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PROPIEDAD RESERVADA
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JTI Jlmo. y J(mo.
Sr. jCíc. 7). ^osé de ^eaús Ortiz,
J/íuy digno JIrzobispo de Quadalajara,
jYíariifesiación de respeto, s¡rr¡patiay admiración
J'f ias tntijf virtuosas S» ñoras
y T)oña
jTdela Solazar de jTljumada.
limo, y Rmo. Sr:
Dcscana© que se termine en breve plazo la impresión de la
'^Historia de Nuestra Señora de San Juan'* que estoy trabajando por
bondadoso encargo de V. S. lima, y Rma., be pensado que el medio
mejor para expeditar ese negocio sería que mi escrito fuera sometido
á la respectiva^censura eclesiástica, á medida que fuese saliendo de
mi pluma.
Si mi idea es del superior agrado de V. S. lima, y Rma., le
suplico muy humildemente que se digne nombrarme el censor reque-
rido.
FVotéstole mi profundo respeto y adhesión á V. S. lima, y
Rma., á quien Dios Nuestro Señor guarde muchos años.
limo, y Rmo. Sr:
B. LL. M.M de U. lima, y Rma. su mínimo servidor.
Alberto Santoscx)Y.
Guadalajara, 19 de abril de 1902. — Al limo, y Rmo. Sr. Lie. D.
J. de Jesús Ortiz, digmo. Prelado de esta Arquidiócesi.
Guadalajara, Abril 22 de 1902.
Accediendo á la solicitud que hace el Sr. Santosco}- en el ante-
rior ocurso, se nombra al Sr. Pbro. Dr. y Lie. D. Manuel Azpeitia
Palomar, censor déla "Historia de Ntra. Sra. de San Juan", para que
se sirva revisarla á medida que vaya escribiéndola el autor.
El limo, y Rmo. Sr. Arz^ lo proveyó y firmó.
tEL AllZOBlSPO.
TORIBIO DÉLA GaUZA CaNTC,
Oficial mayor,
limo. Señor:
Según la anterior disposición de V. S. lima, y Rma. he leído
detenidamente la **Historia de Ntra. Señora de San Juan*', escrita por
el Sr. D. Alberto Santoscoy, y no he encontrado en ella nada que
se oponga á la fe y á la piedad cristianas.
Con este motivo me es grato reiterar á V. S. lima, y Rma.
mi adhesión y respeto. - Guadalajara, E3nero 4 de 1904.
Presb. Manuel Azpeitia Palomar.
\
€1 J/mo. y ]{mo. Sr. Xic. S>. José de Jesús Ort/z,
digmo. *■. ** jTrzobispo de ^uadaíajarc.
k,*»»,»»%#^%#»«*»»«»«»*w»*%««*»*«**«»'»«»'»»»**»»»
PRIMERA PARTE.
I.
La serpiente del cielo.
Por primera vez en el curso de los siglos resonaban en
honor del verdadero Dios los cánticos sagrados, entre los ce-
rros que circuían los tres barrios, poco distantes entre sí, de
que estaba formado el pueblo de Ñochtlán,* hoy Nochistlán,
uno de los principales de la comarca de los Téules cliichi-
inecas. Era la Semana Santa del año de 1530; y celeíirábala
allí la hueste del crudelísimo y codicioso Ñuño de Guzmán,
de la cual fonnaba parte, al lado de la flor y nata de los a-
ventureros españoles que poco habían medrado todfi\ia (:\i
su viaje á Tenochtitlán, una heterogénea masa de íiIííkIos
indígenas: mexicanos, tlaxcaltecas, tarascos, huexotzincas y
de otras denominaciones.
Li Cruz se enhestaba va sobre tres jiradas en la rústica
y pequeña iglesia pajiza que acababa de levantarse y íjuo se
* Aunque este nombre geográfico debería acentuarse ¡jtosó-
dicamenic en la penúltima sílaba, cx>mo todos los de su clase que ^a\
de origen náhuatl, atendiendo á la costumbre le he puesto el signo
tónico de su pronunciación castellana. Otro tanto adnerto respecto
délos demás nombres geográficos indígenas que se hallan en el texto.
— 2 —
había decorado poregrinaiaoale toda ella de pluma rica,
formando el monumento; erguíase tam])ién en las cinco ermi-
tas que se prepararon para las estaciones, y elevcii)ase, [)or
último, hasta en la cima del elevado cué ó adoratorio de los
ídolos, que desde elpeñón próximo sefioreabacl pueblo ¿iban-
donado por sus habitantes, quienes á la aproximaci(3n de los
invasores y después de una téime resistencia, halnan ido á
refugiarse en las abruptas serranías y en otras poblaciones,
temerosos de ser vídimas de los horrores que venía comc»-
tiendo aquella temi])¡e soldadesca cubierta de hierro, dueña
del rayo y servida por bravias y nunca vistas bestias, — los
caballos y los perros, — que sin eml)íU"go en fiereza tenían por
competidores a los desenfrenados y serviles auxiliares.
Pero en vano la sacra insignia del Redentor de los
hombres extendía sus brazos en el espacio como llamando en
torno suvo á los sencillos é ignorantes moradores de esa tie-
rra, que no se daban cuenta del dereclio que pudiera ca].)er-
les á los intrusos guerreros para talarles sus sementeras de
maiz y de caña, los pocos árboles de su comarca y los tuna-
les que le da})an nombre al lugar, así como pai*a quemarles
sus viviendas y hus de los antiguos númenes y aun para sacri-
ficarles sus esposas y sus poqueñuelos, — ¿sartales de piedras
[)reciosas que se llaman zafiros, > —estrujándolos dentro de una
red hasta echarles fuera los intestinos, como acal:)al)an de
hacerlo allí mismo los matlatzincas ó tolucas que venían con
los blancos y cuya era tal costumbre, la cual esa vez paga-
ron sufriendo, de orden de Gu/mán, el suplicio déla hoguera.
Ue ningiin ejemplo les podía ser á los de Nochistlán, para
moverles religiosamente los corazones, la sola presencia, inútil
entonces para ellos, del })endito Padre Fray Juan de Padilla,
mártir más tarde de su apostólico celo, y la de su virtuoso lego
Fray Andrés de Córdova, que venían con el ejército enemigo;
ni redundaba en su provecho la devota procesión de discipli-
nantes, que en tídes se transformaron aquel Jueves Santo
más de treinta de aquellos feroces guerreros españoles, acri-
solados en la fe, pero no siempre en la caridad. Fji el acre
y ncgi'O Immo de los incendios del caserío se perdían las blan-
cas y delicadas espirales del copal encendido en los turíbulos;
-3 —
y el sonido de las trompetas y la detonación de los tiros y arca-
buces de la soldades(*a, pregoneros de la muerte, que hacían
estremecer con sus bélicos sones las márgenes del patrio
arroyuelo, cabe el que se levantaba el real español, apagaban
el rumor de las místicas salmodias v de los himnos eucarísti-
ros que sin precedente algimo se elevaban allí esa vez en
alabanza de la Redención del linaje humano.
Era que la hora de la evangelización no había sonado
todavía para aquel pueblo en el reloj de la Providencia, y
antes bien á dilatarla vino, á la postre, la despedida de la
horda invasora, al alejarse de ese lugar, el martes de Pascua,
para encaminarse al Teul, la cercana población en que era
reverenciado por todo el distrito de laCaxcana el ídolo de la
diosa Tonan ó laTieira: las llamas encendidas por las manos
brutales de los indios de su misma raza, asolaron del todo,
en el llano y los cerros, las habitaciones de los nochtecas.
Seamos justos: aunque los conmilitones europeos de
Ñuño de Guzmán culpables de grandes atrocidades fueron
en aquella expedición, que el jeroglífico indígena dejó expre-
ídvamente significada como una serpiente lanzándose del
cielo sobre la tierra, varias cosas excusan los cargos que
les resultan; pero mucho más imperdonable es la conducta
de los hombres de la misma raza que estos naturales de los
Teules chichimecas, miembros desprendidos del mismo cuer-
po nahuatlaca en la histórica Tuitlán, á donde tornaban hoy
los otros descendientes de aquella estirpe fundadora de la
ciudad que aun con sus reliquias nos admira en la jurisdic-
ción de Villanueva, llevándoles á sus hermanos el estcrminio
y la muerte.
No estaba lejos, sin embargo, el día en que la justicia divi-
na les hiciera pagar tamaños desmanes á los indios allegadi-
zos: unos, murieron ahogados en la inundación que les sorpren-
dió en Aztatlán, no lejos de Xalixco; de muchos otros dieron
cuenta los males palustres que allí mismo les acometieron;
los que pretendían huir, para volverse á sus tierras, fueron
colgados como desertores; á los que se habían escapado de
estos males, se les envió á la provincia de Chametla, donde
sofrieron tales fatigas y privaciones, que á impulsos de la
— 4 —
desesperación se ahorcaban ellos mismos, de diez en diez;
y el resto, tué dado en esclavitud á los vecinos de la villa
de San Miguel de Culiacán, que los encadenaron por el cue-
llo y los pusieron en cepos, desde los cuales llorando vieron
tomarse hacia el Oriente el grueso del ejército en que habían
venido.
Ni los mismos caciques pudieron esquivar el cueipo á
la ingrata suerte que les cupo á sus vasallos, aunque ofrecían
ya, porque se les dejara volver, sus divisas de oro Y de plu-
mas ricas. Allí fenecieron también casi todos, entre ellos el
felón Tapiezuela, que al denunciar en Izancanac á su señor
Cuauhtémoc, lué causante de su muerte; y que era tan mal
visto por los españoles, que en Cuitzeo el maese de campo
Villarroel puso sobre su persona las manos con tal dureza,
€ que nunca estuvo bueno hasta que murió. >
tPor último, de todos los indios que llevó (el jefe de la
expedición) de Tascaltecle (Tlaxcala), — dice un testigo ocu-
lar, — no me acuerdo haber escapado sino dos principales
que andaban en una cadena guardando los puercos de Ñuño
de Guzmán. > *
* Carta de Ñuño de Guzmán al Emperador, fechada en Omitían
el 8 de julio de 1530. — Relacionesde esta Conquista, publicadas por el
Sr. Icazbalceta, en el tomo II de la * 'Colección de Documentos para
la Historia de México." — Los nombres de los religiosos franciscanos
que vinieron en esta expedición están tomados de la "Crónica Misce-
lánea" del P. Tello. capítulos XXXIII y XLVIII.— '•Noticias
históricas de Ñuño de Guzmán'*, por D. J. Fernando Ramírez, (pág.
203,) que se hallan precediendo á los * 'Fragmentos del Proceso de
residencia instruido contra Ñuño de Guzmán,*' etc., en el libro que
lleva en su frontis el título de "Proceso de residencia contra Pedro de
Alvarado,** y las cuales 'Noticias" pueden verse también en el
"Diccionario Universal de Geografía é Historia,'* comenzado á
publicar en la tipografía de Rafael [México] el año de I853.
Al final de cada capítulo citaré, como aquí acabo de hacerlo, las
fuentes históricas de donde he tomado mis noticias.
Es conveniente declarar que no aludo en este capítulo á las expe-
diciones de Chirinos y Cristóbal de Oñate hacia el Norte, narradas
hasta hoy sin reparo en la historia, porque creo absurdos los relatos
que de ellas se han hecho.
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IL
Los NOCHTECAS GUERREROS Y COLONIZADORES.
Tanto porque se hubiera noticiado á Ñuño de Guzmán
que en la comarca en que se asentaban los Téules chichi-
mecas había oro, supremo deseo de los aventureros de
Iberia, como por asegurar su conquista hacia el Norte del
señorío de Tonalá, desde á fines del mismo año, hallán-
dose setenta leguas adelante de Culiacán, les habla expre-
sado aquel caudillo á sus subalternos la intención que tenía
de poblar una villa en la mencionada comarca, así como dos
más en otros puntos de la nueva conquista; y persistiendo
en sus propósitos, al regresar á Tepic, donde fundó la ciu-
dad de Compostela, dióle comisión á Juan de Oftate para
que fuese con competente golpe de soldados y llevando por
su maestre de campo á Francisco de Arce, á apaciguar la
provincia de los Téules y á erigir en ella la villa de Guada-
lajara.
Cumplió Oñate puntualmente su encargo, fundando esa
población española en Nochtlán; no sin que sobre los pobres
indios del lugar indígena recayera, mal de su grado, la carga
de edificarles sus casas v de servir á los vecinos de la tal
erección, destinada á tener sometidos á los caxcanes, (*) due-
* A mi entender, el verdadero nombre gentilicio de los indivi-
duos de esta tribu, no era el de caxx^nnes^ como se les ha llamado ge-
neralmente; sino el de caocanes. que alguna vez les da MeudietaL ^VvV\
€1 Jlmo. y Timo. Sf- -^'C- 2>. José de Jesús Ort/'z,
digmo. *. ° jTrzobispo de Quadalajara.
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PRIMERA PARTE.
I.
La serpiente del cielo.
Por primera vez en el curso de los siglos resonaban en
honor del verdadero Dios los cánticos sagrados, entre los ce-
rros que circuían los tres barrios, poco distantes entre sí, de
que estaba forniíido el pueblo de Nochtlán, * hoy Nochisllán,
uno de los principales de la comarca de los Téules chichi-
mecas. Era la Semana Santa del año de 1530; y celebrábala
allí la hueste del crudelísimo y codicioso Ñuño de Guzrnán,
(le la cual formaba parte, al lado de la flor y nata de los a-
ventureros españoles que poco habían medrado todavía en
su viaje á Tenochtitlán, una heterogénea masa de aliados
indígenas: mexicanos, tlaxcaltecas, tarascos, huexotzincas y
de otras denominaciones.
La Cruz se enhestaba ya sobre tres gradas en la inistica
y pequeña iglesia pajiza que acababa de levantarse y que se
* Aunque este nombre geográfico debería acentuarse prosó-
dicamente en la penúltima sílaba, como todos los de su clase que son
de origen náhuatl, atendiendo á la costumbre le he puesto el signo
tónico de su pronunciación castellana. Otro tanto advierto respecto
délos demás nombres geográficos indígenas que se hallan en el texto.
— 10 —
nango, en Ahuisculco; otros de los de Apozol, en Atlixtac;
otros de los de Cuxpala, en el valle de Mazatepec, etc.;
aunque la citada medida no dio completa resulta, ya porque
no pudo hacerse universal el desarraigo, y ya porque cuanto á
los que á él se sometieron aprovecháronse de la oportunidad
favorable que de volverse á sus antiguos lares les ofreció el
descubrimiento de las minas de Zacatecas, inmediatas á sus
propios pueblos; y como la explotación argentífera de ellas,
comenzada en 1548, de muchos brazos necesitaba, fué cau-
sa de que se disimulara la contravención.
Aunque los historiadores no dicen explícitamente que
los indios de Nochtlán huljieran pasado por iguales vaivenes
que el vecindario de los lugares mencionados, es lógico supo-
ner que así fuese, especialmente cuanto á ellos que habían
sido alma y vida de la sangrienta revuelta.
Consta sí que al término de ésta, Fr. Antonio de Segovia
traginó recogiendo á los indios caxcanes dispersos á conse-
cuencia de los alborotos, les hizo reedificar sus destruidos
pueblos y les puso por doctrinero á Fr. Miguel de Bolonia,
flamenco de nación y laboriosísimo apóstol, cual lo demuestra
la pericia que llegó á tener en las lenguas indígenas, puesto
que habló la mexicana, la tarasca, la otomile, la caxcánica, ó
sea la mexicana corrompida, la de los tocuexes y la de los
cocas.
Este venerable religioso acabó de reunir á los indios
diseminados y se estableció con ellos en Xuchipila. Desde allí,
según la narración del cronista de la Provincia de Santiago de
Jalisco, cadministniba más de cincuenta leguas de largo y
cuarenta de ancho, á todos los indios que en ella (esa exten-
sión) se contenían; andando siempre á pié, con un bordón en
la mano y un poco de maiz tostado para comer»: así «iba á
Nochistlán, Xalostotitlán, Teocaltech y todas aquellas provin-
cias, y volvía por Xalpa, el Téutl, Tlaltenango, sierra de Te-
pec, hasta llegar á Tzacatecas», de donde regresaba á su
punto de partida, evangelizando en el trayecto. Era tan
vasto el campo de acción de este benemérito monje, que no
habían pasado todavía treinta años desde la fundación del
¿convento de Xuchipila, cuando ya en el mismo espacio de
— 11 —
terreno existían, además de esa doctrina, cuatro beneficios,
que eran los de Tlaltenango, Teocaltech, (distinto del que lle-
va el mismo nombre en la jurisdicción episcopal de Guada-
lajara), Nochistlán y Xalpa.
iVntes de la erección del tercero de esos curatos y, según
puede congeturarse, con el objeto de oponerles uno de los
primitivos valladares, aunque físicamente débilísimos por cier-
to, á los belicosos y vagabundos indios guachichiles, que causa-
])an muchos daños en las estancias que los españoles poseían
hacia el Norte y el Nordeste de la Nueva Galicia, fueron lleva-
dos, tal vez por los consabidos religiosos del Orden Seráfico,
varios indígenas nochtecas ya cristianos, á fimdar, cerca de
Xalostotitlán, el pueblo de San Gaspar; y de este villorrio se
desprendieron otras familias que fundaron los pueblos de Mi-
tic, San Miguel, Teocal titán, Mezquitic, San Nicolás y San
Juan, denominado así este último por ser su patrono titular
San Juan Bautista, como lo prueba el antiquísimo culto que
¿ una imagen suya se le daba en ese pueblo.
Hé ahí el humilde origen de la población que andando
^1 tiempo vendría á ser lugar muy célebre en los anales reli-
giosos de nuestra patria, y emporio, siquier periódico, del
comercio del suelo mexicano. *
* ** Relación de la entrada de Ñuño de Guzmán," que dio García
del Pilar y que es la primera de las ya citadas, pág. 260 del t. II de
la Colección referida del Sr. Icazbalceta. — Herrera. "Historia gene-
ral de los hechos de los Castellanos en las islas y tierra firme del
•'Océano/* década VII, lib. V, capítulos I y II. Visita hecha al
Virrey D. Antonio de Mendoza," publicada en el mismo volumen
de la citada Colección del ilustre Icazbalceta, páginas 103 á 114 —
Crónica MiJif-, de Tello, págs 135, 137, 138, 150, 151, 165. 167, 197,
'99. 223, 234. 235' 237» 249, 276, 338, 343, 344, 354, 357 367, 372.
388, 398, 449, 456, 472, 475, 482 y 856. — Bi8t, EclfH. Iiid., de Men-
dieta, págs 740 á 742, lib. V, parte II, cap. III. — "Descubrimiento
y Conquista de San Luis Potosí.** Conferencia dada por el Sr. Lie.
D. Primo Feliciano Velázquez la noche del 27 de agosto de 1892, pág.
20. — ''Informe al Rey por el Cabildo Eclesiástico de Guadalajara,
acerca de las cosas de aquel Reino* ', en el tomo II de la expresada
Colección, pág. 495.
-14-
de dar la batalla, aunque mas les favorezca la ocasión, cóle-
ra y apetito y certidumbre de la victoria. Sacrificanse ante
ídolos de piedra y barro, sangrándose de las orejas y otras
partes del cuerpo. De !a religión cristiana tienen mucha
noticia por los frailes menores, y no otros, (*) que siempre
andan entre ellos. Y si alguno se convierte es con mu-
cho trabajo y perseverancia de los ministros Tienen es-
tos chichimecos entre si guerras civiles muy simgrientas,
y enemistades mortales, asi nuevas como antiguas, heredadas
de mano en mano de sus antepasados, y estas por livianas
ocasiones, porque los unos entraron en tierras de los otros
ó á cazar ó acoger alguna fruta. Lo cual parece haber sido
permisión ó provisión divina para conservación de los indios
cristianos y de paz, que más se han conservado por la discor-
dia de los chichimecos que por su valor y fuerzas. Por-
que si los chií:himecos se pudieran conformar y hacer á una
para de mancomún hacerles guerra, cierta cosa es que no
hallaran en todos los indios de esla Nueva Elspaña r&sisten-
cia. Y aun los españoles en dias pasados les tuvieron harto
temor, porque llegaron á hacer saltos en pueblos no muchas
leguas de iléxico, y no han sido pocos los que han muerto á
sus manos. Pelean desnudos, endDijadosó untados con niati-
cesde diferentes colores, con solos arcos medidos á su estatu-
ra, labrados con pedernales, de que también son las puntas de
las flechas, que miradas en si parecen frágiles y de menos-
preciar (porque son de caña), y puestas en sus manos no ha-
llan reparo. Y a.sí metidos ellos y encendidos en batalla, es co-
sa increíble cómo con espantable ferocidad menosprecian el
resto de los que se les ponen delante, amique sean hombrea
aunados y de caballos encubertados. La certinidad, ánimo,
destreza y facilidad con que juegan esta diabólica arma, no
se puede explicar. Son tan alentados, ligeros y sueltos en co-
rrer, que por maravilla los alcanzan los caballos. ¡Muchos
ejemplos se podian contar del estrago que han hecho en los
ibraB están borradas en el M. S. (Nota deISr.
Icazbal- I
- 15 —
españoles, pero basta uno solo que acaeció habrá catorce 6
quince años cerca de un paso que llaman la Entrada de
las Bocas, adelante de Zacatecas, donde no muchos de
los chichimecos desnudos, con solas sus flechas (que he di-
cho) de caña, dejaron muertos una capitanía de mas de
cincuenta soldados, armados ellos y sus caballos á uso de
guerra, con arcabuces y lanzas, sin escapárseles uno solo que
llevase la nueva. Eran muchos los daños que cada año hacían
en los tiempos pasados, matando españoles y indios cristia-
nos, y robando hacienda de mucho valor, por el camino de
Zacatecas y de otras minas de aquella comarca, y en estan-
cias, que hay muchas de ganado mayor. >
En efecto, estos bravios naturales, que 'Uenían la esta-
tura de hombres y lo demás de salvajes, » según la gráfica
expresión del mismo historiador, fueron por más de tres lus-
tros, en la segunda mitad del siglo XVI, el azote de los espa-
ñoles de la tierra adentro y de los indígenas sojuzgados por
éstos: viandantes aislados é inennes, como los miseros reli-
gioso?, lo mismo que bien armadas y numerosas partidas,
como las grandes caravanas que iban de México á avituallar á
los mineros de Zacatecas y que tornaban llevando las barras
de plata de esas ricos vetas, eran sorprendidos de improviso
á lo mejor de la jomada por el alarido de los bárbaros y por
los silbos estridentes de las rociadas de sus saetas mortales:
ejemplares entre los primeros, fueron Fr. Juan de Tai)ia, Fr.
Luis de Villalobos, Fr. Francisco Doncel y Fr. Pedro de
Burgos; y uno de los otros casos, que merece señalarse,
el lucrativo asalto que los chichimecas le dieron, en 1554,^
un gran convoy de más de treinta carretas y muchas acémi-
las, al pasar por Ojuelos, no escapando allí con bien más que
una de tales carretas y pocos ginetes que le debieron su vida
á la ligereza de sus caballos.
Alguna vez hasta llevaron su arrojo los salteadores, al
punto de atacar algún no despreciable pueblo, como le acae-
dóal de Yuririapúndaro, en 1558: valiéndoles de salvación á
los vecinos, que su iglesia tuviera la solidez de una fortaleza,
porque en ella se refugiaron al ser sorprendidos por la furiosa
arremetida.
— 16 —
IWerceíI, sin embargo, á la puebla de diversos lugares,
como fueron, entreotros, Querétaro, Acáinbaro, San Juan del
Río, San Felipe, San Miguel el Grande, Lagos, Celaya, Jerez y
AguascaUenles; y á la creación de una linea estratégica de
presidios, ó acantonamientos militares, como Portezuelo,
Ojuelos, Bocas, Ciénega Grande y Palmillas, poco á poco fué
cercenándoseles á los chicliimecas el teneno en que campea-
ban por sus respetos; y agregada á tan buenas medidas, la
guerra sin cuartel que se les hizo bajo la conducta de capi-
tanes duchos en sus mismas artes y que tenían en sus venas
sangre indígena, como Don Nicolás de San Luis Montáñez,
D. Femando y D. Diego de Tapia, D. Alonso de Sosa y Miguel
Caldera, llagó á ponérseles en tales aprietos que por fin, en
1 ií89,se decidió la mayor parte de ellos á capitulai- con el gene-
ral Don Rodrigo del Rio de Loza; siendo la principal de las
condiciones que estíi)u!aron para su smnisión, que por cuen-
ta de la real hacienda se les suministrara, por detenninado
número de años, alimentos y vestidos. Y Jicabó de poner-
los en brida, el asiento que se les dio á sus congregaciones
en la vecindad de las adictas faTnilias tlaxcaltecas, que
trasmigraron desde su ciudad natal con ese objeto preciso,
mediante un convenio que muclio las privilegió.
Teniendo, pues, sobre si los pobladores indios de San
Juan la continua amenaza de tos chichimecas, era consi-
guiente que no pudiese prosperar su reducido y peligroso
casal, levantado en un paraje que se hallaba en el ordina-
rio tránsito de estos errahundos bárbaros; aunque se c-onci-
be que la misma pequenez y pobreza de este pueblo, les
haya evitado á sus moradores ser blanco de la codicia y
crueldad de las cerriles bandas. ^
Ni filé ese el único obstáculo que impidiera el creci-
miento de tal población, sino acaso también las algaras Ó.
cabalgadas á que solían entregarse despiadadamente los espa-
ñoles, sobre los indefensos caseríos de los indios de paz, lleván-
dose capturados á sus vecinos para proveer de manera expe-
ditiva al laboreo de las minas, necesitado de brazos.
Este abuso de las iirupciones para secuestrar indios, era
ya. líin inveterado en los conquistadores, que á él le atribuía
el venerable Las Casas la despoblación de las Lucayas y de
buena parte de la costa de la Tierra Firme; é implantado en
el Virreinato de la Nueva España, enumerábalo el P. Moto-
linia como la novena de las diez plagas con que Oios en ese
tiempo había castigado esta tierra. Y aunque, gracias á las
numerosas providencias que los reyes de España dieron para
extirpar el mal, y á la energía de los virreyes para hacerlas
cumplimentar, se logró reprimir paulatinamente estos desa-
fueros, no fué tan pronto que hubieran dejado de ejercitarse
todavía á fines del siglo XVI, como lo comprueba el siguiente
testimonio de un verídico cronista zacatecano: "sallan, escri-
be, algunos hombres de valor armados y prevenidos y llegaban
á Zacatecas, San Luis y otras ciudades, y cogiendo iJo noche
violentamente cuantos podían, los amarraban y con toda
ligereza los trasportaban al Mazapil, donde para mejor custo-
dia los metían de noche en unas oscuras cabernas, tan rigo-
rosas y tan sin resquicio de alivio, que según me las han
pintado los que las han visto, son no desiguales á las cárce-
les oscuras que en sus 7V/síeí nos pinta la erudición de
Ovidio." Cierto es que el historiador no dice que las perso-
nas asi violentadas fueran indios; pero á buen seguro que á
tales atropellos se hubieran propasado los españoles con
sus compatriotas ó con miembros de las familias de estos. De
admitir, sin embargo, que hasta allá se hubiese llegado, lógica
aera también la consecuencia de que mucho peor que eso
pasarían las cosas para los indios, con los desalmados mine-
ros blancos. Y si, por último, tales algaradas se hacían so-
t)re los habitantes de las ciudades, con mucha mayor razcín
debieron ser mira de esas correrías y de todo género de atro-
pellos, los pueblos cortos, sin resguardo alguno, de vecindario
indio y no lejanos de los minerales que se trabajaban enton-
ces; circunstancias que á una concurrian en el incipiente
lugarejo de San Juan de los Lagos.
Empero, no todo en aquella comarca asolada por tos
chichimecas y los explotadores de metales, era batallar y
servidumbre: también fué teatro, en esa época, de notables
hechos en que la virtud y el amor al prójimo refulgían con
iberaiio brillo: allí el siervo de Dios Sebastián, de Aparicio,
-18 -
el primero que en Nueva España puso novillos bajo ei yugo,
inventaba el camino carrelero entre Zacatecas y México; y
el venerable Gregorio López, personaje de misterioso origen,
que la leyenda pretende colocar en las gradas del trono,
sintiéndose llamado á hacer vida contemplativa, en plena
juventud se fabricó una solitaria ermita cerca del cortijo de
Atemajac, sin temor alguno á los salvajes, cuyo afecto y
respeto se granjeó á tal grado, que en lugar de ofenderlo le
llevaban para que se sustentara, codornices y conejos de los
que ellos habían flechado, y aun los más ladinos le saludaban
diciéndole Dm Oratias.
Apacibles memorias que le dan no menos imperecede-
ro renombre á aquellos sitios, que las maravillas que las
crónicas adscriben á los mismos lugares, contando cómo las
saetas disparadas sobre Fr. Bernardo Cossin ,se volvieron
contra los salvajes que trataban de matarlo; y que espíritus
angélicos cercaban al primero de los anacoretas del Nuevo
Mundo, cuando labraba un buertezuelo en las tierras del
capitán Pedro Carrillo de Avila. (*)
(*) "Milicia Indiana y Descripción de las Indias," escrita por el
capitán D. Bernardo de Vargas Machuca, vol. II, pág. 98, eitición
madrileña de 1892.— "Instrucción que por mandato de S. M. hizo el
virrey D. Martín Enrfquez para el Conde de Coruña, la cual el
Conde envió á pedir desde el camino, y contiene todo lo más que los
Viréis (»'f) tienen en esta tierra á que acudir", párr. 9° , eu el vol.
III de la 'Colección de Documentos inéditos", publicada por D.
Joaquín F. Pacheco y otros americanistas.'— "ffrtí. Eclen." citada,
íib, V, parte II, prólogo, páginas 732 y 733.— Cavo: "Los tres siglos
de México", lib. IV, págs. 51 y 59— Velázquez: págs. XXXIX y
siguientes en la Noticia de las piezas contenidas en el vol. I de la
"Colección de Documentos para la Historia de San Luis Potosí," y
otros diversos lugares de la misma Noticia. — Pena' Apéndice mim.
I á su "Estudio Histórico sobre Sau Luis Potosí. "^Romero: "Noti-
cias para formar la Historia y la Estadística del Obispado de Michoa-
cán," páginas 226y 227. — Las Casas; "Historia de las Indias," capí-
tulos últimos del lib. III.— Motolinía: "Hi'itoria de los indios de
Nueva ExpaTia", tratado I, cap. I. — "México á travésde los siglos",
lib II, cap. III del vol. II. -Arlegui: "Crónica de la Provincia de
N. P. S. Francisco de Zacatecas", parte V, cap. XII, pág. 323: y
parle JV, cap. I, pág. 199. — Vetancurt: pág. 54 del -'Mouologio
Francfecino ' , inserto en el ' 'Teatro Mexicano" — Loza; "Vida que
el siervo de Dios Gregorio López hizo en algunos lugares de la fíue-
va España", cap. II, págs. 8 á 12. 1
/"or/joa/arg^armásesta nota, omito algunas citas menos importantes. 1
El despuntar de un astro.
Rebujada siguió todavía en su originaria obscuridad la
humilde población de San Juan, durante poco más de la
primera veintena del siglo siguiente; y nada de lo suyo pro-
pio, — ni sus poquísimas y ruines moradas, ni sus chozas esca-
sas y sin aliño, ni su yermo y blanquecino suelo bundido en-
tre calvos altozanos, ni su infeliz emita-hospitalejo, que era
ron todo su mejor presea, — ^ofrecia á la vista el mas mínimo
halago. Pero así como la tosca armadura de las conchaa
esconde las perlas, y las rocas de granito cubren el oro y la
plata; así intramuros de ese lánguido pueblo, se hallaba
recóndito un tesoro sin par en valía.
La manera con que se revelara la existencia de tal rique-
za, la narra en esta forma el primer relato que se hizo del
suceso:
«En el pueblo de San Juan de este nuevo reino de la Gali-
cia, que dista veinte leguas (1) de la ciudad de Guadalajara,
10 Según las "Noticias Geográficas y Estadísticas del Departa-
mento de Jalisco, reunidas y coordinadas de ordeti del Gobierno del
fniano. por la Junta de Seguridad Pública," obra de que es autor el
'«nemérito Don Manuel López Cotilla, San Juan de los Lagos dista
de Guadalajara cuarenta leguas. Es necesario, para disculpar el
«Tor en que sobre esto se incurre en la primera narración incerta en
este capítulo, asignando entre uno y otro punto la mitad apenas de
la distancia verdadera, considerar el descuido que se tenía en lo
, pasada, aun por los más ñeles historíadores, cuanto couceriiía ádeta-
HüJlUMSráficos, cronográficos, ele.
-20 —
está una imagen milagrosa, llnniada la Vii^en de San Juan,
loniaTidü la denominación del díi'ho pueblo; y queriendo ave-
riguar su origen, comuniqué al Br. Diego de Camarena, bene-
ficiado que fué del parlido de Xaloi^lolillán, (en cuya juris-
dicción cae.) Dicho pueblo {!} es alioríi racionero de la santa
iglesia de Guadalajara; (2) el cual rn3 dijo y certificó, que á
una india llamada María Magdalena, que murió por los aiios
pasados de mil y quinientos (3) y (luarenta y tres, la cual
lenia más de ciento y diez años de edad, le dió noticia de
que el P. Fray Antonio de Segovia le dió al dicho pueblo
dicha imagen, aunque no ie nombró, sino que dijo haberla
dado, un religioso de N. F. S. Francisco, y se presutne que
fuera el dicho padre Fr. Antonio de Segovia, que fué et
apóstol de estas naciones, ó el P. Fray Miguel de Bolonia, que
fué el primer guardián de Xuchiplan (4) el cual administraba
(i) Así dice: pero es claro que este e
be atribuírsele al copiante; de segiiro qi
y lio "pueblo," 6 más bieii, que debió decir: "cura fiel partido de
Xalostotitláii (en cuya jurisdicción cae dicho pueblo) y que es ahora
racionero de la santa iglesia de Gu'idalujara."
(7) El Br. Don Diego Camarena se posesionó de una ración del
Coro de la Catedral de Guadalajara el 15 de junio de ifisi; y aun-
que en una lista muy bien trabajada de los miembros del mismo Co-
ro, que existe en la Secretaría del V. Cabildo, se apunta que aquel
prebendado ascendió á una canoiigía á principios de 1653 y que mu-
rió en abril de 1663, ni una ni otra cosa es cierta, puesto que en el
librj IV de bautismos, matrimonios y defunciones del Sagrario de la
misma Catedral, hay una partida en que consta que el Racionero ( no
Canónigo) Diego de Cauíarirna fué sepultado el 9 de marzo de lósQ.
(¡) Debe ser mil seiscientos, 110 mil quinientos, como se infiere
de lo que se asienta eu el texto mistrio Basta, para corregir ese
erro-, reflexionaren que todavía en 154J no existía el pueblo de San
Juan, ni podría allí haber hablado con María Magdalena el citado
cura de Xalostotitlán. que hasta ciento y dieciseis años después de
aquella fecha dejó ese encargo parroquial en virtud de su ascenso á
prebendado. Fundadamente, sin embargo, 110 se puede culpar de
los anacronismos que aparecen así, al narrador, que era persona ilus-
trada y amante de la verdad; sino más bien deben achacársele esas
resultas, al poco cscrúpuio de algún ipsógrafo mercenario y necio.
(H) Así, en vez de Xuchipila. Débese hacer notar, que el P.
Bolonia no fué el primer guardián de ese pueblo: habíalo sido ya an-
tes gtieé! Fr. Martín de la Coruña, como consta en la "Visita hecha
desde allí los vallesde Teruallctih v NochixUán; y sacaron
del puehlo de Nodiixtláii alguno.s indios para poblar un pue-
blo llamado San Gaspar, cerca do Xalostolillán, v del origen
do éstos, se fundai'on cnatro pueblos, que son; Milic, y este
de San Juan, que está á la orilla de un río, y Mexquilic y
oíros tres que hay en el beneficio, (1 ) v es tradición de indios
y indias, y de muchos españoles antiguos de aquel partido,
de que todas \as imágenes {que hay en ios dichos pueblos)
de Nuestra Señora, los (sicj dieroi los religiosos de N. P. S.
Francisco.
'Había mucho tiempo que la dicha india llamada María
Magdalena, comunicaba y hablaba rnn la Virgen Santísima.
V la veía en diferentes partes de la iglesia, porque tenía por
devoción el Larrerla cada día. Sucedió, pues, que en el nfio
de mil seiscientos y treinta, pasando por allí un hombre que
venía á la ciudad de Guatlalajara, de San Luis Potosí, con
sil Tnujer y hijas, ante.s de llegar á San Juan, se le murió una
de ellas; y habiendo llegado con ella al dicho pueblo, se fué
derecho á la iglesia, rogando á los indios fuesen á llamar ni
cura para que enterrase á la difunla; y condoliéndose la india
María Magdalena de las lágrimas que hacia Ja madre de l.i
difunla, la dijo que se encomendara á aquella imagen de la
Virgen (jue estaba en la iglesia, porquesieinprelaveia en dife-
rentes partes y algunas veces la hablaba, con que la afligida
majer, afectuosamente, con mucha fé v devoción, pidió á la
Vit^en Santísima la vida de su hija; y poniéndola delante,
resucitó y se levantó abracándose con la imagen, y pidiendo á
sil madre no la sacase do allí. Habiendo visto (2) el padre
al Virrey Don Antonio de Mendoza." El P. Bolonia fué allí en
efecto el fundador del convento; pero la guardianía debió existir
desde anles. segúu se colige.
(i) Va se lia puntualizado cuáles fueron esos pueblos, tomando
U noticia de los padrones del partido de Xalostotitlán en e! siglo
XVII, Aunque en ello,; figura todavía como simple barrio San Nico-
lás, para llamarlo uno de los pueblos que procedieron del de San Gas-
par se lia tenido á la vista lo que consta sobre el particular en la pág
111 del tomo IV déla "Colección de acuerdos sobre bienes de indíge-
nas y fluidos legales, " Guadalajara Tip. de S. Banda. iSjg. I
|2) Aquí faltael coniplemenlo de la frase; tal ve?, éste: "'elcaso"; J
y madre, dieron muchas gracias á Dios y á la Virjíen Santísi-
ma; y queriendo proseguir su camino para usar su ejeiricio en
la ciudad de Guadalajara, que era oficio de volantín, con que
pasaban la vida, viendo la imagen muy maltratada por la anti-
güedad del tiempo, pidió al cura y á los oficiales del hospital,
el padrf!, se la dejasen llevar á Guadalajara, para aderezarla
y vestirla, como se la dieron, y dos indios que viniesen con él
para volverla. Llegaron á esta ciudad, y certifica el dicho Br.
Diego de Camarena, cura, que le dijeron que antes de hacer
diligencia por quién la había de aderezar, le salió al encuentro
un hombre no conocido, el cual le dijo, que si buscaba quien
aderezase la imagen, que él lo haría; y conchavándose en el
precio, se la dio, enseñándole la casa á donde vivía; y en
breve tiempo la trajo aderezada, tan solamente el rostro y las
manos, y nunca supieron quién fué aquel hombre. Vistiéronla
aquellos devotos agradecidos, pobremente, conforme á su
caudal.
«Este ftjé el origen de esta santa imagen, y el principio
de sus milagros, ó por mejor decir, el primero que se supo.»
El relato que acaba de ser transcripto, había quedado
inédito por el espacio de casi doscientos y cuarenta años, has-
ta que vino á darlo á conocer, hace once, la "Crónica Mi.sce-
lánea" del religioso franciscano Fr. Antonio Teilo, de la cual
obra forma parte en capítulo especial.
La antigüedad de esa deposición, hace de ella un docu-
mento de mucha valía; tanto más precioso cuanto que con
él se ha podido corroborar la verdad de las partes esencia-
les de aquellos testimonios concernientes á la primera mara-
villa pública obrada por la santa Imagen; testimonios que
con mejor suerte que su citado antecedente, corrían ya
impresos desde antes de finalizar el siglo XVL
De esos testimonios, que á .su tiempo se dirá en qué
condiciones fueron recojidos, es el más señalado el que rin-
dió en la siguiente forma el Br. Juan de Conlreras Fuerte,
(1) persona no sólo respetable por su carácter sacerdotal,
(i) Florencia le da alguna vez áeste eclesiástico (pág. 34 del Ori-
j^eu áe los dos Célebres Santuarios") el nombre de Juan Gómez de
Coatreras Fuerte; j>ero en documentos auténticos 110 aparece que
— 23 —
sino también por las honrosas comisiones y cargos con que lo
distinguieron sus superiores. Kse eclesiástico declara liajo la
religión del juramento: "Que esta Hermita ó Capilla (la primi-
tiva del mencionado pueblo) tenia en aquellos primeros tiem-
pos título de Hospital; y que esta Señora, que oy es lan mila-
grosa, no estaba antes en el Aliar de ella, ni era la que
principalmente reverenciaban en la Ilermita, sino otra Imagen
de nuestra Señora; que esta que ahora es milagrosa, por te-
ner todo el rostro entonces comido de polilla, y afeado con el
mal trato de la vejez y del tiempo, la tenian los indiosdeshe-
chada entre otras Imágenes de la Virgen, y de otros Santos,
que estaban arrimados en la Sacristía. Y que passando por es-
te Pueblo, como camino Real para Guadalaxara, un Volanlin,
que ganaba la vida aventurando la suya, y de los suyos, dando
gusto con su peligro; El estuvo alli quatro ó cinco dias, en
cuya compañía estaba su mujer y dos hijas, á quienes ense-
ñaba á voltear y hacer pruebas sobre puntas de dagas y espa-
das. Estándose imponiendo y adiestrando para exercitar-
se en Guadalaxara en .su oficio, resbaló una de Isis bijas, al
parecer la menor, y cayendo sobre la punta de la daga se
mató. El sentimiento fué grande, y las demostraciones de
sus Padres al passo de él. Amortajada la muchacha la pusie-
ron en la capilla para enterrarla. Juntáronse muchos Indios,
é Indias, para el entierro; y viendo tan sentidos á sus Pa-
dres por el fracaso, una India, que avia venido entre otras,
ya anciana, que se llamaba Ana Lucia (y testifica dicho
Juan de Contreras Fuerte, que la vio y conoció el año de
1634-, que entonces serin do ochenta años, y de ella .supo el
Iteii'ara el apellido Góme^. sino solamente los otros dos Ju/go que
«debería ese aditamento á una confusión en que incurriera aquel
docto jesuíta, al escribir muy inmediato al nombre de Juan Gómez
líe Santiago el de Juan de Contreras Fuerte. Bachiller j- no I-icen-
ciado. le llaman las auténticas que he visto (y que tienen la fecha de
¡664) en el archivo de la Secretaría de la Mitra de Guadalajara, y
por eso yo le doy ese título. Sin embargo, en 1668. fecha de los testi
mcMiios que se citan en el texto, pudo muy bien haber usado ya con
derecho el nombre de licenciado; y hasta colijo que obtendrí.i eso grado
en 1664, porque constaqueen tal año. ydesde hacía bastante tienv^,
estaba ansenle de San Juan, doiule tenía su desliiio.
^^■caso) la quai les dijo, que se consolassen. que la Cihua¡H}li
^^M (que quiere decir la Señora) (1 ) lo daría vida á la niña (señal
^^B que tenia experiencia de su poder, y que j'a olra vez en este
^B género lo avia mostrado) y diciendo y haciendo se entró en
^V la Sacristía, y de entre las Imágenes que alli estaban deslie-
os chadas, sacó esta bendita Imagen, que oy es tan milagrosa.
H y se la puso á la difunta sobre los pechos, con toda fé y
■ resolución. Y á poco rato vieron todos los presentes, que
■ estaban aguardando con diferentes afectos, el lin de todo,
■ bullirse y moverse la niña. Cortáronle á toda prisa las liga-
I duras de la mortaja, y despojáronla de ella, y la que estaba
f difunta, al punto se levantó buena y sana, con prodigio raro.
"Lo que se supo de dicha Anna Lucia, preguntándole,
qué imagen era aquella tan prodigiosa? Fue, que siendo su
marido Sacristán de aquel Hospital, ella madrugaba, é ibaá
él á barrerlo todos los días, y que quando ella iba, ya esta
Imagen estaba en la peaña puesta por sí, ó por los Angeles;
y que ella la cogia, y volvía á la Sacristía. El dicho Volan-
tín, agradecido al beneficio recibido, les pidió á los Indios,
que se la dejaran llevar á Guadalaxara adonde iba, que era
indecencia que eatuviesse tan destrozada Imagen tan mila-
grosa, que alli la mandarla aderezar, y la volvería con toda
puntualidad. Concediéronsela los Indios; fue á la Ciudad, y
aquella noche que llegó á ella, fueron á la puerta de la casa
donde se avian hospedado, unos mancebos, y preguntaron,
si acaso avía algo de pintura, ó escultura que aderezar, que
esse era su oficio. El dijo que si, que una Imagen, de un
Pueblo llamado S. Juan, traía para esso, y entregándosela
aquella noche, el dia siguiente muy de mañana, y tanto, que
(i) "'CiuapUli, señora ó dueña", dice Molina en su "Diccionario,"
Es palabra mexicana, compuesta de ci/tiiatl, mujer, y pilJi, persona
noble. — En el niexicancí corrompido, caxán ó locho, la misma palabra
se interpreta por "señora de casa" ; en ta.nto que lilivatcco áxihuaf eco
sería "señora de vasallos." [L'oíítit] Sinembargo. existe un ejemploque
parece acreditar que también en los pueblos de la Nueva Galicia la
referida palabra se usaba, como entre los mexicanos, en el sentido de
señora noble: asi Mota Padilla (cap. VI, pág. 43 de su "Historia."
edición de iHjn) Je da el dictado de tUmapüli á la cacique de TonaU. 1
el dicho Volaiitin aun no se avia levíiritaclo (1p í^u rama, se
la eiiibiai'on ¿ ella, taii bien aderezada y compuesta como ^e
Ve oy en dia. Y embiándoles un recaudo muy agradecido,
huinfino y corlesano (no pensando que en aquello avia
mysterio) que mientras él se levantaba, para estimarles la
punluatidad, y ofrecerse á su servicio, le avisassen lo que su
trabajo valía,
que estaba
muy pronto á
remunerárse-
lo; no halla-
ren á nadie,
iii pudieron
liallarlos, n i
nwonde quié-
nes ei-ari. Con
que sin duda
eran persona.^
4 quienes to-
das las noche^^
soinlias,ópoc
mejor decii,
délas que vi-
ven aquel dia.
que ni tiene.
ni ha de tener
noche: Ange-
les sin duda
del Cielo en su aderezo. Y desde entonces la iHi.-iíTon en el
Aliar á donde se iba antes todas las noches, y en f^uya peai'ia
amanecía todas las luailanas. Este parece que fue el primer
milagro célebre de esta Santa bnagcn. Y parece que sucedió,
o)mo dice el Licenciado Juan de Contreras Fuerte, oik^c años
anles del año de 6Si; con que empezó á ser sei'ialada en
milagros desde el año de 1623.
Al leslimonío que acaJja de leerse, sígnele, en el orilen en
que fueron producidos los que de pronto interesa conocer,
ddel cíipitán Luís I>úpez Ramírez, quien (tuntualineiile
— 26 —
dijo: "Que avíendo assístido diez años continuos en este
Santuario, como Teniente de Alcalde mayor, oyó decir ú '
muchas personas, y muchas veces, que por ser tantas, no
se acuerda de las personas en pai'ticular, que esta Unagen
estuvo en un Xacalillo, que decían era Hospital de dicho Pue- .
blo de San Juan, donde la que oy llaman Original {que no lo i
debia de ser entonces) empezó d hacer muchos m'lagros, y
que el primer milagro, que de ella se contaba, era, que una h
niiia hija de unos Volantines, que aportaron al Pueblo de San i
Juan, jugando ó haciendo suertes con unas dagas, se atrave- ¡
sú y mató con una de ellas. Que una India, qna supo la i
desgracia, dijo á sus Padres, en su lengua, que no tuviessen
pena, que allí estaba una Señora que le darla vida; y llevando ]
la difunta, donde estaba entre otras esta hnagen, se la puso j
encima, y resucitó. Los Padres, viendo que la Imagen estaba -
maltratada, la llevaron á Guadalaxara; que llevándola, un I
mancebo (de los que dice el Licenciado Fuerte) le dijo, que él I
era Pintor, y se la entregaron, y la puso como oy está, y que j
no supieron quién era este mozo, ni los otros, aunque los [
buscaron para pagarles. Esto oyó decir, y muchas veces,
quanlo al origen. > (
Otro testigo, el pintor Francisco Flores, declaró á su vez:
• Que conoció á un Indio IlamadoAndres,que varias veces, en (
diferentes ocasiones, le contó el caso del Volantín, sin variar ]
en él, ni en las circunstancias, y de la hija que se mató; y que J
su muger del dicho Andrés le persuadió le eneendiesse una :
hela á la Virgen que estaba en el Hospital, y que assí lo hizo; y |
estuvieron rezando delante de la Imagen, desde casi medio dia i
hasta las quatro de la tarde, presente el cuerpo de la niña 1
amortajada, aquella hora lo resucitó la Virgen, y después \
sucedió lo demás que ya queda contado, de haver llevado la |
Imagen á Guadalaxara, y averse ofrecido un mozo (de los que
dice el Licenciado Fuerte) que no supieron quién era, á ade-
rezarla, como la aderezó. Y añade, que tiene por cierto, y
assí lo dijo el dicho Andrés, que la bnagen avia ya hecho
antes de este otros milagros.»
Francisco Gutiérrez Kuhio, expuso: * que el año de 61 9,
ó 620, que fixamente no se acuerda, llegaron al Pueblo de
-27-
Xoloztotítlán un hombre con su rnuger y dos hijas ninas, que
traía una cabra que baylaba, y ellos también hacian otras
suertes: dijo la muger de este jugador de manos á Francisca
de Mendoza, muger de dicho declarante, que iba con él, y lo
oyó decu*, cómo la Virgen de San Juan avia resucitado una
de aquellas ninas, seaalando la que era, que sería de seis á
siete años. Juntamente le mostró la hnagen maltratada de
polilla, que la llevaban á aderezar á Guadalaxara, y este
declarante la vio después ya aderezada, y después en la Parro-
quial de San Juan, que era el sitio del Hospital. Y se acuer-
da, que dijo la muger del Volantín con muchas lágr\'mas: Espe-
raba en Dios avia de venir miicha (¡ente en romería d visitar
la Inuiffen; que pareció prophecia de lo que ahora se ve; y
declaró este testigo tenia á marabilla, en infinidad de veces
que ha visto la Imagen, no aver en toda ella polilla alguna.
Antes ha notado, que ha visto el Rostro de dicha Imagen mas
encendido unas veces que otras. Y contó que la India que
le dio aquella Imagen para que resucitasse la niña, afirmó á
dicho Volantin, y á otros, cómo aviéndola puesto en la Sacris-
tía, la hallaba por la mañana enmedio de la Iglesia del Hospi-
tal; y que decía: TjOs Españoles no saben hs mila//ros que hace
fst(i luuigen, porque aunque nosotros los dif/arnos, como somos
Indios no nos creen. Y este es el Origen que sabe de esta
Imagen. »
Testificó en esta forma Francisco do Orosco y Agüero,
dueño de estancia como el precedente: tque vio en Zacate-
cas al Volantin, y que le refirió todo el milagro de la Virgen,
}' resurrección de la niña, y aderezo de la milagrosa Imagen
en Guadalaxara, según y como ya se ha contado; y que este
fue el origen y principio de la celebridad de esta Imagen. »
Preguntada Inés de Mendoza, es[)añola acomodada, por el
origen de la Imagen, dijo: ''que há mas de cincuenta años que
conoció al Volantin, á su muger y á dos niñas, que de ellas
supo el milagro de la resurrección de la menor, y lo demás
que ya queda contado."
El Teniente de Alcalde mayor de la jurisdicción de Xalos-
totitlán, Antonio Escoto de Tobar, expuso, después de contes-
tar ''la muerta de la niña, hija del Volantin, y la milagrosa
— 28 —
resurrección de ella", "que la India llamada Anna Graciana,
que fue la que dio la noticia al Volantín de ella, decía varías
veces á Pedro Andrés su marido, que avia visto á esta Ima-
gen sudar, á que no queria dicho Pedro Andrés dar crédito,
hasta que vio el milagro de la resurrección de la niña. Y
que aviendo el Volantín llevado la Imagen para aderezarla y
renovarla en Guadalaxara, parecíéndoles que tardaba en
volverla, y á persuasiones de dicha Anna Graciana, fueron en
pos de dicha Imagen, con ánimo de ir hasta Guadalaxara,
pero en el camino encontraron al Volantín que la traía, y
que los Pueblos por donde venía la salian á recibir y á feste-
jar.
Por último, declaró el clérigo Presbítero Juan López
€ aver oído á su Padre Miguel López de Lizalde el caso de la
hija del Volantín, la qual volteando sobre unas dagas, delante
de él, de Gerónymo de Arrona {sic) y otros sucedió el mila-
gro, que fue origen de esta Imagen, cayó sobre la punta de
una, y se atravesó y mató; y estando ya atnortajada la nina
vino una India, y le dijo lo de la Imagen, y que poniéndola so-
bre la difunta resucitó, y él se halló presente quando se mató.
Que lo que toca á la resurrección de ella lo oyó decir, y lo de-
más del milagro y aderezo de la Imagen, &c., que queda en el
dicho del Licenciado Juan de Contreras Fuerte, expressado,
y se repite para mas certeza. »
Aparte de estos testimonios, que proporcionan datos de
importancia sobre el punto culminante de la investigación,
hay siete más, — los de Esteban Gómez, Juan Patino, Baltasar
Messía, Melchor González de Hermosillo, el Presbítero Br.
Lázaro Gutiérrez, Juan Gutiérrez y Juan Camacho, — que
confirman, sin entrar en detalles, que el origen de la cele-
bridad de la Virgen de San Juan fué el que expuso el testigo
Contreras Fuerte.
Confórmanse entre sí todas e3tas declaraciones, sin
otras salvedades que agregar algunas de ellas nuevos detalles,
más ó menos importantes; que designar la del expresado
Contreras con el nombre de Ana Lucía á la india que acon-
sejara á los volatineros padres acudir á la santa Imagen
p/díéndoh el remedio de su pena, á la vez que la declaración
— 29-
(le Antonio Escoto de Tobar llama Anna Graciana á la mis-
ma devota mujer; y en fin, otra excepción áque adelante se
alude.
Cuanto á la relación comunicada por el Br, Diego de
Camarena al historiador Tello, si bien resulta acorde en la
parle substancial, difiere en varios íiccidenles de la del Br.
Contreras Fuerte. Esas variantes consisten: en el nombre de
la india; en la edad que teñía ésta; en el lugar de la muerte
de !a hija de los funámbulos; en si fué ó fueron uno ó varios,
según el caso, el individuo que concurrió ó los individuos que
concurrieron á reparar la Imagen en Guadaiajara; y en el año
en que Dios concedió que la referida Imagen hiciera su pri-
mer milagro público.
Aunque en nada afecten estos desacuerdos á lo principal
(le los relatos, conviene explicar tales divergencias, para que
la verdad quede establecida sólidamente.
Acerca del delantero de esos puntos, debe notarse que
si bien difieren el Br. Contreras v el Teniente de Alcalde ma-
yor Escoto en el segundo nombre de la india, ambos convie-
iienen el primero, llamándola Ana; conformidad que da tanto
íííayor valor á ese dicho de los dos, cuanto que la divergencia
^ntre ellos respecto del otro nombre demuestra que no se ha-
bían puesto de acuerdo al declarar, y que procedieron valién-
dose cada cual de su memoria. Bajo tal concepto, la deposi-
ción de estos dos testigos, igualmente abonados, es preferible
^ la del Br. Camarena.
Es cierto que éste era el párroco de la jurisdicción; ma¿5
Por una parte, es de notarse que no residía en San Juan, sino
^M la cabecera de aquélla, en Xalostotitlán; por lo cual, aun-
que pudo ser frecuente, no era continuo su trato con sus feli-
Kfeses avecindados á la distancia de cuatro leguas; y por otra
toarte, que le comunicó sus noticias al P. Tello, diez años
después de la muerte de la india y ya residiendo él hacía algún
tiempo en Guadaiajara. Fácil es que por estas dos razone.-^
olvidara el verdadero nombre de la obscura india sanjuanense
V que le aplicara la doble denominación (1) de Alaría Magda-
( i> Para la debida claridad de este pasaje, es oportuno advertir que
si Uen muchos de los indios adoptaron en el bautismo algún apellido
- 30 —
lena, que era la más usada por las intiigenas de esii feliyi'esía;
y aunque Liiíipoco faltaba quienes llevaran el doble nornbrti
de Ana Lucia, eran en muclio menor número que las que se
distinguían por aquel otro duplicado. (2)
La divergencia respecto de la edad de la india Ana, — quu
dados los expuestos precedentes así deberá ser llamada en lo
sucesivo, — se comprende con sólo lijarse en los lénnínos que
usaron en sus respectivos relatos el Br. Camarena y el Br.
Contreras: el primei-o realmente así^ró que la piadosa mu-
jer en 16 i-2 «leiiiainás de ciento y diez años»; en líinto que el
segundo tuilcAiló que en 1684 tseria de ochenta ai"ios.> Aquél,
por nizón de su ministerio pan'oquial, estaba en condiciones
de saí>er mejor que ei Br. Contreras á qué atenerse á tal
respecto, hallándose en posesión de los registros de su cura-
to, y debió no olvidarse de los años de Ana, por ser un caso
no muy común de longevidad; y cl Br. Contreras. al juzgar
español ó agregaron á su nomtwe propio castellano eJ indígena que
hasta entonce» habían llevado, quedándoles este último como apelli-
do, y pasando en ambos casos por herencia á sus famihas taleü nomi-
naciones genéricas; fué lal vez lo más común, que en vez de apellido
íe les diese otro nombre de algún santo, aparte del primero, para que
el segundo de ellos distinguiera ál"s que llevaran en primer término
mi mismo nombre; y además, esa segunda denominación no pasaba de
padres á hijos, sino que variaba arbitrariamente en lasucesJón. Esta
costumbre, en la que se nota la piedad de los misioneros y que serla
seguida por imilación de la práctica semejante que observaoan los
miembros de algiui os délos institutos religiosos, al entrar en clausura,
se mantuvo con vigor en nuestro país por lo menos durante lo-í siglos
XVI y XVH. Sin embargo, c rrieiido el tiempo esos segundos nom-
bres se con\')rtieron en apellidos.
Con esto se comprenderá ya bien lo que en el texto se dice acerca
de la d»pl¡cac:ón de nombres; asf como que por cirtunscribirse la
devoción, en los pueblos indígenas, á señalados santos abundaran en
cada lugar los homónimos ó rccii(//r»<: mexicanismo é^te, dicho sea de
paso, que tieneorigen en el verbo l"cii/uti'i, "jx>ner nombre, ó nom-
brar á alguno, ó llamarle por su nombre", como lo enseña Molina.
'"Nombre, dice á su vez nuestro Cortés y Zedeño. tuaüt/t, 1. locuio,
vel itomii/t.''
(j) De 514 mugeres de confesión y comunión y sólo de esta últi-
ma, que existían en tos pueblos de indios de la parroquia de Xalosloti-
tláti el ano de 1679. como se verá en el respectivo padrón que en un
apéndice de esta obra insertaré, no menos de 50 llevaban el doble
nomhrt de María Magdalena, y sólo 4 el de Ana Lucía.
— 31 —
que la india tendría ochenta años, cuando era ya centenaria,
se fundó seguramente en la apariencia fisiognóinica de ésta,
que debfa hallarse bien conservada. La cuestión, en todo caso,
es de poco fuste; y basta, para cortar toda dificultad, saber a
punto fijo que según entrambos pareceres Ana era ya senil.
No es tampoco imposible conciliar el dicho del Br. Cama- '
rena, cuanto á que la muerte de la hija del volatinero haya
sucedido antes de llegar á San Juan, con el del Br. Contreras
Fuerte, s^ún el cual aconteció en el mismo San Juan y que
se ve, por lo demás, robustecido con el de otros testigos: sufi-
ciente es para esto, suponer que el hecho pa^ó en las goteras
del pueblo, en pertenencias de este mismo: así, pudo decir el
Br.Camarena, sin que aparezca en positiva cont/adicción con
los demás narradores del caso, que la niña murió antes de lle-
gar á San Juan, entendiendo por tal nada más el caserío;
V á la vez se expresaron con verdad y propiedad quienes
dijeron que el referido caso ocun'ió en San Juan, compren-
diendo en esa denominación ya sea el poblado ó cualquiera
parte de los terrenos de su fundo legal. Mayor es la posibi-
lidad de esta explicación, si se piensa en que el conjunto de
pobres chozas que fonnaban, en un sentido extricto, el pue-
blo, cuando aconteció la muerte de la nina saltatriz, debió
ocupar un espacio reducidísimo en tomo del Hospital. De
esta manera viene á resultar ficticio el desacuerdo.
No lo hay tampoco realmente en haber aludido el Br.
Camarena á que un solo hombre incógnito se hubiera encar-
gado en Guadalajara de reparar la antigua y apolillada hna-
gen de la Virgen de San Juan; en tanto que el Br. Contreras
hizo mérito de varios mancebos. A uno se refieren tam-
bién el capitán López Ratnírez y Francisco Flores, como el
único que se ofreció á repararla; cuidando ambos, sin embar-
go, de advertir en sus declaraciones que ese mancebo ó mo-
zo era "de los que dice el Licenciado Fuerte." En tal sentido
se puede entender que aludiría á uno solo el Br. Camarena,
aunque otros acompañaran á ese uno.
Finalmente, no cabe duda en que el Br, Camarena sufrió
wi enror al asignar el año de 1630 como fecha del suceso;
puesto que al visitar el Br. Contreras, cuatro años después de
— 32—
ese, el templo de San Jua» y hacer prolijas invesligaciones
acerca del origen de la sania Imagen, supo qutí ¡ú parecer
había hecho el primer milagro púliíico once años antes dcf
de tal visita, resultando de su cómputo que fué ese prodigio
en 1028. Y aunque otros dos de ios declarantes, — ILsteiían
■ Gómez é Inés de ftlendoza,— indican con cierta vaguedad que
acaeció el he<'-ho mirilico más de ciiiciienta años antes de
la información levantada en 16li8, lo que equivale á decir,
que ííi¿ con antelación á 1618; y Francisco Gutiérrez Uiihio
(lec'íiró que no se acordaha con íijeza si en 1619 ó U)20 !«
contó A su esposa en Xaíostolitlán aquel mismo hecho el
volatinero; en estos casos la falta de precisión de la fecha, ha-
ce que el dicho de estos testigos, (no acordes los tres, y los dos
que lo están expre^iindose con incertidutiibre.) mucho menos
que elatoslado del lír. Camarena pueda contrarrcslai" ladeduc-
eión quesaiíó de sus diligencias el otro eclesiástico cwnstilui-
do en cjüidad prüominente con referencia á este ¡isunlo singu-
lar. Adviértase, con todo, que más se aproximan las fechas
mencionadas por esos li-es tesUgos, á la que lijó el lír.
Gontreras, que á la que asignó el Br. CarnarciieC.
Allíuiados esos ligeros tropiezos, so puede, en lírreno
llano y lirme, reconstituir así el sucoso que Originó la celebri-
dad taumatúrgica de esta reverenciada imagen de la íMadro
do Üios.
Por el año de IB23 una errabunda familia de acróbatas,
procedente de San Ijjís Potosí, compuesta del padro, la ma-
dre y dos bijas, y llevando en su compañía una cabra amaes-
trada, al ir caminando con rumbo á Guadalajara, donde iba ú
ganarse el sustento ejerciendo sus habilidades, llegó á hacer
jornada á San Juan; y allí, para aprovecliar el tiempo, se
entregó esa familia, en presencia de varias personas, entre
ellas Miguel López de Li/alde y Gerónimo de Arona, al
ensayo de un difícil lance de cubistica, (*) saltando sobre
espadas y dagas hincadas en el suelo y con la jniiita hacia
arriba.
* Con esle nombre griego se designa desde tíeuipos muy antiguos
el arte gimnástico de saltar violentamente ó echar voltereta.'^.
— 33 —
Desgraciadamente, la menor de las hijas, que contaba
apenas íle seis á siete años de edad, cuando iba á dar ó había
dado ya la voltereta que le tocara en turno, perdió pisada
y cayó sobre uno de los aguzados puñales, que atravesándole
el cuerpecito, la privaron de la vida.
El dolor de los infelices padres fué inmenso y lo expre-
saron con demostraciones ardorosas que conmovían á cuan-
tos las presenciaban: ¡perder tan inesperadamente aquel ama-
ble fruto de su unión, que aun los embelesaba con sus gracias
infantiles! ¡tener que dejar allí, abandonado en tierra extraña,
aquel peda;codesu alma! ¡pobres gentes! Pero ¿qué otra cosa
hacer? Preciso fué pensar en darle al cadáver de la desven-
turada niña, sepultura en lugar sagitado: condujéronlo á ese
efecto, después de amortajarlo y cerca de la hora del medio-
día, á la capilla del Hospital, donde quedó en depósito, ínte-
lin se iba á avisarle al párroco de Xalostotitlán lo sucedido,
l>ara que acudiese á presidir las exequias ó diera cuando
menos su licencia para proceder al entierro.
Ante el inerte cuerpo seguía haciendo el duelo la des-
consolada familia; y había tanta angustia en las lágrimas y
los sollozos de los tristes padres, que la anciana india Ana,
esposa del sacristán Pedro Andrés, com|)adecida al ver tan
grande pena, les insinuó, con expresivas frases de la lengua
mexicana, — conservada allí aún por los terrícolas, — que no
8e desesperasen; que en ese mismo lugar había una imagen
de la Santísima Virgen, tan prodigiosa que sin humana inter-
vención se trasladaba á donde le placía en aquel oratorio y
solía platicar con ella mano á mano; que invocasen, pues, á
la Cihuapilli y que de seguro recobrarían el bien perdi-
do.
Asimilándose la honda fe de tales conceptos, ('on bue-
na voluntad y firme esperanza aceptaron el consejo los infeli-
ces: sacó entonces Ana la santa Imagen, que por estar muy
deteriorada á causa de la vejez, se guardaba en la sacristía;
púsosela sobre el pecho á la difunta niña; encendieron en ofren-
da una vela; y fervorosamente se arrodillaron los volatineros
para implorar el favorde la^Madre de Dios, acompañándolos en
sus oraciones buen golpe de vecinos que á la novedad había
5
- 34 -
acudido con ánimo hospitalario. Las plegarias se sucedieron
á las plegarias en el discurso de lai^o tiempo, hasta que á
á eso de las cuatro de la tarde, notaron los circunstantes, —
quiénes con asombro, por más que todo lo aguardaran, y
quiénes con estupefacción, porque apenas podían darle crédi-
to á lo que estaban viendo, — que la muerta abrió los ojos y
comenzó á moverse lánguidamente, como quien despierta de
im pesado sueño. Cortáronle ai punto las ligaduras de la fúne-
bre túnica que la envolvía; quitáronle ésta, entre ardientes
caricias, los gozosos padres; y la resucitada, sana además de
su herida y con entera salud, se abrazó con inmenso agra-
decimiento á la Imiten de su Protectora celestial, y clamaba,
dirigiéndose á su madre, que queria quedarse ahí para siem-
pre.
No puede caber ninguna duda acerca de la cualidad
sobrenatural de ese hecho: fué una obra sensíbk, asom~
brosa, contraria al orúfn acostumbrado de la Protñáfincia y d
las leyes de la naturaleza: es decir, que reunió en sí todas las
condiciones del milagro, correlativas de tal detinición. Nin-
guna causa criada pudo producirle: ¿quién ó qué bahria
podido resucitar á la niña muerta de una puñalada, y dejar-
la en un momento buena y sana? Acaeció el hecho sensi-
blemente, habiendo testigos de la muerte y de la resurrec-
ción de la niña; y aunque estos testigos fueran gente senci-
lla, "¿qué dificultad bay, como dice un sapientísimo teólogo,
en juzgar de la resurrección de un muerto? Nada más que
ved" Elstá por encima de las leyes naturales, que un muer-
to recobre la vida. Y por último, los sucesos relaciona-
dos con ese acontecimiento y que se han sucedido por
espacio de dos siglos y más de dos tercios de otro, comprue-
ban el muy elevado objeto que Dios se propuso al hacer
aquella maravilla: la mayor honra de su Madre Santísima,
representada en su antigua bnagen que se conserva en San
Juan y que ba venido á ser el blanco de una devoción fer-
vorosa; y al mismo tiempo, por efecto de la bifinita Bondad,
darle ser en aquel humilde pueblecillo, emplazado en el cen-
tro de la tierra mexicana, á una perenne fuente de gracias
para los necesitados.
— 35-
I^ parte final de los relatos, la en que se cuentan las
circunstancias que acompañaron á la renovación de la santa
Efígíe, puede reconstituirse en la forma siguiente, adoptando
para ese objeto aquellos ponnenores que presentan mayor
verosimilitud entre los diversos que suministran los documen-
tos ya citados.
No era posible que accedieran á los deseos de la rediviva
chiquilla sus gozosos padres, por mucho que fuera el agrade-
cimiento que les inspirase la merced incomparable que acaba-
ba de hacérseles; pero deseando demostrar en otra forma cuan
reconocidos le estaban á la santa Imagen, solicitaron de los
encargados del Hospital licencia para conducir la bienhecho-
ra Efigie á Guadalajara, donde Juan Ibáñez, (1) Gándara, (2)
ó algún otro pintor ó escultor de los que vivieran en esta capi-
tal, podría encargarse de reparar con habilidad las injurias
que el tiempo había causado en el rostro y las manos de
aquella obra de arte. Con la anuencia del párroco, acce-
dieron los funcionarios indígenas á las vivas instancias de los
agradecidos volatineros; aunque para tener seguridad de que
la valiosa joya se le volvería al pueblo, dispusieron que dos de
los naturales acompañaran á la familia de los saltarines en ese
viaje, llevando el carácter de custodios de la CihiuipilU. IIí/o-
se con felicidad el camino; aposentáronse, ya en la población,
(i) Este pintor fué sepultado en Guadalajara. según consta en
uno de los libros del Sagrario, el i6 de abril de 1626. Como este
Jnan Ibáflez es el único pintor guadalaj árense que haya dejado su
nombre en los registros de la época referida, se le menciona en el
texto; aunque es de suponerse que hubiera en la misma ciudad otros
individuos que se dedicaran, con más ó menos arte, á los trabajos de
pincel.
(2) £1 citado Gándara se hallaba en Guadalajara por los años de
1619a 1625; era escultor é hizo para la iglesia del Hospital de la Santa
Veracruz un retablo dedicado á San Carlos Borromeo, y trabajó para
Fr. José de Medrano, Prior juanino del mismo Hospital, un Niño
Dios; aunque fué un mestizo cuyo nímbre no se expresa, y no
Gindara, quien le púsola encarnación á esta última escultiu'a, según
consta de tm expediente de visita hecha á esa casa por el Dr . D. Láza-
ro Jiménez de Palacios, comisionado á ese efecto por el Sr. Obispo D.
Fr. Francisco de Rivera.
1
donde la fortuna les deparó almgo. porque eran imiy esca-
sas las hospederías; y la noche de ese miííino día. antes de
que se diese ningiui paso en busca del pintor que se necesi-
taba, se presentó en aquella casa un joven, á quien acom-
pañaban otros, inquiriendo si no había ahí esculturas o'pin-
tiiras que aderezar; contestáronle afirniativairiente; mustiá-
ronle la Imagen; conviniéronse en el precio en que se haria
la reparación; y no sin tomar infonnes exactos del domicilio
del artista, le entregaron la Kfigie al joven solicitanle. (*)
Al día siguiente, aun no se levantaba del lecho el volatinero
cuando se presentaron el diestro mancebo y sus acompañan-
tes, llevando consigo la hnagen ya reparada (^on toda perfec-
ción; púsola el joven en manos de aquellos de los funámbulos
que ya se hallaban en pié; éstos lleváronla al aposento en don-
de descansaba el jefe de la familia, quien complacido al ver lo
acaJjado de tan pronta restauración, le mandó cortés recado
á aquél, avisándole que en breve ibaá levantarse y á entre-
garle e! estipendio convenido; pero cuando salieron í;n busca
del artista y de sus compañeros, ya no los hallaron.ni volvie-
ron á saber más del uno ni de los oíros.
Cuando los volatineros hubieron terminado sus funcio-
nes en Guadalajara, — donde también se debieron detener
disfrutando de los divertimientos de la ciudad los indios que
habían venido de resguardo, — tornaron á hacer jomada
para San Juan, con objeto de volverles la sania Imagen á sus
dueños; y en ese camino, los habitantes de las poblaciones
del tránsito, noticiosos ya de! gi'an milagro obrado por media-
(*) Por h alie r desechado Mola Padilla, coii poco criterio ys
fundaraenlo alguno, lo que informó el Br. Camareiia y apuntó Tello,
acerca de la precaución tomada por los indios de San Juan para tener
seguridad de que les sería devuelta por los volatineros la sania ima-
gen, y la cautela con que el jefe de éstos li!?o que el pintor le enseñar;
la casa donde vivía, tuvo aquel historiador, cuanto á lo primero, qui
suponer hicieron los indios dueños de la Imagen, especialmente Ana.
resistencia á dejar llevarla: y refiriéndose á uno y otro caso, quehacer ^
esta observación confusa: "es cierto que en estos estragos, sin preca-
ver el riesgo, hay que admirar por qué pudo la íudia Ana Lucía te-
mer que el maromero se apoderase de prenda á quien tanto debía, y J
no pudo temer perder alhaja de tanta estima, y no darla á mancebosB
e no conocía,"
— 37 —
ción de aquella Virgen, al saber que allí venía, recibíanla con
demosl raciones de fiesta v reverencia, entre ellas la de ento-
liar el Tehuaizin, esto es, el Te Dmm. acompañadas las vo-
ces con los alegres sones de las chirimías. Antes de llegar al
pueblo privilegiado, se encontraron con otros indios que
marchaban ya en comisión de su repúblic^a y por instigacio-
nes d^ la devota Ana, que estaba cuidadosa por recobrar su
tesoro, á investigar el motivo de la tardanza. Todos jun-
tos, pues, entraron en San Juan; procediéndose á poner lue-
go en el altar mayor á la milagrosa y renovada Imagen, de
quien dijera, acaso esa vez, la agradecida madre de la nina
resucitada, expresando un voto ferviente de su corazón: que
"esporaba en Dios que había de venir mucha gente en rome-
ría á visitarla." (*)
(*) TeÜO: Crónica referida, cap. CCLXXXIX.— Plofenoia! obra
citada, todo el cap. III. — Mota Padilla: Histcrria (ír la Conquista ih
Iflhutva Galicia, cap. LXXI.— Perrone; Tratado de fa vtí^iadera
Migián, cap. III.
»#'*%***%#**k***^'*»#'«»**»»»»»»#»»^#»%^*»%^^»»^,»«^^«^^r«^^r%^,»»^,»%^,r%^^%.
V.
Disquisiciones y Aclaraciones.
Aunque ni el Br. Conireras Fuerte ni las demás perso-
nas que figuran (*omo testigos en las informaciones levanta-
das en 1668, manifestaron de quién y cómo hubieran adqui-
rido los indios de San Juan aquella antigua Imagen de Nues-
tra Señora quccstaba olvidada en la sacristía de la capilla del
Hospital, sogún la noticia que el Br. Camarena le dio al P.
Tello, la india Ana expresó el recuerdo que tenía de que la
Imagen era donación de un religioso de San Francisco; y
apoyado en ese dato, el referido cronista presume que tal
religioso fuera Fr. Antonio de Segovia, ''apóstol de esas nacio-
nes", ó Fr. Miguel de Bolonia, ''que fué el primer guardián
de Xuchipila."
La primera de esas dos conjeturas es la más probable:
1 ^ , porque, como atrás se dijo, el P. Segovia fué no sólo
apóstol de los caxcanes y los tecuexes, en general, sino que
en este caso particular lo caracteriza mucho el haber sido el
primer guardián de Nochtlán, pueblo de donde tenía proce-
dencia el de San Gaspar y los que se formaron con familias
de éste; y 2 ^ , por la analogía, ya hecha notar por Mota
Padilla, que resulta de haber sido también el P. Segovia
guíen les dio á los indios de Tzapopan la Imagen, asimismo
— 39 —
tauínaturga, de Nuestra Sonora de la Espectacíón, más cono-
cida con el nombre del lugar en que se venera.
A la vez hay contra el apoyo único que se hace valer en
pro de la conjetura de que fuese autor de tan preciosa dádi-
va el P. Bolonia, una razón contundente: que el primero qu(í
desempeñó las funciones de guardián en Xuchipila no ftié ese
monje, como lo creía el P. Tello, sino el P. Fr. Martin de la
Corona, pues así consta en un documento coetáneo y feha-
ciente, que no conoció el mencionado cronista; y por lo mis-
ino, el supuesto que descansa en ese error, no tiene la más
mínima razón de ser. Más bien pudiera decirse, en tal caso,
que el donante de la Imagen seria el expresado Fr. Martín,
primer guardián de Xuchipila; pero con parar mientes en que
entonces esta guardianía no abarcaba en su jurisdicción á
Nochtlán, y que este pueblo era á su vez calvecerá de otra,
que rigió Fr. Antonio de Segovia, resulta que á e.ste I\adr(?,
y no al de la Corana, deberá atribuírsele el valioso regalo.
Por lo demás, es probabilísimo que no se les hizo éste á
ios indios, sino hasta después del abcamiento de 1 512; pm^to
que sabiéndose, con ciencia cierta, que en tal sublevación los
caxcanes, teniendo á su frente álos de Nochtián. t quema-
ron y derribaron las iglesias,» volvieron á ado]>tar los
antiguos ritos de su culto idolátrico y sangriento, y hasta
«hicieron penitencia del tiempo que habían sido cristianos",
mal puede creerse que en esos pueblos quedara á híúvo do,
las resultas de esa conflagración ninguna de las Imágenes (]ue
les hubierati dado los misioneros á los naturales. Vs<o presien-
te tiene que datar de fecha posterior á la revuelta; sí?ria un
recuerdo que el primer evangelizador de Nochtián les lleva-
ra ó les enviara á sus antiguos doctrinos, al terminarse aqu(*-
Ha guerra, cuando solícito mandó á misionar entre ellos y los
demás de su lengua y progenie á Fr. Miguel de Koloiiia.
Decidido este interesante punto á favor del P. Segovi;i.
es oportuno inquirir, ha^^ta donde sea dable, quién pudo s(fr o\
autor de la bendita escultura de Nuestra Señora de S;ui Juan.
Tanto el Br. Contreras Fuerte como el Ik. Arévalo, ectle-
siástícos que por haber de.«emperiado durante mij^'lios ;u'ios,
como va se verá, las funciones de capellanes del templo do la
-40-
saiiUi Ii iiagefr*fíffléru?Ocasiún (ie verla mil y mil veces, de
locarla y de examinarla con tudo detenimiento, poref cual
motivo su lestiinonio á este respeclo merece entera fe,— están
iicordüs en asegurar, sin el menor asomo de duda, que la
materia de que está romiada LtI escultura es pasla de
Miclioacán.
Esta masilla se¡ compone de la manera siguiente: "cogen,
dii'e un curioso cronisla, la caña de! maíz y le sacan el cora-
zón, que es á modo de corazón de cañeja, pero más delica-
do, y moliéndolo, se hace una píb-ta con un género de en-
grudo (jue olios llaman tatzingueni, tan excelente que ye ha-
cen de ella las famosas hechuras- de Cristos de Michoacan, que
fuera de ser tan propios y con tan lindos primores, son taii
ligeros que siendo de dos varas, al respecto pesan lo que
pesaran siendo de pluma y así haii sido y son las hechuras
más eslimadas que conocen."
\)e esa pasla se hacían no sólo Crucifijos, sino también
otras imágenes de santos, como la de la Asunción de Pátzcua-
ro, más conocida con el nombre de Nuestra Señora de la
Salud, mandada faJirícar por e! Sr. Obispo IJon Vasco de
Quiroga, "de caña de maíz batida, explica el autor de la
«Vida» de ese veneralilo personaju,que es un género de pas-
ta usado en este Heirio, cuyo peso es ligerissimo y de grande
consistencia."
-Atribuye aquel mismo cronista la invención deesa pasla
á los tara.scos; pero su aplicación ala estatuaria de los san-
tos, les lué enseñada á e-sos naturales, si se da crédito á Mota
Padilla, por Matías de la Cerda, lel más famoso es(^uUor
que á estos reinos pasó de la Europa, cuando se pobló Amé-
rica, (súplase: •porlosespaiioIes»,)y fué el primer maestro de
donde se ha derivado de padres á hijos el oficio que hoy es
coiuun en los indios de la sierra de Michoacan, cuyas imáge-
nes se comercian en todo el reino, especialmente Santos
Cristos.» Este escultor fué padre del mestizo Luis de la
Cerda, autor de las imágenes del Señor Crucificado que se
veneran en Amacueca y en la Magdalena; y las obras de uno
y otro estatuario, conforme al testimonio del cronista arriba ,
rumio. • llegaron á gozar la estimación de toda la Empopa. »
— 41 —
A alguno de estos dos célebres artistas, (puesto que
habiendo venido Matías á México por los años de 1521 y
subsiguientes, c cuando se pobló América » por los conquista-
dores, él y su hijo fueron probablemente coetáneos de la
donación que les fué hecha á los indios de San Juan hacia
cualquiera de los años inmediatamente posteriores al de
1542.) ó á lo menos, á alguno de sus más aventajados discí-
pulos, se le debe atribuir, basándose en estos indicios, la
hechura de la bella Imagen de Nuestra Señora de San Juan.
Y no cabe dudar que es muy hennosa: léase como
prueba de esto, la entusiasta descripción, llena de idealismo,
que hacia de ella, aun no terminado el siglo XVII, uno
de los dos capellanes antes mencionados: ''es su Santíssimo
Cuerpo de poco mas de una tercia, y para que levante hasta la
estatura de media híu-a poco mas, está dentro de un vaso de
plata con su peaña, y dentro del vaso unos cogincillosde algo-
don. El. Rostro de esta Soberana y milagrosa Imagen es aguile-
iK), los ojos muy grandes, rasgados, y de color negro; el co-
lor de su Rostro es impossible determinar quál sea, respecto
de que unas veces está muy encendida, otras muy pálida,
otras trigueña, y también denegrida; y lo que mas admira es,
que suele estar tan lleno el Rostro de luces, muy suaves y
apacibles, que no se le distinguen con la confusión de las
luces, ni los ojos, ni facción alguna de su Rostro, esto es en
dias señalados, como en todas las Fiestas de su Santíssimo
Hijo, y en las de la Virgen Santíssima, como es en su Concej)-
cion, Natividad, &c. Estas lu(íes le nacen de una estrella que
tiene continuamente en el Rostro, unas veces en la frente,
otras en la barba; A lo que mas admiración causa es, que al
mismo tiempo se muestra á unos pálida, á otros muy encen-
dida, á otros denegrida, y á otros con las luces que tengo ya
referidas."
El mismo Br. Arévalo le avisaba al I\ Florencia, por
conducto del Dr. Castoreña y Ur/úa, que ''viendo que mu-
chas veces le salen á la Virgen luces del Rostro, especial-
mente en las fiestas de su Santíssimo Hijo, y las suyas, por
v^ si eran brillos de unos diamantes que tenia la Imagen,
cenó el Tabernáculo y apagó las luce?, v a^^scniándcso \Ar
6
— 42 —
una rendija de la puertecica, vio la Santa Imagen, y todo el
Tabernáculo ardiendo en luces y resplandores brillantes, con
que entendió salian del Rostro de la Imagen las luces, y no
eran mendigadas de los diamantes postizos. Todo esto lo
afirmó con juramento, como he dicho."
Aludiendo al supuesto de la estrella el V. Florencia, no le
pone á ese aserto ningún reparo; se contenta con decir que
«no es estrella de luz natural», pues «de ser así fueran siem-
pre sus reflejos de un modo»; que es cosa de misterio que eso
acaezca en las principales fiestas del Señor y de la Virgen; que
si se le pone á la Imagen el rostro denegrido es, á lo que pare-
ce, porque entonces se llegan á su capilla ó á su altar «perso-
nas con las conciencias manchadas»; y por último, advierte en
una acotación marginal, que «el Br. Miguel Guerra Baladez
(sic) testifica averio visto (el cambio de luces ?) ahora poco há » •
También el testigo Francisco Gutiérrez Rubio, mucho
tiempo antes que los dos citados atestantes oculares, afirmaba
«que ha visto el Rostro de dicha Imagen mas encendido unas
veces que otras. »
Da bastante luz cuanto al cabello de la Imagen este
párrafo de la declaración del Br. Contreras Fuerte: «Llegan-
do á este Santuario Doña Isabel de Bocanegra, en compañia
de su marido Don Juan Maldonado, que iba por Alcalde ma-
yor á Aguas Calientes, trajo esta Señora licencia in scriptis
del Señor Obispo Don Juan Ruiz Colmenero para vestirá
la Virgen. Hízolo; escogió un vestido de lama verde; púsole
las joyas que le parecieron, y una cabellera negra, que la dicha
Doña Isabel le trajo, que al dicho Vicario Fuerte le pareció
el color tan mal, como ver á la Señora en manos de una
muger, que no la avia visto en otras hasta entonces, tanto,
que afirmó el dicho Vicario, que á no averia visto vcistir la
desconoíMcra. Irisóla el Vicario en su casa (sic); pero dentro
de pocos dias repararon dicho Vicario, y el Licenciado Nico-
lás Pérez, que no tenia la cabellera el color que quando se la
pusieron. Bajáronla para cerliíicarse, y (*ra assí, que el color
negro de la cal)ellerase havia vuelto acastañado, de color de
avellana, que es lo mismo. Este es el color que dicen los Autho-
res que tenia e\ cabello de la Virgen. Dejóla assí el Vicario
— 43-
por algunos dias puesta, y después dio cuenta al Señor Colme-
nero; luego se la quitaron. Repartió dicho Vicario por reli-
quias al llustríssiino Señor D. Fr. Marcos Rarnirez de Prado
Obispo de Michoacan, á Don Gerónymo de Salcedo del Ahi-
lo de Santiago, al Dean de Guadalaxara, al Bachiller Don
Bartholome de Sahina Provisor, y á los demás del Cahildo... »
Mucho respeto merecen esas declaraciones emanadas
principalmente de sujetos nada vulgares y de estricta concien-
<^'ia; pero sin negarles á sus palabras la buena fe, se advierte
que los hechos que en esa parte figuran como extraordina-
rios, no son de los que exceden los límites de mía explica-
<^'ióx\ natural: la mudan/a de tintes en el semblante de la vene-
«"able hnagen, puede atribuirse al efecto óptico causado en
^' observador por motivo de las variaciones cromáticas de
^^s trajes que se le vestían alternativamente á la misma santa
'^^agen, pues consta que los tenía entonces de (^olor mora-
^^P^ azul, rojo, verde, blanco, etc, etc, ó bien, al reflejo de las
P'^clras de diversos colores ccn que se alhajaba la Efigie;
los resplandores del rostro, al brillo de las mismas piedras
preciosas puestas en la corona, en los pendientes y la gargan-
* -^la, sin que valga en contrario de este supuesto la experien-
^'*a que se hizo apagando las luces y cerrando el tabernáculo,
Yíi que no se tuvo, á mayor abundamiento, la precaución do
apartar de la Estatua los diamantes y se dejó un resquicio
V^Or donde penetrara la luz del exterior, que pudo ir á herirlos
V á arrancarles fulgores; (jue esos cambiantes fueran coinci-
^^ntes de las principales fiestas religiosas, á que en ellas,
^'-omo es costumbre, se le mudarían ropa y joyas á la vene-
nada escultura, y al par á que enlonces ante ella esplondoría
^líiayor número de luces artificiales que de ordinario; y, por
Oltimo, el cambio de color de la cabellera, al efecto químico-
biológico de alteración decolorante en el pigmento del pelo
íuuerto ó del que simplemente carezca de elementos nutri-
tivos.
En sentir del insigne Abate l)u-Clot, «es más piadoso
Y más conforme con la Religión, lo que menos desdice de la
verdad»; y «son tantas y tan de bulto las cosas verdaderas
que la Religión y su historia contienen, qv\e íu^Ya\\\^w^^ ^^
— 44-
quien io hiciese y no poco perjudicial á la piedad misma,
echar mano de las falsas y dudosas y quererlas anunciar á
los fieles. »
Descartando, pues, lo que esa parte de los antiguos rela-
tos ofrece como maravilloso no comprobado, y co iservando
incólume lo que de indudable tiene, las senas que de la santa
Imagen se han dado son éstas: el color trigueño, los ojos ne-
gros y rasgados, delgado el encaje de la cara, y la cabellera
de color castaño.
Añádanse á estas particularidades, la nariz afilada y perfec-
ta, y la boca pequeña; así como debe expresarse, por lo que
toca á la actualidad, que la pátina del tiempo ha dorado de
seguro aun más aquel color de espiga madura; que la c^ellera,
quebrada á trechos, le cae graciosamente á la Imagen sobre
los hombros; y que los siglos han estropeado sus manecitas.(*)
m 4 i '
* Florencia y Tello, obras y lugares citados, y ademasen la refe-
rida de aquel P., el cap. IV. — Mota Padilla, obra y cap. ya citado y
también el LXXV.— La Rea: 'Crónica de la Orden de N. Seráfica
P. S. Francisco, Provincia de San Pedro y San Pablo de Michoacáii
en la Nueva Es«paíia,'* lib. I, cap. IX. — Moreno: ** Fragmentos de la
vida y virtudes del V. Illmo. y Rmo. Sr. Dr. D. Vasco de Quiroga,"
lib. I. cap. XI.— Du-Clot: **Vindicias de la Biblia." vol. IV, fíí
Meado, nota 1**, párr, XL.
.••%**>,#*»«#»»^»»,#^,*^<«*%,»^.#*»«**%.#*%«#»%«#»«,#*%,#^««^,#»%«»^.
VI,
Un Apostolado Sublime.
«TjOS primeros frailes que venían á las Indias reducían
todas sus aspiraciones, concentraban todos sus esfuerzos y
cifraban el objeto de sus trabajos en dos cosas: conversión de
los idólatras á la fe cristiana y protección de la vida y libertad
de los vencidos naturales; fuera de esto nada les preocupaba ni
nada llamaba su atención; ningún anhelo de riquezas; ningún
empeño por los honores; ningún cuidado por los títulos ni
por el puesto; pobres hasta la miseria, abnegados hasta el
sacrificio»...
Uno de los más esquisitos ejemplares de ese admirable
prototipo que con tanta justificación como imparcialidad retra-
tara en las lineas anteriores un historiador moderno v mieni-
bro prominente del partido liberal mexicano, fué Fr. Antonio
de Segovia, esa grande y evangélica figura que por sus muchos
benéficos lilulos conexivos entre ella, la Santísima Virgen de
San Juan y la población del mismo nombre, requiere ser en
este libro detenidamente observada v no entrevista nomás.
Atendiendo á que «los franciscanos solían cambiar su
apellido propio por el nombre del lugar de su origen,» (*) en
(*) Bn comprobación cita el Sr. Icazbalceta, cuyo es tal aserto,
i Fr. Toríbio de Benavente (6 MotoliniaJ que tenía por apellido Pti-
''«áe», y i Fr. Martín de Vafencia, natural de Valencia de Don Juav^
qoe se llamaba Fr. Juan Martín de Boíl, Entre los mii>ioneros que
vinieron á Xalixco, 6 Jalisco, que hoy escribimos, no escasean los
ejemplos de la misma costumbre: recuérdese á Fray Martín de la
ftrwilo, Pr. Ángel de Valencia, (que se apellidaba Srfirt'to 6 Sauce-
*í, Fr. Asidiiés de Córdoba^ Pr. Miguel de las Garrobillas. etc. etc.
i ciudad de Segovia naceríii esle rutiiro apóstol, por el año
(le 1489, según probable cómputo.
Sólo se sabe ds fijo acerca de su vida en España, que
allá pertenecía á la provincia de la Concepción, que es la de
Valladolid, esclarecida por los apostólicos varones que envió
á la conquista espiritual de la Nueva España, entre los que se
cuentan Fr, Juan de Zumárraga, — -el primer Obispo y Arzo-
bispo de México, — Fr. Andrés de Olmos, Fr. Juan de Tapia,
y Fr. Bernardino Marmóreo.
El antiguo cronista de la de Santiago de Jalisco dice y
repite que fué uno de los individuos de la Orden Seráfica quft
vinieron en la segunda harcaila ó misión autorizada por el
rey y los superiores eclesiásticos para trasladarse en 1525 &.
estos nuevos dominios; pero persona de mucliaauloridad en la
materia, — fundándose acaso en que el historiador Mendieta
al ocuparse de lal b/trcadti expresa que la fonnaron < Fr. Anto-
nio Maldonado, Fr, Antonio Ortiz. Fr. Alonso de Herrera, Fr.
Diego de Almonte, y otros muy e.sclarecÍdos religiosos de la
misma provincia de S. Gabriel,' y en que el P. Segovia no
pertenecía á ésta, — se decidió á ponerlo en el número de los
veinte franciscanos que hasta cuatro años después de ese, en
el de 152í),trajo Fr. Antonio de Ciudad Rodrigo, tmo de loa
doce primeros que asi en cueipo aportaron y que había ido
la Península con el objelo de negociar varios asuntos á favor
de los indios, principalmente que no Fuesen retenidos como
esclavos- En tal supuesto, habrían sido los compañeros de
viaje del P. Segovia, según el respetable autor que pregona
ia segunda de esas opiniones, Fr. Juan de San Francisco, Fr.
Jacobo de Testera. F>. Alonso Rengel, el doctísimo Fr. Bernar-
dino de Sahagün.Fr. Juan del Águila, el mártir Fr. Antonio de,
Cuéllar. Fr. Cristóbal Homero ó Zapata, Fr. Alonso Urbano.
Fr. Alonso de Topas, Fr. Luis el francés, Fr. Luis de Soto, Fr.,
Hernando de Segiu-a, (dicho el PiAre), los PP. Gocial, Ricque
y Rodenas, y los legos Fr. García de Salvatierra, Fr. Hernando
de Leiva. Fr. Daniel, (el italiano bordador,) y Fr. Miguel Nava-
rro.
En compañía de estos obreros evangélicos navegaban
iuinbién un hyo de ilotecuhzoma, D. Lorenzo el hijo
— 47-
Maxixcatz'.n, mucho? caballero? v señores mexicano?, Ihix-
caltecas y de otraj? ciudades de la Nueva F^pafiíK lo? odio
volteadores del palo, lo? doce jugadore? de pelolíi. lo? indi< s
é indias muy blanco?, lo? eiiímo? y lo? contrahecho? (|ue el
año precedente había llevado, con otra? cunosidadc? nafu-
rales ó artificiales de la tierra conquistada. Hernán Corh? al
Rmperador I). Oírlo?; y á las cuales persona? (».-le njonarca
hacia volverá su patria, recomendadas á Fr. Antoíiio de Ciu-
dad RodrijíO. La oportunidad no podía ?ei- nie^ur para (jik»
los religiosos aprovecharan tan larjíajornr.da, en coni(»ííx;ir ;í
liacer su aprendiza;e de la len;rua níexicana con arnieüos roni-
pañeros- Asi lo hace notar acerca de Fr. Bernardino th Saha-
gíin eminente bi<'»grafo suyo: y es nuiy l<'>gico hacer extcri-
«iva esa advertencia cuanto al P. Segovia. quien csíah;i vw
toda la madurez de la «'dad. pues de cierto se sa!)e í|u:' fcMiía
entonces cuarenta años.
El mismo de su llej-ada coincidió con t*¡ (hl |'nii<ip:o di?
la expedición de Numo M \trán í1 * (liunini á do di? Xalix(f>>:
sobre las sangiientíis huellas (!e ese nuevo ;iv;ini c de la <oii-
quista española- se adelantti con pié \m\u\ sin r.v-h;.l;ir en los
rojos coágulo? y llevand > <ín las manos por sola ¡iviua y ] or
todo escudo el crucitijo. y en lo? labios pa\t!):as dt- <í;nsiií-lo
y de vida, de caridad y d • n'li^íii'Hi. rl fervor s<; oiísIotiíto
Segovia,
El señorío deToiíallan. hoy Ton;dH. dondf mijuTalía l,i
prudente rUnwpilU Tzaj )Ot/ii ir< ). i Kh ^'hnjtutitn. y coi no 1 1 :t < n.i .
áloqueparece, de su hijo menor di- edad. Xurhitl/in. iJartlin.)
filé el primer escenario dr su piediraci<';n: n»: \\\'<r al!í. on
1531, con Fr. Juan de Padilla y su le;io Fr. Andn s fh» Tóido-
ba,que habían rejíresadod«*l viaje que á las liiTras (|<»| litiii.il
de Occidente acababan d** harí-r acomiMuai'd^i í:\ fj.'rí-.li»
español, y con el I*. Juan H.idia. Hadill«Mi |{.jdi;.no. ij:í<' de io-
dos estos modos s*^ apellida á este rel¡;;¡oso frann's dr wwr.nu.
Tetlán, pueblo df e^-^.* sefiOrio y «|ur ríribi''i la! nombn- ¡j
causa de una gran piedra qiu* cenadi-l lu;i.ir sr manliMjí.i ^-n
peregrino equilibrio, fu»'- ele;z¡ílo [lor ellos «onio ba.-í- dr? í^j.-era-
ciones para excursionar ev;üi;i#-¡i(ajnenle en Iíj.-- ca>iíazyos
de los contornos.
-48 —
Copiosa fué la mies que entonres cosecharon estos varones
apostólicos: los indios cristianizados fueron inumerables y en-
tre ellos se contaron la * cihuapilli » y su hijo, que recU)ieron el
bautismo en la capilla que en el Itepec.ó seael Cierro b<irri;ju<to,
había levantado Guzmán dándole el titulo conmemorativo de
Victoria de la Cruz, y por aquel bautizo llevaron en adelante
respectivamente esos caciques los noiribres de Juana Bautis-
ta Danza y de Santiago Vázquez Palacio; apellido el prime-
ro de ellos, debido, segiin la crónica indígena, al recuerdo del
baile con que íeslejó aquella señora la entrada de los españo-
les; el segundo, á haber apadrinado al neólito en aquel sacra-
mento el capitán Diego Vázquez, y el último, por alusión á la
herencia palatina (?) que debiera disfrutar el que lo adoptó.
A medida que se allanaban los tecuexes tonaltecos y los
cocas de Tlaxomulco á reciliir el suave yugo de la Ueligión,
ensanchalja Fr. Antonio, como debe suponerse de su celo, el
campo de sus trabajos, haciendo objeto de éslos á otros mu-
chos lugares indígenas, más lejanos de aquel centro de acción,
hasta llegar por el Oriente á Xalostotitlán y los villorrios
circunvecinos, y por el Norte á los caxcanes inmediatos á la
nueva villa de Guadalajara.
Para atender bien á estos otros indios, para librarlos de
las vejaciones de sus vei^inos los habitantes de la fundación
española y para auxiliar á estos mismos, se trasladó de asien--
lo á Nochtián. con el carácter de guardián, nombre que los:
indígenas daban á los presidentes y vicarios: allí catequizó,
al mismo tiempo que a otros muchos, á los señores del lugar,
bautizó á éstos con los nombres de Francisco y Diego, y s
granjeó el amor filial de lodos.
Cuando poco después los vecinos abandonaron aquella
villa, con el pensamiento de poblarla en otra paj'te más favo-
recida, la elección del lugar dio motivo á que se dividiera]
en parcialidades, yéndose unos á ftmdar en Tlacotlán, mien-
tras que la mayor parte se instalaba en Tonalá: acaso para
aplacar esas disensiones, no menos que para seguirles impar-
tiendo sus cuidados tanto á sus compatriotas como á suai
queridos hijos los neófitos tecuexes, se volvió el laboriosa
misionero á este último pueblo.
— 49 —
Allí lo visitó Fr. Martín de la Coruña, que desde Motín
(Coahuayana,) donde había sido desembarcado con otro mon-
je por el piloto Ortún Jiménez, volvía maltrecho de su nave-
gación en el golfo de Cortés; y ambos religiosos, de acuerdo
con otros, resolvieron en esa entrevista la fundación del
convento de Etzatlán.
Hacia el mismo tiempo, al erigirse, en 1535 y por el capí-
lulo general celebrado en Niza, la custodia del Santo Evangelio
de México en provincia, y las casas de Michoacán y Xalisco
en custodia, fué designado el P. Segovia para gobernar la
postrera: debería sin duda esa distinción á sus incesantes
conatos en procurar el bien de las almas, adunándose esto á
las dotes de organización que se le reconocerían, á sus mu-
chas virtudes y tal vez á que hubiera demostrado pericia
en el desempeño de cargos graves y de gobierno en la
provincia donde tuvo su origen monacal.
No tardó en justificarse con sucesos muy provechosos
el acierto de la elección: un año apenas había transcurrido
de ella, cuando tío de Xalisco» contaba ya con otros dos
conventos: el de Tuxpan y el del Teiíl, puestos uno y otro
bajo el patrocinio de San Juan Bautista.
Dolíale el alma al venerable Custodio ver difundida la
poligamia en estas regiones; pero teniendo presente que el
amor de los hijos habidos en diversas mujeres, y otras cir-
cunstancias de momento, harían indiscreta la pretensión de
cortará cercén los vínculos ilegítimos apretados por tan anti-
gua costumbre, había disimulado hasta entonces esa (*ontra-
ílicción de la ley cristiana, en espera de una ocación oportu-
na; (*) y considerándola al cabo llegada, el P. Segovia y sus
(*) También en la parte primeramente conquistada de nuestro
spelo. tuvieron los primeros religiosos que desentenderse durante va-
'Josaños de ponerle remedio á ese mal, como lo confiesa Kr. Toribio
^Benavente.
Coanlo á la celebración allá, de los primeros matrimonios eclesiás-
ticos entre los indígenas, son muy curiosas las noticias siguientes:
*'EÍ primero que en faz de la Iglesia se casó en esta Nueva Espa-
ña, dice el P. Mendieta, fué un mancebo principal del pueblo ó ciu-
<iad de Huexocingo, llamado D. Calixto, á quien yo muy bien conocí.
Ycasaronáeste aquellos padres, antes que áotro alguno se comeu/.g.-
1
,1 pal.
L y."
^^ ciea
— 50 —
subditos se consagraron á extirpar el abuso, no pasando ya
porque los conversos siguieran haciendo vida conyugal múlti-
ple, y reduciéndolos á tener una sola esposa, conforme á los
cánones, á las autorizadas decisiones concretas que había
pronunciado sobre la materia el Sumo Fortifice Pablo III, y
á las demás muy acertadas que, en solución de casos espe-
ciales é inopinados, dieron asambleas de personas idóneas.
Y muy consolador debió ser para Fr. Antonio, ver la doci-
lidad con que los indígenas acataron en breve tiempo las
exhortaciones que se les hicieron á tal respecto, mantenién-
dose al lado de la primera esposa y apartándose de las de-
más.
se á ministrar el sacramento del matrimonio, porque entró á enseñarse
en la iglesia juntamente L-on losniños, siendo ya graudecillo. V instrui-
do en las cosas de la fe y doctrina cristiana, quisiéronlo despedir de la
iglesia con aquella honra de enviarlo casado, aunque simplemente
sin las ceremonias con que la Iglesia solemniza el matrimonio."
Y del primero de estos que se hizo con todas las formalidades de
ritual, se ocupa el P. Motolini'a en estos términos: "El sacramento
del matrimonio en esta tierra de Anahuac. ó Nueva España, se
comenzó en Tetzcoco, En el año de 1526, domingo 14 de Octubre,
se desposó y casó pública y solemnemente Don Hernando hermano
del señor de Tetzcoco con otros siete compañeros suyos, criados todos
en la casa de Dios, y para esta fiesta llamaron de México, que son
cinco leguas, á muchas personas honradas, para que les honrasen y
festejasen sus bodas; entre los cuales vinieron Alonso de Avila y
Pedro Sánchez Karfau, con sus mujeres, y trajeron otras personas
honradas que ofrecieron á los novios á la manera de España, y les
trajeron buenas joyas, y trajeron también mucho vino, que fué la jo- '
ya con que más todos se alegraron, y porque estas bodas habían de
ser ejemplo de toda la Nueva España, veláronse muy solemnemente,
con las bendiciones y arras y anillo, como lo manda la Santa Madre
Iglesia. Acabada la misa, los padrinos, con todos los señores y priuci- '
pales del pueblo, que Tetzcoco fué muy gran cosa en la Nueva Espa- j
ña, llevaron sus ahijados al palacio ó casa del señor principal, yendo, j
delante muchos cantando y bailando; y después de comer hicieron i
muy gran netotiUiztli ó baile. En aquel tiempo ayuntábanse á un I
baile de estos mil y dos mil Indios. Dichas las vísperas, y saliendo I
al palio adonde bailaban, estaba el tálamo bien ¡aderezado, y allí i
delante de los novios ofrecieron al uso de Castilla los señores y princi-
pales y parientes del novio, ajuar de casa y atavíos para sus personas;
yel marques del Valle mandó á un su criado que allí tenía, que ofre-
ciese ea sa nombre, el cual ofreció muy largamente."
— SI-
NO fué, como con eso, tan feliz en la ardua empresa de
conseguir aquietar á los indios, que á causa de las innumera-
bles vejaciones que de continuo recibían de los españoles, se
alborotaban aquí ó allá, apelando á las armas para defenderse
de las tropelías. Tanto llegaron á exasperar estas á los natu-
rales, que por fin todos ellos se insurreccionaron, á excep-
ción de los de los pueblos de Poncitlán, Cuitzeo, Tonalá, Tla-
jomulco, Ocotlán, Atemaxac y Tepatitlán, que se conservaron
tranquilos debido á las frecuentes excitativas del P. Sego-
via, á quien amaban y respetaban mucho.
Aun es de creerse que entonces se viera este buen reli-
gioso en riesgo de perder la vida, puesto que es probable que
fiíera él uno de aquellos monjes que tuvieron entonces que
dejar el Téul y que en Apotzol fueran amenazados de muer-
te: fundase tal juicio en que es natural que á esos lugares
caxcanes, acudieran en aquellas circunstancias así el P. Sego-
via como el P. Corufta, sus evangelizadores, á solicitar la
tranquilidad de los enardecidos ánimos; como consta expre-
samente que uno y otro ftieron poco después, cuando se
fortalecieron los mismos indios en sus peñones, á hacerles,
por encargo del Virrey Mendoza, requerimientos de paz.
Generalmente, sin embargo, no le causaron los revolto-
sos al P. Segovia, á quien sólo bienes le debían, molestia
alguna; antes bien, por lo común, se le mostraban humildes;
y hasta preténdese por algunos cronistas, que cierta vez su-
bió en busca de los insurrectos á los atrincheramientos de
sus patrias montañas, les hizo oir persuasivos discursos y los
bajó sosegadamente á la llanura.
Tanto se pondera los esfuerzos que esa vez hizo este
insigne religioso, que escritos referentes á aquella época
hay que aseguren: que si no fuera por él « padecieran muchos
más trabajos los españoles, ó no quedara ninguno,» y que
4 lo menos sin su intervención, durara mucho más tiempo
la guerra.
Al ser tomado el cerro de Miztón, baluarte que se creía
inexpugnable, allí se hallaba Fr. Antonio, que sobre su cima
levantó una capilla dedicada al Apóstol Santiago, cuyo nom-
bre, en vez del propio indígena, pretendieron imponerle los
■52-
vencedores á aquella mole; íuinqiic esa mudanza no prevale-
ció y aun vino, corriendo el tiempo, á derrumbarse la capilla, ;
Aplacada aquella sublcvarión que duró dos años, (defines
del540h!isla ISiS,) á reparar las funestas consecuencias ,
que ella tiabía producido, enderozrt sus gestiones el P. Sego-
via, quien aunque ya había cesado de funcionar como Custo-
dio, tal vez siguiera con el cargo de delegado de éste por lo
tocante á las cosas de Jalisco. |*)
«No cesó el venerable Fr. Antonio de Segovia como tan
gran prelado y pastor, dice aludiendo á esas gestiones el
1'. Tello, de pro.seguir en el traer al rebaño del Señor aquellas
fieras a quienes, á los más de los cuales, había bautizado, no
dejando quebradas, grutas, barrancas, peñoles y sierras aspe-
rísimas por buscarlos, y como los iba encontrando el santo,
les iba reprendiendo, diciéndoles lo nial que habían hecho, y
prometiéndoles todo buen tratamiento á aquellos que mansa
V pacíficamenle se volviesen á sus pueblos. Recibíanle de
paz los indios y se alegraban con su presencia, porque le
(•) El P. Torquemada afirma que el P. Segovia fué varias veces
coiuisario: y como do es creíble que esa comisaría se refiera á fecha
posterior á la erección de la provincia de San Pedro y San Pablo de
Michoacán , acordada en el capítulo que se tuvo en Valladolid el año
de 1565, porque ya para entonces se hallaba Pr. Antonio imposibilita-
do de desempeñar ese cargo, á causa de la enfermedad orgánica de
que vino á adolecer, hay que figurarse tn talcaso que aquella delega-
ción ó comisión la tuvo cuando todavía Michoacán y XaUsco eran
custodia dependiente de la provincia del Santo Evangelio de México.
