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1
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III
f
i
EL EDITOR-
jLia inalterable verdad, y la es-
crupulosa é ioiparcial sinceridad
/i en la historia son qualidades tan
y*i esenciales ^ que faltando quaU
quiera de ellas se confunde coa
estas composiciones, fruto de una
^ imaginación fecunda , llamadas
(T novelas, que solo sirven para He-
nar de nulidades la juventud , ó
para inútil ó acaso perjudicial
recreo del bello sex&. Pero si coiüf
estas qualidades llegan á unirse
ri la amenidad , el método , la con-
cisión ^ el juicio , la claridad f
\
lí
IV
quanto se requiere para merecer
dignamente el nombre de histo*
ría y será la que se presente coa
tales adornos, que le son tan pro-
pios , digna de la pluma de un
Tucydides, de un Tito Livio, y
probará la alma en su lectura la
mas dulce complacencia.
La del Inca Garcilaso , que
tengo la satisfacción de presen-
tar al público, reúne todos estos
preciosos é indispensables requi*
sitos , y quántos puede exigir el
critico mas inexorable. El apre-
cio y estimación que han mere-
cido á los sabios y literatos juí-*
ciosos de dos siglos sus Comenta-
rios Reales, fácilmente se podria
justificar^ pero como semejante
defensa seria ociosa estando ea
quieta y pacífica posesión de quan*
to puede apetecer, y gozando ua
kigar tan distinguido en la repú-
blica de las letras , basta afirmar
que el laborioso y erudito D. Ni-
colás Aat oaio g r adúa esta historia
N
de copiosa, elegante, curiosa, ver*
dadera y segura : y que el Ilustri-
simo Feyjoó , cuya critica nada
vulgar y poco indulgente lo pone
á. cubierto de toda impugnación,
reconoce su mérito en muchas
partes del Teatro, principalmen-
te en la ultima carta del tomo
quinto.
Confieso que no puede menos
de causarme mucha admiración
que obras de esta naturaleza^
buscadas por los sabios de la na-
ción, apetecidas de todo curioso,
elogiadas, traducidas y publica-
das diferentes veces por los es-
trangeros , enemigos jurados de
las glorias de Espafía , lleguen
á escasearse, y escasearse en unos
tiempos en que vemos repeti-
das y multiplicadas ediciones de
otras que es imposible sean de
tanto interés para nuestra na-
ción , ni tan acreedoras á la in-
mortalidad y pero á pesar de es*
ta admiración ^ ei pobre Inca casi
▼I
desde sa nacimiento ba sufrido
esta fatalidad , no solo antes de
la reimpresión publicada el año
a 2 del siglo que va á espirar,
sino también después de esta fe-»
cha. Antes andaban tan escasos
sus Comentarios Reales que, se^
gun el testimonio del Señor Doa
Gabriel de Cárdenas, su editor,
y autor del Ensayo Cronológico
-á la Historia de la Florida del
Inca , aun adquirirlos para co-
piarlos era difícultosot Después
se ha experimentado la misma
falta , y desde el año de $o ya la
están lamentando todos los cu-
riosos , con vivos deseos de que
se verifique su reimpresión.
A vista de esto me resolví
después de varios combates , y
no á persuasión de amigos , que
es la cantinela de todos , á una
empresa acaso superior á mis
fuerzas , persuadido firmemente
que haría en ello un señalado
servicio al público 9 y cónsul*
VI f
tando el gusto dominante del día,
preferí dar mi edición en. dozavo,
gusto que no dexa de tener sus co-
modidades y ventajas , y que fá-
cilmente se puede defender y aun
justificar con el exempio de otras
naciones entre quienes los libros
no se miran como muebles inu«
tiles , y que han adoptado y da-
do la preferencia á este tamaño.
La obrA , asi en su origea
como en la edición de 1732, tie-
ne por titulo Comentarios Rea-
les de los Incas , divididos en
dos partes. La primera , que
comprehende nueve libros , tra*
ta del origen.de los Incas , reyes
que fueron del Perú , de su sa-
bio gobierno en paz y en guerra,
provincias que conquistó cada
rey , dioses, idolatría , ciencias,
artes, usos y costumbres de cada
provincia en particular , asi an-
tes de Manco Capac , fundador
de aquel vasto imperio , y el
primero que con su raro talento
rtti
y con sus astutas aunque gro-
seras revelaciones strpo reunir
en sociedad aquellas bestialef
gentes , enseñándoles al mismo
tiempo las artes y i cultivar la
tierra , como en tiempos poste-
riores , y basta que los Españo-
ks las fueron conquistando suc-
cesivamente : rique^s de oro j
plata que éstos bailaron : anima-
les , plantas , fricas que habia
en el pais , y las que después se
lian ido llevando, con quanto pu-
do averiguar su autor, tanto por
medio de la tradición verbal que
entre otros le suministraron sus
dos tÍQS Cusí Huallpa y D. Feri-
nando Huallpa Titpao , bombres
bastante racionales y testigos del
trastorno de su imperio , quanto
por los quipos puestos á cargo
de los contadores , la única es-
critura que alcanzaron para tras-
mitir sus memorias á la posteri*
dad. En la segunda , dividida en
ocho libros , se dá una cuenta
IX
exacta y circunstaaciada de la
coaquista que concibió y em-
prendió el intrépido corazón de
D. Francisco Pizarro, Marqués
de las Charcas y AtaviUoS', de
aquella dilatada y aguerridas mc^
narqula, descubierta por el mi»-
tnQ pocos años antes, sin masau-
xilios que los que le pudieron sui-
ministrar D. Diego de Almagro,
y el Presbítero Hernando, de Lu-
que , acompañado del valor de
trece compañeros tansolos: guer*
ras civiles que introduxo la dis-
cordia entre Pizarristas y Alma-
gristas : sublebacion de algunos
tiranos y su castigo : hechos ya
heroycos, ya temerarios de algu-
nos Españoles é Indios : emba-
jadas, ardides de gueiirá de unos
y otros : obstinación en los com-
bates , y acciones decisivas de
ambos partidos : fundación, da
algunas ciudades célabces y. de
otros pueblos de menor nombre:
paz general de casi todo el .im-
*5
perio devida á la cordura y ma-
durez de ua hombre de talento:
renuacia solemne que hizo ea
Lima D. Diego Sayri-Tupac la*
ca ea manos de D. Andrés Hur-
tado de Mendoza , Marqués de
Cañete , Virey del Perú , de to-
dos sus derechos á aquel impe-
rio en la persona de Felipe II.
.Key de Espa&a , de gloriosa me-
moria y reservándose por su vi-
da la soberanía de las provincias
de Villca-pampa ^ Tarma j Mu-
yupampa, y Chunchos: con otras
cosas dignas de saberse, y de que
no es posible dar un análisis por
diminuto que sea.
He aquí la división del au-
tor. Vamos á la que yo me tomo
la libertad de darle , asi por ha-
cerse preciso á causa de la di-
versidad del tamaño y como por
pareccrme mas regular , sin qué
altere su sustancia en la cosa
mas mínima.
Ante todas cosas , aunque se
(BonteDta Gaicilaeo con dar á su
lummosa obra el humilde litulo de
Comeotarios Reales de los lacas,
á mi me ha parecido , y no sía
fuadaincnto , quadrarle mas biea
el de Hiitoria general del Perú,
dexáodole.tambiea d otro en se-
gundo lugar. Digo que no sin
fundamento , porque sí se dá el
nombre de historia á una rela-
ción verdadera de sucesos y ac-
ciones célebres escrita con mé-
todo y discernimiento i por qué
00 se le ha de dar á la que pu-
blicamos , reuniendo en si quan-
tas circunstancias se exigen!
Esto supuesto, los cinco pri-
meros tomilos de esta edición,
titulada nuevamente Historia del
Perú, compre henderán lo que el
-^utor llama primera parte , y los
testantes la segunda. La divi-
sión de primera y segunda par-
te , la subdivisión de cada parte
en libros , y la cansada recopi-
lación de los capítulos que tosa-
i
zri
prebende cada libro , puestos al
priacipio de todos ellos ^ be te*
nido por conveaieate suprimir^
porque siendo formalidades ar-
bitrarias é insustanciales , y so-
lo autorizadas por la moda do-
minante de aquel tiempo , de
ninguna otra cosa sirve sino de
ileaar papel de letras que no* se
leen 9 y en la edición que pre-
sento era preciso causase desor*
den y confusión , 6 que los to«
mos saliesen unos éticos, y otros
demasiado rollizos : pues hay li
bro que comprehende 44 capítu-
los bastante extensos , al pasó
que otros solo incluyen ai > y
muy cortos.
También he sacado del lugar
que ocupa en la edición citada
la vida del rebelde Inca IntiCu-
si Titu Yupanqui , aumentada
por el Señor Cárdenas , reser*
vandola para el ultimo tomo^
pues siendo el postrero de los In-
cas , soberano ya destronado , y
XIII
solo reconocido por algunos po-
cos Indios montaraces , revolto-
sos 7 sanguinarios , parece que
naturalmente deberá ocupar ua
lugar posterior en orden á stt
rebelde antecesor j tío Tupac
Amara con quien concluye su
historia Garcüaso.
En quanto á la ortografía
he procurado cuidadosamente ob-
servar las sabias kyes que juif-
ciosamente nos prescribe la Real
Academia de la Lengtia Caste*
llana; y puedo asegurar sin amor
propio que en esta parte lleva
mi edición mucha venuja á las
anteriores « como puede conven>»
cerse el curioso que teniéndolas
todas se quiera tomar el molesto
trabajo de cotejarlas. -
También me he tomado la ü'
cencía de suavizar algunas vo*
ees poco conformesá nuestra pro-
sodia actual , y por aonsiguíeo^
te muy ásperas y desagradables
i nuestros oídos ; pero esto ha
XIV
3Ído con mucho tiento y €cono-
vmia y haciéadome cargo que ei
mayor mérito de uoa pintura es
representarnos el original coa
aquel mismo trage que entonces
se usaba, por ridiculo ^ extrava-
gante y desaliñado que se figure
á nuestros ojos. Esta considera-
ción ni por un momento debe
perderse de vista en la historial,
pues es preciso sea verdadera eo
un todo , b^sta en darnos á c^
nocer perfectamente el lenguage
propio de los tiempos en que es-
cribiael historiador».
Ta que he insinuado de paso
-ti mérito de la obra y su escasee,
y dado una sucinta idea de ella
y de esta edición , no me parece
será fuera del caso decir algo de
$]x autor y porque aunque casi
4odas las noticias , que no haré
-mas que apuntar , se hallan en
su historia , ó en ei prólogo que
.el Se&or Cárdenas colocó al fren-
te de la Florida del Inca , estas
tao exparcidat, que para reuair-
las baxo ua punto de vuta et
preciso sacar eagorrosas apua-
taciones , y ea raro el lector qu«
quiera á cada instaate cortar el
hilo de una aarracioa que tiene
puesta su alma ea una dulce sor-
presa para apuntar io que halla.
Óaré pues un sucinto extracto.
Este hombre grande á todaf
luces, digno de perpetua memo-
-ria y de mejor fortuna nació el
año de IÍ39 en U imperial ciu-
dad del Cuzco , ó Cozco como él
y todos los Indios de aquel tiem-
po le llamaron. Si con razón se
reputa por uno de los mayores
bienes que puede traer el hom-
bre en su nacimiento deber su
existencia á padres esclarecidos,
puede gloriarse nuestro autor de
esta ventaja , pues el suyo, Gar-
cilaso de Id Vega , natural de
Badajoz , varón de gran pruden-
cia , esforzado soldado y uno de
los conquistadores del Perú , fue
XVI
nieto del famoso Gómez Suarez
de Figueroa , primer Conde de
Feria , segundo nieto del escla*
tecidol&igo López de Mondoza;
tronco de la casa de ios 'Duques
del Infantado^ y descendiente del
ínclito Gatcia Pérez de Vargas,
el mismo que ganó i los Árabes
la Ciudad de Sevilla. Su madre
fue Doña Isabel Coya , hija de
Hualipa Tapac , lieroiana dé
Huáscar Inca , ultimo soberano
de aquel imperio , á quien des-
pojó de él y juntamente de la vi-
da su alevoso hermano el usur*
pador Atahuallpa, todos «tres hi-
-jos de Huayna Capac, gran guer-
' rero y hombre de mucho talento^
á pesar de haber cometido el
error de dividir el reyno entre
sus dos hijos , que fue la princi-
pal causa de su ruina. '
Hijo de tan ilustres padres^
y fírmeimente persuadido de que
la virtud heredada sirve de muy
poco guando no se halla acriso^
]ad¿ con la adquirida , se empe-
fió en imitar las de sus mayores,
•purificadas ya coa la sublime
moral evangélica y y desde su
mas . tierna infancia la carrer^i
militar fixó su esforzado cora-
xoQ. El lasientable descuido át
aquellos tiempos nos oculta las
expediciones militares de este
joven. Sabemos que á los veinte
a&os de edad , y veinte y ocho
después de la conquista de aque*
lia tierra vino á España aban-
donando todos sus intereses para
justificar la conducta de su pa-
dre , infamada injustamente por
sus émulos : sabemos que muy
luego la piedad de Felipe II. le
concedió una compañía , en la
que sirvió con mucha distinción
durante su glorioso reynado , y
también en el de su succesor Fe-
lipe III. : y sabemos finalmente
que en la misma g'lase de Capi*
tan se bailó comandando su com-
pania en la reveÜon del reyno
1
XVIII
de Granada y ea otras acciones
brillantes que i cada pato se
ofrecían en un tiempo en que no
cesaba la trompeta de llamar al
combate.
Pero no se piense que arras«
trado el joven Garcilaso del bri<-
Uante resplandor del escudo de
Marte mirase con desprecio el
humilde vestido de Minerva (per-
mítaseme dar i la buena Diosa
el que me acomode sin respetar
la fábula ). Aunque las ciencias
en aquel tiempo mereciesen po*
co aprecio en el Perú y pues aun
resonaba el ruido de las armas
homicidas , con todo desde las
primeras letras manifestó un ar-
diente deseo de aventajarse á sus
condiscípulos > y la ansia coa
que devoraba el libro que pedia
haber á las manos., era un feliz
anuncio de lo que con el tiempo
llegarla i ser este ilustre mesti*
zo. Vino á España , como se ha
dicho, á los veinte años de edad|
I
7 su inclinación á la lectura era
preciso fuese en aumento. Su pri-
mer estudio lo consagró i la per-
fección de la Lengua Castellana
por principios , pues la quechua
ó de los Incas ^ dividida en mu-
chos dialectos , aunque procuró
cuidadosamente no echarla al ol«
vidó , como lo acredita en mu*
chos pasages de su obra ^ decía-»
rando la verdadera y genuina
significación de algunas pala-
bras indianas dudosas ó equivo-
cas , con todo le podía ya servir
de poco» No se contentó con sa-
ber perfectamente la lengua de
su patria j la italiana , por su
dulzura y por ser entonces la do-
minante en Europa fue la que
mereció su preferencia. De elU
traduxo al castellano los Diálo-
gos de filosofía entre Philon y
Sofia f obra escrita por Philon
hebreo , cuya traducion dedicó
á la magestad de Felipe II, quien
la apreció de tal modo , que al
tiempo de entregársela i su guar«
da-joyas le encargó la conser*
▼ase con cuidado , y que no se
le olvidase recordársela luego
que llegase al Escorial.
Dueño de ambos idiomas , se
entregó todo con la mayor cons-
tancia á la historia de su pais, y
después de haber leido con una
critica fmparcial y superior á la
de aquel siglo todo lo que tenia
relación con el descubrimiento
7 conquista de las Indias occi*
dentales , tomó á su cargo la
empresa de darnos la Historia
de la Florida , la que fue im-
presa por primera vtz en Lisboa
el año de 1609. Su asunto lo
desempeñó con tal primor que,
según testimonio del Señor Cár-
denas , ninguna cosa ha dexado
que desear en materia tan esca-
brosa á otras plumas mas deli-
cadas.
La historia de su imperio
era la que por ultimo deseaba
trinsmítírnos; y aunque este eni*
peno amedrentaría por muchas
razones á qualquiera otro que
ao fuese Grarcilaso , después de
haber tomado quantos informes
le sugerió su insaciable sed de
saber , después de haber leido
coa reflexión y una critica irn*
parcial^ i Zarate ^ Herrera , Cie^
xa , Gomara , Ercilla, los Padres
Salera y Acosta , y á quantos se
ocuparon en referir los hechos de
los castellanos en aquella parte
del nuevo mundo, con no peque-
fias equivocaciones , se resolvió^
á poner en execucion su preme»^
ditado pensamiento , consagran-
do i su feliz éxito la mayor par-
te de su vida^ sin perdonar fatiga
alguna para que la verdad fue-
se el sencillo aunque principal
adorno de cada linea. £n quanto
á su contenido y mérito ya se ha-
dado una sucinta idea» solo resta
añadir que esu obra fue impre-
sa igualmente en Lisboa la pri«
11
mera vez el a&o de i6tj^ esto
es , uno después de la muerte de
Garcilaso: que en ella se nos daa
las vidas y hechos memorables
drdiez y siete Incas con inclu*
sion de Sayri Tupac , quienes se
succedieron por el espacio de ca»
si 600 años, bien que algunos de
los últimos solo conservaron una
sombra de soberanía , y aun és-
ta precaria : que el autor dá al
imperio del Perú 1 300 leguas de
largo , cuya extensión no es la
misma en el día « como se puede
ver en todas las geografías mo-
dernas que tratan del continente
de la América: y que lo que úni-
camente echamos menos en ella
es k cronología de los reynados
y de los sucesos memorables.
Cargado finalmente de virtu-
des, de afios y de méritos litera-
rios y militares , murió este res-
petabie escritor á los setenta y
siete de su edad en Córdoba , en
donde babia fixado su residencia
zzrri
casi desde su venida á España.
Su cuerpo fue sepultado en la
Santa Iglesia Catedral de aque-
lla ciudad en la Capilla llamada
de Garcilaso , y en su sepulcro
se colocaron dos lápidas negras
con el siguiente epitafio : epita-
fio que breve y completamente
comprueba quanto queda dicho.
9) El Inca Garcilaso de la Ve-
99 ga j varón insigne , digno de
99 perpetua memoria, ilustre en
99 sangre, perito en letras, vallen-
99 te en armas , hijo de Garcilaso
99 de la Vega, de las casas de los
99 Duques de Feria é Infantado,
99 y de Elisabeth Palla , hermana
99 de Huayna Capac , último em-
99perador de Indias , comentó la
99 Florida , traduxo á León He-
99 breo y compuso los Comentarios
9) Reales. Vivió en Córdoba coa
9) mucha religión. Murió exem-
9) piar. Dotó esta Capilla» Enter-
99 rose en ella. Vinculó sus bie-
99nes al sufragio de las animas del
XXIV
^Purgatorio. Soa Patronos per*
99petuo3 los Señores Dean y .Ca-
99bildo de esta Santa Iglesia.
99 Falleció i xxii de Abril de
)9M.DC.XY1.''
• »
EL AUTOR AL LECTOR.
A,
unque ha habido Españoles
curiosos que han escrito las rep4^
hücas del Nuevo Mundo , como la
de México , ¡a del Perú^ y las de
etros reynos de aquella gentili"*
dad^ no ha sido con la relación
entera que de ellos se pudiera dan
que ¡o he notado particularmente
en las cosas que del Perú he visto
escritas , de las quales , como natu^
ral de la ciudad del Cozco^ que fue
otra Roma en aquel Imperio , /en-
go mas larga y clara noticia que
la que hasta ahora los escritores han
dado. í^erdad es que tocan muchat
cosas de las muy grandes que aque-»
lia república tuvo ; pero escriben-*
las tan cortamente , que aun lat
muy notorias para mí ^ de la mane^^
ra que las dicen las entiendo mah
Por lo qual , forzado del amor na^
tur al de la patria me ofrecí altra^
tajo de escribir estos Comentarios^
éonde clara y distintamente se ve^^
ÍXTl
rán ¡as cosas que en aquella repii"
llica hahia antes de los Españoles^
así en los ritos de su vana religión^
como en el gobierno que en paz y
en guerra sus reyes tuvieron^ y to-*
4o lo demás que de aquellos hidios
se puede decir , dende lo mas infi-^
mo del exercicio de los vasallos bas--
ta lo mas alto de la corona real.
Escribimos so amenté del Imperio
de los Incas , sin entrar en otras
monarquías^ porque no tengo la no-
ticia de ellas que de esta. En el
discurso de la historia protestamos
Ja verdad de ella , y que no diré'»
fnos cosa grande que no sea autori"
zandola con los mismos historiado^
tes Españoles que la tocaron en
parte ó en todo : que mi intención
no es contradecirles , sino servir^
les de comento y glosa ^ y de inter^
prete en muchos vocablos Indios que
como estrangeros en aquella lengum
interpretaron fuera de la propie^
.dad de ella , según que largamen^
te se verá en el discurso de la bis*
Soria ^ la qual ojrezco á la piedad
del que la leyere.
ADVERTENaAS
ACERCA CB LA LBNCUA OimBAb
DB lAS INDIOS DEL VKB.V.
JTara que te entienda mejor lo
que con el favor diviao habíeretnos
de escribir en etia híttoria , poi-
que en ella hemos de decir mu-
chos nombres de la lengua general
de 101 Indios del Perú, «era bien
dar algunas advertencias acerca de
«lia. La primera sea qne tiene (res
rnaaeras diversas para pronuociac
algunas siJabas, may diferentes ds
como las pronuncia la lengua £>•
paGola , en las qualet proounci»-
Ciones consisten las diferentes ilg*
nificaciones de un mismo vocablo;
que unas silabas se pronunciin «a
los labios, otrss en el paladar, otrtf
en lo interior de la garganta , co-
mo adelante daremos loa *%tmplo»
donde se ofrecieren. Para acentuar
las dicciones se advierta qae tie-
nta sus acentos casi tíempre ea la
silaba penúltima, poca* vece* en
b antepeolíUiína , y nunca jtuits
ZXVIII
en la última ^ esto es , no contra-
diciendo á los que dicen que las
dicciones bárbaras se han de acen*
tuar en ]a última ^ que lo dicen por
no saber el lenguage. También es
de advertir que en aquella lengua
general del Cozco , de quien es mi
intención hablar , y no de las par-
ticulares de cada provincia , que
son innumerables , faltan las letras
siguientes b. d. f. g. j. jota , 1 sen-
cilla no la hay, sino 11. duplicadas,
y al contrario , no hay pronuncia-
clon de rr. duplicada en principio
de parte ni enmedio de la dicción,
, sino que siempre se ha de pronun-
ciar sencilla. Tampoco hay x. , de
manera que del todo faltan seis le«
tras del a , b , c , Eápafiol ó Caste-
llano : y podremos decir que faltaa
ocho con la 1 sencilla y con la rr
duplicada : losEspafioles afiaden es-
tas letras en perjuicio y corrupción
del lenguage, y como los Indios no
las tienen , comunmente pronun-
cian mal las dicciones Españolas
que las tienen. Para atajar esta cor-
rupción me sea licito, pues soy In-
dio, que en esta historia yo escri^
XXIX
ba como Indio, con las mismas le^
tras que aqaellas tales dicciones se
deben escribir: y no se les baga de
mal á los qoe las leyeren ver la
novedad presente en contra .del
mal nso introducido , que antes de*
be dar gusto leer aquellos nombres
en su propiedad y pureza. Y por-
gue me conviene alegar muchas co«
sas de las que dicen los historiado*
res Españoles para comprobar las
ique yo fuere diciendo, y porque
las he de sacar á la letra/ con su
corrupción , como ellos las escri-
ben , quiero advertir , que no pa-
rezca que me contradigo escribien-
do las letras que he dicho qoe no
tiene aquel lenguage , que no lo
hago sino por sacar fielmente lo que
el Español esoribe. También se de-
be advertir que no hay número ptur-
xal en este general lenguage , aun-
que hay partículas que significaa
pluralidad. Sirvense del singular
en ambos números. Sí algún nom-
bre Indio pusiere yo en plural, se
rá por la corrupción Española , ó
por el buen adjetivar de las diecio-
aies , qu9 sonariaA mal si
xzz
-sernos las dicciones Indias en sin-
gular , y los adjetivos ó relativos
castellanos en plural. Otras muchas
cosas tiene aquella lengua diferen-
tísimas de la castellana y italiana
y latina , las quaies notaran los mes*
tizos y criollos curiosos pues son
de su lenguage , que yo harto ha^
go en sefialarles con el dedo desde l¡
Espafia los principios de su lengua^ ']
para que la sustenten en su puré- ^ ,
za , que cierto es lastima que se
pierda o corrompa siendo una len- * ^
gua tan galana , en la qual han \¡
trabajado mucho los padres de la
compafiia de Jesús , como las de-
mas religiones, para saberla bien i|,
hablar : y con su buen exemplo, que j^
es lo que mas importa « han apro-
vechado mucho en la doctrina de
los Indios. También se advierta que
- este nombre vecino se entendía
en el Perú por los Espafioles que
tenian repartimiento de Indios; y
en ese sentido lo pondremos siem-
pre que se ofrezca. Asimismo es
de advertir que en mis tiempos,
que fueron hasta el afio de i0o,
ni veinte años después , no hubo
c
ii
y
I
XZXf
€fl mi tíerra moneda Jalirada: es
lugar de ella se eotendian los £s-
pafioles en el comprar y tender
pesando la plata y el oro por mar-
cos y oazas^ y como eo fispafia
dicen ducados , decían en el Perú
pesos ó castellanos : cada peso de
plata ó de oro reducido a boena
ley valia qnatrocieatos y cincnen*
ta maravedís. De manera qoe re-
ducidos los pesos á ducados de cas-
tilla , cada cinco pesos son se'í§ da*
cados. Decimos esto porque no cau-
se confusión el contar en esta his-
toria por pesos y ducados. De la
cantidad del peso de la p:ata al pe-
so del oro había mucha diferencia
como en España la hay ^ mas el
valor todo era uno. Al trocar del
oro por plata daban su interés de
tanto por ciento. También habia
interés al trocar de la plata ensa-
yada por la plata que llaman cor-
jiente , que era la por ensayar.
Este nombre Galpón no es de
la lengua general del Perú , debe
de ser de las islas de Barlovento:
los Españoles lo han introducido
en su lenguage , con otros mnclioe
XXXII
qne se sotarán en la historia. Quie-
re decir saU grande. Los reyes In-
cas las tuvieron tan grandes que
servían de plaza para hacer sus
fiestas en ellas quando el tiempo
era llovioso y no daba lagar á que
se hiciesen en las plaaas 3 y baste
esto de advertencias.
HISTORIA
GENERAL
CAPÍTULO PRIMERO.
Si hay muchos mundos. Tratase ¿fe
- las cinco zonas.
JoLabiendo de tratar del Nue-
vo Mundo , ó de la mejor y mas
priacipal parte suya , que son los
reynos.y provincias át\ ImperiQ
llamado Pera , de cuyas antigua-
llas y origen de sos Reyes pre«
tendemos escribir, paresce que fue-
•xa justo , conforme á la eomun cos-
tumbre de los escritores , tratar
«aquí al pxinoipk)^ si el' Mundos
yoMo I. " A •
a HISTOEIA GENERAL
lino solo , ó si hay muchos Mun-
dos , si es llano ó redondo , y si
también lo es el cielo redondo 6
llano. Si es habitable toda la tier-
ra , ó no mas de las zonas templa-
das : si hay paso de la una templa-
di á la otra : si hay antípodas^ y
quales son ; de guales y otras co-
sas semejantes los antiguos Filóso-
fos muy larga y curiosamente tra-
taron , y los modernos no dexan de
fAaticar y escribir ^ sigi^iendo ca-
da quaT opinión que mas le agrada.
Mas porque no es aqueste mi pria-
ctpál intento, ni las fuerzas de ua
Indio pueden presumir tanto; y
también porque la experiencia, des-
pués que se descubrió lo que lla-
man lluevo Mundo , nos ha desean
pL^áo de la mayor parte de es-
tas', dudas , pasaremos brevemente
f or ellas, por ir á otra parte, á cu-
yos-términos finales teme no lie«
agac ^ mas ' £onfij|do en la inñnita
« ik
misericordia ^ digo ^ que á lo pri-
mero se podrá afirmar qae no hay
mas que un mundo ^ y aunque lia*
mamos Mundo Viejo y Munda
)<}ueyo 5 es por haberse de$cub¡er-«
to éste nuevamente pata noso^ros^
y no porque sean dos siüó todo uno«
Y á los qae todavía ímaginareü que
hay muchos mundos ^ no hay para
qué responderles sino que se es«
ten en sus heréticas Imaginaciones,
hasta que en el Inferno se desen^
gafíen de ellas. T á los que dudan,
si hay alguno que lo dude , si es
llano ó redondo , se podrá satisfa--
cer con el testimonio de los que
han dado vuelta á todo él , ó á la
mayor parte , como los de la nao
Victoria y otros que después acá
le han rodeado. Y á lo del cielo si
también es llano ó redondo , se po*
drá responder con las palabras del
Real Profeta: Extendens calum^
iicuf peUem^ en las quaies nos qni«
A a
4 . HISTORIA GSNISRAL
80 mostrar la forma y hechura de
la obra , dando la una por ezemplo
de la otra , diciendo : que esten-
diste el cielo asi como la piel : es-
to es , cubriendo con el cielo esto
gran cuerpo de los quatro elemen-
tos en redondo , así como cubriste
con la piel en redondo el cuerpo
del animal , no solamente lo prin-
cipal de él, mas también todas sus
partes por pequeñas que sean. A
los que afirman que de las cinco
partes del mundo, que llaman 20^
has , no son habitables mas de las
dos templadas , y que la del me-
dio por su excesivo calor , y las
dos de los cabos por el demasiado
frió son inhabitables ; y que de la
una zona habitable no se puede pa-
sar á la otra habitable , por el ca-
lor demasiado que hay en medio:
puedo afirmar, demás de lo que to-
dos saben, que yo nascí en la tórri-
da zona, que es en el Cozco, y me
í
DEL TKKV. (
crié en ella hasta los veinte aSos,
y he estado en la otra zona tem*
piada de la otra parte del tro pir-
co de capricornu á la parte del sur
en los últimos términos de los Char«
cas 9 que son los Chichas , y para
venir á estotra templada.de la pac-
te del norte, donde escribo esto,
pasé por la tórrida zona 9 y la atra-
vesé toda , y estuve tres dias na-
turales debaxo de la linet equino^
cial , donde dicen que pasa perpen«-
dicuiarmente, que es en el Cabo de
Pasau : por todo lo qual digo , que
es habitable la tórrida también co-
ino las templadas. De las zonas friaa
quisiera poder decir por vista de
ojos como de la3 otras tres : re^
mitome á los que saben^de ellas
mas que yo. A lo que dicen que
por su mucha frialdad soq inahabir
tablea , osaré decir con los que tie-
oen lo contrario , que tembien son
luibitables como las demás , porque
6 HISTORIA GSKBRAL
en buena consideración , no es de
imaginar, quanto mas de creer, que
partes rao grandes del mundo las
hiciese Dios inútiles , habiéndolo
criado todo para que lo habitaseá
los hombres; y que se engafian los
antiguos en lo que dicen de la^
dos zonas frias , también como se
cngafiaron en lo que dlxeron de
la tórrida , que era inhabitable por
su mucho calor. Antes se debe
creer , que el Sefior , como padre
sabio y poderoso , y la naturaleza,
como madre universal y piadosa,
hubiesen remediado los inconve-
nientes de la frialdad con templan*^
za de calor , como remediaron eí
demasiado calor de la tórrida zond
con tantas nieves,, fuentes, rios y
lagos como en el Perú se hallan,
que la hacen templada de tanta ya«
tiedad de temples ; unas que decli-*
nan á calor y á mas calor , hasta
llega, á regiones tan baxas , y -pof'^
BEL PSRt}. 7
ende tan calientes , que por su ma*
cho calor son casi inhabitables, co*
sao dixeron los antigaos de ellai
Otras regiones que decHnan á frió
y mas frió , basta subir á partes tan
mitas, que también llegan á ser in-
habitables por la macha frialdad de
]a nieve perpetua que sobre si tie«
cen , en contra de lo qué de esti
tórrida tona los Filósofos dixeroo^
que no imaginaron jamas que ea
ella pudiese haber nieve , habiéii*
dola perpetua debaxo de la misma
linea equinocial sin menguar jamas
tn mucho ni poco ^ i lo menos en
la cordillera grande , sino es tú las
faldas ó puertos de ella. Y es dé
saber que en la tórrida zona eü
lo que de ella alcanza el Perú , no
consiste el calor ni el frío en dis-
tancia de regiones, ni en estar mas
lejos ni mas cerca de la equinocial
sino en estar mas alto ó mas bzx(S
en una misma reglón ) y en muy
t BISTORIA GBNBRAK
f oca distancia de tierra, como ade^
laote se dirá mas largo. Digo, pues,
^ue á estasemejasza se puede creer
^ue también las xooas frias estén
templadas , y sean habitables como
lo tienen muchos graves autores^
aunque no por vista y experiencia^
pero basta haberlo dado á entender
asi el mismo Dios quando crió al
hombre y le dixo : creced y mul-
tiplicad, hlnchid la tierra y sojuz-
gedla : por donde se véque es ha-
bitable ^ porque sino lo fuera, ni
se pedia sojuzgar ni llenar de ha-
bitaciones. Yo espero en su Omni-i
potencia que á su tiempo descu*
brirá estos secretos, como descu«>
brio el Nuevo Mundo , para mayor
confusión y afrenta de los atrevi-
dos , que con sus filosofías natu-
rales y entendimientos humanos
quieren tasar la potencia y sabidu*
ría de Dios , que no pueda hacer
sus obras mas de como ellos las ima-
r
,^nan , habiendo tanta disparidad
del un saber al otro, quanta hay de
lo finito k lo infinito.
CAPÍTULO IL
Si hay antípodas,
J\, lo que se dice si hay antipo-*
das ó J10 , se podrá decir que sieo»
do el mundo redondo, como es no-
torio , cierto es que los hay. Em-
pero tengo para mi que por no
estar este mundo inferior descK-
bierto del todo , no se puede saber
de cierto quales provincias seaa
antipodas de quales , como algunos
lo afirman ^ lo qual se podrá certi-
ficar mas ayna , respecto del cielo
que flo de ia tierra , como los pa-
los el uno del otro, y el oriente
del poniente , donde quiera que ío
es por la equinocial. Por donde ha^
yan pasado aquellas gentes tantas y
de tan diversas lenguas y costum-
bres como las que en el Nuevo
10 HISTORIA GSNBRA£
Mundo se haa hallado, tampoco se
sabe de cierto^ por que si dicen por
la mar en navios , nascen inconve-
nientes acerca de los animales que
allá se hallan , sobre decir cómo ó
para qué los embarcaron , siendo
'algunos de ellos antes dafiosos que
provechosos. Pues decir que pu-
dieron ir por tierra , también nas-
cen otros inconvenientes mayores^
como es decir , que si llevaron los
animales que allá tenían domésti^
eos \ por qué no llevaron de los
que acá quedaron que se han lle-
vado después ? y si fue por no po-
der llevar tantos ¿cómo no que-
daron acá de los que llevaron ) y
lo mismo se puede decir de las
dieses , legumbres y frutas tan
diferentes de las de acá , que con
razón le llamaron Nuevo Mundo:
porque lo es en toda cosa , así en
los animales mansos y bravos , co-
mo en las comidas , como en loi
DEL P-Enú. 'ix
liombres , que generalmente soa
lampifios sin barbas ; y porque eú
cosas tan inciertas es perdido el
trabajo que se gasta en Quererlas
sab^r, las dexaré: porque tengo me-
nos suficiencia que otro para inqol**
•tí rías : solamente trataré iiel origeo
de Jos Reyes Incas y de la soce^
sion de ellos , sus conquistas , !ۥ>>
^es y gobierno en paz y ea guérf
Ta ^ y antes que tratemos de ellos^
será bien digamos como se descu*
brió este Nuevo Mundo , y luego
trataremos del Perú en particulati
CAPÍTULO III.
Cómo se d^sbébrió el Nuevo Mundo^
V/erca del afío de mil quatrocien*-
tos ochenta y quatro , uno mas ó
menos, un piloto natural de la vi-
lla de Huelva , en el condado dé
Niebla , llamado Alonso Sánchez
£e Huelva , tenia un navio peque*
A4
I a VÍStOtiíA GEKEHAS
ISo con el qual contrataba por la
snar , y llevaba de España á las Can
narias algunas mercaderías que allí
se le vendían bien ; y de las-Casa^
rías cargaba de los frutos de aque-
llas islas , y las llevaba íl la isla de
la- Madera, y de alli s^e volvía á
España cargado de azúcar y con«
servas. Andando en esta su trian-
gular contratación , atravesando de
las Canarias ¿ la isla de la Made-
ra , le dio un temporal tan recio y
tempestuoso , que no pudieodo re-
sistirle se dexó llevar de la tormen-
ta , y corrió veinte y ocho ó vein-
te y nueve dias sin saber por don-
de ni á donde ^ porque en todo es-
te tiempo no pudo tomar el altura
por el sol ni por norte. Padescieroa
los del navio grandísimo trabajo en
la tormenta , porque ni les dexaba
comer ni dormir : al cabo de este
largo tiempo se aplacó el viento^
7 se hallaron cerca 4e una isla^ no
BS£ 9SRÚ. I¿
se sabe de cierto qual fue, mas de
^ue se sospecha que fue la que aho-
ra llaman Santo Domingo; y es de
mucha consideración , que el vien-
to que con tanta violencia y tor«
menta llevó aquel navio , no pudo
ser otro sino el solano, que llaman
Jeste , porque Ja isla de Santo Do*
mingo está al poniente de las Ca-
narias ; el qual viento en aquel vi»-
ge antes aplaca las tormentas que
Jas levanta. Mas el Se£or todo po-
deroso, quando quiere hacer mise-
ricordias, saca las mas misteriosas y
necesarias de causas contrarias , co-
mo sacó el agua del pedernal , y la
vista del ciego del lodo que le pu*
so en los ojos , para que notoria?-
mente se muestren ser obras de la
miseración y bondad Divina , que
también usó de esta su piedad pa-
ra enviar su Evangelio y luz ver-
dadera á todo el Nuevo Mundo,
que tanta necesidad tenia de ellaj
•14 HISTORIA GBVEllAL
pues viv^iao, ó por mejor decir, pe**
rescian en las tinieblas de la genti-*
lidad é idolatría tan bárbara y bes-
tial, conao en el discurso de la his«
'toria veremos. El piloto saltó en
'tierra , tomó el altura , y escribió
^por menudo todo lo que vio y lo
que le sucedió por la mar á ida y á
Vuelta 'j y habiendo tomado agua y
lefia , se volvió á tiento sin saber
«l.viage tampoco á la venida como
i la ida; por lo qual gastó mas
tiempo del que le convenia , y pot
la dilación del camino les faltó el
agua y el bastimento; de cuya cau-
«a , y por el mucho trabajo que á
ida y venida hablan padescido, em-
pezaron á enfermar y morir de tal
manera , que de diez y siete hom-*
bres que salieron de España no lle-
garon á la Tercera mas de cinco,
y entre ellos el piloto Alonso San*
chez de Huelva. Fueron á parar á
casa del famoso Christobal Colon,
ginoYés , porque supieron que ent
gran piloto y cosmógrafo » y que
hacia cartas de marear. £1 qual los
«recibió con mucho amor , y les hi*-
20 todo regalo por saber cosas acae»
cidas en tan estraño y largo nau-
fragio y como el que decían liúbét
padescido. Y como llegaron tan de^
caecidos del trabajo pasado , por
tnncho qtie Chrístobal Colon les re^
"galo , na pudieron volver en si , y
inurieron todos en sa casa , dezán«-
'dolé en herencia los trabajos que
les causaron la muerte : los quales
aceptó el gran Colon con tanto áni-
mo y esfuerzo , que habiendo su«-
*frÍdo otros tan grandes y aun ma*
yores,' pues duraron mas tiempo, sa*-
lió con Ja empresa de dar el Nuevo
Mundo y sus riquezas á Espafia,
como lo puso por blasón en sus ar-
mas , diciendo : á Castilla y á León,
Nuevo Mundo dio Colon, Quien
quisiere ver hs grandes hazañas
1 4 HISTORIA GBKSRAr
de este varón , lea la Historia Ge^
ceral de las Indias que Francisco
López, de Gomara escribió , que
allí las hallará aunque abreviadas^
pero lo que mas loa y engrandesce
Á este fanooso sobre los famosos, ee
Ja misma obra de esta conquista y
descubrimiento. Yo quise afiadir es*-
to poco que faltó de la relación de
aquel antiguo historiador , que CO"
mo escribió lejos de donde acaecie"
ron estas cosas , y la relación se la
daban yentes y vinientes , le di-
xeron muchas cosas de las que pa-
saron , pero imperfectas , y yo las
Oi en mi tierra á mi padre y á sus
comtemporáneos , que en aquellos
tiempos la mayor y mas ordinaria
conversación que tenían , era repe*
tir las cosas mas hazañosas y nota-
bles que en sus conquistas hablan
acaescido: donde contaban la que
hemos dicho , y otras que adelan-
te diremos , que como alcanza-*
~^ DEL PERtJ. vjy
jron á muchos de los primeros des-
cubridores y coaquistadores del
Muevo Mundo , hubieron de ellos
la entera relación de semejantes
cosas 9 y yo , como digo , las oi 4
^ mis mayores aunque , como mu-
chacho , con poca atención , que si
entonces la tuviera , pudiera aho«
ra escribir otras muchas cosas de
grande admiración , necesarias en
esta historia : diré las que hubie-
re guardado la memoria con doloc
de Jas que ha perdido. Él M. R«
P. Josef de Acosta toca tambiea
esta historia del descubrimiento
del Nuevo Mundo > con pena d^
ao poderla dar entera ^ que tam-
bién faltó á su paternidad parte de
ia relación en este paso, como en
otros mas noodernos , porque se
habían acabado ya los conquista-
dores antiguos , quando pasó á
aquellas partes , sobre lo qual di-
ce estas palabras, libro primero»
l8 HISTORIA GENERAL
capítulo diez y nueve : ijHabicndo
mostrado que no lleva camino pen-
sar que los primeros moradores de
indias hayan venido á ellas con na-
vegación hecha para este fin , bien
^e sigue, que si vinieron por mar,
haya sido acaso y por fucrxa de
tormentas el haber llegado á In-
dias^ lo qual por inmenso que sea
'el mar océano no es cosa increíble*
Porque pues asi sucedió en el des-
cubrimiento de nuestros tiempos,
quando aquel marinero, cuyo nom-
Ibre aun no sabemos , para que ne*
gocio tan grande no se atribuya á
otro autor sino á Dios, habiendo
*por un terrible é importuno témpo-
ra], reconoscido el Nuevo Mundo;
jdexó por paga del buen hospedage
á Christobal Colon la noticia de
cosa tan grande. Asi pudo ser, &c.
. Hasta aquí es del P. M. Acosta, sa-
chado á la letra , donde muestra
haber hallado ea el Perú parte de
DEL FBRÚ. 19
nuestra relación , y aunque no to-
da , pero lo mas esencial de* ella.
