Skip to main content

Full text of "John y Thum: Disparate cómico-lírico-bailable en dos actos, divididos en ..."

See other formats


Google 



This is a digital copy of a book that was prcscrvod for gcncrations on library shclvcs bcforc it was carcfully scannod by Google as parí of a projcct 

to make the world's books discoverablc onlinc. 

It has survived long enough for the copyright to expire and the book to enter the public domain. A public domain book is one that was never subject 

to copyright or whose legal copyright term has expired. Whether a book is in the public domain may vary country to country. Public domain books 

are our gateways to the past, representing a wealth of history, culture and knowledge that's often difficult to discover. 

Marks, notations and other maiginalia present in the original volume will appear in this file - a reminder of this book's long journcy from the 

publisher to a library and finally to you. 

Usage guidelines 

Google is proud to partner with libraries to digitize public domain materials and make them widely accessible. Public domain books belong to the 
public and we are merely their custodians. Nevertheless, this work is expensive, so in order to keep providing this resource, we have taken steps to 
prcvcnt abuse by commercial parties, including placing lechnical restrictions on automated querying. 
We also ask that you: 

+ Make non-commercial use of the files We designed Google Book Search for use by individuáis, and we request that you use these files for 
personal, non-commercial purposes. 

+ Refrainfivm automated querying Do nol send automated queries of any sort to Google's system: If you are conducting research on machine 
translation, optical character recognition or other áreas where access to a laige amount of text is helpful, picase contact us. We encouragc the 
use of public domain materials for these purposes and may be able to help. 

+ Maintain attributionTht GoogXt "watermark" you see on each file is essential for informingpcoplcabout this projcct and hclping them find 
additional materials through Google Book Search. Please do not remove it. 

+ Keep it legal Whatever your use, remember that you are lesponsible for ensuring that what you are doing is legal. Do not assume that just 
because we believe a book is in the public domain for users in the United States, that the work is also in the public domain for users in other 
countries. Whether a book is still in copyright varies from country to country, and we can'l offer guidance on whether any specific use of 
any specific book is allowed. Please do not assume that a book's appearance in Google Book Search means it can be used in any manner 
anywhere in the world. Copyright infringement liabili^ can be quite severe. 

About Google Book Search 

Google's mission is to organizc the world's information and to make it univcrsally accessible and uscful. Google Book Search hclps rcadcrs 
discover the world's books while hclping authors and publishers rcach ncw audicnccs. You can search through the full icxi of this book on the web 

at |http: //books. google .com/l 



Google 



Acerca de este libro 

Esta es una copia digital de un libro que, durante generaciones, se ha conservado en las estanterías de una biblioteca, hasta que Google ha decidido 

cscancarlo como parte de un proyecto que pretende que sea posible descubrir en línea libros de todo el mundo. 

Ha sobrevivido tantos años como para que los derechos de autor hayan expirado y el libro pase a ser de dominio público. El que un libro sea de 

dominio público significa que nunca ha estado protegido por derechos de autor, o bien que el período legal de estos derechos ya ha expirado. Es 

posible que una misma obra sea de dominio público en unos países y, sin embaigo, no lo sea en otros. Los libros de dominio público son nuestras 

puertas hacia el pasado, suponen un patrimonio histórico, cultural y de conocimientos que, a menudo, resulta difícil de descubrir. 

Todas las anotaciones, marcas y otras señales en los márgenes que estén presentes en el volumen original aparecerán también en este archivo como 

tesümonio del laigo viaje que el libro ha recorrido desde el editor hasta la biblioteca y, finalmente, hasta usted. 

Normas de uso 

Google se enorgullece de poder colaborar con distintas bibliotecas para digitalizar los materiales de dominio público a fin de hacerlos accesibles 
a todo el mundo. Los libros de dominio público son patrimonio de todos, nosotros somos sus humildes guardianes. No obstante, se trata de un 
trabajo caro. Por este motivo, y para poder ofrecer este recurso, hemos tomado medidas para evitar que se produzca un abuso por parte de terceros 
con fines comerciales, y hemos incluido restricciones técnicas sobre las solicitudes automatizadas. 
Asimismo, le pedimos que: 

+ Haga un uso exclusivamente no comercial de estos archivos Hemos diseñado la Búsqueda de libros de Google para el uso de particulares: 
como tal, le pedimos que utilice estos archivos con fines personales, y no comerciales. 

+ No envíe solicitudes automatizadas Por favor, no envíe solicitudes automatizadas de ningún tipo al sistema de Google. Si está llevando a 
cabo una investigación sobre traducción automática, reconocimiento óptico de caracteres u otros campos para los que resulte útil disfrutar 
de acceso a una gran cantidad de texto, por favor, envíenos un mensaje. Fomentamos el uso de materiales de dominio público con estos 
propósitos y seguro que podremos ayudarle. 

+ Conserve la atribución La filigrana de Google que verá en todos los archivos es fundamental para informar a los usuarios sobre este proyecto 
y ayudarles a encontrar materiales adicionales en la Búsqueda de libros de Google. Por favor, no la elimine. 

+ Manténgase siempre dentro de la legalidad Sea cual sea el uso que haga de estos materiales, recuerde que es responsable de asegurarse de 
que todo lo que hace es legal. No dé por sentado que, por el hecho de que una obra se considere de dominio público para los usuarios de 
los Estados Unidos, lo será también para los usuarios de otros países. La l^islación sobre derechos de autor varía de un país a otro, y no 
podemos facilitar información sobre si está permitido un uso específico de algún libro. Por favor, no suponga que la aparición de un libro en 
nuestro programa significa que se puede utilizar de igual manera en todo el mundo. La responsabilidad ante la infracción de los derechos de 
autor puede ser muy grave. 

Acerca de la Búsqueda de libros de Google 



El objetivo de Google consiste en organizar información procedente de todo el mundo y hacerla accesible y útil de forma universal. El programa de 
Búsqueda de libros de Google ayuda a los lectores a descubrir los libros de todo el mundo a la vez que ayuda a autores y editores a llegar a nuevas 
audiencias. Podrá realizar búsquedas en el texto completo de este libro en la web, en la página |http : / /books . google . com| 



V 



PEDRO MUÑOZ SECA 



JOHN YTHUM 



DISPARATE CtmCOLÍfflCOBAILABLE 



en dos actos» divididos en seis cuadros» original 








Copyíiiiit, by Pedro Muñoz Seca, 1917 



SOaEDAD DE AUTORES ESPAÑOLES 



1918 



■ ^^W m^^m^^^ñ 



-i 



LOAN STACK 






Para el graciosisii^o actor Joa» 
^üú) Moi)fero« colaborador ipío ei) 
esta obra« coi) ui) abraso ipuy fuer'- 



^e de 



W/o/éuáft^ 



*v*y*v 



LOAN STAOC 






Para el graciosisii^o acfor Joa* 
^üíi) Moi)fero« coTaborador ipío ei) 
esta obra, coi) ui) abrai o n)uy fuer'- 
íe de 



^fyvH 



REPARTO 



PERSONAJES ACTORES 

ALICIA Juana Gil Andrés. 

MME. LORAN ... Matilde Xatar. 

MISS LAIN. Elisa Pérez Laque. 

MISS TELA Carmen Cuevas. 

MISS CHERTON Blanca Giménes. 

MISS LAMBRAG Concepción Ruis. 

DOÑA SABINA Matilde Xatar. 

SABINITA María Cueva». i 

MME. CROCHET Mtfrla Sánchez. 

CLARA BLUN .' Blanca Giménez. 

t A VASQtJITA Concepción Rúiz. ;^ 

MARÍA María Cuevas. 

JOHN PROTOKOL Joaquín Montero. . 

WILLIAM THÜM Enrique Canta lapledra.. 

SHERLOOK H0LME8 José Martí. , . 

ARSENIO LUPIN Rafael Cobefia. 

NIOK-0 A RTER José Trescolí. 

FANTOM AS. .i José Marín. 

MAITRE D'HOTEL. ....•• Manuel Perales. 

MISTER PLON Constante Viñas. 

PALAIJ « #*•• Enrique Navarro. 

TON-CHI-TON # « • • Manuel Perales. 

CAMARERO l.o Luis Moreno. 

GONZÁLEZ Nicolás Rodríguez. 

CUT Manuel Perales. 

EANT Luis Moreno. 

QUILL Enrique Navarro. 

CAMARERO 2.o Julián Arenas. 

CAPITÁN Antonio Miguel. 

CHITO PARR03I60 Manuel Perales, 

FERNÁNDEZ Enrique Navarro. 

PANCHO Luis Moreno. 

MARTINI ANO Nicolás Rodríguez. 

MARTÍN ^fanuel Méndez. 

Un camarero y dos mozos (que no hablan). Ouatro marineros^ 




ACTO pkime;ro 



CUADRO PRIMERO 

TTna lujosa habitación en el Hotel Franklin, en Londres. Puerta de 
entrada en el lateral derecha, otra en el lateral izquierda y bal- 
con en el foro. Es de día. Época actual* 



(ai levantarse el telón no hay nadie en escena. Traa 
una breve pausa entran por la derecha, primero, uñ 
CAMARERO, con dos maletas, y luego el MAITRE 
D'HOTEL, JOHON y WILLIAM. Mister John es un 
señor como de cincuenta años, y William un mucbjf 
cho de veinticinco .) 

Maitre Este es el departamento que se le ha reser-. 

vado. 
John Perfectamente. ¿Qué te parece» Thum? 

ThüM (secamente.) Bien. 

John ¿Bien? 

ThüM Bien. 

John (ai Maitre.) Bien. ¿Se han seguido mis instruc- 

ciones? 

Maitre Al pie de la letra. Puede el señor enterarse 
de la topografía del departamento. Este sa- 
loncito sólo tiene dos puertas; una que da 
al pasillo, y otra al dormitorio, el cual, a su 
yeZj comunica con el cuarto de baño; un 
cuarto de baño que es el último vocablo de 
la higiene. Hay en él baño de agua, de aire 
y de sol. Un sencillo mecanismo, movido 
por dos llaves, lo hace funcionar. La llave 
de aire resulta un poco complicada; pero la 
llave de sol es sencillísima. 



— 8 -. 

John ^ué te parece, Thum? 

Thum Bien. 

John ¿Bien? 

Thum men. 

John (ai Maitre.) Bien. ¿El servicio es esmerado? 

Maitre Archi-ultra-super, señor. 

John ¿El precio?... 

Maifre Caro. 

John ¿La cocina?... 

MArrRE Económica. 

John Perfectamente. Supongo que el daeño le ha* 

brá enterado del contenido de mi carta. 

Maitre Tengo todas las instrucciones necesarias. 

John Bien. ¿Qué otra cosa?... {Ahí Esa criada que 

encargué que me buscaran para que estu- 
viese directamente a mi servicio... 

Maitre Está esperando al señor. 

John ¿Tiene Dueñas referencias? 

Maitre lumejorables. Es trabajadora, fiel, amable 
y muda. 

John ¿Muda? 

Maitre Si, señor: muda; pero no sorda. Oye per- 
fectamente y no puede replicar. És una 
ventaja. 

John Si, mientras permanezcamos en el hotel, 

pase; pero si tengo que viajar, es un fastidio 
viajar solo con una muda. 

Maitre Si el viaje es corto... Como el señor exigía 
una criada poco habladora... 

John Bien: dígale que entre, y cuando lleguen en 

mi busca los señores Sh^rlok Holmes, Nick- 
Carter, Arsenio Lupin y Fantomas, que pa- 

sen. (Se van por la derecha el Maitre y el CAMARB- 

RO.) Thum, abre la maleta oscura, saca el 
testamento y tenlo todo preparado, (winiam 

obedece. Suenan unos golpes en la puerta de la dere- 
cha,) Adelante. (Entra una camarera muy yleja.) 

¿Es usted la criada que ha de estar a mis 

órdenes? (La camarera indica por señas que sí.) 

¿Qué sueldo desea usted ganar? (La camarera 

indica por señas que dos y medio.) ¿Dos y medio? 
(Repite la seña.) ¿DoS doUars y medio?... (La Ca- 
marera dice por señas que dos y enseña una pierna.) 

]AÍil Media: dos libras y media. Es algo 
caro Hoy. para ganar dos libras y media, 
hay que sudar el kilo. Pero, en fin, le daré 
lo que pide. ¿Qué te parece, Thum?? 
Thum Bien. 



^ 9 ^ 



Jotís 
Thüm 
John 



Thüm 

JOHM 

Thüm 
John 



Thüm 
John 
Thüm 
John 



Holmbs 

John 
Holmbs 



¿Bien? 