Nuestro Tello, cuando se refiere á la erección de la custodia de
Michoacán y Xalisco, dice; ' Quedó la provincia de Xalisco muy dila-
tada, y el remedio que se tuvo para su gobierno fué que, cuando el j
jwovincial andaba en lo de Mechoacán, quedaba nombrado un comi-
sario en lo de Xalisco para los nrgocios precisos que se pudieran ofre- .
cer en estas partes, y de ordinario lo era el guardián de Guadalajara,
y cuando el provincial andaba en lo de Xalisco, quedaba otro comisa-
rio nombrado en lo de Mechoacán, y de ordinario lo era el guardián
de Valladolid"...
Según ese texto, databa de i ^6^ la costumbre de que se nombraran
tales comisarios; pero no es imposible que antes liubteran alternado
de igual modo y alguna vez en el gobienio franciscano para Michoa-
cán y Xalisco. el custodio y un comistrio-
Por lo demás, esta palabra, en su acepción más lat.i, se puede apli-
car a! encargado de cualquier cometido.
— 53-
esUmaban y querían mucho, por lo que en él habían visto y
experimentado del mucho amor que les tenía y la caridad
que había usado siempre con ellos, y viendo que sola ella le
movía y el compadecerse de sus trabajos, á caminar por cami-
nos tan ásperos yfragozos, á pié y descalzo, padeciendo infi-
nitas necesidades; y así luego vinieron en obedecer lo que el
santo religioso les dijo, recogiéndose á sus pueblos, y después
de dados de paz, se salieron de las barrancas y breñales en
que estaban escondidos, y les hizo poblar los pueblos que
estaban abrasados con la guerra y reedificar las iglesias,
poniéndolos en policía''
Para que colaborara con él en esa obra de restauración,
llamó de la provincia de Ávalos á Fr. Miguel de Bolonia,
monje animado de su mismo benéfico espíritu, encargándolo
délos puablos caxcanss; e:i tanto qu3 él consolidaba aún
más su obra evangélica entre los tecuexes y cocas.
Trasladada en 154-2 la ya ciudad de Guadalajara al sitio
que ocupa en el valle de Atemaxac, se mudó á ella el conven-
toque se había fundado en Tetlán, y entró á regirlo, según se
colige, el V Segovia: alií, al par ateidia á los españoles de
esta nueva puebla, á los cocas y tecuexes de las barriadas
de Analco y San Sebastián, y á los mexicanos que le dieron
nombre al barrio de Mexicaitzinco.
Sucesivamente, en los trienios que siguieron, desempeñó,
con el celo que le era propio, las guardianías de Zapolitlán y
Zapotlán; ¡f pasó luego, ea 1551, con el mismo carácter, al
monasterio de Tlaxomukto, (|ue acababa de ser fundado.
El año de 1557 fué á encargarse de la guardianía de
Tuxpan, llevando en su compañía á un indio tarasco, educa-
do en el colegio de Santa Cruz Tlaltelolco, que sabía bien
tanto el mexicano como el latín, les predicaba á los indios y
quemas adelante murió mártir t tierra adentro de Xalisco. »
En el referido pueblo de Tuxpan, que administró por muchos
anos el P. Segovia, conservaban los naturales grata y viva
memoria de la santidad de esto esclai'ecido guardián suyo, á
quien le atribuían el espíritu de profecía. En comprobación
relataban, entre otros casos, un suceso inédito híisla el presen-
ley que está narrado en el t Libro Tercero » de la Crónica del V.
r-Tello: un día de Navidad, (*) al ir los cantores á subir al coro
' de la iglesia para tocar las trompetas y chirimías, les advirtió
Fr Antonio que no fuesen alia, que las tañeran abajo, porque
iba & suceder una desgracia; en seguida el religioso fué á
proslernanití ante el Santísimo Sacramento. Poco después,
se hizo sentir una serie de temblores; que duró dos horas y
(]ue echií por tierra el templo deTuxpan, no quedando en pié
de él, sino la capilla mayor en que rezaba el P. Guardián.
Agrégase que esos temblores derribaron todas las casas del
pueblo, excluyendo las de la gente pobre; que no murieron en
el lugar, á consecuencia de ellos, más que dos niñitas; y que
los efectos de tales terremotos se extendieron, con mucha
mortandad, »por la provincia de Avalos, Zapotlán, Zapoti-
tlán y Tamazula», destruyendo todos los templos y casas.
(") Kl manuscrilo fija como fecha de ese acontecimiento el 24 de
diciembre de i577;pero no puede adoptarse esa fecha, porque ya en-
tonces no vivía el P. Segovia, y porque el mismo Tello no hace méri-
to de ningún temblor ese año; habla sí de los que se sintieron duran-
te un día y mía noche, en Zapotlán. el ano de 15*13; de dos que hubo
en 1564; de otro, el 30 diciembre de 1567; de uno muy grande, el
marltii ty de diciembre de 1568. que derribó muchas casas y templos
de la comarca, muriendo tiajo las ruinas de dos de éstos, respectiva-
mente. Fr. Hernando Pobre, (en Atoyac. dice Tello. y en Amacueca
el P. Mendieta) y Fr. Esteban de Fuente Ovejuna, en Cocula; de
una erupción del ^'olcan de Zapotitlán (el Colima) en 1576: de otro
gran terremoto, acompañado de una Ihuia de ceniza que despidió el
mismo volcán y que llegó & más de cuarenta leguas de distancia, el 10
de enero de 1585: de otro temblor, en 1590 ó 91. que derribó gran
parte del con\'ento de Autlán y las iglesias de algunos otros pueblos;
de una lluvia de ceniza el wítorfo 14 de enero de 1590. Esto por lo
que concierne sólo hasta fines del siglo XVI.
Collgese también, por lo que se refiere en la página 688 de la
"Segunda Parte de la Crónica Miscelánea." que en 1559 había habi-
do unvs temblores qoe derribaron ta iglesia de Colima.
Consultando las tablas que pera las indagaciones cronológicas pabli'
cóen 18910. Juan E- Hernández y D¿\-alo6. se \-e. por lo demás, que
d 37 de diciembre de 156S no fué martes, sino lunes: y que el 14 de
ruero de 1 5go fué domingo, no sábado como dice Tello- Tal v^ el
pristen) de los temblores acaecidos en esas dos fechas, seHa en b a»-
che del lunes 37 al martes 38 de 4Ucienibre de 1 56S: y el üegnado, en .
Jm Doebcdel sábado 13 a) domingo 14 de enero de 159a,
i
— 55— .
Otra vtíz más fué designado el P. Segovia, después del
año de 1560, para desempeñar el cargo de Custodio de
Michoacán y Xalisco; y ejercíalo con toda idoneidad, — puesto
que por ese tiempo (1563) quedó del todo generalizada en
los pueblos de indios la misericordiosa institución de los
hospitales, — cuando á consecuencia, según se cree, de la vida
penitente que llevaba el Reverendo Custodio, de sus vigilias
en oración y del continuo llanto en que su piedad se desleia,
vino á cegar; cosa que él tuvo por un gran regalo, pues so-
lía decir, aludiendo á la vida interior: tno vi hasta que ce-
gué.»
«Mas por esto, escribe Mendieta, no dejó de trabajar,
como solia, y aun con mucho mas fervor, predicando y confe-
sando, y doctrinando y peregrinando. « Yo le vi, agrega, en
un capítulo que tuvimos en la ciudad de Guaxocingo, que vi-
no de mas de cien leguas á pié, así ciego como estaba, y vino
en su compañía otro gran siervo de Dios, y muy letrado,
llamado Fr. Jacobo Daciano, natural de Dacia y descendiente
de aquella casa real.»
Y por cierto que en ese mismo capítulo hizo el P. Sego-
via para su custodia una buena adquisición en el mallorquí-
no Fr. Miguel de Gomales, que estaba entonces enseñando
con mucho fruto un curso de teología.
«Jamás dexó, (aunque ciego) — cuenta á su vez Torque-
jnada, — de confesar y predicar á los indios; lo qual hacia
¡naciéndose sacar fuera al Pulpito. Su estudio para estas
Predicaciones, era leerle vii hidio, que traía consigo, para
6ste efecto, el Sermón ó Materia, que havia de predicar, y
^n esto tomaba motivo para otras cosas, que les decia, y
^6 esta manera los doctrinaba» en la propia lengua de ellos,
pues habia llegado á saberla muy bien.
Compadecíase de los mismos indios «y los consolaba
^nsus trabajos, como la Madre, que ve en necesidad al Hijo
í^e mucho quiere. I quando el caso lo requería, los repre-
hendía, y castigaba ásperamente, por lo qual era de ellos tan
aniado, como obedecido. Hacia una cosa muy nueva, y pere-
grina en esta Tierra, que le procedia de su grande espíritu,
y devoción; y era, que en los Pueblos de los Indios, iba á pe-
dir de Puerta en Puerta, por amor de Dios, lo que avia de co-
mer; y de las larvas cocidas que le daban, tomaba muy tasa-
damente lo necesario para su sustento, en manera, que con
mucha moderación satisfaciese su necesidad: y decia, que
no havia de comer él, mejor, que aquellos que se lo daban,
que eran los Indios, cuio substento es de mui poco cuidado,
y substancia: conformándose con ellos, porno parecer escan-
daloscren el regalo de su mantenimiento.»
«Nunca llevaba cosa de sustento para ningún Camino,
ni Jornada, que hiciese, por larga que fuese, dexándose en
las manos de la Divina Providencia. ■
« Nunca bebía Vinos; y aunque havia abundancia de Aves,
que le ofrecían, para comer los Indios, que doclrinava, nunca
quería, sino vnas lervas mal guisadas, ó raices de Hortaliza, y
otras veces alguna fruta, con el Pan de Maíz, que es el ordi-
nario sustento de los Indios. Jamás comía Carne, y fuera
de los Aiunos obligatorios, tenia oíros de devoción, en qie
traía todo el tiempo del Año repartido- Si alguna vez, aunque
estas eran muy particulares, y raras, comia algún otro man-
jar extraordinario, y fuera de su costumbre, lo destemplaba
con Agua fria, ó con Ceniza, ó con Hiél de Vaca, que siempre
la tenia de respeto, para mezclarla en los manjares que co-
mía,» excediéndose en estas mortificaciones los viernes.
«Eira tanta su abstinencia, que quando llegó á viejo, estaba
mui debilitado; por lo qual le mandaron los Prelados, por
obediencia, que en lo tocante á la comida, obedeciese á
otro Religioso, que !e havian dado, como por Procurador,
y Aio.»
«Vestía muy pobremente, y de vn Sayal vil y grosero,
y todo el Hábito muí rolo, y remendado»; usaba un «cilicio
I de cerdas de caballo á raiz de las carnes • y se sujetaba á otra.s
I penitencias; «tomaba muí poco sueño, y dormía sobre vna
I Tabla dura y desnuda de ropa»; era de suma honestidad y
I limpieza, y observantísimo de su profesión.
I «Hallábase, por cuenta, que desde que se levantaba á
I Maitines, hasta la hora ordinaria de et comer, empleaba
1 más de las ocho horas de este tiempo en oración.» «En el
^^^^ Ofício Divino se extremaba tanto su devoción, que üaij
— 57-
contemplando el sentido de cada verso, en que sentía dulzu-
ras inefables, y lo rezaba puesto de rodillas, y con las ma-
nos juntas en señal de la mayor reverencia, el rostro levanta-
do y muy alegre, como quien estaba hablando con Dios; >
acrecentándose todavía más su fervor cuando pronunciaba
el Gima Patri.
Para calificarlo como «varón de admirable santidad y
vida observanlísirna,» refiere un escritor su contemporáneo,
quetratanto el austero y penitente Fr. Alonso de Escalona
con un compañero suyo, «de los varones santos que en es-
ta tierra habían conocido, y habiendo nombrado muchos,
llegando el compañero á nombrar á Fr. Antonio de Segovia,
dijo el santo viejo Escalona: ¡Oh! ese sobre todos. >
Una vez, según el testimonio del reputado autor de la
Monarquía Indiana, sucedió que los ministros de justicia se
inirodujeron al monasterio de Guadalajara, en busca de un
delincuente que en él se había retraído. Después de haber
cateado toda la casa, llegaron al coro descomedidamente y
haciendo grande ruido: allí se hallaba de rodillas el P. Sego-
via, que moraba en eso convento: tocáronle los alguaciles
la ropa y hasta le miraron bien las faldas del hábito, teme-
rosos de que bajo él hubiera ocullido al reo; sin que el reli-
gioso, que se hallaba cxtáliro, hiciera movimiento alguno.
^0 hallando nada los pesquisidores, se retiraron de allí con
^\ mismo alboroto. Poco después, — porque esto había sido
^caer la tarde, — la campana convocaba á los monjes á ce-
íiar: acudió con los demás Fr. Antonio; v como ovese enton-
^es haljiar del cateo que acababa de pasar, expresó clara-
íí^ente que tan seguro se hubiera visto en el coro el retraído,
<'onio en el lugar donde escapó de la justicia; porque al
deferido coro, donde él había estado, nadie ocurrió á hacer
^^gisífo alguno. Ante esa afirmación, los demás religiosos
^^ miraron suspensos unos á otros y conocieron que el
f^endito Padre nada vio ni sintió por estar á aquel tiempo en
^í^ental arrobamiento.
El mismo cronista refiere, que otra vez yendo un reli-
ffoso lego á encender la lámpara del coro á la hora de las
Avemanas, al llegar á la puerta de él oyó adentro voces de
8
-58-
personas que rezaban á versos; y asomándose, vio á Fr.
Antonio arrodillado enire dos gallardos mancebo? qne le
eslaban ayudando á rezar Completas, en tanto que aquel
lugar estaba tan lleno de luz como si el mismo sol lo bañara..
Maravillado el buen lego, bajó al refertorio. — donde á aquella
hora estaba reunida la comunidad, — para cerciorarse de si
eslaban allí todos los monjes ó algunos de ellos eran los mo-
zos que estaban en rompañía del P. Segovia; pero hallándose
con que en dicho refectorio no faltaba ninguno, sino este P..
volvió á subii- para certificarse de que no era ilusión lo que
había visto, encontrándose ya entonces el coro sin resplando-
res ningunos, y orando yasolo y en silencio el venerable reli-
gioso. Tanto el testigo de aquel caso, como lodos los demás
moradores del convento, quedaron persuadidos de que los
jóvenes que asi acudían á anudarle en sus oraciones al muy
anciano y devoto ciego, eran no menos que ángeles.
;Pero qué mucho si, (como su confesor Fr. Diego de
Aguilar lo revelara, por haberlo sabido de la boca de su peni-
tente,) cuantas veces comulgaba, que eran tres días á la
semana y todas las festividades principales. Dios, para conso-
larle de la ceguera y premiar la resignación con que sobre-
llevaba la falta de la vista, le permitía que viera con toda
claridad la Hostia consagrada! (*)
Habiendo quedado vacante la mitra de la Nueva Gali-
cia, por muerte del Rmo. Fr. Pedro de Ayala, como se
hablara del nombramiento de la persona que debería venir
á ceñirla, el P. Segovia pronosticó que ya se hallaba en esta
tierra el futuro Obispo; y salió exacta la predicción, porque
el 16 de mayo de 1671 fué promovido á ese elevado puesto
el Sr. I.ic. D. Francisco Gómez de Mendiola. Oidor que era
de la Audiencia residente en Guadalajara.
Por ese tiempo ya el venerable anciano así favocecidoJ
con gracias tan singulares del Cielo, estaría consagradcia
nomás á prepai'arse para el tránsito de esta vida mortal á \s^
{*) Bajo la fe de los antiguos cronistas, nada más, es com
se reproducen, modernizando alguna vez la forma de las viejas
dones, los portentos qne tachonan brillantemente la biografía di
Apóstol de los tecuexes, coca
'i
— 59 —
imperecedera, ya que su senectud no le pemnitiria seguir
dedicándose á las tareas con que, ciego y todo, procuraba el
bien espiritual de sus semejantes, y en especial, el de los in-
dios, sus amados hijos que tanto le debían: así se infiere de
que al mencionar el Tesorero Jorge Pérez y el Provisor
Melchor Gómez de Soria, en 20 de enero de 1570 y como
representantes del Cabildo Eclesiástico de Guadalajara, los
«frailes de la orden de San Francisco» que thay en este rei-
no.» en informe que dirigieron al trono, apenas secamente
dijeron con referencia al ilustre evangeli;5ador de Jalisco,
sin dedicarle como á otros algún elogio, ni expresar, como de
ciertos de éstos, que se dedicara á la predicación: tlton):
Fray Antonio de Segovia, viejo y ciego. »
Ochenta y cuatro años tenía este buen amigo de Dios
y dalos hombres, cuando su ahna fué á recibir el galardón
me:ecido y su muirlo cuerpo fué sepultado en el convento
franciscano de Guadalajara.
Aunque Vetancurt, en su « Menologio » (conmemora en
29 de Diciembre al benéfico donante de las Imágenes de
Nuestra Señora de San Juan y de Nuestra Señora de Zapo-
pan, de seguro que asignó esa fecha arbitrariamente y no
por ser la de la muerte del P. Segovia. puesto que ni siqnicíra
fija el año en que ella sucedió.
Eternizada en los anales jali.scienses perdura la grata
memoria de este ínclito misionero, más fúlgida que la de
ningún otro de los héroes que con plantar el árbol de la cruz
en este .suelo, dejáronle á la posteridad los precioso.s frutos
de la fe v la civilización.
Y no han sido ingratos para con el Apóstol de .sus
progenitores, los des<-end¡entes de los lecuexes: fronteros al
'emplo principal de Tonalá. e.scenario principal desús matíní-
ficas proezas, están plantados varios jardincilo.s quf? himno,
í^ean aquel sitio: uno de ellos lleva el nombre de Fr. Antonio
íleS^ovia v en él se iersrue, desde el año de 1888 v moíb.
ladaen barro por un habilidoso artista indio, la í;.síátua d^.
ese benemérito monje. (*) á quien todavía ahora .se le ¡rntulo.
(*) Esa estatua, así como las de otros relí^ir/v/s y la de Vu, \^^
qtiedecoranlos jardines del cementerio de IV/nalá, «-e dchú-ron {^]¡^
iniciativa del ilustrado y virtuoso Párroco de aquella villa. D Jaime
de Aiiesagasti : por encargo siiyo trabajó esas obras, menos la última,
el indígena Remigio Grande.
En el Itepec también se mira un monumento erigido á la memoria
de la i-ifiimiiitU Tzapolzinco, por el mismo Sr. Cura, el año de 1887;
la estatua de la Señora de Tonalá, abrazando con la mano derecha
una cru?. de hierro y repeliendo con la siniestra un ídolo de cantera,
descansa sobre un maci/.o pedestal de piedra, que tiene la altura de
tres metros. Esta otra estatua fué construida igualmente p3r Gran-
de.
(*) Riva Palacio: 'Méxicoálravés délos siglos," vol. II, pág.
303.^Icazbalcela; "Fr. Juan de Znmárraga, primer Obispo y Arzo-
bispo de México," edición de 1881, pág. 5. — Mendieta: ob. cit., págS.
248,629,644, 746. 377 y 715— Telloiob. cit.. págs. 137, 138,139. 151,
223, 226. 276. 353. 354. 466, 472. 474. 479. 549. 552. 612 y 621.^
Andrade: "Primer estudio sobre los conquistadores espirituales en Ib
Nueva Rípaña,". págs. 36 á 41. — Gomara: "Conquista de México",
edición barcelonesa de 1S88. t II, págs. i6g y 170. — Icazbalceta:
"Bibliografía Mexicana del siglo XVI", pág 2^4. — Anesagasti:
■'Brevísimas notas de la Historia Antigua y Moderna de Tonalá",
págs. lo, II, 16, 17. 32, 36 y 37. — Beaumont: "Extracto del LH/¡'n
Ten^ro déla Oninicti Mi8crUUiea'\ Ms. del Sr. Dr. D. Nicolás León,
capítulos 4°.5°-6°.yr6'' . — La Rea, ob. cit , págs. 162 á 164. —
Torquemada; ' 'Los Veinte y un Libros Rituales y Monarquía India-.
na", lib. XX, cap. LVII. — "Informe al Rey", ya citado, pág. 498.—
Vetancurt: "Menologio ' citado, pág. 402.
Eu la página 51 se imprimió la palabra Apolml-; debe ser Ajiozol,
»*I,**^#^.#^#»*«#"%##»%**^#*%##»»«/*%.#**«#"*,#"*«#"%*#M«#»»«#»%«»*««#H
VIL
El Antiguo Hospital de San Juan.
Una pieza de cerca de veinte varas de largo por ocho
^^ ancho, techada de paja y comunicada con otras dos mu-
^'^0 más pequeñas, una de las cuales sirviera de sacristía: tal
^^^ la capilla ó ermita del Hospital de San Juan*
Es de entenderse, sin embargo, que este hospital no esta-
"^ reducido á tan estrecho recinto, como lo deja compren-
^^t* el noble objeto á que estaba destinado; en el cual objeto
^^ se empleaba indudablemente tal capilla, que sólo era un
^6X0, ni tampoco la sacristía y la otra pieza contigua, que
Í^C^r sus diminutas proporciones no eran adecuadas para la
^islencia de los enfermos*
Los institutos de esta clase destinados á los indios, debie-
^n su creación en la Nueva Galicia v en Michoacán, — no
^>cceptuándose de estos últimos sino los que fundó el Vene-
^^le Señor Quiroga, — á los misioneros franciscanos, siendo
^e entre ellos el más empeñoso en propagarlos Fn Juan de
^an MigueL
Verdad es que algunas de las grandes ciudades indíge-
nas del Anáhuac tuvieron desde el tiempo do su gentilidad
\iospitales, como tuvieron médicos, cirujanos y aún núme-
nes especiales, á quienes los naturales invocaban contra las
— 62 —
diversas enfermedades que solían aquejarles; (l)pero también
es cierto que disfrutaban de ese beneficio nada más pobla-
ciones de la importancia de México-Tenochlitlán, Texcoco,
Tlaxcalay Cholula, y no los pueblos cortos y pertenecientes á
tribus ó subtril)us que no ha!3Ían alcanzado el desarrollo civi-
li/ador que indican tales institutos: antes bien, entre los
rústir.ost teuchichimecas,» (2) — que acaso fueran los mismos
teulcs chichimecas, de habla nahoa, como parece indicarlo
el nombre gentilicio que se les da, ó á lo menos, los indios
que vagaban desde Zacatecas á Comanja, — se acostumbraba
que tsi á algimo le daba alguna enfermedad y dentro de tres
6 cuatro días no sanaba, (con la aplicación de las hierbas y
raices medicinales de que ellos conocían la calidad y las virtu-
des,) hacían junta todos los Temhichinvecas, y lo mataban
metiéndole por la hoya de la garganta una flecha;y á los que
va eran muv viejos v vichis los mataban así mismo con fie-
chas, diciendo que con aquello los despenaban porque ya no
penasen mas en el nmndo, y porque no tuviesen ya lásti-
ma de ellos, y los enterraban (*on muy gi'an regocijo, y les
duraba la fiesta del entierro dos y tres días con gran baile y
canto.»
El modo discreto con que uruformemente les dieron ser y
reglamentación los monjes á las casas destinadas á hospeda-
jo y cura de les enfermos, eslá expuesto con mucha claridad
en los siguientes concej)tos del P. Tello:
tEn estos hospitales, dice tal cronista, entran los indios
que enferman, así vecinos como forasteros, y acuden los
religiosos con mucho cuidado, siendo sus hospitaleros y médi-
cos; pero entonces se (turaban los enfermos por su orden,
comían por sus manos, y siempre les acompañaban con el
amor de padres á hijos; y el orden que se tuvo fué edificaí*
( 1 ) Es notable ver que los númenes á quienes se atribuía en Méxi-
co el cargo de sanar á los enfermos, la diosa Zapotlatenan y el dios
Xii^etotec, fueran oriimdos de Zapotlán, en la comarca xalisciense.
(2) Dice el P.Sahagún: 'Xosque se llamaban '*Teuchichimecas'\
que quiere decir, *'del todo barbudos"... No parece que sea exac-
to esto como etimología: barbudo es, en mexicano, fentzone: chidihneca
barbudo sería, pues, fentzonchichimect. "Hombre de gran barba," se
dice en mexicano, tcntzonpatchic, (Véase el ** Diccionario' ' de Molina.)
— 63-
unaiglesia ó capilla en cada hospital para administrarles los
.sanios sacramentos, y después se hicieron unos salones gran-
des donde estuviesen los enfermos, con oficinas, patios y
cocinas v se dio orden v asentó ciue cada semana fuesen
entrando tantos de cada barrio, así varones como mujeres,
para el servicio délos enfermos; y acabando su sonianalos
unos,entraban otros de nuevo,y entrando el enfermo se confc»-
saba. y en la misma capilla se le administraban los otros
sacramentos, y luego sci trataba de curar la enfermedad y
tratar del remedio del cuerpo.
«Establecieron que todos los oficiales, hombres y mnj(»-
res. puestos á coro cantasen la doctrina cristiana á |)rima
noche en la capilla, y también por la mañana, y cjue los liim^s,
miércoles y viernes, cantasen un responso con dobhí dr
campanas, por los difuntos, y que en todos los hospilalcs
tuviesen por titular la Concepción, singular patrona iW. nues-
tra sagrada religión, y así los sábados la llevan á la iyhísia en
honmbros de cuatro indios (*)en procesión, los ciiahís ll(»van
sus guirnaldas en las cabezas á la iglesia del conv(ínto, dotnle
í>e canta la misa déla Concepción con tola solíjiiniidaíL
teniendo adornado el altar con muchas íli»r(;s, como si hirra
^*ldíade la principal fiesta, todo lo cual se obsííiva hoy eu
^líi provincia de la misma manera, si bien es vrrílad (|ue con
la falla de los indios, ha ido todo muy á menos y, en parí mu-
'íU", el cuidado de curarlos en los hospitales, (fíi al^njnaH par-
tes.,.
• • • •
«El asiento que dieron los religiosos para qu" -i* pudir
sen conservar y tener algún posible para |í).< «.'aylo' qnr ••
habían de ofrecer, además d^; su asisíenrí;! v cuidado ru
'as lundaciopes, y de laslirno-nas qur^ fir-vini'rrou v prncu
raron paradlas, dispusieron qu ís ; \\U'Á(t.^ "n it*ní"t)\t'V¡í • « m'Ii
U'i año, á las cuales acudiese todo el pu^'bjo un día <i d'n
^ los que fuesen nec^ssari^r^. y que dí-íqiu/:* ríe ro^Md;!- hi •
(*) El P. La Rea dice que cuatro ín^lía^. Of** iiíiíro ni'li'/'-. ' t;iM I;i4
(juellevabaná la Purísima Concejx: ion \/t*/ f^ÁfñíuUuiuU \ír^\ >'/%\nt\ifA
Provendrá esta diferencíale alimón 'rrror fUt fí\,\:\u\r , /, A» t^\u r* íiI
mente en Micboacán serían indias r ':n Jí»!i •/ o wVu/-', I'/-. ' r»' ''^ry,'lfUr*
de ese trasporte.
— 64-
I semillas, se guardasen las necesniias para el gasto de loy
[ oliciales y enfermos, y las que f|iietlasen se veiitliesen para
medicinas, ropa y otras cosas, y que juntamente pidiesen
limosna entra sí tales días, y criasen algunos atajos de gana-
do mayor y menor para valerse con los esquilmos en Iil'«
necesidades qu^ se ofreciesen, y que las indias que entra-
ban cada semana á servir, los ratos que se desocupasen en
las cosas locantes al hospital, hiciesen algunas oliras di;
manos de los oficios que c^ida pueblo usaba y cosas que
supiesen, dándoles el hospital los materiales pai-a que des-
put's sa vendiesen por bienes del dicho hospilal para sus
gasto.", y que lo mismo hiciesen los varones que supiesen
i
Exterior del templo del Hospilul. como está al presente.
ulicios. Todo lo cual se observó y en algiuias partes se
conserva hasta hoy, (mediados del sif/h XVIIJ debiéndose
ú los religiosos de nuestra orden la ti-aza y ai-bitrio de esta
buena obra. »
Celosos se mostráronlos gobernantes superiores, des-
de el principio de ta colonización española, en darles vidal
¡t esa clase de establechnientos: asi, Carlos 1 y el Cardenalí
Gobernador, mandaban en Fuensalida, á 7 de octubre á^
i__i|uo en todos los pueblos de españoles é indios f
— 65 —
fundara hospital donde ftieran curados los pobres enfermos
y se ejercitara la caridad cristiana.
Solícitas se manifestaban también acerca de este punto
favorable á los indios las autoridades episcopales: el capí-
tulo LXX de los decretados por el Primer Concilio Provin-
cial Mexicano, que se celebró el año de 1555, se expresa de
eslemodo; "Otrosí, porque es muy necesario, así para los
indios pobres de los pueblos, como para los extrangeros, que á
ellos vienen, que ha} a un Hospital, donde los necesitados sean
recibidos, y favorecidos, exhortamos á todos los Ministros
Religiosos y Clérigos, que por mejor vía, que pudieren, procu-
ren, que en todos los Pueblos haya un Hospital cerca de
las Iglesias, y Monasterios, donde puedan ser socorridos los
pobres, y enfermos, y los Clérigos, y Religiosos los puedan fácil-
mente visitai', y consolar, y administrarlos Sacramentos.» (*)
Dieron especial ocasión á esos y otros posteriores mo-
vimientos humanitarios de igual índole y relacionados con los
indígenas, las epidemias exóticas que se introdujeron en el
transcurso del siglo XVI con los hombres del Viejo Mundo a
esta tierra virgen, y que se mencionan en este orden por
los historiadores: las viruelas, á que los indios llamaron
hmitzahiuitl, (la gran lepra,) t que no dejó rincón sano en
toda esta Nueva España», pues en algimas provincias murió
lamitad de la gente y en otras poco menos; el sarampión, ape-
llidado por los naturales tepitontzahuatl, (la pequeña lepra,)
ílelque también murieron muchos, aunque no tantos como en
la primera epidemia, á causa de las medidas higiénicas que
se tomaron; «la de pujamientos de sangie y juntamente
<*^enturas», que algún escritor presume que sería el tifo.
* Como sólo se trata de los hospitales de indios, no se mencionan
^ el texto otras disposiciones que hablan de esa materia con carácter
^eral, aunque sean del mismo siglo, como la Ordenan/a 1 22 de Pobla-
^ones, dada con las demás de ese nombre por Felipe II, en el Bosque
^eSegovia, á 23 de julio de 1573; y el capítulo que se contiene inva-
^ablemente en todas las bulas de erección de los Obispados de Amé-
rica é ignoro si también de otros, por el que se asigna el noveno y
oiedio de las rentas decimales al sostenimiento del hospital.
9
enfermedad de la qvie sólo en Tlaxcala y Cholula murieron
doscientos cincuenta mil indígenas, y con proporción seme-
jante en los demás pueblos; otra, el año de IñG-i: otra, once
y doce años después, también de «pujainiento de sangre» y
que daba en «laJjardülo», la cual se cree que fuera la fiebre
tifoidea, siendo notable este contagio porque sólo cundió en-
tre los indios de raza pura y porque hizo, según el cómputo
que mandó formar al Virrey Enríquez, más de dos millones
de victimas; otra, el año de 158H, en que murió asimismo
mucha gente, con especialidad de los matlatzincas; y por fin
otra, en 1595, de «sarampión, paperas y taI)ardillos», que
aunque se generalizó mucho, no fué de tan mortales conse-
cuencias como las pestes precedentes.
Cabal explicación de las causas antropológicas que oca- |
sionaban esos terribles estragos epidémicos en las razas indí-
genas de México, da, como sigue, un historiador de nuestros
dias: tSólo los indios, no los españoles ni los mestizos,
eran víctimas de aquellas enfermedades. Llevados los gérme-
nes morbíficos de Europa por los españoles ó los negros, el
contagio era rápido, seguro y general, por lo mismo que
aquellas enfermedades eran nuevas y desconocidas en las
razas de los indios, desarrollando en ellas con mayor inten-
sidad, porque los organismos de aquellos hombres estaban
aptos para recibir el contagio, supuesto que ninguno de sus
antecesores lo había sufrido ni por lo mismo adaptado los
elementos de su posteridad para resistir con mayor ó menor
éxito la invasión del mal; porque indudablemente todas las
enfermedades endémicas ó esporádicas que los organismos
europeos y americanos resisten hoy sin dificultad ni peligro,
han comenzado por ser en tiempos remotos terribles epide-
mias que perdieron su intensidad y energía por la adapta-
ción sucesiva de los organismos trasmitidos en razón de la
ley de la herencia, como una inmunidad que se acentúa más
y más cada día hasta la dasaparición del elemento morbifi- .
co, ó al menos hasta su absoluta incapacidad para obrar so-
bre el organismo.»
Todos estos antecedentes deben obrar en el proceso
que se instruya para poder formar juicio exacto de labené-
— 67 —
fica trascendencia que tuvo para los indios la caritativa insti-
tución de los hospitales fundados, como ya se expresó, por
los misioneros del Orden Seráfico: tal vez sin esas casas de
asilo, la mortandad terrible con que las epidemias hicieron
disminuir en tan gran número á los habitantes de este país
en el mismo siglo de su conquista, hubiera aniquilado del
todo á los hom])res de raza cobriza, en Jalisco y Michoacán
cuando menos; porque es de advertirse en particular elogio
délos franciscanos de la custodia que ahorcaba las tierras de
entrambas denominaciones, que si bien los indios de la
mayor parte de las provincias tmás querían morir en sus
casas que alcanzar salud en el hospital», á la inversa, todos
los de Alichoacán, y seguramente los de Jalisco, cjue se halla-
ban en las mismas condiciones que sus vecinos de la misma
raza, desde el menor hasta el mayor iban á curai^se y á morir
en él.
Estas noticias son asimismo pertinentes para fonnarse
una idea de la significación que tenía en el pueblo de San
Juan, el lugar privilegiado por la Providencia para cjue en él
se iniciara el eslabonamiento de las mercedes extraordina-
rias, concedidas en estaparte de la tierra, á la débil, siempre
necesitada y suplicante ímmanidad, por mediación de la
Virgen Purísima. *
* Florencia: ob. y lug. citado. — Beaiimont: ^'Crónica de la Provin-
«a Franciscana de los Apóstoles San Pedro y San Pablo de Michoa-
c4n": capítulos XVI y XVII en que está la "Vida de el Apostólico
^'aron Fr. Antonio de Segovia." — La Rea: ob. citada, lib. I, capítulo
XXVn.-_-,Torquemada: ob. cit., lib. VIII, cap. XX. — Sahagún:
^'Historia general de las cosas de Nueva España", lib. I, capítulos
IX y XVII; lib. X, capitulas VIII y XXIX, párr. II.— Orozco y
^a: '^Historia Antigua y de la Conquista de México", vol.I, lib.
II» cap. VI, págs. 357 á 359.— Tello: ob. cit., cap. CLV.— "Recopi-
len de I^yes de los Reinos de Indias'', lib. I, tít. IV. leyes I y
II.-. Vera: "Apuntamientos históricos de los Concilios Provinciales
Mexicanos y Privilegios de América", trat. I, cap. IV, págs. 10 y
Il.-^avo, citando á Dávila Padilla: "Los Tres Siglos de México',
lib. V.— Mendieta: ob. citada, lib. IV, cap. XXXVI; y lib. III,
cap.XLIX.
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VIII.
Principio de la españoliz ación del lugar.
La fama del primer milagro público debido á la Imagen de
Nuestra Señora de San Juan, fué extendiéndose poco á poco,
hasta trasponer largas distancias; y á medida que se acrecen-
taba esa celebridad, los devotos acudían á visitar la humil-
de ermita del pueblo; imploraban allí favores; alcanzábanlos
de la Bondad Divina; agradecidos le tributaban entonces
ó después á la Inmaculada Medianera las parias que su caudal
más ó menos modesto ó rico les permitiera; y confortados
y satisfechos volvían á sus hogares, preconizando el mara-
villoso valimiento de la Virgen Santísima en aquella su advo-
cación.
Aunque de ese modo, sin embargo, podía contar ya San
Juan con la población flotante que venían á componer los
peregrinos, el número de los moradores arraigados en su
caserío estaba muy lejos de ir en aumento, porque eran óbices
para eso algunas leyes reales expedidas con el noble propó-
sito de amparar á los indios que se congregaban en pue-
blos: efectivamente, según el tenor de esas disposiciones,
para que los naturales viviesen con entera libertad y quietud^
se ordenó que en sus pueblos no residiesen españoles, ne-
gros, mestizos ni mulatos, á excepción de que los mestizos
J^¿ibiesen nacido de indias del mismo pueblo; que el español
— 69 —
viandante sólo pudiese estar en uno de tales lugares dos días,
y tres el que fuese mercader; que habiendo mesón no se
hospedase ningún pasajero en casa de indio; que en cada
una de esas congregaciones no se permitiese establecerse
indígenas de otra distinta; y finalmente, que on las cercanías
de los mismos pueblos no se pudiesen fundar estancias de
ganado mayor ni menor, debiendo las primeras hallarse
apartadas de ellos á distancia de una legua y media.
En esas condiciones mal podría esperarse que pros-
perara Saii Juan, y antes era de temer que por cualquier
fatal evento, como por ejemplo, una de las asoladoras pesies
que se cebaban en los naturales, se extinguiese la pobla-
ción que entonces tenía, tan reducida que apenas le cupie-
ra el derecho, como á todos los lugares indígenas que sólo
contaban de cuarenta casas abajo, de poder elegir cada año
para su gobierno, á estilo de España y en presencia del
párroco, un alcalde pedáneo, es decir, de poquísimo fuste.
El escudo contra tamaña amenaza lo poseía aquel lugar,
en la santa Imagen que de él había recibido su título: no en
vano era la capilla del Hospital un conditorio de apiñados
beneficios.
Teníala cura de almas en la jurisdicción de Xalostotillán
el Br. D. Diego Camarena, eclesiástico c^íloso de sus debe-
res, que al cerciorarse de los prodigios que estaba obrando
en el pequeño pueblo de San Juan, perteneciente á su distri-
to parroquial, la restauí'ada Efigie de Nuestra Señora, y ver las
muchas preseas que le ofrecía el agradecimiento de sus obliga-
dos y que en la ermita quedaban ellas con escaso resguardo,
propúsose dar cuantos pasos fuesen necesarios para que aquel
pueblo extenuado recibiese elementos que vigorizaran su ser.
El medio de que se valió para conseguir su generoso
propósito, y la resulta inmediata de su gestión civil, consta en
el inapreciable documento oficial auténtico é inédito que á
continuación se inserta:
«Nos el Presidente y Oidores de la Real Audiencia del
nuevo Reino de la Galicia etc. Hacemos saber á el Alcalde
wayor de la villa de los Lagos ó á su lugar teniente cómo ante
Nos y en ei Gobierno, pareció Diego de Zúñiga procurador en
noiTibrey con poder del Lie. Diego Camarena cura y vicario
del partido de XalostoMllán de esa juiisdicción y por lesUli-
cación no? iiÍ/.o relación diciendo que en el pueblo de San
Juan estaba el Santuario déla Virgen Santísima que llaman
de San Juan, imagen tan preciosísima y milagrosa cuya devo-
ción estaba estendida en todos los fieles de esle Reino con
lo cual babian enriquecido y adornado el dicho santuario de
nuichas lámparas de plata, candeleros, frontales y muchas
cosas de muy gran valor y cada día se iba enriqueciendo más
con las limosnas que daban para el adorno y fiíbrica de la
Iglesia, y porque el dicho puel)lo no tenía más que seis in-
dios pobres los cuales no podían estar de ordinario en el
dicho pueblo ni eran suficientes para la guarda de la Iglesia,
plata y joyiis que en ella había, por estar corno estaba despo-
blado, sin vecindario y guarda de españoles, y que algunos
por la devoción grande que tienen á la dicha imagen se ha-
bían querido quedar y hacer casas para vivii' en el dicho
pueblo, no lo habían puesto en efecto por defendérselo dichos
indios y por que lugar tan precioso y de tanla veneración
era bien se poblase de gente española llevada de la devoción
de la Virgen santísima y para mejor guardia y custodia de la
dicha Iglesia y servicio de ella y no se atrev-iesen salteadores
y gente de mal vivirá roballa, nos pidió y suplicó le diíse-
Tnos licencia para que la gente española que quisiera poblar
y vivir en el dicho pueblo de San Juan lo pudiera hacer sin que
los naturales que en él hubiese se lo iriipidif^en y poblasen
en sitios realengos y despoblados y que vos el dicho Alcalde
Mayor acomodaseis y les dieseis los sitios de que tuviesen
necesidad para hacer sus casas de vivienda, y para que alH
mismo pudiesen libremente comprar de los dichos indios los
sitios que de su voluntad les quisiesen vender atento á ser'
bien común y del servicio de Dios Nuestro Señor, y de su
bendita madre y en ello recibiría bien y merced el dichos*
parte y españoles, y por Nos visto dicho pedimento manda-
mos se llevase á el Fiscal de su Magestad de esta real Audien-
cia, y habiéndosele llevado por petición respondió diciend»
que por reales cédulas estaba prohibido que las Audiencias,
Vireyes y Gobernadores no pudiesen dar licencia paxa
— Ti-
ras fiíndaciones de lugares, por lo cual esta real Audiencia no
la podía dar conforme lo pedía el dicho Lie. Diego Caina-
rena. Y por Nos vista la dicha respuesta mandamos se
Irujesen los autos con la real cédula de S. Magestad y
habiéndonos fecho relación de todo, proveímos el auto
siguiente:
tEn la ciudad de Guadalajara á c'mco días del mes de
Jullio de mil y seiscientos y treinta y tres anos, los señores
Presidente y Oidores de la real Audiencia del nuevo Reino
de la Galicia, habiendo visto estos autos en razón de lo pedi-
do por el Lie. Diego Camarena, cura y vicario del Partido
de Xalostitlán, (sic,) dijeron que daban y dieron licencia para
que en conformidad de las cédulas y órdenes de su Mages-
tad, puedan poblar y vivir españoles en el pueblo de San
Juan sin perjuicio de los indios del dicho pueblo y para ello
se dé el recado necesario v lo rubricaron ante mí Francisco
de Cervantes» — En cuva conformidad acordamos dar el
m
presente por el cual os mandamos que véais el auto que de
suso va incorporado, el cual haréis se guarde y cmnpla sin
ir, ni que se vaya contra el tenor y forma de él en manera
alguna. Fecho en la ciudad de Guadalajara á diez y nueve
días del mes de Jullio de mil y seiscientos y treinta y tres a-
uos.-rEl Dr. Damián Gentil de Párraga. — Dr. D. Antonio de
Salazar. — Lie D, Francisco de Medrano y Pacheco. — I^or
mandado de la real Audiencia. = Francisco de Cervantes.
tEn el pueblo de San Juan á veinte y tres días del mes
de Octubre de mil y seiscientos y treinta y ti'es años D. Mar-
cos de Párraga y Rojas Alcalde mayor de las villas de los
Lagos, Aguascalientes y Monte grande y Corregidor del va-
De de TeocuaJliche y de... y Alcalde de la Santa Hermandad
por su Magestad.
« Habiendo visto el recaudo atrás contenido de losSres,
Presidoite é Oidores de la real Audiencia de este Reino con
^1 respeto debido lo obedeció y dijo que para que tonga
debido (sic) y que los españoles que quisieran poblar lo ha-
gan y para que venga á noticia de todos mandó que se prego-
ne públicamente. Lo firmó. = Don Marcos de Párraga y Ro-
jas.— Ante mL — Francisco Espinosa, Escribano Púl)lico.
-72-
»Eji ei dicho pueblo de San Juan hoy domingo vetnle
y tres días de! mes de Octubre de mil y seiscientos y treinta
y tres años, por voy. de JosepIi indio {ladino?) en la lengua
castellana se pregonó e! recaudo de atrás estando mucha
gente congregada á la puerta de la Iglesia del hospital de
este pueblo siendo testigos Nicolás de Ulloa, y Francisco Pé-
rez, y Diego NúñezdeSoto, y el Padre Fr. Manuel de Villa-
nueva de la orden de Nuestra Señora de la Merced y Lo-
renzo Juárez déla Cruz estantes en este pueblo. Y de ello
doy fe. =Francisco Espinosa, Elscribíino público.» (1)
F^ta licencia, otorgada para que los españoles — enten-
diéndose .por tales asi los individuos originarios de la penín-
sula dominadora como los criollos, — pudiesen poblar en San
Juan, dejó expedito el campo para que la aldehuela india de
ese nombre se transfonnase. por obra de los nuevos y loza-
nos elementos constituyentes que espiaban en aptitud de ir
á incorporársele, en un tugar capaz de hacer la evolución
progresista que le destinal)a la Providencia, conforme á los
designios soberanos que lo señalaran como espléndido núcleo
religioso.
Con igual euritmia se traman los hilos de todos lo»
planes divinos; y la Historia, con la majestad de un heraldo
del Rey Eterno, en tanto que con una mano levanta l.t
antorcha refulgente de la verdad, y con el seguro índice de
la otra los señala á la contemplación y al asombro de los
mortales, con voz de trueno pregona por lodos los ámbitos
de la tierra: «¡Hijos de los hombres, caed de rodillas!» (2)
t Le soy deudor de haberme permitido ípsografiar ese docnmenlo
á mi apreciable amigo el historiógrafo Sr.B. Manuel Cambre, Archi-
vero del Gobierno del Estado, quien lo tiene en mía colección de
papeles relatívo.s á los fundos y á otros asuntos de interés concer-
nientes á los pueblos de Jalisco, formada por el notablemente erudito
Sr. D. Ignacio Agnirre, ya difunto.
2 Sotórzano: "Política Indiana", lib. II, cap. XXIV.
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IX.
La Primera Visita Episcopal-
Por la promoción del Rmo. Sr. D. Fr. Francisco de Rivera
á la Diócesi de Michoacán, para sucederle fué transladado de
la de Cuba á la de Jalisco (1) ó Nueva Galicia, — que de ambos
niodos se llamaba entonces á la que después se denominó
exclusivamente de Guadalajara, — el limo. Sr. Dr. D. Leo-
(i) Escribo Xalixco, Xalisco 6 Jalisco, y Xalostotitlán ó Jalostoti-
tlán, según la ortografía que corresponde á los diversos tiempos á
^üe aludo; y aunque respecto del segundo de esos nombres de lugar,
atiendo que debiera ponerse z y no « en la segunda sílaba, escribo 8
por conformarme con la costumbre. Xaloztotitlán se compone de las
voces mexicanas: xalli, arena; oztotl, cueva ó cuevas; ti, que es partí-
cula que liga eufónicamente las palabras que entran en formación; y
laposposición tldn, que quiere decir en este caso, entre: *'Xaloztoti-
tl¿i*' significa, pues, **lugar entre las cuevas de sirena." La signi-
ficación de ese nombre corresponde, según los informes que tengo, á
las condiciones topográficas de la población, puesto que la colina de
Baenos Aires, adyacente por el S. £. á Jalostotitlán, está formada de
arena y en ella hay muchas grutas; así como se abren otras de éstas
en las paredes sedimentarías del arroyo de Don Diego, que está ubi*
cade al N. de la misma población y separado de la loma de Camarena
s61opor un corto plan.
A propósito: haré notar, por más que sea obvio, que en los textos
que reproduzco hago uso de la misma ortografía, puntuación y á veces
hasta acentuación que tienen esos textos en los libros ó documentos
originales de donde los he tomado; y sólo en señalados casos me separo
^ esa regla, para evitar algunas veces los inconvenientes que en la
lectura ofrece tal procedimiento: por ejemplo, reformé la acentuación
únicamente» del documento relativo á la licencia para que los españoles
pudieran poblar en San Juan.
— 74 —
nel de Cervantes Carbajal, ilustre por su prosapia fl) y no
menos esclarecido por sus virtudes (2).
Hacía en ÍQ3i la visita general de su Diócesi el Sr.
Cervantes, cuando seguramente al hallarse cumpliendo ese
deber en XalostotitlAn, dispuso qne pasara el Br. U. Juan de
Contreras Fuerte, que le acompañaría como familiar suyo a
que simplemente le mereciera confianza para ese encalco, &
visitar en su nombre el pueblo de San Juan, por no encontrar-
se éste precisamente en el itinerario, ó «veredaí como enton-
ces se decía, que llevaba el Prelado (3); y movido de la fama
que de milagrosa tenia va la santa Imagen de Nuestra Seño-^
ra venerada en el mismo pueblo, y por lo que de ella le refi-
riera tambiín elPárrocode la jurisdicción, Br. 1). Diego Cania-
(i) Era el sexto hijo de D. Leonel de Cervantes y de DP Marítt^
Carbajal; nieto, por la línea paterna, del Factor Juan de Cervantes
Casaus yde DP Luisa de Lara y Andrada; bisnieto, por la línea
materna, del Comendador de Santiago D. Leonel de Cervantes, quien
vino primero con Panfilo de Narváex á la Nueva España, estuvo en
la Conquista de México, tornó después de ella á la Península j' vol-
vió de allí á establecerse en este suelo con su esposa DP Leonor de
Andrada y sus siete hijos.
Gonzalo de Cervantes, padre del Factor D. Juan de Cervantes, era
hermano, al parecer, de Juan de Cervantes, quien era padre de Rodri-
go de Cervantes y abuelo del gran escritor Miguel de Cer\'antes
Saavedra.
El tronco de esta familia fué Ñuño Alfonso, décimo alcaide de la,
ciudad de Toledo, príncipe de la milicia del Emperador Alíonso VIIl
de Castilla, rícohome y glorioso adalid en las empresas contra Uk
morisma. Del tercer hijo de este guerrero, tjue fué Alfonso Munkx
Cervatos, nació Gonzalo de Cervantes, el primero de eate apellido. 1
(2) Basta para testimonio el hecho siguiente: siendo Capitular dj
la Iglesia de Santa Fe de Bogotá, donde desempeñó los delicados car3
gos de Provisor y Vicario General de dos Prelados, le escribia al Rej^
de España el Sr. D, Fernando Arias Ugarte, Arzobispo de aquella.
Metropolitana: "El Dr. Leonel de Cervantes, Arcediano de esta rol
Iglesia, es sujeto tal, que en su presencia me avergüenzo de verme
consagrado y á él nó." j.
(3) En varios de los libros de Visita de los Sres. Obispos he 1^
do que así solían hacerlo. Por ejemplo, el Sr. Colmenero visita
por sí minmo el templo parroquial de Teocaltiche y envió al Licü
D. Diego de Herrera, que con él iba, á que visitara los de S, Frand»^
co de Teocaltitán, distante cuatro leguas, y de S. Juau HuexotitáiiM,
á una y media legua de distancia.
— 75-
rena, cometió asimismo á su delegado el encargo de inforinar-
se acerca de cuíil era el origen de aquella Eligió.
Halló entonces el Visitador la capilla del Ilospilal en el
pobre estado que antes se dijo; el altar hallábase sin adorno;
la Imagen tamnaturga se guardaba, juntamente con los vesti-
dos lie su uso. dentro de una pequeña arca que le servía de
labemáculo; esta arca tenia dos puertas que se cerraban
con llave, y
le quilo el
enuna dee-
trajederaso
sas (los puer
azul de Chi-
las se veía
na que ves-
pintada la
lía; examinó
figura d e Se-
la hechura
ñorSanJoa-
artística; la
quín, V en
vistió denue
laolra.lade
vo; le quitó
Señoril.'-:,-!?!-
, ^'*j^& Wuj^j^T W^
los dijes de
taAna.
''^^k^ifl&r^^Bv-
vidrio que le
ÜBr.Cuii-
.^HStW^VkVI^K'^
liahían col-
Ireras safó
■ '■mMm^m^'
tadolossen-
ilel correci-
rillos indios.
llo la precio-
^^^^^^'^v'i '■■■"■■
y .■^ólo le de-
sa escultura.
■ ^m , -
■1) luiestas
que leiiia la
w.
H!>s joyas
lima ;i ín<
vniladeras.
pies, n.nin
Afrcguraba
atribuloir.,-
eliiiismo Vi-
nico de la
Illnio. tír. I)r. D. Ltoni-I lit' CiTvaiitea y
sitador que
Inmaculada
Carbajal. 0.= Obispo efectivo de
es ta.s alhajas
Concepción;
Nueva Galicia.
eran las úni-
casque en ese tiem|)o tenia la santa Imagen; que la plata labra-
da del templo era muy poca ó ninguna, y que sólo habría
«n él una lámpara, y ésta era de azófar; todo lo cual á prime-
ra vista no se compadece con las constancias de los autos
en que vino á conceder la Audiencia de la Nuevva Galicia el
permiso para que los españoles pudieran avecindarse en San
Juan: hay que explicar, pues, la contradicción que se presen-
ta á este respecto, conjeturando que las muchas lámparas de
-76-
plata, candeleros, frontales y demás preseas con que estaba
enriquecida ya en 163U la capilla del Hospital, habían sido
llevados en depósito á la cabecera parroquial, previéndose que
pudiera tentarles la codicia á algunos ladrones saber que ha-
bía prendas valiosas en un pueblo tan escaso de habitantes,
como San Juan lo estaba á la sazón: muy pocos años des-
pués, cuando gobernaba la Nueva España el conde de Salva-
tierra (1642 á 16i8) "asaltaban á los viajeros los facinero-
sos» y aun robaban la correspondencia pública (1); en 1662,
[ I ] Por el rumbo de San Juau pasó ta! vez el pillo Martín de Villavi-
cen cío Sal azar, alias, Garattiza. cuando huyendo del Santo Ofido, en
1646 se vino por el Teul y Tlallenango haciendo fechorías hasta
Guadal a jara.
Una cédula real de 22 de marzo de 668 se refiere precisamente á
un escandaloso asunto de tres salteadores que se le escaparon á derto
alcalde en la villa de Lagos; los recobró la justicia: ahorcó á uno de
ellos, llamado Nicolás Dávalos, y á los otros dos los volvió al lugar
de su retraimiento.
No se terminaba ese mismo siglo, cuando ya se consideraba la sie-
rra del Nayarit refugio de bandoleros
Por último, fué á fines del siglo XVII cuando el foragido José
Mercado, por un robo de consideración que cometió en el campo, fué
aprehendido por D. Diego de la Mota y Padilla, Juez de la Santa
Hermandad en el pueblo de Jalostotitlán; y habiendo el reo logra-
do escaparse de la prisión en que se le tenía, se refugió ala iglesia;
extraído de aquel sagrado tugar por orden de la Audiencia, ese proce-
dimiento dio motivo á graves litigios. Llevado el bandolero á Guada-
lajara, se le reintegró á la iglesia de San Francisco; extraído de nue-
vo, se le condenó á muerte; llevándolo á ejecutar, los alumnos dd
Colegio de la Compañía de Jesús se echaron sobre los ministros de
justicia, les quitaron á Mercado, lo metieron á dicho Colegio y el
escándalo terminó, después de otras muchas peripecias, con que el la-
drón escapó impune y se castigara pecuniariamente a! Presidente de
la Audiencia,^ Ce val los Villagutierre.^y á uno de los Oidores,
Mota Padilla narra tales hechos, (cap. LXXVI,) omitiendo que la.
primera parte de los sucesos hubiera pasado en Jalostotitlán, no
obstante que así consta en la cédula real de 31 de diciembre de 1696
que cita aquel historiador y que yo tengo á la vista al escribir estas
lineas
Indudablemente que al mismo suceso del rescate de Mercado por
los estudiantes, alude esta nota incompleta del "Diario" del Lie.
Martin de Guijo, correspondiente á julio de 1692: "TumvUu en
— 77- .
cuando ya la santa Imagen estaba al cuidado de un sacer-
dote, se intentó robar, en efecto, el templo de Nuestra
Señora de San Juan, como lo declaró seis años después el
Br. Contreras Fuerte; y que el mismo riesgo corriera en 1634,
lo demuestra con creces, que hasta la Audiencia hubiese
estimado el recelo de que salteadores y gente de mal vivir
pudiera tener el designio de robar la ermita, por tan eficaz
apoyo para permitir la puebla de españoles en San Juan, que
prevaleció esa razón sobre el parecer del Oidor Fiscal, quien
sólo alegó en contrario las leyes prohibitivas acerca de la
materia y nada objetó cuanto á la falta de seguridad en que
se basaba la petición.
Para dar fin á su cometido el Visitador, recabó de los
indios las noticias que tenían acerca del principio de la cele-
bridad de la Imagen y se cercioró de que desde entonces
llegaba la devoción de los muchos peregrinos que iban
á venerarla, al punto de llevar consigo, en clase de reli-
quias, — á las que atribuían cualidades milagrosas, — no sólo
wiedidas de la preciada escultura, y cabos de vela, flores y
hierbas que habían adornado su altar, sino también unos
panecillos que se formaban con tierra arrancada de los ado-
bes de la ermita; costumbre continuada después hasta el
presente, con tales aumentos que más adelante, cuando esa
ermita desapareció, se siguieron haciendo los panecicos con
<^alquiera tierra de aquel sitio, siempre dándoles el carácter
de una panacea; y llegó vez que á ese efecto no bastaran
^iez quintales de dicha tierra para fabricar los que se lleva-
fon tan sólo al Obispado de Michoacán.
Vuelto el Br. Contreras Fuerte al lado del Sr. Cervantes,
fe d¡ó cuenta con todo lo que había hecho y sabido en su visi-
*^á San Juan; y á consecuencia, el Prelado recomendó el cul-
*^ de la Santísima Virgen en su ermita al Sr. Cura Camarería:
^^Híibró demandadle de las limosnas para esc culto al Henna-
^^ Blas de la Virgen, tratamiento aquél y sobrenombre éste
^^ indican que el sujeto que lo llevaba vestiría el hábito de
r^adaíojara, — Jiieves lo, hubo nueva de que eii Guadalajara hubo
^^ttltocon Víctores en la apedrearon á dosoidores.*'
-78 -
alguna de las órdenes religiosas, á título de lego; y por úlliiuo,
ie encai'gó la iiiayonioinia de la capilla á Gerónimo de Arona,
aquel testigo presencial de la muerte de la volalinerita que
recobró después la vida niaravillosanienle, é individuo dicho
Arona que era el más rico de todo aquel valle.
Estas providencias episcopales, que sirvieron para aula-
rizar y acrecentar la atición á la santa Imagen, son uno de los
Ujiü>res que realzan la buena memoria del Sr. Cervantes en la
tercera de las üiócesis que tuvo á su cargo y que gobernó ya
muy poco tiempo después de terminar aquella visita pastoral-
Dícesequeen t63ó fué trasladado á Anlequera ú Oaxaca;
pero hasta 1 1)37 todavía se hallaba en su sede de Guadalajara,
desempeñando los oficios de su ministerio ( 1 ). Ese mismo año
partió a encargarí?e de su nueva Grey; pero, murió alll^ar
(i i En la Serie de Obispos qnc trae el Segundo Concilio Mexicano y
en Alcedo, dícesequs esa translación fué el 21 de septiembre de 1635;
pero el P, Gay y el Sr Gillow fijan esa mudanza en 15 de marzo de
tal año. He aceptado yo esta última opinión en tin trabajo mío,
(hdtiih PoHttiral fie la Iglesüi df Onn'lnlajnr'i,) por creer bien infor-
mados á estes refpelablKS hisloriígrafos de Oaxacs; pero, como digo
arriba, todavía en 1537 se hallaba en Guadalajara el Sr. Cervantes.
Kn la' foja 180 del volumen II de registros del Sagrario Metropo-
litano, comienza un ' Libro en el qual seadeutan los que el Illmo mi
ssr. El Dr. Don Leonel de Ceruantes y Caruajal obpo. de este nue ?
Reyno de la Galií.ia y del consejo de su magd. & ? , Conlicina en su
ygl "■ . Cathc'ral de esta ciud.. desde dos de febrero de 1634 años.,
siendo Cura y Bendo. El licenciado Don Lope de Orozc».' ' Las últi-
mas partidas de confirmación hechas por el Sr Cervantes, que cons-
tan en e! libro á que aludo, tienen estos títulos:
' 'Y en seis del mes de Septiembre de mili y seiscientos y treinta y
siete años el Jllusmo. Sr. Don leonel d; ceruantes y caruajal Obispo
deste nueuo Re>^lO de la galicia celebró confirmaciones en el coiitiento
de monjas de Snt " . m " . de gracia." (Folio 1S4; siguen luego las
partidas correspondientes,)
"en el dho. Conuento ocho dias del mes de Septiembre del dho.
aiío prosiguió Su Illussma. con las confirmaciones y se confirmaron
las Personas siguientes | (Folio 196 vuelto; á continuación las parti-
das de confirmados)
Asi pues, queda probado que todavía en septiembre de 1637 se
hallaba en Guadalajara el Sr. Cervantes. Acuérdase esto cou el
siguiente párrafo que se halla en el valioso articulo ' 'JALISCO. A-
punles sobre el Obispado de Guadalajara, hechos en 1852, para que
sirvan ala formación de una Historia Eclesiástica Mexicana"
— 79 —
á México V fué enterrado en la sala de Profundis del conven-
to de San Francisco, en el sepulcro de su familia. El epitafio
que allí se le puso y que es un epílogo biográfico suyo, decía:
*'Aquí yaze el Dr. D. Leonel de Cervantes Carvajal, Maes-
trescuelas V Arcediano de Santa Fe del Nuevo Revno de
Granada, Provisor y Vicario General de su Arzobispado, Cotni-
sario del S, Oficio, Ohispo de Santa Marta, Obispo de Cuba,
Obispo de Guadalajara, y de Guaxaca, Gran Limosnero, y
Padre de los Pobres" (1).
to en el '* Diccionario de Historia y de Geografía'' publicado en Méxi-
co desde 1853 hasta 1856: '*En el lib. 6 '^ . de Actts á fojas 46 se lee
la del cabildo celebrado en 23 de setiembre de 1637 que: ^'habiendo
hecho de este obispado ei Ilimo. Sr. D. Leonel Cervantes: en 21
de este se presentó el Sr. Dr. D. Bartolomé de Arvide con poder del
Illmo. Sr. Dr. D. Juan Sánchez- Duque pidiendo la posesión que lue-
go se le dio, y con ella la del gobierno y provisorato de esta ciudad y
obispado." Los puntos supletorios indicarían, según el contexto,
que allí debió existir la palabra renuncia ó dejación.
Ya escrita y aun parada esta nota, he visto tal libro de actas, en la
parte que corresponde á tal suceso. Desde el folio 4 5 frente hasta el
50 vuelto, consta todo lo concerniente á la separación del Sr. Cervan-
tes y á la toma de posesión del Sr. Sánchez Duque, por medio del
canónigo más antiguo Dr. Arvide: allí están transcriptas la cédula real
de 22 de diciembre de 1636, en que se avisó ala Audiencia de Guada-
lajara y á las demás autoridades ue qen el caso tenían que ver, cómo
el Sr. Sánchez Duque de Estrada había sido nombrado Obispo con
todos los requisitos legales; y las bulas dadas en Santa María la
Mayor el año de 1637, á doce de las kalendas de agosto (21 de julio)
por el Santo Padre Urbano VIIL el décimo tercio año de su pontifi-
cado, nombrando Obispo al mismo Sr. Sánchez Duque.
El acta que primero se ocupa del asunto, que es la de 22 de septiem-
bre de 1637, dice *"auer hecho dexación el sr. Obispo Don Leonel de
Cervantes deste govierno por averie venido las bulas del Obpado. de
guaxaca y desfndyose ayer veinte y uno de septe. deste presente año
deseysctos. treinta y siete*' , etc.
(i) Algara y Cervantes: '*Los descendientes de Miguel de Cervan-
tes Saavedra", págs. 9, 10, 12, 14, 3iy';4;y árbol genealógico que se
llalla entre las págs. 52 y 53. -Beristain- ^Biblioteca Septentiional
-Americana", edición del Sr. Vera, t. III, págs. 295 y 296.— Gay.
* Historia de Oaxaca'* vol. I, pág. 206. — Gillow: "Apuntes Históri-
<X)S'\ pág. 86 del ** Apéndice*'.— Florencia: ob cit., págs. 52, 53, 56,
^y ój.-^líivera Cambas: *'Lios Gobernantes de México"', vd. I,
P4g. 165. — "^Dicdonario Universal" citado, art. Garatuza., por el
Sr Qrocco y Berra, en el vol. II de los *' Apéndices.*'. — Vetancurt:
'^Teatro Mexicaiio'\ vol. III, pigs. 102 y 103.
i
Tkanskokmaciones y mudanza del santuario.
E!s muy probable que el Sr. Obispo D. Juan Sánchez
Ducpae, sucesor inmediato del Sr. Cervantes Carbajal, á su
paso de Zacatecas para Guadalajara, tocara en el pueblo de
San Juan; (1) y con fundamento de esta probabilidad, es de
suponerse que él fuera quien ordenó que se mejorara la
primitiva capilla del Hospital, dándole mayor amplitud y
decencia, como lo exigía ya el aumento del culto de la san-
ta Imagen de Nuestra Seftora de aquel nombre.
Atinada ó no esa conjetura, lo cierto es que hasta des-
pués de la muerte del virtuoso Sr. Sánchez (2) que muy poco
( i) En un "Libro de Gobierno del Cabildo Sede Vacaiile, " que
existe en el archivo de la Secretaría de la S, Mitra de Guadalajara.
consta que en 9 de enero de 1643 se nombraron para visitar el Obis-
pado, por el Sur y el Poniente al Canónigo Lie. D. Lázaro Jiménez
de Palacios, y por el Norte al Lie. Pbro. D. Juan de Álzate, Vicario
de Zacatecas; providencia tomada en virtud de que el Sr. Sánchez
Duque sólo había visitado en el territorio de su Diócesi aquella ciu-
dad y algunos de los lugares del tránsito entre ésta y Guadalajara.
(2) En el citado artículo que lleva el nombre de JalUco, se lee
respecto de tal defunción: "Esta, según Mota Padilla, cap. 54 niJin.
3, fué en noviembre de 1643, y según la Serie y Alcedo en 1641 : esto
segundo parece lo más cierto, porque en el libio 6P de Actas del
cabildo á fojas 204 se dice: que habiendo fallecido su lllnia. en 2 de
noviembre de 1 541, se procedió al día siguiente al nombramiento del
secretario del gobierno eclesiástico con la declaración de la sede
vacante."
£1 día de esa fecha que yo había adoptado come cierta, pw ver
— 81-
liempo gobernó, y precisamente al principio de su vacante
fué cuando se vino á acabar la nueva capilla, que en su
lecinto comprendía el terreno de la antigua: debió ser esto
afines de 1641 ó principios del siguiente año.
tObra lucida, pero de poco dui-a,» llamó al nuevo edi-
ficio persona que tuvo que conocerle; (*) y así debió esti-
que se citaba como comprobante un documento auténtico, está con
todo errada; que no debe ser 2, sino 12, como lo testifica este princi-
pio dd acta resjxictiva que se halla en el ya expresado **Libro de
Gobienio del Cabildo Sede Vacante*': *'En la ciudad de Guadala-
xara á doze dias del mes de noviembre de mili y seiscientos y qua-
renta y un años haviéndosse juntado los señores Dean, y capitulares
desta sancta yglessia en su cavildo Hordinario conviene a saver D<^r
D. Matheo Ramires y alarcon deán, don Rodrigo de Ángulo Chantre
D<>''Thomas Zapata de Gal vez y Maestro don Juan de Salvatierra
canónigos lido. Manuel Macedo don Andrés de Sanctiago y Herrera
PíOs Por quanto aviendo muerto el señor obispo don Juan Sán-
chez Duque que Dios tiene en el cielo a las oras de las ocho de la
mafiana poco mas ó menos oy dho. dia ..." Concluye el acta
mandándose citar á cabildo extraordinario para acordar lo concer-
niente al entierro del ilustre difunto y ordenando al Secretario que
diera fe del cadáver.
Concuerda con el día así fijado, el testimonio del P. Tello, que
estuvo presente á la muerte del Sr. Sánchez Duque y que dice: **lo
llevó Dios para sí después de la octava de San Diego, ó en la misma
octava", esto es, del 11 al 19 de noviembre; aunque debe advertirse,
que no tuvo el mismo P. Tello memoria tan feliz como esa, para recor-
dar el año del suceso, puesto que lo atribuye á 1643, error en que hizo
incurrir más tarde á Mota Padilla, y éste á Navarrete.
Después de escritas las líneas precedentes, he podido certificarme
por mis propios ojos de que en el original del acta de cabildo que acer-
ca de este particular se cita en el artículo Jaliftco, no está escrito 2 de
ftoojemteie, sino * 'dose f sic) de Twviembre,' ' Dice de esta manera literal
laparte correspondiente de tal acta: **En la ciu<l de Guadaláx» adose
dittdd mes de noviembre de mili y seiscientos y quarenta y un años
.... estando en cav 9 pleno y aviendo visto y conferido como
88» Illma. del Sr. Dor Don J 9 Sánchez Duq? de Estrada obispo
Jtte fue de este Reyno oy dia de la fecha fue Nuestro Sr. servido
c llevárselo desta presente \nda á la otra*' . . . .
Tal vez ese cambio de fecha se deba á una errata de imprenta. Fué-
lo asi á no dudarlo poner en el mismo artículo después del errado 2
de noviembre, 1541 en vez de 1641.
(*^ El Sr. Contreras Fuerte residía el año de 1648 en Lagos, se-
g¿tt lo acredita la siguiente partida del vol. I del "Libro de Visita"
11
— 82 -
marlo también el Sr. Obispo Dr. D. Juan Ruiz Colmenero,
que al visitar en junio de 1648 el referido pueblo de San
Jnan, notando que amenazaba ruina esa segunda capilla,
ordenó que fuese derribada y que en vez de ella se erigiese
un buen templo de más sólidos materiales que los del enton-
ces existente, en el lugar donde hoy se halla la iglesia parro-
quial.
Pronto debió terminarse esa otra construcción, pues-
to que en 1 653 se escribió que "habría cinco años que estaba
acabada" (1): era "toda de cal y canto, de mampostería y
del Sr. Colmenero: "En 22 de junio de 1648 se le dio licencia para
confesar á el llzclo. Ju ° . de Contreras residente y domiciliario de la
villa de Lagos." Kslaiido, pues, este eclesiástico residiendo en las
inmediaciones de San Juan, es seguro que conoció también la segun-
da capilla de Nuestra Señora, como antes había conocido la prime-
ra.
Y á propósito, por no tener ese dato á la vista cuando rae referí,
en la pág. 23 de este libro, al grado académico que debería dársele á
Contreras Fuerte, opiné que sólo tendría el de Badiiller y no el de
Licenciado, que me supuse habría recibido después: fundé mi conje-
tura en un edicto fechado el 8 de agosto de 1664, que cc-mieiixa de esta
manera: "Nos el Br. Don Baltasar de la Peña y Medina Racionero de
la Sta, Iglesia Catedral de Guadalax " Juez Pro\-isor y Vicario geni
deeste Obispado de la Nueva Galicia por los SSes. Dean y Cavildo
Bede Vacante eta. Por quanto se nos á dado notizia cierta que el Br.
Juan de Contreras Fuerte, Capellán del Santuario de Nuestra Señora
de San Juan del distrito de Jalostotítlan en este dicho obispado," etc.
Además, en 6 de julio de 1660 el Cabildo Eclesiástico llamaba Bachi-
ller al mismo Contreras Fuerte, al admitir el ofrecimiento de $ 2000
que éste hacía á cambio de los diezmos de la villa de Lagos, que
había tenido contratados ya en 1658.
Ahora, en vista de que en el "Libro de Visita" del Sr. Colmenero
se le decía Licenciado á Coutreras en 1648. tiene que deducirse que
se le daba uno y otro título promiscuamente; y queda insoluta la cues-
tión acerca de cuál de los dos fuera el grado que en efecto tu\'iera,
¿Se explicará esta dualidad por el supuesto de que estuviera gradua-
do de Bachiller en una facultad y de Licenciado en otra?
[*J El Br. Contreras Fuerte se expresa así acerca de estos particu-
lares: "Echáronse los cordeles para la iglesia nueva del Santuario,
cogiendo dentro de la Capilla mayor la Hermita en que estaba la Vir-
gen. Acabóse en la Sede-Vacante del Señor Don Juan Sánchez Du-
que, seis ó siete años después, obra lucida, pero de poca dura. De-
rrívoia el Señor Don Juan Ruiz Colmenero, seis años después, pori
— 83 —
süleria, cubierta de sanco (?) al modo de tijera," con una to-
rre; y sacó de costo más de veinte mil pesos, recogidos en
su totalidad sólo de limosna.
amenazaba rtiina; y no se cayó por milagro de la Virgen; y se hizo la
que oy está sumptuosa y firme.'* Según esta versión, hasta 1668, en
que declaraba esto el mencionado testigo, es decir, en fecha en que ya
era muerto el Sr. Colmenero, sólo había habido tres casas de oración
dedicadas al culto de Nuestra Señora en San Juan: la ermita primiti-
va; aquélla que comprendió á ésta en su capilla mayor; y la que exis-
tía cuando declaró el Lie. Contreras Fuerte.
El Br. Arévalo informó á su vez en 1693 Q^^- **La Iglesia que tu-
vo esta Sagrada Imagen en sus principios fué un Xacal, después se
fabricó otra, la cual duró muy poco, por ser también de Xacal, aun-
que mas grande que el primero. El Ilustrlssimo y Reverendíssimo
Señor Dr. D. Juan Ruiz Colmenero mandó se hiciese la Iglesia de Ar-
tezon, con las paredes de cal y canto: esta también, por ser mala la
madera de que se fabricó, se tuvo de desbaratar por orden del mismo
Sefior Obispo D. Juan Ruiz Colmenero, y se hizo de bóveda . . . *'
Conforme á este testimonio, resultan cuatro casas de oración hasta el
tiempo de ese Prelado: un jacal; otro mayor; la iglesia de artezón con
mala cubierta; y la de bóveda.
A su vez el Cura Br. Camarena se refería, informando en 1653 al
P. Tello, tan sólo á la iglesia ó capilla primitiva y á aquella otra que
* 'habrá cinco años que está acabada, toda de cal y canto, de mampos-
teria y sillería, cubierta de sanco (tal vez debería decir, saúco,) al
modo de tijera, con la torre"
Comparando lo que expresan sobre esos templos el Lie. Contre-
ras y el Br. Arévalo, se ve que la tercera de las casas de oración á que
alude éste, no fué mencionada por aquél; y aunque por ser el primero,
coetáneo de todo lo que refiere, debiera su dicho preferirse al del se-
gundo, como las señas que da el Br. Camarena, coetáneo también, de
la iglesia que se concluyó de fabricar hada el año de 1648, — la que era
de cal y canto y estaba techada en forma de tijera, — corresponden con
lasdd tercer templo á que se refiere el Br. Arévalo, — que era de cal y
canto y con el artezón ó techo de madera mala, — resulta comprobada,
merced á esta identificación, — la existencia del templo de que no habla
el Br. Contreras Fuerte.
Ssa omisión se puede explicar, sir forzamiento algmio, de este mo-
do: como el techo era el malo y no los muros de cal y canto, sobre él
debió recaer la providencia de reponerlo con el de bóveda y no sobre
las paredes que por hallarse en buen estado se conservarían: en ese
oso, fué sólo una reparación, no una completa obra nueva, la que
se hiio en los últimos años del gobierno del Sr. Colmenero: por
^to, así se comprende que el Lie Contreras no la hubiese menciona-
^ y que el Br. Arévalo, sin embargo, la cite en los términos en que
lo baoe, oomo una mejora importante. Así aclaradas las cosas, quedan
av^iídos I06 tres testimonios fidedignos que tenemos sobre esos puntos.
-84 —
No debe extrañarse que tan gruesa cantidad fuera reu-
nida, y tal vez en corto tiempo, noniás con religiosas dádi-
vas: muchos de los objetos de que en 1653 se servia esa
tercera casa de adoración del Favorecido pueblo, — á la que en
lo sucesivo se le llamará Santuario,— eran de plata: habla en
ella catorce láinpiu-is, veinLIcualro caiid:'bros, ocho blando-
nes, cálices,
vinajeras, a-
cetre é hiso-
po de ese
metal, y aun
se sabe que
cuatro
delasprime-
ras tenían un
valor de seis-
cien tosa mil
pesos. Se
contaba a-
deniás con
un órgano,
ornamentos
suñcientes y
todo lo ne-
. ■ . « ■r,'A tr ^';*''"''°«"*^ seriedemfs-
Iglesia Parroquial ác San Juan.
ticos varo-
nes destinados, con ese noble carácter, á consagrarse abne-
gada y filialmente k procurar que durase inextinguible la reve-
rencia y el fervor que inspiraba la santa Imagen.
Muy grandes debieron ser los sentimientos de esa natu--
raleza que le infundió al Sr. Colmenero: para esto bastaba que
fuera esa Imagen ima representación de la Vii^en Inmacu-
lada, titulo privilegiado á que fué espei^ial mente afecto
gran Prelado, como lo definen varios hechos memorables;
suficiente es recordar la notabilísima sesión que en 22 di
noviembre de 1665 celebraron el Ulmo. Obispo y su Cabi
do, — en el que figuraba el Br. Camarena, — ^para deten
— 85 —
nar, como en efecto lo acordaron y cnmplieron, hacer pú-
blico y solemne juramento, por sí y sus sucesores, tde
tener, defender, enseñar, predicar, y hacer cuanto fuere de
su parte y obligación para todos los fieles, para que to-
dos y cada uno, según su estado y calidad tengan, enseñen,
defiendan y prediquen que la bienaventurada siempre Virgen
Mana y Madre del Redentor y Salvador del mundo, en el
primer instante de su Concepción fué prevenida con la Divi-
na gracia para no contraer, como no contrajo, manera algu-
na de pecado original; y que por la noticia cierta en que se
hallan de que su Magestád católica, piadoso emulador de sus
progenitores en cuanto á la promoción y aumento de lo
religioso en todos sus reinos y señoríos, y mas señalada-
mente en todo lo perteneciente á este preciosísimo misterio,
con intervención de sus embajadores está haciendo muv
vivas instancias con su S., para que por medio de la Santa
Sede Apostólica se proponga á la universal Iglesia la infali-
ble creencia de esta verdadera opinión (*); y para que esta
acción religiosa tenga antes el mérito de su afecto y se eje-
cute sin perder tiempo, respecto de hallarse impedido el dia
primero 8 del mes venidero Diciembre de este presente año,
consagrado á la común solemnidad, con la publicación de la
Santa Bula de Cruzada; se haga el dicho juramento el dia de
Mana Santísima de la Espectacion, 18 de dicho mes y año,
en la capilla de Nuestra Señora de Zapopan, á cuya Imagen
milagrosa está dedicada esta festividad, y á ella concurran
para el dicho efecto capilularmcnte todos los dichos seño-
res con las demás personas pertenecientes al cuerpo de es-
ta Santa Iglesia, para la celebridad de semejantes fiestas,
con el presupuesto que se hace de que Su Sria. Revma. é
(*) En una cédula expedida en Ventosilla el 24 de octubre de
1617, participaba el Rey (Felipe III) al Rdo. Obispo de esta Diócesi,
^oe había mandado á su predicador Fr. Plácido de los Santos á impe-
trar de S. S. la declaración del misterio de la Purísima Concepción;
y rogaba y encargaba al mismo Prelado que en sus cartas al Papa le
manifestara su sentir scbre la materia y la ^ande alegría y consuelo
que caoseria esa determinación. (Nota del autor.)
— 86 —
lllma. ha de celebrar la presente con Misa mayor de Pontifi-
cal; y que la forma del juiuniento, que se ha do prestar en
lengua latina, la ha de leer en tono de evangelio el Diácono
que hiciere el oficio en la celebridaxl de dicha misa. V asi-
mismo determinaron por decreto que ha de tener fuerza
de precepto y perpetuo estatuto, que los dichos subcessores
asi en la Dignidad Episcopal como en las demás dichas dig-
nidades y canongias, raciones, y en los demás oficios ecle-
siásticos que se acostumbran á servir con juramento, le hagan
antes de ser admitidos á la posesión, en cuanto á la limpia
Concepción de nra. sra. María Santísima en la forma ideter-
minada; y que la dha. fiesta común que se celebra r^ida año
en dicho dia ocho de diciembre, se celebre de aquí adelante
perpetuamente por los dichos señores y demás personas de
esta dicha Iglesia con vigilia de ayuno; y que el estatuto en
esta razón tenga fuerza de precepto: y dicho Sr. Dean y de-
mas señores Capitulares, pidieron y suplicaron á Su Señoría
Illma. tuviese por bien de interponer su autoridad y decreto
judicial para que el dicho decreto de vigilia con ayuno
con fuerza de estatuto y precepto común, se entienda y obli-
gue á todos los fieles que á la sazón se hallaren en esta di-
cha ciudad y Obispado; y Su Sria. illma. la interpuso para que
se haga y ejecute según la proposición, en la manera que pue-
de y ha lugar por derecho . ..." (1) Aquí es de recordarse
que esa edificante conducta fué tomada luego cual modelo
tanto por la Audiencia de la Nueva Galicia como por el Cabil-
do, Justicia y Regimiento de la capital del mismo Reino,
la parte concerniente á jurar la defensa de la Inmaculada
Concepción. (2)
[ij Lleva esta copia la ortografía con que está eu el documento
que se publicó al ña del folleto que citaré en la nota bibliográfica
tínal del presente capitulo; pero difiere de ese mismo documentos
algunas palabras que corregí conforme al acta original.
I z) Ese juramento tuvo en esla región su primer precedente entre
loü religiosos franciscanos de la Provincia de Santiago de Jalisco, que
en definí torio de lo de julio de 1622 y eu obedecimiento de una paten-
te del Rmc. Ministro General de su Orden, Fr. Benigno de Genova,
— 87-
Apenas habían pasado esos relevantes sucesos, cuando
el preclaro Obispo que había sido su principal factor, tuvo que
dejar su Sede, ya para evitar las contrariedades que se le ofre-
cían en defensa de su jurisdicción eclesiástica y ya para
procurar por símismo el arreglo de algunas diferencias terri-
toriales con la Mitra de Michoacán: á este fin, se instaló por
espacio de dos años poco más ó menos, — de 1656 á 1658 y
tal vez 1659, — en una humilde choza ubicada en Santa
Lugarda-Rincón de Frías, — límite entre aquel Obispado y el
suyo, — en el cual predio rústico ya había residido algún
tiempo el año de 1655, con el mismo postrer objeto.
Es probable que en la primera de las dos residencias que
allí hizo el venerable Prelado, por haber visto ó por noticiár-
sele que el Santuario edificado de orden suya tenía poco só-
lido techo de madera, hubiera ordenado que se procediese á
darle consistencia á aquél, substituyéndole éste con otro de
bóveda; como probable es también que hallándose en la
segunda época de ese confinamiento, movido por el deseo de
apresurar aquella material reforma, se transladara á San
Juan, que no dista mucho de Santa Lugarda: entonces serta,
como consta en la Historia, cuando el Sr. Colmenero por sí
mismo estuvo atendiendo tal construcción por algún tiempo.
Ano ser que tanto el principio de la mejora como la asistencia
pvsonal que le dio el limo. Sr., tomando el puesto de sobres-
tante, deban referirse tan sólo á la segunda época de la estan-
cia en Santa Lugarda, por haber sido esta permanencia más
dilatada que la que en el mismo lugar había hecho el ano
precedente. De todos modos, los nuevos beneficios que el
preclaro Diocesano de la Nueva Galicia le hizo al culto en
San Juan, tienen que referirse al lapso de tiempo habido
desde 1655 á 1659. (*)
di^msienMi hacer solemnemetite el juramento de se^iir y defender la
opinián pía acerca del misterio sacratísimo de la Inmaculada Concep-
ci6n.
(*) El Sr. Colmenero hizo la visita general de la Diócesi desde
Jtmio de 1648 hasta septiembre de 1649, sin detenerse en ninguna
pote sino lo preciso para desempeñar las funciones de su elevado
anoisterio. Consta qne después de esta fecha no volvió á salir de
De la forma en que vino á quedar así restaurado el tem-
plo, se daban en 1693: estas señas precisas "es un cañón en-
tero muy capaz y alegre, tiene su Capilla mayor, y su Cruce-
ro con dos Capillas; una al lado derecho, con un Allur de\
Santo Christo; la otra con un Altar con un lienzo muy lindo
con la Huida á Egipto, con Señor San Joseph y San Migueí,
que los van tequelaSa--
guiando ^HH^^^^BM^^^HI^HI est,«
de Epis- ^^^^^^^^^^^^^^^^1
la ^^^^^^^H^^^^^^^^^^l poniue e
^^^^^^^^^^^^^^^^^^1 se
que estam- ^^^^^^^^^^^^^^^^H ^'^
de bó- ^^^^^^^^^B^^^^^^IH '^
un cajón ^^^^^^^^^^^^^^^^1 perl^Biis
gi'ande de ^^^^^^^^^^^^^^^^^^| Hi^'^ tíe^^<^
^^^^^^^^^^^^^^^^^^1 esta &agr=ra-
queseguar- ^^^^^^^^^^^^^^^^^^| Imag^^n.
or- ^^^^^^^^^^IB^^^^^H Assirnisii^Hio
^H^^^^^^^K'^^^^I tienelalg
otro lado ^^^^^^^^^^^H^n^^H C*
la ^^^^^^^^^^^^^^^^^^1 en
mayor ^^^^^^^^^^^^^^^^H aposen
otro ^HH^^^^^^^^^^^^H de
quarto del muv as^'^"
^ . limo Sr. Dr. D. Juan Rmz Colmenere.; , "
mismo por- ll.eobispode In Nueva (ialicia. 00.»
Al par que en darle ese nuevo impulso al culto de Nui^*"
tra Señora de San Juan y en amparar su territorio episcopj
Gruadalajara sino hasta el tiempo á que se refiere un decreto q^'
comienza de esta manera: "En la Ziudad de Guadalax?^ á seis d» ^
del mes de Diz" de mil y seis^í^ y dnqta. y qualro años Su SS /
el Sor. Don Juan Rniz Colmen P Obispo deste obispado del Cous^J'^
de Su Magíl —Por hallarse como se halla para salir desta Ziudad á "
disposición de divertios u ^odos graves que piden su inmediata Inte^
vención y asistenzia en diversas partes deste obispado"&. — Faése ^^
efecto el Sr. Colmenero á Santa Lugarda, como lo expresa el textt); »I^
se hallaba en 22 de mayo de 1655, cuando confirió el orden delsubdÍB'
— 89 —
el sabio Prelado, que había sido profesor de Teología y aun
rector de la Universidad Complutense, ocupaba su tiempo
en la soledad á que se había retirado, escribiendo un comen-
tario, — como no se desdeñó de hacerlo el gran filósofo Santo
Tomás, — al inmortal tratado ó diálogo tDe consolatione
philosophica, » que en su prisión de Pavía compuso Severino
Boecio; y además de-ese comentario redactó más de cinco mil
pensamientos sueltos predicables, que llamó t Misceláneas. »
Poco después de haber regresado á su Sede, recibió una
cédula real, fechada en Madrid á 6 de agosto de 1660, en
que se prevenía á todos los Prelados que no descuidasen ha-
cer la visita general; y en cumplimiento de esa orden, el 22 de
octubre del año siguiente avisaba el Sr. Colmenero, por me-
dio de un escrito, que con la posible brevedad saldría á hacer
aquella visita, comenzando por los distritos en que la había
retardado por causa de la mucha distancia, y siguiendo luego
la de los demás.
Es indudable que de haber podido efectuar el buen propó-
sito que de esa manera expresaba, esta salida á visita delexce-
lenle Pastor hubiera abundado, como la primera, en tan admi-
rables actos de celo evangélico cual lo fueron los de su inter-
naciónpor parajes «no andados jamás por obispos ni visitado-
res,» hasta las rancherías del Río Blanco, donde catequizó é
hizo bautizar muchos adultos indios negritos y borrados^y á los
hijosde los mismos; el descenso, por peñascasi cortadas á pico,
conado á Pr. José de Alcaraz, religioso que andando el tiempo llegó
i ser Provincial de Santiago de Jalisco. Volvió á Guadalajara ese
mismo año, puesto que en noviembre de 55 asistía al memorable cabil-
docuyaacta va en gran parte reproducida en este capitulo. En 24 de
febrero de 1656 ya se hallaba de vuelta en Santa Lugarda, porque
a esa fecha le escribía á su Cabildo, acerca del nombramiento de
ttcretario y contador de éste, hecho en la persona de Francisco de
Quixada; en 1 1 de marzo del dicho año, confería allá el diaconado
i Fr. José de Alcaraz; y en 12 de mayo del mismo año el Capítulo
acordó nifl^dar por los santos óleos á Michoacán. Hasta el año de 60
oovudve en las actas del Cabildo á hacerse mención del Sr. Colme-
nero como residente en Guadalajara: fué con motivo de notificársele
hdeodón de hacedores.
Estas fechas concurren á demostrar los asertos que obran en el tex-
to.
12
-90 —
en la barranca de San Juan de Quenta, donde se habían
retirado seis huicholes con sus familias, para idolatrar á su sa-
bor; y su entrada á la sierra del Nayarit, en que reconcilió á
muchos apóstatas é hizo que diera principio la repoblación de
San Francisco de Ateneo. Estos hechos están en perfecta ar-
monia con aquellos conceptos en que á él se refiere un histo-
riador: "amaba tanto á los indios, que sabiendo que si se leí
hacia algún agravio, sin poderse contener salía de su natural
pacífico, y decía que sólo por defender un indio debían esti-
marse por bien logrados ios trabajos de España á Indias."
La anunciada salida á visita de este apostólico Prelado,
no se llevó á calió; porque antes de que pudiese satisfacer el
Sr. Colmenero su deseo acerca del particular, una enferme-
dad que á la postre lo puso en cama, obligándolo á permanc'
cer de espaldas sin movimiento y con excesivos dolores, le
arrancó la vida el viernes 28 de septiembre de 1
De «cristiano, atento y ajustado» Obispo calificábale su
Cabildo, deplorando esa muerte, pocos días después: en ver-
dad, acreditan que mereció todos esos calificativos lauda-
torios cuantos hechos ilustran su biografía, en gran parte no
bien conocida hasta el presente; y entre los que hacen más
grata su memoria en la Diócesi que gobernó con tanta recti-
tud, diligencia y fervor, no son los menos gloriosos aquellos
que afianzan la inflamada devoción que profesó á Mana Santí-
sima, muy señaladamente en sit'? títulos de Zapopan y de
San Juan de los Lagos. (*)
("1 Florencia, ob. cit., cap. III, párr-*. I y IV; y cap. IV, parr. VI.
— Tello. ob. cit , cap. CCLXXXIX, al final.— Espinosa y otros
miembros del Cabildo de Ouadalajara: "Diclamen sobre la Inmacu-
lada Concepción de María Santísima" ', documento núm. 3, pág. 83. —
Mola Padilla, ob. cit.. cap. LXVI, — Varios: ' Diccionario" dtado,
art. Jalinco.—^UihTo de Visita del Sr. Colmenero, tns. — Lit>ro VII de
Actas del Cabildo, ms. — Diversos documentos inéditos del archñ'O
de la S. Mitra.
A pesar del cuidado con que corregí el pliego anterior, después de'
la revisión de sus últimas pruebas, los impresores, de su propia auto-
ridad hicieron á última hora estas errata?: en la página 87, línea 5*
pusieron: «/mismo, en lugar de: K/mísjno.-yen la página R8, linea a*
donde decía bien:seííoí«z/( en 1693 vfttas señas pcecjsrts.'-etc.eainbiaí
ron estos dos puntos, dejando as( la frase: ae daban
señas jjrec isas-, etc.
•'•••••«•'••••••••••.'•^•••*#**%«*n«#n,#H,*n«#^,#n,#**^H^«»«#«»##H,»»*<»H*»»^
XI.
El Cronista de la Provincia de Santiago de
Jalisco.
Cabida debe tener aquí, por ser este el lugar á propó-
sito, un relato de la vida del cumplido cronista que antes
que nadie tuvo el cuidado de narrar el memorable suceso que
le dio nombradla á Nuestra Señora de San Juan: ya se
comprenderá que esta alusión le corresponde al meritísi-
mo Fr. Antonio Tello.
Insignes escritores le han dado á este ilustre religioso por
patria á Guadalajara de Indias; le han hecho indio discípulo
de Fr. Pedro de Gante; lo han puesto en el número de los
misioneros que acompañaron á Sebastián Vi/caino el año de
1596 á California; y lo han colocado rigiendo en 1605 como
guardián el convento de Zacoalco: errores de los cuales el
primero se presenta sin apoyo de autoridad alguna; el segun-
do proviene de una extraña confusión entre el P. Tello y el
indio donado Juan Antonio ó Juan Francisco, venido en 1528
con la expedición de Cortés de San Buenaventura; el tercero,
nace de una mala interpretación de los términos en que
extractó el mismo Tello el relato que del primer viaje de
Vizcaíno hizo antes que nadie Torquemada y reprodujo más
adelante Betancourt; y por último, el cuarto, originado proba-
blemente de algún error de fecha. (*)
(*) En un estudio biograbibliográficx) acerca del P. Tello y sus
ohfas, que vengo preparando, demostraré ampliamente esos errores;
por hoy me reduzco á hacerlos constar, declarando que he recogido
ya las pruebas de que lo son.
— 92-
De cierto se sabe, porque consta así en la parte inédita
de la Crónica Miscelánea^ que Tello era hijo de la Provincia
de Santiago, que comprendía en su circuito á León, Galicia y
Elstremadura, y que era la misma donde proresaron Fr. Mar-
tín de Valencia, Fr. Martin de Jesús, Fr. Hernando de Soto
y Fr. Toribio de Benavente; miembros después de la de San
Gabriel é individuos del número de los doce religiosos que
formaron la «primera barcada • de franciscanos que aportó á
la evangelización de Nueva España. (1)
Ese dato hace inferir que ta nacionalidad de Fr. Antonio
era la española; porque no era la costumbre que los natura-
rales del Nuevo Mundo fueran á tomar el hábito en la Penín-
sula y sí lo era que de ésta vinieran á él de vez en cuando
grupos de misioneros á reforzar las filas de los que trabaja-
ban en cristianizar á los indios.
Por otras noticias á que S3 aludirá á su tiempo, se pue-
de conjeturar que la época de su nacimiento debió ser por
los años de 80 á 90 del siglo XVl; y no es inadmisible el
supuesto que hizo ya algún erudito, de que acaso pertene-
ciera á la familia Tello de Orozco, avecindada en Guadalaja-
ra desde tiempos muy remotos. (2)
(O La última parte de la "Crónica Miscelánea", aparte que como
la primera, la tercera y la quinta t&tá todavía inédita y que nadie
había mencionado hasta hoy. pues se ha creido que solo constaba
dicha Crónica de tres libros,— lleva este título que con uno de sus
conceptos funda mi aserto acerca de la patria del P. Tello: "'Libro
Sexto y último en que por haver fundado el Sancto Fr. Martin de
Valencia i sus compañeros las provincias de la nueva España, siendo
hijos de la ProV de S. Tiago y también el Authnr, tomó motivo para
tratar de su fundación, y lo que ha florecido eu tetras y santidad,' '
(a) El Cabildo Eclesiástico de Guadalajara, en su Informe de 20 de
enero de 1570, decía: "ítem: en esta real audiencia hay im oidor que
se dice el licenciado Orozco. el cual tiene un hermano oidor de Méxi-
co, que es el doctor OroKco, y las apelaciones y discordias de esta
audiencia van á la chancilleria de México. Si están bien proveídos
ó no. V M. lo vea. Fueron proveídos los dís por el licenciado San-
doval, por ser el doctor OroKCo casado con una sobrina de su herma-
no, y poi causa del uno se proveyó el otro."
Hé ahí claramente explicado el origen del apellido Tello de Oroz-
co; pues el Licenciado Sandoval apellidábase Tello de Saiidoval y
a.sí debió apellidarse su hermauo, el suegro del Dr. Orozco. No
— 93 —
A tener en estas tierras parentela de tan buena cepa,
tanto como á que la memoria todavía fresca de las proe-
zas de aquellos esclarecidos monjes, convidaba á sus herma-
nos con la imitación á su celo ap >stólico, obedecería la veni-
da del P. Tello á la región debelada por el deudo de Hernán
Cortés, por Nm'io de Guzmán, por Cristóbal de Oñate y por
el primer Virrey de México, y que regaron con su sangre los
mártires de la fe Fr. Juan de Esper inza, Fr. Antonio de Cué-
Uar, Fr. Francisco Lorenzo y su compañero Fr. Juan, Fr.
Andrés de Ayala y Fr. Francisco Gil. Aun le quedaba aquí
mucha maleza para siega ala hoz délos labradores del Señor,
y aun había extensos campos que abonar y hacor fértiles.
Casi al finalizar la reacción general idolátrica de la
extensa tribu tepehuana, sólo vencida tras rudo batallar por
las armas españolas, es cuando aparece Fr. Antonio Tello
por primera vez en la Nueva Galicia, ejerciendo su noble
apostolado.
qoe extrañar que se haya antepuesto en el linaje habido del matrimo-
nio entre el Dr. Orozco y la Sra. Tello, el apellido materno al pater-
no; porque en aquel tiempo, como escribe D. Ángel de los Ríos y
Ríos, **el org^lo, disfrazado con apariencias de piedad y conve-
niencias políticas, f imdaba mayorazgos, patronatos, monasterios, ca
pellanías y hasta aniversarios de dos ó tres reales, bajo condición de
usar un determinado apellido y armas.' '
En el Libro I de Bautismos del Sagrario de Guadalajara, se regis-
tró con fecha 26 de agosto de 1607 el bautismo de Jerónimo, hijo de
Francisco Tello de Orozco y de Mariana Carbajal. El niño así bauti-
zado sería probablemente nieto del Dr. D. Jerónimo de Orozco
Qce e te gobernante de la Nueva Galicia dejó en efecto familia
entre nosotros, lo hallo comprobado en un escrito auténtico, por el que
d Br, Diego Molina Bracamonte se presentó á concurso para el cu-
rato de Nochistlán. el 12 de agosto de 1656: en él se dice tal opositor,
Wjo de Francisco de Molina Bracamonte y de Ana de Villegas y Pe-
niíta; nieto por la línea patenia de Cristóbal de Molina Uzeta y de
Isabel de Hurtado y Brrcamonte; nieto por la linea materna, de Mar-
tín de Villegas y Peralta y de Beatriz Tello de Orozco; y por último,
bisnieto, por parte de ésta, del Dr. Jerónimo de Orozco, "Presiden-
le» Gobernador y Capitán General de la Nueva Galicia, único que hu-
bo entonces de este título.'*
Al ver que se le atribuye esa dignidad militar, se recuerda al punto
la disputa que hubo entre este gobernante y el Virrey de México.
Marqués de Villa Manrrique, la cual estuvo á punto de originar un
lance de armas entre las fuerzas de una y otra gobernación.
— 94—
La repoblación dei mineral de Xora, explotado nueva-
mente por españoles que favorecía con religioso fin el monje
vizcaíno Fr. Miguel de Uranzu, guardián de Guaximic, sirvióle
de apoyo al proyecto de fundar en Aniatlán, pueblo indígena
situado cinco leguas al N. de aquellas minas y hacia la sierra,
un convento donde fueran á morar los religiosos franciscanos
que predicasen el Evangelio á los semisalvajes que residían
en aquellos contornos. Para llevar á cabo aquella buena obra
fué elegido el P. Tello, como va á verse en el relato que de
ese suceso y sus consecuencias inmedialas trae con amplitud
la «Crónica Miscelánea»:
■ Por este tiempo, dice, se trató de la fundación del
convento de San Juan Bautista de Amallan, en cuya conver-
sión muchos años había, estuvieron los padros Fr. Pedro de
Almonte, Fr. Andrés de Medina y Fr. Francisco de Barrios,
en diferentes tiempos, conque los naturales de aquel pueblo
y sus visitas tenían en este tiempo alguna luz de nuestra san-
ta fe, y estaban bautizados; pero cerno nunca hablan tenidí
ministro propio, en sus costumbres estaban tan gentiles como
sus antepasados porque no sabían la doctrina cristiana, y s(
casaban con dos y tres mujeres, y traían gnrfeantillas y zarci-
llos, y los cabellos tan largos, que les llegaban á las rodillas y
corvas, aunque algunos ios traían trenzados; y en este estado
los halló el P. Fray Antonio Tello, el año de 1620, que es
cuando fué la primera vez por su ministro, llevando en su
compañía al P. Fray Diego de Rivera.
<Pai'tieron estos padres de Guaclalajara por el mes de
octubre del año de 1620, y llegaron á Xora por el mes def
noviembre del mismo año, habiendo icio por S. Pedro Anal-
co, por caminos muy ásperos y fragosas sierras, á causa de
no saber la tierra, con mucho trabajo. Y habiendo llegado A
Xora el P. Fray Antonio Tello, dejando allí á su compañero,
se fué á dar á conocer á los indios dei pueblo de Amallan, ^
á decirles la causa de su llegada, que era acudir á sus necesi-
dades espirituales y corporales,y enseñarles la doctrina cristia-
na y el conocimiento de Dios y de su ley, y decirles misa en
compañía del Alcalde Mayor recién nombrado, que era d
Capitán Bernardo Guillen de Ávila. Los indios naturales d¿
— 95-
pueblo eran pocos; pero había entro ellos tepehuanes, coanos,
tecuares y otra gente foragida, qao por delitos y por no pagar
tributo al rey, y por no sujetarse á ministro de doctrina ni á
la justicia, se habían ido allí, por vivir <i sus anchas en tierra
donde ni había justicia, ni ministro de doctrina, ni llegaba
español en la vida.
«Alborotóse aquella gente con la ida del dicho padre,
como de cosa impensada, y él los sosegó diciéndolcs que no
venia á inquietarlos, sino á ayudarles y hacerles oficio de
padre.
«Cuando llegó este religioso á aqueste pueblo, halló una
iglesia muy pequeña de paja, y un aposento muy pequeño
pegado á ella, que daban á entender haber pasado por allí los
religiosos que dije; pero todo tan sucio y desaliñado, que se
echaba de ver que los indios jamás entraban en ella. Hízola
barrer y limpiar, y volvióse á Xora, donde estal)an los esi)a-
ñoles, por no tener bastimento ni cosa con que poder pasar la
vida, porque aun no daba la limosna el rey; dejándoles dicho
que para el domingo siguiente, les volvería á ver, como lo hizo,
y les dijo misa, para lo cual llevaba un ornamento, y luego
trató do visitar los pueF)los de la SiíM'ra, ((uo eran Santa iMaría
la Menor, Atotonilco, Ocotitic. San Krancis(U) y Santa María
la Mayor. Hízolo así, y halló grandísima |)enlición en lodos los
pueblos, porque todos los indios estaban casados con dos y
tres mujeres, todos nmy embijados, con cabell(4*as largas.
zarcillos y gargantillas, y lo (jue i)eor era, que se proveía
cometían gravísimos pecados. (*) IMjolos misa y la doctrina.
élmisüio en persona, consol()los á todos sin hablarles de otra
cosa, hasta que el tiempo diese lugar para su remedio; poro
ellos, como gente ignorante de su bien, no reparaban en lo
que les decía, antes daban muoslrasde que los i)osaba de
<iue hubiese ido a su tierra el dicho i)adro, el cual anduvo do
esta manera visitándolos á menudo, v volteando la sierra al-
?ún tiempo sin hacer mansión en parle ninguna, padeciendo
(*) Por razón del respeto que nierecx; el asunto de que se trata en
•stcHhro, sustituyo aquí el complemento de la frase con otro menos
<!<teeto.
muchas hambres y trabajos, porque cuando mucho comía, erí
un pedazo de calabaza cocida, algún maíz tostado y cualquiaí
tortilla; y un poco de miel por jubileo en más de un año.
Compadecido el P. Fr. Miguel de Uranzu, que en el capitulo
había vuelto por guardián de Guaximic, envió á llamar al P*
Tello para que tomase algún refresco y se consolase. Fué, ^
llegó la víspera de la Ascención del Señor, y estuvo aquel día
y otro; y habiendo recibido grande gusto de haberlo tratado ^
comunicado,volvióal dicho pueblo deAmatlán. Ko halló indio
ninguno.porque lodos habían huido á las sierras y quebradas^
y se certificó más en ello, cuando entrando en sus casas, nO
halló cosa ninguna de sus trastccillos.
• Desconsolóse n.ucho el dicho padre con lo sucedido, Jj
fué á Xora, donde conccrló á im indio xalleco, llamado Sebaa
tián, natural del pueblo de Xomulco, buena lengua luexicanai
y que sabia canto, para letnaxtiani (*) y doctrinero. '
«Llevóle con su mujer al dicho pueblo, que estaba m\x]
despoblado, y desde entonces hizo el dicho padre asiento en
él, porque no entendiesen los indios buidos, que viéndola
do aquella manera, loa habla de dejar y irse, que era lo quí
ellos deseaban... .
* Ya en esta ocasión no estaba el P. Fr. Diego de Rivera
en Xora, porque el padre provincial lo había enviado á llamar,
y el Padre Fray Antonio Tello, desde e! pueslo de Amatlánj
aunque despoblado, procuraba decir misa y administrar, no
sólo á los indios de las visitas, las cuales visitaba a menudo
caminando por la Sierra, sino también á los españoles de Xo-
ra que estaban á su cargo, sin hacerles una falta. Viendo
pues, los bárbaros que el dicho padre no se quería ir, sino qm
estaba de asiento en el dicho pueblo, determinaron amedreií
tarle viniendo de noche á quemar las casas que en él habla;
como lo lucieron, basta que no quedó ninguna, sino tan sola-
mente la casita de paja donde el padre estaba, y otra casiM
donde estaba el indio que habla llevado por doctrinero, y s^
mujer. Y sucedió una noche, que un muchacho españolito
f* Esta voz es mexicana; significa "predicador, enseñador ó niaeat
tro"j según Molina.
— 97 —
que el padre tenía para que le ayudase á misa, saliendo fuera
de la casita y viendo que ardían las casas del pueblo, entró
llorando y diciendo: «padre, mire que nos quieren quemar
aquí, porque he sentido gente al rededor de la casa, y están
quemando el pueblo. » Entonces el padre le cogió de la ma-
no y se salió de ella, v se fué á la casa del indio doctrinero,
donde encomendándose á Dios, estuvo hasta que am;ujeció,
después de lo cual vio que todas las c¿isas del pueblo estaban
quemadas, sino era la en que el padre vivía y el indio, (.'on
todo esto no desmayó, sino que perseveró en visitar los pue-
blos de la sierra y hacer pié en el pueblo despoblado hasta
enterarse de todo, del estado de las cosas, y (le las partes y
puestos donde podían estar rancheados los indios fugitivos.
y de esta suerte estuvo padeciendo solo muchas necesidades
de hambres y trabajos, por espacio casi de dos años, hasta
que tuvo noticia que de los indios foragidos que ha])ía en el
dicho pueblo, los unos, que eran tecuares, se habían ido á
Pochotitlán, pueblo de chichimecos de la misma nación, visi-
ta de Xalisco, y los otros á diferentes partes; y que los
naturales del pueblo y coanos, estaban rancheados en unas
quebradas de la sierra de Tepec, y otros, en otra de la sierra
de Ocotitic V de Santa María la Mavor; y enterado bien de
esto, procui'ó su reducción, para lo cual fué á visitar los pue-
blos de la SieiTa, y trató con los indios principales, que eran
un Don Alonso, de Santa María la Mayor, Jerónimo, del pu(í-
hlo de S. Francisco, D. Pedro, del pueblo de Ocotitic, Don
Miguel, del pueblo de Atotonilco, gran chichimeco é idólatra,
y el que más daño causó en aquella conversión, porque
cuando el religioso confesaba á los indios de acjuel pueblo,
se ponía á la puerta de la iglesia á decirles en su lengua, que
no dijesen cosa de importancia al padre, porque no alcanza-
se sus cosas; pues como digo, trató con ellos, y mandóles
que no recogiesen en sus pueblos los indios de Amatlán ni
los admitiesen, sino que antes le llevasen los que pudiesen
haber á las manos, y ellos se excusaron diciendo que no los
habían visto; y aunque el padre sabía que comimical)an con
ellos, dejó pasar algún tiempo, volvióles á rogar y persuadir
que hiciesen lo que les tenía dicho; y viendo que no querían.
determinó ir á visitar la Sierra y llevar t;onsigo al teniente
de alcalde mayor de Xora, que era Fulgencio Guillen de Ávila,
por ausencia de su hermano el capitán Bernardo Guillen, con
el cual y un mancebo llamado Rodrigo Jorge, que hacia el ofi-
cio de escribano, y el indio doctrinero, Sebastián, partió por
los pueblos, y habiendo avisado primero á los indios de los
otros pueblos que se congregasen en el pueblo de Santa Ma-
ría la Mayor para oir misa y la doctrina, fueron allá, y un
día después de haberla dicho, dijo el dicho padre al teniente
y escribano, que se pusiesen á la puerta de la iglesia con los
arcaijuces que llevaban, y él comenzó con el indio doctrine-
ro á aprender (sic) y atar las manos de los principales de
aquellos pueblos para llevarlos á Xora en rehenes, mientras
daban orden los otros indios que los de Amallan se redujesen.
«Sucedió, pues, que yendo caminando con ellos por e!
repecho de un cerro para subir la sierra que va á Amatlán.
cuando menos pensaron dio con ellos una gendulada (1) de
indios de guerra, desnudos, con sus plumas y quetzales, (2)
con arcos y flechas, dando un glande alarido, enarcando los
arcos, y diciendo que soltasen los presos, porque si nó loa
habían de matar. El teniente se quedó pasmado, y el Rodri-
go Jorge, que era mancebo alentado y gran tirador, aprestó
su arcabuz. Los indios perseveraron en decir que les diesen los
presos, y decían algunas desvergüenzas v palabras afrentosas.
