiblicamente en la dicha ciudad y fuera de ella en las iglesias de di-
chos sus colcgios, en las demas dentro y fucra de la dicha ciudad, y en
las plazas y lugares publicos en conformidad de sus constituciones y
privilegios, pr^ctica, posesion y uso corriente de olios, sin haber po-
dido usar dicho scnor obispo ni su provisor de los medios de vio/enctcr,
despqjo^ injurias y agravios repetidos en los auiosfechos y promvl^ados
en nombre del dicho sehor provisor, en seis y en echo del mcs de marzo
pasado de este uno, y en el edicto pubiicado en el dicho dia del dicho
mes con los motivos y ccnsuras en ellas declaradas, y con tanta nota,
murmuracion y escdndalo de todo el pueblo, en modo de venganza y
con grande injuria dc la dicha religion, ejecutandolos en el santoticm-
po de la cuaresma con tan drduo y terrible medio. Y en 6rden 4 ello
se les notifique & S. S. Illma. y Exma. el dicho seiior obispo, y al di.
cho scnor su provisor, que dentro dc seis dias repongan, anulen y den
por ningunos los dichos autos y cdictos, hacicndo y proveyendo otros
en debida forma para ello, restituyondo & la dicha religion en la dicha
su posesion, uso y costunibres en que han estado y estaban al tiempo
que 30 proveyeron y en. que se promuIg6 el dicho edicto, dejdndolcs
libremonte sin estorbo ni impedimento alguno el ejercicio de los dichos
ministerios de confcsar y predicar, y abran y quitcn las ccnsuras so-
bre ello discemidas y promulgadas contra los dichos rcligiosos, para
que no predlcasen ni confesasen como lo estaban hacicndo quieta y
pacificamente y contra lus vecinos de la dicha ciudad y otras pcrso-
nas para que no les oyesen sus scrmoncs ni se confesasen con ellos,
y absuelvan ad caulelctm d cualquiera de dichas personas y religiosos
en quien se pudieso haber originado algun cscrdpulo de poder haber
incurrido en ellas formando otro edicto de todo, y que este so publique
— gr95 —
en la dicha ciudad dc I09 Angeles, en las roismas iglesias y con la
misma solemnidad y forma qu0 se ley6 y pub]ic6 el referido. Que
focho lo susodicho quedard rostitmda la dicha religion en los dichoe sue
privilegioSy uso y costumbre. Y tambien so les notifiquc recojan j
hagan recoger todos los volumencs impresos y de mano, del libro que
se hizo 6 imprimi6 con pretesto de informe en razon de diezmos que
rcfiere la querella, para que de €i se quiten y tilden todas las palabras
dc injuria que miran al descredito contra la viitud y buenos procedi-
mientbs de la dicha religion y sus religiosos, publicando para ello en
cl dicho termino los edictos necesarios con graves penas y censurae
en las iglesias de la dicha ciudad de los Angeles, y en las demas que
sea necesario de su obispado, y se haga saber cste auto al Illmo. Sr.
arzobispo de esta ciudad, y a sus seiionas los demas seuorcs obis-
pos do estos reinos, para que mandcn hacer en ellao la misma
diligencia sobre recoger los dichos libros, y que como se fueren
recogiendo en la dicha ciudad y obispado de la Puebla y en esto
arzobispado y los demas obispados de esta Nueva-Espana, se vayan
romiticndo y se remitan k sus patemidades para dar la forma y 6rden
necesaria en quitar de ellos lo que mira al agravio 6 injuria que con
los dichos libros se origind contra la dicha religion y sus religiosos, y
que venga & noticia de todos cuan injustamente fucron puestas y ee*
critas en ellos las palabras que miran d dichas injurias, haciendolas p(i.
blicas con ocasion del dicho libro, para que de cste mode quede la di-
cha religion restitaida y amparada en su loable opinion y la de sus re*
ligiosos. Todo lo cual hagan, cumplan y ejecuten precisa y puntual-
mente su £xa. el dicho senor obispo de la Puebla y el dicho seiior eq
provisor, sin poner en olio estorbo, cscusa, dilacion ni impedimcnto al-
guno dentro de los dichos seis dias de la notificacion; y de haborlo asi
ejecutado, envicn y prescnten ante sus patemidades testimonios nut6n-
ticos dentro de dicho tiempo, s6 pena en cuanto al seiior obispo dc do$
mil ducados de castiOa de S. M., y en cuanto al dicho seiior provisor
do cxcomunioil mayor, Trina candnica monitione praemisa latae senten-
tiae ipso facto incurrendaf en quo desde luego sus patemidades le dan
y declaran por incurso lo contrario haciendo, y de mil ducados de cas-
tilla aplicados en dicha forma. Y si su Exa. el dicho seiior obispo y
cl dicho senor su provisor tienen causa 6 razon Icgitima para no lo
cumplir sin proeeder & innovar en cosa alguna, la den ante sus pater-
nidadcs dentro del dicho termino por sus procuradorcs con sus poderee
— 296 —
bastantes y especiales para ello, que se lea oird y guardari juaticia,
con apcrcibimiento que pasado dicho termino procederdn 4 agravacion
y reagnivacion do dichas censuras hasta poner eclesi^stico entredicho,
y cesacion d Divinis, y d ejecucion de las dichas penas pecuniariaSy 6
imponer y ejocutar otras do nuevo. Y asimismo procederdn d la eje-
cacion de los dichos desagravios do dichas injurias y dcspojos fulmina-
doe* para ello los dichos edictos, hacicndolos leer y publicar, y alzar^n
las dichas censuras, raandando absolvcr las dichas personas y rcligio*
aos como estd dicho, y procederan d lo demas necesario y conveniento
para la dicha entera rcstitucion del despojo, injurias y agravios que en
todo lo referido recibid Isc dicha religion y sus rcligiosos en la forma
que mas eonvenga. Y en cuanto d lo demas pedido por la dicha re-
ligion» reservaron en si el pro veer para cuando est^ fecho y ejecutado
todo lo contenido en esto auto; para todo lo cual y lo demas que se
pueda requcrir y requiera citacion, desde luego por esto auto sus pa-
temidades les citan en bastante forma, y les aperciben que pasado di.
cho termino procederdn sobre todo como hallaren por derecho y justi-
cia, sin les mas citar ni llamar sobro ello, porque como queda dicho
es para todo cada cosa y parte de ello, y lo dcpendientc, anexo y con-
cerniente desde luego les citan plena y perentoriamente, y les seualan
Iqs estrados de su audiencia que son y les asignan en la celda de dicho
padre prior en este dicho convento de Santo Domingo de esta ciudad,
donde en su ausencia y rebcldia se hardn y notificardn todos los autoa
que en dicha causa se hiciercn y pronunciaren, y les parardn entcro
perjuicio, como si en su prescncia se hicieson y en sus personas se no-
tificasen. Y no pudiendo scr habidos, baste notlficarse en las casas
de su morada, haciendolo saber d eualquicra de sus criados 6 vecinos
mas corcanos, para que se los digan y hagan sabnr, y no pucdan pre*
tender ignorancia, causdndoles todo el mismo perjuicio que si en sus
personas se hicieran las dichas notificaciones; 6 se lea y publique en
voz alta el tenor de este auto d las puertas de dichas sus casas 6 en
otro lugar p(iblico, para que mojor llegue u su nolicia en conformidad
de lo dispuesto por el dcrocho y hula conscrvatoria. Y para la ejecu-
cion de este auto se despachc mandaraiento en forma de su insercion,
y de las bulas y cedula que cstan en cstos autos, y do la querella en
ellos presentada; y mandaron d cualquiera notario 6 escribano publico
6 ireal, 6 d cualquiera cl^rigo 6 sacristan que fueren requeridos en cl
dicho mandamiento por cualquiera religiose de la Compania de Jesus,
— 207 —
lo Botifique en sus penonas, pttdiendo bueBamente ter bafaidoa, 4* en la
fo^ffia de su usa e8preBada,y den testiinonio de ello sin lo retener, pena
de jexoomnnion ittayor latae aenienUae, y de doscientos pesos aplicados
en dicha fonna. As! lo prpveyeron, mandaron y firmaron en estoscecri-
toB, y por ellos estando en la dicha cclda do su audiencia.— ^Fr. Juan de
Paredes, prior. — Fr« Agustin Godines, maestro definidur y elector del
eapitulo general. — Ante mi y por su mandado, Fr. Lui^ Ortiz, notario
epo0t6lico.
No hubo poca dificultad en Lallar modo do notiucar ai Sr. obispo de
la Puebla el i^ferido auto; sin embargo, se logr6 cjecutarloen toda for.
ma por medio de uno de sus familiares, y lo mismo 4 su provisor y vi-
cario. Para informar desde luego la autoridad do los apost6licos juc-
CCS, promulgaron luego un edicto impugnando la resolucion juridica
que se habia promulgado de parte de los contiervadoics, probando no
ser suficientes las causas, ni 4 prop6sito las personas paiia semejante
comision. Decia que no pudo el Sr. conde de Salvatierra^oon inhibi-
cion de la real audiencia, dar permiso para que procediesen en la cau*
sa, y mucbo menos en jurisdiccion agena contra los capitulos 16 y 17
de la bula in Coena Domini, Alegaba que aun cuando fuese legitime
su nombramiento y jurisdiccion, todo cuanto raandaban. en «u edicto
era nulo y sacrilegamente no solo contra las bulas y concilios diame.
tralmente, sino clara y abiertamente contra el Sr. condc, que son fbr*>
males y espresas palabras de S. £. I. en carta al Sr. fiscal D. Pedro
Melian, fecha 4 9 de abril de aquel mismo ano. Afiade allt misrao que
dichos jueces pasaban al pleito de los diezmos, en que ellos mismos
eran partes formales, y pretendian recoger sus alegaciones; libertad nun«
ca vista estando pendiente la causa en el consejo y 4 los ojos del 6r.
virey y de una real audiencia que debia mirar por su autoridad. En
virtud de esto, sin reconocer su autoridad ni sujetarse 4 su jurisdiccion,
los llamaba en todos sus edictos y papeles irUrusoa^ presurUuoi09f vo-
noSf y con otras voces y fdrmulas de no pequefk) desprecio, llegando A
rotularlos por piiblicos excomulgados. Y ya que bemos vaciado aqu(
las razones que mortan al Illmo. y Exmo. Sr. obispo de la Puebla 4
no reconocer la jurisdiccion de los reverendos conservadoreFr, no ecri
Aiera do nuestro asunto proponer en contra ligecamcnte las que habia
para ser iegitimo y constante el dcrecho de su nombramiento. T de-
jando aparte lo que ya en'otra ocasion hemes advertido, que la Compa-
fila no procedi6 4 la eleccion de conservadores porque el ordinario d*
— 298 -
la Puebla liubicse mandado 6 sua religiosoa exhibir las Ucencius do con-
fcsar y prcdicar, aunque esto se quiso d;ir & entcnder en muchos pape-
les impresos y manuscritos por todo el reino, y aun en las cortes do
Roma y Madrid, sino por el modo injurioso y violento con que se ha-
bian pedido, comenzando por un repentino despojo. Como el lllmo.
Sr. D. Juan de Palafox y su provisor D. Juan de Merlo (autor princi-
pal de todo lo obrado) nunca podian resolverse k confesarlo asi, no es
niucho que no hallasen causa bastante para proceder al non>bramiento
de conservadores. Mas fuerza podria hacer que se impugnase la cua-
lidad de las personas. No era la primera vez que se habia visto en la
America ser los religiosos jueces conservadores, y estaba aun rauy fres.
CO el ejcmplo del Rmo. padre Fr. L4zaro dc Prado, que habia sidonora-
brado tal en cierta causa pocos anos intcs, sicndo rector de Porta-Coe-
li: estaba constante la bula del Sr. Paulo III que comienza: Licet de-
bilis, espcdida el ano de de 1549, en que senala por jueces k la Compa-
nia para la defenoa de sus privilegios, i los abadcs, priores y cualquie-
ra otras personas constituidas en eclesi^stica dignidad. Constaba de la
bula aut6ntica de la Santidad de Clcmcnte YII, y se guarda en el real
convento de Santo Domingo, espedida & 8 de marzo de 15339 y man-
dada guardar por esta real audiencia con tcstimonio del secretario San-
cbo Lopez de Aburto & 26 de marzo de 1596, en ocasion scroejan-
te de nombrar conservadores, por la cual concede su Santidad k los re-
ligiosos en las Indias: Ut quasqumque personas eclesiasticas, seculares
et rdigiosas etiam in dignitate eclesiastica non consiitutas, dummodo lu
ieraiae existant; aut si liter atae non sint, assesorem litercUum habeant m
Sacris Ordinibus sint constitutae. Aun mas general 6 ilustradamcnte
concedi6 lo mismo & los religiosos de la Compaiiia en las Indias la
Santidad de Gregorio XIII en bula espedida en 24 deoctubrede 1579:
Ut loco qualificaiarum personarum in consertatores assumendarunif quos^
vis idoneos, et probos viros seculares^ clericali caradere insigniiost non
tamem canjugatos eligere valeant. Quicre decir: que en lugarde aque-
llas personas calificadoras que requiere el derecho comun, puedan nom-
brar por conservadores d cualquiera seculares honrados y virtuosos, co-
mo no sean casados y tengan algun 6rden cleiical; palabras que en
yano procuraron desfigurar y torcer & sontidos muy agenos delainten-
cion del Sumo Pontifice algunos papeles contraries.
Por otra parte, los reverendos conservadores, actuando desde la ciu-
dad de Mexico contra el ordinario eclesitotieo de PueUa, no excediaa
— 299—
dc las tres dictas, quiere decir, de aquel terrilorio que por privilegio de
Pio y y Gregorio XIII estd senalado 4 los conservadores de la Com.
paDia. Es verdad (pues no dtbemos disimular cosa alguna de las que
puedan favorecer la justicia y la saDa intencion de entrc ambas par-
tes) que al Sr. obispo de la Pucbla pareci<5, no con poco fundaracntc*
haber cesado estos privilegios de la Compania y de las demds religio-
nes por la constitucion de la Santidad de Gregorio XV, quo comienza:
Sanctissimus^ espedida el ano de 1621. Efectivamcnte, esta bula in*
duco nueva fornia en el nonibramiento de jueccs conservadores, deter-
minando entre otras cosas que hayan de ser nombrados en los conci*
lios provincialcs 6 diocesanos; y en cuanto ^ lo dcmds, que no cs con-
trario 4 su tenor, rcnueva y rovniida la antigua constitucion del Sr.
Bonifacio VIII, inscita en cl cuerpo del derecho al capitulo de off ct
potentate judic, Delegati in 6., en la cual se previene que ConservaioreM
huiustnodi extra civitales sen dioceses in quibus fuerint dcputati contra
quoscumque procedtre^ aut aliquos ultra unam dietam d fine dioeccsum
eorufndem trahere non praesumant, De lo cual inferia el lllmo. Sr.
Palafox que los nombrados por la Compania, ni eran legitimes conser-
vadores, por no estar nombrados en sinodo provincial 6 diocesano, ni
ue contenian dentro de los Umites de su territorio, pues citaban perso*
nas habitantes en la ciudad de los Angeles, siendo asi que los confines
de aquel obispado distan mas de doce leguas, esto es, mas de una die-
ta de la ciudad de Mexico. Sin embargo, las razones que hacian & fa-
vor del ilustrisimo, no eran tan incontestabies que por ellas se pudie-
ra despreciar enteramente la autoridad de los nombrados conservadores.
Y en cuanto & lo primero que mira 4 las personas, es indubitable que
no habiendo en las Indias jueces algunos nombrados por los concilios
provinciales 6 diocesanos, y aun no celebr&ndose aqui semejantes con-
cilios sino rarisimas veces, por muchas razones que ha habido para dis-
pcnsar en esto, qucdarian las religiones sin recurso alguno, espuestas
4 perder todos sus privilegios si no pudieran elcgir y nombrar otros
conservadores para la justa defensa de sus ecepciones. Y esta es la
razon entre otras, porque todas las familias religiosas instaron 4 S. M.
el Sr. D. Felipe IV para que se interpusicse en 6rden 4 suspender la
ejecucion de esta bula, y 4 la congregacion de los cardenales int^rpre-
tes del sagrado concilio, para que declarase algunas dudas que hacian
muy dificil su observancia* No nos consta de la suspension de dicha
bula en los reinos de £spai!ia, aunquo no falta quicn lo afirmc; pero
-*—.••
—800 —
consta quo no estttvo pasada'por el real conscjo, ni recibida, ni practf-
catlft 6 promalgada en las Indias; pues no obstante la dicha conatitu-
cion lo9 religiosos do Santo Domingo habian nombrado conservadore^
conforme & mis privilegiosi y el mismo R. P. Fr. L^zaro de Prado,
que entdnces era provincial de dicho 6rden, habia sido poco9 afiofl in-
tes nombrado conscrvador de otra farailia religiosa, sin que hubiera-
obstado para cllo la citada constitucionde Grcgorio XV, que ahora tan-
to se queria hacer valer; y es csto tan constante, que aun despues db !»
declaracion de los cardcnales, emanada en este mismo pleito y coniir-
mada por el Sr. Inocencio X, qued6 cstablecido que no habiendo jue-
ces sinodales, pudo la Compania scrvirse del privilegio d ella concedt-
do por la Santidad de Grcgorio XIII para nombrar otras personam, y
podr& scrvirse en lo de adelantc, como en lo dismas se conforme d lb
mandado en dicha bula Sanctissimus, Asi se resolvi6 la s6tima duda
propuesta^por parte de la Compania en estos terminos: iJln faeuVeu
eligendi conservatores concessa iocietati d Gregorio XIII suffragetur in-
locU in quibus non adsunt judiees sinodales? E, prtvUegiorum Creg,
Xlir suffragari quoad hoc ui societas non tcneatur ex Vlis eligcre con^
servatores, dummodo tamen in reliquis serveturforma constilutionis Gregi
XV liac de re editae.
A lo demas que anadia S. E. I. ora aun mas fdcil la rospuesta. La'
recusacion de la real audiencia en las circunstancias de cstar pen-
diente la visita, parccia necesaria. Habia cjemplar muy reciente au*
torizado con la aprobacion del real consejo. Por otra parte, no habior
aun la providencla que despues tom6 S. M. en su cedilla de 25 de ene-
ro de 48, en la cual, si bien se considers, no imprueba el Sr. D. Feli-
pe IV, dntes en cierta raanera justifica la conducta de la Compania ew
esta parte, como harcmos vcr mas adelante. Que los conservadorev
obrasen expresamente contra cl decreto del Exmo. conde de Salva-
tierra, y nula y sacrilcgamente contra las bulas y concilios, sin duda
se decia creyendo que dichos jueces prctcndian que lbs religiosos do
la Compania prcdicasen y confesasen sin Hccncias del brdinario con-
tra el santo Concilio de Trento, y de las constituciones y* sagradoff
c&nones; pero on el mismo tenor del cdicto, que por eso bemoaiiiserta-
do &la letra, se ve que loB revereados jueces, conforme d sti eomiston*
y al decreto de S: E., solo prctondian que la Compania fdeee rbstitui-'
da al use libro y= pacfflca posesion de sus mrnisterios y privilegids que"
estaban prontos a manifcstar, como nranifcstaron despues ofectivamen*
— SOI —
tc. De esto mismo capitalo do injurias procediu ol lilandar los ruve-
rendos juecea que sc recogicson los volttracnes impresos con titulo do
informes oa materia do diczmos, por parte de la Santa Iglesia Gate*
dral de la Puebla. [Acaso el pretender como rezaba el edicto que so
notason y tildasen de dicho papel todas las palabras injuriosas k la
Compafiia, cuyo honor amparaban y defendian, era cxceder los liniites
do 8U jurisdiccion^ ni contravenir al (lecrt t ) del vircy qae les concedia
el USD libre en todo ]o quo raira d injurias y turbacion de privilc-
gios? ^£ra impedir las alegaciones en materia de diezmos, ni hacerso
jiioccs en la causa? Sin embargo, el Sr. obispo de la Puebla, satisfe-
ciio con cstas nizoncs, aunquo al parcccr tan incontestnblcs, en cartas
privadas y en papolcs im^*.^sos, impugn6 sicmpro el nombraniientu y
la Jurisdiccion de los reverendbs jueoes, que Ucgo, como hcmos dicho,
a rotular como cxcomulgados el 6 de abril de aquel mismo aiio, pro-
inulgando su pro visor y vicario D* Juan Merlo un edicto en que los
declaraba por intrusos y sin alguna jurisdiccion, mandando S6 pena do
oxcomunion mayor, que ninguna persona en aquclla ciudad y obispado
los tuvioson ni creyesen verdaderos conservadorcs, ni oycso ni leycse
sus autos y edictos, ni asisticse d la publicacion de cHos &c. Fijo nsi-
mismo por ptablicos cxcomulgados 6 trcs macstros de gramfitica y uuo
dc retdrica del colegio del Espiritu Santo y & un maestro de teologio,
y al procurador de la Compaiiia, porque procuraban sostencr la juris-
diccion do los revcrendos jueces. Estos, de su parte procedian de la
misina suorte contra el provisor, dcclardndolo por incurso en las cen-
s!iras fulminadas en su edicto, y ograv&ndoltis do nuevo. La ciudad
y aun la dtdcesis toda de la Puebla afligida por una y otra parte con
ccnsuras, ponas y amenazas do gravisimo tcrr6r, se hallaba en el os-
candalo, turbacion y desconsuelo mayor que podih csperimentar. Por
una parte el rcspeto dobido k Id mitra y & la voz do su pastor y la
[mrlicular estimacion que se habia grangoado el Sr. D. Juan ^o Pala*
Ibx-llevaba los dnimos & creer que cstaba de su paiio la justicia y la
ntzon. Por otra, los mas caerdos y juieiosbs no podlan porsuadirse i
r]uo todo el cuerpo de la Compaiiia fuese capaz de tan negras calum-
ei^is, como se lo imputaban, ni era fdcil imaginaf c6mo los Illmos.
Sros. D. Juan dc Manozca y D. Fr. ftfdrcos Ramirez, como el Exmo.
condc do Salvatierra, el rcctisimo tribunal ^c Id ihquislcion, y los
iioriihrcs mas graves do las religiones podian protejer d los jesuitas y
' tM'oiitJccr III cnUoridad de lus jueces upostulicos, si cllosfticsen prcsuD-
TUMO 11. 30
— 302 —
td8, intrusos e ilegitimos, como Be nombraban en los edictos del ordi*
nario dc Puebla. £1 vulgo, mas grosero, siguiendo cicgamentc el ejem-
plo de los mas distioguidos, 6 gobernado de su incliaacion y su capri«
cho, ya favorecia & uno, ya & otro partido. De una y olra parte se
esparcian informes y papeles, se borraban m(ituamente las censuras
por los diversamente apasionados, aunque con mayor desenvoltura y
demostraciones de menosprecio las de los reverendos conservadores.
Esto movi6 al santo tribunal de la inquisicion & mandar & aquella ciu-
dad dos comisarios que enfrenasen el pueblo insolente y enfurecido,
haciendole mirar con la debida veneracion, tanto la dignidad episco-
pal, corao la apost6lica autoridad de los jueces, y que recogiesen todos
los libelos infamatorios que cada dia se divulgaban contra los conser-
vadores y que (son palabras formales del mismo edicto publicado cl 18
de mayo) no parecian hechos y escritos, sine con dnimo expreso de in-
famar y calumniar t la Compania, y descreditar el grande fruto que
csta religion ha hecho y hace en servicio de la santa Iglesia Cat6lica.
Los comisarios destinados fueron el Dr. D. Crist6bal Gutierrez de
Medina, cura do la Santa Iglesia Caredral de Mexico, y el Dr. D. Mi-
guel de Ibarra, que Uegados t la Puebla se alojaron en el convento do
S. Agustin, donde erigieron tribunal y procedieron contra muchos de.
lincuentcs que remitieron d las circeles de Mexico. Se tom6 esta
providencia & peticion de D. Antonio Gaviola, fiscal del santo oficio y
de D. Pedro Melian, fiscal de S. M., que conforme 4 la obligacion dc
su cargo no cesaban de manifestar & los Sres. obispos y virey tan gra-
ves dosdrdenes como resultaban, y cuanto se podian temer mayorcs
cada dia en la ciudad y obispado de la Puebla y aun en toda la Nueva-
Espana. La peticion que en 2 de mayo present6 al Exmo. conde do
Salvatierra, el fiscal D. Pedro Melian, pas6 S. E. en cl mismo dia al
Dr. D. Mateo de Cisneros, su asesor general, cuya respuesta, aunque
difusa, ha parecido poner aqui por contenerse en ella un compendio
de todo lo sucedido hasta ent6nces. Dice asi: . • . „Exmo. Sr« Ha-
biendose rocusado la real audiencia k pedimento de la Compania de
Jesus a causa de su subordinacion al Sr. obispo visitador, con quieh li-
tigaba, en que sigui6 Y. E. el superior dictimen del real y supremo
consejo de Indias, que provey6 lo mismo en case semejante y m^nos
circunstanciado; y habi^ndose fecho demostracion por parte do la
Compania do los autos de los jueces conservadores en cumplimiento
del dccreto do V. E. do 30 de marzo, provcido al escrito prcscntado
— 303 —
ostc.dia i>or el Sr. fiscal dc csta real audiencin, on quo lialiiendo sa-
lido por incitativa del Sr. obispo, r(^prcscntando Ins renlos cudulas que
previenen la atcncion con que deben cstar los siiperiorcs niogisfra-
dos para en los casos de pcrmitir el uso dc Ins bulas conscrvatorins,
dec. &c. dec.
Mi^ntras que en Mexico por parte del fiscal de S. M., del £Amo. Sr.
virey, del Sr. arzol)ispo« del santo tribunal de la f<§, del Rmo. comisa-
rio de S. Francisco y otras muchas graves personas por tan di versos
respetos y caminos se deseaban y procuraban los nicdios de paz^ el
Illmo. Sr. D. Juan de Palafox, que, como dijimos, babia rotulado por
publicos excomulgados & los maestros que en d colegio del Espiritu
Santo cnseuaban gramitica y ret6rica, aunque habia ya dntes conlbr-
mo al concilio Tridontino y c^dulas dc S. M» crigido el scminario de
S. Pedro, cuyos colegiales y aun los mismos familiarcs dc S. I. cur-
saban las escuelas de la Companfa; sin embargo, instituy6 c&tedras en
otro nuevo colegio de S. Juan Rvangelista, y dcstind maestros quo
acudiesen d la ensefianza, asi dc los colegiales do dicho colegio como
de los del Seminario de S. Pedro. A csto efecto promulgo el dia 21 de
mayo un cdicto prohibicndo s6 pcna de excomunion mayor, lafcie sen-
tenliae una pro trina canonica monitione praemissa, y de dos mil duca-
dos, que ninguna persona do cualquier estado, calidad 6 condicion que
sea, por si ni por interpuesta persona sc atrcva k impedir que todas las
personas quo quisieron ayudar al dicho colegio & ser cnscfiados, ni tam-
poco se atrevan k molestar, afligir ni causar dano alguno en las perso.
nas y padres dc familia que onvian & sus hijos d dicho colegio, ni en siis
biencs directa ni indircctamente, ni con titulo 6 color alguno. Este
edicto cargado de scmpjantcs penas en una materia en que no parecian
ncccsarias, di6 desde lucgo algun cuidado k los jesuitas, y el efecto
mostr6 dcspues que no fucron vanoa sus rccelos. Si algun j6ven'de
nuestros estudios qucria pasar k los nucvos dc S. Juan y no querinn sus
padren, incurrian en las censuras y se proccdia contra olios como in-
cursos en la excomunion y pena pecuniaria, camino por donde ma.
chos honrados vecinos afectos k la Compafila tuvicron mucho que pa.
docer y quedaron espuestos k los resentimientos del provisor y otros
oficiales del Illmo., de quienes al mismo tiempo se csperimentaron
grandes vejaciones en los estudiantes de la Compafiia, cuyos negocios
sin otra causa tenian lo bastante para salir mal dcspachados. Tlntrd tan.
to tomando cada dia mayor cuerpo las diferenrias, habia parccido ne«
— 304 —
ccsario que el Sr. vircy imparticsc cl auxilio real 4 lop rcvcrcndoR
conservadorcs para haccr respetar su autoridad y ojccutar librcmcnte
9US provciraicntos, lo quo hasta alii apcnas habia podido tcocr efccto
alguno por las violencias del provisor de la Puebla, quo per c»tc niis-
mo tiempo hizo el vircy venir & Mexico. Los religiosos jueces ho:-
bian ya declaradoincurso en las penas de su primer cdicio» y fijado de
participantes al Illrao. Sr. obispo, goipe que S. S. recompens6 con otro
mas sensible juntamente y mas ruidoso. Hizo erigir en su iglepia Ca-
tedral un triste tumulo cubierto de bayetas. £1 pueblo lleno de ter-
ror desdo la noche dates con el lugubre clamor de las campanas« quo
casi sin interrupcion sc habian tocado 4 Anathema, Concufri6 con tro-
pcl inn^ienso a este espcct4culo. £1 Sr. obispo acompanado de la ma-
yor parte de su cabildo sali6 de su palacio y sin pcrdonar alguna do las
pavorosas cercmonias que prescribe el ritual, apag6 candelas, las arrojd
al suelo, las pis6 anathematizando solemncraentc 4 los dos reverendos
conservadorcs y 4 los religiosos de la Compania; cl uno procurador
del colegio, y el otro maestro de teologia. Predic6 despues el Sr.
obispo esplicando y aplicando 4 los sugetos las tremendas ceremonial
de aquel acto,. y lament4ndose de la dcsgraciada sucrto de aquellas al-
mas endurecidas, sobre quienes so habia llegado 4 dcscargar un goipo
tan doloroso. £1 vulgo qued6 tan cncendido contra la Compania quo
4 no impedirlo lel Sefior, inspirando 4 algunas piadosas personas que vc«
laron toda la noche en las calles do nucstros colegios les hubieran (co-
mo se supo despues) entregado 4 las llamas.
£ste furor y desarreglo del pueblo que cada dia so aumentaba
cMisiderablemente, hizo tomar en Mexico la rcsolucion de que los con-
servadores auxiliados del brazo secular, asi para la seguridad de bus
personas, como para remedio de tantos desordenes pasasen personal-^
mente 4 la Puebla. Con la noticia de esla rcsolucion el lllmo. Sr. D.
Juan de Palafox escribi6 al fiscal de la real audiencia la siguiento
carta, cuya copia en papel sellado autorizada en toda forma, se guarda
en el colegio ro4ximo de Mexico: „Pcrsona celosa del servicio.de S. M .
me ha avisado c6mo los padres de la Compania con extraordinarias dili-
gencias y empefios han conseguido con ol Sr. virey que imparta el auxilio
para que se ejecuto lo que proveyeren y han proveido los religiosos de
Sto. Domingo, que nombr6 por conservadorcs el provincial do la Com-
pania. Y aunque este aviso es en materia que con dificultad se lo puede-
dar cr6dito porcstarelpleitotanensusprincipios, no declarada ni asonta-
— 305 —
dasu juriscliccion, con todo, mc siivio cic niotivo pnrn significnr A V. quo
si es cicrto lo que so mc nvisa, que tnien consign porsonr.s pnra inquic
tar osta rcptlblica y obispado, y que vienen con este ^niniOy son mu-
chos los inconvcnicntos qao pucdt^n resultar al s^&rvicio do Dios y de
S. M.; porquo aunque yo doseo tanto la quiclud y paz publica do oh*
los roinos y la solicito con todo desvelo, cs muy de tomer quo no sere
tan poderoso, que pueda sosegar a un vulgo entcro si so prcndiesc al-
gun faego. V. coioo niinidtro de S. M* teng^ advertido csto aviso, y
prop6Dgak> al Sr. virey, represontandble estoa.y otros danos quo. to
pueden recelar &c." Esto cscribia S. • £. L Qon fecha 27 dc ^aya.
Aun con mayor urgencia so e8plio6 algunos dias despuos en estos t6r«.
mines: „En esta oiudad se ya hafrtendo^rande provencinn de arn^ins
dcia los convcntos de S. AgusUn y de bi'Gompanfa. y se procedo con
grande inquielud aguardando cada-dia. una desdicha. • El pueblo !ia
scntido vivamcntc ^te ultimo ^cdicto'de esos doe fraiks en quo so ar-
rojan d mandar que no obcdezean d au obispo en lo espirituaU cossi
cscandalosa en provincias €at6licaa. Uaoe publioado por algunos ro-
ligiosos que cada dia aguardan hofubpcs fuCiBeTo^s de Mexico, para
que introduzcan aqui una desdicha* - Yo exhorto &'la paz & mi9 subdir
tos prtvada y publicamdnte; perok>3 ^ccidentda de estas malerias solo
Dies puede prevenirloa. Cada dia amenaztin grandcs inquietudes j
de8asosfegoa»«Ln que pueda sabcfse que fin ha n de tener. Vuclvo unf\,
dosy tres veces & requerir & V« en nombiio d^ S. M.* c<uno visitador ge-
neral de estoB reinos y ■! consejero, y .coona prelado. y vasallo .del rcy
nucstro senor qae ponga el nemedio en CH^toque 8. M» mandn por c6«'
dula'dc 1^ de mayode 1-603, - y. que ascgtrca ,nu persona y ministrps
con ptiblica y notoria demostracion^ pcotcatindoles que todoslos dau6(^
mucrtes, alborotos 6 inquietudes^ cpie de no remediar.^to con el.Sr*
virey podioren resultar, aean por cuenta* de la omision que en esto Y.
tuviere, y la de estos senorcs^ puo9 cotoo miniatros de Sir M., c^tdn oUi-
gados* A 8U8tentar> en 'pas eslas pro^incias, y no dejar-al arbitrio de un
abogado lo que fi6 de tales y.toii ^ves nunistroa. Y para que en to-
do tiempo* conste y pue4a haecr f6,.y; pdre ^1 pdrjuieio que de derecho
hubiere lugar, eano i Y. teta ob papel seUado^ y vdljgomo do.ostos
mcdios por los rccursos que luh.qnitado ol Sr. virey 6 todiwiefltaci eaa-
8n9« Guarde Dioi A Y. muchosaiiosk . Angeles*^ de jtuiiod^l647/.'
Talcs eron los temores delUlmo^ y Exmo. Sr. D» Juande Palafox:
TxTo cuitn l^jos estuviesela Gompania de Jesuftdc busear lionibrosfa-
— 30C —
rinorosos pnra inqutetar, ni do prevenir arinaf, 6 \os rcvorondoe conser-
vadorcs dcllovarlflp, lo mani fiesta bien la carta rospueeta del Dr. D. Pe-
dro Melian, onqueesto pnidentc ministro, ain faltar al respeto y aun A
la inclinacion que profesaba & tan gran prelado, le da bastantemente k
rntendcr que no se ignoraba en Mexico el ongen de sus rccelos. La
carta del Sr. fiscal dice asi: ,,Exroo. Sr. — He difendo responder 4 las
cartas dd Y. £. que he recibido eatos dias, esperando de uno en otro
que encaminase Dios los medios mas convenientes para serenar esta bor-
rasca y asegurar la quietud pliblica, que tan aventurada sc considera.
Mas ya que perdida esta esperanza, veo que camin&ndose por una y
otra parte con mayor tezon« se descubren tan declarados los empeiios
y cercanos lospeligros, como se conoce por las cartas de Y. E., en
especial la de 27 de mayo, y con mas aprieto en la do 6 de este mes
que acabo de rccibir, no queda otra diligencia & mi obligacion ni otra
puerta k mi confianza, que echanne 4 los pi6(r de Y. E. A suplicarle
como 8U antiguo scrvidor y como fiscal y ministro de S. M., que por
el amor que Y. E. debe y ticne k su servicio, y por su celo al de Dios
y al bien pCtblico, haciendo una her^ica demostracion de uno y otro, y
de la prudoncia y demas talentos que con esa necesidad se le encarga-
ron, ponga Y. E. en ejecucion lo que omo afirma y crecmos mas so.
licita y desea» y abra camino & los medios con que pueda, no solo dete*
nerss y templarse, sino sosegarse del todo este disidio que 4 tan pelt-
groso cstado ha reducido las cosas. Al Sr. virey hab]6 luego y mos-
tr6 la carta de Y. E., y se lia puesto en cuidado con ella, asegurtedo-
me quo se interpondria & pedir 4 Y. E. lo mismo, por lo que desea el
scrvicio do nuestro Senor, ol de S. M. y la quietud y sosiego de esta
rep(iblica. Yo vuclvo a suplicar 4 Y. E. se sirva de abrazar este ca-
mino, pues cualquiera quo escuse los esc&ndalos que se padccen y los
peligros y males que amenazan, es seguro &la conciencia, bonesto &Ia
opinion, y muy provechoso 4 la conveniencia de todos. Y esme pre-
cise para ma» inclinar 4 Y. E. valerme de su mismo argumento, pues
debe pcsar mas la quietud universal de un reino para que no se turbe,
se aventure 6 se pierda, que la pretension del provisor, para que cuan.
do mas justificada se detenga y reduzca 4 pedir lo que no se le podr4
negar por t6rminos mas templados y mas suaves; y mas cuando Y. E.
afirma que no ser4 poderoso 4 sosegar un vulgo entero si algun fuegu
se* prendiese. Con que se halla Y. E. mas obligado 4 quitar la dispo.
sicion y disipar la materia, porquc nunca pucdo parocer qjuc la dio 4
— 307 —
quo ardieso aia rcmcclio, quien la deja prondcr sabiendo que dcspaes no
ha de poder rcinedinrse. Y en cuanto d la prevencion do las armas
tampoco escuso advertir d V. E. quo ha dias se dice per uca con pMu
cidad quo por V. E. se conienzaron d prevenir. Creo yo que no scrd asi,
6 serd con probable causa para la defensa permitida. [Pero de quien, Se*
nor, la necesita por semejante medio en provincias del rey nuestro senor^
un prelado tan venerable, un consejero suyo tan conocido y un visitador
general tan autorizado, d quien por su sangre y persona tantas atcncio-
nes se debeul Por acd he hecho lo que me ha tocado, y r^stame solo es*
ta instancia que muy de corazon hago d V. E., d quien otra vcz supli*
CO, y cuantas do derecho sean necosarias, con toda veneracion y rospo-
'o, requiero se sirva de admitir d la composicion de este disturbio los me-
dios mas convenientes, protestaudo los daiios que de lo contrario resul-
Wen. Y qucdo con mucha confianza en la prudencir^y grandcs obli-
gaciones de V. E. que le ha de deber el reino su quietud, y S. M. ee«
to singular servicio que se avontaje d los otros. Guarde Dies d V. E. en
la felicidad y gusto que deseo. M6xico 10 de junio de 1647» — Dr. JO.
Pedro MdianJ*^
En la Puebla por este mismo tiempo por parte del cabildo eclesids-
tico se pidi6 a la ciudad le ayudase en la sCiplica que intentaban hacer
al Exmo. Sr. virey en 6rden d que dispusiese con su benignidad algun
medio para que cesasen las discordias entre el Sr. obispo y los religio-
sos de la Compania de Jesus, d que satisfizo la ciudad nombrando de
su parte d dos de sus capitulares, que fueron el alOlrez mayor D*
Ger6nimo de Salazar Mendez Montes, y D. Alooso Diaz de Herrera.
Entre tauto el conde de Salvatierra, solicitado de las cartas misterio*
sas del Sr. obispo, escribi6 d la roisma ciudad, y su alcalde mayor D.
Agustin Yald^s y Portugal, culpdndoles de no haber dado aviso algo.
no d S. E. de los peligros que amenazaban y que prevenia el Sr. oblf*
po en sus cartas. Junto el cabildo en 15 de junio respondid d S E.«
que la ciudad no tenia de que avisarle, porque los des^rdenes que se
podian temer en el pueblo eran solo en materia espiritual por las exco*
muniones que se fulminaban de una y otra parte, y no por algun mo-
tin 6 levantamieoto, en lo cual la ciudad estaba muy atenta d cumplir
con su obligacion en lo que le tocaba del real servicio. En este mis-
mo cabildo propuso el dicho alcalde mayor d los capitulares, c6mo el
cxculcntisimo habia cscrito al Sr. obispo visitador una carta, la cual
liabia cntregado por su mano el escribano de cabildo, en que le amo-
— 308 —
nottu d'o s\x purtj y lo ptde con insfancia, y Ic requiesc en'Oombrode 8.
M., elija medios para que cesaaenidichas controversiaavproponi^ndo-
lo cl que le pareqia mas d propbsito con.ejomplarea.de que- en- otras
ucasi ones. se habia dado S. M. por bicn servido. £xhibi6 tambien
otro.capituJo de carta cacrtta al miamo alcalde mayor, «fiique lodecia
quiaiera quo lli^gase aqueila k sua nianos dtitesque hubieaen >8alido de
iQ.ciUdad.lotfcotutaiirtns quo iban-d ia a^pHcay por cuaato la contro*
varsia que cl Sr. obtapb tenia con loBTeligiososvde la Compania, la h«-
bia pasado d S. M. y d S. £v con ternitncNi^muyjofenaivoa d l&ciudad
d^ hi. Puf bht por hal)Cr cacrUo a loa inintstros de la real audiencia quo
cfltaba dicba ctudad apeligradn, y quo no tendria fuerzas para^apagar cl
iucgoque en:ellaae€nbendiese por el amor que insinuaba lo teniau sua
ovojas, y-qoe por 6] faharian ai natural de su rey. Concluia el exec
ledti!<imo prcvinieodo a In ciudad estuviese.muy unida con su alcaldo
mayor, aeisti^ndolo cuidadoaamento en todo para quc.coa ma9:.autori«
dad se represcntaae la real jueticia. La ciudad ^'o:ipondi6 quo si l«ia
partea intero^adaa con maHcia habiaa escrito. asipaca. altera r los dni-
mos, cUa no habta rcconocido en sua vecinos algun movimiento que
pudicse dar cuidado( pues shlo bubtera, darialuego noticiad & JB. con
la solicitud dcbida d su quietud, niirando siempte .el^mayor . servicio do
S. M. Anadi6^ que cl babcr envi;jido los capitularea.comi8arios, era
solamentea la aiiplica y no d otra cosa, y en cuanto- al amor ^ue el
Sr. obispo in8inuaba,«satisiiicic8ecl inismo alcalde mayor .d.S. .E. Lo
quo hcmoa dicbo en todo csto constat por el tcstimcnio de loa citadoa
cabildoSf inscrto en la representacton- quo la misma Cesarea ciu«
dad do la Puebla hizo' A Sk M. tres auoa dcspues,- el 23 de abrii do
1650, firmada por dicz do sns capitularea, y que-hemoa pueeto d la le-
tra para que se vca cuales cran los horabrcs facinero9os, y la preven-
cion de armas que lanto cuidado daban al lilmo. Sr. PalafoiQ. .
Por otra parte, sc habia recibido en Mexico carlA de S. E. L cou
fccha 11 de junio en que parccia remitic d.la prudencia y jiisfiticacion
del Sr. virey ol ncgocio. £1 capitulo do carta escrita al Sr. fifsoal D.
Pedro Moli^n dice asi: . „En esta^ diibroncLa mideeeo no bu sido^ mas
quo asegurar eatas almas. El Sr.r^ondo es naturalmentO; virtuoso, y
por su sangre nobilisimo. No bode crccryaquo ii^^ndo materias do
mi conciei^cia do su clcccion dcjura de sor la imi^ sogura i>ura mi. W
y cl Sr. D. Pedro do Oroz sou varonua dpctos y quo noquorran quo yt>
?uo condcnc ni los pudrcs dc la Coinpafiia sc pcrjudiqucn, sine <iuo cc-
diendo en algo todo6, ae tome olgun honesto acoaiodaimdiito por la
paz que ea amaUe y necesaria. Y asi yo lo dejo en manos del Sr. vi-
rey con la conferencia y consulta de V. y del Sr. D. Pedro. Oigase il
lo8 religiosos de la Compania, propdoganselea noedios que parecieren
mas proporcioaadoSy y remitaDseme por si yo tuviere alguua cosa que
proponer, y despuea de oido yo por S. £• se resuelva como quicn go-
bierna estas provincias en provision, 6 como mandare lo que estuviere
mejor ^ las partes, que todos lo cuinpliremoa en la forma que fuere
servido. [Qui6n podia desconfiar de una propueata tan racional fir-
raada del sugete mas autorizado que ha tenldo la Am^r ical £n ofec-
to, eata carta llen6 de consuelo 4 los Srcs. arzobispo y virey, y 4 to-
das las peiisonaa que se intcresaban en la publica quletud. En su con-
fieauencia el excelentlsimo pas6 un oficio al Sr. fiscal D. Pedro Mc-
lian en estos t^rminos: „Para mauana d las mieve he reduelto hacer
junta para conferir los medios que se ofrccen en estas difer^cias en-
trc el Sr. obispo de la Puebla y la Compania de Jesus ysusjueces con-
serradores, 4 quo conviene asista Y., y que par un rate deponga el ofi-
cio de fiscal, pues yo depongo el de virey, interponii6ndome como me-
dianoro, por juasgar que es servicio de S. M-i 4 que tod4>s d^bemos In
primera atcncion. Y del celo, letras y prudencia de Y. fio que traer4
discunido lo que pareciere mas conveniente 4 este fin, que cs lo que
yo deseo, y que guarde Dios 4 Y. muchos anos. Palacio 14 de junio de
1647. — El t<mde 4e Salvalierra*" La misma citacion se htzo 4 los de-
mas intefesados, que todos ooneurrioroaalMguientedia 15, dcJicosisimos
de que se.abriese camioo 4 la eompostcion de tan peligrosascontrover-
stas. Aquel dia y aun el siguienie 10^ se g08tf>en varip^s proposicio-
nee que como proliminares queria a^entar una y otra parte, y en que con
bxstante docilidad se habia quedado de acuerdo, no sin grandc e^erana;a
de quedark) tambien <sn el fondo del negocio. Pcro ^cu4l tu6 la sorpre-
sa y aunci dolor de todos loa que componian esta junta cuaado vieron
rspentuiamente deabaratadaa todas mia medidas, y desvanecidas bis
grandss espexanzas quekuhian conccbido do una pronta y amigable
coraposteion? En efecio, aq^iella misma tarde del 16 de junio llegd 4
Mexico la noticia de que el tluaUiaimo Sr« obispo visitador desde la no-
etic antecedents se habia ausentado do la c4udad de los Angeles, sin
qu3 por diligencias algunas.te UubiiMsa podido saber di^ndc estaba, ni
que caraino habiu tornado.
No |>odeinQa aqui dejrtr de bac^r una iieqiicjua digrosion sobrsj 1 j quo
r«>3F^ II. 40
— 310-
para justificar esta ausoncia do 8U Catedral, cscribio cl mismo Sr
obispo d la Santidad de Inocencio X en su famosa carta dc 8 de encr<
de 1649; alii dice: „Que sabiendo que los intentos de sus contrana
no eraD otros que darle la muerte, 6 apoderarse de su persona y triun
far con los dcspojos de la mitra cautiva, huy6 por evitar este escdnda-
lo y sacrilegto, y quitar 4 sus ovejas la ocasion deesponerse 4 la muer-
te por la defensa de su pastor.^ Esto era una consecuencia dc
aquella prevencion de armas y de aquella tropa de facioerosos que es-
cribi6 al Sr. fiscal dc la real audioocia, hacian en la Puebla los jesuitas.
Pero por la pdblica voz y fama de toda la ciudad de Mexico confir-
mada por el misroo Sr. fiscal en su citada carta de 11 de junio, y por
el testimonio de la ciudad do la Puebla en el cabildo de 15 del mismo
y su respuesta al Sr. virey, sc manifiesta cu4n mal informado estaba en
esta parte S. £. I. Y de haber alguna prevencion de annas para va-
lerse de violencia, es r4cil de imaginar si estartan mas prontos 4 obedecer
4 los jesuitas que 4 aquel que por obispo, por arzobispo, por decano del
consejo de Indtas, por virey, y actualmente por visitador general tenia 4
sudiscrecion y bajo de su mano todas las fuerzas de la Nueva-Espaiia y
tantos honestos titulos con que poder servirse de ellas? A que se alle-
ga que cuando los religiosos de la Compania 6 alguno de ellos por un
exceso de maldad imponderable fiiese capaz de concebir tan negro
designio, ;no le era mucho mas f4cil apoderarse de la persona del ilus-
trisimo en los caminos donde no le acompanaban (como dice) sino dos
criados, que en la ciudad de los Angeles donde por la aficion que tan-
to pondera de su grey por su persona, por su dignidad episcopal y por la
cualidad de visitador habian de velar muchos mas en su conservacion y
en su defensa? Ni es creible que ignorase todo el mundo la derrota
que segaia en su viage una persona de car4cter tan distinguido, y per
tanto mas dificil de ocultarse. En la misma carta 4 los ndmeros 18
y 19, dice: „Que busc6 refugio en los montes, y entre las fieras, escor-
piones y animates ponzonosos, de que abundan estas regiones, hall6 la
compania y seguridad que nohabiapodidoencontrar en aquella implaca.
ble religion." T en la carta original latina escribe: Tamdem in par^
vulo tugurio per quatuor menses delituu Las cartas originalos que ea-
cnbi6 por este tiempo al fiscal D. Pedro Melian, no est4n muy de
acucrdo con esta relacion. Dos de ellas son firmadas en Chiapa a
8 y 12 dc oclubre, otra de 7 dc noviembre esta firmada en Tepeyahual*
ro. hy^iw distantc Ho la Puebla, como 20 leguas al Nordcsto, y rumbo
— 311 —
muy contrario al que se debia seguir viniendo de ChtapOf especialmen*
te cuando viniendo ya de vuelta d su iglcsia, no tenia que andar
por caminos estraviados. Pero la verdad es, que aunque firmaba dcs-
de estos diferentes lugares para alucinar, (coroo dice 4 sus contrarios)
no estuvo jam^ en Chiapa, ni en los montes entre las fieras, escorpio-
nes y sabandijas ponzonosas, sino 12 leguas a I Nordeste de la Puebla
en la hacienda del capitan D. Juan de Vargas^ que hoy llaman Santa
Jlna, en la jurisdiccion de Nopaluca. La casa de este noble caballero
fu6 la pequena choza en que estuvo escondido cuatro meses, y su ilustre
familia, de quien fu6 atendido y cuidado como merecia su dignidad y su
persona, fueron las fieras y escorpiones entre quienes hall6 mas segu-
ridad, como se inostr6 en el sumario presentado en Roma d la sacra
congregacioQ el ano de 1651 numero 12 his non^ y despucs en el me-
morial & la sagrada congregacion de Ritos niimero 21.
Sea de esto lo que fuere, el Exmo. conde de Salvatierra dispuso
luego que pasase A la Puebla el capitan D. Diego Orejon, caballero
del 6rden de Santiago y corregidor interino de la ciudad de Mexico
para que inquiriese los motives de la ausencia del Sr. obispo, y diese
las 6rdenes necesarias en la quietud de aquella repCiblica. Esta pa«
reci6 buena ocasion para que en su compauia pasasen tambien & la
Puebla los reverendos jueces conservadores, k quienes antecodi6 algu-
nas jornadas el padre provincial Pedro de Velasco. Se envi6 6rden al
mismo tiempo 4 D. Agustin Vald^s de Portugal, alcalde mayor de la
Puebla y 4 toda aquella ciudad para que auxiliasen al dicho capitan
D. Diego Orejon en todo lo que perteneciese i, las comisiones de que
venia encargado. Los religtosos jueces fueron recibidos en la ciudad
con todo el aparato y pompa esterior correspondiente & la dignidad de
que iban revestidos. El lilmo. Sr* Palafox & su partida habia dejado en-
cargado el gobierno de su Iglesia & tres provisores 6 vicarios genera^
les en defecto unos de otros. £1 primero, el Dr. D. Juan de Merlo;
pero porque se temia que su demorh en Mexico no fuese tan breve,
substituia al Dr. D. Alonso de Varaona, y en tercer lugar al Dr. D«
Nicole Gomez. De estos tres provisores, el primero estaba rctirado
en Mexico por 6rden delSr. virey. De los otros dos, el uno en preseo*
cia de tres capitulares comisarios, renuncib selemnementQ el dia30 de
junio, y D. Alonso de Salazar Varaona, chantre de aquella Santa Iglesia,
renunci6 asimismo el 4 de julio, como consta del hecho concordado en
Roma a los numeros 10 y 11. En atencion 6 estas renuncias y al
— 312 —
grave iiKonvenimite de quedar aqadla tglesia destitoida de mi pastor
y sin otro algano que le soccediese en el gobierno, intent&adose T&rio0
arbitrios poco decorosos al caerpo del cabildo, 6flte deelar6 la sede va-
cante, y en conseeuencia de eeta declaracion toiii6 en si el gobiemo
de la didcesis. £1 Illnio. Sr. D. Juan de Palafox preteiidi6 despoea,
que tanto la declaracion de su cabildo, como la renuncia del gobema-
doff babia side forzada, por varioa motiToa do fuerea y tenaor con que
loa compelieron & ano y 4 otro* En efecto, ae babia nodficado & to-
dos Ids capitularea una real provision acerca del anxilio impartido 4 loa
roverendos jueces conservadores; pero segun consta del mismo hecho
concordado, esta intimacion se biso al cabildo congregado el 6 de Ju-
lio de 1647y el cual declar6 que dntes de la dicha intimactony babiaa
ya tomado ei gobierno por ostas palabras. ,,Y su seiiorfa (eeto ea, el
cabildo) dijo que 4ntes que yo el escribano intimase la real provision
de S. M. de su real auxilio^ tenia recibido en si el gobiemo.'' Es tam-
bien cierto, que dicho gobemador D. Alonso de Varaona, no protests
jam&s ni signified de algun otro mode que se le hubieee hecho algtrna
fUersKa 6 violencia, coroo pareco por aquellas palabras que se citan en
el hecho concordado: „Que considerando las diferencias que habia
entfe el Illmo. Sr. obispo y los padres, con diferentes procediroicntoe,
&c.; y mucho mas de que despues de dicha renuncia, habi^ndoaele no-
tificado & 61 singularmente la dicha real provision por estar enfermo y
no haberse podido hallar presente al cabildo, re8pondi6 que asentia 4
aquello que hubiese determinado la mayor parte de dicho cabildo, co-
mo consta del misrao hecho concordado. Ello es cierto que jam&s ae
prob6 semejante violencia, ni los artificios con que pretende el Sr.
obti^ en su carta que losjesuitas hicieron declarer sede vacante. S«*
bemoe por el testimonio de un autor oontempor&neo y nada afeoto k la
Compafiia, que 68ta ninguna parte tuvo en la declaracion de la aede
vacanto. Loa conservadores (dice este eschtor) fueron recibidoa con
repique de campanas y otros aplausos, y obrando en su comision, pre-
tendi^ren nombrar gobemador al dicho D. Cristdbal Gutieirezde Me-
dina (cura de la Cated^al de Mexico, que habia side enviado por comi.
sario del santo tribunal) y entendido por los prebendados, declararon
sede vacante,
Los reverendos jueces en este intervalo, habian mandado quitar tc^
das laa c6dulas de excomunion que babia fijado el ilustrisioio, y para
entere satisfaccion del piiblico, hicteron que el cabildo en debida ^r^
— 313 —
vA^ pidkse d lot padr os lai UcenciAa de pratlicar y coofesar. Ol>ad0-
cieron prontameste los je«uitas, y aaliendo en forma de prooesioa de
lofl dofl colegio8, no sin grande cdificacion de toda la ciudad, ki ma-
uaBa del dia 18 de julio, presentaron dichas lieencias d log tres comi*
sarios que para este reconociroiento habia nombrado e) cabildo, y fue-
roa loa Sres. D. Miguel de PobLcte, roaestre de escuelaff y despucs ar-.
zofat^^ d6 Manila, D. Jacinto de Escobar, candnigo doctoral, y D«
Lorenzo de Oria, racionero. Aqui nos ee neceeario otra vez aeordar k
naestros lectores lo que cl Sr. Palafox C8cribi(i d sn Santidad en la
citada carta: dice aal, al numcro 26: „Quavfiicis mihi certiseim^ emur
taret nee nuaSf neque meortm aniecceaorum kabn*e /tcen/ia««" Que cons-
tandole ciertamente que dicbos padres no tenian lieencias suyas nide
sus antecesorcs. Esta proposioion tan universal y con tanta firBoeaa
aaeverada, no concuerda con lo que el mismo Sr. Illmo. escribi6 poco
mas abajo al niiriieco 28, en que dice: f,Ei huie eapiiulo itde voeanii
jesuilicOf obtulerunt lieentia$ qua$dam eemfiUndi ti predicandi ab aUem^
€pise(^ns obienttUf tx qu%hu» quatuortanium trant sieortin mnUcteummn.^*
Qne al dicho cahildo sede Taeante mostniroa los padres al^nas Iicoii«
cias de otros dres. obispos, en que solo cuatio babia de sics aatecesores}
pudo anadir 8L E« 1.6 estas que conBesa de bus ant8oeiK>res otras cuMra
suyas; conviene 4 saber, las de los padres Ger6niv«o ds Lobera, SolvMbr
de Morales^ Francisco de Uribe j Diego ds >lguxlar, que per el heoho
coDcordado en Roma, consl6 haber presostado las lieencias Mod9mi
episcopif J ja mian ocho. Pudo anadir ft los padres Luis de Legaspi,
Pedro de Urrox, Diego de Orgaz y Z^orenzo Lopez, k quienes 8. L ukvao
babia ocupado en las misiones, <;oneedi^ndoles no solo ficenciosda coiw
fesary predicar, sino toda^sus facultades amplisimas, eonio tambien to
babia hecho el afio de 41 con el padre Juan Divalos, k quien por tasto
en c^dula que dejaiM<Vs arriba citada, manda B. M. dar las graeias. Sf
k estOB anadimo^ k Urn padrds Agustin de Leitwi y Matias de Bocaar-
gra, k qniepcs el Sr. D. Joan de Palafox favorecia singularmente yd^
quienes ^ valid nniebas teces, tanto para sermones, oomo para <:oa»
fesoirtrio de menjas, y el padre Juan Velazquez, d<e quien cd misms
^cto primero del provincial deeta babersc presentado dos afies y me-
dio 6ntes, ballaremos que fuera de las cuatro lieencias que el Sr • obtspo
confiesa de sus antecesores, babia otras cinco suyas eonstantes por cl
edicto y hecho concordado, coneedidas k los rsvereados padres Juan Ve-
lazquez, Gerdnimo de Lobera, Salvador de Morales, Francisco tJribc y
— 3!4 —
Diego (le Aguilar, y por cartas misivas y 6rdeiic8 ezpresas dt: S. S. L
otras sicte k los padres Luis Legaspi, Pedro Urroz, Diego de Orgaz,
Juan Ddvalos, Lorenzo Lopez, Agustin Leibay Matias Bocanegra. De
luodo, que de veinticuatro sacerdotes que habia en los colegios dc Puebla,
y 80 presentaron al cabildo sede vacante, once tenia n expresas licencias
in acriplis del Illino. y Exmo. iSr. D. Juan de Palafox, fuera del padre
Lorenzo Lopez, que ya no se hallaba en aquella ciudad; d que llcgto*
dose cuatro que su ilustrisima confiesa dc sua antocesores, eran quince
loB que tcnian las licencias por derecho necesarias, aun prescin*
diendo de todo privilegio para el (jercicio dc su ininisterioi sin cmbar-
go de afirmar el ilustridimo con tanta asevcracion, quele eonstuba cier-
tamente no tener los padres dc la Compunia licencias suyas ni de stis
antecesores.
Presentadas, pucs, con la debida solemnidad estas y la demas licen-
cins ante los comisarios nombrados el dia siguiente« 19 de julio, se pro-
mulg6 el edicto quo vamos 4 referir en todo su tenor.
„Nos el venerable dean y cabildo scde vacante de la Santa Igleaia
Cntedral de esta ciudad de los Angeles, 4 todos los fieles cristianos de
cualquier estado, calidad 6 condicion que scan, estantes y habitantea
en esta dicha ciudad y en las dem&s partes y lugares de dicbo obispadOf
salud y gracia en uuestro Senor Jesucristo dec.
Hacemos saber como habiendo entendido que los religiosos de la
Compania de Jesus, estantes y moradores en los tres colegios de la ciu*
dad, ajustdndose sierapre en todo el institute de su sagrada religion y 4
las determinacLones de la santa sede apost6lica, con especial atencion
y obediencia d las del santo Concilio dc Trento, querian parecer ante
Nos d presentar las bulas y privilegios de su Santidad, y las Ucen*
cias de aprobacion en virtud de que ban ejereido el roinisterio de la
prcdicacion y administracion del santo sacrameuio de la penitenciai
cooperando d la ejecucion de tan santo intento por la obligacion que en
Nos rinde por el oficio pastoral que ejercemosy encargada y ordenada
por su Santidad en varies decretos, bulas y concilios; nos parcci6 con-
veniente para dicbo efecto nombrar comisarios de toda inteligen^ia y
satisfaccion, como de becho nombramos d los Sres. Dr. D. Miguel p€»
blete, maestro 4e escuelas, Dr. D. Jacinto Escobar, can6nigo docto-
ral, y Lie. D. Lorenzo de Orta, racionero, ante quienes con la asis-
tcncia del Dr. D. Alonso de Otamendi Gamboa, racionero, nuestro ae-
cretario, se bicicsc la dicha presentacion, vista y cxdmcn de las bulan.
privilegios y liccncias que se mauifeKtasen, para cuyo cfecto estando
en la sala de nucstro cabildo, juevcs 18 de este mcs de julio a las nue-
ve de la raanana, parecieron los religiosos padres recto res do los trea
dichos colegios de la Compania de Jesus de esta ciudad con todos los
sacerdotcs, predicadores y confesores estantes y moradores en cllos, vi-
niendo 6. dicho lugar con publica advertencia y ejemplo universal de
esta republica, manifestando la humildad, obediencia y reconociniien-
to que por su sagrado instiluto profesan d la autoridad eclesiastica or-
dinaria y diocesana, como dimanada de la santa sede apostblica, en
cuya obediencia religiosa militan como ministros de la perfeccion cvan-
g^lica. £ hicieron presentacion de las bulas, privilcgios y licencias
que tenian y habian tcnido para ejercer el dicho ministerio: conviene 4
saber, una bula de la Sanlidad de nuestro Santisimo padre Gregorio
XIV» de felice recordacion, espedida el ano primero de su pontificado
6 los 21 de setiembre, afio de 1591, en favor de la sagrada Compafiia de
Jesus, en que les concede 4 los sacerdotes de dicha religion estantes y
habitantes en las Indias, que en el las para ejercer dichos ministerios
de predicar y confesar fuera de sus iglesias, se presenten tan solamen-
te 4 uno de los ordinarios de aquel reino, y con su aprobacion pucdan
confesar y predicar en todos los demds obispados de 61, sin que necesi-
ten de nueva aprobacion de los dem4s ordinarios; confirmando en estos
el mismo privilegio concedido 4nte8 4 la dicha religion por diez aiios por
la Santidad de Gregorio XIII 4 los 8 de setiembre, ano de 1573, y pro-
rogado por otros diez anos por nueva concesion del sobredichoy dada el
ano d6cinio de su pontificado 4 los 16 de agosto de 1584, prorog4n4o*
lo el dicho Santo Padre Gregorio XIV por espacio de veinte aiios cor-
rientes desde el dia dicho de la data. Y estando en sufuerze, vigor y ob-
servancia, se confirm6 de nuevo por la Santidad de nuestro Santi-
simo padre Paulo V, por bula de quo se hizo presentacion, dado el ano
segundo de su pontificado 4 los 4 de setiembre de 1606, en que de nue-
vo concede 4 la dicha religion todos y cualesquiera privilegios conce-
didos 4 ella por^la Santidad de sus antecesores Gregorio XIII y Grego-
no XIV, confinn4ndolos, roQov4ndolo8y concedi4ndolos de nuevo y per-
petu4ndolo8, para que perpetuamente pueda gozar y goce dicha religion
de'lo favorable en ellos concedido, haciendo irrevocable esta concesion
porser fecha 4 dicha religion en titulo oneroso y remunerative por los
aumentos que de ella recibe y ha recibido la santa £4 cat^lica y religion
crifctiana. Y asiroismo prcsentaron dichos religiosos un breve apdstdli*
— 316 —
CO de la Santichul io niiestro may Strntfoifiiofadfo Urfatno VIII, cipc«
dido cl aflo.iegundo de su poBtificado'& IO0 10 de febrero de 1625, en
que & peticion del Exmo. 8r. duque de PCMtmna, embajador de £§pi-
fia en Roma, suspendid en aquellos reinoa la bula de la Santidad de
Gregorio XV, espedida el afio eegundo do su pontifioado 4 loa 6 de fe-
brero do 1622, en que derogaba y revocaba dichos pnvilegios y otm
niuchos concedidoc* & los regularef , dejando en dicfaos reinoa en au Aier-
za y vigor los privilegioe meneionadoa en dichos bulas, ain que por di*
cha revocacion padczcan milidad alguna. Y para mayor validaciony
Uso librc de dichos privilegioe, exhibieron una c^dula del rey nuoatro se*
nor, su fecha en S. Lorenzo & 5 de setiembre de 1630, refrendoda por
Pedro de liedesmn, sccretario d(>l real consejo de Indiae, d eual, ad^
miticndo por prcsontadas en dicho consejo his hulas mencioo&daa en
este nuestro edicto, las da por pasadas |)or la vista de dicho conaejo, y
rimnda d todos sus vireyes, audicncias y goberaadorca no pongan im-
pcdimento d su ejecuciqn, para quo dicha religion goce ccn toda liber«
tad do dichos privilegios y Io en ellos concedido en todosiaa iadiaaoc-
cidentales sujetasd su real carooa. En cuya conformidad, ajuatiade-
se en todo & dichos privilegios despues de restituidos en la poaeaion de
su loable opinion y uso corriente de dichos privilegios por edictoa que ae
publicaron en eata ciudad en 14 y 17 de este mes de julio, d 18 del mil-
mo mes con 6rden y liceneia de su provincial, exhibieron las lieenoiaa
qoe tenian todos loa aaceidotea moradoree en esta ciudad de loa Angeles
en dichoa tres eolegios, dadaa con prescntacion, exiraany aprol>aciaii de
dicho ordincrioy cons(a!ido ser parte de ellas de estemiastro ovdinano,
dadas por los Sres. obispos de esteobispado, y laa rostantea por loe Sraa.
arzobispos de Ia<;iudad de Mexico yotros diocooAOsde esta.MueVa.fii-
pana. Y vistos dichos privilegios y liocncias con iaforme de nuca-
tros comisarios, estando en nucstro ayuntamiento an la sala.de Mieaifo
cabildo, Tiemes 19 de dicho noes, eitadoe 4inle diem para dicho jefeeCo,
haDamos scr baatantes para ejercer y habor cjorcido los dichoa miaiate^
rios dc oonfesar y predicar en noestras iglcsias d todo g^ncro de par-
eonas, seculares y reltgiosas sajetas d naeelra jurisdiccion, sin haber
cootravenido al santo Coaeilio de Trcnto, ni mexicano, ni d huloa al-
gunas pontificias, declaracienes ni c!e los eminentinmos cardenalea; y
juzgando del ontoro cr^to de las muchas Ictras y loables virtudea do
esta segrada religion, juzgnmos ahora Io que siemprc tuvimos entcndi-
^o, que donde luce el nriagi84erio de todas cicnctas, no habia dc htiber
— 317 —
sjin!>ra di tanta igaorancia, y donde so cjemplitica touta virtud qo ha*
bla dii fdltar el fundamento de la huoxildad y roconocimiento 4 la juris-
diccioa ordinaria. A cuyo motivo, y on atencion 4 la grandc idoneidad,
letras y suficiencia manificsta do dichos religiosos, y conform&ndonos
eo todo & lo dispucsto por el sanlo Goncilio de Trento, haciendo jui-
cio de bastante aprobacioQ cuanto en Nos es d mayor abundamiento, de
Duevo concedemos cuanto al ejercicio de confeflar y predicar la licen-
cia bastante como de derecho poderoos en corrcspondcncia al rec^noci-
miento que esta sagrada religion libre y espontdneamente ha querido
usar con nucstra autoridad ordinaria, para que con nuevo titulo gocen
y puedan usar la jurisdiccion que ya tenian por la concesion de sua
privilegios y presentacion fecha 4 un ordinario, conforme 4 ellos pr4c-
iicai posesion y uso corricnte de dichoa religiosos. Y asimismo decla-
ramos por la presente, que dichos religiosos ban sido legitimos minis-
tros, y haber administrado con bastante jurisdiccion el sacraoiento de
la Penitencia y cl ministerio de la predicacion en dicho obispado. Y
para que el uso de dichos privilegios tenga la debida ejccucion sin impe-
dimento alguno, como lo tiene ordenado nuestro Santisimo Padro Gre-
gorio XIY en la hula mencionada» y confirmada por la Santidad de
Paulo V, por la autoridad que en Nos reside, alzamos cualquier
mandato 6 prohibicion que para efecto de no confesarse con dichos re-
ligiosos, ni oir sus scrmones haya sido intimada 4 nuestros feligreses, y
por el consiguiente cualquiera pena 6 excorounion mayor que por trans-
gresion do lo dicho Ics haya sido impuesta. Y araonestamos i todos
los fieles estantos y habitantes en este obispado, seculares y religiosos
de nuestra jurisdiccion, continvien la enscnanza y ejemplo de esta sa-
grada religion con asistencia 4 sua sermones, no perdiendo el fruto de
su doctrina, y con la frecuencia de confesiones con dichos religiosos,
gozando el saludable remedio de sus almaai. Para cuyo efecto maada-
mos dar y dimes la preseote carta de edicto general firmada de Nos, ae-
Uada con nuestro aello y refrendada de nuestro secretario, para que te
lea en miestra igleeia Catedral, y en las demas partes que fuese coa-
veniento en esta ciudad y en todo este obispado, y se fije 4 las pucrtas
de dich^ iglo;)ias, y que ninguna persona sea osada de quitar, tildar 6
horror este nuestro edicto, §6 pcoa de excomunion mayor Imtae setiien-
tiae una pro irma canoniea monUUme pratmiiOt y de quinientos duoados
aplicados conforme 4 la c^dula de S. M. Dada en la ciudad de IO0 An-
geles a 19 dias del mcs de juliq de I64.7--*-Dr« D. Juaq do Yega^ dean.
