Skip to main content

Full text of "Jack : opereta en tres actos"

See other formats


£n}i1io  C  deí  Casfillo      «^      Pablo  Lüi)a 


JñCK 


:  -  :    Opereta  en  tres  actos  de 


VIOTOR,  JACOBI 


(Edición  con  grabados) 


Copyright,  by  Emilio  G.  de!  Castillo,  1916 

SOCIEDAD  DE  AUTORES  ESPAÑOLES 
Calle  del  PradOi  núm.  24 

X@16 


irk 


JUNTA      DELEGADA 

DEL 

TESORO  ARTÍSTICO 

Libros  depositados  en  la 
Biblioteca    Nacional 

Procedencia 

[   T,Bu¡vfiÁS 


N.°  de  la  procedencia 

im.. 


^ 


i 


E^ta  obra  es  propiedad  dÉ  sus  ftutoies,  y  nadie  po- 
drá, sin  su  permiso,  reimprimirla  ^  representarla  en 
España  ni  en  los  países  con  los  cuales  se  hayan  cele- 


1         brado,  ó  sé  celebren  en  adelante,  tratados  Intemaclo 
I    A     nales  de  propiedad  liteiariá.  ' 

I    -.    Los  autores  se  reservan  el  derecho  de  traducción. 

JLos  cotaisionados  y  rcpresententes  de  la  Sociedad  de 
mttorea  Ekpañoles  son,  los  encargados  exclusivamente 
fll  cqpceder  ó  negar  el  permiso  de  rep;esentacíón  y 
creí  cébro  de  los  derechos  de  propiéílad. 

Droits  de  representation,'4e  tráduction  et  de  repro 
^dUjpion  réderyés  pour  toiie  les  pkys,  y  coinpris  la  8ué- 
?4  'de.'  la  Norvége  ft  la  Hóllande. 

\ 


)rvége  tft  la 

/   /    - 

hecha  el  d€ 


Queda  hechrfel  depósito  que  marcarla  ley. 


'i. 


\ 


J-A.C 


OPERETA  EN  TRES  ACTOS 


ORIGINAL   DE 


MAX  BRODY  y  FRANZ  MARTOS 


MÚSICA  DE 


■VICTOK,   J-A.OOBI 

adaptación  al  castellano  de 

EIWIüIO  G.  DEIt  GiiSTIIiüO  y  PflBliO  liÜflfl 


ilstrenada  en  el  TEá^TRO  DE  LA  ZARZUELA  la  noche  del 
16  de  Setiembre  de  1916 


-*■ 


MADRID 

^.  Velasco,  impresor,  Marqués  de  Santa  Ana,  11,  dup. 

TELÉFONO,    NUMERO    551 

1916 


REPARTO 


PERSONAJES 


ACTORES 


Sr. 


WIISS  MARIPOSA  HARRISON Srta. 

■JVIISS   KETTY  KENT 

PURA   MÉNDEZ Sra. 

DOLLY Srta. 

FANNY , 

3ARY 

BETSY 

GIPSY 

ETHEL 

TOMASIN 

JACK    FLETOW    

LORD  HURLINGHAN, 
PANCHO  MÉNDEZ..., 
MISTER    HARRISON., 

TIN-FÓ  

JIM-BELL  (Sheriff).. 

UN    PASTOR 

TOM i 

^ILL [ 

RAND ' 

JERKINS /     „. 

.KENEY (     Mineros. 

NEGRO   MEJICANO  1.° 

-ÍDEM  2." 

ídem  3.° 

ídem  4.° 

UN   CORONEL 

CABALLERO  I.*' 

ídem  2.° 

ídem   3.° 

ídem   4.° 

ídem  5." 

EL  CAPITÁN    DEL  YACHT 

COMANDANTE   DE   MARINA 

UN   AYUDANTE   DE   MARINA... 

MARINERO   1." 

ÍDEM   2.° 

CRIADO  1.° 


Co^^boys 


Aracil. 

Haro. 

Romero. 

Malavep. 

Pininos. 

Serna. 

Espinosa. 

Fúster. 

Gavilán  (P.) 

Peña. 

Parera. 

Alaria. 

Allen-Perkins. 

Tormo. 

Gallego. 

Zaragozano. 

Viñiegla. 

Benavides. 

Alonso, 

Romero. 

Viñiegla. 

Navacerrada 

Fornes. 

Sarda. 

Serrano. 

Bauter. 

Viñiegla. 

Zaragozano. 

Fornes. 

Benavides. 

Perea. 

Sapdá. 

Alonso. 

Benavides. 

Fornes 

Vallejo. 

Moliner. 

Vallejo. 

CowgirUf  cowloys,  mineros,  tratantes,  negrcs,  oficiales  de  marina,  guardias 
marinas  ingleses,  pasajeras,  invitadas,  invitados,  etc. 


La  aeción  del  primer  acto,  en   Beggardale  (California  del   Sur).   La  del 

segundo,  a  bordo  del  Yacht  «Mariposa».  Y  la  del  tercero,  en  el  palacio  de 

Mister  Harrison,  en  San  Francisco  de  California.— Época  actual 

Lías  indicaciones,  del  lado  del  actor 


Director  de  escena:  Ramón  Peña 


Tres  preciosas  decoraciones  del  notable  escenógrafo  D.  Luis  Muriel 
(Argensola,  24).— Lujosa  sastrería  do  la  Casa  Peris  Hermanos.  — Maqui- 
<»aria  de  la  Casa  Ibargüen.— Instalaciones  eléctricas  de  la  Casa  Recio. 


720422 


Nota  importante 


Esta  obra  fué  presentada  lujosamente  en  la  Zarzue- 
h.  Adjuntos  van  los  grabados  de  los  actos  primero  y 
segundo,  que  dan  idea  de  vestuario  y  decoraciones. 
Xo  obstante,  en  aquellos  teatros  que  por  su  capacidad 
de  escenario  no  permitan  hacer  el  barco  del  acto  se- 
gundo con  los  dos  puentes,  se  suprimirá  uno  de  ellos 
y  hasta  podrá  cambiarse  su  disposición  porque  no  es 
indispensable  la  señalada,  aunque  si  de  efecto. 

A  pesar  de  su  mucha  visualidad,  esta  obra  puede 
presentarse  con  muy  pequeño  gasto  de  decorado  y 
sastrería,  sin  amenguar  su  éxito. 

Al  talento  y  buen  gus:o  de  los  Directores  de  esce- 
na se  confían  las  evoluciones  de  números  no  mar- 
cadas. 

Para  cualquier  duda  sobre  decorado,  vestuario,  re- 
parto, etc.,  dirigirse  a  Emilio  G.  del  Castillo,  Fuen- 
carral,  114,  3.0  izquierda.— Madrid. 


jSa, 


^s«. 


íIiMÍ¿lf> 


ACTO  PRIMERO 


Decoración:  Entrada  de  un  pueblo  enclavado  ea  la  planicie  de 
Beggardale,  entre  los  montes  de  California  del  Sur.  La  escena  re- 
presenta una  explanada  sobre  una  altu'.a  y  a  lo  lejos  se  divisa  el 
paisaje  de  montañas  quebradas,  con  algunos  de  sus  picos  cubier- 
tos  de  nieve.  A  la  izquierda  primer  término  fachada  rústica  del 
Hotel  Búffalo,  que  no  es  sino  un  bar,  de  madera  y  con  balconaje 
abierto  y  practicable,  del  cual  se  desciende  a  escena  por  unos 
cuantos  escalones.  En  segundo  término  del  mismo  lado  un  térmi- 
no libre,  y  a  continuación  bastidor  de  árboles.  £n  el  segundo 
término  derecha,  la  entrada  de  un  barracón  grande,  con  practica- 
ble y  escaleras  y  cubierto  por  una  especie  de  toldo  de  colores 
vivos,  sostenidos  por  dos  lanzas,  y  en  el  que  habrá  escrito: 
MEfiCADO  DE  MUCHACHAS  DE  beggardale.  En  todo  el  ancko  del 
foro  practicable  en  forma  de  rampa,  colocado  de  modo  que  de- 
muestre que  tras  él  hay,  para  subir  a  escena,  una  enorme  pen- 
diente. 

A  todo  foro  telón  de  montañas  quebradas  con  los  picos  cubier- 
tos de  nieve.  Intensa  luz  de  tarde  al  comenzar  el  acto;  luego 
amarillo,  rojo,  crepúsculo  y  luna.  En  escena  mesas  rústicas,  ban- 
quetas, cajas,  troncos  de  árboles  cortados,  y  en  el  barracón  y 
hotel,  farolillos,  guirnaldas  y  gallardetes.  El  pueblo  está  en  fies- 
tas. Al  levantarse  el  telón  ocupan  la  escena  Cowboys  con  sus  pin- 
torescos atavíos;  Mineros  de  California,  Judíos,  Tratantes  y  Ne. 
gros  Mexicanos  con  sus  típicos  trajes.  Todos  ellos  diseminados 
por  las  mesas,  troncos  de  árboles  y  cajas,  beben  y  juegan.  Tin-fó, 
chino,  que  viste  su  traje  nacional,  sirve  licores  y  vino,  con  viveza 
ratonil.  Jim  Bell,  que  es  a  un  tiempo  Sheriff  y  fondista,  vigila 
desde  la  balconada  del  bar,  fumando  su  pipa.  Los  hombres  llevan 
lodos  al  cinto  el  revólver,  y  en  la  mano  el  látigo   de  cowboy. 


8   - 


ESCENA    PRIMERA 

JIM-BELL,  JERKINS  y  KENEY  (mineros);  PANCHO  MÉNDEZ  íme- 

xicatio);  TOM,  RAND  y  BILL  (cowboys);  TIN-fü    (chino);  Mineros, 

Cowboys,  Nesrros;  al  final   JACK 

Música 


Todos  (jugaudo  a  las  cartas  en  primer  término  derecha  ) 

Baraja  y  vuelve  a  empezar, 
que  la  suerte  así,  ha  de  cambiar. 

Solo  al  perder 
aprenderás  el  modo  de  ganar, 
y  hay  mucho  oro  en  California 
bí  lo  sabes  conquistar. 

(sirviendo.)  LicolcS.  (Pronunciando  ele  en  lugar  de 
erre.) 

¡Deprisa! 
¡Whisqui  aquí! 
¡Venga  Rtium! 
¡Vive  Dios! 

(Entra  en  escena  por  el  practicable  del  foro.  Es  uu 
cowboy  de  aspecto  íudo  y  fuerte,  joven,  con  ciert^ 
gallardía,  viene  fumando  su  pipa.  Saluda  desde  lo  Rito 
y  luego  baia  a  escena.)  ¡BuenaS  tarde?! 

¡Jack!  ¡Hurra! 

¡Es  Jackl  Que  cante  una  canción. 

Canta  una  canción. 

¡Ven,  jHck! 

(Desciende  a  escena  y  canta.) 

Atravesando  montes, 
en  mi  caballo  iré, 
por  buscar  a  la  hermosa 
niña  graciosa  que  soñé. 
Si  su  amor  logro  alcanzar 
oro  y  perlas  le  he  de  dar; 
pues  un  día  en  sueños  la  vi  yo 
y  el  alma  me  robó. 
Todos  Atravesando  montes 

en  mi  caballo  iré, 
por  buscar  a  la  hermosa 
niña  graciosa  que  soñé. 
Si  su  amor  logro  alcanzar 
oro  y  perlas  le  he  de  dar; 


TiN-Fó 

«  "OWBÜYS 

Unos 
Otros 

Unos 
Jack 


Todos 

Unos 
Otros 

U.NÜS 

Jack 


—  9 


Jack 


Todos 


pues  un  día  en  sueños  la  vi  yo 
y  el  alma  me  robó. 
Del  cowboy  (1)  será  ilusión, 
y  mi  reina  yo  la  haré. 
De  la  tierra  toda  la  extensión 
para  ella  ganaré. 
(Recitado.)  ¡Ah!  [Bravo!  Bien,  Jack. 

(sigue  la  orquesta.  Recitado  sobre  la  música  hasta  ter- 
minar.) 


H&hlaüo 


Pancho 

TOM 

Bill 

R\ND 

Pancho 

Jer. 

Keney 
Jer. 

Keney 

Jer. 


Keney 

Jer. 

Jim 


TiN-Fó 
Jim 


(jack  va  de  mesa  en  mesa  saludando  hasta  colocarse 
junto  a  Jim-Bell  que  está  solo  en  primer  término  iz- 
quierda.) 

(2)  ¡Juego!  (Está  sentado  eu  una  mesa  con  Bill,  Tom 
y  Rand  en  segundo  término  derecha.) 

Bonita  jugada. 

Tin-Fó.  Tráenos  más  Whisqui. 

(e1  chino  obedece  y  va  de  mesa  en  mesa.) 

¿Empezamos  otra  vez? 
Venga. 

(juegan  de  nuevo  en  voz  baja.) 

(Minero  que  bebe  con  Keney  en  una  mesa  primer  tér- 
mino.) ¿Y  cómo  VH  vuestra  mina,  Keney'? 
Enriqueciendo  a  los  contratistas. 
¿Traerás  la  bolsa  bien  repleta  para  el  mer- 
cado de  mujeres? 

¿Y  qué  puede  importarnos  la  subasta  si  la 
boda  que  le  sigue  es  pura  broma? 
Otros  años  sí,  pero  este  el  matrimonio  ha 
de  ser  legal,  que  para  ello  vino  ya  de  San 
Francisco  el  Pastor. 

Siendo  en  serio,  habrá  que  abrir  la  bolsa. 
Y  los  ojos. 

(Aparte  a  Tin-Fó.)  Tiu-Fó;  procura  Servirles  mu- 
cho y  cobrarles  de  más.  Hoy  es  día  de  fiesta 
y  se  ha  de  hacer  el  agosto. 
¿Y  si  plotestan,  mi  amo? 
Saben  que  a  más  de  dueño  del  hotel  Búffa- 
lo  soy  Sheriff  recién  nombrado.  Despacha 
sin  miedo,  Tin  Fó;  no  protestarán. 

(Tin-Fó  sigue  sirviendo.) 


(1)  Pronuncíese  cauboy. 

(2)  Este  personaje  habla  con  marcado  acento  mejicano. 


~  10  — 
JaCK  (Se  acerca  a  Jim-Bell  y  se  sieuta.)  Buen    día    para 

tu  bolsa,  ladrón  de  caballos. 

Jim  ¿Qué  dices?  ¿Ignoras  que  me  han  nombrado 

Sheriff  y  que  puedo  meterte  en  la  cárcel? 

Jack  ¿Lo  mismo  que   metiste  en  tu  cuadra  el  ca- 

ballo de  Ürayton? 

Jim  (En  voz  baja,  alarmado.)  ¡Süenclol  Sí  alguien  te 

oye... 

Jack  Descuida. 

Jim  ¿PeDFarás  p'ijar  hoy  por  alguna  linda  mu- 

chacha de  Beggardale? 

Jack  Ni  tengo  dinero  ni  encontré  la  que  soñaba. 

¿Han  venido  gentes  de  la  ciudad? 

Jim  Yo  sólo  espero  que  acuda  a  la  fiesta,  como 

en  años  anteriores,  nuestro  diputado. 

Jack  ¿Quién  es  ahora? 

Jim  Harrison,  el  banquero  de  San  Francisco. 

Jack  (poniéndose  en  pie.)  ¿Y   couseutís  que  ese  ban- 

dido os  represente? 

Jim  ¿Llamas  bandido  al  rey  del  oro,  al  hombre 

más  rico  de  California? 

Jack  Antes  que  él  io  era  Kletow,  el  más  noble  de 

los  negociantes. 

JiM  ¡Fletow!  ¿Pero  tú  conociste  al  antiguo  socio 

de  Harrifon? 

Jack  A  él  y  a  su  hijo.  (Grave.) 

Jim  El  hijo  desapareció  hace  tiempo.  El  padre 

murió  arruinado   por  especulaciones  atre- 
vidas. 
Jack  ¡Mientes!  (Fxaitándose.  se  levantan.)  Le  engaña- 

ron. Pero  su  hijo  volverá  un  día,  cuando 
menos  lo  esperen  todos,  y  entonces  ese  ban- 
dido de  Plarrison  que  arruinó  al  padre,  ten- 
drá que  guardarse  del  hijo,  porque  no  habrá 
compasión  para  él. 
Jim  ¿y  a  ti  qué  te  importa?  ¡Déjalo?!  ¡Allá  ellos! 

(Algunos  jugadores  se  levantan,  pufan  a  Tin-FÓ  y  ha- 
cen mutis  segundo  derecha.  Quedan  los  que  hablaron. 
Pancho  se  va    también.)    Si    quierCS    COmei   algO- 

entra  en  casa.  Luego...  a  buscar  mujer.  No 
desperdicies  la  ocasión,  que  hasta  dentro  de 
un  año  no  habrá  nueva  puja. 
Jack  ¡Bah!  ¡Mejor!  Un  año   niás  sin  que  me  lleve 

el  diablo.  (Hace  mutis  por  la  escalerilla  del  hotel, 
riendo  alegremente.) 


-^  il 


ESCENA  11 

JIM-BELL,    KENEY,    JERKINS,    TOM,    BILL,  RAND  y  TIN-FO.    Ett 

seguida   TOMASIN.  Se  oyen  repetidos  golpes  o  toques  de   bocina  de- 

aulcmóvil  de  laa  que  tienen  tres  tonos 

Jim  ¿Cómo?  ¿Habéis  oído?.,.  ¡Otra  vez! 

(Toques.) 

Jer  .  Sí  que  es  particular,   ün  automóvil  llegar 

hasta  aquí. 
ToM  ¡Si  es  imposible  que  suba  la  cuesta! 

(Nuevos  toques.) 

Jim  ¡y  ee  aproximal 

Kand  Es  extraño. 

(Se  ponen  en  pie  y  van  a  dirigirse  hacia  el  foro,  cuan- 
do aparece  en  lo  alto  Tomasín,  trepando  trabajosamen- 
te. Es  un  tipo  estraño  muy  atildado  y  viste  traje  de 
«sport»  de  color  blanco  lo  mismo  que  el  sombrero. 
Pantalón  de  briche  y  polaina  de  venda  todo  en  igual 
color.  Trae  colgada  de  la  cintura  una  bocina  de  auto- 
móvil.) 

ToM.  Muy  buenas  tardes, 

Jim  ¿Ha  subido  usted  en  automóvil  por  la  peri-^ 

diente? 

ToM.  No,  señor;  he  subido  de  un   modo,  que  por 

poco  subo  al  cielo. 

Jim  Pero  nosotros  hemos  oído  la  bocina.   - 

ToM.  ¿Cuántas  veces? 

J'M  Ocho  o  diez. 

ToM.  ¡Justo!  Las  ocho  veces  que  me  he  caldo  de- 

bruces. 

(Todos  ríen.  Tomasín  baja  a  escena.) 

Jim  Sí  que  es  penosa  la  cuesta.  ¿Y  viene  usted 

al  mercado? 
ToM.  Veníamos  de  excursión  con  dos  señoritas  a 

la  tiesta  de  Beggardale,  se  nos  ha  roto  el 

auto  y  necesitamos  un   buey,  de  modo  que 

haga  usted  el  favor  de  bajar. 
Jim  ¿Cómo? 

ToM.  Que  haga  usted  el  favor  de  bajar  con  el 

buey. 
Jim  Pasemos  al  establo.  Yo  mismo  le  llevaré. 

ToM.  Caramba,  muy  agradecido.  Procure  que  sea 


-^  i2  — 

corniveleto,  mogón  y  de  libras,  (saca  un  puive- 
rizador.)  Le  perfumaré  con  un  poco  de  treíie 
iocarnat,  para  que  no  huela  a  establo. 

(Entran  Jim-Bell  y  Tomaeín  por  la  primera  izquierda.) 


ESCENA   III 

JERKINS,     KENEY,     TOM,    BILL,    RAND,  MARIPOSA,  KETTY  y  al 
final  JA(  K.  Para  los  trsjes  de  Mariposa  y  Ketty  véase  grabado 

Mar.  (Dentro.)  ¡Arriba,  Kelty!  ¡Un  esfuerzo  y  lle- 

gamos! 

Ketty  Un  piemio  a  la  que  antes  lo  consiga.  ¡A  la 
una,  a  las  do?,  a  las  tres!  (ai  oír  ios  gritos  Iob 

Cüwboya  se  ponen  en  pie  curiosos.  Mariposa  y  Ketty 
aparecen  en  lo  alto  del  practicable  del  foro.  Son  dos 
muchachas  elegantes  y  distinguidas,  pero  visten  el 
traje  típico  de  las  praderas  Para  subir  se  han  ayuda- 
do de  una  larga  faja  de  seda  y  aparecen  cogidas  cada 
una  de  ellas  a  un  extremo.  Bajan  a  sentarse  en  el 
banco  del  primero  izquierda.) 

Mar.  ¡Yo  he  sido  la  primera!  ¡He  ganado!  ¿En  qué 

consiste  el  premie? 

Ketty         En  descansar.  No  encontrarás  otro  mejor. 

Mar.  Ya  estamos  en  Beggardale,  el  famoso  mer- 

cado de  muchachas. 

Ketty  Una  millonaria  entre  cowboys.  No  puede 
darse  mayor  democracia.  Vamos  a  refrescar, 
vengo  sedienta. 

Mar.  (Aparte  a  Ketty.)  Mira  esos  hombres,  yo  tengo 

miedo.  ¿No  sube  lord  Hurlinghan? 

Kettv  Fobrecillo.  Con  la  cuesta  y  sus  años  estará 

rendido. 

Jer.  (a  los  otros.)  Buenas  muchachas. 

Kand  (ídem.)  No  deben  ser  del  distrito,  no  las  co- 

nozco. 

Bill  Intentaremos  su  conquista.  (ídem.) 

JuR .  Acercaos  con  modo,  no  las  es|)anteis  y  echen 

a  volar  como  alondras.  (bíII  y  Tom  se  acercan  a 
Ketty,  y  Rand  a   Mariposa.) 

Bill  ¡Hola,  muchachas! 

KeTIY  ¡Ay!  (Dando  un  grito  asustadas.  Mariposa,  seguida  de 

Rand  y  Tom,    pasa    a    la    derecha   primer    término    y 


--  13  - 


Ketty  y  el  resto  de  los  cowboys  quedan  en  la  izquier- 
da primer  término.) 

ToM  ¿Ves?  ;Las  asustasteis! 

Ketty         ¡Mariposal 

Mar.  ¡Ketty! 

Jer.  Bonitos   nombres.   Si  tuviese   menos  años- 

vaciaría  hoy  el  cinto  por  vosotras. 

R-^ND  Yo  domaría  nn   potro  salvaje  apretándole 

entre  mis  rodillas  hasta  que  cayese  delante 
de  ti  echando  espuma. 

Bill  (por  Ketty.)  Tom,  por  una  mujer  así,  pronto 

pierdo  yo  la  cabeza. 

Ketty  (sin  poderse  contener.)  ¡Si  le  llama  usted  cabeza, 
a  ese  felpudo! 

ToM  Cuidado,  Bill.  Es  burlona.  (Ellas  cada  vez  tienen, 

más  miedo.) 

Keity         y  tengo  las  manos  largas,  conque  sepárense^ 
Mar.  Estos  hombres  me  asustan.  Yo  voy  a  gritar^ 

(jsrkins  pasa  a  la  izquierda  al  lado  de  Ketty.  Force-^ 
jean  por  abrazarlas.  Ellas  les  huyen.) 

Ketty         ¡ 'socorro! 

JaCK  (Sale  del  Hotel,  ve  el  grupo  y  grita  sacando   del   cinto 

el  revólver.)  ¡Una  bala  para  el  que  se  mueval 

(Todos  levantan  las  manos  en  alto.) 

Jer  .  Jack,  ¿qué  te  ocurre?  Vimos  a  estas  mucha- 

chas, . 

Raud  Nos  acercamos... 

Jack  Las  defiendo.  Si  alguno  quiere  de  ellas  algo,, 

ya  sabe  con  quién  ha  de  entenderse. 

Ketiy  (aparte  a  Mariposa.)  Nos  ha  saUdo  un  precep- 
tor, Mariposa. 

Mar.  (Aparte  a  Ketty.)  Sí. 

Ketty  (Aparte  a  Mariposa.)  Pcro  casi  me  asusta  más 
el  preceptor  que  los  otros. 

Jack  Estas  muchachas  son  parientas  mías.   Vie- 

nen a  hablarme. 

ToM  Siendo  así,  perdona... 

Jer.  Señoritap...  Tanto  gusto,  (se  descubren  todos  ) 

Bill  Pero  no  vale  mentir. 

Jer.  Jack  ..  Enhorabuena  por  el  parentesco.  ¡Ja,. 

ja,  jal  (salen  todos  riendo  y  cuchicheando.  Unos  por 
el  practicable  y  otros  por  segundo  izquierda.) 


14  - 


ESCENA  IV 


MARIPOSA,  KETTY  y  JACK  ;i) 
Mar .  (Adelantándose  resuelta  a  Jack.)  Gracia?, caballero 

Ketty  (Aparte  a  Mariposa.}  No  le  llames  Caballero  que 
puede  que  no  le  guste. 

Mar.  Debemos  a  usted  sincera  gratitud. 

Jack  ¡De  nada!  Esos  brutos  no  saben  tratar  con 

muchachas. 

Ketty         (Aparte.)  Pues  me  parece  que  tú  tampoco. 