Viendo esto el P. Tello, díjoles que mirasen lo que hacían,
porque si se desmandaban, además de que harían muy grande
ofensa á Dios, el rey los había de castigar enviando soldados
que los destruyesen. Con todo eso, perseveraban, y estando
ya para dar alarma, el dicho padre se apeó de la bestia en
que iba, y fué á donde estaban los indios presos, que iban en
una collera de cordeles, cuatro ó cinco, y ató el cordel del
primero con el del último, de manera que quedaron hechos
un ovillo, y no podían huir; y dijo á los españoles que loa
pusiesen por Irinchera adelante, y aprestasen sus arcabuces yi
hiciesen la puntería sobre los hombros de los presos. Viendo»;
{i) Así, pov if a ndulada.
(2) "Quetxalll, pluma rica, largay verde." [Molina]
-99 —
pues, esto los indios de guerra, y que no podían disparar fle-
chas sin ofender á los suyos, y que el indio Don Alonso, que
era indio viejo á quien ellos respetaban, viendo que ponían
los arcabuces sobre sus hombros, y que los tenían delante,
les dijo en su lengua, que se ftiesen y los dejasen llevar, que
ya sabían por qué los llevaban, y que no los llevaban á ma-
tar; con lo cual los indios de guerra se fueron, y el dicho padre
y los españoles llevaron los presos á Xora, y allí los tuvieron
algunos días, diciéndoles que aconsejasen á sus indios, hicie-
sen de manera que los de Amatlán volviesen á su pueblo,
porque si nó no los habían de dejar ir, á que respondieron,
que cómo podían hacer la diligencia si estaban presos. Pero
no filé de importancia lo que dijeron, ni se hizo caso de ello,
por saber que no podían ignorar los indios de sus pueblos á
dónde estaban, ni dejarían de irlos á ver, con que podrían
decirles lo que habían de hacer; y dejándolos allí el dicho
padre, se volvió á Amatlán, á donde estando descuidado,
vinieron tres, ó cuatro indios de los fugitivos, al cabo de ocho
días, á verle. Alegróse sumamente de verlos, y díjoles lo mal
(jue habían hecho en haber dejado su pueblo y el bien de sus
almas, pues por sólo eso había ido á aquel puesto ;consolólos
y abrazólos, y díjoles que fuesen á decir á los demás que se
volviesen, que nadie les haría mal, con que ellos, muy alegres
Y alentados, se fueron, y dentro de pocos días, volvieron con
sus mujeres y hijos y otros muchos de los huidos. Comen-
zaron á reparar sus casas, que estaban maltratadas del fuego,
y el dicho padre los animaba, pareciéndole que teniendo ya
hechas sus casas, no se volverían á huir con tanta facilidad;
y dio orden para que el teniente soltase los que tenia presos
^ Xora y los dejase ir á sus pueblos.
«Estando las cosas en este estado, y hechas sus casas,
cada día iban viniendo más indios de los huidos, excepto de
los foragidos, que se habían ido muy lejos, aunque de los
tecuares se volvieron algunos, y pareciéndole al padre que ya
^tiempo de tratar de la enseñanza y doctrina cristiana, los
fué disponiendo para que dejasen las mujeres y se casasen
con una, según el orden de la Santa Madre Iglesia; y para que
se confesasen por la cuaresma, y que supiesen la doctrina.
— 100 —
para lo cual hacían venir á ios ya crecidos un poco antes
ÜG misa, y áios muchachos por la mañana y tarde, y esto
poco á poco y con mucha suavidad, porque no se alterasen y
se huyesen otra vez; y esto mismo comenzó á hacer con los
demás pueblos, yéndolos á visitar, y en teniéndolos dentro
de la iglesia, les quitaba las gargantillas y zarzillos, v les corta-
ba las cabelleras, que algunos las teniaii trenzadas romo
mujeres, y otros tendidas.
• Yendo este padre una vez, entre muclúsimas, á visitar
los pueblos, vino á él un indio del pueblo de Ychualtitlán,
llamado Alonso, diciendo que los indios de aquel pueblo
estaban en unas quebradas de Talepuzco rancheados y hui-
dos, por malos tratamientos que ciertos españoles del dicho
pueblo les habían hecho y tes hacían, y que le pedían y roga-
ban aquellos indios, fuese á verlos y consolarlos. Estaba en
esta ocasión muy distante el dicho padre, y con todo eso,
porque no se perdiesen aquellos pobres, fué a verlos, y los ha-
lló en una quebrada con sus mujeres é hijos, debajo de unos
árboles; y habiéndoles saludado, les preguntó la causa de
haberse huido y dejado su pueblo, y ellos respondieron que
por los malos tratamientos de los vecinos españoles; y para
que no se entendiese que se habían alzado ni apostatado de
la fe, le habían enviado á llamar para que los viese y consola-
se y congregase donde mejor le pareciese. El dicho padre
los consoló y dijo que no tunesen pena, que él los favorece*
ría y ampararía en todo lo posible; que mirasen dónde querían
fundar su pueblo; y habiendo discurrido, señalaron un llano
encima de un cerrillo que está de la otra banda del río, don-
de haliin muchos plátanos y otros frutales; y fueron al pues-
to, donde el dicho padre hizo levantar una cruz, y hacer una^
casilla de paja en que les dijo misa de San Buenaventura,
intitulando al pueblo del nombre de este santo, y en lo de-
más, hicieron sus casas, y quedó el pueblo por visita y doctri-
na de Amatlán, distante siele leguas de serranías, á donde,
después de asentados, volvió el padre á su ordinario ejercicio
de la enseñanza y doctrina de los indios de Amatlán.
« Poco tiempo después de la reducción de los indios de,
.Amatlán, se tuvo capítulo en la ciudad de Guadalajara, V'
— 101 —
el provincial que salió electo, que fué el P. Fray Nicolás do
San Lorenzo, envió á esta conversión al P. Frav Juan Muñoz,
y el dicho padre Fray Antonio Tello salió de olla»....
Antes de efectuar esa salida, «murió el bendito religioso
Fray Miguel de Uranzu: ocasionóse su muerte del mucho
Irabajo que tuvo en las minas de Xora, ayudándolo siempre
el padre Fray Antonio Tollo, por facilitar la población, abrien-
do caminos, bajando maderas de aíjuella serranía, vsacáíido-
los (sic) de quebradas profundísimas, y llevándolos de muy
íejos, andando al sol y al sereno, y durmiendo on d campo
con inmenso Irabajo, de que los dos padres vinieron á enfer-
mar; pero como el padre TJranm ora ya hmnhro entrado en
edad, hizo en él más impreMÓn la enfermedad*.,,,
«Ya queda dicho atrás, continúa diciendo la «Crónica»,
cómo estando el padre Fray Antonio Tello en la conversión
de Amallan, fué enviado en su lugar el padre Fray Juan Mu-
ñoz, y cómo los indios, viendo la novedad, se alzaron otra
vez dejando el pueblo y yéndose á las sierras y quebradas; (*)
Y los esp<iñoles de Xora, irritados por parecerles que los
prelados no tenían las atenciones que se debían tener, pues
era aquello recién poblado, no ol)slanto que el padre Fr.
Juan Muñoz era muy buen religioso, y muy manso y apaci-
ble; el cual viéndose solo y lo que pasaba, lo dejó y se salió
á tierra de paz. Llegó el capítulo inicrmedio, y habiendo
sabido el Lie. D. Pedro de Otálora, presidente de la Audien-
cia y gobernador de aquel reino, lo que pasa])a en Amallan,
por informes que le hicieron personas celosas del servicio de
Dios, envió á su secretario á decir á los prelados (jue oslaban
congregados en el capítulo, que convenía al servicio de Dios
Y del rey, que el padre Fray Antonio Tello volviese á dar
asiento á las cosas de aquella conversión, y que esto le cons-
taba le seria fácil, por el amor que los naturales de aquella
tierra le tenían, y el afecto con que el dicho padre acudía á
las cosas que tocaban al bien de sus almas. Con esto los
(*) Omito esa parte del relato, por crear bastante, para conocimien-
to del asunto principal, la alusión hecha en las líneas que preceden
inmediatamente al asterisco que corresponde á esta nota.
\
-103 —
prelados volvieron á enviar al dicho padre ¡i aquella conver-
sión, y habiendo llegado al pueblo de Amallan solo con un
indezuelo ({ue llevó por guia del pueblo de Alotonilco, lo halló
todo quemado, hasta la iglesia, y sin ninguna persona huma-
na en ella, y teniendo noticia que el indio Sebastián, que ha-
bia sido su temaxtiani y doctrinero, estaba en las minas de
Xora, le envió á decir con el indio que le había guiado
(quedándose solo), cómo ya estaba en la tierra; que viniese
luego al punto á verle, lo cual sabido por el dicho indio, luego
al punto se puso en camino con su mujer, y llegó al puesto
donde el padre estaba, como á las nueve ó diez de la noche.
En la compañía de este dicho indio se estuvo el dicho padre
en aquel pueblo solo por algunos dias, hasta que se informó á
donde andaban los indios alzados; y habiéndolo sabido, les en-
vió á decir cómo ya estaba en la tierra, que viniesen á verle y
habiéndolo sabido, vinieron luego al punto muchos de ellos
verse con el dicho padre, el cual les dijo la causa de su veni-
da, afeándoles haberee huido segunda vez, y que su intente
era volverlos á congregar, y que así se fuesen, y que para ta
día volviesen, con susmujeresé hijos. Ellos replicaron dicien'
do que por entonces no podía ser, porque tenían hechas lai
rozas para sus sementeras, y que si venían al pueblo, no luí
podrían hacer, por ser ya cerca de las aguas, y que de no cogea
maíz, padecerían todo el año; pero que estuviese cierto qut
en pasándolas aguas y cogiendo sus sementeras,se volverían.
Mucho le ailigió al padre esta respuesta, porque por una par-
te, se veía solo en aquel yermo, sin provecho ninguno; j
por otra parte, conocía que decían bien; y asi con grande
ánimo les respondió que no tuviesen pena, que Dios lo había
de remediar, y que él les ayudaría con el maíz que S, M. U
diese, y de lo que pudiese adquirir por otros caminos, procu-
raría darles lo necesario para su sustento; que no permiUi
que estuviese él solo sin hacer nada. Oída esta respuesl
por los indios, dijeron que muy enhoral>uena, que harían U
que les mandaba y volverían para el plazo señalado, com(
lo hicieron, y volvieron con sus mujeres y hijos, y se ranchea
ron debajo de unos árboles, hasta que poco á poco fueroi
haciendo sus casas.
-103 —
«Otros muchos indios quedaron en las quebradas sin
gana ninguna de volver á dicho pueblo, por tener ya sus
casasen ellas, y rehusar el trabajo que podían tener en hacer-
las de nuevo; y la reducción de éstos, le costó al dicho padre
mucho trabajo, porque con gran riesgo de su vida, fiié mu-
chas veces á diferentes partes, y los que hallaba en sus ran-
chos, los traía y á los que no, les quemaba y talaba sus ca-
sas y cuanto tenían, para citarlos por estos caminos ú que se
volviesen á su puel)lo; y vez hubo que trajo catorce perso-
nas entre padres y hijos, con lo cual pobló de nuevo al i)ueblo
como antes estaba, si bien con las huidas murieron algunos,
y otros no pudieron ser habidos; pero en su lugar vinieron
otros de los cristianos y antiguos de tierra de paz, y algunos
españoles que poblaron en el dicho pueblo. E^rtc es el estado
en que el dicho padre puso aquella conversión, con grandísi-
mos trabajos, y en el que persevera hasta hoy. Luego que se
redujeron los naturales de este pueblo, fundó el padre la igle-
sia y convento, y le dio por título, San Juan Bautista, y puso
algunos ornamentos, cuadros é imágenes, y lo necesario para
el culto divino, de limosnas que adquirió; y S. M. le dio un
ornamento entero, con cáliz»....
Así se inició brillantemente el P. Tello como «uno de los
más denodados protagonistas de aquella lucha gigantesca
emprendida por el cristianismo y la civilización on contra de
la idolatría y de labarbaiie en estas vírgenes comarcas», que
así le llama con mucha justicia un notable escritor moderno.
Ignórase á que nuevos rumljos lo encaminaron después
las órdenes de sus superiores; sólo consta que con más eleva-
do carácter que el de presidente conventual, seguía prestando
sus servicios en las misiones poco tiempo después, porque
su nombre aparece entre los de los guardianes y padres de
provincia que asistieron á un directorio ó definitorio celebra-
do el 17 de febrero del 631 en el convento de Cfuadalajara;
reunión que tuvo por objeto acordar la alternativa do criolloí?
Y españoles que se habían de recibir en la Provincia de
Santiago de Jalisco.
Siete años más tarde, esto es, en 1 638. — como consta
en la misma «Crónica Miscelánea» y no como equivocada-
— 104 —
mente se ha escrito que el año de 1605, — fué nombi..
guardián del convento de Zacoalco, el cual tenía porpaeL
de su jurisdicción Santa Ana Acatlán, Atotoniico, San T
tolomé de Atemaxac y San Marcos: tal elección se hizoei
monasterio de Sayula, con fecha 1 6 de enero del citado í^
Aunque en ese convento moraban de ordinario tres ócu¿
religiosos, corría por cuenta del guardián enseñarles á
niños, valiéndose de un indio ladino, á mañana y taidf
doctrina cristiana, y por la noche diversas oraciones; er
fianza á la cual se agregaba la de la loctiu-a, la escritor
c^nto, esta última sólo á los chicos más hábiles y de mcg^"
voces, para formar con ellos la capilla de música. Apartr
ese ordinario trabajo y de los demás que eran inhereñtf-
la administración espiritual do sus doctrinos, el P. Telloen
convento «hizo la sacristía (ie cal v canto, como ahora
tá, — dice la «Ci'ónica» — y los dos lienzos del claustro, la *^
(k profumiis, y alargó el corredor con otros dos arcoí^
ladrillo, y lo (cubrió do vigas; y tiizo también la cocina con
aposento para su servicio; y guarneció las ventanas del reí
torio do piedra labrada de sillería; derribó la torre vieja, •
era de aclo])e, y comenzó la de mamposlería, y la dejó d**
estado de alto; y íiizo la portoria por donde entran del a
po, y levantó las i)arodos, enladrilló todo el convento, y I
otros mucíios reparos. »
Méritos suíi(Mentes eran éstos, asi como los demás ■
ya había acreditado en el ejercicio de su benéfico ininislt
para que sus hermanos lo llamai'an al desempeño de i
importantes cargos: i)or eso el 21) de octubre de 1639 eü,
ronle Definidor de la Provincia, al mismo tiempo queresu
ba votado para gobernar ésta Fr. Melchor Castañón.
Examinando las firmas que con aquel título y por
tiempo (1642) aparecen de él, se las halla denunciando
mano teml)Iorosa, como de persona ya de edad provecli
si al par de ese dato so toma en consideración que vei
años antes, cuando acompañaba el l\ Tollo al P. Urai'
no era aquél como éste, «hombre ya entrado en edad»i^
hacían gran impresión las enfermedades originadas p^'
graves fatigas del catequismo e\\ Va ^v^\:ra^ no se b*^
- 107 —
Con ese carácter cúpole la fortuna de darles el háhilo,
así como á otros, al ilustre sayulense Fr. Juan Larios, apóslol
de los indios de Coahuila, y al autlanense Fr. José de Alcaraz
6 Alcarazo, que adelante llegaría á ser Provincial.
Honrábase por ese tiempo el H. Tello con los títulos lU;
Predicador, Padre de Provincia, Cronista y Procurador df-
ella, aparte del que se le daba por el desempeño de la guanlia-
nía.
En el ejercicio de las múltiplas funciones de esos cariaos
pasó el anciano misionero sus últimos días; pero en (-saí'ípo-
ca el principal de sus conatos ftié el de ponerle remate, c;omo
lo consiguió felizmente el 2Í) de abril de IfióíJ. á la tíniride
y Variada obra bistórica que bahía emprendido por encariío
(le sas bermanos y para gloria de la Provincia de que Im'; bijo
adoptivo: esa obra es la famosa «Crónica Miscelánea,» de la
cpie sólo d03 Libros están publicados y que aun conserva iné-
ditos cuatro de ellos.
Su misión elevadtóma quedaba así terminada; sólo h:
tallaba ir á recibir de la mano de Dios el premio de tíinlo.-'
años de fatigas y de las laudables obras en que ocupó la me-
jor parle de su vida. Terminó ésta á fines de ese mistiio .iño
fi principios del siguiente: todavía en jimio d _■ itíbü [jresidía
! '^ toma de hábito de Fr. Í*e.lro de Plasencia. y en ¡vjoí-Uj tli-
ts'añose presentaba como apoderado liol cura dorinne-
™ de Colotlán, exponiendo los dereclios de ésle en un \)\'-\l<,
jurisdiccional que seguía con el cura de Jerez. Br. T-orenzo
'^úñez Carvallo; pero ya en 1 i de junio de 1 (i.íi no subscribía
^'t sino un presidente í/í r'ipH--. los documentos que debía
''"íiar el guardián de Guadalajara.
Mil yunalc^s de gran tamaño y escritas con letra menu-
*'''•> son las qae componen el conjunto de la extensa «Cróni-
•^ íVlisceláDea*: ¡cuánto rnás provechosa apare'-*:- e^a magna
labor atestada de preciosidades históricas, que el monto d«
"^slunürantes pero inútiles fantasías de las -l/'7 ■/ í'/c/ AV
Aceica del criterio que preside generalmente en la meo*
'^Otiada f Crónica > . formuló este ¡mparcialv '¿aUuvj iW^Vi
'"^íitíSBo editor del 'Libro .Segundo» de \a TíiVsma. o\rtai
Hecho cargo de la guardiania de Cocula, tomó empeño
el P. Tello en proseguir la construcción del templo de ese
pueblo, la cual, aunque se había comenzado en 1530, — por
haber deiribado el que antes había y que no era bastante
consistente, — sólo iba á la mitad de la altura que deberían
tener los muros. Tal fué el impulso que recibió esa obra, que
en el mismo año pudo ya decirse misa en su capilla mayor,
La eficacia con que se obraba en esa mejora y el deseo
de que ésta se terminara, fué probahlemente el motivo de que
el 16 de enero de IGii se reeligiera al referido P. Tello
guardián del mismo convenio: la medida fué acertada, porque
en efecto tal iglesia quedó enteramente concluida el año de
164.6.
A 26 de septiembre de ese año se trasladó á la guardia-
nía de Etzatlán el laborioso doctrinero; y en 29 de febrero
de 16i8 fué destinado á regir el monasterio de Tecolotlán,
del que eran dependientes los pueblos de Tenamaztíán, Ixtla-
huacán, Ayotitán y Xuchitlán. Hallábase allí cuando el.Sr.
Obispo Colmenero llegó á visitar ese curato de doctrina el 15
de junio de 1649. En la cabecera se estaba haciendo enton-
ces la reedificación de la iglesia; el presbiterio y capilla ma-
yor estaba enmaderado y cubierto de ladrillo y se iba prosi-
guiendo la obra en todo con mucha diligencia; á la vez que,
en algimos de los pueblos de la visita de ese convento, está^
banse haciendo igualmente otras mejoras semejantes.
Aunque en junta definitorial de 12 de noviembre d^
1650 se destinó al P. Tello para que fuera al convento de
Zapotitlán, tal vez ni lugar tuvo de ir á hacerse cargo de esi
destino, porque en el capítulo celebrado en Guadalajara el J
de enero siguiente, se le instituyó guardián del monasterio de
esta ciudad.
deste obpx'o y districto de sus doctrinas de q. tienen despacho en for-
ma qe esen la manera sigí* ...."
Aludiéndose luego á una certificación extendida por el escribí _^^
Hernando Enríquez del Castillo, se dice: "El F>-' Fr. Antonio Tellú
para la guardiania y doctrina de Cocula se examinó ante los SS""
Juezes Sinodales de este Obispado en dies y siete dias del mes de
Setiembre del dho. año (1642) por dhos. SSi^^s fué aprobado comt
consta del Recado y auto qe pasó ante dho. Secret" de govíemo.'L
r.
- 107 —
Con ese carácter cúpole la fortuna de darles el hábito,
así como á otros, al ilustre sayulense Fr. Juan Larios, apóstol
de los indios de Coahuila, y al autlanense Fr. José de Alcaraz
ó Alcarazo, que adelante llegaría á ser Provincial.
Honrábase por ese tiempo el P. Tello con los títulos de
Predicador, Padre de Provincia, Cronista y Procurador de
ella, aparte del que se le daba por el desempeño de la guardia-
nía.
En el ejercicio de las múltiples funciones de esos cargos
pasó el anciano misionero sus últimos días; pero en esa épo-
ca el principal de sus conatos fué el de ponerle remate, como
lo consiguió felizmente el 2Í) de abril de 1653, á la grande
y variada obra histórica que baldía emprendido por encargo
de sus hermanos y para gloria de la Provincia de que fué hijo
adoptivo: esa obra es la famosa «Crónica Miscelánea,» de la
que sólo dos Libros están publicados y que aun conserva iné-
ditos cuatro de ellos.
Su misión elevadísima quedaba así terminada; sólo le
faltaba ir á recibir de la mano de Dios el premio de tantos
años de fatigas y de las laudables obnts en que ocupó la me-
jor parte de su vida. Terminó ésta á fines de ese mismo año
ó principios del siguiente: todavía en junio do 1653 presidía
la loma de hábito de Fr. Pedro de Plasencia, y en agosto de
tal año se presentaba como apoderado del ciu'a doctrine-
ro de Colotlán, exponiendo los derechos de éste en un pleito
jurisdiccional que seguía con el cura de Jerez, Br. Lorenzo
Xúñez Carvallo; pero ya en 1 i de junio de 1654- no subscribía
fl,sino un presidente in capite, los documentos que debía
finnar el guardián de Guadalajara.
Mil y una fojas de gran tamaño y escritas con letra menu-
da, son las que componen el conjunto de la extensa «Cróni-
ca Miscelánea»: ¡cuánto más provechosa aparece esa magna
labor atestada de preciosidades históri(*as, que el monto de
^sA deslumbrantes pero inútiles fantasías tie las Mil y Una Xo-
Acerca del criterio que preside generalmente en la men-
donada «Crónica», formuló este imparcial y galano juicio v\
meritísimo editor del «Libro Segundo» de la misma obra:
ti
;c-
— 108 —
< La escuela que sigue el P. Tello es la benemérita de Fray
Bartolomé de las Casas. Con aquella rectitud, con aque-
lla veracidad y noble entereza con que el gran Obispo de
Chiapa defiende la causa de la justicia y clama contra la ini-
quidad, contra el abuso de la Fuerza y contra la barbarie;
con ellas mismas nuestro autor anatematiza la ferocidad de
los conquistadores, les ecba en rostro sus crueldades, y toma
bajo su patrocinio los pobres indios desposeídos, esclaviza-
dos y diezmados. Tiene á este propósito, capítulos bellísimos,
de entonación viril y majestuosa, de estilo nervioso é indigna.-'
do que harían por sí solos la gloria de un escritor de aquellos
tiempos. Al pasar los ojos por esas valientes páginas, experi-
méntase la profunda impresión que produce en el alma todo-
lo sublimo, porque sublime es, en efecto, y en grado altísi-
mo, ver al fraile pobre, descalzo, inerme, sin más defensa que
un Crucifijo, ponerse frente á frente de los guerreros cubier-
tos de acero, que empuñan lanzas y espadas, que pasan &.
cuchillo tribus enteras, que ante nada se detienen ni nada
respetan, llamándolos sin miedo ni embozo, perversos y cri*
mínales, y recordándoles que hay una justicia soberana qu^
á todos alcanza, y que caerá sobre ellos algún día en castigo
de sus delitos.
"Fiel á las tradiciones de la religión franciscana, pónesa
el P. Tello resueltamente de parte de los indígenas, abraza
su causa con entusiasmo, y truena contra el abuso y la ini
quidad sin ninguna contemplación. ¿Qué necesidad tenía ¿
de dejar gratos á los conquistadores callando ó desfigurando
la verdad? Había renunciado ai mundo, no anhelaba pod«
ni riquezas, sino sólo cantar las victorias ganadas por {
Evangelio y predicar la paz y la justicia. Por eso en los tiei
pos que alcanzó, próximos á la conquista, (*) no temió cla^
mar muy alto en favor de los oprimidos, y fulminar los rayO!
de su indignación contra los opresores.
{*) El ilustre escritor que así se explica, tenía la creencia de qw
en efecto el P. Tello había sido contemporáneo de los conquistadores
pero no fué así históricamente, como lo expreso en el texto. Valgatf
pues, aquellos conceptos sólo en calida de retórica» elocueutea.i
. —109 —
«Resalta la alteza de sus propósitos en cien partes
diversas de su obra. ¿Qué voz más elocuente que la suya cuan-
do se eleva contra la esclavitud, contra la marca, contra los
asesinatos proditorios verificados en los indios subyugados?
Sobre nada de esto guarda reserva, como otros historiadores
Jo practican. No es hábil ni político, ni lisonjero; sino veraz,
honrado y amante de la justicia. Mola Padilla apunta apenas
el asesinato del rey de Michoacán, Caltzontziii, realizado por
Ñuño de Guzmán en los instantes mismos de comenzar la
expedición de la Nueva Galicia, á manera de prólogo sanginen-
to de las terribles tragedias de Xocollán y el Nayarit, en
las que fué el corifeo, ó, por decirlo mejor, el verdugo; no lo
hace así ciertamente el docto franciscano, sino que, al tocar
este punto, relátale con toda claridad, sin omitir las circuns-
tancias agravantes del hecho, ni callar las consideraciones
condenatorias áque naturalmente so presta. LUmia ante el
tribunal de la historia asi á Ñuño de Guzmán, (*omo á otros
conquistadores, sin pordonai* á ningimo, incluso Juan de
Onate, hermano del capitán Cristóbal de Oñale, héroe de su
predilección en el relato de los hechos de la conquista; y
haciéndoles los cargos que merecen, condénalos sin miseri-
cordia, pronuncia en su contra la inexorable sentencia y
entr^a sus nombres á la excecración de las edades.
«Su enérgico lenguaje no sólo fué osado para su tiem-
po, sino también para algunos anos más tarde, según lo
manifiesta con irrefragable evidencia el mismo manuscrito,
lleno de notas y apostillas marginales, en que se j)rociu\'m
frfutarlos altos juicios y reciisimas sentencias del autor. Es
inconcuso que, años desiniés de escrita la Crónica, pareció
demasiadamente atrevida en varios de sus conceptos á no
pocos lectores de laProvincia, aca^o á los mismos superioríís,
Tse tuvo por conveniente desvirtuarlos por medio de glosas
consignadas al lado mismo del texto, á manera de triaca
i)enéfica aplicada juntamente con el tósigo. Esas ol)serva-
ciones han venido á formar con el tiempo, el mayor elogio
Repudiara tributarse al escritor independiente y veraz, que
no se dejó subyugar por sujestión de ningún género, ni |)or
el odio, ni por el ainor, ni por el miedo, pasiones (jue con
— no-
tanta facilidad se apoderan de la voluntad hasta de los m
esforzados. Ser censurado por verídico, y contradicho
defensor de la justicia, títulos son á la gloria más alta qu
puede alcanzarse con la pluma en la mano, escribiendo I
historia.
« Suprímense en este libro las referidas apostillas, — concl
ye el eximio crítico, — tanto porque no forman parte de 1 ^
obra, como porque son de tan escasa importancia literaria,
de tan pobre criterio histórico, que no valen la pena de darlas
á conocer del público. Quédense en la sombra de lo ignora.-
do, de donde no deben salir nunca, esas pobres reflexiones,
fruto de la preocupación y de la estrechez de los espíritus,
y existan sólo y dése á conocer su consignación en el manus-
crito, para que resalte con mayor esplendor el mérito del
insigne historiógrafo, que dio motivo á ellas por las verdades
que dijo, juicios que emitió y fallos rectísimos que pronunci<5
contra los violadores de la naturaleza v délos derechos huma-
nos. Nada ganarían los lectores con imponerse de su conte-
nido; pero sí gana, y mucho, el historiador con que se sepa
que fueron escritas. Conózcase su existencia, que es como
el claro obscuro del cuadro donde se destaca la noble figura
del franciscano; y no fatigue su lectiu^a á quienes, lejos de la
ceguedad de otras épocas, tienen formado ya su criterio
respecto á esos puntos, tiempo há fallados por el tribunal d^
la conciencia humana. »
Probo y sincero en sumo grado es, como sienta e»^
extenso juicio, el historiador Tello; y aunadas con esas cualí '^
dades aquellas otras que tienen que reconocérsele, al sabe^
los hechos de su apostólica vida, resulta de mucho peso c? '
testimonio de los sucesos que relata, entre ellos los que mirara
al origen de la devoción de Nuestra Señora de San Juan.
«Para asegurarse de un hecho por el testimonio de algú*
Autor, escribe el doctísimo carmelita Fr. Honorato de Santa^
Mana, no basta que el escrito en que se refiere sea incontes-
tablemente legítimo y no supuesto, ni tampoco que el Autor
que lo refiere haya vivido en el tiempo en que sucedió la co-
sa, ó poco después; también es menester que tenga ciertas
calidades personales, por las cualea se pueda \uzgar que la
—111—
prudencia y el buen juicio dictan que se le dé asenso á lo que
dice.» Esas cualidades han sido fijadas por críticos excepcio-
nalmente competentes, entre ellos el incomparable Melchor
Cano; y las primeras de ellas son precisamente las que atrás
se le diciemen al P. Tello. (♦)
[*] Tello: Orón. Mise, lib. II, prólogo y caps. CCLXXVl, los dos
^guientes, el CCLXXXI y el CCLXXXIV.— Icazbalceta: **Noti.
vía" de las piezas contenidas en el vol. I de su '* Colección de docu'
mentos para la Historia de México' ', págs. XLVIII y las dossiguien*
tes. — Libros y documentos manuscritos del antiguo archivo de la
Provincia de Santiago de Jalisco, existentes algunos de ellos en la
Biblioteca Pública del Estado, y los otros en poder de los religiosos
que pertenecen á la misma Provincia; y libros y documentos, también
manuscritos, del archivo de la Mitra de Guadalajara. — Santa María:
•'Reflexiones sobre las reglas de la Crítica*', t. I, dísert. 2», parte 2* ,
art. VI.
La demanda popular de la Virgen
"Roba-Corazones."
Importantes fueron los servicios que en las creces que
fué tomando el culto de Nuestra Señora de San Juan, presta^
ron los demandantes de limosnas para ese objeto, los cuales
recorrían el país, previa la autorización de las diversas Mitras,
llevando consigo la Pererjrina, copia dé la bendita Imagen
á cuyo servicio se consagraron, y siendo ellos los más fervo-
rosos propagandistas de los relatos de las maravillas atribui-
das á la Imagen original.
De cuatro de esos demandantes se conserva memoria:
fué el primero el Hermano Blas de la Virgen, á quien ya se
aludió en una de las páginas anteriores; fué el segundo el
Hermajio Adriano, apellidado también de la Virgen; el terce-
ro, el Hermano Francisco de la Cruz, y el cuarto, el Hermano
Nicolás Ruiz. Algunos de ellos, ó todos, acaso usaron hábitos
monacales, como consta respecto del tercero, quien recibió
el de San Francisco, en clase de donado, el 2-í de septiembre"
de 16G3, en Tlaxomulco y de las manos del provincial Fr,^
Diego de Cervantes,
Intervención tuvieron los tres últimos de aquellos cuatro
devotos varones, en los memorables sucesos, ya narrados C
ya inéditos, que en significativo agrupamiento van á presen-
larse. -.
— 113 —
El jueves 10 de junio de 1649, octava de Corpus, se
hixo á la vela en Veracruz la flota en que tomó á España el
llxno. Sr. D. Juan de Palafox y Mendoza: el venerable Freía-
lo, al dejar esta tierra, quiso llevarse de ella un noble objeto
que se la recordase, y fijó su elección en la Imagen Peregrina
de Nuestra Señora de San Juan; la cual elección se explica
sabiendo que en la escultura de ese nombre veía unido el
pío Obispo, de admirable modo, dos de sus devociones predi-
lectas: la de la Concepción Purísima, á quien acababa de
terminarle el grandioso templo de la Catedral de Puebla (*)
y á quien tenia tan presente en todas partes que aun andan-
do en el coche, al poner los ojos en las ventanillas, creía
^'erla «en figura de una niña muy hermosa, con manto azul,
^■orona en la cabeza, la luna en los pies»; y la de San Juan
t^^utista, que era el Santo de su nombre, Santo al que profesa-
^^ tal afecto que siempre le rezaba alguna cosa cada día y á
guíenle erigió capilla en el cerro de su mismo nombre, inme-
^''^to á Puebla. A fin de cumplir aquel anhelo el venerable Sr.
'^íindó llamar al Hermano Adriano, con recomendación de
^Uele llevase el trasunto de la hnagen; y al acudir el deman-
^^nte á aquel reclamo, expúsole su deseo el Prelado, — quien
^^ hallaba ya en la nave que lo iba á volver á su patria, — of/e-
^^^ndole que en cauíbio de aquella escultura mandaría hacer
^tra semejante para que con ella se hiciera la cuestación, y
5^\ie además le daría al Santuario mil pesos de limosna en una
libranza sobre Puebla y un vestido para la Imagen original
^ e San Juan. Púsole el Hermano algún reparo á tal pretensión,
exponiéndole á S. S. lima, que aquella misma copia la solicita-
ba para erigirle una capilla el rico vecino de Huichapan, D.
-Antonio Almaraz, movido de un prodigio obrado á presencia
^uya por la misma Imagen; pero elSr. Palafox insistió con
\al calor en su intento, hasta abrazarse con la escultura, que
(.*) Con el título de * *Confessiones y Confusiones. Cargos, y lágri-
mas de un pecador enormissimo por sus grandíssimas culpas' ' , escri-
bió á su vuelta de España el Sr. Palafox un edificante libro, que
original en^nó su autor, quince 6 dieciseis días antes de su muerte,
al R. P. Gral. de los Carmelitas Descalzos, Fr. Diego de la Presen-
tadón, pidiéndole que examinara tal obra en un definitorio, para que
15
forzoso le fué al demandante consentir re^ípetuosamenle en
que se la llevase el ínclito viajero, y aceptar la buena compen-
sación que éste le ofreciera. Por cierto que Almaraz cobró tal
sentimiento del caso, que no quiso aceptar la copia hecha á
costas del Sr. Palafox, y aun le dedicó á otra Imagen de
si por éste no se juzgaba que esa obra fureaá honra y gloria de Dios.
se arrojara al fuego: y si se estimaba lo contrario, se guardase cerrada
para publicarse hasta veinte años después de la muerte de S. S. lima.
Este libro fué impreso en Sevilla por Lucas Martín, en 1691 ¡ edita-
do por D. Miguel de Guevara: y aparece con el título de "Vida inte-
rior del lUmo. Sr. D. Juan de Palafox y Mendoza," etc.
De esa interesantísima autobiografía, que fué reimpresa en Madrid
en 1898, formando un solo volumen ella y el "Libro de las virtu-
des del indio", del mismo autor, son los siguientes párrafos conducen-
tes á dar robustez á lo que expresa el texto en el lugar donde aparece
la llamada respectiva:
"El sexto (cargo de beneficencia): que habiendo hallado la igle-
sia material de su iglesia, muy á los principios de su obra, porque
no había llegado á la mitad, le puso Dios en el corazón que le acaba-
se á la Virgen aquel templo. V estando suspandida su prosecución
hacía más de veinte años, comenzó en ella con notable confianza, ayu-
dando con una buena cantidad, y ásu ejemplo los denás. y con el ca-
lor que daba á otros devotos, en nueve años se acabó, gastándose en
ella trescientos setenta mil reales de á ocho; y habiendo sábado (que
era el día que se pagaba á los oficiales) que se gastaban dos mil reales
de á ocho y trabajaban también, tal vez, doscientas personas entre
oficiales y peones y este aliento, dinero y disposición parecía tan
imposible al hallarlo á los principios, que hoy no sabe cómo ni de
qué manera se disponía con tanta facilidad.
"Lo séptimo: dióle Dios tan grande amor en hacer este servicio
á la Virgen de la Concepción (que era la advocación de la Iglesia) y
con tan grande ternura y devoción, así racional, com^ sensible. que_
decía muchas veces á esta piadosísima señora, y á muchos de los
que le ayudaban á esta obra, que con gran gusto elegía acabarla y
morir un día después de haberla acabado, por asegurar á Dios este;
servicio j- á la Virgen este gusto
"Lo octavo: no sólo le dio disposiciones y perseverancia para esto, ,
sino que antes de partirse de aquella tierra le concedió el consuelo de .
que la consagrase y se trasladase á ella el Santísimo Sacramento y
todo lo demás que había en la antigua y los venerables huesos de sus^
prelados Y el día de la consagración, habiendo estado antes con (
grandes disposiciones, le dio un vigor tan grande en el cuerpo y en J_
el alma, que hizo la consagración comenzando desde las cinco de la ■
mañana: y predicó y dijo misa de pontifical y oyó otra después, acá-
bando á las tres de la tarde. Y al rodear la iglesia (que es suntuosísi-
ma) las veces que manda el pontifical por dentro y por fuera para la.
— 115 —
distinta advocación, la capilla que le había levantado á Nues-
tra Señora de San Juan.
Confirman que hasta tan lejos del Santuario, por el rum-
bo de Oriente, se extendía la demanda, la concesión de una
Bcencia expedida, en 2 de junio de 1665 y por el Sr. Arzo-
bispo Cuevas y Dávalos, para que se pudiese hacer cuestación
á favor del Santuario de San Juan, en varios lugares de la
Arquidiócesi única que había entonces en el país, y otro nue-
vo permiso que para el mismo objeto y con relación á los
consagración, quedaba tan suelto, tan fuerte, tan ligero, tan sin can-
sarse que jurara que sobre tanta debilidad como la suya no era aque-
llo natural; y de este género de agilidad y alivio del cuerpo, al obrar
corporalmente en el ministerio pastoral, le ha sucedido con gran
frecuencia, como después se verá.
**I/) noveno: también puede hacerle Dios cargo á este obispo peca-
dor de que le dio tan grande desasimiento en el alma de hacer esto
sólo por la honra de Dios y servicio de su Madre, que con ser sober-
bio y naturalmente vanísimo sobremanera (si Dios no le tuviera de
bU santa mano) no quiso que se pusiesen armas suyas en parte alguna
dd templo (como se suelen poner en las de los prelados) dando (como
es justo) el primer lugar á las de los reyes, y sólo escogió por memo-
ria de su reconocimiento, siete pies de tierra á lo último de la iglesia
para poderse enterrar cuando Dios se lo llevare.
"Lo décimo: á este cargo se puede añadir o*.ro aún más misericor-
dioso, que fué: que habiendo obrado con aquel cuidado de que nada
hese para sí en aquel santo templo, sino todo para Dios, y no habiendo
querido poner sus armas, le acusaron [por una equivocación de los
acusadores en no conocer las armas Reales] de que había puesto este
Prelado las suyas dentro de los escudos y cuarteles de las Reales;
hasta que mirándolo bien, se halló patente el engaño V llama
cargo misericordioso á éste, porque s'empre que una alma hace algpin
servicio á Dios, y este mismo le ocasiona algún trabajo, ó por él se
levanta alguna persecución ó calumnia, es grandísima merced, por-
que es señal que de lleno en lleno se lo premiará Dios, cuando no
tuvo premio del mundo, antes oprobio, aflicción, cruz y congoja. Y
asiera costumbre de este pecador decir (habiéndole sucedido padecer
otrascalumnias como ésta) que Dios, por mayor bien nuestro, cuando
nos favorece, premia un servicio con un trabajo, y un mérito con una
pan bofetada en esta vida, para hacer más preciosa nuestra corona
en la eterna.
"Lo undécimo: el gran cargo que puede hacerle Dios es haberle
^íado gracia para que hiciese con sus limosnas y otros socotos de
divereos bienhechores, otros dos templos á San Miguel y á San Juan
Btutista: y con su orden y calor (aunque no á su costa) -e erigiesen
-116 —
pueblos de los alrededores de México, le otorgó al Hermano
de la Cruz el Provisor Dr. D. Nicolás del Puerto, el 24 de
mayo de 1666.
La singular devoción que se le tenía en el Obispado de
Michoacán, ya en el siglo XVII, á la tauínaturga Imagen, — y á
la cual devoción se ha aludido anteriormente, — lo demues^
tran con plenitud los siguientes documentos, expedidos por
el Cabildo de aquella Diócesi:
«Muy grande gusto y consuelo nos dio la Carta del
Hermano Francisco de la Cruz, con la nueva de tener en
Nuestra Casa, y tan cerca, á la Soberana Reyna de los Ange-
les, Madre de Dios y Señora Nuestra, en quien desde luego
afianzamos con mucha seguridad nuestras esperanzas, para
conseguir de su Santíssimo Hijo perdón de nuestras culpas, y
el remedio de la presente necessidad por los malos tempora-
les, y porque en algo se obligue nuestra devoción, le hemos
prometido celebrar un Novenario en esta Catliedral, y quere-
mos merecerla presente; y assi le rogamos al Hermano que
no nos dilate tanto bien, y que luego nos traiga á esta Ciudad
á la que solo es único consuelo en nuestras necessidades, que
aqui se procurará recoger alguna limosna, y la proseguirá
pidiendo hasta su casa, quedamos aguardando muy contentos
de que viene, y tendremos en nuestra Iglesia prenda tan Sobe-
rana, y assi enc^irgamos al Hermano, que disponga luego su
viage, y le guarde Dios muchos años, que emplee en serviciO'
de su Madre. =Valla(iolid y Julio 12 de 1667.=A^. ik Ortega-
Valdivia. = Docfor Rodrigo Ruiz.=Br. Antonio Taniarij de
otros, hasta el número de treinta y seis, eii su tiempo, de que es dea-.
dor á aquella eterna bondad,"
Aprovechóme de esta oportunidad para emplear aquí, de paso, ua
argumento contra los respetables bibliógrafos que han supuesto que
■ e! Sr. Palafox introdujo la Imprenta en Puebla; el cual argumento,
aunque negativo, con el concurso de los positivos qne se han_ expre-
sado en el sentido de que tal introducción en la ciudad de los Augeles
precedió al gobierno de dicho Prelado, me parece de mucho peso.
Después de enimierar el Sr. Palafox la erección de templos que
hizo, como ya se vio, se expresa de esta manera respecto délas demás
mejoras qne se le debieron en el mismo Obispado:
"Lo dérímoquinto: conoce y reconoce por cargo haberle dado Dios
gracia que formase otro colegio de Vírgenes útilísimo, con lasdispO'
— 117 —
Cantwna.= Br. Thomas Pérez Deza Secretario.» Al maigerl
de esta carta, se escribió como postdata: «El portador vuelve
los doce pesos que avia traído para la licencia, porque aguar-
damos sin falta á nuestro Hermano, (jue acá se le dará muy
á su gusto >
En efecto, se le dio en los términos literales de este segun-
do documento: «Nos el Di^an v Cabildo Sede- Vacante de la
Santa Iglesia Cathedral de Valladolid del Obispado de Michoa-
can.=Por quanto nos consta, y hemos reconocido, la virtud
y modesto proceder del Hermano Fiancisco do la Cruz, y assi-
inisnio es notarla la singuhir devoción y reve:ente afecto de
todos los fieles generalmente, á la Santí^siina y milagrossfsi-
ma Imagen de Nuestra Sonora do San Juan, y lo generoso
y rendido de \06 ánimos con ([uc todos acudirán jnanifes-
tándolo en la contribución de la limosna: le concedemos v
damos nuestra licencia al dicho IJermano, para que la pueda
pedir y demandar por aquelhis partos y cordilleras de esta
Diócesis, que eligiere y le pareciere, por lodo el tiempo que
hmiere menester hasta volverse á su Santuario ala Santíssi-
nia Virgen, y pedimos y encargamos á los Padres Curas
Beneficiados v sus Vicarios, v á los M. lili. W, Guardianes,
Priores y Ministros de Doctrina, j)or donde fuere y passai-e, le
síciones que le ofreció la visita, en qae Dios fiic muy servido. Y otros
colegiosy seminarios, fundándose con cátedras de teología, moral, esco-
lástica, gramática y de lenguas, de muy grande utilidad, a\-udando
á esto de sus rentas cuanto pudo, y que dejase allí y donase una gran-
de librería que tenia para el bien de aquella tierra: sin mirar en ello
(en cuanto alcanza y se acuerda j sino á la mayor honra y servicio de
Dios, aunque siendo obras de este miserable pecador, mal sacerdote y
perdido obispo, no duda que mezclaría en el'o muchas pasiones, mise-
rias é imperfecciones/'.
¿No es fundadocreer que si el Sr. Palafox hubiera sido el introduc-
tor de la Imprenta en Puebla, lo dijera precisamente en ese párrafo,
donde cita los bienes que le hizo á la instrucción piíblica en esa su
primera Sede? Sin embargo, ni ahí ni en ninguna otra parte de sus
^'Confessiones y Confusiones' ' , alude á que a él se le debiera tal nove
dad; lo cual fuera más de estrañarse que callara, si en efecto hubiese
sido el autor de esa mejora, cuanto que no habría dejado de tomar,
en sentido místico, como un gravísimo cargo, la introducción de uu
tan señalado medio de propagar la verdad, como lo es la tipografía.
-106 —
Hecho cargo de la guardianfa de Cocula, lomó empeño
el P. Tello en proseguir la construcción del templo de ese
pueblo, la cual, aunque se había comenzado en 1530, — por
haber derribado el que antes había y que no era bastante
consistente, — -sólo iba á la mitad de la altura que deberían
tener los muros. Tal Fué el impulso que recibió esa obra, que
en el mismo año pudo ya decirse misa en su capilla mayor.
La eficacia con que se obraba en esa mejora y el deseo
de que ésta se terminara, fué probablemente el motivo de que
el 16 de enero de 1644 se reeligiera al referido P. Tello
guardián del mismo convento: la medida fué acertada, porque
en efecto tal iglesia quedó enteramente concluida el año de
1646.
A 26 de septiembre de ese año se trasladó á la guardia-
nía de Etzatlán el laborioso doctrinero; y en 29 de febrero
de 1648 fué destinado á regir el monasterio de Tecolotlán,
del que eran dependientes los pueblos de Tenamaztlán, Ixlla-
huacán, Ayotitán y Xuchitlán. Hallábase allí cuando el.Sr.
Obispo Colmenero llegó á visilai" ese curato de doctrina el 15
de junio de 1649. En la cabecera se estaba haciendo enton-
ces la reedificación de la iglesia; el presbiterio y capilla ma-
yor estaba enmaderado y cubierto de ladrillo y se iba prosi-
guiendo la obra en todo con mucha diligencia; á la vez que
en algunos de los pueblos de la visita de ese convento, está-
banse haciendo igualmente otras mejoras semejantes.
Aunque en junta definitorial de 12 de noviembre de
1650 se destinó al P. Tello para que fuera al convento de
Zapotitlán, tal vez ni lugar tuvo de ir á hacerse cargo de ese
destino, porque en el capítulo celebrado en Guadalajara el 7
de enero siguiente, se le instituyó guardián del monasterio de
esta ciudad.
deste obp^o y districto de sus doctrinas de q. tienen despacho eu for-
maqe esen la manera sigtt ...."
Aludiéndose luego á una certificación extendida por el escribanoi
Hernando Enríquej! del Castillo, se dice: "El P*' Fr. Antonio Tellc
para la giiardiania y doctrina de Cocula se examinó ante los SSre—
Juezes Sinodales de este Obispado en dles y siete dias del mes dm
Setiembre del dho. año (1642) por dhos. SSi'es fué aprobado com*
consta del Recado y auto qe pasó ante dlio. Secret" de govierooi.'!
- 107 —
Con ese carácter cúpole la fortuna de darles el hábito,
así como á otros, al ilustre sayulense Fr. Juan Larios, apóstol
de los indios de Coahuila, y al autlanense Fr. José de Alcaraz
ó Alcarazo, que adelante llegaría á ser Provincial.
Honrábase por ese tiempo el P. Tello con los títulos de
Predicador, Padre de Provincia, Cronista y Procurador de
ella, aparte del que se le daba por el desempeño de la guardia-
nia.
En el ejercicio de las múltiples funciones de esos cargos
pasó el anciano misionero sus últimos días; pero en esa épo-
ca el principal de sus conatos fué el de ponerle remate, como
lo consiguió felizmente el 20 de abril de 1653, á la grande
y variada obra histórica que había emprendido por encargo
de sus hermanos y para gloria de la Provincia de que fué hijo
adoptivo: esa obra es la famosa t Crónica Miscelánea,» de la
que sólo dos Libros están publicados y que aun conserva iné-
ditos cuatro de ellos.
Su misión elevadísima quedaba así terminada; sólo le
faltaba ir á recibir de la mano de Dios el premio de tantos
anos de fatigas y de las laudables obras en que ocupó la me-
jor parte de su vida. Terminó ésta á fines de ese mismo año
<i principios del siguiente: todavía en junio de 1653 presidía
la toma de hábito de Fr. Pedro de Plasencia, y en agosto de
W año se presentai)a como apoderado del cura doctrine-
ro de Colotlán, exponiendo los derechos de éste en un pleito
jurisdiccional que seguía con el cura de Jerez, Br. Lorenzo
^úñez Carvallo; pero ya en 1 í de junio de 1 654 no subscribía
^') sino un presidente in capite^ los documentos que debía
firmar el guardián de Guadalajara.
Mil y una fojas de gran tamaño y escritas con letra menu-
^^, son las que componen el conjunto de la extensa «Cróni-
^ Miscelánea»: ¡cuánto más provechosa aparece esa magna
'^or atestada de preciosidades históricas, que el monto de
^alumbrantes pero inútiles fantasías de las Mil y Una Xo-
Acerca del criterio que preside generalmente en la men-
cionada «Crónica», formuló este imparcial y galano juicio el
Peritísimo editor del «Libro Segundo» de la misma obra:
Los Capellanes de la Virgen, durante
EL SIGLO XVII.
Al Capellán del Santuario, Nido del Estoque, le sucedía
en ese cargo el Lie. Alonso Muñoz de Huerta, de quien
pocas memorias se conservan, ano ser su intervención en al-
guna de la.s diversas mejoras del templo y en dos de los he-
chos miríficos que allí tuvieron lugar.
Después del Lie, Muñoz, entró á desempeñar tales fun-
ciones el Lie. Contreras Fuerte, aquel mismo sacerdote que
en í6B4f había sido Visitador de la primitiva Capilla.
Era este Sr., según cierta descripción que de su per.^ona
ha conservado un papel coeláñe67 * de buena estatura, grueso,
abultado, de rostro moreno y mal barbado • ; y tendría obra de
cuarenta años ya muy pasados, cuando por primera vez se le
halla desempeñando el empleo de Capellán, en 1 656. Respec-
to de sus cualidades morales, los hechos demuestran que era
de carácter activo, franco, animoso, tal vez algo inqu¡elo,y
propagandista ardiente cTelctiHo -Se la Santisinia Virgen ques,^
tenia á su cuidado; otiVise le Vp entregarse devotamente al
servicio der templo, hasta cuidar de adornar éste con su^
propias manos y llevando el copioso registro de los^ficfftentos
que obraba Nuestra Señora; bieiñ. aparece, ^decfaf-andó 9U3
diferencias coi\ el párroco de lajorisdiccióh; ^-ja sé preñ.eriu
sin timidez alguna persiguiendo .UfM)§_'tíÍ8antés qq^-se habí
— 123 —
apoderado de ciertos bienes del Santuario, hasta recobrar el
robo y aprehender á los malhechores, ó echarse á la calle
bien armado en pos de otros tales que pretendían al parecer
asaltar el mismo templo, y logrando hacerlos huir.
Si sucesos ya conocidos, no dieran motivo por sí so-
los á que el recuerdo del Lie. Contreras Fuerte perdurara
unido intimamente al Santuario de San Juan, los hechos acae-
cidos en el tiempo que ejerció la guarda de él, serian bastan-
tes para que de su persona se hiciesen buenas remembranzas.
Una de las necesidades que aquejan hasta el presente á
la población de aquel nombre, es la falta de agua potable de
buena calidad (*); pero hubo un tiempo en que esa deficien-
cia se vio remediada, conforme á lo que declaró aquel Cape^
llán y que se cuenta en el relato siguiente: «Carecía este Pue-
blo, de buena agua para beber, porque la del Rio es gruessa y
mal sana; los sanos la estrañaban; 7 los enfermos con ella esta-
ban peores. El año de 1662, á 23 de junio, passeándose el
Licenciado Juan de Contreras Fuerte, junto á un arroyo, que
bsya al Rio, vio una muchacha Indisuela, que tenia en una ma-
no una piedra, y en la otra un palito delgado, que hacia dili-
gencias para clavarlo con la piedra en una peña, golpeando en
ella;y como lo vio venir la muchacha apresuró los golpes. Dióle
coidadoy reparó que la peña, por aquella parte, mostraba algu-
na humedad: dQole á la muchacha: Anda, que mejor entendí-
mnto tienes tú, que yo. El dia siguiente lué al lugar donde la
muchacha estaba, con un Indio y una barreta: y haciéndole ca-
bar en la peña hizo una como pila, que pudiese caber un cán-
taro grande; y después mandándole dar con la barreta recio en
la parte que la muchacha hincaba el palito con la piedra, é
invocando el Vicario á la Virgen de San Juan, al segundo gol-
pe como Moyses, saltó el agua, muy buena y saludable, y bas-
tante para los que quieren de ella beber. Y por aver sido la
vbpera de San Juan Bautista {este descubrimiento)^ se llama
(*j Generalmente el vecindario bebe el agua del algibe del Gachu-
pin, distante cetca de dos kilómetros del centro de la población; y
vn tengo infonnes de que hay alguna persona aue, por considerar
fluda esa misma agua, se hace llevar la del Salto de Zurita, que dista
de San Joan aproximadamente cincuenta y ocho kilómetros.
-124-
el ojo de San Juan. Es de notar que en tiempo de seca da el
agua con abundancia, en tiempo de a^uas suele crecer, y
taparlo el arroyo, y en limpiándolo vuelve á darla como an-
tes.» Después de esto, según el mismo relato, haciendo dili-
gencias el Lie. Contreras tpara averiguar quién fuese aquella
muchacha, que tanto bien avia heclio al pueblo, siendo aques-
te tan corto, no lo avia podido averiguar, ni descubrir la
muchacha. »
Ese manantial debió estar en el lugar donde se halla hoy
el llamado «Pocito de la Virgen.» Este es actualmente una
excavación medio aterrada, circuida por un casi derrumliado
brocal y que contiene en su frente principal una inscripción
mandada poner por Bazán y Cía, suplicando que no se come-
tan profanaciones en tal sitio; pero allí no hay ahora agua
brotante alguna, ni á los vecinos les consta de manera ocular
que la ha^'a habido. La existencia de ese pozo aun abierto,
testifica, sin embaído, la verdad de la declaración del Lie,
Contreras, cuanto al particular.
Funcionando también el mismo Capellán en 1666, se
celebró por primera vez la fiesta de Nuestra Señora de San
Juan, el día de la Purísima Concepción, por haberlo asi man-
dado el Sr. Obispo Verdín, quien además concedió al concur-
so, para fomento de la devoción, indulgencia plenarla, confor-
me á la facultad de que ya se dijo gozaba este Prelado, No
obstante que el Lie. Contreras Fuerte hacia entonces tres a*
ños que estaba en cama, fué esa función la más famosa di
cuantas hasta la fecha se habían celebrado en el Sanluarioi.
«sobró todo, refiérese, para el gasto de la Iglesia, y Missa qu(
se ofició con Preste, Diácono y Subdiácono, huvo Procession^
tan solemne como pudiera un dia de Corpus, salió la Santa
[*~\ Hace como tres ó cuatro años, según me cuenta persona fide:
digna, que el Sr. D. Crescendo de Alba, a! edificar una venta emplaza-
da á distancia de veinticinco metros, poco más ó menos, de! Pocito de
la VirgejijSe propuso proveerla de agua potable; y al efecto hizo cavar
durante semanas enteras en aquel terreno y hasta empleó la dinamita
en esa obra. No obstante, tuvo que desistir de su propósito, al ver
que era inútil el gasto que estaba haciendo, porque, á pesar de lama*
cha profundidad que se habla ya ahondado, el agua no parecía. ,
— 125 —
Imagen debajo de Palio. Abrióse de repente al entonar la glo-
ria una nube en gajos, muy hermosa, salió de ella una paloma
blanca bien aderezada, derramáronse de las entrañas de la
nube muchas nóminas y cédulas escritas de colorado que ca-
da una decia: MARÍA concebida sin pecado original; que los
circunstantes cogieron, y tocadas á la Santíssima Imagen lle-
varon para reliquias. Dióse de comer á lodos los Sacerdotes
que oficiaron la Missa y á los demás que assistieron compe-
tentemente, de lo que aquel dia se recogió de limosna, y sobró.
Llevaron para las vísperas y dia santo, pebetes y sahumerios,
y otras cosas hasta de la Puebla, y cera bujia, de la Ciudad de
San Luis Potosí, de la de Guadalaxara, Zacatecas, los Lagos,
Aguascalientes, etc: y el concurso de la gente llegó á dos mil
almas, en un despoblado, como es el Pueblecito de San
Juan.»
Ocupándose del origen de esa fiesta un historiador del
culto de la santa Imagen, asienta que el Capellán del Santua-
rio le había escrito, en 17 de febrero de 1694, refiriéndole
que el haber elegido para aquélla la celebración del misterio
de la Concepción Purísima, entre todas las advocaciones de la
Santísima Virgen, tuvo por motivo este caso peregrino. Como
se hospedara ^n el Santuario, narra el historiador, cun padre
de la Compañía de Jesús, fué menester para encender un
trozo de leña rajarlo, y haciéndolo, en el corazón del madero
se halló escrito, con letras legibles, y bien formadas: '3/<7rífi
Santíssima concebida sin pecado original. Fué esto en ocasión
que el Licenciado Juan de Contreras Fuerte, Vicario que
entonces era del Santuario, andaba deliberando si la fiesta
déla Virgen sería de la Natividad, ó de la Concepción; y con
d sucesso se determinó que fuesse de la Concepción, pues
d Qelo se declaraba por este Mysterio. Y sabiendo el Señor
Obispo Don Francisco Berdin esta marabilla confirmó esta
elección y le aplicó una de las Indulgencias que arriba quedan
dichas. Esta marabilla, dice dicho Qipellán Mayor Nicolás de
^balo, oyó predicar en dicha fiesta de la Concepción al
Arcediano de Guadalaxara Don Francisco de Cueto Busta-
núuite, que murió después Religioso de la Compañia de
Jesús en .Querétaro; y que dicho renglón milagroso se avia
-128-
hacia ya mucho tiempo el empleo de Segundo CapéllAn.)
Al año ííiguiente de hecho ese noinbianiíento, se lleí
c.aho el padrón del cúralo de Jaloslotillán á que en (
lugar sé ha hecho referencia: en ese trabajo esladisüco fig
San Juan, bajo el doble a^^pecto de pueblo de indios y de p
blo de españoles y castas. El primero se formaba de 1 18 hi
tantes, (varones Qi de ellos, y mujeres 54,) lodos los cui
estaban distribuidos en 35 casas; y el segundo, contaba <
4i8 personas (de ellos 225 varones y 223 mujeres) i
moraban en 22 casas del pueblo, y en 27 estancias y 26 r
chos que á él estaban sujetos. El número total de ved
de la jurisdicción de San Juan, era, pues, en 1679, de 56i
el número de casas del pueblo llegaba á 57. Si al mirar (
resumen,, se recuerda que menos demedio siglo antes, cu
do la Audiencia concedió su permiso para que pudieran
españoles poblar en el referido lugarejo indígena, y ha
estancias en los terrenosi inmediatos á él, sólo tenia San Ji
seis vecinos indios, se comprenderá de cuanta trascendec
fué para el incremento de la población que tan rápido ai
tuvo, la solicitud que, á efecto de conseguir esa resulta, i
en 1630 el previsor Cura D. Diego Camarena. Y nótese b
que en el consabido padrón no figuran en el número de
mas anotadas, sino ios individuos que por su edad esta]
* La inscripción puesta en el cuadro que representando í <
famoso Capellán se conserva en el Santuario y de la cual pintur
copia el grabado de la página 25 de este libro, dice así:
■■Retratodel Venerable S"r Lizencíado D" Juan de Contreras fi
te Capellán Maior que fne||De este Selebre Santuario de Nra &ra
Sn Juany Visitador de éste Obispado por el IllmoSf"' Doctor||Du I
nelde Seruantes Obispo qne fué de Guadalaxara & que handa
En su Visita el año de 1634 estubo en este H San tu ario y mando ád
Pe Contreras vestir de nuebo á la SSmn Virgen y á Veriguar el
nier milagro déla Kesuresion déla hija|jDel Volantín, yasi. mis
abrir Simientes pa mas decente Iglesia Cogiendo dro la hein
Enque eslava N"i S''» que era de adove||Y techada de paja y a
na9ando Ruina el año de Jtí.3;í Con esta noticia Visoeste Santuari
Illmo Sur Dor Da Juan Ruis C....|]Nero y mando derriuar dha Ij
sia quese maiilenia de Milagro "
Los dos y medio renglones con que esa inscripción termina, «
indescifrables: ni con el microscopio he podido leerlos en la íoUn
fia gue reproduce el mismo cuadro.
— 129 —
obligados á cumplir con el precepto eclesiástico, de confesar
Y comulgar en el tiempo de la Cuaresma, y no los infantes
exentos de tal obligación.
El mismo censo manifiesta que la población española
gozaba allí, en lo general, de ciertas comodidades, puesto que
se ve repartido entre ella buen número de esclavos, dedica-
do en su mayoría á los trabajos rurales y que llegaba á 45.
Finalmente, el observador se complacerá en hallar enu-
merados en el susodicho padrón, varios de los pei'sonajes
que con diversos títulos figuran en la historia del Santuario
de Nuestra Señora, entro ellos el Capellán Mayor Lie. Pérez
Maldonado, y el Br. Nicolás de Arévalo.
Poco fué el tiempo que ol primero de éstos disfrutó de
su ascenso á aquel puesto, porque ya en 1682 le había suce-
dido en ese cargo el Hr. Arévalo, quien asistía en el Santua-
rio desde 1673, aunque se ignora con qué carácter fué
adscripto á él: si como Sacristán simplemente, empleo que
se proveyó por aquol tiempo en persona eclesiástica, según
se verá adelante, ó ya como Capellán. (*)
Precisamente el referido año de 1682 fué á hacerle á
San Juan la Visita episcopal el limo. Sr. Garabito; y viendo
ÍUe las campanas del Santuario estaban colgadas en una de
'^ puertas del cementerio, porque no se habían levantado
^ún las torres proyectadas desde dieciseis años atrás, dispu-
^^ que se emprendiese esa mejora y que jimtamonte se hicie-
^^tx otras que reclamaba la importancia de aquel templo.
Comenzóse luego la obra de las dos torres, con la dirección
C^) De haber sido con ese título, hay que juzgar que el Br. Contre-
ía^ Fuerte murió por el año de 1673; y que por ese motivo, se le dio
^ Capellán Segundo, Lie. Pérez Maldonado, como compañero el Br.
^^^valo, ínterin se proveía la vacante.
^ motivo de la falta de provisión de la Capellanía Mayor en propie-
^^, se explica muy bien con saber que el Sr. Obispo Verdín tenía no-
"^ade su promoción á Michoacán cuando menos desde el mes de a-
S^^sto de 1673, — puesto que hasta al Cabildo le constaba ya entonces
^^'^ mudanza; — y por eso probablemente el referido Prelado le reservó
*^^i sucesor el derecho de nombrar sujeto para la capellanía vacante.
^ Sr. Santa Cruz no lo nombró á su vez, por haber gobernado muy
P^^^x tiempo.
^1
-130 -
del alarife Juan de Santiago; y se terminó el 18 de marzo de
16Si: * quedaron, escribía el Br. Arévalo, tan hennosas y
aseadas (taks forres) como se puede colegir de aver costado
once mil pesos, con el blanqueo de la Iglesia, una Pila liaptis-
mal, y un Pulpito de piedra laboreada de oro y a^u!. »
No se satisfizo con esto la devoción del venerable Prela-
do, sino que sucesivamente fué (lictando otras providencias
correlativas: nombró Tesorero del Santuario de San Juan
y del de Zapopan al Lie. D. Pedro de Alcarazo, sujeto de
mucha integridad y uno de los eclesiásticos más beneméritos
que ha tenido la Diócesi; ñmdó de su propio peculio, á 5 de
marzo de 1688. una capellanía de dos mil pesos, á favor del
primero de esos Santuarios; ordenó, tres años y meses
después, que se le diese minucioso informe de los nuevos
milagros que hubiese hecho la Santísima Virgen de San Juan,
y de todo lo demás tocante al culto de la reverenciada Ima-
gen; y por ultimo, libró despacho, en 27 de agosto de 1 691,
mandando se hiciera lo posible p¡ira que fuese todavía mayor
ese culto y se tuviera siempre aseado el Santuario.
En concordancia con esos estímulos pastorales, estaba
el aliento con que el Capellán Mayor Br. Arévalo procuraba
honrar á la Santísima Virgen cuyo custodio inmediato era. ,
Él mismo describe, en esta forma Hiera!, los ejercicios religio-
sos que le daban realce al templo de San Juan:
«La Fiesta principal de este Santuario es en el día och»
de Diciembre, en que celebra la Iglesia la Purissima Concei»- -
cion de nuestra Señora, y es tanto el concurso que acude d_ e
diferentes partes, que passan de tres mil personas las que
assisten a su Fiesta; y es con tanta devoción el venir, que
algunos vienen desde Guanajuato á pie, distando mas de
veinte leguas. Es mucha la gente que confiessa y comulga,
pues, como tengo dicho, un año que se tuvo curiosidad de
contar las formas, se halló aver comulgado mil y ochocienlas
personas, tlácese la fiesta con mucha solemnidad, la víspera
se cantan Vísperas, con assistencia de veinte ó veinte y dos
Sacerdotes, que vienen de diferentes partes; á la noche se
queman muy lindas invenciones de fuego, se ponen mas de
sesenta luminarias de leña, y süiscientas de papel, »J de mas
— 131 —
cazuelas pequeñas con sus mechas; el dia se celebra con
Missa y Semion, se encienden en el Altar ciento y cincuenta
luces; y año ha ávido de docientas. Sale la Santíssima Ima-
gen en Procession, en sus andas de plata, en hombros de
Sacerdotes, debajo de un Palio que tiene de lama blanca, muy
lindO; con su flueco de oro. La Procession es solo por el
Cementerio, por ser bastantemente capaz. A la tarde se po-
nen en el Altar dos vasos pequeños de plata, en el uno doce
<i catorce papeles con los nombres de los devotos de esta
Señora, y en el otro otros tantos papeles blancos, con uno
que dice: Fiesta de NueMra Señora de San Juan; y sacando
un papel de uno y otro vaso, el del devoto que sale con el
papel que dice: Fiesta &c, á esse le cabe la suerte para el
siguiente año; y al punto que sale le repican las campanas, y
se disparan algunos tiros; y es tanta la devoción y ansia, que
íiene cada uno de los devotos de esta Sra. de salir en suerte,
que algunos se me han quejado, juzgando que no los entro en
ella, y muchos anticipadamente me ruegan y piden los entre
en dicha suerte. Esto es todo lo que se observa en dicha fies-
ta. Después de la suerte se baja la Santíssima Virgen para que
'^ besen, y comenzando á las tres de la tarde, es la oración,
V no han acabado por ser muy grande el concurso, assi se
Vuelve á bajar otro dia la Virgen Santíssima para que la be-
s^en los que faltaron, ó no pudieron el dia antecedente. El
^ia de la Assumpcion de nuestra Señora se celebra también
Cíori Missa y Vísperas, esta Fiesta la dejó dotada el Capitán
Hspíndola.
cl^ Cofradía que dixe del Santo Nombre de Jesús,
celebra fiesta con Vísperas y Missa, el dia de año nuevo, y
el dia de la Natividad, y tiene dos Missas cantadas por los
Cofipades difuntos. Cada mes tiene una Missa cantada por vi-
vos y diftintos; esto es por razón de dicha Cofradía, y solo go-
zan de estos sufragios los Cofrades. Tiene dicha Cofradía las
Indulgencias siguientes: El dia que se assientan Indulgencia
plenaria, para la hora de la muerte: invocando el Santo Nom-
bre de Jesús Indulgencia plenaria; el dia de año nuevo, con-
fessando, comulgando, visitando la Iglesia, y pidiendo por las
necessidades comunes, siete años, y siete quarentenas de per-
— 132-
don; cada vez que un Cofrade hiciere una obra de miserícor
dia, ó assistiere á Fiestas y Missas de dicha Cofradia, por ca
da vez siete dias de Indulgencia. Esto es lodo lo que tiene es
ta Cofradia, que está fundada en este Santuario.
cEl Santuaiio por razón de tal tiene todos los Sábado
Missa cantada de nuestra Señora por los Bienhechores d
dicho Santuario. Assimisnio se cania lodos los dias la Salve
y después de ella un Responso por los Bienhechores de di
cho Santuario.
« Asoiniismo se celebra la Semana Santa con mucha decen
ciay atención, se predica el Mandato, se hace el Lavatori»
de pies á los pobres, á la noche se predica la Passion, (
Viernes Santo se predica el Descendimiento de Christ
nuestro Señor, y sale la Procession del Santo Entierro, qu
sacan los Indios de este Pueblo. Todos los Viernes de Quares
ma se anda el Via-Crucis, y después se hace una plática
Algunos dias del año, principalmente en los dedicados
nuestra Señora se predica exhortando a la devoción de 1
Virgen Santíssima, se tiene mucho cuidado en que en la Igle
sia se guarde mucho silencio, y que assistan todos con 1
decencia y devoción que se debe. Ño tiene el Santuario otra
liestas que las que tengo dichas de la Concepción y Assumj
cion.
« Assimismo se cantan las nueve missas de Aguilando, p(
un devoto que las dotó, y nombró para ello al uno de los Cap<
llanes del Santuario, que lo somos oy ol Bachiller Pedro c
Aguirre, que assimismo es Vicario y Juez Eclesiástico, y
Bachiller Nicolás de Arébalo con título de Capellán Mayo
assiste también en dicho Santuario Juan de Dios Villega
Clérigo de menores Órdenes, con título de Sacristán. Tiei
assimismo la Virgen Santíssima ocho Esclavos, que han dac
diferentes personas devotas de esta milagi'osa Imagen.
«La octava de Corpus avrá cinco años que se celebra (
esta forma: El dia de Corpus lo celebra el Santuario, "pa
cuyo efecto el Capellán tiene cuidado con los que vienen e:
tre año á Novenas, y si han de encender cada dia seis lucf
les pide que enciendan quatro, y que las quo sobran las ap
quen para el dia de Corpus; todos lo hacen de buena gan
— 133 —
con que se celebra el dia sin que el Santuario tenga costo
alguno.
•El Domingo infraoctavo lo celebramos los dos Capella-
nes; los cinco días están repartidos entre algunos vecinos; el
día octavo lo celebran los Cofrades del Santo Nombre de
Jesíus; y assi se celebra toda la octava con mucho lucimiento
Y devoción, con sus Vísperas, todos los días, menos el dia
octavo. Los Indios de este Pueblo celebran las siguientes:
El dia de San Juan Baptista, Titular de este Pueblo, celebran
fiosta con Vísperas y Missa, y el dia después Missa de Anni-
versario; el dia de la Presentación de nuestra Señora, dia en
qLie mudan Prioste y Mayordomo celebran fiesta con Vísperas
y IMissa, y el dia siguiente Missa de Anniversario. Todo lo qual
se hace en la Iglesia de este Santuario, porque aunque tie-
nen su Hospital y su Capilla, no tienen ornamentos, ni la
decencia que se debe para celebrarlas en su Capilla; es perte-
neciente á la administración del Curato, porque por razón de
Santuario no ay obligación alguna. »
En otro lugar del mismo informe, expresó su autor estas
particularidades: cAssimismo digo Señor, (}ue el dia de la
Concepción, ... acuden á él (Santuario) mas de do.^ ó tres mil
personas, y es de notar, quo unas vienen á pedir algún bene-
ficio, otras á agradecer el beneficio ya rccil)ido, contando
averies librado esta Señora, á unos de la muert % á que se han
hallado cercanos, á otroj aviéndoles conccídido vista, y to-
dos por su camino cuentan diversidad de ma/abira^. T^os que
vienen á pedir van consolados; los que vienen á dai' gracias ya
han recibido el beneficio; y solo en este dia se pueden ajus-
^ mas de dos ó tres mil milagros, obrados en diferentes
tiempos y personas. »
«Manifiéstase también esta devoción en la frequencia
"^ los Sacramentos, y esta es de forma, que todos quantos
vienen á este Santuario, la primera diligencia que hacen es
confessar y comulgar; y en el dia de la Concepción. ... es por
'"^Yor, porque como ya tengo dicho, acuden a él mas de dos
^ ^'"^s mil personas! un año, siendo Capellán el Licencia-
•^Uan de Contreras^ se tuvo curiosidad en contar las for-
°^^^' y se gastaron en aquel dia mil y oc\\oc\eYvV<v's>\o\vw^^,
— 134-
No se manifiesta menos la devoción que se tiene en toda la
Nueva España, y Uoyuo de Galicia, con esta Sagrada Imagen,
en lo que tengo notado, y os, que. . . estando esLaSra. en un
lugar tan inconinodo, (sir.) que ni aun hospedaje pueden te-
ner, con lanía Falta de bastimentos, y de lo demás necessario,
vienen con todas estas inconmodidades de México, de Pue-
bla, de San Luis, de Zacatecas, de Guanajuato, de Guadala-
xara, de Sombrerete, &c, y de todas las mas partes de los
Reynos do Nueva España, y Galicia, sin que les traiga otro
motivo, mas que la devoción de esta Sagrada Imagen, sin
reparar en lo inconmodo del lugar, y viniendo muchas, muchas
leguas á pie, y algunos descalzos, en tanta cantidad, y tan ^
tropos, (as£, por tropas,} que viéndolos bajar por las lomas y
cerros, que rodean este Santo Lugar, parece se han despobla-
do las ciudades. »
Por úlLiiuo, el P. Florencia, para detallar mis las noticias
concernientes al sorteo de la fiesta titular del Santuario, dice:
«Sobre todo lo qii^ me han referido personas Religiosas (y
dicen sucede lo mismo en los Lagos, y en Guanajuato) y entre
ellas algunas de la Compañía, y de mucha suposición, que lo-
dos los años se ponen en el Santuario dos urnas con los nom-
bres de los devotos de Zacatecas mas hacendados, y aqu^
cuyo nonbre sale en suertes, con el de la tiesta de la Concep-
ción, hace el año siguiente la fiesta de San Juan, en nombre
de aquella poderosa Ciudad; y este á quien fian el desempe-
ño de todos los devotos y garvosos vecinos, ha de dar algo á:^
la Señora, que siempre es al tamaño de su devoción y viza^
rria». . . .
La exactitud del dato final se encuentra confirmada corar
una enumeración que de las presentallas de Zacatecas hizo
en su informe el Br. Arévalo {*): era la ciudad minera que ta-
les dones hacia, tan liberal para el culto divino, que cuando .
se quemó la iglehiia pairoquial el año de 1 (522, en sólo un día
que en el lugar se juntó limosna para reedificarla, se reunieron
$ 35,000; Y veintiséis años después, habiéndose iguahnente
(*) La liallará el lector en loa documentos que fjrman el Apén-
dice de este libro.
— 135 —
incendiado el templo de S. Francisco de la misma ciudad, en
un día nomás también, se reunieron $25.000 para el reparo
del daño. ¡Pero qué mucho que se mostrara esa largueza
en las cosas santas, cuando allí, en 1676, el empleo de alférez
real se enagenaba en $10.000, y el de alguacil mayor en
35.000; y cuando zacatecanos hubo en ese siglo, como el
Maestro de Campo D. Vicente de Zaldívar, que marcó suyos
$2.983.686, ypagó derealesquintos $585.610; como el Gene-
ral D. Agustín de Zavala, que marcó suyos $4.000.000,
contribuyendo por ese título á la real hacienda con
$500.000; y como el General D. Bartolomé Bravo de Acuña,
padre del primer Conde de Santa Rosa, que marco
$15.000.000 de su propiedad, y dio de reales quintos millón
Y medio de pesos!
A las ricas ofrendas que enviaba al Santuario la piedad
de los vecinos de la opulenta Zacatecas, se unían los más
modestos, pero no menos sinceros, con que dotaban al mis-
mo templo los devotos que NuestraSeñora do San Juan había-
le conquistado en mucha extensión del Virreinato: de consi-
guiente, contaba ya aquél con todos los menesteres necesa-
rios para el culto, aunque no llegara todavía éste al grado
<le ser en extremo esplendoroso.
Ya se ha visto, por lo demás, que de los últimos empu-
jes que en sentido progresivo recibiera el mismo culto, fué
principal autor el limo. Sr. Garabito. Motivos tenía el venera-
ble Prelado para amar entrañablemente á la Santísima Virgen:
cuando sólo era de un año y meses de edad este futuro Obis-
po de la Nueva Galicia, la nodriza que le criaba abandonóle
descuidadamente en la azotea de la casa; y el inocente niño,
gateando, gateando, llegó al borde del elevado muro y se
desprendió de allí á la calle, sin que nada de importancia le
hubiera acontecido, á pesar de la grande altura de que cayó;
prodigioso suceso que los que fueron testigos de aquel rápido
descenso, atribuyeron al favor de la Virgen de Peñaílor, á
quien invocaron en auxilio del precipitado infante, y al Ángel
Custodio, cuya fiesta se celebraba aquel día. Nada más natu-
ral era, por tanto, que quien siendo párvulo recibió de la
Madre de Dios tan insigne favor, ya ciñendo la Mitra fuera
— 136 —
ardiente aficionado del celesiíal prototipo de la Virgen Santí-
sima en sus diversas Imágenes; y con predilección de la vene-
rada en San Juan, por llevar el uiisino nombre que él reciliie-
ra en el bautismo.
Finó el limo. Sr. Garabito el domingo 1 1 de julio de
1694(1) * con dolor y sentimiento de todas sus obejas, causa-
do de su Santa exemplarissirna Vida,» dice el instmmento
oficial en que el Cabildo hizo constar la defimción de este
eminente Tavorecedcr del templo de Nuestra Señora de San
Juan.
Por último, va se habn't advertido, con las respectivas
alusiones hechas en diversos lugares, que alguno de los dos
Capellanes del mismo templo (2) ejercía también el cargo
de Vicario del Párroco de Jaloslotitlán. (3J
i
(^i) Aunque el P. Caslüla pone ese acontecimiento á i o de julio
del citado año, tanto el Libro del Cabildo Sede Vacante como la parti-
da de defunción extendida en el Sagrario refieren al día 1 1 ese siice-
(2) Hago notar que en las informaciones de 1668 se llama "Vica-
rio de esta jurisdicción" á Clemente de la Torre Ledesma; pero ese
es un error tipográfico manifiesto, porque el tal de la Torre era casado
con Beatriz Ramfre?,, como él y Miguel de Hennosillo lo declararon.
Seguramente el original dice Vecino, y no Vicario, 'le esto Jurindicción .
(3) Florencia, ob. cit., cap. III, parr-'' II, III y IV; y cap. IV,
parrHl, II, III, IV y V.=Libros de cuentas del H. de la Cruz; VII
de Actas del Cabildo Eclesiáslico de Guadalajara; de Gobierno deL
Sr. Verdín; de Gobierno del Sr. Garabito y del Cabildo Sede Vacante,
todos m anu scrit os. = Documentos sueltos, tamtn¿n manuscritos, del
archivo de la Secretaría de la Mitra de Guadal a jara.— Dice fíe Geng.
citado, art. Zacattran, en el vol. III del Apéndice .^líotA Padilla:
HiKt cit., cap. I,III,=Conde de Santiago de la Laguna: Dencripctóa-
de Zacatecas, punto VIII.— Castilla: Vida y keroitxis virtudes de D. ,
Juan de Santiago de León GaravUo.
'••,i'*w»V,'^«#»%-»«»,
1
XIV.
Taumaturgismo de Nuestra Señora de San Juan.
«Graii milagro es María, dice un esclarecido teólogo
^etáneo, reclamando para la Madre de Dios el privilegio de
^^f la principal taumaturga. Diósele al rey Acaz el profeta
^as por rara señal y por suma de los milagros que podía
P^dir: Una Virgen concebirá d un varón. Con mucha razón
^nmn á la Virgen milagro prodigioso y oficina de milagros.
^^ la admiración y espanto que causan así su vida milagrosa
^^10 los milagros y p^'odigios nunca vistos que en ella se obra-
^^^. Y así San Ignacio mártir la llama prodigio celestial y
feralísimo milagro de la gracia; San Juan Damasceno la llama
5^Xaeva maravilla y abismo de milagros, y da voces á Salomón
deje ya de afirmar que no hay cosa nueva bajo del sol; y que
^^iga al profeta Jeremías lo que dic^, que crió Dios una cosa
^ueva, hablando de la Virgen. Y finalmente, es muy usado de
^x>8 Santos llamarla con semejantes nombres , llevados de la culmi-
ación de las raras y prodigiosas maravillas que en ella
Resplandecen. (*) lia que es admiración de los ángeles, pasmo
(•) P. Fr. José de Jesús María, carmelita, Historia de la vida y
excelencias de la Virgen Mario. Nuestra Señora, 1675, cap. II.
Es sabido que Mahoma llegó á llamar á la Virgen Santísima mani-
fiesto milagro [Alcorán, Azoar 31]; lugar explanado y encarecido por
18
' —138 —
de loa querubines, asombro de las virtudes, grandeza pere-
grina, primor y alegria del mundo ¿qué mucho que sea rica
en m¡lagi-os y sacratísimo espectáculo de portentos y mara-
villas? La que dio sus entrañas por maravilla donde se fragua-
se aquel milagro de la Encarnación juntándose humanidad y
divinidad en unidad de persona divina, quedando ella verda-
dera madre de Dios, del mismo Dios reciliió las llaves del
cielo y los tesoros del mundo para que acudiesen á su poder
por milagros los mortales en las angustias de la vida.»
Y explanando sus doctrinas sobre el particular, agrega
el mismo teólogo, después de aludir á diversas compilaciones J
en que se historian los milagros de millares de Imágenes de I
Nuestra Señora: I
I No es menester citar aquí los Anales de los PP. Carme-
litas, Mercedarios, Franciscanos y otras sagradas religiones,
donde se contienen maravillas obradas por la Virgen Nuestra ^
Señora. También es ocioso añadir que no todos los que ae:-^^
pregonan han sido verdaderos milagros. La fama en este parti — _,.
calar más tiene de aprehensión que de real. Por esta causa lí^ ^a
Iglesia ha usado siempre de cautela en no dar crédito á sudo^rn^.
res y lágrimas de imágenes de María sin grandes y palpablí
razones. La verdad de los milagros no pende de los labii
de la plebe, sino de la depo.sición de testigos oculares dotadc^ os
de veracidad, juicio y consideración. Para decretar que Ja
Virgen benditísima privilegia con su particular favor á tod^--os
cuantos la invocan ó entran en su asilo á venerai'la, más q^ ue
buena fe es menester. La frecuencia y continuación de cui=:r-a-
clones y gracias extraordinarias está en las trazas de la di\'^ffna
providencia.
«Mas ¿quién será tan temerario que piense que si no toc:3os
los estimados por milagros en hecho de verdad lo son, ningu-
no hay que verdaderamente lo sea? Los santuarios de U&ría
son monumentos erigidos á au misericordioso patrocinio por
la devoción y reconocimiento, monumentos de piedra y no
el P. Fr. Lorenzo de Zamora en su Monarquía mística de la Iglesia,
tercera parte, 1614, psalmo LXXXVI.vers.V, fol.51. f Nota del P,
Mir.)
-139 —
obras de papel; y la piedra no miente como sabe mentir la
pluma; la piedra habla el lenguaje de la verdad. Ningún monu-
mento se levanta á la Madre de Dios sin razón suficiente. Los
santuarios de María vienen á ser testimonios fehacientes'de
los milagros que acreditaron el imperio de su maternal amor. »
La Iglesia, en efecto, lejos de entretejer, que dijera el
Cardenal Baronio, «cuentos de viejas, rumores del vulgo, ilu-
siones de sentidos, con grandísimo daño de las cosas sólida-
mente establecidas», toma las más esquisitas precauciones
para precaver aquel género de imposturas, invento por lo co-
niún de ánimos supersticiosos.
El sacrosanto Concilio de Trento decretó que no se admi-
tiesen ntievos milagros sin conocimiento y aprobación del Obis-
po: los Prelados son, pues, los que tienen la facultad de averi
^ar con ese objeto lo que haya de cierto en los portentos que
^dan en la boca del vulgo; inquisición que es ajustada á
^ overas reglas.
Ya se ha dicho que en orden á los milagros atribuidos
^ Nuestra Señora de San Juan en el siglo XVII, mandaron ha-
^^r los Sres. Obispos Verdín y Molina, y de Santiago de León
Garabito, informaciones conducentes á certificarse de la ver-
dad de los presuntos hechos sobrenaturales.
La instrucción de la primera de ellas, que fué termina-
ba el 18 de marzo de 1668, se cometió al Lie. Juan Gómez de
Santiago, Cura Beneficiado propietario de Jalostotitlán.
Quién fuera este Juez comisionado, lo hacía saber al Rey
de España, en un informe, el segundo de los dos Obispos que
se acaba de mencionar, usando allí estos términos literales:
cEl L^^ Juan Gómez de Santiago originario de giudad Rodrigo
en la Provincia de Estremadura en España, Cura Beneficiado
de Xalostotitlan de edad de mas de sesenta años, (el de 1682)
vino aestos Reinos con el R^^ Don Ju^ Ruiz Colmenero mi
antecesor aquien asistió hasta q. murió, y después se ha ocu-
pado en el exergicio del dicho curato q. posee, oi se halla mui
achacoso, y impedido, y como el curato es tenue apenas se
puede mantener a^i, y aun tenientes es forzoso tenga, y por
lo mucho q. en este obpdo. ha trabajado parege es digno de
premio. »
— 140 —
La información levantada por el Sr. Cura Grómez d
Santiago tiene requisitos formales y á ella concurrieron veintfi. -
cuatro testigos, que fueron: el Lie. Contreras Fuertes; Lui^^s
López Ramírez, exteniente de alcalde mayor; Francisco Fl(^ -
res, pintor y dos veces declarante; Clemente de la Torre ^^^
Ledesma; Esteban Gómez, estanciero; José de Orozco Agüeren,
clérigo; Francisco Gutiérrez Rubio, estanciero; Francisco d ^e
Orozco y Agüero, dueño también de estancia; Juan Patinen;
Inés de Mendoza, dueña de estancia; Antonio Escoto de TovaMT*,
teniente de alcalde mayor y estanciero; Baltasar Messfa, du
ño de rancho; Melchor González de Hermosillo; Nicolás Mor
no de Ortega; Gonzalo de Hermosillo, presbítero; Melchor d
los Reyes, pintor y que había desempeñado puestos impo:
tantes, como los de corregidor, alcalde mayor, y otros; Jo
de Alba; Br. Lázaro Gutiérrez, presbítero; Antonio de Saav
dra; Miguel de Hermosillo; María Ana de Mendoza; Juan
pez, presbítero; Juan Gutiérrez, propietario de hacienda cL
campo; y Juan Camacho.
Cuanto á la información que le ordenó hacer el Sr. Gar
hito al Br. Arévalo, por medio de una carta fechada el 14 A
julio de 1691, (*) tiene carácter simplemente individual, po
que en ella depone sólo el informante, aunque aluda con disti
ción á los hechos que en persona presenció y á los testigo
que le informaron las demás cosas que menciona. Ese infor"
me epistolar fué rendido hasta el 18 de abril de 1693.
Acerca de la fe que merezca su autor, por sus circunstai'3
cias personales, se puede formar juicio, con lo que respecU
á él decíale al Rey el mismo limo. Sr. Garabito, en el docu:*'"
mentó que arriba se citara: c Y en todo el discurso del obpd
q. ai muchos clérigos los mas dellos son mui pobres, y virtu
sos, entre ellos me aparecido preferir al Br. Nicolás de Arábalo
(.¿^ppUan maior del Santuario de Ntra Sra. de S. Ju° , sujet^o
de letras virtudes y exemplo singular, y q. hace mucho fruteo
espiritual en las almas en el dicho Santuario dondeasiste.»
('^) Está inserta en el Apéndice de este libro.
- 141 —
' En la primera información se refieren á titulo de porten-
tos sesenta y cinco diferentes sucesos, sin incluir en este
número el primer milagro conocido de Nuestra Señora de
San Juan«
De entre tales sucesos, vanse á citar algunos, en los mis-
mos términos con que fuaron referidos; porque aunque tal
VGz conviniera modernizar el estilo anticuado de los relatos,
cualquier aliño que se les diese podría resultar en perjuicio
de la integridad y del crédito que merezcan asi como co-
rren impresos.
Adviértase, que si bien varios de ellos carecen de los
requisitos que la Iglesia en su loable prudencia exige que ten-
gan esa clase de sucesos para poder declararlos formalmen-
te verdaderos milagros, y que aun algunos de los mismos
admiten explicación natural; mas no se lleva aquí la preten-
sión de decidir acerca de la autenticidad mirífica de esos
'fechos, lo que implicaría una auda ^ usurpación de las facúl-
teles reservadas al superior eclesiástico; sino que simple-
^'^^nte se les reproduce como relatos publicados ya la mayor
P^rte hace más de dos siglos y los otros poco menos, con
I^^raiiso de la autoridad legitima; tenidos por verdaderos
^ Varante el lapso de tiempo que ha corrido; y adoptados aquí
^^ncillamente como materia de la narración histórica conte-
'^ i da en este libro. No se les prejuzga ahora como milagros
^ emitidos; se les apunta como asunto de respetabilísimos
^ ^cumentos conducentes al propósito de la presente obra.
tEl año de 660 ó 61, relató el Lie. Contreras Fuerte,
^*^ajo el Hermano Blas de la Virgen un niulatillo, que donó á
*^ Santa Imagen un Fulano Ayllon, á quien sanó milagrosa-
*>iente la Virgen de una gravíssima herida; y por esso lo do-
^lósiendo de hasta siete años. IJn dia como andaba desnudo,
V andaba solo sin aver quien le socorriesse, le embistió y tan
rtruelmente un mastin, que de la herida vino á morir sin reme-
ciio; causóles á todos gran lástima, y ofreciéronlo á la Virgen
fie San Juan; la qual fue servida de oir las plegarias de toda su
casa. Dióle vida y salud. Su amo no quiso que S3 quedasse
en su casa, sino pues vivia por la Virgen, fuesse para la Vir-
gen; y assi lo donó á la Señora. El ano de 668, let>l\íve.^tí^\Á<^,
— 142 -
Juan de Contreras Fuerte, estaba en el Santuario, y que
llainaba Nicolás, y que preguntado de él, contó muchas vec<
el caso, y decia, que como era muchacho no se pudo defendí
del Perro, ni huvo quien lo defendiesse. »
€ Mariana de Montoro, muger de Pedro de Mendoza, veci
nade Aguas Calientes, hidrópica conñrmada, y que entre da
personas la llevaban á la Iglesia del Santuario, y que do:
leguas de él estuvo oleada, y volviéndola á él estuvo tres
sin habla, toda disforme de hinchada, rostro, brazos y pech(
y ya moribunda, sin comer, ni beber en los tre^ días. El Licen. —
ciado Juan de Contreras, Vicario que lo refiere, le assisUó d
ordinario, y le llevaba, y le ponía sobre ella la Imagen de
contorno, por quien la de San Juan obra sus marabillas. Fa
servida de oir á dicho Licenciado, y al Licenciado Nicolás Pi
rez, que eficazmente podían para la enfernja salud. Mejoró,
dentro de tres o cuatro dias se le quitó la hinchazón, y vía
por su pie a la Iglesia. Llevóla su marido á Aguas Calientes,
acabar de sanar, prometiendo volver con ella en estando d^^\
lodo sana, a servir dos años á la Virgen. Fue lí su casa, y
todo sano de la hidropesia, y quedó totalmente buena; y di
cho Licenciado la vio en ella sana, fuerte y alegre, exhortól
á no dilatar la promessa, que quien le dio la salud milagros
mente, en virtud de c!la, se la podía quitar, si se tardaba e.
cumplirla: No lo hizo, y de un espanto vino 6, morir en pen
de su infidelidad, como se piensa.
« Aqui se ha de ponderar, — parece ser este párrafo córner]^»-'
tario del P. Florencia, — quan de espacio le dio la Virgen 1
salud: Hizo un Novenario sin conseguirla, volvía á.sa a
y en la estancia de los Truxillos se le agravó el mal; volvi(
ronla al Santuario; estuvo al cabo recomendada el alma,
fin la sanó la Imagen en virtud de dicha promessa; no 1—- *
cumplió, y costóle la vida.... ¡Qué de veces estuviera mejo--'^^
no recibir el beneficio, que recibirlo, y no agradecerlo! Y qu^-**^
debemos cumplir con puntualidad los votos, si no queremo -^
experimentar el castigo: Qiiod wvidi Deo, menu>r eris redder^^f
dice el Espíritu Santo. Pues si acá los hombres sienten qu-
no les cumplan la palabra, qué sentirá Dios? Qué sentirá
Madre? El caso lo dice, porque no lo digan otros. >
— 143 -
tEl año de 662, por Octubre, fue en persona el Licen-
ciado Juan de Contreras Fuerte á Toqualtiche (sic, por Teocal-
tiche) á pedir prestada ó comprada una botija de atíeyte, por-
querva no lo avia para la lámpara en todo el Santuario. Ni
de un modo ni de otro lo halló. Volvióse ájsu casa, y requi-
rió al Sacristán, que S3 llamaba Sebastian de Salazar, el qual
trajo la botija, y apenas avria en ella poco mas de un quar-
tillo. Mandóle que dé dia ardiesse la lámpara con el aceyte
que avia, y que de noche encendiesse una be!a de cera, de la
que avia muy prieta en el Santuario; y para la primera noche
le dio una de media libra. El dia siguiente, que fué de S.
Lucas, vino muy de mañana el Sacristán con la bela en la
mano, y dixo á dicho Vicario: Esta es la candela que Vmd.
nie dio á noche, y qm por su orden encendí á la Viríjen; apaga-
da y entera la halh% y de la misma suerte la lámpara que dej^
apagada, encendida; y el vaso lleno de aceyte; y aceyte tenemos
Hcísta despachar y proverlo de Guadalaxara. Fue el Vicario
^ ver con sus ojos uno y otro. Despachó un vente y viniente
él. Guadalaxara, trajo una botija, tardó seis dias; y del aceyte
djue avia sobró un poco, que se repartió para reliquias. Testi-
icó dicho Vicario este caso, y lo juró, y atribuyó á milagro
de la Señora. »
€ Afirma y jura dicho Vicario, que estando á 28 de
Septiembre de 662, acostado á las once de la noche, se halló
«n accidente con tanta inquietud, que no podia dormir: con
el desvelo sintió que le avian abierto el aposento; preguntó
quién era? Y no le respondieron; levantóse, y halló la puerta
del aposento abierta; preguntó al criado, quién la avia abier-
to? Respondió, que dormia y no lo sabia. Requirió las puer-
tas de la sala, y las halló cerradas y con aldabas. Buscó en
su aposento, si era algún perro, ó gato, ú otro animal, el que
avia abierto el aposento; abrió la ventana, y con la claridad
de la Lmia que hacia, no halló cosa. Vistióse, abrió la puer-
ta que cae á la plaza, y vio tres personas junto á la Iglesia;
receló ladrones; llamó á su criado; convocó gente; sintieron los
tres vultos el ruido; y retiráronse poco á poco. El Vicario con
el zelo de la casa, y cosas de la Señora, encomendándole á
ella su guarda, empezó á decir: Ladrones, y juntamente á co-
— 144 —
rrer Inir^ ellos. Ksrondióse el uno, y huyeroi] los dos; siguiól
(sic) sin reparar en el que se avia escondido; quando de impro- --
viso le salió este con una lanza, y tirándole tan recio golp
azia el pecho, que á no topar li punta con una carabina qu
llevaba en la mano izquierda, y divertfdose con el encuent
lo huviera passa(]o y muerto; con todo le rompió el Jubón
llevaba desabrochado, y la camisa. Cayó sobre una mata d
marabillas, y cJ criado sobrevino de fepente á levantar!
preguntándole si estaba herido? Reconocióle bueno y san
sin daño en su cuerpo, por beneficio de la Virgen de San Juar:^,
á quion invocó el Vicario en el conflicto. Huyó el malhechc^r
y los domas ladrones, sin quien los siguiesse. El diasiguient:^ «
dio públicas gracias á la Señora de San Juan, y después de I -a
consagración le prometió con voto do servirla toda su vid -a
sin ínteres, ccn la vida, que era suya. Como lo cumplí
puntualmente mientras vivió. Y lo testificó dicho Vicario.»
«El año de 16(52, vino á este Santuario Nicolás (L
Mendoza, muíalo libre, v:icino de Aguas Calientes, tullido d
ambas piernas; estando en Neveras pidiendo miseiicordia
la Virgen, salió teniéndose de sus muletas á calentarse al So
á la sazón que el Vicario iba á la Iglesia, y vio á dicho Nic
las do ]\Iendoza ya sin muletas, y dando vueltas, y haciend
cabriolas. Pregimtóle la causa? Y él dijo: Señor y parezco locc::^''
porque salí tullido y siu fuerzas, y me hallo con tantas que 9^^^
lie menester muletas y puedo yi dar estas xmeltas. — Pues ei
trad y agradeced á la Virgen la salud qtie de ella aveis recib
do, le dixo el Vicario; y él cogiendo en las manos las muletaf===?^;
se las ofreció alegre á la Virgen; acabó sus Novenas y se fti -^^
bueno. Después vino de una vez á este Santuario á servir ^
la Virgen. Refiere este caso el mismo Vicario.»
El anciano Capellán, — llámesele así, pues ya andab.- ^^
entonces peinando sus sesenta años, poco más ó menos,
aunque sólo puntualizó trece de los i)resuntos milagros,
más del de la resurrección de la hija del Volantín y algún otr^ ^
suceso que él tenía por sobrenatural, agregó por rematad^- ®
su declaración, € tener apuntados mas de 300 milagros del
Virgen, que le han contado devotos de ella, venidos en rome
ría, unos de España, otros de Perú, de Philipinas alguno
-145-
.■ A^ l^c '
algunos sucedidos en el mar, otros en estos Re^Tios; de los
quales, aunque no le ha quedado copia, por averie faltado to-
dos los escritos, en una larga enfermedad que padeció, mu-
chos pudiera decir de memoria, si no bastaran los referidos. »
Aceptando como bueno este testimonio, la fama del lauma-
lurgiaino de Nuestra Señora de San Juan, no estaba reducida
l'a en e! último tercio del siglo XVII, al Virreinato de la Nueva
España; sino que alcanzaba en el Continente de Colón, hasta
'a América del Sur, y aun había traspuesto el Atlántico y el
f acifico. dilatándose hasta Europa y Asia.
Como testigo de visla. refirió el Capitán Luis López
fiamirez, que «estando con dicho Lic9nciado Alonso Muñoz
de Huerta y otros, viendo traliajar en la obra un oficial de
AlbaAil llamado Juan, estaba enxarrando en lo alto de la
Pobeda; y llevándole un peón un cubo de argamaza, al irlo
' *'Oger desmintió una tabla del andamio, y el dicho Juan
^3yó al suelo, V dio con sucuetpo en un montón de argama-
^•* dura y seca como piedra, de espaldas. Levantóse el Cape-
"an para absolverlo, si estuviesse vivo; y juzgándole ya difun-
do no lo hizo, sino que con muchas lágrraas, yéndose al altar
^e la Virgen, la sacó del Tabernáculo; y llevándola adonde
^siabael difunto, y hablando con la Virgen le decía con tanta
'^i'nura, que hacia llorar á los circunstantes: Virgen Santíssi-
, *a. m permita tu Magestad, que en tu obra, y en tu casa, aya
;*»4wí-r/o este sin confesítion. Y poniendo la Imagen sobre el
;J^>ierpo difunto, empezó i menearse y á quejarse; y entonces
y^ absolvió, y lo mandó arropar y llevar cargado, corno lo
'levaron entre. todos los oficiales a la casa donde vivia, y allí
■^anó tan del lodo, que á las quarenta horas después de esto,
■ « vio el dicho testigo trabajar en la obra, como si no huviera
T:aido, ni recibido daño alguno, y lo tuvo por milagro de la
Virgen, y como tal lo declara, y jura el caso. . . . %.
El pintor Francisco Flores relató: «Que estando en el
Taller de la Iglesia, donde se trabajaba, con el Capellán que
entonces era el Licenciado Joseph Nido del Estoque, Licen-
ciados Juan Antonio Garibaldo Beneficiado al presente de
Guanajuato, y Alonso de Garibaldo; entró un hombre á ver
la Imagen, y dentro de poco rato oyeron voces en la Iglesia,
Y entrando en ella á ver que era, lo vieron bajar del Altar
mayor, confessando sus culpas fl voces, y diciendo, que avia,
entrado solo por curiosidad, y no devoción; y que le avia?
parecido que del Rostro de la Santa Imagen avia salido und
luz que le avia turbado la vista; y que reconocía que era por
sus muchos pecados. Era Español, y al parecer de edad de
quarenta años; j sossegándolo el Capellán, en los diaa que
alli estuvo se confessó generalmente, y comulgó. Y el Cape-
llán dijo que avia muerto Religioso en la Provincia de Michoa-
can, y que le avia venido esta milagrosa mudanza de vida,
de este milagro que avia obrado con él la Virgen, i
El mismo Flores declaró *aver conocido ü un mulato
llamado Luis, esclavo que fue de Juan Muñoz de Aldaco, veci-
no del Real de los Ramos, tullido arrastrándose, y pidiendo
limosna, por mas de diez años; y que después lo vió en este
Santuario de nuestra Señora andar con dos muletas. Y
preguhtándole dicho testigo, que como se sentía? iíespon-
dió, que después que avia prometido á la Virgen de San Juan
de venir á visitar su Santuario, avia podido levantarse, y an-
dar en muletas. Dentro de un mes, poco mas 6 menos, vi(>i
colgadas las muletas de dicho mulato á los lados del Taber-*
náculo de la Virgen, y lo vió á él baylar, y andar á caballo bue-
no. Y después lo conoció libre; y oyó decir que era por*
sentencia de la Real Audiencia deGuadalaxara; porque poniénr
dolé su antiguo amo pleyto, viéndote sano y buüno; alegó di-
cho mulato, que su amo lo avia echado de casa, á que se
sustantasse de limosna por impedido; y la Audiencia dijo, que
pues la Virgen lo avia sanado, que ya estaba libre de su
esclavitud.»
Clemente de la Torre y Ledesma testificó: «que yendo^
con su Esposa, y con Miguel de Hermosillo Español, á bauti-
zar una criatura á dicho Santuario de San Juan, les anocheció
en la cañada que llaman de Arrona (sic), lloviendo con true-
nos y relámpagos; la noche tan tenebrosa, que no se veían
unos á otros. Subiendo la cuesta por donde bajan á San Juan,
al medio de ella perdió pie la bestia en que iba su muger Rea'
triz Ramírez, y cayendo elta,y advirtiéndolo su marido, empe-
zaron los dos á llamar ala Virgen de San Juan, y repentina*
— 147 —
mente apareció una luz azia el poniente, de la parte, al pare-
cer, de las nubes; con ella fueron á socorrer á dicha Beatriz
fiamirez; y preguntando si se avia lastimado ella, ó el niño,
respondió, que ni el niño, ni ella, ni lo avia soltado de sus
irazos, con averse ido la bestia de pies, como pica y media;
con la luz volvieron á coger el camino, subieron hasta el plan
del cerro, y alli se les desapareció la luz, que sin duda les
einbió la Virgen para que los guiasse. Llegaron al Santuario,
y dieron á la Señora las gracias por ambos beneficios. »
Con juramento afirmó Esteban Gómez «que estando con
Ices criados suyos sacando piedra para una cerca, estando
aomiando una gran piedra para ella, se metió debajo, para
V-oner bien las cuñas, y de repente se \lesga ó y cayó sobre
íl; y era tan grande dicha piedra, que le parece tenia mas de
So aiTobas, que por el caso la ha conservado entera en dicha
cuerea. Invocó á la Virgen de San Juan, y por beneficio suyo
"^o le mató (la piedra) aviéndole quebrado (esta) tres costillas,
Y desencajádole el pecho, para mostrar mas su manutenen-
^í^ en breve tiempo sanó del golpe y las heridas. Prometió
h^icer Novena y de hecho tiene ya la cora (dice este testigo)
P^ja cumplirla.»
José de Orozco Agüero, Clérigo de menores órdenes y
^ás tarde Cura Beneficiado de Tequila, refirió el caso siguicn-
^^: «que siendo de nueve á diez años, aviéndolo embiado un
*^^rmano suyo por carne á una estancia, en una bestia, con
^Ola una manta doblada, y un mete pies que le servia de
^iUa y estrivos, al passar un arroyo se travo de riña con otros
^^uchachos; cerca del arroyo avia una barranca tan honda,
^116 al parecer de esto declarante tenia mas de quatro picas
^e hondura; como iba riñendo ron los otros muchachos,
í levaba la cara vuelta á las ancas azia ellos, quando advirtió
^ue se detenia la bestia; volvió la cara para enderezarla, y la
Vio toda colgada de la barranca, haciendo fuerza con las dos
tnanos, por tenerse en el bordo de la dicha barranca, colgado
Üe lo demás del cuerpo de la profundidad. Conoció su grande
peligro, y exclamó diciendo: VdUjamela Virr/en Santíssimade
San Juan. Y en este confiicto, se asió do la clin (de) del caba-
llo, hizo fuerza, y sacó la manta que \\e\aW AííWa^o, q^w\\
atada, y bien apretada con el mete pies, y tirándola se halló
sentado sobre ella, y de la parte de afuera de la barranca. El
caballo cayó en la barranca, y se quebró los huessos. Y baxan-
do á ver si se avia muerto, lo vió tan lastimado, que vien-
do que no podia servir ni sanar, lo acabó de matar, porque
no penasse mas. Tuvo este escape por milagro de la Señora
de San Juan; y entonces y después que ha tenido mas razón,
ha dado muchas gracias á la Señora en su Santuario. Y una
vez que se halló cerca del lugar, donde el caso sucedió, fue
con Blas de Chaves, que también vió caer el caballo, admi-
ra este prodigio, (sic) y la hondura de la barranca donde
sucedió. »
Un hecho semejante al que le acaeciera al testigo Oroz-
co, narró Francisco Gutiérrez Rubio, quien yendo á oir misa á
San Juan, «perdió la senda por donde avia de ir; la bestia
lo llevaba á su arbitrio; subió un peñasco, y bajando por una
vereda antigua empezó á derrumbarse el caballo, él con el ^
susto invocó á la Virgen diciendo: Válgate, nuestra Señora de r^^^
San Juan, y al punto se halló fiíera del riesgo. Pero como ■ » —
llovia, y el camino estaba resvaloso, y la noche obscura, y él.#'ss
turbado, ni vió al mozo, ni reparó en su falta, hasta que oyótj
un golpe, que era de la bestia del Almofrez, que cayó y
mató. Este declarante se quedó aJli cerca en una Estancia de
Francisco Martin del Campo, el qual dijo, que si no era po»: -
milagro, ni él, ni el mozo podían passar aquella vereda, tods
derrumbada; y que ima oveja passándola de dia cayó en e
medio de ella, y se mató. Madrugó este declarante, oyó Miss;
en el Santuario, y dio gracias á. la Señora, por tantos bene
ficios.
«A\Tá como veinte y cinco años, que estando este ■
testigo un dia de Fiesta en concurso de otros, vió á un ciego
y á un tullido, Españoles ambos, aquel celebrar delante de
la Imagen la vista que por ella milagrosamente avia conse-
guido; este, que alentado con el buen sucesso del ciego dijo:
Lh'venme á la Virgm, que ya estoy bueno. Y al punto que lo
levantaron dejó las muletas, y fue por su pie al Altar de la Seño-
ra; y el ciego escribió en señal de que ya veía ios dos müa-
— 149 —
grosos favores. Y todos dieron á la Virgen muchas gracias.»