Este fue el prinier principio y ori-
gen del descubrimiento del Nue«
vo Mando , de la qual grandeza
pedia loarse la pequefia villa de
Huelga que tal hijo crió , de cu«
ya relación , certifcado Christobal
Colon , insistió tanto en su de-
manda^ prometiendo cosas nunca
vistas ni oídas , guardando como
hombre prudente el secreto de
ellas , aunque debaxo de confian-
za dio cuenta á illgunas personas
tie' mucha autoridad , acerca dé
los Reyes Católicos que le ayu-
Üaron á salir con su emj)resa , que
Sfoo fuera por esta noticia que
Alonso Sánchez de Hueíva le dio,'
no pudiera de sola su imaginación
de cosmografia prometer tanto y
faa certificado como prometió, n!
salir taií presto con la empresa del
descubrimiento 3' pues- según aquel^
di HISTOAIA GSNUAl
^e estos, subió mas ^ue los otto$^
j pasó la línea equinocial á la par-
te del sur « y cerca de ella ^ nave-*
gando costa á costa, conao se nave»
gaba entonces por aquel viage, vio
un Indio que á la boca de uo rio,
de muchos que por toda aquella
tierra entran en la mar, estaba pes*
<ando. Los Españoles del naviog
con todo el recato posible , echa-
ron en tierra, lejos de donde el In-
dio estaba , quatro, Españoles gran«
des corredores y nadadores , para
que no se les fuese por tierra ni
por agua. Hecha esta diligencia, pa-
saron con el navio por delante del
Indio para que pusiese los ojos ea
jél , y se descuidase de la celada
que le dexaban armada. El Indio^
viendo en la mar una cosa tan ex-
_traña , nunca jamas vista en aque*
,11a costa ,^ como era navegar un na*
,yio á todas velas,. se admiró gran*
, demetKe ^ y ^uedó pasmado y ab^
BEL 1?ERÚ. S$
l>ado ; imaginando qué pudiese set
aquello que en la mar veía delance
de si; y tanto se embebeció y ena<*
geno en este pensamiento, que pri<*
mero lo tuvieron abrazado los que
le iban á prender que él los sin*.
tiese llegar ; y asi lo llevaron al
lia vio con mucha £esu y regocijo
de todos elJos. Los Espafíoles, ha<
biéndole acariciado porque perdie*
se el miedo que de verlos con bar^*
bas y en diferente trage que el
sayo habia cobrado , le pregunta*
ron por señas y por palabras qué
tierra era aquella 5 y cómo se lia*
naba. £i Indio , por los ademanes
y meneos que con manos y rostro
ie hacían como á un mudo^ en^
teisdia que le preguntaban , mas ñq
entendía lo que le preguntaban $ y^
i. lo que entendió que era el pre*
juntarle , respondió apriesa an«
tes que le hiciesen algún mal y
nombró su propio nombre diciendo
ft4 HISTORIA 6BNBRAS
Berú , y añadió otro y dixo Pel&
Quiso decir , si me preguntáis co»
mo me llamo , yo me digo Ber6$
y si me preguntáis donde estaba,
digo que estaba en el rio : porque
es de saber que el nombre Pelú ea
^ el lengaage de aquella provincia es
nombre apelativo , y significa rio
en común, como luego veremos eo
un autor grave. A otra semejan--
te pregunta respondió el Indloí da
nuestra historia de la Florida con
el nombre de su amo, diciendo bre-
zos y bredos,lib. 6, cap. zg. don^*
de yo había puesto este paso á pro*
pósito del otro, de allí lo quité
por ponerlo ahora en su lugar. Lof
chrlstianos entendieron conforme á
su deseo, imaginando que el Indio
les había entendido y respondido á
propósito , como si él y ellos hu*
hieran hablado en castellano, y des-
de aquel tiempo , que fue el afio
de mil quinientos quince ó diez y
mIs , llamaron Perú aquel riqoi'*
simo y grande Imperio , conom*
piendo ambos nombres , como oor«
rompen los Españoles casi codot
los vocablos que coman del leogosi-
ge de los Indios de aquella tierra;
porque si tomaron ei nombre del
Indio Berá , crocaron Ja B. por la
P. , y si el nombre Pelé ^ qoe síg*
aifica rio , trocaron la L. por la Si,
y de la ana masera é de la otra
dizeron Perú. Otros qoe pres«*
men de mas repulidos , y seo las
mas modernos , corrompen dos le-
tras y en sos historias dicen Pirú.
JjOS historiadores mas aotigoos, co-
mo son Pedro de Cie»i de León , el
Contador Agostin de Zarate , Pr^m"
jedK:o Lope» de GomaOf i>í^»Fer*
mndes ) natoral de Palencía ^ j
aún el M. R. P. Fr. Gerónimo BOi^
man , ooa ser de los mo4ersoe«
codos le UaanD PerÉ y no Vké ; y
,como aqeel parage donde eece sv^
TOMO I. X
%6 AISTÓ&IA GBXrSRAX.
cedió acercase á ser término de la
tierra que los reyes locas tenian
por aqaella parte conquistada y su-
jeta á su Imperio, llamaron des*
pues Perú á todo lo que hay des-
de alli , que es el parage de Qui-
tu , hasta los Charcas , que fue lo
mas principal que ellos sefiorearoo,
y son mas de setecientas leguas de
largo , aunque so Imperio pasaba
hasta Chile, ^ue son otras quinien-
tas leguas mas adelante , y es otro
muy rico y fértilísimo reyno. '
CAPÍTULO V.
Autoridades en confirmación del
nombre Perú.
Jiiste es el principio y origen del
sombre Perú , tan famoso en el
mundo, y con racen famoso, pues á
todo él ha llenado de oro y plata^
de perlas y piedras preciosas; y
por haber sido asi impuesto acaso^
i
toe Indios naturales del Perú , aun*
^e ha sesenta y dos años que se
conquistó , no toman este nombre
en la boca, como nombre nunca |K>r
ellos impuesto; y aunque por la
comunicación de los Españoles ea«
tienden ya lo que quiere decir,
eUos no usan de él , porque en su
leoguage no tuvieron nombre ge«-
sérico para nombrar en junto lor
reynos y provincias que sus re- ,f
yes naturales señorearon , como
decir £spaña, Italia ó Francia, que
contiene en si muchas Provincias.
Supieron nombrar cada provincia
por su proprio nombre , como se
verá largamente en el discurso de
la historia ; empero nombre pro-
prio que significase todo el reyno
junto no lo tuvieron; llamábanle Ta-
▼antin sujni 9 qno quiere decir las
quatro partes del mundo. £1 nom-
bre Berú , como se ha visto , fue
nombre proprio de no Indio , y es
Bft
$8 HISTORIA GBHSRAX.
BombrA de tos que usaban entré
los Indios Yuncas de' los Uanos y
cosca de la mar 9 y no en los de
la sierra ni del general lengaage:
que como en Espafia.hay nombres
y apellidos que ellos mismos di'-
cen de qué provincia son , asi los
había entre los Indios del Petib
Que haya sido nombre impuesto
por los Españoles , y que no lo t»*
nián ios Indios en su lenguage co-
muQ , lo da á entender Pedro át
Cieza de León en tres partes., ea
el capitulo tercero, hablando de la
isla llamada Gorgona dice: aqui es»
tuvo el Marques Don Francisco Pi«
sarro con trece cbristianos Espa-
ñoles cpmpañeros suyos ^ que fue«*
ron los descubridores de esta tier-*
ra que llamamos Perú , Slc. En el
capitulo trece dice : por lo qual se-
rá necesario que desde el Quito,
que es donde verdaderamente co^
mienza lo que llamamos Per4 &e;
BBX. PERÚ. ft9
Capitulo diez y ocho , dice : por
las relaciones que los Indios de^
Cuzco nos dan , se colige que ha-
bla autiguamente gran desorden en
todas las provincias de este reyno^
que uosottos llamamos Perú , &c.
3>ecirlo tantas veces por este mis-
mo término , llamamos , es dar á
entender que los £spa£oles se lo
llaman , porque lo dice hablando
con ellos , y que los Indios no te-
nían tal dicción en su general len-
gUBge , de lo qual , yo como Indio
Inca , doy fe de ello. Lo mismo , y
mucho mas dice el P. M. Acosta
en el libro primero de la historia
natural de Indias , capitulo trece,
donde , hablando en el mismo pror
pósito, dice: ha sido costumbre muy
ordinaria en es^tos descubrimientos
4el Nuevo Mundo , poner nombres
¿ las tierras y puertos 4e la ocasión
que se les ofrecía , y asi se ^atien-
de haber pasado en nombrar ii est^
30 HISTORIA 6BiniAA¿
xeyoo Pirú. Acá es opinión, que ife
«n rio en que á los principios die*
ion los Espafioles , llamado por los
natnrales Pirú , intitularon toda ea«
ta tierra Pirú : y es argumento de
esto , que los Indios naturales del
Pirú ni usan ni saben tal nombre
de su tierra fice. Bastará la auto*
Tidad de tal varón para confun^
dir las novedades que después 9eá
ee han inventado sobre este nom*
bre , que adelante tocaremos algu-
nas. Y porque el rio que los Es**-
pafioles llaman Perú está en el
mismo parage y muy cerca de la
equlnocial, osarla afirmar que él
hecho de prender al Indio hubie-
se sido en él , y que también el
tío como la tierra , hubiese parti-
cipado del nombre proprlo del In-
dio Berú : ó que el nombre Pelú,
apelativo , que era común de to-
dos los ríos , se le convirtiese en
nombre proprio particular , con el
v-
1>B£ PBEÚ* 31
^uai le fiambran despaes acá los
Españoles, dándoselo en particalar
á él solo, diciendo el rio Perú.
Francisco López de Gomasa,
en su Historia general de las In-
dias , hablando del descubrimiento
deTacatan, capitulo cincaenta y
dos , pone dos deduciones de nom-
bres muy semejantes á la que he-
mos dicho del Perú , y por serh>
tanto las saqué aquí como él lo
dice , que es lo que se sigue. Par-
tióse , pues , Francisco Hernández
de Córdoba , y con tiempo que no
2e dezó ir á otro «abo , ó con vo-
luntad que llevaba á descubrir, fue
á dar consigo en tierra no sabida
ni hollada de los nuestros , do hay
anas salinas en una punta que lla-
mó de las mugeres, por haber allí
torres de piedras con gradas y ca-
pillas cubiertas de madera y pa-
ja , en que por gentil orden esta-
ban puestos muchos ídolos que pa-
ja HISTORIA GtWtRAI.
redan mageres. Maravilláronse los
Espafioies de ver edificio de pie-
dra V que hasta entonces no se ha-
bla visto , y que Ja gente vistiese
tan rica y lucidamenoe : ca /tenían
camisetas , y mantas de algodón
blancas y de colores : plumages,
ceBcilios , bronchas y joyas de oro
y plata ^ y las mugeres cubiertas
pecho y cabeza. No paró allí sino
fuese á otra punta que llamó de Co*
toche , donde andaban unos pesca-
dores que de miedo ó espanto se
retiraron en tierra , y que respon-
dían cotoche , cotoche , qiue quie-^
re decir casa , pensando que les
preguntaban por el lugar para ir
allá. De aquí se le quedó este nom«
bre al cabo de aquella tierra. Ua
poco mas adelante hallaron ciertos
hombres que preguntados cómo se
llamaba un gran pueblo allí cerca,
dixeron tectetan , tectetan , que
vale por no te entiendo. Pens^iroa
los Espafioles que se llamaba así^
y corrompiendo el vocablo , llama»
ron siempre Yucatán , y nunca se
le caerá tal nombradla. Hasta aquí
es de Francisco López de Gomara
sacado á la letra ^ de manera que
en otras muchas partes de las In-^
días ha acaecido lo que en el Pe-*
lú , que han dado por nombres á
las tierras que descubrían, los pri«
meros vocablos que oían á los In<*
dios quando les hablaban , y pre-
guntaban por los nombres de las ta-^
les tierras , no entendiendo la sig-*
fiificacion de los vocablos, sino ima-*
ginando que el Indio respooadia á
propósito de lo que le preguntaban,
como si todos hablaran un mismo
lenguage. Y este yerro hubo en
otras muchas cosas de aquel Nuevo
liando Y y en particular en nuestro
Imperio del Perú, como se podrá no*
tar en muchos pasos de la historia*
BJ
34 HISTORIA GBNBltAL
CAPÍTULO VI,
Lo que dice un autor acerca del
nombre Perú.
s
in lo que Pedro de Cieza , el P.
Joseph de Acosta, y Gomara dicen
acerca del nombre Perú , se me
ofrece la autoridad de otro insig-
ne varón , Religioso de la Compa«
fila de Jesús , llamado el P. Blas
Valera , que escribía la historia de
aquel Imperio en elegantísimo la-
tín , y pudiera' escribirla en mu«
chas lenguaf^, porque tuvo don de
ellas : mas por la desdicha de aque*
)la mi tierra , que no mereció que
su república quedara escrita de tal
mano , se perdieron sus papeles ea
la ruina y saco de Cadis , que los
Ingleses hicieron afio de mil qiii«
nientos noventa y seis ^ y él ma«
rió poco después. Yo hube del sa-
co las reliquias que de sus papeles
quedaron , para mayor dolor y las-
tima de los que se perdieron , qae
se sacan por los que se hallaron.
Quedaron tan destrozados, qae fal-
ta lo mas y mejor : bisóme merced
de ellos el P. M. Pedro Maldona*
do de Saavedra , natural de Sevi«
Ha , de la misma Religión , que en
este afio de mil seiscientos lee Es-
critara en esta ciadad de Córdoba.
£1 P. Vaiera , en la denominación
del nombre Perú , dice en su ga-
lano latín k) que se sigue , que yo
como Indio , traduze en mi tosco
romance. £1 reyno del Perú , ilns*-
tre , famoso y muy grande , áott*
de hay mucha cawridad de oro y
plata , y otros iBCialCi ricos , de
cuya abundancia nasció el xefraa
que para decir que un hombre .es
rico , dicen posee, el Perú. £sfee
nombre fue nuevamente impuesto
por los Españoles á aquel Imperio
de los Incas , aombie fHiesto acaso
»4
¡6 HISTORIA 6BKBRAL
y no proprio , y por tanto de l09
Indios no conocido , antes por ser
bárbaro tan aborrecido , que nin-
guno de ellos lo quiere usar , sola-
mente lo usan los Españoles. La
nueva imposición de él no signifi-
oa riquezas ni otra cosa grande:
y como Ja imposición del voca-
blo fue nueva , asi también lo fue
la significación de las riqueaas;
fK>rque procedieron de la felicidad
de los sucesos. Este nombre Pelú "■
entre los Indios bárbaros que ha-
'bitan entre Panamá y Huayaquil,
es nombre apelativo que significa
•fio. También es nombre proprio de
icierta Isla que se liema Pelua , 6
Petu. Pues como los primeros con-
i^uistadores Españoles , navegando
«ksde Panamá , llegasen á aquellos
lugares primero que á otros , les
egradó tamo aquel nombre Perú, 6
Pelua , que cojqqo si significara al<^
"^utia cosa grande y señalada , lo
ainaroii |ian munbrar coo él quil*
quiera otra cosa que hallasen , co-
no lo hicieron en llamar Pera á
iodo el Imperio de los locas. Mih
chos havo que no se agradaron del
nombre Perú , y por ende le lla-
maron la nueva Castilla. £stos dos
nombres impusieron á aquel gran
Yeyno , y los usan de ordinario ios
escribanos reales y notarios ecle«
siásticos) aunque en Europa y eo
otros reynos anteponen el nombre
Perú al otro. También afirman mu-
chos que se deduzo de este nom«
l>re Pirva , que es vocablo del Cos«
co de los Quechuas , significa oron^
en que encierran los frutos. La
sentencia de estos apruebo de muy
buena gana , porque en aquel rey**
no tienen los Indios grao número
ite^ orones para guardar sus cose»
ehas^^^r esta causa fue á los E§m
palióles fácil usar de aquel nombro
ageao y decir tltü , quitándole !•
¡i HISTORIA GBKSRA£
úlcima vocal , y pasando el acen*
to á la última silava. Este nom*
bre , dos veces apelativo , pusieros
los primeros conquistadores por
nombre propio al Imperio que cont*
quistaron^ é yo usaré de él sin nin-
guna diferencia diciendo Perú óPi-
jú. La introdudon de este vocablo
suevo oo se debe repudiar por
decir que lo usurparon ñdsamente
y sin acuerdo ) que los Españoles
no hallaron otro nombre genérico
y propio que imponer á toda aque-
lla región, porque antes del rey-
sado de los Incas , cada provincia
tenia su propio nombre coaio Char»
ca , Colla , Cosco , Rlmac ^ Quitu
y otras muchas , sin atención ni
respeto á las otras regiones : mas
despnes que los Incas sojuagaroa
todo aquel Reyno á su Imperio,
le fueron llamando conforme al or-
den de las conquistas 9 y al suje-
tarse y rendirse I98 vasallos 9 y al
DBL SER¿. 59
cabo se llanuion Tahuaotin oayu,
tan es , las quatro partes del Rey-
so , ó lacap RuDain, que es vasa-
llos del Idgs. Los Eipafioles ad-
Tiniendo la variedad y coafusioa
de estos nombres, le Uamaroa piu-
denie y discretamente Perú , 6 la
nueva Castilla , 8tc. Hasta aquí ea-
d«i P. filas Valera , el qual tam-
bién como el P. Acosta , dice ha-
ber sido nombre impuesto por los
Espafiol$s , y que no lo tenían los
Indios en su lenguage. Declaran-
do yo lo que el P. Blas Valere di-
ce , digo que es mas veiisimil qfia
la imposicioa del nombre PerA atm
cíese del nombre propio Berú^ 4
del apelatko Pelú , qu« en el lea*
gaage de aquella provincia slgnift-
c« rio , que no del DOfflbie Pirgi)
que significa oroa , porque coma
se ha dicho lo impnsieraa iM áM
ViMo Nufiea de Balboa , que b4
•Dtiuoa la tieoí ideotEO pan te-
4^. HrSTORIA CBNl^AK
ser noticia del nombre Pirua , y
no los conquistadores del Perú, por«
que quince afios antes que ellos
fueraa á la conquista^ llamaban Pe^
f ú los Españoles qae vivían en Pa*
namá á toda aquella tierra que
corre desde la equinocial af medio-
^ia ; lo qual también lo certifica
francisco López de Gomara en la
•historia de las Indias , capUiti^
ciento y diez, donde diee estas pa*
labras: Algunos dicen que Balboa
tuvo relación de como aquella tier-*
fa del Perú tenia oro y esmeraldasi
sea asi ó no sea , es cierto que ha«
bia en Panamá gran fama delPerú
quando Pizarro y Almagro arná^
ron para ic aUá« &c. Hasca aqoi es
de Gomara , de donde consta cla«
ID que la imposición del nombre
Perü fue mucbo antes que la ida
de los conquistadores que gana**
ron aqael Impelió.
CAPÍTULO VIL
Ofréfs dedueianes de nombres
mtevas.
p.
orqtté la deducios del sombre
Perú so quede sola, digamos de
otras semejastes que se hicieros
astes y después de ésta , que aus-
que las asticipemos , so estará mal
que estés dichas para qaasdo lie**
guemos á sus lugares , y sea la pri«
mera la de puerto Viejo , porque
fue cerca de dosde se hizo la del
Perú. Para lo qual es de saber que
desde Panamá á la ciudad de los
Reyes se navegaba con grande traba*
jo por las muchas corrientes de la
mar , y por el viento sur que cor*
sé siempre en aquella costa : por lo
qoal los savios en aquel viage eran
forzados á salir del puerto eos un
bordo de treista 6 quaresu leguas
43 HISTORIA CXlTBllAi;
á la mar , y volver con otro á tier-
ra ^ y de esta manera iban sabieiw
do la costa arriba , navegando siem-
pre á hi bolina^ y iacaeda Jimchas
veces, quando.el navio no era buen
velero de la bolina , caer mas atris
de donde habia salido , hasta que
Francisco Drac , inglés , entrando
por el estrecho de Magallanes, afio
de mil quinientos setenta y nueve,
enseñó mejor manera de navegar,
alargándose con los bordos docien-
tas y trecientas legues la mar aden-
tro , lo qual antes no oraban hacer
los pilotos^ porque sin saber de
qué ni de quien , sino de sus ima*
ginaciones, estaban persuadidos y
temerosos , que apartados de tierra
cien leguas , habia en la mar gran*
disimas calmas , y por no caer ea
ellas no osaban engolfarse mucho
adentro: por el qual miedo se hu-
biera de perder nuestro navio quan-
do yo vine á Espafia, porque con
tioa inrisa decayó hasta la isla lla«
mada Gorgona, d«ade temimos peit-*
cer sin poder salir de aquel mal seoo.
Navegando , poes , un navio de la
flumera que hemos dicho á lop. prin»
ciplos de la conquista del Pero, y
liabiendo salido de aqnel puerto é
la mar con los bordos seis ó siete
Teces ) y volviendo siempre al mis»
BBO puerto porque no podía arribar
enr su navegación , uno de los que
«n él iban , enfadado de que no pa*
sasen adelante diaoí yá este puer*
to es viejo p»ra nosotros , y de aqui
ee llamó Puerto Viejo. Y la punu
de santa £lena , que está cerca de
aquel puerto , se nombró asi porque
la vieron en su dia. Otra imposi*
don de nombre pasó macho antes
que las que hemos dicho , semejan»
te á ellas^ y fue , que el aÍo de
mil quinientos , navegando on na«
vio, que no se sabe coyo era , si de
YafieaPiaon, *^ i^^
44^ HISTOklA 6BlfBa.Alt
de Solis ^ dos capitanes veatotoaoa
€o descubrir suevas tierras , yendo
el na vieran demanda de nnevas t»»
gioftesj^ ^ue -entonoes no entendían
los Españoles en otra cosa , y de-*
feando hallar tierra firme , porque
la que hasta allí habian descubier*
to eran todas islas , ^ue hoy Ha*
man de Barlovento, un marinero
que iba en la g^via , habiendo vi8<r
to el qerro alto llamado Capir^,qa«
es(á sobre la ciudad del Nombte ám
Dios, di90, pidiendo alblricias á
los del nayio, en nombre de Dios
aea, compañeros, que veo tierra fir-*
mfii y asi se Jlamó dcapuesl^iombfft
de Dios la dudad que aUi* se fan*
dó , y tierra firme su costa , y no
llaman tierra firme á otra alguna^
aunque lo sea, sino á aquel sitio del
Nombre de Dios , y se le ha que-*
dado por nombre propio. Diea afíoa
después llamaron castilla de oro ár
aquella provincia, por el mucho oro
BBK 9B1IÚ. 4$^.
f oe en ella htllaroo , y por un can-
tillo que énella hito Diego de Ni*
cnesa , afio de mil quinientos y diex.
La isla que ha por nombre la Tri-
aidad , que está en el mar dulce, se
Hamo asi porque la deacubrieroa
dia de ia Santísima Trinidad. La
ciudad de Cartagena llamaron asi
per. su }>aen puerto , que por seme*
jarse mucho al de Cartagena de £s»
pa£a , dixeron los que primero lo
vieron , este puerto es tan bueno
como el de Cartagena. La isla Ser-«
rana, qne está en el viage de Carta-
gena á la Habana , se llamó así por
un espafiol llamado Pedro Serrano^
cuyo navio se perdió cerca de ella^
y él solo escapó nadando, que ert
grandisin^o nadador , y llegó aque-
lla isla que es despoblada , inhaU*
table, sin agua, ni lefia, donde
vivió siete afios con industria y
buena mafia qne tuvo , para tener
lefia y agua y sacar f negó : es un ca^
I
I
r
I
4fi BtSTORIA I
•O IliKOtial de gmut
qoMft lo diréiui» te
cuyo sombre llam:-
aquellaÍKti, y Seif
«stá cerca de eü'
la una iÍ4i la c
■anco Domingo
isla ae Ilao» á
ES fundi y ooriu'
Gomara, captEuk
por «Kiat paiabt.^.
fc lo letra : El p 4
cido o santo i
Bartolomé C^!.
rio Oz^,-.i >
porque i;..-,;,
la de i-.7':.i
49
ti «tsar.
I pdarg pocas
f legmuám
t-LoqoK Utmta P»-
itat cjaciienra I»-
r t>=rrs , de>d« el
I buti IM Cfaidui,
I ptoviocta d« los
i y lo qn9 ll*->
, coQüess e*f
• cf&cuflnta I«gua>,
, coDUaila iaáa
I pravincis de los
I río BSaalii.
! por iiírmlDV
!• jimis pUaila de bna-
M , nt ilft ires«
lia de nluvesqo*
i Mana li»s(» «»
, 4110 u,
AI p<iBÍ«Rt« en»*
f del sur , qua MW»
a de lat JO í iutftt
4& BirroRiA namoLAL
so historial de gnode admiraclo»^
qtticá lo dirémoi enotnr parte): de
cujro nombre llamaron la Serrana
aquella isla , y Serranilla áocra que
está cerca de ella , por diferenciar
la una de la otra. La ciudad d0
lanto Domingo 9 por quien toda !a~
illa ae Hamo del mismo nombre,
se fundó y nombró como lo dice
Gomara , capitulo treinta y cinco,
por estas palabras que son sacadas
á la letra: £1 pueblo mas ennoble*
cido es santo I>om!ngo , qiie fundó
Bartolomé Colon á la ribera det
fio Ozama. Púsole aquel nombre
porque llegó allí un Domingo ñe9*
ta de santo Domingo , y porque su
padre se Uanuba Domingo. Asi que
concurrieron tres causas para lla^
narlo así, &c. Hasta aquí es de
Gomara. Semejantemente son im-
puestos todos los mas nombres de
puertos famosos , ríos grandes, pr»*
^incias y reynos , que en el Muevo
BSZr TZRÚ. 47
Hoadose han descubierto, poniéa«
doles el nombre del santo ó san-
ta en cuyo día se descubrieron,
6 el del capitán , soldado., pilo-
to ó marinero que lo descubrió,
como dizimos algo de esto en la
histotia de la Florida quando tra-
tamos de la descripción de ella , y
de los que á ella han ido ; y en el
libro sexto después del capítulo
quince , á propósito de lo que allí
sé cuenta , habla puesto éstas de-
duciones de nombres juntamente
con la del nombre Perú , temien^
do me faltara la vida antes de lle-
gar aquí : mas pues. Dios por su
misericordia la ha alargado , me pa»
recio quitarías de allí y ponerlas en
su lugar. Lo que ahora temo es,
no me las haya hurtado algún his-
toriador porque aquel libro por mi
ocupación fue sin mi á pedir su c»«
li£cacion , y sé que anduvo por ma-
chas manos ^ y <ía esto me han pre-
4^1 HISTORIA GSlipRAIÍ
guntado muchos si sabia la dedhM
«ion del nombre Perú 9 y auoqoé
be querido guardarla , no me ha si-*
do posible negarla á algunos seio*
res mios. r
-1 CAPÍTULO VIII. i
Descripción del Perú. '
T
JL^os quatro términos que el impe^
rio de los Incas tenía quando los
Españoles eneraron en él , son loa
siguientes : al norte llegaba hasta
el rio Ancasmayu , que corre eatre
los confines de Quitu y Pastu, quie»
re decir en la lengua general del
Perú , rio azul: estádebazo de la
línea equinocial casi> pespendictt«»
larmente. Al mediodía tenia por
término al rio llamado Mauli , que
corre leste hueste , pasado el. rey-
no de Chill , antes de llegar á loé
Araucos : el qual esti dms de qua^
UBI. noL^. 49
renta grados de la eqoinocial al sor.
£ticre estos dos ríos ponen pocas
menos de mil trescientas legnas de
largo por tierra. Lo qne llaman Pe^
r& tiene setecientas cincuenta le*
gaas de largo por tierra , desde el
rio Ancosmayu hasta los Chichas^
que es la última provincia de loa
Charcas, norte sur^ y lo qae lla*«.
man reyno de Chile , contiene cer^
ca de quinientas cincuenta leguas^
tambkn norte snr , contando desde
k> último de la provincia de loa
Chicas hasta el rio Maulli.
^ Al levante tiene por término
aquella nunca jamás pisada de homn
hres^. ni de animales, ni, de avef^
snaoeesible cordillera de pieves qu^
corre desde santa Marta, hgsta et
estrecho de Magallanes, que loa
Indios llatOian Ritisuyu , que es^
vanda de nieve. Al poi^iente con«
fina con la mar del sur , que corre
por toda su^ costa de largo ¿ largo*,
TOMO I» ' c
^ HISTOklA GBNBRAX.
Empieza el término del imperio porr
la costa desde el cabo de Pasau,
por do pasa la linea equkoclal,
hasta el diehp rio MauUi) que
también entra en la mar del sur.
Dte levante al poniente es angos-
ta todo aquel reyno..Por lo mas
ancho, que es atravesando desde la
provincia Muyupampa por los Cha-
cfaapuyas hasta la ciudad de Tru->'
xillo^ que estáá la costa dé la mar,
tiene'ciénto veinte leguti» de an-
cho , y por lo mas angosto^ que es
desde el puerto de Arica á la pro-^
vincia llamada Llaricosa , tiene se-
tetitáí leguas de ancho. Estos son*
)£a qúatroí^términos dé lo que se-
Borcáíofl '- los- Rtíyes- Incas^ cuya-
historia pretendemos escribir ñae-
diánt^ el favor Divino, Será bien'
anteé que pasemos 'adelante , diga-
mos aqiií él' suceso de PeSro Ser-'
rano , qóe<- atrás propusimos Vpor-^
qué no esté* lejos dé su lugar ; y
también porque este capitulo no
sea tan corto. Pedro Serrano salió
á nado á aquella Isla desierta quo
antes de él no tenia nombre; la
qual ^ como él decía , tenia dos le-«
gaas en contorno, casi lo mismoi
dice la carta de marear , porqae
plata tres islas muy pequefias coa
ii[iuchos bagios á la redonda , y la
nhisma figura le dá á la que llamaír
Serranilla , que son cinco istetas
pequefias con muchos mas bagios
que la Serrana; y en todo aquel
parage los hay , por lo qual huyen
los navios de ellos , por no caer eit
peligro.
A Pedro Serrano le cupo en
suerte perderse en eilos y llegar
nadando á la isla , donde se hall6
desconsoladísimo porque no hallé
en ella agua ni lefia , ni aun yer«
ba que poder pacer , ni otra cosa
alguna con que entretener la vida
mientras pagase algún navio que de
c a
jS HISTORIA CBNSRAI
allí lo sacase , para que no perecie-
se de hambre y de sed , que le pa*
recia muerte mas cruel que haber
muerto ahogado, porque es ma»
breve. Así pasó la primera noche
llorando «u desventura , tan afligi-
do como se puede imaginar que es-
taría un hombre puesto en tal es-
tremo. Luego que amaneció volvió
i pasear la isla, halló algún ma-
risco que salia de la mar, como
son cangrejos , camarones y otra*
savandijas , de las quales cogió las
que pudo , y se las comió crudas,
porque no habia candela donde
asarlas ó cocerlas. Así se entretu-
vo hasta que vio salir tortugas,
viéndolas lejos de la mar arreme-
tió con una de ellas y la volvió
de espaldas ^ lo mismo hizo de to-
das las que pudo , que para volver-
se á enderezar son torpes ^ y sa-
cando un cuchillo que de ordinario
solía traer en la cinta , que fue el
medio para escapar de la muerte »
la degolló V^ bebió la sangre en
lugar de aguado mismo hizo de
las demás ^ la carne puso al sol pa-
ra comerla hecha tasajos , y para
desembarasar las conchas para co-
ger agua en ellas de la llovediza^
porque toda amella región , como
es notorio, es muy lloviosa. De és-
ta manera se sustentó los primeros
dias,coa matar todas las tortugas que
pedia , y algunas habla . ten gran-
des y mayores que las mayores
adargas , otras coiíio rodelas , y
como broqueles , de manera , que
las habia de todos tamafios. Con
tas muy grandes 00 «e pedia valer
para volverlas, de espaldas, por«
que le vencían de fuerzas , y aun-
que subia sobre elias^ para cansar-
tas y sujetarlas , no le aprovecha-
ba nada , porque con él acuestas sd
iban á la mar^ de manera que la
ezpexiencie le decia á quaies tor-7
$4 HISTORIA CBNERAI.
tugas había de acometer , y á qu&^
les se había de rendir» En las coa-'»
chas recogió mucha agua , porque
alonas había que cabian á dos ar-^
robas, y de allí abaxo. Viéndole
Pedro Serrano con bastante recau-f
do para comer y beber , le pareció
que si pudiese sacax fuego para si-
quiera ^ar la comida , y para ha<-
cer ahumadas quando viese [pa-
sar algún Qavio, que no le falta-
rla nada. Oon esta imaginacioa
^omo homl^^e que había andado por
la mar» q^e^ cierto los tales .^9
qualquier trabajo hacen mucha v«ii«
taja á los demás ^ dio en buscar un
par de guijarps que le sirviese ée
pedernal ^ porquo del C^ichillp peq-
sa}>a hacer eslaboii; para lo.quaJ^
fiO hallándolos en Jaisla^ porque t0'^
da ella estaba cubierta de arena,
inuerta , entraba en la mar nadan-
do y se zambullía, y en el suelo coa
gran diligencia buscaba ya en unas
DB£ FBRti. $,;
partes , ya en otras lo qae preten-
dia 9 y canto porfió eo «u trabajo
que halló guijarros , y sacó los que
pudo <, y de ellos escogió los mejo;-
rés : y quebrando los unos con l^s
otros, para ^ue tuviesen esqutntfB
donde dar con el cuchillo , tentó
sn artificio , y viendo que sacaba
fnego , hizo hilas de un pedazo de
ia camisa muy desmenuzadas , que
-parecían algodón carmenado, qu«
le sirvieron de yesca ; y con ^
'industria y buena mafia, habiéndo-
lo pprfiado muchasveces, sacó fue-
go. Quando se vló con él se dio por
bien andante , y para sustentarlo
fecogió lasorrarasqae k4[nar ech^i-
ba en tiecra , y por horas las rectin
gia donde hallaba mucha yerba que
llaman ovas marinas, y madera de
navios que por la mar se perdían,
conchas y huesos de pescados , y
«tras cosas con que alimentaba el
fuego. It para que los aguaceros no
fó HISTORIA eSHERA£
se lo apagasen hizo una choca de hit
mayores conchas que tenia <le las
tortugas que habia muerto , y con
grandísima vigilancia cevaba el fue*
go porque no se le fuese de las
mauos. Dentro de dos meses y aun
antes se vio como nac¡6 , porque
con las muchas aguas, calor y hn^
medad de la región se le pudrió
la poca ropa que tenia. £1 sol
con su gran calor le fatigaba mu«-
cho , porque ni tenia ropa con que
defenderse , ni habia sombra á que
ponerse. Quando se veía muy far
tigado se entraba en el agua para
cubrirse con ella. Con este trabajo
y cuidado vivió tres afios , y en ea-
te tiempo vio pasar algunos navios,
mas aunque él hacia su ahumada,
que en la mar es sefial -de gente
perdida , no echaban de ver en ella^
ó por temor de los bagios no osa*
ban llegar donde él estaba , y se
pasaban de largo. De lo qnal Pe-
éfO Stf taño quedaba un desconsola*
do, que tomara por partido el morir-
se y acabar y áXen las indemeocias
del cielo ie creció el bello de todo
el cuerpo,ta& escesivamente que pat-
recia peUejo de aaimal ) y no qaal«
qiüerá, sino el de un javáli: el cabe-^
}lo y la barba le pasaba de la cinta«
Al cabo de los tres a^os, unft
tarde,sin pensarlo, vio Pedro Serra«*
so un hombreen su isla, que laño-
che antes se habla perdido en los
bagiosdeella, y^ehabia sustentado
en una tabla del nav4o, y como lue-
go que amaneció viese el humo del
fuego de Pedro Serrano , sospe-
chando lo que fue, se habla ido á
él , ayudado de la tabla y de su
Imenhiiter, Qoaado se vieron am«
-bos istr"^ puede certificar qual
4«edó mas asombrado de qual. Ser-
Taao imaginó que era el demonio
que venia en figura de hombre pa-
la tentarle en alguna desespera»
{9 HISTORIA eZVmfLAL
cioo. El huésped entendió que-Ser^t
f aoo era el démoslo, en. sti firopic
figura , según lo vló cubierto de
cabellos Y barbas y peUge. Cada
lino huyó del otro , y Pedro Serra<^
no. fue dioiendo : Jesús ! Jesiis !- Ih'r
brame ^ Sefior del demonio. Oyen*»
do estoiss asegufó .el otro , y< volf
jriendo á él le dixo: no huyaijf her-
jnano de mi que soy christidno como
¥0s, y para que se certificase, por-
que todavía huia , dixo á yoces el
credo : lo qual oido por Pedro Ser*
rano, volvió á él y. se abrazaron coa
grandísima ternura , y muchas lá-
grimas y gemidos , viéndose am-
bos en una misma desventura , sin
esperanza de salir de ella. Ca^ uno
de ellos breveoiefite cortíSíttléfOitp
su vida paisada. Pedro Semao^ aosr
pechando la necesidad del huéspedi,
le dio de comer y beber de lo que
tenia , con que quedó algún tanto
consolado , y hablaron de nuevo es
^,
sa desi^e&tura. Acomodaron «u.vír
da como mejor supieron 9 re partien--
do las horas del dia. y. de la nocho
«n sus menesteres de buscar maris-
co para comer , ovas , lefia , hue-
sos de pescado , y qoaiquiora otxa
:cosa que la mar echase para suftr
tentar el fuego ^ y sobre todo [a
perpetua vigilia que sobre él ha-
blan de tener , velando por horas
jorque no se les apagase. Asi vi«-
•viéron síganos días , mas ino pasa>-
jron machos que no rifieron ^ y de
manera que «paitaron rancho que
fiO faltó sino llegar á las manot^
( porque se vea quán grande es la
jniseria dé nuestras pasiones ). La
causa de la pendencia fue decir cd
uno al otro que no cnidaba . cono
conven» de lo qae era meiester^
•y esce enojo y las palabras que con
él sedixeroa, los descompusieron
y apartaron. Mas ellos mismos c^
-yendo en so díspatace se. pídíér-
C4
6o HISTORIA CmUSllAS '
Ton perdón , se hicieroiit amigo^
y volvieron á su compafiia , y eo
ella vivieron otros quacro afios. En
este tiempo vieron pasar algunos
navios, y hacian sus ahumadas^
mas no les aprovechaba, de que
ellos quedaban tan desconsolados
ique no les ñiltaba sino morir.
Ai cabo de este largo tiempo
acertó á pasar un navio tan cerca
-át ellos que vio la ahumada , y les
hecho el batel para recogerlos. Pe-
dro Serrano y su compafiero, que
se habla puesto de su mismo pela-
ge , viendo el batel cerca , porque
los marineros que iban por ellos
no entendiesen que eran demonios
y huyesen de ellos , dieron en de«
dr el credo i y llamar el nombre
de nuestro Redentora voces^ y va-
lióles el aviso, que de otra mane-»
xa sin duda huyeran los marineros,
porque no tenian figura de hombres
-Itum^nos. Asi los llevaron al n^"«
▼10, donde tdmiraron á quantos lo$.
Tieron y oyeron sus trabajos pasa->
dos. £1 compafiero murió en la mar
viniendo á Espafia. Pedro Serrano
llegó acá y pasó á Alemania , don-
de el Emperador estaba entonces,
llevó su pelage como lo trata para
qi|e fuese prueba de su naufragio,
y de lo que en él habia pasado. Por
todos los pueblos que pasaba á la
ida , si quisiera mostrarse ganara
muchos dineros. Algunos señores y
caballeros principales que gustaron
de ver su figura , le dieron ayudas
de costa para el camino ^ y la Ma«
gestad Imperial, habiéndole visto y
óido, le hizo merced de quatro mil
pesos de renta, que son quatro mil
y ochocientos ducados eñ el Perd;
Yendo á goxarlos murió en Panamá,
que no llegó á verlos. Todo este
cuento , como se ha dicho , conta-*
ba un Caballero que se decía Gai^
ci Sanchos de Figueíoa , á quie»
yo se lo oi , que conoció i Pedr6»
SerraiK) , y certificaba qne se lo he*
bia oído á él mismo ^ y que des-»,
pues de haber visco al Emperador
se habla quitado el cabello y la bar-,
jba , dexandola poco mts corta que
baica la ciota. Y para dormir de
^oche se la entreosaba \ poique no
entrenzándola , se tendía por tode
la cama y le estorvaba el auef o* .
CAPÍTULO IX,
Jdohtria y diosis que adoraban ai^
tes de ¡os Jnsas.
x ara que se entienda mejor la ido*
latría , vida y costumbres de ios
JEndiOs del ^ru , stxk necesario
dividamos üqueiioa siglos en. dos
edades : diremos cómo vivían ano-
tes de los locas , y luego diremos
cómo gobernaron aquellos Reyes,
l)aca que no se confunda ló uñó coa
lo etfo f oi se. nctibuíyaQ Us cosfi
lumbres ,- m los iw$M de lorunor
i los otros. Para lo qual es de sa-*
ber , que en aqaeHa primera edad
y antigua ge^itllid^d 9 unos Indios
habla ppco^9iejor^9.qpo bestiadakaa^
s^s , y otros ni«$ilio« pooxes que fie»
ras^bcanras ^ y pripeipiaodode 'Se^
dioses , deciiDOS que los tuvieron
conforine i las deoias sitnplicida*
des y torpezas que usaron , asi ea
la;mttc)}edumbre de. ellos ^ como
^ii> la-i^ileaa y baxeaa de las cosas
.quQ adoraban ^ porque :es jasl:, quf
cada p:|povincia , cada nación v cada
pueblo:, cada barrio , cada linage y
cada casa tenia dioses /diferentes
JU90S de; otros ^ porque Jes pare^{|
qn» el '|\k>s ageao ocupado •con-:Otro,
na podts( ^odar ^s v sitio .el-siiyo
pfopio;ya$l vinieron á tener tan-
ta variedad de dioses y tantos, que
.fueron ain* número ^ y porque ao
üfij^xQí^ como los gentiles Romi^
$4 BISToárA eSMSltAK
nos , hacer dkses imagíDádot V CO'
fuo la esperanza , la victoria , la
pac y otros semejantes , porque no
levantatOQ los pensamientos á cosas
invisibles , adoraban lo qne velan,
unos á dii^renóa de otros^ sin con*
sidefadon de las cesas que adora-
ban , si merecían ser adorados^, ai
re^to'de si propios para no ado«
rar cosas inferiores á ellos : solo
atendían i diferenciarse estos de
aquellos, y cada uno de todos; y
asi adoraban 3^rbas , plmtas ^ño^
fes , áiuboles de todas suertes j cer-»
tos altos , grandes pefias , y los
resquicios de ellas, cuevas hondas,
guijarros y piedrec^as , lasque en
los ríos y arroyos hallaban^ de di-^
vetsas üolores, como' el jaspe. Ado^
Taban la piedra esmeralda, particu^
'larmente en una provicia qué hoy
llaman Puerto Viejo , ño ádorabüli
• diamantes ni rubíes porque no loe
%»bo ^ aquella tieita; Bn4uf«x
de ellos adoraron diversos anima*
les , á unos por su fiereza , como
al tigre , león y oso ; y por esta
cansa teniéndolos por dioses , si
acaso los topaban no huian de ellos,
sino que se echaban en el suelo á
adorarles , y se dexaban matar y
comer sin hair ni hacer defensa al*
gana. También adoraban á otros ani-
males por su astucia , como á la
zorra y k las monas. Adoraban. §1
perro por $u lealtad y nobleza , y
al gato cerval por sa ligerexa : s^
ave que ellos llaman cuntur por sa
grandeza , y á las águilas adorabas
ciertas naciones, porque se precian
descender de ellas , y también del
cuntur. Otras naciones adoraron los
«
halcones por su ligereza y buena
industria de haber por sus manos
lo que han de comer : adoraban al
buho por la hermosura de sus ojos
y cabeza, , y al murciélago por la
sutileza de su vista , que les cau*;
66 HISTORIA GEKBRAI.
:saba mucha admiración qu^ viese
de Doche ; y otras muchas -aves
adoraban como se les antojaba. A
Hs culebras grandes por su mons^
(truosidad y fiereza , que las hay
«n los Antis de veinte y cinco y de
treinta pies , mas y menos de lar-
-go , y gruesas muchas , mas que el
-muslo. También tenian por dioses
^ otras culebras menores donde no
las habia tan grandes « como ed loe
Antis , á las lagartijas^ sapos y es-
tuerisos adoraban. En ño , no habia
ttñlmal tan vil ni sucio que no lo
tuviesen por dios , solo por dife-
renciarse unos de otros en sus dio-
ses , sin acatar en ellos deidad al-
guna , ni provecho que de ellos
pudiesen esperar. Estos fueron sim-
plicisimos en toda cosa , á seme-
janza de ovejas sin pastor. Mas no
hay que admirarnos que gente tan
sin letras ni. enseñanza alguna ca*
yese en tan grandes simplezas^ pues
ixBii rs&tr. 67
es notorio que los Griegos y los
Bomanos que taofto presumian do
sos ciencias , tuvieron qaando mas
florecían en su imperio treinta mii
dioses.
CAPÍTULO X.
Gran variedad de dioses que
tuvieron.
Vatros muchos Indios hubo de di«
versas naciones .en aquella prio^e'^
xa edad que escogieron sus .dioses
con alguna mas consideración quQ
los pasados ^ porque adoraban algu*
ñas CQsas.de las quales recibían al«
gun provecho ^ como los que adOf
Tgban las fuentes caudalosas y ríos
gandes , por decir, que les dabaa
agua para regar sus sementeras.