Éien. 

Bien, (a la Camarera.) Ocúpese de que suban 

el resto de nuestros equipajes. (La camarera se 
indina y se va por la derecha.) Ardo en deseoS, 

q^uerido Thum, de rasgar este sobre iniste- 
noso y conocer la última voluntad de Mis- 
ter Puff . ¿Para qué diantre habrá querido 
que escuchen la lectura de su testamento 
esos dos famosos ladrones y esos no me» 
nos famosos detectives? ¿Tú te lo explicas? 
No. 
¿No? 
No. 

Eso de que yo, un notario de mi seriedad, 
tenga que avistarme con esa gente... Menos 
mal que gracias a esta excentricidad de Mis- 
ter Puff voy a permanecer en Londres una 
semana y voy a gozar un poco de la vida... 
Un goce honesto, se entiende, porque cuan- 
tas veces he intentado divertirme alegre- 
gremente, he salido siempre con las manos 
en la cabeza. Una vez pérdi la dentadura de 
dos bofetadas; otra, me partieron el cráneo 
con un sifón, que por cierto no se partió, y 
otra, me pegaron un balazo en este parietal» 
que aquí tengo la cicatriz, (se quita ei bisoñe 7 

enseña una cabeza sin un solo pelo y brillante como 

una bola de marfil ) Yo, por lo visto, no he na- 
cido para correr lo que se dice una juerga; 
siempre he salido con las manos en la cabe, 
za... y quejándome. Y si vieras qué ganas 
me dan de... vamos, de meterme en bulla... 
Porque, aunque notario, yo llevo dentro un 
juerguista. Pero me da miedo, porque si me 
tiran otro sifonazo... 
Debe darle. 
¿Debe darme? 
Debe darle miedo. 

jAhl (Llaman con los nudillos ala puerta.) ¡Caram* 
Dal (Se pone el bisoñe.) 4-bre, Thum. (Thtim abre 
y entran la CAMAlRERA y dos ^OZOS que transportan 
un gran baúl.) {Yal (La Camarera le da una tarjeta.) 

¿Eh? (La lee.) Sherlock Holmes. Que pase. 

(En la puerta de la derecha ) A SUS Órdenes. 

¿Me ha oído usted? 

Gracias a este micrófono de mi invención 

que percibe hasta lo que se dice en secreto. 



-£-11 — 



'Cárter 
•John 



/ 



HOLMES 

John 



cuatro a las cinco. (Lee.) cEn la ciudad de 
Liverpool a tantos de tantos, etcétera, etcé- 
tera... Declaro que profeso la más entusias- 
ta admiración y experimento la más viva 
simpatía por los egregios detectives tíber- 
lock Holmes y Nick-Carter y por los distin. 
guidisimos ladrones Arsenio Lupin y Fan- 
tomas; que he seguido con profundo interés 
sus luchas y sus proezas; y no sabiendo aún 
quiénes son más valerosos y más ingenio- 
sos y más hábiles, si Holmes y Cárter o Lu. 
pin y Fantomas, dejo a unos o a otros mi 
fortuna, consistente en dos millones de li- 
bras, según que unos u otros salgan victo- 
riosos de la prueba a que voy a someterles, 
(se leYantan los cuatro.) Mi notarío, el honora- 
bilísimo mister John Protokol, lleva siem- 
pre en uno de los bolsillos de su chaleco un 
talismán consistente en un trozo de herra. 
dura de caballería en el cual ha hecho gra- 
bar una inscripción que constituye el lema 
de su vida...» Es muy cierto, señores, aquí 

está. (Saca media herradura y la vuelve a guardar. 

Leyendo.) cPues bien, 8Í dentro del plazo de 
seis meses Lupin y Fantomas logran robar 
a mister John dicho talismán,, la herencia 
será entregada por mitad a cada uno de los 
elegantísimos ladrones; pero si Holmes y 
Cárter impiden que el talismán sea robado, 
al espirar los seis meses será entregado el 
importe de la herencia a los dos famosísi- 
mos detectives...» ¡Caramba! 
¿Eso es todo? 

Hay más, señor Cárter. (Lee.) cDurante es- 
tos seis meses, el honorabilísimo mister 
John Protokol no podrá ser atacado ni agre- 
dido por nadie, en la inteligencia de que si 
fuera objeto de la más leve agresión, los 
dos millones de libras pasarán a ser de la 
propiedad del referido notario. Si éste fuese 
agredido y muerto, los dos millones serán 
invertidos en la construcción de un asilo 
para notarios pobres, pero honrados. Fir- 
mado en Liverpool a lantos de tantos, etcé. 
tera, etcétera.» 
De manera que... 

De manera que aquí está la herradura; vos- 
otros a robarla, vosotros a defenderla, y yo 



HOLMES 

Cárter 

LUPIN 

Fant. 

HOLMES 



Cárter 

LüPIN 

Fant. 

LuPIN 

Fant. 



John 



LüPIN 

Fant. 
Cárter 

John 

HOLMBS 

John 

Thom 

Jhon 

Thüm 

Jhon 



1 



a procurar que alguien me dé uñ trompazo» 
en las narices para quedarme con la heren- 
cia de mister Fuf f. La situación no puede^ 
ser más clara ni más definida. 
Amigo Cárter, el triunfo será nuastro. 
¡Lo jurol... 

(Se dan la mano.) 

Querido Fantomas, triunfaiemos. 
Lo juro tambiénl 

los cuatro a defender, a mister John; sa 
persona es inviolable. No ha de molestarle... 
ni el viento. 



i 



Thum 
John 
Thüm 



{Lo juramosl 

Salud, mister John... (Le estrecha la mano áp» 

recha.) 

Salud... (Le estrecha la mano Izquierda. Entretanto,. 

Lupln le quita la herradura j se la guirda en el bol' 

sillo de la americana ) 

(6in soltarle las manos.) No olvidéis que mi per- 
sona es inviolable. 

(Holmes disimuladamente le quita a Lupin la berras- 
dura.) 

{Triunfaremos, Holmeel (vase por ei balcón.) 

{Triunfaremos, Cárter! (Entra en el dormitorio.> 

Mister John, hasta la vista. (Mutis por la de. 

recha.) 

(Palpándose el chaleco.) jAyl ¿Ya? (¡La herradu- 
rall... 

No se apure; aquí está, (se la da.) Buenas- 
tardes. 

iCarayl... ¿Qué te parece, Thum? 
£stá bien. 
¿Está bien? 
Está bien. 

Bueno; ya comprenderás que los cuatro van 
a hacer el ridiculo. Esos dos millones de^ 
libras son para esta notario. Está en mi. 
mano el conseguirlo; es decir, está en mi 
mano... y en tu pie. Necesito, querida 
Thum, que me des ahora mismo una pata- 
da; una patada que me haga perder el co- 
nocimiento y me haga ganar esos dos mi 
Uones. 

¿Una patada? 
Una patada; lo mando. 
Es que... 



«-14 — 



■JOHIH 

Thom 
-John 



"Thüm 
John 
Thüm 

-John 



ISOLMBS 

Thüm 



¿Qué? 

Conozco la enfermedad que usted padece y 
8i le cojo de lleno... 

Mira, dame en la mano... (se coloca una mano 
en una nalga ) Pero házmela polvo de batata. 
Te ganas diez mil libras. 
¿Diez mil libras? 
Diez mil libras. 
Pues prepárese. 

Con todas tus fuerzas; cierra los ojos y atí- 
zame. (Entra sigilosamente HOLMKS y pone la 
mano sobre una especie de llave dé lus que hay junto 
a la puerta.) ]Vamosl (William levanta el pie; pero 
Holmes da vuelta a la llave y William desaparece por 

escotillón.) ¡jVamosl! 

Beso a usted la mano, mister John. 

;Ay, que me voyl... 

(Telón.) 



MUTACIÓN 



CUADRO SEGUNDO 



Una calle de Londres. Es de noche 



JCHN 

Thüm 
John 
Thüm 
John 

"Thüm 
John 



Thüm 
John 
Thüm 



(Entran en escena por la derecha, guardando todo 
género de precauciones, JOHN y WILLIAM; ambos 
vienen disfrazados con unas grandes barbas.) 

¿Nos ha seguido alguien? 

Nadie. 

¡Respiro! ¿Cuál es el cabaret de los atletas? 

(indicando hacia la izquierda.) Aquel. 

¿Y es en esta calle donde hemos de esperar 
a mi colega el notario mister Lok? 
En esta calle. 

A nadie se ve. Creo, querido Thum, que 
tanto los detectives como Lupin y Panto- 
mas han perdido nuestra pista. Mi idea de 
alejarnos de Londres en aeroplano, aterrizar 
en pleno campo y regresar disfrazados de 
esta manera, ha sido una idea genialísima. 
¿Qué te parece a ti? 
{Portentosa! 
¿Portentosa? 
¡Portentosa! 



16 - 

J^OHN A otra cosa. (Dan las doce.) Las doce. ¿Qué le 

decías en la carta a mister Lok? 

Thüm Que necesitaba usted de él para que levan* 

tase un acta en cierto lugar muy peli*. 
groso. 

John Bien. Vendrá. Es puntual y valiente y ven», 

drá. Yo creo que éste es el único medio de 
acabar de una vez. En ese cabaret de los 
atletas se reúne la gente más bestia del 
mundo. Si aquí no me dan el ampiado tras- 
tazo, no me lo dan en ninguna parte. Y para 
que los detectives y los bandidos no pue- 
dan luego decir que lo del trastazo ha sido 
una superchería, quiero que un notario 
levante acta de todas las morradas que me 
den. 

Thüm Le suplico, mister John, que procure hacer 

se pegar de una vez porque desde hace seis 
días recibo yo todos loa golpes que usted se 
busca y estoy verdaderamente molido. 

John Si tú te hubieras decidido a pegp.rme... 

Thüm Recuerde que ayer lo intenté dos veces y 

por poco fallezco. 

John ¿Dos veces? No recuerdo más que una; en el 

comedor, cuando fuiste a darme una patada 
por debajo de la mesa.,. ¡(Jlarol ¿quién se 
iba a figurar que el camarero que nos ser- 
vía era el propio Fantomas? Era lógico: te 
dio un botellazo que te privó. 

Thüm Pues luego, a media noche, cuando estaba 

usted en siete sueños, me dije: esta es la 
mía; ahora no hay quien lo evite. Y cogí 
una bota para golpearle a usted con el tacón 
en las narices. Fero ¡ay, may die li frent! 
Apenas levanté el brodequín, surgió Cárter 
de un armario y me atizó tal garrotazo en lá 
nuca, que tardé seis horas en volver. 

John Los garrotazos en la nuca son muy graves. 

Thüm Digo que tardé seis horas en volver, porque 

, llegué hasta Flan jans: once kilómetros. 

JpHN [Ahí Pues ahora, si te decides, me haces la 

moqueta y como si te cepillaras el sombrero 
no te ocurre nada 

Thüm (Escamado.) Que le atice a usted otro. Ade- 

más, que no habiendo testigos... 

John (Mirando hacia la izquierda.) ¡Calla! Sí. Le COnOZ- 

co en el modo de andar. Es mister Lok. 

(Llamando.) ¡Mister Lokl.«. 



-16 — 



HOLMBS 

JOHX 

HuUfBS 

John 

HOLMES 

John 

HOLMBS 



John 



HoUfES 

John 

BOLMES 

John 



HOLMES 

John 

HOLIIES 

John 

HoLMES 

John 



HOLMES 



John 

HoLMES 

John 

HoLMES 

John 

HCLMES 

LUPIN 



(por U liqQtordA entran en cteena HOLMXS y CÁR- 
TER. Vtenen diifnuadot.) 

¿Bh?... iQuiénI... 

(Mlitertosamente.) jYol 

Pero... 

(QaltándoM U barba nn instante.) Vea. 
(Abrasándole 7 quitándole la herradura.) ¡Mister 

Johnl... 

iSilenciol (por cárter.) Bse Caballero... « 

Un pasante de mi confianza, (a carterO 

Smait, aléjese un poco, (cárter se retira a un ex- 
tremo.) Pero difame, mister John: usted dis- 
frazado y metido en aventuras... 
(Y qué aventuras, querido Lokl Aquí vengo 
al cabaret de los atletas a ver si me dan dos 
tortas. Hasta ahora ¿sabe usted? le han dado 
siempre a Thum. 
¿A quién? 
A Tüum. 
Pero ¿a quién? 

(Por wiuiam.) A este. Y yo necesito (jue mo 
peguen a mí para fastidiar a cuatro idiotas, 
xa verá usted cómo esta noche no le dan a 
Thum. 
¿A quién? 
A Thum. 
Pero ¿a quién? 

