Skip to main content

Full text of "F.E.; the life of F.E. Smith, first earl of Birkenhead"

See other formats


This is a digital copy of a book that was preserved for generations on library shelves before it was carefully scanned by Google as part of a project 
to make the world's books discoverable online. 

It has survived long enough for the copyright to expire and the book to enter the public domain. A public domain book is one that was never subject 
to copyright or whose legal copyright term has expired. Whether a book is in the public domain may vary country to country. Public domain books 
are our gateways to the past, representing a wealth of history, culture and knowledge that's often difficult to discover. 

Marks, notations and other marginalia present in the original volume will appear in this file - a reminder of this book's long journey from the 
publisher to a library and finally to you. 

Usage guidelines 

Google is proud to partner with libraries to digitize public domain materials and make them widely accessible. Public domain books belong to the 
public and we are merely their custodians. Nevertheless, this work is expensive, so in order to keep providing this resource, we have taken steps to 
prevent abuse by commercial parties, including placing technical restrictions on automated querying. 

We also ask that you: 

+ Make non-commercial use of the files We designed Google Book Search for use by individuals, and we request that you use these files for 
personal, non-commercial purposes. 

+ Refrain from automated querying Do not send automated queries of any sort to Google's system: If you are conducting research on machine 
translation, optical character recognition or other areas where access to a large amount of text is helpful, please contact us. We encourage the 
use of public domain materials for these purposes and may be able to help. 

+ Maintain attribution The Google "watermark" you see on each file is essential for informing people about this project and helping them find 
additional materials through Google Book Search. Please do not remove it. 

+ Keep it legal Whatever your use, remember that you are responsible for ensuring that what you are doing is legal. Do not assume that just 
because we believe a book is in the public domain for users in the United States, that the work is also in the public domain for users in other 
countries. Whether a book is still in copyright varies from country to country, and we can't offer guidance on whether any specific use of 
any specific book is allowed. Please do not assume that a book's appearance in Google Book Search means it can be used in any manner 
anywhere in the world. Copyright infringement liability can be quite severe. 

About Google Book Search 

Google's mission is to organize the world's information and to make it universally accessible and useful. Google Book Search helps readers 
discover the world's books while helping authors and publishers reach new audiences. You can search through the full text of this book on the web 



at |http : //books . google . com/ 




Acerca de este libro 

Esta es una copia digital de un libro que, durante generaciones, se ha conservado en las estanterias de una biblioteca, hasta que Google ha decidido 
escanearlo como parte de un proyecto que pretende que sea posible descubrir en linea libros de todo el mundo. 

Ha sobrevivido tantos anos como para que los derechos de autor hayan expirado y el libro pase a ser de dominio publico. El que un libro sea de 
dominio publico significa que nunca ha estado protegido por derechos de autor, o bien que el periodo legal de estos derechos ya ha expirado. Es 
posible que una misma obra sea de dominio publico en unos paises y, sin embargo, no lo sea en otros. Los libros de dominio publico son nuestras 
puertas hacia el pasado, suponen un patrimonio historico, cultural y de conocimientos que, a menudo, resulta dificil de descubrir. 

Todas las anotaciones, marcas y otras seilales en los margenes que esten presentes en el volumen original apareceran tambien en este archivo como 
testimonio del largo viaje que el libro ha recorrido desde el editor hasta la biblioteca y, finalmente, hasta usted. 

Normas de uso 

Google se enorgullece de poder colaborar con distintas bibliotecas para digitalizar los materiales de dominio publico a fin de hacerlos accesibles 
a todo el mundo. Los libros de dominio publico son patrimonio de todos, nosotros somos sus humildes guardianes. No obstante, se trata de un 
trabajo caro. Por este motivo, y para poder ofrecer este recurso, hemos tomado medidas para evitar que se produzca un abuso por parte de terceros 
con fines comerciales, y hemos incluido restricciones tecnicas sobre las solicitudes automatizadas. 

Asimismo, le pedimos que: 

+ Haga un uso exclusivamente no comercial de estos archivos Hemos diseilado la Busqueda de libros de Google para el uso de particulares; 
como tal, le pedimos que utilice estos archivos con fines personales, y no comerciales. 

+ No envie solicitudes automatizadas Por favor, no envie solicitudes automatizadas de ningun tipo al sistema de Google. Si esta llevando a 
cabo una investigacion sobre traduccion automatica, reconocimiento optico de caracteres u otros campos para los que resulte util disfrutar 
de acceso a una gran cantidad de texto, por favor, envienos un mensaje. Fomentamos el uso de materiales de dominio publico con estos 
propositos y seguro que podremos ayudarle. 

+ Conserve la atribucion La filigrana de Google que vera en todos los archivos es fundamental para informar a los usuarios sobre este proyecto 
y ayudarles a encontrar materiales adicionales en la Busqueda de libros de Google. Por favor, no la elimine. 

+ Mantengase siempre dentro de la legalidad Sea cual sea el uso que haga de estos materiales, recuerde que es responsable de asegurarse de 
que todo lo que hace es legal. No de por sentado que, por el hecho de que una obra se considere de dominio publico para los usuarios de 
los Estados Unidos, lo sera tambien para los usuarios de otros paises. La legislacion sobre derechos de autor varia de un pais a otro, y no 
podemos facilitar informacion sobre si esta permitido un uso especifico de algun libro. Por favor, no suponga que la aparicion de un libro en 
nuestro programa significa que se puede utilizar de igual manera en todo el mundo. La responsabilidad ante la infraccion de los derechos de 
autor puede ser muy grave. 

Acerca de la Busqueda de libros de Google 

El objetivo de Google consiste en organizar informacion procedente de todo el mundo y hacerla accesible y util de forma universal. El programa de 
Busqueda de libros de Google ayuda a los lectores a descubrir los libros de todo el mundo a la vez que ayuda a autores y editores a llegar a nuevas 



audiencias. Podra realizar busquedas en el texto completo de este libro en la web, en la pagina lhttp : / /books . google . com 



«.ui,;-''0isk/ 



-^•■■•p 









:^:^ 



fe..: 






HARVARD COLLEGE 
LIBRARY 






Rnrn die Bequest of 

MARY p. C NASH 

IN MEMORY OF HER HUSBAND * 

BENNETT HUBBARD NASH 

Inatractor and Ptofauor d Italian and Spanish 
1866-1894 




.-> :^,' ->: 












.''l«»^--=* 



■^ 







Iletji0ta 



HELIGIOSA^ P0LITIC4 Y LITER4RI/i« 



TOMO SEGUNDO. 




IMPRENTA DE ESTEVAN TRIAS. 



v^y>^ 



\^^. 



HARVARD COLLEGE LIBRARy 
NASH FUND 



iLH ffiiMQUDsr ^ m^ @a(6]Li>. ^'^ 



AR'TIGULO I»ftlBtHltO« 



M 



asde mil ochocientos aflos ha queestds dos nbmWea ae encaen- 
trao frente por firebte) cotnbiititodo ain cesar en lucba, ora ma- 
nifiesta^ ora disimuladay y sirvieodo alternaii?ameiite de bandera 
i cuaDtas revolucioDes asi eo bechos como en principios baa 
Uoido lugar en el mundo moral. IS'o porqiie en verdad aean 
opujeslos »U8 ioteresea e incompatible su alianza^ puea que sa 
existencia y el vinculo que los une v^n tan ligados como el al^ 
ma con el cuerpo ; pero asi como el cuerpo ae rebela amenu« 
da contra aU tenora^ desctootieddo insolentemente la superior 
jridad de eata, y pretendiendo noaolo emaociparse,sino aunea* 
olaviauir , aiendo qnebradizo barro , i la que ea emanadon del 
Eterno^ asi tambien loa siglos, fugittvo soplo de tiempo, pre-> 
teoden en an rdpida carrera deatruir^ d cuando no, modiHear 
A ao capricbo el augusto monumeotofutirlado por Jesncriato, y- 
deade caja cima parece que el mismo Dioa lea .eata contemn 
plaudo« Laa sociedades tienen aaimismo so pecadd original co^ 
no el ifldtviduoi y participan de aU misma degradacion^ y aun 
cuando no aean ateas 6 irreligiosaa , aienten fermentar en 8u3 
miembroa la yieja levadura ^ j aqnellas leyes todo carnalea y 
terrenaa que repagnan^ aeguo la espresion de san Pablo, i la lej 

(I) fi«)0 etle tltolo eseriMmeft ^f iloos artfcolot en an periddicci 
diano; oias sieodo poco i propdsito aqaella forma para aftootoa seme* 
jaotea, aes hecnos d^cidiJo i domplfttarios j eateadiirlos eaai doavieiie 
^ U aatttraleta de eatw refleiiaiiet4 



H. 



del espirifti y a la de Cristo. Un dcsJen irractonal, una in|Ufl-» 
la descofifianza parece hs aiiiroa innatarnente contra la reli^bii^ 
repitienJo & toJo trance que su reino no es de este mundo; j 
reconociendose ellas inca paces depoder nada para la eteruidad, 
se vengan con declarar a su rival incapaz de influir al(;o en la 
feliciclad temporal y en los negociosde la lierra. Y sin embar- 
go, ^quien mas proj^o para^ seotarse al tiu»Ofi que el que sabe 
icia donde se dirtge el rumbo? Que es un siglo sino un paso 
^cia la elernidad? y que es la religion .•^ino el camino y la ap^ 
torch» (fe-esba elii^riudad misma ? Pe6o por b mietiUD' cpie loa* 
aigios 00 lieoea ante ai la etevnidad de que disponer , se^flpue^^ 
saran.a inaudiir> a. ioBoribir< en todaa pieces su nombre^y>iilcon*i ' 
Bigiur sus icijef y caiprichoai dvapveciando k loi pasadea; iodig^ 
naados^ confrra. los fi^lurp^ decfuienes ospeiiiri. igoai despreoiiV 
ji'dejdndiMei il^var por ene-ia^irjlu da orguilo, die nekijadiow j^ 
€k sarcBsrao que aun« en el (enguage avQebka ae' aonqoeooa- d> 
nomhve d^ espiritii dfi murida. • ' , . •. ii 

Bsto' etetiiacotiiradieeioii iie h t^ra* con eV di^Ioiln pmi^ 
iHO'biea Jeiucristq ai fijar so^pwdra intliortai, tropi^KO de UMii 
jisaliiOGMia de.oi«os$ y al mismo litunpo que se digYid. dar'siD 
iMira}>i;etaila.re)igioo.qtie imiahd^j ao dudd liama4r; al geoio dtel 
mnl.foiiM'mtipe del sigh. Cn: la ukinaa nooheen quw ib» k ^4 
n^r «tMiisa sbnf^e el stdlo a)su.O(b«a, ocorpp^soa tnui pfeniMD^ 
Dioialanlas «hi •forliilectfr' aaos disofpoW* y fartredeix)* desu^AmM 
pmsa. cb||itiQi id> teri;iM« kiohsti^pia as. kid foiepatalm. bYfa oAt hii^ 
Ua?^ lUtfcho oon. voso4uras.> lea deaia^^ pdmiqe/ yimift ell ptiacifMi 
^ este>Rniodo, aunquena h^jr^ aa toi 0001 (^1 le ptntenesoat^ir^ 
Si tl oinndo'ts abcrrtoe^.aadbfd <|u^<prikiMrii qiie i Vioaoiros. mm 
ai^orr^diq': a mi. Si inBiai9.dfi| n^indo^ d Quifid^ QsamariajTM 
mo cosa su ya; pero cotiio no sois suyos, sino que yo os enlresaque 
^A, por eso ^hmuwdo xi% nhunec^Nbeseliierw mayor -^Ue 
#41 amo. Si uie l)^n |j)ifi'SP^nido i n)i , Latubieu os hap de per« 
teguir i vosolros^ jr todoeu odiadenauouilM'cvi'VqBfi'na uo% 



•5 
ild be et «4't|Mik0 htt-^Dvittdo.:.. ^Erpintipe d« este innn<lo ha 
•Mi# ya joJEgQclo.... VoBoiros JlarRiais' j^.planireis niientrM el 
-iMndo ye regoctfarot; ds coolmtirrfig, /peiio viiestra Iri^tcsa le 
-Mnveitirl en igoKd.... Eb el oiiiodo lemlrm graades iribulacto* 
f'tt^, ^eto teneiloovfianiza^ yo lie vencido armiindo^" Y liit^go 
^Wanlatido ioscrjoa i\ creio> aftadia: (rPudre mio, no te pidoqae 
^08 Bi^e^ tiel Diiundb,'8ino q<ie iostfireaervea dA mal. Ellosya 
DO 8ondel raimdo, comb ni yo tampoco. [Ob Padre juslo! el 
. ttMNide lio te 4ia ^ohodAo { yo si cpie te coiioci, y esios hao o»- 
'Mckk» t[iie ta me enviaate." 

"Gn fsfeoto^ ^ liaiindo, ptidstaB las maiinB en el oido, reclia* 

ito.for Ynaobeiietnpo'la aafaidoria diviim, y ap^dreoa susanun* 

'fsiador^; y mas de tres $igl6s ^desplfSqa^on Ibdo el despoliswo 

*ile 6Q podi^r^ ilodik aa 'iMteiraide totlaras y suplicioa, iodo ^1 

^giilb ilij 9i» oiendb jy I« aeduacioii de sM placcr^s, contf'a 

litids ht/flib^eaqiib no ienikn en «u deFensasinoaii paiabrayaAs 

-^ittu^s; y i^i^iitrad 'hiibo ttn rin<R>rt de la tierra qne no se ti» 

fliese desangre,y 'iin'hombi^e que no^r^sonciaia el lieroismo de 

ids ^siAb^'uifs^y M abreyt^ Dias los tiempos de prtieloa, ni permit 

-lid lucir el iris de ta ]>az eifto sobie cl mundo ya birn purrfi- 

eiido. Go «l'lfl4>Aro de OoRHictnlino 'fue donde se ^iiGOntrardit 

•poi* pHinett Vca »iiuk» el podf;k*y la fe, el :ai^lo y hi religid»^ 

ttvas n'd por e8t;> HeiO largo Itempo 1» bdnlradiecion y la Ittdia^ 

poes varicidos los errbres ({wedaban las paaionea, que l>ien proii- 

-to oira vez degenreraron eiii erroiea. Todos los siglos ban ido 

pasando edn bus mas opttealos ^capricbos ^ -con scis inmoderadaa 

l^a-aienaiofie^ ^mt^^re.^^eHinaleampt'enciidos, con audinslintoa cair- 

MeciroA y seikicioabi qne pbeden redkieirsa a dos paUbi-aa, ot* 

igcrlto y corriipuioAy iraiiamlose al partner en $» ioslabilidad ,y 

«l5ootinoa madaiiaa Gcmlna Iodo to que es ^lerno e intnutable. 

Ora t» c'leiptiilu'dediscordia que aosciia a la Tglesia eaemigM 

inleriioa en metlio de la persecucion y Ae la balalia, y ^ba^e qile 

ae diapttlen tNia pai pura ic^da con attli{;«e todavia; om el f^ros 



e 

empuje de los barbaros que, desconocienclo al Dios que los ba 
namado del fondo da los bosquea , pretendeo envolyer en co- 
mon rofna -al ttnperio y ih religion | al persegnidor y d la per- 
aeguida; ora las violencias y orgullo dogoiatizadur de los em- 
peradores , que de protectorea creen poder erigirse en dueftoa 
y poQtifices supremos cooip en tieunpodel pagaiiismo,y a fuer« 
la de asistif i loa ooncilios aspiran al derecho de formarlosy 
presidirios; ora la eriipcion de un oulto de sangre y voluptue- 
aided que en sua ripidos prqgresos pretende apostarselas coo el 
(rristianismo, y subjrugar y convertir i unos pueblos tan ener- 
Yados en sq fe coma en sus costnmhres & fuerzu de sutilezas y 
disputes ; ora la ignorancia y corrupcion del mismo clero , b 
anarquia y ferocidad de lo^ grandes, el libertinage y despoils* 
DH> de los monarcas; ora el terrible estallido que deagiijo de la 
Iglesia la mitad casi 4^ aus ramas y poderio, la desercioo de 
tantos pueblos , los esfuerzos combinadoa de la ciepcia y del 

• poder para ecbar por tierra el ^rboi, creido viejo y qarcomt- 
do; ora la apostasia de la mitad de soberanos, y las exigenciaa 
con que la otra mitad quieren bacer pagar su proteccion y pa* 
trocinioi las ^ntrigas de la diplomacia^ la auspicacia de los go- 
biernoSy el jansenismo en la Iglesia y en el esladot , y luego el 
^teismo dc la qiencia y la apoieosis de la raaoQ y la desolacioo 
entera de nn pueblo debajo de las ruinas del (emplo cuyas co* 
lumoas el mismo arranco. La aslucia y la violencia, la supers* 
ticion y la impiedad, los puebios y los monarcaSy aiempre inom« 
bre delsigloy desusexigeociasoombatieronahernaiivamente la 

•religion, sin tomar Icccion oi escarmit*ntodelo esleril de los es* 
lupi*zos y de lo fugaz de las obras de los siglosanteriores; diriase 
q^ie un elerno vatven los impele Gon»o olas. bincbadaa y furio^aa 
'contra la roca de las edsdes, soplanda el vieoto, ora al norte, 

• OVA ai mediodta, y creyendo ^ veces habarla destruido porque 
'^ la hftn ci^biei to con sus aguas, sin advertir c^i^ 9I relirarse es* 

iaa, la baa d^j^do v^r luego fija como ^ntes a iQcootrastable. 



^7 
No dir^mos que a todos, y & cada upoai partioiilari. die- 
tora sietnpre eslos otaques un .pcusaiuiento d^ perspcucion jde 
rebeldid, y qu^ se dirigieran piladinamepte coulra.el cielo los 
dardos ase^tados porios hombres del siglo d una iaslilucioo que 
creian terreiire porqae veian en la (ierra su base: reconocieoda 
j::aua a ^eces ipvooando el nombre de Crislo, prcteodiao mu- 
chos, tal vez sin saberlo^ reformar su obra, j ealonces no la Ha* 
jQaban jreligiooi sioo abusos, usurpaciones poDlificias, leocracia, 
supersliciofi; fingiao d Ul vcz creian combaiii' al Lraves del B^r 
grado muio a sus eneiuigos que seamparabao de el j a vecea 
lo profanaban. Yen efecto, aiuchas pasiones bumanas, mucluM 
aoibiciones polilicas avanzaban cubierlas con la sacrosanla ban* 
dera^ y entdnces el (emplo alacado y defendido por bo^bres 
que a un. lieoipo se disputabnii su poscf^ion, presentaba la deapla- 
oiony desmorooamientode nn castillodespues de uo silio.pro* 
loQgado. Doloroso era siu duda ver eulregadoel dfpdaito de la 
& a las pasiooes de los houibres, y disputarselo entre si eo ves 
deadorailo todo« uDanimesjr respetuosos^pero al lu^oos la fe 
perniaoecia sieiupre eaceudida , y a su luz podian retroceder 
aterrados los perseguidores , 6 recoiiocer su errpr los estravia* 
dci; y si la ensena religiosa venia al suelo juoto con alguo ban^ 
do veacido, al momenio era levaotada por el yencedory y.aca* 
tada de mio'O coo sincerldad y res^^eto. Todos los siglpa, ik>gi- 
ca dbi|)6critarn€i}tesi ^e quiere^ ^ llaniaron bijos de Dios y de 
la Iglesia: el pasado se proclamd su destructor y verdugo , el 
Aueslro se ba. proclainailo su juez. 

Una ve2i consignaJo que la hicba de )o corporal contra lo 
espirituol, de lo ierreno contra lo divioo , de lo temporal con- 
tra lo eterno , no es peculiar a imeslro siglo sioo general i to* 
dos, y que solo ba variado en su mayor 6 menor vivezai en laa 
£ises que ba corrido, .y en las armas que sucesivamente se baa 
empleadoy solo rcsta estudiar las ctrcnnslaiicias.parliculare^ y el 
ealado de e^ta iucba eu lo presenlej para saber oomq b^o^o^ <lo 



itondiicirfios«fi ^a, ya qne no sea pbsible terminarla Ae\ lodo. 
2Qa^ haHi el sigio con la religion? 6 por mejor decir ^o^ hni 
Dies con el siglo? Gsta es la inmensa cueation que abarca el des^ 
tioo de los paeblos y de los individuos^ de las almas y de loi 
euerpos; el grao probletna ocalto en las nieblas del porvenir, que 
rasga i veces no dorado rajo de sol de primavera, & veces ua 
reUmpago siniestro precursor de tempestad. 

Permitasemos ante todo una breve digresion acerca del ca* 
rAcler j naturaleza de este siglo, para comprender luego J 
•preciar mejor las relaciones que le unen^ la religion^ y las pre- 
'Veociones que de ella le separan. Pero dificultades de no levk 
monta se ofrecen al escritor concienzudo, al tralar de caracteri«> 
ter coo uno 6 pocos rasgos cualquier siglo en general , y en par^ 
ticular este que es de suyo tan voluble y mulliforme. 

Esta palabra siglo, en el sentido que hoy abarca, es de in<* 
Vencion liarto modcrna, es una personificficion debida a la fan* 
lasia de nuestros poetas, y al caracter generalizador de oueslros 
liisloriadores. Cierto es quecada siglo lleva impresa en su freo* 
le una marca particular que le distingue de los demas, ora sea 
nn becho grande, ora un hombre estraordinario el qne se la 
haya impreso ; y que en todos eilos descuellan algnnas <$pocas 
que reasumen en si la historia de muclios anos, y que son otros 
lanlos niojones en el gran camino de la humanidad : pero en 
nuestros tiempos se ha querido hacer mas , se ha prestado k 
oada siglo su fisonomia y su ropage particular , se ha preten- 
dido reconocer su seilo de fabrica en cada hecho, en cada obra, 
en cada monumento, y para dar cierta unidad y trabazon a loa 
aocesos mas dtversos e incoherenles, se ha violentado la historia, 
ose ban imagiriadoingenio^as hipotesis ysistemas. Los honibrea 
deeste siglo juzgando a los otros por las miras, ideas y circuns* 
Uncias actuales , les prestan sus propios pensamientos y carac* 
ter^.y no pueden pernuadirsc de que carecieran aquellos de l# 
p2*eleiiston de impregnarlo todo con su espirilu, y dejar sus hue-' 



Am eo te4o oiAiiitO te» it>d6ilMiy y de qw eompBewiy ywrifto»> 
meate y m estr^pito algono, t{uizd sin saberio^ coo el daalitib 
•eAakdo por la Providenoia^ marchando docilnienle j i'la veil- 
tara bajo el dedo de Dios, mn yolver el roatro^ oada paso patu 
4oteppelar al que los gtiiaba, j escrutar afaoosameDte los aeetift^ 
Ids del porveoir* No o^ar^nios^ aonque sea repelirlo/que cadu 
aiglo haya tenido un espiritu que le impeliera, pero si «egM^* 
mos que este faera tan uniforme y conslante, qiie su misioh fue* 
ra Un clara, sos niiras tan trascendeotales como i cada paM> 
ae supone: oegar^nios en fin que bajo una f6rmula , i>ajo tMi 
simbolo puedan oootenerae taotos iotereses encdnlrados, tab 
opuestas marchas, tantos acaecimientos remotos eo dislanoias ^ 
tiempos, tantas contrarias influencias de bombres singulares, od* 
«iio abarca la misteriosa cifra de un siglo. Sin dada este m^KH 
do que reduce una era a una akgoria, y una cr6oiea i un cu»» 
drOy es inuy uttl para aprender y retener la historia^ pero ab 
para proFundizarla^ y peligroso ad«mas para jusgarla. 

Por una notable siogularidud este siglo, que tanto se oai« 
pa en definir i los otros siglos, carece el propio de definieion: 
diridse que prelende consolarse , coo el conocimiento y esttidio 
de los demas, de la ignorancia eo que respecto de si mistno se 
encuentra. Y no es ciertamente porque se hayn deacuidado dks 
iiablar de si naismo 6 porque modestaniente lo hsyu evitad^^ 
pues que nunca tal vez se llevo tanto al estremo esta mania db 
reilucirlo todo i si, y de mirarse en todas lascosas como en un 
esjiejo: ^que liijo hay de este siglo que no haya preteadido baoer «1 
relrato de su padre? Pero todos estos retratos ban salido con* 
tradictorios , aunque en si exactos^ segun la distancia y el pnn* 
tode vista desde donde se tomaban; y el siglo girando ince- 
•anteinenle sobre si mismo^ y variando de fase a cada momen* 
iOy ha tornado a su cargo el desmentirlos, adadi^ndose de ^sle 
nnodo so conlinua variacion y mulliplioidad & las dificultades 
que, segun dijimos, otreceen si el caracierizar el tipo yCendes^ 
ToMO II 2. 



#0 
-cia de van siglo onalquiera. Al traves de Unta diferebcia j aus 
(OpOBiciOD OD los acootecimientos , no solo siicesivos sino coo- 
•Ittmporioeoa , se preteode hallar el liecho general , el elemento 
•de ooidad que forme la esencia de este Proteo, sin advertir 
: que sa esencia e$ii en la variedad misma , sin advertir que no 
.€S este ua siglo y sino muchos que se lian encontrado y que vi* 
Yen i un aisnio tiempo. 

Cio^ndonos por ahora i lo que bace & nuestro proposi- 
tOy oimos en un mismo dia^ y a veces en* un mismo ItbrOt 
.•calificar i este siglo de impio j de recien convertido, de in* 
diferentibla y de crejente y y todo es verdad aplioado i cier- 
tos lugares , i ciertas cuestiones , a ciertas personas , que pa* 
ra abreviar se prefiere abarcar bajo el nombre de siglo en vex 
de clasificarlas y distinguirlas. Y esto^ dislintos eleinenlos no 
-ae hallan ocullos y esparcidos como quiera, cual en otros 
ttiemposj dominados y como sofocados por un elemento pre- 
domioante, sino que luchan y combaten entre si , triunfan- 
•tes en un punto y vencidos en otro, am que o|o humuno bas* 
te i adivinar el exito de la lucha. Fluctuando enlre las e^pe* 
ransas y temores el obset vador , juzga y pronostica comun* 
mente por el ultimo becho, y siendo los hechos contradic- 
-lorios lo son tambien los juicios, no digo |en di versos houi- 
bres, sino aun i veoes en un bombre mismo y por previsor y 
mesurado que sea. 

Ni podia suoeder otra cosa en una situacion tan complica* 
Ida como se encuentra la Europa en general y cuda nacion en 
particular, dispersas entre si y descoj'unladas, por efectodelos 
grandes sacudimientos que las ban conmovido y y embarazado 
•8U suelo con tantos escombros de lo pasado y con tantHs ideas 
y sistemas que, como lorrentes de lava, ban ido sucesivamente 
aobt^ponidndoae unos & otros. ^Qtie liene, sino, de comun. el si- 
glo de Francia con el de E^pajla, el de Inglaterra con el de Mu^ 
^a^ el de Alemaoiacon el de Inglaterra? En esta el protestaa* 



♦I 

tismo amenasado en todas partes de muerte j le acerca al caia- 
liciamo , eu Alemania se acerca al deismo y A la incredulidad} 
en logiaterra ea el siglo de emancipacion para Ids oatolicCM} 
en Rusia el de la persecucion, y la corona- tiara j el cetrade 
hierro de Enrique VIII que se caen al parecer de laa manoa da 
la reina Victoria, son con ansia reoogidoa por el emperador Ni* 
colas. El voherianismo y jansenismo caen en Francia dtocre* 
ditados; pero no por eso dejao de doininar en Espafia por me- 
dio de una fraccion, pequefia si se quiere pero osada, y tan {n« 
timay oordialmente enlasados, que es dificil distinguir susobras 
jrsasinfluencias. Aqui cunde la impiedad grosera, alii el panleia- 
tnoj mas alia el racionalismo, aci la iodifereocia ; en up ponto 
Ta ascendiendo la religion, en otro va declinaodo & sn ocaso; 
acase duermeo uoos en el mas brutal roalerialismo, alia seen- 
tregan olros , con toda la ansiedad de un corazon que se sienta 
Yaoio y de una imaginaoion desarreglada^ a todas las Utopias^ 
i todas las supersticiones, i todos los delirios i que puede lao* 
zarse la raaon humana noiluminada por la fe. Y si de las ideas 
bajamos i los hechos, de las teorias a la observacion, de los go« 
bemanles i los subditos, de los escritores & las masas, ^cu^nta 
diversidad no ballaremos, cuantos juicios errados no rectifica- 
remos en unos tiempos/en que mas que nunca se ban visto 
ialsieadas las instituciooes y la voluntad general^ en que la civi* 
lizacion es masficlicia que nunca, en que tanto peligro bay de 
eqnivocar con la conviccton la boga de la moda y el espiritu de 
Dovedad, y en que las ideas pasan deslizandose, por decirlo asi, 
por la superBcie sin penetrar en el corazon de la sociedad? Es- 
te modo de juzgar a las sociedades por su esterior, por su par- 
te someray agitada, por la moda que fugitivamente reina, por 
la fuerza estra&a que las avasalla j por los dicbos y actos ea 
fin del primero que se intitule represeotante suyo, puede indo- 
cir a incalculables errores, cuyo resuitado menos funeslo seri 
el desconocer los liempos en que if ivimos y los que podemcs 



Coatido ndsolrps cimos haUnr eon-tahta i^ridad dd m* 
tfrfritu del sigloy de sua tendenoias^ foroKir^ugeoealogfa y tn- 
Mr 6u porvenir , no parece sino que una roisma i4aia circtila 
'-fM lodk fiuropa^ y que sns descuodernadaa aociedadbs no adn 
'ki^o iniembros del ifimenao coloso que corre por un camido 
HM^dd itch una dkecoion detserminada $ no parece sino que >i 
^tacipiosdeeata centuria se hallaban en el mismo eslado tb- 
"dos tos pueblos, para que ahora se hallenen el mismo punto de 
ctfU camino^ no parece sino que su mardia es ian ordenada cott^o 
-k de una maqnioa^ su carretera tan fija como la de un camioa 
^1^ hierno, y que se mueven de un mismo roodo los bilos y resor* 
tea cte la Prov idencic^. £i espiritu del sigh! invoca cada cual pa- 
M ei^Udar bechos contradictorios^ para defender inlereses opuea- 
t^; y con esta palabra fatalista nos creemos dispensados de.pensar> 
t(Ae juBgar y de obrar, y nosenlregamos dormidos & la eorrienle 
-^ipeiuosa de los sucesos, sin mas guia ni esperanza que el acase. 
£i espiriiu ifei siglo..\ ah! si alguno bay que animeen i^alids^ 
IMa masa tan beterogenea,6i algoconstante y universal puedeeft* 
'ftoftlrarseen la volubilidad y complicacion desus movimreotos, es 
€NerUi«iente el espintu de/Wo/e/icia, que se formula por esceji- 
IMcismoen el entendimiento y por indiferencia en el ooi'msboi). 