TOMO II. 41
— 318 —
— Dr. D. Jacinto de Escobar. — Dr. D. Miguel de Poblete chantre.
—Dr. D. Hernando de la Cerna, racionero. — Lie. D. Lorenzo de Orta,
racionero. — ^Por mandado de S. S. D. Alonao Otamendi Gamboa, se-
cretario.**
Compafiia al Hcmos puesto A la letra esto edicto para que se vea si en todo su
ejercieio de tenor hay aquellas palabras que el Illmo. Sr. Palafox escribid i la
riot. ' Santidad de Inocencio X; con viene d saber, que hs rdigiosos de la Com-
pafitdi no necesifaban de las licencias de los genores ofnspos para oir con-
fesiones de aeetdares par sus primlegioSy y si acaso fas necesitaban las
iienen^ y las habian mostrado i. dicho cabildo, y caso que no las tuvie-
ran 6 no fueran suficientes, dicho cabildo sin cxinien alguno se las
concedia generalecr. Jesuitas religiosos non indig^e licetUiis Episco-
forum ad audiendas saecullarium confessiones propter sua prwUegia^ et
$% egerent eas habere^ et capUtdo exhibUas esse^ el si non haberenif atf<
suffHentes non essenty eas capiitdum generaliter etiam sine exdmine con"
eedere libentisinU ^c, Restituida la Coropania por el citado edicto ft
sua antigaos ministerios, pareci6 voWer & entrar en posesion de elloe el
pr6ximo dia 22 de julio dedicado k Santa Maria Magdalena en que
aquel colegio del £»piritu Santo hace anual memoria de su flindacion
conforme & la voluntad y espresa cl&usula de su insigne fundador D.
Melchor de Cobarruvias. Predic6 este dia el padre provincial Pedro
de Yelasco. Fu6 estraordinario el concurso, y como es tan mudaUe
el corazon del hombre, aun muchos dc los que preocupados habian con-
denado la conducta de los jesuitas, no pudieron contener las l&grimas
de gozo al ver rcstitutdos & sus santas ocupaciones k aquellos que por
tantos anos las habian ejercitado con un desinteres, una constancia, y
una utilidad de que aun los mayores 6inulos no podian dejar de con-
yenir.
Este intervale de serenidad dur6 muy poco, y solo fu^ un leve des-
canso que previniese los &nimos para una nueva borrasca. Lleg6 6 la
' Nueva- Espafia k principios de octubre, noticia cierta de que el Exmo.
Vuelve 4 la ®'' ^' ^^'^'^^ ^^ Sarmiento, conde de Salvatierra, pasaba k los reinoa
iglcfiaelobw. del Perfi, cuyo lugar debia ocupar en Mexico el Illmo. Sr. D. Mar.
oe^ f^^^ cos de Torres y Rueda, obispo de Yucatan. Con este nuevoggobiemo
creyC el Ilhno. Sr. D. Juan de Palafox hab^rsele mudado k su ^Tor
la fortuna, y di6 prontamente vuelta k su iglesia k principios de no-
viembre. A su regreso, hall6 c6dula de S. M. en que le Rtandaba ce-
•ar en la visita de tribunales que tenia fiada k su cuidado, A pocos
— 319 —
dias e8cribi6 al fiscal D. Pedro Melian el siguionte capitulo de carta,
con fechade 16 de noviembre de 1647. „A V. y al rnaestre de cam-
po D. Antonio Urratia do Vergara, he dado poder por si fuere neco-
sario para el efecto; pero en el estado que hoy se halla la materia, su-
puento que estdn dosagraviados, como dicen, los padres de la Compa*
nia, y en la posesion en que estaban ^ntes que mi provisor proveyera el
primer auto, y esto se liizo con sentencia definitiva que dieron los con-
servadorcs, con que fundi «tm< officio wo* Con roandar S. E. ahora do
oficio por la pliblica quietad que no se minore en lo obrado por ollofl
en la restitucion de su posesion, sino que vuelvan las cosas al estado
que tenian cuando mi provisor proveyd el primer auto, y que por ana
y otra parte se alzen las censuras y quiten los papeles, cometiendo es-
to al alcalde mayor de esta ciudad, los padres ban conseguido todo lo
que pretendian; y con notificarme & mf la real provision de que no in-
nove y obedecerla, queda tarabien ese punto en el que se le debe, y
vuelven & correr las materias como corrian intes que se comenzase ee-
ta diferencia. Y para esto no parece que es menester mas que obrar
el Sr. virey de oficio, despachando esta provision y obedeci6ndola to^
dos por tocar esto 4 la superioridad de su cargo; pero si para ello fuere
menester alguna peticion, envio para todo poder & V. y al Sr. roaee«
tre do campo D. Antonio de Vergara, y el papel incluso en que se di*
ce esto mas expresamente, dec." En concecuencia dc esta carta y
otras semejantes escritas al dicho maestro de campo, present6 este, sA-
bado 23 de noviembre, una peticion en nombro del Illmo. Sr. D. Juan^ de
Palafox, en que proteatando como en la citada carta pertenecer esto &
la superioridad de su cargo, ropresentaba como habia siempre recla-
mado contra la fucrza quo le bacian dichos conservadores, lo quo otfii
vcz ropresentaba de nuevo, y caso de no declararse este articulo, p'e-
dia se alzasen de una y otra parte las censuras, remitiendo la deci-
sion de la fuerza al consejo. Presentada esta peticion, mand6 el
Ezmo. concurrir al R. P. prior de Santo Domingo, al Sr. fiscal D.
Pedro Melian, & su asesor D. Mateode Cisneros, y los venerables pa-
dres Pedro de Yelasco, provincial^ y Andres Perez de Rivas. El pa*
dre provincial habia ido & recibir y cumplimentar en la villa dA
Tacuba al Illmo. Sr. D. Marcos de Torres y Rueda, y en mi lugar
a!fi8ti6 & la junta el padre Marcos de Irala, prefecto de estudios m&yo-
res en el colegio mdximp. liabida consults, provey6 auto S. E. |to-
rd que los con9?rvadorc8 alzasen las censuras y provision real al ^.'
— 320—
IHino. para que no innoTaae com alguna en la Testitucion quo haKia
hocho ei cabildorf De parte do los conservadorea, en el dta misnio se
provey6 auto del tenor siguiente.
,yNo0 Fr. Juan de Paredes, predicador general de la 6rden de Sto. Do-
aiiDgOt prior deau convento real de eata eiudad de Mexico, joez conaenra-
dor en yirtnd de bulaa y letraa apoatdlicaa paaadas por el real consejo de
Indiaaf cuya juriadiccion eat^ admitida y auxiliada, la caal hemos ejer-
cido juntamente con el padre maeetro Fr. Agustin GodineSf definidor
y elector en capitulo general de dicho drden, y cada uno in sohdum en
lacauaa de querella por conaervatoria dada por parte de la aagrada re-
ligion de la Compania de Jeaus, y el padre Pedro de Velaaco, au provin-
cialy contra el Illmo. Sr. D. Juan de Palafox y Mendoza« obiapodela eiu-
dad de loa Angeles, del conaejo de S. M. y del real de laa Indies, y el
Sr. Dr. D. Juan de Merlo, candnigo doctoral de la Santa Iglesia Gate*
dral de la eiudad de los Angeles, su provisor, sobre las injuriaa quo ae
representd haber hecho 4 la dicha religion, eon pretesto que exhibiesen
sua religioeos de los tres colegios de la dicha eiudad las licencias de
oonfeaar y predicar, y lo demas contenido en el proceso de la causa*
en la cual piocedemos al preeente in solidumf por ausencia de dicho pa-
dre maestro Fr. Agustin Godines, habiendo su paternidad k mayor
abundamiento aubdelegado on nos su jurisdiccion, d^c. Por la pre-
aente alzaroos y quitamos las censuras f\i1minadas sobre la dicha cau-
sa contra S. S. I. dicho Sr. obispo y su provisor, y otras personasque
por esta razon estuvieren puestos y rotulados por excomulgados en eata
eiudad en la de los Angeles y otras partes. Y damoslicencia 4 cualquier
capellan del dicho Sr. obispo, 6 cualquiera otro sacerdote secular 6 re-
gular que la tenga para confesar, para que lesabsuelvan de dichas cen*
suras. Y mandamos se tilden, borren y quiten los r6tulos de ellaa por-
cuanto habi^ndose presentado por via de fuerza ante el £xmo» Sr.
conde de Salvatierra, virey de esta Nueva-Espaiia y preeidente de la
real audiencia, como en quien reside la autoridad y jurisdiccion de di-^
cha real audiencia en este caso, por estar recusados los demas senoree
de ella, se despacb6 real provision, remitiendo la detenninacion del
dicho artioulo de fuerza 4 S. M* y al real consejo de las Indies, y para
que en el interin que se ve y determine fuesen absueltoe, con que no ae
innovase en cosa alguna hasta la dicha determinacion. £n cuya con-
foimidad j^e ha de hacer la dicha absolucion, y const4ndonoa de ella ae
han de quitar didios r^tulos. Dada en la eiudad de Mexico, en la eeU
— 321 —
da de nucstra audienciu, y eoilada con cl sello de nucstro oficio H 23
dias del iiie« de novicmbre de 1647. — Fr. Juan de Paredes, prior.—
Ante mi y por mandado de su patcrnidad. — Fr, Luis Ortiz, iiotario
apo8t6lico.
De parte del Illmo. Sr. D. Juan de Palafox se rnrapli6 asi con la Certi6caeion
real provision, como con el citado edicto de los conservadorcs. S. £• °** Sr.obikpo
I. remiti6 ol maestro do campo D. Antonio de Vergara certificacion de
haber sido absuelto ad eautelam de las censuras impuestas, particula-
ridad de que nos consta por carta del mismo Sr. Illmo. al fiscal D. Pe«
dro Melian con fecha de 3 de diciembre, en que dice: „Yo desco tan*
to que se ponga silencio k las materias, y que acabon de tencr enlero
acomodamiento, que para que so reconozca mi dnimo no pcrdonard di-
ligencia alguna. £n esta conformidad remitid al Sr. maestro de cam*
po D. Antonio Urrutia y Ycrgara una certificacion no necesaria ni
para los consorvadores ni para mf» porque ni la absolucion lo fii6, pucs
esto acomodamiento no ba sido de justicia sine do gobierno, y mirando
& mayores fines." £n la misma carta se queja su sefiorla de que hms-
ta el dia de la fecha, ni de la CompaHia, ni de algunas otras religiones
le hubiesen viaiiadot y en posdata aftadida de su puiio, de que los jesiii*
tas y sus apasionados andaban mostrando copias de todo lo que podift
parecer d su fiiTor en el pleito preoente. No pretendemoe que faesea
tan perfectos todos los sugetos de los colegios de Puebla, que tal vez
en las conversaciones no se jactasen algunos imprudentemente de lo
que lee era faTorable. Este celo aun m^nos pure podia parecer camt-
no necesario para deshacer las preocupaciones del vulgo y volver por
el honor y buen nombre de su religion que juzgaban indignamente u1-
trajada. Lo cierto es quo el cuerpo jAe la religion y el padre provin-
cial Pedro de Yeiasco jam&s autoricaron este des6rden, y Antes proeti- '
raron con el ejemplo, con (^denes repetidas, y aun oon reprensiones,
-que se tratase al Sr. obiifpo de la Puebla con todo el decoro y respeto
que 80 d^iia A su persona y al alto caracter de que estaba r^estido.
Peio si aun en persooas religiosas con tantas precauciones era dificil
^onsegair una moderacion tan superior 4 todds los motivos de dolor en
que se hallaban anegados, macho maa lo era moderar los excesos de
uuestvos estudiantes seculares y demas apasionados de la Compailfa, en
quienee no cabia taaU pnidencia ni tanto sufWmiento. El trapreden-
te celo de este g^nero de gentes y las demostraciones en que tal vez
prorrumpieron m^nos decorosaa 6 la dignidad del Sr. Palnfbx, no de-
— 322 —
ben imputarse jamds ti los jesuitas-que positivainente las improbabaD y
contradccian. Y si el mismo Sr. Illmo. con todo el peso de 1 1 au tori-
dad quo S. M. le Imbia tan dignamente confiado y la mayor que se ha
visto en Nueva-Espana, raconoci6 no ser poderoso para sosegar el tti/-
. gOf ni estorhar el qiie por la defensa de su pastor cometiesen algunos ex-
cesos, icdmo podian los religiosos de la Compahia encerrados en sus eo^
legios impedir que toda lajuventud de la Puebloj que hasta enlSnces no
habia recoiocido oiras escuelas, que todos sus parientes parttdarios y
afectos se coniuviese en los limites de un justo dolor a visia de tanios tn-
sultost como d la religion y aun d ellos tnismos se hacian en sus personas?
^Acaso los jesultas intentaron jamds hacer c6mplicc al Illmo. y Exmo.
Sr. D. Juan de Palafox, de que el vulgo ignorante borrase con inmun-
dicias los edictoa y censuras de los conservadores? [De*que saliendo
>ie 8U sermon pretendicso prendcr fuego d un colegio? ^De que pinta-
se de negras cruces las paredes? |De que por befa y escarnio pusieso
nombres & sus religiosos? [De que apedrease muchas veces de noche
y aun de dia, tal vez 4 los ojos de S. E. I.* las ventanas y balcones de
los que sabia series afectos? iDq que se pusiesen torpisimos pasqui-
nes? iDe que se cantosen impurisimas coplas on deshonor de un cuer-
po tan respetable por su virtud y por sus letras? Bien sabian que to-
do esto era muy ngeno de la sautidad de su car&cter, d^l esplendor de
sus cargos, de la sublimidad de sus talentos y de la nobleza de su san-
gre. Todas estas brillantes cualidades procuraron reconocer en las
siguicntes pascuas de Navidad entrindose por las puertas de su pala-
cio, y b§sando humUdemente aqueUu mano, de que el Sehor habia queri-
do servirsepara afligirlos con golpes (an sensihles.
V -^ iLf • ^^ ^^^^ estado, aun mas de tregua quo de paz, permaneci6 todo has.
choac&n. De ta la mitad del auo siguiente de ] 64S| intervale de quietud de que nos
valdremos con gusto para registrar entre tan to sucesos mas pr6speros de
la provincia. No se puede dejar de atribuir k una particular y amoro-
sa pro\iiencia del Senor que al mismo tiempo que en el obispado eran
los jesuitas violentamente removidos del ejercicio de sussantos minis-
tcrios, llegase & Nueva-Espaua la noticia de la abundante mies que los
obreros de la Compauia acababan de recoger en la villa de Madrid y
algunas otras ciudades vecinas por medio de una fervorosa mision he-
cha 4 instancias del Eroinentisimo Sr. cardenal arzobispo de Toledo.
No era m^nos s6lidamente afecto d la Companla el Illmo, y Rmo. Sr. D.
Fr. MdrcQG Ramirez de Prado,obispo de Michoac&n. Pretendi6, puoa,
— 323 —
del padre provincial dog fbrvorosos operarios que confurme A lo que ha-
bia ucoslumbrado aili desdc su fundncion la Compania, recorriesen en
rnision los pueblos do su dioceyis. Senalaronso efectivamente los pa-
dres Andres Cobian y Tomas Chacon. El ilustrisimo Ics comunicrt
todas sus veces y autoridad, y escribio d todos los bencficiadbs de su
jurisdiccion cartas llenns de clogios a la Compania. La niision durrt !
mas de seis meses, en que corricron mas de trescientas leguas por los
muchos pueblos do aquel obispado: fu6 muy abundante la cosecha, sin-
gularmente en las villas de Zamora, Colima y pueblos de la costa, don-
dc por la mayor distaucia 6 intemperie de los paises, no era tan fre*
cucnte el pasto espiritual. La grande utilidad que de estos gloriosos
trabajos re8ult6 & todo el territorio de Michoacdn, so conocerd por
carta escrita del Sr. obispo al padre rector del colegio de Valladolid
con fecha de 12 de noviembre: ,»Voy, dice, esperimentando la buena
doctrina que los padres sembraron en estas plantas secas y dridas, que
ya se hallan no solo jugosas, sine con admirables fnitos de virtudes crifl-
tianas. Alabo d Dios que tai^ maravillosas mudanzas se sirve hacer
por los hijos de tan santa Compafiia."
En el colegio de Tepotzotldn falt6 el angelical hermano Domingo de Moerte del
Yillanueva, que podemoa liamar con razon el Kotska y el Gonxaga de bennano Do-
la provincia de Mexico. En veintiuo auos menos algunos meses de noeva.
edad y veinte meses de^Compaiifa, floreci6 en heroic isimas virtudes que
hasta boy respiran en olor de suavidad. Fu6 de una humildad profun-
da, de una austera y constante mortificacion de pasiones y sentidos^de
una admirable inocencia de vida, con que segun sus confesoree conser-
v6 hasta la muerte la gracia del bautismo; sobre todo resplandecid
en cl una modestia y pureza angelica de cuerpo y mente, y una
amorosa no interrumpida union con Dios por medio de la oracion y tra-
to interior con su Magestad, que en vano se le procur6 tal vez diver-
tir como superior d las fuerzas de su cuerpo, con esteriores ocupacio-
nes, sacdndolo del retire de Tepotzotldn, ya d las haciendas, ya d Me-
xico en compafifa del prodnrador. En las calles y plazas de la ciudad
hallaba siempre d su araado y se abrazaba con h\ en alta y suave con-
templacion. Asi consumado en breve y en poco tiempo, Ueno de dias
y merecimientos, una lenta calentura perfeccion6 ei sacrificio de au
vida el dia 15 de abril de este presente afio. Su memoria estd en ben-
dicion en toda la provincia, y singalarmente en el noviciado de Tepot-
zotldn, donde el apoeento en que pas6 de esta vida se consagrd despues
i
— 324 —
on ur:i [irivada capillu para rccuctdo del singular fuvor coa que quiso
el cl Ao uuuifustar cuanto so coinplacia en uqudla alma becdita. Po-
CO uiUos de inorir, luostrando en el scmblantu y en la vuz uu gozo ea-
traorcilnario, interruciipiu sua nrdientes afectua diciendo d uno dc los
que Ic cvislian: „Abra, hermano, nbra la puerta, verd la procesion/'
Quedaron todus pcrsuadidos que la procesion que vcia cl angelical her.
iniiDo no era otra que la do aquellas purisimas Yirgencs que siguen al
Cordero de Dios, entre quicncs debia pasar muy presto ^ gozar el pre-
mio do sxis virtudcs. En efecto, consuinado en breve, y en poco tiero-
po lleno de dius y m'jrecimientos, lleno do tranquilidad y de dulzura,
dentro do pocos iuctantes salio de esta vida la noche del 15 de abril.
Qued6 su semblante aun tnas apacible, mas hermoso y de mas vivos
colores que dntes de morir. Fu6 cosa rauy digna de notar que arodndo-
lo todoa los de casa con singular tcrnura y veneracion, todos so halla-
ron en su muerte poseidos, en vez de tristeza 6 compasion, de un singu-
lar consuelo y jubilo interior, y movidps & invocarlo, en vez de so-
correrle con los sufragios acostumbrados.
Muerte del P. JCn el colegio mdximo de Mexico, en que actualroente leia ei curse
4^. de artes, muri6 & fines de esto mismo ano el padre Simon Tostado, na-
tural de Zacatecas, que en pocos anos de edad y de religion lleg6 k
una perfecta ancianidad, y i, ser un vivo ejemplo de la regular obscr-
vancia. Su retire, su tenor censtante on los religiosas distribucioncs,
su fervor y puntualidad en los ejercicios espirituales, su modestia y
flu aplicacion al trabajo, le merecieron particular veneracion aun de
personas acostumbradas d no ver sine acciones de piedad, y sugetos
que aspiran & la perfeccion. Muri6 en una dulce tranquilidad de es-
plritu, sin kaber tenido deque reconciliarse en las postreras horas, el
dia 19 de noviembre.
Peste en Yu. Ardia en M6rida, capital de Ifucatin, por esto tiempo una furiosisi-
ma peste que asol6 la mayor parte de la provincia. A los excesivos
calores del pais, y al mayor que causa por los meses de abril y mayo
el inoendio de los campos vecinoa en toda la peninsula, se allegd este
ano una scoa tan rigorosa, quo hasta los principios de agosto no habia
habido una 11 u via considerable. A esta infelicidad se anadi6 la infec-
cion de las aguas del mar, con tan prodigiosa mortandad de peces, que
fuera de los innumerables que arrojaba la agua 4 todas las playas, se
veian hasta muy larga distancia las olas cubiertas do los muchisimcs
que sobrenadaban muorlos. £1 goburnadur tom6 la providcucia de en-
— 325 —
viar cuadrilias do indios con caboa cspauolcs 1 tudus las costaa b\ dor-
rcdor para que se quemasen los caddveres, cuyo mal olor sc hacta ya
sentir aun en la capital, que por donde raenos dista nueve Icguas- del
mar. Esta que pareci6 accrtada resolucion 4 los principios, solo sit-
vi6 de aumentar el calor, sin impedir ni la corrupcion del aire, ni dis-
minuir la infoccion de los peces niuertos, cuyo fetor y cuyo niimero se
aumentaba cada dia mas en las orillas. El pucrto de Campeche fue
el primero en sentir los rigores del contagio con muertc de la mayor
parte de sus vecinos. A principios de julio habia ya prendido en la
capital con tanta generalidad, que para no conlristar mas & sus afligi-
dos moradores pareci6 uecesario mandar que no se tocasen ogonias ni
dobles algunos, y poco despues que ni al salir el Divinisimo se tocasen
las oampanas. Aumentaba'la calamidad la falta do allmentos por la
esterilidad que habia ocasionado la seca, la ninguna provision do me-
dicamentos en un pais donde apenas se conocia enfermedad alguna re-
gional, y la fklta total de medicos, profesion hasta ahora pocos aiios des-
conocida en lo interior de aquella tierra. El contagio era tan univei^l,
que en las mas casas cayendo consdcutivamente todos los de la fkmilia,
no habia quien asistiese d los cnfermos; y tan violentos, que niuchos mo-
rian en el dia mlsmo, y aun & las ocho 6 diez horas que se senttan he-
ridos. Los indios que se repartian cada semana k servir en lad caSae
do espaiSolcs eran los ubicos enfbrnieros, y d voces los cirujanos y los
mddicoB. A pocos dias, no bastando lad parroqukis, se mandaron nbrir
sepulturas en todas las iglesias. Los cuerpos, en hombros de indios 6
de negros, se llevaban deede las dos de hi mafiana, y en Junt&ndose al-
guna pbrcion considerable, un rdsponso que se decia generahnenfe sd-
bre los cadiveres, era toda la soicmnidkd del entierro. Auti estb durd-may
poco, porque no habiendo ya terrene en las iglesias fu6 n^cesaiio beh-
decir terreno en el cdmpo, donde sin mas ceremonia se se]^ultaban. EI
Santisimo Sacramento salia sin otra comitiva que la del sacerdote que
.lo llevaba y un indio con un farol pof delante, y sucedid ta\ vcz caer
rcpentinamente el ministro y haborlo deentrar en el zahuan de una ca-
sa mientras venia otro saeerdote que continuase aqucl santo ministerio.
En el colegio de la Compaiiia, do ocho religiosos que lo habitaban 96.
lo dos qU6da?Dn con vida, y esos enfermaron tambien muy grave-
monte. f
t Sfiitiinon tjuc no ac dcKcriban loti Hintomas de csta cpid^mia que parccc scr fel
<')i6lcra morbus que cu menus dc un sij»lo ha reeorrido Ires vcces loda la tierm.
TOM. II. 42
— 32C-
MueHe do al- Quiso cl Sciior quo do prendicsc muy luego la peato en el colcgio*
giuiot reli^io. pjj^j.j^ qyjj gjj ^^^ iinportantc ocasion socorricscn k sus prdjimos con cl
mayor fervor, y se dispusiesen con acto de ta^ta caridad dun genero do
iBUcrtc quo la Santa Iglcsia compara alguna vez al raartirio. £fccti-
varaente, scgun el testimonio misrao dc aquelios ciudadanos, siendo on
tan corto niimero, parccia miiltiplicarlos la caridad con que dia y np-
cho asistian sin intcrrupcion d todo gonero de pcrsonas en todos los
cuarteles do la ciudad. Estos padres, dccian, parocen dngeles, que ni
comcn ni descansan, ni ducrmcn. Uarto scntimos no poder uveriguar
los norabros dc todos los que murieron tan gloriosamente, como victi-
mas del amor de sus pr6jimos y pcrfectos obscrvadores de su santisimo
institute. Los antiguos papeles solo hacen meraoria expresa del pri-
mcro y ultimo do estos ilustres mucrtos. Uno de cllos fue el padre
Pedro Navarro quo cumpliendo exactamente con el oficio de rector,
asi como era el primero en la autoridad, lo fue tambien en el cjeinplo
con quo se sacrific6 al servicio de los apestados, & pesar de su poca sa-
lud y debiles fuerzas, y en fervor y alegria con que di6 la vida en
ministerio tan piadoso. £1 rcsto de su vida rcligiosa no desmerecia
esta gracia del Seuor. Fu6 muy singular la humildad con que pudicn-
do por sus bellos talentos obtener los primeros aplausos 6 por el puf-
pito, 6 por la c4tedra, todo lo renunci6 por dedicarsc d mas utiles, aun-
que m6nos lustrosas ocupaciones. Propuso con cuanta energia Ic ins-
pir6 su desengano: primero, el curso de «rtes en Mexico, y luego la
congregacion del Espiritu Santo de la Puebla, siemprc ansioso de vo?-
ver & las misiones de gentiles, en que se ocup6 los primeros siete auos,
despues de sacerdote. Pero ya que no lo concedi6 el Setior la gracia
de morir como deseaba por la propagacion de la santa f(§, tuvo & lo
m6nos el consuelo de morir victima de la caridad, animando i sus sub-
ditos para que le siguiesen con cl ejeroplo y con la voz. Acab6 en
paz el dia 23 dc agosto. En los pocos dias que quedaban dc aquel
mes murieron otros cuatro saccrdotes,
Elonodelmu A primero de setiembre falleci6 de la misma enfermedad el herma-
tevMT"* ^^ ^^^^ Estevan, que aunque coadjutor temporal, habia gloriosamente
trabajado con los heridos del contagio, ya ministrdndoles el sustento y
Dcspucsdel ano de 1833 que la tuvimos en Mexico, Bobrevino la honrible cpideroia
dc los pccee que infestd las playas, y en las de Veracruz y otnw pucrtoe, fu^ preci.
•o entcrrarlos en grandcs zanjas, y sc alribuyd d alguna crupcion de volcan mariuo
que apareci6 on los dos marcs. — EE.
— 327 —
mcdicinas, ya disponi^ndolos para recibir los santos Sacramentos, ya
nuxilil ndolos fervorosamcnte para cl ultimo trance. Las memorias de
la provincia nos lo representan como uno de los mas perfectos coad-
jutoros que en ella ban florecido, incansable en los trabajos, oficios
do Marta, sin cstorbarsc para cl interior recogimiento y continua pre-
sencia del Senor. Sumamente austcro consigo mismo, 6 ingeniosisi-
mo en hallar modes de mortificarse mas ciniel y mas ocultamente. Los
nudosos cordelcs con que se cenia las cspaldas, babian criado en ellas
unos vcrdugones de tal dureza, que no pudicron bacer prcsa en olios
las ventosas que se intcnt6 ccbarle en su ultima enfermedad. Ayuna-
ba al ano fuera de la cuaresma comun, otrad dos, una en bonra dc la
Santisima Virgen, otra en bonra de nuestro glorioso padre S. Ignacio.
Los recios golpes de su disciplina cuotidiana, fueron tal vcz rctraben.
te saludable d algunos j6vencs pcrdidos que pasaban de nocbe por la
calle. Uno de cUos, pcnetrado del pavor y del susto, no m^nos que de
compuncion que babia sido su discipulo en la escuela, cay 6 cnfermo la
misma nocbe, ,y con mucstras do una sinccra penitencia muri6 & los
dos dias. Su oracion era tanta, caanta le daban tiempo lasocupacio-
nes estcriores que le encargaba la obediencia, y aun cslas no del todo
la interrumpian. Los de fiesta, pasaban de seis <i ocbo boras las que
daba k cste santo cjercicio. Era profunda la bumildad con que para
deslumbrar el alto concepto que algunos formaban de su virtud, refeiis
ordinariamente las libertades y tmvesuras de su mocedad, singularmen.
te como en cierta ocasion babia cstado para ser despedido dc la Com-
pania. £s muy instructivo y muy pr&ctico cl case para que podamos
omitirlo. Habia nacido el bermano en el pueblo de Huebuetoca, y
criddose en el de Tepotzotldn, lugares en que se babia la lengua oto-
mi, que por tanto entendia y bablaba & la perfeccion. Despues de al«
gunos aiios de religioso, viendo cu&n pocos ministros babia do aquella
lengua por su grave dificultad, le pareci6 que ordendndose de sacerdo-
te podia ser dc mucba utilidad k la religion y & sus pr6jimos. Lleva-
do de este al pareccr tan piadoso pretesto, entabl6 su pretension pro-
poniendola k sus superiorcs. No creyeron estos conveniento condes-
cender con sus deseos, acorddndole su regla, y desengan&ndole de ser
aquella tentacion del dcmonio transfigurado en Angel de luz. No se
aquiet 5 el bermano, instd una y mucbas voces, basta que viendo loB
superiores su inquietud y dureza dc juicio, determinaron despedirle.
Par^ cste efccto, lo llevaron al colegio mdximo de Mexico en ocasioQ
en qiic 9c leui ca rerectono la iicsta dc todos Santos del padre Pedro
Rivadcncim. Yi6 alii cl premio copioso con que renranera el Seiior la
nbyoccion y el abatimicnto buscado per su amor en csta vida, la hii.
milde obediencia y la persevcrancia en aqucl estado por donde sii Ma-
gestad nos llama 6 su servicio. Mo?ido interiormente dc aquella pia-
dosa lecciony corrio luego de la mesa i arrojarsc i los pies del supe-
rior^ rcnunci6 a todas sus antignas ideas, y prote8t6 que queria vivir y
morir en el estado humildc de coadjutor temporal, sujeto y rcndido 4
cuanto de el dispusioae la obediencia. Esta tcntacion y peligro en
que se habia visto, Aie el medio de que se sirTi6 cl Senor para arraigar
en su corazon una humildad muy sinccra, y de que el se vali6 para
consenrarla todo el resto de su vida, que adomada de todas las Tirtu-
des propias de su estado lo dispuso para una dulce y tranquila moerte
el dia ] . ® de setiembre de 164S.
Detencion en £n las misiones dc Sinaloa y Sonora todo corria con nrosperidad.
Smaloft del
almiruite D. ^^ ^^ ^® Sinaloa, especialmente como de mas antiguos cristianos,
Pedxo Cun. enui mayores y mas frecuentes los ejemplos de dcTocion, & que contri-
roe 4ffm|4w- ^^^ singulamiente la edificativa conducta de D. Pedro Portel de Cas*
sanate del b^to de Santiago, nombrado por S. M. almirante de la
California. Hall&base este caballero en Sinaloa, disponiendo una es-
pedicion & la California. Desde el ano de 1643 babia renido de Cs*
pana enviado por S. M. 4 influjo del £xmo. Sr. mlirqu^ de Villeua,
con facultad de armar una escuadra para la conquista y poblacion de
aquellas regiones. £1 almirante, luego que lleg6 4 Mexico y partici-
p6 su comision al Exmo. Sr. conde de Salvatierra, de conibrmidad con
8. £•« pidi6 al padre Luis de Bonifaz algunos religiosos de la Compa-
nia, y en su consecuencia el Sr. virey escribid al mismo provincial en
estos t^rminoe: „M. R. P. provincial: S. M. (Dios le guarde) fu6 ser-
vido de hacer merced al almirante D. Pedro PorUH dc Ckusanate de
fiar 4 su cuidado y diligencia el descubrimiento de la California, cosa
qde ban intentado mucbos y no ban podido eonseguir: y por la mucba
esperiencia que este caballero tiene en la marineria y otras facultades^
se tiene por sin duda que ha de tener buen efecto su viage y preten<»
sion, en particular llevando consigo padres de la Companla de Jesus,
do que estoy muy gustoso, y le prometo muy buenos sucesos. Para
dar principio 4jellos, estimar4 mucbo que V. P. M. R. le ayude en
cuanto se ofceciere, y que d4 6rden que en las casas y misiones de la
religion hagan lo mismo, por lo que conviene al servicio de Dios y de
— 329 —
•
S. iVf ,, y V. P. saho que en cinnto ee me ofrczca me ho do vakr
do sii favor; y asi le snplico njire esta causa, y haga toda mcrced nl Sr.
D. Pedro Cassanate. Palacio y octubre 13 de 1C43." El padre Lijis
do Bonifaz. reconocido Jil favor del Exmo. y del almirantc, despacho
6rdcn a los misioneros dc la costa de SInaloa para que en touo uivurc-
ciesen los piadosos designios dc aqucllos sefiores, y destinu para acom-
panurle d los padres ^ndr^s Baez y Jacinto CorUs^ que ya en olra oca-
sion habia, como dyimos, entrado en California. El almiranto Ileg6
^ Sinaloa 4 la mitad del ano de 44 y ya se disponia 4 su viago cuando
recibid 6rden de salir 4 convoyar la nao de Filipinas, que algunos cor-
sarios ingleses esperaban sobre las costas del mar del Sur. Conduci*
da felizmente la uave al puerto de Acapulco, volvi6 d Sinalca para sc-
guir su destino. Mi6ntras so hacian las nccesarias prevcnciones, 6
per descuido,6 como se crey6 entdnces por malicia de algunos dm ulos,
so le queraaron dos barcos. £1 aoimoso general di6 luego providencia
para que se fabricasen otros tantos. Por rnucho calor y prisa que con
su presencia y autoridad daba 4 la construccion de los nuevos bajelei^,
no pudicron echarse al agua hasta el prcsente ano de 1648. fistotf
cuatro anos que el servicio de S. M. lo detuvo on Sinaloa, ccdieron en
grande utilidad de toda aquella provincia, no solo en lo temporal, sino
aun mucho mas en lo pcrteneciente 4 la religion. £1 almirante era
el primero en todos los ejercicios de piedad, severisimo en no per mi r 4
sua soldadoB y gente de tripulacion el menor des6rden que pudiese es*
candalizar los 4nimo8 flacos de aquella nueva y fcrvorosa cristiandad.
No contento con el ejemplo que daba 4 los nedfitos en las cosas indis-
pensables de la religion, se estcndia 4 muchas otras para hacerles for-
mar un alto concepto de los augustos misterios y de los ministros quo
los ejercian. Confesaba y comulgaba con frecuencia, ola misa cada
dia y la ayudaba muchas voces, roostraba 4 los sacardotes una profun-
da veneracion. Si habian de salir algunas devotas procesiones, 4 que
son muy inclinados los indios, saliq con elloa 4 limpiar laa caller y
adornarlas de raraos y de floreSi lo' que hacia singqlarnfiente en la de
Corpus y semana santa; despuea de haber ayudado 4 lavar los pies 4
doce pobres^ lea daba alguna limosna considerable, lo quf( freouentei
mcnte hacia tambien con otros mucbos de los indios.
Tal era el ejemplo de devocion con que aniroaba 4 los indios el al- Su viage 4
mirante D, Pedro Portel dc Cassanate todo el tiempq qqc dur6 la ft- ^1!^^ do il
brica dc los dos navios. Concluidos, parti6 con los dot padres senala^ 4 S. E.
— 3S0 —
fins. El alitor do las noticins do California, hablundo dc esta c?spodi-
cio:i, dice quo el almirante reconocio la costa interior del goHo, y quo
por la seqnedad y csterilidad dd pais, no hall6 lugar para establcc?r
un presidio: quo final mentc, andando do costa en costa, interrumpio sii
dcBCubrimiento porsalir otra vez d esperar la nao de Filipinaa. En In
relacion original firmada de su mano, quo so guarda en el archivo de
la provincin, no se dice cosa alguna do estas.
Gobicmo del El dia 1*3 de mayo do esto aiio de 48, sali6 de esta ciudad para el
Yu**^tto* c^ P"*^'''*^ ^® Acapulco, de donde dcbia pasar al Peru el Exmo. Sr D.
dulas del rcy Garcia de Sarmicnto, conde de Salvalierra, en cuyo lugar, conforme a
las c^dulaade S. M. entr6 el Illmo. Sr. D. Mdrcos de Torres y Ri/(-
dOf obispo de Yucatan, que desde el dia 24 de noviembre habia estado
Nuchas ires, retirado en la villa de Tacuba. La amistad del Illmo. de la Puebia
tione«dclSr. con el Sr. obispo gobernador, le d\6 materia d nuevos procedimientos,
especialmento habi^ndose recibido por estc mismo tiempo difercnlcs ce -
dulas de S. M., todas con fecha do 25 de enero de cste mismo aiio quo
interpretaba gcneralmcnte & su favor. Estas realcs c6dulas veniao
dirigidas tres d la audiencia, dos al Illmo. Sr. Palafox y una al padre
provincial Pedro de Yelasco. En la primera de estas, anula S. M. la re-
cusacion de toda la real audiencia, manda d los oidores que sin embar-
go de dicba rccusacion puodan y deban conocer do todos y cualqiiicr
articulos de fuerza que se ofreciescn cntre el Sr. obispo y la religion
de la Companfa. Anade S. M., que habi^ndose mandado cesar al Sr.
obispo de la Puela en la visita, cesaba tambion la causa de la rccusa-
cion, X y juntamente da nueva 6rden para que en caso de haberse de
admitir recusacion general de la real audiencia, pase el conocimiento
do los negocios d algunas otras personas en quien pueda verificarse la
ley cuarta, titulo d^cimo, libro segundo de la nucva Recopilacion, y
de no hab6rlas, pase d la real audiencia de Guatemala. En las otras
dos, una sccretay otra publica, dice S. M., c6mo babicndo encarga-
do al obispo y su provisor, y d los jueces conscrvadores, quo luego que
la reciban cescn en sus procedimientos, sin continual en esta causa, y
que unos y otros se absuelvan ad cautelam, y sigan las apelaciones que
en esto pegocio tuvieren interpuestas, 6 se valgan del auxilio real do
las fuerzas en la forma que bubiere lugar de derccho, ha parecido A
t Caando la recusacion so bizo fungia dc visitador c1 Sr. Palafox y uo sc Ic lia-
hia quitado la visila. Distingue tempera et roncordahinjura.
— 331 —
S. M. a\is:ii-lo 4 su real uuilicncia, pura que si no lo cjecuturcn asi,
use de los reinedios que cl d* rccho pcrniile, y avise a S. M, de lu rc-
sulti. En la terceru privada cedula dirigida 6. la n.isina ren! audicn-
cia, cs inuy notable la clausula final, que dice asi: „Y declaro que |>or
el case referido dc pcdir el ordinario de la Puebia las liccncias de con-
lesar y predicar, y proceder sobre esto a lo que le toca por el concilio
y sagrados cinones, no se debe perniitir ni pasar al nombraniiento y
uso dc juecc^. conservadorcs. f En esta conformidad, lo tendreis en-
tendido para usar de la dicha facultad con dicha dcclaracion en el caso
referido, y no dntcs, para lu cual tendreis guardada y en secreto csta
mi cedula, y no la publicareis si no fucre nccesaria, &c.
Dij Linos ser muy digna de notarsc esta clausula porquo de cllase in- cddula al imi.
fiorc quo el haber improbado, conio cfjctivamcnte improb6 S. M. la <lrcprcvincial
c^leccion de jueccs conservadores en la otra de las referidas cedulasdi- po.
rjgida al padre provincial Pedro de Velascc, fu6 por cstar infonnado
S. M. del Illmo. Sr. obispo de la Puebia, que la Goinpania de Jesus
habia nonnbrado conservadorcs por haberseles pedido lea licencias de
r^nfesar y predicar. Esto mismo quiso persuadir S. E. I. & la corte
de Roma y d todo el mundo como dntes hemos notado, reclamando siem-
pre la Compaiiia que el baber procedido k dicbo nombramieuto no era
Pino por cl agravio que se le hacia en ol injurioso raodo dc pedirlas, y
one estaba pronjia k mostrarlas siempre que debidamente se le pidieson.
Ei cual violcnto modo de proceder no dej6 de conocer cl rcy nucstro
senor, mandando y proponiendo on otra real cedula al Sr. obispo de la
Puebla los t^rminos en que debia proceder. El tenor de esta c6dula
es 4 la letra el siguiente: „Revercndo en Cristo padre Juan do Pa-
lafox y Mendoza, obispo de la Iglesia Catcdral dela Puebl*; de los An-
geles de mi consejo real de las Indias: Por las cartas que me cscribis-
teis on la ocasion do la (iltima flota que Ucgo k estos reinos, y por
otras que ban Uegado de diferentcs ministros mios, y por los autos y
papelcs que se ban recibido en dicho mi consejo, he entendido que co-
mo ordinario mandaisteis vos, y vuestro provisor en vuestro nombre, que
los religiosos de la Gompania de Jesus de vuestra di6cesis, presentasen
ante vos dentro de veinticuatro boras las licencias que tenian para con-
t El nombramiento de los consenradores no se hizo para qne cntendiesen en lo
cscncial del negocio, sino para ((tie amparasen 4 los jesuitas en el goce y posesion de
SIM privilcgios y que no litigascn de^wjadoe, aaf como en los recursos do fucrza las
audicncias no sc mczclan en la naturalcza del juiciot sino en cl modo dc scgiiirlo.
— 399 —
fosaf y ])ru'dic.ir, y prohilHendoloii ci hticcrlo ontro tanto que no tavie-
SDH vucBtra n|Trobacioti. Y qtio los diclics rcligiosoa sc agmviaron de
csto, y on virlud do lus bulas que diccn ticncrii nombraron por jueccs
€onservadorc3 d los rcligiooos del 6rdcn do Santo Domiago, para quo
procediescn a su rcstitucion y dosagravio, ftjnd&ndolo principalmento
en el brovc t6rtnido que le8 did vucstro provisor para exhibir las liccn-
cios, y on habcrlcs prohibido dcntro do ^1 el ejercicio de confesar y pre-
dicar, do quetambien habian rcsultado nuevas dtferencias, pues sobre los
procedimientosde dichos jueces conservadores, habiades pasado los unos
Y loa otros a disccroir censurad, ellos contra vos, y vos contra ellos, has-
ta llcgar a ponerse en las tabltllas con grave cscdndalo y pcrjuicio de
ki quictud publica. Y habicndcsc visto todo por los del dicho mi con-
sejo con la atencion y cuidado que la gravedad 6 importancia do la ma-
teria pide, y consult dndoseme sobre cllo, descando como deseo que no
pueda haber nada que turus la paz p6blica de mis vasallos, en que tan-
to debo residir mi mayor onidado y el do todos mis ministros, particu*
larmcnte los preiados eelesi^uHicos, & quien principalmento les toca por
BU oficio pastoral, y por que cesen los escrtlpulos y esc&ndalos que es
luerza resulten de semejantes competencias; he considerado que se po-
dria coniponer csta materia dando t^rmino eompetente eomo de quince
6 veintt dias d los religtosos de la Compania de Jesus, para que den-
tro de 61 exhiban d vos 6 vuestro provisor las licencias 6 privilegios
que tuviercn para predicar y confesar en vuestro obispado, peniiiti6ndo-
selo 6 ddndoles liceneia de nuevo en caso que lo tengais por necesa-
rio, para quo durante dicho t^rmino oontieseii y prediquen i^oftio lo ha-
cian. Con lo cual vuestra jurisdiccion queda ilesa, pues dentro del
t^rmino qi t les di6redes confesardn y predieardn eon permiston y con*
sentimiento vuestro; y si pasado el t^rmino no hubieren presentado pri-
vilegios y licencias bastantes, 6 no las pidiesen de nuevo, ent6nces po-
dreis oontinuar d prohibirles el ejereiero de confesar y predicar, y asar
de todos los remedies juridicos que os competen en conformidad de lo
que pcrmite el derocho, y me dar^ por servido de lo que dispongais y
ejecuteis asi. Y en este y en cuantos casos se ofrcciercn, e^ero de
vuestra atencion y celo,que ahntareis y fatorecereis d la religion de la
Compania de Jesus y d las demds de vuestra di6cesiB como lo Ucnen me-
recido, por lo que ban ayudado y ayudan al cumplimicBto de la oUi.
gacion pastoral y ei fruto espiritualdc las nlmas en csas provincias, sin
dar uiulivo d quo dcsconfien do vuestro afccto, que cl serviciu que en
— aaa—
osto me hiciorcdes mo 8cra agrudablo. F^cha en Mudrid 4 ^^ dc ono-
ro de 1648 afioe. — Yo drey. — Por mandadodol rey nucstro sonor, Juan
Bautisla Sa^nz JVatnirrete*" .
For el contesto de esta real c^dula so ve como el prudcntc medio quo qaj^ i a
S. M* )>fopoii6y e&c&fgaal Sr. ;obi$pd do la Puoblai es ol roisQOK^quQ magesud.
propuso d S. £. I. el fiscal D, P^dro Mei^an, ei mistnor que propuso^ en
fi^ dictatricn el Ulmo.^oabUdo do M.^xiQO« y el raiemo quo propusieron
on su auto loa reverendos jueces cooservadorcs, y d que aiempre estuvo
pronto k siyetarse la Compauia de Jesus. La segunda c6dula dirigida
al mismo Sr, ilustrisiroo es de cste tsnor: ''£1 rey.^Reverendo en CHf.
to padre obispo de.la iglesia CaSedral de la oiudad de la Puebla do los
Angeles do l&p^ovinGia -de Tlaxcala en la Nueva-EI^ana, del mi con-
scjo realde Ins Indias: Asi por la carta que: me oscribisteis en 24 do
mayo de 1647, como por los pedimentos que se ban hecbo y papeles
que se ban presentodo en el dicho ml consejo por los religiosos de la
Compauia de/Jesus, so ba entendido lo que ba pasado acorca dc pro-
bibirlcs vos^ vuvstro provlsor el confesor y predicar en vuestro obis-
pado, por no baber presentado )as licencias quo tcnian para bacerlo en
el t^rmino quo para ello les disteis, y decis en Tuestra carta que por
eso y lo dem^s quo acerca de ello pas6 fu6 fuerza excomulgar & los mi-
nistros de la Compania que tiene los estudios de gram&tica, como k
quien impide lajurisdiccion eclesi^tica, y dar 4 los que acudian k oir-
les roaestros de mejor doctrina 6 intcncion. Lo que babi6ndoso visto
todo por los del dicbo mi consejo con la atencion que la materia pido,
con lo que sobre ello pidi5 mi fiscal, y coD8uU£ndosemei«.tendicndo 4
lo quo esta religion tiene merecido por lo que ba ayudado y ayuda al
fruto eapiritual de las almas, be temido por bien do dar la prescnte, por
la cual OS rucgo y cncargo quo 4 los religiosos do la Compania de esa
ciudad los dejeis corrcr con los estudios de gram4tica que tcnian 4 su
cargo, como corrian 4ntes que aucediose este case, porque con esta cau-
sa no se ejecnteto do lidevo los enconos, cuando es tan agono de la
materia presentc, ^quo de hacerlo f ejccutarlo asS, mo dare de v6s
por bien scrvido. Fecba en Madrid 4 25 de enero de 1648. — Yo d rey.
— Por mandado del [rey nuestro senor, Juan BatUista Saenz Navar-
reieJ"
Aunquo on cstas doe c^dulas se improbaba abicrtamentc cuanto ha-
bia obrado cl Sr. obispo de la Puebla tanto en 6rden 4 los estudios, cq*
mo aKmodo violcnto de pcdir las licencias; sin embargo, no se dejaba
TOMO II. 43
(If) vooenr uUamsnte que In corte do Mndrid Imbia anulndo lu olcccion
do conson'adoreff, y todo lo obrado por el Kxmo. conde cio Salvatier*
rn en la rccusacion dc la real audicncia. Pero de estos dos, puntos el
primero ya hemiM visto que fu6 por un informe poco sincero, dando 4
cntonder que se habian nombrado los jueces por haberse pedido las Ir-
ecnciafi, callamdo las circututancias injuriosas que dieron motivo bas-
tante al nombramionto, y que S. M. impruoba en la citada cedula. V*\
segundo nrticulo do la recusacion parecia aun (oner mayor Teroflimili-
tud; poro nun este no era tan contrario k la Compaiiia como so queria
dnra rntendor. S. M. no imprueba absolutamente la entera recusacion
do In aiidiencin, X pucsdntcs da forma en lo que dcbe hacersc en caso que
Bucoda otra vr2; conviono & saber, que pnso el conocimicnto[4'la real au-
dienrin do Cuateninla. Tampoco imprucbn entcramcnte las cnusns de
|n recuflacion, pues las liabia dado por suficientes en la causa de D.
Garcia Osorio de VaJdvs^ y en la misma c<?dula anade, que babi^ndof^ft
mandado crsar al Sr. obispo on la visita, ccsaba tnmbten la causa dc la
rerusncion. Solo dispone el rey nuestro Bonor en dicba c6dula, que
el vircy no pudo avocarse a *i, con solo el dictdmcn de 9u asesor, toda la
jnrisdiccion de la mtdienria, y que conformc d la ley cuarta, titiilo 10,
libro 2 do la Recopilacion, debio nombrar algunas personas quo rcco-
nocirnr'n la suficiencia dc las causas y conociescn del negocio, si Ics
parcciescn bastnntcs, Yerro, que si lo fu6, no tuvo en 61 parte algu-
na In Compania, la cual solamente us6 de su dcrccbo autorizado con
un ejcmplo muy recicnte, rocusando un tribunal que nunque rectisiino
estaha drpendientc y subordinado al Sr, ohispo visUador,
Lo quo on virtud de la resolucion do la corte de Mexico se crcyA
autorizado dobrar el Illmo. Sr. obispo de la Puebla, con la confianza
t Prrvicnc csta ley qnc Bi todos lo« del coufcjo 6 todos los oidom fucrcn rccn.
•r.doii, todavta olios no cmbargADtc la recusacion, nombren y pong^n Ictrados para
que hecho por ellos cl juramonto que debcn Imc^ r puixlan juzgar y detcrminar cl di.
clio ncjrocio principal, sin mas CBpcrar que so prucbc 6 determine cl ncgocio dc la re-
cusacion. Pero si la otra parte en cuyo jKTJnicio t e hacc la tal rccuFacion, quisicrc
que lucgo no juzpuc 6 determine el diclio nojocio principal, 6 qui^iorc que so eispcn^
d quo »»*• di'tonnino primero ol ncjocio do la ncusacion, que sc hapa qnc csto qucdc
d wi ofirojTrr. Y si aquollos letrudos quo aw fucron tornados por acompanamirnio
fuercn una voi rccusadoc* y fucrc probable la rccupacion y probada en la mancra m
sodiclia, que los quo sc^unda voz fuoron toni:»do:« no pucden rot rceuHadon,
— 335 —
que Ic diiba la aniistad del Sr, obispo goboruador, se vera por ^n oficiq
escrilo que se prcsento do parte de la Coiiipauia con ocasion die haber-
sc interpuesto esto principe para tratar de paz, y llainado para eslc
eiecto a los padres provincial y algunos otros, el dia 22 de scticnibrc.
El padre Pedro de Velasco respondi6 por dicho escrito,eii que se con-
tienc todo cuaDto habtamoe do relerir, quo sicndo en materia tan deli-
cada y entro personam tan respctablcs, sicmpre so lo eecu«a muclia pC:
na ^ un bistoriador cuando puedc citar documcntos quo liablen por sf
iiiismos. Dice, pues, asi: ,,Ilhno. y Exmo. Sr. — Habi^ndpso eervi.
do V. E. de mandarme Ilamarcon otros padres de mi religion &2'2 de
sotienibre de este presente aflo do 48, parecinios en presiencia de V. E. y
dondc nos propuso deoficio cuanto doseaba, dejando los-pleitos eii ci
cstado que tienonefi' Roma y en el realconsejode Indias, sc ajustase
ia paz entro cl Sr. obispo de la Puebla.y nuestra Compaiita de Jemis.
Y como por ellanipormi parte jamds ha ialtado este mismo de-
800, rcprcscn tamos & V. E.por ent6nce8 esta vordad, y que para (}ue
constasc en todo tiempo de ella d S. M. y su supremo consejo, nos die-
so licencia de proponer por esen to lo quo hubiera en razon de estor
para que eonocida 4a causa del dano, pueda V. E.ocurrir discreta y
prontamonto qJ remodio* . . ' : *
Motiv6su por algtmos dgraviosque en forma de procedimienlus jii-
dicialos hizo 6, mi religion cl'Sr. obispo do la Pucbla cl nombratniento
de juoces cdnservadores, sin que en manera alguna sc qucjase la Com-
pafiia del punto do pedir las licenciae, ni lo ncgasc, sino solo del modo
y Urmhios en que se jndieron, attnque mas se quiera dar d enlender otra
cosa.^'*
De lo obrado por los jueces conservadores, apel6 el Sr. obispo y su
provisor, y recurri^ al real auxilio de fuerza. La determinacion de
este articulo se remili(i al consejo, disponiendo que en el interin no se
innovase de una ni otra parte, como dc la Compania ni de dichos con-
servadores no se ha innovado judicial ni estrajudicialmcnte, de hecho
ni de derecho, con obra ni conpalabra, comoes cierto y consta a V. E.
Radicada esta causa en el consejo, recurrid el Sr. obispo a Roma,
sin noticia ni rccelo de la Compania, y entre tanto hasta el mes de ma-
yo de este afio, se contuvo el Sr. obispo sin alterar ni innovar sobre lo
remitido; y lo que concerUi, con que sc gozd de paz y'quictud, y sc pu-
do avisar a su niagestad de ello; pero dcsdc mayo en adelantc Iiasta
hoy se han movido lantas, tan graves y cstraordinarias inquietude.^ por
— 838 —
parte dol 8r. bbivpo y.sii proT]for> ejeroieadocoinojues Im jmiadiecioo
que en taaUMi trtbimalea eqta roconoeido oQmo parte, qoe aMadas las
inaaoB de los jueoes InferioreBt no quoda otro medio que recurrir a V.
£. y para que hagia guardar y cumplirloque S, M* y au eonaejo ha
reaaelto*. . . .
. Algunaa de iaa ioaovaoioaea que el Sr. obiap6t Bu.provi«or y par^
pialea han hecho desde el mea de tnayoi y proponerlaa todaa en eato
eaerito uo ea poaible n\ .coBventente* sod: Primera. La mafiana . del
16 do mayobizo elSr* obiapo una demoatracioa publica ialiemdo en
9U carroza descubierta acompauado de muchachon y genie vulgar,
que ccUbraban el victor apedfefn^dojas ca9a» de twestroe qfedost e
irrUd)idolo8 conpciabtwi* Esle paaeo dure largo tiempo por iaa ca-
Uea principales de la Qiudad> jcon u(i solemniaimo y conliiiuo repique*
Otraa piiblicas demostracipuea y aclainacioiiea d^ eataa ae han conti*
nuado despues, especialmeate eon la llegada de flota» erdenadaa a. cc.
lebrarlos triuofos que dice haber conseguido ebHoma y Madrid con*
tra la Compaiiia.
Segunda: el publicar y derrainar traaladpa de o^dulaa y bulaa de
edicloB y excomuniones; papeles para iSSAiDonaxt d pueblo y retraerlo
de la Compaufa, mostrando Breves AposuSlicqa^ique ouando loa tenga
consta con cvidenc^a no estar pasados por el real eonaejo de las Indies.
Tercera: Iaa diligenoias que lia hecho y hace cl Sr. obiapo por de9-
hacer los estudios de .la Compaulay usando no aolo de ruegoa y pro.
mesas, aino de amenazas, negando cl beneficio comun de iaarfrdenes a
nucstros estudiantes.
Cuarla: la audacia de los criados y familiares del Sr. obispo, ymu*
chos clerigos con armas, cs notoria en la ciudai da Fuebla, y muy
ocasionada publicando contra la Cpmpi^ia cpa^s iufainea da aimoniai^
y cohechos, asesinatoS) y otr^s atrc^cidades indjg^ns de imaginarae, con
que la religion padece gravisimamente en el honor, y los religioaoe so
esponen k desacatos e irri^iion^s.
Quinta: cl Sr. obispo en sermon que predicu en ap catcdral en 6 de
setiembrc do oste miamo uno, alribuyo la peste de la Veracruz 4 loa
excomulg .<Ios, a las courc sioncs y eonfe^prcjs saorilegos iusistiendo
mucho en istoy y en que h\.i hercgias habian comenzado por argumeu*
los, cosas que sc cntendio Incu que sc decian por la (Jonipaiiia.
Scsto: los rigorcs conlinui)s do que vicuen qucrellas a V. E. de pru-
cusos, vcjacioncs, pritjionc^", cxcomuuiunus, cmbargos de hacienda y
— 337 —
amouazas contra personas cclcsl&sticastson notorios todo en causae quo
traen su origcn, o tienen nlguiia conecxion con la causa de la Compania
y por huber obeJecido a unaroal provision y ordcnes del virey, no to-
cando a los Siiibditos la justificacion.
Septima: A lo dicho pertenecc la pri&ion mas rigdrosa que se ha oi-
do ni visto, de tres prcbendados los mas ojemplares del cabildo, cada
uno de por si en el colegio de S. Juan, negada loda comunicacion, y c\
decir y oir misa aun en dias festivos habiendo facilidad y comodidady
sin darles lugar en inucho ttqmpo & la defehsa natural dedarsi*
quicra un poder 6 hacer otra dijigencia. Poniendo en la misma cdr-
eel y sej^arado con el mismo rigor d 2>. JiguBttn Vald^s de Portugal,
que liabia sido alcalde mayor de la Puebia, caballero del orden de San-
tiago, de la mayor cualidad, y da- los mayores servicios y m^ritos en
esto reino. Dcmas de otras prisiones menos estrcchas de otros tres
prcbendados en sus cases, y otros eclesi&sticos en la c&reel episcopal*
Octava: Los auxilios que ha procurado para preiider otras personas,
y el rumor y voz de haberse dado en gran n^mero contra seglares y re-
ligiosos cXentos, que aunque no se hayan dado se Iran pnblicado con
grande turbacion y esc&ndalo, retir^ndose de Puebia y Mexico muchas
personas aficionadas k la Compailfa por este temor.
Novcna: Que estando ausentes el dean D. Juan de la Vega, y el
prebendado Montesinos de la iglesia de la Puebia, el pro visor sicndo
parte formalisima, con otras manifiestas nulidades, procesu y actuo has.
u dar en rebeldia una llamada sentencia, convidando muchas personas
que asistiesen d }a piiblicacion, 6n 1^ cUal jiistaiilente condenaba d los
rcligiosos de la Compailia de sacrikgoa, exeomuigadog, aimoniaeoBf
y otros cnmenes y delitos gravisimos, Gomunieando traslados de esta
sentencia, con conocido perjucio de nuestra religion r
IMcima; Finalmente, habi^ndose celebrado con oficio doble atios ha
on la catedral de la Puebia la festividad de nuestro glorioso P. 8. Ig-
nacio, como se ha celebrado y celebro cste aBo de 49 en la santa igle*
sia metropolitana de Mexico por ser dia festivo en ambas ciudades,
el Sr. obispo orden6 este mismo ano de 48, fuese el oficio en su ca-
tedral solo semidoble, y por su respecto algunas de las religiones de
aquella ciudad no correspondieron con el repique que ha sido costum-
bro cii las fiestas.de los santisimos fundadores. Notable, y no loable
satisfacciun.
JOsto sc prcsonla pur ahord a V. E. para conocimicutu de !o que «e
—338 —
baobnuUi y obn desdeel mes de mayo eonln ImCmmpmMUt j mam mSec
un* Nuetftra reUcioa ha procurailo cou pacieneiay retifo y doloroffo
nufrimieDto en todo este tiempo observar modestia religiosa en soa pro-
cedimientos, unto que por no faltar k ella poco ni mueiiOv ha dejado de
defenderae hasta su Uempo en tan graYes cargos y desdoros. No ha
faitado ni k la cortesia ni al respeto debido al Sr. obiapo* aunque sin
correspondencia. No ha hecho aplauso ninguno por lo que «abe ba-
ber reaultado a su favor en el real conaejo: no ha permitido que de
obra 6 de palabra ae otenda al Sr. obispo* no ha hecho pedixneato al-
guno ni diligencia que pueda tenerse por innovacion.
For tantOf 4 V. £. pido y auplico ae sirva de teuer enlendido, co-
mo en cierto y notorio» que de parte do la Compaiiia no se ka faitado
ni faltari un punto 4 lo dispuesto por S. M. en su real conaejo* y
asi miamo que las inquietudes y desi>sosiegos que hoy conlurban la
paz p^blica, resultan de no dar el Sr. obispo veniadero cumpliiiiiento
a lo ordenado por 8. M.« y consiguientemente se sirva de ioterponer
toda su autoridad para que guarde, cumpla y ejecule inviolablemente
la forma de quietud y remedio proveido por S. M. en su real conaejo
sin permitir innovacion alguna en todo 6 en parte, y de disponer eo-
mo se deshaga todo lo movtdoy alterado y fecho nulamente, que eu es-
to hara V. E. I. justicia &c.
Otro si: suplica mi religion 4 Y. E. que habieudose de aseutar al-
gun tratado y concierto, el Sr. obispo y su provisor cnvieu poder bas-
tante para que conste en la corte de S. M- y curia de su Santidad, y en
todo el mundo lo que cada una de las partes promete, y como lo cum-
pie. Mexico y octubre2 de 1648. — Pedro de Velasco.
Entre los prebendados presos, de que habla el escrito antecedente al
numerosietc, se incluiael Sr. D. Miguel de Poblete, maestre esctielaa
de aquella santa iglesia catedral, a. quien el afio siguiente presento S.
M. para arzobispo de Manila: D. Agustin Valdes de Portugal, alcalde
mayor dc Tepeaca, y que lo habiasido de la Puebla, preso, como alii
se dice, y despojado de su oficio, apelo a la real audiencia, quien to-
mando en si el gobiemo despues de la muerte del Sr. obispo gobe ma-
dor, lo rcstituyo 4 8u alcaldia y antiguos> honor es. Intento lo miamo
el Sr. obispo de la Puebla contra D. Diego Orejon, corregidor que ha-
bia sido de Mexico, y cuballcro del urden de Santiago, y que habia
uuxiliadok los Jucccs conservadorcs en laauscncia del Sr. obispo, co-
mo queda refcrido. Pidio su I lima, por los. procuradores todo lo uc-
~33& —
tundo por dicho corregidor en la Puebla, 6 iuformacioncs heckas con-
tra sii persona. Nada pudo conseguir por cslar todos los escritos en
poder del escribano Mclchor Suarez, que previniendo esle lance se
liabia pucsto en seguro muchos dias antes, y no es de pasar en silencio
que dicho Melclior Suarez habia sido criado c intimo familiar del Sr*
obispo de la Puebla, y secretario suyo en la visita. El Sr, obispo go-
bernador, procedio sin embargo contra D. Diego Orejon, lo de8poj6 del
oficio de corregidor, nombrando en su lugar a D. Francisco Cordova,
y a indujo de dicho Sr. obispo de Ja Puebla cometio sa residencia i\
D. Pedro de Oroz, intimo amigo y apoderado de dicho Sr. lUmo. Mas
osta residencia anulo despues la real audiencia por auto de 5 de julio
del ano siguiente, restituyendo a D. Diego Orejon en su oficio de regi-
dor y corregidor interino. El Sr. D. Juan de Vega, dean de la santa
iglesia catedral de la Puebla, y el prebendado Montesinos, se habian con
ticmpo retirado & Mexico y al colegio de S. Pedro y S. Pablo donde
cstaban actualmente cuandose promulgo contra ellos la agria senteocia
de que se hace mencion en el escrito, y sin embargo de lo cual despues
de la partida del Ilmo. Sr. D. Juan de Palafox, fueron por cedula de
S. M. rcstituidos, aunque ya entonces el Dr. Montesinos habia pasado
de esta vida. Fuera deestas personas es constante que el Sr. obispo
de la Puebla pidio auxilio para arrestar d otras muchas, entre las cua-
les se afirmo ser una el mismo padre provincial Pedro de Yelasco. No
falta quien diga que cfectivamente llego el Sr. obispo gobernador 4
darlo firmado de su puno el 13 de agosto de este mismo ano« £n esto
nada se puede averiguar de cierto, lo que si consta es^ que habiendo cor-
rido la voz de que pretcndian apoderarse de la persona del padre pro-
vincial, que por entdnces no se hallaba eu Mexico, luego que lleg6 4.
esta ciudad pocos dias despues, present^ndose al Sr. obispo goberna-
dor con aquella confianza i intrepidez que le daba su celo y la rectitud
de su conducta: "Aqui vengo Senor, le dijo, a que me prenda S. E."
Lo demas que paso en esta confercncia no se pudo saber: solo se obser-
ve que el Sr. obispo al despedirse guiso arrojarse d los piCs y besar la
mano a! provinciaU que solid enternecido a dejarle mucho mas trechd
del que acostumbraba, p que en lo de adelante se mostro no tan inclina'
do a los dictdmenes del Sr> Palafox, como habia sido hasta entdnces*
Esta repentina mutacion prometia alguna serenidad en los procedi- 9^^^^'
micntos del Sr. Palafox.. En Mexico se comcnzo li, tratar con calor bla que pase
(Ip algunos medios de compos icion, pero todo se trastornu bien presto de CaHtlua!'**
— 3^) —
rnn la voniila do las rrsniias de Romn y do Madrid. Dc la corte do
nncslros roycs no fucron imiy fnvoraldcs :d Sr. ohispn dc la Piiebla: S.
M. mojor informado, asi por el prociirador q jc se liabia cnviado dc csta
provincia, como por olras personas dc fuera dc la Companfa, tuvo por
bicn dcspachar una cedilla en 6 dc febrcro, en que entre niuchas ala-
hanzas correspondientes al merito dc su lima., le dice estas palabras:
'*He juzgado por ncccsario mandaros, como por la presente os mando,
quclnego que rccibais esta lo ejecuteis, y os vcngais sin ningunadila-
clon en la primera ocasion que se ofrecierc, pues pudi^ndose creer ve-
rosimilmentc que altiempo de vucstra llegada i eslos mis reinos liabrd
iglesia vaca, la que se proporcionare a vuestras partes y m^ritos cspo*
to sciialaria liasta entirnces. Espero de vuestra prontitud en la ejoru-
cion de mis ordenes« y de lo que me prometo en las obligacioncs do
Tuestra sangre, y de lo que debeis d mi con^nza, que sin hacer en esta
nmgnn reparo, facilitareis el puntual y breve cumplimiento, y yo tendrt*
ocasion para estimar este por uno de tantos servicios agradables como
me habeis hecho. De Madrid & 6 dcfel)rcro de 164i8. (Mano propin
del rey nuestro seuor.) Estoy cierto^ que ejeciitdreis lo qve aqiti os
oNicHo^ con la puntuaHdad con qUe me obedeceU en todo^ por convenir
Mdtni servicio, y siempre iendrd memoria de vuestra persona para
hbhraros y favor eeeros. — Fb el rey. — Por mandado'del rey nuestro se-
izor. — Juan Bantista Suarez Navarrete.