Jack  ¿Ustedes  no  serán  de  Beggardale? 

Ketty         No.  Venimos  a  presenciar  la  fiesta. 

Jack  ¡Ah! 

Ketty         ífomos  de  San  Francisco  de  California. 

Jack  ¿De  San  Francisco? 

Ketty  (Aparte  a  Mariposa.)  Verás  cómo  se  asombra. 
(Pasando  al  centro.  Alto.)  Ketty  Kent,  señorita 
de  compañía,  soltera,  veinte  años,  (presentán- 
dose   y  presentando    a    Mariposa.)    Mariposa    Ha- 

rrison  .. 

Jack  (con  gran  sorpresa)  ¿Harrison  el  banquero? 

Keity         (Aparte  a  Mariposa.)  ¿Lo  ves?  Se  asombra. 

Mar.  ¿Conoce  usted  a  mi  padre? 

Jack  (con  sonrisa  ambigua.)  Le  conozco.  He  oído  ha- 

blar mucho  de  él.  ¿Es  usted  su  hija?  Her- 
mosa, mu}"  hermosa. 

KeT'IY  (Aparte  a  Mariposa.)    CoU    qué    OJOS    te  mira.  A 

mí  me  da  miedo. 

Mar.  ¿y  usted  quién  et? 

J4CK  Jark. 

Ketiy         ¿No  tiene  usted  apellido? 

Jack  ¿Para  qué?  Un  cowboy  necesita  un  revólver, 

un  caballo,  un  lazo  para  derribar  potros  sal- 
vajes  y  un  corazón  que  no  tema  a  nada;  lo 
demás  no  es  preciso. 

Ketty  ¿Vendrá  usted  al  mercado  para  pujar  por  su 
prometida? 

Jack  Ni  tengo  prometida  ni  dinero. 

Mar.  Si  usted  tj^uisiera...  Nosotras  podemos  ofre- 

cerle... La  gratitud. 

Jack  Perdón.  No  tengo  dinero,  pero  sí  dignidad. 


(l)      Jack— Mariposa— Ketty. 


15  - 


Música 


Ketty  Mil  perdones  si  es  que  le  hemos  ofendido. 

Una  prueba  de  anaistad  sólo  ha  sido. 
Mar.  Yo  la  puja  del  amor  quisiera  ver. 

Ketty  Y  yo  ver  mi  valor  como  mujer. 

Mar.  ¡Qué  emoción  en  la  muchacha  enamora- 

[da!... 
Ketty  Si  su  novio  no  la  puede  pagar. 

Jack  Nada  puedo  contestar, 

porque  nunca  pude  yo  pujar. 
Mar»  ¿Pero  es  que  usted  jamás  amó? 

Ketty  ¿Jamás  ee  enamoró? 

Jack  De  todas  las  que  hasta  ahora  vi 

ninguna  me  agradó. 
Mar.  Pero  hoy  al  ver  a  otra  mujer, 

se  puede  enamorar. 
Jack  i^hora  ya  pudiera  ser. 

Mar.  ¿y  qué  le  ha  hecho  a  usted  cambiar? 

Jack  Unos  ojos  que  he  visto  mirar. 

lis  una  ilusión  que  en  mi  corazón 

una  niña  hermosa  hoy  ha  encendido. 

Yo  la  adoraré  y  lo  callaré, 

y  este  dulce  sueño  que  he  sentido, 
ocultaré. 
Las  dos  Un  ardiente  amor  le  ha  de  conmover 

dándole  ilusión  con  su  poesía. 

No  hay  nada  mejor  que  el  goce  de  querer 

en  un  ensueño  ardiente  y  seductor. 

No  hay  nada  mejor  que  amar  a  una  rau- 

y  es  su  amor  el  mayor  placer. 

Jack  (ai  miamo  tiempo.) 

Aunque  soy  un  pobre  cowboy, 

amaré  un  día. 
No  hay  nada  mejor  que  el  goce  de  querer 
en  un  ensueño  ardiente  y  seductor. 
No  hay  nada  mejor  que  amar  a  una  mu- 

y  es  su  amor  el  mayor  placer. 
Mar  .  ¿Y  si  tuviese  que  pujar? 

Ketty  ¿Si  tuviese  que  elegir? 

Jack  Yo  no  sé  expresar, 

sólo  sé  sentir. 


-  16  — 

Mar.  Diga  usted  cuál  de  las  dos  elegiría. 

Ketty  íiQué  fortuna  por  nosotras  daría? 

Jack  Yo  daría  el  ancho  mar, 

la  luz  del  sol, 

y  el  modo  de  cantar  del  ruiseñor. 
Ketty  Eso  es  solo  una  banal  galantería. 

Jack  Pues  mi  vida  si  es  preciso  daré. 

Ketty  Y  en  el  caso  de  pujar, 

díganos  por  quién  lo  haría  usted. 
Mar.  Contéstenos  con  lealtad, 

queremos  su  opinión. 
Jack  Les  juro  a  ustedes  de  verdad 

que  dudo  en  la  elección. 
Mar.  Perdone  nuestra  indiscreción, 

capricho  es  de  mujer. 
Ketiy  iCs  una  suposición. 

Jack  jN o  podría  responder, 

porque  en  broma  yo  no  sé  querer. 

Bajo  el  cielo  azul  yo  siempre  viví 

contemplando  ansioso  su  grandeza. 

Bello  es  su  ancho  tul,  pero  08  conocí 

y  hay  en  vuestros  ojos  más  belleza 
para  mí. 
Las  dos  Ya  sabe  mentir  y  galantear 

y  pone  en  sus  frases  cortesía. 

No  ha  de  descubrir  su  modo  de  pensar 

y  ha  de  acabar  queriendo  ñirtear. 

íSo  he  de  conseguir  saber  como  mujer 

cuánto  puede  mi  amor  valer. 

Jack  (ai   mismo  tiempo.) 

Como  soy  un  pobre  cowboy, 

se  burlaría. 
No  ha  de  descubrir  mi  modo  de  pensar, 
ni  ha  de  saber  mi  amor  adivinar. 
No  ha  de  conseguir  saber  si  es  su  querer 
el  que  mi  alma  logró  encender. 

(e1  las  invita  a  pasar  al  Hotel.  Les  cede  el  paso.  Ellap 
se  van  coqueteando.  El  al  verlas  partir  ríe  con  aire 
entre  burlón  y  amenazador.  Sube  al  practicable  y 
canta  la  última  frase.) 

No  ha  de  conseguir 

Saber  si  es  su  querer 

el  que  mi  alma  logró  encender. 


17  — 


ESCENA  V 


TIN  FÓ  que  sale  a  recoger  los  servicios  por  el    barracón.    PANCHO 

MÉNDEZ  por  segundo  izquierda.  Este  personaje  habla  con   marcado 

acento  mejicano.  Viste  traje  típico    de    su    pp.ls  y    va    caracterizado 

con  cara  rojiza  y  largos  bigotes 

Hablado 

Pancho       (Acento  mejicano.)  Tin-Fó,  escucha, 

TiN-Fó         Mándame,  flol  de  celezo. 

Pancho  Yo  voy  al  barracón  a  escribir  una  carta» 
¿Sabes?  Diles,  pues,  a  quienes  vengan  aquí, 
que  yo  les  suplico  no  nietan  bulla. 

TiN-Fó         Lo  dilé,  Aulola  de  Mayo. 

Pancho  Porque  si  meten  bulla,  a  la  primera  vez 
grito. 

TiN-Fó         Glita. 

Pancho       A  la  segunda  vez  pego. 

Tin-Fó        Pega. 

Pancho  ^  a  la  tersera  tiro.    (Mostrando    el   revolver   qne 

lleva  al  cinto.) 

TiN-Fó        Pues  ya  no  plegunto  lo  que  hace  a  la  cualta. 
Pancho       A  la  cuarta  el  tiro  es  pa  ti  por  consentirlo. 

TlN-FÓ  ¿A  mí,  flol  de  Califolnia"?  (Asustado.) 

Pancho  ¡Ya  lo  sabes!  ¡Canario!  Ahora  traeme  un 
Whisqui,  en  seguida. 

TlN'FÓ  Coliendo,  COliendo.  (Mutis  barracón.) 

Pancho  Voy  a  escribirle  a  Salcedo  que  venga  a  es- 
cape, ¡vaya!  Yo  encuentro  hoy  novio  para 
mi  hermanita.  ¡Canario!  Es  mucho  ridículo 
dos  años  sin  que  nadie  puje  por  ella.  ¡Sin- 
sontes! (Mutis  tercero  derecha.) 


ESCENA  VI 

TOMASIN,  PANCHO,  dentro.  A  poco  LOED  HURLINGH^N,  por    el 

foro 


Tc'M.  (saliendo  por  segundo  izquierda.)  ¡Ya  está!  Lom- 

bardo, estrellado,  ancho  de  cuna,  rebardo, 
colín  y  perfumado  con  trefle  incarnat  que 
da  gusto  olerle.  Voy  a  avisar  a  Lord  Hurlin- 


—  18  — 

ghan  que  ya  le  ha  bajado  el  vaquero.  (Gritan- 

do  desde  el  practicable  del  foro.)  ¡Ehl  ¡Ah!  ¡Aoh!... 

I Lord! 

Pancho         (Desde  dentro  y  con  voz  mellflue.)  ¡Cayáte,  gritón, 

por  la  virgen  de  Tehuatepec! 

TOM.  ¡Ay,  qué     VOCecital    (Mirando    sin    ver    a    nadie.) 

¿Habrá  aquí  cacatúas?  ¿Eb? 

HUR.  (l)entro,    foro.)  ¡Tomasil)! 

ToM  .  (Asomándose    al    practicable.)  ¿Qué? 

HuR.  (üeutro.)  Ec'beme  usted  un  cable. 

ToM .  (Cogiendo  nni  cuerda  que  lleva  a  la   cintura    y    arro- 

jando un  extremo.)  ¡Ahí  Va!...  ¡Aniba!... 

Huí-.  (Después  de  ¡grandes  esfuerzos  de  Tomasín   sabe  a  es- 

cena.; ¿Habrá  usted  vi-to  que  eí^toy  más  li- 
gero, Tomasín? 

ToM.  (Aparte.)  CótiDO  i-e  conoce  que  no  tiene  que 

tirar  de  la  cuerda.  (Limpiándose  el  fudor  y  sen- 
tándose en  el  banco  primer  término  izquierda  ) 

HuK.  Pero  todo  lo  hago  con  gusto  pur  Mariposa. 

Su  padre,  que  conoce  mi  elocuencia,  me 
dijo:  Hurlinghan,  vaya  usted  a  Beggardale 
dígales  a  aquellos  cuwboys  cuatro  tonterías 
de  las  suyas  y  acompañe  a  mi  hija  que  de- 
sea ver  las  tiestas. 

Tow.  ¿Piensa  usted  pujar  en  la  subasta? 

HuF.  Toaaí-in.  Hablar   de  dinero  no  es  distin- 

guido. Vo  no  puedo,  pnr  otra  parte,  pensar 
en  más  mujer  que  Mariposa.  Ella  es  n:i  ilu- 
sión, el  sueño  de  mi  vida,  la  esperanza  que 
me  mantiene  .. 

ToM.  Más  bien  la  que  le  mantendrá  a  usted  con 

el  tiempo. 

HuR.  Sabrá  usted  que  ya  quedó  listo  allá  abajo  el 

automóvil. 

ToM .  ¿Y  ha  servido  el  buey? 

HuB.  Pero  diga   usted,  Tomasín,  ¿qué  clase  de 

buey  era  el  que  me  envió? 

ToM .  Un  lombardo,  estrell&do,  ancno  de  cuna... 

HuR.  Pero  si  eso  no  es  un  buey,  es  una  cocot  fran- 

cesa; apestaba  a  treíle  incarnat. 

ToM.  Le  he  perfumado  para  evitar  molestias  a 

miss  Mariposa,  y...  ¡Ay!...  A  Ketty.  (suspi- 

rando.) 

Hup.  |Si  han  subido  hace  una  hoia!  ¿Pero  no  las 

ha  visto  usted? 
ToM.  ís'o  tengo  idea. 


-  19  ^ 

HuR.  ¡Imperdonable!  Voy  en  su  busca.   Entérese 

mientras  tanto  de  los  usos  y  costumbres  del 
país.  Vengo  en  representación  de  un  dipu 
tado  y  debo  saber...  ¡Hasta  luegol  (Mutis  ai 

hotel.) 

ToM .  (ai  mutis.)  Llámeme  si  le  hago  falta. 

-tiUR,  (Desde  dentro.)  ¿Cómo? 

ToM.  (Gritando.)  Que  me  llame, si  le  hago  falta.. 

¡bí!...  ¡Bien!...  ¡En  seguida!  (como  si  contestase 

al  Lord  que  se  aleja.) 

ESCENA  VII 

TOMASlN  j  PANCHO.  Sale  éste  furioso  y   le    pega    un    puñetazo    a 
Tomasín  que  está  yuelto  de  espaldas  al  pie  de  la   escalera  - 

rANCHO         (Pegándole  un  puñetazo.)  ¡Amigaso! 
lOM .  (Cayendo  de  bruces  en  la  escalera.)  ¡Caray' 

I'ancho  ¡La  segunda  vez  pego! 

ToM.  ¡Demonio! 

Panxho  y  no  me  grite  más,  porque  a  la  tersera... 

lOM.  (¿Qué  dice  este  hombre?) 

Pancho  ¡A  la  tersera  tiro!  ¡De  Panchito  Méndez  no 

se  burla  nadie! 

ToM.  Pero,  Panchito,  si  yo... 

Pancho         (Haciendo  mutis  al  barracón.)  ¡Nadie!  (En  la    puer- 

ta.)  ¡Nadie! 
TcM.  (En  primer  término  izquierda.)  {Méndez!...  ¡Mén- 

dez!... Y  aún  me  está  doliendo  el  puñetazo. 
?5i  son  estas  las  costumbres  del  país... 

ESCENA  VIII 

TOMASÍN.  NEGROS  l.^  2.°.  3.«  y  4.°.  por  tercero  derecha  y    bajan, 
do  al  primero  izquierda 

Negro  l.o  (saliendo  con  los  otros.)  ¡Blanco  lindo'  (Le  ro 
deán.)  ^ 

ToM.  (¡Dios  mío,  ¿de  dónde  saldrán  estos  cala- 

DQares?  Les  voy  a  tener  que  perfumar  como 
al  buey!) 

Negro  2.o  Si  nos  das  moneda  te  decimos  las  mozas 
que  han  llegado  para  la  fiesta. 


--  20  — 

ToM.  ¿SI?  (Hasta  los  negros  dan  sablazos.) 

Negro  l.o  Tú  eres  blanquito  Sdlao  y  nosotros  negritos 

grabiosos.  ¡Jíiolol 

T.Dos  ¡Jíiolol 

TcM.  ¿Qué  es  eso  de  Jílolo? 

Negro  l.o  Negritos  decimos  a  todo  en  el  país... 

Todos  ¡Jílolo! 

Negr  )  1  o  Cuanto  estamos  contentos... 

Todos  ¡Jílolo! 

Nkgro  1.0  Cuando  nos  gusta  negrita... 

Todos  ¡Jíiolol 

Negrí'  1.0  Cuando  negrita  nos  deja  y  se  va  con  otro... 

Todos  ¡Jílolo!  (Este  último  de  falsete.) 

Tom.  Sí,  vamos.  Es  una  exclamación  así  como: 

¡Chincharle! 
Negro  2  o   ¡Eso! 

Negro  l.o   Regálanos  algo,  blanco  lindo. 
Negro  2. o   Moneda,  tabaco,  bebida. 
Tom.  ¿Conque  moneda,  tabaco  y  bebida?  Puee... 

I  Jílolo!  ¡Jílolo!  (imitándoles.) 


Música 


Todos 
Tom. 


Todos 
Tom. 

Todos 

Tom  . 

Negros 


Tom. 


En  una  ocasión,  un  nes^rito  cimarrón 

que  no  tenía  sucesión. 

¡Jílolo!  ¡Jílolo!  ¡Jílolo! 

Fué  a  un  médico  a  ver 

si  era  estéril  su  mujer, 

y  el  buen  doctor  le  contestó: 

¡Jílok.!  ¡Jílolo!  ¡Jilolo! 

Tendrá  que  viajar  y  a  su  negra  dejar 

durante  un  año  justo  descansar. 

¡Jílolo!  ¡Jílolo!  ¡Jílolo! 

Y  el  negro  lloró,  pero  le  obedeció 

y  a  hacer  un  largo  viaje  se  marchó. 

Mi  jefesito  no  líe  el  petate 

que  es  un  disparate 

dejar  sola  a  su  mitad 
y  cuando  vuelva  de  su  viajesito 

se  sorprenderá. 

¡Jal  I  Ja!  ¡Ja! 

Chihuahua, 
tu  vives  de  guagua 
y  tu  mujer  fragua 
alguna  combinación. 


—  21  — 

Abre  el  paragua 

so  guagua,  gaa,  gua,  guasón. 

(cantado,  una  sola  estrofa.  Baile  animado  y  grotesco. 
Al  floal  mutis  de  los  negros  mejicanos  por  tercera  iz 
quierda.) 


ESCENA  IX 

TOMASlN,  LORD  HURLINGHAN,  dentro.   A  poco  PANCHO 
MÉNDEZ 

Hablado 


ToM.  ¡Ya  me  dejaron  libre  esas  tarjetas  de  pésa- 

me! Bueno,  ahora  yo  me  bebería  un  refres, 
co,  pero,  ¿cómo  llamo  al  chino  sin  que  don 
Panchito  Méndez  cumpla  su  amenaza?  Pre- 
fiero aguantar  la  sed,  no  la  emprenda  a  tiros. 

HuR.  (Dentro.)  ¡Tomasín! 

ToM.  Y  ahora  el  Lord  que  me  llama.   (Acercándose 

al  hotel.) 
HuR.  (Dentro,  más  fuerte  )  ¡TomaFÍn! 

T  jm.  (Apurado.)  ¿Pero  no  callará  ese  hombre? 

Pancho       (Dentro.)  ¡Cayáte,  que  tiro! 

ToM.  (Asustadísimo.)    ¡Que    tira!    (Se  pone   tras   de  unas 

cajas.) 
HuR.  (saliendo  a  la  puerta  del  hotel  y  con  una  voz  trem?n- 

da.)  ¡[Tomasínll 

Pancho         (Sueltados  tiros,  dentro.) 

ToM.  lAy! 

Hl^R.  ¡Socorro!  (Mutis  al  hotel.) 

Pancho  (saliendo  furioso,  con  el  revólver  en  la  mano.)  ¿Don- 
de está  ese  sinsonte  condenado,  que  le  dejo 
seco? 

Tosí,  (De  rodillas  en  primer  término  izquierda.)  ¡Don  Pan- 

cho, por  la  V^irgenl  ¡No  mate  usted  a  un  po- 
bre soltero  sin  hijos!... 

Pancho  (calmándose.)  ¿Usté?  ¡íSanta  Lusía  bendita  y 
San  Carlos  Burromeo! 

TüM.  (Trata  de  esconderse.)  Don  Pancho. 

Pancho       ¡Oiga,  pichoncito  lindo! 
ToM.  (Aparte.)  Pichón.  ¡Tiro  «leguro! 

Pancho       ¿Ha  dicho  que  soltero? 
ToM.  (Trágico.)  jSi,  Pancho,  sí!  ¡Soltero!  ¡Ya  ve  us- 

ted qué  pena! 


—  22  — 


Pancho       ¿Es  usted  joven? 

ToM.  Sí,  Pancho.  Aún  recuerdo  que  mi  pobre  ma- 

dre me  mecía  en  la  cuna  y  le  decía  a  mi  po- 
bre padre,  que  era  viudo... 

Pancho  ¡Déjese    de    historias!    (contemplándole    mientras 

hace     extraños    movimientos     de     matón.)     jLindo 

blanco! 

ToM.  (Aparte.)  ¡Blauco!  Ahora  sí  que  viene  el  tiro. 

Pancho       ¡Abráceme! 

ToM.  ¿Pero...  cómo?  ¿Es  de  veras?  ¡Ay,  don  Pan- 

cho! (Echándose  a  llorar  y  riendo  de  alegría.) 

Pancho  '  El  caso  es  éste.  Yo  tengo  una  hermanita  y 
quiero  que  en  la  fiesta  de  hoy  puje  alguien 
por  ella. 

ToM.  Es  que  yo  no  tengo  más  que  un  doUar. 

Pancho       Pues  un  dolar. 

ToM.  Bueno...  Su  hermana  será  feilla,   ¿verdad? 

porque  cuando  usted  me  pide... 

Pancho       ¡Páyate  ahora  mismo,  sinsonte,  o  vos  dejo 

seco!  (Le  amenaza  con  el  revólver,  dando  unos  saltos 
qne  Tomaeln  imita  al  huir.) 

ToM.  No,  hombre,  no;  que  es  usted  más  inflama- 

ble que  la  gasolina.  Yo  no  he  querido  ofen- 
der a  su  hermana.  ¡No  faltaba  más!  ¡Una 
mujer  preciosa!... 

Pancho  ¡Cosa  lindal  ¡Dulse  como  la  banana  y  suave 
como  el  mango! 

ToM.  ¿Como  el  mango  de  qué? 

Pancho       ¡E«a  fruta  sabrosa! 

TcM.  ¡Ah,  vamos!  ¿Y  es...  rubia? 

Panchj       Moreniía. 

ToM.  ¡Morenita!  ¡Las  que  a  mí  me  gustan! 

Panch  j  Pues  ya  está  dicho.  Usted  puja  por  ella  en  la 
subasta. 

ToM.  Sí,  señor:  un  dollar. 

Pancho  Convenidos.  Y  entre  tanto  no  me  coquetee 
con  otra. 

ToM.  No,  hombre,  no.  Seré  fiel. 

Pancho  ¡Porque  si  le  veo  coquetear  con  otra  le  pejío 
un  tiro! 

ToM.  (Aparte.)  Estc  hombre  es  una  ametralladora. 

Pancho  Ahora,  venga  esa  mano,  (se  la  estrecha.  Llaman- 
do.) ¡Tin-Fó!  Voy  a  convidarle. 

ToM.  ¡Por  Dios!  No  se  moleste. 

(Sale  Tin-Fó  por  el  barracón,  interrogante.) 

Pancho       (a  tíd  fó.)  Sirve  al  señor  lo  que  pida  de  mi 


—  23  — 

cuenta,  (a  Tomasín.)  Lo  dicho,  y  cuidado  con 

el  coqueteo,  (muüs.) 
ToM.  Descuide,  Pancho.  Seré  más  desdeñoso  que 

Lucrecia. 
Pancho       ¡Es  que  si  le  veo  coquetear  le  pego  un  tiro! 

(Amenazándole  con  el  revólver.  Tin-Fó,  asustado,  se 
esconde  bajo  la  mesa  primera  izquierda,  profiriendo 
extrañas  palabras  en  chino  camelístico.) 


ESCENA  X 

TOMASIN   y    TIN-FÓ 

TiN-Fó         ¿Se  ha  malchado? 
ToM.  Sí,  hombre.  Sal  pronto. 

TlN-FÓ  (Con    grandes  reverencias.)    Manda,    azUCena    de 

Oliente,  pela  del  mal,  gota  de  locio. 
ToM,  Bueno,  déjate  de  echarme  chicoleos  y  pre- 

para un  cock-tail. 

TlN'Fó  -  Al  irstante,  capullo  de  losa.  (Sale  de  debajo  de 
la  mesa    Intención  mutis.) 

ToM.  Ah,  oye,  arroz  a  la  valenciana,  ¿tú  habrás 

visto  otros  años  las  fiestas  que  hacen  aquí? 

Tis-Fó         ¡Ya  lo  cleo!  ¡Muy  glaciosas!  ¡Muy  glaciosas! 

ToM.  ¿Y...  en  confianza,  eso  de  las  bodas  por  su- 

basta, es  cosa  seria? 

TiN-Fó         Muy  selia...  y  muy  glaciosa.  ¡Glaciosísima! 

ToM.  ¿Pero  los  matrimonios  no  son  de  broma? 

TiN-Fó  ¡Y  tan  de  bloma!  El  año  pasado  pagué  yo 
cuatlo  dolas  pol  una  lubia. 

ToM.  ¿Cuatro  dolars  por  una  alubia?  ¡Carísimo! 

TiN-Fó         No,  blanquito.  Pol  una  de  pelolubio. 

ToM.  ¡Ah,  vamos!  ¿Una  rubia?  (Es  que  tiene  fre- 

nillo.) ¿Y  qué  te  ocurrió? 

TíN-Fó         Que  no  quelía  dalme  ni  un  beso. 

ToM.  ¿Pero  dan  besos? 

TiN-Fó         Y  ablazos. 

ToM.  Conque  dan  ablazos,  digo,  abrazos.  Pues  s: 

que  debe  ser  divertido. 


—    24  ~ 


ESCENA   XI 

DICHOS  y  KETTY  por  el  hotel.  Sale  a  dar  una  orden 


Ketty 

TOM. 


TiN-Fó 


Chinito,  entre  aquí  un  refresco. 
(ai  verla.  Aparte.)  ¡Ketty!  ¡A.h!  Cada  vez  más 
bonita,  (a  üu-fó.)  Oye,  querido  asiático:  ¿có- 
mo haría  yo  para  decirte  que  estorbas? 