Otros adobaban la tierra , y la
llamaban madre ^ porque les daba
sus frutos } otros al ayre. t P^' ^K
tfS HISTORIA GBNB1LA&
lespirar , porque decian que ine'«
diante él vivian los hombres^ otros
al fuego, porque los calentaba y por-
que guisaban de comer con él ^ otros
adoraban á un carnero , por el mu-
cho ganado que en sus tierras se
criaba^ otros á la cordillera grande
de la Sierra nevada , por su altura
y admirable gradeza, y por los mu-
chos rios que salen de ella para los
riegos. Otros al m^iz ó zara , cor
iño ellos le llaman , porque era el
^an común de ellos. Otros á otras
mieses y legumbres, según que mas
abundantemente se daban en sus
provincias.
Los de la costa de la mar , de«
mas de otra infiniflad de dioses que
tuvieron , ó quizá los mismos que
hemos dicho , adoraban en comuní
á la mar , y le llamaban mamaco-
cha , que quiere decir madre mar,
dando á entender que con ellos ha-
da oficio de madre en sustentarles
y
con sa pescado. Adorabtii tambiea
generalmente á la ballena por su
grandeza y monstruosidad. Sin es*
ta coman adoración que hacían en
toda la costa , adoraban en diver-
sas provincias y regiones al pesca-
do que en mas abundancia mataban
en aquella tal región , porque de«
clan que el primer pescado que e»>
taba en el mundo alto, que asi Ua^
man al cielo, del qual procedía to«
do el demás pescado de aquella er*
pede de que se sustentaban, tenia
cuidado de enviarles á sus tiempos
abundancia de sus hijos para sus-
tento de aquella tal nación ^ y por
esta rázon en unas provincias ado-
raban la 'sardina , porque mata-*
ban mas cantidad de ella que de
otro pescado , en otras la lisa , en
otras al tollo, en otras por su her«
mosara al dorado, en otras al cao*
grejo y al demás marisco, por la
falta de otro mejor peKado 9 pojr«
f% HISTORIA GBirBRAXr»
mones , y con la saogr» de ellos
antes que se enfriase , rociaban el
Ídolo que tal sacrificio mandaba lia*
cer, y hiego en los mismos pulmó*
nes y corazón miraban sus agüeros,
para ver si el sacrificio habla sido
acepto ó no ^ y que lo hubiese si-
do ó no, quemaban en ofrenda para
el ídolo el corason y los pulmones
liasta coasumlrios, y comían alln«
dio sacrificado con grandísimo gus«
to y sabor , y no menos fiesta y
regocijo aunque fuese su propio
hijo.
£1 P. Blas Valéra , según que
en muchas partes de sus papeles
rotos parece , llevaba la misma io»
tención que nosotros en muchas co«
sas de las que escribía , que era
dividir los tiempos , las edades y
las provincias para que se ente»*
dieran mejor las costumbres queca*
da nación tenia ^ y así en uno de
sus quadernos destrozados diee lo
DBA YBRir. 71
^«e se sigue y y habla de presente,
porque entre aquellas gentes se osa
hoy de aquella inhumanidad. Los
que viven en los Antis cernen car-
ne humana , son mas fieros que ti«
gres , no tienen dios , ni ley , ni
saben qué cosa es virtud; tampo*
, co tienen ídolos ni semejanza de
ellos ; adoran al demonio quando
se les representa en figura de al-
gún animal ó de alguna serpiente,
y les habla. Si cautivan alguno en
la guer^ra , 6 de qualquiera otra
suerte , sabiendo que es hombre
pleveyo y bazo , lo hacen quartos,
y se los dan á sus amigos y criados
para que se los coman ó vendan ea
la carnicería : pero si es hombre
noble , se juntan los mas principa-*
les con sus mugeres é hijos , y co«
mo ministros del diablo , le des-*-
nudan, y vivo le atan á un palo,
y con cuchillos y navajas de peder«
nal le cortan á pedazos , no des<*
TOMO I. D
74' HÍSTOniA GSNfiRAC
Qiembrándole , sino quitándole lá
carne de las partes donde hay mas
cantidad de ella \ de las pantorri-
lias , muslos , asentaderas y mo-
lledos de los brazos , y con la san-
gre se rocían los yafrones , las mu-
geres é hijos , y entre todos comed
la carne muy apriesa , sin dexar-
la bien cocer ni asar , ni aun mas-
car 'y tragansela á bocados , de ma-
nera que el pobre paciente se vé
vivo comido de otros y enterra*
do en sus vientres. Las mugeres,
mas crueles que los varones, untan
los pezones de sus pechos con la san-
gre del desdichado para que sus hi-
juelos la mamen y beban en la le-
the. Todo esto hacen en lugar de
sacrificio con gran regocijo y ale-
gría , hasta que el hombre acaba
de morir. Entonces acaban de co-
mer sus carnes con todo lo de den-
tro ; ya no por via de fiesta ni de
deleyte como hasta allí > sino por
OBt PKRÚ. J^
cosa de grandísima deidad; porque
de allí adelante las tienen ea suma
veneración) y asi las comen por
cosa sagrada. Si al tiempo que atot«
mentaban al triste hizo alguna se<*
áal de sentimiento con el rostro <d
con el cuerpo , ó dio algún gemi-
do ó suspiro , hacen pedazos sus
huesos después de haberle comido
las carnes, asadura y tripas, y con
mucho menosprecio los echen en et
campo ó en el rio; pero si en los
tormentos se «mostró fuerte , cons-
tante y feroz , habiéndole comido
)as carnes con todo el interior , se«
can los huesos con sus nervios al
sol , los ponen en lo alto de los
cerros , los tienen y adoran poc
dioses , y les ofrecen sacrificios»
Estos son los ídolos de aquellas fie*
ras , porque no llegó el imperio de
los Incas á ellos , ni hasta ahora
ha llegado el de los Espafioles ^ y
asl^^stan hoy día. £sc^ gen^cáción
2>2
j6 HISTORIA CENSUAL
de hombres tas terribles y crueles
sftlió de la región Mexicana, y po-
bló la de Panamá , la del Darien^
y todas aquellas grandes montañas
que van hasta el nuevo ttyno de
Granada , y por la otra parte has-
ta Santa Marta, Todo esto es del
P. Blas Valera , el qual contando
diabluras , y con mayor encarecí*
miento, nos ayuda á decir lo que en-
tonces había en aquella primera
edad y al presente hay.
Otros Indios hubo no tan crue-
les en sus sacrificios , que aunque
«n ellos mezclaban sangre humana,
no era con muerte de alguno , sino
sacada por sangría de brazos ó píer-?
SBS, según la solemnidad del sa-^
crificio) yapara los mas solemnes
la sacaban del nacimiento de las '
narices á la junta de las cejas ; y
esta sangría fue ordinaria entre ios
Indios del Pera, aun después de ios
Xácasi asi para sus sacrificios, par-
ticalarmente uno , como adelante
diremos, como para sus enfermeda-
des qnando eran con mucho dolor
de cabeza. Otros sacrificios tuvie«
ron los Indios todos en común, que
los que arriba hemos dicho se usa-
ban en unas provincias y naciones,
y en otras no ^ mas los que usaros
en general fueron de animales, co-
mo carneros, ovejas , corderos , co-
nejos , perdices y otras aves , se-
bo , la yerba que tanto estiman,
llamada cunea , el maiz y otras se-
nillas y legumbres , madera olo«
xosa y cosas semejantes , según las
tenian de cosecha , y según que
cada nación entendía que seria sa«
crificio mas agradable á sus dioses,
conforme á la naturaleza de ellos,
principalmente si sus dioses eran
aves 6 animales carniceros , ó no,
que á cada uno de ellos ofrecian lo
que les veian comer mas ordinario,
y lo que parecía les era mas sa-
78 HISTORIA 6SNBRAI.
broso al gusto ^ y esto baste para
lo que en materia de sacrificios se
puede decir de aquella aatigiia geiH
tilldad.
CAPÍTULO XII.
«
Vivienda y gobierno de ¡os anti"
guos : cosas que comían.
E,
in la manera de sus habitaciones
y pueblos teaian aquellos gentiles
la misma barbariedad que en sus
dioses y satrifícios. Los mas politi-r
eos tenian sus pueblos poblados sia
plaza ni orden de calles , ni de ca-
sas , sino como un recogedero d^
bestias. Otros por causa de las guer-
ras que unos á otros se hacían , po->
biaban en riscos y pefias altas á
manera de fortaleza donde fueseo
menos ofendidos de sus enemigos.
Otros en chozas derramadas por los
ampos , valles y quebradas : cada
BEL g^ERÚ* 79
uno como acertaba á tener la co^
modidad de su comida y morada^
Otros vivían en cuevas debaxo de
tierra , en resquicios de pefias « e«
huecos de árboles \ cada uno com«
acertaba á hallar hecha la casa, por#
que ellos no fueron para hacerla^
y de éstos hay todavía algunos , co-
mo son los del cabo de Pasau y
los Chiriuanas , y otras naciones
que conquistaron los Reyes Inca$¿
los quales se están hoy en aquella
rusticidad antigua^ y éstos tales son
\qs peores de reducir asi al sef^
vicio de los Españoles como á Ja
religión christiana: que como ja**
mas tuvieron doctrina son irra-«
clónales , y apenas tienen lengoa
para entenderse unos ccn otros den^
tro en su misma nación % y asi vi->
veo como animales de diferentes
especies ^ sin juntarse , ai común
tticarse > ad tratarse sino á sus so^
8o HISTORIA GBNBRAX.
En aquellos pueblos y habita-
ciones gobernaba el que se atrevía
y tenia animo para mandar á los
demás ; y luego que sefioreaba^
trataba i los vasallos con tiranía y
crueldad , sirviéndose de ellos co-
mo de esclavos , usando de sus mu*
geres é hijas á toda su voluntad,
haciéndose guerra unos á otros. En
unas provincias desollaban los cau-
tivos , y con los pellejos cubriao
sus caxas de atambor para ame-
drentar sus enemigos ^ porque de-
clan que en oyendo los pellejos de
sus parientes luego huían. Vivían
en latrocinios , robos , muertes , ízh
cendios de pueblos, y de esta ma-
sera se fueron haciendo muchos Se-
ñores y Reyecilios , entre los qua-
les hubo algunos buenos que trata-
ban bien á los suyos, y los mante«>
aian en paz y justicia: á e^tos tales
por su bondad y nobleza, Iqs Indios
^n simplicidad los adoraroA por
BSXí PBRÚ. 8t
dioses , viendo qoe eran diferentes
y contrarios de la otra multitud de
tiranos. En otras partes vivían sin
señores que los mandasen ni gober-*
sasen , ni ellos supieron hacer re-*
pública de suyo para dar orden ^
concierto en su vivir : vivían como
•ovejas en toda simplicidad, sin ha*
terse mal ni bien : y esto era mas
por ignorancia y falta de malicia
^ue por sobra de virtud. *
£n la manera del vestirse y en**
brir Stts carnes , fueron en muchas
jirovindas los Indios tan simples jp
■torpes que causa risa el trage de
^Uos. En otras fueron en su comer
y manjares tan fieres y bárbaros
^ue pone adaibacion tanta .fierisza^
y en otras diodias regiones «nay
largas , tuvieron lo; imo-y lo otr^^
juntamente. Ea lastietras oaliea^
tes y por ser mfis fértiles , sembx<at
han poco ó nada : mantentanse df '
y^bas. y jatees , fruta sUvestre y
S3 VISTO^IA GCHISAL
otrai legambrea qae U tierra daM
de suyo , ó con poco tniieficío de
Jos naturales; que como todos ellos
-no ptetendian roai que el susteotQ
4a la vida natural , se coatentar
^an con, poco. En moobas proviocUu
fuerOD amiciaimos de carne humar
■na , y taa golosos que antes qu»
acabase de morir el ludio que roa-
sabOD , le bebían la sangre por ^
berida que le hablan dado, y lo mi»
«DO kacian quaodo lo iban deí^uar-
«isaado , qae chupaban la Kng'rei,
j se lamían las manos, porque no se
ardiese gota de ella. Tuvieron car*
aioerias pQblicat de catne humailt:
de las tripas bacianiinoKcilla»y lon>
gtflitM, hinchéndolar de cante ^pQf
10 perderlas. r Pedro de Ctezai, ca>
)iltnlO veieer j seis j dice lo mi»4-
no , y lo vló por sus ojos. Creció
tanto etu pasión,. qae llegó á-no
.^rdooar'los hijos propios bebidos
'Q-augeMs estraogeraadoi^las.^ae
DEL PKRV. 8ji
4
cautivaban y prendíais en las guer^
ras 9 las quales tomaban por man-
cebas, y los hijos que en ellas ha-
blan los criaban con mucho regalo
hasta los doce 6 trece a6os , lúe-
go se los cQmian , y á las madres
.tras ellos quando ya no eran para
parir. Hacían mas , que á muchos
Jíndios de los que cautivaban les
reservaban la vida , y les daban
snugeres de su nación , quiero dec¿£
de la nación de los vencedores , y
Jos hijos que hablan, los criaban cqr
mo á los suyos, y viéndoles ya mo*-
zuelos se los comian , de manera
que hacian semioario de muchar
chos para comérselos ; y no los per-
donaban ni por el parentesco, ni por
ja crianw que aun en diversos y coiv
trarios animales suelen causar amor^
coiBO podriamos decir de algunos
que hemos visto, y de otros que he^
^osqido.tPues en aquellos bárbaros
ap.tast^a lo uno ni lo otro j^sino qu^
D4
V
\
I ■ j"
$4 BISIO&IA GBKBRAS
mataban los ■hijos que habian en-
gendrado , los parieoces que ha-
bían criado i truei}ue de comérse-
los , y lo mismo hacían de los pa-
dres qnando ya no estaban para en-
gendrar , que tampoco, les valia el -
parentesco de afinidad. Hubo na-
ción tan estrafia en esta golosina de
comer carne humana , que enter-
raba sus difuntos en sus estómagos,
que luego que espiraba el difunto
ae juntaba la parentela , y se le
comían cocido ó asado , según le
habían quedado las carnes , muchas
ó pocas : si pocas , cocido , si mu-
chas asado. Después juntaban loa
huesos por sus coyunturas , y tes
liacíen las exequias con gran llan-
to : enterrábanles en resquicios i*
peEas, y en huecos de árboles: no
tuvieron dioses, ni supieron qué cosa
era adorar, y hoy se están en lo mis-
Esto de comer carne humana
^ !• usaron los Indios d« tiet-
X>B£ ÍPSRt7. 8$
tú calientes que los de tierras frias.
En las tierras estériles y frías,
donde no daba la tierra de suyo
frutas , raices ni yerbas , sembrar
ban el mais y otras legumbres, for-
sados de la necesidad , y esto ha«>
cían sin tiempo ni sazón. Aprove-
chábanse de la caza y de la pesca
con la misma rusticidad que en las
demás cosas tenían.
CAPÍTULO XWL
Como se vestían en aguellñ
antigüedad.
MZA vestir por su indecencia era
mas para callar y encubrir que
para lo decir y mostrar pintado^,
mas porque la historia me fuerza^
á que la saque entera y con'ver-
diad , suplicaré á los oídos hones-
tos se cierren por no oírme en ts*
ta f arte , y me casclgen con esoí
disfavor , que yo lo doy por bicf
empleado. VescUnse los lodios en
aquella primera edad como aoiina»
■les , porque no traían mas ropa qife
-la. piel que la nacuraleza les dio.
Maeboi de eltoi por cuTiosidid.é
-gala traian cefiido al cuerpo ap
hilo grueso , y les parecía que bas^
^ba para vestidura , y no pasemq*
adelante que .no es ticitp, El.aifp
de mil quinientos y sesenta vinien-
do á.'Sspafla , topé en una calle de
las de Cartagena cinco Indios sin
TOpa alguna , y no il^n rodos jun-
tos , sino uno en pos de otro co-
mo grullas , con haber tactos aSos
j^ue trataban con EspaBolas.
Las mugere» andaban al mismo
trage en cueros. Las casadas traían
un liílo ceSido al cuerpo , del qual
traian colgando como delantal un
trapillo de algodón de uns vaia en
quadro; y donde no sabian ó nfi
lueiiao Kxer ai lúlar , lo traía»
nBZ. PERÚ. 9jl
^e cortezas de árboles ó de $119
liojas , el qual servia de cobertura
por la honestidad. Las doncellas
atraían tambieo por la pretina ce«
£ido- un hiU> sobre sus carnes , y
«Arh^ar de >d)Blapt;al y sefial de
•jgue eran <doneellas , traían otra co-
sa diferente. .Y. porque es razón
guardar el respeto que se debe á
los oyentes « será bien que calle-
mos lo que aquí había que decir:
: baste que este era el trage y ves^
«tidos en iBfi tierras cajiieñtes , de
.manera que en la honestidad se-
mejaban -á las bestias irracionales;
jde donde por sola esta besti&>i;idad
^ue en el ornado de sus per^oaa^
usaban , se-p^ede colegir quán btv^
tales serian en todo lo deoiás los
Indios de aqueUa gentilidad antes
del inaperio de los Incas.
£n las tierras frias andaban mas
honestamente ai|>iertos , no poc
fardar too^ftidad, sino pox l9^ ner
88 BISTOAIA CBKSRAC
cesidad qae el frío les cansaba: cu^
brianse con pieles de animales y
maneras de cubijas que hacian del
cáfiamo silvestre, y de una paja
1>landa , larga y stfave que se cria
en los campos. Conectas invencio*
aes cnbrian sus carnes como mejor
podian. En otras naciones huvo al*
gana mas policía , que traían man*
tas mal hechas, mal hiladas y
peor tosidas, de lana, ó del cá-
Camo silvestre qne llaman chahuar:
traíanlas prendidas al cuello y ce-
fiidas al cuerpo , con las quales an-
daban cubiertos bastantemente. Es-
tos trajies se usaban en aquella pri<-
mera edad , y los que diximos que
se usiiban en las tierras calientes,
que era andar en cueros , digo qué
los Españoles los hallaron en muy
muchas provincias que los Reyes
Incas aún no habían conquistado,
y hoy %e usan en muchas tierras
"a conquistadas por los Espafioles»
DSZ. PBRtr. S^
donde los Indios son tan brutosque
BO quieren vestirse sino los que
tratan muy familiarmente con los
£spañoles dentro en sus casas , y se
visten mas por importunidad de
ellos que por gusto y honestidad
propia^ y tanto lo rehusan las mu-
geres como los hombres^ á las
quales , motejándolas de oíalas hi«
tanderas y de muy deshonestas,
les preguntan los Espafioles si pot
no vestirse no querían hilar , ó si
por no hilar no querían vestirse.
CAPÍTULO XIV,
Diferentes casamientos y divet''
sas lenguas. Usan de veneno y
de hechizos*
Edtk las demás costumbres, como el
casar y el juntarse , no fueron me-'
jores los Indios de aquella gentili-
dad que en su vestir y comer)
9P HISTORIA GENSRAI.
porque muchas naciones se junta^**
ban al coito como bestias , sio co-
noper muger propia sino como acer^
taban á toparse, y otras se easa*
ban como se l&s antojaba, sin exce(H
tuar hermanas, hijas, ni madres. £a
otras guardaban las madres y no
mas. £n otras provincias era licito
y aun loable ser las mozas quaQ
deshonestas . y perdidas quisiese^,
y las mas disolutas tenian mas cier*
|o su casamiento , que el haberlp
sidp, se tenia entre ellos por. ma-
yor calidad ^ á lo menos las mozas
de aqoeUa suerte eran teoidas por
hacendosas, y de las honestas de-
ciftn que por flojas no las babia
querido nadie. En otras provinc^s
usaban lo contrario, que las madres
guardaban las hijas con gran reca-
to , y quando concertaban de las
casar las sacaban en publico, y en
presencia de los parientes que se
habían hallado al otorgo , con sus
propias manos las defioraban mos-
trando á todos el testimonio de stt
buena guarda.
£n otras provincias, corrompia9
la virgen que se habia de casar lC9
parientes mas cercanos del novio
y sus mayores amigos , y con esta
condición concertaban el casamien?
to , y asi la recibia después el ma-?
rido. Pedro de Cieza, capitulo vein?
te y quatrO) dice lo mismo. Hubo
sodomitas en algunas provincias^
aunque no muy al descubierto a}
toda la nación en común ^ sino al«
gunos particulares y en secreto. Ea
algunas partes los tuvieron en sus
templos, porque les persuadía el
demonio que sus dioses lecibiaa
mucho contento con ellos, y ha-^
rialo el traidor por quitar el velo
de la vergüenza que aquellos gen*
tiles tenian del delito, y porque
lo usaran todos en publico y en co-*
muo. También huvo hombres y mu«
p2 HISTORIA 6BKEAAI*
geres que daban ponzoña, asi paM
matar con ella de presto ó de esi-
pacio , como para sacar de juicio y
atontar los que querían , y páralos
afear en sus rostros y cuerpos, que
los dezaban remendados de blanco
y negro, alvarazados y tullidos
de sus miembros. Cada provincia,
cada nación y , en muchas partes,
cada pueblo tenia su lengua por sf,
diferente de sus vecinos. Los que
se entendían en un lenguage se
tenían por parientes 9 y asi eran
amigos y confederados. Los que no
se entendían por la variedad de las
lenguas , tt tenian por enemigos y
contrarios, y se hacían cruel guer-
ra hasta comerse unos á otros co-^
mo si fueran brutos de diversas es-
pecies. Huvo también hechiceros
y hechiceras ^ y este oficio mas or-
diñarlo lo usaban las Indias que
los Indios : muchos lo exercitabaa
"bolamente para tratar con el de*
aionio en particular, para ganac
xepatacioa con la gente, dand»
y tomando respuestas de las cosas
por venir , haciéndose grandes sa**
cerdotes y sacerdotisas.
Otras mugeres lo usaron para en-
hechizar mas á hombres que á mu-
geres , ó por envidia ó por otra mal
gaereocia , y hacian con los hechi*
ios los mismos efectos que con el
▼eneoo. Y esto baste para lo que
por ahora se puede decir de los
Indios de aquella edad primera y
gentilidad antigua, remitiéndome
en lo que no se ha dicho tan cumpli-
damente como eUo fue , á lo que
cada uno quisiere imaginar y aña-
dir á las cosas dichas , que por mt^
cho que alargue su imaginación, no
llegará á imaginar qnán grandes
fueron las torpezas de aquella gen-
tilidad. En ña como de gente que
no tuvo otra guia ni maestro sino
.al 4«monio , y asi unos fueron eji
P4 HISTORIA GEVERAI.
SU vida , costumbres , dioses y sa«>
erificios barbarísimos , fuera de to«
do encarecimiento. Otros hubo sim"
plicisimos en toda cosa , como ani-
males mansos, y aun mas simples.
Otros participaron del an estremo
y del otro, como lo veremos ade-
lante en el discurso de nuestra his-
toria , donde en particular diremos
lo que en cada provincia y en ca-
da nación habia de las bestialida-
des arriba dichas.
m
CAPÍTULO XV.
Origen de los Incas Reyes
del Perü.
V ivíendo ó muriendo aquellas
gentes de la manera que hemos
visto, permitió Dios nuestro se-
fior que de ellos mismos saliese un
lucero del alva , que en aquellas
^oscurísimas tinieblas les diese al-
a craszldaz "v jc^ae
¿oies
quiera :s:^¿sl nszzrirL rrri ti.¿
W leí Q£ 535 2"^ TT1 P? ' J\ c : L SI !«--
dbir IsÍB
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*cí la tas: rez:
£-^^
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rt ^^^A
io uno y ic otro «r ^ íusciirst
estahisn^ia. Qnc wr
iBny ^ara se ba noraik). csazitc
prontos y agües esrabac las r e cibg
^l evangelio los Indios Qut bos B»^
Trincas snjetaiQi^gobexiBrany
9^ HISTORIA CSNBRAC
señaron, que no las demás aacionec
comarcanas, donde aún no habim
Hígado la enseñanza de los Incas:
muchas de las quales se están hoy
tan bárbaras y brutas como antea
se estaban , con haber setenta y
un años que los Españoles entra*
ron en el Perú. Y pues estamos á
la puerta de este gran laberinto,
será bien pasemos adelante á dar
noticia de lo que en él habia.
Después de haber dado muchas
trazas , y tomado muchos caminos
t>ara entrar á dar cuenta del orí-
gen y principio de los Incas , Re-
yes naturales que fueron delPerúy
me pareció que la mejor traza , y
el camino mas fácil y llano , era
contar lo que en mis niñeces oí
muchas veces á mi madre , herma-
nos y tios , y á otros sus mayores,
acerca de este origen y principio:
porque todo lo que por otras vias
^e dice de él , viene á reducirse ea
9KK Tsmé. yf
lo ndsmo que n oao tjos diréoM» , j
seri mejor qae se sepa por las pit-
pits palabras que los locas lo caea-
tan qae no por las de otros auto-
res estralk». Es asi qae residiendo
mi madre en el Cóxco sa patria,
Tenian i visitarla casi cada semana
los pocos parientes y parientas qae
de las crueldades y tiranías de Ata*
goalpa (como en su vida contare-
mos } escarparon ^ en las quales vi-
sitas siempre sus mas ordinarias
pláticas eran tratar del origen de
sus Reyes , de la magestad de ellos,
de la grandeza de su Imperio , da
sus conquistas y hazañas , del go«
bierno que en paz y en guerra te-
nían , de las leyes que tan en pro-
vecho y favor de sus vasallos or-
denaban. En suma , no dexaban co-
sa de las prósperas que entre^ellot
hubiese acaecido que no la traxe*
sen á cuenta.
I>e las grandezas y prosperidA*
aroaao i. b
pS HISTOAIA GBVBBAL
des pasadas venían á las cosas pre-,,
sentes: lloraban sus Reyes muer-
tos , enagenado su Imperio y aca-
bada su república , &c. Estas y
otras semejantes pláticas tenían los
Incas y Pallas en sus visitas , y con
la* memoria del bien perdido, siem"* ,
pre acababan su conversación ea
lágrimas y llanto, diciendo: tro-
cósenos el reynar en vasallage, &c.
En estas pláticas yo como mucha-
cho entraba y salía muchas veces
donde ellos estaban , y me holga^»
ba de las oir , como huelgan los ta- .
les de oír fábulas. Pasando , pues,
dias , meses y afios , siendo yá yo .
de diez y seis ó diez y siete años
acaeció , que estando mis parientes .
un día en esta su conversión ha-
blando de sus reyes y antigua-
llas , al mas anciano que era el
que daba cuenta de ellas, le dixe:
Inca , tío , pues no hay escritura
*.ntre vosotros, que es la que guar-
.
DBS PBRlfr. 99
da la memoria de las cosas pasa^
das i <iué noticias teséis del ori-
gen y principio de nuestros Reyes!
porque allá los Españoles y las
otras naciones sus comarcanas, como
tienen historias divinas y humanas,
saben por ellas quando empesáron
á reynar sus Reyes y los ágenos,
y el trocarse unos Imperios en
otros, hasta saber quantos mil afios '
há que Dios crió el cielo y la tier-
ra , que todo esto y mucho mas,
saben pot sus libros. Empero vo-
sotros que carecéis de ellos i qué
memoria tenéis de vuestras anti-
guallas! {Quién fué el primero de
nuestros Incas ! i cómo se llamó?
2 qué Origen tuvo, su linage! ¿de
qué manera empezó á reyiiar! {coa
qué gente y armas conquistó este
grande Imperio! ¿qué origen tu-
vieron nuestras hazañas!
El Inca ', como que holgándo-
se. de haber oido las preguntas por
£ 2
4 * ^i /
lOO HISTOSIA eBHBIlA&
el gusto que recibía de darcaeota'
da ellai , se roW'ió i. mí , qne yfc
Otras muchas veces le habia oido,
mas ninguna con la atCDCion qu^
eciÓDces , y me dixo : sobrino , yo
te las diré de muy buena gana, á
ti te ccmviene oírlas y guardarlas
en el corazón , es frase de ellos pot
decir en la memoria. Sabris que
en los siglos antiguos, toda esta
jegion de tierra que ves , eran unos
grandes montes y breBales , y las
gantes en aquellos tiempos vivían
como fieías y animales brutos, sin
religión, d1 policía, sin pueblo, ni
casa , sin cultivar , ni sembrar la
tierra , sin vestir , ni cubrir sus
carnes , porque no sabían labrar
atgodon ni lana para hacer de ves-
tir. Vivían de dos en dos, y de
tKs en tres como aceriabaa á jun-
tarse en las cuevas y resquicios de
'•£bs , y cabernas de la tierra: co-
\a como bestias yerbas del cam-
DBX. PERt5. lOt
]H> , raices de árboles , y la fruta
ioculta que ellos daban de suyo,
y carne humana. Cubrían sus car-
nes con hojas y cortezas de árbo*
les y pieles de animales ^ otros an-
daban en cueros. En suma vivían
como venados y salvaginas , y aun
en las mugeres se habían c-omo los
brutos, porque no supieron tenerlas
propias y conocidas.
Adviértase, porque no enfade el
repetir tantas veces estas palabras,
nuestro padre el sol , que era len-
guage de los Incas , y manera de
veneración y acatamiento decirlas
siempre que nombraban al sol , por-
que se preciaban descender de él,
y al que no era Inca no le era li-
cito tomarlas en la boca, que fuera
blasfemia y lo apedrearan. Dizo
el Inca! nuestro padre el solvien-
do los hombres tales como te he
dicho , se apiadó y hubo lástima
de ellos , y envió del cielo á la
Itn BISTOXIA OBHSRAK
tierra ud hijo y uoa hija de los tu-
yos , para que los doctrinasea ea
el conocimiento de nuestro padre
el sol , para qae lo adorasen y tu-
viesen por la dios, y para que les
diesen preceptos y leyes en que
viviesen como hombres , en raion
y urbanidad ; para que habitasen
en casas y pueblos poblados ; su-
piesen labrar las tierras, cultivat
las plantas y mieses , criar los ga-
, nados y gozar de ellos y de los
frutos de la tierra , como hombres
racionales y ao como beitias. Coa
esta orden y mandato puso nues-
tro padre el sol estos dos hijos su-
yos en la laguna Titicaca, que está
ochenta leguas de aquí , y les di-
xo que fuesen por do quisiesen,
y do quiera que parasen i comer
tt adormir, procurasen hincar en el
auelo una barrilla de oró de me-
'ia vata en largo y dos dedos en
Lieso,que les dio para seBal y
iXEL PERÚ. I ¿3
muestra , que donde aquella^ barra
se les hundiese , con solo un golpe
que con ella diesen en tierra , allí
quería el sol nuestro padre que pai-
rasen é hiciesen su asiento y cor-
te. A lo último les dixo: qiiando
hayáis reducido esas gentes á nues-
tro servicio , los mantendréis ea
razón y justicia , con piedad , cle-
mencia y mansedumbre, haciendo
en todo oficio de padr$ piadoéo
para con sus hijos tiernos y ama-
dos , á imitación y semejanza mia^
que á todo el mundo hago bién^
que les doy mi luz y claridad pa-
ta que vean y hagan sus haciendas,
y les caliento quando han frió , y
crio su$ pastos y sementeras , bago
frutificar sus árboles , y multiplico
sus ganados , lluevo y sereno á sus
tiempos , y tengo cuidado de dar
una vuelca cada dia al mundo, por
Yer las necesidades que en la cier-
ra Be ofrecen , para las proveer y
^
104 HISTORIA GB^ffBRAE
socorrer, como sustentador y bien-
hechor de las gentes , q^uiero que
vosotros imitéis este exemplo CO"-
mo hijos mios enviados á la tierra
solo para la doctrina y beneficio de
esos hombres que viven como bes-
tias. Y desde luego os constituyo
y^ nombro por re^es y sefiores de
todas las gentes que asi doctrina-
redes con vuestras buenas razonen,
obras y gobie'rno. Habiendo decla-
rado su voluntad nuestro padre el
sol á sus dos hijos los despidió de
si. Ellos salieron de Titicaca, ca-
minaron al Septentrión, y por todo
el camino, do quiera que paraban,
tentaban hincar la barra de oro , y
nunca se les hundió. Asi entraron
Nen una venta ó dormitorio peque-
ño que está siete ó ocho leguas al
mediodía de esta ciudad que hoy
llaman Pacarec Tampu , que quie«*
re decir venta ó dormida que ams»-*
^ece. Púsole este nombre el tn^
de aquelit dormida al
ipo que amanecia. Es uno áé
IcK pabilos que este principe inafi«
dó poblar despees ; y sus morado-
scs se jactan hoy graodemeoce del
nombre porque lo impuso nuestro
Inca : de aili llegaron éi y su mu*
ger nuestra rey na á este valle del
Cozco, que entonces todo él ei(i«
ba hecho montafia brava»
CAPÍTULO XVL
Fundación del Cozeo ciudad
imperial»
JLtfa primera parada que en este
Yalie hicieron, díxo el Inca, fue
en el cer»> llamado Huaoacautit al
mediodía de esta ciudad. AlU pro^
curó hincar en tierra la barra de
oro , la qudl con líiucha facilidad
ae lea hundió al primer golpe que
dieroA con ella ) gue no la vieíoa
»3
ii
106 HISTORIA GBNBRAL
roas. Entonces dixo nuestro Inca á
tu hermana y muger : En este va-
lle manda nuestro padre el sol que
paremos y hagamos^ nuestro asi en-
. to y morada , para cumplir su vo-
luntad. Por tanto , reyna y herma-
na , conviene que cada uno por su
parte vamos á convocar y atraer
esta gente para los doctrinar y ha-
cer el bien que nuestro padre el
sol nos manda. Del cerro Huana-
cauti salieron nuestros primeros
Reyes cada uno por su parte á con-r
vocar las gentes , y por ser aquel
lugar el primero de que tenemos
noticia que hubiesen hollado con
sua pies , y por haber salido de
allí á bien hacer á los hombres,
teníamos hecho en él, como es so-
torio, ua templo para adorar á
nuestro padre el sol , en memoria
de esta merced y beneficio que hi-
to, ai mundo. El principe fué al
»ptentiion , y la princesa al me«>
©BI» PBftÚ. 107
diodia. A todos los hombres y ma-
geres que hallaban por aquellos
brefiales les hablaban y decían,
como su padre el sol los habla en-
viado del cielo para que fuesen
maestros y bienhechores de los mo-
radores de toda aquella tierra , sa*
candóles de la vida ferina que te-
nían , y mostrándoles á vivir co-
mo hombres^ y que en cumplimien-
to de loque el sol su padre les ha-
bla mandado, iban á los convocar
y- sacar de aquellos montes y ma-
lezas, y reducirlos á morar en pue-
blos poblados , y á darles para co«
mer manjares de hombres y no
de bestias, £¿cas cosas y otras se^
mejánte^ dizeron nuesfros Beyes k
Ids primeros salvages que por es-'
tas sierras y montes hallaron : los
quales viendo aquelJas dos perso-
nas vestidas y adornadas con los
ornamentóos. que nuestro padre el
sol le$ habla dado , hftbko muy d^'
B4
L
Io8 HISTORIA .GSHBRA£
ferente del ^ue ellos tiafao, las or«>
jas horadadas y cao abiertas co-
mo sus descendieDl es las traemos,
y i]ue en sus palabras y lostro mos-
teaban ser hijos del sol , y que v^
niao áloshorobres para darles pji«-
blos en que viviesea , y manteni'
inieiitos que comieseo, maravilla-
dos pOT una parte de lo que veían,
por otra aficionados de las pro-
mesas que les haciaa , les dieron
enterocrédito á todo loque lesdi-
xeron, y los adoraron y levereo-
ciaron como i hijos del sol , y obe-
decieron como á Reyes j ycooro-
cíiadosQ los mismos salvages uno*
i Qtros, y refiriendo las maravillas,
^ue hablan visto y oido , se jun-
taron en gran uúmero hombres y.
mugeres , y salieron coa nuestros
Tcyes para los seguir doude ellos
quisiesen llevarlos.
Nuestros principes , viendo iB
%cba gente que te les allegaba,
3>si.PBitir. 109
dieron orden qae unos se ocupasen
en proveer de su comida campea
tre para todos , porque la hambre
no los volviese t derramar por los
montes : mandó , que otros traba-
jasen en hacer chosas y casas, dan*
do el Inca )a traca como las hablan
de hacer. De esta manera se prin-
cipió á poblar esta' nuestra impe-
Tial ciudad , dividida en dos me*
dios , que llamaron Hanan Coceo,
que como sabes quiere decir Co^
co el alto, y Hurin Cozco,. que e^
Cozco el bazo. Los que atrajo el
rey , quiso que poblasen á Hanao
Cozco , y por esto le llamaron el
alto , y los que convocó la reyna,
^oe poblasen á Uurín Cozco, y por
eso le llamaron el baio. Ssta di«*
visión de ciudad no fue para que
los de la una mitad se aventajases
á los de la otra mitad en ex6ndo-
lies y preeminencias, sino qu9
todos fuesen iguales como berg»*
'lio HISTORIA GBNBRAC
nos , hijos de un padre y ¿c noa
Biadre. Solo quiso el Inca que hu-
biese esta división de pueblo y di-*
ferencia de nombres alto y baxo,
para que quedase perpetua memo-
-^ia de que á los unos habia qoq-
vocado el rey, y á los otros la
reyna^ y mandó, que entre ellos
hubiese sola una diferencia y re-
conociaiieoto de superioridad , que
los del Cozco alto fuesen respetad-
dos y tenidos como primogénitc»
•hermanos maytfres , y los del bazo
fuesen como hijos segundos » y en
suma fuesen como el brazo dere-
cho y el izquierdo en qualquiera
preeminencia de lugar y oficio, por
haber «ido los del alto atrakio^
^r el varott y los del baxo por It
hembra. A semejanza de esto hubo
•después esta misma división en to-
dos los piiebloa grandes ó chicos de
nuestro Imperio , que los dividió-
9n por barrios ó por lioages , di-
ciendo Haniniyllu y Harín ayllo,
qoe es el lioage alto y el baxo^
Hanan soyo y Haría suya , qae es
el distríco alto y el bazo.
JontamenCe poblando la ciodad,
eosefiaba ooestro Inca á los Indios
Taroaes los oficios pertenecientes^
Taron , como romper y cultivar la
tierra, y sembrar las mieses , semi*
lias y legumbres que les mostró
qae eran de comer , y provecho-
sas ; para lo qoal les enseñó á ha-
cer arados y los demás instrumea»
tos necesarios , y les dio orden y
manera cómo sacasen acequias de
los arroyos que corren por este va-
lle del Cozco , hasta ensefiarles i
hacer el calzado que traemos. Pot
otra parte la reyna industriaba á
las Indias en los oficios mugeriles,
á hilar , tezer algodón y lana , y
hacer de vestir para si y para sus
maridos y hijos : decíales cómo ha-
Uan de hacer los demás oficios det
tid HISTORIA cxmíiAr
servició de casa. En suma, áingu-
fia cosa de las que pertenecen á
la vida humana dezaron nuestros
principes de ensefiar á sus prime-
ros vasallos , haciéndose el Inca rey
. y maestro de los varones, y la Coya
reyna y maestra de las mitgeres.
CAPÍTULO XVII.
■ . Lo que reduxo el primer Inca •
Manco Capac,
L
ros mismos Indios nuevamente
asi reducidos , viéndose ya otros,
•y reconociendo los beneficios que
iiabian recibido , con gran coáten-
to y regocijo entraban por las sier-
ras , montes y brefiales á buscar
los Indios , les daban nuevas de
aquellos hijos del sol , y les de^
cían que para bien de todos ellos
se haíbiao aparecido en su tierra,
f les contaban los^ muchos beaefi^
9MJ^ 9smtf. 113
cios que les habían hecho ; y para
ser creídos les mostraron los nue-
vos vestidos y las nuevas comidas
qac comían y vestían , y que vi-
vían en casas y pueblos. Las qua«
les cosas oídas por los hombres sü«
vestres , acudían en gran numero. á
ver las maravillas que de nuestros
primeros padres , reyes y sefiores
se decían y publicaban ^ y habién-
dose certificado de ellas por vís^
de ojos , se quedaban á los servir
y obedecer. De esta manera , ¡la-
oiándose unos á otros , y pasando
la palabra de éstos á aquellos , so
junt6 en pocos años mucha gente:
tanta, que pasados los primeros seis
^ siete años, el Inca tenia gente
de guerra armada é industriada par^
S9 defender de quien quisiese ofen-
derle, y aun para traer por fuerza
los que no quisiesen venir de grar
do. Enseñóles ¿ hacer armas ofenr
sivas , como arcos , flechas i laa»
IIA HISTORIA GENSRAL
zas , porras , y otras que se usas
agora.
Y para abreviar las hazañas de
nuestro primer Inca , te digo , que
hacia el levante reduzo hasta el
rio llamado Paucartampu, y al po*-
aiente, conquistó ocho leguas has-
ta el graii rio llamado Apurlmac, y
al mediodía atrajo nueve leguas
hasta Qnequesana. En este distrito
mandó poblar nuestro Inca mas de
cien pueblos, los mayores'de á ciéa
casas , y otros de & menos , según
la capacidad de los sitios. Estos fue-
ron los primeros principios que es-
ta nuestra ciudad tuvo para haber-
se fundado y poblado como la ves.
Estos mismos fueron los que tuvo
este nuestro grande , rico y famosa
imperio que tu padre y sus com-
pafieros nos quitaron. Estos fueron
nuestros primeros Incas y 'Reyes
que vinieron en los primeros siglos
"del mundo , de los quales descien*
den los demás Reyes que hemos
tenido ) y de éstos mismos descen-
demos todos nosotros. Quántos años
ha qae el sol nuestro padre envió
estos sus primeros hijos , no te lo
sabré decir precisamente , que son
tantos que no los ha podido guar*
dar la memoria : tenemos que son
mas de quatrocientos. Nuestro Inca
se llamó Manco Capac , y nuestra
Coya Mama Oetk) Huaco : fueron
como te he dicho, hermanos , hijos
del sol y de la luna, nuestros prime-
ros padres. Creo que te he dado lar-
ga cuenta délo que me la pediste, y
respondido á tus preguntas , y por
no hacerte llorar , no he recitado
esta historia con lágrimas de sangré
derramadas por los ojos , como las
derramo en el corazón del dolor
que siento de ver nuestros Incas
acabados , y nuestro Imperio per«*
dido.
Esta larga relación del orlgeai
Il6 HISTORIA OBKBSAK
de SUS Reyes me dio aqoel Inck,
tio de mi madre , á quien yo se la
pedí ; la quaJ yo he procurado tra- '
ducir fielmente de mi lengua ma-
terna , que es la del loca , ca la
agena , que es la Castellana , aun-
.que no Ib he escrito con la mages-
tad de palabras que el Inca habió,
B¡ con toda la significación que lis
de aquel lenguage tienen, que por
ser tan signlflcativo pudiera haber^
ce esteodido mucho mas de lo que
se ha hecho ; aates la he acortado
quitando algunas cosas que pudie-
ran hacerla odiosa ; empero bas-
tara haber tacado el verdadero sea-
tido de ellas , que es lo que god-
Tiene i nuestra historia. Otras co>*
lai semejantes , aunque pocas, me
dixü este Inca en las visitas y pli-
licas que en casa de mi madre se
haciao, las quales pondré adelanta
eo sus lu¿ar¿s citando el autor : y
füimt da no haberle preguntado
BttL PBRlí. 117
Otras muchas para tener ahora la
Bocicia de ellas , sacad^ xle tan -
baen archivo para escribirlas aqai«
CAPÍTULO xvin.
V&bulas bistariaies del origen
de ¡os Licae» ^
vy tra fábula cuenta la gente co-
mún del Perú del origen de sus
Reyes Incas , y son los Indios que '
caen al mediodía del Cozco , que
llaman Collasuyu , y los del po-
niente que llaman Cuntisuyu. Di** -
cen que pasado el diluvio, del qual
no saben dar mas razón de decir
que lo hubo , ni se entiende si fue '
el general del tiempo de Noé ó -
alguno otro en particular , por lo '
qual desar^mos de decir lo que
cuentan de él y de ot as cosas se-
mejantes , que de la manera que
las 4icea mas parecen sueños ó*
'i 1 8 HISTOnÍA GB|tSX.AL
fábulas mal ordenadas qoe saca*
casos historiales. Dicen , pues, que
cesadas las aguas , se apareció un
hombre en Tiahuacanu , que está
al mediodía del Cozco, que fue tan
poderoso que repartió el mundo en
quacro partes , y las dio & qua-
tro hombres 1que llamó Reyes : el
primero se llamó Manco Capac,
el segundo Colla , el tercero To-
cay , y el quarto Pinahua. Di-
cen que á Manco Capac dio la par-
te septentrional, y al Colla la par-
te meridional , de cuyo nombre se
llamó después Colla aquella gran
provincia : al tercero llamado To-
cay , dio la parte del levante , y
al quarto , que llaman Pioahua , la
del poniente^ y que les mandó fue-
se cada uno á su distrito, y con-
quistase y gobernase la gente que
hallase ^ y no advierten á decir si
el diluvio los habla ahogado , ó si
los Indios habian r^ucita^o para
ser conquistados y doctrinados , y
asi es todo quaoto dicen de aque-
llos tiempos. Dicen que de este re-*
partimiento del mundo nació des-
pués el que hicieron los Incas de
su reyno llamado Tahuantin suya.