Francisco de Orozco y Agüí^ro meacionó este caso: «que
el año de 650, llevando una quadrilla de 16 Carretas de maíz
y manteca y otros géneros al Parral, avien do traido cosa de
seis leguas de dicho Real, junto á un Pajonal tan alto que cu-
bría un hombre, estando las carretas juntas, mandó hacer
guardaraya, que llaman, que es quemar un podazo del Pajonal,
para que alli pare el fuego, si acaso el del hato prendierc en el
l^ajonal. Estando en esta jiroviclencia se levantó de repente
un ayre, que prendió, encendió y estendió el fuego en todo
el Pajonal; y acudiendo este testigo con hasta treinta perso-
nas á apagar el ftiego, los venció el incendio, y pegó en una
<^rrelade maiz, y mas de diez arrobas de manteca, amena-
7-ando naturalmente a las otras carretas. Viéndose Francis-
co de Orozco perdido, y desesperada su hacienda, se volvió á
^ Vii^en de San Juan, y le dijo: Ya no me da cuidado, Señara,
^ hcmenda, sino cánio he de volver estos pobres^ qiie vienen conmi-
ÍP d sus casas, que son ynas de quarenta^ entre Jiombres, muge-
m y niños; dexadnie libre siquiera una carreta. Apenas huvo
dicho estas palabras, quando repentinamente se volvió el
^í^to á la parte contraria, y passó el fuego á la otra banda
^^ un Rio, que estaba de por medio ancho mas de doce ba-
J*^, y dejó los campos donde estaban las carretas abrasando
*^s de la otra parte. Y volviendo con su gente, que por el fue-
SDse avia retirado, á ver el daño que avia hecho en sus carre-
'^s, que el humo no avia dado lugar á ello; hallaron, que el
*^aiz de sola una carreta, á que avia tocado el fuego, estaba
derramado, y solo faltaron de él, después de recogido, como
^uatro 6 seis fanegas, diez calabazos, que hacia cada uno una
^¿Toba, estaban quemados, hechos carbón, y la manteca que
estaba dentro dura, congelada, y sin derrctirso con el fuego,
^e suerte, que assi llegó al Parral, donde los de él ya estaban
:tooticiosos del caso, y la compraban a poifia, porser la mante-
fca del milagro. A la carreta se le quemó el limón, (sic) los
tendales, y las estacas que están en ellos, los arquillos de la
cubierta, que era de zacate, una silla de á cal3allo de un Indio
que estaba entre los calabazos de la manteca, aviendo queda-
— 150 —
(lo .solo los o.^ti¡vos, y el uno ya empezado u derretirse, c
que solamente se refundió el daño, quando de toda la haciei
da y carretas se tomió al principio. Dieron todos gracias é
Dios, que por la Imagen de su Madre de San Juan se aví. ¿
mostrado tan misericordioso; y el año que se declaró est «
milagi'o vivían nueve personas, hombresy mugeres en Tequa-l-
tiche, de las que iban en la quadrilla. Divulgóse en el Parr.^il
el sucesso, y la devoción á la Virgen de San Juan se propcs*-
gó...»
«El mismo Francisco de Orosco contó el caso siguíer"»-
te, qud avrá como quinco años que sucedió, y es de inuchma
gloria de Dios, y crédito de la Virgen de San Juan. Yenci o
para la V^illa de León, llevaba para su servicio una esclaw^a
llamada Juana, con una criatura de pecho, hija suya, otra cié
quatro años llamada Salvadora; al passar el Rio de Atot<
nilco. Jurisdicción de Tequaltiche, que iba crecido, y al
Irar en el agua derribó la fuerza de ella a la bestia en la
Ha, y cayeron la Aladre con la niña de pecho, la qual-sali- ^
libie, y con ella la bestia salió por un lado. I^ii dicha Juaiv> a
buscó la otra hija, y viendo que no parecía, se quiso arrojí^J'
al agua á buscarla: su Amo la detuvo, diciéndola: No te afl^"
joíi, qiw. In Vtr¡ií'ii <h San Jioui la s,u:ard l¿bn\ Y cu esto 1 ^
vio sobreaguar, como un tiro de piedra de alli. Rio abajc:^:
á los gritos que diiba la Madre, llamando á la Virgen ^ ^
»San Juan, acudió la mulata (*) y el declarante, y la ftier»^
siguiendo Hio al)ajo, por la orilla; anduvieron cosa de m^^'
iia legua tras de ella, que á trechos la veían sobreaguar, ^
irochos no la veían, porque iba por debajo del agua; Uegand ^
á un remanso, (jue liacia el Kio, arrojóse un Indio, cogió -*
la muchaca (sicj y sacóla; lleváronla á una casa, que estáis -*
(*) La mala redacción de este relato, origina aquí cierta confusióiT^'
Si la madre de la muchacha y la mulata eran una mi«ma personi
ésta no podía acudir á sus propios gritos; si la mulata era la muchi
cha, tampoco podía acudir á los gritos de su madre, puesto que ands
ba ahogándose; y por último, es improbable que fuera una tercer'
persona, porque se habla de tal mulata como de sujeto ya exj
y antes de ese lugar de la narración sólo se menciona al narrador,
su esclava y á Jas hijas de ésta.
« 151 —
enfrente de un Diego Carrillo; y mandó Diego de Orosco (*)
que la colgassen de los pies, porque echasse el agua, que
acaso huviesse bebido en tan gran trx^cho que anduvo debajo,
y en el agua, Pero la muchacha dijo, que no avia ])ebido
ninguna; porque tenia cuidado de taparse boca y narices,
significándolo con la acción de tap¿u'se. Con todo, reconocien-
do lo mucho que anduvo en el Rio,y por debajo del agua, y
las veras con que la Madre y el Amo invocaron á la Virgen
de San Juan, con razón atribuyeron á protecci<'n suya el
escape, y la sanidad con que se hallaba, y por ello le dieron
gracias. »
Juan Patino testificó: «queavrá tiempo de seis años,
que queriendo ensillar un potro, y derribádolo para este fin.
^e le enredó por las piernas un cabestro, el potro se desma-
neó y levantó, y no ad virtiendo el enredo del cabestro, lo Ue-
^ó el potro arrastrando mas de tres 6 quatro picas, golpeán-
dole pies, manos y cabeza, por entrv^ piedras, y dándole co-
^cs el dicho potro: en este conflicto invocó a la Virgen de San
''uan, y de repente separó, tanto tiempo, que tuvo lugar el
^icho Patino de pararse en pie, ó desenredarse, ó por mejor
^ecir desatarse sin dolor, ni lesión ninguna; y el potro A todo
^sto se estuvo azorado mirándolo, sin moverse, ni volverse a
espantar. Túvolo á beneficio de la Madre de Dios, y dentro
^^ tres dias fue á visitar su Imagen de San Juan agradecido.»
Inés de J\Iendoza declaró € que en su Estancia, un mula-
*^^ílo, que tendría quatro ó cinco año-s, llamado Isidro, se
?-?rojó en el Rio tras unos Becerros, y se hundió en ól, que
^t>a crecido, violo una niña, nieta do esta declarante, de la
'^isma edad, la qual avisó á otra, y ambas vinieron a ver.
^*^iiio no salía, espantadas del caso: De un mulato esclavo de
^ Hlstancia, se supo en toda ella la desgracia, y acudieron con
'^^nde alboroso, (sic, por alboroto) donde, quando llegaron,
-'^ dicho mulato avia sacado al muchacho ahogado al i)are-
( 2) Así dice; pero creo que debería decir *' Francisco" y no "Die-
|- — de Orosco," puesto que aquél era el nombre del declarante. Proba-
^í^tnente la alusión que a:aba de hacerse respecto d* Diego Carrillo.
^^^ lagar á que el nombre de Diego, por una persistencia recordativa
lata, se le aplicara á Orozco.
— 152-
cer de todos, tendido en la arena, llenos lo? ojos y la ca
)a del Rio. Unacriida de esla declarante trajo una
gen pequeña de vulto, que estaba en la casa, copiaJ
de San Juan, empezaron á llamarla; y esta dectaranld
Madre del niño ahogado, prometieron visitar la Imafi
San Juan, y mandarle decir una Missa; y poniéndole ^
la Imagen que avian traído de la casa, vieron que uml
de la garganta se le buüia, con que daba señas d3 vida,
páronlo. y lleváronlo á la casa, aunque humanamente d
perados de su vida; perseveraron en pedir misericor
la Vii^en de San Juan, toda aquella tarde íque la des(
avia sucedido corno á medio dia) y ya cerca de la n
comenzó á sudar, y poco después á l.ablar; y dentro de |
días estuvo bueno, y se levantó. A ios qualro meses, la
Inés de Mendoza, llevó al hijo resucitado y á su Madre,
de su Estancia, que ay seis leguas, hasta el Santuario, i
á visitar y dar gracias & la Virgen, y velaron ante ella c<
ees encendidas tres dias; y dijo !a Missa que promel
Licenciado Nicolás Pereza y se tuvo a milagro el caso
intercession de la Virgen de San Juan.»
Melchor González de Hermosillo contó: » que avia
referir á un Indio de este Pueblo cantor, llamado Phelip
otros muchos, que aviéndosele muerto á una India de ■
Pue))Io de San Juan (cuyo nombre no le ocurre ahora, au
la conoció) una niña, pidiendo la Madre misericordia á li
gen, por medio de su Imagen, le dijo su Abuela: Que Íl
rrasse: que la Imagen iio era mas que tm palo con f^m
mwjer: que qttf' milagro avia de hacer un palo? T wws ¿
lióla ella curado con sus yerbas, sin poderla sanar. Per
la Madre respondió: Yo quiero hacer lo ipte hacen hs j
Roles, y acudir á la Virgen ',ue la re^ucih'. Llevóla, é h:
súplica; y puesta la niña delante de la Santa Imagen, co
zó á moverse, y á experezarse; como quien despertaba i
sueño, y se levantó buena y sana; y alabaron todos á
y á su Madre San líssima por el milagro.»
«El mismo declarante dijo, que avia mas de 30 año
estando su Madre, llamada Anna González Florida, ei
hacienda suya, por nombre la Venta, en Juiisdicciou di
— 153 —
nacatlan, y con ella mucha gente, en especial el Bachiller
Martin Casillas de Cabrera Beneficiado de dicho Xonacatlan,
en una noche tenebrosa, oyeron mucho ruido de perros, y un
mulato criado de dicho Beneficiado, salió con una luz á ver
qué era; desde la puerta, cerrándola juntamente, dijo: León,
León. Salieron todos los de la casa, sin luz (porque el mucho
viento se la apagó) á verlo. Vieron el vulto del León, y oye-
ron el ruido que para defenderse de los perros hacia; salió la
Madre que no creía que fuesse León: Viéndola cerca de él
este declarante, le diio: Apártese Señora, no la coja, A este
tiempo fué para ella el León; y ella retirándose de él la alcan-
zó y derribó, y abrazándose con ella, con la boca y la mano
la cogió por la muñeca, con las dos manos hizo presa en las
espaldas y brazo, y con los pies en los muslos. Viéndose assi
la afligida muger, llamó á la Virgen de San Juan con fe y
confianza, que no tenia otro recurso, porque los circunstantes
por la obscuridad no se atrevían á socorrerle, ni á herir al
León, por no dar el golpe en la muger. De aquella suerte
sstuvo forcejando gran rato con la paciente el León, hasta
lueun Indio, tapada la cabeza, se abrazó por detras con el
íruto, y entonces soltó la prosa, y fué á embestir con un
nulato, el qual lo recibió con tan fiero goli)e de una tranca,
lie lo deiTibó aturdido, y con las armas que avia lo ¿icabaron
e matar. Curaron á la dicha Anna González do la.s heridas
e las garras, y en breve sanó, pojo le quedaron perpetua-
aente señaladas las uñas y colmillos del León. Fué á dar
racias á la Virgen de San Juan, á quien reconoció el bene-
icio, y por despojo le llevó una mano del.
•Estando arando un negro esclavo de la dicha Anna
íonzalez le picó en el pie una vívora. La dicha quando
3 supo le embió unas flores que avian servido al Altar de la
Virgen, y le pusieron en la picadura un poco de romero, que
ssi mismo con las floies avia sido ofrecido á la Imagen; y al
íunto se deshinchó la pierna, que estaba toda hinchada, y
lentro de dos dias pudo salir como antes á trabajar. Y en
agradecimiento llevó la Señora el negro á la Santa hnagon,
' dejó pintado el milagro para memoria. También testificó
le un ciego, que visitando esta hnagen cobró la vista perdida,
20
y el lo conoció ciego, y después por beneficio de la Santa
Imagen; y lo vio con vista.» (Sic.)
De este hecho fué relator Nicolás Moreno de Ortega: «á
diez y siete de Febrero de 1668 años, aviendo salido de ia
hacienda de Santa Teresa, de la Jurisdicción de los Lagos,
para visitar á ia Virgen, se perdió en compañia de otro llama'
do Alonso Hernández, y en un arroyo seco cayó peligrosa-
mente debajo de una bestia, que quedó pies arriba entre do-
peñas encaxada; y él diciendo: Vdlffate la Vtr¡jen de S. Juan
con aver dado con todo el cuerpo en una peña, y con L
cabeza en otra, salió por debajo de la bestia sin daño, pos
que le pareció, quando dio en las dos peñas, que aviadaí"
en cosa blanda. La bestia, aunque con trabajo, salió despulsa
sin lesión. líeconoció á licneficio de la Vii-gen este escaí* «,
por el qual le dio gracias en su Santuario. »
Melchor de los Reyes contó «aver oido á.... Antonio «3e
Almaraz, vecino de Hucichiapan, y hombre poderoso, y m"uy
devoto de nuestra Señora de los Remedios de México, á.
quien dejó por heredero de toda su hacienda (como se escri-
be en la Historia moderna de dicha Imagen) que saliendo el
año de 1647 de su hacienda á recibir la Imagen que veniíi
de Guadataxara con toda la gente de ella, y oirás personas
muchas de la Comarca con grande aparato, dejando los Indio^
de trabajar en sus milpas, mas de una legua de ella uno po t 1
no dejar de arar no quiso ir, y al volver la procession con ! -^
Santa Imagen, dos Indisuelos hijos suyos le salieron ^^ J
encuentro dando gritos, diciendo que avia picado á su Padr^^^l
una Vivora estando arando, y se avia muerto; passaron po*^"*
donde estaba el indio con la Virgen, y lo hallaron tendidC^:^
muerto y parados los bueyes. Bajaron con toda devoción Ic:^""
Imagen, pusiéronla sobre el cuerpo muerto, y al punto s^^*
levantó bueno y sano; y lo que mas es, luego al mismo punlC^^^i
la Vivora malhechora quedó alli muerta. Dando todos gracia^^ ^
á la Virgen; y el Indio conociendo su culpa, y el piadosc
castigo de ella.»
Atestiguó José de Alba, que «siendo romo de diez añoe
vio á Juan del Portillo, muchacho de la misma edad, echars-
incauto tras un perro, a un Rio que passa por la Villa de le
— 15S —
í-.agos, el qiial tenia un profundo remanso, en que cayó sin
saür maü>. Y viendo este test igo que no salía, se desnudó y
fiííó tras el, y advirtiííndo, que también se sumia, se salió
Sí 'ainiardarlo fuera del Rio, de donde pensaba saldría como
avia entrado. Y cansado de aguardarlo se fué, y avisó Ti una
India que lo avia criado. La qual asustada empezó á invocar
ala Virgen de San Juan, y con este declarante, para que le
mostrasse el sitio donde se sumió, fue al Rio, llamando siem-
pre á la Virgen de San Juan. Arrojóse la India al remanso,
V después de media bora que lo estuvo buscando, lo bailó y
^íicó ahogado. Y delante de nuicba gente que se juntó, y en-
Ire ellos Pbelipe de Kspinosa Escríl)ano Real, y Jacintho de
Laris; y que después de mas de quatro boras que estuvo deba-
jo del agua, por benelicio de la Virgen dio señas de vida, y con
I 'Oí5 fomentos y diligencias que bicieron volvió en sí, sanó, y
: l^^dó bueno, y que aquel día se fué por su pie á su casa, y
^'Hió mucho tiem|)o después; y con la dicha India que lo tenia
P^í* hijo vino al Santuario fi dar ala Virgen gracias por el
beneficio.»
Refirió Juan Gutiérrez lo siguiente: €(]ue siendo ya
&ran^l(.^ y corriendo tras un caballo le tiró un gorguz (*) que
l^^'aba, V esíe se- clavó (íu la tierra; v no pudiendo arrendar
^»ro lado la yegua en (jue iba á toda carrera, viendo el pelí-
^1^9 de toparse con el gorguz, dijo en alta voz: Válffdme la
^ *>Vyp;/ de San Jnnn. Y lu(»go le paríició que la vio en el ayre
,:^^i rayos dorados; y sin duda vino á ÍLivorecerio, porque
.^gando la bestia sobre el gor^'u/. qu;^ estaba en un asta de
I ^^ brazas y media, se le clavi) el cuorno i)()r las iiigh^s, y lo
^^* cinto de la silla, y derribó i)or sobre la asta en el suelo co-
1^*^ ocho passos, y |)or la i)arte que antiguamente avia tenido
i^ quebradura, (luia de (pw había sanado //^r intcrm^idn de la
^rgen sef/nn lo declara ni otro laf/arj le sac<) el goli)e, sin
<lssjrarle la carne, las tripas, v de ellas se le hizo en la una in-
- ^ una bincliazon como una narania. Levantólo uno, que
'^^*Vidió ;i la caída, del suelo, v llev(')lo a su casa, donde lo
^*^"iraron. Pn»metió á la Virgen do San Juan velar ante su Ima-
(*) El gorguz era una esjíecie de dardo.
— 15í)
gen un dia. Dentro de tres dias pudo caminar á Xalostoti
tlan, donde fué por oir Missa, y á los cinco estuvo del todi
bueno v fué al Santuario, donde veló tres dias, v dio á U
Virgen gracias, á quien atribuyó el beneficio.
«Otra vez después de esta caida, corriendo tropezó la
bestia, y al levantarse se puso en dos pies, y le dio un fiero
golpe con el arción, y por donde avia sido quebrado quando
niño, se le salieron las tripas, y encomendándose á la Virgen
de San Juan con fé, se fue á su casa, y en aquella parte se pu-
so tierra de ella, y á los siete ü ocho dias estuvo sano; y se-
hecha de ver que la salud ftié de la Virgen, porque andando
en el campo, y haciendo fuerza en su exercicio, no le ha vuel-
to ni el dolor, ni el accidente. Y agradeció á la Virgen de San
Juan el favor en su casa.
« Assimismo, garrocheando aqueste testigo un Toro, con
un encuentro violento cayó la Yegua y el Ginete, y con las
grandes espuelas que llevaba se embarazó el un pie en el
estrivo, y lo llevó arrastrando la bestia la cabeza vuelta m^
la tierra, topó una piedra á poco espacio, hincada en el suelo,
asióla, y con las manos se tuvo en ella, y forcejó á detener
la bestia, y la bestia volvió con tanta furia á morderle, y á
cozearle por quitarle el estorvo. Los dedos de la mano cruza-
dos se le asieron con tanta fuerza en la piedra, que querien-
do soltarla, porque se le descoyuntaba el cuerpo, y se le
partian de dolor todos los miembros, y ya juzgaba por menos
daño que lo arrastrasse la Yegua, aunque veía su peligro:
empezó á llamar á la Virgen de San Juan, con tan buen efecto,
que permitió la Señora, que á aquella sazón llegasse un ne-
gro, y abrazándose con la Yegua por el pescuezo, la hizo
cejar, y este testigo pudo sacar los dedos; y llegando mas gen-
te cortaron el estrivo, y desembarazaron el pie. Y aviéndo-
le mordido y acozeádole la Yegua, se levantó sano y bueno,
y solo de la fatiga se sintió algo molido y cansado algunos dias»
para que con el cansancio le quedasse la memoria del bene-
ficio que atribuyó á la Virgen, y fué á agradecerle en su Altar-
tlten, dijo por compendio, ser mucha la frequencia al
Santuario, y que todos confessaban avor recibido de la Inia-
gen muchos favores. Y que en faltando la lluvia a los campos
— 157-
1
el refugio era la Imagen de San Juan, que nunca faltó el agua
invocada; que por ocho ó diez veces assistió a las Processio-
nes; que en una llovió tanto, que apenas pudo entrar en su
Iglesia la Virgen; y en otra ocasión pidió todo el Valle, que
saliesse la Sagrada Imagen en Procession; y por aver manda-
do el Señor Obispo Don Juan Ruiz Colmenero, no saliesse sin
su licencia, se sacó en ella una Joya que tenia en el pecho,
y llovió, como si huviera salido la propria Imagen.»
Por último, Juan Camacho declaró: tQue el Padre de
este testigo tenia en su servicio una India, y esta una niña,
que casi estaba ya muerta, pero la Madre aun la hacia reme-
dios con yerbas, sin provecho; el Padre de este testigo el
aconsejó se quitasse de remedios inútiles, y le dio para una
Missa, que mandasse decir á la Virgen de San Juan, y que
le Uevasse á la niña. Y diciéndole las otras Indias: hagamos
lo que los Españoles hacen, la llevaron, y la pusieron en la
peafta del Altar, y empezaron á barrer. Y a poco tiempo,
^^ando la tenian por muerta, la vieron rebullir; y cogiéndola
su Madre en los brazos le dio el pecho; y ella, como si no
^^Uviera estado muerta, mamó y vivió. Y en memoria de
^ste insigne milagro le celel)raba todo.'í los años su Padre
^esta. >
Hasta aquí llegan los hechos entresacados de la informa-
ción de 1668; siendo de notar que varios lostigos narraron
algunos de los mismos hechos, sin diferencia esencial; así
<^omo que vajios de estos mismos constan en el infoime de
1693.
De lo que éste refiere á título de prodigios, son los párra-
fos siguientes, á los cuales también les convienen las salve-
dades que ya se hicieron:
«En quanto á los milagi-os (¡ue V. S. me manda dé noti-
cia: Digo Señor, que solo podré darla de algunos, y esto sin
determinar, ni señalar tiempo, ni afio, respecto de que nun-
ca se han assentado; lo que puedo certificar y certifico desde
luego, jurándolo in rrrho Sacenlofis. que es mas fácil al pare-
cer contar las estrellas del Cielo, que numerar los milagros y
marabillas que esta Señora ha obi'ado en el tiempo que V. S.
nma. me señala.
— 1S8 —
«Y viniendo en particular, digo Señor: Que el Capitán
Andrés Ramírez de Cueva, vecino que fue de la Villa de La -
gos, me contó que vino á este Santuario un hombre ciego
de la Ciudad de México á pedirle á esta Sagrada Imagen la
vista; y aviendo tenido unas Novenas, consiguió el efecto de
su petición, dándole esta Soberana Señora la vista, y volvién-
dose muy gozoso á México, la noche que estaba en la Ciu-
dad de Querétaro, no pudo tener sossiego, ni dormir, bata-
llando consigo en que no avia pedido á la Santissima Virgen
la vista, con la condición necessaria, de si le convenia para.
su salvación; con que se detenninó á volver á este Santuario,
y entrando en él hizo oración diciendo: Que si la vista que
le avia otorgado esta Soberana hnagen no le convenia para
salvarse, que se sirviesso su Magestad de quitársela; y al pun*
to quedó otra vez ciego, y se volvió á México mucho mas
contento que antes. Quál fue mayor milagro, darle la vista,
6 quitársela, definalo otro.
fines Ortiz de Roda, vecina que fué de este Pueblo, tra*
jo en una ocasión á este Santuario un mulatillo de edad d^
cinco áseis años, por causa de aver comido un poco de soli-
mán crudo, y estando ya casi muerto, respecto de que co^ 1-^^,
la fuerza del veneno, se arrojaba por el suelo, y brincaba ^ ^^J^.
manera que una gallina, quando le luerzen el pezcueso; co^
una poca de tierra de la Virgen Santissima quedó bueno ^
sano. Este caso lo vi Yo.
«Don Joseph deGugurron, aviendo venido á este Santuí*-'
rio á poner unas vidrieras, trajo en su compañia á su muge
la qual tenia el dedo pequeño de una mano recostado sobr"
la palma, y valdada la mano; y entrando en la Iglesia hiz
oración, y metió la mano debajo de la Palia del Altar mayo:
y sintió que estirándole el dedo se lo dejaron en su lugatT**
quedando del todo buena del accidente de la mano. Este ca-^
so lo vi Yo.
«Don Eugenio Fernandez de la Sierra, Alcalde mayo
que fue de la Villa de Lagos, passando por este Santuari
para ir á tomar posession de su oficio, me rogó le bajasse I
Imagen Santissima para bczarla; y aviéndolo hecho, y acu
dido alguna gente á bezarla, me asseguró después, que lueg
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que \ió la Santissima Virgen dijo: No es tan herniosa como di-
cen; Yo juzgue, qup era »tas heriiiosii. No lohuvo bien dicho,
quando quedó ciego, d^ forma, que todo el tiempo que gasté
en bajar la Imagen, en darla á biisar, en volver á subirla á su
lugar, no la vio, ni otra cosa alguna pudo ver por hallarse
ciego. Estuvo grande rato en oración, pidiendo misericordia
ú la Madre de ella, y se la conccüó volviéndole la vista. En
este caso me hallé presente á todo, y me lo asseguró con
juramento dicho Don Eugenio.
«Angela de Madrid, vecina que fué de Sombrerete, y oy
lo es de este Santuario, estando ya prevenidos los hierros
para corlarle un brazo que se le iba acancerando, para tener
Valor se untó una poca de tierra de la Virgen en el brazo, y
queriéndoselo cortar lo halló el Ciiujano bueno, de calidad,
que no huvo menester mas curación, Este caso me lo ha
contado la dicha Angela de Madrid, y se lo hice afianzar con
juramento. »
«Domingo de Lomelin, estando conduciendo piedras
para la fábrica del cementerio de este Santuario, una noche
Passó por medio de la milpa de un Indio de este Pueblo, con
<Iuatro carretas, y ochenta Bueyes, de que resultó gravíssimo
^'afto k la milpa, y aviéndose quejado el Indio Josepb de Alva,
Teniente en la ocasión de este Partido, huvieron de ir á reco-
nocer el daño para pagárselo al Indio, el qual antes que llega-
^^n á la milpa les salió al encuentro diciendo, se volviessen,
^e ya la Virgen avia puesto buena la milpa; no obstante
P^'Osiguió el Teniente con otros que le acompañaban, y llegan-
^^ á la milpa halló ser cierto, y solo veían las señales de las
*^edas, sin que caña alguna estuviesse caída. Este caso me
^OTttó el Licenciado Juan de Contreras, Capellán de este
^¡ajituario, y es muy público entre sus moradores. »
«Una niña de edad de cinco ó seis años, aviéndose abra-
cado una mano con una caldereta de agua hirviendo, querién-
dole sus Padres hacer algún remedio, dijo llorando con nota-
Ciles gritos, causados del dolor: Aa quiero, niito irme d la Irjle-
quela Virgen uw sanard; y diciendo y haciendo se fué a la
lesia, metió la mano en la pila del agua bendita, y salió bue-
sana. Estecaso me contó el Licenciado J\ia.n ifeíl.cin.\xeíaa.
— 160 —
«Aviendo venido á e?t(í Santuaiio una muger enfi
de hidropesía, vecina de la Villa de Xerez, con tanto exti
hinchada, que fué nece;-sario traerla en una carreta, y
llevarla k la Iglesia eran necessarios quatro ó seis honi
hallándose en la ocasión el Doilor Juim Flore?, vecino
I
fué de Zacatecas, el cual la desaució diciendo, estar yÍÉi co
mada dicha hidropesía, a el último dia de su Novena fué
ta la evacuación de agua que tuvo, que quedó buena y s
y se fué muy contenta á su tierra. Este caso me cont
Licenciado Juan de Contreras, y es muy comua en
Saiiluario.
f Juan de Chaverri, Vizcayno muy cerrado, vecino
fué de Gnanajuato, vino ft este Santuario con dos mul<
\
k
— 161 —
porque estaba valdado de ambas piernas, y aviendo entrado
en la iglesia, puso en el altar mayor un vestido muy despro-
porcionado para la Virgen Santíssima, é hincándose en la
manera que pudo, hizo oración diciendo: Semr^ Jimncho )w
tener pies j ay estar vestido^ Vos mirar que hacer, Y á poco rato
sintió alguna fuerza en las piernas, y procurando quererse
levantar dejó las muletas, y se levantó bueno y sano, dando
algunas zapatadas con ambos pies, y fué tanto el gusto de
verse bueno, que rogó á un pobre, llamado Nicolás, que en
esta ocasión assistia en este Santuario, que velasse por él
nueve dias, que él se lo pagaría y regalaría, como lo hizo, por-
que él quería andar, respecto de aver mucho tiempo que no
andaba, assi lo hizo, con admiración de los que lo vieron en-
trar en la Iglesia con las muletas. Este caso me contó el Licen-
ciado Juan de Contreras, Capellán que fué de este Santuario.
«Vino á este Santuario á Novenas una Señora, siendo
Capellán el Licenciado Joseph Nidos del Estoque, y estando
^n la Iglesia quiso llevar una reliquia de esta Sagrada Imagen,
y poniendo los ojos, y la consideración, en qué la llevarla, se
determinó á quitar unas campanillas de plata, con que estaba
^n aquel tíenpo orleada la caja de la Virgen Santíssima, y
^'^Iviéndose á la possada las acomodó en una de síus petacas,
í^^niéndoles algodón, y alguna ropa encima, para ajustarias.
Parque no sonassen: cumplió sus Novenas, y aunque en este
^terinse hicieron algunas diligencias, no se pudo descubrir
^^ien las avia cogido. Al querer irse á su tierra, aviendo
^^ado su almofrez, cargaron en una muía las petacas, y lo
^^^¡smo fué comenzar la muía á andar, que comenzar las campa-
nillas á sonar, con tanta claridad en el sonido, como si estu-
^'¡eran libres, á cuyo sonido comenzaron los nmchachos á de-
^^: Aqui van las campanillas de la Virgen^ y á estas voces
^^ juntaron algunos de los pocos vecinos que en la ocasión
^^¡a. La muger confessó luego su culpa, diciendo el motivo que
^via tenido de llevar alguna reliquia; y descargando las pcta-
^^ hallaron en una de ellas las campanillas encima de toda
'^ ropa, y desparramado el algodón que con ellas avia pues-
^^ debajo de toda la ropa, con ánimo de que no sonassen;
S en penitencia de averias cogido, se quedó á cumplir otras
21
-162 —
Novenas, que tuvo con mas devoción que las primeras. Es-
to me contó Joseph Bernal, Sacristán que era en este tiempo
del Santuario, y después se fué á San Luis, donde murió.
«Luis López Ramírez, vecino de Xaíoztotitlan, estando
bregando con un Torete de dos años, que tenia sugeto de
las dos astas, se orilló á una barranca de mas de seis esta-
dos, y como no la viesse, respecto de estar á sus espaldas,
cayó en la barranca, y el Torete sobre él, é invocó S la Vir-
gen Santíssima de San Juan, y quando los presentes juzga-
ron se hubiesse hecho pedazos, llegando á verle le hallaron
parado en el suelo de la barranca, sin lesión alguna, y el Tore-
te hecho pedazos. Este caso me contó el Licenciado Alonso
Martin del Campo Clérigo Preshytero.
«Joseph de San Juan, esclavo de esta Santíssima Virgen,
siendo de edad de nueve á diez años, estando de brusas so-
bre el brocal de un pozo de siete estados, de donde estaban
actualmente sacando agua para la obra de las Torres, un
muchacho lo alzó de los pies, y lo echó de cabeza en el pozo,
d invocando á la Virgen Santíssima de San Juan, le hallaron
pendiente de la soga con que sacaban el agua; y cayendo de
cabeza, ni aun ei somhrero, que actualmente tenia puesto,
se le cayó. Este caso me lo contaron muchas personas que
se hallaron presentes, y entre ellos d Maestro Juan de Santia-
go, que estaba maestramlo la obra.
*VÍno á este Santuario á Novenas un hombre, movido
de que navegando para España, iba en el Navio una muger
natural de este Reyno, y aviéndoles acometido una tormen-
ta, entró una ola de agua en ei Navio, y arrojó á la muger al
mar, la qual invocó á la Virgen Santíssima de San Juan, y
á poco vino otra ola, y restituyó á la muger al Navio, y este
hombre preguntó á la muger, que Imagen era la que invoca-
ba? Y aviéndole dado noticias de este Santuario, prometió
Novenas, y las vino á cumplir, y contó el caso al Licenciado
Juan de Conlreras, el qual me lo contó A mi.
• Vino á este Santuario una muger á Novenas, y confe-
ssándose conmigo, dijo aver creído en un sueño; y averigua-
do el sueño como avia sido me dijo: Ahora veinte años que
me assaltó un achaque gravissimo, del qual me vi ya agoni'
— 163 —
^^evenida la mortaja, y enniedio de la agonía, con
el corazón invoqué á la Virgen SanLíssima de San Juan, y le
prometi unas Novenas, con que quiso concederme con niuclia
brevedad la salud, y aviendo dilatado mi proniessa, por tiem-
po de dichos veinte años, avrá un mes que repitió el mismo
accidente, y hallándome ya en lo extremo, y muy afligida,
volvi á prometer Novenas á la Santissima Virgen de San
Juan, y quedándome dormida, vino una Señora, la qual me
asití del brazo, y me dijo: Han deseressas Nove.itas como las
pítssadas? Y cobrando con brevedad la salud, puse luego por
obra el venir á cumplir mi promessa; y como mi puntualidad
fca sido causada del sueño que tuve, me ha causado escrú-
pulo el aver creído en él. Yo la consolé lo que pude, y le
expliqué los sueños, como que suelen ser avisos, y en los que
*io se debe creer, y muy consolada cumplió su Novena.
«Don Diego de Acosta, Oidor que fué de la Ciudad de
Giiadaiaxai-a, vino á este Santuai-io muy malo de un achaque
^uc le valdó absolutamente de pies y manos, y un dia me
"ornaron á toda prisa, diciendo se moria; y a la puerta de su
Posada me recibió el P. Juan Antonio Caballero Religioso de
■^^ Compañía de Jesús, y me dijo: ya yo le absolví sub contli-
«o«e. porque me parece estar muerto; no obstante llevé el
patito Oleo, y reconociendo algún movimiento en el Sugeto,
'^ comenzé á olear, omitiendo las deprecaciones anteceden-
•-^S, porque me pareció, según le vi, que morirla muy breve.
A este tiempo entró el Padre Fray Antonio de la Orta, Heli-
%ioso de San Augustin con la Santissima hnagen de nuestra
Señora de San Juan, la original, y llegándose á la cama del
enfermo le dijo: Señor Don Diego, aqui c^tá la Virgen Sanií-
ssima: y luego comenzó á moverse, procuró lo senlassen en la
ciima, y comenzando á hablar dio gracias á la Virgen Santi-
ssima, y al tercero dia se fué á Querétaro, de donde volvió
bueno y sano de su achaque. Este caso lo vf todo, y passó
estando yo presente.
«Aviéndosele acancerado una pierna á un mulato escla-
vo de Joseph Ramírez, vecino de Xalostotitlan, y estando
para cortársela, le pusieron unos cabellos de esta Santa Ima-
gen, y quedó bueno, con admiración de todos. Este caso me
contó Maria Vasquez de Lai-a. »
• No fué menor milagro el que sucedió con el Órgano de
este Santuario, y liié el caso, que aviéndolo traído para
venderlo al Santuario, se halló el Capellán sin dineros con que
poderlo pagar, y deseoso de que el Santuario no se quedasse
sin él, hizo diligencias con los vecinos, entre los quales no pu-
do juntar mas que cincuenta pesos, y como pedían por él
trecientos y cincuenta pesos, y en la ocasión, por ser muy á
los principios de este Santuario, se hallaba muy pobre, se
huvo de determinar á ahrir un cepo que está en la Iglesia, en
el qual se tiene por experiencia, que abriéndolo cada seis
meses, lo mas que se suele hallar en él son veinte reales, con
que al año se hallarán cinco ó seis pesos, y á lo mas larga
siete; en esta ocasión se hallaron los trecientos pesos que
faltaban para la paga de dicho Órgano. Este caso me contó
Lucas Rodríguez Salcedo, que se halló en la ocasión que se
compró dicho Órgano. »
Llegan hasta este lugar los sucesos de que sale garante la
pluma del virtuoso Capellán Br. Arévalo.
Por lo demás, los sucesos así narrados, cai'ecen todavía
de la sanción debida, aunque esto nada arguya contra la ver-
dad de ellos; es decir, que no han recUiido esos hechos el
examen correspondiente para su debida calificación; ni mu-
cho menos ha recaído acerca de los mismos sucesos decisión
autorizada alguna. En otros términos, existe el proceso; pero
falta la sentencia. .
Mas aunque ésta no se haya pronunciado sobre esos ca-
sos particulares, consta de un modo irrechazable, por el sen-
tir unánime y secular de las generaciones y por las frases
esplícitas, no sólo de varones justos é ilustrados, sino de
numerosos Rmos. Obispos, el taumaturgismo de la Santa
Imagen venerada en San Juan de los Lagos.
Aparte de los hechos que se narran en la información
levantada por el Juez de Comisión Gómez de Santiago, y en
la respuesta del Br. Arévalo al Jhno. Sr. Obispo Garabito, elj
P. Florencia refiere estos tres sucesos, aunque sin calificarlo8|
de milagi'os y haciendo sobre ellos y sobre los demás á qui
— 165 ~
arriba se alude y de que también se ocupó, la protesta manda-
da por el Sumo Pontífice Urbano VIH, en 18 de marzo de
1625 y 5 de junio de 163i^ sobre que tales dones del cielo,
contados sin que preceda la calificación legítima, no tienen
más autoridad que la que les dan las humanas letras:
f Doña Josepha de Miranda y Ángulo, Viuda del Capi-
tán Joseph de Villareal, Gutiérrez del Castillo, Alguacil mayor
de la Ciudad de nuestra Señora de Zacatecas, (*) dice el P.
Florencia, ha tenido siempre mucha fe y devoción con esta
Santa Imagen, teniendo una copia de vulto en su casa para
asylo de sus trabajos, y enfermedades, como lo ha e^íperi-
mentado muchas veces, y con particularidad una en que se
rió ahogada con una espina de pescado que tuvo atravesada
en la garganta sin casi poder respirar por mas de un quarto
de hora, y a\iendo llamado Cirujanos para que con arte se la
arrancassen, estos conocieron la dificultad, y la enfcnna el
peligro en que se hallava; invocando con fé viva á esta prodi-
giosíssima Imagen, y poniéndose ante el Simulachro suyo,
que tenia en su casa, al instante arrojó fuera la espina con
ttucha sangre, índice de lo recio que se le avia clavado, de
<^yo beneficio, mas obligada en invocarla por Protectora, se
^ostrava reconocida, hízolo en una gravissima enfermedad
^ele afligía, prometiendo passar de Zacatecas á visitar su
^nluario (que avrá como treinta y cinco leguas de distancia:)
^ travéndola "á la Ciudad de México el Dr. ü. Juan Ignacio
^^ Castoreña y ürsua, su nieto, este año de 1691-, determinó
í^í^imero su devoción, cumplir la promessa á la Emperatriz
p^ los Ángeles, de ponerse á sus sagradas plantas, besando
'^ ° del Templo de su Santuario; y aviendo llegado cerca del
^ [*] Acerca de este sujeto se expresa asi el Conde de Santiago de
^^ Laguna, enumerándolo entre los zacatecanos ilustres:
'*E1 Capitán Joseph de Villa Real Gutiérrez del Castillo, Alguacil
^íaayor, que fué, de esta muy noble Ciudad, f Zacatecas,) Alcalde Ordi-
'^ario, Padre de la Patria, que á sus expensas con crecido gasto cele-
^*6 la Jura de la Puríssima Concepción el año de 1657, y la del piadc-
^dsimo Rey Carlos Segundo, á 4 de Julio de 1666. Sirvió á su
^«gestad con el donativo de catorze mil > setecientos pesos. Y en
^a Iglesia dd Convento de Señor Santo Domingo costeó el Altar de
i SanKioolas Obispo, donde está sepultado.
— 166 —
Pueblo de S.n Juan, va uiuv dccünada la luz de la larde,
instándole los deseos de ver al Original de la gracia concebida
desde el primer instante, sin el de la culpa, mandó poner en
el coche unas muías muy briosas, para que pudiessen como
mas losanas conducir con mayor presteza la llegada. Ano-
checióles como una legua antes del Pueblo de San Juan, y
llegando con bastante obscuridad á la cima del cerro, por
donde hace el camino bajada para el Santuario, vieron las
luces que hacian las cosinillas de los xacales de los Indios,
próximas á la Iglesia, y al punto hicieron alto parando el co-
che, y toda la gente rezando una Ave Maria, alabando á la
Emperatriz de los Cielos con la salutación de los Ángeles;
comenzando á bajar el gerro, que es sobradamente empinado,
azia la cima hace una ceja por donde los cocheros dirigiéronla,
carroza, sin advertir el riesgo á que se exponian por hacerla
noche bastantemente obscura, y tomando corrida el coch^-9
descuidados los caminantes, desprevenidos los cocheros, abi» ^
padas las muías por ser espuela á su losania la bolea que le ^
dio en las corbas á las de enmedio, comenzando con brinco'^
y reparos partieron violentamente á correr la cuesta abajen
advierten el peligro, y comienzan todos á invocar el PatrocL
nio de la Purissima Virgen, clamando todos con voces alta^— =
diciendo: Virgen de SanJ^ian, Virgen de S. Jiuin, Virgen óT^^
San Juan, sin ofrecérseles otro Santo de su devoción (quiz^
para que solo á nuestra Señora de San Juan se le reconociess^
el beneficio) y fué assi, pues á este tiempo, procurando ^/
cochero mayor sugetar la violencia de las muías de enmedio,
con las direcciones de los frenos, malagró su diligencia, tanto,
que con las riendas perdió hasta los estrivos, y reparando la
de silla, le tiró y arrojó la rueda á los pies de la muía de ma-
no, al caer instantáneamente le dio esta dos coces, rompiéndo-
le todo el paño de los calzones, como si con una cuchilla lo
rasgaran, sin lesión alguna en el muslo de la pierna, arroján-
dole por encima de la rueda, donde si cayera le huviera cogido
debajo; y assi el mismo golpe le libró del mayor estrago, y
metida la muía de silla debajo de la lanza, fue estorvo aJ
violento curso de las delanteras, quedando el coche en mitad
de Ja cuesta abajo, y los passageros aun mas que detenidos
3; y bajados del corhe se fueron desde alli á pie hasta
el Santuario, en reconocimiento al patrocinio de nuestra
Señora, repitiéndole las gracias, que por su amparo no se
avian hecho pedazos con el coche que se qued('> en la cuesta
hasta otro día, tan por ai solo propenso ii rodar, que fué menes-
ter calzarle las ruedas con piedras, para que por si solo no
•No paró solo en el coche el beneficio, pues se adelantó
áTavorecer al dicho Doctor Don Juan Ignacio de Castoreña
y tlrsua, quien a\"ia padecido por tiempo de quatro meses
"Ha grave molestia en el oido derecho, con un zumbido que le
atormentaba de noclie, y con una comezón que le alonnenta-
ia de día. y aviendo hecho varias diligencias, echándose en
*' oido algunos licores, poniéndose á la lux del Sol, para que
sí fuera Garrapata saliesse; por no aver salido con estas
Wetlicinas, con parecer de Médicos se persuadió que eran
ílitos. Y aviendo querido medicarse en Zacatecas, por la
Proximidad del viage determinó hacerlo en llegando á Méxi-
*^o, pero como primero llegasse á la piscina de las misericor-
dias, y salud de los acongojados en nuestra Señora de San
"¡Jan; aviendo passado lo referido fueron al Templo el dia
Siguiente á la velación, y dar gracias A nuestra Señora del fa-
^«r que la reconocían, estuvo lodo aquel dia con mayor vehe-
**iencia en el oído, sin ofrecérsele el pedir á la Señora el reme-
dio {pudo ser providencia el olvido de hacer el ruego el dolien-
te, para que después hecha la súplica, y otorgado al punto
^1 beneficio fuesse continuo recuerdo de la memoria á la obli-
gación del patrocinio.) Assi fué, estuvo toda aquella noche
desvelado, tanto que en el siguiente dia por la mañana se les
quejó de la mala noche á sus compañeros, que lo eran el Capi-
tán Gerónymo de Goy¡neche,y Nicolás Ustarizo,y persistiendo
rebelde la vehemencia del zumbido, ftiesse á la Iglesia del
Santuario á oÍr la Missa que decia el Br. D. Pedro de Coba-
mibias Cura Beneficiado de aquel Partido, quien llamando en
voz alta á los Sacristanes, no oia las voces del Doctor, de lo
qual se llegó á persuadir que era flaqueza del sentido, que
"la á sordera, y acongojado se puso de rodillas delante
la Santa Imagen, suplicando á su sacra benv^v^íiOv, ^\
y
— 168 —
conviene, le quit u*a ¿iquel rumor (fue tanto le afligía ("caso por
cierto digno do ponderación.) Le comenzó á avivar mas eí
zumbido, de tal suerte, que á media Missa, juzgando hallar
algún alivio, se quitó una lanilla que traía en el oído; y aun
pareciéndole, aun toda via, la avia dejado en el oído, volvió á
tocar con los dedos; y se le vino á ellos una Garrapata que
envolvió en un lienzo. Acavada la ]\íissa se la mostró viva al
Cura, y á todos los circunstantes, y á los de su casa, con quie-
nes se avia quejado todos aquellos quatro meses, y con espe-
cialidad la noche antes; admirándolo todos como obra de
milagro, á lo ([ue parece; desde aquel punto no ha vuelto á
tener en el oído rumor alguno, ni zumbido; en cuya atención
al prodigio, llegó á México y embió á la Santíssima Virgen una
Garrapata de oro con un diamante, por humilde reconoci-
miento á tan manifiesto beneficio, y lo firmó á "SI de Marzo
de 1694.
D. Juan Ignacio Castoreña. »
Esta firma es de grande autoridad, por pertenecer á uno
de los más ilustres sujetos de la C4olonia. En comprobación
de esto, hé aquí lo que de él escribió cierto caracterizado
escritor su coetáneo: "Vno de ellos (los hijos de Zacatecas) ^^
el Uustrísimo Señor Doctor Don Juim Ignacio María de Casto-
reña, Vrsua, y Goyeneche, Colegial Real en el de San Ilde-
fonso, Seminario de la Sagi-ada Compañia de Jesús déla Cort^
de México, Capellán de honor y Predicador de su Magestad»
Theólogo de la Nunciatura de Espafia, Doctor en dos facul-
tades, Rector, que fué de la Real Vniversidad, Visitador d^
su Real Capilla por Cathedrático mas antiguo en Santa
Theologia, y Jubilado en la Prima de Sagrada Escriptura. Fué
uno de los Cathedráticos nombrados por el Claustro pleno,
y Apoderado por las Informaciones adperpetiuim, quese siguen
en preparatorio juicio ante el limo. Señor Arzobispo para
ocurrir ala Santa Sede Apostólica, cerca de la buena fama,
y virtudes del Venerable Sacerdote Juan González, (Canónigo*
que fué de la Santa Iglesia de México, y Rector en la Real
Vniversidad.) Calificador del Santo Tribunal de la Inquisición,
y Ordinario por los Ilustríssiuios Señores Obispos de Michoa-
vv
— 169 —
can, Oaxaca, Guadiana, Guadalaxara, y Yucatán, Juez l^o vi-
sor, y Vicario General de Indios, y Chinos, y Examinador
Synodal de el Arzobispado, y Secretario de Cámara, y
Goviemo de la Sede Vacante, Chantre Dignidad de la Santa
Iglesia Metropolitana, Abad reelecto en quinto año de la muy
Ilustre Congregación de nuestro Padre Señor San Pedro, y
Primiserio de la Ilustre Archi Cofradía de la Santíssima Trini-
dad, Comissario Apostólico Subdelegado General del Tribu-
nal de la Santa Cruzada de México, Vicario Visitador del
Convento de Señoras lieligiosas de Nuestra Señora de Valva-
nera, del Consejo de Su Magestad, digní^simo Obispo de Yuca-
tan, &c. Fundó, y erigió el Colegio de recogimiento de muge-
1^ honestas, y virtuosas en esta Ciudad de Zacatecas con
el título de los mil Angeles Custodios de MARÍA Santíssima,
cuyo Patronato cedió, y transfirió al llustrissimo Señor Obis-
po de Guadalaxai'a, y sus Successorcs.... histiluyó la Fies-
ta al Santo de su nombre.... fundóla también en España en el
Colegio de Almonacid, de que son Patronos los Marqueses
de Belzunze sus Parientes, con mil y cien pesos de principal,
y en Madrid en el Colegio Imperial con tres mil y trecientos
Pesos de principal ; y en la de México fundó con mil pesos
^e principal en el Convento Grande de Nuestra Señora del
^rmen.... las siete Missas, que se celebran á Señor San
'^oseph por el mes de Octubre,.... para que sea muy plausi-
ble su Natividad, y se procure en la Curia Romana su Fiesta,
^omo se celebra la de San Juan Baptista, sobre que tiene
^echa postulación á la Santa Sede Apostólica. Ha costeado
^ti la Real Vniversidad de México la Fiesta de la Puríssima
Concepción en el cuarto dia de su Octava, desde ol año,
^íiie obtuvo la Cáthedra de Prima de Sagrada Escriptura
Fundó también en la Metropolitana de México con mil
pesos vn Annivei'sario con Vigilia, y Missa, que se cania el
^ia del fallecimiento del Venerable Sacerdote Canónigo Juan
Oonzalez, arriba citado, aplicando el Suffragio por las Almas
de todos los limos. Señores Arzo])ispos, y I^relíondados. (jue
hansido^ y fueren de la Santa Iglesia Metropolitana Kn oí
Convento de la Purissima Concepción de la Villa de Agreda,
* celebra cada año á expensas de su lima, con principal de
22
— 170 —
seicienlos pesos Fiesta, y Novenario á Nuestra Señora il e
los Dolores; y al mismo Convento remitió también vn mil
pesos para que se celebre vn Anniversario en memoria de el
dia de su muerte, ordenando, que después de esta se lleve á
él su lengua, cerebro, y corazón, y que alli se deposite al pie
del Altar de la Puríssima Concepción. Assistió con vno de
los tres limos. Consagrantes á la Consagracñon del limo.
Señor Doctor 1). Juan Antonio de Vizarron, y Eguíarreta,
del Consejo de Su Mngestad, Arzobispo de México; y el dia
de San Blas del año de mil setecientos y Ireüita y dos puso
á su lima, el Palio después de la Missa, que celebró de
Pontifical en la Sania Metropolitana Iglesia.»
Además de los méritos que acusa esta larga nota, y sin
mencioucU* ¿ügiin otro, tal como el de haber sido el Sr. Casto-
reña y Ursúa quien reedificó y adornó en Chapul tepec la cap*'
lia de Nuestra Señora del l^ilar, obra de la que no ha queda.-
do ni vestigio, y aun sin aludir á los diversos trabajos litera-
rios de que se le reconoce autor, basta para considerar conn^^
nmy prominente á este eclesiástico, saber que él fué el pri-
mer periodista en México, t sufriendo por el bien público, di^^
un bibliógrafo, las nmrmuraciones de los egoístas, é ignoran-
tes, enemigos de la luz, y de la común utilidad.» En efecto,
hasta que elSr. Castoreña, desde 1** de enero de 1722, ins**"
tuvo la pul)licación mensual t Gaceta de México y NoticiíJ-S
de Nueva Esi)aña>, las relaciones sueltas en que «á la lleg^í*-"
da de cada ilota reunían los impresores las noticias recibid^*-^
y en imo ó más pliegos las daban al público con diversos tíli^'
los, > era desconocido el periodismo en Nueva España.
La honorabilidad de este nuevo testigo del taumaturgi^"
mo de Nuestra Señora de San Juan, es, como queda demo^"
trado con creces, sobremanera excepcional.
Y después de citarlo el P. Florencia, puso fin á su obr^
con este otro caso, que abona poniendo por testigo al sacris'
tún del Santuario, — (¿) Juan de Dios Villegas, Clérigo de Meno-
res Órdenes, (?) — quien se lo refirió al Rr. Miguel Guerra Vala-
déz.
fEl Capitán Estevan Andrés del Arrañaga Fundidor
mayor y BaJanzario de /.acatccas, gran devoto de aquesta
— 171 —
Sagrada Imagen, y que le ha dado muchos dones en reco-
nocimiento de su devoción, y de los beneficios que ha recibi-
do de ella, le cupo el año passado de mil seiscientos y noven-
la y tres hacer la fiesta de la Concepción (que le ha cabido
otras veces hacer, que parece la Virgen lo escoge, por lo
niucho que se agrada en su devoción, y lo mismo digo de los
demás vecinos de Zacatecas.) Fué al Santuario de nuestra
Señora á hacer la fiesta con toda su familia, y llevó consigo
una niña sobrina suya, que avia criado, y amaba el dicho
í^onioá hija. Sucedió que poco después do la fiesta le dio un
achaque tan executivo, que de él murió, y con la muerte de
fe niña le faltó á su hermana una niña, y á él ambas de sus
^jos. Pero aunque lo sintió como debia, no le faltó la piedad,
ni se le murió la esperanza que en la Virgen Santíssima tenia.
Í^Ievóle la difunta, como estaba, su hermana á la Soberana
Señora, y le pidió con fé y devoción, hc la volviesse para
Consuelo suyo y de su hermano; en esta demanda insistieron,
•'duplicando á la Virgen los consolasse pues podía, y su afecto
V piedad la obligaban, y actualmente estaba entendiendo en
festejarla. A su ardiente afecto y piadosa fé, no se hizo del
''Ogar la piadosíssima Señora, pues en poniéndole su Imagen
^íicima del pecho, le volvió los alientos de vida, y la resu-
citó delante de todos los que estaban presentes, que eran
'duchos, y los que acudieron ala fiesta "
Con este último relato se cierra el ciclo de los muchí-
^ixnos favores que á la Santísima Virgen de San Juan le atri-
*^\iyó, en el siglo XVII, la devoción de los pueblos que la implo-
^^an en todas sus necesidades, como irrecusable medianera
Para con el Todopoderoso. (*)
.1
(•) P. Juan Mir: El Milagro: lib. II, cap. XVI. arts III v IV; y
Ub.l, cap. VII, art. IV, y cap. XIV, art. I.— lUiiio. Sr. Garabito:
Infomie al Rey, fechado en Zacatecas el 20 de junio de 1682: ms. —
Florencia: ob. cit. cap. III. párrs III. IV, V. VI, VII, VIII y IX,
ycap. IV, pirra l y último. — Santiago de la Laguna: ob- cit.. puntos
lXyX.-"Beristain: '-Biblioteca Hispano Americana Septentrional,"
*rt. OanUJTenay Urs úa (Illmo. D. Juan I^iacio) — Icazbalceta, artícu-
lo '*Tipograf {a Mexicana" vol. V del Diccionario citado.
•••fc**^*
••%*»••••••*•••»••••••«'*••••••
XV
Nota biobibliogrAfica
¡Dichosa invención aquella que multiplica las produccí^^'
nes del pensamiento humano, las pone al alcance de todos I^^^
hombres y fácilmente las comunica á todos los pueblos! ¡Dicho-
sa la idea á que se debió el uso de imprimir los caracter^^
movibles, que revelan y le dan lustre y fortaleza á la vei*-
dad! ¡Mil veces dichosa esa voz de hierro, cuando sirve par^
repetir eternamente, con variedades de expresión, las alaban *"
zas de la creatura á su Autor y Conservador, y para contad'
las bondades y las glorias de Dios, en libros, folletos y hoja^ -
Ya estaba al fenecer el siglo XVII, cuando las justad
causas de la celebridad del Sanluariode San Juan y dela^
nacientes peregrinaciones á él, solóse conocían de vivavo^
y se conservaban escritas en documentos inéditos; pero al
llegarse el año de 169 i se dio á la estampa, en la imprentau
mexicana de Carrascoso, el ''Origen de los dos célebres
II Santuarios || de la Nueva Galicia || Obispado de Guadala-
xara || en la América Septentrional. || Noticia cierta || De los
Milagrosos Favores que hace la Saiitíssima || Virgen, á los
que en ellos y en sus dos hnagenos || la invocan, || Sacada
de los Processos Auténticos, que so guardan en || los Archi-
vos de] Obispado, de orden del Ihnó. y Rmó. Sr. || D. Juan
^^ Santiago León Garavíto. || Por el Padre Francisco de
Florencia || de la || Compañiade Jesús." (1)
Gracias á este libro, las relaciones verbales acerca del
P^i^íncipio de la taumaturgia de Nuestra Señora de San Juan y
^obre muchos de los demás hechos tocantes á la misma reve-
l^enciada Imagen y á su culto, recibieron firme corrobora-
ción; dejaron de estar expuestas á que en ellas se introduje-
sen infidelidades; se fijaron con orden histórico y en forma
Vionorífica y docta; corrieron por el mundo, con estímulo de
la devoción, extendiendo la fama de los beneficios hechos
p>or la Santísima Virgen de aquel título, y de las muestras de
x'econocimiento de los beneficiados por ella; y queió garan-
fiizada su subsistencia en la frágil memoria de los hombres.
Más se apreciará el servicio que esta obra literaria del
'. Florencia le prestó al culto hiperdúlico, cuando se sepa que
fe ignora el paradero tanto de los originales de las informa-
iones que instruyó el Br. Gómez de Santiago, como de la que
-despachó el Br. Arévalo; pues si bien existían esos documen-
tos auténticos en el Archivo del Obispado, no han parecido
•^n él, por más que se les ha buscado: (2) es probable que se
Perdieran en la época revolucionaria que dio motivo á la
extracción de muchos de los papeles que allí se conservaban.
Y una vez que se deja indicada la importancia singular
<lue asume el valioso trabajo histórico objeto de estas líneas,es
Pertinente y justo dar una breve noticia del autor de tal obra.
La tierra de la Florida no sólo produjo abrojos y zarza-
les para los jesuítas, como lo dice el P. Alegre en su "Histo-
*^ia", con motivo de narrar los generosos é inútiles esfuerzos
liechos por los misioneros de su Orden para catequizar á los
indígenas de esa región; sino que también le dio á esa Orden
Vina provechosa y ubérrima planta, en el P. Francisco de
l«lorenc¡a. En efecto, éste nació allí el ano de 1620.
(i] Transcribo ese título, no de la edición primitiva, porque el
dánico ejemplar de ésta que ha llegado á mis manos carece de portada,
^no de la reimpresión de la misma obra, hecha en 1757.
[2) Yo mismo lo hice con empeño desde 1896 hasta 1901, en que
tttveá mi cargo ese A^rchivo.
-174 —
Ningunas son las noticias que se tienen acerca de su
niñez; las de su juventud se reducen á haber cursado las aiz-
las en el Colegio de jesuítas de S. Ildefonso, establecido en
la capital de Nueva España, y á haber tomado la sotana del
mismo Instituto Jeoultico el año de 1643.
Debido seguramente á su buen talento y á otras cualidst-
des para el magisterio, dedicósele á la enseñanza escolar; ^'
con grande aplauso leyó Filosofía y Teología en el Colegio
Máximo de San Pedro v San Pablo.
m
Con el misino brillante éxito que en la cátedra se disti
guió en el pulpito.
Regenteaba aún en aquel Seminario la clase Je Vlsp
ras de Teología, cuando, al celebrar sus hermanos regular
á 5 de noviembre de 1658, la congregación provincial d^
ordenanza, lo eligieron uno de los dos procuradores que debf ^^-^
representarlos en Roma y Madrid, considerando que tera xX^
hombre muy á propósito para dar un gran crédito á la pr'<^'
vincia en las dos cortes á que iba destinado, por su religión "■'
dad, por sus letras y por la grande instrucción» que tuvi
en todos los asuntos de la Compañía en América.
Con plena satisfacción cumplió ese encargo, tanto qti
por mandato del General de su Orden, luego que termi
aquella su misión, siguió residiendo en Se\illa algunos año^^'
con el cargo de procurador de todas las Provincias de ^"^
Compañía en hidias.
Todavía se hallaba en Roma cuando escribió la primeí^ ^
obra que se conoce de su pluma y la cual obra fué el cMen
logio de los varones más señalados en perfección religiosa el
la Compañía, de la Provincia de la Nueva España,» obraRpr^^^
bada por el Rmo. General Juan Pablo Oliva y que se imprimí
en Barcelona en 1671. (*)
Dos años después de éste, hallándose ya en Sevilla di
allí ala estampa, en la imprenta de Juan Francisco Blas, I^
f
^
[*] En Beristain se lee que esta obra se imprimió el año de i66i, pof
Jacinto Andrés y en Barcelona; pero no fué ese el año de tal impre-
sión, sino el de 1671 , como lo expresó el P. Oviedo, en el Prólogo dd
mismo **Menologio'* que reimprimió, aumentado, en 1747. Tal vez
la variante de aquella fecha se deba á una errata de imprenta.
— 175 —
« Vida ejemplar y gloriosa muerte del V. P. Luis de Medina,
muerto en odio de la Fe por los Gentiles de la Isla de los
Ladrones. »
Al regresar á su patria, fué nombrado Rector del Cole-
gio del Espíritu Santo en Puebla; y al entrar al provincialato
^l P. Bernardo Pardo, convocó una congregación que, á 2 de
í^oviembre de 1680, eligió Secretario de la Provincia al P.
Florencia.
Desde ese año, en el espacio de trece, publicáronse las
•*^íguientes obras suyas, según el respectivo catálogo del biblió-
^afo Beristain: «Panegírico del Apóstol San Pedro, predicado
^n la Catedral de Puebla.» Impreso en México por Lupercio,
1 680. 4f. — «Sermón en la solemne dedicación del Templo de
^epozotlan. > Imp. en México por Lupercio, 1682. 'k — «Pane-
S^í*ico del Bienaventurado liUis Gonzaga. » Imp. en México
í^^r Ribera, 1683. 4. — Sermón en la dedicación de la Iglesia
^^ Religiosos Carmelitas de S. José de México.» Imp. alli por
*^ibera. 1684. 4. — Relación de la ejemplar vida del P. Nico-
*^5H de Guadalajara. » Imp. en México por Ribera, 1684. 4. —
>'Iilagroso hallazgo del tesoro escondido: Historia de la Ima-
Ti de Nuestra Señora de los Remedios de México. » Imp. alli,
1686 y reimp. en Sevilla, en 1745. 4. — «La Estrella del
^lo Ártico de México: ó Historia de Nuestra Señora de
nadalupe.» Imp. en México por Benavidez, 1688, y reimp.
n Madrid, 1785. 4. (*) — «La Casa peregrina, ó Historia de
'^^uesira Señora de Loreto. » Imp. en México por Calderón
^689. 4. — «Vida admirable del Religioso P.Gerónimo de
^"¡gueroa, Jesuíta, Misionero cuarenta años entre los Indios
*^arahumares. » Imp. en México por Benavidez, 1689. 4. —
^Descripción histórica y moral del yermo de San Miguel de
las Cuevas, y hallazgo milagroso del Santo Cristo de Chalma. »
ímp. en Cádiz por Cristóbal Requena, 1590. 8. — Historia
admirable de la Aparición de S. Miguel al indio Diego Lázaro
en la Barranca de los Sopilotes de la provincia de Tlaxcala, y
(*) De esta obra se hizo otra reimpresión el año de 1895, en la
imprenta de J. Cabrera, Guadalajara.
— 176 —
fundación de su magnífico Santuario. Imp. en Sevilla por Ló-
pez de Haro, 1692. 4.»
Durante ese lapso de tiempo, y después del empleo de
Secretario, tuvo acaso el puesto de Rector del Ck)legio de S.
Ildefonso de Puebla, é indudablemente que desempeñó el
mismo cargo en el Colegio Máximo de México, así como el de
Prefecto de Estudios mavores.
El hecho de hallar impresos en España en 1690 y er
1692 algunas de las obras enumeradas, es indicio para supo
ner que tal vez por ese tiempo volviera á Europa el P. Floren
cia; pero por sí solo es insuficiente ese débil dato para prest
mir con probabilidades de acierto que así fuera.
Lo que sí consta es que el inoncionado Padre á 16 c
enero de 1694 se hallaba en Guadalajara, porque en esa P
cha se le refrendaban sus licencias en la Secretaría de did
Mitra. Y esta constancia ofrece pié seguro á la conjetura ^
que el motivo de ese viaje del P. Florencia, fué el de recoj
las noticias relativas al origen de los dos célebres Santuarí'
de la Nueva Galicia, las cuales le sirvieron para esCTibir el
bro que ese mismo año publicó en México, como ya se exp^
só.
Atendiendo á algunas consideraciones de peso, es vel"
símil creer que el P. Florencia escribía entonces su tZodi^^
Mariano, » ó sea la historia de las más célebres imágenes ^
María Santísima veneradas en la América Septentrional
especialmente en los Reinos de la Nueva España; (*) y que
[*] El título íntegro de esta obra es el siguiente, que adolece ^
extensión y alambicamiento: * *Zodiaco Mariano||en que [el Sol de Jus^
cia Christo||Con la salud en las alas visita como Signos, y Casas pro-
prias para beneficio de los hombres los templos, y lu- ligares dedicadc
á les cultos de su SS. MadrefPor medio de las mas celebres,! y milagfC
sas Imagenesll De la misma Señora, que se veneran en esta Ameríc
Septentrio-||nal, y Reynos de la Nueva España. "=AI publicarla ei
1755 el P. Juan Antonio de Oviedo, reduciéndola á compendio y aña
diéndole también algunas cosas, exproisó que: "Haviendo fallecido e
P. Florencia no se pudo hallar el dicho Libro Zodiaco Mariano^ por mu
chas diligencias, q. se hicieron. Y fué muy probable la sospecha, é
que estando ya para imprimirse, y remitido por el superior goviemo
y Ordinario á ios Sugetos, que debian dar su parecer, y aprobacioi
para la imprenta, quedó en el poder de alguno de ellos, viendo qtn
I venir á la Nueva Galicia á recoger materiales para dicha obra,
fueron tan abundantes los que se le proporcionaron cuanto
á las Imágenes de Nuestra Señora reverenciadas respecüva-
' mente en los Santuarios de Zapopan y de San Juan de los
' Wos, que le decidirían á formar con esos solos materiales
a el Autor no havia ya quien iiistasse, y solicilasse su impre-
. Pero al calió de muchos años en un apoaeiitode este Colegio se
lUó el borrador aunq. no cabal de toda la Obra. El qual por dicha
'a vino á mis manos. Regístrelo todo aunque no con poco trabajo,
— 178 —
Acaso ese mismo pensamiento le fuera sugerido por I
devoción del limo. Sr. Garabito á entrambas imágenes; pe
ro en todo caso, la idea expresada debió contar no sólo co
la aprobación, sino con el beneplácito del mismo Prelado.
Recogidas esas noticias por el docto y anciano jesuiU
volvió á México donde le aguardaban, aparte de los empeñe
literarios ya mencionados, uno del mayor aliento, cual era 1
publicación de su « Historia de la Provincia de la Compañía d
Jesús de la Nueva España. »
El primer tomo de esta importante obra puede ser liaras
do gemelo del libro que trata de los dos Santuarios de la Nue
va Galicia, puesto que uno y otro fueron publicados el mism
año en la imprenta de Carrascoso.
Aquel primer tomo fué el único de la Historia de s
Provincia que alcanzó á dar á la estampa el P. Florencia, C
pues la muerte vino á sorprenderle muy poco tiempo despué
el miércoles 29 de junio de 1695, en su querido Colegio d
San Pedro y San Pablo.
Debido á esto quedó inédito el « Zodiaco Mariano » , hasl
que sesenta años después lo publicó el P. Oviedo, aunque ce
diversas variantes; y asimismo dejó manuscrita el mencioní
do P. Florencia, una «Historia de la Imagen del Santo Crii
to de Ixmiquilpan, antes y después de su milagrosa renoví
ción. »
lo uno porque como borrador tenia de letra del mismo P. Floreuc
muchas cosas añadidas en los márgenes, y muchas borradas en *
Cuerpo del Libro, á que se llegaba lo deslustrado del papel, y leti
por haver passado ya mas de sesenta años después de escrito.*'
sigue diciendo el P. Oviedo, que por considerar que la publicacií
de tal libro vendría á ser para la gloria de Dios y de su Madre Sant
sima, se decidió á hacerla, compendiándolo por ser muy difuso y lleí
de digresiones, y agregándole en cambio noticias de algunas Imágew
de Nuestra Señora que no eran todavía celebres en vida del P. Fl(
rencia.
La conexión del '^Zodiaco Mariano'* con el '*Origende losd
célebres Santuarios d^ la Nueva Galicia," justifica la pertinencia (
esta nota.
[:)c] La correspondiente licencia para que ese tomo se imprímié
fuédada por el Provincial Diego de Almonazir, con fecha lo de ffl
yo de 1694.— sTenía intenciones el autor de escribir una II y aun u
III parte, que se quedaron proyectadas.
— :i79—
El lllmo. Eguiara calificó al P. Florencia de «lustre y
honor de la Sagrada Compañia de Jesús, historiador celebé-
rrimo de las principales Imágenes de Nuestra Señora, que se
veneran en este Reyno, cuya fama dura, y durará inmortal
en cuantos han leido sus Escritos; » y el Dr. Beristain le llamó
tuno de los mas ilustres ornamentos de la provincia (de la
Compañía) de México,» y asegura que t desempeñó muchas y
nauy delicadas comisiones del tribunal de la inquisición, y
naereció á los obispos de este reino las más singulares
confianzas. » (*)
(•) Beristain: ob. dt., art. Florencia (P. Francisco de) — Floren-
y Oviedo: Prólogo del Menologio citado en el texto. — Alegre:
historia de la Compañía de Jesús en la Nueva España, vol. II, págs
"45oy 471 > y vol. III, pág. 25. — Florencia y Oviedo: Zodiaco María-
>io, en su "Prólogo al lector." — Lib. de Gobierno del Sr. Garabito,
xns. — Robles: Diario de sucesos notables, t. II,pág. 270. en el t. III
de los "Documentos para la Historia de México," publicados en la
imprenta de Juan R. Navarro, México, 1853.
SEGUIDA PARTE
I.
A PRINCIPIOS DEL SIGLO XVIII
Iniciase la serie de los Obispos de Guadalajara en el
^iglo XVIII, con el nombre del limo, y Rmo. Sr. D. Fr. Felipe
Oalindo y Chávez, honra de la Orden de Predicadores á que
\)erteneció, y que ha dejado gratísimo nombre como fundador
fiel más provechoso de los planteles científico-literarios de
la misma Diócesi: el Seminario Conciliar de Señor San José,
famoso por los muchos alumnos que de él han salido para
brillar en la república, ya como santos, ya como sabios, ora
como héroes de la patria, ora como gobernantes eclesiásticos
6 civiles.
Habiéndose criado este Rmo. Obispo en Zacatecas, ciu-
dad á la que su padre había venido desde España con el
cargo de corregidor; y habiendo residido en Guadalajara,
cuando era ya religioso, ejerciendo los oficios de lector y
prior en el convento del Rosario; era consiguiente que parti-
cipase de la devoción general que en toda la Nueva Galicia
se le profesaba á la Imagen de Nuestra Señora de San Juan.
Pruebas de esa devoción fueron dos hechos que deben
registrarse en su biografía: el primero se refiere á haber¿sido
él quien formalizara la fundación de la capellanía menor del
— 182 —
Santuario, para la que había dejado capital el Sr. Garabito su
antecesor (*j; y el segundo se contrae á haber sido también
él quien dispuso se trabajase la rica corona de oro muy fino,
en que están engastados doscientos diajnautes y ochen^
esmeraldas^, joya que hasta el presente ciñe las sienes de\^
venerada hnagcn.
Muerto el Sr. Galindo justamente el mismo día en c^^e
se cumplieron seis años de la fecha en que tomó posesión ^^
Obispado, siguió gobernando canónicamente el Cabildo S cs d^
Vacante: esle Venerable Cuerpo, en 28 de abril de 170^*^^
daba licencia al Capellán Mayor para que procediera á ha- -^^^
el retablo de la Virgen, con las limosnas que reuniese^^ ^
Heimano demandante Tomás de la Cueva, las joyas que ^ f^
vendiesen y la plata que no le sirviera al Santuario; y el rr""^^'
mo Cabildo, en 1^ de octubre de 1705 otorgaba tambí: ^^^
licencia para que se pudiera decir misa en el histórico tem^ ^P^^
del Hospital de naturales, aquel recinto famoso porlos prinn^^^^^'
ros milagros conocidos que obró la Santa Imagen y (^^^^f
cimentaron la fama de la misma. Dato es el último, que mai: -^^^'
tiesta ímplicitamcnte que aquel antiguo templo sufrió pc:^3íP^^
entonces una restauración, indispensable para quedar en -^^^ ^'
estado de decencia preciso á efecto de que se permitie;^^ -^''^
celebrar en él los divinos oficios. _
Ya por esos días sabíase que había sido trasladado á -^ '^
Sede Guadalaj árense, desde la Arzobispal de Manila, el Dm» j^^^-
y Rmo. Sr. Dr. D. Diego Camacho y Ávila, por causa tal v^ ^^
de la suspicacia con que el gobierno español, celoso de su^^^
regalías, viera la hospitalaria acogida que en la capital d ^ ^ ^'
Archipiélago Filipino le dio el MetropoUtano á un DelegadJÍ^^
pontificio; y aun á consecuencia de aquella noticia, el Cabild ^ ^
Sede Vacante, en nombre del cual gobernaba como Vicari ^
el M. I. Sr. Deán D. Jacinto de Olivera Pardo, librab
despacho, en 31 de octubre de 1705, á los Párrocos d^
Compostela, Valle de Banderas y la Purificación, y al Vica-
[*] Por ignorarse hasta hoy que el verdadero fundador de esa
capellanía fué el Sr. Garabito, como consta en el Libro de su Gobier-
no, se le ha atribuido tal f tmdación al Sr. Galindo, que tan sólo llevó
á cabo lo que su predecesor dispusiera cuanto á ella.
— 183 —
tío Juez Eclesiástico de Autlán, paira qu3 si d333mbarcaba
en alguno de los puertos de esas jurisdicciones el Sr. Cama-
cho, que era aguardado «de los Reinos de China», lo agasaja-
ran convenientemente y por medio de correo propio le die-
ran al Cabildo noticia de su llegada.
Con todo, por la dificultad de comunicaciones de esa xia
iTiaritima, se pasó no sólo el resto de aquel año, sino también
^odo el siguiente, sin que aportase á su nueva Diócesi el Sr.
Arzobispo-Obispo; vino al fin en 1707, pero probablemente
^^ desembarco no se efectuó en las costas de la Nueva Gali-
cia, por donde pudo llegar y era esperado, sino en el puerto
^e Acapulco. (*) Alo menos asi se deja inferir de que el Cabil-
do nombró oportunamente un comisario que saliese á darle
'¡^^ parabienes al nuevo Prelado, en el pueblo de San Pedro
^'ciquepaque, sito al Oriente de Guadalajara; y de que se se-
que el Sr. Camacho estuvo en San Juan, de tránsito para
^ (*) La nao de China generalmente anclaba en Acapulco; pero al
^«jrar, en su derrota, á Navidad ó Manzanillo, echaba en tierra el
^^«ntilhombre encargado de ir á anunciar á México la llegada de tal
^^ao. A veces también desembarcaba algunas otras personas en estos
'últimos puertos.
Véanse en comprobación estas notas del ** Diario'' de Robles:
'* Hombre de la nao de China. - Lunes i ® de marzo [de 1653] llegó
^ esta ciudad un hombre que saltó en Colima de la nao de China, con
^cartas en que se da noticia del estado de aquellas islas; y hasta este
dia no hay nueva de haber embocado en Acapulco.'*
**Nf/evfi. — Sábado 5, [de febrero de 1689,] entró nueva de la capi-
tana de China y de haber echado gente en la Navidad."
** Nueva de vao de China, — Lunes 4 (de diciembre de 1690,) entró
nueva de nao de China á las nueve de la mañana: se llama el Santo
Cristo de Burgos: general de ella Arocha: saltó el gentil-hombre en
el puerto de la Navidad."
*^Naode China, — ^Viernes 2, (de diciembre de 1695,) entró nueva
de nao de China por el puerto de la Navidad, y se tocó plegaria á las
doce del dia que entró la nueva, que fué de Caponeta, y de hab-*r
echado hombre en tierra, y que se llama la nao nuestra Señora del
Rosario: viene por general D. Francisco de Ardila, y que van entran-
do 1^ dos navios del año de 94."
Precisamente la nave á que se refiere esta última noticia y que de
regreso al lugar de su procedencia levó anclas el 29 de marzo de 1696,
fué la que llevó á su Arzobispado al Sr. Camacho, juntamente con el
Obispo de Zebú, Fr. Miguel Bayote, dieguino.
alí
I fiíí
co:
I C3'
-184 —
i Capital de su Obispado, expresión ésta que sólo puede alu-
dir al paso de Su lima, por aquella población, cuando camina-
ba á hacerse cargo det gobierno de esta Diócesi; porque ningu-
na otra vez, después de esa, estuvo dicho Sr. en San Juan
viniendo para su Sede.
Ahora bien, este Prelado, que señaló la llegada á su
Diócesi con un notable acto de integridad, cual fué el de
reprobar la extralimltación de los gastos que se hicieron
en recibirlo con pompa, señalóse especialmente por el ar-
dor con que procuró que fuese digno de contener la fuen-
te de las gracias celestiales, el sacro recinto en que se le
tributaba culto á la Santísima Virgen de San Juan, la cual
Imagen debió ganarle el corazón á primera vista: de resul-
las de las órdenes del Sr. Camacho, el Santuario tuvo un
camarín, una media naranja se levantó sobre el presbiterio,
mejores piezas formaron la sacristía y tesoro, fabricóse un
colateral, proveyóse el altar mayor de rico tabernáculo y se
dotó a la milajírosa Imagen inmediatamente de un magnifico
trono de plata y de una urna; objetos á los que se aludirá
más adelante. En todo esto, que mejoró en gran manera la
ya bella construcción de que por si mismo cuidara el Sr. Col-
menero, (*) se gastaron como cíen mil pesos, parte de la
(") Comprobará ampliamente que por bella era tenida esa construc-
ción y que entendió en ella el Sr. Obispo Colmenero inmediatamen-
te, ia carta inédita que sigue y que al mismo Prelado le dirigió un ecle-
siástico de los más promineules de su Diócesi: documento que debía
haberse producido en otro lugar de esta obra, pero que aquí tampoco
es inoportuno:
" lUustrissimo Señor:
"Fue Dios seruido detraerme confien aeste Santuario donde fue
duplicado el consuelo, dándole gracias ala Reyna de los Angeles, asi
per hauerla visto, como por hauer visto también concluida su obra, y
es cierto q. no entendí estaba tan perfecta, y contau lindo arte según
los informes me hauian heclio; pero yo, q. gracias aDios, entiendo
algo del ministerio digo, q. no le falta cosa para ser obra grande en
fin de la dirección de VS" lUma aquien doi las gracias, y parabienes
conel afecto, y rendimiento, q. debo, y jusgo. q. su estreno y dedi-
cación vendrá niui bien passadas las aguas; para qe asistiéndote
VSa Illustro^inole falte nada alogrande, yjuntameute tenga et perfec-
to lucimiento; y de aqui. concluida esta acción, vendrá mui bien el
', V'Sa Xllusma honrre mi pobre casa; y quede por tan magnifica
— 185 —
cual cantidad sufragó de su peculio el benemérito Sr. Cama-
cho.
Oportunidad tuvo este munífico Pastor de ver en el
Santuario terminadas algunas de esas obras, aunque no todas,
cuando fué á hacer en 1712 su visita pastoral, en el Oriente y
el Norte de la Diócesi; jomada que también fué la de su muer-
te, que le asaltó ese mismo año, á 19 de octubre y en Zaca-
nxano amparada dejándole por asilo al divinissimo Sacramento del
altar; q. deesta suerte espero entan grande Señor serán muí felices
lossusesos así espirituales como temporales, q. los deseo tales a V
S* lUustr»» aquien meg« Dios para mi amparo en la gran desesa, q.
^«seo, es de este Santuario denra. S* deS. Juan, y Junio 30 de
' ^39 años.
(lUmo Señor)
B. L. M. de VS. Ill™* su fiel criado y seguro capellán
Ldo Pedro Rincón de Ortega."
^ El signatario de esta carta era cura de Aguascalientes desde 3
j^^^ octubre de 1649, en que se le dio colación de ese beneficio, vaco
^5^1: muerte de D. Diego de Torres y Rivera, y del que tomó posesión
^ día 25 del mismo mes y año.
^,^^ El historiador de esa ciudad, S. D. Agustín R. González, les ha dado
^^^^bida á estas inexactitudes, respecto de la persona que me o:upa:
.^ ^acia el año de 161 8 estuvo en peligro de desaparecer la inmensa
^^opiedad territorial de la familia Rincón, de la cual sólo quedaba
^^tonoes un vastago, D. Pedro Rincón de Ortega, cura de Aguasca-
lientes. Siendo niño éste fué arrebatado del hogar y educado por los
.^«suitas, que esperaban por este medio adquirir cuanto aquél poseia.
^. Pedro no quiso la sotana del jesuita, sino la del clérigo, y aunque
T.e obligaron á hacer voto de pobreza, encontró una parienta á quien
^ronstituyó heredera de sus bienes. "
El muy instruido genealogista S, D. Ricardo Ortega y Pérez
Gallardo, en un reciente libro suyo, rectifica dos de esos particulares,
diciendo: "Los bienes de la familia Rincón no hubieran pasado á poder
de los Jesuítas si hubiera ingresado D. Pedro á la Compañía, por ser
bienes vinculados, y por esta razón pasaron á su hermana Da Juana
Rincón de Ortega, esposa del capitán D. Nicolás Gallardo. Otro obje-
to más noble sería el que animaba á la ilustre Compañía para desear
que ingresara á ella dicho señor, como por ejemplo, su gran virtud
6 talento."
Sólo un reparo tengo que poner á esas discretas observaciones:
según consta en el * 'Libro de Visita" del Sr. Obispo Colmenero, el
Lie. D. Pedro Rincón de Ortega era hijo de D. Francisco Rincón y
de D» María de Ortega; y siendo, como lo expresa el Sr. Ortega y
Pérez Gallardo, este mismo matrimonio el generador de Juan Rincón
24
— 186 —
tecas, teniendo, para consuelo suyo, á su cabecera al Venera-
ble P. Fr. Antonio Margil de Jesús, de cuya presunta beatitud,
pendiente todavía de la decisión de la autoridad infalible,
tantas maravillas cuentan los libros y la tradición.
Con las expresadas mejoras que se estaban haciendo
en el Santuario, se combinó otra que imperiosamente recla-
maba el aumento de peregrinos que acudían al pueblo deSar^
de Vivar, padre á su vez, como lo expresa el mismo Sr. Ortega y
rez Gallardo, de Da Juana Rincón de Ortega, esta Señora vencWa i-
ser sobrina y no hermana del Lie D. Pedro Rincón de Ortega.
Por lo demás, el Lie. D. Pedro no tuvo que ver con los Padres 3^"
sullas, sino con los religiosos mercedarios, en los términos en que !•<>
refiere la "Crónica'* del Mtro. Fr. Francisco Pareja, que son los &^'
guien tes:
**Por el año de 1654 estaba en la dicha villa, (de Aguascali^'*^"
tes,) por Cura, juez eclesiástico de todo aquel Partido, y comisario <^^
los tribunales del Santo Oficio y de la Santa Cruzada, el Lie. ^•
Pedro Rincón de Ortega, natural del mismo lugar y muy bien enif^"
rentado en el; el cual había sido religioso profeso de nuestra rel'gí<^^»
{la de 1(1 'Itrced^) que profesó en este convento de México á 8 ^^
Abril de 1620 años, en manos del R. P. Mtro. Fr. Juan Gómez, si^^'
do Vicario General, y con asistencia del P. Fr. Benito Martínez, V i*
cario Provincial in cap i (41 nombrado en la división de Provincias; ^
cual después de ordenado de sacerdote puso demanda de nulidad ^^
profesión, ante el ordinario de este Arzobispado, 3' durando mucl^^
tiempo el pleito por la defensa que á ello hizo este convento, se ft^^
clérigo á vivir entre sus hermanos, y con su padre llamado Agustín
Rincón , dueño que era de grandes haciendas en aquella jurisdicción, y
el tal hijo, ya D. Pedro Rincón de Ortega le ayudaba en la adminií'
tracion de ellas: y con esta administración y bastante inteligencia qti^
aprendió en la religioi en sus estudios, luego que hubo lugar de vacan'
te, le dieron el curato de aquella villa y los demás puestos eclesiás-
ticos y comisiones arriba dichas.
*• Habiendo muerto su padre y quedando el dicho D. Pedro por
dueño de las haciendas, aunque tenia otro hermano heredero llama-
do Juan Rincón de Vivar, empezó á entrar en escrúpulos por la nuli-
dad que probó de profesión, y escribió á los Prelados que eran por el
año de 1650 y con especialidad al R. P. Mtro. PV. Gerónimo de -Andra-
de, que era Provincial, pidiéndole con todo amor y rendimiento le
enviase un sacerdote religioso y de prendas que le asistiese porque
se hallaba ya muy enfermo y quería tener en su compañia religioso
de su religión a quien tenia dentro de su corazón, 3' esto con prome-
sas grandes de hacer mucho por la religión, en cuya conformidad le
enviaron el P. Fr. Nicolás de Arteaga". . . .
— 187 —
Juan, procedentes de todo el Virreipato, Tal fué la construcción
de los primeros portales que hubo en dicho pueblo; empre-
sa que efectuó el vecino del mismo lugar, I). Nicolás de Iba-
rra, «en la frontera de una casa que en dicho pueblo tenía».
Llevaba por mira en esa fábrica, tanto « el común alivio de
ios pasajeros» como «el meyor lustre de aquel pueblo » ; y
obtuvo á aquel fin, en 23 de octubre de 1713, la licencia
del Presidente de la Audiencia, Gobernador y Capitán Gene-
ral de la Nueva Galicia, Maestre de Campo I). Toribio Rodri^
guez de Solís, mediante el servicio de quince pesos aplica-:
dos al servicio de la armada de Barlovento; la cual cantidad
después se le rebajó al agraciado hasta dejarla sólo en seis
pesos, destinados por el mismo funcionai'io á beneficio del cul-
•^o de la reverenciada Imagen.
Sigue luego refiriendo el P. Pareja muy prolijamente, que por
^P^isejo del P. Arteaga promovió el Lie. Rincón que los religiosos
3]^^tcedarios fundasen en la entonces villa de Aguascalientes un Cole-
^^o en donde se enseñase á los niños á •*leery escribir, la doctrina
j^^fistiana y la gramática": que se obtuvo la licencia respectiva: se
^^'^o uu ensayo con buenas resultas en una casa que proporcionó D.
^i^^ro; y que por remate, previas todas las formalidades que eran
S,^l caso, se fundó el Colegio el año de 1665, fabricándolo á costas del
^^. Rincón, quien le donó unas fincas que tenía en la misma villa y
^Jieniás una hacienda de labor de trigo y maíz, con algunos sitios de
^inprras y sus demás pertenencias.
Como se ve, es falsa en todas sus partes la imputación que le
í^ace el historiador González á la Compañía de Jesús.
En el relato del P. Pareja hay, sin embargo, dos errores: el
^e creer natural de Aguascalientes al Lie D. Pedro Rincón, y el de
Placerlo hijo de Agustín Rincón. Dicho Licenciado era * 'natural y
Tlomiciliario del Arzobispado de México' ' , según lo expresa el referi-
do **Lábro de Visita" ; probablemente nacido en la misma Capital, por-
gue el autorizado Libro llama á los padres de D. Pedro, 'Vecinos que
fueron déla Ziudad de México** : y en cuanto á la procedencia filial del
citado D. Pedro ya se dijo cuál era. Agustín Rincón sí era efectiva-
mente, al hacerse tal visita en 1648, dueño déla hacienda de Ciénega
Grande, llamada también de Mata, en la que residía entonces D. Pe-
dro; pero no sé qué parentesco hubiera entre ambos: tal vez aquél
fuese otro hermano de éste.
Finalmente, el Cabildo Sede Vacante de Guadalajara recibió
noticia de la muerte del Cura D. Pedro Rincón de Ortega, acaecida
súbitamente, en 13 de enero de 1666.
Perdóneseme la difusión de esta nota, en gracia de que esa falla
— 188 —
El 20 de enero de 1815 llegó á San Juan, de tránsito
para Zacatecas, á donde iba con objeto de consagrar Obispo
al Electo de Durango Sr. Dr. D. Pedro Tapiz, el que ya lo era
de la Nueva Galicia, limo. Sr. D. Fr. Manuel de Mimbela, acom-
pañado seguramente de los Sres. Arcediano Dr. D. Juan de
Arreóla Rico y Chantre Dr. D. Miguel Núñez de Grodoy, que
fueron á servir como Asistentes ai mismo solemne acto; y
después de mediar febrero siguiente, llenada ya su misión,
volvió á tocar á San Juan el Sr. Mimbela de regreso para
su Sede.
Sea en aquella vez, ó sea en esta otra, viendo ese Prela-
do que estaba ya terminada la fábrica del Camarín, dispuesta
por su predecesor, ordenó que se procediera á dedicarlo con
un fastuoso octavario de sermones. Satisfactorio debió serie
al Sr. Minibela rendirle este tributo de su devoción ala Santa
Imagen de quien oyera indiscutiblemente referir muchas y
muchas maravillas, no sólo entonces, sino tiempo atrás,
cuando él desempeñaba en la Prov'mcia de Franciscanos de
Zacatecas, donde se afilió, los cargos de Lector de Teología^
Secretario de la misma Provincia y Guardián del convento
principal de ella.
Uno de los mejores gobernantes que tuvo la Nueva Gali-
cia, el S. D. Tomás Terán de los Ríos, á quien se le debe to
construcción del puente echado en Tololotlán sobre el Rto
Grande, rendíale no mucho después de eso sus homenajes i
Nuestra Señora de San Juan, haciéndole el riquísimo presen-
te de siete láminas pictóricas, señaladas como de proceden-
cia romana; y las cuales láminas deben identificarse con aque-
llas que existen hoy en el Camarín del Santuario y que inte-
ligentes en materia de arte, atendiendo al estilo que revelan
tan bellas obras, las atribuyen en su mayoría al prodigioso
pincel de Juan Pablo Rubens, ó al de alguno de los mtó
aprovechados discípulos de este gran maestro flamen-
co. (*)
ha sido ocasionada por el deseo de restablecer la verdad de las cosas,
aunque éstas no tuviesen roce inmediato con el asunto de este libro.
(*) Las láminas existentes en el Camarín son tan sólo seis, que
No estará de más recordar que el insigne discípulo de
Othón Van V'^een ó Veiiio pasó largo tiempo en Italia, apres-
tándose cpn el estudio de las obras de Julio Romano, de
Ticiano, Pablo Veroneso, el Tintorelo y todos los grandes
maestros que allí habían florecido desde el Perugino, á for-
mar la brillante escuela colorista del siglo XVII: Mantua,
Venecia, Roma y Genova viéronle en su recinto apropián-
dose el secreto de las luces derramadas por aquellos ingenios
en sus cuadros, para formar del conjunto de todas ellas las
encamaciones deslumbrantes que le fueron peculiares. "Lo
bello tal como él lo concebía, dice juzgándolo su compatrio-
ta Van Kasseit, no tiene la pureza ideal que ofrece lo bello
del jefe de la escuela romana, pero es más individual y real;
la pureza tal como í-\ la comprendía, no tiene la grandiosidad
de la de Miguel Ángel, peio es más intelectual y animada;
en la forma de Rubens, la exuberancia no tiene la molicie
que presenta la forma veneciana, pero es de naturaleza más
«ana y más robusla. La gracia no tiene en Rubens el em-
Jjeleso exterior de la del Corregió, pero es más íntima y más
profiínda. Por fin, Rubens eclipsa á todos los maestros
conocidos, por su extraordinaria facilidad, por la variedad
de su numen, por la audacia y la riqueza de su composición.
No hay género que no haya tratado y en el que no haya
mostrado una superioridad que casi confunde el pensamien-
to: la historia sagrada y la profana, la mitología, la alegoría,
el retrato, los asuntos familiares y de imaginación, las cace-
rías y los animales salvajes, la caza muerta y las finitas, las
flores, el paisaje y el ganado. Rubens murió en IGiO, des-
pués de haber fundado una nueva escuela, y producido más
de mil y seiscienlas obras, pinturas, dibujos y grabados; nu-
represenlan asuntos de la historia bíblica; y la séptima de las donadas
por el Sr. Terán de los Ríos tal vez sea un precioso ciiadrito que
figura, si no estoy mal informado, la presunta aparición del Apóstol
Santiago en la famosa batalla de Clavijo, y que el Sr. Capellán Ma-
yor del mismo Santuario conserva en el departamento en que reside.
Esta última pintura, segtín sé, trataba de comprarla, al precio que se
le pidiera, un anticuario de fama en toda la República; pero de plano
fué desechada su pretensión.
-- VH) —
liieii ca.si universal que liabía tratado con iiiaestría lodos
los ramos del arte; que había escrito sobre la arquitectura
y dado á este arte un estilo nuevo; que había redactado un
tratado sobre los colores, y las observaciones más atinadas
sobre la perspectiva, la óptica, la anatomía, y sobre la cien-
cia de las proporciones del cuerpo humano; que había ha-
blado siete lenguas, la latina, la francesa, la española, la
alemana, la inglesa, la italiana y la flamenca, y que había
tenido la costumbre de hacerso leer mientras pintaba, los
versos de Virgilio, Horacio y Ovidio; que había creado en
Ambcres aquella grande escuela de grabadores que en ella
florecieron en el siglo XVII; que había poseído la amistad de
varios príncipes, y á quien un rey poderoso, no había tenido
á menos encargar misiones importantes y delicadas; y que
finalmente, ejerció sobre su siglo un infhíjo soberano."
Este elogio que en globo da á saber quién fuera aquel
pintor eminente que lo inspira, hará ver á todo el mundo
la gran valía de líjs joyas de arte existentes en el Santuario
de San Juan y que se le atribuyen á su pincel, como ya se
ha dicho. Y aun suponiendo que de él no fuesen los referidos
cuadros bíl)licos, bastaría con que haya peritos que les den
tan encumbrada paternidad, para considerarlos obras artísti-
cas excepciorialmente inestimables.
Por lo demás, ya que se supone también que pudieran
dimanar de alguno de los discípulos de Hubens, no es fuera
de lugar decir que si bien entre el inmenso número de ellos
ninguno puede llamarse el heredero absoluto de su genio, á
todos les cupo en suerte una parte de esa herencia; y que
en la pintura histórica, género al que pertenecen las preciosas
láminas que motivan esta disquisición, tuvo por alumnos 6
imitadores á tan notables artistas como Jordaens, Van Dyck,
Van Thulden, Gaspar de Croycr, Abrahám, Depenbeeck,
Cornelio Schut y Erasmo Quellyn.
Por el mismo tiempo en que (lobi<) hacérsele al Santua-
rio ese preciosísimo obsequio, hallábase en Europa desem-
peñando con notorio acierto chavados empleos eclesiásticos,
tales como el de Secretario de la Comisaría (ioneral Francisca-
na de Indias y el del mismo carador de toda la Religión Será-
fica,an hijo cicla Nueva Galicia y déla Provincia de Santiago
de Jalisco: el Hmo. P. Fr. Antonio Guadalupe López-Portillo,
que habia pasado a Roma en 1 722, siendo Custodio, al capi-
lalo general de su Orden. (I)
Ausente de la tierra nativa este buen religioso, que des-
pués Fué uno de los Obispos más benéficos que ha tenido
Comayagua ú Honduras, (2) y á quien Su Beatitud Benedicto
XIII dislingiiiü con el nombramiento de Prelado Asistente al
Solio Pontilicio, en
nienoria do la muy
tierna devoción ([ue
le profesaba á la
Santisiina Viryen
•ÍUecon el nombre
de Sai] Juan favore-
*'3- especialmente á
*<* patria, hizo Iro-
í'i^laren la Ciudad
^^ma medallascon
santa Imagen, de
■*^íguro las primeras
^^^ de ella se hicie-
'in; V envió para su
tnplounornamen-
cOuiplelü junta'
lo
mente con tres al-
bas y un frontal.
Además de los
presentes venidos
(te tan encumbra-
do:^ orígenes, el co-
mún de los fieles que
gozaban de como-
didad traducía por
medio de ricas ofren
das su agradeci-
miento y devoción
á la milagrosa Ima-
gen. De esta mane-
ra, á pesar de que
muchas de las pri-
mitivas alhajas que
__ _ Wpea-Porti
J^íiían la misma significación, fueron reducidas á dinero para
■**- construcción y mejoramiento del templo, contaba éste, al
fi] Esle insigue mexicauo, una de las glorias más brillantes de
^Vi Provincia, descendía eu línea recta de Alonso López, conquistador
íie la Nueva Galicia y la Nueva Vizcaya. Fueron sus padres Juan
López y Catalina Carrera; esludió en el colegio de San Ildefonso en
México, graduándose de bachiller en artes á ¡os 12 años de edad;
cuatro después, el 26 de abril de 1695, á las 3 de la tarde, juntamen-
te con otros dos jóvenes, recibió el hábito franciscano, en el convento
de Guadalajara, siendo entonces Guardián Fr. Loren/o Gil de Sobrar-
be, y Provincial, Fr- José de Azpilcueta; y en i ® de obre, del año
siguiente entró de corista. Era Lector jubilado cuando se le eli-
gió Custodio.
[2] "Gobernó a~uella diócesis santisimanieute, d\í:e ¥)eT\?>\.'¿\v.,,
V)^" „ tic'* '"''i («Vi-
opa>
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— 193 —
LomelíAltainirano,(1703),D. Tomás Romero Villalón, (1712),
— notabilísimo eclesiástico que vino á México en la familia
del Sr. Garabito, que fué el primer Vicerrector que tuvo el
Seminario de Sr. S. José y que funcionó como jefe de la Congre-
gación délos Oblatos; — D. Pedro del Arenal, (1713), y final-
mente, D. Francisco del Río, meritísimo por el fervor con que
procuró el culto de la Santísima Virgen y que á 14 de marzo
de 1724 lomó posesión del empleo en que fué tan benéfico.
Este Sr. dejó, por lo d 3:nís, estos otros int3re.santes
pormenores acerca del estado del culto en aquella época:
«Continuamente van en romería de todos los Obispa-
dos del Reyno, dice deponiendo como testigo presencial,
personas de todas calidades y Jerarquias á visitar a Nuestra
SeAora, y esto con tanta frequencia, que en todo el año no
^y un dia vaco de Velaciones, y algunos tan ocupados,
ÍUe no cabiendo en el Altar Mayor todas las luces quo encicn-
^^n las personas que van á velar, es precisso ponerlas en el
^^elo del Presbyterio, el qual casi se llena de cera.
«Mas no es solo cera la que ofrecen los peregrinos á
^U^estra Señora, sino también dones, cada uno según su possi-
^^Hdad, unos alhajas de oro, otros de plata, otros manteles,
^tros palias, otros vestidos, camisitas, y otros dones que ofre-
J^^n á la Santíssima Señora, como tributo ó recompensa de
'^^ muchos prodigios con que les ha favorecido en sus ncce-
^^^^ades y trabajos. Los quales prodigios le cuentan comun-
mente al que declara, quien dice, que si huvinra esperado es-
r^ nueva impression (*) los huviera escrito, aunque hace
•Inicio que serian menester nmchas resmas de papel, especial-
mente para aquellos casos que suceden y le cuentan en la
fiesta Titular que se hace el dia de la Concepción de Nues-
tra Señora. De muchos dice el declarante que es testigo
f)cular, y ha visto instantáneamente andar libres los tullidos,
salir sanos los cojos, con manos los mancos, con vista los
ciegos; de estos casos dice, que ve cada dia en aquel Santua-
[*] Se refiere á la segunda edición de la obra del P. Florencia, Orí-
gen de loa dos célebres Santuarios.
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P-
40 *'<'':;;, capel
toto.i
eolen'
lievopo
acata
, oíitnevo
délos
— 195-
después con otras tres, merced á valiosas donaciones hechas
por la piedad de los fieles. (*)
v>^*) MoU Padilla, ob. cit., caps LXXXII y LXXXV.— Qiiezada:
^^ticias sobre la devoción á María SmitÍHima fie San Juan, pág. 23.
'^^^ Diferentes Libros de Gobierno de la Mitra de Guadalajara, mms,
^"^^Lib, V de Actas del Cabildo Eclesiástico de la misma Diócesi, ms.
"^"-Papeles sueltos del Archivo de la Secretaría del Arzobispado de
Guadalajara .^Robles: Diario citado; en las fechas que se expresan.
""^ — Florencia: Origen, etc.. en la edición de 1757, que aumentó el
V^xto de la primera, cap. V. — González: Historia de Agttaficalienfef,
^ota á la pág. 437, — Ortega y Pérez Gallardo: Estfjdios gevealógicos,
^)ágs. 120 y 121. — Píireja: Crónica de la Provincia de la Visitación
tie Nuestra Señora de la Merced Redención de cautivos de la Nueva
JE9p^nay cap. XXVII, est. IV, t. U—Lib. de Visita del Sr. Colme-
nero, vol. I, ms. — Dice, cit,, art. JAisco. — Colección de documentos
"liist6ricos formada por el S. D. Ignacio Aguirre y que hoy es del S. D.
Manuel Cambre, ms. — Arlegui: Crónica cit., parte Vi, cap. XX. —
Florencia y Oviedo: Zodiaco Mariano, parte V, cap. V^I. — "Diccio-
nario Histórico de Biografía Universal," edic. barcelonesa de 1834,
art. Rvhens [Pedrc PabUA — Van Kasselt: Historia de Bélgica y
Húianda^ lib. XII, cap. IV. — Beristainr Biblioteca cit., art. Portillo
{lUmo, D, Fr. Antonio Guadahtpe López). — Ejecutoria de la familia
López- Portillo, ms, — Un libro de profesiones del convento de San
Francisco de Guadalajara, ms.
••^••^^•••«••.«••«^■•^•'•«••%«»«^'»««"*,
II.
La coNvSTrucción del nuevo Santuario.
Larga fué la vacante en que estuvo la Sede de Guada-
lajara después de la muerte del Sr. Miinbela. Dieron motivo
á ese estado anormal dos sucesos: fué el uno que la Mitra
acéfala hubiera sido provista en la persona del Sr. Obispo de
Durango, l)r. I). Pedro Tapiz, sin saberse que el promovido
tenia á ese tiempo tres días ya de ser difunto; y fué el otro,
que habiéndose nombrado en lugar de este Sr., para la Silla
Episcopal de Guadalajara, al anciano y achacoso Prelado de
Guatemala, D. Vv. Juan Bautista Álvarez de Toledo, este
personaje renunció tal promoci(3n, fundado en que no lo
hacían á prop(')sito para una mudanza de ese género ser de yaj
casi septuagenaria edad y las enfennedades de que adolecía. ,
Esta renuncia, sin embargo, vino á ser favorable para
los intereses de la Diócesi Guadalajarense, porque en aten^
ción á ella se le dio por Pastor al sabio y virtuoso eclesíá^
tico criollo, l)r. D. Nicolás Gómez de Cervantes, que . habif
sido ya elec^to para suceder en la de Guatemala al Rmo. S«
Álvarez de Toledo.
Era el nuevo Obispo nativo de la hacienda de la Llav^^
en el distrito de San Juan del Río (*), como lo expresó
(*) Hace poco tiempo que tratándose de aclarar este punto» á
publicó en *'El País", diario de México, el siguiente documento cjo^
-197-
ertenecia ■
tain, (no de México como escribió Mota Padilla), y pertenecía
á aquella misma ilustre familia de los Cervantes, que habla ya
dado el siglo anterior, como atrás se vio, un digno Jefe á la
Iglesia de la Nueva Galicia.
Había hecho sus esludios en el Colegio de Santos, en
México; ordenado de sacerdote, fué sucesivamente cura
párroco, prebendado y canónigo de la Metropolitana; y estan-
do borlado en cánones, obtuvo en la Universidad de México
kt cátedra de Decreto y la desempeñó durante veinticuatro
aftos, hasta que se le jubiló.
Un biógrafo suyo, epiloga de esta manera sus virtudes:
"Varón ciertamente docto y celoso, y tan pobre, humilde y
''iinosnero. que jamás tuvo sino un vestido; y ese ían raido
!" tosco, que habiendo salido á recibirle al camino para su
Pí'imer obispado un hermano suyo, religioso agustino, le dijo:
<^. ^n posible, hermano, que con ese ve>^tÍ(lo vas á tomar pnse-
^^rinfU una dignidad tan Iionorlpca?" Alo que respondió
^* Sr. Cervantes: ''Hermano, un Obispo sólo debe cuidar de
^**-s vestidos de los pobres y de los adornos del alma."
El mismo año de 1727, en que tomó posesión de la
*^¡tra de Guadalajara, comenzó la visita general déla üióce-
^* y la terminó en 1729: el número de personas que duran-
'-^ ella confirmó, fué de 250.000.
Es seguro que cuando andaba en el desempeño de aquel
^«ber episcopal, debió conocer el Santuario de Nuestra Seño-
*'a de San Juan; así como es muy posible que al tener noti-
Ho deja lugar ninguno áduda, que está tomado del "Libro de bautis-
mos de españoles" de la parroquia de San Juan del Río, correspon-
diente á ios años de 1665 a 1676, y que por obvias razones creo
oportuno reproducir aquí:
"Nicolás Carlos.— S. Juan. — En veinte y tres de Noviembre de
mil seiscientos y sesenta y ocho años bautize puse óleo y clirisma á
Nicolás Carlos hijo del Capn. Don Jn. Leonel de Servantes Carua*
jal y de Doña Mariana Velasquez de la Cadena fueron sus padrinos
Don Freo. Leonel gomes de Seruantes y doña Manuela femantes. —
Br. Simón Nuñez Bala."
Tal vez el error en que se ha incurrido, al darle la ciudad de
México por patria al S- D. Nicolás Carlos, provenga de haber
confundido á este Sr. con su tío el Dr. D. Nicolás Gómez de Cervan-
tes, Arcediano que fué de Oaxaca.
— 198 —
r.ía de los antecedentes históricos que relacionaban el c
de la venerada hnagen con el celo religioso de uno d
miembros más egregios de su familia, se creyera obligai
limo. Sr. Dr. D. Nicolás Carlos á procurar, con no m
eficacia que su Uo el limo. Sr. 1). Leonel, darle páJiulo
feliz devoción de la misma taumaturjía Imagen.
Cuadro bíblico.
(De la serie atribuidn & RubeuK.}
Á mayor abundamiento de ese religioso impulse
mismo Sr. Obispo D. Nicolás Carlos salió con bien, grí
á la intercesión de la misma Señora Nuestra, como é
tiempo se dirá, de más de algún grave apuro en que se \
y á consecuencia, se trocó su simple afición primordij
ahincada obligación que lo impelió á demostrarse a marte
de su gran favorecedora. J^H
Desde luego, no siendo va proporcionadas a! grande
úicremento que h;U)ía tenido el culto de la Santisima Virgen
de San Juan, en el primer tercio del siglo que corría, las cortas
'dimensiones del Santuario que estaba en servicio, — puesto
*iue, como ya se expresó, el número de los peregrinos que
concurrían á la fiesta principal llegaba por ese tiempo á
Componer una muchedumbre de diez mil personas, — era
conveniente proveer á proporcionar recinto más amplio y
con magnificencia mayor construido, que el que se le debía á
la piedad del Sr. Colmenero.
Resuelto este punto por el ejemplar Prelado, "no fiando
de otro los aciertos de su devoción, dice un testimonio coetá-
neo, determinó también pasar en persona desde Guadalajara
al Santuario, para elegir el sitio Y poner la primera piedra"
del nuevo templo, acto éste que personalmente efectuó el dia
— 200 —
del Ai)(')stol San Andrés, 30 de noviembre del año de 173:2;
habiéndose comenzado á acarrear los materiales con antel^^-
ción de doce días á esa fecha.
Menudearon de todas partes las limosnas para la nuev^ a
fábrica, como era de esperarse del entrañable amor qi». e
le profesaban los fieles mexicanos á la Imagen que iba á s
dueña de la morada que estaba en construcción: devot
había que aun de distancia de veinticinco leguas, que es ^a
de Silao, acarreaban en sus recuas piedra para la obra.
"Son los tamaños de dicha Iglesia y su disposición, escí 'i-
bíase tres años después de comenzada esa fábrica, al misrr^MO
modo que e.stá la Iglesia del glorioso San Francisco, en -el
Convento grande de México, de cuya traza se traxeron d cng s
mapas para seguir en todo aquella misma idea. Fuera c^Be
esso, le acompañan varias piezas que la acreditan de magníF ^-
ca, una Ante-Sacrislia de diez y seis baras, Sacristia de veinte Y
quatro, Ante-Camarin de nueve, Camarín de once en quadr
y otras dos competentes piezas, que han de servir, la
de Thesoro para guardar las alhajas de la Iglesia, y la oti
de Ante-Thesoro. La Iglesia tiene de largo setenta y quatr^ — ^
baras y tercia, de ancho diez y seis baras netas, y lo niism
tiene el Crucero. Vase fabricando dicha Iglesia con sus torre
cuyos cubos son de cinco baras de buque. Las Puertas d ^
la Iglesia son tres, una mirando al Poniente, á la parte d ^
la plaza, y es la Puerta principal, las otras dos están á lo -
dos costados, una en cada uno, á competente proporción -
Se va fabricando con tal fortaleza, que las paredes tiener^
de ancho dos baras y media, con tal esmero, que las colum-
nas, siendo de obra dórica astreadas, vuela cada una bara
y media, y la ñibrica toda es de cantería ó sillería apastilla-
da, de manera que concluida la obra será uno de los más
sumptuosos Templos de este Rey no."
Para que dirigiera la construcción de este edificio, se
hizo ir al alarife ó maestro mayor Juan Rodríguez de Estra-
da, perito del que tan pocos antecedentes se tienen, que se
reducen todos á que estaba casado con D* Juana de Agua-
yo y á que se avecindó en San Juan desde que se puso la
primera piedra del nuevo templo.
— 201 —
Por lo demás, es curioso saber que Rodríguez de Estra-
la disfrutaba sólo de un modesto jornal de catorce reales,
^1 cual se mejoraba los sábados con dos reales más.