Hernos soltado la idea, y la esplanaremos, porque parece dds. 
^e luego ana paradoja apiicaria al siglo de las i^voluciones y 
Jke los descubriinienlos, al aiglodel vapor^del periodismo y del 
jorogreso intelectual indefinido. Pei*o ^quien define si este pr#» 
greso esid encerrado dentrode un circulo vicioso, y si con los 
'^)05 vendados rueda atado a onanoriaen suconlinuomoviniiea- 
to? Vemos volver y reaparecer^ sacudido el polvo, tautas cosas 
qtie ya pasaron en polilica y en lileralura , dudar de tanloa 
^incipios que desde luego ae proclamaron como axiomas, que. a 
nuestro |orcio si algo ba aprendido este siglo, es lo que apreiidid 
fioorates deapues de largas vigiiias ; se que no se nada. Respeo- 



1» 

to i los deseubriniijeiitbs^ nor p»*erfe i^iiejM fMefmjdfert wfViti 
Uiraelas con el aigb XV> con eL X/VI, oi ana .con d pMwdcb j|. 
(joe iiad« pi^eseniari'CompfttfaUe ^ fat bra j ok » ii la js^dlvofa y-A 
la invpreiiia) i oa ae» ct napop que date |^or cieHo de< fawa dijii 
4ltitti0 siglo> y queotiucboa hombraft antepripcea^ y eapaAoleajc^^^ 
kimenle; haUaoyapreatntidoi si esqueaoquieredaraeleat'elliin 
totockefaveAtores. Eale aiglt> oada ba beohoafN^oas sillO'apli0al^ 
1m' prtfMvpios' ya c^oocidoa^ paltr laa in?«ncioaes ds Ipftdama^ 
y ¥evmiir\o todoqon caa' dalicadeaa; y refioamiciitOy palriiMM 
tfio d» laa naciaoea y epocaa iadolentes, pt opias pat*a penfoaeioAi 
nar to < que aooiadadas ina9 radas, pera mas eicasde gebiq, ki 
dejarbn 0fy enibrtoQ quando miiu^ Ademas aan cuaado lulhcati 
rafi^ teiiido iagat eo mestra oeobnriai'gcatidea kureocioiiea^ eaM 
probariar wo mas qiae. eicisie al^n gran g^to. aialadb i Qi qts^ilg 
FlrovM««cblia diipocstouna caaualidad, faliK): pns qiialoa daan 
cHbrtmienUia^ bijbs pot* ia mayor parte deiaqa.felis caaoaltda^ 
d de an genioiaisladd, no aon prodocidos pod ikoaiglo^ sioQ nm^ 
€hrBp.6 ii^uyBoabbre.^lxioa.' atu reaultadao.- ... i . ' ,. • t 

Asi pues cuanto se oos diga aoercada) progreto. meofaio^ 
J iteinainientOftmiEilBrial- dr €tete aiglo^ aoi fafoe inaa.qMr^cK>m<* 
probar oavatro aaetlx), pQ» qae el caerpo tmiuni maitante «jk 
no i' eapeiiaas de() almit, y que estas apatrefltea meforasfson^aiwai 
p«e. compaAeraside indoleacia y- decaimientoi y peeeonsoras da 
ruina. Oiro sintoraa presenta que 4 primera vista pareoa depot 
ner roejor en favor desu aclividad y cooiradecir i nueaira idaat 
lal es ia inquietod febril qae k> devera; la agitacion inlefeatiidll 
1» anperabundaooia de v.ida , la anaiedad por ei porveoar i|af 
dificilinente se ballaoen tiempos.de materialtamoiy eoervamiairi 
to. Pero eae malestar i ioqnietaci, {que otra caaaareeoooee'qui 
la^paraliiaciondeuoa aotividad qaosuperabuoday porqae ea oa^ 
4a so eaiplea? Esoa vaoos delirios y siateoMB ^que; aoa- sioo par^ 
toada la ociosidad y de una razoo perazoaa, que 'pre(iera>ir 
aiModp pan antra tiaiablaa i aalir de aa sttem en buaca dedn 



4« 

1m verdidem? Em aamedad del porveoir ;qu^ ts siBOdcflcujdo 
de lo presente 7 Porque 1^ esperanza es casi siempre el Dioa: 
de los perezotoa, ast coino el destino lo es de los ignoraptes: 
eaperaodo en el dia de manaoa se diapetwa uuo de obrar en el 
de hoy* Esa tristeza, por fin , ese vacio , eae faslidio ^qu^ otrm 
cosa es sino ei que persigue a un joven prematuromente enveje- ; 
eido por el placer y no por la esperiencia^ el que viene a Ua-* 
mar a las puertas de los deleites del mundo y sentarse entre los . 
•Icgres coo?idadoS| el que oace de unas fuerzas agotadas, de- 
ana-marcha torctda, de unos afios mal empleados? Querela eo; 
VM palabra el retrato de esteaiglo, ja que tanto gusla el mis-, 
mode verse psrsonificado? Nosotros lo personificaramos en. 
mo nuielle calira recostado eo su harem, canaado prioiero de dos*^ 
Ipuocion^ y harto luego de placeres, ciija imagioacion vaga so* 
Acrfientamente entre un pasado de sangre, un preaeole de Uaaiip 
f deleifces , y un porvenir de lerrores y tinieblas: anadtd, si oa 
place, el i^fangedel enem'igo, 6 d pnnaldel coojuradopendien*. 
lede un bilo sobresa cabcza: no le saoareia de su letargo, por-> 
^eno tiene faerzas para buin 

Coo este ejemplo no ae bard tan estraiia la mezcla deesfaoa 
dos earaeteres tan opuestos en apariencia , el de impreTisioo. ^ 
isdolencia eon el de especlacion e inqnietud, qufe no negamon. 
sea tambien mu j peculiar de esta epoca, y uno de aos diatinCU 
▼OS. Enefecloel siglo actual prestaodo a todas las cosas la ina^i 
fKirtaneia que les dan suf esperaozas 6 temores^ y presintieodo. 
J'os altos destinos i que es llamado y el inmenso poder quo 
y^ee sin uso entre sus manos, espera ser testigode graodes cam* 
bios de que no tiene valor para ser instrumento , y reemplasa 
la.acuvidad oan la.curiosidad,prefirieodo investigar superstU 
iMsamente por agueros los arcanos del porwoir , que la bisto* 
ria y ejempks de lo pasado y las ncoesidades de lo {wesente^ 
Acosado de graves aobaques y exagedindoselos ^1 mismo cod 
au medilacioo ioactivai sepulsa i si mismo y euentasHs lalidoa 



odno d eiifermo de aprierisioD ateoto siempre i la menor ma** 
daiMa: creJulo i inqoieto cotno aqoel pueblo disperse que en an 
proruoda abyeccioo creia en cada profeta 6 impostor ver levan* 
iarse su Mesias. Asi pues en cada nota diplom^tica que se es*' 
pida cree ver cambiada la suerte del globo y trastocados lot 
imperios; eo cada m^quina quese invente cree haberse asegura- 
do el domioio de la natoraleza ; en cada sistema que se forma* 
lecree yer nna tranaformacioo social 6 la solucion anbelada de 
los mas largos y complicadosproblemas. Al desengafio suoede 
kiego el desaliento, y al dcsalientootra vez la indolencia; y de aqui 
la r^pida voga que tienen en esta ^poca todas las novedades, el 
roido qoe bacen en su aparicion primera^ j lapronta caida y el 
profondoolvidoeo quetluego desaparecen. Yaun estas novedadea * 
no tienen el m^rito de tentativas, pues qoe no pasan poi lo co^ 
Aiun de teorlas; en cnanto d los hecbos brotan per si solos da 
la Toerza misma de las cosas, imprevistos antes de llegar, y no * 
coropreodidos despaes de baber llegado. Digdsenos sino, lo quO' 
ae liaoe para preparar el porvenir ; lo que se obra con nn fio 
determinado y propio para producir los resultados que se in« * 
ientan; la idea fija y trascendental , la linea indeclinable por la 
<»al se anda dcia uo termino seSalado* Corremos i la ven* 
iura in»pciidos por faerza desconocida, y no tnmsos ndestro ' 
propuesto ttioerario basta despues de haberlo reoorrido; aolta* 
mos la m^ttina, reservandonos para* onando haya obrado el 
anunciar qn^ juego producira. ^Qui^n eoeate siglo hthti podi«' 
do aer profeta para el ano renidero? qui^n puede conjeturar ni 
de muy lejos lo que aeri de la' Enropa de aqui & 20 afios 7 Se* 
obra por fin en todo sin pbn, sin coocierto, sin confianza en laa 
oiisraas ideas , que como saludnbles especificos se proclamao: 
#e da a este siglo todo lo que pide en so delirante inquietod; oo* 
no i un enfermo desauciado. 

Creemos pues que i no confundir la vilalidad con el delirio^' 
el.^progreso eo linea rectacon el circulo vicioso de la duda, uQr 



m Uamadv ya al 8^0 XIX el de'scliridad y ratmmiButo y m^ 
no el del esoepticismo, y por coosiguiente de la indoleneie. Y si 
DO baatan laa reflesLMoea que hasta aqui lievamos espuestaa, «o 
can Iftclaridftd J eoergia con que dentro de nosotros las scnti-< 
910s ^ y lafi aealir&o tal yet, loa que aobreellas reflexiooen, vea« 
aade una ojeada la iDdifereocia eo religion, la elasticidad en 
Moral^. el fraccionamiento en la sociedad , 1» interinidad en laa 
matiiuciooa^ el eclecticismo en filosona, la molicie y refinamien- 
ID ea laa costumbrea » la anarquia en literatura, la imitacioo eii 
Im artiss; taleoto deplorable dado al parecer en debil coinpen-^ 
iMsioa d)sla Cicultad de crear, de ese destello de divinklad^ qu6 
lolo 8e da d loa siglosde fe , aotividad y desprendimiento. 

PedJmoa otra vez que se nos disimule el babernos deteaidq 
ImnlQ en la consideracion de los males de este siglo^intes deeca^ 
tear i ecuparnoa del unioo remedio que coaocecaos para elloaL 
XodjOS'los denias. remedios estan ya deaacreditados; loa regew 
Mradorea dd aigloban confesado que ao.babia yaningunopara 
jUj^ pero & nucstro eoteoder reata uno todavia , la religion. En« 
Ire lanfcaa cosas como van paaaodoi solo esta hay fija; entre tan** 
loselenieutoa opuestos y disolventes, solo bay este de unidad^ 
a» ella.estdla solucion de todos los.probleixias sociales, poItU* 
Ms^ y Uterarios. Sio ensiburgO) se ba ido ^^buscar muy lejoa 
par oaminos. eatraviados. la verdad y la dicba que llamaba 4 
teestnaa puerlas.; ae ban Gopioado cisternai estancadas y car 
rr^pidds parabeber, deapreciando el aguacristalina que ma^ 
n de purtainiai ^ ipagoLs|ble tckento. La bistoria de este aigto 
M> ea sine la, de sn lucba con la* religion , & quien reaista no 
aatotaraiaa enemtgas y 000 oposioion activia ,, sino con toda. sa 
fiiaiMi de inercia 6 indoianeia: chas no por esfco serta menos glo^ 
9mo A liriunfa de la religion ; puea m^doa diGcil ea posUrar 4 
un adver^rio; que resucilar & un nrnerlo. 

Jose Maria Quadraoo. 



47 

€0tnMo0 



UGISUTIVOS Y EGONOiCOS. 



MTfcOLO PRIMBRO. 



E 



s una verdady que por harto palmaria nos creemos dispenaa- 
dos de demoslrar, que gracias al nuevo rumbo que de un siglo 
adi van tomando las ideas , la aristocracia de la cuna ha sido 
reemplazada por la de .la rjqo^za ^ y mas .todavia que por lA 
aristocracia de la riqueza por la del talento. Cuando^ ahora se* 
seota anos, hoUado el priocipio de la autoridad, la ra2U>n orga* 
llosa levanto su altar sobre un charco de sangre y montonea 
de pol?o y ruinas, no se conocieron en el reioo vecino mas di« 
ferencias que las bijas del arrojo y del talento , y zumban to- 
davia en nuestros oiJos las fogosas peroratas del tribuno IVlira- 
beau que tanto einpujaron la revolucion francesa , haci^odoU 
correr en cortas boras el largo camino que en luuchos sigloa 
DO debiera liaber andado. Los hombres que acaudillaron la re* 
irolucron de allende el Pirineo, conao los que se ban colocado al 
frentede la espa&ola, ban salido de los colegios de aliOgados;/ 
el letradoque antes consumia las boras en el silencio desu bu- 
fete 6 en las sosegadas luchas del foro, es llamado abora i re* 
presentar un papel muy interesante en la escena social , pues 
tan pronto sube i la Iribuna del congreso para dejar oir elo* 
cuentes y coocieozudos disoursos, como llega A sus manos una vara 
de alcalde para ainparar los intereses de un municipio, d sesii-ii* 
ta en un sillon de alguna diputacioo de provincia , y tal vez en 
una poltroua ministerial. Y ved abi porque ja no basta que el 
abogado este meramente eoriquecido coo los conocimieotos te- 
Toxo ii . 3. 



48 
gislalivos, piles tanto como de estos nei^^Ua de los economicos, 
si es que con gloria para si, y irentaja parasus comitentes^ ha 
de ocupar el puesto^queiranencumbrandole los acontecimien- 
los; J por mas que el Mempo nutrtdo de desengaflos haya mar* 
chitado la fe que el que esto escribe tenia en la economla pu- 
blica, J de^mayado los brios con que i esta ciencia se consagra* 
ba^ sin embargo ahora con mayor aplomo de juicio podremos 
examinar lo que hay en ella de verdadero y tambien lo que 
de superficial y exajerado, como el pin tor, que este Dombre coo 
jttsticia qulere merecer, no debe deslumbrarse ante el Fresco 
de los colores, sino buscar en el lienzo las perfeccloues del di- 
bujo. 

Cierlo qite a la ciencia de la riqueta debe preceder la 
cieacia del deracho; pero de que una vaya dclante y la otra 
aiga dctraSy do debe deducirse que esteo divorciadas entre si^ 
nique la una sea inutil a la otra^ sino que se tienden una maoo 
aroigai y se apoyan mutuamente. Si se quiere, de biien gra- 
do concedereinos que al hombre dado del todo i la resolucion 
de los problemas economicos, se le hard duro engolfarse en el 
f jrrago de los n(.*gocios judiciales, pero en esto solo vendra con* 
firmada aquella verdad ideoiogica tau conocida; ianto como 
gana una idea en estension pierde en comprension. Y para 
que se vca que briilan rayos de semejanza entre ambas ciencias^ 
y que hay muchos puntos de contacto entre sj\ ahordemos una 
de estas cuestiones que puede Ilainarse muy bien de relieve, y 
por su magnitude importuncia mercce ser estudiada deun mo- 
do parlicuUr; la! es la propiedad. Si el labrador en sus faenas 
ae coudena i regur la dura tierra con los sudores de su fren- 
le, y el jornal<M'0 se resigiia a respirar por largos anos sepulta* 
do eo una Cibrica la pesada atmosfera de vapor, y el comer- 
ciante sentaJo en la popa de un buque seabaudona a laincons- 
taocia de las olas, no creais sea por el regalo que se entrega 
at trabijo^ pues el hombre iadolente por oaturaleta no ejerci* 



49 

ta 808 fuerzaa fi8ica8 por el mero gasto de ejercitarlas, sioo por 
d premto que & este ejercicio suele acompafiar. Abora bien, el 
preinio del trabajo constituye la propiedad , segun la 6Ios66ca 
espresion del conde Destutt -Tracy, cuyas ideas por otra parte 
mujr errooeas y aobrado materialistas combaliremos otro dia. 

Hemossorprendido puesel origen de la propiedad, y lo benioa 
enoootrado eo el Irabajo; y si todo cuaoto tiende^ fotnenlarloen- 
tra bajo el domioio de la econoiniay claro es que el origen de 
^a propiedad economico debe ser tambien. La legislacion de to- 
dos io8 pueblos oo ba tenido otra naira que amparar la pro* 
piedad de las invasiones de cualquier linaje que eslas hajao si* 
do J y loda la balumba de leyes que el jurisconsulto eo una 
carrera de 50 anos desempolva , oo tienen mas objeto que 
ddesliodar e! tnjrojr el mio. £1 demarcar como deben efec- 
tuarse los traspases de la propiedad , y el oo derramar mas 
conlribuciones que las necesariaspara el sostenimienlo del es* 
tado; esto eslo que cumple a la legislacion civil, y el graduar 
las utilidades de cada una de las tres inJustrias para que se* 
gun fuere la utilidad sea tainhien la carga , esta es ya una 
cuestion ecooomica. Por no iiaber compreodido nuestros le- 
gifiladores como debieran el esirecho lazo que one a estas dos 
dencias , dieroo muckas veces eo errores oiuy crasos, y le- 
jos de labrar la]veotura, labran la desgracia de sns subordinedos. 

Funesto en primer lugar para las familias y despues pa* 
ra los pueblos es el lujo , ora sea de ostentacioo ora de seosua- 
lidad; este cincer, que abora mas que Dunca va gaogrenando las 
entranasde la sociedad, lia hundido d muchas familias en la mas 
abyecta miseria, aumeotando como si ya no fuesebastante rica| 
la cosecha de la publica corru|)cion. El lujo ba intentado ani« 
Yelar todas las clases , pero & ese nivel aparente pronto ha so* 
oedido el desnivel real , y la caida ha sido tanto mas estre* 
pilosa cuanto mas eocumbrada la altura. Para levantar pnfs 
un robuslo valladar i esa avepida de males que en todos tiem* 



2l» 

pos lia acarreado el liijo, fiierori pramulgadas las lejes suntua* 
rfas que Ian direrentemente ban sido juzgadas j apel]rdindola$ 
ubos alUmente nioralizadoras , al paso que otroa agriafDenle^ 
las conJenaban coino alentatorias contra el derecho de pro- 
pleJad. Cierto que la legislacion no debe escurrirse en el seno 
de la fiociedad dom^stica para fiscalizar los bolsillos^ j asf 
solo i la economia cumplira graduar los males que vienen i la 
riqueea publica de los derroches del prodigo y del helado es- 
tancamiento del avaro. Si, la avaricia y la prodigalidad,aunque 
cblocadas en dos estremidades, se dan un funesto abrazo, del 
tnismo Qiodo que pueden tocarse el primero y el ultimo 
anillo de una cadeoa; el avaro sentado sobre sns tesoros, y 
el prodigo emplcitidolos en objelos de consumo improdnctivo, 
son igtialmenle fatales al acrereniauiienlo de las riquezas. Sin 
embargo^ no es la ecoiiomia la que podra arrancar de cuajo 
esos dos males; la moral, y mas todavia que la moral la reli«' 
gion, es la unica que puede regular los sentimientos del cora- 
aM>n y eofreaar las pasiones cuando se encabritan , y por lo 
tnismo solo ella podra derretir los bielos en el corazon del ava- 
ro, y cerrar on poco la mano del prodigo siistiluycndo la her- 
mosa viriud de la frugalidad. Y ya que ta ocasion se brinda, no 
podembs menos de decir que todas las ciencias, asi las fisicaar 
coino lai morales, deben desfilar delante de la clencia religtosa, 
como de^lilan las hijas delaute de su madre, doblando la rodilla 
i imprimieiido el beso de respeto sobre la mano materndl,* 
pues lodas las ciencias son respelo i la religion como diferen-* 
(Les riachuelos que Ilenan sus canales en un mismo manantiaL' 
Tor no tiaber comprendido nuestros legisladores esta verdad 
tansencilla, se enipetlaron en alcanzar por la coaccion lo que 
debieran haber logrado voluntariamente, olvidindose de que 
por los medios coactivos se a^'uijonea siempre el estimulo, y \e\o$ 
de lograrse el efeclo que se desea, se da con otro enteramenM 
opueslo. Las vei*dades legtslativas son en esta parte de un orde« 



«taii difer4nto^cld .bs,ecoooinicas>» ifjuQ U Jiegi^laclpn pfx^de re- 
vestirBe del, foraiidable aparalo del poder y fpandar, mieDlraa 

. qae la eqotioof^ia debe re&ignarsa & s^r.vir de, co93^JQi;a; en otros 
.ter.minos la J^gislacioo d^be querer q^csehaga > y la econo* 
mia 4ebe Imc^r que se quiera. SeoteocU, es esU profunda- 
modte filosdGca, digna ppr cierto de.quien la, coDcebid, de.Ju^n 
fiaa.l|i$Ui. Say ^ qiie con lotmiuosa eopia 4e datos oimps deseo* 
Tolver. caaodo: ooho i^nos ba a^omeji,^iDO$ el arduo estudio de.Ja 
lari^prudencia* 

Qtra de las. 0)at0rjaa.merameiile eectndmicas.y que aio eip- 
kirgo ha iotpntaidQ invadirla jurUprudencfa , ,e» lodo cuaa^to 
mira al aumeDlo de la poUacioD. Abiid los codigos roiqaEios^ 
y en jseguida 8altardn(.4>yiiestrosojo8 )aa leyes Ji^Iia y P^p'm 
Fopea; abtid los. c&dlgo^ e^p^nplea, y estas mismas leyes 
apareceirio iftuoque puede v^tidas co;i 4)tro ropaje. Qhqfi^d 
AQestros. legJAladorjes^e^unular los matrimonios ^ y por e^to 
abrumaban a los casados de privilegioa^. olvidaftdose de que 
.no OQDviener que las eociedadea esteo saturadas de poblacioii; 
ptiea el eograndecimieBio de los pueblos im> se oaide ppr el i^- 
mero de aoa. babi tables sino por k felicadad de que eslas §<> 
zan y por la abuQilanGia en que oadaD. 

El .pauper iaino , ved abi, la pesadiHa qae atormenta & |t>s 
que estan arriba, y la grada de que se sirven loa que estia abajo 
para escalar el poderf y el p^upevismo es lambiea una de taa 
mas Tunestaa causas de las revoluciones que en eslos uUin^os 
.tieinpoa hao b<irrido las soeiedades unodernas, A fuerza da 
malliplicarse los hombfes, do ban sido eonsiderados Bias qiie 
camo puras tn^quinas; y vergueesa da ei deeirlo , laa fueraas 
de un ser e^ae orguUoso puede Levantar si» fiente al eielo baft 
aido calculadascomo si fuesen las de uo caballo. En an siglo 
en que tanto se cacarean las luces, y en que en nombre de la 
filosoHa ilebian suavissarse lodos los dolores que aquejan i la 
bumanidady se ban e&tablecido ouevameute castas ^ y el ora 



22 
separa i \os hombres los nnos de los otros, tanto como lo9 md- 
rallones de un castiilo eo los siglos medios : ] esta es la gran 
venlaja de un aumento escesivo de poblacion 1 A Malthus le 
ha parecido tan grave el iiial que op ha temido proponer un 
remedio que el rubor np nois percnite aiqujera anunciar. Con 
esto podri comprenderse cuan poco aoertada9 iban las lejes 
que por medios directos tralaban de fomeotar (a pobTacioD^ 
olvidiodose de su Sq principal, que e^ asegurar los medios de 
aubsistir , amparando la propi^dad y estimulando la industria 
nacional. Doqde hubiere subsi^teocias, alli habdi matrimonioS| 
como que tap apremiante es el esiimulo de prpcrear que ha 
aido necesario que el cristianisnio heglameptase I09 malrimo* 
nios por medio de sus canooes, j bripdase con la palma de la 
tirginidad & los que buellan valientemente las rpsas del pla- 
cer. Por lo dichp se ^e que todo cuantp atafie al aumento de 
la pobladon perteoece i la ecpnomSa J ^ la mpral , pero de 
Dingona mapera i la legislaciop. 

Eq otra materia se encuentran tambien de on modo eB* 
pecial la ^egislacion y la economiaj, y ea en las permutas. La 
aociedad no es mas que una serie de capibios, ha dicbo un es* 
clarecidp autor; y tan egoisla e% el siglp en que yivimoSi que 
hasla en la misma beneficencia ^ en los arrapques niismos de 
caridad ha querido hallarse una peroiuta. Bien se echa de ver 
que esto nos lleyaria A hablar de la moral utilitaria , y por 
ahora basta detir que eldia en que la moral no tuviese otra 
base rnas que el principlp del inleres, en este dia desprendido 
el mundo de la mano de Dios^ se buncliera otra vez en el cios* 
Todo cuantp tit*nJe & encajooar las permutas, y i demar- 
ear los modes de eliecttiarse el traspase de la propiedad, es pa- 
trimooio de la legislacion; y sino, iqni otra cosa son los con* 
tratos^los lestamento^, las dpriacioned, que medios reconocidos 
por el dffrecho^ en virtud de los cuales lo que es de uno pasa a 
las mauos de otro? Sin embargo cuaodo la legislaciou £ivoroce 



as 

'i una industria ciialquiera en menoscabo de las olraa , iovada 
el terreno de la econoixiia,e hiere los derechos que ^ estk 
ctencia perienecen ; ella necesita de la libertad , y el favor de 
las lejes es en esta parte lo mi8Q)0 que e) favorilismo de los 
priacipes , fatal uempre a los pueblos. Una de las causas qne 
mas poderosamente ban conlribuido & la miseria en que gi« 
me la nacion espanola, miseria que la ha estrecliado hasta ^ 
apuro de apenas tener el pan de cada Jia , ha sido el favorecer 
demasiado la imporlaci&n del numerario y conlrariar sn eis* 
portacion , o en otros terminos y haber preyafecido la balanza 
del comercio. A veces nos sonre!nH)S at ver la candidez con 
que alguoas personaa nos re&ereo aquelfos dias en que las fld- 
tas nos traian desde nuestras Anliltas grander siimas de dinero, 
y en que era neeesario apunlafar las aduanas espaiioiaa: aqu^- 
llos dias debiao tener sus ooches tambien, [ j harto pronto nOft 
ban ellas envuetto! cotno los escesos de un^ ^uventud temper* 
luosa suelen ser precursores de una anticipada rejez. Era ne« 
cesario que los estadistas queentonces gobernaban nuestra na« 
cion fornaasen la idea de que los roetales no son mas que una 
riqueza cualquiera , y por mas que despidan briHo, no valen d* 
DO lo que vale el traba[o empleado en su elaboracion. Asi qcie 
las leyes qtte favorectan las permutas en que se daban mat^ 
rjas, ora fuesen en bruto, ora elaboradas, para recibfr eia 
Gambia mooeda , eran antieconotnicas y ahamente funesta'a i 
la soGtedad. Y a propostta de U moneda , no podeinos menoa 
de decir, aunqae sea de paso, que la ley no poede fijar de 
ninguna manera su valor sin esponer & toi pueblos & ' grandles 
y tristes oscilacicMies. Cnando por amenaaar a los gobiernos 
inminenle bancarrota^ no inspiran confianxa , equiroeadamente 
crcen saUarse de los apuros en qtic se ahogan arrojando pa* 
pel moneda; porque la ley en vano fijara el valor del papely 
Gomo que sus mandatos quedaran d cada paso eludidos y el 
^obierno escarncctdo. ^Qiie poder tuas borrorosamente fuerla 



qoe el revolacionario de Franciai armado ie la hoz de b gui- 

llolina que segaba cada dia i millares las gargantas? Sin em- 
bargo ese poder tan terrible, que aparecia como ud fantasnui 
goteaodo aangre, no logro que el papel ae totnase per el ya- 
lor nominal , y en esta parte la Convencion j la Republiea 
quedaroo mas de una vez impunemente desairadas. 

Funestas tambien eran las lejes que prohibian la venta por 
menor , y que aellaban con el hierro de la infamia la frente 
de los revendedores : en los conlratos que no manche el frao- 
de debe baber libertad , y todo cuanto liende i dividir y sub* 
dividir una industria, lejos de ser contrariado^ demanda alta 
proleccion. No menos se oponian al libre desarrollo de la ri- 
queza publica las leyes que cerraban las puertas de una nacioa 
i los estranjeros que venian & ella i ejercer una clase de in* 
du$lria. El temor de que se volviesen i su patria una vez en- 
. riquecidos y era harto inFundado. Al marcharse siempre dejaban 
en pos de si uo equivalente de lo qiie se Uevaban ^ ora fuesen 
miquinas , ura capitales fijos , ora conociinientos. Y ademas 
^quereis cncadenar A los estranjeros i la nacion en la que vie- 
nen i ejercitar sus ,fuerzas fisicas 6 intelectuales 7 dispeusadles 
todo linage de proteccion , y baced de manera que no tengaa 
que echar de m^nos la que disfrutaban en su pais natal. £1 
amor de la patria que encadena al montanes i sus rocas y ve- 
ricuetos hasta el punto de no envidiar la suerte del habitador 
del ilano en medio de sus abundantes cosecbas, este amor, re- 
pitOy tao ardientQ y puro en la iiifancia de la sociedad, se ha 
vuello tibio desde que el intere^ ba ido helando el corazon del 
hotiibre. Ahora ^a no recordamos con dulce placer el cielo ba- 
jo el caal nacimos, y los objetos que birieron nuestros sentidos 
y rodearon nueslra cuna ; y dia vendrd [ plegue al cielo que 
tan nebuloso dia nunca amanezcal en que nos despediremos de 
las plajas en que vinios la luz primera j y nos arrancar^mos 
de lot brazoi de oueatros padres y amigos , sin volver atraa 



|08 ojo9 homfdeeidoa ooo el Uanta: ta^ito el aipor i hs r!que-« 
sas ha ido aflojando las fibraa mas delicadas del corazoD 1 Por 
k) miamo ja do aeri tanto de temer que loa eatrangeroa qne 
irinieren i ejercer una ciase de iodastria ae realituvan i sa na- 
cion cuando se fiajan enriquecido; porque ese seotimieDto 
moral del amor & la patria, tan dificil de acallar en otroa tiein« 
posy se halla casi enteramenle borrado. 

Hemos examiDado algunos de los puntoa eo qoe ae codeaa 
la legislacioQ y la ecoDomia; esta materia de suyo bar to abtm- 
daote puede todavia apurarse mas, y esto prometemoB hacer 
' en otro numero. Concluimos volviendo i la misma idea ooa 
que hemos empezado; y es que la cieocia legtslativa no hm maa 
que un vasto tejido en que como hilos entran la moral, la ad- 
ministracioD^ la economia , la poHdca , la juriBprudencia, ta 
hialoria , tambien la literatura , pofque i veces la adusta Te« 
mis ae goza en hermosearse con las galas del buen deeir. 

Josil ViDAL Y Pont. 




Toxo 11 



SOBIIE 1.4 SITCACIOIT 

«esraswBiiiii<iii(i>Bii8« 



c, 



I iiaiido todo al rededor del hombre respira tninquQidad j.s^ 
aiego^ y solo en m corazon se abriga la ioquietud, j DingMim 
impfesa^n 6 caiisa eaterior hace penetrar eo ^1 la amargura, ai- 
BO que mas bieo ae derraoia esta dcia afuera, oadda del 
coraaon mismo corno de su fueote; eo yaoo es eotdoces cambiar 
-de situaciooi y buscar eo los objeios esteroos el motivo jr el 
reoiedio del dolpr, sine se oiega en ouesiro pecho su maoaoti^K 
Coando ono tras otro ba logrado el booibre todos los deseoa 
que formpba para ser fe)i^ cuando ha suLido sucesivamente las 
emineocias deade las cuales creia poder tocar la felicidad coo 
la mano, y oo le resta ^a mas que subir, y la ve todavia ^ ia- 
meosa distancia sabre su cabeza Ian lejos como al principio, si* 
no se resigns i encontraria eo la otra ^ida , se desespera eo- 
lonces^y muere con la ilusioo la esperanzA. Cuando ha corta- 
do el medico, d no dudarlo,la enferuiedad del doliffote, y ven* 
cedor de la agudesa del mal , eo vez de recobrar su salud flo- 
rida, le ve lentarnente desfallecer presa de una leve pero teoaa 
calentura, entonces se conGesa vencido el arte , y desconfia de 
la vida del enfermo mas que eolo fuerte de la dotencia. ^ingun 
dolor peor de arrostrari ningun deseo mas diduo de 8ati>facery 
oingun mal mas dificil de sanar j que aquellos que no prescn- 
tan causa conocidaala cual atribuirse^y cu jo remedio ni pue- 
de esperarse de ciertas circunstancias, ni aplazarse para cierU 
ecasion, porque es tan descooocido oomosuorigcn. Deseossiem* 



preinsaoiabl^/cloloi^es s!d bbjeUi, MferrmdadetinteniMyooiil- 
lasy he 9qui el retrato de nucstra situacioD. Bramaba la guerra^ 
J eniatiacioa de aa blienlo pestifero te creian todas laa ansiaay 
aufi imiento^ e injuaticias que noa a<]uejarbai|i Ccao la pifyn% , j 
qoedd bi meooruf; aobrevioo una feoefta regcncia^ y cargo coa 
la culpa de (odoa Iqs malet, co jra proloog|»ioD se ^idid por h 
exiateocia de aquel pqder, fijando todos aus ojoseo el 4 Ode v* 
tobre de ISMA- como eo el sol de esperapza. Los acooleciinieb* 
los madurarOQ ioiea de au sazoo este dia ; la regeucia : oa jd, .y 
^raroQ los males: declardaela mayoria de la Aeina, qqedd so* 
focada y eaearmeotada la rebelioo, ealte 'encadeiuulos losLteon- 
peslpOsoq elemeqlos de Marqoia j^ nds .gobieroap bombrea de 

. prastigio e UnsCraqiciii auperior entre les/de au partidd j la cuas- 
lien diodstioa y la oo^slioo politic* 4a]bMrcl«^n) eftt^ veso^- 
las, tenemos ya Rgim y CooslUuciOo; y la ipaccioo cootiDua 
eo loa gobieraaotes^ el ibalestar y el tep4or en los gabefoadt^Sy 

y en la nacioQ la postHicieii y el abatitni^otp^ DicdQ que es la cop* 
Taksoeocia; plegue i. Diba OQ se»el<atiiin^o. de Oti^i rooaida^ l&l 
▼es uoa lento y penoaa'agonia* ; > i . 

Henos corrida pucs todos los Mares de la peregrioacioii, be- 
liiQs Ilegado al t^roxido del viajej y todatia armamos por iiuica 
mansion miestra laa ticidaa de tempaSa ^ como si i la manana 
aigniente tuvi^ramois' que cointiouar la ruia , y i mode de c^- 
minantes divertimoa el Uempocon proyectos: bemoi fijado el 
panto de nnestra pennanenciaj damtodo rU VUis. adelanU^ m 
mas airds; I03 cimientosi se dice, aoo bueooa y seguros^ y w* 
da sobre ellos nos atreyemos i edifiear; la aituacion esnormatp 
y las obtras sou interinas. Interino? y porque? y basta cudodo? 
la interinidad nada signiBca, d es una palabra subversiva del 
actual drden de cosas. Por ahora se construye, por ahora. se 
dejan de reconstroir las ruinas, por ahora se difieren laa cues* 
liones mas yitales : y si no es abora ^cufodo ser^? esperamos en 
el porveoir d en el acaao? aomoa previsores d (atalistas? Necesi- 



-tJ8 
-la deBMnft*ViofidM<el'diiMMddlQS*pirlid<><io^ 

devoevot^iearmieDlot.el dcctrinairisotopolitioo^.de nuevas ot- 
. diadoMfl^M «Boioi» *para reoobrar lu eetitro? Todavia oms ea« 
^88jai)(Q|arf eB»plriMnb;todavial 

La £Qcopa'iio)iia: pntsinoiado eo muohos tafioamiii eapacti* 
' €lllo( fieinejaDtoal ^ue ^cbu^alaiente kofr€oeBird8<lHaivitlO'Tew>- 
-iacibiiea iangfienjUs y fufeitea reaocion^ ba yiato pucblos>osci- 
-'landb t^oire unaa )r:otro8,' soeutDbitodo d.la- vibleocia >dea«tlia 
valternativas^ d bie^ saliradte j vuelbos £6a aplooaopor al vjg^- 
-'foso genio de dD* hobkre, 6 f)or la- robiistez.de au iniaiDacooi- 
*plexioo; ba vUtO' voliwrse oooservadfiiras a ios.quearan>iiiiiow« 

* dores eii un prif]oi|)iQ, ^bitn i faeiaa*^db desengafibs » bies'' pf^r 

* MtnUo de posiofen^iywia tr«a llegados al podier esforaarae^fn 
Idi^tailer d viofeotO'^Ai^uk^ que babian impFitnido-til ou«r|MybO« 

> cial.' Lo ique tktinisd hai^Uto ^ oonserTadoreBretol(i«iohatios, 
< 'qae sin (e en larevolueiotfi , povque ellob miimosJa' bati'daan- 
' oreditadoi y thi^A&y • y <$in inUvei ew dli-^ • poique ban • sido 
■ tambien*fiii8'rfctibiai;,>'yj!iioiuiiave2 solay oiantienf n vi^vasaib- 
CO que manana tal vez podra abrasarle8;.qi]e daa< vecei' en/el 
•'destierro ydoa en el poder^ dlvidaildo s^pre la^^ralllud y 
^e\ escarmiento^. buscan eri ladesgracia el apoybide Ids homhres 

* de drdaidy y alhagea an- e) gobiernoa ktt^de lar revoluoion; honi* 
' hrea en' fin qn^ ae enlreisieden enpasea^ la n&cional borde cfel 
' abi$mo del ctial niildgnospmente se ha aalfado, y en ju^ar oaa 

la fiera quef eon h&rib flofos la^os tienen^ apriaiooada mooieo- 
' tiat^nmeniey presumt^ndo domeslicarla. 

