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V
PEDRO MUÑOZ SECA
JOHN YTHUM
DISPARATE CtmCOLÍfflCOBAILABLE
en dos actos» divididos en seis cuadros» original
Copyíiiiit, by Pedro Muñoz Seca, 1917
SOaEDAD DE AUTORES ESPAÑOLES
1918
■ ^^W m^^m^^^ñ
-i
LOAN STACK
Para el graciosisii^o actor Joa»
^üú) Moi)fero« colaborador ipío ei)
esta obra« coi) ui) abraso ipuy fuer'-
^e de
W/o/éuáft^
*v*y*v
LOAN STAOC
Para el graciosisii^o acfor Joa*
^üíi) Moi)fero« coTaborador ipío ei)
esta obra, coi) ui) abrai o n)uy fuer'-
íe de
^fyvH
REPARTO
PERSONAJES ACTORES
ALICIA Juana Gil Andrés.
MME. LORAN ... Matilde Xatar.
MISS LAIN. Elisa Pérez Laque.
MISS TELA Carmen Cuevas.
MISS CHERTON Blanca Giménes.
MISS LAMBRAG Concepción Ruis.
DOÑA SABINA Matilde Xatar.
SABINITA María Cueva». i
MME. CROCHET Mtfrla Sánchez.
CLARA BLUN .' Blanca Giménez.
t A VASQtJITA Concepción Rúiz. ;^
MARÍA María Cuevas.
JOHN PROTOKOL Joaquín Montero. .
WILLIAM THÜM Enrique Canta lapledra..
SHERLOOK H0LME8 José Martí. , .
ARSENIO LUPIN Rafael Cobefia.
NIOK-0 A RTER José Trescolí.
FANTOM AS. .i José Marín.
MAITRE D'HOTEL. ....•• Manuel Perales.
MISTER PLON Constante Viñas.
PALAIJ « #*•• Enrique Navarro.
TON-CHI-TON # « • • Manuel Perales.
CAMARERO l.o Luis Moreno.
GONZÁLEZ Nicolás Rodríguez.
CUT Manuel Perales.
EANT Luis Moreno.
QUILL Enrique Navarro.
CAMARERO 2.o Julián Arenas.
CAPITÁN Antonio Miguel.
CHITO PARR03I60 Manuel Perales,
FERNÁNDEZ Enrique Navarro.
PANCHO Luis Moreno.
MARTINI ANO Nicolás Rodríguez.
MARTÍN ^fanuel Méndez.
Un camarero y dos mozos (que no hablan). Ouatro marineros^
ACTO pkime;ro
CUADRO PRIMERO
TTna lujosa habitación en el Hotel Franklin, en Londres. Puerta de
entrada en el lateral derecha, otra en el lateral izquierda y bal-
con en el foro. Es de día. Época actual*
(ai levantarse el telón no hay nadie en escena. Traa
una breve pausa entran por la derecha, primero, uñ
CAMARERO, con dos maletas, y luego el MAITRE
D'HOTEL, JOHON y WILLIAM. Mister John es un
señor como de cincuenta años, y William un mucbjf
cho de veinticinco .)
Maitre Este es el departamento que se le ha reser-.
vado.
John Perfectamente. ¿Qué te parece» Thum?
ThüM (secamente.) Bien.
John ¿Bien?
ThüM Bien.
John (ai Maitre.) Bien. ¿Se han seguido mis instruc-
ciones?
Maitre Al pie de la letra. Puede el señor enterarse
de la topografía del departamento. Este sa-
loncito sólo tiene dos puertas; una que da
al pasillo, y otra al dormitorio, el cual, a su
yeZj comunica con el cuarto de baño; un
cuarto de baño que es el último vocablo de
la higiene. Hay en él baño de agua, de aire
y de sol. Un sencillo mecanismo, movido
por dos llaves, lo hace funcionar. La llave
de aire resulta un poco complicada; pero la
llave de sol es sencillísima.
— 8 -.
John ^ué te parece, Thum?
Thum Bien.
John ¿Bien?
Thum men.
John (ai Maitre.) Bien. ¿El servicio es esmerado?
Maitre Archi-ultra-super, señor.
John ¿El precio?...
Maifre Caro.
John ¿La cocina?...
MArrRE Económica.
John Perfectamente. Supongo que el daeño le ha*
brá enterado del contenido de mi carta.
Maitre Tengo todas las instrucciones necesarias.
John Bien. ¿Qué otra cosa?... {Ahí Esa criada que
encargué que me buscaran para que estu-
viese directamente a mi servicio...
Maitre Está esperando al señor.
John ¿Tiene Dueñas referencias?
Maitre lumejorables. Es trabajadora, fiel, amable
y muda.
John ¿Muda?
Maitre Si, señor: muda; pero no sorda. Oye per-
fectamente y no puede replicar. És una
ventaja.
John Si, mientras permanezcamos en el hotel,
pase; pero si tengo que viajar, es un fastidio
viajar solo con una muda.
Maitre Si el viaje es corto... Como el señor exigía
una criada poco habladora...
John Bien: dígale que entre, y cuando lleguen en
mi busca los señores Sh^rlok Holmes, Nick-
Carter, Arsenio Lupin y Fantomas, que pa-
sen. (Se van por la derecha el Maitre y el CAMARB-
RO.) Thum, abre la maleta oscura, saca el
testamento y tenlo todo preparado, (winiam
obedece. Suenan unos golpes en la puerta de la dere-
cha,) Adelante. (Entra una camarera muy yleja.)
¿Es usted la criada que ha de estar a mis
órdenes? (La camarera indica por señas que sí.)
¿Qué sueldo desea usted ganar? (La camarera
indica por señas que dos y medio.) ¿Dos y medio?
(Repite la seña.) ¿DoS doUars y medio?... (La Ca-
marera dice por señas que dos y enseña una pierna.)
]AÍil Media: dos libras y media. Es algo
caro Hoy. para ganar dos libras y media,
hay que sudar el kilo. Pero, en fin, le daré
lo que pide. ¿Qué te parece, Thum??
Thum Bien.
^ 9 ^
Jotís
Thüm
John
Thüm
JOHM
Thüm
John
Thüm
John
Thüm
John
Holmbs
John
Holmbs
¿Bien?
Éien.
Bien, (a la Camarera.) Ocúpese de que suban
el resto de nuestros equipajes. (La camarera se
indina y se va por la derecha.) Ardo en deseoS,
q^uerido Thum, de rasgar este sobre iniste-
noso y conocer la última voluntad de Mis-
ter Puff . ¿Para qué diantre habrá querido
que escuchen la lectura de su testamento
esos dos famosos ladrones y esos no me»
nos famosos detectives? ¿Tú te lo explicas?
No.
¿No?
No.
Eso de que yo, un notario de mi seriedad,
tenga que avistarme con esa gente... Menos
mal que gracias a esta excentricidad de Mis-
ter Puff voy a permanecer en Londres una
semana y voy a gozar un poco de la vida...
Un goce honesto, se entiende, porque cuan-
tas veces he intentado divertirme alegre-
gremente, he salido siempre con las manos
en la cabeza. Una vez pérdi la dentadura de
dos bofetadas; otra, me partieron el cráneo
con un sifón, que por cierto no se partió, y
otra, me pegaron un balazo en este parietal»
que aquí tengo la cicatriz, (se quita ei bisoñe 7
enseña una cabeza sin un solo pelo y brillante como
una bola de marfil ) Yo, por lo visto, no he na-
cido para correr lo que se dice una juerga;
siempre he salido con las manos en la cabe,
za... y quejándome. Y si vieras qué ganas
me dan de... vamos, de meterme en bulla...
Porque, aunque notario, yo llevo dentro un
juerguista. Pero me da miedo, porque si me
tiran otro sifonazo...
Debe darle.
¿Debe darme?
Debe darle miedo.
jAhl (Llaman con los nudillos ala puerta.) ¡Caram*
Dal (Se pone el bisoñe.) 4-bre, Thum. (Thtim abre
y entran la CAMAlRERA y dos ^OZOS que transportan
un gran baúl.) {Yal (La Camarera le da una tarjeta.)
¿Eh? (La lee.) Sherlock Holmes. Que pase.
(En la puerta de la derecha ) A SUS Órdenes.
¿Me ha oído usted?
Gracias a este micrófono de mi invención
que percibe hasta lo que se dice en secreto.
-£-11 —
'Cárter
•John
/
HOLMES
John
cuatro a las cinco. (Lee.) cEn la ciudad de
Liverpool a tantos de tantos, etcétera, etcé-
tera... Declaro que profeso la más entusias-
ta admiración y experimento la más viva
simpatía por los egregios detectives tíber-
lock Holmes y Nick-Carter y por los distin.
guidisimos ladrones Arsenio Lupin y Fan-
tomas; que he seguido con profundo interés
sus luchas y sus proezas; y no sabiendo aún
quiénes son más valerosos y más ingenio-
sos y más hábiles, si Holmes y Cárter o Lu.
pin y Fantomas, dejo a unos o a otros mi
fortuna, consistente en dos millones de li-
bras, según que unos u otros salgan victo-
riosos de la prueba a que voy a someterles,
(se leYantan los cuatro.) Mi notarío, el honora-
bilísimo mister John Protokol, lleva siem-
pre en uno de los bolsillos de su chaleco un
talismán consistente en un trozo de herra.
dura de caballería en el cual ha hecho gra-
bar una inscripción que constituye el lema
de su vida...» Es muy cierto, señores, aquí
está. (Saca media herradura y la vuelve a guardar.
Leyendo.) cPues bien, 8Í dentro del plazo de
seis meses Lupin y Fantomas logran robar
a mister John dicho talismán,, la herencia
será entregada por mitad a cada uno de los
elegantísimos ladrones; pero si Holmes y
Cárter impiden que el talismán sea robado,
al espirar los seis meses será entregado el
importe de la herencia a los dos famosísi-
mos detectives...» ¡Caramba!
¿Eso es todo?
Hay más, señor Cárter. (Lee.) cDurante es-
tos seis meses, el honorabilísimo mister
John Protokol no podrá ser atacado ni agre-
dido por nadie, en la inteligencia de que si
fuera objeto de la más leve agresión, los
dos millones de libras pasarán a ser de la
propiedad del referido notario. Si éste fuese
agredido y muerto, los dos millones serán
invertidos en la construcción de un asilo
para notarios pobres, pero honrados. Fir-
mado en Liverpool a lantos de tantos, etcé.
tera, etcétera.»
De manera que...
De manera que aquí está la herradura; vos-
otros a robarla, vosotros a defenderla, y yo
HOLMES
Cárter
LUPIN
Fant.
HOLMES
Cárter
LüPIN
Fant.
LuPIN
Fant.
John
LüPIN
Fant.
Cárter
John
HOLMBS
John
Thom
Jhon
Thüm
Jhon
1
a procurar que alguien me dé uñ trompazo»
en las narices para quedarme con la heren-
cia de mister Fuf f. La situación no puede^
ser más clara ni más definida.
Amigo Cárter, el triunfo será nuastro.
¡Lo jurol...
(Se dan la mano.)
