4. 2-o 2-1
LIBRARY OF THE THEOLOGICAL SEMINARY
PRINCETON, N. J.
PRESENTED BY
I Ue, Al/i+Uoy- •
División
Section.A... UT48
v.2
APR 2C 1927
Historia Sagrada
Desde el rey Jehú hasta la muerte de Herodes.
POR
Henry C. Thomson, D. D.
Miembro de la Comisión
Hispano- Americana de Traducción del
Nuevo Testamento
TOMO II
GRANT PUBLISHING HOUSE
2827 Hyans Street, Los Angeles, California, E. U. de A.
AL LECTOR
Después de tantos años de tardanza presento al
público la conclusión de la Historia Sagrada del An-
tiguo Testamento, continuando la obra hasta el prin-
cipio del Nuevo.
Aprecio mucho la benevolencia con que el Primer
Tomo ha sido recibido, y espero que este Segundo
tenga igual acogida y que sirva para ayudar la Santa
Causa del Evangelio.
HENRY C. THOMSON.
Los Angeles, California, octubre de 1926.
IV
CONTENIDO DEL SEGUNDO TOMO DE
"LA HISTORIA SAGRADA,"
SIGUIENDO EL ORDEN DE LAS PREGUNTAS.
Preguntas
El punto en que empieza este tomo de la historia . 1
Los asuntos de que se va a tratar .... 2
Lo que hay que advertir respecto de la cronología
de ese tiempo ....
Joas reina en Judá ....
Se establece el culto de Jehová .
Condición del Templo .
Estado espiritual del reino de Judá
Suceso en el año 23 de Joás, rey de Judá
La muerte de Joiada ....
Conducta de Joás, rey de Judá .
La muerte de Zacarías
Estragos de Hazael, rey de Siria .
El fin de Joás, rey de Judá .
La época del profeta Joel .
La profecía de Joel ....
Las ofensas de los enemigos
La dinastía de Jehú ....
El carácter de ella
El resultado de su conducta
Advertencia sobre Jehú
Testimonios de los escritores profanos respecto de él
El reinado de Joacaz ....
Joás, rey de ISRAEL ....
Entrevista entre Joás, rey de Israel y el profeta
Elíseo ......
Muerte del profeta Elíseo .
La Providencia y los reinos grandes .
Cumplimiento de la profecía de Elíseo
Amasias, rey de Judá ....
Su expedición contra Edom
Lo que sucedió en ella
La profecía de Abdías
Los crímenes de que el profeta Abdías acusa a Edom
El castigo de ellos . .
Insensatez de Amasias, rey de Judá
Amasias, rey de Judá, castigado .
Jeroboam II, sucesor de Joás en Israel
El profeta Amos . .
El contenido de la profecía de Amos .
Maldades de las naciones vecinas
Maldades de Judá, según Amos .
Maldades de Israel, según Amos
Los escarmientos que hubo
Predicción de Amos . .
Puntos históricos de la profecía de Amos
Carácter de Jeroboam ÍI
El profeta Jonás . . .
El libro de Jonás es histórico .
El testimonio de Jesús
V
La alusión al gran pez
Los ninivitas que se levantarán
El motivo de la misión de Jonás .
El reinado de Uzías en Judá
La razón de la prosperidad .
El profeta Oseas
El carácter de la profecía de Oseas
Hechos históricos que menciona Oseas
El rey Zacarías, hijo de Jeroboam II, en Israel .
Salum, rey en Israel ......
El fin del reinado de Uzías, u Ozías, en Judá
Algunas equivocaciones respecto de Uzías en Judá
Historia de Asiría en ese tiempo
El reinado de Manahem en Israel
Pekahia o Faceía; Peka o Facee ; y Oseas, reyes en
Israel .....
El profeta Isaías
Actitud de los profetas hacia las potencias mundanas
El reinado de Jotam en Judá
El carácter de Ácaz, rey de Judá
El castigo de Acaz .....
Acción del profeta Oded ....
Nuevas calamidades para Judá .
La descripción de ellas por Isaías
Acusaciones que Isaías hace contra el pueblo
La misión de Isaías, a Acaz ....
El cumplimiento del Capítulo 7 de Isaías .
Informes dados por Tiglat Pileser
Se aumentan las ofensas de Acaz
El hombre más religioso conforme a su creencia (El
rey Acaz)
Ezequías sucede a Acaz en Judá .
El reinado de Oseas en Israel. DESTRUCCION DE
SAMARIA . .„ .
Las gentes que Sargón metió en Samaría .
Reflexiones sagradas sobre ISRAEL .
El paradero de las Diez Tribus de Israel .
Por qué se buscan las Diez Tribus Perdidas
Lo que sufrieron los nuevos pobladores de Samaría
EL PENTATEUCO SAMARITANO .
EL REINO DE JUDA.
(Parte III del Reino Dividido)
El carácter de Ezequías ...... 86
Sucesos en su tiempo ....... 87
La purificación y nueva consagración del Templo . . 88
La Pascua celebrada por Ezequías . . . .89
Reformas hechas por Ezequías . . . .90
Observaciones respecto al Canon de las Sagradas Es-
crituras ........ 91
Las campañas de Sargón ...... 92
La enfermedad de Ezequías ..... 93
La embajada de Merodac-Baladán . . . .94
Invasión de Judá por Sennaquerib . . . .95
El mensaje de Rabsaces ...... 96
VI
Acción de los príncipes de Ezequías . . . .97
La vuelta de los oficiales asirios y la destrucción del
ejército de Sennaquerib ..... 98
Fin de Ezequías ........ 99
La muerte de Sennaquerib ...... 100
Manasés ......... 101
Los escitas ......... 102
El reinado de Amón ....... 103
Le sucede Josías ....... 104
El carácter de Josías ....... 105
Reformas de Josías ....... 106
Reparación del Templo ...... 107
Hallazgo del libro de la Ley ..... 108
Actividades de Josías ....... 109
Josías cumple una profecía ...... 110
Josías celebra la Pascua . . . . . .111
La muerte de Josías ....... 112
Cuatro profetas ayudan a Josías ..... 113
El mensaje de Sofonías ...... 114
El mensaje de Nahum ....... 115
El profeta Jeremías ....... 116
Los falsos profetas ....... 117
El reinado de Joacaz ....... 118
Joacaz muere en Egipto ...... 119
El reinado de Eliacim o Joacim ... . . . 120
Primeras profecías de Jeremías . " . . . 121
Joacim mata al profeta Urías ..... 122
La Destrucción de Nínive ...... 123
Expedición de Faraón Necao ..... 124
Profecías de Jeremías antes de la batalla de Carchemis 125
La obediencia filial de los Recabitas .... 126
CAUTIVERIO Y RECONSTRUCCION
Epoca IV del Período Nacional
Principio del Cautiverio Babilónico .... 127
Diferentes modos de contar los 70 años del Cautiverio 128
El joven Daniel y sus compañeros .... 129
Reinados de Joacim, de Joaquín y principios del de
Sedecías ........ 130
La carrera profética de Ezequiel . . . . .131
Su acogida entre los judíos cautivos .... 132
Sucesos en el reinado de Sedecías .... 133
Sucesos en el principio de la última parte de ese reinado 134
LA DESTRUCCION DE JERUSALEN POR
NABUCODONOSOR
Reseña de las deportaciones ..... 135
Evil Merodac en Babilonia y otros sucesos de Nabu-
codonosor ........ 136
Las tierras de la dispersión ...... 137
Estado religioso de los judíos cautivos . . . 138
La esperanza del Mesías ...... 139
Influencia de los judíos en las otras naciones . . 140
VII
Lo que se dice de Nabucodonosor, Ciro, Darío y Ale-
jandro . . . • • • M»
Los judíos no volvieron a la idolatría .... 142
Los cautivos no amaban a Babilonia .... 143
El profeta Daniel 144
LA VUELTA A JERUSALEN
Cómo se efectuó la vuelta a Jerusalén. El Edicto de
Ciro ......
Condición de los repatriados
Los libros bíblicos de la vuelta .
Las obras de los repatriados
La obra impedida por los samaritanos
LOS REYES DE PERSIA HASTA LOS DIAS DE
MALAQUIAS
Fuentes de la historia de Persia
Inscripción de Darío en Behistún
Traducción de ella por Rawlinson
Carta de los samaritanos a Gomates, el falso Smerdi
Trabajos de los profetas Aggeo y Zacarías
El gobierno de Jerusalén .....
LOS SUMOS SACERDOTES HASTA LOS MACA
BEOS . . . .
Importancia histórica del libro de Ester
La fiesta de Ester. Repudio de Vasti .
Jerjes derrotado en Grecia
Quién era Ester .....
Coronación de Ester . . .
Promoción de Hamán ....
Hamán insultado busca la destrucción de los judíos
Hamán echa suertes para fijar día propicio
La queja de Hamán
El precio que ofreció por los judíos. El decreto
El sistema de correos en Persia .
Ventajas y desventajas para los judíos
La ejecución del decreto estorbada
Ester va a la presencia del rey
La salvación de los judíos .
La fiesta de Purim
El tiempo, entre Ester y Esdras
Quién fué Esdras
El decreto de Artajerjes
El viaje de Esdras a Jerusalén
Tristes condiciones aguardan a Esdras
Remedio contra la mezcla de las gentes
Quién fué Nehemías .
Su viaje a Jerusalén .
El inspecciona los muros .
Exhorta a los judíos a reedificarlos
La obra de reconstrucción .
La conducta de los enemigos
Opresión de les pobres por los judíos ricos
Intrigas de los enemigos
Ultimos actos administrativos de Nehemías
VIII
Documento de 409 A. C. que revela que había un tem-
plo judío en Elefantina, Egipto, desde el tiempo
del cautiverio ....... 189
El profeta Malaquías ....... 190
Puntos históricos que Malaquías presenta . . .191
Rasgos que distinguen el último período de esta his-
toria 192
COLECCION DE LOS LIBROS DEL SAGRADO
CANON . . . . . . . 193
Combinación providencial que preparó la introducción
del Evangelio al mundo ..... 194
La verdadera religión sufrió en manos de los judíos . 195
Doctrinas de las nuevas religiones : Zoroastro, los án-
geles ; Lao Tsze y Confucio. Las cinco relaciones
dadas por éste. El Budhismo, sus 5 mandamientos.
La filosofía griega: Sócrates y Platón. Después de
Malaquías ........ 1%
Los 5 períodos políticos de los judíos después de Ma-
laquías: 1. Bajo los persas; 2. Bajo los griegos de
Egipto; 3. Bajo los griegos de Siria; 4. Bajo la in-
dependencia; y 5. Bajo Herodes, subordinado a los
romanos ........ 197
I.-BAJO ALEJANDRO MAGNO
Condiciones Generales.
Alejandro Magno llega a Jerusalén .... 198
Favores otorgados a los judíos por Alejandro Magno 199
Cuatro grandes profecías de Daniel, parcialmente cum-
plidas hasta el año 301 A. C. Dan. 2:31-43; 7:2-26;
8:3-25; 11:1-12:1 200
Reseña de la carrera de Alejandro Magno . . . 201
Concepto formado de su carácter .... 202
Efectos permanentes de sus trabajos .... 203
Cumplió algunas profecías de Daniel. Dan. 11 :2-5 204
Secreto de sus victorias ...... 205
Sucesos al morir Alejandro Magno .... 206
Intervalo de 22 años que medió entre su muerte y la
división del imperio en cuatro reinos . . . 207
Fin de la familia de Alejandro e historia de las dos
familias de sus sucesores, que siguieron gobernan-
do. Dan. 11:4 .208
Los sucesos desde la muerte de Alejandro hasta la Di-
visión final del imperio. Desde 336 a 301 A. C. . 209
II.— LOS JUDIOS BAJO LOS TOLOMEOS
DE EGIPTO
Simón el Justo. 310-291 A. C 210
La situación de Jerusalén y la Judea . 211
Empresas de Tolomeo II Filadelfo. Dan. 11 :6-9 . . 212
Versión Griega de los LXX del Antiguo Testamento 213
Presidencia del Sanhedrín y Antígono de Soco 214
Origen de la secta de los Saduceos .... 215
Libro del Eclesiástico o Sabiduría de Sirac . . 216
Creciente desmoralización de los sumos sacerdotes 217
IX
Los Oníades y los Tobíades ..... 218
Carrera de Hircano ....... 219
Importancia de la historia de los Oníades . . . 220
III.— LOS JUDIOS BAJO LOS SIRIOS.
El reinado de Antioco III el Grande . . . 221
F.l reinado de Seleuco IV Fjlopátor. Dan 11:10-19 . 222
Carácter de Antioco IV Epífanes .... 223
Afrenta al Sumo Sacerdote ...... 224
Idolatría de Jasón . . .225
Dobleces de Antioco Epífanes ..... 226
Traición de Menelao ....... 227
Robo del Templo ....... 228
Antioco Epífanes invade a Egipto dos veces . . 229
Error de Jasón y los horrores y sacrilegios de Antioco
Epífanes ........ 230
Profanación del Templo por Antioco Epífanes . . 231
Tercera invasión de Egipto por Antioco Epífanes . 232
Cuarta invasión de Egipto por Antioco Epífanes . . 233
El procura destruir la religión y la nación de los judíos 234
Reflexión sobre esto ....... 236
Destrozos en Judea ....... 236
Se impone la religión griega ..... 237
IV.— SE LEVANTAN LOS MACABEOS.
Levantamiento de los Macabeos ..... 238
Primeros triunfos de Judas Macabeo .... 239
Judas restaura el Templo ...... 240
Fiesta de la Dedicación del Altar .... 241
Molestias de los vecinos ...... 242
La Idumea de entonces . . . . . 243
Muerte de Antioco IV Epífanes ..... 244
Diferentes interpretaciones del cap. xi de Daniel . . 245
Hazañas posteriores de Judas Macabeo . . . 246
Primera paz con Siria ....... 247
Alcimo, Sumo Sacerdote ...... 248
Revolución en Siria ....... 249
Maquinaciones de Alcimo ...... 250
Hechos y fin de Nicanor ...... 251
Muerte de Judas Macabeo ...... 252
Jonatán sigue a Judas como jefe de los judíos . . 253
Muerte de Alcimo ....... 254
Baquides se fatiga ....... 255
Otros trastornos en Siria . . . ... . 256
Los Asmoneos o Macabeos en el Sumo Sacerdocio . 257
Onías IV y el TEMPLO en Heliópolis, Egipto . . 258
V.— INDEPENDENCIA DE LOS JUDIOS.
Jonatán goza de alguna tranquilidad .... 259
Simón, Sumo Sacerdote ...... 260
Juan Hircano, Sumo Sacerdote. Dan. 11:33-35 . . 261
Aristóbulo, Sumo Sacerdote y rey .... 262
X
Alejandro Janeo, Sumo Sacerdote y Rey . . . 263
La reina Alejandra ....... 264
Hircano II Sumo Sacerdote y rey .... 265
Aristóbulo II y Antipáter ...... 266
Aretes, rey árabe ....... 267
Apelación a Pompeyo, general romano . . . 268
Pompeyo toma a Jerusalén, 63 A. C 269
VI.— LOS JUDIOS BAJO LOS ROMANOS.
Actividades de Antipáter, y cumplimiento de Dan.
11:33-35 270
Herodes el Grande, rey. 40-44 A. C 271
Fama de Herodes en Judea ...... 272
Su fama en el exterior ...... 273
Herodes y los Magos ....... 274
Herodes da muerte a: Aritígono, Aristóbulo, José, Hir-
cano II, Sohemo, Mariamne y a Castabaro 275
Herodes mata a sus hijos Aristóbulo, Alejandro y An-
tipáter . . . . . . . . 276
Ultimas órdenes de Herodes ..... 277
Condición religiosa de los Judíos al fin del Antiguo
Testamento ........ 278
LAS SECTAS JUDIAS: Los Escribas y Fariseos . 279
Los errores de los Fariseos ..... 280
Los Saduceos ........ 281
Los Herodianos ........ 282
Los Esenios ........ 283
La Literatura Judía ....... 284
Cumplimiento de las últimas profecías de Daniel.
Dan. 11:36-12:13 285
APENDICE.
L Arbol genealógico de los Eleucidas, y el de los He
rodes y Asmoneos.
II. Tablas cronológicas.
HISTORIA SAGRADA
A. EL REINO DIVIDIDO
PARTE II.
Desde Jehú (843 A. C.) Hasta la Destrucción
de Samaría (722 A. C.)
Preg. 1. ¿Hasta qué punto hemos llegado en
la historia del Antiguo Testamento?
En el tomo primero ya hemos tratado: lo. del pri-
mer período de la historia sagrada, que es el Patriar-
cal y abarca desde la Creación hasta Moisés; 2o.
de dos épocas del período Nacional : la del Desarrollo
de la nación y la del Reino Unido, y 3o. hemos re-
gistrado una parte de la tercera época del período
Nacional, que trata de la Decadencia, o El Reino Di-
vidido; y dicha parte llega hasta el reinado de Ata-
lía en Judá y de Jehú en Israel. Según los cálculos
modernos, estos dos reinados empezaron cerca del
año de 843 antes de Cristo.
Preg. 2. ¿Qué tratamos de hacer ahora?
Al proseguir con la obra deseamos presentar la se-
gunda parte de esta época, que llega hasta el fin del
reino de Israel por la destrucción de Samaría, en el
año 722 antes de Cristo. El reino de las diez tribus
de Israel duró cosa de 211 años al norte del de Judá
en la tierra santa. La parte de su historia de que
hemos hablado se extiende sobre unos 90 años, y aho-
ra quedan unos 121 años hasta la deportación de las
diez tribus, y todavía tendremos que considerar las
alternativas que experimentó el reino de Judá antes
de su conclusión en el Cautiverio babilónico, durante
unos 116 años más, trayendo la historia sagrada has-
ta el año 606 A. C.
Llamamos la atención al hecho de que los libros
bíblicos de los Reyes y de las Crónicas que registran
los acontecimientos de este tiempo, nos proporcionan
mucho menos material para esta parte de la historia
que para la anterior. Pero en cambio, tenemos algu-
12
HISTORIA SAGRADA
nos datos suministrados por los profetas que fueron
levantados en esta época. Para ayudar al estudian-
te a seguir el hilo de los sucesos de que vamos a
tratar, le remitimos al cuadro cronológico de esta
parte de la época de la Decadencia Nacional, que se
halla en el Apéndice.
Preg. 3. ¿Qué hay que advertir respecto de la
cronología de este tiempo?
Sírvase el lector notar lo que se dice en pag. 290
del tomo primero de esta obra, en la pregunta 392.
La cronología del Obispo Usuero sirvió de base de
las tablas cronológicas que se dieron en nuestra "In-
troducción Histórica y Crítica al Estudio del Anti-
guo Testamento." Después de la preparación de dicha
obra se han hallado abundantes materiales históricos
que ayudan a fijar muchos datos antiguos, y se procu-
ra arreglar la cronología en esta obra más de con-
formidad con estas luces. Todavía hay mucha incer-
tidumbre, y aun no tenemos una cronología absoluta,
sino solamente relativa, es decir una que nos suminis-
tra el orden de los sucesos, y manifiesta las cosas
que fueron contemporáneas. Según el sistema Usuero,
Salomón murió el año 975 A. C, pero según el cálculo
presente acaeció su muerte en el año 933 A. C, dando
una diferencia de 42 años. Al sumar los años que se
dan en la Biblia para los reinados de Israel desde
Jeroboam hasta la toma de Samaría, resultan 241 ; y
de la misma manera la suma de los de la línea de
David en Judá cubriendo la misma duración de tiem-
po, es de 259, que da un exceso para éstos de 18 años.
Por supuesto no debe haber diferencia ninguna, por-
que se trata del mismo tiempo. Tenemos, pues, que
igualarlos sea por medio de añadir supuestos interreg-
nos en Israel, donde faltan años ; o sea por restar su-
puestas co-regencias en Judá, donde sobran. Parece
que la Biblia da poco lugar para interregnos, al paso
que deja algunos lugares donde podían caber co-re-
gencias. Por esta razón estamos dispuestos a admitir
algunas co-regencias en Judá.
Reinado de Joás en Judá.
Preg. 4. Expliqúese la sucesión de Joás al trono
de Judá. 2 Rey. 11:1-16. 2 Crón. 22:9-23:15.
Cuando Atalía destruyó a los hijos de Ocozías, rey
EL REINO DIVIDIDO
13
de Judá, Josaba, hermana del rey y esposa de Joiada,
sumo sacerdote, tomó a Joás, el recién nacido hijo del
rey Ocozías, y le ocultó juntamente con su ama en
una cámara en el Templo, lugar poco frecuentado por
Atalía. Al tener seis años Joás, Joiada hizo combi-
nación con los levitas que custodiaban el Templo.
Retuvo la guardia saliente del sábado y uniéndola con
la entrante, las armó con las picas y los escudos de-
jados por David, y que estaban conservados en el
Templo, y luego sacó al niño Joás ante la Asamblea.
El sumo sacerdote Joiada y sus hijos le coronaron,
le pusieron un ejemplar de la Ley en las manos y lue-
go le proclamaron rey. Al oír los vítores, Atalía
entró y fué matada. Aunque había muchos partida-
rios de Atalía entre la nobleza, no hicieron tentativas
contra Joiada y el niño rey, y así el trono volvió a
la familia de David, y el gobierno a la religión de
Jehová.
Preg. 5. ¿Qué se hizo para restablecer el culto
de Jehová en Judá? 2 Rey. 11:17-20. 2 Crón.
23:16-21.
Antes de coronar al rey, Joiada había nombrado
oficiales para el servicio del Templo y había ordenado
a la vez todo lo concerniente al culto de Jehová con-
forme a la Ley, y sólo aguardaba esta ocasión para
inaugurar de nuevo dicho culto. Parece que en el
mismo día de la coronación, el sumo sacerdote puso
una copia de la Ley en la mano del rey, y representan-
do a Jehová, hizo un pacto entre él y el rey con el
pueblo, renovando sus votos de lealtad y obediencia
a Jehová. Según 2 Crón. 23 :20, consiguió la asisten-
cia aun de los nobles y de los que gobernaban al
pueblo cuando llevó al rey desde el Templo hasta el
palacio, y le asentó en el trono. Estos nobles no
manifestaron ningún entusiasmo, pero se nos dice
que "todo el pueblo de la tierra" (2 Rey. 11:18) se
marchó al templo de Baal, mató a Matán, sacerdote
de ese culto pagano, delante del altar, y destruyeron
la casa con sus altares y las imágenes. No se sabe
cuánto tiempo había existido aquel templo de Baal
en Jerusalén, ni quién lo edificó, pero su presencia
allí indicaba mucho atraso en la religión de la corte,
y quizá, también de parte del pueblo. Aquí vemos el
14
HISTORIA SAGRADA
efecto fatal del ejemplo de Salomón (1 Rey. 11:6-8,
*Í3) quien dejó que las mujeres del palacio tuviesen
y practicasen diferente religión de la de los hombres.
Preg. 6. ¿Qué se nota respecto del Templo de
Jehová? 2 Rey. 12:3-5, 2 Crón. 24:4, 5 y 7.
Ya que el templo de Baal fué destruido con todos
sus edificios, se vió que los malvados hijos de la
infame Atalía habían despojado al templo de Jehová
de sus útiles y adornos, y causado grandes daños en
el mismo edificio, la capital del rey quedó destituido
de su principal ornato ,y el joven Joás, por indife-
rente que estuviera respecto de asuntos religiosos,
no estaría contento al contemplar la destrucción de la
magnificencia de la casa de Jehová. Ordenó, pues,
que los sacerdotes y levitas emprendiesen la restau-
ración del Templo al estado anterior. Para esto les
mandó emplear el dinero recibido para las redencio-
nes, que fueron impuestas por la ley de Moisés Lev.
27:2; y además, ordenó que cada uno solicitase ofren-
das voluntarias de sus amigos para tener fondos con
que comprar los materiales necesarios ; y entonces,
según parece, mandó que ellos mismos hiciesen los
trabajos de la compostura. Este método de hacerse
de recursos no dió resultado porque no alcanzó a todo
el pueblo, fué oneroso para los sacerdotes, y sin duda
no se recomendó a nadie por otros motivos. La em-
presa fracasó, y el Templo y el culuto celebrado en
él quedaron en la misma condición vergonzosa.
Preg. 7. ¿Cuál era el estado espiritual del rei-
no de Judá? 2 Rey. 12:3.
El celo del pueblo se entibió viendo la indiferen-
cia de los príncipes, la dilapidación del Templo y la
inercia de los sacerdotes; y perdió, hasta cierto punto,
el sentimiento del carácter sagrado del Templo y del
culto que Dios les había mandado celebrar en él. Los
altos, es decir, los santuarios paganos en las colinas
no se quitaron, y la gente sacrificaba y quemaba per-
fumes en ellos, tal vez en alabanza de Jehová en algu-
nas ocasiones, y sin duda en honor de los ídolos o
baales, en otras. Joiada ya era hombre de edad avan-
zada y las riendas del gobierno caían de sus manos
porque en ellas no había energía ni fuerzas. El rey
Joás era hombre de poco carácter, o de ninguno, ce-
EL REINO DIVIDIDO
IB
diendo siempre a las influencias mundanas, arrastrado
por la corriente general. La religión del pueblo esta-
ba en decadencia.
Preg. 8. ¿Qué sucedió en el año vigésimo ter-
cero del reinado de Joás rey de Judá? 2 Rey.
10:32-35, 13:1. 12:6-16, 2 Crón. 24:6-14.
Nuestro Dios no tiene espíritu arrebatado, ni es
precipitado en sus modos de obrar . Cuando no se
quedaron más de 7,000 que le eran fieles en Israel
ordenó que el país fuese limpiado de los idólatras.
Una parte de ellos era quitada por Jehú, y otra por
Hazael. 1 Rey .19:15-18. Estos dos fueron ungidos
por los profetas para ejecutar esta sentencia. Ya he-
mos contemplado en el primer tomo, lo que Jehú
cumplió, pero después, tanto él como el pueblo de
Israel seguían el mal camino de Jeroboám. Entonces
Hazael dió principio a la segunda parte del castigo
de los idólatras, y se nos dice de la última parte de
la vida de Jehú, que "en aquellos días comenzó Jeho-
vá a talar en Israel ; e hiriólos Hazael en todos los
términos de Israel desde el Jordán al nacimiento del
sol. toda la tierra de Galaad, de Gad, de Rubén y de
Manasés, desde Aroer. que está iunto al arroyo de
Arnón a Galaad y a Basán." i Qué de hogueras no
habría en toda aquella tierra al oriente del Tordán !
Desde lerusalén v los altos de Judá se podía ver la
humareda que colgaba como una capa negra, un ceño
del cielo airado, sobre la región hacia el este. Uno
que otro escaoado venía huyendo de los destrozos de
la fuerra. refiriendo los horrores cometidos por Ha-
zael. Este estado de las cosas continuaba ñor años
durante el reinado de Jehú v de Joacaz su hiio. Gra-
dualmente Hazael v su hiio Benadad penetraban el
lado occidental del Jordán (2 Rey. 13:3, 22) hasta oue
el rey de Israel se vió reducido a 50 de Caballería,
diez carros de g-uerra y diez mil infantes, porque *1
rev de Siria "los había puesto como el polvo cuando
se trilla." 13:7. Pues, ,;aué efecto produjo todo esto
en el inerte Joás que veía y olía ese humo y hasta
sentía el calor de la quemazón de Galaad. v casi
oía los gritos de las desgraciadas víctimas de la gue-
rra delante de sus puertas? Todo el mundo sabía
que aquello fué ordenado por Dios a causa de la
16
HISTORIA SAGRADA
apostasía de Israel, sabiéndose que Judá estaba en
un estado casi igual. Al fin, despierta este indolente
rey, y en su 23o. año manda a Joiada y a los sacerdo-
tes que empleasen un método popular y eficaz para la
compostura dr1 Templo de Jehová, dando oportunidad
a todo el pueoio de contribuir para la obra, y hacien-
do que esta obra se hiciese por hombres fieles y há-
biles, y bien pronto se vió el Temple de Dios com-
puesto, y después surtido de los vasos y útiles que
le habían sido robados. Hubo una pequeña ola de
avivamiento religioso. Algunas veces svicede, aun-
que pocas, que sólo nos fijamos cuando se hace la
voluntad de Dios en el campo del vecino, por temor
de que se haga en el propio.
Preg. 9. Refiérase la muerte de Joiada. 2 Crón.
24:15-16.
Pocos años después de la reparación del Templo,
Joiada, el venerable sumo sacerdote falleció, habien-
do tenido una vida larguísima de 130 años. Había
sido una de las figuras más notables de esta historia
y en tal virtud, el pueblo le concedió una sepultura
real, honor que negaron al mismo rey Joás.
Preg. 10. ¿Cuál fué la conducta de Joás de
Judá? 2 Crón. 24:2, 14. 17-19, 2 Rey 12:2.
Joás, siendo pusilánime, era gobernado por Joiada
solamente mientras éste vivía, y se nos da a entender
que éste tuvo que instruirle continuamente. Buscó
para él mujeres propias para el puesto, y logró esta-
blecer el culto de Jehová y se dice que aun en aque-
llos días de decadencia sacrificaban holocaustos con-
tinuamente en la casa de Jehová . Pero luego que mu-
rió, los príncipes se acercaron a Joás con halagos, y
él, cediendo a sus instancias, abandonó el culto a Je-
hová y se entregó al de Astarte y al servicio de los
ídolos. No faltaron profetas que tratasen de hacer-
le desistir de esta iniquidad, pero ni él ni los prínci-
pes atendieron a ellos.
Preg. 11. Refiérase la muerte de Zacarías. 2
Crón. 24:20-22.
La criminalidad de Joás llegó a su colmo cuando
ordenó el asesinato de Zacarías, quien, según enten-
demos, era nieto de Joiada, e hijo de Baraquías. Mat.
23:35. Aquí se llama "hijo de Joiada" palabra que
EL REINO DIVIDIDO
17
se usa también para nieto, o descendiente aun más
remoto. El Espíritu del Señor le sobrevino a Zaca-
rías, y se levantó delante del pueblo y le dijo: "¿Por
qué quebrantáis los mandamientos de Jehová? No
podéis prosperar; pues, por haber aisar^onado a Je-
hová, El también os dejará." El rey y ti pueblo se
llenaron de ira, y por mandato del rey lapidaron al
profeta Zacarías.en el atrio de la casa de Jehová. Al
espirar, les dijo: "Jehová lo vea, y lo requiera."
Así le dieron al profeta Zacarías la muerte que fué
ordenada en la Ley de Dios como suplicio del idóla-
tra y blasfemo (Lev. 20:2, 24:23) cuando ellos eran
los culpables y él el inocente.
Nuestro Señor llama especial atención a esta injus-
ticia y declaró que los que le crucificaron a él parti-
ciparían de la misma. Los judíos en sus dos talmudes
y en obras exegéticas conservan una apreciación de la
magnitud de este pecado. Lo califican de séptuplo,
pues, lo. fué asesinato de uno que era sacerdote, 2o..
y profeta, 3o., y juez, 4o., se derramó sangre inocente.
5o., en el gran día de Expiación, 6o., en el sábado, y
7o. en el atrio del Templo.
Preg. 12. ¿Qué sucedió en seguida? 2 Rey.
12:17-18. 2 Crón. 24: 23-24.
Al fin del mismo año Hazael, rey de Siria, hizo
una campaña contra Gat, y la tomó, y se aventuró a
subir a Jerusalén para atacarla con un ejército muy
pequeño. Se había reunido contra él una hueste muy
grande, y se libró una terrible batalla, en la cual
Hazael venció a Judá y destruyó a todos los príncipes
del pueblo. A fin de que no destruyera a Jerusalén,
Joás despojó el Templo de Jehová de las cosas de-
dicadas a Dios por él, por su padre Ocozías y aun
por Joram y Josafat, y de todo el oro que había en
los tesoros del Templo, y entregando todo a Hazael
en rescate de la ciudad, el sirio se apartó de ella.
Preg. 13. ¿Cuál fué el fin de Joás de Judá? 2
Rey. 12:19-20. 2 Crón. 24:25-27.
Los sirios dejaron a Joás afligido de graves enfer-
medades. Se puede suponer que él tal vez se queda-
ría en esta condición por unos dos o tres años, duran-
te los cuales su hijo Amasias estaría asociado con él
en el reino. Todo el pueblo sabía que aquella cala-
18
HISTORIA SAGRADA
midad le había sobrevenido a causa de la apostacía
de Joás y el asesinato de Zacarías, y esto sin duda,
producía una fuerte impresión en la nación, combinado
con el castigo que estaba recibiendo la casa de Israel
en este mismo tiempo. Ya que los príncipes paganos
habían sido exterminados por Dios mediante la espa-
da de Hazael, Joás vino a ser objeto de aborrecimien-
to, y dos de sus siervos le asesinaron. No se permi-
tió que fuese sepultado en las tumbas de los reyes,
sino en la ciudad de David, que es la elevación al
sudoeste del Templo. Amasias duró en el trono de
Judá 29 años.
El Profeta Joel.
Preg. 14. ¿Cuándo ejercía Joel su oficio pro-
fetice? Joel 1:1-3:21.
Compulsando la historia de Judá y las profecías
de Amos, Abdías y Oseas y comparando su contenido
con la profecía de Joel, quedamos convencidos de
que la fecha en que éste escribió su profecía corres-
ponde con la toma de Gat por Hazael (Preg. 12) y
los terribles acontecimientos siguientes. 2 Rey. 12:17.
Preg. 15. ¿Cuál es el contenido del libro de
Joel?
I. Llama la atención de cada clase de los habitan-
tes a las calamidades que han venido sobre el pueblo,
lo., Una plaga de langostas y otros insectos seme-
jantes. 2o., Una sequía abrasadora. 3o., Una inva-
sión de enemigos, especialmente de uno del norte,
o sea del Aquilonal. Combinadas estas causas, pro-
dujeron la mayor calamidad en Judá desde la muerte
de Saúl hasta los días de Ezequías, cerca de 371 años.
Joel describe los efectos en los árboles, la higuera,
el olivo, el manzano, la vid; en los granos y en las
hierbas, y en todo, y cómo afectaba a los hombres
y a las mujeres en las bodas, en las fiestas y en los
sacrificios; y aun hasta a los animales.
II. Convocó a todos a un acto solemne para humi-
llarse, ayunar y orar, porque la causa de todo el mal
era el pecado del pueblo.
III. Después de haberse humillado así el pueblo,
Joel le da consolación, y predice bendiciones para un
futuro próximo, y aun para un tiempo remoto. Anun-
cia el descenso del Espíritu Santo y la salvación
EL REINO DIVIDIDO
19
para los que invocan al Señor; describe los desma-
nes y crímenes de los enemigos de Judá que serán
castigados, y por primera vez predice y califica de
terrible EL DIA DE JEHOVA. 1:11.
Preg. 16. ¿Cuáles son las ofensas de los ene-
migos que describe? Joel 2:2-19.
Los enemigos mencionados son: El del NORTE,
que entendemos serían Siria y Asiría; nombra también
a Egipto, Edom, Tiro y Sidón. Estos esparcieron a
los de Judá entre las naciones como esclavos, y "par-
tieron la tierra de Palestina; echando suertes sobre el
pueblo, dieron a los niños en esclavitud por una ra-
mera, y a las niñas por vino para beber." En particu-
lar, Tiro y Sidón se llevaron la plata, el oro y los
objetos preciosos del Templo y los pusieron en los
templos de ellos; y además, para alejar al pueblo ju-
dío de su tierra compraban los cautivos de los hijos de
Judá y los vendieron a los lejanos griegos. En este
tráfico de cautivos y esclavos los fenicios excedían
a los otros porque tenían la facilidad de la navega-
ción en el Mediterráneo para poderlos vender a buen
precio, pero los idumeos y egipcios no eran más mi-
sericordiosos que ellos en este tráfico. Los ejércitos
siempre tuvieron una horda de traficantes en escla-
vos que los seguían. Los de Edom "derramaron en
su tierra la sangre inocente"; esto se explica más en la
profecía de Abdías que fué dada unos diez años des-
pués. Véanse preguntas 32 y 33.
Un Siglo de los Jehús en Israel.
Retrocedamos para considerar la dinastía de Je-
hú en Israel. Esta duró en poder cerca de cien años.
Su vigor desplegado en destruir la casa de Acab y la
religión de Baal y Astarte, que éste había introdu-
cido, fué abonado en su favor. Para esta obra había
sido llamado por Dios (2 Rey. 9: 6-10) en cumpli-
miento de la profecía de Elias (1 Rey. 21: 19-24), la
cual fué proclamada en oídos del mismo Jehú (2 Rey.
9: 25-26). Acabada la obra el Señor le dijo: "Por
cuanto has hecho bien ejecutando lo que es recto de-
lante de mis ojos, e hiciste a la casa de Acab conforme
a todo lo que estaba en mi corazón, tus hijos se sen-
tarán sobre el trono de Israel hasta la cuarta gene-
ración." 2 Rey. 10:30.
20
HISTORIA SAGRADA
Preg. 17. ¿Quiénes fueron los cuatro descen-
dientes de Jehú que formaron su dinastía en
Israel?
Jehú reinó 28 años, y le sucedió su hijo Joacaz,
que ocupó el trono 17 años. Después siguió el hijo
de éste, Joás de Israel, que reinó 16 años, sucediéndole
Jeroboam II, que reinó 41 años, y cuyo hijo Zacarías
sólo duró en el trono seis meses. Con excepción del
último, todos murieron en paz; pero durante el últi-
mo año de Jeroboam II había cuatro reyes en el trono
de Israel, a saber: Jeroboam II, Zacarías su hijo, que
duró por seis meses, Salum por un mes y después
Menahem.
Preg. 18. ¿Cuál fué el carácter general de la
diastía de Jehú?
Todos estos cinco reyes eran soldados, y sus pa-
lacios siempre olían a campos militares. Desde el
principio recaían en el culto de los becerros en Betel
y en la forma de religión establecida por Jeroboam
I ; y continuaron así hasta el fin. Como esto era pro-
hibido por Jehová, poco importaba que pretendiesen
que este culto fuera atribuido a El bajo esa forma, y
necesariamente el pueblo partiendo de este punto de
desobediencia, se iba apartando más y más, y al fin
se volvió a introducir el culto a Baal y Astarte que
fué destruido por Jehú. Esto dió por efecto un re-
sultado sorprendente.
Preg. 19. ¿Qué resultó de esta conducta de
Jehú y sus hijos?
Nos acordamos de que Josué, después de haber des-
truido las naciones de la Palestina, quedó grabado en
la memoria de los israelitas como uno de los princi-
pales héroes sagrados. Igual renombre y bendición
aguardaba a Jehú por haber destruido a la casa de
Acab y a Baal en Israel. Parecía que al principio Jehú
obtendría las mismas bendiciones e igual renombría,
pero ¿qué significa la nota tan discordante que suena
en la profecía de Oseas en los días de Jeroboam II?
Dijo el profeta: "He aquí, a poco yo visitaré las
sangres de Jezreel sobre la casa de Jehú, y haré cesar
el reino de la casa de Israel." Os. 1:4. ¿Es posible
que Dios sea capaz de dar alabanzas y premios por
una obra, y después, dar maldición y castigo por la
EL REINO DIVIDIDO
21
misma? Pues, se supone por todos que el profeta hace
referencia a la obra de Jehú contra la casa de Acab
en Jezreel. 2 Rey. caps. 9 y 10, 2 Crón. 22: 7-9. A
primera vista, parece que aquello es lo que sucede
aquí; pero el caso se explica de otra manera. Jehú
pretendió hacer aquella matanza por el gran celo que
tenía por Jehová. 2 Rey. 10:16. Se demostró después
que la destrucción de tantas vidas que hizo Jehú no
fué motivada por el celo que tenía por Jehová, sino
por su propia conveniencia. Si hubiera dado muerte
como verdugo a todos aquellos pecadores cumpliendo
el deber de ejecutar la sentencia dada por la autoridad
suprema, ninguna culpa habría tenido; pero como lo
hizo por motivos egoístas, estas muertes le son atri-
buidas como asesinatos, y le atrajeron castigo sobre
él y su casa. La promesa dada en favor de su dinastía
no se anuló; pero la espada de justicia se desenvainó
sobre su cabeza. Jehú fué llamado para restablecer el
culto de Jehová, y faltó a este deber. El escritor sa-
grado da el resumen del reinado de él y de cada uno
de su dinastía repitiendo el triste estribillo : "Hizo lo
malo en ojos de Jehová y siguió los pecados de Jero-
boam hijo de Nebat, el que hizo pecar a Israel, y no se
apartó de ellos."
Preg. 20. ¿Qué más dice la Biblia de Jehú?
Con excepción de lo que ya hemos consignado en
Preg. 8, la Biblia no dice más de él en su largo rei-
nado de 28 años. Hazael destrozaba su tierra y al fin
Jehú murió. Aunque entró como león, salió como cor-
dero; subió al trono entre soplos estrepitosos de trom-
peta, con brío y arrojo, pero al fin bajó en silencio al
sepulcro.
Preg. 21. ¿Qué más se sabe de Jehú?
Aunque la Biblia calla su vergonzoso fin, no así la
historia profana conservada en los monumentos. Esta
nos informa que los jefes de los inmensos imperios
al oriente del Eufrates en este tiempo renovaban sus
campañas contra los reyezuelos de los países diminu-
tos en las costas del mar Mediterráneo. Véase Preg.
483 del tomo I de esta obra donde se explican las
guerras de Siria, Asiria y otros países contra Israel.
Salmanaser II, rey de Asiria en este tiempo, hizo
algunas expediciones contra estos países cerca del
HISTORIA SAGRADA
Mediterráneo y grabó en su obelisco negro, entre otras
cosas, la siguiente inscripción, acompañándola con las
figuras de 21 personas llevando ofrendas, que ocupa-
ban cuatro cuadros en el obelisco: "El tributo de
Jehú, hijo (o sucesor) de Omri, plata, oro, vasijas
de oro, copas de oro, jofainas de oro, plomo, un cetro
real, bastones, recibí." Según 2 Rey. 13: 1, Joacaz,
hijo de Jehú empezó a reinar el 23o. año de Joas,- y
como los años de Joas se cuentan desde su nacimiento
y no desde su coronación por haber sido Atalía usur-
padora, el año 23 de Joas sería también el 23 de Jehú.
Seguramente Jehú asoció consigo a Joacaz su hijo en
el reino unos cinco años antes de morir. Así sucumbió
y fracasó Jehú.
Preg. 22. ¿Qué se dice del reinado de Joacás?
2 Rey. 1:35, 13:1-9.
Fué la continuación de la mala carrera de Jehú ;
porque Hazael siguió oprimiéndole hasta que fué re-
ducido al estado deplorable referido en Preg. 8 En-
tonces Joacaz se humilló e hizo oración a Jehová. No
se da cuenta alguna de su arrepentimiento, pero el
Señor se compadeció del pueblo, mas no dió alivio
en los días de Joacaz, pero oyó la oración, y levantó
a un salvador. Se ha discutido mucho sobre quién
pudiera ser dicho salvador. Algunos creen que fué
Joas de Israel, hijo de Joacaz, o Jeroboam II; otros,
que fué el rey de Asiría. Véase Preg. 45 y 2 Rey. 14:25.
La clemencia de Dios es admirable, y está dispuesto
siempre a oír la oración.
Preg. 23. ¿Qué se dice del reinado de Joas de
Israel? 2 Rey. 13:10-11.
No se diferenció del de sus antecesores. Al prin-
cipio el estado del país era lamentable. Joas mostró
más talento militar que su padre, pero puede ser que
el cambio se debe en parte a cosas exteriores al reino.
Al ascender al trono heredó un país abatido y la ora-
ción de su padre.
Preg. 24. Refiérase la entrevista de Joas de
Israel con el profeta Eliseo en el lecho de la muer-
te 2 Rey. 13:14-19.
Abatido y solícito el rey Joas de Israel acudió al
venerable profeta Eliseo. Viendo que estaba para
acabar, gritó: "¡Padre mío, Padre mío, Carro de Is-
EL REINO DIVIDIDO
rael y su gente de a caballo I" El moribundo profeta
se esforzó, y le ordenó al rey que tomase arco y saetas,
y poniendo encima sus manos, le mandó tirar la
saeta de salud de Jehová contra los sirios, y le pro-
metió una victoria contra ellos en Afee. Añadió otra
señal, la de herir la tierra con saetas. La poca fe del
rey provocó al profeta, pues aquél sólo dió tres golpes
con la saeta, y le concedió solamente tres victorias.
Preg. 25. Refiérase la muerte del PROFETA
ELISEO, y la confirmación de su profecía. 2 Rey.
13:20-21.
Acabándose de dar la última profecía, se acabó tam-
bién la vida del profeta Elíseo, pero no fué llevado al
cielo como lo fué Elias; aunque no quedó su obra sin
confirmación. Cuando algunos israelitas sepultaban a
un muerto vieron a una partida de moabitas merodea-
dores. Aquellos, en su prisa, depositaron el cadáver
en el sepulcro de Elíseo, y al tocar en los huesos del
profeta ,al instante revivió.
Elias fué el profeta de la tempestad, del fuego y
del silbo apacible. Elias ordenó la unción de Jehú y
de Hazael para su obra de castigo, más Elíseo, con su
espíritu de mansedumbre hacía obras de beneficencia
entre el pueblo. Vamos a ver que IsraeT se había he-
cho tan obstinado en su maldad que ni con castigos,
ni con bendiciones y prosperidades pudo ser corre-
gido. Estaba entregado a sus ídolos.
Preg. 26. ¿Cómo obró el gobierno providencial
de Dios en los grandes reinos de la tierra para diri-
gir los resultados en Israel?
La Biblia sólo nos da el tratamiento de Israel y de
Judá dentro de los horizontes de la Palestina. Esto
era todo lo que ha sido necesario para el conocimiento
del pueblo de Dios, y para enseñarle las grandes lec-
ciones respecto de los juicios de Dios en su pueblo
antiguo. Ha placido a Dios permitirnos saber; por
medio de los monumentos antiguos desenterrados, al-
go más de sus modos para mover los resortes y usar
de los medios provistos por su misma Providencia en
las otras naciones. En preg. 21 hemos visto que Jehú
pagó un rico tributo a Salmanaser I. Después de ese
tiempo, dicho rey asirio se ocupaba en asuntos del
oriente, dejando a Damasco crecer en poder con el
14
HISTORIA SAGRADA
cual afligió a Israel más y más. Pero en el año 304
A. C, cerca del tiempo en que tanto Joas de Israel
como Amasias de Judá empezaran a reinar, el rey de
Asiria Rámmán-nirari comenzó una serie de campa-
ñas en estas tierras del occidente que duraron unos
siete años, las cuales dieron fin a las conquistas de
Benadad, el sirio, en Israel, y dió respiro a Israel y a
Judá. Estos dos países se recobraron con una prisa
maravillosa. El rey de Asiria describió la conquista
de Damasco de la siguiente manera:
"Sujeté a todos los países a mi yugo e impuse tri-
buto sobre ellos desde más allá del Eufrates hasta la
tierra de los héteos, a saber: sobre toda la extensión
del occidente, Tiro, Sidón, la tierra de Omri, la de
Edom, y la de Filistia hasta el gran mar de la puesta
del sol. (El Mediterráneo). Me marché contra la tie-
rra de Damasco y encerré a Mari, rey del país de
Damasco en su capital. El temor del brillo de Assur,
su señor, le anonadó, abrazó mis pies y se hizo siervo
mío. Recibí 2,300 talentos de plata, 20 de oro, 3,000
de cobre, 5,000 de hierro, ropa variada y de lino, un
lecho de marfil, un trono incrustado de marfil, sus
bienes y riquezas fuera de todo cálculo, en el palacio
de su ciudad real Damasco."
Según esto, todas las riquezas de Judá que se ha-
bían recogido después del tiempo de Roboam, (pues,
lo de antes — de Salomón y de David — fué llevado a
Egipto por Sisac. 2 Crón. 12:9.) juntamente con todo
lo que se había reunido en Israel por sus reyes, y que
estaba amontonado en Damasco por Hazael y Bena-
dad, fueron a dar a Nínive.
Preg. 27. ¿De qué manera se cumplió la profe-
cía de Elíseo? 2 Rey. 13:23-25.
Joas de Israel recobró fuerzas con sorprendente
prontitud. Venció a Benadad, rey de Damasco, en
tres batallas, y recobró las ciudades de Israel que
aquél le había quitado.
Preg. 28. ¿Qué se dice de Amasias de Judá, y
qué hacía en este mismo tiempo? 2 Rey. 14:3-6.
2 Crón. 25:2-4.
Por los terribles escarmientos que Judá e Israel ha-
bían experimentado (Preguntas 8 y 12) se produjo un
efecto moral en el pueblo, pero más en Judá que en
ÉL REINO DIVIDIDO
Israel. Amasias trató de servir a Dios. No era modelo
de piedad como lo fué David, porque dejó a los altos,
y el pueblo se entregó a ese culto ilegal. Se dice que
era del tipo de su padre Joas de Judá., Ya que la mano
pesada de Benadad el sirio le fué quitada, Judá pro-
gresó también a pasos admirables.
Preg. 29. ¿Qué expedición hizo Amasias con-
tra Edom? 2 Crón. 25:5-10, 13.
Organizó un ejército de 300,000 soldados que lle-
vaban lanza y escudo, y se propuso hacer una expe-
dición contra Edom. Para mayor seguridad, con cien
talentos de pJata enganchó a 100,000 soldados de Is-
rael que le ayudasen. Un profeta le amonestó que
estos soldados de Israel le causarían más perjuicio
que provecho, y le mandó que los hiciese volver a su
tierra con todo y la plata. Dios no podía favorecer
esos idólatras, pues, su bendición sólo vendría sobre
sus fieles. Se fueron los israelitas muy disgustados, y
al regresar a su tierra asaltaron a las ciudades entre
Bet-horón y Samaría y mataron a tres mil judíos lle-
vándose mucho botín.
Preg. 30. ¿Qué sucedió en la invasión de Edom
por Amasias? 2 Rey. 14:7; 2 Crón. 25:11-12.
En el valle de Sal Amasias mató a diez mil idumeos,
y a otros diez mil los llevó a la cima de la peña Sela
y los despeñó.
Preg. 31. ¿Por qué se cree que LA PROFECIA
DE ABDIAS fué dada en este tiempo?
Un examen detenido de las profecías de Joel, Ab-
días y Amos, notando las alusiones históricas, su es-
tilo, y que Abdías es anterior a Jeremías (cotejando
Jer. 49:7-16 con Ab. 1-8) para nosotros fija la fecha
de Abdías en el tiempo de la invasión de Edom por
Amasias, 2 Rey. 14:7, y antes de la derrota de éste
por Joás de Israel. 2 Rey. 14:10.
Preg. 32. ¿De qué crímenes acusó Abdías a
Edom?
De altivez y soberbia insoportable; de haberse re-
gocijado en la calamidad de Jerusalén en el día de su
desgracia, de crueldad con su hermano Jacob, y de
haberse echado sobre los despojos, acechando a los
prófugos para matarlos o entregarlos a sus enemigos
para ser vendidos como esclavos.
28
HISTORIA SAGRADA
Preg. 33. ¿Qué castigo le será dado a Edom
por estas cosas, según Abdías? Abd. 4-10, 15-21.
Edom sería humillada cuando venga EL DIA DE
JEHOVA profetizado por Joel unos diez años antes
de esto; Edom será talado para siempre, v. 10: "Como
hizo Edom, así le será hecho," y será consumido como
el fuego quema la estopa. 18. No le quedará reliquia;
pero Jacob será bendecido.
Preg. 34. ¿De qué insensatez fué culpable
Amasias cuando venció a Edom? 2 Crón. 25:14-
16.
La historia de su locura es breve. Al regresar Ama-
sias de la matanza de los idumeos, trajo consigo los
dioses de los hijos de Seir, y púsolos por dioses suyos,
adorándolos y quemándoles incienso; por tanto se en-
cendió la ira de Jehová contra Amasias y le envió un
profeta (que podría haber sido Joel, Abdías, Amos,
o quizás Oseas u otro) quien le dijo: "¿Por qué has
buscado los dioses de gente que no libraron a su pue-
blo de tu mano?" Hablando el profeta estas cosas,
Amasias le respondió: "¿Hante puesto a ti por con-
sejero del rey? Desiste ¿Por qué quieres que te ma-
ten?" Desistió, pues, el profeta, más dijo: "Yo sé que
Dios ha determinado a destruirte porque has hecho
esto, y no escuchaste mi consejo." Con razón se dijo
que Amasias era del tipo de su padre Joás de Judá,
que mató a Zacarías.
Preg. 35. ¿ Qué castigo fué dado a Amasias por
estas ofensas? 2 Rey. 14:8-14; 2 Crón. 26:17-24.
La vanidad que se apoderó de Amasias a causa de
la victoria sobre Edóm, y la ceguedad que le indujo
a dejar a Dios, no dejó de obrar su ruina muy en
breve. Los daños hechos por la soldadezca de Israel
cuando volvió a su tierra no habrían pasado desaper-
cibidos de Amasias en este tiempo, pues se dice que
"tomó consejo," pero no del profeta, sino de los insen-
satos, retando a Joás para dar una prueba de sus fuer-
zas. Este se burlaba de la idea naciendo uso de la
parábola del cedro del Líbano y el cardillo. Amasias
se puso obstinado desoyendo las buenas razones de
Joás, y fué con su ejército a Betsemes, donde fué de-
rrotado y llevado cautivo a Jerusalén. Joás derribó
gran trecho del muro de la ciudad que se hallaba hacia
EL REINO DIVIDIDO
Israel y se llevó todas las riquezas que se pudieran
hallar, volviéndose con gran número de rehenes de
los hijos de la casa real y de la nobleza. Parece que
resultó de este descalabro, que el pueblo tomó a
UZIAS o AZARIAS, hijo de Amazias, y le hizo rey,
aunque era muy joven. Amasias sobrevivió a Joás de
Israel 15 años, pero en desgracia, y al fin se hizo una
conspiración contra él, y huyó a Laquis ; pero le si-
guieron hasta allí y le mataron, y su cadáver fué traí-
do sobre caballos a Jerusalén.
Preg. 36. ¿Quién siguió a Joas en Israel? 2
Rey. 13:12-13. 14:13-16, 23.
Jeroboam II su hijo, y bisnieto de Jehú, ascendió
al trono de Israel y reinó 41 años.
El Profeta Amos
Preg. 37. ¿Qué se dice de Amos, y cuándo pro-
fetizaba? Am. 1:1. 7:10-11.
La declaración del primer versículo de la profecía
es que funcionaba Amos en los reinados de Üzías de
Judá y Jeroboam II de Israel. Con esto corresponde
el resultado del estudio comparativo que coloca a Joel
y a Abdías en los lugares ya indicados (Preg. 14 y 31)
en esta historia, y con el incidente que se menciona
en 7:10-13. El dijo que era boyero y cogedor de ca-
brahigos. Vivía en Tecoa de Judá; por esto algunos
han creído que era rústico y sin educación, calificando
su estilo de rudo e inculto, pero una mejor aprecia-
ción de su libro reconoce que él es sumamente ar-
tístico y sublime.
Preg. 38. ¿ Cuál es el contenido de la profecía
de Amos?
Es una fuerte, pero justa reprensión y amonesta-
ción dirigida contra Israel por un judío. I. Anuncia
su tema en 1 :2. Es un soplido de trompeta (llamado
"rugido") desde el trono de Jehová en Jerusalén, el
cual revela que él ha de castigar a todos en Israel
desde el humilde pastor hasta los altos de Carmelo.
II. En seguida, caps. 1 y 2 representan la ira divina
como una tempestad tronadora que progresa en un
circuito por las naciones vecinas de Israel, que au-
menta su fuerza a medida que avanza de pueblo en
pueblo, hasta que al fin llega al más criminal de todos
28
HISTORIA SAGRADA
y descarga en él su furia acumulada. Este huracán o
torbellino justiciero marcha con alarmante faz y te-
rrible ejecución desde Damasco a los filisteos, luego
en orden a Tiro, Edom, Amón, Moab, a Judá, y enton-
ces con reconcentrada furia desciende sobre Israel
como el peor pueblo de todos y el verdadero objeto
de la ira divina. En cada una de estas etapas de su
marcha hasta llegar a su objeto final, dijo el profeta:
"Por tres pecados de ésta, y por el cuarto, no apar-
taré el castigo de él. III. Am. 3:1-9:10. Este es el
cuerpo de la profecía y sigue adelante con los cargos
denunciados contra Israel delante de los demás pue-
blos. IV. Am. 9:11-15. Las promesas dadas al pue-
blo de Dios.
La condenación de Israel se presenta, ora en forma
literal, ora en figuras simbólicas.
Preg. 39. ¿De qué maldades acusa Amos a las
naciones gentílicas que rodeaban la tierra santa?
En la parte II, caps. 1 y 2, en la sublime progre-
sión de la tempestad de castigos ,hace los siguientes
cargos contra las naciones vecinas:
lo. 1 :3-5. Damasco, bajo Hazael y su hijo Benadad
había trillado a los de Galaad con trillos de hierro.
2o. 1 :6-8. Gaza había llevado cautivos a cuantos
pudo tomar de Judá, y los entregó a Edom.
3o. 1 :9-10. Tiro violó el pacto hecho con Judá, y
también entregó cautivos a Edom.
4o. 1:11-12. Edom, destituido de todo afecto na-
tural, y poseído de un encono insaciable, destrozaba a
los judíos, y no satisfecho con esclavizarlos, los per-
seguía con espada.
5o. 1:13-15. Amón, deseoso de extender sus tér-
minos, mostró la mayor crueldad aun a las mujeres
judías.
6o. 2:1-3. Moab cometió la atrocidad de quemar
los huesos del rey de Edom, reduciéndolos a cal.
Se entiende que en cada caso no se presenta más que
una muestra de las iniquidades que estas gentes habían
cometido, y llamamos especial atención al hecho de
que corresponden con las cosas de que Joel y Abdías
los ocusa, según hemos indicado en preguntas 18 y 32.
En esta profecía Amos declara los castigos que ven-
drán sobre dichas naciones.
EL REINO DIVIDIDO
2t
Preg. 40. ¿ De qué acusa a Judá ? Amos 2 : 4-5
AI denunciar a las naciones gentílicas se fija en los
pecados que habían cometido contra el pueblo de Je-
hová, pero acusa a Judá de haber pecado contra su
mismo Dios Jehová. Esto era más grave que lo otro;
pues los judíos rechazaron con desprecio su ley, no
guardando sus preceptos, y tanto ellos como sus pa-
dres habían apostatado de Jehová, siguiendo a dioses
falsos.
Preg. 41. ¿Cuál es el catálogo de pecados co-
metidos por Israel según Amos?
Es una lista sumamente grande y de ofensas muy
graves. Abarca sus idolatrías con los becerros en
Betel y en Dan; y además, otras en Beersaba y Gil-
gal. Incluye toda clase de abusos e injusticias he-
chas contra los pobres e infelices. Los ricos les qui-
taron sus prendas, sus tierras, la justicia por medio
de cohecho, su dinero con falsas pesas y medidas. El
incesto y adulterio eran comunes entre ellos ; los hom-
bres, y aun hasta las mujeres, se emborrachaban; és-
tas dejaron de ser respetadas y fueron llamadas va-
cas ; el robo, la violencia y los tumultos abundaban
por todos lados. Los buenos magistrados eran odia-
dos, y las gentes cantaban canciones vanas e incon-
venientes , tendidas en lechos de marfil, ungidas con
perfumes y tragando licor contenido en tazones, y
compraban a los pobres para esclavizarlos.
Preg. 42. ¿No habían recibido ya algún casti-
go o escarmiento?
Sí, muchos. El profeta les recuerda los castigos
que habían tenido, como las langostas, la sequía, el
fuego, la peste, el hambre y la espada. Ni castigos ni
favores los habían enmendado; pretendían ser reli-
giosos ; pero sus mismas ceremonias eran contra la
ley, celebrando fiestas para recrearse a sí mismos y
no para agradar a Dios.
Preg. 43. ¿Qué hay de particular en lo que
Amos predice?
Les pronostica toda clase de penas y desgracias,
pero se nota especialmente que repite con preferen-
cia la profecía de Joel respecto al DIA DE JEHOVA
(5:18-20). y que por primera vez después del profeta
Ahías 1 Rey. 14:15, véase Tomo 1, Preg. 411, declara
so
HISTORIA SAGRADA
que serán llevados cautivos o deportados al oriente
más allá de Damasco. 5 :27.
Preg. 44. ¿ Qué noticias históricas especiales se
dan en Amos? 7:10-13.
Estando Amos profetizando en Betel, Amasias, sa-
cerdote del becerro le delató ante el joven rey Jero-
boam II por conspirador contra el país, diciendo que
la tierra no podía soportar sus palabras, y mandó a
Amos que huyese a su tierra, porque Betel era el san-
tuario de Israel y también la residencia real.
Preg. 45. ¿Cuál fué el carácter de Jeroboam
II y de su reinado? 2 Rey. 13:5-6; 14:24-27.
Por lo que se dice en estos pasajes, se puede juz-
gar que "el salvador" que Dios levantó (2 Rey. 13:5)
para Israel era Jeroboam II. En cuanto a cosas ex-
teriores, hubo prosperidad en el país. Su reinado ha
sido llamado "El Veranillo de San Martín" en Israel.
Jeroboam II era victorioso en sus campañas. Pero
no se relatan sus hazañas militares, pero el resultado
de ellas fué el recobro de gran parte del territorio que
pertenecía a Israel en los días de David, hacia el nor-
te, incluyendo Hamat y Damasco; y en este tiempo
Judá bajo Uzías, recobró todo lo que se extendía
hacia el sur Esto manifiesta la obra de tierna mise-
ricordia de Dios hacia Israel, porque en lo moral y
religioso, el pueblo de las diez tribus nunca fué peor.
Jeroboam II siguió en los caminos del primer Jero-
boam. pues la abominación, llamada Asera, se quedó en
Samaría ; y no obstante el Señor concedió al pueblo
un alivio de sus terribles persecuciones, según ha-
bía prometido por la boca de su profeta Jonás : "Por
cuanto Jehová miró la muy amarga aflicción de Is-
rael, que no había . . . quien diese ayuda a Israel, y
Jehová no había determinado (aun) a raer el' nombre
de Israel de debajo del cielo; por tanto los salvó por
mano de Jeroboam II, hijo de Joás." 2 Rey. 14:25.
El Profeta Jonás
Preg. 46. /Qué se sabe del profeta Jonás?
2 Rey. 14:25. Mat. 12:29-41, 16:4, Luc. 11:29-32.
Además de lo que se dice de él en su libro, se men-
ciona también en el Antiguo y Nuevo Testamento.
Según la cita que acabamos de dar, Jonás era hijo de
Amittái (según se confirma también en Jon. 1:1.) y
EL REINO DIVIDIDO
que vivía en Gat-hefer, población de la tribu de Za-
bulón entre las diez tribus de Israel. Según parece,
Jonás vivió en la primera parte del reinado de Jero-
boam II.
Preg. 47. ¿Es histórico el libro de Jonás?
Para nosotros lo es. Hay quien diga que es ale-
goría o parábola. En la Biblia no hay indicación de
tal cosa, pues las alusiones a él por nuestro Señor
indican que es una historia verídica.
Preg. 48. ¿Qué dijo nuestro Señor de Jonás?
Mat. 12:39-41, 16:4. Luc. 11 :29-32.
En Mat. 12 tenemos la respuesta que Jesús dió a
algunos escribas y fariseos cuando pedían de él una
señal. Les dijo: "La generación malvada y adúltera
demanda señal ; pero señal no le será dada, sino la
de Jonás el profeta. Porque como estuvo Jonás en
el vientre del gran pez tres días y tres noches, así es-
tará el Hijo del Hombre tres días y tres noches en
el seno de la tierra. Los ninivitas se levantarán en el
juicio con esta generación y la condenarán; porque
ellos se arrepintieron al pregón de Jonás; y he aquí,
uno mayor que Jonás en este lugar." En substancia
se repite esto en Luc. 11. Parece que lo que se dice
en Mat. 16 pertenece a otra ocasión, pero las palabras
son casi iguales : "La generación mala y adúltera
demanda señal, pero señal no le será dada, sino la de
Jonás."
Preg. 49. ¿Qué fuerza tiene la alusión al in-
cidente del gran pez?
La expresión : "Como estuvo Jonás . . . así estará el
Hijo del Hombre, "indica un paralelo exacto. Si lo
primero fué cosa ficticia, lo segundo lo sería también.
En el Nuevo Testamento esta expresión siempre tra-
ta de cosas reales y verdaderas. Jesús pone el sello
de verdad a la parte del libro de Jonás que refiere es-
te incidente, a saber: caps 1 y 2.
Preg. 50. ¿Cuánto vale el testimonio respecto
del Cap. 3?
Presenta la misión de Jonás a Nínive como una
realidad. Si no lo fué, preguntamos, ¿qué ninivitas
se levantarán en el juicio con aquella generación de
judíos? Si en verdad no hubo ninivitas que se arre-
pintieron al oír a Jonás, no habrá tampoco los que se
HISTORIA SAGRADA
levantarán en el juicio con los judíos. Aquí no caben
explicaciones sofísticas.
Preg. 51. ¿Cuál era el motivo de la misión de
Jonás a Nínive?
El Señor trataba con Israel, un pueblo duro de
cerviz, procurando amonestarle por castigos y tratan-
do de llamarle a la Gratitud por sus favores. Quizá
habría unos individuos que atendiesen a su voz y se
arrepintiesen, pero la nación en general desoía sus
amonestaciones y desatendía las obras de su provi-
dencia. Ahora, en esta misión de Jonás, Dios deseaba
apelar al sentimiento de vergüenza en Israel. He allí
a Asiría, nación odiada, opresora y cruel, que era
enemiga encarnizada de Israel,, y por lo mismo ésta
la despreciaba, considerándola destituida de senti-
mientos nobles, y a la cual el mismo profeta Jonás
aborrecía entrañablemente y deseaba verla destruida.
Pero luego que aparece en sus calles y predica este
israelita, hijo de una insignificante nación enemiga,
he aquí, que toda la ciudad se arrepiente. ¿Cómo es,
pues, que Israel no oye a su propio profeta? Esta
profecía es un mensaje que aboga en favor de misio-
nes a todo el mundo, entre las naciones más inicuas
y hostiles. ¡ Cuán cruel debe haber sido el profeta
que ardientemente deseó la destrucción de más de
ciento veinte mil niños inocentes! 'Y, ¿no debe mo-
vernos a nosotros el clamor lastimero de incontables
masas de los paganos que perecen en su ignorancia?
Los cristianos tienen la obligación de evangelizarlos
prontamente y no consentir en su destrucción.
Preg. 52. ¿Qué se dice del reinado de Uzías?
2 Rey. 14:22, 15:2-4, 2 Crón. 26:2-15.
Empezó a reinar cuando tuvo dieciséis años, y rei-
nó 53 años, pero fué corregente con su padre Amasias
por algunos años, y tuvo que tener a su hijo Jotam
por socio durante la última parte de su vida, estando
solo en el reino cerca de 25 años.
a. Por lo que toca a la religión, Uzías era bueno
en general, no del tipo de David, sino del de Joás y
de su padre Amasias .especialmente del anterior, pues,
cumplía bien la ley del Señor entretanto que Zacarías,
cual otro Joiada, le instruía en el temor de Dios; pero
EL REINO DIVIDIDO
88
no suprimió los altares en los altos, ni el culto del
pueblo en ellos.
b. En lo militar Uzías era poderoso. Extendió la
conquista empezada por Amasias hacia el sur más
allá de Edom hasta el golfo de Acaba, el brazo orien-
tal del mar Rojo, donde estableció en Elat, cerca de
Esiongeber un emporio para el comercio maritimo.
después de la muerte de Amasias su padre. Sujetó
a los filisteos; quitó los muros de Gat, Jabneh y de
Asdod, v colonizó a Eilistia por medio de judíos que
llevó allá v los puso en ciudades que edificó para
ellos. Dios le ayudó también contra los árabes; y
los amonitas le fueron tributarios.
c. En el manejo DE LOS NEGOCIOS Uzías era
muy hábil ; tuvo mucho ganado en los despoblados
y en los llanos de Sarona. En estos lugares proveyó
torres para proteger y cisternas donde abrebasen los
animales ; empleando a los agricultores y viñeros en
las montañas y en los campos arables.
d. Para LA DEFENSA del país Uzías era pro-
veedor, animando a los inventores a preparar cata-
pultas y otras máquinas de guerra para tirar saetas y
piedras desde las torres y baluartes de Terusalén; v
para sus soldados mandó hacer escudos, lanzas, alme-
tes, coseletes, arcos y hondas.
e. Uzías era práctico en ORGANIZAR su eiército.
nombrando buenos oficiales que reunieron a 2600 sub-
ordinados inteligentes que disciplinaron a 307.500
tropas. Por estas razones la fama de Uzías cundió
por todas partes.
Preg. 53. ; Cómo se explica esta prosperidad
fenomenal en los dos países?
Tudá. baio Uzías y las diez tribus de Tsrael. bajo
reroboam TT florecieron de una manera extraordina-
ria ñor la oración de T<~>acaz y el plan disciplinario
de Dios hacia el pueblo. Por el lado humano vemos
oue por haber debilitado Dios a Damasco mediante
los estragos que en ella hizo el rev de Asiría, los dos
naises en la Palestina quedaron libres para desarro-
llarse. Véanse también las preguntas 8, 12, 45 y 51.
El Profeta Oseas
Preg. 54. ¿Qu¿ abemos del profeta OSEAS?
El primer versículo de su profecía anuncia que era
34
HISTORIA SAGRADA
hijo de Beeri, y que ejercía su ministerio en los días
de Uzías, Jotam. Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y
de Jeroboam II, hijo de Joás, rey de Israel. Por
algunas razones se cree que pertenecía a las diez tri-
bus, y que fué el último profeta que Dios envió a Is-
rael. Ciertas profecías de Isaías hacen referencia a
Efraim, como en el cap. 28; pero en general, se supone
que Isaías llamaba al pueblo de Dios que quedaba
después del cautiverio de las diez tribus de Israel
con los nombres antiguos. Jacob, e Israel ; y solamen-
te se refiere al reino de las diez tribus cuando men-
ciona Efraim o Samaria. Oseas no se menciona en
los libros de los reyes, ni en los de las Crónicas:
pero esto no nos parece extraño, porque de los cinco
profetas que se dirigen a Israel : joel, Abdías, Amós.
Jonás y Oseas, sólo Jonás se menciona en las Cró-
nicas.
Preg. 55. ¿Cuál es el carácter de la profecía
de Oseas?
Siendo el último profeta que le habló a Israel, se
espera que mostraría cierta ternura y fuerza de per-
suasión en su mensaje, y así es. Parece que el libro
consiste en muchos discursos breves agrupados en
un resumen, y tal vez su deseo de compendiarlos, ha
dado por resultado la obscuridad que se nota en sus
profecías. Presenta muchas acciones simbólicas e
ilustraciones propias para aquel entonces que no se
entienden ahora. Declara los pecados de la gente y
denuncia el castigo que le sobrevendrá. El pueblo es-
taba en paz y tranquilidad cuando principió su mi-
nisterio, pero calamidades se asomaban por todos los
horizontes, v Oseas pronosticaba muchas más.
Pre«?. 56. ¿ De qué hechos históricos hace men-
ción Oseas?
Pone el mavor ahinco en la infidelidad de Israel,
en sus idolatrías y abominaciones. La dinastía de
Jehú. que fué levantada para destruir la idolatría en
Israel, la retuvo en la forma anterior de Jeroboam I
hijo de Nebat . Esto convirtió la matanza de la casa
de Acab por él en asesinatos que tuvieron que ser cas-
tigados, según hemos visto en preg. 19; pero el pue-
blo iba de mal en peor en su rebelión contra Dios.
Se olvidó de la Ley y sirvió a los baales ; a ellos sa-
EL REINO DIVIDIDO
3 5
orificaba en las cumbres de las montañas y en las coli-
nas; asimismo debajo de las encinas, los álamos y los
robles. Es interesante notar que en esta religión fal-
sa que ellos inventaron, observaban fiestas, novilunios,
sábados y asambleas solemnes en honor de los mitos
que adoraban, quizá con más fervor que antes lo ha-
bían hecho en honor de Tehová.
Una vez que se generalizó la infidelidad a Dios en
el pueblo, como consecuencia necesaria, la buena fé
entre las gentes también desapareció y se desmoralizó
en sumo grado. El profeta Oseas nos informa que
las esposas fueron falsas a sus maridos, los hombres
se unieron a rameras y sacrificaban con ellas, y la
gente se encenegaba en toda clase de vicio, en la in-
mundicia, en la borrachera, en la mentira, en el per-
jurio y en el fraude. Abundaban crímenes públicos,
asesinatos, robos, asaltos, traición y regicidio. Oseas
hace especial atención a los horrores cometidos en
Oalaad. y a la iniquidad de Samaría, Gilgal. Mizpa y
Retel. Los mismos sacerdotes acechaban en el camino
de Sichem. y asesinaban en Tabor : en lugar de apelar
a Dios para avudarlos, acudían a Egipto y a Asiria.
En breve, se declara que no había verdad, ni bondad,
ni conocimiento de Dios en la tierra, solamente pre-
valecían la maldición, la traición y toda especie de
violencias y falsedades. Con esto, se despiden lns
profetas de las diez tribus de Israel.
Pre*». 57. ¿Oué sucedió cuando Jeroboam II
murió? 2 Rey. 14:28-29, 15:8-12.
Fué sucedido por su hijo Zacarías; pero la semilla
de discordias y de disolución nacional que se había
sembrado, de repente empezó a brotar y a dar fruto, y
el reino se desmoronaba. Zacarías sig-uió el mal ca-
mino de sus padres v no duró sino seis meses, sien-
do asesinado, acabándose el siglo de Jehú. en sangre,
como principió.
Preer. 58. ¿Quién sucedió a Zacarías? 2 Rey:
15- 10-15.
Contra Zacarías conspiró SALUM, hiio de Tabes,
quien abiertamente en presencia del pueblo le hirió de
muerte v reinó en su lugar. El se estableció en Sa-
maría, pero su reinado terminó al fin de un mes.
Nada se dice de su carácter, pues MENAHEM. hijo
3 6
HISTORIA SAGRADA
de Gadi, subió, según se cree, con el ejército, desde
Tirsa, ciudad real del primer Jeroboam, que distaba
unas trece millas al nordeste de Samaría, matando a
Salum, y reinando en su lugar.
Preg. 59. ¿Cómo se concluyó el reinado de
Uzías en Judá? 2. Crón. 26:16-20.
Muy pocos son los hombres a quienes Dios da
prosperidad en cosas mundanas sin que les sirvan de
perjuicio. Cuando Uzías se vió enaltecido y puesto
entre los grandes y ricos de la tierra, se llenó su cora-
zón de soberbia y se atrevió a llevar incienso para
quemarlo en el altar de perfumes en el Lugar Santo,
sitio reservado para los sacerdotes. El sumo sacer-
dote Azarías con ochenta sacerdotes de valor, se opu-
sieron al rey, diciéndole valientemente que este ser-
vicio no le atañía a él, sino solamente a los sacerdotes
consagrados al santo ministerio del Templo, esto es, a
ellos exclusivamente, y exclamaron : "Sal del San-
tuario! Has invadido lo sagrado y Dios te tendrá
por profano y sacrilego." Uzías se encendió en ira
y prosiguió con la intención de quemar incienso en
el braserillo que llevaba en la mano, furioso contra
los sacerdotes, cuando de repente su frente se em-
blanqueció con la lepra (Nu. 12:9-10, 2 Rey. 5:27) y
al volver el sacerdote a mirarle, él y sus compañeros
le hicieron salir aprisa ... y él mismo se apresuró a
dejar aquel recinto prohibido porque sentía en su per-
sona que Dios le había herido con la lepra, "el azote
,le Dios." Lo demás de la vida de Uzías. la pasó
ipartado en un lazareto, y su hijo JOATAM gober-
nó al país como su corregente.
Preg. 60. ¿Qué impresiones erróneas se han
sacado de la historia de Uzías?
Hay quien supone que Uzías era mucho más piadoso
de lo que parece en la simple lectura de la historia:
y que los sacerdotes ahora empezaban a arrogarse
cierta autoridad privativa que la ley de Dios no les
otorgaba.
Ya hemos advertido que el tipo de la piedad de
Uzías no era elevado, siendo el minino de su padre
Amasias y Joás. y que su celo por Lliová sólo dura-
ba entretanto que Zacarías vivía para influir en él.
2 Crón. 26:4-5; y preg. 52, a. Desde el principio el
EL REINO DIVIDIDO
3 7
derecho de quemar incienso delante de Jehová perte-
necía exclusivamente a los sacerdotes . Véase Núm.
caps. 16 y 17, especialmente 16:40. No se da cuenta
en ninguna parte de la Biblia de que algún rey osara
hacerlo; siempre que se afirma que ofrecían sacrificio,
se ha de entender que fué por medio de los sacerdotes.
Si éstos ahora trataron de asumir autoridad y atribu-
ciones que no les pertenecen, o que podían ejercerse
con igual derecho por el rey, Dios no habría azotado
a Uzías para aprobar una falsa pretensión de los sa-
cerdotes. El le azotó al rey, y no ellos. Dios aprobó
lo que hicieron los sacerdotes.
Preg. 61. ¿Qué se hacía en Asiría en este tiem-
po? 1 Crón. 5:26.
Cuando el asirio aplastó a Damasco en el año 804
A. C, preg. 26, esto dió lugar a Israel y a Judá para
restablecerse en los reinados de Jeroboam II y Uzías.
Por algunos años el asirio no volvió a estas tierras ;
pero en 745 A. C. se levantó Pulu (llamado en la Bi-
blia Pul y Tiglath-pileser, siendo el IV de este nom-
bre) en Asiría. No se ha establecido a punto fijo
si éste fué sucesor legítimo al trono, o si fué usurpa-
dor; pero desde luego desplegó arrojo y actividades
tremendas. Sus primeras guerras se limitaron al
oriente hasta que hubo confirmado su poder en Níni-
ve, y reducido a sujeción a todas las naciones vecinas.
Después de siete años avanzó hacia el Mediterráneo
y los monumentos hechos por él nos cuentan algunos
de sus triunfos ; consta en ellos que Menahen de Sa-
maria. Hiram de Tiro, Resin de Damasco y varios
otros reyes del occidente le pagaron tributo.
Preg. 62. ¿Qué dice la Biblia del reinado de
Menahem? 2 Rey. 15:16-22.
Además del crimen de asesinar a Salum, Menahem
cometió atrocidades. Desde Tirza hasta Tifsa des-
cargó su ira en los habitantes, pasando a cuchillo a las
mujeres de la manera más vil y siguió la idolatría de
todos los reyes de Israel. Es evidente que no se sintió
muy firme en el trono, porque el escritor sagrado
aclara más lo que Pulu afirma en sus monumentos,
diciendo: "Vino Pul, rey de Asiría a la tierra y, Me-
nahem le dió mil talentos de plata para que le ayu-
dara a confirmarse en el reino; e impuso Menahem
3i>
HISTORIA SAGRADA
este dinero sobre Israel, sobre todos los poderosos y
opulentos. De cada uno arrancó cincuenta ciclos de
plata, para dar al rey de Asiría, y éste se volvió sin
detenerse allí en la tierra." Según esto, había en
Israel unos 60,000 ricos que podían contribuir con
$31.00 cada uno, que valdrían más de $150.00 en el
día de hoy. En esta misma época Pulu hizo tributa-
rios a Rezin, rey de Damasco, y a los reyes de Tiro,
Hamath y de otros países en las regiones al Norte de
Israel. También deportó a los habitantes de Basan
hasta Hermón, de Rubén, Gad y la mitad de Manases,
por su idolatría. 1 Crón. 5:6, 23-26, 2 Rey. 15:19-20,
2 Crón. 30:6-10. Zac 10:10-11.
Preg. 63. ¿Quiénes sucedieron a Menahem en
Israel? 2 Rey. 15. 22-30.
Una serie de reyezuelos de poca duración, todos
malos y asesinos de sus predecesores con excepción
de Pekahía hijo de Menahem. A éste, pues, siguió
Peka, hijo de Romalías o Remalía, y por fin, Oseas,
hijo de Ela, el último y el menos malo de los reyes de
Israel. Estos reinaron durante los últimos años de
Jotam, todos los de Acaz y unos seis de Ezequías en
Judá, y en el reinado de Pulu y Salmanasar IV de
Asiria. Bajo estos el país iba cada vez peor, apre-
surándose al cataclismo que dió fin al reino de Israel.
Lo que hicieron sólo tiene importancia en conexión
con la historia de Judá, y por lo mismo remitimos
al lector a lo que hemos de referir respecto de ellos
al tratar de los reyes de este país.
Los Profetas Isaías y Miqueas
Preg. 64. ¿Qué PROFETAS se levantaron en
este tiempo en Judá Isa. 1:1, Miq. 1:1.
ISAIAS, hijo de Amoz, el cual, según los rabinos
era hermano de rey Amasias, (y por tanto primo her-
mano del rey Jotam), tuvo revelaciones de Dios en
días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de
Judá, y su compañero en el ministerio era MIQUEAS.
morastita, que profetizaba en días de Jotam, de Acaz
y de Ezequías. Parece que Isaías principió a traba-
jar un poco antes de Miqueas, y que continuó algún
tiempo después, pero los dos ministerios fueron con-
temporáneos. Parece que Isaías vivía en Jerusalén y
que todos sus discursos fueron dados allí, y que Mi-
EL REINO DIVIDIDO
a 1
queas vivía y funcionaba hacia el sur, cerca de Gat.
La introducción a la profecía de Isaías, caps. 1-5,
Juzgando por el estado del país que describe, debe
haber sido escrita en el tiempo del reinado de Acaz
referido en 2 Crón. 28:17-19. Por los encabezamien-
tos de los capítulos, el libro se divide en cinco partes:
I. Introducción, caps. 1-5. II. El Llamamiento de
Isaías como profeta, cap. 6. III. Ministerio en días
de Acaz, 7:1-14:27. IV. Profecías hasta el año 15
de Ezequías, 14:28-35:10 y V. El resto de su minis-
terio, hasta el fin del reinado de Ezequías, caps. 36-66.
Hay otros modos de analizar este gran libro. Caps.
1-35 tratan de Judá y Jerusalén y de las naciones
grandes y pequeñas en sus relaciones con Israel, des-
criben sus iniquidades y declaran los castigos que
merecen, y que recibirán, y a veces entreteje profe-
cías que remontan a un porvenir más remoto, hasta
tiempos mesiánicos o más allá. Luego, caps. 36-39,
es pura historia, y después, caps. 40-66 nos presentan
el escrito más sublime que existe quizá en el mundo,
en el que trata de tiempos futuros para el profeta,
preparando el pueblo de Dios para esperar las glorias
venideras. La profecía de Miqueas es algo parecida
a Isaías en su contenido. Miqueas es el primer profe-
ta que denuncia a los falsos profetas, aunque los hu-
bo antes en la historia, como en el tiempo de Acab y
Josafat. Véase Vol. I. Preg. 449. El libro de Miqueas
nos presenta la primera condenación de ellos escrita
por algún profeta. El condena también a los hechi-
ceros, agoreros y el culto a las aseras. Véanse 3:5-11.
y 5:12-14. En el caso de estos dos profetas, como en
el de los anteriores, estamos fuertemente tentados a
tratar de sus exhortaciones, de sus consolaciones y de
sus profecías, pero tenemos que limitarnos al ele-
mento histórico de ellos. No sabemos que Miqueas
haya desempeñado otro oficio que el de profeta, pero
Isaías actuaba también como estadista e historiador.
El ha sido llamado, y con justicia, el profeta evan-
gélico, porque este elemento predomina en él.
Preg. 65. ¿Cuál era la actitud general de los
profetas hacia las demás potencias del mundo?
Deut. 17:14-17. Ex. 34:12-16.
Moisés, el gran legislador y fundador de la nación.
HISTORIA SAGRADA
le dió a Israel la Carta Magna, o sea la Constitu-
ción del reino en Deut. 17:14-17. Todos los profetas
después de él, al hablar sobre estos asuntos, se hallan
absolutamente de acuerdo con él. El principio fun-
damental de todo era que Dios era su Rey y defen-
sor, y que la nación no tendría que depender de na-
die sino solamente de El . Por lo mismo los profetas
requerían que Israel quedase independiente y des-
prendido de los demás publos, y que siempre pusie-
se su confianza para defensa y salvación únicamente
en Jehová, su Dios. Se opusieron siempre a alianzas
y enredos con otras gentes ; y con especial ahinco
combatieron todo trato o relación con Egipto. Al
mismo tiempo reprimían toda ostentación militar, la
multiplicación de riquezas y los matrimonios con
princesas extranjeras. La tierra santa estaba coloca-
da entre dos grandes potencias mundanas de aquel
entonces, a saber: Asiria o Babilonia y Egipto.
Ahora, en vista de estar expuesto a los ataques de es-
tas naciones, Dios mandó al rey que no multiplicase
los caballos, ni aumentase sus riquezas, ni que se
casase con muchas mujeres para granjearse influencias
políticas.