Introduccicm Enlajnisma flota que lleg6 & Veracniz ti principios de setiembrc
la curia dcRo.^^^ ^^ Roma el licenciadoD. Silverio Pineto, a quien el Sr. Palafox
hUbh enViado & aquella corte, trayondo una copia del Breve del Sir. Tno-
e^tioy autorisada- por el Sr. obispa de Gddir, por haberse llevado el
•riginal al real consejo. Esta negociacion se introdujo en Roma sin
cilaeion m noticia alguna de la provincia dc Mexico. El agente en-
viado del Sr. Palafox partio con pretesto de ir a visitar en nombre de
8U nima. el sepulcro dc los santos Ap6stoles. El procurador general
de la Compaiiia se hall6 repentinamente atacado cOn einco proceso9
del 9r. obispo de la Pnebla, y sin los documentos necesarios para su*
defensa, por no haberse podido remitir de esta provincia ignorante de
tal Tccurso. Por otra parte, una d& las cosas en que mas habia padcci-
dola Compatiia, era en no hallar notaries 6 cscribanos que quisiesen au-
torizar los instrumentos, por el temor qnehabian concebidb dc las ccn-
siifas y de la indignacion del Sr. obispo^ Sin' embargo, con las noti>
dasTagM y gehetales qne pudo contcst/i en el negocio, mientras le lie-
gaban los documentos mas autenticos.
cinco enuueaiiiimai caxdenalei v coaico monseaojoes. Lo« carjeniUs ^^^^ P^ f^
- , conocumonto
fo^Eon <%H«^ 'SflK:i<t»f Gindti^ Carpena^ y Pranchioiu Los vxoiise- d^eitact^iwi.
jigires, /Is^^aaiU)? Maraldo^ Pauktccif y Famtsio. Lo priraero que oe
vii en estacongregacion, fu^ uoa carta d^l Sr. obispo de Puebb eacrita
^ 8U gantidad confecha 25 de mayo de 1647, que cuasitoda se reducia
al pleitode diezmoSy y 4 ppoderar las exkorbitautes riquesas de la Com-
pauia oDDoeva EapaSa, fuodandp «i deiei^ko ea el concilio Moguotuio
ioBerio ea el cap(tulp: Si qui$ laicm 16 cuesiioo 1* ^ y en el hsir
teraoenae citado ea d C9f italo in aliquibus de d€cimi9. Qu^ l^ijra
jusgado la pongcegacion de eiUa prtoiera cart^, se ve por lo que fil
mismo Pc6spero Fagaaao« uno de I09 xaiexabros 4e la junta, escribio
deapuee aobre el capHolo de ojfflcio ^ potesiUe Jud- Deleg* al numero
20, donde mueatra que loa doe goacilio* no favorecen 4 la pretension del
Sr. Ptalafoz ea el caso del Dr« D< Hernando de la Cema, que f|i£ comp
el mismo dice al ndmero 19, toda laman^ana dc k discordia* Se
tratd despues aobre las licenqias de prcdicar y confesar. La sacra coa-
gregacion, oidas las alegacioncs d^ una y oifa parte, respox^i^: Que Iqs
Jesuitasenlaciudad y obispado de la Puebla no podian oir confesiones
de seculases ein aprobacion del obispo dipcesano: que no podian predi-
car en iglesias propias sinsu bendtcion, ni en las ageaas sin su Ucencig,
ai en las propias oontradici^ndolo el diocesano: que contraviniendo &
esto, podia el Sr. obispo proceder coiao delegado de la sede apo8t61iQ9,
ooa eensurae en faerza de la constitucion de Gregorio XV, que co-
mienza tnscrutaMt: que mostcaadose que dichos religiosos ao te-
nian dicfaa liceacia ai a^probacioa, pudo el Sr. obispo 6 su provisor
maadarles que se abstuvMsea de eoaiesar y predicar: que por eata eauf a
no pudieroa pooceder dichos Jesuitas al aombramieato y eleccioa de
conservadoresv y por coasiguieuie fueroa auUui las censures contra el
Sr. obispo y su provisor, por ellos fnlminadas. Pero la roisma sagre-
4a congi«gaoioa, eeriaineate en el Senor, exhorta y amonesta al obispo*
que acord4ndo«e de la cristiaaa maasedunjhret'mire con paternal afectp
4 U Compaiiia de Jesvsi que cpn eM laudable iastituto tan provechoea-
nenteba ixA^ade i ABcesatt4e«ieate trab^ ea la Igleaia de Dios; y
qae reconoci4adoU como su coadJMiura may 4til en el gobiemo de au
Iglesis!, la ibroeote coa benignidad y la restituya 4 su aatigua beaevo-
lencis, oomo coafia y se promote que lo hara^ coaat4ndole de su celff^.
piedad y puaiual sdicitud* £sta es puatualnente la respuesia de la
TOMO II. 44
— 342 —
cong^rcgacioh dada en Roma en 16 de abril de 648, € inserta en el bre*
ve del Sr. Inocencio, espedido el dia 14 de mayo del mismo ailo-
Subreiicio. ^^^ contesto mismo de esta sentencia sev^ como los agentes del Sr.
nes dela nar. obispo en 8U narrativa habian suprimido todas las circunstancias que po*
dian figurar la caasa k favor de los Jesaitas. Callaron el privilegio
concedido 4 la Compaiiia en Indias, callaron la violencia con que an-
tes de saber si tenian tal privilegio 6 tales licencias, se les suspendi6
del ejercicio de sus ministerios, callaron las injuriosas palabras de los
edictos fulminados antes de responder quien dnicamente era parte le-
g(tima. Callaron que la bula insemtabili del Sr. Gregorio XV, esta-
ba mandada suspender en EspaSa por breve del Sr* Urbano VJII,
cttm sicut accepimna, espedido el dia 7 de febrero de 626. Por el con*
trario, se di6 k entender aqui como antes se habia hecho en Madrid,
que el nombramienlo de conservadores habia sido porque se espidie-
ron laslicencias de confesar j predicar, aunque de muchos modos se
habia manifestado lo contrario* Esto se convencer& mejor por las pre-
guntas sueltaa y abatraidas que ain aligarae d laa circunatanciaa del
hecho propusieron k la congregacion los agentes del Ilmo., cuyas res*
puestas se insertaron tambien en dicho breve, y pondremos aqui k la le-
tra, no disimulando cosa alguna en contra ni en favor, enla sencilla es-
posicion que de ello hici^remos*
Primeramente: ^Si caso que el obispo mande observar 6 ejecutar
^°^^" ^ algunos decretos del concilio Tridentino, puedan los regulares aun de
la sagreda la Compafiia elegir conservadores, pretendiendo ser contra sus privile-
oQogregacioD. ^^^ semejante precepto? — Respnesta: Si el obispo manda k los regula-
res aun de la Gompafiia observar 6 ejecutar algunos decretos del concilio
Tridentino, en aquellos casos en que por el mismo concilio 6 por cons-
Utuciones apo8t61icas los regulares exentos est&n sujetos k la jurisdic-
cion y correccion del obispo, no pueden'por esta causa nombrar conser-
vadores.
N6tese que en el caso presente no se pandaba observar ningun de-
creto del concilio'de Trento* Porque en el capitulo 15 de la sesion 23
solo se manda lo que estaba prevenido por derecho comun en el capi-
tulo atqttia eptacopua de panit y 6, y en la Clementina dudum de se-
puliur. § ae deinde^ y es que ninguno confiese ni predique sin aproba-
cion del obispo, k lo cual jamas habian contravenido los jesuitas. Lo
aegundo, que el concilio Tridentino no pudo derogar k un privilegio con-
oedidoy renovado y confirmado muchas veces, afiot despnes, como el
ie la Compailia, que el ailo de 606 habiaconfirmado Paulo Vm. Fi-
nalmente, que aun cuando algun religioso delinquiese confesando siu
licencias, noes este alguno de aquelloscasosenque per las constitucio-
nes apo8t61icas, 6 por el conciliOf pueda el obispo ingerirse a corregir*
lo 6 castigarlo, mucho menos con censuras y con escdndalo.
Segundo: iSi cuando el obispo procede segun el orden del derecho
contra regulares exentus, en aquellos casos en que por el concilio 6
constituciones aposuilicas le estan sujetos, puedan nombrar conserva-
dorest — Respuesta: No pueden*
Esta pregunta no es del asnnto. Lo primero porque el caso no es de
aquellos en que los regulares exentos k la jurisdiccion del obispo por
el concilio Tridentinoy ni por constituciones apost61ica8 como hemos
dicho y haremosconstar mas en otra parte. Lo segundo* porque no
no es gnardar el 6rden del derecho despojar primero y luego reconocer
los titulos, sino al contrario, reconocer los titulos, y no los habiendo* 6
no siendo bastantes, quitar la posesion*
Tercero: |Si cuando los regulares aun de la Compaiiia, afirman to-
ner algun privilegio para no obedecer al obispo en la ejecucion de los
decretosdel derecho comun,del concilio de TrentOt o constituciones apos*
t^licas, se les haya de dar f6 sin niostrarlo?-Respuesta: No esta obliga-
do el ordinario 4 dar fe sin la entera exhibicion de dichos privilegios*
Esta pregunta supoue que loe padres no quisieron mostiar el privile-
gioy y que respondieron tener privilegio para no moatrarlo^ cosa que
el mismo Sr. obispo dyo 4 los mismos padres por modo de irriaum% f
y que se atribuyd y nunca se prob4 dicho por ellos* Por el contra-
rio» consta que se presentaron al Ilmo. Sr. D. Juan de Mafioscat arzo-
bispo de M^xicOf que se presentaron al Sr. D. Fr. Marcos Ramirez de
Prado, obispo de Michoac4n, que autonz6 con su firma una de las co-
pias* Consta que se presentaron al cabildo de la Puebla como se to
por su edicto de 19 de julio de 1647* Consta que se presentaron al
mismo Sr. D. Juan de Palafox» como se ve por carta suya de 9 de no-
viembre de 1648, que se eonserva en ei archivo de nuestra Casa Pro-
fesa, y si no se le presentaron antes. fu4 porque no debieron present&r-
sele arUee de ettar reatituidot en lapae^ficaposesion de quehabian $%•
do despojadoi,
t Eata especie ridlculm ae ha propdgado hasta nueftroi diaa por loa encmigot
de loe JeiuitaB.
Cuailb. [Si enw qoe didM tvguInM praieikteili ulgait fMivilegio, y
las onhnarfos jnsguen M AiToreoeiles en fA Mumo do (fae M tnittt,
puednEA y Mmn recuirir al Sunnno Pbotfffoe, 6 en Ittb Indiai por la tui-
ma divtancia al metrofMiitano d al ordinario mas vecino, 6 fMiadaii ele.
gir para est<$ jiieoM coMienrafk>fQsf~R«8pfieBta: Cuando las palabima
del piiTilegio fyereii obacunui y attbtginuii no ee Ifcito Ocurrir al me-
tropoKtano, ni al obispo mai vecino, ni tampoco iMfmbrar comenrado*
rea, sino que precisamente se ha de oonmiltar al Sumo PontffScfe.
Esta resolucion no hace contra la Compafiia, como hemoa ya noCa-
'!o en otra parte, porque ella no eligi6 consenradorea para que mter^
pretaran mts prwiJegioB^ y 0OIO milita eonti^ el ordinario, pnee eatando
la interpretacion de ka pririlegioa de regularcs tan apretadaikiente ro*
#onrada & sa SAtttidad, y iiendo ju«taittente el eaeo en que se haltaliii
la Compaflfa, el 9r. obispo de la Poebla, tntee de ooniultar d la ailla
apoetdlica, y sin espemr Su reaohiciott, pft>cedl6 A oondenar A MM roli^
gioaos por sacrilegos^y contraventoree deH Concilio Tridentino.
Ctuinto. [Si la cotiMttucion de Gte|roiio XV ceitna de Urn n^onser.
Anadores de regnlares ctM^rende fgualmeate & lea tellgi^Bos da laCom^*
pafiia que i I08 de las otras ^rdeoes, de aoerte que todba bus prinlegiotf,
en <5rden & esto Vengan ft reduoirse H lea t^rminoa de dicha conatitH.
eion, y no pi^iedan en lo tMidei^ ^egir coDserradorea, sino ieguh la
forma de dicha coi1istltuoittfi?*-*Re«paesta: La dicha constitaoioB com.
pmide ft la Cbmpaftfa db Jesds, como i las demas religioiiesi y msim%
dcbcn elegir cdlkservadores e^nforme t aa tenor, sin embargo de caidea.
qiiiem piivilegios por ei«ar tolos Muoidoa ft los Iftmiinos de 4khn
constitucion.
ConrieUe ikotar que antique despoes de eska dedavaoioat yh Ho aesi
Hdto elcglr de otra fbrma oonservadores, pero ftdtes da alia, cuaaAi
los ftombr6 la CompaRf a, pudo usar da aiii frivilagHM, no obstante Im
Obnstitucion de Gre^rid XV, queooftaienzaYSafic<ft4t0it»pubUoadael
ftfio de 1621. La iraftdtt es, porqoeasta bula mo astaba paSadn por 9I
cbn^'i j6 ni pfctiitdgada cte tfts ttidifts safieientomaBle, y tntsa sa asta*
ba en la posesidh y prftctStea i^otftraria «|eOQloriada por la real audien-
citi de M6xieo que pocos ftflos fttkfes babta atmliado ft an Rmo. guar*
dian de S. Francisco, nombrado conservador oontra el 8r. diispo da
Oaxaca, y al Rmo. P. Mtro. Fr. Lftzaro de Prado, provincial que en-
t6nces era de Santb Domingo, y que siendo vector de PorlapfOoeK, ha-
bia side nombrado conservador por la religion de S. AgustiH, contra el
visbr de los ntturales dd itrzobispado de Miktcb.
La sexta pregunta es fucra del caso de este pleito, y & la s6tinifl.' jfli
los cobservadores nohibradbs deblan ski oUlgtidas i& dat e&ucion y fhin*
za de eiStar d derecho y pagar cofftas, caso que foeden vencidos ett id
pleito? fl6 redpondid begatlvainente. .
Octavo. I Si cualidb loi obispolB defefidieiidD imtte jiiece^ compiotieii-
te8 los derechos y diezmba de mn catMmleci 6bhtni '^ikhxm religi(MJ«'
que despojon de sa dote t lad iglenas^ pnblieaik ^le^Aioi, libifitie 6 aK*»
mbrialcs ft favor de dHaft, tdfaieiUk) las posesioites y teitiBh db dMeV
religfosos, pnedah e&tos nombricr cobiiarvadoreft eon pretedtb die f{ik<i ile*
lc6 hace iDJaiia hadeiK^ patmiteEi this exhoi1)ikaiited r^tbt y ba'd^hdairT'
— Respuesta: Bt los obispbs pot dofenddr !ob deit Aos de «ds ^leiMii*
Ante jaez competentb pabHcin ^eiaaiBJtthteiB idtfcritbs refiiiettda con nid*
dodtia y c'oh verddd tas grandee rentas de loa Wii^bMy n^fMMcn pdi
edt6 proceder & hombvar conserVadDreft.
Pcro St en el escritd qae pr6nitdg6 la Santa Igleda tfatedrtf die Ik
Pueblase guardah>n edhui doa condidonei, conrt6 A la hiisnMi ^eo ta gfe^a"
clon, que bien Informoda de lb toti^traiio, cbnflrm6 ilaCdmpalifa ^^
antiguo privilegiocomb eondta del micuno Paj^^nanb Membi^deeiBta jtrtiNu
Noveno. ^Si algiknios de dicbos rdigiobbeapiMMrdo ^ii iiMt MeiAiStf
puede oir conferiobea de i^tdarea en otra ttiUquiera atrn^ue M Mxi*
ain aprobado poAr su bUapdf— ^Reapiife^: Mb puedeb.
fista resbluckmabrogtS cfhteramehfe el privitegio de qno {(ozabaaM
jesuitas en lai Indiaa, peno no imprbb6 16 que babtan obrado t Ma iA r
teuian 6 creian tener dichoprivilegiOvyaainorespondelaiMij^da^ili*
gregacion qne no pa^emm tibfijpoMbje,iteb qo^ tab poiftlen: kofrj^ol*^. f
D^cimo. jSli A obispo contr4^uAioa ^egulareii que ptdffleitti wn^tiitf
Iicencia y confietttn scfetdlarei en mx Attem pHeda i>iio«oeder WHq^^M^-
di6ndolo8 de tales mimcrteriiNr, y r e p i i i ul ftadolbi don edfteles y k)boanii.'
medtba y petfas dd derecb^— Itespneirtat A ioi t eg uld ras iqite oy«nr
conferfbnes de seenlaf^irin Sieencia y mpMkek^n 'Ael cMlfio'd«*n^el
lugfar 6 que predican en ftea propita -igfesias sin p(Mt su litadtdon jMU*
ra en las agenas sin su fieencSir, ^6 tkfrinen ^A tes pl-d^to eontiradicite^i
dolo el dicho oblspo, puede eifte «b iMxA delacenstStueion de Grogia*
no !KV, que cbMenza: ImindeiBtti Vei pt^ldenda^ cotao delag«4#
■***
Hay su difinnnMna entre mfmdmron^ m f^kdn.
—346—
de la sdde apo8t6liea, 8U^>eiiderlo0 de dichos ministerioa de confemr y
predicar, y proceder contra>^Uo8 con otros remedios y pena« del de-
recho.
8e debe advertir aqudlo que ya hemos notado en otra parte, que la
CODslitucion que comienza: inscnUabili de Gregorio XY, estaba y eatk
mandada suspender en £spana por breve del Sr. Urbano YIII, espedi-
do k peticion del Sf • D. Felipe IV, por medio de su embajador D. Ro-
drigo de Silva, duqua de Pastrana, en 7 de febrero de 1625 que pusi-
moB arriba. A la sagrada congregacion se le propuso de parte de la
Gompania que dicba bula estaba mandada suspender; pero no habien-
do podido constar aut^nticamente de dicbo breve del Sr. Urbano Yin,
oomo dice Fagnano en el lugar citado al n(im. 37, se procedid 4 la re -
aolucion antecedente. Oeopues de tree mesee se vino & encontrar cl
breye aut^ntico, y se present6 4 dicba congregacion, como refiere Juan
Naldo, abogado do la curia romana, que form6 sobre ello un doctisimo
alegato. Y^ase la real c^dula despacbada el ano de 1705 por cl Sr .
D. Felipe Y, cuyas palabras bemos 4nte8 citado.
Und^cimo. ^Si cuando al obispo le consta que dicbos regulares no
tiepen licenciaflii pueda mandarles que se abetengan de los tales minis-
terios basta que las muestren en el t^nnino sefialado? ^Y si para esto
80 ba de requerir al provincial que reside muy 16jos de alii, 6 en otra
dibcesis, 6 4 los mismos confesores, 6 4 los superiores de aquellos luga-
res de la didcests en que ejercian dicbos ministerios? — Respuesta: Pue-
de el obispo mandarlo asl, ni para esto es menester requerir al provin-
cialy sine 4 los mismos religiosos 6 4 los superiores de aquellos lugaies
de la didcesis.
No bay duda que const4ndol6 4 los obispos que los regulares no tie-
^en Ucencias de confesar y predicar, puedo proceder desde luego, co«
mo aqui declara la sagrada congregacion; pero el case en que se ba*
llaba el Illmo. de la Puebla era absolutamente muy diverse. No le
eonstaba que los jesuitas no tenian Ucencias* y 4nte8 podia constarla
do lo contrario. £s ciertisimo, y declar6 despuos la misma congrega.
cion 4 la quinta y sexta duda propuesta de parte de la CompaTiia, que
para taletf rlicencias no son menester letras patentes de la secretarla del
obispo, sine que pueden concederse por cartas misivas y aun de viva
Toz. Esto supuesto, veinticuatro sacerdotes habia entdnces en los tres
colegios del Espiritu Santo, S. Ildefonso j Seminario de S. Gregorio.
De estos veinticuatro, por el hecbo concordado en Roma al niun. 43,
— 347 —
«mmta que Iob padrM GeitSnimo de Lobera, Salvador db HbfaK^,
FVanciBCo de Uribe y Diego de Agoilar, tenianyprescntaronlicenciis
del mismo lUmo. Sr. D. Juan de Palafox. Del mismo edicto del pro-
visor consta que doe axios y medio intes ae faabia preseotado yobt^ni-
4o licencias de S. E. I. el padre Juan de Velazquez. A los padres
Juan D&valos, Pedro de Ordaz, Mateo de Urroz y Lorenzo Lopez, di6
su sefioria patentes de misioneros para todo su obispado, y comunic6
todas sus voces. £1 padre Luis de Legaspi, tenia carta de S. E. I. en
que le manda predicar desde Tototepec con fecha 24 de febrero de 1646.
A los padres Andr^ de Valencia y Luis Suarez, seuald S. E. L con
t)tros de la Compania y de otras sagradas religiones para que confesa-
«en en los conventos de religiosas de la ciudad de los Angeles, y per-
niiti6 lo mismo al padre Juan de Figueroa. A los padres Juan de Va-
llecillo, rector del colegio del Espiritu Santo, y Diego de Monroy, rec-
tor del colegio de S. IldefonsOf convid6 su senoria con sennones, al
primero con el de la Purlsima Concepcion en el monasterio de religio-
sas del mismo titulo, y al segundo con el de S. Miguel en su Santa
Iglesia Catedral. A los padres Agustin de Leiba y Matias de Boca-
negra, habia convidado tarobien S. E. L con mucbos sermones, y se-
nalado por confesores en los conventos de religiosas. Favorecia sin-
gularmente el Sr. obispo & estos dos padres: los tenia frecuentemente
consigo, y los honraba muchas voces con su carroza y con su mesa.
De suerte que de veinticuatro sacerdotes, diez y seis tenian expresaa
licencias del Illmo. Sr. D. Juan de Palafox, las mas de ellas tit crtjK
tiSf 4 las cuales si afiadimos los padres Diego de Velasco, Juan lifen-
dez y Luis de Sosa, que las mostraron de su antecesor el Illmo. Sr. D«
Bernardo de Quiroz, hallar^mos que eran 19 los que sin privileglo al-
guno tenian en la ciudad de la Puebla todas las licencias de derecbo
necesarias para predicar y confesar; luego no estaba el Sr. obispo en
case en que le constase que los jesuitas no tenian licencias, sine intes
en case en que ciertamente le constabe, 6 a lo m^nos podia constarle
con suma facilidad que las tenian. La segunda parte de aquella con-
sulta es tambien agena del asunto. Los padres rectores de los cole-
gios de la Puebla nunca respondieron que no podian ser requeridos ni
que so requirieso al padre provincial residente en otra didcesis.
Lo que unicameate respondieron, fu6, que no podian ni mostrar las li-
cencias ni contestar en asuhtos de nucstros privilegios, sin consenti-
miento ni 6rden del padre provincial, pidiendo t^rmino para dar parte
fl«i aeiioria y 4 ^ ^fflHid^ coi|gffefamof|.
agopoi de csta cpntrovemyB, y ^im no kabi^a^ose probado m peeiidp
pffpfawr janM* no perteneceo 4 eata bistoria* D^ parte da la Compa-
ni«« 8U procurador general con lo poco qua pndo adquirir de noUciaff
por I08 iHiBinos proceeoe del Sr. PalafiiXy propuao tamfaien 4 U aagimda
oo^greg^cion alguqas diidi|8« P rimen u n onte: ^ loe okispoe de la-
dias puedea euepender i ^ido ua roonasteria 6 col^io lag liceaciaa de
confeaarT — ^Refpoesta. For la sunm dietanoia pueden bacerlo cu !«.
diaa loe obispoe; pera apenaa pudi^ndoee procader i, eata ganecal aoa-
paampn, ain eae&ndalo f detrimento da Urn alnae, debea ahsteaeraa dp
elloe loe obiepae, ei no fiiere can gi^iYiaiaiae cansae, en lo pualae lea an-
caig^ gravemeDte la conciencia.
Segunda. ^Si estimdo un regular aprobada para oir confeaioneay
puede el obispo, sin naeva causa, euependerla la lioencia? — Reapuesta:
I^o puede srn oaeTa'eaBea» y qpe sea perteneciente al misoia thbuiml
de H confesion.
Tercera. ^Si la bula de la santidad de Pio V, 34 en el 6rden del lai-
lario, concedida 4 instaacias del rej cat6lico, na 4 petictoo de loe le-
gularcsy eat6 revocada en las bulas de loe Sumoe Ponii6cee en qae ae
nitigan l^e excepciones de los regulares? — ^Beepoeeta: La declaraciMr
de eso pertenece al SMmo Pontifiee^ pero dioba bala solo puede aor da
utilidad en lugares donde bay^efecto de p4rrocoe.
Cuarta« /Si el obispo puede proceder con censuras -eoalca loe xe^.
lares cxentos, caso quo sean inobedientes ea oir confeeconesf 4Y oi
esto pueden en rirtud del Concilio de Tiento^ 6 por cu4l c4aoa7 —
Respuesta: Pueden,. no en fueraa del C!oncilio»Mo do la cosatUufiioa
de Gregorio XV, que comieoza: ItuerulahilL
Por esta resolucion se ye que la inobedkncia en oir confesione8.(awi'
cuando la hubiese) no es alguna de aquellas 'Causas por donde loe ««•
gulares exeatos est^n en fuenu del Conoilijo de Trento sqjetoe 4 Im,
jurisdiccion y correecipn de los ordinaries, y asi icaenlaa tos primaniss
consultas que de parte del Sr. *obii^>p aepropusieron 4 su jSaatidad, 4e
que arriba bablamos. Dopde es muy de notar que el Sr. Palafox, ba -
btendo en la consulln quintabecho saencion d^ Ja oonstitucbn del iir^
Gregorio XV, que comicnza: Smus^.y irala de los cooaervadorcs,^Aus^
— 349 —
ca hiso mencion de la bula tnieruiahili del inismo Pontifice, pbrque
como 4 miniatro tan antiguo del consejo le coDstaba muy bien que 60^
ta bula estaba mandada suspender, como arriba so ba demostrado, y que
no podia proceder en virtud de ella; pero por otra parte, tampoco pu»
do proceder en virtud del Concilio de Trento, como aqui expresamente
ae decide; luego no pudo en fuerza de ninguna constitucion 6 cdnon
proceder & tales ceniuraa, ni estas pudieron ser de algun valor. Diji-
mos aun cuando la hubieee, porquo el que no la bubo, consta por oua-
tro teitigoi examinados en el proceso primero del mismo Sr. Pelafoz,
cuya deposicion se cita en el becbo concordado en estos tdrminos:
,,Por lo cual sabe este toetigo, por haberlo visto, que sin embargo de
que los dichos religioaos de )a Compaiiia en la cuaresma de este pre«
aente ano de 47, cesaron en la adminiatracion cspiritual de predicar y
confesar, ^o."
Quinta. [Si la licencia de predioar y confesar se puede concedor por
tsartas misivap, 6 son necesarias letras patentes de la secretaria del
obispo? — Respucsta: Se pueden conceder por cartas miiivas y aun de
viva voz, si al obispo le pareciere. Lo mismo se responde 4 la sesta.
S^tima. [Si la faoultad de elegir conservadores dada d la Gompanf a
por Gregorio XIII, le favorece en aquellos lugares en que no bay jue-
oes sinodales.^ — Respuesta. Les sufraga en cuanto k no elegir conaer-
vadoroB entre dicboe jueoea, como en los demas se guarde la f<nrma de
kt "Constitucion de Gregorio XV.
Ootava. [Si los conservadores de ia Compania pueden proceder
<^on censuras contra los vicarios generales de los obispos en fuerza do
la constitucion de Gregorio XIII, que comiensa: JB^tun reputamui
dada en lo ultimo de febrero de 167d? — Respuesta: Pueden con cen»
suras y ponas elesidaticas probibirlos las iiyurian y agravioa maiii-
fiestos.
Estas son las respuestas de la sagrada congregacion, insertas y ooA- M «i wAor
firmadaa por el breve del Sr. Inocencio X, con que crey6 baber triun- radmiMlbia
lado de la Ckunpania el Sr. D.Juan de Palafox. Vino, como deeiamos, estramdicial
A princifMoa de setiembre una copia de dicbo breve autorizada por el St. presenUn*las
obispo de Cidix, la cual el Sr. obispo de la Puebla^ dcspues de presea- li<^n<^iA**
4arla al Sr. obispo gobernador, paa6 & los padres rectores de los colegioa
-de la Puebla, juntamente con una carta fecha en 10 de octubre. Loa pa*
<<ires, consultado el provincial, respondicron estar prontos & mani&star
aus lioencias y privilegioa, las cuales sin ser necosario dicbo breve de an
TOM. II. 46
— 350 —
Santidad, habrian tambien manifestado desde el prtnctpto de aquellaa
controversiaSy si se hubiesen pedido en los terminosquo ahora se pedian.
Efectivamente, el dia 23 del misino octubre se presentaron los tres pfu
dres rectores, Juan de Figueroa, Diego de Monroy y Pedro de Valen^
cia con las licencias de todos siis subditos. Lcidas y reconocidas por
el Sr. obispo^ confirm6 todas las que habia suyas y de sua antecesores,
concedi6 muchas otras de nuevo, y con fecha de 8 de diciembre pro*
inu1g6 un edicto del tenor siguiente: „Nos D. Juan de Palafox y MeD-
doza, dz;c. Habiendo dado noticia de dicha reeolucion y breve de nues*
tro Santisimo Padre Inocencio X 4 los dichos religiosos de la Compa-
fiiade Jesus, result6 que dichos rogularcs exhibieron y presentaron las
licencias que tenian de otros obispos fuera de nuestra di6cesis y algunas
nucstrasydo nuestros predecesores el dia 23 del mes de octubre deeste
presente ano, por mano de los padres Diego de Monroy, Juan de Figue-
roa y Pedro de Valencia, rectores de los colegios de esta ciudad, pidi^n-
donos que concedi6ramos licencias k los que las tenian de otros obis-
pos, y confirmfiramos las dadas por Nos y nuestros antecesores. Y
Nos 4 los dichos religiosos concedimos dichas licencias como lo pe-
dian, con lo cual ccsaron los efectos del primer edicto publicado el dia
8 de marzo do 1647, mediante el cual prohibimos 4 todos los fieles de
nuestra jurisdiccion, que no se confesasen, ni oyesen sermones de di-
chos religiosos, ^c. Y hacomos notorio que dichos religiosos tienen
nuestra licencia, en virtud de la cual pueden predicar la palabra de
Dies, y administrar el Sacramento de la Penitencia, y que es llcito
& cualesquiera fieles de nuestra di6cesis confesarse con dichos regula-
res, oir sus sermones, &c. Dado en la ciudad do los Angeles 4 S dias
del mes de diciembre dc 1 648. — Juem, obispo de la Puebla de los An-
geles. — Por mandado del obispo mi sciior, Lucas de Perea^ notario."
C'rcunitan ^"^^ demostracion quiso haccr el padre provincial Pedro de Yelasco
etaw de etta del rendiroiento y profunda veneracion con que la Compania sacrifica
^j^SoT' y ha sacrificado siempre todos sus sentimientos ^ intercses 4 la obe.
diencia de la sede apost6lica en sus menores insinuaciones; sin em-
bargo, se protcst6 que dicho breve no estaba en cstado de observarse en
los doroinios do Espana, mientras no venia el pose del consejo real de
las Indias. Lo segundo, quo no era obtenido sine en fuerza de los
cinco procesos que habia remitido 4 Roma S. S. I., sin que hubiesen
llegado los autos do los roverendos conservadores, ni otras algunas es-
crituras dc parte de la Compaiiia, que no hahia ndocitadapara la eurim
— 351 —
ramana^ y sin cuya contestacion no podia baber juicio contradictorio*
Anadiase que el dicho breve do contenia sentencia definitiva, asi por *
la razon dicha, como porque el mismo Sumo Pontifice dejaba todavfa
salvo su derecho d las partes para rccurrir d la dicha congregacion,
como efectivamente se iba prosiguiendo en Roma la causa, por lo cual
se habia quedado en aquella corte el Lie. Juan Magano, uno de los
agentes de S. L Fuera de eso, aun cuando dicho breve estuviesepa-
sado por el real consejo, y contuviese sentencia deiinitiya en juicio
contradictorio, era menester que se presentase & la real audienda^ y se
hiciese constar & las partes el breve original, 6 con citacion suya se sa-
case una copia; pero esto ni se habia hecho hasta ent6nccs, ni se hizo
despuesy ni se ha hecho hasta ahora, porque segun el testimonio aut^n-
tico sacado de la secretaria del Sr. nuncio de Espaiia, eZ original esta'
ha notahlemente viciado, rayado, horrado y enmendado de letra posterior
en algunas partes, como veremos en el ano siguiente, en quo con oca-
sion del pase volvieron d excitarse algunas controversias. Entre tan-
to el Sr. D. Juan de Palafox, concedidas las demas licencias, 6 con-
firmadas, habia retenido en su poder cinco de otros tantos padres mas
mozos, diciendo que queria comparecicsen d exdmcn, no m6nos para
inostrar el reconocimiento debido k la dignidad y jurisdiccion episco-
pal, que para darles esta ocasion de lucir su literatura, y tenerla 6u se-
iioria de honrarlos y aplaudirloe en publico. Los padres, quo no sos.
pechaban cosa alguna de su desdoro estaban ya para comparccer en el
dia senalado- por S. I., cuando repentina y extraordinariamente lleg6
de Mexico 6rdon de que no se presentasen d exdmen los padres. Mo*
vi6se d esto el padre provincial Pedro de Yelasco por noticias que tu-
vo de que se trataba hacer dicho exdmen con mode poco decoroso d la
constante opinion y credito de la Compania de Jesus. Sin manifes-
tar d S. E. L estos ocultos motives se le hizo decir por medio del pa-
dre Pedro de Valencia, que estando d disposi'cion del padre provincial
presentar para confesores los sugetos que quisiese, no era su voluntad
se presentasen d exdmen los cinco dichos religiosos. Asf se evit6 pru-
dentemente un golpe muy sensible d todo el cuerpb de la religion, y
acab6 en paz el aiio de 1648. .g.g
Los principios del siguiente de 1649, fueron bastantemente quietos. Gobieroodel
El 16 de febrero, cumplidos los tres afios de gobierno del padre Pedro 5©R|^'^?2J
de Velasco, so abri6 el pliego en que venia nombrado provincial el pa- rcspiicsta al
dre Andres de Rada, maestro que era de novicios en Tcpotzotldn, rec- u PueUa.
— 362 —
tor del colegio nM&ximo el padre Horacio Carocci» y prepdnfto de laCku
sa Profesa el padre Andres Perez de Riv^s. Un mes despues llegd
aviso de Espafia, y en 61 el breve del Sr. Inocencio con ol pase del
real.y supremo consejo, y c^dula dc S. M . para su ejecucion; peio al
mismo tiempo lleg6 noticia, c6mo aunque habia pasado por gobiemo en
la forma ordinaria, sin embargo, & peticion de la Coropania de Joaus y
de otras religiones so habia mandado retener y entrcgar )o8 aatoa al
fiscal del consejo. No obstante, el Sr. D. Juan do Palafox en carta
oscrita al padre provincial Andres de Rada 4 7 de abril* le reqniera pa«
ra que scan publicamento absuoUos los religiosos que S. I. habia eicoo-
mulgado. Respondi6 esta carta el padre provincial con otra fecba a
19 del mismo mes, en que representa modestamente & S. E. I.> que di-
cho breve no estaba todavia en estado de observarse, pues se hailaba
mandado retener en el real consejo, como 4 S. I. le eonstaba. Loa»-
gundo, que ni por el breve ni por algun otro instrumento ccmstaba qoe
los dichos rcligiosos hubiesen side declarados incursos en las preten^'
didas censuras, y aun cuando lo estuvicsen, pretender que lueaen pu'
blica y ruidosamento absueltos, era expresamente contra el decoro dm
la Compania, y ua gran motive de turbacion y de escindalo al pyeUo,
por lo cual, la magestad del Sr. D. Felipe IV en c6dula duigida k mvk
senoria en 12 dc diciembro del aiio antecodente le decia estaa pala«
bras: „Ha parecido advertiroe mircis 4 las religiones con afecto y be*
nevolencia de padre y pastor, sin mostraros con ellos desabrido, tino
grato y benigno y liberal en todo lo que 03 tocare, teniendolas en el
ejercicio dc la predicacion y confesion por coadjutores de nuestra pro*
pia obligacion, que como 4 obispo os toca; de suerte, que entre ellos y
vos sc conserve la paz y conformidad que he deseado haya, sin que
cstas difercncias de jurisdiccion sean causa que 4 las ovejas y feligre*
ses dc vuestro obispado les falte el paste espiritual, que es el que laa
hace conscrvar en paz. Y asi os rucgo y cncargo, que con estas ateu*
ciones ejeculcis el dicho breve. Y cspero de vuestro celoy al servieio
de Dios y mio; que si esta carta os alcanzare all4, lo har6is asi por
vucstra persona, yquc cuando os vengais dejareis tales 6rdenesy pre*
ccptos, quo en auscncia vuestra haya la misma conformidad, union y
paz y quietud cntrc las religiones y vuestros provisores, oficiales y sdb-
ditos, como os lo vuelvo 4 cncargar con todo afecto . Porque si de
aqui resultasen nuevas difcrencias 6 alguna inquietud, no podria admi-
tir f4ci1mento la disculpa cstando tan en vuestra mano; mas de bacerie
—363—
ednH> aqni oa aiinerto, cb mt» de a^ t«n oonfotme 4 vuMHtt dMigs-
cftODt me dar6 por servido de ella." Aai ces6 por ei]t6nco9 eata pt«u
tensioDf ocopado por la presente el 8r. obispo de la Puebia eii otrotf
mayores etnpeSo^r
Eotre tanto, failecid ol 22 del mismo mee do abril el Illmo* y £xmo. Muerlc del
Bt" D, M^MJM de Torre© y Rueda, y tan to por c^dula de S. M. eoroo Sr. obispo go.
por partictf]«r> reoometidacion y poder de) niisnio &hr. obispo gobema'
dor, entr6 en el gobiemo la real fttidiencia. £sto niati6 tiltimamenfe
al nitno* fir^ D< Juan de Palalex k di^poner su partida 6 los reittos de M^irchaiEs.
Ca9lilta, ckMforme & las apfetadas 6rdeAes que tenia de la corte. Efee^ paiia el Sr.
tirame&te, en ki flota qoe esfaba surta en el puefto de Veracfuz, se bi- ^^ \^o^ de
20 & la Tela el dta 12 de jonio, dejando porgobemador de so obtspado 1^-
ti Dr* D. Juan de Merlo. A instancias de ^ste se habia prcscntador
«tt la real audiencia el breve del Sr. laocencio y remitfdose los autos
al 9r. fiseaT, qouen aleg6 no poderse renritir la ejecncion. Sin embar-
go, proreyd auto la real andteneia en I. ^ de julio en estos l^mnBoi^
^^Ciimplase y ejeetitese d dkh& breve y c^dukts de S. M, toccades A €h^
para lo cual lAmediataniettto se de8pach6 una real provhion. £1 pa*
dre Juan de Barriemtoa, proevorador de la Ccmipanla, represent6 efScaz^
mcnte cb vsrio0 eseriftos que no se debia dar cfr6dito & dicho breve,
mi^ntras noue nmmfegUiM d (>rigimil eanltu riiibrioas de los sdkores dd
censejo^ poev seria la nisiiia que fiaMe la real audiencia de la cerfifiea*
eioD d8( nn escribano 6 notario que hued la parte dontraria. Esta rti*
zon, foera de otras muohas que habia anteeedientemente represeota^^
el dr. fiscal ia6 de tavlo peao, que se n)and6 sobreseer en la ejecudioA
del auto y provision real despaebada por decreto del diaS de julio <5on*
cebido en ostos t^rminos: ^PresMese d hrem origimd que ee refiere^
y lUvete con esiapetickmalSr'JUeal^ yen d imierinee $m pe n dala real
prooimm numdadadeepachmrw** AsFqued6 eon la respnesta fiscAl sue*
peas^ en laa I nd i ai y cenw nandado retener en el snpremo consejo di^
ebsi breve, 4 qraan sin emfaorgo en cuatrto induce ntiev<y dereebo-, obe<
dee»6 y ha obedecido' dsepues eoBStantoiiiente- ki Conipaftia de Jesus sin
reefeiaar 6 8U» antignoe privilegioe.
£n R^nm^aiMdiirdmaalanro'tiempoelnleitoperlttresistendadne »
hacta la parte eentrana k la cemmiicaetoB de la9 escntnvae y hecbd del ^eito en
ceneordadov qne no vino k mnaeotditm basia la tdfiDia semn tenidia en ^'^'^^ 7 ^.^^'
maretolucum
17 de dieiembre M ano de 1^5SL De eela combinaGion de eeeritums
y hecho coneordade ie dedii|en>ti treee reeohtewnee faw>rahke todas d td
— 354 —
Compahia en \ob puDtofl priDcipales de esta controTeraia, como puede
'verao en el cuaderno que se intitula: Procerus ei finis causae angelo-
politanae^ impreso en Roma en la imprenta de la reverenda c&mara
apost6]ica en 5 de noviembre de 1653. Y aunque despoes de recibido
el breve escribid el Sr. Paiafox k la Santidad de Inocencio X su pro-
lija carta de 8 de enero de 1649, en que acusa tan gravemente d loa
religioso3 de la Compaiiia, y aun propone al Sumo Pontifice las refer-
maciones 6 estincion total de esta religion, no juzg6 su Santidad por
conveniente rosponderle; y cometida & la sagrada congregacion au lee-
tura, sin contestarle & sua acusaciones ni k sua propuestas, se conclu-
y6 poniendo perp^tuo sUencio 4 peticion de la Compariia, y sin declarar
cosa alguna en el punto de censuras que hubiese incurrido alguno de
los padres. La misma congregacion encomendd al cardenal Spada
Carta del ear. escribiese al Sr. obispo de la Puebla el modo con que en esto debia
afsr. Pa^x portarse, como lo hizo en la siguiente carta: „Iiustre y rcverendlsiDM)
Sr.9 y como hermano. Habiendo la particular congregacion (4 xjuien
8U Santidad cometi6 la decision de las controversies entre Y. S. I. y la
Compaiiia de Jesus) madura y s^riamente examinando los procesos y
autos enviados por Y. S. I., ha querido por mi medio significarle, que
en cuanto 4 las censuras que acaso alguno de los religiosos pudiere ha-
ber incurrido, d6 Y. S. I. privadamente y sin algun testigo facultad 4
los superiores de sus colegios, para que absuelvan k cualquiera que ae
creyere 6 recelare incurso en ellas, en todos los puntos de cualqaier
modo pertenecientes 4 esta causa. De modo que para conservar maa
la cristiana caridad, ni se haga pCiblico este mandate, ni se permita
que llegue 4 noticia de otro alguno, comunicando 4 Y. S. la necesaria
y oportuna facultad en cuanto sea conducente 4 este fin. Pero ajsi
como la misma congregacion amonesta s6riamente 4 dichos religiosos
de la Compaiiia de Jesus para que eon tode obsequie y veneracion se
esfuercen en recenocer vuestra dignidad y vuestros meritos, sin lo coal
no podr4n, conforme 4 su institute, ocuparse en el bien de las almas
quo est4n 4 cargo de Y. S. I.; asi tambien exhorta una y otra vez 4
Y. S. I. para quo con aquella cstimacion conveniente 4 un tan lauda-
ble y provechoso 5rden, fomente y abrase con paternal amor 4 esta re.
ligiosa familia que con tanta utilidad y fatiga ha ayudado y suda en
cultivar la vina del Sen or, para que asi con el mdtue censentimiento
de los 4nimos, la santa f6 cat6lica y la mayor gloria de Dies, se pro.
pague y promueva toda prosperidad. Fecha en Roma el dia 17 de di«
— 355 —
ciembre de 1662. De Y. S. muy afecto, y eorao hennano.— J9. Care
Spada. — JIf. Jilberico, secret ario.
Cste 6xito tuvici'on las famosas controversias entro el Illmo. y Xerminacion
Exmo. Sr. D. Juan de Palafox y la religion de la Compania, y habi6n- delaadiferen.
dos6 esparcido contra el honor de esta provincia tantos papcles, y pu. paiafoz con
blicado singularmente veinte anos dcspues un libro sin nombrc de au- ^^ padres je.
soitas.
tor con este titulo: HUtoria de D, Juan de Palafox^ ohispo de la Pue,
hloy y despues de Osma, y de las diferencias que tuvo con losjentUas, pa-
recia razon que aquella historia fundada solamente sobre lo que dej5
escrito el Sr. D. Juan de Palafox, asi en su vida interior, como en sua
cartas al Sumo Pontifice y otros lugares de sus obras, se respondiese
de parte de la Compania con otra en que hallasen por si mismos los
instrumentoe y no se oyera la voz de la pasion, que es la que unica.
mente habia en aquella pseitdo historia, fompuesta por algunos hcre->
ges de Francia. Por lo que mira & las cartas del Illmo. Sr. D^ Juan
de Palafox, singularmente la que oscribi6 al Sr. Inocencio con fccha
8 de enero de 1649, en que resume y -compendia cuanto habia escrito
contra la Compaiila y sus religiosos en todas las demas cartas y pape*
les suyos, podemos responder con innumerablcs testimonies do no me-
uor auforidad que la del Sr. Palafox. y que no tenian el roismo interns
en la causa para escribir un poco enfkdados, como el Sr. obispo dc la
Puebla con^esa de si mismo en carta cscrita al Rmo. padre general de
los carmelitas, fecha en Osma & 18 de diciembre de 1657. Las pie-
zas justificativas que vamos k anadir de las muchas que dejamos cita-
das en la misma s^rie de la narracion, har6n formar 6 nuestros lecto«
res un juicio complete, asi dc la verdad de cuanto hemes refcrido, co-
mo de dichas cartas.
Informe que hace & S. M. el DV. O. Pedro Mclian, fiscal de la real
audicncia de Mexico. Seuor: apcnas acababa do componcrse, 6 tem.
plarsOf &c.
Segunda carta del mismo Sr. fiscal. En carta de 19 de ngosto dije
& V. M., &c.
Carta del Exmo. Sr. D. Garcia de Sarmiento, conde dc Salvatierra^
al M. R. P. Vincencio CarrafTa, general de la Compania de Jesus,
Hubiera estimado mucho que el primer conocimiento, d&c. — Rivas,
Carta del Illmo. y Rmo. Sr. D. Fr. Mdrcos Ramirez de Prado,
obispo de Michoacdn y despues arzobispo de M6x]co, al mismo reve-
rendo padre general. Ln distancia grando de aqiiestc reino, no roe ha
Ace. — Rivas,
— 366 —
Carta del lllmo, 8r. D. Jwui de MuPQMcat mmohktpo de Mteieo i
nucstro Santisimo Padro Inocencio Xi Beatiaiiiio Padivt-aBte lot
ojo3 de V. 8., poroee y «e praaenta, &c. — Rwat. %
Declaraoipn que eo el oiiaino dia en qae recilii6 el aagrado ViAtaee
hiso el Illmo. y Exmo. Sr« D. M&rcoa de Torres y Rueda, ohi«po do
Yucatdo y gobomador de esioa reinos.
Proteata hecha por las dos eoclarocidaa reUgiones do Santo Doinni#
go y Bam Francisco* con ooaaion do faaberse publioado la Temdmuem
del Sr. Palafox el tiempo que Bj/^ virey. Las sagiadas religiones laeii^
dicantos de esta Nueva-Espaoa, &c.
Bespueetas de veinte aonores obispos de EapaHa aobre la carta al 8r«
loocencio X.
fte^uesita del eminentKtoio eardcnal Bdluga coosuttado oofavo h,
publicacion de la ciirta del Sr. Inocencio.
Caria del Sr. D. Felipe lY 6 D. Juan de Palaibx, cnyo original oa
guarda en el real archive de Simancas.
EL EDITOR.
A la pi^ina 873 do e^ tono, be cdiocado el retreto del padre Podio da Yel^^ncw
osi coino en las impognaoioncs de lot jeeuitits, IO0 wem^fOB do eeioe ban oolocado «l
dei Sr. D. Juan do Palafox para moBirar 4 la Amdrica qoi^o fad aquol hoinbic qua
Boatuvo una lid tan rcuida con cl gigantc dc poder, prcstigio y autoridad que ha tw.
to la Nucva-Espafia. No se rccusard nuestro testimonio por ser sacado do un escri.
tor poblano apasionado del Sr. Patafoz, cs decir, del can()nigo Berista(n, que on el
aitfcido Velasco, tomo 3 de su Bildioteea HiBpano-Amerieana pAgina 884, 4iee li»-
siguieikta.
Vclasco (P. Pedro) nacid en Mexico el ailo de 1581, de la eaclacecida omgi^ dfi
los condcslablcs dc Castilla. Fad iobrino del vircy D. Luis, 6 hijo de D. Diego, del
6rden dc Santiago, y dc Doiia Maria Mclcndez Avilds, dc la casa del conquistador
do la Florida. Estudid en cl colegio dc S. Ildcfonso la filosofia, y rccibid el grado-
dc maestro en artcs en la Univcrsidad dc Mdxico. Por conscjo del venerable Gre.
gorio Lopez, d quien fud & yiaitar i bu bonnita de Santa Fd, tomd la aotana de je.
suita d I08 15 anos dc su cdad. Salid tan avcntajado tcdlogo, que svpo do moiao.
ria toda la Suma dc Sanlo Tomds: y oonsta que ajad4 ol padre D. Rubio ea ktobra
dc los Comcntarioa sobrc Aristdtclcs, quo tanto aprecio mcrecicfon ca Aadriea 7
en Europa. Pcro prefbiendo la salud do bus pr6jimo8 d su propia ilustracion, y 1%.
gloria dc Dioe a las humanas que podia lograr por las ciencias, pidi6 ser destinado 4
las miBioncs do los infiolcs, y fiid 14 afios mlsioncro dc los indios de Sinaloa, y cl'
apdsto] y primer prcdicodor quo convirtid 4 los ehicorMto9^ haeapaeett gBzopaa^ oro.
niratos, bayacato9 y c^ametot, de los cualee bauti36 mas dc aeis mil adukps y 4i
— 357 —
Volviendo & tomar e) hilo do nuostra narracion, on el ano de 1649 Muerto del
todo lo demas corria con prosperidad,'quo solo pudicron interrampir ^J^q„°"**
las muertes de algunos sugetos insignes. £o Pdtzcuaro, el padre To-
m«u3 Chacon, fervoroso operario que por espacio do mas de 20 auos
cultiv6 la nacion do los tarascos. Jam^s us6 s^bana de lino sino en
la ultima enfermedad obligado de la obediencia. Trajo siempre sobre
todofl BUS hijoB hasta cl ndmero de veinte mil. Y habicndo dcscado la provinoia de
la Compafifa tencrlo en Mexico y cmplfeado en cdtedras, le escribid cl provincial,
ofreci^ndole la do filoeofia del colcgio mdzimo de B. Pedro j S. Pablo. A lo quo
respondid en carta, que he leido, asf: „Yo, mi padre provincial, mc siento muy afi.
cionado d estos pobrecitos, y i. este ministcrio, j rcpugnante al lucido do los espano.
Ics; lo cual, aunquc no debiora toner logar, para rendirmc d la santa obediencia, to.
davfa lo repreaento d V. P. como amoroso padre, y corao d superior le pongro por de-
lante la mayor gloria de Dioe, que por ventura sc impcdird con mi mudanza; pue!«
en los tree pruneros aiios se muhcron bautizados por mi mas de trcBcientos indios,
de lo cual se habrd seguido d Dies mas gloria, quo si en este tiempo hubiera yo lei-
do en Mexico un curso de artes. He aprendido ya dos idiomas de ostas gentes, y
voy tras cl tercero Las cdtedras sc podrdn alia suplir con otros muchos con
mas satisiaccion. . . . y es muy grandc mi sontimiento al considcrar que ho do trocar
el libro del Evangelio do Cristo por los de Axistdtelcs £1 Sr. virey, mi tio, ton-
drd d bien que yo mc quedc cntre estas gentes dcsamparadas: ya le escribo sobre
ello." .... En efccto, permanccid alU 14 anos, al cabo do los cuales, fu^ traido 4
Mexico, donde le nombraron catedrdtico de sagrada Escritura y luego rector del
colcgio de S. Ildofonso. En 1638 pasd d Madrid y Roma, como procurador gene-
ral de la provincia de la Nueva-Espafia, y d su rcgreso trajo catorce religiosos je-
suitas enropcos. Fu^ en seguida prepdsito de la Casa Profesa de Mexico, reetor del
mdximo y provincial nombrado en 1646. En su gobienv> se 8uscit<) la molostisima
controversia de los jesuitas de la Puebla de los Angeles con su obispo el venerable
Sr. Palafox. Nucstro Velasco sostuvo la causa de su religion, sin haberso excedido
jamds en las Defenaaa que el mismo escribid, y en las que no se nota palabra que se
oponga d la modestia religiosa, ni d la cortesanla. Sobro lo cual cs digno de notar-
sc lo que dejd escrito su confesor el padre Domingo Alburquerquc: „;Co8a rara,
{dice) caso estupendo! ; Argumento de pureza de ooncicncia y alma, como on oielo
cxento de peregrinas impresiones! Pongo por testigo al mismo cielo, y al mismo
Rey de los cielos, y d cuantos con €1 reinan, de que en todo el tiempo que confess
al padre Velasco, no lo ball^, ni tuvo jamds de qud aousatse en razon del Sr. D.
Juan de Palafox, ni de cosa que d S. E. tocase, ni aun dUesede mil leguas, como si
nunca tal obispo hubiem en el mundo; y e8to,.aun en su tiltima eniiennedad y pos.
trcras reconciliaciones.**. . . . Contlauo en. la oncion y en la leccion de las santas
Escrituras y del Dr. Ang^lico, que leSa de rodiDas^ como cl Eximio Suarez, £dleci6
cl padre Velasco de 86 ados d 36 de agosto de 1849. Lo hizo Ioh oficioa de aeplultu.
ra cl nimo. D. Nicolds de la Torre, obispo dc la Habana, con asistcncia del lUmp.
TOMO II. 46
— 358 —
el pecho una cruz con agudas puntas de hierro, fuera de otraa morti-
ficacioncs con que so afligia ordinariamente. Per muchos anos toiD6
para si ol oficio do locr en cl refoctorio, el coal no permiti6 que otio
cjercitase aun en el tiompo que fu6 rector de aquel colegio. Destina-
do segunda vcz al mismo empleo, propuso con tan vivas instancias, que
por no mortificarlo hubieron de condcscendcr los superiores. Li
mucrte sc lo ocasion6 do Ips fatigas de una mision, que por cicc^ 6
mas meses habia hecho en compania del padre Andr6s Cobian el a3o
antccedento por todo el obispado de Yalladolid. Muri6 el dia 1. ®de
mayo, en que honra su memoria nucstro mcnol6gio, aunquc en 61 se
pone su fallccimiento cl ano de 1644, con un conocido equivoco, pues
cl ano dc 48 habia becho la mision (Jo que hablamos, y cuya relacioo
cnviada por su compancro, sc conscrva en el archivo de provincia. la
carta anua de 49, cs dondo sc reficro su mucrte, y cl mismo autor del
menol6gio so veria prccisado ^ corregirlo, si hubiosc advcrtiio que vi-
nicndo dc Espaila cl ano de 1628, y habiendo mucrtp cl de 4 i no po-
dia habcr cstado 22 anos entre los tarascos, comn alii mismo se dice.
Maertodel £n cl colegio de Guatemala muri6 el padro Francisco de Arista de
cb^de A^ edad de 84 aiios, los mas do.ellos empleados en la conversion de los
ta. gentiles en Parras y laguna de S. Pedro. Fund6 con inmensos tra.
bajos aquclla crisliandad, en que cstuvo solo algun tiempo, rodeado dc
gravisimos peligros de la vida: dcspues do 16 anos de estc apostc>lico
ejercicio, pas6 & Guatemala muy 4 los principios de la fundacion dc
aquel colegio. Su fervor y la suavidad de sus religiosas costumbres
le atrajeron bien presto la estimacion dc toda la ciudad. Fue muy sin-
gular la que tuvicron do su persona los Illmos. Sros. D. Fr. Juan do
Sandoval y D. BarloIom6 Gonzalez Soltero, obispo de Guatemala. El
primcro quiso tencrlo d su cabeccra hasta cl ultimo alicnto, y solia dc-
cir que moriria gustoso si cl Sonor lo concedia csa fortuna. El segun-
D. Fr. Mdrcos Ramirez do Prado, obiepo dc Michoacdn, que se hallaban en M<*xi.
€o. E^ribi6
Variai Cartas y reprcscntaciones, sobrc los niidosos asuntoe do ice jesuitas con
cl Sr. Palafox. Imp, y Mts,
Apologia por las doctrinas y coratos dc los rcligiofxw. Imp. en foL
Arte de una dc las Icnguas de Sinaloa. Mt.
Comentario sobrc el Evangelio de S. Juan. J\ia.
Hace mencion de ^1 el padre Alegrc en su Historia de la provincia de la Compa.
nia de Jestu de Mexico,
—359 —
do, no contento con asistir personalmente & sus exequias, hizo convi-
dar para cllas d entrambos cabildos, y los mas dist'nguidos ciudadanos.
Uno de los padres quo lo habia confesado generalmcntc catorcc anos
dntos, a los sotenta de su edad, depuso con juramento sin ser pregun-
tado, quo hasta aquci tiempo no habia perdido la gracia bautismal.
£n Mexico, faUcci6 en cl colegio mdxirao el padre Baltazar Cer- Moerte del
vantcs. Despues de haber empleado los primeros anos de su sacerdo- pwiw Balta-
. . "^ '^ zar Cerran.
cio en las misiones de Sinaloa, fu6 llamado 4 leer filosofia en el cole- tea.
gio de Mexico, de dondc pasd 4 Oaxaca, su p&tria, no sin gran repug-
nancia suya, que propuso inuy eficazmente, aunque con mucha resig.
nacion 4 los superiores. Aqul, renunciando los grandes aplausos que
le seguian en el pulpito, en que tenia singular gracia, se resolvi6 d nu •
predicar sino en mexicano k los indios de Jalatlaco, pequeno pueblo,
que aunque sin litulo de curas, habia tornado la Compania 4 su car-
go. £n este trabajoso y obscuro ministerio, peraever6 algunos anos
hasta que vino 4 M6xico, donde Dios le queria poner 4 nuostra juven-
tud como un espejo clarisimo de observancia religiosa. Fu6 do una
nimia escrupulosidad on todo cuanto podia amancillar la pureza evan-
gelica que prescriben nuestras reglas: estrechisimo en la pobreza: cons,
tante en la penitencia y distribucionos: muy abstinente, y de tan to re*
tiro, que muchos no le conocian en la casa. Le prob6 el Senor ccrca
de trcs anos con muchas y gravisimas enfermedades, que toleradas con
una penitencia y alegria cdificativa, le Uevaron al descanso el dia 2
de Julio.
£1 siguiente nies experimcntb la provinoia mayor perdida en el pa- .^^ ^.
^re Pedro do Velasco, uno do los sugetos de primer 6rden que ha teni- dre Pedro d«
do la Compania en estas partes. Consumido de los trabajos y fatigas
de su anteoedcnte gobierno, acabd en cl colegio m4ximo, donde se ha-
bia rctirado. Sus nobilisimas cunas, su eminente literatura y profun-
disima humildad, su celo por la salvacion de las almas, que le hizo tra-
bajar catorce aiios entre los gentiles, su contfnua mortificacion, su fre-
cuento trato con Dios, acompanado de algunas singulares gracias con
que el Senor se dign6 roanifcstar cuanto se agradaba en la alma de su
siervo, le merecieron la cstimacion y aprecio de las primeraii personas
del rcino y do muchos gravisimos sugetos de £uropa, donde habia ido
do procurador de la provincia. Es buena pnicba de la constanto opi-
nion de su virtud, que en tantos ruidos maliciosos, y en tantos eacritos
y papeles, como en el tiempo en que fue provincial se divulgaron con-
Ira la Compania y contra muchisimos sugclos en particular, nunca
hablaroD senaladunente del padre Pedro de Velasco en cosa que mi-
rase 6 pudiese raanchar su porsona, siendo el que per razon de su oti-
cio estaba & la frentc de los ncgocioa. Muri6 el dia 26 do agosto.
Honrd au cDtierro el Illmo. y Rmo. Sr. 0. Fr. M&rcoa Ramirez de Fra.
do, obispo de Michoae&n, qua Be hallaba en Mexico en la visita del
tribunal de Cruzada. Llevaron en hombroa el cuerpo los preladoa de
las religiones, € hizo el oficio sepulcral el Sr. Dr. D. NicoUs dc la
Torre, caledrfttico de prima de cfinones dc la real TJoiverBidad, dean de
la Santa Iglpsia Mel ropoli tana y obispo electo de Cuba. En el ilinrio
de Gregorio Marlin del Guijo hallamoa apunlado eale dia con ettas pa-
* labrad: „Miiri6 A 26 de agosto cl padre Pedro da Velasco con aena.
lea de pcrfecto religioso y vcrdadero amigo de Dioe." La relacion do
auB virtudeR teodri maa oportuno lugar en otra parte.
Muion en ^^ *'' P^'ii^o advientc, el IHtno. Sr. D. Juan de Mafiozca, dcscan.
Mexico J an do rer bfolar en su didceais los miEmos fruloa de peuitencia quo con la
fervoroaa mision de la Compafilaae habian cogido tan copioBnniente en
la de Toledo, iaai6 al padre provincial Andres de Rada desttnaae algu-
Doa Bugetos para este importante miniateiio. Para esle efecto y jun*
lameute para borrar de loa Aniraos m^nOs cucrdoa los impresionea que
acaso habrian hecbo en elloe tantbe rumorcs y tantos libelos infamttlo-
rioa, reBaIvl6 predicar un solemne edicto el dia 21 de novienibrc, cosa
no ftcoBtumbrada has^ entCnces, proponiendo las graciaa 6 indulgeo-
ciaa concedidas & aquclloa piadoscs ejercicioa, y auadiendo otras S.
8. I. Seiialti para la mision trea semaaaa en trea diferentea igleaias;
que fUeion la de la Santisima Trinidad y las doa parroquiaa de Santa
C atarina Mirtir y de la Santa Veracruz. Para ol solemne jubileo de
las dOctrinas de8tin6 la Caledral y las iglesias dc la Compa'fi{&, tijando
el dia de la comunion general para la festividad del ap6stol S. Andrea.
Su ilustrisima, asistiendo persoDalmente & laa esplicaciones de doctri-
na en su Iglesin Catedral, y ^ varies ejcrcicios de ta mision en otros
difcrcntcs iglesias, aniinalui el Ibrvor de lou operorios, ft ineitaba con el
ejemplo h au rci.urio para aprovecbarse de aquci tierapo tan precioso en
que todo respiraba religion, devocion y cspiritu de penitcncia. Esta
miama diligenci^i tiabia hecho al miamo liempo el ilustriaimo en cuasi
todaa los parroq'.iias dc su didcesla, despachando por todas paries misio-
^^ neros de la Compaiiia, y previuiendo & todoa los beneliciadoa con el
Bk edicto y cartas cordilleraa. £n cl arzobiapado dur6la mision por mas
— 361 —
de cioco meses hasta la cuaresma do 1650. Ei fnito, taaUi en la ciu-
dad como en su jurisdiccion, fu^ muy proporcionado ix lus piadosas in-
tenciones del pastor, y al fen'or, uctividad y cclo do los minnrtros
evang^licos. Lo mismo se hizo en el obispado de Michoacdn con tan-
tas bendicioocs del cielo, que en solo la villa de Zamora, fueron mas
de ochocientas las confesiones, donde por la poca concordia que rei-
naba entre los ciudadanos, no se tenia esperanza de fruto alguno con-
siderable.
Los principles de estc afio fueron funestos al colcgio do Guatemala Mucrte del
por la inuerte del Ulrao. Sr. D. BartohmS Gonzalez ^oUero, obispo de ^' ^^^ ^^
aquella Iglesia Catedral, y singular apreciador de la Compailia, que
aconteci6 k los 25 de enero. £n tiempos tan calamitosos y en que
combatido de tantas maneras zczobraba el honor y buen nombre dc los
jesuitas, se esforzd su ilustrisiraa d dar las pruebas mas sinceras, no so-
lo de estimacion, sino de una tierna familiaridad. Tuvo siempre por
confesor d alguno de los padres: consultaba con ellos los negoeios mas
graves: honraba por lo comun las fiestas de nuestra Iglesia con su
presencia y frecuentemente con su mesa d los padres, d quienes tara^ *
bien especialmente d los macstros, procuraba algunos extraordinarios
asuetos y lleraba al campo con singular dignacion y muestras de con-
fianza. Finalmcnte, am6 d la Compania hnsta el fin de sus dias 11a-
mando d sus religiosos para que ie at'idtiescn, y cntregando d Dies el
alma en sus manos, Dej6 al colegio algunas de sus mas estimadas al-
hajas y una librena con poco m6nos de dos roil cuerpos de iibros. Fu6
natural de la ciudad de Mexico, rector de su Universidad, 6 inquisi-
dor en su tribunal, hombre de grandes letras, y uno de los mas aplau-
didos oradores que tuvo esta ciudad.
La provincia de Sinaloa nds ofrece por este ticmpo un suceso muy q^^^ „^^ ^^j
cdificativo y de aquellos con quo Dios ha manifestado en todos tiem- cacinae Alon
pos que no edtd abreviada su diestra podcrosa. Habia entre los zua-
ques un indio anciano y de los ^primeros que el padro Andres Perez
habia bautizadode su nacion. La lioblcza de su origen y haeanas he-
chas en sus guerras, le liebian mereoido un lugar muy distinguido en-
tre los gentiles, 7 sii fervor y celo le hizo distinguir muy presto entre
los crtstianos. Llam6se en el bautismo D. Monso ThticnU Era bien /
formado de telle, de un entendimtento claro, de un g6nio8Uave,^aman-
tisimo del Wen dc sas naturales, que sabia colocar prudentemente en
Ja debida fidclidad d Dios y el rey. Estas prendr.s lo inereeicron la
— 362 —
csdiiiacion (I'll capilun D. Diego Mnrtinez tie HurJuiJL-, quJ |>ur tan.
to lo lionri^ con ol litulo io ^bernador de todo el riu de Zuaqiie. Kn
eate olicio corrcHpondio enlcrainente & la especlncioii del capitan go -
bernnntlo los pueblos con dulzura, airayendolos con eu cjcmplo al cullo
dc Dios, y mimtcDi^Ddoloa -en Iq obedicncia de S. M< >' du tos capita-
nes de la provincin, que todos succeaivameDle lo contiouaron ea cl
eniplco- Asi paaO hasta cl aiio do 4S, que y& rcndido al peso de la
fdod, pidio liccncin para rcnunciar aquel cargo y vivirsolofi si miamot
prcpnr&ndosc p<i.ra salir en paz do cste mundo. Dos ttuos, poco m£-
no.i, pasu en xii quictud, ciitrcgado & cjercicios de devocion, y dispo-
niendoiic ti niorir. Coiiiulgulxt todaa las ficataa del Senor y de la Vir-
gcn Simiiaimn, y otms solcinnidndca cntre afio, y altamcDtc penelmdo
del saludublo pcnsamiento do su prdxiina muerte, rcpelia eata diligeo-
cia siemprc que aabJa que cl niisionero baliia de hacer ausencia i otros
pueblos, como cm muy frccucnto y neccsniio, para que on aquel corto
iDleivalo no lo sobrevinieac la mucrle sin csta crisliana prcpnracion,
Aconlccid, pues, que sin noticia suya salid el padre de Mochicaui, bu
ordinoria rcxidencla, para Charay, pueblo do su visila. A pocos dias,
•nuy do Riaiiana, le avisaron como cl buen anciano se habia hecho llfi>
var alli; y que dcseaba vcrlo. EI padre le reprenditJ amorosamente
quo en una edad tan avanzada hubicse tornado aquel trabajo, esponi6n'
dose & peligro de raorir on el camino, cuando sabia la puntualidad y cl
gusto con que c
&. la raenor insiouacton do Ioe
rermoB. Padre mio, respondid D. Alonso, ioB fiscalos, & cuyo cargo ca-
U el avisarto do los enfennos, estaban en sub labranzas 4 una legua
del pueblo. No me parecid molestorloB, ni tuve corazon para csperar
tanto ticmpo. Has de saber que ha muchoa anos quo inceAantcmooto
me fatiga el 'pcnsamiento de la cuenta que ho de dar & DioB, y en es-
los Cllimos (iempos sin el cuidadode otras ocupactones, ba side mas
conlinuo el tormento. ^Ay de mi! mc decia, ^en qu6 he de parar? ^qu6
8er& de mi despues de la rauerteT. . . .Eataa congojas, el dia do ayer
fueron tales, que sin podermc contener en proaencia de mis hijos y fa-
miliai prorrumpi en unos aollozos y Uanto amarguisirao. Los de casa,
Bohido el motivo de mis l&giimas procuraron cuanto lea fu6 poaible
eonsolanne y animar mi confianza en la misericordia de Dioa 6 inter*
cesion de nuestra Madre la Tirgea Maria. Ofreci^ronme alimsnto
que no pude pasar. Enti5ncea mis pohma gentM llevandoalgunaa pia-
d(MM oihaldw de Sores y otni coma, we fueron k la iglooa i implontr
• I jj**"-*
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p^^ su padre el socorro de la Virgen Maria nucstra Madre. Rezaron
el rosario, y juntos con lo8 muchachos de la doctrina, cantaron algu-
nas coplaa en alabanza de nuestra Scfiora, de Ia8 que para cste fin han
compuesto los padres. Quiso Dios, padre mio, condescender con los
piadosos ruegos de mi f.imilia y consolarme. La Virgen Santisima se
me dej6 ver como estd en la iglesia, acompanada de S. Ignucio y S.
Francisco Javier, y me dieron prendas seguras de mi salvacion. Cuan-
do volvieron 6, mi casa mis hijos, me hallaron banado en Ugrimas de
consuelo, y les pedi que me trajesen & darte esta noticia.
El prudente misionero que oia este dii>carso, aunque satisfecho de la
picdad y edificativa conducta de D. Alonso, crey6 que habia soiiado el
bucn anciano, 6 que la cdad decrepita, junta con una leve indisposicion
le hacian vacilar cl juicio. Presto salid de su turbacion, cuando el
viejo D. Alonso prosiguio diciendo: „La Virgen Santisima nuestra
Madre, me dijo: Alonso, hijo, no te de pena por los pocados que co-
metiste en tu gentilidad cuando no conocias d Dios, que csos por el
bautismo so borraron y consumieron. Por las faltas que cometiste
siendo cristiano, estards tres dias en el purgatorio, y morir&s el s&ba-
do. Qued6 at6nito, dice en su relacion el misionero, oyendo semejan-
tes razones de boca de un hombre simple y sencillo, que lo era, y de un
natural muy apacible y sin algun artificio. Dijele entdnces: Fue9
hoy es sdbado, ^haste de morir hoy? & que respondi6 levantando la ma-
no: ahora no: el otro s&bado tengo de morir, y anadi6: Yo no he he-
cho mal d nadie, ni he levantado falso testimonio, ni be tenido masde
una muger, ni he cometido homicidio, ni he hurtado cosa agena. £8to
do tomar vadeas, melones y elotes, es usanza nuestra, que no defende-
mos la coRlida, si no que con liberalidad nos socorremos y nos comu-
nicamos hermanablcmente nuestras cosas, sin reparar en mio ni tuyo.