Alguna vez hubo — el ano de 1758 — en que acaso para
:erciorarse de la solidez de la obra que se estaba haciendo,
e llevó á que hicicjra un reconocimiento de ella al maestro D.
uan Gudifto, vecino de Querétaro, que fué conducido al
fecto en carruaje y sirviéndole mozos; señal que se trataba
le sujeto de cierta importancia.
Sin embargo, Rodríguez de Estrada fué el que continuó
ricargado de las obras durante su vida, con tanta eficacia
habilidad que en recompensa el limo. Sr. Obispo
(artinez de Tejada, al visitar San Juan en 1753, "dexó
rdenado, y mandado, — dice un documento fehacien-
^j hasta hoy inédito, — que si antes que se colocase el dicho
Uevo Templo, fuese Dios servido fayeciese dho. maestro
la' Juan Rodríguez, se sepultase su cuerpo en dha. nueva
Klesia, por su especial devoción á Ntra. Sra."
Para el lucimiento de la fachada del templo, por el
ado Norte, adquirió el Capellán Mayor Sr. del Río, en 24
le octubre de 1744?, las Casas Reales que estaban muy
iestruidas y por las que en cambio les dio á los indígenas
ina finca de valor de $600 que le había comprado á D.
Miguel Martin del Campo; y adquirió también un solar que
^taba entre las mismas Casas Realeá y el Santuario, quedan-
lo de esta manera esos bienes raíces sin solución de conti-
luidad entre sí, con provecho no sólo para la perspectiva
jino para la comodidad de la fábrica.
Aliento siguieron dándole á ésta, después del Sr. Obis-
)0 Cervantes sus sucesores los limos. Sres. Gómez de Para-
la y Martínez de Tejada: consta que tanto el uno como el
)tro le destinaron á aquella obra cantidades muy respeta-
bles.
Algunas cifras de los gastos que se fueron haciendo
turante la construcción, dejan deducir el impulso que recibió
a fábrica en diferentes épocas de aquel periodo memorable:
Desde que se comenzó la obra hasta el 27 de mayo de
1733 iban gastados $5,381. 2 r«
1^
— 2i)2 —
Desde esta última fecha hasta 12 de octubre de 17
se hizo un gasto de $9,126.6.J tomines.
De la fecha precedente á 1 9 de mayo de 1741 ascen-
dieron los gastos á $13,366. 6ji*?
Desde esta postrera fecha hasta 2 de mayo de 1743 ^
monto del gasto se elevó á $8,921. 4 tomines.
De esta fecha á 6 de mayo de 1745 el gaslo fué de
$1 1,485. 7 tomines.
Desde 6 de mayo de 1745 ¿15 de febrero de 1749 se
fiastaron $29,899. 4 r^
Desde 30 de septiembre de 1752 á 15 de julio de 17^*^
ascendió el gaslo á $i(),936. 3r«.
Kntre estos apuntes falta, como se ve, el gasto conree^'
pondienle al lapso corrido desde 15 de febrero de 174-^
liasta 15 de septiembre de 1752; no obstante, el total de
(\intidadesque se ven invertida en los demás años que
mencionan, á contar desde que se puso la primera piedn
era de cerca de $120,000. Y sobre esto, debe tomarse e
(aienta. siempre que de este particular se trate, que muchos
de los iletes y gran parte del material eran gratuitos, com
limosnas de la piedad de los devotos.
Acababa de ponerse en su sotabanco la última piedra d
la cornisa del címboirio, cuando murió el maestro mavor Jua^^
Kodríguez. Honróse entonces su cadáver como se habls
dispuesto: condújoseleprocesionalmente al Santuario del Si
Colmenero, donde se c^intó con solemnidad misa
vigilia; y en seguida trasportósele debajo de cruz magna -»
por la plaza real, hasta la puerta del costado del temple^
imevo, presidiendo la fúnebre comitiva el Br. D. Vicen-
te José (le Cuéllar, que oficiaba como Teniente de Gura; all:
este Sr. les entregó el cuerpea los Capellanes que aguardabais
con (*ruz y ciriales; retiróse el Br. Cuéllar, y tomando la capcit
iú Br. n. Juan Crisóstomo Gómez Portugal introdujo el cadá-
ver (^n el Santuario en construcción; en la nave de la iglesia se
l(i cantaron res|)onsos en tres posas; y finalmente, se le dio
privilegiada sepultura en la antesacristía y al lado derecho de
la (Hilrada á ésta por la puerta del crucero. Tal sepelio tuvo
]\\^¡iv el 1 ^ de noviembre de 1760.
-203-
Tío le sobrevivió muclio al referido alarife el amerilatlo
Capellán Mayor Br. I). Francisco del Rio. Este fervoroso
eclesiástico, natural de Pinos, dejó de existir eM6 de aluil
fie 1765 y fué sepultado en et cajnarin del nuevo teniplo. A
su empeño y cuidado se le debió la constancia con que í^r
había procedido en Ja construcción, y el adelanto á que esla
llegaba entonces;
de su propio pe-
culio hai)la dona-
do para ella el
misino fervoroso
«íclesiáslico la
«■anudad de
^8.882, y ade-
»nás de ella se lia-
blan gastado has-
ta ese tiempo en
te grandiosa fá-
brica $184.334.
Después, ba;o
'a vigilancia suce-
siva de los Cape-
llanes Mayores
Bres. D. Francis-
co Tomás de A-
goilar (1765) y
'*• Francisco Mar-
Kr. n. FraniíiscotltílKli
benemérito
Capel lin Mki
línez d(! Alarcún
(Í767), se coí)t¡-
nuó la obni; y ca-
si al propio tiem-
po en que se pu-
sesionab^ del
nlií^n^o caij^o el
Hr. 1). VicenU-
Cuéilar y Gonzá-
lez, considerán-
dose va el tiuevo
Santuario en es-
lado capaz de re-
cibir en su recin-
to á la Sacra Ima-
gen cuyo era, dis-
puso el limo. Sr.
Obispo Dr. 1).
del s.Bt««rio. Diego Rodríguez
Rivasde Velasco,
por auto de á I
*íe noviembre de 1769. que se procediese á hacer
^'■aslación, como en efecto se verificó el día .SO de ese
"i'Smo mes, al cumplirse justamente treinta y siete
^fios desde la fecha en que se había empezado el edi-
ficio.
Kd el interior de él, todo estaba ya concluido; sólo falta-
''* del templo propiamente dicho una parte de las torres.
De esta manera, sucintamente referida, la Santísima
• itgen que siglo y medio antes era venerada en el rincón
¡*<^lvoriento de la sacristía de una humilde capilla de indios.
'^gó i tener por suyo uno dje los templos más suntuosos no
— 204 —
sólo del Obispado de Guadalajara, sino de todo el Virreina
de la Nueva España, y aun de la América. (*)
r '
(*) Dice. Univ. de Hlst. y Geog. ya citado, árt. Jalisco. — Veri*
Catecismo OeográficoHistórico-Estadisticodela Bepública Mexicana,
lección XVI. — Mota Padilla: ob. cit., cap. XCIÍ. — Berístain: ob.
cit., art. Cervantes {limo. Z>. Nicolás Carlos Oómez (te)— Papeles del
Archivo de la Secretaría de la Mitra de Guadalajara.^— Florencia: Ori-
gen etc., edic. de 1757, cap. V.'^Libro en que se asientan las FiM'
cas de los difuntos que se sepultan en este Santuario de Nuestra SefUh
ra de San Jvan*\ pág. 139 frente, ms. -Lí6ro del descargo que ae
ase de materiales^ Ma^tros, i opei^arios que trababan en la Iglesia
que se está haciendo^ á la milagrosa Imagen de Ntra, Sra, de San
é/uan/' ms, — Quezada: ob. cit., págf 24 y 25.
••^••^•«.^%,#^,*»%^«».^».#»%«<* •»,#*%,#*»,••»,••%,•»»,•«»,•«»,»♦»»•«»»•«.•*•••»♦••*•••*•••••*•••••••••*•••«%•••••'»•#••**'••••»•
III.
Otra información
de los pbodigios de nuestra señora.
No fueron la decisión de que se le fabricara nuevo San-
tuario á la Santísima Virgen de San Juan y el hecho de haber
Comenzado personalmente esa gran mejora, los únicos testi-
monios que de su afecto á la misma reverenciada Imagen
^^jara el limo. Sr. D. Nicolás Carlos Gómez de Cervantes.
El 14 de octubre de 1734, S. S. lima, le dio al Br. D.
''osé Feyjoo Centellas, Cura, Vicario y Juez Eclesiástico de
''^ostotitlán, especial comisión, en debida forma, para que
averiguase con toda exactitud é individualidad los nuevos
^^\ores que por medio de la Sacra Imagen se hubiese dignado
^Qcer el Todopoderoso; y aunque pocos días después, — el 6
^e noviembre siguiente, — falleció aquel discreto Prelado, el
Cabildo Sede Vacante ratificó en todas sus partes tal encar-
go.
Á consecuencia, el Br. Feyjoo, — eclesiástico que fué hijo
del Oidor más antiguo de la Nueva Galicia, Lie. D. Francisco
de aquel apellido, y hermano de uno de los Capitulares de
Guadalajara, el Br. D. Sebastian Feyjoo, — se trasladó á San
Juan para cumplir su cometido; y á falta de notario público,
nombró para que hiciera las veces de éste, autorizando las
diligencias al vecino Antonio Tinajero, que admitió el oficio
é hizo el juramento de rigor.
— JOÍ) —
El LexLo (le (3.sla niiova inronnaciun es como .sigue:
«En el Pueblo v Siuiluario vio Nuestra Sefiora de San
Juan, á veinte y dos dias del mes de Agosto de 1735 anor??
el Br. Don Francisco del Rio, Presbvtero Doniicíliario de este
Obispado, y Capellán mayor de diclio Santuario, pareció ante
el Señor Juez Coniissario D. Joseph Feijoo de Centellas*,
y dixo: Que el año de 2(), á siete de Diciendirc, víspera
de la Concepción Puríssinia de nuestra Señora, y Fiesta
Titular de dicho Santuario, sucedió, queaviendo sui)ido ala
asotea de las casas de la Virgen Joseph Nuñez, para ver ]o^
fuegos de aquella noche, con la familia del Mayordomo, qL^e
era Don Juan Ignacio (1:í1 Anañaga, con quien avia venic^ o
dicho Joseplí Nuñe/, enipezt) á correr festivo por las asolea- =5?
y deslumhrado (^on las luminarias que la devoción del Mayo 'M-
domo avia en(*endido, perdiendo pie en la carrera se pre(*^i'
pitó al patio de la casa: está dicfio patio empedrado todo cc:^"
la piedra que llaman comunmente de Castilla, las parcd«
tienen de alto como siete baras, con esso se persuadiei
que con a([uel golpe acabaria su vida el referido Joseph Nl--J'
ñez, quien deseoso de morir (!omo christiano, al punto pid ^^
confession y el santo Oleo. Administráronsele ante todas ccr:^"
sas estos Sacramentos, como medicina de mayor importar^'
cia, después vino el Cirujano, i)or ver si podían tener algiM--^
efecto las medicinas del cuerpo. Reconoció al enfermo, ó pC^''
mejor decir, al que juzgaban moribundo, y por mas que f ^
registró con cuidado, no pudo descubrir lesión alguna en tc^ '
do su cuerpo, atribuyéndose á favor especial de Nuestra
Señora de San Juan, cuyo patrocinio imploró al precipitarse
el doliente, quien dentro de dos ó tres dias convaleció d6^'
molimiento, y fue por su pie bueno y sano á la Iglesia á daí*
las debidas gracias á la Santíssima Vii'gen su favorecedora ^
Este caso fué muy público, y el declarante es testigo de vistan
como que sucedió dentro de las casas de su morada.
«El mismo Mayordomo Don Juan Ignacio de la Arrañagí»-
le contó al mismo Bachiller D. Francisco del Rio, que vinien^
do al Santuario de nuestra Señora de San Juan, sucedió qu^
en un paraje formaron las Niñas que traía consigo una rueda.-*-
ó corrillo^ dentro del qual estaban unos trabuquíllos y anna
— 207 —
dtliiego; y aviándose disparado una de ellas les passaron las
l>alas hasta la ropa interior, pero allí no mas desahogaron su
^•jria, porque en el cuerpo á ninguna de las Niñas ofendieron.
••>^¡ lo contó el dicho Mayordomo, atribuyéndolo á especial
favor de Nuestra Señora de S. Juan, cuyo especial devoto
^ y assi lo declaró debajo de las solemnidades debidas el
^nencionado Bachiller Don Francisco del Rio.
«El mismo Bachiller, baxo la misma solemnidad, declaró,
<ÍHe Don Phelipe Cayetano de Medina, vecino y Regidor de
h Ciudad de México, lo certificó; primero por Qirta su fecha
¿6 de Febrero de 1729, y después verbalmente estando en el
•Santuario, que aviendo sido casado cerca de quatro años con
'^oña María Manuela de Torres, sin aver tenido succession
•^i £una, luego que por su orden y mandato se cortó un vestidi-
•^c>, que hicieron á Nuestra Señora de San Juan, bordado de
f^ ^rlas, tuvo succession; porque desde entonces, fuera de toda
ijperanza, se sintió agravada dicha Doña Maria su Muger, y
10 después á luz un Niño, á quien en reconocimiento del
^^eneficio recibido de Nuestra Sonora, le llamaron en la pila
•Juan Maiia, haciendo con esto, que aun el tierno infante,
^*geno todavía de razón reconociesse la deuda, assi como sus
1-^adres agradecidos la confessaban, rindiéndole repetidas
Kracias á Nuestra Señora, á cuva fiesta vinieron á servirle de
Mayordomos, trayendo consigo al Niño para ofrecérselo reve-
rentes, como don recibido de sus liberales manos.
«Don Luis deMonterde. vecino de la misma Ciudad de
México, se hallaba en cierta ocasión gravíssimamente aque-
jado de una molesta y prolija flucción, que corriendo de la
<*-abeza al pecho, le postró tanto, ([ue los jMédicos le desahu-
^-iaron, no dando esperanza algima de su salud. En esta sazón
i"ecibió carta del Capellán Mayor de Nuestra Señora de San
Juan, suplicándole, que admitiesse el ser Mayordomo de
nuestra Señora aquel año, que era el de 1 780. Admitió guslo-
^ísí^imo, y refiriendo á dicho Capellán Mayor en la respuesta
^'^ su carta, el estado tan deplorado de su salud, le dice, que
í^olo mediando el ftivor y patrocinio de la Señora, le quedal)a
^'•"^Peranza de vida. No fue vana su esperanza, ponfue desde
^* dia de la fecha de la carta en (jue acceptabalaMayordo-
— 20<S —
mia, se empezó á sentir mejor de su accidente; y cada dia iba
reconociendo mas alientos, como en otra carta posterior le
certifica al mesmo Capellán. Fue tan adelante la mejoría, que
llegado el tiempo de la fiesta, estaba ya el devoto Mayordo*
mo bueno y sano, tanto, que siendo de crecida edad huviera
venido personalmente á solemnizar los cultos de la Señora á
su Santuario, si los Médicos no se lo huvieran impedido,
diciéndole, que era exponerse á peligro de perderla salud quic
la misma Señora le avia dado. Con este parecer de los Médi-
cos determinó embiar para que celebrassen la Fiesta á 5us
dos hijos, con quienes embió también un precioso arco de
crystal á dos hazes, echo á todo costo, el que oy circunda
la Urna y Trono de la Señora. Assi lo declaró el ya dicho
Capellán Mayor D. Francisco del Rio.
«Vinieron pues el año de 31 los dos hijos del referido D.
Luis Montarde á celebrar, á expensas, y por orden de su Pa-
dre, á Nuestra Señora de San Juan en su Santuario, y en esta
ocasión declara el mismo Capellán Mayor D. Francisco del
Rio, que sucedió un caso estraño, y es el que se sigue: Avién-
dose formado un bayle el dia 9 de Diciembre en la noche en
la Casa de la Virgen, donde estaban hospedados dichos Caba-
lleros Mexicanos, un Criado de Don Pedro Garcia Alvarez
advirtió una acción poco honesta con su propia muger en
otro mozo de alli, y encendido de zelo le dio tan cruel esto-
cada en el estómago, que á toda prisa llamaron á dicho Cape-
llán que era el mas immediato, por ver si podia confessario.
Confessóse, y declaró al Confessor, que al darle la estocada
imbocó á la Santíssima Virgen con el Título de Nuestra Seño-
ra de San Juan; púsose las manos en la herida, pareciéndole
que se le salian las tripas; vertia mucha sangre, y siendo assi, i
que el Cirujano declaró que se le avia roto hasta el redaño,
dentro de poco tiempo quedó perfectamente sano, recono-
ciéndolo por especial favor de Nuestra Señora, en cuyo servi-
cio, y en acción de gracias se vistió como librea un saco de
jerga, por espacio de un año.
«No fué menos maravilloso el caso que el año antece-
dente de 1780 le sucedió á una Señora -Madre del Dr. Don
Diego Peredo, que á la sazón es Racionero de la Santa Igle-
— 209 —
sia Cathedral de Valladolid, y entonces era Cura del Valle de
Santiago. Sucedió pues, que estando la Madre de dicho
Señor va á los úllimos, v desahuciada de los Médicos de un
copioso fluxo de sangre, solicitó su hijo el Sr. Don Diego, de
uno de los vecinos, como reliquia un vestido de Nuestra
Señora, y luego que lo huvo conseguido, llegando á ponérse-
lo en la cabeza á su doliente Madre, le dixo: Señora^ aqiii le
traigo un vestidito de Nuestra Señora de San Juan, prométale
Usted á la Señora irla á msitar, y llevarle d mi hermano D.
Joseph á que cante su primera Missa en su Santuario. La
Señora su Madre le preguntó que si hablaba de Nuestra
Señora de San Juan del Cuisillo, y el hijo le respondió que
no, sino de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos. Ente-
rada ya de esto la Madre, y aviendo passado varias atencio-
nes entre Madre, éhijo, respondió por último la Madre, que
prometía executarlo como lo aconsejaba. Hecha la promessa
'e aplicó el hijo la reliquia de Nuestra Señora, y luego al punto
empezó á minorar el Ilujo, que era antes copiosíssimo, y á
poco tiempo se le estancó totalmente, y quedó perfectamen-
te sana, atribuyendo su vida á especial favor de Nuestra
Señora de San Juan, y vino á cumplirle la promessa á su
Santuario, en donde le contó lo referido el Señor ya dicho su
hijo Dr. D. Diego, al Capellán Mayor 1). Francisco del Rio,
4Uien jurado lo declaró al Señor Juez Comissario de estas
diligencias.
«Otros tres casos declaró el mismo Capellán Mayor, que
Por raros le contó una Señora vecina de la Villa de (Jerez, y
Esposa de D. Francisco de Escovedo. El primero fué, que
íiviendo despachado dichos Caballeros una quadrilla de
Carretas cargadas de maiz, que es ol trato de aquella tierra,
para la Ciudad de Zacatecas, estando ya distantes como cinco
leguas de su casa, quiso una hidia, muger de uno de los Carre-
teros, bajarse por la rueda de una carreta, cayó la miserable
cogiéndola la rueda debajo, y andando los Bueyes la maltra-
taron tanto, como lo da á entender el peso gravíssimo de toda
una Carreta cargada de maiz. Acudieron á favorecerla los
demás Yndios, embolviéronla en un capote, y juzgándola muy
cercana á la muerte recurrieron á sus amos para que diessen
*>"?
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providencia de que se le adininisLrassen los Santos Sacrr'
mentes. Fué el Confessor, y movida de compassion fea
también la dicha Señora muger del referido D. Francis
Escovedo, llevó consigo un Quadrito de Nuestra Señora
San Juan, pareciéndole que en él llevaba recepta de salud
vida. Assi lo imaginó, y assi lo consiguió su fé, porqita
aviendo hallado á la pobre India hecha un tronco, quebraA
toda, le aplicó la recepta milagrosa de la Imagen de Nuestt"
Señora, diciéndole á gritos, que se encomendasse á Nuestr*
Señora de San Juan, y le prometiesse irla á visitar á ^
Santuario. Hecha esta diligencia la hizo llevar á su Casa paír
curarla, con esperanza firme de que avia de sanar; y putil.
tanto su fé, que en una vida consiguió dos, porque estanca
agravada la India parió tres meses después con toda felicidad
sin la menor lesión de la criatura; y aunque la pobre MadK*
avia quedado con solos los huessos de las piernas, por av6rs& J
caido toda la carne, le encarnaron nuevamente, y siendo el <
todo sana fué á darle devota las gracias á su insigne favor ^
cedora Nuestra Señora de San Juan á su mismo Santuari <
El segundo caso fué, que estándose muriendo un criado ^
dicha Señora muger del ya citado D. Francisco de Escocí
vedo, de una penosíssima flucción en la cabeza, qmj
ya corrupta avia criado gusanos, y parecia estar estosen le
sesos: Estando pues ya moribundo, fué á verlo su ama,
exhortándole á que se encomendasse á Nuestra Señora d
San Juan, y le pidiesse la salud, lo puso dos pedacitos d
carne de carnero en las ventanas de la nariz, sin mas exp^
riencia, ni conocimiento de tal medicina, que el impulso qii^
sentia para hacerlo. Caso raro por cierto: empezaron á saurín
los gusanos en tanta abundancia, que dixo, que entre grandes
y pequeños le saldrían mas de trecientos, quedando el enfer-
mo tan perfectamente sano, ([ue quando su ama vino ai
Santuario lo trajo de su cochero. El tercer caso, por ser la
materia de menos monta, parece que se acredita de mas raro,
y fué assi: Una noche tenebrosa y obscura se salieron de la
caballeriza unos caballos, echándolos menos salieron los
criados en su busca, mas aviéndolos buscado algim tiempo
no muy corto, se volvieron |)or\)aro('orlesimpossihlcel hallar-
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los, teniendo por cierto, que se los avian hurtado. La referida
Sonora recurrió luego á su des.^mpeño, á Nuestra Señora de
San Juan, assegurándoles á los demás, que los caballos no se
avian de perder, sino que por favor de Nuestra Señora avian
de parecer. Los otros juzgando aquello antojo, ó delirio de
niuger, le dixeron, que no pi(Jies.se aquellas impertinencias
á, la Santíssima Virgen, que los caballos no era possible pare-
cíessen aquella noche; mas el succsso confundió su tibieza,
V alentó la devoción y confianza de la muger, porque dentro
de poco rato sintieron ruido de bestias, y saliendo á ver lo que
era, conocieron que lo» caballos perdidos se avian vuelto por
sisólos á entrar en la caballeriza, sin que persona alguna los
oondujesse; quedando con esto enseñados todos, y persuadi-
dos, que aun en cosas de poca importancia favorece con
especialidad MARÍA Señora á sus verdaderos devotos; y
quedando la piadosa muger mas confirmada desde entonces
^n su antigua devoción.
tQuando todos reciben con tanta frequencia especia-
lissimos beneficios de Nuestra Señora de S. Juan, no es
feúcho que con especialidad los participen aquellos que
inmediatamente se emplean en el servicio de tan Soberana
Señora. Dos obreros del nuevo Templo, que la devoción y
generosidad fabrican á esta gran Heyna, experimentaron
^-omo familiares de su I\\lacio el Real Patrocinio de su Seño-
^'í^. Estándose trabajando en los cimientos el año de 733,
asaban los oficiales para facilitar el despeñadero de las pie-
dras, poner unos puentes de morillos, desde donde las despe-
^í^n; al despedir pues de uno de los puentes, una de lasmayo-
^*^piedras, que era de una en carreta, gritaron desde el puen-
'^' Como acostumbraban, para que se apartasse la gente que
^"^ndaba abajo en los cimientos que tenian de profundo cinco
y^í"^ y media, despidieron la piedra, y uno de los obreros
'^iixado Domingo de los Reyes juzgó inconsiderado que
'^P^ria passar de una á otra parte antes de que llegasse la
ir'pcira al profundo, pero le salió mal el discurso, porque
o loándole el tiempo le alcanzó el pedron, mas no podia
^*tarle la buenaventura, sirviendo á la Madre de ella, que
'^ MAR[A Santíssima. Cogióle la piedra, pero no le hizo
— 212 —
o
n-
e
en
la
mas daño, que tirarle un cubo de mezcla que llevaba en la
cabeza, lastimarle la mano con que asía al cubo, rasparle el
homl>ro y el quadril, tan ligeramente, que curado por el
Capellán Mayor solo con un poco de polvo de azúcar, prosi-
guió después su trabajo sin lesión alguna. Mas cUtrameim te
parece que se manifest(') con el otro obrero de su Templo el
favor de MARIA Santíssima. Al despedir otro peñasco, ó
con el conato, ó por descuido cayó de espaldas, antes que la
piedra, Santiago de Mesa, y cayéndole después la piedra en^r'.i-
ma le cogió del)axo;el Sobrestante, que era Cayetano de Esc^ o-
to, le dixo al dicbo Santiago al caer: Válgate la Virgen de íSW^«
Jaan\ no huvo menester mas medicina, porque levantan
después la piedra lo hallaron ilesso, diciendo el mismo paci
te, que no le avia ofendido en nada. Assi lo declaró el Cjí\
lian Mayor del Santuario el lír. 1). Francisco del Rio, qni
añade, que son tantos los casos (|ue cada dia suceden en
obra nueva con los trabajadores, que continuamente los es==tí'i
advirtiendo á los operarios, que no hagan tantos arrójenos,
porque parece (|ue es querer precisar á la Señora á q "U'j
haga milagros por instantes.
« Un muchacho criado do Nuestra Señora llamado S^ 'i-
dres, de ocho años de edad, traveseaba en una ocasione: ^>"
otros de sus conmuchachos; (|uiso saltar el pozo, y fallan ^o
impulso al brinco cay(') dentro del dicho pozo, (jue tiene ^'c
profundo catorce ó ((uince baras, y en la superficie del a^^M
un marco dí^ inesquile, tan estrecho, que no parece que tie ne
una bara de hoquedad; y siendo assi, que todíis estas circuní?-
tancias manifiestan notabh» i)oligro en la caida, con torio?
Cciyó con tanta felicidad, que sin dar en el marco cayó conio
flechado enol agua, en donde se mantuvo tan sin lesión, quc
(lando de gi'itos, y tocando por burla chirimías hizo juguete
del rie:?go, hasta (|ue le sacaron d:*l pozo sin que recibiesso
(laño alguno, i)ersua(li(Mid()se lodos, (|ue este era favor esp<--
(*.ial de Nuestra Señora de San Juan, (|U(i con piedad avia
visto por la vida de a(|U(íl su esclavo. De este caso es testigo
de vista, y assi lo declara (íI mismo Capc^llan Mayor D. Francis-
co del Rio, quien prosiguiendo su declaración ante el Señor
Jnoz Co//)issaí'¡(). decían') los dos (*asos simiientes.
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cEl primero es, quo paflenioud > notable se luoíhid en su
Hacienda D. Joseph ClirisLobal do Avendaño Regidor de la
• Ciudad d3 México, en ocasión que tenia prometido á Nuestra
íáeñora) envigarle el sualo d-; su Iglasia, viendo ((je por la
taita do agua se le moria mucho ganado menor, mandó decir
una Missa en honra de Nuestra Señora de San Juan, v
volviendo con viva fé el rostro al Santuario dixo, quejándose
aínoroso á su es¡)ec¡alíss¡ma Abogada: Señora^ si rw emhias
agua no ay enrifjrtir, co'iti rara por cierto, aquel mismo dia,
siendo tiempo de seca, llovió tan co])iosamente, que sin en-
trar el agua por los ordinarios conductos se llenaron hasta
derramar las presas, quedando el piadoso Caballero conür-
niado en su devoción, y tan obligado con este que llamaba
inilagro de Nuestra Señora, que aquel mismo año empezó á
conducir las maderas desde veinte leguas de distancia, para
cumplir su promessa. Kl segundo caso es del mismo Caballero
Regidor de México 1). Joseph Christobal de Avendaño, quien
estando también en su Hacienda comenzó á adolescer de
unallaguita en un brazo, que terminó después en una flucción
tan maligna, que hinchado el brazo se puso tan gi'uesso como
Un morillo. Parecióle á dicho Caballero tener va cáncer en
^1 brazo, y temiendo perder la vida, ó á lo menos el brazo
enfermo, recurrió al amparo de su siempre favorecedora
ííucstra Señora de San Juan: atóse una medida de la Sobe-
rana Imagen, que avia llevado del Santuario, y al ponérsela
Í6 dixo: Señora^ de aquí no ha de passar. Fuésse á México,
"anió Médicos y Cirujanos, quienes viendo la monstruosidad
^^1 brazo, y juzgándolo acancoiado, lo tuvieron por incura-
'^'g; inas el devoto Caballero los animó, diciéndoles, que ol
^/ítídoto para que el cáncer no huviesse proseguido, avia
**'do aquella Medida de Nuestra Señora, con que tenia ata-
^^ ^1 brcizo, v su:íOto el veneno: animados va los Médicos v
^"'Ujanos coinenzaron á hacer algunas diligencias para curar-
'^^ A la experiencia les enseñó, contra lo que alcanzaba su
^'^^ ;íncia, que era tan curable, que dentro de pocos dias
^"^^dó bueno y sano diclio Caballero, quien deseoso de
7.^ >3 se pub icassen estos dos casos, que atribuía á espe-
'*^1 favor de Nuestra Señora, se los refirió al declarante
— 214 —
Br. I). Francisco del Kio Capellán Mayor del Santuario mo,
€ Aiui mas raro parece el caso que le sucedió á un hoii^r n-
bre de la Jurisdicción de Atotonilco el alto, cuyo nombre r — :-io
se dice por no acordarse de él el Capellán Mayor Don Franci is-
co del Hio, á quien dicho hombre contó el caso aviendo vei' li-
do al Santuario de Nuestra Señora de San Juan á darle l;^-^s
gracias á la Señora, por averie favorecido con tanta cspeci a-
lidad en el peligroso sucesso, que fué de esta suerte. Corr^^ía
tejnerario tras de un Toro, prendióle con la garrocha, y v < > l-
viendo sobre él el Toro en fuer/a do carrera se quebró la la n-
za, y violenta la punta atravesó el pesquezo del cíiballo, y le
traspassó al ginete la garganta, tan p jligrosamante, que le f*^e-
netró el gorguz con el botón todo el cuello. Invocó el afligi«^<lo
hombre á la Sa!ilís?i¡n:i Virg3n d;^ .^an Juan, y cobró tan sup^»e-
rior esfuerzo, que quitando el voton del gorguz se lo sacó de la
garganta, ocupando la hoqucdad de la herida con el mis!^c=no
paño, que traía al cuello, pasándolo de una á otra parte ^^c
la garganta. De esta suerte so fué á su casa, en donde media — n-
do el favor de la Santíssima V'irgen convaleció en breves din^ins.
«Con ser tan mai'al)illoso esto sucesso, es mas singul^Bar
el que Sv? sigue. El año de 734 vino á este Santuario ^- d;í
Nuestra Señora de San Juan Doña Aguoda Martin dol CamjsrrDO,
y trajo consigo á un hijo suyo de tres á quatro meses dona^^i-
do, á quien aviéndosele clavado en un ojo una espina, se
discurría que quedarla de aquel o.'o ciego, no pudiéndo^^se
conseguir el que lo abriesse. Su desconsolada Madre esp^' e-
rando con viva fé c\ favor de Nuestra Señora trajo junto c^^n
el niño un ojo tie plata que; o:'recei'le á la Santíssima Vivg^u
como en prenda de su obligación: rogóle al Capellán Mayci^A
que le pusiesso al Niño d(ílanto de la vidriera de la niilagro^'í
Imagen, para que le sanassí^; (^1 Capellán por no desconsol «^z*
mas á aquella afligida Midro, lomó on los brazos al pequeño
infante, y por el Camarín lo ¡juso delante de la Señora; y lo f^-
mismo fué acercar al niñ ) á la vidiiora, (jue abrir los
dos ojos, con tal vive/a. í|ue parece (pío quería entrarse den-
tro de la misma vidriera. Kl Capellán admirado de tan instan-
tánea vista le dio la feliz noticia á su Madre, quien dando
brincos de ('ontíMito, t\o acababa de dar graciiis á la Sanfíssi-
— 215 —
ma Señora. De lodo fué testigo de vista el Capellán Mayor
Don Francisco del Rio, que es quien lo declara.
«Mayor fué el beneficio que de la Santíssiiiia Virgen reci-
tó, por medio de esta Soberana Imagen, Joseph Uuiz de
fisparsa, vecino de la Ciudad de Nuestra Señora de los Zaca-
íecas. Estando el dicho trabajando en la Mina del Señor
í5an Joseph, se hundió una parte de la Mina, que tapó á
quatro Barreteros, y entre ellos al dicho Esparsa, quien invo-
cando á Nuestra Señora de San Juan dixo: No permitas
^t^iiora^ que yo muera sin confession; después de tres dias
filtraron á sacar á los enterrados, y hallando á los otros tres
^íiuertos, hallaron á Esparsa llamando á Nuestra Señora do
^an Juan: oyólo un quitapepena llamado Nicolás de Losoya,
quien lo exhortó á que prometiesse el servir á la Señora en
^u Santuario un año, y él prometi(') hacerlo vistiéndose un
so-co de gerga: sacaron por último al dicho Esparsa vivo,
3.L1 fique muy maltratado, atribuyendo todos el caso á mara-
i> i I la de Nuestra Señora. I\)r justas causas le comumtaron la
í>i*omessa del saco y .servicio, en quocontribuyesse algún
)c>wnalá la Virgen por un año. Vino á darle las gracias á la
Señora, yaviendo salido de Zacatecas muy aquejado, mien-
^í^íis mas se acercaba al Santuario se halhiba mas fuerte,
^^^JH c^ninando á pie; llegado que fué veló por imeve dias, y
^^^nfessando y comulgando el último se fué a su casa perfec-
í:^^Uiente sano. Este Cciso sucedió el año de H2 á siete de
^^^ptiembre, y el año de 85 íi diez y nueve de Octubre, el
l^^ciente en el mismo Santuario, haciendo su Novena en ac-
^■on de gracias, lo refirió al Cai)ellan ]\h\yor 1). Francisco
^^1 Río, quien assi lo declaró.
«Son tantas las marabillas que de Nuestra Señora de San
'•^Uan declaró con la debida solemnidad el dicho Capellán
-^layor O. Francisco del Rio, que su misma multitud pide
^nuchos párrafos distintos ponjue no se haga molesta la
historia. Cerraremos pues el présenle con un (-aso marabi-
^'oso, que en compañía del Maestro Mayor de la obra de la
^vieva Iglesia, Juan Rodrigue/ de Estrada, declan') el mismo
apellan. Sucedió el mismo año que ol ca.so antecedente,
V fué el de 7H2: dechiran pues, que abriéndose los cimientos
k
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de dicha Iglesia, se necessitaba, según parecía por los cord<
les, de una casa que estaba immediata al sitio en que se en"
pezaba á fabricar la Iglesia; y teniendo por indubitable, qi]
para seguir lo que ya se avia fabricado de los cimientos, ei
necessario meter dentro la dicha casa, tenian ya compuesl
con el dueño que la vendiesse, aunque con alguna resistei
cia; vencida pues esta dificultad, siguiéndose los ciinienU
por las mismas medidas de los ya comenzados, se fuere m
arrimando los cordeles á la dicha casa, con distancia siempiBrre
de media bara, de manera, que como si huviera crecido el
sitio, no fue menester coger la casa. Quedaron todos asson^=D-
brados con este caso, teniéndolo por milagro de nuesl" ra
Señora; y no juzgaron menos marabilla el averse ha]la( alo
dentro de la misma nueva Iglesia un pozo con tanta copia ^Bidc
agua, que para agotarle no ha sido suficiente la mucha aga^nja
que se ha gastado en la fábrica, siendo assi, que todos I os
immediatos pozos son muy escazos de agua.(*)
«Prosiguiendo el dicho Capellán Mayor D. Francifí^^^'o
del Rio su declaración ante el Sr. Juez de Comission, di- xo
averio sucedido el año de St, viniendo de Guadalaxara, c'
caso siguiente. Kntróselc, caminando, la noche tan ohscrr^^u-
ra, que apenas se veían unos á otros, cogióle en el pue^^'o
que llaman de Calderón, paraje peligroso, por la mala ger"":==ite
que suele infestarlo, por esta razón, no obstante la obsciB^ n-
dad de la noche, determinó caminar quatro leguas adelan *^?
y avierulo extraviado el camino real para un Rancho doa ^^
avia de hacer noche, estando ya cerca del Rancho adr/''-
tió dicho Capellán á contar las muías de carga, que con olrSís
bestias de remuda llevaba por delante, y reparó que faltaZwi
una muía cargada con unas petacas de Nuestra Señora, que ¡í-
llevaban unos vestidilos viejos para reliquias, y como tres
(*) He substituido con unas simples líneas la división en párrafos
á que se refiere el texto. V paréceme conveniente observar que, como
fijándose en éste se advierte, se le introdujo á la información cier-
to aderezo, seguramente |X3r el Capellán Br. del Rio, con el ánimo de
aligerar la jxísadez de la forma de las actuaciones judiciales.
I i-
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mil pesos entro reales y alhajas de oro, destinados para l.i
llueva fábrica de la Iglesia. Preguntóles didio Capellán á los
ÍMozos por la ínula, y no dando razón en forma, ni congotura
de? adonde pudo quedarse, se afligió gravemente, porque
£^>'íendo passado un monte, paraje arresgado á ladrones, v
hiendo lo restante del camino unos pajonales tan altos, qu )
\i cubrían una bestia, no le parecía en lo natural poesible,
ue pareciesse la muía. Recurrió afligido al reparo, reparti(')
los mozos en su busca, y sobre todo, empezó á clamar d(í
c-orazon á Nuestra Señora de San Juan. Caso raro por cierto;
¿i poco tiempo, carca del Rancho donde avian parado, sintió
uno de los mozos passos, como de bestia, aplicóse á recono-
<*-eT, y vló que era la mu!a de las petacas, que por sí sola, sin
que nadie la condugesse, se venía al paraje donde estaban
sus compañeras. Mandó entonces el Capellán juntar la gente
repartida, que costó no poco trabajo, y admirados todos con
®í sucesso reconocieron el especial beneficio de Nuestra
Señora, á quien dieron repelidas gracias por el hallazgo,
P^inc'palm mte el dicho Capellán, que era el lastimado en la
í^^rdida.
«Diez años antes, que fue el de 24, le sucedió otro caso
"^^ menos mai\abilloso al mismo Capellán Mayor, quien lo
^^C:lara. Dispuso por la mayor decencia de la milagrosa Ima-
^^il, que se limpiasse el Trono en que está colocada la Seño-
^ > y para esto lo hizo desarmar, limpiólo, y queriéndolo ar-
j^^r el mismo dia, como lo hizo, con las prisas puso las
■^luinnas y sus tornillos fuera de sus lugares, y con esso no
^nía bien la media naranja que recibe dichas columnas, y
^^ra ajustaría se colgaron de ellaquatro hombres, queá fuer-
t^^ intentaban ajustaría; mas cayendo la dicha media naran-
-í ^ sobre tres vidrieras de la m^na juzgaron todos perdido el
trabajo, porque imaginaron que se avrian hecho pedazos las
Vidrieras; y con efecto en lo natural assi huviera sucedido á
^o acudir con el reparo la milagrosíssima Señora, que invo-
^.ada con Ir. aflicción del mismo Capellán, dispuso que queda-
'ssen intactos los vidrios, como si el golpe huviera sido sobre
una roca. Declaróse mayor la maraJjilla en otra ocasión,
porque limpiándose segunda vez el Trono, lo armó el mismo
28
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Platero que lo hizo, Don Cl.'^niente Martínez, y aviene f
gastado tres dias continuos en ello, informado del suces==:?
passado, dijo: que solo ayudados de la misma Señora pudi ^^
ron desarmar v volver á armar de nuevo el dicho Trono, 1
([uepara él sería impossible.
tKn otra ocasión enviando dicho Capellán Mayor ur*íi
poca de plata para los ricos blandones que se hicieron ¿i
Niiesíra Señora, le fallaba para el ajuste como media on;c¿^-
Acórdóse que el año antecedente, vistiendo á la Señora le
avia puesto el Mayordomo en lo interior del cuerpecito ui f i
(lonesillo de un ojo, ó cabezita de plata, y pensando dichio
('apellan que posaría la media onza que le faltaba, lo quitó, V
poniéndolo en el poso halló averse aumentado la plata m^s-^
de dos marcos, con admiración suya y de los testigos, qU»^
fueron Manuel de Rovalcaba, y el Sacristán de la Iglesi s\
De estas marabillas afirma el dicho Capellán Mayor, que suc
den tantas cada dia, que por ser tan repetidas ya no se h
cen notables.
tEl año de 727, hallándose desahuciada de los Medie
Doña Petra de la Campa, muger del Capitán Don Joseph
llrtiaga, vecinos de la Ciudad de Querétaro, recurrió al patr
cinio de esta milagrosíssima Señora, de quien alcanzó salv J ^
contra toda esperanza humánala dicha Doña Petra, qui^>
en compañia de su Ksposo assi lo confessaba, yambos I^
contaron al Capellán mayor, que es quien lo declara.
tDe estos casos suceden muchos cada dia, como di^^
el mismo Capellán Mayor, quien ante el Juez Comissario d^
estas diligencias, declaró todos los siguientes. F^l Bachiller Don
Juan Martin de Isasi Presbytero y vecino del Pueblo de Sa^
Juan, aviendose visto muy malo, y á lo que en lo humano
parecía, sin esperanza de vida, por una maligna fiebre, que
le tenia reducido al estado de un tronco, consiguió la salud
por medio de esta Soberana Señora, á quien quedó sianpre
reconocido.
«Assimismo, el Br. D. Antonio de León Cura de San
Pedro Piedragorda, hallándose á la muerte de otra maligna
liebre, se encomendó á Nue^stra Señora de San Juan, de cuva
mano recibió la vida, como el mismo confessaba.
r-219-
«Otro Caballero, vecino del Real y Minas de Tlapuja-
gua, hallándose á peligro de perder la vida por una flucción.
se ató una medida de Nuestra Se lora de San Juan, v confe-
5*só que sin mas medicina que esta, sanó de tan grave enfer-
medad,
tDoña Rita Masias Valadez, vecina de la Jurisdicción
de Xalozlo tillan, se vio á la muerte por unas penosíssimas
virhuelas, que le acaecieion en dias ya de parir, y estando
tí n sin movimientos, que ni aun alimento podia passar, inter-
poniéndose el favor d^^ Nuestra Señora, parió con tanta feli-
cidad, que no huvo menester la assistencia de la Comadre,
^\ de ninguna otra persona. Y siendo tan contrario el acci-
dente del parto, á la que padecía de virhuelas, quedó sana
de ellas dentro de poco tiempo, reconociéndose obligada al
beneficio de Nuestra Señora. Sucedió este caso por el mes
de Marzo del año de 735.
tEI mismo año, dia veinte y nueve de Octubre, vino al
^^ntuario á servir á Nuestra Señora por espacio de un año
^•^ esclavo de I). Juan de Escaniilla, llamado Joseph Raphael,
^^íen milagrosamente se libró de la muerte invocando á
-Niaestra Señora de San Juan, pues aviéndole disparado una
*-^t:íopeta, y aviéndole entrado por detras de la oreja tres
^^las, tan peligrosamente, que la una le salió por la mexilla
^'^ntraria, la otra por la boca, y la otra por una muñeca,
t^^rmitió la Señora, que quedasse con vida, y jimtamente
^^conocido á tan gran beneficio.
€ A un Niño de cinco meses le entraron por la cabeza
*5is balas de un trabuco que dispararon en el ayre, llevábalo
^n los brazos Nicolás Rájales, vecino de Zacatecas, quien
t*ecurrio al remedio univei-sal de este Reyno, entrando al
ííiño en la Iglesia de Nuestra Señora de San Juan, para
pedirle el remedio; y aviendo sido tan peligrosa la herida,
que al año le sacaron la última bala, con todo, quedó aquella
criatura con vida, y el dicho Nicolás muy reconocido á tan
singular favor.
tEl año de 38, Joseph Antonio de Olbera, Mesillero, y
vecino de Guadalaxara, invocó á Nuestra Señora de San
Juan al ruido de un trabucazo que dispararon á. oVx^^ n
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dieron las balas en el dicho Antonio, y entrando por enL i
la Mesilla le passaron la ropa, y rasparon el cutis, hasta sa- 1
por un vacio, sin mas perjuicio; quedó el dicho Antón i
agradecido á la Señora, á cuya Iglesia llevó un quadrito
(jue estaba pintado el caso, para que no se oKidasse
memoria.
€ El año de 35, en el mismo Pueblo de San Juan, compc]
Hiendo su casa Alexandro Cuellar, se le vino abaxo,
estando el mismo en la azotea invocó á Nuestra Señora d
San Juan, por cuyo favor libró con vida, viniéndose al suel
sobre un morillo, como si viniera montado á caballo.
« Por ol mismo favor de Nuestra Señora libraron 1
vida dos Indios sirvientes de la obra de la Iglesia, llamad
el uno Domingo de los Reyes, y el otro Pablo Martin, avien
dolos cogido debajo, al uno la tierra, abriendo los cimientoí
y al otro una cueba, cargando materiales.
tEI limó, y Hmó. Señor Doctor D. Nicolás Carlos Gome
de Cervantes, de gloriosa memoria, digníssimo Obispo qu
fué de Guadalaxara, debió la vida á Nuestra Señora de Ssi
Juan, cuyo vestidito se aplicó como reliquia en cierta oo^
sion que estava desahuciado de los Médicos por cierta enfei
medad, que pareció ser hidropesia según se hinchaba,
aviéndose aplicado la reliquia de parte de noche, el di
siguiente amaneció enjuto, y totalmente sano, atribuyendo
los Médicos tan repentina mejoria á beneficio especial d<
la gran Heyna. Assi se lo contó al dicho Capellán el misnn^
Señor Obispo, quien le añadió averie sucedido cosas prodi-
giosas para resolverse á comenzar la Iglesia, que no se
debian atribuirá casualidades; y assi era del agrado deDioí?
el nuevo Templo. El efecto ha probado el acierto, pueí^
aviéndose comenzado con poquíssimos fundamentos, desde
que puso la primera piedra el dicho Señor Obispo, que fué el
año de 32, hasta el dia en que se hizo esta declaración, que
fué el 22 de Agosto del año de 35, iban gastados como veinte
mil pesos, y todos de la providencia. Este testimonio deben
apreciar mas que todos los demás, quantos conocieron al
dicho Ilustríssimo Señor Obispo, porque la serenidad en
sus acciones^ lo medido de sus palabras, lo maduro de sus
— 221 —
S3ntenc¡as, el mucho aviso de su razón, la plenitud do sus
letras, son argumento de mucha credulidad en el caso.
tEl Señor Dr. D. Juan de Olivan Rebolledo del Consejo
lie S. M. V su Oidor en la de México, confiessa en una su
Ca:-ta fecha en primero de Abril de 735, que le debió la
í^alud á esta Soberana Señora en cierto accidente muy peli-
groso que le acaeció haciendo tránsito á su Santuario, y
dice darle repetidíssimas gracias á esta Soberana Señora,
por averie conservado hasta la presente la vida, en cuyo
reconocimiento promete en dicha Carta concurrir por quatro
í^nos con cincuenta pesos en cada uno de ellos pai-a la
nueva fábrica de su Iglesia.
€ El Br. D. Miguel del Rio, hermano del declarante,
'■^resbytero y vecino de la Villa de Zamora, le certificó á dicho
•"^u liermano Cíipellán Mayor, que en fuerza de carrera se le
í'ayó el caballo, é invocando á Nuestra Señora de San Juan
'^ despidió el bnito tan lejos de sí, que aunque dio muchas
^ tieltas, haciendo pedazos la silla, no lo cogió debajo por
^v^orse acogido á tan alto patrocinio.
€ Al mismo favor de Nuestra (Señora) se acogió Petronila
^^ Alva, quien estando en cinta, como se vio molestada de
^í^ copiosíssimo flujo de sangre, que hizo persuadir á todos,
^^^ lo que en el vientre tenía eran congelos; razón porque
*^ dieron muchas bebidas, persuadidos á que no avia criatura
HUe peligrasse con ellas; mas aunque en la realidad avia
^t'iatura, no peligró ella, ni su Madre, porque aviándose esta
^cogido al amparo de Nuestra Señora de San Juan, dio á
^Uz, quando menos se pensaba, una criatura, reconociendo
deberle su vida v la de la criatura á tan Soberana Señora.
lA la misma Señora le debieron la vida Domingo Este-
ban y Theodora su muger. Indios, vecinos de la Ciudad de
San Luis Potosi, quienes viniendo al Santuario de Nuestra
Señora, en un llano sin defensa, se vieron seguir de un
belicoso Toro (*on el mal de la rabia, invocaron á Nuestra
Señora de San Juan, y luego fueron oídos, porque envis-
tiendo el Toro furioso á un Nopal, destrozándolo y arran-
cándolo de la tierra, les dio lugar á que huyessen, ponién-
dose en salvo.
«Aun mas que todos es maraJjilloso el caso que suce
ii Don Carlos Hosales Aclminislrador de las Haciendas
Corralejo, quien con el ya dicho Capellán Mayor juró ant(
Sr. Juez Comissario lo que se sigue. Acaecida dicho Don Caí
el dia tres de Henero de 735 una mortal enfermedad de suy.
sion de orina, que le duróseisdiasnaturalesy tres horas; pú
Cuailn. Wl.licu.
(De I& tnÍBinA nene precitAda.)
le lan en los últimos el accidente, que aviéndolo desahucií
el Médico, ningún hombre prudente que lo huviesse vis
esperara que viviesse; por lo qual, precediendo sus dispí
cienes chrislianas para semejante trance, avilándole dichc
, recomendación del alma, le pusieron en las manos una In
a de Chmto Ciiicíficado. y una candela bendita para
— 223 —
W /ranee do la muorte: .¡nzgaron que en lo natural no podía
i rivir, y assi dieron passo á disponer las cosas conducentes
' aL funeral, como eran mortaja, ataúd, lutos, (fec: Estando de
es? ta manera, rodeado de todos sus amigos, llegó un vecino
ti C5l Valle de Santiago, llamado Don Miguel del Rio Patino,
( 4 i-iien condolido de ver aquel hombre agonizante, le dixo:
^raf^^ñor, aunque Vnid, estd f/a casi en Pi eterniiady prométale
r£ la Santíssima Señora de San Juan irla á visitar d su Capi-
Z ^^t, porque d los muertos resucita. Alentado el moribundo
^-~ on estas palabras hizo la promessa (|ue le aconsejaban, aña-
^ I iendo que le mandaría cantar á la Señora un Novenario de
^^lissas, y en dicho Novenario confessariay comulgaria. Hizo
^ * ícha promessa delante de una Imagen de Nuestra Señora,
*- í^tampada en un panecito de tierra, que (m la ocasión le
^ 'íoron para alentarlo mas; y persuadido el etifermo á que
'"^lli estaba su salud, comenzó á comer de la tierra de Nuestra
^efiora, aun contra el dictamen del Médico, que le persuadía
MUe no la comiesse, porque podia hacerle daño; mas como
^1 esperaba mejorar, mcdumte el patrocinio de Nuestra Seño-
**£!, dexandoal Médico de la tierra, apiolaba solo á las medi-
^-tnas del Cielo. El efecto mostn') que Dios Nuestro Señor se
^^radó del recurso, porque (!omo á cosa de una hora de passa-
<las estas diligencias, se habilitó la via, teniendo ya por ella
evacuación, de una orina tal, que certilici) el Médico estar ya
Corrupta, y como tinta de negra, y al segundo dia arrojó una
piedra con tres puntas, de la semejanza de un colmillo. Alri-
t>tiyeron todos el sucesso á milagro de Nuestra Señora, por
** Verse visto el sugeto tan deplorado, que hasta tenia ya
^lUebrado un ojo. Convaleció el moribundo, y estuvo tan
'^'"Onto en cumplir la proiuí^ssa que hizo a Nuestra Señora,
^Ue á su Santuario vino á acal)ar de sanar de algunas reli-
quias que de tan grave accidente le avian (|ueda(lo, coníir-
*^Sindose con esto, que por patrocinio de Nuestra Señora ha
^Vielto casi de la muerte á la vida.
tNo fué menos marabilloso el beneficio que por medio
^^ esta marabillosa Señora obró Dios Nuestro Señor con Don
■^Xian de Organai, qui(»n viniendo a visitar ¿esta tan Sobera-
na Bienhechora en quince de Marzo del año de treinta y tres,
— 224 —
se lo contó á dicho Capellán Mayor Oon Francisco del R'^o.
quien debaxo de la solemnidad del juramento lo declaró anlí*
el Señor Juez de Comlssion, que os como se sigue. Una noclie
en un fandango se íe ofreció una riña en el Santuario de
Nuestra Señora de Tzapopan, con un hombre de Guadalax^
ra muy ocasionado, quien aviéndole acometido á dicho Orga-
nai le tiró varias mortales puñaladas, dexándolela ropa (como
suelen decir) cosida á puñaladas, de las quales se libró el
dicho Org.mai invocando á Nuestra Señora de San Juan;
pero insistiendo después en su enojo el Guadalaxareño, le
disparó un trabuco, de que también le libró Nuestra Señoría,
y poniéndose en huida el referido Organai, por temor de la
Justicia, que al alboroto se movia, montó á caballo, unas
como poco práctico en la tierra, y por lo obscuro de la noche,
se precipitó en un barranco, quo llaman alli el profundo.
Conociendo al caer su peligro, invocó á Nuestra Señora,
diciendo: Favoréscame Nuestra ¡Señora de San Juan^ y le
favoreció con tanta especialidad, que aviándose hecho peda-
zos la i)estia en que cavalgaba, él quedó indemne, pin aver
recibido lesión alguna. Este caso fué muy público en I^
Ciudad de üuadalaxara, y sabido de todos por la cercanía de
aquel Santuario á esta Ciudad. Obligado pues el favorecido
con tantos beneficios continuados, vino á este Santuario ^
visitará Nuestra Señora de San Juan, á quien ofreció uní*
limosna para la fábrica del nuevo Templo.
«Del mismo pueblo de Tzapopan passó el año de 323-?
el mes de Diciembre, Nicolás Santiago, con un Lienzo pequ^^
ño, en que llevaba un Retrato de Nuestra Señora de Satn
Juan, y al pie, hincado de rodillas, otro retrato del mism^^
Nicolás Santiago, y abajo un rótulo que decía: Nicolás í^
Santiago estando sin i:isfa, fiif' d visitar d esta gran Reyn
d quinc(* de Marzo de mil setecientos treinta y siete, y le fu
restitaida, dtc. Passó digo, al Pueblo de San Juan, en cuy
Templo colgó, para memojia de lanío beneficio, dicho Lienzo -5-
constituyéndose junlamente esclavo de la Señora por &^
tiempo de un año, y aviéndole trabajado personalmente
ó quatro semanas en la nueva fábrica, se volvió á su Pueblo ^
en donde junio lodo lo que aquel año avia ganado, y coni
—225-
^hvo de la Señora se lo entregó al Capellán Mayor, para
avuda del Nuevo Templo, romo que supiera este pobní
Keóphito, que el esclavo no gana para sí, sino para su Señor.
«l)e mas lexanas tierr<Ls vino á Kuestra Sonora de San
Juan, vestido de un saco, traje de penitencia, un Estrangero,
quien viéndose perdido en un naufragio, se acordó aver oído
decir que esta Soberana Señora oJjrava muchas marabillas
on estas Occidentales Indias, y aprovechándose de la noticia
invocó en su trabajo á la Señora, con tanta felicidad, qu(í
luego le deparó la milagrosíssinia Señora una labia en qutí
íiav^ando njuchos dias libró la vida saliendo á tierra. Luego
<}ue ll^(T al Puerto déla Vera -Cruz emprendió, desc^ilzo, a
pie, y vestido del dicho saco, ir á dar las gracias á Nuestra
Señora de San Juan, (m su mismo Santuario, en donde le
contó el caso al Capellán JMayor, quien lo declara.
«El mismo declara, que por el mes de Octubre de
1735 enfermó de una gravfssima esquilencia Joseph de la
Cmz, Indio que trabajaba en la nueva fabrica de la Iglesia,
Y no aviéndole aprovechado nieílicamentü alguno, le redu-
jo la enfermedad ;i tal estado, tjue ya se trataba de ente-
^Tíirleel dia siguiente. Compadecióse el Capellán Mayor
^el enfermo, y enviándole un veslidilo de iNuesIra Señora
^^ San Juan, mandó, (pie se lo {)Usiossen en la ca])eza.
*íiciéronlo assi; y lo mismo fué ponérselo, que rebentar la
'hinchazón de lagargimla, con tanta felicidad, que salieron
'íts podres por la boca, ({uedando el enfermo tan sano, que
l^^osiguio trabajando en la obra. »
«En el pueblo do Nuestra Sonora do San Juan, a diez
V ocho días del mes de Noviembre de 1785, ante el mismo
**Uez deComission, compareció el Rr. Donjuán Chrysós-
*Oino de Portugal Lozano Presbytero Domiciliario de este
'^bi.spado de Guadalaxara, y Capellán seguiído de dicho
Santuario de Nuestra Señora, y hecho el acostumbrado
'*^uramento, dixo, que en dic^z y nuev(» anos que ha assistido
^n dicho Santuario, ha sabido muchas marabillas. v no las
declara todas porque su mala memoria no se lo permite, y
29
— 22() —
assi protnolió declararía las qa:> tuviesse prosente.s. Dcbci.f o
puoíí, de dicho juramento fué declarando los milagros todo-^
({ueso ponen en este párrafo. Y es el primero el que \\\yi<y
Nuestra Señora con un Arriero, quien caminando con sii
Kequa, de Guadalaxara para México, encontró, á un lado ciol
Pueblo de Tonalán, desgraciadamente con unos Ladrón 3?«-»
(|ui3nes por robarlo le dieron unbala'/o tan peligroso, en un
brazo, (juo a viéndole sacado unas balas por debaxo del codo,
[)a(iev¡ó después diez y ocho anos, poco mas o menos, gastan-
do mucho dineroen Médicos yCirujanos, assi en México, como
(MI San Luis y otros Lugares, en la curación del brazo; pero
(\\\ tantos años no pudo hallar alivio algimo. Tuvo por últi-
mo noticia de un gran Médico que avia en San Miguel el
(fraude, fué en solicitud suya, y aunque no le encontró halld
su remedio, porque le deparó Uios un buen consejero, quien
como experimentado en los muchos milagros que Nuestro
Señor lia obrado por medio de la milagrosíssima Imagen de
Nuestra Señora de San Juan, le dixo que se dexasse d^
Médicos, y que buscasse su remedio, en quien de cierto lo
en<*ontraria, que le prometiesse a Nuestra Señora de S. Juat^i
el irla á visitará su Santuario, y que con esso sanaría: promt;^''
tiólo el dicho enfermo, y sin otro medicamento á los quinc^^
días, poco mas ó menos, le reventó el brazo cerca del honi-
bro, por donde lo salió una l)ala que avia quedado de la refe*
rida tragedia, y quedando dentro de un mes perfectamente
sano dio las gracias á Nuestra Señora, visitándola en £?t'
Santuario por el año de diez y nueve ó veinte, tiempo en qu^
se lo contó al deí^arante.
«Declaró mas, y dixo, que Doña Antonia Pérez Maldo-
nado, esposa de Juan do Dios Martin, vecino de dicho Pue-
blo, se halló (*asi á los últimos de un furioso tabardillo, que le
vino sobre parto. Perdida la os|)eranza de que pudiesse
vivir, y llorándola como difunta su dolorido Esjioso, se fué
al Capellán Mayor de Nuestra Señora, que era entonces el
bachiller Don Juan Fuñes, lo pidió que le llevasse la Imagen
Peregrina á su enferma; porque tenia viva fe de que se la
avia de resucitar; no pudo por entonces hacerlo el Capellán
Mayor, y le rogó al que declara, que se la llevasse; executólo
— 227 —
orno se lo pedia, y lo mismo fué llegar á la cabezera con la
lilagrosíssima Imagen, que hablar la casi difunta, diciendo,
ue en aquel instante sentía alivio, debido á Nuestra Señora
e San Juan. Quedó con todos los circunstantes marabillado
on este sucesso el declarante, quien añade que se le podia
ornar declaración á la misma beneficiada Doña Antonia.
|uien vivía al tiempo de esta declaración muchos años
lespues del sucesso.
lEl mismo declara que ha oído decir á personas fidedig-
las de dicho Pueblo, que estando trabajando en el cimborrio
le la Iglesia, que es ov la antigua, cayó un esclavo de Nues-
ra Señora, llamado Álatheo, á quien tuvieron por muerto,
or aver caído de altura de mas de cinco estados, v aver
olpeado antes de llegar al suelo en la cornija del thesoro, la
ual descompuso, trayéndose consigo un pedazo, que de ella
íTancó con el golpe; aunque lo tuvieron por muerto no mu-
4 la esperanza del Capellán mayor Br. I). Francisco Lomeli,
üen esperando del patrocinio de Nuestra Señora la vida do
Uel Esclavo, sacó la milagrosíssima hnagen, aplicósela, y
instante comenzó á quejarse, y dentro de poco tiempo
edó tan sano, que volvió á trabajar en la misma obra; bien
^ el tiempo que después vivió, que sería como de veinte
>s, vivió algo liciado de una pierna, pero tan poco, que
le embarazaba su quotidiano trabajo. Después trába-
lo en otra obra del mismo Santuario cavó de menos de
^tadode alto, y esto fué bastante para quitarle la vida,
segundo golpe vio el mi.smo declarante, y dice: que
ajante muerte le convenia, ó que no se acordó al caer
vocar á Nuestra Señora de San Juan, como la primera
^ no se puede negar, que aver muerto de tan ligero
es argumento de que solo milagrosamente pudo vivir
mer golpe, que fué de mas de quatro tantos de altura.
Aun es mas singular el siguiente caso que declara el
segundo Capellán, y dice averio oído á Manuel d(í
aba, vecino que fué de dicho Pueblo de San Juan.
i un Indio de una labor que dicen el Rio, para su
y al ir pasando dicho Rio vino una creciente, y
éndolo en las aguas se» lo llevó; l)us(:\ronlo \)or mvievlo
-'- JJs —
los otros r^iis coin[)ariero^» por itiíih de seií? horas, y lo Iiair*"r-
ron por úlUino dofendiclo de un Saus, distante mas de med i^i
legna del lugar dj donde se sumergió: Marabilláronse cJ ^
liallarlo vivo, y preguntándole que modo avia tenido de lib^i*-
tar la vida, respondió, que a! tiempodecoxerleel aguaimbo-
có á Nuestra Señora, diciendo: Válgame la Virgen de Sfi ^^
Juan, y poniéndose en la cara el sombrerillo quellevab3--r
no lii'/o alguna otra diligencia, y que impensadamente ser
avia hallado defendido de aquel Saus, sin saber como, iií
(|uien le avia puesto allí, por loqual atríbuia á milagro de
Nuestra Señora su libertad: Estodixoel Indio, y el decla-
rante añade, que aun vivia dicho Indio al tiempo de esta
declaración muchos años después de sucedido el caso,
sogun que á otros avia oido decir.
€ También vivia al tiempo de esta declaración Joseph Día.^
de Alvarado, quien milagrosamente se libertó de la muerta
en la Hacienda de San Salvador de la Jurisdicción de Lago^?
en donde siguiendo poi- Iravezear un Toro, este le envistió
tan ferozmente^ que á pocos lances, viéndose perdid»
(letenuinó echarse á pie para defenderse de im arboU ínn-
ginando que el Toro quebrantaría su furia en la bestia qv^e
dejaba sola. Alas no sucedió assi, porque siguiendo el Tor*^
á dicho Alvarado, le atravesó poi* (*l (^sh')m¿lgo, con toda f ^
asta, que era bien grande y ^Tiiessa. Ocurrió el misera!) I ^
herido al universal n^fugio de todos los desconsolados, ?'
encomendándose á Nuestra Señora de San Juan, pidiéndola-
que le diesse tiempo siquiera |)ara confes^arse, que va nCF
esperaba vivir. Dexóle por (¡n el Toro alli muerto al pare'
cer, y en la realidad d(*smayado, y viniendo después alguna
gente, le acuJi('> á líívanlar, y volviendo en sí el desmayada
herido pudo confessarsc. poro tan postrado al accidente, que
muchas veces agonizó, sin scMitir alivio alguno, hasta que
acordó hacer promessa á Nuestra Señora de San Juan, de
irle ¿servir un año á su Santuario si le dava vida. Con esta
medicina deíl Cielo se re(*ol)ró, y yendo después á cumplir su
promessa á dicho Santuario, le contó todo el sucesso á dicho
Capellán segundo, quien debajo de la debida solemnidad lo
(loe) aró assi.
- 229 -
t En el mismo Rio, passando de Xaloztotitlan para el
Fhieblo de San Juan, Santiago Gallardo, quiso darle agua á
la bestia en que iba, y desde encima, sin apearse, le quitó el
freno para que bebiesse, a viendo pues bebido la bestia, passó
ol Rio, y queriéndose apear dicho Santiago para ponerle ol
Treno, se trabó la espuela en la anquera de la silla, con lo
qual, alborotada la bestia le puso en tierra, y pendiente de
a«j|uella suerte le arrastró mas de diez ó doce baras: En
oste conflicto imbocó á Nuestra Señora de San Juan, y luego
al punto, sin mas diligencia se paró la bestia, tan marabi-
Hosamente, que quedando dicho Santiago á sus mismos pies,
ptíndiente con la espuela de la anquera, y forcejando para
d ostrabarse, tanto, que huvo de romper la correa con que
estaba amarrada la Espuela; la bestia no se meneó, siendo
lo natural el que á cocos lohuviesse despedazado. Al punto
Cfue se destrabó el ginete, partió alborotada la bestia, costan-
<lo no poco trabajo el cogerla después, señal clara de que la
<iu\etud que avia tenido al tiempo cpie dicho Santiago
forcejaba para destrabarse, fué especial favor de Nuestra
Señora de San Juan, y assi lo confiessa dicho Santiago
Oallardo, quien sabiendo que se hacian Informaciones de los
inilagi-os de nuestra Señora, passó al Pueblo do San Juan
soloá hacer esta declaración, y no aviendo hallado en él
al Señor Juez Comisríario hizo la declaración ante dicho
segundo Capellán, quien assi lo declara.
t Concluye el dicho Capellán segundo su declaración
^on un caso bien raro que le sucedió á él mismo, y es como
^^ sigue. Hallábase falto de salud, y sobrado de obligacio-
nes de Madre y hermanas que mantener, y no pudiendo por
'^fiadta de salud proseguir en la administración de almas, y
ejercicio de Teniente de Cura, que avia servido doce años,
^^Urrió ala piedad del limo. Señor Doctor Don Nicohxs Oírlos
^^Tnez de Cervantes de gloriosa memoria, Prelado digníssi-
'^o que era entonces de todo este Obispado, le pidió que le
^^íecentasse la renta de Capellán segundo del Santuario, al
^^tito que la goza el primer Capellán de dicho Santuario; mas
l^o aviendo lugar á su pretencion, por no poderlo soportar
'^sproprios y rentas del Santuario, y viéndose cada dia mas
-230 —
iinpossibilitado á [a ailinitiistracion, por falla de salud, que le
llegii á postrar hasta ponerse en cura, orurrió á ¡a Santissi-
ma Señora por el remedio de su aflicción, y en el primer Rosa-
rio que se ofreció, de los que es costumbre rezar todas las
tardes en la Iglesia, le pidió con grande instancia á la Reyna
de los Angeles que le diesse salud para assistir sus obligacio-
nes, y modo de hacerlo sin tanto trabajo. Oyó su ruego la
piadosíssima Señora, pues poco después recibió el afligida
Capellán una Carta de un deudo suyo, quien le daba parte de
aver tomado ya estado de Matrimonio, y juntamente le noti-
ciaba de aver dejado con dicho estado una Capellanía de
cinco mil pesos, de que era nonbrado Capellán propriotario
veinte años antes, y que assi hiciesse la diligencia de presen-
tarse, que podría suceder que tuviesse derecho á ella. El
dicho Capellán segundo, aunque agradeció mucho á su
deudo la noticia, no la apreció, por no parecerle possible
tener derecho alguno k dicha Capellanía; mas movido de
curiosidad huvo de leer el titulo, en donde halló que diclia
Capellanía laavla fundadouna Señora parientasuya. Y aunque
esto no le alentaba mucho por no venir de linea recta, no
obstante, obligado de su necessidad, huvo de hacer las dili-
gencias con tan feliz éxito, que no compareciendo otro de
mejor derecho, fué declarado por Capellán ])roprielarlo de
dichos cinco mil pesos, con cuyos réditos venía á tener cada
año la misma renta que el Capellán primero, que era su
primera pretencion, atribuyendo el favor al amparo y patro-
cinio de Nuestra Señora. Mas no paró en esto la marabl-
lla, porque yendo á más el accidente de su enfermedad, se
liallava, aunque con renta, muy desconsolado sin salud, pero
era porque la Santíssima Señora no queria que se atribuyesse
la sanidad á los medicamentos; persuádelo assi el efecto,
porque avlendo dexado todo medicamento, quando mas
aquejado se veía, y continuando las súplicas á su celestial
favorecedora, sanó con tanta felicidad, que al tiempo de
esta declaración llevaba mas de seis años de perfecta sani-
dad. Todo esto declaró dicho Capellán segundo Don Juan
f;iiry.sóslomo de f^ortugal y Lozano, debajo de la debida
silennidad del juramento, y ratificándose en todo lo dicho.
— 231 —
^n este párrafo tercero, lo firmó con el Señor Juez de Comí
.^síon V su Notario, especialmente nombrado para este efec-
to.
tDoña Catharina de la Mola v Padilla, ante el mismo
•luez de Comission, debaxo de Juramento declaró el
^•a.so siguiente. Estaba gravemente enfermo Don Clemente
^Isirünez de Alarcon, Esposo de dicha Dofia Catharina, y
«aquejado de un dolor veliemente y mortal, por espacio de
*'n mes no sentía alivio con medicamento alguno; llegóse á
^^r tan postrado, que ya apenas podia tomar alimento, y de
^ ¡nguna manera podia tomar un poco de sueño. Aquejado de
^sta suerte el enfermo; y alligida en estremo su muger, el dia
^iete de Septiembre, víspera del Nacimiento de Nuestra Seño-
•*^, se acogió al patrocinio de esta Soberana Reyna, y al tiem-
po de los repiques para el Rosario de la Aurora, afervorizada
^on su misma aílicion le pidió á la Santíssima Señora, quL*
^i convenia le diessc quietud para disponer su alma. Caso
^a.ro por cierto, luego al punto se quedó dormido el enfermo,
<^\xn teniéndolo hincado de rodillas, acostáronlo con tan
profundo sueño, que ni el ruido de campanas, ni el alboroto
üe cajas y tambores, fué bastante á turbarle la quietud del
í^uefto, hast-a que por la mañana, libre ya del dolor, dispertó
pidiendo chocolate; al qual acompañaron nmchas gracias que
dieron por beneficio tan patente. Quatro años después le
acometió al mismo Don Clemente un mortal dolor cólico, y
perdidas las esperanzas por aver corrido quince dias sin eva-
Viacion alguna, recurrieron otra vez á Nuestra Señora de
San Juan, y lo mismo fué entrar por sus puertas la Imagen
Peregrina de Nuestra Señora, que comenzar el enfermo á te-
ner alivio, continuándose este hasta conseguir i)erfecta salud.
'^ que aun gozaba todavia al tiempo de esta declaración,
^'^nfessando agradecido ser beneficio de la Santíssima Reyna
"^ los Angeles, venerada en la milagrosíssima Imagen de
'^^^atra Señora de San Juan. Assi lo juró dicha Doña
-233 —
Catharina de la iMoLa y Padilla, y lo íiriiiii ron o! Señor Juez
lie Comissioii y su Notario.
• Eiifernio estaba Don Nicolás de Ibarraen el mismo Pue-
blo de Nuestra Señora ile San Juan, y al dia 21 , tértnino criti-
co de laeufonriedad, lo declaró por aiUL-rto el Müdico, Don
Anastasio de Roa que le assistia. porque á mas de aver estado
cinco dias sin habla, ni movimiento alguno, no tenia ya seña
alguna de vida, y todas las de cadáver, por esso dixo dicho
Médico il los Bachilleres Don Joseph Marlinez de Alarcon
Cura que fué de aquel Partido, v non Francisco de líOmin
(sir) Capellán Mayor del Santuario, que ya dicho IJon Nicolás
erainuerto,ynorjueriéndoloereersu Esposa, queríaresucitar-
lo á puro calentar el yerto cadáver: oyendo esto entraron
dichos BacbilJeres y Médico á la casa, y exhortando á la pobre
doliente á que se conformasse con la voluntad de Dios, la
hicieron bajar de la cania, donde assistia lii-ni^ y constante
al enfermo, y empezaron á disponer el que se auiortajasse
el cuerpo, entonces la que se lloraba va viuda, postrándose
ante la Peregrina hriagen de Nuestra Señora de San Juan, que
estaba enfrente de la cama del enfermo, irnpIorO su favor y
auxilio, con tan eficaz Oración, que dentro de breve espaciO'
comenzó á dar voces el que iban ya á ainortajar, diciendo:
Que. se quema la. Viriji-n ele San Jii'in; válgame Dios, que en mi<
casa aj/antv'eilido tal desi/racia! O\;enúo estas voces su Esposa
prociu-ú persuadirle que era delirio aquel, y dióle las gracias»
á la Santissiina Señora por oír ya hablar al (|ue Iiabiaii decla-
rado muerto, quien reconcüiamio el sueño con un copiosl-i
síirno stiilor. coiiii'rizO desdi* a.|Url punto á sentir mejoria»'
liasiit llc;j;iraU'slaíli.Mlr inTlcrl;isiiiid;i'l, Declarólo as5Í Doñ*i
l::iu!iel lletiriqíii'/ (l¡;l í:¡hI¡IIi.>. iliii„':'i- lcí,'itima del contenido'
IbajTa, V no lo lirmó por no saber escribir, mas de ello dieroiii
testimonio el Juez de Comission y su Notario, y lo firniarort-
ambos. i
«A lan)uerte también se vio en el mismo Pueblo otro-
Don Nicolás Cayetano de Ibarra. á quien acometió una esqui-
lericia tan terrible, que llegó á cerrar las fauces d.; manera,
que no podia passar ni aun agua el tercero dia ile la eiifer-
jiiedaü, con esta fatiga llegó liasla el sépLiiuo dia en (|iU5 vi
— 233 —
{*)qua8i iuaqonv: iifliiJ[i(Jos sus Padres ocurrieron ?! Nuestra
Señora, y rogaron á los Capellanes que le llevassen al enfer-
mo la imagen Peregrina, hiciéronlo estos charilativanjente,
y apurando la Imagen al doliente rebentó la hinchazón de
la garganta, tan felizmente, que salieron las materias por la
l>oc^, Y quedó el enfermo tan alentado, que al olro dia fué
aluminando á Nuestra Señora al volverse para su Templo.
Assi lo declaró, juró y íinnó el contenido Nicolás Cayetano
de Ibarra¿
tEI mismo juró y declaró, que en otra ocasión se vio
^avlssimamente enfermo de unos vehementíssimos dolores,
^Ue le atormentaron, tanto, que le llegaron á embargar los
^Movimientos sin poderse mover ni sentar. Sobreviniéronle
^^^spues unos peligrosíssimos tumores que le tenian ya sin
^^peranzade vida. Passó de esta suerte el mes de Junio,
^^ de Julio, y parte de Agosto, hasta que sabiendo que baja-
c^^^q la Imagen Original de Nuestra Señora para engastarla
plata, se hizo llevar á la Iglesia, en donde aplicándole el
pellan Mayoría Santa Imagen, y dándole un pañilo que
nía la peaña, para que se lo íii)licasse á las partes dolientes,
«lió su remedio, porque sin otro algún medicamento le
■-^^riaduraron los tumores, se le relaxaron las cuerdas, y quedó
«rfeclamente sano. Assí lo declara el dicho ll)arra, v aña-
€, que repetidas veces ha experimentado semejantes favo-
^^8 de la Santfssima Señora, en su Padre, y en su crecida
familia, y que continuamente está viendo en aquel Santuario
■ nuchos peregrinos que cuentan muchas marabillas, quecadíi
^iaestá haciendo aquella milagrosfssima Imagen, razón
porque él repite á Dios muchlssimas gracias por el beneíicio
^eaver vivido siempre en tan singular Sanluíirio.
•Doña Jacíntha de Guzman Arias Maldonado, muger legí-
''naa de Miguel Vasquez de Lara, vecinos de aquel Pueblo
'^^jo de Juramento declaró varios sucessos que atiibuía ;'t
'J^ilagro y especial favor de Nuestra Señora de San Juai.
***• primero fué á un hijo suvo llamado I). Joseph Vasquez d •
. {*) El original dice **se vio;" pero los imi)rcsores tuvieron
"^«n suprimir el pronombre xf, en la página anterior.
('.aUi.-u-ina do la Muía y I*
(hí r.oiiiission V -II X"i :
t Knroniio (\<la!» » i:-
l»lo (1(* XiioslraSt'hu.i
ri) (l(í la ííiiríM'iip '. !
Anaslasio lU» 1 1* s
cinco (lia- <\\\ !. ■
aUiiiia (l<» \ !.i
MíMÜcd ;'i 1
dura (|n<
(sir }{':.,
íM'a I» I
lo .'i
di.-!-
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■ I siorido d'* í^'i
' lo traía ti 'iai:
•M r^ii (lasa, y
. i. XiiV). V (U);;irfhl'
; »n tal co?)l¡fi;X;Mi(\
- • de los calzónos del
n tal ferocidad, qx.
^ Mrtió corcohcando poi
•alio, arrastrándose el
-.. .'-o con la espuela del (
la Iré. (|ue vio en tanto pe
^ . ^'Vw-adeSíin Juan. i)¡diénd
^,' . ií)enas liizo esta deprecacio
.•••itos d(»sde el volsico á la r
^ ^ »• ^* lie la espuela ((ue Ií; tenia í
. . ".arle dtíl suelo, y (|uando p(
...•'-. lo enconln') bueno v sano,
. • : * Nueslra Señora, á ((uien re
-• :H»r tan siniíular IxííkíIícío.
<•» ^ucedi(') con (í1 mismo Niño .1
V íido va de edad d ' cinco anos,
'•■f voseaba con oíros Niños, el dia
, . ..'.::»! aiio. V aviíMido lirado un busc
.\: :\»lroctMliendo d(* espaldas, y con
• -jaba, se cay<'» en un pozo, que
, .-. iviuiieron á sacarlo, y pn^truntándol
. ^ .:o a(|uello. res|)ondi('>, (|ue al sentir
. \ :;*síra Sefiora de Smu Juan: y assi at
.. ^.,:/e^so á sinj^nilar favor d(» Nuestra S
• ^^ repiMidas «iratMas.
...' v*.*^o suc(mIÍ('» con otro Niño bermai
. .' •uhMle la. misma Duna Jacinlba de (íii
, . i:» lie San INMlro: este |)ues si(»ndo de e<
, X ••\^<. lonn') una corle/a de (lue/o. seco
,* V !|e«!ándolo á la boca ciuiso trabarlo, n
.• \» alorándoselí» en la jiarj/anla. ni podia
ui.Milro. ni cebarlo |)ara fui^i'a. Aiaidie
' .,* i»or dili»;[encias (\u(* bicieron. no pudieron
-235 —
' el daño, Kn esto pas-saron mas de quairo Iiurat^. y
|Kiño se ahogaha á gran prisa; acudió la Madie á su iiiii-
1 remedio, mandó llevar al Kiño á la iglesia, para que
Ipusieran en la ¿rada del Aliar Wayor. liízo&e ai-^i. é
(licándose la Madre de rodilla?, al punió Aolvió el ^iíio el
tKo ron bastante sangre que heehó por la boiui, yin qui-
iroveohasse mas diügenria que el Patrocinio de la Santi-
íina ñeiiora.
■ El quarlü suce^so fué aun mucho mas marabilluso t|ui'
anlei:edentes, y sucedió ron una liija de la declarant''.
80 llamaba Maria de la Trinidad; á esta pues le aconn'li.'i
-236 ■
un insulto ilespues de acostaiios, y oyendo la Madre el
hervor del pecho, y aviendo reconocido el peli^íro, huvo di;
recordar á su Esposo, y acudiendo á la Niña la hallaron ago-
nizando, echáronle la bendición, y vieron que escreiuentan-
do por la boca espiró. Quedó la Maihe siunamenle afligida,
y poniéndole encima una imagen de XiiesLra Señora de San
Juan, que tenia en su casa, la dexó, hasta qne por la maña-
na vino condolida una tniiger, y piíüindole casniluienl^ un
pie á la Niña, prorrumpió esta diciendo: Vdlr)ante la Virtfen
di; ¿íí)« Juan, y sentándose al punto pidió chocolate, quedan-
do todos los presentes admirados de tan marabilloso sucesso
dando alabanzas al Señor por tan gr?nde marabilla.
«Aun experimentó todavía mas la declarante el favor
de Nuestra Señora en su Familia, passando va de los hijo.?
el favor á los criados. Un esclavo suyo de edad de ocho á
nueve años, cogiendo e¡ cabestro á una bestia que huía, al
liempo que la bestia se arrojaba huyendo al Hio, se precipi-
tó también el muchacho, hundióse en el agua, y no le volvie-
ron á ver; buscáronle desde la una de la tarde, basta las seis,
que le hallaron defendido de las aguas en un repecho, de
donde le sacaron con notable trabajo. Sacado que fue el
l'^^clavo, dixo, que al caer en el Rio invocíi á Nuestra Seño-
ra de San Juan, y que todo el tiempo que estuvo dentro de
las aguas no perdió el sentido, y que echándole las luisuias
aguas muchas veces acia afuera, tomaba entonces resuello.
Conocieron todos con esto, que avia libertado la vida por es-
pecial favor de Nuestra Señora de San Juan, á quien dio la
declarante las gracias. Todos estos casos declaró la dirba
Doña Jacintha de Guzman Arias Maklonado, y no tirmó por-^j
no saberlo hacer, pero lo firmaron el Juez y su Notario. Dt^
esta manera se concluyeron las diligencias de las nueva:t_
marabillas que Dios Nuestro Señor se ha dignado de hace^
por medio de la mi'lagrosissima bnagen de Nuestra Señoi*—
de San Juan, y concluidas las diligencias, dicho Señor Jut^^
de Comission las remitió al M. Ilustre .Señor Dean y Cabk M
do Sede-Vacante; quien condescendiendo á las piadoscM
instancias del Bachiller D. Francisco del Rio Capellán May» J
j' actual de aquel Santuario, concedió su facultad y licarJ
— 237 —
cia, para que se diessen á la estampa los nuevos milagros
que Nuestra Señora avia obrado, para (juo todos con sn noti-
cia alabassen á IJios Nuestro Señor, y devotamente vcme-
rassen á MARÍA Sanlíssima Señora Nuestra en aquella mila-
grosíssima Imaíjen. »
El último auto de las pr.^codentes diligencias, constan-
tes en treinta fojas escritas, es de fecha 2 (1(? enero do 1 IHi);
y el decreto en que el Cabildo autorizó la publicación délas
ínisraas diligencias es de 28 de marzo siguiente. (*)
-/•■■■
(*) Florencia, f)r¡f/rn vic, lodo d (.nj). \\
••«.«•»,•"».•'•»,•"*,*•*,•••.•••.•*•••' •**"«-*''«_í»»_*^w»'««* ■
IV.
El Santuario es exencioxado.
'El hijo de la patria'', como llamaba el historiador Mota
I^adilla al ínclito guadalajarenseDr. ü. Juan Gómez deParada^
después de haber ceñido por varios años sus sienes con la»
mitras de Yucatán y Guatemala sucesivamente, habla regre-
5?ado á su ciudad natal, para recoger el báculo que dos años
atrás se le escapara de entre las rígidas manos al Sr. Góme;^
de Cervantes.
Desde su infancia era sabedor el limo. Sr. Gómez d(^
Parada de los prodigios que incesantemente obraba Nuestra
Señora de San Juan^ y de la grandísima devoción con que á la
Santa Imagen le correspondía sus favores la feliz Grey quií
gozaba el privilegio de tenei la por suya: así, nada más»
K'ygico que el digno Obispo se complaciera en cuanto
pudiese redundar en pro de ese entuisiasmo religioso.
Ya en el lugar oportuno se insinuó que el mismo buen
Pastor había contribuido con gruesas cantidades á la fábrica
del Santuario iniciada por su antecesor. Ahora sépase que
le donó varias alhajas á la Santísima Virgen que en
ese templo se venera; y que loque especialmente lo hizo
notable como benefactor de dicho Santuario, fué un grari>
privilegio que á bien tuvo concederle.
Antiguas eran las diferencias que existían entre los Cape-
llanes Mavores de Nuestra Señora v los Párrocos de Jalos-
Jotitlán, por motivo de disputarse el derecho sobre algunas
iJo las ofrendas que se debían á ta piedad de los peregrinos
— 239-
concurrenles á San Juan. Ya por el año de 1 660 el Ronell-
criarlo 1). Martín de León Síindoval v el Br. Contreras Fuer! >
Iiablan contendido acerca de esos puntos, resolviendo al
cabo la cuestión el Sr. Obispo Colmenero, se<5Jn se dico,
H favor del segundo de los contradictores. (*)
Parece que posteriormente hubo otra controversia
>^eincjante entre el Cura de Jalostotitlán D. José Martínez de
Alarcón y el Capellán Mayor D. Nicolás de Arévalo, de la cual
He afirma que también resultó decidida á favor del Síintuario
|>or el Sr. Obispo Galindo Chávez.
Queriendo evitar de una vez esta clase do debales y
beneficiar el templo de que estaba encargado, el Capellán
Mayor D. Francisco del Río ocurrió al limo. Sr. Gómez de
tarada, solicitando de él que formalmente exencionase de
'^ jurisdicción parroquial al Santuario; y el discreto Prelado
^e sirvió atender á esa súplica, en los términos en que lo
f^stifica el importante documento que sigue:
cEn la ciudad de Guadalajara en cinco dias del mes de
Jfunio de mil, setecientos, y cuarenta, y tres; su S* lllma. el
^^Seftor Doctor D". Juan Gómez de Parada, Obispo de Guada-
i ^jara, Nuebo Heino de Galicia, y de León, del Concejo de
>Su Magestad &c. mi Señor: Habiendo visto el escrito
presentado por el B**. \)^, Francisco del Rio, Presbi-
1-ero Domiciliario de este Obispado, vecino del Pueblo de
-Títra. Señora de San Juan, y Capellán Mayor del Santuario de
Jiuestra Señora, que se venera en él, pidiendo que la Iglesia
rie dicho Santuario, se declare por separada y exempta del
Curato de Jalostotitlán, en cuya feligrecia se haya, é intne-
ílialamente sugeta á la Mitra, y que se mande, que en lo que
á dicho santuario se ofreciere, por respecto á la Imagen de
laSeñora^ no tenga intervención el Cura ni sus Tenientes; ni
^*) Sigo en este particular lo que declaró el mismo Contreras
''uerteel año de i668; pero el Sr. Quezada en sus **Xotic¡as" dice:
W **ya en el año de 1658, en que estuvo en visita el Ilustrísimo Sor.
*^ Juan Ruiz Colmenero, habia quedado encargado el capellán que
loera entonces (?), Don José Nidos de Estoque, de llevar un libro en
^* asentase todas las misas que se pagasen y que las repartiese
^tre los sacerdotes que allí acudieran' ' . . .
— 240-
iiiando a^^niíio cu el gobiorno, que debe llevar dicho Sanfiia-
rio en sus campanas, ornamenlos, alhajas, funciones de Igle-
sia y demás que le perlenesca: y que dicho cura y sus lenien-
Uís (jue previamente administran en la Iglesia de dicho
Santuario; los santos sacramentos, que se contengan vn lo
que fuere precisa administración, ó lo que por esta c^usa se
ofreciere; y que para ello, mientras no se coloca la nueva
Iglesia que se está fabricando para que sirva de Santuario á
dicha Imagen dé ese dicho Cura al Santuario, toda la fábrica
que se percibe por los que en él se sepultan, para ayuda de
soportar los costos de vino, ostias, aceite y ornamentos del
Santuario, que sirven para la dicha administración, o que el
Cura costee todo lo que fuere necesario y menester, para la
administración, poniendo sus ornamentos en cajón separado,
y no se contribuya cosa alguna de dicha fábrica á d'who
Santuai-io. Visto lo representado por el Promotor Fiscal
de este obispado en su respuesta al traslado que de dicho
escrito se le dio, por decreto de veintinueve de Abril de este
|)resente año; v lo que asi mismo respondió el Cura de Jalos-
totitlan B'". U° Josep Feijoo, Centellas, residente en esta
ciudad, a quien por decreto de diez y seis de Mayo de este,
año, se mandó para el efecto, dar traslado de todo, expre-
sando no tener que oponer en contrario acción ó recurso
alguno; con lo demás que ver convino, Dijo que atendiendo
al aumento del culto Divino y Religión Cristiana, y al fomen-
to de la piedad de los fieles y mayor venenacion de la Mila-
grosa hnagen de Nuestra Señora, declaraba conforme á lo
dispuesto por los sagrados Cánones, v su S*. Illma. declaró,
que la referida Iglesia del Pueblo de Nuestra Señora de San
Juan, de la feiigresia del Curato de Jalostotitlaq, que ha
tantos años sirve de San! nario, dedicado á Ntra. Sra., la
Santísima Virgen Maria, .Aladre de Dios, y en él se venera
su milagrosísima Imagr^n, con tanta frecuencia, devoción y
concurso de los pueblos, os completamente independiente,
separada y exempta del Curato de Jalostotitlan, en cuyo
territorio se halla, é inmediatamente sugeta á su S\ Illma. y
sus sucesores y como santuario que es, y de los mas cele-
brados, debe gozar de todas preeminencias, y privilegios
— 241-
que se le deben guardar, y qiio gozan los de esta ciudad.
Y en consecuencia mandaba y mando, que en lo que intuitn
///*íi¡7/m¿s se ofreciere en dicho Santuario, no tenga inter-
vención alguna el dicho Cura actual y futuros \ sus tenien-
tes; ni mando alguno en el gobierno que debe llevar de sus
campanas, alhajas, ornamentos, todas sus funciones de Igle-
sia, dotadas ó manuales, principales ó menos principales,
r en todas las demás cosas que perlenescan á dictio Santua-
rio por razón de tal. Y en atención á qu(í por comodidad
á los vecinos y moradores de dicho IHieblo de San Juan sea
permitido y concedido que precariamente se les administren
«n dicha Iglesia los Santos Sacramentos por el teniente de»
Cura que allí reside; mando así mismo que el n^ferido Cura
y sus tenientes se abstengan y contengan en lo que sola-
mente fuere precisa administración de Sacramentos, ó o
que por esta causa se ofreciere. Y porque debe tocar á
dicho Santuario, y le pertenece la fábrica por los que en él
se sepulten eligiéndolo para ser sepultados, sin i)erjuicio de
los derechos parroquiales y fábrica de la Iglesia parroquial,
por ahora y mientras no se coloca la nueva Iglesia, respecto
de que los mas se enterraran en la actual sin elección algu-
na por haberse permitido en ella la dicha administración
de Sacramentos en la forma expresada. Manda su S*. Illma.
que se apliquen y adjudiquen á dicho Santuario lodos los
derechos de fíi})rica, por los que en él se sepultasen para
ayuda de los gastos de Vino, ostias. Aceite y Ornamentos que
sirven para dicha administración precaria, mientras no se
coloca la nueva Iglesia, Ihívando el Capellán separación y
cuenta de los ornamentos (fue se costeasen con dicha fábrica
para que se lleven á la nueva Iglesia, colocada que sea y
trasladada á ella la Imagen de la Santísima Virgen á quien
tocan como todo lo demás que consta de los inventarios,
y que se libre des|)acho para que se guarde en el archibo
de dicho Santuario, y en todo tiempo conste. — Su S^ Illma.
así lo proveyó, mandó y firmó. — Juan Obis|)0 de Guadalaja-
ra. — Ante mí, Manuelllico Secretario.»
Si por regla general se califican de odiosas las exencio-
nes, en virtud del detrimento que sufre la unidad, tan nece-
31
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""'tela. Com" '",
— 243 —
ción parroquial, no nuicho después ú(i haber sido olorgado
el privilegio, ocurrió ante lo.-? tribunales coinpeUmtes, recla-
mando en forma los derechos que <Teía corr espondei le; pero
que á su vez mantuvo los suyos el Capellán Mayor Rr. del
Hío, (1) — con tanta morigeración en Iíls frases, como en(*r<rí;i
en el fondo; — logr indo, según se asegura. (|ue se senlenciar,;
á su favor, confirmándose el privilegio. {2)
'*) Al hacer referencia casi ])or última vez á los servicios que 1.- pres-
tí al culto de Nuestra Señora de San Juan el Br. del Río, niiu justo
•^í? parece reproducir estas sentidas frases que le dedica el Sr. (¿ue-
" . . .el Sr. Don Franciscj del Río fue el ser privilegiado dcj
V^jieii la Divina Señora quis ) valerse para extender su santo no:nbru
^' inmenso patrocinio.
* El retrato de este santo varón se conserva en la sacristía del
V^ntuario. Su semblante melancólico y benévolo revela la bondad
^^ sn alma Su color pálido, su niuclia extenuación, íx>n el anuncio
^1 triunfo del espíritu sobrt la bastedad de la materia, del desprecio
^^ las comodidades de la vida y sus Icxx^s placeres, y de la austeri-
^^d y de la penitencia.
''Falleció el día i6 de abril de ijí'^s. cuatro años antes déla
^^Olocacióu del Santuario. ;Ah. no le estaba concedido llevar el
•^ismo entre sus brazos al templo en que había consumido toda sn
ida, al imán de su corazón, á la estrella de sus esperanzas, á la
'írgen sagrada de San Juan, para colocarla en el trniio suntuoso que
había preparado á su grandeza! jNo le era dado e' verla allí en
^.^ud reduto. antes tan mudo y taciturno, difundiendo vida con sn
l^resencia, así como la aurora bajo cuya influencia resucita la i a tura -
^^7a\ ¡No le fué permitido incxMísar anle la nueva ¡)cana! ¡Designio
Oie la Providencia! Fué llamado j)rematuramente ])ara recibir el
premio de sus trabajos y de su fe.
(2) Mota Padilla: ob cit-, cap. XCII. Arl. - -/fffl-ro precit.
Worenda: Orígeii etc., cap. III. párr. II. (¿nezada, (tscrilK) ese
^Uido así, por usarlo de esta manera tal autor;: folleto cit , pil>::'^
íQí 24. — Documento que me fué proi^Kjrcionado \x}r el Sr. Ca|x.'llán
Mayor actual, que ipsografió el Sr. Prof. D. Jos<' Sil ver io de Anda.
y cuyo original pertenece al archivo del Santuario . IVrnjo y Pérez
Ángulo: Dice, de Cievcimi Ei'JcHvhtU'.ds, artículo Knhr'nUi.
.'•..»•.•'•.•*•.• •.•'•-.,••..»••.••%*•••,»••,*•%,*•**'•»,'••. '•%.'*».»«».'««,'»»^.'«.»««.»'«.<*«.»*».»*«.^».**». »'•.»••-**
V.
Diversos hechos memorables.
Después del notable acontecimiento que acaba de ser
riíterido, sucediéronse én San Juan otros sucesos señalados*
acerca de los cuales corresponde hacer aquí la debida ano-
tación.
El insigne sucesor del Sr. Gómez de Parada en la Silla
(le Guadalajara, D. Fr. Francisco de San Buenaventura Martí-
nez de Tejada Díaz de Velasco, que era fervoroso guadalu-
paño, como lo acreditan muchos ssiialados hechos, — ^ntre
ellos el de decretar en 19 de noviembre de 1756 qu3 se cele-
brara como día festivo en todo su Obispado el 12 de diciem-
bre de cada año, — cuando visitó en 1752 á San Juan, habien-'
(lo encontrado que se hallaba en ruinosas condiciones la capi-
lla del Calvario, dispuso que se reedificara con materiales de
los del templo de la Santísima Virgen y que en lo de adelante
llevase aquella misma capilla el nombre de Nuestra Señon
(le Guadalupe.
A esa reedificación se debió de fijo que el vecindario d«
San Juan, uniéndose al del inmediato pueblo deMezquitic,
decidiese á expresar efusivamente su afecto á la Maravilla j
Nacional que se admira en el Tepeyacac, otorgando con todaíjsi j
las formalidades y en 10 de octubre de 1758, una escrilura err
que juró — y Mezquitic con él — por su Patrona á la San£a
Imagen Guadalupana, á ejemplo de lo que habían hecho te
rercanas villas de Aguascal lentes y Lagos, y la capital de /■
Nueva Galicia, de modo xespectivo en 1738, 1740 y llÁ
— 245 —
Ningún lesliinonio más evidente que ése podía darse de la ilus-
tración religiosa de aquellos vecindarios, que tan bien com-
prendían que, no obstante la diferencia de nombres, una mis-
ma era la Señora de San Juan y la Señora de Guadalupe.
Poco más ó menos por ese mismo tiempo se escribía v
publicaba, á solicitud del infatigable Capollán Mayor Br. del
Hio(l) la primera novena que se sabe haya sido formada en
honor de la Santísima Virgen de San Juan: fué su autor, como
^1 mismo lo declara, un grande amigo del Br. del Ufo, que
desempeñaba el puesto do Capellán xVIayor en el convento
^'e Santa Teresa en Guadalajara,
Casi al par que el limo. Sr. Rodríguez Uivas de Velasco,
•"^Uccsor del Sr. Martínez de Tejada, ordenaba, como en su
oportunidad se refiriera, la colocación del nuevo Santuario
V la traslación de la Imagen a éste, erigía en San Juan
^l beneficio curado, señalando i)ara Iglesia parroquial el
^^mplo que fabricara el Sr. Colmenero, y disponiendo que
^^ los bienes y alhajas que poseía el Santuario, los más pre-
^'iosos le quedasen á la iglesia de la Virgen y los de menos
[i] No conozco ningún ejemplar de la primera edición de ese
t'czo; pero á la vista tengo una de las copias impresas de la segunda
lición. La portada de ésta dice así: ** Novena || en honra || de la
Milagrosa Imagen || de || María Santísima] Nuestra Señora || de San
Juan, ) Sita en el Valle de la X'^illa de los Lagos || del Obispado de
Guadalaxara, Nuevo || Reyno de Galicia. || Dispuesta || Por un Sacer-
dote Capellán mayor de Señoras ¡Religiosas Carmelitas Descalzas de
dicha||Ciudad de Guadalaxara.|| Reimpresa en México, por Don Felipe
Zú II ñiga y Ontiveros, Calle del Espíritu || Santo, año de 1787." Al
pié de una estampa que representa á la Imagen y que ocupa la foja si*
guiente á la de la portada, se apunta que el Sr. Arzobispo Rubio y
Salinas concedió 40 días de indulgencia al que rezase (¿ante la estam-
pa?) una salve; y el Sr Rubio gobernó la Arquidiócesi desde 1749 hasta
1765. Al final se dice que el Sr. Pallas, Obispo de Sinópoli y Vicario
Apostólico de Fokten, en China, concedió también 4") díasdeindul-
$;encia, — como consta de certificación dada en 5 de feb-erode 1755,—*
á los que rezasen la novena, por cada día de ella, y á los que invo-
casen en cualquiera aflicción á Nuestra Señorada San Juan. Toman^
do en consideración esas fechas y principalmente la última, que se
refiere esplícitamente á la novena, es por lo que se tiene que inferir
que hacia el año de 1755 se hizo la primera edición de tal rezo.
— 246-
valor á la parroquia, haciéndose e! reparto en liil forma por
el Dr. D. Manuel Esteban Gutiérrez de Hennosillo.
Nombróse primer Cura al Lie. D. Anlonio Vallarla; «
V en representación suya se posesionó del cargo, en 1 1 de "
agosto de 17ti9, el Presb. D. Mariano (barra. F,l propieta-
rio se hallab.T ya desempeñando en persona su oficio á
mediados de enero siguiente.
Bajo doble aspecto vino á beneficiar esta erección á
San Juan: de una parle ganó el pueblo cristiano teniendo
director y guardián que ejerciera ahí mismo su ministerio,
por medio de la enseñanza de la doctrina cristiana y de la
administración de los sacramentos, auxiliado en su tarea por ,
ministros competentes; y de la otra le resultó provecho al
culto en general, por haberse aumentado con esa medida, y
al del Santuario en particular, porque a?í los Capellanes no
tuvieron que distraerse del servicio especial que les estaba
encomendado en calidad de tales Ca[)ellanes.
En la serie de tos párrocos que ha tenido San Juan, ocu-
pan lugar prominente: el S. D. José María Mancilla, natural
de Zapotlán el Grande, Catedrático del Seminario de Guada-
lajara y que fué maestro del benemérito insurgente D, Pifdro
Moreno,^ — -Doctor en Teología, Cura de Lagos y signatario de
Acta del Imperio de Iturbide; D. Mariano Cuéllar. secularizado
el año de 182H, después de haber sido durante fres lustros
Franciscano de la Provincia de Santiago de Jalisco, y que as
hizo célebre por haber acaudillado un levantamiento popular
en 1833; D. Juan Neponiuceno Márquez, legítimo indio taras-
co de Jamay, (*) Catedrático del referido Seminario y Preben-
dado de la Catedral de Guadalajara; I). Cristóbal López, natí'
vo de Yahualíca, Profesor (atnbíén en aquel Colegio, Cura de
Mazapil y de Arandas, donde mm'ió con fama de í^íintidad: O.
Jacinto Reinoso, de JalosLotitlán, igualmente Calfdrálico del
mencionado Establecimiento, Dr. en Teología, Cura de Tolíiti-
chey Canónigo de Guadalajara; D. PantaleónTortuíero, zapo-
tlanense, Vicerrector del Seminario Auxiliar en su ciudad
(•) Asi lo dice el sabio Sr. Dr. D. Agu^itíii
g^ de ' 'Los Hijos de Jalisco. ' '
-247-
nalal, Cura de la Barca y al presente de Lagos; y el que lo es
en la actualidad, D. Benito Pardiñas, Dr. en Teología, Cura
Hue fué de la feligresía de Jesús en Guadalajara y aplaudido
opositor á la Canongía Magistral de la Catedral do su Metró-
poli, en competencia con los Sres. Dres. D. Luis Silva, — que
•"uí el que obtuvo aquélla, — y D. Gumersindo Rico, hoy
^niembro de la Compañía de Jesús. (*)
Algo más de seis años después de la fecha en que se coló-
'*^ el último Santuario, visitaba á San Juan el limo. Sr. D. Fr.
•'^titanio Alcalde, venerable sucesor del Sr. Rodríguez Rivas
^^ el Episcopado de Guadalajara y que, por los testimonios de
'^^ munificencia sin par de su ardiente caridad en la misma
'*^<)cesi, dejó un renombre que jamás se extinguirá: esa visita
^^ ^Xró del 8 al 10 de febrero de i 776.
. Seguía entonces desempeñando aún el puesto de Cape-
ja ^^n Mayor el Br. D. Vicente de Cuéllar y González, á quien
^^^ cupo la dicha de haber sido, romo atrás se expresó, quien
^^asladarala preciosa Imagon do María Santísima á su nueva
^ - <5isa: este eclesiástico, siguiendo las huellas de su predecesor,
^^ontinuó la obra de las hermosas torres del mismo templo,
^ ogrando ver terminada una de ellas, la del Norte, el 24 de
X)ctubre de 1784; y además do esa obra, acredita su devoto
^.elo el habeT* dado principio, para fiívorecer á los numerosí-
simos viajeros — peregrinos y mercaderes — que con dificultad
hallaban en San Juan hospedaje competente, á levantar el
amplio mesón llamado de la Virgen.
Los Bachilleres D. José Julián Romo y D. Rafael de
Escoto, Capellanes Mayores que sucedieron consecutivamen-
te al Br. Cuéllar y González, prosiguieron la fábrica de la to-
rre del Sur, á la que por fin el segimdo de ellos le puso
remate el 8 de junio de 1790.
Otra buena mejora se había ya iniciado por ese tiempo
en San Juan: en real cédula de 8 de octubre de 1788 había
aprobado el Monarca Español los arbitrios propuestos para
la constnicción de tres puentes: uno en Zapotlán, otro en
(*) En el Apéndice puede verse la serie completa de los Párrocos
de esa feligresía.
- 248 —
I,agos y el último en San Juan. Esta obra que Si- consideraba
lii más imporLante de las tres, ftié la que priinoro de ellas se
comenzó; y aunque no se hicieran aún efectivas las exacciO'
nes que á su Tavor sp aplicaron en la! cédula, ya para el 1
do diciembre de 1793 se habían levantado los pilares de di-
cho puente, como al Rey se lo informaba en esa ferlia l>.
Jacobo Ugarte y Loyola, Comandante general, Presideiil(
Gobernador é Intendente de [as provincias de la Nueva Gali
cía.
Aunque nada más se había adelantado en esa obra, un añ(
después se tenía ya en depósito para proseguirla una canil
dad muy cercana á $ 3000, y había sido enviado el Ingenier*
n. Juan Pagazaustundia á hacer un serio reconocimientc
para la formación de los presupuestos de gastos del mianí
puente y del de Iñigos, así como de lo que pudieran iinpor
tar los trabajos para facilitar el acceso á San Juan por dóf
cuestas inmediatas, suavizando las asperidades de éstas.
Parece que á pesar de reconocerse la importancia de termi
nar la obra del consabido puente y de que no faltaban fondO!
que se pudieran invertir en la misma mejora, no se perfec
lionó esa construcción sino hasta ya íimy entrado el a" '
A7.V; aJ menos hay noticia tiadicional deque eu 1811 el í^
— 249 -
cito realista de Calleja, que il>a en persecusión del insurgen lo,
para pasar el rio de Lagos en su curso por la orilla de Saií
Juan, se vio en la necesidad de tender vigas sobre los pílanos
del proyectado puente, que todavía entonces carecía íh
bóveda.
Por último, 4 10 de diciembre de 1791? (1) murirt en
San Juan, donde había concurrido á la flmción principal do!
Santuario y yendo en vía para su nueva Sede Episcopal
de Guadalajara, el Sr. Dr. I). Esteban Lorenzo de Tristán,
que á ésta había sido trasladado de la de Durango.
Fueron notables las circunstancias que a(;ompartaron ¡i
esa súbita defunción, tan notables que sería una falla
dejar de mencionarlas cual lo han hecho algunos graves
historiadores, entre ellos dos de muv sano criterio: loá ¡ares.
Ramírez y Andrade.
«El Obispo, dice aquel priinatí^ de los cultivadores de la
critica histórica en ¡México, llegó ligeramente indispueslo á
San Juan de los Lagos, yondo de camino para tomar posesión
de su Sede. (2) Por tal motivo se determinó á hacnr una
parada, esperando reponerse pronto. Tres ó cuatro días
después recibió corre^|)ondoncia, y cuando hubo concluido
su lectura, llamó á I). P^ídro iMillán Hodríguez, entonces su
femiliar, y le previno quo qu uñara dos cartas que le entregó.
ElSr. Millán quiso salirse del aposento para ejecutar esta or-
den; p3ro el obispo le dotuvo, ordenando lo hiciese en su
(i) 'Bsta fecha está tomada de una iiota del Lib. XIII de Definí»
dones del Salario de Guadalajara. Es la misma que fija la * Ou
ceta de México/'
(2) Ya había tomado por él posesión canónica el Deán D. Salva»
dor Antonio de la Roca, á 4 de abril de 1794, como confuía en el bien
infcM'mado artículo JaUnvo, del Dwrhtimrht l"niveniul de HisforUi y
Gwgrafíu á que tantas veces he aludido A propósito, incurrió cu
vmo& i^rrores el respetable Sr Vera, cuando dijo en .su * Calt'cisnid
Geogrifi :o*Hi»tórico-Estadístico de la República Mexicana", rcfi
riéndose al Sr. Tristán; *'en 4 de abril -de 1794 tomó jx)í^csión a su
jKimbre el Sr. deán Uc. D, Salvador Uchfi, ilwl'tróínJin^f en ¿I wis.
mo din. ¡a V'u.ftnte. por haí)er fallecido aquél fihtcs de ¡¡ríjar ú su dióv*-
Jih,y El Deán se apellidaba Roca; la víicantc se declaró «1 17 di
didemfare de 1794 y el Sr. Tristán pasó á níck>r vjíl;i i-n .sn nueva
Dióoe^. (NoU d^ A.& ;
3*
- 2f o -^
presencia. Era de noche, el obispo estaba recostado en si
cama, y enfrente de él una mesa en que estaba la vela. Esti
excitó vivamente la curiosidad del familiar, y para satiafacer
la^ se colocó de manera que le fuera posible leerlas durante h
operación. Al efecto partió por el doblez una de las cartas«
y quemando muy lentamente una de sus mitades, leyó rápi-
damente la otra. En una se anunciaba al Sr. Trístán su proxi
ma muerte, por una monja cuyo nombre y monasterio n(
recuerdo. Esto lo decidió á salvar la otra carta, y en seguid;
quemó la mitad sobrante, haciendo de manera que el obispt
juzgó destruidas ambas. En esa misma noche ó el día siguien-
le, equivocando el doméstico que lo asistía los medicamen-
tos, administró como bebida lo recetado para frí^a, causán-
dole la muerte en pocas horas.