Salomón echó a los vientos todas estas leyes. Tuvo
carros de guerra, 4,000 caballos, mil mujeres, entre
las cuales la principal era la hija de Faraón, de quien
recibió como dote la ciudad de Gezer. Este matrimo-
nio, sin duda, tuvo por motivo, fortalecer su alianza
con Egipto. Todo esto dió un resultado contrapro-
ducente. Léase 1 Rey. cap. 11. Las riquezas sirvie-
ron de imán para atraer a ladrones, el primero de los
cuales fué Sisac. rey del mismo Egipto, que saqueó a
Judá y a Jerusalén, en días de Roboam ; y las mu-
jeres sirvieron para embrollar las cosas y corromper
la religión del rey y del país, y no fortalecieron la
alianza con Egipto, porque Faraón abrigó y protegió
a Hadad de Edom, ¡enemigo de David!, recibió tam-
bién a Jeroboam cuando huía de Salomón, y la zizaña
de Egipto fué sembrada en Israel para dar fruto siglos
después; pues Jeroboam transplantó allí el culto de
Apis, en la forma de los becerros, y de esta maldición
los israelitas jamás se apartaron hasta que fueron
destruidos. Desde los días de Isaías en adelante.
EL REINO DIVIDIDO
Israel vino a ser más que nunca el pueblo que sirvió
de tope entre Egipto y Asiría, para recibir los golpes
que cada uno de ellos daba al otro. Si los reyes de
Judá e Israel bubiesen obedecido el mandato de Dios,
El les habría protegido contra estas naciones rivales
y agresivas y con instintos ladrones; pero nunca obe-
decieron la ley de su constitución divina, y los pro-
fetas se vieron en la necesidad de oponerse a su polí-
tica extranjera, y a veces parecieron como traidores
a la patria. Los reyes, como todo otro mundano, pre-
firieron depender de las alianzas con las potencias
visibles, y no pudieron admitir lo que ordenaron
los profetas, que era confiar únicamente en Dios.
Las pocas veces que habían hecho esto siempre ven-
cieron, mas las alianzas siempre les habían faltado,
y al fin, los arruinaron.
Preg. 66. ¿Qué sabemos del reinado de Jo-
tam? 2 Rey. 15:6-7, 32-38. 2 Crón. 26:22-27:9.
Duró su corregencia con su padre Uzías muchos
años. Al fin éste murió y fué sepultado aparte de
los demás reyes a causa de su lepra, pero en el mismo
cementerio real. Jotam reinó sólo poco tiempo; era
del tipo de su padre Uzías, pero no se atrevió a inva-
dir el Lugar Santo; ni quitó los altares en los altos,
y el pueblo siguió corrompiéndose. Hizo algunas me-
joras en el Templo, y edificó algunas ciudades en la
serranía de Judá, y puso castillos y torres en los bos-
ques ; sujetó a los amonitas y les impuso tributo de
plata, trigo y cebada. Parece que Acaz fué asociado
con Jotam en los últimos años de su reinado por cau-
sas que ignoramos. Muy poco se dice de Jotam; al
morir fué sucedido por Acaz, su hijo.
Preg. 67. ¿Cuál fué el carácter de Acaz? 2
Rey. 16:2-4. 2 Crón. 28:1-4.
A los veinte años de edad Acaz subió al trono como
rey de Judá, y duró dieciséis años. Principió muy
mal y siguió peor, y era del tipo de los reyes de Is-
rael, y aun de los más depravados de ellos. Adoptó la
religión de los antiguos cananeos, quemó a su hijo
en el fuego, hizo imágenes de Baal y sacrificó y que-
mó incienso en los altos, sobre las colinas y debajo
de todo árbol verde. Así era al principio de su rei-
nado, y hemos de notar las abominaciones que hizo
después.
12
HISTORIA SAGRADA
Preg. 68. ¿Castigó Dios a Acaz por su traición
y apostasía? 2 Rey. 16:5-6. 2 Crón. 28:5-8.
Como el asirio Pulu se retiró internándose en Asi-
ría, y dejó los países costaneros del Mediterráneo
en cierta libertad; parece que los reyes Rezín de Da-
masco y Peka, hijo de Remelías, de Samaría, se unie-
ron y guerreaban contra Acaz de Judá, tal vez por-
que éste no quiso unirse con ellos en rebelión contra
Asiría. Los sirios bajo Rezín llevaron sus armas
hasta el golfo de Acabá, quitaron a los judíos de Elat,
el emporio de Acaz, y sujetaron esa plaza a Siria. Los
ejércitos de Israel bajo Peca, hijo de Remelías, libra-
ron una terrible batalla contra los judíos y mataron
a 120,000 en un día. Se dice que Zicri, efraimita,
mató a Maasías, hijo de Acaz, a Azricam, su mayordo-
mo y a Elcana su amigo y consejero; pero Acaz mis-
mo no fué tomado; pero los de Israel se llevaron
cautivas a 200,000 mujeres judías con sus hijos e hijas,
y mucho botín volviendo con ellos a Samaría.
Preg. 69. ¿Qué hizo el profeta Oded? Y ¿con
qué éxito? 2 Crón. 28:9-15.
Aquí una gloriosa ráfaga de luz brilló a través de
las densas tinieblas de iniquidad. Se halló el profeta
Oded en Samaría, donde menos se esperaba verse un
varón de Dios. El salió al encuentro de la hueste que
volvía con este enorme botín, y dijo: "He aquí, en
la ira de Jehová el Dios de vuestros padres contra
Judá, El los ha entregado en vuestra mano, y vos-
otros los habéis matado con furia que ha llegado
hasta el cielo, y ahora estáis sujetando a los hijos
de Judá y de Jerusalén como siervos y siervas vues-
tros. Mas, ¿no abundan vuestros delitos contra Je-
hová vuestro Dios? Ahora, oídme, y haced volver a
los cautivos que habéis tomado de vuestros herma-
nos ; porque la ira de Jehová ya arde contra vosotros."
Este noble discurso de Oded, el profeta, les hirió el
corazón, y Azarías, Berequias, Ezequías y Amasa,
de los príncipes de Efraim, se levantaron contra los
jefes de la expedición, y les dijeron:
"No habéis de meter a esos cautivos en ésta, porque
a más del delito contra Jehová que ya pesa sobre nos-
otros, aumentáis más nuestros pecados que son tan
grandes, y ya arde la ira contra Israel."
Los soldados quedaron persuadidos por ellos y de-
EL REINO DIVIDIDO
43
jaron a los cautivos y los despojos delante de los
príncipes y de toda la asamblea, y los príncipes ya
nombrados se levantaron y tomaron a los cautivos,
primero vistiendo y calzando a todos los desnudos
de ellos, usando materiales del despojo, les dieron
de comer y beber y los ungieron, y en seguida con-
dujeron en asnos a todos los débiles y los trajeron
a Jericó, entregándolos en las manos de los suyos, y
se volvieron a Samaria. Esta fué una victoria moral
digna de referirse. Seguramente muchos de esos cau-
tivos eran adoradores de Jehová y no idólatras; nues-
tro Dios no se olvida de los suyos, y mira a las viudas
y a los huérfanos con ojos compasivos.
Preg. 70. ¿Con qué nueva calamidad castigó
DiosaAcaz? 2 Crón. 28:17-19.
Acto seguido, los idumeos, librados de Judá por
Rezín, y algo recobrados, a su vez hicieron una irrup-
ción en Judá y vengándose hicieron estragos lleván-
dose algunos cautivos. Los filisteos también se apro-
charon de la ocasión, atacando las ciudades de la lla-
nura de Séfela, por la costa al sur de Jope, y a otras
al sur de Judá, tomando a varias, entre las cuales
figuran Betsemes, Ayalón, Soco y Timnat, y metie-
ron colonos filisteos en ellas. De esta manera Jehová
humilló a Judá a causa de Acaz.
Preg. 71. ¿Cómo corresponde este estado aba-
tido de Judá con la descripción dada por Isaías en
caps. 1-7?
En estos capítulos hay pasajes que se refieren al
tiempo próspero del país antes de las invasiones y
correrías de los enemigos, como por ejemplo, 2:7;
"Su tierra está llena de plata y de oro, y no tienen fin
sus tesoros" y declara que estaba llena también de
caballos y de carros de guerra, y luego en v. 8, habla
de la multitud de ídolos. Pero en otros pasajes el
profeta se refiere al estado del país tal como se vió
después de esas calamidades, como en 1 :7-9 . "Vues-
tra tierra está asolada, vuestras ciudades abrasadas a
fuego ... Si Jehová de los Ejércitos no nos hubiera
dejado algunos restos, ¡hubiéramos sido como Sodoma
y Gomorra!" esto es, borrados para siempre. Como
todo esto fué causado como castigo de los pecados,
el profeta compara la nación azotada a un culpable
que después de una corrección dura, aun queda obsti-
14
HISTORIA SAGRADA
nado, y se desanima al contemplarla. "¿Por qué
querréis ser castigados aún para que sigáis repelán-
doos más y más? La cabeza toda está ya enferma . . .
desde la planta del pie hasta la mollera, no queda en
él cosa sana." Por tanto el Profeta redobla sus es-
fuerzos para persuadir al pueblo con razones.
Preg. 72. ¿Cuáles son los males de que Isaías
acusa al pueblo?
Incluyen los mismos que se han descrito por la
historia hasta aquí, y que se mencionan por los pro-
fetas anteriores, y de ellos hemos tratado ya. Hay,
como era de esperarse, algunos frutos del mal proce-
der del pueblo que no aparecieron sino hasta ahora,
pero eran de esperarse como efectos producidos por
esas causas. Una cosa se manifiesta que no hemos
advertido antes desde los días de Saúl. Habla de
"agoreros," 2:6, y que hubo quien dijera: Acudid a
los espíritus y a los adivinos"; a quienes contestó
el profeta: "¿No debe un pueblo acudir a su Dios?
¿Por los vivos acaso irán a los muertos?" Cuando la
superstición se apodera de un pueblo, abre la puerta
para la entrada de los demonios. El hombre en su
ignorancia que no quiere escuchar a su Dios, presta
oídos a los espíritus enemigos suyos.
Preg. 73. Reñérase la misión del profeta Isaías
a Acaz que se registra en el cap. 7.
Atemorizados Acaz y el pueblo por la confederación
de Rezín, rey de Siria, con Peca, hijo de Remelías.
rey de Israel, viendo así a Siria unida con Efraim
para destruirlos ,el Señor envió a Isaías a fin de que se
encontrara con el rey Acaz. Dios le mandó asegu-
rarle a Acaz que la combinación no lograría su inten-
to de destruir el reino de Judá ; a todo lo cual Acaz no
hizo aprecio, y contestó con indiferencia diciendo
estas o parecidas palabras: "Ni quiero pedir señal,
ni nada solicito. ¿Para qué molestar a Jehová? No
confío en él en semejante apuro, y tengo a otro a quien
acudir. Muchas gracias." Jehová se representa co-
mo fatigado con semejante incredulidad, pero no de-
ja de dar señal que por lo pronto se verificaría en
aquel tiempo, pero en sentido más perfecto, sería
cumplida en tiempos mesiánicos para gentes que ten-
gan fe; y seguía dando profecías referentes al siglo
EL REINO DIVIDIDO
45
venidero. Estas profecías fueron acompañadas de
acciones simbólicas, en algunas de las cuales figura-
ron los hijos del profeta.
Preg. 74. ¿Cómo fué cumplida esta profecía
de Isaías? 2 Rey. 15:29. 16:7-10. 2 Crón. 28:16.
20-21 . Compárese 2 Crón. 30:6-10.
Acaz envió mensajeros a Pulu, rey de Asiría, con
esta súplica vergonzosa: "Soy tu criado y tu hijo,
sube y sálvame del rey de Siria y del de Israel que
se levantan contra mí." Así se hizo vasallo y a Judá
reino tributario de Asiría, y desde entonces en ade-
lante nunca recobró su independencia. Aunque Pulu
era ávido de extender sus dominios, este ofrecimien-
to de Acaz no valdría nada sin su credencial metá-
lica, y para tener suficiente efectivo, Acaz despojó
la casa de Dios, el palacio y las casas de los príncipes
del oro que había, y lo envió al rey de Asiría. Esta
fuerza motriz (el dinero) bastaba para poner al asirio
en marcha hacia el occidente. Tomó muchas ciudades
en Galilea, en Neftalí y en Galaad, como Ijon, Abel-
beth Maacah. Janoah, Kedesh y Hazor, tanto del lado
occidental del Jordán como del oriental. Desde aho-
ra, pues. (735 A. C.) estas tribus, Rubén, Gad y la
media tribu de Manases desaparecen de la historia, y
nunca más se habla de ellas. La paciencia divina se
había agotado por su apostasía persistente, y la espada
de la justicia descendió. Fueron llevados a Asiría, a
Halath, a Habor, a Ara y al río Gozan (1 Crón. 5:25.
26).
Preg. 75. ¿Qué informes adicionales nos pro-
porciona Pulu, o sea Tiglath-Pileser IV en sus ins-
cripciones ?
El monumento se ha conservado en fragmentos, pe-
ro se saca de él que Pulu avanzó contra Filistia y dijo
que: "Hanno (o Hanun) de Gaza puso pies en polvo-
rosa ante mis tropas, escapándose a Egipto." Tomó
a Gaza y de allí llevó botín de oro y de cautivos a
Asiria. Hanno volvió y se sometió a Pulu. Este
erigió en Filistia una estatua para simbolizar su so-
beranía. En la misma inscripción mutilada se lee :
"A Peca, su rey (de Israel ) derrocaron y yo nom-
bré sobre ellos a OSEAS I." En 2 Rey. 15:30 la
Biblia dice: "OSEAS, hijo de Ela. hizo conspira-
ción contra Peca, hijo de Remelías y le mató y reinó
16
HISTORIA SAGRADA
en su lugar." Parece probable que Pulu instigó esta
revuelta en Israel, y confirmó a Oseas en el trono al
reconocerse él como vasallo suyo. No se puede pre-
cisar el orden de las campañas de Pulu, pero parece
que después de hacer estragos en Galilea y tomar a
Gaza, hizo una contra los árabes, llevando cautiva a
la reina de ellos, y en la misma campaña, es probable
que se ha de incluir lo que hizo a las dos tribus y
media al otro lado del Jordán; reservando para su
regreso hacia Asiria una visita al principal objeto
de su expedición,, Rezín, el Rey de Damasco. En
las afueras de esta ciudad encontró y derrotó al ejér-
cito sirio, encerrándolo dentro de sus muros. Sobre
esto dijo: "Rezin, cual ciervo acosado, se precipitó
por el portón de la ciudad, donde quedó preso como
pájaro enjaulado." El ejército asirio taló todos los
árboles frutales y devastó la región entera alrededor,
cuyos parques y jardines quedaron como un desierto.
Centenares de villas y aldeas fueron saqueadas, y
dieciséis distritos tributarios de Damasco fueron re-
ducidos a escombros, viéndose por todas partes una
huella de desolación completa.
Aquí también tenemos una confirmación de la de-
claración en 2 Rey. 16:9, que afirma que: "El rey de
Asiria subió contra Damasco y lo tomó y llevó su
gente cautiva a Kir. y mató a Rezín." Después de
una serie de tan grandes victorias Pulu celebró en su
obsequio una gran fiesta a la cual invitó a todos los
reyes vencidos y aliados que se reuniesen para feste-
jarle en Damasco. Además de otros reyes, había pre-
sentes con él los de Hamat, Arvad, Amón, Moab,
Askelón, Gaza, Edom y Acaz de Judá . Otros dos
reyes invitados se negaron a asistir, pero fueron re-
ducidos a sumisión por los generales asirios, y el de
Tiro tuvo que contribuir con 150 talentos de oro (cer-
ca de tres toneladas de este metal precioso, o más de
dos millones de pesos). Entonces volvió Pulu a
Asiria llevando consigo inmenso botín y muchísimos
cautivos, dejando tras de sí una vasta región despoja-
da de gentes y de recursos. Dos veces el historiador
sagrado indica que a pesar del hecho de que Acaz
apeló a Pulu por auxilio, sin embargo, no le suminis-
tró socorro. "Le puso en estrechez más bien que
fortalecerle.... no le ayudó." 2 Crón. 28:20-21.
EL REINO DIVIDIDO
47
Preg. 76. ¿Cómo multiplicó y agravó Acaz sus
ofensas? 2 Rey. 16:10-20. 2 Crón. 28. 22-27.
Cuando Acaz fué a Damasco para obsequiar a Ti-
glath-pileser TV juntamente con los demás reyezue-
los en la fiesta ya referida, víó allí un altar que le
captó la admiración. Era altar del dios de Siria,
que él creia haber ayudado a Rezín a vencerle, pero
que no le valió nada al mismo Rezin en contra de
Pulu. Acaz envió un diseño del plan del altar al
sumo sacerdote Urías en Jerusalén, quien era tan infiel
a Tehová, que se apresuró a hacer uno igual a él,
para cuando viniese Acaz. Al llegar éste lo aprobó,
y de allí en adelante lo usaba para el culto. Urías
había puesto este nuevo altar enfrente del gran altar
de bronce hecho por Salomón, y como así de esta ma-
nera el nuevo fué alejado mucho del Templo, y el
altar de bronce quedaba todavía en el lugar más
honorable, por tanto, Acaz mandó quitar el altar de
bronce, y lo echó al lado del norte, colocando el nue-
vo altar inmediatamente enfrente del Santuario.
Para entender bien los cambios hechos por Acaz.
consúltense 1 Rey. 7:23-29 y 2 Crón. 4:1-10 y el dise-
ño del Santuario, pág. 284 del Tom. I de esta obra.
El altar de bronce era muy grande, teniendo 20 codos,
o sean 30 pies en cuadro y 10 codos, o 15 pies de alto.
Siendo tan alto, les era necesario a los sacerdotes su-
bir en él por una rampa o plano inclinado, porque la
ley prohibía el uso de gradas. Ex. 20:26. Fué nece-
sario también poner alguna tablazón en derredor del
altar, como andamio permanente, en el que los sacer-
dotes pudieron andar en sus ministraciones. Hay que
notar que el altar tuvo el mismo ancho del Santuario,
(de 30 pies), y estaba puesto a poca distancia de él.
suficiente para que se colocasen en el espacio entre
los dos el gran mar de bronce que se sentaba sobre
doce bueyes y las diez fuentes que estaban puestas
cada una sobre una plataforma que se movía sobre
cuatro ruedas para llevarla adonde se necesitaba.
Tanto el mar como las fuentes tuvieron que tener un
alto que correspondía al del altar, y éstas fueron arri-
madas al altar para que los sacerdotes lavasen en ellas
los sacrificios, y luego volverlas a su lugar. Pero el
nuevo altar hecho por Acaz no tuvo la altura del de
bronce, y para ministrar en él, tuvieron que bajar el
4s
HISTORIA SAGRADA
mar y las fuentes, quitando los bueyes y las platafor-
mas o basas. En días de Ezequías estos objetos fue-
ron restaurados a su propio lugar. 2 Crón. 29:19.
Acaz reservó el uso del altar de bronce para su con-
sideración, y mandó al sumo sacerdote que ministrara
ante el nuevo altar que había hecho. Además, pre-
paró para las visitas del rey de Asiría, abriendo una
entrada a la casa de Dios, y puso sobre ella un pabe-
llón para su uso particular durante los servicios de
los sábados. Antes de esto reunió los vasos de la
casa de Jehová, y los había despedazado para llevar
el oro al asirio. ¿ Qué más podía hacer para provo-
car la ira de Jehová? Le faltaba nada más una cosa,
y era de alta significación. "Cerró las puertas de la
casa de Jehová." 2 Crón. 88:24. Se entiende por est'«
que clausuró el Santuario, o Lugar Santo, para que
cesasen los servicios de los sacerdotes en él durante el
resto de su reinado. 2 Crón. 29:7. 30:5. A la par de
esto, se agrega que hizo altares en todo rincón de
Terusalén y construyó santuarios paganos en toda
ciudad de Tudá en los cuales quemaba incienso, a dio-
ses falsos y como si no le bastara la tierra, hizo ade-
más altares en los terrados de las casas para adorar
en ellos la hueste del cielo, el sol, la luna v las estre-
llas. Jer. 19:13; 32:29: Sof. 1:5. Es de admirarse
que el sumo sacerdote Urías hiciera tan servilmente
cuanto Acaz le ordenara.
Al fin. Acaz murió, pero no le sepultaron en las
tumbas de los reyes, sino en algún sitio en la ciudad
de Terusalén. Dejó detrás de sí la fama de haber sido
uno de los peores reyes de Judá.
Preg. 77. ¿Quién fué el hombre más religioso?
Enseñamos a los niños que Adán fué el primer
hombre, Matulasén el más viejo. Sansón el más fuer-
te y Salomón el más sabio, pero aquí tenemos a uno.
al rey Acaz. que hizo altar en el atrio del Templo de
Jehová. quemaba incienso en él. en los altos, bajo
todo árbol verde en el país, en todo rincón de Jerusa-
lén y sobre los terrados de sus casas. No hay otro
igual a él en actos religiosos. ES EL MAS RELI-
IOSO Pero su religión tuvo un defecto, era un
culto ilícito rendido a dioses falsos.
EL REINO DIVIDIDO
■49
Preg. 78. ¿Quién sucedió a Acaz? 2 Rey.
16:20; 18:1; 2 Crón. 28:27; 29:1.
Exequias su hijo. Trataremos de él después de ha-
blar de Oseas y del fin de las diez tribus de Israel.
Preg. 79. ¿Qué se dice del reinado de Oseas
en Israel? Y de sus experiencias con Salmanasar,
el asirio? 2 Re. 17:1-6, 18: 9-11. 2 Crón. 29:34,
30:1, 10-11, 31: 1.
Ya hemos indicado en preg. 63, que Oseas no era
tan perverso como los demás reyes de Israel, aunque
es cierto que siguió el ejemplo de Jeroboam I. Aqué-
llos habían prohibido la ida del pueblo a Jerusalén
para adorar a Jehová, pero es claro que Oseas le dejó
ir allá en paz. 2 Crón. 30:11. El caso de la Pascua de
Asa de 2 Crón. 15: 7 no es excepción, pues esos ex-
tranjeros fueron de la parte de Israel que Asa había
tomado, y fueron a Jerusalén a despecho de Baaza.
Mucho menos habría dejado otro rey de ellos a una
turbamulta de entusiastas religiosos invadir su reino y
destruir los ídolos y altares del pueblo. 2 Crón. 31 :í.
Algunos suponen que Oseas se veía tan débil que no
pudo impedir estas cosas. La Biblia deja la idea que
su conducta en esto fué debido al carácter más libe-
ral de Oseas. Ezequías debió haber notado este ras-
go de la índole de él, porque por primera vez en la
historia él envió una invitación a los de las diez tribus
para que asistiesen al culto en Jerusalén, 2 Crón.
30:1, y ordenó que en sus preparativos los sacerdotes
hiciesen expiación "por todo Israel," que incluyó el
reino de Oseas. Es cierto que algunos no quisieron
aceptar la invitación y se burlaron de ella, pero mu-
chos se humillaron y acudieron a Jerusalén sin te-
ner impedimento alguno.
Desde el principio de su reinado Oseas era feu-
datario de Pulu, rey de Asiría, preg. 75. Este for-
midable guerrero a poco murió, y le sucedió Salmana-
sar IV. Este parece haber sido menos hábil que Pulu
en el gobierno y en la guerra, y tal vez varias de sus
empresas fracasaron. Es probable que Oseas haya
observado que la mano potente de Pulu ya no dirigía
las cosas, y pensaba formar mejores alianzas con So
(o Seve, o Sabaco) el rey de Egipto, el rey de Gaza,
de Tiro y otros. Salmanasar no ha dejado inscrip-
ción o monumento que se haya descubierto hasta
50
HISTORIA SAGRADA
ahora (1926), pero lo que la Biblia dice nos garantiza
en creer que él, sabiendo lo que se fraguaba en estas
costas, vino con sus ejércitos, y al investigar el caso,
halló traición en Oseas. Este, a última hora, quiso
volver a su amistad y darle el tributo, pero el asirio
no lo admitió, y le metió en la cárcel. Puede ser
que fuera llevado a Asiría, pero no se sabe más de
él. Salmanasar puso sitio a Samaria, que resistió
tres años antes de rendirse. Entonces los samarita-
nos fueron llevados en cautiverio hasta Hala y Habor
en el río Gozán, y a las ciudades de Media. En
medio del sitio de Samaria, Salmanasar volvió a
Asiría, donde murió, y Sargón, sucesor suyo, vino y
tomó la ciudad. Este era rey de gran vigor que sólo
se menciona una vez en la Biblia, Isa. 20:1, pero
como dejó abundantes inscripciones, se sabe mucho
de él. Antes del descubrimiento de estos monumen-
tos existía mucha duda respecto de Sargón, pero ellos
han confirmado lo que la Biblia dice. Sargón afirma
que él llevó en cautiverio a 27,290 habitantes de Sa-
maria, y añade : "Escogí 50 carros para mí de todos
los que se tomaron ; toda la demás propiedad del
pueblo de la ciudad la dejé para mis siervos. Nombré
oficiales de ellos mismos sobre ellos y les impuse el
mismo tributo que habían pagado anteriormente. En
el lugar de los que se llevaron al cautiverio, envié
allí habitantes de otras naciones conquistadas por mí.
y les impuse el mismo tributo que exijo a los asirios."
Preg. 80. ¿A quiénes metió Sargón en Samaria
en lugar de los deportados? 2 Rey 17:24.
La Biblia dice que los trajo de Babilonia, de Cutha.
Avva y Sefervaim, ciudades de Mesopotamia, y de
Hamat, en Siria. Estos pobladores fueron traídos a
Samaria en diferentes épocas. En 715 A. C. en una
inscripción Sargón dice que venció unas tres tribus
de árabes y los transportó a Samaria. Véase preg. 92.
Preg. 81. ¿Qué reflexiones nos da el escritor
sagrado sobre la historia del reino de Israel desde
Jeroboam I, hijo de Nebat, hasta el cautiverio; y
respecto de los nuevos pobladores de Samaria?
2 Rey 17:7-23, 18:12.
Todo estudiante de la historia del pueblo de Israel
debe examinar detenidamente estos pasajes para tener
la verdadera clave de su interpretación. Nos enseñan
EL REINO DIVIDIDO
81
que Dios había separado a Israel de entre las nacio-
nes con un objeto especial. Le habia protegido con
tierno amor, concediéndole favores que nunca ha dado
a otro pueblo cualquiera. Continuamente les levan-
taba profetas, reyes y sacerdotes, varones de Dios,
con dotes sobrenaturales para guiarlos en el buen
camino. Las diez tribus de Israel se rebelaron de
la casa de David, abandonaron el culto de Jehová en
Jerusalén que Dios había ordenado, e introdujeron
la idolatría en la forma egipcia, el servicio de Apis,
pretendiendo adorar a Jehová por medio de los bece-
rros. Degeneraron rápidamente, yendo de mal en
peor a despecho de las instrucciones y amonestacio-
nes de los profetas y castigos severos; desecharon
a Jehová por completo, adoptando a Baal, Astarot,
las estrellas y cuantos dioses falsos había entre las
naciones paganas. Al mismo tiempo introdujeron
vicios, desórdenes, crímenes y prácticas abominables,
hasta quemar a sus mismos hijos. 2 Rey. 17:17, 16:3.
Consultaron a los adivinos, agoreros, hechiceros y a
los espíritus. Llegaron a ser completamente corrom-
pidos, y Dios los arrojó de su presencia. Esto es el
por qué de su ruina, y nos proporciona una de las
enseñanzas más importantes de la historia humana.
Preg. 82. ¿Qué se han hecho las Diez Tribus de
Israel, comunmente llamadas "Las Tribus Perdi-
das de Israel"? 2 Rey. 15:29, 17:6, 18:10-11.
La Biblia las deja esparcidas en Asiria, Mesopo-
tamia y en Media. La tradición más constante de ellas
las coloca en estos mismos países todavía. De allí,
unos pocos individuos volvieron a Judea, uniéndose
con los judíos, pero sin ser repartidos en tribus. La
división en tribus se ha perdido sin posibilidad de
recobrarse, porque la gran mayoría de ellos se mezcla-
ron con las gentes en medio de las cuales fueron
transportados, pues, desde el principio los israelitas
tuvieron una fuerte tendencia de la cual después han
sido curados, la de casarse con los gentiles, y como
los de las diez tribus ya habían aceptado antes del
cautiverio religiones gentílicas, no hubo para ellos
impedimento para semejantes matrimonios mixtos.
De esta manera pronto fueron perdidos, por decirlo
así, por absorción en los demás pueblos. Muchísimas
veces se ha alegado que las diez tribus de Israel han
62
HISTORIA SAGRADA
sido descubiertas y diferentes personas las han iden-
tificado con los afganes, los nestorianos, los judíos
caraitas, y los mormones e indios ; las han hallado en
Arabia, Abisinia, Indostán, la gran China, el Japón,
y pretenden hallar ciertas tribus en diferentes luga-
res, y al fin, dicen y afirman que Inglaterra es Efraim.
Dinamarca es Dan y los Estados Unidos es Manasés.
Con más visos de certeza se cree que una pequeña
colonia de ellos existe en Indostán. El hallazgo de
ellas iguala al del polo norte o al del movimiento
perpetuo, e igualmente falaz.
Preg. 83. ¿Por qué buscan con tanta tenaci-
dad a esas tribus?
Quizá es debido al mal entendimiento de las siguien-
tes profecías: Oseas 3:4; Deut. 29:64; Num. 23:9 y
Deut. 28:37. 65; que seguramente se van verificando
en los judíos y no en las diez tribus, pues, éstas per-
dieron su derecho a las profecías hechas a la nación
de Israel. Véase Tom. I, pág. 306.
Preg. 84. ¿Qué experiencias raras tuvieron los
nuevos pobladores de Samaría? 2 Rey. 25-41.
Estos nuevos samaritanos no conocieron a Jehová.
Como al principio la gente era poca, las fieras se
multiplicaron y mataron a muchos de ellos. Esto lo
atribuyeron al dios de esa tierra, pues, eran politeís-
tas que creían que cada país tenía su propio dios
local que reclamaba el culto de los habitantes de sus
terrenos. Clamaron, pues, al rey de Asiría, y éste les
envió algún sacerdote de los que él había llevado cau-
tivos de Samaria. Este enseñó al pueblo la forma de
religión practicada por Teroboam I. hijo de Nebat.
y las gentes añadieron a sus devociones anteriores
ésta que tuvo Israel ; cada nación se hizo sus dioses y
los pusieron en sus templos de los altos que habían
hecho los de Samaria. cada nación en la ciudad donde
habitaba. 2 Rey 17:29. Los siguientes dioses fueron
adorados por ellos: Sucot-benot por los babilonios
que fueron llevados allá; Nergal por los de Cut ;
esta ciudad se ha descubierto y se llama Tel Ibrahim.
al nordeste de Babilonia, y se ve el sitio de su dios
Nergal); Asima por los de Hamat ; Nibaz y Tartac
por los avitas ; y Adramelec y Anamelec por los de
Sefarvaim, los cuales quemaban a sus hijos a estos
dioses; y todos añadieron al culto de su dios patri-
EL REINO DE JUDA
81
ció, el de Jehová por el estilo de Jeroboam I, mez-
clando las ceremonias que mandó Moisés con las
usadas por los egipcios en el culto de Apis, que en
Samaria fué representado por los becerros. "Hicie-
ron del pueblo sacerdotes de los altos, quienes sacri-
ficaban para ellos en los templos de los altos." 2 Rey.
17:32.
Preg. 85. ¿Qué conclusión se saca del pasaje
2 Rey. 17:28-41 respecto del Pentateuco Samar i -
tano?
Se suscita aquí un punto histórico de mucho interés.
Cuando aquel sacerdote enseñó al pueblo en Samaria
cómo debía temer a Jehová, ¿qué cosa le servía de
base de sus instrucciones? Para nosotros es proba-
ble que llevó consigo el Pentateuco que se halla en
el poder de los samaritanos hasta el día de hoy, y que
sacó las enseñanzas de él. Los samaritanos insistían
en que habían sacrificado a Jehová desde el tiempo
en que fueron colonizados en Samaria. Esdras 4:2.
El autor de 2 Reyes dice que temían a Jehová en
sus días v. 41, que sería cerca de 550 A. C. como cien
años antes de la ida de Esdras a Jerusalén. Todo esto
concuerda con la idea de que aquel sacerdote les llevó
el Pentateuco y se sirvió de él como libro de texto.
Preg. 86. ¿Cuál fué el carácter de Ezequías?
2 Rey. 18:1-7. 2 Crón. 29:1-2.
Ezequías tenía 25 años de edad cuando en el tercer
año de Oseas de Israel, empezó a reinar en Judá, y
reinó 29 años. De él se dice: "Hizo lo recto a los
ojos de Jehová, conforme a todo lo que había hecho
David, su padre." 18:3. Esta es una aprobación que
sólo merecieron otros dos reyes de Judá, a saber: Asa
y Josías ; y que no alcanzó ninguno de los reyes de
Israel. Se añadió: "En Jehová, Dios de Israel, puso
su esperanza; después ni antes de él no hubo otro
como él en todos los reyes de Judá." Siendo ya
hombre maduro había visto los castigos que Dios visi-
tó sobre Israel a causa de su padre Acaz^y llegó a ser
amigo de su pariente Isaías, el profeta, y escuchó sus
instrucciones. (Preg. 64.)
Preg. 87. ¿Cuáles son los sucesos notables que
tuvieron lugar durante el reinado de Ezequías?
1. Purificó el Templo y lo consagró de nuevo. 724
54
HISTORIA SAGRADA
2. Hizo preparativos y celebró la Pascua.
3. Hizo muchas reformas.
4. Las campañas de Sargón, el asirio, fueron hechas,
empezando con la destrucción de Samaría, y el cauti-
verio de Las Diez Tribus, 722 A. C.
5. Tuvo una grave enfermedad. 713 A. C.
6. Recibió favorablemente una embajada de Mero-
dac-Baladán el babilonio. 712.
7. Se rebeló contra Asiría e hizo una campaña con-
tra Gaza. 712 A. C.
8. Senaquerib, el asirio, invadió la tierra. 701.
9. Ezequías le paga tributo.
10. Senaquerib hizo nuevas demandas y fué azotado
por el Señor. 701 A. C.
Durante su reinado hubo tres reyes de Asiría:
Salmanasar IV, 727-722 A. C. ; Sargón II, 722-705
A. C. ; y Senaquerib, 705-681 A. C. Todos estos in-
tervinieron en los asuntos de Israel y Judá. En su
tiempo también hubo tres faraones, de una dinastía
etiópica: la de So ( o Seve o Sabaco) a quien apeló
Oseas de Israel ; la de Sibahi, que ayudó a Hanno.
rey de Gaza, y fué derrotado por Sargón en Rafia ; y la
de Tirhaca, que salió al encuentro de Senaquerib. En
Babilonia reinaba Merodac-Baladán desde 721 A. C.
en adelante, pero por intervalos. De los demás reyes
no hay que fijarnos en sus nombres si no es en Hanno
de Gaza, Padi de Ecron y Ithbaal de Sidón, que figu-
ran en la historia.
Preg. 88. Refiérase la purificación y nueva con-
sagración del Templo. 2 Crón. 29:3-36.
Ezequías no tardó en acometer esta obra de piedad,
pues dió principio a ella en el primer mes del primer
año de su reinado, abriendo las puertas de la casa del
Señor y reparándolas. Reunió a los sacerdotes y le-
vitas y les arengó en términos muy elocuentes, ani-
mándolos a esforzarse para establecer la religión
de sus padres. Hallaron la casa en completo abando-
no, y echaron fuera todo lo que se había metido en
ella de inmundicia, tirándolo al fondo del arroyo
Cedrón. En una quincena tuvieron al Templo listo
y provisto de todos sus vasos y enseres purificados --y
puestos en sus respectivos lugares. Entonces el rey
Ezequías asistió a los sacrificios de consagración,
conforme al rito de Moisés, y se dió alabanza al Señor
EL REINO DE JUDA
N
acompañada de la música y los Salmos de David, y de
los profetas Gad y Natán, y el pueblo entero le acom-
pañaba en este culto de adoración. Se presentaban
tantos sacrificios de gratitud que los pocos sacerdotes
no bastaban para la obra, y se valieron de la ayuda de
los levitas. Se dejó ver por esto que la pésima influen-
cia de Acaz y del sumo-sacerdote Urías había empon-
zoñado el espíritu de los sacerdotes, y los levitas fue-
ron mucho más voluntarios que ellos.
Preg. 89. Refiérase cómo la Pascua fué prepa-
rada y celebrada. 2 Crón. 30:1-27.
Ya había llegado el día en que se debía celebrar
la Pascua, y no estuvieron preparados para ella. Se
acordó, pues, que lo aplazarían hasta el segundo mes,
según la ley de Núm. 9:10-11 lo permitía. Para el
efecto, despacharon cartas a todo Israel y Tudá, des-
de Dan hasta Berseba invitando a todos. Se afirma
que no se había celebrado la Pascua de un modo na-
cional hacía más de un siglo. Muchos israelitas se
hallaban en Judá y la palabra fué enviada a ellos,
como también a los que estaban en Efraim, Manasés
y Zabulón. La invitación fué cordial y conmovedora,
pero provocó en muchos risas y burlas, mas en otros
tuvo buen efecto, los cuales humillándose, vinieron
a adorar al Dios de sus padres. Ya hemos notado en
preg. 79 la moderación de Oseas en dar libertad al
pueblo de ir a Jerusalén. Hubo concurso inmenso, y
los que no pudieron purificarse fueron perdonados.
Muchos de los sacerdotes se avergonzaron y se pre-
sentaron ahora en su oficio y todos se llenaron de
gran gozo, distinguiéndose el rey por su celo y
piedad. Por acuerdo unánime prolongaron la fiesta
otra semana, y el rey presentó al pueblo todos los
animales necesarios para observarla opíparamente.
Preg. 90. ¿Qué reformas fueron hechas? 2
Rey 18:4. 2 Crón. 31:1-21.
Esto fué un avivamiento de la religión del pueblo,
y éste se llenó de gran entusiasmo. Ezequías quitó
los altos, quebró las aseras e hizo pedazos la ser-
piente de bronce que Moisés había hecho en el de-
sierto (Núm. 21 :9) la cual el pueblo había convertido
en ídolo y quemaba incienso ante ella. Le dió el nom-
bre de "Nehustan," pedazo de latón, para que cayese
en descrédito y desprecio. Reorganizó los órdenes
88
HISTORIA SAGRADA
(suertes o clases) de los sacerdotes y levitas para mi-
nistrar en el Templo. Volvió a establecer el culto
diario, semanal (sabático), mensual (novilunios) y
festivo o anual según lo que ordena la ley de Moisés.
Animó al pueblo que contribuyera con los diezmos
y otras ofrendas para la manutención del sacerdocio
y el servicio de los levitas. Esto lo hicieron de tan
buena gana que en poco tiempo sobraba mucho mate-
rial, haciendo necesaria la preparación de bodegas
especiales para guardarlo. Azarías, el nuevo sumo-
sacerdote, de la casa de Zadoc, funcionaba; y se nom-
braron oficiales que atendieron a estos negocios. Hu-
bo suficiente para los que subieron a Jerusalén en su
turno a cumplir con el ritual, y también para sus
familias, incluyéndose mujeres, hijos e hijas, que se
quedaban en las casas por el país. Los hombres, desde
los niños de tres años hasta los ancianos, asistieron
al Templo. Esto nos indica que los niños fueron
destetados a los tres años de edad, punto interesante
en la vida de Moisés y Samuel.
Rebosaba el pueblo de entusiasmo religioso y salió
por las ciudades del país, tanto de Benjamín, Efraim
y Manasés como el de Judá, y quebraron los obelis-
cos, talaron las aseras y destruyeron los altos y alta-
res en todas partes. Esto fué el mayor caso de tra-
bajos iconoclastas de que tenemos cuenta hasta ahora
en la historia sagrada.
Preg. 91. ¿Qué puntos interesantes se presen-
tan acerca del Canon de la Sagrada Escritura?
Tenemos en estos trabajos de Ezequías indicacio-
nes de que la ley de Moisés respecto al culto, tra-
tando de los tiempos, los sacrificios y los deberes que
atañían a las personas sagradas, estaba en vigor y
bien conocida por el rey y los sacerdotes. Este fué
el tiempo de restablecer lo que antes estaba en boga,
de conformarse a las leyes vigentes por estatutos an-
tiguos, y no de originar nuevas ordenanzas que no ape-
larían a la conciencia del pueblo. 2 Crón. 31 :21.
También vemos que había actividades del rey res-
pecto a ciertos libros del Antiguo Testamento. Ya
hemos tratado de la división del libro de los Salmos
en Tom. I, pág. 275, indicando que se halla reparti-
do en cinco libros. Los salmos de David y de Asaf,
mencionados en la presente historia, se hallan princi-
EL REINO DE JUDA
67
pálmente en las divisiones I, II y III, y se puede
suponer que Ezequías y sus hombres letrados reu-
niesen los salmos que se hallan en el 'libro II de los
Salmos. Nos apoyamos para suponer esto, en lo que
en Prov. 25:1, se dice: "Estos son proverbios de
Salomón, los cuales copiaron los varones de Ezequías,
rey de Judá." Como el Canon no estaba cerrado toda-
vía, y sabemos que Ezequías trataba de colocar cier-
tos proverbios al libro, caps. 25-29, también pudo ha-
ber hecho algo con el de los Salmos. Véase 2 Crón.
29 :30.
Preg. 92. ¿ Cuáles fueron las campañas de Sar-
gón que afectaron a Palestina en los días de Eze-
quías ?
Sargon II no se menciona más de una vez en la
Biblia, Isa 20:1, pero él ha dejado muchas inscripcio-
nes. Era un rey asirio de mucha potencia, y varias
de sus expediciones afectaron mucho a la Palestina,
especialmente la primera, que fué en 722 A. C. en la
cual destruyó a Samaria y llevó al pueblo cautivo.
No nos interesan ahora las campañas que hizo hacia
el oriente, sino solamente las occidentales.
En 720 A. C. obtuvo dos victorias muy notables :
la de Karkar y la de Raphia. En Karkar derrotó a
algunos reyes, principalmente sirios, como los de
Hamat, Arpad, Damasco y de Samaria. Es difícil
comprender cómo los nuevos samaritanos pudieron
ofrecer resistencia tan pronto. En seguida, durante
el mismo año, Sargón marchó por la costa del Medi-
terráneo y atacó a Gaza, y Hanno, rey de esta plaza,
huyó a Egipto, y So, o Seve, el Faraón de Egipto de
aquel entonces, salió contra Sargón en Raphia, lle-
vando consigo a Hanno. El asirio salió victorioso
en una gran batalla, y se llevó a Hanno hasta Asiría.
So o Seve se escapó; pero tuvo que pagar tributo.
No sabemos qué hizo Sargón en Judá en esta ocasión,
pero parece que no dejó de entrometerse allí, porque
en este año él se da el título de "Vencedor de Judá"
en sus inscripciones.
En 717 A. C. Sargón venció a los héteos en una
reñida batalla, en la cual Carchemis, la capital de
éstos quedó destruida; y luego avanzó contra algu-
nas tribus de los árabes, a quienes conquistó.
En 715 A. C. en sus actividades militares, Sargón
68
HISTORIA SAGRADA
llevó a muchos árabes y los estableció como colonos
en Samaria, y exigió más tributo de So. rey de Egipto.
Finalmente, en 711 A. C, el general de Sargón, cuyo
título oficial era Tartán, (2 R. 17:18, Is. 20:1) vino y
tomó a Asdod. El rey de esta plaza, Azuri, había he-
cho una conspiración con los reyes de Edom, Moab,
Judá, ciertos reyes de los filisteos y otros de estas
tierras costaneras contra Asiría. Sargón depuso a
Azuri y colocó a Ahimiti en el trono ; pero el pueblo
filisteo de Asdod depuso a Amiti y levantaron a Ya-
mani, o Yavan en su lugar. Al acercarse el ejército
de Sargón, Yamani acudió al rey de Egipto que es-
taba en Meroe; pero éste, lejos de protegerle, le en-
cadenó y entregó a los asirios. Sargón se dió por
satisfecho con esto, y se retiró a su tierra. El rey de
Egipto había prometido ayudar a los confederados
contra Sargón, y su perfidia se trata en la Biblia y
se hace memoria de ella por los mismos asirios, en
tiempos posteriores, según lo hemos de ver. Esta
es la campaña de Sargón mencionada por Isaías en
20:1, y parece que nada se hizo contra Judá en esta
ocasión. Este rey ya no volvió a estas tierras. Pero
hizo expediciones en el oriente contra Merodac-Ba-
ladán, y otros, muriendo en 705 A. C, y le sucedió
Sennaquerib.
Preg. 93. ¿Qué hubo en la enfermedad que
tuvo Ezequías en 713 A. C. 2 Rey. 20: 1-11; 2
Crón. 32:24. Isa. 28:1-21.
Casi todos creen que la enfermedad de Ezequías
sucedió algunos años antes de la expedición de Senna-
querib en que él perdió gran parte de su ejército;
pero Isaías y también el autor de Reyes, dan la his-
toria de la expedición antes de hablar de la enfer-
medad, y en ambos lugares dicen que la expedición
fué en el año 14 de Ezequías. Esto causa dificulta-
des, y muchos han hecho diferentes suposiciones pa-
ra resolverlas; la más sencilla de todas ellas nos
parece ser la de considerar estos 14 años, no como
del reinado de Ezequías, sino después de su enfer-
medad. Con esta única suposición, todo se pone en
armonía, y no parece ser una conjetura vana. Según
esto, Ezequías empezó a reinar en 727 A. C. se en-
fermó en 713 A. C, y al vivir los 15 años añadidos a
su vida, dejó el trono a Manasés en 699-698. En 713
EL REINO DE JUDA
69
A. C. el 14o. año del reinado de Ezequías, Sargón
era todavía rey de Asiría y continuó otros nueve años,
y nada se dice en las inscripciones, que son muy
abundantes, las de estos años, respecto de alguna
campaña en Judá encabezada por Sennaquerib. Ade-
más, si Sennaquerib hizo una guerra contra Judá en
el año 14 de Ezequías, y despojó a éste de sus teso-
ros, ¿qué riquezas tendría éste para exhibirlas a los
embajadores del babilonio, unos pocos años después?
Claro es, pues, que Sennaquerib no vino más de una
vez contra Jerusalén, y en esta ocasión envió sus ge-
nerales dos veces a Ezequías, los cuales llevaron men-
sajes amenazadores.
En su enfermedad Ezequías se vió muy cerca de
la muerte y recibió el siguiente mensaje de Isaías:
"Ordena tu casa, porque morirás y no vivirás." Vol-
vió su rostro a la pared .como lo hizo Acab, pero por
motivo contrario . Acab lo hizo a causa de una mollina
que le produjo la contrariedad de uno de sus sub-
ditos ¡pero Ezequías se afligía por la causa del Señor.
El había hecho lo posible para fomentar un aviva-
miento de religión entre el pueblo. Es de saber
que en aquel tiempo todos creían que una muerte
repentina era castigo de Dios, como desaprobación de
sus actos. Si Dios hubiera cortado la vida a Ezequías
ahora el pueblo lo habría tenido como condenación
del esfuerzo que había hecho para reformarle, y vol-
vería atrás creyendo que el rey era reprobado por
Dios. El rey no tuvo la conciencia de haber sido
apóstata, y presentó a Dios su petición, como lo hace-
mos nosotros, "en su nombre," y por esto fué oída su
oración. Algunos han supuesto erróneamente que
Ezequías se glorificaba como quien no tiene pecado.
2 Rey. 20:3, pero vemos en el sublime salmo de gra-
titud que compuso después. Isa. cap 39:17, que hace
confesión de pecados. La manera como se efectuó
su curación fué muy notable; pues, lo. fué por inter-
vención del profeta Isaías. 2o., fué hecha en un
tiempo muy breve, dos días; y 3o., fué por un medio
que no había sido propio ni eficaz para el caso, sin la
ayuda de poder milagroso, a saber, la aplicación de
masa de higos. También un milagro fué añadido
para señalar de un modo enfático la intervención divi-
na, pues, el retraso de los grados de la sombra en
60
HISTORIA SAGRADA
el cuadrante o reloj de Acaz en ese momento dado,
requería obra de la mano de Dios, pues además de
darle salud, el Señor le concedió otros 15 años en
el reino con la promesa de librarle a él y a Jerusalén
del rey de Asiria.
Preg. 94. Refiérase la embajada a Ezequías de
Merodac-Baladán, rey de Babilonia. 712 A. C. 2
Rey. 20:12-19; 2 Crón. 32:25-26, 31; Isa. 39:1-8.
En este tiempo el rey de Babilonia miraba por
todos lados buscando aliados contra Asiria, y debía
haber notado la prosperidad de Judá; y lo más natu-
ral era que le vendría a la mente el proyecto de ha-
cerle aliado suyo. La notable curación de Ezequías
llegó a su noticia en estos días, y le proporcionó pre-
texto para enviarle un mensaje de condolencia y con-
gratulación, y hacerle una pregunta respecto del mo-
do de su curación y al mismo tiempo conseguir su
amistad y hacer con él alianza. Nada se dice de tal
motivo en la Biblia; pero tampoco nada se dice con-
trario a ello, y esto sirve para aclarar más lo que en
ella consta. Todas las riquezas del rey de Judá
fueron inspeccionadas por los enviados de Merodac-
Baladán, y se dice que Ezequías les "escuchó," (en
las versiones antiguas se dice "se regocijó de su
venida") indicando el buen éxito de la embajada.
Ellos le preguntaron del milagro, pero se puede "leer
entre líneas" que esta comisión traía negocios diplo-
máticos. Sabemos que los profetas se opusieron a
toda clase de intriga política con las naciones extran-
jeras, y Ezequías debe haber sabido bien que Isaías
se opondría a todo esto. Sin embargo, leemos en 2
Rey. 18:7-8: "El se rebeló contra el rey de Asiria.
Hirió también a los filisteos hasta Gaza y sus térmi-
nos, desde las torres de las atalayas hasta la ciudad
fortalecida." En esta expedición contra los filisteos,
Padi, rey de Ecrón, partidario de Asiria, fué llevado
a Jerusalén y encerrado en la cárcel. Según las ins-
cripciones de Sennaquerib, la conspiraciñn se hizo
fuerte contra él y para el año 701 A. C. se hallaron
en ella muchas ciudades de la costa del Mediterráneo,
como Sidón, Sarepta, Aczib, Acco, Arvad, Askelón,
Joppe, Asdod y los países al este de Judá, Edom,
Moab y otros. Se saca por consecuencia que Judá
también estaba en la misma conspiración y tal vez
EL REINO DE JUDA
61
uno de los principales partidarios. Apenas hay que
añadir que esto fué en contra de los consejos de los
profetas. Por eso no nos extraña que se diga: "Eze-
quías no pagó conforme al bien que le había sido he-
cho; antes se enalteció su corazón, y fué la ira contra
él y contra Judá y Jerusalén." 2 Crón 32:25. No
tardó la sentencia de Dios. El profeta Isaías pregun-
tó a Ezequías : ¿Qué dijeron estos hombres, y de
dónde vinieron a ti ? El rey le contestó conforme a
la verdad. "¿Qué han visto en tu casa?" Confesó
que todo. Entonces el profeta pronunció la terrible
condena de Dios: "Oye la palabra de Jehová: He
aquí que vienen días en que todo lo que está en tu
casa y todo lo que tus padres han atesorado hasta hoy
será llevado a Babilonia, sin quedar nada, dijo Jehová;
y de tus hijos que saldrán de ti, que habrás engen-
drado, tomarán y serán eunucos en el palacio del rey
de Babilonia." Entonces Ezequías dijo : "La palabra
de Jehová que has hablado, es buena." Después dijo:
"¿Mas no habrá paz y verdad en mis días?" Es difí-
cil entender cómo Ezequías pudo haberse mezclado
en este asunto peligroso. Seguramente había un
partido entre los príncipes de Judá fuertemente
opuesto al rey de Asiría, que se llevaron a Ezequías.
Es cosa evidente por la historia, y aun por las mis-
mas inscripciones de los reyes asirios, que siempre
deseaban decir cosas favorables a su patria, que ellos
no se hicieron querer por ninguno de los pueblos con-
quistados, porque no bien se había sojuzgado un
pueblo y retirado sus ejércitos, cuando trataban de
rebelarse contra ellos, aun cuando no se veía posibi-
lidad de sostenerse contra su poder. Además, había
una causa especial que obraba en el caso presente, y
es que Dios estaba aleccionando a su pueblo. Se dice
en 2 Crón. 32:31. que en estos días Dios dejó a Eze-
quías para probarle, y hacer conocer todo lo que estaba
en su corazón. También se dice que "después de ha-
berse engreído su corazón, se humilló, él y los mora-
dores de Jerusalén, y no vino sobre ellos la ira
de Jehová en los días de Ezequías." v. 26. El que
reflexiona puede sacar lecciones de provecho res-
pecto al corazón del hombre y la paciencia de Dios en
esta historia.
62
HISTORIA SAGRADA
Preg. 95. Refiérase la invasión de Judá por
Sennaquerib en 701 A. C. 2 Rey. 18:13-19:37;
2 Crón. 32 : 1 -23, 27-33. Isa. 36 : 1 - 37 : 20.
Después de su curación milagrosa y la campaña
contra los filisteos, Ezequías prosperó grandemente
recibiendo presentes, y acumulando riquezas de todas
clases. Por cuatro años consecutivos, después de su
ascenso al trono de Asiría, Sennaquerib estaba ocupa-
do en el este y, no hizo aprecio de lo que hacían los
aliados en occidente; pero en 701 A. C. emprendió la
marcha para dar fin a sus maquinaciones. Ezequías,
apercibido de sus movimientos, tomó consejo de sus
hombres principales (pero no se menciona Isaías) y
puesto de acuerdo con ellos, hizo preparativos para
resistir al asirio que descendía como lobo sobre el
aprisco. Esperaba un sitio, y trató de privar del agua,
ál enemigo fuera de los muros, cegando algunos ma-
nantiales y proveyendo abundancia de ella para la
ciudad de Jerusalén. Isa. 22:11. En ésta existe en la
actualidad un estanque antiguo que se llama "De Eze-
quías." El llevó el agua de la fuente del valle por
conductos escondidos hacia adentro, reedificó y for-
taleció los muros, proveyó a los soldados de armas
y les animó a confiar en Dios. Si nos fijamos bien en
la historia, Sennaquerib en persona pasó por la costa
al occidente de Judá, y tomó las ciudades fenicias y
filisteas mencionadas en preg. 94 y estaba embistien-
do a Laquis cuando envió a Tartán, su general en
jefe, y a otros dos altos oficiales suyos, con los títulos
de Rab-saris y Rabsaces. que en hebreo significan res-
pectivamente el jefe de los eunucos, y el de los cope-
ros ; aunque se cree que tuvieron otro significado,
quizás, en asirio. Se da a entender que el rey tuvo
el grueso de sus fuerzas consigo ante Laquis, pero
se afirma que estos oficiales vinieron a Jerusalén "con
un grande Ejército." En la marcha del asirio por el
país, se dice que tomó todas las ciudades fuertes de
Judá. Parece que el capítulo 10 de Isaías trata de
esta calamidad nacional y en los versículos 28-32
da una viva descripción de las etapas de su marcha
hasta el punto en que podía ver a Jerusalén. Con
expresiones grandilocuentes Sennaquerib relata en
sus inscripciones cómo venció a 46 de las fortalezas
con un sinnúmero de aldeas en derredor de ellas,
EL REINO DE JUDA
63
derribándolas con arietes y otras máquinas de destruc-
ción; especifica que se llevó cautivas a 200,150 perso-
nas, hombres, mujeres y niños e inmensos hatos de
animales de todas clases. Dice que encerró a Eze-
quías en Jerusalén como pájaro en una jaula, y que
levantó fuertes contra él. En realidad parece que
él mismo no se acercó a esta ciudad ; pero no preten-
de haber vencido a Jerusalén. Ezequías se alarmó y
envió una comisión a Sennaquerib prometiendo some-
terse y pagar cuanto él le impusiera, y el asirio, no le
concedió nada sino que le exigió una suma enorme.
Ezequías le entregó fielmente lo que exigía, es decir,
30 talentos de oro que pesaban lo mismo que un billón
de pesos, y 300 de plata, que equivalían a 800 talen-
tos asirios, o sea, $550,000. También proclama que
le quitó gran botín de piedras preciosas, muebles de
marfil, y aun le forzó a entregar en sus manos sus
hijos y las damas del palacio con los cantores y can-
toras. Ezequías se humilló hasta el polvo y para
juntar tanto oro y plata, no sólo tuvo que vaciar su
propio tesoro y el del reino, sino que fué al Templo
y arrancó las planchas de oro de las puertas y de
otras partes, dejando pobre al país y al Templo, en-
viándolo a Sennaquerib. Los reyes de las ciudades
filisteas que habían sido quitados por los de la conspi-
ración contra Asiria, fueron puestos de nuevo en sus
tronos, como en Ascalón y en Ecrón, y así Padi (véase
preg. 94) fué sacado de la cárcel en Jerusalén y otra
vez hecho rey de Ecrón.
Preg. 96. ¿Cuál fué el mensaje de Rabsaces?
En esta primera ocasión, este oficial pronunció ante
los siervos de Ezequías y el pueblo judío, una arenga
en que trasluce el espíritu vanidoso del asirio, lleno
de jactancia y de orgullo, con sumo desprecio para
otros. Lo que asentó respecto a la impotencia de
los dioses falsos de los paganos era verdad ; pero su
idea de la obra de Ezequías en destruir los altos y
los ídolos en la Palestina como afrenta a Jehová era
absolutamente errónea, mas es una equivocación natu-
ral en un politeísta. Sus denuestos contra Jehová po-
drían haber nacido de su ignorancia, pero le costaron
muy caro. Por otra parte, su escarnio del rey de
Egipto era merecido, porque en verdad era una "caña
cascada," un junco destrozado del Nilo. Su califica-
64
HISTORIA SAGRADA
ción del Faraón concuerda con la de Isaías en 30:1-7.
El asirio quiso retar a Ezequías para que compitiese
con su rey aun dándole éste la ventaja de los caballos
para los jinetes, para convencerle que nada podía
hacer. Echó una bravata enorme cuando afirmó que
Jehová le había dado mandato para venir contra Jeru-
salén. Los siervos de Ezequías, que eran Eliacim.
mayordomo y hombre honrado y fiel, Isa. 22:20-24,
Sebna, escriba y hombre ambicioso y egoísta, Isa.
22:15-19, con otro, no quisieron que el pueblo oyese
estos discursos temiendo se desanimase, y suplicaron
a los asirios que les hablasen en la lengua de Asiría,
que era la del comercio y la que ellos entendían, y no
en hebreo que era el idioma único del pueblo judío,
pero no lograron su deseo, porque los otros persis-
tieron en hablar en hebreo, pero aun así no alcanzaron
lo que buscaban cuando arrojaron burlas contra Jeho-
vá. pues semejante elocuencia les fué contraprodu-
cente, porque al hablar ligeramente de su religión,
les hirieron el amor propio, haciendo violencia en sus
profundas convicciones.
Preg. 97. ¿Qué hicieron los príncipes judíos y
Ezequías?
Los ministros de Ezequías acudieron a él con sus
ropas rasgadas informándole del mensaje recibido.
Ezequías también se puso luto y subió al Templo, sin
duda para hacer oración al Señor. Envió a los mismos
ministros para que informasen al profeta Isaías de la
gravedad del estado de Jerusalén, y que le suplicasen
a orar por su pueblo. El profeta le devolvió una
respuesta de paz, asegurándole que Dios haría a1
asirio volver a su tierra, y allí caer por la espada.
Aunque Ezequías tuvo culpa, y su conducta había
traído estas desgracias sobre Judá. y aunque su en-
trada en la escena de la política mundial, y su depen-
dencia en sus arreglos militares para [su defensa
eran contrarias a las enseñanzas de los profetas, sin
embargo, ahora que él se humilla y acude al Señor,
el profeta no le reprende ni le zahiere, y el Señor no
le abandonó sino que quitó al asirio de delante. En
seguida, en 2 Rey. 19:8. se refiere la retirada de los
generales asirios en busca de su rey. Parece que
hubo interrupción en el sitio de Jerusalén, para que
las tropas asirías pudiesen ayudar en la batalla que
Eli REINO DE JUDA
«5
libraba Sennaquerib con el Faraón en Elteke ,en la
cual no ganó gran cosa, aunque pretende haber lle-
vado de allí presos de alta categoría. Los oficiales
hallaron al rey atacando a Libna. Pero muy pronto
se verificó la predicción de Isaías, porque Sennaque-
rib oyó rumor de que Tirhaka, de Etiopia, le salía
al encuentro, y un espíritu de temor entró en él, jun-
tamente con el de osadía contra Jehová.
Preg. 98. ¿Cuál fué el objeto de la segunda
venida de los oñciales de Sennaquerib ante Jeru-
salén?
El rey asirio los envió otra vez a Jerusalén con una
carta a Ezequías. Como éste le había pagado todo
lo que él había exigido, era una grave falta de buena
fé presentarse otra vez con semejante carta. Puede
ser que la carta fuese más larga que lo que de ella se
ha conservado en la Biblia. Lo que se presenta en
ésta no parece tener otro objeto que el de insultar a
Jehová. Si tuvo la intención entonces de continuar
el sitio, o de marchar contra Jerusalén de nuevo, no
lo menciona. Ezequías recibió la carta y entrando
en la casa de Dios, la abrió delante de El e hizo una
ferviente oración; también Isaías hacía súplicas a
Dios. Ahora el honor del mismo Dios se interesaba
en este trance, porque el asirio le había igualado a los
ídolos de los paganos, efectivamente retándole a
librar a Jerusalén. Además, el Señor había prome-
tido librar a Ezequías y a Jerusalén; por lo mismo,
muy pronto la respuesta divina fué dada en una subli-
me poesía, en la cual la virgen, hija de Sión. movía
su cabeza con gesto de desdén y de victoria sobre
Sennaquerib. Jehová dijo que pondría su anzuelo
en las narices del asirio, como hacen los ganaderos con
los toros indómitos y los sujetan; y metería su freno
en la boca como el chalán gobierna el corcel furioso;
y le haría volver avergonzado sobre sus pasos hasta
Nínive.
En aquella misma noche el ángel de la muerte
pasó sobre el campamento de los asirios y son
vanas conjeturas respecto del modo con que esta
matanza fué efectuada, pues perecieron 185,000 sol-
dados asirios. Cuando amaneció, los hombres, sean
los de Jerusalén o los de Libna, vieron a los campos
cubiertos de cadáveres. Esta obra grande fué reía-
«6
HISTORIA SAGRADA
tada en pocas palabras, pero el hecho es uno de los
más notables de la historia de Israel. Isa. 17:14, "Al
anochecer; ¡cómo espantan! Al amanecer, ¡ya no
existen!" Este milagro en defensa de los judíos
toma su lugar en la poesía, los cánticos y alabanzas
nacionales juntamente con el paso del Mar Rojo, o
del río Jordán, y después, con lo que se hizo para la
salvación de los judíos de la mano de Hamán. Sen-
naquerib no menciona este descalabro, como no lo
hace de ningún otro, en sus inscripciones, pues no
era en honor suyo. La tradición dada por Herodoto
de que los ratones del campo invadieron el campa-
mento y royeron las cuerdas de los arcos, las aljabas
y las correas de los escudos, dejando a los soldados
inermes, es interesante. Se cree que esta victoria
fué la ocasión de los salmos 46, 75 y 76.
Preg. 99. ¿Qué más se sabe de Ezequías? 2
Rey. 20:20-21. 2 Crón. 32:23, 32-33.
Unos presentes fueron llevados al Señor en Jerusa-
lén y a Ezequías, y éste gozó de mucho honor en to-
das partes. Duró poco más en el reino, y fué sucedido
por su hijo Manasés en 698 A. C.
Preg. 100. ¿Qué dice la Biblia y la inscripción
babilónica de la muerte de Sennaquerib? 2 Rey.
19:37, 2 Crón. 32:21.
Los dos están de acuerdo: La Biblia da cuenta de
que Sennaquerib estaba adorando en la casa de su dios
Nisroc cuando sus hijos Adrammelec y Sharezer le
mataron a espada y se escaparon a la tierra de Ararat ;
la Crónica Babilónica dice que "En diciembre de
681 A. C. Sennaquerib fué muerto en una insurrección
por su hijo, y que en Mayo, 680 A. C. Esarhaddon.
su hijo, se sentó en el trono de Asiría." Este duró
doce años en el reino, hasta 668 A. C. En 670 A. C
Esarhaddon, después de gobernar bien en el oriente,
y ganar el aprecio aun de los babilonios, hizo una
expedición hacia el occidente, y guerreó contra Tir-
haka. el egipcio, y le venció, haciendo de todo el
norte de Egipto una provincia de Asiría. Contaba
entre sus subditos a los reyes de Edom, Moab, Gaza,
Ecrón, Askalón, Asdod, y a Manasés. rey de Judá.
Como hubo desórdenes en Egipto, Esarhaddon se
quedó en este país hasta que murió en 668 A. C. y
fué sucedido por su hijo Asurbanipal, de 668 A. C.
EL REINO DE JUDA
67
hasta 626 A. C. Este dio principio a sus trabajos,
sujetando de nuevo a Tirhaka y tuvo buen éxito; pero
le era necesario repetir sus campañas y seguirle más
y más hacia el sur hasta llegar a la capital de Nubia
en 662 A. C. Después de esto, Egipto se quedó quie-
to por algunos años, hasta después que se levantó Sam-
mético cerca del año 650 A. C. de una dinastía nueva
en Egipto. Se supone que este dominio de Ech"'
por los asirios entre 670 y 650 A. C. es el de que Isaías
habla en su capítulo 19, o en el 30.
Preg 101. ¿Qué se dice del carácter, conducto
y cautiverio de Manases en Babilonia, y de su arre-
pentimiento? 2 Rey. 21:2-9, 11-18. 2 Crón. 33:
2-20.
Manasés según se presenta en los pasajes citados,
aparece en colores negros, con una pequeña excepción.
Después de una vida idólatra y criminal, fué llevado
cautivo a Babilonia, donde se arrepintió, y al orar
a Dios, fué oído. En el principio era otro Acaz en su
devoción a los baales. aseras v altos, adorando a los
astros y también sacrificó a su hijo en el valle de Hin-
nom. 2 Rey. 21 :6. En su devoción al espiritismo
excedió a los reyes anteriores, porque parece que
nombró a los médiums para ser sacerdotes suyos.
Según la naturaleza de los males, si no se pone coto
a ellos, aumentan y van de mal en peor. Toda forma
de hechizo y adivinación fué practicada por él. Pro-
fanó el Templo de Dios y sus atrios y derramó a to-
rrentes la sangre inocente por toda Jerusalén. La
tradición afirma que el profeta Isaías se escondió en
un árbol, y que Manasés ordenó que éste fuese aserra-
do con Isaías adentro, y que en la epístola a los He-
breos 11:37 hallamos una alusión a esto. El Señor
envió a sus profetas y le amonestaron valientemente a
Manasés. Le anunciaron que por sus abominaciones iba
a talar a Judá y a Jerusalén como acababa de hacer con
Samaria, oue limpiaría a la ciudad como se limpia
una escudilla y la vuelven sobre su faz. Declaró que
los israelitas le habían provocado desde el día en que
los sacó de Egipto y constantemente habían hecho
lo mismo. Para dar énfasis a sus palabras, envió a los
capitanes del eiército asirio a llevar a Manasés cau-
tivo hasta Babilonia. En otro tiempo los enemigo*
de la Biblia se fijaron en que no dijo "a Nineve,"
HISTORIA SAGRADA
creyendo hallar un error, pero ahora se sabe que
Asurbanipal tomó a Babilonia y era rey de ella. Cuan-
do Manasés fué forzado a reflexionar sobre su con-
ducta y recordar las palabras de los profetas, se arre-
pintió, e hizo oración al Señor. Jehová le oyó y le
devolvió a Jerusalén por la mano de Asurbanipal.
Esto también chocó a los enemigos de la Biblia, a los
críticos incrédulos, que afirman que era inverosímil
que el rey de Babilonia o de Asiría devolviese a algún
cautivo para ocupar su trono otra vez. Consta en las
inscripciones que este mismo rey Ausrbanipal, después
de haber llevado cautivo al Faraón Necao, hasta Babi-
lonia, tuvo a bien devolverle a su patria y a su trono;
lo cual nos da a entender que el caso de Manasés no
era extraño, y que los enemigos no tienen razón en
dudar de este libro porque afirma este hecho. El his-
toriador de las inscripciones no refiere lo de Manasés,
quizá porque le tuvo en menos estima que a Necao,
pero no omite que Manasés le pagó tributo al Asirio.
No abundan las inscripciones asirías de este tiempo.
En los libros apócrifos existe una oración que se
atribuye a Manasés, pero se considera espuria. Cuan-
do Manasés volvió a Jerusalén, se corrigió de algunas
faltas de su propia conducta, y trató de hacer algunas
reformas en el pueblo. Destruyó las abominaciones
que había hecho, y mandó a Judá que sirviese a Jeho-
vá. Estas reformas no dejaron de ser muy superficia-
les, porque sus maldades habían continuado por mucho
tiempo, y eran tantas y tan grandes que el pueblo
estaba muy entregado a la idolatría, e hizo poco apre-
cio de la conversión y nuevos mandatos de su rey.
Al morir Manasés en 642 A. C, no le sepultaron en
las tumbas de los reyes, sino en su propia huerta; y
fué sucedido por su hijo Amón.
Preg. 102. ¿Qué se sabe de los Escitas?
En Col. 3:11, se habla de los escitas, y en Ezeq.
capítulos 38 y 39, hay profecías respecto a Gog y
Magog, que se creen son referentes a estos escitas, co-
mo también las alusiones contenidas en Isaías y Jere-
mías y otros profetas a las gentes "del norte." En
los libros históricos sagrados no se hace alusión a
ellas, ni se trata de sus incursiones en la Palestina
en este tiempo de Manasés, por no tener conexión
directa con el desarrollo de Israel. L,os historiadores
profanos, como Hesiodo, Heródoto y Estrabón nos
ÉL REINO DE JUDA
6 a
enseñan que estas hordas de bárbaros descendieron
como una ola destructora desde las regiones que se
hallan en las riberas del Mar Caspio, y que en sus
correrías, llegaron a la entrada de Egipto. El Faraón
Sammético los detuvo por medio de una cuantiosa su-
ma que les pagó. Se cree, pues, que hicieron grandes
estragos también en Judá en este tiempo de Manasés
y se dice que molestaron a los países orientales por
unos 38 años. En el catálogo de las naciones se men-
cionan en el Génesis, cap. 10. Véase Tomo I pág. 20.
No hubo escritor de ellos para cantar sus glorias, y
tenemos que aceptar lo que sus enemigos cuentan de
ellos. Heródoto los describe como nómadas cuyas
familias vivían en carros forrados por dentro y cu-
biertos por fuera por pieles de animales; y los hom-
bres siempre andaban en sus caballos ensillados. En-
tre ellos prevalecía la poliandria, que es el estado
social opuesto a la poligamia. Se alimentaban de
queso y leche de las yeguas. Algunas veces comían
carne, que con frecuencia era humana, porque eran
antropófagos. Al matar a un enemigo, le arrancaban
el pericráneo con la cabellera y lo colgaban en el
cinturón como trofeo, bebían su sangre, tomaban el
cráneo para hacer veces de copa y se comían las car-
nes. Eran muy sucios y tenían costumbres viles y
groseras. Cuando llegaban a un país cuya verdura
parecía un vergel, después que lo dejaban quedaba
convertido en un páramo. Como eran ganaderos, bus-
caban pastos para sus animales, y cuando acababan lo
que había en este sitio, mudaban todo el aduar hasta
otro lugar. Tal es la pintura que hacen de ellos sus
enemigos.
Preg. 103. ¿Qué se dice del reinado de Amén?
2 Rey. 21:18-23; 25-26. 2 Crón. 33:20-24.
Nada de bueno hubo que decir de él. Siguió en
la mala conducta de su padre Manasés, y aun le ex-
cedió en maldad y sin arrepentirse. Sus siervos cons-
piraron contra él y le asesinaron en su casa, y parece
que fué sepultado junto a su padre. El pueblo de
la tierra castigó a sus asesinos.
Preg. 104. ¿Quién siguió a Amón? 2 Rey.
21:24, 26, 22:1, 2 Crón. 33:25, 34:1,3.
Las gentes del país elevaron a Josías al trono a la
tierna edad de ocho años, el décimo sexto rey de Judá.
y reinó 31 años. De los primeros once años, hasta
7 0
HISTORIA SAGRADA
que Josías tuviera 19 años, nada sabemos de su ca-
rácter o administración, sólo que principió a buscar
a Jehová en el octavo año de su reinado ; y que en
el duodécimo, dió manos a su obra de reformación.
Preg. 105. ¿Cuál es la estimación en que fué
tenido por el escritor sagrado? 2 Rey. 22:2, 23:
25-27. 2 Crón. 34:2.
Le pone en la misma categoría con David; y agre-
ga que no se desvió a diestra ni a siniestra, y que en
su completa obediencia a la ley del Señor, no tuvo
igual ni antes ni después. Para ahora la copa de la
iniquidad de Judá estaba tan llena que a pesar de la
mucha piedad de Josías, no fué posible detener por
mucho tiempo el condigno castigo de Dios, especial-
mente en vista de las atrocidades de Manasés.
Preg. 106. ¿Cuáles fueron las primeras refor-
mas de Josías? 2 Crón. 34: 3-7.
Quitó de una vez los altos, las aseras, los sodomitas
y todo el catálogo de abominaciones con que su padre
y su abuelo habían llenado la tierra; e hizo polvo
a estos ídolos y lo esparció en los sepulcros de los
que habían sacrificado ante ellos, quemó los huesos de
los sacerdotes en sus altares, y limpió a Judá y a
Jerusalén. Hizo otro tanto en el territorio que antes
era de las tribus de Manasés, Efraim, Simeón y hasta
Neftalí. Arriba de los altares había imágenes del
sol, con una bola grande en el centro y rayos saliendo
por todos lados, y a todos los destruyó.
Preg. 107. ¿Qué composturas hizo Josías en
el Templo? 2 Rey. 22:3-7, 2 Crón. 34:8-13.
Hilcías, el sumo sacerdote, por orden del rey, tomó
el dinero que el pueblo trajo al Templo, y lo dió a
carpinteros, y otros artesanos para reparar las abertu-
ras hechas en él durante el tiempo de los reyes ante-
riores, teniendo que comprar madera y piedra de can-
tería para componer los destrozos hechos por ellos.
Preg. 108. ¿Qué notable hallazgo tuvieron, y
cuál fué el resultado de él?
Hallaron EL LIBRO DE LA LEY DE JEHOVA
en el Templo, donde se había quedado sin duda, des-
de los días de Ezequías. Allí es donde debía haberse
guardado al lado del Arca del Pacto. Deut. 31 :26.
Josías mandó que el Arca fuese devuelta a su lugar
en el Santísimo. 2 Crón. 35:3. Ex. 26:33. No se sabe
cuándo fué sacada de allí. Algunos suponen que fué
EL REINO DE JUDA
71
por Manasés. 2 Crón. 33:7, pero esto no es probable.
Tal vez fué necesario quitarla temporalmente para
reparar el Templo. El Arca no se menciona más en
el Antiguo Testamento, excepto en Jer. 3:16, donde
se reprueba la falsa confianza en ella. La Casa de
Dios fué cerrada por Acaz, y seguramente por Mana-
sés y Amón también. En ella Joas fué escondido por
años, y ahora este libro se descubrió en ella. Al
hallarla Hilcías, quizás por no saber leer, lo entregó
a Safan, el escriba, quien lo leyó, y en seguida, cuan-
do fué a dar informes al rey del progreso de la obra,
le comunicó esta nueva del hallazgo de la Ley. Se
puso a leerla ante el rey, mas éste al oírla, quedó
alarmado y rasgó sus vestidos y sin demora envió
una comisión para consultar con la profetisa Huida.
Por primera vez tuvo noticia de las terribles maldi-
ciones en que el pueblo había incurrido a causa de sus
idolatrías, y quiso saber la voluntad de Dios. Huida,
en su respuesta al rey, le dijo en el nombre de Dios,
que ciertamente su ira tendría que descargarse sobre
el pueblo por sus iniquidades, pero en vista del hecho
de que se le había enternecido el corazón al oír sus
palabras, rasgando sus vestidos y llorando delante de
El, esta destrucción no vendría en sus días.
Es de notarse que los enemigos de la Biblia hacen
reparo en la historia del hallazgo del LIBRO DE LA
LEY, y lo tienen por subterfugio, y pretenden que se
compuso este relato para cubrir el fraude que co-
metieron los sacerdotes al componer partes del Pen-
tateuco, y hacer al pueblo creer que las ordenanzas
que ellos introdujeron en aquel tiempo fueron hechas
por Moisés, y siempre habían sido tenidas por anti-
guas y divinas. Esta acusación gratuita de falsedad
en el escritor sagrado carece de fundamento y cae por
su propio peso.
Preg. 109. Refiéranse las actividades de Josías
después del hallazgo del Libro de la Ley. 2 Rey.
23:1-14, 29. 2 Crón. 34:29-33.
El rey reunió a los ancianos y a todo el pueblo en
la casa de Dios y dió lectura de la Ley en sus oídos;
en seguida celebró pacto con Dios de cumplir con
ella, e hizo al pueblo acompañarle en el juramento.
Entonces emprendió una reforma general, quitando
todas las abominaciones introducidas por sus predece-
72
HISTORIA SAGRADA
sores, las mismas de que hemos hablado tantas veces
ya y para expresar su desprecio por ellas las quemó,
y haciéndolas polvo, las esparció sobre los sepulcros.
Quitó a los sodomitas con todo lo que se había hecho
para popularizar sus prácticas en todo el país, desde
Geba hasta Beersaba; profanó a Tofet en el valle de
Hinom, que es el Gehena, símbolo del infierno, donde
habían quemado sus hijos a Moloc, y prohibiendo esta
costumbre; suprimió el uso de los caballos que fueron
consagrados al sol y destruyó sus carros en el fuego.
Existía todavía en el Monte de los Olivos, en la cres-
ta hacia el sur, un santuario dedicado a Moloc, el dios
falso de Amón; y se hallaba otro de Quemos, divini-
dad falsa de Moab, mencionada en la piedra Moabita.
Tom. I, p. 341, colocado, según la tradición antigua,
en el lado del Monte hacia el norte ; y también uno
de Asera, la abominación de los sidonios. Estos san-
tuarios paganos fueron hechos por Salomón para
agradar a sus mujeres, y le corrompieron a él y al
pueblo. Josías los profanó como lo hizo con todas
las demás formas de idolatría, y abolió también los
brujos, hechiceros, adivinos, agoreros y espiritas.
Preg. 110. ¿Qué notable profecía fué cumplida
por Josías? 2 Rey. 23:15-20. 1 Rey. 13:1-3.
Cuando Josías fué a Betel para destruir lo que res-
taba del antiguo pecado de Jeroboam I derrocó el al-
tar, quemó el alto y la Asera y tornó el altar en polvo
después de haberle profanado quemando en él los
huesos de algunos muertos. Vió el monumento del
varón de Dios que profetizó que Josías haría todo
esto, y dió fin a este culto matando a sus sacerdotes.
Preg. 111. ¿Cómo celebró la Pascua? 2 Rey.
23:21-23, 2 Crón. 35:1-19.
En el año 18 de su reinado Josías celebró la Pascua
en completa conformidad con la Ley de Moisés, como
no se pudo hacer ni aun por Ezequías.
Preg. 112. Refiérase la muerte de Josías. 2
Rey. 23:28-30. 2 Crón. 35:20-27.
Josías era aliado del rey de Asiría, y cuando Necao,
el Faraón de Egipto, salió con su ejército para pelear
contra el asirio, y pasaba por la costa de Judá, Josías.
según parece, se consideraba obligado a oponerse a
su paso. Necao le aconsejó que volviese sin atacarle,
pero Josías no le oyó y en la batalla que se libró en
el valle de Meguido, Josías fué muerto. Nos parece
EL REINO DE JUDA
7:i
extraño que Josías hubiese hecho esto, que segura-
mente era contrario a las enseñanzas de los profetas ;
pero tal vez no les consultó antes de hacerlo. Hubo
grandes lamentaciones sobre la muerte de este rey-
tan celoso de la Ley de Dios. Zac. 12:11.
Preg. 113. ¿Qué profetas ejercieron su minis-
terio durante el reinado de Josías?
Cuatro profetas florecieron en los días de Josías;
probablemente en el orden siguiente, o simultánea-
mente : SOFONIAS, NAHTJM, HABACUC Y JERE-
MIAS.
Preg. 114. ¿Cuál es el mensaje principal de
SOFONIAS, y el de NAHUM?
Lo que se dice en el título de la profecía respecto
de la fecha de ella que fué en los días de Josías se
confirma porque ya se había destruido Gat, que no
parece en la lista de las ciudades de Filistia en 2:4;
pues parece que después de la toma de ella por Hazael
y la obra destructora de Ozías (2 Rey. 12:17, 2 Crón.
26:6) Gat sería de poca importancia o destruida ente-
ramente; pero Nínive existía todavía, 2:13, que fué
destruida en 606 A. C. dos años después de la muerte
de Josias. Sofonías se ocupa de una predicción del
DIA DE JEHOVA en ira y juicio sobre todo el
mundo, y en esta conexión menciona muchas naciones
desde Etiopía hasta Asiria.. Anuncia la completa
destrucción de Nínive, y amonesta a Judá y Jerusa-
lén que les aguarda castigo también si no se arrepien-
ten ; y parece que preparó al pueblo para las refor-
mas de Josías.
¿Cuál fué el mensaje de Nahum?
Toda esta profecía es un oráculo contra Nínive, y
predice su destrucción de una manera gráfica. Segu-
ramente el autor había presenciado algún asalto con-
tra alguna ciudad, por lo pintoresco de sus descripcio-
nes. Esta profecía fué cumplida en 606 A. C. de tal
manera que por muchos siglos no se supo a donde ha-
bía estado Nínive.
Preg. 115. ¿Cuál fué el mensaje de Habacuc?
Es una profecía corta, pero variada, habiendo en
ella predicciones y oraciones, una de las cuales es
un hermoso salmo. Fué escrito en los días de Josías
o cerca de ese tiempo, porque habla del Templo, de
un modo que da a entender que no estaba destruido,
74
HISTORIA SAGRADA
2:20, y tenía servicio de canto, 3:19; sus alusiones a
los objetos de la naturaleza convienen a la Palestina,
y revela que Dios estaba levantando a los caldeos para
castigar a los malos, pero asegura que el justo vivirá
por su fé. 2:14. No declara para quién fué escrito,
pero todo lo referido indica que fué para Judá; y
pregona que la tierra estará llena del conocimiento de
la gloria de Jehová, como las aguas cubren la mar.
2:14.
Preg. 116. ¿Qué se sabe del profeta JERE-
MIAS?
Jeremías es uno de los profetas mayores, pues,
en cuanto a su extensión, es el más largo de todos
ellos, y además hay que añadir sus Lamentaciones.
El figuró mucho en los asuntos públicos de su pueblo
en los últimos años de Judá, desde mediados del rei-
nado de Josías hasta algunos años subsecuentes al
cautiverio. Era hijo de Hilcías, sacerdote, de Ana-
tot, pueblito de Benjamín, no muy lejos de Jeru-
salén. Dió principio a sus trabajos en el año 13 de
Josías, y continuó en la capital 41 años, y todavía
figuraba y profetizaba cuando los residuos del pue-
blo fueron a Egipto, con los cuales iba contra su
voluntad, hasta Tahpanes (Dafne). Hay muchas tra-
diciones respecto a sus actividades, viajes y expe-
riencias en otras tierras en tiempos posteriores, pero
creemos que carecen enteramente de valor. Se rela-
cionan en gran parte con las tradiciones que se refie-
ren a lo que se llama el "Nuevo Israel." y el hallazgo
de las diez tribus perdidas. Véase Preg 82. Jere-
mías debe haber empezado a profetizar muy joven.
No tardaron los de su pueblo Anatot en oponerse a
sus profecías. y la oposición a él cundió entre la
gente de Jerusalén, especialmente entre los prínci-
pes; aunque el rey Sedéelas le favorecía en secreto.
En varias ocasiones fué encarcelado y metido en dife-
rentes clases de prisiones, pero a sus enemigos no
se les permitió que le mataran. Como participó
mucho en cosas públicas, tendremos que hacer mérito
de sus profecías y hablar de sus actividades en la
historia desde aquí en adelante; pero para la ayuda
y gobierno de los que deseen consultar su profecía
detenidamente, damos aquí las fechas de sus dife-
ÉL REINO DE JUDA
75
rentes profecías según las da el Sr. Davis en su Dic-
cionario Bíblico.
Los Reinados en que se Supone que Fueron las
Profecías de Jeremías
1 — Entre el año 13 y 31 del reinado de Josías : Caps.
i-vi. V éase 1 :2 y 3 :6.
2 — En el reinado de Joacaz, ninguno.
3 — En el de Joacim, al principio, xxvi.
4 — En el año 4 de Joaquim, xxv, xxxvi, xlv, xlvi.
1-12.
5 — En algún año de Joaquim, xxxv, cuando Nabuco-
donosor estaba en el país.
6 — En el reinado de Joaquín, xxxii. 20-30.
7 — En el reinado de Sedecías, al principio: xxiv,
xlix. 34-39.
8 — En el año 4 de Sedecías: xxxii, (véanse vv. 3 y
12. 28:1) xxviii, lv. 59-64.
9 — -En el año 10 de Sedecías : xxxii, xxxiii.
10 — En indeterminado año : xxi, xxix, xxxiv, xxxvii,
xxxviii, xxxix. 15-18.
11 — Después de la caída de Jerusalén: xxxix. 1-14
xl-xlv.
12 — En tiempo indeterminado : vii-xxii, xx, xxiii,
xxx, xxxi, xlv, xlvi. 13-1 i . 58, lii.