He padecido mucho por defender d mis subditos; pero todo lo he lie
vado en paciencia. He acudido d las cosas de la Iglesia con mucho
cuidado, sirviendo d los padres y respetdndolos, y procurando que todos
los respeten y amen como deben, y asi S. Ignacio y S. Francisco Javier
me lo agradecieron, y prometen que me ayudardn d la bora de mi muerte.
Dicho esto se reconcili6 y se fu^ dla iglesia, dondc recibido el Vidtico
y la Extremauncion, volvi6 al pueblo de Mochicaui. Yo qucd^ (dice
el padre Villanuno) Ueno de admiracion y de grandisimo consuelo, y
dentrodo pocos dias volvi al pueblo con la curiosidad y deseo de ver si
aquello se cumplia, y conBnnar la relacion que la Virgen habia hecho
— 364 —
ftsudovolo y publicarla. Liicgo que llcgu^ & MocKicaui con la pro.
L'idion dc Bcudir 6. otroa enfcrmost ^^ ftlgnnos bauiismoG, de eaperar 4
nicngcr 1.1 guntu dc etia inilpiia y otroa etubarnzos caseros, se me pu6
Jslu nicinoriiL ti>do hnsU cl viornoa It medio dh, c]uc acorddndomc del
vicjo 1e cnvie da mi cnaa el nlimento y & prcgunlurlc como ostalM.
Rcupondid quo agrudcciii iiiuc1ir> lo qua lo linbia cDviidoi pero que gaa-
tarin mae do lit comiila celestial del nlraa, pidi^adomo le diese la go-
inunion el ilia eiguiente quo deaeaba sniirde esla vidu coneacnuevo re-
fiii-rzo. El pudrc, viondo quo pormanecia constantemento en la mja-
ma pcreuncioD, panii 4 vcrlo a la tarde, Ic pregunt6 si queria coofcsar-
ec. Respimdl6 que solo 1-j Blligi.in loa pecadoa Je su gcntilidad quo
liabia conrdsado muchas voces. Al «iguientc dia Bubado, partio muy
tetiiprano S. la ijjiesia vcBlido a lo cspaaol ron lapada y daga y $ombrt-
ro de pluma, quo lo Jiabia regaludo por favor el cnpitan Huidaide. Co-
mulgu hincada da rudilloa hacicndo Antes fjrvorostsimoa actoa de fe,
esperanza y caridad, y pcrscvcru maa do dus boras en accion de gra -
cias. Despjcs dc estc ticmpo habieodo o^istido al aanto sacrificio que
\nili6 nl padre orrccioso por lil, siouda ya la^ nueve do lo Diauaaa y sin-
licndoEO muy debilitado, sc rctird 4 sii cnsa. Todos loe iadios y los
quo liabia uapaHoles eu el pueblo dondn ya sc liatHD publicado el cbso, Ic
soguian en tropaa dc au casa & la iglcsin, y de vuelta 4 su casa. Do
nlli d poco. le aoguid tambiea el padro ouiJadoso del ^xito, y en cuys
prc»cncia & laa once del dia entrc afectos muy cristianos, sin mas «ii.
fermedad que la de los aSoa y uoa ligora indiaposicLoD, pas^ tranqutla.
mente de cata vida, dejando tan finncs eaperanzas de au Belvacion, y
encendida en oquella nueva crialiandad una tiernn confionza eo U
Sanliaima Virgen. Al siguicnte dia domingo ae le hizoel mas solera -
no funeral que sc babia visio en aquellos paises. Kl padro ViUanuno
-prodicd de sua honras refiriendo el caso que ya ac habia hecbo publico,
y tmnandode alii ocasion para aniraados a la dcvocion y tierna con-
fianza ea la Santisima Virgen, y al cumpUmiento de Ins oUigacioiteB
de la vidacrietiaDn.
Muerlo dc PocDB mcsc'S dcspues le sigui6 otro de loa principalcs caciquesi qu«
^^ ^' habi^ndolo iialtadu en el fervor 6 inocencia do vidn, conaiguid en eu
muerto-la raiama. tfanquilidad. Llamibase Btnito Batfoe^ui, cristin>
no uitiguo y diligente catequisla, per cuyo medio muchos habian aido
inslrutdoa cii las vordades de la religion, y prcparados al bautismo y &
la ptttieipacion de los sagmdod misterios. En mnchoa aSos JSR)4»
—365—
de}6 de otr misa cada dia, ni de empkar on la igleeia muchoa ratoa da
oracion, Afiadia los viemcs y s&bados una recia discipliaa, de que
qacdaban regados con sangre c) suelo y las paredes. Con tan piadowa
disposictoncs, conociend^ que llegaba el fin do sua dias, so apreflur6 4
Ilenar aquel t<imo tiempo con mas frecuentes ej^rcicios de piedad*
Confesaba una y aun dos veces cada dta. T aunqne parecia al mt.
sionero que no era peligrosa la indisposieion; sin embargo, no so atrfr-
via & negar este consuelo & las afectuosas instancias del enfermo. Ub
vicrnes, oerca de la media noche, mand6 llamar al padre: volvid este
A su casa y To halM favdndose el rostro, pies y manos. Preguntado
come cstando enfermo hacia semejante cosa en una hora tan importu.
na, respondi6 con una boca de risa: Estoy aseando mi cuerpo para
reoibir el Santo Oleo que ahora me bas de dar, y manana el Santin-
mo Sacramento, porqne ba Ilegado ya mi bora, comotebediebo mucbas
veces. El misionero,' aunqne no ballaba indicios algunos de muerte
tan pr<5xima, le administrd la Extreraauncion, y al dia siguiente el
Santo Yi&tico. Perseverd un largo rato en accion de graoias, detipuee
de lo cual, mand6 llamar & los nines y nifias que aprendian la doctri«
na, y babi6ndolos convidado para que le ^antasen las oracioaes de 1|l
Iglesia, y algunas otras piadosas letras que en su lengua les hahiaii
compuesto los padres en alabanza del Sefior y de su Madre Santlsimat
sobrecogido como de un apacible sueSo entregd su alma al Dies. Un
soTdado espaflol del presidio de Sinaloa que acompafid on esta ocasion
q1 padre y fu6 f estigo de lo referido, qued6 tan lleno de asombro y de
una saludable compuncion, que sin poder contener las Ugrimas parti6
luego de alll d bacer una confesion general, cii3ra sinceridad probd po-
ni^ndose en estado con la que babia side ocasion de sus eulpas, y
pcrsevcrando despues en una cristrana regularidad de costumbres.
Estos eran algunos de los preciosos JlVutos quo en la villa de Sinakxi Prjncipio do
caian ya de maduros per si mismos sin fkticra, dntes con sumo cousue- I* inqiiietud
^ de lo8 tarau-
1o do los obreros evang6licos. No pasaba asi en la mision de Taran- marcs.
mara. Este terrene, ingrato al sudor de sus operarios no produeia per
estos afios sine abrqjos y espinas, que por poco llegan dsofbcarentera-
mente la semilla de la divina palabra. Desde la mitad del afio de 46,
cuatro de los principales caciques babian comenzado k amotinar los
pueblos. Lldmanse, Sopigiori^ TVpor, OcTunairij ^ Z>. Bmrti6lom&» No-
tic iosos los padres de las pldtlcas sedictosas de estos fbragidos, pasaven
aviso al gobcmador dc la Vizcaya que mm era D. Luis Vald^s, "L\
TOM. II. 47
— 366 —
diligencia de eutc caballero, si no impidid del todo la conspiracioD, 4
lo menos con la muerte del cacique de S. Pablo, tepehuan de nacion*
estorlxS que & log taraumares se agregase el socorro de una gente ladi-
na, industriosa, aguerrida y abundante de todo lo necesario para mao-
tenerse largo tiempo en campafia. Perdida la csperanza de este au-
xilio, lo6 taraumares comenzaron & obrar por si solos. El primer gol-
pe cay6 sobre el pueblo de S. Francisco de Borja, lugar que por la
abundancia de pastes y fertilidad de sus tierras, era el granero de don •
de sacaban los misioneros el necesario sustento. Cinco espauolea j
algunos indios que se habian enviado & defender este puesto, murieron
& manod de los b&rbaros que los cercaron, y pusieron fliego & las casas
donde se habian retirado. A los taraumares de S. Felipe de Chihua-
hua que habian tambien ocurrido d la defensa, no hicieron dano algu-
noy queriendo tenerlos gratos para hacerlos entrar en su partidp. £1
capitan Juan Fernandez de Carrion, justicia mayor del Parral, con la
poca gente que pudo juntar de mercaderes y vecinos de los pueblos,
cntr6 algunas leguas en busca de los agresores. Esta especie de
avcnturcros no era muy propia para una espedicion arriesgada y que
pedia algun tiempo. Asi, despues de algunas ligeras escaramuzas con
algunas cuadrillas desbandadas, sin haber podido encontrar con el
grueso de los enemigos, bubo de volverse al Parral, donde 4 cada uno
lo llamaban sus negocios dom^sticos. Informado el gobernador de
Nueva-Vizcaya, hizo entrar en las tierras de los alzados al capitan Juan
de Barrasa, 4 cuyo cargo estaba el presidio de Cerrogordoj hombre de
mucho valor y de una grande esperiencia en guerras de este g^nero.
Dos eclesi4sticos que creian tener para con los indios mayor autoridad
de la que efectivamente tenian, pidieron licencia al mismo gobernador
para entrar con el capitan Barrasa. A pocos dias de marcha, no solo
pretendian tener parte en todos los consejos, sine que & su arbitrio des*
pachaban tropas de indios amigos, tomaban puestos, disponian las jor-
nadas, y causaban en el ejercito una division siempre pemiciosa. Kl
gobernador instruido de lo que pasaba, mand6 retirar del campo 4
aquellos dos cclesiisticos, y en su lugar quiso que fuese el padre Ft-
gUio Maez^ ministro dc Satevo.
Castiga el iro. Con este nuevo 6rden march6 4 largas jomadas 4cia el valle del
alzadon!' ^ Aguil^, donde se sabia haberse acogido los alzados. Por muchos dias
no se pudo Uegar 4 las manos, hasta que habicndo enviado al capitan
Diego del Castillo 4 reconocer el campo de los enemigoSi encontr6
■fc - __-
— 367 —
to con una tropa do ellos, de que hiri6 & mucbos y niat6 atgunos* Go-
nocido por medio de algunos prisioneros el ntimero do los contrarios, y
los ventajosos puestos que ocupaban, determin6 el capitan Barrasa dar
aviso al gobemador de la Yizcaya, que ya era entdnces D. Diego Fa-
jardo, pidi6ndolo juntamente vlveres y algun mayor ntimero de solda-
dos. £1 nuevo gobemador, recibida esta noticia, m&rcb6 en persona
al Parral, de donde i la frente de trescientos sesenta hombres entre es-
panoles € indios amigos, partj6 k juntarse con el capitan Barrasa, co-
mo lo ejecutd el 18 de enero de 1649 con extraordinaria diligencia.
Logr6 su sefioria que atemorizados los indios con varios acometimien-
tos felices, y con rouchas partidas de espafioles que por todas partes los
seguian, quemadas mas de trescientas de sus pequenas poblaciones y
taladas sus sementeras, y muertos 6 prisioneros muchos de los suyos,
viniesen rendidos & somet^rsele y d pedir la paz. Se les concedi6 con
la condicion de que habian de entregar & los cuatro caciques autores de
la sedicion. El principal agente de esta negociacion, que fu6 un ca-
cique llamado D. Pablo, juntos luego muchos de los suyos parti6 en
busca de los alzados y volvi6 al campo con la cabeza de D. Bartolom6
y con la presa de sus hijos y muger. La misma fortuna corri6 poco
dcspues el cacique Tepox, que cay6 en manos de una tropa de fieles
taraumares. La conciencia de su'delito le hizo pelear con desespera-
cion hasta morir erizado todo el cuerpo de innumerables flechas. <Sio-
pigiosi y Ochacari solitarios y errantes de bosques en bosques, presos
ya sus hijos y mugeres, y la mayor parte de su s6quito, se hubieron de
rondir por flierza, poco despues de la partida del gobemador. Este,
4ntes de volverse al Parral, dej6 en el mismo valle del Aguila una po-
blacion nueva, & que di6 por norobre la villa de Aguilar. El sitioera
muy propio por la abundancia de agua y fertilidad de los campos, y por
otra parte en bella situacion para servir de freno & la inquietud de
aqueilas naciones. Estaba muy cercano el valle Papigochi muy po-
blado de taraumares, y donde le pareci6 podia cstablecerso una flo-
rida mision, cuyo ministro atendiese juntamente d los cspanoles de la
villa. Quiso que se encargase la Compania de este cuidado, y cfeclt-
vamente so envi6 luego al padre Cornelio Bendin, fcrvoroso flamenco
que poco tiempo dntes, animado de este espiritu apostdlico, habia veni-
dode Europa.
El ccloso inisioncro avanz6 mucho en poco tiempo. Era dotado |/*^i5on dc
de un natural muy blundo con que le fuo facil haccrso anmr de los in- P^pigociu.
— 368—
dios, quo iiresto sc congregaron en grande numero. Fabiic6 caaa e
iglesia en lugar algo apartadolde la viila, enseAando el misoio pftdre i
los indios, y ayud&ndoios personalmente en el trabiyo aim do sus pro-
pias cboaas. Su caridad le traia de rancfao en rancho por todos loa
contornos, alhagando 4loa naturales, y rara vez volviasin mucho acorn-
panamiento; de los que d^aban las brenas y los bosques, venian & esta-
blccerse cerca de la iglesia. Comenz6 luege & instruirlosy y eo poce
tiempo habaa ya conferido el bautismo & la mayor parte de io« adultos.
En medio de unoe progresos que Uenaban de consuelo no ie faltaba al
santo bombre mucba materia de mortificacioii por las vajaciones qis
bacian & los nc6fitos mucbos vecinos do la vilUt mas atentos 4 sea tem-
porales intorescS) que 4 la propagacion del reino de Dies. £n vaao
se quoj6 el misionero d la justicia y aun al gobernador del Parial. Na-
da vali6 sine para atraerle nuevoe enemigos entre los mismos espano-
los, de quienes no falt6 un malvado que intentase poner sua manos
sacrilegas en el Cristo del Seiior. Los indios, que ball&ndose afligi-
dos y cuasi reducidos 4 esclavitud se creian enganadoi^ procuraron
dcsbaccrse de uoos vecinos tan inc6modos. No estabaa aun bien apo •
gadas las cenizas del pasado alzamiento. La nueva villa la miraban
como freno que babia querido impon^rseles, y & los moradores como
otros tantos tiranos de su libertad. D. Diego de Lara, gobernador de
la nueva villa, con esta noticia avis6 al padre que no tenia ae^ra la
vida, y que se retirase. £1 bendito hombre respondi6 que no j;iodia
resolversc & desamparar & sus amados b^os: que 61 no les babia hocho
mal alguno, ni tenia por qu^ teroer, y que en todo trance estaba diapues-
to d morir por su rebailo. Era osto d fines del aiio de 49, y presos por
ont6occs algunos sediciosos, pareci6 sercnarse un tanto la borrasca«
Renudvoso Esta fingida paz no dure sino mientras fortificaban mas su partido.
Ta wdicion y j^^ principales autores eran Z>, Diego Barrasd, cacique de S. Diego
muero cl pa- * * ** ^ ^
dre Coraelio Iguacbinipa, D. Luis Cacique de Yagunaque y Teporaca, otro bravo-
noT de 'be ^^clquc que en el motin antecedentc babia side muy fiel d los espi:iio-
Urbaro*. les, y abora babia vuclto las armas contra ellos. Aconteci6 que el dia
15 dc mayo de cste afio dc 50, fucsc cl padre Comelio d dar la Extre-
muuncion d una iodia jovcn, quo luogo murio dntes de dos boras. La
madre, pcnctradu del mas vivo dolor, saU6 como furiosa gritando por ct
pueblo (jiio cl padre con uquellos acciteo babia muerto d su bija. Ei»
lus dniijio^ y;i cuiiinuvldos. hizu una grande iinprcsion esta calumnia^
Yu cuatii corrian a las urinas. y no sin grande iutigu del misionero vi-.
< I ^ .
— 369 —
Diofon a soscgar^^ por eiitonces. Sin embargo, iisi 1(:^ trcs caciqitcs
uombradoS) como algunoa liecbiccros, que nunca faltan cntrc eslus Ren-
tes, tomaron de aqui ocasion para avivar mas sus platieas scdiciosas.
£1 cacique de Yagunaque era un declarado ap6stata. Decia publica-
mcnte que no habia de volver 4 ver padre ninguno sine para darlc la
muerte: que no queria oirlos ni aprendor mas de su ley, que el no ten'ui
mas Dios que su carnc^ su muger y sus hijps. . £1 Teporaca era un in-
dio de bastantes luces y de una persuacion na4ural« que apenas dc\|aba
liberCad para resistir & sua discursos* For otra parte, se le oroia tan-
to mas, cuanto habiendo side dntes muy amigo de los espaiioles, np.se
persuadian d que se hubiese vuelto contra ellos sin raeooes muy justifi-
cadas. Ailadiase el cr^dito de su vajor y astucia militar con que babia
hecho tanto estrago en los mismos de su nacionen la guerra pasada, y
que habia tantos motivos de crecr em{^earia mejor en los estraiios por
la defensa desus naluraks. . Convocados mucbos pueblos y dispuesto
todo lo necesano, ia madrugada del s4bado 4 de junioy vispera de p^-
cua de Pentecosles, prendicron fucgo & la casa del padre, doshoras-dn-
tes de amanecer. JLa algazara de los eoomigos que rodeab^n.ppr tp-
das partes la easst el calor y d bumo, avis6 ki^go al misiooen j;^ un
soldado que se le habia enviado de escoka». lltamadp. fabvaii VaBque^^.
Uno y otro corrieron bien presto 4 sus armas: el:p^dra^.6 un. devotp
Crucifijo, el soldado al arcabu2 y la etpada pa^ deiexidef«i8 y defen-
der, al misioncro. £8te, como se supo despues ,por unos muchaches
que le asistian, vuelto con adniixable-serenidad 4 Fabian Vazquez. No
estamos (le dijo) en cstado de defendemos, ni de ofender con esas ar-
nias. £s Ucgada la hora de Dios, y no nos toca aino disponemos p^.
ra ella. La casa est4 cercada de innumerables b4rbaros,y cl fqego nos
har4 salir d^ ella bie|i presto para, enti^arnos en sus manos. Apro;-
vechaos do este corte tiempo,y de un sacerdote qua t^ncis 4 vupstro
lado. Dicho «8to, se 8ent6 4 confesarlp cusmto j>e^Ua'^ jooasion^.y
luego con un valor intr^pido abn6=la puerta, , que vendue v^<4 Jaiglesi^;
los indtos le eiguieron coo grange alaridp ft3c^i4ndQlo:inceaantcnieni|e
ka;5ta el pi4 del altar niaypr, donde so postrd.ya desangrado*. A^w,
uno 4 quien peeps dias antes -hahla elpadr^ bautizadpf le eohO un cgr-
dcl sx\ cucUo, y arrastrdndole ,por toda la, ig^aaj lo. faci6 hasta una
<x\rz que estaba en ol fiementerio. £iiJLre; tapto^ upos.le tiraban flcolias,
otro8 lo herian con gruesais macanas, haslu que llegando 4 la cruz os-
|>ir6 al golpe do una piedra en ibrma de uiacana con que le dieron on
— 370-
c1 cclcbro. Con la mtsma crueldad dieron la muertc k su companefo
Fubian Vazquez. Conseguida esta bdrbara victoria, corrieron otra
vcz d la iglesia, despedazaron los altares, arrojaron por tierra y pisa^
roD con cscdrnio las estdtuas sagradas, buscaron con grandes ansias
cl vaso de los Santos Oleos y los derramaron, diciendo: aquf eet&n los
aceites con quo este nos mataba. Lo mismo hicieron con las sagra-
das formas, profanando los vasos y vestiduras santas que repartieron
entre si. Hicieron todo csto con tanta aceleracion, que dntes de salir
el sol habian ya desamparado todos el pueblo de Papigochi y retir&do.
se & los montes.
Diligencias Tal fu6 el ^xito glorioso del padre Comelio Bendin, varon dotado de
dmoMdeeft. ^^^^ ^^^ cualidades necesarias para el ministerio evang^lico: de una
te roceto. mansedumbre y dulzura inalterable: de una grande fortaleza de espfri-
tu para emprender cualesquier trabajos por la gloria de Dies: de un ce-
\o ardiente por la salvacion de las almas; pretendtd con ansia desde es.
tudiante en Flandes la mision del Japon. No haUendo podido conse-
guirla por la revolucion de Portugal, tuvo por un singular favor ser
nombrado para las de Nueva-Yizcaya, y aun se crey6 baber tenido no-
ticia del g^nero de muerte que le esperaba por medio de una alma fa-
vorocida de Dies. Lo que bemos escrito y escribiremos de 61 y de
otro companero que le sigui6 presto, se ba tornado de las informacio-
nes que por mandado del ordinario y & peticion del padre provincial
Andr6s de Rada se hicieron en la villa de Aguilar, en el Parral y en
Durango, pararemitirse & la curia romana. Luego que en la villa ae
tuvo la noticia, pas6 & Papigochi el capitan Diego de Lara y Trujillo,
justicia mayor, y con algunos soldados. Hallaron los cuerpos desnu-
dos al pi6 de la cruz. El del padre tenia cinco flechazos de la cintura
arriba, y dos en los dos brazos: tres golpes de roacanas en la cabeza
&cia & la frente, y otro en el cerebro, fuera de algunas otras contucio-
nes. Se observ6 que al padre no habian cortado parte alguna de su
cuerpo, como es costumbre general de estas naciones para celebrar sus
bailes. Al soldado le habian quitado la cabellera con todo ehcasco.
Recogidos todos los pocos restos de cosas tocantes al servicio de la
iglesia, dieron vuelta &la villa llevando los cuerpos, y depone con jura -
mento el mismo D. Diego de Lara que habiendo tenido el cuerpo del
padre en las casas de su vivienda por casi treinta horas, se enterr6 dia
de p&scua de Esplritu Santo, que fu^ & cinco de junio, estando tan
blando y tratable, que parecia estar vivo. De la villa de Aguilar, pa^
^ft< ^— r^-^- ■ —
— 371 —
SO lucgo la noticia al gobemador, que estaba en cl Parral. Sedi6 6r-
den luego al capitan Juan de Barrasa que pasaso & la villa, y mientras
cste venia, march6 con loda la gente que pudo juntar de cspafioles 6
Indies amigos del capitan Juan Fernandez de Morales. Son muydig-
nas de notarse las palabras que cste piadoso caballero escribi6 al padre
Nicolds Zepeda con fecha 15 de junio. Yo (dice) me tcngo por muy
dichoso en haber sido el primero que vino d esta averiguacion y a ha-
cer guerra en desagravio del vilipendio con que trataron estos bdrbaros
d este santo religioeo que tanto bien les habia venido k bacer, y desa-
cato al altar y santos colocados en ^1. Confio en Dies que antes que
yo vuelva & poblado be de rer el castigo de estos, y la mision ocupada
por otro padre de la misma religion, y esa villa y su distrito muy au-
mentada por los m^ritos y sangre con que cst4 regada de este proto-
martir de ella, &c. Juntos los dos campos, dcterminaron marcbar en
seguimiento del enemigo, conforme 4 la 6rden que tenian del gobema-
dor. Los rebeldes ocupaban un sitio muy defendido por naturaleza.
Era un peuol batrtantemente alto, aislado de dos arroyos, cuyos altos
bordes del lado del monte bacian dificil la gubida. Ensenados por lo
que habian visto obrar 4 los espaiioles en semejantes lances, hab&an
aiiadido la industria & la naturaleza, impidicndo los pasos, y formando
de trecbo en trecbo una especie de trincheras con grandes piedras y
gruesos troncos, k que agregaron algunas cortaduras donde lo perraitia
el terrene.
Quizd jam^s, desde los tiempos de la conquista se habia visto en los Vigoroaa re.
indies mas regular y mas vigorosa resistencia. Es verdad que les fa- iJ^^^J^uma!
voreci6 no poco la vanidad y la imprudencia del capitan que habia ve- y ^lato infeliz
nido del Parral. Estando ya en las cercanias de este pucsto que con- ^ ^
venia atacar, mud6 repentinamente el 6rden de la marcha, dijo que 4 61
le tocaba la vanguardia, y que el capitan Barrasa dcbia quedarse en la
retaguardia 4 cuidar del bagage mientras que 61 asaltaba el pefiol. No
dur6 largo ticmpo la contienda. El capitan Barrasa, hombre de mu«
cho seso y prudencia, condescendi6 con su vanidad, y se qued6 con al*
gunos pocos Boldados al asiento y disposicion de los rcales en que de-
bian alojarsc. El capitan Fernandez march6 con los dcmas al asal*
to; bien que fucse igual el valor, era muy desigual el numero y la na-
turaleza del terrene. De nuestro campo ap6nas eran trescientos horn,
bres entre cspafioles 6 indies aliados; los rebeldes eran cerca de dos
mil, y colocados en lo alto ap6nas perdian flecha. Los nucstros ha-
— 8T2 —
t)ian dc luchar al mismo ticmpo con la dificuTtad do la subida, habian
do abrirsc camino apartando las picdras, troncos y broza con que lo
habian ccrrado los enemigos, tenian que defenderso de las ffecbas y de
Fas piedras y 4rboles que rodaban sobre ellos de lo superior del monte.
Kn veneer estas dificultades loutilmentc todo el dia, el capitan Fer-
nandez, arocnazando yn la nochc y ftitigada la gente, hubo dc retirar-
sc avcrgonzado & los realcs, que lo mejor que pudo habia fortificado el
capitan Barrasa. La noche se pas6 con bastante cuidado, y d la ma-
fiana dcspues do babcr dichoniisa el padre Yigilio Maez, que acompa-
naba el campo, se junt6 consejo. Se dctcnnin6 que no se debia asal-
tar el pefiol dntc^ de enviar por socorro de mas gente: que solo se de.
bia procurar atraer k los eneraigos al llano, no siondo posible sitiarlos
por la poquedad de nucstros soldados. Efectivamente, se contavieron
Km nnestros en su campo. Los eneinigos, engrcidos del suceso del dia
anterior, lo atribuyeron & temor, y bajaron d insultarlos. Lo mismo
hicieron conseoutivamente sets dias sin considerable ventaja de una ni
otra parte. Kn el setimo, en un re^odo que hacia uno de los rios ca-
bicrto dc espesa arboleda, dispusieron una emboscada de mas de cien
hombrcsy y no dejando sine los precises en la altura, bajaron los de-
mas con grande alarido dcia el real. Se trab6 muy en breve la bata.
Ha. Los indios, con una fuga maliciosa se retitaban todos dcia aque-
11a parte dobde tenian apostada su gente. Csta traza les sali6 tan
felizmente como pensaban. £1 capitan Fernandez vi^ndolos huirpre-
elpifadamento y no sospeehando que en gente tan inculta cupiese se«
mejante astucia, los sigui6 con ardor acompanado de algunos espafloles.
Su temeridad estuvo para costarle muy cnro. Empefiados ya en el
bosquc, vuelven los fugitives la f^ente y comienzan d Hover flechas de
todas partes; al tnisrao tiempo so muestran d la espalda loS que estaban
de refresco, y los envuelven do todos ladosv Un espaflol cayd vivo en
manos de los rebeldes. El capitan y los demas se vieron en gravisi-
mo peligro, y d "no baber envkdo el capitan Barrasa algunos de d ca-
balK) que sostuviesen d los de d pi6, bubieran quedado todos en el cam-
po. Con el nuevo socorro, los eneraigos ganaron' las alturas y Ics dt*-
Jaron tiempo para tina quicta retirada. Al prtsionero que bablan lie-
vndo consigo, quitaronla vida poco dcspues d vista de los demas cspa-
nolefj. Se supo al dia siguiento que babta llegado d los alzados un so-
corro de mil hombres. En el campo cspanol, por el contnirio, cada dia-
cm menos d ni\mcro; el socorro pretcndido no se pudia esperar ni tnir
»'*
gaemiy db booai comeBsabni ya i fiiltxrleB^. deipiheii ioblimiibesiiiem
to a{>^M fiodfiatt^haeerlo mn =p6rdtda:^ si k sentiftu J6s Bnemigoii;} Ei
qao ptrMhetia ahU Mi^mf sinitt iioehe. DeMln la mkad 4e< la tanla fle^oo*
menzaron 4 disponer las coaaa ^aitila Martfha «on,i»l4Day)6rTeoa^
aileB<»^'povquai|ioae<iiiM»in(]tecJ6algupod^ loa^nefaii*
iiarias'odliMiriaay qii^ j^ertttaiiebiemii ^ str^niiitvbcbibuiil^dDiMta
mv^r tanie db la ti6elie»' ^ Ltiege^a oacnrecib^oc^^^
geftte y el Imgage -tpie^iy «Maii^cer' €Hftaba»'fltierti Se tbdd neflgb en ri
tmlle lie 'Papigo^K^ Lo9 4adio0'tiliii<lM^ de^aa^faiber' teaidoenkl
gaaadoivi.|0»Mald(M toK ki ^i»t!i4^da<!yiooirM<»ii<i^ptt^
k^t^ y amMnadai laiia'A dkeaKUf^^mha^vjii fnA la laaaafaa j|iipi9
ltadoiXX>ff 111 tropd* ' .n..<..)
Na puda olgabernadoit D; Dieg6F&§4»do^M^)er^ iMio dsMajua sigao la en.
iiada aki^ikim^gnnklekidigmdbft. ! Le flblli^nraohouquei lost «BiieBHgA F^^®^ ^
aa hulaten-fpsedadtynb Maaiaibiiatigaf pcicb amt-vanagldnotei da iniH caitiga & los
i:«litadaii(pa«eaMiiiMAa0:apapiMk^a^ Di8paeBto;dbli.aatna»dit '^^^^^*
ligeneia to(fo lo neMosinb, iHmqoa^j^eatabavtnoyia&lsadaalaa^i^aiii^
mareiid ^ graada^ joitiadaa. Ik^^ palioly «» qae'j i|ub {Rrmanaoiaii Jaa
cefvoa etMT ^ fiisd «l liovitbfa. ' Al ]p¥ittie# aealtay km' r^batcle^ auaqab
f or eiiti600M«o ara^imif gratide a( ttOmafo/. reaiaticMa Valerbiamanfe
mn%uieJa:)eifmdleMtgaiiavtiisdim Nd>de9may6:al gofacrw
widoir, y 4 la mananaiaigitieiite atoM^aomitov pordbapoftai pavadtw
▼ettiir4as(ftiexiai(>d6l«Birtngd'i Eitd asdletediaiqQb vah)r»ipeid M
ton la aiMBa »fottaiia. <itie'atraiif>veoeai > Mutieron eDiambai ataqaa^
tnubkas do Umwajm^ y fea^ mas valerbaoay entto eUos.el /qua gbberoaha
4 lot daaiaaty hafaiaijido d j^ncipal agrasor en la iouhcfta iel mbid-
iieio.^^ Dd Ida! tquaptntopaa acbaron m4noa tree da laa aoaal valerotoa
soldados, y algiaioa da laa indiQia amigoa. El gobaniaddr itcM6 algiit
naa liendaa» aunqto uagaaa. da (fecha aaipoiizol|ada. Los vebeMes,
priradoa do aa capita»y fiiyoiaeidos da laoscuridad da la noche, dea» •
amparaian ol poastou A pesat^ da laa grandes y coaiiotias llmr taa* ae
ieaiigvid ^atat TomdcfaiOf euyo rio^pio noidfrecia vado alguno^dotu.
ro algobernador y lo.faieo leaeT'd^unaaJinntaa. ? En bllaa so le inai^
TONO II. 48
—374 —
eiempre & que ae i^tirasc & cuiar i la rilla. No condesccncliu atoo cob
mocha difieultad 4 ha vivas represontacioncs del padre JO06 Paacualf
superior do aqudlaa miMoneSt que lo acorapafiaba cd eeta capedicion.
Ea efectb, su natural ardtonte y deaeoso do la gloria de las armas no
era may & propdsilo para.tralar con ios indios y para rcducirlos d Jos
medics de pax, que era el principal intento, y que ausente 61 ao conai-
gui6 con iacilidad, corho veremot adelante.
IMcimacuar. Entre tanto, en Mexico por 6rden del padre provincial Andrds de
cion^'pra^ Rada, se habia juntad^ la congrcgacion provincial para el dia 12 de
cial. junto, en que fu6 elegido secretario el padre Marcos de Irala, y el 14
Bombrados procuradores lbs padres Baltozar Lopez y Diego de Sala-
fair. Fu^ eeta la d^cimacuarta congrcgacion quo se babia celcbrado en
Uk'provincia. ' Eli ^la ae Uy6 & Ids padres congrcgados una cedula do
S* M. en que encargaba al padre provincial y k toda la prpvincia la
oapecial asiatencia i, la pertona del £xmo« Sr. D. Lois Enriquez de
Guzman, conde do Alva de Liste, que acababa de Uegar & eatos rci-
noa, y toni6 pofeesion del Vireinato en 3 del sigaiente mcs de julio.
. Favbreci6 S. E. ocm muestnu de particular estimacion & la Compa -
' • i&ia on todas las resultas del pasado litigio. A Ios tree dias del mea do
julio asistid 4 una secrcta audiencia, en que mandd determinar la cau-
sa do loa prebendados, prcsos 6 desterrados de Puebla. Se despachd
el raisino dia real provision para que las justicias de dicha ciudud y
obispado, auxiliason al juez quo enviase el Sr. arzobispo 4 la ejecucioD
de su auto proveido en 6 del antecedente mes de junio, en que mando
itiesen librds de la c4rcel y restituidos 4 sus prebendas con sus biencs y
cmblumentos, y declar6 que no hacia fuerza dicho Sr. arzobispo, 4 quien
como 4 roetropolitano so babia apelado de la causa en no conccder la
apelacion^ quo el promotbr fiscal do dicho obispadd de la Poeblh babia
interpuesto para anto el Sr. obispo de Oaxaca. En consecUencia do
esta real provision, el Sr. arzobispo despach6 por ejecutor de ella al
Lie. D. Juan de'Racinns, clerigo presbitcro, su mayordomo, y por no-
tario 4 Melchor Suarez, secretario de provincia, y que Id babia aido
del Illmo. S. D. Juan de Palafox en el tiempo de su viaita.
A ' d 1 c'e ^^ podemos, ya que hemes vuelto 4 tratar de este asonto, pasar en
lo d un ca. gilcncio un case muy autorizado, y con que Dies quiso volver por el
UcSmpafift! honor do la Compania. Habion quedado rauchos 4nimo8 muy ena-
gonados, y nun rauy mal impresionedos desde el pleito con el Sr. obitf -
pb do la Pueblo. Enti* oatoe, cl Br. Jose Lopez de Olivas, clerigo
-.375—
•Bdbdi&cono do la ciudad de Mexico, no perdia ocamon de hablar contra
^a Compania y sus religiosos, con una libertad que causaba esc&ndalo.
-Quiso el cielo amonestarlo del modo que refiere 61 mismo por laa palabras
^Biguientes: „E1 Br. Jos6 Lopez de Olivas dec." f Eeta firma, por auto
del Sn proviaor D. Pedro Barrientos, proveido en el dia 14 dd octubre
del mismo ano de 50 ante Francisco Benneo, notario receptor, se man-
d6 reconocer bnjo de la religion del juramento; y efectivamente, ha-
biendo el (vicario) notario Pedro de Sa leido la dicha certificacion de
^icho Br. Josfi de Olivas en 16 del mismo mes, se ratified con jura-
mento en ser verdad cuanto en ella se contiene, y ser a^uella fltt firma,
como consta de instrumento original que se guarda en el archive de
provincia.
Por este mismo t tempo faeron celdbrados y notorios los repetidos Sudoreidela
sudores de la estiSltua de la Concepcion de nueslra Seiiorti, que se tc cJ^^^^*
•neraba en la capilla del Ingenio de Xalmobnga, perteneciente ai cole- de Xalmolon.
^io de S. Pedro y S. Pablo de Mexico, en la jurisdiccion de MalinaK ^'
t;o. Este prodigio habia comenzado desdc el mes de diciembr^ d^ ano
anteccdento en prcscncia dd Rmo. P. Fr. Garcia Bacfir yiearid pro-
vincial del 6rden do la Merced, y del Lie. D. Ger6nim6 de Soria y
Mcodoza, vecino de las minas de Temascal tepee, que lo atestiguaron
jcon juramento ante el escribano Juan de Soria Villegas, que 4 mas do
eso dio fe y testimonio de otras trcs ocasiones en que 61 mismo £u6 tes-
4igo ocular de la maravilla. Las dos 61timas fueron en los dias 31 de
octubre y 1. ® de noviembre del ano que tratamos, y porque este testi- ^g^ ^q i^^^
monio hacc relacion de los otros dos, nos ha parecido ponerlo aqui so-
Jamente^ y dice asi: ^,Juan Soria de Villegas, escribano publico por
S. M. del pueblo, provincia y jurisdiccion de Malinalco y Tenantzin-
go, certifico, doy (6 y verdadero testimonio, & los que el presente
vieren como hoy 1. ® de noviembre do este presente ano, estando
osistiendo al padre Gaspar Yarcia, religiose coadjutor de la Com-
pania en una onfermedad de que cst4 en cama en este Ingenio de
Xalmolonga, perteneciente al colegio de S. Pedro y S. Pablo de
Mexico, que el dicho padre administra; hoy dicho dia como 4 las cua-
tro de la tarde, yendo 4 barrer lu iglesia un mozo espaiiol Uamado Juan
Bautista, que sirve en dicho Ingenio, hall6 sudando el rostro de la im4.
gen de nuestra Seiiora, la mismade que de haber sudado en mi presen-
t Es sensible que en cl manuscrito Talte este lelato y paiece que te 8uprimi6 de
intento.
376
m 4 1) di iliriwihii d» 1449 y ay«r 31 d» Mdtoe4»
afiib liBfli^ dttdB tfliliiiiQBiiis ▼ UsnMfdo kw dUM^ dia ^
ididba cafiila, j ▼! ^nelodo-d rosUo de ladidift. iMlge^b
broUodo ndor, jdelamoadelc^isqaMrdo U^wMw mi> yta 0ve-
mcamo ligrima; 6 yo« el fiirrihiiin^ h^t ladidba imiyn pMi» lia»
^■ak d midM por no h«ber«iccfdoto <|oekhfCMg|L, jhfhj^iwWn lim*
ff ^NJa . fwffiL^ con Qm Itf f wmiia hub CBaafth&ai mMunikJiflaBDO adbq v
,ieipeto 4 M^^ 1^ pieseqtef. T pam que cooitq di tM ?inB ada-
grosiCOfDO Dioa ofaiaeii cata iin<y^ letatg dp w ffdidnra jFfoni
Hadie, de oficio lo aaieoto por tefltimonio^ qo^ ea fiidiQ
nio de Xalmokniga, jorisdicctoii de Malinaloo, hoy 1. 9 de
del65O.ano0»Miido tesdgDslloTerdar^y iattenuIagioIKJw* de
.HennofiDa y C^adova, enaxpendeio de M tlinalcQ» D* Nieotta Aiafa.
9^ 00 hemwno, D. Nicolipa de Leacaao, Hi Nicolia da SaataMaiia,
^edfo Bantista^ l4tou de BoUe8» Joan de Ugaite^ MigpdIVsiem»J<»6
FelifMB C^rbaja^ SdMutiaa de Pd^aos* Joan Coma, y el dicbo Joan
Bautiata, eapaooles, y oUaa -penonas, veciiioa y co t a otat en el paaMo
de Malinaloo, 6 hagp mi aigoo en tewtimonpa de Teidad.^ — Jtu^ Smim
jie VSbgaSf eecribano piiUico.
Fin del llbro 8etl|uo«
DB IiA rROVTlfCIA
"8)» ^ii^ •C^-Sii»jll$?;^^^8)ll:«^iP^^.
NUEVAiESPANA.
MimAfOO.
OongregacioQ intentada en la Profesa. Muerte dc los procu|ra4o-
ires . 7>einblore8 en Cruatemala y so fVuto. Muerb del paidre Diego d^
Mendoza^ j liennano Alejandro Suarez. Sucesqs do* Taraumares*
Mtterte de los padres Diego de Yahdercippe, y Nicol&s ae Estrada.
Diiereneias sobre' el carato de Tepotzotl&n. Petlcion de los indios^
Bespuesta fiseal. ' intentos del Sr. obispo de Guadiana*^ Real prori-
sion. * Entrada & Taraomares del padre Antonio Jacom^ Basils. Re*
beHon de los indtos* Moerte del padre 7 sos ciretnnAancias. * Host!-
Kdades de los MHbaros. Esp^cion desgraciada de los espaMes.
Fin de ^sta jomada. '8ueeeos d^ Fanas. Peticion del eaUldo de
Chiapa ysBreepnesta. MiMedel imdr^'Bomtngo de Albarquerqae
y hemaBS* AloBS^'Tello^ Exile * dto h^bclriiiad^Tepotzotf&n. fin*-
oemi de B«Bora. . C}«tt»'dcl fNidb^ Ckrdnirao^ek'Gaiial. ''*^
kMi ^wMidiiij a M y WRias def B e aera . ' D^etisftqiiiMa coB J g r egi i eloitt pro^
viacial. Miileo de fiiiiiQBee«n MMda. Jubilee ^^i^y^tuo eii ^tlHxt-
co. Mision k la Habana. Transacion -sohre'ei pleite^ S. Attdr^s.
Muerto del padre Juan del Real. Congregacion de S. Francisco Ja-
vier. %oeas« de.wisirtncifi.'" D q aa e i e n ^de^ Ciiadidiijiwj y ft^ pr es e fl t a-
oien dd aAenwider y ^wUHo' d^VMda. ' jM^de SPFiMdiM«^*fa.
— 378 —
del Sr. obispo. Muette de km padres Gonzalo IMvalos y Fnuicbc*
Caldcron. Sucesos de la congregacion de S. JaTier. Caso raro de
iin indio en la mision de Piaxtla. Jubileo de doctrinas. Piedad del
Exnio. Sr. coode de Banos, D^cimasesta coDgregacion proTincial.
Muerle del padre Horacio Carocci* Peote eo Ptoaa j Tarmoman.
Piadosa muerte de un espaSol. Sucesos de Tepehoanes de S. Andr^
de la Sierra de Topia. Misiones del padre Jofl6 Vidal. Muerte del
padro Jos6 Collantes. Muerte del padre Castini y principio de la es-
clavitud de lo8 cinco Senores. Patente de herroandad con la coDgre-
gacion de S. Javier. Fruto del jubileo de las doctrinas. Sucesos de
Parras y Topia« Espedicion & California. Imdgen de S. Javier en
el colegio de la Veracruz. Congregacion de negros en la PueUa. Su-
cesos de Taraumara. Epidemia en estas misiones. Muerte del pa-
dre Pedro Romano, del padre Grer6nimo Soriano, del padre Juan Ta-
mayo. Hostilidades de los tobozos. Jura de S. Francisco Javier en
Durango. Muerte del padre Leonardo Xatino. Espedicion 4 Cali-
fornia. Congregacion provincial, d6cimasctima. Patrocinio de S.
Javier en S. Ildefonso 6 iglesia de Tepotzotldn. Mision de Guara-
f^%U, Pretension de los tubaris, y carta del padre Alvaro Sierra.
Nacion de los chicuras y sucq30S dc Sinaloa. Canbnica erecoion de
la esclavitud de los cinco Senores. Privilegio al colegio real de S. Il-
defonso. Muerte del hermano C4rlo9 Martinez. Pretension de Chiai-
pa. Pposicion de D. Juan de Valticrra. Entrada en la Compania de
lUi bijo primogenito. FundacioQ del noviciado de ^i^anta Ana. Ca-
r$ctcr do su fundador. Muerte del padre Bartolomd Castano. Del
padre Andres Cobian. Restablecimiento de nuevos tarabumares. En-
vianse nuevos ministros. Reduccion de los guasliparis. Yisita del
Lie. Ugarte en Sonora. Misiones circulares eu Puebla y Michoac4n,
Muerte del benpano Juan Bautist^ Vazquez. Se repite la mision en
la Habana. Sucesos de Tarabumara. Congregacion provincial, d6.
cimao2tava. Entrada del padre Tom4s de Guadalajara en Tarauma*
ra. Son repelidos con agrura los raisioneros. Bautismos en Guesu-
carichic y otros lugares. Reduccion de Papigochi. Muerte del her*
mano Juan Bautista Vazquez.
lesi. El siguiente aiio de 1651 se hallaba en Mexico ya consagrado, y
disponiendo su partida para las islas Filipinas cl Illmo. Sr. D. Mi*
guel de Poblete, arzobispo de Manila. El grande aprecio quo hacia
— 379 —
de la Compania y el desco de ver florecer'el clero dc cstos reinod eri
-Virtudes propias de su estado, le hizo pensar en que se instituycse en la
Casa Profesa de Mexico una particular congregacion de sacerdotee
consagrados al culto de la inmaculada Goncepcion de nuestra Sei^ora.
Esto no era propiamente sine emprender restaurar la que en el mismo
lugar y con el mismo titulo se habia formado algunoB ados i^ntes por
los de 1616, en tienipo del Illmo. Sr^ D^ Juan de la Serna, de que he-
mos hablado en otra parte* Por entdncea no se di6 k aquella piadosa
junta otra forma que la de algunas conferencias e^irituales y algunos
otros piadosos ejercicioa a aHbitrio de Ice mismo4»congregado6. Asi no
podia subsi^ir semejanto estableoimientOf ni Uamarse congregacion la
que no ostaba confinnadm por el padre general^ k qufen linicamente es-
ta cometida esta facultad on la Compafiia por las bulatf poiHificias. Pa-
ra darle, pues, toda la necesaria subsistencia y participar de las indul-
gencias, se resolvib el ilustrfslmo y otros piadosos sacerdotetf, que ha-
bian ya dado sus nombres, escribir & la Santidad del Sf. Inocencio X
y al padre Goswino Nichel, general de la CSonpailta, para que se digna-
se confirmar esta. instituofon, agregaiia 6 la primaria de Roma, y enri-
quecerla oon mievas gracias y favores. 81 i^ntras so tomaban con ca-
lor estas providencias, se vivia en la seguridad do que siendo las de tn
Compania una especie do congregaciones quo jam^s aparecen en lo pu-
blico en procesiones ni otros actos semojantes, que no estan SMJetns k
la visita do los ordinarios, y que en ana palabra, nada tienen de co»
muQ con las cofradias, se estaba, digo^ eh la seguridad do que ninguna
se podia erecr,pei]^dicada con semejante institaicioB; sin embargo, se
tuvo noticia q«e los indi¥idifos de una de las mas respetables eofradiaa
que habia en la -ciudad, y entre ellos un hcrmano del Illmo. Sr. arao-
bispo de Manila, se Cretan perjudicadotf en sus antiguas exenciones, y
que se habian presentado al cabildo sede vacante por mucrte del Illmo.
Sr. D« Juan de Manozcn. £sta novedad caus6 alguna sorpresa, ha-
biendose fundado en M6xico tantas congregaciones en nuestros colegios
sin la menor coptradiccion; pcro viendo que con semejantes compctin*
cias no se promucvo la gloria de Dies, se dejd Inego Inego por la ma.
nO| sacrific^ndolo todo k la paz p(iblica y & la buena armonfa que ma-
yonnente debe reinar ontre los que trabajan en 4a misraa vifia del Se*
iior y son ministros do sus altaros.
Entre tanto, cop Ja noticia que habia llegado k fines del aiio antecc- Mucrte del
iWnio de hab^r mucrto 4stes dc llegar k la llnbana el padro Baltazar ^^^^ B«lt»^
— 390 —
zar Lopoz 7 l*opGZf qw iU de pvocufudpv. k Ift^certa^ SdSMr y 'ifaihid^ y itf
j|^ *^^^^|^™^ hormoDo coa^Mtoc qpe k acaBApeiM(|n,«e di6»nwri4i>ete pwrm ^^pm te
quo iban & embarcaM por -abril de ^e«A9 ^ iM4n):Di^gO!^'iSalM^ltf|<felQSid»
^°^^* por ieguipdo pfoe«rader eo la mUfbia^Ofigr^gAQibinittse 4e dU^fioraooiw
paneio:alii«iaiaiio CraUri^ deifiapiaohu «El vtagsi d a ee to aVao Ai6aiii
(eliz €|«6.el da los^^ doa fifltaoad^Mi •: A pckMii diav dd llegftdiMr itht
Y/9ra<^3i, tpcadoa /dbl laontagid qua^bia'tilul dedoHauoB haoili gnua;
daa*afl(ragoa aft tqa^Ua aiudadrP^tMim tfe aatevtda.' EalalntMiidaQiH
tagiO'^ua babifti^i^ridida an ^ Mirlo <k ftHs ea^qnailMiral )pachpe Sair
tazar'Lopca|.:a«iaa6 la amfltto A4atli JT A:ilU <^i»f)liuBarayiqueain rasanrt
alguaaaa ^Mjcwwi ^Jactvioia. 4fatoa^^^ tadoa
d(a qii« ibaQ.a0q|iigiidp6 loa padraa proteutadogtof ^? 'eneaiialiidmou #
padra Loltimot^ jillraiidQ#'quarpa»'dtK6a:afMtaiiabilrpail8dBr54£i^
i^ipi^ daado cd «ii^d!»164&: • Nofd^jaiviioardaaoiaffikaborai^
651 « al-.prima|r.<ano: en qua laa ovMicintdadiai'dafldB'tfoldgioa da MMko
afli9tiaKm.oo^ ^ifgyfiHiH; Bo d^iwl tito i r iay}n aaLaat^ntwatro{'flantD»P)ai
dfp y' da S. FAp9iaoO Jmatf.^
Tembloros en "^ **^ ^"**^' * iOuaArtqalii afli^<^ »ioa ^ te pfioeiiim dvMw «ii»
Goatemattu cos'gisaidea.y i^i^^tidoaiteitMoreai^^quaiicinDahjnvoii «l>aAbiNia 4iitaaito
bi q^neMag^may.y dumroii]aa;ti»b.'defdaihie0tolsidafl'-7iifUMM
doupqea. AcoinpaAibattloamuohdaTuidoBmiMeMniroay'brattidM^
paDtpaoa del vaoiiio voloaDrTConrlractiahtaa «i^fpbidiiaa>dar ibagcv^hdtM
y ccniaui».qp^rColMtiDrf)^teli«Bli«naiiiaiHe loyr iminuMi^' La attibfbaft'proi
videocia del Sbnbr aa; valid: '.deqataii mectito» pai^-jfMiKidi^ eii aqUeHai
corozoaos firutoa dtgtu)#depeiiiteiuiia*' DiaynbolM ntfMt'Veiafi' p^r
loa ooliea aino piadei^aa praoeaibnaa da* iodd g ftiat a dor. gentium t^eUiidd
el rotiario y otftia deyotflki: pitoea palte afdaaaf Ui ira; de< Dm, d (Matlvi^
dos en divorsoft Uagoa do pQpiteilctai& laa puariaa-'de* lorf itemfiloa. • > Ja^
mas en' U somana^aau^^aabaUaA yiM tatt Attaaroaorconbimoa, Bf
Jubileo da las^ warop^ borcgs* qtia oonlbmie . 4 la-tedfuinbrfi'de^a Coih«i
poma aa colabralni aqualloa diaa an iiuaBtiluigleala,^^ ah(aiiofi¥i>^pO'
dorc^ pajca alvaar 4 alia la i9ay«lrr.parteda in «tiidad!b<m>^nMMaat#«.
bajo do AueatroB operartoa^ .quo noliiathndD'dQioa -4 tanieopioaa mlaa^ •
hubieron da aoavidar 4,aIgunoa otDMjtiua laaiyudlirdafaiiaqtidloBdiaK^
Lot nicgoa 6 inatanciaa da loaciudadanol^ iiien>a talea^ 'ijdehubo ^
condcscondcr cl padre rector, en que elddaningo tiuadaad iaapiieatQrpors
tpda la oochD el Ai%ualibimo'6aiil'aAiaiite>i iniH:osti6 poao'tfembajoi^adie-
tiri la piadoaa. huparttiaidadoDa qua. pj^Btaiaiiaroa kvoilaaiD • laa db^
.-■** .■« .--
— 381 —
doches siguiefttes. Fnem cte Io» mrfmm^ i^ cava* fe rcipttrtitti: kn
^padres por la9 eall^ y p]«aa«i cantando la docirmOi cmtiiiM^^ & q««i»t
guia uaa Q^horUeioii oemfral acowodada 6 las owiwateiiejwapB Q i Q i a tiw ^
Terrainaba todo con uaafl devotai omcioaaa qua 9a h^biaa puaa^o an
verso y baciaa caotar 4 loa ninosde laa ascuelaa. 9a e/^Ua aajataaaar
pedicioQjSs vol viand eaaa cargados, dig^moslo aai, 4a iam«iQrabla«daa«
pojoa en bMi vvj^baa qua lioa a€gu«oii« y d^ qua aojian an: Jaa confoaip*
lies gaoarataaal fruta da sua fotigaa* El prosidaiila y daanMi mini^^roa
dc la real audUaeiAt eraQ los primsroa e» laa ejerafeioa da piadad*
Qaiso el Smwc ^la an aiadiQ da (a» fttaHaa y &ac«an(taB 4aKrai90i(aa
fuese OH^ poeo el aatraga de easas 6 {gbsias, y m^aciaaualaaiaiiartaa
y de^graeias, conteiiUiadaaa la Divina oleittancia can el amago nudo*
aoi, y daado tieropo pari^ «^i]tar d golpa.
Pocos dtaa despues, d 2d de iebcevo mim6 en Muehnetlan, de lia pnv Muerte del
VMcia da Socoojiaco el padira Diego de Mandoza, natural de M^ida, ^^^^
eapitai d« Taoolia. En 36 anea de edad habia Uegado 6 uji grada
^min^ite de reddgftoaa perfeccioB en httmtidad, en paciencta y entam
abnegaciott de ai niiaroo, def &ndoae ain reaerva i arb&trio y diaciecion
de Io8 aaperioTOS aun en lo tpcante & su sahid con perfecflauna eba^
diencta* Probado eon laiga y niuy delorosa enferawdad, oianifi9flt6
major los quilates de su heroica virtud, y rccibidos con tiernadavoaioB
los tihimoB Sacraoionloa daaaaaad ea p«» el jueves priaiero de eua-
Bn al antooedente mi^rcoles da eoniaa, Bum^ en P4tzcuaro el her- Maerte del
inano AU^aadro Suare?, natiural de Cospedad, viiUa del reuio da Leon, ^i^^^^x
anciano venerable de waaa de 80 afioa do edad, y eoa^ujtor verdadera.
meniie formado al eiemplar da laa raaa ilustrea que ba temdo la Gom-
paaia. Reeibtdo en ella, no ya noviciOf sino niuy dosengailado y pfo-
vecto en la virtud, se le eneomendaron his haciesdas de Tepoitzodin, 6
inmediatanieiite las de Valladdid, doade fu6 4 bacer los votes. De
aHi pae6 d las del colegio de PdtsouacQ, que adflSHuistrd por 84 auoa.
Baste deoir qne ca todo el tiampo de su vida religiosa basta la estre-
ma vejez en que murii^, jawds durmid sino aobre desniidas tablas; ja-
mds se desBiid6 para dormir, y jamas interrumptd dia alguno su rigoro.
sa discipliaa sJAo em el tiempo de bi {iltima enfermedad. £n el eampo
bacia toear la eampanilla y seguta la misma distribucion eHpiritual que
observan nuestroe novioios> aino quo auadia a la oracion una gran parte
vJc la nocbe en que le daban was tiempo los cuidados de la hacienda.
TOMO II. 49
Su caslidRd, su pobrcza, mi siaceridad y candor de esplritu erAn ndriii'
nblea. Sobre todo, resplandeci6 en ^1 la obediencia, como la pidcn
nuestraa constituciones. Obedecia no eolo sujetondo la volunlud y
entendimiento & laa 6rdeaea de los auperiores, sino am&ndoloa con ter<
nura como d padreS) y deacaosanda en brazoa de la obediencia, como de
una madre amoroslsims. Solia decir que nada so habia de hacer sin
guflo de loB auperiores, 6 contra la voluntad de quien era daeiio de la-
Buya, y que por todo cusnto hay en el mundo no aventuraria dartoa el
mas minimo peaar, 6 haceriee Fa menor fallB. Traido al colegio ya ft
loe 76 anas de su edad, ;cod cuania edificacion y rcspeto no ae ofan los
golpes de ea diaciplina! jy qu6 I&grimnB db devocion y de ternura no
aacaba A vecea & loa padrea de aquel colegio ver al bendito anciano ar-
raatrarae por el suelo ya sin fuerzaa para beaar loa pi^ i la comunidad
en refectoHo tres diaa k la semana, deapuee d« haber dicho sua faltaa!
£n eatoa santoa ejercicioa, no solo prevenida, pero con rivaa aosias
deaeadai llegd la bom de su deacanso li laa nueve de la nocbe del dia
32 de febrero. Al dia aiguiento de an entierro ae moain) bien e] alto
concepto que lodos tenian de au virtud. Loa curas y preladoa Uevanm
Bobre aua hombroa el cad&ver. Todoa quarian tener parte en am po-
brea alhajas y no peligraron poco loa vestidoa, que no Ilerd enteroe al
■eputcro.
Soeeaoa de £>■ '^ provlacia de Taranmarea, deapuea de la retiradii al Pamil dd
Tumnnura. gobeitiador D. Diego Fajardo, todo caminaba con proaperidad a la paz.
£1 capitan Juan de Barrasat eon un ingenio no mtinoa vivo que el del
gobernodor, y ayudado de la larga espetiencia y terror de an nombre en-
tre los indios, tiacieado grande eatrego en aua tierras y nncherias, y
tam^ndulos en una continua fatiga ain precipitaHoe haata la deaeapera-
cioD, que suele hacer maa que el valor y la induatria, conaiguid que los
alzadoa en pequenaa cuadrillas fiieaen viniendo i rendirsele. Algunos
da eatos ae enviaron por diputadoa ft loa demas para bacerlea conocer
laa intenciones del gobemador, y que aatiafecho con las muertea de loa
piincipalea agresoTea (que loa mat habian fallecido en el penol) ofre-
ciala paz al reato de la nacion, como voUiesen & poblar en sua anliguos
pueatos. y ae aujetaaen A la obediencia del rey nueatro senor y & la
ioitiuccion de los miaioneros. Eala embajada tuvo todo cl efecto quo
ae podia deaear. Los rebeldea que habian quedado en esloa montes
viniuron de tropol A preaentarse i, loa realea, fueran conducidoa al vn-
lla de nipigochit y a« disroa mticha priaa en reslablecer aus caaaa y la
^- —f .^^ ^ ,, — ^^ ..11,. r II I. I . I. . I .. I ... » I I ■ •■ y ^i & v . .
— 383 —
Uel padre que habia de venir i. doctrinarlos. Con indicios al parecer
tan nada equivocos de una sincera resoluciony'cuasi juntamente con la
noticia de la muerte del padre Cornelio Bendin, lleg6 & Mexico la no-
ticia de la paz y reduccion de los taraumares alzados. La muerte del
padre Bendin en vez de enfriar 6 acobardar los ^nimos, infundi6 & rou-
chos un nuevo alicnlo y fervor para dcdicarse & la conversion de loa
infieles. Se distinguib mucho entre lodos el padre Antonio Jacome
Basile, napolitano de nacion. Resistian los superiores privar & M6xi«
CO de un sugeto utiliaimo por su pericia en la lengua mexicana, y por
el extraordinario fervor con que se habia dedicado al cultivo espiritual
de los indies, ministerio importantlsimo, y que se ha mirado siempre
eon la mayor Jitencion en nuestra provincia; sin embargo, persuadidos
de sus repetidas suplicas hechas, segun toda apariencia, bo sin particu-
lar inspiracion de Dios, hubieron de condescender y enviarlo & ocupar
la mision del padre Cornelio. Parti6 efectivamente, y luego comenz6
& trabajar con un tenor de vida apost6lica que causaba admiracion. Ad-
ministraba & un tiempo & los espaiioles de la villa de Aguilar y & los
indios de Papigochi. Sp celo parecia roultiplicarlo conforme d las ne-
cesidades de la grey que se le habia encomendado. La educacion de
los niiios, el catecismo e instruccion de los adultos, la reduccion de los
salvages disperses, la asistencia de los enfermos, el bautismo de los
pdrvulos, el adorno y decencia de las iglesias, y la administracion de •
los demas Sacramentos, eran una tropa de cuidados que hubieran ago-
vlado i. un espiritu m^nos gigante, y & los cuales satisfacia con mara-
villosa exactitud, de que muy breve pasd, como veremos, d gozar el
premio.
La mision de S. Ignacio de los Nebomes, perdi6 este ano en el pa- Muerte del
dre Diego Yandercippe un obrero apostdlico que porcuasi treintaafios ?*^ a!!?*
habia cuitivado aquellas regiones con admirable paciencia y sencillez ppe.
de costumbres. £1 Senor, que queria servirse de ^1 para el bicn de
innumerables almas, no permitid que muriese & roanos de los b&rbaros
que por varias ocasiones intentaron quitarle la vida d los principios de
su establecimiento en el pais. En una de estas ocasiones Hegaron
efectivamente & herirlo con una saeta en el lado izquicrdo del pecho.
Si no tuvo la gloria de dar la vida por Jesucristo, fortuna que envidi6
por todo el resto dc su vidu, tuvo d lo m^nos el s6lido consuelo de ha-
berse cspuesto repetidas ocasiones d los mismos peligros por la salud
de sus pr6jimos, de haber rcgado con su sangre aquel terrene para que
—384 —
llevara despuc» mas sozonados fiutos, y de haber conservado en fafaG-*
rida del pecho una foente inagotable de Uagas y de doftonse qno le die-
ron mucho que ofreeer & bu Magestad todo el resto do sus dias, hasta
que ^ lo8 principioa de cste aiio pas6 a doscansar el dia 16 de eaero*
M^^]^ d 1 ^^^ ^^^^ ^^^ siguiente auo de 1666 [ms6 i mejor vida el padre Ni-
padre NicoUt ool&a Estrada, rector que actualmente era del cologio del Espiritu San*
tOy varon de estremada pobreza, constante mortificacion y huinildad
profunda, por cuyo medio, scgun el juicio de sus confesores, consar*
v6 hasta la muerte la preciosa joya de la virgincdad* Fu6 may dado
al santo ejercicio de la presencia de Dios y continua oracioD, de don-
de debi6 aquella admirable disorecion de espiritusy que lo hizo uno db
los mas ilustrados maestros de novicios que ha teaido la provinda en
los colegios do Tepotzotl&n y de Santa Ana do Mexico, en que por
mucho tiempo lo ocup6 la obcdieucia con emploo tan importaote. Fu6
aingularmente devoto del gloriosisimo palriarca Sr. 8. Jos^, de quica
recibi6 muy distinguidos favores, y d cuya devocion parece haber dcja*
do vinculada la felicidad del insigne colegio del Espirita SaatOy en
que yace su cuerpo. Muri6 el 18 de febrero, visitado (aegun ac pudo»
inferir de sua palabraa) de au amantisimo abogado Sr. S. Jo86, & quien
en au tiltima enfermedad habta mandado pedir ft la eomunidad un no«
venario de miaas. Hixo el oficio en su ftmeral cl dean de aquells
• Santa Iglesia, y lo demaa el 6rdea de 8. Aguatio^ £o nuestro roe**
nol6giOf sin duda por equivoco se pone an muerte en «1 afio de 1642;
pero por la Tida del padre Pedro de Yefoaco eonata que vivia aun el
ano de 1648, y tenemoa mayor teatimonio en la carta, que segun 009 «-
tumbre de la Compaiiia, escribi6 d los superiores el padre Alonso Bo *
niiacio con fecha 8 de abril de 1652.
IHftroaeiM Entre tanto, en los doa tribunales mas respetablea de esta ctudadl^
to^^^lu *«^*>to en el del Exmo. Sr. viiey, como en di del cabildo aede vacsnte*
*<>*1^- ae trataba con bastante calor el negocio de las doctrinaa, que ealaban
4 cargo de loa regulaiea, y en quo no tenia aino una muy pequefia par-
te la Compnnia de Jeaus en el ourato de TepotxotUui. Habta venido
por loa afioa do 1651 o6dula de S. M. en que mandaba que todaa laar
religionea que tenian 4 an cargo algimoa pueblos de iadioat obsenraaea
todaa las regalias perteneeientoa al real patronato, que presentasen al
Sr. virey tree sugetos que hubiesen pasado por el oxdmen de sufioien-
aia y lei^gua, para que da ealoa ae nombrase uno quo hubiese do reci-
bir fopMMHimento la oan6nica indtitucion. Hemoe ya hablado en otia
' t \ l
■ LI ' J l' I JU. ■' ■ 1 '
III r- ~ "—- -i^J— »-
-^986 —
parte de la grande instancia con quo ol lUmo. y £xmo. Sr. D« Podro
Moya dc Contfems pretendi6 so cncargasc la Compaftia do la adim*
nifttraoion de Topotzotl&n, como ol padre vieitador Juan de la Plasa
y loe padrea generalee resisticron siempre & semejatite administracton;
y finalmente, como por informes del Exmo. Sr. D. Luis de Velasco ol
segundo, Tino S. M. en despaehar su real o6dula para que sc dicsfo d la
CompaJiia la parroquia de aquel pueblo, renioviendo de el a! Lie. D*
Bebaatian Gutierrez, de que hablamos por los anos de 1618. En vir*
tud de todo eflto, el padre provincial Andres de Rada respondi^ & la
notificacion que se le hizo de parte del M. L cabildo sede vacante, qua
dicho curato de TepotzotUn ae habia encargado k nuestra religion, no
en fuerza de algun 6rden general, ni por inopia desacerdotcsysioo por
una c6dula particular de S. M., removiendo de ella al Lie* Gutierrez
que actualmente lo poeeia; y por consiguiente, siendo de muy distinta na*
turaleza, no ae comprendia en la c6dilla de 1651, que hablaba solamente
en t6rmino6 generalee. Lo segundo: que la Compania no podia reaoL
verse & recibir colacion can6nica por scr contraria & sua constitucio*
nes y modo de proceder, habiendo dc ser loa dichos cures amovibles 4
arbitrio de los superiores. En consecuencia de esta rospuesta, prescn-
t6 el mismo padre provincial una pcticion al M. L cabildo, suplicdndo*
le sobresecr en la ejecucion de dicba real c^dula, obligdndose la Ck»ni*
pania d presentar uno 6 muchos sugetos k exdmen de suficiencia y len^
gua, y todo lo demas que no fiiese coatrario k su instituto, mi6ntras se
daba parte al real consejo, 6 mi6ntras se tomaba razon del modo coil
que esto so hacia on las doctdnas que estaban k cargo de su religioil
en los reinos del Peru, cuyas calidades y circunstancias mandaba £L
M. so guardasen en la Nueva-Espa^a, <;omo constaba por o6du*
las del ano de 1624 y 1687. Estas mismas razones represent6 tam-
bion el padre provincial al Exmo. Sr« conde de Alva, virey de cstosrtt-
nos. S. E. pas6 esta peticion al Dr. D. Pedro Melian, fiscal de la
Teal audiencia, el cual en su respuesta de 25 de agosto, habiendo dicho
quo no hallaba razon alguna para que no se comprondicso la Compo*
nia en dicba c6dula de 61, ailade: solo se pueden ofrecer k la delibcra-
cion de y. E* doe dudas. La primera: si por habcr dado S. M. por
ospecial merced esta doctiina 4 la Compania, ser4 necesario consultar
d S. M. dntes dc la ejecucion, para lo que so hizo y concedi6 con modo
tan especial por su real mano y voluntad, por ella misma se doshaga,
•^ se mande y declare lo mas conveniente 4 su servicio. Lo ^segimdo:
— 386 —
F:i por cstar mandado en cstas cedulaa se guarde en esta Nuova-Espa*
fia, lo mismo que se hace en el Peru, deberd V. E. conceder t^rmiiMf
competente en que se traiga testimonio dc lo que se practica en aquel
reino; y en lo uno y lo otro, proveerd V. E. lo que tenga por mas
conveniente & la observancia del real patronato, y conforme d la vo«
luutad de S. M.,que halldndose bien advertido y servido de la puntua-
lidad, caridad y buenos afectos con que e^sta religion se em plea en la
ensenanza y amparo de los indios, por diferentes cedulas tiene manda-
do k los Sres. vireyes procurcn que ella se quiera encargar de muchas
doctrinas.