« El Sr . Millán había guardado y guardó el más absoluU
silencio sobre el incidente y contenido de la carta salvada di
incendio. Estando una noche del año de 1848, según recuer-
do, en tertulia con varios amigos, de los cuales viven algunos
en posiciones muy respetables, y siendo ya entonces Canóni-
go de üurango, entró otro, comunicando '1a lamentable noti-
cia" de la muerte del P. Rojitas. Así apellidaban vulgarmente^
á un religioso del colegio apostólico de Zacatecas, cuyo nom-
bre no recuerdo, universalmente estimado por su amabilidac
y eminentes virtudes. Notóse que la nueva hizo una profunda
impresión en el Sr. Millán, quien por varias veces pregunU
si sobre ella no cabía duda alguna, como quien tenía un graniir:^
interés en cerciorarse de la verdad del hecho. Asegurado
él se levantó silenciosamente, y á poco buscar, sacó un pa-
pel que puso en manos de uno de los concurrentes, excitán-
dolo á leerlo en alta voz. Era una carta escrita toda de letr^^
del P. Rojitas, creo que desde las serranías de la Tarahuma —
ra, donde estaba de misionero, dirigida al Sr. Tristán anun-^
dándole su próxima muerte, para que dispusiera sus cosas^
Ésta era también la carta que escapó del incendio de Lagos^
9 He visto la carta, que se conservó en poder de uníi
familia respetable de Durango, hasta hace poco tiempo, que
según entiendo pasó al colegio apostólico de Zacatecas; he
hablado con los testigos presenciales del suceso que le dio
P'^'bltcidad. y con un solirino del Conde de Santa Ro^a, qtic
*''ve y que oyó referir muchas veces 'a su lio los porrnenore«
^^ la trágica muerte del Sr. Tristán.
<E1 Conde de Santa Ro?a (1 ) había ido á Durarigo. en
^Omisión por parte del Cabildo de Guadalajara, para con-
'^Ucir y acompañar á su Prelado. La desempeñó hasta el
Wtímo momento, haciéndole entrega del cadáver. — Narrain
Acerca de eseP. RojHas, ó sea del R. P. Fr. José Marín
ítojas, el historiador de su convento le atribuye aparte de
muchas virtudes el don de profecía; lo llama gran orador v
gran teólogo; dice que él fué quien "auxilió al Sr. Cura D.
Miguel Hidalgo, héroe de la Independencia, cuando fué sen-
tenciado á la úllima pena en el Estado de Chihuahua, el año
de 1811" (2); y por último, alude en estos términos al mismo
raso narrndo por el Sr. Ramirez: "Dirigiéndose el V. P. á
misionar en Tarahumara, por el año de 1794 encontró en el
Fresnillo al limo. Sr. Obispo Dr. 1). Lorenzo de Tristán, que
iba para Guadalajara, y desde Ciénega de los Olivos dirigió á
este V. Prelado una carta en que le decía: que no pudiendo
resistir á la orden y voluntad divina, le daba aviso de
su próxima muerte.— El limo. Sr. Obispo recibió el aviso
del V. P. Rojas y murió á los dos días. — Esta carta fué dada
por mano misma del limo. Sr. Obispo U. Antonio Zubiría al
M. R. P. Fr. Francisco Frejes, y se mandó poner bajo vidrie-
ra. — Se dice también que el limo. Sr. Tristán tuvo igual aviso.
y casi á un mismo tiempo, por carta de una monja, mas no
«e sabe de cuál mon3Sterio.'{3l
El muy erudito Sr. Canónigo Andrade, que se lleva la
(i) Lo era D, José Vicente Bellrán, que en lyde febrero de i8o8
tomó posesión de utia prebenda en la Catedral de Guadalajara. (Nota
de A. S >
fa) El Sr. Olivares, Obispo de Durango, nombró, con fecha a6 de
julio de 1 8 1 1 . á Fr, José María Rojas notario de las diligencias ecle-
siásticas que se practicaron en la causa instruida en Chihuahua al
Caudillo de la Independencia patria; y en obedecimiento, el nombra-
do desempeñó tal oficio. [Nota del mismo.]
fj) El Sr. Andrade expresa que era monja de Capuchinas, funda- J
do en la autoridad del respetabilísimo Sr. Agreda. (Nota deV Tw^sion-Yj
« 2?2 —
palma entre loa conoceJores de la historia eclesiástica mexi
cana, después de citar esos testimonios, agrega:
«Posoo una copia de la repetida carta, que hoy ve po;
primera ve2 la luz pública; dice asi:
« [lmo. Sr. y amantfsimo Padre: aunque tenia pensad
cumplir con la precisa obligación de hijo más reconocidcfpü
participándole á V. S. I. mi llegada á la misión de mi desti—-
no que es Satebó y no Basonopa como habla dicho á V. S. I.m
me veo precisado á tomar la pluma anotantes de llegar, por^-
que ya no puedo resistirá Dios Nuestro Señor que desde eM
tiempo que V. S. I. se hallaba en el Fresnillo me anda orde-
nando participe á V. S. L el aviso de su muerte, y así dispen-
sando V, S. I. la tardan:2a que he tenido en esto por Itódifi'-
cultades que encontraba en dar y ó noticia de esta calidacfl
á una persona del carácter de V. S. I. sepa que Dios NuestrK
Señor me manda diga en su nombre á V. 9. I. disponga las
muchas y grandísimas cuentas que tiene que darle, porque
no está muy lejos la hora en que ha de venir Su Majestad S
tomarlas, aunque no quiere que exprese á V. S. I. el día f^cr
en que ha de ser. Yo conozco que V. S. 1. no extrañará
que el Señor le manifieste su voluntad por medio de ucr
sujeto tan ignorante y tan malo como yo: pues aunque exce -
da en malicia á los demonios. Su Majestad puede hacer por
dignación lo que guste y así solo pido á V. S. 1. que quede est
sepultado en los senos de su prudencia ínterin yo pido á
Madre y Señora del Refugio llene á V. S. L de sus bendicio -
nes y le asista con particularidad en la hora de su muerta
Ciénega de los Olivos, (♦) Noviembre 17 de 1794. — Umo^
Sr.— B. L. P. á V. S. lUma. su mas obediente subdito y amat-
do hijo siervo y capellán.— Fr. José María Roxas.— limo*
Sr. Dr. D. Esteban Lorenzo de Tristan > .
«(Es copia de su original, que desde el 9 de Diciembre
de 1794 existe en poder de D. Pedro Millán RodrígueZf
Secretario que fué de dicho Sr. Obispo.) »
Realmente, dados tan buenod testimonios^ Sorprende el
(*) Pueblo per teneoíente d Parral, llamado lioy Hidalgo, «n «I
listado de Chihuahua. (Nota del Sr. Andrade)
— 253 —
cumplimiento de la revelación de cosa tan arcana como era el
próximo fin deGSr. Tristán, fin originado no por la ligera
enfermedad que se dice resentía, sino por una mera circuns-
lancia eventual. (♦)
(*) SantoSCoy: *' Reseña déla solemne hesta en la cual féhovfl
tí Comercio de Guadalajara, á 2A de abril de 1898) la Jura del Patro-
nato especial d« N» Sra. d« Guadalupe,** etc.,págs- 10 á i;^.— Libróte
del arcniVo del Sántüáfio de dan Juan, mm». — Datds proporciona-
dos por el Sf . Cufá Df . Pat-diíías.— Papcks del &i-clii\io de la Secre-
laííade la Mitra de Óiiadalájafa.— Dk". RiVerai **Hijofe de Jalisco",
en diversos lugares. ^ColeOdón: '^Nbticiás varías de Nüevfei Galicia,"
P&g^' íS7.y t68;-'*Di<íc. Univ. de Hist. y Geogí*', 1. III, art. **Duran
go'\«seritoporl^.Mi ¿. [D. jOsé I^eruando Ramírez].— '^dtomayor:
**Hist» del ConX'tntD de Ñ; Sra» de Guadalupe de Zacatecas"} pág. 414.
.— Andradeí ** Noticias biográficas sobre los ílmos; Prelados dt Sono-
ra, de Sinaloa y de Durango, pág<^^ 232 á ¿351
VI.
El concurso de forasteros que acudía á celebrar la
solemne fiesta de la Inmaculada Virgen María en su Santua-
rio de San Juan, síguici esta progresión en el espaciode seten-
ta años: 2.000 almas en I66fi, 3.000 en 1693, y de 8 &
10.000 en 1736. según el testimonio de los respectivos Cape-
llanes Mayores.
A la creciente afluencia de los devotos congregados en
esa festividad, correspondió la de ios traiicanles que fueron
á su vez en demanda de consumidores para sus mercan- '
cías; estableciéndose así, de manera natural, un comer —
cío muy provechoso y tanto más socorrido cuanto que
punto en que se emplazó estaba situado en la parte céntri-
ca de! país.
Tanto era el auge que había tomado ese mercado anua/'
cuando comenzaba la última década del siglo XVIII, que el
ya citado Ugarle y Loyola, Gobernador de la Nueva Galicia,
Informaba una y dos veces á la Coi-te, que tal feria era "la
más interesada" qi+e se conocía; y en datos oficiales esta-
dísticos, contemporáneos de esos informes, justilicando el
calificativo que se le daba de "la mejor feria del Reino", se
decía con referencia á ella: "el año pasado de 1 792, fe conta-
ron 60 tiendas de ropa de Europa y China, 10 de mercería y
31 vinoterias, habiendo entrado 4,00:) tercios de efectos de
Castilla, é igual número de la tierra: se cak:ula pnidentemenle
la venta, en reales efectivos, 500.000 pesos, y 700,000
— 255 —
fiado; el concurso de gente pasa de 3,500 almas (1) con la
particularidad de que siendo el lugar muy corlo en su pobla-
ción(2) y terreno lodos se colocan, pero con la mayor estre-
chez. Del piso y ocupación del terreno para tiendas se
sacan 2,300 pesos, cuya aplicación en el día es á la cons-
trucción de un puente en el río que pasa á sus inmediacio-
ines. Rinde la alcabala de 14 á 16,000 pesos y cierlamenle
sse aumentarla todo si esta feria se pusiese bajo un buen
'eglo^ formando fundaciones cómodas y seguras contra los
'obos, incendios y haberlas (sic) á que en el día se hallan
expuestos tantos intereses, y que merecen la atención del
gobierno* »
Éste^ como se deseaba, tomó cartas en el asunto: inslru*
TOse expediente en que se reunieron todos los datos nece-
sarios para formar juicio de la materia, y se ventiló con
amplitud la cuestión acerca de si convendría providenciar un
aumento en el pa^o de las alcabalas que causaran los efectos
^levados á la feria, para cuidar de que no se defraudara al
tisco en el nuevo foco de comercio, ó si sería mejor decretar
Ua absoluta franquicia y libertad de derechos. Felijimente, se
Viabfa comprendido que ya no era tiempo de seguir al pié de
la letra el espíritu mezquino de antaño en orden al comercio,
^ino el liberal que se inició á ese respeclo con Carlos líl y
55U Ministro el famoso Marqués de Esquilache; y el Fiscal de
Xa. Real Hacienda le presentó, en 25 de febrero de 1794, á la
-Junta Superior del mismo ramo, un dictamen, que fué apro*
bado el día 28 siguiente, en el que expresaba estos concep-
(i) Á mi ver, está errada esa cifra: debe ser 35,000, 6 bien 30,500;
y digo qtte está errada, porque sería irracional suponer que iba en
progreso aquel mercado al que concurrían en 1736 ya 10,000 personas
aproximativamente, si cincuenta y tantos años después hubiera
rebajado hasta convocar tan sólo 3500 personas, casi el mismo nú-
mtfoque 99 años antes.
[2] Poco incremento en Verdad había tenido el vecindario de San
Juan: según esas mismas noticias estadísticas citadas en el texto, aquél
9)6 componía hacia el año de 1792, de 176 indios> 160 españoles. 193
mestizos y 55 mulatos; en conjunto, 578 personas.
Bl curato contaba entonces dos ministros y tenía 3000 pesos de
emolumentos^
— 256 —
*os: « Los mercaderes escasos de facultades de las provincias
Internas del :Reino, se surten de allí en las cantidades que
permiten siís negocios, y los acomodados se excusan de
i)ajar á Veracruz, abandonando por largo tiempo sus giros y
familias. Hasta hoy están ceñidas los privilegios y exen-
ciones de la feria de San Juan, á una cuota, que aunque
muy :di3tante del derecho de alcabala, sujeta á ella todo lo
que se expende, y si bajo este método, que no deja de ser
equitativo, admira el considerable caudal que se comercia y
pone en giro, circulando por tantas y divers¡is distancias,
íeria mayor incomparablemente, mediando la absoluta fran-
(|u¡cia que las ferias gozan en España, y á proporción se
fiumentarían los justos, legítimos derechos, en los alcabala-
torios á que después se dirijan, compensándose con ventaja
i:iexp!icable lo que dejaron de pagar. Esto reúne las venta-
jáis deseadas siempre en estas materias, esto es, la utilidad
del vasallo y el aumento del erario, y es de parecer: que
respecto á ser regalía do S. M. dispensar las franquicias y
libertad do derechos, S3 consulte la libertad absoluta de alca-
bala en todo lo que S3 compre y venda en la feria de San Juan,
en el tiempo de quince días. »
Elevada esa favorable consulta al Monarca Español
Carlos IV, á bien tuvo éste conformarse con ella y expedir á
(consecuencia la real cédula siguiente:
tEr. Rey. — Virrey, Grobernador y Capitán General délas
Provincias de la Nueva España, y Presidente de mi real
Audiencia que reside en la ciudad de México. En carta de
28 de Junio de 1794, numero 991, dio cuenta con testi-
monio vuestro antecesor el Conde de Revilla-Gigedo del
oxoedienle suscitado sobre la celel)ración v duración de una
feria en el Santuario de Nuestra Señora inmediato á la Villa
(lo San Juan délos Lagos, paj^o ó libertad de alcabalas de
los efectos (¡ue so llevasen á olla: construcción decasaadua*
na y tiendas para comodidad do los géneros y otros parti-
c.ularo^, refiriendo muy por menor todas las ocurrencias, é
instrucción del oxpodionte, en oí quo después de haber oído
á los tribunales de (tuontas, Consulado, dirección General de
aduanas t'ormedis y fiscal de real lía(-ienda, y resultar muy
conocida utilidad del establecimienlo constante de la expre-
sada feria, acordó la junta Superior se me consultase, como
lo hacia vuestro antecesorlos particulares siguientes: Primero:
flue se relevase absolutamente de la paga del derecho de alca-
¿aia á lodo lo que se comprase y vendiese en la feria duran-
te el término de quince días, concediéndose otros tres para
que pasados éstos saliesen de allí precisamente todo lo que
9e hubiera introducido sin excusa ni preteslo. con apercibi-
Jiiiento del cobro integro del derecho de todo lo que subsis-
tiera después de ella: Segundo: que entrelanto que yo me
■dignara resolver en el asunto no se hiciese novedad en la
«xacción y continuase en la forma y método que en aquella
Actualidad se observaba con arreglo á la tarifa que se referia
constaba Jel expresado testimonio. Tercero: que los efec-
tos que alli se comprasen, pagasen cuando se sacasen de tas
jarles á donde se introdujeran, dándose por decomiso si no
llevase guia del Receptor de Lagos, exceptuando sólo ]os
Jetazos de corto valor ó cosas semejantes que cqmprara la
gente pobre para su consumo y el de sus familias, dándoles
(teste fin un pase sin derechos con intervención del Oficial
Interventor que por el tiempo de la feria se enviase de la
administración. Cuarto: quede la conlribucióp de alcabalas
?e eximiese á los mercaderes que habían llevado sus fardos
y géneros á la feria los volviesen á Iqs lugares de donde los
^acarón, jurando ser los mismos ó p^rte de ellos y no haber-
es comerciado. Quinto: que se me consulte también el
bunio relativo á la obra para casa de aduana y tiendas de
¡rme que indicó el Teniente Cqronel de Ingenieros D. Miguel
Sposlanzó en su informe, que es al frente de la puerta lateral
4el Santuario que mira al Oriente. Sexto: que con este
Objeto me dignase aplicar desde entonces el producto de la
guala ó tarifa y cesase el arbitrio de los tres y dos reales que
Salaban exigiéndose, pues para lo sucesivo bastaría el ¡mpor-
ífi de la renta ó alquiler de las tiendas que debería ser mode^
ido para ios repartos que se ofreciesen, construcción de los
luentesy demás obras que facilitarán el trájisilo de los cami-
ios inmediatos, cuyas determinaciones había comunicado
licho Virrey de acuerdo de la misma Junta Superior al Direc-.
-258 —
lor de alcabalas para que las trasKdaso al Administra ti or do
(iuadalajara y al líoceptor de Lagos; previniendo á éste
cuidase de que al tiempo de entrar en caja oí producto de la
Teria, lo verificase lambiín' del importe de los tres y dos
reales que llaman del Almacenaje; y lo ponía todo en m¡ real
noticia á efecto de que me dignara resolver sobre cada uno
lie los referidos artículos lo cjue fuera de mi soherano agra-
do; y liabiiHidose visto en mi Consejo de las Indias, con lo
<iué en su inteligencia y de lo informado por la coníaduria
general expuso mi fiscal, y consultándome sobre ello en 22
de Agosto de este año:
19 He resuelto conceder, como por esta mi Real
Cédula concedo á la referida Villa de San Juan de los Lagos
el privilegio de que pueda celebrar una feria anual perpetua
enteramente franca y libre de todo derecho, alcabala, arbi-
trio y peaje, cuya duración ha de ser por el término de quince
días después de los cuales concedo otros tres paia que en
ellos salga precisamente todo lo que hubiere entrado para
su despacho y no se hubiese vendido, y en caso de resisten-
cia sin justo motivo, es mi voluntad se cobre la alcabala de to-
do lo que pertenezca en el paraje donde se haya de celebrar.
2^ Que la construcción de los cien cajones que han de
servir de tiendas para libertará los géneros de la irregulari-
dad de los temporales, cuyos costos reguló el Ingeniero Don.
Miguel Costanzó en la cantidad de treinta y tres mil trescien-
tos pesos, á razón de treinta y tres pesos, se ha de costear
por el Consulado de Guadalajara, que debe llevar ú efecto
inmediatamente de ios fondos que tiene por el articulo 31 de
su reglamento, y por ser conforme al 22 y 23 que los invier-
ta en la protección y fomento del comercio, y caso de no
tener existencia que lasoliciteá depósito irregular, quedando
á su beneficio el alquiler moderado que se ha de llevar por
cajones, de modo que nunca exceda del 5 p§ del capital
invertido.
St' Que la casa aduana se debe hacer desde luego
por cuenta del mismo Consulado respecto al interés que le '
resulla en la franquicia, pero ceñida á lo preciso mediante
que ¡os cajones han de servir para resguardo de los rfectoa J
— 259 —
que bastará un almacén rogular para lo que pueda ocurrir,
con una pieza de despacho y otras dos para que se acomo-
de el administrador en aquellos días, v no debería exceder
de los doce pesos.
4^ Que los referidos cien cajones se fabriquen al
frente de la puerta lateral del Santuario de Nuestra Señora,
como propuso el referido ingeniero en su informe de 24 do
Septiembre de 1792, cuyo plan apruebo; y finalmente, hí^
resuelto que si para la construcción de puentes y reparación
de caminos fuese preciso alguna imposición, la hagáis Vos el
Virrey 3' con acuerdo de la Junta Superior de esa Capital erj
cantidad muy moderada con presencia délos expedientes del
peaje de Veracruz, Jalapa, Orizaba y de la ciudad de Queréta-
ro; á quien he concedido igual gracia en los propios términos.
poniendo la recaudación del que fuere preciso establecer, ú
cargo del respectivo administrador de alcabalas, como s?
hace con los otros y con alguna moderada gratificación, para
que con el producto se compongan sucesivamente los malos
pasos según fuere más urgente. Todo lo cual os prevengo
para vuestra inteligencia á fin de que toméis las providen-
cias oportunas para su debido y puntual cumplimiento,
dándome cuenta con testimonio de lo que practicareis por
ser así mi voluntad, y que de esta mi Real Cédula se tomc^
razón en la expresada Contaduría general.
Fecha en San Lorenzo, á 20 de Noviembre de 1797. —
YO el REY. — Por mandado del Rev Nuestro Señor. Fran-
cisco Cerda, — Señalada con tres rúbricas.
Villa de Orizaba, 28 de Agosto de 1797. — Presentadn
por Real Cédula por el Ayuntamiento déla Villa de Lagos al
señor Presidente de Guadalajara, por quien se me ha dado
cuenta con ella.
Guárdese, cúmplase y ejecútese lo que su Majestad
manda, sacándose copia de esta Real Cédula para qu('
archivándose la original en los cedularios de la Secretaría
de cámara del virreinato, y agregada dicha copia á su expcv
diente, pase al Señor Fiscal de real íLicienda, unida la cuenta
de gastos del referido ayuntamiento de Lagos, y consulta
del citado señor presidente á quien se le avisará la resoUi-
— 260 —
ción para su inteligencia y la de los interesados. — El mO^'
(|u6s de Branciforte.
Es copia. Orizaba, 25 de Septiembre de 1797. Bom *"
//a. — Es copia. México, 6 de Noviembre de 1 798. VC^"^
ausencia del contador, Josf^'Ranión de Ostoz^ ofícial mayor :*r.
— Es copia. México, 9 de Noviembre de 1798. Navarro^ »
En la real cédula que acaba de ser transcripta, resalta, ti
(le una parte las insólitas franquicias acordadas á favor d^l
comercio en una población americana; y de la otra parte, v^^r
elevado ya el mismo privilegiado lugar á la categoría de vill^.
• Desde luego, — dice un escritor, reñriéndose á varios 6L e
los efectos inmediatos que se siguieron de aquel decreto, — 1 -a
solemnidad del 8 de Diciembre tomó mayor impulso. Sat n
Juan ya no era ni por asomos aquel miserable cortijo de 163 -^\
su aspecto en la época de la fiesta era el de los lugar^33
mercantiles de más celebridad.
t Las yerbas silvestres que crecían en las calles mal form ¿e^-
das, habían cedido el lugar a las exposiciones de la industr^^íi
y á las ricas producciones de los más opuestos climas; varí ^'
dos rotulones decoraban la fachada de los edificios, anuwn-
ciando los objetos que halagan el gusto ó que la necesidr^d
exige; mientras que el suntuoso templo, recién salido del ^^
manos del artífice, ostentaba sus majestuosas torres, coroa ^•
deis por las nubes invernales.
«Este nuevo giro abierto al comercio y á la indusirííi
no disminuyó, sin embargo, el espíritu ascético de los prima-
ros días. Por el contrario, los sentimientos rectos qu^
infunde la moral cristiana, imprimían en aquellos corazones
sencillos el sello de integridad en todos los negocios de la vidfl.
«Elspectáculo común era ver al conductor de mercan-
(ñas, al artesano, al comerciante, y al cargador y al jornale-
ro, ir á comulgar devotamente el día de la Soberana Señora,
á cuya fiesta habían acudido, y á cuya especial protección
liaban la seguridad de sus familias, de que habían separádose
l)ara solicitar su sustento. »
La verdad histórica exige, sin embargo, que se d'ga.
con vista de testimonios fehacientes, que muy pronto ma-
leó aquel Jionesto mercado la interpolación de los juegos de
— 261 —
íizar: acudióse allí de todas parles á instalar garitos durante
la temporada de comercio, ó á tentar fortuna en ellos; y por
.supuesto, que con tales desplumaderos se llevó á la feria el
cortejo de males que les son inherentes. En mengua de la
moral y mirando sólo por el interés del fisco, la autoridad de
ctttónces pasó por todo eso, y aun algunas de las que después
5?e sucedieroh, considerchdo como irremediable tal cosa,
ileclararon permitido el juego y se contentaron con regla-
mentarlo. (*)
A pesar de esto y aun con motivo de esto, él entu-
siasmo por concurrir á aquel mercado extraordinario fa-
vorecido por la ley, se iba generalizando más y más
cada ano; sólo con un obstáculo tropezaba, que era el
de la exigüidad del plazo de tres días que acordó la real
cédula, para que se pudieran sacar de San Juan, sin el grava-
men de la alcabala, los efectos que no se hubieran vendido
ilurante la feria. Pero aun este obstáculo desapareció: íi
consecuencia de una queja interpuesta contra D. José Igna-
cio Benítez, — que parece haber sido representante del íísco
en tal mercado, — se formó un expediente que vino á dar por
resultas que en 1 P de octubre de 1807 y con vista de un
proveído que extendió el Intendente de Guadalajara á 19
de agosto anterior, el Virrey Iturrigaray, de conformidad cttn
los Oidores Catani, Borbón, Monterde y Vildosola, dispusiera
que el término de aquellos tres días se extendiera hasla ocho,
(*) Durante la feria, se fijaban en los parajes públicos de San
Juan, los siguientes artículos de ese reglamento, aprobado por uno
de los más ilustres gobernantes de Jalisco:
•*2 ® Las mesas de juego cuyo banco tenga de principal menos
de 50 $ pagarán 2 $ diarios. Si tuvieren de $ 50 hasta 2bb pagarán 8.
Si de 200 á 500 pagarán 12. De 500 para arriba pagarán 25 $. Cobrán-
dose la respectiva pensión adelantada cada 24 horas.
3 ® No se permitirá el juego llamado ímj)€ríaf,
4 ® Las Chuzas pagarán 2 $ diarios. Los Boliches, Carcama-
nes y demás juegos de corto principal pagarán i $ diario.
5 ® La diversión de Toros pagará 20 $ diarios. La de
Circo 10 $ diarios. La de Comedia 5 $ diarios. La de Maroma 3 $
diarios. La de Títeres i $ diario.'*
Como dato para que pueda apreciarse cuál era aproximadamente
el producto de este impuesto, sépase que el año de i84o se fijó la
cantidad de 2000$ como base para rematarlo.
-262-
fijándose en lo.í parajes públicos de San Juan, para que nadU
alegara ignorancia, una noticia de las oWigaciones impucálaa
i'i loa conisi'cianlea que concurrieran á la feria; las coates reso*
lucionps fueron comunicadas en decreto de 10 de noviera-
bfe siguiente á la Administración respectiva, por el Intendente
Abarca y después de oido el pedimento del Fiscal Munilla.
Mejorado de esta manera el privilegio real, poco tiempo,
sin embargo, pudieron aprovecharse de la extens^itín dé
aquella franquicia los mercaderes, porque babiendo estalla-
do la jusla revolución que proclamó la Independencia Pa-'
tria á 16 de septiembre de I81Ü, elesladoanormal deaque-
líos tiempos de inseguridad y de desorden fiizo forzoso»
suspender la feria.
En los días corridos desde el 10 al 16 de mayo de 1813 ae
juró en la capital de la Nueva Galicia, con la mayor solemni-
dad, la Constitución finnada por las Cortes de Cádiz el 18
do marzo del año precedente. Conforme al articulo 310 dd
capitulo I del titulo Vi de ese Código, se debena poner Avim-
tamiento en los pueblos que no lo tuvieran y en que convinie^
se lo hubiera, no pudiendo dejar de tenerlo los que por si
con su comarca contaran mil almas. Como esa disposicit^
era aplicable á San Juan, que si no en su recinto, sí
territorio jurisdiccional enumeraba tal vecindario, á ella d^a
atribuírsele, — ya que no aparece ntngiin documento que j
refiera esplícitamente á esa creación,— el origen del Munic»/j((
del mismo nombre, que debió ser erigido por la respectiva
Diputación Provincial á quien la misma ley encouiendafaa,
con carácter obligatono,el cuidado de darle cumplimiento al.
referido articulo.
Aunque efímera fué por de pronto la vigencia de la
Constitución del año de 12, por haberla declarado nula, á
■í de mayo de 14, el rey absoluto Fernando Vil,— noticia que
se recibió en México tres meses más Lirde, — on 1820 y |ior
obra de un movimientopoliticoencaííczudo por Riego, volvió ¡I
ponerse en vigor el mismo Código; y á consecuencia, los nue-
vos Ayuntamientos que á íl le debíanla vida, recobraron sa
ser prístino, siendo el de San Juan uno de esos Ayuntamienlos,
sñgi'in bien fundadas presunciones.
- 263 -
Este, pues, atendiendo á los males que rcscíníía la Villa
por verse privada de los muchos recursos que le produjera el
mercado r.on que se la privilegiara, ocurrió inmediata-
mente á solicitar del Mariscal de Campo I). José de la Cruz,
Presidente de la Ileal Audiencia de Guadalajara v Gobcrna-
lloré Intendente de la Provincia, el restablecimiento de la
feria; y como el Sr. Cruz so hubiese constituido en empeñoso
favorecedor del comercio en la comarca en que ejercía su
íiutoridad, oído el parecer de la Diputación Pjovincial no
contrario al ocurso, el 5 de diciembre del citado año de 23
vino en otorgar la licencia que se le pedía y en los mismos
l^^rminos de la concesión primitiva.
Consumada la hidependencia Nacional, erigido el Esta-
co de Jalisco y funcionando el primer Congreso Constituyen-
do del mismo Estado, con motivo de una consulla hecha por
^l Administrador de Rentas de Lagos, sobre si debejíaconti-
^^Uar la feria, el mencionado Cuerpo Legislativo expidió, con
'Vicha 8 de noviembre de 1823, su decreto número 9, orde-
'^ando la continuación de ésta en idéntica forma que la pre-
venida en la cédula de 1797; y el primer Congreso Constitu-
*'íonal, por su decreto número 55, expedido el í de septiem-
bre de 1826, ratificó en todas sus parles la declaración de su
predecesor.
Ganaba por entonces San Juan en categoría política, al
€reái"sele cabecera de uno de los veintiséis Deparlamentos
en que se dividió el territorio del Estado, según acuerdo de la
respectiva Legislatura, el 27 de marzo de 182í. A ese
Departamento se le dieron los siguientes límites: «confina por
el Oeste con los de Teocaltiche y Tepatitlán: por el Norte con
el de Santa María de los Lagos: por el Este con el mismo
Lagos y con la Barca; y por el Sur con Tepatitlán y la Barca.
Comprende en su territorio el distrito del Ayuntamiento de
la capital del propio Deparlamento, el de la villa de la Encar-
nación, el de Jalostotillán y el de San Miguel el Alto.»
Hé ahí cómo San Juan, por su prosperidad, vino á elevarse
al cabo sobre el mismo pueblo de que dependiera en lo civil
hasta 1640, y en lo eclesiástico hasta 1769.
Continuóse la celebración de la feria, viéndose cada ano
mis animada; y si bien la redujo á solo3 doc3dfa3, contados
desde el 1 'de Diciembre, un denreto que dio, bajo el número
!)8 V en H de agosto de 1827, el 3^= Congreso Constilucional;
en cambio, también hubo vez en que otra disposición legisla-
tiva,— el decreto núm. 577, de 4- de diciembre de 183^, — iu
prorrogara por ocho dfas.
Asimismo debe advertirse que hubo algún gobierno en
Jalisco — el de IS-il — ^que con deslino á los gastos de
construcción de cárceles en todo el Departamento, impusie-
ra derechos de introducción á los efectos que se llevaran al
mercado extraordinario de San Juan, "o alistante lo cual la
concurrencia nprcantil nq parece hf\ber (¡isnvnuido entonces.
A ese tenor, varips de los gobiernos sucesivos decreta-
ron inipuestos de la misma índole, consagrando sus produc-
tos unas veces á la reparación de las carreteras entre Guana-
juato j San Juan y entre San Juan y Guadalajara; otras veces ¡^
a la construcción de un puente en el paso del Arcediano, sobre t^^
el HioQrande; otras, al impulso de la fábrica do la Penitencia
rí^ y ^I sostenimiento del Liceo de V^arones del Estado; y fina^ j
mente, buho ocasiones, — fué esto en 1848 y 1849, — en gi m - ^
se aplicaron dichos productos á cubrir las necesídat^es d^^ J
Erario del mismo Estado.
Un ilustre publicista escribía acerca de la feria de Sawj _■
Juan, pqr lósanos de 1841 y 1842; «Para dar una idea exai-- —
ta del comercio que se hace en esta feria, cuya concurrencia -m
se conipnt^ en 100,000 personas de lodos los puntos de la
Repúbücq, se expresan cá continuación las introducciones y
consumo que ha habido en ella, tomados por término medio
de un quinquenio concluido en 1840.
f Efectos ej;tranjeros, tercios 13,242.
• Id. nacionales id 25,31 1 .
• Frutas y verduras id 7,998.
«Los consumos de carnes han sido, por el mismo cómputo,
de 394 reses, 809 cerdos y 670 cabezas de ganado de pelo y
lana, calculándose el de maíz en 8,000 fanegas.
« Las introducciones y consumos de la villa en el resto del
año han sido en los términos indicados, de 3,180 tercios de
efectos nacionales; 6,017 de frutas y verduras; 717 reses;
i
tcl sellado: rqiio el fondo municipal, nivü hversii'in primipnl |
is en la instrucción pública, compostura de caminos, aluin-
irado, sostenimiento ile la [anv.u qno so pone sobre las armas
Hwr parte de la policía para aiudar i niaiil<;ner el orden en el
iempo de la feria, ha prod-icido ii,n]alinentc ]8,(HJ.-i ps. 1 il. 1
ll año. AdvÍ!-tiei]do, (jue por el estado de a/rí^Io en ore áaj
— 266 —
ha puesto desde 1839 la colectación de uno de sus ramos, sus
productos totales desde ese año deben estimarse en más de
25,000 ps. anuales.»
Muy poco tiempo después vióse en riesgo la feria de
sufrir un serio contratiempo: fué el caso que el Greneral D.
Antonio López de Santa-Anna, Presidente provisional de la
llepública y á quien el cáustico historiógrafo Bustamante
denunció en esa misma época como propietario de todo el
suelo que se pisaba desde Jalapa hasta Veracruz, en uso da
las facultades amplísimas que le daba el art 7^ de las Bases
(le Tacubaya, para organizar lodos los ramos de la adminis-
tración pública, á 1 1 d3 julio de 18 i3 decretó li concesión
de una feria que deberla celebrarse del 15 el 30 de diciembre
de cada año, en el l^aso de San Juan, infeliz congregación.,
situada á poco más da una veintena de kilómetros del prime-
ro de los puertos mexicanos del Atlántico y al cual lugarejo
trataba de favorecer á título de que en él terminaría ^^
primer tramo del f.)i-rocarril de Veracruz; y para qu^
nada impidiera el éxito do aquella gracia, dispuso al mismo
tiempo que la celebración de la feria de San Juan delo¿^
Lagos se transfiriesa en lo sucesivo hasta el 25 de Febrero -
Alarmóse naturalmente con esta novedad el vecindari^^
sanjuanense; elevó al Gobierno una razonada solicitud parí^
que insubsistiera la perjudicial disposición; y viéndose desat-
tendido, ocurrió á valerse del amparo de su conterráneo et
Sr. Lie. D. Antonio Escoto, (*) quien con el mayor empeao
gestionó en favor de tal asunto.
(*) Fué hijo de D. Joaquín Escoto y de Da Dolores Jiménez;
nació en San Juan por el año de i8o6: el año de i8 pasó á estudiar en el
Seminario de Guadalajara, donde sustentó un acto público de Lógica
y Metafísica y cursó hasta Teología; el 28 de junio de 30 se recibió
de abogado; desempeñó con saber é idoneidad la magistratura en el
SuT^remo Tribunal de Justicia de Jalisco, desde 31 de enero de 42
hasta principios de febrero de 53; y fué muy notable como abogado
postulante. Del matrimonio de este Sr. con D*"* Guadalupe Gómez
I barra, tuvo ser el Lie. D. Joaquín Escoto, á quien hizo célebre el
car^o de Asesor del Consejo de Guerra que sentenció en Querétaro
al Príncipe Maximiliano que con el título de Emperador gobernó en
México, y á los Generales Miramón y Mejía. Este Sr. Lie. D-
Joaquín ocupó elevados puestos íedetales, como el de Diputado y el de
— 267 —
«Quejáronse los diputados de Jalisco de esa deterinina-
m al Congreso, — cuenta el referido historiógrafo Busta-
ante, miembro que era del mismo Cuerpo, aludiendo á tal
ludanza, — y éste mandó que no se hiciese novedad en lo
radicado de inmemorial tiempo. Pasado el expediente á
3anta-Anna, hizo observaciones, y no le dio cumplimiento;
OQias yo, bien convencido de la injusticia del veto, en lo parti-
Cttiar le escribí una carta, y le mostré los grandísimos perjui-
cios que se iban á seguir al departamento y á la hacienda
pública, y concluí suplicándole llevase á cabo la disposición
del Congreso. Mandóme decir que le hiciesen presente esto
niismo los diputados de Jalisco, y que se le presentasen, como
'o verificaron, y otorgó á su petición con docilidad, y recogió
el expediente. De facto, se verificó la feria, y el mismo Santa-
Aana percibió aprovechamiento de esta medida, pues recogió
ffan cantidad de dinero por razón de derechos de la feria, y
con él pagó á sus tropas reunidas en Querétaro. >
Es verdad: derogóse en la parte correspondiente el decre-
to que perjudicaba á San Juan, el 5 de septiembre de
^ S44, esto es, en la misma fecha que la Cámara de Diputa-
^^ otorgaba licencia á Santa-Anna para separarse de la
^^^¡denciaé ir a visitar sus haciendas; y cuando en noviem-
r^^e y diciembre siguientes el mismo Santa-Anna pasó á Quére-
5^^o y luego al Bajío con un ejército destinado á combatir
^- devolución que en Guadalajara acaudillaba el General Pare-
^^s, entre el dinero de que dispuso contábase el producto
^^ los derechos causados en la reciente feria.
Aquí viene á cuento advertir que la disposición al fin revo-
^^da asi, no implicaba daño algimo para la feria de San Juan
^or la simultaneidad de la acción significada en el establecí -
^íciiento de un nuovo mercado extraordinario; sí sólo por la
^^udanzadel tiempo en que era costumbre celebrar la antigua
feria. Ya entonces se tenía una prueba positiva de que en
^ada peiijudicaba á San Juan la erección de otras ferias, por
masque ingeniosamente se acudiera á poner á favor de éstas
todos los medios oportunos á fin de procurar el triunfo en la
Oficial Mayor del Ministerio de Gobernación: y murió el 22 de marzo
dd presente año.
— 268 -
competencia: con efecto, la vecina ciudad de Aguascalíentes
comen/ó á celebrar otra feria en 1828, por decreto de la
legislatura de Zacateca?, al cual Estado pertenecía. Siendo
esa población lugar de tránsito para las comunicaciones dd
Norte con San Juan, se pensó muy bien en servirse de esta
circunstancia para que la nueva feria recogiese las primicias
del comercio que ib¿in á hacer á la villa de la Virgen, provis-
tos de numerosos (*aiTOs y de mucho numerario, los trafican-
tes de Coahuila, Chihuahua, Tejas, Nuevo México, etc., y para
la consecusión de cs3 plan se creyó que bastaría hacer que
precediera inmedialamente la nueva á la antigua feria, desig-
nándose para tenerla el lapso conijirendido entre el 20 y el 30
de Noviembre. El plan era excelente, tanto más cuanto que
venía á favorecerlo el hecho de que Aguascalíentes era una
ciudad industrial muy productora: allí pues, imaginábase que
liarían sus compras y cargaiian í^us cairos los comerciantes
del Norte, sin naccsiíl.Kl ih tví:iorq:i) andar dieciocho leguas
más. Pero dos fucrzajr podorosísimas contrastaron esas venia-
jas y malograron la subsisloncia déla nueva feria: una de ellas
fué la costumbre inveloradadeacudir precisamente á proveer-
se en el mercado de San Juan; y la otra, el sentimiento reli-
gioso que atraía á las mullituJes á prosternarse en el Santua-
rio de la milagrosa Imagen de la Concepción Purísima. Despro-
vista do esas ventajas tradicionales, poquísimos años subsis-
tió la feria de Aguascalíentes.
No fué más feliz que ésta una que la Legislatura del Esta-
do de Guanajualo le concedió después á la ciudad de León y
que por los años de 1861 y 1862 se celebró ya con muy es-
caso concurso, á posar de tener ese lugar sobre San Juan las
mismas ó mayores ventajas que Aguascalíentes; y aun fué en
este particular más desafortunada la ciudad de Lagos, á la que
el Congreso de. lalisco le otorgó, en 23 de mayo de 1872,
también una feria que debería celebrarse del 29 de Julio al 8
de Agosto, pero que desde luego fracasó.
En los anos subsiguientes al de ií llegó á su culmen la pros-
peridad de la feria de S. Juan, hasta el grado de duplicarse el
número déla concurrencia que se computaba el año de 40:
por informes de testigos presenciales se sabe que el precio de
— 269 —
inquilinato ele las lincas durante esa época extraoidinaria era
muy crecido, y principalmente el de las tiendas, que solía lle-
gar á $10Q0; que hasta en los mismos techos de las ca-
faas, por no caber ya en éstas, se instalaban muchos de los
forasteros, aun siendo acomodados; y que la muchedumbre de
poco fuste tenía que contentarse con vivir á cielo raso en los
cerros inmediatos.
Como San Juan se hallaba lejana de los campos en que
«59 desarrollaron los infaustos sucesos de la injusta guerra
<.|ue promovieron á iMéxico los Estados Unidos de Norte Amé-
rica, aquella invasión no influyó en detrimento de la feria;
Y)ero no pudo salir igualmente indemne de los perjuicios 'qCTe
le ocasionara á la HepúbMca ]\Iexicana el escandaloso contra-
l:)ando que se hacía en la frontera del Norte: de ahí provino
que la feria hubiera sido mala en 1849. Es probable que á
su vez el cólera morbus, que desde á fines de ese año y en
til siguiente hizo tantos estragos en el país y que en particular
fué fatal para San Juan, donde en el espacio de poco más de
un mes, según se lee en «El Universal», ftillecieron más de
quinientas personas, haya obrado asimismo en daño
de la feria, por lo que toca á 1850. Después, la ley de consu-
mo expedida en 9 de octubre de 51, que aumentó hasta el
ocho por ciento los derechos de ese impuesto general, no
dispensándolo ni en las ferias; el desbarajuste económico; y
la revolución que estalló en 26 de julio de 52 y que en diciem-
bre del mismo año alcanzaba su mayor período de efervescen-
cia, llameando en torno de San Juan; fueron otros tantos ele-
mentos contrarios á la bonanza de la feria.
En ese estado precario continuaba celebrándose, sin
embargo, cuando se desarrollaron otros graves hechos de
gran trascendencia para ese comercio. El pueblo de San Juan,
entrañablemente adicto á las creencias católicas, como es
natural en quien todo se lo debe á ellas, había visto con ma-
los ojos la expedición de las diversas lejes encaminadas á
despojar á la Iglesia de toda su influencia y á someterla á
la autoridad civil. Por efecto de ese sentimiento, el 12 de
abril de 1857 se amotinó la multitud, acaudillada por el rico
vecino D. Miguel Zermeño, para impedir que se proi\\ul?ax^
— 270 —
allí la Constitución Federal: el jefe del levantamiento, que a
la postre quedó triunfante, pagó con su vida la empresa; el
Director político Sr. D. Toribio Esquivel habría sufrido la
misma suerte desastrosa á no haberse interpuesto entre él ^
los amotinados, echándose de rodillas á los pies de éstos, c\
humanitario Capellán Mayor Presb. D. Ignacio Rosales; hub<>
muchos heridos y varios muertos en la refriega, y la lurb^^
cometió algunos desmanes. No pararon ahí las cosas: el 5 A ^
octubre siguiente se repitió el levantamiento, originándol ^
esta vez la noticia que se tenía de que en tal fecha irían á po-
sesionarse de las fincas del Santuario ciertos individuos qtm e
tós habían denunciado para adjudicárselas, conforme á la 1^ V
de desamortización de los bienes eclesiásticos expedida el 2 ^
de junio de 1856: la asonada quedó entonces vencida, — per^^^
no sin que hubiera víctimas también, — gracias á que la auto "
ridad política contaba con un buen número de ftierK^*-
armada, en auxilio de la cual fuerza acudió violentamente ^
otra más numerosa de Lagos.
Es muy probable que como consecuencia inmediata d^^'
primero de tales motines é inmediata del segundo, el Congres^-^^
Constituyente del Estado expidiera el 7 del mismo mes s^*
decreto núm. 6, en que se ordenaba que la feria que deb^^'
ría celebrarse en los primeros días del mes de diciembí — ^
siguiente, quedara suprimida; á reserva de dictarse una med ^'
da definitiva general acerca de la subsistencia de tal comercf ^
privilegiado. No obstante ese decreto, casi un mes antes (B--^
la fecha en que se debía comenzar la suprimida feria, hab^^^
ya reunido en San Juan buen golpe de comerciantes; y sab^^"
dora de ese caso la Legislatura que iba á quedar burlada, ocu::^"
rrió á hacer sentir su autoridad al vecindario, gravando con ^^'
tres por ciento de su valor catastral las fincas que se arrer""*'
dasen durante el tiempo de aquella feria, y á la vez les iin»"
puso álos que fuesen inquilinos en virtud de esos contratoirr^'
una contribución de la décima parle del precio de arrendí»-"
miento.
La lucha que en los dos años siguientes tuvo que soste-
ner el partido conslitucionalista, no le permitió ejercer esa5
medidas coercitivas. Apenas había triunfado este bando, el
— 271 —
Gobernador interino y Comandante militar Ogazón, á pesar
de hallarse en la campaña de Álica, el 29 de enero de 1864 dio
un decreto trasladando la cabecera del Departamento de San
Juan á la villa de la Encarnación. Era de esperarse que á esa
medida decesiva le sucediera otra directamente obstruccionis-
ta, para la feria; mas ya fuera que en el trascurso de un año se
hubiera disminuido en orden á este particular el ofuscamiento
politice del mencionado gobernante, ó ya por otro motivo, lo
cierto es que en 3 de octubre de 1862, en uso de las facul-
ta^desde quego;5aba, derogó el decreto supresorio de la feria
y la declaró restablecida, aunque con la vaga taxativa de
« por ahora » .
Llegada la época de la Intervención Francesa, varios
comerciantes acudieron ala Regencia del Imperio, solicitando
que restableciera la feria; y esa autoridad, después de pedir
^^ formes a las del Departamento de Jalisco, acordó en el senti-
^^o de la instancia; pero el estado de agitación en que se halla-
*^^el país, al parque la inseguridad de los caminos, hicieron
^Vie dicha feria no tuviese ese año, que fué el de 1864-, tía
^-^ncurrencia que era de desearse; y sin embargo, los que
^^istieron, hicieron un buen negocio, relativo á esas circuns-
* encías», decía el periódico oficial del mismo Departamento.
«En el presente año, — publicaba ese mismo periódico,
^ El Imperio», refiriéndose á 1865, — en que han desapareci-
do en su mayor parte esas causales, y que se goza de abso-
'uta regularidad en los caminos, es de esperarse que la Feria
tJe San Juan tenga todo el brillo que ha presentado en épocas
anteriores, y nosotros sabemos que en México, San Luis, éste
V otros Departamentos, se prepar¿in expediciones de impor-
tancia, estando persuadidos de que los concurrentes tendrán
todas las garantías de seguridad apetecibles.
«También sabemos con anticipación que los dueños de
fincas de San Juan, les han hecho... reparaciones importan-
tes y que el infatigable ingeniero director de caminos de la
línea de esta ciudad (Guadalajara) á liagos, D. Manuel del
Corro, se empeña en violentar los trabajos que dejen en buen
estado la vía... á San Juan.»
Á pesar de tan lisonjeras noticias, tiénese por cierto que
— 272 —
salieron fallidas las esperanzas de la citada publicación y que
la feria tuvo poco ó diminuto concurso.
En ese tiempo el Municipio de San Juan se vio separado
de su territorio originario y agregado á la Prefectura de Aguas-
calientes, por efecto del decreto de división general expedido
á 3 de marzo de 1865; pero efímera fué esa disgregación,
puesto que al finalizar el año siguiente, victorioso en JaKsco
el gobierno republicano, recobró este territorio todas sus par-
tes constitutivas.
El año siguiente, á 9 de agosto, restablecía sin restric-
ción alguna la feria el Gobernador y Comandante militar Gó-
mez Cuervo; en 25 de oclubre de 69 se halla restaurada San
Juan en su categoría de Cabecera Departamental; y cuatro
días después, acaso como compensación al descenso de qti^
se hizo mérito antes, el Congreso otorgaba á aquella misitia
villa el título de Ciudad.
Varias circunstancias vinieron posloriormentc á quebranta^/
de tal manera la vitalidad de ese morcado extraordinario, qu^
llegó á creeisa que dcsaparccoria del todo: fué la primera, '^
rápida formación que ha tenido la red ferroviaria en nuestra
país desde el año de 1880, circunstancia que á medida quc
fué facilitando en general las relaciones mercantiles, hi5^^
disminuir la importancia de la feria, que era en oíros ticmpoí?
el modio mojor d^ proporcionarlas; fué la S3gimda, el hecb^
de haber quedado San Juan do los Lagos fucn-a de aquoH**-
parte de la vía del Ferrocarril Central que tres años despu^^
unió á Lagos con la Encarnació;i; y faé la tercera el haber^^
llevado á efecto la abolición general de las alcabalas en 1^
República.
Estos diversos factores contribuyeron á que la feria t^
llegara á ser siquiera sombra de lo que ella fué; pero con ^
deseo de reanimarla, se apeló á un expediente, en vísper
del primer centenario de la concesión do tal feria. Esa saUí-"*^
consistió en haber conseguido que la Legislatura del P^tad^^
con fecha 27 de septiembre de 1897 decretara la cxencic^^
del impuesto de patente, — con que se substituyó la alcab»-^^
en Jalisco, — á los giros mercantiles que se establecieran
la leña del citado año.
Bastó la rereridn Tranquicia para que los rehallados Tue-
ran brillante?, como lo demuestra la siguiente descripción:
«¡Las fiestas del Centenario! ¡La feria! Pasaron como to-
das las cosas del mundo, como una exhalación, como la Fúl-
gida luz de un meteoro, como un l'atitástico ensueño. La^
tiestas del Centenario dejaron grali'^imoí! recuerdos no fojo
inagnifi-
'^*>con cre-
'^^% los mu-
■^üs sacrili-
tis que se
ciaron pa-
El willio y liení6ixi Capellíii Ma.voi
Tre^b- D. Ignacio BuiHiltni.
iHLial.
pe-^imis-
[;ts. los ijUe
por envidia
i'i fior oíros
inolivos no
nuiv luai
creen ijiie
querer la le-
ria reeolire
su antiguo
«splendor es
,-_ tanto como
^Víerer resucitar un muerto, deben convencerse de que eslíin
^*í un error. Personas que preíenciaron las ferias más famo-
is, nos as?guran que la que acalwi de pasar, en concurren-
cia y comercio al menudeo tuvo mucha semejanza con aquO-
" í as, V lo que más consueíii es ver que el espíritu religicso no
^lecae; por el contrario, se aviva cada día más. Zacatecas.
Tiuanajualo, San Luis Potosí. Guadala;ara, Rlichoacán, Méxi-
co, Puelíla, los Estados do b Frontera v todos los puebloe
circunvecinos nos trajeron su contingente de j^regri
nos y comercianles. Todos los días, al romper el allia
35
al abrirse las puertas de! Sanluarto se oían los cánti-
cos (]e alabanza á la Inmaculada Sladre de Dios; como
por asalto invadían las espaciosas naves del templo, para asis-
tir al Augusto Sacriricio de la Misa, entrando de rodillas con
vela en tiiano. Desde esa hora hasta el anochecer era impo-
sible entrar á visitar á la Virgen los dias 6, 7 y 8.
"Los dias 6 y 7 entraron las devotas peregrinaciones de
Zacatecas, I^ón, Guanajuato y Silao, trayendo mucha cera y
muchos regalos para el Santuario: las dos fueron numerosas.
"Las fiestas religiosas en los días 7, 8, 11 y 12, t-omo
de costumbre fueron espléndidas; las iluminaciones nada de-
jaron que desear.
"lisio fueron las fiestas religiosa?; demos ahora una rápi-
da ojeada á la^ fiestas profanas, es decir, á la feria. Humildes
escritores de provincia, aunque muy paseados y envejecidos
en el olicio, nos creemos impotentes y muy torpes para
escribir lo que fué la feria que acaba de pasar. ¿Que fué la
feria? Uu conjunto heterogéneo de lo que hay de más reli-
gioso y de más profano. Por un lado, los cánticos sagrados^
dedicados á la figura, después de su Divino lujo, la má:^:
hermosa del Cristianismo, á María, la mis pura, la mjís hermo-
sa, la más sublime de las urgenes, á la Madre de los mexicano;
la auxiliadora de los cristianos y consoladora de los afligido;
por otro, las músicas, los cantos profanos, los toros, la alegrí;
en una palabra, manifestada ruidosamente. ¡Cufinios grilo^i
icuánto ruido! ¡cuánta algarabía! Las tiendas de ropa, qoi
fueron en más crecido m'nnoro que en los años anteriores,
mercerías, que fueron oc!io. llenas ile compradores disputan
dose las mercancías; los puestos de quincallería, vulgo, vari-
llas, los de dulcis, los de fruta, atestados de marchantes.
En las tiendas de al>arrotes y en las tocinerías, á las horas de
riguroso despacho, pidiendo ú gritos que se les despacJiase
los artículos de primera necesidad.
"En la callo de la loza, donde se venden los ramoso:
monos de San Pedro y Tonatá, el ruido de los pilos y la
cometas de barro era atronador. Mocha fué la carga (jui
vino de la referida mercancía, y sin embargo, para el dia
ttoüa hiibia. concluido y no había qué comprar.
275 —
Ctl
El cerro de los Mesones cubierto de partidas de muías v
caballos, que todos se acabaron vendidos á muy buenos pre-
cios. El cerro de las Bolitas y el de las Naranjas llenos de
gente.
"Desde el día 1-® hasta el 14, la banda que dirige el hábil
profesor D. Manuel R. de León, tocó en las tardes en el zóca-
lo de la Plaza principal y el paseo era muy concurrido; pero
lo que llamó sobre todo la atención, fué el famoso paseo del
Parián, que tenía lugar todos los días desde las ocho déla no-
che hasta las once ó doce.... Nada faltaba ahí; buenas
neverías, excelentes cenas, ricas cantinas donde se hallaba
todo lo que el gusto más exquisito puede desear.
''No escasearon la diversiones: hubo toros, gallos, cine-
í^atógrafos, panoramas, y sobre todo, loterías, chuzas y carca-
manes, que es la clásica diversión de la gente del pueblo..
''Esta fué, descrita á grandes rasgos, la feria que acaba de
Pasar» (1)
El éxito así conseguido gracias á la franquicia de que
^^ hizo mérito, fué un precedente que se tomó en cuenta
Para que la misma exención fiscal sirviera de cartabón en lo
^Ucesívo: desde entonces año por año la Legislatura decreta,
^On la antelación correspondiente, igual favor á los comer-
ciantes que acudan á negociar en la feria venidera. (2)
(i) Ésta descripción está firmada con el pseudónimo Raúl y la hallé
^el cúmero 2197 de **E1 Estandarte" de San Luis Potosí, corres-
)>ondiente al 21 de enero de 1898.
(2) El Sr. D. José María Liceaga, en sus * 'Adiciones y rectifica-
ciones á la **Historia de México" que escribió D. Lucas Alamán.
pretende que San Juan de los Lagos fué el lugar elegida como centro
para hacer la proclamación de la Independencia Nacional por los conju-
rados de San Miguel el Grande y Querétaro, aprovechando las venta-
jas que al efecto procuraría la feria de i8ío. A esa aseveración sólo le
han dado acogida, que yo sepa, dos historiado es: D. Nicetode Zama-
coisy el erudito laguenseSr. Lie. D. Conrado Pérc. Aranda. El primero
de estos dos publicistas se expresa así acerca del particular:
**Como una empresa de la magnitud que se trataba, exigía grandes
preparativos y recursos que no se podían proporcionar en breve tiem-
r), y era requisito indispensable la prontitud para que no se llegase
descubrir el plan, se pensó en sacar provecho de una circunstancia
que facilitaría el triunfo de la causa. La ocasión que se juzgó favora-
ble para dar el grito de Independencia fué la feria ie San Juan de los
-276-
Aunque las consecuencias de ese tráfico no puedan ser
preconizadas en todas sus partes como auxiliares de la Reli-
gión, que prescribe á sus afiliados huir del vicio y practicar
Lagos que se celebra anualmente desde el día 8 de Diciembre hasta
el 15 del mismo mes. El plazo no estai» lejano: pero daba snfidente
Ittgar á que entretanto se acopiasen los elementos necesarios á la
empresa. Dos circunstancias tuvieron presentes los conjurados al ele-
gir la celebración de la expresada feria, que juzgaron coadyuvaría
poderosamentí- al triunfo del movimiento. lira una, la de que á ese
punto concurrirían, como era de costumbre, la mayor parle de los
comerciantes españoles, y estando desprevenidos y entregados á sus
negocios comerciales, fácilmente se podrían apoderar de ellos, sia
estrépito ui desgracias. La otra era, que concurriendo igualmente lo-
dos los aQoB en número infinito personas de todas las clases de la socie-
dad y de todas las provincias al mismj punto, los conjurados podrían
hacerlo sin llamar la atención de nadie, como sucedería si se reunían
en cualquier otro sitio. Adoptada la idea quedó convenido que D. Igna-
cio Allende y D Juan Aldama, con los oficiales y soldados que fuesen
de su entera con¿aiiza, se dirigiesen en diversos grupos á la expresa-
da feria, para llegar á ella el 1 ° de Diciembre de 1810. Kl grito de
independencia debían darlo en un día de la feria que se señaló: grito
que en la misma fecha 'ería secundado en todas las poblaciones, hacien-
das y pueblos, por los jefes ó a^'enles de las juntas subalternas.
"El plan estaba bien combinado, La feria de San Juan de los Lagos
es, con efecto, la más concurrida de todas las que se celebran en aquel,
país. Desde los puntos niá.s distantes se dirigían á ella millares de
personas de todas clases á caballo, en carruaje y aun á pié, formando
una interminable Columna de gente en cada uno de los caminos que
couducen á la población. Podían, por lo mismo, llegar al sitio seña-
lado, citando para reunirse en él á todos sus partidarios asi de las
haciendas como de las ciudades. ("Hist. de México", tomo VI, cap. 1
V, páginas 164 y"i65. )
Era en verdad la feria de San Juan muy concurrida y de nombre
til que por esos tiempos ya aludía á ella como famosa y muypro-
ductiv-a un periódico londonenoe. Recuérdese la animada aunque no
correcta descripción que de ella hizo, con referencia á la épocA colo-
nial, el ilustre D. Guillermo Prieto, en sus I^'.viones Elenientalfs líe
Evonnmla PolÜicn:
"Todavía heraos oído de los labios de nuestros padres contar alen-
tados y nerviosos, con el colorido de la leyenda, las maravillas de la .
feria dt Logoit.
'"Ese pueblo característico del Bajíocon sus rectas calles |?1 y porta---
les desiertos, con su elegante sanluario coronado de torres altísimas^
silencioso: ese pueblo nuierto mientras no llegaba la feria, exlendidc:
como una persona calaléptica en un lecho abandonado, revivía ale —
gre como la Knmfmldn de Víctor Hugo, danzando aérea y agitando
.■iu riridosa pandereta con cascabeles al primer mido de la feria.
— 277 —
exactamente sus deberes sociales, no debe por eso el histo-
riador desestimar el provecho general que la feria de San Juan
le produjo á todo el país en aquella época en que eran tan
''Cada grupo de negociantes extendía sus mercancías haciendo os-
tentación de sus primores.
**Los rebaños de Nuevo México se tendían como un manto de ar-
miño en las lomas y colinas que rodean el pueblo; en las llanuras ne-
Sfeaban los ganados y las muladas de Soto la Marina, Durango, y la
caballada de Aguascalientes y de Ciénega.
*'En el interior del pueblo, á la par de los efectos extranjeros de
China y España, se veían las colchas y zarapes de San Miguel el
Grande, los jorongos del Saltillo, los sombreros de Puebla, los paños
de Querétaro y San Felipe, las mantas de Texcoco, los rebozos de
Morelia. Tenancingo, Suitepec, etc.
"Armábanse mil tiendas, improvisábanse fondas y cantinas, y en-
tre las mil instancias y proclamaciones del tráfico oíat se los cantos
provocativos el ruido del oro. la embriaguez del tahúr, y
*os acentos lejanos del órgano del templo acompañando la fervorosa
^^ tañía."
Si lugar de aquella reunión general era sin duda muy á propósito
^^¡^a que sin excitar sospechas se congregasen los conjurados: pero no
*^^ parece que fuera también oportuno para coger desprevenidos á los
^^Cberosos españoles que allí acudían: estas gentes, que llevaban á la
^^^ia los más valiosos artículos de comercio y grandes cantidades en
^^^unia, iban á ella bien armadas y escoltadas por sirvientes adictos,
1^ durante su residencia en medio de aquella muchedumbre vivían aler-
v^ para evitar que se les robara. Muy expuesto á un fracaso hu-
^^^ra sido, pues, el golpe de mano que así se sujx)ne; tanto má^
j ^anto que en la feria tenía que haber un nutrido destacamento de
^^ milicias provinciales, para conservar el orden.
- JNlas separándome de ese terreno enteramente especulativo ¿en qué tes-
5;í^inonio fehaciente descansa el supuesto del Sr. Liceaga? ¿cuál de los
^^5Dcumentos coetáneos y qué declaración de los primeros Caudillos del
^"lorioso drama iniciado en Dolores, le ha servido de base á aquel
^historiógrafo para aseverar cosa tan incierta? Entiendo que ningimo,
X^ues á ninguno aluden al prohijar esa especie el Sr. Zamacois, ni el
^r. Pérez Aranda, (páginas 74 y 75 de su estudio * 'La ciudad de Dolo-
>-es Hidalgo,) quienes no hubieran omitido por cierto citar ese apoyo
^e su opinión, caso de que lo hubiera habido.
Copioso es el número de datos auténticos que han sido publicados
acerca de los intentos de los conjurados de San Miguel el Grande y
Querétaro: pero en ellos no se halla siquiera una mínima alusión, ó
á lo menos yo no he podido hallarla, á que dichos conspiradores
hubiesen puesto sus ojos en la feria de San Juan para comenzar su
empresa.
— 278 -
exiguas las proporciones del tráfico y tan señaladas las opor-
tunidades de hacerlo con la utilidad correspondiente; ni los
buenos rendimientos que de la misma feria obtuvo el fisco
Aparte de esto, no concuerda la fecha de la época de la celebra-
ción de la feria, con ninguna de aquelKs diversas fechas que loi mis-
mos datos fijan como designadas para dar principio á la patriótica ta-
rea. En comprobación voy á referirme á esos datos:
En el ' 'Extracto de los avisos dados desde la ciudad de Querétaro,
sobre un proyecto de sublevación en Dolores," — documento existente
en el Archivo general de la Nación y publicado por Hernández Dáva-
los, con el número 29, en el tomo II de su interesante Colección, — se
'expresa que el capitán Lanzagorta le dijo al denunciante Galván que
**el proyecto debía tener efecto en todo Septiembre;'' pocos renglo-
nes después se agrega ''que cuantas noticias se habían podido adqui-
rir estaban conformes en que en todo Septiembre se había de consu-
mar la maldad;" y más adelante, por tercera vez se alude á * 'nego-
cios del mayor interés con Allende, cuyas resultas se verían en Sep-
tiembre."
D. Epigmenio González, el primero de los conspiradores sorpren-
didos en Querétaro y que largo tiempo tuvo que sufrir por esa cau-
sa, escribió en su "Relación sucinta de los principios de la Revolti'
ción Mexicana de 1810," — publicada íntegra por el egregio histon»"
dor González Obregón en lus números 2 y 3 del ** Boletín Histórico
Mexicano," — después de contar la visita que Hidalgo les hizo á lo^
conspiradores de Querétaro, que: "Entonces se determinó por Allen-
de que el grito se daría el 22 de Septiembre en Querétaro, San Mi-^
guel y Dolores" ....
El mozo Cleto, vecino de la hacienda de Santa Bárbara y enviaí?^
por Hidalgo á hacer prosélitos en la jurisdicción de Santa María del
Río, invitó á Don Vicente Urbano Cha vez el 15 de septiembre, '"^
que concurriese á la facción que debería estallar el día 28," según ^^
refiere Bustanií^nte en el libro I, páginas 9 y 10 de su obra *'Camp^'
ñas del General D. Félix María Calleja"
El Relato del carmelita Fr. Gregorio de la Concepción, uno de lo*
prisioneros de Acatita de Bajan, citado por el Sr. Zarate en "México ^
través de los siglos," [cap VII, páginas 92 y 93 del tomo III,] y l^
"Memoria" del soldado de la Independencia Pedro José Sotelo
(núni. 178 del t. II de la "Colección de Documentos de Hernánd^^
Dávalos,) salen acordes en fecha: el primero, — que es pjor cierto t^í»'
timonio dudoso, como lo ha he:ho notar el sabio Sr. Dr. Rivera ^^*
el folleto que escribió con el nombre de tal religioso, — después de f^^
ferir la visita que Fr. Gregorio pretende haberle hecho á Hidalgo ^*J
aunque no fue el que se había elegido, el día 29 de Septiembre ^*
— 279 —
y que se emplearon no pocas veces en obras del procomún
nacional ó del Estado, como se ha dicho; ni finalmente, las
muchas mejoras, de más ó menos importancia, que en San
nombrado para la grande empresa, pero el día 15 de dicho mes á las
diez de la noche, llegó el Sr. Allende," etc.
La delación que el Tambor mayor Garrido le hizo al Capitán Busta-
Jnante, éste al Mayor Berzábal, y éste al Intendente Riaño, se refería
4 "que el cura Hidalgo, Allende, D. Juan Aldama y D. Ignacio Aba-
solo ^*(/c) pretendían sorprender la noche del 1 ^ de Octubre á todos los
pópeos avecindados en Guanajuato." (Alamán: {Hist. de Mi{¡i('o,
^ib. II, cap. I, páginas 362 y 363; y Bustamante: Cuadro Histórico,
^ta I, pág ?i, edición de 1843.) É igualmente en la esquela que
hidalgo le escribió á Allende y que de propósito se puso en el bolsillo
^A otros papeles comprometedores el Capitán Arias, para que se le
^ ieran.al aprehendérsele, por las autoridades con quienes estaba de
^^tjerdo, se decía: **que ya no había remedio; que el plan se había de
'"^^Tíficar á lo más tarde el 1? de Octubre'* [Alamán. ob., lib , y
p. citados, pág. 370.]
En el facsímile de una carta que se supone autógrafa de Hidalgo,
le está dirigida á M órelos con fecha 4 de septiembre de 18 10 y que
aé publicado por '*La Libertad'' de Guadalajara el último aniversario
^^i la Independencia, parece fijarse con el mismo fin, aunque usando
-e cautela, la fecha á que se contraen estas expresiones: *'se me dice
ue el 29 del venidero Octubre es el dia seííalado para la celebración
^3el gran jubileo, que tanto ansiamos todos los americanos.** Y se
^ nsiste por dos veces en designar esa fecha, j-ubr rayándola además.
He reservado p^ra lo último el testimonio más caracterizado de to-
"'los, el del preclaro Caudillo de la Revolución, quien honrada, franca
y terminantemente declare de esta manera sobre el particular, en la
<^usa que se le formó en Chihuahua:
'•15. Preguntado.— Si es cierto como ha sido voz común que la
^insurrección verifica la el día diez y seis de Septiembre estaba resuelta
í>ara el veintinueve dia de San Miguel en la Villa de San Miguel el
Virande, y si en esto el declarante llevaba el objeto de dar cierto .lire
^e prodijíio á dicha insurrección reuniendo las circunstancias de su
l^ropio nombre: el del Santo del día y el del hipear de su plantificación:
^ la manera que se valió de la imagen de la virgen santísima de Guada-
Vupe para atraerse á los pueblos. I)ijo: Que noe^ cierto que se hayan
tenido semejantes consideraciones con respecto á ninguna de dichas
circunstancias: que sí se trató de c^ue se verificase el día veintiséis en
la Ciudad de Querétaro y en San Miguel el Grande; pero habiendo
parecido corto el tiempo para prevenirse de algunas armas se difirió
para el día 2 de Octubre, loque no tuvo efecto poi la sorpresa de \o\
confidentes de Querétaro, como tiene declarado en la posición tercera
y responde.** (Hernández Dávalos: "Colección", t. I, núm. 2, pág.
14)
-280 —
Juan han sido plausible efecto de la celebración del mencio-
nado comercio.
Hasta ahora de entre estas mejoras sólo se había señala-
do en las presentes pAginasla conslnicciün del Puente grande;
y es aquí el lugar propio de expresar algunas otras que se ini-
ciaron con la fábrica de la Casa Municipal, efectuada desde á
fines del tercer decenio del siglo XIX hasta dos lustros después.
En 23 de noviembre de 1838 se autorizó á los Jueces de
paz de San Juan para que comprasen una finca perteneciente
á la testamentaria de I). Guillermo Marun, destinándola á
servir de cuartel en el tiempo de la feria al deslaeaniento que
fuese á guardar el orden, y á que en el resto del año se
Este testimonio autíntico, ingenuo, claro y sin reticencia, es de sin
igual firmeza; porque si bien pudiera oponérsele el resultante del billete
de Hidalgo á Allende en que se refere al 1 ^ de Octubre, pero como
tos términos de ese billete no cou'^tan sino á-^ oídas, pore! solo dicho
de Alamán, — que en muchas cosas se equivocó y que ni siquiera precisa
liaber visto él mismo tal esquela, — residía así muy disminuida la auto-
ridad del documento en cuestión.
Como quiera que sea, todas esas diversas fechas, — aun aceptando
de plano como buena la caria que se supone escrita por Hidalgo 4
Morelos, — oscilan únicamente en los días de Septiembre á Octubre; es
decir, que la que menos vendría á distar más de un mes del día en que
se inauguraba la feria de San Juan, conforme ala real cédulaen que
se concedió ésta. No se concierta, pue.-;, ninguno de aquellos testimo-
nios con la aseveración del Sr. Liceaga.
Ni se aviene tampoco la ampliación del lapso de tiempo basta
Diciembre, con el requisito indispensable de "la prontitud para que
no se llegase á descubrir el plan."
Por lo demás, aunque el Sr. Liceaga fué insurgente y vino á hacer
un gran papel en la Junta de Zitácuaro, su alistamiento entre los defen-
sores de la Independencia fué posterior y no anterior á la pnjclama-
ción de ella; asi como debe tenerse presente acerca de lo que narra el
mismo Sr., aquellas discretas observaciones que hace el Sr. Zarate, al
aconsejar que se acojan con grandísima reserva ciertos detalles de tal
procedencia: "h se atiende á la avanzada edad del Sr. Liceaga cuan-
do escribió su obra (setenta y cinco años) y á lo que él mismo afirma
(pág, 22) de que la falta de documentos relativos á los sucesos de que
se ocupa, se suple nuflcfentemente con la tradición y la nolo7-iedtid dea
citrt'is aittecedenles" . ("México átravésde lossiglos", vol. IH, cap^
VI. nota en la pág, 94.)
En conclusión, no es admisible, á mi ver, que los Caudillos de \m
Independencia hubiesen elegido á San Juan de los Lagos para inicia^
eJgran levantamiento nacional.
-281 -
la mlsniLi finca en el uso de las escuelas primarias.
allanarlos inconvenicntefi que resiilLaban de que
a. estuviese dedicada á objetos lan disímbolos, en
iciembre del siguienle año se les dio permiso á los
ftincionanos, de que compraran otra casa en el cen-
población, al mismo tiempo qiie.se les pedían ciertas
ilaraciones respecto á la plazuela de las Tunas que trataban
adquirir tatiihién k título de compra., como se les pennititi
.eses más adelante que lo hiciesen con un terreno que
irv'ieradeescampado donde se colocaran las vendimias en el
tiempo de la feria.
Como siguieraSanJuan aquejada porla necesidad de pro-
Todo lo comprendido líasta aquí en lo que va de esta larga nota.
lo publiqué eii MU diario de Guadalajara, antes de apuntarlo en el
Jjreseiite libro, con objeto de 4aber sí estaban de acuerdo con mi opi-
nión algunos de nuestros historiadores más competentes.
Uno de ellos, mi querido y fino amigo el Sr. D. Luis González
¡Obregón, se siivió favorecerme, el zg de abril último (1903), con una
bmable carta en que se hallan los siguientes párrafos:
"Recibí los dos números del ' Diario de Jalisco" que había pedido
HUd., conteniendo su erudito estudio acerca de si ¿"fué San Juan de
los Lagos el lugar elegido para proclamar la independencia de Méxt-
Cd?", cuestión que resuelve üd. negati\'amente con buen acopio de
citas y buen juicio, y por cuyo estudio ló felicito muy sinceramente,
"Estoy de acuerlocon Ud , en pone- en duda la autenticidad de
la carta que se dice dirigida por el Sr. Hidalgo al Sr. Morelos, fecha
4 de Septiembre de 1810, publicada aquí en "El Universa!", también
en facsímile, antes que en "LaLiibertad" de Guadalajara El origen
deesa carta, kts caracteres con que está escrita, las noticias falsas
jne encierra, darían materia para probar que es falsa, más bien dicho
^)6crtfd. hecha por algún mercader que explotó el candor de un
nticttarío español, que vivía no haré mucho en esta ciudad y que
paz descanse!
"Me permito llamarla atención de Vá. sobre un error en que
icurrió Ud. en el último párrafo de su interesante estudio. Dice
".. que "aunque el Sr. Lioeago fué insurgente y vino á hacer un
m papel en la Junta de Zitácuaro" etc.; afirmación que indi-
que Ud. lia confundido al insurgente Líceaga con el historiador
caga, del mismo nombre y apellido, pues los dos se llamaban
liMnrki. El primero murió asesinado el año de 1818 en una
íenda del Estado de Guanajuato, como puede Ud. ver en la
de D. Lucas Alamán, v en las "Adiciones y reclificacio-
-282 —
veerse de buena agua para el consumo doméstico, solicitaron
los mismos Jueces que se les permitiese hacer el gasto que
demandaba introducir dicho líquido, desde un terreno perte-
neciente á D. José María Cuéllar hasta la villa, por medio
de atarjeas formadas y cubiertas de mamposteria, conforme
á un presupuesto que había formado en 14 de noviembre de
IH39 el práctico U. Benigno Homo. La Junta Departamental
accedió, en áti de septiembre siguiente, á que en esa obra
y en la const-ucción de dos fuentes públicas se invirtiese ia
cantidad de $6200, la cual cantidad se aumentó después
ron §2 iSÍ y 6 rs, para concluir la obra principal, y con
$i4-6 y 4 rs. para formar una fuente en la Calle Ancha. Lleva-
dos á cabo esos trabajos, se le retribuyó el suyo al Sr. Ro-
mo, como director de la mejora, concediéndole el goce á ^
perjietuidad de una merced de la misma ayua, y aun se auto —
rizó al Gobernador del Departamento para que si lo tenia í^:
bien pudiese además gratificar al mismo Romo por suh servi.^ '
cios y compensarle ciertos gastos con la cantidad de $50l]!~~"^
Sin embaído; es oportuno advertir que el agua entonces intrcn^-,
ducida resultó de mala calidad, quedando en consecuencia ^
población faltasiempre de aquel elemento de vida. (*)
Habiéndose notado que muchos de los indígenas <f n^e
coricurnan k la feria, contraían en ella enfermedades que
I
lies" á la misma obra hechas por el Líe. D. José María Liceag ; — -^
quien todavía eii t868 vivía, y eu las noticias biográficas iiirmiiiiH iii
que da de sí misino al principio de su libro, asegura que desde iSi ^»o
),h^sla 1821 se dedicó al ejercicio de su profesión, lo cual iudica qu ^^^^
no militó en la causa insurgente como el primero."
I Mucho agradencó y mucho me complace ver rectificado así, pi^::^^^
una autoridad eu materia de historia, el error en que me hizo iuciv^ ~
rrir lo hoBioiiimiaxle los Liceagas; y deshecha de tal manera la equE" -^
vocación, aparece de menos valor el testimonio del Lie. D, Jos^=
Mana Líceaga, "que desde 1810 hasta 1821 se dedicó al ejercicio S^
su profesión" y nada tuvo que ver con los insurgentes, que la impo-^*
tanda que hubiera podido tener el mismo testimonio si hubiera saÍit^l3o
de la pluma del Vocal de la Junta de Zitácuaro D. José María Lic^^sa- J
ga. Por tanto, en esa inteligencia tiene mayor fuerza la concluá -^¿«7 T
fltí^tiva que asenté respecto del aserto de que fué autor el Sr. L-r/c:
. ; iJíf^aga.
,.;,'() En ta actualidad se proyecta la apertura de un pozo arlesiano,
"jura acudir al remedio de esa deficiencia.
— 2S3-
ftgravaliati por la falta de la asistencia y los reiundiofí reque-
Hdos por tal estado, se solicitó permiso de gastar i ada año
hasta doscientos pesos del fondo de piopios, pitra acudir en
auxilio de esos necesitado?. Conreiliila quf les fiii'; á los .lue-
<"es de paz esa licencia en li de novieitdire de 184-0. se
convino entre la Auloridad eclosiáslica y el Ayunlainiento de
iluspitnl áe la Munícipalidacj.
I ^^u Juan, que la primera te cediese al segundo la propiedad
*e la plazuela que está frontera á la antigua capilla ó t"tnplo
del Hospital, á cambio de que el referido Ayuntamiento exhi-
biese $300 para construir unas salas en donde debía insta-
larse el hospital en la época de la feria y que lo atendiese
cada aflo con los $200 pesos que se le habla aulorizado íl
gastar en ese objeto. Construyéronse en efecto las salns sobre
cl viejo cementerio que estaba contiguo á las piezas que ocu-
paban los priostes indios que guardaban la capilla menciona-
da; y el año de 18(i9, varios vecinos obtuvieron del Gobierno
eclesiástico la cesión de ese mismo terreno, para conslinir
en él fonnalmente un hospital. El Ayuntamiento que fut'cio-
nabaen 1870 acordó que se procediera á trahajar ese edifi-
cio; contando para el cosió de la obra > cl futuro sostén
É
I ves
1 de.
-284 —
del eslablecimíenlo, con el usufructo de varias de fas princi-
pales fincas narionalizadas en la inisfina villa, por otorgamien-
to que decretó el Congrego de la Unión, para ese y otros
objetos del crden municipal, mediante las geslionesque hizo
al efecto e! Diputado del mismo Tlislrito. General D. Esta-
nislao Cañedo. Este edificio, que se terminó en 18H1,
siguiéndose los planos del Sr. Prof. D. Cosins iMontero, vino ;l
costar, á lo que se calcula, $18000, y en él se atienden, por
término medio, doce enfermos. — Cuanto á la plagíela fronte-
riza está cxjnvertida hoy en un bonito jardín.
El año de 1843 se ocupaban varios terrenos y se abrían
en ellos calles publicas, indemnizando á los respectivos due-
ños; dos años después, dábanse todos los pasos necc :>arios
para la construcción del cementerio público, aunque hasta el ■
ano siguiente se autorizó el gasto para la compra del tugar de
emplazamiento; y este mismo año de 46 se favorecía con la
adquisición de los útiles indispensables á una Academia <le
dibujo que existia desde liempo anterior.
De 1872 á 1876 se levantó el Zócalo central du la
plaza de armas, con su alia columna rematada en la osta-
tua de la Paz, conforme al diseño del Sr. U. Heraclío Jimé-
nez, á quien asesoró en tal trabajo, según la creencia gene-
ral, el sabio Sr. Cjipellán Rosales. E^a mejora, á la que le
faltan algtmos detalles del decorado, tuvo un costo de siete á
ocho mil pesos.
K\ Mercado, al que sólo le falla ya la techumbre, en 1 887
se empezó á construir siguiendo la delincación del antes
expresado Sr. Prof. Montero. Se lleva gastada en esa fábri-
ca hasta ahora una cantidad igual á la del costo del Zócalo.
Por último, de 1895 á 1899 se hizo el Rastro, según
la traza dada por el Sr. Presidente municipal en aquella épo-
ca, U. Octaviano Dávalos Obregón, é importó esa obra 1
cantidad de Í4.950.
Aparte de estas mejoras, expensadas con los producto¡
pecuniarios de la feria, hay otras que son en parte, si no en I
do, legítima consecuencia de tal feria. Enumerándolas en brí
ves palabras son: el Parlan, propietiad particular, reformad
de 185b á 1856 mediante un costo de $27.000 y que en pa
Vtese iric(
tando re
— 285-
1
incíjndió el Miércoles Santo 29 (iema''Z0(Iul899, impor-
tando reparar ese dosperfeclo $7.200; la introducción del ar-
le lipográfico en el lugar, en virtud de la compra que hizo
de una pequeña imprenta que fué llevada á la feria de ISIti,
el Sr. D. Ruperto Martín, la cual imprenta, explotada de.^de
entonces con provecho de la Religión y de la cultura pi'ihlica.
iiieminlilal-
riinzada por
el lugar, de-
lierá tnin-
hiéri atri-
buirse el es-
tahleciinien-
liropiedad «" '» ''i"":" vHndpai [o de la ofi-
particu lar, ciña lelegrá-
íica. ésta perteneció en su principio á la "Compañía de Jalis-
co", y se cambiaron los primeros mensajes entre San Juan y
la Encarnación á lae 3 de la larde del 17 de noviembre de
[*] Varios de los dalos últimamente producidos, con referencia al
Hospital, al Zócalo y su columna, al Mercado, al Rastro, al Parían
y la Imprenta, me hizo favor de proporcionármelos el S. D. José Mar-
tín Hermosillo. persona que durante muchos años desempeñó en San
Juan el empleo de Tesorero Municipal, circunstancia que lo pone en
aptitud de haber tomado sns datos de las mejores fuentes.
— 286 —
1869; y entre San Juan y Aguascalientes el día 26 del mi^^m
mes y año.(**)
(**) Florencia: "Origen", etc., cap. III. párr. III: cap H
párr. II; y cap. V. — "Noticias varias de la Nueva Galicia'*, meiicr/o
nadas en el capítulo precedente, págs- 75, 76, 157 y 168. — Quezací<i.
**Noticias sobre la devoción....'', etc., pág:». 29 á 32. — *Colecci6ii d--
leyes, circulares y órdenes de los Poderes Legislativo y Ejeciiciv • tW
Estado de Jalisco' ' , que comprende la legislación del Estado, desde
14 de septiembre de i8>3 á 16 de octubre de 1860: páp:« 74 a 80. y 173
del vol. I; 367 del vol. II; 117 del III; 421 del VI; 2S6. 287, 4I4.
415, 430 y 431 del VII: 6, 80, 93» 97» 9», 275, 276, 329 427, 431, 43^
441 á 444, y 455 del VIII; 136. 137, 244 á '46, 294, 358 y 405 del
IX; 254 y 396 á 400 del XI; 203 y 204 del XII: 333. 353 y 354 <^«'
XIV. — Colección del mismo título que la anterior y que comienza
en la legislación del Estado desde octubre de 1860 y ^-a publicada
hasta la de 1900: pág^ 460 y 461 del vol I; 366 á ^68 del II: 527 del
IV; y 638 del XVII; advirtiendo que suprimo varias de las citas
menos importantes de una y otra * 'Colección. " — "Colección de acuer-
dos sobre bienes de indígenas y fundos legales:" pág^^ 316 á 322 del
vol. IV. — Ferrer del R^'o: **Historia del reinado de Carlos III en E*^'
paña", cap. V, lib. I, vol. I. — *'E1 Órgano de Jalisco", fecha 19 ^^
marzo de 1844; **E1 Mentor déla Nueva Galicia", fecha 10 de mayo
dei8i3, y otras varias publicaciones periódicas de las respectivas
épocas. López Cotilla: ''Noticias geográficas y estadísticas del
Departamento de Jalisco", págs- 66 y 67. — Bustamante: ''Apuntes
para la historia del gobierno del Gral D. Antonio López de Santa-
Anna'\ pág. 302. — Ángulo: ''Discurso pronunciado por el Exoio.
Sr. Gobernador del Estado de Jalisco. ..el i P de febrero de i8>2.
en el acto de abrir sus primeras sesiones la H. Legislatura", pá? 21.
— González: "Hist. de Aguascalientes", pág. 105 en el cap. Vil, v
pág. 465 en el cap. XXX. — Romero: "Noticias para formar ^a
Historia y la Estadística del Obispado de Michoacán", pág 19 J-
Suprimo algunas otras citas de escasa monta, por no hacer másproh-
ja esta nota.
•.»'•.«'
VIL
I 'í
NriNÚA LA NARRACIÓN DK LOS CASOS; NOTABLES
EN EL ORDEN RELIGIOSO
Ya se ha dicho que siendo Capellán Mayor el Br. 13.
^^afael Escoto, se terminó la obra de la torre meridional del
^^antuario; y debe agregarse, que en el período en que ejerció
Val c^rgo el mismo eclesiástico, se atendía á la construcción
^el cementerio en la parte exterior de ese templo, así como
que el limo. Sr. Alcalde, para darle aliento á la fábrica del
Puente Grande, comisionaba al Presb. Br. 1). Antonio Feli-
ciano González, vecino de la población interesada, para hacer
una colecta especial entre los concurrentes á la feria de
1790. (♦)
Sucesores inmediatos del Br. Escolo en la mencionada
Capellanía» fueron respectivamente el Br. D. ^Miguel Antonio
del Portillo, de quien nada particular se sabe; el Br. D. Maria-
no González, que la desempeñó muy pocos días; y el Br. D.
(•) Estos datos acabo de recogerlos del borrador de una comunica-
ción dirigida por el Prelado que se menciona, al Gobernador y Presi-
dente áélsL Audiencia de la Nueva Galicia, con fecha 27 de noviembre
**€ 1790, el cual documento me era desconocido cuando hablé del Br.
Escoto y del Puente Grande en la pág. 247 y las que la siguen inme-
diatamente.
No hay anacronismo, por lo demás, en hablar de la feria de 179O,
porque aunque esa reunión no estaba entonces todavía privilegiada,
de hecho ya se efectuaba la feria y se conocía con ese nombre, que
precisamente es el que le aplica el Sr. Alcalde.
— 2SS —
TiJ)ur(Jo del mismo apellido, que funcionó esa vez también
l)rove tiempo.
A este último período le corresponde la alusión de una
visita <iue le hi/o al Santuario, en 15 de octubre de 1798 y
comisionado por el limo. Sr. Dr. U. Juan Cruz Ruizde Caba-
nas, el Sr. Presb. Lie. I). José Casillas, individuo del Oratorio
(le San Felipe de Neri en Guadalajara: á consecuencia dé esa
visita se debieron colocar en las torres de aquel templo,
l)iiesasí lo mandó el representante de la Autoridad eclesiásti-
ca, (lie/, barandales de fierro que ya se hallaban construidos;
y se adquirió probablemente para el centro la fachada de la
referida iglesia un magnífico reloj de torre, obra del afa-
mado guadalajarense D. Marcos Rafael del Muro, (1) á quien
se le dieron por esa máquina mil pesos, además de la antigua
de la misma especie que ya existía.
Interesantísima es el acta, inédita hasta hoy, que del
resultado de su cometido extendió el Visitador. Por ella se
viene en conocimiento de que la 1*- Capellanía menor se cre(}
el año de 1736; de que el Sr. Obispo Martínez de Tejad
aumentó con tres más el número de los Capellanes, dando
les como á cuerpo coral constituciones; y de que en 179
ya eran en número de ocho los que componían ese Cuerpo
siendo obligación de uno de ellos desempeñar el oficio d
organista. Asimismo, se sabe por tal documento que en est
último año ya había en el Santuario escolanía, siendo ^sí
Hjaestro de capilla U. Vicente Sánchez; pero estaban vacarm -
(**) Del Muro, como se dice en el texto, era de Guadalajara, doKS-
de nació en 1750 ó 51. En la *' Gaceta de México'*, del 5 de julio cic
1 78*;, se dice, como cosa notable, que del Muro había trabajado un r^-
loj de torre con cuerda para cincuenta horas y que estaba hadencic
otro. Estuvo casado en primeras nupcias con Juliana Agrámente, cJc f r^
qui^n enviudó en 23 de abril de 1 802 ; y á fines del año siguiente se ca-
só con María Dolores Arango. Para el desempeño de las labores de sil
arte, era muy solicitado de donde quiera, por lo cual solía llevar ana
vida nómade: así, de positivo sé que residió en Pátzcuaro desde 4 ¿^
marzo de 1802 hasta 28 de febrero de 1803. luego en Querétaro desde
II de junio hasta 17 de agosto de este último año, y en seguida se
fué á México. Obra de este sujeto debe ser un gran número de los
relojes de torre que fueron instalados en los templos del Virreinato | ^¿^i
á ^ues del siglo XVlll y pnncipvosdel XIX.
\^_
— 289 —
tes algunos de los puestos de esa capilla, por falla de suje-
tos que los sirvieran: las plazas que por el expresado moti-
vo no se hahían podido cul)rir, eran las de tres cantores, dos
instrumentos ''de soplo" y un violín.
Dos meses después de la visita que acaba de ser mencio-
nada, comenzó á hacer personalmente la de la parroquia de
la misma villa aquel gran Obispo, viniendo de retorno de un
capítulo provincial que habían celebrado los religiosos Agus-
tinos de San Pedro y San Pablo de Michoacán, presididos
por él, en virtud de real comisión.
En 31 de octubre de 1800 se posesionaba de la Cape-
llanía Mayor el Br. I). José Ignacio Cervantes: débesele á es-
t^ iSr. la reconstrucción de la casa anexa al Santuario, que les
servía de morada á los sacerdotes que desempeñaban aqué-
lla ; el fin de la fábrica del mesón de la Virgen, finca que eu-
teorices fué de tres pisos; y por último, haber 'tratado de sub-
s^iiar las deficiencias ya referidas de la escolanía.
En su tiempo se comen/ó á derribar la antigua balaus-
^''O.da del atrio del Santuario, á costa del millonario Presbí-
^^0 D. J. Manuel Flores, que quiso (|ue se substituyera
P^^Tolra de cantería; mas apenas se había comenzado esa
'^ ^ora, — que vino á terminarse hasta después que se logró
'^ emancipación nacionnl, — cuando tuvo (¡ue suspenderse de-
"J^^o á las circunstancias i)olíticas que pusieron en revolu-
^.^On el país, y á la trágica muerte que sufrió el mismo eclosiás-
:' ^^0, — por otra parte, benefaclor también del Santuario, pues
^Tidó á su favor una capellímía de misas, — á manos de una
S^ivillade bandoleros que manchaba con su conducta nlroz
*^ noble pausa de la independencia. (*)
[•] Alamán, en las ** Adiciones y Correcciones" al tomo III de
^U **Historia", dice con referencia al mencionado Padre y á su triste
fin: ''La mucha celebrivíad que lia tenido en la minería el P. D José
Manuel Flores, cuya mina en el real de Catorce dice el Barón de
Humboldt [tomo 4? . lib. 4 ^ . cap. 9, fol. 4, Essai. polit. ] que produjo
en el primer año de su bonanza i.(')00-oou ps. obliga á dar acerca de
su muerte, de que se habla en este lugar, los pormenores que me han
sido comunicados de San Juan de los Lagos. Kra este eclesiástico
nativo de un rancho que dista dos leguas al Oriente de aquella villa:
sus padres eran de la clase de gente decente, aunque de muy media-
na fortuna: el Padre en sus primeros afios se empWó ^\\ Vos \xtí^'a!\v5's
•V-.
A contmnación del Sr. Cervantes, en el espacio de
poco inüs dp veinte años, ocupai'on stiicesivamente la Cape-
llanía principal los Bres. U. Juan José Vélez, D. Tiburcio
del campo, y teniendo más de vettitidnco, se dedicó á la carrera
eclesiástica, y fué nombrado mini»trt) de la parroquia del pueblo de
la Hedionda, en la provincia de San Luis Polosí. Esle nombra-
miento le proporcionó comprar en el aíio de 1782 una mina en el
mineral íiiuiedialo de Catorce, llamada el Sr. de Znvala. que trabaja.
en compañía de su lierniatio, D Bernardo Lozano, y en 27 de Manu
de 1787 hicieron cesión vadosa á ambos de la mina nombrada i>r'
S.José de Lorza, sus dueños D, José Gregorio Veláyquez. vecino de
Matehuala, y D. Salvador de Fonseca. que lo era de írapuatti. (piií-
nes la habían trabajado infructuosamente por mucbo tiempo, sin
otra cfMicesióu en la cesión mho que el f^dre y su hermianolos
remunerasen á su arbitrio si alcanr.aban prosperidad en la aegoda-
ción. El Padre siguió trabajando ambas, que fueron más conocidas
con el nombre unitlo del P, Flores, con los escasos medios que sus
cortos arbitrios le permiliau, liasla que llegó á alcanz.ar un gran sa-
lón de cuarenta \-aras de amplitud, lleno de un polvo azul que ef'i
pura plata, sin tener que hacer otro gasto que sacar aquel pnK-o en
bateas: la \-eta estrechándose y ampliándose á trechos, formaba oníi
especie de bolsas, commiicadas unas con otras por tm hilo aneo^to
que servía como de ^uia ó rastro, para seguirde una en otra: hecho
único en la historia de la minería de este país. El P- Flores "fii"
pleó tau ricos productos en comprar ñncas rústicas y urbanas w
San Lilis Potosí y en las i imiedi aciones de su patria, y se tras-
ladó ya anciano á establecerse en ésta el año de iSoS, haciendo a!gi>"
nos A-iajes á San Luis Potosí, La revolución habiendo CMueiiiad'»
en Septiembre de 1810. el Padre se declaró abiertamente contra e!ls,
y al paso del ejército del centro por S. Juan de los Lago?, en su
marcha para Guadalajara, alojó en su casa y obsequió extraordina-
riamente a! General Calleja, que eara antiguo amigo suyo. Todotsto,
y un pleito que tu\T> sobre linderos de su liacienda de "Estancia
grande", inmediata á San Juan, lecontrajeron enemistades de qiw
acabó por ser víctima. Kl 5 de Marzo de iSi i acabando de llegíf
el Padre de San Luis, doude había pasado algún tiempo, st: presenil^
una partida de cuarenta hombres armados con langas en las íduic-
diaciones de Mezquilic á tres cuartoe de le^ina ile San Jnan, manda-
da por «n tal Villarreal. Los amigos y criados del P. Flores le acón
sejaron qtie se ocultase, lo que no quiso hacer, creyendo ijue los iiiBur-
genles se contentarían dándoles algún dinero, y con este objeto tnvo
una junta de vecinos, en la que se aprontaron 2000 ps. de cuya soma
el Padre dio la mayor parle. Él mismo fué á hablar con VillaTresl
que se había situado al día siguiente f6) en nn cerrito á la vista áel
pueblo, y además de los dos mil pesos le regaló un puñal ó estoqnc
guarnecido de oro. La guarnición de San Juan, que consistíaen diet
y seis hombres armados coii íusiiles. se rindió y entregó las annas,
— 291 —
González (por segunda vez), ü. Mariano Esparza, D. José
Nicolás Jiménez, D. José Francisco Fernández de Palos y
D. Miguel González.
con las cuales y la gente que se juntó de los ranchos y de la plebe,
VÜlarreal se hizo más atrevido, habiendo ultrajado de palabra al Pa-
dre y aunque lo dejó volver á su casa, lo hizo acompañar de dos hom-
bres que no lo perdían de vista. El Padre coa estos disgustos se enfer-
mó, ó fingiendo estarlo para evitar otras contestaciones, se metió en
la cama, en la que lo cargaron los insurgentes para conducirlo al
cerro que domina al pueblo por el lado del Potiieuter allí lo desnuda-
ron enteramente, y uno de los de la partida llamado Melgarejo, le
<li6 un balazo en el pecho con el que cayó moribundo, y entonces un
^^sclavo de una hacienda llamado Norberto It; tuvo la cabeza para que
^o degollasen. Atáronle luego una soga á los pies y arrastrándolo por
vnás de trescientas varas entre espinas y maleza, lo llevaron á un árbol
^n el que echándole un lazo al cuello, que se le entró por la herida
c!on que fué degollado, lo colgaron á la vista del pueblo, sin permitir
Vülarreal se le diese sepultura, hasta cuarenta y ocho horas después,
haciéndole cortar la lengua que mandó como regalo á una persona
que quedó como á tres l^;uas del pueblo, y que se creyó ser la que
dirigía tan horrendo asesinato. El escla\x> Norberto fué cogido y fusi-
lado por las tropas reales en Junio del mismo año, colgando su cadá-
ver del mismo árbol en que lo había estado el del Padre. Tan triste
^ué la suerte del P. Flores, que habiendo llegado al mayor grado de
Prosperidad y riqueza, confirmó el axioma de un antiguo filósofo:
'* Nadie se tenga por dichoso hasta el fin."
Ajunque el Sr. Alamán rectifica en este relato la fecha del mes y
^el año — junio de 1 812— en que, usando de la acotación marginal,
•i jó en el texto el asesinato del P. Flores, erró de nuevo en tal recti-
^cación cuanto al mes, como lo prueba el siguiente documento que
^iebo á la bondad de mi respetable amigo el Sr. Dr. D. Benito Pardi-
^as. Cura actual de San Juan de los Lagos.
Al margen un sello azul que dice: "Parroquia de San Juan de los
X^gos.* ' "En el libro número ocho del ramo de defunciones del archivo
^e esta parroquia á fojas treinta y siete vuelta, se halla una partida que
¿ la letra dice:
•'Enocho de mayo de mil ochocientos once. Yo el Br D. Bernardi-
no Fregoso, Teniente de cura del S. D. D. José Maria Mancilla que lo
es propio de este Pueblo, di sepultura eclesiástica al cadáver del Sr. B.
D. Manuel Flores, quien murió en este Pueblo degollado délos revel-
des. Su entierro fué de misa, vigilia y acompañados en el Santuario
en fábrica de veinticinco pesos y con insignias de treinta y cinco pesos
seis reales; y para que conste con el Sr. Cura lo firmé (Firmados)
José Maria Mancilla. =José Bemardino Fregoso=:Al margen. =3 53=
San Juaa-»E1 S. B. D. Manuel Flores.'*
'*Bs copia fielmente sacada de su original=San Juan de los Lagos
18 de abril de i903==Benito Pardiñas." — (Rúbrica.)
— 292 —
El Capellán Mayor Br. D. Luis Ávila, que le siguió al
postrero de los consabidos Capellanes, merece una especial
mención por sus sobresalientes servicios:
€ Durante los años en que el Sr. Ávila disfrutó la Cape-
llanía, todo su empeño, toda su actividad, dice un hislortó-
grafo, la cil'ró en realzar cuanto le fué posible el culto que le
estaba encomendado, en embellecer el Santuario y propor-
cionarle rentas fijas para cubrir sus gastos y darles profusión
á sus solemnidades.
«A su celo se debe la construcción del elegante colate-
ral del altar mayor, con que se sustituyó el de madera que
antes había, y la recomposición de los de los cruceros; hizo
el blanquimento (sic) y dorado de lodo el templo; el pavi-
mento general de él; le adornó con pinturas y esculturas de
buen gusto ¡construyó el balaustrado (axi\ ¡rn-la balaustrada,)
exquisito, que se ostenta en toda la extensión del cornisón
interior; trajo de México organeros hábiles, los que constru-
yeron el órgano de marca que hoy tiene el Símtuario; hizo
los tres pulpitos de madera fina con adornos de metal ama-
rillo que se ven dentro del referido templo; le dio las mejo-
res campanas que tiene; colocó el suntuoso templete de
plata en que está colocada la Virgen, cuyo peso, con el de la
peana, es el de mil quinientos un marcos, siete onzas y media,
el cual fué comenzado por su anle(ícsor Doctor (a»C, en ve:
de Br.^) Nicolás Jiménez; enriqueció el Santuario con la
adquisición para él de las reliquias de dos niños mártiresT
Si pues el entierro del P. Flores fué el 8 de mayo de i8i i y con-
forme al relato de Alamán la muerte del mismo P. hubo de ser cua-
renta y ocho horas antes, el asesinato de que se trata acaeció el d'*
6 de mayo de i8ii.
Agregaré también que se me dice que el erudito Sr. Dr. D. Agus^
tín Rivera, en una carta que le escribió al Sr, D. Pedro de la Torre,
que residía en San Juan y que hoyes vecino de Arandas, asegura que
el padre del P. Flores había sido asesinado por unos bandidos en el
rancho del Desperdicio, lugar nativo de ese eclesiástico; que el P Fl^'
res, para lograr el castigo de los asesinos» levantó á su costa y con
permiso del Virrey Branciforte una acordada, la cual los persiguió has-
ta conseguir ahorcar á muchos de ellos; y que los supervivientes de esa
gavilla fueron los que más tarde, para vengar á sus compañeros, le
dieron cueJ muerte á dicho P. í\oTes».
— 293 —
¿raídos de Roma por el P. Fr. José María Guzmán, expresa-
/nente para ese objeto.
tDi^ al referido templo ornamentos de telas preciosísi-
r 1:1 as y otros varios objetos de mucho gusto y valor.
t Además, solicitó de Su Santidad Gregorio XVI la incor-
oración del Santuario á la Basílica de San Juan de Letrán,
cine le fué otorgada en 17 de enero de 1836. (*)
t Atendiendo á las rentas del Santuario, reconslruv<')
'ararlas de sus fincas v fabricó otras desde sus cimientos, entre
\SiS cuales debe enumerarse el Parián, que ha dado uno de
\os principales productos.
tLasftinciones de la Virgen eran suntuosas, especial -
ínflente la de la Candelaria y 15 de Agosto, á que acudía una
vasta concurrencia.
«Este señor benéfico, á todas partes extendía la bon-
^Jad de su corazón inocente y sencillo. Laa altas y muchas
'^elaciones que le granjeaban su trato atonto y obsequioso
r el rango déla familia á que pertenecía, estaban siempre á
■^ orden del pobre á quien podían valerle.
«Multitud de artesanos, de obreros v de familias menes-
•-irosas debían su subsistencia á las obras del Santuario, que
^ntinuamente emprendía.
«Dio impulso á las artes, antes bastante atiasadas en el
^\igar; pues habiendo traído de fuera hábiles pintores, esíuil-
'^ores, músicos y carpinteros, plateros, herreros, etc., para las
T)bras del Santuario, y habiendo permanecido mucho tiempo
«n el lugar trabajando en ellas, estimulaba á los jóvenes para
que aprendiesen, viendo sus adelantos con la mayor satisfíic-
ción. »
A esta reseña agréguensele los siguientes pormenores:
el templete fué obra del platero Epitacio Garabito; las reli-
quias traídas de Roma, son los cuerpos de los infantes már-
tires San Vicente y San Benigno; el Parían de que aquí se
trata ahora es distinto del que con el mismo nombre se men-
cionó en el precedente capítulo, y á esleí aludido ahora se
(•) En el Apéndice se inserta copia del imix)rla;ite documento
que consta se concedió tal incorporac'ón.
en
Ir (l('iH)iiiiiia 4 (le l;i \'ii',Li<'n »: y t¡!i«'iliii(Mil(\ el ríM'omondahle
Sr. A\¡la oi'a nalural dr A;iuascali('iiU\-;.
Dignísimo sucesor del buen Capellán Ávila fué su conte-
rráneo el insigne Sr. Presb. ü. Ignacio Rosales, quien tomó
posesión de aquel empleo el 1 ®- de julio de 1845.
Biografiado ha sido este singular varón por el eminente
historiador Sr. Dr. D. Agustín Rivera; y á esa biografía, escrita
con tanto donaire como conocimiento del asunto, pertenecen
los párrafos que siguen:
€ Nació en Aguascalientes el dia9 de agosto de 1812.
Después de haber concluido filosofía (1) estudió medicina
algunos anos, después cortó la carrera i fué una temporada
profesor de primeras letras i capitán de milicia cívica en Te-
pic, otra temporada catedrático de lógica i metafísica en el
Colegio Josellno de San Luis Potosí, (2) i anduvo vagando en
diversas poblaciones, hasta que D. Mariano Guerra con su
genial influencia, lo llamó á Guadalajara i le aconsejó que:
recibiera el orden sacerdotal. (3)
cFué familiar del lUmo. Sr. Aranda, pero poco tiempo,
pues su genio no era para la vida de corte. Fué muchos años
capellán mayor del Santuario de Nuestra Señora de San Juai 1
de los Lagos, pasó sus últimos treinta años en la vida privad^E^
en la misma ciudad, i en la misma murió.
«Sabia el castellano, el francés, el italiano, el ingles, ^ 1
latin, el griego, el hebreo, las bellas artes, los clásicos paga- —
nos, la historia de la Iglesia, la historia griega, la históricas
romana, la historia moderna, matemáticas, geografía, física»^,
astronomia, química, historia natural, ciencias médicas, teolo -
(i ) Fué su maestro en el curso de artes, según lo expresa el mi^-
mo sabio historiador, el Sr. Dr. D. Juan N. Camacho; ocupó en e^»^
curso el primer lugar y lo terminó el año He 1828.
(2) El Sr. Rivera hace notar, en el folleto "'Fr. Gregorio de l€i
Concepción^ \ que D. Ignacio Rosales no fué, como se creía, catedrá-
tico fundador del expresado Colegio Josefino, inaugurado en 1826;
sino que desempeñó allí el profesorado hasta después del año de 1828.
(3) Recibió los órdenes menores el día 15 de julio de 1837; á i^
del mismo mes y año el subdiaconado; siete días después, el diaconar
do y por último, á 25 del referido julio el presbiterado; todos, mencs
este último orden, juntamente con el S. D. José María Cayetano
Orozco. ( Notas estas tres de X. S .")
4
— 295 —
gia dogmática, teología moral, arquitectura, pintura, música,
carpintería, platería i relojería.
«Referiré uno que otro hecho que prueba la vasta i .so7i-
fla instrucción de aquel hombre extraordinario.
«Me hablaba a veces con encomio del idioma hebreo, i
como sfme hablara en hebreo. Una vez acababa yo de estu-
diar la historia griega en diversos autores con asiduidad, i
versando la conversación sobre Diógenos, n)e refirió algunos
hechos notables de este filósofo que yo ignoraba. Otra vez le
dije: «Yo leí que Europa se llamaba antiguamente Jafvtia, pe-
ro no puedo recordar el libio», i me contestó: «Asi se llama-
ba efectivamente, i U. recordará aquella frase de Horacio
refiriéndose á Europa: audax Japheti (jenns*. Mo despedí, i
a. la media hora estaba en mi casa llevando la Geografia de
I^clronne, i me mostró el lugar donde el geógrafo dice que
uropa se llamajja antiguamente Jafrfia, Era el mismo libro
que yo lo habia leído.
«Respecto de idioma castellano su autor favorito era
/" ''^y Luis de Granada. En materia de bolla literatura, profe-
^^Ija esta opinión de I). Nicolás Fernandez de Moratin (que
^ í^í también me agrada): «Uno que hable el idioma español,
^^l)e estudiar griegos y españoles, latinos y es[)añoles, italia-
^^isy españoles, franceses y españoles, ingleses y españole^».
«Tenia el semblante austero i })aiecia estjueleto a conse-
^Vaenciade los ayunos, i decía: «Cuando me pongo a resolver
V^^i problema de matemáticas, me parece que resucito. > Los
^teligentes decían que era muí fuerte en esta ciencia. Los
extranjeros, en la fería de San Juan se admiraban de sus ope-
raciones químicas. Una vez me mostró en una obra de histo-
ria natural la estampa de una avecita que se llama la Co^ifu-
'^era^ por que tiene el instinto de hilar i coser con el pico i las
^atas. Los lectores podran preguntar á los médicos que ave
es esta. Desde su juventud fué enfermizo. Los médicos (|ue
lo asistían se admiraban de su instrucción en las ciencias
médicas. Siempre entraba en disputa con ellos, la (jue
concluía por no aplicarse los medicamentos (jue le recetaban,
sino los que a él le parecía, i de esta manera llegó a los
ochenta años menos un mes.
— 296 —
« Ignoro si sabia la Suma de Santo Tomas, lo que me
consta es que en materia de teología dogmática tenia in ungiá'
bus a Billuart, i que en materia de teologia moral su autor favo-
rito era Lacroix, el maestro de San Ligorio.
€ Aprendió las bellas artes i las artes mecánicas sin nin-
gún maestro. Puso los para-rayos en las torres del Santua-
rio de San Juan de los Lagos. En la misma ciudad, a una
casa de dos pisos, le puso cimientos nuevos sin destruirla.
Las pinturas que tenia en su casa i algunas que colocó en el
Santuario eran de su mano. Según me refirió el Sr. D. Concep-
ción Toral, primo del Sr. Rosales i mió, una vez le dijo: «Sién-
tate, te voi a retratar. > El Sr. Toral le dijo: «¿Pero qué ya has
hecho algún retrato?» — «No, le contestó, pero me parece que
no ha de costar gran trabajo. > El retrato salió mui bien.
Tocaba en el piano i una vez, examinando a unos jóvenes
en un acto público de música, comenzó diciendo: «Señores,
no extrañéis que un sacerdote se ocupe de música, por que
San Gregorio el Grande a pesar de ser Papa, no tenia por
inconveniente manejar la batuta. La Mesa octágona en que
escribia, i otros muebles de madera de su casa eran de su
mano. Era el maestro de todos los artesanos de la ciudad.»