(por wuiiam.) A éste, [carambal 
No me explico.. 

Verá usted... (Habían. En este momento entra sigi- 
losamente LUPIN seguido de uno que no habla, apli* 
can una mascarilla de cloroformo a Nick Cárter y se lo 

llevan.) Yo lo único que necesito-es que ven- 
ga usted conmigo al cabaret de los atletas y 
que levante acta de cuanto vea. 
¿Al cabaret de los atletas? Pero, ¿usted sabe, 
querido compañero, qué clase de gente con- 
curre a ese cabaret?... 
Gente díscola ¿eh? 
Discolínma. ¡Un espanto!... 
Ya verá usted qué paliza me van a dar. Va- 
mos. 

Permítame, mister John. Antes de entrar 
tengo que tomar mis precauciones. 
Tome usted lo (jue guste. 

(Llamando.) Smait... 

(Entrando con el abrigo y el disfraz que llevaba Caí* 

ter.) ¿Eh? 



— 17 — 

fioLMES (a Lupin en voz baja.) Lo que temía, amigo Cár- 
ter. Va al cabaret de los atletas en busca de 
la consabida trompada. Como es peligrosí- 
simo que durante su estancia en el cabaret 
conserve en su poder el talismán, porque 
aunque T^upin y Fantomas han perdido su 
pista, podría serle robado por algún otro y 
entonces no sabríamos a qué atenemos, se 
lo he quitado. Tome, ( Le da la herradura.) corra 
a depositarla en cualquier lugar seguro y 
venga en el acto. Es preciso evitar a toda 
costa la agresión. Por fortuna me he traído 
las pilas y los guantes reóforos. Disimule... 

(Separándose de Lupin.) Cuando gUSte, mister 

John. Mi pasante aguardará aquí por si nos 
fuera necesario su concurso. 

John Vamos. 

Thüm ¿Quiere usted que yo le aguarde aquí tam- 

bién? Porque... Vamos, es que temo que esas 
bofetadas que usted anhela, caigan sobre 
mí, como las «tras. 

John No temas, Thum. El imbécil de Holniee y 

el idiota de Cárter y esos dos estúpidos de 
. Lupin y Fantomas, están en la higuera. 
Esta vez... lo digo con la mayor de las satis- 
facciones; esta vez, me m ajan. Vamos. (Ha • 

cen mutis por la izquierda John. Holmes y William.) 
Lupin (con el talismán en la mano.) (Ah, Sherlock Hol- 

mes!... Tú mismo me has hecho triunfar... 
{Imbécil! .. Ahora a mi torre de Sfroy: du- 
rante seis meses nadie sabrá de Arsenio Lu- 
pin. (ai hacer mutis tropieza con Nick-Carter que le 
apunta con un revólver.) 

Cárter ¡Arriba las manos! , 

LüPIN (Levantando las manos.) ¿Eh? 

Cárter (sacándole precipitadamente la herradura del bolsillo.) 

Vuestro cloroformo, querido Lupin, deia 
bastante que desear. Se vuelve demasiado 

pronto a la vida, (saludándole muy finamente.) 

Buenas noches. 

(Telón.) 



MUTACIÓN 



— 11» — 



CUADRO TERCERO 



El cabaret de los atletas. Es de noche. 



LORAN 



PALAU 

LoRAN 

Palad 

LoRAN 



Tela 

LORAN 

Tela 

LoRAN 



Palaü 



(Están en escena ALICIA, bella y arrogantísima argén, 
tina; MADAME LORAN. domadora; MISS LAIN; MISS 
GHARTON, la mujer obús, una tía que da miedo; MISS 
TELA, y varias mises más; MI8TER PLON, verdadero 
hércules; TOK"CHIN-TON, chino de exageradísimos 
bigotCF; MONSIEÜR LORANY. y PALAÜ, un catalán, 
porque catalanes hay en todas partes. No faltarán Ca- 
mareros y varios atletas más que no hablan. Al levan- 
tarse el telón, varias parejas^ bailan el tango argentino. 
En esto del baile sobresale la pareja formada por la 
bella Alicia y TonChinTon. Cesa la música.) 

Mire, señox Palau, no se hase el disimulado, 
que a mí no me la fríe, üsfet ha venido de 
acónito para olorar si aquí hay artistas y 
traerlos en Barselona. 

Pues, sí, señora; la verdad. Ese es el objeto 
de mi viaje. 

Pues aquí, en el cabaret de los aletas, se aglo- 
meran los mejores artistas del misfetio. 
Yo lo que quiero es novedad y variedad. Nú- 
meros originales. 

¡Es por esto que le digo! Aquí eneuentrará no- 
vetat en la varietat y varietat en la novetat. 
Hay números innumerables. Mis niñas y yo 
hasemos un número de verdadera tracsión. 
Mi colesiéi de bestias fieras grita la atensión 
en todas partes. jYo he batido el rencor! tíer 
videra soy la única domadora qiie presenta 
un alefante que anda en basideta. Mi hija, 
aquélla, Miss Tela... Niña, deja al chino y 
ven. (Miss Tela se acerca.) Esta es la mejor do- 
madora de alimañas que aisiste. 
¡Para servirle! 

Tiene dos tortugas que bailan el tango ar- 
gentino; una granota,,. 
¡Una rana, mamá! 

Bueno. Es lo mismo. ¡Una merlusa que fu- 
mal ¡Hay que ver lo dtfisil que es domesti- 
car estos marificos! 
¡Carambal 



LORAN 

Tela 



Talau 
Tela 

Palaü 
Xokan 



Palaü 

LoRAN 



Palaü 

X(ORAN 



Valau 

JjORAN 



Plon 
Palaü 

Pj.on 



Talaü 
JPlon 



^ 19 

¡Oh! Es la mirasión de los públicos. 
En efecto, me ádóian. Siempre les sorpren- 
do, siempre. Ahora tengo un número eü 
E reparación que será, el alboroto de loa al- 
orotos. Estoy enseñando a tocar el violín a 
una langosta y lo tocará. 
¿Es posible? 
[Oh I Estoy segura. 

Pues nada, cuento con ustedes desde luego, 
Ferfetamente. Si desea algún número de 
fuersa puede contratar a Plon, el gran hér- 
cules, el hombre más valiente yjorsudo del 
mundo, (a misa Tela.) Díguili que vingui (míss 
Tela obedece.) Es un hombre inverosímil. Cha- 
fa una bola de billar de un golpe de puñoí 
detiene ua ferrocarril en plena marcha, y 
el año pasado en Madrit levantó un cangrejo 
con un dedo. 

Eso lo hago yo. ¡ün cangrejo!... 
Si, señor. Un tranvía de esos... Hase un mes 
se ocupó de él toda la prensa del mundo 
porque detuvo en alta mar un gran tras- 
atlántico. 

|Caray! ¿Cómo?.. ¿Dónde se apoyó él en alta 
mar para hacer fuerza?... No me lo explico. 
No... Si lo detuvo desde el puente tocando 
un silbato y habiendo parar las máquinas. 
Pero es que para ello tuvo que luchar antes 
con cuarenta hombres. 
jAhl ^ 

(a Plon que se . acerca cachazudamente ¿) \ en acá, 

Plon; el señor es un empresario que desea 
contratarte. 

No le doy la mano por no desbaratársela. 
Muchas gracias. Bueno, y usted, ¿qué hace? 
¿Levantar pesas? 

Eso era antes. Ahora hago otra cosa que en- 
tusia'^ma al público. Como a fuerza de gol- 
pes tengo el cuerpo completamente insen- 
sible, pues me coloco en el centro de la pis- 
ta, invito al público a que me pegue y ofrez- 
co mil francos al que me haga lanzar una 
queja. 

¡Caray! Y los espectadores... . . 

¡Oh! Se divierten muchísimo; me dan pata 
das, bofetadas, estacazos, me golpean la ca- 
beza con las sillas... Pero como si golpearan 
a una columna. 



- ao — 



Palau iQué barbaridadl Pues nada, mañana fijare» 
remos las condiciones del contrato... 

PlON a sus órdenes, (ee retira 7 habla con otros artistas.) 

LoRAN Este está unido a la bella Alicia, aquella 
americana tan guapa. 

Palau Y ella ¿qué es? 

LoRAN Una histérica. 

Palau ¿Qué número es ese? 

LoRAN Quiero desir que es una mujer inmensamen- 
te rica y de una ilustre familia Buenosairen' 
se que se ha propuesto tener relaciones con 
el nombre más valiente del mundo, y como 
ahora el más valiente ee Plon, pues está con 
Plon. 

Palau Me han dicho que hay aquí una miss Ghar- 
ton, llamada la mujer obús. 

Loran Aquella. Pero no vale nada, señor. 

Palau ¿Qué hace? ¿Meterse en un cañón y salir 
disparada? 

L RAN Nada de eso Se pone al delante del obús, 
dispaian, ella sujeta la bala en el aire y la 
vuelve a meter. ¡Nada! En cambio aquel 
chino, Ton-Chin Ton, puede convenirle. E& 
portentoso; trabaja con varios chinos más; 
se tienden en el suelo, pasa por ensima de 
sobre ellos un carro carregado y... nada, tan 
frescos. Son unos chinos durísimos. Vengas 
Hablaremos con él. 

(Hablan con Ton Chin Ton.) 

(Que ha entrado en escena vestido de torco, se acerca 

a miss Tela.) ¿Hay novedad? 
Ninguna. 

Y Fantomas? 

n su puesto No habrá quien le conozca. 

(viendo a HOLMES y a CABTKR que entran en esce- 

cena por la izquierda.) ¡EUos! ] Prudencia! 

(Se separan. Miss Tela hace mutis por la derecha f 
vuelve a salir al pocv) tiempo.) 
HoLMES (Disfrazado como en el cuadro anterior.) He COnse- 

guido que nuestra aliada miss Mac Bleu en 
tretenga un rato a mister John. Precisa que 
veamos la clase de personas que hay esta 
noche en el cabaret. 
Cárter iMalo! Están el bestia de Plon y el bruto de 
Loran y ese tigre de Ton-Chin-Ton... (cárter 

viene disfrazado de japonés ) Tengo miedo, Hol* 

raes. Si mister John viene dispuesto a que 
le jjeguen, le pegan; no lo dude usted. 



LüPIN 

Tela 

LüPIN 

Tela 

LuPIN 



í 



- 21 T- 



HOLMBS 

Cárter 

HOUCES 



Cárter 

fiOLMBS 

Cárter 

EiOlMES 



CIarter 



JB0LME8 



LUPIN 

Tela 
Alicia 

Plon 



John 

HOLMES 
JCOIN 



iBahl Confíemos en mis guantes reóforos. 
Ño comprendo. 

¿Ve usted estos guantes que ahora son com- 
pletamente inofensivos? Están impregnados 
de una sustancia aisladora y en comunica- 
ción con un potente acumulador que llevo 
en mi bolsillo. Basta abotonarlos para que 
se conviertan en un arma poderosísima, 
pues si bien no matan, imposibilitan de 
todo movimiento a la persona a quien se 
aplican. Pero, silencio; aquél es Lupin, ¿no? 
Sí. 

¿Sabe usted algo de Pantomas? 
Nada. No he vuelto a verle. 
No creo que esta noche se ocupen del talis- 
mán; con impedir que mister John sea agre- 
dido tenemos todos bastante trabajo. 
Sin embargo, como Lupin sabe que el talis- 
mán está en mi poder, bueno será que usted 

lo guarde. Tome. (Disimuladamente le da la herra- 
dura ) 

Bien. Procure averiguar si está o no Fanto- 
mas en el cabaret. Yo voy a reunirme con 

mister John. (Se separan. Cárter hace mutis por la 
derecha y Holmes por la izquierda.) 

(a mis Tela.) Cárter ha dado a Holmes el amu- 
leto. A ver cómo trabajas. 
Descuida. 

(En un grupo presidido por Flon.) SigUe, amado 

Plon; el relato <ie tus aventuras me cautiva. 
¡Oh! Pues en París llegué a ser verdadera- 
mente famoso; era tan grande mi populari- 
dad que casi no podía andar por las calles. 
Esees. jAhí val... Plon.. Plon... Me sentaba 
en la terraza de un café y como sabían que 
no me incomodaba, venían a pegarme para 
convencerse de que no había truco, que mi 
insensibilidad era permanente, y uno me 
daba una patada y otro me arrojaba una 
botella a la cabeza... y yo saludaba y son 
reía. Me gustaba ser tan popular... 