Querido Fantomas, triunfaiemos.
Lo juro tambiénl
los cuatro a defender, a mister John; sa
persona es inviolable. No ha de molestarle...
ni el viento.
i
Thum
John
Thüm
{Lo juramosl
Salud, mister John... (Le estrecha la mano áp»
recha.)
Salud... (Le estrecha la mano Izquierda. Entretanto,.
Lupln le quita la herradura j se la guirda en el bol'
sillo de la americana )
(6in soltarle las manos.) No olvidéis que mi per-
sona es inviolable.
(Holmes disimuladamente le quita a Lupin la berras-
dura.)
{Triunfaremos, Holmeel (vase por ei balcón.)
{Triunfaremos, Cárter! (Entra en el dormitorio.>
Mister John, hasta la vista. (Mutis por la de.
recha.)
(Palpándose el chaleco.) jAyl ¿Ya? (¡La herradu-
rall...
No se apure; aquí está, (se la da.) Buenas-
tardes.
iCarayl... ¿Qué te parece, Thum?
£stá bien.
¿Está bien?
Está bien.
Bueno; ya comprenderás que los cuatro van
a hacer el ridiculo. Esos dos millones de^
libras son para esta notario. Está en mi.
mano el conseguirlo; es decir, está en mi
mano... y en tu pie. Necesito, querida
Thum, que me des ahora mismo una pata-
da; una patada que me haga perder el co-
nocimiento y me haga ganar esos dos mi
Uones.
¿Una patada?
Una patada; lo mando.
Es que...
«-14 —
■JOHIH
Thom
-John
"Thüm
John
Thüm
-John
ISOLMBS
Thüm
¿Qué?
Conozco la enfermedad que usted padece y
8i le cojo de lleno...
Mira, dame en la mano... (se coloca una mano
en una nalga ) Pero házmela polvo de batata.
Te ganas diez mil libras.
¿Diez mil libras?
Diez mil libras.
Pues prepárese.
Con todas tus fuerzas; cierra los ojos y atí-
zame. (Entra sigilosamente HOLMKS y pone la
mano sobre una especie de llave dé lus que hay junto
a la puerta.) ]Vamosl (William levanta el pie; pero
Holmes da vuelta a la llave y William desaparece por
escotillón.) ¡jVamosl!
Beso a usted la mano, mister John.
;Ay, que me voyl...
(Telón.)
MUTACIÓN
CUADRO SEGUNDO
Una calle de Londres. Es de noche
JCHN
Thüm
John
Thüm
John
"Thüm
John
Thüm
John
Thüm
(Entran en escena por la derecha, guardando todo
género de precauciones, JOHN y WILLIAM; ambos
vienen disfrazados con unas grandes barbas.)
¿Nos ha seguido alguien?
Nadie.
¡Respiro! ¿Cuál es el cabaret de los atletas?
(indicando hacia la izquierda.) Aquel.
¿Y es en esta calle donde hemos de esperar
a mi colega el notario mister Lok?
En esta calle.
A nadie se ve. Creo, querido Thum, que
tanto los detectives como Lupin y Panto-
mas han perdido nuestra pista. Mi idea de
alejarnos de Londres en aeroplano, aterrizar
en pleno campo y regresar disfrazados de
esta manera, ha sido una idea genialísima.
¿Qué te parece a ti?
{Portentosa!
¿Portentosa?
¡Portentosa!
16 -
J^OHN A otra cosa. (Dan las doce.) Las doce. ¿Qué le
decías en la carta a mister Lok?
Thüm Que necesitaba usted de él para que levan*
tase un acta en cierto lugar muy peli*.
groso.
John Bien. Vendrá. Es puntual y valiente y ven»,
drá. Yo creo que éste es el único medio de
acabar de una vez. En ese cabaret de los
atletas se reúne la gente más bestia del
mundo. Si aquí no me dan el ampiado tras-
tazo, no me lo dan en ninguna parte. Y para
que los detectives y los bandidos no pue-
dan luego decir que lo del trastazo ha sido
una superchería, quiero que un notario
levante acta de todas las morradas que me
den.
Thüm Le suplico, mister John, que procure hacer
se pegar de una vez porque desde hace seis
días recibo yo todos loa golpes que usted se
busca y estoy verdaderamente molido.
John Si tú te hubieras decidido a pegp.rme...
Thüm Recuerde que ayer lo intenté dos veces y
por poco fallezco.
John ¿Dos veces? No recuerdo más que una; en el
comedor, cuando fuiste a darme una patada
por debajo de la mesa.,. ¡(Jlarol ¿quién se
iba a figurar que el camarero que nos ser-
vía era el propio Fantomas? Era lógico: te
dio un botellazo que te privó.
Thüm Pues luego, a media noche, cuando estaba
usted en siete sueños, me dije: esta es la
mía; ahora no hay quien lo evite. Y cogí
una bota para golpearle a usted con el tacón
en las narices. Fero ¡ay, may die li frent!
Apenas levanté el brodequín, surgió Cárter
de un armario y me atizó tal garrotazo en lá
nuca, que tardé seis horas en volver.
John Los garrotazos en la nuca son muy graves.
Thüm Digo que tardé seis horas en volver, porque
, llegué hasta Flan jans: once kilómetros.
JpHN [Ahí Pues ahora, si te decides, me haces la
moqueta y como si te cepillaras el sombrero
no te ocurre nada
Thüm (Escamado.) Que le atice a usted otro. Ade-
más, que no habiendo testigos...
John (Mirando hacia la izquierda.) ¡Calla! Sí. Le COnOZ-
co en el modo de andar. Es mister Lok.
(Llamando.) ¡Mister Lokl.«.
-16 —
HOLMBS
JOHX
HuUfBS
John
HOLMES
John
HOLMBS
John
HoUfES
John
BOLMES
John
HOLMES
John
HOLIIES
John
HoLMES
John
HOLMES
John
HoLMES
John
HoLMES
John
HCLMES
LUPIN
(por U liqQtordA entran en cteena HOLMXS y CÁR-
TER. Vtenen diifnuadot.)
¿Bh?... iQuiénI...
(Mlitertosamente.) jYol
Pero...
(QaltándoM U barba nn instante.) Vea.
(Abrasándole 7 quitándole la herradura.) ¡Mister
Johnl...
iSilenciol (por cárter.) Bse Caballero... «
Un pasante de mi confianza, (a carterO
Smait, aléjese un poco, (cárter se retira a un ex-
tremo.) Pero difame, mister John: usted dis-
frazado y metido en aventuras...
(Y qué aventuras, querido Lokl Aquí vengo
al cabaret de los atletas a ver si me dan dos
tortas. Hasta ahora ¿sabe usted? le han dado
siempre a Thum.
¿A quién?
A Tüum.
Pero ¿a quién?
(Por wiuiam.) A este. Y yo necesito (jue mo
peguen a mí para fastidiar a cuatro idiotas,
xa verá usted cómo esta noche no le dan a
Thum.
¿A quién?
A Thum.
Pero ¿a quién?
(por wuiiam.) A éste, [carambal
No me explico..
Verá usted... (Habían. En este momento entra sigi-
losamente LUPIN seguido de uno que no habla, apli*
can una mascarilla de cloroformo a Nick Cárter y se lo
llevan.) Yo lo único que necesito-es que ven-
ga usted conmigo al cabaret de los atletas y
que levante acta de cuanto vea.
¿Al cabaret de los atletas? Pero, ¿usted sabe,
querido compañero, qué clase de gente con-
curre a ese cabaret?...
Gente díscola ¿eh?
Discolínma. ¡Un espanto!...
Ya verá usted qué paliza me van a dar. Va-
mos.
Permítame, mister John. Antes de entrar
tengo que tomar mis precauciones.
Tome usted lo (jue guste.
(Llamando.) Smait...
(Entrando con el abrigo y el disfraz que llevaba Caí*
ter.) ¿Eh?
— 17 —
fioLMES (a Lupin en voz baja.) Lo que temía, amigo Cár-
ter. Va al cabaret de los atletas en busca de
la consabida trompada. Como es peligrosí-
simo que durante su estancia en el cabaret
conserve en su poder el talismán, porque
aunque T^upin y Fantomas han perdido su
pista, podría serle robado por algún otro y
entonces no sabríamos a qué atenemos, se
lo he quitado. Tome, ( Le da la herradura.) corra
a depositarla en cualquier lugar seguro y
venga en el acto. Es preciso evitar a toda
costa la agresión. Por fortuna me he traído
las pilas y los guantes reóforos. Disimule...
(Separándose de Lupin.) Cuando gUSte, mister
John. Mi pasante aguardará aquí por si nos
fuera necesario su concurso.
John Vamos.
Thüm ¿Quiere usted que yo le aguarde aquí tam-
bién? Porque... Vamos, es que temo que esas
bofetadas que usted anhela, caigan sobre
mí, como las «tras.
John No temas, Thum. El imbécil de Holniee y
el idiota de Cárter y esos dos estúpidos de
. Lupin y Fantomas, están en la higuera.
Esta vez... lo digo con la mayor de las satis-
facciones; esta vez, me m ajan. Vamos. (Ha •
cen mutis por la izquierda John. Holmes y William.)
Lupin (con el talismán en la mano.) (Ah, Sherlock Hol-
mes!... Tú mismo me has hecho triunfar...
{Imbécil! .. Ahora a mi torre de Sfroy: du-
rante seis meses nadie sabrá de Arsenio Lu-
pin. (ai hacer mutis tropieza con Nick-Carter que le
apunta con un revólver.)
Cárter ¡Arriba las manos! ,
LüPIN (Levantando las manos.) ¿Eh?
Cárter (sacándole precipitadamente la herradura del bolsillo.)
Vuestro cloroformo, querido Lupin, deia
bastante que desear. Se vuelve demasiado
pronto a la vida, (saludándole muy finamente.)
Buenas noches.
(Telón.)
MUTACIÓN
— 11» —
CUADRO TERCERO
El cabaret de los atletas. Es de noche.
LORAN
PALAU
LoRAN
Palad
LoRAN
Tela
LORAN
Tela
LoRAN
Palaü
(Están en escena ALICIA, bella y arrogantísima argén,
tina; MADAME LORAN. domadora; MISS LAIN; MISS
GHARTON, la mujer obús, una tía que da miedo; MISS
TELA, y varias mises más; MI8TER PLON, verdadero
hércules; TOK"CHIN-TON, chino de exageradísimos
bigotCF; MONSIEÜR LORANY. y PALAÜ, un catalán,
porque catalanes hay en todas partes. No faltarán Ca-
mareros y varios atletas más que no hablan. Al levan-
tarse el telón, varias parejas^ bailan el tango argentino.
En esto del baile sobresale la pareja formada por la
bella Alicia y TonChinTon. Cesa la música.)
Mire, señox Palau, no se hase el disimulado,
que a mí no me la fríe, üsfet ha venido de
acónito para olorar si aquí hay artistas y
traerlos en Barselona.
Pues, sí, señora; la verdad. Ese es el objeto
de mi viaje.
Pues aquí, en el cabaret de los aletas, se aglo-
meran los mejores artistas del misfetio.