' Nuestra aituacion edeminentemeoterevolucionairia; nosomos 
nosotroa quiene» asila cataclertzrmosy aino losmisiiioaboinbies 

* del poder cuando eran opoaibioa, cuaodo en nbmbre del ordea 
y dela justicia claniaban vigorbaanaente contra cada unbde aa- 

'•' tos actoa, que hoy en nombre de la legalidady de la prescript 
cion ae creen obligadoa & mantener ri^Igiosatnenle. EI timbre 
de conaervadores eo.la actualidad equivale^ proclamaxae con- 



safTMlores de la rijwiltieloii, jiMmiooir bt jlii|iisticl«s fotMooiiWf 
balidaa, i aepoltar bieo profandameDte lo que ha auoiunludo. 
en vez de resuoitarlo. El nombre de oonservador esuoaarcas*^ 
mo coando ja no>exiate el objato de la ooDserv^oo; entooces 
para ser consecuentes es preciso reparar y bo cooaervar^ Si.uoosi 
destruyen mientras otros no reparan, pronto no quedaran que* 
eooservar sino ruinas. Porque tratar de fijar la revolucion, de*. 
teaeroos ea medio de la pendiente en que actuaJmenle> nos ha^i 
llamoSy es un delirio inseosato , una ilusion que bien pudieraot 
disipar tantos recientes escarmienlot; repugna i la revolUciom 
la cualtdad de estaciooaria^ su condicion eq progresiva; por ea*; 
to 8US hijos legitimos, con admirable instinto, y con. una terri^i 
Ue consecaeacia en sua actoS| ae ban apellidado aiempre pro^^ 
gresisias. 

Y sin embargo 6 nada representa el partido mederado , 6\ 
m mision es repar^dora por su naturaleza, y & ella,debe esda« 
aivamente el presligio y loa triunfoa en algunaa ocasionea adqui*^ 
rido5« ^Cdmo ae esplican abo las vicisitudes que en eatos ulti'^i 
mos anos ha sufrtdo y ora elerado al poder casi en hombraat 
del pueblo y represeuUndo por un moiBienlo un aimulacro de 
nacioa ; ora disperso como ai nuoca hnbiera exislido, so pr€« 
aeotando masque una reunion de cabesaasin cuerpos, 6 uoaea'i 
Cttela de filosoTos, oradores y poetas^ como alU en Grecia, qu# 
ee entretenian en disertar mientras la republica ae huqdia ? No 
para lucir sus talentos, do para plantearsus&stuosas teorSaa hli 
aido llamado al poder^ ni a ellas^ sino d )oa grandes aentimiea«» 
los naciouales, ba sabido apelar para encaramarse. Sus prome* 
aaa de reparar^ las esperanzas mas 6 m^nos justificadaa qup en 
^i sc colocaban, eslos ban sido sus unicos titulos al qpr^oio y 
Gonfianza d^ la nacion y el se^reto de su ascendiente } y cuando 
ba 6ido iiifiel & unas y otras, la nacion le ha retirado au apojfOi 
y en toda an pequefies ba quedado entregado i la furia de sut 
eoemigos. Si en 1 837^ cnando miao^ era de esp^rar^ ae apod«« 



90l 

ni de Its rieodas del gobtenio oercado de prestigioy oonfiaozaj 
fa^ 8U subida ana reaccion contra los escesos revoluciooarios 
de 18S6) ana protesta contra ios sacrileges despojoa de Men* 
dtzabal cujo remedio ae esperaba de Ios que tan ytflieoleaieoie 
)09 babian combatido. Si i prxncipios de 1840 logro en las 
Gdrtes una maj^orta com pacta e ilustrada cual nunca tal ves 
la obtendrd> fu^ porque le apojo cuai nunca la gran majoria 
nactonal habitualmente inerte^ gracias i las seductoras proine- 
aas de reparacion que no escasearou: pocos meees 4nles cuando 
luchaba solo, las elecciones babian dado per resultado unas Cor* 
tea. demagogaSy y pocos meses dcapues inactive y olvidado 
de sua com promises desperto en la proscripcion del suefio ea 
que yada. Si mas tarde en fin la nacioo simpatizo con su des- 
gracia, si le libro en junio pasado de su imb^cil opresor, lue 
porque le oia llorar por el altar y por el trono mas todavia 
que por su propia suerte , y dirigirse en los resortes que toca* 
ba^ no jra & los liberales, sino a los espanoles todos. Desenga-. 
Ai(monos: el.partido moderado no puede representar en el dia. 
aioo una porcion de hombres de bonradez y arraigo > que se 
ofrecen & remediar los males tf que incautamente tal vez pudie- 
roil conti'ibuir, con prudencia si, pero con firmeza, y con toda 
la autoridad de su posicion y de sus talentos, y que rectifican* 
do sus estudios eo el triste libro de la esperiencia , y yjos de 
toda exajeracion^ aspiran & cimentar el sosiego y la prosperidad 
de Eapafia en la conciliacion de sus hijoa y en la satisfaccion 
del voto nacional. Su programa debe serla reparacion, su cien- 
eia el desengano, su purificacion el arrepentimiento. Aquel dia 
eo que la nacion no le vea traer en dote sino palabras y pala^ 
IfraSy y que entre el y el progresista no haj mas difereneia que 
la de matices constitucionales y cuestiones de parlameoto, 
Ibquel dia sera el de su caida irreparable. 

Harto olvidan pues los principales organos de] moderantis* 
moel ieoguaje benevolo jr Gonciliador que durante tres auos 



St 
usaron con sus compafieros ie opresioo^ j los de^engaflos qua 
ponderaban, y bus peroratas i favor de la religion y de la Igle* 
aia, y sus brillantes recuerdos de la antigua monarqufa, al re- 
aucitar enconos de partido y odiosas nomenclaturas que habiaa 
dejado caer en desuso^ puesto que sirvieron iatnbien un liem- 
po de grito de guerra para derrocarles. HartO olvidan por otra 
parte el rencor eterno de sus enemigos ^ y su opresion de ires 
anos, y la recienle ruptura de la malhadada coalicioo, si espe* 
ran desarmarlos a fuerza de protesias de constiluclodalismo, y 
atraerlos sino a uiia recouciliacion fraternal y duradera, al ni^* 
DOS a una moderada y legal oposicion. («0s engafiaisi dicen & lo6 
absolulistas , & los reaccionarios , (y sabido es el vasto circulo 
que, segun el modo de ver de cada cual , puede quedar com* 
prendido en esta acepcion, inclusos los misrtios moderados): oa 
engaSais; si tomabais it lo serio nuestras iovitaciones de recon* 
dliacioo, y nuestras abjuraciones bijas de un momentaneo des* 
peclio, y las interesadas dedamaciones contra los actos de nuea*- 
tros cobtrariosi al heredarlos en el poder^ nos heinos constituido 
tambien solidarios de sus actos. Sobre vosotros, lo mismo que 
sobre los anarqiiistas, pende la espada de la justicia , si os le- 
vantais, ahi esta el verdugo; si no os moveis ^ sois un partido 
ya difunto; un sepulcro es lo iinico que podeis reclamar. Dejad 
de una vez inseosatas esperanzas; y sobre todoenmudeccd, y no 
OS acerqueis demasiado i nosotros; vuestras imprudentes pala* 
l>ras, vuestro contacto podrian manchar nuestro virginal cons^ 
titucionalismo a los ojos de los celosos progrcsistas. " Y loegb 
volvi^ndose a estos: (cYa veis , dicen, nos suponidis aliadoscoh 
los absolutistas, y mirad como los insultamos y desengaAamos. 
£a, avergonzaosde vuestros ridicules celos: ^podiais creer que ol* 
vidasemos hasta tal punlo nuestro coroun origen y familia? 
TJnimonos todos los que cabemos en 6l circulo de la cbnstita* 
cion para consolidarla, y luego en su arena podremos veotitar 
nuestras disputas de familia." Atendida labfstoria de ocho afioi 



4 ^^ 9^^^' 9 y 1^^ fVilple^cias de los pragrensbiS; y el ho8co )r 
s^fiudo leojuage que usao aun acliialniente , generosidad y do 
P9ca es la de sus antiguos perseguidos para con ellos; mas pit- 
ra s^r generosos cod udos^ do importaba aer cod loa otros tad 
iDj^ratos y descoDocidos. 

Y b^eo i^ue es lo que esperan los coDseryadores de su coo- 
ducta? porque do dos fijamos ja en coosiderar la moralidady 
aioo la utilidad de dia. i Csperao que ateoiendose ya de boy 
^as^ una estricta legalidad y a un afectado coostitucionalismOy se 
a^raeran eo toroo suyo i los liberates iodos, y que el libro de 
4857 aer^ un escudo que los haga inviolables, y ante el cual 
depotigan la^ armas sus enemigos jurados? Esperan que en ade- 
lante p^ra con^ervarse en el poder ya no tendrdn que cerrar 
^t,ra yez coii cien Haves el codigo sagrado, ni salir ya mas del 
circulp legal para repeler con yentaja i sus adversarios? Esperan 
(fpe l^s satgaa . siepipre favorables los dudosos trances de las 
eleqcipaes? Esperau cada aiio dirigirse & la nacion y remoyerla 
l^ddi lUiUipciandole una nueva crisis, y pedirle un ultimo esfuer-> 
jp para salya.r la patria, y verla de cada yez mas perdidal Es; 
p^raosMi ipasque sus difcursos poder conjurar la tormenta ori- 
|;ioada de la terrible conflagracioti de pasiones, ambiciones i in- 
fcrigaa e][ectoraIe;s ^ y salir siempre airosos de una prueba en 
la que apaticos^ divididos y timidos tieoen en contra de si la 
(compacta uniop, la constancia, la osadia de sus rivales? Y ca- 
i)0 que de las urnas saiga un voto de reprobacion, ^ est^n dift** 
j^uestos i bajar de sus escanos, y i arrostrar una tercera emigra- 
^cion? Demos empero que asi consientan en ser martires de la 
Jegalidad; 6 demos aun mas, que por medio de la legalidad y de la 
.l^tricta observancia de la Constitucioni esperen asegurarse un 
t^riupfo cpntinuo, un monopolio perpetuo del gobierno; ^creen 
,^e se cpnformard con esta legalidad misma el bando opues- 
.Jto, y.que les abandonara el mando, en gracia de la ley fun- 
^4ffiu^tttal guardada ilesa eatre sua manos? Green que & falta d« 



«5 

hf airnnsiegiles escnipuWrinloi jirogresistas en osar otras« f 
i fdtta de infraocxones de ConslituctOD y de tendencias retit^a^* 
ihs iM> ha]lar4n ottos pretestos que eonverlir en griloa de gue^ 
rra? Tan de huena k, tan desinteresado^ tao teorico se supone 
i aqnel partido, que puedan decirle bus antagonislas^ «ahi teoeis 
to vigor Yuestro adorado codigo, pero nuestro es el poden, 
iiuestros I09 destinos en virtud de laley misma que formaateis;*' 
J que entonces no se levantora para ahogar enlre sus manos an 
propio parto prohijado per sns eneinigos? Green en fin que lob 
cambios politicos no aean tambien entre nosotros una revolucioli 
aocial^ quelos Olozagas, Corttnas y Caballeroa se resignen jamas i 
iina oposicion decorosa 6 A nn templadogobierno, si tlegasen^ 
▼encer , y que la Esp9fia pudiera pasar de unas i otras manos 
tan tranquila y pacificamente como pasa la Francia de las dia 
Guizbt i la$ de Thiers, y la Inglaf terra de las de loa torys i 
las de los whigs, no solo sin estremeoimiento alguno en la ao^ 
eiedad, sino muchas veces sin mudanza aparenle en la polilioa? 
Esloquisiei*amos|que reflexionaran los conservadoresi oasode 
ique el movil de sus conlemplaciones coo la revolution 00 fu6> 
«a otro que el de cimentar su predominio en la union de leis 
liberales todos, 6 llenos de sincera fe en sus principios , no 
rtemieran aventurarse i los trances parlamentarios y a las vici*- 
aitudes de las mayorias. Pero ai. A merced del apoyodelasba* 
yonetas , y de la sed que tiehe la nacion de reposo^ aspiran i 
proloogar su gobierno sin plan ui ^istema fi}o^ divirtiendose e|i 
'Oscilar entre el orden y la anarquia, orabalagandosucesivameQ- 
te i los de una y otra bandera^ ora recbasaodolos orguUosi^ 
menle y prodamtindose bastunte fuertes i inteligentes para baa* 
tarse A si solos; si acumulan contradlccion ^contradiccion 6 incon* 
tpcuencia & inoonsecuencia; 8\, hombres parlamentarios como se 
-proclaman, 6an su extstencia a la fuerza, y buscan en sus estadiatfti 
' lo robustodel braxo mas que lo elevado de la inteligencia; si, bomr 
'^brea de josticia, conaagran cualqukr injuslicia qoo el nombre d$ 
ToMO n 5. 



hceho consumailo; si, <Jnmp<»ones de la religioD.. qiii^ren ence-^ f 
rraria en los teinploi segregandola de la sociedad, y rormar uii: 
ckro bieo mantenido »(, pero dependienle; si, honibi^s de pas 
J reconciliacion, procUman un nombre que no es el de eapaflolex, 
y renuevan a cada paso amenaaas j recuerdos onDinosos; ai en 
Dada piensan por On aiflo en salirdel dia, yxen aatisfaoer la vanidad 
6 el egoraiho , sin niaa paiila ni prineipio que un interes mal 
coinprendido; enlonces su poder aeria tan eflmero como mona* 
tnioso 811 sistema, y vendriao a aer may pronto objeto de mo* 
ia y deaden para eson mistnos parlidos estremos que se jacta- 
bande doniefiar, comparables i aquelloa espiritus mezquinoa 
pintados per Dante en su Infiet*no^ queen la revuelta de Luabel 
carecieron de osadta para aegnir a eate, y de firmeza para vol* 
i^er por JelioyA« 

Plies ea , ae nos pr^vntar^; ^quees loque quereU? No toca i 
tiOsotros responder; a vosotros es & qaien<*s dirijimoa la misma 
pregunta. ^Teneia fe todavia en el gobiemo representative? te« 
'nets' esperanva de arraigarlo en Espana ? enhorabuena ; hacrd 
^de sea entre nosotros una verdad, no una (iccion escandalosa 
ibouio hasta el presente, someteos k>s pr:mei*oa a todas las con** 
^rciones y legales con^tecuencias de este regimen; haced.si po» 
dels, que viiestras batulias parlamentarias se iimiten a batallaa 
de discursoS) que las revoludones solo lo sean de bblsa, que ca* 
d« osciiacion del poder ya acia la conservacion, ya acia la re** 
'Ibrma no sea una sactidida temble que descncaje la conteslu • 
ra de esta triste nacton; estended sobre todos loa beutficios de 
Yuestras institucioneM, abrid la palestra a todas las opinionea y 
diviMs, dad a todos liberlad, liasta para no quererla mieutras 
Ti6ap(elt>n^ couspiracioH o a vioienciay libertad como la que se 
'gota siqujera un el vecino rcino, y aun algo maa^ porque alV 
'4anibien'bajoel maiHo de ia secia doctrinaria ae enctibren bar'* 
to ameuudo la intolerancia y Iji tirania. Y ora arregleis vuestraa 
Ideaa k la aclual Coo^titucion; ora la rdforiueis aegun vuealras 



S5 
iien, luiced qoe la lejr va j« ararde cod los actos , j las ador 
coo los votos y neoe^^idades de la nacion. ^Ha flaqiieado por el 
contrario vuesira le coo la esperieocia j los desengaAos, vol-, 
T^ ips Of OS pon. dolor al puotp de vuestra partida, renegais de 
las teoriaSy a^pirais i robustecer el poder >.y d encargarle de. 
Ojoevo eaclusiyaoielfite la saUaciou y la tu(ela do una nacioo^ 
que desgrajciada 6 afortunadamente no puede 6 no quiere reco* 
nooer sioo un solo represeutaoie? Pues bien, canain^d a la ceo* 
traliaacion,. a -la unidad con prudeocia pero con desembarazo^ 
restaur ad de lo aotigoo lo que restaurarse deba, y eomervad de 
lo eiistepte lo que deba CQiiservarse » arrioconad esas inuulea 
|MiDCaIlaSy arrojad esa miscara que no os eocubre hastanle. pa*^ 
ra que los unos dejen d^ trataros de apdsUtas^. y repugna de-. 
nasiado i otros para aoeplar vuestra aniislad y eotregaros su 
eooGanzf. Y sea cual fuere de los dos cawinos el que escojaisit 
encaminaos i su lermioo 6rme^ decididamente^ coocordad los 
snedios coo el fin , baced oaqional Yue$tro gobieroo ; aspired i 
algo mas que i esa acquieseencia pasiva, cuando no. iDdifereocia 
desdeoosa^ coo que la nacion os lolera mas bien que no 9saos* 
liene, u os consieote por lemor dq peores males; bac(^os iolejr* 
preies iieles, y no presuoluosos catequiaudoreii, de esa inmen^ 
snayoria de e^^patloles que ap4nas ha figtirado auo ni en las luchM 
de los campos ui eo las de.loi parliinventos , J^.que engrosadlii 
de cada dia por los desengabos , solo leclama paa^ y gobieroo: 
i los parLidos otraedlos i una <:omun.aveneocia por medio de 
cejiones mutuas, dispensanjo olvido basla i sus nombres» sa«^ 
lisraecioaantioipada dsus clamores legitimos, justicia sin esoefi* 
oion i \m iodividoos; favoreced ai fineotodo sudesarrolliJucoa 
«iocero celo y no. por caloulo de partidoj. los dos senlimienlot 
<cardioaIes que consiiLujeii el alma de esta nacion « la.rctligioa 
J la lealtad mooirquica. Y si os reis de esa .noble lenlativa.oQir 
4no ilusoria, ilusion por ilusion., mas os valiera sucumbir .pdA 
«Ua) que por.etse. ambiguo y torluoio.sistemai si (al ooo^Vf 



36 
Aerece, niiflo en el origen die las ieorksy eiier\\ i iihposfble eb 
i\ de la practica^ ainalgama informe de piincipios j act09 
contradictorios, con que intenlando alhagar & • lodns os vais 4 
<(uedar terribiemenle aisladoa, sin apo^o eo el maodO; aiii aiii 
Mgri(ua en la caida. 

Esto qiieremoa , qae rcsotros qaerais algo j que lo qoe* 
rats con Ualtad y consUncia , qae os decidais per una u otni 
rata friinca y briosamente, que saqueis i la nacion de esa an«f 
aietlad horrible, de esas perpetuas Ticisitudes y encontradoi 
movimieiitos que lu descuartntan ; lo lintco que no quere** 
noses la duda, la iticoosecaencia , la hipocresra. Por lo de-^ 
mas y ^qu^ nos importa i nosoiros r^gitnea absoloto 6 repret 
sentalivo ? qu^. mas nos dan unas formas que olras de gobi^ndi 
At se abriga eft ellas ofia alma mistsa , y si (cs uno mismo el 
beneficio^ ouaie.iqaiera sean bs medios de produciilo? Tanto 
treetii que temamos el vierdadero voto del pueblo ? que taota 
*ed t€ii«aniMisde servidumbre? que taiito repugne el nombre 
Si^ libeitaJ i quien siente correr sangre generosa por sua venae? 
Esas^euestiooes polilicas en las que ianlo ruidp se Qiete> y iaa 
frednenteuEieole se osurpa fsl nofnbre del. pueblo^ son iiarto 8e«> 
tundarias A nuestros ojos <khiio i losde (odo hotnbre<Ie buef 
na k y harto indiferentes fi] bienestar real de los pueblos, 4 
hieficaoes 'COii r^^pecto i ios gobern«inlee, para qu^ valgsn los 
lios de Ugtii^as ydt sangre que liaiieoslado. La$ tnstitiieiones 
He iiiodifit.i«v por tas cCHiunibtes^ yjnoestias'por las iwsCntudo* 
nes V el iiuperio delasi coslumbres^ lie arqfn'laverdaderasbhe^ 
rama naaofial que los gobSeroo^ thas (despiltqos faan^ acaiadoc 
dkfid yi'Ucoi^K), que'es uti irret»istfbie*Veroittc'K)nario>,' aunque 
AOfr suave* y gi^iduada leniiliid. Lo» gobi«;rnos sofi robui^toa 
ebando'sOA nacronaies, es^dech^ apropiarios al caracler y lieoe** 
sMades de tos gobemadbs; y entdnoes cualquiera sea so nalii; 
t^kM , iucUoamo^anteelkfts la frentCi^ sin mas ex^roen bi dis^ 
%litioo filoBofica ; qae eo ii^ casQ nos paveoeria Im iofseosata 



87 
«oiDO apficar el escalpelo aoatoihido i on cuerpo sUno pari * 
•aber como disfruta de salud. Per esto aoataoioacon gratitud 
y respeto hs iastitiiciones de siglos pasados que ja renecieroiif 
por eato aceptainos en el oueslro la diversidad dc gbbieroos eo 
.^ue esla dividida la Europa , y hacemos juslicia a los r€;specti«* 
Tos beosficios i incoaveriieotos qae producen; por esto vene* 
ramos iodistintameote i los hombrea grandea, ya aean triba* 
009 , ya dicladores , que Dios envia para imprioiir un mo^i- 
mieDlo d para detenerJo , y tao bella 00a parece una voz g0*« 
oerosa que trueoa oootra la opresioo , como un brazo de bie- 
rro que eofreoa la anarquia. Dos geoios ba producido este si* 
glo, el lino encarnacion del poder, el otro de la liberlad. Na- 
poleon y O'Cooaell ; y si i las simpaiias de nuestro coraeon 
liubieraiuos de coa^iultar , prefirieramos sin duda el Uibuno al 
dictador , la libertad al poder, O^Goonell i Napoleon* 

Amjgos de la libertad ^ reclamamos contra el esclusiviaaio 
y tirania de la revoluclon no nacida entfe nosotrosde pasiooes 
populares de occesidades de la epoca, sino impnesta mas bicto 
iconio un j^ugo sobre nuestras cervices: amigos de la ley y pe- 
dimos que la ley se observe, d la lej^ se reforme. ^ Os exigi* 
nos el sacrificio do la Constitucion 7 no> ved si es com pa- 
lible an observancia con vucsira duracioo en el poder , y 
sino, iodagad.si el nial esla eq ella d en vosotros* Amigos e^ 
fin de nuestra ILspana , caj^a (eliciditd es ta union de sua bijos^ 
peditnos la aboiicionde castas y de todononibre 6 distintivo que 
no sea el de espanoles\ pedimos que no exista deotro de la na- 
cion una naciou apartc go^ando.esclusivanneote de los derecboa 
conslitacioniiles^ y que seensancben los limites de la Conslftu- 
cion ba^Mla doncle alca^cen.ios de la palria; os pediinos en fin i 
vosotroS) liberates, por ese gran parlidoquc gratuitamente es- 
cluis, parte basU aqui pciSco e inofensivo-, parte que ba ea- 
piado bastaiite coti sii sangre y coo penatidades de todo gene- 
x6 uaa oploion ta» iicUa como la vuestra j si , pedimos por 



los absolutifltas j cotno hnbi^ramos pedido i estos por TOsotrcM^ 
si OS habieran condenado i una proscripcion 6 i un ilotismo 
perpetuo. Sin embargo^ esta es la logica de los partidos; oos 
acusar^is de intoleraoteS) cabalroente porqiie reclamamos lole- 
rancia, de reaccionarios y turbulenlosi porque queremos la pas 
J la coociliacioo, de enemigos de las insliiucioDes, porque pedi- 
mos su afianzamieDto y observancia, de ilusos i incorregibles» 
porque desvanecemos voestras ilusiones abriendoos el libro de 
la esperiencia, de contrarios vuestros en fin, porque os seiiala- 
mos con el dedo la sima en que correis & bundiros , y levan- 
tamos con esfuerzo nuestra voz para despertaros del letargo^ du- 
rante el cual OS van i sorprender vuestros verdaderos enemi- 
gos. ^*No lo habeis dioho ja mil veces que los partidos estre* 
mosse uniao, y que los hombres de la inquisicion atizabandis* 
frazados la hoguera de ia democracia? no habeis tornado siem- 
pre la mas justa reclamacion porarma de partido, y la recon- 
' vencfon mas moderada por hija del encono? no habeis de pro* 
p6sito ebnfundido ^todo el que se haya permitido dndar de vues* 
tras teorias con los fanjticos e i^oorantes? Ah! si os aborrecie- 
ramos^ & vista de vuestros desaciertos clamariamos triunfantes: un 
desefigano mas\ y empnjariamos dcia aJeliiote el carro de la 
revolucion pfaqne mas pronto se estrellara. Pero no somos 
•pesiitiistas, y hacemos justicia i las viKndes de muchosque mi- 
litan bajo vuestra ensefia , dignos por cierto de mejores gefes, y 
que se lamentan como noilotros de esa funesta paral^zacion. 
Homlires del celebre trieiiio de 4837 i 1840! vuestra marcha 
cs la de eotouces: acordaos del 1? de sedeuvbre! 

Jose Mari4 Qiudkado. 



ciMTIGAS 



HermoMt, j anuid»v J tienm amaafe de siv espeso j sefi^rera RomlikBy 
y en sus braces sonreia A la sonrisa de sii madre vat beilo infante, tal 
oomo se apoya en una flor mi' entreabicrto capuiliK 

Al tornar de la caaa ei cabaUera Teodomiro, ph cvrim kirga le pia- 
reoe la nibida A scr Castillo! no porque fte- Hilda grave cansancio*, sino 
porque Tuela sn pensanniento A svt b^o y '^ sir coosorte adorada*. Le^ 
raiitaba 16^ ojos A ki torre, j e» ella aparecia stispirando por*siiTenp> 
da la modesta dama con su Undo infante , como si ba[ara dlA ciclo la 
Tfrgeii Madre de Dios para consolar A los mortales con ana mirada. 

Mas de improvtsa se deja ca^r el dolor en medio die aqnelloa i'elf- 
cea dios. Era una mafiana, y por las margenes- del conocidb Lemna (1^ iba 
Teodomiro persiguiendo at jal>aU ; yibra una saeta-, y eutnr esta y la 
fiera se intcrpone iinpelido por su caballo el jiWen Dioaisio, y cae cxi- 
nime en el suelo^ DioniJ^io el hermano' die arnias, el fieF amigo* del ma- 
tador! Vivo se conserra todaviaen los cants^res- de laslibdas doncelfea 
de PigiK?rol e4 recnenlo de la berniosiK^ y del valor de Dk>ni.sio. 

Oh pcmordrmientol remonirniieuto^ Una vez bafiadi»el caballerb en 
la sangre de su axrago, T<f drsiparse t«dns sns alegrlos. Sobre el castiU<^ 
tan feliz un ticnipo sitfutase y esfiende sns riegras alas el ingel dfel om4 * 
J cs faroa qno. mnchos oyeron dte iM>clie las risas dfel espfritu perrersoy 
el dia en (fue el Yitjo de Rosildb feuecitV consumklo de laoguidec, y re« 
sonnrou cot> vi plaAidoi matcrno* los dt!solados salones. No termtnaroa 
aqui los horribles amagos de la desdiclia. Ah!, v^ Teodomiro desapa- 
recer el juvcml color de las mejilias de su* esposa^ j esUnguirse lenta- 

(I) Tonrente jiMte ^ Pignerol. 



awDte-en ftis nsgados ojos el hermoso brillo con qae tan TiTamente mi 
plandecian dates; ysuspira en secrete^ j 'en.tanto que ocalta saslemo* 
t«t con risueiias palabras , erizansele los cabellos, preieutdndose i sa 
iniaglnacion olra tumba, j cerrados en aquella tumba, ay! para aiem- 
pre cerrados, los adorados ojos de Rosilde. 

Aproiimibase eMa d la maerte; j eutdnces en el corazon dntes in- 
crddulo del caballero brot6 la religion con toda tn eficacia • y bajan. 
do d Pignerol derrama ricos dones en el templo principal , € intenU 
con solemnes ritos espiar el bomicidio iuYoluntariamente cometido , j 
ofrecer aafragios por el alma querida de Dionisio , por si acaso pena 
aun, paraque aplacado el cieto deyuelyai Rosilde yida y contentoy el 
nombre dulcfsimo de madre. 

; Apar^cesele en suefios el espectro de su amigo > y no con rostro 
airado siao triste mas bien, como si compasiyo deseara ocultar sns pe* 
IMA propias , y mas sintiera las agenas , sin poder para remediarlasi 6 
eomo si lleyara en sus manos una amarga copa, y esta copa estuviera 
muy l^jos de ser un remediot y con todo fuera precisoapurarla... «Ea^ 
esplicate, decia Teodomiro> esplicate/' Y la £aiQta$ma le sefialaba con 
el dedo un lejano camino , en cuyo fondo se leyantaba una gran ciu^ 
69A con esceisas basilicas, y parecia decirle: «Marcba; alii te llama 
Dios." Y mit^tttras lo empuja icia allf) ciibrese el rostro con una ma** 
no, y llora. 

Despierta el caballero deqpayorido^ medita el oscuro suefio, y crtf- 
e^ por fin inspirado. «Ab! no cabe duda: Roma es aquella gran ciu- 
dad; con mi piadosa romerial debo iibrarte d tf , Dionisio , de las Uamasi 
y d mi cara esposa de la muerte/' Dijo, y se obligd al mismo tiempo 
con voto a efectuarla. 

Regocijaos, 6 colinas; con sus miradas reanimadas por nueya yida 
Tuelye Rosilde d embelleceros. Festivas guirnaldas periiiman las estan- 
cias todas del castilio> resueuan las arpas, yueWe el tiempo de las dan- 
^as y de los couvites : desterrado ha sido el dngel de la desveutura. 

Peru Cei a su voto toraa Teodomiro el bordon y un escudero con* 
sigo> ui cousleute que le siga su esposa, porque al lado de elia ya no 
sc le haria ardua paniteucla alguna, y el cielo pudiera castigarlo graye- 
meute por su faita de mortificacioQ. aAdios , amada , de cada dia ma^ 
amada! cous^rvame tu vida y tu amor : deutro de dos luuas estar^ de 
vUelta/' 

Lloraba Rosilde , y no podia arrancarse de tan dulce abrazo, y no 
erau todas de Rojitde las Ugrimas que iuuudabau el rostro del caba- 
Uero* ^O despedidas, dolorosas ^i^ pero mestcladas de duUura,, cuando 



4ot. oonsonet qoe latiad jutm t^ leptrali Ipor lire^ jphlEo ^ y m im 
fignan U hora fells de la Yuelul Ay! que otras aeparaciones mas d»i». 
loTosaa he eaperimentadOf cuando dos oorazones son arrancadda A mf^ 
fuena por un celoso tiranOf j no pueden decirse adioa, ni Tea biiUaip 
esperansa alguna de reuuirse otra yetl > 

Ua mes compUd desde que orando y oefiida de homilde cilidioy «• 
Uanto y en ayunos, cual descoii8olada Tiudai Tina deatro del aoliter 
lio Castillo la amante eaposa, no abrigando aino un pensanuento doioat 
enando desde su Tentana cs^yendo sua miradas sobre la cuesta^ Tea m. 
hir por ella A un anciano parecido al (iel (Jgero que acompafid i am 
amo en la peregrinacion. Y lo es en efecto.. ay triste! y tucIto tola-! 
O latidos de inquietud! 6 funestos presentimientos! Apirtase de la fta^ 
tana , TueWe de nu^o A asomane , quisiera tomar por sneAo lo tftM 
eM Tiendo, baoe la sefial de la crus, y esdama: «Nof Jesus tnio, na; 
que^no sea Terdad, que no lo sea/' Mas llega entdnces ei ancianoy j 
ae echa soUoiando A los pi^ de su sefiora. 