(Entran ec escena por la izquierda JOHN, THÜM 7 
HOLMBS.) 

Bueno; a(juí va a ser. Cuidado, Thum; pre- 
párese, mister Lok. 

Sí, señor, (se abotona los guantes y queda con las 
manos muy seinradu del cuerpo.) 

Aquí hay una mesa, sentémonos, (se sientan.) 



— 24 — 



Todos 

CÁRTER 
L/.IN 

Tela 

Cuartón 

Ton 

LORAN 

Palaü 
Lain 



John 

AUCIA 

John 
AuciA 
John 
Alicia 

John 

AuciA 

John 

Tela 

HOLMES 

Tela 

LüPIN 

Tela 

LüPIN 

Alicia 

John 
AuciA 

John 

AuciA 



tOhl 

((Maldita sea tu estampal...) 

]E8 una furial 

ÍA todos dominal 
Cs valiente como el león africano. 
Le ha podido al turco. 

Y a Plon el Hércules. 
Señores, |qué tíol 

Mirad a Plon, cómo huye avergonzado... 

(En efecto, Holmes, con el auxilio de los gaantes reó- 

foro8, se lleva a Plon de una manera muy especial. 

Deja de tocarle j Plon gruñe y avanza un paso; le 

vuelve a tocar y se detiene. Asi hace mutis como un 

autómata.) 

(Dejándose caer en una silla.) iNadal... ¡Imposi* 

ble!... 

(Que entusiasmada, loca, ha seguido sus movimientos, 

se arrodilla ante él.) ¡Hombre invencible!... ¡Ge- 
nio de la fuerza!... ¡Yo te amol 
¿Eh? 

Ámame o mátame. 
¡Mi madre, y qué señora! 
Soy noble, soy rica, soy hermosa... «oy 
tuya. 

¿Mia?... Bueno; pues esta es lamia. ¡Caram- 
bal Y es guapísima. Pero, ¿dices que mia? 
Sí; yo he jurado ser del hombre más valien- 
te, del que más pegue... ¡Te amo!... 
Pues te correspondo ¡Thum! ¡Champagne! 

Y que beban todos. Esta noche, mister 
John Protokol paga... y pega. 

(a Holmes.) ¿Quién es ese valiente caballero? 

(Le roba el talismán.) 

(a miss Tela.) Mister Johu Protokol, un nota- 
rio de Liverpool. 

Es simpático, (se acerca a Lupln.) 

Dáselo a Fantomas y que huya. 

(míss Tela hace mutis por la derecha.) 
(Rendidamente a John.) PerO yO te gUStO máS 

que nadie, ¿verdad? 
Más que nadie. 

¿Y serás capaz de venir conmigo a la Ar- 
gentina? 

Yo voy contigo al Polo Norte y no me cons- 
tipo: 
Te advierto que en mi país correrías graví- 



— 26 — 



John 



Todos 
John 

HOLMES 

John 

HoLMES 

John 

HoLMES 

Todos 

HoLMES 

Cárter 

LUPIN 
HOLMBS 

John 

HoLMES 



Fant. 



John 

Pant. 
John 

1-.ÜP1N 

John 

AUCIA 

John 



simes peligros, porque mis hermanos han 

jurado cortar una mano al homhre que me 

acompañe. 

Pues no se lo digas a nadie; embarcaremos 

mañana, porque... (Palpándose el bolsillo del cha. 
leco y dando un grito.) (Ahí 

¿Eh? 

¡Mi amuleto!... {Mi talismán!... [[Mi herra- 
dura!!... 

(Sonriente ) No se apure, mister John. 
¿Eh? 

(Quitándose la peluca.) La tengo yo. 

iHolmes! 

Tómelo y guárdelo mejor. (Se lleva la mano ai 
bolsillo y pega un grito.) [Ahí 

¿Eh? 

[Kobadol... ¡Me lo han robado! 

(cayendo sobre Lupin.) [TúI 

¡No! Puedes registrarme. 
{Entonces!... 

¡Thum! {Estoy perdido!., . 
[Ah!... [Oarter! .. [Fantomas está en el caba- 
ret. [Esa puerta! Que nadie salga, (ai ver a 

Fantomas que entra en escena por la derecha.) 

¡Atrás! 

(Revólver en mano.) Un movimiento, una voz 
y disparo. Mister Puff en su testamento no 
prohihe matar. ¡Paso! 

(colocándose ante él.) Dispara si te atrcvcs; hié- 
reme, eso es lo que anhelo. 
[Maldición!... 

(Arrebatándole la herradura.) Dame mi amu- 
leto. 

[[Ahü 

¡[Soy invulnerable!! 

(como loca ) \Te adoro, león africano! 

Ven a mis brazos, pantera de Bengala, que, 

como tú no me arañes, me parece que no 

hay quien me haga pupa en este mundo. 

¡Soy invulnerable! 

(Telan.) 



FIN DEL ACTO PRIMEKO 




^*0^0*^t0*0^m0^^>^f^^f^0»^^0^^i^^0^ ^ m'^f^^r^t ^i0^^^t0^^>^t^t^^fé^^*^ 



ACTO SEGUNDO 



8alón de lámar en un gran trasatlántico. £n el lateral derecha, na 
plano adosado a la pared. Es de noche. 



John 



LüPIN 
HOIMBS 

Cárter 
John 



HOLMBS 



John 

LuPIN 



John 



Cárter 



(ai levantarse el telón la escena está completamente á 
osearas. Juego de linternas eléctricas, a cargo de FAN- 
TOMAS, LÜPIN, HOLMES y CAKTER.) 
(Que duerme en una *chaise longue*, incorporándose.) 
¿Eh? ¿Qué es esto? (Enciende la luz eléctrica y s^ 
encuentra con Lupin, Holmes j Cárter.) 

» Buenas noches, mister John. 

¡Ah! (iSon ustedes?... (palpándose el chaleéo.) (Sí^ 

el tahsmán está en su sitio. Menos mal.) 
Qué, velaban ustedes mi sueño, ¿eh? 
Y no puede usted quejarse de la galantería 
de los pasajeros del cRadamés». Por no des- 
pertarle, están haciendo su tertulia sobra 
cubierta, al aire libre. 
lOh! 

Quién se hubiera atrevido a despertar ^al 
hombre más valiente del mundo, como a 
todas horas proclama la bella Alicia> Ei 
pasaje le tiene miedo, mister John, verda- 
dero miedo. 

Ya, ya lo sé; y ustedes cuentan de mi hazav 
ñas estupendas para aumentar ese miedo y 
evitar asi el que nadie se atreva a agredir- 
me, ¿no es eso? 

Cumplimos nuestros programas, mistet 
John 



• 28 — 



^OHN 



HOLMES 

John 



LUPIN 



John 

LüPIN 



John 

HoLMES 



John 
Cárter 



John 



HoiMes 

LupiN 
Oarter 



HoLMES 

John 



LuPIN 
HoLMES 



Pues. he de 0^ a ustedes franco; esta postn* 
ra de hombre valiente, de hombre invenci- 
ble, me gusta. 

Porque le gusta a la bella Alicia. 
No lo niego; esa mujer se ha adueñado de 
mi corazón y antes que ser agredido delante 
de ella y perder, por tanto, su cariño, re- 
nunciaría gustosísimo a los dos millones de 
libras. Eso no obsta para que yo desee ar- 
dientemente que alguien me abofetee, no 
estando ella delante. 

Ya sabemos que ha escrito usted a tres pa- 
sajeros de segunda, insultándoles grave- 
mente. Por fortuna, hemos logrado parar el 
golpe 

¿En? ¿Y cómo, señor Lupin? 
xMuy sencillo. Nos preguntaron quién era 
mister John y nosotros les indicamos a Wi. 
lliam Thum. 
¡Caramba! Entonces... 
Vuestro simpático amanuense ha recibido 
hace un rato, ahí, sobre el puente del timo- 
nel, tres series de morradas que le harán 
guardar cama varios días. 
jPobre Thum! En fin, señores, yo no cejo 
en mi idea y si puedo... 
Recuerde que la agresión ha de ser ante 
testigos De otra manera, aunque le viese, 
mos la nariz hecha pedazos, creeríamos que 
era usted mismo el que se había hecho el 
daño. 

jOhl Será ante testigos: lo juro Y, ¿se sabe 
por fin si Fantomas viaja o no en el Rada« 
mes? 

Tenemos la completa seguridad de que ha 
quedado en Londres. 
Desgraciadamente. 

Creo que podemos decir a esos señores que 
mister John se ha despertado. Deseaban ha- 
cer un rato de música. 
Además, que mister John arderá en deseos 
de ver nuevamente a miss Alicia. 
Sí; pero tendré que ver también a la señora 
Lambrag, y me horroriza la idea. ¿Han vis- 
to ustedes nunca una criatura más antipá- 
tica? 

¿La señora Lambrag?... ¿Quién es? 
La conoce usted de sobra. Esa nortea meri- 



ÍÍ9 — 



LUPIN 

John 

HOLMES 



Cárter 



HOLMES 



John 

HOLMES 

John 



AuciA 



John 



Alicia 



cana, la dueña de este barco y de tantoa 
otros. Esa archimillonaria denominada por 
el vulgo la reina de las popas, no sé si por 
los muchos barcos que posee o por la ne- 
cbura tan rara de su cuerpo. 
¡Ahí Sí; ya sé quién es. ¿Y por qué le es an- 
tipática, mister John? 
Por sus extravagancias. ¿No se ha fijado 
usted? De cuando en cuando manda arrojar 
al mar objetos de verdadero valor. 
Tiene su explicación, mister John. Míss 
Lambrag debe al mar toda su fortuna, j 
últimamente el mar le hizo recobrar la sa- 
lud; y como se trata de una histérica exal- 
tadísima, cree corresponder a. los benefició» 
que el mar le ha reportado, arrojando a él 
todüs los objetos que le agradan. Es una 
locura que a nadie perjudica. 
Esta tarde se quitó un hermoso anillo de 
brillantes y lo arrojó por la borda dicien- 
do: Hoy valdrá el mar quince mil franco» 
más. 

Y hace cinco días arrojó un Murillo, un 
tomo del Quijote y una docena de medias de 
seda. 

Conmigo está a matar. Tiene razón, porque 
ayer me complací en quemarle la sangre. 
¿Qué hizo usted? 

Arrojé al mar mi impermeable y, es claro, 
me dijo que arrojar al agua un impermea- 
ble era una ofensa al líquido elemento. 
(Asomándose por el foro.) jAhl Está ya despier- 
to. (Hablando hacia el lateral.) Vengan, señoreS; 
el Hércules ha despertado (Entra en escena ) 

Amado John... 

¿Por qué me has dejado dormir, Alicia mía? 

Quisiera que el sueño no existiese para no 

robar ese tiempo a la contemplación de tu 

hermosura... 

Tan galante como fiero. El león africano 

sabe balar como los cabritos. 

(Han entrado en escena tras Alicia, DOÑA SABINA, 
su hija SABINITA, MISS LAMBRAG, (esta señora, 
vista d3 frente, no tiene nada de particular; pero vista 
de perfil asusta, porque le sale un culo, y ustedes per- 
donen, pero asi se llama, tan sumamente pronunciado 
que parece que lleva tres polisones.) MADAME CRO- 
CHET, CLARA-BLUM (mujer algo descocada y provo- 



— 80 - 



D.* Sab. 

John 
D.» Sab. 

(«ROCHET 

Clara 

GONZ. 

Te pos 

S B. 

John 

Sab. 

Sa?. 

Joiu< 

Saq. 

D.a Sab. 

Clara 

Todos 

<jONZ. 

fíCLMES 
"GOKZ. 

LtPIN 

John 

Alicia 
Clara . 
D.a Sab. 



Sab. 
Lam. 
Alicia 
Lam. 

Jc^N 
Lam, 

Crochet 
Te dos 

OCNZ. 



catlTa)» el CAPITÁN BOUIL, GONZALKZ (un ándalas) 
7 yarlos Pasajeros 7 Pasajeras má» Todos saladan res- 
petoosamente a John, sin que éste los mire ni les haga 
caso.) 

¿Le ha seDtado bien el ratito de saeño, mis* 

ter John? . ^ 

Bien, muy bien. 

Lo celebro tanto. 

Lo mismo digo. 

[Cuánto me alegrol 

I toos, zeñó, 

Y todos. 

¿Está usted de buen humor, mister John? 
8í, señorita, 
Se.ñora. 
¿Eh? 

Acabo de casarme por poder y voy a unir- 
me a tni marido. 