(comprendiendo    la    indirecta.)    Que    me    vaya... 
Voy  a  lie  val  el  leflesquitO.  (Mutis  barracón.) 


ESCENA  XII 


KETTY,  TOM  asín.  Al  final  PANCHO 

Ketty  (coqueta  a  Tomasín  y  sin  bajar  de  la  terracilla.)  ¿Es- 

taba usted  ahí,  Tomasín? 

ToM.  (conquistador.)  Ketty:  Entre  los  dones  que  he- 

redé de  mi  señor  padre,  está  el  de  la  adivi- 
nación. Usted  no  ha  salido  aquí  por  el  fres- 
co, ni  por  el  refresco;  ujted  ha  salido  por 
verme. 

Ketty  (coqueta.)  ¡Qué  disparate!  ¿Yo  ocuparme  de 
usted,  Tomasín?  ¿Olvida  que  desciendo  de 
una  elevada  familia?  Mi  padre... 

ToM.  Era  constructor  de  pararrayo!^.   Lo  sé.    En 

cambio  el  mío  nunca  prestó  oídos  a  la>^  va- 
nas palabras  de  la  adulación;  jamás  oyó  las 
pérfidas  voces  de  la  soberbia  y  de  la  vani- 
dad. 

Ketty         ¿Pues  qué  era  su  padre? 

ToM.  Sordo  de  nacimiento. 

Ketiy  Dis:o  qué  profesión  tenía. 

ToM.  Oidor  de  la  Audiencia  de  Londres.  Pero  de- 

jemos esto,  Ketty,  y  hablemos  de  nuestro 
amor.  Muchas  veces  he  dicho  a  usted  que 
era  la  mujer  soñada  por  mí... 

Ketty  Y  yo  le  he  contestado  otras  tantas:  Soy  nor- 

teamericana y  las  mujeres  en  nuestro  país 
necesitamos  pruebas  de  cariño,  no  palabras 
de  amor.  Usted  nada  ha  hecho  por  mere- 
cerme. 

ToM.  ¿Que  no,  Ketty? 


—  25  — 
Música 


De  la  mañana  a  la  noche 

pienso  tan  solo  en  querer; 

y  al  acostarme,  si  duermo 

es  por  soñar  con  usted. 

Me  despierto  a  las  tres  y  a  las  cuatro, 

las  cinco,  las  nueve  y  las  diez. 

Dígame  usted  ahora,  Ketty, 

si  es  que  duermo  bien. 

Recitado 

Ketty...  Yo  adoro  a  usted  como  los  abejo- 
rros a  las  abejas,  los  pájaros  a  las  pájaras  y 
los  pescados  a  las  pescadillas. 

Cantado 

Yo  aspiro  a  que  me  dé  el  sí,  sí,  sí, 
y  si  usted  me  diese  un  no,  no,  no, 
no  sé  qué  será  de  mí,    . 
pues  usted  me  enloqueció, 
linda  rosa  de  pitiminí. 

Recitado 

Pancho         (Sale    del   barracón   y   hace   mutis   por   la    tercera   iz- 
quierda.) 

ToM.  (Aparte,  viéndole.)  ] Canario  1  ¡Méndez! 

Ketty         (Aparte )  He  estado  dura  con  él.  Voy  a  ablan- 
darme. 

Música 

II 

(Amorosa.  El  desdeñoso.) 

Yo  le  conñeso  que  siempre 
con  simpatía  miré 
las  tonterías  que  a  diario 
por  nuestro  amor  hace  usted. 


—  26  — 

Pero  eí,  pero  no,  pero  dudo 
si  debo  su  amor  aceptar. 
Porque  los  hoQibresson  pillos 
al  enamorar. 

Recitado 

(Tono  de  discurso  porque  ve  a  Pancho  ) 

ToM.  Señorita...  En  nuestro  partido  somos  serios, 

conspicuos,  constitucionales.  Reconozca  us- 
ted que  somos  un  gran  partido. 

Keity         ¿Pero  qué  dice? 

Cantado 

Si  pretende  de  mí  un  sí,  sí,  sí, 

porque  teme  mucho  un  no,  no,  no, 

pruebe  que  siente  por  mí 

algo  que  nadie  sintió, 

o  le  llamaré  a  usted  bo,  bo,  bo. 

(RvoIucíóq  con  orqueata  sola.) 

(Primero  van  bailando  hasta  la  mesa  rústica  del  pri- 
mer término  derecha,  se  sientan  en  ella  uno  por  cada 
lado,  dando  frente  al  público;  se  vuelven  a  mirarle  y 
luego  al  público,  saludando  graciosamente;  se  abrazan, 
siempre  a  riguroso  compás,  y  tornan  a  hacer  el  saludo. 
Por  último,  saltan  de  la  mesa  y  hacen  mutis  primera 
izquierda  con  un  caprichoso  baile.) 


ESCENA  XIII 

TIN-FÓ,  por  el  barracón;  JIM-BELL,  por  primera  izquierda 

Hablado 

Jim  Tin-Fó,  quita  las  mesas.  Prepáralo  todo.  La 

subasta  va  a  comenzar. 

TiN-Fó        Al  momento,  mi  amo. 

Jim  Hoy  la  fiesta  se  ha  de  hacer  con  mucha  se- 

riedad. No  es  cosa  de  jugar  con  el  matrimo- 
nio. 

(Tin-Fó  arregla  las  mesas  dorante  el  principio  de  la 
escena  siguiente.  Jim  Bell  hace  mutis  con  su  frase  por 
segundo  Izquierda.) 


27  - 


ESCENA  XIV 

JACK,  por  el  practicable;  MARIPOSA,  del  hotel,   TIN-FÓ  hace  mutis 
a  poco  de  comenzar  la  escena  para  volver  a   salir  en  la  siguiente 

JaCK  (Aparece  en  lo  alto  del  practicable,  luego,  al  ver  a  Ma- 

riposa, baja  a  escena.)  Señorita.  (Saludando.) 

Mar.  (Burlona.)  ¿Lo  ha  pensado  usted  mejor  y  vie- 

ne a  buscar  novia  al  mercado? 

Jack  No.  ¿Y  usted? 

Mar.  Quien  nunca  se  enamoró  no  piensa  en  ma- 

trimonios. 

Jack  Pero...  un  día...  Con  el  tiempo...  puede  ena- 

morarse... El  amor  hace  milagros. 

Mar  .  Para  eso  era   preciso   encontrar  al  hombre 

que  supiera  rendirme...  Es  difícil... 

Jack  No  lo  creo.  Cuando  yo  encuentre  a  la  mu- 

jer soñada,  sabré  decirle  lo  que  siento,  o 
mád  bien  lo  leerá  en  mis  ojos. 

Mar.  ¿No  la  ha  encontrado  usted  aún? 

Jack  Tal  vez  no. 

Mar  .  Yo  tampoco  encontré  el  hombre  soñado. 

Música 

I 

Jack  Yo  busco  mujer  que  me  quiera; 

mi  vida  la  espera. 
Tan  sólo  en  mis  sueños  la  vi, 
y  un  fuego  de  amores  sentí. 
Mar.  Yo  busco  un  amor  y  le  quiero 

rendido,  sincero, 
que  sepa  mi  amor  esperar 
y  me  pueda  adivinar. 

Jack  (Aparte,  pero  pata  que  Mariposa  comprenda.) 

Mujer  que  mi  ilusión  realizarás, 
mi  corazón  pregunta,  ¿dónde  estás? 
Detrás  de  ti  me  iré  pero  jamás 
te  alcanzaré  y  nunca  me  amarás. 

Mar.  (Aparte  lo  mismo  que  Jack.) 

Amor  que  presentí  y  adiviné, 
sólo  por  ti,  soñando  aguardaré. 
Jack  Mi  reina  yo  te  haré. 


—  28  — 

Mar,  Mi  rey  yo  te  elegí. 

Los  DOS  V' en  pronto,  amor,  a  mí. 

II 

Mar.  Si  a  ese  hombre  yo  hallase  algún  día 

su  amada  sería. 

Para  él  guardo  todo  mi  ardor, 

para  él  mis  ensueños  de  amor. 
Jack  Si  yo  a  esa  mujer  viese  un  día 

esclavo  sería. 

Sus  besos  con  tal  de  sentir 

no  me  importa  ya  morir. 
Mar.  Amor  que  presentí  y  adiviné 

sólo  por  ti  soñando  aguardaré. 

Seré  fiel  a  tu  amor  y  del  amor 

yo  viviré,  el  sueño  encantador. 
Jack  Detrás  de  ti  me  iré,  pero  jamás 

te  alcanzaré  y  nunca  me  amarás. 
Mar,  Un  día  te  soñé. 

Jack  Un  día  nada  más. 

Mar.  y  siempre  aguardaré. 

(Puede  suprimirse  una  estrofa  ) 

Recitado  con  orquesta 

Mar.  (insinuante.)  ¿Y  dice  usted  que  esa  mujer?.. 

Jack  (ídem.)  ¿\  dice  usted  que  ese  hombre? 

Mar.  No  ha  llegado  aún. 

Jack  Pero  un  día...  ¿Quién  sabe? 

Mar.  Cierto.  Puedo  encontrarle  en  un  salón  res 

plandeciente  de  luz... 
Jack  O  en  un  bosque  lleno  de  rayos  de  eol. 

Mar.  Guiando  un  automóvil... 

Jack  o  domando  un  potro  salvaje. 

Mar.  y  me  dirá:   «Señorita,  he  tenido   un   gran 

honor...» 
Jack  o  dirá,  simplemente:  €  Muchacha,   mi  vida 

es  tuya.> 

M  \R.  Y  yo  le  contestaré  ..  (coqueta  a  su  pesar.) 

Jack  ¿Qué  le  contestará?  (Animosamente.) 

Mar.  (Fríamente.)  ¿Quién  lo  Sabe?  Lo  que  entonces 

se  me  ocurra...  Está  todavía  tan  lejos... 

Jack  (Acercáníloae  apasionadamente.)  O    tan    cerca,  tan 

cerca. 

Mar  .  Retírese,  señor  Jack.  (severa.  Poniéndose  en  pie.) 


—  29  — 


ESCENA  XV 

DICHOS,  TIN  FÓ,  rOM,  BILL,  RAND,  JERKINS,  KENEY,  COWBOYS 
y  COWGIRLS  (muchachas  de  Beggardale),  HüRLINGHAN,  TOMA- 
8ÍN,  JIM.BELL  y  KETTY.  del  hotel.  Más  tarde,  un  PASTOR  PRO- 
TESTANTE en  un  carrito  de  mano  adornado  con  flores  del  que  tira 
TIN.FÓ  ayudado  por  los  CUATRO  NEGROS  mejicanos,  después 
PANCHO  MÉNDEZ  y  por  último  PURA  MÉNÜEZ 

Música 

(Atácala  orquesta  los  catorce  primeros  compasea  dei 
númpro  5  y  con  ellos  salen  cowboys  y  muchachas  por 
el  tercer  término  izquierda.) 

Hablado 

Jim  (Saliendo  del  hotel  con  Hurlinghan,   Tomasín  y  Ketty. 

Mariposa  se  acerca  a  ellos.)  Señoritas,  el  acto  de 

la  subasta  va  a  comenzar. 
Rand  Vivan  las  señoritas. 

Todos  ¡Vivan! 

Jim  ¿Quién  hace  este  año  de  subastador? 

T(  M.  Yo;  si  meló  permiten. 

Jim  Con  mucho  gusto.  Pero  el  golpe  de  martillo 

lo  he  de  dar  yo,  el  Sheriff.  (ai  chino.)  Tin-Fó, 

(Este  se  acerca;  Jim-Bell  le  da  una  orden  en  roz  baja 
y  sale  el  chino  por  segunda  derecha,  para  volver  a  en. 
trar  con  los  negros  y  el  Pastor  en  el  carrito  de  mano.) 

Música  piano  en  la  orquesta 

(e1  núm.  5  bis.  Sale  el  Pastor,  a  quien  hacen  todos  re- 
verencias, desciende  del  coche.  Las  muchachas  se  co- 
locan al  pie  de  la  escalera  del  barracón,  los  cowboys, 
mineros,  etc.,  a  la  izquierda,  los  negros  a  los  lados  del 
carrito  que  queda  frente  al  público,  Jim-Bell,  con  un 
pequeño  tam-tam  y  una  maza.) 

Recitado 

Mar.  (a  Ketty.)  ¡Qué  interesante.es  todo  estol 

Ketty         Una  fiesta  muy  graciosa. 

Jim  En  calidad  de  Sheriff  de  Beggardale,  decía- 


ro  abierta  la  subasta  anual...  Las  mucha- 
chas que  tomen  parte  en  ella  pueden  reco- 
ger el  distintivo. 

(Se  acercan  a  Jim-Bell  varias  muchachas  ?.  las  que 
aquél  eutrega  ramitos  de  azahar  que  ellas  se  prenden 
en  lugar  \isible.) 

M\R.  (Aparte  a  Ketty.)  Es  curioso.   Todas  piden  el 

ramito. 

KiLiTY  (jdem  a  Mariposa.)  Os^e,  Mariposa...  ¿Por  qué 
no  vamos  nosotras  también? 

Mar.  ¡Qué  locura! 

KfíTTY         ¡Mujer,  si  todo  es  bromal 

Mar.  a  mí  me  da  vergüenza. 

Kh:ity  ¡Tonta!  Así  vemos  lo  que  ofrecen  por  nos- 
otras, (se  acerca  Jim-Bell.) 

ToM.  ¿Qué  va  usted  a  hacer,  Ketty? 

KeiTY  (coqueta.)  Ver  ei  hay  quien  puje  por  mí  en  la 
subasta. 

TüM.  ¡Yo!  (ai    ver    entrar    a    Pancho    Méndez)     )lO    nO 

puedo. 
Panch.j       (a  Tomasín.)  Liudo  cuñado,  ahora  veremos  si 

es  hombre  de  palabra. 
T.  M.  Bueno,  pero...  ¿Cómo  se  llama   su  herma- 

nita? 
Pancho       Pura  Méndez. 
ToM.  ¿Y  es  guapa,  eh? 

Pancho       ¡Cosa  linda,  cosa  buena! 

KnTY  (volviendo    con    los    ramitos    al    lado    de  Mariposa.) 

Aquí  tienes  tu  ramo,  Mariposa.  Póntelo. 

Mar.  ¡Ks  una  locura!  (Ricudo,  se  lo  ponen.) 

Kktty         No,  mujer,  con  rechazarles  a  todos... 
HuR.  ¿Pero  ustedes  también  entran  en  subasta? 

Jim  (Que  ha  oído,  se  vuelve  alarmado  )  ¿Cómo?  ¿Van  a 

subastarse  las  señoritas?  Debo  advertir... 

Jack  (Aparte  rápido.)  Calla,  O  cucuto  lo  del  caballo 

de  Brayton. 

Jim  Bien,  Jack.  Nada  diré,  (a  Tomasín.)  Aquí  tie- 

ne la  lista.  Suba  usted  al  coche. 

ToM.  ¿Que  suba  yo  al  coche?  iGraciosísimo!  ¡Que 

broma  tan  ingeniosa!   (auo.)  Empiezo:  (Sube 

al  coche  y  se  pone  en  pie  en  lo  alto.  Delante  del  coche 
un  cajón,  donde  se  pone  de  pie  la  muchacha  nombra- 
da, que  sale  de  entre    las  demás.)    Lucy  Hcrson... 

(Avanza  Lucy.)  Colóqucse  ahí ..  ¡Señores!  Se 
subasta  esta  niña  de  ojos  de  mirar  ater- 
ciopelado, cabello   rubio   y  cutis   de   rosa; 


-  31  — 

puede  ser  la  perdición  de  un  hombre.  jQué 
dan?... 

Uno  Cincuenta   dollars.   (Lentamente,  Bill  entusiasmo.) 

Otro  Cincuenta  y  uno.  (ídem.) 

ToM  Dan  cincuenta  y  un  dollars...  ¿Hay  quien 

dé  más,  a  la  una?  [Cincuenta  y  uno,  a  las 
dos!...  r^eñores,  debo  advertir  que  la  subas- 
tada no  tiene  madre. 

UííO  (Rápidamente,  cou  entu^iiasmo.)  ¡Cien  doUars! 

Otro  (ídem,  ídem,  apresuradamente.)  ¡Ciento  cinCUenta! 

Otro  (ídem.)  ¡Jiento  sesenta! 

Otro  (ídem.)  ¡Doscientos! 

ToM.  Doscientos...  Doscientos,  a  la  una...  doscien- 

tos, a  las  dos...  ¿No  hay  quien  dé  más? 

Jim  ¡Doscientos,  a  las  tres!  (Golpe  de  tam,  tam.) 

TOM.  Segundo    lote.    Ida    iven.  (Sale  una  muchacha  y 

se  coloca  don-ie  la  anterior.)  Colóquese    aqUÍ,   jO- 

ven.  De  perfil  gana  mucho.  ¡Señores!  Una 
morena  de  mirada  de  fuego,  cabello  sedoso 
y  formas  esculturales.  Ojos  que  dan  vérti- 
gos, sonrisas  que  dan  la  hora,  morbideces 
que  dan...  ¿Qué  dan?  ¿Qué  dan,  señores? 

Uno  Veinte  dollars.  (sin  entusiasmo    Pausa.) 

ToM.  Dan  veinte  dollars.  Veinte...  Veinte,  veinte... 

tíiM  (Martillazo.)  Adjudicada.  Ahora  unos  minutos 

de  subasta   individual.   Los   novios   hacen 

ofertas  directamente,  (vuelve  a  sonar  piano  la 
orquesta  y  los  Cowboys  se  acercan  a  las  muchachas 
ofreciéndose.) 

Uno  (a  una.)  ¡Cien  dollars! 

Otro  (a  otra.)  ¡Treinta! 

Otro  (ídem.)  ¡Ciento  diez! 

Otro  (ídem.)    ¡Noventa!    (signen  las  ofertas   por  mímica. 

Unas  son  aceptadas  y  otras  no.) 

HuR.  (Aparte.)  Ahora  me  luzco  yo  con   Mariposa. 

Encontré  la  frase  distinguida.  (Se  acerca  a  Ma- 
riposa y  dice  enfático.)  Miss:  Yo  no  puedo  ofre- 
cer a  usted  más  que  un  corazón  enamorado 
y  seis  dollars,  cincuenta  centavos. 
Mar.  (Burlona.)  Guarde  el  corazón  p^ra  vivir  y  los 

dollars  para  refrescar.  (Pasa  ai  primer  término 
izquierda.) 

Hur.  (Aparte.)  Se  burla  de  mí,  rebaja  a  un  noble... 

¡Me  vengaré!  Como  la  subasten,  pujo  por  la 
señorita  de  compañía,  (a  Ketty.)  Ketty.  Está 
usted  encantadora. 


—  32   ~ 

Ketty         ¿De  verdad? 

RaND  (Acercándose  a  Mariposa.)  Señorita:  Yo  DO  tengO 

más  que  mi  caballo  y  mi  rifle,  pero  coa 
ellos... 
Mar  Con  ellos  su  éxito  es  seguro,  si  va  usted  a 

cazar.  (Burlona.  Rand  salada  y  se  aparta.) 

Jack  (Acercándose.)  Miss  Mariposa. 

Mar  (con  ironía.)  Viene  usted  también  a  ofrecerse? 

Jack  Ha  rechazado  usted  a  dos,  recháceme  tam- 

bién a  mí. 
Mar.  Puesto  que  usted  lo   desea...   Le   rechazo. 

(Riendo.) 
.1 ACK  Muy    agradecido,    (salada   y  se  va  con  los  otros  ) 

KetIY  (a  Tomasin,  que  le  habla  ec  voz   baja.)    No,    SCñOr. 

Yo  no  acepto  ofertas.  A  mí  que  me  su- 
basten. 

ToM.  ¿Pero,  Ketty,  qué  va  usted  a  hacer?  (Alarma- 

do.) 

Ketty         (coqueta.)  Ver  si  alguien  me  quiere.  (Tomasia 

sube  al  coche  ) 
ToM.  (Aparte)    ¡Coqueta!    (De  mala    gaua.)    ColÓqUese 

ahí.  (Aparte.)  ¡Y  Méndez  mirándome  sin  pes- 
tañear!... |Dios  mío,  que  nadie  puje  por  ella! 
(con  desdén.)  tíeñores...  Ketty  Kent...  Pché... 
Regularcilla  nada  mas  .. 

Ketty  (volviéndose  indignada.)  ¿CÓmO? 

ToM,  Aunque  de  apariencia  sana  está  llena  de 

alifafes.  Aquí  no  se  engaña  al  público... 
Dientes  postizos,  ojo  de  cristal...  pierna  de- 
recha dt)  goma. 

KüTTY  jTomaSÍn!  (Airada.) 

ToM.  Su   mamá  buena,  gracia?;  aficionada  a  los 

cinematógrafos. 

Keti  Y         ¿Pero  qué  dice  usted? 

ToM.  Supongo  que  no  darán  nada  por  esta  tonte- 

ría de  mujer. 

HüR.  ¡Doy  cinco  doUars! 

ToM.  ¡Pero,  lord!   ¿Pero  está  usted  loco?  El  señor 

se  arrepiente  y  no  da  nada... 

HuR.  ¡Cinco  dollars! 

ToM.  ¡Cinco  dollars!  (Aparte.)  ¡Hipócrita!  Sabe  que 

me  gusta  y...  (auo  y  triste.)  Cinco  dollare. 
¡Cinco!  (Aparte.)  ¡Mal  caballero!  (Alto.)  ¡Dan 
cinco  dollars!  (Aparte.)  ¡Traidor! 

HuR.  Cinco  dollars.  Ahí  va  el  billete.  (Dándoselo.) 

ToM.  ¡Falso!...  Cinco  dollars,  a  la  una.  Cinco  do- 


Jim 
Ketty 

TOM. 

Jim 

ToM, 

Pancho 

ToM. 


Jim 
ToM. 


Pancho 
ToM. 

Pura 
ToM. 

Jim 

Todos 

Jack 

Jim 

Jack 


—  83  — 

llars,  a  las  dos...  Cinco  dollars  a  las...  dos  v 
media...  *^ 

¡Cinco  dollars,  a  las  tres!  ¡Adjudicada!  (ooipe 

de  tam-tam.) 

Muchas  gracias,  lord. 

(AparteO  ¡Pérfida!  ¡Todas  iguales!  (aUo.  desespe- 
rado.)  ¡Nada:  ¡Se  acabó! 
Aún  falta  la  última. 
¿Cómo  la  última? 
¡Mi  hermauita,  canario! 
¡Ah,  8í!  (Aparte.)   Ofreceré  el  dollar  por  com- 
placerle y  luego,  seguirán  lo«  otros  pujando. 
(Alto.)  ¡Ultimo  lote!  Pura  Méndez.  (Rumor  ge- 
neral.) Morena...  Hermosa...  Atractiva...  Dul- 
ce como  la  banana  y  suave  como  el  mango 
Yo,  señores,  doy  un  dollar.   ¡Un  dollar,  se- 
ñores...  Una    pequenez..  Un  doUar   a   la 

una...    Un    dollar...    (Como    s¡    pujase    alguno.) 

¿tuacto?  (Mismo  juego.)  ¿Cómo?...  jQué  dan 

por  ellaV...  ¿Qué  dan?.  .  (cada  vez  mas  apurado.) 

iJan...  Dan  por  ella...  ¡Méodez!...  >-No  dan 
por  ella?...  ¡Mendaz'...  Un  dollar.  a  la  una 
¡Méndez!...  ¡Un  dollar,  a  las  dos!...  ¡¡Méndez!! 

(Apuradísimo  y  bajaudo  del  coche.) 

¡A  las  tres!  ¡Adjudicada!  fooipe  de  tam-tam  ; 
Pero,  señores,  parece  mentira.  Una  muchal 
cha  tan  gunpa...  tan  hacendosa...  ;Dónde 
está,  Méndez?  ¡Quiero  verla!.,,  (\deiama  Pura 

Méndez,  una    negra   lo    más    obscura    posible.)    Es.. 
(Al  verla.)    ¡Caray!...    (Medio  desmayado  del  susto.) 

Amigo  Pancho,  cuando  se  tiene  una  herma- 
^i^^.así,  se  la  envuelve  en  papel  de  plata. 

Sí,  hombre,  porque  esto  no  es  una  mujer 

es  una  libra  de  chocolate. 

(con  voz  cavernosa.)  ¡Gracias  le  doy! 

(Aparte.)  ¡Dios  mío!   Me  he  casado  con  Ti tta 

Rufo. 

El  mercado  terminó.  Pasen  al  Jiotel  para  las 
ceremonias 

Venid,  venid,  (inician  el  mutis.  Jack  se  coloca 
ante  la  puerta  y  les  detiene.) 

¡Altol...  Un  momento. 

¿Qué  ocurre? 

El  mercado  no  terminó  aún.  La  ley  dispone 

que  toda  muchacha  que  rechace  a  tres  pre- 

8 


—  34   — 


Todos 
Jack 


Todos 

Jack 

Mar. 

Todos 

Jim 

Uno 

Voces 

Jim 

Voces 

Jim 

Jack 

Jim 
Todos 

TOM. 

Keíty 

ToM. 

Pas. 

ToM. 


Pas. 
Jack 
Mar. 

J'M 

Uno 

"J'üDOS 

Jack 


Ketty 

ToM. 