*Ya te entiendo, huen sierra mio ; ores nuncio de muerfee. GiiM- 
tame donde feneci6: s^ame dado almenos amstrarme Ada la tierra qaa 
cnbre sua despojos« y alll espirar. 

—Noble dama) el Gel Ugero no TolTeria i presencia Taestray si hli> 
JUera Tisto abrirse el sepulcro de su aefior. 

— Qu^ has dicho? Vitc pues! Ah! ya no soy desrentnrada. 

^Escuchad , sefiora: no os hagais ilusion. GniTe, demasiado graTO 
as la desgracia de mi amo; incierto es su destine. Hablamos jUegada 
ap^nas A aquel sitio en que las olas del P6 bafian la tierra de los Pla« 
centioos^ cuando un Tiagero espoleando fuertemente su caballo en d^- 
reccion i nosotros; «Huid, grita^ huid, 6 peregrines; unai tremenda huea- 
te ha iuTadido el pals ; el fSeroa Otlusco con sus errantes Hdngaroa 
ocup6 las cercanCasde Piasencia, (I) y se ha apoderado deun Tecino ca^ 
tilio t y en ^i encierra tantos prisioneros como coge^ eiigiendo luega 
por el rescate inmensos tesoros, 6 Tcrtiendo sino la sangre de los infe* 
lioea." El caballero que zsi nos hablaba era un prisiouero, para cuyo 

(1) A principioa del aiglo X bajaron d Italia mnchashordas deHiin* 

£ro8, lo que hace conjetnrar si pertenece A aquella ^poca la historta 
Rosilde. Rechaiados primero los inTSsores por ei emperador Beren* 
SariOf fueroD despues Uamados por ei mismo para hacer frente i Ro- 
olfo rey de la Borgofia de la otra parte del Jura. Berengario se arre* 
iiintid; en Tex de obedecerle los b^^rbaros, se derramarou por toda la 
Lombardia deTastando campos y eiudades^ y Uegando i saquear ^ inoen* 
diarPaWa la capital. 

ToMo It 6. 



jjttcate todo lo halnaDTendido sos tiernos padres^ sierros, tierraa yd 
lokr de tus abuelos. Habiase oonsagrado ei jdTeii oaballero A una 
hermandad religiosa,(l) jel Totodeestos mongesguerrenoses defender 
loa peregfinos^ loa oprimidoa j loa inocentes; pero nt an valor ni to* 
das las fuersas de la afligida ciudad pueden reohazar al feroz Otluscot 
cayas annas mas tenribles son los mbmos prisioneros, amenaaando de- 
goUarlos en el panto en cpie ae atrevan A aoometerlo los cmdadanos. 
•Oimos gracias al generoso campeon, j continuamos apresoradamente 
Boeatro oamino; pero mi^ntras que solos Teodomiro j yo nos alej^ba- 
mos del peli^ intertidndonos por nna seWa, « ausilio ! ausilio! " oimoa 
gritar de Ujos. El honor nos impedh negar ausilio i quien lo implo- 
raba; desembaina la espada Teodomiro^ sfgole, y yenimos A las manos 
oon los Hiingaros que acababan de robar una dama i su esposo. Mas 
ah! iffoii podian dos espadas no mas contra tan numerosa hueste? Mi*- 
rad en mi peoho las heridas no bien cerradas todayta oon que los ene* 
migos me dejaron exdnime en tiena, midutras yencido y prisiouerose 
lleyabanarrastrandod mi seiior. Ap^nas, yueito en mi, pude sostenerme 
.aobre mis yacilantes rodillas, fui en bnsca de Otlusco, y solicit^ par- 
ticipar de la desgracia de mi sefior; pero el Ikirharo se burld, recha* 
«^ey y mostr^ndome un tronco humano oolgado de una cruK : «(gual 
auertC) dijo , amenaza i tu sefior dentro de breves dias , mi^ntras no 
ineciba tanto ora ooma vale tan ilustre yida/^ 

^Y qui^ yale el oro? esclaina RosUde. Ah! sacriftquese todo al mo- 
jnento. He Iieredado baslantes joyas. . • 

-Ojali bastasen, 6 seiiora! pera tan esccsivo es el rescate que p»- 
•de el bandido, que mmcho temo no alcancen A completarlo todas vues- 
-tras riquetas. Y ei tiempo yuelay y el cruel tienc coutados los dias. 

Al oir la dama la euomie soma pedida, cstingul6se A sus ojos la 
•liltima centella de esperanza; y tal eomo el just» do idumea abnima- 
•do por ei cdmuio de males, osd levantar su clamor hasta Dk>s, ptdi^n* 

(1) 1^1 necesidad de defenderse contra los abusos de toda cspccie 
promoyid en los siglos medics la inslitucion de mnchaslicmiandadesbe- 
nemi^ritas de la socicdad. Los asociados permanccian seglaros. y suofi- 
.cio era el cumpiimlento de algun penoso dther, cerao pKotc>gor i los 
jCamiiianteSf asistir d los heridos, enfcrmos etc. As( iban atiudskMlose de 
nueyo oon yfnculos parciales los yinculos de la gran frottfrwdad humana 
quebrantados por la barbaric. Mas en los siguieiites sl<;los caml)l6se el 
fervor en mania, y de todas partes se crigieron hcrroandades que mi vei 
.de prodigar beneficios i la humantdad, la infestaban de suporsticioncs: 
.tales foeron los (>egninoi^ Iqs hermanos y lurmuna* del Es^irUu^^n* 
to, los Jlaf^elantei etc. 



dele cuenta del ispeiro ^ intnerecido azoW asf fidsllde en el c<Jnio d«i 
su pena olrida qae el barro no tiene dereclio de disputar ood sn Ha- 
cedor. P^ro lo niismo que por aqoel, ae comnoYid el Criador A fayor 
de la iofeliz delirante> j perdon6 las espresiones que ea la desolactoii 
te le eacapabaHw 

^Y sabea td^ ciego mortal) si Dios goia la snerte de cada uno^ at 
te impele al encaeatro de la desrentora, para que tu espfritu trinnfiui* 
do en sobreliunianas Inchas , se asemeje mas i ^1 ? Acaso faltar&n al 
Eterno medios j deseos de que los fbertes obtengan su galardon? Mar* 
cba, piadosa RosUde , d tu destino; ^qu^ importan tu paz j tu yida j 
la de Teodomiroi si place i D^os imnolarlos d la salyacioa de una ciu* 
dad entera? 

Vuelye en si^ restitiijete foerzas el amor^ j nada deja por inten* 
tar. Tolas deono, magniQcos oollaiss, yasos, perlas, todo mueble de Ta* 
Idr soibido cdrgalosobre ac^milas* Las tierras y los castillos no podiaa 
>enderse con premura, y asf los entrega en prenda A la Abadia} y logra 
en cambio iiii np pjequefio tesoro. 

-Ea, no 06 aven^ur^ ^ sefiora mtaS rapite en yano el prudento 
escttdero , dejad d mi cargo este mensaje. 

-A todo podrd resistir el bdrbarat Hunno ) esclama la triste ) mas 
tto al Uanto de ui^a muger* 

-'Con todo,reco(rdad que la b]uena fe es desconocida entre los itial- 
. yados. Y si ^1 arrebatase las riquezas, y Os re^uTiese cautiTa!.. 

-*Ab! bieu prpGero tr car^a^da de cadenas a| ladoi de mi espoaoi 
que l(^)ds de ^1 gozar de riquezas y de libertad. 

Asi dice, y manda, y quiere. Y hela alU ya en caminoy montada en 
sii mula con el fiel Ugei^ y oon u^os pooos sterros. Ay[ asi huia yo un 
tiempo pequeiiuelo aun en el regazo de mi madre, pefaegnido por los 
financeses , y el yiagero se parahs^ at6nitp., y pregun^ba por qud lado 
bajaba el encniigQ. 

O poco prcvlsores caballei^s que educ^ i li^l dioncipUas en pust- 
Unimes ejercicios ! Ora si que se. iiecesitaria e^uersoj . Ha'Iai^^ A^* 
silde enmedio de las armas, frente A firente coa la s^rrp^iiciai y blanQO 
de asechantas^ y solo con pcnsar ei\ ella se le desmaya ocultamente «! 
oorason. Jamas habia sali^o del palacio de 9u padre haslaeldia en que 
de Susa pasd al castiilo d$ su. desposado. amante, y en 61 Ti6 apdnas 
; rarJsiraa tcs el semblante de algnn hudsped, y conserrd siempre todo el 
pndor , tcdo el miedo de U infencia. Y aquella ddbtl muger catalga 
nbora por las selvas noche y dia , y tiembla it-, cada susnrro de las 
]M>jas, y oye los abullidos de los lobos, y al anochecer y6 de Idjos las 



u 

bomictdios. «Por mi no tembUria* piensa en tu interior; pero si me 
tdbftsen osUt riqueKas; ^odma nlcansar ent6nees ta libertad^ 6 Teodo- 

Y Teodomiro desde los altos mnros donde gime caatiTO esti pegltf- 
40 ih d6ble reja dean rentana, j hora tras horar fija inm^bil en Clan- 
cy horiconte am ansiotaa miradaa.. ff de €px4 anaiosaa? quif espera autl? 
$hi aad4 espera: cree difiuito al fiel Ugeitn nada puede saber Rostl* 
4^4q aa auerte. vEse yU snstento que de balde me arrojaui al cabo 
pareceri escesivo diapendio, 7 levantarAn para m£ la cms. Llegii«; 
ll^gii^ esia dia/' Tales son ameaudo saa febriles anaUa. ; TerriUe \^ 
cha^ la de desear la muerte como linico descanso> j estremeceraa pea* 
«aado en los desesperados lamentos de quien nos aiiia caando oiga 
ia nnera de nuestro- martirio 1 y desear casi continnar de nue^o eb 
4pt liorrible Tida que viyimos 1 para que nunca Itegue d las estancias 
«k nuestra mansion aquel desolador ^ irrerocable grito : ya no vivel 
Mira Teodomiro al trards de aquellas rejas, y nada espera|; mas 
yasan los diasy j wo r^ persona hamana, porque A espaldas de la 
torre yaoe el campamento de los Hiingaros , y por aquel lado se e#- 
diende un yasto llano desierto, entre pantano y arenal, que confina con 
un bosquei y solo A la izquierda dWlsanse por entre los olmos los cam- 
-]^nario8 de la oiudadi y cuando el yteuto mueye las ramas, descd- 
brense laa azoteas... Agita, 6 yieuto, agita aquellas bajas;y sea conoedi* 
.4d al preso yer alguna yer. sobre las azoteas el paso de algun yi- 
yiente. Esuna yaga y atermentadora necesidad para c4 soUtarto iayis- 
fla de un semejante.. almenos de l^jos. Un santo y misterioso amor en- 
lasa 4 los mortales si la distancia los separa: ah! £c6mo de cerca poe* 
4en aborrecerse y gnerrear entre sP 

Hasta d sua enemigo^ ama casi Teodomiro , si escucha su salyage 
cancton; que tambien es faumana yoz el canto bitngaro. Y si alguna yes 
«ye en el bosque el lejano golpe de la segur , retiene el aiieiito, y 
iiente algun placer en aqueltos golpes, porque A los ojos de su fanta- 
^ se representa el buen oampesino que con drdua f^tiga gana el pan 
para su muger amada y para sus dulces bijos. Ay de ml! prcciso es 
que haya desceudido un boriibre al ibndo de la miserla , para mirar 
•como un tesoro tan pobres consuelos! Y si calla la segur en el Ijos- 
que» y callan los Hunnos, y ealla el yiento entre los olmos, y en las 
torres el sonido de la campana grato al bombre mcdital>wndo, ^quidn 
entdttces suayiia, 6 cautiyO) tu negra melancoWa? Oh! entonccs aque- 
Uos ojos que nadie vi5 jamas Jiumedecerse an el quebranto> inclindoda* 



M 

ie tl siiclo trbtemenle^ tenioMi «i pmmM UftimM «1 ^olmt i !• 
ktrgo ide (as mejillas. 

-O ml Rosilde ! yo floj et autor de to desirentont. Yd crelft fW 
celeste uispiniciaD me hMx mcmdo i la piadoaa romeria, j oie iadtt4 
caa el cooaejo del espiritu que en el llanto hmnano se diTierte! 

-A caballo! i caballo! he alU una pxeaa. As( escUma OUoseOf f 
ya espolea sa coreel^ 7 7* le sigaen den tanias. Oh! coil ijuedd el al- 
■la de la tfmida mnger con la foribnnda arremetida de nn eKoadfonl 
eapantosoa alaridos que ensordecen el airet 7 no tanto pareeen anuMiiit 
•n laqnco oomo tma rfpida .matantal ' ^ 

Ap^aae del palafren; el corason le de8ma7at mas intoca 'i an iM'^ 
gel baeno 7 cbnBa en sn aocorro; 7 pilida 7 temblorosa, pero moel« 
ta , tale al encuentro ie lot salteadoras, 7 coo la niano lea haoe ao^^ 
fia de que refrenen an Impetu, 7 qnieran por piedad escncfaaila. Ha^ 
en el aapecto del dAil ^.inerme nn aecreto qne uupira rereienda i 
I08 mas fcroces ; 7 si le oprimen apesar de todo , es una ley que ni 
prooede de b naturalesa^ es un atentado que no se Uera i eteto aii 
lepugoanoia , 7 al que solo impele una idea premeditada de ooficia A 
de orgnUp. 

EspecUculo conmotedor! un momento mas^ 7 la infelia ]^ia que^ 
dar deapachurrada bajo los cascos de los caballos; un momento mas..f 
J el escuadron A la mitad de su carrein permaneoe inmdhil. All* l# 
0iand6 Olilusco. 

Salta el caudillo al suelo , ao^roase i la aterradli dAnia» 7 en c| 
-aembiaDle del birbaro, meiclada con la insultante satiafSiccion* da sH 
■prepoteocia 7 con Ice duros rasgos de cmeldadt asoma una dudesa'luti 
qne suaTita por un momento su cruel jdbilo 7 sua fiiccioneS) 7 se par« 
iNseecast 4 un rayo de cortesatala. ^Era esta, 6 Rosilde ^ obra acaso dh 
tu belleaa? 6 tal yea fud grande el alma de aquel h^roe> Antes que lb 
^egradasen inhumanas accionea, 7 aquel ra7o de oortesanla ea uii rea* 
to 6 nMqioria de otroa tiempos? -' * I 

Peio en sdmas degeneradas en el crfmen, sucede i los impulses ge^ 
nerosos on an^entimiento de haberlos sentido : la dnica yiltud qub 
eitoocen es el desprecto de la rirtud. 

«-8efior , S07 la esposa de vn prisioneto CU70 rescate ta ofrevRW 
Si hubiese 70 nacido reina , un reino te ofreciera por este rescate; f&^ 
-ra euanto pos^ lodo lo pongo ahota i tus piifs , 7 supKcante te cort* 
juro para que me de? uelvas A mi Teodomiro. 

•Mnger, recoaoieo A tu escudero. Te habrd dicho el preeio en qaiia 
"O^W i tu seiior ) ni quiera el delo que por n^noa de snralor va 



M 

fnre 70 jamai de tt9 rica j peregri«a joja.^ ^ 

— Ea, nomaoches, sefior, tusyalerosos timbres mofilDdote de lot dea- 
§iraciadoc» Ve M an tetoro.nada deqpreciaUe; ac^pUio, 7 has que 
priVada de coanto poaeia eacepto de mi coiiaorte^ aiB^dolemie de ani 
miaeria, poeda cada dia bendecirte. 

—Ola ! yenga oonmigo este cooYoy al caatUlo. 

Tiembla Roailde, jcavalga de uaevo en su mula, y al lado de Ot« 
luaao ae adelanti^ ^ loa demaa, y desde l^joa mlra cpn ansia y con a&n 
f^pMsiloft muroa que encieiran . A au queiido. Pero. el codicioao bandi- 
do ye el amor y la bellexa de la damai y maquina noeya perfidia en 
•u alma aatuU. 

Liegan al caatillo, deaciibrense loa donea, y Otluaco bace compare* 
cer ante ai al priaionero. {O emocion de loa.doa tiemoa eapoaoa al to1<9> 
yerae A yer! Oj6 Teodomiro lo que babia becbo Hoailde para aa^yarr 
Je, y aiente tanto jiibilo> aaombro y gratitude que no encuentra palabraa* 
No, eaclama ^ auapicaa Hunuo al mirar aquel miitno oontentOi no pa 
▼erdad que aean eataa yueatraa dnicaa riqueaaa , no aantie/aia tan pooo 
fX perderlaa. Para tu reacate^ 6 guerrero, . podrdn muj bien ser ba$r 
tantea: maa pido un don cuatro yecea mayor por la muger que reteuT 
1(0 cautiva* . 

Lloraron, aupUcaron> f^ieron barbaramuente aeparadoa 9 y el caba« 
lleijo ea*arrojadp del caatillo por loa Hilngaroa i yiya.Aiersa. 

IQvl6 aeH de la infeliz? y d6nde y c6mo ballani Teodomiro teaoro 
ian cuantioao como eaije el p^rfido? Recu^rdale ana deudoa el leal ea« 
ycudero. « Ab! mia deudoa aon poderoaoa, maa antiguas guerraa y enoo* 
noa loa enemistaron conmigo, y Ujoa de aguardar auailio de elloa, ao- 
lo agnardo mo&a en mi mala fortuna. Vender mi patrimouio? el nego^ 
do ea lentO) ni me proc^uciria mucbo au yenta^ puea adelant6 ya por 
^1 una tan enorme auma el que lo acept6 en fianca? 

Mi^ntraa reyuelye ei| aucprason mil diyeraoa penaamientos) uno maa 
furibundo que otro^ y todoa propicioa, af, para la yengansa, pero ine^ 
.ficacea para libertar i au eqpoaa amada^ roidntraa intenta en yano aguar. 
;dar emboacado al bandolero para quitarle la yida^ mi^ntraa en yano acn. 
de ^ las yalientea y religiosas hermandadea y d loa guerreroa placenti* 
noat y ruegai y eatimulat. y i. riesgo de cauaar general matanza en loa 
«autiyoa, incita con todo i la batalla, y dies yecea con fingidoa ata^ 
quea.espera^ llaoiar A lo Ujoa A la birbara hueate, y apoderarae rdpir 
damente de la'fortaleza, y dies yecea le burlan la yigilancia y artificio 
d& loa Huugaros; pieuaa eu aecreto el aalt^dor enveatir la ciudad con 
: aiidapia^inpreible. Nophe ne&nd^i! Una traicion tal. yjex abrid laa punrr 



»r 

tpi A Olliueo; el hierro j ei fitego dnnoite ciaco dias reeorrierDii lio-^ 
rriblemeute todas las calles, todos los temploSf las mansiojies todaa: la 
vesttrreocion del pueblo Tencido parecia por aiempre deaesperada. 

No ya Bolameiite por codicia (del botin se regocija el bdrbaro eft 
mis trloAfoet sino por deseo de aparecer, al par que temido y fuerte 
para ioa demas, graode tambien d los ojoa de la altiya Rosilde. El 
ilaato de la dama liabia comuoTidot no se sabe como, aqnel fl^rreo co« 
rasoii; tanto que alguna rex se sintid inclinado A. enjugar las Ugri* 
mas de sus ojos euyUndola Ubre d su marido , y si hubiese Uerado A 
cabo 8u magndnima idea, no solo d la dama, sino que con ella hubien 
restituido todos los tesoiH)s. Con tan noble propdstto se encaminaba on 
dia a la estancia de la cautiya; ay! yoW\6 d ver aqnellas angtfUcas fbr« 
mas, oyd el sonido de aquella toc , y espiraron en sua labios las me? 
ditadas palabras : no pudo ya ser generoso. Habld de amor , y sufrid 
lo que nunca habia sufcido, sufirid desprecios., y estos desprecios eras 
un pufial para el corason del soberbio* y amaba sin embargo al que se 
lo davaba en el seno. 

No era la saerte de Eosilde igual d la de los dentas 'prisioneros: 
aolo le estd prohibido salir del castilloi mas se le permlte risitar dlot 
otros infelioes, aliviar algun tanto sus penas , redimir del supUcio d0 
b cruz al que d A babia sido ya condenado, y restituir algunos sia 
rescate d sus familias. Con ben^Cco intento y diversas esperanzas ya 
ooDserraodo su existeucia, y se fing^ m^nos irritada con au abominado 
cypresor, fija siempre en la idea de buscar una ocasion de escaparss. 

Pevo en los malyados un breve esfiierso de decoro y generosidad' 
es superior d sus facultades; quisieran aparecer magnioimos, y ap^aasf 
lian empezado d obrar como' tales V cuando les prdcipita de nuero en 
su baja esfera su naturalesa, 6 el bdbito de la degradacioni 6 la sati^ 
£u»ion del maU 6 la deliraate embriaguez de los sentidos. 

Pnideocia, sttplioas^ dignldad, desdenes de nada yalen ya d Boolde. 
En medio de la deseofrenada alegria de los banquetes lanca el tirantf 
palabras de amor , pero temerarias y or^guUosas. O amor ! el fuego di 
los prolaoos no merece tu bello nombr^. 

-Insensata! le dice: ^porqu^. obsUnarte contrael destino? Y crees que 
tn primer compafiero desde que te ha perdido , permanesca, constant 
te en su viudez? Ah! bien se consnela ya de tu ausencia en brasds 
de otra amante! ^Ha ynelto acaso d bnscarte? V^ngate pues: acqpta el 
tdlamo de Otlusco. EspUndida mil yeces mas que la de Teodomiro es 
la suerte que te ofirecco: acaudiUo inyictas legioues^ leyanto desde sus &• 
miealos un reino ante el cual tendrdn que inclinane lot sefiorfos de Ita« 



lift mts tofcerWoti ^eToJMiiB el p»de^/la pwttpt, Its adbndoMiV 

isrii madire d^ njei. 

T hablaado asi, eon adsmaa lasoif o ie ttfeta A ooger por ttn biVi* 
a» i It easta pruionera. 

*Eti aefior mio; os irrito tl recordar lo pasado j los feliees dtat 
jjue Ujoa de TOf pas^; por etto gaardo en siiencio el atitiguo 6 tn- 
memo amor en qne ardla. S^ateos este siiencio; j si quereis nutrir 
tenaoes esperanzas de enceader nn nuero amor en mi pecho , haoed 
^ue nunea os yea caps? de tirinicas j descortcses acciones, j dejad al 
tiempoel cambio de mi corazon. 

< ' M haUacon rendimiento pero con dfgmdad, jse esfherza en alejar 
t^nella estremidad terrible A que «e ha preparado ja con lAgrimas y 
0raciones. Meses y meses esper6 yatiamente en Teodomiro; Teodomiro 
m> Taetre. Esper6 en la auerte de las batallas, pero en rano; la Ticto^ 
tia firrorece Mempre al Hmmo. En Tano esper6 abrirse algon camino 
)itra la foga: ya no qneda mts que nno para eritar la infamiai y as 
la muerte. i 

Lt muerte! Arduo deber para las almas tfihtdas! Mas no foeron de 
•aturalesa fuert6 Us mugeres todas cuyo sublime fin refiere la historit; 
A algunas de ellUs^ 6 pintor^ no debias dar tal res Taroniles faccionea^ 
Ipgantesoo talle y espiritu guerrero: blando corazon encerraban, y for* 
nsadas solo para el amor , se estremecian al relampaguear de una es* 
|Mda, y sin embargo ({cuiinto no mdobla esto la admiracion y la alls* 
ia de Stts tirtadies!) 'A' pesar de su duloe indole feroenil, destrocaban 
«on trteult toano an pecho Antes qoe fiieae perjuro para con el honor 
«* con 6} amon . 

1 Ah! tiegado ha la faora para Rosilde. tin remedio habia contra la m^ 
ihcia del birbaro/y este remedio ya es imposible. No adTirti6 ^1 qua 
au prisionera dayase la vista en las armas colgadas de la pared) miri^ 
ibaias la V^terosa dama,' y ya con la celeridad del rayo se habia lan« 
'tado i una espadk...-cuando oye ^sonar los salonescon espantosos ala* 
iridoa. Fu^ -aquello ttA momcnto W)I6: oye Rosilde que ban sido los Hni|- 
nosacometidos, brilla en su i6dnte una r^plda idea nunoa preristat f 
Hbn, en el seno del tiraho et acero con que iba i herir el snyo propio. 
* Cae Otluscoi y la oprime en su caida, y arrancando del pecho aqu^l 
tcero, lo'clara y Tuelve i clarar diez veces en el rostro y en el cos^ 
tado de la infeliz> y en^re los ahullidos, los golpes, el dolor y las blas« 
^Ibmias espira. 

- Tal era la espantosa escena qne se presentaba i los Hdngaros en el 
Castillo I mt^ntras penetraba en su reeintoel enemigo. Empotai laa 



liaits, pi^t^fthinw A ttaoer frenle; p«To k sorpi^a yla horrendh 
modrto de su adalid los aterra hasta tal punto, que ae olyidan de sir 
anttgda pujanxay y se abandonan por los campos A vergonzosa fuga. Lot 
iralietttes emigrados Placentiaos se habian reaiiido en torno del brsTO 
Teodomiro, jorando Tencer 6 luorlr, y no desistir de la empresa, por 
largos y terrlbles que faesen los obstdculos, hasta Yerlos caer todos des*. 
^Miiecidoi A sua plankas. 

» Mas ^c5mo es ahora tan poco Ardua la yictona? de d6nde proce-. 
de el terror pdnico de los barbaros ? c6mo no ha aparecido Otiusco en 
ci combate ? 

' Un Hiingaro moribondo h> esplicay y refela la suerte de susefion 
4 yace degoUado por una muger.' Aeddblase el jilbUo de los vencedo* 
res..£d5ude esti la sauta, la saivadon dc su.patria? Abre^se la^ c^jpr 
oeles ) linese al clamor de los libertadores el clamor de. cincueota pri« 
moneros libertados. 

^Y til, Rosiide! ^porqud novuelas A mis brazos? d6nde esUU? Ro« 
silde ! esposa amada ! 

Ardia una oscura Idmpara en el gran salon ; sale de ^1 aterrado el 
ARCiano Ugero , eucuentra al pasQ A su seiior , y procura estorbarle la 
eatrada. Mas ya ha descubierto Teodomiro entre las mesas y las armai 
derribadas el espaiitable caddver de Otiusco ; ac^rcasele con regocijo.** 
oh. especticuloi aquel cadaver cubria otro!.. Rosiide ! 

Y mtdutras el Tnas lufeliz de los mortales prorumpe en destrozado- 
res lamentos , por un coutraste que hace erizar los cabeilos , mu eom* 
pafieros ignorando todavia su desgracia , daban alaridos de gozo , y la 
Uamabaa oon yftores. « A tX , decian , se debe esta fausta yictoria ! No 
ae den treguas A los fugitivos: guianos , bravo adalid; reconquistemos 
la ciudad." 

Poco d poco cesa el alegre y disonante estr^pito : oyen la catdstrofe; 
rererentes y mudos se abalanzan al salon funesto j todos olvldan su cou- 
tento, miran la ilustre muger^ y..6 Usttma ! aquel caballefo tan ma- 
gestaoso poco antes , se revuelca ahora soliozando en el polvo y en la 
sangre , y no se cura de que tal yez le tengan en m^oos los circuns* 
tantes. 

-Id, 6 Felices: fdcil os es al presente recobrar Toestros lares. Ella 
iiimol6 A Otiusco... mas, ay! yedia A la hcroina! 

Y desgarrando su pecho, sefialaba A RosUde y aquellas &ccioiief 
tan queridas y ya desfiguradas; i indigndadose contra el fiel Qgero qae 
le contenia, empniiaba, aunque en yano, una eqwda para atraye* 

ToMO It 7. 



50 

Reconquistaron sus muros los afortuaadM placentinos : dtspeosaroa' 
los agradeciilos hii^sjSedes pereiiii^s ctiidados al viudo estraugero, y eh 
medio del foro levantaron un monunieuto A Rostlde para sa eterjia glo< 
ria. Cuando el dolor dentro de pocos afios acalxi coti la vida de acpiel 
gaerrero, sus infelices huesos faeroB encerrados ea el ataudinismodon- 
de reposabati los Imesos de Rosilde. 

Ah! en los tiempos de mi iofaucia se yeia ana aquella tumba , y mi 
padre la Yisit6; pero cuando llegado yo A ia moce^d^ viajd como pe- 
regrino por la Lomhardia , j qtHse robustecer mi d^bil yirtud , hon« 
raudo los sagrados huesos de aquellos hi^roes, no encoatrd ya mas que 
una piedra quebrantada, sobre la cual estaba seutado un yil juglar can* 
tapdotcrpes canciones, que aplaudla en derredor abyecta plebe can 
buUiciosos 6 inseiiaatos ademaues. 



5t 



ijPl^tinii. 



T en p$ta enju^ar mi llorot 
Angel mio, presto yen: 
Deja el (tfntico sotiorQ 
De tus hermanoa al -coro, 
Que tu bermano soy. tambien. 

De ta atm6sfera Serena . 
Bel to espfritu, descicade; 

Y contai^ke he yo mi peaa« 
Que tu pecliOf aaaque terrena) 
Porque es mittt ift comprende. 

No fu^ mi Tox, Dios te diJ0| 
Ai Ter yo la luz^ei dla: 
«Mc ba nacido up nuevo bijo; 
Pot su eapudoy por su guia, . 
For 8u hejcmanoyo.teelijo/' 

Y d^aceadisteA la fuente 
D6 recibia ei bauUamo; 

Y no yi^to d^ ia gente, 

Tu prim^ beso aili.mlsinq ^, 
Selld micriatiana £rente, . . 

Ven <ieiii4o^ de fu^orea^ 
O si bas miedo que me ateiren 
De tu faz loa mpia^doreai 
Si temea que i tua ardores 
Mis turbios ojos se cienoeii^ v . » . 



8ff. 



Impalpable cuerpo tonui 
Toma fanUstico trage^ 
Y timispupilas asoma 
Cod tu celeste ropage, 
Cou tU5 alas de paloma. 

Vea yo en sa pluma leye 
Del oi^ar el arrebol, 
O del iris cuaudo llueTey 
O del t^mpauo de nieTe 
Puesto al reflejo del sol. 

Bajft apactUe j raotffe 
OuJ soaye ra^o da hm^ 
Anpi mio, harmoao dueftd; 
Til que Telaa e& mi sueiio, 
Td qua guardaste mi cuiia. 

Baja ea yUcida TistbOv 
Cwno al jdven, que Adeshora 
Al pitf da una tomba Uorai 
Le apareee ea ilusion 
La imdgen de an sefioi^a; 

Baja enM rayoa fatiles^ ' 
Eatra oubes de periiime> 
Con tos formas jnTeailea 
Qoe etemidad no oonsttme 
Cott SOS perpetuot abrilea. 

Mas, A Ter tns a^rias galta 
Wo merexco rererente^ 
Sieata almenos que red^alas 
iSr el iire, y de tus alas 
Oadule el raot en mi freiUe; 

Pe su Nando meirimiento 
Fereil^a el saare eragir, 
Tta auatre como presiento 
^^ es ttt'piif en el payimentd 
fia crislafiao zaiir. 



El aliento de tu boca, 
Mas firagante que el liicieD^o 
Con que eavuelta va al lumeiiao 
La oractoadel que ie inroca. 

Oh! 81 estrecbar yo podieM 
Tu mano dentro la mia! 
Si tu brazo lae cixiieae, 
Si un dscuLo tuyo liictese 
Arder mi mejilla triad 

Si Telados* tus destettof 
Dcslizaras cou ^carifio 
Tu maao por mift cabeilati 
Cual peina ios riaoa belloa 
Cnidofta mad^ A au niflo! , 

Oh! reu ya, cede i mi inataneia^ 
Abr^zame Usoojero, 
Como se eulaxa el yinjero 
Al amigp de su.infancia 
Que lialla ea pals efttraugevocr 

^Porqud tardas, si mi llaot^ 
Ele^n dcia ti sua voces? 
Las sofbca el himoo aanto? 
O td que me aprecia& taoto, 
^Mi geinida descouoces?. 

Si uno por uno me dierag 
Tus carl>uncios.y aafkros, 

Y tu collar me pusieras, 
^Ser^ que yenic uo .quiera« 

I'ara ao^llar mis suspiroa? * 

Yo 8^ que tu amor me oye^ 
Ven pucs, alArgarae el braafosi . 
Estrecha el fraterno lajiQv. 

Y permiteme que appye 
Mi cabesa eit tu regasfjr. 



5» 



"Y lo yerdn'tns bermanofl, - '^ 

Y diran coo alborozo: ^ 
■Feitcos soiii los liumanos! "^ 

Y apiaudirin cod sus iiiano« 
Tus <aricias y mi gozo* 

Y los que el albor primero 
Vicron que al muudo aiuikbrd, * ^ 
Me querrdn por compafiero 

A mi, s^R perecedero 

Que anclaiio el tiempo engeiKLrd* . 

Y si al pi^ de lo8 altares 
Mis suspiros y oraciones 
Mezclo yo con <us cantares, . 
No tendrdu toz mis pesares, 

Mo tendr^u yoz mis pasiooes. > 

. Al eco 4q esta armoiua, ; 
Mi alma que tanto la auhela 
Dard salVon de alegrfa, 
Como alia en la seiva umbria . 
Salta .iibre la g^cela. 