Se ha notado alguna diferencia entre Jeremías e
Isaías en su modo de hablar de Jerusalén. Isaías pro-
cura que sea defendida, pero Jeremías observa que
existe una vana confianza que el pueblo pone en la
santa ciudad de JeYusalén y en el Templo, creyendo
que entretanto que poseyeran estas dos cosas, aunque
viviesen en la idolatría y en las iniquidades más ne-
fandas, ningún mal se les podría acercar. Por lo
mismo él se afana por hacer que todos pongan su
confianza solamente en Dios, y les exhorta que si no
se arrepienten de sus graves pecados, tanto ellos
como el Templo serán destruidos.
Preg. 117. ¿ Qué nueva clase de profetas se nos
presenta en esta parte de la historia?
Ya hemos tenido ocasión de hablar de muchos pro-
fetas verdaderos de Dios, y de la persecución que
sufrieron; pero ahora empiezan a abundar una nueva
especie de ellos, a saber PROFETAS FALSOS.
Es verdad que han aparecido unos pocos de ellos
76
Historia sagrada
antes, pero distinguimos ahora cuatro clases de ellos:
la. Hubo profetas de Baal y de otros dioses falsos
que no pretendían hablar en el nombre de Jehová.
2a. Hubo también profetas de Baal, o del falso
culto de Jeroboam, que dieron profecías en el nom-
bre de jehová; como Sedecías y sus compañeros en
1 Rey. 22:11. Véase Tom. I Preg. 448-51.
3a. Había otra clase de hombres que en algunas
ocasiones tuvieron verdadera inspiración, y en otras
mintieron, o cometieron pecado grave; como Balaam.
Núm. caps, xxii-xxiv, Jos. 13:22, 2 Ped. 2:15-16, Ju-
das 11 ; Véase Tom. I Preg. 211-14; y el viejo profeta
en Betel. 1 Rey. 13:18.
4a. Finalmente, en este tiempo hacia el fin del
reino dividido, resulta una clase de profetas falsos
o impostores, que viendo la autoridad de que los pro-
fetas gozaban, pretendían ser profetas de Jehová
con motivos ambiciosos y mercenarios, para tener
influencia, o para ganar dinero, cuando carecían en-
teramente de inspiración. Parece que Miqueas en
3:5-11 nos indica esto por primera vez, en los días
de Ezequías, o antes. Pero este mal crecía. Jeremías
nos refiere el caso de Hananías, en Jerusalén, y de
Acab y Sedecías, y otros, en los cautivos en Babi-
lonia, que dieron falsas predicciones en el nombre
de Jehová, Cap. 29; y Semaías desde allí escribió
una falsa profecía a Jerusalén contra Jeremías, Jer.
caps, xxviii y xxix. Además, vemos que con espe-
cialidad los profetas Jeremías y Ezequiel amonestan
contra esta clase de profetas que abundaba en Jeru-
salén y entre los cautivos. Nehemías fué molestado
por algunos de ellos. Neh. 6:10-14. Pronunciaron
grandes maldiciones sobre ellos y sobre los que los cre-
yesen. Véanse Jer. 5:12, 13:13, 14:13-18. 23:9-40.
27:12-22, 32:32; y Ezeq. 13:1-23, 14:9-11. 22:25-28.
Hay pasajes que no distinguen la clase de profetas
que hablan, sólo se sabe que son falsos; Jer. 4:9.
5:31. Lam. 2:14. Esta notable cosecha de profetas
falsos aparece aquí en la historia de Israel, más que
en otro tiempo.
Preg. 118. ¿Quién siguió a Josías en el reino
de Judá? 2 Rey. 23:30-32. 2 Crón. 36:1-3.
El pueblo de la tierra tomó a JOACAZ, hijo de
El. REINO DE JUDA
77
Josías, le ungieron y le pusieron en lugar de su padre
Josías. Este tuvo cuatro hijos mencionados en 1 Crón.
3:15: Johanan, Eliacim. cuyo nombre fué cambiado a
Joacim, y Salum. cambiado a Joacaz y Sedecías. Jo-
hanan, el mayor, no aparece en la historia; y Salum,
o Joacaz, era mayor de edad que Sedecías según se
dice en 2 Rey. 23:31 comparado con 24:18. No hubo
siquiera uno de los hijos de Josías, o de los hijos de
ellos, que siguiera el buen ejemplo de Josías, como
los reyes de Israel, eran malos, y aun peores que es-
tos. El que medita en las lecciones de la historia
se fijará en Ezequías y Josías ; estos reyes piadosos
fueron intercalados entre predecesores y sucesores
pésimos. Mientras vivían estos dos, el pueblo también
daba muestras exteriores de piedad, y aun los restos
de las diez tribus aceptaron sus invitaciones a partici-
par en el culto al Dios de sus padres ; pero no bien
terminaron sus vidas y el pueblo todo se entregó
de lleno a las peores abominaciones ; las reformas
fueron superficiales y la corrupción profunda. Así
Dios dió pruebas de su paciencia, longanimidad y
misericordia en su modo de tratar a su pueblo, apla-
zando el día del castigo, y apelando al pueblo por
medio de estos buenos reyes y los profetas. En este
tratamiento del pueblo descubrimos también su modo
de conservar la semilla de la piedad en medio de un
pueblo cuya mayoría fué perversa y dura de cerviz.
Dios no permitió nunca que la religión se extirpara
enteramente del pueblo pues siempre conservó algunos
retoños del tronco talado. Aun al fin sabemos que
escogió a sus fieles para que fuesen llevados cautivos
a Babilonia y después ser traídos otra vez a Jerusalén
y plantados de nuevo en la tierra santa. De estos son
Ezequiel. Daniel y sus compañeros, y algunos que
sobrevivieron al Cautiverio y vieron el Segundo Tem-
plo. Esdras 3:12. Ag. 2:3.
Joacaz principió a reinar en 608 A. C. y solamente
duró tres meses.
Preg. 119. ¿Cómo terminó el reinado de Joa-
caz? 2 Rey. 23:33. 2 Crón. 36:3.
El Faraón Necao avanzó para encontrar al rey de
Asiria hacia el rumbo del río Eufrates, pero no hubo
batalla. Parece que el asirio no se presentó, pero en-
78
HISTORIA SAGRADA
tretanto que le aguardaba, Necao llamó a Joacaz a
Ribla, entre Damasco y Antioquía, e impuso un tri-
buto sobre Judá de un talento de oro y cien talentos
de plata. Esta suma es tan pequeña que indica la
pobreza a la cual Judá estaba reducida. Al mismo
tiempo depuso a Joacaz del reino poniéndole preso,
y elevó a su hermano ELIACIM, por motivos no ex-
presados, y al volver a Egipto, se llevó a Joacaz
consigo, el cual murió allí. Por lo que se dice en
Zac. 10:10-11, 2 Rey. 23:34, Jer. 24:84 y 22:11-12, es
claro que con Joacaz o Selum Faraón Necao se llevó
a otros cautivos consigo a Egipto.
Preg. 120. ¿Quién sucedió a Joacaz en Judá?
2 Rey. 23:33-34, 37. 2 Crón. 36:3-5.
ELIACIM, el hermano mayor de Joacaz fué nom-
brado rey por Necao en el mismo año 608 A. C.
Cambió su nombre, poniéndole el de JOACIM. Este
era también tan malo como el anterior, y además de
carácter vacilante, durando once años en el rieno. El
exigió el dinero que Necao demandó, al pueblo, qui-
tando a cada uno según el valor de su hacienda. Ahora
Judá era un reino subordinado a Egipto, y nunca vol-
vió a ser tributario a Nínive, porque esta ciudad llegó
a su fin dentro de cuatro años, antes de 604 A. C.
Preg. 121. ¿Qué profecía dió Jeremías al prin-
cipio del reinado de Joacim?
La que se halla en Jer. cap. 26. El profeta recibió
orden del Señor de ponerse en el atrio de la Casa de
Jehová y de proclamar el mensaje que El le daría,
legado que hubo allá, le fué dado un discurso cuyo
objeto era mover a todo el pueblo de Jerusalén y
de las demás ciudades al arrepentimiento, en conse-
cuencia les dijo que si no escuchaban las palabras
de los profetas, y no ponían por obra los manda-
mientos de Dios, El haría que el Templo quedase
como Silo, y que la ciudad fuese hecha una maldi-
ción a todas las naciones de la tierra. Al oírle, los
sacerdotes, los FALSOS PROFETAS y el pueblo,
le prendieron, diciendo que él debía morir. Los prín-
cipes, que estaban en otra parte del Templo, sabedores
de lo que pasaba, acudieron al lugar, y Jeremías pro-
testó que Jehová le había enviado a hablar esas pala-
bras contra la Casa y la ciudad; pero si ellos se arre-
EL REINO DE JUDA
79
pintieran y obedecieran a Dios, El se arrepentiría del
mal que iba a hacerles; pero que si querían matarle,
él estaba en sus manos y lo podrían hacer, mas al
hacerlo, atraerían sobre sí sangre inocente. Entonces
los príncipes y el pueblo se opusieron a los sacer-
dotes y a los FALSOS PROFETAS ; y algunos an-
cianos del pueblo tomaron la palabra para citar el
caso del profeta Miqueas en el tiempo de Ezequias.
Este no mató a aquél por las palabras duras de Mi-
queas 3:12, que declaraban que Sión sería arada como
campo, y Jerusalén seria hecha majanos, y el monte de
la Casa como cumbres de breñal. Entonces la mano
de Ahicam, hijo de Safan y padre de Godolías, libró
a Jeremías para que no le matasen ; pero no fué así
cnn el profeta Urías que confirmó las palabras de
Jeremías en esta ocasión.
Presr. 122. ¿Qué le sucedió al Profeta URIAS?
Jer. 26:20-23.
Urías era profeta de Chiriat-jearim, y confirmó las
palabras de Jeremías, prediciendo los juicios que
vendrían sobre Jerusalén v Judá ; y al oírle Joacim
con sus principes, procuró matarle, pero Urías huyó
hasta Fíripto. Joacim envió hombres en su persecu-
ción a Egipto para que le trajeran, y una vez traído
Joacim le mató.
Prear. 123. Refiérase la destrucción de NI NI VE
y el fin del poder de ASIRIA
Ya hemos hablado de los ESCITAS, oree. 102. que
todavía andaban en sus correrías. Debilitaron en
.eran manera a los asirios, contribuyendo al cumpli-
miento de las profecías de Teremias v Sofonias. Des-
pués de la muerte de Asurbanioal. rey de Asiria. en
ó25 A. C. (el que sojuzgó a Egipto, preg. 100) el
noder de Asiria iba en meneuante y la fuerza de su
dominio en el occidente quedaba más y más relajada:
por lo cual vemos a Necao en rebelión contra los asi-
rios. y a Tudá suieto de Egipto. En este mismo
tiempo Cyaxares. rey de los medos hizo unas expe-
diciones contra Nínive; y Nabopolasar. que era virrey
^ Babilonia bajo el rey de Asiria. se rebeló contra
éste, v para fortalecer su poder, logró casar a su
hüo Nabuconosor con Amvtis, hija de Cyaxares, rev
de Media. Unidos los babilonios y los medos, des-
HISTORIA SAGRADA
truyeron a Nínive por completo, 606 A. C. de tal
suerte que se olvidó por siglos donde estaba su sitio.
El profeta Nahum describe cómo se tomó a la ciu-
dad de Nínive. Las nuevas fuerzas que se habían
incorporado con las que estaban en Babilonia desde
la antigüedad, fueron las de los Caldeos, una nación
semítica de la misma raza troncal de donde se deri-
varon los hebreos. Los caldeos fueron gentes vigo-
rosas que avanzaron desde las regiones que estaban
al mediodía de Mesopotamia, con el tiempo iban cre-
ciendo y llegaron a dominar la Babilonia. Abraham
vino de Ur de los caldeos, ciudad que se halla al sur
de Mesopotamia, junto al río Eufrates, Hech. 7:2.
Preg. 124. Refiérase la empresa del Faraón
Necao, en 605 A. C. y la batalla de Carchemis. 2
Crón. 35:20. Jer. 46:2.
Tres años después de quitar a Joacaz del trono de
Judá y poner en él a Joacim, Necao salió de nuevo,
llevando el mismo rumbo de su primera expedición
hacia Asiria. Parece que trataba de extender sus
dominios más al oriente, pues ya su poder llegaba
hasta Siria. En Carchemis, sobre el río Eufrates,
Nabucodonosor le encontró con las fuerzas, no asi-
rías, sino caldeas de Babilonia, y le derrotó comple-
tamente. Esta batalla se libró el año 606, o 605 A. C.
en el cuarto año de Joacim. Jer 46:2, en el mismo
tiempo que Jeremías hizo que Baruc escribiese en
un rollo sus profecías de los castigos que iban a so-
brevenir a Israel. Jer. 36:1.
Preg. 125. ¿Qué profecías dio Jeremías cerca
del tiempo de la batalla de Carchemis? Jer. caps.
25, 36, 45, 46:1-12.
En el cap. xxv Jeremías protestó ante todo el pue-
blo que él les había hablado constantemente en el
nombre de Jehová durante los 23 años después del
13 de Josías. y que ellos no le habían escuchado; y
que lo mismo había sucedido en el caso de los otros
profetas. Si continuaban en sus iniquidades, terribles
calamidades vendrían sobre ellos .pero si hacían lo
que Dios les ordenaba morarían siempre en el país;
por tanto les amonestó que no diesen culto a los ído-
los ni que siguiesen dioses falsos: pero ellos no le
prestaron oídos, y por esto Dios traería contra ellos
EL REINO DE JUDA
81
y contra las demás naciones vecinas, a su siervo Na-
bucodonosor, y él los destruiría, y que tendrían que
servirle SETENTA AÑOS; Jer. 25:11-12, pero que
después de estos SETENTA AÑOS Dios castigaría
al rey de Babilonia y a los caldeos y pondría el país
de ellos en desolaciones para siempre. Entonces Jere-
mías, en una acción simbólica y prof ética les hizo a
todas las naciones beber de la copa de la ira de Dios,
a saber: a Jerusalén, a Faraón, a los de la tierra de
Uz, a Filistia (haciendo mención de sus varias ciuda-
des) a Fenicia (indicando las ciudades) a Arabia, a
Elam, a Media y a todas las demás naciones, porque
Dios tenía una controversia con ellas, y las iba a
castigar.
En cap. xxxvi, el Señor le mandó tomar un rollo
y que Baruc escribiese en él todo lo que Jeremías
había pronunciado contra el pueblo, pues Jeremías
mismo no lo podía escribir, porque estaba preso.
Baruc, después de escribirlo tuvo que ir al Templo
y leer lo escrito con el fin de que el pueblo se arre-
pintiese. Así lo hizo. En 36:6 Jeremías dice que fué
en "día de ayuno." ¿Sería posible que Joacim procla-
mase ayuno? Si acaso lo hizo, fué una hipocresía,
por lo que se sigue. Al saber los príncipes lo que
pasaba, le llamaron a donde ellos estaban para que
leyese el libro delante de ellos. A su vez, ellos die-
ron parte al rey, y el libro fué llevado ante él ; pero
después de oír la lectura de algunas páginas, Joacim,
o sea Jehudi que las leía, las cortó con cuchillo y las
quemó en un brasero. Algunos le suplicaron que no
hiciese tal cosa, pero no les hizo caso, y dió orden
de prender a Baruc y a Jeremías. No consiguió apri-
sionarlos porque Dios se los escondió, y en seguida
dió orden a Jeremías de que escribiese en otro rollo
las mismas palabras, y otras muchas que predecían
justos castigos para Joacim.
En cap. xlv se da una profecía con instrucciones
y consuelo para Baruc porque éste tenía miedo des-
pués de lo del libro que el rey Joacim había que-
mado.
El cap. xlvi 1-12, es un oráculo contra Egipto in-
dicando que la marcha del Faraón Necao a Carchemis
82
HISTORIA SAGRADA
va a ser para que reciba el castigo que merecen sus
obras.
Preg. 126. ¿Qué acción prof ética presentó Je-
remías al pueblo cuando Nabucodonosor empren-
dió su marcha contra Judá? Jer. cap xxxv.
Para convencer a los judíos de su culpa en no obe-
decer a Jehová, y al mismo tiempo darle un ejemplo
hermosísimo de la obediencia, el Señor mandó a Jere-
mías que trajese a los recabitas dentro de una de las
cámaras del Templo, y que pusiese delante de ellos
vasos de vino, y les dijese que bebiesen vino. Ellos
y sus familias en gran número fueron al Templo, pero
se negaron a beber vino, porque su padre Jonatán
(Véase Preg. 503 del Tom. I) les había prohibido
el beberlo. De la misma manera hacían otras cosas
en obediencia a su padre. En presencia de este ejem-
plo de obediencia filial, Dios condenó la desobedien-
cia de los judíos, y dió una promesa a los recabitas
de que jamás les faltaría hombre en la tierra delante
de Dios. Como prueba de que Dios es verdadero,
esta promesa se ha cumplido hasta el día de hoy, pues,
se hallan los recabitas en la montaña al nordeste de
Medina en Arabia.
II PERIODO NACIONAL
EL CAUTIVERIO BABILONICO
Preg. 127. ¿De qué manera se dio principio al
Cautiverio Babilónico? 2 Rey. 24, 1, 7; 2 Crón.
36:6, 7; Dan. 1:1-7.
Poco se sabe de positivo de los movimientos de
Nabuconosor después de la batalla de Carchemis, pe-
ro sí, se sabe que después de ella en seguida llegó
a Jerusalén y le cercó, y encadenó a Joacim, con in-
tención de llevarle a Babilonia, y se sabe que Daniel
y sus compañeros fueron llevados allá en esta oca-
sión, juntamente con parte de los vasos del Templo
que Nabucodonosor puso en el Templo en Babilonia,
y que Nabucodonosor conquistó todos los países des-
de la entrada a Egipto hacia el norte y este, y los hizo
tributarios, de suerte que Faraón no trató de salir de
Egipto. Después Joacim se halló en Jerusalén y se
rebeló contra Nabucodonosor, pero éste no volvió
luego para castigarle, sino que le dejó a la merced
de unas tropas caldeas y de los sirios, moabitas y
amonitas. La toma de Jerusalén fué en 605 A. C. y
viene a ser el principio del CAUTIVERIO BABI-
LONICO. Según la profecía de Jeremías 25:11-12
iba a durar 70 años. Los primeros judíos que volvie-
ron a Jerusalén bajo el decreto de Ciro, llegaron allá
en 536 A. C., cumpliendo así 70 años desde 605 A. C.
Jer. 25:11 y Zac. 1:12.
No sabemos cuantos cautivos fueron deportados en
esta primera expedición de Nabucodonosor, pero para
nosotros es claro que el Cautiverio principia con esta
fecha. Sea la deportación pequeña o grande, fué se-
guida de varias otras, pero todas estas se cuentan
como partes del cautiverio ya empezado. Según 2
Crón. 36:20-23, los 70 años terminaron en el primer
año de Ciro en Babilonia, luego principiaron en 606
A. C. para poder terminar en 536.
Preg. 128. ¿Cuáles son otras maneras de con-
tar los 70 años del Cautiverio?
1. Algunos los cuentan desde la muerte de Josías
en 608 A. C.
B4
HISTORIA SAGRADA
2. Otros se fijan en la fecha del incendio del Tem-
plo en 586 A. C. y según ellos, no se terminaron sino
hasta la construcción del 2o. Templo por Zorobabel
en 516 A. C. Ya se ha asentado nuestra convicción
en la pregunta anterior.
En verdad, la nación pasó por un estado moribundo
que duró varios años, y también la vuelta a Jerusalén
no se completó de una vez, y estos hechos han con-
fundido a algunas personas.
Preg. 129. Refiéranse las primeras experien-
cias de Daniel y sus compeñeros en Babilonia.
Dan. caps, i y ii.
Desde ahora en adelante nuestra atención será divi-
dida entre Jerusalén, Babilonia, Egipto y otros lu-
gares. Los judíos andan dispersos en el mundo aun
hasta el día de hoy, aunque la nación fué parcial-
mente restablecida al fin de los 70 años. En éstos,
la tierra de Palestina gozaba de sus sábados. 2 Crón.
36:21, que seguramente no habían sido observados
por los israelitas en los siglos anteriores. El núcleo
principal del pueblo se halló en Babilonia en este
tiempo. El tratamiento que le dió Nabucodonosor
no fué duro. Mandó que se escogiesen jóvenes de
talento de entre los cautivos para que fuesen ense-
ñados con esmero a fin de preparar un grupo de
hombres capaces de dirigir la cosa pública del reino.
Daniel y sus tres compañeros fueron tomados, y éstos,
que recibieron los nombres de Sadrac, Misac y Abed-
nego, fueron escogidos. Ellos tuvieron que pasar por
una severa prueba de su fidelidad a la ley de Moisés,
respecto de los alimentos, pero a riesgo de perder
sus vidas; eran firmes, y por la gracia de Dios, salie-
ron bendecidos en su constancia. Les fué dada mu-
cha sabiduría y favor en los ojos del rey. En el
año siguiente, 603 A. C.. Daniel pasó por una prue-
ba aún mayor. El rey tuvo un sueño que le impre-
sionó mucho, pero dicho sueño se deslizó de su me-
moria. Se quedó muy perturbado e hizo una deman-
da extra.agante a sus sabios, exigiéndoles que no
solamente le diesen la interpretación del sueño, sino
también el mismo sueño, del cual él se había olvidado.
Como ninguno podía hacer tal cosa, sus oficiales iban
en busca de todos los sabios para matarlos, cuando
EL CAUTIVERIO BABILONICO
85
Daniel habló a Arioc. preguntándole la causa de la
orden, y se ofreció al rey para declararle el sueño,
sólo pidiéndole tiempo para ello. Esto le fué con-
cedido, y él suplicó a sus compañeros que hiciesen
oración en su favor. El arcano le fué revelado, y
Daniel dió rendidas gracias a Dios, y Arioc le pre-
sentó ante el rey. Dando toda la gloria a Dios, Da-
niel le dijo al rey que había soñado con una grande
imagen que tenia cabeza de oro, pecho y brazos de
plata, vientre y músculos de metal, piernas de hierro
y pies de hierro mezclado con barro cocido. Luego
una piedra de la montaña le desmenuzó. Toda ella
representaba los reinos babilónico, el de los medos
y persas, el de los griegos y el de los romanos, y
que el reino de Dios acabaría con todos ellos. Por
haber declarado esto Daniel fué honrado, y a su peti-
ción, sus compañeros fueron puestos sobre los nego-
cios de las provincia de Babilonia.
Preg. 130. Refiérase el fin del reinado de JOIA-
CIM y el de JOAQUIN y el principio de SEDE-
CIAS, en 597 A. C. 2 Rey. 24:1-19, 25: 27-30, 2
Crón. 36: 8-12, Jer. 22:13-30. cap. 24. 49:34-49,
52:31-34, Ezeq. cap. 19, Jos. Ant. x, 6:3-7:2, 11:2.
Según se ha dicho en preg. 127, Joiacim sirvió a
Nabucodonosor tres años, y después se rebeló, y éste
le dejó a las incursiones de los caldeos, amonitas,
sirios y moabitas desde 602 A. C. y en adelante hasta
598 A. C. cuando JOIACIM murió. El autor de 2
Crónicas menciona su muerte, y el de 2 Reyes sólo
dice: "durmió con sus padres," sin aclarar la ma-
nera de su muerte. Pero Jer. 22:13-19 afirmó que
tendría una muerte de deshonra: "En sepultura de
asno será enterrado, arrastrándolo y echándolo fuera
de las puertas de Jerusalén ;" y Josefo, x 6:3 indica
que Nabucodonosor hizo una expedición contra Joia-
cim, y éste, creyendo que ganaría favor con aquél no
haciéndole oposición, dejó abiertas las puertas de la
ciudad, admitiendo al rey de Babilonia. Joiacim. sa-
biendo el terrible fin que Jeremías había denunciado
contra él por sus maldades, creía que de esta manera
lo evitaría. Parece que aun recibió garantías de se-
guridad dadas por Nabucodonsor si no le hiciera
oposición. Pero Josefo dice que éste violó el pacto,
HISTORIA SAGRADA
y mató a los que habían llegado al estado de hombre
en la ciudad-y a los de la mayor dignidad, pero que
ordenó que Joiacim fuese arrojado delante de los
muros sin sepultura; y que se llevó a tres mil perso-
nas principales en cautividad a Babilonia. Alega
Josefo que el joven profeta Ezequiel se halló entre
estos cautivos; y que Nabucodonosor puso a JECO-
NIAS, o CONIAS o JOAQUIN en el trono. Joaquín
era hijo de Joiacim, y la Biblia solamente dice que
este hijo sucedió a Joiacim y reinó tres meses y diez
días; él también fué malo como su padre. Josefo
añade que Nabucodonosor, maliciando que Joaquín le
saldría traidor a causa de la muerte vergonzosa de
su padre Joiacim, volvió luego a Jerusalén, y le puso
sitio. Bajo promesa de seguridad para su persona,
su familia y la ciudad, Joaquín salió y se presentó
al rey de Babilonia, acompañado de su madre, sus
oficiales y eunucos; pero el rey le fué falso, y los
llevó a todos presos a Babilonia, donde Joaquín quedó
encarcelado hasta la muerte de Nabucodonosor. Pero
en Reyes y en Jeremías, se dice que el hijo de éste,
Evil Merodac, sacó a Joaquín de su prisión y le tra-
tó con mucho honor. Josefo dice lo mismo, y da
como el motivo de este, la falsía del rey Nabucodo-
nosor en quebrar su pacto con Joaquín. Jeremías dijo
que Joaquín no tendría hijo que le sucediera; por lo
cual Salatiel vino a ser heredero del derecho a la
corona de Judá, aunque era de linaje que parte de
Natán, y no de Salomón, como lo era Joaquín. Jun-
tamente con la familia real, Nabucodonosor se llevó
todos los tesoros del Templo y del palacio habiendo
cortado en pedazos los vasos de oro que Salomón y
otros habían dedicado al Templo. En esta ocasión
deportó a todo el ejército judío, como también a los
artesanos y la gente de utilidad que había, hasta unos
diez mil varones (10.000) alcanzando el número de
almas a cincuenta mil o más. Esto fué en 597 A. C.
Nabucodonosor en seguida nombró a Matanías, tío
de Joaquín, y hermano de Joiacim, rey en Jerusalén,
y cambió su nombre en SEDECIAS. Es evidente que
los profetas no reconocían ni a Joiacim ni a Sedéelas
como rey legítimo de Judá, aunque eran del linaje
de David, porque fueron puestos en el trono por ex-
EL CAUTIVERIO BABILONICO
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traños y no por el pueblo judío, el primero por Necao
el egipcio, y el segundo por el rey de Babilonia.
Así los reyes legítimos serían Josías, Joacaz y Joa-
quín, pero estos dos últimos no pudieron reinar,
quedando solamente tres meses en el trono. La fuerza
y vitalidad del reino iba menguando. He aquí la
razón de la triste lamentación de Ezequiel sobre es-
tos dos reyezuelos, bajo la figura de cachorros de
león, en Ezeq. cap. 19, que termina así : "Esta es en-
decha, y servirá de endecha."
Preg. 131. ¿Cuál fué la carrera prof ética de
Ezequiel?
Ezequiel debe haber sido joven cuando fué llevado
a Babilonia ocho años después de. Daniel, en 598 A. C.
Ezeq. 33:21, 40:1, 2 Rey. 24:11-16. Vivía entre los
judíos desterrados en el río Chebar, que puede ser
Tel-Abib. Allí se casó y tuvo una casa, 8:1, 24:1, 18.
Era sacerdote, y su padre se llamaba Buzi, 1 :3. Allí
también empezó a profetizar en 592 A. C, el 5o. año
del cautiverio de Joaquín y 7 años antes de la des-
trucción de Jerusalén. Tenía entonces 30 años de
edad, el tiempo en que principiaban a funcionar los
sacerdotes, Núm. 4:3, y continuó en su oficio unos
22 años. 1:2, 29:17. El Sr. Davis en su Diccionario
Bíblico suministra un resumen de sus profecías; y
las fechas que Ezequiel da, son del cautiverio de
Joaquín.
I. Antes de la Destrucción de Jerusalén.
En el 5o. año (529 A. C.) fué llamado a profetizar.
1:1-3:11. Luego predijo la destrucción de Jerusalén.
3:22-7:27.
En el 6o. año (591 A. C.) denunció las idolatrías
de Judá; cap. 8; Jehová abandona el Templo a cau-
sa de ser profanado por los judíos, 9:1-11:13; pero
El mismo será santuario para los cautivos, v. 16, y
los volverá a la tierra de Israel v. 17, y a los que se
arrepienten, les dará un corazón nuevo vs. 18-21.
La incredulidad de los judíos y su fe en los falsos
profetas causaron este abandono, caps, xii-xiv. La
profecía no faltará; pero los arrepentidos alcanzarán
el favor de Dios, xv-xvii. Sigue la lamentación so-
bre los dos príncipes de Judá, Joacaz y Joaquín; véa-
se la pregunta anterior. Cap. xix.
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HISTORIA SAGRADA
En el año 7o. (590 A. C.) dijo que el nombre de
Jehová fué profanado por los judíos en presencia de
los paganos, por esto los castigará, pero después los
restaurará por amor de su nombre, xx 1-44. El casti-
go no ha de faltar, xx. 45-xxiii. 49.
En el 9o. año (588 A. C.) dió el símbolo de la
destrucción de Jerusalén, el de la olla hirviente, y
la muerte de su mujer.
II. Oráculos contra las naciones.
Denunció juicios contra Amón, Moab y Filistia,
XXV.
En el año lio. (586 A. C.) contra Tiro y Sidón,
xxvi-xxviii.
En el año 10o. (587 A. C), 17o. (570 A. C) y el lio.
contra Egipto, xxix-xxxii.
III. Profecías respecto a LA RESTAURACION.
Estos oráculos fueron dados después de la toma y
destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor.
En el año 12o. (586 A. C.) antes de saber de la
toma de la ciudad su llamamiento a ser' profeta fué
renovado, xxx. 1-22 ;el pueblo reconocerá a Jehová
y a su profeta, xxxiii. 23-33; David, el buen pastor
será resucitado, xxxiv; los enemigos serán castigados,
xxxv ; el pueblo será santificado y restaurado a su
tierra, xxxvi ; revivirán como resucitados y las doce
tribus serán reunidas, xxxvii ; y sus enemigos total-
mente vencidos, xxxviii y xxxix.
En el año 25o. (573 A. C.) recibió una visión de
la Iglesia de Dios, agrandada y santa, con sus santos
servicios, siendo su influjo benéfico como un río que
riega y fertiliza la tierra, y la tierra se reparte con
equidad entre el pueblo, xl, xlviii.
Preg. 132. ¿Cuál fué la acogida de Ezequiel
entre los judíos cautivos?
Fué reconocido por ellos como profeta, aunque mal
de su grado, porque se da a entender que entre ellos
había oposición a sus enseñanzas, y algo del antiguo
espíritu rebelde de los judíos. 1:1-6, 3:7, 25-27, 14:
1-3. Parece que en algunas ocasiones Ezequiel fué
mandado a dirigirse a ellos como si representaran
la nación judía, y así la profecía no miraba tanto a
ellos como a la nación. En muchas cosas el mismo
profeta manifestaba en su persona el mal que iba
EL CAUTIVERIO BABILONICO
8a
a caer sobre Jerusalén, hasta el grado que tuvo que
ver a su esposa morir como señal, 24:15-18. Muchas
de sus figuras eran muy obscuras, aunque hay que
hacer cuenta de que los orientales entienden seme-
jantes enigmas mejor que nosotros. La lección que
enseñó claramente era la del castigo que merecen
los pecados de Israel. Una visión de la gloria de
Dios, que fué repetida varias veces, y por lo mismo
debe considerarse como de la mayor importancia, so-
brepuja todas las demás. En 9:3, 10:3-4, 18-19, 11 :23,
la gloria divina que había sido mostrada al profeta
cuando fué llamado a su ministerio profético, se vió
en el templo de Jerusalén, pero no se quedó allí,
sino que apartó del lugar y pasó hasta el Monte de
Olivos, cuya acción indicaba que Dios abandonaba a
Judá a causa de sus iniquidades. Más adelante, en
43:1-5, esta gloria volvió a su lugar en el Templo
después de un cambio radical en el pueblo. En 44:
2-4 encarece la necesidad de la santidad en el pueblo
de Dios. Por misteriosas que fuesen las formas de
la visión, la enseñanza principal era fácil de enten-
der. La doctrina de la salvación por la gracia y no
por obras fué bien presentada por Ezequiel, Véase
el cap. 36. Si se estudia cuidadosamente esta profe-
cía, siguiendo la idea que acabamos de dar, se des-
cubrirá su maravillosa sublimidad, y se entenderá la
verdad que el profeta anunció en 1 :1, que los cielos
le "fueron abiertos, y que vió visiones de Dios." Es
uno de los documentos más impresivos que hay en
el mundo.
Preg. 133. ¿Cuáles son los sucesos notables en
el reinado de Sedecías? 2 Rey. 24:19-20, 25:1-30,
2 Crón. 36:12-23, 1 Orón. 9:1, Jer. caps. 26-29, 32,
37, 51:59-64, 52:29, Ezeq. 17:12-21, 29.
La mente de este rey estaba constantemente en un
vaivén. Quiso estar bien con Jeremías y también con
los príncipes, y seguía el mismo zigzag en la política
extranjera que habían adoptado sus predecesores, que-
riendo aliarse con Egipto, y luego con Babilonia, y
después independerse. No hubo nada firme ni esta-
ble en el hombre, y las consecuencias de sus vacila-
ciones fueron funestas para él y para el pueblo. Por
lo que hacía a la religión, era completamente pagano.
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HISTORIA SAGRADA
El pueblo, a la vez, era corrupto y sin remedio. El
profeta Jeremías, con devoción singular al pueblo y
patriotismo puro y verdadero, trabajaba por salvar
el resto que quedó de la nación. Les dijo que debían
aceptar el yugo del rey de Babilonia, porque así lo
había ordenado Dios. Pero Hananías, falso profeta
de Jerusalén, le resistió en el Templo ante el pueblo,
diciendo que dentro de dos años los cautivos volverían
de Babilonia. No dejó de haber cierto altercado entre
ellos; pero, al fin, Jeremías le dijo que en ese mismo
año Hananías moriría. Tal como lo dijo, el falso pro-
feta, feneció en el plazo dado. Jer. caps. 27 y 28.
En el cuarto año de Sedecías, 593 A. C, éste, por
algún motivo, hizo una visita a Babilonia, siendo acom-
pañado de Seraías, que le servía de principal cama-
rero. Por conducto de éste, Jeremías envió a Babilo-
nia un libro en que había escrito todo el mal que iba
a venir contra aquella ciudad. Al llegar, Seraías tuvo
que leerlo, y hacer la siguiente invocación: "Oh, Je-
hová, Tú has dicho contra este lugar que lo habías
de talar hasta que no se quedase en él morador, ni
hombre ni animal, sino que para siempre había de
quedar asolado." Hecho esto, tuvo que atar una pie-
dra al libro, y echarlo en medio del río Eufrates,
diciendo: "Así será anegada Babilonia, y no se levan-
tará del mal que yo traigo sobre ella." Jer. 51 :59-64.
El Sr. Farrar Fenton en la nota sobre este pasaje,
p. 130 de Los Profetas, dice que Josefo afirma que
cuando Darío y Ciro secaron el cauce del río Eufrates
en la toma de Babilonia, el fardo en que este libro
fué guardado se descubrió. Hemos buscado esta cita
de Josefo y no la hemos hallado en su libro.
En los primeros años del reinado de Sedecías, c.
de 596 A. C. Jeremías escribió una carta a los cauti-
vos en Babilonia, Jer. 29, aconsejándoles a prepararse
para una residencia prolongada en su cautividad, y
que no diesen oídos a los falsos profetas que decían
lo contrario. Debían edificar casas y buscar la paz
del pueblo en medio del cual se vivía, porque habían
de estar allí los 70 años profetizados. Señaladamente
condenó a los falsos profetas Acab y Sedecéas a una
muerte terrible por sus falsedades. Otro castigo te-
rrible también caería sobre Semaías, que escribió car-
tas en el nombre de Dios, a los de Jerusalén, orde-
EL CAUTIVERIO BABILONICO
31
nando que prendiesen a Jeremías por sus profecías.
Es sorprendente notar cuánto valor mostraron esos
hombres falsos.
Ya que Sedecías era falso, y no pudo ser fiel al
rey de Babilonia, se rebeló contra él, y en el 9o.
año del reinado d» Sedecías (588 A. C.) Nabucodo-
nosor vino contra Jerusalén con todo su ejército y le
puso sitio. Levantó ingenios en derredor de ella, y
el primer año del sitio se llevó 832 cautivos a Babi-
lonia. Jer. 52 :39. Este sitio duró dos años, pero
fué interrumpido por una salida de Faraón en socorro
de Jerusalén, pero no logró librarla; porque Josefo,
(Ant. Jud. x:7:3) dice que Nabucodonosor marchó
contra él y lo derrotó, y los caldeos volvieron y cer-
caron a Jerusalén de nuevo. En aquel intervalo el
pueblo creía que los caldeos no volverían, y rompió
el pacto que hizo, y cada uno volvió a esclavizar a
su criado y criada y atrajeron sobre sí el furor de
Jehová. En este tiempo Jeremías trató de ir a su
casa de Anatot, pero fué acusado de traición, pues,
dijeron que iba a pasar a los caldeos. Le metieron en
unas mazmorras, pero el rey Sedecías habló secreta-
mente con él, pues era cobarde, y aunque le alivió un
poco la prisión, no le protegió, dándole libertad, por-
que temía a los príncipes. Jer. caps. 37 y 38. Al
fin la ciudad fué reducida por una hambre espantosa,
y no quedó en ella pan para el pueblo. Se hizo una
brecha en el muro y la ciudad fué tomada por los
caldeos, y los militares judíos salieron de noche por
el postigo o la puerta falsa que estaba entre los dos
muros junto al jardín del rey, y ellos y el rey se
escaparon por el valle de Tiropeón (vendedores de
queso), mas los caldeos los alcanzaron en el llano de
Jericó. Los militares judíos abandonaron a Sedecías,
y él fué llevado ante el rey en Ribla. A sus hijos
los mató ante sus ojos, todos los príncipes de Judá
fueron degollados, y al rey le cegó y le ató con gri-
llos, y le llevó a Babilonia. Así se verificó lo que
se había profetizado, por Jeremías, que sería llevado
a Babilonia pero que no la vería, y que hablaría con
el rey de Babilonia boca a boca y le vería los ojos.
Ezeq. 12:13 y Jer. 32:4.
Preg. 134. ¿Cuáles fueron los sucesos que hu-
bo entre el cautiverio de Sedecías en 586 A. C. y
9 2
HISTORIA SAGRADA
la invasión de Egipto por Nabucodonosor en 582
A. C?
1. Es propio indicar aquí que en el décimo año de
Sedecías y en el mes 10o. del año, a los doce del
mes, cuando Faraón hacía la tentativa de levantar el
sitio de Jerusalén. (587 A. C.) que Ezequiel dió con-
tra él la profecía contenida en su cap. 29, y después
de unas cuatro semanas, otra vez denunció contra
Egipto las sentencias dadas en cap. 30:20-31:18. Es-
tos oráculos principiaron a tener su cumplimiento en
el tiempo abarcado en esta pregunta, como veremos
más adelante.
2. Entendemos que antes de hacer la campaña con-
tra Jerusalén, Nabucodonosor había vencido a los
medos, árabes y otras naciones en el oriente, y ahora
al tomar a Jerusalén, podía jactarse de tener a todo
el mundo debajo de sus pies, y volvió ufano a Babilo-
nia con la determinación de celebrar tamañas victo-
rias. Se llenó de soberbia y se resolvió a levantar
su imagen en el llano de Dura y hacer que todas las
gentes la adorasen. Reunió una asamblea inmensa
para el efecto, y todo el mundo se postró ante la efi-
gie, menos tres hombres, hijos de Israel : Sadrach.
Mesach y Abed-nego, que se negaron a adorarla, y
fueron arrojados en el horno de fuego ardiendo, se-
gún se nos refiere. Dan. cap. 3. pero fueron librados
por el ángel del Señor, y el mismo rey tuvo que
reconocer y glorificar al Dios de Israel.
LA DESTRUCCION DE JERUSALEN
3. Aunque Nabucodonosor envió a Babilonia a
Sedecías, no dejó a Jerusalén en paz. Un mes des-
pués de lo que se describe en la pregunta anterior, a
saber, de la toma de Jerusalén. Nebuzardán, siervo
del rey y capitán de los caldeos que formaban la
guardia, vino a Jerusalén y quemó ¡a casa de Jehová,
la del rey. y cuantas había en la ciudad, no respe-
tando la de nadie. Desde ahora desaparece el Arca
del Pacto, y jamás se hace mención de ella después.
Derribó los muros al derredor de la ciudad santa; y
con excepción de unos pocos de los pobres que dejó
para que labrasen las tierras, se llevó a todo el resto
del pueblo, prisionero a Babilonia. Todo el metal
de los vasos, enseres y otros objetos grandes y peque-
ños que había en el Templo, se los llevó. Al sumo-
EL CAUTIVERIO BABILONICO
93
sacerdote, al segundo y a otras dignidades juntamente
con 70 varones del pueblo, los presentó ante el rey,
quien los degolló. 2 Rey. 25:8-31, 2 Crón. 36:18-20,
Jer. 52:6-27, y 39:4-10". Para saber los detalles
de estos días terribles se tiene que leer el libro
de las Lamentaciones del profeta Jeremías.
4. Nabucodonosor, noticioso de las profecías de
Jeremías en su favor, encargó expresamente a Nebu-
zardán que le tratase bien. Por lo mismo Nebuzardán
le buscó entre los cautivos y le anunció la voluntad
del rey, poniéndole en libertad y le prometió escoger
entre ir con él, o quedarse en la Palestina. Jeremías
optó por quedarse. Entonces le envió a Gedelías,
quien fué hecho jefe del resto del pueblo en Judea.
Gedelías reunió al pueblo y fué con él a Mizpah, ani-
mándole a recoger los frutos de la tierra sin temer
al rey. Pero Ismael, caudillo de unos bandidos en-
gañó a Gedelías y le asesinó a él y a muchos de los
que habían acudido a él, aunque Johanan, que según
parece pudo haber sido otro caudillo de una gavilla.
2 Rey. 25:23, había indicado a Gedelías que Ismael
le traicionaba. Jer. 40:5-41:10. En seguida Johanan
salió en contra de Ismael; y los que le seguían a éste
le dejaron y fueron en pos de Johanan, mientras aquél
se fué a Moab. Este, con sus socios, pidieron consejo
a Jeremías, pero cuando el profeta se lo dió, anun-
ciándoles que Dios les prohibió el ir a Egypto, no
quisieron aceptarlo, sino que le dijeron con desfa-
chatez que persistirían en su intención de ir allá. En
efecto, agarraron a Jeremías y a Baruc con las hijas
del rey y bajaron a Tahpanes (Dafne) en Egipto.
Jeremías trató de reprender a las mujeres porque ado-
raban a la reina del cielo; mas ellas le replicaron que
lo hacían con el consentimiento de sus esposos, y que
entretanto que lo habían hecho, les iba bien y que
no dejarían de hacerlo. Jeremías les dijo que todos
los judíos que habían ido a Egipto perecerían a las
manos de Nabucodonosor, de quien trataron de esca-
parse al venir a Egipto. Véanse sus profecías sobre
esto en caps. 41:11-44:30. Dentro de pocos años
Nabucodonosor efectivamente fué a Egipto. Josefo,
Ant. Jud. x 9:7, dice expresamente que en el año
23 de Nabucodonosor. el 5o. después de la destruc-
ción de Jerusalén (582 A. C.), este rey hizo una expe-
94
HISTORIA SAGRADA
dición contra Coelesiria, y después contra los de
Amón y Moab, y al sujetar a éstos, cayó sobre Egipto
y mató al rey que estaba en el trono, (Faraón Hofra
o Apries, según Jer. 44:29-30), y levantó a otro en
su lugar, y se fué llevando consigo cautivos a los
judíos que había allí hasta Babilonia. En Jer. 52:30
leemos que en este año (23o. de Nabucodonosor, 528
A. C.) Nabucodonosor llevó 745 personas de los ju-
díos en cautividad, pero no dice "de Jerusalén," pero
añade que la cantidad de los cautivos fué 4,600.
Herodoto en 2:169 da otra cuenta de la muerte de
Hofra, pero se cree que los egipcios, como los hacían
en otras ocasiones, le engañaron para encubrir la de-
rrota de sus ejércitos por los babilonios. La pro-
fecía de Jeremías fué cumplida.
5. En dos lugares Josefo nos dice que los histo-
riadores afirman que Nabucodonosor puso sitio a Tiro
que duró trece años. Jos. Ant. Jud. x 11:1 y Cont.
Apion 1:21; y en Ezequiel 29:17 leemos que este si-
tio dió al rey muy duro trabajo, y que para el año
570 A. C, la fecha en que se dió esta profecía ya se
había concluido. En recompensa por este servicio
tan fatigoso, Dios le prometió a Nabucodonosor que
le daría las riquezas de Egipto. Sabemos que esta
profecía también fué cumplida porque se han descu-
bierto unas inscripciones que dicen que Nabucodono-
sor invadió a Egipto en 568 A. C. Un mes después
de pronunciar el oráculo de que acabamos de tratar,
Ezequiel recibió otro contra Egipto que se contiene
en su libro caps. 30:20-34:13.
6. Poco después de la toma de Jerusalén, y du-
rante el sitio de Tiro sucedió la humillación de Nabu-
codonosor a causa de su orgullo y falta de haber reco-
nocido la mano de Dios en sus victorias. Daniel,
cap. 4, nos refiere la proclamación del rey en que
da la relación de su experiencia cuando sufrió un ata-
que de locura, en que se tenía por un animal que
comía yerba. Después de siete años fué restablecido
en su reino, y dió gloria a Dios.
7. Al fin, en el año 23 de Nabucodonosor (582 A.
C.) trasportó a Nabuzardán, capitán de la guardia, y
a 745 personas de los judíos. Bajo Nabucodonosor
el cautiverio de Jerusalén empezó, y él también con-
EL CAUTIVERIO BABILONICO
95
cluyó las deportaciones del pueblo en el espacio de
23 años. Jer. 52 :30.
Preg. 135. Dése una reseña de las deportacio-
nes de los israelitas y la destrucción de Jerusalén
por Nabucodonosor.
la. En el reinado de Menahem (738 A. C), de
quien se trató en preg. 62, Pul, o Tiglat-Pileser el
asirio, deportó los habitantes de las tribus de Rubén,
Gad y la mitad de Manasés que vivían en las regio-
nes de Hermón, Basan, Galaad y al oriente del Jor-
dán, a causa de su incurable idolatría. 1 Crón. 5:6,
23:26, 2 Crón. 30:6-10, 2 Rey. 15. : 19-20 y Zac. 10:10-11.
2a. Peca, rey de Israel y Rezín de Damasco, cer-
ca de 735 A. C., pelearon contra Acaz de Judá, y
aquél llevó una multitud de cautivos a Samaría. Los
idumeos también hicieron una incursión en Judá y se
llevaron cautivos. 2 Crón. 29:9, 28:5-8, 12; y Preg.
69 y 70.
3a. En el reinado de Peca, 733 A. C. Tiglat-Pileser
o Pul, a invitación de Acaz, volvió a llevar cautivos
de Ijón, Abel-beth-maacah, Janoah, Kedesh y de Ha-
zor, de Galaad y de Galilea, aun toda la tierra de
Neftalí, y los condujo a Asiria. Esta vez él barrió
ciertos distritos de ambos lados del Jordán superior.
Véase Preg. 74. 2 Rey. 15:29, 2 Crón. 30:6-10 y Jos.
Ant. Jud. ix, 12:3.
4a. Al fin del reinado de Oseas, cuando Samaría
fué tomada por Sargón, 722 A. C. este rey se llevó
de allí 27,280 y los esparció en Halah y Habor, ciu-
dades que están en las riberas del río Gozán, y en
las ciudades de los medos. Véase Preg. 79. 2 Rey.
cap. 17, 18:11.
5a. En el tiempo de Ezequías, 701 A. C. vino
Sennaquerib, y según se afirma en sus inscripciones,
se llevó a 200,150 cautivos a Asiria. Véase Preg.
95. 2 Rey. 19:30-31.
6a. Comparando Zac. 10:10-11 con 2 Rey. 23:34.
Jer. 24:8 y 22:11-12, se saca como consecuencia que
cuando Faraón Necao se llevó a Jóacaz o Salum a
Egipto en 608 A. C. con ellos también se llevó a
muchos cautivos. Véase Preg. 119.
7a. En 605 A. C. empezó el cautiverio bajo Nabu-
codonosor. En este Daniel y sus compañeros fueron
deportados. Preg 127.
96
HISTORIA SAGRADA
8a. En 597 A. C. él se llevó a 10.000 judíos, y en-
tre ellos a Ezequiel el profeta. Esto fué al fin del
reinado de Joaquín. Preg. 130.
9o. En 587 A. C. el 10o. año de Sedecías. 832 per-
sonas de los judíos fueron llevadas. Preg. 133.
10o. En 586 A. C. Nebuzardán, capitán de la guar-
dia se llevó a mucho pueblo y quemó el Templo.
Preg. 134. 4.
lia. En 582 A. C. Nebuzardán llevó a 745 cauti-
vos. Preg. 134.
En resumen, hubo once deportaciones, en los años
738, 735, 733, 722, 701, 608, 605, 598, 597, 586 y 582
A. C. en el espacio de 156 años, además de invasio-
nes por Sisac, los sirios, los idumeos y otras naciones
y derrotas y pérdidas en las continuas guerras. Cin-
co de estas deportaciones llevaron a 239,007 cautivos,
pero no se da cuenta de los que fueron llevados en
las otras, que debían haber sido muchas veces más
en número. Estas visitaciones aflictivas fueron todas
atribuidas a los pecados del pueblo como castigos de
sus idolatrías, adulterios y otras desobediencias a la
ley de Dios. Por todo esto fueron amonestados por
hombres inspirados de Dios, como Isaías, Miqueas,
Sofonías, Nahum, Habacuc. Jeremías, Ezequiel y
Daniel. Esto justifica la acusación hecha contra este
pueblo de ser de dura cerviz y de corazón empeder-
nido. Isaías le compara a un hijo rebelde que había
sido castigado tantas veces que ya tenía el cuerpo
todo llagado y que todavía quedaba indómito. ¿Para
qué habéis de ser castigados aún? Todavía os rebe-
laréis. Toda la cabeza está enferma, y todo el cora-
zón doliente; desde la planta del pie hasta la cabeza
no hay en el cuerpo cosa ilesa, sino herida, hincha-
zón y podrida llaga. Isa. 1 :5-6. Todos los profetas
amonestaban contra los desórdenes del pueblo, indi-
cando que eran la causa porque "se encendió el furor
de Jehová contra su pueblo ;" y que por lo mismo
"extendió contra él su mano e hirióle, y se estreme-
cieron los montes; y sus cadáveres fueron arrojados
en medio de las calles. Pero siguieron con el estri-
billo: "Con todo esto, no ha cesado su furor, antes
está su mano todavía extendida." Isa. 5:25, 9:12, 17,
21, 10:4, y 14:27. Aguardó con paciencia su enmien-
EL CAUTIVERIO BABILONICO
«7
da, pero el pueblo se hizo cada vez peor, mostrándose
incorregible, de tal manera que el Señor quitó a este
pueblo de su presencia, y barrió la tierra de ellos,
después de la maravillosa prueba de su misericordia
y amor que a ellos dió sin medida por muchos siglos.
Preg. 136. ¿Quiénes siguieron a Nabucodono-
sor en el reino de Babilonia?
Nabucodonosor murió el año 562 A. C. y fué su-
cedido por su hijo Evil-merodach, el cual reinó dos
años. En su primer año trató de deshacer una in-
justicia cometida por su padre contra Joaquín, rey de
Judá. Sacó a éste de la cárcel, le puso buenos ves-
tidos, y le trató con benignidad, proporcionándole su
comida delante de él hasta el fin de su vida. 2 Rey.
25:27-30, Jer. 52:31-34, Jos. Ant. Jud. x 11:2, y Cont.
Apion 1 :20.
La Biblia no hace mención de ninguno de los otros
sucesores de Nabudoconosor en el reino de Babilonia
con excepción de Belsasar, a quien Daniel llama "rey,"
pero era solamente el segundo en el rieno. Pocos
años duró el reino después del brillante gobierno
de Nabudoconosor. Evil-moredach era disoluto, y
fué asesinado por su cuñado Neriglissar, y yerno de
Nabucodonosor. Este continuó hasta 556 A. C. y le
sucedió Laborosoarchod, su hijo. Este era muy jo-
ven, y sólo reinó unos meses y sufrió una muerte
violenta. Nabonadio ascendió al trono en 555 A. C.
y según se cree, se casó con una hija de Nabucodono-
sor. No tardó en recibir una comunicación que le
invitaba a hacer tratado ofensivo y defensivo con
Lidia y Egipto contra Ciro de Persia. En 549 A. C. el
6o. año de Nabonadio, según una inscripción suya,
Ciro venció a Astiages, rey de Media, que dizque
fué su abuelo, y tomó a Ecbatana, la capital del país.
En la guerra que siguió entre Ciro y Nabonadio, és-
te al fin se hallaba en el castillo de Borsippa y su
hijo Belsasar en Babilonia cuando Ciro marchó con-
tra esta plaza en 538 A. C. Leemos en Dan. cap. 5,
que la noche en que la ciudad fué tomada, Belsasar
hizo una fiesta, y en medio de ella, salieron los dedos
de una mano que escribieron cuatro palabras en la
pared del palacio donde estaban, que pusieron fin a la
98
HISTORIA SAGRADA
fiesta. Como ningún sabio pudo interpretar esta
inscripción, la reina entró en el salón del banquete
y dijo a Balsasar que en los días de Nabucodonosor,
su padre, o abuelo, el espíritu de los santos dioses
fué hallado en Daniel, a quien él debía llamar para
interpretar el escrito. Entró, pues, Daniel allí donde
los convidados estaban profanando los vasos sagra-
dos del Templo de Jerusalén y declaró que interpre-
tado el escrito anunciaba que por no haberse humi-
llado Belsasar delante de Jehová, Dios había contado
los días de su reinado y les había fijado término.
"Has sido pesado en la balanza y has sido hallado
falto. Dividido ha sido tu reino y se ha dado a los
medos y a los persas." El rey dió a Daniel los hono-
res que le había prometido pero en esa misma noche
Darío, el medo, tomó el reino y Belsasar fué muerto.
Las aguas del río Eufrates pasaban por en medio de
la ciudad, pero Ciro hizo canales por los cuales las
desvió, y sus soldados entraron por el cauce seco del
río apoderándose de la ciudad de Babilonia. Así ter-
minó la dinastía de Nabucodonosor.
Preg. 137. ¿Qué se sabe de las regiones en
que fueron dispersos los judíos y sus relaciones
con los cautivos de las diez tribus de Israel?
Según las indicaciones bíblicas que ya hemos dado
respecto a las deportaciones, (Pregl35) se ve que los
desterrados de las diez tribus fueron transportados a
las regiones de Asiría que estaban en la parte sep-
tentrional de Mesopotamia y hacia el lado oriental
de la misma como en las partes adyacentes en el lado
oriental del río Tigris. Pero los judíos fueron lle-
vados a Babilonia, la tierra de los caldeos, en los dis-
tritos del sur de Mesopotamia. Si se quedaron al-
gunos verdaderos adoradores entre los cautivos de las
diez tribus, serian muy pocos, y como era natural, en
el lapso del tiempo buscarían a los de su misma raza
y religión. En la pregunta 401 del primer tomo de
esta obra se notó que muchos piadosos que había
en el reino de Jeroboam en el norte de Israel, emi-
graron de las diez tribus luego después de la división
del reino en dos, y fueron a vivir a Judá. Estos y
sus hijos se quedaron allí, y como guardaban sus
genealogías, sabrían a qué tribu pertenecían. Cuan-
do los judíos fueron deportados a Babilonia, los des-
EL CAUTIVERIO BABILONICO
99
cendientes de estos piadosos de Israel fueron lleva-
dos con ellos a Babilonia también; luego debe haber
habido estas dos clases de los hijos de las diez tribus
de Israel en la cautividad, la. los que Sargón llevó
consigo de Samaria cuando la destruyó en 722 A. C.
y 2a. los que fueron conducidos de Jerusalén por
Nabucodonosor con los judíos en 605 A. C. ; y tal vez
habría más de éstos que de aquéllos, porque los de
las diez tribus que fueron al destierro primero eran
muy adictos a la idolatría, al paso que estos hijos de
los emigrados a Judá eran muy celosos del culto de
Jehová. Es probable, pues, que en el tiempo de
Nuestro Señor y los Apóstoles, los levitas y otros,
como Pablo de la tribu de Benjamín (Rom. 11:1), la
profetisa Ana, de la tribu de Aser (Luc. 2:36) no
fueron descendientes de la primera cautividad de
Samaria, sino de la de Jerusalén. Sea esto como
quiera, es cierto que hubo algunos de las diez tribus
que se afiliaron con los judíos en el cautiverio, y que
algunos de ellos volvieron a la Palestina a los cua-
les hay que agregar otros que se quedaron en el
país, siendo de los más pobres que no fueron tras-
portados, -y que después se unieron a los judíos a
la vuelta. Esdras 6:21.
Indudablemente los judíos se buscaban los unos a
los otros, como lo han hecho en todos los siglos, tanto
los antiguos como los modernos, y por las mismas
razones. Durante el cautiverio, a pesar de que algunos
fueron perseguidos, parece que la mayoría de ellos
gozaban de prosperidad y estuvieron en buenas cir-
cunstancias. Daniel, Sadrac, Mesac y Abed-nego en
Babilonia ocupaban puestos de eminencia en el reino,
y, como es justo suponer, no dejarían de proteger,
de alguna manera legal, a sus coreligionarios los
judíos. Cincuenta años después del decreto de Ciro,
el odio de Hamán contra Mardoqueo y la nación
judía, manifiesta que los judíos formaron una clase
aparte y que habían prosperado tanto que desperta-
ron la envidia y codicia de las gentes. El oro, la
plata y las ricas ofrendas que los judíos enviaron a
Jerusalén (Esdras 1:6, 2:69, 8:25-30) con Esdras y
Zorobabel manifiestan la opulencia de muchos de
ellos. Los judíos se hallaban en Babilonia, en la
tierra de los caldeos, junto al río Chebar, en Susán
100
HISTORIA SAGRADA
desde el principio del cautiverio; pero en el tiempo
dé Ester, 50 años después de la primera vuelta, es
decir, en 488 A. C. leemos que los judíos estaban
esparcidos en todas las 127 provincias del imperio
persa por todas las ciudades principales, y en tan
grande número que podían defenderse contra todos
sus adversarios. Véase el libro de Ester. Esto nos
enseña que los judíos fueron prosperados, prolíficos
y esparcidos por todo el vasto imperio. En el tiem-
po de Nuestro Señor los judíos se hallaban en todos
los países del mundo habitado. Sus varones tenían
la obligación de ir tres veces cada año a Jerusalén
para celebrar las fiestas. Al unirse en esta ciudad,
que ocupaba una posición central, ellos que venían
de todas las regiones de la tierra, después de per-
manecer una corta temporada en Jerusalén en donde
cambiaban impresiones con sus correligionarios, vol-
vían a sus lugares. De esta manera ellos pudieron
establecer negocios en países lejanos arreglado allí
viniendo a ser los banqueros del mundo, como lo han
sido hasta el día de hoy.
Preg. 138. ¿Qué condición guardaban los ju-
díos dispersos en cuanto a su religión?
Si por un acto de la imaginación nos pusiéramos
en su lugar nos hallaríamos como gentes que expe-
rimentan un cambio violento de estado. Antes tuvie-
ron patria, gobierno. Templo, ordenanzas estableci-
das, con un sacerdocio hereditario y nacional ; pero
ahora de un sólo golpe todo esto les fué quitado, o
mejor dicho, ellos han sido arrojados de todo esto;
aunque no fueron destituidos del todo, porque todavía
les quedó lo más precioso, si pudieran apreciarlo
debidamente. Al recobrarse de la terrible sorpresa
y darse cuenta de lo que la divina providencia había
puesto en sus manos después de despojarlos de todo
lo demás, se hallarían poseídos, lo., del conocimiento
del verdadero Dios ante quien podían hacer oración,
y 2o.. tendrían las Sagradas Escrituras menos los
libros de la Vuelta. Ahora los Salmos de David
vendrían a ser su consuelo, las canciones de su pere-
grinación que les estimularían en su fe. Salm. 137.
Toda la ley moral les sería practicable, y la parte
negativa de la ceremonial como la abstinencia de la
carne de puerco, y de las contaminaciones, y el deber
VA. CAUTIVERIO BABILONICO
101
especial de guardar el Día del Reposo, pero no po-
drían ofrecer sacrificio, libación ni ofrenda. Los le-
vitas quedarían sin otra parte de su oficio que la de
enseñar al pueblo en la ley. Hoy día, en su caren-
cia de lo que exige la ley mosaica, ofrecen un gallo
en el día de la Expiación, pero esto no es más con-
forme a dicha ley que el sacrificio de Sócrates de un
gallo a Escolapio. Pero aun tuvieron la circuncisión,
rito sagrado del pacto con Dios, y la fe en Jehová
como su Dios y Salvador.
Preg. 139. ¿Qué elemento de su religión ten-
dría mayor realce, y sería tenido ahora en más
aprecio por ellos que antes?
Las profecías. Primeramente la de Jeremías de
los setenta años del cautiverio; Jer. 25:11-12, 29:10.
Esta llamó la atención de Daniel, y fué el motivo de
su oración de 9:2. Sin duda atenderían también con
grandes esperanzas a Lo que Isaías dijo respecto de
Ciro en 44:28, y 45:1. Estas profecías se cumplieron
al pie de la letra, confirmando y aumentando su fe
en sus Escrituras. Con más interés aún serían im-
presionados por las profecías de casi todos sus pro-
fetas respecto de las glorias futuras de Israel y espe-
cialmente lo que decían del Mesías. Sin duda estas
produjeron buen efecto en muchos, haciendo que espe-
rasen la redención de Israel y así nutrían su fe en
Dios; pero también produjeron un efecto extraño en
otros, llenándolos de soberbia, causando en ellos des-
dén de las otras gentes y el deseo de hollarlas bajo
sus plantas. Sirvieron como vínculo de unión a los
judíos, y también como una pared que los separó del
resto del mundo, pues ni ellos ni los demás las con-
sideraban como trayendo "gran gozo para todos los
hombres." Este orgullo de los judíos no dejó de ser
causa del desfavor con que otros los miraron, pues
es evidente que se distinguieron a veces sobre los de-
más hasta el punto de atraer hacia sí el escarnio de
los que los rodearon. Les dijeron que su Dios era
más débil que los dioses de Asiría y Babilonia, por-
que de otra manera no les habría permitido llevarlos
cautivos fuera de su patria, el lugar de su santuario
en Jerusalén. En el tiempo de Jeremías los mismos
judíos tuvieron la vana y falsa confianza, de que Je-
hová no abandonaría a Jerusalén, al Templo ni a
102
HISTORIA SAGRADA
ellos, entretanto que le sirviesen con sacrificios. Jer.
7:3-4, 13-15. A los que dependían de esta esperan-
za falsa, les preguntó: "Y tú destruida, ¿qué harás?"
Esta clase de protección les era quitada ahora, y los
judíos tuvieron que fijarse en las enseñanzas de los
profetas como jamás lo habían hecho antes.
Preg. 140. ¿Qué influencia tuvieron los judíos,
su religión y sus libros sagrados en las demás
naciones ?
Es difícil contestar esta pregunta a entera satisfac-
ción. Esparcidos, como estuvieron los judíos, entre
todas las naciones, debieron haber tenido una influen-
cia inmensa en la mente de los pueblos, y especial-
mente en la de los sabios. Aristóbulo, judío y filóso-
fo peripatético de Alejandría, a mediados del tercer
siglo antes de la era cristiana, y Filón, también judío
alejandrino casi contemporáneo con Nuestro Señor,
y muchos otros, han creído que Pitágoras, Platón y
otros filósofos griegos derivaron muchas de sus ideas
de Moisés. Esto puede ser cierto, pero existen pocas
pruebas de ello. Los hechos positivos que tienen rela-
ción con esta pregunta son pocos. Por lo que dijeron
los magos cuando llegaron a Jerusalén, que eran guia-
dos por una estrella que pertenecía al rey de los judíos
recién nacido, a quien buscaban. Mat. 2:1-2, sacamos
por consecuencia que ellos conocieron la profecía de
Balaam acerca de la estrella de Jacob, Núm. 24:17,
y se dirigieron por los tiempos indicados por Daniel
en la profecía de las setenta semanas, Dan. 9:24-27.
Balaam era profeta del oriente, de donde vinieron los
magos, y Daniel era jefe de todos los sabios de Ba-
bilonia, y sus escritos pertenecían a ellos. Pero es de
notar que hombres tan llenos de empeño por saber a
dónde el Mesías nacería, no dieran con la profecía de
Miqueas 5:2, que les habría enseñado el lugar, y así
excusarlos de tener que ir a preguntar a Herodes,
metiendo sus cabezas en el hocico del león; segura-
mente no posean toda la Escritura. Por otra parte,
nótese la prontitud con que los escribas dieron esta
respuesta al rey, Mat. 2:4-6 mostrando su interés en
las profecías mesiánicas. Sin embargo, ¿cómo puede
explicarse su indiferencia respecto de su nacimiento,
ya que los magos lo habían anunciado? Pues, no hay
indicio de que hayan dado la menor atención a esto.
EL CAUTIVERIO BABILONICO
103
Es evidente que la religión de los judíos, sea por sus
escritos o por sus esperanzas, ejerció alguna influen-
cia en las naciones, pero es probable que pocos pose-
yeran los libros de la Biblia y los leyeran, y el carác-
ter de los judíos no recomendaba mucho su religión,
antes, a pesar de los muchos hombres y mujeres no-
bles y piadosos que había entre ellos, se dice que el
nombre de Jehová era blasfemado por causa de ellos.
Rom. 2:24, Isa. 52:5, Ezeq. 36:30-23. Después, en los
tiempos apostólicos, se encontraron muchos prosélitos,
como el centurión de Luc. 7:2-5, Cornelio, y los que
halló Pablo en las sinagogas cuando hacía sus viajes
misioneros. Algunos de los prosélitos eran malos
como indicó el Señor diciendo que los judíos rodea-
ban mar y tierra por hacer un prosélito, y que éste sa-
lió hijo del infierno, doble más que ellos, Mat. 23:15;
pero otros salieron buenos. Act. 2, 6:5, 13:43. Real-
mente la dispersión de los judíos en todo el mundo
vino a ser un medio importantísimo de introducir el
evangelio en los países por los apóstoles.
Preg. 141. ¿Por qué no citamos en esta co-
nexión el caso de Nabucodonosor, Ezeq. 29:30,
Dan. 4:37, el de la reina de Babilonia, Dan. 5:11,
el de Ciro, Isa. 44:28, 45:1, Esd. 1 :2-3, el de Darío,
Dan. 6:26, y el de Alejandro Magno, Jos. Ant.
Jud. xi, 8:5?
Es innegable que hay algunos casos de verdadera
conversión a la fé de Dios ocasionados por los cono-
cimientos recibidos de los israelitas, como el notable
de Rahab de Jericó, Jos. 2 :8-21. Ella afirmó que todos
los moradores de aquel país estaban desmayados a
causa de las noticias recibidas de las obras de Dios
en favor de Israel, palabra que fué confirmada por
la conducta de los gabaonitas, Jos. 9:3-21, y el testi-
monio de Josué, 5:1. También consignamos el caso
hermosísimo de Rut la moabita, Rut 1 :16, que dijo
a su suegra Noemí : "No me ruegues que te deje y
me aparte de ti, porque ... tu pueblo es mi pueblo, y
tu Dios, mi Dios." También se reconoce la sincera
adhesión de Naamán, el siró, 2 Rey. 5:17-19, que pro-
metió no sacrificar a ningún dios sino a Jehová; pero
quedamos perplejos al tratar de Nabucodonosor, de
su hija la reina, de Ciro, Darío y de Alejandro Mag-
104
HISTORIA SAGRADA
no y de los ninívítas. Ciro y Darío casi pueden ser
tenidos por monoteístas, porque adoraban a Ormuzd
como el dios de los cielos, y en su decreto de Esd. 1 :2,
da este título a Jehová, quizá identificándole con
Ormuzd. Pero al sujetar lo demás de su decreto a
un examen, da la idea de que tenía a Jehová como
dios regional que habitaba en Jerusalén, y no como
el Dios único y supremo. Los medos y persas admi-
tieron un dios maligno, Ahrimán, el antagonista del
buen dios Ormuzd, por lo cual son llamados Dualis-
tas, es decir, que creían en dos dioses, uno bueno y
el otro malo. Pero las palabras de Dios en Isaías
respecto de Ciro, nos detienen en nuestro juicio res-
pecto de él. Nabucodonosor había sido politeísta,
pero sus declaraciones en Dan. 2:47, 3:22, 4:2-3. 34-37
parecen ser el lenguaje de un adorador verdadero de
Jehová, pero las palabras de la reina no son tan con-
cluyentes. Cuando Alejandro Magno llegó cerca de
Jerusalén, Josefo nos dice que el sumo sacerdote con
los demás sacerdotes sacaron una procesión solemne
y salieron a su encuentro, y que Alejandro, al verlos,
se postró y adoró. Después, al ser interrogado res-
pecto de este acto, él declaró que no los adoró a los
hombres sino al dios a quien representaban, y que
lo hizo porque había recibido en una noche anterior
una visión entre sueños, en la cual vió a esta misma
persona que le exhortaba a venir sin demora para la
conquista de Asia. Después de esto Alejandro favo-
reció a los judíos, y les dió la tercera parte de la
ciudad Alejandría, pero no dió evidencias de una
conversión a la religión de ellos. El arrepentimiento
¿s. L»js ninivitas a la predicación de Jonás, Jon. 3:5.
tiene semejanza al de Acab ante la sentencia del pro-
feta Elias. 1 Rey. 21:29. pues ambos fueron reconoci-
dos por el Señor, y él de los ninivitas también de
una manera notable, Mat. 12:41. Luc. 11:32. pero pa-
rece que ni el uno ni el otro fué de permanencia. No
debemos rechazar del todo la idea de que algunos de
entre las naciones antiguas se hicieron adoradores
verdaderos de Jehová. Había más conocimiento de
Dios y de sus obras entre ellas que el que estamos
dispuestos a admitir. Eos profetas continuamente
hacen alusión al conocimiento de Jehová que cundía
entre ellas, y no es de suponer que esto fué en vano
EL CAUTIVERIO BABILONICO
en todos los casos. Nuestro Señor no nos permite
pensarlo, pues dijo: "Os digo que vendrán muchos
del oriente y del occidente y se asentarán con Abra-
ham, e Isaac y Jacob en el reino de los cielos" cuan-
do los hijos del reino serán echados a las tinieblas
de afuera." Mat. 8:11-12. No hay razón para limi-
tar estas palabras a los siglos después de Cristo.
Póngase mucha atención en las afirmaciones de los
profetas respecto de las naciones antiguas, y espe-
cialmente en las del tiempo del cautiverio, de que di-
chas naciones tendrán conocimiento de Jehová por
medio de sus justos juicios en la tierra, y su modo
de tratar a Israel y a ellas mismas. Insistimos, pues,
que hubo mucho conocimiento de Dios por este medio,
y que esto fué uno de los altos designios de la Divi-
na Providencia en la dispersión de los judíos, a más
del motivo de castigarlos por sus pecados y seguir
adelante con la preparación de esa nación para la veni-
da del Mesías.
Preg. 142. ¿A qué otro efecto contribuyó en
los judíos el cautiverio?
Se reconoce generalmente que el cautiverio casi
curó a los judíos de la tendencia inveterada hacia la
IDOLATRIA. Entre los muchos pecados de que
son acusados los judíos por el Señor Jesús y sus
apóstoles, nunca figura la idolatría. Es cierto que en
Esdras, cap. 9 y en Neh. cap 13 leemos que algunos
de los judíos de la vuelta se habían casado con mu-
jeres cananeas. y que habían cometido abominaciones;
no obstante de esto, no se especifica que hubiesen
practicado la idolatría y desde aquel día hasta ahora
los judíos han abandonado el culto de las imágenes
e ídolos de toda clase . Consta en la Escritura que
en los siglos anteriores había sido imposible hacerles
abstenerse de esas prácticas, pues parecía innata e
incurable como parte integrante de su naturaleza.
Pero desde el cautiverio, aunque muchos de ellos
hacen del dinero su dios, sin embargo, no se pros-
ternan delante de ninguna semejanza de criatura para
rendirle culto. ¿Por qué será esto? Toda la serie
de profetas desde Moisés ( Deut. cap 28) en adelante,
con la notable excepción de los que profetizaron des-
pués del cautiverio, denunciaron la idolatría en todas
formas, con toda clase de argumentos y en toda oca-
106
HISTORIA SAGRADA
sión, siendo éste el tema principal de sus discursos, y
anunciando que por este pecado serían llevados en
cautividad. Ahora se ha cumplido lo que ellos pre-
dijeron, la maldición pesada ha caído sobre ellos; la
idolatría ha venido a ser la ruina de su nación, de
su culto y de su bienestar. Su corazón duro ahora,
se enterneció y dieron principio a reformas, aban-
donando la idolatría. ¡Ojalá que con el tiempo y por
sus muchos castigos dejen también los demás pecados!
Preg. 143. ¿Qué sentimientos abrigaban los
cautivos hacia Babilonia? Salm. 137, Jer. caps.
50 y 51 y su libro de Lamentaciones.?
En el salmo leemos: "Junto a los ríos de Babilo-
nia, allí nos sentábamos, y aun llorábamos acordándo-
nos de Sión. Si me olvidare de ti, oh Jerusalén, mi
diestra sea olvidada." Así expresa el aislamiento en
que se hallaban; sus gemidos y suspiros, al recordar
a su patria santa. No descubrimos ninguna palabra
en los libros bíblicos que indique algún sentimiento
favorable a los babilonios, ni en lo que se dice de los
caldeos que vinieron contra Jerusalén ni de los habi-
tantes de Mesopotamia, en medio de los cuales fueron
colocados. Siempre al pensar en Jerusalén, en Sión
y en la tierra santa, sentían la nostalgia, y sus corazo-
nes se llenaban de angustia y de pesar. Parece que
no tuvieron ningún motivo de gratitud por benefi-
cios que recibieran. Tuvieron el mandato de "buscar
la paz de la ciudad" a la cual fuesen llevados. Jer.
29:7. Entendieron que Dios hacía uso de los caldeos
como de un instrumento por el cual El los castigaba
a causa de sus pecados, pero pudieron ver que los
enemigos estaban inspirados por el espíritu de asesi-
nato, pillaje y ambición, y lejos de desdecir esto, el
profeta lo confirma en los caps. 50 y 51, e indica que
dichos enemigos serían castigados por sus iniquidades
y crímenes. A pesar de tener estos sentimientos des-
favorables hacia sus vencedores, no hay evidencia de
que fuesen vengativos o dispuestos a fomentar sedi-
ciones. Por lo que vemos en Daniel y en Ester, los
judíos fueron buenos súbditos del reino.
Preg. 144. ¿Qué se debe decir del profeta
Daniel?
Antes que la mitad de los setenta años del cautiverio
hubiese pasado, Jeremías y Ezequiel habían concluido
EL CAUTIVERIO BABILONICO
107
sus trabajos, pero no asi Daniel : él sólo era un
puente vivo que estaba sobre la sima que había entre
la destrucción de Jerusalén y la vuelta del pueblo a
la Palestina. Vivió todos los setenta años y cual
pico nevado y eminente descolló sobre todos sus con-
temporáneos.
Ya hemos tratado de lo que escribió en los caps. 1-5.
En el sexto nos cuenta que después que Darío le
hizo jefe de los gobernadores, éstos por su elevación
lo hicieron el blanco de sus pasiones. Conspiraron
contra él, y no pudiendo hallar causa de queja en
el manejo de los negocios del reino, hicieron conspi-
ración , valiéndose del pretexto de sus prácticas reli-
giosas, obligándole a dar culto al rey Darío, o ser
echado en el lago de los leones. Como Daniel no
hizo aprecio de semejante lazo, le espiaron mientras
estaba haciendo oración, según su costumbre habitual.
Darío buscó modo de evitar las malas consecuencias
de su malhadado decreto, pero no lo halló, y Daniel
fué arrojado a los leones. El rey a causa de su ansie-
dad se hallaba insomne, y al amanecer se dirigió al
lugar donde Daniel se hallaba entre los leones, pero
nada le había sucedido a Daniel, porque un ángel en-
viado por Dios había salvado a Daniel del peligro.
Darío condenó a sus acusadores al mismo castigo, y
expidió otro edicto ordenando que los pueblos temie-
sen ante el Dios de Daniel. En cap. 7 Daniel refiere
el sueño profético en que tuvo la maravillosa y su-
blime visión de las cuatro bestias que representaron
los cuatro reinos imperiales que se levantaron su-
cesivamente para dominar a las naciones del mundo
y regir al pueblo judío que ya había perdido su auto-
nomía, terminando la visión en el reino sempiterno
del Hijo del hombre en gloria y majestad. En el oc-
tavo tuvo otra visión profética del reino de Media y
Persia y después del griego bajo Alejandro y sus
sucesores. Para su consuelo y el nuestro esta visión
fué interpretada. En el noveno, después de su estu-
dio de las profecías de Jeremías, hizo una oración en
vista de la proximidad del fin del cautiverio, y el
ángel Gabriel le dió la profecía de las setenta sema-
nas. Los caps. 10-12 contienen revelaciones respecto
del porvenir. Como se ha indicado ya. las predic-
ciones respecto del Mesías sirvieron de consuelo pa-
ra los cautivos, y más por haber visto ellos el cuín-
10»
HISTORIA SAGRADA
plimiento de tantas profecías en sus días. Entre las
profecías mesiánicas, las de Daniel y las de Isaías
fueron las principales. Estas juntamente con las de
Ezequiel y las de los otros profetas, fueron de gran-
dísimo poder para infundir en ellos ánimo y valor,
y alentar su fé en Dios. Aquí no es el lugar para
entrar en los argumentos literarios en defensa de los
libros de Isaías y de Daniel, pero nos es permitido
mirarlos bajo el punto de vista histórica. Los incré-
dulos no atribuyen los últimos 27 capítulos del libro
de Isaías a este profeta, sino a algún "gran descono-
cido"; pues piensan que el autor de los 39 caps, al
principio del libro, no fué capaz de escribir seme-
jante obra. Esta opinión carece absolutamente de
base histórica, porque estos capítulos jamás han sido
atribuidos a otro, y presumir lo contrario sin tener
razón fundada, es un despropósito igual a decir que
el autor de Persiles y Segismunda no sería capaz de
escribir una obra tan diferente y alabada como el
Quijote, y sostener que si Cervantes produjo aquélla,
no podría ser autor de ésta, sino que tiene que ser
algún desconocido de siglos después. Que un pueblo
de la inteligencia del judío quedara olvidado e igno-
rante del autor del escrito más sublime de su litera-
tura (o de cualquier otra) es ridículo e increíble como
cuestión histórica. ¡Que comulguen los alemanes con
tamaña piedra de molino, nosotros, no! Con los es-
critos de estos grandes profetas delante, los judíos
cobraban confianza en medio de sus desgracias y
miserias.
Preg. 145. ¿De qué manera se efectuó la vuel-
ta de los judíos a la Palestina? 2 Crón. 36:22-23,
Esd. 1:1-11.
Se nos dice que en el primer año de Ciro, rey de
Persia, (537 A. C.) para que se cumpliese la palabra
de Jehová, dicha por boca de Jeremías, excitó Jeho-
vá el espíritu de Ciro, rey de Persia. el cual hizo
pasar pregón por todo su reino, y también por escri-
to, diciendo: "Así ha dicho Ciro, rey de Persia.
Jehová. Dios de los Cielos, me ha dado todos los
reinos de la tierra, me ha mandado que le edifique
casa en Jerusalén. que está en Judá." Agregó una
invitación, casi obligatoria, para todos los judíos que
desearan subir a Judea ; y animó a los vecinos de estos
judíos a ayudarlos con dinero y objetos de valor.
LA VUELTA A JERUSALEN
109
Sacó también los vasos que habían sido extraídos del
Templo en Jerusalén y los entregó a Zorobabel, prín-
cipe de Judá, a quien llamó Sasbasar.
Observamos, lo. Este no es el edicto a que se refie-
re en Daniel 9:25, porque no ordena el restaurar y
edificar a Jerusalén," sino que trata de edificar "la
casa de Jehová que está en Jerusalén. El decreto de
Ciro habla de la casa de Dios, y la profecía de Daniel
habla de la ciudad de Jerusalén. Algunos alegan que
Artajerjes expidió este decreto según Neh. 2:5-6,
pero otros insisten que Ciro realmente dió este de-
creto en cumplimiento de Isa. 45:13, y por cierto, es
difícil negarlo; aunque, no consta en la historia des-
pués que Ciro lo hiciera.
2o. No llamó Ciro a los israelitas "Judíos" sino
"Su pueblo (de Jehová)." El nombre "Judío" se usa
por primera vez en la Biblia por Jeremías (34:9, 38:19
y 43:9). La lengua de los judíos fué llamada "Judai-
ca" desde los días de Isaías (Isa. 36:11. 13, 2 Rey. 16:6.
18:26;) pero los autores de los libros que fueron
escritos después de la cautividad los llamaron "judíos"
constantemente, y Josefo declara que éste ha sido
su nombre desde el día en que volvieron de Babilo-
nia. Jos. Ant. Jud. xi. 5:7. Recién llegados a la
Palestina fueron llamados "Hijos de la provincia."
indicando que el país ya era parte del imperio persa.
Esdras. 2:1.
3o. La posibilidad de que Daniel ocupara una posi-
ción de eminencia cuando el decreto fué expedido, da
color a la idea de que él influyera en la mente de Ciro
para dar semejante edicto, quizá mostrándole la pro-
fecía de Isaías que dice que Jehová le había ordenado
para esta obra, y aun a la otra idea de que Daniel
pudiera haber sido él mismo quien redactara el edic-
to, y así le dió un tono judaico. Tsa. 44:28 y 45:1.
Dan. 6:28. Es claro que el Espíritu de Dios obró
poderosamente en Ciro para que consintiera en enviar
a los judíos a su tierra .y que se despojara de los
5.499 vasos y utensilios de oro, plata v de otros mate-
riales preciosos, y en adición, ordenara que otros les
ayudaran ; y. además, que los gastos originados en
la obra fuesen costeados por la tesorería del rey.
Esd. 6:4. Es cierto que se habían efectuado grandes
cambios, y que de algún modo le convenía a Ciro tener
ur estado amigo entre sus dominios y Egipto, que
110
HISTORIA SAGRADA
sirviera de vanguardia para recibir los primeros gol-
pes del enemigo egipcio, y detenerlo mientras él orga-
nizara sus fuerzas, pues ahora Egipto le era hostil.
Pero aun así, esto mismo era obra de la Providencia,
y los samaritanos creían que la buena política obliga-
ría a Persia a quitar a Jerusalén de enmedio. Así
lo vemos en su carta dirigida al rey, que se halla en
Esd. 4:11-16, y en el libro apócrifo de 1 Esdras 1:24
se añade : "Declaramos que si se reedifica esta ciu-
dad . . . desde entonces en adelante no tendrás modo
de pasar a Siria y Fenicia."
Nos causa admiración que no subieron a Jerusalén
más de 42,360 judos, que sin duda con sus mujeres
y niños harían una suma total mucho mayor, acompa-
ñados de 7,537 siervos y siervas, con unos pocos semo-
vientes; 736 caballos, que hasta ahora empiezan a
usarse por judíos ; 245 muías, 425 camellos y 6,720
asnos, animal llamado "el amigo del pobre." Hubo
solamente 74 levitas, 128 cantores, hijos del salmis-
ta Asaf, y 139 porteros. Los asistentes, netinim e hi-
jos de los criados de Salomón llegaron a ser 392.
Todo esto constituyó una poquedad en comparación
con los ejércitos de los israelitas en siglos anteriores.
El libro apócrifo de 1 Esdras 5:2, dice que el rey
envió mil soldados de a caballo para escoltarlos a
I erusalén.
Muchos de los judíos esparcidos en las provincias
del oriente tuvieron justos motivos por no haber
vuelto a la tierra santa a causa de la vejez, como Da-
niel, por ejemplo, o por la enfermedad, o por estar
obligados a seguir en sus empleos bajo el gobierno,
de los cuales no pudieron desprenderse. Hay que
tomar en cuenta que el viaje era largo, pues costó a
Esdras cuatro meses para nacerlo, Esd. 7:9, también
accidentado y peligroso, requiriendo valor y fuerzas
para acometerlo. Esd. 8:21-23.
Pero es evidente que en tanta multitud, habría
muchos que no podrían excusarse de ninguna mane-
ra, habiéndose engreído con las cosas de aquellas
tierras, contentándose con las costumbres de las gen-
tes paganas que les rodearon hasta el punto de haber
perdido el amor patrio y el celo de la religión de sus
padres. Los atractivos de la tierra santa con todos
sus monumentos gloriosos no bastaban para sacarlos
de sus nuevas posesiones y perspectivas. Con todo,
no hemos de suponer que desde luego perdieron su
LA VUELTA A JERUSALEN
111
religión y su interés que tendrían en el porvenir de su
pueblo.