En comprobación de que «aquel hombre tenia virtudes
extraordinarias», narra el caracterizado biógrafo, después del
episodio humanitario á que debió salvar su vida el Director
Político D. Toribio Esquivel, estos otros hechos:
«El Sr. Rosales se llevó a su casa a una anciana pobre
i laztirina, a quien traté i se llamaba D* Froilana, que por
causa de la enfernuídad veia mui poco i usaba anteojos ver-
des, i le faltaban algunos pedazos de los dedos de las manos
i la extremidad de la nariz. Durante algunos años el Sr. Rosa-
les i D^ Froilana comieron juntos en la misma mesa.
'En cuanto a carácter, D. Ignacio Kosales era el reverso
(lo D. Mariano Guerra. Llamado aquel a Guadalajara por el
lllmo. Aranda, fué inmediatamente, i diciéndole el Sr. Obispo
que le habia llamado para que tuviera los actos públicos
literarios respectivos i recibiera la borla en Teologia (1), le
f I ) Debían haberle concedido la borla sin ningún acto público.
(Nota del Sr. Rivera.)
.:^'7
oonle.-lú cjn evasiviis i luego se salió de Giiadalajara sin despe-
dirse del Sr. Obispo ni <le nadie, i se volvió a su ainado retiro
de San Juan de los l^agos, donde vivia en un barrio, en una
casucha. A nadie recibía de visita ni visitaba. Yo iba algunas
veces a dicha ciudad, unas a predicar i otras por negocio de
imprenta, pues quince años imprimí en la misma ciudad, i los
sanjuanenses se admira!)an de que me recibiera i visitara.
Mis visitas duraban largas liorns, consullándole sobre algunos
puntos científicos i sacando grande instrucción de su conver-
sación.
€ Por humildad, o para m?jor decir, por escrúpulos, predi-
có rarísimas veces. IVedicó un sermón de la Virgen de los
Dolores en el Seminario de Guadalajara, que yo oí siendo
colegial i comenzaba con estas pala])ras: t Amar i sentir: lie
aquí las primeras necesidades del hombre.» Agradó mucho
el sermón a los catedráticos, por lo que se lo pidieron para
imprimirlo, i la contestación fué romper el manuscrito delan-
te de ellos. El Sr. Don Heracüo Jimene;/, escultor vecino mu-
chos años de San Juan de los Lagos, el pr¡nr¡[)al discípulo del
Sr. Rosales, i amigo mió que vive hoi en la capital de Méxi-
co, me ha dicho (pie cuando el Sr. Rosales oia hablar de aplau-
sos populares, honores, dignidades, riquezas i otras cosas
Benicíj antes, decía: «Todo eso vale bo'as. »
t Desgraciadamente, 1). Ignacio liosales, como la mayor
parte de los sabios, tenia ])astantes excentricidades
tSi el Sr. Rosales a imitación de Feijoo, de José Antonio
Álzate, del P. Nájera i de otros muchos sabios, con ánimo
varonil y muy católico, hubiera consignado en libros i folíe-
los sus vastos conocimientos cientílicos en bien de sus se-
mejantes, aunque hubiera vivido en la vida privada, se le
podría aplicar esta sentencia, (jue es una délas innumera-
bles estrellas del cielo del Oui'ote: ^Las Jt'tra.^ hionaHds,
nsí le adorna}}, honran ij enr/randcren (a un caballero^ conio las
^nitros d los Oft/.s'/í.o.s't..,.
El eclesiástico de tan singulares prendas á quien se
refleren las noticias que acaban de ser transcriptas, puso on
el desempeño de la Capellanía Mayor del Santuario todo su
esmero y sus vastos y profundos conocimientos: además de
— 298 —
halier provisto de dos pararrayos ese templo, como Ío expre-
sara el Sr. Dr. Rivera, hizo reparar nuevamente los altares
mayor y colaterales, pintar el interior del sacro recinto y
construir la sillería coral; dolólo también de ricos ornamen-
tos; mejoró la capilla de música; é introdujo finalmenle apro-
piado arreglo en la percepción y distribución de las rentas
que le servían de sostén al culto.
Durante la administración de ese inolvidable Capellán,
el timo, y Rmo. Sr. Dr. D. Pedro Espino-sa, Obispo de la Dió-
cesi, esclarecido tanto en virtudes como en letras y que di6
repetidos testimonios de su fervor en la creencia del miste-
rio de la Inmaculada Concepción de María Santísima, (*)
viendo por aquel mismo culto de Nuestra Señora de San
Juan formó un nuevo reglamento para el servicio de las
Capellanías del Santuario, el cual reglamento — que es el
vigente — lleva la fecha 17 de septiembre de 1854 y comen-
zó á observarse el siguiente enero.
Según tal reglamento, debe haber nueve Capellanes,
número que podrá á su arbitrio disminuir ó aumentar el
Prelado Diocesano; se celebrará á diario misa cantada, con
preste y acompañantes; de diario también se cantará en
coro el Oficio Divino; las tardes de los domingos y demás
días festivos habrá un ejercicio religioso, compuesto de rosa-
rio y plática doctrinal; los Capellanes deberán alternarse en
el confesionario, de manera que éste sea atendido ordina-
riamente dos horas cada día, cuando menos por uno de
aquellos sacerdotes; mas desde el Miércoles de Ceniza hasta
el día del Sagrado Corazón de Jesús, desde el 15 de Noviem-
bre al 15 de Diciembre, todos los sábados y vísperas
de días de fiesta, y I odas las vísperas de los días en que se
celebre cualquiera advocación de la Virgen, la obligación de
confesar durante esas dos horas se extiende á todos los
Capellanes. Les obliga á los mismos asistir de diario con
(•) Además del ' 'Dictamen sobre la Inmaculada Concepción de
María Santísima", fechado el 14 de agosto de 1849, confirman lo
asentado en el texto otros escritos del Sr. Espinosa, vg., su Carta
Pastoral de 11 de abril de 1855, "con motivo de la declaración de la
Inmaculada Concepción de María como dogma de fe.'
— 299 —
sobrepelliz al coro, el cual comienza en la mañana á las
ocho y en la tarde á las tres. Por último, contiene el regla-
mento otras varias atinadas disposiciones concernientes al
esplendor del culto y al régimen económico del Santuario.
Dos acontecimientos lamentabilísimos se registraban
no mucho después, causando honda aflicción á todas las
pei*sonas piadosas: uno y otro tuvieron lugar por obra de la
cruenta lucha sostenida entre el partido que proclamaba
el imperio del Código de leyes fundamentales formado el año
de 1857, y el otro partido que rechazaba ese mismo Código.
El 27 de mayo do 1858 tropas constitucionalistas man-
dadas por el Coronel IJ. Miguel Blanco se apoderaron á viva
fuerza de San Juan de los [.agos, que en vano pretendió
resistirles; y á consecuencia de la toma de la plaza expugna-
da, los vencedores se incautaron de más de cien mil pesos
(*) de los Fondos del Santuario y que extrajeron escandalo-
(•) Un documento oficial se refiere á este despojo en los térmi-
nos siguientes:
'•Ejército del Norte.— Sección Blanco. — En la fecha han ingre-
sado á la pagaduría de la Sección, veintinueve mil quinientos pesos
[^29,500] en moneda, tomados de una alacena, dos cajas y un depó-
sito subterráneo de la sacristía del Santuario de San Juan de los Lagos,
en la mañanade ayer, por disposición del señor coronel en jefe; cuya
cantidad ha sido contada por los señores comisionados al efecto, veci-
nos de esta villa, D. Genaro (ftic) Tostado y D. Vicente Navarro,
quienes han calculado quedan sin contar, por falta de tiem^x), poco
mas 6 menos de catorce mil pesos, cu>'a exactitud se averiguará y ha-
rá constar después, habiéndose hecho laestracción y reconocimiento
fxpresados á presencia del señor presbítero D. Joaquin González, Mi-
nistro del referido Santuario, quien ha sido advertido de que la ocu-
pación de este fondo es para atender á las urgencias del ejército en
calidad de préstamo, y la cantidad será reconocida aceptada en pago ó
reintegrada oportunamente por las oficinas recaudadoras de las rentas
Renerales de la federación. — Y para los efectos correspondientes, se
txtiende por duplicado este documento que firman el pagador, los
comisionados y el señor presbítero expresados, quedando un ejem-
plar en poder de éste, otro en la pagaduría y el último en el archivo
del señor coronel en jefe, quien se servirá aprobar U referido. — Villa
de Jalostotitlan, Mayo 29 de 1858. — Gabriel Aguirre^ pagador. —
Oerardo Tostado — Vicente Navarro.''
El P- González, aunque había sido llevado en calidad de preso
defde San Ju»n hasta Jalostotilláii, dor.cle aparece e^-crilo ese papel.
el
I -
-300 —
sámente del templo, coni ¡tiendo dentro de él algunos oíros
sacrilegos desmanes.
A [irincipios del siguiente año llegó á San Juan otra ,
tropa del mismo bando, llevando por jefe al General D. Ma- '
nuel Garda Pueblila: la soldadesca violó entonres el mismo
recinto sagrado, se apoderó en él de la.^ preseas que le pare- .
cieron dealgim valor y tan estólida corno sacrilegamente '
mutiló é hizo pedazos las imágenes de los Santos.
Resulta de este bárbaro proceder fué que se procedie-
ra por el Capellán Mayor Sr. Rosales á ocultar en sitio segu- ;
rola Imagen original de la Santísima Virgen, dejando, en lugar
de ella, expuesta á la venoración pública la copia denomi- ¡
nada «la Peregrina»; ocultación que duró hasta el 8 de mayo ,
de 1864, en que ya las cosas habían tomado distinto aspecto i
político.
Dos años, tres meses y algunos días después de este J
acontecimiento renunciaba el Sr, Rosales la Capellanía Ma- j
yor; pero aunque se sepai'ó del servicio inmediato del i
Santuario, continuó hasta su muerte, acaecida el 1° de ii
julio de 1893, (*) residiendo en San Juan de los Lagos, l|
tuvo ta energía suficiente para su^íscribi^ el documento en esta valieu- ,
te forma: literal: "Mí [M-eseucia de que se hace mérito en este ha sido
solamente material y únicamente eu ciertos momentos en que me lian
estrechado por la fuerza, por tanto he protestado protesto y protes-
taré contra tal díspocicion por ser contra las te>-es de la Iglesia, sin
conformarme en ninguna de sus parles de tal disposición. — Joaquín
González/'
Si bien en el documento oficial aparece valorizada la extracción
en $43.000, más crédito <jue esa declaración merece loque dice sobre 1
el particular el Sr. Dr- Ri\'era; ;
"Mayo, 27.^EI abogado general constitncionalista nuevoleo- ■
nense Miguel Blanco se apodeió en San Juan de los Lagos de máaal
de Sigo, 000 que estaban enterrados bajo el camarín del Santuaric^
de Nuestra Señora"; noticia á laque le pone esta apostilla: "D. Con —
cepción Toral, primo mío i primo del capellán maycr de dicho Santua-
rio, me refirió que e! entierro del dinero se hizo secretamente por"
el mismo Sr. Toral, el capellán mayor i el albañil."
(i) Ksta fecha fué lomada del registro correspondiente que se
lleva en la Secretaría del Arzobispado de Guadalajara: conviene
expresarlo así. porque en algtma publicadóii aparece apuntada la
muerte del Sr. Rosales en día, mes y año distintos de los de aquella
fecha.
— 301 —
donde todos lo amaban, lo venerai)an y lo tenían por un
oráculo.
Han transcurrido ya diez años desde (jue dejóla tierra
ese venturoso sacerdote que a.^piraba Ti los del¡(|uios del
cielo; \ todavía cuando bablan de él los^anjuanenses al viaje-
ro investigador, se expresan con un enlerneciniiento y un
entusiasmo tales que aun al más inJiíerenle liicieran partí-
cipe de la convicción que ellos tienen de que el P. Rosales
mereció la bienaventuranza; así como al mismo viajero, con
sólo conocer un poco las letras y las ciencias, le bastaría
leer el catálogo de la selecta bii)lioteca que fué del mismo
eclesiástico, quien la don() al Santuario como postrer lr¡])U-
to de su afecto, para formar el concepto más ventajoso
de todos respecto al gn^n talento y lo sólida instrucción
de quien supo reunir con tino nada común obras magnílicas
y entonces raras en nuestro })ais. acerca de los más variados
é importantes de los conocimientos que interesan al espíritu
humano y al progreso intelectual ó material de los pueblos. (*)
(*) Nómina de los Capellanes Mayores que se hallará cii el Jyn'//-
tfícp.— Libro de la Visita que hizo el Lie. Casillas, uis. exisiciiie en
^ Archivo de la S- Mitra de Guacíala j ara. =-(jue/ada: -^'"^''■<■" cil..
PÍg» 36 á 4i.=Expediente de disjxnisa de va*;o para el niairinionij
^Mazxx)s Rafael del Muro con María Dolores Aran j;o, nis. del Archi-
^"0 antes mencionado; y otros documentos de la misma pnxvdencia.rr:
Dr. Rivera: Los Hijos de Jnnsco, P^K^ ♦'^S '^ 94. ^ii el Aj>éndice.=
González: Hi9t. de AguasraNfntvs ya citada, nota á las pájí^ 2f^o y
26i.«=X>r. Rivera: Anales de fa Rejhrnuí // (/</ Sujnnd*» lih¡i* rin, pág.
74 de la edición de Guadalajara.
VIII.
Período de gran efervescencia religiosa.
Los multiplicados embates que á consecuencia ^üe
!a devastadora tromba revolucionaria había sufrido ert. .si
misma y en cuanto le era propia la devoción de la Santisirj». a
Virgen de San Juan, en lugar de extinguir esa devoción f < 1 - J
mo hubiera pasado si se tratara de un objeto sin arraigo "i ]
deleznable, sirvieron para que adquiriera mayor firmeza 'í
para que se apreciara todavía más de lo que probado esta -^^'
ba su maravilloso vigor.
Acreditan esto, de manera sensible, los sucesos que desdt^ *^*
entonces hasta nuestros días se han venido sucediendo cor* ^^
relación al célebre Santuario de la misma venerada Imagen J^T**^
El Sr. Presb. Br. D. Agustín Rodríguez, nacido en Mexli-^-*'
cacan el día 28 de agosto de 1833; seminarista en Guadala-^^"'"'
jara, donde tuvo un acto público de Filosofía; ordenado d- ^^^
presbítero en 1859; en seguida profesor del mismo Semina^^*'
rio Guadalajarense, donde acabó de enseñar el curso de aw^-"^;
tes elaño de 1864-; párroco sucesivamente de Juchipila Ti
IAhuacatlán, habiendo estado en uno y otro curato muy p o- 1
co tiempo á causa de sus enfermedades; fué el sucesor del -P. I
Rosales en la Primera Capellanía, de la que se posesión»- e/ ñ
31 de agosto de 1860. M
— 303-
Viendo por et esplendor del templo que lenia á sucui-
dado. este sacerdote hizo levantar en el atrio cuatro canceles
de fierro que hermosean sobremanera el aspecto exterior de
aquel edificio monumental; dotó las torres con unas cam-
panas traídas de la América del Norte; llevó á cabo la refor-
ma del altar mayor y puso en él un nuevo tabernáculo; hizo
reconstruir dos
altares, en que
se aprovechan
los cubos de las
torres, y enta-
ri ruar el te u
pío; y provüv I
de docecandiir-
I "le bronce dora-
tíos á fuego ese
re cinto sagrado.
Ojra eipacial-
"^ente loible y
\ Itie contribuyó
¡ ^ucho á darle
; ^^plendor lile-
I '^^^■ioá San Juan
V Copiosos ren-
dimientos inte-
^iiipeñosamente idóneos profesores eclesiásticos, bajo la vigi-
^ivncia superior inmediata del Capellán Jlayor Sr. Rodríguez,
t'or desgracia, la existencia de este plantel benéfico tropezó
Con algunas dificultades que, por no poderse allanar, motiva-
ron su clausura al cabo de cinco años de vida. Empero, la me-
moria de los excelentes frutos que produjo, ha sido bástan-
le para que el progresista limo, y limo. Sr. Arzobispo actual.
Lie. D. José de Jesús Ortiz, haya decidido el próximo resta-
blecimiento de tan útil plantel.
AI siguiente año de liaberse fundado al Colegio, se cele-
I bró con grandiosa solemnidad el primer Centenario de la
^dedicación del templo de Nuestra Señora de San Juan: dig-
fciíisc acudir esa vez á pontificar allá, desde su Sede de León,
^
El Capellán Mayor
llr. D. A?n«t[n Rodríffuez.
\
— 304 -
el sabio Sr. Obispo Dr. y Maestro Diez de Sollano; y eslavo
la oración gratulatoria á cargo del Sr. Lie. D. Francisco Meli-
tón Vargas, entonces Lectoral del V Cabildo de Guadalajara,
y después admirable Prelado de flolima y de Puebla.
Fué consecuencia preciosa de aquella visita del pío i'jlli-
mo Redor de la antigua Universidad de México y primer
Obispo Leonense. queaconsejara poco tiempo de.«pués á sus
diocesanos que acudían en el tiempo de la Feria á rendirle
homenajes á Nuestra Señora de San Juan en su Santuario,
que mejor lo hicieran, para evitar profanidades, en los días
en que la Iglesia celebra la fiesta de la Purificación de la
Santísima Virgen. Seguido e.se consejo con docilidad, di¿
origen al movimiento colectivo, y por entero religioso, délas
grandes peregrinaciones modernas de los fieles á San Juan,
especialmente á la del día de la Candelaria.
De entre todo.s los cultos que se le rinden á la Divinidad de
modo directo ó por mediación de la Virgen María, "bar algu-
nos, dice un impreso publicado bajo auspicios muy respeta-
bles, que por m aspecto netamente popular, por sus trascen-
dentales resultados en la vida social, por los efectos qa©
producen en el espíritu pi'üjlico, por la santa edificación qatf
doquier difunden y por mil otras razones, son los especial-
mente llamados en tas actuales calamitosa? circunstancias dr
la Iglesia, á sacudir la apatía de las multitudes y á combatí
en el terreno práctico á esa funesta iglesia durmiente del P.
Coubet, que extiende su frío polar por lodo el mundo. A esfa
clase de cultos pertenecen las peregrinaciones religiosas...."
Y lo que, en general, ellas significan, dícelo la misma prbli-
cación aludida, expresando que por lo que toca á la parte
religiosa, es "un aumento considerable de culto solemnísimo";
en la parte moral, "una inmensa multitud ocupada en un fin
honesto, por excelencia curativo de las plagas morales, y
altamente nioralizador"; y "en su aspecto social, un ejérato
político en perfecta disciplina, de ciudadanos honrados, encau-
zados por la mano vigorosa é inteligente de la Iglesia, á los
más nobles fines."
"¿Será menester más, termina el escrito en lo conducen-
te, (y en ello se incluye también que son esas romerías perfec-
— 305 —
tam 3n te adaptables á nuestras instituciones políticas,) para ver
!a importancia que estas peregrinaciones tienen en la vida de
los pueblos? Las relaciones mutuas se reanudan, la fraterni-
dad se hace un hecho, el comercio se fomenta, se excita la
más santa emulación, v finalmente, se levanta de un modo
grandioso el espíritu público."
No es de extrañar, en vista de la bien explicada trascen-
dencia de esas prácticas que atraen hacia sí con impulso
irresistible á las multitudes, quo en este lugar se afirme, con
seguridad de no incurrir en error, que para historiar sólo las
romerías más señaladas quede treinta años á esta parte se
han hecho al Santuario de Nuestra Señora de San Juan, se
requeriría escribir un grueso volumen: baste, en la imposibi-
lidad de hacerlo así, apuntar que la caravana de peregrinos
que partiendo de León y CDgrosándose en el trayecto va á
la ciudad de la Virgen el mes de Febrero cada año, nume-
ró en el corriente de 1903, segi'm cálculo aproximado, cua-
renta mil personas. Y no será inútil advertir explícitamente,
por más que antes ya se dejó entender, que esa postrera re-
ferencia atañe á una sola de las acostumbradas peregrina-
ciones anuas, las cuales son varias y proceden de diversos
puntos de la República Mexicana, á veces muy lejanos del
consabido centro de atracción religiosa.
El Capellán Mayor bajo cuyo gobierno se iniciaron y
tomaron su fundamental incremento dichas loables jorna-
das, tal vez porque sus enfermedades le hicieran ir en busca
de alivio á distinto clima, ó por alguna otra causa, el 2 de
mayo de 1880 hizo dejación del puesto que con tanta atin-
gencia desempeñaba, y se trasladó á México, donde estuvo
adscripto á la parroquia de Santa Catarina, de la que pasó,
— nuevamente afiliado al culto de María himaculada, — á la
ilustre y Nacional Colegiata de Guadalupe, con el cargo de
Alaestro de Ceremonias.
Aunque urgido por la necesidad á separarse de su ama-
llo Santuario de San Juan, puede decirse que en él había
dejado parte de sí mismo, puesto que en las funciones de
Capellán Mayor le substituyó su hermano el Sr. Presb. D. Isi-
doro Rodríguez, á quien tenía á su lado como Capellán Menor
y Catedrático del Colegio, desde que se fundó éste.
39
-306 ■
No pudo, con todo, el P. D. Agustín residir lejos de la
Imagen SiinLa en rjuien habiajiueslo sus complacencias; y
lomando, apenas transcurrido un año y algunos meses, á la
nativa Diócesi, volvió á encargarse de la Capellanía Mayw el
día 8 de agosto de 1881.
Corta lué su nueva estancia cerca del altar de la Seño-
ra de San Juan, porque los males de que adolecía le hicieron
ocurrir poco tiempo después á Guadalajara. en busca de
salud; pero en lu-
gar de lialíar ésta
en tal mudanza,
encontró la muer-
te el 4 de marzo
de 1883.
A consecuencia
Y como el respec-
tivo antecedente
lo prescribía, vol-
vió el Sr. Presbí-
tero D. Isidoro
Rodríguez á en-
cargarse de la Ca-
pellanía Mayor.
Esterespetablee-
clesiástico, (naci-
do á21 de enero
de 1831, en el ^, _.,„„
, ae IB. Catedral de Guadalawra. ■ , ■ ■
mismo lugar que predestinado *
ver que bajo su gobierno se le concediera al templo de Nues-
tra Señora el altísimo privilegio de la consagración.
En procurarle ese singular honor debió influir en el áni-
mo del Sr. Presb. D. Agustín Rodríguez, (que parece haber
sido el primero que lo procuró así,) aparte de otras conside-
raciones, el deseo de que se perfeccionaran las prerrogati-
vas de que debía gozar el Santuario erigido en Basílica, ya
que para ese efecto era indispensable el requisito de la con-
sagración.
Como quiera que sea — y contando seguramente con el
El CapelHc Mayor
Presb. D. iRidoro Ilddrígnez,
hoy l'rebeudado
de la Catedral de <
SU hermano y an-
tecesor; semina-
rista desde el año
di 1SÍ8; ordena-
do en 16 de febre
rodé 1856; luego
servidor de uní*
ampolleta en 1^
parroquia de L¿«- -
gos, además íÍ ^
capellán de lasre-
igiosas capuchi-
nas del mismo lu
gar; y trasladad^»
de ese cúralo á
San Juan, pam
encargarlo deias
funciones que ya
se dijo;) estaba
I
— 307 —
yo que al enunciado proyecto le diera el Sr. Canónigo D.
ínto López, Secretario del Gobierno Fxle?iástico de la
[uidiócesi, amartelado devoto de Nuestra Señora de San
o, como nacido en población Inmediata á la en que í-e
lera la célebre Imagen, y más larde Prelado de Linares y
. Arzobispo de Guadalajara, (*) — aquel feliz peusauíien-
Sr. CfuiánÍKo Don JiKáato Ijópeí,
despula limo. Ariolnspo Aa Lia&res y de Unadal&jara.
aé acogido con agrado por el limo, y Rmo, Sr. Loza, que
sonalmente pasó á ponerlo en obra, aprovechando la
') La mucha parte que tuvo el Sr. López en decidir al Sr. Loza
te consagrara el Santuario, to demuestra el hecho de que en vís-
S de aquel suoeso le decía este venerable Prelado á su Secreta-
aludietido á mía de las prescripciones de rilo: I'ntKit lieberia srr
te ayunara, ya que, á U. «<■ le debe eflo.
Así me lo ha referido el Sr- Prebendado D. Isidoro RodrígucE,
le oyó esas expresiones al Sr, Loza.
— 308 —
CO^Tintura de andar por aquel rumbcf en la prácfira 'lo li
santa visita pastora
Aquel acto tan excelso en el orden religiopo, era digno de
solemnizarse con cuanta pompa y entusiasmo se pudiera; r
que en efecto por una y otra cosa se hizo notable, lo acre-
dita la reseña que de la misma consagrariiín csrj-ibióelinuv
virtuoso y sabio Sr. Dr. D. Ignacio Uiaz, Cura eTitonces del
Santuario de Guadalupe en Guadalajara y arlual dignísimo
Obispo de Tepic.
Con tanta belleza, unción y originalidad están narra-
dos en tal documento los hechos ocurridos esa vez, que con
transcribir á la letra esa obra literaria, como va á suceder á
continuación, recibirán prerioífo realce estas páginas:
« La ciudad de San Juan de los Lagos, dice la rí-seña, lia
estado de fiesta algunos días con motivo de la consagrací»'ir1
de su famosísimo Santuario. El seutimicnlo religioso, de t|U<
ha sabido dar siempre las pruebas que e.xigiera el caso, esta"
lió ahora en manifestaciones tan espléndidas, que sálO
habiéndolas visto y sentido en elaluia, se pueden conocer, i^
religión, que lodo lo engrandece, no da en qué sentir al cora,
zón.
• San Juan, visto bajo su mejor aspecto, es el Sanluai ¡o:
todo lo que á éste atañe le interesa, todo lo que lo celebra
hace su gloria, todo lo que lo amengua lo lastima. Ni en 'o
bello, ni en lo grande, ni en lo célebre, ni en lo estimado '^
iguala otro edificio de la ciudad; ningimo le iguala en interés-
Yo no sé si será conocida esla ciudad en la Hepúlílica y fuera
de los confines de la Patria, por algo mas célebre; pero ifi"^
consta que su Santuario es conocido por su hermosura, por
su culto, por sus maravillas, por las peregrinaciones qui'
recibe y por la milagrosa Imagen de la Madre de Dios, quf^
se venera en su sagrado altar.
» Hasta cierto punto se puede asegurar que este Santuario
tiene un carácter más amplio que el que pudiera darle una
ciudad: es un Santuario de la Iglesia nacional. Y así comeen
la ciudad es visto por ella con grande interés, asi lo es tara-
hién en la nación.
*Por esta na sólo se puede decir que cuanto toca á este
- 309 -
I interesa á los que viven á su sombra; sino míe
•esa á la nación,
• Su consagración debía, pues, no sólo ser una solemnidad
iosa, sino una fiesta pfiblica, por lo laeno^, de esla rnu-
ciudad.
«Una fiesta pulflica!
«Sf, porque es un acontecimiento pi'ibliro que todo lo
ta: porque afectando á todas las ulinas, liare lo misino
10 une ^^
todas las familias, y por ellas con la sociedad toda. .
4a sido en cualquier parte; más aquí, donde es tan gran
iedad y el sentimiento religioso tiene tan grande vida, .
ue las demostraciones de alegría y de júbilo no tuvier
s fronteras que las de lo imposible. Se conoce la om
incia de loíí pueblos, y no son de extrañarse sus prodi;-;
L
— 310 —
Puede asegurarse que no había una alma qus, arrinconada
en las oscuridades del egoísmo, se sustrajera al entusiasmo y
á la alegría común. La alegría como la luz. se difunde y
penetra, con tal que se le deje una rendija; como los gases
que tienden á tomar mayor volumen, al mismo tiempo que
se extiende por la clase media, sube á las altas y desciende
á las últimas, con admirable fuerza de expansión.
«Voy á escríb ir su historia, para conocimiento de loa
ausentes y memoria de la posteridad, para que ni unos por
el tiempo, ni otros por el espacio, queden privados, en cuanto
sea posible, de la Felicidad de asistir á ella. En la ciudad tuvo
lugar la solemnidad real; aquí está aunque imperfectamente
la solemnidad escrita. Una sencilla y poética inscripción guar-
dará su memoria sobre la puerta de la izqiiierda del Templo:
aquí se hallarán más amplios y numerosos detalles. Aquella
será la portada: esto el conjunto déla historia.
t Hacia ya algunos años que, almas devotas de la Santísi-
ma Virgen María y verdaderamente apasionadas del Santua-
rio, habían pensado en su consagración. Dios, concediéndoles
la gracia del pensamiento, no les dio la de realizario; quena
que compartieran su felicidad con otros que ellas llamaran
más afortunados. No da Dios á la planta los colores y la
fragancia de la flor, ni á ésta el verdor y grandeza de la plan-
ta. Aquel pensamiento pasó como una visión mística, conso-
ladora y halagüeña, que sólo el tiempo había de realizar; se
perdió en el tumulto de las dificultades en que se pierden
tantos pensamientos; se hundió en el abismo de los años que
con sus negras ondas todo lo oscurecen; parecía que había
descendido á su sepulcro, y que para él no había esperanza
de resurrección. Sobre él pasaron muchos años, y entre tanto
murieron los que lo habían pensado y se habían alegrado ,
con aquella risueña y dulcísima esperanza.
f Entonces, al visitar este Santuario hace ya algunos me- -
ses, al verlo como otras ocasiones, tuvo nuestro limo. F^ela-
do lo que llamaría el Conde de Maistre una iluminación
repentina; lo que llaman los místicos una moción de Dios; lo
que yo quiero denominar una inspiración de María. Ella, sí.
Ella puso en su mente ese pensamiento tan luminoso, esa
r
— 311 —
l-esolución tan fecunda; Ella le dio la gran felicidad de reali-
tearlo. Era una de las felicidades que le reservaba, uno de los
Knonumentos de su gloria.
* Había llegado la hora de la esperanza; no la de la reali-
Bctón. Faltaba que fuera por mucho tiempo deseada con
terdor; porque el deseo, que á primera vista significa muy
Ipoco, es, bajo el aspecto Jivino y espiritual, la preparación
fcie grandes cosas: para Daniel fué la preparación de sus visio-
les, para los Patriarcas la preparación del Mesías. Mientras
ístamos en el mundo el deseo es la medida de las almas.
• El pensamiento de núes I ro limo. Pastor, enunciado
fcajo la forma reservada de lo que queda incierto, era en el
ondo una resolución. Puédese asegurar que, si por algún
amotivo no le hubiera sido dado cumplirlo, más de una sombra
Ncde tristeza habria cruzado por su espíritu.
«Apenas divulgada la noticia, todo fué flotar el pueblo en
Xan mar de benditas esperanzas, todo rogar al Omnipotente
■«consagrara su Templo, todo pensar en esa fiesta y ya gozarla
-anticipadamente, todo pedir á la Santísima Virgen conservara
la vida y la salud del Jefe ilustre de nuestra Arquidiócesis,
■jiara que se cumplieran los santos deseos de su pueblo. La
esperanzase había hecho popular, lo que era hacerse grande,
apesadumbradas las gentes por no haber hecho el Santuario,
se consolaban consagrándolo. El siglo XVIll lo hizo; el XIX
lo consagrará: aquél formó su cuerpo; éste inspirará su alma:
aquél se manifestó rico, elegante y piadoso; éste, más ideal,
más místico, más santo. Y no queriendo privarse de la gloria
de haberlo hecho ni privar á sus padres de la felicidad de
consagrarlo, ''somos el mismo pueblo, decían, los muertos y
los vivos: lo hicimos por sus manos y por nosotros lo consa-
grarán." Todas las esperanzas son inspiración, más las reli-
giosas, porque son más divinas. Todis son grandes, más las
de los pueblos, que se elevan á infinita potencia. Alguno dijo
que la esperanza es sueño: habria dicho mejor diciendo que
es una compensación de las injurias del tiempo. Conoce poco
quien á su luz no ha visto los objetos, ni se ha colocado en
su eminencia para mirar su encantadora perspectiva.
«El tiempo se iba acercando bonancible, sin que nada
-312-
íllslpaní aquella esperanza, y con mucho, que al darle
' (lumbre \ñ daba nueva vida y más vigor. Fijaba ya el Prelado
el 19 de Noviembre para la consagración, — la fiesta de la
Presentación de María Santísima, — para la solemnidad el 2 1 >
y su llegada á la ciudad para el dia 15. Todo era preparacio-
nes en el Templo para sus grandes actos, y en las casas veM
la ciudad para la fiesta popular. Vj\ cuanto á la alegría y al en-
tusiasmo vendrían espontiineainente y sin preparación. Est;
ba como en su causa en el grande acontecimiento y en isa
almas.
«Amaneció el dia Ib de Noviembre y á su primera
partieron de esta ciudad, camino de la Encarnación, el Sit¡
Cura D. Clemente Pérez y el Sr. Pbro. D. Isidoro Rodrigue
Capellán Mayor del Santuario. Ya se sabia el objeto de £
viaje; pero si no se hubiera sabido, se habría adivinad
porque la alegría que revelaban y el entusiasmo que !
manifestaba en su expresión, indicaban casi la presencia íli
un acontecimiento muy plausible: el pueblo diría que \\»aM
pidiendo plácemes. Los sentimientos grandes no se ocuUaii
«Iban al encuentro del limo, y Hmo. Sr. Arzobispo Dr.
D. Pedro Loza, que acompañado de algunos miembros de/
venerable Clero que componen su familia, venía á dar lleno á
los deseos de su alma y de su pueblo. Al verío caminar asf
se hubiera dicho que era un ilustre peregrino que iba á cum-
plir un voto. No se sabe lo que pensaba durante su camino;
pero de seguro sus pensamientos estaban saturados de p¡^
dad: iba por la primera vez á consagrar un templo, él, que
eii-sü larga vida de Pontífice, habla ejeicido todos los actos
deP Episcopado: y ese templo era el Santuario de Santa María
de San Juan, famoso entre los famosos de nuestra Repúbli-
ca. Y lo iba á consagrar solemnemente. ... iba á dejar en íl
algo-de su propia consagración. ... lo iba á hacer participt
del Eipíritu Santo qu3 él mismo recibió. Sólo los Obispos
saben las emociones qaa preceden, acompañan y siguen ala
consagración; sólo ellos las perciben en su atmósfera impr^-
nada de gracia y misticismo. El alma del Obispo vive en su
ministerio como el entendimiento en la verdad, el corazón en
el amor, y el ángel en el cielo. El ministerio necesita al minis-
— 313 —
Iro. y ésle sin él se asfixia. Por eslo súlo les Obispos que
han consagrado templos saben muy bien lo que cnlorccs se
siente. Ivos demás fieles sabemos lo que se siente al ver. pero
no aquello. Yo pienso que si el peregrino desde lejos descu-
bre su cabeza y se arrodilla al saludar este Santuario, cuando
srilo viene á visitarlo, el ilustre Prelado que lo consagró y
dejó en él el sagrado recuerdo de su santa y singular visita,
lo saludarla con especial salutación y esquisila ternura.
«No hay para qué consignar aqiii las alegres expresiones
con que los viajeros de San Juan saludaron ásu respelableé
ilustre huésped, ni las afectuosas y no menos festivas con
que el Prelado y su familia, con su delicada y finisiiiia puntua-
lidad, correspondieron.
«Desde entonces juntos y sumamente alegres se dirigie-
i'on á San Juan, devorando rápidamente lo que restaba del
camino. Llegó la hora de verlo v lo vieron gozosos, y algún
tiempo estuvieron conteniplando la singular belleza de su
'l^anorama, la majestad de su Santuario y la finísima delica-
*Jeza de sus altas y graciosas torres que, á semejanza de suspi-
*^is, se lanzan hasta el cielo desde tas profundidades del valle.
«Un alegre y festivo repique general anunciaba al pueblo
'^3 llegada del ilustre I^lado. Por el camino y en las calles
^1 pueblo con su muchedumbre y sus grandes movimientos lo
■*ecibía entusiasta, pidiendo desde luego lo bendijera. Laca-
Be principal convertida en elegante y bellísimo salón, que el
'Süslo V el genio habían adornado con gracia, se ahriaes-pa-
<:iosa, aunque inundada de la multitud, frente al viajero ilus-
tre, que al son de la música de la ciudad, bacía su entrada
*n verdadero y pacifico triunfo, ¡Cuan dulces son estas
•nanifestaciones espontáneas de amor y de adhesión! Se goza
•Viucho al darlas: tal vez no más al recibirlas.
« Así ule conducido hasta la casa del Santuario, que regia-
ínenle amueblada recibía al ilustre y virtuoso Prelado, bene-
'itoiériloya del Templo y la ciudad. Por la noche centenares
^e luces artisticamenle colocadas, coronaban de estrellas,
^on siete hermosísimas coronas rematadas por la cruz, las
«levadas torres del Santuario; lo demás del edificio estaba
lirofusairiente iluminado con no menos ingenio y habilidad.
— 31-t —
S? hubiera diirho al verlo, que era uno de caos edificios fantás-
ticos, ideado por lo? poetas y atribuido á los magos del Orien-
te. El atrevimiento v el genio se dÍ3putíLl>an. la corona. En
la ilitmnm-iári ih^ Sien Junrt,
«Asi recibió esta ciudad entusiasta á su ¡li^tre Pastor.
cjGrandey útil lección á la poslwidad!
• Apenas llegaba el limo. Sr. Ijyza cuando se recibió la
plausible noticia de que el lunes siguiente llegaría el limo.
lliiKi, .V limo. Sr. D. I-edro I.oza.
3;<' A.rEobIspi>(ieGuniIu1ajiu-a y iMHisa^antedet Bantuarío,
Sh Dr. D. Tomás Barón- y Morales, encargado de la oración
que debía pronunciarse el dia de la solemnidad. Venia no
sólo á estOv sino también á dar con su presencia mayor real-
ce á la Plasta. Se sabe que es costumbre de la Iglesia asislao
los Obispos (jue se pueda á la consagración de los templos.
La ciudad, que había recibido con la posible magnificencia á
sa propia Prelado, no q^ueria recibir menos solemnemente-
J
a] huésped magnifico que venia á honrarla y á lomar inuv
acliva parte en su sagrada fieüta. Asi es que resolvió volver
i engalanarse como en el dia anterior, y recibirlo, llegada la
vez, con igual pompa. Kl ilustre Prelado de Guafialajara quiso
que fuera todavia miyo:, porque él mismo se dirigi<í á Santa
Maria, A cinco leguas de distancia y estación díl ferrocarril,
para esperar y recibir al grandñ huésped que en señal de
fraternidad venía á la liesta de su vecina Arquidiócesis. Sin
querer dio una lección de urbmidad cristiana con su ejemplo,
V so manifestó digno de su pueblo.
«Santa Maria eHaba dt: liesta porla venida de usos perso-
najes, aunque pariPicos, muy g'andss, y aunque muy grandes,
muy queridos. Se les recibía con las expresivas demostracio-
nes nacionales: guirnaldas de fresquísimo verdor, flores, músi-
^, etc., pero ademíls con la alegría que reciben los hijos á
sus padres. Se reunieron allí los vecinos principales de San
^Uan y juntos con su lluslrisimo Prelado, no tuvieron mucho
yue esperar. Se vio la locomotora, los vagones y á poco el
'Ristre Diocesano de León era saludado mediante .^ignifica-
''Vas, afectuosas expresiones, por e! Arzobispo de Guadala-
J^ra. ¡Los circunstantes conmovidos vieron ese saludo que
*^Unca olvidarán! Se conocía muy bien quiénes se hablaban;
^e veía claro quién era su Maestro. Se puede asegurar que
^5it,a entrevista fué de lo que se llama edificante. Nada fíe
•lesconfiaiiza, de reserva, de falsedad hubo allí. La afa-
bilidad los envolvía.
«Después de dcícansar un poco y tomar una comida
bebidamente preparada á poca distancia de Santa Maria,
tjaraje engalanado también para recibir á los viajeros, conti-
tiuaron su marcha seguidos de muchísimas gentes de diver-
jas clases, quí cada una á si modo les hacia compañía con
«ntusiasmo. ¿Qué tienen eso^ hombres, pudiera preguntarse,
que asi los ama el pueblo? Los casEsrios del tránsito lucían
sus galas y se animaban al pasar los viajeros. Aquello era
ana sencilla fiesta de los campos, una ovación que recibían
de paso. ¿Por qué el pueblo es asi"? Siendo esquivo otras veces
¿por qué ahora se conmnif a tanto*:' ¿No prolwvTíi eslo el senti-
miento religioso, vivo aún?
-316-
[ue ?t^ 1
tiienio I
• La llegada filé una cosa del todo semejan lea laque
referido hace poco. I*a misma alegria, el mismo movimienl'
popular, la misma iluminación, la misma fiesta.
«Se acercaba en tanto la Consagración dd Santuario. E1.1
ilustre Prelado vio por sí mismo todos lo? preparativos: laiíí
cruces de los maros, la grande piedra del altar, las reliquia_s
de los santos Mártires Víctor, Adeodato é Irene que para col» -
carias se habían tr.iído de Guadalajara, la elegante capilla en
que la víspera se habían de vel.ir solemnemente, los orna.-
mentos nuevos, Lodo, todo lo que hay que preparar. Nadfí
faltaba. Se conocía muy bien que la Santísima Virgen lo habí a
dispuesto y arreglado todo.
« De antemano se había repartido entre el pueblo una res -
saña de las augustas ceremonias de la Iglesia en la consagra. -
ción de los templos, para que, espectador ilustrado, fuer^
viendo en cada una de las mismas ¡a grande idea que le d^
vida. Como se esperaba, el pueblo se instruyó, y ya inslruitld
era cada vez más grande su empeño en asistir á la Consagra»- -
ción. La consagración de los te.nplos es un acontecimÍent*i
raro, y por lo mismo, fuera de su propia dignidad, tiene ^
atractivo de lo admirable.
• Sabia el pueblo que se había de ayunar la víspera, y co*
religiosa puntualidad cumplió esta santa prescripción. El ayt_« —
no era voluntario y se cunplió como si fuera obligatorio. E'
ayuno fué acompaiiado de oración. Por la noche, raientríi^
las torres y demás partes notables del Santuario seiluminabar»
como el cielo, en la capilla da las reliquias situada al Sur reza-
ban los sacerdotes, á la luz de doce hachas, el oficio de lo=
Mártires, y el pueblo con cirios encendidos velaba arrodillado.
t Amaneció el día 19, y el Prelado, á las seis de la mañana,
acompañado de once sacerdotes, dio principio á la Consa^a-
ción practicando lo que el Pontifical previene y se refiere en
la adjunta reseña. (*) Yo sólo debo referir lo que no consta allí.
el profundo recogimiento y la piedad y devoción con que el
pueblo lo iba mirando y estudiando todo. ¡Más de unavezse
(*) En el Ajiéndice se podrá leer el acta oficial de este solemne
acto.
— 317 -
oyó que con su voz salida de grande muchedumbre repilirt
santas invocaciones! ¡Más de una vez se le vio llorar enter-
necido! ¿Por qué el pueblo no siempre es asi?
< Llegada la hora entró en el templo que se le abría consa-
grado y lo inundó á pesar de sus grandes dimensiones. Todos
querían entrar, como si se disputaran la felicidad de ser el
primero.
• Pasada la Consagración, que duró cinco horas, el pueblo
! retiró bendiciendo á Dios y enriquecido con sus gracias.
tija Consagración habla pasado Los ardientes deseos
I ^ie tantas almas estaban cumplidos. ... El Santuario estalja
consagrado .... El siglo XIX no pasó por él sin dejarle un
gatísimo recuerdo. La larde lo alumbró después de la Consa-
gración, por la primera vez, con las doradas ráfagas de esos
crepúsculos que suelen alumbrar nuestros días de venLuia: la
dr;
I pi(
I co.
I las
noche extenditi su bóveda estrellada, como otro lernplo del
cual fuera éste el tabernáculo.
Entonces volvió á iluminarse el exterior del Templo, y
parecía que cada una de las luces era una gracia, y todas jun-
tas en -su armónica disposición, las jerarquías angélicas que
se cernían sobre él.
Recordaba entonces el pueblo, cuando la noche invitaba
á la meditación, todo lo que había visto y lo que había escu-
chado. Miraba al Ángel del Señor cerca del aliar del Templo,
con su incensario de oro, y con muchos inciensos que le die-
ron, radiante con su aureola de gloria y de oración. Veía á
Dios cubriéndolo con sus atas, y seguróse refugiaba bajo de
ellas; oía el himno de toda la tierra que adoraba á Dios y ala-
baba su nombre; veía que se disipaban todos los enemigos del
Señor como humo en el ambiente. ... Y gozaba con estos
santos recuerdos y piadosas visiones. La Consíigración era el
centro de todas las ideas, de todos los sentimientos, de todas
las conversaciones. Quien quisiera ponerse en contacto con
todos, no necesitaba sino pensar enella. Atraía las miradas
como el raudo cometa que hace poco voló por nuestro cielo,
como un habitante de otro mundo.
< La Consagración pasó; empero su efecto permanecerá
mientras dure el santo Templo. l<a consagración, como Dios,
nunca se acaba: como Él no puede tener repetición; á seme-'
zanja de la vida eterna, dura lo que dura el sujeto. ¡Qué per-
petuidad tan admirable; Podrá, lo que Dios no permita, ser
violado el Santuario por la malicia humana; podrá, podrá des-
truirse en alguna de sus partes por algún sacudimiento de la
tierra, ó por un sacudimiento de los hombres, todavía más
horrible; será necesario reconciliarlo alguna vez; pero no po-
drá volverse á consagrar. La consagración, como el bautis-
mo, sólo una vez se puede recibir, y una vez recibida no se
pierde.
La consagración es lo último de la santificación de las
cosas. "Lo último. . . . También hay escala en la santidad de
las cosas. Dios puso la jerarquía en todas partes: en las co
ssa,''en los'hombres, en los espíritus angélicos. Solo Él no
tiene jerarquía.
— 319 —
«Lo último
«El día 21, Presentación de María Santísima en el Tem-
plo, fué designado por el limo, y Rmo. Señor Arzobispo para
solemnizar la Consagración del Santuario de Maria Santísima
de San Juan. No podía escogerse un día más propio. Así co-
mo niñita fué presentada por sus padres en el templo de Je-
rusalém, hace cerca de dos mil años, así ahora se presenta
en este Templo, que levantó á Dios en honor suyo la piedad
de sus hijos, y que la misma religión consagró el 19 del
corriente. Fué á santificar con sus virtudes aquel Templo:
tendrá sus ojos y su corazón en éste todos los días, para escu-
char las oraciones, y mirando á sus hijos, bendecirlos.
• ¡Dígnate, dulcísima Virgen, habitar en tu Santuario, co-
mo habitaste en el templo de la ciudad de Dios, mansión de
paz!
«Desde las Vísperas fué grande la solemnidad, como lo
demandábala magnificencia de un acontecimiento tan glorio-
so. Los maitines no fueron menos solemnes y animados.
Él Capellán Mayor del Santuario, á cuyos esfuerzos y solici-
tud se debe la Consagración del Santuario, algunos párrocos
V más de tniinta sacerdotes, domiciliarios y extraños, llena-
Iban la elegante sillería del presbiterio, mientras el pueblo
invadía gozoso la amplísima extensión del Templo. ¡Qué
bien resonaban entonces las alabanzas del Señor! La perfec-
ción con que la capilla ejecutó el canto y música de esta
solemnidad, parecía consagrada también. El prisma de la
consagración descompone todos los resplandores en miste-
riosos y bellísimos rayos. A la luz de centenares de focos
que artísticamente iluminaban el Santuario, eran dignos de
verse aquellos venerables sacerdotes y aquel pueblo piadoso
y enardecido, en aquel templo recientemente consagrado,
donde están fácil ser piadoso. En otras partes se necesita
un esfuerzo para santificarse; aquí es necesario para no ha-
cerse santo, hi voluntariamente se pensaba en el cielo, y
los suspiros por esa patria se escapaban de todos los pechos
humanos Así es el culto. Darlo es vivir. El corazón de
los impíos está atrofiado. En las solemnidades, vuela el al-
ma, cautiva otras veces. Bien sabe, tiránica \a impiedad, lo
— 320 —
que hace el cautivarlo. El exterior del templo estaba profu-
samente iluminado, y parecía que sus brillantes luces eran
más que los resplandores de la fiesta, los suspiros de las al-
mas que él estaba abrigando; tenía un manto de gloria, una
de esas aureolas con que la idealidad envuelve sus aspira-
ciones.
*EI día 21 la solemnidad tocaba k lo último.
«El limo y Rmo. Sr. Arzobispo de Guadalajara iba á ofi-
ciar en la función. La misa pontifical, tan majestuosa y gra-
ve, iba á celebrarse en el Santuario secular, solemni^aniio
su Consagración. El grave y hermosísimo Santuario, rica y
elegantemente adornado, se presentaba con todos sus ata-
víos, como joven esposa en el día de sus bodas. No dejaba
nada qué desear. Su santa Imagen á manera de un sol res-
plandecía en el trono, circundada de una aureola de luces;
su ambiente perfumado, sus ricos y hermosísimos adornos.
sus Pontffices, su numeroso Clero y su gran pueblo se corres-
pondía con gratísima armonía. Se celebró el Divino Sacri-
ficio con efusión de admirable ternura, fomentada y guarda-
da en las almas por una orquesta magnífica y un canto expre-
sivo y sentimental.
• Él limo. Sr. Obispo de León, Dr. D. Tomás Barón y Mora-
les, ocupó la cátedra del Espiritn Santo. Seria inútil deciren
sustancia su instructiva y patética oración, si han de
verla íntegra mis lectores; pero no lo es, decir que produ-
jo admirables efectos y que el pueblo le escuchó conmovido.
Su elocuente discurso; que admirarán cuantos lo leyeren, es
digno de la solemnidad, del ilustre orador y del pueblo que
tanto lo admiró.
• Concluida la misa, el venerable, el anciano, el grande
Arzobispo de Guadalajara, el Apóstol de la niñez y el Rege-
nerador del porvenir, alabó conmovido el nombre del Señor,
y teniendo su báculo en la mano, hecha tres veces sobre el
pueblo la señal de la cruz, lo bendijo con ternura y con sen-
timiento inexplicable. El Prelado y e! pueblo se entendían;
la santa unidad que los liga y especialmente los ligaba en
aquella hora solemne y singular, llevaba de uno á otro las
Ofíflas del sentimiento: sus almas estaban á nivel, El pueblo
— 321-
bentleda ala vez, deseándole muchos años de felicidad.
• Aquello era una despedida,
« Lo restante del día fué también una fiesta religiosa f
hpúblic?. Lassoml)rafl de la noclie volvieron á disiparse con
las brillantes luces del Santuario, que como almas ávidas de
la eternidad iban al cielo.
I Es sabido que la consagraciún del Templo tiene octava
solemne. Se celebra debidamente con la piedad y devoción
ciue no sólo caracteriza á los líeles de esta ciudad, sino que
era de desearse en tan grandiosos días.
«Durante la octava, San Juan, que con tanto placer había
recibido á sus ilustres huéspedes, los vio partir nuevamente.
I^rimero el limo. Sr. Barón y después el limo. Sr. Loza, que
lo acompañó hasta la estación donde lo había recibido, se
retiraron dejándole imperecederos recuerdos de santa grati-
tud. Cuenten esos ilustres Prelados Mexicanos con memoria
inmortal en muchas almas. Triste San Juan los vio partir
¡Ojalá no saa la última vez que tenga la felicidad de recibir-
tos!.
fEl dia 25 ss volvieron á soiemniznr l.is vísperas y los
toaitines como en la Tiesta principal. Interior y exterior-
Diente iluminado el Templo, y con grande concurso de ta
piadosa multitud, tuvieron lugar las solemnidades. El 26 se
Iiizo la función de la octava, devotamente celebrada por el
pueblo y muy bien ejecutada por la orquesta del Santuario.
Predicó en ella casi una hora el Sr. Cura ür. D. Ignacio Díaz,
cuyo discurso se puede ver después de este artículo. Al predi-
cador lo edilicó el sentimiento y la piedad del pueblo.
«Con esto y con la sulenmidad de la tarde concluyó la
primera octava déla Consagración del Santuario de Santa
María de San Juan.
«Este conjunto de fiestas deja en las almas una esleía
luminosa que no se apagará, y un recuerdo dulcísimo que
traerán á su memoria después de muchos años, para gustar-
lo siempre con nuevo placer.
• La Consagración del Santuario es un grande hecho de
la Historia Eclesiástica de San Juan, de Guadalajara y de
JUéxico. Grande por sus trascendencias incalculables, y por-
lo
I "
— 322-
que dígnamonle celebrada es un lestiinonío ínconíeslahle
de que aquí no es la piedad un puro nombre. Un grande
hecho!
«¿Qué importa que algunos no lo crean? í^os algnno»
8on muy pocos, y ningunos en parangón con todo un pueblo,
luipotenle su ¡ncredulidad, no pende de eKa la grandeza.
• Un hecho.
• Estaba en lo papado como en sus causas; estará en el
por\'enÍr en íub grandes efectos, como eslá en el presente
en su majestuosa realidad.
• &s un hecho!
• Por lo mismo, incontetitalile,
• Yo quisiera mirarlo con la mirada iluminadora délos
poetas, para poder pintarlo con el pir.cei de Chateaubriand,
de Lamartin(T, de Walyli; quií-iera rereririo con )a sencillez
encantadora de Cervantr-s, de Mariana, de SoÜs; quisiera. . ,
¡Qué no quisiera, ai he tenido tanto entusiasmo en la parte
que me ha cabido de esta solemnidad!
• f^ara admirarla no se necesita sino veda.
• Yo admiro su grandeza »
Aquí concluye la feü^: narración de ese suceso cuhninan-
te como ninguno en los anales de la Basílica de Nuestra
Señora de San Juan: la maestría, galanura y profundidad con
que tal narración fué trabajada, excusa ponerle cualquier '
aditamento, ni aun á titulo de detalle, que por lo demás
resultarla poco importante junto á los actos excelsos que \íu
misma reliere.
Además de la parte principal que en hecho tan seña— i
lado tuvo el Capellán Mayor Sr. Presb. I). Isidoro Hodriyuez»
á su devoción por ei culto de la Santísima Virgen se le debi(3fl
que se instituyera en el mismo gran templo sanjuanense
la práctica de celebrar el poético Mís de María cada año,
d^de el referido de 1 884 {*); así como á su celo por ta educa-
ción pública hay que atribuírsele la solidez y el auge qyg
(*) Tengo á la vista dos opúsculos eu que respectivamente por
los Sres. D. Teodoro A. Tostado y Prof. D. J. Süverio de Anda se
resetló la celebración del Mes de María en el Santuario, los años de
— 323 —
adquirió la Escuela de Nuestra Péñora de San Juan, instiliilo
^e enseñanza primaria para niños, mandado fundar por el
$ran propagandista de la instrucción católica de la niüez
jalisciení*, limo, y líino. Sr. Arzobispo Loza; y Iacuales<;ue-
la, — ahierla al servicio á que e-stá destinada, en la rasa que
Tué del tarnoío P. O. José Manuel Flores, el 1 = de enero
<]e 1887, — hasido provecliosísiina.
Aparte de esto, el mencionado Sr. Hodrf^me;! proveyó
«le campanas de bellas y sonoras voces la iglosia que estaba
á su cargo, dealj^oinos otros muebles útilea. y del pavimen-
to de madera que faltal)a en algunas de las dependencias
<]el tiiismo lugar santo.
Condigno premio de esla sucesión d2 imporlanles servi-
cios, vino á ser el llamamiento ijue de su autor hizo el V.
fCabildo de la Catedral de Guadalajara, designándole una de
BUS prebenda?; y á consecuencia de tan merecido ascenso,
lenlró, en 8 de agosto de 1892, á ocupar la vacante Capellanía
l^Iavor el Sr. Presb. D. Gonzalo Órnelas.
I Ko podria haber sido más acertado esle nombramiento:
1^1 Sr. Órnelas nació en San Juan; creció á la soTiibra del
■nagnifico templo de la Virgen del misino Ululo; fué alumno
idel pequeño Seminario que e.xistii en aquella población, y
*uvo por maestro allí á su inmediato antecesor en la Cape-
llanía referida: ¿quién romo ese sacerdote hubiera reunido
tantas condiciones Tavorablcs al ensanche de Ufi culto que le
\enia á él por atavismo y que estaba enardecido en su alma
|>or la educación?
Los hechos correspondieron con exartilud á tales ante-
icedentes: el actual Capellán Mayor ha introducido en el San-
ituario la celebración de los actos religiosos respectivamente
■tie oración y acción de gracias á la Divina Providencia el dia
1 * de cadi mt!s y el dia último del año; ha decorado el
fteinplo suntuosamente, debiendo con este motivo mencio-
narse las bellas pechinas que ejecutó, representando los cua-
tro Evangelistas, el correcto pincel del Maestro D. Felipe
■ Castro; ha provisto de elegantes canceles las puertas del
.Santuario, y aumentó la galería de retratos de los Prelados
beneméritos de aquel lugar santo, con lo:^ de los dos últimos
-324 —
insignes Metropolitanos de Guadalajara. preciosas obras d
arte que trabajó con esmero v tálenlo el S. D. José Vi/,carra,|
muy sobresaliente discípulo del mismo Maestro Castro.
El augusto rerítito que contiene la maravillosa Imagen 11
de la Santísima Señora de San Juan continúa hoy á cargo u
del Sr. Presb. Órnelas. Él es ahora, por lo tanto, el animo- n
so procurador titulado de la devoción á Nuestra Señora de ]
San Juan, tan popular en uiia gran parte del territorio mexi-^
cano. {*) (.**)
(*j El autor de esta obra aprovecha ía pfesenfe oportunidad para
darles en público las más rendidas gracias así al Sr. Cura Dr. D,
Benito Pardiñas como al Sr. Capellán Mayor D. Gonzalo Onielas, J
por las finas é incontables atenciones que le prodigaron el año próxi-
mo pasado, cuando fué á tomar datos para escribir este lite'o.
La acogida y la hospitalidad qus recitáó fué tan sincera como
espléndida.
(**) Documentos del Archivo de la 8. Mitra y libros de la Secre-
taría del mismo Gobierno Eclesilstico. — Artículo "Basílicas Cristia-
nas." por el P. José Gomar, en el "Diccionario de Ciencias Eclesiás-
ticas" de Perujo y Pérez Angiilo.,— "Kl ig de Noviembre de 1884 y
eí Santuario de N. Sra. de San Juan."
»*• «.•••, I»».»»».*»%», •«*%a#««««H«#««a«*»«^«««*%««^«««*«««%^"*««"««#**««««a«
IX.
I/OS ÚLTIMOS VOTOS DEL VECINDARIO DE SaN JUAN.
Los habitantes de aquella religiosa ciudad jalisciense
que lodo lo debe á la fama de la milagrosa Imagen de que
^s afortunada poseedora, se afanan por pagarle los beneficios
^^ que le son deudores á la Santísima Virgen su patrona,
^'"^bajando con ahinco en el acrecimiento de ese culto.
Los últimos esfuerzos que en tal sentido los ocupan,
^^fiérense á la consecusión de dos grandes objetos que ceden
^^o y otro á la mayor gloria de la Inmaculada Virgen repre-
^^^tada en la venerada Imagen de Nuestra Señora de San
^^^. Cuáles sean esos grandes objetos se manifiesta en la
^^y bien fundada solicitud que en seguida se reproduce y
^^^ de por sí es un monumento expresivo de la gratitud y
- * ^mor que le profesa el pueblo sanjuanense á su excelso y
^Umatúrgico paladión:
«Ilmo. V Rmo. Señor:
«El clero y los fieles de esta parroquia, llenos deconfian-
^íl y con el grande respeto con que siempre nos hemos arer-
rado á esa Sagrada Mitra, en 21 de septiembre de 1900
^levamos un ocurso al limo, y l^mo. Sr. Arzobispo D. Ja-
cinto López, de buena memoria, suplicándole con todo en-
carecimiento, tuviera la dignación de solicitar ante la Santa
Sede que la Milagrosa Imagen de la Purísima Madre del
Excelso, que se venera en el Santuario de esta ciudad, fuera
— 326 —
coronada ritualinente con corona de oro, así como que ^u
muy célebre templo, erigido hace sesenta y seis anos ^n
Basílica ad indar lateranensis por la Santidad riel Sr. Greg' o-
rio XVÍ, y consagrado por la devoción del limo, y Rmo. &=5r.
Arzobispo D. Pedro Loza, de grata memoria, fuera erigi^do
en Colegiata.
tLa respuesta que se nos dio entonces fué tan consol da-
dora, que se avivaron nuestros deseos á tal grado que, a- li-
tes de dos meses de haber tomado posesión V. S. llhna. y
Hma. de esta Arquidiócesis, nos acercamos á su njuy resp» e-
lable persona reiterando nuestra súplica, alentados á la v ^z
I)or la convicción que tenemos de que, no menos que aqc» e-
llos venerables Prelados, profiva particular devoción á la
Virgen Santísima y por ende que sj eiup^fía y se goza ^n
promover el auge de su culto.
«Y en verdad (jue no nos hemos equivocado: la t-sn
afectuosa y pronta rospuesla que V. S. l!ma. y Rma. se dig-xió
darnos, es una prueba mis que chira de lo bien fundada cié
aquella nuestra convicción; y húmenos confirmado en nues-
tia creencia de que no eslá muy lejos el día en que veremos
realizadas nuestras esperanzas y satisfechos nuestros indicia-
dos deseos. Por esto, hoy por tercera vez nos acercamos? ¿*
esa Sagrada Mitra, y besando respetuosamente el pastoría'
de V. S. lima, y Rma., nos permitimos repetir nuestra liU.-
milde solicitud.
«Pero, por más acentuado que sea el ahinco de Y. ^-
lima, y Rma. en procurar las glorias marianas, á no dudarl<^
siempre se ajustará á las prescripciones de la Iglesia.
«Por tanto, cre;nnos que es de nuestro deber como petí-
cionario?, mauifesíarle q'ie, en nuestro humilde concepto, —
el cual pronta v at (fritamente sujetamos á su muy ilustrado
y prudente juicio, — concurren en nuestra solicitud las condi-
ciones que con tanta sal)iduría exige la Iglesia, según hemos
l)odi(lo observar, para conceder la gracia de que sea corona-
da alguna imagen con toda la pompa y esplendor ritual, así
como para la erección de algún templo en Colegiata.
327
tLa Virgen Santísima de San Juan es r/lebrepor razón
de su antigüedad.
« La Imagen, — facúltesenos para hablar con más precisión,
por creer que de esa manera conseguiremos más fácilmente
nuestro intento, — la escultura de la venerada Imagen Sanjua-
nease, objeto de la particular y conslanlc devoción de miles
Y miles de cristianos, y á la cual siempre confiados invoca-
mos en todas nuestras tribulaciones, dolores y angustias, y
¿quien rendimos especialmente muy solemnes cultos el día
8 de cada diciembre, glorificando su Concepción himacula*
da, por ser este el título, diremos mejor, la devociíin con
que mediante episcopal mandato tantos años há viene dig-
íiándose atiaer los ccra/xiies, según sus amartelados é inte-
'¡gentes historiadores y entre ellos el muy perspicaz biógrafo
'íornbrado por V. S. lima, y Rma. mismo i)ara que escribie-
^^ la Historia de tan Portentcsa Imagen, Sr. 1). Alberto San-
^oscov, le dan una existencia de más de trescientos años.
«
^ * ^
* Celebridad pror/'nida de Jo anfiyno de su culto.
- «Y esa secular devoción está caracterizada por unadevo*
,^ Celebridad siempre en aumento, como lo atestigua el fer-
5^,^^oso amor con que constantemente, desde á mediados del
\*^lo XVII se viene invocando á la Vrrgen Purísima de San
^an, atraídas las muchedumbres por la fama de los mila-
^ 'Os múltiples y centuplicados fcivores con que se digna
^correr cuantos de corazón recurren á Ella.
^ *
• La Virgen Purísima dr San Juan es rrlehre porque la
devoción que se le tiene es popular.
«Éntrelos miles de fieles que concurren á visitarla, en-
t:iuén transe familias enteras: muchos vienen de lejanas tierras
, —328-
y en forniíi de peregrinación; y un gran número de ellos vie-
nen á pié desde sus casas, bien sea en cumplimiento de algu-
na promesa, ó por sus circunstancias precarias, esforzándo-
se todos en ofrecerle algún donativo, ya sea pecun'ario ó
bien exvolos de plata, ó cera de más ó menos estimación.
• Nada extraordinario es ver á muchos de los mencio-
nados concurrentes de uno y otro sexo, ingresar de rodillas
al Santuario, comenzando tan fatigo ro modo de andar desde
las primeras casas de la población, sin significarles nada, ni
lo largo de la travesía, ni Ih dureza del empedrado, ni el do-
loroso arrollamiento de la piel que casi siempre les sobre-
viene.
«Igualmente no nos llama la atención ver que no pocas
señoras se exponen al camino, sobreponiéndose á lo largo
de él y á las incomodidades maternales, á fin de venir á visi-
tar á la Virgen Purísima de San Juan, pidiéndole graciiis para
ellas y para sus infantes recién nacido^.
< Y como esta ciudad no pueJe ofr-ícer alojamiento á
tantos peregrinos, y aunque pudiera, muchísimos de ellos no
podrían proporcionárselo á causa de la escasez dí5 sus re-
cursos ¿qué hacer? duermon en las calles sin preocuparlos
el peligro de enfermarse ni aun de perder la vida, como no
es extraño que suceda á causa de la friaid id del empedrado
y de los pocos abrigos con que bacen resistencia á los rigo-
res del invierno.
4 Vigorizas • con otros considerandos la Cflebridad í-p María
Santísima de San Juan, provenida de la popularidad de su
culto.
f Si ta devota celebridad que ha alcanzado la Virgen
Purísima de San Juan no pasara de los habitantes de las
poblaciones circunvecinas, y si las referidiis manifestaciones
piadosas hubieran principiado pocos años antes, no hubié-
ramos hecho mención de ellas; mas por favor del cielo nos
es dado as egumr á V. S. lima, y lima, que tal celebridady
dichas manifestaciones se remontan respectivamente á los
- 329 -
fílglos XVll y XVIll. Y no seremos nosotros, que sea el Sr,
Br. D. Nicolás Arévalo, Vicario en aquel entonces del San-
tuario de Nuestra Señora, quien citado por .el R. P. Fran-
<'i?co de Florencia, lustre y honor de la Compañía de. Jesús,
liisloriador celebérrimo de las principales Imágenes de Nues-
tra Señora que se veneran en nuestra República, cuya fama
clura y durará siempre en cuantos ba»t leido sus escritos, que
í*oa, decimos, quien hable en pro de nuestra aseveración:
«Vienen de México, de í^uebla, de San Luis, de Zacatecas,
«de Guanajuato, do Guadalnjara, de Sombrerete ele. v de
«todas las más partes de Nueva Kspaña y Galicia, sin que los
«traiga otro n^otivo más que la devoción de esta Sagrada
«linagan, si.i reparar en lo incó:nDdo del lugar, y viniendo
«muchos, muchas leguas á pié, y algunos descalzos, en tanla
« cantidad y tan á tropas, que viéndolos bajar por las lomas
« y cerros que rodean e.^to santo lugar, parece que se han
'^ despoblado las ciudades."
• Y que hable por nosotros sobre las aludidas demoslra-
^•iones de devoción el Rachiller 1). iM^ancisco del Hío, Cape-
llán del expresado Sanluaiio á mediados del siglo XVIIl:
«Mas no es s<)lo cera lo que ofrecen los peregrinos á
-• Nuestra Señora, sino también dones, cada uno según su po-
«sibilidad, como alhajas de oro, otros de plata, otros mante-
óles, otros palias, otros vestidos, cainisilas, otros dones que
«ofrecen á la Santísima Señora, como tributo ó recompensa
«de los muchos prodigios con que los ha favorecido en su.s
«necesidades y trabajos.»
«Siendo el pueblo tan peíjueñocomo es notorio, son
« tantas las personas que concurren á celebiarla Concepción
*de Nuestra Señora, (jue afirma dicho Capellán que pasarán
«de ocho á diez mil kn (|ue no Cidnendo en las pocas casas
«del lugar, se pueblan en el campo, y es tanta la devoción de
«los que vienen á visitar á aquella milagrosííjima Imagen, ([ue
«unos vienen á pié dcr^de sus tierras, oíros cuatro ó cinco le-
«guas antes de llegar al Santuario, caminan á |)ié por devo-
«ción y no por necesidad; otros, y es lo más común y ordi-
«nario, una legua antes de llegar dejan sus cal)algaduras y aun
«sus forlones, muchos llegan á pié al Santuario, otros exten-
-330 —
fdíéndose más los fervores de su devocidn, se descalzan por
«no entrar calzados en aquella tierra santa; oíros con mita
• edificación bajan de rodillas aquellas penosas cuestas, ven -
tciendo la devoción á las quiebras de la tierra.»
«Para acabar de exponer la grande celebridad mariano-
sanjuanense, diremos que si debido al crecido número de
fieles que durante tantos años há vienen á visitar á la Vir-
gen Purisinia se construyó el actual Sanlnario, en la actua-
lidad ni ese templo con todas sus grandes dimensiones es
capaz de contener á todas las personas que concurren á las
fiestas del H de Didernbre y ú la de la Purificación, toda vex
que en cada una asciende dicho concurso á 50.000; y que
durante el año no Iiay un día que no se vean en el Santuario
procedentes de este ó de aquel lugar, siempre más ó menos
lejanos, lo cual viene verificándose desde que era Capellán
el Sr, del Uío.
« Celebfi'I'ut de 1% Virt/en Purísima (le San Juan proveni-
da de ios milagrosqw. Jui 'jbrado.
• Por lo que liace á la celebridad provenida de la frecuen-
cia de los milagros, nos contentamos con decir que princi-
pia en el primer tercio del siglo XVII; que se cuentan por
cientos y hasta por miles, según la alusión que hace de unos
y el relato de otros el K. P. Rorencia; que de ese inconta-
ble número de milagros ó prodigios obrados por Nuestru
Señora de San Juan dice el Sr. lír. D. Francisco del Kio
que: "si hubiera escritolo cree que sería menester muchas
tresmas de papel; de muchos de los que es testigo ocular,
«habiendo visto instantáneamente andar libres los tullidos,
• salir sanos los cojos, con manos los mancos, con vista los
• ciegos, asegurando que de estos casos se ven cada día en
• dicho Santuario;" que ha sido tan pública la'fama de los
mismos milagros que los limos. Sres. D. Francisco Verdín
de Molina, D. Juan de Santiago León y Garabito y Dr. ü.
Nicolás Gómez de Cervantes, dignísimos Prelados de Guada-
¡ajara., deseosos de darles la autoridad que pueden los Sres.
— 331— .
Obispos por el Concilio de Trento (sección XXV, De invota-
tione et veneratione 5. S. Beliq. et Imagin.) dispusieron se
levantara información juramentada y en toda forma de de-
recho acerca de tales milagros; que el Venerable Prelado
Angelopolitano limo. Sr. Palafox y Mendoza se movicira á
particular devoción á la venerable Imagen cuya coronación
litúrgica venimos á solicitar, á causa de la publicidad de aque-
líos milagros, al extremo de abrazarse de una Imagen de
Nuestra Señora de San Juan, empeñadísimo en llevársela,
como lo hizo, ai ir á tomar posesión de su Obispado de Osma;
que diez y seis Prelados Guadalajarensos se dedicaran á fo-
mentar el culto de Nuestra Señora de San Juan; que el limo,
V Hmo. Sr. Obispo de León 1), José María de Jesús üíez de
JSollano procurara dar tanto impulso á la fiesta de la Purifi-
<'ación en este Santuario; que el R, [\ Fr, Alonso de Molina
Ibrmara en lengua mexicana un reglamento para la velación
<Iel Santísimo Sacramento en el templo primitivo de la vene-
randa Imagen, (*)
«Estos son los considerandos que podemos ofrecer á
V. S. lllma. y Rma. conjo móviles para solicitar que Nuestra
llurísima Sanjuanense sea coronada con corona de oro; y
esperamos de su bcnigni(iad seremos facultados para expo-
ner igualmente la (oncurrencia de condiciones que hay en el
objeto de nuestro deseo para que el ya nombrado Santuario
sea erigido en Colegiata,
«El Elxmo. Cardenal Petra y el muy esclarecido canonis-
ta Monaselli, varones amlx)s muy doctos y en gran manera
versados en los arduos negocios de las Sagradas Congrega-
donas, aseguran que sen ocho las condiciones que lian de
concurrir en las solicitudes que se hagan pidiendo la gracia
de la erección de un templo en Colegiata, puesto que con
ellas se mueve el ánimo de la Santa Sede á otorgar aquella
gracia, y en nuestro humilde concepto concurren todas, se-
gún lo ignificamos antes.
(*) Ese reglamento, según la rectificación que se ha servido comu-
nicarme verhalmente el Sr. Cura Dr. Pardiñas, no es para la velación
del Smo. Sacramento, como lo expresa el texto que se reproduce arri-
ba, sino para la velación de la Santísima Virgen. (Nota de A, S.)
• Circunsfnncim ó caracteres dhtinfivos que. cmivienen en
la ciudad dfi San Juan de los Lagos dignas de notarse.
* La ciutlad de San Juan, á causa de su situación geográ-
lica, ha venido á ser desde los últimos años del siglo ante-
pasado d centro de un gran comercio anual, nos referimos
á la feria, pues los comerciantes de todos los puntos de la
República han venido concurriendo á ella, viendo quo es el
punto medio que loa separa. RsU causal fué la que tonii>
en consideración el rey Carlos IV para conceder el estable-
ciiniento de la aludida fiesta con carácter de feria perpetua.
• Esla feria ha producido opimos frutos á la población,
debiéndose á ella la existencia de su bueno y decente parián,
su graciosa plaza de armas y de sus no pocos sólidos y levan-
tados editicios que aienta qnire su caserío en que habitan
sus 5,000 vecinoF. Y también esta población ha sido prote-
gida por el Gobierno del Estado. Siempre se ha esmerado en
enviarle pundonorosos, ilustrados y dignos fiincionarios. La
elevó á la categoría de ciudad por decreto de ¡JO octubre de
1869. ElSr. General Gobernador O.Ramón Cor-^na se empe-
ñó por introducir entre nosotros el plantío de la morera, á fin'
de proporcionamos la industria de la sericicultura, y por unirl
nos con la estación de Santa María mediante un ramal de vía
férrea. El Sr. Gobernador Lie. Gral. D. fjjis C. Curiel la ha.'
protegido lanío, que debido á su decidida protección cuenta
San Juan de los l^agos con dos edificios públicos de gran
mérito, que le dan mucho realce.
• Esta ciudad se halla situada á 167 kilómetros 500 me-
tros al N. E. de la capital del Estado, distancia corta en
verdad puesto que, ya sea que pase el tren á 4 kitómelros;
de esta población ó á una distancia de 21 , según se proyectaJ^
cuya ejecución de paso sea dicho, en cualquier sentido no
ha de tardar mucho tiempo, porque ya está en ello la Empre-
sa del Central Mexicano, la travesía de aquí á Guadalajarff"
se hará en menos de cinco horas, resultando de aqui que
se hará mucho más sensible la actividad en el arreglo de los
— 333 —
negocios. Y hacemos notar esta circunstancia única y
exclusivamente para vigorizar la condición que venimos
aplicando á nuestra solicitud, no porque creamos que asalte
á V. S. lima, y Rma, el temor de que tal erección ofreciera
en algún tiempo alguna dificultad, toda vez que á su muy
ilustrado juicio no se escapa que esta emergencia, caso quí3
sobreviniera, sería remota, y que por lo tanto no la tomarla
en cuenta, apoyándose, no lo dudamos, dados sus grandes
conocimientos canónicos, en que el inmortal Sr. Benedicto
XIV, hablando de las fundaciones en su Sínodo Diocesano,
escribió con aquella convicción que emanaba de sus vastísi-
mos y profundos conocimientos en la jurisprudencia canóni-
ca y la extraordinaria pericia para tratar y resolver los nego-
cios eclesiásticos hasta en sus menores detalles, que para .su
establecimiento no so toma en consideración lo que varias
Veces sucede, aduciendo para confirmar su aserto dos ejem-
plos que á toda luz manifiestan con cuanta sabiduría establece
tal doctrina.
tPara concluir este punto, haremos presente á V. S.
lima, y Rma. que esta población cuenta con cinco iglesias,
Vin hospital y tres edificios municipales que le dan no poco
realce por la decencia y lo apropiado al objeto de su destino.
Su clima es ordinariamente templado, cualidad muy estima-
ble por cierto; y que está rodeada de poblaciones de alguna
importancia, como son: Lagos de Moreno, Unión de San
Antonio, San Miguel el Alto, Jalostolillán, Teocalticlie y
Encarnación de Díaz.
•iV
^v
€jLa ciudad de San Juan cuenta, con un nunírrofto cirro.
Sus habitantes se distinr/uen por su catolicidad; se cuentan m
crecido número y todos son sumisos.
€ El clero que resido en esta población es numeroso.
Puesto que se compone de 17 eclesiásticos; de los cuales 10
^stán consagrados al servicio del Santuario. Los habitan-
tes ascienden á 5.000: todos ellos son de rectos y arraigados
principios cristianos, de carácter dócil sumiso y obediente
— 334 —
á las autoridades eclesiásticas y civiles, amantes de la paz,
como le consta á esa Sagrada Mitra, y en la órbita de sus
atribuciones también le consta al gobierno civil.
4c
■í-
A
€ Los habitantes de San Juan son amantes de las letras y
de la cultura actuaL
tPor la gran mi ¡sericordia del Señor, no se descuida entre
nosotros el cultivo de las letras. A esto se debe que la mayor
parte de la sociedad sanjuanense esté formada por personas
ilustradas y de recto criterio; que en esta ciudad haya ocho
escuelas de instrucción primaria, y que se cultive con empeño \;^
el arte musical; que hayamos suplicado á V. S. lima, y Rma
se dignara restablecer el Colegio menor que por varios años \^
existió en esta ciudad, en el cual se impartían los conoci-
mientos de la escuela preparatoria y del cual tanto la Iglesia^
como el Estado recogieron opimos frutos y no en escaso nú-
mero. (*) Yni tampoco se descuidan las artes y la industria,
sí se cultivan con más ó menos actividad, obteniéndose bue
nos resultados, como lo demuestran los notables trabajos d
carpintería, ejecutados por nuestros conterráneos en lacapi
tal de la República y del Estado.
«Al comercio se le da el mayor impulso po.sible, com
claramente lo significa la línea telefónica que se ha establecí
do entre esta ciudad y la estación de Santa María. Y que tal
impulso está produciendo el objeto apetecido, lo demuestr
el movimiento pecuniario que mensualmente hay en esta- — ^
ciudad en giros postales, producido por los pagos e efecto
que se expenden en esta plaza, el cual asciende á 30.000
y.
« Capacidad, vdrudura y ornamentación del Santuan^^
« !^l Santuario de nuestra muy querida Virgen Purísim
(*) Kl expresado Colegio acaba de ser restablecido por mandat^^^
del limo. V Rino. Sr. Ortiz. Su reapertura tuvo lugar en octLi-
hre de este presente año de 1903; y está dirigido por el Sr. Presb. O-
Alejandro Navarro. (Nota de ^.^.^
— 335 —
se evanla majestuoso é imponente sobre una amplia super-
ficie que fornfia un espacioso atrio, cuyo nivel se eleva á dos
metros cincuenta y dos centímetros sobre la plaza principal;
tiene la particularidad d3 que su diseño y sus medidas se
tomaron del templo de San Francisco de convento grandí*
de México Así su figura es la de una cruz latina. Su longitud
desde la puerta principal basta el pié del altar mayor es de
08 metros, su latitud de 13 metros íí centímetros, v su
m
profundidad la designan 2í metros. El interior es de orden
dórico, exceptuando el altar mayor y los altares de los cruce-
ros, porque en aquel está ejecutado el orden corintio y en
éstos el jónico. Además de estar no poco embellecido por
sujetarse á las reglas del arte, es notal)lemente suntuoso por
ostar adornado con el 0:0, el estuco, las pinturas y el pavi-
ítiento de madera fina, esquisitamenle tral)ajado.
« Acerca de su solidez y exterior, nos contt^ntaremos con
^ecir que está perfecta y esmeradamente trabajado, que su
^Iructura arquitectónica corresponde á su belleza interior, y
^üe en su construcción se aplicaron todas las reglas del arle;
MUcá la magnificencia artística del (exterior corresponde nota-
blemente la elevación de sus esbeltas torres, provistas de 13
Sonoras campanas de considerable peso; que es(i templo con
^Us 25 metros de altura sus torres, y todo su conjunto que da
Una elevación de 60 metros 52 centímetros sobre la plaza
Principal, está pregonando la fe con (jue se mira á nuestra
itiuY querida Imagen taumaturga y la acendrada devoción ron
ciue se le invoca y lo pronta (|ue está para atender á todas las
necesidades que se le exponen. Además, el templo de qu('
venimos hablando tiene una amplia y eloganlo sacristía, cuya
construcción se conforma con el orden dcírico; las piezas niMo-
sarias para la guarda de los objetos (|ue ann(|uo destinados al
^ullo son de segundo orden, y una magnllica casa babitacituí
de tres pisos, adyacente al mismo edificio.
• Abundancia, preciosidná // yi<¡nr::ti dr nrnumrnfo.'i // m-ibi-
•Á la riqueza artística qne posee este Santuario uno la
336 -
abundancia, variedad y notable riqueza de sus ornamentos,
vasos sagrados, sillería coral y mobiliario, en tales condicio-
nes que podemos sostc^ner sis traspasar los límites de la v^^r-
dad, que esa riqueza es equiparable con la riqu3za que en (^ ^^
sentido ostenta la Catedral de Guadalajara.
€ Dotación conveniente para las canongías y sxis distrit^U'
cioncH.
€ Acerca de la dotación conveniente para las canongía^^= Y
sus distribuciones, nos concretaremos á manifestar que, ^n
nuestro humilde juicio, esta condición se satisface sin diflc^BJl-
tad alguna, apoyándonos, en primer lugar, en que fundac^Ba-
mente nos consta qu"i así lo entiend.^ esa Sagrada Mitra; en
segundo lugar por ser testigos oculares de los cuantio^^os
donativos que se ofrecen al Santuario en las fiestas anua_ les
del 8 de Diciembre y 2 de Febrero, oblaciones que con sii
aumento cada día m:ts sensible y con su duración de más do
una centuria, por lo que hac^ á la solemnidad de la Purísii xw,
nos ofrecen una certidumbre moral de que no llegarán á <^'í/-
tar, tanto más cuanto que son el fruto de la devoción siem"pre
creciente á la Virgen Santísima de San Juan, y que ya la x^^.
ha consolidado sus dominios en nuestra Repilblica. Parece-
nos, nue.s, que no existiendo, por el favor divino, la posibi/í-
dad pi'óxim:! do que queden incongruos los susodichos bene-
iicio.-?, podemos también aplicar á este pimto lo que el sa-
pientísimo Señor Honediclo XIV escribió en su Sínodo Dioce-
sano so])ro las fundaciones. «Kl derecio no toma en cuenta
lo (|ue raramente acontece: de lo contrario también habria
(pie lomar (mi consideración el peligro de una guerra, la con-
tingencia déla fuerte avenida de un rio y otias adversidades
soinejantes á que están sujetos los predios asignados en pa-
trimonio.
y.
Saiisfacc (í las condiviones de la fundación.
Ihiremos pimVo ovw'^o de las condiciones que suelea
\
— 337 —
ponerse al solicitar la erección, porque el solo hecho de peti-
cionarios no nos da derecho para intervenir en su estableci-
miento; y aunque algún derecho nos asistiese, gustosísimos
aceptaríamos las condiciones que nos propusiera V. S. lima.
V Rma. Y cuando nos expresamos así, de paso diremos, que
al ser oida nuestra súplica, no se lesionarán ningunos dere-
€"hos ágenos, ni se seguirá perjuicio á persona alguna.
«Fiados en Dios Nuestro Señor, que gusta tanto de ver
ensalzada á la Virgen Santísima, y de que to'los los hombres
la glorifiquen en su Concepción Inmaculada, esperamos que
erigiéndose este Santuario en Colegiata, se aumentará el cul-
to de María Santísima; en seguida, viendo que la Santa Sede
dio al niagniíico Templo Guadalupano un Cabildo precisamen-
te á fin de consultar al esplendor del culto flivino, con lo
cual se ha aumentado en gran manera la piedad y devoción
del pueblo mexicano á la Virgen Sanlí.^ima de Guadalupe, co-
mo lo asegura la misma Silla Apostólica, parécenos que de un
modo semejante crecerá la dovoción qu(r, como hemos mani-
festado ya, gran parte de la Hep'ibüca lien.í á la Virgen Santí-
sima de San Juan.
* Firme creencia d qne nue^^fro difjHísimo Prelado apro-
bará nuestra solicitml // que por lú ¡nishi') se ele carda d la Santa
Sede las preces correspondientes.
€ Pasaremos á ocupamos de la octava condición; ¿pero
para qué hablar de ella cuando el hecho de haber dispuesto
espontáneamente V. S. lima, y Rma. que se h ciera una his-
toria de María Santísima de San Juan, nos da amplia margen
hasta para asegurar que aprobará con aplauso nuestros de-
Bees y que secundará nuestro ideal con su casi decisiva in-
fluencia? ¿Para qué hablar de ella cuando la resolución que
ha tomado de restablecer el Colegio menor que antes había
en esta ciudad, nos significa cuánto se interesa por nuestro
engrandecimiento religioso y moral? ¿Para qué ()cuj)arnos
de tal condición, cuando sabemos que V. S. lima, y Hma.
*iene grande celo por la honra do Dios, por la glorificación
43
!eTa Virgen Madre y por la salvación de las almas? SfT
pasaremos por alto, puesto que V. S. lima. y. Rma. perfec-
lamonLe sabe que promover el culto de la Madre de Dios
es prepararse un trono en la reliz eternidad; que la promo-
ción del engrandecimiento de María Santísima constituye la
esperanza de los redimidos; que el culto mariano es un ele-
mento de regeneración para la actual sociedad, que la devo-
ción á María, además de ser una señal de predestinación, es
una imperiosa necesidad de los tiempos actuales; que el culto
de Maria Santísima es más necesario hoy para que se sosten-
ga el CrisLianismo.
Con la Coronacííín de la Virgen Purísima de San Juan^
y eri¡iido su Santuario en Col&jiata, se unirán nuís los fieles á
la Santa Sede.
• Una palabra más para concluir: V. S. lima, y Rma.
está sobremanera convencido de la necesidad que hay en la
actualidad de que lodos ios cristianos estemos estrechamente
unidos á la Cátedra de San Pedro, así como de los vehemen-
tes deseos que en este sentido se abrigan en el corazón del
egregio León Xlll: pues bien, tenemos para nosotros que coro-
nada la Virgen Santísima de San Juan, y erigiendo su San-
tuario en Colegiata, se atenderá á aquella necesidad y se
secundarán tos deseos pontilicios, porque viendo al primer
Jerarca de la Iglesia Universal que por conduelo de su repre-
sentante ciñe, en medio del esplendor ritual, con corona de
oro las purísimas sienes de nuestra divina Protectora, y que
usando de la suprema potestad que ejerce sobre la tierra eri-
ge su Santuario en Colegiata, del corazón de cada uno de los
millares de devotos de la Purísima Sanjuanense brotará un
himno de amor y de bendición al Vicario de Jesucristo. El
nobilísimo sentimiento de la graLilud, vigorizado por la gra-
cia, germinará sentimientos de adhesión á la Santa Sede
Apostólica, viéndola con más claridad como el foco de donde
parlen los esplendores de las verdades ciertamente revela- 3
das, y el centro á donde deben convergir las voluntades paraM
!
— 339 —
ser verdaderos discípulos de Cristo; y ese mismo senlimien-
to sin duda alguna impulsará á millares de corazones á hacer
oraciones por el Romano Pontífice. Porque ¿quién al recor-
dar los solemnísimos actos en que sea coronada nuestra ve-
neranda Imagen, erigida en Colegiata su Basílica y al ver un
■respetable cuerpo capitular consagrado á glorificarla y cantar
^us alabanzas, no elevará al cielo fervientes plegarias por el
I^adre común de los fieles, toda vez que aquellos actos que-
darán vinculados de tal manera con la Cátedra de San I^e-
^ro, que al hacer recuerdo de ella vendrá también á la ine-
moria la benignidad de la Sania Sede que se digna interpo-
ner su poder supremo para que crezca el cullo v devoción
á María Santísima de San Juan?
«Por tanto, limo, y Hmo. Señor, excitando de nuevo su
Reconocida piedad, le rogamos no desoiga la súplica con que
Venimos ocupando su atención, y sí que la despache favo-
rablemente.
c ¡Ojalá se realizaran nuestros deseos el ano entrante,
Quincuagésimo de la declaración dogmática de la Concepción
Inmaculada de María! ¡Cuan altamente significativo seiía
^ara nosotros que á los cincuenta anos de haberse postrado
«n la ciudau eterna el inmortal Pío IX para saludar á María
aclamándola, con su infalible palabra, Inmaculada desde el
primer instante de su ser, nuestro gran León XUI se postra-
ra ante la portentosa Imagen de la Virgen Purísima Sanjua-
nense, glorificando ante ella tan singular prerrogativa de la
Madre del Excelso, mediante los referidos actos! ¡Ah, nues-
tro creyente entendimiento recibiría un nuevo rayo de luz,
nuestra confianza ensancharíase incomparablemente y nues-
tro amor á la Virgen sin mancilla tendría un ejemplar y po-
derosísimo aliciente! De V. S. lima, y Hma. depondo que
llegue ese venturoso día en que podamos exclamar entusias-
mados y llenos de fe, de esperanza y de amor: «¡Honor y
gloría á María Madre de Dios, concebida sin pecando original!
¡Honor y gloria á la Virgen Santísima de San Juan! ¡Honor
y gloria al sapientísimo León XIII que tanto la glorifica! El
Altísimo le dé vida, lo haga feliz sobre la tierra y no lo entre-
gue en manos de sus enemigos. >
-340-
<Dios Nuestro Señor giinrde la muy imporlanle vidií d-
V. S. lima, y Rma. muchos años:
tSan Juan de hs Lagos, marzo 19, fiesta del Castísimo
Patriarca Sr San José, 'í903. *
Este bien pensado y erudito memorial llevaba al calce
las firmas del Párroco de la feligresía, del Capellán Mayor del
Santuario, de numerosos eclesiásticos y de más de mil veci-
nos de San Juan; y el limo, y limo. Sr. Arzobispo se dignó
contestar á él con la siguiente carta:
.Abril 1? de 1903.
*Sr. Presbítero Don Gonzalo Órnelas.
Muy estimado señor mío.
• Como le tengo dicho en carta de fecha anterior, recibí
no há mucho la solicitud firmada por Ud. y no pocos veci-
nos de esa ciudad, en la que me excitan con buen acopio de
razones, á pedir á la Santa Sede la Coronación solemne de la
Imagen de la Santísima Vii^en, venerada con especial devo-
ción, no solamente en ese Santuario y en las comarcas veci-
nas, sino aun más allá, de mucho tiempo atrás.
En contestación, puede Ud. asegurar á los sacerdotes y
vecinos, que hago mía con el mayor gusto su solicitud, y que
no descansaré hasta lograr el éxito deseado, á cuyo efecto I
ya me ocupo de formular las preces respectivas.
En cuanto á la erección de ese Santuario en Colegiata,
como Ud. comprenderá es asunto más difícil, reqoiere tiem-
po y habrá de venir naturalmente después de la Coronación.
• Con este motivo me es grato repetirme de Ud. afectí-
simo Prelado y S. S.
José de Jesús, I
AruMtyoiUOwidnliiiara."
Con indecible j'úbilo recibieron los devotos peticiona-
rios esa benévola contestación; y con no menos regocijo haii
sabido posteriormente que el dignísimo Metropolitano, cum-
pliendo la promesa que les hizo, ha enviado ya á la Sede ^
Apostólica las preces en solicitud de la ansiadísiroa gracia de
que la Imagen de Nuestra Señora de San Juan sea coronada
con rito especial y con solemnidad, como lo son las de l£
— 341 —
misma especie sacra que el Romano Pontífice privilegia de
tal manera, atendiendo á la antigüedad de ellas, á sus mila-
gros ó á la devoción singular que les tienen los pueblos.
Verdad es que no será ya al gran León XIII, que ha
tem'do que acudir al llamamiento del Eterno remunerador,
á quien le quepa la satisfacción de acceder, — como ftiudada-
mente se creyó sucedería, — á la súplica que ha elevado al
Jefe Supremo de la Iglesia Católica el de la Arquidiócesi
Guadalajarense; pero allí está su sucesor, el nuevo Vicario de
Cristo, el bondadoso Pontífice Pió X, para atender, si á bien
lo tiene, esos votos filiales que á él deben haber llegado co-
rao á continuador vivo de la gloriosa serie ocupante de la
Cátedra de San Pedro.
Con el apuntamiento de esas esperanzas efusivas tiene
que terminar por ahora el conjunto de hechos que forman
la Historia de la bendita Imagen de Nuestra Señora de San
Juan y de su culto.
FIN DE LA HISTORIA.
flPÉMDlCE.
I^OCÜMENTOS COMPROBANTES, ADICIONES, ACLARACIO-
NES, ETC.
NÚMERO 1.
Á mayor abundamiento de lo que se dijo en el capítulo
"' de esta Historia, acerca de las depredaciones que come-
*^^i los chichimecas, hacia la segunda mitad del siglo XVI, en
^' íiñón del Virreinato de la Nueva España, debe hacerse
]?^^rito de que en diciembre de 1796 entraron dichos indios
^ ^^co la recien fundada villa de la Asunción de Aguascalien-
j ^^, habiendo dado muerte á casi todos sus habitantes, como
^ escribe el Sr. D. Agustín R. González en su citada "Histo-
^^^ de Aguascalienles'*, cap. III, páginas 23 y 24.
NÚMERO 2.
Padrón deel Partido de Jalostotitlan deeste ano de mil y
^^ísQientos y setenta y nueue años, de españoles, y criados (le
^eruicio — y de los naturales de siete Pueblos — Los québan con
^"^sta señal J .sow de Confesión^ y comunión, y los queban conesta +
ríe solo Confegion — fecho, y sacado deel Original Porel llz^* Juan
Oo)nes de S. Tiago Cura 2??" PP dedicho partido Vicario,
y Juez ecclegiastico enel Porel YIV^^ y E^'* Señor D^^ D, Juan
de Santiago Leon^ y Oarauitoobppo. de Quadalax'^- deel Come-
jo de SuM(fi e<í"' mi Señor,
PUEBLO DE JALOSTOTITLAN SIN NATURALES.
Casa. X el B^«- Ju® Gomes Santiago I el llz^p Ü. Joseph de
estrada figueroa J Joseph Sainos Santiago % Clem^? de
— 344-
L
Vera í Joseph Alúa J Sebastiana de Vera * Peirona
de Borbon J Augustina de Alúa J Simón Hernán-
dez J María García í Polonia Maria I Isabel de esqui-
bela X Felipe de S. tiago J Ana Rodrigneií.
el Br. Lázaro Guttz. de hermosílto J Leonor de her-
niosillo X Juan Antto J Ju» Felipe j Ant^ de Aye-
bes í Miguel Guttz. X Maria Rubio í M» Magdalena
J: Matiana de hermosillo + Micaela Hernández í Mf
de Mendoga J Melchora Hernández X Isabel Bas-
quez í Ana Ramírez esc. X Maftin hernandez X
Fran™ bernandez esc. J B^e de Aguilar esc. X ala-
lias Rodrigues esc. I Joseph de ia Cruz esc. X cata-
lina Barientos esc. tPo tJe |a Cruz + Xptoual maños
+ Po Guttz. X Ju» de Padilla J Sebastiana de loa
Reyes í Juo de la t esc. t Miguel Guttz. =Maria
Rubio X Ju" Leonor^ Mariana Muños esc. í augus-
tina Ramírez X Isabel de Mendoga esc. X Leonor
Carranca esc. $ Andrés Pz. esc. J catalina de Bar-
gas esc. i Ma Baraxas esc. J Sebastian Beserra esc.
+ Joseph de S. tiago í Po de Mendoza esc. f Miguel
Guttz. esc. + Fran^^o Ramires esc. * Andrés Pz. esc.
í Nicolás Rodrigues f eluira Hernández esc. í
po de Barrientos esc. J Melchora de la Trinidad
esc.
X D. Diego de Padilla, y Mota J D» Leonor de ber-
mosillo í Ju^ Guttz. e.sc. í Grauiel Lucas J Domingo
Cabrera J Thomas Hernández J MagdaK i de Ana-
les J Domingo de la Cruz í Augustin Gut tz fjup de
la Mota + Luis de Mota esc. X Josepb cordero J
Blas Beserra í Josepb de la Cruz J Gabriel Lucas.
Do (le Orozco Agüero J D^ Mariana de Sabedra *
Nicolás de Orozco J Juo de Orozco í Joseph Gon-
,3^0 —
cales i Da Petronila de Orozco í !> Jetrudes de
Orozí-o í I)a Mariana de Orozco í Da Ma de Oro/-
• • •
00 ^ Da Isabel :¡: Leonicio Relasquez J agustina de
Aillon J Ju9 hernandez J Ju<? de Mendosa esc. :J:
Sebastiana de Orozco esc. I Ma Gongales esc. í Ana
de Rentería J Joseph de Orozco * Ma de Rentería.
c. esta t Sebastian Raniirez X Ma de hermosillo t Joseph
Raniirez í Ignacio Ramirez t Nicacio Ram': í Jn^
Ram^' í Juan Rain^- esc. •;: Josepha de Moya esc.
X Po Raniz
c. R. ;]: Do de Orozco agüero J Bealris Ram^,
c. X Mariana de Mendoza X í.ucas Carnarena X ^^ Mf
de Orozco '^ Da Josepha de Orozco X 'J^ Isabel de
Orozco í Mí)a (Je Mendoca t H- Manuel de Orozco
X D. Feliciano de Orozco t Jua de Men^^a f Mariana
do Mendoya í Ma esc. Healris de caMarena.
c. Leonor de hermosillo X Míifia RuJ)io X t^olonia
Rain^' t Luis Lopes t Juo íiOp-s X Ana de hermo-
sillo esc.
c. est.a í Esteuan Gomos J Maria do Raldib-a J hernando
Gomos í Do Gomos X Anjzustin Gomes í Jua Lea!
í ageda de toros X J^l Pz. esc. j Juo Pz. esc.
X Jua Magdalena india J Ana María t Lucas Barajas
esc. X Mariana Pz. esc. f Luisa de los Reyes esc.
R. X Do de Alderete X InesdeBaldibia í Sebastian Gon-
zalos dohermosillo X Jetrudes Alderete esc. J angela
do los Royes esc. X Lázaro Pz. esc.
IL X Catalina Mendoga Viuda X Leonor de Mendoza.
c. est? Polonia de torres Alonso Ramirez X Franca ^e
torres Ju ? Pz.
R. X Gabriel do torres X Franca ^q Mondocja + Nicolás
dotores t estouandetores.
44
K'
R.
iosepha
ÍJu° CainadioRif4Udn)eí Da Josepha de Safagar
J D. Jo9q)b (inllnnlo J Ua Tberesa Riquelme J D^
Josei)h caniacho i Uiioa (leS.Nirotasesc. i Ma ilií
laeandelaria ese. + Alaria lüqiieliiie esc. ^ Sap M]
i cala ju» X pro de los Revés ^ Magdalena de
la (Tuz t M'i^ Ma * I'asiiualdelos ReyoíJ Franca
Luicía.
X Joíiepli Beiasquez J SfH>aí<liana RiqíMHiiw.
UaiTcIio í Augn CaniacIiG i Jua de Relamo?» :J Josepha
tie ReLaniosa f iheresa de heniuisillo.
R. í Sill)estrí' cainaclio J lia Basq^ + Ju» Marti|
C. i Nicolás Relajeo ^ Da Regina de Orantes.
r. est? J Do Pz. Alaldonado f IsaM de Saabedra J Ju°
Pz. t Ma Pz. X \.\m Pz. t Lorenzo Pz, í Bernaue
Martin í Angela Garda í Ijiiga Sanche» esc. ♦ Franc»
Pz, esc, J Ules estrada esc. J Joí»e|jh Casillas suma-
rido.
r. esC! X Maniiel de louielin í Joseplia Pz. í Lucas avila esc.
í Jii» de Villegas í Frun^^ Lucas "f Bernaue delalo-
rre.
í Gerónimo BaldiuiaJ ana M:! :J;.Jn^ M'!^ ! ana liiioa
Juo MelQliort M^a Luiya.
X Joseph Ramírez + Ana munuz X Migue! Ramírez
X Beatriz Ramírez J falHana Ramírez í antto Alua-
rez í Mariana Rfiz +antt« Kazesc.Catalinamartina
* Andrés Raz esc.
Juo Aluarez i íaaiiel Ramírez J Fran^ Aluarez + A-
na Ramírez.
Alonso hernandez í catalina Ramírez X ^^na de
Mendooa X Lacjaro Basquez X Barlholoine Ramí-
rez esc. X [gidro Ramírez esc. * Jla de Meda.
í Franco de Oliber * Catalina Sanghcz.
í Mariana Ximenez í Sebastian de Biildiiiia í Blas '
347 —
'de Baldiuia í I^ de Baldiuia i Ma"*'^ Xirnene;»; 2
Antt*'} deherrera esc? Monica de U Cru/ ese. i
lilas deherrera es<!.
e, í Joseph Cornejo (*) •' Isabel de Oliharez '^ FraD^o
Martin Uegalado.
<*. '* PetixDíiiki de jMeTulotía '" Is<d)el tle ()li])are% '' He-
riría de llemlocja -^ l''rnn«> flomejo •' Jm» \¡m(»-
nes *' AJa Xinienos *' Fran<^o Ximeiies,
lí. ** Po .Masías '' Franca (^i^ e^nkíiias •" liartliolo de
Cárdenas •* Joseplí Cárdenas,
<'. ** Sill)esJre Caniaclio ^- j)a Ana l^^lores ^* I). I.oren-
so de Anda '' l> .n^trudesileherniosillo '' V'sula
AUanii^o -* anua rainaí^lio esc. ** AJa raniadio ese>
• • •
1{. '"• Nieolas Pinto " 1)^ <ina <]e Orozc'o •' Alaria Pinlo
' Marcos IMnliK
^•^ "' Fran<^<^ 1 Jestína '' Josellia Flores ^* Fran'^o B(^?(M*ra
'' Jiio líi'serra '' M^ IV^'ra ^- ,]x^o Saal>edra ^' Th<MH»sa
Beserra -^ cal^ \n<i '• Xtoual Besera'" Josefha B(»a
c. esl? Frnn^^ Muños ^* y\^}^ Lojíe/ •• Sebcistian Kaniin»?
esc, • Josoplí (iouíjalíís ' Matliias (¡ordillo>
i{. "' Mi^'Uel CK-d)e(ja " 1)^ l.uioa d(» Oro/co *' Joseph
Alaas
c. es, Carlos de Aoebes '* Isalx^l Uaniiroz * !)« a(íc'l)e^
' geixDninio aceves '' Sebastiana agundes esc. '' an*
drea Rodrigue'/ esc. / Joseph Rodriguez esc>
c. e. '' Po Gallaga '' Ba jua d(í conlreras '' Oeroninia
de Gallaga * P^^ Gallaga ' hernando Pz. ' Aíícae-
la de Gallaga '' Bernaue Sanlillcín " Jua Garcia.
R. , Sebastian Riquehne '' Jua Ramírez ' Ju« cara.
(*) Por no haJx^r en la implanta en ijiie se estampa este libro, el
gran número de los signos convencionales t y **" ^^^*^ requiere el orij^i-
nal. ha sido forzoso substituir, desde el punto á cjue corresix)nde esta
nota, los primeros de aciuellos signos ])or dos comillas invertidas, y
los segundos \X)t una sola.
c. R.
I c e.
— 348 —
" Miguel hertnosillo " M^ de Camarena " Xplo-
ual muñoz ' Miguel hennosillo ' ¡\I»_ ' deccainare-
na esc. "■ agij» tiuttz. esc. *■' Nicolás de S. líliaii
"■ Ma Tafolla " Ma de Camarena.
" Inés de Mendoya " Inés de Mendoga " antlf^
de Saabedra " Domingo Cortez " Jiio anit'»
" Domo macjias " Ju» de Bocanegraesc. Icidro Pin-
to 890. Magi;a Hangel " Josepha de la Cruz esc.
" Inés Rodríguez " Jua de ííenLeria " Fran-^ Her-
nández.
Franco Flores " Frant^ Flore-s " Josepha Flores
" Magna de Anaia " M^ Flores " Francp Flore.'*
nicolas Flores *■ Andrez Flores.
" Cathalina de Salaoar '■' Luitja Trujillo " cata Tni-
jillo.
" Nicolarü de Plaoencia "' Nicolaija de Gontrera^
" Macaría M»
"■ M^l^ detorres '' Isauel dechabarria " M^ Magm»
" Juo Gontjalez " Luíya detorres esc.
" Cata Beserra " Ana B^a ■■ Ju» Bra
'^' Joseplí delomelin " Micaela de hermosiilo
"Franca detorres " antta de la cruz esc. -'Nicolás
de auila esc. " ag" Ponce " Joseph Gomes " Mf
Magdalena.
Do detores " Ma de la Knc;uTiación ' Ma de
Tores.
" Carlos lonielin " Ma de Ñaua " Ju» de lomelíti
" augn López " cata heruandez esc.
" Aug'i Garcia " Joseph Ximenez " thomasa de
hermosiilo " Augij Garcia " Cata de hermosiilo
" Geronima micaela esc. " Beatris de acebes esc.
Isabel de Ñaua " In&s de la Cruz " Xptoual Garcia,
' angelina Garcia esc.
c.
i"
c.
I
— 349 —
c. '' Mariana de Salbatierra " Ana de S. liago ' Feli-
pe de S. tiago.
'* Nicolás Guttz " ana de Medina " Josepha Gutlz
' Ma Guttz ** Mariana de Murcia '* Po Gullz.
*í Mana de la Cruz " Joseph Gomes ** Ma Mag»a
'' Gaspar Garcia '' fabiana Ma ' Franco cío S.
tiago.
'' Cathalina Muños *' Ma de hennosillo,
** Ana de herrera '' ana christina *' Jua de chabe.s
' Isauel de chabes " Luis (^iinarena '* Nicolás ilo
Oluera " Joseph de Oluera.
" Manuel Gallardo '' M-» de Olvera.
'' Petronila de Mendoza.
" Bartolomé de Cárdenas '' Nicolás de Cárdenas
" Isauel de Cárdenas.
'' Juana Flores ** Luisa de Chaves.
" Mateo Molina ** Maria de la Cruz.
" Isidro Pérez '' Teresa de hermosillo.
es íi ii y)qii Pedro de estrada'' Andrea Hodriguez '' Ma-
ria de estrada ** Ju*^ Fernandez esc. ** Pedro fer-
nandez esc. ** Nicolás bran esc.
'* Xploual Becerra ** Juana hernandez " Gerónimo
Becerra ** franca de liermosillo ** Blas Becerra
" Maria Hodriguez ** Ju» Becerra ** Diego Be-
cerra '* Juo hernandez ** Getrudes Becerra " Miguel
de Santillan " Maria becerra " Alejo de Sanlillan
Magdalena de S. tillan.
^' *' Dio Becerra " Da Micaela de Contreras.
^' '* Lázaro de Hermosillo '' Maria Flores " Jo Gon-
zalez.
^" '* Ana Maria' ' Melchora de lapaz '' Miguel Kamirez.
^' " Martin Dias '' Josepha tafolla '' Gregorio Dias
" Isauel tafolla.
c.
c.
c.
r.
r.
A. •' ÍYixn^^ nauarro '' Maria Vnu.
R. *' Jiio Vasquez '^ Catalina de Chaues ' fran^** ^.^
Cliaues ' Ma de Chaues.
H. '* Joseph Hernández " Catalina lupercio.
U. ^' Pedro deContreras 'Mosepha trujillo '' Maria tru-
jillo '' mágica trujillo.
1{. ^' Pedro Tenorio '' maria aluarez '' Ana tenorio ''
Antto "onz» '' Vrsula tenorio ' niag^a tenorio.
Vi. " l^edro gutierrez '' Da Luisa de Hijar ' Efedro gu-
1 ierres * Juo gutierrez '' maria de la Cruz esc.
(ísl '^\ '' Seuastian gutierrez '* Maria galindo " Isauel de
llermosillo '' Ju^> Ceruantes " Petrona de Hermo-
sillo '' Seuastian gutierrez "' Juo franco '' maria
galindo ' Dmo gut ierres * Ju^ gonzales ' Phe- . _
lipe de la Cruz esc. '' Joseplí gutierres '' Calalina»^:^^^^
Juana.
11 '' franco Xaraniillo '" Teresa Hernandes.
e.situ .hv\ Gutierrez '' Ana Camacho " Josepha Guti(
rrez '' Jacinto lozano ' Pedro lozano '' D. Ju^ Xr
menez de Castro '' franca de Mendoza '- Don Jo-
•
seplí Ximenez de Castro '' Maria de Hermosillo
'' Ju« gutierez '' Saluador gutierrez '' Xptouai •
gutierrez '' Petrona de Valades '" Maria Isauel •
Juana M«^ '' Ju^ Pacheco esc. '' franco «nitie-
rrez esc. '' Xptouai de Andrada esc. 'Msauel do-
rninguez '' Xi)toual Domínguez.
(\<l|i^ '' fran<^o gutierrez '' Juana gonzales' Getrudez gon-
oalez esc. '' T^edro Kodrignez.