El conde do Alva, sieinpre deseoso deacertar, se inclinb desde luego,
como en las mismas circunstancias lo habia practicado en el Peru el
conde de Salvatierra, k consultar & 8, M. y sobreseer en la cjecucion
de la real c^dula. Mi6ntras se tomaba esta resolucion de parte del
Exmo., Ileg6 noticia del gobernador y caciques de Tepotzotldn, como
el M. I. cabildo sede vacante habia nombrado por vicario del partido
de Tepotzotldn al Lie. Andr68 Perez de la Cimara en 22 de octubre, lo
que les movi6 & presentar 4 S. E. la peticion siguiente.
,yExmo, Sr. D. Juan Garcia y Mota, gobernador del pueblo do Te-
potzotldn, y los alcades, regidores 6 fiscales de republics, caciques j
principales de dicho pueblo, y sus sugetos, oonoo mas haya lugar, pare-
cemos ante V. E., y decimos: que k nuestra noticia es venido que ae
ha nombrado por vicario do nuestro pueblo al Lie. Andr6s Perez de la
C&mara para que nos administre; siendo asi que como es publico y no-
torio ha muchos anoa que somos administrados y lo fueron nuestros
padres por los religiosos de la Compania de Jesus, con todo amor, cui-
dado y vigilancia, y sin llevarnos derechos ningunos por bautismos, ca-
samientos, velaciones, ni entierros, ni m^nos por las fiestas que cele-
bramos en nuestros pueblos, asi las de obligacion, como las que tone-
mo8 por devocion, acudiendo & la administracion de los Sacramentos
con notablo cuidado, y teni^ndolo particular de la ensenanza de leer y
escribir y nun de estudios que dan 4 nuestros hijos, y procurando con
todas veras el amparo y buen tratamiento do los naturales. y el fomen-
to del culto divino, con el lucimiento que es notorio, sin que jamds nos
hayan obligado d dar pensiones algunas; dntes han tenido y tienen di-
chos religiosos particular cuidado de socorrcr nuestras necesidades, y
que persona alguna no nos molostc, dc que se ha recrecido el aumento
y cottservacion de los naturales, y vivir con notable quietud y consue-
f[* ^ — ■■!■■■ t . i ■ ■ »ii _ - ■»....« ■ ... ^ » i ,im *
— 387 —
)oy Ubres de todas cargas; y scr cierto quo si sa ianova con ponerles v»«
carlo, se seguirdn muchos inconvcnientes, como introducir [>aga en las
obvenciones y administracion, cosa que nunca ban obscrvado, y que los
naturales vi^ndose con nu^vas cargas y obh'gaciones, y que les falta
aquel alivio tan grande se huir&n y ausentardn, pues no es posible quer
dicho vicario baya de observar lo que dichos religiosos, y que uno sola
no puede acudir & admtnistrarlos, como siempro los ban estado conti-
nuamente asistiendo todos los que hay en dicho colegio, acudiendo §. la
administracion^ y que es cierto que en todas las festividades nunca ban
dado cera, ni otras cosaM, sine que siempre lo ban suplido los reltgiooos,
y dado k su costa los omamentos y el lucimiento con. que estfi la igle«
sia de nuestro pueblo, con cuyo alivio pagan con toda puntualidad sua
tributes, y han acudido d las obligaciones que tienen de ir al desague
y obra de el. Y hoy dichos naturales se hallan muy dcseonsolados con
la novcdad de ponerles vicario, y que por ser gente incapaz publican
que se ban de ir k otros pueblos, de que se seguird el menoscabo de los
reales tributes, y que saliendo de aqui podr&n ir & partes donde quizd
dejardn de oir misa y administrarse. Por todo lo cual se ba de servrr
V. £., como prlncipo tan cristfano,de mandar sobreseer el que dicho
vicario vaya a nuestro pueblo, supuesto que tenemos & los dichos reli«
giosos que nos admiaistran* Que si para elto es necesario, hablando
con el acatamiento y reverencia quo debemos, suplicamo9 del nombra-
miento hecho al dicho vicano. A V. £. suplicamos asf lo provea y
mande con justicta que pedimos y juramos h Dies y & una cruz en
nuestras almas este pedimento no ser do raalicia y en lo necesario,
&c. — D, Juan Garcia y Mola, gobernador^ — D. Pedro de Velasco.^^
D. Nicolds Vazquez, — D. Pedro Lopez.*^
£1 Sr. virey por decreto de 9 de noviembre mand6 pasar esta peli-
cion al fiscal de lo civil D. Pedro Melian, que di6 la respuesta siguien-
te: „E1 fiscal de S. M« habiendo visto este pedimento del gobemador
y principales de Tepotzotl&n y sus sugetos, dice: que es digno de aten-
cion y reparo de V. £• lo que representan estos indios, como no(orio9
los buenos efectos que de la administracion de la Compania de Jesus
les han resultado, y roconocen asi en su ensenanza y aprovochamicnto
en la doctrina cristiana, buenas costumbrcs y vida politica, como en su
conHervacion, alivio y descanso, y en las dcmas cosas y utilidades tcm-
porales que los aventajan y hacen senalados cntro los demas pueblos
de este arzobispado. Por lo cual, y lo que alegan sin perjuicio ni do-
— 388--
rogocion alguoa do lo dispuesta por el real palroBatOt y uluiaaoieni^
cjocutoriudo y proveido para au observaacia y ejecucioii que en eate
mismo nicgocio osta repreaentado y pedido por el fiscal, ea qua aa afir>
ma por parecer conveniento al servicio dc Dios y biea de Iob iodiofl^ y
por lo luucho que S. M. deaea que la Compnuia de JesuB ee emplea en
esta ocupacioD, mandando repetidamente en diiereBteB e^dulaa 4 laa
Sres, vireyes, procurea ae quiera ancargar de imiclMUi doetrioaB^ aion
do V. £• scrvidoi ae podr4 elegir uno de los medaaa ialea de alioni pwo*
puc^tos, que bob, ceosultar a S. IVL con la proporcioo de la Compaftiiai
para quo en caaa que no so eirva de adnutula» ae le rainaevA y qnilo
por su real maao.eata doctrina q«e inioediatftOflieBle se lo dii6 y e&cmr*
gu por oUa cuando la tcaian los clMgos, 6 aeaalar t^emiBO coopatoiu
ie para qoe ae traiga testimoDio del medo oon que en el Pervi ndiaiBiw
tra la CoDopauia las doctrinaa que de drden de S. M« tiena A aa cai^go
an aqoel reinoy para que con el miamo proceda ea eate, eotno lo tieiie
ofrecklo; mandando que en el iaierin de lo una ^ de lo otra, aapeaga
deade luego el exaraen y aprobactoai dd eidiBano en idioeaa y aafieiea.
eta los sugetos que hubieren de admiaialracv y que di6 el rakmo ecdtna.
cio litQcncia para hacerlo por i^l triiesnpo qae para ^ efecio del xmo 4
dei obro -coao |iiFec<iore 4 V. E« iMMUato. Con qua per abora, y mn
que sea vdsio conUavonir 4 lo dispuealo y oontaBido ea ka dadeaea de
S* M« en la bcevo 4ttaQiQB -de an coaaulta, ae oooaervari eata 4k>eMtmm
en cl bucn estado y ejeiaplar y loable forma de admiaistfaiekNi oB^|«e
ae lialla,,y ae cacusar^ k loa uidioa lea deaoenaueloa y danoa que pro-
poncn y reoelan, y aun lea iocenvemealea qae ae empiexan 4- eaperi-
mentar^ poea canotorb quo el veaeiaUa dean y oabtkb de eata Santa
Iglesia aede vacante ha nombrado for vicaoio para ella nk Lie. AsidrAa
Perez de la C4mara,.reDu>¥iendola del faiiido deOouiaacac, dende es
beneficiado pxqpietarie (cuyos indiea ban aeguido tKuHra 6i dtfeaeataa
pleitoa on cl Ju2^gado ecleaiaatioo y en eata read aiidieneia« aubre pe-
dirles racion y otraa coaaa, para cuyo efecto ae ban libvado algmaa
proyisioncs reales) y,8iezidQ eate beneiiciado de lengua otomit, ba puea-
to el cabildo en 6\ par vicario al Dr, Antunez, que no la sabe, renio-
vi^ndolo del de S. Mateo TexcaliacaCy donde eataba propietario. Ubo^
y otro sin intcrvencion ni sabiduria de Y. £. de que reaulta notablo
perjuicio al derecho del real patronato, a que no se dcbo dar li^ar. Y*
£. lo mandara asi u como maa convenga* Mexico 19 dc noviembra^-
do I6b^,—Dr. D. Pedro McUan.''
" .T ^
— 389 —
En virtud de esto dictdmeny ee resolvid sobrescer, tanto en la ejeca*
^ton de la real c6dula, como en el nombramiento del vicario, y estar &
la resolucion dd real conseje, k que se remitieron Ice autos.
Ni fu^ solo el curato y doctrina de Tepotzotl&n donde se inteDt6 intentoe del
esta mudanza. Dejamos ya escrito en otra parte como el lllmo, y obM?»deDu-
TSIlffO*
Rmo. Sr. D. Fr. Diego de £via y Vald^s, obispo de Nueva-Vizcaya,
creyendo poder contener por esto medio & los taraumares que carga«
ban 6 algunos misioneros de S. Francisco y de la Corapaiifa de los
motivos de su inquietud. £1 ilustrfsimo hizo por ent6nces un violento
despojo en el padre Juan de Zepeda, ministro del partido de Tizonazo;
pero habi6ndose confederado con el resto de los rebeldes los Indies de
cste pueblo, y no admitiendo despues de su reduccion el gobemador y
capitan general D. Luis de Yaldes el nombramiento que para el dicho
y otros curates pretendio hacer el ilustrisimo, bubo do coder por entdn-
ces al tiempo, y permitir que la Compania volvicse d la administracion
de aquel pueblo. Desde que entr6 en el gobierno de aquellas provin-
cias D. Diego Guajardo, vo1vi6 el Sr. obispo & sus antiguas pretensio*
nes. Este caballero, aunque bastantemento afecto d la Corapaiiia, y
l>ersuadido dc la inocencia y ejemplar conducta de nuestros misione-
ros; sin embargo, despues de larga rosistencia, bubo de ceder al temor
de las censuras y entredicho con que le amenazaba el ilustrisimo, y ad-
initir la n6mina que le proponia en cl6rigos para los dos pueblos de las
Bocas y el Tizonazo. El padre Jos6 Pascual, superior do aquellas
misiones, no tuvo mas recurso que el de la real audiencia de Gua-
•dalajara, en que se prcsent6 en grado de apelacion, nulidad y agra-
vio contra el dicho gobemador y Sr. obispo, para quien se despachd
primera y segunda carta de ruego y encargo, del tenor siguicnte:
„D. Felipe por la gracia, &c. Reverendo en Cristo padre D. Die-
go do Evia y Vald^s, de mi consejo, obispo de la Nueva-Vizcaya, 6 d
vucstro provisor y vicario general, u otro cualquiera juez eclesidstico
quo vuestras voces y facultades tenga y conozca, 6 pucda conocer de
la causa que de suso se hard moncion. Bien sabeis como por mi pro-
sidente y oidores de la mi audiencia, corte y chancillcria real que resi-
Oc en la ciudad de Guadalajara do mi Nueva-Galicia, so despach6 mi
carta y real provision, firmada de los dichos mi presidentc y oidores,
tjcllada con mi real sello, y refrendada del iDfrascrislo secret urio de pe-
dimcnto del padre Jose Pascual, rector de las misiones do Tarauma-
<i*es, y en nombre de los demas misioneros de las Bocas y Tizonazo,
TOM. II. 60
— 390 —
por haborse presentado ante mi en grade de apelacion, nulldaid y a^*
vie de los antes proveidos per D. Diege Guajarde Fajardo, gobema*
dor y capitan general de este reino de la Yizcaya en haber admitido la
n6mina, feeha per vos el reverendo obispo en cl6rigo8 para dichas mi-
siones, siendo asi que como constabatde mi real c^dula, que presents
con el juramento en derecho necesario del aiio de 1640, tenia ordena-
do y mandado se me informase en esta razon, &c. &c. &c.: y siendo
llano que per el informe del padre Pedro de Velasco, provincial qne
fu6 de la Compcmia de Jesus, estaba el negocia pendiente en mi real
consejo de Indias, y que mis reales c^dulas de 44, 47 y 50, no babla*
ban en esto caso, y vos el reverendo obispo qucri&des, se ajustasen al
caso presente, presentando d ellas clerigos, mayormente cuando ni en
la relacion ni decision de ellas mencionaba las doctrinas dc los taraa-
mares, Tizonazo y Bocas, en cuya posesion se ballaba la Coinpama;
porque como quiera que el fundamento que pudi6rades tener vos el re-
verendo obispo, era la ejecutoria ganada en esta mi audiencia en con-
tradictorio juicio con los religiosos de S. Francisco, esta no habia sido
con la de la Compania; de raanera, que nunca cay6 mi voluntad sobre
ella, pues no se comprende en mis reales c6dulas mencionadas, porque
fiiltando el fin con que se ganaron, no se ajustaba la decision al caso
presente, mayormente cuando esto babia sido artlculo de remocion, pues
primero ba de ser oida la Compania que ser despojada, guardando en
todo caso que sea comprendida en mis reales cedulas la forma en ellas
contenida; como porque asimismo por mi real c6du1a de 47 estaban
manutenidos en la posesion en que se hallaban, interin que mediante
los informes por mi se determina otra cosa. Y porque el dicbo gober-
nador de temor de las censuras que le habeis puesto, procederia k pro-
veer las dicbas misiones sin oir 4 los dichos misioneros, y justaroente
se temian que hoy estarian despojados, y porque este negocio so debia
tratar en la dicha mi audiencia por ser declaracion de mis reales c6du.
las tocantes 4 mi real patronato, sin que bastasen las alegaciones, re-
querimientos y protestas bechas por los dichos misioneros imponien-
doles gravisimas censuras, como todo const6 del testimonio que pre-
8ent6. Y me pidi6 y sup]ic6, que habi^ndole por presentado se despa-
chase mi carta y real provision compulsoria, para que dicho mi gober-
nador remiticse los autos y citatoria 4 las partes, y que en el interin no
innovase, y pof otro si dijo, que respccto de ser esta materia tocante al
cumplimicnto de mis reales c6dulas, y obraso ante vos el reverendo
T 1 -* -- ■ « ■^. - fc.«
t>bispo y gobarnador; que asimismo se le dospachase de ruego y en-
cargo, para que vos el reverendo obispo remitiis ]os autos; y por la
distancia grando y temerse los dichos misionoros, que por los acelera«
dos proccdimieDtos los habeis dc dospojar sin oirlos, suplic&ronme Ics
despachosa primera, segunda y tercera carta, pues era justicia. Y por
los dicbos mi presidente y oidorcs se orden6 se despacbase mi carta y
real provision compulse ria, para que dicbo mi gobernador enviase los
autos precisamento 4 la dicha mi audiencia, y en el interin no innova-
se, y citatoria para lasj partes y para la ejecucton, por lo que os toca
& vos el reverendo obispo, se despacbase primera y segunda carta de
ruego y encargo, su fecha en 7 de este presente mes y ano. Y porque
si babi6ndose notificado y prescntado la dicba mi primera carta, en que
OS ruego y encargo dejeis que libremeate cl dicbo mi gobernador rcmi-
ta los autos de la dicba causa, y que sobre la ejecucion de ello no pro-
cedais contra el susodicbo d censuras ni entredicbos, y si alguno bu*
bi^redeis puesto, lo alceis y quiteis, absolviendo 4 los excomulgados 11a.
namente en el interin que los autos del dicbo mi gobernador se traigan
4 la dicha mi audiencia, y en ella ven y doterminan, por tener-
le mandado que no innove. Y por lo que os toca, remitais lovau-
tos oclestdsticos que bubieredeis fecbo en esta raftoD i la dicba mi au-
di encia con persona segura dentro de dos meses, para que en ella se
vean, como mas largamente consta de la dicha mi primera carta, y pa-
ra -que se guarde y cumpla enteramente y no lo bubieredeis fecbo y
ejecutado en virtud de lo decretado por la dicba mi audiencia, los dt*
cbos mi presidente y oidores, acordaron: que debian mandar dar esta
mi segunda carta on la dicba razon» y yo tuvelo por bien; por lo cual
05 ruego y encargo que luego que os sea notificada por parte de los di-
cbos religiosos mtsioneros de la Compafila de J^sus la veal?, y la dicba
mi primera carta de suso declarada, la cual guardad, cumpiid y ejecu-
tad, segun y como en ella se contiene, como si aqui fuese inserta ^ in^-
corporada, y contra su tenor y forma no vais, ni paseis, ni coneintais
se vaya ni pase en manera alguna, 86 pena de la mi merced y de dos-
cientos pesos para mi c6mara, y de que sereisbabido por ageno de mis
reinos y senorios, y do que perdereis la naturaleza y temporalidades
que en ellos babeis y teneis. Dada en la ciudad de Guadalajara 6 7
dias del mes do fobrero de 1652.—* Zitc. D, Pedro Fernandez de Baexa*
— D r. Torres. — Lie. D. Francisco de Bmreda^ — Lie. D, Juan de
Contreras y Gamica. — Refrendada. — Diego Perez de Bioera^ escriba-
no del roy nuestro aenor, y mayor de cimara y gobernacion."
— 392 —
Remitidos los autos on fuorza do csla real i^irovisioDt lo audiencia iir-
form6 d S. M. y sc restituycron d la Compania las dos inisiones. Y
verdadcrnmente, ni el estado dc aquella criBtiandad rccien nacida y
mal sogura aun en la fc y en la sujocion 4 los rcyes cat6lico8, ni el
grando cmpcno con que trabajalKi en aquella vina la Compania de Je«
8US, merecian 6 podian permitirla menor novedad en la administracion.
Ii<>s taraumares mal avenidos con la vecindad y gobierno de los espa-
noles, no sin didcultad habian dejado las armas^ y la tranquilidad de
que actualmente gozaba la provincia, no dejaba dc parecer sospcchosa.
La Compania de Jesus acababa de regar aquel terreno con la sangre de
uno de sus hijos, y apenas se habia cnjugado, cuando otro le habia sue*-
ccdido con valors entrdndoso por los mismos peligros, y sacrificundose
(l la paz de la provincia y d la conversion do sus naturales en el vallo
do Papigochi. Era este cl fervoroso padre Antonio Jacoroe BasUe^
de cuyo celo y actividad 9c podian promoter deadc loego ios matt fell*
ces sucesos en la propagacion del Evangel io y vida polLtioa do los ta-
raumares; pero la llama del pasado alzamiento seiiabia sofocado .muy
repentinamcnte para quo no quedasen algunas ooultas ccntellas en: la«
oenisas aun calientes. Efcctivamente, se conoci6 bien presto qu9 la
aparente quietud de aquollos indios^ no era sino una treguamientrasse
armaban y disponian mejor para la ruina total de aquolla poblacion*
TeporacOf aquel indio ladino de que antecedentemoato hemtis hablado,
no perdia ocaaion de inoitar algunos mal satisfechos de los espailolesy y
con la persaasiya natural de que era singularmente dotodo, junto con
los cr6dito8 de su valor y conducta de que habia dado pruebas no tuI -
gares en la antecedente rebel ioo, engrosaba cada dia con nuevos con*
jurados el partido de que se habia hecho gefe^ Mancjaba cstas nego-
ciacioncs con tantaaatucia y silencio» que la primera noticia quo to.
vieron do ellas los espanoles, fue el dia 2 de marzo* en que amanecie-
ron sobre la villa de Aguilat. Su multitud y sus armcia no dejaron dudar
al capitan de sus mialas intencionea; sin embargo, para, asegvirarse en*
vi6 algunos aoldados d que se informaran de sus pretonsiones,- y . les
asegurasen de la buena voluntad del gobemadory suya^ on cuanto pu«>
di^sd ofrecorselcs. Nodieron lugar k unas propoaiciones tan ruciona-
lesf pcrrqtK luegio tpio esiuvieron k tiro, dcacargd sobro elloa una nube
de Bechas. ' Los espaiu^ea correspondicron con sus fusiles, y .avisando
«il ntidb 4 Io&deinas,'<6ovourrieron todos los vecinos do la viUsi qi^e dos.
tiivieion con valor y muerto doinuchos indios el ataque por maado tre!(
-^893 —
horas. Al cabo de este liempo so vino d conocer la astucia de Tepo-
raca, que habia sabido llevar 4 perfeccion sua dcsignios muy d costa de
los vecinos. El astuto capital), scgun so conocid despues, no pen86
on asaltar la villa aqucl dia. La gente con quo habia acordonado la
villa solo le sinid para divcrtir las fucrzas del enemigo y erapenar a
los espauoles en la defensa do sus casas, mi6ntras que otros sin rcsis-
tencia alguna talaban los seiubradosy y sc opoderaban de mulas, caba-
llos y todo gdnero de ganados, que en gran multitud condujeron a los
.monies para perpeluar la guerra. Con esto se con^entaron aquel dia,
y dejando alganos Boldados heridos y 4 los demas desprovcidos de todo
humane aocorro, ho retiraron ddisponerse para mas| sangrientas opera-
ciones al dia.siguiente.
£1 padre Antonio Jacome se hallaba en la actualidad en el pueblo
de Temoaichic, cuando le Uegaron estas tristos noticiaa, y dcsdo luego
resolvid ponei-se en camino para Papigochi. Los. indioa de Tcmoai*
chic, que como los do S. PaUo y. S« Felipe, no tenian partoen la re-
belion, le rogaban con. Idgrimas que no fuese 4 moiir 4 manos de sus
^nemigos: que ellos loBacarian sobre sus hombros.y lo pondrian en lu-
gar seguro. Decianle que noxreyese le luibian ck pecdoaar loarebel-
deSf pucs era el principal objeto de su c6lera. JKada bast6 4 detoner
al hombre ^ Dies. Respoudia que desde que/€n(r6 4 la Taraumara la
hf|ll6'jregada oon la sangre frosca aun do su anleceectr el padre Corne-
lio'^J&eedin: que jacoas habia peasado ni-envidiado t^er otra suerte:
que lofi espauoles do la villa eran tambien ovejaa suyas y no podia fal-
tarles en una ocasion tan erilica, sin xx)ntravenir 4 las obligaciones dc
buen.pastor,^ y que se (endria por dichosisimo de dar la vida en este
oficio do oaridad. EfectivaroeiUey partio 4 Papigochi dejando escrita
una carta! para cl padre VigilioMaez, quelerhabia enviado un indio
de Satovo, su rcaidencia* Los alzados para no darlugar 4i]ue vinieso
4 los de la villa algun spcorro, determinaron asaltarla aquella misma
Qoohe.. La multitud de los enemigos y la mucha distancia delo»lu-
.gares do ^espanoles no daba 4 losvecinoa lugav para la Aiga. Asino
.pMisar<»)( mas que en disponerse para resistir al enemigo y para morir
crtstianamente. La mayor parte de la noche gasfdel padro en oir
confesiones y cxhortarlos con fervorosoii actos, persuadidoU todos 4
•que era llegada la horn del Senon Despues de esto, se: r^r6 4 la igle-
sia acompanado de un indio iidelisimo, doude con krga oracion se pre-
venia para ofrcoer 4 Dios el flocrificio^su vida: la demaa gente se ha-
^394 —
bia rufugiado & las c&aaa del capitaB, que enui las mu fuertes del !«•
g«r. A poco imui de la metiiii noche se comieiiza 4 oir de todaa par-
te8 el alarido de tos b)4rfaaros: acometen en furia i ha caaas: barrenan la«
paredee con duroa ehtizos, de que se sirven para sos labranzas: prea-
den tliego por las hendiduras, y arrimados a laa nuamas paredes ae po-
uca a cubierto de loe fiisiles. Los clamores de loe nincw y mogeres,
adadian nueva coafuston 4 loa sitiados. Finalmeate, el hamo y las
llanius lea oblignn 4 salir y vender caiaa sos vidas. £1 capitan y loa
ttoldndoa fueron de los prioieros que cajeron atravesados de nrachas
fiechas. No taxdaroa los demas eo soguirlos. El padre, cod ai fiel
cooipaoeroy conociendo por la algazara de los indios el peHgro de loa
suyoSf salio animosamente de la iglesia d presentarse 4 los apostitas j
reprenderles su fiereza^ aunque con palabras may dekres y amorosaa.
La respuesta fueroD mucbus fiechiis, 4 cuyos golpes car^ primero d
indio y lucgo el padre.
Muerte del SacriBcadas estas vlctimas 3ra al araanecer, dieron sofars todo cl res-
do de 1652. ^^ ^^^ lugar. quemaron las casas y la iglesia y !!e rqnrtieron por las
diiercntes poUacioncs, lleyindolo todo 4 fbego y saogre. * Al padre
Antonio Jacome, que atraTesado de muclias flcchas, habioir dejado -por
muerto, reconoci^ndelo tito aun eon el dia lo acabaron 4 golpoa de
macanasy y hiego lo aborearon 4 an braxo de la cruz, qae segun coatum -
bre, se babia plantado en el cementerio. Quiso Kos mostrar cu4n
agradaUe le babia sido el sacrificio de so Tida eoe una defbostracion,
de que fueron testigos oculares, y qus deposieron despoes sos mismos
bdrbaros matadores, y fu^ que al espirar babiaa Tisto salir de sii boea
un nino muy bennoso, lo qae eeplicaban en su idioma« diciendo qoe el
padre habia parido al moiir. Asi k> depusieron eeis testigos en laa in.
fomiaciones bechas con autoridad del ordinario en el Parrel y Duran-
go, y entre ellos cl Lie. D. Juan Telle Rosso, cura de Atotoniloo,
que di6 sepultura al cad4ver. £1 R. P. Fr. Hernando de Urbaneja,
del 6rden de S. Francisco, ministro de Santiago Babono3rala, que lo
prcgunt6 personalmente 4 tres caciques, dos taraumares y un tepe-
buan, que se ballaron entre los rebeldes 4 la rouerte de dicbo misione-
ro. £1 capitan D. Juan de £cbavarria, qae fu6 enviado por el gober-
.nador 4 la averiguacion de lo acaecido en la villa, y el mismo gober-
nador y capitan general de Noeva-Yizcaya, D. Diego Guajardo Fa-
jardo. Algunas otras particularidadcs tendr4n noejor lugar en olra
parte. Aquf baste para su elogio el g4ncro de muerte con que glori-
fied a] Sefior el dia 3 de marzo de 1652.
—395—
No satisfecha aun con tanta sangre la crueldad de Teporaca y sua Hostilidadov
de losbarlNu
tiliados, se dejaron cacr con furia sobre muchos pueblos de los religiosos
franc iscanos y de la Compania, buscando como Icones hambrientos &
los misioneros. La providencia del gobernador y de los superiorcs Iob
babia becbo retirarse 4 lugares mas seguros. No hallandolos» desfb-
garon su c6lera los bdrbaros en las iglesias: quemaron las de Santiago,
Santa Isabel, S. Andres, S. Bernab^, S. Gregorio Ti^guna, S. Diego
Guachinipa, S. Bernardino de los religiosos de S. Francisco, y las d&
S. Lorenzo y S. Javier de Satevo, de la Compaiiia de Jesus. Hicieron
grandes esfuerzos para atraer 4 su bando & los taraumares de S. Ger6«
nimo Huexotitldn y S* Felipe, amenazdndolos con la desolacion y con
la muerte, si no se la daban 4 los padres misioneros que se habian re-
cogido 4 sus pueblos, y aun por cinco voces (scgun se supo despues)
intentaron acometer entrambos lugares, desbaratando Dios siempre sus
medidas para que no se arrainase del todo aquella nucva cristiandad.
Al gobernador del Parral, que era el unico que podia poner freno con las
fuerzas que tenia 4 su cargo 4 las correrias do los alzados, le lleg6 por
este mismo tiempo 6rden preciso de Durango dc entrar con todos los pre-
sidarios e indios amigos que pudiese juntar al castigo de los tobosos, na«
cion fiera 6 insolente, principio y nervio de todas las revoluciones qno
en tantos anos habian turbado la tranquilidad de la provincia. EI pa-
dre Jos6 Pascual, superior de aquellas misiones, noticioso de esta es-
pedicion, represent6 al gobernador que en las circunstancias presentes
los taraumar^ alzados, eran unos enemigos mas temibles que los tobo-
sos mismos: que sacar los presidarios todos y tanto numero de indios
amigos, era dejar sin resguardo ni defeusa alguna aquellas fronteras,
espuestas las estancias de los espaTioIes, sus reales, las iglesias, loa
pueblos y la vida de los ministros al furor de los foragidos; 6 seria me-
nester retirar 4 los padres, sin cuya asistencia los indios que permane*
cian fieles 4 Dios y al rey, no dejarian de Ceder 4 las instancias y ven-
tajosas condiciones con que les lisongeaban los alzados. £n fuerza
de esta representacion se di6 6rden 4 D. Juan Fernandez de Carrion,
teniente do gobernador y capitan gcDeral para quo atendiese 4 la de*
fensa y conservacion de aquellos pueblos. El suceso comprob6 dc-
masiadamente presto las prudentes sospechas del padre Pascual. Los
rebeldes, sabida la marcba del gobernador 4 las tierras de los tobosos,
creyeron poder desolar impunemento la ticrra y acabar con todos lo»
(»3pai^oles y ministros del pais; y on efecto, lo hubieran ejecutado si la
108.
— 396—
increibio vclocidad dol gobomador no hubiete oortado 4 ti0«^)o.«uf
medidas.
HalldbttiMe juntos loi alzados en nuniero de mum de dos mil en Its
ranGhcriaa del cacique D. Pabb, como A doce legnas de S. fWpe.
No eaperaban pkm arrojarso sobra eete lag/ajt sino al caoicpie. Tqxini.
ca, por Guyo 6rdcn habian venido alll donde ^1 debia juntArselea may en
breve. Pero eita union, que debia eer la ruina de todo 4iqtiel reinOv
deabarato el Senor dando al gobernador una victoria tan brere y tan
complc'ta flobre los toboaoe en el penol de Nonolab, que sin tener ya
mas que hacer contra aquellos b&rbaros» volvi6 las annas contra el p^*
fide Teporaca, entr&ndose improvisamcnte por sua tierras. No falt6
Tcporaca & s! mismo ni k los suyos en una ocasion tan erf tics. I>ea>
pach6 luego 6rdcn 4 los que estaban cerca de S« Felipe quo obmsen
]>or si mismos sin esperarlo, y que so previniesen para resistir & todas
las ftierzas del gobernador, que muy presto tendrian sobre los bra ace.
£1, cntre tanto, acampando siempre en petioles y lugares escarpados, con
un grande conocimicnto de todos los puestos ventajososr ekidi6 los- co-
natos dol gobernador, que desesperado de podeiio haber 4 las manos^
tom6 la resolucion de atacar el trozo mayor de Taranmares cercanoi
Chihuahua, donde tenia mas prontos los socorros, y en que los enemt«
gos por falta de su capitan no tendrian las mismas ventaias. Sin em-
bargo, cncontr6 mayor resistencia do la que imaginaba, Los in<iioo se
defendieron con tanto valor y con tanta regularidad, que no solo no se
consiguid sobro ellos alguna victoria considerable, pero en des oeesio*
nes se hallaron en bastante aprieto nuestras gentes. La una fu4 en
las rancherias de Tomochie, en que cineuenta cspailoles y dobic n%1-
mero de indios aliados pensando sobrecoger 4 los enemigos, oyenm re«
pentinamente por la frente y 4 sun costados el alarido de los b4rbaros*
Reconoci6 el capitan espaiiol por esta sens no m4noe la vigilancia que
la fuerza y ardor con que lo esperaban; y temiendo ser envuelto dol
mayor nfimero, retrocedi6 4 desembarazarse de una angostura por don*
de habia entrado, y en que podia sin defense alguna recibir mncbo
dailo. Quiso Dies cegar los ojos 4 los rebeldes para que no supienn
aprovecharse de tan ventajoso puesto, si6ndo1es mucho mas f4cil haber
tornado las alturas, que seguirlos por las canadas. Habian ya salido
de aquel mal paso nuestras gentes, cuando las alcanzaron los alzados
y comonzaron 4 flecharlas. Era muy inferior el numero para qucrur
hecerles (rente; osi, sin dojar la marcha so los procuraba tenor 16jos
— 397 —
con algunais descargas, que por su confusion y desnudez jam^s so ha-
cian sin algun cstrago. Asi se marched dosdias en un coijftlnuo movi-
niiento. A la punta del tercero se reconoci6 accrcarse los enemigos
con mucha mas confianza y mejor 6rdcn. Los conducia un indio de
buen talle, que con el alarido y con las acciones animaba a los suyos
marchando con pado acelbrado'dcia las filas de los espanoles, como
quien pretendia Ilegar d las manos y romperlas. Era este un atrevi*
miento que jam&s habian tenido foff indios,'y que ejecutado con prcn-
titnd yc6<i drte, hubiera sidb hi roina de nuestra peqiiena tropa« En
esta atencion« uno de Tos'soldados, sin esperar mas drdenj se avanzd
tambien icia el enemigo, hasta ponerse & tiro de fusily & cuyo goipe
did con el b6rbaro capitan en^ tierra. E^te suceso enfii6 mncho el ar-
dor de los apdstatas, que luego comenzaron & aflojar, y aquella nocfae
desaparecierbn, en ocasion en que' jra & los nuestiros les faltaban todas
provisioneerde guerra, y en que ii persoveraran, lubiian acabado coH
todbs;
Aun 1U6 rof^yor drdiuSb en el asaltbque* di6 el gobemador al peSol
de Pisachic con- mas onimosidad que pnidenciff. Guarentli y dos 00!-
dados salieroh beridos en esta accion sin habexs^ pbdidb ganar aqud
puesto; El gobemador, mortificado del'mal 6xit6 de su empress, se
acercd por si mismo & ndconocer el terreno y ver los lugarespor doade
geometer el dia siguientiB, en que jur6 babia de ser el primero que mar-
cbase. Quiso Dies escusarfe esta pena y librarfe de la muerte, que ve-
rosiinilmente no bubiera evitado en el ataque. Mandaba & los rebel-
des del peSoI un cacique bastantemente racionaf, y que en otro tiempo
babia sidb muy estimado del gobemador. Las persuaciones y ejemplo
de sus parienteff l6 habian empeiiada contra su voluntad en elpartido
de lbs rebeldes; y selitia v^ al gobemadbir empefiado en una acdon db
que no pbdla'salif con cr6dita. La amistady el'reconocimiento pude
mas en su corazon que la aficion ft' los suyos, yasf, con preteisitd deno
poderse jb, mantener en aquel sitib,' fingiendb el temor que no tenia, hi.v
20 reti^f de atlf i sus gentie^ en aquella nfisma* nocbe dejandb lU>re el
^campo ft ToB espafibles. Tal'era la triste situacion de nuestro ej^insi-
to; sin embai^,' ho era tan adireiisa la suerte & otro destacamento que
mandaba el capitan Cristobal' de Narared. Segufalo una gran paiie
de lbs tarauiharea fieles que poco dhtes' habian* venido i incorporarse
•^con d'caMpd del gobemador. El prudente capitan supo valerse de
todft In oportunidflid que le oftedan eetoi indios para examinar el ter-
TOMO lU 61
Jimmmm
— 398 —
reno, para seguir las huellas del enemigo, para inquirir bus resolucio*
nesy y luego tambien para convidarlos con la paz. Entreotros meno-
res cDCuentros en que llev6 siempre lo mejor, logr6 tambien la fortuaa
de encontrarse con el trozo mayor do los alzados on parte donde les
fu6 imposible dejar de venir d las manos, Los envolvi6 y los derrot6
con muerte de muchos de los suyos y los mas valerosos. Tom6 un
gran nCimero de prisioneros^ y si no hubieraqueridoperdonar&lanisti-
cidad de aquella pobre gente, pudiera baber acabado con todos en una
sola accion. De los prisioneros enyi6 una gran porcion al gobernador,
y los demas envid libres 4 diferentes partes para que convidasen con la
paz 4 sus companeros. Como siempre inspiran mas docilidad las des*
gracias, las proposiqiones de paz de boca de un vencedor, se hicieron
oif con agrado de los gefes do los alzados. Volvieron los enviados con
respuestas muy favorables, y fueron admitidos 4 la pa2:, con la condi-
cion de que hubiesen de entregar al cacique Teporaca, autor de tantos
daiios. Este infeliz, bati^ndose desesperadamente y abandonado de
los suyos, tardd poco en caer en manos del gobemador, que lo senten-
oii6 luego 4 muerte. Ni las piadosas exhortaciones del sacerdote que
,«egma el campo, ni d^ los espafioles, ni de sus mismos amigos y' pa-
rientes pudieron persuadirle 4 que se confesase y arrepintiese de su
.apostasia. As!, vomitando injurias contra los espanoles y contra la
qobardia de los suyos que se babian entregado, fu4 colgado de un 4rboI.
Su cad4ver qued6 hecbo un erizo do las muchas flechas con que lo
atravezaron sus naturales mismos, indignados de su obstinacion. El
padre Vigilio Maez se restituyd prontamente 4 su mision de Satevo: el
padre 6er6nimo de Figueroa 4 la de S. Pablo: en la de S. Ger6nimo
qued6 el padre Gabriel del Villar; y en la de S. Miguel el padre Ro-
drigo del Castillo, que todos t^ivieron mucho que merecer para congre-
git su ganado disperso y volver 4 reedificar las casas 6 iglesias .que
los amotinados babian reducido 4 <^nizas.
s MS de ^^ ^^y ^^^^^^'^ naturaleza, aunque no m^nos provecbosos, eran
Parras. los Uabajos de los padres Gaspar de Contreras y Luis Gomez en la
mision de Parras. Estos fervorosos operarios no contentos con el fru-
to que 4 manos Uenas babian cogido en sus pueblos con la publicacion
dpi Jubileo de las misiones con pr^vio benepl4cito y aun con singular
agradecimiento del Lie. Francisco de la Cruz,cura y vicario delSal-
tillo, se determinaron 4 hacer lo mismo en esta villa y en el vecino pue-
blo que llfiman de Tlaxcala y estaba 4 cargo de los religiosos de S.
n 1 1 V « 1
— 399 —
Francisco. £n una y otra parte, segun la relacion que diclio ciirafre-
initi6 al Sr. obispo de Guadalajara, pasaron de mil quinientas htf per-
sonas que se purificaron por medio de los santos aacramentoat y '4ha.
bnr podido condeecender con las piadosas inatancias de los lugares ve.
cinos, no hubieran vuelto en un ano los padrea & susreapectivaff mt.
aiones. Se aingulariz6 mucho, tanto en el fruto como en el recdnoci-
miento, la villa del Saltillo. Decian ptiblicamente los vecinos que <sran
muy dichoaos loa que lograban tener ^n sua tierras colegioa de Isi Com-
paiia, y aun para conseguirlo, llegaron & ofrecer d los padres una con-
aiderable hacienda para fundacion y sustento do algunos religiosos.
Los misioneros, agradeciendo su buena voluntad, lea dijeron que la
accptacion y licencia de nuevas iundaciones pendian de arbitrio del
padre general, y caigadbs de las bendiciones de tantas almas socorridas
dieron la vuelta & sua pueblos de la Laguna.
Estos deseos de fundacion, que en la villa del Saltillo habia excitado . Peticion del
ri buen olor de los operarios jesuitas, erati ya muy antiguos en Ciudad Q^ijj^dgf^
Real de la provincia de Chiapa. Dejamos ya escrito por los afios dc dacion.
1610 las instancias y ofertas que para este efecto habian hecho el lUmo.
Sr. D. Juan de Zapata y Sandoval, obispo de aqoella ciudad, y el con-
'de de la Gomera, presidente de laaudiencia de Guatemala, y luego por
'los afios de 1652 el Illmo. Sr. D. Bernardino de Salazar, & cuyos es-
- fuerzos llegaron & enviarse alii algunos sugetos, que despuiss de la
mnerte de aquel prelado hubieron de retirarse. Hall4base actual incn-
te en Ciudad Real de paso para Mexico el Sr. D. Antonio de Lara Mo-
grovejo, que de oidor decano de la audiencia real de Guatemala pasa-
ba 4 servir k S. M. en esta chancillena. Este prudente ministro, a
quien debio sierapre nuestra religion un singular aprecio, en el poco
liempo que alli se detuvo, encendio los 4nimos en deseo de tener un
colegio de la Compaiiia; tanto, que asisliendo su seiioria, se tuvo k
dias del mes de agosto un cabildo abierto, en que pfreciendo los rcgi-
dores y otros vecinos k su arbitrio, juntaron lacantidad de 6656 pesos.
AHadian 3060 pesos depositados en poder de' la misma ciudad para
dotacion de una cktedra de gramdtica, y otros 3000 pesos que el capi-
tan Gomez del Cdrpio Aragon^s habia dejado en testamento para
maestros que educasen la juventud; ocupaciones que teni^ndolas por
institute la Compaiiia, juzgaban poder y aun dcbcr aplicar & la funda-
cion de un colcgio las dichas cantidadci^, con que fucra de otros mcuo-
res ramos sc componia la suma de VZSoo pesos. Esta resolution co-
montcaroa Incigo d proninetal y cAOAo ^e vmswmtBt ifue la
eoq toda ¥(duntad« y aim promettecon pontriboir jde spiparte. El Lk.
D: AfttpniodeLaraa^eiicaifd de aeakNar«f oefoot9.eon«i fi^nf^
vineial dela Coiii[>aiUaf y encom^ ndame de ia<«rta4joe mmtfnkU h
«J0dad 00 Mtos t^rminofl: MSiempn ha recooocido. €sta cndad bi
laodiaa /comadidadaa que ae le aegDio^a cm la £uutacionde la
da y eadarecida CompaiHa de Jesnai «n cuya aaieteiicaay Jodbls.
plo S6 aaegnra el loayor loalre y eipleiidor de cndqaiera jDepii&fa!liea« y
la juTentttd no lolo ae ioatniye ^n aa ^ufiataoiif aiao qos taiahian-ae
{MTomiiavea al ajuite punUial de aua obligadonea* ModHada^ pnc8» y
eonferida tan grave materiat ee reflolWd eoBTOcar 4 todoa loa veeinoa k
cabildo abiertot como & cauaa p4blica, la cual fomentada e<m la aatoii-
dad y recto eelo de los superiorea que preaidieroo>8e junti la mmtidid
que parecerd por el instrumento que con eata ae remiie« aaegDrandoao
se perdonar^ diligeDcia en alentar 4 loa demaa de eata pnoviiicia y aof
confines* y 4 loa miDiatroa y ben^ciadoa de Soconuaco» para qua eaik
nno en cuanto pueda* spcorra y iacilite deaignio tan importante. De-
aeando ver lucidoa sua efectos, pide^ y mega 4 V. P* Bnia., aea aMiy
aervido de hacer la propuesta eon tan fervorosa piedad y rkveiM^ que
en la consulta se asegure el buen despacho, y en & la venida del pedre
Antonio Bivadeneira, sugeto de tanta religion y adeeuados lalentost que
eon elios y su apacible trato, tiene ganado el efecte de toda la proYia*
cia, la que con su asistencia ae promete feliz suceao. Diap^ngalo el
cielo y guarde 4 V. P. Rma. Ciudad Real y setiembre S.de 1652.—-
JO. Monsode Vargas Zapata y Guzman^ — D^PranHnco Toviiiadt
Velasco* — D. Juan de Salvqtierra. — D. Nicolas.de SoUrzano y TV*
jada- — D. Pedro Soldrzano* — D. Pedro Bermudo. — Lic^ D* Stbms*
tian del Carpio Aragonis. — Por mandado de sua mercedea. — JTuan
Criron, escribano publico*
AAode 1653. £1 oidor D. Antonio de Lara lleg6 4 Mexico 4 fines del ano de 62,
en que estaba ya aeabando su gobiemo el padre provincial Andr^ de
Rada, que por tanto no pudo proveer cosa alguna 4 la peticion de la
ciudad y cabildo de Chiapa* Muy 4 los principios del ano ^iguieole
de 1053, el dia 3 deenero, le succediu en el gobiemo de la provincia el
padre Francisco Galderoo, que algunos anos 4ntes habia ociipado el
Biismo puesto. El padro, aunque dcseoso de la Ainducion de un co-
legio en Chiapa, que fuera do la utilidad de aquel pais, era de grande
comodidad para los sugetos que posabau u Guatemala; sin embargo^ aa-
^ - -^ r MIX I ii'i -. j-M
4fBiiil«que0tniejantesD(fertab s6«e'eimi)piteii'd^ue8 mniotefftia de \ou
qti wuw i|4 e las liaetiit y con poco deeoro ^ la C^ofinptu^ veajpkMidi^
^^ue JEfgredeeianuetdra teiipon 4a btunia vohmtad; jntfuesi penfe^enibaii
*cii ««MiBfteaitD8 oemprasm ;oen dieha limosna aiguiia "(^nea^cty^ tm-
lioa ce dt^iMsIni 4 iiiNiria ^6 k msink eMad^ tti^&thta.M t^ftda-
4m la.ftindaei^n y rcfmhieB^n ias «)feritiirtu9 )>ara iftnviaikB & iitt««tio |>a-
ihtrg^tiefii^ qtw ia d(nsBeio& de la vAtedra'Tvqueria mayor Ajez^ paku
AO^Mpctteiee-Ai iitigiev cofa^ ^^'oonibTaiBteKlo ooh ioa Sceaw obiafoa ^
^cdiildet mJift-f^iRMivD* Y pbi^ve cl Lie. D^SebaBtiao del O£rpio
fofhKria fntadeipmrib ii' aawertb una de aua hacieiidaf, pi^tendknido
•ch ^irirtnd ^ <^^o bl tMiid d6 ^ndadbrVanadk qiie nnftitieBe' tambien
ivit tokto de dkha dmiafttoii causa morHst JNtra que inforauido bUealro
padre general concedieae dicho titulo y derecho i ioa auftagioe qiie ao-
kofii ^adta-odbc^delf en 1a Comi^a&ia. Tal fu^ h r^pnesta d^l padre
j^ksacMoOr Oalde^on 'c6n fecha de 9 tie abrii« Estaa bdaa esfietaiisaB
^tKrdeavattacNm'sia embargOf y el ^eolegio que hoy tieiMi en aq[udl( ciu-
•dad la OdmpzSim no^ lieg^' 4' fUodarfe- aiiio oelrca de* tueinia i^os des*
•paea, el de i^i« edmo sedixA en w^ Iligarw
INoFdosloadmiiBBMiiole^oede taproTikiciti gb:bbMi4l^-|^mi| tinnqui- Muerodher.
iidad. Bn elcotegfo del fispmtu Banto He la Ptt^Ud buritf c<^ byen ^1^ ^^^'"^
-olor deiriBliitioatts tirtudei lA dia 8 de aetiembre il hsniittttd Abnio
IFelhH natdhd de^« Clemeiita, capital de I& MaAohiiv^tle iupo trMli-
~4ar 4 la irida eapnriioal fas ghmdea prendka de eoftes'^ta, valdr y hott*
"^da citctiupeemon con q(n 4ntea babia nertldo ttl Ifiondd* SI plello
-eebre la doctrina de Tepoti otlin ae habik Hevildo fel l^sil eolisejo de
Indies, y liabk mtKdio liigar deespeAfla tbdd de la pfi^did y cdhsi^te
abcion dM St. D. PtoUpft^«^ttMd6 tih nueV6ae(^dett{&mud6 elsem-
blantb de lti» tbi^. A flfiOid dis iSHtb Md'id itendj el gbbtetoo eele-
si4stico y necular ^e ^toii reinos y citidad «6n lA Viioid^ d6l lUhio.Sr.
IX M)itce!lo LopiftSi de Afc(<Hina) jinMndVido de latibidtide Roncel^TaU^
t la sttntii sede fifetrdpolitflnii de M^ifiad, y dd £itfid. 8y« 1)4 Ft^ncis-
eo I'oraandea d^ Ik Cnet^^ jrtiq>d^ do Xlbtffq^i^^bd, Vli^f ^6rnador
y caqprHM gfMidirel. El IlUbov 8k'. lH^blHp6 hklli6d6 va^telt seifil b6-
fie<lei<», y ohtre elloa liombrado el-<fe Tifpdl2btl&U, pvlso lbeg6 puta
«lloa nneros edictost im ombargo de rsur peti4ii^lM eft t\ fe^ consejo
«1 eonocimiento de eata caasa, 4 que S. M. l^bia ooMcedidb bebigtiii-
mente los oidos. Lk Compaiiia y el gobornador de 'tspdiMiUiit qbo
lo era eale ^o D. A&dc^s de Torrios, no dejArDb de chiHar aliameli-
Sonora.
— 402 —
te ante el Sr. virey. Ei ilustrisimo, sin dar otra respuestat tino qnt i
admitiesen la coiacion can<3Dica« 6 dejasen la doctrinay ae desentendia
de todo lo demas que habia precedido en este aaonto* Y no padiendo
la Compaiiia acceder 4 la condicion que proponia sn ilustriaimay pro-
cedi6 cumplidos loa edietos de veinte dias & proveer el benefido* j dar
can6nica coiacion al Lic« D. Juan Ruiz el dia 4 de octobre* Aunque
el Sr. arzobispo no 8obrevivi6 sino un mes 4 esta proTision; sin em-
bargo, no parecid 4 los superiores iustar demasiado aobre este aranto,
porque no pareciese que tenia la religion algun inter^i iiiera del eapi-
rltual de los indios en la posesion de aqueUli doctrinat de que auo de
los emolumentos voluutarios de loa puebloa habian becho ceaionen S-
Bi*» bien que no se omiti6 dar la queja al real conaejoy cuya autoridad
oataba ya interpueata-
SucewM dfl De la miaion de S. Francisco Javier en el valle de Sonora hemoe
guardado un largo ailencio en eatoa anoa por falta de laa leiraa anuas
en que no hall4bamoa noticiaa relatiraa 4 alguno de elloa en particu-
lar. Los fervoroaoa obreroa que cnltivaban eate campo habian tenido
en qui ocuparae mas dtibnente para que lea quedaae tiempo de eaori-
bir con prolijidad la a^rie de loa auceaoa. Por la relacion que remi-
ii6 eate ano el padre viaitador, aabemoa que paaaban ya de Teinticinco
mil loa cristianos de eata miaion: que ae habian oongregado. en veinti-
trea pueblos y erigfdoae otraa tantaa igleaiaa al Tcrdadero Dioa: que en
loa cuatro anoa 61timoa ae habian bautizado ocho mil peraonaa entre p4r-
▼uloa y adultoa; y que de loa vecinoa gentilea ae veian rouchoa correr
y pedir con anaiaa el bautiamo. Eato en general. Al partido de Na-
cameriy que adminiatraba el padre Franciaco Pariaf ae halnan agregado,
fbrmando 4 corta diatancia un pequefio pueblot ciento aeaenta de los hi-
meriai primiciaa de aquella numerosa nacion, de que hemoa hablado en
otraa partea y que muy breye Ueg< 4 aajetane toda al yngo de Jesu-
criato. Eatabau repartidaa eataa gentea al Occidente y al Norte de lo
que propiamente se llama el valle de Sonora, y de una y otra parte se
habian ya reJucido muchoa. Loa del Norte, se habian agregado al
. pueblo de Bacobitzi, con tanta envidia de loa demas de au nacion, que
paaando por aquelloa puebloa el padre vlaitador, fueron 4 presentaraele
en tropa loa caciques para pedirle el bautiamo y aabtencia de algun mi-
nistro. iQu^ dolor no eaperimentaban en aemejantea ocasiones los
hombres apost^licos vi^ndose solos ocho en medio de tantos millares
de ne6fitos y de innumerable gentiltdad que de todaa partes los convi-
* -•■' — I..
— 403 —
dttban! Mucho contribuyii & la conversion de los los himeris septen-
trionales la ditima reduccion de los gentiles de Arizpe y Zenoquippe*
Estos dos pueblos se habian encomendado desde el ano de 1646 al
padre Ger6nimo de la Canal, ministro de los de Vepaca y Teuricatsi«
para que con su larga esperiencia y apacible trato los atrajese dulce?
mente £ la f(^. No lo consigui6 sino & costa de algunos anos y traba-
jo» de que dando cuenta al padre provincial Francisco Calderon con fe-
cha 31 de enero, dice asi:
„Por 6rden de los superiores entre k los pueblos de Zenoquippet Carta del pa-
Arizpe y Cucubamnichi. £n en el primero, junt^ la gente y me de- de la Canal,
tuve quince dias, declar&ndoles el fin de mi ida y la necesidad del
bautismo. Despues de todo me respondid el gobemador, que primero
sc dejarian morir que bautizarse. No me arredrd esta respuesta por la
esperiencia que tengo de estos pueblos. Me content^ con bautizar al«
gunos pdrvulos en peligro» y pas^ nueve leguas adelante al pueblo de
Arizpe. Aqu! tuve la misma respuesta* y roe dejaron solo luego que
se los propuse. Persevere con todo otros quince dias, tratlindoles del
bien de la gloria y penas del infiemo, y ya resuelto k partirme al ia^
cer pueblo, volvi k instar al gobemador, que me respondid en su idio-
ma estas mismas palabras Padre, ms^ana me amanecedL el sol
mas claro: ser^ otro hombre, y tendr^ nuevo cuerpo y nueva alma^
Quiso decir que el dia siguiente se bautizaria, como lo hizo, y con A
muchos otroB que desde &ntes de mi entrada estaban ya bien capaces.
Ayud6 mucho al bautismo de este pueblo el caso siguiente: Estaba on
niiio cazando pajarillos, y sin ver quien pasaba, clav6 La flecha en el pe-
cho de una india, cuatro dedos abiyo de la garganta, y le entraria mas
de ocho* Acudi con toda prisa, y exhort^la 4 que se bautizase, que
quizk Dios la sanaria, y si no lograria el caelo* Tino en ello, y eate-
quizada cuanto permitia la prisa, porque se CTey6 muriera luego* U
bautic^, y al dia siguiente yendo 4 verla, la encontr^ tan buena y Sa-
na que ni aun sefial tenia de laherida. Luego pas£ k Cucubarunicht
donde fuf tan mal recibido, que &ntes de Uegar habian amenazado con
la muerte 4 mis indios; y una india, en cuya ramada habian puesto al-
gunos de mis trastos, la derrib^ con r4bia y los eeh6 por el suelo. En
el pueblo hall£ muy poca gente, porque los demas se habian esoondi-
do* Los cit^ para el dia siguiente, y 4 la noche vi que las indiaa la
emplearon en sacar aus ajuares para salirse del'pueblo, y luego vinie!-
ron muchos indios armados y me cercaron la casa, quis4 para ponerme
miedo. Llegado el dia, despncs (le']nU€h(«Mie*tvabijo> (liYo el«CMH
fliielo de bautizar cua'tro 6 sew p4rfutos« Eto'esta-sraonllegaatmA-nii
dos indios de seis leguas de aUI^ Les pregunt^ que por qtL& Teniinr k
liablarme con las fleehas en la mano, que 70 no tenia raiedb de bus ar*
mas, pues me veian sin ellas, y solo venta k ftacevlesque conociesen 4
Dios. RespondiiSme uno de ellos, que el mid era Dios dfe mentira, y
que £t no queria recibir su ley; que el bautismo no quitaba la iBnitnidi«-
eia del cuerpo ni la del alma; que su Dios habia criado el cielo y la
tierra, los ralles 7 los rios, aiiadiendo tales cosas con tanta agudezay
copia y velocidad' del decir, que 70 qued^ persuadido k que se las' su-
geria el mal espiritu, viendo las voces tan propias y los argumentos que
proponia tan agenos de la capaeidad y tan fliera d'e la costumbre de
cuantos yo habik- risto. El se ettbraveci6 de manera, que yo interior-
mente me dispuse & morir por tan buen tftulo, y mas viendo que por
Ids matorrales estaban lo» del pueblo oscondidos eon sus annas; peio
no merecf tanta dicha. Me detuve algunos dias sin conseguir cosa al»
guna. Los dej£ y* volVi die alU & al^nos meses con el padre Ignacio
Molarja, y este mismo indionos mandtf matar &entrambos» aunque no
se atrerieron viendb en nuestra compafKaihuchos de sus parientes, de
los que tdi' muy de notar que tratando yo si les'predicaria por ver^
los tan obstinados, me dQo tmo: Predfcalestfi, y ellorcr^anlo 6 no la
oreaui k. Dios* dkr&n 1^ ouentSy que td ya cumpliste con tu oficio* T
otro de los mismos- gentiles, habiendo oido nn sermon, me d^o: Td
6res erprimero que has^Hecho sonar ei hombre de Dios por estos moQ<^
les. ^naltaiente, con tiempo y eondandtnra nhieroii k bamlzarse es*
toe treii jpiieblos, quer quedim* A cargo del padre 'Fellj[Nr Bsgrecho; Hoy
est& estk-mision muy lucidacon muchos pueblos* y buenav iglesias, y
SOS minlMrotf intiy liinidos 6h pas y lefigiosa; curidUK'*'' 'HaMk aqui el
padra : G^r((nitoo- dft Ik Canals
No oran db menbr ^nsnelo para toda* eata mision las esperanzas que
80 eonoebian por entjiieen de la reduceion de Ibssumas, 6 sefgun otros
nanusetictfsv'yniinie, naoion nameroea y fiJerar, y que porlbs 3Aos'de49
y 50habiaii ieniilo eli'OontinQa ihqbietad li los religiosOe firancisoanoe
que ent^Aoes 'aii8Cia«» enbl^pairiido^ Teorioatai. Creci6 so osadfa, y
eoaumeitt^i nftiicfao mas el ntimero despues-d^ Uacer Tetirar vergomo-
•amente al* oa^ltan ft'giiem't y gobehiador de l^inaba^ que con buen
iraroero de* eiipanbtea 6 indios aliados Kabia jhretendido siyetailos. La
que no poddc odn ellos lii Aem d6 las armas, eonsignid la dulzuria^ y.eE
— 405 —
celo del padre Mkrcos del Rio, ministros de los guasabas, que pot
marzo de 1651 ac dej6 ver la primera vez en sns tierras k conridarlos
con la paz de parte del gobernador, y con la Inz del Erangelio« Para
prtieba de la ainceridad de sua proposiciones, llev6 el padre un seHo
del gobernador. Ellos lo creyeron, y luego vinieron 4 Oppotn, pueblo
de los guasab'aa, mas de cien caciques con sus bijos y mugeres en
seiSal de confianza. Celebr&ronse las paces con regocijos pdblicos k
su modoy y luego en prendas de que deseaban el bautismo, entrega-
ron sus pdrvulos, instando una y muchas veces con el superior de la
mision y aun con el padre yisitador, que de asiento se les enviasen
ministros. Y ya que bemos becbo mencion de los guasabas, no de«
bemos omitir algnnas particularidades que manifiestan bastantemente
el fervor y la piedad de estos nedfitos. Un indio jtf ven, babiendo cai-
do en una culpa grave, no solo vino luego k buscar el remedio en la
confesion sacramental, sino que pareci^ndole poca satisfaccion la que
le imponia el confesor, aun siendo su pecado oculto, fu^ ft, acusar*
se con el cacique del pueblo, pidi^ndole con instancia que lo mandase
azotar pdblicamente para no volverlo k cometer. Aun es mucho mas
admirable que una india que en su geniilidad babia vivido mal con un
cristiano, despues arrepentida y bautizada resisti6 por largo tiempo k sua
solicitaeiones. Creciendo con la resistencia la brutal pasion* intenti
rendirla a viva fuerza. No pudo conseguir su perverso designio^ f
mudado, eomo suele acontecer, el amor en r&bia y en despecho, la atra-
ves6 con muchas flechas, envidndola vfctima hermosa de la purdza al
cielo. El caso consttf ante la justicia por confesion del homicida y
algunos otros testigos. Jam&s dejaremos de sentir en semejanles su-
cesos no poder pasar k la posteridad loa nombres de las personas, que
no s^ por qu^ motivo se omiten en las relaciones. En todas estas mi-
siones y las de Sinaloa se padeciii bastante hambre con la seca de esfe
y los antecedentes anos- Entre los taraumares se encendi6 una cruel
peste que arrebatd mucba gente, principalmente jjvcnes. XTnoy otro
azote di6 4 los earitativos ministros muy grande cosecha de mereci-
mientos y aposttflicas fatfgas.
A fines de erte affo se determindjunfarcongregacion provincial, que D^cimaqnin-
era ht d6simaquinta que se celebraba en la provincia, aunque apel cion^v^i
Has habian pasado fres aflos^ desde la filtima; pero no habiendo tenid6 ^UO, alio da
aquolla todo su efocto por la muerte de uno y otro procurador, no pa-
^ci6 dsperar k los seis afios* Afiadiaso quo habiendo por la corta vi-
TOMO II. 52
— 406 —
da de los genera les,* mudidose trea vcces^en poco m^nos de Ires ailo0
el gobierno de la Compania, era neccsario enviar quienea infbrniaseii
al nuevo general padre Goawino Nikel del estado de la provincia. Ha-
bia poco ^tes el padre Francisco Calderon pospuesto con tan vivaa
instancias el oficio de provincial que no se pudo resistir 4 9us razones
y ruegos. Le succedib en el cargo, y presidib la congregacion el pa-
dre Diego de Molina. En la junta que se tuvo el dia 4 de noviembre«
salieron elegidos procuradores los padres Diego de Monroy y Francis*
CO de Ibarra* Entre otros postulados que se hicieron & Roma en esta
congregacion, dos fueron los mas considerables, que se pretendiesc en
Roma un nuevo asistente de las provincias de Indias por haber ya
crecido extraordinariamente y dilatarse mucho el curso de los negocios
al cuidado de un solo asistente, encargado tambien de las provincias
de Espana: habia, fuera de las razones, el ejemplar de la provincia de
Francia, & quienes por la misma razon se babia concedido nuevo asis>
tente distinto del de Alemania por la sesta congregacion general, dc-
creto primero, ano de 1608. So pretendia tambien se obtuviese dc
nuestro Santisimo Padre Inocencio X, & lo m6noa para estas provin-
cias tan distantes de Roma, alguna moderacion del decreto espedido el
ano de 1646 en la constitucion, que comienza: ProsperOf ^c, en
cuanto & poderse nombrar provinciales de los que hubiesen sido recto-
res 6 prep6sito8 el trienio antecedente, como lo babia ya su Santidad
benignamente concedido 4 algunas otras religiones en las Indias; lo
cual, aunque no se pudo conseguir en el pontificado del Sr. Inocencio;
pero muerto en breve este Papa, se obtuvo luego del Sr. Alejandro VII»
primero suspension por algunos anos, y finalmente el de 1663 cntera
revocacion de la dicha constitucion Inocenciana en esta parte.
1654. El padre Diego de Monroy parti6 para Europa 4 la primavera del
ano siguiente con el padre Ger6nimo de Lovera, que murid en la Ha-
bana. En la ciudad de M6rida se public6 este aiio en la misma for-
ma que se habia hecho en M6zico por un solemne edicto el Jubileo
de las misiones, senaldndose para sus funciones la igleaia de la Cate-
dral, la de nuestro colegio y el convento de reUgiosas de la Concep-
cion. A los operarios do casa se anadieron siete fervorosos sacerdo-
- tea que senal6 el cabildo para oir confesiones. No bastaban cstos y
hubieron de Uevar gustosamente una gran parte de esta carga los dos
Gonventos del serdfico padre S« Francisco. Se destino por el ordina-
rio para la comunion general el dia del Patriarca Sr. S. Jose. Por
JZkT ^H^..i
— 407 —
relacion del Dr. D. Antonio de Orta, cura de Catedral, sc supo qnd
habian pasado de diez mil las comuniones en aquella iglesia, y fu6
cuasi igual el numero de nuestro colegio, Aun es mayor prueba del
fervor y ansia piadosa de aquellos ciudadanos, que pasando poco intes
de anochecer por el cementerio de la Catedral dos de nuestros religio-
SOS hallaron 4 una senora sumamente afligida de no haberse podido
confesar aquel dia, y temerosa de no poderlo hacer tan poco el dia si*
guientOf en que seria mayor el concurso, cuanto se estrechaba mas el
tiempo. Estaban ya cerradas las puertas de la iglesia, y no habiaen-
t6nces los decretos y edictos quo ha promulgado despues en esta ma-
teria el santo tribunal de la Inquisicion. Mand6 el padre sacar un con-
fesonario al cementerio mismo, y succedi6ndose sin intcrrupcion unos
4 otros de los que pasaban por la calle, persever6 en aquel santo ejer-
cicio hasta mas de la media noche en que bubo menester valerse del
6rden de los superiores para retirarse al colegio.
£1 dia 4 de julio, cumplidos los ocfao meses] dd gobierno del padre EstableceM
Diego de Molina, le succedi6 en el cargo de provincial el padre Juan ®* f"^*^^
del Real, £ste ano no ofrece alguna otra cosa particular en nuestra coarenu ho.
provincia; es sin embargo muy memorable para todo el reino por ha* ^ ^^ ai€n.
berse en 61 obtenido la facultad del romano Pontifice para el Jubilee
perpetuo de cuarenta boras en todas las iglesias de esta ciudad. £1 dia
6 de diciembre junt6 en su palacio el duque de Alburquerque al cabil-
do eclesi^stico y prelados de las religioncs, en cuya presencia, leidas las
bulas y cedulas de S. M., se di6 el 6rden para que comonzando la Ca-
tedral siguiesen luego laa parroquias y conventos de religiosos y reli-
giosas por su antiguedad, y las dcmas iglesias en que hubieso dep6sito
4 tener descubierto cuarenta boras en tres dias al Augustisimo Sacra-
mento con la debida decencia* Consintieron gustosisimamente todos
los miembros de la junta, y se resolvi6 comenzar con tan feliz prtnci-
pio el siguiente ano de 1 655.
En 23 de marzo de 1665 falieci6 en ol colegio de Zacatecas, en que
habia trabajado muchos anos, el padre Juan de Montemayor, dcjando padre Juan
un gran deseo de si en aquella ciudad y en aquella comunidad, en quo ^ontemajor.
era un espejo de roligiosa observancia. Fuera del constante recogi.
miento, silencio, modestia y aplicacion 4 los ministerios y demas vir<*
tudes quo en 61 resplandecieron, se csmcr6 siempre en una continua
uiortificacion con que las fomentaba todas. Obscrvaron los padres 4
pesar do su rccato, que on aquella cuaresma habian side mas uspcros
—408-
y mas continuofl sua cjorcicios do peoitencis* como quiep ptevMua el
poco tiempo que le quedaba de merecer. Avisado dd padre que lo
asi^tia en bu enfenuedad quq se dispunese para inorir, reBpondid coo
admirable aerenidad: Las cosas del alma ya estin dispuettas, y en lo
temporal, nada tengo que dispoxier, sine que se restituyan 4 sue dueiioe
eios ires libros, que tenia prestivdos de fuera. Cod tal despego de todo
lo terreno y tranquilidad de conciencia, pai6 de esta vida la maftaim
roisma del jueves santo, dia de la Anunciacion de la SaDtisima Tirgen,
d cuyo admirable misterio habia servido on la congregacion muchos
anas.
Deaigte la Habia por este tiempo el capitan D. Juan del CaatUlo, veotno de
a^7madacioa Tehuac&n, resucitado la antigua pretension de fundar en aquelia ciu*
le un colegio dad un colegio de la Compania. Hici^ronse en este ano nuevaa es-
wr la oposi. crituras, y aun se habian entregado al cuidado de un hermano coadju-
non del ca- tor las haciendas que dicho fundador habia querido coder, mi^ntrae ae
diligenciaba de Roma la aceptacion del padre general. La dotaclon
era mas que suficiente« como dejamos oscrito por los anos de 1628t aH
que se mandaron reconocer por el £xmo. Sr. marqu6s de Corralvo,
Tirey de estos reinos. £1 lugar, asi por su temperamento, como por
las demas proporciones, parecia muy 6 prop6sito; razones todas que ha-
bian movido al padre provincial a admitir la dooacion. Sin embargo,
en medio de tan bellas esperanzas se le notified al dicho capitan de par*
te del cabildo de la Pueblay que asegurase los diezmos de las haciendas
6 retractase la donacion que habia hecho injustamentef como decian, 4
la Compaiiia. Pas5 esto tan adelante^ que Uegaron & ejecutar en el
sentencia de prision el dia 18 do octubre. Este era puntualmcnte dl
mismo case del Dr. D. Fernando de la Scma^ fundador del oolegio de
Veracruz, y por donde en semejante ocasion de sedo vacante, habian
comenzado los disturbios que proeiguid despues con tanto ardor el Sr.
D. Juan de Palafox. Consultada la sagrada congregacion habia con.
firmado el privilegio de la Compania acerca de los diezmos, como se
ve por lo que escribe Prdspero Fagnano, uno de los miembros de aquo.
11a junta sobro el capitulo final do off. et. Pot* jud. deleg. al n(im. 20,
donde demuestra que los dos concilios alegados por la Santa Iglesia de
li Puebla, tienen muy divecso sentido y en nada favorecian k su pre.
tension en la causa del Dr. D* Fernando de la Sema; sin embargo,
|:or el bien de la paz, y por no ver padecer al inocento fundador laa
incomodidadcs de una priaion y las continuas amenazos de censuras^
— 409 —
Be con vino en chancelar Iob escrituras y desistir la Compania dc todus
SOB derechos, i lo m6no0 hasta la definttiva que se csperaba del pleito
de diezmos pendiente en el real consejo do las Indias.