Jack 

Mar. 


!'  ¡Las  ceremonias! 


tendientes,  ha  de  aceptar  al  más  pobre  y  de 
peor  conducta  del  distrito. 
¡Sí,  sí!  Tiene  razón. 

(Señalando  a  Mariposa )  La  Señorita,  ha  rechaza- 
do a  tres  soiicituntes,  y  debe  per  lo  tanto 
aceptar  al  último  de  todos  nosotros. 
¡Sí,  sí! 

La  ley  lo  dispone. 

(Burlona.)  (Tieue  gaiías  de  broma.)  Pues  bien, 
sea...  Me  í-ometo  a  las  leyes. 
¡Hravo!  ¡Bravo! 

¿Quién  es  de  todos  vosotros  el  que  tiene  me- 
nos diuero? 
Jack. 

(Rumor  de  aprobación.) 

¿Quién  f  s  el  más  pendenciero? 

Jack,  Jack. 

Entouces  a  él  le  corresponde. 

Señorita,  (a  xMariposa )  Felicito  a  usted  por  el 

novio  que  le  ha  deparado  la  suerte. 

Ahora  que  el  Pastor  cumpla  su  cometido. 

;Las  ceremonias! 

(e1  Pastor  sube  al  coche.) 

¿Qué  pasa  ahora?   a  Ketty.) 

Que  nos  van  a  casar. 

¿Por  pelotones?  Tiene  gracia. 

Acéiquensp.  (Todos  le  rodean.)  In  nomine  patri 

et  filio  et  Sfjíñtu  Saricto.  .  (Bendice.) 

Amén.  (Aparte  a  Ketty  )  ¡Qué  gracioso  es  este 
hombre,  y  qué  bien  hace  de  Pastor  protes- 
tante! 

Firmen.  ¿Sus  nombres?  (a  Mariposa  y  Jack.) 
J^ck  í^lipery. 
Mariposa  Harrison. 

(Firman  en  un  libro  que  les  presenta  el  Pastor.) 

Las  ceremonias  han  dado  fin. 
¡Viva  Beggardale! 
¡Viva! 

(Acercándose  a  Mariposa.)  Señorita:  Ks  Costum- 
bre aquí  que  la  mujer  dé  un  beso  al  ma- 
rido. 

¡A  mí  no  me  l)esa  nadiel 
Puen  a  mi  mujer  le  pasa  lo  mismo. 
La  costumbre  es  ley.   Mariposa,  espero  de 
Uííted  el  heso. 
Sería  deuiasiado  broma.  (Molesta.) 


HUR. 

Jack 
HuR. 

TOM. 

Jack 

ToM. 
HuK. 
Jack 

Jin; 

HuR. 

ToM. 

Pas. 

TOM. 

Ketty 

Mar. 

HuR. 

ToM. 

Ketiy 

Hur. 

Jack 

TOM. 

Pancho 
ToM. 


—  36  — 

La  burla  debe  ya  terminar,  (auívo.) 
Por  el  contrario,  es  ahora  cuando  empieza. 
¿Cómo? 

¿Qué  quiere  usted  decir? 
¡Que  Mariposa  es  mi  mujer!  Los  matrimo- 
nios han  sido  legales. 
lEste  hombre  se  ha  vuelto  locol 
¡Basta  de  broma! 

No  es  broma.  Que  el  Sheriff  y  el  Pastor 
digan  si  los  matrimonios  son  conforme  a  ley. 
(Temeroso.)  Sí...  Este  año  se  dispuso  hacerlos 
formalmente. 

(Asustado.)  ¿Kh? 

r;Pero  qué  ei^tan  ustedes  diciendo? 
Los  matrimonios  son  legales. 
¿De  modo  que  estoy  casado  con  este  recor- 
datorio? 

¿Y  yo  con  el  lord? 
¡Es  una  col)ardía! 
¡Diez  millones  perdidos! 
-Ketty,  ¿qué  ha  hecho  usted? 
Suya  es  la  cu'pa.  Usted  subastaba. 
(a   jim-Beii.)  Usted  es  el  culpable,  y  usted  se 
viene  c.>n  nosotros. 

El  culpable  soy  yo.  Me  enamoré  de  Mari- 
posa y  vi  un  medio  de  hacerla  mi  mujer, 
¡"ero  nos  ha  casado  usted  a  todos!  ¡Canario! 
Y  a  mí  con  esta  etiope. 
Americana,  hermano  mío. 
Déjeme  usted  ahora,  Méndez,  que  no  estoy 
para  nada. 

(Los  hombres  discuten  en  un  grupo.) 


ESCENA  ULTIMA 
Dicnos 


COWBOYS         ( 

Muchachas! 


Música 

Burlándose  ) 

El  matrimonio  es  un  sagrado. 
No  hay  que  jugar, 
porque  la  mujer 
sabe  el  lazo  atar 
con  Zri lamería. 


—  S6  — 

¡Pobre  del  hombre  que  se  casa 

sin  meditar! 
¡No  bromear  es  lo  mejor 

con  el  amorl 

Ketiy  ¡Es  horrible!  ¡Estamos  casadosl 

Locura  tomarlo  a  broma  fué. 
Nunca  pude  yo  figurarme 
ser  la  e.-posa  de  un  lord  inglés. 

Mar.  Riendo  ha  empezado  la  broma 

y  en  drama  ha  de  terminar. 
Del  sueño  de  amor  y  locura 
quisiera  yo  poder  despertar. 


Jack 


TOM. 


Muchachas 


Ketty 
Mar. 

ToM. 
Kktty 
ToM. 
Mar. 

HUR. 


(Amoroso.) 

Ahora  ya  tengo  mujer. 
No  es  un  sueño  nuestro  amor,. 
y  si  es  sueño  debe  ser 
encantador. 

Una  caja  de  betún 

por  mujer  he  de  aguintar^ 

y  un  cunado  más  atún 

que  los  del  mar. 

Son  milagjius  del  amor 

reyezuelo  enredador, 

que  todo  lo  ha  de  cambiar 
y  trastornar. 

(a  Mariposa  ) 

No  desprecies  su  querer, 
que  al  tín  eres  su  mujer. 
Tal  vez  te  ame  más  por  ser 
un  pastor. 
Ya  casadas  seíruiremos  por  lo  visto.- 
La  aventura  es  de  fiual  imprevisto. 
Nadie  nunca  al  dios  amor 

podrá  burlar 
o  el  picaro  traidor  se  ha  de  vengar. 
La  bromita  me  resulta  muy  pesada 
y  el  divorcio  yo  quisiera  pedir. 

(a  Tomasln  ) 

¿Por  qué  quiso  usted  pujar? 

(a  Ketty.) 

¿Por  qué  qui-o  usted  venir? 
No  Be  pongan  ahora  a  ditcutir . 


CoWBOYS 

Jack 

Todos 

Mar. 

Ketty 
Mar. 
Ketty 
Jack 

Todos 


Mar. 
Ketty 


^  37  — 

(a  Jack.) 

Si  no  pensó  ser  tu  mujer 

la  debes  respetar. 
Yo  sé  muy  bien  lo  que  he  de  hacer, 

no  me  he  de  aconRejar. 
La  boda  por  sorpre-a  fué 

y  nadie  la  advirtió. 

(a  Jack.) 

Yo  no  sé  quién  es  usted. 
Es  que  Jack  su  amor  mintió. 

Díganos  por  qué  nos  engañó. 

Bajo  el  cielo  azul,  vo  siempre  viví 

contemplando  ansioso  su  grandeza. 
Amaba  su  ancho  tul,  pero  hoy  os  conocí, 
y  hay  en  vuestros  ojos  más  belleza.  Os  amo. 

Un  pobre  cowboy  no  puede  querer 

si  ella  le  echa  en  cara  eu  riqueza; 

ni  aún  siendo  su  mujer 

le  puede  perdonar, 

y  él  su  querer,  al  fin,  ha  de  olvidar. 

Fué  un  sueño  de  amor 

y  qui^ro  despertar, 

y  el  sueño  odioso  he  de  olvidar. 

(a  Jack.) 

Si  Uftted  no  ha  de  ofrecerla  la  riqueza 
déjela  partir. 


Recitado 

Jack  ¡Nuncai  La  ofrezco  cuanto  tengo.  Mi  amor. 

No  se  irá. 
-Ketty         Es  una  cobardía. 


Caníado 

Jack  Seré  cobarde  si  es  preciso, 

pero  de  aquí  no  partirá. 
¡Mía  será! 

Mar.  (Hablado.)  |Nol 

€0WB0YS      (Cantado.) 

Es  obligarla  cobardía, 
no  lo  has  de  hacer. 
Siendo  una  mujer 
la  he  de  defender 
de  tu  tiranía. 


—  38  — 


No  intentes  nada  en  contra  suya» 

porque  jamás 
a  esa  mujer,  la  maltratarás. 
¡Atrábl  jAtrásl 
(Avanzan  amenazadores.) 


Recitado 

Jack 

CüWBOYS 

Jack 

(con  resolución.)  ¡Esa  mujer  es  mía! 

¡No! 

Vamos  a  verlo. 

(sacan    unos    y    otros  revolvere  dispuestos  a  la  pelea, 

Mar. 

Mariposa  se  interpone  y  grita.) 

¡Quietos! 

Cantado 

¡Dejadnos!  Salid 
y  ujÍ  pena  respetad. 
Ruego  de  una  mujer 
se  ha  de  escuchar. 

99ec¡tado 

Jack  (con  fiereza.)  Solo  estoy  contra  todos,  pera 

venceré...  (con  amargura,  a  Mariposa  )  ¿Por    qué 

vinisteis  a  burlfiros  de  nuestra  alegre  fiesta 
de  Beggardale?...  Son  peligrosas  para  las 
gentes  de  la  ciudad  las  montaña?...  Si  no 
hubiese  usted  venido  yo  sería  feliz...  pero 
ahora  mi  amor  nació. 

Mar.  ¡Su  amor!  (Desdeñosa.;  ¿Y  qué  puede  ofrecer- 

me su  amor?  Si  me  amase  usted  sabría  ol- 
vidarme, respetando  mi  pena...  (conmovida 

sinceramente  por  el  temor.)  Fué  Culpa    Ujía...    Es 

cierto...   Pero   el   hombre  que  quiere  sabe 
perdonar... 
Jack  ¿Y  qué  se  opore  a  mi  felicidad?  ¿Cuál  es  el 

enemigo  de  mi  amor,  Mariposa? 
(Puesta  del  soi.) 

Cantado 

Mar.  (insinuante  y  altiva  a  un  tiempo.) 

Siempre  reina  fui.  Sólo  el  lujo  conocí 
en  mi  palacio— lleno  de  riquezas. 


—  39  — 

Caprichosa  soy — siempre  mando  donde  voy, 
no  puedo  ser — la  esposa  de  un  cowboy. 

Yo  nunca  he  de  dejar 

tanto  bienestar, 

y  habitar  el  bosque  sin  abrigo 

con  la  triste  vida  de  un  mendigo. 

JaCK  (Apasionado.) 

\o  te  brindo  amor  en  el  bosque  encantador. 
Allí,  b'en  mío,  hay  perlas  de  rocío. 
Reina  tú  serás  y  a  tus  pies  tendrás 
un  trono  de  fl-^r  y  de  paje  un  ruiseñor. 
Mar.  Es  un  sueño  de  poesía. 

Yo  seguirle  no  podría. 
Jack  Mi  vida  al  verte  ya  peidí. 

Tú  lo  eres  todo  para  mí. 

Mar.  (suplicante,  persuasiva  para  vencerle.) 

Ten  de  mi  pena  compasión 
si  es  que  me  quieres  de  verdad. 
No  pidas  Jack,  que  yo  te  quiera, 
si  me  amas  tú  mi  amor  espera. 

No  puedo  amarte  así. 
Sé  nob'e,  al  ver  que  conmovida  estoy. 

Y  al  renacer  la  primavera, 

la  esposa  seré  del  c^  whoy. 

¡Ten  compaííión  de  mí! 

Jack  (Con  hondo  dolor,  vencido  por  la  súplica.) 

ÍSea/pues,  vete  ya,  vete  lejos  de  aquí. 

(los  cowboy»  y  Muchachas  que  se  habían  retirado 
hacia  el  foro,  se  acercan  aprobando  con  un  rumor  la 
nobleza  de  Jack.) 

Un  año  esperaré  la  dicha  que  perdí. 

Cuando  la  primavera 

traiga  flores  a  la  pradera, 

yo  tu  amor  iré  a  buscar 
y  a  realizar  el  sueño  encantador. 

Recitado 

Mar.  (Triunfadora  y  alegre  )  GraciaS,  Jack. 

JaCK  Ten.,.    (Ella    le    contiene  el  tuteo.)    Tenga    USted 

mi  anillo  .,  Si  llega  a  pensar  en  mí. .  con- 
sérvelo... (Conmovido,  dominándose,  grita  a  los 
cowboys.)  ¡Eh,  amigos!  Cowboys  de  la  mon- 
taña. Preparaos  a  dar  escolta  a  una  mujer. 
En  marcha. 


-  40  — 
Ketty         ¿No8  vamos  ya? 

TOM.  fcí.  ¡Pero  cómo  nos  vamos!  (Por  Pora,  que  va  de 

811  brazo.) 

F*ANCHO        Vo  acompañaré  a  mi  hermanita. 

ToM.  No  se  preocupe  usted,  Pancho;  puede  ir  sola. 

(Mariposa  y  Ketty  han  montado  en  caballos  que  sacan 
los  cowboys.  Jack  se  acerca  a  Mariposa.) 

Mar.  (Aiegie.)  Jack...  ¿Un  año,  verdad? 

Jack  (ron  tristeza.   Efecto  de  luna.)  ¡Un  añol  (Se  pone  en 

marcha  lentamente  la  comitiva.  Las  muchachas  les 
despiden  agitando  pañuelos  de  colores  desde  lo  alto 
del  practicable,  donde  refltja  la  luna.  Mineros  y  cow- 
boys les  dan  escolta  con  los  rifles  al  hombro.  Jack 
vuelve  al  primer  término  apoyándose  con  honda  amar- 
gura en  la  mesa  del  primer  término  derecha,  Tomassin 
vá  en  una  especie  de  palana uiu  cómicamente  montado 
a  horcajadas.  Le  conducen  los  cuatro  negros  mejica- 
nos   Se  oye  dentro  la  voz  de  Mariposa,  que  canta  ) 

Mar.  (üentro ) 

Yo  busco  un  amor  3'  le  quiero 

rendido,  sincero, 
que  sepa  callar  y  esperar, 
y  pueda  mi  afán  realizar. 

Jack  (con  sincero  dolor.  La  luna  refleja  ahora  en  su  cara.) 

Yo  busco  mujer  que  me  quiera, 

mi  vida  la  espera 

Un  día  tan  sólo  la  vi, 
y  un  ensueño  de  amor  sentí. 

(sostiene  la  nota  valeroso,  luego  se  deja  caer  sobre  la 
mesa.  Telón  lento.) 


FIN  DEL  ACTO  PRIMERO 


Nota. — K\  acto  representado  como  está  dura  menos 
de  una  hora,  pero  en  aquellos^  teatros  donde  se  quiera 
reducir,  pueden  hacerse  los  cortes  musicales  marcados 
con  una  llave.  Es  de  advertir,  sin  embargo,  que  la  mú- 
sica que  así  se  corta  es  bellísima.. 


.^ 


,^«2®Í,^>*K  >;^?S)^ 


II    II      •    li     il      I     !|  lí    il    II     II II 


ACTO  SEGUNDO 


Deeoracióa.  La  cubierta  del  Yacth  «Mariposa»,  fletado  por  el  multi- 
millonario Mister  Harrison,  de  San  Francisco  de  California,  para 
una  larga  excursión  con  varias  amigas  de  su  hija.— En  el  centro 
del  escenario  el  palo  mayor;  detrás  y  a  ambos  lados,  junto  a  las 
bordas  de  babor  y  estribor,  dos  pasillos  que  conducen  al  resto  del 
barco.— Sobre  los  camarotes,  primero  y  segundo  puente,  practica 
ble  sal  primero  se  sube  por  una  escalerilla  con  baranda,  y  en  él  se 
hallan  colgados  en  los  pescantes  los  botes  salvavidas,  etc.  En  el 
puente,  situado  encima  y  un  poco  atrás,  los  ventiladores,  los  fa 
nales  rojo  y  verde  de  babor  y  estribor;  la  brújula,  sextantes  y  de- 
más aparatos,  y  en  el  centro,  el  gobernalle.— Detrás  se  eleva  la 
chimenea.— En  la  derecha  del  actor  la  borda  de  estribor,  de  la 
que  arrancan  obenques  y  escalerillas  pira  el  mástil;  también  es- 
tará la  entrada  del  barco,  o  sea  el  portón  de"  la  escala  —En  la  iz 
quierda,  borda  de  babor  menos  visible,  porque  el  barco  está  res 
pecto  al  público  en  diagonal,  o  sea  un  poco  oblicuo,— Téngase  en 
cuenta  para  la  dirección  de  las  rayas  del  suelo  que  han  de  imitar 
parquet  de  madera.— Todas  las  partes  pintadas  del  barco  lo  han 
de  estar  en  color  blanco  y  el  aspecto  general  ha  de  ser  muy  lujo- 
so.—Varillas  y  pasamanos  de  metal  dorado— Al  foro  telón  pano- 
rámico de  un  puerto  y  la  costa.— Vaporcitos  de  todas  clase?  sur- 
can la  bahía.- Se  supone  que  el  barco  está  anclado  en  la  rada.- 
Es  por  la  tarde.  Intensa  luz  de  sol.  Kn  escena  algunas  mesitas  y 
sillas  y  sillones  de  paja.— Durante  el  acto  anochece  y  al  final  se 
ilumina  el  barco  fantásticamente,    celebrándose    en    él  una  fiesta. 

NOTA.— £u  los    teatros  pequeños  puede  darse    al    Yatch    otra 
disposición,   modificando  convenientemente  las  entradas  y  salidas. 


—  42  — 

Al  levantarse  el  telón,  los  Oficiales  con  uniformes  de  diario^ 
(esto  es,  chaqueta  corta  y  gorra),  están  en  el  puente.  Cíipsy,  Fanny, 
Betsy,  Ethel,  Tolly,  Sary  y  Señoritas  millouarias  noiteamericanas, 
eu  la  ciibieita  formando  aitístico  grupo:  unas  sentadas  abanicán- 
dose; otras  de  pie  contemplando  ol  mar,  otras  leyendo  junto  a  las 
mesas  y  otras  eu  la  barandilla  de  la  escalera. 

Ijurante  el  número,  varios  marineros  con  traje  blanco  y  gorra 
de  pompón,  evolncionau  saliendo  del  corredor  de  la  izquierda  y 
quedando  junto  a  la  borda  de  la  izquierda.  Luego  hacen  mutis,, 
después  de  la  frase  del  capitán. 


ESCENA  PRIMERA 

Los  DICHOS 

SVíúsica 

Señoritas       Brilla  el  sol  y  riza  el  mar, 

bric^a  perfumada, 

y  al  pasar 
alza  la  espuma  nacarada. 
Escuchar  quiero  i?u  rumor, 
porque  el  mar  suele  hablar  de  amcr. 
Mar  azul,  lu  sf  creto  nadie 
pudo  jamás  penetrar. 
Marínercs  y  Oficiales 

Echa  el  ancla,  marinero, 

sin  temor, 
que  en  la  tierra  prisionero 

vive  amor. 
Deja  de  bogar,  bogar,  bogar. 
Busca  en  la  mujer  placer  de  amar. 
Y  si  acaso  traicionero 

fué  el  amor, 
marinero,  vuelve  al  mar  tu  ardor 
que  allí,  consuelo  hallurás 

y  el  mar  es  lo  m^^jor 

si  atrás  dejas  las  penas 

que  te  dio  el  amor. 


(PueCe  suprimirse  la  segunda  estrofa.) 

Pasaj.  Flirtear  es  un  placer 

de  la  travesía. 


—  43  — 

y  al  llegar 
lo  borra  todo  un  solo  día. 
Dulce  flirt  que  veloz  pasó... 
Onda  azul  que  en  el  mar  se  alzó. 
Ya  mi  afán,  muy  lejos  huyó 
pero  otras  olas  vendrán... 
Marineros  y  Oficiues 

Echa  el  ancla,  marinero, 

sin  temor, 
que  en  la  tierra,  prisionero, 

vive  amor. 
Deja  de  bogar,  bogar,  bogar. 
Busca  en  la  mujer  placer  de  amar. 
Y  si  aca?o  traicionero 

fué  el  amor, 
marineio,  vuelve  al  mar  tu  ardor, 
que  allí  consuelo  hallarás. 

y  el  mar  es  lo  mejor, 
si  atrás  dejas  las  penas 
que  te  dio  el  amor. 

(Las  pasajeras  se  van    levantando    y    hacen    mutis  de 
escena  lentamente.) 


ESCENA  II 

DICHOS.  El  CAPITÁN  en  el  segundo  puente,  donde  aparece;  baja  a 
la    cubierta 

Hablado 

Cap.  (a  los   marineros.)    Muchachos,   vueptro  amo 

mister  Harrison  viene  hacia  aquí.  Ha  dis- 
puesto que  haya  hoy  fiesta  }  quiere  que  el 
barco  brille  como  un  ascua  de  oro.  (saludan- 
do a  las  muchachas.)  Señoritas,    (a    los    Ofic.ales.) 

Esta  tarde  nos  visitarán  los  Guardias  mari- 
nas de  la  fr^ígata  inglesa;  vengan  ustedes  y 
les  daré  órdenes.    • 

(Mutis.  Los  Oficiales  tras  él,  por  el  corredor  derecha.) 


-      44 


ESCENA  III 

WISTER  HARRISON  y  LORD  HURLTNGHAN,    por  el  primer  puente, 
bajan  a  escena  y  se  sientar  en  la  mesa  primer  término  izquierda 

HUR.  (caliendo    con    Harrison.)    Le    COnfieSO    a    USted, 

amigo  Harrison,  que  ciento  ya  fatiga  de 
tanto  navegar.  ¡Un  año  embarcados! 

Har.  Era  preci?o  reparar  la  torpeza  que  cometió 

UFted  en  Beggariale.  ¡Permitir  que  casasen 
a  mi  hija  con  un  cowboyl 

HuR.  Harrison,  no  fué  culpa  mía... 

Har.  Por  fortuna  hoy,  último  día  de  Mayo,  termi- 

na el  plazo  que  dio  Jack  a  Mariposa,  y  gra- 
cias a  mi  idea  feliz  de  navegar  constante- 
mente, no  ha  podido  verla  el  cowboy. 

HüR.  En  el  mar  estamos  seguros  de  no  encon- 

trarle... 

Har.  Mañana  mismo  pediré  el  divorcio. 

HüR.  Ya  estoy  ioipacieute  por  celebrar  con  ella 

nci  matrimonio. 

Hak.  (Desdeíioso.)  Pues  aquí  no  será  porque  le  mo- 

Jesten  los  acreedores. 

HuR.  (Digno.)  ¡Harrison,  esa  insinuación!  ¿Olvida 

usted  que  mis  antepasados  estuvieron  en 
las  cruzíidasi^ 

Har.  Le^.  pagaría  alguien  el  viaje.  Yo  creo,  lord, 

que  en  su  familia  no  ha  babido  nunca  un 
dollar. 

Hur.  (Molesto.)  ¡Hay  en  cambio  quien  afirma  que 

uííted  hizo  su  fortuna  a  costa  de  la  ruina  de 
su  socio  Fletowl 

Hai<.  (Furioso.  Levantándose   y    disponiéndose    a    subir    al 

primer  puente.)  ¡Fletow!  ¡Fletcw!  ¿Y  quién  se 
atreve  a  ocuparse  de  mis  asuntos?  ¡Fletow 
ha  muerto  y  la  gente  nada  me  importal 

Hur.  No    se    enfade,   amigo   Harrison.    Yo   de- 

oía.... 

Hap.  No  tolero  que  me  hablen  de  ese  asunto. 

HüR.  Pero,  si  yo... 

Har.  j  basta!  (Mutis  corredor  izquierda  primer  puente.) 

HuR.  (Aparte.)  Cuar.do  tanto  le  molesta  debe  ser 

cierto.  Pero  si  riño  con  él   mis  acreedores... 


—  46  — 


límposible!   (auo.^  HarrisoQ...  Si  todo  fué 
broma...  Escúcheme...  Yo  le  ruego...  (muu* 

tras  él,  suplicante.) 

ESCENA  IV 

TIN-FÓ  y   rOMASÍN.  El  primero  sale  por  el  pasillo  de   la    derecha, 
con  servicio  de  lé,  seguido  de  lomasln 

TiN-Fó         Voy  a  sevile  este  té  a  Miss  Maliposa. 

loM.^  (Llamándole.)  ¡Chi>^tl 

TíN-FÓ  (f)eteuiéudose.)  ¿H:h? 

ToM.  ^  ¡Chiét:  ¡Oceánico! 

Tjn-Fó        ¿Quién  me  liama? 

ToM.  (Le  coge  de  la  trenza.)  Aproxímate  y  escucha 

l^or  tu  causa  no  vivo;  por  tu  causa  ten^^o  un 
cunadoqueconsidera  el  revolvercomoartí-u 
lo  de  primera  necesidad 
TiN-Fó        Peldón. 