Y ^l aqerLp 'llantofnio 
Que me arraocaba la augustia, 
Serd euli>noes qual rocio 
Que refresca la flor mustla 
Eucorvada al sol de estio. 

Y la ^rpe que escondida 

Esta contrjimi en acecho^ 
Huira 'A su iiiibrual guarida, 
Al vcr (u spmhra temida 
Eutre $u aiito y mi peclio. 

Y.nada podrA co^inigo * 
D^e su pontoiia el ardor: 
De his ali^s al ahri^o 
Solo tu ser^s mi .aijiigo, 
Solo Digs ^ra mi amor. =:«Xomas Agujl6. 



CRONICA RELICIIOSA* 



Cjitando en nnestra ttUtma reaefia anttnclAanuM la traalacroQ de lo9 
retlos TeneraMes del Sr. obispa de Menorca A la catedral de su 
di^cesis^ sa amtgo inlixiio el Ilmo. obkpo de lyica, cargado de dm 
y de achaques, envkba al Cnidlico imar estenaft necrelogia» escrita si se 
quiece cou senciilez^cpie d ^eces raya en desalifiov peroqve eautlTa' pi>-^ 
deroMmente el corazon. Aminos desde largo tienipo lo6 doa obnpos in- 
solaies, haUan estudiado el copiarse miituaiiiente siw virtudes^ j aon* 
que de dlferente temple nt Qar<icter personal, blando y suave* hasta eL 
estremo el del Sr. Ofaispo de WitXLy fiterte j eu^rgico el det Cnada 
Ohispo de Meuorcft, babian atravcsado lavgos- a£ros» estrechados con los 
tiernoa yincolos da la amktad^ j colafcorado juotos ea la preciosa Bi- 
bfi^teca Rrligiosa ; de manera que siempre el nombre del nno hrillarA 
jaiilo» al del oiro. Ya que na nos es-posible ^trasladar A nuestsa& p^gl* 
nas el largo artkiilo- HeecolcSgicov do podemos- in^os de copiar el iaI* 
. tima aparte que noa Vao unir nuestraa. ligriinaa A laa qne correriaik 
sin dodatpor las megUlas del que la esccibia « y que nos cenfirma ea 
la idea de que hasta doi>aja det pectoral puede abrigarse un* coraioa 
que d uu tiempo arda por Dios y con el £uego- saota de la amistad. 

•Dui^iome yo> ahora sobre tf » amado bermano* niio> amable mas que 
el amor de las mugeres^ coaio una madre ama is> sa hljo liuioo, asi tii^ 
me amabaa y yo te correspoudia. [Cudntas Idgfimas denauooaste por Tec 
que j^ na coinpartia tu corona de ooniesorL j Ah ! mis muclias culpas' 
4 iogratkudfis con el Seuor uo me baa becba digno de tal suerte; pe-*' 
ro aun. puedes alcaiuaxine desde el ciela la fi>rtaleza y la virtud. En 
el entretanlaacudrdate ea la peesencia de Dios de pedir por nuestra 
amada Iglesia de Espafia* por tu amada di^ctsis, y ea fin por quten^ 
como amig0 cu vidat te consagra eu la mucrte este secuecdo, y ofrece 
i tus yciiccabl^ Itesmanos el ejeniplo de tus virtudes.*' ' 

Puesta que, eaia ves. iiemcs empezado nuestra. cn^uica por uir 6rdeB 
enteramente innerso delque Iiemosseguido ealas otvas, no debemos pasao 
adelante sux conai^ar aqiiL el faliectmiento del Eimo. S ilmo^ Sr. Abar^ 
ca obispO' de Leon, acaeeido el r«inte y^uiio^delpasado juuio en elcon? 
Yen to de carmelLtis del desierto ds Lauzo cerca de Turin (Gerdefia^^ 
Triste df^h'^r ol ua^&tro! teuer que] ilorar todos los meaes la niuerte da 
algun piclaio e^ipaaol iallecido ea esliaugpras tiercasi sin poder anna* 



ciar A miestros ]0A6irea nuevas pfeciniucadoB«s de o^ipos; forqne e$ 
taa amarga la viadez en que gimen las iglesias de la infortunada Eapa- 
HdL, qvLe ni siqaiera suaTiza su dolor la comoladora esperaoza de ver 
puesto pronto t^rmino i an horfandad. Tambien la iglesia de Francia ba . 
aeutido la p^rdida del Sefior Boanel obispo de Viviers, £allecido el S4 del 
Mimo jooio & l6s 88 afios Je su ed^d. < ' 

K aer yerdad lo que dice a» periddko franoea 4Son referenoia i 
ana carta de Ronxa « parece que se ban dado las drdeocs coDTeaienr 
tes para que ae proceda i las infonuacioQes Tedesi^tcas aoevca de ; 
las Tiriudes de la princesa JBorgbiese kija de Lord Schrewslniij 
El Padre comun de los Qeles desea yer trihutado A eita jdreiii i^rr 
Uecida en la capital del cristianismo hard uoos cuatro afiosi el culto dot , 
bido i ios bienaTeuturadoa. Y i prop6sUo de Roma, era el dia 21 del . 
pfisado junio en que la religion nos recuerda la inoeencia esmaltada 
con la peniteucia del patronode la juTentnd. Luis Gonzaga* yeDlaigie^ 
aia de Jesus Telase confiindido con Ios estuiUantes que iban i oomvl^ 
gar, al Sr. Federico Hurler ci^lebre Aleman, quecon tanta filosofiaha 
eacrito la Mstoria de Inoceneio III y de su tiglo, Y no se desdeii^ ol 
aveiitajado escritor de ir i recibir por primera res la sagrada hoatia 
mexclado con Ios j^venes discfpulos de la G)inpafiia, porque admnasda 
desaporecer A Ios ojos del Sefior la dtferencia de edad^ el cristiania^ 
mo ba sabtdo mny bien bermanar la infancia del corazon con la pcm* 
picacia del talento. La conversion de este salno protestantc es unsefia^ 
lado triunfo que el catolicismo acabade alcanzar sobre lascrednctasaa- 
gticanas. Tieinpo babia que Federico Hurler sostenia en su interior ana 
lucba abrumadora, pero por fin el rayo de la gracia.bril!6 espleudeu* 
te en su e^iritu 6 birio fuertementc su corazon. El dia 1 6 de joaio . 
todavia era protestante el iluslre escntor, y ai leyantarse el dia tni»e- 
diato^ bafiado su semblante deuua apacibilidad nunca vista, ma nd<V a.do« 
eir i stt Sanlidad que queria abjurar sus errores, lo que bizo el dia 18 
en maiios del Cardcnal Ostini. £sta abjuracion ba llenado de gozo la 
ancianiflad del venerable Gregorio XVI> como que Hurler es unodeloa 
mas aveutajados escrltorcs de que se cuvauece la coucienzuda Genoa* 
■ia /pues ademas de la obra antediclia tiene escritas la Historia de 
Id ed4id media y una reciente publicaciou acerca debs cuestioncs re- 
li^osas en Suiza. -Ku Irlauda el St. Jorge Barley de Waterford furfre- 
ctbido el dia 12 de juiiio en el gremio de la iglesia catalica; yen Gal;, 
.^ay abraz<) tambien el calolicisrao el Sr. Alejandro Granot, qiiieu tcndi- 
do en el lecbo del dolor, prefiri<> morir en Ios lirazos <1rl ratoUcismo. 
que tto i;a el leuo de la igte§ia presbile riaua en que babia sidoeducado* 



ipiano el 16 del actual, en el que ae permite a los dioceaaaps.psdreatt 
jos curatos de aseeoso 7 t^rmino .que oo eatuTieaen serridospor.ex*r«e 
gularea peosionUtaa, como tambieo ^ue ae admitan A <>rdenea,' i tflniod^ 
porato 6 de cit^dra 6 de regeacia de ciitedra coo sueldo, i loa jdreaai 
5iae httbiesea concluido^u carrei^ en algiln aemiiiario eonciliar 6 hUm- 
fea. clerical, 6 en alguoa uniyerndad del reuio. Un> largo pretaM^ 
fu^mp^fia este decreto,^el que el Sr.rministrode Gcacla jJvsticues* 
pone cuanto ae ha hechp ^n Eavor de la religion deade que baW H 
epnpuiia el gubei^nalle delEstadoiperonoaotros quiai^amoa ffoie m hti* 
ciera maa todavla, quisi^amoa que ae reanudaraa las relacionea con d 
gefie del criatianismo> quisi^rainofl que ae dejiaae libertftid k loaobispoapt«» 
^admitir. d brdenea A loa postulantea i quien^ aoompafien los requiaitoraa • 
oaaariost j quisidramos finalmente ae mandase suspender la rente de loa 
bienes de la Igleaia, objeto de los maa oonatentes j ardientea ^^otaa. 4^ 
la Tiata tenemos algunas espoaiciones que de diferenles puntoa ban aUlA 
fsleradaa i S. M. pidieudo ^la suspension de la tento de los bienes iri- 
clero: entre ellas brilla la de Barcelona escrita por el apreciable D. Joai , 
qoin Roca j Cornet, cujo estilp bace Tibrar las mas delicadas fibraa 
^el coraaon, oomo ba dicho muy bien un compatricio sayo. MallorcK a^ 
ha laazado tambieii a peticionaria, y en el momento en que estos reil^ 
gioaes escribimos, cireula una esposicion en la que se pide la siispensiof 
de la rente de los bienes eclesidsticosy la abolicioo dela^odiada eontri^ 
bncion Uamada de culto jdeso* Quiera la auguate soberana satisfacer Un 
deseos legitimos de sua siibditos, derolriendo el brillo i la religion j U 
paa i las atribuladas concienciaa! Si los reyes constituciouales gobterhan 
por la rolunted de los pueblos, £porqu^ hande ensordecer i los ruegsi. 
goe aquelloa les enrian?=J. V. t P. * ' 

* A continuacioniasertamosla esposickm citedade nuestros oonciudada* ' 
m^ segun se publicd en el Diario Constitucional, y que no d«damos%er 
pronto Cttblerte de un niimero respetable de firmas, pu'es sus damores sorfi 
los de la opitlton general , ain distinckon ap^nas de clases hi partidoi^ 
SsbIoha: 
Dias de luto y bor&ndad ban pesado aobre la nacion que U 
Providencia os ba confiado, que no puedeo recordarse sin que toi 
ojos se anublen con el Uanto y el dolor oprima como pesada losa 4 
corazon* Cuando ros todavla os meciais en loa inocentes juegos dn 
la ittfancia , y en el blando regazo de ruestra cariuosa madre , no sa* 
Isaia que todo.un- pueblo' OS aclamaba reina; la rctolttctojn.agitebii 
ToMO It 8. 



1J8 

tu adtioirclia ' sobire Tlxefttros vftstos dominios, y leirantaba el hacha j^a- 

Ta 4lerribar primero el altar, j hacer astillas despues Tuestro trorio. 

Pero d pueblo, que ahora treinta y seis afios se letantd como un 

•aolo aoldado para vengar A ruestro angusto padre ^ trasladado p^rft* 

damehte desde el alcdzar de Madrid A laa cdrcelev de Valencey, s^ 

mit6 dtra yez para asegurar la r^gia diadema , que yacHaba ya en Yue9^ 

dras tiemaa aieues. Todoa los hombve^ que profesamo^ una opiaton 

poUHca de boiena fe , apuntamos^ el hombra al edrficto de la religion 

*y de' la mooarquia ciiaodo iba^ A desplomarsc ^ y al levantaros sobre el 

paves para Tictorearde veuia, os victoreamos reina cat6iica. Sto em- 

3>argo las esperauias eo que entdaces nas lisenge^anios , oo ban que- 

dado , Sesora , del todo satisfechas. No bosta baber seftalado ruestro 

a4Tenimienta al trono eon levantar el destierro i virtuosos prelados y 

jdejarles otra ve» regir la grey que el Esplritu Santo les encomendcS 

no b^sla b^Jlier abierto las <:drcele8 d tantos sacerdotes benem^rrtos que 

'4^iidier6n sua manos & las cadeoas) ^ntes que vender sus concienciasi 

'ni taitipoco dejar en.pt^ los poeos edifictbs religiosos que la revolncion 

no ba tenido tieinpo. de devorar ; lo que apremia es ascgurar de uii 

modb iodependiente y decoroso la subsistencia del clero. Harto robus- 

ias eran las conviccfeones religiosas en Espafia para que la revolucion 

se sintiese con faerza bastante para atacarlas dfe frente; por esto se 

.piresent6 con el eebo. de los bienes del clero , y bombres que babiaa 

nacido en una oscuea mediania se lanzaron sobre ellos , como si te- 

jan un botHi cogido en el cauipo de batalla. Colosales fortunas se ban 

.improviaado , que ni representan los sudores de quienes las poseen ut 

la legitima adqnisicion de sus padres. Agriameote se lift declamadoi 

^ntra el estancamiento . de los bienes del clefiO^ slquiera de este e9* 

tancamieuto se aprovecbaban el Iiudrfana> la viudsv, ei desvalido , qtie 

componen la parte mas numerosa de la triste humauidad. 

Cuaudo nos acevcamos i las gradas del trono para pedir A V« M. 
-que maude suspender la venta de los bteues M eiero secular , uo^ vei 
jiimos a pedir* ni pedixlo pudierao los que. snscriben* atendida la apa* 
xibilidad de su cardcter, imevas reaccioues que dejan en pos de si 
regueros de sangre: sdlvese lo prescntCt y si posiblc es, previa la 
beudicion paternal del ge£e del cristibnismo , ddiese un vele sobre lo 
jpasado. Pero dntes es necesiriO) Seiiora, suspender la venta de lo^ 
- bienes eclesiisticos 9 reemplazar la gravosa. cantribucton llamada de 
ciulto y clero por la que se vot6 en las C6rtes del afia cuarenta des- 
pises de brillantes y empefiadas discusiones, y que gcavalw sobre un 
-^ coatro por ciento.dc Jo^ frulos de la industria agricola: csta conivibn* 



t9 

€tOD la pagaban Ips'contribnjentes'mas acomodados^de 4o8 pueblos, 7 
gilardaba proporcion cod los fruto8 que babian percibtdo; j de creer 
es que siempre bubiera sido satufecb^* con gusto , 7 el brillo de la re- 
ligion de nuestros padres no. bubiera sufrido eclipse alguno. Al con*» 
trario 9 la que ba reemplazado d la contribucion del cuatro por ciento 
ha" sido recibida en lodes loapudilos €oA am^gas qdejasy 7 'desde que 
ella se recauda, se ba ido aumjentando el rioo tesoro de odios que uAa 
parte del pueblo abriga contra el virtuoso clero ; las clasear proletariasf 
A Jasque por manos de la caridad siempre Uegaba algun alivio en los 
tiempos en que se' sati$fa<cia la prestacion decimal, se yen cuotadas em 
eantidades que con mucba dificultad 7 penuria podrAn satisfaoer. Ao« 
les se tributaba el culto A la divinidad de un tnodo digno de una na- 
.cion eoiinentemeiite cat($lica> 7 abora ba estado Apunto de cefrrarse por 
^ta de recnrsos la metropolitana de Tarragona; 4ntes el clero ensan^ 
ii independencia podia del todo consagrarse i. las funciones de sa sagra- 
do ministerio9 7 abora vestido delos baraposdela mendigues est^^sueU 
do de los aTuntamientos ; diites solo costeaban el mantenimiento de la 
religion los ricos, 7 abora esta carga tambien abruma A los pobres. 

Los que tienen et alto bonor de xepresentar ^'V. M., prdpietarios 
losmas defincas territoriales , quienes si consultasen su propio interes 
debieran agradecer la abolicion del cuatso por ciento , tuegan encare^ 
^cidamente & V. M. escHche ben^vola tanlas Tooe»t que en armonioso 
eoncierto se leyautan pa^ pedirle mandet suspender la venta de los 
bienes del clero 9 7 que le scan, deruelto^; como tambien la exaccioi^ 
de una contribucion odiada , que malameute puede reemplazar d la que 
lleraba impreso sobre sf iel sello d$ la religion 7 de los siglbs. Mallor* 
ca 9 la primera de las Baleares , esa rlca perla engastada en la corona 
que tan dignamente oefifs , no podia callar cuando 7a ban, bablado la 
industriosa Barcelona 7 algunos oUros pueblos del aiitiguo priacipado; 
El traer con respeto los rotos al pi^ del trono, he aqui el deber de 
los pueblos : el e^qnckarlos 7 apticar una mano carifiosa A las 11a gas 
que aquejan el cuerpo social, he aqui el deber de Ics pdncipes; 7 
estc deber, Seiiora, vos lo babeis comprendido altamehte. Abora que 
OS sentais bajo el regio doscl , al lado de tueslra mndre tan probada 
en la dura escuela del infortunio, devolved; Sefibra, la indepdndencia 
i. la i^ligion cat^ltco-roinana , por cuyo eaplcndor tanto se de^olaron 
los Felipes 7 Cilirtos vnestros augustos progenitores ; 7 . scd para nos- 
btros, que hemos teuido la I'ortuna de ser regtdos por vueslro suave 
cetro, lo qua es el iris despues de la termenta, nuncio. de pax j de 
Ventura. » il>eiiora. - A. L. R. P. de Y* M.«a« (Si^uen las firmasj. 



CR0MC4 POLITICil. 

JUUO. 



Msd. 68 b serie lamentaUe de cambios j tratstomos que hemM snfiri* 
ido , y tal la Ticisitud continaa A qae eatamos al pareeer coodenadoi^ 
qoe embotada la seiisi]nlidad> al paao que agUxadalacuriosidadestraor*' 
idinarianieDte, no pareoB stno que asistimos coma dim espectdculo £lm 
ireYoiuciones de nueatra pakria, y que en polftica lo mifitno que en li^ 
teratuFa) en los sucesos cbutempordneos lo ittiamo que en los paiioa d* 
4ar imaginacioDf bu^amos senaaciooes Tiolenlas quenos coonittevasi 4 
nos entretengan por lo m^nos. Una crJsis miniftterial) una duolucHMi 
^ Ok^fcea, una giierra estrangera pr6xiiiia 4 dccla^arse , tetttati^aB de 
metin j de insurreccion en diatintos puntos, una coB9piracion espantor 
•a desctibierta eti la nusma capital, todo «sto en un mes hubiera pav0L 
^idoi imeatroa padres un desecbo torbellino de noTedades^ y derfa aiM 
para nuestros VeciDOfl, sujetos A la influencia denucstro misroo r^lEgimeii* 
abundante coseclia de sucesoa ; y todo esto para nosotros ea pAlido 4 
tflantmado, comparendolo con los meses trascurridos; yrecibido el co« 
rrao, esdamamos encogf^ndonos de hontbros: nada qne vaiga In pendi 
6lii embargo no hay que fasttdiarse; este es el tiempo de la sicmbrai 
iuego Tendril el de la siega: estamos en los momentos en que se urd* 
y complica la trama...dramiitica; pronto nos sorprendera fal we?, el ri- 
pido deseiilace. Y ctrenta que lo decimos con dolor amargo de liuestrb 
coraton: jfelicea las naciones ouya historia cabe en una boja de papclf 
fielices los Qieses en que podamos pasar sin cri5ttica politicaf 

Las esperanasas que se habian colocado en el ministerio prestdi^ 
por el Teilcedor de Torrejon de Ardez al princrpio de su rnstaKicioo, 
fueron conceulnliidose poco A poeo en fii» selo miembro^ en el Sr inar- 
4ines de Viluma , cuya elevada inleltgencia y firmcza de cardct<*r erai 
liien conocidas. Sea por mas iudepeDdeucia deposicion> sea por mas ]^ro* 
iundidad de* miras. reconocid el noble esladista que las dolencias de Espy, 
iia Bocesitaban unremedlo radieaUy que era precisosal'ir de esa lef^nlidad 
hip^crita ymeutlda^ apta solo para prolongar el noaU inbdbil para pnH> 
duGir el bien. Igndranse d punto 6 jo cuales erau las medidas que pro^ 
ponia el Sr. ministro de Estado; paro atendidos los rumores de renerhf^ 
que prfgonaban los peri6dicoV progresistas^ elempefio raismo de los d6 
la» situacion en Vindicarte de eios proyecti^s reaccionarids cofno dc nnt 
^mtr.fn' tttiumt^ioi- la s^ttsfacoksii malemboxada^qvemamfestaron^siitea^ 



bftrgo por U itniiiim-deltaHrqnfof la fitsiUt^on^ de lo4 iit|;acios por> 
espacio de dos meses, el viaje de los cuatro ministros residentes en Mtw 
dridi Itfl frecuentes deliberaciooeB prolongadas hasta las altas horas de 
la ttoclie^ la imposibilidad de conciliacion eB tau orittcas cirounstanciaSv^ 
todo esto persuade qm^ la disidencia del marques de Viluma respecia 
de SOS coiegas yersaba sobre puirtos eseneiaks, j que ta ouureha pra^*' 
dente y firme hubiera side m»» confarme d las necendad^ de la (ipo*^ 
ca 7 A los Totos de la Terdad«ni oacion. La carlera de £ttad# pani; 
la caal se desipiafha primero al general Marraet trocando p6r dla lai« 
de Gaerrai-y mas taxde $X marques de Miraflores, estt raoante todatfa;; 
J este Tacfo s6 ileaari probablemieuta, ^tas de que se lleae el que La 
p^rdtda de una ocalmi taa oportuiia para salramos ha |!rpducido aA> 
■ttestratf esperaosas. '*• 

' Begresados apdoasi Bfadridloa cuatro miiiistros, despnif deseb mo*' 
ses J medio de sn^nsion> sepublio^el .10 de juiio el decreto d^ diseluoibn^ 
de C6rtes, conyocandor otras nuetras para el 10 de octubrey f anunciaa*' 
do al mismo tiempb la refwrmm y mejara de la ComtiiuchH en aque^ 
lias, partes^ que ni endu^ en consonant a ton la verdadera Indole det 
gahierna repreeenlaiwor^ ni se acomodan d las variadas eidgenciiis d^ 
atta close de gobiirms. Muebo dudamoi ampero, bsI de' la iatdUCKwdo^ 
las gobemaotes, cooao del 6ilto de las elecciones, para que hi reformat 
se efectne bajo uu plan bastante Tasto j oon mano tan -firoie que cOT'-' 
le de raia el mal, y se logre el objeto de la reforma, esdeoir, el a6an«' 
aamienlo del drdea pttblloocmucho dudamos ae la mejore b^ista el pun*- 
tode.que oese en adeknte la necesidad de infirin(^la A cada peso* 
f Segundo Tiaje A Baro^bna emprendieron los ministros de Hafiiead»' 
y de Gracia j iusticiavpara felicitar stmplemeate en sus dtas k- la Rei« 
■a auidret segunlos periddicos del goUemo, para dar'algun godpe de 
eslado,. segun los opostcionistas: nosotros no creemos al ministerto tiui 
dfaafayado para lo pramero, ni. tan audaa j decidido para Ip sbgundcK^ 
El 28 6 29 debian estar de regreso en Madrid, f para el IS da agqs«* 
i^ ae anuncia la saiida de SS. MM. de Bareetona. 
•r La ley de imprenU se ha estienado per fin y per >cierfo en nil* 
peikb^co absolutista, tintce que se proclamaba tali y que ha (enidp quer! 
eesar por el ctSmido de denuncias que sdbre A Ikrria. No nos entro- 
aNiter^mos nosotroa e» yentilar la justicia del fidlo del jurad^ ^ne. ha ' 
c qad c a a do al editor A una multa de S5.t reales \ solo bsrimtib nol^r - 
lar e o ia o i d encia de que, eiistiendo el JSspoeiador j el Clamor FMUcOi'^ 
at baya ttcogido por primera vietima.U Honor fiia^ k i|ie»'obe per 
V^ jeyolMrionarioa. fiisUados en ikticanle , eonri^ la sangr^. de 800 fro*^ 



00908 en el Mae»trasgo. No tiUarin loa progmiitas ^ i<to golieraantHK 
4e parciates con estos liltimoa. 

• Eotretanto la revohicion yoalta en sf del eapanto que le camd et- 
«acanniento de Alicante, asoma la cabesa eo variaa chidades de pro*^ 
vincia oon demostracionea* poco importantes en'sf, pero may aigitifica^ 
ttras. Gu Morcia y en Iddlaga hobo una farsa de motia v en Granadai 
an inaolM A la.tropa, en Cidix ae intents aeduciiia, en Reus se dieroit> 
gritos 'aubTersivos, en Gaiicia siguen laa conspiracicMDes. y hia emisariosi; > 
Almetia tuTo.que declararae en estado de sitio^y lo «aiaaio Zatagoka! 
para que la joaticia tuytese an acciou eapedita sobre loa asesinoa de Ea->i 
l^ler. Dias hacia que en Madrid ae tban apreadieiido ^vuioa depdaitoa* 
de. armaa, y ae.hallaban pieaos .algunoa sargentoB dKlregiinieoto ds 
aan Fernando y y redobiaba aua precauciones la autoridad military cuatt«i. 
do el 86 de julio ae descubrid una conspiracion horrible ^ cuy^ prinmr 
^tallido debia anunoiarse con el incendio de 16a ciiartelea, eon el*, 
aaeaiuato de loa ofiqialea y gefea A hjor de laieonlnsioBi y eon un sa«* 
qneo general. Su objeto, aegnn afirman loa peri6dk»8 del gobienio»» 
no aabemos con ^6 grade de certidumbre , era conatituir te Enpafia*. 
an repiibiica; sua ramificacioaea se eatendian por laa provinciast espe-*. 
qialmente en Zaragoza y en Figueras, donde ae hai deacubiettoveBv 
<^to otro club de conspiradorea en numeto de 4^9 jamancioa- la ina-i 
yor parte, cuyo.plan era sorprender aquel ineapujgnable castUlo. Ikm 
hiios de esta TaaU^ima trama esUn en'manos de laa autoridadest y dei 
ana resultas se ban verificado mnchas prisiones y se aguardan nnuoba^ 
mas 9 y ae esperan importantes reYelaciones^ hni ea como i^ 'detptjda^ 
d^$e la $ituaci0ny jr conBoliddndose el drdeni pdUico aegun. dipi«> loa 
peri6dicoadel gobierno: y^qnidn sabe si esa mina que^noa felidlamoa4o 
haber descubierto* tiene algnnaxamificaciondeaconocidaque estalle * -Uu 
mejoFty si en.tantoqaemedimQS) entce espantadosy satiaGichosvlaprft-^ 
fiindidad del abismo que hemoa trritadoi otro maa pco&uMlo ae ahrscA^ 
bajo nuestras.plantas? •.>.,;.. 

La guerra con Marnieooa paraoe ifimiiiente: el hirbiio\ae niega' ^ 
iiu; ^Us&ccioo ^ loa uUrajea acnmnladoa oonlsa. b .iuieion jes^tafiolaf 
y no tein^ llamar en contra auya la Eur^P* Qnl^^« Gmpo e8c u ad « aa( 
aur<?*JBi las agaas.yecioaa.al ettrecbo de Gibmlttar, la in^gleaa', la.firatt^ 
G^aai la ^pafioU/ U bptandesa y la dinamavqncfia;: los cdnaalea^dnt 
tqdas laa paciones hai| ahandooado A Tinggr. fin Ceut^ ae vaai mh«" 
nir humeFQ^as fiiesaaa eapalioUa por ai Uega 4 yopperse la gae)rra«i 
Yeamos al fin nn dia de gloria para nueatra pakria entre tautos.^de^ 
abat^oiieato, y yaeltaa contra eatrangwo. y bbbaro^enamiga kta.arma^' 



(y«i foe ba^aqoi aob hespoiOs taa eHC«ni{sad«me&te degoUado! 

Como cronistas creemos todavia prematuro kablar de eleocioaet* 
Los diarios consenradores de la Corte empioEaa ya i qaejune de la 
apatia de los de su partido^ y 4 reoordarka las terribks leccmnes 4e 
lo pasado. Y.bien ^4^ di^nde procede esta apatia? no aaben que enr 
su cort^ &lange doctrioaria , esta apatia sigiiifioa impoiencia t j ^pie al 
^ntrario entendieiido por Hioderado el gran partido. amante diel ^rdo^ 
y de la josticia que en ocasioaeg criticas lea ka dado la Tictoiia en Ua, 
votaciones, la apatia jsignifica disgustol A hien que si oimoa ^ alguiioa^ 
que moderados se titulan^ el gohierao peca todayia ^airevi^jy miM- 
medidas de reaccionaricu\ y A caeiir lo atribuir^ i la desercion da^ 
muchos liberale$ de buena/e y A josto enojo de Ids progre^taa. Haf 
gentes que morirdn ahogadaa por la cevolucion , y le pedirto perdoM 
todavia par haberla agraviadoi J. M. Q. r 

BIBLIOGRAFIA CATOLIGA 

RBVISTA CrItICA M TOOA MJBRTB Dfi OiRA8. (l)r 

MJBL pimna fa'a Uegado A conslitiur ao solo el- poder principal^ sino el 
aUmeiitOf digiimoale aai, d6 tiuestro stglb: evfgeii y remedio al par de' 
siis doleuctas, partictpa de esa tnescla de bioi j de mal, de Terdad y 
de error, deciehcla y de ssperficialidad, que caracteriza ea todas sua' 
6ses la i^pooa en que ▼iyimos. i QaiSn enmedio de^ eae caos de pnbti- 
^{xone% sabrd aeparar los elementos mortt fe roa de los Titales?- qnWii' 
posec^ una erudkioii biastaiite v^aata para dediadar lo iMl de-4o per^-- 
ttueioao, 6 tlttstrar A los Itambiea de boeaa VokuHfid ^qtie ya para s^ ya' 
para aquellos que por codiqaier 'tihilo lea estia- emiomendados^ buMsw' 
aaaas y provecbosas lectoiraa? LasiastitdcioAer poUticas qae rtgea ea^ grair 
parte de los t>a<$es europeoa dood^^maa Bii maTimiento .est^ la inleli> 
geacia> haa becho imposible Uoeaattfa; ademas ia.ceasara iiapide, vpe««^ 
vo no Gorrige, ai^rine pero ao ibistttt; «a imTOOrdon aaiatenoqaepblt 
9ias d.Dci^aos tiempQipuede aemr de d^llle:^?BBal)0|ae asak 6<m^9M 
ficilmente puede eludirses par^ >o uu reiAe^o ^^ «iir^ja dcteifiMk 
^na yet internada ya oa. U a9cied^d« Ya.que/tio 6ea posibte pues'.es- 
tirpar el vencaof es preciso> basijarte O0ntrayeaeaofl) es preoise ooimbatir laji 
aocioR delet^rea de Ws queaspiraa 4 pervprtit el coraaon 6. U iiiteligieaci«u: 
am la projpagacioa aiidua de bueaos libro^ emia:^ crfatiapaque ba .lle«». 

Kris, l3 OO Im 4mIM JHUll**. -..'/<• :. I t ». X* t >,. 



gado iter en nnestrot tiempbs nut aM^tdad lociaU como lo pnn&s Ul 
vkvititad de tMociactones esUhlecidas en Fraucia, en D^lgica y en otrospun^ 
toe OOD este linico objeto. Y entre los baenos libros^ ninguno mejor que el 
^eatento^Uspnblicaeiones que ran naciendo, las examine bajo el as* 
pecto moral j religioso, j las designe al aprecio 6 d la animadyersioa' 
At los fieles, mostrindoles lo9 pastos que deben bnir y los que deben 
Ifuscar. Tal es la BMiografla Catolka por el abate Des Billiers. obra qiie 
don uniTersal aplaoso ha cumplido el tercer afio de su publicacion, j 
dierecido los mas lisongeros elogios de los araobispos de Paris, Cambray 
f Burdeosj de una multitud de obispos franceses; obra, que desde la^' 
^ ^e se nos ha hecho conocer , hemos accedido con el major gus'** 
Id k ananciar y A recomendar como tan andloga i nuestro objeto.' 

'- «Separar la.cisafia de la Imena semilla, combatir en defensa de la^ 
moral y de las sanas doctrinas diariamente atacadas^ Uamar la rigilan-* 
cia de los crejentes Acia los lazos. que bajo lisonjeros titulos y apa- 
riencias mentirosai les tienden el error 6 la especulacton, indicar & los 
lectores cristianos y especialmente A los padres y maestros las obras 
buenaa y litites 6 almenos inofensivas: '' tai 6s el objeto primordial de 
csta obra, y su principal elogio es haberlo cumplido. 

* Mas para ejercer con dignidad j prestigio esta especie de elevada. 
Wiagistraturai ademas de una piedad tan ilustrada como celosa, se ne* 
oesitan otras condiciones iuteiectuales; profundo caudal de conocimien* 
los da toda especiei altura ^ miras, rapides 6 imparciaiidad en los jui- 
ciosi buen gusto, elegaooia: y estas condiciones las retine esta obra 
que aatis&oe baqo el aspecto literario no m^oos-qne bajo el moral y> 
f»(i§io^. Artf^ulos hay alU qns paede« setrir de modelo de crittca; 
4|)rrada cuaiido lori^qidere la produocbn que se examina ; y su con-: 
JMito se recopsiettda pot* la amsnidad que resulta de la alternada i«- 
safe de ebras de religion; y debistoria, de filoaofia y deamena Utera-^ 
tnhu AlU se baeto fostieia A toda esa bambolla de anuncios , proapecr 
iasy xedanios.periMllrticos preeorsoies indispeosables de todo libro; 
stU Mr obtiaeen sal^ oonduoto ni el genio por elerado y benem^feo 
fM Mi^ fUmt aifo sepermiie ebooareee la religion 6 moralidad, ni la 
l ^a d i d miima ai ya d/estitaida del criteria y de lapmdencia necesaria* 

- La 9\bU6frmfia Cat&itea es mas que «e Kbto , es una poKcfa biea 
4r|[atttaada aunque p(ftlte»i por 1» east as e^ide i toda obfa su pa* 
titele de maU) sospdchosa, imUfeietite '6 buena; es una censnra razoua*^ 
dii y taMo mas efieaz euant^ iH^ dit4ge A la convicoioo , respetando la' 
BlKMldi ei jdi i^^io <pi^.lo^ iigipcios prommaaban sobre sua dij5iuit<)a 
apHeado * los- iilMros nacieatas^MeQ. 