Dicen que ^anco Capac fue háp
cia el norte y llegó al vaile del
Cozco. , fundó aquella ciudad, su-
jetó los circunvecinos , y los doc-
trinó ; y con. estos principios di*
cen dé Manca Capac casi lo mis-
mo que heñios dicho de él^ y que
los Reyes Incas descienden ,de él»
y de los otros Reyes no saben de*-
cir qué fue de ellos 9 y de esta ma-
nera son todas las historias de aque-
lla antigüedad ^ y no hay que es*
pautarnos de que gente que no tu*:
vo letras con que conservar la me->
moría de sus antiguallas trate de
aquellos principios tan confusamen-
te 9 pues los de la gentilidad del
^undo Viejo con tener letras y ser.
tüO HISTOSfA GENSRAi;
tan cariosos en ellas, inventaron fí-
bulas tan dignas de risa, y mas qae
estotras ) pues una de ellas es la
de Pirra y Deucalion , y otras que
pudiéramos traer á cuenta ; y tam-
bién se pueden cotejar las de la una
gentilidad con las de la otra , que
en muchos pedazos se remedan ; y
asimismo tienen algo semejante á
la historia de Noé , como algunos
Españoles han querido decir , se-
gún veremos luego. Lo que yo sien** *
to de este origen de los Incas di-
ré al fia.
Otra manera del origen de los
Incas cuentan semejante á la pasa-
da, y estos son los Indios que viven
al levante y al norte de la ciudad
del Cozco. Dicen que al principio
del mundo salieron por unas ven-
tanas de unas pefías, que están cer-
ca de la ciudad en un puesto que
llaman Paucartampu , quatro hom-
bres y quatro mugeres , todos hep-
DBL PBRÚ. Idt
irianos , y que salieron por la ven«
tana-- de enmedio , que ellas son
tres], la qoal llamaron ventana real;
por esta fábula aforraron aquella
ventana por todas partes con gran-
des planchas de oro y mudias pie*
dras preciosas : las. ^entanas de ios
lados -guarnecieron solamente coa
oro , mas no con pedrería. Al pri-
mer hermano llamaron Manco Ca-
pac , y á «a muger Mama Oello:
dicen que éste fundó la ciudad,'
qat la llamó Cozco, que en la len-
gua particular de los Incas quiere-
decir ombligo, que sujetó aque-»
lias naciones, les ensefió á ser hom-
bres , y que de éste destlenden
todo»4o5 Incas. Al segundo herma-;
so llaman Ayar Cachi, al terce-
ro Ayar Vchu , y al quartó Ayac
Sanca. La dicción Ayar no tiene
significación en la lengua general
éel P^rú , en la particular de los
Inci|s la.debia de tener : las otras
TOMO X s
laa HISTORIA CBNBRAL
dicciones son de la lengua general.
Cachi quiere decir sal , la que co-«
memos , y uchú es el condimento
que echan en sus guisados, que los
Españoles llaman pimiento : no tu-*
vieron los Indios del Perú otras es*
pecias. La otra üiccion sauca quie-
xe decir regocijo , contento y ale*
gria. Apretando á los Indios sobre
qué se hicieroo aquellos tres hex«
manos y hermanas de sus primeros
reyes , dicen mil disparates; y no
hallando mejor salida , alegorita»
la fábula diciendo que por la sal,
que es uno de los nombres, entien-
den la enseñanza que el Inca les
hizo de la vida natural ^ por .el
pimiento , .el gusto que de ella se-
eíhieroaj; y por el nombre regoci-
jo entienden el contento y alegría
con que después vivieron ; y aun
esto lo dicen por tantos rodeos, tan
•in orden y concierto ,>que m&s se
KA por coDjetujas^dis 1<^ que que<c-
SfiZi PBRU. 121
irán decir , qae por el discurso y or-
den, de sus palabras. Solo se afir-
man en que Manco Capac fue el
primer rey y que de él descien-
den los demás reyes. De manera
qae por todas tres vias hacen prin-*
cipio y origen de los Incas á Maa«
co Capac : y de los otros tres her-*
manos no hacen mencioo; antes po(
la vta alegórica los deshacen , y se
quedan con solo Manco Capac ^ y
parece ser asi ^ porque nunca des-*
pues rey alguno ni hombre de su
linage se llamó de aquellos nom-
bres , ni ha habido nación que se
preciase descender de eflos. Alga-¿
nos Españoles curiosos quieren de*
cir oyendo estos cuentos, que áque*
líos Indios tuvieron noticia de la
historia de Noé , de sus tres hijos,
muger y nueras , que fueron qua*
tro hombres y quatro mugeres que
Dios reservó del diluvio ^ que sos
Ips que dicen en la fábula ; que
V 2
134 HIST.ORIA CBKXItAX.
por la ventana del arca de Noé
dixeron los Indios la de Paaeartam-
pu, y que el hombre poderoso que
la primera fábula dice que se apa-
reció en Tiahuanacu , que dicen
repartió el mundo en aquellos qua-*
tro hombres , quieren los curiosos
que sea Dios , que mandó á Koé
y á sus tres hijos que poblasen el
mundo. Otros pasos de la una fá^
bula y de la otra quieres semejar á
los de la Santa Historia , qut» les
parece que se semejan. To no tát
entremeto en cosas tan hondas, di-*'
go llanamente las fábulas historia-
les que ea mis nifieces oí á los
mies , tómehis cada uno como quí*
«tere , y déles la alegoría que mas
le quadrare^ A semejanza de las fá.
bulas que hemos dicho de los lo*
eas , Inventan ]a$ demás naciones
del Perú otra infinidad 4e ellas del
origen y principio de sus primé-
t>s padres , diferenciándose unos de
DBL PfiRlfi. - 12 1
otros ) como las veremos en el dis-
curso de la historia *. que no se cie«
se por honrado el India que no des-
ciende de fuente , rio ó lago , aun«
qne sea de la mar^ó dé animales fie-
ros 9 conoo el oso , león ó tigre , ó
de «güila ó del ave que llaman cun^
tur , ó de otras aves de ra pifia ^ ó
de sierras , montes ^ riscos ó ca-
bernas , cada uno como se le anto-
ja para sn mayor loa y blasón ^ y
para fábuhu baste lo que se ha di-
^ácho.
»• ■ . '
CAPÍTULO XIX.
Protestación del autor sobre
id historia,'
Y a que hemos puesto lar primera
piedra de nuestro edificio , aunque,
fabulosa , en el origen de los Incas
Reyes del Perú , será razón pase-
B108 adelante en la conquista y re-
126 HISTORIA GENERAL
éuccion de los Indiosj exteediendo
algo mas la relación sumada quo
me dio aquel Inca, con la relación
de otros muchos Incas é Indios
naturales de los pueblos que este
primer Inca Manco Capac jnandó
poblar y reduxo á su imperio , con
los quales me crié y comaaiqad
liasca los veinte afios. £n este tiera«
po tuve noticia de todo lo que va-*
mos escribiendo^ porque en anisini*
fieces me contaban sus hi^^tonas, co-
mo se cuentan las fábulas á les ni*
ños. Después en edad mas crecida
me dieron larga noticia de .sus le-
yes y gobierno , cotejando el nue-
vo gobiecno.de los £spafioles bou
el de los Incas,. dividiendo en par-
ticular los delitos y las penas, y e,^
rigor de ellas.: deciaome cómo pro-
cedían sus reyes en paz y en guer^*
fa , de qué manera trataban á sus
vasallos , y cómo eran servidos de
ellos. Demás de esto , me coRta-<
{mil como á propio hijo toda su
idolatría , sus ritos , ceremonias y
sacrificios , sus fiestas principales y
sio principales, y cómo l&s celebra*
ban :. decíanme sus abusos y supera
ticiones , sus agüeros nialos y bue-
nos , asi los que miraban en sns si'
crifícios como fuera de ellos. £h
suma digo , que me dieron noticia
de todo lo que tuvieron en su re-
pública , que si entonces lo escrí*
Ibiera fuera mas copiosa esta histcr**
ría; Demás de habérmelo dicho los
Indios 5 alcancé y vi por mis ojos
mocha parte de aquella idolatría,
0US fiestas y supersticiones , que auh
€11 mis tiempos hasta los doce ó
trece afios tle mi edad no se habían
acabado del todo.* Yo nací ochó
afios después que los Españoles ga(-
oaron mi tierra, y cómo lo he di-
cho, me crié en ella hasta los veif¿-
te afios , Y así vi muchas cosas dé
las que hacían los Indios en aque^
laS HISTORIA GBNBRAK
]]a su gentilidad , las quales conta-
lé diciendo que las vi. Sin la re-
lación que mis parientes me dtc-
.ron de laf :cosas dichas , y sin lo
que yo vi, he habido otras mu-
chas relaciones de las conquistas
y hechos de aquellos Reyes: por-
que luego que propuse escribir es-
ta historia , escribí á los condis-
cípulos de escuela y gramática, en-
cargándoles que cada uno me ayu^-
.dase con la relación que pediese
haber de las particulares conquis-
tas que los Incas hicieron de las
provincias de sus madres j porque
cada provincia tiene «us cuentas
7 nudos con sus historias , anale^
y la tradición de ellas ', y por esto
retiene mejor lo que en ella pasó
que lo que pasó en la agena. Los
condiscípulos , tomando de veras
lo que les pedí , cada qual dio
cuenta de mi intención á su müf*
dre y parientes ; los quajes , sa«
INII. VVB.é. ISp
-Jbieodo que un Indio hijo de su,
tierra quería escribir • loe: sactste
de elle , sacaren de sus archivos
las relaciones que tenían de sus
historias y me las esTíaron : y
asi tuve la noticia de los hechos
y conqaUtasi de cada Inca , que es
Ja nuisAa-fue Jos historiadores Es-
•pafioles tuvieron^ sino que ésut se«-
■rá maslarge, coma lo advertíré-
Aios en muchas partes de ella. Y
porque todos los hechos de este
jirimer Inca son principios y fun-
damento de la historia que hemos
de escribir, nos valdrá mucho de-
cirlos aquí 9 á lo menos los mas
importantes , porque no los repi-
tamos adelante en las vidas y he*
ches, djS tada uno de los Incas sus
descfinditates-^ pprque todos ellos
generalmente , asi los reyes co-
mo los no reyes y se preciaron de
imitar en todo y por todo la con-
jdimoo, obras y costumbres de este
»3
1 30 BISTORIA 6EKBRAL
primer principe Manco Capac ;^ ^
lUehu sufi cosas ) habremos dicha
las de todos ellos. Iremos con aten^
cion de decir las hazañas mas his-
toriales , dexando otras muchas por
Impertideotes y prollxas : Y aun-
que algunas 'cosas de las dichas^, y
-otras quo se dirán ^pare^ean fabu^
losas, me pareció no dezar de es*
cribtrlas , por no quitar los fun^
¿amentos sobre que los Indios se
fundan para las cosas mayores y
mejores que dé su Imperio cucntam;
porque , en fin , de estos princi^
píos fabulosos procedieron las gran^
dezas que en realidad de verdad
posee hoy Espafia; por lo qual se
me permitirá decir lo que convi-
niere , para la mejor noticia que
se pueda dar de los principios, me^
dios y fines de aquella monarquía,
que yo protesto decir llanamente
la relación que mamé en la leche,
y la que después acá he bakndo,
* BBL PKRÚ. 131
-pedida á los propios oiios ^ y pro*
meto que la afíccion deell05.no
«ea parte para dexar de decir la
verdad del hecho , sin quitar de
lo- malo , ni añadir á lo bueno que
tuvieron: que -bien sé que la gen*
tilidad es un mar de errores , y
no escrilÑré novedades que no se
liayan oído , sino las mismas cosas
que los historiadores Españoles haa
«sentó d^ aquella tierra , y de los
«ey^s de ella ^ y alegaré las mis-
mas palabras de ellos donde con-
viniei e ^ para que se vea que no
finjo ficciones- en favor -de mis pa«
«lentes, sino que digo lo mismo
^ue los Españoles dixeron ^ sok>
«erviré de comento para declarar
y ampliat muchas cosas que ellos
asomaron á decir , y las dexarotí
imperfectas por haberles faltado
*retecioa «ntera. Otras muchas se
sañadirán que íaltab de ii^p tí^té^
fias y pasaron . en hecho de vet-
»4
IgS HISTOHXA GEKE11A£
dad ; y algunas se quitarán que
sobran, por falsa relación que tu-
vieron , por no saberla pedir el
Espafiól con distinción de tiempes
y edades , y división de provin-
cias y naciones; ó por no enteo-
der al Indio que se la daba ; ó por
so entenderse el uno al otro por
la dificultad de! lenguage : que el
Español que piensa que sabe mas
de él , ignora de diez partes Iñs
.nueve , por las muchas cosas que
un mismo vocablo significa , y por
las diferentes pronunciaciones que
una misma dicción tiene para muy
diferentes significaciones, comos^
verá adelante en algunos vocablos
que stfÍL forzoso traerlos á cuenta.
Demás de esto , en todo lo
j que de esta república , antes des-*
truida que conocida , dixere , será
contandQ'llanamente lo que ea su
antigüedad tuvo de su idolatría,
xjigs 9 sacrificios y ceiemoaias 9 y
\
DBX. VKBLÚ. 13S
«n su gobierno , leyes y costam-
bres ep paz y en guerra , sin com-
parar cosa alguna de estas i otras
semejantes que en las historias
divinas y humanas, se hallan , ni
al gobierno de nuestros tiempo^,
porgue toda comparación es odio-
sa. El que las leyere podrá coter
jarlas á su gusto , que muchas htf
Hará semejantes á las antiguas , así
de la Santa Escritura^ como de la^
profanas y fábulas de la gentilidad
antigua : muchas leyes y costum*-
bres ve:^á que se parecen á las de
nuestro siglo , otras muchas oirá
en todo contrarias : de mi parte
he hecho lo que he podido, no ha-
biendo podido lo que he deseadq.
Al discreto lector suplico reciba
mi ánimo , que es de darle gusto
y contento , aunque las fuersas ni
la habilidad de un Indio, nacido en-
tre los Indios y criado entre arm^s
y caballos , no puedan Uegar ai^.
134 HISXOBIA GBNSRAL
CAPÍTULO XX.
Pueblos que mandó poblar el pri^
mér Inca.
V olviendo al Inca Manco Capat
'decimos , que después de habeí
fundado la ciudad del Cozco eo
las dos parcialidades que atrás qae^
'dan dichas ^ mandó fundar otro^
muchos pueblos ^ y es asi que iQ
oriente de la ciudad , de -la gentfe
que por aquella vanda atraxo en el
espacio que hay hasta el rio llama-
do Paucartanípu ^ mandó poblar á
tina y á otra vanda del camino real
•de Antisuyu trece pueblos que
no nombramos por escusar proli-
gidad; casi todos ó todos son de
la nación llamada Poqués, A po-
niente de la ciudad , en espacio de
ocho leguas de largo y nueve ó
diez de. ancho, mandó poblar creiü-
tt pséblos que s% derraman á uaa
aaatio y otra del catoino real de
Cuncisuyu. Fueron estos pueblos
de tres naciones de diferentes apé^
Ijídos ; conviene á saber , Masca',
Chillqui , Pap.ri. Al norte de la
:ciiidad se polcaron veinte pueblos
•de quatre apellidos , que son ^ Mai-
yo , Canea , Chinchapucya , Ri«
roactampu. Los mas de estos pue-
blos están en el hermoso valle db
Sacsabuana , donde fue' la batalla y
prisk» de Gonzalo Fizarro. £l pue-
hko mas alejado de estos está 4 sie^
te leguas de la ciudad ) y los ¿^
mas se derraman á una mano y á
otra del camino real de Cbineha^
auyu. Aí-iaedíodia de la ciudad se
poblaron treinta y ocho 6 quaren-*
ta pueblos , los dies y ocho de Itt
aacion Ayármaca , los qoales se
derramaban á una mano y á otn
del camino real de CoUasoyo por
espacto de tres Uguas de largo, ean
^
t%( HISTORIA GBKVRAXr
pezando del parage 4e la$ salinas
^ue están una legua peque6a de la
ciudad , donde fue la batalla la-
mentable de Don Diego de Alma-
gro el viejo y Hernando Pizarro:
los demás pueblos son de gentes
de cinco 6 seis apellidos , qne son:
Quespicancha , Muyna , Urcos*»
Quehuar , üuaruc , Cavi£a. Esta
Aacion Cavifia se preciaba en su va-
na creencia , que sus primeros par
dres hablan salido de una laguna^
á donde 4ecian que valviao las ¿ni-
jnas de los que morían , y que de
allí volvían á salir y entraban ea
los cuerpos de los que. nacían : tu-
.vi-eron un idolo de espantable figu*-
jra á quien hacían sacrificios muy
•^birbaros. £1 Inca Manco Capac Jes
quitó los sacrificios y el idolo ,. y
les mandó adorar al sol oomo á los
demás sus vasallos.
Estos pueblos , que fueron mas
dk ciento , en aquellos principios
]>BI. VSRÚ. 137
fueron peqnefios , que los mayo-
res no pasaban de cien casas, y los
menores eran de Teinte y cinco y
treinta : después por/ los favores
.y privilegios qne e] naimo Hanoo
Capac les dio , cono iaego dii^
OQos , crecieron en gr^ii námero,
qne muchos de ellos llegaron á c^
ser mil vecinos , y los men aes á
trescientos y á quatrocientos. I>es-
pues, muclio mas adelante, jpor ks
mismos privilegios ^ y fevores qoe
«1 primer Inca y sos deaoendimités
les hablan hecho , los destruyó el
gran tirano Atanhuallpa, 4 osos
mas , á otros menos 9 y i mo-
chos ¿e ellos asoló del todo. Abo*
ra en nuestros tiempos , de pooo
mas de veinte afios á esta parte,
aquellos paeblos que el Inca Man-
co Capac mandó poblar , y casi
todos los demás que en el Perú
habla , no están en sos sitios an-
tiguos , sino en otros muy djufe*
t$Z HISTORIA 6BNBRAX
rentes , porque un visorrey) como
se dirá en su logar , los hizo redu-
cir á pueblos grandes , juntando
cinco y seis en ano , y siete y
«cho en * otro , mas y menos co-
mo acertaban á ser los poblezuelos
que se reducían'^ de lo qaal resul-
taron muchos inconvenientes que
iior ser odiosos se dexaa de decir.
CJAPÍTÜLO XXX
EnstAmza que daba ti Inca a sus
vasallos*
E
1 Inca Manco Capac , yendo po«
blando sus pueblos, juntamente con
cnsefiar á cultivar la tierra á sus
vasallos , labrar las casas , sacar
acequias , y hacer las demás cosas
necesarias para la vida humana, les
iba instruyendo en la urbanidad,
cottapafíía y hermandad que anos
á otros se hablan de hacer , con-
farme á lo qae la razón y ley na-
taral les eosefiaba , persuadiéndo-
les Qon macha eficacia , que para
que entre ellos hubiese perpetua
paz y concordia , y no naciesen
enojos y pasiones , hiciesen con
todos lo que quisieran que todos
hicieran con ellos , porque no se
permitia querer una ley para sí y
otra para los otros. Particularmen«-
te les mandó que se respetasen onos
•k otros . Jsn las* mugres é hjjas^
porque -esto de las mugeres- andaba
«ntre eüos mas bárbara que otro
▼icio álgiúio. Puso pena dé muerte
á Jos. adúlteros , á los homicidas y
ladrones. Mandóles que no tuvier
smn nia^de una muger , que se ca^
sasen dmtro en sii parentela por-
que no se confundiesen los lina-^
ges , y que se casasen de veinte
afios arriba , porque pudiesen go-*
bernar sus casas y trabajar en sus
hacieA4as. Mandó' recoger el gaoa^
I4P HISTOAIA GXKSHAC
do manso que andaba poí el csnH*
po sin duefio ^ dé cuya lasa los
vistió á todos , mediante la indas-»
tria y ensefianza que la Reyna Ma-
ma Oello Huaco habia dado 4 las
Indias en hilar y texer. Ensefióles
á hacer el calzado qne hoy traen
ItoHudo usuta. Para cada pueblo ó
aacion de las que reduzo , eligió
un Curaca , que es lo mismo que
Cacique en la lengua de Cuba y
santo Domingo , que quiere decir
•efifir :de vasallos : eligiólas por sus
snéiibos los que habían trabajado
mas en la redncion de los Indios,
mostrándose mas afables, mansos
y piadosos, mas amigos del bien
común, á los quales constituyó por
señores de los demás , para que los
doctrinasen como padres á hijos ^ á
los Indios mandó que los obedecie-
sen como hijos á padres.
Mandó que los frutos que en
oada pueblo $e. recogían se guarda-
UBI. psmih ' 1-41
sen en junto , para dar á cada uno
lo que hubiese menester, hasta que
hubiese disposición de dar tierras
á: cada lodiot en particular.- Jttnt»-
asente con estos preceptos y orde-
aanias, les ensefiaba ei culto di«
vino de su idolatría. Sefialó sitio
para hacer templo al sol donde 1#
SBcri£casen , persuadiéndoles que
lo tuviesen por principal Dios , á
quien adorasen y rindiesen Jas gra-*
ciás de tos beneficios naturales que
les hacia con su las y calor , pues
arelan que les produeia sus campos,
y multiplicaba sus ganados, con las
demás mfercedes que cada dia re*
ídlriaB) y qué 'particularmente de«
^tan adoración y servicié al sol y
i la luna, por haberles enviado dos
hijos suyos, que sacándolos déla vih
^ ferina qu^ hasta entonces halÑaft
tenido , .-los hubieseo reducido á ih
«humana qué al presente tenian*
Mandó que hiciesen casa, de mu-
'
I4> BISTOIUA GBVBRAIr
^eies para el sol^quando hubiese
bastante oámero de mugares de la
sangre real para poblar la casa.
Todo lo qaal les mandó que guatw
dasen y cnmpliesen coma gente
agradecida á los beneficios qoe ha-»
bian recibido , pues no los podían
negar) que de parte de su padre
el sol les prometía otros muchos
bienes si asi lo hiciesen , y que tu-
viesen ppr muy cierto que no de*
cia él aquellas, cosas de suyo , sino
que el sol se las revelaba y man-
daba que de su parte las dizese á
los Indios, el qual como padre le
guiaba y adiestraba en todos sus
liechos y dichos. Los Indios, con la
simplicidad que entonces y siem*
pre tuvieron , hasta nuestros tiem-
pos , creyeron todo lo que el Inca
Jes dixo , principalme/ite el decir**
its qae era hijo del sol; porque
también entre ellos hay naciones
que so jactan descender de seme-
Jantes fábulas, como adelante dire-
mos, auoque no supieron escoger
tan bien como el Inca , porque se
precian de animales y cosas baxas
y terrestres. Cotejando los Indios
entonces y después sus descen-
dencias con la del Inca ; y viendo
^ue les beneficios que les habla,
hecho lo testificaban , creyeron ñr^
Biisifnaoiente que era hijo del sol.
Le prometieron guardar y cuqon
pUf lo que les mandaba^ y e&8a«
ma le adoraron por hijo del sol^
confesando que ningún hombre hu*
mano pudiera haber hecho con ellof
lo que i\ , y que asi xreian que era
hdoibre 4ivíno venido del cielo. . *:
144 HISTORIA GEVBmAI.
CAPÍTULO XXII.
Insignias favorables que el Bics
dio á ¡os suyos.
E
n las cosas dichas y otras senie-
jaotes se ocupó muchos afios el lo*
ca Manco Capac , en beneficio de
sos vasallos^ y habiendo experi-
meatado la fidelidad de ellos., el
amor y respeto con que le servian,
la adoración que le hacian , quiso
por obligarles mas ennoblecerlos
con nombres é insignias de las que
el Inca traía ea su cabeza ^ y esto
fue después de haberles persuadi-
do que era hijo del sol, para que
las tuviesen en mas. Para lo qual
es de saber que el Inca Manco Ca-
pac , y después sus descendientes,
á imitación suya, andaban tresqui-
lados , y no traían mas de un dedo
de cabello : tresquilabanse con na-
BBL PERÚ. 14J
▼tjts de pedernal rozand^o el cabe-
llo hacia abaxo , y lo dexaban del
altor que.se ha dicjio. Usaban de
las navajas de pedernal porque no
líallaron la invención de las tixeras,
trasquilábanse con mucho trabajo,
como cadtt uno puede imaginar; pbr
lo qual , viendo después la facili-
dad y suavidad del cortar de las
tixeras, dixo un ínca á un condiscí-
Fulotmestro de Jeer y escribir: si
los Espafioles , vuestros padres, no
hcrbieran hecho mas de traernos ti-
seras i esfiejos y peines les hubid-
Tamos dado quanto oro y pla^a te^
filamos en nuestra tierra. Demás
de attdar trasquilados traían las ore;
jes horsKladas por donde comun-
mente las horadan las mugercs pa-
ít los aarcillosj empero háctati cre-
cer el horado con artificio ( como
mas largo en su lugar diremos) en,
estrafia grandeza^ ibcrtííWe'á quién
aola huMere visto y porque pítrécc
t^6 HISTORIA GENBRAL
impcsible que tan poca carne cá»
ipo.Ja que hay debaxo de la oreja,
▼epga á crecer tanto que sea ca-
paz de recibir una orejera del ta*
mafio y fornia de una rodaja de can-
taro , que semejantes a rodajas eraa
las orejeras que ponían en aquellos
lazos qi^e de sus ojrejas hacían,
los quales lacos si acertaban rom*
perlos , quedaban de una gran quar-
ta devar^de medirán largo, y de
grueso como la mitad de un dedo*
Y: porque los Indios las traían de
la manera que. hemoS' dicho , lea
llatnaron orejones los< Españoles.
., Traían los Incas en la cabeía
por tocado una treava que llaman
U^utu : hacíanla de noñichas ¿olo-
res , y del ancho de. un dedo- y po-
co mefios gruesa. Esta, srenza.ro»
deaban á la cabeza ,» daban qua-
tro ó cinco bueltas y quedaba co-
lino una gul/n^lda. JEstaf. tres divi'^
m que soA^ el llautti , el jCfasqiúr
iit% PE&d. t47
lai9ft') y traer las orejas horadadas
eran las principales que el Inca
Manco Capac traía , sin otras que
sidelante diremos, que eran insig-
nias de la persona real , y no laa
podía traer otro. £i primer privi-
legio^ue el Inca dio á sus' vasallos^
ftte mandarles que á*imitacion su-i*
ya traxesen todos en coman ia
trenza en. la cabeza, empero que
no fuese de todos cotores como la
que el Incairaia , sino de un co-
lar solo y que fuese negro.
' Habiendo 4ia5ade algiiñ tiempo
ea medio, les hito gracia de la otra
divisa que ellos tuvieron por mas
farorahle, y fue mandarles que aa**
duTieseii trasquilados , empero coa
diferencia de unos vasallos á otros,
y de« todos . eHos ai Inca ^ porque
no hubiese confusión en la división
^ue. mandaba hacer de cada pro-
yincia, y de cada nación ni se se*
majasen tanto al Inca que no hu-
6 2
148 niSTOAlA CWtntíkAX,
biese mucha disparidad da tétfí efl^s;'
y asi mandé que anos trazesen una
coleta de la manera de un bonete
de orejas , esto es , abierta por la
frente hasta las sienes, y que por
los lados . llegase el cabello hasta
lo último de las orejas. A otroa
mandó qué- traxesen la coleta á
media oteja y otros mas corta : em-
pero que nadie llegase á traer el
«ibeilo tan corto tsomo el Inca. Y
•s de^adviertirique todos estos In-
dios, principalmeote los Ineas , te-
nían cuidado de 'no dezar crecer el
cabello , sino que lo traían siempre
en un largo por no parecer unos
días de una divisa y otros de otra.
Tan nivelados como esto andaban
todos ellos en lo que tocaba á las
divisas y diferencias de las caber
cas , porque cada nación se precia^^
ba de la suya , y mas de estas que
fueron dadas por la mano del Inca.
CAPÍTULO XXIII.
Otr(ts insignias mas favorable s,,*
con e¡ nombre Inca.
p
asados algunos úieses y afios les
hizo otra merced mas favorable que
Jas pasadas , y fue mandarles que se
.horadasen las orejas : mas también
fue con limitación del .tamafio del
horadado de la oreja que noUegai^e
á la mitad de como los traía el
Inca sino de .medio atrás , y que
trajesen cosas diferentes por ore*-
jeras , según la diferencia de los
apellidos y provincias. A ;U!nDS dio
que traviesen por divisa un palillo
del grueso, del dedo merguerite,
como fue á la nación llamada Ma«
yu y Cancu. A otros mandó que
traxesen una vedijita de lana blan-
ca que por una parte y otra de
hi oreja 93oma8e tanto como la ca-^
IfO HISTOniA 6fiN<llA£
beza del dedo pulgar , y estos fae-
foo la aacíon llamada Póques. A
las naciones Múyoa, Huáruc Chili-
^i , roandb que traxesen orejeras
hechas. del juoco comutiv que los
Indios llaosan tucura. A la nación
Rimactampu y á sus cirtilnvecinas,
mandó que las traxesen de un palo
^ue en las isla» de Barlovento lia-
nan Maguey , y en lengua gefne-
kal del Perü se Uama Chuchau, qú4^
tfttitada la corteza el naeoilo, es fo-
fo, blando y muy liiriano. A los tres
apellidos Úrto» , Y.úcay , Tampu^
^uetodus «00 el rio abaxo de Y.U'*-
cay ^ mando por p»cicul|ir fa^r j
aaerced que era^esen Jas orejas mas
abiertas ^ue todas las otras oacio-
fies , mas que no llegasen á la mi*
tad del tamafio que ellnca las traía,
para lo qual les dio medida 4el ta-
mafio del horado , como lo había
hecho á todos los demás apellidos,
^ara que ao excediesen e» el.graa-^
<lor. Las orejeras mandó que fue-
sen del junco ttttúra , porque ase-
mejaban roas á las del Inca. Lla-
xoaban orejeras y no aarcillos , por-
gue no pendían de las Orejas sino
que andaban encajadas en el horaí-
do de ellas, como rodaja en la boca
del cántaro.
Las diferencias que el Inca man*
dó que hubiese en las insignias, de^
mas de que eran señales para que
no se confundiesen las naciones y
apellidos , dicen los mismos vasa-
llos que tenían otra significación, y
.era que las que mas semejaban á
las del rey, esas eran de mayor fa-
vor y de mas aceptación. Empero
que no las dio por su libre voluntad
aficionándose mas á unos vasallos
que á otros , sino conformándose
con la razón y justicia , que á los
que habia visto más dóciles á sk
doctrina , y que habían trítbajado
mas en la reducción de los demaf
IfS KISTOXIA QBHBIIA&
Zndios, i «os hábil semejado mat
á (u persona ea las iosigoias y h^
Choles mayores favores , d&odoles
siempre á eotCDder qae todo quaa-
, to hacia cOD ellos, era por orden y
revelación de su padre el sol, y loa
lodios lo creian asi, y por eso mos-
trabao taato contento de qualquiera
cosa que el loca les mandase, y de
cualquiera manera que los tratase;
IMrqne demás de tenerlo por reve-v
lacioo del sol, veían por experien-
cia el beneficio que te les seguia
de obedecerle.
A lo ultimo, viéndose ya el laca
viejo , mandó que los mas princi-
pales de sus vasallos se juntasen en
la ciudad del Cozco, y en una plá-
tica solemne les dixo, que él enten-
día volverse presto al cielo k des-
cantar con su padre el sol que le
llamaba, fueron palabras qoe todos
los Reyes sus descendientes las usa-
ron quaodo sentían moiiise, y que
DEL PXltÚ. I $3
habiéndoles de dexar , qaeria de->
zarles el colmo de sus favores y
mercedes , que era el apellido de
sa nombre real , para que ellos y
sos descendientes viviesen honra*
dos y estimados de todo el mun-*
do ; y asi para que viesen el amor
que como á hijos íes tenia , man-
dó que ellos y sus descendientes
para siempre se llamasen locas, sia
alguna distinción ni diferencia de
nnos á otros, como habían sido los
demás favores y mercedes pasadas,
sino que llana y generalmente go-
zasen todos de la alteza de este
sombre , que p9r ser los prime*
ros vasallos que tuvo , y porque
elh)Srse habían reducido de sa vo-
luntad , los am^ba como á hijos,
y gustaba de darles sus insignias y
nombre real y llamarles hijos^ por-
que esperaba de ellos y de sos des-
cendientes , que como tales hijos
sexvkian á su rey presente ^ y ¿ los
03
I {4 HISTOniA GENERAL
que de él sucedlseo ea las con-
quistas y reducción de Ips demás
Indios para auroento de su imperio.
Todo lo qual les loaodaba guarda-
sen en el corazón y en la memo-
ria para corresponder conei ser-
¥Ício como leales vasallos : y que
00 quería que sus mugeres d hijas
se llamasen Pallas como las de la
sangre real ^ porque no siendo las
mugeres como los hombres capa-
ces de las armas para servir en la
guerra , tampoco lo eran de aquel
nombre y apellido real.
De estos Incas hechos por pri«
vilegio son los que hay ahora en
el Perú , que se Uamai» Incas , y
sos mugeres Pallas y Cojras por
gozar del barato que á ellos y á
las otras naciones en esto y ea
otras muchas cosas semejantes les
han hecho los Españoles. Que de los
Incas de la sangre real hay pocos, y
por su pobreza y necesidad no cono?
. 3»l 9MKÚ* m
cidos sino qaal y qual : porqae Im
tiranía y crueldad de Acahualpe
destruyó 9 y los pocos que de ella
«scaparoo , á lo menos los mas
principales y notorios acabaron es
Dtras calamidades ^ como adelante
diremos en sas lugares. I>e las ia*
^gnias que el Inca Manco Capac
•traía en la cabesa , reservó sola una
^ara si y para los reyes sus des*-
-cendíentes, la qual era una borla
colorada é manera de rapacejo, que
ee tendía por la frente de una sien
á otra. £1 principe heredero la traia
amarilla y menor que la del pa-
dre. Las ceremonias con que se la
4)abftn quando le Juraban por prin-
cipe succesoff y de otras insignias
que después traxeron los reyes In-
cas, diremos adelante* en su lugar,
qnftfldO' tratemos del rarmar caba>-
Jieros 4 los Incas.
El favor de las insignias que su
joy les dio , estimaioA los ^Indios
04
1
I {5 HISTORIA CBNB^AK
en mucho porque eran de la per*
sona real ^ y aunque fueron con
las diferencias que dixlmos , las
aceptaron con grande aplauso, por-
que el Inca les h»o creer que las
había dado , como se ha dicho, por
mandado del sol , justificados se-
gún los méritos precedidos de ca-
da nación : y por tanto se precia^
ron de ellas en sumo grado. Mas
qnando vieron la grandeza de la ul-
tima merced , que fue la del re-
nombre Inca , y que no solo habla
sido para ellos sinQ también para
sus descendientes, quedaros tan ad-
mirados del animo real de su Prin»
cipe , de su liberalidad y magnifi-
cencia que ne sabían cómo la en-
carecer. Entre si unos con otros
deciaa que el Inca, no contento de
haberlos sacado de fieras y trocá-
dolos en hombres , ni satisfecho de
ios muchos beneficios que les ha-
bla hecho ea enseñarles las cosas
necesarias para la vida hamaDa,
las leyes naturales para la vida mo-
ral y el coQOcimiento de su diof
el sol, que bastaba para que fueran
esclavos perpetuos, se habla huma-
nado á darles sus iosignias reales:
y últimamente , en lugar de impo*
nerles pechos, y tributos , les ha«
¿la comunicado la magestad de su
aombre , tal y tan alto que ca-
tre ellos era tenido por sagrado y
divino, que nadie osaba tomarlo en
la boca sino con grandísima vene-
ración solamente para nombrar al
rey : y que ahora por darles ser
y calidad lo hubiese hec)io tan co-
mún que pudiesen todos ellos lia*
márselo á boca llena , hechos hijos
adoptivos , contentándose ellos coa
ser vasallos ordinarios del hijo del
sol.
f {t BI5T0KXA GBHSRAL
CAPÍTULO XXIV.
^ Tíombres y renombres que los Indios
pusieron á su rey.
\Joi
losideraado bien los Indios In
grandeza de las mercedes y el amor
con que el loca se las habia be^
che r echaban grandes bendiciones
y loores ¿ so principe , y le basca*
ban títulos y renombres que igoa*
lasen con la alteza de su animo, y
eignificasen en junto sus beroycas
virtudes ^ y asi entre otros que Je
inventaron fueron dos, £i uno foe*
Capac , que quiere decir rico , no
4e hacienda, que , como los Indios
(ticen, no trazo este principe bie^
nos de fortuna , sino riquezas de
mximo , de jnansedumbre y piedad^,
clemencia , liberalidad , justicia ^
magnanimidad y deseo , y obras pa-
ra hae^r bien á los pobres ^ y por
baberlas tenido este Inca tan ^raa.
des como sus vasallos las caentan^
dicen que digoamente le llamaron
Capac* Tambieo quiere decir rico
y poderoso eo armas. El otro pom*
bre fue; llamarle Hu&c Chacúyac^
que quiere decir amador y bienhe-
chor de pobres , para que como el
primero significaba las grandezas de
^u animo, el segundo significase loa
beneficios que á los suyos habia he-
cho^ y desde entonces se llamó esn
pt principe Manco Capac , habi^^
dose llamado hasta allí Mafico Ineav
Manco es nombre propio , no sabe«
mos qué signifique en la lengua ge«
peral del Perú , aunque en la par«*
ticttlar que los Incas tenían para ha*
blar unos con Otros , la qual me es^
criben del Pera se ha perdido ya
totalmente , debia de tener alguna
^gnificacion ^ porque por la mayor
parte todos los nombres de ios
reyes la tenian , como adelan-
te veremos quando declaremos loa
sombres. El nombre Incaeo éi prin-
cipe quiere decir señor , rey , ó
emperador , y en tos demás se-
fíor , y pira i&terpretarle en to-
da su significación , quiere decif
hombre de la sangre real. Que á
los caracas, por grandes sefíores que
fuesen , no les llaman loeas. Palla
quiere decir muger de la sangre
real , y para distinguir al rey de
los demás Incas le llaman Capa
Inca , que quiere decir solo sefíor,
de la manera que los suyos Ilamaa
al turco Gran Se^or. Adelante de-
clararemos todos los nombres re-
gios masculinos y femeninos para
los curiosos que gustarán saberlos.
-Tanobien llamaban los Indios á es-
te su primer rey y á sus descen-
dientes Intip churin , .que qoiere
decir hijo del sol ^ pero este nom-^
bré mas se 16 daban por naturaleza,
conio falsamente -lo creian que poi
impostciofl*
SBXi fiSlLÚ. l6l
CAPÍTULO XXV,
Testamento y muerte del Inca
Manco Capac*
M
•ancoCapac reynó muchos áfios,
mas no saben decir de cierto quán-
tos : dicen que mas. de; treinta y y
otros que mas de quarenta^ ocupat-
do siempre en las cosas qae hemos
dicho ^ y quaodo se tío cercano á
la muerte llamó á sus hijos, que
eran muchos , asi de su muger la
reyna Mama Oello Uuaco , como
de las concubinas que había toma-
do 9 diciendo que «ra bien que hu*
biese muchos hijos del soU Llamó
asimismo los mas principales de
sus vasallos , y por via de testa-*
mentó les hizo una larga plática,
enconoendandp al principe herede"*
ro y á los demás sus hijos el amor
y beneficio de los vasallos ^ y á ios
itfS HISTORIA GBNSllAK
vasallos la fidelidad y servicio dñ
su rey , y la guarda de las leyes
que les dexaba ^ afirmando que to-
das tas habla ordenado su padre el
sol. Con esto despidió los vasallos,
y á los hijos hizo en secreto otra
plática, que fue la ultima , en que
les mandó siempre tuviesen en la
memoria que eran hijos del sol pa-
ra le respetar y adorar como á Dios
y como á padre : dixoles que á i mi*
tacion suya hiciesen guardar sus
leyes y mandamientos , que ellos
fuesen los primeros en guardarles
para dar exemplo á los vasallos^ y
que ñaeseí^ mansos y piadosos , que
■N
reduxesen lOá Indios por amor, atra*
yéndolos con ^beneficios y no por
fuerza , que los forzados nunca le$
serian buenos vasallos, que los man*
tuviesen en justicia ^in consentir
agravio entre ellos ^ y en suma les
dixo, que en sus virtudes mostrar
sen que er'an hijos del sol , confir-
nniiMlo con las obras lo que certifi-
Cffban con las palabras para que los
Indios les creyesen ^ donde no, que*
-liarian borla de ellas si les vieseti
-decir uno y haper otro. Mandóles
,que todo lo que les dezaba enco-
. mendado , lo encomendasen ellos á
-BUS hijory descendientes de gene^
ñicion en generación, para quecuan*
-pUeson y guardasen lo: que su pa^
ere el iol mandaba , afimiaodo que
todae^eran palabras suyas , y qii#
asi las dexaba^ or vía de pestamen**
to y ultima volufitad, Pixolear que
le llamaba el sol , y que <se iba^^i
lUtscansar con ét , que se quedasen
f n pac , que desde* el cielo tendrig
cuidado* de elloe, y les fáyoreceria
jr socorrería en todas sus necesi*
dades. Diciendo estas cosas y otras
semejantes , niurxd el Inca Manco
Capae: dexó» por priaclpe heredero
á Sittchi ülocasu hijo prlroogénítOy'
y de la Ooya'Mama Oello Huaco
«1(4 HISTá&IA Gsm&Ai^
su muger y hermana. Demás del
principe dexaron estos reyes otros
hi¡o$ é hijas , los guales casaron
entre si unos con otros por guar-
dar limpia la sangre que fabulo-
^aaente decían descender del sol;
porque es verdad que tenían en su-
ma veneración la que descendía lim'
»pia de estos reyes ^ín mezcla; de
-Otra , porque la tuvieron por divi-
na y toda la demás por humana,
aunque £uese de grandes señores de
vasallos que llaman Curacas.
Ei laca Sinchi Roca casó coa
Mama. Otilo 6 Mama Cora , como
otros quieren , su. hermana mayor,
por imitar el exemplo del padre y
el de los abuelos sol y luna ^ por-
que eo. su gentilidad tenían que la
luna era hermana y muger del sol.