Hemos de ver que se quedaron separados de los
demás del imperio y fueron muy apegados a la ley
de Moisés, y por su erudición y empeño en las letras
sagradas, llegaron a tener mucha autoridad en mate-
rias de religión por sus targums y Talmud que salie-
ron de sus academias. Cuando Esdras subió a Jeru-
salén, unos 80 años después de Zorobabel, llamó a
once hombres pidiéndoles que buscasen a unos sacer-
dotes que le acompañaran, y se dice que aquellos
fueron maestros, u hombres de erudición, y se da a
entender que los que hallaron lo eran también. Es-
dras mismo era un prodigio de .erudición. Esd. 8:16-
18.
Por otra parte, los que aceptaron la invitación y
volvieron a la tierra de sus antepasados, experimen-
taron una alegría rara vez sentida. Cuando el ejér-
cito de Faraón pereció en las aguas del Mar Rojo.
Alaría, hermana de Moisés, celebró la salvación de
Israel de las manos de los egipcios en una canción
sublime. Ex. 15:20-21. De la misma manera los
de la vuelta vitoreaban a Dios con ferviente entusias-
mo, en alabanzas de triunfo. "Cuando el Señor hizo
tornar el cautiverio de Sión, éramos como gentes que
sueñan. Se llenó nuestra boca de risa, y nuestra len-
gua de alabanza." Salmo 126. Este cántico de rego-
cijo hace contraste con el salmo 137, que expresa su
abatimiento en el cautiverio, cuando colgaron sus
arpas en los sauces junto a los ríos de Babilonia y
lloraron al acordarse de Sión.
Preg. 146. ¿En qué condiciones estuvieron los
judíos al llegar a Jerusalén? Esdras y Neh.
Al llegar a la ciudad santa les aguardó una tarea
ardua, porque hallaron a Sión convertida en montones
de cenizas, escombros y ruinas. Las gentes que se
hallaban allí los miraban con desconfianza y ¡qué de
cuestiones por tierras y propiedades no debieron de
haberse suscitado! Pero a pesar de presenciar los
destrozos de las glorias antiguas y de alojarse sobre
las ruinas de casas de una alcurnia sagrada, estas
amarguras y las fatigas y desaliento, todas reunidas
no bastaron para sofocar su celo y empeño hasta que
hubiesen edificado altar en el cual ofrecieran sacrifi-
cios de alabanza a Jehová.
112
HISTORIA SAGRADA
Preg. 147. ¿Cuáles son los libros sagrados de
la Vuelta?
En su orden cronológico los libros de la Vuelta
son: Esdras, Aggeo, Zacarías, Ester, Nehemías y
Malaquías. El último fué escrito unos cuatro siglos
antes de Cristo. De la lista de los repatriados tene-
mos dos copias en la Biblia : una en Esdras 1 :9 - 2 :67 y
otra en Nehemias 7:6-69; pero además de éstas, hay
otra en el libro apócrifo de Esdras 5:4-43. Una com-
paración de estas tres listas, unas con otras, nos ense-
ña mucho respecto de la manera de copiar los libros
en la antigüedad. Se descubren diferencias en ellas,
principalmente en los nombres y en los números,
a causa de estas discrepancias es en gran parte la
semejanza que existía en las letras del abecedario
que se usaba en aquel entonces, y la facilidad de equi-
vocarse el copista, y tomar una letra por otra, y las
letras fueron usadas por números. De esta manera se
descubre que estos manuscritos fueron escritos coy
'etra más antigua que la cuadrada que está en boga
actualmente en los escritos y publicaciones hebreas
Se notan las omisiones de letras y de palabras que
se observan en todos los escritos antiguos. Todas
estas observaciones son igualmente aplicables a todas
las diferencias que se hallan entre lo que está escrito
en los libros de los Reyes y en los de las Crónicas
cuando refieren la misma circunstancia. Hay ciertos
pasajes que son muv notables en este respecto, como
el Salmo 18 y 2 Sam. 22. y los capítulos 36-39 de
Isaías comparados con 2 Rey. 18:13-20:19 y 2 Crón.
cap. 32.
Cuando los judíos hicieron un examen de esta lis-
ta, hallaron que algunos no pudieron probar que eran
israelitas, y otros, que se creían ser sacerdotes y que
pertenecían a la noble familia de Barzillai de Oalaad.
2 Sam. 17:27. 19:31-39. no podían justificar sus pre-
tensiones al sacerdocio por medio de la genealogía: y
por esto, no fueron admitidos a la sagrada orden.
Esdras 2:59-63 v Neh. 7:61-64. Según colegimos de
este mismo catálogo, que ellos conservaron con tanto
esmero, la mayoría de los que volvieron se radicaron
en Terusalén y en los pueblos de los alrededores,
como en Belén, Micmas. Anatot. Beerot. Rama, Jeri-
có y otros, con preferencia en las aldeas donde podían
cultivar la tierra para sostenerse. Se dice que cada
LA VUELTA A JERUSALEN
118
uno fué a su ciudad. Esdras 2:1. Todavía no había
muchos modos de ganarse la vida en Jerusalén, pues
ella era más bien centro de religión que no de comer-
cio.
Preg. 148. ¿Cuáles fueron las funciones y
obras públicas de los repatriados? Esdras y Ne-
hemías.
1. Antes de otra cosa se hace mención del espíritu
de desprendimiento mostrado por el pueblo en sus
contribuciones generosas para la reedificación del
Templo.
2. Al llegar el séptimo mes, el de la fiesta de las
Cabanas o de Tabernáculos, el pueblo de común acuer-
do se reunió para celebrar la fiesta en Jerusalén bajo
la dirección de Zorobabel. hijo de Salatiel, el prín-
cipe de Judá que los había capitaneado desde Babi-
lonia en todos sus viajes hasta ahora, llamado por el
rey Sesbasar ; y Jesua, hijo de Josedec, el sumo sacer-
dote.
La fecha de la llegada de los cautivos no es dada,
y por lo mismo no sabemos cuánto tiempo había pa-
sado antes del mes séptimo; pero en esta ocasión edifi-
caron el altar, y desde allí en adelante, no. hubo falta
del sacrificio diario, ni de los demás sacrificios con-
forme a la ley. Con el altar nuevamente erigido y
la observancia de la fiesta de Tabernáculos, se dió
principio a la práctica reglamentada de los ritos y
ordenanzas públicas de su religión.
3. Después de otros siete meses, en el segundo
mes del segundo año de la vuelta, los jefes de los
judíos dieron principio a la construcción del Templo.
Los levitas fueron encargados de la obra, y desde
luego echaron los cimientos, y según parece, éstos
fueron puestos sobre las mismas líneas que ocuparon
los del Templo de Salomón, aunque el edificio resultó
mucho menos imponente que el anterior. Ciro dió
órdenes que el Templo fuese de 60 codos de alto
y 60 codos de ancho. Esd. 6:3. No dijo cuántos co-
dos debía tener de largo, ni mencionó el pórtico o
pronaos, pero aun así. si tuviera el mismo ancho del
de Salomón, habría sido mayor en tamaño, pues el
primer Templo tuvo 60 codos de largo, 20 de ancho
y 20 de alto, y además, un pórtico o pronaos que se
extendió por todo el frente del Templo y unos 10
codos adelante, pero se levantó a la sublime altura
114
HISTORIA SAGRADA
de 120 codos, y como estaba cubierto de planchas de
oro, su resplandeciente fachada que adornaba el Tem-
plo, se podía ver desde los lugares remotos en el
país. Véase el diseño p. 284 de Tom. I. Se ha creído
con probabilidad, que Ciro dió las dimensiones indi-
cadas queriendo decir que éstos fueron los límites
que el edificio no debía pasar, pero si los judíos pu-
dieron hacerlo tan grande, es que tenían permiso para
hacerlo . Como quiera que sea esto, es claro que el
nuevo Templo, que se llama "El Segundo Templo,"
era mucho más pequeño que el de Salomón.
Cuando acabaron de echar estos cimientos, los ju-
díos tuvieron una función religiosa de regocijo, y
la celebraron ricamente vestidos y con música de
trompetas y címbalos, cantando en responsos: "Ala-
bad a Jehová, porque es bueno, porque para siempre
es su misericordia sobre Israel." Esd. 3:10-11. Pero
en tanto que los jóvenes se alegraban con algazara,
los ancianos que habían visto el Templo de Salomón,
que se había destruido hacía unos 50 años, al tener
a la vista el gran contraste que le hacía este nuevo
templo, alzaron un alarido de lamentos que casi sofo-
có la vocería de regocijo de los demás. Esd. 3:12-13.
4. Tanta gritería en Jerusalén despertó eco en
todos los montes alrededor. El entusiasmo de los
hijos de la provincia excitó a los vecinos a participar
en la obra. Los jefes de los pueblos cercanos, que
ya miraban a los judíos con recelo, y eran llamados
adversarios aun ahora, pidieron permiso para tomar
parte en la erección del Templo. Alegaron que habían
sacrificado a Jehová desde el día en que fueron colo-
nizados en el país, y por lo mismo, según su modo
de pensar, tenían derecho de asociarse con los judíos
en su culto; pero los judíos, sabiendo que el haberse
mezclado con gentes idólatras les había causado la
destrucción y destierro, a pesar de la amistosa pro-
posición, no admitieron su petición, y dieron por
razón de su negativa el mandato del rey Ciro, pues
fué dirigido exclusivamente a los judíos en esta em-
presa. Esta respuesta convirtió el recelo que ya te-
nían los samaritanos en el odio más amargo y entra-
ñable, odio que jamás ha podido ser aplacado hasta el
día de hoy. Esd. 4:1-3.
LOS JUDIOS BAJO LOS PERSAS
115
Preg. 149. ¿Cómo estorbaron la obra los sa-
maritanos? Esd. 4:4-24.
Resintiéndose de esta repulsa de los judíos, los
samaritanos trataron de impedir la construcción del
Templo de todas maneras dentro de sus recursos.
"El pueblo de la tierra debilitaba las manos del pue-
blo de Judá y los arredraba de edificar." v. 4. No les
bastaba lanzar contra ellos denuestos y amenazas, sino
que apelaron a medios más poderosos, organizando
una oposición contra ellos en la corte persa por medio
de cohecho. Entre los palaciegos y cortesanos del
oriente siempre abunda gente corrupta que se presta
al soborno, especialmente para infundir sospechas en
la mente del soberano contra los provinciales. El
texto afirma que se valieron de este medio los sama-
ritanos para emponzoñar el ánimo del rey contra los
judíos, y se da a entender que por muchos años no
lograron su propósito, y por buena razón, porque los
judíos hacían una obra que interesaba al rey. (Preg.
145, 3o.)
Preg. 150. Dése una reseña de la historia de los
reyes Persas desde la toma de Babilonia por Ciro
hasta el fin del Antiguo Testamento.
538 A. C. Ya hemos dicho algo respecto de Ciro,
el fundador del reino medo-persa, y el que destruyó
el reino de Babilonia. Preg. 136 y 141. Al morir,
dejó un imperio vasto, pero no bien organizado. Du-
ró en él unos diez años.
529-522 A. C. Ciro tuvo dos hijos, e hizo a
Cambises su sucesor en el trono, pero dió mu-
cho poder en el reino al otro hijo suyo. Smer-
dis o Bardes. Siguiendo la costumbre inicua de los
orientales en tales casos, Cambises tuvo celos de su
hermano Smerdis y mandó que fuese asesinado secre-
tamente. Tuvo también la ambición de hacer muchas
nuevas conquistas, y desde luego fijó la vista en
Egipto como el blanco al cual iba a tirar primero.
Hizo muchas preparaciones, consiguió la cooperación
de la flota de los tirios e hizo una fuerte expedición
contra los egipcios, y los venció en una batalla terri-
ble. Deseaba se,guir adelante contra el norte de
Africa y tomar a Cartago y a los demás pueblos, pe-
ro los tirios se negaron a acompañarle en contra de
los cartagineses, porque eran parientes suyos, y por
lo mismo Cambises tuvo que desistir de esta empresa.
116
HISTORIA SAGRADA
Entonces se dirigió contra el oasis y santuario de
Ammon. en el desierto, pero su ejército de 50,000 hom-
bres pereció en las arenas del yermo. Todavía no
quedó satisfecha su codicia de nuevas conquistas y
capitaneó otro ejército y marchó contra Etiopía ; pero
faltándole víveres mientras pasaba Nubia, tuvo que
volver avergonzado y con grande pérdida de soldados,
y aun más de prestigio. Sus desgracias se debieron
en gran parte a falta de prudencia y previsión, pues
en su sed de glorias carecía de consideración a sus
tropas; y los egipcios cobraron ánimo, creyendo que
era un general de poco talento militar . Cambises
sofocó con gran crueldad las tentativas que se hicieron
para resistir a su gobierno. Se sintió despreciado por
la gente y trató de vengarse de ella burlándose de la
religión de los egipcios y logró captarse odios y ren-
cores.
522 A. C. habiendo sojuzgado completamente a
Egipto. Cambises trató de volver a Persia, pero en
el camino, y en Damasco, según dice Josefo, un he-
raldo entró en el campamento proclamando que su
hermano Smerdis era rey, y que todos se sometiesen
a él. De pronto Cambises creía que su cómplice en
el asesinato de su hermano Smerdis le había sido fal-
so, y que este personaje anunciado como rev sería
positivamente su hermano; pero quedó satisfecho de
que no. y que su contrario era un mago, llamado lio-
mates, que aprovechándose de su ausencia, y de que
se parecía mucho a Smerdis. fingiéndose ser él. había
usurpado el trono. Cambises tomando en cuenta el
desprestigio en que había caído, v el favor de que
gozaban los magos en Media, perdió toda esperanza
de recobrar su trono v se suicidó.
522-521 A. C. El falso Smerdis. o sea el mago Go-
mates. sabiendo que se parecía a Smerdis. el hermano
de Cambises. y que éste había desaparecido secreta-
mente, se presentó en su lugar, con el mismo nom-
bre y reclamó para sí el trono; y los magos, que
ocupaban Indares de eminencia, le favorecieron. El
se casó con las esposas o concubinas que había en la
capital, según una costumbre oriental, para dar fuer-
za a su pretensión. Como éstas mujeres conocieron
.'1 verdadero Smerdis .v sin duda denunciarían el
fraude si hubieran tenido oportunidad de conferen-
ciar entre sí. o con los de afuera. Gomates las encerró
LOS JUDIOS BAJO LOS PERSAS
117
en habitaciones aisladas, y las puso incomunicadas
y así no les dió lugar de hablar las unas con las otras,
ni con nadie. Tampoco permitió entrar en su pre-
sencia a los príncipes que conocieron a Smerdis; pe-
ro no era posible ocultar la verdad por mucho tiem-
po, y sólo duró el embuste siete meses.
521 A. C. Darío, hijo de Histaspes, de la familia
real, fué con tropa y desterrando a Gomates le mató.
Es digno de mención aquí el hecho de que los sa-
maritanos no tuvieron éxito en su esfuerzo para im-
pedir la obra de los judíos en el Templo durante los
reinados de Ciro y Cambises, sino hasta el corto
reinado de Gomates, el falso Smerdis, llamado Arta-
jerjes en Esd. 4:7 y 11; pues, Gomates, siendo ene-
migo de Ciro y de su política extranjera, quiso des-
hacer lo que Ciro había mandado que se hiciera en
Jerusalén, y dió órdenes contrarias a las de él e hizo
cesar la construcción del Templo. • Pero luego que
Darío subió al poder, siendo persa, como Ciro, era
favorable a los judíos, y entonces los profetas Aggeo
y Zacarías exhortaron a los judíos que renovasen sus
trabajos en el Templo, y cuando los samaritanos por
segunda vez remitieron un informe a la corte persa
contra los judíos para que el rey hiciese parar la
obra en el Templo, no sólo se negó Darío a hacerlo,
sino que les dió orden de ayudar a los judíos en
lugar de estorbar su empresa.
521 - 486 A. C. Darío, hijo de Histaspes rei-
nó unos 35 años sobre los medo-persas. Por
seis años tuvo que reconquistar muchas pro-
vincias, pero al fin venció a todos sus enemigos
y tuvo muchos años de paz y sosiego, en los cuales
organizó bien el imperio, y lo hizo con tanta sabidu-
ría que quedó estable por muchos años. Puso bajás
o sátrapas que gobernaban las provincias en armonía
con los deseos del rey, y así consolidó el reino. Bajo
estas circunstancias favorables, los judíos concluyeron
el Templo en 515 A. C,
490 A. C. Los ejércitos persas enviados por Darío
contra los griegos sufrieron una derrota en Maratón.
486 465 A. C. Jerjes, hijo de Darío Histaspes, fué
rey de Persia por espacio de 21 años. Emprendió
la conquista de Grecia para vengarse de la afrenta
hecha a su padre Darío, e hizo una grande reunión
de sus oficiales para hacer preparaciones, y en esta
118
HISTORIA SAGRADA
ocasión privó a Vasti de ser reina. Ester, cap. 1.
En seguida hizo su expedición contra Grecia, y perdió
las batallas de Salamina, Platea y Micale y tuvo que
volver avergonzado . Sus consejeros, viéndole senti-
do y agraviado, para consolarle propusiéronle un no-
viazgo al estilo de Persia, y buscaron novia para él
entre todas las jóvenes hermosas del imperio. Como
resultado de esta pesquisa se casó con Ester y tuvie-
ron lugar los demás sucesos del libro de Ester.
465-425 A. C. Artajerjes Longimano, hijo de Jer-
jes ocupó el trono de Persia 40 años. En el año 459-
458 Esdras condujo los 1755 judíos a Jerusalén y
cumplió un ministerio muy noble en su nación, y
mientras él estaba allí, en 445 Nehemías fué enviado
por el rey Artajerjes a Jerusalén y éste regresó a
Persia después de doce años de servicio como
gobernador; pero otra vez volvió a Jerusalén más
tarde.
425. A. C. Tres hijos de Artajerjes ocuparon el
trono de Persia sucesivaemtne en el mismo año, dos
de ellos fueron asesinados por el hermano que le su-
cedió. Los nombres de ellos son: Jerjes II, Sogdiano
y Oco, o sea Darío Noto, el último duró desde 425 -406
A. C.
Debemos tener presente que todos estos reyes tuvie-
ron más de un nombre, los cuales se traducen, o se
transfieren a otras lenguas de diferentes modos. Por
ejemplo, vemos en Esdras 4:5-7 que menciona Darío
en v. 5. Este debe ser Darío hijo de Histaspes que
quitó el trono al falso Smerdis. El Asuero del v. 6,
debe ser Cambises, hijo y sucesor de Ciro. El Arta-
jerjes del v. 7 debe ser Gomates el mago, o falso
Smerdis que sucedió a Cambises en 521 A. C. y reinó
siete meses, siendo depuesto y ejecutado por Darío
Histaspes. Con esta explicación, todo se aclara y se
halla de completa conformidad con la historia pro-
fana.
Preg. 151. ¿De dónde, aparte de la Biblia,
sacamos informes de esta parte de la historia de
Persia?
Herodoto, llamado "El Padre de la Historia," nos
proporciona muchíssimos informes, y algunos se ha-
llan en los escritos de Jenofonte. También Ctesias,
cerca de 400 A. C escribió una historia de Persia, y se
han conservado unos pocos fragmentos de valor de
BAJO LOS PERSAS
US
la historia de Beroso .quien vivió cerca de 250 A. C.
Estos escritores varian mucho en sus informes. En
tiempos modernos algo se ha sacado de los monu-
mentos antiguos que se han descuhierto, y en particu-
lar de la inscripción que Darío Histaspes grabó en
las rocas de Behistún, Persia.
Preg. 152. Dense algunos informes acerca de
la inscripción de DARIO en Behistún.
Cerca de 22 millas al oriente de la ciudad de Ker-
mansha, en la parte occidental de Persia, se ve la cé-
lebre inscripción en las rocas de Behistún. Darío
Histaspes, en el año 516 A. C. hizo cortar y pulir la
superficie de una peña a una altura de unos 300 a 400
pies arriba del nivel de la llanura y preparó grandes
espacios en los cuales mandó grabar unas inscripcio-
nes en tres lenguas, ariana, escita y semítica, usando
caracteres cuneiformes persas, babilonios y en los de
los medos. En estas inscripciones hace constar su
propia genealogía, remontando hasta la octava gene-
raüón. Luego da cuenta de qué modo consiguió él
el trono del imperio. En seguida refiere sus guerras
por medio de las cuales sojuzgó las sublevaciones en
más de 20 provincias, principalmente en las siguien-
tes nueve : en el orden mencionado, sólo que tuvo que
reducir algunas de ellas más de una vez, a saber: Su-
siana, Babilonia, Media, Armenia, Sagartia, Partia,
Margiana y Bactria, Persia y Anachotia. Venció
a nueve hombres que se levantaron como reyes, y en
una parte de la piedra, los ha representado en una
escena en que se ven dos de sus siervos, cada uno
con un arco, estando ellos en pie detrás de él, luego
él mismo con un arco en la mano, y el pie puesto en
un hombre que yace en el suelo, y en seguida se pre-
sentan ocho figuras de hombres delante de él, atados
unos con otros por medio de una cadena al cuello.
Más arriba hay una figura que puede representar su
dios Ahuramazda u Ormuzd, a quien repetidas veces
atribuye todo su buen éxito. Según el relato que da
de sus campañas, parece que se prolongaron unos
seis años . Causa horror leer su confesión de que
al apoderarse de estos reyes, les cortó las orejas, la
nariz y la lengua ; los expuso por algún tiempo a la
vista del pueblo y al fin los crucificó, y a pesar de
esta crueldad fué realmente el gran estadista que
fundó el imperio persa sobre bases firmes.
120
HISTORIA SAGRADA
Preg. 153. ¿A quién debemos la traducción de
la inscripción de Behistún?
A Sir. H. Rawlinson. El estuvo en aquella región
en varias ocasiones, y a gran riesgo de su vida, subió
en unas escaleras muy altas y descifró las inscripcio-
nes en distintos tiempos desde 1835 a 1851, y sacó
copias en planchas y después, con gran ingenio, descu-
brió el valor de las palabras y las tradujo.
Preg. 154. ¿Cuál fué el ocurso que los enemi-
gos de los judíos hicieron a Gomates, el falso Smer-
dis, y cuál fué su efecto? Esd. 4:7-24.
Como los adversarios de los judíos no tuvieron
éxito en influenciar a Ciro o a su hijo Cambises para
que hiciesen parar la obra en el Templo, fueron muy
avisados cuando se esforzaron en obtener su propósito
con Gomates, el falso Smerdis. Si alguien todavía
tiene duda de que el Artajerjes mencionado en Esd.
4:7 es este usurpador, puede desengañarse al ver que
el rey que le siguió, según v. 24, fué Darío, pues
consta que el que precedió a éste en el trono de Per-
sia fué Gomates. Los enemigos de los judíos eran
colonos que vinieron de Persia, Erech, Susán, Elam
y otros lugares en el oriente, que los judíos llama-
ron cúteos (véase Preg. 84) y desde ahora los llama-
remos sencillamente Samaritanos. Ellos acusaron a
Jerusalén de haber sido ciudad rebelde y mala en
tiempos pasados, apelando a los documentos en los
archivos reales para probarlo, y alegaron que los ju-
díos ya echaban los cimientos de los muros, cosa
que es de dudarse en vista de la condición en que
estaban las cosas cuando Nehemías vino y las inspec-
cionó. Neh. 2:13-17. En verdad todo el ocurso fué
expresado en términos exagerados, con aquel grano
de verdad que dió al todo el aspecto de ser cierto y
apareciendo como un consejo al gobierno persa por
hombres leales. Gomates obró de conformidad con
los deseos de estos enemigos, y dió orden de parar
la obra. Ellos se apresuraron a obedecer semejante
mandato, e hicieron violencia para que cesaran los
trabajos. Los judíos habían comenzado a trabajar
hacía unos quince años, pero progresaron muy des-
pacio, habían hecho muy poco en la obra por falta de
entusiasmo e intervalos de descanso. Pero ahora
desistieron completamente de la empresa por espa-
cio de dos años.
BAJO LOS PERSAS
121
Preg. 155. ¿Bajo qué circunstancias renova-
ron los judíos sus trabajos en el Templo? Esd.
5:1-2. Ag. caps. 1 y 2, Zac. caps. 1 a 6.
La palabra de Dios por el profeta Aggeo fué diri-
gida al gobernador Zorobabel y al sumo sacerdote
Jesuá el primer día del sexto mes del segundo año
de Darío, 520 A. C. animándoles a emprender de
nuevo la construcción del Templo. Les dijo que se
cuidaban más de sus propias casas que de la de Dios,
y que por esta causa habían sufrido escasez de cose-
chas. Ellos, pues, echaron mano a la obra otra vez
en el día 24 del mismo mes, por lo cual el Profeta de-
jó de reprenderlos, y les dió el mensaje de Dios, di-
ciendo: "Yo soy con vosotros." No pasó un mes
entero, cuando al 21 del séptimo mes, Aggeo volvió
a hablarles asegurándoles que aunque la gloria exte-
rior de esta casa que edificaban les parecía muy poca,
sin embargo la gloria de este segundo Templo sería
mayor que la del anterior . Ag. 2:9. En el mes si-
guiente Zacarías se levantó y los animó con sus pro-
fecías. No pasó otro mes sin que Aggeo les diera
dos oráculos en los cuales les instruía y los estimu-
laba, y dos meses después, Zacarías les publicó la
primera de una serie de magníficas profecías que toda-
vía continuaba en el cuarto año de Darío, 517 A. C.
Alentado de esta manera, el pueblo trabajó con
energía en la obra; pero dentro de poco Tatnai, go-
bernador de la provincia al occidente del río Eufrates
y los demás enemigos observaron este cambio por
parte de los judíos, y se acercaron con el objeto de
resistirlos. Les preguntaron quién les había dado
orden de erigir la casa y levantar el muro de Jeru-
salén, y además demandaron los nombres de los que
estaban ocupados en hacer esto. Los judíos contes-
taron que obraban en obediencia al decreto de Ciro,
el rey persa, y refirieron algo de la historia de su
nación relativa al Templo, explicaron la causa por
qué fueron castigados por Nabucodonosor, y les su-
ministraron los nombres que les habían pedido. Con
todo, no se arredraron, sino que siguieron adelante
con su trabajo; y los enemigos otra vez escribieron
un ocurso; mas en esta ocasión, lo enviaron a Darío.
Esta carta que parece haber sido copiada al pie de
la letra en Esdras 5:7-17. refiere todos estos detalles
y pide al Rey que los archivos del reino se exami-
122
HISTORIA SAGRADA
naran para ver si los asertos de los judíos eran con-
formes a la verdad. Darío contestó Esd. 6:1-12, di-
ciendo que los documentos del reino que estaban en
Acmetha, o sea Ecbatana, confirmaban todo lo que
afirmaron los judíos, y que él ahora lo ratificaba orde-
nando que dejasen de molestarlos, y que les diesen
de la hacienda del rey que tiene del tributo para
que no cesen en la obra, y que si alguno "mudare
este decreto, que sea derribado un madero de su ca-
sa, y enhiesto, sea colgado en él y su casa sea hecha
muladar por esto ;y el Dios que hizo habitar allí su
nombre, destruya todo rey y pueblo que pusiere su
mano para mudar o destruir esta casa de Dios, la
cual está en Jerusalén. Yo, Darío puse el decreto,
sea hecho prestamente." Esd. 6:1-22. En vista de
órdenes tan terminantes, los enemigos se sosegaron
y los judíos con gozo siguieron en la obra, la cual
acabaron el día tres del último mes del sexto año
de Darío, 515 A. C. En el siguiente mes, el primero
del año séptimo de Darío, los judíos celebraron la
Pascua en el Templo con gran regocijo y gratitud a
Dios.
Preg. 156. ¿Qué se dice del gobierno de los
judíos desde ahora, 515 A. C. hasta el tiempo de
los Macabeos? (168 A. C.)
Durante unos 204 años, desde 536 A. C. hasta 332
A. C. la Palestina fué provincia de Persia, y los ju-
díos en la mayor parte de este tiempo, ocuparon una
posición especial, estando bajo la dirección inmedia-
ta de los reyes de Persia, que concedieron ciertos
fueros a los judíos. Esto se ve en el tiempo de Zo-
robabel, por lo que acabamos de ver en las preguntas
anteriores, y lo veremos después en los tiempos de
Mardoqueo, Esdras y Nehemías. Por lo que hace
a lo demás del tiempo de sujeción a los reyes de
Persia, sabemos por Neh. 5:14-18 que los judíos tu-
vieron gobernadores, y no eran de la familia de Da-
vid, pero desde ahora los sumos sacerdotes en lo ge-
neral ejercían autoridad sobre ellos como goberna-
dores. Después de Zorobabel la casa de David cayó
en obscuridad. El sumo sacerdote fué ayudado en
el gobierno por el senado, o los ancianos de Israel.
Este cuerpo existía tal vez en la época pérsica.
Hay varios vacíos en la historia en el período de la
dominación pérsica en los cuales nada sabemos sino
BAJO LOS PERSAS
123
solamente los nombres de los sumos sacerdotes y de
los reyes de Persia. Por lo mismo conviene para la
conveniencia del estudiante, dar aquí la lista de los
sumos sacerdotes de la época pérsica.
Preg. 157. Dése una lista de los SUMOS SA-
CERDOTES que funcionaron durante la domina-
ción pérsica.
536 A. C. Jeshua, hijo de Josadac, sum. sac. acom-
pañó a Zorobabel desde Babilonia hasta Jerusalén, y
vivió hasta que se acabó la erección del segundo Tem-
plo en 515 A. C.
494 A. C. Joiacim, hijo de Jeshua, sum. sac. Neh.
12:10, 22.
483-475 A. C. Acontecimientos referidos en el libro
de Ester y el ascenso de Mardoqueo.
463 A. C. Eliasib, hijo de Joiacim, sum. sac. Lo
era en el año 20o. de Artajerjes, 445 A. C. y en el
tiempo de Esdras y Nehemías, 459-433 A. C. Neh.
3:20. 12:10, 13:4, 6.
450 A. C. Herodoto escribe su historia.
420-401 A. C. Malaquías profeta.
419 A. C. Joiada, hijo de Eliasib, sum. sac. Neh.
12:10, 22. Manasés se retira a Samaría.
414 A. C. Se edifica el templo de los samaritanos
en Monte Garizim.
409 A. C. Jonatán, o Johanan (en griego Juan),
hijo de Joiada, sum. sac. Neh .12:11, 22-23. o era
en tiempo de Artajerjes Mnemón, 405-362 A. C. Ant.
xii, 5:4.
400 A. C. Muerte de Sócrates.
351 A. C. Jaddua, hijo de Jonatán, sum. sac. que
sacó procesión para encontrar a Alejandro Magno.
Ant. xi, 7:2, y 8:5. Neh. 12:11, 22.
332 A. C. Alejandro Magno sojuzga a Judea.
323 A. C. Alejandro Magno muere, y también Jad-
dua, cerca del mismo tiempo.
321 A. C. Onías I, o Conía, hijo de Jaddua, sum.
sac. Vivió en el tiempo de Ario rey de Esparta, 309-
265. I Mac 12:7,20. Ant. xi, 8 :7 (Schurer 309-265).
310 A. C. - 291 A. C Simeón el Justo, hijo de
Onías I, sum. sac. Este título de Simón o Simeón
el Justo, se da algunas veces a este Simón, o a Simeón
II, hijo de Onías II sum. sac. por los años de 219-199
A. C. Parece que propiamente pertenece al primero.
124
HISTORIA SAGRADA
vSe celebra en el Talmud, por Josefo, Ant. xi :8-7. xii.
2:5, Mae. 12:7. 8:20 por II Macabeos y por el Ecle-
siástico 50:1-24.
291 A. C. Eleazar, hermano de Simón el Justo,
sum. sao. en el tiempo de Tolomeo II Filadelfo de
Egipto, cerca de 285-247 A. C. Ant. 12:2:5.
285 A. C. Se da principio a la traducción de la
Biblia llamada "La Septuaginta" o la de los LXX.
276 A. C. Manasés, tío de Eleazar. sum. sac. Ant.
xii. 4:1.
250 A. C. Onías II hijo de Simón el Justo, sum.
sac. en el tiempo de Tolomeo III Eurgetes que reinó
en Egipto por los años de 247-222 A. C. Ant. xii, 4:1.
219-199 A. C. Simón II, hijo de Onías II. llamado
por algunos "El Justo." sum. sae. Ant. xii, 4:10.
Antioco el Grande conquistó la Palestina. Sir. 50:1.
3 Mac. 2:1
199 A. C. Onías III, hijo de Simón II sum. sac.
Ant. xii. 4:10. 2 Mac. cap. 3. en el tiempo de Seleuco
IV, Filopator. 187-175 A. C.
175-174 A. C Jasón (nombre griego de Josué o
Jesús) hijo de Simón II, sum. sac. A su petición
Antioco Epífanes (175-164 A. C.) depuso a Onías
III. Duró tres años hasta 171 A. C. cuando fué su-
plantado por el que sigue. 2 Mac. 4:7, 26-35.
171 A. C. Menelao, llamado también Onías. hijo
de Simón II. sum. sac. suplantó a Jasón. Duró diez
años. Ant. xii. 9:7. Fué muerto cerca del tiempo
cuando lo fué Judas Macabeo. 2 Mac. 13:3-8.
168 A. C. Fecha del Salterio de Salomón. Apó-
crifo.
166 A. C. Judas Macabeo florece.
162-161 A. C. Alcimo, o Jácimo. sacerdote fuera
de la línea sumo-sacerdotal. fué hecho sumo sacerdote
por Demetrio. Duró tres años en el oficio. 1 Mac.
7:5-9. 12-25. 9:1, 54-56. Ant. xii. 9:7. xx. 10:1.
159-153 A. C. Vacancia en el oficio del sumo sacer-
docio. Ant. xx. 10:1.
Preg. 158. ¿De qué acontecimientos tenemos
noticias en la historia de los judíos después de la
construcción del segundo Templo? Léase el libro
de Ester.
Todos los judíos que había en el imperio persa,
juntamente con los que estaban en Jerusalén, fueron
BAJO LOS PERSAS
125
afectados por los sucesos que se refieren en el libro
de Ester, que tuvieron lugar por los años de 483-473
A. C. en el reinado de Jerjes, que duró desde 486
a 465 A. C. Véase Preg. 150. Primero, los judíos
fueron sorprendidos por un decreto expedido por
Jerjes que ordenó que todos ellos fuesen extermina-
dos y sus bienes confiscados y dados a sus enemigos ;
y después por otra orden en sentido contrario, de
armarse y resistir a sus enemigos hasta acabar con
ellos, y sobre todo, se añadió que debían celebrar este
suceso cada año como una fiesta nacional llamada
Purim.
EL LIBRO DE ESTER
El libro de Ester es anónimo, pero además de tener
un lugar en el Canon bíblico de los judíos, que es una
garantía de su autenticidad, tenemos otra prueba
fehaciente de la misma, una evidencia y confirmación
histórica en la fiesta del Purim. Este libro da la
explicación adecuada y única de esta institución na-
cional de los judíos. Dicha fiesta se celebra hasta
el día umversalmente entre ellos y no ha habido tiem-
po después del reinado de Jerjes en que se sepa que
fuese abolida. El libro huele a Persia con el esplen-
dor extravagante y las enormes proporciones carac-
terísticas según las cuales todo lo que refiere se re-
presenta. Se nota el lujo de la corte, con colgaduras
de lino finísimo y púrpura; aquí hay oro y plata, mar-
fil y columnas de mármol ; allá está el absolutismo,
el harén, los perfumes y la gloria exterior de los
orientales. A este libro debemos este fiel dibujo del
origen de la fiesta del Purim. El carácter de Jerjes
según se traza en este libro, corresponde perfectamen-
te con el presentado en la historia profana. En ambos.
Jerjes es el mismo rey de grandes empresas y recur-
sos; un déspota que no cuidaba de las vidas de sus
subditos; que fué gobernado y gobernaba a otros
por impulsos violentos, pasando por cambios repen-
tinos. Este libro se acomoda perfectamente a las
circunstancias de aquel entonces, y al carácter de las
gentes que figuraban en él.
La evidencia de que la fiesta del Purim se ha obser-
vado por los judíos desde aquel tiempo hasta ahora,
es satisfactoria. La primera alusión que se hace a esta
126
HISTORIA SAGRADA
fiesta se halla en 2 Mac. 15:16 que afirma que el día
de Mardoqueo era el 14 de Adar, el último mes del
año. Josefo al tratarla en sus Antigüedades XI, vi
1, dice que todos los judíos que están en el mundo
guardan estos días festivos del mes Dystrus y envían
porciones los unos a los otros." Josefo nació en el
año 37 A. D. Desde entonces los testimonios son
constantes hasta ahora.
Preg. 159. ¿Cuál fué la ocasión de la ñesta de
Ester, cap. 1, y qué incidente tuvo lugar en ella?
Darío trató de subyugar la Grecia hacia el fin de
su reinado, pero la empresa fracasó a causa de la
derrota que sufrió su ejército en Maratón por los
griegos bajo Milcíades. Jerjes, pues, cuando subió
al poder en Persia, heredó el desprestigio de esta
desgracia, y sus consejeros le incitaron a vengarse
de los griegos. Mal de su agrado él consintió en ha-
cerlo, dejando por lo pronto la guerra contra Egipto
que deseaba emprender, con la intención de llevarla
adelante más tarde. Desde luego entró en los prime-
ros trámites para hacer una expedición descomunal
contra los griegos que sería invencible. Los soldados
persas como vivían en tierras lejanas al mar, no po-
dían ser buenos marineros, y valían más en las luchas
en tierra que en las del mar. Por lo mismo, Jerjes
tenía necesidad de muchas fuerzas de infantería para
pelear en tierra .y también de una buena flota de auxi-
liares marítimos que le ayudasen. Reunió, pues, de
sus aliados unos 4,200 buques entre pequeños y gran-
des. Construyó un puente grande, fuerte y ancho
sobre el Helesponto, en el cual todo su ejército de
más de un millón de soldados con un equipo comple-
to de impedimenta militar, víveres, armas, y otros
pertrechos de guerra pasaron en siete días. Cortó un
canal en el istmo que une la península de Atos con
el continente. Herodoto, vi, 61-80 y 85 hace men-
ción de 48 naciones que contribuyeron con tropas para
esta campaña, que vinieron de las 127 provincias des-
de India basta Etiopía. Entre los que trajeron bu-
ques para la armada de la expedición se hace men-
ción de los "sirios de la Palestina"; que sin duda son
los judíos que tuvieron participación en esta cam-
paña contra la Grecia, como todas las demás provin-
BAJO LOS PERSAS
137
cias del imperio persa. Herodoto 7:89. En medio
de estos preparativos, entendemos que Jerjes hizo una
fiesta de gala que duró seis meses en el palacio de
Susán, para glorificarse ante los sátrapas, y mostrar-
les su magnificencia. En una ocasión durante esta
fiesta, cuando los hombres habían bebido mucho, Jer-
jes envió al harén, donde la reina Vasti celebraba una
fiesta con las mujeres, y mandó sacar a la reina para
exhibir su hermosura a la multitud. Ella se negó a
ir y presentarse sin velo ante los hombres, pues, para
ella, era una indignidad insufrible. En lugar de
honrar a su esposa por su virtuosa conducta, el rey
quiso castigarla y al mismo tiempo tomar medidas
de alta significancia ante todos sus subditos. Convo-
co a los siete príncipes de Persia y Media en solemne
cónclave, y pidió consejo de ellos. Memucán propu-
so un acuerdo que atajaría el espíritu de insubordina-
ción de las mujeres por todo el reino en un edicto
ridículo que mandaba a las mujeres que diesen honor
a sus maridos, y qu eVasti no se permitiese ser reina
más. Esta medida agradó a todos y se llevó a efecto.
Preg. 160. ¿Qué siguió al repudio o divorcio de
Vasti? Ester cap. 2.
Parece que hubo un intervalo de unos pocos años
entre los capítulos 1 y 2 de Ester. Esto corresponde
al tiempo en que Jerjes fué a Grecia con su ejército
y fué derrotado en Salamina, Platea y Mícale, y vol-
vió cabizbajo y avergonzado. Para distraer la mente
del rey y consolarle en su abatimiento, sus criados
propusieron que se buscase otra reina para él. El
método de hacer esto era conforme a todas las demás
extravagancias de los persas de aquel tiempo. Reu-
nieron en el palacio de Susan a muchas jóvenes de
todas las provincias y les proporcionaron los are-
tes y perfumes que servirían para hermosearlas, y les
dieron el plazo de un año para acabar de embellecerse.
Entonces fueron presentadas al rey un día, y si no le
agradaban, al siguiente eran metidas entre las concu-
binas reales. Entre aquellas jóvenes presentadas al
rey, un día apareció Ester.
Preg. 161. ¿ Quién fué Ester ? Est. 2 : 5-7.
Entre las damiselas que fueron traídas a fin de ser
candidatas para el trono del imperio medo-persa, ha-
128
HISTORIA SAGRADA
bía una doncella judía, llamada Hadasa (Mirto o
Arrayán), que tendría unos 20 años, y era hija adop-
tiva de su primo-hermano Mardoqueo, de la tribu de
Benjamín, cuyo bisabuelo Cis fué llevado cautivo de
Jerusalén a Babilonia hacía 115 años, cuando Joaquín
o Jeconías fué deportado en 597 A. C. Esta joven,
cuyo nombre en persa era Ester, quedando huérfana
de padre y madre, fué criada por Mardoqueo, quien
ahora, según parece, era uno de los eunucos emplea-
dos en palacio. Ester era de una hermosura encanta-
dora, por lo cual su primo, o sea padre adoptivo, se
aventuró a ponerla en la compañía de las jóvenes
que se presentaban al rey para que él escogiera a una
para ser reina en lugar de Yasti. Esta era compe-
tencia para un puesto de eminencia para una mujer.
Sin indicar su raza, fué recibida con favor por el
eunuco encargado de estas vírgenes, y no hubo dila-
ción para la entrega de aceite y perfumes. A su de-
bido tiempo fué presentada a Jerjes, y el rey instan-
táneamente fué cautivado por su maravillosa belleza,
y desde luego la hizo reina.
Preg. 162. Reñérase lo que se hizo cuando Es-
ter fué escogida para reina. Est. Cap. 2:16-23.
Según las costumbres de las gentes que aman la
pompa y las ceremonias, Ester fué coronada, y esa
ceremonia se celebró con una fiesta real. Aunque ya
la decisión se había hecho, seguían trayendo más vír-
genes, quizá de las provincias remotas, y para no
hacerlas desaire, era necesario honrarlas de alguna
manera. En la ocasión de ser presentadas ellas ante
el rey, dos eunucos se quedaron ofendidos, tal vez
porque alguna virgen de su familia no fué perferida.
y tramaron un complot para asesinar a Jerjes. Seme-
jantes conspiraciones no eran raras en el palacio per-
sa, y al fin, en una de ellas, el mismo Jerjes perdió
su vida a manos de dos eunucos. Sabedor Mardoqueo
del atentado contra la vida del rey, lo dio a saber a
Ester, y ella se lo comunicó a Jerjes, mencionando
el nombre de Mardoqueo como el amigo que le había
dado el informe para evitar que el monarca fuese
matado. Sabemos por los escritos de Ctesias y He-
rodoto, que Jerjes solía tener al lado escribas, cro-
nistas, o según hoy día se llaman, secretarios, que
BAJO LOS PERSAS
129
cuidadosamente apuntaban todo lo que sucedía. Se
tomó nota por ellos de este informe de Mardoqueo.
y se hizo una investigación que resultó con la confir-
mación de la palabra de Mardoqueo. Los eunucos,
autores del crimen intentado, fueron ejecutados, y
se hizo constar todo esto en las crónicas del reino.
Estos documentos fueron consultados con frecuencia
v ya hemos tenido ocasión de saber esto en el caso
del falso Smerdis v de Darío. Esd. 4 :15, 19, 5 :17. 6 :1 ;
Pregs. 154 y 155. "
Preg. 163. Refiérase la promoción de Hamán.
Ester, cap. 3:1.
Pasado algún tiempo aparece en la corte de Jerjes
un privado del rey llamado Hamán, hijo de Hamedata.
Ya no se hace mención de los siete príncipes de Persia
entre los otros, en lo demás de esta historia, 3:2, 5:11.
6:9. Tal vez la calamidad en Grecia había acabado
con ellos, o habían ofendido al rey y perdido la vida.
Figuraban en las cosas más importantes referidas al
principio en el libro de Ester, pero ya desaparecieron,
pues la compañía del rey era lugar muy azaroso, por-
que por cualquiera cosa él les quitaba las cabezas a los
que le rodeaban. En lugar de ellos funciona ahora
Hamán. y después Mardoqueo. Así los favoritos sus-
tituyeron a los príncipes del reino. Hamán es llamado
Agageo, y se ha creído que era del linaje de Agag.
rey de los amalecitas. 1 Sam. 15:9. 20 32-33 y Josefo
lo afirma explícitamente. Ant. XI. 6:5. Esta gente
que habitaba partes de la península de Sinaí era hostil
a los israelitas cuando éstos salieron de Egipto y
siempre fueron enemigos suyos aunque eran del lina-
je de Esaú. y por lo mismo, parientes de los israe-
litas. Gén. 36:12. Véanse pregg. 149 ,212. 257 y
292-293 de Tom. I de esta obra. Fueron condenados
al exterminio por su iniquidad. Ex. 17:8-16. Deut.
25:17-19; y algunos han supuesto que el epíteto "aga-
geo"' podía significar cualquier enemigo de Israel, y
no indicar únicamente que Hamán era amalecita.
Pero es más probable que lo era; y que esta circuns-
tancia entraba como un elemento de su encono contra
los judíos. Esto puede ser; y como el gran imperio
de los persas era tm conjunto de tantas naciones,
individuos de todas ellas podrían granjearse el favor
130
HISTORIA SAGRADA
del rey, no hay nada que hiciera difícil creer que
Hamán fuera amalecita, y por lo mismo enemigo de
Israel. Esto también explicaría algo de la poca dis-
posición de Mardoqueo para honrarle, pero de alguna
manera Hamán se había congraciado con Jerjes, y
venido a ser su compañero íntimo y consejero.
Preg. 164. ¿Qué instigó a Hamán a buscar la
destrucción de los judíos? Est. 1:2-6.
Como Hamán entraba y salía diariamente de la au-
diencia del rey, cual magnate del reino, todos los
siervos del palacio tuvieron orden del rey de postrar-
se delante de él ; pero Mardoqueo no hacía caso de
esta orden. Y sus compañeros, los eunucos que asis-
tían a la puerta de la casa real le preguntaron por
qué lo hacía así. En sus pláticas con ellos les había
dicho que era judío, pero no sabemos qué disculpa
les dió por su conducta respecto a Hamán. Parece
que Hamán no se había fijado en la falta de respeto
de Mardoqueo, pues, llevaba la cabeza tan erguida
que no veía lo que pasaba en su derredor. Los eunu-
cos, picados de curiosidad de ver como Mardoqueo
saldría de esta desobediencia al mandato del rey, que
no les agradó a ellos, para ponerlo a prueba, infor-
maron a Hamán del caso, y que Mardoqueo era judío.
Esto sirvió para menear las heces en el fondo de
la copa de su ira y parece que no añadieron que Mar-
doqueo era pariente de Ester, y seguramente Hamán
ignoraba que ella era judía e hija adoptiva de Mar-
doqueo. pues, ni el mismo rey lo sabía. Sobre este
punto Ester había callado por indicación de Mardo-
queo. a quien ella obedecía como a padre; ni hay
tampoco indicio de que los demás eunucos lo supie-
ran, aunque parece probable que sí. Saber semejan-
te especie bastaba para enfurecer a Hamán contra
Mardoqueo. y hacer que se resolviera a matarle por
este gran delito; pero tuvo por cosa vil y bajeza
tener cuestión alguna con un eunuco del palacio, sino
que se fijó luego en la razón de que era judío; eso,
sí era asunto digno de su alteza. La destrucción de
todos los judíos sería una venganza adecuada al in-
sulto que había sufrido, y sólo faltaba ahora la ma-
nera y la ocasión propia para llevar a cabo su inten-
ción.
BAJO LOS PERSAS
131
Preg. 165. Expliqúese eso de "Pur" o las suer-
tes que echó Hamán. Est. 3:7.
Se debe leer este versículo con cuidado para poder
entender lo que se hizo. En realidad se deja algo por
suplirse aun así. Indicaremos lo que parece ser el
sentido completo de lo que se dice. Siendo supers-
ticioso Hamán, acudió a la "suerte" para que le ayu-
dara en su complot. Entre los persas se sabe que
solían valerse de las "suertes" para fijar el tiempo de
cualquiera empresa en que deseaban embarcar. Ha-
bía muchos días que, en su concepto, eran aciagos o
azarosos, en los cuales era de mal agüero dar prin-
cipio a alguna obra; como todavía en el día de hoy
hay algunos que abrigan ideas ridiculas respecto a
los días viernes o el número trece. Hamán, pues,
se puso a echar suertes, o si no lo hacía él en per-
sona, lo mandó hacer en su presencia para su propio
gobierno, a fin de designar el mes. y el día en que
tendría buena suerte en destruir a los judíos. Las
echó sobre todos los meses, porque empezando desde
el primero y siguiendo con los demás en su orden,
la suerte no cayó en ninguno sino hasta el último,
el doce; luego al jugar para indicar el día del mes
la suerte cayó en el trece. Armado con esta con-
fianza en la "suerte," reveló su propósito al rey Jer-
jes. Todo esto sucedió en el primer mes, Nisán. que
corresponde a marzo y abril, del año 12o. de Teries.
474-473 A. C. seis años después de la derrota de Jer-
jes en Grecia, y antes del día 13 del mes.
Preg. 166. ¿Cuál fué la queja que Hamán hizo
ante Jerjes? Est. 3:8.
Sus acusaciones contra los judíos corresponden con
las que hicieron los enemigos de los judíos ante el
falso Smerdis. Esdr. 4:11-16. En particular, Hamán
hizo hincapié en que las leyes de los judíos eran di-
versas a las de los demás pueblos, y alegó que ellos
no guardaban las del rey. afirmando además que no
convenía al rey dejarlos vivir.
Preg. 167. ¿Qué precio prometió pagar al rey
por su permiso para destruirlos? Est. 3:9-15.
Le prometió la suma de $12,500.000; y se entiende
que su idea era que al destruir a la nación judía, él
mismo sacaría una cantidad prodigiosa del botín, y
132
HISTORIA SAGRADA
de éste podría pasar al fisco imperial el metálico
mencionado sin sentir la falta de él. Esta enorme
suma de dinero que Hamán iba a realizar de los des-
pojos de los judíos, nos indica que había gran número
de ellos en el reino, y que ya tenían muchísimas
riquezas. También prueba que ellos estaban espar-
cidos por toda la extensión del reino; y algunos su-
ponen que Hamán la prometió esto, porque temía que
Jerjes se opusiera a su propósito, so pretexto de que
al destruir una nación tan grande y caudalosa, causa-
ría demasiada pérdida al erario nacional de Persia.
Por tanto .trataba de desvanecer semejante pensa-
miento con anticipación, y al mismo tiempo despertar
la codicia del rey con tamaña oferta. Pero no es
probable que ni Jerjes ni Hamán se cuidaran del bien
público, ni que Hamán creyera que Jerjes se intere-
saba en la prosperidad de su reino. Solamente es
de suponerse que le hizo este ofrecimiento para ase-
gurarse de una respuesta favorable, sin más análisis
de otros motivos.
La contestación del rey se ha entendido de dos ma-
neras: la. Que Jerjes perdonó a Hamán todo lo que
le ofreció como muestra de su magnanimidad real :
y 2a. Que entregó el pueblo a Hamán para acabar
con él y hacerse dueño de todo lo que poseía, v que
de esto él podría cumplir la promesa que le había
hecho; mas es difícil decidir esta cuestión. En se-
guida el rey entregó su anillo a Hamán con el cual
se sellaban los oficios reales, y los secretarios escri-
bieron el decreto en las lenguas de los diferentes
pueblos de las provincias, y estos documentos fueron
enviados por correos a todas partes del imperio.
Preg. 168. ¿Qué se sabe del sistema de correos
que existía en aquel tiempo?
El Sr. H. Rawlinson ha recogido los datos más fide-
dignos sobre esto, los cuales presento aquí:
"En la idea que Darío tuvo de gobernar un país
se incluía la de rapidez en las comunicaciones. Creía
que era de la mayor importancia transmitir pronto
las órdenes de la corte a los gobernadores de las
provincias, y que los informes de é'<tos fuesen reci-
bidos sin demora. Por lo mismo c;»ableció a lo
largo de los caminos que existían desde antes entre
HAJO LOS PERSAS
1H3
las principales ciudades del imperio (pues no había
ningunas, carreteras propiamente) un número de pos-
tas, colocadas a intervalos fijos a distancia de 14
millas entre la una y la otra) según lo que se calcula
que un caballo pudiera galopar sin parar. En cada
una de estas postas había una posada, y se mante-
nían allí, a costo del estado, un número de correos
y varias remudas de caballos. Cuando se trataba de
despachar un oficio, era llevado a la primera posta en
la ruta, donde un correo lo recibía, y luego montando
a caballo, lo llevó a la próxima posta a galope. Allí
era entregado a otro correo, quien montando en un
caballo fresco, lo llevaba a la siguiente estación, y
así el oficio pasaba de mano en mano hasta llegar a
su destino. Según Jenofonte, los mensajeros viaja-
ban día y noche sin parar, y la velocidad del men-
saje se comparó al vuelo del pájaro. Había excelentes
ventas o posadas en cada paraje, y puentes o barcas
de pasaje fueron establecidas donde había arroyos,
y casas de guardia se colocaban de trecho en trecho
paia que la ruta entera estuviese segura contra los
bandidos que infestaban el imperio." Las Siete Mo-
narquías Grandes, vi i, 7. Este avance en la civili-
zación, como algunos otros, se debían a Darío Histas-
pes el padre de Jerjes; y este sistema de correos
estaba en plena operación en el tiempo de Ester: y
era una novedad tan grande en aquellos tiempos como
lo son los aeroplanos en el nuestro. Por medio de
estos correos el oficio del rey que ordenaba la des-
trucción de los judíos iba volando por todo el impe-
rio y llevaba la consternación a todas partes. Con
calma el rey y Hamán se sentaron al banquete para
beber vino y solazarse en medio de las lamentaciones
de los judíos y el asombro de los otros habitantes
del reino.
Preg. 169. ¿Qué circunstancias mediaron para
aliviar o empeorar la situación?
la. Les era muy favorable a los judíos el largo
plazo que se dió entre la proclamación y la ejecución
del decreto — desde el día 13 del primer mes hasta el
día 13 del doce. En este tiempo muchos judíos podían
huir fuera de los dominios de Jerjes. por muy grandes
184
HISTORIA SAGRADA
que fuesen, y se supone que efectivamente así lo
hicieron algunos de ellos.
2a. También les era favorable el hecho de que
tenían muchas amistades entre las gentes; pues se
dice que muchos al fin se hicieron judíos, Est. 8:17,
cosa que no habría sucedido si se hubiesen hecho re-
pugnantes a la vista de los pueblos.
3a. La otra ventaja era que la reina Ester era ju-
día y tenía a Mardoqueo por consejero y a Dios por
ayuda, pero había algunas desventajas también:
la. Una contrariedad era el hecho de que los ju-
díos, a pesar de ganarse algunos prosélitos, tienen la
desgracia de hacerse de enemigos a dondequiera que
van, y esto mismo se verificaba en Persia como en
otras partes, por lo que vemos de Ester 9:1, 2, 5,
y 16.
2a. Otra desventaja que se sucitó fué precisamente
uno de los reglamentos constitucionales de Persia
que sin duda se tenía por un avance en la civilización,
puesto que ponía límites al poder del monarca, y
este era un artículo que hacía irrevocable toda ley
expedida por el rey, y que una vez ratificada con
su sello, ni él ni nadie podía cambiarla. Esto tendía
a que el rey pusiése cuidado antes de lanzar una ley
al público que pudiera obrar en perjuicio del mismo
trono. Pero en el caso presente obró mal en contra
de los judíos, y no dejó de traer a Jerjes graves difi-
cultades, porque después de haber decretado el ex-
terminio de los judíos, llegó a arrepentirse de haberlo
hecho, pero ya no pudo anularlo.
3o. Además de despertar la hostilidad de los pue-
blos en medio de los cuales ellos vivían por sus ac-
tividades comerciales, Hamán puso el dedo en otra
causa del desfavor con que se veían por las gentes,
es decir, en el hecho de que sus leyes eran diferentes
a las de los otros pueblos, y los separaban de ellos
en lo que tocaba a la religión y a la vida social. En
tiempos anteriores estaban apartados los judíos de
las otras naciones por los linderos naturales de su
tierra, y no teniendo mucho roce con ellos, las dife-
rencias en leyes y costumbres no ocasionaban dificul-
tades ningunas, pero ahora Israel estaba en tierra
extraña, viviendo en medio de las gentes que tenían
Bajo los persas
otras maneras de pensar y obrar, y resultaba cierto
choque que traía irritación y disgustos. Las refe-
ridas leyes fueron dadas por Dios, y tenían por ob-
jeto aislar este pueblo a fin de prepararlo para recibir
al Mesías cuando viniera. Por sus pecados se halla-
ban desterrados y puestos en esta condición desven-
tajosa. Si esta nación que fué escogida para llenar
ciertos propósitos de Dios, hubiera procurado cum-
plir con su misión en la tierra que era la de ser una
bendición a todas las familias del mundo, y hubiera
mostrado un espíritu benigno de concordia y de be-
nevolencia hacia todos, buscando su bien temporal y
espiritual, mostrando a la vez la humildad y las otras
gracias mandadas por su santa religión, habría con-
quistado el alto aprecio de las gentes en lugar de
su odio y menosprecio. El espíritu de orgullo vino
a ser general entre ellos, porque se permitieron creer
que habían merecido ser distinguidos entre las na-
ciones, y que siendo escogidos eran superiores a los
otros pueblos, y aun mucho mejores, por ser los favo-
ritos del cielo, y que por tanto las demás gentes no
solamente fueron inferiores, sino enemigos de Dios
y de ellos también, y que les era permitido odiarlas
y tenerlas en desprecio. En algunas partes aún lla-
man a los gentiles "sherets" bichos. ¿Piensan que
algún día los han de hollar debajo de sus plantas?
Si tal idea se les presenta, los privilegios que les
fueron dados para beneficiar a otros vendrán a ser
pábulo que alimente su orgullo y egoísmo. Tal vez
estos conceptos se originaron en la mala interpreta-
ción de ciertos pasajes de la Biblia que predicen el
ensalzamiento del pueblo de Dios, sin tomar en
cuenta las claras enseñanzas de otros como Gén. 12:3,
Salm. 67, Is. 2:1-4, 42:1-4, 56:6-7 etc., que indican
que Israel está llamado para llevar bendiciones a las
demás naciones.
4o Hay que reconocer que los hijos de Israel
tienen mucho talento y grandes capacidades, y siem-
pre han sido diligentes e inteligentes en los negocios,
y en la literatura, las artes, las ciencias y en la polí-
tica. Son prósperos en todos los países, y por eso
vienen a ser el blanco de la envidia y la codicia de
las gentes. El acumular fama, riquezas y poder, aun
HISTORIA SAGRADA
por los medios más lícitos, siempre expone a las riva-
lidades y codicias. Todas estas causas obraban en
aquel tiempo, unas en favor, y otras en contra de
los judíos.
Preg. 170. ¿De qué manera fué estorbada la
ejecución del decreto real contra los judíos? Ester
4:1 - 9:16.
Los judíos fueron salvados de la destrucción decre-
tada contra ellos, por la intervención de la reina Ester
en la corte de Jerjes.
El hilo de los acontecimientos es como sigue:
lo. Mardoqueo y los demás judíos en Susán no tar-
daron en saber el contenido del decreto y dentro de
poco la noticia cundió por todo el imperio. Mardo-
queo levantó un alarido de angustia, y aun se acercó
al palacio vestido de saco. Los otros judíos se vistie-
ron de luto, ayunaban y se lamentaban. Los gritos
de los afligidos en el oriente ante la muerte de un pa-
riente o amigo son terribles, pues además de ser agu-
dos, son lastimeros y estentóreos. Los eunucos del
palacio dieron parte de esto a Ester, y ella envió otra
ropa a Mardoqueo. Es evidente que los mozos del ha-
rén ya sabían el parentesco que Ester tenía con Mar-
doqueo. Más él se negó a recibir la ropa, mandando
a la reina la razón con una copia del decreto. Por
esto sabemos que Ester debió tener algo de educación,
pues pudo leer este oficio del rey, y enterada ella de
cuanto había hecho Hamán, y teniendo el encargo de
Mardoqueo de ir y presentarse ante Jerjes para inter-
ceder por su pueblo, le contestó que a ella le sería muy
peligroso intervenir en el asunte), puesto que el rey
se había incomunicado, y el que se le acercara tendría
que hacerlo a riesgo de perder la vida. Los monu-
mentos antiguos representan a los reyes persas con
una vara en la mano. El texto de Ester 4:11 nos infor-
ma que esta vara era un cetro de oro. Si alguno pene-
traba en el recinto donde estaba el rey sin ser llamado,
los guardias le daban la muerte, si el rey no extendía
este cetro. Esta costumbre se confirma por Herodoto
iii, 84 y 118. Por esta razón Ester temía entrar allá.
Hacía un mes (pie no le había llamado, y según Hero-
doto iii 69, las esposas y concubinas tomaban cada una
su turno para entrar con el rey. Como es seguro que
Jerjes tenía muchas mujeres, tendría que mediar mu-
BAJO LOS PERSAS
187
cho tiempo entre una ocasión y otra para Ester. Ella
declaró el caso a Mardoqueo, pero él le contestó de
una manera que revela sus conocimientos de las Es-
crituras proféticas respecto de Israel, y su fé en ellas;
pues su confianza respecto de la salvación de los ju-
díos en general era absoluta como lo era la de Moisés
cuando invitó a su cuñado Hobab a acompañarle a la
Palestina, diciéndole que el Señor ha hablado bien
respecto a Israel." Núm. 10:29. La convicción de
Mardoqueo se fundó en esta profecía y en otras pro-
mesas semejantes, y su argumento se amoldaba en
alguna forma semejante a esta: "Si Dios ha de hacer
bien a Israel no tiene la intención de permitir que
Hamán o Jerjes le destruya; por lo mismo, mediante
su providencia todopoderosa, salvación para Israel
vendrá de alguna parte, pero respecto de Ester y de
mi mismo no hay ninguna promesa en particular. Si
cumplimos con nuestro deber en esta ocasión, seremos
salvos con los demás judíos, pero si nos excusamos de
hacerlo, pereceremos entretanto que los demás judíos
sean salvos por otros medios." No titubeó en afirmar
esto a Ester, e indicarle que tal vez ella había sido
levantada a la eminencia de reina para este mismo fin,
de salvar a su pueblo; por tanto le mandó que fuese
al rey e intercediese por su nación.
2. Con pleno conocimiento del riesgo en que incu-
rría, Ester se resolvió a hacer frente al peligro con
el valor de una heroína, e impulsada por su religión
y patriotismo dió manos a la obra. Sin embargo, an-
tes de acometer la empresa, pidió a Mardoqueo que
reuniese a todos los judíos que había en Susán, man-
dándoles que ayunasen por ella tres días sin comer
ni beber de día y de noche. Parece que ella temía
que el ayuno pudiera ser una farsa como el que se
practica en algunas partes, absteniéndose de alimen-
tos durante el día, y teniendo por la noche una fiesta
opípara. Añadió, además, que ella y sus doncellas
ayunarían también. Nada se dice de la oración, ni
aun de Dios, pero en este libro, aunque no se hace
ostentación de la religión, sin embargo se deja ver
que para estos judíos la religión era de vital impor-
tancia. En este trance acuden al Dios de Israel, y
con esta confianza en Dios, Ester hace la firme deter-
minación de ir a la presencia del rey, y sufrir las cofl-
HISTORIA SAGRADA
secuencias que vinieren. Dijo: "Entraré al rey, aun-
que no sea conforme a la Ley, y si perezco, que perez-
ca." Esto era para arriesgarlo todo, para ganarlo to-
do, o perderlo todo.
Algunos puntos de provecho se han sacado de esta
parte de la historia:
lo. Que la Providencia ha colocado a cada cual
en su lugar con cierto propósito. Si uno cumple, ga-
na la victoria, consiguiendo aquello que fué la razón
para que fué creado y colocado en esta posición. Si
por cualquier motivo se negare a hacer lo que le fué
asignado como su parte en el plan divino, lo pierde
todo; más vale no haber nacido. Cumplamos, pues,
la tarea por la cual fuimos llamados al mundo en este
tiempo y en este lugar.
2o. La parte que nos toca puede ser la de interce-
der por otros ; esto puede costamos la vida, pero es
nuestro deber imprescindible. En el caso presente,
Ester fué un tipo notable de Cristo quien se ofreció
a riesgo, y aun a pérdida de su vida para salvar a su
pueblo y hacer intercesión por él ; por esto honramos
a Ester y debemos honrar mucho más a Cristo.
3o. La situación de Ester y su heroica resolución
se han comparado con las del pecador que ha llegado a
una profunda convicción de sus pecados y del peli-
gro en que se halla de que sea castigado. Cree que
merece ser castigado por Cristo, pero a la vez com-
prende que Cristo mismo es su única esperanza, y
después del gran conflicto espiritual, se resuelve a
hacer lo que hizo el hijo pródigo, levantarse e ir a
Cristo. Si no lo hace, sabe que tendrá que perecer,
pero reflexiona que si al ir a Cristo perece, no le habrá
pasado cosa peor de lo que hubiera tenido que sufrir
si no lo hace, y le queda la posibilidad, y aun la proba-
bilidad de ser salvo al ir a él. Así los leprosos delan-
te de la ciudad de Samaría cuando ya no tuvieron
alimentos y estaban sitiados por los sirios, vieron
que al quedarse en ese sitio perecerían de hambre,
pero al irse a los sirios podía ser que los dejaran vivos,
y por lo mismo se resolvieron a ir a los sirios. 2 Rey.
7:4. Así es preciso que haya una decisión positiva
de la voluntad, pero una vez hecha la decisión, hay
necesidad de obrar de conformidad con ella.
*Preg. 171. Refiérase la entrada de Ester en la
BAJO LOS PERSAS
189
presencia de Jerjes para interceder por su pueblo.
Est. 5:1-5.
Acabado el ayuno, Ester se vistió de ropas reales
y se presentó en frente del rey a la entrada de la casa,
y éste al verla, le extendió su cetro. Ester lo tocó
en la punta, y luego Jerjes le preguntó cuál era su
petición, y le prometió dársela hasta la mitad del rei-
no. Por ahora ella no hizo más que invitarle a él y
a Hamán al banquete que les tenía preparado ese día.
Entraron al banquete, y después de comer los man-
jares y dar principio a los brindis, el rey volvió a
preguntar cuál era su petición. Ella no quiso apre-
surar indebidamente una cosa tan delicada, pues era
importante asegurarse de la buena voluntad del rey,
y cobrar confianza en su presencia a fin de no padecer
un ataque de nervios y desmoronarse su propósito
antes de presentarlo. Puede ser también que se sin-
tiese débil o tímida, y por lo mismo convidó otra
vez al rey y Hamán al banquete que ella dispondría
para ellos el día siguiente, prometiendo comunicarle
su petición en esa fiesta.
Henchido de vanagloria Hamán salió del banquete,
pero al cruzar el vestíbulo advirtió que Mardoqueo
el judío estaba allí entre los eunucos, menos inclina-
do a honrarle que nunca. Fuego a la pólvora no hu-
biera producido mayor explosión que el acceso de
iras que experimentó Hamán contra Mardoqueo, pe-
ro no le echó mano encima por el alto desprecio en
que le tenía, pero voló ardiendo en cólera hacia su
casa. Reunió a sus amigos y llamó a Zeres su mujer,
y se glorificó delante de ellos, ostentando sus riquezas,
sus honores, sus hijos, su elevación sobre los príncipes
y las invitaciones de la reina, pero al fin confesó que
todo esto de nada le servía cada vez que veía a Mar-
doqueo en la puerta del rey. El era la mosca en sus
ungüentos que destruía todo su perfume, era la espina
debajo de las rosas que no le permitía gozar de su
aroma. Así una pequenez suele convertir la ambro-
sía de nuestro gozo en la amargura de la hiél. Tales
son los caprichos de los hombres y la insensatez de
sus pasiones. Tan contento y alegre salió del banque-
te, y tan desaforadamente enojado llegó a su casa,
que le aconsejaron que erigiera una horca de noven-
ta pies de altura para colgar a Mardoqueo en ella;
140
HISTORIA SAGRADA
pues sin duda, el rey le permitiría hacerlo al pedírse-
lo por la mañana. Entonces, sí, podría entrar triun-
fante al banquete.
Sucedió que en esa misma noche el rey sufrió de
insomnio, y estando inquieto, mandó traer el libro
de las crónicas del imperio para que le leyesen, pues,
es posible que él mismo no sabría leer. Allí constaba
el favor que Mardoqueo le había hecho, cuando le
salvó la vida. Como no convenía a su dignidad real
quedar obligado a nadie, indagó qué se había hecho
para compensar tan gran servicio, contestándole que
nada. Llegado a este punto, ya era de día, y al canto
del gallo vino Hamán a demandar la ejecución de
Mardoqueo. El rey, oyendo pasos por fuera, pregun-
tó: "¿Quién está en el patio?" y le contestaron que
era Hamán. Entonces el rey dijo: "Entre." Des-
pués de entrar Hamán, el rey se le anticipó con esta
pregunta : "Qué se hará al hombre cuya honra desea
el rey?" Envanecido y fatuo a causa de los muchos
honores que había recibido, presumía que él mismo
sería el aludido, pues, ¿a quién otro podría referirse
el rey en semejantes términos? En el acto recomen-
dó unas honras extravagantes, confiado en recibirlas
luego. Sugirió, pues, que trajesen el vestido real
que el rey se ponía y el caballo que montaba, y la coro-
na que estaba puesta en sus sienes, y que el vestido y
el caballo se pongan en mano de alguno de los prínci-
pes más nobles del rey, para que vista a aquel varón
cuya honra desea el rey, y lo lleve en el caballo por
la plaza de la ciudad y pregone delante de él : "Así
se hará al varón cuya honra desea el rey." ¡ Qué no
sería su asombro cuando el rey le dijo: "Dáte prisa,
toma el vestido y el caballo, como tú has dicho, y
hazlo asi con el judío Mardoqueo. que se sienta a la
puerta del rey, no omitas nada de todo lo que has
dicho." La vanidad cegó a Hamán, y su desengaño
fué tremendo, pues tuvo que obedecer al rey. Cum-
plido el mandato corrió a su casa avergonzado, con
la cabeza cubierta, y contó a Zeres y a sus amigos el
revés que había experimentado. Ante tamaña desgra-
cia todos quedaron helados y no se equivocaron res-
pecto de las señales del tiempo, y le dijeron: "Si de
la simiente de los judíos es Mardoqueo, delante de
quien has comenzado a caer, no le vencerás, antes
BAJO LOS PERSAS
141
caerás por cierto delante de él." Dicho lo cual entra-
ron los eunucos para llevar a Hamán al banquete que
la reina Ester había dispuesto. En medio de presa-
gios tan amenazantes fué metido en el salón del ban-
quete y parece que esta fiesta era puramente de bebi-
das, y el rey no se olvidó de preguntar a Ester. "¿Cuál
es tu petición, reina Ester, y se te concederá?, ¿cuál
es, pues, tu demanda? aun que sea la mitad del reino
pondráse por obra." En seguida hubo un cambio re-
pentino en la fiesta; y sus alegrias cesaron. Hasta los
criados que servían la mesa se detuvieron para oír
cuando la reina Ester respondió al rey : "Oh, rey, si
he hallado gracia en tus ojos, y si al rey place, séame
dada mi vida por mi petición, y mi pueblo por mi
demanda; porque vendidos estamos, yo y mi pueblo,
para ser destruidos, para ser muertos y exterminados ;
y si para siervos y siervas fuéramos vendidos, callá-
rame. bien que el enemigo no compensara el daño al
rey." A esto Asuero respondió: "¿Quién es ése, y
dónde está aquél a quien ha henchido su corazón para
obrar así?" Y Ester dijo: "El enemigo y adversario
es este malvado Hamán." El rayo dió en el blanco,
y Hamán se turbó delante del rey y de la reina. En-
furecido el rey se levantó luego del banquete y salió
al huerto del palacio. Pero Hamán se quedó para pro-
curar de la reina Ester por su vida, porque vió que
estaba resuelto para él el mal de parte del rey. Cayó,
pues., aturdido sobre el lecho en que estaba Ester,
para implorar misericordia. Vuelto el rey, le vió
allí y prorrumpió en estas palabras: "¿También pa-
ra forzar la reina estando conmigo en la casa?" Oyen-
do lo cual, los criados cubrieron el rostro de Hamán,
como el de criminal ante el cadalso. En esto tomó
la palabra Harbona, uno de los mismos eunucos que
fueron a sacar a Yasti del harén para traerla al ban-
quete. 1 :10. y quizá era también uno de los que des-
pués de altercar con Mardoqueo por no reverenciar
a Hamán. le denunciaron para ver si se mantenía ante
tan formidable personaje, y dijo al rey: "He aquí
también la horca de cincuenta codos de altura que hizo
Hamán para Mardoqueo, el cual había hablado bien
por el rey, está en casa de Hamán." Sin duda esta
horca tan alta, debía verse desde la puerta del pala-
cio, y la procesión honorífica que sacó Hamán cuando
142
HISTORIA SAGRADA
llevó a Mardoqueo en vestidos reales y con corona,
montado en el caballo del rey, debe haber pasado
frente a ella, y a su vista aumentaría increíblemente el
interés de todos en el caso de Mardoqueo y Hamán.
Dicho esto, el rey dijo: "¡ Colgadlo en ella!" y en
el acto Hamán fué arrastrado hasta allá y ejecutado
en aquella misma horca. ¡Ay de los malos! ¡ Vedlos
en las horas más resplandecientes, rodeados de la
sombra de la muerte que sobre ellos desciende!
Preg. 172. ¿Y cómo consiguió Ester la salva-
ción de los judíos? Est. 8:1 -9:19.
Ya que al fin Ester logró presentar su petición al
rey, y Hamán fué quitado de en medio, quedó todavía
el duro problema de salvar a los judíos del efecto de
un decreto inalterable. Mardoqueo fué elevado al
puesto vacante que Hamán había ocupado ; recibió el
anillo real con toda la autoridad sobre el imperio;
pero si no era posible anular el decreto que expuso
a los judíos al furor de sus enemigos, al menos ha-
llaron que se podía expedir otro decreto dando man-
damiento a los judíos que se defendiesen contra ellos.
Oficio en este sentido fué despachado a todas las
provincias, y por supuesto, a la Palestina entre las
demás, de la misma manera que el decreto de des-
trucción y aun con mayor urgencia. Los judíos se
armaron para defenderse, y en el día señalado para
su aniquilación, cayeron a espada en las provincias
unos setenta y cinco mil de sus enemigos, y en la
ciudad de Susán, que era la capital, quinientos, además
de trescientos en el gran barrio que formaban en Su-
sán el palacio y las habitaciones de los criados del
rey. Los hijos de Hamán no escaparon, pero aunque
el primer decreto había dado permiso a los enemigos
a saquear a los judíos, éstos no echaron mano en los
bienes de sus adversarios.
Preg. 173. ¿Qué monumento histórico fué es-
tablecido para celebrar y perpetuar la memoria de
esta salvación de los judíos? Est. 9:20 - 10:3.
La fiesta del Purim que se celebra los días 14 y
15 del mes Adar todos los años por orden de Mardo-
queo y Ester. Esta fiesta fué establecida a fines del
año 473 A. C. La raza hebrea les queda agradecida
de lo que ellos hicieron en su favor hasta el día de hoy.
BAJO LOS PERSAS
143
Preg. 174. ¿Qué aconteció a los judíos durante
los catorce años entre la primera fiesta de Purim
en 473 A. C. y el año 459 A. C. en el tiempo de
Arta jer jes ?
Parece que estos fueron años de paz y prosperidad
entre los judíos en el imperio persa. Mardoqueo y
Ester gozaron de alta honra, y otros judíos tuvieron
lugares de eminencia. Jerjes fué asesinado por dos
eunucos en 465 A. C. y fué sucedido por su hijo
Artajerjes, quien era aun más favorable a los
judíos. Los repatriados en Jerusalén siguie-
ron bajo el régimen de los sumos sacerdotes y
los gobernadores o sátrapas nombrados por el rey,
estando muy reducidos y pobres y algo desanimados
en la tierra santa.
Preg. 175. ¿Quién fué Esdras? Esd. cap. 7.
Entre el capítulo seis y el siete de Esdras media un
intervalo de cincuenta y seis años, desde la dedica-
ción del segundo Templo en 515 A. C, hasta la ida
de Esdras de Babilonia a Jerusalén en 459 A. C.
En este espacio de tiempo sucedieron los aconteci-
mientos del libro de Ester, y no tenemos informes
de los primeros años de Esdras, ni de la manera en
que consiguió la amistad y confianza del rey Arta-
jerjes. El era sacerdote del linaje de Zadoc, Finees
y Áarón, viviendo en Babilonia en el reinado de Arta-
jerjes, que duró desde 465 a 425 A. C, y se ignora
el año de su nacimiento. Josefo, Ant. xi, 5:5 da a
entender que era contemporáneo del sumo sacerdote
Eliasib, Neh. 3:1, 8:9, y que además fué colaborador
de Nehemías en Jerusalén por algunos años. Esdras
es el primer ESCRIBA DE LA LEY que aparece
en la historia, pues no había semejante orden antes
de él ; pero desde ahora en adelante los escribas figu-
ran en Jerusalén entre los judíos, siendo tenidos aún
en más aprecio que los mismos sacerdotes. Se da
una hermosa descripción del carácter y oficio de Es-
dras en la cual se dice, que "preparó su corazón para
inquirir la ley de Jehová y para hacer, y enseñar a
Israel, mandamientos y juicios." Esd. 7:10. Los es-
cribas se dedicaron especialmente a la ley de Moisés,
y eran los maestros de Israel ; y no se debe confun-
dir este oficio con el de escribiente, porque éstos los
había desde el tiempo de los jueces. "De Zabulón
144
HISTORIA SAGRADA
descendieron los que sabían manejar punzón de escri-
biente," Jue. 5:14, ni con meros copistas de ejem-
plares de la ley, pues los hubo desde los días de
Ezequías, porque se dice en Prov. 25:1: "Estos son
proverbios de Salomón los cuales copiaron los varo-
nes de Ezequías, rey de Judá" y en Jer. 8:8: "He aquí
en vano se cortó la pluma, por demás fueron los
escribas." Figuran muchos los escribas, o Doctores
de la Ley en el Nuevo Testamento, y aunque en lo
general no hicieron el mejor uso de sus conoci-
mientos, sin embargo, a uno de ellos Nuestro Señor
dijo: "No estás lejos del reino de Dios." Marc. 12:34.
Preg. 176. ¿Qué documento expidió Arta jer jes
en favor de Esdras? Esd. 7:11-26.
Le extendió un oficio en el cual le autorizó a ins-
peccionar a Judá, y a llevar consigo como colonos o
repatriados a cuantos judíos quisieren acompañarle a
Jerusalén, y también todo el dinero, vasos y otros
objetos de valor, que él, los siete príncipes del reino
y otros, contribuyeren para el uso y culto del Templo
en Jerusalén. También dió órdenes a los goberna-
dores o sátrapas al oeste del río Eufrates, de facili-
tarle materiales o fondos para el mismo objeto hasta
una cantidad indicada ,y le autorizó a poner gober-
nadores sobre su pueblo, enseñar al mismo y castigar
hasta con la muerte a los que lo mereciesen según la
ley que él llevaba en la mano. También hizo francos
a cuantos servían al Templo de toda clase de tribu-
tas al reino persa.
Preg. 177. Refiérase el viaje de los repatria-
dos que volvieron a Jerusalén con Esdras. Esd.
cap. 8.
Se da el número y la clasificación de los varones
que fueron en su compañía, que entre todos llegaron
a mil seiscientos ochenta y cuatro, sin hacer men-
ción de las mujeres y los niños. Salieron la mayor
parte de ellos de Babilonia, y siguieron el camino que
conduce al pueblo de Ahava, que se halla situado en
el rio del mismo nombre; durando este viaje nueve
días. Allí permanecieron tres días, e hicieron el
descubrimiento desagradable de que no había venido
con ellos ningún sacerdote. Esdras envió, pues, a
Casipia para traer a algunos ministros de la religión,
y lograron hallar allí más de doscientos cincuenta que
BAJO LOS PERSAS
145
se incorporaron con ellos. En la presencia de Arta-
jerjes Esdras había glorificado al Dios de Israel, ale-
gando su gran poder y voluntad para proteger a los
suyos, y por esta razón no le pidió escolta para guar-
darlos en el camino. He allí una prueba evidente
de su gran fe, pues se sabía que todo el trecho entre
Babilonia y Jerusalén estaba infestado de mala gente,
por lo mismo Esdras proclamó un ayuno, en el cual
oraban a Dios para que los defendiese contra todos
los enemigos y les diese feliz viaje a Jerusalén. En-
tonces avanzaron, y después de cuatro meses com-
pletos llegaron a su destino, y entregaron todos los
objetos confiados a ellos para el Templo. Parece que
no tuvieron novedad en el camino, aunque por la du-
ración del tiempo en el tránsito se supone que debían
haber dado algunas vueltas para evitar a los bandidos.
Al llegar, fueron bien recibidos por los gobernantes.
Preg. 178. ¿Qué noticia desconsoladora fué
dada a Esdras? Esd. 9:1-2.
Los principes se le acercaron y le informaron que
el pueblo en Jerusalén, inclusive los sacerdotes, levi-
tas, príncipes y gobernantes, se habían mezclado con
los pueblos de la tierra, a saber, con los canaaneos,
los héteos, los fereceos. los jebuseos, los amonitas,
los moabitas, los egipcios y los amorreos casándose
con sus hijos e hijas, y que habían andado "conforme
a sus abominaciones." No dice si en efecto habían
cometido idolatría, ni tampoco si habían apostatado
de la religión de sus padres; pero se da a entender
que habían dado el primer paso en esta dirección, y
que se estaban corrompiendo.
Preg. 179. ¿Qué hizo Esdras para dar coto a
este desorden? Esd. 9:3 - 10:44.
Primero rasgó sus vestidos, se arrancó los pelos
de su cabeza y barba, y luego se sentó angustiado.
Los piadosos le rodearon, y así se quedaron ayunando
hasta el sacrificio de la tarde, cuando de repente le-
vantándose, se puso de hinojos, y con las manos
extendidas hacia el cielo hizo una oración llena de
intercesión por el pueblo, pero confesando las faltas
muy graves que ellos habían cometido. En medio de
esta grande oración lloraba y se postraba en el suelo
en la casa de Dios, y viéndole afectado de esta ma-
148
HISTORIA SAGRADA
ñera, se le aglomeró una gran compañía de hombres,
mujeres y niños que lloraron también.
Secanías, al fin, le habló diciendo que habían pre-
varicado, pero que el mal podría remediarse, y pro-
puso que se hiciese pacto con Dios comprometiéndose
a separarse de las mujeres paganas con quienes se
habían casado y también de sus hijos, y arreglar el
caso según dictara la ley. Esto lo hicieron en seguida
y publicaron un pregón por Judea y Jerusalén orde-
nando una asamblea del pueblo dentro de tres días,
imponiendo el castigo sobre cada uno de excomunión
de la congregación y secuestro de sus bienes para
usos del Templo si no se reunían.
Al fin de los tres días se verificó dicha asamblea,
el día veinte del mes noveno, delante de la casa de
Dios. El pueblo se estremecía a causa de su gran
pecado, y también por la lluvia torrencial que caía
ese día. Esdras se puso en pie y los acusó de su
delito y demandó a ellos confesión de él, y la sepa-
ración de las mujeres e hijos de los de la tierra. El
pueblo consintió, pero en vista de la lluvia y del
gran número de los delincuentes, pidieron que nom-
brara una comisión que llevara esto a efecto en debida
forma. Con esto estuvieron de acuerdo todos menos
cuatro individuos de alta categoría, cuyos nombres
quedan registrados para eterno baldón suyo.
Dos meses enteros estuvieron ocupados en arreglar
este importante asunto y constan también los nombres
de los culpables en el último capítulo del libro de
Esdras. Hay ciento trece individuos en la lista, cua-
tro de los cuales eran de la familia del sumo sacer-
dote, diez de los levitas y los demás de diez familias
distinguidas cuyos nombres fueron dados en la lista
de los repatriados que vinieron a Jerusalén bajo Zoro-
babel. Tuvieron que hacer confesión, la separación
indicada y ofrecer un carnero del rebaño por su de-
lito. Por lo pronto se detuvo este mal, pero hemos
de ver que no se extirpó por completo. Estos traba-
jos de Esdras fueron terminados en el segundo año
después de su llegada a Jerusalén, y no sabemos
nada de él sino hasta después del lapso de unos doce
años cuando cooperaba con Nehemías, y se cree que
volvió a Babilonia en este intervalo,
BAJO LOS PERSAS
147
Preg. 180. ¿Quién era Nehemías?