6S 

&4 &iM<eii<D9 7 3:l e&Qi^D* 



ARTIGULO SSeUNDO. 



E. 



^1 estadto del car^ter de este siglo podri servirnos de mu* 

dio para penetrar el eatado de sus relaciones coa ia religion^ 

y los medios de acercarle & ella ; asi como el oonocimiento d« 

la compIexioD de un iodividuo indica muchas veces la oatura- 

leza y los remedios de Saenferraedad. Siendo pues, como cree*- 

IB08 haber manifestado^ Su caracter la indolenoia, y su eDfer^ 

medad la postracioo y el adormecimiento, deben ser apropiai- 

dos a semejante estado loa remedios que se le adniinistreo , paea 

de no cooucerlo i fondo pudiera aeguirse que estos fuerau iniU 

tiles, cuando do perjudiciales. No se trata ya de cortar coo 

mediciAas fuerles los prqgresos del mal, no'^ el mal anda ser* 

peando y estendi^odose por todo el cuerpo , es imposiUe aplU 

car el diustico en un punto que no sea una lliiga : lo que ania 

todo importa es el balsamo para cerrarla^ Cuando el enfermo 

ae balla de tal suerte postrado , es muy peUgroso aeabar con ^el 

en vez de aeabar con el mal, y es preciaoandar con macho 

iiento para cortar el dincer sin tocar al corason : entonces con* 

:i^ieiie robastecer al doliente, vigorizarlo, sacarle del letargO| 

annque sea para recaer en el delirio , darle la vida suficiente 

para que pueda al m^nos trager la saludable bebida y resisiir 

il los efectos de su. crisiSi ^ De qo^ sirve que se encuentre este 

siglo atrincherado , 6 por mejor dectr , sumido en su indifereo* 

cia , Dkirando con igual desprecio A los creyentes y 4 los ioci^* 

^qIos que combaten acerca de Dies y del ponreoir , como coia 

ToMo 11. 9 



86 
de pbca monta , repitiendo en inconexas frases como bajo la 
iofluencia de una pesadilla , ora lo que en uno , ora lo que ea 
otro carnpo se proclamu , y hacieudo una sacrilega mescolanza 
de la aotigua fe de sus padres con la incredulidad innovadora 
en medio de la cual le sorprendio aquel ietargo? No , lo pri- 
mero es arrancarle de so indiferencia , provocarle i un serio 
exdmen cu^o resultado nadie puede teiner menos que el que 
estd convencido de la divioidad de au causa, demostrarle, an- 
te^ de la necesidad de creer 6 de no creer^ la iinporlancia de 
esia alkernaliVa^ re^tiluirle las fuerais, aunque luegb ae apro- 
Teebt? de ellas para oombaiir^ y la palabra auoque sea para 
pegar; pues con un enemigo que asi rehuye y desdena el com« 
bale, y que se hace sordo por sislema para no ser asi conven* 
ddo , es un trtunfo el obligarie i entrar en liza y a preslar 
aiendon. £1 dia en que el siglo aoepte la discusion j reconoz* 
ca la necesidad de creer algo^ serd el primero de su conver* 
aion y de su creencia , y nos atrevemos d pitMiosticar que este 
dta no esta muy lejos. Buscar sinceramente la verdad es lo 
mismo que encontrarla. ^ 

^Es este lodavia el siglo de la inipiedad , 6 el de una salu* 
• dable reaccioo religtosa? Huye pctulanle de la religion coaio 
el bijo escapado de casa de su padre , 6 vuelve d sus braeos 
como el prodigo arrepentido? Ni una cosa ni otra en nuefitro 
:Concepto^ estd inmobil, abalido, bambiitnto, desen^anadoy 
<pero no crejente todavia ; no ba dicbo auo : ire d mi padre. 
La tmpiedad ha perdido del lodo su prosttlitismo, y solo tardo 
en desacredilarse y dcsvanecerse probablemente para etecnpt'e^ 
lo que iardd eo.tomar existencia y format aus aoiiguos parti-: 
'darios y a61iados la abaddouan, cuales para pasar al cainpauenta 
urnda dia crccienie de. la religion , cuales para inerodear por 
iu cuaiita indiferentes i .toda luelia , y para dormtr en brazoa 
'del eseepticismo ; alguno&.euconados patriarcasjf veleranos po* 
tdrin todayia permanecer fieles a las bauderas de U deidad ca* 



67 

duca f iq^nos per oOnviocioo que por oi^Ilo 6 por estrechez de 

ideas ; pero lo cierio es que no se eogaiichan ya nuevos reclutas, 

y que 8u causa va i perecer de inaoicioo. Demonos el parabieo 

de estOy pero no mas de lo juslo; muchos corazones ha gaoa* 

do Dios , pero i cu^otos ban pasado del fuego del encono al 

hielo de la iudiferenoia , del odio i las cosas sautas al desdea 

^ia ellas, de la negacion d uua duda mas irraciooal si cabe 

todavia? Cudotos envez de volver i la altura de que habtan 

desceodido » se qnedarpo en diversos punios i la initad del cm^ 

mipo> cerniendose, por decirlo asi, y fluctuando eotre Dios y 

la materia ? Sio embargo se siente por todas partes una inquie- 

Uid.y UD. yacio que.se desconocen eo medio del materialismo^ 

y este vajcio eati eo el corazon , esta en tantas esperaozis en* 

ga jiadaa ^ en tantos deaeos .frustrados y sin objeto , en taota 

cpsecha de males presentes, eo tal ruina de graodes sentsmiea'* 

tos y de nobles facultades. Se siente el vacio^ se sieoie )a exis« 

tencia del espiritu , de una qosa que no basta a satisfaeer. la 

materia y el polvo terreno; pero no se siente aun i Dios^ al 

unico que pudicra calm^rlo. 

LaslimosQ es por cierto ver la coodicion de.la mayor partd 
de los hombres, Quya vida e inteligeocia! apenas basta para au 
existendd material , al paso que la moral queda tristemente 
desiatendida i y .mas lastimosa es. todavia la sed de bieoes y 
gocesi la ambicion impaciente y universal que en este siglo 
aias que en ningun otro se ba desplegado. icPlacetes de orgoUo 
y de seosualidad , dice on ebcuente escritor > sed de bieoestar 
material y de vanidad intelectual, goces de actividad y de 
pereza, de movimieoto y de ociosidad, todo parece A todos 
posible, eovidiable y asequible, sin decir por esto que sea una 
pasion violenta , ni que ei hombre est^ dispuesto i .tousarae 
mucho trabajo por satisfacer sus deaeos : quiere debilmentey 
pero deaea inmensamente. La enormidad de sua deaeos le causa 
un malesUr t^ ; que todo lo que ha ganado es.para el G»mo 



iit>a g6U Ae agtta <|ue ae i^Irida cnando §s ti« bebido ^ y <}oe 
irriU la aeci l^jos de ipagarla. Jamas ba visto el mundo tal 
OOoQiclo de pretensioneii , caprichosy exigedcias ; jamas ha oido. 
iai ruido de vooes que suenan juntas para nsekiitiiir^ t^ual si lea 
tooase de derecbo, todolo que ksiaiia 6 les agradd/' 

Anliguameote cuando los saoerdotes eran taiubieu los po{i*> 
licos de las naciones, coiiodo la ley bumana y temporal recibia 
•u Gocdpleineoto y esplioacion de la ley divioa y eterna , de» 
eiao que los dichosos debian ser justoB> bondadosos y carita** 
iivos, y los desgraciados prudeutes^ moderados en sus deseos, 
aomisos y resignadoa. Esplicaban el deslino bumano , lo que 
tieoe de Iriste y de sublime , las compeusaciooes qiie hay eft 
todos los esiado^y y los gooes que a todos oomprenden : curar 
ban las ilagas del borabre que el hombre puede curar; para 
las que no tienen cura en la iierra , ensefiaban & pedir A Dios 
d remedio. Tal era el lenguage de la religion : tales las pala* 
bras que dtrigia i los grandes y d los pequefios , it los pobres 
y i \oi ric06 , eo sus oatecismos para ninos , en sus serniones 
para bombres , desde lo alto del pulpilo , en el fondo del san« 
Inario > junto al leoho del moribundo , en una palabra A todos, 
en todas partes y por todos los medios; porque enionces era 
la religion unica poseedora de la accioo popular y de todos 
los medios de publiddad. Lo que son eo el dia la tribuoa , la 
{irensa y todos estoscomplicadosvehiculosy podei^s^ que cons* 
tiluyenotras tantas nidquinas morales creadas poreslemecanico 
aiglo, lo eran inles las iglesias , los palpitos y las misiones y las. 
visitas pastorales. La religion habtaba sienipre & la mutlitud, 
imnca olvidaba al pueblo, y siempre estaba segura de Uegar 
basta ^1- Y no por esto se ocupaba menos de csda hombre et\ 
panicular segun mi clase y estado^para cada cual tenia con- 
ae^OA y consuetos pecuHarea , y nos ayudaba d Uevar la carga- 
que toclos Uevamos, y apiicaba remeiiios para los golpes y las. 
kvKdasqM recibiaoEios atguiendo ouestro tiia^iuo. 



Lm dodol^es y ' Iribubos populates pieiMaA M el di^ <|« 
•dktinto Qi^o ^ y Unhhn «1 pueblo er» otro lengtia|e. Viendtf 
Ja trbte coKidtcioii del hombre j su insaciable atnUcion , le Ae*^ 
toneMraa primero su^ DaTisems y femeotao sua deseos, y des^ 
pues le diceos ^oe la tierra tieoe to suficiente para contentarlos; 
que aioo mre ieliiyi su gusto, nodebe achacarlo ni a la na-^ 
lupaleza' de \^ eo^As m a su miama natoraleza > sino a los VfciM 
de la docicdad y i\h usurpacion de bus seme^antes. Todos de«^ 
hen ser feUces en este mikndo , lodos tiene » ignales derechos 6 
la fblicidad; el miiddo time diebas soScientes para todo3. 
T No e^ cierlo, do^ que la tierra encierre todo )o necesari6 
pacia satisfacer la ainbicioo y labrar la Cflicidad de todos sus 
habitaotesv JSo es cierto que tos aoontecimieutos desgraciados 
y lo$ Ticdoa de las inslttuciones sean las causas dominantes, las 
unicas, de la triste y pesada condicion de tantos mertales. 
Hajr fiD vicio eD nuestra tiaturaleaa , y on roal en nuestra con- 
dicion, cujra correccion es superior a todo bumano esFuenio: 
el desorden esta dentro de nosotros mismos. Esos padecimien- 
toa iaa desigaalmente repaMidos estriban en las lejes provi* 
deociales de nuestro desfcino, que indican a la ve% la superiorly 
dad y la pequenes, la grandeza y la miseria. Stendo s^res li* 
bres, podemos crear y creatnos el mal; siendo inroortales, no 
dcscubriuios sobre la tierra ni los secretos de nuestra soerte, 
Di los liiiiUes de nuostra ambicioo. Arr^glense , como mejor 
parezca , las iuslituciooes , dislribuyanse los goces con el arregto 
que se quiera ; nunca llenaran el abisuno la sabiduria ni la ri- 
que7» hiiniana. La libertad del bombre es mas fuerle que todos 
los vinculos y frenos sociales; el alma del hombre es mayor 
que todos los bienes del murxlo: siempre tendrd muchos mas 
descos de lo9 que la ciencia social puede arreglar 6 sadsfaceri 
y mas padecimierj(«>s de los que puede pre^entr 6 curar. 

;La religion , la reli<;ion ! ta) esel gritode la humanidad en 
todo ticmpo y ei> lodo lugar^ salvo algiiBOS diiTs de tevribb 



70 
crisis 6 de vergooz'osa docadencia. Lardtgion puede contener 
9 satisfacer la ambicioo humane ; ' la religion puede apaciguar 
noestros dolores fisicos y morales y 6 sostener nuestras fuerzaa 
Guando los padecemos > la religion sola puede enfrenar el mat 
uso de nuestra libertad j^ Uenar la inmepsidad de nuestra almai 
reprimir nuestras pasidnes j engrandecerlas, cerrarcon una 
mano el dique para que no desborden eti la sodedad i y eott 
la otra abrirles la puerta para lanzarse en lo inOnito. Y he aqui 
como la religion hablando solo i las almas , sana al roismo 
tiempo los cuerpos ; como unicamente con la revelacion de otra 
vida suavisa y consagra las calamidades de la presenle. Gu^r- 
dese la politica^por mas justa y fuerle que sea , de pretender 
lograr sin la religion una obra tan grandiosa. Mientras inas vi- 
vo y estenso sea el movimiento social , m^nos alcanzadl la po* 
litica d dirigir la sociedad trasloroada. Se necesita para ello ua 
poder major que los poderes de la tierra j y termino mas pro- 
longado que la duracion de la vida : se necesita an Dios y hi 
eteroidad. 

Tal vez parezca exagerado nuiestro lenguaje , tal vea se not 
acuse del prurito de espiritualtzarlo y cristiantsarlo todo , oon« 
fundiendo lo divino con lo humano ; y bien , no hemos bablado 
posolros ; ha hablado M. Guizot oxyo es el anterior pasaje. i Qoi 
podia mos decir nosotros de los bene6cios sbciales de la religion 
que no estuviera ya mejor y mil veces dicho? pero oir al fi* 
Josofo humanitario^ al gefe de los doctrinarios modernos pro- 
clainar la eficacia ben^fica de la religion , cuja accion tantas 
^eces ha embarazado en la praclica , y la esterilidad de la po* 
litica., k cujas Utopias ha consagrado su vida , para la mejora 
y coDsiielo de la humabidod , novedad nos ha parecido esta de 
algun bullo ^ iraporlancia , y tesiimbnio i todas luces irrecusa- 
ble. Pregnote ahora la politica , pregunte el roundo y el stglo 
Gon desden insullanle : ^ qide es lo que hade la religion ? como el 
que preguotara que es lo que hace Dios eu el uni verso, por* 



7i 
Sqiie m aingUD punto descubren \ps ojos su brazo. Juzgad de lo 
igqeJbaoe por loqiie es; quiza en ningDO liempb babia ejercido 
tao impprlantes y sublimes cargos: es el freno. invisible que 
deiiene la» olas amontonadas sobre el globoj es el equilibrio 
indeatn^itible que conserva las naciones i pesar de tantas terri* 
ble» s4ondidas> es el alma de la sociedad que resiste i todos 
los esfuerxos que bace esta tnisma para suicidarse, es por fin 
el sapboiento de todas las institupiones bumanas que Dios por 
ViDguli^r providencia permitio se desrooronaran para que se 
viera qpe eUa sola puede servir de ejeal uni verso. Y al lamenr 
tar los, majes, y la inquietud profunda deloislietnposen que vi* 
Timoa., DD:oIvidenios lo que hubiera sido, lo que seria aun da 
la ciiUa Europe sin la secreta vida que derraoM en ella la re* 
ligion ) y clemos gradas i Dios^ porque no quiso que pereci^ra* 
luos. Mi^ericordifB Domini fuia non sumus consumpti ! 

A «osta d^ rudaa cataatrofes j de oumerosos deseogaftoft, 
coando 190 .por el iostinio mismo de conservacion, ban recoiio* 
cido en eftcAolos gobiemos la insttficieocia de todas lasbuma*- 
nas leorias para satis&oer lot dcseoa y colmar la venlnra as! 
de las napionea como de los iodl^iduos^ y de la impotencia da 
la autoridad bumana para impedir que eslos deseos desborden 
fuera del circulo dela ley. Y no esesto tanto deestranar eolo^ 
gobiernos, pues que en ki naturaleza de los bombres del poder 
esla el buscar sancion, apoyo^ garantiasde seguridad; sino que los 
misraos Glosofos^ los mismos utopij^tas, caos bombres que embria* 
^doscoD su po€0 de ialento y de aura popular, aspiran i ser dio«- 
sescomo Lnabel^ y a recoD3lruir el nauodo para darle su nom- 
brei proclanjah ya en este siglola necesidad de la religion; reH- 
gion, ello si, algo vaga y confusa, pero no por esto es menos cierlo 
que debe ser mny indispensable y augnsta cosa, aquella cuyo 
nombre se einplea basta por las genies mas bosliles i ella^ y 
enlra en lodos los sisleinas como condicion de exislencia. Sio 
embargo, aceplando con placer cslos leslimonios para redargiiir 



J 



n 

con ello8 A $aa aotoresi no espottbte aceptarios en U rttCiidlsIlSh 
que ae les da, ni en el objeCo i que tieaden; no deben lomatM 
por sinceras y puraa adoraciones^ estos hipdcritas homenageal^ 
estas confesiones arrancadas en favor ie la religion; nt debecreer^ 
se arrodillado ante el altar el que solo yace poitrado y ^venci*- 
do, y aun ae esfuerza en aocavar por su base el pedestal aagra** 
do. ^Y en que consiste esta lucba, eata contradiccion de actoa 
y discursoa, esta altemativa que nos ecnpuja en distintas direct 
ctoneS) ora acia la fe y la regeneracion , ora icia la di^ucion 
y el ateismo ? Gonsiale en que el espiritu de esia generaek><i 
ea creyentCi 6 buaca 6 anhela alnpenos lB$creeDda8;'pei'or8U co^* 
razon es ateo, au oorazon profunda tn^te corrompidd reusa' to* 
da lejr positiira , y cierra su pa86 d la verdad dejandola alM 
para el en tend! mien tO} la loz empieza ya A despuntar enloaes^ 
piritusy pero fiilta el calor todaviia que reanime los coi^zone^. 
Asi es que ban caido para no ievantar^eem m»cbo ' treOipo las 
teorias incredulaa, pero no la pasioD de incredulidadrban cesa^ 
do las impugnacioDes, pero no loa sarcaadioa; las palabraa eran 
inles aleas, ahora lo son laa obras^' antes reinaba cpntra la reir- 
gion un odio de conviiccionas<pbr deiirlo asi ^y se aapiraba i 
deslruirla en teoria, abora reina uii odiQ de pasion i cuyo in* 
ieiUo basta paralizar su acoion en }a pr^tica. No se escribenya 
los (liscursos que antes contra la religion^ pero si novelas y poe- 
«]as para bostardear sus aentimientos. {Que de restricciones, qu^ 
^e e^fiici-zos, que de violentiis conlorsiones para doioioarj para 
dirigiF^egunel caprlchode laapasiones^ y sin que enibaracey con^ 
tradiga a niuguna de eUas» iesta Icy que se uos did porsu guia 
ydirpctora! Qiiede mitterubles intrrgasy cavilosidades para es- 
^diciria de toda accion social y poll tica,y conveitiren esclavae 
insfcrutnen^o la que debia ser alma delos gobiernos! Se dice que 
*«$. la colli nina, el ciniienlo do las socieclades , pero un cimiento 
iM*puUado dehajo dc la ticrra que no drbe aparecor en la su« 
.perficu'., uua coolumna lumovil e inerte cauio las.cariatidasqua 



jpoMienep uo fdifiok)/ qM ll^i^ toda «l pwc^ de 4i aobie >im 
<:iJ^^ J que ina$ bieti impiran id^3 de sufrimwttto jr «Ml4n 
Titad^que de poder y autoridad* Los fild3oros j iMppetafhan 
inveatado paa religion ecldc(ica,miawtCiridAd na'precep|09^i|tt 
Cttlto lio templos oi laltaresj bap ^h^hd dsl coravon do cudf 
cqal UB Sinai ea el cual ppoiXiuIgB 1^1 miwno su lajF.y M deoi^ 
logOi en una pftlabpa, ban, proclan^adQ H> d^smoy pfora. deicm^ 
reyesMdo de tan pompotaa y eatupendaa. fi>iniula0»:d(^ bi9 MOt 
liimntales plegariciSy de eita$ia tan etevadoaj que uo pocoa tiM 
creido devotes profesionesdefe loque emacMiiidlJQ8ddieri^i;> 
Iios poUeiooa por au parte ban usacb de la relij^OB c»s)0 de 
on pootal, la h^n^recomendada oomo amy util pera liis aobien 
dadea^ deavirtuando aa poder en el indi?id(io; no ban teitiido 
bacer publico alarde de deapreciarlai al pa$o que laabandooM 
cqoio uo JQguete 6 ««id ilusion i h» ^ixMS. piadoaaa que Ml 
puedieo .paaar ain ella, y la imponen al {Aiehlo como un deber^ 
cooio uha ley & que debe sujetarae en beneficio de sua gobei'i 
mn|aa» En una palabra^ estos ban inventadola religion freno^ 
stqaeWipA W rfUgion'Seniimiento. . • 

<A Ida ojoa de cualquiera que jteoga . altn^noa aaoikios de Id^ 
gica p0recer& una copsecuencia impreseiddible el deducir de le 
neceaidad de una coaa su verdad; pero no lo creen aai loa pro* 
functos pensadores que.proclaman la religion para el pueblo^ 
que confiesati su necesidad para la existencia de las sociedades 
preaoiodieodo completamente de su verdad^o mas bien ri^dosie 
iieseoodidas^ y ta) vez paladinauiente,deladocilidad del pueblo 
y de aus necias esperanzas d Cemores. Por de pronto, si clloa 
creen eslupidamenle que es un efecto de sua astutas combina* 
oionea lo que esti en la naturaleza misma de las cosas, que es 
bija desus cdlculos la religion hija de Dios, si creen engafiar cuaoi 
do son los engaftados, debieran decirselo en voz baja| debieran 
esconder la satisTaccion de su triunfo y el alarde de su incre?* 
dulfdad, para que el .pueblo oodesperlara de su engafto, y para 
TOMO u >iO. 



n 

^M no ge desq^iciiran las sociedades y ae apoderafra de ellaa 
ei v^igo, viendo que repoaabati sobre el vacio. Este engafiodd 
inantener adormecida en la ignoranda y eo la estupid^ i la 

' gran parte del geaero humanoy y su jeta & la obediencia j i las 
pri^okmea en nombre de una ficcion, aerfa mil vecea masp^r^ 
fido e inhoniano que el de loa infaDoes traficantea de earoe hvt^ 
tnaoa en arfaocar de su patria i los infelices africanoa; pero n^ 

' tardaria en redbif su castigo coando el pneblo ae esperezanide 
en letargo^ casrigo propordonado A lo dUatado de la opresion y 
di lo iotame del engafio; 

Y eato ea lo que cada dia vemoa aocediendo. a^Qu^ea Ibqoe 
ha introdueido la irreligtoo en hn ebosas y cdbanaa? pregunta 
ol elocuente antor del JSrisajro sobre ia indi/etenckiy el inalo- 
grado Lamennais. ^El raciocioio? no, sinoelejemplocontagtoaoy 
la vergiienza de pareoer credulo. Esta, junto con la licencia ile- 

^ costumbrea, es la vetidadera causa de los progresos de la incre* 
dulidad. Y cierto que la filosofia es demasiado con6ada si ha 
Hegado i prometerse s^riamente dividir el g^nero huinano ea 
dos clases^ de las cuales una creyese para seguridad de la ofim 
ain recibir mas premio que el despreciOi y la otra ae ptyera de 
lo que aquella respetaba per complecerhi. Tomatido cada uno 
por modelo la clase superior i i]^ coniinna, tratar^deensalzar^ 
ae y sobrepnjarse a ella no creyendo, y no dej ird de repelir oo» 
desdenoso tono que la religion esneoesaria al pueblo. Loa gwaf^* 
des la dejartfn con desprecio d los magistrados, los magistradoa. 
i U clase media, esta i los arteaanos, loa artcsanos a los simples 
menestrales o jornaleros, y eslo^ & los ultiinos roenriigos o porr 
dioseros cuyo menosprecio esporimentari tambien.'^ 

Si es impracticable y peligrosisima en el terrene^ cfe Km he* 
choa esta distincion de pueblo y de clase itusttada en materia . 
de creencias^ no es menos absurda en el osdeo. de las ideas la 
dislincion entre la verdaJ y la neoesidad de la veUg^en; y aun 
cuando no tuviera esta otro argumento*ep fiivor de su verdad 



7S 

que la neoesidad reconoctda de m eMtenoia, aeria mas qixemi'» 
Scieote ab oucstro conceplo. La mentira m una negacion, la 
iDentira e$ la nada^ la nada do ptiede ser ana cbodidoode axis** 
teAcia : ti la religion fiiera mentiraj no podria ser condtcioo de 
exiataocia de la sociedad. Macho noa engafiamosi o notiener^^ 
plica este aencillo j breva argumento. No^ no ha oolocado Dioa 
aobre el ?acio la base de los estados, ni la eziatencia del drden 
an an ei^afio oiep una iluaion: la yerdad nunca puede ser da* 
hosa^ ha dicho JuAn Jacobo Rousseaa, y por taoto no paeda 
aer la religion qna preocapacion 6 an enganb cujro descabri-^ 
tniento aeria la niina de las sooiedades* La mentira aunoa piie* 
de ser provechosa^ decimos ahora nosotro^ mas decimos, st 
crej^ramos que es ana supercberia la religion, por masqaesitt 
ella hobiera de vol verse todo c^os j anarquia, fu^ramos los pri* 
meros en levaotar la voz , en re velar A los pueblos el engafio> 
porqae entdnaes la aociedad no seria el estado normal del gene-* 
ro humaoo, seria an engaiio lambien , una usurpacion . de loa 
pocos J una esclavitud ;de loa muohos^ y todo el horror de 'la 
aoarquia, toda la violencia de enoarniaadas j perpetiiasluchas, 
BOS pareceria preferible i esla baja esploiacioo^ i esle engano 
dobroso detantos millones'da mortalesi i ^ 

Si, religion 6 ateismo, escoged; an eitepunto no cabe in- 
diferencia; sepamos i que atenernoa.- Sleai franca j nniverial la 
creencia; en ella no caben restricbiones ni eipeoulacion. ^Es una 
neceiidad la religion, decis^? fuera rub6i% pnes, y decid: e» una 
verdad. ^Es un senUmiento ? dedi tambiietnreS bna Iey,'una aw* 
toridad ..' .i 

EI sentimienlo pudiera definirsa el.'instinto del corazon. 
Caaodo el hombre se degrade por su culpa, y se desarrollaron 
en ^1 los germenes del mal intea encadenados y comprimidos, 
le dejd Oios una guia interna en su entendimienlo y olra en su 
corazon, la pnmera para que sirviera de piedra de toque a las 
autilteas del error y disipara laa tinieblas de la ignorancia^' la 



7t 

otc» pani<{iie dominart adeoMie y pora el bramido de iia pa^ 
fiboaa; laprimcra at llama razoo , la seganda sMlimi^itto. T 
cemo tengan eotte si enlace jrrelacion tao estreeba ksdbs fii« 
eblkadesi do la volaiitad y de la ioteHgendaj que aptfnas pued«d 
separar aaabcieHi^.uiflaencia miitoay se ha dicboeon fafttiGia 
qttt a las grandes verdadea corresponded siepjire grandes sen^* 
tiinieiilioSA La existeocia de tm sentimieBto prueba pOr A solik 
la verdad que tiene por ol^eto; asi que ea estoa tietapos de ig-^ 
norancia verdadera, de doda j de aofismaa^ e» qae se ba proaiie^ 
taido la razon i las pasiones lodas para rf iaaf oon s» apojr<^ 
en que w^ ha babido error qoe no- eneont^ara 5i» eampeon^ 
verdad que ao eticontrara sq verdago, en qae pesa sabre el unU 
verso, eomo unacapa de plomo^ la niebla ten)sbrQ3a die htduda^ 
ban preferido muGbos defensores de to eternO' j verdadero, 
oomo medio mas breve y segaro , evecar en- fiiror de la ver^ 
dad ukrapida la voz del sentimiento qne yae^ ^n el fbndo del 
coraaon de los-hombres de lodos los paises-y, de todos les *si)- 
glos* Mas. bien qM defenderla con las avmis^ siempre diidosa^ 
y abora pro&naflas de la razon ^jr qne stijetfiFla i su tribunal 
desacreditadO) ^ Ha apelada i ua |iiez ante el caal enmodeceut 
todas las hipdtesis j teorias ; se ba bn^cado* et»tt» el individual* 
liemo del error » p(^r ^su ^inisma naturalexa makiple j fr8cciona<> 
do, el eiemeiUo deunidad'qne reside en' lodos los boAibres co* 
mo desttllo de i^rdad^ se-ba b^cho que el corazon mismoqn^ 
con el hiimo de bis jpaMowds <(be^ elprlmero en oscnreceria f 
en crear las Irniebtast^e la ihlieHgenGSa, Tnera tambienel prmiero^ 
en desbacerlas con la luz deVsenlimiento. 

Mas sit c»te es vevdadero cotno todo institito, eemo mstinto- 
es tambren incompleto.' 'Lbsgiiiasmternos^y natural^s quo Dins 
nos concedio conio nnsup!ementO a la razon degradada, deben 
aer complctpdos por la revelacion, qoe soria eiHeramenlf* vana^ 
si eUos soU)j$ t^aslliran. pars alunibrarnos y ditigirnos en A ca- 
»ino de la vida.> Arsi pues los sefilimienlos tyk su Ibndo y esi^ti^ 



cti y adb 9tgwrm y. TCfdadevbb , «iiii ttf 8idiD{>re k) innt ed laa 
fiirinas qqe revisten, ni en las tetos do» qde $e reproducea: kni 
ptr fii solos aoa cosa abstracUt j va^a, aqsccf^iUe de onlaD* 
<N»tnida8 modificaciooes^ una mast ioerfe dp h coal puedefer- 
narae tin ordep admirable 6 ua.es^>aiitbeo dico> bo bspaiaotii^ 
Bieoao fiobre el qua se puede edificar^ao iqQ6:iu» ta el edifioio 
mtsmOy una fuersa desparraniada j ciega que para obrar 'boii 4xii 
to J aderto debe eatar cnosrrada jr compiinada en eiertbs ta» 
bos, per decirlo asi, sujeta i dertas lejres j dtrigida porun ar» 
tifioe inteligeote. No bay Teidad qua 'a^ oootraria al seotif 
amnio ; pero el sentimiento no ea toda la verdad. V^asepoea 
ai puede aceptarse coma untco deposilarioi, iraioo goia y unico 
limite de la religioD una cosa tan >diatinta y Tana en sus fortnaai 
tan iooierta en' an direcctob , tan aUadoa an an estension oomo 
d aentimiento. Si no reeonocemos maa ley ni tesracbambs btra 
▼az que la del seotin^ieoto religiosb ^ no hay trlmeo , no bay 
arror, no bay eatrava{;ancia en que no podamoa precipitarifos; 
perque suena tao vaga , que «i an aagoioiientd tanto p<>demoa 
arribaral termino deseado oomo correr i uo abisiho.. tiel sen* 
limiento religioao nacieron tambien tanmonatruoBas y alisurdaa 
idolatriaa, de ^1 derivaroa tantos obs^noa y saogdinarioa ritos^ 
dei^I naoid el malerialista y desenfrenado culto de Jupiter) el 
feroB culto de Odin, el salvage eultodeloa antropdfagos^el de^ 
gradantfi y sombrio de los Bracmaoes g el cruel y foltiptuoma 
de Maboma, deel an fin lantas leyes, fantps orimenes', tanta^ 
supersttdones como manchan los codigos , la bistoria y los ikU 
tarea de los pueblos. Reconocer todas'esfaa refigioties es no re<> 
eonocer ninguna. La exbtenciadel aeni^miattlio religioso pmeba 
81 la reKgipo , y por lo mismo no puede aer esta tan ia^ 
diferenley de poca modtay quesea Udto dejarla manchada cod 
todos los errores y estravios con que la degradaron los que ad 
general la ban recooocido : oecesita por tanto de direocion, d^ 
kyas, dereyeladon en una palabrai que ngdt deje dudospy 



78 
CD la ciod ie»! (odb^. fQsMwo.. Declr que no necesita :la nli-^ 
gioD de leyes>. ai <Iq autoridad que. las dicCe porque as uia 
aeotimieiito ^Diiato que.esta ea el corason de. todos loa boni-^ 
breSy es lo misma que deoir que no ae neocsitan oodigos, ni tri* 
hqnaleSy ni administracion de jnsiiGia^ porque la justiciaes tarn* 
bieo on seDiicaiento innate qae estd en el corazon de loa horn-* 
hres todoa. 