Hicieron este casamiento por con*
servar 14 sangre limpia, y porque
al hijo heredero le pecte'oetíese el
reyao , tanto por su madre como
por n psdro , y por otras
que adelaofie diriíaos mm
Los demás lieniiiiios le^Cittios y ao
legítimos ttmbien casaroii ooos coa
otros por censenru' y amneaiar la
sucesíoa de los lacas. Dixeroo que
él casar de estos henoaaos miOs coa
otros lo. había onteaado el sol , y
qoe el laca Manco Capac lo habla
mandado, porque no tenían sos hijos
con quién casar para qne la sangro
se consenrase limpia;' pero que des-
pués AO'podiese nadie «asar con \m
hermana sino solo el Inca heredero,
loqoal guardaron ellos^ como lo ve-
remos en el proceso de la historia*
Al Inca Manco Capac lloraron
sus vasallos con mucho sentí mtea*
to : duró el llanto y las exequias
muchos me96i. Embalsamaron su
cuerpo para f tenerlo consigo y no
perderlo de vista , adoráronle por
dios , hijo del sol : ofreciéronle mu-
chos sacii£cios de carneros , cor«*
4eraf-, ovejas y. come joa casero», iitt
i^ves, de mieses-.y legumbres, ceo«
{esáadele por seiot de todas aqoe- 1
lias cosas ^e lesiiafaáa dezado. Lo '
que yo , cooCorme á lo que vi de
la cpodlcton y nasaralesa de aqueje
lias geates-^ (>uedK> coBJetutar del
erigen de este t»riodpé Manto In^
ca , que sus vasallos por sus gran-*
desas llamaron Manco Capac , es,
que debió de ser algún Indio de
buen entendimiento ^ pcodeocia y
l^nsejo, y que alcanzó bien4a mtt^
cha simplicidad de aquellas nació-*
aes, y vio la necesidad que tenias
de doctrina y eosefianza para la vi«
da natural , y con astucia y saga*
cídad para ser estimado, fin^óaque«
Ha fábula , diciendo que él y sn
muger eran hijos del sol , que ve*
nian del cíelo , y que su padre los
enviaba para que doctrinasen é hi-
ciesen bien á aquellas gentes : y
•{Ara hacerse creer , debió de po»-
]i«rse en la figura y h&bicoiqúe tra«^:
jo., pacticuburmente las «orejas tan?
grandes como los Incas las traiaui
que cierto eran increíbles á quien
no las hubiera visto comQ yo, y al
quejas viera ahora, si las usan, se
le hará estraio imaginar cómo pu«.
dieron agrandarlas tanto. Y cómo
con los beneficios y honras que á
sus vasallos hizo, confirmase ia fá«
bula de su genealogía , creyeron
firmemente Jos Indios que era hijd
del sol venido del cielo y lo ado-
baron por tal , como hicieron los
gentiles antiguos con ser menos bru-
tos , á otros que les hicieron se-
mejantes beneficios^ porque es asi
que aquella gente á ninguna cosa
atiende tanto como á mirar si lo
que hacen los maestros conforma
con lo que les dicen ^ y hallando
conformidad en la vida y en la doc-
trina., no han menester argumen*
.tps para ^onveocejclos á 1q que qjni^
f lS8 HISTORIA GEHBRAC
sieren httett de ellos. He dicito es-
to', porque ni los Incas dé la san-
gre real, ni la gente común no dfta
otro origen á sus reyes, sino el
que se ha visto en sus fábulas his-
toriales , las quales se semejan unas
á otras, y te^as concuerdan en ha--
cer á Manco Capac primer laca.
CAPÍTULO XXVI.
Namires reates y su significaciofL
Oerá bien digamos brevemente la
sigoiíicacion de los nombres reales
apelativos , asi de los varones co'-
mo de las mugeres , á quién y
cómo «e los daban , y cómo usaban
de ellos : para que se vea la curio»
Sidad que los' Incas tuvieron en pot
ner sus nombres y renombres, que
en su tanto no dexa de ser cosa no-
table. Y principiando del nombre
Inca , es de saber que en la per-*
SODB real significa rey ^ emperador;
y en los de sa linage quiere decic
hombre de la sangre real , que
%\ nombre Inca, pertenecía á todos
ellos con la dif erienda dicha ; pe«
70 habían de ser descendientes poc
la linea masculina y no por la fe-
menina. Llaoiaban á sus reyes Ca-
pa Inca , que es solo rey , solo
«operador , ó solo sefior , porque
Capa qniere decir solo^ y este nom*
bre no lo daban á otro alguno de
la parentela , ni aun al principe
Iteredero hasta que había hereda*
do : porque siendo el rey solo , ne
podían dar su apellido á otro , que
fuera ya hacer muchos reyes. Asi-
mismo les llamaban Huacchacuyac,
que es amador y bienhechor de po-
bres , y este renombre tampoco lo
daban i otro alguno sino al rey,
por el particular cuidado que to-
dos ellos desde el primero hasta el
ultimo tuvieron de hacer bien á
TOMO I. H
170 HISTORIA GSKSRAL
SQS vasallos. Ya atrás queda dicho
la significación del renombre Ca*
pac , que es rico de magnanimidad
des y de realezas para con los su^
yos : davanselo al rey solo y no
i otro, porque era el principal bien-
hechor de ellos. También le llama*
ban Intip cbutin « que es hijo del
sol 4 y este apellido se lo daban
^ todos los varones de la sangre
xeal^ porque según su fábula desoea-*
diaa del sol, y no se 10 daban á las
henabras, A los hijos del rey y á
todos los de su parentela por linea
de varón llamaban Auqui , que es
inñmte ^ como en España á los hi-
jos segundos de los reyes* Rete-
nían este apellido hasta que se ca*
saban , y en casándose les llama-
ban Inca. Estos eran los nombres
y renombres que daban al rey y á
los varones de su sangre real , sin
'Otros que adalante sé verán , que
siendo nombres propios se hlcie«
DBI. V1SRÚ, 171
too apellidos en los descendientes.
Viniendo á los nombres y ape-
llidos de las mugeces de la sangre
real, es asi que á H. réyna , mu-
%tt legitíma del rey , itaman Co-^
ya^ quiere decir reyna ó empera-
tria. También le daban este apelli*
do Mamanchic , que quiere decir
nuestra madre : porque á imitación'
de su marido hacia oficio de ma-'
dte eon todos sus parientes y va»*
salios. A sus hijas llamaban Coya
por participación de la madre y
no por apellido natural ^ porque^
este nombre .Coya per tcneda. sola-* >
mente á la reyaa. A las £Oncubir:
ñas del rey que eran de sa pairen^?
tela 9 y á todas las demás mngerea
de la sangre real llamaban Palla,
quiere decir muger de la, sangre
real. A las demás cóacitbsna^ del
rey que eran de las estrangeras y
no de su sangre llamaban Maoiaett-
Aa. t que bastarla decir matrona^
Iff2 HISTORIA GEMSRAL
mas en toda sn significación quiere*
decir muger que tiene oUigacion de
liacer oficio de noadrt. A las iofan*
tas hijas del rey, y k tedas las de«
mas hijas de la parentela y saagre
zeal llamaban Nusta , quiere decir
doncella de sangre real ^ pero era
con esta diferencia, que á las legitU
mas en la sangre real decian llana«
mente Nosta, dando á entender que
eran de las legitimas en sangre. A
las no legítimas en sangre llamaban-
con el nombre de la provincia de
donde era natural su madre , comO'
decir , Colla Nusta , Huánca Nus-
ta , Yuca Nusta , Quitu Nusta y
aei de las demás provincias. Este*
nombre Nusta lo retenían hasta
que se casaban , y casadas se lla-
maban Palla.
Estos nombres y renombres da*
ban á la descendencia de la sangre
real por linea de varón ; y en faU
^mdo esta linea , aongue la madre
DEL VBRt^. * 173
fílese parienta del tty^ qae mu^
chas veces daban Jos reyes parlen-
tas suyas de bis bastardas por ma^
geres á grandes sefiores , sos hi-
jos é hijas no tomaban de los ape-
llidos de la sangre real , ni se lla-
maban Incas ni Pallas, sino del ape-
llido de sus padres , porque de la
descendencia femenina no hacían
caso los Incas, por no baxar su san-
gre real de la altesa en que se te-
nia : que aun la descendencia mas«
calina perdía mucho de su sét real
por mezclarse con sangre de muger
estrangera y lio del mismo linage,
quanto mas la femenina. Cotejando
ahora los unos nombres con los
otros veremos , que el sombre Co-
ya , que es reyna , corresponde al
nombre Capa Inca , que es solo
sefior ^ el nombre Mamanchic,
que es madre nuestra, corresponda
al nombre Huacchacúyac , que es
amador y bienhechor de pobres^
4 74 HISTOHIA GBNERAL
el noisbfe Nasta , qoe es infanta,
•corresponde al nombre Auqui, y el
nombre Palia, que es muger de la
^aaogre real , corresponde ai non»-
bre Inca. Estos eran los nombres
reales j los quales yo alcancé y
yi llamarse por ellos á los Incas y
é lasrPallas, porque mi mayor con-
Tersacion en mis nifieces fue con
-ellos* No podían los Curacas , por
grandes señores que fuesen , ni sus
mttgeres ni hijos tomar estos nom«-
bres^ porque solamente pertenecían
t los de sangre real , descendientes
de varón en varón : aunque Don
Alonso de Ercilla y Zufíiga en la
declaración que hace de los voca-
blos indianos , que en sus galanos
versos escribe , declarando el noai*
bre Palla , dice que signiñca sefio»
xa de. muchos vasallos y haciendas:
dicelo , porque quando este caba-
liero pasó allá ya estos nombres In«
' y PaUa en muchas personan
andaban i na puestos impropiamente,
porque los apellidos ilustres y he<-
roycos son apetecidos de todas las
gentes por bárbaras y baxas que
^ean ; y asi no habiendo quien lo
.estorve , luego usurpan los xneí-
jor^s , como ha acaecido en mi
tierra.
•r
CAPÍTULO xxvn.
' Idolatría de la Segunda edad: .
' • Su origen.
JLia que llamamos segunda edad y
iaidolatria que en ella se usó, tus
vo prfncipio de Manco Capac, Inca;
Fue el primero' que levantó la mo-
narquía de los Incas reyes del Pe-^
rá , que reynaron por espacio dé
mas de quatrocieocos afíos , aunque
el P. Blas Valera dice que fueron
mas de quinientos y cerca de seis-
cientos. De Manco Capac hemof
17^ HISTORIA 6BNERAL
dicho ya quién fue y de dtede
vino, cómo dio principio á su im-
perio 9 y la reducción que hizo de
eqneiios Indios sus primeros vasa-
llos , cómo les ensefió á sembrar,
criar , á hacer sus casas y pueblos,
y las demás cosas necesarias para
el sustento de la rida natural , y
cómo su hermana y muger la rey-
na Mama Oello Huaco eoselSó á las
Indias á hilar , tezer, criar sus hi-
jos, á servir á sus maridos con amor,
regalo, y todo lo dornas qne una
buena muger debe hacer en su casa.
Asimismo diximos que les ensefia-
jon la ley natural y les dieron le-
yes y preceptos para la vida mo«
ral en provecho común de todos
ellos, para que no se ofendiesen ea
sus honras y haciendas, y que jun-
tamente les ensebaron su idolatría,
y mandaron que tuviesen y adora-
sen por principal dios al- sol , per-
luadiéndoles á ello con se hermo-
DEt PERÚ. 177
sura y resplandor. Decíales qae úo
en valde el Pachacanaac,. que es el
^Sustentador del mundo , le había
aventajado tanto sobre todas las
estrellas del cielo dándoselas por
criadas , sino para que lo adorasen
y tuviesen por su dios* Represen-
-tábales los muchos beneficios que
cada dia 4es hacia , y el que ulti*
mámente «les habla hecho en ha-
iierles enviado sus hijos , para que
•sacándolos de ser brutos los hicie^
sen hombres ^ como lo hablan vis-
to por experiencia y adelante ve^
fian mucho mas andando el tiea»<
]K>. Por otra parte los desengafiaba
de la baxeza y vileza de sus ma-
chos dioses, diciéndoles ¿qué espe^
ranza podían tener de cosas tan vi*
les para ser socorridos en sus. ne-
cesidadea , ó qué meroedes- haWae
recibido de aquellos animiúes , co«-
mo lo recibían cada dia de su pa-
idiB jel sel i Mirasen , pues )Ia rutm
B3
176 HISTORIA GSmSRAIi
los desengañaba , que las yerbas,
plantas « arboles y las demás cosas
qae adoraban las criaba el sol para
servicio de los hombres y sustento
de las bestias. Advirtiesen la dife-
rencia que kabia del resplandor y
liermosara áal sol á la suciedad y
fealdad del sapo, lagartija, escaeri-
£0 y las demás savandijas .que te^
nian por dioses. Sin esto mandaba
ique.Jas cazasen y se las traxesea
delante : decíales que aquellas sa^
vandijas mas eran para haberles ns*
co y horror que para estimarlas y
hacer caso de ellas. Con estas tz*
sones y otras tan rústicas , persua^
dio el Inca Manco Capac á sus pri^
meros vasallos á que adorasen al
aól y lo tuviesen por su dios.
' Los Indios, convencidos con tos
razones del Inca, y mixsho maa
coa jos beneficios que les habla he^
cho , y desengañados con su propia
^itta^ recibieron al sol porsuDios^
y
D&L PERÚ. 179
solo , sto compañía de padre ni her-
iBaoo. A sus reyes tuvieron por hi-
jos del sol y porque creyeron sinv-
•pUcisimamente que aquel hombre
y aquella mugerque tanto habian
hecho por ellos eran hijos suyos
tenidos del cielo; y asi entobces
los adoraron por divinos , y des-^
ipues á todos sus descendientes, coa
mucha mayor veneración Interiot
y^ exterior que los gentDés anti^
guos, griegos y romanos* adoraron
¿ Júpiter , Venus y Ma^rte , &xi
Pigo que hoy los adoran como én«
tOnces , que para nombrar alguno
de sus reyes Incas hacen primero
grandes ostentaciones de adoración^
y si les repreenden qu> por qué
lo hacen , pues saben que fueroa
hombres como ellos y no dioses,
dicen que ya están desengañados
de stt idolatría ; pero que los ado-^
ran por los muchos y grandes be»^
iiefioios qQe4e ellos reclbier90,qu«
«4
I So HISTORIA eSKEB-AX;
te hubieron con sas vasallos como
Incas , hijos del sol y ao meóos,
^ue les muestren ahora otros hom-
bres semejantes que también los
adorarán por divinos.
Esta fue la principal idolatría
de los Incas y la que ensefiaroa
á sus vasallos , y aunque tuvieron
muchos sacrificios , como adelante
diremos , y muchas supersticiones,
como creer en soefios, mirar en
jigueros y otras cosas de tanta bur-
lería , como otras muchas que ellos
vedaron ^ en fin , no tuvieron mas
dioses que al sol , al qual adoraron
por sus eicelencias y beneficios ofr-
turales , como gente mas conside-
rada y mas política que sus ante-
cesores los de la primera edad , y
le hicieron templos de increíble ri-
queza ^ y aunque tuvieron á la lu*«
na por hermana y muger del iS0l,
y madre de los Incas , no la ado-
raron .por diosa , ni le ofrecldroa
DK£ PBHÚ. l8l
sacrificios, oi le edificaron tem-
plos : tuviéronla en gran renera-
cion por madre universal , mas no
pasaron adelante en su idolatría.
«Al relámpag;o , trueno y rayo tu-
.vieron por criados del sol, como .
adelante veremos , en el aposento
que les tenían hecho en la casa del
sol en el Cozco ^ mas no los tu-
vieron por dioses , como quiere al*
gnno de los Españoles historiador
res i antes abominaron y abominaa
ia casa ó qaalquier otro lugar del
«ampo donde acierta & caer algüm
rayo.. La puerta de la casa cerra-
ban á piedra y lodo para que ja*
mé$ eatrase nadie en ella ^ y el lu-
gar del campo señalaban con mo- -^
jones para que ninguno lo holla-
se. Tenian aquelloa lugafes por
mal hadados , desdichados y mal-
ditos : decian que el sol los había
sefialado por. tales con su criado el
layo. Todo.lo qiial.Ti yo en Coa^
1 83 HlSTOniA GBNBRAC
co, qae en la casa real qué fue
<iel Inca Huaynacápac, eo la paree
que de ella cupo á Antonio Alta-
miraoo quando repartieron aque-
lla ciudad entre los conquistadores^
«n un quarto de ella habia eaido
un rayo en tiempo de Haayoaca-
pac : los Indios le cerraron las
puertas á piedra y lodo , tomáron«-
lo por mal agüero para su rey : d»*
xeron que se habla de perder parte
ée su imperio <) ó acaecerle -otra
desgracia semejante ^ pues su padre
el sol sefialalia su casa por lugat
desdichado. Yo alcancé el qoarto
cerrado , después lo reedjñcaroA
los Espafioles , y dentro de tres
afios cayó otro rayo <li6 en el mi$t
no quarto y lo quemó todo. Los
Indios \ entre otras cosas decian^
que ya que el sol habia sefialado
aquel lugar por maldito, que para
qué ^rolvian los £spafioles á «difi-^
cilio )^ ein0 dexatfo • 4esampara4<l
como se estaba sin hacer caso de
él. Pues si como dice aquel histor
xiador los tuvieran por dioses , cla-
ro está que adoraran aquellos sitios
por sagrados , y en ellos hicieran
sus mas famosos -templos , dicien-
do que sus dioses el rayo, trueno
y relámpago querían habitar eo
aquellos lugares , poes los sefiala^
bao y consagraban ellos propios, A
todos tres juntos llaman yllapa , y
por la semejanza tan propia dieron
este nombre al arcabuk. Los demás
nombres que atribuyen a! trueno f
al sol en trinidad , son nuevamente
compuestos por los Espafioles , y
en este particular y otros seme-
jantes no tuvieron cierta relación,
para lo que dicen ^ porque, no hU'fc
bo tales nombres en el general ien-
guage de los Indios del Perúi, y
aun en la nueva compostura , co^
mo nombres 00 tan bien compues-
tos, DO lieneA sign^cacion algunft
184 HISTORIA GSVXRAL
de lo qae quieren ó querrían que
significasen.
CAPÍTULO XXVIII.
Rastrearon los Incas ai verdadero
Dios.
t)
emas de adorar ai sol por dios
visible , á quien ofrecieron sacrifi-
cios é hicieron grandes fiestas , co-
mo en otro logar diremos^ los reyes
locas y sos Amantas , que eran los
filósofos, rastrearon con lumbre m-
tural al verdadero sumo Dios y ser
£Ór nuestro , que crió el cielo y la
tierra-, toxoo adelante veremos en
los argumentos y senteocia&que aJh
gunos de ellos dizeron de la Divi-
na Magostad , al qoal ñamaron Pa-
chacamac: es nombre compuesto
de. pacha quedes mundo universo,
y de cimac participio de presente,
del verbo cama que es animar : el
tnal ^erlio. 99 dediiic«k d«l nombre
y
.cama que es anima : Pachacámac
quiere decir el que dá anima al
mundo universo 9 y en toda su pro-
pia y entera significación quiere
decir, el que liace con el universo
lo que el anima con el cuerpo. Pe-
dro de Cieza , capitulo setenta y
dos dice así : ^1 nombre de este de-
monio queria decir hacedor del
mundo , porque cama quiere decir
lucedor , y pacha mundo , 8ec. ÍPor
ser £$pa£ol no sabia la lengua tan
bien como yo que soy Indio locsi..
Teniao este nombre en tan graa
.veneración que no le osaban tomaír
en la boca , y quando les era for-
zoso el tomarlo, era haciendo afeo-
tos y muestras de mucho acata-
miento^ encogiendo los hombros, in**
diñando la cabeza y todo el cuer-
po , alzando los ojos al cíelo y bz*
dándolos al suelo, levantando las
maños abiertas en derecho de los
hombros dando besos al aire : que
1 86 BISTORfA GCNERAI^
entre los Incas y sns vasallos €rtfn
ostentaciones de suma adoración y
reverencia , con las quales demos-
traciones nombraban al Pachaca-
mac , adoraban al sol , reverencia-
ban al rey , y no mas y pero es-
to también era por sús grados mas
y menos , á los de la sangre real
acataban con parte de estas cere-
monias , y á los otroá superiores,
como eran los caciques ^ con otras
muy difefentes é inferiores. Tuvie-
ron al Pachaca mac en mayor vene-
ración interior que al sol , que co-
mo he dicho 5 no osaban tomar ^a
nombre en la beca , y al sol le nom-
bran á cada paso. Preguntado quien
era e! Pachacamac ^ decían que era
el que daba vida al universo y le
sustentaba; pero que no le cono««
cian porque no ie hablan visto , y
que por esto nó le hacían templos
ni le ofrecían sacriñcios! mas que
lo adoraban en su corazón , esto es
DSIi PERÚ. 11^7
mentalmente ) y le tenian por Dios
no conocido. Agustin de Zzrztt^ li-
bro segundo , capitulo quinto , es-
cribiendo lo que el P. Fr. Vicente
de Valverde 4¡xo al rey AtahuaS-
'pa , que Christo nuestro sefior habfa
criado el mundo , dice que respon-
dió el Inca : que él no sabia nada
de aquello, ni que nadie criase na^
<la sino el sol á quien ellos tenian
pof dios, á la tierra por madre,
y á sus guacas , y que Paohacamac
lo habla criado todo lo que alii ha-
bta, &c. de donde consta claro qué
aquellos Iiidios le tenian por hace-
dor de codas las cosas.
Esta verdad que voy diciendo,
^que los Indios rastrearon con este
nombre y se lo dieron al verda-
dero Dios nuestro , la testificó el
demonio mal que le pesó , aunque
en su favor como padre de menti-
ras diciendo verdad disfrazada con
mentira , ó mentira disfrazada con
]88 HISTO&IA GBNBRAK
rerdad : que luego que vio pre-
dicar nuestro santo evangelio, y
que se bautiaaban los Indios , dizo
á algunos familiares suyos en el va-
lle que hoy llaman Pachacamac,
por el famoso templo que allí edi«
£caron á este Dios no conocido,
que el Dios que los Españoles pre-
dicaban y él era todo uno ; como
lo escribe Pedro de Ciexa de León,
en la demarcación del Perú, capicu-
lo setenta y dos^y elR.P.Fr. Ge-
rónimo Román en la república de
las Indias occidentales , libro pri-
mero , capitulo quinto dice lo mis-
mo , hablando ambos de^ este mis-
mo Paehacamac , aunque por no sa-
ber la propia significación del vo-
cablo se le atribuyeron al demonio.
El qual en decir que el Dios de los
christianos y el Paehacamac era to-
do uno diao verdad ^ porque la in-
tención de aquellos Indios fue dar
este nombre al sumo Dios que dá
DBti PERÚ. rSp
vida y ser al universo , como lo
^signifi^a el mismo nombre : y ea
decir que él era el Pachacamac
miotió , porque la InteDcion de los
Indios ounca fue dar este nombre
al demonio , que no le llamaron si^
no cupay, que quiere decir diablo;
y para nombrarle escupían prime—
ro en sefial de maldición y abomi-
nación : y al Pachacamac nombra*,
ban con la adoración y demonstra-,
clones que hemos dicho. Empero
como este enemigo tenia tanto po-^
y der entre aquellos infieles , hacía-
se dios entrándose en todo aquello
que los Xndio& veneraban y acata-
ban por cosa sagrada. Hablaba en
sus oráculos y templos , en los rin-
cones de sus casas y en otras par-r
tes, dicléndoles que era el Pa-s
ehacamac , y todas las demás co-
sas á que los Indios atribuían dei-
dad^ y por este engaño adorabtti
aquellas cosas ea que el demo-»
IpO BISTOAIA GBMBRAX.
aio les hablaba , pensando que en
la deidad que ellos imaginábaos qne
si entendieran que era. el deaaoai<i,
las quemaran encénces como ábora
lo hacen por ia misericoidim del
Sefior qne quiso comunicárseles,
c Los Indios no saben de suyo , é
DO osan dar la relación de estas co-
sas con la propia sigaificacioo y
declaración de los vocablos , vien-
do que los christianos E$pa&>les
las abomkian todas por cosas del
demonio ^ y los Españoles tampo*
co advierten en pedir la noticia de
ellas con llaneza ; antes las confir«
man por cosas diabólicas como las
imaginan: y también lo causa el no
saber de fundamento la lengua ge«
neral de los Incas , para ver y en-
tender la dedudoD , composición
y propia significación de las seme*
jantes dicciones : y por esto en sns
historias dan'otro nombreá Dios que
es Tici viracocha , que yo no sé qod
1^2 HISTORIA aVWSnATi
cfompuestos pueden pasar coaforiae
á la significación Espafiola , como
el Pachayackacher que qaieren que
diga hacedor del cielo , significan-
do ensefiador del mundo , qae pa-
ira decir hacedor habia de decir Pn-
<;harurac, porque rura quiere de-
cir hacer 9 aquel general leoguage
lo» admite mal porque no son su-
yos naturales sino advenedisos ^ y
también porque en realidad de ver-
dad en parte baxan á Dios de la
alteza y mage&tad donde le sube y
encumbra este nombre Pachacamac,
que es el suyo propio. Y para que
se entienda lo que vamos diciendo
es de saber , qué el verbo yácba
significa aprender, pero añadiéndole
esta silaba chi significa enseñar^ y
el verbo rura significa hacer , pesa
con la chi , quiere decir hacer que
hagan ó mandar que hagan 9 y lo
mismo es de todos ios demás ver-
bos que quierau imaginar. Y asi coi*
no aquellos indios 110 tuvieroa
ttencion á coias e^pecalativas sino
é cosas mateuales , asi estos sus
verbos no significan ensefiar cosas
espirituailes , ni hacer obras^ grsn^
diosas Y divinas, oonoo liaoer ^1
mondo., fice* 9 sinoiiíacer y ett-^
sefiar^ artes y ofioios' bazos y me-^
oánicea, obras que j>erteliecea b
los hombres y no á la di^inidadj
De toda la qual materialidad está
muy agénaIa.sigidficacioii del nom«
bre Pachacamac , que como se ha
dkfaó qui^ne decir ef q¿e Itaeo cOí¿
el mundo universo lo que el alma
con el cuerpo , que es darle ser, vi--
da, aumento y sustento ,'Aíc.'íPor
lo qital consta claro la- iaipfwptodad^
de los nombres fluevafloentbi 4ttta>9
puestos para dárselos á X^lab^-^
han de hablar ñn la propia sígnÜ^
cacioá de aquel lenguagé porlaba^
zeza de sus significaciones'^ peftá:
pofdese espetar ^nef coa el usoW
TOMO X. I
194 BtlSTQBIA CBHS&AI^
vayan cultivando y recHúéBdose
mejor ^ y^ adviertan los compone'
dores á no trocar la significacios
del nombre ó verbo en la composi-
ción , que importa mocho para que
los Isdios los admitan bien y no ha^
gan. borla.'de^lloSf principalmente
en la ensefbiiza de la doctrina chris-
tjana para lo qual se deben compo*
ser , piero con mnch^ atención.
CAPÍTULO XXIX»
ir.
ñni^níJos Inc$s una truz en luga/^
1' . wgTa</a.
«^ j
d(ivJ!te>o ios. «eyes Incas en el
Qo^M-nna cruz de máinacA fina de
ctíiAfb IllftncQ y encarnado que lia-
9)ao .-ftíiSpe cristalino , ca saben der
cit de^de qué tiempo la tenian. Yo
la -dexéel aiSo de mil quinientos
y sesenta en ^a dacrisUade laiglen
^f Catedra^det^ju^lia ciudad , que
la teoian colgada de «n clavo, a$ida
con un cordel que entraba por un
égajeío que tenia hecho en el alto
^ la Cabeza. Acuerdóme que el
cordel era un orillo de terciopelo
negro , qUiíá en poder de los Ih*
dios tenia alguna asa de plata ó de
wo, y quien la íacó de donde es-
taíba la trocó por la de ^eda. Lá
ütüz ira ^fñiátitáú ^ tan ancha como
larga :' tendría de largo <rcd quar-
^ de vara antéí nieíioá,que mas,
UéB dedod dé ancho y casi otro
tanto He' , grueso íefa enteriza, toda
de una pieza ihüy bien labrada, con
s^é eáqüinaé muy bien sacadas, to-
dacyarejáí lateada de quadtado , la
piedra muy bien brufiid» y lustro-
sa; Teníanla en una de sus casas rea-
tes en un apartado de ios que lla-
man hoaca, qtre es laga# sagrado.
Noadorabaní en ella mas d!fc que fi
tenían- en veneración : debia ser por
^ hermosa figura ó por algua otro
\
% ^ BISTOftlA . OmW ACi
tespeto qde no fftbeo deeir« A«i la
tuvieron hasta .que el. marque Dqa
Francisca Pi^acuo ea$96 ea ^\ rs^to
^ Tumpi» » y por/lo qne í4ii ^ «17
^i6 á Pe4«{> <le Ca|i4ift ^ la ad<H
taron y tovi^oa en 9iaypr veaeía-»
ck)n, eorao en sa lugar 4irei9<>^ 1 ^
Los, Espafiples q^apdo :g«af 10»
%qfiell^ iiQperlal .ciudad^ié.bltíer;
)epa (ep^lp: á fiu«t$tra «i^<hI>«Q9ti
la^fHísieseii ^Buel inp^^q^^ be di^-.
^kq , no con mas orpa|o ,49l ^l(^ <^
ha leferido y que fuera mufjjv^i^
la pusieran en el aU«r nuiy^f «iiiy
a4ar(iada.,4e oro y^ p^4fs^ prfi^Or
sas , pi}e^ h^UarQn^ t«9tft de^tecbítr
y aficioaar^n á IO0 lodUoi» 4 ai|e«T,
tía santa iseUgion cQiiuSitsrípfo^ks
cesas comparándolas 000 las. ane»-
tras, como fue. esta cmz y of^raa que
tuví^fOQ «a sus i9ye6,y.^pideaaa»
^sv mtMy^ aüegadae^ 41a ley:iaatu«?
xal, que s^ pMdieran cotejaft eoa loe
mandamieatos de nuestca sania ley^
y^üM laa obfas^<le>miser¡co^dla, que
las habo eár aqUellU gentilidad tttay
-semejantes'coino «a adelante vere-
mos. T porque es apropósito de It
trm deieimbs , qae conde es fiotorio
por aeá'%e usa^ar á I>i<>s y i 1%
tcrut páraáfirtiiarlo^tt^dieetíasf et
Jiiicio coHio faera de él , y muchos
lo hacen sin necesidad de jarar sino
del mal frbito hecho , decimos para
tX)nñisFon éé los^tié M k> hace»
ij'ue'ios Incas y tdéas la» nacione$
^ 6ú imp^íri^ i^ iuplelÓÉÍ |amá^
-^úé cosa lira' jUfat -fids ttombte»
^deJ Pachacamac y del sol ya se ha
dkho la veneración' y a^a¥amienta
cdn que U» toteAb^m éá' la boca',
que no los nombrabatí sfo^^para
lKÍorárk>í. <^uand(x ^á^ióí^ftá al4.
guR^testigo, porüiuy gráve'^üe ñie^
se el caso le déeia el juez 'en lu-^
gar de juramento j prometes decir
verdad al^Inca? Decía el testigo ei
i romeo». V«li4a Jl ^Ivciríe f mira
meiitlni, m «albir parto «Igma do
k> qoo ptsdt siao 9iiedtga< líaoa*
neiite lo que sabes ea esto caso»
Vol!PÍa el testigo 4 ratiieaise dif
(át»á0 asi to.proiiiot94e veras* £n*
Itoeos .deb^o de su prpmosa lo
4e»ibiin-de€ir4;odo io 900 #abia d^
hetho sin atajarle oi dacirle , no
os pregaotamos os^^sino estotro,
ai otra.i{osa>algujia. VM en averir
guatíton dorpesi¿iopeia|*iianque ht^
hiwn Mrido «poertoí le ii«{ciao , di
ids4^aaMPtatk> qiiOipasé 00 esta ^^^
deocia sia encubrir nada 4a lo quf
luso ^ -^i^o quialquíei^a de los dos
que^^SÍSproq,'y:9MiP d^pi» Ol tesr
tígo > .dft maBera^q^i^ .pQs.ambas las
-P^r te«cd<i$.¿a..U> qiie^ sabia on i favos
jó^^.en .po9tra«.£l lesjtigo no- osaba
aseatix ^ porque demás de ser aque«
lia gente tioiidislma y muy reli*
gioaa eit su idolairia, sabiía'que le
batúaa d^ javerigyat^lar loontífa y
BBK PEAÚ. 199
castigarle ligarosisimameote , que
muchas veces era con muerte si el
caso era grave : no tanto por el
dafio que había, he^o oon su dicho,
como por haber mentido al Inda
y quebrantada su real. mandato qoe
les niandaba que no mtntiesea. S»-
Ua el testigo que hablar con qualh
quiera juez era hablar coa él mis<-
jno Inca, que adoraban >|fDr.dios ^ y
#ste era el principal respetó qiie t«^
laian sin los demás jtam no mentiir
en sus dichos.
Después ^ue los Españoles ga^
naron aquel imperio sucedió un ca<*
|o grave de muertas en una provia*
cia de los Quechuas, £1 corregidor
del G>cco envió allá un jaes que
hiciese la averiguación, e) qual pa^
ra tomar el dicho á un curaca , que
es sefior de vasallo» 9 le puso de-?
lante la crux de su vara y le dixd
que jurase 4 Dios .y i la cruz de
decif verdad. Dixo el Üdio : aúa
ftOO HISTOIUA GSmRAlL
oo me han bantuado para jarair co»
IDO jaran los christianos. Replicó
«1 juez diciendo que jnrase por si»
/dioses , el sel , la lona y sus Incaa
Respondió el caraca : seaotros ao
.tomamos esor nombres aino para
adorarlos, y asi no me es licito ja«
tar por elku. IKao el joes ¿qué sa«
•tisfacciott tendeemos de la verdad
de ttt dícbo sino ooa das alguna
•paeada \ Restará mi'propaesa , dixo
él Indio i y entender que hablo
personalmente delante de ta rey^
pues vienes á kacer justicia en su
nombre , que asi lo hsíciaaios cod
nuestros Incas : lüas por acudir á
la sati^accion que pides juraré por
la tierra , diciendo que se abra y
me trage vivo como estoy si yo
mintiere. El juez tomó el juramen«
to viendo que no podía mas , y le
hizo las preguntas que convenian
acerca de los matadores para ave-
riguar quienes eran. El «curaca fue
respondiendo , y quaodo vio que
no le prégufKabBn nada «cérea de
los muertos que hablan sido agre-
sores de la pendencia dixo ^ que le
destaMik déeir todo lo que sabia de
aquel caso ^ pe^^úe diciendo una
parte y callando otra entendía qu^
tuéntíía ,fy ^tíe nfl^hábitf diclio tú-*
tera verdad cora^ao^h^biíi prome^
tido.'Y aunque el juez le dixo que
bastaba que respondiese alo que
H preguntaban di^xo , que noques
ikba satísf^ho^iii'cuitiplia su prO'»
-neta sin^ ^cia por • entero lo que
^os unos- y toá otros ^hicieron. £1
juez bizo su averiguación como me-
^ podo y sé volvió al Cozto, do»-
díe«aiia6adaiitteíoii el «oloquio que
coaió haber ten^a eon «!> eurabtf.
I
} - .ji ' : \'^ :«/ ;. ,;t
t
r
• .. t. J f ^A>..tf V - *> - J
í3
90t VI5TMM M^BAL
JIfuQbps (üosei que la^ bis f criador ei
xSfpaSghs impropiamente fií^léfian
loca^ d^ioios mas largamente que
atraa ^ dixo, que no tuvieron ioai
dioses que al sol , al. qual adoraren
exteriarmeate i hjoitfroiole tMiplor,
ias paredes de altp á/haxo.i aforrar
fdas oen planchas de lOca: oírecidre*-
le sacxifíclos de muchas- cosaa; pre«-
aentironle grandes 4ádi vas de ñau-
xho oro« y de. rodas Jas cosas nías
preciosas que teaian. en iignadceí"»
jpiento de que éllaet lasibabtlt iladoc
adjudicáronle por hacienda suya
la tercia parte de todas las tier-
ras de labor de los reynos y pro-
vincias que conquistaron 9 cose-
^^ de ellas , é inqumeraUe gana-
do i hiciéíonle casas de gran claa
sura y recogimieato pata mugeres
dedicadas á él , las quales guarda*,
ban perpetua virglaldad.
Demás del sol adorarofi al Pa-*
chacamac , como se ha ciicho, iote-
riormente por Dios no conocido.
Tuviéronle en mayor veneración
que al sol ; no le ofrecieron sacri*
ficios ni le hicieron templos^poro
que decían que no le conocían por-
que no ^e habla dexado ytr^ empe-
ro que creían que lo liabia» Y en su
lugar diremos del templo famoso y
xiquisiipo que hubo en el valle llama-
do Pachacamac dedicado á efte Dios
90 conpcido. De maniera qu^.los In^*
.cas no adoraron mas dioses que los
dos que hemos dic^o « visible é in?
visible , porque aquello^ principes
y sus Amautasi que eran los filósofpf
y doctore^ -de «m^ república, con ser
gente tan sin enseñanza de letras,
que nunca las tuvieron ^alcs^nzaron
»4
404 HISTORIA GBNB11A£
que era cosa indigna y de macha
afrenta y deshonra aplicar honra,
poderla I nombre , fama 6 virtud
divina á las cosas inferiores del cie-
lo abaxo j y asi establecieron ley
y mandaron pregonarla para que
en todo el imperio supiesen qne no
hablan de adorar mas de ai Pacha-
camac por supremo Bios y Se-
fior , al sol por el bien que hacia
t todos, á la luna venerasen y
honrasen porque era su muger y
hermana , y á las estrellas por da-
mas y criadas de su casa y corte.
Adelante en su lugar tratare-
mos del dios Viracocha, que fue una
fantasma que se apareció á un prín-
cipe heredero dé los Incas , dicien-
do que era hijo del sol. Los Esps-
fióles aplican otros muchos dioses
á los Incas , por no saber dividir
los tiempos y las idolatrías de aqu¿:
íla primera edad y las delasegun^
■*« > y también por so saber la pro*-
(>i€d«d del lenguage , para sabor
pedir y recibir la relación de los
Indios ) de cuya ignorancia ha na^
tído dar á los Incas machos dioses
ó todos los que ellos qoiiaron á los ,
Indios que sujetaron ¿ su inaperfit^
que ios tavieron tantos y tan es*
trafios como arriba se ha dicho. PaN
ticttlar mente. nació este engallo de
no saber los Españoles las muéhtift
y diversas significaciones que tiene
este nombre huaca ; el quál , pro¿
nunciada la última silaba en lo altó
del paladar, quiere decir, ídolo co-^
mo Júpiter , Marte , Venus y es
nombre que no permite que de él
se deduces verbo para decir idola^
tftr. Demás de esta primera y prfi»^
cipal significación ti^ne otnls mú^
chas , cuyos ezemplos iremos po^
niendó para que se entiendan mejor:
quiere decir cosa sagrada,como eraá
todas aquellas en que el demonio
les hablaba : esto es , los ídolos, las
%0é BISTOklü CBHBftAS
f9ád$ i fnedras grandes 6 árboles
CA que el enemigo entraba para ha<*
caries creer que eraDlos, Asimis*
IDQ Uaman huaca á las cosas que
liabian .ofrecido al sol 9 como figu-
fas de hoasbresf aves y animales
hechas de oro 6 de plata , ó de pa-
lo , y qualesqttiera otras ofrendas
las quales tenían por «agradas, por*
^ttjslas babia recibido el sol en
ofuenda y eran suyas; y porijue lo
Cf an las (enian en grfin veneración*
;Xainblen Uaman huaca áqualquie-
ra templo grande 6 chico , y á los
sepulcros que tenian en ios campos
^ los ri^jcones de las casas, , de don-
do el demonio hadaba á. los sa-
cerdotes y á ptros particulares gue
irafahan con éi familiarmente; los
iguales rincones tenian por Jugares
aantos , y asi los respetaban como
á. un pratprio ^ santuario. También
dan. el aiísmo nombre á todas aque«
lias, cosas- que en hermosura ó en
.. BES. FSRI^t . 907
^oeleoda sc^ ayentstjao de las otrm
de su especie, como uoa rosa , num^
zaoa 6 camuesa , ó «jual^uiera otjcn
fru.ta que sea mayor y mas be^mo?
s« que lo^as Us de. so árbol ^ y ^
los árboles que baceo la misma veo*
taja á los.de ^u ^especie le dan e|
mismo sombre. Por el contrario Ua^
man buaca ^ laf^ cosas muy f^as y
monstruosas que causan horror y
^pi^bfp^ y ^si daban este .nombif
¿Jas jqul<;bra^f^;ande6 de los Anti^
gu9 sofk.4^ á vqipt^ y cinco y 4« á
tr^nCf^pies de largo. También llar
man huaca á.las cosas qu.i^ ^]en da
«u curBO natural , como á la muget
4que párcí doss d^ un vientre^ á I9
madre y ó Ipjb fpelUzos daba& este
nombre ;por:ia. «s(r^^3b»del parc^
y nacimiento ; ^ te paridii sacaban
por las. cjiUjjs. con: gr w £estaK y se-
gocijo , y.ie p^pi^n. guirniadiis de
flores v^n.gr:isdeii,b9iles y lM$«f
ftoS HISTORIA GBlTBltAK
iliciones lo temaban en cóátvario,
quelJo^afmn teni^iido pot mai agüe-
la los tales part<ys.- £1 mismo nom-
bre dan á las. ovejas que paren dos
de un víeatit ^"áigó z^ ^ad<^ de
aqüelhr tíeirrá , ^ne-^oi! s^r grande
so óráiñarió parfr nó es mas de und
como yacas ó yeguas , y en sus sa*
crificios offecian nías ayna de 'los
corderos mellizos , si los halüa qne
íe fos ottos , porque los. teñían por
inayór deidad; potólo quaílles Ha-
toan hóaca j por el áeméjliá^í lla-
man haata al huevb dé dosiMétnas^
y el mtsmb nombre dan á los nilSo¿
qne nacen de pies ó^ doblados , ó
coii'seis dedos en piés^é áianos ,é
Alñse cbrcobado ó cóH qüelquiera de-
fecto mayor ó inetfor»elí él cuerpo
átn « ro¿ro ,conáo sa<*ár partido
aüj^uáo 4e los labios, que de estos
iiafc^á tnttcho$, ó visojo'qoe llamaa
fliettelado de naturaleza.' Asimismo
íltfn este nombre á^as- fueiites muy
eaoaalosas que saiien hechas ritfv,
porque se aventajan de las comu^
lies, y 4 las piedrecitas y guijarros
^oe liaJlan^en Jos fios ^ arroyos eos
•estraSos iabores ó dediirersas có^
-loresque se .diferencta de las Of*
tlkiafjas.
Llamaron huaea á |a gran eor^^
«Hilera de la sierra nevada que cofi-
re por todo di Perú & la larga bai^
ta el estrecho de Magailaims , por
■su largura y eminencia : que ciei^
toes admtrahilisímaá quien lami^
ra con atencion.Dan el mismo nom*
bre á los cerros muy altos que se
avents4an de los otros cerros ^ cxh
mo las torres ali;as de las casaac»-
fluuiies , y á las cuestar^grandes <fl»
se hallan por los caminos , qtie laa
hay de tres , q^atro , cinco y seis
leguas de alto , casi tan derechas
como una pared. A las quales los
EspaSoles^corrompiendo el nombre}
dican apaéhitas, y que les Indios
las ftdorUlMsi y les o£recian ofireí»*
4as. De las cuestas diremos loego,
y qué manera de adoración era la
^ue hacían y á qoieo. A- todas es-
tas cosas 3f otras semejaotes Hsma*-
4;^.buaca^ii0,porjréaedas por dio-
ses ni adorarlas , sioo por la parti«
«ular ventaja que hacían á las co-
munes , por esta causa las latraliaB
y trataban con veneración y respe*
to. Por las quales si^ificaciones
•tan dtferentes los E^afioles, no en-
tendiendo noas de la primera y
furincipal si^ifieacten que quiere
decir Ídolo , entienden que tenían
por dioses todas aqueUfts oosasque
Maman huaca « y que las adoraban
los Incas, cooio lo hacisn-los de |«
primera ,edad,
Beclarando el nombre apachi-
tas, que los Espafioles dan á las cum«
bres de las x;uestas muy altas y las
^acen: dioses de los Indios , es de
saber que ha de. decir . apachecta»^
' 1«Bft P8RV. ait
4^:ií«tiv<iv:7^elgeM{it9 «s apacheo-
pa , <ie «sce participio de preseote
•pachec ^ae es el nonúaativo , y
«on la aíMba m^.hace dativo^qni»*
ife (k^iff «lii^ue^bac^ Uevar, «io
4«cir .qui49. ea ni .daebirac qvé ea
ie qaeliace llevsyr ^ p^K) conforoie
al fraaia de la leogea como atrás he**
Aos diehey adelante diremos de la
«ittoha sigoificaoioQ 4ft» los ln^ys$
«Qcí víreo eo $ola «ea palabra: qiii6-
•«» deew 4^^^ S^^^ 7 efrescamoa
p)gD al ¿ qii|a- hace llevar estas ca»^
gaa,d6odojies fiiotaes y vigor p&i:a
pbirpoc cuestas tan ásperas como
^tavy.eiuica Ip decían jsí no.qeand^
eatáfaRQ^ yd tín lo altáide la cqesta-
PcQr «sto dice4) ios^i historiador aa
J^pafiolesi que. llamaban apadtitaf
<i : las cQoíbres , de las cuestas , en-
fendieodo que babldba^ ooo eilaS^
porque alli hRs bian decir t$u p»*
laiira apadiecta , y como no entieot
den lo qne .quiere de<;tc y dánselo
tía Bl8T<»tlA^CMimHA£
por nombre é lis «oesca^. 'Entes*
dúo los Indios 000 lOi&bre naturiA
que áe dobitffi dar graeits y baoof
algiina ofroadartl FióliacaaMc, Dios
no conoeido^ -qii6'«^los tdoftbaa
nefliteiittiniie ' por tiibetkss ayod»-
^o OA aquel trabifoí )> y «si loege^
qne hablan subido lá cuesta oe des-
cargabas ) y altando los' ojos si eie«
lo , besándoos él eueio y hade»-
do las mismas osventatlones-de ado^
Tacfonque ftrás4iximos.p»tfiioa»-
brar arPacha^mac ','rtf|>etiaA do»¿
tres veces al dativo apeehecta , y
en ofnsnda se • tiraban de liscejas^
y. qno; arrancasen algún petar ó no^
]0 soplablin bácia dt oiekiry echa<*
ban la yerba Uaniada enea > que Ue«
yabaa en laiboca, qne>eálóa'itantd
precian, como dictrádo-qne ie of re«
clan lo mas -preciado que Jiev«bae$
y i mas no poder ni tener otra cosa
mejor ofrecían' «algún palillo ó algu-*
nas p8}aelas,ei las hallaban por all¿
,1 > TOULZVmKÓ* 21^
eerca : y no las hallando ofrecían
nn gttijiirrO( Condeno lo>hy>Íá echa*
han ira pafiado de tierra , y de ei«
tai'/ófciBilda^babí«>f candes nmoto^
aes en la»:.«Hfi&i!»6d<iiás> cuestas.