1{ •• Marcos gutierrez *' Josepha Hodriguez ' Nicolás-
gutierrez ' margta Hodriguez • Lorenco Rodríguez-
csll^^ •' D. Xptouai de Patulla Dnuila '' Da Luisa d(?
llermosillo ''' l)a xMa depadilla ' Don Lorenoo de
— 351 —
Padilla ' I)a Catalina de Padilla " Auguslin ay-
llon " Juo de Villegas •' Matias delgado •• agiis-
tina déla cruz '' anión Simón ' Simón de Santiago.
" Joseph enriquoz del Cantillo '" Ana lanera.
" Joseph Barba '' Calalinagonzales ' Nicolasa bar-
ba esc. ' Nicolás barba
'• ana gonzales ''Joseph barba '' leonor ramirez
'' Josepha m^; esc. '' Barlolome de Sanlillan •'
leonor delapaz '' M^, (lonzalez.
'' Nicolás ilamirez •' frau^'^ Gulierrez '* iíernauí'
Hamirez '' l)i^ (lonzales '' Maria de ([ermosillo *'
fran^;a Gutiérrez ' Diego Alonso '' l.eonor de I [er-
mosillo ' Anagonzalez '' Iranio prielo esc. •' Tere-
sa de la Cruz '' Nicolás gonzales '' Maria de Tor-
quemada esclaua.
*' Alonso Ilamirez '' Gracia magdalena (»sc. •* Ni-
colás percz ''Xloual de torres esc. ** Maria Vasquez
'' Angelina Vasquez ' Catalina de Cam[)o Verde.
'' Gaspar délos Beyes *' Juana trujillo '' Joseph de
Hennosillo.
"franco de Paez •' Fran^^i de llermosillo '' franco A-
lejo de Paez '• Josjpha de i^iz •' Geronima (ie Paz
Calalinade P¿iz '' Seuastian de l'az '' NicoUisde paz
*' Pedro Alexandro de Paz ' Tomas de paz * fran<-'íJ
de paz ' Grego hanegas ' Juo indio.
'' Magiia de Cabrera " Maria de oliuarez '' l'elrona
oliuares '' Antonio Ponze.
'* Joseph Sánchez " M^ depaz '' Ju^ Tarasco '*
PelronaiMí^ ' Anlt» taiasco.
'' Anlonio Gonz« '' Ana demendoza '' Domingo
Gonz'^ '' Alonso Masias. esc. '' Juana ^hiria.
'' Joseph Maldonado '' Ma Bamirez '' Santiago Pé-
rez '' Polonia delorres.
— 352 -
1{. '' Gabriel Gonz^ '' Ma Aluarez " Salvador gonzs
'' Ma Patino '' Sebastian Gonzs " Juo Pasqual
'' Inés Magdalena ' franca Patino * Mariana Palifto.
(íslia " Ana Muñoz " franca Gutiérrez ' Josepha Gutiérrez.
'' Juana Gutiérrez esc. ' Mará gutierrez esc.
' Barme demendoza.
H. " Nicolás gutierrez '' Teresa Martel.
R. '' Catalina gonz^ '' Inés de Santillan " Blas de Sanli-
llan '' Bernaue de Santillan " Melchora de Santillan
« " Bartolomé de Santillan " María Mag"» " fran«>
Santillan '' Melchora de los Heves " Miguel de San-
tillan * Andrés déla trinidad * Ma de Santillan.
K. '' franco de medina •' Ma de Santillan.
R. '' Catalina becerra '* Ana becerra ' Andrés Ramirez
' Aug^ becerra ' Micaela becerra.
estta '' Melchor gonzs Hennosillo " Beatriz gonz» " Mel-
chor ííonzí^ '' i)a fran^ de renteria " Beatriz Her-
mosiilo ' Diego Flermosillo ' Ma Hermosillo " Mar-
cos Hernández esc. " Diego Valiente esc. '' Juan
Carranza esc. '' Magna Hernández esc. '' Ma de 1»
Cruz esc. '' Isauel de S. Joseph esc. ' Ma Hermosi-
llo esc. ' Diego rneqs esc.
R. '' Beatriz deleiua " Mariana deleiua " Ant» Daui-
la ' Juo Chacón ' Mariana deleiua.
esl'! '' Miguel Gutierrez Hermosillo '' Inés de Rodas
•• Miguel Gutierez " Luisa de Rodas " Gabriel San
choz esc. '' Mariana buríiueño esc. Micíela déla
Cruz esc. nicolas masias " Pedro Quintero '' Juan
ramirez '' Tomas Martin " Da Juana flores ' Isauel
Vasquez esc. *' Catalina Solana.
R. •' Mig\ demodina '' Juana de Santillan ' Xptouai
dernedina •' Alonso Seuastian.
E
1
— 353 -
" Baltasar de estrada '' Inés demedína *' Saluador
deinedina-
" Tomas Heniandez '' Maria Mag^^a '^ Jnana déla
Cruz ' Xptoual perez ' Joseph Pérez.
:t* " Diego Gómez " Isauel barrona * I^azaro derramos
" Maria perez '' Andrés Gómez '^ M» Gómez.
" Pasqual de aualos " Juana déla Cnv/ '• Dorno de
avalos '' Maria Magí;^» '^ Maria Barrona ' Juan de
Santiago.
.ta Migl aluarez déla Cruz '' Josepha ortiz demoya '' Ni-
colás déla Cruz " Miguel de laCru;^ '' Inés déla Cruz
' Antonio Aluarez.
La. *^ Andrés ortiz deniova '^ Luisa Gutiérrez "' franco or-
tiz " Juan Hortiz ^'franco ortiz " Diego ortiz ' Luis
ortiz.
'' Ju<? ortiz '• Maria Maj^a ^ m^ Mag^
If *^ franco Vasquez '' Isauel V;isquez " Josepha Vas-
quez " Di^ Vasquez.
1* *' Xptoual Sánchez Canseco '' Maria Bautista " Magna
déla Cruz " Nicolás Bautista '' franca bautista ' Jo-
sepha Sánchez ' Xptoual Sánchez.
X^ ^' I^orencjo Martin '' franca Vasquez '' franco Vasquez
" Maria Vasquez *"* franco Martii] *'' Micaela agustina
*' Juana Martin " Josepha Mailin '' franco Ramírez
*^ Leonor Moría.
tta " Pedro Embriz '' franca Sánchez '' Ma déla Rea
''María Morales ■' franco Balades " Margarita San-
chez " Micaela Hernández" Maria Sánchez "Xpto-
ual embriz ' María embriz " Pedro embriz.
" Bernaue franco ^' mag^ja de aguírre.
^!i
C(v^a^, ednticiaSy y ranchón q\u* (tcwlen al Pueblo dejirct- -
S^ (U San Juan.
PÜKBLO DE SAN JUo SIN NATURALES.
Ca vesta "• El Liz^io Nicolás Pérez Maldonado " María Va^-
qucz esc. ''Juana García esc. " Bernardina del a
encarnación "' Ju^ Pérez de Riu» ^'M» Maldonado
' Isidro Pérez ' Vrsula Pérez'' Pedro Mm. " fran^^a
déla Cruz ' IVIelchor de los Reyes ' Bernardina
Isaucl " Ana Ma ' Marcos déla Cruz ' Monica garcía
'' Seuastian fran^;^ '' Bartolomé gonz» ''Juan Migue/
'' franco Sánchez '' Juo Ramírez " María gutierrez
' Bernaue Sánchez ' antl^ Sánchez ' Ju^ lopez
Mosepha de Mendoza.
c. osla '' El Br. Alonso mrn. del Campo " Petrona luisa
'' Joseph de Santiago esc. '' Santiago de Santa M^
esc.
C. El Br. Nicolás de Areualo " Isauel jordan " Antt»
Benites '\ Ma Vasquez '' Ma de San Ju? esc. " M»
de espinosa '' Monica de la Cruz esc. " fran^ de
la Cruz.
C esta '^ franco mrn. del Ciunpo *' Da Ma de ísasi " fran«>
mm. " Bernaue mrn. ' Da M» de Isasi " Melchor
délos Reyes esc. " Pasqual Alonso esc. " Josepha
de Isasi esc. "Mariana déla Cruz esc.
R. '' fran^ lopez '* María de la Cruz.
estancia de fran^ mm. '' Baltasar délos Reyes " Ana dereza
" maria de aualos ' lázaro délos Reyes ' andres dé-
los Reyes "Juo Greg<^ " Juana deorozco
C. " franco quesada ' Juana ranjel '• María Bernal.
C. '• alonso quesada " Juana dealdana " ana quesada
— 355 —
'' Ma délos angeles ' teresade aldana ' Mateo de
quesada.
C. •' Rafael de mendo/a, su iTíugeraiKjenle " miguel
ángel '• Xptoual Irujillo.
C. « D. Juo Fernandez de Cordoua " Doña Juana de
Vera ** Juana dolos Reyes eso. * Juíina dedordoua.
C. " Seuastian Vasquez " Luisa deliebano •' Paula Vas-
quez '' Juana Vasquez " Marta Vasquez ** Vicente
Vasquez " baltasar Vasquez ' lorencjo Vasquez.
C *' Seuaslian de Mendoza ^' Mariana de quesada
*' María délos angeles '' Juana dernendoza.
C <* Miguel Gómez *' Maria aluarez " Juana déla Cruz
" Miguel Manuel Juana aluarez.
C. " Maria lopez " Isauel do Villas^ " Maria líodri-
guez.
C- " Alonso Hernández " Maria gonz^^ " Barbóla flores.
^*' ** Gaspar Di as '• Madalonach^aualos '* Maria Dias
*' Juan Dias '* Maria garcía.
^- *' fran^ Rodriguez " Juana ílefiííuoroa * Joseph
Rolon.
^» *' Josopli delgado *' Dnrbola augustina ** Catalina
masias
^•. " franco de robalcaua '' Isauel de aualos '' Manuel
de robalcaua " Joseph de robalcaua ' Juan de
robalcaua.
C, " Juana Ruiz de anda '* Inés de ortega ' Alonso aua-
los ' Joseph aualos.
C. '* Nicolás Cano '' Maria déla Cruz.
C, '* Seuastian de Saladar " Inés de Villafuerte '* Ni-
colás de la VirgV * Doin^^ de la Virgí;
C. estta " Xptoual Vasquez dolara ^' Maria ortiz " Bernardo
Vasquez " Joseph Velasco *' m» ortiz * Joseph Vas-
quez " Isidra Ma esc. ' Joseph montes esc. ' mol-
chor délos Heyes esc. * Mana ortiz esc. ' Isidro
Toontes ese. "Ana Beatriz eñc. " Saluatior detorres
esc " Juo Cainacho esn. " Inés Vasquez &?c. " -fu?
Vasquez esc. "Ana Maria esc. " Andrés de ia Gruy-
ese "■ Josepha Ramírez.
C. estl^ "XptoiíaiVasquezftarciit" Da Jiian^de Kuoda " D^
Ana de allainirano " Doña Daiiiíana Vasquez '• Lo-
renzo Vasquez esc. " .Magilaleiia Vasquez esc.
" Xploual Vasquez " Nicolás data Cruz ' Margarita
déla Cruz esc. " ana dala Cruz '■ Picolas Oria " Ma-
ría déla Cruz.
" D. Ju<í de Alcalá " l)a Beatriz Vasquez '" D» Jua-
na de alcalá " Don íian"^ dealc^la " franco gariuai
esc " Nicolás Pérez esc. ' Ju» Chríposlomo esc.
" Inés Vasquez esc. "Chrislina déla Cruz.
" Don Manuel de Alcalá " D» Eluira Xil delata "■ Ma-
ría Vasquez esc. " paula defigueroa esc. " agu.slin
Seruantes esc. " Pasqual anton.
" Lázaro Sánchez " Geroninia Bodriguez " Bernar-
dina Sánchez " Leresa Sánchez " Geroniína Sán-
chez " María Sánchez " Franf^ Sánchez '* Lázaro
Sánchez " Xptoual Sánchez ' fran^ Sánchez' Jua-
na .Sánchez ' Man'. Sánchez.
'■ Juo de Andaaltamo " Catalina Rodríguez de Sal-
cedo '• Pasqualade laCruzesc. " Luisa déla Cru;^
esc. " ambrosio perez " Juana délos Santos " Josepfc—
de Anda.
" Gerónimo deanda " Mariana de Salcedo " Pas-
quala gomez esc. " Miguel Vasquez esc. " Matees
déla Cruz.
"■ maria lopez déla Cruz " Joseph Márquez " To-
mas de llermosillo " Nícolasa Márquez " Diego gon —
zalez " Juana Márquez " Isauel Márquez ' Joseph^^
eslía
eslta
estfí
eslía
eslía
estta
— 357 —
^larquez ' Catalina Márquez ' Ana lopez • Maria
lopez ' Costanza deniondoza '• Andrea déla Cande-
laria esc. " Nicolás Veiasíjue/.
ístia '' Gabriel de.)rnííl¿i.s •• María Sanche/^ *• María San-
chez delara '* Juana Muñoz '' Mariana Sánchez
" Ju^ García •' Magdalena de Ca.slañeda '• Ju9 San-
che '' Josepha demendoza '' teresa Castañeda * Ma-
ría Castañeda ' Ju^ demendoza • María Sánchez,
est'.a •' JuP de ornela>: '' Polonia délos ang^ •' 1). l)\o fio-
res " antta délos anjz» " Isauel de inendoza '* Ni-
colas deornelas'Muo dezmólas 'Ma deornelas' nía-
ria demendoza ' Don Jacinto florera.
e.<lia " Beatriz gomoz'' augiistina deaualos ''María Mora,
les '* Nicolás mrn. '' Pedro Marlin * Xptoiuil Sán-
chez ^ Bartolomé de bocanegra.
R. '' Bemardino de aualo.s " Jost^plia de II >cane^nM.
* miguel de aualos ' Pedro de aualos * Antonio d(*
aualos.
R. " Joseph de Soto '* luisa deaiíalos '* M] do Casta-
* fteda ' Getrudes de Soto.
R. " Diego GutierrQz '' Juana García '' Miguel de aua-
los " Ma Gutiérrez *' Juana Gutiérrez ' Ju^ gulie-
rrez ' Leonor gutierrez.
R- Bartolomé demesa '' Pasquala de Mendoza * Juo di»
mesa " Alonso de aguírre ** ana SaiKíhes *• Alon-
so de aguírre '' Teresa nuñez ' Geronima nuñcz.
^' "Mateo Sánchez *' felipa mrn. " Isauel Sanche/
" Nicolasa mrn. '' lázaro Sánchez '' fvixu^y Sanche/
" Luisa fausto ' Pedro Rodríguez Mu^ Sánchez.
^- " lucas fran^ " Catalina déla Cruz.
^- " Ju<? mrn-. del ángel '' franca gultz. '' María guttz.
" Isauel gutierrez '' Shnon Mrn. '' Joachiu del ángel
" Diego mrn. " Tomas mrn. franco mrn. ' Jo-
— 358 —
sepha nirn " Antto Hernández - Pelronila decha-
uez.
estta '' Costaiiza mrn. " Juana guttz. " franca guttz.
" Margarita guttz." Ju^ GutLz.
R. " Gaspar Velasquez " Maria guttz. " Gaspar Velas-
quen.
R. " Miguel Hernández " Daniiaiía déla Cruz " lucas
garda '■ Maria déla Cruz " Juan delgado " Josepha
marquez ' Maria Orli/ ' Juana délos Ramos " Isi-
dro Garcia.
estt^ " Joseph Garcia " Maria gonzalez " Madaíena déla
Cruz esc.
esll» " Juo gonzs "!)» InesSeseña'* Antt^ Marmolejo esc.
R. " Ju9 de Seruantes " agueda detorres " Ju» de
Valdiuia.
estl" " Lazaj-o mrn. del Campo " Catalina gonzales
" leonor del Campo esc. " esteuan Vasquez.
R. " Joseph Sánchez " D^ M» deorozco " Agustina
Sánchez " Maria Sánchez " Lucas Sanche;^ " Mel-
chor Sánchez " Manuel Sánchez.
R. " Tomas Sánchez " Seuastiana de Valdiuia.
R. "Ju*? de aualos " Maria Maj^üalena " ana maria
" Juana deauatos " üiego dcaualos ' Nicolás aualos
" Maria angela.
estí''. " antonio deescoto " D^ Inés orliz " franca de es-
coto " Inés deescoto " frant;^ orliz " Ju» escota
" Ignacio escoto " antonio escoto " Diego escoto
" Joseph escoto " Joseph de escoto esc. " Maris
Madaíena.
H. " Miguel ange! " Josepha Picazo " Juo Picazo " An-
gelina guillen '' andrea Picazo " Maria de la Cruz esc-
estta ■' franco Dominguez " M* de Hermosillo " Joseph
domintníez ' franco domincuez ' laureanoDominuuez. ,
— 359 —
R. " Andrés deornelas Maria de las nieues ** María
guillen.
R. *' Andrés gonzs '' Maria demontoya''Juo gonzs '^ ^{a
derobalcaua.
R. *' Alonso Pérez *' leonor de Hermosillo '' Ma de es-
quivel '* Bartolomé perez " Ma perez '' goncalo
de Hermosillo.
K. " Diego Vineros " lorenza lopez " auguslin deloza.
R. ** Bemaue deloza " Getrudesde montoya ' Joseph
de Losa " Nicolás deloza,
esla *' Miguel limón '' Juana ortiz '' Marcos Mrn. " An-
toniagomez '' Vrsula de espinosa '^ Joseph mrn.
' Diego mrn. " Miguel limón *' Blas Sánchez '' Ma
deSayas.
esta " manuel detonar'* Da Fhelipadeledesma'' Pheli-
pe deVillalouos '' M* delRio " franco escoto
'* Marcelino de arauz " Maria dele desma.
R- '' Pablo Ramírez " Maria Daualos.
esta '' Nicolás aguirre '' andrea limón '' Ju^ de aguirre
" Joseph aguirre '' l^edro aguirre ' antonia Velasco.
^- •' D. Diego Magdaleno '* Mariana de aguirre 'Alonso
de aguirre.
"f^- ** Ana de Mendoza " Madalena de Sayas '* Josepha
de Sayas ' antonia limón " Maria demendoza '* Alon-
so Mrn. "Nicolás aguirre '' Plielipe Mrn. * Mi-
caela limón.
^^la " luis Barua'' antonia mrn '' ana. mrn. ' franco bar-
ba " franca mrn. esc. franca barba esc.
^^t.a '' Clemente perez " luisa de Huerta '' luis lopez
" Marta Catalina '' Rafael lopez" ana lopez " Alaria
lopez ' Juana lopez " franco días " luis lopes ese.
' Juo franco
^stta " nicolas de Huerta " anaguttz. " alonso delíueita
*' nicolas de Huerta " fran<^ nuñez * maria gonz^
^^H
ft.
" Pedro Sanciiez " lúes lopez " goiigalo de Hermo- J
sillo " Juan ortiz ' Rail^e dominguez ' Juana de ■>
montoya.
R.
" franco Hernández " María guttz. " Ju» délos
Santos " María Sánchez " fraii<» Sanche^ '■ Berna, ,
ve Sandiez.
R.
" Alonso Hernández " bernardina de estrada ' lo- |
renzo agundis " Seuastiana Raniirez " Ju^ Ramí- ,
rez ' Juo Hernández. ¡
LOS SIETF, PUE;BL0S de naturales XALOSTOTITLAN.
BARRIO UE SANTA CRUZ. í
C.
" Fran"^ melchor " María teresa. ^^^M
C.
" P<> Ju» " Magdalena Juana. ^^^|
C.
" Juo demendoza " Juana déla Parra. ^^^|
C.
" Alonso Pablo " Ana flores. ^^^|
C.
" Migl. Sánchez " ana flores. ^^^H
C.
" [vaw^ marcos " Juana Vázquez Ceruanles. ^^^B
C.
" Juo angl, •' Agustina Juana. 1
c.
" Simón gutierrez " Madalena Hernández. ^^ij
c.
" franco Hernández " Ma Hernández. ^^^|
c.
'' franco de Pinedo " franca de Mendoza ^^^|
c.
'■ Ballolome Marfil " Catalina elena. ^^^H
c.
" Seb" Berue'J '^ Juo mexía. ^^^|
c.
'■ Joseph Hernández " Ma Doma ^^^|
c.
" Po Aluarado '^ Ma Xaloma. ^^^|
G.
" Ju" Bautt3_ " Juana Melchora. ^^^^|
C.
" Juo Lorentjo " Angelina Pasquala, ^^^|
C.
" Franco Bernue " Catalina Pérez. ^^^H
C.
" flanco lucas " M». Melchora. ^^^^^^^H
r
" Antlo " M& deloít anos ^^^^^^^^1
361 -
Viudos V viudas.
" Bartolomé marfill '' Ju« JMielipe " Ana goiix^ '' Ma Jus-
tina '• Ma Xaloma *' Tomasa Justl» ' JuIL'ina Verónica
Donzellas.
'* Micaela ernanclez '• ana Franca • (",aia de Mendoza
'■ luisa jetrudas '' Sel>astian flores, S-
Do ('onfcsion.
' Marta de la f'mz ' Vicente de Mendoza • M^ déla Cruz
M)iego flores • Josepha de torres' Catalina Marta ' Xelrudes
lleta Cruz ' l)¡o franco * Mateo Migl • Augn flores ' Cata
Jíonzs ^ Juana Mafída • Jua Garcia • Jua lucia * Seba Ro-
driguez ' Mana aluarado • toniiis alexandro ' Doin» Hamos.
• «
iJAJiKIO i)p:sax andkes.
<-. • Miyí Sánchez Alcalde " ana in*
• • •
í'. •• Seb" (jaIIoi:»os *• ¿uia Ma
C. ** Joseph déla Cruz '' Jua Oislina.
<^'. '• Rartíne (xarcia '* Ma 'la^ídna
^^- *' Ju^ írarcia '• Jua Muñoz.
^^. *• Djo Alonso •* franca r.atla
*'• " Seb" déla r>uz*' Mariana lucia,
^' *' Pasql^ franco <' Inés Petrona.
^' Vo Joseph •' Mariana lucia.
'* Marcos I lomando/ '' franca Au^a
- '' auí?n Xiinenez *' Pasqa dolos rovos.
'* '*Juo Montos ** Ana lloros.
*• *' franca llornandez Su marido aus^^*
^'. '* Ju^ Heniandoz •* Marta Isauol.
46
corves ^ gpviasVi . . „ uv c
Sat^"^^* .óa ' ^«^""^''fxsabe^ e\ena .
petvooa.
C. po S\rt^°^ o - N«^'
C •' ^^'^ co ^atüO% ^,c.^u^
^■: . \u\s \^^^^!: .' ^V^cae\a
^Va
C-. \,...\:as3^°-
: ^^^^^'-'^ coníess-
C.
— 363 —
^- " franco Pheüpe " Justina Clara.
C. u Dio Pheüpe " Ma Magna
^ *' Tomas perez " Augna Juana-
^- " Dio Hernz " Augna Tomasa.
franco de la Cruz *' Pasqa délos Keyes.
^^- " Simón grego '' Ma Magna
'' Juo Pasql " Inés Magna
** Aug<; déla Cruz " M» Magna
^. *' Dio Hernz- " Ana Isauel
€. " franco Gutz- '' ana Marta.
C;. " Tomas Montes '' M« déla Cand*
('. ^' Marcos déla Cruz *^ Jua déla Cruz,
f '. -' Balltr mrn. *' ma Xaloma-
í'. " lazo gaspr " Magna micaela.
C. ^^ Migl Ruiz " Pasqa Petrona-
Cl ** Juo déla Cruz " Ma déla Candela
ÍL '' augn Sánchez '' ana Ma
í '. '* Balttr délos Reyes " M» Magna
Viuda».
^^ Maria Mag^ " ana Maga '^ Calta lucia ^' Ana María,
Sqll/eros,
"' SebT} Pheüpe *' Dio Hernz, " Seh^ Mrn. '* Cicilia de
torres D. " Calta lucia D. *' Andrés Saiichez, S-
* Inés pelrona ' Barltn^e ^ po trirn, * Pelrona * Seba
melchora ' Ana ma ' Barttnie Sánchez * M^ Magna ' Augija
Gultz, ' Phelijxí fran'^o^ Pelrona déla Cruz* Pablo pe-
irex ' Augna hej-nz. * Domo Santos ' Juo Pérez.
— 364 -
PUEBLO DE SAN" GASPAK.
C. " Mrn Gaspar Alcde " Ana fsaueS
C. " Migl_ Mateo " Juana Isauel.
C. " Po franco " Ma délos angs
C, '' Jiio lien tía *^ Ana IsaaeL
C. "• AIo_ Sebn " Ana Rodriguez.
C. '' Dio Xacobo " Ma And.
C. '' franco Sebn ^"anaJVIa
C. '"^Juo Alonso 'S\Ia tuisa.
C. " Tomas l'helipe " Toinasa Juslt^t
C. " Migl, Phenpe '' Ma ddos ang»
C 'Mu® agn "-Ma magJ^
C. *• fran«> mrn, "■ Ana duira.
C. "" Ju» inigl, *■' Ana eluira.
C. "-Alo Sebn "M» Magna
C. ''• Dio Afigl^ '^ Ma ddos angs
C. '"• J«o gaspar '•'' Ma^ xMagna
C. '-' Dií^ gaspaf ^' Mag»a luisa.
C. .r P^ Maní '^ Ana Cieilia
C, rrWic^ melchor " Justta M»^
C. '^ üio migl " Jua^ luisa.
í;. '" Anlio Gaspr^ ^' Ana Mágica
C. ^* V^ J«^ ''' María Susana.
C. *•' franco llores '" M» Xalorna.
C- "Di» Mrn. "Catta luisa.
C. " po- Migl " Ma Magna
< '. "'' Juo Alo " ana pasqa
('^ " Mrn. Vasqae/ Su mugor auste
C. ''' po Jacobo " Qitalina krisa.
C, '' Dio Melchor "•- M» Xaloina.
C. '" Jos * 1» nícofas " Ju» Clara.
— 365 —
C. " franco lucas " Justa Isauel.
C. " Po Xacobo " Micaela pasqa
C. " Po franco '' Ma Magna
C. " Juo Domo '' Calta Juana.
• • •
C. '' Juo franco '' Calta Juana.
C. " Juo déla Cruz '' Ma Magna
^'' " Jua augna '' Ana Cicilia.
^' '' Juo mrn. " Ma Magna
t'^ '" Juo franco '' Jua Maria.
^- " Po Jacobo " Catta Maria.
^' " Migi.Gasp^ ''Ma Xalonia.
^' '' Juo Sebn '' Inés petrona.
^'' *' Juo mig^ " Ana Phelipa.
^- '' Juo franco *' Ana Cicilia.
^- " Juo Mrn. " M» Ana.
^' '' Juo Bautta '' Petrona luisa.
^' ** po lucas " Ana Isauel.
^' " Juo Bautta " Ma Magna
^- '' Juo Sebn " Berna déla Cruz.
^- '' Juo Nicolás " Magna luisa.
^' ' Dio gaspr " Ma Tomasa.
^- "' Po Mig^. '' Ma Xaloma.
^- ^' Juo Gaspr '' Ma Isauel.
*' franco Ambo '' Ma Petrona.
^- '' Juo franco '' Ma Justla
^" '' franco Dio " Ma Xaloma.
'' Ju^ gáspr " Jua Isauel.
^^ franca mrn. '' Ana Magna
^' ' •^ Ju? de Aluarado " Ma Magna
* * Mrn. Santiago '* ana Isauel.
1^* "-' Juo Gaspr '' Ma Magna
*' Juo Migl " Ana Cicilia.
\ÍV^
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. Gabl san--- ^, ^.alV^
.co gon-A^^
C. • cíonUago s:a\otn*-
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^- .c juo S^*^!-. ^ - Nna e^^^'^^
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CsiSS?-.
^\x<\X^
a ana
^^atva ;_\^v]iaTe'/'
— 367 —
" Jua Isauel " Calta M» " lucia Beraarna " Jua Isauel
'' Calta Petrona*" ana Juárez " Ana luisa " ana mag"^ *' Isa-
uel Justina " Ma Magna '' Ma Xaloma " Ma Magna ^' Ma
Magna " Ma Magna '^ Ma Magna '' Ma Magiia '^ Ana Ma '' Ma
lucia " Jua Magna " Jua Calta
Muchachos y Grandes.
Ana Magna ^* franco Migl ' Ma déla Cruz ' xMigl Seuasln '^ Juo
de Santiago ' Isauel ' franco andres ' Calla Ma ' Juo sebn
' Ma pasqa ' Po Mateo ' Ju9 Haulla ' Marcos Rey mundo
• Ma Magna ' luisa ' Jua petrona ' Dio Xacobo ' franco Seb^
* Po gaspr * Juo pasql " Calta Verónica ' Dio Xacobo ' Juo
Dainn ' Calla marta ' Calla Juana ' franca ' Juo grego • Ma
Magna ^ Dio perez ' p9 gaspr ' Ma Josepha ' Calla
Tomasa ' fran^^ pasq\ ' luisa Magna ^ Ma lucia '' Andres Mrn.
'' Juo Migl ' Ma Magna' Ma Magna • Dio luis * Ma Magna
" Po franco ^ ana ma Ma Magna' Ana Isauel ' Magna Susa-
na ' po franco ' Dio Xacol)0 ' Ma Tomasa *• Ma Magna • Ma
Xaloma '' Isauel ' Ma Magna ' Isauel Justla ' Calla Juliana
•• Ma Xaloma ' María Ma ' Ma • Diego '' Nicolás Domingo
' lucas po ' Ana Isauel '' Calta María ' Ma Muñoz ' pascja
'' Ma Margta ' Magna luisa ' Ana Isauel ' Jua Isauel '' Ma
luisa ' Juo de Santiago " Ju9 Augn ' Ma anga ' Ma Magna
JaiEBLODE MITIUL'E.
tJ. " Joseph aualos al^^ '' Ana franca '^ Josei)h Sán-
chez ' anlo deveas ' Seuasln délos Angí^ ' Geroni-
mo déla Cruz.
C. '' lucas mig^. ''Ma Magna ^Rernnedela Ciuz.
G- '' po migl '' Analncla.
C. '' Barllnie garcía " franca micaela.
C. '' Juo Mrn. " matiana Hern/. * Juo Hjrn:<. ' Nico-
\as
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<*
'^^'''.Nnabea«v/"
.ade\o*
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o^^- -• »pVv\v)^^^''-
C
. 5v^o av^^"- . ^'•u^e^^^'^ ^^ ,,o c\c\a
— 369 —
r, ** Pasql délos Reyes '' Juana gon/s ^ Martagones
C, '' Xptoual mm- " Ma mag" ' Ma
C. '' Juo Vasquez '' Juana déla Cruz.
C '' Juo bernue *^ Ana (^cilia.
C, •' Juo Ruiz '' Juana M»
í^. " Juo Aparicio " Micaela delomas.
C. •* Po Juo " Calta Heriiz.
C. *' Franco gullz. '' iM» Jacoba "- Juo ortiz. ' Migl anj^l
' pasqua beatriz ' franco guttz.
C. " Juo Diego •' aaa nía - Xptoual déla Irinklad.
C. '* Nicolás déla Cruz " lorenga andrea
C. ** fran<^ Rodríguez '* Ma petrona.
U '' Juo delcí Q-uz '' Ma Hernz.
C. " Gaspr Sánchez ** Ana lucia ' Seba.<lian fauian.
C. '' Migl Angl '' Juana Marta,
C "' Migl Hernz. '* luisa Clara * Sebastiana Hernz.
* Anga gerona
C. '' Dio niigl '' auga petrona ** luisa déla t
C. "• Anga lucia V. '' Mig^, Santiago " Gataa Juana
"' Juo migl '' Domo Hernz,
C. '• franco de Santiago. Su inugr aus^e '' Joseph tafo-
lia '• píisqa M» V. '' esleuan déla Cruz.
C. '' Ana M? V. '' Melchor déla Cruz '' DomV Ra-
mos '' franca micaela ' Juo leonisio ' Ma déla Cxuz.
G. Migl. déla Cruz " ¡\la lucia.
C. " Ma Ma'rtia V. •' Maleo déla Cruz " Ju» Ma
' Polonia detorres.
C. *' Blas guttz.'' Jua Vasquez ' Micaela guttz, ' Ceci-
lia guttz,
C. '' Alo migl " Ma déla Crux.
47.
— 370 —
C. " Migl Barttme » j^a beatríz.
C. '' Migl kng\ " franca Angna '^ M» pas;^a *• ísauel
Susana ^' fran^^ Juliana " gaspr délos Reyes " pasqa
C- '' Augiia déla r»ruz. Su marido aus^
C •' Juo garcía '' ana Christina.
C. " ana micaola V. ** Dp Dauín " Ju^ au»;" ' íp
geroninio ' Ju» nicolas.
C. '' iMigl geroninio *' ana Ma
C. *' üio Hernz. '' tornasa déla Cruz '' María Homz.
' Ju^ Hernz/ Aug^j Hernz. '' phelipe de Santiago
V. '' Juo de Santiago.
a ** Juo Alo ^' lucia déla Cruz.
C. " Ma lucia V. ' lran<^-o Alo
C. '' Juo tirado '' Susana de salasar.
C. '* Bern^ Baluerde ' Ala Hernz. ' Juo ' fíem^^
• • » ■ •
Valuerde.
C- '' leonor Hermosillo V. ' Juo Hernz. '' leonor de
Hennosillo ' franca Hernz.
C. " Juo franco '- Jua agala
C. '' franco Arellano " Isáuei Hernz
rUKBLO Drt TEQUALTITj.AN.
C, '' fraíico (loiiz^^ Al^c "- Josej)ha Hernz *• franca'
Seuasl" ' ant(> trnjillo ^ Bernardina Calta
C. '• Sel)V Honiz. '' Ai» Mag^a ^-Ana Joseplia " JnaiK«
Ckira •' Nicola^^ Isidro ' Soh» Raniirez.
C. '^ S(^b" Hernz. *\\ía Ana ' Jn<> franco
C. '' Migl Mateo '' •U\^\ Clara ' Josopha nirn. ' ana
lucia.
C. *Mranco Sejjii ^'MaJu.stia '- Franco de Medina'
• . ■ • •
C. "■ Po inrii. "• Beatriz nía
C. " Balltr mrn. " Ana Ma
C. '' Juo mrn. Su luuger auste
(\ " lUrUi^^' SiíMtiago V. *' Melcliola inicaela • A'icola-
C, *' Dio folipe " Ma pasq^ ' Manuel.
C '' Juo ¡yonz^ '' an<'"a do |>:íralla '' M^ Juslt"^»
C, '' Alo mateo '' leonnr llennosillo.
C *' lucas gJispr , S. '* Dom; l\ítroria^ Diego Damián.
C!. ' Juo lorencjo '' Juana Clara ' pasqa franca
Cü. '* Nicolás Hamirez •* elena Isaucl.
C- " Juo BalLlr '' xMa Isauel '' Doma felipa * Juo
naiUr •• Sob" Hern/.
m
C '' Migl ortega. Su niiigr aaste
C. '' Doni9 Lucas " Heatri/ detorres '" Catalina deinen-
doza, V- '' Domo déla (tík ' Joseph llernz. ' aug^a
nía ' an^^a deperalla * Sehí} alonso,
<:. '' (íaspr melclior '^ Ana Ala -^ ' Xptol^ SeJ>v
C " Juo Hernz. '' "Sl^ Susana.
<\. "" M'\^\ (ioWA^ •* Catta Juana.
C " lucas ;íuüz. '^ Doma minia.
C '' Salnador déla Craz '" CalJa Clara.
C '' Hartto mrn. '' Ana Ma
rrEHLo Di: mrsííuítiquk.
<;. '' I*^> Sánchez V, Alcalde ' Juo Sauz.
<:. ^* Isanel d(?la Cruz V. '' Harltí^^e gasj)r, S.
<;. *' Juo felipe ''Ala déla Cruz.
C. '' Dio Carriol! •' P¿i^(ia Ma ' pasija déla Cruz 4>o
inigl^ • Juo lelipe * Juo S. llago.
C '• Alo llernz. '• Clara déla Cruz.
<:. ''- Juo Uodri;j:uez ' Ma délos Ang^*
C '' Ju^ Garcia ^' Catta Hernz.
C. •• Rafael déla Cruz " Marcelina orliz " Maiiu Iucíí
— 372 —
V. " Juo Vasquez.
C- '' Juo Mateo " ana déla Cruz " Juan déla trinidad
' Xptoual gonz^
C\ " Dio Balltr ** Melchora délos Rey»
C. '' Juo Baltasar " Angelina déla Cruz.
C. *' Juo Balltr '-' Mag"a m^ '* Agna ma V.
C. '' franco Sánchez '* franca Mag»}» '' Ana Ftealriz V.
* Nicolás Sánchez ' luisa Sánchez ' Ana Sánchez
' Antonia Beatriz.
C. '' P? Rodriguez '' lorencja felípa.
O. *' Matías déla Cruz '' pasqa déla Cruz " Ju» gutU.
' Clemte déla Cruz
C. '' Matías déla Cruz "franca déla Cruz.
Q '' franco déla Cruz "' Nicolasa Ma
Q *' fran<^ inrn. " Tomasa déla Cruz '' pas^, goz^
C^ " Barttme Rodríguez '' ana ma ' Barlt^e R()dri-
guez ' Jua muñoz.
O, '' Ana lucia V. * felipe de S. Tiago ' Matiana Micaela.
C '' Ju^ Camarería '' Jua déla C*ruz '' Juo Baltl^
' Domo lopez.
(I •' Jii<> Xptoual '' Inés muñoz "- Clara muñoz
'' Calilla Susana ' loresa petrona 'Seb" AI9
C. '' Bal ti r Jacobo ' Ma Magna
C. '' Gerónimo Vasqz. ' Clara munoz
C, ** Andrés Sánchez '' M9 lopez.
C. " Juo Vasquez '' Ana M»
C. '' Dio Barttnie ^^ Melchora délos Rey»
C. '' franco V^isquez '' Ma Micaela.
C. '' Juo déla trinidad '' Margta déla Cniz ' pa?q^
^ Marcos déla +
C '' franco Juo '' franca Nicolasa.
C. '' Nicolás Hernz. '' Micaela déla
- 373 -
PUEBLO DR S. Jüv , NATURALES.
'' Domo lopez AHe " lucia niag^} ' Domingo lopez
" Juo Villegas *' Teresa déla (Iruz.
'' Balita Xuares *' AI» déla Cruz '* Andrea déla
trinidad ' Ma lopez " Saluador lucas.
" iMi"l déla Cruz '' anaxinienez * Juo déla t
*' Juo augíi '' Ma angiia * Pedro.
'' felipe Vasquez '* Ma ]\Iag"a * lilas perez * Ana
Vasquez ' Ma Vasqz.
" Juo Saluador '' Ana Ma ' Juo Mig\ ^ Ma Inés.
'' Joseph Domínguez '' Phelipa déla Cruz * Clara Do-
mingz. * Po domingz.
*' Monica garcia V. ' Joseph Mig^
" po Gaspr '' Ma Vasquez •' ana and rea V. '' Juo
pasql '' Marta Isauel ' Juana and rea ' Migl, \\'is(|7-
'* Nicolasa andrea.
*' Maria Mareta. Su marido auste
" Melchor déla Cruz ** elena ma ' Seb" déla Cruz
' po Hernz. ' Xptoual Sanches ' Juo trujillo.
'* Juana (lela Cruz '' ]Mateo Joseph.
'' Domo Xuarez *' Jua Vasquez ' Juo Domo
'' franco nielchor " beatriz monica.
'' po Aluares '' Ma barbóla 'M^o Miguel.
" Gaspar délos Reys " Catta Juana.
'' Matias lopes " pas(|a délos Reyes ' Juo lopez.
'' Juo mig\ '' Catta Juana ' Gaspar délos Reyes
' Domo deorozco ' P9 rniguel.
'' Isidro lopez *' Bernia Ma
'' Juo trujillo '' grega déla Cruz.
'' Josepba déla Cruz V. ' Juan déla Cruz ' M» de
quesada.
— 37'4 —
C.
C.
C.
c.
c.
c.
c.
c.
c.
c.
" Melchora délos Reyes V. " Andrés mrn. ' lucas
délos Reycí! ' J\Ia déla Cruz "Josepha déla f
" Tomas miz ' Ana M» ' nicolasa franca ' pasqa del ¿^
Cruz.
" Ma A[ag>>a V.
" anilres V'asquz " M* déla Cruz " Barttme Hernssa<-
" Catta (lelos angs, " .loseph déla Cruz ' Juo d. e
Silva " Domo lopez ' felipe déla f
" Juo déla Cruz " Teresa déla Cruz ' Juana deB. a
Cruz ' Ag". lázaro.
" }.Ja. lloros V. ' pasqual de aualos.
'• .Juo déla Cruz ' Ma n Hernández ' Maria lui.sa.
'' Juo líarltnie *' luisa goinez * niatias gomez ' ini^^s
pero/ '' Halltr Xuarez ' Maria.
" P<> Aluarcz *' Ma Barbóla.
'' I>o Jiio - Maria Mañ^^a
" Juo (lo (laniboa*^ Ju^i déla -h
'' Juo iiYi'^^i •' Ana Xinicno/.
"' Juo Vas((uez *' Augija dolos lley» ' Pas(|ur ^a
dolos Iloy^, * Honito \\'is(iuoz.
Conouorda oon su orijinal — ba en seis foxas
(•rilas enlodo: y (^ueda en mi poder el original
Xaloslotillan mavo (5 de ltí79 a"!
/. Jfi'^ (¡om^ (Ir S(uitifu/n, (Su rúbrica.)
s-
NÚMEKO 3.
.\parlo do] ar<iiiin(M)lo m^^ialivo contra ol supu(\<to di* ''*'
iiili'()diicci()ii (!(» la iniprcMüa on Puebla |)or ol Ven. Sr. I^alafc:^-^'
i'i (|ii;' so lineo ríMrroiioia (Mi la ñola (|uo ooniionza ^'"
l;i p;'i^. ll.'Jdoí^sla ll¡>lori;!. olro argunionlo de i^'ual ind ^^"
lo pinporcjoiia rl silonciíMpio respo(*lo do osa mejora ;íuarí''^
r\ \\ .Viiluiiio (loii/álo/ (le l{os(Mido, aoucioso autor de '*'*
"Vi'¡:i í/í'l llinn. V I'aí'.wo. SouvK'Dou Juan do Palalbx v Me'''
» escrita por dictamen ilel líinino. uarderiiil Moscoso \
ndoval, Arzobif-po de Toledo.
efecto, aun(|ue el V. González de (íosende ocupa ludo
el capitulo XI del libro 1 de esa voluminosa obra, en referir
niinuc¡o?amente cuanto episcopal su biografiado obró y traba-
jó durante su estancia en Puebla, ni la niáá ligera alusión le
consagra, aun con referir de modo detallado cómo fundara
el Colegio de San Pedro y San Pablo, y aun ocupándose tam-
bién de que amplió y enriqueció el de San .luán, á la ajetrea-
. introducción de la imprenta en la ciudad de 1ü¿ An¡.'oleíí,
NIJMERO 4.
§ III (1IK1. CAC. IV l)K I.A OUliA "ORUiEN
DE I.OS DOS Cfel-KHRES SANTHAIUOS DE Í.A NUKVA fiAl.KílA."
"Los Dones que le liá dado la devoción {á Nuestra Seaora, hasta 16DJ.)
I DONtS DE SOLO ZACATECAS.
'"Í84. El Conde de Santa Rosa, D. Juan Brabo de Medrano,
le ofreció un brazero de plata, que está apreciado en mil
pesos. Doña Catharina de Oñate, Madre de dicho Conde, le
ofreció un Atril de plata, con una hnagen de Nuestra Señora
enmedio de oro, el qual se aprecia en quinientos pesos. Don
Marcos Pérez Montalvo, vecino que íUe de Aguas Calientes.
~ r oy assiste en México, le ofreció un flaldoquin de plata, que
3 apreció en mil ydocientospesos. Blas de Urdañigui. vecino
í Zacatecas, le ofreció dos gradas de plata, para |)rinc¡pio de
i trono, que se tazaron en ochocientos pesoí^. El Altere-^
Ifcntonio Calderón, vecino de México, le ofreció un ornameulo
útero, con Dalmáticas, Capa, paño de Pulpito, y de Atril, y
ntal de brocado anteado y blanco, que costó mil pesos,
nian de líetis, vecino que fue de la Ciudad de San Luis, le
«ció tres sillas de terciopelo encarnado, bordadas de oro,
jae costaron trecientos pesos. Assimismo, tiene seis cadenas
í filigrana de plata, que ie han dado diferentes personas.
^ene también un frontal de plata, y Sagrario de lo mismo,
í trajo al Santuario un Hermano demandante, de Uwvosftaa,
— 376 -
que dieron diferentes personas. La caja en que está la Santi-
ssinia V^irgen, está guarnecida de plata por la parte de afuera,
y la de adentro. Tiene catorce blandones de plata, grandes
Y pequeños, que han dado diferentes devotos. Tiene assimis-
ino quatro Ciriales, un Acetre, Hissopo, dos Incensarios, y
una Naveta, todo de plata. Otra Naveta de nácar, guarnecida
de plata; tiene mas, unas Andas de plata en que sale la San-
tissima Imagen el dia de su Fiesta, que es de la Concepción;
estas costaron mil pesos. Tiene otras Andas de plata, que
sirven á la Peregrina, quando salo á pedir limosna, estas
costarian tanbien mil pesos. Tiene cinco Lamparas de plata,
una grande, y las quatro medianas. Tiene assimismo once
Lamparas pequeñas Tiene cincuenta y ocho candeleros
medianos, que han dado diferentes personas; y quarenta y
ocho Pebeteros, dos Sahumadores pequeños de plata, dos
Jarras de plata, que sirven de Ramilleteros, dos Cubiletes
l)equeños de plata; un vaso de plata para el comulgatorio; un
Jarro de pi(*,o de plata; las palabras de la Consagración, y el
Evangelio de San Juan de plata; ima Concha pequeña de plata;
una Araña de plata con seis Arandelas; unVernegal con Salvi-
lla de plata. Tiene quatro Cálices con sus Patenas, y el uno todo
dorado; una Custodia de plata con su Viril, dorada y esmal-
tada; otro Viril pequeño. Tiene un Vaso de plata, y otro mas
pequeño, que sirven para el deposito del Santissimo Sacra-
mento. Tiene un Vaso pequeño de plata, para llevar el Viatico.
Tiene unas Chrismeras de plata. Tiene una Cruz-Magna de
plata, y assimismo la del Guión. Otros ocho platillos medianos
de plata. Tiene variedad de corazones de plata, ojos, dientes,
píM'Jios, cabezas, cuerpos, orejas, y lodo de plata, que le han
ofrecido sus devotos, cada uno conformen la dolencia, ó acha-
que qii ^ palece; esto en quanto a las alhajas que tiene de
plata.
185. No son de monos importancia las de oro, que han ofreci-
do (lilerentes personas. Lo primero, tiene cincuenta y tre.^
sortijas de oro. con diferentes piedras preciosas. Tiene una
Corona do oro, (|ue sioni|)re .sirve a la Sagrada Imagen, guíi*'"
nocida (I(í perlas, con nna rosa óo diamantes pequeños. T¡e-
//.' otra Corona «l.^ íili'^nun. Tiene siete Concepciones rf^'
', guamecidits de piedras preciosas y perlas. Tiene un
razón mediano de oro, esmaltado en encarnado, y orlea-
de perlas. Tiene diez Cruces medianas de oro y perlas.
^ene caiUfdad de jazmines de oro. Tiene un Niño Jesús de
0ro, Y olra Concepción pequeriita de oro. Cinco Relicarios pe-
||ueñ03 de oro Tiene un Berrueco en fonna de corazón, guar-
íécido de filigranadeoro. Tiene un triangulo pequeño de oro.
ton UB San Juan, otro triangulo mediano con un San.Anto-
ío, assimismo de oro; tres vejuquillos de oro. Tiere otro Niño
iasus mediano de oro; dos Hosas medianas de oro, guame-
Sdas de perlas. Tiene dos Veneras de oro, una Medalla de
I Concepción de oro. Tiene un apretador de oro, guarne-
ido de jacinto:* y perlas; una Cruz de Santo Thoribio, guame-
ida de oro, con un cabestrillo de oro; un Relicario pequeño
le oro, con un San Di^o; un crvstal guarnecido de oro, con
ina Imagen de nuestra Señora por una parte, y por otra una
IKruz Tiene variedad de jazmines. Cruces y Relicarios pe-
riueños de oro. Tiene un cabestrillo pequeño de oro; un
San Nicolás pequeño de oro: un Perico de oro con tres es-
.eraldas, qus se apreciii en quinientos pesos. Tengo nota-
en estas alhajas que tiene nuestra Señora, que han veni-
de variedad de partes, de los dos Heviio*- de la Nueva-
ipaña, y Galicia; y las que tiene nuestra Señora de los Re-
letiios, según he visto en su libro, son todas las mas de laCiu-
'd de México; con que si hemos de inferir la mayor devoción
las alhajas, diremos que á nuestra Señora de los Remedios
tieneu mas devoción en México; y á nuestra Señora de
Juan en México, Pueliia. Michoacan, San Luis. Zacate-
Guanajuato; y enfin, en todas las Ciudades. Pueblos y
jares de las Indias; pues no av lugar de donde no venga
[a alhaja. Passe Señor esto por ponderación de sir-
ite, y no el menos beneficiado de esta San tissinia Imagen,
assimismo un Cintro de oro, tiene otra Concepción de
guarnecida de perlas y jacintos. Veinte y dos pares de
'dllos de oro, con aliuendras de crystal y perlas; unos Sar-
los de filigrana de oro, con piedras blancas; quatro pares
Sarcillos de oro, unos en forma de medias lunas, guar-
ios de perlas y piedras preciosas; ajgunas uienudeucia?
-378 -
ilfi oro. como son Periquílos pequeños; un S. Sebastian de
oro; olro Celro iie oro. guarnecido de perlas. Tiene una
gorrera de perias, v algunas piexas de oro en piedras pre-
ciosas. Tiene tambicn una cadena de perlas, qno continua-
mente tiene pnesla la Sagrada Imagen, y tres nilos de perlas
gruessas, dea cien perlas cada uno; trtíinla soguillas de perlas
y aljófar; dos tiosarios de perlas: (res pulseras de perlas
una cadena de perlas y aljófar; otra cadena de aljófar muy
menudo; una Corona de perlas; otra f^rona pequeña de
perla.*.
IftS. De los vestidoHdeesla Sagrada Imagen; tiene uno de ra-
so morado bordado de piala, y algunas piezas de oro con pie-
dras preciosas, el manto de esle vestido está también lar-
dado de perlas, y con unas rosas grandes de perlas, y en una
que tiene de perlas gruessasestá el perico de oro, que dige
arriba estar apreciado en quinientos pessos; olro vestido tie-
ne de lama azul, assimismo bordado de perlas y oro; otro
de damasco \ erde, bordado de perlas y corales. Assimismo
tiene otro vestido de raso encarnado, bordado de perlas, con
algunos jazmines de oro; quince sortijas de oro, las seis de
esmeraldas, una al parecer topacio, las demás jacintos .y da-
beques. Tiene otra pollera de diamelole azul, con quatro
Concepciones de oro; quatro rosas de oro y jacinlos, dos
Ghrislos pequeños de oro; ocho Cruces pequeñas de oro y
piedra3;tresGruzes pequeñas de madera, guarnecidas de oro;
dossortijas de gránales y clabeques; quince jazmines de oro;
una Concepción de oro y perlas, cincuenta y nueve de los
pendientes, y ocho que liene una de las Concepciones, dos
perritos pequeñosde oro. Un Berrueco pequeño en forma de
corazón, guainerido de oro. Tiene olro vestido de tela en-
carnada, guarnecido en punta de filigrana de plata, olro de
raso blanco con manto azul bordado ile oro. tiene assimis-
mo otros diez y siete vestidos de tela de diferentes coloree,
llanos.
SIV.
[ÍOPA DE SACRISTÍA.
187. En lo que loca a ropa de Sacristia, tiene lo siguiente:
-•- .^7')
í.ioii 1 'alias bonlii del:?, deliladas v labiadas; catorce labias de
manteles, con sus puntas de Flandes; un ornamento entero
íle lampaso; otro que es el que dio el AH'eres Calderón, co-
mo tengo dicho, de ))rocado anteado y blanco, entero, con
Frontal, Paño de Pulpito y de Atril; tiene dos Casullas de la-
ma blanca con sus Paños de Cálices, y Volsa de Corporales;
dos de lama verde con la misma, una de lama morada, assi-
mismo con Paño v Volsa; una Casulla de lama encarnada; v
otra assimismo encamada, de Damasco de China, con sus
Volsas y panos de cálices; tiene otra Casulla de lama antea-
da, con su Volsa de Corporales, y ol l^año de lampaso en-
carnado, verde y blanco; do s casullas de damasco encarna-
do, con sus Volsas y Panos; otra CíLsulla de lama verde con
í?u Paño V V^olsa; otra de chamelote verde, con su Volsa de
Corporales, sin Paño; otra de damasco morado con su Paño
V Volsa; otra de damasco azul con su Paño v Volsa; otras
quatro Casullas ya muy traidas; diez y ocho Alvas; catorce
Amitos; y una docena de Cingulos-
XUMBRO r».
Carta del Señor Obispo de Guadalaxara Don Juan de Santiago
León y Garabito.
Señor Br. Nicolás de Arehalo.
I'uego al instante que Vmd reciba esla i)roceda á poner al
i pie de ella, en toda forma, los milajiros de que V^md tuviere
noticia que há hecho Nu(íslra Señora de San Juan, desde el
^ia 18 de Marzo del año passado do 1()()8. liasla la hora
PJ'esente, con toda claridad, individuación y distinción. La
^^vocion general que se tiene con la Señora; si es de pincel,
^ detalla; el tamaño de la hnagen; quanto dista de la Villa de
'^5$ Lagos; quanto de esta Ciudad de (íuadalaxara; la Ij^'lesia
í'^e tiene, y su fabrica; los dones íjue le han dado; los orna-
'^^utosque tiene, poniendo en quanto a los milagros, el modo
^^Hio Vmd lo sabe, y lo averiguare con lodadisUv\cvow.%V^>^-
— 380 —
fundamentos que Vmd tuviere. Assimismo, pondrá Vmd el
aderezo del Santuario, y el estado que al presente tiene el
Templo, y el año en que se renovó esta última vez, con el
adorno de las torres. Los Ministros que le asisten; y muy en
especial el dia que se celebra su fiesta con tan grande concur-
so y devoción. Y remítame Vmd dos estampas, una délas
grandes, y otra de las pequeñas, lien, á qué beneficio perte-
nece el Santuario, que Cofradías tiene, que dias se hace la
tiesta principal, que dias son festivos en el Pueblo, y el modo
con que se celebran. Y en quanto a las alhajas y bienes, .solo
certificará Vmd desde el ultimo inventario hasta oy. Y espero
esta razón original, todo con toda brevedad; y lo certificará
Vmd conjuramento en quanto pudiere. Guarde Dios á Vind
muchos años. Guadalaxara y Julio 14 de 1691.
Muy de Vmd siempre
Juan Obispo de Guadalaxara,
Sr. Br. Nicolás de Arebalo.
NÚMERO 6-
En la primera linea de la página 188, dice «1815»;
be decir: «1715.»
NÚMERO 7.
•
En el "Vocabulario de las voces principales de la Air:^
rica» que trae al (in do su ''Diccionario Geográíico-Histórí
(lo las hidias ()ccid(Mitales» el Coronel I). Antonio Alcec^
(Jolino así la vo/ Álnwfrez que se lee en la pág 148 del p^'
sonto libro:
fALMOFREZ.
'Tunda de baqueta que sirve en lugar de maletón p*-^
guardar Jos colchones en los viages: es del tamaño de estc^
- 381 -
tiene la abertura en medio de todo el largo por donde entra,
luego la envuelven, y lian con una cuerda: se usa en toda la
América."
La voz castiza, según el Diccionario de la Academia Es-
pañola, es Almofrej, y tiene origen árabe.
NÚMERO 8.
En la iiihlioteca Pública de Guadalajara he hallado los
siguientes sermones antiguos, referentes á Nuestra Señora de
San Juan y de los cuales sólo el tercero de ellos menciona
Beristain:
SERMÓN PANEGYRICO || AL INMACVLAÜO LIBRO, ||
Y Sagrada Apologia de la Gracia contra el infamatorio || Libe-
lo de la Culpa, | EN LA PURISSLMA CONCEPCIÓN ÜE LA
SOBERANA || Emperatriz de Cielo, y Tierra, iMadre de Dios ||
MARIA SANTISSLMA; || Excempta desde el primer instante
de suser en el || Debe, ó pudo haberde lacomun Deuda; || En
su Dia octavo de Diciembre, || QUE PREDICÓ || El Padre AN-
TONIO RAMÍREZ, Professo de || la Compañía de Jesús, |( En
e Santuario de la misma Señora, y casa del Se- || ñor SAN
JOAN BAPTISTA, debajo de cuyo Titulo, || y Advocación se
Celebra. || SACANLO A LUZ || Las afectuosas expensas del
Capten D.MIGVEL || GONZ ALES DEL PIÑAL, Y ALCEGA; ||
quien coino su Mayordomo que fue, lo dirige, y Consagra \\ día
misma SEÑORA. || Con licencia de los Superiores. En México:
por los HEREDEROS de la Viuda de jj Francisco Rodríguez
Lupercio. En la Puente de Palacio. Año de 1709.
SERMÓN II QUE EN EL DIA DE LOS DESPOSO- || rios de
MARIA Santissima con el Patriar- || ca San JOSEPH, primero
de la solemne || Octava, que celebró el Santuario de nuestra |
Señora de San Juan en la Dedicación || de su Camarin, PRE-
DICÓ II El Señor Doctor Don Miguel Nuñez de Godo y, || Arce-
diano de la Santa Iglesia Catliedral déla \\ Ciudad de Guadala-
xara, y Examinador \\ Synodal de su Obispado. \\ SÁCALO A
LUZ II El Br Don Joseph Martinez de Alarcon, || Cura Bene-
— 382 -
(¡ciado, Vicario, v Juez Eclo- || siastico del Partido de Jalos-
totitian, II QUIEN 1.0 DEDICA, || Ael Ilhistrissimo, ,/ Rereren-
fli.^sinio SrnorDfw \\ Fr, MANUEL DEMIMBELA r/f»/ Orrfp;/ 1|
(h' San FraHcisro, Obispo Electo de Pfuuunft, // || OaxacOy y
(fcfHftl ch' ^ruadfda.rcnri, Xiievo Jiet/no \\ de León, Provimm
del Xat/arif, Californias^ || y Coaquila, del Consejo de su Ma^ea-
tad, II CON LICENCIA EN MÉXICO POR LOS || Herederos de
la Viuda de Miguel de Ribera Calderón.
En la ''iJedicaloria" al Sr.Mimbela, feclia 30 de noviembre
de 1715, dice el Br. Martinez; *'No tubo la fiesta (rf^ lu dedi-
cación del Camarín) la gran fortuna de que la authorizasse
V. S. Illrna. con su presencia, ocupado provechosamente
en la visita de su Diocessis, aunque no le faltaron sus influ-
xos, pues el vltimo dia de los ocho, que se persivieron á la
solemnidad, dispuso V. S. Illma. corriese ú expensas de su bi-
sarria, clausulándose la festiva pompa, con la magnificencia
de V. S. llhna. porque se recopilase en vn dia solo la cele-
bridad de todo vn Octavario. Mas porque tenga también
parte V. S. Illma. en el primero dia, me resolvi á publicar de-
bajo de la favorable protección de V. S. Illma. el Sermón,
que en esse primero dia de las íieslas predicó el Señor Doc-
tor D. Miguel Nuñez de Godoy, dignissimo Arcediano de la
Santa Iglesia d(í Guadalaxara >
El predicador dijo entonces:.... "por esso, quando e.sta
Sacratissima Imagen de Maria quiere Dios, represente la IV
rissima Concepción de la Señora con todos sus privilegioj?-
quiere se llame Imagen de nuestra Señora de San luán? par^
que haga reclamo á los dos luanes Haptista y Evangelista, V
si antes quiso en el aiio de treynta y quatro con el prodigio
del leño declararla Imagen de Maria Santissima concebida
sin i)e(:ado,, de aqui adelante la declara Imagen de la Seño-
ra, concebida en gloria, con ((uerer se colociue en esseThro-
no, donde lirmemente (juede adornado e^sse Sagrado Simn-
lacliro. con a(|uelia Corona de oro. y preciossimos diamanle^V
esmeraldas. (|ue después de mucbos años, (pie ha se hizo, p^'*
lo (lelicadn de esta Imagen en su materia, (jue es caña, no ¿ele
ha puesto hasta aora. que pendiente de a(|uel Trono condoí^
r;/(/e/]/7/as de oro, se le dedica á su cabeza por symbolo d^
su gloria» "Assi se coloca oy, dedicándose osle dia
este inagestuoso Trono, cuya materia, loda es pura piala,
adornándose el Tabernáculo con clarissimos crystales, que
franquean la vista de esle Sagrado Simulachro. assi á la
parte de esta Iglesia, como á la de este curiosso Cainarin. rico
por su adorno, aseado por 3u esmero, á quien la devoción ha
adornado ya con los sie.le Principéis Ciilestiales (;n el ámbito
de su bobeda; ya con los quatro mysteriosoi; animales León,
Buey, nonil)re, y Águila, sobre que se v¿n al vivo colocadas
las tallas lU- los quatro Sagrados F-vangelislas en sus quatro
picliinas, ya con las dos estatuas, que hazen lado al Trono de
MARÍA Señora nuestra, de Abralian, y David, de cuyos pe-
chos, saliendo dos vistosos verdes ramos, que se estienden
por toda lacornisade esta maquinosafabrica, dan hueco entre
sus ojas á dibujarse en obalos curiosos las estatuas de loa
Reyes de la Generación de Chrislo Señor nuestro, que nos
cuenta San Matheo; terminándose este Árbol genealógico en
la parte contraria al Altar, sobre la maquinosa claraboya,
que dá luz á este edilicio, puesta á la occidental plaga, sobre
que se mira colocada la Imagen de la Concepción de María.
y para que se repila esta especie, como que tanto edilicio no
baste el ofrecerio vna sola vez á aquesta Sagrada Imagen se
colocan estas dos maquinosas Lunas, essos dos grandes es-
pejos, en que multiplicada loda la especie de este curioso
Camarín, y de aqueste rico Trono, sirva á la devoción, que
lo fabrica de repelido sacrificio á laSeñora«
"Es oy el dia de los Desposorios de Maria Santissima
con el Palriarcba San Josepb, y aviendo este Camarín aca-
lose dos años ha, y aviendo este Trono perficionadose
de vn año, y aviendose querido celebrarsu dedicación
año passado dia de la Assumpcion de Maria Santissima
Señora, y este año el dia de la Purificación las con-
jencias del tiempo (como todos dicen) la providencia al-
líma (como yo entiendo) ha hecho, que oy se haga esta
iCacion»
SERMÓN II PANEGÍRICO, || Que en el quarlo dia de la
ilemnissima Octava || de la Dedicación de el sumptuossisimo
larin II de la Milagrosissiina, y Celebérrima Imagen d?; '^
— 384 —
MARÍA SANTISSIMA NUESTRA SEÑORA, || con el Titulo y
Advocación DE SAN JUAN, || que se venera en su Santuario,
en la Feligresía || de el Valle de Xalosto tillan, y Obispado jj
de la Nueva Galicia || PREDICÓ | EL P. FR. JUAN AN-
TONIO DE BARBOSA, \\ del Orden de S. Atigmtin, de la
Provincia de S. Nicohs' de \\ Michoncan, Lector de Prinuí de
Saqrada Theoloqia en el \\ Colegio de 8. loseph de Gracia de la
Ciudad de Gmdalaxara. \\ DALO A LA ESTAMPA || EL Br.
D. JOSEI>H MARTINEZ DE ALARCON, || Cura Beneficiado
porsuMagestad, Vicario, y Juez || Eclesiástico de aquella Feli-
gresia. || QUIEN AFECTUOSO LO CONSAGRA j| A la misma
Soberana Emperatris de Cielo, y tierra, Madre j| de el Verbo
Eterno, Reyna de los Angeles, y Señora de el || Vni verso, la
Santissima Virgen Nuestra Señora || DE SAN JUAN. || Con
licencia de los Superiores^ en México por los Herede- || ros de
la Viuda de Mif/uel de Ribera en el Eniped rodillo.
En el folio 10 dice el predicador: "O mil vezes dichosos
los que empleados en obsequiar á tan gran Señora le han
consagrado este Erario? Felices porque agradecida la Señora
les retorna vn Camarín de portentosa grandeza, y les ofrece
vn Celestial Joyel. Esta correspondencia avrá experimentado
el Illmo. y Rmo. Señor Doctor Don Diego Camacho, y Avila,
á cuya disposición, nacida de vna devoción ardentissima á
esta Milagrosa Imagen, se debió la edificación de este Caiiia-
rin Este mismo retorno se le previene al Illmo. y Rmo.
Señor Don Fr. Manuel de Mimbela, á cuyos influxos se debe
esta Dedicación, y á cuya magnanimidad debe el Camarín
costossisimas alhajas con que se adorna."
ENIGMA II PANEírYRICO || QUE EN LA CELEBRE OC-
TAVA DE LA II Dedicación del preciosissimo Camarín de
Nuestra || Señora de San Juan. El quinto dia, Sábado, día
del II Gloríoso Aposto! San Andrés || DISCURRIÓ || EL P. Fr.
NICOLÁS BERNARDO RAMOS DE VAL || DERRAM A, Pm//-
rndor jnbihalo, Comendador, // por \\ qnairo trienios del Contra-
to de Theoraltirlfe el (jr ande, del Sarro \\ Real, y Militar Ordcft
de Nuestra Señora de la Merced, Redemp- \\ cion de Captiros.
Natural del Real, // Minas de San loseph \\ del Parral, en lo
yaera Viscana. \\ Y \SSV Cou cordial afecto, con reconoci-
itiipnloile liijo, 1] V poii vci-íik tle fjiiielijm lo olTrecp I) A l.Ot?
FIES 1)K LA SOBEKANA JfKVNA )J l)K I.OS A^NOELES H
ftlAKlA SANTISSIMA CON El. TITULO DEL lí AYO, SITA
EN DICHO líL. POIi MANO ll IV-I Señor (¡1. IL JOSEPU ZH-
1ÍL\TTK su sHi^iular (levo ]] lo, minero en el Uo;il v Min>is iIg
Chtt'ua^iuL II A EXPENSAS H D>'I S>-ñur Br. \Í. lOSW^Il
WAitTINE-í DE ALABCON. ti Cwrrf (pnr su Mogeiíhul} dd
J'uebh <Í>- XfihdnfiÜa». \\ CON LICENCIA. En MÉXICO, |.or
l''i\ii¡(.'i:<i:o (I ' lüvera || Calderón, m Ll calle de S, Au^'iisttP,
El Camaríu cniíio está actualmeule.
nt'imero ^-
El Sr. diputado D. Manuel Muro, enidito historiógrafo y
fino aiiiiyo, en el prerioso libro que acaba de publicar
»n el título de «Misfílánea Potosina,> inserta un aniíTiado
üculo suyo, que es porlinenle conocer, siquiera sea en su
irte principal, á fin de fomiarse idea completa de lo lia
tiva que era la feria saniuanense para los hiJbityntes de
a Estados del Norte de la República;
— 386-
* txi Feria de San Juan de los Lagos
«El periódico L<¡ Vos de la Niñez, de Lagos, * dedicó en
1 897 un articulo conmemorativo á la feria de San Juan, con
motivo det centenario de la concesión olorgada por el Rey
Carlos IV á dirha Villa para una feria anual, durante la cual
serian libres los efectos que en ella se vendieran, de toda
clase de derechos.
«El mismo periódico citó los años en que dicha feria lle-
gó á su mayor apogeo, la cantidad aproximativa de gente
que concurría de todos los puntos de la República y las can-
tidades que se calculaba en movimiento de efectos naciona-
les y extranjeros.
«Nada me parece exagerado de lo que dice La Voz de
la Niftez, si admitimos por base el participio que San Luis
tomaba en la famosa feria.
«Me tocó presenciar por los años de 1850 á 1854, el
inmenso gentío que salía de San Luis para San Juan de los
Lagos. Los comerciantes, dejando encomendados sus esta-
blecimientos á los dependientes de más confianza, salían
desde los primeros días de noviembre, llevando sus carga-
mentos de efectos que podían vender ó cambiar en la feria.
Los que conseguían en la Villa una tienda, en altísimo pre-
cio de alquiler, se consideraban afortunados, pues la mayor
parte tenían que exhibir sus mercancías en accesorias, en
los portales ó puestos ambulantes al aire libre, y muchos ha-
bía que ni del cuarto del mesón ó posada los sacahan, sino*
que en el mismo alojamiento hacían sus Iransacciones.
«Los romeros, aunque nollevíiban bordón ni esclavina,
empezíüjan íi salir desde mediadus del mismo noviembre,
para buscar en San Juan, con alguua anticipación, un atoja-
mienLo cómodo. Se entiende que esto lo hacían los (jue dis-
frutaban de recursos para proporcionarse esa comodidad;
pero el día clásico para el gentío era el día 30 de noviembre,
día de San Andrés Apóstol, fecha y santo que adquirieron
(*) Ijéase San Juan de los Lagos, puesto que en esa ciudad y
no en la de Lagos es donde se publica, desde ha^e más de diez años,
La Voz de la Niñn, simpático periódico que escribe el sentido poeta
Sr, D. J. Silverio de Anda.
387-
^an popularidad por ser el día escogido para emprender !a
marcha hasta e! célebre Santuario.
«Como en iui tiempo las vacaciones eran de mediados de
í^osto hasta el último día de septiembre, en los diaa de la
feria ya estaban abiertas nuevamente las cátedras, y recuer-
do que la mayor parte de los estudiantes la pintábamos para
ir á divertirnos con la salida de los peregrinos.
«Desde la Casa Municipal de Matanzas, hasta el punto
llamado de la Mexicana, en la zanja que al Oeste y N. O. corta
la ciudad, se veía como un hormiguero de tiente, de caballos
y de asnos. Hombres y mujeres de la clase media y pobre de
la sociedad, niños de todas edades, perritos falderos, jaulas
con pájaros, equipajes, según las proporciones de los dueños,
colchones, envoltorios de zaleas, petates y jorongos, guajes
6 cantaritos con agua 6 vino, canastas ó costalitos con basti-
mento ó (ford.e.adn coirio le llaman en los pueblos de Oriente.
Todo se veia en aquel heterogéneo concurso.
í A las siete de la mañana empezaban las gen tes amontar
en sus cabalgad ura.s, y entonces era de oir las blasfemias que
ibrotaban de los labios de lo.s arrieros, porque como los burro??
nunca han entendido de orden y disciplina en la formación,
36 confundían con los de otros dueños y trabajo costaba reu-
ínir los de cada recua para ponerlos á disposición de los via-
jeros.
«Entretanto, no escaseaban curiosos incidentes que
provocaban la hilaridad de los espectadores Ya era una
señora entrada en años que ayudada por el arriero ó por
iKlgún acomedido, iba á subir al jumento, pero que le daban
1 impulso que en vez de caer sentada eii el aparejo, salva-
l al animal, cayendo de bruces en el suelo. Ya una joven
(resumida, que encargaba le dieran un burro que no fuera
lojo, y el que apenas sentía la carga, se soltaba echando re-
aros, arrojanilo desde el priuiero ó el segundo á la jinete á
ftia regular distancia, y ya por último, se formaba una coli
I de veinle ó más pollinos, que producía magullamientos
^piernas y caídas, acompañado todo de denuestos, gritos
itos, risas é insolencias.
«Todos estos episodios nos divertían admirable meale
1
aen
-38S-
llis csludíanfes. Fomíábacnos nuestro punió tie visla, erj el
I luiente i\ae enlonces había sobre \n zanja, y desiie allí, eti
líieil'o de las más ule^rp^ caicajatlas. leslejábainos y aplau-
lU.amoa á dos itiaiios las p.^ripa-ías que les ocurrían á los
iMirero?-.
«A eso dft las oxu^a lodo estaba ya en silencio, habían
iiianíliado >a todos los eainiíianleí', quedando solanienle al-
gún apoiTi-ndo (|!ie ya no pudo caminar, y como lénnino
lie la perejfriiiad'Hi, se veían sobro el camino de la garita do
Jküsco, algunos hombres y mujeres que por nmiidu camina-
l>an de roiiilla=f iiasLa cotusnxar el ascenso de la r.uesla de
l'>iAileril!aB.
*EI misino día ó e! sigiiieiití; a más tanlar, Ihjüaiwn los
auxiliaroií de íiqii-Hlo-í puntos trayendo cuatro, aei.s y basta
dhz cadávere? ile losí-aminantesnue solos ó con lodo y ca-
bdgaduras habían rodado cu lus despeñaderos de iiquclla
cuenta. Kn ese tiempo iio estaba todavía alHerlo el camino
que ahora exísle. había veredas estrechísimas ijue sólo per-
mitían el paso de un animal ó de dos hombres á lo más. de
manera que en esaafiuencia do caminantes era ruuy frecuen-
to que unos á otros su empujaran ocurriendo las deshacías
queanualmcnte se registrahan en aquella numerosa romería.
«Y fio era este el único peligro á que se exponían lus
devotos de la Virgen de San Juan. Seguía después el de los
ladrones, que con toda banquilídad se instalabim en todo el
camino de la cuesta.
'■Todos los peregrinos que salían de San Luis el BO de
novíen)bre, llegaban á San Juan el B de diciembre, permane-
cían allí hasta el día 8. después de la misa do función, y sa-
lían para esta ciudad después de mediodía, llegando los pri-
meros en la mañana del día J2 y los últimos en la tarde.
«Los que salían de San Juan del día 9 en adelantf^, eran
los que pagaban su conl-ngenle á lo? liijos de Gesta.s.
• Si mal no recuerdo, el año de 1853 se situó una gavi-
lla de más de sesenia ladrones, los días 13 y 1-t de diciembre,
desde el punió llainailu la Escalera, hasta Volcancillos ó
(luesla del Cochino, á esperar á los viajeroí^ de San Juan;
como vulgarmente se dice, hicieron una pvln terrible, pues i
— 389 —
pasaron de doscientas las personas amarradas en los árboles,
nopales y peñas del camino. Hombres, mujeres y niños pasa-
ron un día y una noche sin alimentos, vigilados por sus agi'e-
sores, porq»ie á todo el que pasaba le cabía la misma suerte.
Cuando la autoridad de San Lui.^ tuvo conocimiento de esos
hechos y mande') la fuerza de eaballeria competente, s()lo tuvo
ésta el (|uehacer de desatar á los robados, pero á los bandidos
no les vio ni el polvo.
«A pesar de lodos esos inconvenientes, nunca decay(')
el entusiasmo en iiueslro pueblo por la peregrinación anual al
Santuario de San Juan de los Lagos, y es seguro (|ue todavía
tendría ahora aquella feria la misma importancia, si la guerra
de los Tres 7\ños y la de Intervención no hubieran intíUTum-
pido las peregrinaciones, v las nuevas leves fiscales no hubie-
ran .suprimido las franquicias concedidas á aepiolla localidad.
«Todo el tiempo que i)ermanecían en San Juan los
comerciantes de San Luis, sufría cifírla parali/acicni el comer-
cio de esta plaza. por(|ue todos, especulador(\^ y consumido-
res, esperaban el regreso de los duíM^os de las casas de comei'-
cio, para comprar los efectos do San .luán, (jue los suponían
más baratos, más nuevos y de mejor calidad.
«Alguna familia iba á buscar algún efecto á una tienda.
y aunque lo hubiera lo negaban, diciendo i|ue no tardaba <»n
llegar el patrón de la feria y que traía un magnífico surtido.
«AI llegar los dueños de las casas, se aglomeraba la gen-
te en verdadero tumulto, á comprar las novedíides de la feria,
y en muy pocos días vendían los comerciantes lo que habían
traído y lo que tenían como mulos en sus almacenes y bode-
gas, pero que todo salía á buenos precios como artículos
comprados en competencia en la plaza de San Juan.
«Recuerdo que siendo administrador de la Aduana I).
Francisco Palomo, en tiempo del (iobernador 1). Julián de los
Reyes, le (h^comisó á un dueño de mercería, D. Severo Lo-
chón, trescientos y tantos sombreros alemanes que venían
como traídos de San Juan, en la puerta de su mercería y que
como baratos se vendían como pan caliente. El Administra-
dor Palomo fundó su procedimiento en que dichos sombre-
ros no habían sido presentados á la oficina, y Lechón, viendo
— 390 -
que legalmente perdía el asunto en el juicio contencioso,
tuvo que declarar y pudo probar plenamente, que los dichos
sombreros no vinieron en su carga de San Juan, sino que ha-
cía años que los tenía en bodega y aun algunos presentaban
algunas picaduras. Lechón se libró de la pena de comiso, y el
juez, Lie. Ortega, sólo le impuso una multa por engaño al
público.
« í.o curioso de esa romería y que le daba extraordina-
ria importancia mercantil, era la creencia vulgar de que las
mandas á la Virgen de San Juan, sólo eran bien recibidas por
la Madre de Dios, en los días de la función clásica de Diciem-
bre, de manera que en todo el año nuestro pueblo se enco-
mendaba á la Virgen en todas sus necesidades: le ofrecía
mandas por la salud de los enfermos, por las buenas cosechas,
porque los librara de sus enemigos, de accidentes desgracia-
dos, etc., y todas esas mandas las iban á pagar en los días do
la función, llevando las velas de cera, los milagros de la mis-
ma substancia ó de piafa, los retablos y otros presentes que
la piedad popular ofrecía como recuerdo de la gracia recibida.
«Y esta creencia no sólo dominaba en San Luis, sino en
todas las poblaciones de la República donde se había gene-
ralizado la devoción á la Virgen de San Juan: de ahí es que
por quinientos negociantes de todas categorías y recursos
que iban á comerciar, concurrían tres ó cuatro mil devotos
de todo sexo y edad, que su presencia en la pequeña Villa
le daba á ésta un movimiento inusitado y una gran importan-
cia á toda clase de comercio.
« Ahora s(i encuentra esa feria en completa decadencia.
El comercio no tiene ya ese aliciente de las franquicias para
concurrir, porque con el cambio de sistema rentístico no pue-
de haberlas, y además porque las vías rápidas de comunica-
ción pueden surtir en pocas horas, de toda clase de mercan-
cías, hasta las poblaciones más apartadas.
«Quedan unicanionte los devotos, disminuidos también
notablemente, que son los únicos que cada año vemos partir
en pequeñas caravanas el día de San Andrés .,.»
Nota-bime. — La diminución de ronieros á que se refieren
Ivs precedentes líneas, debe entenderse sólo en cuanto á los
¿MI
!ÍDOs Y al tiempo ile la leria; pues ya se sabe que al
présenle no sOlo en esa Opoca, sino en diversas del año, hay
peregrinaciones numerosas y de diversa procedencia.
Sin embargo de esa diminución, es muy grande todavía ei
concurso de potosinos que dejan sus hogares p'-u-a ir á !a Fe-
ria de San Juan, como lo acusan los siguientes párrafos de
un artículo que dedicado ala misma Feria publicó en 27 de
noviembre ultimo (1903). "'El Contemporáneo", diario que
dirige en San Luis el ya citado erudito Sr. Muro,
«Después de la numerosa romería que lleva al Santua-
rio de Guadalupe de México á multitud de personas de dis-
tintas clases sociales, es indudable que el movimiento más
grande de viajeros que se registra durante todo el año, es
el que se observa en los últimos días de noviembre y que for-
man los devotos que van á visitar á la Virgen de San Juan de
los Lagos del Estado de Jalisco.
«Á esta típica romería no concurren personas que tengan
prominente lugar social; antes bien las últimas clases son las
que se reúnen, se agitan y se esfuerzan hasta conseguir ir á
fonnar parte en la interminable cadena de viajeros que á pié,
en burro y toda clase de cabalgaduras y vehículos, no menos
que llenando por completo los trenes del Ferrocarril Central,
se dirigen al lugar que hemos mencionado.»
NÚMKRO 10.
El Progreso,» periódico oficial del Üoiiartamento de
Seo, publicó en su número 99, correspondiente al ti de
octubre de 1843, la * Lista de diputados propielajios y su-
oles al congreso nacional, nombrados en esta capital
Í.^Guadalajara) e! i" de Octubre de 1843,» y en ella aparece
^como 7" diputado propielario \). Antonio Escoto, sanjuanen-
! de quien se dan varias noticias biográficas en una nota de
Ipág, 266 del presente libro.
— 392 —
NÚMERO 11.
üespués (le impresa ya la nota en que se Irata de la
inverosimilitud del aserto relativo á que los conjurados de San
Miguel el Grande y Querétaro en 1810, hubiesen elegido á
San Juan para dai' allí principio á la revolución de Inde-
pendencia, vino á las mano- del autor de esta obra el libro
del Sr. Liceaga que originariamente contiene ta! aserio.
«Como una empresa tan vasta, — dice refiriéndose á las
juntas de San Miguel el Grande el citado escritor Liceaga en sus
« Adiciones á la Historia de México queescribió D. Lucas Ma-
man», — exigía grandes preparativos y elementos, que no se
habían de proporcional* en poco.s dias, no era posible acome-
terla sino hasta después de algún tiempo; mas se reflexionó, en
que necesariamente se habia de presentar ocasión tan oportu-
na como la Feria de San Juan de los Lagos, la que celebrando-'
se en principios de Diciembre, que distaba todavía, daba es-
pera, para que en el entretanto se facilitase todo lo necesario
para la ejecución, á la que coadyuvarian poderosamente dos
circunstancias que solo allí se presentaban; la una era el
que en ningún punto se podría encontrar tan numerosa mul-
titud de Españoles; y estando á mayor al)undamiento des-
prevenidos, y dedicados oxclusivnmente al comercio; y la
otra era el que tampoco en ningún parage concurrian tantas,
y tan innumerables personas, que sin que se notase se enca-
minaban desdo los lugares mas distantes; por lo que habién-
dose adoptado esa idea, se convino, en ijue los capita-
nes Allende y Aldama con cuantos oficiales y soldados
fuesen de su confianza, se dirijieran en varios grupos ala
V^illa nominada, en la que deberian estar en primero de D¡-
cieml)re del año de diez, para dar la voz de independencia,
la que. en la propia feclia eberia secundarse por los Jefes,
ó agentes de las juntas subalteruíis en sus respectivos luga-
res.» (Págs. 19 y 20.)
Si se comparan los términos de ese ])árrafo con los en
((ue prohijó el mismo aserto el historiador Zamacois, se ve
quésubstancialmenle son iguales, y que muchas de las frases
son idénticas en uno y otro. Sin embargo, el Sr. Zamacois,
— 393-
pretendiendo araso dar mavor fuerza k las razones de opor-
tunidad que se í>upone tuvieron los conjurados para elegir á
• San Juan como centro del movimiento que preparaban, lo
(que hizo fué debilitarlas, con agregarles, como se maniíestó
■Jen la nota de las páginas 275 y siguientes, la razón que no
■trae Líceaga, ds (|ue "era rfiquisito indispensable la prontitud
.para que no se llegase á descubrir el plan."
Queda, con todo, en pié contra el relal^j de Liceaga lo-
do lo demás que se expuso en la misma nota, roncluvendo
con que no es admisible que los Caudillos de la Independen-
cia hubiesen elegido á San Juan de los Lagos para iniciar el
gran levantamiento nacional.
Cuanto á que á algunos de los conjurados de San Miguel
¡Be les hubiese ocurrido proponer para aquel efecto la villa de
;San Juan, no sólo no es irracional, sino que aun «'S probable;
¡pero hay mucha distancia entre la simple propuesta de un
.proyecto, y su admisión.
Débese advertir aqui, como lugaroportuno, que el »Re-
iato» de Fr. Gregorio de la Concepción, citado en la nota á
^e se refiere el presente aditamento, se piiblifí'i integro en
'el folletín del excelente diario de Mf^xiro »F.I Tiempo» (ju-
aio de 1903) gracias al empeño que por la conservación y
popularixaciün délos doííurnentos de nuestra historia nacio-
doaJ tiene el saJiio Rr. l)r. I>. Nicolás León.
► Por último, va que se tratada asuntos relativos á la
jbidependencia, es á propósito dejar cuando menos apuntado
(K|uí, que en San Juan de los Lagos nació j murió la heroína
D' Rita Pérez, esposa de D. Pedro Moreno, benemérito cau-
'dillo y mártir de aquella justa causa.
Mucho más que este ligero apuntamiento merece ese
TÍoso timbre de San Juan de los Lagos; y el autor de esta
ístoria se propone no sólo consagrar en breve algunas pá-
especiales á la memoria de la Sra. Pérez, sino acudir
H. Ayuntamiento de la misma ciudad, en solicitud de que
buscados é identificados los restos de aquella ilustre he-
'ina, y de que se les coloque en sepulcro digno de los pa-
ióticos merecimientos de la misma dama y de su esposo.
NÚMERO 12.
arando lo que, con fundamento de
del P. Gomar, ae dijo en este libro, acerca de que para que
fuera perfeclo el privilegio de la erecciíin de un templo en
Basílica se requería la consagración del mismo len)plo, un
respetable canonista favorece al autor de la presente obra roo
esta doctrina de Craisson, sacada de su "'.Manuate tolius Juris
Ganonici", lomo 111, párr. 111, "De privilegiis Basilicarum"
núm, 4f8-i-4: Ecclesia ad f/radum Basilicae erecta, privilegii».
huic titulo amxis non fruitur nisi fuerit consecrata.
Traducción de las Letras en que consta haber sido erigido
el Santuario en Eíasllica.
El- CABILDO Y CANÓNICOS LIE LA SACROSANTA
IGLESIA DB LKTRÁN, MADKE Y CABEZA DE TODAS LAS
IGLESIAS DE LA CIUDAD Y DEL ORBE ENTERO.
A nuestro amado en Cristo, Luis Ávila, Sacerdote más
antiguo del grande Santuario de la Bienaventurada Virgen
María de San Juan de los lagos. Diócesi de Guadalajara en
la Airrérica Septentrional, salud sempiterna en el Señor.
El singular afecto de devoción que has manifestado tener á
nuestra Sacrosanta Basilica. de Letrán, merece que en cuan-
to podemos por la benignidad de la Sedo Apostólica, demos
favorable acogida á las súplicas que nos has dirigido, por
las que toma incremento el culto divino y se procura la
salud de las almas. La serie de tus peticiones, que se nos
ha manifeslado. contenia: que tú llevado de tal afecto de de-
voción hacia el Salvadoi' Nuestro Señor Jesucristo, los dos
Santos Juan Bautista y Evangelista, y nuestra Basílica de
letrán, dedicada á ellos, deseas en gran manera agregar, su-
jetar, unir ó incorporar el Santuario de la Bienaventurada
-395 -
1
Virgen María de San Juan de los La^os á nuestra ya dicha
Basílica de l.elrán, para que concedamos ó comuniquemos
al susodicho Santuano todas las indulgencias y espirituales
gracias concedidas por la benignidad Pontificia á la misma
Basílica; y por tanto has hecho se Nos suplique humilde-
mente por la tal concesión, ó comunicación. Nos, pues,
atendiendo á esta tu piadosa petición, y conociendo que es
y será muy úLit á las almas de ios fieles cristianos, inclinados
á estas stiplicas, juntamente con el limo, y limo. Sr. José
Bofondi, Oi-ior de la Sacra Ltota Romana, Vicario del Emi-
iienLísimo y Rmo. Sr. Cardi^nal Bartolomé Pacca, Obispo de
Ostia V Veletri y Archipreste de nuestra sacrosanta Iglesia
(le l.etrán, congregados capitularmente como e^ de coslum-
bre en nuestro palacio papal v patriarcal laleranen^e romano,
por nuestra autoridad otdinaria, de que gozamos por el vi-
gor de los indultos y privilegios apostólicos, de cavo uso es-
tamos en posesión, y principalmente por el vigor de esta fa-
cultad confirmada á Nos por Nuestro Smo. Sr. Benedicto
Papa XIV, de feliz memoria, por su constitución especial que
comienza Asmiidae solicitudiuis, dada en Santa María la Ma-
yor el 6 de mayo de 1751. y del mejor modo que podemos,
admitimos en el dicho Santuario la dicha agregación, suje-
ción, uniónó incorporación al efecto expresado, v le recibimos
como miembro de nuestra sacrosanta Basilica,según las facul-
tades á Nos concedidas por los Sumos Pontífices Romanos, se-
gún losdecretosdel sacrosanto Concilio Tridentino y constitu-
ciones de los SS. Pontífices, de suerte que todos los fieles cris-
tianos de ambos sexos que concurran á visitar dicho Santua->^
rio puedan, si están bien dispuestos, disfrutar, ganar y go-
zar las infrascriptas indulgencias parciales y gracias espiri-
tuaie*, de la misma manera que si vinieran personalmente á
nuestra Basílica de Letran. De las cuales indulgencias y gra-
cias espirituales el tenor y sumario es el que sigue, y las ga-
narán en el Señor, á saber: en las festividades de N. S.
Jesucristo, Natividad de San Juan Bautista, los Santos Após-
toles Pedro y Pablo, San Juan Evangelisla, y Dedicación de
la misma Basílica de Letrán, los que verdaderamente arrepen-
tidos, después de haberse confesado y comulgado en cuales-
— 396 —
quiera de dichos dias, desde las primeras vísperas hasta Tí
puesta del sol, visiten el dirho Sanluario y hagan allí piadosa
oración á Dios por la exaltación de N. Santa Madre Iglesia,
extirpación de las herejías y conrordia de los principes cris-
tianos, ganarán indulgencia plenaria y remisión de todos sus
pecados. Más: los que verdaderamente arrepentidos y con-
fesados hiciert-n lo dicho arriba en las olnis festividades de
los S5. Apóstoles, estoes, Andrés, Santiago, Tomás, Feli--
pe y Santiago, Bartolomé, Mateo, Simón y Judas, y Matías,
ganarán siete años y siete cuarentenas. Más: los que verda-
deramente arrepentidos y á lo menos i-on propósito de con-
fesarse, desde la Dominica primera de Adviento hasta la fies-
la de la Natividad de N. S. J. C. y desde la feria cuarta de
Ceniza hasla la íiesta de la Resurrección del Señor, hicieren
la visita y oración que se ha dicho, en cada uno de los dias ]
que esto hicieren, ganarán cuatro años y otras tantas cua-
rentenas. Más: en lodos los demás días del año ganarán
cien dias de relajación de las penitencias que se les hubiere
impuesto, oque debieren por otro motivo, i'or último:*
aquellos que con el dicho afecto de penitencia y propósito^
de confesión hicieren la visita y oración como se lleva dicho,
en los dias de las estaciones de la Iglesia de Lelrán descritas
en el Misal Romano, esto es, la I>omí nica primera de Cuares-
ma, Dominica de Palmas, feria quinta in goena Do\nm, Sába-
do Santo, Sábado in albis, feriatercerade Rogaciones, y Sa-
llado en la vigilia de Pentecostés, ganarán las indulgencias
estacionales que ganan en los mismos días los que visitan la
Iglesia de Letrán, como si ellos mismos en persona visitaran
la dicha Iglesia. Las cuales indulgencias y demás gracias
espirituales de que go/^ nuestra repelida Iglesia de Lelrán, á ■
virtud de las dichas facultades concedemosen el Señor y co-
municamos al mismo Sanluario, bajo el consentimiento del Or*
diñarlo del lugar, dado alo minos de palabra, y con talquen(X
se encuentre en el mismo lugar alguna olra participación dft
indulgencias concedida por Nos, y que el diclio Santuario nO
esté agregado á alguna orden, religióTi. instituto ,archicoft'adÍit
y congregación de la que obtenga comunicación ó pai-ticipa-
cion de indulgencias. La cual concesión de agr^ación,
imion o incorporación concedemos para siempre por los mo-
tivos que han sido expuestos á Nos.
En testimonio de todas y cada una de las cuales cosas hi-
cimos que estas nuestras letras fuesen subscriptas de mano
de nuestros Canónigos los limos, y limos. Sres. Camarlengos
y Secretario, y selladas con el sello grande de Nuestro Ca-
bildo de que usamos en tales casos.^^Dado en San Juan de
Lelrán á 17 de enero del año de 1H36 de la Natividad de
ÍJ. S Jesucristo, y 5* del pontificado de N. Smo. Padre en
Cristo }■ Sr. Nuestro Gregorio por la Divina Providencia
Papa XVl.=José (iroppellí. Canónigo del/Glrán, Camarlengo.
= Andrés Mattei, Cjinúnig" de Lelrán, Camarlengo, = Üomicio
Welifuji Soragna, Canónigo de Leti'án, Secretario.
AGTA OPIGIAL DE LA GONSAGRAGION DEL SANTUARIO,
Kn la ciudad de San Juan de lus Lagos á los diez y nueve
días del mes de Noviembre de mil ochocientos ochenta y
cuatro, el lllmo. y limo. Sr. Dr. U. Pedro Loza Arzobispo de
Guadalajara, habiendu preparado desde la víspera y deposi-
tado en una capilla dispuesta al efecto las reliquias de S.
Adeodato, de S. Víctor y de Sta. Irene, juntamente con tres
granos de incienso .y una cédula de la dedicación y consagra-
ción del Santuario de la Santísima é Inmaculada Virgen Ma-
ría, bajo la invocación de Nira. Sra. de San Juan, en cuye
capilla se celebraron en la mencionada víspera, vigilia y May-
tines de los Stos. Mártires, procedió el lllmo. y Rmo. Sor.
& )a consagración del Templo acompañado de sus familiares
los Sres. Presbíteros D. Ignacio Zermeño y D. Juan Magda-
leno, asistido por el Vicario foráneo Dr. D. Manuel Encobe-
do y Sor. Capellán Mayor Pbro. D. Isidoro Rodríguez, junta-
mente con los Sres. Capellanes D. Ignacio Romo, D. Gonza-
lo Órnelas y D. Juan N. de la Torre, por el Sr. Cura de San
Juan D. Clemente Pérez y sus Vicarios D. Apolinar de Alba
— 398-
V D. Isaac Gómez: y auxiliares Don Joaquín Escoto, D. Luis
Lozano, D. Joaquín González y D. Felipe González, por el
Sr. Cura de la Encarnación I). CrescRncio González, por los
Sres. eclesiásticos D. Rafael Ortiz y D. Miguel Luna, familia- '
res del lllmo. y Rmo. Sor Obispo do Ledn Dr. Tomas Ba- ¡
ron y Morales, por el Sor. Pbro. 1). Maxiiniano Villaseñor, do-
miciliario de Aguascalientes.porel Sr. Pbro. D. Apolinar Gon-
zález, domiciliario de la parroquia do la Unión de.-^. Antonio
y en presencia de un numeroso concurso de la ciudad y de los
pueblos vecinos, observando eícrupulo-samenLe, en lasoracio- ¡
nes, invocación^, aspersiones, incensaciones, inscripciones,
sepultura de reliquias, unciones- de! templo y del altar, la
forma, orden, graveilad y devoción prescritas por el Ponti-
fical romano, concluyendo este acto santo y solemne con el
Sto. Sacrificio de la misa que celebró el Sr. Pbro. D. Juan
Magdaleno, al que asistió el llltno. Sor. Arzobispo, lodos los
Sres. Ecco.s. y un inmenso pueblo que estuvo desde las seis |
Y media de la mañana hasta las doce del dia.
El lllmo. Sr. Arzobispo en el atrio del templo expuso al
clero y pueblo q\i?. lo rodeaba, en lenguaje sentido, tierno y
paternal, la importancia del acto que ejecutaba y las graves
obligaciones que imponía; sus nobles ysiiblitnes tra^c^nden-
cias á la fé y á la piedad, siendo una fuente benéfica de vir-
tudes cristianas; todos le escucharon con el mas profundo si-
lencio, con el mayor interés, revelando en su devoto reco-
gimiento la aceptación verdadera de cuanto su lllmo. Pastor
les manifestaba en ejercicio de sus muy altas funciones;
principalmente el Sr. Capellán mayor, quien hacia tiempo
solicitaba por conducto del Sr. Secretario Canónigo D. Ja-
cinto López, un beneficio que enaltecía la magestad del San-
tuario, y atraería el corazón de los cristianos tiacia la Inma-
culada Virgen María bajo su invocación de San Juan, por
mas de tres siglos visitada en su Santuario por todos los
mexicanos y extrangeros.
El dia veinte se cantaron Maytines y Laudes con toda
solemnidad á que asistieron los Sres. eclesiásticos mencio-
nados, y algunos mas nuevamente llegados como el Sr. Srio.
Canónigo D. Jacinto López, Sr. oficial de Visita Pbro. D.
—399—
Jesús Alonzo, el Sr. Cura de S. Pedro Piedragorda D. T¡-
burcio Medina, el Pbro. D. José María Medina adscrito á
Aguascalientes, el Pbro. D. Quirino Pérez y D. Felipe Ramí-
rez de la parroquia de la Encarnación, contándose mas de
treinta eclesiásticos en el coro.
El veintiuno celebró de pontifical el lllmo. y Rmo. Sr Ar-
zobispo, asistiendo el Illmo. y Umo.Sr. Obispo de León, quien
predicó sobre el objeto de la consagración de los templos y
de los inmensos beneficios que en ellos se recogen, siendo los
principales la palabra divina, la regeneración espiritual, el
perdón, la distribución eucarística, el signo de milicia cristiana
y la bendición nupcial, sobre el empeño con que deben pro-
curar los fieles obtener y conservar tales gracias y el esmero
con que deben guardar en la memoria y en el corazón, estas
inmensas pruebas de amor y de providencia paternal del Sr.
nuestro Dios.
Todo lo cual, dirigido desde un principio, á mayor honra
y gloria de Dios, y culto y veneración de la Santísima Virgen
María, y para utilidad y bien espiritual de los fieles, así se
efectuó y verificó con muy grande consuelo y alegría de nues-
tro corazón; y queriendo que se perpetué la memoria de es-
te acontecimiento, así lo hacemos constar, firmándolo de
nuestra propia mano, sellándolo con nuestro escudo y re-
frendándole nuestro infrascrito Srio.
t Pedro Jacinto López,
Arzobispo de Guadalajara. Srio.
(Es reproducción literal de la copia con que se favoreció
al autor de este libro.)
NÚMERO 15.
Aunque en diversos lugares del país tiene altares y aun
capillas la Imagen de Nuestra Señora de San Juan, aquí sólo
se hará referencia á una de ellas, existente en un poblado á
inmediaciones de Colija, Estado de Michoacán.
En las páginas 161 v 162 del "Bosquejo Estadístico é His-
tórico del Difitrito de Jiquilpan de Juárez", escrito por D.
Ramón Sánchez, se lee el siguiente párrafo: "En la ranchería
denominada "El Barrio" se encuentra una bonita capilladedi-
cada á Nuestra Señora de San Juan, cuya imagen tiene mucha
veneración en los contornos de Cotija."
Deseando el autor del presente libro tener más amplios
informes acerca de esa capilla, se valió de un ilustrado y que-
rido amigo suyo, para que lo favoreciese recabando algunos
datos relativos; y obrando con diligencia, poco después ese
bondadoso amigo le contestaba en los términos que siguen,
acompañándole la misiva á que alude en esas lineas: "Como
contestación á un telegrama que dirigí á mi buen amigo el Sr.
Canónigo de Zamora D. Benigno Tejeda, obtuve la carta que
le acompaño.... La fuente no puede ser más segura, pues este
Sr. Fue Cura de Cotija más de veinte anos, ha sido ferviente
devoto de esa Imagen y conoce mejor que cualquier otro la
historia de la misma, á quien acostumbra ir á visitar invaría'
blemente ties ó cuatro veces al año, siendo una de sus visitas
el 24 de Junio, que es la fiesta á que concurre también casi
todo el vecindario de Cotija."
La carta del Sr. Canónigo Tejeda dice asi: "Mi estimado
amigo: En contestación al telegrama que me pusiste ayer, le
digo... que lo que sé es: que desde el Gobierno Virreinal tenía
en su casa de Cotija una familia pobre una imagen de Nuestra.
Señora de San Juan, y allí iban á visitarla y rezarle algunas
personas devotas. Después esta familia fué desterrada di
Cotija, porque era de negros y no se quería que se mezclaran
las razas: se radicó entonces en el Barrio, y allí siguieron
yendo á visitarla los devotos. Cada día se fué auraentandi
más la devoción y se llevaban limosnas: viendo esto la familia¿
que era honradísima, le dio parte al Párroco, que lo era en-
tonces el Sr. n. Joaquín Esteban Godines, quien dispuso
hacerle á la Imagen una pequeña capilla y exponeria al culti
público. Así se efectuó. Tendrá esta capilla, fabricada á costa
de las limosnas, unos sesenta años: yo la vi levantar. =E8l
es la historia de la Imagen de Nuestra Señora de San Juaj
que veneramos en el Barrio los hijos de Cotija, á quiem
J tantos bienes nos ha liecho y en parlicular á esle tu servidor
I y capellán ^^Beniffno Tejfifa. (Uúbrica).
NÚMKRO 16.
Serie de Capellanes Mayores del Santuario de Nuestra Señora
de San Juan.
D. José Nigrfo (id Esloque. Desde llii-tíá
Alonso Aliiñoz de Huerta.
Juan ConLreras F"uerle.
Nicolás de Arúvalo.
Francisco Lomcll Mtamirano.
Tonids de Villalún.
Pedro del Arenal.
Francisco del Rio. 1 í de marzo de
Francisco Tomás Aguilar. 25 de junio de
Francisco Martínez de Alarcón.
Vicente Cuéllar v González. 1 7 de nbre. de
Francisco Julián Romo. 22 de dbre. de
Rafael de F.scolo. Í9 de enero de
Miguel Antonio del Portillo. 8 de nbre. de
Mariano González. 4 de agosto de
Tiburcio González. 28 de agosto de
José Ignacio Cervantes. 31 de obre, de
Juan José Vélez. 27 de agosto de
Tiburcio González (2' vez) 28 de fbro. de
Mariano Esparza. 16 de obre, de
José Nicolás Jiménez. „ de spbre. de
José Francisco Fernández de
Palos.
Miguel González.
Luis Ávila.
Ignacio Rosales.
Agustín Rodríguez.
18 de mayo de
10 de sepbre. de
30 de nbre. de
1? de julio de
21 de agosto de
Isidoro Rodríguez. (1' vez) 2 de mayo de
Agustín Rodríguez. (2' vez) 8 deagosto de
Isidoro Rodríguez. (2' vez) 4 de marzo de
Gonzalo Órnelas. 8 de agosto de
16o2.
1659.
1660.
1680.
1708.
1712.
1713.
1724.
1765.
1767.
1767.
1785.
17HÍI.
1791.
1798.
1798.
1800.
1812.
1814.
1825.
1830.
1832.
1833.
1833.
1845.
1866.
1880.
1881.
1883.
1892.
—402 —
La precedente nómina fué formada, á ruego del autor
tle esla obra, por el Sr. Capellán Mayor actual. En ella sólo
falta uno de los eclesiásticos que desempeñaron ese impor-
tante empleo: el Br. !>. Juan Funes, mencionado por el Cape-
llán segundo U. Juan Crisóstomo de Portugal Lozano, en la
declaración que rindió á 18 de noviembre de 1735, como se
leeenlapág. 18ij de la "Historia de los dos célebres Santua-
rios", edición de 1757.
También en el presente libro no se hizo mención espe-
cial del mencionado Br. Funes, por no saberse á punto íijo
en donde colocarlo cronológicamente: sólo puede inferirse de
las palabras del declarante que aludió á tal Capellán Mayor,
que el Br. Funes debió desempeñar el referido puesto en al-
gún periodo correspondiente al primer cuarto del siglo XVLIL
NÚMERO 17.
Serie de los Párrocos de San Juan de los Lagos.
El dia 1 1 de agosto de 1 7()9 lomó posesión de este cura-
to el Sr. Lie. 1). Antonio V'allarta; hasta el 7 de marzo de
I7M5 en propiedad.
En 14 de marzo de 17H5 tomó posesión como cura inte-
rino de este curato, y duró hasta el 7 de agosto del mismo
año, el Sr. Br. D. Vicente de Cuéllar.
Desde el 7 de agosto de 17H5 hasta el 5 de octuhre de
1797 fué cura propio el Sr. Br I). Diego José Padilla.
Dosde el día G de octubre de 1797 hasta el 5 de sep-
tiembre de IHÜO fué cura interino el Sr. Br. D. José Miguel
González.
Desde la fecha anterior hasta el 7 de octubre de 1802 es-
tuvo como cura propio el Sr B"! 1). José Femando RomáJi.
Desde el 1 ? de marzo de 1 8ü3 estuvo el curato á cargo
del Sr. Cura propio Dr. D. José M* Mancilla, hasta el 19 de
julio de 1816.
Desde el 19 dejuliode 1816 hasta e! 20 de abril de 1827
— 403 —
estuvo el curato á cargo del Sr. Cura propio Dr. D. Pedro de
Jesús Aguilar.
Desde el 7 de mayo de 1827 hasta el 16 de marzo de
1832 estuvo á cargo el curato del Sr. Lie. D. Berna rdino Fre-
goso.
Desde el 20 de marzo de 1832 hasta el 26 de octubre
del mismo año estuvo encargado del curato el Sr. Pbro. D.
Martín Rentería.
Desde el 31 de octubre de 1832 hasta el 1? de mayo
de 1836 estuvo el curato á cargo del Sr. Cura D. Manuel
González.
Desde el 2 de mavo de 1836 hasta el 12 de febrero de
1841 estuvo encargado del curato el Sr. Pbro. D. Mariano
Cuéllar.
Desde el 13 de febrero de 1841 hasta el 23 de marzo
de 1855 estuvo á cargo del Sr. Cura propio D. Juan N. Már-
quez.
Desde el 23 de marzo de 1855 hasta el 11 de mayo del
mismo año estuvo encargado del curato el Sr. Pbro. D. Cris-
tóbal López.
Desde esa última fecha hasta el 1? de octubre de 1876
filé cura propio de esta parroquia el Sr. Dr. D. Jacinto Rei-
noso.
Desde el 9 de enero de 1877 hasta el 8 de diciembre
de 1886 estuvo escargado del curato el Sr. Cura D. Clemente
Pérez.
Desde el 8 de diciembre de 1886 hasta el 25 de mayo de
1898 estuvo de Cura encargado el Sr. Pbro. D. Pantaleón Tor-
tolero.
Le sucedió el Sr. Pbro. Dr. D. Benito Pardiñas, quien
formó esta nómina á solicitud del autor del |)rcsenle Iil)ro.
NÚMKRO 18.
En el ''Programa de las iiestas jubilares de la [iimaculíida
Concepción, en la Arquidiócesis de Guadalajara," contenido
en la Carta Pastoral expedida el último noviembre por el
rimo, y Rmo. Metropolitano, ligura como séptimo de los
acuerdos tomados, el siguiente:
En San Juan de los Lagos promuévanse peregrinaciones
mensuales al célebre Santuario de aquella ciudad; y con
esplendor inusitado háganse las funciones y peregrinaciones
del 2 de Febrero, 15 de Agosto y 8 de Diciembre, en honor
de la Santísima Vii^en de San Juan."
Además, entre las "Obras conmemorativas" que previene
el mismo "Piograma", la tercera es "la coronación de la
Sagrada Imagen de Nuestra Señora de San Juan,"
Esas medidas están en absoluto concierto con la grande-
za del importante Jubileo que va á celebrarse, con la tierna
predilección que el limo, y Kmo. Sr. Ortiz ha manifestado
por la sagrada Imagen de la Purísima Concepción Sanjua-
nense, y con el voto unánime de los pueblos que tributan
fervoroso culto á la misma venerable Imagen.
FIN DEL APÉNDICE,
IKDICE.
PRIMERA PARTE.
I- — La serpiente del cielo i.
II. — Los nochtecas guerreros y colonizadores. 5,
III. — En el territorio chichimeca. 12.
IV. —El despuntar de un astro. 19.
V. — Disquisiciones y aclaraciones 3S.
VI, — Un apostolado sublime • . 45.
VIL— El antiguo Hospital de San Juan. . • • . . 66.
Xlll. — Principio de la españolización del lugar 68.
IX. — ^La primera Visita Episcopal 73.
X. — Transformaciones y mudanzas del Santuario 80.
XI. — El Cronista de la Provincia de Santiago de Jalisco. . . 91.
XII.-— La demanda popular de la Virgen KoOa-corawneH. . . 112.
X. — Los Capellanes de la Virgen durante el siglo XVII . 122.
XIV. — Taumaturgismo de Ntra. Sra. deSan Juan 137.
XV. — Nota biobibliográfica 173.
SEGUNDA PARTE,
I.— A principios del siglo XVIIt. . 181.
II.- La construcción del nuevo Santuario 196.
III. — Otra información de los prodigios de Ntra. Señora. . . 205.
IV. — El Santuario es excencionado 238.
V.— Memorables hechos diversos , 244.
VI.— La Feria 254.
VII. —Continúa la narración de los casos notables en el orden
religioso , , 287.
VIII. — Período de gran efervescencia religiosa 362.
IX. — Los últimos votos del vecindario sanjuanense 309.
APÉNDICE 343.
ostc libro se acabé 3e imprimir on
la Tecina tipográfica He la Secue-
la 3e Gi^GS V Oficios 3el SspíH.
tu S^nto, (la cual Oficina diri-
ge 3©sé POorlín H^rmo'
sillo) el aía X^ He
Snero3elafto3e
ÍQDGGGGIIE).
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