£1 fligiuente ano de 1666 no ofroce cosa alguna dignade considera- 1556,
cion particular k nuestra provincia. Es sin embanro, cste ano una 6po- , I>cdicacion
J. .. .J ^ . , , , , *^, de la Santa
ca muy aistinguida en esta ciudad, por la solemne dedicacion de la igicaia Gate
Santa Iglesia Catedral, el mas bello edificio del rcino, y uno de los dmldeM^xi-
CO*
mas hermosos temploe de toda la monarqula de Espaiia. Por encargo
del Exmo. duqne de Alburquerque se repartieron d todas las religiones
sitios para otroe tantos altares con quince dias de t^rmino para el
adomo correspondiente & una funcion de las mayores que ha visto el
reino. Se poblic6 solemnemente con carteles la dedicacion para el
dia 2 de febrero, dedicado & la Purificacion de nuestra Genora, y se pro-
niulg6 bando para que ningun cocho 6 caballo anduviese por las calles
que debia pasear la procesion, desde la mailana del 81 de enero hasta la
tarde del 8 de febrero. A' la Compafiia de Jesus se le^destin6 para su
altar la esquina de la calle de Tacuba que desemboca k la plaza del
Marqu6s, y en los diez dias de la dedicacion obtuvo el dia s^timo en
que ocupando siempre el altar loB seftores del cabildo, predic6 el padre
Damiau Aguilar & peticion de los Exmos. Sres. virey y vireina, que
le tenian encomendada la educacion de sus hijos en su mismo palacio.
De buena gana dejariamos-correr la narracion por todas las circuns-
tancias que hicieron plausible esta solemnidad; pero esto nos Uevaria
muy fuera del asunto, y habria menester cuasi un justo volCiinenf como se
rorm6 efectivamente y corre entre las manos de todos. Singularmen.
te encant6 4 todo el numerosisinio concurao la admirable armonia con
que en las cuatro frentes y altares del Sagrario se cantaron & un mis-
mo tiempo otras tantas misas diferentes, con otros tantos cores de mti-
sica, sin confundirse ni desigualarso unos de otros en sus operaciones
y cercmonias. El lugar principal que mira al core, ocup6 el Illmo.
Sr.* D. Alonso de Cuevas, entdnces dean de esta Santa Iglesia, yean.
16 la misB de dedicacion del temple. A stt mano derecha, en la frente
que mira & la capilla del Seilor crucificado, dtjo la misa del Santisimo
Sacramento el Sr. arcededho D. Juan de Poblete. En el altar frente
del de los Reyes, cant6 misa de la Purificacion de nuestra Senora el
Dr. D. Pedro Barrientos, chantre de la Santa Iglesia y obispo electo
de Guadiana. Frente de la capilla de 8. Felipe de Jesus, cant6 misa
de la Asuncion do nuestra Seilora D. Niccdte de Sobremonte, tesore.
—410 —
TO, Esta disposicton no esperada del concurso, y que parecia no pro^
meter muy feliz exito, prevenida con el mejor 6rden y ejecutada con
el mayor decoro, simetria y mag^itad que es posible, hizo decir i mu-
chos sugetos gravisimos, y entre ellos al mismo ezcelentlaimo, que ha-
bia sido una de los actos mas grandest mas devotes y mas graves que
podian verse en la Iglesia de Dies, f
. ». For la primavera del afio de 57, con ocasion de componer ciertos in-
Mision 4 )a tereses entre la madre y hermanos de uno de nuestroe sacerdotes, cu-
^ * yo padre habia muerto poco 4nte8 en la Habana, se hubieron de en-
viar t aquella ciudad un padre y un hermano coadjutor. Como los
operarios evang^licos saben valerse tan diestramente de toda ocasion
para promover la gloria del Senor, y como en la Compafiia jamds se
encomiendan estos negocios temporales sin subordinacioD al fin prin-
cipal de su glorioso institute, que es la salvacion de las almas; siendo-
le forzosa al padre alguna detencion por lo emaranado de loe intereses^
determin6 aprovechar el tiempo, ejercitando los ministerios de la Com-
panla con grande utilidad de toda aqnella reptiblica« Oportunameote
para hacer mas fructuosos sus trabajos, dispuso Dies que en otro de
los puertos de aquella isia se hallase en la actualidad otro jesuita
n&ufrago que tenia encantada la gente de aquella poblacion, y aun He-
t NOTA DEL EDITOR.
Eita Santa Iglcna Catedral ha sido doe yeccs dedicada; la una, en el ano dc 1656,
siendo yirey el duque de Alburqaerqne, y la otr^en 1667, aiendo virey el marqn^
de Mancera.
La primera se hizo para cclebrar el ceiramiento de las IxSvedas, 4 cuya opcTaoion
mecdnica asistia firecuentcmente el dnqne por encargo de la corte, en atencion sJ
mucho dinero que llevaba gastado la real hacienda. En una de las tordos en que
se presentd para ver lo que se habia adelantado en la obxa, fu6 atacado por on Ma.
nuel Ledesma, espafiol, que iba i. darle muchos golpes con una espada cuando ha.
cia oracion en la capilla de la Soledad; mas los alabarderos lo prendieron, se Ic^fbr.
m6 causa estando reunida en acuerdo la sala del erfmen toda la noche, se le conde.
n6 4 muerte 4 las seis de la maxlana del dia 13 de maizo de 1660, y en la misma
fu€ ejecutada, declarindoee reo de lesa magestad in ffrimo eapiie. La segunda de-
dicacion se hizo el 22 de diciembre 1667, habiendo gastado el rey hasta entbnces
en la f&brica, un millon cincuenta mil pesos, cuando los peones se pagaban con real
y medio de jomal. Hago esta advertencia, para que los lectores de csta obra no
duden dar cr^dito al padre Alegre, pues su relacion no viene bien con la inscripcion
que se lee en la portada de la Catedral que mira al Empedradillo, que data la focha
de la dcdicacion en el gobiemo del marques dc Jl«fic«r«.
■'>Jr
— 411 —
na de edificacion & toda la isla. No podian vcr sin grande admira-
cion como un solo hombre despues de haber dicho misa y confesado
hasta muy tarde de la manana, juntaba los niflos y se cntraba per las
escuelas para enseuarles la doctrina. Predicaba todos los domingos y
dias de fiesta: visitaba el hospital y la c&rcel, y al caer dc la tarde, sin
interrumpir dia alguno, esplicaba & todo el pueblo la doctrina cristia-
na, anadia una brevo exhortacion moral, un ejemplo de la Santisima
Virgen, 4 cuyo obsequio rezaba despues con toda la gente el rosario.
Todo esto con un fervor, con una apUcacion, y al mismo tiempo con
un decoro, con un desinteres, con una modestia y circunspcccion, que
les parecia no haber visto cosa semejante. Efectivamente, fu6 tanto
el amor que le cobr6 toda la ciudad, que aun habi6ndose ofrecido oca-
siones para seguir su viage, no lo pudo conseguir en muchos meses.
Teniendo noticia mutua de si los dos padres, determinaron luego jun-
tarse en la Habana, donde por el mayor concurso se podia prometer
mas copioso fruto. Aqui prosiguieron entre los dos la misma distribu.
cion de tiempo y ministerios. Fu6 esto en ocasion en que con el mo-
tivo de la guerra con la Francia 6 Inglaterra, y de la invasion que ha-
bian hecho estas naciones en Santo Domingo y en Jamaica, habia en
la Habana una poroion de prisioneros, los mas de ellos calvinistas.
Entre otras bendiciones con que coIm6 el cielo las apost6licas fatigas
de los padres, no fu6 la menor la conversion de mas de veinte de estos
hereges atraidos primero de la caridad con que les visitaban los jesui-
tas, y con que procuraban aliviarles la pena de su prision, y convenci-
dos despues de la eficacia de sus razones. A estos se agregaron poco
despues un moro y un judio, triunfos tan diflciles, como saben los que
tienen ftlgun conocimiento de la obstinacion de estos sectaries. La
abjuracion y el solemne bautismo de estos fu6 un testimonio ptiblico
de la sabiduria, del fervor y del celo de los operarios que les atrajo la
estimacion de toda la ciudad. En consecuencia de este general apre-
cio' y fama comun de piedad, comenz6 & comunicarlos con familiaridad
y coniianza una de las personas mas distinguidas^de la reptiblica. Era
un hombre de sana intencion; pero de un genio fiero, orgulloso ene-
roigo de todo consejo, y que acostumbrado hasta entonces solamente &
las arroas, queria trasladar al ofi^io ptiblico que ejercitaba toda aque-
11a prontitud y resolucion que habia aprendido en los reales. Sus mas
favorecidos y familiares no se atrevian 4 desenganarle en muchos
asunto% y entre tanto, gemian muchas &milias oprimidas del peso de
— 412 —
fru dcsputtca autortcLul. IjOs padres, deflpoes de algMMM pwwibaB qm
parccia cxijir la prudencia, sc le declararon abierftameKte en noa t
olra materia, le hicieron ver las peligroaas conaocuencias de sa intie*
pidez y falta de consejo. Se adiiur6 todo el puefalo de veilo njetaxn
despues, no solo 4 las amonestaciones de loa padres, pero aim 4 loedic*
tdmenes de loa religioaos y lelradoe en los negocios roaa 6bnos j fie*
cuentes de mi empleo. Con tan extraordioario medio diapoDia lamii-
teriosa Providencia del Seiior 4 eete caballeio 4 so oercaiim miieite* £a
efccto, 4 pocos meses de esta mamviUosa mudaioa, se siiili6 berido ds
un mortal accidente: llain6 4 uno de los padxes^ j degpaes de liecki
una confesion general de toda su vida* • • • Yo, lea dijo^ y todaa
sas cst4n en manos de V. R. • • .Quiero salvarme, y lodoe mis
estan 4 la disposicion de Y. R., paia qfao Tea si cob elloB ptiedo re^
zarcir los danos que acaso habrk causado la Tiolencia de bm g4mo. Ooa
tan bella disposicion, pas6 de esta vida dentre de poeoe dias, eon- e&*
ficacion de toda la ciudad, en que se decia volgarmente que Dioa lau
bia llevado alii los jesaitas para la sabracioo de aqoella alma, y pan
el consuelo de muchoa pobfes. Esta alia idea que habian formado del
institute y conducta de los jesuitas, los movid 4 escribir 4 8. M. pi«
diendo licencia para la fundacion de un colegio, y con esta ocaaion do-
tuvieron mucho tien^ 4 los padres esperando la respuesta. La rewfh
lucion de aquellos tiempos en que herviaa en eseuedrae enem ig ay loi
mares de la America, 6 impidid que llegaseo 4 nuinos de 1^. M« iestoa
informes, 6 sofocd la reTokicion el gran tropelde coidadoren que m
halbiba ent6nces la nionarquia. Los dos padres, despaes de haber es*
perado mas de un ano, partieron pant sos retpectrros destines. Harii
to sontimos que la modestia del que eacrila6 en so nombre la telacin
de estoa succsos no la firroase con su nombre* Dei estile latino y In
letra se conoce que el autorera itaHano; peie no podemoa dedncir
quien fuese en aquelloe tiempos. Loa doe saoeidetea que alK jant6 la
Providencia, poseiaa, iuera del casteUaao y latino, algunos etros idioman
de la Europa* como escribe el misDio aafeor de eslas aoticias, cosa no may
vulgar 4 la mitad dd ai^ pasado en.lse sugetos de eeta pforincia.
TreiiMi«km En esta babia mucboa auoi quo a^goia la Compania de Jesoa m
ltoMci£^ ruidoso pleito con la sqaora Bofia Mariana Niilo de Agoflar, ftmdado.
de 8. Andr68. ra del colegio de Santa Ana, que despoee de 18 aiios, qeiso rerocar cob
pretestos poco decorosos 4 la Compadia, la donacion que en compaAfa
de su esposo D. Andc^ de Cueliar babia becbo, y viuda despues htthm
— 413 —
inuchas vccos ratificado con repetidos actoa de patronato sobrc aquclla
casa de probacion. Este pleito seguido en esta real audiencia y luego
en cl Qonscjo de Indias con varios incidentes, ya prosperos, ya adver-
8QS, que nQ son de nuestro asunto^ jamds pudo componerse en vida do
I9, dlclxa seiiora; pcro babicndo quedado despues de sus dias per -sus
jborcderos los reverendos padres del Cdrmen, como religiosos, cqmo
S^bios y como siogularmente a^ectos d nuestra religion, fue facil ave-
jnir^e es\ una beroianable composicion, sin que quedase perjudicada no-
tab^eoiente alguna de las partes, y sin que, quedase espuesta i, las ppi-
XUQi^S del vulgo la religiosa car^dad. La transacion $e firm6 con el
conscntimien.to de los prelados y sugetos n^as distinguidos de entram-
bas partes el dia 12 de junio, y el 30 del mismo la confirm6 y autori-
z6 con su decreto la real cbancilleria.
A principios del mes siguiente, suspendida por cl Sr. Alejandro YII
la coDstitucion inocenciana del ano de 46, en cuanto al trienio de va-
cante de los superiores de la Compania, toin6 cl gobierno.de la provin-
cia el padre Alonso Bonifacio, cumplidos los.tres ailos del padre Juan
del Real: ^ste, despqes de un ti^ienio pacifico y.fetizi cargado.de anos
y de enfermedadcs, no pensd sinp en retirarso a n;iorir. £s verdad que
ql grande aprccio que se hacia de su pqrsona qn palacio, donde era
confesor de la £xma. seiiora duquesa do Alburquerque, no le dejdgo-
zar tan cqaiplidamentc cqipo dc^^aba las dqlzuras de IfL soledad. En
csta ocupacion; como qn |a,^i)tecedeatcide provincial,imanifest6 siem-
pro un fqndo de prudeqciay ide equidad ^dmir;iblc, que jiinto con una
suma Usura 6 ingenuidad y religiosa circunspeccion, Ic grangearon las
.voluntades.de k)s»de qasa y loado afuera. ^Pocoix^atj do oaaiio sgbre-
■viviu Lau prQ\(incialAto y muti^ el.di41.3p dc.i^brU dql siguiente a^p de
J165S. La Exma. vireina maiufeiitd.la grande estiinacion que bacia i658.
de su difunto confesor, mandando spspender una lucida ni^^ra que
.en celebracion del nf^qiipiontp ^1 principe rP^63pci:Q^ beredcro de la
.corona sc babip..()ispue^to para el dia.3 de.mayo ep.el qolegio.dp S.
tPqdro y Pablo, y cop cste motivo.se detavo hasta el.dia 5.
Entre.otras ipqcbas pcajjiones con qucjos.Exmos. duques dc Albur-
querqpo manifqstaron su grande afecto |l;la Gompania,.fue una de las
uias scfialadas ja do la CQi^gregacion do 6. Francisco Javier, que en
cstc mii^nio ano se fi4n^6 en Iji.parroquia do la Santa YcrAcruz, y has-
ta abora .pcrmanccc con tan buen olor de ediOcacign. £1 grande
apO^tol do la.lpdi^i en la.Nifqya-i^paii^, imio cofpocp las.fjcinas rc-
TOM. II. bl^ '
— 414 —
giuncs del mundo, ae habia dado 4 conocer k costa de machos y raido-
808 prodigios. Esto movi6 el dnimo del Br. D. Crist 6bal Yidal, uno
de los mas edificativos sacerdotcs que frecucntaban cntdnces la congre*
gacion de la Purisima, y digno hermano del apost6]ico padre Jose Ti-
dal, para formar de i^unos otros pocos eclesiisticos una coDgregacion
6 hermandad de S. Francisco Javier, que & imitacion y honor del santo,
se ocupase en trabajar seriamente per la salvacion de las almas con to-
dos los medios que les sugeria su caridad. £1 piadoso celo de cstot
eclesidsticos se comunic6 bien presto k otros muchos que llcnaron to-
da la ciudad del buen ejemplo de su piadosa conducta. Hasta alii so-
lo se habian conservado en aquel edificativo g^nero de vida en fuena
de su union y conformidad de dict&menes nacidos de un mismo espiri*
tu. Les pareci6 dar mayor firroeza k este establecimicnto, fbrraaDdo
reglas y constitucioncs proporcionadas d tan santos fines, y erigiendo
en toda forma la congregacion de venerables sacerdotes y de algunos
seglares dislinguidos que estuviesen k la direccion de un primiciero qoe
elegirian cada aiio. El Br. Crist6bal Vidal, con la direccion de so
apost6lico hermano, y del padre Pedro Julian Castini, prefecto de la
congregacion de la Purisima en el colcgio mdximo, lo dispuso todo muy
conforme k las piadosas intenciones de los congregados, y con la li-
cencia y aprobacion del Illmo. Sr. D. Mateo Segue de Burgueiros,
qued6 formada en la parroquia de la Santa Veracruz. Nuestro San-
tisimo Padre Alejandro VII la enriqueci6 despues con singulares gra-
cias y privilegios, quericndo su Santidad ser contado en el ntimero de
sus cbngregantes. Este rarQ ejemplo de dignacion y de piedad sigoie-
ron prontamente los duques de Alburquerque con toda su familia en.
noblecida con el deudo y parentesco de S. Francisco Javier, mas ilus-
tre aun por este titulo, que por la descendencia de los antiguos re-
yes de Navarra. Las visitas de cdrceles y hospitales, los fervorosos
actos de contricion por las calles publicas, el socorro de doncellas des-
validas, cuya honestidad peligra en la pobreza, sacerdotes enfcrmos y
pobres, esplicacion de doctrina cristiana y otras semejantes obras de
piedad, son los ministerios con que esta iljistre congregacion, siguien.
do las huellas de su santo titular, procura/el rcroedio de las almas. Su
fiesta titular es el dia 17 de agosto, en mcmoria de la traslacion del
incorrupto y virginal cuerpo de S. Francisco Javier de Malaca k Goa.
La segunda es de la Asuncion gloriosa de nuestra Senora, mister io tier,
namente venerado del misnio santo, k que por estar ocupado cl mes de
— 415 —
dicicmbro^ .liiadon en oncro segunda fiesta de S. Francisco Javier; do-
tacion de D. Fornamlo d*i Castilla y Velasco, conde de Santigo. El
venerable padre Diego Luis de S. Vitores, primer ap6stol de lad islas
Marinas, y celosisimo imitador del ap6stol de las Indias el tiempo quo
cstuvo en Mexico espjLjrando ocasion para pasar k Manila, promovi6
singularmento esta ilustre congrcgacion, como dir6mos on lugar mas
oportuno.
Entre tanto, on todas las misiones del Norto se bacia sentir la ma- „ ,
' ^ Saceeos de
no del Seuor con una rigorosa epidemia y de la bambre quo se habia Us misionef.
comenzado k padccer desde el ano antecedente. Esta calamidad aho-
ra, como en otras mucbas ocasiones, la esperimentan los fcrvorosos
operarios de la Compaua, sirvi6 maravillosamente k los designios de
Dies para la predestinacion de innumerables neufitos, tanto p^rvulos
que mori:in sin haber tenido la desgracia de mancbai la estola del bau-
tismoy como de adultos que, 6 inmediatamente despues de recibido es-
te Sacramento, 6 atraidos de un temor saludable pasaban de esta vida
con disposicioncs muy cristiauas. En este tiempo de afliccion con que
el Senor probaba la paciencia y la caridad de sus ministros no les fal-
taban motives de mucho consuelo, tanto en coopcrar k la salvacion de
nquellas almas, como en otroa singulares sucesos en que se mostraba
la sincera fe de aquellas pobres gentes. En la mision de S. Francis-
CO de Borja, de los Nebomes, pretendieron dos indias hechiceras, 6 que
qucrian correr por tales, engauar k los ppeblos haciendose autores del
contagio que asolaba sus pueblos, y prometiendo hacerlo cesar con no
se qu6 supersticiosas ceremonias. Los nures, aunque muy recientes
en la fe, se mantuvieron sin dar credito alguno k las promesas y ame-
' nazas de las dos cmbusteras; y viendo que porfiaban con esc^ndalo y
ruina de algnos incautos, de su propio motivo por no hallarse el misio-
nero en aquel pueblo, hicieron en las dos indias un ejemplar castigo, y
las encorraron hasta avisar d su ministro. Quiso el cielo recompen-
sarles su fidelidad inspirdndoles biciesen una devota procesion en hon-
ra de los santisimos Patriarcas Joaquin y Ana, y esperimentaron tan
pronto alivio, que desde aquel dia ni muri6 alguno de los enfermos, nt
enfermo ulgun otro de su pueblo. En Cumurira, contraponiendo k
la maldita astucia de los infames hecbiceros la inoconte sencillez de
los nuevos cristianos que se hacian juntar en la iglesia para cantar las
oraciones 6 implorar la Divinaclemencia,soconsiguieron copiosasllur
vias, cuya faita tenia todo cl partido en la mas tristesitiiacion.
— 416 —
jv^. . El cdlegio de Guadalajam Iogr6 eft este alto un ctmsiderafale alitio
coleffio ' dc por la piadosa liberalidad do bu inaigno benefactor D. Juan Cao de
uadalajara. g^i^y^fg^ £glQ ilustre caballero despucs dc otros muchas limosnas ooo
que en vida habia favorecido aqucl colegio, dej6 en an testamento doca
mil pesofl para la f^brica de nuestra igloma con 6rden & mia albaceas
para que ui no consideraaen suficientes estas cantidades, aplicasen a!
miaroo fin del remancnto de sus bienes otros tece mil pesos, como efee-
1659. tivamente so aplicaron el siguiente aflo de 1659. A esto auadi6elios
diez mil doscientos pesos para dotacion de las misas de nuestra SeSo*
ra en los s&bados de todo el ano y en sus nueve principales festiTidi-
des. Estos alivios que consiguid el colegio de Guadalajara, fahabaa
tan del todo al colegio do M6rida» capital de Yucatan, que por mas de
1^ ^ una vez so habia ya pensado desamparar aquel colegio. Csfa noticia
ciondelcabil. fu6 do un extreme dolor para toda aquella ciudad en que fueron aiera*
para^imp^ pre, y son hasta ahora generalmente todos muy apreciadores de nuea-
que loa padres tra Compaiiia. La causa se juzg6 tan interesante, que el procarador
el coleno. general de la ciudad representd al cabildo para que se tomasen todos
los medios de prevenir un goipe tan sensible, tnformando al rey miea*
tro aenor de la utilidad y de la pobreza de aquella casa. Para mayor
solemnidad quiso el cabildo que el gobemador y capitan general, qae
era entbnces D. Francisco Bazan, se sirviese de admitir una infbrma-
cion juridica de ello en que presentaron los testigos mas distingnidoay
benem6ritos de toda la ciudad, en cuya consecuencia el mismo Sr. go*
bemador eacribid d S. M- la carta siguiente: „8efior: en otras ocaaio.
nes he representado ft Y. M. el provecho grande que se recibe en to-
das estas prorincias con la asistencia de los religiosos de la Compaiiia,
pues en ella hallan onsenanza para la juventud, medios espirituales pa-
ra la subsistencia de las costumbres, y camino aeguro para lasalvacion.
£1 colegio tinieo que hay en esta tierra se fund6 con mediano caudal
para poder conservarse, por estar la provincia en el primitiro estado
que tuvo con muchoa recinoa espanoles, sobra de fhitofl y frecuenciade
comercio. Los odificios era la parte principal donde se podia afianzar
hacienda perp6taa y flindar censos; sicndo asi, que en toda esta tierra
no hay ni ha habido otra finca sobre que poner renta permanente pot
no haber defaesas ni otro g^nero sobre que poder cargor un real. Loa
padres de la Compaiiia pusieron en casos el corto caudal que les di<S au'
fundador, con que aunque con estrechez se sustentaban, dando desde el
primer dia el olor de sus costumbres, tal que ft ellos se debe cuanto hay
■ A - <^- _F - . ^ -
t'ar^t^
— 417 ~
que descar pora io divino y lo humnno; pen> la cstrcchez do los tiem-
po8 y 1ft falta de los hnbitadorcs do esta provincia, asi por las dos pes-
* tea gcnerales que ha habido, como por habersc ido 4 otras tierras &.me-
jorar fortuna muchas familias de espailoles, ha sido causa no solo do
disminuirse, sino de arruinaree eDteramente las poseslones, y do habcr
faltado d estos varoncs apostdlicos casi el sustento necesario d la vida
humana; pues no tcniendo doctrina ninguna y no pudiendo sustentar-
86 de limosnas, han venido k la ultima necesidad, y ouasi & cstado de
desatnparajr et colegio» lo quo si sucediese, no solo soria de mayor des-
coosuelo de toda Mta tlerra, sino el Unico trabajo quo pudiciu veuirIo».
pues no tien% otro abarigo la crianza de la juventud, la ensefiaflza de
las mayores letras, el pasto espiritual de las almas, la frecuencia de
Sacramentos y la predtcacion del Ei-v'angcUo en- que ellos incesante^^
raente trabajan con grandisimo fervor. Y puedo asogurar 4 V. M. que
pocos sacervlotes hubiera en csta provincia si no estuviera aqui la Coni-
pafiia de Jesus que le oaseiSe iatinidad^ ceremonias y moralidad aece-
saria para la administracion de los Sacramentos, pma soa roros los
vecinos que con su caudal puedas enviar sua hijos i Mexico, y ai^ bo«
hay o<ro8 maestros ni preceptorefiy sino estos religiosos, cos q/iie aan
las primeras letras del romance no- cooocteran. Sin ettbaraxarae eon
este trabajo para eoseiiar el camino do la salvaeion en los pulpitoar
paia asislir incesantemente en el confesooario sin ncgarsede dia nLde
noche 4 la necesidad de sos prdjioos, sta dejarlos hasta el ultimo tvia-
8ito> oompontendo las discordias y eaeonos que se ofiroeeB; y en fiat,
no tratando estos aposl6lice8 padres jsino del mayor bien de todos en lo
espiritual y temporal.
£atas causas, senor« han obligado 41 procurador geaeral 4 lepresen-
tartas 4 la ciadad, y 4 esta 4 romhirlas 4 Hi gran clemMcia de V. M.
para que se sirva dar licencia que sofare las primeras aBCocmendaJ va-
cantes se situen hasta mil y quinientoa ducados de pena&on, que siendo
los interesados los mas benem^citos de esta provincia, todos loabrasa-
r4n conociendo que el mayor caudal es conservar esta religion en ella.
Y yo, como ministro de V, M., aseguro que si faltase, faltaria el txlo
para el gobiernoi para la .enaeuanza, para la ienmienda de las costum-
brep, conversion de-las almas, paz y sociego de los vocinos. Y si Y.
M. no se sirve de concederles esta gracia, 8er4 impomble que se con-
serven en esta iierra mioistrcMi tan importantes. Y. M. ordenar4 lo
4iue fuere de su mayor servieto. M6rida y enero5 de IddO. — J9. Fran*
/iisco Bazan."
—418—
A cste informe del gobernador y capitan general auadieron otros
igualmcnte vontiijosoa el cabildo ecleaidstico y oficialcs reales de aque-
11a ciudad con fecha de 14 de enero de eete mismo ano, lod cuoles to-
dos por resumirse en breves palabras en el del cabildo secular, nos ha
parecido insertarlo aqui como un monumento de la benevolencia de
esta ciudad para con la Compania, y de nuestro eterno agradccimiento.
^Scnor: este cabildo, atendiendo d la peticion del procurador general,
pidi6 d vuestro gobernador y capitan general recibiese infonnacion
presentando para ello los testigos mas calificados. Todos muestran el
gran deseo que tienen de que se conserve en esta provincia la Com-
paiiia de Jesus, como una columna principal en que estriba toda ella,
y que si faltase, faltaria todo como ellos lo dicen y deponen. Y es es-
to tan genera], que no solo cste caballero y los vecinos lo confic^san,
sino tambien el venerable dean y cabildo de esta Santa Iglesia, y los
oficialcs de la hacienda real de Y. M. Y pues d V. M. se le ha infbr-
mado por nuestro gobernador y capitan general muy latamente, y por
los referidos, el celo grande de estos operarios, la frecuencia cd los
pulpites, confesonarios, cdtedras y escuelas, su caridad y amor, y la
pobreza suma que pasan, sin que esta ciudad tenga posible para poder.
la remediar; rendidos humildemente suplicamos d Y. M. que nos ao-
corra en cste aprieto y calamidad que ■ nos amenaza, situando d este
colegio rail y quinientos ducados de renta en cada un aiio sobro las
, priraeras encomiendas vacantes. £n eeto, senor, esta ciudad y toda la
provincia, recibird un gran beneficio, y cada uno lo estimard como n
d 61 personalmente le hiciera Y. M. lamerced que suplicamos. Guar-
de Dios nuestro Senor d Y. M. con pr68pera salud, como su reino lo
ha menester, y nosotros sus criados le deseamos, De este cabildo do
la ciudad de Merida de Yucatdn y enero 14 de 1659. — D, Tom&s Ber-
nardo Casanotjo. — D. Manuel Rodriguez de Sosa.^^ndr^s Rojo de
RuUoba.-^ Pedro Paeheco, — Gabriel de Etna. — D. Gaspar Pacheco de
Benamdes, — JD. Nicolas del Puerto,— l^or mandate de la ciudad de
Merida. — Tcmde Gutierrez Paramo^ escribano real pdblico y de ca.
bil'do."
Dotacion del Mi6ntras que en la ciudad de M6rida con tan vivas rcprcsentacio-
Uad^d. ^ ^ ^^^ ^ pretendia de la real benignidad el fomento do aquel colegio, en
Yalladolid de Michoacdn movio el Seiior el dnimo de un ejeniplar sa-
cerdote para tomar en si el patronato de aquella iglesia por medio de
la liberal donacion que hacia de treinta mil pesos. Era este el Br. D.
— 419 —
Roquc Rodriguez Torrezo, bencficiado del partido de Purudndiro y se-
crelario del Illmo. Sr, D. Fr. MflrcoB Ramirez de Prado, de quien ha-
bia recibido aquel singular aprccio de la Campania, quo c«te prelado
tnaaifeBt6 en todas ocasiones. Comunicado mi designio con el padre
Pedro PantoJB, rector de Yalladolid, tste paaiJ la noticia al padre pro-
vincial Alonso Bonifacio, quien estando viiilando aqucl colegio, firmd
las eecrilurae el dia 17 de abril de 1660. Se le mandaron haccr luego jqq}_
en In provincia log sufragios acostumbradoa ii \oa fuodadores vivo?,
aun Sntca de avisar & N. M, R. P. general, & quien se escribid luego,
y escribi6 tambien el Sr. obispo de Michoacfin, fomentando y patroci-
nando con el mayor cmpcilo la piadosa intencion de bu secrctario. En-
tre tanto, acabd su gobierno el padre Atonso Bonifacio y Ic succedid el
padr; Pedro Antonio Diaz. Con mu conSmiacion y licencia, preveni-
da ya mucha copia de maleriales, y fomiado ol plan de un euntuoso
templo, y tal, quo & juicio de los conoccdorea, no podria acabarao con
cien mil pesos, bizo el Lie. D. Roque Rodriguez un solemne convito
de lo mas noble y Sorido de la ciudad pant la tarde, viapcra de S.
Francisco Javier, & la bondicion y colocacion de la primera picdra.
Hizo esta ceremonia revcatido de ponli6cal el Illmo. Sr. D- Fr. M&r-
coa Ramirez, como quien tomaba lania parte en los aomentoi de aquel
colegio, y en las obrHS de BU ilustre secretario.
La obni se prosiguid con tanto calor, que en pocos meaeB ya esta- 1^61.
- ban ecbadoa por tgual loa cimientos de todo aqncl roagnifico edificio Mneite M
GOD increible consuclo del piadoso fundador, que cod mucha frecuen- colegiodeVa.
cia visitaba por si mismo la fUbrica y animaba & los trabajadores. Se ''"^^^'
contenid el ScBor con ol sacrificio de su buena voluntad, de que quiso
darle muy pranta y copioaa recompensa. Efectivamente, el dia 9 do
abril del aflo priSximo de 1661 se eintitf herido de una fiebro que no
dcscubricndo desde el principio mucha malignidad, le di6 tiempo para
prevenirse muy cristianamente & la muerte, quo le sobrevino el dia 19
de Julio. Se enterr6 en nuostra iglesia Con toda la solemnidad y en
el lagar mismo que se suele dar i, los fundadores, y bien- quo dcspues
por vsrioB accidentes no Ilegase & tencr efecto la donacion; sin embar-
go, la CompaiSia agradecida siempre i sus buenos deseos lo hizo por
algunos aiioa los sufragios y anivoTBario fique so habia obligadoen las
escrituras, y conserra hasta hoy su retralo en cl colegio do Yalladolid,
como de insigne benefactor. Con su muerte se iDlcrrumpid poralgun
liempo la i%brica; pero may breve Tdvid k prowguirso con mayor fer-
— 420 —
vor, S;i albacca y cjccutor tcstamciitario, que lo fue el misnio lUuw.
Sr. D- Fr. Milrcos Ramirez otorg6 rucvq C9critura en quo insertando
el podcr para tostar quo lo habia dejado el difunto, y la cscrttuia ha-
clia en favor del colqgio cl aiio anteccdcnte, la ratifica y ae obliga i
cootribuir con toes mil pesos cada ano hosla completar la dicba canti-
dad dquerse habia obU^ado ol ftindadof; anadiendo que por ser cosa
tocamte dla Compauia dc jcsus y al oolegio de Yalladolitly 4 quicnS*
& I. ha tenkio y tieno particular veneracion, y por el particular afec*
to que tuvo d.su secretario, aunque no aloancen los bicncs dc dicho di-
funto, S. S. I. quicre supUr todo lo que faltaro de los suyos propios,
hacicndo, como dosdc lucgo hace d la dicha Compaiiia y ^ estc oole-
gio gracia y donncion pura, mera, perfecta 6 irrevocable que el dorc-
cho llama inter mvos, de todo lo que montare, lo qvicsuple y ha desupUr
para que .tonga su entcro cumplimiento la dicha escrituca do patrona-
to." liasta aquf cl Illmo« Sr. obispo do Michoacdn, con fccha de 24 dc
Julio de aquol mismo ano de 61.
Maortcckl £n el colegio maximo de M^i^ico pos6 de esta vida 4 Jos 21 de ma-
lo m^tefc*^ yo q1 padre Gonzalo Ddvalos, fervoro^K) operario .por algunos anos dc
Ja mision de loe xiximee^ en que hubiera acabado gustosamentc sus.dias
si unajpromacnfermedadocasionada de la.caidade un caballo.on aquel
frngoso terrene, no lo hubiera iniposibilitado poja.coQtinuar.cutre sus
amados indios. JRetiradcd la,proyincia9 contribuy6 d la salvacion do
las lalmas tion un singular talento»depulpito, do quo Jo dot6 cl ciclo.
JSn los Altimos.anos lo probu el Scuor con gravisimos dolorcs quo . to-
•lcr6 sieqpre (Con un rostro sereno y con una constancia admirable en
Ja rcligiosa dialribucion, deque jamas se di6 por dispensado. ,Fu6 sin-
gularmente devoto de la -Santisima Virgen, d cuya honra ayuno cons-
tantQmcnto;djpan y qgua-las visperas do sus festividades yrtodos losed-
bados.dol ailo. £1 dta 4ntes.dp niorir, tsin algqnas prcvlos di^osicio-
lies del insuUo.aplopetico, que.lc aeab6.la.vida.al dia siguicntc, Uabia
hccho una confesion general de toda su vida, ontre.muobas otras que
liabia acoatumbrado hacer en Hupiolija entcrmedad. Por.eatoS'rais-
Muerte del mos dias fallccid en la Casa Profesa el padre Francisco Calderon, que
P?**"' r^J^' despues de haber obtenido los primeros cargos de la.provincia, hostai
roa. dos voces 'Ol de provincial, lo:babia.rcDunciado. la ultima vez para re-
• llfarso totalmente dc todo trato humane, como cfcctivamcnto lo pnu:(i.
CO, por echo anos que le dur6 despues la vida, sin mas.olicio.quo.cl dc
la continua meditacion y .iQCciondaUbros santos. En sesentaaiioade
— 421 —
vida rigoroaa, y en la grando variedad de oeupaCAOoes^ aai de letras co^
mo de gobierno, en que le 0€up6 la obediencia» fu^ joauy singular su
cuidado en yer por el buen nombre de la Oompania, an celo en corre-
gir sin aaepcion do personaa, aun los menpres de9Cuidoa en la obser*
vancia regular^ au diligencia y actividad para el alivio de laa cajsiaa y
de los sugetos, y su coostante amor 4 los pobres; tan pobre ^1 raismOt
que en su ultima enfermcdad^ considerando como albajas ya sup^rfluas
para el k>a breviaries y el oiant^o, que era lo unico que faabia en 8i|
apoaento, se deshizo da ello con licencia de los superiores, para no te«
ner presda alguna en eate Qjtundo. Aai muri6 como hijo verdadero de
la pobrezay el 13 de julio de 1661.
Hall&baae por eate tieo^po en Mexico de paao para las i^as Filipi-
naa el venerable padre Diego Luis de Sanvi tores, primer ap6stoI de laa
misionea, y di primero quQ laa rcg6 tambion con au aangre. Bate gxan-
da bombre, Uamado de Dioa 4 la Compama, como otro S. laiia Gonza-
ga, por medio de la Santisima Virgen y de S. Francisco Javier^ como
otro Marcelo MaatriUi 4 las miaionea de Indiaa y 4 la palma del mar-
tirio, buscando algun desahogo 4 su celo, hacia en Mexico continuaa
y fervoroaas miaionea con grande provecho dc las almaa^ Para perpe-
tuarlo, se aplic6 siogularmente 4 promo vex la congregacion de S. Fraxv-
ciaco Javier, 4 quien en prendaa de au amor di5 el miamo c4lizen que
aolia celebrar el aanto, y que boy ae conserva con aingular veneraeion.
£ste cuerpo iluatre pag6 al padre aua buenoa oficioa, tomando 4 su car-
go proveerle de los medioa neceaarioe para su apoatdlica empresa de la
^converaibn de laa Marianoa. £n omaraentoa y otraa albajas nooesa-
riaa le dieron mas de trea mil peaos, y mucbo maa grueaa contidad en
reali58y entrandoaai 4 la parte de aua evang^licoa trabajoa, y contribu-
3rendo 4 la aalvacion de laa almaa y dilatafioo del apoatolado de Ja-
vier, en persona de e^e au fideliaimo imitador. A loa aumentoa que
did con au fervor 4 esta iosigne congregacion el padre Luis de Sanvi-
torea, concurrid tamhien el cielo con un caao baatante aingular, y mu-
cko maa por haber aido ea la nobiliaima j^raona de D. Fernando de
Telaaoo, ccmde de Santiago, cuya iluatre caaa ea el espejo deestoa rei-
noa. Habia eate caballeco alist4doee entre loa congregantes de S» J^^ ^^ ^
F w i aci a c o Javier, y aun para mayor protaatacion de au a&cto pu4s. de de Santia.
toM ai cuello una medalla del aanto* Aquella misma noche muy 4 ^ ^^^u^
^deahoraa, lo llamd 4 la pilerta de au caaa un enenugo podeoroao, fiado ^o*
Mat que en an valor, on la autoridad y cUi^ da an excelcBtiaimo pa-
TONO II. 54
' »
—422—
Av. (ElvireycoDdodeBwios.)Efwi y& may cosocidu d^ ooadi
coalidadM delMcamtro que le buBcalMii, y uilMJalM uniado pami rapi
■a o«dla,cauidoalgolpedei]]upiBtoUcay6i«DUdoniicriuk>6d
le qaiso legaiT i todo trancv. Loa Mgnaonm, creyendo anierto ml con
quifln habion dirigido el dro, n puaeron m aima pan defoaderva del
JDzgafaan cri&do de U can. Presto reconoctflnoD en el Talor ooa
tos poao en fuga, que babiui emdo el golpe. EI conde, no m^ixM
ble qua piadoso, voWid & bu caaa, carga sobre bub bombroa al ciiadi
procura U salud del alma por medio de ira confuor, y dejindolo ■
tecido de todo la que parecia Decesarioi Tnelre i aalir Talerooun
en buaca da bub enemigw con todo el inimo qne le inapiraba su jai
tud y BU dolw. Con boU bu eapada acomete al miamo dempo y ae
fiende de coatro bombrea annadoa, y dejindoloa cobaidemente es<
ndoMi melvB A loa Buyoa ain la menor leaon. Su [Modad y las cizo
tanciaa de aqud dia, le bicieran atribuirilaprpteeciondelsuttoai
lA an moeao tan aingalar, i que reconocido el reato de m vids too
cargo de m ilnatn caaa celebrar cada ano la solenuiidad do qtte an
Uumos memona.
la Aunqoe de Ifnea nray divena, ea ain embargo de mayor edific«
F lo qoe Bocedid por eate numo tkmpo en la mioion del lio de Puu
En&na6 gravemente en el pueblo de Guarizame an indio que hi
oficio de mfiaco en Ia> functonea da iglena. Habt^ndoaele adnunut
do loa Oltimoa Sacramentoa, le fiid frazoao al padre CiiatiSbal de ]
Uea, on miniatro, paitine & otn lugar vecioo, donde le llamaba la
ceaidad de otna enfeimoe. De^uea de cuatro diaa que Tolvid 4 G
rizame, aupo qae el indio eataba ya Bin habla y agoniundo deade
Umb intea. Al dia aiguiente, mi6ntrafl iba i decir misa, rog6 6. on
panol vecino del real de Guapyupe, por nombre Joan de Olivaa. <
paaase & ver al enfermo. Fu< y qnedd eatremamenle sorprendido
haUarlo eantando despaea de tree dias que babia paaado sin aliment
nn senddo. Tolvid attinito, diciendo qne el indio eetaba poaeido
demonio. Yo le he mdo, decia, cantor on tareaco y en otna lengi
que nadie le endende, y tan redo que ee oye i maa de una coadra
su casa. Hnere loa dientea y nnielaa como si fiieran postizoa 6 ea
▼iesen pendientes de an hilo> Con este informs, luego que acab6
min, partifi en diligencia el miaionero k su casai donde babia ya e
cunido i la norvdad la mayor parte del pueblo. En presencia de
doB aalid & recibiilo suafiigidamager, diciendo enalta vox: Padre,
—423--
marido estd as! porque ^1 me ha dicho que nunca se confieaa bien. Con
esta noticia comenz6 el ministro 4 exhortarle k que ae confesaae, y sien-
do asl, (dice el mismo padre) que 4 nadie respondia, 4 mi me leapondid
que no queiia confesarsey que ya estaba en los infiernost y luego pro.
seguia con voz espantosa: Ya me arrojan en las llamas: ^ay! jay! ya me '^
quebrantan todo el cuerpo: nada veo, iqu6 oscuridad, que congojas pa-
dezco! Aunque mas le persuadia 4 que dejase estos delirios: ^1, impe-
lido del demonic, 6 no me oia, 6 no me queria responder. Dispuse que
cuatro Indies de los mas robustos lo tuviesen de pies y manos, y en es-
ta forma dije sobre 41 oraciones de la Iglesia. Quiso Dies que se so-
segase, y 8ent4ndose en la cama, dijo: jBendito sea Dies que ya
veo la luz! Pude persuadirle 4 que se confesase, y me prometi6 que
lo haria. £nt6nces, d4ndole tiempo y mode de examinarse, junt4 la
dem48 gente y los llev4 4 la iglesia 4 dar gracias al Sefior, y exhortar-
los 4 una buena eonfesion, si no querian sujetarse 4 un castigo seme-
jante. En esto estaba^ cuando vinieron 4 avisarme que estaba peer el
enfermoy y que 4 una hija suya queria arrojarla en el fuego* Aeudi-
mos todos all4. Yolvi 4 conjurar al demonic que obedeci6 aegunda ^
vez 4 la Santa Iglesia. £1 indio vuelto en si, comenz6 luego una con-
fesion general, que segun la forma que yp le iba dando, continud per
ocho diasy y persevera hasta hoy bueno y sane y con bastante edifica-^
cion en el pueblo. Este suceso ha side para otros muchos de grande
ntilidad." Hasta aqui el padre Crist6bal Roblesi en carta fecha 4 16
de febrero de 1663.
En el de 61 que vamos tratando, lleg6 de visitador de la provinda Llsgada del
el padre Hernando Cavera, varon de grande prudencia y singular dul- JoCawoI^
zura, que supo apreciar justamente las gloriosas fiitigas de los jesuitas ntador de k
de Nueva-Espana, como lo signified en varias cartas el M* R. padre ^£^?661,
Juan Pablo Oliva, que 4 fines de este ano por muerte del padre Nikel
entr6 al gobiemo de la universal Compaula.
El siguiente aiio de 1662, es muy memorable para la Compafiia por 1663.
baberse en 41 dado principio al fijo anual estid>lecimiento del Jubileo j^^debJ
de las doctrinas en la tercera seraana de cuareama. Aunque el glo- doctrinas.
rioso y utilisimo ministerio de cantar con los niuos la doctrina cristia-
na per las ealles y plazas, habia sido usado desde los principios do la
provincia; como hemes notada en otraa partes, y singularmentc en loa
advientos y cuaresma; sin embargo, pareci6 sefialar un diafijo ea que
anualmente se ganaae el Jubileo 4 indulgencias viDculadaa 4 este sa^
— 4«4 —
hidtble ejcKicio. Gctenmba et 6 ttj «l mnMwpm^ par ai
del Br. mmo. D. Mateo Segue deDo^giieiras, qiiedeede el 2 de aM
del aik> anCeeedeate Iwbia ado namdo por S. M. i loe reioos de Cm-
ttHa, ftL lie. D. Aloaeo Ortiz de Oraa, que Wao en ello gaatoaameiite
deetiaaado peia la eoiaoiiioD gegseral d eaaito donuago de coaresoMv
que M ea aqad afio dta del glonosSaaio Patriarea Sr. S. J096. £1
Exmo. 8r. conde de Banosy Tirey eatdaces deestos reinos, y muelioi
Sres. prebendados qaisieroB aatoriiar eon ea preseacia eaCa iwimefa
foadoB. Sigmeiido ua ejempio tao itosCia ks Baaiatros re a l ca y per*
801188 raas fotiagoidaB de la lepiililioa, eoafaadidos oon la iwSawta pie-
be caatabaa por la8 calleflflia ▼eiguema algaaa loe mialeiios de miee-
tra f6 aantfaioia. En aa ef^ieettodo de aiocba edificacion y que sa-
caba piadosaa HgrimaB & I08 bombies coerdoe y devotos, rer el orgaUo
y giaadeza del raoadoy coBYeitido ea la iafaaoa y simplicadad evaa-
g61ica. Acabada eata deioCa proeesioaf deadeel colegio mkxiano bas-
ta la Caaa Pirofesa, segma la esplicacioii de la doctriaa ea aquella igle-
aia y ea mocbas otraa que aeSald e! t)r£aane« La semilla de la pala-
bra diviaa, qoe coaado se ojre cob siacertdad, y ae predica eon puiaaa
y f^fer, jamlbB deja de producir firatos digaoe de peniteaciay fii^ ea eata
ocaaioB ea que ealaba el ieneao bien diapueato, infiaitaaieBte maa ft.
caada. Ateadie ad o i. la iaaaraerable nmhitad de loa qae oian las pl4*
ticaa, y se eoafeaaban pan gaaar el Jufaileo, ae bubo de ealender la
oonmoioB & trace i gl e oiaB ^ que fueron: la Catednl, Saata Oatarina
M&rtir, la Santa Veracruz, la Santisima Trinidad, y loa ooDveiitos da
retigioaaa do' la CoaotpoioB, Regiaa, la Eacaraacioa, S. Lorenzo^ S.
BemardOy 6. JO06 de Gracia y Jesas Maria, iuen de nuestm Caaa
Profesa y el colegio m&riino. £n todaa eatas iglesiaa, aegaa el o6m^
poto que se pudo hacer por l&fi fonnaa, pasd el aumero do coanmionaB
de ctmrenta y ocho mil y quioieotaa.
Y ya que con la ocasion de eale Jubilee berooa hablado del fervor y
criBtiana piedad del Exdk>. Sr. D. Juaa de Leiba, eoade de Bafioa» 110
debemos pasar en ailencio los grandee ejenifdoa con que por estoa ania-
moa tiempoa autorizaba y promoria la Traenble coagregacioii de la
PartBima. En 15 de enero, en qoeee telebr6 eateano la fieata laincipal
de la congregacion, habieado S. E. ooimilgado ea la igleeia coa loa
demaa congregantea, recibid au patente eon aiagolar veneracioa. Aaia.
tia (dice on papel de aquelloa tiempos) k loa ejereicioa de la Pa r fa ima
COB ia^fiapeaaable puntualidad. Aon eataado fiiem de Mexico, ea 8*
— 425 —
Aguatin de las Cuevas dakgun otro Ingar da la oomarea, venial pan-
tualmente todoa ka martea. Habia ido 6. £• por alganoa dyaa alaan*
tuario de los Remedios, mas da trea l^jvaa diatenta de la ciudad de
Mexico. % Eatando en la mesa, cerca de ka doe de la taodey ae acoxd6
que era martes, y al punto maadd poner el codie para aacalir & con»-
gregacLon. Por mucha prisa que ae dierop loa eocheroa, lleg6 cuando
el padre pref^oto eataba ya haoiendo la acoatumbrada plidca. Porno
intemimpide ni inquietar el devote ooneorao* quiap quedarae junto k
la puerta y aentarBO en una de laa ^Uimaa bancas, y lo hubiem hecho
at el padre eon una oorteaana violencia no le hubiera obligado i aubir
& la ailla que eienipra tenia preparada ooa&jrme k mi cac4cter. . Aun
fu6 mayor el cgemplo de au moderacion en otro lance* £otraba undia
& la capilld de la congregaoion hablando con ^ padre provincial que
habia bajado & recibirle. £1 celador, con maa aencillez que diacrecion,
le advirti6, como lo haee con loa demaa cuando fiiltan k eata reglay y
el piadosiaimo virey ain baUar maa palabra ni noatrar aim en el «em*
blante la maa ligera indiBpoaicion, ae apartd de loa padraa y tom6 au
lugar. £ra aingular la edificacion con cpie aaiatia i loa hoapitalea y
aervia la vianda 4 loa enfermoa besando ^ pan Antiaada diraeloa^ y ai
el enfermo era aacerdote, faincando tambieii la fodiUa, y bea^ndolea la
mano. A loa ordinarioa platosqua eoateaba 1& congregacion, anadia
aiempie ona 6 doa grandea Ibe^tea de cajaa de dnlce y otraa coaaa ee*
qaiaitaa de au repoateria cpeie ae daW al fin de la cena, y conaideraUe
aoma de lealea para repardrse autre loa pobrea. Partiendo deapuea &
loa reinoB de Oaatillay ae despi<fi6 con ternura de eu amada congrega*
cioii, encomenddndoae 4 aua orecieoeay y k> mvnno de84e Madrid an
cartaa de grande jfamiliaridad y ooaifiaaaay eaciitea al padre Antonio
Nunez de Miranda, ya ent^neea praftcto, que ae guaadan eon aingii-
lar apieoio en el archive de la Ptnriaima. Ejemplea de moderaeien y
de piedad que hemoa eacnto con guato, para deavaneeer laa jureoeiipaM
cionea que acaao ae tienen contra la peraona de un vtrey dia lea' nMa
ejemplarea y juatoa <)!ie han venido A laa Indfaa. Ni el 4xite de au go*
biemo debei^ haeer alguna fneraa k quien auidava, oomo dabe atrtbula*
lo mas k IhtnemniermdajmBenkid de D. Pedro de LeHOf eu kije^ que
k la netoria piedad y j«Mtifteada eonducta de^M i^aeeleatlaiaK) padve.
t Solian ir ioa vireyig al la n t i i tt i e de lea RpBiadiai it haeef ikvetfat, y '<» <*iifc.
WKH aS teiJipuiaaUt
— 426 —
Aon en esta ocasion se manifestd battantemente mx criatiana modeia-
cion, sa g^randeza de alma j su generosidad, de espiritu superior k la
fortunay y mucho maa despuea que en Madrid, en medio de la prosperi-
dad y de la honra, lo renunci6 todo por conaagrarae & Dios en el esta-
do religiose entre los Cannelitas descalzos.
Por el mes de noviembre, cumplidos ja, los nuoYe anos de la tiltima
congregacion, no pareci6 poderse diferir por mas tiempo enviar & Ro-
ma procuradores que infonnasen del estado de la provincia; tanto mas,
coanto elevado poco totes al supremo cargo de la Compania el padre
Juan Pablo Oliva, y criados nuevos asistentesy eran mas necesarios es-
tos informes* Por otra parte, las graves necesidades en que se veia
la provinciaf obligaba k escusar cuanto fuese posible de gastos k los co-
Congrec^a. legios distantes. En esta consideracion, el padre provincial Pedro An-
^on provm. ^^^ Diaz, tomado totes el dicttoien de los padres consultores, se de-
termino k celebrar una congregaoion abreviada, digtoioslo asl, y com-
puesta solamente de los vocales que se hallaban en Mexico y en los
colegios veoinos de Puebla y Tepotzotlto* Se destind para principio
de la congregaoion el dia 12 de noviembret en que fu6 elegido secrets,
no el padre Francisco Jimenez, y luego al 14, procuradores los pa*
dres Lorenzo de Alvarado y Bernardo Pardo.
Mnerte del Pocos meses totes habia muerto en el colegio de Tepotzotlto, en
SiqO^^iq^^ que vivia retirado casi toda mi vida el padre Horacio Garocci, natural
de Florencia, de sesenta alios de religion y ochenta y dos de edad, uno
de los sugetos mas grandes que ha tenido esta provincia, tanto en vir-
tnd, como en todo g^nero de literatura. Ezcelente en las lenguas la-
tins, griega y hebrea, no m6nos que en la otomi, mazagua y mexica-
na, en que dej6 mucho escrito de grande alivio para los ministros de in-
dies. Era de los sugetos de mayores esperanzas en la provincia roma-
na en que en las letras humanas se miraban como sus discipulos los
mejores y mas floridos ingenios de aquel tiempo: Leon Sancti, Alejan-
dro Donate, Constancio Pulchareli, y otros muchos cuyas obras.se
ven en el Parnaso Jesuitico. Esta misma cultura poseia en la bisto-
ria geom^trica, mtisica y filosofia, y en la tedogia muy singularmen-
te« Estas brillantes cualidades solo sirvieron en la Nueva-Espana de
realzar su humildad y su celo, sofoctodolas todas en el retiro y sole-
dad de un pueblo despreciable, y saerifictodolas al trato y grosera co-
munion de los Indies otomites y mexicanos de Tepotzotlin y sus con-
tomes. Constantlsimo en la distribucion religiosa, y grande aprecia-
— 427 —
dor del tiempo, de que no dejaba pasar la menor partlcula. £iitrega«
do 4 estoe ministeiios de caiidad, y al cultivo de los indios le sobrevino
la iiltiaia eDfermedad, de que muri6 dejando Ueua la provincia del sua-
ve olor de su religiosa vida* El padre Pedro de Yalenciay rector del
colegio de Tepotzotl&n, e8cribi6 una larga carta de sua virtudes; pero
en que refiri^ndose k otra antecedente nos deja ignorantes del mes y
dia de su muerte. La carta ea de 17 de setiembre de 1662.
£n los partidos de misiones se padecia mucbo en estos tiempos con Epidemk en
las grandes hambres y epidemiasy que conranicindoae cuaai sin inter. ^•***» J T^
xamsftrA*
rupcion de unas & otras naciones, asolabon aquellos pueblos, singular-
mente Taraumares y Lagunaras. Entre estos dltimos, desde el alio
de 1653, en que ae entregaron k ministros cl6rigos aquellas misioncB,
no habia quedado sino la resideneia de Parras« aunque sin laadminis*
tracion; sin embargo, todos loa del lugar y de los pueblos vecinos, re*
currian firecuentemente & los padres que los habian engendrado en Je.
sucristo, principalmente en el trance de la muerte. Sabiendo que en
algunos pueblos distantes ocho y catorce leguas de la cabecera, morian
algunos mas que por la enibrmedad, por la desnudez y el desabrigo, se
enviaron de nuestro colegio cantidad de frazadas, mantas y otros se*
mejantes g6neros de que visten los indios, con alguna porcion de maiz
y otros usuales alimentos. El p&rroco, que actualmente ae hallaba en
aquellos lugares, y por cuya mano corri6 la distribucion de estas li*
mosnas, di6 luego las gracias & los padres que con su ejemplo anima*
ron & algunos de los vecinos k semejantes oficios de caridad con no-
table alivio de los enfermos. A este provecbo temporal se afiadian otros
espirituales mucbo mas recomendaUes* Algunos indios cuahuilas que
habitan al Oriente de los laguneros atraidos de esta liberalidad venian
& sus rancherias distantes y haciendas en que Servian, k ser instniidos
en la fS, y recibir el bautismo, con que insensiblemente se iban dila*
tando &cia el Nuevo-M6xico las espirituales conquiatas. De lor que
mnrteron entre los taraumaresi fu^ muy singular la disposicion de D«
Francisco, cacique y gobemador del pueblo de las Bocas, indio muy
racional, de una cristiandad y de un oelo k prueba de los mayores peli*
gros, y que en las doe sediciones de sus naturales sucedidas los anea
antecedentes habia resistido con valor k las solicitaciones de los de*
mas pueblos casi todos oonjurados y conservado k sus gentes en el res-
peto y obediencia k sus ministros y demas legitimes snperiores. To*
cado del contagio y recibidoslos Sacramentos tUtimos, hizo Uamar 4 su
428 —
Mwa 4 todo el puebki^ A quion biao oob mia vos etttera im Atitrao may
INtMtico, enseaindoleS'i estuDar el grande benefido que Dios lea hacta
en el bautiomoy exhortando A la puroxa de la fib, 6 la emnteBda de lai
costumbres^ i la ob^iencia y fidelidad 4 sm may area. Acab6 pidieo*
do bumildeiDeDte peardon de las faltas qoe aca^ bubiese cometido eo
el ejercicio de m cai^go, y entre lae l^rimas y soUoaoft de toda la idh.
chedurobre c^ le amaba como k padrft, y aua del misoK) miaioaero edi-
ficado de Un edlida piedad, haciendo fervoroaoe actoa de contiicioii, y
babkddo afectvKMMeimamente con uo crucifijo que tenia en las inaiio§»
iiiuri6 dentfo de poco.
erte edifi. Por este mismo tiempo un espanol ancianoy ainti^fidoae herido de la
ifiol. enfermedad quiao venil'se al miatno paeblo por lograr la oomodidad de
UQ sacerdole. Yino efectivartieate ooa singular gusto del padre y no-
table edificaoioki de todO el higar, en que murib dentro de alguaoa dias.
dejando muy seguras prendai de sa Balvacion. £s muy ain^lar el
fiiTor que recibi6 de la Santitima Virgen para no darle lugar en eata
relacion. Habia sido en au juTeotud molestado grayiBiaiameiile de
(entacioiieB impurae. Para estar maa l^jos de este peligra« hizo k la
Aantisima Tirgen veto de castidad; pero se agray6 mucho maa la ten*
iacion y lleg^ & t^ftninos de entrarse una desboDesta muger 4 provo-
6arle. Hall4base el infeliz ya al bordo del precipidb* cuando se acor-
dd del Veto ^e^Unia becho 4 la Santisima Seuora. £iit6nces sin de-
liberar, 4ntes indignado oontra si mismo y contim aqoella io&aie mo^
gercUla> la a<roj6 de si cbn dosprecio. El pr^mio de esteher^ico ven*
dimieafOf M el aingulaHslitto pHvilegio de no solo no caer, pero ni
aun sedtir en mas de cincuenta afios que vivi6 despues la mayor incli*
Mtion 4 este vicio tvrgonsoso, Tiviendo siempre sollero; y entre la li-
bertad del catnpo y rtales de miiias,
Los iadios del Tizonaao, que admiraba el padre Semab6 de Solo,
too bien l^educidos 4 quietud despees de lospa^idos modnes en que ha*
bian tenido tanta part^ se rindieron por fin 4 loa ejeaipkM de caridad
que vieron en este fervorosomisioiiero en el tiempo de la epidemia com
4ae los yneHid e\ Sefior. La mtsma foiiutia oerneron loa veciaoa poe^
blofs de los tepebtifanes, en que tuviei^ mucba matena de mereoinaen-
tos los padres Jato Orti^ de Zapata en San«a (E)atatiia> FWro Svatea
en Pap42(]^(irOy y en el Zape el padre FHaacfSce de Meiidoza. Eate
misionere as el que esoribid la bistoria qoe tei^enies mttxeserila de 1%
Coneepd<my que se venem en fidio pocMe, y de qae bemes heob^
-U
— 429 —
memoria en otxa parte. La devociontiecnisimQ del padro para con la
soberaua Ylrgem le hacia ocuirir 4 elia y exhortar d todos 4 lo mismo
coQ la eeperieocia desu coofitinte proteccioa. Eate mismo xoinisUo
pas6al real de Gtiaoasebi, doade eatre loae^pailioles habnpi«DdIdo.la
peste coo oMyor ligor- Acootecid aqui que babieodo oidaua fervoro-
so sermon una doocella j6ven do lo principal del red> y movida de. la
Divina gracia> entr6 en su c^a cortdadoso la» pulseras y garganlilla
de perlas, y dicieado ea aUa v(xlu , . » Quieudebe, que pague* Per-
severe en aqueUos- laismoi pcof <)sitoa como dos meses y medio^ des-
pues do los cualee, berida del contagio, muri5 coa singulaces rouea-
traa do predestioacion* Con esta y otras moebas nxuertes crecia cada
dia inaa la aflicfiion de los veciiws que no balJaban ya reniedio alguno
en lo bumano contra la violencia del mal. Resohieron escoger por
suertes algun santo por patron del Real, con voto de bacerle uoa so-
lemne fiesta cada aao. Entre laa mucbas c^dulas que se ecbaron* so- El real de
lo un soldado Tizcaioo sa acord<S de N. P. S* Ignacio, y efectivamen- co«!°por pa^
te* fu^ el que sali6 con la suerte, no sin grande admiracion de todos. tron & S. Ig.
Creci6 ^sta mucbo mas cuaodo despuea se supo por algunos antiguos
vecinosy que cerca de cuarenta aiioa ^ntes> con semejanle ocasion y en
circunstaacias aemejaotes, babia tambien salido electo el Santo por pa-
tron, de Guanaaebi^ aunqua despues ae. babian olvidado y dejado de cc-
lebrar la fiesta prometida* Por recompensacy pues» el descuido d in-
gratititd pasada, juraron aolemnemente al Santo fiindador de la Compa-
iiia, aniinadoa tanto niasi cuanto creyeron que las epidemias que se
babiaii aegjuidOy podiao ser castigo de su poco agradecimiento d taa be-
n^fiea pvotertor«
£a el real de Cozaldi perieoecicaie al partido. de. S« Andr^^, aunquo
no eon tonto iurof, iiadej6 tambien de bacer benlermedad considerablo
e8trago« £1 padre Alvaro Pardo^ ministco del pueblo dc S4 Francisco
de Piuba, distaole de alii ocbo leguaa de maLcanuno^llevado dc su ar.
diente oaridad, no d^ba de pasar alld alguna vez entra ano. i peticion
del miemo p6rroco. £ra el padre Pardo un miaicmero! fcrvorosp^^acti-
TOt y de una sencilles de corazon muy d pr(>p6.«uto para que el Senor
le hioiera grandea fav.orea^ Eatre los dpmaa.en£iriaos, babia. un espar
nol d quien un oooiiaiKa deliria bo daba lugard diaponerse y recibir
las santos Sacramontoa* £1 padre, afiigM(>rte iaaU36 ,roucbas.v^(ejB£i»
pero lo ballabacada dia maainoafaA de alg^ina.cristiaiui d^apo^icipo^
iLa solicitud de] rebaw qMft tenia. &«u;cuidado»,ni9(le.B09;fnitx&dp|e^-
TOMO 11. 55
■^430—
s6 mucho tiempo en CozaU, y por otra parte le era muy doloroso de^
jar sin rcmedio aquella, por no haber ent6nccs otro sacerdote en el la-
gar. Yolvi6 & visitar al enfermo, y halldndolo en el mismo estado, ar-
rebatado del dolor, se hinc6 ante un CruciBjo que estaba k la cabece-
ra del enfermo, y con Idgriroas en los ojos, se quej6 amorosamente al
Seller, que c6mo le hacia partirso con aquel desconsuelo despues de
tanto cansancio. Hecha esta breve oracion, se levant6, y con una toz
llena de conBanza le Uamd por su nombre, preguntdndole que si que-
ria confesarse. iCosa admirable! El fren^tico volvi6 con quietud los
ojos al padre, y prorumpiendo en l&grimas despues de una corta sus-
pension* • • .Si, padre, dijo k gritos, confesarme quiero, Lileo&ronse
de asombro los circunstantes, y el misionero, con otro tanto consuelo,
le oy6 muy despacio su confesion, acompaiidda desde el principio has-
ta el fin de un amarguisimo llanto. No fu6 menor el que consigui6 el
niismo padre de un mulato malvado y fiero, & quien ni la justicia ni al-
gun otro poder humane habia side bastante para hacerle entregar una
muger que tenia oculta en los montes con publico esc&ndalo de todos
aquellos pueblos. Lo encontr6 por su dicha el padre Pardo, y reves*
tide del espiritu de Dies, le reprendi6 su mala vida y le mand6 que al
instante trajese & su presencia & la muger. El hombre, aturdido co-
mo al golpe de un rayo, qued6 mirando al padre con demoetracion de
mucho espanto, y respondi6: • • • • SI, padre, yo me compondr6 y la trae-
r^. El misionero, gozosisimo, comunic6 la noticia & todo el real, en
que era ptiblica la culpa. Reianse todos de su simplicidad, diciendo
que le enganaba como & tantos otros. Pero [cu41 fu^ la admiracion
cuando aquel b&rbaro, convertido en un manso cordcro, con presencia
de todo el real, llev6 la muger al padre para que la depositara, como lo
hizo, en casa de su satisfaccion. No contento con esto, procur6 que
volviese & la amistad de Dies por medio de la confesion, y hact^ndole
tomar el estado de mathmonio, dej6 un edificativo cristiano, al que mi*
raban todos dntes como & un hombre r^probo y destinado al infiemo.
1663. Desde fines del ano de 62 comenz6 d sentirse el contdgio en loa
pueblos de la Topia, hasta casi la mitad del de 63. £1 padre Ignacio
de Medina, que administraba el partido de Otaiz, y que por particular
encargo de los Sres. obispos tenia k su cuidado el presidio de S. Hi-
p61ito y real de Guapijupe, 4 pesar de los caminos impracticables y de
la violencia de la peste, corria incesantemente de unos k otros pueblos
para el socorro de las almas. Una fatiga tan continua, anadido el aire
- v/'
— 431 —
inticionado que rospirubu en las humildos chozas de los enfermos, \o
dcrribo bien presto en la cama; pero el fervoroso misionero, teniciidosc
por dichoso de dar la vida en un oficio de tanta caridad, no bien se sin-
ti6 con algunas fuerzas, cuando vo]vi6 con may ores brios a su minis -
terio apost6lico. Pasmdbanse los espanoles, y aun los mismos de ver-
le mas muerto que vivo tolerarlas incomodidades del cielo y del terre-
ne, y menospreciar su propia vida por asistirles, supliendo la robustez
del espiritu la debilidad de sus fuerzas. Cay6 finalmente segunda vez,
y llegando hasta los ultimos t^rminos de la vida, quiso el Senor que
se libertase para el remedio de tantas almas & quienes no asistia otro
sacerdote. En el real se habian hecho muchas plegarias y devotas
procesiones para aplacar la ira del cielo; pero proseguia con rigor la
peste, permiti^ndolo asi Dios para mayor gloria de su nombre. £n
uno de los dias de su couvalecencia, leia por accidente el padre un li-
bro de varies prodigies de S. Francisco Javier, que tres auos &ntes ha-
bia irapreso para dilatar su devocion la congregaciou mexicana. Ani-
mado con los grandes fervores que alii se cuentan en cases semcjun-
tes, propuso & los del real quo se encomendasen a estc nuevo apos-
toU disponiendo desde el dia siguiente un novenario. Una nueva
luz de esporanza raY6 repentinamente en los dqimos constemados.
Hicieron con gran devocion y confianza el novenario, y al fin sacaron
en procesion la imdgen del Santo con tan sensible efecto, que ni en el
real ni en los otros pueblos del partido de Otaiz, muri6 desde aqucl mis-
mo dia sino solo uno de los contagiados. Los naturales de Santa Ma-
ria de Otaiz tenian muy merecida la proteccion del cielo por su singu-
lar piedad y aprccio que hacian de la fd cristiana, sin acceder jam^s por
ruegos ni aun por vejaciones al partido de algunos ap6statas tepehua-
nes y gentiles veciaos. Habiendo padecido en estos mismos aiios al-
gunas incursiones de estos barbaros, que habian saqueado y quemado
con muerte de algunos indios el pueblo de S. Mdrco.i, se les persua-
dia & que mudasen de situacion lejos de aquellas gentes; pero rcspon-
dieron ellos ^ los padres y ministros reales que cstaban rcsueltos d vi-
vir y morir en aquel sitio donde habian side bautizados, y donde los
habia puesto y descansaba entre ellos su primer padre y fundador de
aquella cristiaudad. Hablaban del apost6lico padre Pedro Gravina,
uno de los varones mas santos y de los mas fcrvorosos misioneros que
ban ilustrado nuestra provincia.