Yo lo que quiero es novedad y variedad. Nú-
meros originales.
¡Es por esto que le digo! Aquí eneuentrará no-
vetat en la varietat y varietat en la novetat.
Hay números innumerables. Mis niñas y yo
hasemos un número de verdadera tracsión.
Mi colesiéi de bestias fieras grita la atensión
en todas partes. jYo he batido el rencor! tíer
videra soy la única domadora qiie presenta
un alefante que anda en basideta. Mi hija,
aquélla, Miss Tela... Niña, deja al chino y
ven. (Miss Tela se acerca.) Esta es la mejor do-
madora de alimañas que aisiste.
¡Para servirle!
Tiene dos tortugas que bailan el tango ar-
gentino; una granota,,.
¡Una rana, mamá!
Bueno. Es lo mismo. ¡Una merlusa que fu-
mal ¡Hay que ver lo dtfisil que es domesti-
car estos marificos!
¡Carambal
LORAN
Tela
Talau
Tela
Palaü
Xokan
Palaü
LoRAN
Palaü
X(ORAN
Valau
JjORAN
Plon
Palaü
Pj.on
Talaü
JPlon
^ 19
¡Oh! Es la mirasión de los públicos.
En efecto, me ádóian. Siempre les sorpren-
do, siempre. Ahora tengo un número eü
E reparación que será, el alboroto de loa al-
orotos. Estoy enseñando a tocar el violín a
una langosta y lo tocará.
¿Es posible?
[Oh I Estoy segura.
Pues nada, cuento con ustedes desde luego,
Ferfetamente. Si desea algún número de
fuersa puede contratar a Plon, el gran hér-
cules, el hombre más valiente yjorsudo del
mundo, (a misa Tela.) Díguili que vingui (míss
Tela obedece.) Es un hombre inverosímil. Cha-
fa una bola de billar de un golpe de puñoí
detiene ua ferrocarril en plena marcha, y
el año pasado en Madrit levantó un cangrejo
con un dedo.
Eso lo hago yo. ¡ün cangrejo!...
Si, señor. Un tranvía de esos... Hase un mes
se ocupó de él toda la prensa del mundo
porque detuvo en alta mar un gran tras-
atlántico.
|Caray! ¿Cómo?.. ¿Dónde se apoyó él en alta
mar para hacer fuerza?... No me lo explico.
No... Si lo detuvo desde el puente tocando
un silbato y habiendo parar las máquinas.
Pero es que para ello tuvo que luchar antes
con cuarenta hombres.
jAhl ^
(a Plon que se . acerca cachazudamente ¿) \ en acá,
Plon; el señor es un empresario que desea
contratarte.
No le doy la mano por no desbaratársela.
Muchas gracias. Bueno, y usted, ¿qué hace?
¿Levantar pesas?
Eso era antes. Ahora hago otra cosa que en-
tusia'^ma al público. Como a fuerza de gol-
pes tengo el cuerpo completamente insen-
sible, pues me coloco en el centro de la pis-
ta, invito al público a que me pegue y ofrez-
co mil francos al que me haga lanzar una
queja.
¡Caray! Y los espectadores... . .
¡Oh! Se divierten muchísimo; me dan pata
das, bofetadas, estacazos, me golpean la ca-
beza con las sillas... Pero como si golpearan
a una columna.
- ao —
Palau iQué barbaridadl Pues nada, mañana fijare»
remos las condiciones del contrato...
PlON a sus órdenes, (ee retira 7 habla con otros artistas.)
LoRAN Este está unido a la bella Alicia, aquella
americana tan guapa.
Palau Y ella ¿qué es?
LoRAN Una histérica.
Palau ¿Qué número es ese?
LoRAN Quiero desir que es una mujer inmensamen-
te rica y de una ilustre familia Buenosairen'
se que se ha propuesto tener relaciones con
el nombre más valiente del mundo, y como
ahora el más valiente ee Plon, pues está con
Plon.
Palau Me han dicho que hay aquí una miss Ghar-
ton, llamada la mujer obús.
Loran Aquella. Pero no vale nada, señor.
Palau ¿Qué hace? ¿Meterse en un cañón y salir
disparada?
L RAN Nada de eso Se pone al delante del obús,
dispaian, ella sujeta la bala en el aire y la
vuelve a meter. ¡Nada! En cambio aquel
chino, Ton-Chin Ton, puede convenirle. E&
portentoso; trabaja con varios chinos más;
se tienden en el suelo, pasa por ensima de
sobre ellos un carro carregado y... nada, tan
frescos. Son unos chinos durísimos. Vengas
Hablaremos con él.
(Hablan con Ton Chin Ton.)
(Que ha entrado en escena vestido de torco, se acerca
a miss Tela.) ¿Hay novedad?
Ninguna.
Y Fantomas?
n su puesto No habrá quien le conozca.
(viendo a HOLMES y a CABTKR que entran en esce-
cena por la izquierda.) ¡EUos! ] Prudencia!
(Se separan. Miss Tela hace mutis por la derecha f
vuelve a salir al pocv) tiempo.)
HoLMES (Disfrazado como en el cuadro anterior.) He COnse-
guido que nuestra aliada miss Mac Bleu en
tretenga un rato a mister John. Precisa que
veamos la clase de personas que hay esta
noche en el cabaret.
Cárter iMalo! Están el bestia de Plon y el bruto de
Loran y ese tigre de Ton-Chin-Ton... (cárter
viene disfrazado de japonés ) Tengo miedo, Hol*
raes. Si mister John viene dispuesto a que
le jjeguen, le pegan; no lo dude usted.
LüPIN
Tela
LüPIN
Tela
LuPIN
í
- 21 T-
HOLMBS
Cárter
HOUCES
Cárter
fiOLMBS
Cárter
EiOlMES
CIarter
JB0LME8
LUPIN
Tela
Alicia
Plon
John
HOLMES
JCOIN
iBahl Confíemos en mis guantes reóforos.
Ño comprendo.
¿Ve usted estos guantes que ahora son com-
pletamente inofensivos? Están impregnados
de una sustancia aisladora y en comunica-
ción con un potente acumulador que llevo
en mi bolsillo. Basta abotonarlos para que
se conviertan en un arma poderosísima,
pues si bien no matan, imposibilitan de
todo movimiento a la persona a quien se
aplican. Pero, silencio; aquél es Lupin, ¿no?
Sí.
¿Sabe usted algo de Pantomas?
Nada. No he vuelto a verle.
No creo que esta noche se ocupen del talis-
mán; con impedir que mister John sea agre-
dido tenemos todos bastante trabajo.
Sin embargo, como Lupin sabe que el talis-
mán está en mi poder, bueno será que usted
lo guarde. Tome. (Disimuladamente le da la herra-
dura )
Bien. Procure averiguar si está o no Fanto-
mas en el cabaret. Yo voy a reunirme con
mister John. (Se separan. Cárter hace mutis por la
derecha y Holmes por la izquierda.)
(a mis Tela.) Cárter ha dado a Holmes el amu-
leto. A ver cómo trabajas.
Descuida.
(En un grupo presidido por Flon.) SigUe, amado
Plon; el relato <ie tus aventuras me cautiva.
¡Oh! Pues en París llegué a ser verdadera-
mente famoso; era tan grande mi populari-
dad que casi no podía andar por las calles.
Esees. jAhí val... Plon.. Plon... Me sentaba
en la terraza de un café y como sabían que
no me incomodaba, venían a pegarme para
convencerse de que no había truco, que mi
insensibilidad era permanente, y uno me
daba una patada y otro me arrojaba una
botella a la cabeza... y yo saludaba y son
reía. Me gustaba ser tan popular...
(Entran ec escena por la izquierda JOHN, THÜM 7
HOLMBS.)
Bueno; a(juí va a ser. Cuidado, Thum; pre-
párese, mister Lok.
Sí, señor, (se abotona los guantes y queda con las
manos muy seinradu del cuerpo.)
Aquí hay una mesa, sentémonos, (se sientan.)
— 24 —
Todos
CÁRTER
L/.IN
Tela
Cuartón
Ton
LORAN
Palaü
Lain
John
AUCIA
John
AuciA
John
Alicia
John
AuciA
John
Tela
HOLMES
Tela
LüPIN
Tela
LüPIN
Alicia
John
AuciA
John
AuciA
tOhl
((Maldita sea tu estampal...)
]E8 una furial
ÍA todos dominal
Cs valiente como el león africano.
Le ha podido al turco.
Y a Plon el Hércules.
Señores, |qué tíol
Mirad a Plon, cómo huye avergonzado...
(En efecto, Holmes, con el auxilio de los gaantes reó-
foro8, se lleva a Plon de una manera muy especial.
Deja de tocarle j Plon gruñe y avanza un paso; le
vuelve a tocar y se detiene. Asi hace mutis como un
autómata.)
(Dejándose caer en una silla.) iNadal... ¡Imposi*
ble!...
(Que entusiasmada, loca, ha seguido sus movimientos,
se arrodilla ante él.) ¡Hombre invencible!... ¡Ge-
nio de la fuerza!... ¡Yo te amol
¿Eh?
Ámame o mátame.
¡Mi madre, y qué señora!
Soy noble, soy rica, soy hermosa... «oy
tuya.
¿Mia?... Bueno; pues esta es lamia. ¡Caram-
bal Y es guapísima. Pero, ¿dices que mia?
Sí; yo he jurado ser del hombre más valien-
te, del que más pegue... ¡Te amo!...
Pues te correspondo ¡Thum! ¡Champagne!
Y que beban todos. Esta noche, mister
John Protokol paga... y pega.
(a Holmes.) ¿Quién es ese valiente caballero?
(Le roba el talismán.)
(a miss Tela.) Mister Johu Protokol, un nota-
rio de Liverpool.
Es simpático, (se acerca a Lupln.)
Dáselo a Fantomas y que huya.
(míss Tela hace mutis por la derecha.)
(Rendidamente a John.) PerO yO te gUStO máS
que nadie, ¿verdad?
Más que nadie.
¿Y serás capaz de venir conmigo a la Ar-
gentina?
Yo voy contigo al Polo Norte y no me cons-
tipo:
Te advierto que en mi país correrías graví-
— 26 —
John
Todos
John
HOLMES
John
HoLMES
John
HoLMES
Todos
HoLMES
Cárter
LUPIN
HOLMBS
John
HoLMES
Fant.
John
Pant.
John
1-.ÜP1N
John
AUCIA
John
simes peligros, porque mis hermanos han
jurado cortar una mano al homhre que me
acompañe.
Pues no se lo digas a nadie; embarcaremos
mañana, porque... (Palpándose el bolsillo del cha.
leco y dando un grito.) (Ahí
¿Eh?
¡Mi amuleto!... {Mi talismán!... [[Mi herra-
dura!!...
(Sonriente ) No se apure, mister John.
¿Eh?
(Quitándose la peluca.) La tengo yo.
iHolmes!
Tómelo y guárdelo mejor. (Se lleva la mano ai
bolsillo y pega un grito.) [Ahí
¿Eh?
[Kobadol... ¡Me lo han robado!