Mo miraban al sol qaando hacian
ap^neUas^etftQiobiai^ ptffui no^ta
la adoraooft'á él^sino^^al 'Páahaca-*
me 9 y laat»frettdaa3nas, eran .se-
tales, de sns afiaftCosjqaé'iiOrOima^
daa^{p(Siqiifthie*«otMdéan ^ae co^
sas -taoLvUes. A* jam i^sjtt oíjpecerw
Da (todo le qnal ley jresiágft^qae i»
Ki ; caemando .coa btes 'muchas ve^
cet., y mus difo que ño lo hadatir
loa Jddiaa^tte 4bAit ¡desoacgados st-^
«^lAt^qitoSletabaácaxgca. Akoñ'en
estO!S^^ieinpoa,Toria a^sariairdia
de Dios, en io aleo de.aqcaéUaa
enastas tienen puestas xruioes, que
adofan ^n haciraiento. .de. gtaelaa
de Jbahtf satea í cectamcado .Obriate
se 4' HISTOSIA' 6«n&AK
CAFÍtULO XXXL
OtrmsfimeinuixosM qit^^^égmficm
t? - ' •• • -^ ^^-
ÜJSta IDÍ9flMl ditciofi lM«Ct , f>IO*
Húádadá lá ultima silftbien lo mas
interior de la «garganM s^ tece
▼ecbo:9^'qiiiefet d«cir l]orai^,.por
loqoal dos^Micorí«déf^'Bkrpti«^
les qae no spplerort ¡éitá 'diteeiH
«ia, dsxtroil 9 los lodida entrao^UcM
raado y guayando en sus^ teaplea
á' sus Sacrificios , qné 'httacn esi>
qaiere dechr : habiendo iMBlil diÑi-^
yeneia de e^td' slgni^cádo-^orar.á
los otnos , y tiendo el tuiO'- verbo
y.el'otco ^nombre t verdad es que
bi diferente significación coasiste
solamente en la ^diferente pronon*
cttttio^,üfl:m«day' letra tácacen^
to, qué la ultima silabare hl uni
dicción se pronuncia en lo alto del
ptltdtr 9 y la de la otra en lo in-
teríor de la garganta^' De la qaal
pfODDDciaGíoa t y de todas las de«
ms qae aquel teogoage cieae , oo
liaceo case algniie' los Bspafioles
por curiosos que seu, con impor*
talles taeta ti saberlas , porque
ao las tiene ^ leoguage £spafiol.
Véase el descuido de ellos por
lo que mt pasó. con un religiosa
dooiioico que ea eLPerá iialna %i-s
do qi»rro añOs! x^tedrátíco éc la
l#ogaa general 'de aqueL imperio^
el qual por saber que yo era nato*
ral de aquella tierra , me comuni-
có , y ye íe* visité mochas ▼eces
ep Sao'PaUo de Córdobas Acaeció
^e un día baldando de aquel leu**
guage, y de las muchas y diferen^
tes signÜícaciones que bnos ods^
mos TOcaUos tienen , di por ezern-^
pío este iMNDbre.padia'^e-., '^fó^
aoneiado Uanadiente <omo- suenan
las Jetias. espqfiolaa , .quiere dieit
9ltf álSTOiálA CBmRAE
mundo unxvnrsa^ y taitft>ieii slgtiiffea
ti cielo, Ift tierra, el infierno y quai-
quiera saelo: dizo entonces el fray«
le. , pues también significa ropa de
yeitir, el ajuar y miiebles de casa:
yo düe. es verdad ^ pero digame
y. P* 2 qué diferencia hay en la pro-
nunciación' que signifique eso ? di*
xome , ne la sé : respondile , ha-
biendo sido maestro en la lengua
t-ignorá tA^'*. Pues sepa qué para
que signifiqué ajuaró ropa de ves*
tir , han de ^conundar-la^ primera
silaba apretando las labios , y rom-
piéndolos con el aym de la vos,
de. manera. que suene el romperlos;
y le mostré la pronunciación de e^-
te jaombre y otros nfwu v^e , que
de otra, manera no se puede ense*
fiar. De lo qual el catedrático y
los demás religiosos que se hálla-
te á Ja .plática se admiraron mu-
^bo^ En. lo que se ha: dibho se ve
iMl^miQttte quenco igaoraa los Es*
J
yuSoles los secretos de aquella Jeo*
gua , pues este religioso con habet
sido maestro de ella no los sabia^
por do vienen á escribir muchos
yerros interpretándola mal , como
decir que los !^cas y s.us yasallios
adorabais por dioses todas aquellas
qosas qjue Uaman huaca, m sabáenv
do las diversas significaciones que
tiene. Y esto baste de la idolatría
y dioses de los Incas , en .la qual
idolatría y en. la que s^ies de ellos
hubOy son muelvo de estimar aque<«
Uos Indios f asi los de la segunda
edad como los de la primera , quo
en tanta diversidad y tanta burle*
rJg dOi dioses como tuvieron , niB
adoraron ios deleytesni los vicios^
como Ips de la antigua gentilidad
del naundo viejo qne adoraban á los
f ue ellos confesaban por adúlteros»
homicidas., borrachos , y sobre to«
do al Priapo , con ser gedte qae
presumía tanito'de sos* letras y sa-
XOMO I. K
3 1 8 HISTORIA GBKSRAL
ber, y esta otra taa agena de todA
boena ensefianza.
£1 Ídolo Taogatanga que un au-
tor dice que adoraban en Chuqai«
taca , y q«e lo» Indioa decían que
eo uno eran trea y en tres uoo^
yo so ture noticlv de tal idolo , al
en* el general lénguage del Peri
hay tal dicción i quíaá es del par-
ticular lénguage de aquella pro-
vincia, la- qual está ciento y ochen-*
to leguas del Cosco. Sospecho que
el nombre est¿ corrupto, porque
los £spafioles corrosipenF todos los
mas que toman en boca j y que ha
de decir acatanca , que quiere de-
cir escaravajo : nombre con mu^
sha prepíedftd compuesto de acá,-
4ue es estieixol , y de este ver-^
bo tanca, pronunciada Ist ultima
silaba en lo interior de la gai^anta,
que es empujar. Acatanca quiere
decir el que empuja el estiércol.
Que en Chuquisaca en aquella
tarimera edsid 7 antigua gentilidad
antes del imperio de ios reyes In«
cas lo adorasen por dios , no me
espantaría^ porque, como queda di-
cho , entonces adoraban otras co-«
sas' tan viles ^ nías no después de
los Incas que íás prohibieron toa-
das. Que digan los Indios que ed
uno eran tres y en tres uno , es in«
▼éneioa hueva de ellos, que' la hait
heoho^ despbeft que hün dido la tri-
nidad y unidad del verdadero Dios,
traestro Sefior, para adular á los £s-
páfióles con decirles que también
ellos tenían algunas cosas semejan-
tes á las de nuestra santa retlgioii
tomo ésta y la trinidad , que el
mismo autor dice que daban al sol
y al rayo , que tenían confeso*
res , y que confesaban sus pecados
como 1q9 Cliristianos. Todo lo quU
es inventado por los Indios , coii
pretensión 'de qué siquiera por se-
inejanza se les haga alguna corte-
xa
a a d HISTORIA 6BNSR AL
sia. Esto afirmo como lodio qum
conozco la nataral condición de lo<
Indios : y digo qoe no tuvieron
Ídolos cop nomjbre de trinidad ^ y
9ttnque el general iengaag^ del Pe-
rú , por ser tan cQr^Pi.de. voca-
blos , comprehende en jaoto coq
folo uno tres y quatro cosas dife-
rentes como el nombre illapa , que
poipprehende el relámpago,, true*
no y rayo , y este n^bre maqui,
que es mano, cqmprel^ende Is^ ma«f
jno , la tabla del brazo y el molle-
do : lo mismo es del nombre cha-
qui , que pronunciada llana mente
pomo letras castellanas, quiere de-
cir pie , comprehende el pie , la
pierna y el muslo ^ y por el seme^
jante otrqs muchos nombres que
pudiéramos traer á cuenta^ mas no
púr eso adoraron ídolos con nom-
bre de trinidad, ni tuvieron ta,) nom-
bre en su ienguage como adelante
vexéwos. Si eldeiponio pretendía
/
Incerse adorar debaxo de tal nocn-^
bre, no me espantaré ,'qae todo lo
podía €00 aquellos infieles idola-
tras tan alejados de la chrtstiana
verdad. Yo cuento llanamente lo
que entonces tuvieron aquellos geft-^
tiles en su vana religfoo. I>ecifiio9
también que el misooo nombre cha-
qui , pronunciada la primera silaba
ea lo alto del paladar «e hace ver«
bo , y significa haber sed , estae
seco ó enjugarse qualquiera . cosSi
mojada , que también son tjres si^
aificaciones en una palabra.
•
CAPÍTULO xxxn.
£0 que un autor dice de los dioses
que fenián,
Jbin los papeles del P. M. Blas
Valera hallé lo que se sigue , que
por ser á proposito de lo que he-
mos dicho , y por valerme de su
aiuoridad holgué de tomar el tra-
aaa histoaia obkskai;
bajo de traducirlo y sacarlo aquí.
Dicelo hablando de los sacrificios
que los Indios de México y de
otras reglones haciaa » y de loa
dioses que adoraban^ rdice asi : No
•e puede explicar con palabras^ ni
kni^ioar sin horror y espanto qeáa
contrarios á religión, quán terribles,
crueles é inhumanos eran los géneros
de sacrificios que los Indios acos*
lombraban hacer en su antigüedad,
ai la multitud de los dioses que
teaian , que solo en la ciudad de
México. y sus arrabales habla mas
de dos mil. A sus ídolos y dioses
llaman en coaiun teulr : en parti-
lar tuvieron diversos npmbies. £m-
pero lo que Pedro Mártir, el Obis-
po de Chiapa y otros afirman de
que los Indios de las islas de Cu-
súmela , sujetos á la provincia de
Yucatán , tenían por dios la sefial
de la cruz , qué la adoraron y que
\o$ de la jurisdicción de Chiapa-
tuvieron noticia de la Santísima
Trinidad y de la Encarnacicn de
nuestro Sefi(jr « fue interpretación
^oe aquellos .autores y otros Espa-r
Soles ino^lfiaf^t^y apUquron 4 estos '
misterios : también como apHcarOA
en las historias del Cozco á la trioi»
dad las tres estatuas del sol que dicen
que habia en su templo, y las del
trueno y raya^i el dia de hoy ^ coa
haber habido tanta enseñanza de
Sacerdotes y Obispos, apenas sabef»
si hay Espíritu Santo | cómo pu*
dieron aquellos bárbaros en tioie-*
<blas tan obscuras tener tan clara no-
ticia de los misterio de ^la^ £á-^
earnacion y Trinidad ? La naabetai
que nuestros Españoles tenian pa-^
jra escribir sus historias , era que'
preguntaban á los Indios en len-
gna.castellai^i las cosas que de> ellos
querían saber. Los Farautes por no
teaer entera noticia dé las cosas
.antiguas y por no saberlas de me-
994 HYSTO&fA OBKBHAE
moría , ias decían faltas y menos-
cabadas , ó mezeladas con fábulas
poéticas ó hffitoríaa fabulosas ^ y
lo peor ^ue en ello había , era le
'f>oca Botiola y mucha falta que ca-
da uno de ellos tenia del lenguage
^el otro para entenderse al pregun-
tar y responder, y esto era por la
mucha dificultad que la lengua in-
diana tiene , y por la poca ense-
ñanza que entonces tenían los In-
dios de la leDgaa-casteilaa^: lo qual
era causa que el Indio entendiese
mal lo que el Español le pregun-
tabftt y (&1 £spa£ol entendiese peor
lo que el Indio le respondía. Be
manera que muchas veces enten-
día el uno y el otro en contra de
las cosas que hablaban. Otras mu-
chas veces entendían las cosas se*
mojantes y no las propias 5 y
pocas veces Jas propias y verda-'
deras. £n esta confusión tan gran-
^^ 9 «^ sacerdote ó seglar que las
r SSX. -VWBJÚ* a 2 $
frégttfitaba , tonaba á ¡su gusto y
eieccidn lo que le pai^icia mas se*
aaejaate y mas -allegado á lo que
deseaba rsabsr. y lo que imaginaba
que podria haber re^poodldoel hk*
ého. Y. asL ,. interpietáiidolas á a«
HDag^aacioo y. -antojo , escribieroii
por Verdadee cosas que ilot In-
4ios^ no sofiaroa : porque de las his-
torias Verdaderas de ellos no se
puede sacar mistfrriaalgttno de núes-*
tta religión christíana.* Auoque no
hay duda sino que el démomOf cor
Bió tan soberbio , haya procurado
siempre ser tenido y honrado co-.
»o Dios , no solamente ^en los ri-
tos y eeiemonias de la gentilidad,
mas también en alguna» costumbrea
de la religión christiaoa , Ms qtta:«>
les , como mona envidiosa, ha in-
tffOditcido en muchas regiones de
las Indias para sex por esta via hon-
tado y estimado de estos hombres
y, de. aquJLi ea, .que ea«
8S6 HISTORIA ñmmmR Alt
una reglón $e nsabt la: éonfestos
vocal para limpiarse de los delitos:
en otra labar la C2^>esa á los ni*
fios : en otras proTincías tener aya-»
nos aspeiüstfliios^ y en otra^ qae de
Éú ¥ol»ntád se úh^dánA la aiuérce
{K)r stt falsa religión ;.para que co-
mo en -el mundo yiejo los £eles
christiános se ofiecion al martirio
por la fe católica ^ asi también eo
nuevo mundo' los 'gentiles se -ofrO'*
olesen á la muerte por el malvado
demonio. Pero lo que dicen que
leona es Dios Padre , Bacab Dios
Hijo, Estruac Dios Espíritu Santo^
que ChírlpHi es la Santísima Vir«>
gen María ., Ischen la Bienaventu^
rada Santa Ana ,-y que Bacab muer^
to' ppr Sopoco , ts Christo nuestro
Sefior -crocificado por Pilato , todo
esto y otras cosas semejantes son
invenciones y acciones de algu-
nos Españoles qne los naturales
totalmente las ignoran. Lo cierto.
es que éstos fueron hombres y mu*
geres que los naturales de aqtie*
lia tierra honraron entre su dioses,
cuyos nombres' eran estos que se
han dicho , porque los Mexicanos
tuvieron dioses y diosas que ado-
raron : entre ellos iiubo algunos
muy sucios , los quales entendiao
aqueUos Indios que eran dioses de
los vicios, coóné fue TlaeoHeult d¡09
de la Ittzuria , Ometochtli dios de
la embriaguez , VitcÜopuchtli dioi
de la milicia 6 del homicidio. leona
era el Padre de todos sus dioses:
decian que los engendró en diver-*-
sas mugeres y concubinas : tenían*^
íe por dios de los padres de fami-**
lias. Bacab era dios de los hijos de
familia. Éstruac dios del ayre. Chi«.
ripia era madre de 4os dioses , y de
la tierra misma. ^Zschen era ma-
drastra de sus dioses. Tlaloc dios
de las aguas. Otros dioses honra-
ban por autores de las virtudes.
«4
ü%9 HISTORIA GBNBltAC
morales , como fue Qaexalcoatht
dios aéred, reformador de las cos-
tumbres. Otros por patrones de la
vida humana , por sus edades. Tu-
vieron inumerables imágenes y fi-
guras de dioses, inventados para di-
versos oficios y diversas cosas Mu->
chps de ellos eran muy sucios.
Unos tuvieron en común , otros
en particalar. Eran afiales, qué ca- ^
da afío y .cada uno los mudaba y
trocaba conforme á su antojo , y
desechados los dioses viejos por
infames , ó porque no habian sido
de provecho , elegiao otros dios^es
ó demonios caseros. Otros dioses
tuvieron imaginados para presidir
y dominar en las edades de los ni-
fios , raozo^ y viejos. Los hijos po-
dían en sus herencias aceptar ó re-
pudiar los dioses de sus padres,
porque costra la volunta4 de ellos
so les permitían reynar. Los vie-
jos honraban otros dioses mayores
J3XL TBBLV» tS9
y tamibien los desechaban 9 y ea
lugar, de ellos criaban otros en pa-
sando el afío ó la edad del mundo
que los' Indios decían. Tales eran
los dioses que todos los naturales
de Mézldo , de Chiapa , de Gua*
tímala , los de la Vera Paz y otros
muchos Indios tuvieron , creyeodo
que los que ellos escogían eran los
mayores, mas altos y soberanos de
todos los dioses. Los dioses que
adoraban quando pasaron los £spa^
fióles á aquella tierra , todos er^n
nacidos, hechos y elegidos después
de la renovación del sol en la ultima
edad , que según lo dice Gomara^
cada sol de aquellos t^ontenia ocho««
cientos y sesenta afios , aunque 'se->
gon la cuenta de los mismos Me-
xicanos eran muchos menos. Esu
manera de contar por sples la ^dad^
del mundo , fue cosa común y usa-rr
da entre los de México y del Perúo
Y ssgun la cuenta de 9II0& , los
fljO HTSTORÍA GEMfiRAC
afios del ultimo sol se cuentan des-
de el afi'o del Señor de mil qua-
renta y tres. Conforme á esto na
hay duda sino que los dioses anti-
guos , que en el sol ó en la edad
antes de la ultima adoraron los na^
torales del imperio de México ^
quiero decir, Jos que pasaron seis-
cientos 6 setecientos afios antes,
todos según ellDS mismos lo dicen/
perecieron ahogados en el mar , y
tú lugar de ellos inventaron otroj
muchos. De donde manifiestaroen-»
te se descubre ser falsa aquella
interpretación de leona , Barac y
£struac , que dice que eraa el Pa-'
dre, el Hijo y el Espirita Santo.
Toda la demás gente que liabita
en las partes septentrionales que cor-
lesponden á'las regiones septentrio-
nales del mundo ▼iejo , que son las
provincias de la Gran Florida y to-
das las islas , no tuvieron ídolos
ñ dioses hechizos , solamente ado*
HIÉL VERÚs %it
araban á los que Varroa llama na-
turales , esto es , los elementos,
la mar ^ los lagos , tíos , fuentes,
montes , animales fieros , serpien-
tes, las jnieses y otras cosas -de es*
te jaez. La ^ual costumbre tuv^
principio y prigen-de Jos Caldeos,
y se derramó por mochas y diversaa
naciones. Los que comían carne hu^»
nana, que ocupaxon todoel^imperio
de México ^ todas las islas, y mo«
cha parte de io& términos del Perú,-
';gaaniaron bestialisimamente esta
mala eos tañare basta «que rey nar-
ren los Incas y los £spafioles. Toda
estoes del'P. Blas Valera. £n otra
parte dice «qae Jos Incas no adoran
ban sinocal sol y ¿ los planetas , y
«gue eo esto imitaron' á los Caldeos.
93' HISTORIA GSimjlAS
CAPÍTULO XXXIII.
Alcanzaron la inmortalidad del
anima y la resurrección
universal.
T,
uvieroQ lof loca» Amaotas que
el hombre era compuesco de ciier«
fo y anima , qae el aiúma era
espirico iomortal , j qae el cuei «i
po era faecbo de tierra , porque le
yeian convertirse ea ella, y asi Je
Uaman allpacamasca, que qotete de-
cir tierra anhnada ^ y para dlfe«-
Tcmclarle de ios brutos le llaman
xana , que es hombre da entendí*'
miento y razona ,. y á i^s brutos ea
coman dicta llama, que quiere de*;
cir bestia.. Dieroaies lo queliamaai
anima vegetativa y sensitiva , por«
que les velan crecer y sentir , pero
hq la racional. Creian que habia
otra vida después detesta, con pe-
na para los malos y descanso para
- JÜBI, PERt}*. a ^ J
los buenos. Dividían el universo ea
tres mandos: llaman z\ 4;ielo hanan
pacha, que quiere decir mundo al-
trO, donde decían que iban los bue-
nos á ser premiados de sus virtu-
des : llamaban hurin pacha á este
mundo de la generación y corrup-»
cien, que quiere decir mundo bazo;
Uamaban ucu pacha al centro de
la tierra , .que quiere decir mundo
inferior de allá abaso , donde de-
cían que iban á parar los malos ; y
para declararlo mas le daban otro
nombre , qne es cupaypa huacin^
que quiere decir casa del demonio.
No entendían que la otra vida era
espiritual sino corporal como esta
misma. Decian que el descanso del
mundo alto era vivir una vida quie*
ta , libre de los trabajos y pesa-
dumbres que en ésta se pasan. Y
por el contrario , tenían que la vi-
da del mundo inferior , que llama- •
moa infierno , era llena de todas
334' HISTORIA CEKIE'RA'L
las eofermedades , dolores , pesa-
dumbres y trabajos que acá se ps»«
deceO) sin descanso ni poncento ai«
gano. De manera ^ue esta misma
vida presente dividían en dos par-
tes : daban todo el regalo , desean*
so y contento de «Ha á los que ha-*
bian sido buenos, y las penas y tra-
bajos á ios que hablan sido malos. No
sombraban los deleytes «amales ni
otros vicios entre los gozos de la
otra vida , sino la quietud del ani-
mo sin cuidados , y él descanso del
cuerpo sin los trabajos corporales.
Tuvieron asimismo los Incas
la resurrección universal , no para
gloria ni pena , sino para la misma
vida temporal , que jio levantaron
el. entendimiento á mas que esta
vida presente. Tenían grandísimo
cuidado de poner en cobro ios ca*
bellos y ufias que se cortaban , tres-
qnilaban ó arrancabaii con el pey«>
ne : poníanlos en los agujero^ ó res-.
juicios de las paredes j y si con ei
tiempo se caian , qualqulera otro
Indio que los vela los alzaba y po-
9ia á recaudo. Muchas veces, pos
ver lo que deciai) » pregunté á di-
versos Indios y en diversos tiem-
pos para qué hacian aquella, y to*
dos me respondían unas mismas pa-
labras , diciendo : sábete que todos
los que hemos nacido hemos d^.
volver á vivir; en el mundo, no tu-
vjeron verbo paiFi decir resucitar»
y las animas se han de levantar d«
las sepulturas con todo Ip que fue
de sus cuerpos 9 y porque las nues-
tras» no^ se. 'detengan huscando suS'
cabellos y4i&as.,:que ha 4e l^beit
aquel <dia ^ran bullicio y. mucha,
priesa ) se las ponemos tiqui juntas-
para que se levanten mas ayna ^ y
aun si fuera posible hablamos de
escupir ^iempre en un lugar. Fran*»
c;isco López de Gomara , capitulo,
ciento veinte y .<;iacp, ,l)ai>lapdo de;
^3^ HISTORIA CBiriíRAX;
los entierros que á los reyes y á lod
grandes señores hflcian en el Perú)
dice estas palabras , sacadas á la le-
t/a : Qttando Españoles abrían estas
sepulturas y desparcian los huesos,
les rogaban los Indios que no lo hi'^
ciesen, porque juntos estuviesen al
resucitar : cá bien creen la resur-
rección de los cuerpos y la in-
Biórtalldad de las almas &c. Prué-
base claro lo que vamos diciendo,''
paes este autor con escribir en Es*
paña sin haber ido á Indias , al«
canzó la misma relación. £1 Con-
tador Agustín de Zarate , libro prí-*
ñero , capitulo doce , dice eo esto
casi las mismas palatois de Goma-
ra , y Pedro de Ciesa ,- capitulo
sesenta y dos , dice : que aquellos
Indios tuvieron la importalid^d del
anima y la resurrección de los cuer-
pos. Estas autoridades y la de Go*
mará hallé leyendo estos autores,
después de haber escrito yo lo que
este particular tuvieron mis pa<*
Tientes en su geatilidad : holgué
muy mucho con ellas, porque co-
sa, tan ageoa de gentiles como. la re-
f urrecciotn piírec^rla invención mia
oo habiéndola escrito algún £spa<«
£ol. Y. certifico que las hallé después
de haberlo yo .escrito ^ porque se
crea que en ninguna cosa de estas
^igo i los Espafíoles, sino que qqian*
^ ¡09 hulla huelgo de aleg:irlos en
eon£smac¿on de lo que oí á los
ji^ips. de su antigua tradición. Lo
inismo me acaeció en la ley que
^abia c(>ntra los sacrilegos y adúl-
teros con las mugeres del Inca ó
del- sol, que adelante veremos, que
después de haberla yo escrito la
Italia acaso leyendo la historia del
«contador general Agustín de Zara-
te , con que recibí muoho coméis
to por. alegar jji i^i caso un grave
^ .historiador. Español; Cómo ó
M9F^ ^ tradición t^yji^en los Li-
7
S 3 S HISTORIA (^BKBR Alf
cas la resurrección de los cuerpos,
tiendo articulo de fe , no lo sé , ni
es de un soldado como yo inqui-
rirlo , ni creo que se pueda ave-
riguar con certidumbre hasta que
^1 Sumo Dio» sea servida manifes*^
tarto : solo puedo' afirmar con ver-
dad que lo tenian. Todo este cue»*
to escribí en nuestra historia de
la Florida , sacándola de su lugar
por obedecer á los de la Coinpa&ia
de Jesús , Miguel Vázquez de Pa«
dilla, natural de Sevilla , y Gero*
nimo de Prado , natural de Ubeda
que me lo mandaron asi, y de alli
lo quité f aunque taVde , por cier-
tas causas tiránicas, ahora lo vuel-
vo á poner en sii puesto porque no
falte del ediicío piedra tan princi-
pal : y así iremos poniendo otras
como se fueren ofreciendo, que no
fes posible contar de una vez las
ni5eriks ó ' burlerías que aquellos
Indios^ iñWenm , qut una de ellas
fue tener que el alma salía de) cuer<
po mientras ét dormía; porque de«*
cian que ella no podía dormir , y
que lo que veia por el mundo eran
las- cosas que dectnios haber soba-
do. Por esta van» creencia miraban
tanto ei> los- suefios y los interpre**
taban , diciendo' que eran agüeros
y pronósticoa para conforme á ellos
temer mucho mal 6 esperar macho
liieo..
CAPÍTULO XXXIV.
Co^as^ que sacfificahan al soL
L
os:sacrlficios que los Incas ofre«
cieron al sol fueron de muchas y
diversas cosas j cpmo animales do*
ftiésticos, grandes y chicos. £1 sa«
crifícto principal y el mas estinsa*
do era el de los corderos , luego el
de los cameros , y luego el de lu
•veja» machorras. Sacrificaban cov
94P HISTORIA OBHSRAX^
nejos caseros j todas las aires q«e
eran de comer , se^K) á solas , y
todas las mieses y legumbres , has*
ta la yerba cuca y ropa de vestir
de la n»uy fina. Todo lo qiial que-
mabao en lugar de incienso , y lo
ofrecían en hacimíento de gracias
de que lo hubiese criedo el sol pa**
Ta sustento de los hombres. Tam-
t>ien ofrecían en sacrificio mucho
brevage de lo que bebían , hecho
de agua y maiz , y en las comidas
ordinarias quando les traían de be-
ber después que habían comido»
que mientras comian nunca bebían^
á los primeros vasos mojaban Ja
punta del dedo de eomedio, y mi*
Vindo al cielo con acatamiento^ desi
peidian del- dedo , como quien da
papirotes , la gota del brevage que
eft di se les hal>ia pegado , ofre-«
ciéndola al sol en hacimiento de
^iiaci^s porque les daba de beber.
biSQS al ayre que, jc^mo hemos di<*
cho , era entre aquellos Indios se-
lial de adoipacion. Hecha esta ofren-
da ea los primeros vasos , bebían
lo que se les antojaba sin n^as ce-
remonias.
. .Ss^a^üiUíiiia oeiremonia ó idola-
ttia yo la vi hacer á los Indios no
bautizados , que en mi tiempo aun
hablar muchos viejos por bautizar^
y i necesidi^i yo bauticé algunos.
][>)B. manera que ^n los sacrificios
laerqnkslnoas casi d deLtodose-
mqantes á los Indios de la prime-
ra edad , solo se diferenciaron en
^ue no sacrificaron carne , ni san-
gre humana con muerte , antes lo
abominaron y prohibieron, como
el comerla , y si. algunos historia-
dores lo han escrito, fue porque
los relatores los engafiaron , por no
dividir las edades y las provincias,
donde y quaado se hacían los se-
mejantes sacrificios de hoiQbres9
TOMO I. L
d^2 HISTOitTA 'eiSSlán AT0
fidageres y xiiñós ^ y asi nü histd-
ilador dice, hablando de los Incas,
^ue sacrificaban hombres ^ y nom-
bra dos provincias , donde dice que
se hadan los satarifíctos. Lft una es-
tá poco menos de cien leguas del
Cozco ,^ue aquella* ciúdad'era don-
de los Incas hacían sus sacrificios;
y la otra es una de' dos provincias
de un misitao nombre , la una de
las quales está doscientas leguas al
sur del Cozco , y la otra Tñas de
qaatrocientas af norte. De donde
consta claro, que por no dividir
los tiempos y los lugares ^ atribu-
yen muchas veces á los Incas mu-
chas cosas dé las que ellos prohi-
bieron á los que sujetaron á su im-
perio , que las usaban en aquella
primera edad antes de los reyes
Incas.
Yo soy testigo de haber oido mas
de una vez á mi padre y á sus con-
temporáneos , cotejando las dos re-
2>BC PBRIÍ. d^i
páblicas Méxi¿o y Perú , hablando
en este particular de los sacrificios
de hombres y del comer carne hu-
mana , que loaban tanto á los Incas
del Perú , porque no los tuvieron
ni consintieron, quanto abominaban
á los de México, porque lo uno y
lo otro se hizo dentro y fuera de
aquella ciudad , tan diabólicamen-
te como lo cuenta la historia de su
conquista, la qual es fama cierta
aunque secreta que la escribió el
mismo que la conquistó y ganó dos
veces, lo qual yo creo para mí,
porque en mi tierra y en Espafia
lo he oído á caballeros fidedignos
^ne lo han hablado con mucha cer-
tificación; y la misma obra lo mues-
tra á quien la mira con atención,
y fue lastima que no se publicase
en su nombre para que la obra tu-
viera mas autoridad, y el autor '
imitara en todo al gran Julio Cé-
sar,
L 2
a 44 BT8T0RIA OBNBRAS
Volteado á los sacrificios, de-
cimos que los Incas no los tavlé-
roo , ni los consintieron hacer de
hombres ó nifios , aunque fuese en
enfermedades de sus reyes , como
lo dice otro historiado^ , porque oo
las tenian por enfermedades como
las de la gente común : teníanlas
por mensageros como ellos decían
de su padre el sol , que venían á
llamar á su hijo para que fuese á
descansar con él al cielo , y asi eran
palabras ordinarias que las decían
aquellos reyes locas quando se que-
rían morir : mi padre me llama que
ine vaya á descansar con él , y por
esta vanidad que predicaban', por-
que los Indios no dudasen de ella,
y de las demás cosas que ¿ esta se*
mejanza decían del sol , haciéndo-
se hijos suyos , no coosentian con-
tradecir su voluntad con sacrificios
por su salud, pues ellos mismos
confesaban que los llamaba para
qne descansasen con él. T estobas*
te para que se crea que no sacrifi«>
' caban hombres , niños , ni mogere^
y adelante contaremos mas larga-
mente los sacrificios comunes y par-
ticulares que ofrecían , y las fies-
tas solemnes que hadan al sol.
Al entrar de los templos ó es*
tando ya dentro , el mas principal
de los que entraban echaba mano
de sus cejas , como arrancando los
pelos de ellas , y que los arranca-*
se ó no, los soplaba hacia el ídolo
en señal de adoración y ofrenda; y
esta adoración no la hacían al rey
sino á los ídolos ó árboles , ó otras
cosas donde entraba el demonio á
hablarles. También hacían lo mis-f
mo los sacerdotes y las hechice-
xas quando entraban en los rinco-
aes y lugares secretos á hablar coa
el diablo , como obligando aquella
deidad, que ellos imagibaban, á que
los oyese y respondiese , pues en
94^ HlftTOktA GBiriniAK
aquella démotutracion le ofrecían
sus personas. Digo qae también les
▼i hacer, esta idolatría.
CAPÍTULO XXXV.
táOS sacerdotes , ritos , ceremonias
yieyes se atribuyen a¡ primer
Inca,
X uviéron sacerdotes para ofrecer
los sacrificios* Los sacerdotes de la
casa del sol en el Cozco todos eran
Incas de la sangre real y para el
demás servicio del templo eran In-*
cas de los de privilegio. Tenían
sumo sacerdote , el qual habia de
ser tio ó hermano del rey , y por
lo menos dé los legítimos en san-
gre. No tuvieron los sacerdotes
vestimento particular sino el co-
mún. En las demás provincias don-
de había templos del sol, que fue-
ron muchos, eran sacerdotes los
naturales de ellas , parientes de los
sefioresde las tales provincias^ eoír
pero el sacerdote principal, como
obispo , habla de ser Inca , par^
que los sacrificios .y cerenionias< ^p
conformasen con las del .metropo-
litano; ca en todos los oficios pre^
jninentes de paz ó de guerra po-
ülan Incas por superiores, sin qui-
jar los naturales por no los desde-
ñar y tiranizar. Tuvieron asimisr
pxo Quichas casas de vírgenes , qu«
unas guardaban su perpetua virginir
d^d sifi salir de casa, y otras er^a
concubinas del rey., de las quales
diremos adelante mas largamente
fie su calidad , clausura > oficios y
ezercicios.
. Es de saber que los rey^es In-
cas , habiendo de establecer qua-
lesquiera leyes d sacrificios, asi ea
lo sagrado de su vana religión co-
mo en lo profano de su gobierna
temporal , siempre lo atribuyeron
al primer Inca MancQ Capac^ di-i
• • •
ciando qae él las había ordenado
todas , unas que había dexado he<^
chas y puestas en uso , y otras en
dibuzo para que adelante sus des-
cendientes las perfeccionasen á sus
tiempos , porque como certi^caban
que era hijo del sol, venido del cie-
lo para gobernar y dar leyes á aque»
líos Indios , decían que su padre le
había dicho y ' ensefiado las leyes
que había de hacer para el beneficio
común de los hombres, y los sa-
crificios que le habían de ofrecer
en sus templos. Afirmaban esta fá-
bula por dar con ella autoridad á
todo loque mandaban y ordénüban,
y por esta causa no se puede de-
cir con certidumbre qual de los In«
cas hizo tal ó tal ley , porque co-
mo carecieron de escritura , care-
cieron también de muchas cosas
que ella guarda para los venideros.
Lo cierto es que ellos hicieron
las leyes y ordenanzas que tuvié-*
ron , sacando unas de nuevo y re-
formando otras viejas y antígasj
según que los tiempos y las nece-
sidades las pedian. A uno de sas
reyes , como en su vida Terémos,
hacen gran leglslador^oe dicen que
dio machas leyes de nncro , qoe
enmendó y amplió todas las que ha-
lló hechas , y qae fue gran sacer-
dote porque ordenó muchos ritos y
xeremonias en sus sacrificios, é
■ilustró ínuqhos templos con grandes
-riquezas , que fne gran capitán y
que ganó muchos reynos y provin-
cias : empero no dicen precisamen-
te qué leyes dio , ni quales sacrifi-
cios ordenó y y por no hallar mejor
salida se lo atribuyeron todo al pri-
mer Inca, asi las leyes como el
principio de su imperio. Siguiendo
esta orden confusa, diremos aquí
la primera ley , sobre la qual fun-
daban todo el gobierno de- su re-,
pública* Dichft esta y otras algunas
S$0 HISTORIA CSNBRAL
seguí remos la conquista que cada
rey hizo , y entre sus hazafias y
▼idas iremos entremetiendo otras
leyes y muchas de sus costumbres,
juaneras de sacrificios , los templos
del sol, las casas de las vírgenes,
sus fiestas mayiores , y armar caba-
lleros , el servicio de su casa , la
grandeza de su corte , para que coa
la variedad de los cuentos so can-
je tanto la lección: mas primero me
-conviene comprobar lo que he dicho
<con lo que los historiadores Eapafio-
les dicen en el mismo propósito.
CAPÍTULO XXXVI.
Se prueha lo dicho con historiado^
res Espacióles.
1: orque se vea que lo que atrás
hemos dicho del origen y principio
de los Incas , y de lo que antes de
ellos hubo , no es invención mia si-
no coman relación que' los Indios
Jan hecho á los historiadores Et^
pañoles j me padeció pooer uo ca-
pitulo de los que Pedro de Cieza
de León , naturfil de Sevilla, escri-
be ^o la primera parte de la cróni-
ca del Perú , que txa^a de la der
-marciacion de sus provincias, ladesj-
cripcion de ellas, las fundaciones de
las nuevas ciudades, los ritos y
.costumbres de los Indios y otx9S
cosas , &c. Las quales palabras dá
eí autor por titulo á su obra. Es-
cribióla en el Perú, y pafa escribir-
la con mayor certificación anduvo,
como él dice , mil y doscientas le-
^as de largo que hay por tier-
^f 4esde el puerto de Uraba , has-
ta la villa de Plata, que hoy llaman
ciudad de Plata. Escribió en <;ada
provincia Ja relación que le daban
de las costumbres de ella , bárba^
ras ó políticas j e^oribiólas con dir
▼isionde los tiempqs y edades. Di-
ce lo que cada, nación tenia an(^
^4
SJft BfXSTORIA CBNB&AS
que los Iñca$ la sujetaran , y lo
que tuvieron después que ellos ím*
peraron : tardó nueve afios en re-
coger y escribir las relaciones que
le dieron, desde el afio de quinien-
tos quarentá y uno, hasta el de
cincuenta, y habiendo escrito lo
que halló desde Uraba hasta Pasta,
luego que entra en el término que
fue de los Incas , hace capitulo
eparte, que es el treinta y ocho de
su historia, donde dice lo siguiente.
* Porque en esta primera parte
tengo muchas veces de tratar de
los Ingas , y dar noticia de muchos
aposentos suyos y otras cosas me<»
Inorables, me pareció cosa jastk
'decir algo de ellos en este lugar,
'para que los lectores sepan lo que
estos sefiores fueron y no ignoren
su valor, ni entiendan uno por otro:
no embargante que yo tengo he^
eho libro partltúlar de ellos y de
MIS hechos , bien copioso. Por iat
BBL 7BAÚ. %%J
relación es que los Indios ¿el
€0 nos dan , se colige que
antiguamente gran desorden en to-
das las provincias de este leyno
que nosotros llamaoios Perú, y que
los naturales eran de tan poca ra*
'con y entendimiento que es de no
creer , porque dicen que eran moy
bestiales , y que muchos comiaa
carne humana , y otros tomaban á
sus hijas y madres por mugeres^
cometiendo sin estos otros pecados
mayores y mas graves, teofendó
gran cuenta con el demonio, al
qual todos ellos servían y teniaü
en grande estimación.
Sin esto , por los cerros y co^
liados altos tenían castillos y fon*
talesas,^sde donde por causas moy
livianas sallan á darse guerra unos
i otros 7 y se macaban y oautivar
han todos los mas. que podían. Y
no embargante que anduviesen me^
tidos en estos pecados y coo^etie-
ft$4 HISTORIA GBHBltAC
ten estas naaldades , dicen tambres
que algunos de ellas eran dados á la
religión , que fue causa que en mu-
chas partes de este reyao se hicie-
ron grandes templos , en donde ha-
blan sus oraciones , y era visto el
demonio y por ellos adorado^hacieo-
do delante de los Ídolos grandes sa-
crificios y supersticiones. Y vivien-
do de esta manera las gentes de esr
te rey no, se levantaron grandes ti-
ranos en las provincias del Coliao
,y^en otras partes : los quales unos
ú otros se daban grandes guerras,
y se cometian muchas muertes y
robos: y pasaron por unos, y po/
4>tcos grandes calamidades V tanto
^ue se destruyeron muchos castit-
líos y fortalezas , y siempre durar
ba entre ellos la porfia de que no
poco se holgaba el demonio enemib-
go de natura humana , porque tan**
tas animas se perdie^n.
Estando de esta suerte todas
las provincias del Perú , se levan*
taron dos hermanos, que el uno de
ellos había por nombre Manco Ca-
pac , de los quales cuentan grandes
maravillas los Indios, y fábulas muy
donosas. En el libro por mi alega-
do , las podrá ver quien quisiere
qnando salga á lux. Este Manco Cft-
-pac fundó la ciudad del Cuzco,
estableció leyes á su usanxa » y ti
y sus descendientes se llamaron lo-
gas , cuyo nombre quiere decir ó
significar reyes ó grandes seáores^
Pudieron tanto , que conquistaron
y señorearon desde el Pasto hasta
Chile : y sus banderas vieron por
la parte del sural rio de Maule, y
por la del norte al rio Angasmayo,
y estos rios fueron términos de su
Imperio, que fue tan grande que
hay de una parte á otra mas de mil
trescientas leguas. Y edificaron
grandes fortalezas y aposentos fuer**
tes ,' y en todas las provincias te-
H6 HISTORIA GSNSRAX;
nian puestps capitanes y goberna**
dores. Hicieroo taa grandes cosas,
y tuvieron tan bnena gobernación
que pocos en el mundo les hicié*
ron ventaja. Eran muy vivos de in-
genio, y tenian gran cuenta sin le-
tras Y porque estas no se han ha-
llado en estas partes de las Indias*
Pusieron en buenas costumbres
i todos sus subditos, y diéronles
orden para que vistiesen y traxesen
ojotas en lug^ir de sapatos, qufs son
como albarcas. Tenian gran cuenta
con la inmortalidad del anima y
con otros secretos de naturaleza.
Creían que habia Hacedor de lasco-
iras,y al sol tenian por dios soberano,
al qaal hicieron grandes templos.
Y engafiados del demonio adoraban
en árboles y en piedras como los
gentiles. En los templos principa*
les tenian gran cantidad de virgen
aes muy hermosas , conforme á las
^e hubo en Roma en el templo
dé Vesta , y casi guardaban los mis»
mos estatutos que ellas.En los txtt^
citos escogían capitanes valerosos
y losmaé fieles que podían. Tuyié*
ron grandes maite para «in guerra
liacer de los enemigos amigos : y
á los que se levantaban castigaban
con gran severidad y no poca cruel-
dad ^ y pues como digo , tengo he*>
cho libró de estos Ingas -, basta lo
dicho para qud ios que leyeren es-
te libro, entiendan lo .que fueron
estos reyes , lo tnucho que valie-
ron , y con todo volveré á mi ca«
mino.