TuM.  Por  tu  causa  estoy  casado  con   una  mujer 

que  de  noche  menos  mal,  porque   como  es 
tan  ob.^cura  no  la  distingo,  pero  en   cuanta 
,         ^ale  el  sol.  es  mi  sombra. 
líN-Fó         Diagón  de  los  males. 

ToM.  Y  por  tu  causa  Ketty  es   la  mujer  de  lord 

Hurhnghan  y  yo  me   paso  la  vida  consu- 
miendome  por  si  consuman  el  matrimonio 
^  i  o  del>ería  ahogarte. 

TiN.Fó         No,  pol  Dios,  que  hay  mucha  agua. 
lOM.  Pero  he  decidido  lo  siguiente:   Toma  esta 

corneta,  (se  la  da.)  No  pierdas  de   vista  a 
Ketty  ni  un  momento,  y  ei  observas  que 
alguien   se  aproxima  a  ella  amoroso,   sea 
T..r  i?A        ^"i^^.sea,  tocas  dos  veces  así.  (lo  hace.) 
liN-J^ó         Descuida,  eulopeo.  En  cuanto  vea  qne  al- 

g^lí^O  la  toca,  la  toco.  (Toca.) 

loM  ¡Ay  de  ti,  si  no  lo  hacee!  Ahora  vete,   espá- 

rr     T?A         55^?"^  triguero;  vete  de  mi  vista,  ¡vete! 
liN-J^Ó         CoJiendito.  En  cuanto  vea  que...  (seña  de  abra- 
zo.) Yo...  (Dos  toques.  Recope  el  servicio  y  hace  mutis 
por  el  primer  puente  corredor  derecha.  Es  de  efecto  repe 
tir  el  Juego  un  par  de  veces,  equivocándose  la  última.) 

lOM.  (Aparte.)  Me  sirvirá  de  aviso,  porque  ahora, 

ni  como  ni  duermo  pensando  en  lo  que  pue- 
da  ocurrir. 


—  46 


ESCENA  V 


TOMASÍN  y  KETTY,  por  el  corredor  de  la  derecha.  Trae  un  catale- 
jo abierto   con  el  que  ha  estado  mirando  el   mar  y    que   deja    sobre 
la  mesa 


Ketty 

TOM. 

Kettv 


TOM. 

Ketiy 

ToM. 

Ketty 


ToM. 
Ketty 
ToM. 
Ketty 

TüM. 

Kevty 

TüM. 

Ketty 

TüM. 


Kptty 

'J'üM. 

Kftty 

TüM. 


Kétiy 
ToM. 


¡Toma?ín! 

(Aparte.)  ¡Ella!  ¡Y  pensar  que  podía  ser  mi 

mujer  y  es...  mi  señora! 

(sentándose  en  la  mesa  primer  término  derecha.)   Le 

encuentro  muy  moreno.  ¿Es  por  el  aire  del 

mar  o  es  que  su  esposa  destiñe? 

Ketty...  Esa  burla... 

¿Y  qué?...  ¿Hay  esperanza?  de  sucesión? 

Decir  eso  es  ofenderme.  ¡No  las  hay! 

¿No?  ¡Qué  pena!   Yo  que  pensaba  adoptar 

alguno  de  sus  niño-».  Me  han  asegurado  que 

de  blanco  y  negra  salen... 

¿A  rayitas? 

jNo.  Taljleros  de  ajedrez. 

(con  intención.)  ¿Y  UStedeS? 

El  lord  me  desdeña  Un  par  inglés   no  pue- 
de aceptar  a  una  señorita  de  compañía. 
Le  está  a  Ubted  bien  empleado  que  la  des- 
precie, porque   milord  la  desprecia  a  usted. 
Injustamente. 

¡Eso,  nol  Si  le  pone  usted  en  berlina,  milord 
está  en  su  punto. 

El  dice  que  no  desciende  hasta  mi  amor. 
E!  no  descenderá,  pero  la  rttra  noche  le  sor- 
}irendi  en  la  escalera  de  su   camarote  de 
usted   y  si  no  es   por   mí...   ¡vaya   si  des- 
ciende! 

Lo  que  hace  conmigo  no  tiene  nombre. 
(Alarmado  )  ¿Pero  ha  hfecho  algo? 

(Comprendiendo.)  ¡No! 

Pues  si  no  ha  he-ho  nada,  ha  hecho  bien. 
Todo  tiene  arreglo.  í?e  divorciar>i  usted,  me 
divorciaré  yo  ..  v  luego...  a  s^r  felic>  s,  a  adó- 
rame s,  a  vivir  el  uno  para  el  otio.  (cogiéndo- 
la una  mano  amoroso  y  llevándola  a  primer  término 
izquierda.  Se  oyen  dos  toques  de  la  corneta.) 
¿EhV...  ¿Qué  es  eso? 
Que  tocan,  porque...  tocan.  (Apasionado  )  ;Ket- 


-    47  — 

tyl  Yo  no  puedo  seguir  sufriendo  así.  Es  us- 
ted mi  tormento,  mi  amargura,  mi...  (vuelve 

a  cogerle  la  mano.  Dos  toques  de  corneta.) 


ESCENA  VI 


DICHOS,  PANCHO  y  PURA  por  el  corredor  de  la  derecha 


Pancho       (Furioso  el  verles.)  ¡  \lírate  aquel  sinsonte^  her- 
manita,  enamorando  a  otra,  (coge  ei  catalejo 

que  dejó  Ketty  abierto  sobre  la  mesa,  se  acerca  a  To- 
maeía  y  le  da  un  golpe  en    el    pecho.    El    catalejo    se 

cierra)  ¡Cuña'Jo  iiifiel,  totiiad  por  eonso! 
ToM.  ¡Ay,  Dios  mío,  que  me  ha  atravesadol   (Toca 

a  ver  si  le  sale  por  la  espalda.) 

Pancho       Si  faltáis  a  mi  hermanita  os  perjudico  de 

un  bal  a  so. 
ToM .  Pero  si  es  que  saludaba  a  esta  señora.  ¿Tam 

poco  voy  a  poder  tener  educación? 
Ketiy         Tomasín  me  explicaba  cómo  piensa  hacerle 

el  amor  a  sn  esposa. 
ToM.  Por  eso  me  había  puesto  de  rodillas.  (Aparte.) 

Porque  decir  eso  merece  un  castigo. 
Pí'PA  Es  un  coqueto. 

Ketty         (a  Pura.)  /,Le  costará  trabajo  dominarle? 
ToM.  8e  ve  negra,  la  pobre. 

KitTiY         Ya  no  hay  maridos  fieles. 
Pancho       Este  lo  será.  Yo  no  admito  traisiones.  En 

caso  de  adulterio,  si  el  culpable  es  él,  le 

mato. 
ToM.  ¡Hombre,  no,  Pancho!  ¡Qué  disparate! 

Ke-tiy         ¿y  si  la  infiel  es  ella'? 
*loM.  (Aparte,  a  Ketty.)  ¿Ella?  No  hay  cuidado. 

Pancho       Si  es  ella,  la  divido. 
ToM.  ;Ah!  ¿i'e  modo  que  si   ella...  me...  Bueno, 

me...  etjétera...  Usted  la...  etcétera...  (Aparte.) 

Pues  es  un  medio  de  verme   libre.   Escribo 

cartas  amorosas  con  nombres  supuestos  y... 

¡Ya  está! 
Pancho       Bueno,  sinsonte,  acompañe  a  mi  hermmita 

que  está  desesperada  por  su  abandono.  ¡Pa- 

lasán! 
ToM.  Pero  si  yo... 

Pancho       Haga  lo  que  le  digo  o  le  doy  un  cate  y  le  tiro 

al  agua. 


—  48  — 

ToM.  Agua...  cate..  ¡Qué  americano  es  todo  eetof 

Pura  Anda,  llévame  a  ver  la  popa. 

TuM.  La  popa...  Anda,  mascarón.  (Mutis  Pura,  Toma- 

6iu  y  Paucho  por  el  corredor  de  la  derecha.) 


ESCENA  Vil 

KETTY  y  LORD  HURLINGHAN,  por  la  izquierda.  Después    TOMA- 
SlN  por  la  derecha.  Al  final  MAkiNERO  1.°  y    CUATRO    MARINE- 
RO?,  por  la    izquierda 


Ketty  Pobre  Tomasín,  le  compadezco  con  una  ne- 
gra tan  fea. 

HuR.  (Saliendo.)  Kttty,  he  ordenado  que  nos  sirvaii 

aquí  JHiez  y  un  refresco. 

Keiiy  Mu}^  bifn.  Pues  mientras  lo  traen,  escuche* 
me  lo  que  tengo  que  decirle. 

HuR.  Con  mucho  gusto. 

Ketiy         ¿Cómo  rae  encuentra  usted? 

HuR.  Kncantadora. 

Keity         ^:Cómo  Fon  mis  ojos? 

HuR.  Una  perdición. 

Ketiv         ¿y  mi  boca? 

HuB.  Bocatto  di  Cardinali. 

Ketiy  ¿Entonces  por  qué  se  niega  usted  a  confir* 
mar  nuestro  matrimonio? 

HuR.  ¡Oh,  Ketty!  Yo  soy  noble.  Desciendo  de  re- 

ves  y  de  duque5.  Y  a  pesar  de  todo,  cuando 
contt^mplo  sus  encantos,  flaquea  mi  volun- 
tad, arden  mis  sienes  y  mi  corazón  toca  a 

rebato,  toca  a  gloria,  toca...  (se  ha  acercado,  va 
a  besarle  la  mano.  Suenan  dentro  los    dos    toques    de 

corneta.)  ¡Caramba!  ¿Ha  oido  usted? 
Ketty         Parece  la  corneta  de  la  maniobra.  Siga  us 

ted,  milord. 
HuR.  (Acercándose  de  nuevo.)  Decía,  que  mi  corazón, 

al  verla,  toca...  (Nuevos  toques  de  corneta,  dentro.) 

(¡lis  ])articular!  ¡Parece  que  suena  cuando 
me  aproximo!)  (se  acerca  de  nuevo.)  Y  créame- 
uf'ted,  Ketty,  en  estos  instantes  ir.e  haría 
falta... 

To.I.  (saliendo  por  la  derecha  con   bandeja,    vasos,  botella, 

copa  de  jerez    y    botella  de    gaseosa   o  sifón.    Grita  al 

verlos.)  ¡El  refresco!  Se  lo  he  quitado  al  mozo 
para  traerlo  yo. 


—  49  — 


HUR. 
TOM. 

Keity 

ToM. 

Ketty 
ToM. 
HuR. 
ToM. 


HuR, 

TOM. 


HüR. 

ToM. 

HuR. 
ToM. 


HuR. 
ToM. 

HuR. 

Ketty 

TOM. 


Gracias,  Tcmasin.  (a  Ketty.)  ¿Tiene  usted  ]a 
bondad  de  sentarse?  ÍSirva  usied  a  Ketty. 
(con  retintín.)  ¿La  sirvo  O  no  la  sirvo? 

Ueted  verá...  (Seutáudose  en  la  mesa  primer  tér- 
mino derecha  ) 

(sirviendo.  Con  intención.)  Jerez  viejo.  Creo  que 

a  Ubted  le  gusta  el  viejo.  (Por  Hurlinghan.) 

¡Claro  que  sí! 

(ai  lord )  ¿Y  usted  qué  quiere,  viejof  - 

Un  refresco  a  la  americana. 

(Deja  la  bandeja  en  una  mesita  y  se  vuelve  de  espal. 
das  para  descorchar  la  soda,  entre  las  rodillas.  En  este 
momento,  sin  que  ni  el  lord  ni  Ketty  se  hayan  movi- 
do,  suenan  dentro  los  dos  toques  de  corneta.  Tomasln 
se  vuelve  rápidamente  y  les  mira  severo.)  ¿Qué    ha 

tocado? 

No  eé,  una  corneta. 

(se  vuelve  de  nuevo  para  descorchar.  Suenan  otra  vez 
los  dos  toques  de  corneta.  Tomasln  se  vuelve  furioso, 
botella  en  mano,  y  con  la  rapidez  del  giro,  vierte  sobre 
el  lord  la  soda  de  la  botella.  «Puede  hacerse  con  una 
botella  llena  de  arena  fina.»)  ¿Eh? 
(Levantándose  y  sacudiéndose.)  ¿Pero  qué  hace  Us- 
ted, Tomasín? 

(Furioso.  Sirviendo  en  el  vaso.)  Servirle  lo  que  ha 
pedido:  un  refresco  a  la  americana. 
Líame  al  mozo  y  lo  hará  mejor. 

Bien,  pero...  (Medio  mutis.  Suena  la  corneta.  Se 
vuelve  rápido.  Vuelve  al  medio  rautis;  suena  de  nuevo 
la  corneta.  Entre  tanto  por  el  corredor  de  la  Izquierda 
asoman  Marinero  1.  con  una  corneta  y  cuatro  Mari- 
neros, que  a  cada   toque   tiran  a  la    vez  de   un   cable. 

Aparte  )  ¡Ese  Tin-Fó  se   ha  vuelto  loco!  (Se 

vuelve   y  repara  en   los  marineros.)    ¡Ahí    ¡VamOS! 

¡Eran  estos!  Podían  haberelegido  otro  toque. 
De  todos  modos  alejaré  al  lord.  Quien  qui- 
ta la  ocasión  con  Ketty,  quita  el  peligro. 
(Alto )  Lord,  se  me  olvidó  decirle  que  mister 
Harrison  le  aguarda. 
¿Y  se  lo  calla  usted,  Temasín? 
Creo  que  desea  decirle  una  cosh. 
¿Sí?  I  Voy!  (a  Ketty.)  Ketty,  Harrison  desea 
decirme  una  cosa... 

Vaya    usted.    (Mutis  el  lord   por  primer    puente  iz- 
quierda.) 

(Aparte  a  Ketty.)  ¡Es  usted  ui^a  coqueta!  Cada 


—  ñO  — 

vez  que  la  veo  hablar  con  alguno  me  da  el 
corazón  un  bote... 

Mar.  1."  (Desde  el  seg'iudo  puente  derecha.)    ¡Bote    a    estri- 

bor, capitán!  ¡Un  bote  a  ettribor! 

ESCENA  VIII 

KETi;y,  TOMASIN,  SEÑORITAS,  OFICIALES  y  GUARDIAS 
MARINAS 

Muchachrs  jiSvetes.  Trajes  de  guardia  marina  inglés,   chaqueta  azul, 

gorra  de  ).!.:rino,  blancn;    pautalón   y  guante,   blancop.    Si  la  escasez 

<:t  personal  obligase  a  ello,  pueden  5-er  muchachas 

KeTT\  (Asomándose  a  la    borda    de   estribor  derech-í.)    ¡Son 

Jos  Gunrdias  Marinas  que  están  invitados  a 
la  fi(-!?ta.  (Agita  su  pañuelo.;  Tomasín,  avise  us- 
ted a  mis  amigas. 

ToM.  (ai  ver  sa   entusiasmo.)    |EstO    SÓlo    me    faltaba! 

(Hace  mutis  por  el  corredor  de  la  izquierda.) 
KeTTY  (Volviendo  a  asomarse  a  la  borda.)  ¡Qué  gailardosl 

¡Qué  jovencitos!  ¡Hay  que  hacerles  los  ho- 
noiesl 

ToM.  (saliendo,  seguido  de  laa  Señoritas,  por  el  corredor  de 

la  izquierda.)  Señoritas,  vengan  ustedes,  que 
hay  visita  de  cumj  lido. 

(rodos  se  asoman  a  la  borda  de  le  dercchii.) 

Dolí  y  ]Qué  elegantes! 

ToM.  (Aparte )  Voy  a  ver  si  despierto  la  rivalidad  de 

los  oñciales  y  me  ayudan.  (Mutis  primer  puente.) 

Guardias  Marinas.     (Dentro  )  ¡Ah  del  buque! 
Señoritas.     Aquí  es-peramos. 

(Entran  en  escena  por  el  portón  de  la  derecha  los 
Guardias  Marinas  formados.  Saludan.) 

ESCENA    IX 

KETTY,    TOMASIN,    MUCHACHAS,    GUARDIAS    MARINAS    y    OFI- 
CIALES 

Mlúsica 

ToM.  (Bajando  a  escena   seguido    de   los    Oficiales    mientras 

van  entrando  por  el  portón  de  U  borda  derecha,  los 
Guardias  Marinas,  a  quienes  reciben  con  efu:>iva  corte- 
sía   Ketty  y  las  Muchachas.) 


—  51  — 

Salvemos  el  momento  peligroso. 

Hay  que  disimular 
y  no  dejar  que  se  hagan  aquí  el  oso, . 

que  es  lo  que  va  a  pasar. 
Acerqúense,  fingiendo  cortesía 

y  haciéndoles  honor, 
porque  si  no,  nos  dejan  en  un  día 

sin  novia  y  sin  amor. 

Guardias  Marinas,  (a  las  Muchachas  y  Ketty.  cada  uno  a 
una.) 

Sois  un  bibelot  gentil 
una  rosa  fresca  del  mes  de  Abril. 

Oficiales  y  ToMaSIN.  (Acercándose  a  saludar  a  los  Guardias 
Marinas  con  gran  cortesía,  pero  aprovechando  para 
separarles  de  las  muchachas.) 

Yo  celebraré 
que  todo  el  barco  vea  usted. 

Ketty  y  Muchachas,  (comprenden  el  juego  y  se  acercan 
nuevamente  a  los  Guardias  Marinas.) 

Yo  le  puedo  acompañar. 
Guardias  Marinas. 

Y  yo  me  honro  mucho  con  aceptar. 
Ketty  y  Muchachas. 

Venga  pues. 

Guardias  Marinas.  (Lcs  ofrecen  el  brazo.  EUas  se  apoyan 
en  él.) 

A  sus  pies. 

Oficiales  y  ToMASÍN.      (Desesperados.) 

¡Hoy  nos  sale  todo  al  revés! 

(Evolución  caprichosa.) 
Ketty  (a  ios  Guardias  Marinas  y  Muchachas.) 

Guardia  Marina— conquistador, 
no  me  has  de  vencer  nunca  con  tu  amor. 
Si  embarcado  vas— y  tardas  más  de  un  mes 
te  encontrarás — dos  novios  o  tres. 
Todas  Guardia  Marina— conquistador, 

no  me  has  de  vencer  nunca  con  tu  amor 
si  embarcado  vas— y  tardas  más  de  un  mes 
te  encontrarás— dos  novios  o  tres. 

(Muchachas  y  Ketty,  cogidas  del  brazo  de  los  Guardias 
Marinas,  hacen  mutis  por  el  corredor  de  la  izquierda.) 
Oficiales      (Eh  escena,  desesperados  al  verles.) 

Será  preciso  hacer  algo  sonada 
para  impedir  el  flirt. 
ToM.  Debéis  estar  cosidos  a  su  lado. 

No  les  dejéis  vivir. 


—  62  — 

Oficiales        El  dúo  así  convierto  en  un  terceto 

y  nada  hay  que  temer. 
TüM.  Y  si  queréis  que  guarden  más  respeto 

¡que  hablen  con  mi  mujer! 
Guardias  Marinas  y  Mcchachas.  (Dentro.) 

Los  Guardias  Marinas  son 
fieles  y  constantes  en  tU  pasión. 

(ai  oir  la  voz  Tomasín  y  Oficiales  escuchan  dejándose 
caer  eobre  la  pierna  izquierda  como  en  uu  fondo  de 
esgrima  y  llevándose  la  mano  a  la  oreja;  luego  hacen 
mutis  con  grandes  zancadas  por  la  izquierda.  Entonces 
aparecen  los  Guardias  Marinas  con  las  muchachas  eu 
lo  alto  del  puente.) 

Ketty  y  Muchachas. 

Y  si  no  me  es  fiel 
ha  de  sentirlo  más  por  él. 
Guardias  Marinas. 

Navegando  el  ancho  mar 
no  se  ven  muchachas  que  enamorar. 
Ketiy  y  Muchachas. 

Sí,  señor. 
Guardias  Marinas. 

El  amor. 
Ellas  Eq  el  mar  debe  ser  mejor. 

Ellob  En  el  mar  es  mucho  mejor. 

(Xomasln  y  Oficiales  salen  como  hicieron  mutis,  por 
el  corredor  de  la  derecha,  creyendo  que  loi  otros  «^aii 
delante  y  vuelven  a  hacer  mutis  por  el  pasillo  de  la 
izquierda.  Cuando  han  pasado.  Guardias  Marinas  y 
Muchachas  bajan  a  escena.) 

Guardia  Marina — conquistador, 
no  me  has  de  vencer  nunca  con  tu  amor. 
Si  embarcado  vas — y  tardas  más  de  un  mes 
encontrarás — dos  novios  o  tres. 

(Evolución  final.  Para  el  mutis  forman  con  unos  remos 
que  hay  en  la  cubierta  y  las  sombrillas  de  ellas  una 
artística  figura,  que  puede  ser  uua  lancha  o  un  carrc. 
Mutis  general.  Cuídese  este  efecto.) 


—  53  ~ 


ESCENA  X 


CAPITÁN,  seguido  de  Marineros,  Maquinistas  y  Grumetes  (1)  por  la 

izquierda.  HARRI80N  con  JIM-BELL  por  la  derecha.   Entre  loi  Ma 

quinistas  JACK  con  la  gorra   encasquetada 

Hablado 

Cap  {Alto!  (ordenando.  La  tripulación  obedece.) 

Har.  Capitán.  Hoy  estoy  contento.  Que  disparen 

f-eis  cañonazos  al  comenzar  la  fiesta. 

C^p.  Mister,  se  hará. 

Har.  He  convocado  a  la  tripulación  porque  quie 

ro  dar  gracias  a  todos.  Un  año  hace  que  na- 
vegamos a  bordo  de  mi  yot  para  evitar  que 
un  hombre  pueda  acercarse  a  mi  hija.  Hoy 
termina  el  plazo  y  celebraremos  una  gran 
fiesta.  A  cada  uno  de  los  tripulantes  se  le 
darán  cinco  dollars. 

Cap.  ¿También  a  los  maquinistas? 

Har.  También. 

Cap.  \ a  lo  habéis  oído.  Recibiréis  cinco  dollars 

como  los  demás. 

Jack  (Adelantándose.)    Demasiado    para    propina; 

poco  para  dote.  (Se  quita  la  gorra.) 

Har.  ¿Qué  dices  tú? 

Jim  (lb  ve  y  le  reconoce,  echándose  a  temblar.)  Mister... 

Va...  vamonos.  W...  venga  usted... 
Har.  ¿Qué  le  ocurre,  señor  Jim? 

Jim  Que  ese  hombre...  es  Jack. 

Har.  ¿Jack?  ¿Tú,  Jack? 

Jack  Hoy  es  31  de  Mayo.   Vengo  a  cumplir  mi 

palabra. 
Har.  ¿Cómo  está  este  hombre  a  bordo?  (ai  capitán.) 

C^p.  Hace  seis  meses  en  las  máquinas. 

Har.  Nunca  le  vi. 

C*p  Suben  poco  a  cubierta. 

Har.  ¡Es  Jackl  Todo  está  perdido...  Todo  ha  sido 

inútil. 
J'CK  ¿Dónde  está  Mariposa? 

Har.  No  está.  No  estará  nunca  para  ti. 

Jack  ¿Por  qué  no?  Es  mi  mujer. 

(l)      Maquinistas  y  Grumetes  pueden  ser  comparsas. 


—  54  — 

Har.  ¡Basta!  (a  ios  otros.)  En  cuanto  a  vosotros,  yo 

os  ofrecí  cinco  dollars  por  el  éxito;  puesto 
que  este  hombre  ha  venido,  renuncio  adaros 
gratificación. 

Jack  So  tenaáis,  camaradas.  Ahí  va  mi  sueldo  de 

seis  mese?;  Capitán,  repártalo  entre  todos, 

(Le  entrega  cartera  con  dinero.) 

Mar.  1.0      ¡Viva  Jack! 
Todos  ¡Viva! 

Har.  ¡Silencio!  Capitán,  que  se  retire  la  tripula- 

ción. 
Cap  En  marcha,  (iiutia  izquierda.) 


ESCENA  XI 

HARKISON.  Luego  TOMASIN   y  HURLINGHAN 

Har.  Huíamos  de  ese  hombre  y  estaba  entre  nos- 

otros... ¡Todo  ha  sido  inútil! 

HUR.  (saliendo  por  la  derecha.)  ¿Se  paSÓ  Va  el  enfado? 

Hap  .  (con  mal  humor.)  ¡Déjeme  en  paz! 

ToM.  (Aparte  a  Huriinghan.)  Está  como  para  dar  un 

cheque. 

Har.  ¿Ustedes  saben' lo  que  nos  amenaza? 

Hur.  No. 

Hah  .  ¡Jack,  el  cowboy,  está  aquí! 

ToM.  Habrá  venido  volando. 

Har.  Hace  seis  meses  que  huímos  de  él,  lleván- 

dole a  bordo. 

Hur.  Querrá  dinero. 

(Aparece  Jack  por  la  derecha.) 

Har.  Quiere  a  mi  hija.  Se  la  llevará  por  la  fuerza. 

Hur  .  ¡Eso  no! 

ToM.  ¡Claro  que  no!  Soy  capaz  de  una  bofetada, 

de  enviarle  volando  a  Beggardal^^. 