Pero esta misma vaguedad i insuficiencia del aentimiaote 
religiosoy es lo que en el dia da tanta voga A esta palabra que 
por todas partes reemplaza a la de fe religiosa. La pabbra fa 
era demasiado positiva i inflexible para un siglo indocil y or<» 
goUoso; era prectso inventar una formula que se doblara & to« 
dm las exigenciasy qua seacomodara & todas las pasiooes^ y cujra 
cstension se pudiera enaanchar 6 restringir al capricbo de cada 
cuaL Asi oomo las verdades todas fueron desfilando en el siglo 
pasado.ante el tribunal de la razon j salieron todas coodena-- 
dasi asitambienen nombre del sentimieoto esperan tal vezdes* 
bacerse de todas lus que refreoen la licencia 6 repognen al or* 
guUo. Aqiiel se atriocbera en on deismo completo^ j cifra aa 
aentimiento religioao en admirar los astros, en cootemplar las ma-» 
raviUas de la nataraleza^ j en cantar al nombre de quien qoie- 
ra que las baya producidOi sea Dios, sea acaso^ aquel otro pro^ 
fesandoun panteismo masabsurdoque la mas absurds idolatria, 
ae postra ante toda criatura por mas que abyecta y limitada> 
Vjeoer^ndola como parte de Dios, y no concibiendo para el Ser 
Supremo otra existencia mejor que la de aqui abajo; otro no re* 
copooe . mas senlimiento religioso que la moral y es decir^ ciei*«> 
ta ooleccion de principios esloicos y mezquioos. que no puedeo. 
existir mas sin la religion que los colores sin la luz^ que el efec«> 
to sin la causa y este proclama i Dios y calla i Jesucristo , 6 A 
lo mas lo reoonoce como un fildsofo profundo y como un tras'^ 
toroador sublime; aqud babia del Hombre-Dios y del Golgo* 
ta, pero no d^ la Igiesia cimentada /m $\i aaogre; aquel otro ae 



79 
«ciienla de de^ta^iglesia apostolica, iovisiU^i aUtraota , pera 
iiespreci% Ji^Oifoficamenie Ids ritOAy lo8 preceptos, laa institucioh 
ues de esta mistna Igiesia, 6 lo mira & lo mas como cosa pu* 
fameote faumaiia. ^Para que recorrar todas las fasea cod que. ae 
presenta el seniimienio religioso , todas laa re^tricoiones que 
gradual mente se le poneo, todos los progvesos eu la oegaeioo que 
por ana pendiente.resbaladiza conducen al abismo de Ja nada? 
|0h! esle oombre deseotimiento religioso tao noble 9. tan res« 
|)etable en su origen , mu j pronto se veri tao profanado y 
proslituido como el de la razon , si. continua siendo juguete y 
paotaJla de nuestros fildsofos y disertadores. 

La religion es sentimiento, pero es mas que sentimieDto; as 
fei es autoridad , no reside solo eo el corazon , sino que de)|ft 
reinar tambieoeo el entendimieoto; no solo es una planta-indi* 
gena que nace en nosotfos mismos , an fruto espont^neo quq 
rendimos i Dios porque queremos, porque lo produce natural 
mente el corazon ; es algo de superior & nosotros y bajado di* 
rectamenle del cielo; y si una mano celestial no hubiera poda« 
do y enderezado aquella planta , si no hubiera quien vigilara 
sobre ella y la cuidara asiduamente^ 6 bien se marcbitaria , d 
no produjera raas que espinas. La religion es una, positiva, es 
la misma eu todos los hombres, en todas las edades, en todoa 
los paises, 6 deja de ser religion, deja de ser la Terdad comple* 
ta que solo puede ser una & inmutable. No solo es un fendme* 
no humane, no solo un accidente de las sociedades^ es tambien 
una in^titucion divina nacida toda entera y armada y revesti* 
da con sus mas minimos adornos, si es licito decirlo, de la in- 
teligencia de Dios, como nacid Minerva de la cabeza de Jupiter. 
No basla un Dios, si no le haceis provide y conservadory le- 
gislador de los hombres} no basta reconocer la grandeza del 
hombre, si no reconoceis la degradacion de su naturaleza y su 
reftarucioM por Jesucristo; no basta confesar i Jesucristo, si no 
confesais su Igle;sia; no basta Jlamaros hijos de la fglesia^ si no 



M 
Mftteis m gerarqad y pfm»pt08, y doMais ladtaneiii nttM i" 
809 prdcticas 6 iostitu clones tCKlas. Este sistema de eclectioisino 
eAtre la razon y la auCoridad, eala mayor de las moBstroonda-i 
des y de las incoosecueodias ; y me]or compreDderiamos la ia« 
eFQdultdad, que esta Iransacoion repagoaote entre la iocreduli* 
dad y la religion. Para el que aabe que iodo va enkzado en re* 
ligion como en cualquier serie de verdades, y que suprimir el 
ealabon al parecer mas i nsignificaole es romper la cadena do 
ero que une la lierra con el oielo^ p&rael verdadero creyente, 
lafito crimen ed negar & Dios mismo como la mas leve de suy 
palabras pronunciada por ^1 6 por sus drgaoos legiiimos. Am* 
bos son crimenes de oi^golio y sedicion , y la sedicion 4:ontni 
Dioa nunca podrd ser venial. Pero , ah ! en este siglo ileno de 
iimismo^ como ha dicboon poeta poco piadosopor cierto, po^ 
tos saben doblar mas que- una rodillal 

f osifc Miau QuAOBAjiOi 



ELNIIVOCLERO. 



f^iaan 



aindo iastidifidos 6 traspasados de dolor apartaiDos la visbi 
de lo que esU pasando». buscando uo consuelodelos males pre* 
seotes en las esperaozas de lo futuro^ & vista de iin porveoir dlf 
tioieblns e inQerltdumbre, eo medio de las nubes prenadas d# 
tecupeslad que se agolpan al horia&onte, diFisamoa tiu rajo do 
luKi J esta luz viene de arriba, vemos todavia uq eleqiento d^ 
I^eo y una iostkucion salvadora , y esta no es niuguoa de cuao? 
tas deben su estableciuiieutp i.la feliz coofcepcioo de uo nior^ 
tal privilegiado , d de las que uilcidas oon U9 ptiebkl » j robus^ 
tecidas y eocarnadas en & por U sucesioo d^ las edadeis y pof 
las vicisitudes de una larga histdria , sueten no desapareoer SU19 
con ^1 en su sepulcro. No ; tal vez la mooarquia po volveridf 
.su parasismo ^ eotr^ada i una larga y pfoosa decrepitud pa^ 
fecida i la infancia , y juguete de partido^ y revoludooear 
tal vea habra acabado de suicidarse la aristqcracia olvidadf 
4esu origen y de las virtudes de sus majroresi tal vez el ej^rr 
isiCo ensefiadoa discutir eu ve^ de obedecer , y (cODSlituy&idoi|i 
iegislador^ en adelante decidir^ en loscuar teles de la suerte de| 
^tadoi y echari su espada en el phtillo de la balaoza que maa 
tesoros le ofreaca; tal vez el pueblo , el sensato pueblo espafio^ 
gradualmente separado de su EKos y de sus rejre^^ jMombrari 
al mundo cqo e^pecticulos tanto mas sangrieotos cuanlo mas 
jlardfos , d caerii en esa indirerenota religiosa y poiitioa , quf 
siempre es el sinloma ' mas fatal de la muerle de l^s naciooea. 
Jodo esto es ^osibk^ jay I dema^iadp posible^iQo.ninguna df 
ToMoii 41. 



^U% lostituciones esperamoi oon omnfmoda firmeza , par man 
elemenlos de eslabilidad y conservacioa que ofrezcan en lo 
humano ; pero sobre todas estaa existe otra , represeotanle de 
una idea divina, y que si bien oompuestademiembros frigilesy 
morlates , participa en su con junto de la perpeluidad e incorrup* 
tibilidad que corresponde i su origen y mision sobrenatural; 
hablamos del clero. Si dias ban de llegar en los juicios del Se* 
fior en que digamos la antigua monarquia^ la antigua Es* 
paiHa J cou&dmos poder decir siempre el nuevo clero , porque 
ouevo sera y joven y lleno de vida , cualquiera sea el nuev6 
irden de coaas en que entremos. No es que nosolros I^ augu* 
temoa seguramente una era de predominio 6 de Ventura , dias 
de paz y de sosiego en que pueda verifiear, bajo los auspicioa 
de la religion > la reconstruccion de nueslra sociedad desquicia* 
da ; peiro vengan dias de locha 6 de persecucion , de indiferen« 
cia 6 de anarquia, nunca sera el clero una cosa iiidirerenle y 
despreciable ) un caddver moralroente bablando, nunca per* 
deri su esencia , nnnca dejard de ejercer eu influjo asi desde loa 
palacios como desde el fondo de los calabozos. Admirable cua* 
fidad de esia itisUtucion , 6 por mejor decir de la Iglesia que 
eo ella se encarnal Para las otras instituciones , la humillacioni 
e| abatirrttento ea la muerte, para esta es la vida y elcrisol 
que la regenera ; & aqueilas las mata la tempes(ad > i esta la 
fi{rtaleee y fecundixa ; i aqueilas como humafias y materiales no 
fes queda mas recurso que el triunfo 6 la derrota, i esta se le 
tfiecer ear todo evento una brillanle ahernativa , ei lanrti de la 
^Iptpria 6 la patma del martirio : laf sangre de los ihirlires es 
la purpura de la religion. 

El clero tiene por canto dos existencias distintas que no 
Mibpre marcban acordes, sino que siguen a veces una progre* 
sion iuversa , U exislendia material y la moral *, la upa en la 
parte que tiene de terreno , la otra en^ la que tiene de divino; 
hi' iiiita ra el iSlrdeQ civil ae luide por el humero y cbrisideracioa 



8S 
•pcia) de 8DS .miemhrM , y por las^-riqucns y digoidades que- 
Qcop^n; la otra eo el orden e«piritual 5e gradua por su parfec* . 
cipo y deDcia , por k admiracioD y respeto que 6e concilian J^ . 
por el aaceodienle que ejf^rcen sob re las almas; la* una (M el. 
hnllo inderto de la diadema bumaoa que el mundo capricbo^ . 
ao le da J le retira; la otra es la aurtela.de Tiriudes que la* 
corpoa, 6 el rajo de la sabidqrfa que.baja ^eade arriba i ihh:. 
minarJo. Los gobiernos de la tierra se jaclan de teqer- e.ii soa 
maoos la primera; pero al int^ntar oienguarla, ao haceo ina*j 
cbas veoQS sioo acreceatar y forhenUr la segunda; y la que: 
empleao oomo bos deslroctora para cortar el irbol de raia , se. 
iXNivierte tal.vez segun (os designios del AUisimo eo saludabtei 
podadera, que despojandolcdelpomposo foliage para matar al» 
iDseoto roedor que eo el se abrigaba ,. lo vivifica y rejuvenece 
eon nueva robustez y. lozanSa. La vida material ^ que es la4Di* 
ca de que gpzan las ioslitudonqs hMmapas, no es pa^ra el clerp^ 
sioo uiuy accidental. jr secundfiria ; so vida prindpal es.esplri*. 
tual como su instiluto, y contra esta nada puedep.la opreaioo. 
y la violencia ; la unica: mnerte posible para ^1 ,; si Dios no hD*> 
biera proinetidola indefeciibilKlad a sn Iglesia^y per qpnsiguieo*, 
ta fiLdero que.es su n^^ioislro nece^ario, seria el descr^ito y. 
la degradacion ^ inmortal contra la safia de sus enemigos, solO; 
^1 pudjera matarsed si mismo abdicanclQ,su esencia , p corroon- 
pieodo la pureza de su origen y.destino. Dios liiao qaefuenir 
i^nposible este suicidio ; mas para lavar i aq^el de las n^fpchaa, 
con que el cieuo de la (ierra puede salpicarle ^ ^para desvauecer 
el engreimiento de Ikarlo dilalada prosperidad, y reslaurar en^ 
el combate las iuerzas enervadas por el descanso de la paz, ba 
di^pvesto de trecho en trecho epocas sangaieotas perd glouo^ 
aasy.de prueba y de persecucioo^ para recorder isus saperdo* 
tea que son ministros de un Dios cradficado , y que sua. prU 
meros teroplos fqeron laa cataeiimbaa. 

%juiiit.^poca de estaaaabalmeole noa ba tModaftr it^ 



8V 
ff&B i pero itAes Ae tiAf6Mk tcM cciistflftdores reatilUdM qiw de* 
ell« e4{>ei*amos, y Ids mievds deberes que impooe aI elero oa* 
cleatei no ser^ fuera de 862OD desvanecer Im temores que' 
ebercti de su estincion total ^poedan abrigarse. Porqtte alguoo 
preguntaWi: a^Ddode esii ese nuevo clero objeto de tunlaa ea* 
peranxfis ? Eo ves de vuealros dorados eosueBos / proti^tieoe 
aiiuiioios de gloria^ no vemos sino un clero viejo que se esUo* 
gue Aa q[iie btro se preseute i reemplaearle ; pastores que niue*' 
reit sin teoer i qiiieo legar Bii ca jado 1 que vi recogiendo y 
amortizaodo , por decirlo aai, el poder civil cual si foera ai&' 
lagftimo heredero , loa miDiftros del saofuario por fia eocerra* 
doa jr sitiadjos eo el teoiplo^ i cuyas puertaa tela con la espeda 
de la ley an gobierno mas 6 m^nos suspicaz yimpidiendo 6 di* 
ficultahdo la en trade i la jnventud generosa que no dudaria 
hacerse participe de la soerte de aquelloa ^ y aguai*dttndo i que* 
k muerte vaya diezmando lentatnente i los de deotro pana> 
poder allanarlo sin estr^pito ni resisteticia. Y entonces, segun 
eean loa gob^mantes que laa vicisitudes politicas aos deparen, 
6 bien se cerrari el templo ^ 6 se llamari i tin clero iotraso 
que alimente en las aras del Sefior uo profano fuego ^ que con* 
sagre el cisma y el esdindalo, y que sea el ultimo y maa cruel 
ilUraje i la religion/' 

Para rechazar como exagerado ese cuadro desokdor, no 
W)s fundaiBOs precisamente en laa esperanzas que pileda baber' 
despertado la marcba en algo reparadora del actual gobiemOi f 
la sebda qu^ba ensanchado en parte para los aspirantes al sac^r-' 
docibysabemoa cudn varios son los trances de la locba pblitica, 
cuin mdveditos y sobre a^na son por ahora los cimientos de 
todo gobierhOy j estamos preparaclos 6 cuatquier conlingencia; 
nueslra esperanea reposH en un orden superior , eo las iDiras de 
h Providencia y en la fuerza misma de las cosas. Si , confia- 
mos en esta Providencia que tan vjaibte se ba ofiiinifestado en 
H ^M&sifevt Amo 4ei clew aoltief , pepmitieiiflo tan raras idefec- 



^tpoippral , para que i favor do la Q0i|fu9ioo de \o$ tiempoa.JiO 
eotraran eo su Igleaia iodignos.caiididatoSi emi^rioa o tnsliiir 
.sneotos i^e sub eneoiigoa » y para dar lugar i ertos de de9cubrir 
aas loteDcioi^es y U Uraapeocleix^ia de ci^rtpii principip^^j ^aciev^- 
Ao imposible de este niodo la seduoci^o de Iqs iDcaf]U>s..Pero 
no hay qae dudarlo} eaU juveDtud que^clama por entrar^ y 
.cuyas iostaocias coosueoan pon U vfx inqeaante.de jos aocianos 
.pastoresy que aolo .p|deo vida al Se5or y Ub^rtad aj gobierno 
.para dejar formada una gfaocraoion nueva 4 quieo eQCQcueiidlir 
aps ovejas ^otes d^ cerrar loa qjq9 i se. abriN pa$o t^rde 6 t^iyi* 
praoo , como ha en^pea^do i abriraelo ya; Dioa no les 0QCQ4k* 
.Qieo Unto brio y pers^veri^ocia para que fuete ^in.resalt^dp.i^ 
el que cinqeDdid en sp alnia Mo ooblea deseoa sabri pnaparwl^ 
taiiibi.0n el caiBino de . realiaarloa. Al fin siii dercno ea poffi- 
b)e la religioo , y biq religion no es posible la aociedad , e«eb- 
man i una voz los gobleroos todos , como que la religioa es 
•va elemento para elloa indispeoaahle » eacepto ep ^pocaa de 
.erisU ppr fortuoa bien, cortM > puea cooduqen ripidamentevi 
.Ja iiiue.rle 6 i la regeneraciou^ Y si todavia estuvieraii reserve* 
das Uuj 8aQgrienUi& fasea a nuestra revolucioo; si a^guoo de 
nuestros polilicoi incurriera eo la inaensatez de auicidarse , ere* 
^yeodo que el estado puedq pasar^^n religioo, 6 la religioo am 
Iglesid y ^^^^ I y 1^ Igl^^^ .^ii^ unidad y el dero sio iodepcn* 
dencia ; si en v&l de cobardes contemplaeiones y preveocionea 
mezqninas , como creemo9 , hubtera qiiien abrigara contra la 
. Iglesia pcnaamientos decididoa de esterminio; auo en esta. hipd- 
. tesisy repetimps, tampoeo temeriamos por elk, lu perdi^ramoa 
la esperaosa de ver todavia en ouestroe diaa un naevo clero* 
£1 odio lo mismo que el error y oomo prioeipios de muerte sod 
est^riles y fugttivoa^sy en vano se prometep dar perpc^luidad 
i susobras eirrevocabiiidad i sua senteocias. Tambieo epFrao* 
cia irrevocableBieiile y fiara Mmpre se abolierpn d pulto y 



/*8 

An inMar^crfa; y de equellos estoicos legisiaddres losqae no 
'Mntribuyeroo &' repooer i Dios en su altar jr ^ un soberaoia 
-^D el trdno, habr^n podido ver desde su retiro, por poco qae 
hayao vividoy la Francia cubieftaotra Tez de templos^ j obe^ 
'dectdo sacesivaiAeDte i ires dtnastias de mbnarcas. 

Si fuDdadas y seguraa son pues miestras esperanzas acerca 

da la perpetuaeion del clero^ do lo son menos por lo que toca 

^a su GOnservacion moral y hasta al mejoramiento que en loso*- 

^Msivo deoe esperimentar; pues poco de otro modo oos impor* 

taria su material existencia , y enlre su degeneracion 6 estin* 

*ei6n total no sabemos que mal 6scogeriamos. Pequefta muestra 

de lo que ser^ en lo fuluro nos suminislra en su generalidad 

^ita porcion de clero que resp^tivamcnte al otro puede Ha* 

«iiKirse nuefo^ coi^pQesto de jovenes que, 6 bien por los eaitre- 

'chos resqoicios que de|a abierlos la ley^ y i fucrza de intrepi* 

*dez y santa industria^ ban logrado penelrar en el sanluario^ d 

auoque ^onsagrados intes de la suspension de conferir ordenes 

sajgMida$y r€cibieron su educacion sacerdotal en medio de la 

' tempestad que ya rugia^ bajo la dura eseuela de la revolucion. 

Reunieudo todo el enlusias!no y ardor propio de su edad i la 

prndenctB del hombre maduro, y el fervor y la caridad del sa* 

cerdote A la iluslracion del sabio, )a lucha les ha servido de 

la'prendizage , y de esperiencia la calamidad ; y si la necesklad 

del combate ha arraigado mas y mas la ortodoxia die sua creen- 

cias y !a umdad desus esluersos, y mejor tal vez que it sus an* 

'tecesores les ha rhistrado acerca del peligro de oprarones 6 sis- 

temas qne podian parecer ^ntes inofensivos, el conocimiento de 

la sociedad, y mas que lodo el espiritu del Evangelio depura* 

do' an ellos con la persecucion, ha despertado en sns corazones 

la tol^rancia acia lodo lo que es meramente humano. Penelra- 

dos delespiriln delsiglo para darse a comprender, pero man* 

teoiendose aupe^ioresi el para juzgarle j'corregir susestravios' 

Ul vez DO ie predican lanto con la fuerza y uncion de sus pa« 



%7 
Mms oomo oon la regolaridad de aoa cottumbres; 7 el muodo 
i^non que aqnellos conocimientos y elociieocia que supone ad* 
quiridoa en largas vigilias, ae aprenden y beben ameiiudo al 
pi^ de los altarea. Si> la Cspaaa y el clero cuentan inuchos jovcnea 
de estos , y en ellos tal vez encuentra mas de ud sacerdote an* 
Gtaoo mucho que admirar y que imitar. Ocultos por las ciuda* 
des de pro^incia, en el fondo del templo 6 en el rincon de su es* 
tudio, su merilo es conocido solo de sus amigos, y al que esto 
escribe le ha tocado la suerte de couocer i muchos de ellosipe- 
TO estamos seguros que todos los que esto lean recordaiin j 
nombraran en su interior i uno i quien no solo su patria|Sino los 
estraiios aclaman fildsofo religioso, y en cuyas obras vemos el 
lipo de las ideas y cooducta de este nueva clero que ae anuocia 
para lo futuro. 

Ki puede ser de otro modo , atendidas las circuostai^iaa 
en que entraron & e|ercer su oiinisterio , y la sincera y ardieote 
Tocacion que debia anioiarles.^Qud iban i buscar sino en el 
combatido santuario , revistiendo el trage, si intes de honor y 
dignidad , hoy ya de vilipendio y miseria ? acaso bienesUr^ 
riquezas, consideracioo ? acaso les encerraba alii por codicia 4 
por carino mal entendido un padre deseoso de aprovecbar em 
su favor las rentas de un beneficio ? 6 les Uevaba d vejelar Mi 
dentro la indolencia y el egoismo para adormecerse en una vida 
comoda y moootona 7 acaso si eran pobres y de nacuniento os* 
euro, era la ambicion 6 la necesidad la que los laniaba par la 
unica piierla que se les abria para Ue^jar i los honores y dig^ 
nidadcs? Todas estas razanes, que no oegamos podiaa valer 
algona vez en siglos pasados, como que el bombre es harto ma* 
U'rial y especulador para no abusar de lo ma$ sagrado 9 peiO 
exageradas malignamente por los enemigos de la Igle^^ 
ioiealando espiicar coo cUas la superabundattcia sacerdotal^ 
lodas ban caducado ya, mprced a sus cetosot reformadores qtt# 
a) menos en esto ban hecbo alclero ua bieo, y bi«o maj^or del ^u* 



entri. Ya ootcabe codidta m opukticta , porqne el cterb' aehallk 
i aueldo ; ya do es tiempo de comodidad y bieoeAar, por*-« 
que hoy luebi en la palestra y maflana gime en el destierr^ft 
ya no es tiempo de indolencia » porque el enemigo esti i lak 
poertas , ni de ignoranda porque los avergonzaria la ilustracioft 
del aiglo: ya no es tiempo de digoidades est^riles 6 impoten'* 
tea que no han hechoi digimoslo asi, aino deaignar al que las 
bcupa i la vigilancia del gobierno ; ya no ea el camino de aa* 
tiafacer la ambidon el piilpito , 6 la ailla episcopal , 6 el eon* 
iaaonario mismo de loa reyea : mejor y mas eapedito medio es 
levantar una tribuna enmedio de una plebe cualquiera , 6 sedil* 
€ir una compaAia de solJados. Solo un aentimiento que no ttehle 
eaplicadon aijno en Dioa , y una recompensa que no se adquiei^ 
sino en loa deloa y pueden haberlea llamado i au santo minis* 
terio y ofredendose en holocausto i la oscuridad y i la pobre* 
fea, y arrostrando loa rieagoa de la persecudon, y lo que es mad 
penoao para un corazon noble ^ el deaden y el vilipendfo. Los 
))Qe con tal brio y reaoludon ae aliataron , imposible ea que n6 
peraeveren; y ai algun dia llegaran i olvidarae de au vocadoA 
jprimera y de la nlision encomendada , el mundo bostil enme*- 
dio del cual viven, sela recordaria Gicaliz^ndoles terriblemen- 
4e> y los murmulloa de aua enemigos lea volveriao en al de aia 
momentineo ielargo. 

Eata attuacion que ^ aea cual fuere el (in de nuestros tras* 
tbmo^ , no terminal*^ tan pronto para la Iglesia que no alcand^ 
tf.Ja generacion que se levanta, nos asegura y garanti^ta la per- 
feocion y espogimtento de loa que logren por fin llegar al sa«. 
cerdoeio y arrim^r sus hombros a la bdveda santa para soste* 
nerla* Un itifer^s tt?mporaI , una vocacion mediana , un caracter 
4yi)il o iiiconatante cejan ante la multitud de obstaculos , ante 
U diluoion e incerlidumbre que aera predso superar; mucbos 
xl^piies de haber aguardado largo tiempo , se retiran : no im- 
fiqrta^y quedarfo 'pocoay pero a toda prueba como loa aoldadds 



imQeisom. Gnmde i ^ mdlid y diffdl'eli h obra que les tagiiatl 
da , y solo Dios puede dories foerza y tino para Uevarla Y 
cabo: ser tan 6rmes sin apafecer duros , tan lolenintes sin apa«» 
wear d^biles , tao indepeodieotes ain mostrarae altivos 6 am* 
bictoae^, tan pobrea sin parecer eovilecidoa, tan ioeloaos peVfr 
tan pradeDtea, dedicadoa it oicatriaar t^ntaa pasionea An ape^ 
giraeies nuooa so cootagio j ain aacrMear ouncala fualicia ^ Ik 
terdad al miamo deaeo de pareder conciliadorea ,' empteaa ^ 
eata en que naufraga la prodeocia bumana entregada & aS sbU. 
6i eo eatoa uUimos afios hemoa aaiatido alguoa vez i h iietfok 
ceremoDia do la ordenaciod que Caai lotalmeote ba deaaparecr- 
do I Bgnribaaeooa^ aiu poderlo temedior que loa oroameotds 
wgradoa de loa ordenaudoa eran la tunica que ae revestia & loh 
nirtirea la viapera de au auplicid, pu^ m^rtirea les couaidera^ 
moa doa veoea^ por loa padecimieotoa qtie tal vez Tea aguardatf^ 
y por el resultado de eltos, que edpefacpos aertf'comoel de Iw 
'Sacrificaoai la recoaciliacion de la buoaanidad con DIos. Este ti* 
flo que se facta de filantropico > que ttene tniedo il la' aa&gre f 
que ha ackelantado mucbo en el arte de espiritualitar Ids aopli^ 
doa I mariirhBa laa almas 5a que no loa cbefpoa; no degotlafi 
acaao pot las calles i loa aacerdotea , aonque no aiti bn lefaiA 
la ^poca eo que lo ^eron nueatrai ciudadea; pero miri tortu* 
tas tanto oiaa croelea cdanio mas prolongadaa y dirtgidaa S 
espirilu. Maa ea tanta la gloria que brtUa al eatremo de esta et<* 
piooaa aenda, que nuhca tat vea habia preaentado maa incenti* 
Toa a laa nobles anaiaa de todto entendimiento aerio y de todo 
ooraaon esfortado. Colgar oomO on *v6to del sagrado muro )oh 
doifiea que Dios miismo noa coocedlo » relundir su gloria eh Ik 
de Dios y senlirse instrumeolos animados de ' la Providencia*, 
repoaar en un terreno adiido i inmovil cuando todo vacila , adr 
deposits rio de toda verdad y del unico elemento de unidad jr 
coociUacion en medio de laa tinieblas y de la lucba general, to- 
do eato tienta demaaiado i cnalquier itMs geoerosa , j las ba-' 
Tono u 43. 



iki eo noestra ..jiiveotiKl , no lo du^mcB* No desbtteosr , aa^ 
cerdot^ loveoes 6 aspiraotet al sao^rdocio: amargo es d pre* 
aeotei pero el porvenir es vueslro. 

. Al estasiarooft de este mode eo las esperaons qoe oos pro- 
jBeteQios de la fblura generacioo sacerdotal, bo es de niogoo 
jDodo Duestro ioinao rebajar el m^rito de la presente , ai io^*- 
ear que necesite esta de una especie de trasToriDacioD 7 noeva 
Tida que Ja regenere. Ko ; cada ^poca lieoe siis necesidades , y 
Dioa en via hombres adaptadoa i ellas, 7 maa Iraiaodose de 
^ttna inatitucioo objefxi priocipal de au aoliGitud* Gloriosoa y 
aefialadoa ejemploa de firmeza , 00 pocoa de aaber , i iooume* 
rablea de paciencia y sufrioiieDto legara rate dero al que le ailr 
ceda , pero algo quedari qi|e haoer al uUimo todavia, j belU 
jiunque espioosa miea ae le .preaentora que aegar ea au dificil 
carrera; puea.si. para reaislir a la tormeota baata la ioirepid«% 
jpara reparar aua da&oa ae neceaita habilidad y coaaUooia ef- 
.tremada. JSi teodra que avergpnsarae del actual el fuLuro clerO|, 
iHi que eof idiarle tampoco loa azarea y trabajoa que taata glo* 
M le hao proporciouado , jr de loa cualea parlicipra totjaviik. 
Y el que .florece al preaeule , dj lieoe que temer eon eac^so^popr 
aoa .auceaores , pueato que Dioa ea au apo^o ; ni mcatrarae oe- 
loso del lustre que adquieran, aun cuando hubierade ecKpsar 
etl su JO I porque eafe lustre eo Dioa le ea tambieo opnaun y ea^ 
ijdaiio. 

Aai puea euando hablaroos de nuevo dero, no ea que el 
naciente deba marcbar i ouestro juicio por dislinta aeoda que 
.el actual, ni romper la cadeoa que le eolaza con taa ilualre 
.aacendeocia , ni alterar eo au maa mipima parte el teaoro de 
doctrina de que es depoi^tario ; enloncea de^aria de aer lo que 
e.^, puea la oovedad en este aenlido equivala A apostaaia. Pero 
aea cual fuere el exito de la cr(Ma que atravesatnoa , 00 pod( nios 
.oegarque eo las ideas y en la aociedad ae ba hecho una grao 
* jr0vo)ucion, y que oeceaita adaptarae^ealo que fuere licito, a esloa* 



04 

;ipimfcio9 baenoft iS naloi, i ettaii ooevai mrmM^umm j Moa^ 
aidades todo el qoe no quiera abdicar so iuQojo flooial i iottliv 
liaar su miflion , esp^cialmeote el dero que Ian eletada y oeoe* 
aaria la tiene. Diatabda iomeoaa va de aer aeatado j protegido 
:Civu6 parte pri?ilegiada de la Daoioo i tnstitocioD aotirebaoMi* 
M, i verse inerameote y i duraa pcoas iolerado; de ballane 
tiQido COD el poder temporal eD fralernalea vinculoa, i aer 
eontioiio objeio de auapicacia ; de tener aa^nrada au iod^pen^ 
deocia y aa deooro por ouaotiosoa bieoea y por el preatigio de 
aua bon^H^ y pompa eatertor , a estar i aoeldo de loa ioteodeo* 
tea como meroa empleadoa ; i ?er por fio venerada au autori* 
dad ^ implorados aua oousueloa por una geoeractoo de fidea 
docil i au vcb como bajada del cielo , i eocotHrarse deidefiado 
y coav> eatraqgero en medio de upa aociedad indifereDte » boa*- 
tiliaedo per ad poqos enemigos, obligado i gastar m defimder 
y probar au miaioQ el iiempo que emplearia en e[eroerIa. Gnaa 
difereockit repito , media enlre amboa poaicionea , 7 eata dife* 
reocia produce una diversidad de debere$ y de oooducta., que 
DO ai^mpre alcauva i trazar la maa oooaumada prodeocia y la 
peoetraoion maa esqutaiia , tfi oo ae ban apiepdido poo la edti* 
caciooyo ai i eUos 00 noa lian am^oldado loa repetidoa golpce 
del sufrimienio en el jruoque de la <9Bperiencia. 

Hay para el clero deberea ekerooa nacidoi con^l miamo, j 
cuyo olvidoo Iranagreaion aeria au rouarte» y eatoa aon loa que 
tieoen relacioo con lo qoe ea eaeooialmente invariablci Dioa y 
la religion^ otroa bay que ae modifiean y caiiibian coo loa ai* 
glos acoinodandose i au maroba y i aua necesidadea» y estoa 
ae refiereo i la aociedad ouyaa fbrmaa incesantemente varian^ 
Kacieodo variar tamhieo la aituacioo civil y material del dero. 
La Goofuaion de estas dos clasea de deberea ba inducido k mu* 
dioff en opuestos eatremos , queriendo unos traalornar i eada 
paso defide aoa cimie ntoa eata iostitocioo reapetable, y plegarla i 
loa capricboa de los bombrea y & la ioatiibilidad de lua cdsaat 



«fr tieacb ^m ^Bft*«oo to qae liem de hoiBtno} y aliroilwiow 
.atro9 de euriqiiier coMeskm eomo de ima apostasfayCond^Miiw 
do al cl0M i una eompleta iiidiferencia> por todo lo qae le vo>- 
ilea, jr 4 una Imno^lidad de fortnas que al cabo le imposibilU 
tarta de poder enteaderse coo la aodedad. Mas i pesar de loa 
•taques de Ids onos la roca pepmanece nempre iocontraataUe 
wbre ana cimieotosy j desmintieodo loa tecnoresde los* olroa 
"Va dando vueliaa junto- eoo d inundo enmedk> dela -eualeali 
(plaotada, sin que: por esto- deje de ser la mtsma. • 
' Solo d e«ta: ullima dase de deberes podemos alodtr evaiido 
faaUamoa de lo$ d^l nuevo daro: los otroa no poeden aer noef* 
iroS) porqoe pertttoecen d la esencta roistna de la itistilueion. La 
,wtuacion polUtea y hasta aocial del dero ha oambiedo en gran 
tnanera, jr forzosoleserd adaplarse en lo po^ble i ella, para qi(e 
'000 esla flesribilidad ea su modo de aer, tanto oiajror' coanCo 
'teas iomoiable es au leseoeia, demueslre que para existir do toe* 
eesita de njogun aocidente bomano oi de terreoo apoyo, de loa 
sque maa iodispensables paredan. 