( Todo esto contiene el capítulo
treinta y ocho , donde parece que
en suma dice lo que nosotros he-
mos dicho , y diremos muy á la lar-
ga de la idolatría ^ conquista y go«
bierno en paz y en guerra de estos
reyes Incas, y lo mismo va refirien-
do adelante por espacio de ochenta
y tres capítulos que escribe del Pe-
958 HISTORIA CXHSRAS
rú , siempre habla en loor de los
Incas.En las proviacias donde cuen*
U que sacrificaban l^ombres , que
comian carne hamana) que andaban
desnudos , y no sabían cultivar las
tierras, qi^e tenian.o^ros atxisos co^
pao adorar ^osas viles y rucias, ;sleni-
pre dice que con el señorío de los
Incas perdieron aquellas malas eos*
tumbres y aprendieron las de los
Incas* Hablando de otras muchas
provincias que teoian. las. mismas
cpsas., dice que aun np. habia lle«
gado allí el gobierno de lo^ Incas,
Y tratando de las provincias donde
90 habia tan bárbaras costumbres,
sino que vivían con alguna politi-r
ca , dice : estos Indios $e meiora*
ron con el imperio de los Incas.
De manera que siempre les dá la
honra de haber quitado los malos
abusos y mejorado jas buenas cos-
tumbres, como lo alegaremos en
sus lugares , repitiendo sus misóos
BBI. fS&Ú. d$9
palabras. Quien las quisiese tsk é
la larga lea aquella sa obra, y ve*
cá diabluras ea costombies de la*
dios, que aunque se las qmátssm
levantar no halláfa la ioiagíaacsoa
humana tan grandes tocpesas, |mo
mirando que el demonio en el aa-
tor de ellas no hay qoe espaocaf*
sos , {mes las mismas ensefiabaáia
gentilidad antigua , y hoy csseia
A la que no ha alcanzado á tos la
luz de la fe católica.
£n toda aquella su historia^ coa
4ecir en muchas partes qae los la*
cas ó sus sacerdotes hablaban coa
el demonio , y tenían otras gtaa*
des supersticiones, nonca diee qoe
sacrificaron hombres ó nifios , sola-
mente hablando de un templo cerd-
ea del Cozco, dice que allí sacri-
ficaban sangre humana , qoe es la
que echaban en cierta masado pao,
sacándola por sangría de entre las
cejas, como en su logar diréoMSy
\
atfo BisToaxA gsns&as
pero AO con muerte de Jiiños Jii
de hombres. Alcanzó, como él di-
ce, machos caracas , qne conodé*
ron á Huayna Capac el último de
los reyes , de los quales hubo ma-
chas relaciones de las que escribió,
y las de entonces, que ha cincuen-
ta y tantos afios , eran diferentes
de las de estos tiempos , porqoe
eran mas frescas y mas allegadas á
aquella edad. Hase dicho todo es.
to por ir contra. la opinión de los
que dicen que los Incas sacrifica*
ban hombres y niños , que cierto
no hicieron tal . Pero téngala quien
quisiere que poco importa , que en
la idolatría todo cabe , mas un ca-
so tan inhumano no se debia decir
sino es sabiéndolo muy sabido. £1
P. Blas Valera, hablando de las an-
tigüedades del Perú y de los sacri-
ficios que los Incas hacían al sol,
zeconeciéndolo por padre , dice es-
tas palabras que son sacadas á la le-
tra : en caya reverencia hacían los
taccesores grandes sacrificios al sol,
de ovejas y de otros animales , j
asnea de hombres, como falsamen-
te afirmaros Polo y los qne le si«
gnieron , &c.
Lo que decimos qne salieroa
los primeros Incas de la lagnna Ti-
ticaca , lo dice umbien Francisco
López de Gomara , en la hinoría
general de las Indias^capitulo ciento
y veinte donde habla del lioage de
Athualipaqne losEspafioles pren-
dieron y mataron. También lo dice
Agustín de Zarate , contador ge-
BOral qne fae de la hacienda de su
Magestad, en la historia que es-
eribió del Perú, libro primero, ca-
pitulo trece y el P. Joseph de Acos*
ta , de la compafiia de Jesús , lo
dice asimismo en el libro famoso
qne compuso de la filosofia natu-
ral y moral del nuevo orbe , libro
primero ) capitulo veinte y cin*
I
j
r
^6t HISTORIA GBSBftAr»
«O , en la qaal obra habla mnclnl
yaces en loor de los Incas ; de ma«
sera que no decimos cosas nuevas,
sino que , como Indio natural de
aquella cierra , ampliamos y esten*^
demos con la propia relación , Iz'
que los historiadores españoles, co»
mó estrangeros , acortaron por no*
saber la propiedad de la lengua , ni
haber mamado en la leche aquellas
fábulas y verdades como yo las ma-
mé. Y con esto pasemos adelante á
dar noticia del orden que los Incas
tenían en el gobierno de sus reynos.
CAPÍTULO XXXVII.
Dividieron el Imperio en quafro
distritos. Registraban los va"
v salios.
L
OS reyes Incas dividieron su im-
perio en quatro partes que llamad-
ron Tavantinsuyu , que quiere de-
cir las quatro partes d^l muadOi
\
fifbrmé á las quatro partéd prín-
pales del cielo, oriente , ponien-»
, septentrión y mediodia. Pusie*
n por puntó ó ¿entro la ciadad
1 CozGO , que en la lengua par-
culaY de los Incas quiere decir
biigo de la tierra: llaMaronlar'
«on buena semejanza ombligo , por-
que todo el Perú es largo y angosto
como un cuerpo humano, y' aquella
ciudad está casi en'medioXiámaroa
á^a parte del oriente Aatlsuyu, por
una provincia llamada Anti , que
está al oriente, por la qual también
llaman Anti á toda aquella gran
cordillera de Sierra nevada que pasa
al oriente del Perú , por dar á en-
tender que está al oriente. Llama-
ron Cuntisuyu á la parte del po-
niente , por otra provincia muy
pequeña llamada Cunti. A la parte
del norte llamaron Chinchasuyo,
por una gran provincia llamada
Chincha que está al norte de la
4C4 HIST0&IA GBHBIIAS
dudad 9 y al distrito del mediodiik
llamaron CoUasuyu , por otra gran^
disima provincia llamada 0>lla que
•stá al sur. Por cs(9S qiiatro pro-
vincias entendían toda la tierra que
habia hécia aquellas quatro par*
^s 9 aunque saliesen de los térmi-
nos de las provincias raucha^s le-
guas adelante , como el t eyno de
Chile , que con estar mas de seis-
cientas leguas al sur de la provin-
cia Colla , era del partido Cpllasu-
yu, y el reyno de Quitu era del
distrito Chinchasuyu , con estar
mas de quatrocientas legoas de
Chincha al norte. De manera , que
sombrar aquellos partidos era lo
mismo que decir al oriente , al po-
niente, &c.: y á los quatro caminos
principales que salen de aquélla
ciudad, también los llaman asi por-
que van á aquellas quatro partes
del reyno.
Para principio y fundamento de
SBZr FSRl}»' 26 i
sa gobierno , inveataron los Incas
una ley , con la qual les pareció
podrían prevenir y atajar los ma««
Hs que en sus reynos pudiesen na*^
cer. Paira lo qual mandaron que ea
todos los pueblos grandes ó chicos
de su imperio, se registrasen los ve-
cinos por decarias de. diez en diez^
y que uno de ellos que nombrabail
por decurión tuviese cargo de los
suever Cinco decurias de estáis de
á diez tenian otro decurión supe-
rior , el qual tenia « cargo de los
cincuenta. Dos decurias de á cin-
cuenta tenia otro superior j|ue mi«
raba por los ciento. Cinco decarias
de á ciento estaban sujetas á otro
capitán ' decurión que cuidaba de
los quinientos. Dos compañías de
á* quinientos reconocían un general
que tenia dominio sobre los mil^
y no pasaban las decurias de mil
vecinos ^ porque decian que pata
que uno diese buena cuenta basta«
TOMO I, M
266 HISTORIA GBNBRAi:.
ba encomendarle mil hombres. De
manera qae hábia decurias de á diez,
de ¿ cincuenta , de á ciento , de á
quinientos , de á mil , con sus de-
curiones ó cabos de e5q[uadra, sub-
ordinados unos á otros de menores
¿ mayores , hasta el ultimo y mas
principal decurión que llamamos
general.
CAPÍTULO XXXVIII.
Tenían dos eficioí los decu^
riones.
L
os decuriones de á diez te-
íoian obiigacion de hacer dos ofi-
cios conloa de su decuciaió esqua*
dta. El uno era ser procurador pa-
ra socorrerles con su diligencia y
solicitud en las necesidades que se
les ofreciesen , dando cuenta de
ellas al gobernador ó á quálquiera
ocro ministro á cuyo cargo estu-
viese el proveerlas , como pedir
semilla sí les faltaba para sembrar
ó para comer ^ lana para vestir^ 4
rehacer )a casa sí se le caía ó que«i
maba , ó quaiquíera otra necesidad
mayor ó menor. El otro oficio er»
ser fiscal acusador de qualquiera
delito que alguno de los de sú es«*
^uadra hiciese, por peqaefío que
fuese , que estaba obligado á dac
cuenta al decurión superior á quien
tocaba el castigo del tal delito ó á
otro mas superior ; porque confor-
me á la gravedad del pecado , asf
eran los jueces unos superiores k
otros , y ©tros á otros , porque ne-
faltase quien lo castigase coa bH^
▼edad, y no. fuese menester ir con
cada delito á los jueces superfore?
con apelaciones una y mas veces^
y de ellos á Jos Jueces supremos
de la corte. Decían qué por lú di-
lación del castigo se atrevian mu-»
chos á deliüquir j y que I0& pley-
M2
t68 HISTOIIIA GENERAL
tos civiles , por las machas apela-*
cienes, pruebas y tacha^ se hacian
inmortales , y que los pobres por
no pasar tantas- molestias y dila<
ciones eran forzados á desamparar
su justicia y perder su hacienda;
porque para cobrar dies se gasta-
ban treinta. Por ende tenian pro-
veído que en cada pueblo hubiese-
juez .que definitivamente senten«
ciese ios pleytos que entre los ve*
cinos se levantasen , salvo los que
se ofrecian entre una provincia y
otra sobre los pastos ó sobre los
términos , para los quales enviaba
^ Inca juez particular, como ade-
lante diremos.
. Qualquiera de los caporales in**
priores 6 superiores que se des-
c.uidaba en hacer bien el oficio de
procurador , incurría en pena , y
era, castigado por ello mas ó menos
xigurosamente, conforme á la nece«
sid^d que con su negligencia ha-
' BBL PERÚ. %69
^a dexado de socorrer. Y el que
dezaba de acusar el delito del sub-
dito , aunque fuese holgar un dia
60I0 sin bastante causa, hacia suyo
el delito ageno , y se castigaban
por dos culpas , unsi por no habejr
liecho bien su oficio , y otra por
el pecado ageno , que por haberlo
callado lo habla hecho suyo; y cor
xDo cada uno , hecho caporal , co-
mo subdito t^nia ^fiscal que velabfi
sobre él , procuraba con todo cuir
dado y diligencia hacer bi^n su
o£cio y cumplir con. su obligación^
.3F de aquí nacía que no habla va«
gamundos ni holgazanes , ni nadin
osaba hacer cosa que no debiese;^
porque tenia el acusador cerca , y
€l castigo era riguroso , que por
la mayor pane era de muerte por
liviano que fuese el delito v por-
que decian que no los castigaban
por el delito que hablan hecho, ni
por la ofensa agena , sino por ha*
MJO mSTORIA eSNERAK
ber quebrantado el mandamiea*
to y rompido la palabra del Inca,
que lo respetaban eono i Dios; y
aunque el ofendido se apartase de
la quere]la ó no la hubiese dado,
sino que proeediese la justicia de
oficio ó por la via ordinaria de los
fiscales ó caporales, le daban la pe*
aa entera que la ley mandaba dar
t cada delito conforme á su cali-
dad , ó de muerte , azotes , desa-
tierro , ú otros semejantes.
Al hijo de familia ca^igaban
|K>r el delito que cofnetia como i
todos los demás, conforme á la gra«
▼edad de su culpa, aunque nofue«
«e sino la que llaman travesuras de
tkiuchachos : respetaban la edad que
tenia para quitar ó afSadir de la
pena conforme á su inocencia ; y
al padre castigaban ásperamente
por no haber doctrinado y corre*
gído á su hijo desde la oifiez para
que no saliera travieso y de malas
costambres. Estaba á cargo del de-
curión acusar al hijo de.qualquie<*
ra delito , también como al padre;
|>or lo qual criaban los hijos coa
tanto cuidado- de que no ánduvie-^
sen haciendo travesuras ni desver-
güenzas por las calles ni por los
campos , que demás de la natural
condición blanda que los Indios
tienen , sallan los muchachos por
la doctrina_de los padres tan do-
mésticos , qué de ellos á unos
corderos mansos no había dlfe^
rcncia.
CAPÍTULO XXXIX.
^gunas leyes que tuvierañhs Ltcaí
en su gobierno.
N.,
inca tuvieron pena pecuniaria
ni confiscación de bienes , porquo
deciaú que castigar en la hacienda
7 dexar vivos los deliaqüeatesi tm
I
87^ HISTORIA' GENERA!.
era desear qaitar los- malos de U
xe pública ^ sino la hacienda á los
malhe.chores , y dexarlos con mas
libertad para que hiciesen mayores
males. Si algún caraca se revelaba,
que era lo que mas rigurosamente
castigaban los Incas , ó hacia otro
delito que mereciese pena de moer-
te j aunque se la diesen , no qui«
taban el estado al sucesor , sino que
se lo daban , representándole la
culpa y la pena de su padre para
qnt se guardase de otro tanto. Pe-*
dro de Cieza de León dice de los
Incas á este proposito lo que se
sigue , capitulo veinte y uno : T
tuvieron otro aviso para no ser abor «
regidos de los naturales ^ que nun-s
ca quitaron el sefiorio de ser caci-*
ques á los que les venia de he-
lencla , y eran naturales 9 y si
por ventura alguno cometía deli-*
lo, ose hallaba culpado en tal ma-*
aera que mereciese ser despriva-.
0BX. VEfLÚ. 173
40 del sefioiio qoe tenia , dabait
y encomendabaaei cacicazgo á sus
l&ijos ó hermaaos, y mandaban qoe
£uésen obedecidos por todos &c.
Hasta aqui es de Pedro, de Cieza.
XiO mismo guardaban en la guerra,
^ue nunca descomponían los capi*
tañes naturales de las provincias de
donde era la gente que traian pa«>
xa la guerra : dezabanles con los
oficios ) aunque fuesen maeses de
caeapo, y dábanles otros de la san-
gre real por superiores , y los ca-
pitanes holgaban mucho de ser-
▼ir como tenientes de los Incas
cuyos miembros decían que eraa
siendo ministros y soldados suyos,
lo qual tomaban los vasallos por
grandísimo favor. No podia el juea
arbitrar sebre la pena que la ley
mandaba dar, sino que la había de
ezectttar por entero so pena de
muerte, por quebrantador del man«
daaúento real. Dedau que dando
M3
974 HlSTeiUA-*GjnrSIKA£
licencia al juez para poder arbitraf^
dismiDttian la magestad de la ley
hecha por el rey ^ coa acuerdo y
parecer de hombres tan graves y
experiroeatados como los faabia en
el consejo v la qual experiencia y
gravedad faltaba en los jaeces pai^
ticulares, y que era hacer venales
los jaeces y abrirles puerta para
que, ó por cohechos: ó por ruegos,
pudiesen comprarles la justicia, de
donde nacería grandísima confusión
en la república , porque cada jues
haria lo que quisiese , y que no
era razón que nadie se hiciese le-^
gislador sino ezecutor de lo que
mandaba la ley por rigurosa que
fuese. Cierto , mirado el rigor que
aquellas leyes tenias , que por la
mayor parte por liviano que faese
el delito , como hemos dicho , era
la pena de muerte, se puede decir
que eran leyes de bárbaros $ em*
pero considerado bien el provecho
^ne <ie aquel misjxio rigor- se le
seguía á la. xepi^blica, se ptodrá de*>
€ir que eiaa leyes de geste pru-»
dente que deseaba estirpar los tna^
les de su repúbdi^,. porque de eze^
cutarse la pena de la ley con tan^
ta serveridad t y ^^ amar los hom*
bres naturalmente la vida y abor^
recer la muerte , venían i aborte*
cer el delito que la causaba , y de
aquí nacía , que apenas se ofrecía
en rodo el afio delito que castiga»
en todo el imperio del Inca; por-*
que todo él^ con ser mlly trescien^
tas leguas de largo , y haber tant^
variedad de naciones y lenguas, se
gobernaba por «ñas mismas leyes y
ordenaiiaas , como si no fuera mas
de sola una casa: valia también
mucho para que aquellas leyes IM
guardasen con amoír y respeto, que
kiS tenían por divinas 5 potqoe co-
teo en su vana creencia leniaa á
Stts Teyes por hijos del sol , y al
««4
2f6 HISTOMA GSmBLAK
•ol por sa dioB , Unian por mas*
damiQoto divino qualquiera comas
mandato del rey , quanto mas las
leyes particulares qae hacia para
•1 bien coman. Y asi decian ellos
qae el sol las mandaba hacer, y las
levelaba á su hijo el Inca ; y de
aqai nacía tenerse por sacrilego y
anatema el quebrantado! de la ley^
aonque no se supiese sa delito ^ y
acaeció muchas veces que los ules
delinqüentes, acosados de su propia
conciencia , venían á publicar ante
la justicia sus ocultos pecados; por-
que demás de creer que su anima
se condenaba , creian por muy ave-
riguado que por su causa y por so
pecado venían los males á la repú-
blica , como enfermedades , muer-
tes , malos afios y otra qualquieMb
desgracia común ó particular , y
decian que querían aplacar 4 su
dios con su muerte para que por su
(ecado no, enviase "mas males al
BRudo; y de estas €Oofesioiies p¿«
blicas entiendo que ha nacido el
qoerer afirmar los Espafioles histo-
riadores que confesaban los Indios
del Perú en secreto como hacemoe
los Christianos , y que tenían coa«>
fesores diputados , lo qual es rela^
cion falsa de los Indios, que lo di-
cen por adular los Españoles y con-
graciarse con ellos , respondiendo
á las preguntas que les hacen con*
forme al gusto que sienten en el
que les pregunta , y no conforme
á la verdad , que cierto no hubo
confesiones secretas en los Indios
( hablo de los del Perú , y no me
entremeto en otras naciones , rey-
aos ó provincias que no conozco)
jíjio las confesiones públicas que
hemos dicho pidiendo castigo exemn
piar.
No tuvieron apelaciones i^e
«n tribunal para otro, en qualquiec
pleyto ^ae babiese civil ó'crimi*
17$ BI8T0IITA GSNS8A£
sal , porque no podiendo arlñtrar
el juez, se execucaba llanamente ea
la primera sentencia la ley que trt<*
taba de aquel caso ^ y se feoecis
•I pleyto , aunque según el gobíer*^
80 de aquellos reyes y la vivien-
da de sos vsfsallo^ , poeos csfisos ci-
viles seles ofrecían sobre qué pley«
tear. £n cada pueblo habia jues
^ara los casos que alii se ofrecie-
sen , el qaal era obligado á execu-
tar la ley en oyendo :las partes
dentro de cinco dias. Si se ofrecía
algún caso de mas calidad ó atro-
cidad que los ordinarios , que re-
quiriese juez superior, iban ai pue-
blo metrópoli de la tal pjrovinciav
y allí lo sentenciaban ; que en ca-
da cabeza de provincia habia go-
bernador superior para todo loque
se ofreciese ; porque ningún pley«
toante saliese de su pueblo ó de so
provincia á pedir justicia. Porque
loa reyes Ineas entendierea bteoí
Dsx PBRtr. 279L
^ae á ios pobres por su pobrezas
jio Jes estaba bien seguir su jus*
ticia fuera de su tierra , ni en mu^
chos tribunales , por los gastos que
JDB hacen yoteolestias que se pade*
cen ; que muchas veces monta mas
esto 4)ue lo que ^an 4 pedir ^ por
lo quai dexan perecer su justicia,
principalmente si pleytean contra
jricos y poderosos , ios quales con
su pujanza ahogan la justicia de
Jos pobres. Pues queriendo aquellos
Principes remediar estos inconve*
Aientes, no dieron lugar á que los
jaeces arbitrasen , ni hubiese mtt«*
chos tribunales, ni los pleytean*
tu saliesen de sus provincias. De
las sentencias que los jueces ordi'*
Barios daban en los pleytos , ha«
4Úan relación cada luna á otros jue«
ees superiores , y aquellos á otrot
mas supesiores , ^oe los habia «o
la corte de muchos grados , con*
i^rme á la calidad y gravedad de
flSo HI&TOBXA GBMBIIAS
los negocios, porque en todos lotf
ministerios de la te pública había
orden de menores á nsayores ^ has*
ta los supremos, que etan los pre<»
sídentes ó Visoreyev^las-quatro
partes del imperio. La relación era
para que viesen si se habla admi-*
sistrado recta justicia , porque los
jueces inferiores no se descuidasen
de hacerla ; y no la habiendo he--
cho eran castigados rigurosamente.
£8to era como residencia secreta
que les tomaban cada mes. La ma-
nera de dar estos avisos al Inca y
i los de su consejo supremo , era
por fiudos dados en cordoncillos de
diversas colores , que por ellos se
entendían como por cifras ; porque
los fiudos de tales y tales colores,
decían los delitos que se habían
castigado ^ y ciertos hilillos de dh>
ferentes colores que iban asidos á
los cordones mas gruesos , decían
la pena que se habla dado y la ley
' imr, VBKÚ. s8i
^e se habia ezecatado 9 y de 'e^'^
ta manera se entendían ,1 porque no
tuvieron letras , y adelante hare^^
DIOS capitulo á parte donde se da-»
rá oías larga relación de la manera
del contar que tuvieron por estos
fiudos , que cierto muchas vecM
ha causado admiración á ios EépU"
fióles ver que los mayores contar
dores de ellos se yerren en su arit^
mética, y que los Indios estén tan
ciertos en las suyas de particiones
y compafiias , que quanto mas dU
ficultosas tanto mas fáciles se mues-
tran ) porque los que las manejan
no entienden en otra cosa de dia
y de noche 9 y asi están diestri-^
simos en ellas.
Si se levantaba alguna disen-
sión entre dos reynos y provincias
sobre los términos ó sobre. los pas«^
tos ) enviaba el Inca un juez de
los de la sangre real , que habién-
dose informado y visto por sus
98a HISTORIA eSNSKAX
«joi lo que á ambas partes conve-
nía , procurase concertarlas , 7 el
conciert» qae se hiciese, diese poi
MDteDcia en nondire del Inca qne
qnedase por ley invütlable , como
prona aciada por el misino rey.
Qnando el JDes oo podía concer-
tar las parte* , daba relación al
Inca de lo que había hecho con
aviso de I0 que convenía i ca-
da una , y de lo que ellas difi-
cultaban , con lo qua) daba el In-
ca la sentencia heoba ley, y quan-
d» no le satisfacía la TClacion del
jnet , mindalta se suspendiese el
pleytO hasta la primera visita qas
hiciese de aquel distrito , para
que habiéndolo visto por sas ojos,
lo sentencíate él mistno. JSsto te-
dian los vasallos por grandísima
merced y fav«i del laca.
]>B£ psav. aSj
CAPÍTULO XL.
JLos decufumM daban cuenta de kt
que wician y morúm.
V,
olviendo á los caporales .6 de«*
curiones decimos , que lernas de
ios dos oficios qoe hadan de pro*
tector y £scal ,'teBÍan cuidado de
dar cuenta á «its sopei^iores de grat*
úo en ^rado de; los qae morían j
«acian.c^da.mes de ambos sexAs^
y por consiguiente al £n 4e cada
4ifio se la daban al rey de los que
habían oiaerto y nacido en aqael
afio , y de los que habían ido á
la guerra y muerto en ella. La mis^
ma ley y orden había en la guerra
de lo» cabos de esquadra,al£ereces«
capitanes y maeses de campo , y el
general, subiendo de grado en gra-
do , hacían los mismos oficios de
acusador y protector con sus soW
984 HISTORIA GBKBRA£
dados ; y de aqui nacía andar tan
ajastados en la mayor furia de la
guerra , como en la tranquilidad
de la paz 1 y eii medio de la cor^
te. Nunca permitierott saquear les
pueblos que ganaban , aunque los
ganasen por fuerza de sormas. De-
cían los Indios , que por el mucho
cuidado que habia de castigar los
primeros delitos se escusaban los
segundos y terceros , y los infini-
tos que en cadarepábUca se ha-
bían 9 donde no liabia diligeoda de
srranctr la mala yerba en asoman-
do á nacer, y que no era baea go-
bierno, ni deseo de atajar males
aguardar que hubiese quejosos pa-
va castigar los malhechores, que
muchos ofendidos no querían que-
jarse pot no publicar sus infamias,
y que aguardaban á vengarse por
sus manos, de lo qual nacían granr
des escándalos en la repáblica, los.
quales se escusaban con velar la
justicia sobre cada Tecino , y cas*
tigar los delitos de oficio sin goar«
dar parte quejosa.
Llamaban á estos deeoriooti
por el número de sos decurias : á
los primeros llamaban cbanca cama^
yu y que quiere decir el^ que tiene
cargo de diez. Nombre compnefto
de chunca , que es dies j y ám
camayu el que tiene cargo , y poc
el semejante con los démas núme'»
sos , que por escasar prolijidad no
los decimos en la misma lengua,
que para los cariosos fuera coss
agradable ver dos y tres números
propuestos con el nombre camaya^*
el qual nombre, sirve también en
otras muchas significaciones , réci«
hiendo composición con otro nom-
bre ó verbo que signifique de qué
es el cargo « y el mismo aombxe
chunca camayu en otra significacioa
quiere decir perpetuo tahúr , el
^ue trae los oaypes es la capiUa.de
k
^%S HISTORIA GftKERAL
Ift capa , como dice el refrán : por*
qae Uamao chunca á qualquier jue-
go , porque todos se cuentan por
números ,' y porque todos los nú-
meros van á parar al deceno : to-
maron el número diez por el Juego,
y para decir juguemos , dicen chun-
casum, que en rigor de propia slg**
siíicaclon podría decir contemos por
dieces fi por números , que es ]u->
gar. Esto he dicho para que se
vea en quán diversas significacio-
nes ,se sirven aquellos Indios de
un mismo vocablo ; por lo qual es
muy dificultoso alcanzar de raiz la»
propiedades de aquel lenguage..
Por la vía de estos decüri<uier
sabia el Inca , sus. vireyes y go«
bernadores de cada provincia y
reyno quántos vaisallos habia en ca«
da pueblo , para repartir sin agra-^
vio las contribuciones de las obra»
públicas , que en común estaban
obligados á hacer por sus previa*
cias, como puentes, caminos, cal«
cadas , los edificios reales y otros
servicios semejantes ; y también
para enviar gente á la guerra , así
soldados como bagageros. Sí algu-*
no se volvia de la guerra sin licen-
cia , lo acusaba su capitad ó su al-
férez ó su cabo de esquadra , y en
sn pueblo su decurión , y era cas^
tigado con pena de muerte por la
traycion y alevosía de haber des^
amparado en la guerra á su$ com-*
pañeros y parientes , y á su capi-
tán y y últimamente al* Inca ó al
general que representaba su per-
sona. Para otro efecto sin el de las>
contribuciones y el repartimiento
de la gente de guerra ^ mandaba
el Inca que se supiese cada afio el
número de los vasallos que de to-
das edades habla en cada provín-
ola y en cada pueblo , y que tam-
bién se supiese la esterilidad ó
abundancia de la tal provincia , lo
y^
4 88 úisTOKiA genbuai.
qual era para que estuviese sabida
y preveoida la cantidad de bastí-
nseoto que era menester para so^
correr los en afíos estériles y faltos
' de cosecha; y también para saber
la cantidad de lana y de algodón
necesaria para darles de vestir á
sus tiempos , como en otra parte
diremos. Todo lo qual mandaba el
Inca que estuviese sabido y prevé*
fiido para quando fuese menester,
porque no hubiese dilación en el
socorro de los vasallos quando tu-
viesen necesidad. Por este cuidado
tan anticipado que los Incas en el
beneficio de sus vasallos tenian , di-
ce muchas veces el P. filas Valera,
que en ninguna manera los debiaa
llamar reyes , sino muy prudentes
y diligentes tutores de pupilos ; y
los Indios , por decirlo todo ea
una palabra , les llamaban amador
de pobres.
. Para que los gobernadores y
jaeces no se descuidasen eá sus
oficios Y ni qoalesquiera otros mi*
oistros menores , ni los de la ha*
cienda'del sol ó del loca en los
sayos , habla veedores y pesquisi-
dores que de secreto andaban en
sus distritos, friendo 6 pesquisando
lo que mal hacian los tales oficia-
les , y daban cuenta de ello á los
superiores á quien tocaba el casti*
go de sus inferiores para que lo
eutígasen. Llamábanse tucuyricoc,
que quiere decir el que lo mira
todo. Estos oficiales, y ,quaiesquie*
ta otros que tocaban al gobierno
<ie la república, ó al ministerio de
la. hacienda real ó qualqui^r^ otro
«ministerio , todos ^ran subordina-
dlos de mayores á menores , ppr-i^
que nadie se descuídase en Su ofí-^
cío. Qualquiera juez^ gobernador,
6 otro ministro inferior que se ha-
llase na haber guardado justicia eu
au. judicatura, ó que hubiese hecho
»OMo I, 21
a5K> HISTORIA' GJBNKRAL
qualquUra otro delito, era castiga-
do mas rigurosamente que qual-
quiera otro común en igual delito,
y tanto mas rigurosamente, quanto
mas superior era su ministerio , por-
que decian, que no se podía sufrir
que el que habia sido escogido pa-
ta hacer. justicia hiciese maldad, ni
que hiciese delitos el que estaba
puesto para castigarlos : que era
qfender al sol y al Inca que le
l\%bia Regido para que fuese me«
J0C qfie.itodop sus subditos, j
CAPÍTULO XLI.
Niegan íosTndtos haber cometido
delito alguno Trica de la sangre
real.
i^ o. se llalla , ó ellos lo niegan
que hayan castigado ninguno de los
Incas de la sangre real , á lo me«
nos en público : decían los Indios
<^e nunca hicieron delito que me«
reclese castigo público ni ezenaplar,
porque la doctrina de sus padres,
el ezemplo de sus mayores y la
voz. común que eran hijos del sol^
nacidos para ensefiar y hacer bien
á los demás , los tenia tan refrena-
dos y ajustados , que mas eran de-
chado de la república que escán-
dalo de ella. Decian con esto que
también les faltaban las ocasiones
que suelen ser causa de deñtos,
como pasión de mugeres , ó codicia
de hacienda' ó deseo de venganza^
porque si deseaban mugares her-
mosas, les era licita tener todas las
que quisiesen ; y qualquiera moza
hermosa que apeceoiesén y envia-*
sen á pedirla á su padre , sabia el
Inca, que no solamente ho se la ha«
bian de negat , mas ^ue se la ha-
blan de dar con grandísimo haei-
miento de gracias de que hubiese
querido baxarse á tomarla por man*
ceba é ciiada. Lo mismo era en la
292 HISTORIA CBNBRAB
hacienda , que nunca tavieron fal-
ta de ella para tomarla agena , ni
dezarse cohechar por necesidad;
porque donde quiera que se halla*
ban con cargo de gobierno ó sin
él, tenían á su mandar toda la ha-
cienda del sol y la del Inca , como
gobernadores de ellos ^ y sino lo
eran , estaban obligados los gober-
nadores y las justicias á darles de
la una ó de la otra todo lo que ha-
bian menester^ porque decian, que
por ser hijos del sol y hermanos
del Inca^ tenian en aquella haciea»
da la parte que hubiesen menester.
También les faltaba ocasión para
matar ó herir á nadie por via de
vengansa ó enoja, porque nadie les
podia ofender , antes eran adora-
dos en segundo lugar después de la
persona real j y si algiuio , por graa
sefior que fuese, enojase alguh Inca,
era hacer sacrilegio y ofender la
Büsma persona real ^ por lo qual
BEK PERÚ. 293
era castigado muy gravemente .Pe-
ro también se puede afirmar que
nunca se vio Indio castigado por
haber ofendido en la persona , hon-
ra , ni hacienda á algún Inca, por-
que no se halló tal , porque los te-
Bian por dioses ^ como tampoco se
halló haber sido castigado Inca al-
guno por sus delitos » que lo uno
cotejan con lo otro , que no quie^
ren confesar los Indios haber he-
cho ofensa á los Incas , ni qae los
Incas hubiesen hecho grave delito,
antes se escandalizan de que se lo
pregunten lot EspaSoles^ydeaquI
ha nacido entre los historiadores
de su nación decir ano de .ellos que
tenian hecha ley , que por ningún
crimen muriese Inca alguno. Fue-
ra e^scandalo para los Indios tal ley,
que dizeran les daban licencia pa-
ra que hicieran quantos males qu¡«
sieran , y que hacían una ley para
«i y otra para los otros* Antes lo
99tf MKTÚXIA esmiiAK
loca legitimo tieredCTO , como Ü-
témoi en id logar mas largameate.
Pan c«la dittnco de los cua-
tro en 91» dÍTÍdieron lu imperio,
-teoit el loca coniejos de gnern,
de justicia , de hacienda. Estos
consejos teaian para cada minine-
tío sus ministros , tubordiaados d«
najores i menores hasta los nlii-
mos , ^ue eran loi decuriones de
é dies , los qualea do grado en
grado d^>ao cneata de todo lo que
en el imperio habia , hasta lle-
gar i los consejos supremos. Ha-
túa quatro visoreyes , de cada dis-
trito «1 sayo. Eran presidentes de
ios consejos de su distrito: reciblaa
en suma la rston de todo lo que
pual» en el reyoo^iara dar cues-
ta de ello al Inca. Eran iflmediatos
á él , y supremos goberaadores de
eus distritos. Habían de ser Incas
legítimos eu sangra , experimenta
'os en pas y en gaeru. Estos qaar
tro y no mas eran del cofisejo ée
estado , á los qtiales daba el laca
orden de lo qae se h^ia de hacer
en paz ó en guerra , y ellos á sas
ministros de grado en grado has-
ta los últimos. Y esto baste por
ahora de las leyes y gobierno de
los Incas: adelante « en el discurso
de sus vidas y hechos , iremos en-
tretegiendo las cosas que hubiere
toas notables.
CAPÍTULO XLII.
f^ida y hechos de Sinthi Roca , re-
gundo rey de ¡os Incas,
dx Manco Capac Inca sucedió su
hijo Slnchi Roca ; el nombre pro«
pió fue Roca , con la pronuncia-
clon de r sencilla : en la lengua
general del Perú no tiene significa-
ción de cosa alguna, en liEi particu-
lar de los Incas la tendrá , aunque
H3
«98 HISTORIA GBNBRAI.
yo 00 la sé. El P. Blas Valera di-
ce, que Roca significa principe pru*
dente y maduro , mas no dice en
qué lengua : advierte la pronuncia*
cion blanda de la r también como
nosotros. Dicelo contando las ez«
celencias de Inca Roca que ade<*
lante veremos. Slnchi es adjetivo,
quiere decir valiente ^ porque di-
cen que fue de valeroso animo y de
muchas fuerzas, aunque no las ezer-
citó en la guerra , que no la tuvo
con nadie. Mas en luchar ,' correr,
saltar, tirar una piedra y una lanza,
y en qualquiera otro exercicio de
fuerzas , hacia ventaja á todos los
de su tiempo.
Este principe , bebiendo cum-
plido con la solemnidad de las ezt-
quías de su padre , y tomado la
corona de su reyno , que era la
borla colorada , propuso aumentar
su señorío , para lo qual hizo lia»
nianüento de los mas principales
coradas qo« su: padre le dexé ^ y
á todos jotitos les hiao una plá*
tica larga y solemocí, y entre otras
cosas lea dixo : Que ea campUr
mienta de lo qae su padre quaar
do se quiso volver al cielo le deai
mandado, que era la conversión de
los Indios al conocimiento y ado-
ración del sol 9 tenia propuesto de
salir 4, convocar las nacijones cor
marc^pas ;• que Jes mandaba y .(Bt|-
cargaba gomasen el misnio cujdadó»
.pues teniendo el nombre Inca co^
mo su propio rey , tenían la mis-
ma obligación de acudir al servi«>
cío del sol , padr§ común de todos
ellos, y. al provecfc^o y beneficio de
sus comanc^nes ^ que tanta necesi"-
dad tenían de. que los sacasen de
las bestialidades y torpezas en que
vivían ; y pues en si propios po*
dian. mostrar las ventajas y mejora
que al presente tenían , diferente
de la vida pasada antes de layeni^
K4
¡09 BISTOálA ^mnOLAZ
4a del laca , sn padre, le ayudasen
á reducir aquellos bárbaros , para
que viendo los beneficios que en
ellos se habian/hecho , acudiesen
con mas facilidad, á recibir otros
aemejañtes.
Los curacas resporidieroo , qué
estaban prestos y apercibidos para
obedecer á su rey, hasta entrar en
el ftlegO'por su amor y servicio*
-Céñ esto aeabafon ^u plática , y
fefifltlaron' el día para salir: Llegado
el tiempo, salió el Inca bien acom-
'pafiado de los suyos , y fue hacia
Üollasuyu , que es al mediodía de
la ciudad del Coeiso: convocaron á
los Indios, persuadiéndoles con bue-
nas^ palabras y coa el ezemplo , á
^ut se sometiesen al vasaüage y
aellorio del^ Inca y á la adoración
del sol. Los Indios de las naciones
Fuchina y Canchí) que confinan por
aquellos términos, simplicísimos de
^ natural c^idicion , y facilísimos
mt mtr. joi
árxréer qvalqQsera noredad, cooi»
lo son todos los ladíes, picado d
ezemplo de los rcdacidos, que es lo
que mas les conrence en UMb cosa,
fueron ffcdles de ob e d ece r al lace»
y someterse á sv knpeiio; y ea
espacio de los afios qae ririáy po»
co á poco , de la maoera qae se ba
dicho, sin armas, ai otro soeeso qae
sea de contar , easaochó sos tero»*
nos por aquella Tanda hasta el pa#»
blo qoe llaman Choncaia , que sea
veinte leguas adelante de lo que
su padre dexó ganado, con moches
pueblos^ qoe hay á oaa mano y á
otra del camino. En todos ellos hi>
so lo que su padre en los que ren-
dajo , qne fue cultivarles las tier«
ras y los ánimos para la vida mo«
ral y natural , persuadiéndoles que
desasen sus ídolos, y las malas
costumbres que tenían , y que ado-
tasen al sol , guardasen sus leyes
y preceptos, que eran los que ha«
yaT HISTORIA GBNimAK
bia revelado y declarado al Inca
Manco Capac.^ Los Indios le obe*
decleron y cumplieron todo lo qoo
se les mandó, y vivieron muy con»
Rentos con el nuevo gobierno del
Inca Sinchi Roca , el qnal , ü imi*
tacion de su padre, biso todo lo
que pudo en beneficio de ellos, con
ffucho regalo y amor.
Algunos Indios quieren decir
•que este Inca no ganó mas de hasr
f a Chuncara , y parece que bastaba
para la poca posibilidad que enton»
ees los Incas tenían. Empero otros
dicen que pasó fnucho mas adelan*
te , y que ganó otros mucbos pue-
blos y naciones que van por el ca-
mine de Vmnsuyu , que son Can*
calla , Cacha - Eurucachi ^ Assillu,
Asancatu , Huancani, basta el pue-
blo llamado Pucará de Vnasuyu, ¿
diferencia de otro que hay en Or-
cosuyu. Nombrar las provincias tan
en particular es para los del Pe-
Tá , que para loa de oc^oa reyoos
fuera impertinencia : perdoneaeme
que deseo servir á todos. Púcaia
quiere decir fortalexa ; dicen que
aquella mandd iatoir este priaei*
pe , para que quedase por fronte-
ra de lo que iiabla ganado , y que
á la parte de los Antis ganó has*
ta el rio Uaoiado Callahuaya^ don<»
de se cria el oro fioisimo , que pre-
tende pasar de los veinte y quatro
quilates de su ley , y que ganó loa
demás pueblos que hay .enere Ca«
Ilahuay a y el camino real de Vmap
suyu , donde están los pueblos arr
riba nombrados. Que sea como di-
cen los primeros ó como afirman
los segundos, hace poco al caso
que lo ganase el segundo Inca ó
el tercero^ lo cierto es que ellos
los ganaron , y no con pujanaa de
armas , sino con persuasiones^ pro^
mesas y demoostraciones de iQ-que
prometían. Y por haberse gaqado
|04 HISTORIA 6BNSSA£
iin guerra , no se ofrece qaé decir
de aquella conquista , mas de que
duró muchos años , aunque no se
sabe precisamente quantos , ni los
que reyoó el Inca Sinchi Roca.
Quieren decir que fueron trein-
ta. Gastólos á semejanza de un
buen hortelano, que habiendo pues-
to una planta , la cuitiYa de todas
las maneras que le son necesarias
pafa que lleve el fruto deseado:
•si lo hizo este Inca con todo cui**
dado y diligencia, vio y gozó en
mucha paz y quietud la cosecha
de su trabajo , que los vasallos le
salieron muy leales y agradecidos
de los beneficios que con sus leyes
y ordenanzas Íes hizo , las quales
abracaron con mucho amor^ y guar-
daron con mucha veoeracion como
mandamientos de su dios el sel,
que asi les hacían entender que lo
eran.
^ Habiendo vivido el Inca SincU
r~
Roca muchos años en la quietud y
bonanza que se ha dicho , falleció
diciendo que se iba á descansar con
su padre el sol , de los trabajos quC
había pasado en reducir los hom-
bres á sn conocimiento. Dezó por
ancesor á Uoque Yupanqui sn hi-
jo legitimo , y de su legitima mo-
ger y hermana Mama Cora , ó Ma-
ma Odio, según otros. Sin el prin-
cipe heredero , dexó otros hijos^n
sn muger y en las concubinas de
sn sangre , sobrinas suyas , cuyos
hijos llamaremos legítimos en san-
'gce. Dezó asimismo otro gran nár
mero de hijos bastardos en las oon-
cnbinas alienígenas , de las quales
tu¥0 muchas, porque quedasen mu-
chos hijos é hijas , para que cre-
ciese la generación y casta delsol,
como ellos decían.
¡06 UISTOBIA GESSHAC
CAPÍTULO XLIII.
Lloque Tupanqui^rey tercer o :sig^
nificacion de su nombre.
JÍil Inca Ldoque Yupanqui fue él
tercero de los reyes del Perú : si
nombre ptopio fue Lloque , quiere
•4ecir Izquierdo. La falta que sub
«yos tuvieroa en criarle, por do sa^
lió zurdo , le dieron por nombre
propio. £1 nombre Yupaoqui foe
nombre impuesto por sus virtudes
y hazañas. Y para que se vean al-
-gunas maneras de hablar qne los
Indios del Perú eo su lengua ge*
neral tuvieron^ es de saber que e»f
ta dicción Yupanqui es verbo , y
habla de la segunda persona del fu-
turo imperfecto del indicativo mo*
do , número singular^ y quiere der
cir contarás , y en solo el verbo di«
cho asi absolutaq:iente , encierran
y cifran todo lo que de un princi-
DEL pxatí. 307
'pe se puede contar en buena parte,
cpmo decir , contarás sus grandes
hazañas , sus excelentes virtudes,
:sa clemencia ,. piedad y mansedum-
bre , &c. qu^ esfrasis y elegancia
.de la lengua decirlo asi: la qual , co-
mo se ha dicho , es muy corta ea
vocablos , empero muy signiíicati-*
ba.en ellos mismos : y decir asi los
Indios un nombre á yerbo línpuei^
to ¿ sus reyes ,v eñ para Qomprd-'
hender todo lo r que debaxo de tal
verbo ó nombre se puiede decir, co*
mo dixlníos del nombreXapac, qi^
quiere, decir , rico , no de hacien-
da 9 sino de todas las virtudes ^4ie *
un rey bueno puede tener^ y no
usaban de esta manera de hablar
con otros por grandes señores que
fuesen, sino con sus reyes, por no
hacer común lo que aplicaban á sus
Incas , que lo tenian por sacrile-
gio, y 4>arece que semejan estos
nombres al nombre augusto qu^ los
308 BISTOklA CBNSRAZ*
Romanos dieron á Octaviaao César
por aas virtudes , que dichoseJo i
otro que no sea emperador ó gran
rey , pierde coda la magestad qae
€o si tiene.