Era ya por este tiempo muy conocido en Mexico el fervoroso celo Misionos del
padrc Joi^ Vi. ^^1 pM)r« Jos^ Vidal. Este nrngne jesuita, no €onteiito con la dim
'^^' tarea tie sy cdtedta, en qye no m^nos con bus letras i^ue eon el ejetn-
plo do 6U piedadv fonnaba tan bellos sugetos 4 la repiiMica 7 & la Igle-
sia, el tiempo de las yacacioaea eti que podia iograr afgim denoaoso,
lo ocupaba en piadosas escorsiones & los paeMos veciDOSy que oorm
coo suma edificadoQ^ liacieDdo laiaianee 7 esplicando ia doctrioa em-
tiana. Hafaia }ra desde algan tiempo 6nte8 propuesfo i^ndidaaaente 4
los superioros la luscrosa ocupacion de kis c4ledras y represent^ndoles
kui viv9La V'oces con que lo Ilamaba el Senior a1 mtnisterio de evangeli-
zar los pobres. Decia, que «l haber admitido dos cursoa de fiK>9ofia
en el colegio m^xiino, y las c^tedraa de escritura y teologia moral, bo
habia sido con otra mira que la de honrar el ejercicio de las mtsioneft
circulares, como lo practicaba S. Pablo, para que ninguno croyose que
era ministerio m^nos decoroso en la Compania visitar las clirceles,
acompafiar 4 los ajusticiados, juntar con una campanitla en las manoa
los nines y la infima plebe por los barrios; que viendo un maestro de
teologia 4 los ignorantes y gente humilde los nidimentos de la ft, se
formaria idea mas sublime de este santlsimo y provechoslsimo eropleo,
y entre los roismos jesuitas se confirmarian algunos espirttus d^bilee
para no creer que abatian sus talentos por ocuparse en lo que se ha
mirado siempre como el principal y mas importante y recomendado
ejercicio de nuestro santo instituto, Mi^ntras no juzgaron los supa-
riores deber condescender con sus deseos, se consolaba con eetos me-
nores ensayos. En este ano de 63 habia determinado ocupar loa dias
de vacaciones en hacer una mision algo mas remota que laa de otroe
anos en la villa de S. Miguel el Grande, donde lo babian solicitado con
ansia. Efectivamente, peuti6 para al]4 la vfspera de S. Agusiin; pero
la hambre piadosa de los pueblos y lugares intermedios, y el copioao
fruto con que bendecia el Seiior sus trabajos, junto con la cortedad
del tiempo, no le permitieron llegar 4 la villa de S. Miguel. Los ve-
cinos del real de minas de los Pozos, luego que supieron la Uegada del
padre, corrieron en tropa 4 supUcarle quisiese hacerles una mision en
aquel lugar bastantemente, decian, necesitado de un socorro semejan-
te. £scus4banse modestamente los misioneros, parte por estrech4r*
soles el tiempo, y principalmente por no tener el benepI4cito del p4r-
roco, sin el cual no podian tomarse la licencia de hacer mision on su
territorio. El fervor do aquellas bucnas gentes venct6 esta dificultad.
Pasaron inmediatamento 4 verse con su p^rroco, el cual no mdnos cdir>
-433 —
ficado ide In, tnodestSa de los dos jemiitas, que gosBOSo de k)a buenos
deseos y feliz disposicion dc sus feligresea, pna6 luego & ofrecer a los
padres, no solo la liceocia, sino & supIicaHes con las mas vivas inslan-
cias que hiciesen la mision, de que quizd no se le ofreceria ocasion
semejante en muchos afios. El fruto fu^ muy igual & las buetms dis-
posiciones del rebaHo y d las piadosas intenciones del pastor, y quiso
tomarso una gran parte en todos los ejercicios de la mision.
En la Casa Profesa de Mexico falleci6 el padre Jos^ Collantes, iia- Mucrto del
tural de Leon en CastUla. Por espacio de doce aiios se ocup6 en las ^^^ ^'
misiones de Sinaloa en la reduccion^y cohversion de 1<^ chinipas. En-
tr6 el padre d esta nacion en circunstancias bastante crltictts y t/n que
faubiera desmayado cualquier esplritu m^nos fervoroso. Halld quer
tnadas muchas iglesias, asoladas las mas rahcherlas, htiidos los indios
y fresca aun la sangre de sus ante6eBore8 los padres Julio Pasctml y
Manuel Mattinee* La dulz\ira y la constancia del n^isionero, atrajo de
nuevo d los indios atemorizados, auuque por la niayor parte inocentes.
Restablecid los pueblos 4 iglesias, y casi form6 de nuevo aquella crts-
tiandad. Llamado despues d la provincia, antique por su humildad que
Ic hacia creerse inepto para los demas rainisterios, se ofreci6 d Ic'ct
perpetuamente la Infima clase de gramdtica, lo destin6 la obedi^ncia &
la Casa Profesa, donde en diez y nueve aiios que 8obrevivi6, dej6 sin-
gularcs ejem'plos de religiosas virtudes, y de una incansable aplicacioi)
al ministerio de las cdrceles. Su caridad para con aquella gente in*-
feliz le sugiri6 arbitrios para introducir la agua, de que d veces pade-
cian estrema necesidad en la carcel de corte. No fu^ m^nbs admira*
ble su constancia en el catequi^rao y esplicacion ie la doctrina cris-
tiana todos los domingos del ailo en la plaza y barrios de la ciudad-
Muri6 con singular opinion de Virtud el dia 15 de octubr^.
Poco tiempo dntea habla faltado en el colegio mdximo el espiritunl Mucrte del
y devoto padre Pedro Juan Castini, natural de PlAcencia del P6 en padro Pedro
Italia, y primer ap6stol de los chinipas, huites y otras naciones en la
provincia de Sinaloa, donde trabaj6 muchds afios. Tii6 mUy singular
su devocion d la Santisima Yirgen que procur6 arraigar en los comsKo-
nes de sus ne6fitos, y promovi6 despues veintidos aiios en la congre-
gacion que fund6 de la Purisima con prudentisimas constituciones y
ministcrios utilisimos. Fal]eci6 el dia 23 desetiembrc. La vencrablo
congregacion dc S.Pedro, quchizo elconvito d sus ilustres miembfos
jpara asistir d las dichas honras, ho dud6 llamarle padre comun de la
— 434-
clerecia, una dc las columnas mas 86lida8 de la Compania de Jesus j
dechado de toda pcrfeccioo. El vencrablo padre Bernardo Pardo, rec-
tor ent6nces del colegio m&ximo, iroprimio carta de sus singulares Fir-
tudes, y como & uno de los nias esclarecidos sugetos de esta provinda
inserto su vida el padre Jos^ Cassani en el lomo de sus varooes ilus-
tres, & quo por ahora nos remitimos. Habia el padre Castini, poco in-
tes de morir, auadido nuevos motivos de fervor j devocion eotre sui
congregantes de la Purisiina con la esclavitud de los Cinco Seoores
que habia intentado incorporar en ella para hacer mas uoiversal j es-
tendcr d las mugeres el fruto cspiritual de muchas gracias 6 indulgen*
cias que & aquella gloriosa esclavitud habia concedido la sede apostdli-
ca. Esta piadosa invencion tuvo principio en el colegio de Florencia,
capital de Toscana, donde se erigi6 primeramecte con benepl&cito j
confirmacion de N. S. P. Urbano YIII. Despues & su imitacion se
form6 otra en la America Meridional, en la ciudad de Santiago, capital
del reino del Chile, que confirm^ asimismo y enriquecid con miichas
indulgencias la santidad de Inocencio X. Estos ejemplares animaroB
la devocion del padre prefecto y congregaciones de la Purlsima, que
desde luego se prescribieron algunas devociones y obras de caridad en
Principio dc obsequio de los cinco cloriosisimos Seiiores. Entre tanto, se recurrid
de ^ ^co ^ ^^ santidad del Sr. Alejandro All, suplicdndose se dignase adoailirlas
Seilorei. ^jo su proteccion, aprobando con su apo8t61ica autondad su ereccioot
reglas y piadosos ejercicios, y enriqueci6ndola con partrculares gra-
cias, como se consigui6 felizmente, aunque algun tiempo despues de la
muerte del padre Juan Pedro Castini, como veremos adelante.
No eran m6nos considerables los aumentos que por este tiempo ha-
bia ya tomado la ilustre congregacion de S. Francisco Javier. A los
otros ejercicios de piedad en que se habian los congregantes ocupado
hasta entdnces, se agreg6 este ano una concordia espiritual 6 capella-
nia perpetua de misas, en que cada uno de los sacerdotes matriculados
en los libros de la congregacion, se obligaban & ayudarse mutuamente
con dos misas cada ano, una por los vivos y otra por los difuntos. La
codicia santa de un tesoro seracjante atrajo innumerables sacerdotes
del reino, y fuera de ^l & incorporarse en esta utilisima hermandad.
No qued6 fuera de esta participacion nuestra provincia, 4 quien la
mexicana congregacion de S. Francisco Javier procur6 siempre distin-
guir con demostraciones del mayor aprecio. £s una prueba do csto
la patentc que en nombrc do todo aquel devoto cuerpo se cnvio al pa*
dro provincial, y que insertamos aqui k la letra.
—435 —
>,La piadoBft y venerable congregacion del ap6stid de la India S.
Francisco Javier, fundada con autoridad apost6lica en la pairroqaia de la
Santa Veracruz de esta ciudad, y concordia eepiritual de la capdlania
perp^tua de misas y aufragioR per vivos y difuntos, & imitacion del
monte de piedad y capellania perpetua, que fund6 en Santa F6 de Bo*
got& del nuevo reino de Granada un religioso do la Compania de Je-
sus. Ganancia tan sagrada y que tan piadosamente han abrazado los
cat6lico8 de este reino, que pasan ya de treinta mil las misas en cada
un afio, y con la esperanza en Dios nuestro Senor d6 mayor aumento
corriendo los dias, y multiplic&ndose las personas; y reconociendo que
los reverendos padres, religiosos de la Compania de Jesus, nuestros
mas principalcs y primeros protectores y principiadores de epta santa
obra, y d quienes todas las nuestras deben el ejemplo, enseiianza y
mayor aumento, en gratificacion de que estos reverendos padres impe-
traron las bulas apost61icas y todas las gracias 6 indulgencias quo hoy
goza nuestra congregacion^ y aun esperamos de sus paternidades,y me-
daante su solicitud, nuevas gracias y favores de su Santidad, con la ve-
neracion y decencia que A tan venerables padres es debida, y por la
obligacion y agradecida que nos corre; por la presente, y de comun
estimacion y gusto de toda nuestra congregacion y concordia, recibi-
raos y admitimos & una y otra d todos los dichos venerables padres de
la sagrada Compania de Jesus, para que sus paternidades gocen y sean
participantes de todas laa gracias, indulgencias, obras pias y demas
ejercicios de nuestra congregacion, y del niiraero de misas, y sufragios
de nuestra concordia; y pedimos d sus paternidades sean servidos de re-
cibir esta nuestra gratificacion y afecto. Fccha en Mexico 4 l.<> dia
del mes de marzo de 1669.— Zrtc. Diego de C^spedes. — Por mandado
del Sr. primiciero. — Br, Luis de Becerra^ secretario.
El Jubileo de las doctrinas, que dos anos dntes se habia fijado al dia
19 de marzo, y que por haber caido en semana santa se habia omitido JuJilcode 1m
el ano antecedente, tuvo en este incomparablemente mayor aceptacion doctrinas.
y vtilidad. La procesion de doctrina cristiana se dispuso para la tarde
del 12 de marzo, taliendo de nuestra Casa Profesa para la Santa Igle-
sia Catedral, cuyo venerable dean y cabildo habian suplicado se difirie-
se hasta concluir los divines oficios, porque deseaban salir 4 recibirla d
las puertas de la iglesia; honor sin ejemplar, no tanto al innumerable lu-
cidisimo concurso de todos sezos y calidades, como d la santa doctri.
na y triunfo glorioso de la f6 cristiana, entbnces con tantas voces uni.
— 456 —
das con el roisoio cspiritu que !a confi»abaii y puUicabas. Llegndos
tL la Catedral los padres, era taiilo el coneurso, y laa piadottM» Um
tanciaa del pueblo, que temia 4 la melta no hallar lugaM^ en la Ci
Profesa, que eo divcraos ^Dguloa de aqiiel mntuoflisiiBO teoi^Ia, enaiMi
poertas y en divereaa partea dd cementeao se butaertMi de distribiiif
dlez y echo predicadores que espHoaa^a la dootrioa cnatiana*.y ap4naa
se pudo aatiafacer al inmanao geodo. Animaha este fervor el piadoaor
qjemplo del £xmo. Sc eoade de Banes,, y la aeoom laryeaHi de tiei^
ha, 8u esposa, co» lo nafl kicido de toda la cttidad. Auk contiiikvy6
nuicho mas el aanto celo del Ilkao. ilsr. D. I>iegi» Oaotio de Eaeater y
Llamas, obispo de la Puebia y ^bemodor enli6Dee0 del arBobiapado^
vacanto par iraslacioo del Ss. D. Maieo Sega^ de Baigaeijroa 4 kn vuh
tra de Leon. EL Sr. obispo gobemador, na aolo en la Gaaa ProfiHa
era donde asistia 4 las docttmaa co&suignlar edificadon^ aino aaMres.
las callos publicaa prninofi6 niucho e8t&aaatteifln»inwiatQiia« liassda
una ocasiod en aqudles dias, eneoairando eala cafeaJgunoajaaokaa^
hacia delener sa eaire«a. Esia novedad juptaba ^algunos enriaaao del
pueblo, y su ilustnsinia hacia 4 loa padres qae esplicasaa alguftpaala.
de doctrina, oyendo tal Tea 4 e8tiidi:»te»i6vene0t oon.la maf^foratna^
cion. De^pueade nnaa demoatradonea tan angalarea* de ptedaid y aa^
timacion, no ae kar4 increiUe qua d dk do Sr. Sv Jesi- deatinado-^lai
comunion general' fiiesai tanta el. caacmaaque en:elr eoin^nla'da^&
Fnacisco tuviefon que hacer euarania oonfeaoraa baatk laa dooaidalr
dio,.aun no aiendoi da kra igleaiaa destinadaa paia ganiaoel* JabilBai. Ba*
aqui ae paede<in£eiip feannoboa qne oaofrinair. 4 faa-igleaiaa-iaatgnaftii'
daa^ En: la.€)dftdral. fiient>n tanloa, qu» aia enbaigi^ da loa mncbiaai
canfisaosea que bay orifiiiariafflflnta y oteaa-iDaiibes> que^aaaefiatanvlaat
cuaresmas, fu6 neceaaiia qiieel Dr, IK NicaKs dal-PdevIo^ pnn^iaer y
vkarb. genemU y deapues digniaimoobuipo de Oaaoaaav babilkaae'para
sob' este dia. oontltcenciaa di^^ hombrefry ningeiaaf 4'dDoe saoavdotted^
£1 niuaero de comunioBesiea solnliv Catedial y la Gtna^ Piaifesa^ pa.
86 do treintat mil^ y^aegna^^dl cdmpatatquapndarfimnaiaa de laafd^daa^
igleaiaa aa&tladas: pord* ordinario».kb aumas total llegd4:cen:a dei
ochentamiL jlliamyUIoaa fectmdidad dal^punnysantatdhnlriaa dot*.
EFangeliOf p^redlcada. oon: UBimuvy oickL.coniSuioeridadl
Hainbre,7de En loa partidos: de mitionea-fadfeirteanoi generallla baihfaHi'^rtraet
Kfiraida epide ^^ ellalas opidemiaaf qne dienm^mucfaai nnilena»id:delO' da Utm ^kmnmf
raia en latmi- r -i
nonea. evang4Hooa.. Su la8>iiii8io»caidala{Lagnni^ l4 residancMU^qva eae
-.**~**'5--
— 4d7—
Parrns conferva la Oompafiia, fu6 el osilo de muchos pobi^es. El fri
^go, el maist la eanke y las mantiUi se reparttdn de'firhbsna, y ihii-
'«btfs niedichms de It^'quefrermife f^ didtati<iia« fbto de la'aolici.
'Utasisiencia "t las n'et^aidlidea (ftpirieuates. En el puet>lx> de (Ma-
tithLn de la sierra tb Topia, lleli6 de tonsaelo al padre IPedro ^-
bles al ver que habiendo confesado la tarde Antes muchds in^icis toda-
dds del contagioyy ycndo por'la manana k decir misa, hall6 que todos,
- Banos y ienferiiiiDS, habian concnrrido 'd la iglesia. Saplic&rpnlo ofrecie-
■m «1 saoto sacrificio por la sahid del pueblo, y los bendijese de^puelSi,
y rociase con agna bendita, d^didoles tambien para Uevarla & soa ca.
«as. Condescendid con mucho gusto & sub piado^ui sOplictts, diXk ttiti
sQfDsiUe &v6r del ciolo sobre fa sencilla & de los bd^nOs ne6fitoiB, qiie
&sde aquel missno dia con^enz6 '4 mitigaVt y dentto de pbco ^6en-
tenunente fai epidemia. De esta mtsma enferraedad se vali6 el S^fior
*pkra traer al bautismo niastle seti^nta indtosontre p^rvulos y aBultiois
que de la sierra de Tecucbuapa bajaron & Atotonilcb, de la adfaiitaistra-
cioh del padfe Estevan &>dngoez. Tecucbuapa, A los principios'del
. siglo babia side misiou nniy fiorida, qiie administraron los padFes Die-
gjD de Acebedo y Gaspar de Naj^ra, de qiii^nes faemos faablado en otra
'parte. En tibinpo del motiii de 16a tepefauanes, por losmibB de 1616»
hubierOn de desaknparar Aquelfa sierra, que era d asilo de los rebeldes.
P6r los'ap6staUk8 de conservaban atm mucbksnienioriaB del cristianiiii-
taxif de que se valia Ditb para la S&lud de algan^s alraas escogidas.
Fuera de los setent^ que bemos dicbo,pedian elbautismo inucbos otros.
Estas'son aquellas Ocasiones en que ei celb de los misioneros quisiera
poderse dividir para el bien de muehas almas. £1 padre Estevan^-
driguez no podia ui traer d so partido iodajs aquellas nacianes, ni apax-
thrse de los pueblos que tenia d su cuidado, ni tampocoaventunr el'sa-
grado caricter del cristianisttio d l^groseria 6 iiiconistancia lie dnoliBi
salvages, que viviendo entre sus parientes idblatras sin pastpr, volve-
rian con gran facilidad d sus ritos y costunilMres antiguas. Pidi<Sy pueii,
•en carta de 2 de junio al padi« provincial Pedro Ailtodio Dibz, le eil-
viase algun cotnpansro 6 sucesor en 'la odsidn de Atdtoniliio, Ofrecien-
dose el a loa trabajos y penalidadea de aqoella nueva mision.
Por este mismo tiempo en el valle de Banderas, costa del mafr del Etpedicion &
Sur en el obispado de la Nueva-Galicia, se trabajaba con fervor en Ta ^<d>^o*^Hf
constniccion de dos navios para la'entrada y poblacion de Culifomias.
Habta D. Bernardo Bemai de Pinadero, en virtod de oicrto aaieiito
TOM. II. 66
— 438 —
obtenido do S. M. el tilulo tie almirante ile esU espedicion, no mas fe-
liz que las muclus etras ootecedentes. Llcgadoa 4 aquella coata, ia
Gcxiicia de las petlas y el deeeo de enriquecene ain algun rieago propio
«nibriag6 de tal suerte loa Aninwa, que ain reapeto aigUDO & la humani.
dad, ni a laa piadoaoa inteDciooea del rcy caltilico, no pensaron aioo
en el buceo de laa perlas, obligondo & loa salvages con cruclea vejacio-
nea & aervif i au avaricia. Auu entre loa miamoa cepauolcs eran tan
coutinuaa y tan figrias las disenciooes sobre la dialribucion do la pea-
ca, que Uegaron niuchaa voces & las manoa con heridas y con muertes.
El almirante, aunque lo cabia una gran parte_ de la ganancia; pero
> vi^ndoee imposibilitado por la diacordia de los suyoa y disgueto de loa
oaturales & introducirsa y poUar en el pais, hubo de volver & Nueva-
£apana. A au vuelta, goberni^ ya eatoa ninos el Exmo. St. D.
Antonio Sebastian de Toledo, niarqu^ de Mancera, que mal satiafe-
cbo de la conducta del almirante Pinadero, infoimtj & la magestad del
8r. D. Felipe IV de las ctrcunatancias y 6xito de la espedicion.
1663 ^^ muerte de estepisdosisinio rey, que sobrevinoluego el 17 de setiem-
bra de 1666, no penniti6 tomar las proTidoncias neceaaiiaa con la pron-
tttud que el asunto demandaba. La Senora Dona Mariana de Austria,
Tegente del reino, en la menor edad del 9r. D. Cfirloa II, en cuanto eo
la pennitieron loa negocios, conden6 al almiranle Pinadero 4 hacer d
sua espeosas nueva entrada en California en cumplinuento del asirato
y convencionee hechaa con el Sr. D. Felip« FV.' Aunque apneas babia
paaado un ano desde la espedicion antecedentc; sin embargo, loa doa
ImifMi da S, barcos fabricados en el tdUo de Banderaa, do ae hallaroD en estado de
vier mVm. pcx^^oavegar, y el almirante hubo de emprender en Chacala la conetruc-
enu. cion de otros doa que no pudieron concluirae haala principioade 1667.
EI ano de 66, de que vamos bablando, es muy memorable at colegio
de Veracruz y 4 toda aquella ciudad, Por el raea de aetiembre aurgi6
en aquel puerto la fiola del general D. Joe6 Centeno de Ordonez, en
cuyo convoy tenia una de laa naoa marchanlea el nombre de S. Fran-
cisco Javier: era borco nuevo, y aquel el primer viage que hacia A car-
go del eapitan D. Juait ArtH. Habia maa de veinte diaa que eataba
amarrada 4 las argollos del castillo de 8. Juan de UI6a, y ademaa
asegurada con seia anclaa. Todos eslos reparoa fueron may d6bilcs
para la furia del norte que el IG de octubre ae eaperiment6 en aquel
mar. Jamfta se habia viato ni ae ha repetido deipues mas cspantosa
borrasca. Loa bergantines y otras embarcaciones pequenaa, Uegaron
O.^;^ v/
.— -.-J -
— 439 —
& navcgar por las calles de la ciudad que 86 inundb enteramente. To*
do8 los navios de flota padecieron mucho. £1 S. Javier especialmen-
te« rotas las amarras, y arrancadas las argollas de bronce que lo soste-
niao, vo]yi6 la popa al viento, y fli6 & quebrantarse sobre el arrecife
que esta i sotavento de la ciudad. f Segun toda aparieucia, las ta-
blas y m^stiles despedazados debian seguii este inismo rumboy y efecti-
vamente lo siguieron, lievadas de las olas, como tambien gran parte do
la carga. Solo unas tablas inal uaidas en que venia pintada la im&gen
de S. Francisco Javier con una direccion enteramente contraria & las
ondas y al viento, vino derecbamente & la ciudad, que ent6nce8 aun .
no estaba cenida de muralla, ni con estacada alguna. Con el mismo
flujo y reflujo de las olas, comenz6 & golpear la puerta seglar de nues-
tro colegio, que mira &cia la playa. Dur6 casi toda la nocbe sin apar-
tarse del mismo puesto, hasta- que & la mafiana los padres Antonio de
Mendana y Pedro de Echagoyan, viendo que continuaban los golpes,
mandaron recojer la tabla y al voltearla se reconocid la im&gen del
Santo ap68tol de la India, y titular de aquella iglesia y colegio, donde
queria ser singularmente venerado. Parecid desde luego muy singular
tanto & los padres, como d todos los hombres cuerdos de la ciudad el
modo con que habia venido hasta alii aquella tabla, no habi^ndose visto
algun otro fragmento del navio en toda la playa, como tambien que sien-
do de tres tablas groseras y toscamente unidas no se bubiese deehecho
la union, ni desfigur&dose la im&gen con haber estado tanto tiempo so-
bre el agua salada. A esto se puede anadir el dia de hoy, despues de
las de cien anos de este suceso, la permanencia de los colores en tier-
ra tan caliente y htimeda, donde con suma facilidad se desvanecen, y
lo que es aun mas singular, que siendo de las tres tablas doe de cedro
y otra de pino, materia tan f&cilmente corruptible, persevere aun sin el
monor indicio de comipcion. La im&gen tiene el color macilento, las
mejillas cardenas, y las manos en el comun ademan de levantar la ropa
del pecho. A pesar de la groseria de la materia y tosquedad del pincel,
tiene un aire magestuoso que inspire venerecion 6 cuantos atentamen-
te la miran, y la ciudad de Yerecruz ha esperimentado en muchoR ca-
80S singulares la proteccion del Santo, t Posee aquel colegio la
t Se conoce con el nombre del Bajo de la Lavandera^ y ett4 k la vista; es hor.
rible eseollo.
I T^ngase presente que 4 la baena ciftiea del padre Ale^^re se reune la circuns.
— 440 —
singular r^Jiquia dq un.dedo de au. mano derecha. que.tnjo d(e. Goa el
padre visit^dor. Juau de Biteraa^ 3^ nuinendo.el aqo de 46 lo dej6 al co-
legio de Yeic^cni;^ per esiar conaagtado al glonoao apdotol de. lasin^
^i^f Qott ei niicjyo aca(^<:iau^ptp crecid mucho maa la devocion que
ae. tfQia i^aq^QUa^preciosaxeliquia, que era. el reinodio comun. de to^
doa jp3. vecioofl. ^iKMm. pelign>9. y; eofbnkiediidea.
Coogngmc ion £n,Ql.cQlq^Q.dftL.£«pirUa SantOk de Ja. Buebla se did.poc^ate.Uem*
PoebL/^^ po tqjft, &U. peT&cqion. a uxt eeiabliecunieiito.muy: iitilyque se habia
pilpye^ta^, dfi^o. do6.ano9.^Uitea. En^.ieBte.el de una congregacioiv
de. n^gTM^.^dinm. cdn titulo de.eicLuriCud. de la SaDtiaioia Virgen.
Habi^ndo^/uadadQiaatoajiDoa^tBaJaxcaigEegacioii da laAnuncia-
ta pi^ni lofi jespauolefu y tenien^o loa iiidioa au cofiadia en li| capUla de
S. Migqf^ q>Y9.de9pqes deJa^cContradicciqnes paaadaa^ habia, denuevo
CQup^f^de jQon, au apMt6Uca autoridadia aantidad de. Alejandfo. ¥ii,
°q.P^^ci<S.,conyeiuente.deji|r ain. algunapajcte.de eete.pBayepho.eflpi^
ri(mU ^ Iq^jBscUvo^ taoto mafl^.cuaato que auaxHrdinanaaocupaciones
y 4^(;igA al.sQriUQiOf iip 8qel0^dejiirlfiaJuga7paiBiaiditticfitt.Dliy8dia8.'
UQa.^ipecie.de.4tiio 6 vestibulo.del antigao.templo, ae. deeliii6. pam^
lofiuejercicios piadQfiffia.de Ja congnegacton. ccm^una df)yot&.imigaDi do.,
nueatra Sefiora^en un curioaQ.retabl!). Ei pnefefitp.de te;Coiigr«gai^ioiW
que.ei9t.uiiQ.dA.Ji(Hi.sugetos. mtMf autoris^do^ del jooj^gip, aetinlAreaftlifk.
Red^iltori y. dft.Btf ,S«i4i3vnft. ^(«^rQJc[^.df|i0^^ alg)i;iw<:r4|p^..lil^
piMH^ dupplir Q09 1^, obJig«^jio]^^8,de co^gijegwitea, PmUrQd^^p^fifii*.
UQ f^ jQ^ce^rii^ ^t^ psoyidftxiqiA,. pon|ue,.]«fUMM9'iBkilP09J'e«»Ocki^
do^el.fnjlq w.la priOHji*H4.y» fi4^%4, d^^J^iWii^Wrla/^ftUlAd^ai^^
^^JBi pJ^iWMP?*flrf?^^9ai}Wi<i «%,<^^ 4.^irw^«5ac J^i€«idrt«r-,
nUR^^i d^i, vif iul^ii.cpft 4j|Mr8fe<40ilafiLC*r»^ y Jb©fipitete%. W-
vieR^a :4 I99 egferwoa y p j|>qijy^i}Qjfl^^dft.a*^ pqlp^^ .aj^Roa aqf^i^nfos^ ,
con. edjyacaj5ip^.de, aua iqi^^j^gs dq^qpfi y^^^todft.k.cwda^ . Avwah^,
fielmen^^^Jcw €9flgregi«}t§^,en^^ ,al(pi.qftRiMiviaa,
. « • • »■■■ ■■ tii.i ■» ■ ■ , I u .11 ^
lancia d» ser originario de Veracrnz, y nadie ignora lo que paaa en mi propia casa, 6
luffar de au nacimienlo. La imigen.dicha se balla copiaida & la entreda del coro del
coTegio de S. Gregorio.
t Hoy no ao conoec un IMeiavb en Pttebla, ni eh ning^una parte do- la rcpHblica.
;Gracia8 d Dioa!! iQu^ dirin de estoa loa liberalfaimoa tejanos que qaierc^> pql^lfHC
aquella comarca con csclavQs! ....
.^^^^- * .
— 441 —
y sufragios temporales y espirituales, y ejerciUban axyos con olros Jos
oficioa de.caridad cristiana. Sabiendo uno de los congregantes el mnl
estado do otro, que dejaba su legitima mugcr por una concubina, se ha-
liaba en los tkltimos t^rminos de la vida, y que en esta mala dispoeicion
habia recibido los Sacramento?, fif6 luego a dar al padro la noticia, la
que vali6 para la conversion de.aquftl iofetiz^ y para la salvacioa de su
alma, segun sepuda congeturar por las demostraciones con que mani-
fcst6 despuea la sinceridad de sui |>enitencia.
En. loa partidos de niisiones todoprocedia. con tranquilidad, excepto guceaos de
los taraumares, & quienes como en castigo de sus infidelidades pasa- lo> taramna.
dasy afligia Dios con inquietudes continuas de parte de sus enemigos
los tobosos, nacion que doede el principio de las revoluciones hasta
ahora no ban podido sujetarse por medios algunos. Entraban con fre-
cuencia por la provincia Taraumara^ talaban los sembrados, y aun
acometian tal vez & las poblapiones, auoque np sinrcsiatencia y p6rdi«>
da. No era esto de admirer en lot.gentiles y apdstatas, piies-aun en-
troJoSjCristianoanafaltaron algunos que diesen-mucha inquietudi sus
miniatros. £f<;ctivamente, se. reconoci.iii ea los toimos- alguaas sefia*
lea de poca fidelidad; peso el teroor las abulti^ mas, copio suele suce-
der ensetnejantes pcasiones. El padre Juan de Sarmicmto, quepoco
inies. habia entrado en la . mision de Sk FVancisco Jayiar de- Satevo,.
ateniorizado de las voces ^ue corrian.de que querian.niatarlalos-indio^y
se.resolvid k> retirarse y ponerse ea segup raitotras pasaba aquallo-
bonrascn. Ueg6 ea efbcto k montax.k caballo para saliv del pupbio;
pero 4 pocoa pasos, proponi^ndoaela al peQsamiento- vivamento qua-.
abandonaba la obrade.Dios, y dejabfi aquellas alma%por presadel de-
monidf fl|^ tania laavenida do-ligrimas y-tal Ja cqmp^ioii (de^que se-*
afectd) qua sin poderseconteneT'Cn preseacia-de los. ininaos indios,
lloraba- tieroiflimanieiita. Los buenos^ied^tosf-aunque igniocantes.de la •
causa ie acomp^iacoa en elUa^to, y.segpida de todos^eltos^volvid d su-
casa resuelto -^^armil vidaa por elrebane^ que. Dios ponia ^SU' cuiiJa-
do. Dentro de pocos dias se diwparoB. aque)|os4onioiea y jrumorts faU
S0S9 y.eL<iii8ion«ro,tttvo naevos root«ros paca^encenderse nuis en. elee-
lo sanio-qua lo habia Ibvado 4 acpiaUospaises.
A priocipips del ana siguienta ^1666 pi:cndid en. aqueUos pueblos * ^^^ ^ ^^^
una epid^fkoia, aunque no laoKtal, pefo'queal priacipio. igaaiada la na^ Epidemia en
turaleza del maly puso on constamacioi^ A aquellas pobrss genUs, y.di4 ; ^J^ "'"^
fuucho ti'abajo i sus nuDistres. Rl mayor de^toflos era vec fa resisten-
— 442 —
cia que bacian algunos de loa enfenDoa nl Sacramento da la Penilon-
cia y Eilremauncioi), reliquiae qua hnbian quedada en sua &iiim<w de
la pasada apoatasia. Los mjaioneros procuraban cod to^B sua fuer.
zaa disuodirloB da una opiuion taa peraiciom; pero aponaa podian con-
eeguirto de alguoos pocoa. Aconteciti* que udo de loa pocos ()tio inu>
rieron, y que maa rabelde ae habia moatrado & laa exliortacionea del
padre en no recibir loa filtiaiaa Sacninentoa, acabaao fiuBlineitte ain
ellos. Deode squel miamo punto on que espiro, ae vi6 on caballo fe-
roz dando aaltos conlinuos y earreraa al derredor daau choza, y conli-
nu6 por mucboa diu haciendo lo mismo aobre el lugar de au sepulturai
COD tanto Bsombro de todoa loa indioa, que luego fueron i. dar aviao al
miaioncro, y pedirle de parte de todoa tos enfermoB que viuieae 4 con-
fcsarloB. Vino prootamente, y Iob vecinoa aldnitoa lo llcroroa & eo-
aenarle laa buellae del caballo, que decian baber viato, y que por oiu*
cboa dina quedaron cslampadas aobro el aepulcro. Begun dejd escrito cl
padre Gerdnimo de Figuuroat superior de aquellaa miaionea.
Moertc del A 23 de agoato del miamo aSo fallecid en el colegio m&ximo el padre
p^nPedio poJfQ Romano, varan muy digne de memoria, no tanto por su pro&na
noblezat como por sua religioHaa virtudcs. Era aobrino, bijo del her<
mano mayor del Iltnio. Sr. D. Diego Romano, olHspo de la PueUa, y
fundador del colegio de S. Ambrosio de Valladolid, y per coDsiguicD-
te por su viaabuelo paterno, Fernando Gutierrez Altamirano, deacen-
diente de loa nobiliaimoa duquea del infantado, de quien trae tanitMea
au origen la casa de loa condea de Santiago an eatoa reinoa, y par su
abuela patema Dofia Margarita de Loyola Altamirano, deacendieDte
de Is noble y antigua caaa de Loyola. Todoa eatca timbrea y otroa
mucho mayores que prometian bus singularee lalentos, otiiscd gloriosa-
mente en el humilde ojercicio de adminiatrador de laa baciendaa de
Tebuacin en loa ocho anoB que ae tenia esperanza de aquella fiinda-
cioD. En este ejercicio, aunque ain sujucion A la carapana, obserrd
siempre con auma exactitud la reltgiosa diatribucion. Fu£ amantiei.
mo de loB indioa, cuyn lengua aprendid para dedicarae toda au vida &
an cultivo 6 instniccion en el Seminario de S. Gregorio, donde final-
menle acab6 en paz en el dia del glorioso Dr. 8. Aguatin, 4 quiea ha.
bia tenido una constante y tierniaima devocion, la que pagaron bus
h^OB aaiitiendo en plena comunidad, y bacieudo el oficio aepalcral, 4
que afiadieron en au convento un noTenuio de misaa por su alma.
MaertB del £n •! colegio del Espiritu Santo de la PuaUa|MM6 i mqor vidael
— 443 —
padre Ger6nimo Soriano, natural do Alicante en el reino de Valencia padre GonSni-
y doctor te6logo de aquella Uniyersidad. Recibido en la Compafiia en
la prorincia de Castilla^ pa86 4 la America con el deeignio de eonsa-
grarte & las misiones de infielcs, de que manifc8t6 luego aidieDtes de-
seos & los superiores en Mexico. £1 doctislmo padre Juan de Ledee-
ma, conociendo los grandee fondos del padre Ger6nimo, se opuso &e8.
ta pretension, insinuando a los superiores cuanto lustre podria dar k ia
provincia un bombre de tan raros talcntos, y persuadiendo al mismo pa-
dre Soriano, que entre las tareas de la cdtedra no le faltaria tiempo pa-
ra dedicarse al ministerio de indios, de que el raismo padre Ledesma
era un grande ejemplar. £fecti\'amente, destinado k las tareas litera-
rias, justified bastantemente el juicio de nquel grande hombre, siendo
uno do los mas aplaudidos maestros que ban tenido nuestros estudios.
Gobem6 con singular prudencia el colegio mdximo y laCasa Profesa.
£1 Exmo. Sr. D. Francisco Fernandez de la Cueva,'duque de Albur-
quorque„virey de estos reinos, habiendo sido promo vido 4 la mitra de
Yucat&n su confesor el R* P. Fr. Luis de Sifuentcs, eligi6 en su lugar
al padre Soriano, y siguid siempre sus dictamenes con la mayor vone-
racion. Poco mas da un ailo &ntcs de su muerto lo visit6 el Senorcon
mucbos y dolorosos accidentes, de los cuales falleci6 el dia 6 de octu-
bre. £n el mismo colegio le sigui6 poco despues el hermano Alberto
Falcdn, verdadero coadjutor de la Compania, sencillo, humilde y devo-
te, singularmente para con el Santisimo Sacramento, en cuya presen-
cia gastaba largos rates de oracion. De aqui le nacia un profundisi-
rao respeto 4 los sacerdotes, ante quienes jamds estuvo sino en pie. En
medio de los mucbos caudales que manej6 mucbos anos por razon do
su oficio, permaneci6 siempre pobre en si, y tan amante de la pobreza,
que no se hall5 en su aposento la menor albaja de alguna estimacion.
Muri6 con singular opinion de virtud el dia 9 de diciembre.
£n la siguiente primavera, falt6 al colegio m4ximo un grande ejem* 1657.
plar de virtud en el padre Juan Tamayo. Goberno varies colegios con J*""'** ^*^
admirable prudencia y comun opinion do hombre que supo juntar la Tamajo.
afabilidad y la dulzura con la entereza, y de rcclaniar con ella y buen
celo la mas ezacta discipline. £ntr6 4 la religion ya maduro, y que-
d6 desde luego pr4cticamente persuadido 4 que la mortificacion, la
puntualidad, la devocion y el retiro que se acostumbra en nuestros no-
viciados, no se habia dc acabar con aquellos dos anos, sino con cl fin de
la vidn. Lleno do cstns m4xima8, fu6 maravillosa su constancia en laft
— 444 —
4iitribiiciaDCB; bu inudeRtia, su Btlencio y circuniipcccion en las pala-
broB. Jamis bc vt<j facra dc 9u aposento, sino cimndD ia obedicncia 6
la oecosidad li> )>eiliu. £n Bua'r^igiosaB conrendeiotiea eapirtuales
coil loa htruiunoa ciiludiantes «1 tiem|>o quefue prefecto^ eapmtii,so-
lia repetii- muclias veceB bquelln senlMicia de 6. FedA> Damiatto, que
el T«tigt060 para loa scgtares ba de Ber coico Ins tm^enesi <]uo cuando
cstan cubiartaa y retiradas de la vtata, catitao venennoD, y se la pier-
de cuandoae haoen familrareB^ 16s ojoB, En un registro may usado
do Bu Diurao bo 1iall6 cschta«ata nemorable oentencia. . . . JSRfemHw
pue$ morireU, porqae ei no iHereU mal. Con Ian religioBaa disponcio-
oea, y con mas do un aflo de hwbica paciancin en ana penMisimaen-
fermedad que no'le pentiitia ni bun el alivio de la cama. raund con ad-
miniUe tranquilidad el din 8 deiBayo.
H<nlJlida(Ua £atro tanta, en las mieionea do taraunwrea Be padecia mucho con las
*°^*'* conlinuoB aMlloe de Ids teboBos, d «iuieiiea ae hebian agracadomuchoa
de loa apdntatoB «n laa aedicioneB paaadas. Lo que «>coiite<^6'por el
meB de junia de cate ailo al padre Rodngo'dcl (Jaaiillo, tiene macbo de
prodigio para quo podamus omitirlo, y aumifieeta al miaifiD tienipo loa
continuoa pcligros 6 que por la salad de loa almas cstaban siempra es-
pueatOB loanaiaistFoseTangilicoB. Vohia dicbopadredel realde Mi-
nas de Indehd, donde habia ido i predtcar, y en ^u coittpnfiia cbco cs-
pafioleB, diez iodioa y doB ninoa cantorea de Buigiesia. A lamituf del
camino Be hallaron repentinamente aoomelidoa de una'Iriqia de fliteini-
gOB Gomo ciento cinctKoia que loa eaperaban ea embMcada. .Blpadre
lloa exkortd 6 di»panene por actos de conlhcioD i una butaM tnuerter
puea Btendo quince loa de au canvana, oran el diezctto para p6der re<
aialir, y rouchoBpara pode roe .promoter buen cuftrtel de aquolloa aldtea-
dorcs. Los que acomparkaban al padre lo hicieron que m ittireae por.
que pensaban delenderse hasta el fillimo Ican^e. ApdnaB did pocos
pasoB, ouando di6 en manoa de loe b&rbaros que venian ibhnabdo un
ocffdon pom tonwrloa on medio. Di<t1es6'entenddrel|t&dra-qde era
■aceidotc, y luogo le respondieroa..... Fuea apirtatc, porqufe todbs
MOB ban de morir. Diciendo estOt ooni6 & HI el oajHtan de loa cabe-
zas llamado Juan, y dijole:. . . .No lunes que temJir: todos loa que aqui
venimoa aomos criatianoB y do heawe recibido de ti daiio fdgano; dame
el sombrero y c1 roaaiio. Se lo di6 luego, y queddae el itufio en pi6
delante de el, como impididndole el ver el lugar deta batalla. Deniro
4a'pocM iiManleB vi6 correr 4cia'el lugar donde eataba tods attilella
—445 —
multitudf muertos ya todos sus companeros, y hall4ndose solo en medio
do aquellas fieras con los dos niuos que de miedo estaban asidos de la
sotana del padre, crey6 ser llegada su hora, y comenz6 4 disponerse
para recibir el golpe. Los indios, llegando 4 61, desnudaron con reve-
rencia siis cabezas y lo pidieron que Ics impusicse a todos las manos.
Despues de esta demostracion de tanto respeto, quisieron llevarse los
dos indizuelos. A la mcnor accion que hizo uno de ellos de asirse mas
estrechamente al padre, cay6 4 sus pies atravesado de una flecha. Cau-
tivaron al otro, y de los despojos dc los nuestros (muertos) dieron al mi-
sionero unas tejos de plata que no quiso recibir, Luego le.mandaron
marchar 4 pi^ y seguirlos basta la noche que bicieron alto en lo mas
fragoso de la sierra. Aqui le mandaron ir 4 dar la obediencia 4 los
capitanes de los cabezas y tobosos llamados D. Juan y D. Andres, y
estos lo condujeron 4 un viejo de aspecto venerable, que era el capitan
general de aquella liga.
Este lo recibi6 con bastanto afabilidad, luego di6 6rden de los pues-
tos que debian guardar las centinelas y las espias, y entro tanto que
cenaban los demas, qued6 solo con el padre. Muy entrada la noche,
repentinamente se puso en pi6 y comenz6 4 dar voces, 4 que pronta-
mente acudieron todos con sus armas, formando al derredor de los dos
un gran cordon. Hizo poncr en pi6 al misionero, que creia ser ya
aquel el ultimo memento de su vida. El anciano, por medio de un
int^rprete le hizo decir, quo no dudase le tenia voluntad, que estuvie-
se sin temor alguno: que solo habia juntado sus gentes para quedar to-
dos informados de lo quo queria preguntarle para su gobicmo. Tras
do este ex6rdio, le pregunt6 ddndo se hallabael sargento mayor D. Va-
lerio Cort6s: se le respondi6 que en Guadalajara. Inquiri6 lo mismo
del gobemador do la Nueva-Vizcaya, y sabiendo que un mes 4nte8 ha-
bia partido 4 Guadiana, mostr6 raucho sentimiento de no haber tonido
noticia de su viage. Aiiadi6 luego, volvi6ndo8e al padre, que el lo pon-
dria en libertad, y daria forma de que volviese 4 su pueblo; pero que no
los fuese ingrato como los padres franciscanos, que despues dc haber-
los vuelto 4 sus partidos le habian enviado la enfermedad y la hambre
de que habian mucrto muchos. Imaginaban aquellos salvages que ba-
bia sido la epidemia disposicion de Ioa padres franciscanos, y no cas-
tigo de Dies, por el modo indigno con que habian tratado u los sacor-
dotes del Altisimo. A la manana siguiente, le acomodaron en un mal
caballo, y lo bicieron andar por sierras fragoslsimas hasta las cinco do
TOMO II. 67
— 446 —
la tarde que divLsaroa la caballada del presidio de Cerro-Gordo, guar.
dada solamente de cuatro soldados. Mandaron al padre que les dijesc
no pensaran en defenderse ni defender la presm^ que se la dejasen lie •
var buenamente puea no podian reslstirles, y que ellos condujesen al
padre 4 su mision. No pudo el misionero persuadir d los soldados que
con temeridad se esponian d la muerte. Apenas oyeron los salvages
la respuesta, cuando se fonnaron en seis filas de veioticinco hombrcs
cada una, y pasando todos por delante del padre, bajaban las cabezas
y se quitaban los plumages para que les impusiese las manos. Dieron
luego el alarido, y destacdndose cincuenta hombres 4cia la caballada,
distante coroo dos tiros de mosquete, en un momento la espanfaron y
condujeron dcia el monte. £1 resto de los indios, marcb6 dcia los sol-
dados quo cercaron por todas partes. £1 padre, animado con la vcnc-
racion que le habian mostrado hasta ent6nces tuvo el valor de ponerse
entre sus flechas y los cuatro espafioles, • • .Y bien, les dijo: ya os ha-
beis llevado todo el ganado. ' [Qu6 pretendeis con derramar la sangre
de cuatro inocentes, siendo vosotros ciento? Quiso Dios dar eficacia
d sus palabras, y los salvages le dejaron ir en libirtad con los cuatro
soldados hasta el presidio de Cerro.Gordo, de donde en compafiia del
padre Bernabe de Soto, que habia salido 4 buscarle, se volvi6 despucs
de algunos dias al pueblo do S. Miguel de las Bocas.
Aqui, pasada ya aquella violenta impresion del susto que no habia
dado lugar al sentimiento, y renov&ndose d cada instante la memoria
de aquel funesto catdstrofe con las miserias y desolacion de las muge-
res viudas, y de los hijos hu6rfanos, de los que el habia vidto morir d
sus ojos tan indignamente, junto con la viva representacion de los pe-
ligros propios, le ocasionaron una melancolia que degener6 bien pres-
to en peligrosa enfermedad. Sin embargo, su celo para con las ovejas
de su rebafio, y su devocion para con el glorioso Arcdngel S. Miguel,
le hacian trabajar incansablemente, tanto en las funciones de su mi-
nisterio apost6lico, como en la (llbrica de la iglesia de su pueblo dedi-
Cada al Santo, y en que 61 mismo era d las vecee maestro, pagador y
peon. Anadido este penoso trabajo d sus enfennedades y opresion de
corazon que le traia contlnuamente sobresaltado, apenas le dieron tiem-
po para acabar y dedicar su iglesia el ano siguiente en el dia 6 de ma-
yo. Pocos dias despues hubo do rcndirse d la violencia de sus males,
en que tuvo un continuo ejercicio de paciencia hasta el dia 15 de agos-
to. En este dia, llevado de su devociony.quiso esforzarse d decir misa.
—447 —
degando que la decia por vi&tico. Efectivamente, a consiunar elsa«
crificio le acometi6 un accidentc, de que 4 poco rato qued6 inmoble, y
se le entorpecio la lengua, de mode que ap6nas se le entendian las ja-
culatorias que hablaba, tomadaa de las sanias cscrituras. A la entra-
da de la noche acabd con trauquilidad, rodoado de sus conmisioneroa
y de sus nedfitos que mostraban bien en la sinceridadde su llanto cuan-
to perdian en el padre. Era natural de la Puebla de los Angeles, y
por el candor de sus costumbres y afabilidad de su trato, muy amado de
todos.
Tales eran las fatigas de los misioneros de la TarauDiara,y tales los
riesgos en que se veian 4 cada paso por la conservacion y aumento de
aquella cristiandad. La insolencia de los rebeldes habia Uegado &
tanto con la impunidad, que no solo en lo despoblado 6 interior de la
tierra, pero aun en el centre mismo del reino de Nueva-Yizcaya, y
aun cuasi & la ciudad de Durango llegaron & insultar talando los cam-
pes vecinoSf quemando las estancias y robando los ganados; anadi^n-
dose 4 estacalamidadla carestia de alimentos, y la hambro general que
obligaba 4 la gente pobre 4 buscar raices por los montes, y aun alimen-
tarse de los animales mas inmundos.
A la hambre, sigui6 bien presto la enfermedad que en dicba ciudad ca- Epidemia de
pital hizo tanto mayor estrago, cuanto era mayor el nCimero de sus habi- *''"**^*
tadores.. Se asolaron las casas y famiiias enteras, con tanta actividad
del contagiot que sucedi6 muchas veces enterrar al dia siguicnte mu-
chos de los que el antecedente habia n asistido buenos y sanos al fune-
ral de sus parientes y amigos. El Illmo. Sr. D. Juan de Gorospe y
Aguirre, obispo de aquella di6cesis, y D. Antonio de Oca y Sarmien-
to, gobernador y capitan general, tomaron todas las providencias 6 hi.
cieron todos los oficios de un celosisimo pastor, y de un cuidadoso pa-
dre« So hicieron en todas las iglesias de la ciudad muchas demostra-
ciones de penitencia y de piedad para mitigar la ira del cielo, que 4 to-
das se mostraba de bronce. Ayud6 mucho 4 la comun consternacion
el temor en que se estaba de una invasion de los salvages. No esta-
ban en efecto muy agenos de un atentado semejante los que algunos
dias 4ntes volviendo del Parral el gobernador con cien hombres arma-
dos habian tenido atreviroicnto de acometerlo en el paso del rio de las
Nasas. No hallando, pues, donde volver los ojos en tanta complica-
cion de males, resolvieron acojerse, como muchas otras ciudadcs c?e
America y de Europa, al patrocinio y sombra del grande ap6stol de i. s
—448—
Indias S. Francisco Javier, quesc manifestaba entdnces en todo e]
xnundo con ruidosisimos milagros.
b° d^ierm J^^to el cabildo de aquella ilustre ciudad, y tomada la licencia del
por patrono. Sr. obispo, fu^ elegido patron de todo aquel reino, y destinado el jura--
mcnto para el dia 3 de diciembre de 1668, en que lo ejecutaron con
suma aceptacion y regocijo de todoa los 6rdenes y ciudades los Sres.
obispo y gobemador. Al dia siguiente proveyd el gobernador un acto
para que lo roismo se ejecutase en todoa los lugar^s del reino, y es del
tenor siguiente.
„En la ciudad de Durango de la Nueva-Vizcaya & 4 dias del mes de
diciembre de 1668, el Sr. D. Antonio de Oca Sarmiento, caballero del
6rden de Santiago, senor de las casas y jurisdicciones de Saavedra,
Rivadeneira, Casa y Goto de Otarelo, gobernador y capitan general de
este reino y provincias de la Nueva-Yizcaya, por S. M. dijo: Que ba.
biendo reconocido que los remedies humanos de este reino son muy
cortos para defenderle de los indios enemigos que le infestan, cuya osa-
dia y desahogo cada dia se esperimentan mayores, y que el remedio
mas eficaz para refrenar los enemigos 6 impedir la asolacion del reino
que por tantas partes amenaza, es acudir & los divines, y que estos so
pidan d S. M. por intercesion del glorioso S. Francisco Javier, ap6s.
tol de las Indias; acord6 su senoria con todos los vecinos de esta ciu.
dad, elegirle y nombrarlo por patrono de todo este reino, protector de
la f^ y la paz, sus armas y buenos sucesos de ellas, como se hizo, con-
firm&ndolo el Illmo. Sr. Dr. D. Juan de Gorospe y Aguirre, del con-
sejo de S. M., obispo de esta didcesis en su dia. Y para que todo es-
te reino le tenga por patrono y se le haga fiesta solemne en su dia, y
se ponga su im&gen en todas las iglesias parroquiales, mandaba y man-
d6 se despacben mandamientos d todas las justicias de este reino con
insercion de este auto para que se pregone y lo tengan entendido, y le
hagan fiesta su dia, con luminarias la nispera; y los alcaldes mayores
que al presente son y en adelante fiieren, lo cumplan pena de cincnen.
ta pesos, aplicados & la fiesta del mismo Santo; y este auto se ponga en
los libros de cabildo 6 diputacion, para que en todo tiempo conste y se
observe; y asf lo provey6, mandd y firm6. — D, Antmio de Oca Sormten-
to. — Ante mi. — Francisco Garcki^ secretario de gobemacion y goerra."
Maerte del En el colegio de TepotzotMn fallecid este ano, de 88 de edad, el pa-
do^^w*^" ^ Leonardo Jatin^, natural de Marzala, rector do Sicilia; trabaj6 80
alios en las misiones de Acaxeei y Chieoi^ttl* Su g6iiio admirable
— 449 —
para las lenguas le hacia moy proporcionado para cste ministerio. Sa-
bia con perfeccion sietc 6 mas idiomas. Fue raaraviliosa su pareza
de conciencia y su constancia en la mortificacion ^ interior recogimien.
to, £n los 30 alios de misiones, no baj6 sine una vez al rio de Ogue-
ra por acompaiiar & un padre, siendo este el unico desahogo que ofre-
cia aquel desierto. Jamds se aliment6 sine de maiz molido como el
mas infeliz de los indios, y del pan de sus Ugrimas, de que parece ha-
ber tenido un don particular. Un cacique del pueblo de Oguera, vuel-
to ya k la provincia el padre Jatino, dijo & algunos misioneros que ba*
bian concurrido al mismo pueblo. • • • ^Yeis alii aquella silla? £n ella
Uoraba todo el dia nuestro padre. • • • .Quien en las indispensablos ocu«
paciones de una mision bacia tanto lugar al trato interior y comonica*
cion con Dies, [qu6 baria en el ocio santo y regularidad de un nori*
ciado por espacio de 28 afios que en 61 vivid? Esta abstraccion y mo*
do de vida puramente interior, nos privo en gran parte del conocimien-
to de sus virtudes enteramente ocultas & los ojos de los hombres que so-
lo podian admirar aquella regularidad, aquel retire y aquella uniformi-
dad de operaciones virtuosas todas; pero cuyo mayor realce y bermo- >
sura era toda interior. Muri6 con opinion de uno de los bombres mas
espirituales y mas perfectos que ba tenido la provincia, el dia 26 de
abril.
Se trataba en este tiempo eon calor de una nueva espedicion & la E«)edicion i
California, que prevenia 4 su costa el capitan D. Francisco Lucenilla. Califonua.
Partid efectivamente de Matancbel con dos navlos para el cabo de S. L6-
eas,de donde pas6 & bacer asiento alpuerto de la Paz. Llevaba consigo
dos religiosos franciscanos llamados Fr. Juan CaballeroyFr. Juan Ra-
mirez, que proouraron atraer 4 los naturales del pais, y sembrar en sua
dnimos la semilla del Evangelio; pero como la causa comun y de la le-
ligion no se liga bten eon olros particulares intereses, cuanto trabaja-
ban por su parte los siervoa de Dies en la pacificacion 6 instruccion
de aquellas gentes, se desbacia por otro lado con el ejemplo y la in-
saciable codicia de los demas espanoles, que por todos los medios po«-
bles no procuraban sine eariquecerse 4 costa de aqueUos in&lioes. Asl
tuvo esta espedicion el mismo 6xito que laaantecedentes. Prosigaien-
do en reconocer la costa, una violenta teropestad maltratd de snerte
los dos barcos, que hubieron de arribar 4 ana rada ceroa de la einbo-
cadura del Yaqui. Los dos religiosos, deseosos siempre de empleane
en la conversion de los indios infieles, atravesando las vastas pronn-
D€cima t4ti
macongrrega-
— 450 —
etas do Sinaloa y Culiacan, vineron 4 salir por Acaponeia 4 la provin-
cia del Nayarit, de cuya conversion se encarg6 despues la Compania
de Jesus, y en que de paso bautizaron algunos indios. Hace memoria
de este viage k la California, y despues al Nayarit el Rmo. Bctan-
court en la cuarta parte de su Teatro Mexicano, tratado quinto, capi-
tulo primero. Y aunque sus palabras algo obecuras dieron sospecha
de algun equivoco al autor de los afanes apost61icoSy nosotros halla-
raos la relacion del erudite franciscano muy conforme & los antiguos
manuscritos y relaciones & aquel tiempo, con la diferencia sola del auo
que el Te^ro Mexicano dice ser de 1667, en lo cual pudo haber un pe-
queno equivoco, atribuyendo al aegundo viage de D. Bernardo Pinade-
ro que fu^ en 67, lo que debia decirse del primero de D. Francisco
Iiucenilla, acontecido en el ano de que vamos tratando.
For el mes de junio, concluidos los tres anos del padre Francisco
cion ^ptovin. Carboneli, le succedid en el cargo de provincial el padre Pedro de Ya-
ci&l
Ai&o de 1668. loK^^^^y rector que habia side del colegio roiximo el trienio anteceden-
te. Uno de sus primeros culdados fu6 la convocacion de congrega-
cion provincial, de que por el pr6ximo noviembre se cumplian ya los
seis anos. £n ella, siendo secretario el padre Manuel de Arteagat
fberon elegidos procuradores el dia 5 de noviembre los padres Fran-
cisco de Florencia, catedr&tico de visperas de teologia en el colegio
m&ximo, y Ambrosio Adrada, rector y maestro de novicios en el cole-
gio do Tepotzotl&n. £1 padre Francisco de Iflorencia era un hombre
muy & prop6sito para dar un gran cr^dito & la provincia en las dos cor-
ftes i que iba destinado por su religiosidad, por sus letras y por la gran-
de instruccion en todos los asuntos de nuestra Compafiia en la Ame-
rica, como lo mostr6 bien en el trabajo que 9m|>rendi6 despues de su
vuelta, y es el tinico volumen impreso que tenemoa de esta provincia.
Hemes hecbo aqui este pequeno elogio, porque no parezca que el no
haberlo segiiido 6 en el m6todo, 6 en algunas particularidades de lo que
llevamos escrito, es por m^noa estimacion que hagamos de un sugeto
distinguido y benem6rito.
1669. £1 siguiente ano de 1669 no ofrece cosa alguna digna de particular
memoria en lo interior de la provincia. £n este medio tiempo desde
el ano de 64 hasta el presente, babian muerto en Mexico los Illmos.
Sres. arzobispos D. Alonso de Coevas D4valo8 y D. Fr. Mdrcos Ra-
mirez. El poco tiempo que sobrevivieron & su promocion, el uno 4 la
jBDitra de Oaxaca, y el otro 4 la de Mielioac4nf no ha oiirecido en la
— 451 —
eerie de la historia ocasion alguna para haccr mcmoria de ea noinbrc
y gobierno; sin embargOi el singular afecto do uno y otro 4 la Com-
pania, no nos permiti6 pasar adelanto sin cste agradccido rocuerdo,
habiendo ol primero honrado los estudios del colegio ro&ximo, y favo-
recido tantOj^ segunda al colegio de Yolladolid. Para succedorle en
esta Iglesia Catedral, fu6 destinado el lllmo. Sr. D, Fr. Payo Enri-
quez de Rivera^ del 6rden de S. Agustin, obispo de Guatemala. Muer-
to d poco tiempo D. Fr, Mdrcor Ramirez fu6 promovido & la mitra
de Mexico sin haber llegado aun i Michoacdn, en que le vino por su-
cesor el Ulmo. y Rmo. D. Fr. Francisco Sarroiento de Luna del mis-
mo 6rden de S. Agustin. ""
Ya que hemes referido en el ano antecedence la solemne jura de S. Patrociniode
Francisco Javier por patrono de la Nueva-Vizcaya, nos serd necesario ? * F**"*^**^
referir aqui algunoe efectos de su poderoso patrocinio. No es m^noB
cl haber comenzado desde luego 4 descaecer las fuerzas de los enemi-
gos tobosos y cabezas, introducirse entre ellos pequenas discordias, y
deshacerse de aquella liga pemiciosisima en que habian vivido tanto
tiempo. Las pocas hostilidades que emprendieron despues, tuvieron
suceso muy contrario i. sua deseos, saliendo de todas con p^rdida. £s.
ta repentina mudanza di6 aliento 4 D. Juan Antonio de Sarria, alcal-
de mayor y teniente de gobemador y capitan general de las provincias
del Saltillo y villa de Parras para jnntar tropa y ' aCometer 4 los ene-
migos ya amedrentados en sua mismas rancherias. Se preparaba con ar^
dor para esta espedicion, cuando llegaron de la villa de Parras muchos
indios del valle de Coahuila» diciendo, que venian solamente 4 noticiar-
le las cosas maravillosas que se habian visto en sus tierras, y qner pon-*
dremos aqui con las palabras mismas de. dicho alcalde mayor, en carta
escrita 4 D. Antonio de Oca, gobernador y capitan general de Nueva-
Yizcaya, fecha 4 3 de setiembre de 1669. „No escuso (dice) parti«
cipar 4 Y. S. una novedad digna de reparo que aeabande traerme mu.
cbos de los indios vecinos de Cuahuila, 4 que ban venido sola men te,
y es que dicen haberles aparecido una vision 6 aspecto que no han po-'
dido distinguir, ni ver su rostro, ftino solo los reispplandores, y algo de
sus vestidnras, aunque en confuso, y que estando em el aire media
vara suspense, les ensenaba 4 persignarse y 4 rezar, y les amonesta-
ba que fuesen cristianos de corazon, amigos leales de los espanoles y
vasallos del rey, y ador4ndole ellos como 4 Dies no lo permitia, sine
les decia que aquello no lo liabian de hacer sine con Dios, que esta*
— 452 —
ba en lo alto, y que viniesen & decir i kie espauolea lo quo habia pasa-
dOi porque babiaa d« ir & castigar tL los enemigos, y eatoa lo baliiaa de
ver como cUos lo habian vi'sto el dU del osalto. Que por seoal dc ra-
ta vcrdad lea dejiS un libro ea que «staba pintada una cruz dorada, y
queri^udolo traec & eosenar 6 los espanoles, no lo pudieron eooseguir
porque dicen que ao les bacia tnuy penado. Dioen mas: que no ere-
yendo esto una oacion de las que eelabaa congiegadas con las demas, y
apartindose de eJlaa, baJMa habido tal tempeatad que loa bizo volver; pero
estin muy coaaoladoSi y i> esia Dovedad dicen que ha Bali<lomucba gen-
te amiga queest& congregada eo dicbo valle de Cuobuila; y como quiero,
aefior, queestanueva, aunque enteramente nolo dentos ci^dito, esapo-
yadaydicbai una yoz.aia roaaraepor tautos iudioa como vinieron con
ella, pucdo scr may contingeate que eeta viatoii que tuvieron fueae del
op^stolS-FrencwCoJaviof, &quien V. S. ha proclanoado por patron de
eate reiiMt, protector de la 1% y defensor de la paZ| y como patron de la
gentilidad, est6 ya deatinado de la maao de Dioa, para que osie bar-
bariuno ae cooTiorla y reduzoa, poniendo kgro & loa defveloa de V, S.
en esta parte."
Haata aqoi el capEtulo de carta de D. Juan Antonio Sarria, cuya oa-
liGcacioo dejamoa al jgicio-y piedad de DueBtioa lector^. La verdad
do la prediccion se confirnxi deq>ue8 con el £zito feliz do la Jornada,
teelificando los indioa baber vtato to misowi que babian asegutado los
do Coabuila. Sea de cato lo que fuert^ e) gobemador y capitan geae-
rail reconociendo el brazo poderoao de Bioa ea su favor por la inter.
ceaioR do 8. Francisco Javier, taslo en el prbspero euceso de eus ar>
mas, como en la cgaai milagroaa aalud que obtuvo deopuea de un do-
lor do caatado, se apKSuni ep perfeccionar uaa capilla que i honor del
Santo bacia labrar en S. Jos^ del Parral. La adom6 magnificamen*
te, y se dedic6 corv la solemnidad y grandeza que pudieia en la mas po>
pulosa oiudad, el dia 3 de diciembre.
No era solo el gobemador el que confesaba deber la vida &la protec-
cioD del Santo, babia muy i los priucipioa del aoo vuelto & prender la
roiania epidemia en Durango. No tardaron loa vecinoa en lecuirir &
au nuevo patKn. Determine el Sr. obiapo y la ciudad ae hiciese un
DOTenario 4 S. Francisco Javier ceSefanndo el primer dia & bus espen -
aaa S. 9. L, y oonsecillivamonta ol Sr. gobemador, cabildoa, religioiica
y giemioa diMinguidoa do los li'-'-''*"™^ Se hiao deade hiego muy
da Mtar. q^t dasib el dia prinwro M novMunok ninffiDO nun6 de lo*
—453—
esiermo0| si no £u6 uq virtuoBo sacerdote, y singular venerador de 8*
Francisco Javier. £ste, hali&ndof^e con una maligna indisposicion fue
a decir misa en el altar del Santo uno de los dias de la novena, pidi6n.
dole le alcanzQse del Seiior lo quo mas conviniera d su salvacion. In-
mediatamente vuelto & su casa so hall6 con todos los sintomas del con-
tagio. Reconocid la mano superior que le onviaba aquella onfermedad,
y persuadido vivisimamente d que era la ultima de su vida, se dispuso
con la mas escrupulosa diligencia, y parti6 de este mundo dentro de po-
cos dias, dejando ^enales nada cquivocas de su predestinacion.
£s muy semejante d este, aunque con mas notables circunstancias isw.
de milagroso, el favor que debid al mismo Santo otro sugeto en la ciu-
dad de Veracruz: era este el Br. D. Juan de Santiago, cl6rigo deme-
liores drdenes, y singularmento devoto del grande apdstol de las In-
dias. Con ocasion de la imdgen, de que hicimos memoria poco dntes,
era grande el fervor con que toda aquella ciudad veneraba d S« Fran-
cisco Javier, Por otra parte, se aumentaba con la fama de los mila-
gros obrados por su intercesion en Mexico y en otras partes, y que pa-
ra promover su culto habia recogido en un libro la congregacion me-
xicana. Todo esto excitd en el piadoso eclesi&stico la idea de ver en
su pdtria un cuerpo semejante de eclesi&sticos y seculares empleados
en el obsequio de su amado Santo. Para este efecto hizo viage 4 Me-
xico, y alcanz6 del primiccrio de aquella congregacion que pudieran
incorporarse en elk sesenta y seis vecinos do Veracruz, la mitad ecle-
sidsticos y la mitad seculares; dispen^ando con 61 la venerable con-
gregacion en darle el titulo de primicerio, aunque no era sacerdote^
on atencion & ser fundador de aquella piadosa junta.
Obtenida del mismo modo la licencia del Ulmo, Sr. D. Diego Oso- ^
rio de £scobar, obispo de la Puebla, se estableci6 la dicha congrega^ de S. Francis,
cion en nuestro templo, siendo rector el padre Antonio de Mendana en ^ Javier en
19 dias del mes de enero de 1670. Los ejercicios de los congregantes
ei^n los mismos que en la congr^acion de Mexico; visitas de carce-
les y hoepitales, distribucion de alimentos y algunas limosnas en de-
terminados dias, frecuehcia de Sacramentos y acto de contricion, con
un devoto crucifijo por las calles una de las nocbes de cuaresma, De-
votlsimo ejorcicio que introdujo en Mexico ^ venerable padre Diego
Luis de Sanvitores, y que liasta ahora constantemente se practica con
fruto en Veracruz y en otras partes^
Tanto habia trabajado en obsequio de S. Francisco Javier el pia-
TOMO II. 58
— 454 —
doao primicerio da mi congngacion D< Jiun Santiago, y solo parecm
fkltar al colmo dft sub deoeea veise ordenado da sacerdote, como por-
fiadamento habia pretendido inucbaa veces; peio era cosa maravillosa
que en ciiatro ocasionea que an habia pueato en camino para Puebla
en drden ieste fin, otraa tantas habia enfermado graveniente y se ha-
taa viato obligado i deaistir rolviendo & Teracruz, en que otraa taotas
vecea halua por medio da la reltquia de S, Javier lecobrado la aalud.
£ato le hizo nacer el penmnienio de que quizA no le coDvenian para
at] ealvQcion los sogradoe drdanea. Fundada ya la congregacion, y
creyondo que podria aervir & ella y 6 >u amado patron mucho maa en
el eatado del aacerdocio, >e re8olTi6^& ponerse de nuevo en camino pa-
ra Puebla; pero fintea encomendti y quiao que otna personal devotas en-
eomenduaen tamUen al Santo aquet negocio; auplic4ndole que ai para el
aervicio de Dioa le convenia ordenarae. le &voraciese por quinta vez en
aquella Jornada, y si no, que le alcanzaeede Dioa lo maa conveniente
H >u Balvacion. Entre tanto diaponia con color su viage, Guando la
vlapera de emprenderlo, ae liall6 acomelido de una violenta enferme-
dad. Reconoci6 par eata aena que no le queria el SeSor pa^a ei cs-
*aio del aacerdocio, y que le convenia morir en aqueUascircuaBlancias.
La segnridad y aua la alegria con que lepetia esto muchas vecea, y loa
fervoroaiaimoa afectoa con qua deade aquel miano punto comenxd li
prepararae paro la muorte, no dejA dudar que S. Pranciaco Javier le
daba tan claraa prendaa de au predeatinacion, y que Dioa le Ua m aha
para sf, como efectivamente lo llev6 en pocoa diaa con notable edifi.
cacion de toda la ciudad.