Al llamarla señorita, no creo... (Tose.) 
(Asustada.) ¡Por Dios! Usted me llama como 
quiera. 

jEsol ¡No faltaría más! 
Usted es muy dueño. 
¡Claro! 

Uzté la llama como le dé la realizima gana 
y lo q'usté diga a va miza. 

(Aparte a González ) Que eS protestante. 

Y quien dice a miza, dice... a loz toroz. 
Aquí ez uzté el que manda. 

(jLe tienen un miedo!...) 

(a Alicia.) Ya ves, toso y tiembla basta la 

hélice. 

¡Te adoro! 

Sentémonos, Sabinita. 

(a Sabinita.) No te sientcs al lado de Clara- 

Blum; ya sabes que es una mujer de dudoso 

crédito. 

Algo alegre nada más. 

Mister John... 

John: te habla la reina de las popas. 

Mister John: ¿le molestaría el que hiciera- 

mos un rato de música... 

No. 

Es que si cree que le puede molestar... 

¡Oh! Ni que hablar... En ese caso... 

¡Por Dios! 

En eze cazo le doy yo dos patadas al piano. 

Aquí eztamos todos para zervirle a usté. 



- SI - 



John 



Todos 
Lam. 
Da Sab. 
Todos 
John 

OONZ. 



John 
b.a Sab. 

John 

HOLMES 



Olara 
John 

Alicia 



Lam. 

John 

Lam. 

Gam. 

Lam. 



John 



Mar. 

Todos 

Mar. 

Todos 

Mar. 



No sólo no me molesta, sino que yo mis- 
mo deseo tomar parte en la fiesta; voy a 
cantar. 
¡Ohl ¡Eli 
|Quó honor! 
¡Qué dichai 
¡lOhl! 
No lo hago hien, pero si a alguien no le 

gusta... (France el ceño, {amenazador.) 

¿Cómo que no? Zeñores, una ovación de 
entuziazmo antes de que empiece. 

(Aplauden todos.) 

(a doña Sabina.) ¿Quiere usted acompañarme, 

señora? 

Yo no he tocado nunca el piano, pero le 

acompañaré. ¡No faltaba más! Como usted 

disponga. 

¡Ohl Si no sabe... siéntese. 

(Doña Sabina se sienta muy deprima.) 

Le advierto, mister John, que esta señorita, 

(por Clara.) auuquc ustcd no lo crea, es una 

virtuosa... 

¡Qué exagerado!... 

(Ofreciéndole el brazo.) EntonCCS... 

(a Clara.) La felicito, señorita... Va usted del 
brazo del hombre más valiente del mundo. 

(john deja a Clara en el piano y se dispone a cantar.) 

Alguna barcarola, ¿no? 
No. 

Un momento, (Toca un timbre.) 

(por el foro.) ¡Señores! 

Arroje usted al mar... ese tibor 

(eI Camarero toma -un gran tibor y hace mutis con el 
en tanto que miss Lambrag suspira.) 

(Esta tía me pone malo.) CJn poco de silen- 
cio, señores. 

(Se hace un profundo silencio. Comienza a sonar el 
piano.) 

(Por el foro.) Mi capitán... 

(ai mismo tiempo.) ¡¡¡OhisSSSÜ!... 

Pero... 

(ídem.) ;¡¡Cbissss!!l 

(Encogiéndose de hombros.) ¡Bucno! (Se ya.) 



Música 



(Mister John canta un cuplé cualquiera. Cuando ter. 
mina, la ovación es atronadora.) 



Hablado 



D.a dAB. 

Crochet 

SaB. 
HoiMES 

Cárter 

LUPIN 

Lam. 

GONZ. 

Aucia 

GoNZ. 

M^R. 

Capitán 

Mar. 

Todos 

Sab. 

John 

Todos 



Lam. 

Mar. 
Lam. 

LüPIN 



Fant. 

LuPIN 

Fant. 

LuPIN 

Fant. 
LupiN 

Fant. 

LuPIN 

Fant. 

LüPIN 



{jHermoso!! ¡Portentoeol 

jLa mejor voz que se ha oído en el mundo! 

¡Sin iguall 

{Una maravillal 

¡Un asombro! 

¡Un espantol 

¡Una sirenal ^ 

Caballero: a mi no me la da usté. Usté es 

Caruso. 

(Enérgica.) ¡Caballero!... Es mister John Pro- 

tokol, el hombre más valiente del mundo. 

Y cantando... un .Juan Breva. 

(Por el fondo.) ¡Capitán! 

¿Qué sucede, muchacho? 

Comienzan a verse las luces de Montevideo» 

¡Oh! ¡Por finí 

¡Gracias a DiosI 

Vamos a verlas. 

Vamos. 

(Se van todos por el foro menos mi^s Lambrag, el Ma> 
rin^ro, que junto a la puerta deja pasar a los demás, y 
Lupln.) 

(Tristemente.) ¡La tierra ya!. . ¡Qué pena!... (ai 

Marinero ) Oiga. 

¡Señora! 

Que arrojen al mar una docena de botellas 
de Champagne... descorchadas... 
¡Caray! Como si en el mar no hubiese bas- 
tantes merluzas... (Se van mlss Lambrag 7 el Ma» 
rinero. Lupln, con la liare de la luz eléctrica corta la 
luz, y al hacerse el obscuro se acerca al piano y dice 

a media voz:) ¡Fantomas! 

(surgiendo por uno de los lados del plano.) ¡Qué! 

¿Nada? 
Nada. 
¡Por vida! .. 
Quién sabe aún. 

Es que mañana, al clarear, desembarcare- 
mos. 

Paciencia. ¿Ignoran aún mi presencia en el 
barco? 

Sí. Pero, ¿cómo no has podido?... 
Esa miss Alicia es astuta como nadie. 
Pero ¿ella sabe que el talismán?... 



— 8d - 

Fant. a su manera, Mister John la ha engañado. 

Le ha dicho únicamente que si le roban el 
amuleto pierde dos millones de libras, y ella 
vigila sin cesar. Es mal enemigo una mujer 
tan lista como ella. 

LupiN Sin embargo. . 

Fant. |SÍlenCÍo!... jVete! (Se oculta nuevamente dentro 

del piano. Lupin da luz y sigilosamente vase por el 
foro. Queda un instante la escena vacia y por la iz' 
quierda entra THUM. Viene molido y trae el sombrero 
en la mano.) 

Thüm Bueno, es que crujo como un saco de nue- 

ces. Señores, qué tres palizas me han sopla- 
do! Dice el médico que esto de las costillas 
no es que estén rotas, sino hundidas nada 
más; pero las tengo hundidas en el estóma- 
go y me ocasionan un hipo molestísimo. 
(Hipa.) Después de todo, he tenido suerte 
porque el segundo me desencajó una claví- 
cula de un trompazo y el tercero me la vol 
vio a encajar de una patada, (mpa y se rasca 
el cuello.) Me han dejado que hay que ver. 

(Se vuelve a rascar el cuello y de cuando en cuando 

lo hará igualmente.) Una rótula rota y una de 
chichones en los parietales, que no me en- 
tra el sombrero ni con calzador, (intenta po- 

nerse el sombrero y se le queda en la coronilla.) Y 

lo que más siento es lo del puente: un puen- 
te ae oro con dos muelas también de oro. 
I Me cogió la morrada tan de lleno!... Y lo 
peor es que me lo he tragado porque yo no 
encuentro las dos muelas por ninguna par- 
te. Menos mal que a esta hora... Pero, ¡ca- 
ray! ¿qué es lo que me pica?... ¡Ah, ya! Es 

la pajarita. (Se coloca bien el cuello de pajarita que 

trata de medio lado.) Mcnos mal que a esta hora 
saben ya esos tres energúmenos que yo no 
soy mister John, porque ¡caramba! si inten- 
taban repetir... (Hipa) 

(Por el foro entra en e«cena JOHN.) 

John ¡Ah! ¿Eres tú? ¿Qué ha sido eso del puente? 

Thüm Que me lo he tragado, mister John; porque 

si yo hubiera echado las muelas lo hubiera 

sentido. 
John Aludo a esa bronca que has tenido ahí... en 

el puente del timonel. 
Thüm Pues, eso; sí, señor: que, me han dejado como 

para echarme al puchero. 

8 



John (a media voz.) Me figuro que habrás puesto en 

claro... 

Thcm (ídem.) Sí, señor ya saben quien es usted y 

le buscan con unas ganitas... 

John Bien. 

Thüm Ahora, que puede que no se atrevan, por- 

que como tiene usted esa fama de invenci- 
ble... 

John Escucha, ¿es en efecto gente fuerte? 

Thüm El tercero, ese que es campeón de fut-bolis- 

mo, de una patada es capaz de hundir este 
trasatlántico. 

John Bien. Déjame solo; tengo que hablar con 

miss Alicia. 

Thum Sí, señor, (nipa.) 

John jAh! Prepáralo todo; porque mañana salta 

remos a tierra. 

Thüm Pues... 

John ¿Qué? 

Thum Que si hay que saltar, yo no voy a poder, 

mister John. Tengo una rótula que no está 
para saltos. 

John Ánimos. Thum: hay que ser sufrido y va- 

liente. Mírame a mí. (nipa Thum.) ¿Eh? (Thum 

vuelve a hipar.) ¿Qué eS eStO? 
Alicia (saliendo por el foro e interponiéndoae.) Piedad 

para él, amado John. 
John Dices bien. Que viva. 

Thüm iRipl iHipl (Hace mutis por el foro.) 

John ¿Eh?*¿Qué es eso? 

AuciA jJohnl... 

John No. Es para quitarle el hipo, 

Alicia Ven aquí, siéntate a mi lado, titán valeroso. 

John Sí, amor mío; manda, ordena. Para ti, este 

Sansón no es más que un obediente levita. 

Alicia jAhl 

John Tú conviertes mi fiereza en ternura, Goliat 

ha encontrado su David. Tú, con una onda 
de tu pelo, me matas. 

Alicia iQué imágenes! 

John Habla, ¿qué quieres decirme? 

Alicia Voy a sorprenderte, John mío. 

He discurrido un medio genialísimo para 
que nadie pueda 'robarte el talismán; para 
que esos dos millones de libras sean para ti. 

John ¿Qué dices? 

Alicia , Mira. (Le enseña un trozo de herradura.) 

John ¿Eh? ¿Tenías tú el amuleto?... 



-- 86 ^ 



Aucu 

John 
AuciA 



John 

J^UCIA 



JOH^Í 



Alicia 
John 
Alicia 
John 



Alicia 
John 

Alicia 



Fant. 

JüHN 



No; es un trozo de herradura igual al tuyo- 

( Comparándolos.) Bn efectO. 

Me lo ha proporcionado el encargado de la» 
reses que el barco conduce. Sólo se diferen- 
cian en la inscripción que ostenta tu amu- 
leto. 

Es verdad. 

Es preciso que tu, como buenamente pue- 
das, grabes aquí, con algún instrumento 
punzante, algo que remede esta otra ins- 
cripción. Yo guardaré el amuleto auténtico, 
tú te dejas robar el falso, los dos detectives 
y Lupin te dejan en paz y nadie turbará ya 
nuestra dicha. Porque, créeme, esta situa- 
ción es insostenible; cuan<lo deseo acariciar- 
te, temo que algunos de ellos nos observe y 
sufro muchísiino. 

Tienes razón. Claro que yo podría quitár- 
melos de encima de una sola bofetada. Fi- 
gúrate, de una bofetada mía, rodarían los 
tres; pero si les pego, pierdo los dos millones. 
Mister Puff. conociendo mi valentía y mi 
fuerza sin rival, así lo dispuso. 
{Qué grande eres, Johnl 
regular nada más. 
¡Te amo! 

Mira, mira; vamos a ocuparnos de lo del 
grabado. Yo tengo aquí un cortaplumas 
muy fuerte: a ver cómo me las arreglo. 
|OhI Con la fuerza que tú tienes .. Con una 
pluma grabarías en el acero. 
Bueno, observa tú por si viene alguien. No 
conviene que nadie vea... 

Sí. (Se retira al foro. John toma el trozo de herradura, 
se sienta ante una mesita de espalda al plano, saca el 
cortaplumas, pone sobre la mesa el amuleto y comien- 
za a copiar la inscripción.) 
(Asomando la cabeza por el piano.) (|Qué sinver • 

güenza! Por fortuna estaba aquí yo.) 
(Atento a lo que graba.) No Sale bien; nó puede 

salir. Primero una hache, (oraba. Fantomas sale 
del piano.) Ya ha salido (Fantomas cree que lo 

dice por él y se agacha.) Ahora Una a y luego 

otra hache, (sigue grabando. Entre tanto, Fantomass 
le quita de sobre la mesa el amuleto auténtico.) ¡Ca- 
ramba! Pues no está del todo mal. . (Levantán- 
dose y acercándose a Alicia.) EstO va Saliendo: 

mira. , • . 