ESCENA  XII 

DICHOS  y  JACK  que  ha  oído 

Jack  (a  Xomasín.)  ¿Quién  va  a  volar?  (cociéndole  de  la 

americana.) 

ToM.  (Azorado )  Las  golondrinas...  Los  gorriones... 

Jalk  ¿y  es  a  una  golondrina  a  la  que  piensa  us- 


'-  66  ~ 

ted  dar  una  bofetada;  Porque  puede  resul- 
tar un  león. 
ToM.  No  se  ponga  usted  zoolósico. 

HaR.  (Entero,  pasando  al  centro.)   Oiga,  Jack.  Usted  68 

un  honibre  razonable... 

Jack  (¡Qué  desea  de  mí? 

H^R.  Si  usted  me  firma  un  papel  comprometién- 

dose a  aceptar  el  divorcio,  yo  le  entrego  cien 
mil  dollars. 

Jack  Guárdese    su    dinero.   Yo  quiero   a   Mari- 

posa. 

HuR.  (Aparte.)  Es  uu  verdadero  cowboy. 

ToM .  (Aparte    a    Harrison    y    Hurlinghan.)    DéjeniQele  E 

mí.  Yo  le  convenzo  en  seguida. 

Har  .  Imposible. 

ToM  ¿Que  no?  En  cuanto  le  diga  dos  palabras... 

¡Tan  amigos!  Me  echa  los  brazos  al  cuello,  y 
todo  arreglado,  (a  jack)  Jack.  Un  momento, 

haoja  el  favor.  (Le  lleva  aparte  y  le  dice  con  mucho 

miedo.)  Voy  a  hablarle  como  amigo.  Usted, 
un  muchacho  joven,  ¿para  qué  quiere  usted 
casarse,  vamos  a  ver? 

Jack  (Burlón.)  Por  motivos  de  salad. 

ToM.  Pues  si  viera  usted  que  e-ta  familia    Harri- 

son no  es  nada  sana.  Además...  ¿Usted  no 
conoce  la  historia  de  Mariposa? 

Jack  No. 

ToM.  ¡Es  horrible!  Empezó  de  camarera. 

Jack  (Burlón  )  ¿Sí? 

ToM  .  Luego  se    hizo    chántense,    (pronuncíese  t&l  como 

está  escrito.) 

Jack  (Reprimiéndose.)  Si... 

ToM.  Dansense, 

Jack  Ya... 

TvM.  Y  por  último  viciouse. 

Jack  ¿Cómo? 

TjM.  ^.No  comprende  usted?   Se   escapó  con  un 

hijo    de    familia...    (Marcándolo    mas.)    Con   Un 

hijo  de  familia...  (Aparte.)  (No  le  hace  efecto.) 
(a]io.)  Luego  con  el  padre.  (Aparte.)  (Tampo- 
co.) (Alto.)  Luego  con  un  mariiso.  (Aparte.) 
(Menos.)  (auo.)  Y  luego  con  un  submarino, 
U-26,  ü  27,  ü-28,  no  recuerdo  bien.  Le  gus- 
tó el  capitán  y... 

Jack  (Le  echa  las  manos  al    cuello    fuera  de  sí.)  Si  nO  te 

callas,  te  ahogo,  miserable. 


—  66  — 
ToM.  ¡Jack,  Jackl  ¡Corbatas,  no!  (¡Caray  con  él!) 

(^Vuelve  al  lado  de  loa  otros) 

HuR.  ¿Qué  ha  pasado,  Tomafeín? 

ToM,  Lo  que  yo  decía,  que  me  ha  echado  los  bra- 

zos» al  cuello. 

Har.  ¿Ha  conseguido  usted  algo? 

ToM.  Va  a  tener  que  convencerle  Fanchito  Méndez, 

porque  yo  como  no  me  hagan   un  seguro... 

HuR .  Se  juega  usted  algo  a  que  yo... 

ToM .  Miíord,  no  sea  usted  tonto,  que  se  juega  usted 

la  cabeza. 

Har.  (Decidido.)    Yo   le    hablaré,    (a    Jack,     enérgico.) 

Jack,  mi   hija  es  lo  que  más  quiero.   Soy 

hombre  acostumbrado  a  que  se  respete  mi 

voluntad. 
Jack  ¡Misterl... 

Har.  Está  utted  en  mi  barco,  y  no  le  permito  que 

siga  aquí  ni  un  momento. 
Jack  Pero  Mariposa... 

Har.  Mi  hija  no  será  nunca  mujer  más  que  de  un 

caballero. 
Jack  Yo... 

Har.  jüsted  no  lo  es!  Salga  de  aquí,  sin  excusa, 

al  instante. 
J4CK  (Dominándose.)  Obedezco...  por  ella. 

Har.  ¡Saloma  usted! 

ToM.  (Fiero.)  ¡Salga  ustedl 

Jack  (se  vnelve  y  le  mirp.)    ¿CÓmO? 

ToM  .  (Trocando  su  fiereza  en  sonrisa,  dice  amable.)  Salsa... 

si  gusta.  Por  aquí,  .  Cuidado  con  el  escalón. 
Jack  Me  echa  usted,  mister  Harrison,  pero...  no 

lo  olvide;  todo  cuanto  haga,  será  inútil. 
(Hace  mutis  por  el  portón  de  la  borda  de  estribor, 
derecha.) 


ESCENA   Xíll 

TOMASIN,  H\RR180N  y  HÜRLINGHAN.  Eu  seguida  MARIPOSA 
HuR.  (Viéndole.  Contentísimo.)  Se  Va.  .  Se  Va...  ¡Se  fué 

ToM.  Pero  me  parece  que  ¡leva   billete  de  vuelta. 

Mar.  (saliendo  por  el  primer  puente  izquierda.)  ¿Qlé  OCU- 

rreV  Oi  ^ritos... 
H^R.  Hija  mía;  Jack  estaba  en  el  barco. 

Mar  .  (Entre  extrañada  y  alegre.")  ¿Jack  aqUÍ?  ¿En  el  yotf 


Har.  Pero  no  temas;  acabo  de  arrojarle  de  él.  No 

volverá  a  molestarte.    Vamos,  Hurlioghan. 

(Mutis  con  Hurlinghan  izquierda.) 
TOM.  (Acercándose    a    Mariposa.)    Le    advíertO    a  UStcd 

que  yo  creo  que  vuelve.  (muUs.) 


ESCENA  XIV 

MARIPOSA,  a  poco  JACK 

Mar.  Cumplió  su  promesa...  No  me  ha  olvidado. 

JaCK  (Asomando  por  el  portón.)  MaripOSa. 

Mar.  Jack...  ¿Cómo?  ¿Usted  aquíV 

-Jack  Hoy  es  el  último  día  de  Mayo.  Vengo  a  cum- 

plir mi  promesa. 

Mar  ¿Qué  quiere  usted  de  mí? 

Jack  Llevarte  a  mis  montañas. 

Mar.  (con  energía.)  ¿Y  SÍ  me  negase  a  seguir  a  un 

hombre  que  se  ha  valido  de  una  traición 
para  hacerme  su  mujer? 

Jack  Mi  cariño  te  rendiría.  Toda  mi  voluntad  te 

desea...  Nadie  te  ha  amado  como  Jack.  (Ha 

subido  dos  escalones  y  se  inclina  sobre  la  barandilla.) 

Mar.  ¡Jack!  ¡Un  cowboy,  un  desdichado,  un  vaga- 

bundo que  destruye  la  felicidad  de  una  mu- 
jer...  tal  vez  solo  por  su  dinero! 

Jack  ¡No,  Mariposa!  No  necesito  el  dinero  de  tu 

padre.  ¡Eres  tú,  sólo  tú! 

Mar  ¿y  no  pregunta  usted  si  le  quiero,  si  podré 

quererle  un  día? 

Jack  Lo  sé  ya. 

Mar.  ¡Sí!  Sabe  usted   que  le  odio,  porque  ha  des- 

trozado mi  vida,  porque  no  tiene  usted  com- 
pasión de  mí. 

Jack  (Mirándola  largo  rato  a  los  ojos,  con  emoción.  Maripo- 

sa le  mira  vagamente.)  Yo  80y  Un  pobre  COWboy, 

un  desdichado,  un  vagabundo...  Tú  la  reina 
de  la  moda  que  brilla  en  sociedad...  Y  sin 
embargo,  Mariposa,  a  pesar  de  que  temes 
ncii  cariño,  me  quieres.  ¡Ya  ves  si  es  capri- 
choso el  amor! 
Mar.  ¿y  qué  prueba  lo  oue  usted  dice?  (subyugada. 

El  la  CJge  una  mano.  Ella  cede  vencida.) 

Jack  Mi  anillo...  Aún  le  conservas...   No  te  has 

olvidado  de  mí. 


—  68  — 

Cantado 

I 

Mar.  Mayo  floreció,  rosas  nos  brindó 

con  su  primavera. 
Jack  ¡Qué  alegre  es  vivirl 

¡í¿í,  el  amor  llegó 

a  quien  le  espera! 
Mar.  Tocio  en  flor  está, 

y  nos  mecerá 

perfumarla  brisa. 

Todo  tiene  color  rosa... 
Jack  Es  tu  cara.  Mariposa. 

Yo  sufrí... 
y  e?perand(j  nuestro  amor  viví. 
Mar.  Ven  pronto  liacia  mis  brazos,  ven, 

no  me  dt- jes  ya  más. 

Mi  único  apoyo  tú  serás 

en  erte  despertar  de  flores. 

No  sufras  más  por  mi  querer, 

la  pena  se  alejó. 

Hoy  mi  alma  entera  de  mujer 

su  sueño  realizó. 

II 

•Tacíc  Acabó  el  dolor  y  nació  el  amor 

que  nos  da  alegría. 
Mar.  Despertó  el  amor  y  alejó  el  dolor 

con  su  poe-ía. 
Jack  Primavera  fué  quien  te  trajo  a  mí 

al  nacer  las  flores. 
Tu  mirar  retrata  al  cielo... 
Mak.  Es  que  amor  descorre  el  velo... 

V'o  t^ufrí... 
al  vivir  soñando  siempre  en  ti. 
Jack  Ven  pronto  hacia  mis  brazos,  ven, 

no  te  alejes  ya  más. 

Mi  hada  divina  tú  serás 

en  este  despertar  de  amores. 

No  sufro  más  por  tu  querer, 

la  pena  ya  pasó. 

Hoy  cuanto  pude  padecer 

al  verte  se  alejó. 


-  69  -- 


Recitado 


(La  orquesta  repite  el  motivo  del  dúo  del  primer  acto  ) 

Jack  Ahora...  adiós. 

Mar.  ¿Te  vas? 

Jack  Para  volver. 

Mar  Imposible.  No  te  dejarán. 

Jack  ¡Sí!  Hasta  pronto,  Mariposa. 

Cantado 

Los  DOS  Sus  b°8os  con  tal  de  sentir 

no  nae  importa  después  morir. 

(jack  ha  hecho  rantis  por  la  borda  de  la  derecha.  Ma- 
riposa ha  subido  al  primer  puente  y  hace  mutis  con  la 
nota  fiual.) 


ESCENA  XVI 

HÜRLINGHAN  y  KETTY,  por  la  derecha.    El  de  frac,  ella  de  soirée 

Hablado 

HuR.  Venga  usted  por  aquí,  Ketty. 

Ketíy  ¿Pero,  lord,  está  usted  seguro  de  que  va  a 
celebrarle  la  fiesta? 

HuR.  Harrison  es  hombre  de  palabra.  Lo  del  cow- 

boy fué  un  incidente  ya  resuelto.  Le  echamos 
de  aquí  de  mala  manera... 

Kettv         ¿y  Tomasín? 

HüR.  Desesperado,  buscando  algún  medio  de  des- 

hacerse de  su  esposa. 

Ketty  ¡Pobreciilol  Tiene  razón.  Eso  no  fué  un  ca- 
samiento, sino  un  luto  riguroso. 

ESCENA  XVII 

DICHOS  y  TOMASIN,  por  la  izquierda.  Viene  loco  de  alegría 

ToM.  ¡Ketty!  ¡Lord!    ¡Un   abrazo!    ¡Dos    abrazos!: 

¡Acabo  de  comprobarlo!  Soy  feliz. 
Ketíy         ¿Qué  le  ocurre? 


—  60 


TOM. 
HUR. 

ToM. 


Ketty 

ToM. 
Ketty 

TuM. 

HuR. 
Ketty 


¡Que  mi  mujer  me  la  pega!  ¡Que  me  engaña! 
¡Qué  alegría! 
¿Y  quien  ee  el  héroe? 

Un  fogonero.  Les  acabo  de  sorprender  abra- 
zándose en  las  carboneras.  Pancho  también 
los  ha  vi^to. 
¿Y  qué  decía? 
¡Palásan! 

Claro,  pensaba  en  darles  una  paliza. 
Seré  dichoso.  Me  divorciaré,  se  divorciarán 
ustedes,  nos  casaremos  Ketty  y  yo. 
Ko  hay  nada  como  la  luna  de  miel. 
El  matrimonio  es  nuestro  porvenir. 


Música 

I 

Recibir  la  bendición... 

Ketty 

HuR. 

y  decir  «amén». 

ToM. 

que  lo  pasen  todos  bien. 

Kktty 

Y  con  precipitación... 

HUR. 

ir  en  auto  al  tren, 

ToM. 

y  en  dos  saltos  al  andén. 

HuR. 

Luego  allí,  montar 

ToM. 

pn  SlepÍ!)g-cars. 

Ketty 

Y  de  agujas  al  salir 

TOM. 

dar  un  beso  a  la  mujer. 

Huk. 

Si  es  que  puede  ser. 

Los  THÉS 

^^o  hay  más  que  decir: 

Ketty 

Cásese. 

ToM . 

Con  una  negra  nunca. 

HuR. 

Cásese. 

Ketty 

Sin  vacilación. 

HuR. 

Sin  discusión. 

Kétty 

Se  lo  aconsejaré. 

Cásese. 

HlIR. 

Que  el  matrimonio  ser  feliz  le  hará, 

Ketty 

Y  junto  a  su  espofa 

todo  rosa 

le  parecerá. 

ToM. 

No,  señor. 

Con  una  negra  cambia  de  color. 

Me  da  en  la  nariz 

que  así  el  amor 

no  me  ha  de  hacer  feliz. 

«.  61  -^ 

Los  TRE3  Matrimonio  encantador, 

ya  te  realicé. 
De  la  vida  es  lo  mejor, 
que  jamás  soñé. 
Si  ha  sentido  amor 
al  punto  cásese. 


II 


KeT  J  Y 

Pero  un  año  ya  pasó. 

HüP. 

El  amor  murió. 

TOM. 

La  ilusión  se  terminó. 

Ket.y 

Y  la  luna  era  de  miei. 

HUK, 

Pero  entre  ella  y  él 

ToM. 

ya  la  luna  se  eclipsó. 

Ketty 

Y  ahora  a  regañar. 

HUR. 

Luego  a  disfrutar, 

ToM. 

y  al  final  a  divorciar. 

KblTTY 

Y  aquel  lazo  que  ató  Dios 

por  culpa  de  dos... 

Los  TRES 

86  ha  de  desatar. 

Ketty 

Cásese. 

Los  DOS 

Verá  usted  co?a  buena. 

Ket  ;  Y 

Cáseee. 

Porque  ha  de  sufrir 

y  ha  de  vivir 

traiada  con  el  pie. 

Los  DOS 

Cásese. 

KSTTY 

Y  al  matrimonio 

ha  de  tener  horror. 

Los  DOS 

Pues  será  su  espasa 

vanidosa 

0  algo  que  es  peor. 

Ketty 

Ya  verá 

si  su  marido  se  la  pegará. 

Los  DOS 

0  al  revés,  peor 

y  aterrador 

el  drama  estallará. 

Los  TRES 

Matrimonio  por  amor 

realizar  soñé, 
y  ahora  ya  me  causa  horror 
porque  me  casé. 
¡Piénselo  mejor 
y  no  se  case  usted! 

(orquesta  sola.  Evolucióa  cómica  y  mutis  por  el  corre- 
dor de  la  izquierda.) 


—  62  - 


ESCENA  ULTIMA 

MARIPOSA,    El    CAPITÁN,    SEÑORITAS    y    GUARDIAS    MARINAS 
por  parejas.  KETTY,  OFICIALES  y  eucesivamente   todos    los  perso- 
najes ilel  acto 

Hablado 

Caf.  (Por  la  derecha.)  Miss  Mariposa,  ¿puede  co- 

menzar la  fiesia? 
Mar.  ¡Oh,  eí:  Hoy  es  día  de  eetar  todos  alegres. 

(Mutis  Capitán  al  segundo  puente.  Da  una  orden  con 
el  silbato  de  señales.  Se  ha  hecho  de  noche.  Ilumina- 
ción  fantástica  en  todo  el  bsrco.) 

DcLLV         (a  Mariposa)  Amiga  mía,  mi  enhorabuena... 

Fanny  Mi  felicitación... 

Kthel         Es  una  verdadera  novela. 

KeTTY  (Del  brazo  de  un  Guardia  Marina.)    Hoy  eStOy  de- 

.     cidida  a  no  perder  ni  un  número.  Concedo 
a  usted  mi  vais  número  veintitrés. 


Música 

Mar.  (a  las  muchachas  que  la  rodean.) 

Gracias  os  doy.  Viéndoos  aquí 

soy  muy  feliz  hoy. 
Al  fin  olvido  mi  pena. 

KeTTY  (Rodeada  de  Oficiales  y  Guardias  Marinas.) 

Yo  bailaré  y  al  terminar 

quiero  t(jmar  te, 
port^ue  me  asusta  la  cena. 

Mar.  (Va  al  lado  de  Kctty.) 

Frcnto  vendrá  Jack, 
y  en  sus  brazos  oiré  la  canción 
de  su  pasión. 

KeTTY  (a  Mariposa.) 

Olvídale  ya 
que  su  amor  sueño  fué 
y  él  también  te  olvidará. 

Mar.  ;0h!...  Si  Jack  viniese 

yo  con  él  bailaré. 

XvTTY  Ya  lo  sé, 

mas  no  vendrá, 

que  tu  padre  lo  prohibió. 


—  63  -^ 

Mar.  Hoy  vendrá  Jack  aquí. 

Audaz  es  y  lo  hará  por  mí. 
Kettv  Audaz  es  y  lo  hará  por  ti. 

Muchachas  i    (Bailan  por  parejas.) 

Oficiales     i       Suena  anrioroso 

con  su  ritmo  de  besos  el  vals 

encantador. 
Sobre  las  olas  plateado  fulgor 
tiene  la  luz  de  la  luna. 

Fiesta  de  amores 
misteriosa  y  extraña  emoción 

le  pre>ta  el  mar. 

Entre  risas  y  flores 

yo  quisiera  bailar 

y  ver  el  día  llegar... 

(Han  ido  entrando  Oficiales  de  Marina,    el  jefe    de    la 
Comandancia  y  su  j^yudante.    El    Capitán  les  recibe  y 
saluda  en  el  primer  puente.    Las  parejas  dejan  de  bai- 
lar al  entrar  Jack  por  el  portón  de  la  derecha  ) 
Jack  (Elegantemente  vestido  de  frac,  aire    distinguido  y  fd- 

ciies   maneras.)   Muy  buenas   noches...   A  los 
pies  de  u.-tedes,  señoritas. 
Ketty         Si  parece  otro. 

JaCK  (Cantado.) 

Perdonen  tcdos,  me  he  retrasado, 
pero  es  que  a  tiempo  no  fui  avisado. 

(Basándole  la  mano.) 

Miss  Mariposa. 

Mar.  (Aparte.) 

Así  en  mis  sueños  yo  le  vi. 
Mis  ilusiones  conseguí. 
Jack  (a  todos.) 

Despierto  del  sueño 

de  mi  soledad. 

Contadme  noticias 

de  gran  sociedad. 

(Le  rodean  Muchachas,  Oficiales,  etc.,  y  cantan.) 

Ellas  El  tennis  sigue  igual. 

La  moda  es  el  sport. 
Ellos  Las  jacas  inglesas 

son  preferidas. 
Ellas  Mister  French  y  la  hija  de  Morgan 

en  Septiembre  se  casarán. 
Ellos  Tenemos  en  New  York 

un  nuevo  boxeador. 


—  6*    -     . 

Le  aplauden  las  damas 

más  distinguidas. 
Ellas  Rosevelt  se  hace  ahora  aviador. 

Ellos  Y  Caruso  es  nue-tro  tenor. 

Jack  Yo  vuelvo  de  la  pradera. 

Mar.  y  ansioso  mi  amor  te  espera. 

KkTTY  (Aparte.) 

¡Qué  extraña  transformación! 
Todos  Tiene  maneras  y  distinción. 

Unos  a  otros  (Aparte.) 

Yo  quiero  recordar. 

¿Quién  puede  ser? 
¡Es  Fletowl 
Jack  El  mundo  recorrí, 

las  modas  olvidé. 

Decidme  si  falto 

a  la  etiqueta. 
Yo  sabré  con  gran  aplicación 
imitar  vuestra  distinción. 

Tres  años  solo  allí 

luchando  yo  pasé 

y  no  he  de  contaros 

mi  vida  inquieta, 
pues  volví,  del  sueño  desperté 
y  las  modas  recordaré. 

Mar.  (Aparte.) 

Mi  sueño  se  ha  realizado. 

KeTI  y  (Aparte.) 

Hoy  viene  domesticado. 
Jack  Ansioso  estoy  de  bailar. 

Todos  Ya  nuestra  fiesta 

debe  empezar. 

(Se  disponen  a  bailar  por  parejas  Jack  ofrece  el  brazo 
a  Mariposa.  Los  demás  bailan.  Quedan  en  primer  tér- 
imino  Jack  y  Mariposa.  Ella  cauta  ) 

Mar.  Un  tiempo  te  temía 

huyéndote  asustada. 
Un  tiempo  tuve  miedo  de  tu  amor. 

No  sé  lo  que  veía 

brillar  en  tu  mirada 
que  me  faltaba  todo  mi  valor. 

Pero  ahora  ante  tus  ojos 

se  acaban  mis  temorep, 
porque  acariciadores  al  mirar 

un  dulce  amor  imploran 

y  dicen  que  me  adoran, 


—  66  ^ 

y  al  verlos  puedo  yo  soñar 
y  amando  nunca  despertar. 

JaCK  (Apasionado.  Bailan.) 

Ven  a  mí — sin  temor, 
dulce  amor. 

Mucho  tiempo  te  aguardé 

y  adorarte  yo  sabré. 
Los  DOS  Llega  ya 

la  divina  emoción. 

Luz  de  ensueño  brillará 

en  nuestro  corazón. 
Todos  Ven  a  mí — sin  temor, 

dulce  amor. 

Mucho  tiempo  te  aguardé 

y  adorarte  yo  sabré. 
Los  DOS  Llega  ya 

la  divina  emoción. 

Luz  de  ensueño  brillará 

en  nuestro  corazón. 

(Aparecen  en  el  primer  puente,  bajando  en  seguida  a 
escena,  Harrison,  Jim-Bell  y  Hurlinghan.  Las  párela» 
dejan  de  bailar  al  oir  al  primero.) 

Recitado 

Har.  Un  momento,  (a  jack.)  Acaba  de  decirme 

quien  te  conoce  que  eres  Jack  Fletow. 

Jim  y  como  el  acta  de  tu   boda  está  extendida 

con  nombre  supuesto,  es  nula. 

Jack  ¡Bandido!  (a  Jim.    Amenazador.  Le  contienen.) 

Mar.  ¿Jack,  es  cierto  lo  que  diceu? 

Jack  8í.  Lo  es.  Soy  el  hijo  de  Fletow.  (a  Harrison.) 

El  hombre  a  quien  robaste  su  fortuna,  Ha- 
rrison. 

Har.  ¡Mientes! 

Jack  ¡No!   x^l  morir  mi  padre,  arruinado  y  venci- 

do, huí  a  las  praderas  y  allí  me  llevó  la  ca- 
sualidad una  venganza:  Tu  hija. 

Har.  No  te  la  llevarás.  No  tienes  der<^cho. 

Jack  Tengo  su  amor.  Me  seguirá.  ¿No  es  cierto, 

Mariposa?...  (Mariposa  calla.)  ¿CÓmO?  ¿No  COn- 

testas? 

Mar.  (Dominada  por  la  amargura.)    Tu    amor   era    SÓlo 

una  venganza.  ¡Me  has  mentido,  Jack! 


-  ee  — 


Cantado 


JaCK  (Con  gran  emoción  y  ternura.) 

No  fué  por  venganza  el  sentir  amor. 

Te  juro  que  nunca  mentí. 

Te  amé  con  un  loco  ardor 

y  ahora  diera  por  ti 

cien  vidas  que  tuviera. 
Todos  No  fué  por  venganza  el  sentir  amor, 

que  Jack  es  un  hombre  de  honor. 
Jack  Pasado  feliz. .  No...  te  olvidaré. 

Todos  Dichosos  podéis  aun  ser. 

KeTTY  (Acercándose  a  Mariposa.    Los    demás  «e    reúnen    co- 

mentando.) 

Quiérele,  hazme  caso  sólo  a  mí. 
Su  amor  sincero  yo  advertí. 
Quiérele,  cuanto  dic-e  es  la  verdad, 
o  perderás  la  felicidad. 

Muchachas  (ídem  a  Mariposa.) 