A quien díxere que también
significará contar maldades, pnea
el verbo contar se puede aplicaí
á ambas significaciones de bueno y
de malo , digo^ que en aquel leu-
^uage y hablando en estas sus e]e«
^anclas , no toman un mismo ve^
bo para significar por él lo bueno
y lo malo , sino sola una parte, y
para la contraria toman otro veri)0
de contraria significación , apropia*
do á las maldades del principe, Oh
mo ( en el propósito que hablamos)
decir Huacan^ui, que, hablando del
mismo modo , tiempo , número y
persona , quiere decir , llorarás sos
crueldades , hechas en publico y
^ secreto , con veneno y con cuchi-
llo ^ su insaciable avaricia, su ge-
u
S>B£ PERÚ. 309
neral tiranía sin distioguir sagrado
de profano , y todo lo demás qae
se puede llorar de un mal prioci*
pe. Y porque dicen que no tuvie-
ron que llorar de sus Incas , usaron
del verbo Huacanqui, hablando de
los enamorados , en el mismo fra-
sis , dando á entender que llorarán
las pasiones y tormentos que el
amor suele causar en los amantes.
fistos dos nombres Capac y Yupan-
qui , en las significaciones que de
ellos hemos dicho, se los dieron
los Indios á otros tres de sus re-
yes por noerecerlos , como adelan-
te veremos. Tambiea los han to-
mado muchos de la sangre real|
haciendo sobrenombre el nombre
propio que á los Incas dieron , oo«
mo han hecho en Espafia los del
apellido Manuel, que habiendo si-
do nombre propio de un Infiuite de
Gas tilla , se ha hecho sobrenooibre
ea 9US descendieatet •
j
310 HISTORIA GBKBUAD
CAPÍTULO XUY,
Vos conquistas que hizo el
Lhque Tupanqui,
Hi
.abiendo tomado el laca JAi
Yupanqai la posesión de su reí
y visitádolo por su persona ,
puso estender sus limites , pai
quai mandó levantar seis ó sU
mil hombres de guerra , para ii
su reducion con mas poder y
ridad que sus pasados ^ pQrque%t
bia mas de sesenta afios que eiü
reyes 9 y le pareció no remitiflt
i;odo al ruego y á la persuasíoBrÜ
no que las armas y la potencia IÍ^
ciesen su parte , á lo menos ^^
los. duros y pertinaces. Nombró d0s
tics suyos, que fuesen por maefis
de campo , y eligió otros pariet*
tes que fueron por capitanes y coiK
sejeros-, y dexando el camino dft
Vmasuyu , que su padre había llt-^
uado en su conquista ^ tomó eí de
Qrcosuyu. Estos dos caminos si»
apartan en Chuñcara , van por el
distrito llamado CoHasuyu , y abra«
zan la gran laguht Titicaca.
- Luego que el Inca salió de su
distrito , entró en una gran provin-
cia llamada Cana: envió mensage-
tos á los naturales con requerimien-
tos que se reduxesen á la obedien-
cia y servicio del hijo del sol , dev
xando sus vanos y malos sacrificios»
y bestiales costumbres. Los Canas,
quisieron informarse despacio de
todo lo que el Inca les enviaba á
mandar , qué ley^s habían de to*
ipar, quales dioses habiaii de ado-
tar^ y después de haberlo -cabida
respondieron , que eran conteiitos
4e adorar a] sol , obedecer al In-
ca , y guardar sus leyes y costum*
^res, porque les parecían mejores
^e las suyas. Asi salieron á re-<
1.
jrS HIS«>1IIA GBJHVñAI»
cibir al rey , y se eotregarOA pee
vasallos obedientes. £1 Inca , de-
sando ministros , asi para que los
instruyesen en su idolatría , como
para cultivar y repartir las tier-
ras , pasó adelante hasta la nación
y pueblo llamado Ayáviri. Los na^
rurales estuvieron tan duros y re<-
beldes , que ni aprovecharon pei^
snasiones ni promesas, ni el ezeoír
pío de los demás Indios reducidos,
sino que obstinadamente quisieron
morir todos defendiendo su liber-
tad , bien en contra de lo que has-
ta entonces habla sucedido á los
locas ; y asi salieron á pelear coo
ellos sin querer oir razones, y
obligaron á los Incas á tomar lu
armas para defenderse mas que pa-
ra ofenderles pelearon mucho es-
pacio : hubo muertos y heridos
de ambas partes , y sin reconocerse
lá victoria se recogieron en su
pueblo , donde se fortalecieron lo
nejor que pudieron, y eiia dte
salían á pelear con los del Inca.
£1 qual , por usar de lo que sus p»*
sados le dezaron mandado , se es<-
cusaba todo lo que podía por no
venir ¿ las manos con los enemigos^
antes como si él fuera cercado j
no cercador , sufría las desvergúen-
aas de los bárbaros , y mandaba á
los suyos que atendiesen á apre-'
tarlos en el cerco , sí: fuese posible
sin llegar á las manos. Mas los de '
Ayaviri , tomafldo animo de la be-
nignidad del Inca, y atribuyén-
dola á cobardía , se mostraban de
día en día mas duros en reducirse^
mas feroces en la pelea , y llega-
ban hasta entrarse por los reales
del Inca. £n estas escaramuzas y
recuentros siempre llevaban losc^rt
cados lo peor.
£1 Inca , porque las demás na-
ciones no tomasen el«mal exempla
TOMO I. o
314' HISTORIA GBN ER AI.
y se desvergonzasen á tomar las»
armas , quiso castigar aquellos per-
tinaces : envió por mas gente^ ma»
para mostrar su poder que por
necesidad que tuviese de ella , y
entre tanto apretó á. los enemigos
por todas partes^ que no los d«;za-
ban salir por cosa alguna que hu-
Mesen menester 9 de que ellos se
afligieron aiucho , y mucho mas de
que les iba faltando la comida..
Tentaron la ventura á ver si la ha-
llaban en sus brazos, pelearon un
día ferocisimamente* Los del Inca,
resistieron con mucho valor , hubo-
muchos muertos y heridos de am-
bas partes ^ los de Ayaviri escapa-
son tan mal parados de esta bata-
lla que no osaron salir mas á pe-
lear : los Incas no quisieron dego*
liarlos que bien pudieran ^ empero
con el cerco los apretaron porque
se rindiesen de suyo. Entre tanto
OBI» TBRtSt. 3 f S
llegó la gente que el Inca habit
pedido, con la qual acabaron de.
desmayar los enemigos , y turiéron
por bien de rendirse. £1 Inca loa
recibió á discrepcion sin partido
alguno, y después de haberles man«
dado dar una grave reprehensión
de que se hubiesen desacatado al
hijo del sol, los perdonó y mandó-
que los tratasen bien siá atender á
la pertinacia que hablan tenido, y
dezando ministros que los doctri*
nasen y mirasen por la hacienda
que se había de aplicar para el sol
y para el Inca, pasó adelante al
pueblo que hoy llaman Pucará, que
es fortaleza , la qual mandó hacer
para defensa y frontera de lo que
había ganado, y también porque
se defendió este pueblo , y fue me-*
nester ganarlo á 'fiíerza de armas;
por lo qual hizo la fortaleza , pere-
que el sitio era dispuesto paraella^
donde dezó buena guarnición de
01
3l6 HISTORIA GBNBILAL
gente. Hecho esto se fue al Cozco
donde fue recibido con gran fiesta
y regocijo.
9
t CAPÍTULO XLV.
Conquista de Hatun Coüa : bkísones
de ¡os Collas.
JL asidos algunos afios aunque po«
eos, volvió el IncaLloqueYupan-
qui á la conquista y reducion de
los Indios , que estos Incas como
desde sus principios hubiesen echa-
do fama que el sol los habia en-*
viado á la tierra para que sacasen
los hombres de la vida ferina que
ienian , y les enseñasen la poiicica,
sustentando esta opinión ,, tomaron
por principal blasón el reducir los
Indios á su imperio , encubriendo
su ambición, con decir que lo man-
daba el sol. Con este achaque man-
dó el Inca aprestar ocho ó nueve
. *.
FSKU. 317
mi] bombres de goem , y limbiea-
do elegido consejeros y oficiales
para el exérdto , salió por el dis-
trito de Coflasoyu , y caminó hun
ta su fortaleza llanada Pacara, don-
de fue despoesel desvárate de Fran-
cisco Hemandea Girón , en la ba-
talla que llamaron de Pacata. De
allí envió sos mensageros áPaocar-
colla , y á Hatan Colla , por qaien
tomó nombre el distrito llamado
Collasuya , es una provincia gran*
dfsíma que contiene en si machas
provincias y naciones debaxo de e»*
te nombre Colla. Beqoirióles como
ú los pasados , y que no resistieses
eomo los de Ayaviri , que los ha^»
bia castigado el sol con mortandad
y hambre , porque habían osado to-
mar las armas contra sus hijos: que
lo mismo baria de ellos sí caye-
sen en el propio error. Los Collas
tomaron su acuerdo juntándose los
■uis principales en Uatun Colia^
3 1 8 HISTORIA GBNBll ai;
que qní«re decir Colla la grande,
y parcciéodoles que la plaga pasa-
da de Ayaviri y Focara había si*
do castigo del cielo , queriendo es-
carmentar en cabeza ageoa , res-
pondieron al Inca que eran muy
contentos de ser sus vasallos , ado-
rar al sol , y abrazar sus leyes y
ordenanzas , y guardarlas. Dada es-
ta respuesta , salieron 4 recibirle
con mucha fiesta y solemnidad, con
cantares y aclamaciones inventadas
«luevamcnte para mostrar sus ani-
•nos*
El Inca recibió con mucho aplau^
so los curacas , les hizo mercedes
de ropa de vestir de su propia per-
sona , les dio otras dádivas que
estimaron en mucho, y después el
tiempo adelante , él y sus descen-
dientes favorecieron y honraros
mucho estos dos pueblos , particu-
larmente á Hatun Colla , por el
servicio que le hicieron en reci«*
BEX. PBRt^. 319
; birle con ostentación de amor , que
siempre los Incas se mostraron muy
¡favorables y agradecidos de seme-
jantes - servicios , y lo encomeoda-
:ban á los succesores ^ y asi etsno-
-bleciéron el tiempo adelante aquel
pueblo con grandes y hermosos edi-
ficios, demás del templo del sol y
-casa de las vírgenes que en él fun-
daron , cosa que los Indios tanto
estimaban.
Ltos Collas son muchas y diver-*
«as naciones , y asi se jactan des^
-cender de diversas cosas: unos dicen
^ue sus primeros padres salieron do
ia gran laguna Titicaca. Tenianla
-por madre , y 'antes de los Incas
da adoraban entre stis muchos dio**
ses , y en las riberas de ella le oítt^
cian sus sacrificios. Otros se pre«
clan venir de una grao fuente ^, de
la qual afirman que salió el primer
antecesor de ellos. Otros tienen por
blasón haber salido sus mayores de
3 so HISTOniA GBNBRAX.
ttsas cuevas y resquicios de peto
grandes, y teniao aquellos lugares
por sagrados y y 4 sus tiempos los
Yiskaban con sacrificios en recono-
ciníiento de hijos á padres. Otros
te preciaban de haber salido el pri»
Biero de ellos de un rio: teníanle
en gran Teoeracion y reTerencia
como á padre. Tenian por sacrile^
■gio matar el pescado de aquel rio,
porque decían que eran sus hermai^
nos. De esta manera tenian otras
■suchas fábulas acerca de su orígea
y principio , y por el semejante
tenían muchos y diferentes dioses
como se les antojaba , unos por ua
respeto y otros por otro. Solamen-
te en un Dios se conformaron los
Collas, que igualmente le adoran
ron todos y tuvieron por su prin-
cipal dios , era un carnero blan-
co , porque fueron sefiores de infi-
liito ganado. Decían que el primer
carnero que hubo en el mundo al-
to , que asi llaman al cielo , habia
tefiido mas cuidado de ellos que
lio de los demás Indios , y que los
amaba mas • pues habia producido
j dexado mas generación en la tier-
ra de los Collas que en otra algit-
sa de todo el mundo. Decian esto
aquellos Indios, porque en todo
el Collao se cría mas y mejor ga-
nado de aquel su ganado natural
que en todo el Perú ^ por el qual
beneficio adoraban los Collas al car-
nero , y le ofrecían corderos y se^
bo.cn sacrificio j y entre su ganado
tenían en mucha mas estima á los
carneros que eran del todo blancos,
porque decian que los que áseme*
jaban' masa su primer padre tenían
mas deidad. Dornas de esta burJl^
fía consentían en muchas provin-
cias del Collao una gran infamia,
y era , . que las mugeres antes de
•casarse podían ser quan ^ahi^ qui-
Msea de^ sus . pi^js^m^. » . Y. }^: VMS
03
382 HISTORIA OSNSRA£
disolutas se casaban mas aína , co*
mo qae fuese mayor calidad haber
sido malísima. Todo lo qual quita-
ron los reyes Incas, principal men-
te los dicfses , persuadiéndoles que
solamente el sol merecía ser ado-
bado por so hermosura y exceleo-
'cia, y que él criaba y sustentabí
todas aquellas cosas que ellos ado-
raban por dioses. £n los blasones
.<que los Indios tenian de su origen
y descendencia no les contrade-
cían los Incas , porque como ellos
se preciaban descender del sol, sé
holgaban que hubiese muchas se"
nejantes fábulas , porque la suya
fuese mas fácil de creer.
Puesto asiento en el gobierno
*ée aquellos pueblos principales, así
para su vana religión como para
la hacienda del sol y del Inca , se
volvió al Cozco , que no quiso pa-
S^r adelante en su conquista : por-
que estos -liicas siempre tuvieron
pot mejor ir ganando |K)co á poco,
y poniéndolo en orden y razón pa^
xa que los vasallos gastasen de la
suavidad del gobierno , y convida-
cea á los comarcanos á someterse
:& él , que no abrasar de ana vez
mochas tierras, que fuera causar
escándalo , y mostrarse tiranos^
ambiciosos y codiciosos.
*
CAPÍTULO XLVI.
Im gran provincia Cbucuytu se
reduce de paz. Hacen lo mismo
otras muchas.
£il Inca fue recibido en el Cozco
con mucha fiesta y regocijo donde
paró algunos aSos , entendiendo ea
el gobierno y común beneficio de
Sus vasallos. Después le pareció
visitar todo su rey no , por el con*
tentó que los Indios recibían de ver
1¿ Inca en aiis tierras , y porqae
04
324 HISTORIA GBNVltAK
los ministros so se descuidasen es
6US cargos y oficios por la auseii-
cia del rey. Acabada la visita ,
mandó levantar gente para llevar
adelante la conquista pasada. Salió
con diez mil hombres de guerra
llevó capitanes escogidos , llegó é.
Hatun Colla y á los confínes de
Chucuytu, provincia famosa de roa»
cha gente, que por ser tan princi-
pal , le. dieron al emperador en el
lepartimiento que los Españoles hi«
cieron de aquella tierra , á la qual
y á sus pueblos comarcanos envió
los requerimientos acostumbrados,
que adorasen y tuviesen por dios
aJ sol. Los de Chucuytu aanqqe
eran poderosos , y sus pasados ha««
bian sujetado algunos pueblos de
su comarca , no quisieron resistir
al Inca , antes respondieron que
le obedecían con todo amor y vo«
lunud. porque era hijo del. sol;
de cuya clemencia y ofaos^duoi-
bre estaban aficionados, j querían
ser sus vasallos por goiar de sos
beneficios.
£1 Inca los recibió con la afa^
btlidad acostumbrada , y les biso
mercedes y regalos con d^tvas
que entre los Indios se estimaban
en macho 9 y viendo el boen suce*
89 que en so conqnista habia teni*>
do, envió los mismos requerimien-
tos á los demás poebloa comarca^
nos hasta el desaguadero de la grao
laguna Titicaca ^ los qnalcs todos^
con el exemplo de Hatun Colla y
de Cbucuyta , obedecieron Uaná*
mente al Inca , que los mas prin-r
cipales fueron Hillavi Challi , Pu-
mata , Clpita , y no contamos ee
particular lo que hubo en cada pu^
blo de demandas y respuestas, por*
que todas fueron á semejanza de
lo que hasta aquí se ha dicho : y
por no repetirlo tants^ y^ces lo
dacíDH^ en sum. T^mbi^n quier
l%6 HISTO&IA GXNSRAK
Ten decir que tardó el Inca mn*
chos afios en conqnlstar y sujetar
estos pueblos ^ mas en la manera
4el ganarlos no difieren nada: y asi
▼a poco ó nada hacer caso de lo
^ue no Importa.
Habiendo pacificado aquellos
pueblos despidió su exército, dexan'»
do consigo la gente de guarda nece-
saria para su persona, y los ministros
]Mira la ensefianaa de los Indios^
quiso asistir personalmente á toda^
estas cosds , asi por darles calor
eomo por favorecer aquellos pue-*
blos y provincias con su presencia',
que eran principales y. de impor*
tancia para lo de adelante. Los
curacas y todos sus vasallos se fa*
Torecieron de que el loca quisie-
se parar entre ellos un invierno^
^ue para los Indios era el mayor
favor que se les podía hacer ^ y él
Inca les trató con mucha afábilí-
itad.y caricias , inventando cada dk
avevos faTores y regalos , porque
▼eia por experiencia , sin la doc-
trina de sns pasados , qaáoto im-
portaba la mansedambre , el be-^
iieficio 9 y el hacerse querer para
atraer los estrafios á su obedien*
cia y servicio. Los Indios pregón
aaban por todas partes las ezcelen»
das de su principe , diciendo que
era verdadero hijo del sol. Entren
tanto que el Inca estaba en el
Uao , mandó apercibir para el
lano siguiente diea mil hombres d#
guerra. Venido el tiempo y reco-
gida la gente eligió quatro mae-
tes de campo , y por general enr
▼ió un hermano suyo , que no sa-
ben decir los Indios cómo se lla-
maba : al qual mandó que con pa-
tecer y consejo de aquellos capi-
tanes procediese en la conquista
que le mandaba hacer ; y ¿ todos
cinco dio orden y expreso mand»-
10 , que en ninguna manera UegaS»
^aS HISTORIA eUHmiLAt
gen á rompiíDÍeiito de batalla coa
los Indios que no quisiesen redu-
cirse por bien , sino que á i mira-
ción de sus pasados los acraxesen
con caricias y beneficios^ mostrán-
dose en todo padres piadosos ano-
tes qne capitanes belicosos. Man-
dóles que fuesen al poniente de
donde estaban , á la provincia lla-
mada Uuia Pacasa , y reduzesea
los Indios que por alli hallasen. £1
general y sus capitanes feeron co-
mo se les mandó , y con próspera
fortuna reduxeron los naturales ^ue
hallaron en espacio de veinte le-
guas que hay hasta la falda de la
cordillera y sierra Nevada y que
divide la costa de la sierra. Los
.Indios fueron fáciles de reducir»
porque eran behetrías y gente suel-
ta sin orden, ley ni policía. Vivian
¿ semejanza de bestias : goberna*
.han los que mas po4ian con tiraoia
^ soberbia ^ por estas camisas fue*
T-3
xados los máfiunos
fSL el gabienio , y los caftanes j
^Bte de ipiarfa ptni presidio 7
defensa de lo que se habia cos«
^sCado , se toIvió el general y
9m ip¡mxo capitanes i dar cuente
mi loca de lo que denban hecho*
Elqnal eetse casto que duré dque*
Ha com^msti te hai>ia oeupado ««1
▼iskar se seyno , ptocatunóo íMí^
timde de todas manéis 5:00 aufuefiK
tas las tienas de labor. M^iodó fta«
suevas acequias, y ¿ü^r 4k1>-
nec&aatios itsea ^1 pio^^CMC
ée ifis Istfüttt 9 tiMuao puciu^c . ^^1^.
L
330 ÍBISTORIA eSKSBAr.
tes y caminos para que las propia-
das se coaiunicasen unas con otras,
.lilegado el general y los capitanes
•ante el Inca , fueron muy bien re-
.cibidos y gratificados de sus tra-
bajos ', y con ellos se volvió á su
. corte con propósito de cesar de las
(Conquistas, porque le pareció ha-
.ber ensanchado harto su imperio,
.que norte sur gaaó mas de quarea-
^tz leguas de tierra , y leste hoés^
>te mas de veinte^ hasta el pie de
Ja sierra y cordillera Nevada , que
^divide los llanos de la sierra : es«
:tos dos nombres son impuestos por
yos Españoles.
En el Cozco fue recibido con
grande alegría de toda la ciudad,
que por su afable condición, man-
sedumbre y liberalidad era amado
en extremo. Gastó lo que le quedó
de la vida en quietud y reposo,
ocupado en el beneficio de sus va«
salios haciendo justicia. Eavió dos
BBZ» PBiitr. 331
veces á visitar el reyno al pria-
cipe heredero llamado Mayta Ca-
.pac, acompasado de hombres viejos
.y ezperimeotados para que cono-
ciese los vasallos y se ezerci ta-
se en su gobierno. Qjuan4p se slo-
'tió cercano ü la muerte llamó á
sus hijos , entre ellos al princi-
pe heredero, y en lugar de testa-
mento les encomendó el beneficio
de los vasallos , la guarda de las
leyes y ordenanzas que sus pasa-
dos , por orden de su dios y pa-
jdre el sol, les habla dexado: y que
^o todo les mandaba hiciesen como
Jiijos del sol. A los capitanes Incas
fy á los demás curacas , que eran
señores de vasallos , encomendó el
cuidado de los pobres , la obedieor
cía de su rey. A lo ultimo les dixo
que se quedasen en paz , que su
padre el sqI le llamaba para que
descansase de los trabajo^ pasados^t
Dichas estas cosas y otras seme-
L
333 HISTORIA GSRKHAZ;
jantes , murió el Inca Lloque Yo-
paxvqui : dexó machos hijos é hijas
de las concubinas , aunque de ss
muger legitima , que se llamó Ma-
ma Cava , no dexó hijo varón mas
ide al principe heredero Mayta Ca-
pac, y dos ó tres hijas. Fue llorado
Lloque Yupanqui en todo su rey*
no con gran dolor y sentimiento,
' que por sus virtudes era muy ama"
do. Pusiéronle en el número de sos
dioses hijos del sol , y asi le ado-
raron como á uno de ellos. Y pof^
que la historia no canse tanto ha-
blando siempre de una misma co-
sa , será bien entrerexer en las vi¿
das de los reyes Incas algunas de
sus costumbres, que serán mas agnK
dables de oir que no las guerras y
conquistas hechas casi todas de ona
misma suerte : por tanto digamos
algo de las ciencias que los Incas
alcanzaron.
.1
su
CAPÍTULO XLVIL
Ciencias que aleé
L
astnrtogía y 1
ral que los lacas
muy poca; pcw^iie
roo letras , aooqne cao» eijas
bo hombres de beeaes ímptm'^m
Uamaroa amaotas ^ los ^ee ímmi;!^
ron cosas socyes^eiMiOMKfas^iai^
en su repÜRÜca pracricMii» «a ^»^
dieado dezarlas escritas fara ^^a^
los sucesores las Beraiaa
perecien» eos los
Mures , y aií
todas cíeams , é M tmwíetm w^
no aleaos práKÍfíso
con la lonbre aatiMd ^ y
anron sefialados coa seisi
y groseras para que las geates lai
▼iesen y nocasea. HírdaMs de cada
«o«i lo que uimmb \a thecSi
334 HISTORIA GBNBRAX
moral alcanzaron bien ; y en prie«
tica la dexaron escrita en sas le«
yes I vida y costumbres , como m
el discurso se verá por ellas mis-
mas : ayudábales para esto la ley
natoral que deseaban guardar, y la
experiencia que hallaban en las bufri
nas costumbres , y conforme á ellas
iban cultivando de dia en día en sa
república.
De Ja filosofía natural alcanza-
tsm poco ó nada y porque no traca*
ron de ella , que como para su vi-
da simple y natural no tuvieses
necesidad que les forzase á inves-
tigar y rastrear los secretos de na*
turaleza , pasábanse sin saberlos ni
procurarlos ; y asi no tuvieron nit^
¿una práctica de ella , ni aun de
las calidades de los elementos pa-
fi decir que la tierra es fría y seca»
y el fuego caliente y seco , slao
era por la experiencia de que les
faleflC9t>a y queoaba } mas no por
▼ia de ciencia 4t fiiosofia. Sola*
mente alcaozaroo la virtud de al«
ganas yerbas y plantas medicina-
les coo que se coraban en sus en-'
feroiedades , como diremos de ala-
gunas qoando tratemos de su me-'
dicina. Pero esto lo alcantaron mas-
por experiencia , ensefiados de su
necesidad , que no por su filosofia
nataral , porque fueron poco espe^
culatívos de lo que no tocaban con'
las manos.
De la astrologfa tuvieron algu-
na mas práctica que de la filosofia
natural, porque tuvieron mas inci-
tativos que les despertaron á la es-
peculación de ella , como fue el
sol , la luni y el movimiento vario
del planeta venus , que uñas veces
la veían ir delante del sol y otras
en pos de él. Por el semejante veiatf
la luna* crecer y menguar , ya lle¿
na , ya perdida de vista en la coih
junc^ion , i, la qual llaman muerte
il6 HISXO)R.iA GBXBmAC
4« la lu&a : porque no la veían ts
aquellos tres días. Tambiea el sol
los iacicaba á que mirasen en élf
que uaos tiempos se les aparta-
ha , y otros se Its allegaba ; que
unos días eran mayores que las no«
ches, otros menores , y otros igua^»
les ; las quales cosas los movieroa
á mirar en ellos , y las miraron
tan materialmente que no pasaron
de la vista.
Admirábanse de los efectos.
pero no procuraban 'bascar lascan^
sas, y asi. no trataron si habia ma«
chos cielos , ó no mas de uno , ni
imaginaron que habia mas de uno.-
No supieron de qué se causaba el
erecer y menguar de la luna, ni los
9i07imift|itos de ^os demiis plaaetasi
ya. apresurados , ya espaciosos ^ ni
tuvierod cuenta mas de con los
tres planetas nqinbrados por el gran^
dor , resplandor y heraaiosura de
eU96* Mq flaú4r^ en I09 otros qua-*
vmx, 9WBLV* 337
tío ptaiietas. De Hm signos so hu-
bo imanación , y meaos de mt§
influencias. Al sol llamaron inti, á
la luna qaüla y al lacero venas
chasca^que es crinita 6 crespa por
^s fliiBGhos ri^es. Miraron en las
siete cabrillaa. por verlas tan jun-
tas , y por la diierencfa qae hay
de ellas á las otras estrilas qué
les .causaba admiración , mas no
por otro respeto^ y no miraron en
mas escreili^', porque no teniendo
liecesidad forzosa,' tio sabkn á qué
proposito mirar en> ellas , ni tn«-
rieron nías nombres de estriellas en
particular que las dos que hemos
dicho : en común las llamaron coy-*
Uur 9 que quiere decir estrella.
CAPíTjOLO XLyni.
jílcanzafon la cuenta del año , los
solsticios y los equinocios.
M
as con toda su rusticidad al*
XOMO I. 9
jGumroo loa loea» que el mod*
.nveiito del sol se acababa eii un afiOi
al qual ilamarofl huata.: es nom-
bre qae quiere decirafio, y la mis-
ma dicion sia flaudar proooociaeioa
ni acenio « ea otra ñgaificacion es
.veiibo , y sl^fica atar« La gente
común fritaba loa afios por las cch
aechas, Alcaacaron también los sols-
ticios del .verano y del invierno , los
quilos dezaron coritos con sélla-
les grandes y aoMurias, que faéroa
ocho torres que labraron al oriental
y, 9tnís oebo al imnieate de la ciuf
dad del Goaco, puestas de qnatra
en quatro , do» pequefias de á tres
estaos poco mas ó menos de altOi
en predio de otras dos grabdes ; las
pequefSu estaban diex y ocho 6
veinte pies^ la uDa de la otra : á
los lados otro tanto espacio esta-
ban las otras dos torres grandes,
que eran mucho mayores que las
que en Esfafia ffervian de atalayas»
y estas graades servias de gMidac
y dar aviso para ^oe dcscolmeses
mejor las torres peqoefias : el espft*
cío que entre las pequeñas haiña
por doode el sol pasaba al salir j
9I ponerse, era el ponto de ios solo-
ticios. Las «oas torres del oiieat»
correspondían & las otras del po»
aliente del solsticio vernal ó hiemal.
Para verificar el solsticio , se
ponía an Inoa en cierto pnesto al
salir del sol y al ponerse ^ y mirs«
Vs á ver si salía y pónts por !^ntre
las dos torres pequeñas que está**
ban al oriente y poniente : y con
este trabajo se certificaban en lá
astrologia de sus solsticios. Pedro
de Cieza « capitulo noventa y dos,
hace mención de estas torres. £1
P. Acosta también trata de ellas,
libro sexto , capitulo tercero, aun*
que no les dan su punto. EscribiO'-
ronlos con letras tan groseras, por«
qoe no supieron fixárlos con los
»s
<34^ HISTORIA OBinSlIAS
ilias de los meses en. que son los
golsticios, porque contaron ]os me-
tes por lunas, como luego dirémosi
y no por dias ^ y aunque dieron á
cada afio doce lunas , como el afio
colar exceda al lunar común en on<*
ce días , no sabiendo ajastar el un
afio con el otro, tenían cuenta con
el movimiento del sol por los sols^
ticios para ajustar el afio y contar-
lo , y no con las lunas ^ y de esta
manera dividían el un afio del otro,
tigidndose para sUs sembrados por
el afio jolar ymo por el lunar; y
aunque :hay a quien diga que ajus-
taban el afio solar con el afio lunar,
le engafiaiion en la relación ; por*
que si supieran ajustarlos fixáraa
los solsticios en los dras de los me-
ses que son, y no tuvieran necesi-
dad de hacer torres por mojoneras
para mirarlos y ajustarlos por e]las
ceo tanto trabajo y cuidado como
cada dia teniíio , miraQdo el salir
SBK wmú* 341
del so] y pooene por deiedio de
las torres.
Las qnales dozé en pie el afio
de i$6o,ysldespaesacá]iolasliaa
derribado , se podría verificar por
ellas el lugar de donde miraban loa
locas los solsticios , á ver si era
de ana torre qae estaba en la casa
del sol, ó de otro lugar que yo no lo
pongo por no estar certificado de él/
También alcanzaron los eqoi*
nocios y los solemnizaron muy mn**
cho. En el de Marzo segaban lov
maizales del Cozco con gran fiesté
y regocijo, particularmente el Aii«
den de CoUcampata, que era coma
jardin del sol.. En el eqüinocio de
Septiembre hacían una de las qua«^
tro fiestas principales del sol , que
llamaban Citua Raymi , r sencilla:
quiere decir fiesta principal que se
celebraba , como en su lugar di)ré-j
mos. Para verificar el eqüinocio.
tenían columnas de piedra ríquisi-^
)4< HISTORIA esinBRAC
mamence labradas , paestas en los
patios ó plazas que habla ante los
templos del sol: los sacerdotes qaan-
do^enlhin que el eqninocio estaba
ceita, tenias cuidado de mirar ca-
da dia la sombra que la columna
hacía. Tenían las columnas pues-
tas en el' centro de un cerco fedon-
do muy grande que tomaba todo
el'ancho de la plaea i del patio;
por medio del cerco echaban pof
hüo de oriente á poniente ana ra«
ya que por larga experiencia sabían
dónde hablan de poner el un puifi^
to y el otro. Por la sombra que la
columna hada s<^re la raya , veían
que el equlnocio se iba acercando^
y quando la sombra tomaba la ra-
ya de medio á medio desde que sa-
lta el sol hasta que se ponía, y que
á mediodía bañaba la luz del sol to*
d«la columna en derredor sin hacer
sombra á parte alguna, decían que
aquel dia era el equinoctal. £nton-
CC9 adonuban las colomnas con to-
das Jas £ores y yerbas olorosas que
podian haber , ponían sobre éDas
la silla del toJ, y decían que aquel
día se asentaba el sol con toda su
loa de lleno en lleno sobre aque*
Has Golomnas. Por lo qual en par«
ticnlar adoraban al sol aquel día
con niia3^res ostentaciones de fies^
ta y xegtícijo, y le hacían grandes
f fosantes de oro, plata, piedras
preciosas y otras cosas de estima.
Y es de notar, que los reyes Incas
y 8Ut amantas, que eran los filóso«*
faa, asi como Iban' ganando las prc^
Tincias , asi Iban experimentando,
qoe quanto mar se ateibiban á la
Hnea equinocial , tanto medos som«>
bra hacia In columna al mediodía,
]K>r lo qual fueron estimando mas
y mas las columnas que estaban
mas cerca de la ciudad de Quitu,
y sobtt todas las otras estimaron
las que pusieron en la misma cía«
344 BiiiKiitiA GamWLAZ
dad , y eo an psfige huta la costa
de la mai -y donde por estar el sol
i ploiBO, coniD dicjen los albafiiles',
DO hacia seSal de, -sombra algonn á
fuediodia. por uta fax» las ca-
vieroD «n mayor veneración, por-
que decían que aquellas eran >eí«fi-
to mas agiqdabt« par* el sol , por-
quo ea ellas, te aseatabaí deractaa-
meiMe y en las otras, da lada Es-
tas simpleus y anas ' semejaatw
dixeroa aquellas geates en so as-
tiologla , porque no pasaron con
la imagiaacion mas adelante de la
qua veiaB muifrialiiieate con los
ojos. Las columoas de Quicu y de
toda aquella regioa derribó el go'
bernador Sebastian de Belalcmar
muy acertadamente, y las hiao pe-
dazos porque idolatraban los Indios
eo ellas : las deinss que por todo
el reyao había, fueron derribando
tos demás capiíaoes Bspafioles co-'
mo las fueron hallando.
CAPÍTULO XLIX.
I
Imvieran euenia con ¡as ecl^uet*
del sol : Iq ^ húcu» cm te -
de laktMM,
c
contaron los meses por laóas de
una lima aueva á otra , y asi lla-
man al mes quilla como á .la luna.'
JMeTon su nombre á cada mes: goíi-<
taron los medios meses ppr su cre-^
cíente y menguante : las semanas*
por los quartosr v aunque no tüvie-^*
ron nombres para los días dr la
semapa. Tuvieron cnen^ con los*
eclipses dél:>sol''y de la lima ,maf
no .abantaron' 'las causas. Decian
al eclipse solar , que el sol estaba
enojado por algún delito ' que ha-
bbm hecho contra él , pues mos-^
tra))raba su cara turbada oomo hom-'
bre ayrado , y pronosticaban á se-^
me|anza de los astrólogos , que les
P3
34tf msToAiA cÉmniAK
habia de venir algún grave casti-
go. Al éclipte de la lona , vlea-
dola ir negreciendo , decían que
enfermaba la Juna , y qae si acac-
haba de obscurecerse habia.de aio«
rir , caerse del cielo. ., cojerlos i
todos debaxo y matarlos, y que se
htfbiá de acabar el mundo : por es-
te, miedo , empezando á eclipsarse
la luna., tocaban trompetas , cor-
Betas , caracoles , atabales , atam-
bores y quantos instrumentos po-
dían haber que hicieren ruido.- au«
han los perros grandes y chicos,
daba&les muchos palos para que
ahallflsea.y llamasen la lona , que
poricierta fábula que ellos conta-«
Ifan^átci^Aü que la luna era aficio*
9ada á los perros por cierto servi-
cio que le hablan hecho , y que
oyéndolos llorar habria lástima 'de
ellos , y. recordarla del saeño que
la enfermedad le causaba.
Para las manchas de la lona de-
r
t»L vurné. 347
cian otra fábula mas simple que la
de los perros , qae ano aqnelia se
poóm^ afiadir á las qae la gentili-*
dad aacigua inveiicó y< compuso 4
I>iana haciéndola eaxadoca ^ m^ la
qoe se sigue es bestíalisima. Diceii
que una zorra se emimoró de la lu^
na viéndola tan hermosa , que p09
hurtarla subi6 al cielo , 7 quando
quiso echar mano de ella , la. luaa
se abraxó con. la aorra 7 la pegó
-á si , y que de .esto se le hicieron
las manchas : pOr esta £ábula tan
simple y tan desordenada se podrá
ver la simplicidad de aquella gen-r
te. Mandaban 4 los muchachos y
nifios que llorasen y diesen gran*
des voces y gritos llamándola Ma-
ma Quilla, que es madre luna, ro^
gáúdole que no se muriese porque
sp pereciesen todos, lios .hombses
y las mugerea hacían lo mismo;
Habla un ruido y una confusión tiltt
grande que. no se puede encarecer» )
»4
34^ HISTOftlA GBUBIlAC
Conforine al eclipse , grande ó
peqaefio , juigaban que habia sido
la enfermedad de la luna. Pero si
llegaba i ser total, ya no había que
jusgar siso que estaba muerta , y
por DBomentos temían el caer la lo*
aa y el perecer de ellos. Elntonces
era mas de veras el llorar y plafiir,
como gente que Teia al ojo la moer-
te de todos y acabarse el mundo.
Quando veían que la luna iba poco
¿ poco volvieodo á cobrar su luz, de-
cían que convalecía de su enferme^
dad, porque el Pachacamac, que era
el Sustentador del universo, le había
dado salud, y mandádoleque ao mu-
riese porque no pereciese el mun-
do) y quando acababa de estar del
todo clara , le daban la enhorabue-
na de su salud , y muchas gracias
porque no se había caído. Todo e»-
to de la luna vi por mis ojos. Al
día llamaron punchan , y á la no-
che tttU , al amanecer pacari. Tu-
r
TiierOB nombres p«m s^niíicn el
9,Wu y las demás partes del dia y
de la noche , como media noche y
medio dia.
Tavieron cuenta con el rel¿m*
pago , cmeno y rayo , y ¿ todo»
tres en junto llamaron illapa. No
los adoraron por dioses , sino que
los honraban y estimaban por cria*
dos del sol. Tuvieron que residían
en el ayre mas no en el cielo;
£1 mismo acatamiento hicieron al
arco del cielo , por la hermosura
de sus colores , y porque alcanza*
ron que procedía del sol ^ de n^odo
que los r^yes Incas lo pusieron en
sus armas y divisa. £n ia e;|sa del
sol dieron aposento de por si á ca"»
da cosa de estas, como en su lugar
diremos. £n la via que los astró«*
logos llaman láctea, en unas man<«
chas negras que van por ella á la
larga, quisieron imaginar qno habla,
ana figura de oveja con m caerpo
3$0 aiSTORlA aXCNSAAS
entero , qué estaba funamantando
un cordero. A mi me la querían
mostrar diciemió : Vea alli la ca*
beza de la oveja ^ ves acullá la del
cordero mamando ^ ve$ el cuerpo,
breaos .y' piernas del uao y dei
otro ; mas yo no vela las figuras si-
no las manchas , y debia de ser poi
so saberlas imaginar,
Empero no hadan caudal de
aquellas figuras para su astrologia,
mas de quererlas pintar imaginán-
dolas ^ ni echaban juicios ni pro-
nósticos ordinarios por sefíales del
aol , ni de la luna ni de ios come-
tas y tino para cosas muy raras y
muy grandes , xomo muertes de
reyes 6 destrucion de reynos y pro-
vincias ^ adelante en sus lugares
diremos de algunas cometas^ si lle-
gamos allá. Para las cosas comunes
mas aína hacian sus pronósticos y
juicios de los snefios que sofiaban
y de los sacrificios que hacian , que
F
na de las estrellas oi señales del
ayre. Y es cosa espantosa oir lo
que decían y pronosticaban por ios
suefios, que por no escandalizar al
vulgo no digo 'lo qae en esto pu*
diera contad. Acerca de la estrell»
venas , que anas veces la veían al
anochecer y otras, al amanecer, de-
cían que el sol , como sefior de to?
das las estrellas, mandaba que aque-
lla , por ser mas hermosa que to-
das las demás , anduviese cerca de
él , unas veces delante y otras
atrás,
Quando el sol se ponía , vién-
dole trasponer por la mar ( porque
todo el Perú á la larga tiene la mar
al poniente) decian que entraba en
ella , que con su fuego y calor
secaba gran, parte de las aguas de
la mar, y que como un gran nada-
dor daba una zabullida por debaxo
de la tierra para salir otro día al
oriente ^ dando á entender que ia
H% BISTOB.IA (SBKBILAS
tierra está sobre el agaa. Del po*
merse la lana ni de las otras estre-
llas ttO dizeron nada. Toda^ estas
boberias tuvieron en su astrologia
los Incas , de donde se podrá ver
qnán poco alcansaron de ella , y
baste esto de su astrologia , diga-
mos la medicina que asaban eo sus
enfermedades.
^•i»^'
ÍNDICE
DE LpS CAPÍTULOS
*■ QUS C4I>TI*NB BSTB TOMO.
I. Si^ hay fnuchos mundos. Trá-
tase de ¡as cinco zonas, . pág. i
n. Si. boy antípodas. 9
III. Cámo se descubrió e¡ Nuevo
Mmdo* •-'•!»
rV. Deducion del nombre'Péré. ^o
V. Autoridades en confirmación
- dei nombre Perú. 0,6
VI. Lo que dice un autor aeetcm
áél nombre Pefé. 34
Vil: Otras- deduciones.de liom-
\:br es nuevos. 41
Vni. JJéícripcion del Perú 48
IX. Idolatría y dioses que ado"
roban antes de los Incas. 6%
X. Gran variedad de dioses que
tuvieron. óf
XI. Maneras de sacrificios que
hadan. ^z
1(4 fNDICX.
XIL f^Menda y gobierno de ki
antiguos : cosas que comian. ^
XIII. Cámo se vestían en oque-
Ha antigüedad, i^
XIV. Diferentes casamientos y
diversas lenguas. Usan de ve*
neno y de becbi%os< %$
STV. Origen de los. Incas Reyes
del Perú. . . .54
XVI. Fundación del Cozqo eñh
, d^d^etial^ ipj
XVft. Lo que reduxo el primer
.. Inc/f Manco Qapac. 11%
XVlXl.É4bulas bistoriales del
origen de los Jncas* iif
XIX,. Protestación del aufor
sobre la bistoria. laj
XX. Pueblos que mandó poblar
el primer Inca. 134
XXI. Enseñanza que^ daba el
Inca á sus .vasallot^ 138
XXII. Insignias favor obles que
el Inca diá a los suyos, . 144
XXIII. Otras insignias masfa*
fue ks hdéti fmefm á «^
XXV. TMÉmtm^ymífme éát
XXVI. N m hrtM ^4iát$ f 0iá
XXVIL UtimHüteU u$m-
da timé': tm t^fige^. #«f j
XXVHL AKffsMTMi hi Imm
ai verámáerv IH<», MÍ4
XXIX. Temió» ha fnn^m wm
* érét'tnfaga^iof^aáQ, i^
Xjul. Jbt^ áioatí ^ ha
tistarñaáoifta ÍCspalhkt tm^
XXXrr.T. jái€0Kg4k^f^m ki' i fn»at^
amliütíü áfíl ammíí y U ^^eam^
3J6 ÍNDICi*
reccion universal. 131
XXXIV. Cotas que sacrifica-
ban al soi, «39
XXXV. Los sacerdotes , ritos^
ceremomas y leyes se atribu-
yen al primer Inca, 146
XXXVI. Se prueba lo dicbo con
bistoriadores Españoles, ajo
XXXVU. Dividieron el impe-
fio en quatro distritos. Ae-
gistraban los vasallos. atfs
XXXVin. Tenian dos oficios
los decuriones. %66
XXXIX. jfígunas leyes que tu*
vieron los Incas en sug^bier^
no. . 971
XL. Los decuriones dahan cuen^
fa de los que nacian y morían. 183
XLI. Niegan los Indios baber_
cometido delito alguno Inca
de la sangre real. 190
XLII. Vida y becbos de Sincbi
Roca , segundo rey de los
Incas. «97
ZLHL
XUV.Dm
elhicM
XLV. Cm^MÍsti
¡la : hlmsmaa Jk ios Cnláta. j^
XLVL Lmgrámptv rámcim Om^
cuytu se reámu át pax. £b-
cen ¡o imsmú eirms flodbcx. 323
XLVU. Ciencias ^ mkneu^
ron ¡os Jacas : jístrologU. 333
XLVm. JÜcüMxairem la cuenSa
del aio^ los solsticios y los
equinocios, 33«f
XLIX. Tuvierom cmenia com los
eclipses del soklo fue bocUm
con los de la bma. 3^,
FIM SEL TOMO L