De repente se nos presenta Nehemías oficiando de
copero ante el rey Artajerjes en el vigésimo año del
reinado de éste, 445 A. C. Ignoramos sus antecedentes
como en el caso de Esdras, y solamente sabemos que
era hijo de Hacalía. Esdras estaba en Babilonia, y
Nehemías asistió al rey en el palacio de Susán, como
lo hacían Mardoqueo y Ester. Los reyes de Persia
tenían su itinerario anual, que recorrían según las
estaciones, pues pasaban el verano en Ecbatana, la
primavera en Babilonia, el otoño en Persépolis y el
invierno en Susán, y este último era el palacio prin-
cipal. Por esto, a veces los hallamos en una parada
de este circuito, y en otras en alguna otra parte. El
rey generalmente tenía varios coperos que le servían
en su turno, pues como había tantos banquetes en el
palacio, y muchas veces se despachaban negocios en
ellos de gran trascendencia, el oficio de copero se
consideraba de gran importancia. Estos necesaria-
mente tenían que estar cerca del rey y en algunas
ocasiones delante de la reina. Era preciso que fuese
hombre conocido y de la mayor confianza, porque
tenía que cuidar que no se ofreciese al rey veneno
en el vino para matarle. Hemos de ver que Nehe-
mías era hombre de acrisolada honradez, varonil y
enérgico en sus obras, y al mismo tiempo tan sen-
cillo como un niño en sus sentimientos.
Preg. 181. ¿Cuál era la ocasión de la ida de
Nehemías a Jerusalén? Neh. cap. 1.
De Judá llegó Hananí, hermano de Nehemías, con
algunos otros, y le informaron a éste del estado de
aflicción y reproche en que se encontraban los repa-
triados que estaban en Jerusalén, y que la ciudad
presentaba el aspecto de una ruina, sus muros derri-
bados y sus portones quemados. Nehemías lo tomó
muy a pecho, lloraba y ayunaba y ofreció unas peti-
ciones encarecidas al Señor. Así pasó unos tres
meses hasta el día cuando le tocó servir al rey en
su turno. Como los conflictos morales que sufrió le
produjeron huellas de pesar y dolor en su semblante,
cuando se presentó ante el rey y la reina, Artajerjes
notó el cambio en él, y le preguntó la causa, afir-
mando que percibió que no podía ser otra cosa sino
tristeza de corazón. Ahora, el presentar sus pesares
148
HISTORIA SAGRADA
delante del monarca era peligroso para un criado, y
Nehemías sabía que estaba expuesto a ser castigado,
y más peligroso le era todavía pedir que le permitiese
separarse del lado de él como si estuviese enfadado
en su devocoón ; Pero era tan grande la simpatía del
rey para Nehemías, que venció los obstáculos y le
valió el permiso de irse de gobernador a Jerusalén.
para edificar sus muros y arreglar sus condiciones,
pues todo había caído en miseria y afrenta; y no sólo
consiguió esto, sino que el rey le puso plazo para
cuando tenía que volver y le dió cartas para los sátra-
pas en las que les ordenaba que le ayudasen, y espe-
cialmente, al encargado del parque del rey. que se
llamaba Asaf. para que le facilitase las maderas ne-
cesarias para los muros, y para el castillo que después
fué llamado Antonia, y que estaba al lado norte del
Templo, y también para una casa propia del mismo
Nehemías. Muchos creen que este fué el decreto
mencionado en Dan. 9:25; pero véase Preg. 145.
Le proporcionó una escolta para conducirle con segu-
ridad a Jerusalén. Josefo. Ant. xi. 6:7, dice que fué
a Judá por la vía de Babilonia, en donde otros judíos
se le incorporaron para hacer el viaje juntamente con
él. Esto es algo dudoso, pero más dudosas todavía
son las suposiciones de que Nehemías era de linaje
real, y que además era de la familia sacerdotal.
Preg. 182. Refiérase el proceder de Nehemías
al llegar a Jerusalén. Neh. cap. 2.
Llegado que hubo Nehemías a Jerusalén. descansó
unos tres días, y una noche montó una bestia y tomó
consigo a unos pocos siervos y fué secretamente a
ver el estado que guardaban los muros. Aun no ha-
bía comunicado a nadie del pueblo judío el objeto de
su venida, ni la autoridad con que estaba revestido,
aunque ya había entregado las cartas del rey a los
bajás que estaban al otro lado del río Eufrates.
Los gobernantes de este lado, que eran: Sanballat
de Horonaim. o sea de Beth-Horon de Efraim. gober-
nador de Samaría. (Preg 189) y socio de los jefes del
ejército de los persas que estaba estacionado en Sa-
maría (Neh. 4:2). el esclavo Tobías, un paje de la
corte persa que había obtenido el puesto de gober-
nador de Amón, y Gesem. o el árabe Gasmu. el de
los nabateos al sur de Judá. correspondiente a Idumea.
BAJO LOS PERSAS
149
viendo a los judíos como enemigos suyos, se entris-
tecieron al saber que alguien hubiese llegado para
buscar el bienestar de ellos. No hemos de extrañar
la presencia de árabes en esta tierra, porque sabemos
que Sargón transplantó algunas tribus de ellos a
Samaria en 715 A. C. Véanse pregg. 80 y 92.
Habiendo visto con sus propios ojos las ruinas de
la ciudad en toda su extensión, conociendo los mate-
riales que aún existían y teniendo idea de lo que
se podría hacer, Nehemías se presentó a los jefes
de los judíos y les mostró sus credenciales, y las
grandes facultades que traía exhortándoles a levan-
tarse y construir los muros. Le recibieron bien, me-
nos los referidos enemigos, los cuales se rieron de él,
y consideraban el proyecto como visionario u obra
de insensatos ; o de otra manera, como tentativa de
rebelión contra el rey. En su contestación a todo
esto, Nehemías no anduvo con rodeos ni ambajes,
sino que les declaró rotundamente : "El Dios del cie-
lo nos prosperará; por lo mismo nosotros sus sier-
vos nos levantaremos y edificaremos, mas vosotros
no tenéis suerte ni derecho ni memorial en Jeru-
salén."
Preg. 183. ¿Qué efecto produjo la exhorta-
ción de Nehemías? Neh. Cap. 3.
Con admirable prontitud y diligencia suma se le-
vantaron los judíos casi unánimemente y dieron
manos a la obra ; principiando con el sum-sacerdote
Eliasib; bien que este sujeto no era tan recomendable
en toda su conducta, como se verá más adelante. Los
que se sirvan estudiar una plana de la ciudad de
Jerusalén en conexión con un examen de este capí-
tulo notarán que hasta donde se puede saber ahora
cada barrio trabajó en frente de sus habitaciones o
cerca del lugar en que ejercían su profesión o tra-
bajo.
Preg. 184. ¿Qué circunstancias hay que notar
en la reconstrucción de los muros? Neh. Caps. 4-6.
1. El pueblo tuvo ánimo para trabajar.
2. Las maderas para las puertas fueron suminis-
tradas por el rey, desde su parque.
3. Los demás materiales, como las piedras, eran
del antiguo muro, y fué necesario quitar muchos es-
combros para poderlos sacar, y por supuesto, cuanto
160
HISTORIA SAGRADA
más alto se hiciera el muro, tanto más difícil era
sacarlas y acarrearlas.
4. Reedificaron los muros que existían antes; de
ellos había algunas partes que no estaban enteramente
destruidas, pero parece que en su mayor parte, esta-
ban enteramente destruidas, pero parece que en su
mayor parte, estaban derrumbadas hasta el suelo.
5. Toda la obra fué concluida en cincuenta y dos
días.
6. Además de lo trabajoso de la misma obra, se
presentaron dos clases de dificultades: la. Por las ac-
tividades de los enemigos; y 2a. Por la opresión de
los judíos ricos.
Preg. 185. ¿Cuál fué la conducta de los ene-
migos?
Al principio hacían burla de la empresa para des-
alentar al pueblo en el trabajo, y disimulando su fu-
riosa ira, trataban de poner la obra en ridículo, di-
ciendo: "¿Qué hacen estos incapaces judíos? ¿Se les
permitirá esto? ¿Sacrificarán? ¿Han de acabar en
un día? ¿Han de resucitar del polvo las piedras que
han sido quemadas?" Con despecho Tobías el amo-
nita dijo: "Aquello que edifican, aun si subiera una
zorra, quebrará ese muro de piedra" Bien se sabe
que el valor moral es diferente del físico, porque hay
soldados que no se arredran delante del cañón, y sin
embargo no pueden aguantar la ironía. Recelando
el efecto de semejantes burlas, Nehemías hizo una
oración jaculatoria a Dios en contra de ellos, y el
pueblo seguía con constancia cada cual con su tarea,
y así llegaron a la mitad de la altura del muro.
Viendo el poco efecto de las burlas, y notando que
las brechas del muro se estaban llenando, y que había
formalidad y firmeza en la obra, Sanbalat y Tobías,
los árabes, los amonitas y los filisteos de Asdod (o
Azoto) enojados en sumo grado, cambiaron su méto-
do de ataque, y se propusieron armarse y marchar en
contra de Jerusalén en son de guerra. Entonces Nehe-
mías oraba con más ahinco, y puso guardias de día
y de noche. Esto no dejó de perturbar el ánimo de
los que trabajaban, porque los de Judá empezaron a
quejarse, alegando que la obra superaba a las fuer-
zas de la gente que acarreaba los materiales, pues eran
muchos los escombros. Dijeron que ya no podían edi-
BAJO LOS PERSAS
161
ficar el muro, y viendo que los judíos empezaban a
flaquear, los enemigos se embravecieron en sus ame-
nazas. Dijeron que caerían sobre ellos de sorpresa
y los acabarían y a su obra al mismo tiempo. El cla-
mor constante de las familias de los judíos que vivían
cerca de dichos enemigos hizo que esta bravata fuese
más verosímil, pues querían que los suyos volviesen
de Jerusalén a casa para evitar el peligro. Pero Nehe-
mías colocó gente armada en todos los sitios peli-
grosos y él mismo vigilaba por todas partes y ani-
maba al pueblo a tener confianza porque Dios los pro-
tegería. Apeló también al amor de sus hogares para
infundir en ellos heroísmo. Los enemigos vieron
que no era posible sorprender a los judíos, y por lo
mismo desistieron del propósito de asaltarlos, vol-
viendo al trabajo los judíos, pero armados y listos
para defenderse en cualquier momento. Cuando al-
gunos trechos del muro se habían acabado, y los que
reparaban las partes incompletas, se veían separados
unos de otros, se ordenó que al toque de trompeta,
todos acudiesen a Nehemías para presentar un frente
sólido al enemigo. Se dió orden también de que
todos se quedasen en Jerusalén de noche, aunque
tuviesen sus casas fuera, porque así aumentarían la
seguridad de la plaza. Nehemías y los suyos dieron
el buen ejemplo de no quitarse la ropa, y de tener
las armas siempre listas.
Preg. 186. ¿Qué dificultad se presentó a causa
de la opresión de los judíos ricos? Cap. 5.
Muchos del pueblo levantaron una queja contra los
judíos ricos, porque a causa de la prolongada cares-
tía de víveres, algunos tuvieron que vender a sus
hijos e hijas en esclavitud para poder conseguir ali-
mentos. Otros hipotecaron sus campos, viñas y fin-
cas para comprar pan, y todavía otros habían pedido
dinero prestado para pagar las contribuciones del
gobierno, teniendo que empeñar sus campos y viñas.
Los acreedores eran parientes de estos pobres, y
esclavizaron a sus iguales siendo de su misma san-
gre. Exigían interés al tipo de uno por ciento al
mes ,o sea 12% al año, que todo el mundo reconoce
como exhorbitante. Al saber esto, y al ver que se
endeudaban más y más porque ya sus tierras estaban
enajenadas y les faltaban brazos también, Nehemías
152
HISTORIA SAGRADA
se llenó de indignación, y convocó una asamblea, de-
nunciando delante del pueblo esta odiosa explota-
ción, y echó en cara de estos prestamistas usureros
su conducta cruel e inhumana obligándolos a cancelar
esas deudas y devolver las posesiones a los pobres.
Manifestó su integridad en estas cosas, porque él no
había tratado de valerse de la aflicción del pueblo
para enriquecerse, o hacerse de campos, o fincas, pues
ni siquiera había recibido los honorarios de su ofi-
cio y aun de su peculio sostenía diariamente a su mesa
ciento cincuenta personas, además de todas las visi-
tas que venían de las tierras de los alrededores, en
prueba de lo cual dió a saber al pueblo a cuanto mon-
taba el gasto diario de sus alimentos, y con todo ésto,
él y sus siervos trabajaban en la obra. Estas razones,
y el sentimiento público (el pueblo respondió "Así
sea," a lo que propuso) hicieron profunda impresión
en la asamblea, y dió por resultado que los ricos de-
volviesen las posesiones al pueblo, y Nehemías ase-
guró este asunto con juramentos, y con una acción
significativa, sacudiéndose el vestido que llevaba pues-
to y dijo: "Así sacuda Dios a todo hombre, que no
cumpliere esta palabra, de su casa y de sus labores;
así sea sacudido, y quede sin nada.'
Preg. 187. ¿A qui nuevos medios recurrieron
los enemigos? Neh. Cap. 6.
Primero solicitaron una entrevista con Nehemías
en una aldea, con intenciones de asesinarle y les
contestó: "Estoy haciendo una obra grande, por lo
cual no puedo bajar allá;" repitiendo este ardid va-
rias veces con el mismo resultado. Otra celada fué
una carta que le enviaron, acusándole de sedición,
alegando que edificaba los muros para hacerse rey,
y que había sobornado a profetas para que le procla-
masen rey. Demandaron una consulta, pretendiendo
que el rey debía conocer que circulaba esta especio;
él les contestó que no había nada de todo eso, y que
sólo era engendro de la propia malicia de ellos. Des-
cubrió que ellos habían pagado a algunos falsos pro-
fetas para intimidarle, haciéndole huir para refugiar-
se en el Templo. A todo esto contestó: "¿Debe huir
un hombre como yo?" No faltaban algunos de los
nobles de Judá que se carteaban con esos enemigos,
y tenían simpatía por ellos, no obstante Nehemías
BAJO LOS PERSAS
163
no se arredró delante de ninguno y al fin, el muro
fué edificado, y los enemigos quedaron corridos.
Preg. 188. ¿Cuáles fueron los otros actos ad-
ministrativos con los cuales Nehemías concluyó su
gobierno en Jerusalén?
Presentaremos estos actos según su carácter.
Concluidos el muro y las defensas de Jerusalén,
era propio consagrarlo todo al Señor. Nehemías los
reunió a todos y los dividió en dos grupos, y mar-
charon por el muro en direcciones opuestas, Nehe-
mías marchó a la cabeza de un grupo, y Esdras a la
del otro, Neh. 12:36, 38, habiendo así rodeado la ciu-
dad entera. Tuvieron música, alabanzas y sacrificios
en acción de gracias. Esta dedicación del muro fué
día memorable para Israel en los siglos venideros.
Puso en orden lo que pertenecía al culto de Dios
conforme a la ley de Moisés, nombrando a los varios
oficiales y a los sacerdotes e instalándolos en sus
posiciones. Un aposento que fué destinado para de-
pósito de las ofrendas y contribuciones para el soste-
nimiento del ministerio del Templo, había sido dado
por Eliasib a Tobías como habitación, siendo éste
emparentado con aquél por matrimonio. Este sacri-
legio privó al pueblo de un local donde depositara
sus ofrendas, dando por resultado que cuando el
pueblo las traía para el sostenimiento de los minis-
tros del Templo, no había lugar en donde ponerlas,
y por lo mismo dejaron de traerlas. En consecuen-
cia los sacerdotes, levitas, cantores y porteros priva-
dos de su manutención por este medio, tuvieron que
trabajar para poderse ganar su subsistencia. Nehe-
mías lanzó fuera al intruso, que era enemigo pagano,
y restauró lo que la ley tenía provisto para los ofi-
ciales del Templo.
Nehemías puso en vigor además la ley que prescri-
bía guardar el día de reposo, tanto por los judíos
como por los de Tiro, prohibiendo los trabajos y las
ventas en el mercado. Nombró a su hermano Hananí
y al comandante del castillo Antonia, para guardar la
ciudad a manera de inspectores de la plaza, quienes
por medio de los policías cerraban y abrían las puer-
tas de la ciudad de tal manera que nadie podía salir
después de que anochecía, ni entrar antes de que el
sol hubiese calentado. Para reducir todo al orden,
164
HISTORIA SAGRADA
Nehemías mismo en persona ayudaba en esto, hasta
que la costumbre fuese establecida y las autoridades
respetadas.
Como existían todavía cierta confusión y desorden
respecto a las familias mixtas, y la participación de
los extraños en el culto, Nehemías reprendió a los
matrimonios mixtos con los filisteos de Asdod o Azo-
to, de Moab y de Amón. Se halló en la ley que ningún
amonita ni moabita debía entrar en la asamblea de
Dios, y por tanto los excluyeron. Neh. 13:1-3,
Deut. 23 : 3-4.
Renovó la celebración de las fiestas. En la de Ca-
banas del mes séptimo, se reunió el pueblo, y Esdras
desde un pulpito leyó la ley y los levitas que le asis-
tieron la explicaron al pueblo; Neh. 8:1-18, esto ha
dado margen a mil conjeturas, y se pregunta: ¿Qué
método de interpretación siguieron? ¿Por qué ha-
bía necesidad de esto? No entendían el pueblo la
lengua de las Escrituras? La ocasión formó una épo-
ca en el estudio de la Biblia, y se siguió por un avi-
vamiento espiritual en el pueblo que merece exami-
narse para derivar de ella lecciones prácticas. Todo
el pueblo estaba allí, reunido, es decir, los hombres,
las mujeres y jóvenes que podían entender, y ocupa-
ron mucho tiempo en la lectura. Cuando Esdras abrió
el volumen sagrado, el pueblo se puso en pie con
profunda reverencia y tomó actitud de prestar aten-
ción. Después de escuchar los testimonios de la Ley,
se conmovió y lloró y se lamentó a causa de sus pe-
cados. Nehemías, Esdras y los levitas le conforta-
ron, y calmaron sus lamentaciones aconsejándoles a
celebrar el día con regocijo. Estaban hambrientos y
sedientos del conocimiento de la palabra de su Dios,
deseosos de escuchar la lectura de ella. Entre otras
cosas oyeron que fué escrito que se hiciesen enrama-
das en esta fiesta; obedecieron el mandato e hicieron
cabañas y habitaron en ellas por siete días, y verifi-
caron una asamblea solemne en el octavo. El día
veinticuatro volvieron a reunirse ayunando y vistién-
dose en saco. Se separaron de todos los extraños e
hicieron confesión de sus pecados. La cuarta parte
del día se dedicó a la lectura de la Ley, y otra cuarta
parte, a la confesión y adoración. Los levitas se le-
vantaron y ofrecieron la notable oración que se con-
BAJO LOS PERSAS
165
tiene en Neh. 9:5-38, al fin de la cual hicieron votos
de lealtad y obediencia a la ley de Dios, y sellaron
sus votos públicamente. Este fué uno de los más
notables avivamientos de religión en el pueblo anti-
guo. Se obligaron a cumplir todos los deberes pres-
critos en la Ley incluyendo su separación de los ex-
traños, la observancia del día del reposo, el descanso
el séptimo año, el pago del tributo anual de la tercera
parte de un siclo cada uno para el sostén del Templo,
que al principio era de medio siclo: (Ex. 30:11 - 16.
Mat .17:24), también arreglaron la manera de traer la
leña para los sacrificios, y dar las primicias, la reden-
ción de los primogénitos y los diezmos, quedando así
restablecida toda la institución mosaica.
3. Como muy poca gente vivía en la ciudad de
Jerusalén, se acordó que la décima parte del pueblo
entrase en ella para habitarla. Echaron suertes para
determinar a quiénes tocaba entrar en la ciudad para
vivir en ella.
La familia del sumo sacerdote daba cuidados y
trabajos a Nehemías durante todo el tiempo que fué
gobernador. Es cierto que Eliasib ayudó en la re-
construcción del muro, pero los enemigos que causa-
ron tanta molestia durante esta obra guardaban paren-
tesco con él y su familia, y él se carteaba con ellos.
No bien volvió Nehemías al lado del rey en la
corte de Persia cuando Eliasib instaló al enemigo
Tobías, esclavo y amonita, en una de las cámaras del
Templo, como queda dicho más arriba. Al regresar
a Jerusalén Nehemías le desalojó de allí, y se afirma
en Neh. 6:18 que la familia de Eliasib estaba mezcla-
da con esa gente. Además, leemos que la línea sacer-
dotal desde Ciro hasta Darío Noto, que fué vencido
por Alejandro Magno, o el Grande, consistió en los
siguientes: Jesús, Joiacim, Eliasib, Joiada, Jonatán
o Jehohanan y Jaddua. Neh. 12 y 22. Eliasib, según
hemos visto era contemporáneo de Artajerjes, Lon-
gimano, Esdras y Nehemías. Ahora, además del caso
de Tobías, Preg. 188 B referido ya, se nos dice en
Neh. 13:28, que uno de los hijos de Joiada, que ven-
drír a ser uno de los hermanos de Jonatán, se casó con
una hija de Sanbalat. Así la casa sumo-sacerdotal fué
picada de infidelidad a Israel y abrigaba simpatías por
sus enemigos. Pero Jonatán llegó a ser sumo-sacer-
156
HISTORIA SAGRADA
dote, como consta en estos textos en Nehemías, que
son confirmados por otros . Por lo dicho no será difí-
cil conjeturar quiénes fueron aquellos "principales"
de los judíos que se carteaban con Tobías y hablaban
bien ante Nehemías de sus hechos, y como espías lle-
vaban noticias a él, según se dice en Neh. 6:17-19.
Guardando esto en la memoria, tendremos una clave
para entender la profecía de Malaquías que fué dada
en los días del sumo-sacerdote Jonatán. Ignoramos el
año en que Nehemías volvió a la corte de Persia, y
en cuál regresó a Jerusalén.
Preg. 189. ¿Qué notable documento del año
408 A. C. fué descubierto en Egipto?
En el año 1904 A. D. en la isla de Elefantina del
río Nilo se hallaron unos papiros escritos an aramaico
por Jedonías, jefe de los judíos en aquella población,
y algunos sacerdotes. Estos papiros fueron un ocur-
so o carta, dirigida por ellos a Bagohi, o Bagoas. que
según Josefo, fué el gobernador que sucedió a Nehe-
mías en Jerusalén, y al sumo-sacerdote Jonatán o
Jehohanan . En este ocurso Jedonías y sus compa-
ñeros afirman que los judíos habían edificado una casa
de altar para el culto de "Yahu" (Jehová) en "Yeb,"
que es Elefantina antes de la entrada de Cambises en
Egipto. 529 A. C. y que había subsistido allí desde
entonces hasta el año 14 de Darío Noto, 411 A. C.
pero que en este año fué destruido por los egipcios.
Estos judíos, pues, imploraron el auxilio de Bagoas
para que este santuario fuese reedificado: alegan que
antes de 408 A. C. ellos haban escrito a Bagoas, a Jeho-
hanan, el sumo sacerdote, a Ostán y a su hermano
Ananí, y a otros principales de los judíos en Jerusa-
lén, pero que no les habían contestado. También afir-
man que se habían comunicado con Delafa y Solemías,
hijos de SANBALAT. GOBERNAD* >k DE SAMA-
RÍA .pero no recibieron respuesta de ellos tampoco.
Otro documento con fecha de 407 A. C., de los mismos
papiros, declara de parte de Bagoas y Delafa que el
santuario en Elefantina había de ser reedificado.
Estos documentos confirman el hecho de que Jona-
tán vino a ser sumo-sacerdote después de Joiada. y que
SANBALAT mismo había sido gobernador de Sa-
maria, y nos comunica la interesante noticia de que
había una casa de altar en Egipto, dedicada por los
BAJO LOS PERSAS
157
judíos al culto de Jehová, más de 14 años antes de la
construcción del segundo Templo por Zorobabel en
Jerusalén en 515 A. C, y por supuesto, siglos antes
de la construcción por los judíos de un Templo en
Leontópolis, Egipto, en el año 170 A. C. Bagoas
y Jonatán vivieron en la generación que siguió a la
de Nehemías y Esdras según la fecha de la carta, y
por ser contemporáneos de los hijos de Sanbalat, que
vivía en los días de Nehemías; esta carta fué escrita
en el año 17 de Darío Noto, que es 408 A. C.
Preg. 190. ¿Qué profeta había en Jerusalén en
la generación después de Nehemías y Esdras?
Se ha creído generalmente que el profeta Malaquías
ministraba cerca del año 400 A. C. aunque no hay
datos por medio de los cuales se pueda fijar la fecha
de su vida. Nuestro Señor Jesu-Cristo dijo, Luc.
16:16: "La Ley y los Profetas hasta Juan, desde en-
tonces el reino de Dios es predicado."
El último de los antiguos profetas cuyas profecías
han llegado a nosortos en el Antiguo Testamento fué
Malaquías. Desde su tiempo hasta Juan, no se levan-
tó profeta en Israel, de esto, Josefo es también tes-
tigo. Cont. Apión 1 :8. Véase la Introducción del
Autor, pag. 46.
Preg. 191. ¿Qué puntos históricos resultan de
un examen de la profecía de Malaquías?
Como nada se sabe de la biografía o actividades
públicas de este profeta, tenemos que limitarnos a los
informes que se pueden sacar de su profecía. En ella
vemos lo. 1 :7-14, que los sacerdotes tenían en des-
precio el culto de Dios, y ofrecían animales imper-
fectos en los sacrificios, y de muchas maneras mani-
festaban la poca reverencia, y respeto que tenían pa-
ra Dios y para las ordenanzas de su casa.
2o. 2:10-16. Indica que muchos se habían casado
primero con jóvenes judías, pero que después las re-
pudiaron para tomar mujeres paganas. Al mismo
tiempo se acercaron al Templo y lloraron sobre sus
sacrificios. El profeta reprende esta hipocresía y de-
nuncia la traición de que fueron culpables contra las
mujeres judías.
3o. 3:5. Había entre el pueblo hechiceros, adúlte-
ros, perjuros y opresores de la viuda, del huérfano
y del forastero, pero no les acusa de idolatría.
158
HISTORIA SAGRADA
4o. 3:8-13. El pueblo no había sido fiel en presen-
tar las ofrendas, los diezmos y otras contribuciones
para el culto, no porque eran pobres, sino porque te-
nían en poco el servicio de Dios como cosa inútil y
vana. El profeta califica esta conducta como robar a
Dios.
5o. 3:16-18. Se refiere la buena acogida que tuvo
su profecía, pues dió por resultado un cambio com-
pleto en muchos.
Apenas es creíble que Malaquías profetizara en el
tiempo de Esdras y Nehemías, aunque muchos lo su-
ponen así, y existían condiciones iguales en el pueblo,
a las que había en el tiempo de aquéllos, porque el
arrepentimiento del pueblo se atribuye a los traba-
jos de Malaquías sin hacer mérito de otra causa algu-
na, y Esdras y Nehemías no hacen mención de seme-
jante profeta en sus días. Esto sería extraño si pro-
fetizara en los días de éstos, puesto que los libros
abundan en los nombres de los que les ayudaron y
seguramente no habrían callado el de Malaquías si
éste hubiera vivido en su tiempo.
II PERIODO NACIONAL. — 5. EPOCA
DESPUES DE MALAQUIAS Y HASTA
JUAN BAUTISTA
Preg. 192. ¿Cuáles son los principales rasgos
que caracterizan este último período de la histo-
ria de Israel antes de la venida del Mesías?
El principal rasgo en general es la ausencia de
escritores sagrados, la conclusión y colección del ca-
non de las sagradas escrituras del Antiguo Testamen-
to, y la presencia de grandes obras de la Providencia
en las naciones. El establecimiento en el mundo, de
nuevas religiones y filosofías que cundieron en las
naciones como preparación intelectual para la intro-
ducción del evangelio. Las traducciones del Anti-
guo Testamento al griego por los judíos, en Alejan-
drío, llamado comunmente "La Septuaginta" o "La
LXX." al armaico en Judea, (los Targums), al siriaco
y al latín, en Africa. La producción por los judíos
de una literatura apócrifa; el cumplimiento de algu-
nas de las profecías de Daniel; la entrada de nuevas
BAJO LOS PERSAS
169
ideas, la formación de nuevas sectas, como los Asi-
deos, los Saduceos, los Fariseos, los Herodianos y los
Esenios, y las crisis nacionales que dan origen a un
nuevo ambiente que surgía con el desarrollo intelec-
tual y religioso de los judíos, y formó el mundo inte-
lectual y social que rodeó a Jesús durante su vida en
la tierra. El esfuerzo determinado de destruir tanto
la nación como la religión de los judíos, o al menos
de forzar a los judíos a adoptar la religión griega; y
la heroica defensa hecha por los macabeos y otros
judíos. El desarrollo literario de historias y obras
clásicas entre los gentiles, de leyes y vías de comu-
nicación entre las naciones, y las condiciones de paz
que favorecieron la comunicación entre las naciones,
y las condiciones de paz que favorecieron la promul-
gación del evangelio en todos los pueblos.
Algunos de estos elementos de la historia requie-
ren tratamiento aparte; otros se entretejen en todo
lo que sucede, de manera qu deben ser retenidos en
la memoria como causas permanentes que afectan el
desarrollo nacional, y contribuyen mucho a la condi-
ción general que resultó.
SE DA FIN AL CANON DEL ANTIGUO
TESTAMENTO
Preg. 193. ¿Cuándo se reunieron en un cuerpo
los diferentes libros del Antiguo Testamento?
Una tradición uniforme y constante atribuye la obra
de concluir el Canon del Antiguo Testamento a Es-
dras y los hombres de la Gran Sinagoga. Véase este
asunto tratado extensamente por el autor en su In-
troducción Histórica y Crítica del Estudio del An-
tiguo Testamento.
En dicha obra se dan los datos fehacientes de que
el Canon fué concluido en este tiempo, y que hay bue-
nas razones para creer que esto fué hecho por Esdras
y los hombres eminentes que había en su tiempo y
poco después. El último individuo que se menciona
en conexión con esta obra fué Simón el Justo, que flo-
reció por los años 310 a 291. Es cierto que hay pocos
datos históricos conservados del tiempo desde Esdras
hasta después de Alejandro el Magno, y por lo mismo
hay menos detalles respecto a este asunto en particu-
160
HISTORIA SAGRADA
lar. Lo que queda establecido es que en este período,
la colección de los libros del Canon fué hecha de tal
manera que nunca se cambió después, que los hom-
bres mencionados fueron instruidos y competentes
por la ayuda de Dios para esta obra, y que nada se
sabe que hubiera otros capaces de hacerla. Se dice
comunmente que "La posesión vale por nueve puntos
de la ley" y la referida tradición es la única explica-
ción que se conoce y no hay otra teoría que pu&da
establecerse.
Aquí se suscita un punto de importancia, y es este :
¿Si el Canon del Antiguo Testamento fué concluido
cerca de 400 años antes de Cristo por las profecías
de Malaquías. ¿no debe concluirse la historia sagra-
da a la misma fecha? Así lo creen en general los
escritores, y tendrían razón si la frase "historia sa-
grada" significa la historia que se funda exclusiva-
mente en los datos históricos dados en las sagradas
escrituras, pues es un hecho palpable que para des-
cribir lo que pasó en este período de 400 años nos
es preciso fundarnos en escritos humanos, como en
los de Josefo y de los autores de los libros de los
Macabeos, y también en los de autores griegos, judíos
y romanos que no fueron inspirados. Es cierto que
en muchas ocasiones es imposible armonizar perfec-
tamente sus diferentes relatos; sin embargo, nos obli-
ga a dar mucha atención a estos hechos la grande im-
portancia de los acontecimientos de este intervalo,
para poder entender debidamente el mismo Nuevo
Testamento. Nos hallamos autorizados para hacer
esto por otras dos consideraciones, la. Porque mu-
chas de las profecías de Daniel fueron cumplidas en
este tiempo; y el estudiante bíblico debe saber algo
de esto; y 2a., Nuestro Señor Jesús dijo: "Todos los
profetas y la Ley profetizaron hasta Juan (el Bautis-
ta). Mat. 11:13; Luc. 16:16. Es claro, pues, que
Nuestro Señor llegó al cumplimiento del tiempo,
Gál. 4:4 y si no sabemos lo que pasó hasta su llegada,
nuestro conocimiento de los preparativos de la Divi-
na Providencia para ella, queda trunco.
Preg. 194. ¿Qué combinación notable de cir-
cunstancias hizo la Providencia para hacer com-
BAJO LOS PERSAS
161
pleta preparación a fin de introducir el evangelio
como la religión mundial y universal?
lo. La revelación de la voluntad de Dios apropia-
da para esos siglos fué dada y puesta ya completa
en las manos de los judíos. Los trabajos de Esdras y
Nehemias en la instrucción y disciplina del pueblo,
por la bendición de Dios, fortaleció a Israel en su
lealtad a la verdad divina. La orden de los Escribas
que siguió el ejemplo de Esdras en el estudio y la
enseñanza de la Escritura y que se hizo más y más
celosa en insistir en la observancia de ella por el
pueblo, se levantó en este tiempo, y continuó hasta
la destrucción de Jerusalén. El efecto de sus esfuer-
zos continuos era permanente, y en muchas cosas ha
durado hasta el día de hoy.
2o. La Providencia obraba también en las naciones
gentílicas de dos maneras: Puso a los judíos en inti-
ma relación con las potencias mundanas, y los sujetó a
todas las corrientes de ideas y costumbres que influían
en otros pueblos. La Judea estaba colocada en el
centro de los movimientos nacionales entre el oriente
y el occidente, teniendo por un lado los países de la
Gran China, el Indostán, Babilonia. Asiría, Persia y
Partia; y al otro, a los de Egipto, Grecia y Roma.
Al fin de un conflicto larguísimo, Israel se había cura-
do del paganismo antiguo, que fué el culto rendido a
los poderes de la naturaleza, la crasa idolatría de
adorar las imágenes de metal o de madera, bajo el
pretexto engañador de que tal culto no es más que
respeto pagado al objeto que se representa por esos
simulacros. Tal era la religión que prevalecía en
las viejas naciones vecinas a Israel, como Egipto.
Fenicia. Canaán y los otros pueblos adyacentes. Aho-
ra, en el período de que tratamos, la nación escogida
tendría que entrar en una época en que poco a poco
vendría a tener roce con otras clases de ideas y reli-
giones ; pues nos sorprende hallar que en el intervalo
entre el Cautiverio en Babilonia hasta Malaquías, es
decir desde 606 A. C. hasta 400 A. C. nacieron todos
los grandes hombres antiguos que introdujeron las
religiones en las naciones del mundo que han sido po-
tentes y se han propagado con entusiasmo. Fijémo-
nos, pues, en los hechos siguientes: Las voces de los
profetas de Israel iban disminuyendo, y al fin cesa-
162
HISTORIA SAGRADA
ron enteramente . Al mismo tiempo que ellas calla-
ron, se oyeron en el mundo, por vez primera, o con
renovada fuerza las voces de las grandes religiones y
filosofías mundanas. Hasta la fecha del Cautiverio
de Israel en Babilonia, 606 A. C, las demás naciones
gentílicas se habían entregado con pocas o ningunas
excepciones al culto de los poderes de la naturaleza,
lo mismo que las que rodeaban a Israel. Cada nación
daba diferentes nombres a sus dioses, pero según ellas,
tenían casi los mismos atributos, como Baal, Bel, Mo-
loc, Júpiter, Astarot, Asera. Venus, Diana, etc., etc.
Pero de repente observamos, que no bien se iban reti-
rando los profetas de Jehová en Israel cuando la Pro-
videncia levantó en aquellas naciones algunos jefes de
religión con nuevas ideas. El período en que éstos
nacieron corresponde exactamente con el que media
entre el Cautivrio y el ministerio de Malaquías, el
último profeta de Israel.
¿Cuándo florecieron los jefes de las religiones mo-
dernas?
He aquí la lista de esos hombres: El Cautiverio
acaeció en 605 A. C. ; Lao-Tsze nació en China en 604
A. C ; Zoroastro nació en Persia en 600 A. C. : Gauta-
ma, o Sakyamuni, llamado Budha, nació en Indostán
en 555 A. C. y murió en 477; Confucio nació en China
en 551 A. C. y por algún tiempo fué contemporáneo
de Lao-Tsze, y se trataron íntimamente. Sócrates
nació en Grecia cerca de 468 A. C. y tuvo que beber
la cicuta fatal en 399 A. C. ; pero Malaquías cesó su
ministerio profético cerca de 400 A. C. Nada hubo
de casualidad en este fenómeno que reclama toda
nuestra admiración, pues convenía ya que el testimo-
nio divino a la verdad de Dios se hubiese entregado
al pueblo de Israel, en la forma adecuada para aque-
llos tiempos, y que entonces Dios despertara la inte-
ligencia humana para presentar sus ideas sobre la
religión y las pusiera en práctica a fin de que los fru-
tos de la inteligencia humana y las de la revelación
divina se pusiesen frente a frente, de manera que to-
do el mundo los viese, y por medio de luchas y con-
flictos morales pudiese comparar los dos sistemas, y
en vista de sus efectos, escoger lo que es bueno. Al
mismo tiempo este mismo trabajo intelectual libra-
ría la verdad divina de todo aspecto limitado o pro-*
BAJO LOS PERSAS
163
vincial que tenía la religión entre los judíos; y dan-
do ensanche a la inteligencia humana, le pondría a ésta
en capacidad de comprender más de las sublimes
verdades del evangelio, que Dios tenía reservado pa-
ra presentar en el tiempo cuando la mente del hombre
fuera más apta para entenderlo.
Preg. 195. ¿Sufrió, pues, alguna mengua la
religión de Dios que fué entregada a los judios?
Justo es confesar que lo que acabamos de decir nos
deja sacar la inferencia que la misma religión judía,
como los judíos la entendían y practicaban, aunque fué
dada por Dios, y era la verdad, presentó en su desarro-
llo en Israel, un aspecto que necesitó correctivo; pues
efectivamente degeneró en las manos de ellos a causa
del farisaísmo que enseñaba la salvación por medio
de las obras de la ley, o sea por la observancia de los
ritos y ceremonias prescriptos por Moisés. Sin embar-
go, es cierto que había quien esperaba redención en
Israel y aguardaba la salvación por medio del Me-
sías cuando éste viniera al mundo; pero los escribas
y fariseos, que eran los doctrinarios de los judíos,
habían introducido algunas mistificaciones de la ver-
dad indicada, pues trataban de establecer su propia
justicia.
Preg. 196. ¿Cuáles fueron los principios fun-
damentales de estas nuevas religiones mundanas?
No es el propósito de esta obra entrar de pleno en
un examen de las religiones del mundo, pero convie-
ne llamar la atención a las principales ideas que sir-
vieron de base a ellas.
Zoroastro enseñó que había dos principios opuestos,
el bien y el mal. Ormazd, o Ahuramasda era el dios
bueno y Ahrimán el genio del mal, y éstos dos jefes
de sus respectivos principios estaban en un conflicto
mortal. El fuego, y el sol, eran emblemas o símbo-
los del buen dios. Zoroastro no admitió ídolos, y su
sistema casi se podía tener como el monoteísmo; iden-
tificó la verdad con Dios, o el Ser Supremo, e insistió
en que la juventud dijera la verdad. Según él había
una jerarquía celestial y otra infernal; la deidad su-
prema era invisible y única. Como no admitía las
imágenes, Zoroastro fué tenido por ateo entre los
idólatras así como lo fueron los cristianos primitivos
entre los griegos y romanos. Creía en la inmortalidad
164
HISTORIA SAGRADA
del alma; ésta era la religión en que fué criado, aunque
muy liberal, Ciro, y tal vez por eso se inclinó a favo-
recer a los judíos. Esta amistad suya y la semejan-
za de las doctrinas en las dos religiones dieron mayor
acogida a los principios y a la religión de Zoroastro
entre los judíos; pero, al fin no se puede decir, a
punto fijo, cuánta influencia ejerció el zoroastrianismo
en los judíos, aunque puede suponerse que se afecta-
rían mutuamente. Algunos han sostenido que los ju-
díos tomaron de los persas sus creencias respecto a los
ángeles; pero no hay evidencia de esto. En la histo-
ria antigua de Israel, que es anterior a la aparición
de Zoroastro, se habla de los ángeles que aparecie-
ron a Abraham. a Hagar. a Lot. a Josué, a Manoa y a
David. El Angel de Jehová condujo a Israel en el
desierto y hay varias alusiones a ellos en los salmos;
de manera que no hay motivo de tomar ideas respecto
de ángeles a los persas. Además, los nombres de los
ángeles según los judíos difieren de los que los persas
les dan y existía todavía mayor discrepancia en los
oficios o los ministerios de esos seres celestiales en las
dos religiones, así se puede afirmar que la doctrina
de los judíos sobre este asunto no fué copiada de la
de los persas.
En tiempos después los magos introdujeron la ma-
gia entre los persas, y en el lapso de siglos, ésta pene-
tró en el judaismo v lo afecta hasta el día de hoy
La magia enseña qué objetos materiales dominan los
actos morales, y los persas degeneraron mucho, lle-
gando a ser adoradores del fuego. Se hallan reli-
quias de ellos en el Oriente, hoy día. que se llaman
Parsis.
Lao-Tsze y Con rucio fueron los grandes personajes
religiosos entre los CHINOS, si se puede llamar
religión al confucionismo, sistema que no hace caso
ninguno de Dios, y se ciñe exclusivamente a los de-
beres morales entre los hombres. Confucio era más
joven que Lao-Tsze, pero los dos eran amigos, aunque
difirieron en sus ideas. El sistema moral de Confu-
cio se fundó en la forma negativa de la regla de oro:
"No hagas a otro lo que no quisieras que otro te hi-
ciera." El dijo que nada sabía de Dios, y que por
lo mismo nada enseñaba respecto a El, dejando al
rey la adoración del cielo. Inculcaba la devoción a
BAJO LOS PERSAS
165
los padres, y entre los chinos el culto que se rinde a
los antepasados es una costumbre muy parecida a la
religión. Confucio dió el resumen de todos los debe-
res humanos en una sola palabra : "Reciprocidad."
"Cuando trabajas para otro, trabaja con el mismo em-
peño como si fuera en provecho tuyo." Enseñaba que
la naturaleza humana es buena, y si uno siguiera lo
que ella ordena, cumpliría todo su deber. Recono-
cía cinco relaciones en las cuales se halla la vida del
hombre, y que incluyen el círculo de sus deberes, a
saber: 1. Las que existen entre el soberano y los
subditos; 2. Entre el marido y la esposa; 3. entre los
padres y los hijos; 4. entre el hermano mayor y los
menores, y 5. entre los amigos.
Creía que había valor supremo en ley, en costum-
bre, en instituciones y en ejemplo. No hizo ningún
arreglo para tener sacerdocio u otra clase de minis-
tros, ni habló de ritos o formas de culto. Creía que
si algún príncipe le empleara en su gobierno, lo mejo-
raría mucho en un año, y que en tres años, el gobier-
no quedaría perfecto. Efectivamente un príncipe le
empleó, pero fracasó. Los defectos mayores de su
sistema, que tiene tantas excelencias, fueron la omi-
sión del culto a Dios, y la doctrina de la independen-
cia y suficiencia de la naturaleza humana.
Lao-Tsze enseñaba lo que llama "Taou" ; que es
el camino de Justicia. En su sistema hubo ascéticos
que se separaban del mundo para ser santos. El com-
prendió la naturaleza humana mejor que Confucio.
y le dijo a éste: "No podrás adquirir este camino
porque tú no eres capaz de darle abrigo en el fondo de
tu corazón. Así reconoció que la ley era buena; pero
que no tenía poder de regenerar al hombre, y que
éste no podía obedecerla sin ser regenerado. Llegó
hasta enseñar que el mal se debe recompensar con el
bien; y Confucio no lo admitió. El contestó: "Si
es así, ¿con qué se ha de recompensar el bien? Un
daño debe ser castigado con la justicia y uno debe
volver el bien por el bien." Es claro que había cosas
buenas en los dos sistemas, pero andando el tiempo sus
imperfecciones se manifestaron porque toda suerte de
errores y corrupciones se metieron por los vacíos de
cada uno de ellos. Podrían haber tenido más o me-
166
HISTORIA SAGRADA
nos influencia en los judíos, aunque no es fácil ahora
hallar la evidencia de ello.
El Budhismo que fué introducido en el Indostán
por Gautama, o Sakyamuni, prevaleció mucho en ese
país y no dejó de afectar el pensamiento de los judíos
alejandrinos. Esta religión se presentó como una
reforma del Brahmanismo antiguo. No admitió que
el hombre tuviera alma, sino que entra en el mundo
con su "karma," que es la suma de todas sus acciones
en las vidas anteriores que pasó antes de encarnar en
este mundo. No comprendo cómo se puede explicar
la manera con que semejante karma pueda pasar de
vida a vida y seguir el mismo individuo, si éste no
tiene alma; pero no nos toca explicar lo inexplicable
de ellos. El caso es que Gautama enseñó que dicha
"karma" trae su retribución ineludible, y la deuda
que queda a su cuenta tiene que ser pagada, antes
que el individuo pueda entrar en la perfección. Esta
perfección, o sea el sumo bien que busca, es llamada
"Nirvana," que es la extinción de todo deseo. Mu-
chos no distinguen este estado de la aniquilación,
pues esta doctrina de la "karma" llegó a substituir la
ley de la transmigración de las almas sostenida por
los brahmanes. Budha impuso cinco mandamientos :
Los de no matar, no cometer adulterio, no hurtar, no
mentir y no gustar de licor embriagante. Mandó
ser resignado y ser paciente sin límites, perdonar
agravios y practicar los deberes y caridades conoci-
dos por todos. Su sistema inculcó la benignidad has-
ta en grado extremo, no permitiendo matar aun a los
bichos más nocivos.
El indostano antiguo que adoraba a Brahma, la inte-
ligencia suprema, era panteísta, el budhista era ateo, y
al fin ambas religiones llegaron a ser idolátricas en
sumo grado, y el indostano rinde culto a los demo-
nios. Poco roce tuvieron los judíos con estas religio-
nes del lejano oriente, aunque no dejaron de infiltrar-
se algo en la Grecia. Plutarco nos dice que un budhis-
ta viajó hasta Atenas en la compañía de César Augus-
to, (cerca del tiempo del nacimiento de Nuestro Se-
ñor Jesu Cristo) y después de componer los combus-
tibles en una pira en dicha ciudad, se quemó vivo
delante de las gentes; de la misma manera que otro
indostano, llamado Calano, lo hizo delante de Alejan-
BAJO LOS PERSAS
167
dro Magno cuando éste estuvo en Persia, delante del
sepulcro de Ciro. En la época de Nuestro Señor,
hubo algo de esta filosofía oriental en las doctrinas de
los filósofos judíos de Alejandría.
Entretanto que estas diferentes religiones ocupa-
ban las inteligencias de los orientales, la mente griega
estaba empleada en estudiar varios tipos de filosofía.
Los filósofos griegos no se opusieron abiertamente a
la religión del país, que era el paganismo vulgar, sino
que se dedicaban a resolver cuestiones respecto al ori-
gen del universo, tratando de averiguar si la causa
primitiva era este elemento u otro, si era de átomos,
de la unidad o de la diversidad. Pero al fin se levan-
tó entre ellos, uno que no entró en estas discusiones,
y era para nosotros el más ilustre de todos ellos,
Sócrates, hijo de Sofronisco. No escribió libro algu-
no, sino que andaba en medio del pueblo, conversan-
do con toda clase de personas, siempre tratando de
despertar la conciencia de cada uno. Tuvo un método
peculiar de cuestionar con la gente. Tanto en su
conducta como en sus enseñanzas era inflexible en
obedecer lo que mandaba la justicia. Decía que una
voz le amonestaba cuando estaba expuesto a hacer el
mal. Los eruditos a la violeta no le querían porque
les flagelaba, convenciéndoles de ignorantes y jactan-
ciosos. Quitó la mirada de todas en las cosmogonías
que habían entretenido sus predecesores, y la fijó en
las cuestiones del deber, de la moral y de la justicia.
Sus discípulos experimentaron gran ensanche en su
comprensión de lo recto y lo bueno. Sócrates recono-
ció sus limitaciones, y nunca se arrogó atribuciones
superiores a las que poseía. Escuchad las palabras
de él, y también las otras de su eminente discípulo.
Platón. Dijo Sócrates: "La necesidad nos exige que
instruya cómo debemos conducirnos respecto a Dios
y respecto al hombre." Las palabras de Platón (eco
de Sócrates) dicen : "De nosotros no podemos saber
qué petición le sea grata a Dios, ni qué culto debamos
rendirle a El, pero es necesario que algún legislador
sea enviado del cielo para instruirnos. ¡Ah! ¡Cuánto
ansio yo ver a aquel hombre Ese legislador tendrá
que ser más que hombre para que nos enseñe las co-
sas que el hombre no puede saber por su propia natu-
raleza." Esta es la voz más patética que haya salido
168
HISTORIA SAGRADA
de4 corazón del paganismo antiguo. Hasta donde
sepamos, este es el suspiro más profundo que jamás
haya emitido filósofo de cualquier siglo ,y debe ser
oído como un grito a los cristianos para que vayan
en misiones extranjeros a llevar las buenas nuevas a
cuantos nunca las hayan oído.
Los escritos de Platón, discípulo de Sócrates; de
Aristóteles, Zenón el estoico y Epicuro, que dirigían
el pensamiento griego después de Sócrates, produje-
ron grandes efectos no sólo entre los griegos, sino
también entre los judíos y entre los cristianos, en
aquel tiempo, y hasta nuestros días.
Preg. 197. ¿Bajo qué aspectos podemos ver la
historia de los judíos desde Malaquías hasta los
días de Nuestro Señor Jesu Cristo?
Se debe considerar bajo dos aspectos, el político y
el religioso, y hemos de ver que estos dos son rela-
cionados íntimamente el uno con el otro. En breve,
se debe considerar la historia política de los Judíos
después de Malaquías como dividida en cinco perío-
dos :
I. Hasta el fin de la DOMINACION DE LOS
PERSAS; desde 400 A. C. hasta 333 A. C. la fecha
de la victoria de Alejandro Magno. Parece que en
este tiempo las cuestiones religiosas fueron dejadas al
régimen de los sacerdotes, pues los persas tuvieron
poca ingerencia en los asuntos locales de Judea.
II. LA DOMINACION GRIEGA BAJO LOS
TOLOMEOS DE EGIPTO, cerca de un siglo, hasta
203 A. C. En este tiempo hubo más movimiento mi-
litar entre Egipto y Siria en sus rivalidades, que no
dejó de afectar a Judea, pero al mismo tiempo había
poca intervención extranjera en cosas puramente re-
ligiosas.
III. LA DOMINACION GRIEGA BAJO LOS
SKLEUCIDAS DE ANTIOQ-UIA EN SIRIA, des-
de 203 A. C. hasta 142 A. C. Esta época fué tiempo
de cruel opresión de parte de los sirios, y de heroica
resistencia por los Asmoneos o Macabeos.
IV. La así llamada "INDEPENDENCIA" de Ju-
dea bajo la familia Asmonea, desde 142 A. C. hasta la
toma de Jerusalén por los romanos, al mando de
Pompeyo en 63 A. C. ; fué época de luchas continuas
con los sirios, y de desórdenes y conflictos religiosos
BAJO ALEJANDRO MAGNO
169
en el país. Las ordenanzas de la religión nacional
fueron completamente restablecidas y se nota una
mezcla de la política en el gobierno que fué presagio
de malas consecuencias.
V. LA DOMINACION DE LA FAMILIA IDU-
MEA DE HERODES BAJO LOS ROMANOS, des-
de 63 A. C. basta 6 A. D., cuando la Palestina cayó
bajo el gobierno provincial del imperio romano.
Preg. 198. ¿Cuál era la condición general de
la nación judía durante los dos primeros siglos
después de Malaquías?
Es el período más obscuro en la historia de la na-
ción y del cual tenemos menos documentos históricos;
pero parece que por la mayor parte de él, los judíos
gozaban de quietud, pues los persas y los egipcios no
se metieron mucho en materias religiosas, y los sa-
maritanos ya se habían separado de los judíos, y no
tardaron mucho en edificar su templo en el monte
Garizim.
Cuando Alejandro Magno, inflamado de la ambi-
ción, salvó las barreras que hasta entonces le contenían
en la Europa, salió con sus invencibles falanges a la
conquista del Asia. Cual indómita bestia saltó con
brincos y corcovos de una victoria a otra hasta aplas-
tar el imperio persa . Delante de su avance irresisti-
ble las naciones asiáticas quedaron atónitas y subyuga-
das. No tardó en acercarse a la Palestina, y el sumo
sacerdote en Jerusalén se yió metido en los mayores
apuros. Josefo nos refiere que Alejandro, habiendo
puesto sitio a Tiro, envió una carta al sumo sacerdote
de Jerusalén, ordenándole que le enviara auxilios y
contribuciones y que reconociera a Alejandro como
su soberano; el sacerdote le respondió en sentido
negativo por no faltar al voto de lealtad que había
hecho a Darío. Alejandro se enojó mucho y echó
ciertas amenazas contra los judíos, y después de su-
jetar a Tiro y también a Gaza, Alejandro marchó con-
tra Jerusalén. El sacerdote Jaddua, desmayado de
temor suplicó al pueblo que hiciese oración a Dios
y se uniese con él para ofrecer sacrificios en su altar.
Entonces Dios le reveló en sueños, después de inmo-
lar él el sacrificio, que tuviese buen ánimo y adornase
la ciudad, y que abriese las puertas de ella; que los
hombres de Jerusalén se vistiesen de blanco, pero que
170
HISTORIA SAGRADA
él y los sacerdotes saliesen al encuentro del rey con
los hábitos de su orden sin temer mal alguno, pues
El impediría tal cosa por su Providencia. Desper-
tóse Jaddua rebosando de alegría y publicó el oráculo
que acababa de recibir, y se dispuso a cumplir lo
prescripto en la visión, aguardando la llegada de
Alejandro. Sabiendo que estaba cerca de la ciudad,
sacó a los sacerdotes y a la multitud del pueblo en
solemne procesión; semejante acto no se había visto
jamás. Al llegar a un punto alto, que era atalaya
desde donde se podía divisar el Templo y Jerusalén,
los invasores se detuvieron. Alejandro venía acom-
pañado de los jefes fenicios y caldeos; éstos estaban
alegres por la perspectiva de los despojos de la ciu-
dad y el gusto de atormentar al sumo sacerdote ; pero
este deseo maligno no llegó a cumplirse. Pues, ¡he
aquí! en lontananza se veía la multitud en ropaje
blanco, los sacerdotes vestidos en lino fino, y a la ca-
beza de todos, el sumo sacerdote en vestiduras de
púrpura y escarlata, con la mitra puesta en sus sienes,
ostentando la plancha de oro en que estaba grabado
el nombre de Jehová. Alejandro se adelantó solo y
acercándose se postró y adoró ese nombre divino, y
con anticipación saludó con reverencia al sumo sacer-
dote. Los judíos todos con una voz saludaron al rey
rodeándolo por todos lados. Los reyes de Siria y
los demás quedaron asombrados aí ver semejante
conducta y suponían que el rey había perdido el jui-
cio. Parmenio presentósele y le preguntó cómo era
que ahora él adoraba al sumo sacerdote de los judíos
cuando antes todo el mundo le adoraba a él mismo.
A lo cual Alejandro respondió que no había adorado
al hombre, sino al Dios en cuyo servicio se hallaba el
sumo sacerdote ; porque, dijo : "Yo vi a esta misma
persona en sueños, vestida de estos mismos hábitos
cuando estuve en Macedonia, cuando vacilaba yo si
llegaría a obtener el dominio de Asia, y me exhortó
que no hiciese dilación sino que pasase la mar con
valor, porque él conduciría mi ejército y me daría
dominio sobre los persas." Alejandro, pues, entró
en Jerusalén y bajo la dirección del sumo sacerdote,
ofreció sacrificios a Dios, y desde entonces trataba
muy bien a los judíos. Estos le mostraron el libro
ÜAJO alejandro magno
171
de Daniel, y él se apropió la profecía que habló de
la victoria sobre Persia.
Hemos dado la relación de Josefo, con pequeñas
omisiones, sin poder afirmar cuánta exactitud tenga,
pues, entremezclados con ella hay ciertos pormenores
respecto a los samaritanos que son incorrectos ; pero
es un hecho que Alejandro favoreció a los judíos en
gran manera, y es muy verosímil que le mostraran la
profecía de Daniel, y que ésta le inclinara a tratar a
los judíos con lenidad.
Preg. 199. ¿Cuál favor especial otorgó Alejan-
dro Magno a los Judíos?
Además de dejarlos libres en el ejercicio de su reli-
gión y con el derecho de vivir según sus propias le-
yes y en la práctica de sus costumbres nacionales, Jo-
sefo nos dcie que en 332 A. C. Alejandro fundó la
ciudad de Alejandría en Egipto en su propio honor,
y que dió a los judíos permiso de residir en ella con
derechos iguales a los demás. Ellos ocupaban dos de
las cinco divisiones de la ciudad, pero no fueron ex-
cluidos de las otras partes, Filón, contra Flaccum 38,
sino que se hallaban en todas ellas. La historia sub-
secuente confirma esta aserción de Josefo.
Preg. 200. ¿ Cuáles fueron las profecías de Da-
niel que se cumplieron total o parcialmente du-
rante el período de que tratamos?
Son cuatro las profecías de Daniel que se refieren
a este tiempo :
la. La del sueño que tuvo Nabucodonosor de la
grande imagen metálica. Dan. 2:31-45.
2a. La de la visión nocturna de Daniel, de las cua-
tro bestias, Dan. 7:2-14 y 17-28.
3a. La visión que tuvo estando junto al río Ulai, del
carnero y el macho cabrío, Dan. 8:3-14 y 20-25.
4a. La revelación larga y detallada que recibió del
ángel junto al río Tigris. Dan. 11 :1-12 :1.
Hay otras tres profecías de Daniel que omitimos,
porque no tratan de este período, a saber : la del árbol
de Nabucodonosor, (4:10-17 y 20-26) la de la escritura
en la pared cuando se hallaba Baltasar en el festín,
(5:5 y 25-28) y la de las Setenta Semanas, (9:24-27) ;
y conviene también considerar la última de las cua-
tro indicadas hasta después de presentar las tres pri-
meras.
172
HISTORIA SAGRADA
2a. Profecía 3a. Profecía Cumplimiento.
Cuatro Bestias. Dos animales.
Dan. 7:2-14 y Dan. 8:3-14,
17-24. 20-25.
la. Profecía
Imagen
metálica.
Dan. 2:31-35
1. Cabeza de León con alas
oro. 7:4 y 17
2:32 y 38
2. Pecho y bra-
zos de plata
2:32. 39
3. Vientre y
Muslos de
metal.
2 :32, 39.
4. Piernas y
Pies de
hierro.
2:33, 40-43
La tercera profecía.
Dan. 11:1-12:1.
"Aun habrá tres reyes en
Persia." v. 2.
V. 2. "El cuarto se hará de
grandes riquezas . . . des-
pertará . . contra el rei-
no de Javan." (Grecia)
V. 3. "Levantaráse un rey
valiente, el cual se ense-
ñoreará ... y hará su
voluntad."
V. 4. "Pero cuando estará en-
señoreado, será quebran-
tado su reino y repartido
por los cuatro vientos, y
no a sus descendientes."
Y. 5. "Y haráse fuerte el rey
del Mediodía."
Nabucodonosor
Medos y Per-
sas en Sardis,
(oeste), Bactria
(Norte) y Egip-
to (Sur).
Alejandro Mag-
no y sus suce-
sores. Batallas
de Gránico, 334
A. C. Isso, 332,
Arbela, 331.
El Imperio
Romano.
El cumplimiento de ella.
Cambises. Darío Histaspes y
Esmerdis, o si se omite Es-
merdis por usurpador, será
Jerjes para el tercero.
Jerjes o Darío Codomano.
Alejandro Magno.
Repartido en : Mesopotamia
Babilonia y Siria bajo Seleu-
co, Tracia bajo Lisímaco,
Macedonia bajo Cassander y
Egipto bajo Tolomeo. Nin-
guno pariente de Alejandro.
Tolomeo.
Oso con 3 eos- Carnero con
tillas entre dos cuernos,
los dientes. 8:3-4, 20
7 :5 y 17
Tigre con 4 alas Macho Cabrío
7:6 y 17 8:5-14 y 21-25
Bestia terrible
7:7. 17, 23-26
Preg. 201. Dése una reseña de la carrera de
Alejandro el Grande.
Alejandro era hijo de Filipo II de Macedonia y
Olimpias, hija del rey de Epiro. Nació el año 356
A. C. y desde joven manifestó gran talento, siendo
educado por el filósofo Aristóteles. Cuando Pausanias
asesinó a su padre Filipo en 336, todo se había arre-
glado para empezar la conquista de Asia. Alejandro
se propuso llevar adelante esta conquista. Primero
BAJO ALEJANDRO MAGNO
17S
procuró asegurarse de la lealtad de los estados de
Grecia que su padre Filipo acababa de sujetar, y lue-
go, por medio de una rápida campaña, redujo los le-
vantamientos de las naciones al norte hasta el río
Danubio. Al volver, notó asomos de rebelión en
Tebas, y al instante sofocó este movimiento y des-
truyó esa ciudad. En seguida dejó a Antipáter como
regente de Macedonia, en 334 y cruzó el Helesponto
con 35,000 soldados; de éstos 5,000 eran de caballería.
En Mayo de 334 ganó la victoria de Gránico; en el
año siguiente, la de Issos. En 332 tomó a Tiro y visi-
tó a Jerusalén. como se ha dicho ya en preg. 198.
Después se hizo dueño de Egipto, fundando la ciudad
de Alejandría en 331. Penetró hasta el oasis de No
Ammón en el desierto y recibió un oráculo que decía
que él era hijo de Júpiter Ammon. En diciembre del
mismo año siguió su marcha hacia el oriente. En el
camino tomó a Damasco, en la cual ciudad encontró
los tesoros de Darío y a las mujeres que había deja-
do éste antes de la batalla de Issos, tomándolas to-
das para sí. De Barsina, princesa persa e hija de
Artabazo. que se hallaba entre estas mujeres, Ale-
jandro tuvo un hijo llamado Hércules. En este mes
libró la gran batalla en Gaugamelia, cerca de Arbelia,
en la cual venció totalmente a Darío, y dentro de po-
co tiempo cayó en sus manos todo el oriente hasta cer-
ca del río Ganges. Alejandro persiguió a Darío hasta
más allá de las Puertas Caspias, donde éste fué asesi-
nado por sus mismos oficiales. Pero Alejandro avanzó
por Partia, Bactria, Sogdiana, y aun pasó el río Ya-
xartes y atacó a los Escitas en 330 a 328. El reino,
las ciudades, la familia y los tesoros de Darío vinie-
ron a ser el botín de Alejandro. Se casó con Roxana,
una joven hermosa de Bactria, y después con otra Bar-
sina, hija mayor de Darío. Volviendo de India, pasó
por las grandes ciudades de Persépolis, Susa, Ecba-
tana y al fin a Babilonia. En Persépolis, durante una
fiesta escandalosa y guiado por una cortesana, incen-
dió el gran palacio de dicha ciudad, y en Susa, 324, se
celebraron unas bodas colosales en las cuales él se casó
con Barsina y dió mujeres persas en matrimonio a
unos 80 de sus generales. En su contacto con los per-
sas iba degenerando rápidamente, adoptando las eos-
174
HISTORIA SAGRADA
tumbres relajadas de ellos, hasta que al fin pereció en
una asquerosa bacanal en Babilonia, en 323.
Preg. 202. ¿Qué concepto formamos del ca-
rácter de Alejandro Magno?
La brillante carrera de Alejandro ha ofuscado la
inteligencia de muchos, para que no viesen los ras-
gos malos de su carácter. El móvil de toda su activi-
dad fué la ambición. Al principio había algo de mo-
deración en sus acciones, pues mostró clemencia, y a
veces hasta benignidad a las mujeres cautivas que
cayeron en su poder, haciendo distinción en los cas-
tigos que imponía sobre los vencidos. Respetó no
solamente al sumo sacerdote de Jerusalén, sino a los
jefes veteranos que habían servido a su padre; y supo
granjearse el aprecio de las gentes. Pero un egoísmo
juicioso le había aconsejado todo esto, y todo elemen-
to de humanidad que se nota en su conducta se puede
atribuir a la prudencia previsora que preparó de an-
temano los mejores medios para poder conseguir sus
fines ; era esencialmente guerrero, ladrón y asesino
en escala mayor. Andando el tiempo estas cualida-
des desaparecieron y se puso más arbitrario y ven-
gativo, suspicaz y cruel. Abandonó por completo la
sencillez de los griegos y cedió al fausto, la molicie
y los vicios de los persas.
Preg. 203. ¿Cuáles fueron los efectos perma-
nentes de los trabajos de Alejandro Magno?
El fué el instrumento señalado por la Providencia
de Dios para efectuar cosas muy grandes. Muy pocos
hombres hay que figuren más en las profecías, que él,
o que hayan producido mayores estragos en el mun-
do. Las cosas más permanentes son:
la. Dejó en el mundo visible un monumento per-
durable de su inteligencia; a saber, la ciudad de Ale-
jandría en Egipto. El la fundó según sus princi-
pios liberales, y existe hasta el día de hoy; es el
centro comercial de Egipto, y ha sido un foco de
ilustración, de filosofía y de otros beneficios para la
humanidad.
2a. Llevó la lengua griega y la estableció en el
mundo civilizado de aquel entonces, y le dió una
importancia inmensa, que ha sido retenida en el
mundo hasta ahora, y que jamás se perderá.
BAJO ALEJANDRO MAGNO
175
Preg. 204. Indíquese cómo Alejandro Magno
cumplió las profecías de Daniel.
En la visión que tuvo Nabucodonosor de la imagen,
Dan. 2:39, se dice: "El tercer reino de metal que se
enseñoreará de toda la tierra" ... se levantará; y éste
es el reino macedonio que llegó a ser más extenso
([lie el de Nabucodonosor y que el reino de los me-
dí >s y persas . En Dan. cap 7, tenemos una visión dada
a Daniel en la cual vió a 4 bestias grandes, y en v. 6,
dice: "Después de esto, yo miraba y he aquí otra,
semejante a un leopardo, y tenia 4 alas de ave en sus
espaldas; tenía también esta bestia 4 cabezas; y fuéle
dada potestad." Es claro que esta visión representa
el reinado de Alejandro y también incluye el de los
cuatro países en que fué dividido el imperio de Ale-
jandro. El carácter del leopardo es el que tuvo
tanto Alejandro como sus sucesores, pues es animal
de gran ferocidad y de extraordinaria fuerza, ligero,
cruel y sanguinario. Es verdad que el leopardo anda
muy rápidamente, pero fué necesario añadirle estas
4 alas de ave para presentar el maravilloso vuelo de
los movimientos de Alejandro. En este respecto no
ha tenido igual en el mundo ; este punto se aclara más
en Cap. 8:5-8, donde dice: "He aquí un macho cabrío
venía de la parte del poniente sobre la faz de toda
la tierra, el cual no tocaba la tierra; y tenía aquel
macho cabrío un cuerno notable entre sus ojos; y
vino hasta el carnero que tenía los dos cuernos ... y
corrió contra él con la ira de su fortaleza. Y vilo
que llegó junto al carnero y quebró sus dos cuernos,
porque en el carnero no había fuerzas para parar
delante de él; derribólo por tanto en tierra, y holló-
lo, ni hubo quien librase al carnero de su mano. Y
engrandecióse en gran manera el macho cabrío ; y
estando en su mayor fuerza, aquel gran cuerno fué
quebrado, y en su lugar subieron otros cuatro mara-
villosos hacia los cuatro vientos del cielo." Expli-
cando esto, el ángel Gabriel le dijo a Daniel : "v. 2o.
"Aquel carnero que viste que tenía los dos cuernos
son los reyes de Media y de Persia; y el macho ca-
brío es el rey de Javán (Grecia) ; y el cuerno grande
que tenía entre sus ojos es el rey primero que fué
quebrado." En tres años Alejandro venció a Asia,
y aun así tardó cerca de un año en este tiempo para
176
HISTORIA SAGRADA
vencer a Egipto y fundar a Alejandría. Obró con in-
creíble velocidad, y los que quisieren pasar sobre su
pista tendrán que ir al galope para completar las mis-
mas jornadas en el mismo tiempo. ¡Cuan a galope
debió haber ido montado en su soberbio Bucéfalo!
La otra profecía respecto de Alejandro se halla en
Dan. 11:1-5, y es la revelación que fué dada al pro-
feta por un ángel. Dice así: (Versión moderna).
2. He aquí que ha de ha-
ber todavía tres reyes
que se levantarán so-
bre los Persas ; y el
cuarto será mucho más
rico que todos ellos; y
cuando se haya hecho
fuerte por medio de
sus riquezas, desperta-
rá todo su poder con-
tra el reino de Grecia.
3. (Heb. Javan) (3) Em-
pero se levantará un
rey poderoso, el cual
imperará con gran do-
minio, y hará confor-
me a su voluntad. (4).
4. Mas después que se ha-
ya levantado, será que-
brado SU reino, y será
repartido hacia los
cuatro vientos del cie-
lo, pero no a su poste-
ridad ; ni conforme al
dominio suyo que él ejer-
ció ; porque su reino
será arrancado de raíz,
y quedará para otros
fuera de aquellos.
5. Y vendrá a ser fuerte
el rey del Sur, y otro
de sus príncipes; y és-
te será más fuerte que
aquél, y tendrá el do-
minio; su dominio será
dominio grande.
Después de Ciro reina-
ron en Persia : lo., Cambi-
ses ; 2o., Gomates o el fal-
so Esmerdis; 3o., Darío
Hispaspes y 4o., Jerjes.
Jerjes invadió a Grecia,
mas su flota fué derrotada
en Salamina y en Micale.
y su ejército en Platea.
Alejandro Magno salió
de Grecia en 334 A. C.
Alejandro murió en 323
A. C. y para el año 311 A.
C. toda su familia había
perecido. Su imperio se
dividió entre Egipto, Si-
ria, Tracia y Macedonia.
Véase Pregunta 208.
Tolomeo Soter y su hi-
jo Tolomeo Filadelfo, pe-
ro Seleuco su general, rey
de Siria, llegó a ser más
fuerte.
BAJO ALEJANDRO MAGNO
177
Preg. 205. ¿A qué se atribuye lo invencible de
las tropas de Alejandro?
Tratamos solamente de los elementos humanos.
Se dice que en la batalla decisiva de Arbelia los
persas tuvieron más de diez a quince soldados por
cada uno de Alejandro, y que en menos de un día el
llano quedó lleno de cadáveres. Los persas huyeron
para salvar la vida, no pudiendo resistir la formidable
falange macedonia. Este cuerpo macedonio se forma-
ba en un cuadro compacto, teniendo cuatro frentes, y
cada soldado empuñaba una pica de más de 16 pies
de largo, con la punta calzada de metal. Al mismo
tiempo cada soldado llevaba un escudo arriba de la
cabeza para su protección. Estos escudos se enlaza-
ban en un techo de metal, y las picas en frente eran
como una pared de lanzas. Las filas de soldados se
seguían la una a la otra sin dejar espacio intermedio.
En aquellas edades, tal cuerpo de soldados era inex-
pugnable y mataba a hombres, caballos y elefantes,
y aun los carros con espada no hacían efecto contra él.
Hay que añadir que estas armas sencillas y pesadas
eran portadas por atletas, porque los macedonios eran
rigurosamente disciplinados y preparados para poder
soportar toda clase de fatiga y la dureza de una cam-
paña militar. Todo esto como se ve, fué preparado
por La Providencia de Dios.
Póngase en contraste la disciplina y sobriedad de
este pequeño cuerpo invencible, con el enorme ejército
fastuoso de Darío, rodeado de mujeres y un tren lujo-
sísimo. Darío creía que los griegos quedarían pasma-
dos al saber que tenían en frente tan grande enemigo ;
creía, además, que la vista de las banderas, su regia
pompa, los elefantes y el vasto campamento, los ano-
nadaría de puro espanto. Charidemos, general grie-
go y enemigo de Alejandro estaba con Darío, y le
dijo francamente y con peligro de su vida, que la
multitud, la ostentación y tanto aparato, serían formi-
dables para los vecinos asiáticos, pero que no harían
mella alguna en los griegos, ni valdrían nada contra
Alejandro y sus falanges; pues éstas usaban buenas
armas y tenían fuerzas físicas, valor y eficacia alcan-
zados por la disciplina. En verdad toda esa púrpura
y oro resplandece y es magnifica, pero no cuenta para
178
HISTORIA SAGRADA
nada delante de la energía varonil de los griegos.
Ellos se glorían en su poder de vencer sin tener lujo
ni comodidades. Viven de pan duro, duermen en el
suelo y marchan de día en día; desprecian el hambre
y el frío y toda clase de penalidades, y ven con asco
la molicie y la inutilidad de los hombres afeminados."
Perdió la vida por su franqueza, pero fué vengado lue-
go por la robustez de aquellos hombres disciplinados
y valientes.
Preg. 206. ¿Qué sucedió al morir Alejandro?
Con la muerte de Alejandro, la Babilonia toda se
desgarró en llanto y lamentaciones, y aun la misma
madre de Darío murió de pesar. La tristeza no podría
haber sido más sincera ni más profunda. Se le prepa-
raron los más augustos funerales que ha habido, y sus
restos embalsamados fueron conducidos desde Babi-
lonia hasta Alejandría, formando más de mil millas de
largo aquel solemne cortejo fúnebre. Estas exequias
duraron dos años, y al poco tiempo, y antes de acabar-
se, sus generales despertando como de un sueño, se
vieron en posesión del mundo sin tener jefe ni cabe-
za. Unos 25 de los más notables generales se llena-
ron de la ambición y cada uno de ellos deseaba ser el
dueño del mundo entero. A fin de conseguir esto les
era preciso disimular su íntimo propósito al princi-
pio, y mostrar primero cierto respeto a la familia de
Alejandro, que consistía de pocas y muy inútiles per-
sonas: Filipo Arideo, su medio hermano, un simple;
Roxana. su esposa y el hijo Alejandro Aego. que na-
ció poco después de su muerte; Olimpias, la madre;
y Tesalónica, la media hermana de Alejandro, con los
dos hijos de ésta: Antipáter y Alejandro; también
Barsina. la esposa hija de Darío y la otra Barsina.
concubina, con su hijo Hércules. Los generales con-
vinieron en que el imperio perteneciese a la familia
inmediata de Alejandro, pero como Filipo Arideo y
Alejandro Aego eran incapaces de gobernar, todos se
pusieron de acuerdo en nombrar a Pérdicas Regente y
Guardián de los dos. Alejandro, al morir confirió a
Pérdicas el anillo real, circunstancia que influyó mu-
cho en la referida decisión. Todos los países del
imperio fueron repartidos entre ellos como goberna-
dores de provincias, o sátrapas del imperio. Por el
momento sofocaron sus sentimientos, pero no tarda-
BAJO ALEJANDRO MAGNO
179
ron en manifestarlos, pues eran como una jauría de
dogos en medio de los cuales se ha tirado un gran
hueso de carne. Inmediatamente se hallaron en un
pleito general, cada uno tratando de matar al otro.
Desde el tiempo de Alejandro en adelante, la historia
está llena de toda clase de crímenes y desgracias.
Es una triste sucesión de asesinatos, parricidios, sui-
cidios, perfidias, traiciones, adulterios, sodomía e in-
cesto. Felizmente no nos es necesario referir todas
estas abominaciones, aunque sí, es preciso saber que
los había, para comprender el ambiente moral en que
apareció Nuestro Señor unos cuantos años después.
Al mismo tiempo, no hemos de suponer que estos crí-
menes cometidos por estos griegos, jefes de estas
naciones, fueron vistos con indiferencia por los mis-
mos griegos, que los cometieron. La historia nos
asegura que algunos de ellos horrorizaban al pueblo.
Sócrates, que vivió cerca de 400 A. C. declaró que en
Grecia había leyes severas contra el adulterio, que
imponían fuertes castigos a los culpables de este cri-
men ; y, además, éstos se consideraban viles e infames
por el público. Xen. Mem. ii. 1. La gran mayoría de
estos desmanes fueron cometidos por los jefes griegos
a pesar de la ignominia en que incurrían. Seleuco I
Nicator. el primer rey de Siria y de toda la parte
oriental del imperio de Alejandro, se casó con Estra-
tónice, hija de Demetrio Poliorcetes, y después la dió
en matrimonio a su hijo Antioco I Soter, el primero
de todos los Antiocos. S. Pablo en 1 Cor. 5:1, indica
que en su tiempo semejante bestialidad se callaba
entre los gentiles. Estos malos ejemplos desmorali-
zaban al pueblo, y no tardaron en corromper también a
los judíos.
Preg. 207. ¿Cuánto tiempo pasó después de la
muerte de Alejandro antes de la división perma-
nente del Imperio en 4 reinos?
Este período de conflictos continuos duró 22 años,
desde 323 hasta 301, aun hasta que se hubiesen acabado
todos los generales de Alejandro, excepto los 4 que
tomaron posesión de las 4 regiones, pues la batalla de
Tpso en 301 dió fin a la mayor parte de las querellas,
y el imperio quedó repartido entre estos generales
que sobrevivieron.
180
HISTORIA SAGRADA
Preg. 208. Refiérase el fin de la familia de
Alejandro, y dígase quiénes quedaron.
Este período entre el año 323 A. C, la muerte de
Alejandro Magno y la división del imperio en 4 reinos
después de la batalla de Ipso en 301 A. C, puede con-
siderarse como interregno perteneciendo al imperio
de Alejandro. Las profecías de Daniel lo tratan así,
pues de otro modo no hacen caso ninguno de él. El
carácter de los principales actores en ese tiempo, era
vergonzoso e infame con pocas excepciones. El suce-
sor de Alejandro que gobernó con más moderación
y prudencia, el que hizo más en pro de la literatura,
de la ciencia e ilustración, y que atraía a sí colonos de
otros países de la mejor clase, fué Tolomco. Casan-
dro se casó con Tesalónica la media hermana de Ale-
jandro, y tuvieron tres hijos. El mayor, Antipáter.
mató a su madre Tesalónica. Felipe murió de tisis,
y Alejandro fué asesinado; Cleopatra II. hermana de
Alejandro Magno, fué asesinada por orden de Antí-
gono. Para el año 311 ya no quedó ninguno de la
familia de Alejandro. Así se cumplió Dan. 11:4. que
dice :
"Mas después que se haya levantado (Alejandro
Magno) será quebrado su reino, y será repartido hacia
los cuatro vientos del cielo, pero no a su porteridad ;
ni conforme al dominio suyo que él ejerció; porque
su reino sará arrancado de raíz, y quedará para otros
fuera de aquellos."
El imperio quedó dividido en cuatro partes, así:
I. EGIPTO. Rajo Tolomeo Soter, hijo de Lago;
de 323 a 285 A. C
II. SIRIA. Rajo Seleuco Nicator, desde 312 a 280
A. C
IIL TRACIA. Lisímaco, desde 306 A. C.
IV. MACEDONIA Y GRECIA, bajo Casandro
desde 301 A. C. Después Macedonia cayó en manos de
Antígono Conato.
Estos sucesores de Alejandro se conocen en la his-
toria por el nombre de DIADOCOS, o los Sucesores.
Los destrozos y matanzas de la humanidad causa-
dos por los Sucesores de Alejandro fueron incalcula-
bles. Aun después de la división del imperio en cua-
tro reinos, las guerras y los crímenes siguieron ade-
lante; pero no produjeron mayor cambio en el repar-
BAJO ALEJANDRO MAGNO
181
timiento de los países. También las familias de To-
lomeo y de Seleuco se hallaron en posesión de sus
reinos hasta el dominio de los romanos en el año de
63 A. C. Por esta razón presentamos el cuadro de
estas dos familias en el Apéndice.
Preg. 209. ¿Qué sucesos notables hubo en la
Palestina en el tiempo de Alejandro Magno, hasta
la división de su imperio? 336 a 301 A. C.
Jaddua, mencionado en Neh. 12:22, era sumo sacer-
dote cuando Alejandro pasó por Jerusalén en 332.
Preg. 198. Josefo nos da algunas noticias confusas
de ese tiempo, pero entre ellas debe haber algunos
hechos verídicos, como el de que Jonatán, padre de
Jaddua dió muerte a su hermano Jesús, y el hecho de
que por este tiempo los samaritanos construyeron su
templo en el Monte Garizim. Respecto al asesinato
de Jesús por su hermano Juan o Jonatán, Josefo, Ant.
xi, 7:1 indica que el sumo sacerdote Eliasib tuvo un
hijo llamado Judas, que le sucedió en el sagrado ofi-
cio. Ant. xi, 7:1. Muerto Judas, de quien no sabe-
mos más, su hijo Juan, o Johanan, asumió la alta dig-
nidad. Su hermano Jesús, o Josué, era amigo íntimo
del General Bagoses, persa, quien le prometió que le
conseguiría para él el oficio del sumo-sacerdocio.
Confiando en el apoyo de este general, Jesús riñó
con Juan en el Templo, y llegando a las manos, Juan
le mató. Sabiendo lo cual Bagoses, hizo reproche a
los judíos, diciéndoles : "¿Habéis tenido la desver-
güenza de cometer un asesinato en vuestro Templo?"
en el cual trató de entrar ; pero como trataron de im-
pedírselo les dijo: "¿No soy yo más puro que el que
asesinó en el Templo?" y efectuó su entrada en él, y
castigó a los judíos siete años por este crimen, im-
poniéndoles el tributo, o sea la multa de 50 siclos por
cada cordero que sacrificasen en el culto diario. Jo-
sefo confiesa que este crimen fué horrible en sumo
grado, puesto que semejante atrocidad cruel e impía
jamás se había cometido por los griegos ni por los
romanos.
En el año 323 A. C. Onías I, hijo de Jaddua ascen-
dió el sumo sacerdocio.
En general Tolomeo I Soter trató a los judíos con
bondad, pero hubo una excepción notable, pues cerca
del año 320 A. C. él pasó por Jerusalén y sorprendió
182
HISTORIA SAGRADA
a los judíos en el día del reposo, y tomó la ciudad,
sin que ellos le hicieran defensa alguna. De ellos
Tolomeo llevó a muchos cautivos, como de los sama-
ritanos. A algunos de ellos los puso en Cirene como
colonos ,a otros dejó en Alejandría y en Egipto. Me-
tió a 30,000 en el ejército como soldados, que sirvie-
sen de guarniciones en sus fortalezas. Les exigió
juramento de lealtad .porque vió que no osaban que-
brar su juramento ni aun para complacer a Alejandro.
Esta circunstancia le inspiró confianza en ellos.
Después de la toma de Jerusalén tuvo lugar la bata-
lla de IPSO en 301 A. C, en que se verificó la divi-
sión del imperio indicada en Dan. 11 :4. Seleuco I.
que por algún tiempo había sido general de Tolomeo
I recibió "lo demás" del imperio de Alejandro. Esto
incluyó toda Asia Menor, la Palestina, Celesiria y una
pequeña parte de Asia Menor sobre el Helesponto.
El, pues, era mucho más poderoso que los otros tres
reyes . Fundó a Antioquía en Siria y la hizo su capi-
tal, y estableció la dinastía de los Seleucidas que que-
dó en posesión de este reino, con algunos intervalos,
hasta 65 A. C. cuando fué hecho una provincia ro-
mana.
Muchos judíos fueron atraídos a Egipto por la mo-
deración del tratamiento que Tolomeo I dió a todos
los extraños, y especialmente a los judíos, así como
por la fertilidad del suelo de Egipto.
En algún tiempo de su reinado Tolomeo I Soter
aumentó el comercio de Egipto con el oriente, compo-
niendo el canal antiguo que unía el río Nilo con el
mar Rojo. Los antiguos reyes Soti, Rameses, Necao
y Darío se habían ocupado de esta empresa, pero
ahora este canal dió gran realce a la importancia de
Alejandría como emporio. Tolomeo I estableció dos
cosas notables que su hijo Tolomeo II también pro-
movió en gran manera, siendo ellos favorecedores de
la literatura y de la ciencia. Se reunieron en derredor
de sí muchos hombres de ilustración. Las dos cosas
de mayor mérito fueron el Museo y la Biblioteca. To-
lomeo II construyó el Serapeum, gran templo en honor
de Serapis de Ponto, y que se cree haya sido el dios
Apis de Egipto en este tiempo. En este templo se
guardaba gran parte de la famosa biblioteca.
BAJO LOS TOLOMEOS
183
Simón I el Justo, hijo de Onías fué sumo sacerdote
desde 310 hasta 291.
Preg. 210. Cuéntese lo del sumo sacerdocio de
Simón I el Justo.
Simón I el Justo, hijo de Onías I, siguió a éste
desde 310 hasta 291 A. C A él se le atribuyen los
últimos trabajos de la colección de los libros del Ca-
non del Antiguo Testamento. Gozó de la reputación
de ser muy piadoso. Se celebra en los libros Apócri-
fos : En Eccl. cap. 50 y en II Mac, por Josefo, y más
todavía en Talmud. Se le atribuyen muchos milagros
sin importancia, que no son siquiera dignos de ser
referidos. Se dice que él reedificó los muros de Je-
rusalén que fueron derrumbados por Tolomeo I en
320 A. C, para que los sirios no se pudiesen estable-
cer allí, y que compuso los fundamentos del Templo.
A él le atribuyen el dicho: "El mundo existe por
medio de tres cosas : La Ley, la adoración y la bene-
ficencia." En Eccl. 50 Sirac compara su salida del
Lugar Santísimo al sol, la luna y las estrellas. Su
piedad y virtudes le hicieron famoso, pero en particu-
lar se sabe muy poco de él. Eleazar, hermano de Si-
món I el Justo , siguió a éste en el sumo sacerdocio
desde 291 hasta 276 A. C. siendo contemporáneo de
Tolomeo II en Egipto.