Quiérele,  porque  es  un  muchacho  chic. 
Su  amor  sincero  yo  advertí. 


Recitado 

Jack  Mariposa...  ¿Qué  contestas?  (con  ansiedad.) 

Har.  ( ^  Mariposa.)  Yo  puedo  demostrar  que  su  acu- 

sación es  falsa,  v  lo  probaré. 

Mar.  (con  decisión.)  ¡Sea!  (a  su  padre.)  Si  logras  pro- 

barlo, no  mn  caparé  jamáe  con  este  hombre. 

Jack  (suplicante.)  ¡Mariposa! 

Mar.  Olvide  cuento  le  he  dicho.  Por  venganza  me 

amó  usted;  por  venganza  dejo  yo  de  que- 
rerle. 

Cantado 

Jack  Entonces  era 

todo  fingido, 
y  a  mi  pradera 
vuelvo  vencido. 

(Con  gran  pena.) 

Vuelvo  a  sufrir... 


—  67  — 

Vuelvo  a  luchar... 
Aquel  amor 
voy  a  recordar. 

(A  los  otros  con  sarcasmo  y   reprimiendo  bq  dolor.) 

Contad  esta  historia 
de  lo  que  sufrí. 
¡Con  risas  y  burlas 
véngaos  de  mí! 

Contad  que  una  mujer, 

modelo  de  candor, 

a  un  hombre  sincero 

mintió  su  amor. 

Locura  fué,  fiar  en  su  bondad 

y  soñar  la  felicidad. 

La  hermosa  se  buríó 

de  aquel  amor  cruel. 
Coqueta  no  tuvo  piedad  para  él. 
Hablad,  reid,  burlaos  sin  cesar 
de  un  pobre  hombre  que  quiso  amar. 

(Con  sincero  doloi.) 

No  importa  si  fué  mi  vida, 
si  el  alma  me  llevo  herida... 
¡La  historia  desmenuzad 
entre  los  cuentos  de  sociedad! 

(sostiene  la  nota  brillantemente.  Mutis.  Sale  por  el 
portón  de  la  derecha.  Le  sigue  un  marinero.  Mariposa 
va  a  detenerle  con  un  ademán,  pero  cae  sollozando  en 
brazos  de  Harrison.  Las  muchachas  se  colocan  en  fila 
en  el  centro  de  la  escena.  Los  Guardias  marinas  se 
acercan  a  las  muchachas  y  les  cantan  pianísimo,  al 
oído.) 

Música 

GüAPDiAS  Marinas 

Guardia  Marina— conquistador 

yo  no  he  de  creer  nada  de  tu  amor, 

ei  embarcado  vas — y  tardas  más  de  un  mes 

te  encontrarás — dos  novios  o  tres. 

Hablado 

(Pausa.  Harrison  grita  desde  el  primer  puente.) 

Har.  ¡Señores!  ¡Siga  la  fiesta! 


—  68  — 

(Fuerte  en  la  orquesta.  Los  d^  escena  bailan  animada- 
mente. En  el  puente  los  marineros  sostienen  farolas 
fantásticas.  Cada  una  de  .ellas  es  una  letra  y  en  las 
echo  seguidas  se  lee  «Mariposa».  Efecto  de  luz  en  el 
barco  empavesado  de  farolillos  de  colores.  Fuerte  en  la 
orquesta.  Telen.) 


FIN  DEL  ACTO  SKGDNDO 


ACTO  TERCERO 


DecorAción:  Saloncito  muy  lujoso  eu  el  palacio  del  millonario  Mis- 
ter  Harrison,  en  San  Francisco  de  California.  Dos  puertas  latera- 
les, practicables  a  derecha  e  izquierda.  Al  foro,  en  diagonal,  am- 
plia cristalería  de  gasa  transparente,  con  ricos  stores  de  encaje, 
algunos  de  ellos  levantados  para  que  permitan  ver  una  galería  y 
heimoso  jardín  por  el  cual  cruzan  los  personajes  que  han  de  en 
trar  en  escena  en  algunos  momentos.  En  el  saloncito,  mesita  con 
dos  sillas,  sofás  con  almohadones  y  en  la  izquierda  una  bastone- 
ra, o  por  mejor  decir  un  cajón  florero  destinado  a  llenarse  de 
plantas  de  adorno  y  que  sin  embargo  estará  vacío.  Es^^^e  cajón 
permitirá,  por  su  anchura  y  profundidad,  que  un  actor  vestido  de 
etiqueta  pueda  colocarse  dentro  de  él,  ocultando  las  piernas  has- 
ta la  altura  de  las  corvas.  Su  objeto  es,  que  al  ponerse  de  pie, 
dentro  de  él  vestido  de  frac,  haciendo  pasar  el  cuello  de  la  pren- 
da sobre  su  cabeza,  pueda  parecer,  por  ilusión  óptica,  un  frac 
colgado  de  una  percha,  para  lo  cual  encima  del  cajón  florero,  irá 
a  la  altura  conveniente  un  adorno  de  metal  o  candelabro  que  si- 
mule ser  la  percha. 

El  estilo  de  la  decoración,  inglés  o  imperio  moderno.  Los  mue- 
bles, elegantes;  los  colores  de  las  paredes,  así  como  la  alfombra 
en  tono  pálido. 

Luz  eléctrica  sin  aparatos,  pendientes  del  techo,  sino  en  el  fri- 
so de  las  paredes. 

En  los  teatros  donde  no  se  disponga  de  decorado  especial, 
sustituyase  el  descripto  por  un  *Hall»  de  lujoso  aspecto  o  algo 
«emejante. 


—  70  -« 
ESCENA  PRIMERA 

T0MA8ÍN,  HURLINGHAN  y  MR.  HARRISON 

Música  dentroi  pianísimo 

ToM.  La  fiesta  es  hermosa. 

HuR.  ¿Está  usted  contento,  mister  Harrison? 

Har.  ¿a  qué  negarlo?  Mi  hija  demostró  que  tiene 

mi  sangre  al  rechazar  indignada  la  calum- 
nia de  Jack.  Sin  embargo,  yo  creo  que  Ma- 
riposa aún  duda  de  mí... 

HuR.  jimposible! 

Har  .  Yo  toy  hombre  que  no  dice  una  cosa  sin  te- 

ner a  convicción  absoluta  de  ella.  Mi  hija 
me  cree  un  estafador. 

HuR.  K'so  es  calumnioso. 

Har.  (Sencillamente.)  ¡81!  Mi  soclo  Fletow,  cuando 

nuestros  asuntos  tuvieron  un  momento  di- 
fícil, se  dejó  dominar  por  el  pesimismo  y 
huyó  para  no  presenciar  nuestra  ruina. 

HuR.  ¿Murió  del  pesar,  según  dicen? 

Har.  Era  un  hombre  falto  de  serenidad.    Yo  en 

cambio  luché  sin  descanso  para  tomar  el 
desquite.  Fué  un  combate  con  los  millones 
que  huían.  Yo  supe  detenerlos  con  mano 
firme,  vencí,  y  de  nuevo  el  oro  volvió  a  mis 
cajas  dócilmente. 

Hur  .  Le  felicito,  mister. 

Har.  Era   mi   deber.  Volví  a  ser   rico,   busqué 

a  mi  socio  y  al  saber  su  muerte,  al  hijo; 
pero  ambos  ¡-e  fueron  de  California  cam- 
biando de  nombre,  y  no  pude  averiguar  su 
paradero.  Entonces  deposité  en  casa  del  no- 
tario Mac-Donald  la  mitad  de  la  fortuna 
rescatada;  dos  millones. 

HüR.  Y  el  notario... 

Har  .  La  conserva  a  dipposición  de  quien  demues- 

tre ser  su  dueño.  Hoy  le  he  citado  aquí 
para  que  se  aviste  con  Jack.  Todo  se  pon- 
drá en  claro.  Mi  hija  cumplirá  su  palabra 
y  se  casará  con  usted. 

HuR.  ¡Oh,  mister! 

Har.  Hágala  feliz,  al  menos. 


TOM. 
HüR. 


—  71  — 

(Alegre.)  ¿Pero  86   divorcia   usted  por  fin, 

lord? 

Ketty  y  yo  nos  separaremos  amistosamente. 

Ella  está  de  acuerdo  ya... 


ESCENA  II 

DICHOS  y  KETTY.  Ha  escuchado 

Ketiy         (saliendo.)  ¿Está  usted  seguro,  lord? 

Hdr.  Usted  misma  lo  ha  dicho... 

Ketty  Es  usted  noble,  es  usted  rico,  es  usted  un 
marido  que...  no  molesta.  Yo  temo  el  escán- 
dalo. 

ToM.  ¡Ketty!  (Recriminándola.) 

Har.  Terminen  ustedes  sus  negocios.  Yo  voy  a 

los  salones.  Mi  hija,  los  invitados  y  la  fiesta 
me  reclaman...  Buenas  noches.  (Mutis  foro  de- 
recha..) 


ESCENA  III 


HüR. 

Ketty 

TüM. 


Ketty 


ToM. 
Ketty 


Los  DOS 


TOMASIN,  HÜRLINGHAN  y  KETTY 

¿De  modo  que  no  acepta  usted  el  divorcio? 
^,De  modo  que  renuncia  usted  a  mi  mano? 
¿De  modo  que  yo  estoy  aquí  de  más? 

Música 

Quiero  disfrutar  de  nuestra  gran  posición 

y  ser  la  gran  señora, 
que  digan  de  mí,  cuando  atraviese  el  salón: 
«¡Qué  bella  es!»  «¡Qué  distinciónl» 
Mucha  libertad  para  gozar  y  reir 
y  disfrutar  del  placer. 
Y  un  marido... 

¡Me  ha  partido! 

Que  me  sepa  comprender. 

De  mi  esposo  el  corazón 

dejaré  en  completa  libertad 

y  le  haré  por  fin... 

(imponiéndola  silencio.)  ¡ChltÓu! 

¡No  hay  necesidad! 


—  72  • 


Ketty 


HUR 


TOM. 

HuR. 


Los  DOS 


Ketty 


De  su  esposo  el  corazón 
dejará  en  completa  libertad 
y  le  hará  por  fin... 
(ídem.)  ¡Chitón! 

;No  hay  necesidad! 

II 

Yo  no  he  de  sufrir  que  mi  mujer  sin  cesar 

brille  por  los  salones. 
Ni  he  de  consentir  que  no  haga  más  que 

[bailar, 
¡y  flirtear  no  hay  que  decir! 
Y  si  mi  mujer,  sin  reparar  en  su  honor 
falta  al  sagrado  deber, 
me  pondría... 

¡Diga  pronto! 
Como  pueden  comprender. 
De  mi  esposa  el  corazón 
dejaré  en  completa  libertad, 
pero  si  ella  es  un... 

•Chitón! 
¡No  hay  necesidad! 
De  su  esposa,  etc.. 

¡Chitón! 
¡No  hay  necesidad! 

(Evolución.  El  lord  se  va  saludando    Irónico.    Ketty  y 
Tomasín  quedan  sentados  en  el  sofá.) 


ESCENA  IV 

KETTY  y  TOMASÍN.  A  poco  un  CRIADO.  Al  final  PANCHO  MÉNDEZ 


Hablado 

ToM.  (Dramático.)  ¡Ketty!  Su  conducta,  no  querien- 

do al  lord,  es  inexplicable. 

Ketty  Tomasin,  yo  sólo  he  querido  a  un  hombre, 
y  ese  hombre  se  casó,  (coqueta.) 

ToM.  Se  casó,  si  es  que  a  casarse  así  se  le  puede 

llamar  boda,  pero  sigue  adorándola  y  se 
juega  la  vida  cada  vez  que  se  lo  dice,  por- 
que tiene  un  cuñado  más  peligroso  que  una 
mina  notante,  y  que  si  le  coge  a  los  pies  de 
usted,  no  repara  en  fórmulas  de  cortesía. 


z  - 


Ketty 

TOxM. 


Ketty 
Criado 

TOM. 
CRIADO 

Pancho 
ToM. 


Xetty 

TOM. 

Pancho 


Ketty 
Pancho 
Ketty 
Pancho 


ToM. 

Ketty 

Pancho 

Kkity 

Pancho 

ToM. 
Pancho 

Ketty 
Pancho 


Ketty 


¿Tan  fiera  esr 

Ayer  entró  en  el  jardín  zoológico  y  hasta 
las  hienas  al  verle  palidecieron.  [Pero  no 
importa!  A  su  fiereza  opondré  mi  serenidad, 
y  si  nos  sorprende  un  día,  me  verá  impávi- 
do, esperarle  sin  moverme,  sin  huir,  sin  te- 
mor... 
¡Bravo! 

(poi  la  segunda  izquierda.)  Un  Caballero  pregun- 
ta por  usted.  Viene  agitado,  nervioso. 
¿Ha  dicho  su  nombre? 
Don  Pancho  Méndez. 
(Dentro.)  ¿Pero  dóüde  está? 
¡El!  jSa  voz!  (a.  Ketty.)  ¡Ni  un  gesto!  ¡Ni  una 
palabra!  Sonría  usted  o  estamos  perdidos. 

I^Mete  los  pies  ea  el  porta  macetas.  Cuelga  el  cuello 
del  frac  en  el  candelabro  y  esconde  las  manos  en  las 
mangas,  de  modo  que  parece  un  frac  colgado  en  una 
percha.) 

¿Pero  no  iba  usted  a  esperarle  impávido, 
sin  moverse? 

Y  ya  verá  usted  si  me  estoy  quieto. 

(Entrando  por  segunda  izquierda.  Viste  de  etiqueta, 
pero  el  frac  se  ve  que  ao  es  suyo.  Y  los  pantalones 
son    los    mismos    de    mejicano.)    BuenaS    nOches, 

niña. 

¿Busca  usted  a  su  cuñado? 

81. 

¿Algún  asunto  urgente? 

¡Mucho!  Vamos  a  ver.  ¿Tengo  yo  cara  de 

que  nadie  se  ría  de  mí  con  esta  cara,  este 

bigote  y  estos  ojos? 

(Aparte.)  Viene  descriptivo. 

No,  señor. 

Pues  S8  ríen...  Se  ríen  a^í,  ¡ja,  ja,  ja! 

Hacen  mal,  porque  usted... 

Yo  no  tolero  risas...  Soy  de  Méjico,  y  soy 

un  tirador  que  tiene  cuatro  copas. 

(Aparte.)  De  más.  Ya  se  conoce. 

Y  para  desmostrárselo...  ¿Ve  usted  aquella 

prenda  colgada?  (señalando  a  Tomasin.) 

Sí,  señor,  la  veo  y  no  la  veo. 
Pues  le  voy  a  meter  una  bala  entre  la  cos- 
tura del  faldón,  (saca  un  revólver.)  Ahora  verá 
usted. 

(Deteniéndole.)  No,  hombre,  UO. 


—  74  — 

ToM.  ¡No!  ¡Méndezl  ¡Méndez!  (saliendo.) 

Pancho       ¡Sinsonte!  ¿Qué  hasía  ahí  noetido? 

ToM.  Verá  usted,  Pancho.   Me  quité  el  frac  para 

limpiarlo...  Una  cuanchita... 
Pancho       ¿^  para  qué  se  naete  dentro? 
TüM.  Porque  Ja  mancha  estaba  en  el  forro.  ¿Y  a 

usted,  qué  le  trae  por  aquí? 
Pancho       Un  asunto  de  honor.   ¡Pura,  mi  hermana,, 

ha  resibido  veintitrés  cartas  de  declarasión. 
ToM.  Veinticuatro. 

Pancho       ¡Veintitrés! 

ToM.  (Aparte.)  Se  ha  perdido  una.  (aUo,   fingiendo  In- 

dignación.) ¿Conque  esas  tenemos?  ¿Conque 
Pura?...  Y  usted,  en  vista  de  eso,  habrá  di- 
cho: «Esta  mujer  (jue  mancha  mi  honor, 
debe  morir,  debe...» 

Pancho  No,  señor.  Yo  he  dicho  que  es  usted  un  sin- 
vergüensa. 

ToM.  'Aparte.)  ¡Caray!  ¿Cómo  habrá  adivinado?... 

Pancho  Porque  a  una  mujer  que  resibe  veintitrés 
cartas  amorosas,  no  se  la  despresia  como 
usted  lo  base  con  su  mujer.  ¡Canario! 

Ketty         (Aparte.)  Graciosísimo. 

ToM.  (Aparte  )  De  modo  que  lo  único  que  consiga 

con  la  estratagema  es  que  mi  mujer  se  pon 
ga  tonta. 

Pancho  ¿ueno,  ¿y  qué  piensa  usted  hacer  de  las 
cartas? 

ToM.  Desirle  a  Pura  que  no  las  conteste,  porque 

me  arruina  en  sellos. 

Pancho  No^  señor.  Usted  no  hace  nada,  porque  ya 
ha  quedado  como  un  cabailpro...  Como  un 
valiente...  Como  quedan  ¡rit-inpre  todos  los 
de  mi  familia...  ¿Ha  buscado  usted  a  los  fir- 
mantes? 

ToM.  ¿Sí? 

Pancho  ¿Les  ha  escrito  usted  otras  tantas  carta» 
nombrando  padrinos? 

Ketty         ¿Eh?  j  ,        ^   ^^  .       >. 

ryt  ,  Y   .^   >  (^Asombradlsimotí.j 

Pancho       Y  se  bate  usted  con  ellos,  uno  tras  otro,  al 

amanecer. 
ToM.  ¿Que  me  bato  yo? 

Pancho       Todo  está  arreglado. 
Ketty  ¡Veintitréd  duelosl 

ToM ,  ¡Pero,  Pancho,  eso  es  más  grave  que  la  ba- 


^  75  - 

talla  de  Port  Arthnr!  ¡Que  yo  no  me  he  me- 

tido  en  nada! 
Pancho       Lo  he  hecho  yo  en  su  nombre.  Para  eso  es 

de  mi  familia. 
ToM.  (Aparte.)  Después  de  todo,  como  las  carta» 

las  he  escrito  yo,  aunque  los  nombres  son 

de   personas  conocidas,  estas  no  se  batirán. 

A  este  Pancho  lo  mejor  es  achicarle,  (auo.) 

Pues,  sí,  señor,  iré  al  duelo.  ¡No  faltaba 

más! 


ESCENA  V 


DICHOS.  HABRISON  y  HÜRLINGHAN,  foro  derecha 


HuR.  Tomasín,  nos  ha  sorprendido  el  aviso  de 

Pancho,  nombrándonos  padrinos  de  su  due- 
lo, pero  como  usted  es  un  valiente,  Harrisorr 
y  yo  aceptamos. 

ToM.  Gracias,  lord.  A  este  Pancho  hay  que  achi- 

carle. (Alto.)  ¡Pche!  Lo  del  duelo  no  tiene- 
importancia. 

HuR.  (Aparte  a  Harrison.)  Siga  usted  la  broma. 

Har.  Es  un  duelo  completamente  yankee.  Se  ne- 

cesita gran  valor. 

Ketty  ¿Pero  de  verdad  se  bate  usted,  Tomasín? 

ToM.  ¡Sí,  señora!   Y  mataré  a  todos  mis  adversa- 

rios. ¡Sinsonte!  ¡Pues  no  faltaba  más! 

Música 

Todos  Es  un  duelo  sorprendente, 

digno  sólo  de  un  Barnum. 
ToM.  El  luchar  con  tanta  gente 

para  mí  es  un  pim,  pam,  pum. 
Todos  Me  entusiasma  por  ?u  arrojo, 

¡qué  valor  tan  colosal! 
ToM.  Natural.  Natural. 

Soy  un  hombre  excepcional. 
Todos  ¡Ah!  (Adjiirados.) 

Ketiy  No,  por  Dios.  Es  una  locura, 

y  me  llena  de  amargura. 
ToM.  No  hay  temor,  porque  mi  valor 

es  asombro  de  New  York. 

Veintitrés  de  un  revés 


—  76  — 

con  mi  espada  he  de  rendir. 
Y  después,  ya  a  mis  pie=!, 
¡caballeros,  a  morir! 
Soy  de  miel,  pero  aquel 
que  rebaje  mi  laurel, 
¡pobre  de  él,  pues  cruel, 
yo  no  doy  cuartell 

(^Evolación  y  mutis  loa  ciuco  foro  derecha.) 


ESCENA  VI 

JACK,  segundo  izquierda,  ün  CRIADO,  segundo  izquierda. 
En  seguida  MARIPOSA,  foro  derecha 

Hablado 

Jack  Anuncíeme  a  mister  Harrison. 

Ckiado  ¿Su  nombre? 

Jack  jack  Fletow. 

Criado  No  sé  si  podrá  recibirle.  Con  la  fiesta... 

Jack  Me  ha  citado  a  esta  hora. 

Criado  Bien,  señor.  (muUs  segundo  derecha.) 

Mar.  (saliendo  foro  derecha.)  ¡K^^ttyl  ¡Kettyl  ¡Ah!  (Sor- 

prendida  al  ver  a  Jack.)  ¿Üsted  en  esta  CaSa? 
(severa  ) 

Jack  Veo  que  he  sido  poco  oportuno.  Están  uste- 

des de  fiesta. 

Mar.  Mi  padre  celebra  mi  libertad  y  mi  próximo 

enlace. 

Jack  ¿Se  ca-a  usted?  No  me  atrevo  a  felicitarla; 

su  prometido... 

Mar.  Es  un  caballero. 

Jack  Y  cazador  de  dotes.  Muy  valiente,   (irónico.) 

Mar.  Mucho. 

Jack  ¿Y  usted  le  quiere? 

Mar.  (Turbada.)  hfí. 

Jack  (Acercándose.)  ¿Por  qué  miente  usted.  Mari- 

posa? ¿Por  qué  no  vence  su  orgullo  y  me 
escucha? 

Mar.  El  amor  no  perdona.  Mantengo  mi  palabra. 

Si  su  acusación  resulta  cierta,  seré  su  mu- 
jer. Si  es  calumnia  no  la  he  de  perdonar. 

Jack  Mister  Harrison  me  cita  aquí,  quiere  presen- 

tarme ante  el  notario  pruebas  de  su  honra- 
dez para  con  mi  padre. 


—  77  — 

Mar.  Juzgue  usted  con  su  conciencia. 

Jack  Hoy  creo  en  la  lealtad  de  mister  Harrison. 

Mar.  También  yo,  por  depgra...  (na  hablado  en  un 

arranque.  Se  contiene.) 
Jack  (Que  ha  comprendido.  ¡MaiípOSa!... 

Criado  (Entr&ndo  segundo  derecha.)  Señor.  Mister  Harri- 
son le  aguarda  en  su  despacho. 

Jack  Voy  al   momento,  (a  Mariposa )  ¿No  quiera 

usted  escucharme? 

Mar.  Le  esperan,  (seco.) 

Jack  (Suplicante.)  Una  palabra... 

Mar.  Todo  e^tá  dicho. 

(Mutis  foro  derecha.  Jack  saluda,  la  ve  partir  y  hace 
mutis  por  segundo  derecha.  El  Criado  le  deja  paso  r 
hace  mutis  tras  él.) 


ESCENA  VII 

HÜRLINGHAN,    TOMASIN 
HUR.  (saliendo   con  Tomasin  por  el   fcro  derecha.)    Lo  de 

las  cartas  le  ha  fallado,  amigo  Tomasin. 

ToM.  No  importa.  Aún  me  queda  un  medio  de 

conseguir  mi  divorcio  de  Pura. 

Hu!^.  ¿Cuál  es? 

ToM.  Acabar  de  achicar  a  mi  cuñado.  Para  eso  es 

preciso  que  usted  me  ayude,  lord. 

HüR.  ¿Cómo? 

ToM.  Hablando  a  los  amigos  para  que  sigan  la 

broma  de  mi  valor,  como  duelista,  y  finjan 
acobardarse  ante  mis  bravatae.  Pancho,  al 
verlo,  eropezara  a  respetarme  y  accederá  al 
divorcio  por  evitar  una  cuestión. 

HuR.  No  lo  creo,  pero,  en  suma,  ¿cómo  va  usted 

a  conocer  a  los  que  yo  convenza? 

ToM.  Que  se  pongan  en  el  ojal  una  rosa  encar 

nada. 

HüR.  Perfectamente.  Ahora  mismo  voy  a  los  sa- 

lones. Tengo  amigos  y  les  hablaré.  (Mutis.) 

ToM.  Toda  la  vida  le  estaré  agradecido,  lord.  De 

esta  hecha  salgo  de  aquí  con  más  fama  de 
valiente  que  Cid  Rodrigo  de  Vivar. 

(Mutis  lord  por  foro  derecha  y  Tomasin  por  segundo 
izquierda.) 


78  — 


ESCENA  VIII 


MARIPOSA,  INVITADAS,    INVITADOS,  de   soiree  y  etiqueta, 
rodeando  a  Mariposa 


Salen 


Música 

(Este  número  se  canta  como  segunda  yer.) 

Ellas  Tus  salones  son  como  brillantes, 

linda  amiga  mía. 
Ellos         Y  yo  en  ellos  vivo  unos  instantes, 

llenos  de  alegría. 
Todos  Suena  el  One-Step  cadencioso 

norteamericano. 
Otaos  Luego  del  Ragtime  (1)  bullicioso 

el  alegre  son. 
Ellas  Sólo  ya  nos  falta... 

Ellos  Bella  Mariposa. 