86 — 



Fant. 
John 



Alicia 

John 

AiicrA 

John 

Alicia 

JCHN 

Alicia 

HOLMES 

John 

Holmes 
John - 



Cárter 

John 

Holmes 
Cárter 

H oí MES 

Cárter 

Holmes 

Jo^N 

Holmes 



Cárter 
John 

Alicia. 



é 



John 



([Por fínl Esta vez he ganado la partidla. 

(Metiéndose de nuevo en el piano.) 

Oh! Muy bien: continúa. 

i. Ahora creo que es una. a. (se acerca a u 

mesa, ye qae no está el talismán y se le cae de la» 
manos el cortaplumas. Casi sin podet hablar.) A..» 

Alicia... A]icia .. 

Í Acercándose,) ¿Eh? ¿Qué te SUCede? 
DI talismán... robado. 
iCómol... 
No., no sé. Estaba ahí... sobre la mesita... 

|DÍOS miol (Gritando hacia el foro, como loca,} 

riHolinesü... ||Caiter!I... 

Pero ¿cómo es posible?... Guardaré este otro 

para que no se enteren... 

Aquí llegpn. 

(Por el foro, precipitadamente, seguido de Cárter.)* 

¿Eh? ¿Qué ocurre? . ', 

Acaban de robarme eltalismáni 

iHolal 

Lo dejé un instante sobre esta mesita, m& 

acerqué a Alicia un segundo y al volver ya. 

no estaba. 

Y ¿nadie ha entrado ni salido de esta cá* 

mará? 

Nadie. 

Es entraño, 

Lupin ise desliza cpmo las sombras, querido 

Holmes... 

Pero un segundo que se ha separado de Ift 

mesita para acercarse a mis Alicia... 

Al lado de mis Alicia las horas se le antojáis 

segundos a mister John, querido Holmes... 

Dice usted bien. Veamos a Lupin. 

Pero. . 

Ni una palabra, mister John. Que nadie 

sepa que le ha sido robado el talismán. 

Comprometería usted el éxito de nuestros 

trabajos. ¿Vamos? 

Vamos. (Se van Holmes y Cárter.) 

Pero, señor; si no es posible. |Si aquí no ha 
entrado nadiel.. 

Voy yo también a practicar mis pesquisas,, 
querido John. Precisa averiguar si tiene esta, 
cámara alguna puerta secreta... Aguarda... 

(Vase.) 

(Perplejo.) Nada; no me lo explico. Porque- 
yo. . ¡Caramba! Yo... 



a 



^ Él 



íikííB, 



'Cam. 

£iAMB. 

<¡Jam. 

Lamb. 

JOHK 



€am. 
Mar. 
■Cam. 

LaIüb. 

John 



Thüm 
John 
Thüm 

JOHN_ 

Thüm 
John 



HOLMES 



John 

LUPIN 

Cárter 

JoHN 



(por el íoro.) jCuán hermosó está el mar! Me 
atrae esta noche con influjo magnético. Le 

arrojaría mi fortuna toda. (Hace sonar an tim- 
bre.) Solo seré feliz cuando duerma en su 
seno el sueño del <jue no se despierta. Por- 
que el mar será mi tumba. Sí. 
(Entrando,) ¿Señora? 

Que arrojen al mar... (Queda repasando con la 
vista todos los objetos que hay en la cámara.) 

La señora dirá;. 
Ese piano. 

(Vase el Camarero.) 

(por mis Lambrag.) (Bucuo, cstá como para qué 
le pongan una camisa de fuerza.) 

(Pot el toro entran el CAMARERO y cuatro MARI- 
NEROS.) 

Anda. 

¿Qué, también? 

Obedecer y callar. 

(cargan «con el pifl no.) 

Cuidado, no estropearle. 

"¡Para lo que ha de servirl... (Hacen mutis por 

el toro mis Lambrag y los Marineros con el piano.) 

Me gustaría ser el hombre de más fuerza 
del muiidó para darle a la reina esta uña/ 
patada en el reinado y desbaratarle el 
trono. 

(Asomando por el toro.) ¿Mister John? 

¿Eh? 

Mucho ojo. Los tres de la paliza andan ron- 
dando la Cámara. 

{Caray! Escucha: procura alejarlos, porque 
ahoía no me conviene la agresión. 
Siendo ante testigos... 

De ninguna manera, hombre. ¿No ves (Jue 
me han robado el talismán? A mí me con- 
vienen las morradas teniendo el talismán 
en el bolsillo; pero ahora... Anda, anda, dis- 
traelos. 

(Vase Thum.) 

(Por la izquierda con CÁRTER y LUPIN.) Es ex- 
traño, mister John. Lupiíí asegura bajó su 
palabra de honor que en esta ocasión no ha' 
intentado tampoco apoderarse de él. 
No lo creo. 
¡Caballero!... 

Yo creo en su palabra, mister John. 
Entonces .. 



— 18^ 



HOUIES 

John 

Cárter 
John 

I^UPIN 

HOLMES 

LüPIN 

HoLMES 

Cárter 
John 



CüT 

Kant 

QUILL 
CüT 

John 



CüT 

John 

CCT 

John 

CüT 



Kant 

CüT 



QüILL 



Vamos a ver reconstitayamos el hecho»: 

Usted... 

Yo me Eenté ante esta mesíta» de espalda» 

al piano. 

¿En? ¿Qué ha sido del piano, mister John? 

Acaba de arrojarlo al agua esa imbécil de 

miss Lambrag. 

K VlaldiciÓnll (lotenta correr y Holxnes i% detiene.} 

¿Qué? 

Que dentro del piano estaba Fantomas. 

¡Hay que salvarle! (Vaie por el loro quitándose- 
la americana.) 

Hay que rescatar el amuleto. |A1 agua, Car. 
terl 

I Al agua, Holmesl (Se yan por el foro qnitándose 

las americanas.) 

(Dejándose caer en una bataca desalentado.) Esto nO* 

me gusta. Porque si el amuleto se pierde... 
Eso de la pérdida del amuleto no está pre- 
visto en el testamento, y... 

(Por el foro entran como sombras CÜT, KANT t 
QUILL» tres tios que dan miedo.) 

Eb ese, ¿no? 

Ese. 

¿Quién ventila primero? 

Yo. 

(Que aúít no los ha visto.) BuenO. Yo lo que- 

tengo que hacer ahora es guardarme, por*.' 

que si ahora me pegan es completamente. 

infructuoso, (s» levanta.) Bueno, el que tenga ' 

la herradura, va a saber los puntos que yo- 

calzó. . 

(Cogiéndole del braco.) Venga conmígo, Caballero. 

¿Eh? 

Aquí, a este saloncito; deseo hablarle sin. 

testigos. 

Pero... 

Venga, venga. (Se lo lleva por la izquierda, y ea 
seguida se oye un ruido de bofetadas que asusta. En- 
tretanto, Kant y Quill hacen gimnasia y flexiones para. 
entroQftrs^O 

Señor Cut. 

(saliendo y quitándose una muñequera.) Ahí qUCda. 

(Kant entra en el Saloncito y Cut se va por el foro. 

Dentro suena de nuevo una serie de trompadas T 

bofetadas.) 

(Llamando también a la puerta.) jSeñor Kautl. .. 

Déjemelo vivo, (saie Kant.) ¿Respira? 



I 



— 89 -. 



Kant 



QuiLL 
AUCIA 



John 
AuciA 

John 

Alicia 

John 



Creo que sí. 

(Entra QuiU eiEi el saloncito y se va Kant por el foro. 
Nuevos golpes. Sale John como una pelota y se deja 
caer sin fuerzas en el diván.) 

iSsildadosI (Se va por el foro, cruzándose con 
ALICIA que entra.) 

¡Fué Fantomas, Johri! Gracias al reflector 

se le ve nadar hacia la orilla en compañía 

de Lupin y perseguidos por Holmes y por 

Cárter... Pero ¿qué tienes, león invencible? 

Nada... Un ligero vértigo. 

¿Quieres que te traiga un poco de ron o un 

poco de anís? 

Un poco de áxnica. 

¡Qué genial! ¿En una copa, titán mío? 

¡En un cubol..» 

(Telón.) 



MUTACIÓN 



CUADRO SEGUNDO 



Una calle de Buenos Aires. £s de día. 



Fakt 



LüPIN 

Cárter 

Holmes 
Fant. 

Lupin 



(a la puerta de un bar que ostenta el titulo de *Bar 
Chirimoya» están Sentados tomando un refresco HOL- 
MES, CÁRTER, LÜPIN y FANTOMAS.) 

No debéis hacerme inculpaciones puesto 
que vosotros tuvisteis la culpa. Si no me 
hubieseis perseguido con aquel ensañamien. 
to, yo hubiera nadado un poco más despa- 
cio y no hubiera tenido necesidad de des- 
prenderme del amuleto. Pero cuando me 
sentí rendido y creí que mi vida peligraba, 
tiré el amuleto y hubiera tirado un tesoro 
cien veces mayor. 

¡Qué lástima! Después de cinco meses de 
' incesantes trabajos... 

Y de continuos gastos, que es lo peor. He. 
mos hecho un bonito negocio. 
En fin, ya no tiene remedio. 
Lo que más me indigna es que ese imbécil 
dQ mister John se salga con la suya. 
Poco a poco; yo creo que habiéndosele per- 
dido el amuleto... 



- 40 •« 



Fant. 

Cárter 

HOLMES 



Fer. 

HoLMES 

Fer 

HoLMES 



Todos 

HOLMES 

Cárter 

LüPIN 

Fant. 



Parr. 



Fer. 
Parr. 



Fer. 
Parr. 

Fer. 
Parr. 

Cahter 



Holmes 
Fant. 

LuPIN 

Holmes 



jClIarol El, ein herradura no puede dar un 
paso. 

Tiene que renunciar a la herencia, como 
nosotros. 

Estáis completamente equivocados. Con o 
sin amuleto, si mister John prueba (yote du- 
rante los seis meses ha sido agredido, los 
dos millones de libras serán para él. Esa 
debe ser también su oponión, y sin duda 
para hablarnos de ello nos ha citado en este 
bar. 

(Entra eo escena FERNANDEZ con an telegrama en 

la mano.) ' 

¿Mister Holmes?... 
¿Qué deseas? 
Este aerograma.... 

Bien. (Lo toma Y se va Fernández. Leyendo el aero- 
grama y mordiéndose una mano.) ¡¡Ahll... |Esta 

burla!... 

¿Eh? 

Lea, amigo Cárter. 

(Leyendo y aporreando* la mesa.) ||MaldÍtaI! .. 
(pandólo a Lupln.) Vea USted. 

(Ídem) ¡jira de Diosil Lee, Fantomas. 
¡¡Maldiciónl! 

(Los cuatro hacen al mismo tiempo un gesto de ira y 
de desesperación. Salen del bar P ARRONDO y FER- 
NÁNDEZ. Ambos visten el traje del pois.) 

Ya lo sabes, compañero; me buscas seis 

compadres que peguen duro y parejo, y 

mañana a las tres en punto les espero en 

mi estancia. 

Yo iré con ellos, amigo Parrondo. 

Le advierto que el inglés es un hércules, y 

al decir de mi hermana es el hombre más 

valiente del mundo. 

Aunque así sea, se le perjudicará. 

No quiero su muerte, ¿sabe? Castigarle no 

más. 

Está bien. 

Hasta luego. (Se va. Fernández entra en el bar.) 

Entonces, ¿cree usted, querido Holmes, q^ue 

mister John está enterado de lo que dice 

este aerograma? 

Lo deduzco. 

¿Y qué interés puede tener?... 

¡Silencio! 

¿Eh? 



i- 41 ^ 



LüPIN 



^JOHN 



Todos 
John 



.Todos 

>J0HN 



HOLMES 
JCHN 

Thüm 
John 

Fer. 



John 



<3arter 

LuPIN 

Fant. 

HoLMES 

Jlhn 



¡MisterJohnl 

(En efecto, entran en escena JOHN y THUM. Vienen 
vestidos de gauchos.) 

(a Tham.) Ya sabes; cuando oigas la palabra 

evidente, me coceas. (Acercándose al grupo.) 

¿Señores?... . 

(indinándose.) Mister John... 

Sentaos. (Todos se sientan. Queda de pie Thum.) 