La devQcion de 8. Francisco Javier, cuyoa buenoe efectos bemoa via.
to en Guadiana y en Veracruz, parecia ser por eate tiempo un eapiri-
tu de aalud y de piedad que se habia derramado por todo el muudo.
En la Europe, en la Asia y en una y otra America era general la acla-
macion, y conatante la fama de sua prestigios. La bella imftgen del
-Santo que venerala congregacion mexicaoa, era unHruonteioagotablc
de beneficioB, y^crecici mucito mas su culto de^wes que ie cs(endi6 su
palrocinio & otras ciudades de eaie continente. En Tepotzotl&n se
di6 principio este afio con previa liceacia del £xmo. Sr. loarqu^s de
Hancera al temple de nneatro colegio, dedicado al mUmo Santo, y en
que roeplandece hasta hoy la criatiana piedad y magnificencia do la
nobilisima aenora Doua Isabel Pizaini, y de su hijo el padra Pedro de
Medina, que aaignA pan It ftbiiw nna gnn part* de au opulento pa-
—455—
trimonioy y renuncid ei derecho de |NLtfY>imto su virCuosa madre, qiui
habia tanto concuriido de su parte 4 la perfeccion del edificio.
Fu^ sin duda obscquio mucho mas agradable al Santo apdstol de las
Indtas, el que se le did por este tiempo en las misiones de Sinaloa. De-
jamos escrito por los anos de 1632, como los guazaparis y varohios,
habitadores de la Sierra Madre que dividia la TarauuMura, de la provin-
cia de Chinipas, habian dado inhumanamente la muerte 4 los padrea
Julio Pascual y Manuel Martinez. Repartidos entdnces los chinipaa
y parte de los guazaparis y varohios que se babian reducido, parte por
temor del castigo y parte por las exhortaciones de loe padres & diferen-
tes pueblos y rancherias de los hichucios y sinaloas, la mayor parte se
habian ocultado en los montes en que por espacio de treinta y echo
afios, con la comunicacion de los gentiles se babian confirmado en sa
apostasia, y borr&dose entre ellos aun las ideas wna comunes del cris-
tianismo. Administraba por este tiempo el p&rtido de los tzoes el pa-
dre Alvaro Flores de la Sierra, varon apostdlico y de unos modalea
muy dulces con que se bacia amar de los salvages, y especialmente de
los varohios que. con frecuencia solian venir 4 sus pueblos & visitar &
BUS parientes cristianos. El industrioso misionero supo valerse tan
bien de cuantas ocasiones se ofrecian de obsequiarlos, que insensible-
mente los empeti6 en pedir el bautismo. Se les hizo esperar por mu-
cho tiempo estagracia para probar su sinceiidady la constancia desus
prop6sitos. Se bautizaron finalmente con gran solemnidad y regoci-
jo en considerable nlimero y con tanta eleccion, que fueron en lo su*
cesivo otros tantos catequistasyap6stoles de sus gentes. No tenien-
do el misionero oportonidad de pasar 4 sus rancherias sin desamparar
su rebanot y sin contravenir & las repetidas 6rdenes de S. M* y de loo
padres provinciales, de que no se emprendiesen nuevas couversiones sin
noticia de los Sres. vireyes, y temiendo por otia parte que vueltos &
ellas propinasen con supersticiones el sagrado cardcter del bautismOi
determin6 fundar de los nuevamente convertidos un pequeno pueblo,
que llam6: S. jPranci9eo Javier de Babuyaquif encomendando particu*
larmente al Santo aquella nueva cristiandad. Este pueblo, por estar
i la boca de la sierra enmedio del camino, 4 los pueblos antiguos que
admiraba el padre Sierra, disminuia tanto 4 los ne6fitos, como al mi-
sionero, mucha parte de la dificultad para su asistencia. Era tambien
una frontera para la gentilidad de toda aquella serrania, y desde don-
de se podria, con el tiempo, emprender su entera reduccion, y justa*
Me m U20 y ww nd aalodiUe ea ^ae cuu inBtnaU—mt ma-
* alcoaa de gnaUapaa, tcnoha, gBisafwnB, ti k Amw , wii^wii \jfti% ;
■ vaeinu y coafedawlM. Coo efecfax, jiMtf A« d ni-
t poUsetoD que bo tunaae el ojMi-nItt <le hnriwr ■
If ios cateqiMtaaL De «alA sn-
iWfB cr«cki lAM ooMderaUeo
nte aqiMlla i
B i^ a i*, y « cooci-
ji belloB iiiiiinm de ver prEsto iirtiri^a iMlaa h> dicbas
I <|ae «l padra Abaio Sierra an viu pin iaaiJii 4 eaoibir aJ pa-
dre pronncial pan qoe enriaae Boevae opesxricM & ■qoella bws mada -
f* ya potB la aiega.
Estati mitmita inatanciaa refMtid ana e(» mavor fiiena d afio ■•
^ gniente ocn fecba da-36 de jmio, ca o^uioa de habcr hrodo d go*
: bientode la proriociael padre Asdiia Coban, muumnv «^ faabiaa.
M de )> iiiiiai proTincia. ABade «■ esta carta lu vi.
lo« bMaroa bibaiea, aacioM a uiueru ^ j da natamla may d6eilea ca
aqodla parte de laaiernqaediTidelSaalaadelapronBcu del^nvs.
Tienen (dice) DKiy ianietwdo mucbcM & eatepaeUodeJoa txoea; nvan
COD regularidad y rcspefan i lea padres conn loa doMa pocUoa criatia-
nai^ J H ban bauticado.ya-algtoMa adultoa yp&imlaa. Fotnentaln laa
ptadosaa JDlencioiMa del padre Airaro Sierfa d alcalde laayor da la
. AUgud CdderoD, bonAve piadoao y da may aanas
Cob ocaskm de buecar nnaa rninaB, que se decia baber
en la vecindad de e«ta BacioB. pa96 k dla 4idio eaballera, Mniindose
aal la pnmdeBcta dd fiefior de lea graaeraa daaigtHOa de loa bomtm
pBiB U aalnd de •■■ radkiaidaa^ No baiU d boea goberaBdor loa ncoa
iDOhilaa que buacaba; pero inll6 nna precioaa teaora en la foiht diape~
« sGioB de Ios tubons. Le recibieron eatoa con todga loa regalca da au
pais, y con las mayoraa diapoeicionea, y le ayadaron {en su intento.
Obaerrd la regularidad de uia poeblob, la s^iidad de aoa g&iioa^ baa.
tutte viveza } capacidad, y lo principal, nmy livaa y aMi^Majdaaecs
de tener en ma tioTBa padre* qae loa doc tri B Bae n. Enr e n la ihd, no—
bemoB eaciitnenotra parte, eiBeale el caiider da cata awaoB. Qaa-
de tnudioe li.mpoe hafaian muufestado baatanieDXCile la sw^andadde
sua iniflMtf tii acasioD de otm enlnda <)ue )u>o t aos tienw d ^ummb
capitan Q'ta^i Alartinex de lionlaide. D. Ifigiid CaUecoB an com
nwnoa piadiKu que sn anteceGor, y encaslado de ia fidetidad de aqae^
lias gortei y de w oonlaBcia, aaonbid d Knao. Sr. xi
t^K. ^\kMJL
— 457 —
Mancera, y al padre proviDoiaf para que so enviasen ministros ^ los tu«
bari9, mas acreedores (decia) 4 este favor, que todos los otros pueblos
de la provincia de Sinaloa. No podemos omitir las pcilabrns con que
haUando de esta y las demas nacioncs referidas, concluyo su carta el
padre Alvaro Flores de Sierra. „La cmpresa (dice) cs glorioso, la fe-
licidad cs grande, y la neccsidad de estos pobres estremn, pues piden
coQ ansia el pan de la doctrina, y no hay quien se los reparta. Bien son
menester cuatro padres, pero aunque veuga uno, serk de mucha impor«
tancia. Yo, aunque iibio y enfermo, me ofrezco & ir con ellos, y si
me mandaren quedar alM, lo hare de muy buena gana: lo mismo me
atrevo a prometer del padre rector Gonzalo Navarro, de cuyo espiritu,
celo apost6lico &c., se puede fiar esta y mayores empresas. Su mu*
cha prudencia, larga csperiencia de misiones, y el conocimiento quo
tiene de estos gentiles que le aman tiernamente, serd de mucha vtilidad
y aun el todo de la obra. Cuando no hubiera otra razon para que
V. R. nos dejara al padre en misiones, esta sola seria urgentisima,
por Id cual ruego & Y. R. nos d6, & mi y & todos los demas misionenn
este consoelo y no prive & estos pobces del bien que pueden tener y
tendr&n por medio del padre. Por lo que mira al sustento de los mi-
sioneros, si no hay otra forma aqui, cooperaremos todos. To desde
luego cedo la limosna que mo cabe, y pasar^ como pudiere, y ojalU
pudiera ser ini sangre y mi vida de algun provecho para este fin, quo
ladaria do muy buena gana por el bien de estos pobres" Hastaaqul
la carta del padre Alvaro ' Sierra, en que la religiosa hermandad, la
obediencid, el desinter^Sy-el celo de las almas y las demas virtudes pro-
piasdo un misionero &po8t6lico, no pueden pintarsecon mas vivos co-
lores.
No eran m6no8 fondadas las osperanzas que se tenian de la coBver* Nacion de Um
sion de los chicuras, nacion tambien serrana. La comunicac'cn con ^hiciiratvBn.
cexM de oina
los chicoratos sus vecirios, y muy antiguos cristianos, los habia atraidQ lo«.
& su pueblo, on que este aiid se habian liautizado veintieuatro. Asi se
trabajaba aun en Sinaloa contra los pocos Testes que habian qoedado
de la gentilidad. En 16s antigUos pueblos de criistianos se lografoan ya
los frutos sazonados de las pasadas fatigas. La epidemia quo por es-
te mismo tiempo prendi6 en el partido de Guazave, manifealtd bien la
confianza filial con que veneraban 4 la ^antfsima Tfrgen y la protec- ., ' ,, .
cion de la Senora sobre sus amados hijos. A los primeros estragos do
ia enfermodad pidieron & su ministro cantasc una nlisa, y sacas? en
— 458 —
procesion una chtdtua niuy hermosa y devota que teniaD en su pueblo^
con tan pronto y feliz suceso que desde aquel mismo dia no muri6 en
todo el partido alguno otro de los enfennos, aunque fueron muy pocas
las familias en que no cntrase el contagio. No podemos omitir la pia-
dosa simplicidad de los ahomes, 6orida cristiandad que habia fundado
muchos afios Antes el padre Martin Perez de Rivas, como hemes cs-
crito en otra parte. He advertido, dice el padre Tomis Hidalgo su mi -
nistro, que habiendo confesado d algunos para morir, en volviendo otra
vez al mismo pueblo su padre, madre 6 hermano del difunto, han ve-
nido al confesonario 4 decirme:. • • • Mi hijo me pidid Antes de morir,
que en viendote te dijese algunas cosas que se olvidaron en su confe-
sion (que de ordinario ban side muy leves) pero manifiestan con esta
sencillez el aprecio que bacen de la otra vida, y los deeeos de prepa-
rarse bien para la muerte. Muy semejantes eran & estos en la piedad
los tehuecos. £1 padre Jacinto Cortes, su antiguo ministro, observa
en una de sus cartas la santa costumbre que habian introducido las mu.
geres de este pais, y que se miraba ya entre cllas como una espccie de
obligacion, y es que cuando se hallaban en cinta se prevenian deede el
octavo mes, confes&ndose para preocupar los sustos y prisas que no
suelen dar lugar & esta cristiana diligencia en los partes dificultosos.
1673. En lo inlerior de la provincia el dia 10 de enero de 1672 fallecid en
hermmnoCir. ®^ colegio de Veracruz, en que actualmente ensenaba gram&tica el
los Bfartinez. hermano Cdrlos Martinez, j6ven de muy bellas esperanzas en la litera-
tura y de unamadura ancianidad en la virtud,demuy rendidaobedien-
cia y exacta observancia de nuestras reglas. Aun sin ser sacerdote
manifestaba el ardiente deseo do ayudar k los prdjimos, acompanando
gustosamento de dia y de noche & los padres en las confesiones y otros
eepirituales ministerios, y ofreci^ndose para ellos con extraordinaria
alegria. Herido de un pasmo mortal, conoci6 luego su gravedad, y
previniendo la diligencia de los medicos y los padres, se ann6 con to-
dos los Sacramentos, continuando fervorosos coloquioa con el Senor
crucificado y con su Madre Santisima, hasta que perdi6 el oso de la
lengua, y aun ent6nces manifestaba su devoto semblante la interior
ocupacion de su ee^iritu, y & los cinco dias de este ejercicio muri6.
Vo^lyeM 4 £n ciudad Real, de la provincia de Chiapas se volvi6 de nuevo 4 tra-
dacionencio- ^^ ^® ^^ fundacion de un colegio. Yivia en aquella ciudad la noble y
dad Real de piadosa senora Doiia Maria de Alvarado, viuda del capitan D. Andr6a
"^^^ Perez de Arando; uno y otro nngularmeste apreciadores de la Comps*
— 459 —
Ilia. Hall&ndom sin hijos y vieDdo desvanccidas las esperanzas que
de fundar alii la Compailia de Jesus se habian concebido por los anos
de 1652, habian tratado entre si de emploar su caudal en esta obra
piadosa, y aun pactado que aquel de los dos consortes que sobreviviese
lo ejecutaria asi, £n consecuencia de este concierto, poco tiempo des-
pues de la muerte de su esposo, escribi6 al padre provincial significdn-
dole SUB buenos deseos, y haciendo donacion de su cuanliosa dote con
promesa de anadir aun en lo future algunas otras cantidades. El pa-
dre provincial, no pudiendo por la distancia de los lugares reconocer
por si mismo las utilidades 6 inconvenientcs de dicha pretension, enco-
nicnd6 el conocimiento de este negocio al padre Manuel Lobo, sugeto
de mucha esperiencia y autoridad en Guatemala. No le pareci6 & es-
te estar las cosas en disposicion de fundar un colcgio, y asi proponien-
do d la noble matrona las dificultades que tocaba, tanto respecto de la
Compania, como de la ciudad, despues de agradecerle sus buenos de-
seos y constante afecto & nuestra religion, la exhort6 & que emplease
sus bienes en alguna otra obra de piedad, como en un colegio Semina-
rio para instruccion de la juventud en Guatemala, 6 en el mismo Chia-
pas si le pareciese mas conveniente. No desmay6 con este desenga-
uo el dnimo de la virtuosa senora; su antigua inclinacion, el deseo de
cumplir la voluntad de su difunto esposo, las eficaces persuaciones de
su hermano el Lie. D. Martin de Alvarado, y sobre todo, las de D.
Juan de Figueroa, con quien poseia en compania una hacienda de ca.
cao, le movieron & instar en su antigua pretension con una interior
confianza de conseguirla. £1 dicho Lie. Figueroa, sabiendo que su
companera fomentaba dias ha en su dnimo tan utiles designios, no so-
lo le aplaudi6 y confirm6 en su antigua pretension con una interior
confianza de conseguirla, sine que ademas le inspird tambien que agre-
gase la parte que tenia en dicha hacienda de cacao, renunciando 61
tambien de su parte la que le tocaba para el mismo efecto; de mode que
el patronato de dicha fundacion recayese entre ambos. Admiti6 la se-
nora Dona Maria Alvarado la proposicion con sumo regocijo, como
quien no tanto aspiraba k la singularidad en la gloria personal, como d
la utilidad comun que tanto se facilitaba de aquel mode.
Dispuestas asi las cosas, otorg6 Dona Maria Alvarado su testamen-
to en 2 de julio de este afio que tratamos, y el Lie. Figueroa escribi6
al padre provincial Andres Cobian, ddndole noticia de la nueva deter«
minacion y aumento de los fondos, y pidi^ndole su benepUcito para
— 460 -
ocurrir 4 Madrid y Roma |K>r las licencias nccesariai del rey cat6lico
y del padre general, cuyo ^xito veremoa & au tiempo.
Poco Holes do eatas diUgencias ae hatHan practicado en Mexico otras
mas intcrcsnniea 6 toda la provincia en la dotacion del colegio y caaa
de probacion de Santa Ana. Este noriciado, porlaaoircunatanciaa de
su fuDdacion, y por el largo pleito que tuvo que soatoner con hu fun-
dadorn la noble matrona DoSa Mariana Nino de Aguilar, habia vesido
& tanta escascz, que en una de las congregacionea provinciales, ae lie-
g6 &, tratar de desamparurlo. Efectivamente, hubiera llegado 4 aucc-
der deotro de pocoa anoa, si loa superiorea conociendo lix importancia
de ua noviciado enmedio dc laa ciadadea roaa populoaas pan creai 4 loe
jdvenea confbrme al eapirilu de la CompaSia, no bubienn procinado
aostenerlo con cxtraordinarias diligencias. Sin embargode todaaellas,
la decadencia de las rentaa fii^ taota, que hubieron de retinirse 4 Te-
potzotI4n algunos pocos novicios que alii se roantenian, y quedar aoloa
un padre y un hermano coadjutor para guardar el colegio. En eatas
I triatcs circutistanciaa moiid Dioa el dnitno de D. Andrta do Tipia y
Fnndacion -Caibajal, encomendero por S, M, del pueblo de ZacatI4n para dotar
da Santa Ana B^iuella caaa de rentaa sufic ten tcs, reapecto 4 haberse deshecho la fnn-
dacion do sua primeroa patronoa. Trat6 este asunto con el padre Pe-
dro de Valencia, & quten el padre provincial Andrea Cobiait confift su
pleno poder en 22 de mayo. O&ecia para el efecto un ingenio de az6-
car que poseia en el paelilo de Teotttl4n, obiapado de Oaxaca, y unas
baciendas de ganado mayor y pan Uevar en el pueblo de Zacatl4n, de
au encomieoda. El r^dito anual de estas baciendaa qoiso quo se em-
pleaae dnicameate en eledificio de casa € iglesia, laa cualea acabadaa
K gastase en el sustenlo de veinte novicioa con loa padres y hermanoa
neceaarioa para su religiosa educacton. Se olorgaron laa escrittiras
Leon todaa las formalidadea neceaariaa en 16 de agoato, y en 19 de no-
Tiembre se tom6 posetnonde las haciendas en nombre dela Compania.
Caxieter fy D- Andres de T4pia y Caibajal, era un bombre con quien coQx> con
D.An^^ Job, parece quo haWa nacido la miaericordia, y crecido con 61 desde la
jal. cnna. Uno y otro de bus apellidos indica baatantoneDte mi noble des-
cendencia de loa piimeroa conquistadorea de este reino; pero la mani-
fiestan mucbo maa su religion y su piedad. Desde muy j6Ten tuvo la
santa coatumbro de mandar decir miaaa, qua muy raia vez era una sola,
por todoB loa diliintos que llegaban 4 su noticia, ain dletincion nlguna.
De Ntaa miaaa, que por la ordinaria limosna aneltaa (digtmoslo aai)stt
— 461--
iiallaban en stni lifatost roontaban & seiscientas mil. f Los principales
do cincuenta capellanias para cl6rigo8 y diversos conventos compooen
la fluma de ciento doce nUl trescierUot y setenta pesos. Para dotes de
dottcellas hu6rfaDaS| dej6 entre laa Iglesias Catedrales de M6xico y
OaxacQf y algunas casas religiosaa de esta ciudad, como Sto. Domin-
go, S. Felipe Neri y Casa Frofesa, setenHa ml pesaSf fuera de muchas
mas 4 quienes en vida dio dote para el estado del matrimonio, y para el
de religioeas en cuasi todos los monasteriosde esta ciudad y de la Pue<i
bla y Oaxaca. r^ibc6 tres mil pesos^ cujos rdditos se emplearon sola-
men te en limosnas de las religiosas descals^s de tS, Juan de la Peni-
tencia de esta ciudad, y 4 laa de Sta. Clara de la Puebla. Para limos-
nas de monjas dej6 tambien otros owUro mil pesos y cuatro cn^s^ y Aie.
ra de eso, del remanente de sus bienes, mand6 ee diesen einco pesos y
cuatro varas do Ruan i, todas las religiosas pobres de los conveatoe de
Mexico, Puebla, Caxaca y villa de Atlixco. En estas mismas ciuda-
des y el pueblo de su encomienda, mand6 se hiciese n6milia de pobreiS^
d quienes se irepartieron en feales cuarerUa y siete mil novMMos y se*
tenia y un pesos^ y mil noveCientas echo varas de dicho g6nelro. Afia-
didas 4 esto las grandes cantidades repartidas por to maao & mendi-
gos y vergoneantes, la donacion que acabamos de referir y dtras inna*
merables obras pias, en que tuvo gran parte en diferenteft ciudade^t M
hallard un tesoro opulentisimo que man6 siempre para beneficio oe«
mun entre las nmnos del piadoso fundadof de S. Andres.
A fines del ano murio en la Gasa Profesa con no m^ttos opinion dd Muerte del
santtdad qua fama de cristiana elocuenoia el padre Bartoloro^ Casta- P^dre Bartolo
. m^ Cutaflo.
uo. Succedid al apost6lico padre Pedro Mendes en la minion de los
sisttotaris y Sahuaripas, y adelant<i las espirituales eonquistas hasta el
valle de Sonora, donde fu6 el priroero que llevo la luz del £vangelio4
Una cristiandad tan numerosa y florida, no merecia sin duda menor
fundador y menor padre« Entre los salvages mendigd par mucho tiem«
po Bu aliroento de cbosta en ohoza, como ol mas triste de loe indio0«
Acomoddodose en todo & su rusticidad por ganarlos m«jor & Jesuoristo^
form6 para si una casilla tan eetrecba d inc6modai que ap^naa podia
entnur sine errastrdndose. Hablaba sus diferentes idiomas oon taolft
peffeeciofl, no solo en la propiedad de las veees y variedad de los aeen*
t La linuMma «oari«nto aati^iia poir coda mi6h era de euatfo fealM dflr)]laUi, m(
como hoy es de 4 peso; importan por Unto ireacientos mil. iQa^ fondo db ca/idadl!
TOM. II. 69
— 482 —
toM, pero nun en el tooo y geeto que acompaiian cllos & las palabrov,
quo junto ft cslo el color rooreno de au rostro, ontdncea mas toatado con
los aolcs par m vivientia y sua alimentos, llegaron fi croer loa natiiralcs
tambicn que ciu indio, y comenzaron & deapreciarle. Esto movid 4
los padres vtsitadoree y demas rnisioneros & hacer con q1 padro delan-
le ic loa salvages algunas estraordinarias demoatraciones de vcnera-
cion y respeto que los aacase de su error. Vuello & M6zico tuvo por
veintiseis aBos la congregacion del Salvedor con tanto lustre y honor
de la Corapania, y lo que es mas, con tan general y conslante fruto de
suaoyentes, que informado N. M. R. padre general Juan Pablo Oliva,
le did las graciaa en carta eecrita panicularmente al padre cl aiio de
1665. A laa ordinarias tareas-de su congregacion, anadi*S la esplica-
cioD de doctriaa cristiana los juaves; ocupacion de que ae fonnA des-
puos de algunoB afioa congregacion distinta, que hasta boy pemianece
con esplendor. Muri6 con sentimiento ooroun de la provincia el dia
91 de diciembro.
1GT3. A la roitad del aSo s^iente de 1673 fallecid en la misniB Casa cl
**"•'*••'"* padro Andr6» Cobian que actualmente gobcrnaba la provincia con ge-
Cohian. neral aplauso. Era natural del puerto do Santa Maria, de donde pa-
sd muy niiio i Nuevt-Eapana, y fu^ educado en el colegio real de S.
IldefoQso, ObservtS constantunenls con los de cssa y los de fuen
una liaura £ ingenuidad que le hacia muy amable. Trabajd por maa
do diez y^eis ailos en loacolegiosdeFitzcuaro y Valladoliden el cul.
tiro do los indioe tarascos quo le adrairaban en au idioma. Sacado de
alii para el gobiemo de difersntes colegios, ae coudujo en todaa ocaaio-
nea oon admirable prudencia. Ero muy circunspecio y maduro en sua
resoluciones, y sabia valerae dieHtramente de la aeveridad 6 del disi.
raulo para la enmienda do las faltas dom^slicas. Su integridad y ea-
podlcion en loa ncgocios movi6 &. los roverendos padres del 6rdca de
prodtcodores ds csta provincia mesicana i nombrarlo por au juez con-
servador en ciertaa controvenias en que actualmente cntendia cuando
le arrebatd la mucrle el dia 2^de junio, nl principio del tercer aoo de
su provincialalo. Las dos ilustres religionea de Sto. Domingo y S.
I^unciaco, pretendieron encargarae de su funeral, y cedi6 fjnalinints
la de Sto. Domingo al rererendo comisario de S. Francisoo, que habia
primera pedid) el cuerpo. Por au muerte se abri6 e) pliego cMtt mor-
lit, y Eo hallA.nombntdo provincial ol padre Manuel Aitooga que pro*
tiouid el aik» n
.-..^M..
— 463 —
Fu^ este auo, de 1673, muy feliz 7 memorable para la mision de
Tarahumares despues de las rcvueltas y] sediciones pasadas, en que
con muerte de los dos padres Comelio y Bendin, y Jacome Antonio
Basile se habia enteramente acruinado la cristiandad de Papigocbi, no
se habia vuelto & pensar en nuevas conversiones. Los pueblos y na- Rostableci.
Clones aun fao cristianas, estaban 6 confederadas con los tobo- mientodenuo
▼ostarahuma
SOS y cabezas que mantenian obstinadamente la gucrra, atemo- res.
rizadas 6 fugitivas de toda la vecindad de espaiioles y pueblos vecinos
por no tener parte en el castigo de los roalhechores. A si que, en I08
veinte anos antecedentes no habia sido poco trabajo el de manteneren
paz d los pueblos antiguos contra las vejaciones y soiicitaciones de los
gentiles y ap6statas, conjurados contra el nombre espanol. Despues
que por la proteccion singular de S. Francisco Javier, comenzaron &
disminuirse las fuerzas de los enemigos, y hubieron de coder & la indus-
tria y al valor del teniente gobemador D. Juan Antonio de Sarria, se
comenz6 d pensar inmediatamente en el restablecimiento de la mision
arruinada, y en la formacion de otras nuevas. A D. Antonio de Oca
Sarmiento, habia succedido en el gobierno de la Nueva-Vizcaya D. Jo-
8^ Garcia de Salcedo, no m^nos cristiano que ^1, ni m^nos deseoso de
contribuir i. la quietud de los infieles. Para el dia de S. Gerbnimo, &
quien estaba consagrado el pueblo de Huexotitldn, se determin6 tener
alU una junta en que se tratase de la forma que se habia de tener para
entrar en la gentilidad y fundar en ella misiones estables. Concurrie-
ron el dicho Sr. gobernador y su teniente D. Francisco de Agramon*
te, alcalde mayor del Parral, con los diputados y regidores de aquella
villa, y de parte de los mineros D. Juan de Saliases, sargento mayor,
y los capitanes D. Diego de Quiroz y D. Pedro del Pozo. Se halla-
ron igualmente presentes los dos vicahos eclesidsticos D. Juan Igna-
cio Leiton y D. Juan Telle con algunos curas, y los padres Ger6nimo
de Figueroa, superior de aquellas misiones, Gabriel del Yillar, minis-
tro de S. Ger6nimo, Pedro de Escalante de S. Miguel de las Bocas,
Martin del Prado de S. Pablo y Francisco Vald^s] de S. Felipe, y dos
nuevos misioneros, que eran el padre Fernando de Barrionuevo y Juan
Manuel de Gamboa. De parte de los indios concurrieron los princi-
pales caciques de las dos naciones, Tepehuana y Taraumara y en
nombre de todos, el cacique D. Pablo^muy respetado de una y otra na-
cion, antiguo fervoroso cristiano, & quien no sin particular providencia
en medio de los continues peligros d que lo espuso su f6 en las sedicio-
— 464 —
nlte paBadas, habia consernido al Sefior para aimiento de la
para salud de \ob aujros.
Congregados todoa y animadoB de ttn ntfliiy) espiritu de conkibuHr
con todo 8u esflierzo & la reduceioB de los genliiee j & la traiiquilidad
de todo el reiao, el padre rector de aquelkia mieieBef propuao* oomo k
las piadosas instancies del Sr. gobemadov y do loa miaioos caciques
taraumares habIa el padre prorinctal eaviado aqveHos doa nuaros bm-^
Biatrofl ooR solo el destgoio de que entrasan 4 las aaeioties de gentiles*
evya coayersion en aquelkM veiale afloa se babia intccruippido & causa
de la rebelion y continue inquietud en que los apdstalas y nacionea co.
Ngadas habian tenido la provincia: qu^ el iinioo fin de la Coacipania em
)a salud de las ainies, p€>r ouya causa se espoaian & todaa las incoBio..
didades del cielo, y del terreno, de que eUos oaisaMMS eraa tesligos* y
aun de Kaber vialo ft los lervorcMUMi ministroa dar sm vida i^ooente ft
manos de les bftrbavos: que este fin altisinu) de auestro iaaliiutOy era
tanobien lo que priacipalmeale intwitaba la piadad de ni^estroa reyes
eat^Iiees en al descubrinuanto de auevos paiseav y en la cenaervacioa
de taato^ presidios ft costa de su r^ baeienda. lBaiBu6 pcwa bastaor
lo sagacidad algunas de hui causae del pasado alzamieBta» ^ que ea
faaa ae procuraba echar la culpa ft la ioeonalancia y perfidia ttatuxy
de loa indioa; pin(6 Tivamente ol infeHa es|ado del reiuo y de toda aque*
Ua criatiandad ea los aBos antecedeBtes^ y concluy^ exbortftndolaa ft
eoopevar ft laa inienoionea da S% U. en la ooBveraioiit reduockn y p%-
ei&cacioB de laa oaeiofies veciaaa de gentilec» ft la cual estaba taaabimi
viaoulada bi feliaidBd de todo. al reino, la seguridad de loa cawiixM, bi
bbaitad del oonatoio^ el eornento de sus minas, y todoa Ipa intepeaas
paiticukres que lea podiaa ser a »abl ^. Copcluidb este discurao, y
ptopuaale^porel Sr^ gobeinadoi eipkui que babia ibsmada de. laa uue.
vas Busioaaa» reapondi^iQB tedoa ft una ¥0b que asi conveBia para el
bion de laa nacieaea y provecba coaauB del rsiBC^ y que ea eiiai^a ae
lea pidiose de pait^ do su seaoda a^yudarian ft la Coaiparrin de Jesos
para uri asunto tan gloiioso^ £1 cacique D« Pablo ea noiabie de las
demofi que se ballaban pceseates y de toda la naciOD TaraaiBAia, ada-
di6 pitr lo tooante ft la conduceioB de los padrea eleccioB 4m loa pues-
tas, cdificio de sua oa&ufl» y otras cAsaa sefidejaabes*. dcsotudaae su ac-
9k>ria que 41 se hallaba ea imxao dobaoerW to<^ aisistir pecapnaUnea-
to ft los padres y coi^i^eg^r laa raofih^iaa diapei^aaa de las suyea y
atraeilofi ft for o^r pueWos en quo fuesaa deotn9B4oa« £1 goberoador^
— 465 —
en Boa^re del wy, aj;rai|eck> ol aBciano cacique Ua geiicroao ofteci-
HUQnto, y luego al doapcdir la asamWca, qucricnda mostrar ol rcspeto
deUido ^ los winistros de Dios, en presencia de todo aquel coocurso so
arr0dill6 & querer besar los pi^s d los misioneros, acciou en que lo irm-
taroa loa demas eapaiiole^ seculafes y caciques presenles, Se conti-
nu6 por Ues dias la, fiesta con el mayor coocurso y re^oc\|o que jam^s
se baUia visto eu aqucllas regiones, y pasades, se comeQz6 luego 6.dax
Ordea para que los dos padres Fernajodo de Bai:rioiwievo y Juaa Ma-
nuel de Gamboa partieseu ^ SM de^liftOA Pactierom efecUvadoocate el
dia 1. ® de novieiftbie a<coiopauado« dek cacique D, Pablo, y alguoos
espauoles y uaturaWa co» el pj^pero auceso que verecnoe adelanie.
No se recibid por esle tiempo Ri^WiW eousuela ea Sinaloa coa la Ik- Envlaac mi-
gada de quatro mievos operarios, de los cuales alguoo dalguaoa pudid- nistro d los
• I.' J guazaparis y
sen emplear en la rcduccion de lofikgua^apari^ y Macamoa, o&que se te^ vaiohios.
nian tan bien fuodudas esperaxoaa. £1 padre Alvaxo Sicera. que ha*
bia empreodido est^ conqui3ta« forcaado el uuevo pueblo de S. Francis
c^ Javier de Babvya%uit y aoUcitada loa nue.v()s^mUionerQS4 (u^ cona-
tituidQ visiitador genial de l&a inisiones, cargo eu que solo se hallato
eX mfitiyo de conauelOik de que podia, serYVse de eata autoridad para dei*
jar s6Udiain^a4e eatoUecida a^uella uueva ig^iat^ fruto de sjaafaiig^*
Destine luege para Babuyaqui & uop de IO0 cuat^o nuevcut miaioneroa
d^LAdole todas la» iDjBtruQcioBea coaveojeotea qjme 1q habiaa en^senado
el trato de aquella. igkacioo« y la lajcga esperieuicia de veinticinQQ auoa
de. ncuaignes. Coje^ tajoi prudente direccioay farvoroaa coojf eraci^Q dol
mioistroi^ cada dia ae auioenlaba conaiderablenienlQ el oumexo de los
bauXia;adoa» Se coom^qz^ la £U3<ica d^ la ig^esia (aunqua pequena)tque
aufiilei ur, el akediia outs efijcAz para ftjar la incoostao^ia d^ les salves-
ges» y. 9.3egiirar Ia aubsistenciad^ loa- pueblosi. El ministco entre taja-
tosQ diaponia paro^ hacex ajgu^aa esjCursiiODea lla sierra,. y ceixibatir
el pagaoiamp. deotro. (dig^^mpal* a^l), de aua misipa^ (rincberas. Todo
parecia cocrex r^pidameale al On, que se- d^seaba*. cuaado arrebat6 la
muerle al padre visitador Alvaro Flores, que era como el espifitu que
aaimaba y awxvia a/y^etta santa eoif^resa* For su. rouerte^ aaodaroii los
auperiores, al padre q^c estabaen Sw. Jbviisc d^ Babuyaqui,, qjje tomam
4 au cargo Los trea puebLoaqjue adfluuuistrabael diiunto^ y que dsaej^em-
plo no se desampai^aae eateraniiDte 1» nueva peblacioa de Babuyaqui
dcj^ndoae ver alii alguaaa veces- para conscrvaj; aquel pufssto. sicmpdt;e
YenlDJoso, y muchO' saaa en bs presentes circuastancias. Coa eate
— 466 —
contratiempo venian ^ qucdar las cosas en e) estado antiguo; pero fa
altiaima Providencia por unos medios tan lentos y aun tan contnirios al
parccer, disponia ]a conversion de toda la nacion, como veremos en la
s^rie do los aiios.
lj!»Mte**'^ ^^ Todo el fervor con que actualmente se trabajaba en estas y semejan-
tea operaeioneSf estuvo para apagarlo, y aun para trastomar enteramen'
to todas las misiones de Sonora y Sinaloa, un pequeiio incidente que
Bobrevino ^ los principios del auo. El venerable dean y cabildo de la
Santa Iglesia Catedral de Guadiana (Durango) sede vacante por muer-
te del lUmo. Sr. D. Juan de Gorospey Aguirre, habia destinado por vi-
sitador de la di6cesis al Br. D. Toni4s de Ugarte. £n cualidad de
ialy pas6 este al colegio de Matape para comenzar desde alii la visita
de las misiones que en Sonora y Sinaloa admiaistraba la Compauia.
Fu^ recibido del padre visitador Alvaro Flores que viviaaun, y del pa-
dre rector de Matape Daniel Angelo Marras, con las mayores muestras
de urbanidad; pero conociendo que intentaba proceder & la visita de
aquel y demas partidos^ se le presentaron las c^dulas de S. M. pasa*
das por el real consejo (de Indias) y ejecutoriadas y mandadas obser-
var por la real audiencia de Guadalajara, en que el rey nuestro seoor
concede & nuostras misiones el privilegio de no poder ser visitadas si-
Bo por los Illmos. Sres. obispos en ptrsimaj y no por algun otro juez
inferior, de cuya jurisdiccion enteramente los exime. Sin embargo
do esta representacion y exhibicion de c^dulas y reales provisiones,
juzg6 el visitador que se hallaba conderecbo de proceder, por ser, de-
cia en su auto, dichas c^dulas despacbadas en perjuicio de la jurisdic-
cion eclesi^stica episcopal, y sin citacion de parte. Demas de que di-
cho privilegio estaba dorogado per turn unim, no habi^ndose valido de ^1
en otros aetos que se babian hecbo en contra, ni estaban tampococon-
firmadaa dicbas c^dulas por los reyes cat61icos siguientes. Por tanto,
mandaba que dentro de veinticuatro boras se entregasen los libros y
demas cosas tacantes & la visita, conminando con censuras y demas n*
gor del derecbo.
No fu^ dificil al padre Angelo Marras satisfacer s6lidamente k es-
ias razones. Respondi6 que dicbas c6dulas nunca podian perjudicar
al derecbo oclesi&stico, siendo despacbadas por el rey cat6lico como
delegado de su Santidad en estos r^os, y como patrono de las igle-
Bias, cuyos fueros siempre se debia oreer que amparaba y nodestruia, y
siendo espedidas, como protestaba S. M., para el mejor golnemo y ad-
— 467 —
fiiioistracioii de las puobloi: que para impctrar semcjantcs provisioned/
cuando no son contra algan particular, no se requiere citaeion de parto
algana, habiendo en todas las audiencias un fiscal do S. M. que repre-*
sente y mire por su derecho, regalias & la corona y patronato real &
quien pertenece la proteccion del fbero eclesiistico: que dicho privile-
gio no podia decirse estar derogado per non usum, pues hasta cnt6nce9^
en cerca de cuarcnta anos no habia sido enviado visitador alguno & la
Sonora y Sinaloa, sino el Lie. D. Josd de Oliva, dean de la Santsr
Iglesia de Durango, contra cuyos procedimientos se habia protestado
en tiempo y no debian pasar perjuicio, ni impedir la posesion: que los
tres Sres. obispos que habian en sesenta y mas auos entrado en Sinaloa*
no eran comprendidos en laa reales c6dulas, y asi de «us visitas no po-
dia formarse argumento: que aun estos ilustrisiraos pastores, bien satis-
fechos del celo y regularidad de los misioneros jesuitas, no habian que*
rido permitir que se le mostrasen los libros de bautismos, d^c,: que fi*
nalmente, las leyes, autos y c^dulas de los reyes antepasados obligan
siempre mi6ntras no se revocan expresomente por sus sucesores, y no
necesitan nueva confirmacion 6 refrendacion, 6 nueva concesion, sino
cuando son de aquellos privilegios que espiran con el tiempo. D- To-
mlis de Ugarte, hombre prudente y tal como lo necesitaba el empleo
que le habia confiado el ilustre cabildo, no dej6 de conocer el peso de
estas razones y los inconvenientes que se seguirian & querer empenar-
se con calor en la prosecucion de esta controversib; asi es que en 6 de
febrero de 1673 provey6 nuevo auto, en que reservando para mejor
ocasion esponer ante juez corapetente las razones que le favorecian*
suspendia y 8uspendi6 la dicha visita en aquel y los demas partidos &
cargo de la Compaiiia, y que & esta se le diese un traslado de dicho
auto. Asi feneci6 tranquilamente una disputa y competencia que en
otrus cifcunstancias pudiera haber tenido consecuencias rauy fatales.
Mi^ntras asi so trabajaba enr las raisiones de los gentiles, no se ha« 1674.
cia rn^nos fruto en las diferentes ciudades del reinoconmisiones circu- cq]^^^ ^^e
lares. A peticion del lUmo. Sr. D. Diego Osorio de Escobar pas6 el Puebla y Mi.
ano de 1G74 k hacer mision 4 la Puebla el padre Josi VidaL La au-
toridad que este varon apost6lico se habia adquirido sobre todo genero
de gentes, y el ejemplo de su vida irreprensible, le hacia andar contv-
nuaraente de unos & otros lugares evangeliEando el reino de Dies. Ha-
bia ya por este tiempo desorabaraz&dose de la cdtedra de teologia para
ocuparse en csto ministcrio en que Dios queria servirse de 61 para la
— 4©8 —
feuilvttCMMi dc muchas alims. Fue stogularmelkto copioao ol rmlo -do
•sta fiuaioo, oomo se refiere em su vida, y el Sr. ubi^po escribid ks gra-
cias aJ padre provincial con palabnusmuy e^cesiTas de la aha idea que
el padre Joae Tidal habia merecido 4 su ilustriaima, Este mismo mi-
Disterio ejercia oon bastante aceptacion y eonuB utiiidad en el obis-
pado de Micboac4n el padre Jutm Mtndo 6 instancia del Illmo. Sr. D.
Francisco Sarmiento de Luna, del drden de S. Agustin. Ap^nas en
alguna ctra parte de la America haUan fiido tan eonBtantes y fructuo*
8oe loe tiabajoB de naeatroa Operaiios, eono entre los iodioB y veciooe
de oeta di6cests« Deede la fiwdacion del cokgie de P4tzouaro jam4s
habian &itado miaioDeros insignee <|ue culiivasen aquel campo. £1
padre Gonzalo de Tapia emple6 alii ka primicias de aquel celo que lo
llev6 despues i dar fai vida por Jesucnsto. Los padres Juan Ferro,
Ambrosio de ioa Rioe y Oardnino RdmureBy se mirarin atempre como
perlectoB qemptaree de miaiocieros apoet6ltcos« £1 padre Juan Men*
do segaiatfnictaiaentB ka hueliaa de estos grandea hcHnbres. Elcm.
eifijo, al bieyario y algunaa eetampuB y coaaa de devoeion eran todo el
ano de sua miaionea. En lea pueblos y li^rei doade no liabia celegio,
aan importnmido de k» beneficiadea y de otras personaa, jamia admi-
tid maa eaaa que el hospital. Era admirable au deaioter^s, celo y cona-
lancia ea el cotifesonario, au ferror y eneijgia en^el piilpito. Bende*
cia el Senor sua fatigas oon roucbaa y niidosaa conversonea que le
atnyeroB voneracion. EAfre otras eoaaa con que Dios le animb eate
ano al ejercicio peaoso de las miatones^ nno fu6 que despues de haberse
jQCogido yvL el padre en el bospitai, como lo tenia de costimibre« llegd
4 tocar 4 la puerta un fbrastero. Kran mas de las dies de la noche, y
aabiendo que queria coniesarse, ee aalid el padre 4 preguntaile ai estaba
eafermo, [y por qu6 habia dejado 1& confeaion para aquellaa boras? Yo
(le zeapondid) eatoy graciaa 4 Dios boeno y aano: aunque babiendo oi-^
do Ioa aerinonos de estos diaa habia propueato confesarme, pare no pen-
aaba haoerlo aiao basta el fin de la nuaion. Eata noche be aentido
Hcoa impulaoa tan extraordinarios^ que no me ban dejado aoaegar, y
oonfiado en la caridad de Y. R. be Teaido 4 darle eata nioleatia* Oyd-
le ^ padre con atngalar consuelo por la beUa dispoeicion qua mostraka
Caso raio. eo la humildad de las eapreaiones y copia de sua l4giMnaa. Yolvid 4 eu
posada el buen bombre, y el padre se reoogi6 4 au descanso. Fu^ co-
aa estraila^ quo sin haber precedido moiivo algttno de diagustot 4ntes ai
Una conaiaate amiatad entie dicke forastero y au hli^afsd^ Mpiella
— 4ed —
ma noche lo 4k» muerte. Muchos o(ro8 scmejantes cto>8 acouteciau
y dcoBteoeft Biemplrc en estes ndisionesv que ontitimos per evit&r ftistidio
d lofl lectores.
Se repiti6 4 piincipiod de este huo la misiou d la Habana. Aque- Mision 4 la
11a iluttre dudad que tan repetidaa ooaaioDee babia pretefidido la fan- Habana.
dacion de un colcgioi s<rficitaba i Id itidaos eon instancia estas escur-
sionee paaogeraa, de que sacaba siedipre roucha utilidad. Se valiaaiiiia.
tosamente de todas las veces que pat alii paeaban jeeuitas« reoibi^ndo-
los con eetimacion y aun destio&ndoloe con piadosa violenoia. Los pa*
dres Juan de Ckaarea y Pedro Oliver ^ llegaroa. k este puerto 4 21 de
marzo gobernaado aqu^la di6cesis el Illmo. Sr. D. Juan de Mailoz-
ea, sobrino y muy setnejante en el amor .4 la Compafiia de Jesus a su
Illmo. tie del mismo nombre, airzoblspor do M6xico. Hallaron alii 4
los padres Antonio Maldoiiado y Manuel Rodriguez, que iban de pro*
curadorcs 4* Roma por su provincia de StnU F^, y ayudaron bo poco
al suceso de'4a mistoil, que €onienz6 luego el dia 24 con ejemploe en
la parroquial, 4 peticton del iluetrieimov y se continuaroh k insiancias
de l6s nusnios ctudadanoa lunes y miercolee santo. Pasada ]a sema-
na santa de pdscua se proniulg6 solemnemente el Jubiieo de la doctri-
ha cristiana que so cantaba ed proceeien por las cellos, (erininando en
una brere esplicacion, k que seguia una exh6rta9ion moral. Despuea
de la comunion general* en que kw cuatrp jesuitas y iedos los confese-
res de la ciudad tuvieron mucbo que trabajar, se diepuso para la noche
del dia 5 de mayo un actode contricion por las calles. El Sr« obispo,
que conao buen pastor^ habia precedido con el ejemplo en todoe los
otros mtmstortoe de ejemploe y doctrmoMf quiso coroner la funcion sa*
liettdo personalmente por km calles y ilevando el santo Cnicifijo en sus
Manos. • Eista funcion^ que por razones muy justas so habia omitido
tnuchos anos en aquolla ciudad auHdespMest -de establecida alii la Com.
paiiia, se ha visto rcQovada eon mueha edificacion y utilidad en estos
ultimoe tteafpos.
De los doe ministros que k principios de noviembro del aik> antece* gucesoe do
dente habian ecntrado en Ic interior de la Taraumara, el padre For- Taraum^ra.
naitdo de Banrionuevb no pudo por au- d^bil comploxion tolerar el rigor
del rnrierno* Era necoserto alimentarso do manjares muy groseros^ y
estar de dia y noehe cspuestos k la inclemeucia del tiempo en unas ma-
ias chozas mientnis que so asentaba algunti poblacion y sc fabricaba
ulojamiento mas cdmodb. Quebrantada su salud bubo de dcsamparar
TOMO II. 60
—470 —
con (lulor uquellu «in|>rcsa, y retirarae t Satevo j eatt6 en m lugar el*
fwdro Jot^ 't'ardd, may A loa principiM de este ano. Con la baeiui dili-
l^uuciu lit! cucii|ue D. Pablo, ballaron muy prcvenidoa en brar de la rc^
ligioii, y niuy <l6cik<s i. bus consejoa los pequenoa puebloa <1b Gukioeki
i'vciguarac^ y C«neki, en que enlnroii el dia 13 de febrero j llama-
ron initiion do £. B tmah t . Dentro de poco lieaqw ae iom6 aqni nn
puvblo (leceraa de traecientu cristiK&oa, loanmarecien lMutixadoe,en-
tre quieuM ae tenia cuidado de ir dejando algnnoa antigooB cnatianoe
de la Bkoion para que airrieMn de catequiaCaa y ae opuaieasB A las so-
ponlioionea 6 plftlicas aedicioms de loe genKIee vecinos que no parc-
ctBD eatttr muy diapueffoa ft aajetane al Evangelio. Un caao que ac
pudu lener por milagraao, ayud6' mucbo pAi« que formaMn kw nedfitos
tarauiuarea una idea •ubUma del bautiamo. Una iadia jdren de diez
y BuiN ttAua ae ballaba tnteramente cubierta de una aaqnenma lepra. El
httrror que t lodaa caaaaba, babla hecho que la denampBiasen aun ana
miamaa padrea. LlegA e«to k noticia del padre Juan Hanael de Gam -
boa, y oodiondo t, m ooidada cualquier otre temor, se reaolvid (no ain
US heruioo voncinuento) & bltblarle y perauadirie que recibieae el bau-
tiwiw. Conaiali*. y el padro ae did priaa 4: instniirla, creyendo que
no le (luroria ht onfurmedad por mucbo liempo, Kfgna la conupcioiiy
nwl olor que eshalaba. Deepueade suficientemente isatiuida ya ao-
We el roomeolo de beuttzarlRi n acordd del prodigie que ea mnejante
vulvrinudud liabia obrado el Benor con el oraperador CoDstantino. ae-
guu ul|;uuo« auluna do la Hiatoria Ecleaiiatica, y rolvi^ndoaa confia-
daniotitB t au Mageatad, le pidid mani&ataae fi aquelloa ciegoa la vir.
wA manvlllow del aanto beuliemo, timpiaodo no aolo la aJjna, aino
tamMen el ouorpo de nqnella inroliE. Exbortd deafiuea & la eofvma
A lener una (( vrvn en el Sacramento que lecibia, y la bautud cm bim
vxlraordina confianea de que habia de aanar. No le engaiM au ft: la
dii'hn india (A quicn ae did ul nombre de Isabel) i loa doe d tres dian
W) pruHonli) iHiuua y sana li sua pndrea, que llenoe de axfanincuMi, y
ncotiipaiiado* du muchos indioa testigos del eaao, la llevaroo al minis-
Iru A (hiHe grnclaa, y ipedirle tambien el bautisnict. Eato aucAditen
H. Iliirnub6, aiiie ([ue parecia muy i propdsito 4 loa padrea para panr
t loa puebloa do Pepigochi, Temaicbic y otros cercanoa, loa principa-
liM y inaa bicn pobladoe del pais. Sin embargo, no UegaroB k codbo-
guirlu Bino duapuca do mucbos dins y de muchaa coolradiecionGa.
Por Julio de ealo aiio, cumpUdo e) trienio del padn Andiis CoMui.
-'-• ■> Jra
— 471 —
'f)a6-por 8u imierte habia suplido ol padre Manuel Arteagfii vino acfiala- vacongre(|a.
do provincial el padre Francisco Jimenez. El padre Manuel, poco ^^^
despues, el dia 20 de agoato acab6 su religiosa vida en el colegio mixi*
mo. Pocos meses despues se trat6 de convocar congregacion provin-
cial, pasados ya desde la tiltima los seis aiios que prescriben las cons-
tituciones. En ella, siendo sccretario el padre Pedro de Villameiio, &
quien por haber muerto intes de iifmar las actas, se subetituy6 el pa-
dre Luis del Canto, fueron elegidos procuradores el dia 4 de noviein-
bre los padres Juan de Monroy y Bernardo Prado. Enlre otros pos-
tulados de esta congregacion, se pidi6 k N. M. R. P. general Oliva, se
dignase hacer participo de todos los m^ritos y buenas obras de la uni-
versal Compania al lUmo. Sr. D. Francisco Verdin do Molina, quo en
este mismo auo acababa de pasar de la mitra de Guadalajara k la do
Micboac4n. Efectivamente, entre los mucbos Sres. obispos que en la
America ban favorocido y favorecian actualmente k la Compania, ap6-
nas se ballari otro mas digno de esta demostracion de gratitud que el
Sr. obispo de Valladolid. i Se retiraba & nuestro colegio cada ano k
k)8 ejercicjos eepirituales: honraba todas las fiestas del colegio cele^
brando en mucbas de pontifical, y asistiendo despues con suma digna-
cion al refectorio. Aun mas que todas ostas demostracionefl de amor
era eo su ilustrisima apreciable lo mucho que fomentaba nuestros mi*
niflterios, no solo con la estimacion de los operarioe, y con exbortacio-
Res y consejos 4 su rebaiio; pero aun personalmento autoriztodolos;
ya, en dar comuniones los daas de mucho concurso en nueatra iglesia;
ya, saliendo con la procesion de doctrina, y cantando por las calles
con los nines; espect&culo que sacaba & los circunstantes Idgrimas de
temura. Predicaba su seiioria mucbas voces, 6 esplicabaalgun punto
de doctrina, y encaigaba mucho k los eurasde su jurisdiccion que coo-
perasen de la misma manera al bien de sua feligreses. La patente de
hermandad que agradecida k tantoe beneficios le pretendia la provincia,
no le di6 lugar k lograrla. Un repentino accidente que le arrebat6 en
pocos dias, dates de partir k Europa nuestros procuradores k principios
del ano siguiente de 1675. £1 padre general, como rospondi6 despues 1675.
k la congregacion, no habiendo podido gratificarle en vida, le pag6 con
oraciones y sacrificioe que mand6 hacer por su alma en toda la univer-
sal Compania.
Yolv&mos k la mision de taraumares, donde en lugar^del padre Ma- Entrada del
I Hoy llamado Morelia. ^
— 473 —
nadn Tom^ '"'^' ^'""'*'^> buluaentnda por jiuuQ d» 1676 et [Mdn Tawiu cieGuai
deGoadOw dal&jara 4 aoompanaT al padro ioad T*rd&, jr & quianes ee eoMoCQ te-
MK el ciele dcslinadoB pnra ap6a\oioa y prunenia oolminu de M)uella
cristiandvd. Lu^o quo Uogd tl padra Tofn&a de GoaiUtLJant fe tan-
Id la entrada & los iIm primeioa pueUoi do f apigocU }f Qiuiiuoariciii,
•aviando adelania algunoa iadioM fietoa <)ue eeplarweft bw taiiDCN de
aqiullos genlilM. En uaa y oin pule ae hallaraB dispQucioDw «■(«-
lunente ooatr^iaa. En PapigQchtai^ierQBCDiiiopooosdiaa4fttealui-
btaq coDJuridoao para dsr la mueite i uno de Io« miaioiieioa que habia
pansada entrar en bu pueUo. De Gueruoutchi ae lea inandA reauel-
UBieote & decir que jamda parmitiriaa antrase pa4re alguoo i ou tiorra.
Perdidsi puoa, por endSocea toda eapcranza do r«IucirloS| ae iiitciit6 la
uitrada poc Temaichic, potJacion m^noa numeroBa que laa otroa doa;
pare quo por eatar coasi etimedio de ellaa podia aer puerta para eotram-
bB8i y cuyoa habitadorea pareciua maa d6cilee. AoediliBe hatterae bau-
tisodo pocea d>aa 4iitca el hijo de lu oaciqiw que loe padrea oi^ioa aei
el gobemodor d« Temaichic. Entmron en aif puebk> el dia Sftdoagua-
to, y tuvioroB dead* ktego la mnrtifioacioa da vec fiwotncloa aua desboa.
No <AaarvaTOB en el pueblo atno muy pocoa ndlpa, lea demw w ba-
bian aalido i caza davanadoa, y loa que Ecatabnn dijqraa m ppAer dar
eot»o el aiticulo (fe la religian leapHCsta ninguoa decieiv* pw ■• ao-
bar 1ft velonUd del gobam^or, que. habicado nnerto el que ojetcimaa'
t» 0*^1^' eataba en dudft la euaesiaii, y baata no Itquodaae eata
ponto DO podian eaplonir su voluntad si reaolverae & Mcibir ba prc-
dicadorea do )a tuieva ley en aaiierra; quo puea eran ^^riattaaoa &I-
gunoB de sua paiiantoa gobcmadorea de otroa pyJrff, que fime f^g^*"
do eilpa & hablarlea y aonfaEirion aobra el aaunlo. Tal (a6 la leapoea-
ta de tea pocoa aalvagee de XaoalcIuQ. 'Fornartiii kM padras d <U(<-
mo paiiido y enriaron a Uamar uno de lea gobemadorea de W puaUea
criatianoe; pexo aun ette lee fUt6 poc augeation de uk indio oaaWadB y
ladino que le aconaejti so ec meticra en eae empauo: quo Im padreaaiR
juriedicuion alguna ni tiidenea de loa auparioMB ae iban oaUando por
ia ticrni, y au intrepidcz eataba & punto de costnrloB mvy caro: quo
jcdmo ioa olcM miaioBeroa catanda taacercanu.hebiiHienBB»d» vein-
te anoB.omprondido acni jante viageT. . ..jTi <pii> sahemea (aSadaft) cua«
les son auB designioe? itlailaua, con preteslo do escolla inlcodueiiiik
algunoa aoldadoa, y en breve hai4n gemir al pueUo todo bajo loo hor-
rcndoa caaligos que haria rcuir aobrc olios. jTalfis ecan loamajignoa
=^479 —
lUfKNUiO^ M tedi^l ]g| gobonAgdor PO fu6, y loa padres despiies d^
habof di»bo mi9^ efi. T^ff ^iQ^c. y ioinada poacsioQ; dc aque^ terrcua
on Doipbre de J^sucrifitOi.y reconocidoa con veuoraejon y dolor algunoa
r^tos do hd igl^ia y q^sm qua (lobia alll aomenzadQ «k fiibricac el venet
rabio padre Jacome AntQuip 99^itio» tratanoB de volverae al partido de
S' Joaquin y 3anta A^^^
Recibi^ronloa sua ne^fitoa po^ l^a mayorea demostrjBMriopea do jubi*
I09 taato mas agradal^les 4 loa vpisioQerofi cuanto menos las csperaban,
sabiendo qqe no les fajtabao ototivoa de queja de parte dd algunos es-;
paiioleSy de que qi^edafOQ muy ^^isfecbos viendo 4 los padres averlguar
la causa ^ interesarse pn au &vor, Pocos dias deapues, 4 fines de ac-.
tiembre, el caciqqe 0. Pablo, conforoie 4 su promeaa, vino a conducir'^
los on persona al sitio de Papigocbi| aoompanado de otros veintinueve
indioa do Ioa maa antiguoa y aiiiceros cristi^noa* £1 aociano cafique
marcb6 por delante 4 preyenir loa ^injost y al dia stguieate entraroi^
loa padrea en, Papigochi qon mucba alegriadelos natur^les que babiaq
pueslo ar::oa eo^ra^^ l^.la eptradfi del pu^lpi^. E^M) re<;i}>ipitenta.le9
his&a coDp^bii bueiHia esperaazas de la coaTeraion de aquellas g^ntes,
quo se doavAQeciefiQa bi^ pi:eato» P* Pablo y los demai^ .caciquea
crialiauoa asiatieioj? aqpplb miamn oopbe 4 uaa junla 6 aaanablea ge<
neral ^ la naoioa* Les bablaron con^ bastante rearfucion/ y eepiritu,
declar^ndoles el fin 4 iDteDcion dci los nisionaxoav q|i|e nada pretendian
aino sus verdaderoa y s6lido$ intereses. Pur5 la cof^ferencia gran
parte de la iiocbe disput^ndose con calor; pero al fia prevaleci6laiiivr
cua sentencia de los que rehusaba)) recibir 4 los misioueios y suje^ast
80 al Evangelki. Uba respueata tan na eapendat lui hizo deso^yar
OAteramente 4 loa padrea; 4ntea aip darsa per aiutor^ d# aquella, pre*-
jteASiQlIt {y 4 lo qufii parece) 00a una xesolucioBiBspirada. del cielo, con*
tra todaa la9 i^ogja^ da la banana prudaocia, al dia aiguiente muy de
Dfkanana bicieron v(4ver 4: sue fweUos 4 todoa Ids caciquca que loa acomr
pauaban, y eBQa Qom tsoloun k^diaiidosalieroii (]e Papigocbiypenetpn*
do siempvQ el interior del pais. £a esta peregrinacion se apartaban
d^ prop^ito del cam^M^ dejandose caer, ya sobra una, ya. sobre otra
ipjicboria, conio 4 tomar Lengua. A poca rato bablaban de la ley da
I>ios, do la tsanquiJlidad q^e gozap ^ huenos cristianos, de la otra vU
da. que esperamosi y de aus prewioe y cafltigoa. Halla«qn algpnaa al.
mas p^evenidaa de la giracia que sodejabaa perauadir cqb fa(ulida4 y
baulizarcn doce en distialoa liigarea; oiroa inaa tiinvdoa quedabaA con^
^474 —
•reneiM do la verdad, y protestabati' qai) qnerian der cristianot^ peny
no 80 atroTian h recibir el boutismo porno haoerae odioaos al reatode
la Qacicn. Por esta causa qaiaieron los padres que no se divulgasen
los bnutismos que kabian heeho, y prosigmendo su camino hasta quin-
ce 6 dies y seis leguas adelante de Jh^pigochi, ilegaroii & Hataichict
Sta. Cniz, 6 Rancho de Mulatos y Yepomera«de donde volvieron 4 Pa-
pigochi, y hallaron los corazones aunqae no en disposicion de recibir
el bautiamo, pero sin embargo conalgunas rooestras de bonevolencia y
docilidad. Por muchas precauciones que bubiesen tornado los padres
en los bautismos que habian hecho, no los ignoraban los caciques del
pueUo y aun manifestaban de ello algun gusto. £n esta atencioOf
esperando los misioneros mas ^vorables circunstancias, pusieron algu*
Has cruces y voWieron 4 sus respectlTos partidos.
Bauiwmot A cada instante parecia multiplicarse la mies con los sudores de
riohio y otioa ^^ ^ hifiitigaUea operarios^ Los de Guezucariekieqae tan resuel •
lugarot. tamente s^' habian negado al prineipio y cerrado el paso i la luz del
E?angeUo« Wnieron Uamados de Dibs pritoiera y segunda vez 4 la mi-
aioQ del padre Tom4s de Guadalajara, pidi^ndole que fliese 4 baotizar-
los. Vo cobdescendid el padre 4 sus deseos creyendo debw hacer esta
prueba oon unos pueblos que poco 4nte8 se habian mostrado tan rebel-
des. Prob6 por algunos dias la constancia y sinceridad de sus rtiegoe,
y persuadido de ella hubo de emprender el camino. Recibi^ronle con
las mayores significaciones de alegria, poestos en buen 6rden de uno y
otro 'lado^^ hombres y las mugeres. Al pasar, le ofrecian unos y otros
cestillos de floroa y de algunas cosas comestibles. Con tan &vorab1es
disposieionea y laa muchas luces que ya tenian del cristianismoy bau-
lia6 el padre masde ciento dentrode pocos dias: coloco solemnemen-
to mudias cruces en distintos logares^ eantando^Himno Yexilla Re.
giSt la oracion de la Santa Cruz, dec. La distancia de su pueblo, que
era mas de diez y echo leguas, y la soledad de su rebaiio no le per-
roitioron detenerse el tiempoque quisiera, y que pretendian loa nnevos
fieles. Fu6 cosa que le cau86 extraordinario consuelo, que cuandose
ponian las cruces, al concluir la oracion, estando todoa de rodillas, ce
levantaban diciendo en alta voz:« • • .jYiva Jesus! No se pudo saber
qui6n habia inspirado 4 la rouchedumbre esta f6rmula, ni promimpido
en ella el primero; asi tom4ndola el padre por un aguero felicfsimo,
di6 4 aquel pueblo el nombre de Jenu CariMc^ con que hasta hoy es
conocido con poca variacion del antiguo (jhmnieanMe* Saliendo da
— 475 —
nUi para su niision cl dia -18 do noviembro Ic aooropanaron sds nue--
Tos hijofl hasta niuy largo trecho, y corriondo por dclantc unos d pie y
etros muchos 4 caballo, gritaban niformemente en su idioma Gue-'
uarauco^pare*v .es deciri muy hueno^ mu^ hueno^ muy de nuestro gusto
es el padre, Q4iedardn en el pueblo liH capitail y cacique principal de
su misma nacion, y algunos £eles catequistas. £] padrc^d su parlida lea
prometi6 volver freciientemente 4 verlos, y en' efecto, lo merecia todo
su fervor. Destro de quince dias tenian ya fabricada uiia capa2'igle<.
sia^ aunque de jacal, y dispuesto alojamiento para su ministro. No
fueron m^nos constantes y fervorosos en pedir el bautismo los vecinos
del pueblo de Napahechic: pasd alld uno- de los misioneros; pero ha-
Uando ser un pueblo corto y muy relirado de los demas, no le parecid
conveniente bautizar algunos hasta ver si: podia reducirlo d otro, 6 de
alguna otra forma lacHitar su admiilustracion.
De Papigochi, d quien ya se habia dado el norabre de la Purisimai Redoccion de
pero en que no se habia baoti^ado aduko algono, tardaron-mas en ve- P^^pisochi.
nir, como que era el baluarte aquel.de lai^olatria principal; sin embar-
go, d los principios de dicierabre bajaron d la mision de S; BerHabe el
gobernador del pueblo y otros ocho de los principales. Dentro de po-
cos dias, suficientemente instruidos, se bautizaroD treinta. Otros mu-
chos manifestaban deseos de ser sristianos, y no les faltaba la necesa-
ria instruccion; pero informado el padre^ taoto por la relacion de otros,
como por su misma esperiencia en aquellos poeos dias que dominaba.
en ellos el vicio de la embriagueZ|. los reprendi6 pViblicamente, y no
quiso que se contasen en el numero de los oatecumenos, hasta que
eonstase de su enmienda*. Elstando el padre uno do estos dias d la
puerta de su choza, pasaba un indio bastantemente ladino: l^psegun*
16 como se Uamabay^dque el indio respondi6, £ngiendo.el iiombr]^ de-
un santo que no tenia.- Preguntado d6nde iba, dijo con insoleocia quo
4 bebcr, y sin dar lugar d mas palabras, prosigui6 su camino. Qued6
cl hombre de Dios sumamente afligido de la desenvoltura del mal in^
dio; pero dentro de pocos minutes le volvi6 d ver at5nito. Sabrds, pa-
dre (le dijo) que yo no estoy bautizado, y por evitar que me persuadie-
ses d cllo, te fingi poco ha el nombre de aquel santo. Yo iba efecti-
vamcnte a cmbriagarme, pero en el camino se mepuso delante un hom-
bre on cl misnio trage que tii andas, pero con su bonete en la cabeza
y me dijo que me volvitse y te viniese d ver para ser instruido y bau-
tizarmc; vcismc aqui. El prudente misionero, aunque no di6 entero
(MT^dito ik la viaioot sin embargo, cooacnad desdo Incgo k eatequitarlo/
y ainri6iido8e Dios de 61 oomo da imtmiDeftto, atrajo tombien k todasu
famiKOf como do ocho & diee peraonaa. El fervor y celo del catecumc-
no hizo nacer al padre la duda de at aeiia 6 no verdad lo que le liabia
referido. Hafaia ancedido lo didio en dia de 8. Nicol&a obiapo de Mi^
ra 6 de diciembre, y le perecia que tpixk el Saato le babia hecbo aquei
favor, 6 el padve Coroelio Bendin, y que por la converaion de aquel la
gentilidad habia dado la vida en aquel niisroo poeato* Entre ostas do-
das aoonteci6 que el miBmo iodio viese unaa im^genes de los aantos do
la Coropaftia, y sin dctenerse en laa demaa al ver la de N. P. S. Igna-
cio. • • • EdBte (dijo) me mand6 que fuera cristtano* Boutiz^da toda sa
familia pas6 el padris & TemaicUc, principio que hdbia sido de sua ea*'
p^iciones piadoaaa. Recibi^ronie ton mudados, que aegun aa espre-
sion, llorabnn de cnvidta de no hdbor sido loa priaicroa cristianoSf ha-
bieado ^atado 4ntes en su pueblo. Aqui se bantizaron algnnos pan-u-
loe: ae impuso al lugar c4 felia nombredo 8. Joti DBmaichic^ y dejadoa
caieqtiistaa -que fiieeea pi^eparando loa aduUoa, did vuelta k su parttdo
de S. Joaqum y Sttnta Ana.
^bT^^ En el coiegio ^el Ebpiritu 8anto de la P^bla MkefAd eate ano di
tazquex. dtade la inmaculada Oen^peioB, el fcermaab Joan.Bautiata Vazquez.
£1 padre Salvador delk FoentOy uno de los perfeetos religiosos y de loa
aaaa ilustradba maestroalde espiritu que toaia cntdncea la provincia, ha-
CO en poeas p ala6ir&a an. veniajoM) elogto de e^ta buea hermano. Fu6
(dica)*8olnrenianera caritatiTo^ aenoillo y itianaoi bumfldfaimo y muy
apaciUe, pobre, r^eatadd, obediente y apl loado aiempre k todaa horaa
al trabafo. Muriddd nHM de nofeata afios de adad, dejando en todoa
loa ImtliiMea oficioa que ejercid en la religioa por espacio de mas do
aesentaaftoaberdteoa efemplos de todas laavirtndes. En este dia fu6,
edihb a co s hi mb m ba todos loa demaa, k eonfeaarse al aposento de su di*
Sector; pero sobrccogido de un mortal deamayo, M conducido 6 au le*
ebo,- volvi6 efl si despofea de algua rate, se ceofesd, y acabado oste ae-
to dijo con singular toranra:. « • • Encomiendo mi cuerpo k la tierra^ mt
alma k Dies y & so Santfskna Madre. Deapues de l6 cual, recibida
el Tiitico y Extrenmuneion, murid con la miama apaoibilidad y quietod
que siempre liabia vivido.
FIN DEL TOifO ȣGUNDa
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3 bios 010 312 A22
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STANFORD UNIVERSITY LIBRARIES
STANFORD AUXILIARY LIBRARY
STANFORD, CALIFORNIA 94305-6004^
(415) 723-9201
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