(cayendo sobre Lupin.) [TúI
¡No! Puedes registrarme.
{Entonces!...
¡Thum! {Estoy perdido!., .
[Ah!... [Oarter! .. [Fantomas está en el caba-
ret. [Esa puerta! Que nadie salga, (ai ver a
Fantomas que entra en escena por la derecha.)
¡Atrás!
(Revólver en mano.) Un movimiento, una voz
y disparo. Mister Puff en su testamento no
prohihe matar. ¡Paso!
(colocándose ante él.) Dispara si te atrcvcs; hié-
reme, eso es lo que anhelo.
[Maldición!...
(Arrebatándole la herradura.) Dame mi amu-
leto.
[[Ahü
¡[Soy invulnerable!!
(como loca ) \Te adoro, león africano!
Ven a mis brazos, pantera de Bengala, que,
como tú no me arañes, me parece que no
hay quien me haga pupa en este mundo.
¡Soy invulnerable!
(Telan.)
FIN DEL ACTO PRIMEKO
^*0^0*^t0*0^m0^^>^f^^f^0»^^0^^i^^0^ ^ m'^f^^r^t ^i0^^^t0^^>^t^t^^fé^^*^
ACTO SEGUNDO
8alón de lámar en un gran trasatlántico. £n el lateral derecha, na
plano adosado a la pared. Es de noche.
John
LüPIN
HOIMBS
Cárter
John
HOLMBS
John
LuPIN
John
Cárter
(ai levantarse el telón la escena está completamente á
osearas. Juego de linternas eléctricas, a cargo de FAN-
TOMAS, LÜPIN, HOLMES y CAKTER.)
(Que duerme en una *chaise longue*, incorporándose.)
¿Eh? ¿Qué es esto? (Enciende la luz eléctrica y s^
encuentra con Lupin, Holmes j Cárter.)
» Buenas noches, mister John.
¡Ah! (iSon ustedes?... (palpándose el chaleéo.) (Sí^
el tahsmán está en su sitio. Menos mal.)
Qué, velaban ustedes mi sueño, ¿eh?
Y no puede usted quejarse de la galantería
de los pasajeros del cRadamés». Por no des-
pertarle, están haciendo su tertulia sobra
cubierta, al aire libre.
lOh!
Quién se hubiera atrevido a despertar ^al
hombre más valiente del mundo, como a
todas horas proclama la bella Alicia> Ei
pasaje le tiene miedo, mister John, verda-
dero miedo.
Ya, ya lo sé; y ustedes cuentan de mi hazav
ñas estupendas para aumentar ese miedo y
evitar asi el que nadie se atreva a agredir-
me, ¿no es eso?
Cumplimos nuestros programas, mistet
John
• 28 —
^OHN
HOLMES
John
LUPIN
John
LüPIN
John
HoLMES
John
Cárter
John
HoiMes
LupiN
Oarter
HoLMES
John
LuPIN
HoLMES
Pues. he de 0^ a ustedes franco; esta postn*
ra de hombre valiente, de hombre invenci-
ble, me gusta.
Porque le gusta a la bella Alicia.
No lo niego; esa mujer se ha adueñado de
mi corazón y antes que ser agredido delante
de ella y perder, por tanto, su cariño, re-
nunciaría gustosísimo a los dos millones de
libras. Eso no obsta para que yo desee ar-
dientemente que alguien me abofetee, no
estando ella delante.
Ya sabemos que ha escrito usted a tres pa-
sajeros de segunda, insultándoles grave-
mente. Por fortuna, hemos logrado parar el
golpe
¿En? ¿Y cómo, señor Lupin?
xMuy sencillo. Nos preguntaron quién era
mister John y nosotros les indicamos a Wi.
lliam Thum.
¡Caramba! Entonces...
Vuestro simpático amanuense ha recibido
hace un rato, ahí, sobre el puente del timo-
nel, tres series de morradas que le harán
guardar cama varios días.
jPobre Thum! En fin, señores, yo no cejo
en mi idea y si puedo...
Recuerde que la agresión ha de ser ante
testigos De otra manera, aunque le viese,
mos la nariz hecha pedazos, creeríamos que
era usted mismo el que se había hecho el
daño.
jOhl Será ante testigos: lo juro Y, ¿se sabe
por fin si Fantomas viaja o no en el Rada«
mes?
Tenemos la completa seguridad de que ha
quedado en Londres.
Desgraciadamente.
Creo que podemos decir a esos señores que
mister John se ha despertado. Deseaban ha-
cer un rato de música.
Además, que mister John arderá en deseos
de ver nuevamente a miss Alicia.
Sí; pero tendré que ver también a la señora
Lambrag, y me horroriza la idea. ¿Han vis-
to ustedes nunca una criatura más antipá-
tica?
¿La señora Lambrag?... ¿Quién es?
La conoce usted de sobra. Esa nortea meri-
ÍÍ9 —
LUPIN
John
HOLMES
Cárter
HOLMES
John
HOLMES
John
AuciA
John
Alicia
cana, la dueña de este barco y de tantoa
otros. Esa archimillonaria denominada por
el vulgo la reina de las popas, no sé si por
los muchos barcos que posee o por la ne-
cbura tan rara de su cuerpo.
¡Ahí Sí; ya sé quién es. ¿Y por qué le es an-
tipática, mister John?
Por sus extravagancias. ¿No se ha fijado
usted? De cuando en cuando manda arrojar
al mar objetos de verdadero valor.
Tiene su explicación, mister John. Míss
Lambrag debe al mar toda su fortuna, j
últimamente el mar le hizo recobrar la sa-
lud; y como se trata de una histérica exal-
tadísima, cree corresponder a. los benefició»
que el mar le ha reportado, arrojando a él
todüs los objetos que le agradan. Es una
locura que a nadie perjudica.
Esta tarde se quitó un hermoso anillo de
brillantes y lo arrojó por la borda dicien-
do: Hoy valdrá el mar quince mil franco»
más.
Y hace cinco días arrojó un Murillo, un
tomo del Quijote y una docena de medias de
seda.
Conmigo está a matar. Tiene razón, porque
ayer me complací en quemarle la sangre.
¿Qué hizo usted?
Arrojé al mar mi impermeable y, es claro,
me dijo que arrojar al agua un impermea-
ble era una ofensa al líquido elemento.
(Asomándose por el foro.) jAhl Está ya despier-
to. (Hablando hacia el lateral.) Vengan, señoreS;
el Hércules ha despertado (Entra en escena )
Amado John...
¿Por qué me has dejado dormir, Alicia mía?
Quisiera que el sueño no existiese para no
robar ese tiempo a la contemplación de tu
hermosura...
Tan galante como fiero. El león africano
sabe balar como los cabritos.
(Han entrado en escena tras Alicia, DOÑA SABINA,
su hija SABINITA, MISS LAMBRAG, (esta señora,
vista d3 frente, no tiene nada de particular; pero vista
de perfil asusta, porque le sale un culo, y ustedes per-
donen, pero asi se llama, tan sumamente pronunciado
que parece que lleva tres polisones.) MADAME CRO-
CHET, CLARA-BLUM (mujer algo descocada y provo-
— 80 -
D.* Sab.
John
D.» Sab.
(«ROCHET
Clara
GONZ.
Te pos
S B.
John
Sab.
Sa?.
Joiu<
Saq.
D.a Sab.
Clara
Todos
<jONZ.
fíCLMES
"GOKZ.
LtPIN
John
Alicia
Clara .
D.a Sab.
Sab.
Lam.
Alicia
Lam.
Jc^N
Lam,
Crochet
Te dos
OCNZ.
catlTa)» el CAPITÁN BOUIL, GONZALKZ (un ándalas)
7 yarlos Pasajeros 7 Pasajeras má» Todos saladan res-
petoosamente a John, sin que éste los mire ni les haga
caso.)
¿Le ha seDtado bien el ratito de saeño, mis*
ter John? . ^
Bien, muy bien.
Lo celebro tanto.
Lo mismo digo.
[Cuánto me alegrol
I toos, zeñó,
Y todos.
¿Está usted de buen humor, mister John?
8í, señorita,
Se.ñora.
¿Eh?
Acabo de casarme por poder y voy a unir-
me a tni marido.
Al llamarla señorita, no creo... (Tose.)
(Asustada.) ¡Por Dios! Usted me llama como
quiera.
jEsol ¡No faltaría más!
Usted es muy dueño.
¡Claro!
Uzté la llama como le dé la realizima gana
y lo q'usté diga a va miza.
(Aparte a González ) Que eS protestante.
Y quien dice a miza, dice... a loz toroz.
Aquí ez uzté el que manda.
(jLe tienen un miedo!...)
(a Alicia.) Ya ves, toso y tiembla basta la
hélice.
¡Te adoro!
Sentémonos, Sabinita.
(a Sabinita.) No te sientcs al lado de Clara-
Blum; ya sabes que es una mujer de dudoso
crédito.
Algo alegre nada más.
Mister John...
John: te habla la reina de las popas.
Mister John: ¿le molestaría el que hiciera-
mos un rato de música...
No.
Es que si cree que le puede molestar...
¡Oh! Ni que hablar... En ese caso...
¡Por Dios!
En eze cazo le doy yo dos patadas al piano.
Aquí eztamos todos para zervirle a usté.
- SI -
John
Todos
Lam.
Da Sab.
Todos
John
OONZ.
John
b.a Sab.
John
HOLMES
Olara
John
Alicia
Lam.
John
Lam.
Gam.
Lam.
John
Mar.
Todos
Mar.
Todos
Mar.
No sólo no me molesta, sino que yo mis-
mo deseo tomar parte en la fiesta; voy a
cantar.
¡Ohl ¡Eli
|Quó honor!
¡Qué dichai
¡lOhl!
No lo hago hien, pero si a alguien no le
gusta... (France el ceño, {amenazador.)
¿Cómo que no? Zeñores, una ovación de
entuziazmo antes de que empiece.
(Aplauden todos.)
(a doña Sabina.) ¿Quiere usted acompañarme,
señora?
Yo no he tocado nunca el piano, pero le
acompañaré. ¡No faltaba más! Como usted
disponga.
¡Ohl Si no sabe... siéntese.
(Doña Sabina se sienta muy deprima.)
Le advierto, mister John, que esta señorita,
(por Clara.) auuquc ustcd no lo crea, es una
virtuosa...
¡Qué exagerado!...
(Ofreciéndole el brazo.) EntonCCS...
(a Clara.) La felicito, señorita... Va usted del
brazo del hombre más valiente del mundo.
(john deja a Clara en el piano y se dispone a cantar.)
Alguna barcarola, ¿no?
No.
Un momento, (Toca un timbre.)
(por el foro.) ¡Señores!
Arroje usted al mar... ese tibor
(eI Camarero toma -un gran tibor y hace mutis con el
en tanto que miss Lambrag suspira.)
(Esta tía me pone malo.) CJn poco de silen-
cio, señores.
(Se hace un profundo silencio. Comienza a sonar el
piano.)
(Por el foro.) Mi capitán...
(ai mismo tiempo.) ¡¡¡OhisSSSÜ!...