Les habrá extrañado, sin duda alguna, esta 
cita, ¿no es cierto? Porque perdido el talis- 
mán, detalle que no estaba previsto en el 
testamento de Harris Puff , y descartada por 
tanto la probabilidad de que obtengan uste- 
des el premio fijado, nada tengo ya que ver 
. con ustedes. Esto es evidente. 

(Thnm le da una patada a mister John y éste sin 
querer rompe parte del servicio que hay en la mesa.) 

¿Eh? 

(Que estaba en la puerta del bar.) (¡Un bochinche- 
ro! ¡Pues como se descuidel...) 
(Muy satisfecho.) Señores, los dos millones de 
libras son ya míos. He sido agredido ante 
ustedes. ¿Es esto cierto? 
Es también evidente. 

(Thum arrea a mister John otra patada.) 

IjThum!!... |Carayl Que con una es suficiente. 

Óomo usted me dijo... 

(Basta! 

(f hum se sienta.) 

(Me voy por no buscarme una ruina. Pero 
como yo caja a ese sinvergüenza por mi 

cuenta...) (Entra en el bar.) 

Pues bien, señores; considerándome ya como 
propietario de la herencia de mister Puff, 
estoy dispuesto a regalar a cada uno de us- 
tedes cincuenta mil libras si me ayudan a 
salir airosamente de una empresa arriesga- 
: dísima. 
iHola! 

iCincuenta mil. libras!... 
Sepamos. 

Expliqúese, mister John. 
Yo, señores, como ustedes saben, estoy ena- 
morado de misb Alicia de tal manera, que, 
vamos, si el propio Romeo resucitara, com- 
prendería que había hecho el ridículo, por- 
que no registran los anales del amor una 
pasión tan vehemente como la mía. 



— 4*2 — 



HoLMbS 

John 



Cárter 
John 



HOLMES 
F*NT. 

John 

LOPIN 

John 
Cárter 
John 
Fant. 

LüPIN 
HoUfES 

John 

HOLMES 

John 



lOhf 

Es UDa paeión avaeailadora. Ahora bien; lo» 
hermanos de Alicia quieren que esta pasión 
sea pasión y muerte, y para eso necesito de 
ustedes. Quieren matarme, y yo no estoy 
dispuesto a morir^ y menos ahora que 1& 
fortuna me sonríe. 
Bien, pero... 

Oigan ustedes la carta que he recibido esta 
mañana, (saca un papel y lee.) cAmigazo: Nos 
dicen que es usted un valiente y que tiene 
deseos de bailar esa deliciosa danza argenti- 
na que se llama el Pericón. Le aguardamos 
mañana a las tres, en nuestra estancia del 
Macanazo, para hacerle fiestas. Tenemos 
ganitas de verle bailar. Venga si es valiente. 
Se le ríen, Pancho y Chito Parrondo.t ¿Eh? 
¿Qué tal? En cuanto yo leí esto de hacerme 
fiestas, que está subrayado, y lo de las gani* 
tas de verme bailar, que también está sub. 
rayado, pensé: como no vean bailar a la 
Bilbainita... Pero como Alicia me cree in- 
vencible, me ha dicho:— Iremos a la estan- 
cia, león africano, quiero que sepan quién 
eres Pancho y Chito. Yo repliqué, pero ella 
me dijo:— Nada, nada, que quiero que te co- 
nozca Pancho. — Pero mira, muier. — Y Chi- 
to. Yo me callé por no llevarle la contraria» 

Y excuso decir a usted mi situación. Si voy 
me majan y si no voy pierdo el cariño de 
Alicia, y antes que eso me corto las venas. 

Y ustea quiere que nosotros le protejamos. 

Y que mantengamos su cartel de invenci- 
ble. 

Eso. Quiero quedar en la estancia como un 

león, no como un cordero- 

Pues por mi parte. . 

Son cincuenta mil libras, señores. 

Esta es mi mano, mister John. 

¡Oh! ¿Conformes? 

Conformes. 

¡Salto de alegría! 

Mañana, a las tres, en la estancia del Ma- 

cañazo. 

Pues hasta mañana. Thum, vamos a reunir- 

nos con Alicia. ¿Señores? (se inclina.) ¡Ah^ 



— 48 - 

Pancho y Chitol... Mañana veréis quién e» 
. el león africano, (vase.) 

HoUüBS (Aparte a Cárter, Lupín y Fantomas.) |Canalla!..« 
¿Os habéis convencido? (sacando el telegrama T 

golpeándole.) Está enterado de esto..* 
LupiK jHa venido a engañarnosl 

Fant. i a nosotros! 

Cárter jAhl Pero mañana sabrá que no se juega. 

impunemente con Nick-Carter. 
Pant. Ni con Fantomas. 
HoLMES Venid; pongámonos de acuerdo. Nuestra 

. venganza ha de dejar memoria. I Lo jurol 
Todos ;Lo juramosl ¡¡¡Ahll! 

(Telón.) ' '. 

MUTACIÓN 



CUADRO TERCERO 

Paisaje argentino. A un lado la tranquera que cierta ^1 potrero. ÁI 
fondo un rancho, a un lado de un corpulento ombú. A todo forcK 
la pampa. 



Vid. 



Mart. 
María 
Mart. 

María 

Mart, 

María 

Martín 

Mart. 

Martín 

Mart. 

Vas. 



(ai levantarse el telón están en escena MARTINIAN0,, 
trenzando un, lazo, y MARÍA cebando un mate a la. 
puerta del rancho. Oyese dentro una melancólica vi» 
dalita.) 

Palomita blanca,, 
vidalita 

del pechito azul, 

dile que yo lloro, 
vidalita, 

tanta ingratitud. 
¡Tristes son las vidalitas! 
Tristes como mis amores. 
Alégrese, chinita, que hoy va a haber fiesta 
en el pago. 

Ya están preparando el con-cuero. 
Ya llega el vasco Martín con su hija. 
Linda la vasquita. 

(Vestido de vasco, por la derecha.) {SerdiuSÚl 

jUngui tasú! ^, Viene al baile? 

¡Traer a mi hija, bay, bay! 

A ver si saca novio, ¿no? 

Ni falta que me hase, ¿sabe? Muchos m€^. 



i . ', andan arrastrando el als^, pero a mi ¡con la 

piolita! ÍjOB. hombres son como picaflor, van 
de una en otra, y luego, ¡si te pierdes, chí- 
flame! 

Mart. . .Tiene razón mi hija. 

Vas. Pero ahora, me anda afilando un gaucho 

más compadre que pata de catre, el más 
valiente del pago. ]A éste no hay quien le 
pise el poncho! 

Mart. Pues cuidadito, que hoy viene un extranjero 

que dicen que es un tigre. 

Vas. ía llegan los puesteros. Vengan, mucha- 

chas. 

Martín Guisona ederra y escacha, polita también, 
¡bay, hay! 

(Salen GAUCHOS y MOZAS y quedan hablando en gru- 
po en segundo termino. Al mismo tiempo salen por la 
primera derecha, PANCHO, de americana y bota, y 
CHITO, de gaucho, por el rancho.) 

Pan. Se acerca el momento. Ya han salido de la 

estancia los viajeros. 

<¡Jhitp . Pues ya lo sabes, la pateadur?i ha de ser mar- 
ca chancho. 

Pan. ¿a ver si resulta un valiente y nos golpea a 

todos? 

Chito Eso es lo que ptifecisamos saber. Para ver si 

/ le podemos hacer de los nuestros. 

(siguen hablando. La Vasquita y Martín bajan a pri- 

•'- ' ' mer término.) 

Vas. Miie, tatita; los capataces la están conver- 

sando. 

Martín ¡l^ayí bayl 

Vas. ¿y sabe lo que tratan? 

Martín jNada que me sé, no, no! 

Vas. Que le preparan Chito y Pancho una patea- 

dura a un extranjero que viene con la pa- 
troncita.-Pero no saben cómo dársela. Pancho' 
quiere castigarle con bulla y Chitó, callando. 
Mire, ya llegan. Linda punta de extranjeros. 
Mire, tatita, qué linda la patroncita. Y aquel 
debe ser el valiente que disen. 

(Salen por el foro derecha, H0LME8, CÁRTER,' LÜ- 
PIN, FAKT0MAS, .THüM, JOHN y ALICIA. Los cua- 
tro primeros, disfrazados.) 
John (vestido de gaucho y con grandes espuelas.) BstC eS 

el sitió, ¿no? Aquí voy a ser el héroe, < 
AiiCTA El terror del pago. 

John ¿Cómo del pago? 



AuciA AI campo le llamamos el pagó. 

John lAh, yá! Pues a ver si en el pago cobro. ¿Qu6 

es aquello? 
AuciK XJií rancho. 
JÓHN Pues me gusta el rancho. ¿Qué te parece» 

Thum? 
Thüm Bien. 

John ¿Bien? 

Thum Bien. 

John Bien. ¿Y acjui ha de ser la fiesta? 

Vas. Aquí mismito. Verá cosa linda. Venga, pa- 

troncita. 
John Perfectamente, (a AUcia ) Con tu permiso. 

(a Holmes, Cárter, Lupia y Fantomasy (Jn momen- 
to, señores. (Lob Ueva a un extremb.) De modo* 

que hemos quedado en que yo he de coger- 
les la vez, ¿no? 

HoLMBS Justo.; Mucha energía, mucha gallardía. Utía 
gallardía ofensiva; ¿eh? 

John Pero... 

Cárter No tema; aquí estamos nosotros. 

LüPiN Claro. 

John Bueno. Pero cuando yo necesite de uste-^ 

des... 

Fant. Nos llama y íisto. 

John Pero ¿cómo? Korque si digo vuestros nom- 

bres comprendería Alicia que vengo prote- 
gido, y aaiós cariño. 

HoLMES Es verdad. Busquemos una palabra que noa 
•sirva de consigna. 

LupiN Eso, una palabra breve .. 

HoLMEs Ya. ¡Olél 

John ¿Qué? 

HoiMEs jOlél 

John Pero, ¿ole el qué? 

ÍIoLMES Digo que esa debe ser la palabra, ¡olél 

John |Ahl Ya. Pues bien, ole. ¿Estamos? 

Cárter \ 

LupiN > jOiél 

Fant. ) 

John Y no olviden ustedes que son cincuenta mil 

• libras. (Se separa de ellos y se une a Alicia.) 

Thum (Hay en este rancho un olor a bofetadas...) 

HoLMES (a Cárter y a Lupin.) Su cinismo cs extraordi- 
nario. 

Cárter Nos cree imbéciles. 

LüPiN ¿Ha recibido usted nuevos cablegramas dé 

Londres, mister Holmes? 



- A^ - 



HOLMES 

Cárter 

LUPIN 

fiOLUES 

AUCIA 

John 



John 
Alicia 



John 
TbuM 

John 

Alicia 

"Chito 

Vasqüita 

John 



Yasqüita 

Alicia 

John 



Chito 

ÁUCIA 

Chito 

John 
Pan. 



Si. La noticia de ayer me ha sido confirma . 
da. jira de Dios!... 
¡Malhayal... 

(Mil rayos! .. Y ¿signe usted creyendo qu& 
mister John lo saber 

£btoy seguro. Mis deduccioncE me han lle- 
vado a esa creencia. 

(viendo entrar en escena a CHITO y a PANCHO pro- 
vhtos de sendas estacas.) |Ohl Protéjeme, león 

invencible; son ellos, mis hermanos. 

(]CarayI) (con gran aplomo y haciendo un par de 

flexiones.) {Oh! ¿Son ustedes los hermanos de 
mi Alicia?. . Caramba, caramba. . ¿bl lan- 
cho y el Chito?. . Ya tenia yo ganas de que 
ños viéramos... (Les escape a los piés. Caramba, 
caramba... (a AUda.) Creí que tenían mejor 

presencia... (Lís vuelve a escupir.) 

(Botusiasmada.) (No ha conocido el miedo...) 

(|Caray, qué trancas han sacado!) 

Buenas tardes, hermanos. Aquí estoy. He 

auerido destruir con mi presencia esa leyen- 
a de venganzas. I oreso ne venidocon John, 
con el hombre invencible, con el tigre de los 
arenales, que es para mí cordero pascua- 
lísimo. 

(a Alicia ) Déjalos. (Vuelve a escupir.) 

(Cuando yo digo que me huele a tortas.) 
Bueno, ¿y qué hubo de ese baile? (a Alicia ) 
¿Se dice así en gaucho? 
Prepárense, muchachas, que el rey del val?r 
quiere bailar con ustedes. 
]Va bailará! 

¿Sabe el Pericón nacional? 
A bordo lo hemos bailado mil veces. Yo lo 
mandaré. ¿Quiere echar una piernita con- 
migo? 