Preg. 211. Expliqúese la situación de Jerusalén
y la Palestina.
En general se puede decir que en las campañas con-
tinuas de los generales sucesores de Alejandro Mag-
no, Jerusalén escapó con pocos daños durante el go-
bierno de los sacerdotes Onías I y su hijo Simón el
Justo; pero que las ciudades marítimas de Tiro, Jope
y Gaza en el mar Mediterráneo sufrieron horrores.
Andando el tiempo fué inevitable que Judea también
sufriera siendo, como era, el campo de batalla entre
Siria y Egipto, los principales contendientes. En
comparación con los demás generales, y aun con sus
mismos descendientes, los primeros Tolomeos eran
más moderados y humanos en su gobierno y se me-
tieron en menos asuntos conexos con la religión de
los Judíos.
Preg. 212. ¿Qué se dice de Tolomeo II Fila-
delfo?
En 285, Tolomeo II Filadelfo, hijo de Tolomeo I So-
184
HISTORIA SAGRADA
ter (o Lago) y Berenice, fué unido con su padre en
el reino de Egipto, y continuó dos años como co-
regente ; y después siguió solo en el trono hasta 247
A. C. Su primera esposa, en 285, era Arsinoe, hija de
Lisimaco y Nicea, seis años después, otra Arsinoe, la
misma hermana de Tolomeo II, se huyó de su medio
hermano Tolomeo Cerauno (tronador), rey de Mace-
donia, y fué casada con su hermano Tolomeo II. Por
esto Tolomeo II era llamado "Filadelfo" amador de
su hermana.
El fin del reinado de Antioco Soter, 280-261 A. C.
cayó en el tiempo de Tolomeo II Filadelfo, y entonces
Antioco II Theos, hijo de aquél , reinó en Antioquía
desde 261 a 246 A. C. Este Antioco y Tolomeo se-
guían guerreando hasta que, para dar fin a sus pleitos
y cimentar la paz, o sea el armisticio, le ofreció en
matrimonio a Antioco II su hija Berenice con un
dote riquísimo. Al aceptarla, Antioco divorció a Lao-
dice su esposa y media hermana, y se casó con Bere-
nice, prometiendo que si ésta tuviera hijos, serían los
herederos del reino . Al fin de dos años murió Tolo-
meo II, y Antioco divorció a Berenice y volvió a to-
mar a Laodice. Esta se vengó matando a Antioco, y
también causando la muerte de Berenice y a su hijo
que se había refugiado en Dafne, que se tenía por
santuario.
Se puede añadir que Tolomeo II Filadelfo perpe-
tuó su memoria en la Palestina reedificando y en-
grandeciendo a la ciudad de Acco, ahora llamada Acre,
que está situada en el Mediterráneo, y dióle su propio
nombre Tolemaida; y también a la antigua Rabba, a
la cual puso por nombre Filadelfia.
Tolomeo Euérgetes, hijo de Tolomeo II y Arsinoe
su primera esposa, 247-222 trató de vengar a su her-
mana Berenice, divorciada por Antioco II, y entablo
guerra contra Seleuco II Calinico (Gloriosamente
triunfante), hijo de Antioco y Laodice. Después de
haber muerto a su esposo Antioco II, Laodice puso
a su hijo en el trono en Antioquía. Al principio To-
lomeo III tuvo muy buen éxito, pues tomó las forta-
lezas de Siria, la principal de las cuales fué Seleucia
y sujetó al país hasta el río Eufrates. Regresando de
esta campaña con botín de 4,006 talentos de oro y
40,000 de plata y mucha joyería, trajo consigo 3,500
BAJO LOS TOLOMEOS ISS
imágenes, entre las cuales estaban los ídolos, dioses
de los egipcios que Cambises había llevado en cautivi-
dad. Tolomeo III los devolvió a los templos de los
egipcios, y por esto ellos le llamaron "Euérgetes"
(Benefactor). Para entender su gratitud hay que re-
cordar que los Tolomeos, siendo griegos, favorecie-
ron a los griegos, a los judíos y a otros extranjeros,
pero hicieron poco caso de los naturales, y menos de
sus dioses y costumbres religiosas. Antes de volver
a Egipto Tolomeo III mató a Laodice, y se hizo dueño
de todo el reino de Siria; pero noticioso de que había
disturbios en Egipto, dejó a Siria y volvió a Egipto.
Esto dió oportunidad a Seleuco II Calinico a reco-
brar la mayor parte de lo que había perdido. En ca-
mino para Egipto, Tolomeo pasó por Jerusalén y ofre-
ció sacrificios de gratitud a Jehová. Consta que él
sobrevivió a Seleuco II cuatro años. Así se ve que
el arreglo hecho por el matrimonio fué desbaratado,
y Seleuco II obligó a Tolomeo III a aceptar un ar-
misticio de 10 años entre los países. Se dice que Se-
leuco II trató de invadir a Egipto por su flota, pero
fracasó completamente, porque una tempestad des-
truyó sus naves.
CUMPLIMIENTO DE DAN. 11:6-9.
6. Pero al fin de algunos
años los dos harán
alianza, y la hija del
rey del Sur vendrá al
rey del Norte, para
a justar las desavenen-
cias; mas ella no será
poderosa para retener
el poder de su brazo;
ni podrá mantenerse
él en pie, ni sus auxi-
liares ; sino que será
entregada ella y los
que la trajeron y el que
la engendró, y el que
la sostuvo en aquellos
tiempos.
Tolomeo II Filadelfo
dió su hija Berenice a An-
tioco II. Theos, quien se
divorció de Laodice.
Todo este arreglo ma-
trimonial fué completa-
mente desbaratado.
186
HISTORIA SAGRADA
8.
Pero de un renuevo de
sus raíces se levantará
otro en su lugar, el
cual vendrá al ejército
y entrará en la forta-
leza del rey del Norte,
y obrará contra ellos
y prevalecerá;
y también los dioses
de ellos con sus imá-
genes de fundición y
con sus alhajas precio-
sas de plata y de oro,
los llevará en cautive-
rio a Egipto; y él du-
rará más años que el
rey del Norte.
Tolomeo III, Euérge-
tes, hijo de Filadelfo,
trató de vengar a su her-
mana Berenice y tomó las
fortalezas de Siria y su-
jetó al país y trajo los
ídolos egipcios que Cam-
bises había tomado de
Egipto. Sobrevivió a Se-
leuco cuatro años.
9.
Así, pues, entrará en
su dominio el rey del
Sur, y volverá a su tie-
rra.
Continúa al fin de la
Pregunta 220.
Preg. 213. Dése la historia de la traducción
del Pentateuco al griego, por los LXX.
Según la tradición, el Pentateuco fué traducido del
hebreo original al griego en los días del sumo sacer-
dote Eleazar y Tolomeo II Filadelfo. Haciendo abs-
tracción de los elementos de la tradición que parecen
ser inverosímiles, y por lo mismo, inadmisibles.' nos
concretamos a los puntos siguientes que tienen mu-
cha probabilidad en su favor. En los días de los to-
lomeos I y II, la multitud de los judíos que había en
Alejandría llamaba la atención por su religión y cos-
tumbres distintivas. Como éstas todas se fundaron
en la Ley de Moisés, Tolomeo I naturalmente buscaría
documentos tan notables e históricos para adornar la
biblioteca que estableció. Demetrio Falerio, un emi-
nente griego que estaba hospedado con Tolomeo I,
pudo haberle sugerido el modo de conseguir este do-
cumento y de traducirlo del Hebreo al Griego. Si-
guiendo sus consejos, Tolomeo envió mensajeros a
Eleazar pidiéndole una o más copias del manuscrito
hebreo, y suplicándole que también le mandara unos
BAJO LOS TOLOMEOS
18T
sabios judíos que pudieren verterlo al griego, peti-
ción que fué inmediatamente concedida. Pero en es-
tos días murió Tolomeo I Soter y fué seguido por
su hijo Tolomeo II Filadelfo que tenía la misma afi-
ción por la literatura, pero estando enojado con De-
metrio Falerio por haber tratado de persuadir a su
padre Tolomeo I a dar el trono, a su hermano mayor,
Tolomeo Cerauno, desterró a Demetrio de su corte.
Sin embargo, al mismo tiempo siguió con la empresa
de la traducción del Pentateuco, la cual en debido
tiempo fué concluida satisfactoriamente por setenta
sabios, según la tradición, y fué llamada la Septua-
ginta, o Versión de los LXX. Es cierto que Tolomeo
II Filadelfo se interesaba mucho en la extensión de
la biblioteca que empezó su padre, y cuando el edificio
se llenó de manuscritos, permitió que los sobrantes
fuesen depositados en su gran templo, el Serapeum.
Los judíos en Alejandría ya no entendían bien el he-
breo, y tuvieron gran gozo en tener su Ley en Griego,
y de vez en cuando, sus hombres eruditos añadían al
Pentateuco, la traducción de todos los demás libros
del Antiguo Testamento. Esta obra grande e impor-
tante para la iglesia cristiana empezó cerca del año
285, y sin duda fué concluida en el término de un
siglo.
Preg. 214. ¿Qué se dice de la Presidencia del
Sanhedrín y Antígono de Soco?
Era costumbre antigua desde los tiempos de la
Vuelta de Babilonia, que el sumo sacerdote fuese el
Presidente del Sanhedrín. Esta continuó hasta el
tiempo de Simón I el Justo. Cuando él murió, un
sabio, llamado Antígono de Soco, fué elegido al pues-
to que en hebreo se denomina "Nasi." Era escriba de
inmensa erudición, y enseñaba al pueblo en la Ley
y en las Tradiciones; pues antes de él los escribas
no enseñaban más que la pura ley de Dios. Antígono
fué el primero de los doctores llamados Tanaim, cu-
yos escritos se hallan en "la Misna," pero después
hubo muchos de ellos hasta el día en que el Rabí Judá
Hacados compuso' la Misna, cerca del año 150 A. D.
Esdras fué el primer escriba de la Ley, mas Antígono
instituyó esta nueva orden, y también fué el primer
judío notable que tuviera nombre griego, indicando
tendencia hacia el helenismo, y que enseñaba las tra-
188
HISTORIA SAGRADA
diciones, imponiéndolas al pueblo como obligatorias.
Preg. 215. Refiérase el origen de la secta de
los Saduceos.
Advertimos que lo que se dice a este respecto, sea
tradicional o de los modernos, merece poca fé. Los
rabinos antiguos decían que la famosa sentencia de
Antígono de Soco era : "No seáis como esclavos que
sirven al amo por el mendrugo diario; sed como los
que sirven a su señor sin miramientos a los emolu-
mentos ; y que el temor de Dios permanezca con vos-
otros." Partía del principio que el servicio del pia-
doso debe ser filial y no servil, y que la práctica de la
virtud debe ser puramente por amor a ella. Pero
Sadoc y Baitho, dos de sus discípulos llevaron su
sentencia en otro rumbo, y enseñaron que no ha de
haber galardón o premio alguno después de esta vida.
Se separaron de Antígono y alegaron que no habría
ni resurrección ni estado futuro, sino que los premios
de Dios se otorgan a los que le sirven solamente en
esta vida. Fundaron la secta de los saduceos que to-
davía figuró mucho en los días de Nuestro Señor y de
sus discípulos. La secta admitía las doctrinas de la
Creación y de la Providencia que los epicúreos nie-
gan, pero estaba de acuerdo con éstos en lo demás de
sus enseñanzas. Los judíos modernos desechan esta ex-
plicación del origen de los saduceos y presentan otra
que nos parece menos admisible, a sabei, que la secta
recibió su nombre de Zadoc, sacerdote en días de
David, y que los sacerdotes descendientes suyos son
los que constituyen la secta.
Preg. 216. ¿Cuándo fué escrito el Eclesiástico?
Se cree que fué escrito en los días de Onías II, cerca
del año 266 A. C por Jesús el hijo de Sirac, y a veces
se llama "La Sabiduría del hijo de Sirac" o "El Ecle-
siástico," porque aunque no pertenece al Canon de los
libros inspirados, sin embargo la Iglesia Romana re-
comendó que fuese leído en las iglesias.
Preg. 217. Dése una mirada a la creciente des-
moralización del Sumo Sacerdocio.
Echemos una mirada atrás para -notar el gradual
enfriamiento del espíritu piadoso de los sacerdotes.
En el tiempo del rey Ezequías, el pueblo común ma-
nifestó mucho más amor y entusiasmo religioso que
los ministros de su religión. 2 Crón. 29:34, 30:15.
BAJO LOS TOLOMEOS
189
Cuando Esdras fué de Babilonia a Jerusalén, faltaban
ministros del Templo, y tuvo que pararse en el cami-
no y mandar a traer a algunos. Esdras 8:15-20. El
y Nehemias, en sus trabajos para edificar los muros de
Jerusalén y establecer bien el culto de Jehová, halla-
ron que la principal rémora era la misma familia del
sumo sacerdote, a causa de sus íntimas relaciones con
los enemigos. Neh. 6:18, 13:4, 7, 8, 28. Gran parte
de la profecía de Malaquías, 1:6-2:9, es una solemne
amonestación dirigida contra los sacerdotes,' acusán-
doles de una profana indiferencia respecto a sus debe-
res sagrados. Después, sabemos que Manasés se casó
con la hija o nieta de Sanbalat. Preg. 211. En la
misma conexión tenemos el infame asesinato de Jesús
por Juan, funcionando éste como Sumo sacerdote, e
hijos los dos del sumo sacerdote que acababa de morir.
Ahora vamos a tener el origen de las hostilidades de
dos partidos opuestos en el seno de la familia sacer-
dotal. La historia de José, hijo de Tobías y sobrino
de Onías II nos introduce a una nueva fase de la his-
toria de los sacerdotes.
Preg. 218. Refiérase el origen de los Oníades y
los Tobíades.
Vale la pena detenernos para ver bien el retrato que
Josefo pinta maravillosamente en Ant. Lib. :xii, Cap.
4, exhibiendo los manejos de la familia sacerdotal al
inmiscuirse completamente en la vida mundana y di-
plomática. En ella se mostraron más hábiles que los
mismos maestros del arte. Con gusto y orgullo pa-
triótico mal disimulados, Josefo refiere los detalles
minuciosos de este nuevo papel que empezaron a ha-
cer en grandes empresas financieras y nacionales.
Parece que no comprendió bien que esto era la in-
troducción de nuevos elementos de corrupción que
se entretejieron en el carácter del sacerdocio judío, y
que al fin corrompieron el corazón de la nación.
Dice que Onías II era un ser apocado y amante del
dinero, y que su codicia se iba aumentando a medi-
da que envejecía. Tolomeo III Euérgetes seguía la
misma costumbre de los otros Tolomeos, exigiendo
anualmente 20 talentos al pueblo judío. El sumo sa-
cerdote, funcionando como jefe de la nación, tenía
que cobrar esta suma, y pagársela al rey ; pero cuando
llegó a viejo, se le antojó a Onías II no pagarla. Tolo-
190
HISTORIA SAGRADA
meo se enojó y despachó a Atenión como enviado a
Jerusalén para cobrarla a Onías, y con la amenaza de
que si no la pagaba, él mandaría soldados para tomar
posesión de sus tierras y sacar su sustento de ellas.
Los judíos quedaron asombrados al saber esto; pero
Onías II no hizo aprecio y se afirmó en su avaricia.
Un sobrino de Onías II, llamado José, que era hijo de
la hermana del sacerdote y de Tobías, sabiendo lo
que pasaba fué a ver a su tío y le reprochó su falta de
patriotismo al no pagar el tributo y atraer así sobre
su pueblo una calamidad. Se hizo sordo el viejo a
todas estas palabras, y entonces José le suplicó que se
fuese a Alejandría para arreglar este negocio con el
rey; negándose a hacer lo que se le pedía, mas al
fin consintió en enviar a José para que lo hiciera en
su lugar. Acto seguido, José entró en el Templo y
apaciguó al pueblo que estaba alborotado, y condujo
a Atenión a su casa y le festejó, tratándole con la
mayor hospitalidad y dándole muchos regalos de
valor. Este volvió al rey y habló bien de José. En
este intervalo, José pidió un préstamo a sus amigos
en Samaría, que sin duda eran sus parientes de la
familia de Manasés. (Véase Preg. 188) y también
parientes cercanos del Sumo Sacerdote Onías, y luego
acudió al rey. En el camino iba acompañado de va-
rios señores recaudadores de los países vecinos, que
bajaban a Alejandría para renovar sus contratos con
el rey y recaudar los impuestos de él en sus países.
José oía sus pláticas y aprendió los modos como ma-
nejaban los negocios del rey y el pueblo. Se fijó
también en la suma que cada uno iba a ofrecer para
tomar en arriendo los tributos de su país, que en
conjunto llegó a ser 8.000 talentos. Estos compañeros
de viaje, siendo personajes principales en sus regio-
nes, vieron con desprecio a José y se divertían mo-
fándose de él, juzgándole persona de ninguna im-
portancia. Cuando llegaron a Alejandría, supieron
que el rey andaba por Memfis. José fué a encontrar-
le al camino, volviendo en su carro en compañía de
la reina y con Atenión sentado en medio de ellos.
Este reconoció a José, y habiéndole alabado mucho
ante el rev. Tolomeo le convidó que se sentara con
ellos en el carro. Llegaron a Alejandría hechos
grandes amigos, pues José no dejaba de tener moda-
BAJO LOS TOLOMEOS
191
les finos. Cuando los postores mencionaron la can-
tidad que ofrecian por el oficio de cobrador, José en
el acto ofreció el doble, 16,000 talentos. Cuando el
rey le preguntó quiénes eran sus fiadores, dijo que
tenía dos, el rey y la reina. El rey lo tomó en buena
parte y le dió el oficio, causando la mayor mortifica-
ción a los otros, que volvieron avergonzados a sus
casas. Así volvió recaudador de Judea, Celesiria,
Fenicia y Samaría, oficio que retuvo 22 años. Josefo
dice que pidió al rey 2,000 soldados para ayudarle al
principio, y con éstos llegó a Askalón y demandó las
rentas. Los principales de allí se negaron a pagarlas
y le resistieron, pero él sin vacilar, mató a unos 20
de ellos, saqueó sus casas y envió todo el botín al
rey . En Sitópolis le hicieron igual resistencia, y
les trató con la misma severidad. Ya con estos ante-
cedentes, los demás lugares se apresuraron a pagarle
con prontitud ; por supuesto, él se hizo riquísimo, y el
rey recibió sus rentas con puntualidad. En una de
sus visitas a Alejandría vió en la compañía del rey a
una actriz muy hermosa, de la cual se enamoró. Su-
plicó a su hermano Solimius, que le había acompañado
en este viaje y que llevaba en su compañía a su hija,
que le consiguiese esa actriz y que le guardara el se-
creto, para que él no fuese desacreditado entre los
judíos . Consintió Solimius, pero no queriendo que
su hermano se contaminara con los gentiles, en lugar
de llevarle la actriz, substituyó a su misma hija, y
José, estando confuso por la embriaguez, no supo la
suplantación. Esto pasaba varias veces, y su amor
para la mujer llegó a ser tan intenso que confesó a
su hermano que le costaría la vida dejarla, y le im-
ploraba que pidiera la actriz al rey para que fuese
su esposa. Entonces su hermano le desengañó, in-
formándole que la mujer que había estado con él era
su sobrina y no la actriz; pero que él, su padre, se la
daría por esposa. El consintió, y así sucedió que
José tuvo siete hijos en su primera esposa, y uno.
llamado Hircano, por la incestuosa unión con su
sobrina.
Preg. 219. Refiérase lo de Hircano.
Un talento sorprendente se desarrolló en Hircano,
mayor que el que tuviera ninguno de sus hermanos
y José le dió la más esmerada educación, llegando a
192
HISTORIA SAGRADA
ser el consentido de su padre. Cuando llegó la noti-
cia de que se iba a verificar una fiesta por el naci-
miento de un hijo del rey, José no pudo ir para par-
ticipar en ella y ofreció este honor a cada uno de
los siete hijos, pero ninguno de ellos se consideró
suficiente para la empresa; luego se lo ofreció a
Hircano, y éste lo aceptó. José le dió una orden
sobre su agente Arión en Alejandría para que le
diese el dinero que él quisiera en esta ocasión, supo-
niendo que la cantidad sería de unos diez talentos.
José tenía acumulada con dicho agente la suma de
unos 3,000 talentos, y los siete hermanos no dejaron
de resentirse del honor conferido a su hermano, y es-
cribieron cartas a sus amigos, al modo griego, para
que matasen a Hircano, y él maliciando esto, hizo
sus preparativos, demandando 1,000 talentos al agente
Arión, y cuando éste no se los quiso entregar, lo me-
tió en la cárcel. El rey fué avisado de esta acción y
le exigió una explicación de ella y por qué no le
había visitado para pagarle los respetos. Le con-
testó que según la ley de su país, no le era permitido
a uno participar de la fiesta de pacíficos delante de
Jehová. antes de haber presentado su ofrenda. Esta
respuesta le pareció al rey acertada según las ideas
del tiempo, y dió orden a Arión para que le enterase
la cantidad. Entonces Hircano dió ricos presentes a
sus presuntos asesinos, y así los convirtió en amigos
suyos. En seguida compró cien muchachos y cien
muchachas a talento cada uno y distribuyó entre ellos
por igual 200 talentos que llevaban en talegas. Asis-
tió a la gran fiesta, poniéndose en el lugar más hu-
milde. Ya se había informado de antemano que los
ricos comensales iban a dar al rey regalos de a 10
y de 12 talentos cada uno. El les había dado a enten-
der que no disponía de más de cinco talentos; por
esta causa trataron de hacerle el hazmereír de todos.
Al comer la carne, amontonaron los huesos en la mesa
de él, obedeciendo a una indicación de los demás
comensales, el bufón del rey le llamó la atención para
que mirara la mesa de Hircano llena de huesos. El
rey le preguntó cómo había sucedido tal cosa, puesto
que las demás mesas no tenían huesos. Contestó:
"Ah, mi Señor, Oh Rey, la fiesta es muy abundante;
los puercos suelen comerse la carne con todo y hue-
BAJO LOS TOLOMEOS
193
sos, pero la gente sólo se come la carne y deja los
huesos en la mesa, como lo ve Su Majestad." Los
demás se arrepintieron de haberse burlado de él, por
la posición en que los puso con su contestación. Cuan-
do presentaron los regalos, cada cual ofreció al rey
sus 10 ó 12 talentos, pero Hircano aguardó hasta el
fin, e hizo marchar a los muchachos y muchachas en
procesión, y aquellos presentaron los 100 talentos al
rey, y éstas otros cien talentos a la reina. El rey le
preguntó qué presente quería recibir de él, Hircano
le despondió que ninguno, sino solamente que el rey
escribirá a Jerusalén hablando de él. Al saber sus
hermanos lo que pasó, ardieron en envidia y celos
contra él, y con el consentimiento de su padre, que
se hallaba adolorido de la pérdida de tanto dinero, sa-
lieron al camino para matarle cuando regresaba a Je-
rusalén. Esto les salió muy mal, porque varios de
los que le atacaron fueron muertos, inclusos dos de
sus hermanos. Al llegar a Jerusalén. advirtió que
no le era grato a su pueblo, y se retiró hasta el otro
lado del Jordán. Allí se radicó y obligó a los bár-
baros a pagar los impuestos al rey.
En esto, murió José, y también Onías II, y su hijo
Simón II le sucedió. Hubo mucha contención entre
el pueblo y los hijos de José, en la cual tomaron parte
los ancianos del pueblo y el mismo Simón II, siendo
él pariente de los Hijos de Tobías. Desde ahora hubo
dos partidos notables en el pueblo; el de Los Hijos de
Tobías o Tobíades y el de los Oníades.
Hircano se quedó al otro lado del Jordán guerrean-
do perpetuamente con los árabes, matándolos o lle-
vándolos cautivos. Construyó un fuerte castillo cerca
de Hesbón, hecho todo de piedras blancas y adornado
con animales y fieras de enorme tamaño esculpidos o
grabados en los muros. Lo cercó de un hondo canal
o foso con agua, y labró en la roca cercana cavernas
muy largas, con aposentos amplios, unos para fiestas,
otros para dormitorios y viviendas ; e introdujo mu-
cha agua que corría en derredor de los atrios. Las
entradas de las cavernas eran puertas muy angostas
en las cuales apenas cabría una sola persona, para que
se pudiese defender de sus enemigos . También había
huertas y otras cosas de adorno y utilidad, y la llamó
"Tiro," La Roca. Allí reinó siete años hasta que vió
194
HISTORIA SAGRADA
a Antioco Epifanes acercarse en sus campañas con-
tra Palestina. Entonces Hircano desesperó de poder
defenderse de sus ejércitos y se suicidó; y Antioco
saqueó todos sus tesoros.
Preg. 220. ¿Cuál es la importancia de la his-
toria de los Oníades?
Josefo consigna más detalles del origen de los
Tobiades y Oníades, que de ninguna otra cosa y es
propio hacerlo nosotros también para indicar la in-
troducción entre los judíos del espíritu de facción,
y para dar una muestra del talento, de las maniobras
y del abuso del dinero en presentes, y cohecho, de
la familia sacerdotal, con sus engaños y sus asesina-
tos. Nosotros estaríamos dispuestos a creer que este
cuento sería una fábula si no fuera que hoy día se
ven las ruinas del castillo de Hircano cerca de Hes-
bón, pues allí están las piedras blancas, labradas en
formas de leones y de otros animales, allí están las
cuevas o cavernas y las formas de hoja de palma y
las grandes caballerizas en la tierra de Moab, y aun
lleva el nombre de "Arak-el-Emir." El Principe Hir-
cano (Stanley en Hist. of Jewish Church III 274-275.
cita Tristam. Land of Israel 529. Palestine Explor-
ation Fund. Quarterly Statement Ap. 1872, y Murray's
Handbook.)
Simón II, hijo de Onías II era sumo sacerdote des-
de 219 a 199 A .C. Muchos sostienen que él es el Si-
món el Justo a quien se atribuyen las alabanzas del
Eclesiástico; y que él reedificó los muros de Jerusa-
lén e hizo otras cosas ilustres, y sin duda era mucho
mejor hombre que su padre Onías II. En el segun-
do año de sü sacerdocio, 217, ocurrió la batalla de
Rafia, y la llegada de Tolomeo IV a Jerusalén. cuan-
do trató de forzar su entrada en el Lugar Santísimo,
mas la firmeza de Simón y toda su conducta en esta
ocasión fué digna de su oficio.
Preg. 221. Refiérase lo aue sucedió en el rei-
nado de ANTIOCO III EL GRANDE en SIRIA,
desde 223 a 187 A. C.
Seleuco II Calinico reinó unos 20 años en Antio-
quía, desde 246 a 226 A. C. y dejó dos hijos que le
siguieron sucesivamente en el trono; SELEUCO III
CERAUNO, (Tronador) y Antioco III el Grande.
El primero sólo reinó tres años, desde 226 a 223, cuan-
BAJO LOS SIRIOS
195
do fué asesinado y sucedido por su hérmano Antioco,
quien duró 36 años, desde 223 a 187 A. C. en continuos
conflictos con todos a su derredor. Era gran guerre-
ro, ganó muchas victorias, pero sufrió tremendas de-
rrotas : La de Rafia en 217, y la de Magnesia en 190.
Redujo muchos países a sumisión en el oriente, que
se habían rebelado contra él, y también invadió Cele-
siria y tomó* a Damasco y los países al oriente del
Jordán. Reunió un ejército poderoso efe 62,000 in-
fantes y 102 elefantes y 6,000 caballos y empezó una
guerra formal contra Tolomeo IV Filopátor (Des-
de 222 hasta 206), hijo de Tolomeo III Euérgetes.
Al principio tuvo buen éxito y acabó de sujetar toda
la Palestina al gobierno de Siria, despojando a Egip-
to de la soberanía. Tolomeo IV era del todo des-
preciable, siendo matricida y fratricida con redupli-
cada criminalidad, porque tomó a su hermana Arsi-
noe por esposa, y después de algunos años de esta
vida incestuosa, la mató, debiendo a ella casi todo el
buen éxito de sus empresas. Ahora, en 217 A. C. que
Antioco III se acerca con intención de invadir a Egip-
to, Tolomeo hizo reunir un ejército parecido en nú-
mero al de Antioco, teniendo 70,000 infantes, 5,000
caballos y 73 elefantes, lo condujo en rodeo por Ara-
bia Pétrea, y se encontró con las tropas de Antioco
en RAFIA, cerca de Gaza. Se libró una terrible ba-
talla, y por el valor y talento de Arsinoe, los egipcios
derrotaron completamente a Antioco, quien tuvo que
abandonar a la Palestina. En seguida Tolomeo subió
a Jerusalén y ofreció sacrificios a Jehová, pero no
quedó satisfecho con esto, sino que quiso penetrar en
el Santuario. Fué impedido, y tuvo un desmayo.
Volvió a Egipto encendido en iras y se vengaba en
los judíos de Alejandría por la vergüenza y susto
que sufrió en su fracaso. Se puso más cruel y se
entregó completamente a sus vicios y pasiones. Los
mismos egipcios se encandalizaron al ver que no sacó
de Antioco las ventajas que debía después de tan gran-
de victoria sobre él.
Después de ser derrotado en Rafia en 217, Antioco
IIT el Grande, se ocupaba en muchas campañas en los
países más al norte y al oriente, hasta Bactria. Au-
mentó su ejército, acopió recursos, y después de 14
años, volvió con la intención de vencer a Tolomeo V.
196
HISTORIA SAGRADA
Epífanes, hijo de Tolomeo IV, que era niño débil y
cruel. En Egipto había habido algunas insurreccio-
nes contra Tolomeo IV. Este tenía por ministro a
Agáthocles, pero manejaba muy mal la cosa pública.
En vista de la debilidad del gobierno de Egipto.
Antioco Grande hizo alianza con Felipe V, rey de
Macedonia, según la cual se reunían los dos en una
guerra contra Egipto, y al salir victoriosos, reparti-
rían ese país y sus dependencias entre los dos. En
este reparto Felipe V tendría Caria, Libya Cirene y
Egipto, y Antioco el Grande se quedaría con la Pa-
lestina, Calesiria y las demás. Felipe no hizo nada
por haber sido atacado por los romanos. Poco tiem-
po después, Antioco III conquistó a Calesiria y la
Palestina, pero los egipcios apelaron a los ROMA-
NOS para que se hiciesen guardianes y protectores
de su joven rey, y ellos, ya que se habían reducido
a Cartago, eran deseosos de meterse más en los asun-
tos de los orientales, y por esto , aceptaron alegre-
mente este cargo, y enviaron a M. Emilius Lepidus
con un mensaje a los dos reyes, mandándoles desis-
tir de la invasión de Egipto ; y nombraron a Aristo-
menes ministro de Tolomeo. Escopas, general etolio,
les ayudó a los egipcios, y fué enviado a su patria
para enganchar tropas, y volvió con 6,000 soldados
y trató de recobrar a Calesiria y la Palestina para
Egipto. En este tiempo (199 A. C.) Antioco el Gran-
de peleaba con Atalo, rey de Pérgamo, y gastó tiem-
po en conquistas en los países orientales hasta Partia
e India, y por estas ausencias de él, Escopas con faci-
lidad redujo otra vez a los dos países al dominio
de Tolomeo V; y volviendo por la Palestina, puso
guarnición en Jerusalén, y se llevó mucho botín a
Egipto. En el año siguiente, 198 A. C. Antioco el
Grande regresó a Siria, y encontrando a Escopas con
un ejército en Paneas, cerca de las fuentes del Jordán,
le venció. Escopas se huyó con 10,000 soldados a Si-
dón, y la fortificó, pero Antioco le siguió, y le puso
sitio. Los egipcios mandaron nuevos reclutas escogi-
dos, bajo los generales Eropas, Menelao y Damaxeno ;
pero aunque fueron los mejores que había entre todos
sus militares a causa de su pericia en la guerra, no
pudieron salvar a Escopas, sino que fracasaron en su
esfuerzo de levantar el sitio, y vencidos por el ham-
BAJO LOS SIRIOS
197
bre, tuvieron que rendirse. Después Escopas conspi-
ró contra Tolomeo V, pero fué arrestado por Aristó-
menes y ejecutado. Antioco fué por la costa y casti-
gó a Gaza por su hostilidad, y volviendo hacia Siria,
logró sujetar a toda la Palestina y los países adya-
centes, a su dominio. Entonces Antioco el Grande
marchó con triunfo por la Palestina para tomar pose-
sión del pais. En esta ocasión los Judíos le dieron
una recepción entusiasta, saliendo en procesiones so-
lemnes para encontrarle, y le ayudaron a tomar el
castillo que tenía la guarnición de egipcios. Este
cambio de gobierno es una época importante, que se
efectuó en 198 A. C. Anteriormente los Judíos ha-
bían preferido estar bajo el gobierno de los Tolo-
meos, pero, ahora estaban muy favorablemente dis-
puestos hacia los sirios. Seguramente este gran cam-
bio fué causado por el tratamiento que habían reci-
bido de los egipcios desde Tolomeo IV, quien quiso
penetrar en el Lugar Santísimo, y los graves daños
que habían sufrido a las manos de Escopas, que dejó
una fuerte guarnición en Jerusalén y que había sa-
queado a los Judíos como si hubiesen sido enemigos.
Antioco el Grande los lisonjeaba; expidió un edicto
favorable para ellos, dándoles elogios y privilegios,
y aun tomó medidas para socorrer sus necesidades.
Véase Ant. XII, 3:3, donde se menciona el SANHE-
DRIN por primera vez, pues Josefo la llama "Sena-
do." La Judea se hallaba exhausta por las correrías
de tantas tropas y su manutención como también el
pillaje inevitable por una soldadesca extranjera, aun
cuando luchaba como amigos mucho tiempo para
quitar la guarnición egipcia; y Antioco, viéndolo,
trató de aliviar su miseria. En sus últimas campañas
había formado una opinión favorable de los Judíos, y
cuando los habitantes de Frigia lo molestaban por su
mucha turbulencia y rebelión, transportó 2,000 fami-
lias de los Judíos de Babilonia y Mesopotamia a Asia
Menor para que viviesen allí y mantuviesen el orden,
pues confió en su lealtad y buen carácter. Estos ju-
díos son los antepasados de aquellos a quienes Pablo
evangelizó en su primer viaje misionero. Antioco
siguió avanzando y sojuzgó a Gaza a Batanea, Sama-
ría, Ahila y Gadara. Pero una guerra con los roma-
nos brotó ahora, y sin recoger más fruto de su victo-
198
HISTORIA SAGRADA
ria, se apresuró a hacer las paces con Egipto; y para
cimentarlas ofreció su hija Cleopatra a Tolomeo V.
eme ahora tenía 13 años de edad, para que se casara
con ella al llegar a su mayoría, estipulando que ella
tendría por dote Celesiria, Samaría, Judea y Fenicia.
Tolomeo V. aceptó estas condiciones y el acuerdo se
hizo en 197 A. C.. y Tolomeo V. se casó con Cleopa-
tra en 193 A. C. Pero más tarde Antioco el Grande
Irató de quitar las provincias de Siria. Cilicia. Licia
y otras del dominio de Egipto con la mira de tomar
también a Egipto, mas Tolomeo V cayó en la cuen-
ta; y aun su esposa, la misma hija de Antioco favo-
reció a su marido en contra de su padre, pues cuando
él fué vencido en Termopilas, ella envió congratula-
ciones a los romanos por su victoria sobre él.
En su guerra con los romanos Antioco el Grande
tuvo algunas ventajas al principio, pues tomó varias
islas del Mar Egeo y algunas regiones costaneras de
Asia Menor; y cuando los romanos trataron de pro-
hibir sus a\ anees, les respondió rudamente. Con al-
tivez', les afrentó, diciéndoles que no tenían ingerencia
en los asuntos de Asia, y que él no estaba sujeto a
sus órdenes. En esos días Aníbal, que andaba pró-
fugo después de sus reveses, se incorporó con Antio-
co III el Grande, y le dió algunos consejos sabios,
que le podrían haber dado la completa victoria sobre
los romanos si los hubiera seguido, pero los desechó.
En este tiempo se casó con una joven, y pasó mucho
tiempo inactivo, gozándose en su matrimonio, hasta
que los romanos le sorprendieron en Termopilas, (en
el año 191 A. C.) y le derrotaron, forzándole a huir
hasta Asia Menor. Pero todavía mostraba pereza en
sus movimientos, y perdió en tres encuentros navales.
Al fin se despertó para ganar por tierra lo que había
perdido en el mar. Con prisa reunió un ejército nu-
merosa de 70.000 infantes, 12.000 caballerías, además
de muchos camellos, elefantes y carros armados con
hoces Los romanos guiados por Lucio Cornelio Es-
cipión, a quien llamaron "El Asiático" y que era
hermano de Escipión Africano, que había vencido a
An'bal. le atacó cerca de Magnesia con solamente
30.000 soldados, y le venció completamente. Antioco
III el Grande perdió grandes despojos en esta bata-
lla, librada en 190 A. C. y aunque procuró ayudarse
BAJO LOS SIRIOS
19»
por medio de una correspondencia diplomática, no
gano nada, y tuvo que abandonar toda la Asia Menor
al oeste del Monte Tauro, y pagar todo el costo de
la guerra, que sumaba 15,000 talentos. De estos de-
mandaron 500 al contado, 15,000 en la fecha fijada por
el Senado al ratificar la paz, y IfiOO anualmente por
12 anos. Así la afrenta que arrojó sobre los romanos
cayó sobre su misma cabeza. Aun la Siria quedó
como dependencia de Roma bajo sus propios reyes.
Volvió a su tierra avergonzado y agobiado por esta
enorme deuda. En sus frenéticos esfuerzos para
reunir fondos para pagarla, procuró robar el templo
de Belus en Elimais, pero los habitantes de ese pue-
blo se levantaron contra él, y le mataron.
CONTINUAN LAS PROFECIAS DE DANIEL
EN EL REINO DE ANTIOCO III EL GRANDE
10. Empero los hijos de La guerra de Antioco
aquél levantarán gue- III el Grande contra To-
rra, y juntaran una
multitud de fuerzas
grandes : y uno de
ellos vendrá a viva
fuerza, e invadirá, y
pasará adelante; lue-
go tornará y llevará
la guerra hasta la
fortaleza del otro.
11. Con lo cual se enfu-
recerá el rey del Sur
y saldrá, y peleará
contra él, es decir
contra el rey del Nor-
te ; y pondrá en cam-
paña una grande mul-
titud de gente; y se-
rá entregada aquella
multitud en su mano.
12. Y se llevará la mul-
titud en cautiverio ;
con lo cual se elevará
su corazón, y hará
caer muchos milla-
lomeo V. Filopáter, que
conquistó Celesiria y Pa-
lestina.
Antioco el Grande mar-
chó contra Tolomeo el
año 217 A. C. a Rafia cer-
ca de Gaza, y Tolomeo
dió vuelta por el lado
oriental y sorprendió a
Antioco, y por la sagaci-
dad y valor de su herma-
na-esposa Arsinoe, aquél
ganó una victoria icom-
pleta.
Después de esta victo-
ria, Tolomeo volvió a sus
vicios ; y por tanto nada
aprovechó, y su pueblo
se quedó descontento, y
200
HISTORIA SAGRADA
res; mas no prevale-
cerá.
13. Pues el rey del Nor-
te volverá, y pondrá
en campaña una mul-
titud mayor que la
primera; y al fin de
los tiempos vendrá a
viva fuerza y gran-
des riquezas.
14. Y en aquellos tiem-
pos muchos se levan-
tarán contra el rey
del Sur; y los hijos
turbulentos de tu
pueblo se levantarán
para confirmar la vi-
sión; mas ellos tro-
pezarán.
15. Vendrá, pues, el rey
del Norte y levantará
atrincheramientos, y
tomará la ciudad
fuerte, y las fuerzas
del Sur no podrán
resistir, ni sus gen-
tes más escogidas;
pues no tendrán for-
taleza para resistir.
16. Por lo cual su oposi-
tor hará conforme a
su voluntad, pues no
habrá quien pueda
parar delante de él ; y
se plantará en la tie-
rra de hermosura; la
cual estará completa-
mente en su mano.
17. Luego pondrá su ros-
tro para ir contra el
otro con el poderío
de todo su reino, y
se levantaron algunas se-
diciones.
Al morir Tolomeo Fi-
lopáter, le sucedió su hi-
jo Tolomeo Epífanes, un
niño.
Al fin de unos 14 años.
Antioco el Grande volvió
con un ejército poderoso
y trató de conquistar a
Celesiria y la Palestina.
Los reyes de Siria y
Macedonia formaron una
liga para conquistar a
Egipto, y Agáthocles y
su hermana con Tlepole-
mo conspiraron contra
el rey.
Muchos Judíos, parti-
darios de los egipcios, re-
negaron su fé y fueron
expulsados por Antioco
III. Así lo hizo después
de la batalla de Paneas.
Antioco III el Grande
sitió a los egipcios en Si-
dón, mas éstos no pudie-
ron levantar el sitio con
sus tropas escogidas, y
Antioco redujo la Pales-
tina al dominio de Siria,
y ésta no volvió nunca a
estar bajo Egipto.
Con propósito fraudu-
lento de conquistar a
Egipto, Antioco III dió
su hija en matrimonio al
BAJO LOS SIRIOS
efectuará convenios
con él, y hará su vo-
luntad; y le dará la
hija de mujeres, es-
perando corromper-
la; pero ello no ten-
drá éxito, ni ella per-
manecerá de por él.
18. Entonces volverá su
rostro hacia las cos-
tas marítimas, y se
apoderará de muchas
de ellas; pero un cau-
dillo pondrá término
a la afrenta que le ha
hecho ; y aun hará
volver su afrenta so-
bre él mismo.
19. Por lo cual él volve-
rá su rostro hacia las
fortalezas de su pro-
pia tierra; pero tro-
pezará y no será más
hallado.
201
joven Tolomeo V. pero
ella fué fiel a su marido.
Antioco III el Grande
hizo conquistas por las
costas del Mediterráneo,
y después insultó al ro-
mano Escipión Asciático,
quien lo derrotó comple-
tamente.
Luego volvió a Siria
avergonzado, y pereció
robando un templo paga-
no, en Elimais.
Continúa al fin de la
pregunta 237.
Preg. 222. Refiérase el reinado de Seleuco IV
Filopáter.
Seleuco IV Filopáter, hijo mayor de Antioco III
el Grande, le sucedió como Rey de Siria. Estaba
obligado a pagar el tributo que los romanos habían
impuesto a su padre a razón de 1,000 talentos al año.
Esta cantidad sería del valor ahora de al menos unos
$1,000.000.000. Seleuco IV volvió a unir las provin-
cias de Celesiria y Palestina a Siria. Además de esto
se sabe poco de sus obras, pero tuvo contacto con los
Judíos precisamente en esta empresa de reunir dine-
ro para los romanos.
En el año 176 A. C. Simón benjamita, era goberna-
dor del Templo en Jerusalén, y al mismo tiempo el
recaudador de los impuestos del rey. El trató de
poner en práctica algunas ideas suyas, pero Onías
III, el sumo sacerdote, se lo impidió. Enojándose
Simón, y obrando de acuerdo con los hijos de Tobías,
202
HISTORIA SAGRADA
se fué a ver a Apolonio, gobernador de Fenicia y Ce-
lesiria bajo Seleuco, y le informó que había inmensos
tesoros guardados en el Templo. Noticioso el rey
de esto, mudó de conducta. Anteriormente había si-
do amigo de los judíos, y de año en año había con-
tribuido liberalmente para sufragar los gastos de los
sacrifiicios en Jerusalén, pero ahora se resolvió a
meter la mano en estos fondos sagrados. Viendo el
fisco oprimido por los romanos, para aliviarlo, Seleu-
co IV Filopátor, envió a Heliodoro a Jerusalén para
robar el Templo. Por eso le llamaron "El Exactor."
En 2 Mac. cap. 3 se refiere un milagro que castigó
severamente a Heliodoro y frustró su atentado. Co-
mo Josefo no hace caso de esto, y por otras cosas
sospechosas, se cree que es fábula,
Seleuco tuvo un hijo, Demetrio, a quien envió a
Roma para que quedase en rehenes para asegurar el
pago del tributo a Roma, y para sustituir a Antioco
IV Epífanes, hermano de Seleuco. que había estado
allí algunos años. En este tiempo Heliodoro quiso
hacerse del reino de Siria, y envenenó al rey Seleuco
IV Filopátor. Pero lo supo Antioco IV Epífanes
en camino para Antioquía cuando llegó a Atenas, y sin
dilación formó sus alianzas para usurpar el reino,
quitándolo del heredero Demetrio. Primero acudió
a Eumenes. rey de Pérgamo y luego a Atalo, hermano
de éste. También lo favorecieron algunos sirios.
Muy pronto llegó y se apoderó del reino.
Un poco antes de esto, Onías III el sumo sacerdote
se fué a Antioquía para quejarse de la conducta de
los hijos de Tobías, pero poco después de su llegada
allí, el rey murió.
Preg. 223. Carácter de Antioco IV.
Antioco IV fué llamado "Epífanes." o sea Epífa-
nes ilustre, por haber vindicado su familia contra
Heliodoro. El también llevó el nombre de "Theos,"
dios, como lo hacían algunos otros reyes de aquellos
tiempos. Entre la gente común él gozaba del título
de "Epimanes," que significa loco. Se dice que tenía
costumbres muy extravagantes, pues algunas veces
vagaba cual holgazán por las calles de Antioquía.
acompañado de dos o tres criados, y sin saludar si-
quiera a los nobles. Platicaba fruslerías con los
plateros y otros artesanos en sus talleres, o con lo
BAJO LOS SIRIOS
203
más bajo de la plebe, y se mezclaba con la gente más
vil. También no se avergonzaba de asociarse con los
jóvenes disolutos y beber y bromear con ellos, can-
tando baladas y tocando flauta. Con frecuencia iba
a los baños y bromeaba con toda clase de locuras en
medio de la gente vulgar, sin hacer caso de la dig-
nidad de su rango . Andaba borracho en las calles,
y arrojaba monedas alrededor. Luego marchaba por
la calle en ropa larga con corona de rosas en la cabe-
za, pero si alguien trataba de pasarle o de seguirle,
le tiraba piedras que traía escondidas debajo de su
ropa. Este casquivano e intruso deslizó en el trono
de su sobrino por medio de disimulo, lisonjas y fal-
sas promesas.
Antioco IV Epífanes era tío de Tolomeo VII Filo-
métor, siendo éste hijo de Cleopatra III, hermana de
Antioco III el grande. Las provincias de Celesiria
y Palestina fueron prometidas a Tolomeo V. Epífa-
nes por Antioco III, el Grande, como dote de Cleo-
patra III su hija, al casarse ella con él. Se casó con
Tolomeo en 193, pero nada se dice de la entrega de
las dos provincias ;por el contrario, vemos que He-
liodoro era gobernador de Celesiria bajo Seleuco IV
Filopátor, y en el relato que Josefo da de Hircano,
es claro que los gobernantes de estas provincias esta-
ban bajo Tolomeo, pero ahora se hallan bajo Siria.
Los sirios eran falsos a sus promesas.
Preg. 224. ¿Qué afrenta se hizo al Sumo Sa-
cerdocio ?
En 175 A. C, cuando Antioco IV Epífanes ya se
había establecido en el reino, Jasón o Jesús hermano
de Onías III, siendo ambos hijos de Simón II, ambi-
cionaba ser sumo sacerdote y ofreció al rey 360 ta-
lentos, con 80 más que daría después, si quitaba a
Onías III y lo elevaba a él en su lugar. El rey con-
sintió en esta maldad, y así Jasón logró que Onías
III fuese llamado a Antioquía y obligado a quedarse
allá porque Jasón sabía que la "presencia de tan san-
ta persona en Jerusalén obraría en contra de él en su
usurpación. Como el gran "Exactor," Dan. 11:20,
Seleuco IV Filopátor, apenas había acabado de pa-
gar los 15,000 talentos a los romanos en todos los
12 años de su reinado, Antioco IV Epífanes halló su
erario vacío, y por tanto aceptó con gusto la oferta
204
HISTORIA SAGRADA
que le hizo Jasón. Viendo esta disposición del rey,
Jasón le prometió otros 150 talentos si le permitía
erigir un gimnasio en Jerusalén. y un efebeón donde
la juventud judía pudiera aprender los juegos de los
griegos y ejercitarse en ellos. También pidió auto-
ridad para conceder la ciudadanía de Antioquía a
cuantos la solicitaran; siéndole otorgado todo lo que
pidió. Con esto Jasón esperaba formar partido hele-
nista entre los judíos, que sirviera de contrapeso a
la influencia de Onías III. De esta manera los To-
bíades venderían a los Oníades. Por algún tiempo
Jasón tuvo buen éxito, habiendo ya muchos entre los
judíos, inclinados hacia las costumbres griegas. Echó
a un lado los reglamentos de la Ley, e introdujo los
nuevos, e hizo apostatar a muchos de la religión na-
cional . El altar llegó a ser abandonado; y los sa-
cerdotes, despreciando el Templo, dejaron el culto
de Jehová, y se apresuraron a participar en los jue-
gos griegos y aun deshicieron la circuncisión. Juan,
el padre de Eupolemo, antes del año 175 A. C. soli-
citó al rey Seleuco Filopátor. como favor especial,
que la observancia de la Ley de Moisés fuese esta-
blecida, pero ahora esto quedó anulado. Entende-
mos que todo lo dicho era en gran parte la obra de
los hijos de Tobías, que ahora sembraban el viento,
para segar más tarde un terrible torbellino. Pues,
sólo Nabucodonosor en lo pasado, y Tito en el por-
venir, trajeron mayores calamidades sobre el pueblo
de Israel, que las que dentro de poco se descargaron
sobre estos malhechores.
Preg. 225. Refiérase la Idolatría de Jasón.
En el año siguiente, 174 A. C. Jasón envió a ciertos
judíos, a los cuales él había otorgado ciudadanía de
Antioquía, a fin de que asistiesen a los juegos quin-
quenales en la ciudad de Tiro, que se daban en honor
de Malcarto, o sea el Baal regional de allí, que los
judíos ahora llamaban Hércules, para disfrazar la
antigua idolatría. Con ellos mandó un donativo de
3300 dracmas para sacrificios en honor del ídolo, y
los enviados como portadores del donativo, temieron
caer en la idolatría si cumplían el mandato y entonces
dieron el dinero a los tirios, para composturas de
sus triremes.
BAJO LOS SIRIOS
205
Preg. 226. Refiéranse los dobleces de Epífanes.
Al morir Tolomeo IV Epífanes, Cleopatra, herma-
na de Antioco IV Epífanes, empuñó el gobierno de
Egipto y se consagró a la educación de su hijo Tolo-
meo VI Filometor; pero ella murió en 173 A. C. y
los negocios del estado cayeron en las manos de Le-
neo. noble, y Euleo, eunuco. Estos demandaron a
Antioco IV Epífanes la devolución de Celesiria y
Palestina, que fueron asignadas a Tolomeo I Soter,
en la división de las provincias hecha después de la
batalla de Ipso; y que Antioco III el Grande des-
pués de quitársela a Tolomeo I Epífanes, se las había
prometido a su hija Cleopatra como dote al casarse
con Tolomeo VI Filometor. Así reclamaban doble
derecho en estas dos provincias; pero Antioco IV
Epífanes hizo alegatos contrarios, y se negó a ceder
las provincias a Egipto, y por esto se rompieron las
paces. En esto, Tolomeo VI Filometor llegó a la
edad de 14 años, y se declaró que ya podía ser rey.
Prepararon, pues, una gran fiesta para celebrar su co-
ronación. Antioco IV, ¡Epífanes, su tío, envió a
Apolonio para congratular a su sobrino y honrarle
en su exaltación al trono, pero también con orden de
espiar la corte egipcia e informarse de sus sentimien-
tos hacia él. Apolonio le dijo que eran hostiles e
inclinados a la guerra. Entonces Antioco IV Epífa-
nes salió a Jope por mar para inspeccionar el esta-
do que guardaban sus fronteras, y fortalecerlas con-
tra Egipto. Llegó a Jerusalén, adonde Jasón y los
judíos le recibieron con pompa solemne y gran mag-
nificencia. Antioco volvióse poco después a Antio-
quía.
Preg. 227. Refiérase la traición de Menelao.
En el año siguiente, 172 A. C. Jasón el sumo sacer-
dote despachó a su hermano Menelao a Antioquía.
Se dice que el verdadero nombre de Menelao era
Onías, pero que lo abandonó para adoptar un nombre
griego. Fué al rey para pagar el tributo y atender a
otros negocios por Jasón; pero al llegar allí, Mene-
lao suplantó a su hermano Jasón, como éste lo había
hecho con su hermano Onías III, ofreciendo al rey
Antioco IV Epífanes 300 talentos más de los que
pagó Jasón. El rey aceptó su promesa y depuso a
Jasón del oficio sagrado, midiéndole a él con la me-
206
HISTORIA SAGRADA
dida que él había usado con su hermano Onías III.
Cuando Menelao regresó a Jerusalén, los hijos de
Tobías le favorecieron, porque juzgaban que él era
más aficionado a las costumbres griegas que Jasón ;
pero el partido contrario de los oníades era tan pode-
roso que los hijos de Tobías y Menelao tuvieron que
retirarse a Antioquía. Declararon ante el rey que
ya no querían observar las leyes e instituciones pa-
trias, sino que adoptarían la religión de los griegos;
y por esto, el rey los envió a Jerusalén con fuerzas
que Jasón no podía resistir, y él a su vez tuvo que
retirarse, yéndose a Amón. Menelao tomó posesión,
con la ayuda de los tobíades, y puso por obra lo que
había dicho al rey. y apostataron de la Ley de Moisés
haciéndose paganos. Su deseo de obtener el sumo
sacerdocio era únicamente con el fin de gozar del po-
der temporal conexo con él. pues despreciaba el ofi-
cio religioso.
Preg. 228. Refiérase el ROBO DEL TEMPLO
en el año 171.
Una vez establecido en esta dignidad, Menelao no
se activó a pagar el dinero, y el rey citó ante él a
Menelao y a Sostrato, capitán del castillo de Jerusa-
lén. Cuando llegaron allá. Antioco IV Epífanes, es-
taba ausente, sofocando una rebelión en Tarso. Pa-
ra salvarse. Menelao, en este intervalo, se apresuró a
robar el Templo de algunos vasos, con anuencia de
su hermano Lisímaco, a quien él dejó encargado en
Jerusalén, y los vendió en Tiro y en otras partes,
realizando suficiente para pagar al rey, y sobornar
a Andrónico, a quien el rey había dejado en su lugar
en Antioquía, y a otros palaciegos, para que interce-
diesen con el rey por él. Sabiendo lo que pasaba,
Onías III, que estaba en Antioquía. reprendió a Me-
nelao; resentido por esta reprensión, pagó a An-
drónico para que matase a Onías III, quien al saberlo,
se refugió en el asilo de Dafne. Pero Andrónico le
siguió hasta allí, y por medio de muchas promesas y
juramentos logró sacarlo y le asesinó. Por su exce-
lente carácter, Onías se había captado el aprecio y
amor de tantos que, cuando el rey volvió, ellos le
presentaron un ocurso contra Andrónico y entonces
el rey mandó que fuese llevado al lugar donde come-
tió el asesinato y allí mismo fuese ejecutado.
BAJO LOS SIRIOS
207
El robo de los vasos del Templo por orden de
Menelao produjo gran motín en Jerusalén contra
Lisimaco. Mas él reunió a 3,000' hombres bajo, el
mando de cierto soldado Tirano, y trató de defen-
derse; pero tal fué la furia de la multitud, que de
nada le sirvió esa tropa, porque, la gente mató a al-
gunos, hirió a otros y forzó a los demás a huir; y
cayendo sobre Lisimaco, le dieron muerte junto a la
tesorería del Templo.
Preg. 229. Cuéntese cómo Antioco IV Epífanes
invadió a Egipto dos veces.
Desde el versículo 24 de Dan. 11 en adelante se
nos presenta una profecía que parece predecir los
sucesos que en seguida se mencionan.
A fines del año 171 A. C. Antioco IV Epífanes em-
prendió su primera expedición contra Egipto. Des-
pués de encontrar al ejército egipcio cerca de Pelusa
lo venció y luego volvió a Tiro. Allí mató a unos
judíos, embajadores del Sanhedrín, que se le acerca-
ron para acusar a Menelao del sacrilegio que había
cometido.
En el año siguiente, 170 A. C. se ocupaba en
organizar una segunda invasión de Egipto. En 2
Mac. 5:2-3 se dice que se veían fenómenos extraños
en el aire sobre Jerusalén; por ejemplo: escuadrones
volando y peleando unos con otros ; una espada des-
envainada y extendida sobre la ciudad por mucho
tiempo, etc., etc., precisamente como Josefo afirma
que sucedió antes de la destrucción de Jerusalén,
unos 200 años después del tiempo de que tratamos.
B. J. vi :d. En esta segunda expedición contra Egip-
to, Antioco IV Epífanes invadió el país por mar y
tierra, tomó a Pelusa, venció a Tolomeo VI, y avanzó,
llevando consigo a Tolomeo, y por medio de subter-
fugios engañó a la gente; no permitía a los soldados
matar al pueblo, y así logró que no le resistiese, y
que sin oposición pudiera saquear a las ciudades,
de inmensas riquezas que se llevó a su tierra.
Preg. 230. Dígase lo que hizo Jasón y los ho-
rrores que cometió Antioco IV Epífanes.
En medio de estos triunfos, Antioco IV Epífanes
fué interrumpido por noticias recibidas de Jerusalén.
Jasón, hijo de Simón, el ex-sacerdote, animado por
un falso rumor de que Antioco hubiese muerto en
208
HISTORIA SAGRADA
Egipto, marchó sobre Jerusalén con más de mil hom-
bres, y con la ayuda de sus partidarios, tomó la ciu-
dad, encerró a Menelao, hijo de Simón en el castillo,
y destruyó sin misericordia a cuantos tuviese por
enemigos.
Noticioso de esto Antioco IV Epífanes creyó que
todos los judíos se habían levantado contra él y se
apresuró a ir a Jerusalén, donde le dijeron que el
pueblo judío se había alegrado al oír que él hubiese
muerto. En el acto se puso rabioso, tomó la ciudad
por fuerza, y en tres días destruyó a 40.000 personas,
y llevándose a otros tantos cautivos, los vendió en
esclavitud a las naciones vecinas.
Preg. 231. Cuéntese la Violación del Templo
por Antioco IV Epífanes. 170 A. C.
Con inaudita altanería Antioco IV Epífanes IV
forzó la entrada en el Santuario, y guiado por Me-
nelao, penetró en el Lugar Santo, y aun en el Lugar
Santísimo. Ya no estaba el Arca del Pacto en éste.
Quitó el Candelabro, el Altar de Oro y la Mesa de los
Panes de la Proposición, y se llevó todos los vasos,
los adornos de oro y la sagrada cortina y velo, y
arrancó las planchas de oro del exterior del Templo.
Luego ordenó que se sacrificase una puerca en el
altar de holocaustos, y que hiciesen caldo contenien-
do trozos de carne de puerco, y que esparciesen esto
por todo el lugar sagrado para profanarlo todo com-
pletamente. Hecho esto, se retiró a Antioquía con
las enormes riquezas de Egipto, los 1800 talentos de
oro del Templo, y otro tanto del botín de la ciudad,
y se fué a su casa, dejando a Jerusalén en sollozos y
grandes lamentaciones. Nombró a Felipe de Frigia,
sujeto de índole bárbara, gobernador de Judea ; a
Andrónico. de igual condición feroz, jefe de Samaria;
pero éste no es el asesino de Onías III. y a Menelao.
el peor de todos, sumo sacerdote.
El fin de Jasón fué conforme a sus merecimientos;
aborrecido por todos, huyó, primero a Amón, pero
allí fué buscado por Aretas. rey de los árabes, para
castigarle por sus maldades; en seguida, pasó por
Egipto, donde no halló seguridad, y al fin terminó sus
viajes y miserable vida, en Lacedemonia, donde pe-
reció sin tener siquiera sepultura.
BAJO LOS SIRIOS
209
Preg. 232. Cuéntese la tercera Invasión de
Egipto por Ant. IV. Epíf.
Los alejandrinos, viéndose abandonados por su rey
Tolomeo VI Filometor, por estar él en las manos de
su tío Antioco IV Epífanes, sentaron en el trono a
Tolomeo VII Euérgetes II, algunas veces llamado
Fiscón, o sea barrigón, hermano de Tolomeo Filo-
metor, e hicieron ministros a Cineas y Cumano. Año
196 A. C.
Sabedor de esto, Antioco IV Epífanes lo hizo pre-
texto para hacer una tercera expedición contra Egip-
to, alegando que iba a restaurar al legítimo rey, To-
lomeo VI Filométor; pero con la verdadera inten-
ción de sujetar todo el reino para sí mismo. Venció
a los alejandrinos en una batalla naval cerca de Pe-
lusa y se metió en el país con un ejército muy gran-
de, y luego marchó en dirección contra Alejandría,
con el fin de ponerle sitio.
Habido consejo con sus dos ministros, Tolomeo VII
l'iscón, convocó a los jefes del ejército a una confe-
rencia. Pidieron la intervención de los embajado-
res de los estados griegos que estaban presentes en
la corte, los cuales fueron a conferenciar con Antio-
co antes de su llegada a Alejandría. Fueron bien
recibidos por éste. Ellos echaron la culpa de la
guerra sobre Euleo y trataron de disuadir al rey
para que no invadiese a Egipto. Antioco admitió
que Euleo era el culpable, pero sacó documentos pa-
ra probarles que tenía derecho a las dos provincias
y dijo que trataría de la paz cuando se llegaran a
él dos personas cuyos nombres mencionó, que esta-
ban ausentes en ese tiempo, y que sin hablar con ellas,
él nada podía hacer. Entonces fué a Alejandría y le
puso sitio. Tolomeo Euérgetes II y su hermana
Cleopatra ,que estaban encerrados en esta ciudad,
enviaron embajadores a Roma pidiendo socorro. A
poco llegaron unos embajadores de Rodas, y ellos
fueron en nombre de los egipcios a ver a Antioco IV
Epífanes para conseguir algún convenio entre él y el
rey egipcio, llamando su atención a la amistad que
antes había existido entre ellos. Antioco interrumpió
su discurso diciendo que el reino pertenecía a Filo-
métor, el hijo mayor, que ya era amigo suyo, y si
ellos le llamaran y le dieren su corona, se acabaría
210
HISTORIA SAGRADA
la guerra. Como Antioco no tenía éxito en el sitio
de la ciudad, fraguó este plan para conseguir su pro-
pósito, que era poner a los dos hermanos en pleito
como reyes rivales, para que cuando ellos se hubie-
sen debilitado mutuamente, él pudiera vencerlos a
los dos, y así hacerse de Egipto. El se retiró, pues,
a Antioquía, por ahora, dejando a Filométor en Ale-
jandría, pero retuvo a Pelusa en su poder, para faci-
litar su entrada a Egipto al volver a dar el golpe de
gracia a su plan. Tolomeo VI Filométor se fijó en
el hecho de que Antioco se había retenido a Pelusa,
indicio de que tenía el propósito de volver con su
ejército contra Egipto. Habido consejo, pues, entre
él, su hermana Cleopatra y Fiscón, se resolvieron a
reinar juntos. En seguida enviaron embajadores a
Grecia para enganchar tropas con el fin de defender-
se contra Antioco; éste, sabiendo que había armonía
y semejante acuerdo entre los hermanos, se puso
furioso contra los dos, y en la primavera de 168.
despachó la flota para tomar a Chipre, entretanto que
él llevaba su ejército por tierra para hacer la CUAR-
TA invasión de Egipto.
Preg. 233. Cuéntese la 4a. invasión de Egipto
por Ant. IV. Epíf.
Ahora, sí, quiso hacer una conquista del país, que
fuera absoluta y final. En Rincorura, cerca de Gaza,
le encontraron los enviados de Filométor, rogándole
que no destruyese su propia obra, sino que ya que le
había restaurado a su reino, le dejase gozar de su
corona en paz. Ahora les dijo a los embajadores, sin
embozo, que demandaba la posesión a perpetuidad,
de la isla de Chipre y la ciudad de Pelusa, con todas
sus tierras ribereñas por el Nilo. Fijó un día en
que ellos tendrían que darle la respuesta. Como no
la recibió, siguió con la invasión, tomando el país
y marchando hacia Alejandría. Los dos hermanos
y Cleopatra ya habían enviado mensajeros a Roma,
como se ha dicho, pidiendo socorro. Al llegar allá,
fueron introducidos ante el Senado, y con humildad
contaron la triste situación en que se hallaban en
Alejandría. Aquel cuerpo quedó conmovido y como
los romanos no querían por muchas razones, que An-
tioco IV Epífanes se hiciese más potente, enviaron
embajadores con el decreto que pusiera fin a la gue-
BAJO LOS SIRIOS
211
rra. Estos fueron: Cayo Popilio Lenas, que cuatro
años antes había sido cónsul, Cayo Decimio y Cayo
Hostilio. Tuvieron que declarar a los dos partidos
contendientes que desistiesen de la guerra; y si no,
que Roma ya no les sería ni amiga ni aliada. Llega-
ron apresuradamente y encontraron a Antioco en un
sitio distante solamente 4 millas de Alejandría. Es
de saber que cuando Antioco había sido rehén en Ro-
ma, era amigo íntimo de Popilio; y ahora, se adelan-
tó para abrazarle, pero Popilio no le dejó, alegan-
do que el interés de la patria superaba a la amistad
y que primero le era preciso saber si él era amigo o
enemigo de Roma. Le entregó las tablas del decreto
del Senado, haciéndole que las leyera y que inmedia-
tamente le diese su respuesta. Antioco titubeaba, y
dijo que consultaría con sus amigos, y después le
daría su contestación. Popilio, delineó un círculo en
la arena en derredor de él con la vara que llevaba en
la mano, y le exigió que le diese su respuesta antes
de salir de allí. Después de alguna vacilación, An-
tioco cedió a su demanda, diciendo que obedecería el
mandato del Senado, después de lo cual se abrazaron
cordialmente. Lo que dió preponderante fuerza a la
influencia de los romanos en esta ocasión fué el hecho
de que la noticia había llegado de que ellos acaba-
ban de derrotar a Perseo, rey de Macedonia, y que
por tanto, eran ya dueños de aquel país. Antioco se
retiró para volver a Antioquía, y Popilio, después de
cimentar las buenas relaciones que existían entre los
dos reyes hermanos, se fué hacia Roma, y de paso
despidió la flota de los sirios de la isla de Chipre,
dejando esta isla bajo el dominio de Egipto.
Preg. 234. Refiérase cómo Antioco Epífanes
procuró destruir la religión y la nación de los ju-
díos.
En su camino de regreso para Antioquía, Antioco
IV Epífanes, lleno de vergüenza y de mohína, pasó
por Judea y se resolvió, cobarde como era, a descar-
gar toda su ira sobre los judíos, que no tuvieron ami-
gos que les defendiesen y desagraviasen.
Preg. 235. ¿Qué lección se desprende de esto?
Aquí hay que detenernos y observar que el dedo
índice de la historia señala a un hecho de la mayor
importancia . Los judíos habían ofendido a Dios, y
212
HISTORIA SAGRADA
la apostacía y los crímenes del pueblo y de los jefes
de la nación, llegaron ante la presencia de Jehová
contra ellos, y la copa de su iniquidad estaba llena
cuando el mismo sumo sacerdote guió al que profa-
nó el Templo y martirizó a los fieles. Una de las
horas más tenebrosas de su historia les cubrió; por
esto nos sería agradable omitir esta página, pero en
obsequio de la verdad, y de las solemnes lecciones
que enseña, nos es preciso hacer una breve narración
de ella.
Preg. 236. Cuáles destrozos hizo en Judea?
En el año 168 A. C. cayó el rayo de la justicia.
Hacía dos años que Antioco había violado y saquea-
do al Templo, y quitado 80,000 de los habitantes de
Jerusalén, matándolos o esclavizándolos. Ahora An-
tioco no se quedó en la ciudad, sino que destacó a
Apolonio a la cabeza de un ejército de 22,000 solda-
dos, con orden de destruir a la ciudad y extirpar la
religión de los judíos, buscando y destruyendo los
ejemplares de su Ley. Apolonio entró en la ciudad
pacíficamente, y no manifestó hostilidad hasta el día
de reposo. Entonces el golpe se descargó de repen-
te, y los soldados mataron a los hombres, y llevaron
a las mujeres y niños a la esclavitud. Por las calles,
la sangre corría ; las cases las incendiaron y demo-
lieron los muros, y con las piedras edificaron una for-
taleza en la ciudad de David, sita en el alto frente al
Templo, en un lugar que llamaban "Acra."', de donde
pudieran ver y salir a matar a los que andaban en la
ciudad. Todo esto sucedió en el mes de Junio de
168 A. C. El Templo quedó desierto, y no hubo
sacrificio ni otro acto religioso en él por el espacio
de tres años y medio. Desde Antioquía, Antioco IV
Epífanes expidió un decreto mandando que todas las
naciones en su reino dejasen la religión que practi-
caban anteriormente, y que se conformasen con la del
rey. Tolomeo Macrón, el jefe tránsfuga de Celesiria
y Palestina, le instigó a Antioco a perseguir también
a los judíos que vivían fuera de la Palestina. Perso-
nas fueron enviadas a enseñar al pueblo la manera de
practicar los ritos paganos. Las otras naciones no
tuvieron escrúpulo en adoptar esos ritos, porque en
el fondo todas sus religiones eran iguales. Cuando
BAJO LOS SIRIOS
118
Alejandro Magno favorecía a los judíos, los sama-
ritanos afirmaban que ellos eran de la estirpe de
Abraham; pero ahora que los sirios persiguen a los
judíos, lo negaron, diciendo que eran de la raza de
los medos y persas, o de los sidonios. Suplicaron,
pues, que el rey no los castigase, aun si era verdad
que en tiempos atrás hubiesen guardado el sábado.
Ahora deseaban dedicar el templo que tenían en el
Monte Garizim al Júpiter griego. Antioco envió a
Nicanor, procurador suyo, y oficial de la provincia,
para dedicarlo al Júpiter Helénico.
Preg. 237. ¿Cómo trató de introducir la reli-
gión griega?
Muchos judíos apostataron también, sea para agra-
dar al rey o por temor, o sea por su propio deseo de
abandonar la religión de sus padres. De éstos, algu-
nos se metieron en el ejército y fueron los peores ene-
migos de los demás judíos. Ateneo, un viejo, fué
comisionado para instruir al pueblo en los nuevos
ritos, y repitió en Jerusalén las profanaciones ya
descritas. También prohibió que se practicara la
circuncisión. La Casa de Dios en Jerusalén, fué lla-
mada "Templo de Júpiter Olímpico." Elevaron su
imagen sobre una parte del altar de los holocaustos,
y en otra parte, edificaron un altar pequeño en su
honor. Estas cosas fueron hechas en Noviembre y
Diciembre de 168 A. C. Practicaron las mismas co-
sas en el templo en Garizim, y a petición de los sama-
ritanos, lo llamaron: "Templo de Júpiter Helénico,
Protector de los Extranjeros," en señal de no ser ellos
israelitas, sino de otras tierras. Se refieren horrores
que sufrieron dos mujeres que circuncidaron a sus
hijos. Las prácticas paganas fueron extendidas a las
poblaciones esparcidas por todo el país.
MATATIAS SE LEVANTA
Dan. 11:32-35. Un oficial llamado Apeles, llegó
a Modín, donde vivía el anciano Matatías, sacerdote
de la orden de Joarib, (la primera de las órdenes
mencionadas en 1 Crón. 24:7), y era del linaje de
Asmoneo, y sus descendientes fueron llamados "As-
moneos." Matatías tuvo cinco hijos, todos varones
muy valientes: Johanan Kaddis; Simón Tasi; Judas
214
HISTORIA SAGRADA
Macabeo; Eleazar Ararán y Jonatán Afo. Apeles
convocó al pueblo para inducirlo a obedecer al rey, y
se dirigió al venerable Matatías con palabras persua-
sivas, haciéndole muchas promesas. El contestó que
ninguna consideración le induciría a él, o a su fami-
lia a apartarse de la Ley de su Dios. Entretanto que
éstos platicaban, un judío avanzó al altar para sacri-
ficar en él ; en el acto Matatías arremetió contra él y le
mató; y en seguida, él y sus hijos mataron al enviado.
LAS PROFECIAS DE DAN. 11:20-32 CUMPLI-
DAS EN SELEUCO IV FILOPATOR
Y ANTIOCO IV EPIFANES.
20. Y sucederá en su lu- Seleuco IV Filopátor
gar uno que hará pa- primero, y después Jasón.
sar un exactor por la
tierra más hermosa
del reino; pero den-
tro de pocos días se-
rá él destruido; mas
no en ira, ni en gue-
rra.
21. Y sucederá en su
lugar un hombre des-
preciable, a quien no
le habrán dado el ho-
nor del reino; sino
que entrará en medio
de seguridad, y se
apoderará del reino
por medio de hala-
gos.
22. Y las fuerzas enemi-
gas serán arrebata-
das delante de él co-
mo con avenida de
aguas, y serán com-
pletamente deshe-
chas; y también el
príncipe de su pacto.
23. Porque después de
confederarse con él.
obrará con dolo; y
subirá y prevalecerá
con poca gente.
oprimieron a los Judíos
imponiéndoles contribu-
ciones.
Antioco IV Epífanes,
hombre infame, arrancó
el trono de Heliodoro y
Tolomeo por halagos y
promesas a Eumenes y
Attalo.
No hubo oposición des-
pués.
Antioco Epifanes des-
cendió contra Egipto y
por traición lo tomó, mas
siéndole impedido por
los romanos, se fué a Je-
rusalén y allí fué recibido
en paz, mató a muchos y
se llevó eran botín.
BAJO LOS SIRIOS
24. En medio de seguri-
dad y en las provin-
cias más fuertes en-
trará; y hará lo que
ni hicieron sus pa-
dres, ni sus abuelos :
botín y despojos, y
riquezas derramará
entre los suyos; y
contra las fortalezas
tramará sus desig-
nios, es decir, por al-
gún tiempo.
25. Luego despertará su
poder y su coraje
contra el rey del Sur.
con un ejército gran-
de. También el rey
del Sur se excitará a
la guerra con un ejér-
cito sumamente gran-
de y fuerte ; pero no
podrá mantenerse en
pie; porque tramarán
designios contra él.
26. Más aún, los mismos
que comen de sus
manjares delicados
le quebrantarán; y el
ejército del otro lo
arrebatará todo, cual
avenida de aguas; y
caerán muchos muer-
tos a cuchillo. Mas
en cuanto a estos dos
reyes, su corazón es-
tará para hacerse da-
ño mutuamente; y en
una misma mesa se
hablarán mentiras ;
mas no tendrá éxito ;
porque todavía el fin
es para un tiempo
determinado.
sis
Se opuso a las leyes y
la religión de los judíos,
como no lo había hecho
ninguno de sus antepasa-
dos.
Antioco IV Epífanes
invade a Egipto por mar
y tierra, la vence y lleva
cautivo a Tolomeo VI.
Antioco Epífanes con-
siguió que los dos her-
manos Tolomeo VI Filo-
metor y T. Fiscón juntos
ocupasen el trono de
Egipto, con esperanzas
de que se pondrían en
pleito. En esto se enga-
ñó y volvió a su tierra
enojado, para volver des-
pués.
HISTORIA SAGRADA
216
28. Volverá, pues, a su
tierra con grandes ri-
quezas ; y su corazón
estará puesto contra
el santo pacto ; hará
su voluntad, y volve-
rá a su país.
29. Al tiempo determi-
nado volverá, y se di-
rigirá contra el Sur ;
mas no como la vez
primera le será la
postrera.
30. Pues vendrán contra
él las galeras de KI-
TIM ; por lo cual se
despechará, y regre-
sará, y estará rabioso
contra el santo pac-
to ; y hará su volun-
tad; y volverá y ten-
drá inteligencia con
los que abandonan el
santo pacto.
31. Y se levantarán auxi-
liares de su parte, de
modo que profanarán
el Santuario, la for-
taleza nuestra; y qui-
tarán el holocausto
continuo y pondrán
allí la abominación
desoladora.
32. Y aquellos impíos
violadores del pacto
los inducirá en la
apostacía por medio
de halagos; pero el
pueblo que conoce a
su Dios se esforzará
y hará prodigios.
Preg. 220b -242:
Antioco hizo nueva in-
vasión, pero los embaja-
dores de Roma estaban
allí, y Popilio le exigió
que le dijera al momen-
to que se retiraría o que
sería enemigo de Roma.
Temía desobedecer el
mandato de Roma y se
fué, pero con furia salva-
je se echó sobre los ju-
díos, y poniéndose de
acuerdo con los apóstatas,
comenzó una persecución
atroz contra el pueblo.
Procuró destruir la re-
ligión judía, profanó el
Santuario, quitó los sacri-
ficios y buscó las copias
de la Ley para quemarlas.
Sitió a Jerusalén con sol-
dados sirios.
Al fin, Matatías y sus
hijos, llamados "Los Ma-
cabeos," se levantaron en
su contra.
Continúa al fin de ¡a
pregunta 271.
BAJO LOS SIRIOS
217
Preg. 238. Refiérase cómo se levantan los
Macabeos.
Llegado hasta aquí no pudo hacer ningún avance
Antioco IV Epífanes, representante de Satanás, y
tipo del inicuo Anticristo, en su obra de destruir la
región verdadera. Menos furia y rigor por parte
de él le habría producido resultados más favorables
para sus diabólicos deseos. La Divina Providencia
le permitió llegar al último paso; y allí, de repente,
una violenta reacción se manifestó para demostrarle
cuán inútiles y contrarios habían sido sus esfuerzos.
Los piadosos estaban abatidos, mas no destruidos.
Desde las cenizas y escombros del pueblo de Dios
se levantó una oposición contra el opresor que pron-
to vindicó la fe de los piadosos. La crisis había
pasado, y la persecución decaía y la causa de Israel
ascendía.
Matatías reunió a su familia y con otros se retiró
a las montañas, celosos por la Ley de Jehová. Así
muchos se ocultaron en diferentes partes del país,
que por su superficie quebrada, se prestaba a esta
clase de protección. Se cuenta que en un lugar se
habían reunido 1,000 personas, pero que fueron ata-
cadas en sábado, y como no hicieron defensa, fue-
ron todos acuchilladas. Por esto, se acordó por los
jefes de la nación que era necesario defenderse en
el día de reposo. Todavía siguió la persecución du-
rante el año 167 A. C. El libro de 2 Macabeos y
Josefo, refieren el martirio de Eleazar, y el de una
madre con sus siete hijos, que dieron su testimonio
en favor de la resurrección de los justos. El ca-
pítulo 11 de la epístola a los Hebreos hace alusión
a muchos de los héroes de la fe de aquel tiempo.
Cuando Antioco volvió a Antioquía, muchos se in-
corporaron con Matatías y sus hijos. Desde ahora
los que fueron más celosos en guardar y defender la
Ley se llamaron Casidim, o Asideos, que quiere de-
cir piadosos; y eran aún más fieles que los oníades ;
y se habla de los saduceos, que incluían a los tobía-
des y otros. Hemos de ver que los asideos gradual-
mente se mostraban fuertes abogados a favor de
las tradiciones no escritas, y después vinieron a ser
los fariseos.
218
HISTORIA SAGRADA
No tardó Matatías en verse al frente de una fuerza
considerable, y bajó de los montes y derrocó los
altares paganos, y volvió a ordenar la circuncisión.
No dejó vivos a los apóstatas; restableció las prác-
ticas religiosas que los enemigos habían suprimido.
Los enemigos habían destruido algunos ejemplares
de Las Escrituras, y pintado dibujos de imágenes
en otros para profanarlos; pero algunos fueron re-
cobrados enteros. Se dice que el edicto del rey no
ordenó la destrucción de los libros de los profetas,
sino solamente la de los de la Ley, y por eso, según
creen, se originó la costumbre de la lectura de una
porción de los profetas, juntamente con una de la
Ley, en la sinagoga.
Hacia principios del año 166 murió Matatías ; pero
antes de morir exhortó a sus hijos, y nombró a Judas
Macabeo para que fuese Capitán, y a Simón Tasi,
Consejero. Cuando Judas desplegó su estandarte,
tenía escrita la frase de Exod. 15:11: "¿Quién como
tú entre los dioses, Jehová?" Las letras iniciales
de las palabras hebreas de este texto son M. K. B. I.,
de donde se cree que ellos sacaron el nombre Ma-
KaBEo, y se llamaron "Macabeos."
Preg. 239. ¿Cuáles fueron los Primeros Triun-
fos de Judas Macabeo?
Después que los romanos vencieron a Perseo, rey
de Macedonio, celebraron espectáculos en Amfípolis;
y Antioco, por supuesto tuvo que seguir su
ejemplo; y celebró los suyos en Dafne, y allí, cual
ridículo histrión, se exhibió al público haciendo el
papel más despreciable, y derrochando cuantiosas
sumas de dinero.
Mientras Antioco IV Epífanes en Siria malgastaba
el tiempo en varias frivolidades, Judas Macabeo ha-
cía un papel muy diferente en Judea. Rondaba las
ciudades del país como lo hacía su padre, y obraba
de la misma manera; fortificaba las plazas, renovaba
las fortalezas estableciendo en ellas guarniciones.
I. Apolonio, gobernador de Samaria. observando
esto, reunió un ejército y salió en su contra; pero
Judas le venció y mató en una batalla, lii/.o des-
trozos a sus fuerzas, y tomó mucho botín, en el cual
halló la espada de Apolonio, y se la apropió como lo
hizo David con la de Goliat.
BAJO LOS SIRIOS
219
II. Un cierto Serón, vice-gobernador de una par-
te de Celesiria, bajo el falso Tolomeo Macrón, ente-
rado de lo que le había acaecido a Apolonio, juntó
sus fuerzas y entró en Judea, esperando vengar a
Apolonio y ganarse gloria venciendo a Judas; pero
le sucedió lo contrario porque fue vencido y muer-
to por Judas.
Informado de estos dos descalabros, Antioco IV
Epífanes se enojó y congregando a todas sus tro-
pas se resolvió a marchar con un inmenso ejército a
Judea para destruir esa nación y repartir sus tierras.
Solamente una cosa le faltaba para hacerlo — dinero.
Había derrochado todo lo que tenía en espectácu-
los y caprichos. Hacía extravagantes regalos ; y en
medio de este apuro le trajeron informes del norte
y también del este que pusieron trabas a las ruedas
de su proyecto. En el norte, Artaxias, rey de Ar-
menia, se había levantado en su contra; y en el éste,
los persas no le pagaban los tributos ; ambos países le
negaron los recursos a causa de aquellas leyes que
había dado en contra de su antigua religión. Para
poder salir de esta situación dividió su ejército, de-
jando una parte de él con uno de la nobleza llamado
Lisias, para que marchase contra los judíos; y él,
con la otra, se fué contra Armenia y Persia.
III. Lisias, como había recibido orden de extirpar
a los judíos y repartir su país entre otras naciones,
deseaba cumplirla en todas partes. Antioco había
dejado a Filipo en Jerusalén para gobernar a Judea;
este observó cómo Judas iba creciendo en fuerzas, y
escribió al traidor Tolomeo Macrón, gobernador de
Celesiria y Fenicia, a la cual Judea estaba agregada,
insistiendo en que cuidase pronto los intereses del
rey, y éste notificó a Lisias. Entonces Lisias nom-
bró a Tolomeo Macrón jefe de la expedición, y éste
escogió como ayudante a su gran amigo Nicanor, el
mismo que dedicó el templo de los samaritanos, y
le despachó con 20,000 soldados, y como compañero
y asistente para él, a un viejo soldado llamado Gor-
gias. Tolomeo Macrón les siguió con los demás de
la expedición, y acamparon en Emaus, cerca de Je-
rusalén, teniendo unos 40,000 infantes y 7,000 ca-
ballos. Otro ejército de comerciantes, con sus tale-
gas de oro y cadenas y esposas, los seguía para com-
220
HISTORIA SAGRADA
prar esclavos. Nicanor, el recaudador, tuvo que jun-
tar para el rey grandes sumas a fin de pagar a los
romanos la deuda de 2.000 talentos. A los judíos
adultos iban a matar, pero Nicanor ofreció a 90
de los demás por un talento. Su cálculo fué que
fácilmente venderían 180.000 judíos, y de esta ma-
nera, pagaría toda la deuda de un vez. ¡ Hermosa
especulación! ¡Contaba los pollitos antes de que hu-
biesen nacido! Hubo, pues, 1,000 comerciantes prin-
cipales en el campamento de los sirios, además de
sus criados y sirvientes. Judas y sus hermanos sa-
bían todo eso y para resistir sólo contaDan con 6.000
hombres, que dividió en cuatro secciones puestas
bajo los cuatro hermanos. Fueron a Mazpa para
orar a Dios, suplicándole que les salvara de este
trance. Luego hicieron la proclama, según la Ley,
Dt. 20:5-7, que los que en este año habían edificado
casa, desposado mujer, plantado viña, o que tuvie-
sen miedo, se apartasen; y sólo 3,000 se quedaron;
pero confiando en Dios, marcharon tan poca gente
y acamparon muy cerca del enemigo. Judas les ex-
hortó, y les dijo que iba a acometer a los sirios al
amanecer, y que se preparasen para ello. En esto,
le llegó razón de que Gorgias había salido con 5,000
infantes escogidos y 1,000 de los mejores caballos,
y que guiado por unos judíos renegados iba a caer
sobre ellos durante la noche, para sorprenderlos y
acabar con ellos. Judas, dejando a Gorgias vagar
por los desfiladeros de las montañas, se levantó y
cayó de repente sobre el principal campamento del
enemigo, debilitado por la salida de sus mejores
tropas, y absolutamente confiados y descuidados
aguardando las buenas nuevas que Gorgias les iba a
traer por la mañana. Judas, pues, los sorprendió
con un ataque nocturno, haciendo una confusión en-
tre ellos y huyeron dejando su campamento y los
3.000 muertos que cayeron en el ataque. Pero Judas
no permitió que sus hombres tocasen el botín, por-
que Gorgias todavía andaba libre con mucha gente
escogida. Este buscaba en vano a Judas en su cam-
pamento, y no le halló en la dirección en que creía
que había huido, y por lo mismo volvió sólo para
ver a su propio campamento en llamas. Este espec-
táculo causó pánico en sus soldados, y Gorgias ya
BAJO LOS SIRIOS
221
no pudo contener el desorden porque arrojaron las
armas y corrieron para salvar sus vidas. Judas y los
suyos los persiguieron, matando a 9,000 entre to-
dos, e hiriendo a los demás. Entonces Judas vol-
vió para despojar el campamento, y descubrió en él
grandes riquezas, juntamente con los 2,000 talentos de
los comerciantes. Los enemigos, soberbios y arro-
gantes, cuando llegaron cerca de Jerusalén, merma-
dos y derrotados, tuvieron que volver tristes y aba-
tidos. Faltó una cosa para que la victoria fuese
completa; parece que aquel traidor, Tolomeo Macrón,
no estuvo en la batalla y por lo tanto salvó su mal-
dita piel.