Pero...
(ídem.) ;¡¡Cbissss!!l
(Encogiéndose de hombros.) ¡Bucno! (Se ya.)
Música
(Mister John canta un cuplé cualquiera. Cuando ter.
mina, la ovación es atronadora.)
Hablado
D.a dAB.
Crochet
SaB.
HoiMES
Cárter
LUPIN
Lam.
GONZ.
Aucia
GoNZ.
M^R.
Capitán
Mar.
Todos
Sab.
John
Todos
Lam.
Mar.
Lam.
LüPIN
Fant.
LuPIN
Fant.
LuPIN
Fant.
LupiN
Fant.
LuPIN
Fant.
LüPIN
{jHermoso!! ¡Portentoeol
jLa mejor voz que se ha oído en el mundo!
¡Sin iguall
{Una maravillal
¡Un asombro!
¡Un espantol
¡Una sirenal ^
Caballero: a mi no me la da usté. Usté es
Caruso.
(Enérgica.) ¡Caballero!... Es mister John Pro-
tokol, el hombre más valiente del mundo.
Y cantando... un .Juan Breva.
(Por el fondo.) ¡Capitán!
¿Qué sucede, muchacho?
Comienzan a verse las luces de Montevideo»
¡Oh! ¡Por finí
¡Gracias a DiosI
Vamos a verlas.
Vamos.
(Se van todos por el foro menos mi^s Lambrag, el Ma>
rin^ro, que junto a la puerta deja pasar a los demás, y
Lupln.)
(Tristemente.) ¡La tierra ya!. . ¡Qué pena!... (ai
Marinero ) Oiga.
¡Señora!
Que arrojen al mar una docena de botellas
de Champagne... descorchadas...
¡Caray! Como si en el mar no hubiese bas-
tantes merluzas... (Se van mlss Lambrag 7 el Ma»
rinero. Lupln, con la liare de la luz eléctrica corta la
luz, y al hacerse el obscuro se acerca al piano y dice
a media voz:) ¡Fantomas!
(surgiendo por uno de los lados del plano.) ¡Qué!
¿Nada?
Nada.
¡Por vida! ..
Quién sabe aún.
Es que mañana, al clarear, desembarcare-
mos.
Paciencia. ¿Ignoran aún mi presencia en el
barco?
Sí. Pero, ¿cómo no has podido?...
Esa miss Alicia es astuta como nadie.
Pero ¿ella sabe que el talismán?...
— 8d -
Fant. a su manera, Mister John la ha engañado.
Le ha dicho únicamente que si le roban el
amuleto pierde dos millones de libras, y ella
vigila sin cesar. Es mal enemigo una mujer
tan lista como ella.
LupiN Sin embargo. .
Fant. |SÍlenCÍo!... jVete! (Se oculta nuevamente dentro
del piano. Lupin da luz y sigilosamente vase por el
foro. Queda un instante la escena vacia y por la iz'
quierda entra THUM. Viene molido y trae el sombrero
en la mano.)
Thüm Bueno, es que crujo como un saco de nue-
ces. Señores, qué tres palizas me han sopla-
do! Dice el médico que esto de las costillas
no es que estén rotas, sino hundidas nada
más; pero las tengo hundidas en el estóma-
go y me ocasionan un hipo molestísimo.
(Hipa.) Después de todo, he tenido suerte
porque el segundo me desencajó una claví-
cula de un trompazo y el tercero me la vol
vio a encajar de una patada, (mpa y se rasca
el cuello.) Me han dejado que hay que ver.
(Se vuelve a rascar el cuello y de cuando en cuando
lo hará igualmente.) Una rótula rota y una de
chichones en los parietales, que no me en-
tra el sombrero ni con calzador, (intenta po-
nerse el sombrero y se le queda en la coronilla.) Y
lo que más siento es lo del puente: un puen-
te ae oro con dos muelas también de oro.
I Me cogió la morrada tan de lleno!... Y lo
peor es que me lo he tragado porque yo no
encuentro las dos muelas por ninguna par-
te. Menos mal que a esta hora... Pero, ¡ca-
ray! ¿qué es lo que me pica?... ¡Ah, ya! Es
la pajarita. (Se coloca bien el cuello de pajarita que
trata de medio lado.) Mcnos mal que a esta hora
saben ya esos tres energúmenos que yo no
soy mister John, porque ¡caramba! si inten-
taban repetir... (Hipa)
(Por el foro entra en e«cena JOHN.)
John ¡Ah! ¿Eres tú? ¿Qué ha sido eso del puente?
Thüm Que me lo he tragado, mister John; porque
si yo hubiera echado las muelas lo hubiera
sentido.
John Aludo a esa bronca que has tenido ahí... en
el puente del timonel.
Thüm Pues, eso; sí, señor: que, me han dejado como
para echarme al puchero.
8
John (a media voz.) Me figuro que habrás puesto en
claro...
Thcm (ídem.) Sí, señor ya saben quien es usted y
le buscan con unas ganitas...
John Bien.
Thüm Ahora, que puede que no se atrevan, por-
que como tiene usted esa fama de invenci-
ble...
John Escucha, ¿es en efecto gente fuerte?
Thüm El tercero, ese que es campeón de fut-bolis-
mo, de una patada es capaz de hundir este
trasatlántico.
John Bien. Déjame solo; tengo que hablar con
miss Alicia.
Thum Sí, señor, (nipa.)
John jAh! Prepáralo todo; porque mañana salta
remos a tierra.
Thüm Pues...
John ¿Qué?
Thum Que si hay que saltar, yo no voy a poder,
mister John. Tengo una rótula que no está
para saltos.
John Ánimos. Thum: hay que ser sufrido y va-
liente. Mírame a mí. (nipa Thum.) ¿Eh? (Thum
vuelve a hipar.) ¿Qué eS eStO?
Alicia (saliendo por el foro e interponiéndoae.) Piedad
para él, amado John.
John Dices bien. Que viva.
Thüm iRipl iHipl (Hace mutis por el foro.)
John ¿Eh?*¿Qué es eso?
AuciA jJohnl...
John No. Es para quitarle el hipo,
Alicia Ven aquí, siéntate a mi lado, titán valeroso.
John Sí, amor mío; manda, ordena. Para ti, este
Sansón no es más que un obediente levita.
Alicia jAhl
John Tú conviertes mi fiereza en ternura, Goliat
ha encontrado su David. Tú, con una onda
de tu pelo, me matas.
Alicia iQué imágenes!
John Habla, ¿qué quieres decirme?
Alicia Voy a sorprenderte, John mío.
He discurrido un medio genialísimo para
que nadie pueda 'robarte el talismán; para
que esos dos millones de libras sean para ti.
John ¿Qué dices?
Alicia , Mira. (Le enseña un trozo de herradura.)
John ¿Eh? ¿Tenías tú el amuleto?...
-- 86 ^
Aucu
John
AuciA
John
J^UCIA
JOH^Í
Alicia
John
Alicia
John
Alicia
John
Alicia
Fant.
JüHN
No; es un trozo de herradura igual al tuyo-
( Comparándolos.) Bn efectO.
Me lo ha proporcionado el encargado de la»
reses que el barco conduce. Sólo se diferen-
cian en la inscripción que ostenta tu amu-
leto.
Es verdad.
Es preciso que tu, como buenamente pue-
das, grabes aquí, con algún instrumento
punzante, algo que remede esta otra ins-
cripción. Yo guardaré el amuleto auténtico,
tú te dejas robar el falso, los dos detectives
y Lupin te dejan en paz y nadie turbará ya
nuestra dicha. Porque, créeme, esta situa-
ción es insostenible; cuan<lo deseo acariciar-
te, temo que algunos de ellos nos observe y
sufro muchísiino.
Tienes razón. Claro que yo podría quitár-
melos de encima de una sola bofetada. Fi-
gúrate, de una bofetada mía, rodarían los
tres; pero si les pego, pierdo los dos millones.
Mister Puff. conociendo mi valentía y mi
fuerza sin rival, así lo dispuso.
{Qué grande eres, Johnl
regular nada más.
¡Te amo!
Mira, mira; vamos a ocuparnos de lo del
grabado. Yo tengo aquí un cortaplumas
muy fuerte: a ver cómo me las arreglo.
|OhI Con la fuerza que tú tienes .. Con una
pluma grabarías en el acero.
Bueno, observa tú por si viene alguien. No
conviene que nadie vea...
Sí. (Se retira al foro. John toma el trozo de herradura,
se sienta ante una mesita de espalda al plano, saca el
cortaplumas, pone sobre la mesa el amuleto y comien-
za a copiar la inscripción.)
(Asomando la cabeza por el piano.) (|Qué sinver •
güenza! Por fortuna estaba aquí yo.)
(Atento a lo que graba.) No Sale bien; nó puede
salir. Primero una hache, (oraba. Fantomas sale
del piano.) Ya ha salido (Fantomas cree que lo
dice por él y se agacha.) Ahora Una a y luego
otra hache, (sigue grabando. Entre tanto, Fantomass
le quita de sobre la mesa el amuleto auténtico.) ¡Ca-
ramba! Pues no está del todo mal. . (Levantán-
dose y acercándose a Alicia.) EstO va Saliendo:
mira. , • .
86 —
Fant.
John
Alicia
John
AiicrA
John
Alicia
JCHN
Alicia
HOLMES
John
Holmes
John -
Cárter
John
Holmes
Cárter
H oí MES
Cárter
Holmes
Jo^N
Holmes
Cárter
John
Alicia.
é
John
([Por fínl Esta vez he ganado la partidla.
(Metiéndose de nuevo en el piano.)
Oh! Muy bien: continúa.
i. Ahora creo que es una. a. (se acerca a u
mesa, ye qae no está el talismán y se le cae de la»
manos el cortaplumas. Casi sin podet hablar.) A..»
Alicia... A]icia ..
Í Acercándose,) ¿Eh? ¿Qué te SUCede?
DI talismán... robado.
iCómol...
No., no sé. Estaba ahí... sobre la mesita...
|DÍOS miol (Gritando hacia el foro, como loca,}
riHolinesü... ||Caiter!I...
Pero ¿cómo es posible?... Guardaré este otro
para que no se enteren...
Aquí llegpn.
(Por el foro, precipitadamente, seguido de Cárter.)*
¿Eh? ¿Qué ocurre? . ',
Acaban de robarme eltalismáni
iHolal
Lo dejé un instante sobre esta mesita, m&
acerqué a Alicia un segundo y al volver ya.
no estaba.
Y ¿nadie ha entrado ni salido de esta cá*
mará?
Nadie.
Es entraño,
Lupin ise desliza cpmo las sombras, querido
Holmes...
Pero un segundo que se ha separado de Ift
mesita para acercarse a mis Alicia...
Al lado de mis Alicia las horas se le antojáis
segundos a mister John, querido Holmes...
Dice usted bien. Veamos a Lupin.
Pero. .
Ni una palabra, mister John. Que nadie
sepa que le ha sido robado el talismán.
Comprometería usted el éxito de nuestros
trabajos. ¿Vamos?
Vamos. (Se van Holmes y Cárter.)