Todos  De  tu  voz  hermosa 

oir  una  canción. 
Mar.  ¡Cantaré! 

«La  canción  de  la  rosa»;  escuchad 

y  perdonad... 


Era  una  princesa 
candida  y  hermosa, 
y  C(.rao  era  niña, 
era  caprichosa. 
A  cuantos  veía 
suspirar  por  ella, 
sólo  les  pedía 
la  prii  cesa  aqrjella... 
una  sola  flor 
por  todo  su  amor. 
Yo  quiero  una  rosa, 
que  si  duermo  duerma, 
y  que  mustia  quede 
cuando  yo  esté  enferma; 
que  tiemble  si  tiemblo 


(l)      Pronúnciese  «Regtaim». 


-,  79  - 

sobre  el  pecho  mío, 
y  8i  lloro  tenga 
gotas  de  rocío. 
Una  sola  flor 
quiero  por  mi  amor. 

Estribillo 


Caballero...  Caballero, 
una  flor  tan  solo  quiero. 
Ha  de  ser  rosa  encarnada, 
cuando  yo  &ienta  rubor, 
y  blanca,  si  enamorada 
lloro  penas  del  amor. 
Todos  Caballero...  Caballero,  etc. 

II 

Mar.  Mil  adoradores 

la  rosa  buscaban, 
pero  entre  las  flores 
nunca  "la  encontraban. 
Sólo  un  caballero 
-  una  rosa,  un  día 
trajo  a  la  princesa, 
como  ella  quería. 
Una  linda  flor 
de  hermoso  color. 

Y  la  princesita 
dijo  al  caballero: 
¿Dónde  la  encontrasteis, 
que  saberlo  quiero? 

Y  él  dijo:  Princesa, 
nadie  me  la  ha  dado, 
porque  de  mi  pecho 
yo  la  he  arrancado. 
¡Esa  linda  flor 

es  mi  corazón! 
^  Princesita...  Caballero, 

si  morís  yo  también  muero. 
Esa  ro^^a  es  encarnada, 
porque  fué  mi  corazón,  ' 
y  al  veros  enamorada 
sentirá  con  vuestro  amor. 
Todos  Caballero,  caballero,  etc. 


—  80  — 

Mar.  Este  es  el  cuento 

de  la  princesa. 
Cuento  de  amor... 

(Durante  el  estribillo,  Mariposa  va  repartiendo  rosa» 
encarnadas  entre  los  invitados,  para  lo  cual  habrá  en- 
cima de  un  mueble  un  cestito  lleno  de  ellas.) 

Hablado 

DoLLY         Encantadora. 

FanNY  Mi  felicitación.   (l-a  rodan,  hacia  el  foro.) 


DICHC 


TOM. 


Cab.  1.0 


SkÑ.  1.a 
Cab.  1.0 

Mar. 


TOM. 

Pancho 
ToM. 
Pancho 
ToM. 


Cor, 


ESCENA  IX 

S,  TOMASIN,  segundo  izquierda.  A  poco  PANCHO 

Vamos  a  ver  si  el  lord  se  ha  acordado  de 
hablar  a  sus  amigos.  Con  un  par  de  ellos  a 
quienes  pueda  arrojar  el  guante...  Me  he 
traído  tres  i  ares,  por  si  acaso. .  ¡Ah!  Allí 
veo  uno  con  la  flor  roja...  ¡Dos!...  ¡Tres!... 
¡Cuatro! ..  ¡No  se  ha  descuidado  el  lord!  ¡Si 
casi  todos  la  tienen.  iM editaré  insultos.  Voy 
a  quedar  como  un  héroe. 
(es  bajito.  A  una  señora.)  ¡Seüora!  Eso  Sería  el 
deshonor,  y  yo  cedo  ante  las  damas,  pero 
¿oy  inflexible  con  los  hombres. 
^:Se  ha  batido  usted*? 

Diez  veces.  Tres  muertos  y  dos  de  pronósti- 
co reservado. 

(a  varias.)  Ijotú  HuiUnghan  habla  ahora  con 
mi  padre  de  sus  asuntos.  No  tardará.  Mu- 
chas gracias. 

(a  Pancho,  que  entra.  Tono  protector.)  ¡Hola!  Pan- 

chito.  Hoy  estoy  nervioso. 

¿Sí?  Cuídese. 

Hoy,  ai  que  me  mire  mal,  le  desafío. 

(Aparte.)  Está  bravo,  canario.  * 

(a    un    señor    Coronel    que    se    acerca.)    Coronel; 

¿cónlo  hace  usted  para  retar  a  duelo  a  sus 
contrarios  sin  despertar  sospechas  del  mo- 
tivo? 
Una  discusión  acalorada. 


-  81  -. 

ToM.  ¿Sobre  modas? 

Cor.  ¡Hombre,  do!  Lo  clásico  es  la  política  inter- 

nacional. 
ToM.  Gracias.  (Apañe.)  Voy  primero  a  aquel  bajito. 

(Se  acerca  al  Caballero  1.°)  Caballero.  (Dándole  un 
golpe  en  la  espalda.) 

Cab.  1  o        ¡Señor  mío!  (seco.) 

ToM.  ¿Qité  opina  usted  de  los  Balkanes? 

Cab.  lo  (Colérico.)  Que  «  s  un  país  donde  los  caballe- 
ros están  mejor  educados  que  usted. 

TüM.  (Aparte.)  ¡Bien  dicho!  Este  sabe  hacer  la  co- 

media. (Alto.)  Eso  me  lo  dirá  usted  en  otro 
terreno. 

Cab.  l.o  ¡Silencio!  Recibirá  usted  la  visita  de  dos 
amigos.  Le  mataré. 

ToM.  (Bajo,  aparte,  al  Caballero  1.°)  ¡Bien  fi)lgÍdo!  ¡Chi- 

rigOtero!  (Dándole  en  el  vientre.) 

Cab.  l.o        (Aparte,  furioso.)  ¿Se  burla? 
ToM.  (Bajo  al  Caballero  1.°)  Y  la  florecita  encamada 

y  todo.  ¡Pillín!  (auo.)  ;Le  mataré  a  usted! 

(ai  oirle  se  acercan  todos.) 

Panch  •        Pero  Tomasín. 

ToM.  ¡A  pistola!  Veinte  pasos. 

Cab.  2. o        ¿Pero  qué  ocurre? 

ToM»  (encarándose  con  él.)  Y  a  UStsd  también.  (Apar- 

te.) También  lleva  flor. 

Cab.  3.0       ¿Está  usted  loco? 

ToM.  ¿Qué  es  eso  de  loco?  Ahí  va  mi  guante. 

Pancho  (Apañe.)  ¿No  le  bastarán  los  veintitrés  due- 
los y  querrá  llegar  a  los  sincuenta? 

Cab.  4. o        Pero  Tomasín... 

Cab.  3.(1        ¿Qoé  le  ha  dado? 

ToM.  (Encarándose  con  ellos.)  ¡Y  a  UStcdl  ¡Y    a  USted! 

¡Pues  no  faltaba  más  que  defendieran  a  ese 

mequetrefe!  (Por  el  caballero  1.**) 

Cab.  l.o  ¿Mequetrefe  yo?  ¡Üeslenguado!  (Le  da  una  bo- 
fetada.) 

ToM  .  (Aparte  al  Caballero  1.°)  Oiga,  UO  tan  fuerte^  qUe 

hace  daño,  (auo.)  ¡Los  mataré  a  todos  como 

a  perros! 
Cab.  2.0        ¡Es  inaudito! 
Mar.  ¡Calma,  señores! 

ToM.  Nos  batiremos,  sí,  señor,  nos  batiremos;  pero 

no  nos  daremos  más  bofetadas,  (para  evitarías; 

muy  marcado.) 


-    82  — 

ESCENA  X 

DICHOS  y    HUR LINCHAN 


HuR.  ¿Qué  ocurre,  Tomasín?  Me  hao  dicho  que 

estaba  usted  gritando? 

TOM.  (Llevándosele  aparte  )  MuchaS   graciaS,   lord.    Ni 

que  lo  hubiese  usted  ensayado. 

HuR.  ¿A  qué  se  refiere  usted? 

ToM .  A  lo  de  las  rosas.  Han  estado  todos  maravi- 

llosos. 

HuR.  Comprendo  su  ironía    Perdóneme;   no   he 

podido  aún  hablar  con  ninguno. 

ToM.  ¿Cómo? 

HuR.  Que  me  ha  detenido  Harrison  y  no  he  podi- 

do cumplir  mi  promesa. 

ToM.  (Muy  asustado.)  Oiga,  lord;    ¿pero   los  que  lle- 

van la  rosa  encarnada  no  están  prevenidos 
por  usted? 

HuR.  ¡No!  Será  coincidencia. 

TüM.  (Asustadísimo.)  ¡Un  auto!  ¡Un  auto  para  huiíl 

I  Me  he  jugado  la  vidal   ,Prontol   ¡Corramos! 

(Va  a  salir  pero  le  ven  los  Caballeros  1.*^,  2.^,  3.0, 
4.**,  etc.,  y  le  detienen.) 

Cab.  ]  o  ¡Alto  ahí,  mal  caballero! 

Cab.  2.0  ¿Huye  usted  después  de  sus  bravatas? 

ToM.  ¡Un  error!  ¡Ustedes  perdonen! 

C^B.  1.0  No  acepto  excusas,  mañana  el  duelo. 

Cab.  2  o  Y  el  mío. 

Cab.  o.o  y  el  mío. 

Cab.  4.0  Y  el  mío.  (Mutis  de  todos  airadamente. "^ 

Pancho  Enhorabuena  por  los  dut-los,  cuñado...  Ya 
tiene  por  lo  menos  los  cuarenta  seguros. 

ToM  .  ¡  Ay,  Pancho,  tengo  treinta  y  ocho,  y  me  pa- 

rece que  no  cumplo  los  treinta  y  nueve. 

Mar.  Señores.  Yo  lamento  el  incidente.  Pa*emcs 

a  los  salones.  (Apañe.)  La  fiesta  les  calmará. 
(bís  de  la  orquesta.  Mutis  de  todos,  menos  Mariposa, 
foro   derecha.) 


~  83 


ESCENA  XI 

MARIPOSA  y  HARRISON.  Mariposa  después  de  despedir  a  los  Invi- 
tados queda  en  escena,    dejándose  caer  en  un  scfa  pensativa  y  triste 
primer  término   izquierda 

Har,  (Entrando  segunda  derecha  con  cierta  alegría.)  Mari- 

posa, hija  mía,  acabo  de  hablar  con  Jack  y 
de  presentarle  la  documentación  de  mis  ne- 
gocios con  su  padre.  Yo  creo  que  ha  podido 

ver..    (Deteniéndose  al   notar    que    Mariposa  está  lio 

rando.)  ¿Pero  qué  tienes?  ¿Por  qué  lloras?... 
¿Es  acaso  ese  disgusto  que  acaban  de  refe- 
rirme? ¡No  temasl  Tomasín  ha  padecido  un 
enor.  Todo  se  arreglará. 

Mar.  Ya  sé. 

Har.  ¿Es  que  no  te  agrada  la  boda  con  lord  Hur 

1  n;¿han? 

Mar,  El  o  cualquiera  me  es  igual.  No  me  interesa 

ninguno. 

Har.  ¿Entonces...  lloras  por  mi? 

Mar.  Te  juro  que  no. 

Har.  Sí...  Lloras,  y  yo  todo  lo  haría  por  evitarte 

penas.  Soy  rico,  soy  hombre  accstiu^brado 

'  a  triunfar,  y  triunfaré  también  de  tu  llanto. 

Mar.  Pero  padre,  si  es  que...  lloro  de  alegría  por- 

que como  tú...  acabas  de  probarle  a  Jack  tu 
inocencia  me  alegra  mucho,  mucho,  verte 
libre  de  esa  acusación  y,  ya  lo  ves,  estoy 

contenta...  muy  contenta,  (na  dominado  sus  lá- 
grimas, pero  al  fin  se  echa  a  llorar.) 
Har.  (Aparte.  Grave    y    serlo    al    comprender  lo  que  siente 

Mariposa.)  ¡Le  Quierp;  y  llora  porque  no  puede 
fnliar  a  su  palabral...  ¡No!  (Decidido.)  Es  pre- 
ciso que  no  llore,  (auo,  persuasivo.)  Mariposa; 
tú  eres  buena.  Estas  alejada  de  los  negocios 
y  no  puedes  comprender  ciertas  cosas.  Yo 
siento  tener  que  cambiar  (con  ironía  amarga) 
tu  loca  alegría  de  hace  un  momento  por  una 
gran  pena.  Porque  yo  estoy  seguro  de  así 
como  te  alegraba  pensar  que  yo  no  era  culpa- 
ble, te  va  a  entristecer  lo  contrario. 
Mar  .  (Asombrada.)  Padre...  ¿Será  posible  que  Jack 


—  84 

tenga  razón?  (Avergonzada.)  Es  decir  ..  no  me 

hagas  caso. .  Perdóname... 
Hap  .  En  los  negocios  ee  hacen  cosas  que  parecen 

culpas  y  no  lo  son;  no  son  tan  graves  como 

tú   crees.    Yo    estaba    arruinado...    Eletow 

huyó...  Con   mi  trabajo   rehice  la  fortuna. 

Realmente  casi  pude  considerarla  mía. 
Mar.  (coq  asombro )  ¿Dft   modo  que  tú,  tan  bueno, 

tan  noble,  has  despojado  a  Jack   de  lo  que 

le  pertenece? 

Mar.  (Dominándose.  Aparece  Jack  por  la  segunda  derecha.) 

Sí,  pero...  Tú  cumples  tu  promesa  de  casar- 
te con  él,  y  al  dotarte,  le  restituyo  lo  que 
le...  Bueno.  ¡Loque  le  corresponde! 

Mar  .  (con  pena  y  alegría.)  Padre,  ¿tú  Culpable?  ¿Tú? 

No  puedo  creerlo. 

Har.  Pues  sí,  hija  mía...  Te  lo  confieso.  Telo... 

aseguro.  Falté  a  mis  deberes  de  amistad...  y... 


ESCENA  Xir 

DICHOS  y  JACK 

Jack  Mister  Harrison,  concédame  el  gran  honor 

de  estrechar  su  mano. 
Mar  . 
Har 


i  ¡Jack! 

Jack  El  notario  acaba  de  presentarme  pruebas. 

Har.  (Aparte  rápido  a  Jack.)  ¡Silencio!  (Alto)  Maripo- 

sa; Jack  viene  a  exigir  que  cumplas  tu  pro- 
mesa y  te  cases  con  él. 

Jack  (Decidido.)  Mister.  Yo  no  consiento. 

Har  (Aparte  a  Jack.)  ¡Ni  Una  palabra,  Jark! 

Jack  (Aparte  a  Harrison.)  Pero  usted  tacritica  así  su 

buen  nombre. 

Har  .  (Aparte  a  Jack.;  ¿Qué  importa  SÍ  la  hago  feliz? 

(Alto.)  Abrácela  usted,  (jack  obedece.) 

Mar.  ¡Jack! 

Jack  (Aparte  a  Mariposa.)  Tu  padre  se  Calumnia  para 

hacerte  dichosa. 

Mar  .  (Aparte  a  Jack.)  Nos  da  uua  leccióu  de  verda- 

dero cariño. 

Jack  (\  parte  a  Mariposa.)  ¡ Ss  un  hombre  honrado! 

Har.  (.*parte.  Con  alegría  un  poco  amarga.)    la  nO  llora... 

Será  feliz. 


—  85 


ESCENA  ULTIMA 

DICHOS.  HURLINGHAN  foro  derecha.  A  poco  TOMASIN  y  KETTY. 
Al    final  tcdos  los  Invitados  por  parejas 

H  JR,  (Entra  en  escenu  loco  de    alegría.)  ¡HarrisOü!  ¡Ma- 

riposa! ¡Amigos  míos!  ¡Soy  feliz!  Ketty  aca- 
ba de  firmar  su  acta  de  divorcio.  ¡Ya  puedo 
ser  dichoso!  ¡Ya  puedo  casarme' 

HaR,  (Con  seriedad  burlona.)  Ah,  ¿perO  Se  Casa  USted? 

HüR.  Mañana   mismo.    Mariposa...   (Yendo   a  ella. 

Jack  se  interpone,) 

Jack  También  se  casa  Mariposa  mañana. 

HuR.  Naturalmente.  Nos  casamos. 

Mar.  (Burlona.)  ¡Qué  coincidencia!  ¡El  mismo  día! 

No  podrá  usted  asistir  a  nuestra  boda,  (seña- 
laudo  a  Jack.) 

HuR.  (Asombrado.)  ¡Yo!...  ¡Pcro  68  que  yo!... 

Jack  (Efusivo  apretón  de  manos.)  Que    Sea  Uáted  feliz. 

Mar.  (ídem.)  Salude  a  su  prometida. 

Har  (ídem  )  Mil  enhorabuenas. 

HuR.  (Anonadado.)  ¿Pero  yo?...  ¿Pero  usted?. . 

lOM,  (Entrando  con  un  gran  pañuelo    que    le  cubre  las  me- 

jillas y  seguido  de   tres    Caballeros  y  tres  Muchachas.) 

¡Horrible!  ¡Espantoso!  ¡Periscópico! 

Har.  Tomasín.  ¿Le  han  dado  a  usted  de  bofetadas 

sus  adversarios? 

ToM.  No,  señor.  Un  acta. 

Har.  ¿Entonces  el  pañuelo?... 

ToM.  (Quitándoselo.)  Era  por  la  verosimilitud.  Una 

de  las  condiciones  convenidas  es  que  yo  de- 
clare públicamente,  que  he  recibido  dos  bo- 
fetadas de  cada  uno  de  ellos.  Total  cincuen- 
ta y  ocho.  Y  no  siento  yo  estas  nominales, 
sino  las  efectivas  que  me  va  a  soltar  Pancho 
en  cuanto  me  vea. 

KsiTY  (saliendo  a  escena  con  un  papel.)  No    tema  USted. 

Tomasín.  Pancho  Méndez  no  le  molestará 
en  su  vida. 

ToM.  ¿Qué  ha  hecho  usted,  Ketty? 

Keity  Vuelve  a  su  país  dejándome  firmado  este 
pnpel.  (Lee.)  «Sonsos;  ni  Pura  es  Pura,  ni  yo 
Méndez.  Se  casó  con  nombre  supuesto  y  tie- 
ne dos  frutos.» 


-   86  — 

ToM.  ¡Casada  Pura!  ¡Madre  Pural  ¡Ay  mi  madre! 

Ya  soy  libre,  Kett3\ 
Jack  Quedan  ustedes  invitados  a   Jas  dos  bodas. 

La  nuestra,  (señalando  a  >lariposa.) 
KetTY  y  la  nuestra,  (señalando  a  Tomasln.) 

ToM.  Y  dentro  de  un  año  les  invitaremos  a  otra 

tiesta  y  será  chica... 
Todos  ¿Ehr 

ToM .  íáerá  chica  la  juerga  que  correremos. 

Música 

Terminó  mi  situación 
)'  hoy  por  fin  me  veo  en  libertad, 
porque  Pancho  era  un... 
Todos  ¡Chitón! 

No  hay  necesidad. 

(Ataca  la  orquesta  uu  motivo  brillante.  Cuadro  auima- 
dQ.  Teión.) 


FIN  DE  LA  OPERETA 


Obras  de  Smilio  Q.  del  Rastillo 


Ouda  cruel,  monólogo.  (Agotada.) 

Lazo  de  uaión,  comedia  en  un  acto.  (Premiada  en  el  concurso 
de  <Ei  Teatro >.) 

El   intruso,  comedia  en  cuatro  actos,  basada  en  la  novela  de 
Blasco  Ibáñez. 

Fenisfi  la  Comedianta.  zarzuela  en  un  acto  y  dos  cuadros, 
música  de  Rafael  Calleja. 

Las  bandolei^as,  zarzuela  cómica  en  un  acto  y  cuatro  cuadros, 
música  de  Tomás  L.  Torregrosa. 

Holmes  y  Raffles,  fantasía  melodramática   con  música  de 
Pedro  Badía. 

La  garra  de  Ho'mes,  segunda  parte  de  la  anterior,  música  de 
Pedro  Badía. 

Cómo  se  ama,  boceto  de  comedia  en  dos  actos,  original  y  en 
prosa. 

^Picaro  telefono!,  juguete  cómico  en  un  acto  y  en  prosa. 
£1  príncioe  S¡n-''-^'¡edo,  cuento  de  niños  en  dos  actos,  en  ver- 
so, música  de  Vicente  Lleó. 

Sol  y  alegría,  zarzuela  en  un  acto  y  cuatro  cuadros,  música 
de  Tomás  L.  Torregrosa. 

Los  segadores,  zarzuela  dramática  en  un  acto,  dividido  en 
tres  cuadros,  música  de  Manuel  Quislant. 

tos  tállanos,  astracanada  en  un  acto  y  tres  cuadros,  en  pro- 
sa, música  de  Joaquín  Gene. 

El  bello  Narciso,  juguete  cómico-lírico  en  un  acto  y  en  prosa 
música  de  Eamón  López-Montenegro. 

Nacer  de  pie,  comedia  lírica  en  un  acto  y  tres  cuadros,  en 
verso,  música  de  Luis  Foglietti. 

La  Hermana  Piedad,  comedia  lírica  en  un  acto  y  tres  cuadros, 
en  prosa,  música  de  Quislant  y  Badía. 

lEche  usted  señoras!,  fantasía  cómico-lírico-bailable  en  un 
acto,  dividido  en  tres  cuadros,  música  de  Qnislant  y  Badía. 

Juan  Sin  Nombre,  episodio  lírico-dramático  en  un  í»cto,  divi- 
dido en  un  prólogo  y  cinco  cuadros,  música  de  Enría ue 
Reñé. 

Benítez,  cobrador,  humorada  lírica  en  un  acto,  dividido  en 

cinco  cuadros,  música  de  Quislant  y  Badía. 
El  amigo  Nicolás,  aventuras  cómico-líricas  en  trece  cuadros, 

en  prosa,  música  de  Quislant  y  Badía. 
El  dirigib'e,  fantasía  cómico-lírica  en  dos  actos,  divididos  en 

seis  cuadros,  prosa  y  verso,  música  de  Luna  y  Escobar. 
Sangre  y  arena,  zarzuela  en  un  acto,  dividido  en  cuatro  cua- 


droe,  basada  en  la  novela  de  Blasco  Ibáñez,  música  de 
Luna  y  Marquina. 

El  Padre  Augusto,  comedia  lírica  en  un  acto,  dividido  en  do.*» 
cuadros,  en  v^riío  y  prosa,  múeica  de  los  maestros  Quis 
lant  y  Badía. 

A  fuerza  de  puños,  zarzuela  en  un  acto,  dividido  en  tres  cua 

dros,  en  prosa  y  verso,  música  del  maestro  Arturo  Saco  del 

Valle. 
Los  espadachines,  novela  escénica  en  nueve  cuadros. 
La  maja  de  los  c'avelf  s,  saínete  de  costumbres  madrileñas  d» 

principios  del  siglo  xix,  en  un  acto,  dividido  en  dos  cua 

dros,  en  verso,  música  del  maestro  Vicente  Lleó. 
La  reina  del  Albaioín,  zarzuela  cómica  en  dos  actos,  divididos 

en  seis  cuadros,  música  del  maestro  Rafael  Calleja. 
El  reino  de  los  frescos,  revista  fantástica  en  cuatro  cuadros 

y  una  apoteosis,  en  prosa  y  verso,  original,  música  de  lo-» 

maestros  Cayo  Vela  y  Enrique  Brú. 
Princeslta  de  ensueño,  leyenda  fantástica  en  un  acto,  música 

de  M.  Amenabar. 
La  gloria  del  vencido,  zarzuela  en  un  acto  y  cuatro  cuadro;* 

música  de  Pablo  Luna  y  M.  Amenabar. 
Eva,  !a  niña  de  la  fábrica,  refundición  en  un  acto  de  la  opo 

reta  en  tres  actos  de  Franz  Léhar. 
¡Al  fin  solos!,  opereta  en  tres  actos  de  Franz  Lébar. 
La  alegría  de  la  casa,  melodrama  lírico  en  un  acto  y  cuatro 

cuadros,  música  de  Marquina  y  Morenilla. 
Sybill,  opereta  en  tres  actos  de  Víctor  Jacobi,  adaptación  ds 

Pablo  Luna. 
Poliche,  traducción  de  la  comedia  en  cuatro  actos  de  Henry 

Bataille. 
La  pobrecíta  Dolores,  bumorada  en  un  acto,  dividido  en  tres 

cuadros,  música  del  maestro  Pedro  Badía. 
Miss  Cañamón,  opereta  en   tres  actos  de  Max  Neal  y  Max 

Ferner,  múnica  de  M.  C.  Ziebrer,  adaptada  al  castellano 

en  colaboración  con  Pedro  Badía. 
La  señorita  del  cinematógrafo,  opereta  en  tres  actos  de  A.  M. 

Wiliner  y  K.   Buchbmder,  música  de  Karl  Weinberger, 

adaptada  al  castellano  en  colaboración  con  Pablo  Luna. 
Jack,  opereta  en  tres  actos,  original  de  Max  Brody  y  Frar.z 

Martüs,  música  de  Víctor  Jacobi.  Adaptación  al  castellano 

en  colaboración  con  Pablo  Luna. 


Precio:  DOS  pesetas