Otro día fué día del reposo, y los judíos descan-
saron, y dieron gracias a Dios por su protección.
Judas se halló animado por el buen éxito de sus
armas y; su crédito llegó a ser tan grande que mu-
chos judíos acudieron a él para ayudarle.
IV. Ya llegó el año 165 A. C, y con él Lisias,
en vista del mal éxito de sus empresas militares en
Judea, y de la ansiedad del rey, hizo de nuevo gran-
des preparaciones para hacer otra expedición contra
los judíos. Hizo un rodeo y entró en el país al
sur de Jerusalén, acampando ;en Betsura, con un
ejército de 60,000 infantes y 5,000 caballos, todos
escogidos, a la cabeza de los cuales marchó él mismo.
Allí también fué Judas con solamente 10,000 sol-
dados, pero teniendo gran fe en Dios peleó con
denuedo contra ellos y los venció, matando a 5.000
y poniendo a los demás en fuga. Lisias quedó con-
fundido al ver el valor de los soldados de Judas,
y volvió con el resto de sus soldados vencidos a
Antioquía, con la intención de venir otra vez, a la
vuelta del año, con un ejército mayor.
Preg. 240. Dígase Cómo Judas Restauró el
Templo.
Después de tantas campañas, Judas percibió que
Dios le daba un poco de respiro, pero no desperdició
un momento en la inactividad, sino que propuso a
sus compañeros que siendo ya dueños del país, fue-
sen primero a Jerusalén para restablecer el Templo
y el culto de Dios. Al llegar, quedaron pasmados
viendo el estado de los lugares sagrados convertidos
en cenizas y escombros, y creciendo la yerba en sus
222
HISTORIA SAGRADA
atrios. Para no repetir aquello de Oza. 2 Sam. 6:
6-7, nombró a sacerdotes para limpiar los sitios san-
tos. Ellos quitaron todo lo que había sido profa-
nado, hasta el altar de los holocaustos, poniendo las
piedras en un lugar apartado hasta que se le levan-
tase un profeta que indicara otra disposición de ellas.
De la abundancia del oro y plata quv tomaron en
los despojos de los enemigos, pudieron reponer el
Candelabro, la Mesa de la Proposición y el Altar
del Incienso, como eran antes, y también pudieron
hacer de nuevo todos los vasos y utensilios que se
habían robado y el velo que separaba el Lugar San-
to del Santísimo.
Preg. 241. Dése el Origen de la Fiesta de la
Dedicación del Altar.
Cuando todo el lugar se hubo purificado, y se hu-
bieron hecho todos los artículos que faltaban, fija-
ron el día dfeil solsticio hiemal, Dic. 25, del año
165 A. C. para la dedicación del altar y los nuevos
objetos para el culto. Encendieron las lámparas del
Candelabro y el fuego de los sacrificios por el cho-
que de dos pedernales. Este día vino a ser pre-
cisamente tres años y medio después de la desolación
del Templo por Apolonio, tres años después de la
profanación de él por Antioco IV Epífanes, y dos
años después de que Judas fué nombrado Capitán
de Israel. Esta Dedicación fué establecida como
aniversario, y es el mismo que fué celebrado por
Nuestro Señor, mencionado en Juan 10:22; y su ob-
servancia continuó sin interrupción hasta la destruc-
ción de Jerusalén por Tito. La solemnidad duró
ocho días, como la fiesta de la Pascua y la de los
Tabernáculos. La especialidad de ella era la de
poner delante de la puerta de cada vecino unas velas,
de donde fué llamada también "La Fiesta de las
Luces."
Preg. 242. ¿Qué Sufrieron de los Vecinos?
Todavía sufrieron molestias por los soldados si-
rios que eran la guarnición de la fortaleza que Apo-
lonio construyó en la ciudad de David frente al
Templo en el alto llamado "Acra." Como Judas no
trató de atacar esta fortaleza y expulsar a esos sol-
dados ahora, fortificó el Templo hasta hacerle casi
inexpugnable, en el cual los fieles estuvieron segu-
BAJO LOS SIRIOS
223
ros. También fortificó Bet-sura, camino de Hebrón,
para defender al pueblo contra los idumeos.
Otro mal amenazaba a los judios en este tiempo;
los idumeos que vivían al sur, y las otras naciones
vecinas, viendo lo que, Judas había hecho, se pu-
sieron de acuerdo para destruir a los judíos que an-
daban fuera de su país y que se hallaban en medio
de ellos, siguiendo las ideas de Tolomeo Macrón y
Antioco IV Epífanes.
Preg. 243. ¿Qué Tierra Ahora es Llamada
Idumea ?
Hay que advertir que el territorio que fué dado
a la tribu de Judá, y el de la de Simeón estaba ocu-
pado en la parte meridional por los idumeos. En el
tiempo del cautiverio, los árabes llamados Nabateos
expulsaron a los idumeos de la tierra antigua lla-
mada Edom, y estos se pasaron a esta parte de Judá
y Simeón que estaba desocupada, y desde entonces
Idumea se hallaba al sur de Judea. Bet-sura estaba
entre Jerusalén y Hebrón, y ésta era la capital de
los idumeos.
Preg. 244. Refiérase la Muerte de Ant. IV
Epífanes.
La nueva persecución contra los judíos no se for-
malizó ahora por estas naciones al sur, porque en
medio de sus consejos, llegó la noticia de la muerte
de Antioco IV Epífanes.
Efectivamente había muerto este hombre infame,
y los historiadores dan un largo detalle de este
acontecimiento. Ya quedó asentado, Preg. 237, que
él salió contra el rey de Armenia, y contra Persia
para hacerse de recursos. Cuando pasó a Persia, lle-
gó a la ciudad de Elimaida, donde entendió que ha-
bía muchas riquezas. Siguiendo el mal ejemplo de
su padre, trató de robar el templo de Diana, no aquel
que su padre atacó, pero fracasó en su intento, por-
que el pueblo se levantó en su contra, y aunque no
le mató, sí le arrojó violentamente fuera del lugar,
y él se fué a Ecbatana en Media cabizbajo y aver-
gonzado. Al llegar allí', tuvo noticias de las derro-
tas de Nicanor y Timoteo, y partió con rabia hacia
la Palestina para apresurarse a aniquilar a los ju-
díos. Al entrar en Babilonia, unos mensajeros le anun-
ciaron que Judas había vencido a Lisias, y estaba re-
224
HISTORIA SAGRADA
cobrando el Templo en Jerusalén y destruyendo las-
imágenes de los dioses paganos. En un paroxismo de
coraje, mandó a su auriga que doblase la velocidad
de su carroza para poder llegar y convertir a Jeru-
salén en un gran sepulcro de toda la nación judía.
En esto fué azotado por Dios, haciéndole victima de
una plaga incurable. Sin embargo de esto, no se
detuvo hasta que se volcó la carroza y él fué grave-
mente lastimado. Le llevaron en litera hasta Tabe.
población en los confines de Persia y Babilonia, y
allí la violencia de su odio causó congestiones y que-
dó convertido en un cadáver podrido.
Lo que hizo en Jerusalén fué una carga sobre su
conciencia y le persiguió como una obsesión. Hizo
confesión de su impiedad y votos de reparar los.
daños que había hecho ; pero fué sobrado tarde, y
pereció.
Preg. 245. ¿Cuáles son los Diferentes Sistemas
de Interpretación del Cap. II de Daniel?
Presentamos aquí solamente un breve informe de
las principales interpretaciones que ha habido, de-
jando a cada uno en la libertad de examinarlas y
decidir para sí mismo. El Sr. S. P. Tregelles nos
proporciona la siguiente clasificación de ellas:
la. La que considera que todo el capítulo once
de Daniel trata de los reyes de Persia, de Alejandro
Magno y de sus sucesores hasta el fin del reinado de
Antioco IV Epífanes; parece que el autor del primer
libro de Macabeos adoptó esta teoría.
2a. La que aplica las predicciones desde el V. 5
del capítulo hasta el V, 20 a los seleucidas y tolo-
meos, pero que desde el V. 21, sostiene que la pro-
fecía pasa a los sucesos que concluyen la historia de
Israel en el porvenir, y al reino del Anticristo per-
sonal ; Jerónimo aceptó esta idea.
3a. La que interpreta la profecía como cumplida
en la historia de los sucesores de Alejandro hasta el
fin del reinado de Antioco IV Epífanes, a quien aplica
los Vss. 21 a 32; pero supone que hay una interrup-
ción en el V. 33, y que en V. 36 pasa al tiempo del
Anticristo. El Sr. B. W. Newton siguió este sistema,
como también lo hicieron los judíos del tiempo de
S. Jerónimo.
4a. La que supone que se trata de un solo persona-
BAJO LOS SIRIOS
225
je desde el V. 21 hasta el fin del capítulo, y que los
\ s. 5 a 20 se refieren a la condición de los reinos de
Siria y Egipto antes de la venida de aquel personaje.
Según este plan de la interpretación hay una interrup-
ción y un intervalo muy largo entre los Vs. 4 y 5.
Este es el sistema del Sr. Tregelles.
Nosotros creemos que la interpretación del Sr. Tre-
gelles puede ser admitida, pero preferiríamos otra
interpretación presentada por el Sr. Felipe Mauro.
Según él. los capítulos 10, 11 y 12 de Daniel dan una
profecía de los Judíos desde el tiempo de Alejandro
Magno hasta el fin de la destrucción de Jerusalén
en 70 A. D.
Preg. 246. ¿Cuáles Fueron las Hazañas Pos-
teriores de Judas Macabeo?
Antioco Y Eupator, hijo de Antioco IV Epífanes,
de 9 años de edad, le sucedió a éste en el trono de
Siria. Antes de morir Epífanes constituyó a Filipo
favorito suyo, regente de Siria durante la minoría de
su hijo. Le entregó su corona, su sello y todas las
demás insignias de soberanía, y un encargo especial
de educar a su hijo dignamente. El hijo estaba en
Antioquía, y cuando Filipo llegó allí, halló a Antioco
V Eupator ya en el trono, puesto allí por Lisias, quien
le había llamado "Eupator." y había asumido todas
las prerrogativas dadas a Filipo por el rey. Care-
ciendo de fuerzas suficientes para hacer valederos sus
derechos, Filipo se huyó a Egipto, esperando la hora
en que pudiera hacerlo. Ant. V. Eupator dió muerte
a Menelao. Preg. 245.
En este tiempo Tolomeo Macrón, Gobernador de
Celesiria y Fenicia, otra vez cambió de conducta, y se
hizo amigo de los judíos. Por esto algunos cortesa-
nos le acusaron de ser traidor, y a pesar de haberle
entregado Chipre al rey, le condenaron y le destitu-
yeron del gobierno de las dos provincias, substitu-
yéndole con Lisias. Tolomeo se envenenó y murió.
¿CUALES FUERON LAS CAMPAÑAS DE
JUDAS MACABEO CONTRA LAS
NACIONES VECINAS?
I. LOS IDUMEOS
1. Entretanto que estas cosas sucedían en el año
164 A. C, Judas Macabeo sabía que las naciones ve-
226
HISTORIA SAGRADA
ciñas habían hecho una liga para destruir a todos los
judíos, y que trataban de dar principio a esta obra,
matando a los que vivían en sus tierras. Avanzó pri-
mero contra los idumeos que se habían unido con Gor-
gias, quien gobernaba en esas regiones bajo el rey de
Siria, para acabar con los judíos, y atacó a Acrabatene
y mató a unos 20,000.
II. LOS HIJOS DE BEAN
2a. En seguida peleó con los hijos de Bean. otra
tribu de idumeos, y los encerró en dos fortalezas, y
al fin destruyó a 20.000 de éstos. Algunos de ellos
sobornaron a ciertos soldados de Judas y se escapa-
ron; siendo ejecutados estos traidores.
III. LOS AMONITAS
3a. Después, Judas pasó al otro lado del Jordán
para castigar a los amonitas, y destruyó varias plazas.
Tomó a Jazar con sus alrededores y volvió a Judea.
4a. Timoteo, el mismo que ya se ha mencionado,
representó a Siria en el mando al oriente del Jordán,
y ahora reunió a mucha gente para vengarse de Judas.
Este, habiendo suplicado el auxilió y bendición del
Señor, le acometió, destruyendo de ellos unos 20.500
infantes y 600 de caballería. Timoteo huyó a Gazara
en Efraim, donde su hermano Chereas era goberna-
dor. Judas le persiguió, y después de una batalla de
5 días, los venció y mató a Timoteo, a Chereas y a
Apolofanes, otro enemigo principal.
IV. LOS PAGANOS DE GALAAD Y DE
EENICIA.
5. Los habitantes paganos de Galaad. entristecidos
por la muerte de sus amigos se vengaron matando a
1.000 judíos que vivían en la tierra de Tob, plaza al
este de Galaad, y llevándose los despojos, redujeron
a las mujeres y niños a la esclavitud. Los demás ju-
díos de aquellas comarcas se refugiaron en la forta-
leza de Dathema. Sus enemigos se juntaron bajo las
órdenes de otro Timoteo, quizás hijo del ya mencio-
nado, y les pusieron sitio. Al mismo tiempo los gen-
tiles de Tiro. Sidón y Tolemaida y de otros puntos
cercanos, trataron también de destruir a los judíos en
Galilea. De ambos lugares acudieron a Judas para
que él los socorriera. Habiendo habido consejo del
BAJO LOS SIRIOS
227
concilio, se resolvió dividir sus fuerzas en tres partes.
Judas y su hermano Jonatán tomaron a 8,000 hombres
y marcharon en auxilio de los de Galaad ; otro herma-
no suyo, Simón, con 3,000, partió para ayudar a los
de Galilea, y el resto se quedó bajo el mando de José
y Azarías, buenos jefes para la defensa de Jerusalén
en la ausencia de los otros, con la orden de no atacar
a ningún enemigo, sino de estar solamente en actitud
de defensa. Los primeros cruzaron el Jordán y pasa-
ron por el territorio de los árabes Nabateos, gentes
amigas, y supieron que los judíos, no sólo de Dathe-
ma, sino también los de Bosora, Besor, Casfón, Ma-
qued y de otros lugares estaban encerrados por los
enemigos, y que tenían la intención de matarlos a
todos en el día que Dathema fuese destruida. Judas
y Jonatán cayeron inesperadamente sobre Bosora,
mataron a los varones, libraron a sus hermanos, reco-
gieron el botín y quemaron la ciudad ; y después,
marcharon toda la noche y llegaron a Dathema a la
ora en que Timoteo y su gente la estaban asaltando.
Los atacaron por detrás, y ellos al oír el nombre de
Judas, invadidos de pánico tiraron sus armas al sue-
,1o y huyeron en todas direcciones ; pero Judas al-
canzó y mató a unos 8,000 de ellos. En seguida él
socorrió a los judíos que estaban en Maspa, Casfón,
Maqued, Bosor y otros lugares, y trató a estas ciuda-
des como trató a Bosora.
Su hermano Simón tuvo casi igual éxito en Gali-
lea, echando a los enemigos fuera, matando a 3,000
hombres, y llevándose los despojos. Recogió a los
judíos que había en Galilea, y los llevó consigo a
Judea para mayor seguridad, y poblaron los lugares
desolados por Antioco IV Epífanes. Pero les fué mal
a los que se quedaron en Judea. La historia afirma
que sus jefes, movidos por la ambición de cobrarse
fama, desobedecieron las órdenes que Judas les dió,
y atacaron a Jamnia, puerto del mar Mediterráneo, y
que Gorgias cayó sobre ellos y mató a 2,000 hombres.
Todavía la fortaleza de los sirios en Jerusalén
les causó grandes pérdidas, y Judas se propuso qui-
tarla, y la atacó con vigor. Algunos de la guarnición
eran judíos renegados. Ellos supieron bien que les
sería fatal caer en las manos de Judas; por esto en-
viaron secretamente un mensaje al rey, indicándole
228
HISTORIA SAGRADA
el gran peligro en que se hallaban. Se apresuró el
rey Antioco V Eupator a venir, 163 A. C, en persona
y con Lisias y 100,000 infantes, 20,000 de caballería
y 300 carros de guerra, y pasaron a Betsura, y le
pusieron sitio. Sucedió que Judas tuvo muy poca
gente reunida, pero cayó sobre ellos de noche y mató
a unos 4,000; pero a la madrugada se retiró y for-
mando una nueva línea, con ferocidad les embistió
y después de matar a unos 600 notó que había gran
disparidad en el número de las fuerzas de ambas par-
tes, y se refugió en Jerusalén. En el último encuen-
tro, Eleazar Averan, hermano de Judas se introdujo
entre los enemigos, y metiendo su lanza en un elefan-
te, le mató, mas la bestia cayó sobre él y le aplastó.
Siguió el sitio en Betsur hasta que esta plaza tuvo
que rendirse a causa del hambre ; pero consiguieron
una capitulación por la cual obtuvieron seguridad
para sus personas, pertrechos de boca y guerra. Lue-
go Antioco V Eupátor marchó contra Jerusalén, y si-
tió el Santuario hasta que hubo gran escasez de ali-
mentos. (I Mac. 6:48-54. Año sabático 164-163 A. C
que empezó en la primavera.)
Preg. 247. Dése Cuenta de LA PAZ CON
SIRIA.
Como ya queda asentado, la Providencia, con anti-
cipación, había puesto a Filipo (nombrado por Antio-
co IV Epífanes) como guardián de su hijo Antioco
V. Eupátor. Hacía mucho tiempo que Filipo había
esperado una ocasión como ésta en que ni el rey ni
el ejército estuvieran en Antioquía, para apoderarse
de la ciudad, ahora lo efectuó de un salto y principió
a funcionar como el gobernador del imperio. Al
saber tan alarmantes noticias, el Rey y Lisias hicieron
la paz con los Judíos y se apresuraron a recobrar el
imperio. Apurados por esta situación, otorgaron a
los Judíos honorables y ventajosas condiciones de
paz, juramentadas por Antioco V. Eupátor. Firmada
así la paz, le permitieron al Rey ver las fortificacio-
nes del Santuario, pero con vil perfidia se perjuró y
mandó que fuesen demolidas antes de su partida.
Ahora sí, los Judíos obtuvieron el derecho de practi-
car su religión según la Ley de Moisés. Este dere-
cho jamás fué quitado después. Las guerras que si-
guieron fueron con el fin de decidir si el partido pia-
BAJO LOS SIRIOS
229
doso, o el que favorecía a los griegos, reinase en
Judea, convirtiéndose así en una especie de guerra
civil.
FIN DEL SACERDOCIO DE MENELAO
El sumo sacerdote Menelao, por tanto, acompañó
al Rey en esta expedición, y se hizo demasiado oficio-
so dando consejos, abrigando al mismo tiempo extra-
vagantes esperanzas de salir gobernador de Judea.
Pero hubo un terrible derrumbe de sus castillos en
el aire; porque Lisias, abochornado por sus muchos
reveses, los atribuyó todos a este miserable intruso,
lo condenó a la muerte, y le llevaron a Berea en Siria,
donde le echaron de cabeza abajo en una torre de
cenizas, en las cuales pereció.
Preg. 248. ¿Qué se dice del nuevo sumo sa-
cerdote Alcimo?
El oficio sagrado, fué dado a Alcimo, o Jacimo
(Hebreo Jaquim), de la estirpe de Aarón, el cual era
hombre no menos maldito que Menelao. Onías IV,
hijo de Onías III que fué asesinado en Dafne por
Andrónico a instancias de Menelao, vivía en Antio-
quía, pero quedó disgustado al ver las injusticias que
le fueron hechas, y saliendo de allí, se refugió en
Egipto, donde se congraciaba con Tolomeo Filométor
y la reina Cleopatra, y se quedó allí el resto de su
vida y llegó a ser famoso.
LOS REINOS COMPARADOS
(1) Area. El reino del Norte, Israel, abarcaba
casi tres veces tanto territorio, 9,500 millas cuadradas,
como el del reino del Sur, con sus 3,500 millas cua-
dradas.
(2) Recursos. Las tierras comprendidas en el te-
rritorio de Israel, eran en su totalidad mucho más pro-
ductivas, por comprender muchos llanos fértiles, tales
como Esdraelón y el valle del Jordán.
(3) Población. Las ventajas de Israel en cuanto
al área y a los recursos no eran mayores que su venta-
ja en cuanto a población. Sus fértiles campos soste-
nían a una numerosa y razonable población.
(4) Capitales. En un respecto fué Judá favore-
cida; Jerusalén, con sus asociaciones políticas y reli-
giosas, con sus recuerdos de David y Salomón, con
su magnífico templo — Jerusalén era la poderosa ca-
230
HISTORIA SAGRADA
pital de Judá. Mientras que la capital de Israel cam-
biaba continuamente de lugar, y Samaria, el principal
asiento de su gobierno, estaba asociada con ritos ido-
látricos; Jerusalén, la capital de Judá, estaba santifi-
cada por su templo y era sagrada por sus recuerdos
y nobles asociaciones.
Preg. 249. ¿Qué se dice de la nueva revolución
en Siria?
Antioco III el Grande tuvo que enviar rehenes a
Roma para garantizar el pago de la multa que debía
a los romanos, y su hijo Seleuco IV Filopátor, que
le sucedió, heredó la deuda y tuvo que dejar a su
hijo Demetrio en rehenes. Por tanto, éste se quedó
en Roma todo este tiempo durante el reinado de su
tío Antioco IV Epífanes que usurpó el trono. Seleu-
co IV era hermano mayor de Antioco IV Epífanes
y su hijo Demetrio era el heredero legítimo del reino;
pero Antioco IV se lo usurpó. Ahora, en 163 A. C
Demetrio tenía 23 años de edad, y trató de recobrar
el trono de Siria, y echar fuera de él a su primo her-
mano Antioco V Eupátor con Lisias su tutor. Hizo
varias peticiones al Senado romano en este sentido,
pero fué desoído por él. En todas las cuestiones rela-
tivas a Egipto, y Siria, el Senado siempre procuraba
limitar el poder de estas potencias, y hacía decisio-
nes que creía darían este resultado, sin atender en
lo más mínimo a lo que la justicia reclamaba. Al
fin Demetrio, jugándose el todo por el todo, huyó
de Roma y se dirigió a Siria. Desembarcó en Trípoli,
ciudad de Fenicia, donde pudo reunir algunos ami-
gos ; proclamando que había sido enviado por ti
Senado romano para tomar su trono. Como la corte
en Antioquía se había hecho aborrecible por sus mu-
chas maldades, hubo de repente una revolución que
resultó con la muerte de Antioco V Eupátor y de
Lisias, a manos de sus mismos oficiales, y así Deme-
trio subió al trono de Siria. Como conocía bien el
carácter del Senado romano, supo hacerle algunos
favores oportunos que aplacaron su ira. Ganó para
sí el título de "Soter" salvador, librando a los babi-
lonios de unos dos gobernantes que les había opri-
mido.
ÜAJO LOS SIRIOS
231
Preg. 250. ¿Cuáles fueron las maquinaciones
de Alcimo?
Aunque Alcimo había sido nombrado sumo sacer-
dote por Antioco V Eupátor, no fué recibido por los
judíos, porque se había contaminado conformándose
con las costumbres de los griegos. Ahora él reunió
a varios judíos renegados que pasaban su destierro
en Antioquía, y presentó una queja contra los judíos
de Jerusalén que la única causa de su oposición a
él fué que había obedecido las órdenes del rey; y
que los judíos habían destituido a muchos de los
amigos del rey. Demetrio Soter, persuadido por
él, mandó que Baquides, gobernador de Mesopota-
mia, fuese con él para instalarse en su oficio. Fue-
ron, pues, a Judea con muestras pacíficas, pero con
intenciones hostiles, deseosos de apoderarse de Judas
y los suyos por engaño. Unos 60 asideos, que en
este tiempo no estaban asociados con Judas, y algu-
nos escribas, cobraron ánimo para unirse a ellos, por-
que deseaban volver a tener sumo sacerdote ; y aven-
turaron fiarse de Alcimo por ser hijo de Aarón, y
estos asideos y escribas fueron muertos por Alcimo
y su gente. Por esta razón nadie más de los asideos
se acercó a ellos. Baquides dejó a Alcimo con algu-
nas tropas y volvió a Antioquía; pero Alcimo no
dejó de obrar inicuamente y tuvo algunos renegados
que acudieron a él. Judas al mismo tiempo salió
otra vez y rondaba el país castigando a los apóstatas,
o renegados, y viendo Alcimo que no podía con él,
acudió al rey, regalándole entre otros presentes, una
corona de oro, y ayudado por los ruegos de sus ami-
gos, logró convencer al rey que mientras viviera
Judas la autoridad del rey no sería respetada en
Judea. Nombró, pues, el rey Demetrio Soter a Ni-
canor otra vez jefe de la expedición, y le comisionó
a destruir a Judas y a todos los suyos, y establecer
a Alcimo en su oficio. Nicanor no ignoraba la proe-
za de Judas. Preg. 236, y no tenía ganas de
sufrir otra derrota, por tanto propuso artículos
de paz que Judas aceptó; y después entró en
pláticas con él. Pero Alcimo no quedó contento con
las estipulaciones, y apeló por tercera vez al rey, y
consiguió nueva orden de él que Nicanor siguiese con
232
HISTORIA SAGRADA
la guerra hasta matar a Judas, o llevarle cautivo a
Antioquía.
Preg. 251. ¿Qué éxito tuvo Nicanor?
Fué, pues, Nicanor a Jerusalén y trató de tomar
a Judas por traición, y por poco habría logrado su
intento, porque Judas, fiando de la paz, acudió a él ;
pero notando que había una emboscada, huyó de su
presencia, y renovó la guerra. Hubo una acción en
Cafarsalama en la cual Nicanor perdió 5,000 hom-
bres, y volvió con los demás a Jerusalén. Para des-
ahogar su ira, mandó a 500 soldados que tomaran a
un senador, llamado Razis, hombre altamente honrado
por los judíos. El estaba en su castillo y se defen-
dió heroicamente, pero viendo que era en vano, se
suicidó de la manera más terrible. Nicanor se pre-
sentó ante el Templo y demandó que Judas y su
gente le fuese entregado, añadiendo amenazas y blas-
femias dirigidas al Templo y a Dios, y luego mar-
chó contra Judas, y en la primera arremetida, cayó
muerto. Todo su ejército arrojó las armas al suelo
y huyó. El país entero se levantó en persecución de
ellos y acabó con todos los 35.000 que había. Al le-
vantar los despojos del campo de batalla, los judíos
hallaron el cadáver de Nicanor, y quitándole la cabe-
za y la mano derecha, las colgaron en una torre del
Templo. Aquí se acaba la historia del Segundo Libro
de Macabeos.
Preg. 252. Cuéntese la muerte de Judas.
Judas ahora envió una embajada a Roma, que fué
bien recibida, y se estableció una liga de defensa
mutua entre Roma y los judíos. En seguida, los
romanos escribieron una carta a Demetcrio Soter, rey
de Siria, requiriéndole que desistiese de molestar a
los judíos. Pero antes que los embajadores volvie-
sen a Jerusalén, Judas había muerto; pues Demetrio
Soter, sabiendo el fin de Nicanor, envió a Baquides
y Alcimo con un ejército muy fuerte a Judea. Judas
en este momento no tenía más de 3,000 soldados, y
estos temerosos de los sirios, desertaron, quedándose
con solamente 800 hombres. Con número tan redu-
cido, Judas peleó, pero al fin fué vencido y muerto.
Grande fué la lamentación en Judea, y sus hermanos
Jonatán y Simón le enterraron en Modín. Los após-
tatas se aprovecharon de la ocasión para hacer mu-
BAJO LOS SIRIOS
chísimas maldades, y al mismo tiempo hubo una
hambre en el país. Alcimo y los suyos que habían
recogido muchos alimentos, por medio de ellos sedu-
jeron a muchos a abandonar su fe. Los puestos pú-
blicos estaban en las manos de los enemigos, y mu-
chos fieles fueron destruidos por Baquides. Se ha
dicho que esta fué la peor aflicción que jamás haya
sobrevenido a los judíos.
253. ¿Cuáles fueron los esfuerzos de Jonatán
y Simeón.
Jonatán y Simón se escondieron en el desierto de
Tecoa. Ellos enviaron a su hermano Juan con el
bagage al otro lado del Jordán, para depositarlo en
seguridad con sus amigos, los nabateos. Pero en
el camino, los jambrianos, una tribu de los árabes
que les era hostil, le salieron en contra, le mataron
y se llevaron todo lo que traía. Un poco después,
supieron Jonatán y Simón que se iba a celebrar en
Medeba un gran matrimonio entre los jambrianos, y
poniendo su gente en emboscada, esperaion hasta que
todos aquellos árabes se hubiesen reunido, y enton-
ces acometieron con furia y acabaron con todos ellos,
llevándose los despojos. Noticioso Baquides de esto,
marchó contra ellos para atacarlos en el día de re-
poso ; pero se chasqueó ; porque los dos hermanos y
su gente que se hallaron preparados, mataron a 1,000
de ellos, y luego echándose en el río Jordán, nada-
ron al otro lado y se escaparon. Baquides volvió a
Jerusalén, y se ocupó en reparar la fortaleza en Acra
y los fortines por el país, y puso en ellos algunos de'
los hijos de los principales judíos en rehenes.
Preg. 254. Refiérase la muerte de Alcimo.
Alcimo hizo ciertas alteraciones en las cosas sa-
gradas. Derribó la pared que separaba el atrio de
los gentiles del de Israel en el Templo. Mientras
hacía ésto, cayó en él ■ azote de Dios y murió de
parálisis. Sea por esto, o por haber sido amones-
tado por los romanos que se fuese de Judea, Baqui-
des dejó el país.
Preg. 255 ¿Cómo fué la última expedición de
Baquides a Judea?
Ahora Jonatán gozó de dos años de reposo, e hizo
tanto progreso en corregir los males de que el país
sufría, que sus contrarios de nuevo apelaron al rey
234
HISTORIA SAGRADA
Demetrio Soter, y Baquides fué enviado otra vez
con un ejército, y se formó un plan para el extermi-
nio de todos los judíos que eran fieles a su religión.
Este plan consistía en que en una misma noche echa-
ría mano a Jonatán y a todos los suyos en el país
y así destruirían la nación entera de un solo golpe.
Al entrar a los límites de Judea, él despachó cartas
fijando la noche en que lo harían. Jonatán descubrió
el complot, y con anticipación cogió y mató a 50 de
los principales conspiradores y se retiró a Betbasi
ante la hueste contraria a una fortaleza en el de-
sierto. Baquides fué allá para ponerle sitio, y los
judíos renegados se reunieron con él. Jonatán dejó
a Simón con una parte de sus tropas para defender
la fortaleza, y él salió con los demás para hostigar
a los sitiadores. Cada uno de los dos hermanos cum-
plió su parte con tanta energía, que el ejército de
Baquides quedó desordenado; y él, cansado de seme-
jante ocupación, se enojó contra los judíos renega-
dos, que le habían metido en tan enojoso empleo, y
mató a algunos de ellos, y se preparó para partir.
Jonatán se aprovechó de esta ocasión, y obtuvo bue-
nas condiciones de paz con canje de prisioneros, yén-
dose Baquides de Judea para no volver jamás.
Entonces Jonatán se estableció en Miomas, unas
9 millas al norte de Jerusalén, y desde allí gober-
naba al país.
Preg. 256. ¿Qué nuevos trastornos hubo en
Siria?
Otra Revolución en Siria
Al ascender al trono de Siria Demetrio Soter me-
reció el título de "Soter" porque quitó a dos malos
hermanos, amigos de su tío Antioco IV Epífanes que
oprimían a los babilonios. Preg. 247.) Uno de ellos,
Heráclides, escapó vivo, y se ocupó en maquinar la
caída de Demetrio. El halló un sujeto llamado Balas,
hombre de baja condición, probablemente bas-
tardo de Ant. IV Epífanes y muy parecido
a los de la familia de Antioco, y se empeñó en ha-
cerle pasar por hijo de Antioco IV Epífanes.
El plan era el de derrocar a Demetrio Soter, y poner
a este Balas en el trono, añadiéndole el nombre de
"Alejandro." En esta empresa Heráclides contaba
con la aprobación de los reyes de Egipto, de Capa-
INDEPENDENCIA
235
docia y Pérgamo. Entre tanto que este negocio iba
madurándose, Demetrio Soter, como si quisiera fa-
vorecer estas maniobras, se metió en un castillo que
edificó cerca de Antioquia, en donde se abandonó a
los placeres, entregándose completamente a la pe-
reza y a los vicios, no haciendo aprecio ninguno de los
negocios de su reino.
El Año 153 A. C.
Heráclides consiguió la cooperación activa de los
referidos tres reyes, y llevándose consigo a Alejan-
dro Balas, juntamente con Laodice, hija de Antioco
IV Epífanes, hasta Roma, se presentó ante el Sena-
do romano, y obtuvo un decreto en favor de Alejan-
dro Balas ; y le autiorzó a emplear soldados. El
Senado comprendió esa impostura, pero estando dis-
gustado con Demetrio Soter, selló con su autoridad
este acto. Heráclides enganchó tropas y desembarcó
en Tolemaida, y proclamó a Alejandro Balas hijo de
Antioco IV Epífanes Rey de Siria. Gran número
de los sirios desafectos se reunieron con él en Tole-
maida. Ya en este trance, tanto Demetrio Soter como
Alejandro Balas buscaron la ayuda de Jonatán. De-
metrio Soter le escribió, haciéndole General del rey
en Judea; y le dió autoridad para enganchar solda-
dos y proveerlos de armas para venir en su ayuda;
y mandó que los rehenes que estaban guardados en
la fortaleza en Jerusalén le fuesen entregados a él.
Inmediatamente Jonatán subió a Jerusalén, e hizo que
se leyese la carta ante los de la fortaleza, y deman-
dó que le diesen los rehenes. Una multitud se juntó
a Jonatán, y las guarniciones de todas las fortifica-
ciones, viendo su poder, abandonaron sus puestos,
y sólo Betsura y la fortaleza de Jerusalén permane-
cieron con guarnición, porque en ellas se hallaban
los judíos renegados, que no osaron dejarse ver.
Jonatán se estableció en Jerusalén, y fortaleció toda
la ciudad.
Noticioso Alejandro Balas de lo que había hecho
Demetrio Soter, no quiso quedarle en zaga, sino que
envió a Jonatán grandes ofrecimientos a fin de conse-
guirle como partidario, otorgándole el oficio de sumo
sacerdote, y el ser llamado "Amigo del Rey." Le
envió una vestidura de púrpura y una corona de oro.
Luego Demetrio Soter, para no perder en la compe-
236
HISTORIA SAGRADA
tencia y con el fin de ganar tan potente aliado, de
nuevo escribió a Jonatán, confirmando todo lo que
le había ofrecido Alejandro Balas, con grandes adi-
ciones. Pero Jonatán no se deslumbró con tamaños
ofrecimientos, pues sabía cuán feroz enemigo había
sido Demetrio Soter, y que todo lo que le ofrecía lo
hacía espoleado por la necesidad, pero que una vez
que obtuviera el fin que se proponía, todas estas pro-
mesas serían olvidadas, y por tanto no se dejó sedu-
cir por él, sino que entró en la liga que favoreció a
Alejandro Balas. Al aceptar el cargo de sumo sacer-
dote, no lo hizo para halagar a Alejandro Balas, sino
porque antes había sido elegido para el puesto por
el pueblo Judío. Si Jonatán no era del linaje de
Jozadac, de quien eran descendientes los sumos sa-
cerdotes anteriores desde la vuelta de Babilonia hasta
Onías III; por lo menos, sí era hijo de Aarón y de
la orden o suerte de Joiarib, (1 Mac. 2:1, 1 Crón.
24:10.) que era la primera de las suertes.
Preg. 257. ¿Quiénes fueron los sumos sacer-
dotes desde ahora en adelante?
Como Alcimo murió en 160 A. C. el oficio de sumo
sacerdote había quedado vacante hacía siete años.
Desde ahora, 152 A. C. (1 Mac. 10:21) en adelante,
quedó en la familia de los asmoneos o macabeos has-
ta el tiempo de Herodes el Grande, en el año 37 A. C,
es decir, 123 años. Desde entonces hasta la destruc-
ción de Jerusalén en 70 A.D. el oficio fué el juguete
de los caprichos de los gobernantes.
En la batalla que hubo entre Alejandro Balas y
Demetrio Soter, éste fué derrotado y muerto, y
aquél vino a ser señor del imperio sirio. 1 Mac.
10:1. Luego pidió la mano de Cleopatra, hija de
Tolomeo VII Filometor, y se casó con ella. Jona-
tán fué convidado a las bodas, y fué altamente hon-
rado, y le fueron confirmadas las promesas hechas
por Alejandro Balas.
Preg. 258. Reñérase lo de Onías IV y el Tem-
plo de Heliópolis en Egipto.
Onías IV, hijo del Onías II que fué asesinado en
Dafne, desengañado en sus esperanzas de ser sumo
sacerdote en Jerusalén, huyó de Antioquía a Egip-
to, según consta ya en Preg. 248. Tuvo mucho ta-
lento como soldado, y también como político, y pron-
INDEPENDENCIA
237
to gozó de gran influencia en la corte de Egipto.
Introdujo a otro judío, Dositeo, en la corte, y los
dos manejaron los negocios del reino en los últimos
años de Tolomeo VII Filometor. Se valió de su
influjo con el rey, y consiguió licencia para cons-
truir un templo en Egipto parecido al de Jerusalén,
en el que practicaría los ritos de la Ley de Moisés;
juntamente con un decreto que le constituía a él y a
sus descendientes sumos sacerdotes en ese templo a
perpetuidad. Imitando las razones de Jeroboam,
1 Rey. 12:26-27, alegaba que si los judíos fuesen a
Jerusalén se expondrían a ser seducidos por los sirios,
pero si hubiera templo en Egipto, no sólo se evita-
ría eso, sino que muchos judíos serían atraídos a
Egipto desde otros países, y traerían sus riquezas
consigo al reino. El mayor tropiezo que encontró
en esta empesa fué la dificultad de reconciliar a los
judíos de Palestina con esta novedad, puesto que Dios
había escogido a Jerusalén para ser el lugar de su
culto. Pero nada desanimado por esto, Onías IV
dió el primer ejemplo conocido en la historia del
uso o abuso de una profecía para justificar su pro-
pósito ambicioso, y un proceder dudoso. Citó a
Isaías 19:18-19: "En aquel tiempo habrá 5 ciudades
en la tierra de Egipto que hablen la lengua de Ca-
naán, y juren por Jehová de los Ejércitos. Una será
llamada La Ciudad de Destrucción (Herez). En
aquel tiempo habrá altar para Jehová en medio de
la tierra de Egipto, y el trofeo de Jehová junto a
su término." De esta manera prevaleció con los ju-
díos que estaban en Egipto, y emprendió la obra.
Escogió un sitio en Heliópolis a 24 millas de distan-
cia de Menfis, donde antes había un templo de Bubas-
tis o Isis, diosa de Egipto, que estaba en ruinas.
Lo hizo según el modelo del de Jerusalén, aunque
no tan alto, ni tan suntuoso. Allí colocó un altar de
holocaustos, otro de incienso, una mesa de los panes
de la proposición, y los muebles y enseres para el
culto a semejanza de los de Jerusalén; sólo que en
lugar del Candelero con 7 ramas, tenía una lámpara
grande colgada de una cadena de oro desde el techo.
Se ha creído que el nombre "Heliópolis," ciudad del
sol, le fué dada por un ligero cambio en una letra
hebrea, que hace que diga "Casa del Sol" en lugar
238
HISTORIA SAGRADA
de "Ciudad de Destrucción." Onías mismo llamó la
ciudad "Onion" en alabanza propia, y la circundó de
un muro alto de ladrillo, y puso sacerdotes y levitas
para funcionar en él, orden que continuó desde en-
tonces (150 A. C.) hasta después de la destrucción
de Jerusalén, cuando fué destruido por orden de
Vespasiano, unos 224 años después de su construc-
ción.
En el texto de Isaías citado arriba (19:18-19) la
traducción de los LXX pone asedec "justicia" en lu-
gar de herez "Destrucción," una corruptela que fué
metida allí para favorecer a los judíos en Egipto.
De esto se saca la conclusión que la Versión griega
de la profecía de Isaías fué hecha después de la
construcción del templo de Onías en 150 A. C, y
varias otras inferencias se han agregado, como que :
los profetas hebreos fueron traducidos al griego más
tarde que la Ley, y que fueron traducidos por los
judíos egipcios para el uso del culto en sus sina-
gogas, a semejanza del uso en Jerusalén de los pro-
fetas juntamente con la Ley en su culto. Véase
Preg. 236. Admitimos que todo esto puede ser; pe-
ro también es posible que una traducción de los pro-
fetas hecha mucho antes, podrá haber sufrido esta
alteración después de la erección del templo por
Onías IV. En tal caso, estas consecuencias no se
seguirían.
Preg. 259. ¿Cómo terminó Jonatán su sacer-
docio ?
Hasta ahora hemos referido muchos de los deta-
lles de los conflictos entre los sirios, los egipcios y
los romanos. Se habrá notado que estos conflictos
no solamente fueron muchos, sino que la historia de
ellos se ha hecho muy intrincada por la entrada en
ellos de varios usurpadores y también viene a ser
muy desagradable a causa de la mucha mala fe, las
perfidias, crueldades y horrores que fueron come-
tidos. Desde ahora en adelante no creemos que sea
necasario seguir con estas minuciosidades, sino que
vamos a abreviar algo esta parte de la historia para
dar más atención a otros elementos de ellas que son
de más importancia. La época de los macabeos es
el período heroico de los israelitas y por esto con-
venía presentar con cierta minuciosidad lo que pasó
INDEPENDENCIA
239
en sus días. Pero hemos llegado al tiempo de Jona-
tán, y en él la condición de los judíos es un poco
mejor. Sus jefes no tuvieron que luchar con todas
las fuerzas de los sirios, porque había divisiones en
ese reino, cuyo poder iba menguando. Apenas pue-
de decirse que los judíos obtuvieron una absoluta
independencia, pero se aproximaron a ella en ciertos
tiempos más que en otros.
Después de nuevas revueltas entre los sirios, Ale-
jandro Balas fué muerto y Jonatán tomó parte activa
en algunas de las luchas entre los contendientes, has-
ta que Trifón logró sentarse en el trono. El tuvo
recelo de Jonatán y por medio de perfidia le agarró,
y después de poco tiempo le mató. Este suceso
acaeció en el año 144-3 A. C.
Preg. 260. ¿Qué se dice del sacerdocio de
Simón ?
Simón, hermano de Jonatán y de Judas Macabeo
siguió en el oficio de sumo sacerdote y como jefe
de los judíos. Según el criterio de su padre Mata-
tías, él era el más juicioso de todos sus hijos. Re-
novó la alianza con los romanos, conforme al ejem-
plo de sus dos hermanos Judas y Jonatán. Libró
al país de la presencia de los soldados sirios que
aún quedaban en las fortalezas, 142 A.C. Bajo su
mano poderosa y benigna se recobraron las fuerzas
y la prosperidad de la nación; es de saber que los
sirios, aunque permitieron a los judíos ejercer su
religión según sus costumbres antiguas, siempre exi-
gían que pagasen tributo. Con este fin en 137 A. C.
Trifón, que antes había sido aliado de Jonatán, pero
que después había subido al trono de Siria como re-
sultado de revoluciones, trastornos y perfidias, envió
a un ejército bajo Cendebeo para reducir a los judíos
a tributo otra vez. Simón ya se sentía viejo e inepto
para la lucha, y comisionó a sus dos hijos Judas y
Juan Hircano para hacer la campaña contra los sirios,
los cuales fueron completamente derrotados y echa-
dos fuera del país. Simón gobernó a los judíos dig-
namente nueve años, y en 135 A. C. fué asesinado
en Jericó por su mismo entenado Tolomeo, junta-
mente con su esposa y dos de sus hijos, Judas y Ma-<
tatías; pero otro hijo, Juan Hircano se escapó y
vino a ser el gobernador y sumo sacerdote.
240
HISTORIA SAGRADA
Preg. 261. Dése una reseña del sacerdocio de
JUAN HIRCANO, sumo sacerdote y Príncipe de
Judea, 135-106 A. C.
El hecho de que su nombre es griego, indica la
tendencia de aquel tiempo. Hircano avanzó contra
Tolomeo, pero éste se ocultó en la fortaleza Dagón.
Se cree que Tolomeo fué instigado a cometer este
crimen por Antioco Sidetes, rey de Siria. Este ma-
tó a Trifón después de que había durado tres años
en el reino, y ahora está preparado con un ejército
para descender sobre Judea; Por esto se deja vol-
que Tolomeo había obrado bajo la dirección de este
rey de Siria. Juan Hircano no estaba preparado para
defenderse contra este ataque, y Jerusalén fué sitia-
da por Antioco. Al fin de un largo sitio se hicieron
las paces, pero los judíos tuvieron que pagar tributo
a la Siria y desmantelar las defensas de Jerusalén.
En 131 Hircano acompañó a Antioco en una expedi-
ción contra los Partos, pero volvió antes del invier-
no. Esto le salió bien, porque en ese tiempo Antioco
sufrió una derrota y fué muerto. Esto dió liber-
tad a los judíos; y en seguida Hircano destruyó el
templo de los samaritanos en el monte Garizim, 128
A. C., sujetó a los idumeos y los obligó a adoptar
la ley de Moisés y obedecerla. Entre otras obras
construyó la torre de Baris al nordoeste del Templo,
que Herodes engrandeció después, y la llamó "An-
tonia" en honor de Marco Antonio. De nuevo cele-
bró una alianza con los romanos, cosa que, según
parece, ofendió a los fariseos, por lo cual Hircano
los abandonó y se unió a los saduceos. Tomó a la
ciudad de Samaria y la demolió, y cuando los sirios
acudieron para socorrerla, los venció. Estos veinte
y nueve años de, Juan Hircano fueron los de mayor
gloria para los judíos desde el reinado de David,
pero desde ahora en adelante, se ven los malos re-
sultados de la unión en la misma persona de los dos
oficios de sacerdote y gobernador. Parece que esto
no fué prohibido por la ley de Moisés, ni por ningún
profeta; pero ordenanzas fueron dadas para los dos
oficios, y desde el principio fueron desempeñados por
diferentes personas. Se ve en el caso de Ozías, 2
Crón. 26:16-21 como Dios castigó a él, porque sin
ser consagrado como sacerdote, se atrevió a ofrecer
INDEPENDENCIA
241
sacrificio. Existe una tradición que dice que en una
ocasión cuando muchos fariseos estuvieron con Juan
Hircano a la mesa, él les dijo que deseaba que si
ellos le viesen hacer algo contra la Lev, que le die-
sen aviso de ello. Le prodigaron muchos elogios,
pero al fin Eleazar le dijo que si realmente deseaba
saber la verdad: "Si quieres ser santo de veras, deja
el sumo-sacerdocio y conténtate con el gobierno ci-
vil." También se dice que se añadió una falsedad,
que su madre había sido una cautiva. Con esto Hir-
cano se encendió en ira y abandonó a los fariseos
y se adhirió a los saduceos. Esta tradición puede
no ser verídica pero es digna de consideración, por-
que la unión del poder civil y eclesiástico en la mis-
ma persona siempre ha sido en perjuicio del bien-
estar del pueblo, y parece que no trajo bendición del
cielo. Entre los cristianos se cree que en la actua-
lidad sólo el Mesías es digno del doble honor de
ser a la vez sacerdote y rey y también que los san-
tos que serán reyes y sacerdotes en su gloria, véanse
Sal. 110:4, Zac. 6:12-13, Heb. 6:12-7:25, Rev. 5:10 y
20:4.
Al morir, Juan Hircano dejó el sumo sacerdocio a
Aristóbulo I. pero en vista de su duro carácter, dejó
el poder civil a su viuda Alejandra. Desde ahora en
adelante vamos a ver la decadencia de la casa de
los Hasmoneos o Macabeos por sus propias maldades
y no por la opresión de los sirios, pues las disencio-
nes y guerras civiles de la Siria la debilitaron tanto
que no tuvo fuerzas ya para imponer su dominio so-
bre los judías como en los años anteriores.
Preg. 262. ¿Qué se sabe de ARISTOBULO I.
106-105 A. C. Sacerdote y Rey.
No bien fué Aristóbulo instalado en el sumo-sacer-
docio cuando se proclamó también rey. Encarceló
a Alejandra, su madre, y la hizo morir de hambre;
encarceló a tres de sus hermanos, y al otro, su favo-
rito, Antígono, le hizo corregente, pero al poco tiem-
po, en un arranque de sospechas y envidias, le mató.
En seguida se enfermó y murió. Lo único digno
de mención en su reinado fué la conquista de Galilea
y el principio de la obra de judaizaría.
242
HISTORIA SAGRADA
Preg. 263. Cuéntese lo de ALEJANDRO JA-
NEO. 105-78 A. C. Sumo-sacerdote y Rey
Dió principio a su largo y trabajoso reinado ma-
tando a uno de sus dos restantes hermanos. No dejó
de ser enérgico y hábil militar, pero muy cruel. Se
adhirió a los saduceos, y guerreó contra las ciudades
marítimas las cuales acudieron al rey de Chipre. El
invadió el país, pero Cleopatra ayudó a Alejandro,
y el rey de Chipre tuvo que volver a su tierra. En
93 A. C. Alejandro avanzó contra los árabes de Ga-
laad y los moabitas y los redujo a tributo. En el
año siguiente los árabes destruyeron su ejército, y los
fariseos levantaron una sedición contra él y tuvo que
huirse a las montañas. Pero en 86 A. C. ganó dos
victorias y crucificó a 800 de los rebeldes y mató a
sus mujeres e hijos delante de ellos, mientras él y
sus concubinas celebraban una fiesta. Antes de con-
cluir esta guerra mató a unos 50.000 de su pueblo
en el año 78 y murió y dejó el reino a su mujer Ale-
jandra, con el buen consejo de que debía hacer las
paces con los fariseos.
Preg. 264. ¿Qué se nota del reinado de ALE-
JANDRA, reina; 78-69 A. C.
Al seguir el buen consejo de su esposo, los fariseos
le dejaron ceñirse la corona, y admitieron a su hijo
Hircano como sumo sacerdote. Alejandra vino a ser
la más renombrada de las mujeres que llevaron este
nombre. Ella expulsó a los saduceos de Jerusalén
y puso a los escribas en el Sanhedrín. Reinó digna-
mente nueve años.
Preg. 265. ¿Cuáles fueron las primeras expe-
riencias de HIRCANO II, Rey y Sumo-sacerdote.
69 A. C.
Hircano reinó solamente tres meses, porque su
hermano menor, Aristóbulo II, aspiró a obtener el
trono, aun en los días de su madre. Procuró hacerse
partidarios de entre los saduceos actuando como su
patrón y presentando su causa ante la reina. A rue-
gos de él la reina puso muchas fortalezas a la dis-
posición de los saduceos so pretexto de ser para su
defensa contra los fariseos. La reina Alejandra le
envió a Aristóbulo II contra Tolomeo Menei, pero él
fracasó en la empresa. De nuevo se dedicó a sus
intrigas y salió secretamente de Jerusalén reuni-
INDEPENDENCIA
243
do con sus amigos, dueños ya de la mayoría de los
sitios fortificados, con la intencin de atacar a su an-
ciana madre, pero antes del ataque ella murió. Aris-
tóbulo entonces dirigió sus armas contra su herma-
no Hircano II, que ya ocupaba el trono, y salió vic-
torioso. Después de reinar solamente tres meses,
Hircano abdicó en favor de su hermano Aristóbulo II,
y recibió como recompensa muchos de los réditos.
Preg. 266. ¿Cómo comenzó ARISTOBULO II,
68 A. C. ? Y nótese la entrada de la familia de
Herodes en esta historia.
Esta paz no fué duradera, porque aquí entra acti-
vamente un elemento nuevo del cual nada se ha dicho
todavía.
Echemos una mirada retrospectiva: Ya hemos no-
tado que Juan Hircano I venció a los idumeos y los
incorporó a la nación judía, forzándolos a ser circun-
cidados y a guardar toda la ley de Moisés. Preg. 259.
Alejandro Janeo le hizo a Antipas, un idumeo rico,
general de toda Idumea. Ahora, ya que los idumeos
han venido a ser parte integrante de Israel, no nos
extraña que ellos empiecen a inmiscuirse en la polí-
tica del reino. Por sus riquezas y talentos la fami-
lia de Antipas llegó a ser el elemento dominante en
el país. Esta es la familia de los Herodes. Ya que
hemos visto la vil conducta de los seléucidas, y el
descenso de la heroica familia macabea, desde los
más altos principios de sus fundadores, llegar sus
hijos a los bajos ideales, no nos sorprende que esta
familia herodiana, que obraba desde su origen con
espíritu egoísta y maligno, acabara en las infamias
de Herodr-s el Grande, Antipáter, hijo de Antipas
parece haber sido el mejor de esa familia. El suce-
dió a su padre como gobernador de Idumea, y había
prestado valiosos servicios a los judíos por sus rela-
ciones íntimas con los árabes de Pétrea, con su misma
gente de Idumea con los filisteos de Gaza y de Asca-
lón. Temía que Aristóbulo II le quitara su puesto
en Idumea, y se afiilió con Hircano II y procurando
restaurarlo en el trono, pues cifraba su fortuna en
su influencia con aquel débil gobernante que también
fué favorecido por el poderoso partido de los fari-
seos y él e Hircano se fugaron de Jerusalén y fue-
ron a parar a Petra, con el rey árabe Aretas, y le per-
244
HISTORIA SAGRADA
suadieron a ayudar a Hircano II a recobrar el poder,
en cambio de mucho dinero y la restauración a Arabia
de doce ciudades que en años anteriores los macabeos
con grandes sacrificios habían quitado a los árabes.
Se ve, pues, que Antipáter no tuvo la intención de
conservar los intereses de los judíos.
Preg. 267. ¿Qué hizo Aretas?
Aretas avanzó contra Aristóbulo II y le venció.
Los fariseos se opusieron también a Aristóbulo. y él
tuvo que retirarse a la fortaleza del Templo. Allí
sufrió un sitio hasta que cada hermano envió una
embajada con la oferta de 400 talentos al general
romano Escauro, aquel que tenía 4,000 esclavos, le-
gado que había sido del general Pompeyo, (65 A. C.)
suplicándole que interviniese en favor de él. Aristó-
bulo II consiguió su buena voluntad por el envío de
los cuatrocientos talentos que pudo pagar mejor que
su hermano. Para esta fecha Pompeyo había sujeta-
do a la mayor parte de Asia. Escauro mandó a Aretas
que levantase el sitio de Jerusalén. El se retiró en
seguida, pero Aristóbulo II le persiguió y le causó
grandes pérdidas. Aristóbulo II estaba teniendo
buen éxito e Hircano iba perdiendo.
Preg. 268. ¿Quién se mete ahora en los asun-
tos judíos?
En el año siguiente, 64 A. C. Pompeyo en per-
sona llegó a Siria. Aristóbulo se apresuró a rega-
larle la vid de oro del Templo, de valor de 500 ta-
lentos, pero esta dádiva no influyó nada en el áni-
mo de Pompeyo. Llegaron delegados de los dos
hermanos y también del pueblo judío presentando los
alegatos en favor de cada uno de ellos juntamente
con la petición del pueblo que suplicaba la abolición
de la dinastía hasmoneana. Pompeyo guardó su de-
cisión en reserva, pues contemplaba la destrucción de
la independencia de los judíos. Aristóbulo II en-
tendiendo esto se fué indignado y se metió en una
fortaleza. Pompeyo le mandó rendirse, pero en lu-
gar de hacerlo, él se fué a Jerusalén y Pompeyo em-
pezó a avanzar contra ella. Sintiendo la imposibili-
dad de defenderse contra él, Aristóbulo II fué y se
presentó ante su presencia, prometiéndole sumisión y
presentes, pero como los presentes no fueron dados
conforme a su promesa. Pompeyo le puso preso y
LOS JUDIOS BAJO LOS ROMANOS
248
llegó ante Jerusalén, y después de sitiarla tres meses,
la tomó por asalto en 63 A. C. Pompeyo entró en el
Templo y penetró en el Lugar Santísimo, aunque no
se llevó los tesoros.
Preg. 269. Refiérase la toma de Jerusalén por
Pompeyo: Judea bajo los romanos. 63 A. C.
He aquí, como la casa asmonea, que salvó la reli-
gión de sus padres, al fin destruyó la independencia
de su patria por sus maldades. La acción de Pom-
peyo de entrar en el lugar Santísimo enemistó al
partido de los fariseos contra Roma para siempre.
Jerusalén y Judea fueron hechas tributarias a Roma
y al mismo tiempo privadas de muchas ciudades y
distritos que habían sido reducidas a sumisión. Hir-
cano II fué confirmado en el sumo-sacerdocio y tam-
bién se menciona como rey, monarca, soberano, etc.,
pero fueron títulos vanos, porque Antipáter era el
que lo dirigía todo, y después fué nombrado procu-
rador; sin embargo, todo el país fué hecho parte de
la provincia de Siria. Aristóbulo II con sus dos hijas
y dos hijos Alejandro y Antígono, fueron llevados
presos a Roma, siendo expuestos a la vista pú-
blica en el triunfo concedido a Pompeyo. Antes de
llegar a Roma su hijo Alejandro se escapó y volvió a
Judea donde perpetró muchos escándalos en sus es-
fuerzos para sentarse en el trono. La clemencia mos-
trada a Hircano II fué debida a la influencia de Anti-
páter. Muchas de las ciudades que habían sido des-
truidas, fueron reedificadas por los romanos y sus
pobladores volvieron a ellas. Gabinio, general roma-
no, fué enviado como sucesor de Escauro y trató de
pacificar y poner en orden al país, demolió varias
fortalezas que habían servido de albergue de revolu-
cionarios. Aristóbulo II se escapó de Roma y embro-
lló el país en desórdenes, pero fué agarrado y manda-
do preso a Roma otra vez, quedando su esposa en
Judea. En estos días Crasso, general romano, cuyos
capitanes solos eran 500 en número, pasó por Jeru-
salén y despojó al Templo de los tesoros sagrados,
llevándose 10,000 talentos, que eran más de $11,250,000.
Fué adelante contra los partos y pereció con todo
su ejército. En este tiempo César y Pompeyo lucha-
ban, y César soltó a Aristóbulo II, y le envió con dos
legiones a Siria para tomar posesión del país, pero
246
HISTORIA SAGRADA
un amigo de Pompeyo le dió veneno y murió, y poco
después su hijo Alejandro fué ejecutado en Antioquía
por traidor a Roma.
Preg. 270. ¿Cuáles fueron las actividades de
Antipáter?
Antipáter figuró mucho en los conflictos, y tuvo que
pasar de un lado a otro en ellos, pero salió con buen
éxito. Se había casado con una mujer árabe de alta
categoría llamada Cypros, y tuvo cuatro hijos: Fa-
saelo, Herodes, que vino a ser rey, José y Peroras ;
y una hija, Salomé. Se congració con los principales
hombres de esa época, como con Pompeyo y Julio
César. Este es el que le hizo procurador de Pales-
tina. En el año 48-47 A. C. Julio César, después
de estar en Egipto, pasó por Siria, y por las repre-
sentaciones de Antipáter, confirmó otra vez a Hir-
cano II como rey y sumo sacerdote.
Viendo la ineptitud de Hircano II en la adminis-
tración del gobierno, Antipáter nombró a su hijo
Fasaelo gobernador militar de Jerusalén y el dis-
trito alrededor de la ciudad, y a Herodes, el segun-
do hijo, a la edad de veinticinco años, gobernador o
prefecto militar de Galilea.
Desde luego Herodes dió pruebas de su energía,
arrojo y falta de escrúpulos. Pronto acabó con unos
bandoleros que rondaban la tierra, robando y matan-
do a la gente..
El jefe de estos bandidos se llamaba Hezequías,
quien poco antes mandaba a las tropas que luchaban
a favor de Aristóbulo y Alejandro en contra de He-
rodes y los sirios o romanos que le ayudaban. Muer-
tos aquellos, Hezequías y sus soldados merodeaban
el país, y se mantenían a expensas de sus enemigos.
Es probable que la mayoría de los judíos en Galilea
favorecían a Hezequías ; al menos, él contaba con la
amistad de muchos de los principales judíos y per-
sonas de influencia. Pero los sirios celebraban la
fama de Herodes por haberle dado muerte, a pesar
de que lo había hecho sin que fuese condenado por
proceso de ley y de tener permiso del Sanhedrín.
Por esto Herodes fué llamado a cuentas ante el San-
hedrín, porque era contra la ley matar a alguno sin
su permiso. Cuando le convenía, Herodes obedecía
la cita del Sanhedrín, después de dejar guarniciones
BAJO LOS ROMANOS
247
en Galilea, y llevando fuerzas suficientes para pro-
tejer su persona, se presentó ante el Sanhedrín, pero
sin manifestar abierta hostilidad. Presentó al sumo
sacerdote una carta de Sixto César en la cual man-
daba que se le descargase, porque él le amaba como
a un hijo. Todos quedaron asustados, y nadie osa-
ba acusarle. Al fin, Sameas, varón justo y sin temor,
prorrumpió diciendo: "Varones del Sanhedrín, y ¡tú,
Oh rey! jamás he visto a ninguno presentarse así de-
lante de nosotros, al ser citado a juicio. Cada reo
comparece delante de este tribunal humilde y cabiz-
bajo, suplicando misericordia con los cabellos des-
greñados y vestido de negro. Pero este excelente
Herodes, evitando el veredicto de homicidio de que
ahora es acusado, se vé vestido de púrpura, con cabe-
za adornada y rodeado de gente armada, la cual, si
él fuese condenado conforme a la ley, nos mataría
y le dejaría escaparse con impunidad. Es na-
tural que Herodes prefiera su seguridad en lugar de
lo que merece, pero os inculpó a vosotros y al rey
por haberle permitido ser eximido de castigo por
temor. Sabed, sin embargo, que Dios es grande, y
que éste, a quien absolvéis por amor a Hircano, vol-
verá después para castigar tanto a vosotros como al
mismo rey." Herodes tomó esta cita por ofensa grave
y desde ahora en adelante nunca hubo buenas rela-
ciones entre Herodes y los jefes religiosos de la
nación. Sería obra trabajosa seguir todos los cam-
bios y artificios por los que Herodes tuvo que pasar
con los judíos, y los romanos antes de conseguir el
trono en Jerusalén. Todo hijo de la familia hasmonea,
o sea macabea, se tenía a sí mismo, y fué tenido por
Herodes y por otros como presunto heredero del
trono por indigno que fuese de tan ilustres ante-
pasados. Como Herodes era suspicaz y envidioso
hasta más no poder, este hecho le hizo enemigo mor-
tal de toda esa familia, y él vino a ser su verdugo,
y casi concluyó por completo con ella.
Aunque Hircano II era de carácter débil, fué sos-
tenido por Antipáter y sus hijos Fasael y Herodes.
El general romano Casio estaba en Siria aun cuan-
do acaeció la muerte de Antipáter. Como hemos
visto, este había sido fiel amigo de Hircano II des-
de el -principio y un verdadero benefactor de la
248
HISTORIA SAGRADA
nación judía; pero el copero de Hircano II, sobor-
nado por el general judío Malico, le dió a Anti-
páter un vaso de veneno que le causó la muerte. Ido
Casio para Filipos, Antígono, hijo de Aristóbulo II,
se aprovechó de la oportunidad para procurar po-
nerse en el trono y hacerse del sumo sacerdocio de
su tío Hircano II. Fué derrotado y echado fuera
de Judea por Herodes. En seguida Herodes fué
bien recibido en Jerusalén, e Hircano II hizo con-
trato con él, otorgándole la mano de la hermosísima
Mariamne. Esta era nieta tanto de Hircano II, como
de Aristóbulo II; pues su madre Alejandra era hija
del primero, y su padre Alejandro, hijo del segundo.
Semejante matrimonio era ilícito según la ley de
Lev. 18:9-11. Después, en 41 A. C. Antígono y sus
partidarios fueron ayudados por una irrupción de
los partos los cuales propusieron poner a Antígono
en el trono. Después de muchas revueltas, los partos
lograron capturar a Hircano II y a Fasaelo. A Hir-
cano lo llevaron a Partía ; pero Antígono, al des-
pedirse de su tío, agarró con los dientes los lóbulos
de sus dos orejas y se los quitó; y así le hizo in-
capaz de funcionar como sumo sacerdote, según lo
prescrito en Lev. 21 :16-24. Pero Fasaelo, sabiendo
lo que le aguardaba a las manos de los bárbaros, se
suicidó. De esta manera Antígono se hizo del go-
bierno y del sumo sacerdocio por algún tiempo;
cosa que procuró conseguir antes de Julio César,
pero fracasó por la influencia adversa de Antipáter.
Este Antígono hijo de Aristóbulo fué el primero de
los asmoneos que perdió su vida por la influencia de
Herodes en 38 A. C. ; pues, este consiguió una orden
de Marco Antonio para que Antígono fuese asesi-
nado. Unos 45 de los adherentes de Antígono que
constituyeron el Sanhedrín entero, con excepción de
Sameas, fueron muertos también, y sus bienes con-
fiscados.
Daniel : 11:33-35.
33. Y los sabios de entre
el pueblo instruirán a
muchos ; pero se irán
tropezando y cayen-
do, muchos días, a
Judas Macabeo y sus
hermanos no solamente
fueron héroes sino sacer-
dotes y defensores de la
Ley de Dios. Vencieron
increíbles dificultades.
BAJO LOS ROMANOS
249
causa de la espada,
de las llamas, y del
cautiverio y del sa-
queo.
34. Mas cuando tropie-
. cen, serán ayudados
con un socorro pe-
queño, por lo cual
muchos se juntarán a
ellos con pretextos
engañosos.
35. Por eso algunos de
los sabios tropeza-
rán, para que sean
acrisolados, y puri-
ficados, y emblanque-
cidos, hasta el tiem-
po del fin; porque to-
davía es para el tiem-
po determinado.
Judas y gran parte de
su ejército fueron muer-
tos a espada. Alejandro
Balas, sucesor de Antio-
co, hizo una liga con Jo-
natán. La familia Asmo-
nea continuó esta clase
de servicio por algunas
generaciones, y el último
de ellos, Aristóbulo, fué
muerto por orden de
Herodes.
Continúa al ñn de la
Pregunta 284.
Preg. 271. ¿Cómo consiguió Herodes el trono
de Judá?
Herodes acudió a sus amigos Marco Antonio y
Octaviano (que llegó a ser César Augusto), y con
su auxilio el Senado fué persuadido a conferirle el
título de Rey de Judea, Rey cliente o vasallo, suje-
to siempre a la dominación de Roma, pero tuvo que
conquistar su trono. Esto lo hizo con la ayuda de
las legiones romanas. Teniendo que sitiar la ciudad
tres meses, pero en medio de esta lucha se casó con
Mariamne, macabea reconcentrada.
Preg. 272. ¿Cómo fuá estimado Herodes en
Judea ?
Aunque se había emparentado con esta familia
Asmonea, tan popular y amada por el pueblo, no se
hizo de mucho partido entre los judíos, por varios
motivos : lo. Por su mismo carácter violento e in-
justo; 2o. Porque según ellos era extranjero. Era
idumeo, y en el corazón abrigaba sentimientos pa-
ganos a pesar de ser circuncidado y judío por pro-
fesión. Idolatraba al emperador romano, y a todo
lo que era romano, lo que no dejó de causar gran dis-
gusto entre los judíos. 3o. Por la mala fama de su
260
HISTORIA SAGRADA
familia. Su casa vino a ser nidal de toda clase de
complots y maquinaciones, de odiosos escándalos y
de crímenes.
Preg. 273. De qué fama gozó Herodes en
otros países?
Por otra parte era tenido en alta estimación entre
todos los paises extranjeros. En el tiempo de una
hambre, 24-23 A. C. compró víveres y los distribuyó
liberalmente entre el pueblo. Gastó inmensas sumas
en adornar el Templo, reedificándolo enteramente y
haciendo que fuese una de las maravillas del mun-
do. Hay que admirar su talento arquitectónico. No
sólo construyó varias torres y fortalezas inexpug-
nables, como las de Fasael, Herodium, Antripatris,
Cipros, Alexandrium, Hyrcania, etc., y reedificando
a muchas ciudades como Samaria, que llamó Sebaste
en honor de Augusto, sino que atacó la rada imprac-
ticable de la Torre Stratonis, y la hizo un puerto
de altura cómodo y hermoso, que en honor de Julio
César nombró "Cesárea." En Jerusalén además del
Templo, que empezó y concluyó entre 22-14 A. C,
empleando en la obra mil sacerdotes, que tuvieron
bajo su mando diez mil obreros, hizo su palacio, un
teatro y un anfiteatro, que queda hasta el día de hoy.
como el hipódromo y otros edificios; también edificó
templos dondequiera, como en Panias (antiguamente
Luz o Dan) y lo llamó Cesárea Filipos, y uno en
Rodas en honor de Apolo, además de monumentos
en Ascalón, Acre, Tiro, Sidón, Biblus Berytus, Trí-
poli, Damasco, Antioquía, Chios, Nicópolis, Atenas
y Esparta. Se hizo un palacio suntuoso en Jerusalén,
según Dan. 11:44, y Joseío Ant. xv :9, 3, y otro a
corta distancia de él. 9, 4. Estableció un fondo para
perpetuar los juegos olímpicos. Los que pagaron
estos regalos fueron los pobres de su mismo pueblo,
por medio de contribuciones pesadas. Ya se ha in-
dicado que sostenía íntimas relaciones con los gober-
nantes romanos, y por medio de ellos consiguió que
muchos distritos fuesen añadidos a su reino, como:
Traconitis, Batanea, Auranitis, Zendorus, Ulatha y
Panías. Al principio Herodes favorecía a Marco
Antonio, pero cuando éste perdió la batalla naval de
Accio, 31 A. C. Herodes hizo las paces con César
Augusto. Esto dió por resultado que Augusto pa-
BAJO LOS ROMANOS
24 1^
sara por la Palestina en compañía de Herodes y que
hiciesen la campaña contra Egipto. Así se cumplió
Dan. 11:40, pues, en la guerra entre Antonio y Au-
gusto, no peleaban con infantería sino "con carros,
gentes de a caballo y muchos navios," y así Augusto
"entró por las tierras e inundó y pasó."
Preg. 274. ¿Cómo recibió Herodes a los
Magos?
En el último año de su vida vinieron los Magos
del Oriente a Jerusalén en busca del recién nacido
rey de Judea. Oyendo esto, Herodes "se turbó," y
al decir un poco más de él, nadie se admirará de que
se añada "y con él toda Jerusalén;" porque nadie
podría saber cuántos ríos de sangre Herodes derrama-
ría en sus rabiosos celos y determinación de des-
truir a todo aquel que pudiera considerarse como
rival suyo.
Preg. 275. Refiéranse otras matanzas hechas
por Herodes.
Ya hemos referido la de Antígono, Preg. 270. Hir-
cano II, el anciano tío de éste, que él mismo desfiguró
de tal manera que no pudo funcionar ya en el sumo
sacerdocio, se quedó en el oriente; y los ju-
díos orientales, no acostumbrados a tener en-
tre sí a tan eminente oficial de su nación, le
honraron grandemente. Esto despertó los celos de
Herodes, pues creía que se haría un levantamiento
para hacerle rey otra vez. Invitóle a volver y le dió
la bienvenida. En el ínterin, Herodes trató de lle-
nar el oficio vacante, y nombró a un tal Hananeel,
judío babilonio, de origen obscuro, al sumo-sacerdo-
cio. 2o. A Aristóbulo. Alejandra, hija de Hircano
II, y a la vez, madre de Mariamne, tenía un hijo,
Aristóbulo, de edad de 17 años. Ella deseaba que
este hermano de Mariamne fuese hecho sumo-sacer-
dote en lugar "de ese advenedizo, porque era el. nieto
del único que tuvo el oficio. Ella se valió de Cleo-
patra, reina de Egipto, para influir con Herodes en
favor de su hijo Aristóbulo. Mal de su agrado, He-
rodes accedió, y quitó a Hananeel e instaló a Aris-
tóbulo. Si hubiera negado la petición de Cleopatra,
temía el efecto que tendría en Marco Antonio. Salió
Aristóbulo revestido del ropaje espléndido de su
oficio, y la algazara del pueblo al verle fué tremenda,
262
HISTORIA SAGRADA
ero fatal a la vez ; porque en una fiesta habida en
ericó, Herodes arregló que Aristóbulo fuese ahoga-
do en el baño. Herodes fingió mucha tristeza, pero
a pesar de sus lamentaciones fué llamado a cuentas
ante Antonio, 34 A. C. A éste Herodes le llevó su-
ficiente regalo para poder salir airoso del peligro.
3o. A José. En esta misma ocasión cuando Hero-
des salió de Jerusalén para comparecer ante Anto-
nio, encargó a su tío José (que era también cuñado
suyo por ser marido de su hermana Salomé) con la
orden de matar a Mariamne, si Antonio no le per-
mitiese volver vivo. Salomé, cansada de su marido
José, y rencorosa contra Mariamne que le trataba
como de bajo origen, acusó a Mariamne de adulterio
con José. Desgraciadamente José dejó escapar el
secreto de la orden de Herodes comunicándolo a
Mariamne y aquél, al volver vivo, halló a Mariamne
alterada en sus sentimientos hacia él. El amor que
ella le tenía antes, ya se había cambiado en odio.
Herodes juzgó que la calumnia de Salomé era una
verdad, o José no le habría comunicado a Mariamne
una cosa tan delicada, e hizo matar a JOSE sin oírle
palabra.
4o. A Hircano II. En el año 32 A. C. muerto ya su
amigo Marco Antonio, Herodes se dirigió a Octavio
(Augusto César) para reconciliarle con él, pero no
quiso dejar atrás a uno que tuviera mejor derecho
al trono que él, y acusó falsamente de conspiración
contra él a Hircano II, abuelo de Mariamne, con el
rey árabe, y le mandó ejecutar.
En el año 30 A. C. Herodes fué a Rodas a visitar
a Octaviano (Augusto César) el cual le consiguió
gran extensión del terreno de su reino, incluyendo
las ciudades de Hadara. Hippos, Samaría, Gaza,
Anthedón, Joppe y la .Torre Stratonis.
5o. A Sohemo. Esta vez dejó a un tal Sohemo con
el mismo encargo de guardar y de matar a Mariamne,
que había dado a José en su ausencia anterior ; y éste
trámite dió el mismo resultado; pues Sohemo divul-
gó el secreto, Mariamne resintió la orden, Salomé
repitió la misma calumnia, y Sohemo fué ejecutado,
en seguida. 6o. A Mariamne, y después de una investi-
gación hecha según el arte de torcer toda justicia
BAJO LOS ROMANOS
253
conforme a voluntad del poderoso, MARIAMNE fue
condenada a muerte y ejecutada. 29 A. C.
Por duro que fuese el corazón de Herodes, no de-
jarla de sentir remordimiento bajo tanto descrédito
y vergüenza; por lo mismo fué a distraerse en la
caza cerca de Samaría, y cayó enfermo. 7o. A Alejan-
dra. Rumores de esto llegaron a Jerusalén, y ALE-
JANDRA, madre de Mariamne empezó a tramar com-
plots para hacerse del trono en el evento de la muer-
te de Herodes, y como era de esperar, al saberlo él,
la mandó ejecutar. 28 A. C.
8o. A Castabaro.
Cuando andaban las cosas referidas de Antígono,
ciertos amigos de la familia asmonea sobresalían con
entusiasmo en favor de Antígono. En el tiempo más
crítico, un tal CASTABARO intervino en favor de
ellos. Después el mismo se casó con Salomé en sus
segundas nupcias; pero, ¡ay! de él! La buena de
Salomé, ya aburrida de Castabaro también reveló
todos sus secretos a Herodes, y él mató a Castabaro
y a los demás amigos de Antígono.
Ya que no quedaba sombra de peligro que ame-
nazara a Herodes, él se dedicó a las obras de arqui-
tectura mencionada arriba, en Preg. 272, se esforzó
para introducir las ideas y costumbres griegas, em-
pleando extranjeros en su ejército y en todas sus
empresas. Entre las naciones de afuera gozaba de
fama, pero entre los judíos, todo cuanto hacía, con
excepción de los auxilios que dió cuando hubo
hambre, siempre aumentaba el disfavor en que se
tenía; y para ellos era otro Antioco Epífanes.
Preg. 276. Refiérase cómo mató a Aristóbulo,
a Alejandro y a Antipáter.
En la vejez todos los pájaros que había criado vol-
vieron al nido para obrar según habían sido ense-
ñados.
En este intervalo de tiempo ARISTOBULO Y
ALEJANDRO, los dos hijos de Herodes y Mariam-
ne, estaban en Roma recibiendo educación. Er el
año 17 A. C. volvieron a casa. Allí estaban ahora
Salomé, hermana de Herodes, su nuevo esposo Alejas,
con quien Herodes la forzó a casarse, y su hermano
Feroras, Tetrarca de Perea. Desde luego la maqui-
naria maligna empezó a producir resultados morta-
254
HISTORIA SAGRADA
les con redoblada fuerza. Estos dos hijos de Hero-
des tenían gran hermosura personal y modales re-
finados que lucían con esplendidez. Eran aplaudidos
donde quiera que se presentaban, y quizá su popu-
laridad y la admiración del pueblo les trastornaban
un poco la cabeza. La gente de Jerusalén se acor-
daba de la grandeza de sus antepasados, y los hon-
raban con entusiasmo. Todo esto añadía combusti-
ble al fuego de los celos que ardía en el corazón de
Salomé y Feroras. Herodes quiso moderar el or-
gullo de sus dos hijos , trayendo a la corte a su me-
dio-hermano mayor ANTIPATER, a quien distin-
guía con altos honores. Esto les debía haber servido
de aviso de que había otro heredero al trono con
mayor derecho a él que ellos; pero no, sólo sirvió
para aumentar la llama de los conflictos, pues las
acusaciones contra los dos llovían sobre los oídos
de Herodes. Entre muchas otras cosas, se alegaba
que ellos hacían alarde de que iban a vengar los
asesinatos de su madre y demás parientes. Herodes
los llevó ante Augusto con sus quejas, y éste trató
de reconciliarlos a todos, y se abrazaron, pero no
se perdonaron. Después de su regreso a Jerusalén
Antipáter subió de punto en sus acusaciones, fra-
guando cartas y otras intrigas. Un nuevo proceso
falso se verificó en Berytus, que resultó en la con-
denación de los dos, y fueron estrangulados en Se-
baste (Samaría) por orden de Herodes.
Antipáter se divertía con sus complots, y no se
sabe contra cuantas personas los hizo. La repen-
tina muerte de su tío Feroras reclamó una inves-
tigación, y al hacerla se descubrieron las villanías
de Antipáter. Pues se aclaró que aún pretendía
deshacerse de su Padre Herodes para sucederle en
el reino. En este tiempo Antipáter se hallaba en
Roma y Herodes le llamó con mucho disimulo a
Jerusalén y le formuló causa ante Varo, gobernador
de Siria. Fué hallado culpable, y encadenado. He-
rodes envió los informes del proceso a Roma pidien-
do a Augusto permiso de ejecutarle, lo cual le fué
concedido.
Se supone que la llegada de los magos acaeció
cerca de este tiempo.
Otra cosa sirvió para exasperar los sentimientos
BAJO LOS ROMANOS
255
de Herodes. En su idolatría al emperador había ele-
vado una águila romana en el Templo. Dos de los
jefes de los judíos Judas y Matías hicieron que se
quitase de allí por sus 40 discípulos. Al saberlo
Herodes. los mandó quemar a todos vivos. Ahora
una enfermedad grave y asquerosa le atacó, y le
llevaron a los baños de Calirroe. Se puso peor, y
sus gritos y lamentos eran terribles.
2. A. Antipáter. ANTIPATER, al oírlos, creía que
Herodes estaba muriendo y dió muestras de alegría y
trató de sobornar al guarda para que le soltase. He-
rodes dió órdenes de que fuese muerto al instante.
Preg. 277. ¿Cuáles fueron las últimas órdenes
de Herodes?
Se dice que al saber Augusto la matanza de los
inocentes por Herodes, y creyendo que su hijo era
uno de ellos, dijo: "Más valdría ser el puerco de tal
hombre que su hijo."
Herodes fué llevado a Jericó, y no obstante de ser
déspota y absoluto, se puso a reflexionar en el efecto
que su muerte produciría en el pueblo, y llegó a
una determinación desesperada. Bien entendía que
en lugar de lamentarse, habría alegría en toda la
nación al saber su muerte, y por tanto se resolvió
a forzar al pueblo a sentir profundo pesar y que
expresaran grandes lamentaciones en todas partes.
Dió órdenes a Salomé que todos los hombres de im-
portancia en el país fuesen llamados para verle por
última vez, y que al venir, que los encerrase en el
hipódromo y que éste fuese rodeado de soldados,
para que en el momento que su alma dejase el cuer-
po, que los soldados diesen muerte a todos ellos.
Los hombres fueron llamados y se presentaron, pero
Salomé no osó cumplir con la orden de Herodes y los
despidió para que volviesen a sus casas. Después de
cambiar su testamento varias veces, al fin Herodes
dispuso en él que su hijo Arquelao recibiese la mitad
del reino, incluyendo Judea, Samaría e Idumea, con
el título de Rey; que su hijo Herodes Antipas fuese
tetrarca de Galilea y Perea y legó a Salomé Jamnia,
y a Fasaelus Asdod y 500,000 dracmas de plata en mo-
neda acuñada. Todos conceden que Herodes tuvo
grandísimo talento, fuerzas físicas como de hierro,
incomparable energía, valor sin igual, capacidad de
258
HISTORIA SAGRADA
ganar la amistad de sus superiores, y de desbaratar
los planes y deshacer los esfuerzos de sus enemigos,
y si hubiera tenido buen corazón habría sido uno de
los mayores bienhechores de la humanidad ; todo lo
cual se puede decir también de Satanás. Al morir
dejó un cuerpo, podrido ya, que le habia causado do-
lores indescriptibles, y la gran satisfacción de haber
retenido su trono contra la voluntad del pueblo y
de todo rival y adversario por unos 37 años, y que
había dado muerte a un sinnúmero de personas, entre
las cuales se contaban al abuelo, tío, madre, hermano
y dos hijos de su esposa Mariamne y a ella también;
a su propio tío que fué también su cuñado, a otro
cuñado y a Antipáter, el hijo que había escogido por
heredero. Además, había acabado con todo el san-
hedrín, menos dos miembros, y al morir tuvo la ma-
yor satisfacción de todas las que había tenido y la
firme convicción de haber destruido a todos los hom-
bres eminentes de la nación y al mismo MESIAS,
profetizado como el Salvador del mundo! Consiguió
todo lo que buscaba, logró satisfacer todas sus am-
biciones y — ¿quién quiere seguir su ejemplo y recibir
su galardón?
Preg. 278. ¿Cuál fué la condición religiosa
del pueblo judío al fin del Antiguo Testamento?
Ya hemos llegado al fin de la historia política de
Israel y Judá antes de la venida del Mesías; y con-
viene considerar el estado religioso en que se ha-
llaba el pueblo y los diferentes grupos o partidos que
prevalecían en este tiempo. Al segregar a Israel de
los demás pueblos del mundo, el Señor se propuso
preparar a esta nación, como propiedad suya, su pe-
culio en el mundo, a fin de que sirviese para patria
del Mesías, la cuna en que el Hijo de Dios, al hu-
manarse, fuese criado en su niñez y juventud hasta
llegar al estado de hombre, a los 30 años, cuando
pudiera desempeñar el oficio del sacerdocio de Dios-
hombre para redimir al mundo. Los que se hallaban
en la Palestina en este tiempo fueron destinados
a ser el fondo moral enmedio del cual él iba a ac-
tuar su ministerio y dar las lecciones y el ejemplo
de gran maestro para instruir a su pueblo en todos
los siglos venideros, efectuando la redención de los
creyentes y siendo la admiración de los ángeles
BAJO LOS ROMANOS
257
del cielo. Fuera una blasfemia decir que el plan di-
vino fracasó, y que después de todos los siglos de
enseñanza sobrenatural, y de todos los milagros y
profecías de los mensajeros de Dios, la nación re-
sultó indigna e incapaz de servir el propósito del
Todopoderoso. Pero los mismos profetas a veces nos
sugieren esta idea como, por ejemplo en Isa. cap. 1.