Pero, señor; si no es posible. |Si aquí no ha
entrado nadiel..
Voy yo también a practicar mis pesquisas,,
querido John. Precisa averiguar si tiene esta,
cámara alguna puerta secreta... Aguarda...
(Vase.)
(Perplejo.) Nada; no me lo explico. Porque-
yo. . ¡Caramba! Yo...
a
^ Él
íikííB,
'Cam.
£iAMB.
<¡Jam.
Lamb.
JOHK
€am.
Mar.
■Cam.
LaIüb.
John
Thüm
John
Thüm
JOHN_
Thüm
John
HOLMES
John
LUPIN
Cárter
JoHN
(por el íoro.) jCuán hermosó está el mar! Me
atrae esta noche con influjo magnético. Le
arrojaría mi fortuna toda. (Hace sonar an tim-
bre.) Solo seré feliz cuando duerma en su
seno el sueño del <jue no se despierta. Por-
que el mar será mi tumba. Sí.
(Entrando,) ¿Señora?
Que arrojen al mar... (Queda repasando con la
vista todos los objetos que hay en la cámara.)
La señora dirá;.
Ese piano.
(Vase el Camarero.)
(por mis Lambrag.) (Bucuo, cstá como para qué
le pongan una camisa de fuerza.)
(Pot el toro entran el CAMARERO y cuatro MARI-
NEROS.)
Anda.
¿Qué, también?
Obedecer y callar.
(cargan «con el pifl no.)
Cuidado, no estropearle.
"¡Para lo que ha de servirl... (Hacen mutis por
el toro mis Lambrag y los Marineros con el piano.)
Me gustaría ser el hombre de más fuerza
del muiidó para darle a la reina esta uña/
patada en el reinado y desbaratarle el
trono.
(Asomando por el toro.) ¿Mister John?
¿Eh?
Mucho ojo. Los tres de la paliza andan ron-
dando la Cámara.
{Caray! Escucha: procura alejarlos, porque
ahoía no me conviene la agresión.
Siendo ante testigos...
De ninguna manera, hombre. ¿No ves (Jue
me han robado el talismán? A mí me con-
vienen las morradas teniendo el talismán
en el bolsillo; pero ahora... Anda, anda, dis-
traelos.
(Vase Thum.)
(Por la izquierda con CÁRTER y LUPIN.) Es ex-
traño, mister John. Lupiíí asegura bajó su
palabra de honor que en esta ocasión no ha'
intentado tampoco apoderarse de él.
No lo creo.
¡Caballero!...
Yo creo en su palabra, mister John.
Entonces ..
— 18^
HOUIES
John
Cárter
John
I^UPIN
HOLMES
LüPIN
HoLMES
Cárter
John
CüT
Kant
QUILL
CüT
John
CüT
John
CCT
John
CüT
Kant
CüT
QüILL
Vamos a ver reconstitayamos el hecho»:
Usted...
Yo me Eenté ante esta mesíta» de espalda»
al piano.
¿En? ¿Qué ha sido del piano, mister John?
Acaba de arrojarlo al agua esa imbécil de
miss Lambrag.
K VlaldiciÓnll (lotenta correr y Holxnes i% detiene.}
¿Qué?
Que dentro del piano estaba Fantomas.
¡Hay que salvarle! (Vaie por el loro quitándose-
la americana.)
Hay que rescatar el amuleto. |A1 agua, Car.
terl
I Al agua, Holmesl (Se yan por el foro qnitándose
las americanas.)
(Dejándose caer en una bataca desalentado.) Esto nO*
me gusta. Porque si el amuleto se pierde...
Eso de la pérdida del amuleto no está pre-
visto en el testamento, y...
(Por el foro entran como sombras CÜT, KANT t
QUILL» tres tios que dan miedo.)
Eb ese, ¿no?
Ese.
¿Quién ventila primero?
Yo.
(Que aúít no los ha visto.) BuenO. Yo lo que-
tengo que hacer ahora es guardarme, por*.'
que si ahora me pegan es completamente.
infructuoso, (s» levanta.) Bueno, el que tenga '
la herradura, va a saber los puntos que yo-
calzó. .
(Cogiéndole del braco.) Venga conmígo, Caballero.
¿Eh?
Aquí, a este saloncito; deseo hablarle sin.
testigos.
Pero...
Venga, venga. (Se lo lleva por la izquierda, y ea
seguida se oye un ruido de bofetadas que asusta. En-
tretanto, Kant y Quill hacen gimnasia y flexiones para.
entroQftrs^O
Señor Cut.
(saliendo y quitándose una muñequera.) Ahí qUCda.
(Kant entra en el Saloncito y Cut se va por el foro.
Dentro suena de nuevo una serie de trompadas T
bofetadas.)
(Llamando también a la puerta.) jSeñor Kautl. ..
Déjemelo vivo, (saie Kant.) ¿Respira?
I
— 89 -.
Kant
QuiLL
AUCIA
John
AuciA
John
Alicia
John
Creo que sí.
(Entra QuiU eiEi el saloncito y se va Kant por el foro.
Nuevos golpes. Sale John como una pelota y se deja
caer sin fuerzas en el diván.)
iSsildadosI (Se va por el foro, cruzándose con
ALICIA que entra.)
¡Fué Fantomas, Johri! Gracias al reflector
se le ve nadar hacia la orilla en compañía
de Lupin y perseguidos por Holmes y por
Cárter... Pero ¿qué tienes, león invencible?
Nada... Un ligero vértigo.
¿Quieres que te traiga un poco de ron o un
poco de anís?
Un poco de áxnica.
¡Qué genial! ¿En una copa, titán mío?
¡En un cubol..»
(Telón.)
MUTACIÓN
CUADRO SEGUNDO
Una calle de Buenos Aires. £s de día.
Fakt
LüPIN
Cárter
Holmes
Fant.
Lupin
(a la puerta de un bar que ostenta el titulo de *Bar
Chirimoya» están Sentados tomando un refresco HOL-
MES, CÁRTER, LÜPIN y FANTOMAS.)
No debéis hacerme inculpaciones puesto
que vosotros tuvisteis la culpa. Si no me
hubieseis perseguido con aquel ensañamien.
to, yo hubiera nadado un poco más despa-
cio y no hubiera tenido necesidad de des-
prenderme del amuleto. Pero cuando me
sentí rendido y creí que mi vida peligraba,
tiré el amuleto y hubiera tirado un tesoro
cien veces mayor.
¡Qué lástima! Después de cinco meses de
' incesantes trabajos...
Y de continuos gastos, que es lo peor. He.
mos hecho un bonito negocio.
En fin, ya no tiene remedio.
Lo que más me indigna es que ese imbécil
dQ mister John se salga con la suya.
Poco a poco; yo creo que habiéndosele per-
dido el amuleto...
- 40 •«
Fant.
Cárter
HOLMES
Fer.
HoLMES
Fer
HoLMES
Todos
HOLMES
Cárter
LüPIN
Fant.
Parr.
Fer.
Parr.
Fer.
Parr.
Fer.
Parr.
Cahter
Holmes
Fant.
LuPIN
Holmes
jClIarol El, ein herradura no puede dar un
paso.
Tiene que renunciar a la herencia, como
nosotros.
Estáis completamente equivocados. Con o
sin amuleto, si mister John prueba (yote du-
rante los seis meses ha sido agredido, los
dos millones de libras serán para él. Esa
debe ser también su oponión, y sin duda
para hablarnos de ello nos ha citado en este
bar.
(Entra eo escena FERNANDEZ con an telegrama en
la mano.) '
¿Mister Holmes?...
¿Qué deseas?
Este aerograma....
Bien. (Lo toma Y se va Fernández. Leyendo el aero-
grama y mordiéndose una mano.) ¡¡Ahll... |Esta
burla!...
¿Eh?
Lea, amigo Cárter.
(Leyendo y aporreando* la mesa.) ||MaldÍtaI! ..
(pandólo a Lupln.) Vea USted.
(Ídem) ¡jira de Diosil Lee, Fantomas.
¡¡Maldiciónl!
(Los cuatro hacen al mismo tiempo un gesto de ira y
de desesperación. Salen del bar P ARRONDO y FER-
NÁNDEZ. Ambos visten el traje del pois.)
Ya lo sabes, compañero; me buscas seis
compadres que peguen duro y parejo, y
mañana a las tres en punto les espero en
mi estancia.
Yo iré con ellos, amigo Parrondo.
Le advierto que el inglés es un hércules, y
al decir de mi hermana es el hombre más
valiente del mundo.
Aunque así sea, se le perjudicará.
No quiero su muerte, ¿sabe? Castigarle no
más.
Está bien.
Hasta luego. (Se va. Fernández entra en el bar.)
Entonces, ¿cree usted, querido Holmes, q^ue
mister John está enterado de lo que dice
este aerograma?
Lo deduzco.
¿Y qué interés puede tener?...
¡Silencio!
¿Eh?
i- 41 ^
LüPIN
^JOHN
Todos
John
.Todos
>J0HN
HOLMES
JCHN
Thüm
John
Fer.
John
<3arter
LuPIN
Fant.
HoLMES
Jlhn
¡MisterJohnl
(En efecto, entran en escena JOHN y THUM. Vienen
vestidos de gauchos.)
(a Tham.) Ya sabes; cuando oigas la palabra
evidente, me coceas. (Acercándose al grupo.)
¿Señores?... .
(indinándose.) Mister John...
Sentaos. (Todos se sientan. Queda de pie Thum.)
Les habrá extrañado, sin duda alguna, esta
cita, ¿no es cierto? Porque perdido el talis-
mán, detalle que no estaba previsto en el
testamento de Harris Puff , y descartada por
tanto la probabilidad de que obtengan uste-
des el premio fijado, nada tengo ya que ver
. con ustedes. Esto es evidente.
(Thnm le da una patada a mister John y éste sin
querer rompe parte del servicio que hay en la mesa.)
¿Eh?
(Que estaba en la puerta del bar.) (¡Un bochinche-
ro! ¡Pues como se descuidel...)
(Muy satisfecho.) Señores, los dos millones de
libras son ya míos. He sido agredido ante
ustedes. ¿Es esto cierto?
Es también evidente.
(Thum arrea a mister John otra patada.)
IjThum!!... |Carayl Que con una es suficiente.
Óomo usted me dijo...
(Basta!
(f hum se sienta.)
(Me voy por no buscarme una ruina. Pero
como yo caja a ese sinvergüenza por mi
cuenta...) (Entra en el bar.)
Pues bien, señores; considerándome ya como
propietario de la herencia de mister Puff,
estoy dispuesto a regalar a cada uno de us-
tedes cincuenta mil libras si me ayudan a
salir airosamente de una empresa arriesga-
: dísima.
iHola!
iCincuenta mil. libras!...
Sepamos.
Expliqúese, mister John.
Yo, señores, como ustedes saben, estoy ena-
morado de misb Alicia de tal manera, que,
vamos, si el propio Romeo resucitara, com-
prendería que había hecho el ridículo, por-
que no registran los anales del amor una
pasión tan vehemente como la mía.