Si la patroncita no se enoja... 
Baila con él. Te lo dejo usufructuar. 
Pues formen las yuntas y empiecen los firu- 
letes. (Estoy hecho un Juan Moreira! 

(fiailan el ■Pericón». Véase la nota del final.) 

(ai terminar el baile.) |Muy bien! Ahora veamos 
si en efecto es valiente. 
Veamos. 

Diga, compañero: ¿y es usted tan bravo co- 
mo disen? 
nMásü 
Y ¿serla usted capaz de pelear conmigo? 



- 47 



John 

Chito 

John 

Ohito 

John 

AuciA 

John 



-Chito 



John 

\UCIA 

John 



AuciA 

John 
Alicia 
Chito 
John 

Alicia 

IHOLMES 



AuciA 

JüHN 

Alicia 
John 
TThüm 
John 



HOLMES 



John 



¿Cómo no? 

Paes prepárese, que para eso era la fiesta 
¿Para eso? ¿Es decir, que me han tendido 
un lazo? 

|¡Y dos másll (a una señal de Chito, caen sobre 
mlster Johu cuatro Gauchos y lo maniatan.) 

jSoItadme, cobardes, soltadme!... 

A ellos, John. (A ellos! 

8i se lo digo a ellos; soltadme. (noimes, Cárter, 

Lupin y Fantomas se hacen loa distraidos.) (| Caray! 

Pero, ¿qué hacen esos que no me auxilian?) 
jEa! Dos estacasitos pa prinsipiá... 

(Martiniano y otro Gaucho, con unas estacas simuladas, 
le arrean con fuerza dos estacazos.) 

llOlél!... iiOlé!!.., 

lAh! No te duele; eres invencible como Plon. 
Si, vida mía, sí... {Mi madre! ¡Que dos ga- 
rrotazos! (Le vuelven a pegar.) IjOlé!! .. ;.Pero nO 

oyen ustedes que estoy diciendo ole? 

(Los otros siguen haciéndose los distraídos.) 

Dadle bien fuerte, imbéciles; a él no le im 

porta .. es invencible. 

(|Mi abuela!) Cállate tú. . niOlélI! .. 

¿No oís cómo se jalea? 

Dos estacasitos en la cabeza de parte mía 

I¡Noll iHolmesl... [Cárter!. . ¡Favor! 

(Asombro de todos.) 

¿Eh? 

(Quitándose el disfraz.) Basta, scñores; está su- 
ficientemente castigado. Soltadle. Os lo su 
plica Sherlock Holmes. 

(Le sueltan.) 

Pero... 

Perdóname, no soy fuerte; no soy león, pero 

te amo . 

(con marcada repugnancia.) jAh!... (se aparta de él.) 

(Llorando.) jThum! jAmigo Thum!... 
Esta vez los palos le han tocado a usted. 
¿Cómo que me han tocado? ¡Me han deshe- 
cho! Pero, ¡ah!, cada estacazo me ha hecho 
ganar cincuenta mil libras, porque no os 
pago. 

¿Con qué ibas a pagarnos, imbécil? ¿Tú no 
sabes lo que ocurre? Has perdido tu tiempo 

como nosotros. Lee. (Le da uu telegrama.) 

«Los dos millones de mister Puff han 
sido robados». ¡Maldición! ¿Pero quién ha 
sido? 



-^ 48 * 

HoLMES Esa es mi desesperación. No lo sabemos. 

¿Quién puede ser más hábil que nosotros? 
AuciA Yo. He querido honrar la memoria de mi^ 

abuelo. 
HoLMES ¿Pues quién eres? 
AiiciA {|La nieta de Rocambolel! 

(Todos se descubren respetuosamenle.) 

LupiN buya es la fortuna (Honremos la memoria 

del maestrol 
Los CUATRO (¡Gloria a Rocambolell 
John ¡Mecachis en tu abuelol... 

Benévolo espectador: 

para salvar nuestro honor 

pedimos en mancomún 

que perdones, por favor, 

primeramente al autor 

y después a Jhon y a Thum. 

(Telón.) 



FIN DE LA OBRA 



Pericón J^acional 



c^S 



vycv ^' vftiV'vvW 








I [j MU 1 1 I i ir iTpL^ TT fij^ 



í 



^ 




/•I 



tfW' 



./^*v»arc<»//» 



Fr^ 





V^ 






A "^mT 



I?i|ITi.T^li i 








^/3p¿. 









I i ' i 




;iLi'jjiuii 




Á la voz de «en su puesto firme» se paran todas laS 
parejas; y a la de «una cargadita» se pasan las manos 
de la pareja por encima de los hombros (fotografia 
niim. 4) y así se camina hasta la voz «con media vuel- 
ta, dejar que nos lleven» /entonces se da media vuelta 
sin soltar las manos quedando ellas delante. 

Cuando dice John «una jarrita con su mete y saca» 
se sueltan las parejas y las señoras caminan delante 
con los brazos en jarras, mientras los caballeros in- 
tentan meter las manos alternativamente en el hueco 
de los brazos de las señoras (fotografia niim. 5). 

Al decir «a formar la grandota» se toman todos de 
las manos, constituyendo la rueda. 

A la voz «vamos a echar las mozas al corral» se 
suelta a la señora, que forman una rueda dentro de la 
constituida por los caballeros (fotografía núm. 6) y 
ambos ruedas giran en sentido contrario hasta la voz 
de «coronar a su compañera». Al llegar los caballeros 
frente a su pareja^ sin soltar las manos, pasan los bra- 
zos sobre los de la señora, enlazándose así las dos 
ruedas. 

A la voz de «ellas a nosotros» sueltan ellos las ma 
nos y pasando los brazos por debajo de los de las seño- 
ras, vuelven a enlazar las ruedas en sentido contrario. 

A la voz de «un paseíto con la compañera» se suel- 
tan todos y dando el brazo a la que forma su pareja 
pasean éstas una tras otra, hasta que dice John «ca- 
dena». En ese momento forman la cadena como en 
el rigodón, hasta que al decir: «contramarcha al llegar 
a sus compañeras» se da una vuelta con ella para ha- 
cer la cadena en sentido contrario. 

Al decir John «un paseíto con la compañera» se 
repite la figura del paseo; y cuando dice «a formar el 
pabellón de la patria», toman el pañuelo de las seño- 
ras, ellas con lá mano derecha y ellos con la izquierda, 
sin soltarse del brazo y unen las señoras las manos 



en el centro, en alto, formando la bandera argentina, 
(Fotografía núm. 7.) Así dan vueltas hasta la voz «en 
su puesto firme», se separan las parejas y llegan a su 
sitio primitivo; y a la voz «un puentecito», la pareja 
del fondo se toma de las manos y todas las otras, sin 
soltar las manos, pasan por debajo, dando vueltas 
hasta colocarse en fila ante la batería; entonces las se- 
ñoras se arrodillan y los caballeros las ponen sus 
sombreros. (Fotografía núm. 8.) 

Bueno, como verá el lector, la explicación del bai- 
lecito se las trae, pero no hay otra manera más clara 
de explicarlo. Si el Director de la Compañía tiene 
iniciativas, que ponga el baile a su gusto y si no las 
tiene ni entiende estas líneas, que mande a la Argen- 
tina por un gaucho para que le dé lecciones. 



Obras de Pedro CQuñoz Seca 



Las gumreraSy juguete cómico-lírico. Música del maestro 
Manuel del Castillo. 

El contrabando, sainóte. (Décima edición). 

De balcón á balcón, entremés en prosa. (Tercera edición.) 

Manolo el aMaáoTj sainete en tres cuadros. Música de los 
maestros Barrera y Gay. 

El cantrábandot sainete lírico. Música de los maestros 
José Serrano y José Fernández Pacheco. (Sexta edi- 
ción.) 

La casa de la juerga, sainete lírico en tres cuadros. Mú- 
sica de los n^aestros Quinito Valverde y Juan Gay. 

El triunfo de Venus, zarzuela cómica en cinco cuadros. 
Música del maestro Ruperto Chapi. 

Una lectura, entremés en prosa. (Segunda edición.) 

Celos, entremés en prosa. (Segunda edición.) 

Las tres cosas de Jerez, zarzuela en cuatro cuadros. Mú- 
sica del maestro Amadeo Vives. , 

El lagar, zarzuela en tres cuadros. Música de los maes- 
tros Guervós y Carbonell. 

Á prima fija, entremés en prosa. 

El niño de San Antonio, sainete lírico en tres cuadros. 
Música del maestro Saco del Valle. 

Floriana, juguete cómico en cuatro actus, adaptado del 
francés. 

^Cos apuros de Don Cleto, juguete cómico en un acto. 

Mentir á tiempo, entremés en prosa. 

El naranjal, zarzuela cómica en un acto y un solo cua- 
dro. Música del maestro Saco del Valle. 

Don Pedro el Cruel, zarzuela cómica en un acto y un solo 
cuadro. Música del maestro Saco del Valle. 



til fotógrafo, jugaete cómico en un acto. 

El jilguerillo de los Parrales^ saínete en un acto. 

La neurastenia de Satanás, zarzuela cómica en cinco cua- 
dros. Música de los maestros Saco del Valle y Fo- 
glietti. 

Mari-Nieves, zarzuela en cuatro cuadros. Música del 
maestro Saco del Valle. 

Tentaruja y Compañía, pasillo con música del maestro 
Roberto Ortells. 

¡Por peteneras!, saínete lírico. Música del maestro Ra- 
fael Calleja. (Segunda edición.) 

La canción húngara, opereta en cinco cuadros. Música 
del maestro Pablo Luna. 

La mujer romántica^ opereta en tres actos, adaptación 
española. 

El medio ambiente, comedia en dos actos. 

Coba fina, sainete en un acto. (Segunda edición.) 

Las cosas de la vida^ juguete cómico en dos actos* (Se- 
gunda edición.) 

La nicotina, sainete en prosa. 

Trampa y cartón, juguete cómico en dos actos. (Tercera 
edición.) 

La cucaña de Solarillo, zarzuela en un acto. Música del 
maestro Pablo Luna. 

El modelo de Virtudes, juguete cómico en dos actos. 

López de Coria, juguete cómico en dos actos. 

El bien público, sátira en dos actos. 

El milagro del santo, entremés en prosa. 

El incendio de Boma, juguete cómico con música del 
maestro Barrera. 

El Pajarito f comedia en dos actos. 

El paño de lágrimas, juguete cómico en tres actos. 

Fúcar XXI, disparale cómico en dos actos. 

Pastor y Borrego, juguete cómico en dos actos. (Segunda 
edición.) 

La niña de las planchas, entremés lírico. 

Cachivache, sainete lírico. Música del maestro Rafael 
Calleja. 

Naide es wa/ sainete en un acto y tres cuadros. Música 
del maestro Tabeada Steger. 



Él roble de da Carosa*, comedia en tres aclos. 

La frescura de Lafuente, juguete cómico en tres actoiá. 
(Segunda edición.) 

La casa de los crímenes, juguete cómico en un acto 

La perla ambarina, juguete cómico en dos actos. 

La Remolino, sainete en un acto. 

Lolita Tenorio, comedia en dos actos. 

Los que fueron, entremés en prosa. 

La escala de Milán, apropósito. 

La conferencia de Algeciras, apropósito. 

El verdugo de Sevilla, casi sainete en tres actos y en 
prosa. (Segunda edición.) 

Doria María Coronel, comedia en dos actos. (Segunda 
edición.) 

El Príncipe Juanón, comedia dramática en tres actos y 
prosa. 

El último Bravo, juguete cómico en tres actoH. (Segunda 
edición.) 

La locura de Madrid, juguete cómico en dos actos. 

Hugo de Montreux, melodrama en cuatro actos. 

El marido de la Engracia, sainete en ún acto, dividido 
en tres cuadros, en prosa, música de ios maestros Ba- 
rrera y Taboa'Ja Steger. 

La traición, melodrama en tres actos. 

Los cuatro Eóbinsones, juguete cómico en tres actos y en 
prosi. 

Adán y Evans, monólogo. 

El rayo, juguete cómico en tres actos y en prosa. (Cuar- 
ta edición.) 

El sueno de Valdivia, sainete en un acto. (Segunda edi- 
ción). 

Albi'Melén, obra de pascuas en dos actos, divididos en 
cuatro cuadros, música del maestro Calleja. 

El último pecado, comedia en tres actos y un epílogo. 
(Segunda edición.) 

John y Thuní, disparate cómico-lírico-bailable en dos 
actos, divididos en seis cuadros. 



I 



I 









I 



\ 



, \ 



i