5:1-12; Jer. cap. 2, y en muchas otras partes, como
también Nuestro Señor en pasajes como Lk. 13:33-35,
19:41-44, y en la parábola de los malos labradores.
Mat. 21 :33-43. Siempre sostenemos que la nación
llenó el propósito del cielo, tanto en sus errores
como en sus buenas obras. Si algunos de ellos se
perdieron, fué por su propia culpa, después de tener
todas las luces necesarias para obtener la salvación.
Este mismo hecho, que viene a servir de escar-
miento para los descuidados y perversos, es parte
del plan de Dios. En cuanto a la observancia de la
Ley de Moisés, especialmente en lo que toca al ri-
tual, es evidente que el pueblo judío era muy obe-
diente ; sus jefes así se lo exigían con todo rigor. Las
fiestas eran guardadas por el pueblo en masa. No
hay evidencia de que la inmoralidad prevaleciera
en el pueblo. Las multitudes que salían para oír a
Juan el Bautista y a Nuestro Señor indicaban que
había interés en la religión entre ellas, y San Marcos
dice que el común del pueblo le oía a Jesús "De bue-
na gana." 12:28. Pero al considerar la evidencia de
espiritualidad en la nación, parece que había muy
poca. José y María en Nazaret, los Pastores cerca de
Belén, los que "Esperaban la Redención de Israel"
en Jerusalén. y los piadosos Zacarías. Simeón y Ana
indicaban, por lo raros que parecían ser, que había
muy pocos en el país que adoraban a Dios en Espí-
ritu y en verdad. La parábola de la casa habitada por
el espíritu inmundo cuyo postrer estado vino a ser
peor que el primero. Mat. 12:43-45 y Luc. 11:24-26,
nos da la respuesta a nuestra pregunta. La nación
fué preparada lo suficiente para aceptar a Cristo si
hubiera querido, pero no lo hizo porque no quizo.
La providencia preparó todo lo que era necesario
para presentar el Evangelio a los judíos y también
a todo el mundo. La dispersión de los judíos en
todas las naciones, que se reunían en sus sinagogas
258
HISTORIA SAGRADA
para leer la Ley de Moisés y los libros de los pro-
fetas todos los sábados, proporcionó a los Apóstoles
el modo de introducir el Evangelio en todos los paí-
ses. Pero vemos que Israel quedaba todavía cegado
y de corazón duro, al contemplar que no hubo más
de 120 en Jerusalén el día de Pentecostés, y 500 en
Galilea para ver al Señor resucitado. Hubiéramos
esperado que las miríadas que fueron sanadas por
El, le habrían aceptado como su Señor, como lo ha-
cían los samaritanos. Al contrario, vemos que los
judíos admitieron los 7 "espíritus peores" de odio
y hostilidad contra Cristo y su evangelio. Como ya
hemos dicho, este resultado fué previsto por los Pro-
fetas, y el Señor Jesús lo reconoció como un hecho
con gran tristeza. Conviene ahora considerar los
diferentes partidos religiosos en aquel tiempo.
Preg. 279. ¿Quiénes fueron los Escribas y
Fariseos?
Los jefes religiosos de la nación judía en el
tiempo de Jesu-Cristo fueron los fariseos y los escri-
bas. No todos los fariseos eran escribas y puede ser
que no todos los escribas eran fariseos, aunque se
cree que la gran mayoría de ellos lo eran. Además
de ellos había otros dos grupos: los esenios y
los herodianos. La Providencia de Dios dejó estas
dos clases entre los judíos de diferentes tipos
de carácter y de conducta para que sirviesen de ob-
jetos de estudio a los cristianos en todos los tiempos
subsecuentes. Había otras influencias activas en la
nación en esta época que no se clasifican en las tres
clases mencionadas. En el título que Pilatos clavó
sobre la cruz de Nuestro Señor se vieron las tres
lenguas: hebrea, griega y latina que representan los
tres dominantes elementos tanto en la Palestina co-
mo en todo el mundo de aquel entonces.
Nuestra atención se fija ahora en el elemento
hebreo, y en sentido religioso, en la secta o partido
de los fariseos. El sentido etimológico de su nom-
bre es que son separatistas, pero no obstante de esto,
por muchos siglos han representado la gran mayoría
del pueblo judío. Esdras fué el primer escriba, y
dió origen a la orden de escribas que se ocupaba no
solamente en hacer copias escritas de la Ley, sino
que vinieron a ser expositores de ella y maestros
BAJO LOS ROMANOS
259
religiosos del pueblo. Desde entonces han sido ro-
deados de un partido que los apoya y sostiene y
formó un cuerpo de la nación que ha sido domi-
nante hasta el día de hoy; cerca del año 200 A. C.
se llamaban asideos. Estos fueron leales a la religión
de sus padres y ayudaron a los macabeos en su lucha
contra los sirios que trataron de imponer a los judíos
la religión y las costumbres de los griegos. Pero
cuando Judas Macabeo acudió a los romanos, en el
año 162 A. C. para aliarse con ellos, los asideos se
separaron de él. y su defección ocasionó la derrota
de Judas, y la pérdida de su vida. Desde entonces en
adelante estos se llamaron fariseos, haciendo hinca-
pié en la obediencia de la ley oral, teniéndola co-
mo de igual o mayor autoridad que la Ley escrita de
Moisés. Insisten que Moisés entregó esta ley oral
a Josué, y él a los ancianos, y que estos la dieron
a los profetas, que la entregaron a su vez a los de
la Gran Sinagoga. De tal hecho hay que observar
que no existe nada de evidencia histórica. Se em-
peñaban en hacer un muro alrededor de la Ley para
que sea guardada perfectamente. Faltando datos his-
tóricos en que defender su contención, apelaban a dos
argumentos que creían que les justificaban. Decían
que en la legislación mosaica no hay mandato que
ordene que se deba orar a Dios, y menos que se
enseñara el modo de orar. También notan que en
el Pentateuco no hay una enseñanza explícita res-
pecto a la vida futura, a la- resurrección, o al juicio
final. Estos son hechos admitidos, pero no se debe
echar al olvido que lo que faltaba en palabras explí-
citas se enseñaba por el ejemplo de los Patriarcas
y Moisés, a saber: cómo debían orar y por qué, y
"que buscaban una patria mejor, aun una celestial,"
según se aclara en Heb. 11:13-16. Para ellos no va-
lía lo demás del Antiguo Testamento de lo cual ellos
mismos vinieron a ser los bibliotecarios para el resto
del Mundo. Supusieron por muchos siglos que no era
lícito poner esta ley oral por escrito, pero a princi-
pios del siglo tercero cristiano se acordó que sería
mejor ponerla por escrito, y en esto trabajaron los
rabinos muchísimo, y al fin fué preparado el Talmud
Babilónico en que la ley oral estaba impresa. Entre
los años 1520 y 1523 se hallaba en doce tomos folio
260
HISTORIA SAGRADA
y hay varias ediciones de él. El Talmud tiene dos
partes, la Misna y la Gemara, la palabra Talmud
quiere decir ESTUDIO; Misna, REPETICION, y
Gemara ACABAMIENTO. La Misna desarrolla y
ensancha el texto de la Ley escrita de Moisés ; la
Gemara se basa en el texto de la Misna, y lo desa-
rrolla y ensancha. El Talmud, en ambas partes, tie-
ne seis órdenes, y cada uno de ellos tiene varios
tratados; los cuales se dividen en capítulos, y éstos,
al fin, en párrafos. Entre los gentiles, todo esto se
llama tradición. Nuestro Señor afirmó que algunas
de estas tradiciones se oponen a la ley de Moisés.
Mat. 15:1-20 y Me. 1-23.
Tenemos aquí un fenómeno muy interesante ; un
partido en la nación escogida de Dios que está se-
gregado de los demás para dedicarse al estudio y
la enseñanza de su Palabra, y es tenido en alta esti-
mación de la gente por su piedad; v sin embargo,
al presentarse el Mesías, esta misma secta es la
principal enemiga que se le opone; y al fin causó su
muerte. No se puede negar que el tener celo de
Dios es cosa buena. Pablo atestiguó en su favor
que tenía celo de Dios. Rom. 10:2. Y Nuestro Señor
dijo: "En la cátedra de Moisés se sientan los escri-
bas y los fariseos. Así que cuanto os mandaren, ha-
cedlo y guardadlo." Mat. 23:2-3. Pero, a pesar de
esto. Nuestro Señor no reprendió a nadie en términos
más fuertes que a ellos. Los llamó "hipócritas";
Mat. 23:13, 15. 25; "guías ciegos;" Mat. 23:16, 24:
"Ciegos," Mat. 15:14. 23:17; "sepulcros blanqueados,"
Mat. 23:27; "serpientes," Mat. 23:13; dijo que su
padre era el diablo, Juan 8:44. Es evidente, pues,
que los que buscan los lugares más eminentes en la
religión, y se ocupan en estudiar la Biblia pueden
incurrir en graves pecados.
Preg. 280. ¿Cuáles fueron los errores de los
fariseos ?
Siguiendo las indicaciones dadas en el Nuevo Tes-
tamento podremos descubrir cuales fueron los erro-
res de los fariseos.
I. Los fariseos vinieron a ser esclavos de la
letra "que mata." más bien que del espíritu que vivi-
fica. 2 Cor. 3:6. Hay entre ellos quien cuenta las
palabras que hay en la Biblia buscando cuál es la
BAJO LOS ROMANOS
2G1
letra o versículo central de ella. Los rabinos han
notado que ciertas letras son más grandes o sobre-
salen de algún modo, y luego sacan de eso alguna
doctrina. Por ejemplo véase la primera letra en
cualquiera Biblia hebrea, y en todas ellas es muy
grande. Así se sacó de los manuscritos de los rabi-
nos, y ellos ven en esto una alusión mística a la mag-
nitud de la obra de la creación ;y como es una B,
la segunda letra del alfabeto, que en hebreo es el
número dos, alegan que se refiere al doble producto
del poder creativo, "los cielos y la tierra."
II. Con esta idolatría a las letras de la Biblia va
acompañado un amor excesivo a las ceremonias. Los
que desean acumular méritos propios están tentados
a valuar las ceremonias altamente. Si logran cum-
plir con todos los ritos prescriptos, se ven con gran
satisfacción, y a otros que no cumplen del mismo
modo, los ven como sus inferiores en santidad.
III. De estas dos tendencias nace el orgullo o
soberbia espiritual. El pueblo común que no puede
practicar tantas purificaciones ni cumplir con tama-
ño ritual, se tiene en poco por ellos, pues creen que
se contaminan al tocarlos. Luc. 7:39. Por esto evi-
tan el sentarse junto a tal persona y buscan asientos
apartados.
IV. Nace luego una ambición de ocupar asientos
de honor y ser tenidos como maestros y doctores.
Le. 14:7; Mat. 23:6-7. Hacen largas oraciones en
público, ensanchan sus filacterias. y quieren pasar
por santos; a todo ésto es lo que se llama hipocresía.
V. Al abrigar estos errores en su corazón, otros
entran simultáneamente. Teniendo tanto empeño en
diezmar la hierba buena, el eneldo y el comino, Mat.
23:23, y mirando esto como tan grande virtud, se cie-
gan para no poder ver las obligaciones más grandes de
la ley, la justicia, la misericordia y la fé. El devorar
las casas de las viudas no les remordía la concien-
cia. 23:14.
VI. No faltaba más que entrar en ellos el amor
al dinero. Lk. 16:14. que es una raíz de todos los
males. 1 Tim. 6:10. Aunque estos males habían in-
vadido esta secta y corrompido el carácter de muchos
de ella, no hemos de suponer que todos eran igual-
mente malos. Pues debe haber algunas excepciones.
262
HISTORIA SAGRADA
El Señor Jesús declaró que un escriba no estaba le-
jos del reino de Dios. Me. 12:34; y hemos de creer
que había muchos como Nicodemo y Saulo de Tarso,
que después aceptaron el evangelio. Esa corta noti-
cia de los fariseos nos infunde mucho cuidado. "El
que piensa estar firme mire no caiga." 1 Cor. 10:12.
VII. El carácter resultante que se formaron de
esta manera fué que se escandalizaban al ver que
Jesús no guardaba sus tradiciones, ni obedecía el
cuarto mandamiento conforme a sus enseñanzas. Se
llenaron de envidia y celos al ver que el pueblo le
seguía, y que El gozaba de mayor popularidad que
ellos, y se reventaron de furia al oír la condenación
que pronunció contra ellos y sus obras. Fueron lle-
vados al extremo de formar la determinación delibe-
rada de causar su muerte, y con este fin entregaron
a su Mesías a Pilatos clamando a voz en cuello:
"Crucifícale !"
Preg. 281. Los Saduceos.
Se discute mucho sobre el origen y el sentido de
la palabra saduceo. No podemos entrar de pleno en
este asunto, y. además de lo que dijimos en Preg.
213, se deriva del nombre personal de Sadoc, el déci-
mo sucesor de Aarón en el sumo sacerdocio; era
amigo de David y cuando él murió, favoreció a Salo-
món,, y se opuso a Adonías, que se había proclamado
rey. ltamar ayudó a éste, pero cuando Salomón ocu-
pó el trono, destituyó a ltamar del sacerdocio, y re-
tuvo a Sadoc. Desde entonces los sumos sacerdotes
fueron descendientes de Sadoc hasta el tiempo de
Antioco IV, Epífanes, rey de Siria, que dió el oñcio
a Menelao. benjamita, cerca del año 171 A. C.
Los hijos de Sadoc fueron tenidos en gran honor.
El nombre de Sadoc precede al de Abiatar en varios
lugares en la Biblia. "La casa de Sadoc" es la que
figura en los días de Hezequías, y varias veces Eze-
quiel hace mención de ella en su gran visión. El
los llama "Los hijos de Sadoc." Ezeq. 40:46, 43:19-
44:15, 48:11. Habría sido extraño si este nombre
se hubiese olvidado en los días de los conflictos de
los sacerdotes en los tiempos de los sirios y los ma-
cabeos, existiendo aún la misma familia y en pues-
tos de eminencia en la nación. Como ya se ha no-
tado, la unión de los oficios sacerdotal y gobernador
BAJO LOS ROMANOS
civil en la misma persona siempre sale en perjuicio
del pueblo. También se notó que el sacerdocio ju-
dío, habiendo gozado de este doble oficio por muchos
años después de la vuelta de -Babilonia a la Pales-
tina, al fin se secularizó. Por tanto no resistieron
las ideas y prácticas paganas, y admitieron mucho
de la cultura griega. En Hechos 5:17 leemos del
"principe de los sacerdotes y todos los que estaban
con él, que es de la secta de los saduceos."
La diferencia que había entre los fariseos y los
saduceos estribaba principalmente en que los sadu-
ceos no admitían la ley oral. Ellos admitían la Ley
de Moisés y también lo demás del Antiguo Testa-
mento; pero negaban la doctrina de la resurrección
de los muertos, y que hay ángel o espíritu. Hech.
23 :8. Pertenecían a la aristocracia de la nación y se
ocupaban más en la política que en la religión, y fa-
vorecían a los romanos. En aquel día en que los
fariseos y los herodianos trataron de tomar a Jesús
por una pregunta difcil de contestar respecto del
censo dado a César, los saduceos también entraron
con su pregunta respecto a la resurrección. Con igual
facilidad Jesús cerró la boca de éstos como de aqué-
llos. En general los saduceos no se interesaban en
lo que Jesús hacia. En los evangelios se hace men-
ción de los fariseos con seis veces más frecuencia
que de los saduceos. No se opusieron a la crucifixión
del Señor, y sin duda se unieron con los demás del
Sanhedrín para condenarle como digno de muerte.
Pero después de la resurrección de Jesús, cuando los
apóstoles daban testimonio de este hecho, los sadu-
ceos fueron los que se pusieron hostiles y los comba-
tieron. Después de la destrucción de Jerusalén, ya
que el Templo fué destruido y no quedaba motivo
para un sacerdocio, no se oye más de los saduceos.
Preg. 282. ¿Quiénes eran los Herodianos?
Aparte de las dos sectas mencionadas, se habla de
los herodianos... En la primera parte del ministerio
del Señor en Galilea, cuando sanó en día de sábado
al que tenía la mano seca, los fariseos tomaron con-
sejo con los herodianos para matarle. Me. 3:6. Otra
vez, al fin de su ministerio en Jerusalén, se unieron
estas dos sectas para hacerle a Jesús la pregunta in-
sidiosa respecto del censo dado a César. Estas son
264
HISTORIA SAGRADA
las únicas ocasiones en que se mencionan los hero-
dianos en la Biblia, y sin duda, las únicas veces en
que se vieron unidos con los fariseos. Es claro que
eran los partidarios de Herodes y los que favorecían
a los romanos, y por lo mismo eran los contrarios de
los fariseos en todo, menos en su oposición a Jesús.
Es el baldón de los judíos que pudiese existir par-
tidarios de Herodes o de su familia 30 años después
de la muerte de aquel inicuo déspota. No hay prue-
ba de que tuviesen religión alguna.
Preg. 283. ¿Quiénes eran los Esenios?
Nada se dice de esta secta en la Biblia, y es de la
que más se habla por los eruditos ; y en verdad, es
también la de que se sabe menos en realidad. Josefo,
Filón y Plinio son los que nos suministran los in-
formes respecto de ellos; estos escritores y los fari-
seos los alaban, pues dan a entender que los esenios
eran la quinta esencia del farisaísmo, y parece cierto
que en algunos puntos eran más rígidos que ellos,
pero en otros diferían radicalmente. Se deja ver
también que en las descripciones de los esenios hay
algunos pasajes que parecen reproducción de parto
del sermón de Jesús en la montaña. Mat. caps. 5-7.
Esta secta aparece en la historia por primera vez en
lo que Josefo dice de las sectas judías del tiempo
del sacerdocio de Jonatán hermano de Judas Maca-
be O, Preg. 257, Ant xiii, 5:9 cerca del año 150. Flo-
recieron más desde esta fecha hasta la destrucción
de Jerusalén en el año 150 A. D. y por lo mismo exis-
tían en Judea en los días de Nuestro Señor. Algu-
nos creen que el mismo Jesús, con José y María eran
esenios, y tratan de colocar en la misma categoría a
Simeón y Ana, a los pastores de Belén, a todos los
que esperaban la redención de Israel, a Juan el Bau-
tista, a sus padres Zacarías y Elizabet y a otros mu-
chos. Este es un parecer hermosísimo, pero creo que
no lo podemos aceptar por razones suficientes.
Los esenios eran pocos en número; pues se dice que
había unos 4,000 de ellos y que vivían en comunidad,
en la serranía cerca del Mar Muerto. Algunos de
ellos se hallaban en las aldeas y ciudades, pero muy
pocos, porque como ellos eran puritanos del tipo más
exagerado, creían que se contaminarían al estar en
medio de otras gente«.
BAJO LOS ROMANOS
265
Nadie sabe el significado verdadero de la palabra
"esenio," y aunque algunos suponen que quiere decir
"santo," es más probable que se puede admitir algu-
no de -los siguientes significados: Los de fuera; los
hacedores (de la Ley), los silenciosos; los adorado-
res ; o los sanadores.
Eran comunistas y renunciaban el derecho a los
bienes y contribuían todo su haber, sus sueldos y
todos otro ingreso al fondo común, y comían todos en
la mesa de la comunidad. Había los que prepara-
ban toda la comida que era muy poca en cantidad
y muy sencilla en calidad. Se levantaban muy de
madrugada, pero no hablaban de cosas mundanas
hasta no haber acabado sus devociones. Todavía an-
tes de salir el sol se reunían y rezaban ciertas ora-
ciones de sus antepasados y oraban al sol para que
saliera. Se empleaban en la agricultura, como pas-
tores o en otras ocupaciones en el campo, pero nun-
ca en fabricar armas. Temprano salían a trabajar, y
continuaban hasta las once del día. Entonces vol-
vían a casa y se bañaban y se cubrían de un velo
blanco. Nunca se vestían de otro color sino de blan-
co. Uno que había sido elegido como jefe presidía
y practicaba sus solemnidades religiosas y acciones
de gracias, y comían en silencio, pues sólo hacían uso
de la palabra uno a la vez y por turno. Al fin de la
comida, otra vez ofrecían oración y salían a traba-
jar el resto del día. Se reunían de nuevo y volvían
a repetir las mismas ceremonias religiosas. Estas
ceremonias se consideraban como sacrificios, y al jefe,
como sacerdote. No asistían al Templo en Jerusalén,
ni ofrecían sacrificio aunque a veces enviaban ofren-
das allá. No admitían ni el matrimonio ni la escla-
vitud. Su comunidad se formaba de puros hombres
de edad algo avanzada, pues no admitían a jóvenes
hasta que se hubiesen calmado sus pasiones juveni-
les. Abrigaban ideas muy bajas e indignas de las
mujeres y por esto, solo se casaban unos cuantos que
sentían la obligación de aumentar la raza. Así eran
verdaderos ascéticos. Aceptaban muchas ideas de los
parsis, los adoradores del fuego, que enseñaban que
la materia es esencialmente pecaminosa. Como
el mal reside en la materia, les era preciso
mortificar al cuerpo, y creían en la inmortali-
266
HISTORIA SAGRADA
dad del alma, pero no en la resurrección del cuerpo,
porque es pecaminoso en sí mismo. El cuerpo era
una prisión del alma que aspiraba a ser libre. Su
mayor cuidado era evitar toda contaminación-; para
ellos, el tocar una persona que no pertenecía a su or-
den les hacía inmundos, y lo mismo los contaminaba
el tocar a uno que estaba preparándose para ingre-
sar a ella. Le costaba tres años de prueba a un pos-
tulante para entrar, y al fin de cada año podrían
gozar de algunos privilegios que no tenían antes,
pero no podían comer a la mesa común hasta sufrir
todas las pruebas de los tres años. Entonces tenían
que hacer los más fuertes juramentos para entrar de
lleno en la comunidad. Se obligaban a perpetua cas-
tidad, a guardar los secretos de la orden contenidos
en sus libros, a no revelar los nombres de los ánge-
les, a ser castos, honrados , sobrios y moderados, a
no jurar, y a guardar el sábado estrictamente y estu-
diar sus libros y las Escrituras. No había ni pobre
ni rico entre ellos porque todos vivían de la comu-
nidad y a ella entregaban todos los ingresos, pro-
ductos o frutos. A veces adoptaban a huérfanos y
los criaban en los mismos principios. Eran muy
hospitalarios para con los esenios de otras partes,
y cuidaban con el mayor esmero a los enfermos y a
los ancianos decrépitos. El culto al sol y el dualismo
de los parsis, que sostenía que había dos principios
originales, el bien y el mal, el espíritu y la materia,
Dios y el demonio, que guerrean eternamente, los
sacaban del oriente, pero las demás de sus doctrinas
se derivaban de la Biblia. No admitían las tradicio-
nes de la Ley oral, y según nuestro modo de enten-
derlas, muchas de sus doctrinas son contrarias a la
Biblia, pero ellos la interpretaban en sentido figura-
do, que resultaba siempre en falsificar la verdad
bíblica.
Los esenios eran tan pocos en número y vivían tan
apartados de las demás gentes, que no hay (pie ex-
trañar que el Señor Jesús no se encontrase con ellos ;
y por lo mismo no condenó a ninguna de sus doctri-
nas; pero varias de ellas son contrarias a lo que en-
señaba Cristo, aunque sus ideas morales estaban de
acuerdo con el evangelio.
Pretendían profetizar, y enseñar a otros a hacerlo,
BAJO LOS ROMANOS
y tenían ensalmos y hechizos, obras de magia y de
adivinación; también poseían obras que trataban de
las virtudes medicinales de las plantas. Eran dados
a la contemplación y por tanto predecesores de los
anacoretas, monjes, monjas y de toda clase de asce-
ticismo. Eran muy benignos y caritativos, pero muy
justicieros cuando había obras malas. Si alguno co-
metía un crimen o delito, una corte de cien hombres
le juzgaba y su fallo era inapelable. Si le condena-
ron a ser expulsado, se le consignaban a morir de
hambre. Para dar socorro, cada uno gozaba de li-
bertad, pero si el beneficiado era pariente, tenía que
solicitar permiso. A Moisés veneraban después de
Dios y el que blasfemaba su nombre era castigado
con la muerte.
Después de la destrucción de Jerusalén muchos de
ellos se hallaban en Galaad, cerca de Pela, a donde
los cristianos huyeron, en obediencia al mandato de
Jesús. Es probable que los esenios fueron aconseja-
dos por los cristianos y por lo mismo se salvaron
de la destrucción, y al mismo tiempo, fueron con-
vencidos que debían aceptar a Cristo. Algunos di-
cen que desde la destrucción de Jerusalén los esenios
se incorporaron a los cristianos y no aparecen en la
historia más; pero aunque sea probable que así ' lo
hicieran muchos, no lo fué así con todos, porque
existen muchos escritos que se llaman apocalípticos
y heréticos que por muchas razones se atribuyen a
ellos, e indican que muchos esenios no recibían el
evangelio, y trataban de propagar doctrinas contra-
rias a él. Algunos de estos escritos son los siguien-
tes : "Las Recogniciones" y las Homilías Clementinas
y otras obras gnósticas. El Salterio y las Odas de
Salomón, Los Libros de Enoc, Apocalipsis de Baruc,
Asunción de Moisés, la de Isaías, Los Testamentos de
los Doce Patriarcas, los de Adán, los de Abraham,
los de Job y los libros Sibilinos. En estos libros se
descubren elementos gnósticos de los esenios, y la
mayoría de ellos, fueron escritos después de la Des-
trucción de Jerusalén. A ellos se atribuyen varias
obras apócrifas además del II Macabeos ,pero escri-
tos más tarde, tales como: Los evangelios de los ebio-
nitas, los de los egipcios, el de Pedro, el de los Doce
Apóstoles, y el de Barnabás y Bartolomé. Se deben
268
HISTORIA SAGRADA
dos versiones del Antiguo Testamento a ellos, a saber;
las de Teodoción y la de Simaeo.
Preg. 284. ¿Qué se dice de la literatura judía
desde 400 A. C. en adelante?
La mayor parte de los informes históricos que te-
nemos de los judíos durante esta época se deriva
de los siguientes libros: Los I y II Macabeos. escri-
tos, el primero por algún saduceo piadoso que vene-
raba la Palabra de Dios. El nos refiere lo que su-
cedió desde 175 A. C. hasta 135 A. C. Da principio
con el reinado de Antioco IV Epífanes y termina con
la muerte del Sumo Sacerdote Simón. Esta es una
obra buena y fidedigna en su mayor parte ; el se-
gundo, parece ser de un esenio, y abarca los aconteci-
mientos desde el año 176 A. C. hasta 126 A. C. Con-
tiene muchas exageraciones y fábulas. El III Ma-
cabeos trata de los años desde 221 a 204 A. C. Hay
otros dos libros de Macabeos de poca importancia,
y parece que son de fechas más recientes. De los
tiempos de Herodes el Grande, hay un libro es-
crito por un amigo suyo, nombrado Nicolás de Da-
masco.
Filón Judío de Alejandría, que floreció entre los
años 20 A. C. y 40 A. D. era filósofo judío-griego
que fundaba su filosofía en las enseñanzas de la
Biblia, pero las interpretaba en sentido alegórico.
Nos suministra muchos informes históricos.
Josefo que floreció entre 37 A. D. y 100 A. D. y
que perteneció a las tres sectas judías, pero que al fin
escogió ser fariseo moderado, dejó varias obras de
gran valor, como Antigüedades Judías, una libre
traducción del elemento histórico del Antiguo Testa-
mento. Las Guerras Judias; Unas Defensas de los
Judíos, y su propia biografía. Los hechos presenta-
dos por él siempre tuvieron un .colorido agradable
para sus lectores, griegos y romanos.
Debemos a los judíos muchas Versiones antiguas
del Antiguo Testamento como: La de los LXX en
griego, la Itala, o Antigua latina, el Targum. la si-
riaca y la griega de Aquila. Ellos también desde
tiempos antiguos se han ocupado en preparar el Tal-
mud con sus obras conexas y comentarios, hasta tiem-
pos modernos; y un sinnúmero de otras obras más
modernas.
BAJO LOS ROMANOS
269
Preg. 285. Indíquese
profecías de Dan. 11:36-
36. Aquel rey pues hará
su volutad y se en-
soberbecerá y se en-
grandecerá sobre to-
do dios; y contra el
Dios de los dioses
hablará cosas espan-
tosas ; y saldrá con
la suya, hasta que se
concluya la indigna-
ción; porque lo de-
cretado ha de ser he-
cho.
37. Y del Dios de sus
padres no hará caso
ni tampoco del deseo
de las mujeres; ni
hará caso de ningún
dios; porque sobre
todos ellos se engran-
decerá ;
38. sino antes, en su lu-
gar honrará el dios de
laá fortalezas ; a un
dios, pues, que no co-
nocieron sus padres,
honrará con oro y
con plata, y con pie-
dras preciosas, y con
otras cosas apeteci-
bles.
39. Y se hará dueño de
las más inexpugna-
bles fortalezas en
unión con un dios ex-
I traño. A quien le re-
conozca, le dará gran
honra, y los hará re-
gir sobre muchos ;
y les repartirá la tie-
rra en galardón.
el cumplimiento de las
45.
EL REY HERODES
EL GRANDE se impuso
sobre la Palestina.
Fomentó el culto de
César.
Persiguió al Mesías.
"El recién nacido rey".
Toda mujer deseaba ser
madre del Mesías.
Construyó muchas for-
talezas y confió en ellas.
Hacía templos paganos
y los enriquecía.
270
HISTORIA SAGRADA
40. Mas al tiempo del
fin arremeterá con-
tra el rey del Sur ;
pero el rey del
Norte le arrebatará
como una tempestad,
con carros de Guerra
y gente de a caballo
y muchas galeras ; y
entrará en las tierras;
y lo inundará y lo
arrollará todo.
41. Entrará también en
la tierra hermosa; y
muchas tierras cae-
rán, pero éstas es-
caparán de su mano :
Edom y Moab, y la
parte principal de los
hijos de Ammón.
42. Extenderá su mano
también contra otras
tierras y la tierra de
Egipto no escapará;
43. sino que él se apo-
derará de los tesoros
de oro y de plata, y
de todas las demás
cosas apetecibles de
Egipto; y los Libios
y los Etiopes segui-
rán sus pasos.
44. Empero, n o t i c i a s
desde el oriente y el
Norte le turbarán; y
saldrá con grande in-
dignación para aso-
lar, y para destruir
enteramente a mu-
chos.
45. Y plantará sus pa-
bellones palaciales
entre los mares, jun-
to al hermoso y san-
Marco Antonio y Cleo-
patra estaban con él, pe-
ro Augusto César vino
contra ellos, y Herodes se
sujetó a éste; y César
pasó adelante
y tomó a Egipto, pero no
tomó a Edom, ni a Moab
ni a Ammón.
Herodes "fué turbado
y toda Jerusalén con él"
cuando los Magos anun-
ciaron que el Rey de los
Judíos había nacido. De
Roma vino noticia de que
su hijo Antipáter le iba a
envenenar. Se enfureció
cuando quitaron el águi-
la romana de oro de la
puerta del Templo. Hizo
dos palacios, uno de ellos
en Jerusalén.
BAJO LOS ROMANOS
271
ton monte ; mas lle-
gará a su fin ; y no
habrá quien le ayude.
Capítulo xii.
En aquel tiempo se
levantará Miguel, el
gran príncipe que es-
tá de parte de los
hijos de tu pueblo; y
habrá tiempo de an-
gustia cual nunca fué
desde que ha habido
nación hasta aquel
tiempo. Mas en aquel
tiempo será librado
tu pueblo, es decir
todos los que fueren
hallados escritos en
el libro.
2. También una multi-
tud de dormidos en
el polvo de la tierra
despertará ; los unos
para vida eterna, y
los otros para des-
honra y aborreci-
miento eterno.
3. Entonces los que
sean sabios brillarán
como el resplandor
del firmamento, y los
que hayan vuelto a
justicia a muchos
como las estrellas
para siempre y eter-
namente.
4. Tú, empero, oh Da-
niel, cierra estas pa-
labras, y sella el libro
hasta el tiempo del
fin. Muchos correrán
de aquí para allá, y la
ciencia será aumen-
tada.
[erusalén fué destruida
por los romanos y hubo
horrores indecibles e in-
comparables.
Los Cristianos fueron
salvos.
Los muertos espirital-
mente fueron vivificados
en el día de Pentecostés.
La gloria de los primi-
tivos Cristianos.
Los avances del Evan-
gelio.
272
HISTORIA SAGRADA
5. Entonces yo Daniel
miré, y be aquí a
otros dos que esta-
ban en pie. el uno de
esta parte a la ribera
del río, y el otro de
aquella parte a la ri-
bera del río.
6. Y dijo uno de ellos
al varón que traía las
vestiduras de lino
blanco que estaba en
pie sobre las aguas
del río: ¿Para cuán-
do será el fin de es-
tas maravillas?
7. Y yo oí a aquel va-
rón que traía las ves-
tiduras de lino blan-
co, que estaba en pie
sobre las aguas del
río. cuando levan-
tando su mano dies-
tra y su siniestra ha-
cia el cielo, juró por
aquél que vive eter-
namente, que será pa-
ra un tiempo, y dos
tiempos, y la mitad
de otro; y que cuan-
do se haya acabado
de destruir el poder
del pueblo santo, to-
das estas cosas serán
consumadas.
8. Y yo oí. pero no
comprendí. Dije
pues; Señor mío.
¿cuál será el resul-
tado de estas cosas?
9. Mas él respondió:
Anda, Daniel ; que
estas palabras están
Cestio avanzó contra
Jerusalén a últimos del
mes Hyperbereteus (Nov.
de 66 A. D.) y el sacri-
ficio diario fue quitado el
17 del mes Panemus, Heb.
Tamuz. (Julio. 70 A. D.)
después de tres años y
una parte de otro.
El sitio fué terminado
por Tito el 7 del mes Elul
(Septiembre) cosa de un
mes y medio (45 días)
después de haberse quita-
do el sacrificio.
BAJO LOS ROMANOS
273
cerradas y selladas
hasta el tiempo del
fin.
10. Muchos serán puri-
ficados y emblanque-
cidos y acrisolados;
pero los malos segui-
rán haciendo malda-
des ; mas los sabios
entenderán.
11. Desde el tiempo en
que fuere quitado el
holocausto continuo
es a saber, para poner
allá la abominación
desoladora, habrá mil
doscientos y noventa
días.
12. ¡ Bienav enturado
aquél que espere y
alcance a mil tres-
cientos treinta y cin-
co dias !
13. Tú empero anda por
tu camino hasta que
llegue el fin : entre-
tanto descansarás, y
te levantarás al goce
de tu herencia al fin
de los días.
Así se concluyen las grandes profecías de Daniel.
Primero da una comprensiva vista de los grandes
reinos del mundo que tendrán que ver con los judíos,
que fué presentada en la gran estatua del sueño de
Nabucodonosor en Cap. II.
Después, otra representación de los mismos reinos
se da en Cap. vii bajo el símbolo de una serie de
bestias. <
En el Cap. viii se trata de los reinos medo-persa y
griego; en el ix se da la visión de las setenta sema-
nas, que revela la fecha de la venida y de la cruci-
fixión del Mesías.
Y al fin, en el Cap XI, le fué dada la profecía de
274
HISTORIA SAGRADA
los reyes de Persia, y luego del reino de Alejandro
Magno con su división en cuatro partes, vs. 2-5 ; des-
pués sigue con el de Tolomeo Filadelfo, vs. 6-9; y
en seguida, el de Antioco Grande, vs. 10-19; y el de
Antioco Epífanes, vs. 20-32; y el de los Macabeos,
vs. 33-35 ; y el de Herodes el Grande, vs. 36-45 ; y
en el Cap. xii, lo de la destrucción de Jerusalén y el
establecimiento del cristianismo en el mundo.
Los enemigos de la Biblia alegan que el libro de
Daniel fué escrito por algún judío en el tiempo de
los Macabeos para animar a éstos en sus luchas.
Esta suposición sería plausible si no fuera que las
profecías siguen adelante y dan los detalles de lo
que sucedió después durante 240 años. El que pue-
de creer que un impostor, que pretende ser profeta,
pudiera hacer tal cosa, es capaz de creer cualquier
otra falsedad por absurda que sea.
APENDICE.— I.
ARBOL GENEALOGICO DE LOS SELEUCIDAS
ANTIOCO, general de Felipe de Macedón, fué padre
de: (Su mujer fué Laodice)
I. — Seleuco I Nicator, se casó con Apama. Vivió
306-281. Su hijo fué
II.— 281-261. Antioco I Soter. Su hijo fué
III. — 261-246. Antioco II Theos ; segundo hijo de
A. Soter. Su hijo fué (por Laodice),
IV. — 246-226. Seleuco II Calinico. Su hijo fué
V.— 226-223. Seleuco III (Cerauno) Soter.
VI. — 223-187. Antioco III Magno. Hijo menor de
Calinico. Su hijo fué
VII. — 187-176. Seleuco IV Filopátor, hijo menor de
Antioco Magno fué
VIII. — 175-164. Antioco IV Epifanes, hijo menor de
Antioco Magno, su hijo fué
IX. — 164-162. Antioco I Eupator (Lysias)
X.— 162-150. Demetrio I Soter. hijo de Seleuco IV
XI.— 150-145. Alejandro I Balas (Theopator Euér-
getes) y su hijo fué
XII.— 145-142. Antioco VI Theos Epifanes Dio-
nisus.
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APENDICE
27
ARBOL GENEALOGICO DE LA FAMILIA
DE HERODES
Antipas
m. 78 A. C.
/ Fasael
Herodes el
Grande 421
(Rey de
I Judea.
37 A. C-
'4 A. D.
Ant¡páter£<M*
Proc. Judea
47-43 A. C. ijosé
Feroras
Salomé
De Doris
Ejecutado
4 A. C.
De
Mariamne
Aristóbuloí'
Asesinado
A. C.
De
i Mariamne
I hija de
" Simón
; Herodes
Felipe
Me. 6:17
\De Maltace
Tetr. de Gal.
/ Arquelao
|Etn. de Jud.
14 A. C.-6 A. D
De Cleopatra
Herodes, Te-
trarca del
territorio E.
del Jordán,
i 4 A. C.-34
A. D.
Herodes
Agripa, Rey
de Chaléis
m. 100 A. D.
Berenice
Hechos 25 :23
\ Hechos
J Drusila
f Hechos
f 24:24.
Herodes el Grande tuvo además otras cinco muje
res (Ant. xvii 1:3, B. J. i 18:4) y otros siete hijos
que no figuran en la historia.
278
APENDICE
TABLA CRONOLOGICA
Fechas Aproximadas Desde Jehú Hasta el
Nacimiento del Señor Jesús
REINO DE JUDA
1 Joás
Atalía (7) Usurpadora.
(40)
7 Joás coronado.
23 Joás compone
2R. 12:6.
el Templo
37 Joás y Amasias socios, 2R.
14:1.
3 Amasias solo. 40 Joás asesi-
nado. 2R. 12:20, 14:1.
Amasias vence a Edom. AB-
DIAS profeta.
Amasias llevado cautivo a Je-
rusalén. Joás despoja al
Templo.
Conspiran contra Amasias, 18,
2R. 14:19.
Uzías o Azarias, rey. 2R. 14 :
21 solo.
Uzías edifica Elat. 2R. 14:22.
Uzias leproso. Jotam regente.
2R. 15. 32-33, 1 Cr. 5:17.
Acaz coregente con Uzias, 2R.
15:30. 17:1
Uzías muere. Jotam sucede.
2R. 15:32.
ISAIAS Profeta. 1 :1.
Acaz solo. Paga tributo a Pul.
MIQUEAS Profeta.
Ezequias (29) 2R. 18:1-2.
Ant. 9:13. 1. Ant. 9:14-1.
Acaz muere. Ezequias solo.
2R. 18:9.
DENTRO DE JUDA
Ezequias enfermo. 2R. 20:1-6,
2 Cr. 32:24-26. Isa. cap. 38.
Ezequias muestra riquezas. 2R
20:12-19 Is. 39 a
(A. C.) REINO DE ISRAEL
(843) 1 Jehú (28)
(835) 7 Jehú y Hazael pagan tribu-
to a Salmanasar III.
(821) 21 Jehú se asocia con Joacaz,
su hijo 17 Josefo Antiq. 9:8, 5
Salmanasar III guerrea contra
Hazael.
(819) 23 Jehú. Hazael aflige a Is-
rael. Toma a Basán y Galaad.
2R. 10:32.
(814) Joacaz reina solo. 2R10:36.
Hazael y Ben-adad oprimen a
Israel. 2R.13:3. Joacaz ora a
Dios y le oye. v. 4.
Hazael toma a Gat, a Jeru-
salén y deja a Joacaz enfer-
(804)
(802)
mo. 1 Joas. 2Cr. 24:25.
2 Joás. Toma a Damasco
Raman-na-rari. Moabitas in-
vaden a Israel. 2R. 13:20.
Joás vence a Ben-adad 2R. 13:
25.
(791) 15 Joás vence a Amasias, to-
ma a Jerusalén. 2R. 14:13.
Ant. 9:9,3.
(790) Jeroboam II (41) 2R.:14:23.
(787)
(775) 15 Jeroboam II. Ant. 9:10:3.
JOÑAS PROFETA.
(764) 27 Jeroboam 2R. 15:1.
(750) Zacarías 6 meses. 2R. 15:8.
OSEAS Profeta. Salum 1 mes.
2R. 16:23 AMOS Profeta.
Menahem (10) 2R. 15:17.
Terremoto.
(745) Pul o Tiglath-Pileser en Asi-
ría.
(741) Pul. toma tributo de Mena-
hem 2R 15:19.
(737) Pekahía 2R 15:23.
(735) Peka. 2R. 15:27.
(734) Pul lleva cautiva a Basán y
Galilea. 2R. 15:29.
(733) Pul en Damasco.
(730) Oseas (9) 2R. 15:30, 17:1.
(727)
(726) Salmanesar IV sucede a Pul.
(724) Oseas trata con So de Egipto
2R17 :4.
(722) Caída de Samaría, Sargón lle-
va cautivas a las diez tribus
de Israel.
FUERA DE JUDA
(720) Sargón vence a sirios en Kar-
kar y a So el egipcio en Rafia.
(717) y toma a Carchemís de los hé-
teos.
(713)
(712) A los enviados de Merodac Ba-
ladán de Babilonia.
(711) Sargón toma a Asdod. Is. 20
1-10:5-11.
APENDICE
Ezequías paga tributo 2R 18:
13-19:37 2 Cr. 32:1-22.
Manases 2R 21:1 (55 años)
Manasés tributario de Esarhadón
Manases tributario a Asurbaní-
pal
Manasés llevado en grillos a
Babilonia. 2 Cr. 33. 10-13.
Amón.
Amón asesinado. Josías rey
2R 22:1.
Josías busca a Jehová, 2Cr.
34 :3.
Los scitas devastan todo el
mundo Occidental.
Josías hace reformas 2Cr. 34:3.
Gautama o Budha en la India,
624-543.
Jeremías Profeta.
Hallazgo de la Ley, 2R. 22:8.
SOFONIAS y NAHUM, Profetas
Josías muerto por Necao, 2Cr.
35:20.
Joacaz, tres meses 2R. 23:31.
Joacim, por Necao, 2R 23 :36.
46:2
Joacim cede a Nabr. 2R 24:1,
Jer. 25:1, 46:2. Ant. 10:61.
Daniel llevado. Dan. 1 :l-3 :
16, 2R 24:1, 2Cr. 36:6-7,
Jer. 46-49
(705) Sennaquerib 705-681.
(701) Sennaquerib invade a Judá Isa.
36:1-27:38.
(698)
(681)
(670) Esarhadón invade a Egipto
(668) Asurbanipal.
(648) Asurbanipal sojuzga
lonia. Nah. 3:8-10.
(642)
(640)
(635)
(630)
(628)
a Babi-
(627)
(625) Nabopolasar
(621)
(608)
babilonio
(607) Nínive tomada por los medos.
(606) Batalla de Carchemis. Necao
vencido por Nabucodonosor.
Beroso en J. Cont. Ap. 1:19.
(605-562) Nabucodonosor, rey de Ba-
bilonia.
FECHA DE LOS SETENTA AÑOS DEL CAUTIVERIO BABILONICO
(606)
5o. de Joacim
10o. de Joacim
lio. de Joacim, Joaquín o
Conías.
Carta de Jeremías a los cautivos
en Babilonia. Jer. 29. Con-
tra Elam. Jer. 49:34-39.
Hananías y Jeremías. Jer. caps.
27, 28.
Ezequiel, caps, i-vii
Sedecías falso Ezeq. 17:12-21.
2R 24:19-20, 2 Cr. 36:12-13.
Sitio de Jerusalén. Ezeq. 24.
2R 25:1 Jer. 52:11-14, 40:
1-5.
Suspensión del sitio de Jerusa-
lén.
Tiempo .duro para Jeremías.
Jer. 37.
JERUSALEN TOMADA, EL
TEMPLO QUEMADO. 2R
25:8-31. 2Cr. 36:18-20.
Nebuzaradán deporta a 745 Jer.
52-30.
(604) Lao Tsze de China.
(603) Daniel explica el sueño. Dan.
1 :16-2 :49.
(600) Zoroáster, de Persia.
(598) Deportación de 3023 Judíos.
Jer. 52 :28. Sitio de Tiro. Jos.
Cont. Apión 1 :21.
(597) Sedecias, rey de Jerusalén por
Nabucodonosor.
(596) Hay judíos esparcidos en Ba-
bilonia, Judá, Egipto.
(593) Mensaje a Babilonia Jer. 51:
59-64.
(592)
(591) Ezequiel caps, viii-xix Habla
de Daniel.
(590) Ezequiel. Cap. 20.
(588) Ezequiel. Caps. 24-25 con-
tra Judá, Moab, Amón, Filistia
y los cereteos.
(587) 832 cautivos llevados a Babi-
lonia. Jer. !>Z:29.
(586) Ezeq. 30 :20, 31:1, Jer. 52:6-
27, 39:4-10. El pueblo se hu-
ye a Egipto. Jer. 41-44.
(586-570) Tiro sitiado 13 años por
Nabucodonosor Ant. x:ll, 1.
Cont. Ap. 1:21 Locura de
Nabucodonosor.
(582) Nabucodonosor invade a Egip-
to. Ant. x:9, 7. Jer. 44:29-30.
Herodoto 2:169.
280
APENDICE
LA VUELTA A JERUSALEN
Esd. 3:8.
Se echa la FUNDACION DEL
II TEMPLO.
Jesua Sumo Sacredote.
Aggeo y Zacarías profetizan.
El segundo TEMPLO se acaba.
Joiacim, hijo de Jesús, sum. sac.
Eliasih, Sumo Sacerdote.
Esdras conduce a 1755 judíos a
Jerusalén.
Nehemías en Jerusalén, 12 años.
22-23.
Jonatán, Sum. Sac. Neh. 12:11
y Ant. xi, 5 :4
MALAQUIAS. profeta. Joiada,
sum. sac. Neh. 3:20.
(568) Nabucodonosor hace expedición
contra Egipto.
(562-560) Evil-Merodac rey de Babi-
lonia.
(559-556) Neriglissar, rey de Babi-
lonia.
(559-530) Ciro, rey de Persia.
(555-539) Nabonidus, rey de Babi-
lonia.
(550) Ciro vence a los medos. Bel-
sasar, hijo de Nabonidus. Dan.
caps. 7 y 8.
(550-540) Conquistas medo - persa»,
del imperio de Creso, de los
griegos en Asia Menor.
(543) Muerte de Sakya-Muni, autor
del budhismo.
(539) Fiesta de Balsasar. Dan. 5
TOMA DE BABILONIA POR
LOS MEDOS Y PERSAS.
(538-530) Ciro, rey de Babilonia.
(538) Decreto de Ciro para la Vuel-
ta de los Judíos a Jerusalén.
Dan. 9, Ezeq. 1 :1.
(537-536) Dan. caps, x y xi. Zoroba-
bel conduce 42,000 judíos a
Jerusalén.
(530) Ciro muerto en batalla.
(529-522) Cambises, rey de Persia.
(526) Cambises invade a Egipto.
(522) Gomates o Bardes, falso Smer-
dis en Babilonia.
(522-520) Se suspende el trabajo so-
bre el Templo.
(521-486) Darío Histaspes, rey de
Persia.
(516) La inscripción de Behistún.
(515)
(499)
(490) Ejército de Darío derrotado en
Maratón 490
(486-465) Jerjes, el "Asuero" de la
Biblia, rey de Persia.
(483) Vasti desobedece a Jerjes
(480) Derrota de Jerjes en Sálamis
por los griegos.
(479) Derrota de los persas en Platea
por los griegos.
(478) Ester, escogida para reina.
(477) Muerte de Confucio, el chino.
(473) Fiesta de Purim instituida.
(465-424) Artajerjes Longimano, rey
persa.
(463)
(459)
(450) Heródoto escribe su historia.
(445-435)
(433) Nehemías vuelve al rey..
(423-405) Darío II Noto, rey persa.
(405) Artajerjes II Mnemón. Los
10,000 griegos.
(400)
(401) Batalla de Cunaxa. Vuelta de
los griegos.
(399) Muerte de Sócrates.
(390) Los galos toman a Roma.
(384-322) Aristóteles.
(371) Batalla de Leuctra. Epami-
nondes vence.
(360) Filipo, rey de Macedonia.
(359-338) Artajerjes III Oco, rey de
Persia.
APENDICE
281
Jaddua, sum. sac, que encon-
tró a Alejandro. Neh. 12:11.
22, Ant. xi 7,2 : 8 :6.
Alejandro en Jerusalén.
La Palestina adjudicada a Siria.
(354) Demóstenes en Atenas.
(351)
(347) Platón muere. De edad de 82.
(338) Arses, rey de Persia.
(336) Darío III Codomano, rey de
Persia.
(334) Alejandro Magno, emprende la
conquista de Asia.
(334) Victoria de Gránico.
(333) Victoria de Alejandro en Isso.
(331-330) Asesinato de Dario.
(323) MUERTE DE ALEJANDRO
MAGNO.
282
APENDICE
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APENDICE
APENDICE
291
294
APENDICE
INDICE
Aarón, 175.
Abdías, 16, 31-34
Abed-nago, 134
Abila, 221
Abrahán, 123
Abuso de profecía, 258
Acab, 16, 19, 141
Falso profeta, 117, 133
Acaba. Golfo de, 52
Acaz. 57-69, 73. 76, 135, 199.
70, 77.
Accio, 273.
Acmetha, 155.
Acra, 236. 242. 253.
Acrabatene. 246.
Acre, 273.
Acusación por Isaías, 72.
Adivinos, 81, 109, 101.
Adonías, 281.
Adoración al cielo. 76. 81, 101.
Adramelec. 84.
Adulterio, 206.
Adúlteros, 191.
Afee, 24.
Afrenta al Sumo Sacerdote.
224.
Agáthocles, 221.
Aggeo. 147, 155.
Aguila de Herodes, 276.
Agio, 185.
Agorero. 64. 81. 109.
Aguila romana. 276.
AÍiava. 177.
Abías. 32.
Abicam, 121.
Ahimiti de Asdod, 92.
Ahrimán, 141, 1%.
Ahuramazda, 152, 196. _
Alciino, Sutn. Sac, 157.
Alcimo, 248. 250, 254.
Alegría. 148.
Alejandra, reina. 262-4.
Alejandría. 232-3.
Alejandro Balas, 256-9.
Alejandro Magno, 140-1, 157
198-202.
Alejandro. Efectos de su
obra, 203-5.
Alejandro, muerte de. 206.
Alejandro. Sepultura de, 206.
Alejandro, fin de su familia.
208.
Alejandro Janeo, 263, 266.
Alejandro, hijo de Aristó-
bulo 269.
Alejandro, hijo de Mariam-
ne, 276.
Alejas, 276.
Alianza con Roma. 252, 260-1.
Altar, Dedicación de, 241.
Altar de Incienso, 148, 231,
240.
Altar de Bronce, 76.
Altos, 7. 52. 28. 55, 66-7, 84,
90. 101. 110. 95.
Amalecitas, 163.
Amasias de Judá. 28-9, 34-5.
44.
Amenazas, 185.
Ammón Oasis, 201.
Amón. 38-9. 102-3, 188.
Amonitas, 178 ,185, 188, 246.
Amorreos, 178.
Amos profeta, 37-44.
Amytis. 128.
Ana. recibe a Jesús, 278.
Anachotia, 152.
Anainelec. 84.
Anatot, 133.
Andrónico. 228.
Angeles. 196.
Aníbal, 221.
Antígono, 215, 262. 275.
Antígono de Aristóbulo II.
269-270.
Antígono Conato, 205, 208.
Antígono, 215.
Antiguo Testamento, Ver-
siones antiguas de : grie-
gas, latinas, la de Aquila,
la Itala, la Siriaca, los Tar-
gums, 284.
Antioco III, el grande, 221
223.
Antioco IV Kpífanes, 221-
242.
Antioco, carácter de, 223.
Antioco V. Eupátor, 246.
Antioco Sidetes, 261.
Antioquía. 273.
Antipas, 266.
Antipáter, 201. 208. 266. 270.
276.
Anttoáter, hijo de Herodes,
276.
Antipatris. 273.
Antonia. 181, 188. 261.
Antonio. Marc, 261, 270-1.
Apeles, 237.
APENDICE
Apis, culto a, 65.
Apocalipsis de Baruc, 28.3.
Apolo. 273.
Apolofanes. 346.
Apolonio. 222. 239.
Apóstatas, 238.
Apries, Faraón, 134.
Aquila .284.
Arabes en Samaría, 92, 134.
182. 182. 185.
Arabes de Pétrea. 266.
Arbelia. 201.
Arca del Pacto, 108, 134.
Archivos, 15,5.
Aretas, Arabe. 266-7.
Arioc. 129.
Aristóbulo, 140.
Aristóbulo I. 261-2.
Aristóbulo II. 265-8.
Aristóbulo y Alejandro, 276.
Aristóbulo, hijo de Herodes.
275.
Aristómenes. 221.
Aristóteles. 196.
Armenia. 1=2, 239. 244.
Arquelao, 277.
Arsinoe. 221.
Artaierjes Longimano, 150.
154, 174-6. 180.
Artaxias. 239.
Asaf. 181.
Ascalón. 266. 273.
Ascéticos. 186.
Asdod o Azoto. 185, 277.
Asera. Templo de 41-56.
'Aseras. 90. 101. 106. 109-10.
Asia Menor. 221.
Asideos. 238. 250. 279
Asiria. 16. 26. 61. 87. 96.
Asmoneos. 197 237, 257
Assur, 26.
Asunción de Isaías. 283.
Asunción de Moisés, 283.
Astarot, 81.
Astarte. 10. 16, 18.
Astiles. 136.
Asurbanipal. 100-1. 123
Atalía. 4.
Atalo, rey de Pérsratno. 221
Atenas. 273.
Atos. Península. 159.
Augusto César, 273.
Auranitis. 273.
Avivamiento. 8, 90. 188
Ayuno, 170. 177, 179. 181, 188.
Azarías o Uzías, 35.
Azarías, 246.
Azoto o Asdod, 92.
Azuri de Asdod, 92.
B.
Raal. 5, 16, 18-9, 81.
Babilonia, 136, 152, 177, 180
201, 205, 221.
Babilonios, 123, 143.
Bactria 152. 201, 221.
Bagozez, 189 .
Baitho, 215.
Bajás. los, 150. 180.
Balaam. 140.
Balas, 256.
Baquides. 250, 252-5.
Bardes, 150.
Barsina. 201.
Baruc, 134-5.
Basan, 62, 168.
Batalla de Carchemis, 125.
Batanea, 221, 273.
Bean, hijos de, 246.
Becerros, 18, 41, 81.
Beerseba, 40-1.
Behistún, Inscripción, 151-3.
Belsasar. 136-7.
Belus, 221.
Ben-Hadad, 8, 26-7, 38.
Beroso, 141, 151.
Berytus. 273.
Bestias de Daniel, 200, 204.
Betbasi. 254.
Betel, 40-1. 44, 110.
Bet-Horn. 29.
Betsur, 240. 242. 246. 256.
Biblioteca de Tolomeo, 211.
Bibliotecarios, 279.
Biblus. 273.
Borsipa, 125.
Bosora, 246.
Brahma, 1%.
Brujos. 109.
Bubastis, 258.
Budha, 194-5.
C.
Caballos. 65.
Cabanas. Véase Tabernácu-
los.
Cafarsalama, 251.
Calano, 1%.
Caldeos. 115. 123, 143.
Calirroe, 276.
Cambises. 150. 154.
Canal del Nilo al Mar Rojo.
211.
Cananeos, 178.
296
APENDICE
Candebec, 260.
Candelabro, 231, 240.
Candelero
Canon de las Escrituras, 91
193.
Capadocia, 256.
Carcheinis, 92. 124-5.
Caria, 221.
Caribes. 102.
Carnero. 204.
Cartagineses. 150.
Casander, 208.
Casafón. i>46.
Casidim. 238.
Casio, 270.
Casipia. 177.
Castabaro. 275.
Castigo de los judíos. 235.
Castigos, 33, 35, 43.
Castillo de Hircano. 219-20
Cautiverio babilónico. 127-8
Cautiverio de Israel, 79.
Cautiverio de Rubén. Gad y
% Manases. 62.
Cautiverio de Samaría, 92.
Cautiverio allende el Jordán.
62, 74.
Cautivos, 16. 62. 138, 143.
Celesiria, 221. 239.
César Augusto. 273.
César Julio. 269-70.
Cesárea, 273.
Charidemos, 205.
Chebar. río, 131. 137. 112
Chereas. 246.
Chios. 273.
Chipre, rey de, 232-3. 263.
Chitim, naves de, 237.
CHicia, 221.
Cirene. 221.
Cineas, 232.
Cipros, 273.
Circuncisión, 238.
Ciro. 127. 136-7. 145. 148. 150,
154. 196. 141.
Clementinas homilías 283.
Cleopatra, 221.
Cleopatra III. 223. 225, 232-3.
248. 257, 263.
Colección de los libros del
Ant. Test.. 193.
Conciencia de Antioco Epí-
fanes. 244.
Concubinas, 263.
Condición de los repatria-
dos. 146.
Condición religiosa al fin del
Ant. Test. 278.
Confucio. 194-5.
Consagración del Templo. 87
Copa de la ira de Dios. 125-
Copistas, 147.
Correos de Persia, 168.
Craso. 269.
Crímenes de Judá, 40.
Crímenes en Israel, 56.
Cronología, Apéndice vi.
C.tesías. 151, 162.
dimano, 233.
Cúteos, 84. 154.
Cyaxares. 123. 1
Cypros. 270.
Damasco 26. 39, 45, 61, 75.
221. 273.
Dan, 40-1.
Daniel y sus compañeros
118. 127. 129. 140, 144. 198.
Daniel, profecías cumplidas
200. 203-4. 207. 212. 221, 237.
270. 284-5.
Daniel. Interpretación de
245.
Darío Histaspes. 136-7, 141
144. 150-5. 168. 201.
Darío Noto. 150. 188.
Datbema. 244. 246.
David. 45.
Decimio Cayo, 283.
Decreto de Medos y Persas.
170.
Dedicación del Altar y del
Templo, 241.
Dedicación del muro, 188.
Demetrio. 222. 249-50. 256-7.
Demetrio Soter, 256-7.
Deportaciones. 135.
Desmoralización del Siini.
Sacerdocio. 217.
Desterrados, dónde fueron
137.
Destrozos de los judíos, por
Ant. Epíf. 236.
Destrucción de Rabilonia
136.
Destrucción del ejército de
Sennaquerib, 98.
Destrucción de Jerusalén
por Nabucodonosor, 134.
Destrucción de Nínive, 123.
Destrucción de Samaría. 79.
Día de lehová. 15, 33, 43
114.
AVENDICE
297
Día de Reposo .188, 209. 238.
253.
Diadocos, 207-9.
Diezmos, 188.
Diez tribus llevadas cauti-
vas. 79. 137.
Diez tribus llevadas cauti-
vas. ¿ Dónde ? 82-3.
Dioses falsos. 34, 84.
Dioses regionales. 141.
Dios, rey de Israel, 65.
Disgusto de los soldados de
Israel, 29.
Dispersión, .tierras de. 137.
División del imperio de Ale-
jandro, 207-8.
Divorcio, 191.
Dositeo. 258.
Dualistas, 141.
Dura, imagen en. 134.
Ecbatana. 136-7. 155, 180. 201.
Eclesiástico, 216.
Edificios de Herodes. 273.
Edom o Idumea. 16. 26. 29-
33. 38-9.
Egipcios, 16. 178. 198.
Egipto, 16. 65. 100. 134. 136.
150. 221.
Egipto. Invasión de. por
Ant. Epif.. 229-233.
Egipto. Templo en. 189.
Egipto vencida. 134.
Egipto siempre enemiga. 65.
Elat. 52. 68.
Eleasar, 157. 210. 212-3. 261.
Eleasar, Averón. 246.
Eleasar mártir. 237-8.
Elefantes. 221.
Elefantina. 189.
Eliacim. 120. 131-2.
Elias. 8. 25.
Elias ib. 157. 175. 183. 188. 209.
Elimaida. 221. 244.
El i seo. 23-7.
Embajada de Merodac Bala-
dan. 94.
Enemigos que Joel mencio-
na. 16.
Enoc. libros de. 283.
Eoicuro. 196.
Errores de los escribas y fa-
riseos, 280.
Esarhaddón. 100.
Escarmiento para Israel, 42
Esauro, 267, 269.
Escitas. 102. 123. 201.
Esclavos. 14. 16. 32, 41-3, 239.
Escopas, 221.
E ser ibas. 175. 279.
Escrituras, canon de. 91.
Escrituras, véase Ley
Escrituras destruidas y re-
cobradas. 238.
Esenios. 283.
Esdras. 137. 145, 147, 150, 156.
174-9. 188.
Esparta. 273.
Esperanza del Mesías. 139.
Espiritas. 73. 81, 101, 109.
Estanque de Ezequías. 95.
Ester. 150. 158-174.
Estrabón. 102.
Estrellas, culto a, 75. 81. 101.
Etiopía. 150.
Eufrates. 124. 133, 136. 155.
Euleo. 231.
Eumenes, 222.
Evangelios de los Doce
Apóstoles, de Barnabas. de
Bartolomé, de los ebioni-
tas. de los egipcios y de
Pedro, 283.
Evil Merodac. 135-6.
Exactor. 222. 224.
Excomunión. 179.
Ezequías. 78. 86-7. 90-3. 86.
Ezequías y Sennaquerib. 97
99.
Ezequiel 118. 130-2, 135.
F.
Eaceaia o Eacee de Israel.
63.
Ealange, 205.
Falsos profetas Hananítfs.
Semaías. Acab y Sedecías
133.
Eama de Herodes. 272-3.
Familias de Herodes. 266.
Faraones. 87. 100. 124.
Fariseos. 215. 238. 261. 263-4.
267. 279.
Easaelo. 270. 273. 277.
Felipe de Macedón. 201.
Felipe V. 221.
Felipe de Frigia. Goberna-
dor de lerusalén. 231.
Fenicia. 221. 246
Fenicios. 16. 75, 94.
Fereceos. 178.
Feroras. 270. 276.
Fiestas. 188. 141.
Fiesta dí Pul y los reyes. 75
298
APENDICE
Filetero, 208.
Filipo, 246-7.
Filisteos, 75, 94, 185, 188.
Filón Judío, 140, 199, 283-4.
Filosofía de Sócrates, 196.
Filosofía de Platón, 194, 196.
Filosofía griega, 140.
Finees, 175.
Fortalezas de Herodes, 273.
Frigia, 221.
Fuego, 196, 241.
G.
Gabinio, 269.
Gabriel. 144, 204.
Gad tribu, 62, 74.
Gadara, 221.
Galaad, 74, 346, 263.
Galilea, 74. 262, 270. 277.
Ganges 201.
Gangamelia. 201.
Garizim, Templo, 157, 197,
209, 261.
Garizim, de lúpiter-Helénico,
236.
Gasmu o Gesem, 182.
Gat, Hazael la toma, 12, 114.
Gautama Budha. 194, 196.
Gaza. 38, 75, 92, 221, 266.
Gazara, 246.
Gcdelías, 134.
Gehena Hinnom, 108.
Gemara, 279.
Gezer, 65.
Gilgal. 40, 74.
Gnósticos, 283.
Gog y Magog Escitas, 102.
Gomates, mago falso Stner-
•dis, 150, 154.
Gorgias. 239, 246.
Gozan, río, 135.
Gran Sinagoga, 193.
Grecia. 150, 160.
Griegos, reyes de Egipto, 107
Griegos, reyes de Siria, 197.
Habacuc, 115.
Hadad de Edom. 64-5.
Hala y Habor, 135.
Hallazgo de la Ley, 108.
Haman. 137, 163-73.
Hamat. 45.
Hananeel. 275.
Hanani, 188.
Hananías. 117, 133.
Hanno. 75, 92.
Hazael. 8. 12-3, 25.
Hebrón. 242.
Hechiceros, 64, 81, 101, 109.
Helesponto, 159. 201.
Heliodoro, 222-3.
Heliópolis, Templo en, 258.
Hércules, 207.
Heráclides, 256.
Herodes Antipas, 277.
Herodes Grande. 197, 270-7.
Herodes. Ultimas órdenes
de. 277.
Herodes, Historia de, por
Nicolás de Damasco, 284.
Herodes mata a Antígono
Aristóbulo, José, Hircano
II Sohema, Mariamne,
Alejandra y Castabaro, 275.
Herodianos. 282.
Herodium. 273.
Heródoto. 102. 151, 157, 159.
162, 170.
Hesiodo, 102.
Héteos. 92, 178.
Hezequías, bandido, 270.
Hijos quemados, 67, 81, 84.
101.
Hilcías. 107, 116.
Hinnom. valle de 101, 109
Hipódromo, 277.
Hiram, 61.
Hircano, 219-20.
Hircano luán, 261. 266.
Hircano II. 264-70, 275.
Hofra Faraón, 133.
Horca de Hamán, 171.
Hostilio, Cayo, 233.
Huida profetisa, 107-8.
I.
Iconoclasta. 90. 105.
Idolatría. 142, 225.
Idumea, 277.
ldumea o Edom en tiempo
de Cristo, 135, 243.
Idumeos, 16, 30. 246, 261, 266
Incienso, 60.
Independencia. 197. 259-69
India. 201.
Infierno. 109.
Inmortalidad del alma, 1%.
Inscripciones, 21, 26. 61, 75
78-80, 92, 94-5, 100-1, 134.
152-3, 135, 137, 151, 189, 220.
Interpretaciones de Daniel.
245.
Invasiones de Senaquerib
95.
Invasiones de Ant Epíf. en
APENDICE
299
Egipto. 229-33.
Ipso, batalla, 207-9.
Isaías, 64-5, 71-4, 144
Isis Bubastis, 258.
Ismael, 134.
Israel, 38-9, 41, 81, 101.
Israel llevado cautivo, 78.
Issos, batalla, 201.
Itala, 284.
Itamar. 280.
/•
Taddua, 209.
Jambrianos, 253.
Jamnia, 277.
Jason, 224-5. 227-31.
Jehú y su dinastía, 8, 17-22,
16.
Jenofonte. 151, 168, 170.
Jeremías. 31, 116, 125.
Jeremías, primeras profe-
cías. 131.
Jeremías antes de la batalla
de Carchemís, 121.
Jeremías y los recabitas, 126.
Jerjes, 150, 158-63, 172-4.
Jeroboam, 110.
jerusalén, 155, 188.
Jerusalén sitiada, 261, 271.
Jerusalén destruida por Na-
bucodonosor, 134.
Jerusalén tomada por Jasón
230.
Jerusalén tomada por Pom-
peyo. 269.
Jerusalén tributaria a Roma •
269.
Jerusalén, vuelta a ella, 145-6
Jesua. 148, 155, 157
Jesús y Jonás, 48.
Jesús o Josué, 209.
Jezar, 246.
Joacaz, 8, 17, 21-2.
Joacaz de Tuda, 118-9. 124, 135
Joacim, 120, 122, 124-5, 127
130.
Joaquín. 130. 135-7, 161
Joas de Judá, 4-6, 9-13
Joas, 17, 23-7, 35
Joel, 14-5.
Johanan, 134
Joiacim, 130.
Joíacim Sum. Sac, 157.
Joiada, 4-7, 9, 157.
Joiarib. suerte de, 256.
Jonás, 46-51.
Jonatán. Sum. Sac, 256.
fonatán, 157, 188-9, 246, 253
256 259.
Jope, 226.
José, 246, 270, 275.
José II de Tobías, 218
José III de Antipáter, 275
Tosefo, 181, 198, 209, 221-2
238. 273, 284.
Josías, 104-113.
Josué, 19.
Jotam en Judá, 66.
Juan el Bautista, 278.
Juan Hircano, Sum. Sac.
260-6.
luán Macabeo, 209.
judá, 38-40, 70-1.
Judá y Senaquerib, 95.
Judá Hacados hizo la Mis-
na, 214.
Judas Macabeo, 157, 238-52.
judas Macabeo, hijo de Jo-
natán, 260.
Judea, destrozos en, 221, 277.
judíos bajo los Persas y
Alejandro, 198-209.
Judíos bajo los romanos
269-278.
Judíos bajo los sirios, 221-
237.
Judíos bajo los Tolomeos de
Egipto, 210-220.
Judíos han dañado la reli-
gión, 195.
Judíos, condición religiosa
278.
Judíos, ventajas y desventa-
jas, 169.
Judíos tratados por enemi-
gos, 185.
Judíos y Hamán, 164, 167.
170, 172.
Judíos de Alejandría, 221.
Judíos, el nombre de, 145.
Judíos, no vuelven a ídolos
142.
Judíos, influencia de cauti-
vos, 140.
Judíos, perseguidos fuera del
país, 242.
Judíos, sus intrigas, 187.
Judíos y juegos griegos, 242
273.
Júpiter Olimpio, templo, 236.
lúpiter Helénico, 236.
K.
Karkar, batalla, 92.
300
APENDICE
Karma, 196.
Kermansha, 152.
Laborosoarchod. 136.
Lamentaciones, 134, 143, 175.
Langostas, 14.
Lao Tsze, 194, 196.
Laodice, 256.
Lecciones sobre Israel. 81.
Lectura pública de la Biblia
188.
Lenas Cayo Popilio, 233.
Leneo, 226.
Leopardo. Alejandro como
20.
Lepidus. M. Emilius, 221.
Lepra de LTsías, 59.
Levantamiento de Macabeos
238.
Ley, libro hallado 5, 108.
Ley, libro destruido, 236.
Ley obedecida, 278.
Libros de la Vuelta. 147.
Libya. 221.
Licia. 221.
Licor embriagante. 196.
Lidia, 136.
Liga contra el asirio, 94.
Liga con Roma. 252.
Lisias, 239. 246.
Lisimaco. 208, 228.
Literatura Judia. 284.
Lugares Santo y Santísimo.
Véase Santuario, 221.
LXX Versión griega det
Ant. Test., 213.
M.
Macabeos se levantan, 237-8.
Véanse Judas, Jonatán y
Simón.
Macabeos Asmoneos, 237.
Macabeos, libro de, 238, 251
284.
Macabeos. nombre de, 238.
Macho cabrío, 204.
Magia, 194.
Magogescitas, 102.
Magnesia, 221.
Magos. 140, 274.
Malaquías, 147. 190-1
Malearte, 225
Manasés, 62, 99-101. 157, 209
Manasés. media tribu, 62, 74
M andamientos, 1%.
Maqued, 246.
Maratón, 150, 159.
Mardoqueo, 151-174.
Margiana. 152.
María, 145.
María y José, 278.
Mariamne, 270, 275.
Martín, verano de San, 45.
Matan, 5.
Matanías. 130.
Matanzas de Heredes, 275.
Matatías. 237.
Matatías, sus hijos, 237.
Matrimonios mixtos, 178-9
188
Mazpa. 239-246.
Mauro Felipe, 242.
Medeba. 253.
Media. 152.
Madine. 126.
Medos. 123. 134.
Medos y persas. 141.
Médiums. 101.
Meguido, 112.
Memucán. 159.
Menahén. 17.
Menahen de Israel, 61-2, 135.
Menelao. traición, 157. 191.
208, 227-8. 245-7.
Merodac Baladán, 87. 94.
Mesa de la Pronosición, 241.
Mesach. 134.
Mesiánicas profecías, 144.
Mesías, esperanzas de, 139.
Mesopotamia. 137, 221.
Mezcla de la gente. 179.
. Mícalo. 150. 159-60.
Micmás. 255.
Milagro de la sombra en el
reloj. 93.
Milcíades. 159.
Miqueas. 64.
Misna. 214. 279.
Mispa, 134.
Moab. 38-9. 178. 188, 263.
Moisés. 90.
Moloc. 109.
Monumentos, informes de
21. 26. 61. 75. 92, 95, 100-1.
134, 152-3. 189.
Muerte de Herodes I, 277.
Muros, 182-7.
Murray's Handbook, 220.
Miuseo de Tolomeo, 211.
Naamán, 141.
Nabateos. 243. 253.
Nabonadio, 135.
Nabopolasar, 123.
APENDICE
301
Nabucodonosor, 124, 126. 133-
136. 141.
Nabucodonosor, sucesores
de, 136.
Naciones vecinas de Israel
39.
Nahum. 114-5, 123.
Nasi. 214.
Nebuzaradán, 134-5.
Necao Faraón, 101, 112, 119-
125. 130, 135.
Nehemías. 147, 150, 154, 156
175, 180-8.
Nehustán. 90.
Nergal. 84.
Neriglissar, 136-7.
Nicanor. 236. 239, 244, 250-1.
Nicolás de Damasco, 284.
Nicomedes. 208.
Nicópolis. 273.
Nilo, 233.
Nínive Asiria, 114. 120.
Nínive destruida, 51, 61. 120
123.
Ninivitas, 50, 141.
Niños destetados, 90.
Nirvana, 196.
Norte, el del Escita o Gog
15-6.
Nubia. 150.
Nuevo Israel. 82, 116.
O.
Oasis de Amón, 201.
Obelisco negro, 21.
Obeliscos. 90.
Ocozías. 4.
Octaviano. 271.
Odas v Salterio de Salomón,
282. '
Oded proteta, 69.
Omri, 26.
Oníades. 218. 220.
Onías I. 157, 209.
Onías II. 157. 218.
Onías III. 157, 222, 228.
Onías IV. 248, 258.
Onías y el Templo en Egip-
to. 258.
Opresores. 186, 191.
Oración de Esdras, 188.
Oración de Ezequías, 93, 98.
Oración de Manases, 101.
Orgullo de los judíos. 138-9.
Ormuzd, 141, 152, 1%.
Oseas, 19.
Oseas profeta, 54-6.
Oseas, rey de Israel, 63, 75
79. 135.
Ozías, 35, 45.
P.
Padi de Ecrón, 94-5.
Palacio de Herodes en Je-
rusalén, 273.
Paneas, batalla de, 221.
Panias, 273.
Papiros, 189.
Parábola del Cedro, 35.
Parmenio, 198.
Parsis, 283.
Partía, 152, 201.
Partos, 261, 269, 275.
Párvulos en el Templo, 90.
Pascua de Ezequías. 89.
Pascua de Josías, 111.
Pascua de los de la Vuelta
155.
Patriarcas, Testamento de
los Doce. 283.
Paz con Siria, 247.
Peka, batalla contra Acaz,
68, 73.
Peka o Pekabía, o Faceía de
Israel. 63, 68, 75, 135.
Pelusa, 229, 232.
Pentateuco Samaritano, 85.
Perea, 277.
Pérdiccas, 206.
Perfidia de Faraón, 92.
Pérsramo, 221-2, 256.
Perjuros, 191.
Persas, reyes de, 150.
Persas, rebelaron, 239.
Persépolis, 181, 201.
Persia, dominio en Israel
150-2, 156, 184, 187-8.
Persia, su extensión, 137, 159
Pétrea, 266.
Pez de Jonás, 48.
Piedra moabita, 109.
Pilatos, 279.
Pitágoras. 140.
Plaga. 244, 254.
Platea, 150, 159-60.
Platón. 140, 196.
Plinio. 283.
Pobladores de Samaría, 80
84.
Pobres oprimidos, 186.
Poliandria, 102.
Pompeyo, 197, 267-70.
Pompeyo entra en el Santua-
rio, 269.
302
APENDICE
Popilio, 233.
Potencias mundanas e Is-
rael, 65.
Primicias, 188.
Profanación del Templo por
Ant. Epif., 231.
Profecías cumplidas por Jo-
sías, 110.
PROFECIAS DE DANIEL
CUMPLIDAS
2:31-43 200
7:2-26 20C
8:3-25 200
11:1-12:1 200
11:1-5 204
11:4 207
11:6-9 212
11 :10-19 221
11:20-32 237
11:33-35 ! 270
11:36-12:13 285
Profetas con Josías. 113.
Profetas falsos, 64, 117, 121 ^
Profetas y las potencias, 65.
Proverbios, 91.
Providencial preparación,
194.
Providencia en las nacio-
nes. 26.
Puertas Caspias, 201.
Pul. Pulu, Tiglat-Pilesar
61-2, 68. 74.
Pur, 165.
Purim, 173.
Q.
Queman a sus hijos, 67. 101
2 Rey. 17:17.
R.
Rabsaces, mensaje, 96.
Rabsaris. 95-6.
Rafia, batalla de, 92, 221.
Rahab, 141.
Raman nirari. 26.
Rawlinson, 153, 168.
Razis, 251.
Recabitas, 126.
Recogniciones. 293.
Redención, 188.
Reflexiones sobre Israel, 81
Reformas por Ezequías. 90.
Reformas por Josías, 106
118.
Reino dividido, 86.
Reinos grandes paganos, la
Providencia y su propósito
en ellos, 26.
Relaciones, las. 5, 196.
Religión. Antioco Epif. qui-
so destruirla, 234.
Religión de Budha, Confu-
cio, Lao Tsze y Zoroastro
196.
Religión griega impuesta
por Ant. Épífanes, 234, 237.
Religión sufre a las manos
de los judíos, 195.
Religiones mundanas, 196.
Religioso, el más. Acaz, 77
Repatriados del Cautiverio
146-9. 177.
Resurrección de un muerto
25.
Revoluciones en, Siria, 249
256.
Rezín. 61. 68, 75.
Ricos. 186.
Rinsonun. 233.
Riquezas del enemigo, 239.
Ritos Griegos, 235-7.
Rodas. 237.
Rollo de Jeremías, 125.
Roma. 252.
Romanos. 221. 261.
Roxana. 201. 206.
Rubén. 62, 74.
Rut. 141.
S.
Sabiduría de Salomón, 215.
Sacerdotes impíos. 88.
Sacerdotes de Baal. Matan
5-6.
Sacrilegio de Ant. Epif., 230.
Sadoc, 200.
Sadrach y compañeros, 134.
Saduceos. 213, 215. 238, 261-5
280-1.
Safan. 108.
Saerartia. 153.
Sakyamuni. 194. 196.
Sálamis, 150, 159-60.
Salmanasar. 21. 26. 79.
Salmos de David 88. 91. 138.
Salomé, hermana de Hero-
des. 270-7.
Salomón, 5, 65, 109.
Salomón. Salterio de, 283.
Salum. 17, 58. 135.
Salvador un. 22. 45.
Sal, Valle de, 30.
Samaría. 221, 239. 277.
Samaría destruida por Sal-
APENDICE
303
manasar IV, 79-80, 84, 92
135.
Samaría destruida por Juan
Hircano, 261.
Samaría, Sargón mete gentes
en, 80, 92, 96. 182.
Samaritanos. 50, 57, 79, 80
148-9, 154, 185, 187.
Samaritanos, Templo de, 198
261.
Sameas, 270.
Samético. 100, 102.
Samuel, 90.
Sanbalat, 182-5, 188-9, 209.
Sanedrín, 214, 221, 264-270, 277
Santuario ,76. 221, 231. 240.
Sargón 79. 80. 84. 87, 92, 137
12.
Sarona, 53.
Sasbasar, .145.
Sátrapas, 150. 158, 174. 176
181.
Sebaste 273.
Secanías, 179.
Secuestro, 179.
Sedecías, falso profeta. 117
133.
Sedecías. rey. 130, 132-5.
Séfela, 70.
Seir, 34.
Sela, peña de, 30.
Seleuco Nicator, 208.
Seleuco Calínico, 221.
Seleuco III Cerauno (Tro-
nador), 221.
Seleuco Filopátor IV, 222-4
249.
Semeías, falso profeta, 117
133
Senaquerib, 75, 87, 89, 100, 135.
Separatistas, 279.
Senado romano. 221. 233. 249
256, 271.
Septuaginta, 213.
Seraías, 133.
Serón, 239.
Serpiente de Bronce. 90.
Setenta años. 125, 128. 139.
Setenta semanas. 140. 144.
Setenta traductores griegos
del Ant. Test.. 213.
Sibilinos los. 283.
Sidón, 16, 26, 221, 246, 273.
Simeón, tribu, 243.
Simón el Justo, 157, 193.
Simón que recibió a Jesús
278.
Simón II, 157, 220.
Simón Benjamita, 222.
Simón Macabeo, 246, 253, 260.
Sinagoga , lectura en, 238.
Siria, 16, 256, 269.
Siria, Judíos bajo, 221-257.
Siria, paz, con, 247.
Siria, revoluciones de, 249.
Sirios, 24, 261, 270.
Sisac, 26, 64, 135, 216.
Sixto César, 270.
Smerdis falso, 150, 154.
Smerdis verdadero, 150.
So, Seve, Sabaco, 87, 92.
Sócrates, 194. 196, 206.
Sodomitas, 105.
Sofonías. 114.
Sogdiana. 201, 150.
Sogdiano. 150, 201.
Sohemo, 275.
Sol, imágenes del, 106, 109.
Stanley, 220.
Sucesores de Alejandro o
Diadocos, 207-9.
Suicidio, 196.
Sumo Sacerdote, afrenta al
224.
Sumos sacerdotes, 156-7, 217.
Sumos Asmoneos, 256-7.
Susa, 137, 161, 201.
Susán. 159, 172, 180.
Susiana, 152.
T.
Tabe. 244.
Tahpanes, 115, 134.
Talmud y Targum, 145, 279
284.
Tanaim, 214.
Tartac, 84.
Tartán, 92.
Tatnai, 155.
Tecoa, 37, 253.
Templo 6, 8, 16, 88, 116.
Templo de Asora, 56.
Templo de Baal, 5.
Templo de Júpiter Olímpi-
co, 237.
Templo de Júpiter Helénico
237.
Templo en Egipto, 189.
Templo, gloria del, 155.
Templo incendiado, 135, 128.
Templo reconsagrado, 87-8.
304
APENDICE
Templo reedificado, 148.
Templo reparado, 107.
Templo reparado por Here-
des, 272.
Templo restaurado. 240.
Templo, robo del, 228.
Templo despojado por Craso
269.
Templo Samaritano, 198.
Templo en Garizim, destrui-
do, 261.
Templo, segundo, 107.
Templo saqueado. 130.
Templo violado por Ant.
Epíf., 230.
Termopilas .221.
Tierra de Gad, Galaad, Ru-
bén y % de Manases, 8
Tiglat Pileser. o Pul, Pulu
61-2. 74-5, 135.
Tesalónica, 208.
Tigris. 137, 137%.
Timoteo, 244. 246.
Tirhaca, 87. 100.
Tiro, 15, 26, 38-9, 94, 133, 201
246, 273.
Tiro, sitiada 13 años 134.
Testamentos de Abrahán
283.
Testamentos de Adán. 283.
Testamentos de los Doce
Patriarcas, 283.
Testamentos de Job, 283.
Tob. 246.
Tobíades. 218-222. 226. 238.
Tobías, 182-5. 188. 214. 218.
Tofet. Topbet. 101. 109.
Tolemaida. 246 .256.
Tolomeo entenado de Jona-
tán. 260-1.
Tolomeo Euérgetes, 232.
Tolomeo IV Filopátor, 221.
Tolomeo Filometor VI, 223
231 248.
Tolomeo Filadelfo II, 211
213
Tolomeo Soter I, 208-9. 211.
Tolomeo Macrón, 236, 239
246.
Tolomeo III, 218.
Tolomeo V Epífanes, 221.
Tolomeo VII Fiscón, 232.
Torre Antonia, Baris Stra-
tonis, 259.
Traconitis. 273.
Tradiciones, 214. 279.
Traficantes en esclavos, 16.
32.
Tregeles. 245.
Tribus de Gad. Rubén y %
Manasés Cautivadas. 74-5
135. Véase Diez
Tributos a Siria, 260.
Trifón. 259-61.
Trípoli. 249. 273.
Tristram, 220.
Triunfo de Pompeyo, 269.
U.
Ulatha, 273.
Unión del oficio civil y reli-
gioso, 261.
Urías profeta, muerto por
Joacim, 121-2.
Urías sum. sac, 76, 88.
Uzías, 35. 45. 52-3, 59-60.
V.
Varo, 276.
Vasti, 150. 158.
Versión griega de los LXX
o. Setenta, 213.
Versión de los escenios, Si-
maco y Teodoción, 283.
Versiones de los judíos, 284.
Vid de Oro del Templo. 268.
Vuelta a la Palestina, 145.
Y.
Vamani, 92.
Vaxartes, río, 201.
Z.
Zabulón, 175.
Zacarías profeta, 10-3, 17.
Zacarías profeta II, 147, 150
155.
Zacarías rey, 57.
Zacarías sacerdote, 278.
Zadoc. 175. 281.
Zenadoras. 273.
Zenón, 195.
Zeres. 171.
Zoroastro. 150. 1%.
Zorobabel, 137. 145. 148. 155-6