— 4*2 —
HoLMbS
John
Cárter
John
HOLMES
F*NT.
John
LOPIN
John
Cárter
John
Fant.
LüPIN
HoUfES
John
HOLMES
John
lOhf
Es UDa paeión avaeailadora. Ahora bien; lo»
hermanos de Alicia quieren que esta pasión
sea pasión y muerte, y para eso necesito de
ustedes. Quieren matarme, y yo no estoy
dispuesto a morir^ y menos ahora que 1&
fortuna me sonríe.
Bien, pero...
Oigan ustedes la carta que he recibido esta
mañana, (saca un papel y lee.) cAmigazo: Nos
dicen que es usted un valiente y que tiene
deseos de bailar esa deliciosa danza argenti-
na que se llama el Pericón. Le aguardamos
mañana a las tres, en nuestra estancia del
Macanazo, para hacerle fiestas. Tenemos
ganitas de verle bailar. Venga si es valiente.
Se le ríen, Pancho y Chito Parrondo.t ¿Eh?
¿Qué tal? En cuanto yo leí esto de hacerme
fiestas, que está subrayado, y lo de las gani*
tas de verme bailar, que también está sub.
rayado, pensé: como no vean bailar a la
Bilbainita... Pero como Alicia me cree in-
vencible, me ha dicho:— Iremos a la estan-
cia, león africano, quiero que sepan quién
eres Pancho y Chito. Yo repliqué, pero ella
me dijo:— Nada, nada, que quiero que te co-
nozca Pancho. — Pero mira, muier. — Y Chi-
to. Yo me callé por no llevarle la contraria»
Y excuso decir a usted mi situación. Si voy
me majan y si no voy pierdo el cariño de
Alicia, y antes que eso me corto las venas.
Y ustea quiere que nosotros le protejamos.
Y que mantengamos su cartel de invenci-
ble.
Eso. Quiero quedar en la estancia como un
león, no como un cordero-
Pues por mi parte. .
Son cincuenta mil libras, señores.
Esta es mi mano, mister John.
¡Oh! ¿Conformes?
Conformes.
¡Salto de alegría!
Mañana, a las tres, en la estancia del Ma-
cañazo.
Pues hasta mañana. Thum, vamos a reunir-
nos con Alicia. ¿Señores? (se inclina.) ¡Ah^
— 48 -
Pancho y Chitol... Mañana veréis quién e»
. el león africano, (vase.)
HoUüBS (Aparte a Cárter, Lupín y Fantomas.) |Canalla!..«
¿Os habéis convencido? (sacando el telegrama T
golpeándole.) Está enterado de esto..*
LupiK jHa venido a engañarnosl
Fant. i a nosotros!
Cárter jAhl Pero mañana sabrá que no se juega.
impunemente con Nick-Carter.
Pant. Ni con Fantomas.
HoLMES Venid; pongámonos de acuerdo. Nuestra
. venganza ha de dejar memoria. I Lo jurol
Todos ;Lo juramosl ¡¡¡Ahll!
(Telón.) ' '.
MUTACIÓN
CUADRO TERCERO
Paisaje argentino. A un lado la tranquera que cierta ^1 potrero. ÁI
fondo un rancho, a un lado de un corpulento ombú. A todo forcK
la pampa.
Vid.
Mart.
María
Mart.
María
Mart,
María
Martín
Mart.
Martín
Mart.
Vas.
(ai levantarse el telón están en escena MARTINIAN0,,
trenzando un, lazo, y MARÍA cebando un mate a la.
puerta del rancho. Oyese dentro una melancólica vi»
dalita.)
Palomita blanca,,
vidalita
del pechito azul,
dile que yo lloro,
vidalita,
tanta ingratitud.
¡Tristes son las vidalitas!
Tristes como mis amores.
Alégrese, chinita, que hoy va a haber fiesta
en el pago.
Ya están preparando el con-cuero.
Ya llega el vasco Martín con su hija.
Linda la vasquita.
(Vestido de vasco, por la derecha.) {SerdiuSÚl
jUngui tasú! ^, Viene al baile?
¡Traer a mi hija, bay, bay!
A ver si saca novio, ¿no?
Ni falta que me hase, ¿sabe? Muchos m€^.
i . ', andan arrastrando el als^, pero a mi ¡con la
piolita! ÍjOB. hombres son como picaflor, van
de una en otra, y luego, ¡si te pierdes, chí-
flame!
Mart. . .Tiene razón mi hija.
Vas. Pero ahora, me anda afilando un gaucho
más compadre que pata de catre, el más
valiente del pago. ]A éste no hay quien le
pise el poncho!
Mart. Pues cuidadito, que hoy viene un extranjero
que dicen que es un tigre.
Vas. ía llegan los puesteros. Vengan, mucha-
chas.
Martín Guisona ederra y escacha, polita también,
¡bay, hay!
(Salen GAUCHOS y MOZAS y quedan hablando en gru-
po en segundo termino. Al mismo tiempo salen por la
primera derecha, PANCHO, de americana y bota, y
CHITO, de gaucho, por el rancho.)
Pan. Se acerca el momento. Ya han salido de la
estancia los viajeros.
<¡Jhitp . Pues ya lo sabes, la pateadur?i ha de ser mar-
ca chancho.
Pan. ¿a ver si resulta un valiente y nos golpea a
todos?
Chito Eso es lo que ptifecisamos saber. Para ver si
/ le podemos hacer de los nuestros.
(siguen hablando. La Vasquita y Martín bajan a pri-
•'- ' ' mer término.)
Vas. Miie, tatita; los capataces la están conver-
sando.
Martín ¡l^ayí bayl
Vas. ¿y sabe lo que tratan?
Martín jNada que me sé, no, no!
Vas. Que le preparan Chito y Pancho una patea-
dura a un extranjero que viene con la pa-
troncita.-Pero no saben cómo dársela. Pancho'
quiere castigarle con bulla y Chitó, callando.
Mire, ya llegan. Linda punta de extranjeros.
Mire, tatita, qué linda la patroncita. Y aquel
debe ser el valiente que disen.
(Salen por el foro derecha, H0LME8, CÁRTER,' LÜ-
PIN, FAKT0MAS, .THüM, JOHN y ALICIA. Los cua-
tro primeros, disfrazados.)
John (vestido de gaucho y con grandes espuelas.) BstC eS
el sitió, ¿no? Aquí voy a ser el héroe, <
AiiCTA El terror del pago.
John ¿Cómo del pago?
AuciA AI campo le llamamos el pagó.
John lAh, yá! Pues a ver si en el pago cobro. ¿Qu6
es aquello?
AuciK XJií rancho.
JÓHN Pues me gusta el rancho. ¿Qué te parece»
Thum?
Thüm Bien.
John ¿Bien?
Thum Bien.
John Bien. ¿Y acjui ha de ser la fiesta?
Vas. Aquí mismito. Verá cosa linda. Venga, pa-
troncita.
John Perfectamente, (a AUcia ) Con tu permiso.
(a Holmes, Cárter, Lupia y Fantomasy (Jn momen-
to, señores. (Lob Ueva a un extremb.) De modo*
que hemos quedado en que yo he de coger-
les la vez, ¿no?
HoLMBS Justo.; Mucha energía, mucha gallardía. Utía
gallardía ofensiva; ¿eh?
John Pero...
Cárter No tema; aquí estamos nosotros.
LüPiN Claro.
John Bueno. Pero cuando yo necesite de uste-^
des...
Fant. Nos llama y íisto.
John Pero ¿cómo? Korque si digo vuestros nom-
bres comprendería Alicia que vengo prote-
gido, y aaiós cariño.
HoLMES Es verdad. Busquemos una palabra que noa
•sirva de consigna.
LupiN Eso, una palabra breve ..
HoLMEs Ya. ¡Olél
John ¿Qué?
HoiMEs jOlél
John Pero, ¿ole el qué?
ÍIoLMES Digo que esa debe ser la palabra, ¡olél
John |Ahl Ya. Pues bien, ole. ¿Estamos?
Cárter \
LupiN > jOiél
Fant. )
John Y no olviden ustedes que son cincuenta mil
• libras. (Se separa de ellos y se une a Alicia.)
Thum (Hay en este rancho un olor a bofetadas...)
HoLMES (a Cárter y a Lupin.) Su cinismo cs extraordi-
nario.
Cárter Nos cree imbéciles.
LüPiN ¿Ha recibido usted nuevos cablegramas dé
Londres, mister Holmes?
- A^ -
HOLMES
Cárter
LUPIN
fiOLUES
AUCIA
John
John
Alicia
John
TbuM
John
Alicia
"Chito
Vasqüita
John
Yasqüita
Alicia
John
Chito
ÁUCIA
Chito
John
Pan.
Si. La noticia de ayer me ha sido confirma .
da. jira de Dios!...
¡Malhayal...
(Mil rayos! .. Y ¿signe usted creyendo qu&
mister John lo saber
£btoy seguro. Mis deduccioncE me han lle-
vado a esa creencia.
(viendo entrar en escena a CHITO y a PANCHO pro-
vhtos de sendas estacas.) |Ohl Protéjeme, león
invencible; son ellos, mis hermanos.
(]CarayI) (con gran aplomo y haciendo un par de
flexiones.) {Oh! ¿Son ustedes los hermanos de
mi Alicia?. . Caramba, caramba. . ¿bl lan-
cho y el Chito?. . Ya tenia yo ganas de que
ños viéramos... (Les escape a los piés. Caramba,
caramba... (a AUda.) Creí que tenían mejor
presencia... (Lís vuelve a escupir.)
(Botusiasmada.) (No ha conocido el miedo...)
(|Caray, qué trancas han sacado!)
Buenas tardes, hermanos. Aquí estoy. He
auerido destruir con mi presencia esa leyen-
a de venganzas. I oreso ne venidocon John,
con el hombre invencible, con el tigre de los
arenales, que es para mí cordero pascua-
lísimo.
(a Alicia ) Déjalos. (Vuelve a escupir.)
(Cuando yo digo que me huele a tortas.)
Bueno, ¿y qué hubo de ese baile? (a Alicia )
¿Se dice así en gaucho?
Prepárense, muchachas, que el rey del val?r
quiere bailar con ustedes.
]Va bailará!
¿Sabe el Pericón nacional?
A bordo lo hemos bailado mil veces. Yo lo
mandaré. ¿Quiere echar una piernita con-
migo?
Si la patroncita no se enoja...
Baila con él. Te lo dejo usufructuar.
Pues formen las yuntas y empiecen los firu-
letes. (Estoy hecho un Juan Moreira!
(fiailan el ■Pericón». Véase la nota del final.)
(ai terminar el baile.) |Muy bien! Ahora veamos
si en efecto es valiente.
Veamos.
Diga, compañero: ¿y es usted tan bravo co-
mo disen?
nMásü
Y ¿serla usted capaz de pelear conmigo?
- 47
John
Chito
John
Ohito
John
AuciA
John
-Chito
John
\UCIA
John
AuciA
John
Alicia
Chito
John
Alicia
IHOLMES
AuciA
JüHN
Alicia
John
TThüm
John
HOLMES
John
¿Cómo no?
Paes prepárese, que para eso era la fiesta
¿Para eso? ¿Es decir, que me han tendido
un lazo?
|¡Y dos másll (a una señal de Chito, caen sobre
mlster Johu cuatro Gauchos y lo maniatan.)
jSoItadme, cobardes, soltadme!...
A ellos, John. (A ellos!
8i se lo digo a ellos; soltadme. (noimes, Cárter,
Lupin y Fantomas se hacen loa distraidos.) (| Caray!
Pero, ¿qué hacen esos que no me auxilian?)
jEa! Dos estacasitos pa prinsipiá...
(Martiniano y otro Gaucho, con unas estacas simuladas,
le arrean con fuerza dos estacazos.)
llOlél!... iiOlé!!..,
lAh! No te duele; eres invencible como Plon.
Si, vida mía, sí... {Mi madre! ¡Que dos ga-
rrotazos! (Le vuelven a pegar.) IjOlé!! .. ;.Pero nO
oyen ustedes que estoy diciendo ole?
(Los otros siguen haciéndose los distraídos.)
Dadle bien fuerte, imbéciles; a él no le im
porta .. es invencible.
(|Mi abuela!) Cállate tú. . niOlélI! ..
¿No oís cómo se jalea?
Dos estacasitos en la cabeza de parte mía
I¡Noll iHolmesl... [Cárter!. . ¡Favor!
(Asombro de todos.)
¿Eh?
(Quitándose el disfraz.) Basta, scñores; está su-
ficientemente castigado. Soltadle. Os lo su
plica Sherlock Holmes.
(Le sueltan.)
Pero...
Perdóname, no soy fuerte; no soy león, pero
te amo .
(con marcada repugnancia.) jAh!... (se aparta de él.)
(Llorando.) jThum! jAmigo Thum!...
Esta vez los palos le han tocado a usted.
¿Cómo que me han tocado? ¡Me han deshe-
cho! Pero, ¡ah!, cada estacazo me ha hecho
ganar cincuenta mil libras, porque no os
pago.
¿Con qué ibas a pagarnos, imbécil? ¿Tú no
sabes lo que ocurre? Has perdido tu tiempo
como nosotros. Lee. (Le da uu telegrama.)
«Los dos millones de mister Puff han
sido robados». ¡Maldición! ¿Pero quién ha
sido?
-^ 48 *
HoLMES Esa es mi desesperación. No lo sabemos.
¿Quién puede ser más hábil que nosotros?
AuciA Yo. He querido honrar la memoria de mi^
abuelo.
HoLMES ¿Pues quién eres?
AiiciA {|La nieta de Rocambolel!
(Todos se descubren respetuosamenle.)
LupiN buya es la fortuna (Honremos la memoria
del maestrol
Los CUATRO (¡Gloria a Rocambolell
John ¡Mecachis en tu abuelol...
Benévolo espectador:
para salvar nuestro honor
pedimos en mancomún
que perdones, por favor,
primeramente al autor
y después a Jhon y a Thum.
(Telón.)
FIN DE LA OBRA
Pericón J^acional
c^S
vycv ^' vftiV'vvW
I [j MU 1 1 I i ir iTpL^ TT fij^
í
^
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tfW'
./^*v»arc<»//»
Fr^
V^
A "^mT
I?i|ITi.T^li i
^/3p¿.
I i ' i
;iLi'jjiuii
Á la voz de «en su puesto firme» se paran todas laS
parejas; y a la de «una cargadita» se pasan las manos
de la pareja por encima de los hombros (fotografia
niim. 4) y así se camina hasta la voz «con media vuel-
ta, dejar que nos lleven» /entonces se da media vuelta
sin soltar las manos quedando ellas delante.
Cuando dice John «una jarrita con su mete y saca»
se sueltan las parejas y las señoras caminan delante
con los brazos en jarras, mientras los caballeros in-
tentan meter las manos alternativamente en el hueco
de los brazos de las señoras (fotografia niim. 5).
Al decir «a formar la grandota» se toman todos de
las manos, constituyendo la rueda.
A la voz «vamos a echar las mozas al corral» se
suelta a la señora, que forman una rueda dentro de la
constituida por los caballeros (fotografía núm. 6) y
ambos ruedas giran en sentido contrario hasta la voz
de «coronar a su compañera». Al llegar los caballeros
frente a su pareja^ sin soltar las manos, pasan los bra-
zos sobre los de la señora, enlazándose así las dos
ruedas.
A la voz de «ellas a nosotros» sueltan ellos las ma
nos y pasando los brazos por debajo de los de las seño-
ras, vuelven a enlazar las ruedas en sentido contrario.
A la voz de «un paseíto con la compañera» se suel-
tan todos y dando el brazo a la que forma su pareja
pasean éstas una tras otra, hasta que dice John «ca-
dena». En ese momento forman la cadena como en
el rigodón, hasta que al decir: «contramarcha al llegar
a sus compañeras» se da una vuelta con ella para ha-
cer la cadena en sentido contrario.
Al decir John «un paseíto con la compañera» se
repite la figura del paseo; y cuando dice «a formar el
pabellón de la patria», toman el pañuelo de las seño-
ras, ellas con lá mano derecha y ellos con la izquierda,
sin soltarse del brazo y unen las señoras las manos
en el centro, en alto, formando la bandera argentina,
(Fotografía núm. 7.) Así dan vueltas hasta la voz «en
su puesto firme», se separan las parejas y llegan a su
sitio primitivo; y a la voz «un puentecito», la pareja
del fondo se toma de las manos y todas las otras, sin
soltar las manos, pasan por debajo, dando vueltas
hasta colocarse en fila ante la batería; entonces las se-
ñoras se arrodillan y los caballeros las ponen sus
sombreros. (Fotografía núm. 8.)
Bueno, como verá el lector, la explicación del bai-
lecito se las trae, pero no hay otra manera más clara
de explicarlo. Si el Director de la Compañía tiene
iniciativas, que ponga el baile a su gusto y si no las
tiene ni entiende estas líneas, que mande a la Argen-
tina por un gaucho para que le dé lecciones.
Obras de Pedro CQuñoz Seca
Las gumreraSy juguete cómico-lírico. Música del maestro
Manuel del Castillo.
El contrabando, sainóte. (Décima edición).
De balcón á balcón, entremés en prosa. (Tercera edición.)
Manolo el aMaáoTj sainete en tres cuadros. Música de los
maestros Barrera y Gay.
El cantrábandot sainete lírico. Música de los maestros
José Serrano y José Fernández Pacheco. (Sexta edi-
ción.)
La casa de la juerga, sainete lírico en tres cuadros. Mú-
sica de los n^aestros Quinito Valverde y Juan Gay.
El triunfo de Venus, zarzuela cómica en cinco cuadros.
Música del maestro Ruperto Chapi.
Una lectura, entremés en prosa. (Segunda edición.)
Celos, entremés en prosa. (Segunda edición.)
Las tres cosas de Jerez, zarzuela en cuatro cuadros. Mú-
sica del maestro Amadeo Vives. ,
El lagar, zarzuela en tres cuadros. Música de los maes-
tros Guervós y Carbonell.
Á prima fija, entremés en prosa.
El niño de San Antonio, sainete lírico en tres cuadros.
Música del maestro Saco del Valle.
Floriana, juguete cómico en cuatro actus, adaptado del
francés.
^Cos apuros de Don Cleto, juguete cómico en un acto.
Mentir á tiempo, entremés en prosa.
El naranjal, zarzuela cómica en un acto y un solo cua-
dro. Música del maestro Saco del Valle.
Don Pedro el Cruel, zarzuela cómica en un acto y un solo
cuadro. Música del maestro Saco del Valle.
til fotógrafo, jugaete cómico en un acto.
El jilguerillo de los Parrales^ saínete en un acto.
La neurastenia de Satanás, zarzuela cómica en cinco cua-
dros. Música de los maestros Saco del Valle y Fo-
glietti.
Mari-Nieves, zarzuela en cuatro cuadros. Música del
maestro Saco del Valle.
Tentaruja y Compañía, pasillo con música del maestro
Roberto Ortells.
¡Por peteneras!, saínete lírico. Música del maestro Ra-
fael Calleja. (Segunda edición.)
La canción húngara, opereta en cinco cuadros. Música
del maestro Pablo Luna.
La mujer romántica^ opereta en tres actos, adaptación
española.
El medio ambiente, comedia en dos actos.
Coba fina, sainete en un acto. (Segunda edición.)
Las cosas de la vida^ juguete cómico en dos actos* (Se-
gunda edición.)
La nicotina, sainete en prosa.
Trampa y cartón, juguete cómico en dos actos. (Tercera
edición.)
La cucaña de Solarillo, zarzuela en un acto. Música del
maestro Pablo Luna.
El modelo de Virtudes, juguete cómico en dos actos.
López de Coria, juguete cómico en dos actos.
El bien público, sátira en dos actos.
El milagro del santo, entremés en prosa.
El incendio de Boma, juguete cómico con música del
maestro Barrera.
El Pajarito f comedia en dos actos.
El paño de lágrimas, juguete cómico en tres actos.
Fúcar XXI, disparale cómico en dos actos.
Pastor y Borrego, juguete cómico en dos actos. (Segunda
edición.)
La niña de las planchas, entremés lírico.
Cachivache, sainete lírico. Música del maestro Rafael
Calleja.
Naide es wa/ sainete en un acto y tres cuadros. Música
del maestro Tabeada Steger.
Él roble de da Carosa*, comedia en tres aclos.
La frescura de Lafuente, juguete cómico en tres actoiá.
(Segunda edición.)
La casa de los crímenes, juguete cómico en un acto
La perla ambarina, juguete cómico en dos actos.
La Remolino, sainete en un acto.
Lolita Tenorio, comedia en dos actos.
Los que fueron, entremés en prosa.
La escala de Milán, apropósito.
La conferencia de Algeciras, apropósito.
El verdugo de Sevilla, casi sainete en tres actos y en
prosa. (Segunda edición.)
Doria María Coronel, comedia en dos actos. (Segunda
edición.)
El Príncipe Juanón, comedia dramática en tres actos y
prosa.
El último Bravo, juguete cómico en tres actoH. (Segunda
edición.)
La locura de Madrid, juguete cómico en dos actos.
Hugo de Montreux, melodrama en cuatro actos.
El marido de la Engracia, sainete en ún acto, dividido
en tres cuadros, en prosa, música de ios maestros Ba-
rrera y Taboa'Ja Steger.
La traición, melodrama en tres actos.
Los cuatro Eóbinsones, juguete cómico en tres actos y en
prosi.
Adán y Evans, monólogo.
El rayo, juguete cómico en tres actos y en prosa. (Cuar-
ta edición.)
El sueno de Valdivia, sainete en un acto. (Segunda edi-
ción).
Albi'Melén, obra de pascuas en dos actos, divididos en
cuatro cuadros, música del maestro Calleja.
El último pecado, comedia en tres actos y un epílogo.
(Segunda edición.)
John y Thuní, disparate cómico-lírico-bailable en dos
actos, divididos en seis cuadros.
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