. En primer logar parece que ha pasado ya parad olero In 

/tfpoca en que representaba uo poder sodal iotermedio eotre el 

iDonaraa y ei pueblo^ y era on poderoso ekmenlode aristocrft- 

da^ y que despejado de toda la conaideracion que bajoeste co»» 

>ftepto podia caberle, aolo obtendri la nievainente eapiriinal que 

iO&mo a mtoiatro de ia religioo le tooa en d eoraxoo de los (itf If^a. 

lAcm maaj vtviendo enoiedio de pueblqp esceptioo» , bajo la at- 

-nosfera glacial delindif^'renCismo que aabe Dios dondey cuan* 

trdo deteodrd sua estragos, la- ooosideradon que obtenga acano 

;<la deberd' aolo i sua virtudea y servidos personaies; y si b 

religioo le recomcodaba antes y le garantlaaba en derto modo, 

y cubria con su espiendor inmortal lag nianchas' lerrenas de 

que podian adolacer sus miniatros, abora al contrario toca a es* 

to8 hacerla reoomendabie, honrar i uo Diosdcsconocido y dar- 

le iKsonooea por la- earidad y por loa poiieotoa morales^ ya que 



«» &iooSi; obridoteii mi aonibre^ X iifboJHe f^ io'qpmtb 
wi mjo lie verdad y de imor qM liaga levaolar Ioa- ojot d^ 
Jos paoblos i la foeote aniveiaal dedoadewMna. Arduoy gk^' 
rio9o eB el empefto, j por 41 sei gradiia la perfectioo ^ que Imi^ 
de aspirar el dero y ei legitimo preatigio qoe^ ob debe reuiar 
ea oiogao^fieotido sobre las almas; coaotom^iiai es su asoendfteo** 
te poliitea taoto mayor importa que sea el moral ; y la diota*^ 
dttra , que iotes ejercio tao prpvechosameate para Ioa pueblos 
eo su gobiemo temporali debe oAnqoiatarla sobre las eateiidi«< 
mieolos para restaurar em ellos la &, yen las oaciones el repose. 
EmpieAo es este que baee temUar A veces> pero que comuoice 
las mas an brio estraordibario, y que por tanta eo todos sot 
actosy palabras deberia teuer presente todo edesiistioo; mi' 
mal saoerdote eo otroe Uemp6s se perdta solo i si mismo, alxM 
ra eo coaoto esti de sa parte perderia i la religioot y haraair* 
cbas que eebara sobre si recaeriao i los ojos del muodo aobM 
la fiis inmaeulada de aquella; 

Otro sosteu del dero, que i tmelta de gnmdesbiedes proda« 
je ittKMivemeotes palpados ahora mas*qae Duncan era k pretee-' 
don de los gobierooSi quoameoodo de entre las files de aqoel 
esoogiao sos ooosejerosi y que cereabati las grades de su trooo 
€0o los que mirabab como reprMmtaoles de los prmcipios '<ea 
cuyo nombre reioabao; A vecea era fiogida i ioteresaday i ireoeo 
sioeera y respeluosa la defereocie; peno siempre bajelaa condor 
eoraeiooes con que hoorafba el trooo i los digoatsrioedel dero^ 
y e«pecialmente eo los uUimos siglos, ocult^Uuiase cadenas quo 
se dejabao sentir en los momentoa de obrary y que si bieo no 
auj^labao i almas magoinimas y celosas, aprisionaban al ternn^ 
de eilas y las reducian al silencio sobre algunas medidas fonee^ 
taspara la Iglesia, 6 las iodudan^ ciobardes transacciones. Loe 
gobiernos de esfa ^pocay mirando al dero como en^migo maa 
Uen.que aliado, coo sos obras ban tomado>4 su'eargo Kbrar a| 
Aio de esta depeodeada que de sos aiiteoesofcs hwi^^ al paio' 



«fr tieado M^lbmio to qae tiem die hoiBmiO} y aliroilwiow 
,xAtw Ae euftiquter cx>Meision eomo de vmm apostasfa^ cond^miDw 
do si iA0fo 6 una eompleta indifereneia por todo lo qae U vo^ 
dea, jr < una ifttno^lidad de fortnas que al cabo fe imposibiliA^ 
taria de poder entenderse con la fiociedad. Mas i pesar de loa 
•taques de loa unoa la roca pepmaneoe aiempre iocontraatabb 
aobie ana cimieotos, j desmintieodo loa tecnores* de los' otroa 
"Va dando vueltaa juntoeoo d inundo enmedia de >la -eual eati 
(plaotaday sin q^ie por esto- deje de ser la tntaoia. ' 
<• Solo d ettauUima dase de deberes podjeroos aludtr evando 
faablamoa de lo« d^l nuevo dero: los otros no pueden aer noe^ 
iroS) porqiie perteDecen a la es^da roisma de la itistilucion. La 
,irituadon polUtoa y hasta aooial del dero ha oamfaiado eu gran 
tnanera, jpforzosoleserd adaplarse en lo poaible 4 ella, para que 
OOD esla flestibilidad ra su itiodo de ser, lanto oiajror* coanCo 
'teas iiwnoiable es m tesenda, demueslre que para exislir oo toe. 
oesita de niognn aocidente bomano ni de terreno apoyo, de loa 
sque mas iodispensables paredan. 

,Eo prioier lugar parece que ha pasado ya parad olero hi 

/tfpoca en que representaba oo poder sodal iotermedio eotre al 

iDonaroa y eipueUo^ y era on poderoso ekoientode aristocrft- 

da J y que despojado de toda la consideracion que bajo este coo** 

>Cepio podia caberle, solo oblendri la mevainente eapirilual que 

*oomo i mtofstro de h religioQ le tooa en d eorazoo de los (i^lf^a. 

^ciQ maaj viviendo emnedio de ptieblqp escepticos , bajo la al- 

^ noafera gladal delindi^'renCismo que sabe Dios dondey cuan* 

Mo deteodrd' sus estragos, la- ooosideradon que obtenga aca«> 

:4|a deberd solo i aus virludes y servtdoa personates; y » k 

•religion le recomcodaba antes y le garantiaaba en derto nnodo^, 

y cubria con su espiendor inmortal las nianchas' terrenas da 

qae podian adoiacer sus minislros, abora al contrario toca a es^ 

tos hacerla reoomendabie^ lionrar i un Diosdesconocido y dar- 

le d^sonooer por k- earidad y por loa poiieotoa morales^ ya que 



«» Smcoi; obridoten tti iioiiilii% y 4ifbii4if» f^ ioqpmtb 
wi mjo lie verdad y de amor qM liaga levaolar Ioa- ojot di9^ 
Jos pattbios i la foeote Qoiveesal dedoadneoiana. Arduoy gk^' 
no9o eB el empefto, y por ^1 se gradiia la perfection i que Imi^ 
de aspirar el dero y ei legitioio preatigio que* ob debe rauar 
ea oiogao ^fleotido aobre las almfta; caaotom^iiai es au asoendfteo** 
te poliitea taoto mayor importa que sea el moral ; y la dicta*^ 
dttra , que iotea ejeffcio tao protrechosameate para Ioa pueblos 
eo su gobiemo temporal, debe ofrnquiatarla sobre las eateiidi«< 
mieolos para restaurar em ellos la fe^y ea las oaciooes el repose. 
Empieao es este que baee temUar i veces> pero que Gomuoio» 
las mas an brioestraordhartOy y que por bnta eo todoa mm 
actosy palabras deberia teuer presente todo edesidstioo; ma- 
mal saoerdote eo otroe tiemp6s se perdia solo i si mismOy abo» 
ra eo coaoto esti de sa parte perderia iU religioo,yla8raair 
chas que eebara sobre si recaertao i los ojoa del muodo aobM 
la fiiB inmaeulada de aquelk. 

Otro sosteo del cfero, que i vnelta de gnmdes bieHes prodo« 
jo^ ittKMivenieotes palpados ahora mas'que nnncay era la protee-* 
cioD de los gobierooSi quoameoudo de entre las files de aqoel 
erioogiao sos cousejerosi y que cereabati las gradaa de au troop 
ooo los que mirabaii temo represeotaoles de los principtos ^mk 
cuyo nombre reiiiabao. A vecea era fiogidia i ioleresadaya ireoee 
siocera y respeluosa la defereocie; peso sieaipre bajelaa condor 
eoraeiooes coo que hooriifba el trooo i los digoatarioedel dero^ 
y especialmeDle eo los uUimos siglos, ooulUbaose cadeoas quo 
ae dejabao sentir eo los momeotoa de obrar,. y qoe si bieo oo 
auj^labao A aloias magoAnimas y oelosas, aprisiooabao al tenraq 
de eilas y las reducian al sileocio sobre algunas medidas fonee^ 
taspara la Iglesia, 6 laa iodudan^ ciobardes transacciooes* Loa 
gobiernos de esta ^poca, miraodo al dero como eo^migo i&aa 
bieo. que aliado, coo aus obras hao tomado'4 su'eargo Kbrar a| 
dlMo de «sta depeodeada que de sua abteoesom laoii|| al pMO ' 



»• 

M. ^enio mk ilh^mno to qae tiem de hoiBtno} y aliroilwiow 
;atro9 de eudquier cx>Meision eomo de um apostasfa^ condtaAD* 
do al tHeffo 6 una eompleta indiferenda. por todo lo qae U vo>- 
ilea, y i una inmof ilidad de fortnas que al cabo le imposibilU 
taria de poder entenderse con la aociedad. Mas i pesar de loa 
•taques de loa onoala roca pepmaneGe aiempre iooontraataUe 
wibreaiia cimieiitos, j desmintieodo loa tecnoresde los* olroa 
-va daodo vueltaa junto eoo A muiido enmedio de la «ual^at& 
^laotada, $in q<ie por esto- deje de ser la misma. 
< Solo i e«ta ullima claae de defaeres poderoos aludtr evando 
faaUamoa de -los d^l nuevo deroc los otroa no poeden aer titled 
nroS) porque pertttD^en d la esMcia roisma de la itistilucion. La 
,wtuacion polfcioa y hasta aocial del clero ha oamfaiado en gran 
tnanera, y forzosoleserd adaplarse en lo poribfe a ella, para que 
'ten esla flesnbilidad eo su modo de ser, tanto ttayor* coanCo 
'teas inmoiable es au leseneia, demueslre que para exislir ooioe- 
cesita de niogon accidente homano ni de terreno apoyo, de loa 
sque mas indtspensafblea parecian. 

' , En primer logar parece que ha pasado ya parael olero la 

/tfpoca en que repreeentaba un poder social inlermedio eotre el 

4Donaraa yei pueblo^ y era on poderoso ekmentode aristocrft- 

xiu, y que despojado de toda la consideracioB que bajoestecon** 

>Cepio podia caberie, aolo obtendr;i la nievainente espiriliial que 

4iemo i mkirstro de ia • religioo le toca en el conaoo de los (ti^lea. 

Acm maaj viviendo emnedio de puebiqp esceptioos , bajo la al* 

^ noafera glacial delindilerenlismo que sabe Dios dondey caan* 

^"do detendrd' sua estragos, ]» oonsideracion que obtenga aca«> 

:4la deberA-aolo 4 sua virludes y servtcios personates; y » k 

religion le recomcodaba antes y le garantiaaba en cierto modo^, 

y cubria con su esplendor inmortal las nianchas lerrenas dii 

qae podian adolacer sus ministros^ abora al contrario toca a es* 

toshacerla reoomendabie^ honrar it un Diosdesoonociilo y dar- 

le 4K3onooe» por la- earidad y por loa poiientos morales^ya que 



wb Ibtoos; obridoten tti ttooriyre^ y 4ifbo4i« fVt iotpimtb 
wi mjo lie wrdad jr de imor qM liftga levaolar los' ojos ^. 
Jos paoblos & la foeote Qiiiveesal dedoadffWMna. Arduo y gk^' 
rio9o eB el empefto, y por d se gradiia la perfectioo i que h^!^ 
do aspirar el dero y ei legitiaio preatigio que Db debe reuiar 
ea oiogao ^fieotido sobre las almas; caaotom^oM es su a«oeiidftW<* 
to poliitea taoto mayor importa que sea el moral ; y la diota*^ 
dara , que iotes eiercio taD prQvechosameate para loa pueblM 
eo stt gobiemo temporali debe eftoquistarla sobre las eoteiidi«i 
mieolos para restaarar em ellos la &,y en las naciooes el repose. 
Empieoo es este que baee temUar A veces> pero que comumcft 
las mas uu brio estraordibario, y qw por tanta eo todoa mm 
aclos y palabras deberia teaer presente todo edesidstioo; ma- 
mal saoerdote eo otroe tiempos se perdia sdo i si mismo, abcM 
ra ea coasto'esti de sa parte perderia i la religioo,y hamaan 
cbas que eebara sobre si recaeriao A los ojos del maodo aobw 
la fiis inmaeulada de aqoelk; 

Otro sosteo del cferO| que i vneltade gnmdesbieHes prodii« 
jo^ ittKMivemeotes palpados ahora mas*qae onnca, era k protee-' 
cioD de lot gobieniioSy qoeamemido de entre las fibs de aqoel 
eaoogiao sua consejerosi y que cereabao las. grades de au trooq 
€0o los que mirabah temo reprMmtaoles de los principios ^mk 
cuyo nombre reioabao. A veoea era fiogida i ioteresadayi veoeo 
siocera y respeluosa la defereocui; peso stempre baje ha condor 
eoraeiooes eon que hooraba el trooo i los digoaUrioadel dero^ 
y e«peciaImeDle en los uUimos siglos, ooolUbaase cadenas qua 
se dejabao sentir eo los momentoa de obrart y que si bieo no 
ao|6labao i almas magoinimas y celosas, aprisionaban al 4somiu| 
de alias y las reducian al silencio sobre algunas medidas fonee^ 
taspara la Iglesia, 6 las iodudan^ ciobardes iransacdones* Loa 
gobierAOS de esla ^poca» mirando al dero como eoemigo mais 
bien.que aliadoy coo sos obras ban tomadO'4 su'eargo Kbrar a| 
dbfo de esta depeodeada que de bm aoteoeswes Itniiii al pMO ' 



woi vienAi «b ^ mo to qae lietie de buiBtno) y aliroilwiow 
.atro9 de emlquier ooncegion eomo de ima aposUsfa^ cond^nanw 
do si cl6fo & una edmpleta indifereneia per todo lo qae le vth- 
ilea, jr 4 una liitnofilidad de fortnas que al cabo le imposibilU 
taria de poder entenderse coo la aociedad. Mas i pesar de loa 
artaques de loa onoa la roca pepmanece aiempre iooontraataUe 
aobreana cimieiitos, j desmintieodo loa tecnoresde los' otroa 
-va daado vueltaa junto eoo d inutido enmedk> de la «ual eali 
^laotada, $in qtiepor esto- deje de ser la mtatna. • 
< Solo d esta^ ullima dase de deberes podjemos alodtr evando 
faaUamos de los d^lnuevo daro: los otroa no poeden aer tioe^ 
iroS) porqoe pertttoecen d la es^da roisma de la instilueion. La 
,wtoadoii polUioa y hasta social del dero ha camfaiado m gran 
tnanera, jp forzosoleserd adaplarse en lo poaible 4 ella, para qt(e 
ten esia fle»biltdad eo su mode de ser, tatito ttajror* coanto 
teas iiwnoiable es su leseoeia, demueslre que para existir oo ine- 
cesita de njogon aocidente bomano oi de terreoo apoyo, de loa 
sque mas iodispensables paredan. 

' ^ Eo primer logar parece que ha pasado ya parad <:lero la 

/tfpoca en que repreaentaba un poder sodal ititermedio eotre el 

iDonaraa y ei pueblo^ y era on poderoso ekmenlode aristocrat 

daj y que despejado de toda la consideracion que bajo este con** 

Mbepio podfa caberie, solo obtetidri la mevamente espiriliial que 

io&mo a mkirstro de ia ■ relignm le tooa en d cornMo de los (i^ lea. 

^cm maaj viviendo entnedio de pneblqp escepticos , bajo la at- 

-nosfera gladal del ind»f<frenlismo que sabe Dios dondey caan- 

c'-do deteodrd* sua estragos, la- oonsideradon que obtenga aca.iD 

Atk deberd-solo i sus virtudes y servicios personates; y » la 

•religioo le recomcadaba antes y le garantlaaba en derto nnodo^, 

y cubria con su esplendor inmortal las maochas lerrenas de 

que podian adolacer sus ministroS) abora al contrario toca a es^ 

tos hacerla reoomendabie^ lionrar i un Dios desconocido y dar- 

le d^soneoef por la- earidad y por loa poiientos morales^ya que 



»^ obridoi en td maAn^ y 4ifbiidiift p«^ 4o qiMmi' 
wi mjo lie wrdad jf^ de ftmor qM haga levaolar Ioa' ojoa ^, 
\m paoblos i la foeote uoiveesal dedoadnciMna. Arduo y gk^' 
rio9o es el empefto, j por ^ se gradiift la perfiscdoD i que Im^ 
de aspirar el dero y ei legiUmo preatigio que ob debe reuiar 
ea oii^ao ^fleotido aobre las almas; caaotom^ooa es su asoeodieii^* 
te poliitea taoto majror importa que sea el moral ; y la dicta*^ 
dttra y que aotes ejercio tao provechosameate para Ioa pneblM 
eo su gobienio temporal, debe oonqoiatarla sobre las entendi^ 
mieolos para restaarar em ellos la &,7 eo las oaciones el repoao. 
Empieoo es este que baee temhiar i veces> pero que comuoioa 
las mas an brio estraordftiario, y que por lanhr eo todoa sot 
actosy palabras dijieria teaer preseote todo ededisUoo; mi 
mal saoerdote eo otroe UempOs se perdia solo i si mismo, alxM 
ra en coanto esti de sa parte perderia i la religion, y haraair 
chas que eebara sobre si recaerino k los ojoa del mundo aobvo 
la fiis iomaeulada de aqoella; 

Otro sosten del cfero, que < vneltade gnmdesbieiles proda« 
jo^ inoonteiueotes palpados ahora mas'que nunca, era la prolee«> 
cion de lot gobierbos, quoameaudo de enire las fibs de aqoel 
eaoogiao sos ooosejerosi y que oereabati las grades de su trooq 
ooo los que mireban temo reprMentaoles de los prhiciptos ^^ea 
ouyo nombre reioabao. A vecea era fingida i ioteresadayi ireoea 
siocera y respetoosa la defereocia; peso siempre baje ha condor 
eoraeiooes con que hoDpa(ba el troao i los digoatarioedel dero^ 
y e«peciaImeDle eo los ullimos siglos, ocult^Uuiase cadenas qaa 
se dejaban seotir en los momentoa de obrar, y que si bieo no 
ao|6Ubao i almas magninimas y celosas, aprisionaban al tema^ 
de el las y las reducian al silencio sobre algunas medidas fonee^ 
taspa'ra la Iglesia, 6 las iodudan i oobardes tranMcdones. Loa 
gobieraos de esta ^poca, mirando al dero como eo^migo mais 
bieit.que aliado, coo sos obras ban tomado' 4 su cargo Kbrar a| 
dbro de esta depeodeacia que de sue aoteoesoffes laniiii al pMO ' 



n 

m^ tieado .mt ^Bft-mo fo cpie tietie de hammo} y alarmdkNlow 
.otrM ^ eudquier ooMe^ion eotne de um apostasU, condtoait** 
do ftl cl^M i una cbmplela indiferencia- por todo lo ipe le fo*- 
dea, 7 i utta IfimovJlidad de formas que al oabe le imposibilU 
taria de poder entenderse coo la acciedad. Mas i paaar de \<m 
«laquea de los onoa la roca permaoece aiempre iooontraatable 
tobresoa cimieotos, j desmintieodo los temoresde los* olros 
-va daodo vtieltaa junto- coo d moiido ennedio dela ^coal eat& 
^laotada^ ain q^ie por esto^ deje de ser la mraoia. 
* Solo & esta ullima clase de deberes podemot alodir evando 
liablatnoa de ios del nuevo deroc los otros oo poeden aer noel- 
iroS) porqoe perteoecen A la esencia roisma de la inslitueion. La 
,«tuacion polUtca y hasta social del clero ha caotlnsdo «n gran 
manera, jforsosoleseri adaplarse ea lo posible 4 ella, para que 
OOD esia AeiribiUdad eo su inodo de ser, tanto md^yor cuanto 
teas ifimoiable es so eseoetai demueslre que para extstir oo toe- 
cesita de niogOD acctdente bumaiio ni de terreoo apoyo, de loa 
^iie maa iodispensables parecian. 

. Eq primer lugar parece que ha pasado ya parael elero In 

4jpoca en que representaba od poder social iDtermedio eotre el 

woniroa y eipueUo, y era uti poderoso efementodearistocrft- 

xi%, y que despojado de toda la coosideracion que bajo este con** 

M^pio podia caberle, solo obleiidri la mevatnente espiriiiial que 

.ooino & eihtQfstro de h religioQ le tooa en el eoraxoo de bs (i^lea. 

^on fiiasj ?iviendo emnedio de pneblqp esceplioos , ba}o la at* 

-nosfera glacial delindifereDlismo que sabe Dios doodey cuan- 

c^do deteadri'susestrsgosy U ooDsideracion que obtenga aca«o 

;«la deberA solo i sua virtudes y servicios personates; y » l» 

•religioo le recomcDdaba antes y le garantlaaba en cierto roodo^, 

y cubria con su e»pleodor lomortal laa niaochaa terrenas de 

que podian adolacer siis mioistros^ abora al contrario toca a e»- 

tos hacerla reoomendable, honrar i uo IXosdcsconocido y dar* 

le i^somoef por k eandad y por los portantos morales^ya que 



9» 

M IbicMi; obriidos en tti oomlyra^ y iifiiii4i« p«f do qimff%' 
na ni^o de verdad f de amor qiM liaga levaotar las- ojoa d^, 
loiB paabbs i la fiieote qui venal dedoade^oana. Arduo y glop^' 
rio90 es el eiopefto, y por ^ ae gradm la perfi^ioo i qae luif 
de aspirar el cleroy el l^itimo preati^ quo- ii6 debe reuaar 
eo oittgUo aeoUdo sobre laa almai^ cuaotdm^uos es au aaoendiap^ 
te politico taoto mayor imporU qoe sea el moral ; y la dicla^^ 
dara , que iotea ejercio tan provechosameate para loa pnaUoa^ 
eo au gobiemo temporal, deke oOnqoiatarla aobre loa eiiteiidi«i 
mieotoa para reataurar ea elloa la fe,y eo laa naciooesd repoao. 
Empeoo as eale que haee temUar i veoes^ pero que comuoioa 
laa mas uq brio eatraorditoario, y que por tanta eo lodoa ant 
actosy palabraa deberia teaer preseote todo eeleaiistioo; ma 
roal aaoerdoCe en otroa tieinpcia ae perdia ick^ iti mbmo, aliD» 
Fa en coaoto eati de an parte perderia i k rdigiooi y hamaa^ 
chaa que eeliara aobre tl recaeriao i loa ojoa del mundo aobro 
la &s inmaculada de aqaella; 

OiTO sosteo del ctero, que i vndta de grandes bieilea proda« 
jo^ iooon? emeotea palpadoa abora maa que nnnoa, era la protec«> 
don de lot gobieriioSi qooameaodo de entre las filaa de aqoel 
esoogian sua oonsejeroai y que cercabao las gradaa de su trooo 
oon los que miraban tomo reprMentaotea de loa principios ^^ea 
cojfo nombre reinabao. A veoea era fingida 6 ioteresada^i veoaa 
siooera y respeluosa la deferencitt; pero aiempre baje laa condor 
eoraeiooes con que hoorafba el trooo i loa digoatarioadet dero^ 
y ei^pedalmeDte eo los uUimoa sigkS| ocultibaase cadenas qaa 
ae dejaban aentir en los momentoa de obrar, y que ai bien no 
aoj^laban 4 almas magniuioias y celosaa, aprisionabao al tonra^ 
de alias y las reducian al silencto sobre algunas medidas fonee^ 
taapa'ra la Iglesiai 6 laaioducian & oobardea transacdonea. Loa 
gobteraoa de eata ^poca» miraodo al dero como en^migo Aaa 
bieit.que aliadoy coo ana obras ban tomado'4 su eargo Itbrar a) 
dbffo de esta depeodenda que de aiai aiotaoeaorea taoi«(^ al- p4io ' 



^ M la ratjM mayor md: SOS prinoipioa yoon la todigeiieia ^ 
^e h rftdoeeo pooi^Ddoleit meldo siiyo ; pero en este cato mm^ 
temibies quhA amn aotea y aeriao ahora Iob halagoa que hoy ■ 
laa amenazas: la Igiasia no as plasa que se tome por hambre^. 
y «n peligro de equivocarnos podriamos tal ves asegorar que' 
i pesar de tddaa las violeociaa , de todos los artiBcioay de cual«' 
qoiera priviicioQ, seri el clero menos esclavo y depeodieote- 
qoe miQca. En onOa reioos es ciertOy le vemos tolerado y tra« 
tado al par del pastor calviiriata^ y del rabino judio , sin maa- 
oonsideracion ni privile^io.; en otroa etpoesto al enoooo de ua- 
d^^ta I en qtros i las cavilostdades i iovasionea de on mioia* 
tro, en Otroa por fin al embate de las revoluciones y i lea< 
odioa del furor incr&ialo: triate ea este especticolo sin dtida; 
pero ooando leemos la bistoria de ciertaa Apneas no muy re-' 
motas en que ae sembro tal vez lo que a bora coaeebamoa j ^po-? 
oat de contemporizaoon criminal acaso y desiiendo incompren* 
aibloi epocas en qup mas de un prelado^ oooverlido en ciegO' 
imtmmeoto 6 en sarvij adolador del poder, se acordaba mas 
de la magestad huqjpna qoe de la divina, yea qae i on carde- 
nal reconvenido pof fierta culpable cooperacion pudieron esca- 
piraele las palabra| , ^ue por su rej se arrojaria de un bat-'* 
oon, porque le debia su dignidadjr sus haberes iodos ; i estas* 
epocas repetimos de degradacioo y servidumbre que por Ibrttt-^ 
oa » 6 major dicbo por providencia divina , nunca fueron ge-- 
oeralea, preferimos con mucho esta de miseria y persecucion' 
ea que el dero se ve do quiera bostilizado , empobrecido , ca-; 
lomniado J pero con la independencia de la desgracia , sin mar 
protector qoe Dioa en el cieloi y sin mas gefe que el Pootifice- 
eo la tierra. 

De esta sitnacion politica ae desprende la necesidad^de in*' 
dependeocia en el ? clero para sostener sus propiaa atribocionesi* 
y de aislamiento en cierto modo de cuanto poede afectar laa 
ogMfas^.y tan honda es la impcesioa qoe al qoe esto escribe le^ 



caasa la( idea de las ventajas de erta MparadoDj qae as! oomtP 
•o quisiiera oitigao mtnistro de esos ilusirados caDMistaa deir 
•iglo pasado , que mekieron su hoz eo el campo de la Igle»8|*^ 
ni-alguBO de lot monarcas que embriagados con so gloria jr 
poderio , por mas que piadosos eo su vida particular , crejreron 
ptrimonio sujro la viSa del Sefior; tampoco a las veces qoisiera 
por ahora, atendidas las drcuostaocias de la epoca j lasacu* 
saciooes de ambicioo y prepoteocta que est^o eo voga cootra el 
diwo , que se abrigara bajo la estola del sacerdote algiino de 
aquellos profundos ialeotos poliiioos , de aquellas almas eo^r-^ 
gicas y aclivas que se elevao por su misma esenda i la com^ 
bre del poder, y que truecao la faz de ooa nadoo 6 la suerte de 
los imperios. No es este el tiempo de Ips Richelieu, de los Al^ 
beroniy oi hasla de los Jimeoez de Gisoeros; oo esel tiempo de 
sacerdotes diplom^ticos 6 guerreros , sioo el de coofesores wi^ 
fridos y. coostaotes^ de apostoles armados coo el rajo de la pa-' 
labra, de pastores beo^cos escodados por el brillo de sos ?ir- 
todes. ' ' 

Pocos serio pues los deberes piiblicos del clero, pues po-^ 
cas por lo regular sedio eo adelaote sus relaciopes politicas, lo^ 
qae le libra i uo tiempo de las pasioo^ que pudierao pegar^ 
aele, y de los cai^os y acusaciooes quesueleo dirigirle sus eiie-^ 
fliigos: sus deberes coo la sociedad puedeo coosiderarse cotntf * 
iodividualesi porque por medios iodividuales se oblieoe el as** 
oeodieole social. Bajo este ooncepto estos debereS soo etemos y^ 
de toJos tiempos como morales, coo las modificaciboes queso**^ 
giene uoa prudeocia acomodada eo lo posible & las circuostaov 
das» uocelo seguo Dios, y uo cooocimieoto axactodelos tieoi^^ 
pos y desus oeceiddades materialei. Mas para e^tesiglo orguHo-^ 
so oo basta ya uoa virtud puraroeote ascdtica 6 cootemplativai . 
ddbe ir aoompafiada ademas de todo el prestigio dis la cieoeiay' 
y esta cieoda permaoecteodo tersa y pura, sio degHoerar Atlk 
fiieote da doode emaoa .y de doode bao bebido taotas genamu ' 



fjonesi ooB?irae qiie tome en lo poAik A stBor it la aetdiA 
para que no la|rechace} porqoe la verdad es oomo el mnnij que 9& 
^eOoiodaba A todo paladar sto blterar por eslo au ^eocia. El 
siglo esU eofermo^ hemoa dioho, y es preciso aoomodarse^aiie 
miainos caprichos en lodo lo que no dafien i su salud, sioo mas 
hien aeao un medio de dirsela. El estado de guerra en que ae 
ha encootrado la religion ha aguzado^ por decirlo asi, las armaa 
de aus defenaorea, que inte$ no ae empleabin aino en juataa y en 
aimulacroa^ oomo por i^a de entretenimienio: eata compara^ 
eidu marca i ouestro enteoder la direraa marcba que debeae* 
gnir la ciencia teologica en loa aiglos de fe y ^n loa atglos de 
diacuaion. Por lo demaa loa eatudioa y educaqun del nuevo cle- 
Ml, J d papel que debe representar en et drdea uitelectual 
fOoatitoyen una materia harCo vaata 6 importaote para qui 
c^oaintamoa en tocarla aqoi de paao: eo este punto como em 
mnchoa otroa puede aervir de oaodelo el de la vecina Francia; 
. , JKo ea eate mt opadro ideal if» noa hemoa formado del ntie^ 
TO derOi pintando lo que aerii por lo que delnera aer; tene^ 
QKOa Qua fa profunda en la fuena Intama de laa coaaa 6 aea en 
|p Piovideocia, y en la influenda r^eneradoradelatempeatad; 
Ufiatrado y virtuoa^ era oomo el que maa i finea del aiglo pa^ 
aado era el dero fraooea, el dero amamantado , .dig^moslo ^^^ 
p^ Boaauet y Feoelon» beredero dd nombre 6 ideaa de taotoe 
bomhrea grandee, y aobria d eud reflejabanaun de Ueno laagltf^ 
ijaa dd aiglo de Luta XIV: ain embargo ^ fni ad>re aua cabe^ 
Baa la revolndon oon au boa de bierro, algonoa maa d^bilea 6 
diigoa flaqaeafoo y doblafon la rodilla para hnrtar d gdpe4 
pero mniia doda que para k mayoria fu^ aqaetia una torment 
U finficadete, y que la aaogre aaceidotal que corria de loaoa« 
4aUoa fiitf tttt hallo de regeneradoo para loa que aobrefivieroo, 
f aemilla de vida para aus auceaorea? Veamoale abora al actual 
dero Fraoceaconquistando lentamente, ora con el eapleodor de 
hk le^'Ora con d balaamo de la caridad d una aociedad tan iadi* 



97 
4miU em» fgolsUii triQafa^do de los hljos esq^ticcfs eon la, 
cfekura > oomo iu9 aqtece^ores trianraron de ios padres ate(M| 
opQ lafirmeea; ganaodo opa sus virludes j ciencia tapto cpmd 
^kbierii dnte3 & la (e.de lo3 jpueblos. Mas adherido que nuoca al 
ceotro de imidad se gloria ante todo cod el nombre de rpoia- 
aoy y dofl fatalea plagas que le corroian en sus dias de mas ro- 
inMsg y lozaoia, que corrompian sus mas bellos frutosi y que 
lodos loi flsfuer^os de la autpridad y de la ciencia no habian 
logradodesarraigar, (haUamps di^lgalicanismo y cjiel janseoismo^ 
han muerto por si mismasdeoqQsumcioo en el diadela prue* 
l>a. Pobre y asalariadoi del Estado , pero santamente indepen* 
jdiente en el ejerciao de su cniniifjleriQ j tolerado spio y & veces 
nolestado por i\ gobierno, perp spstenido con el amor de rou* 
«bo9 y con el ^e^peto de todos; sabiendo refundir eo la iua in- 
tnortat del Evangelio las luces deslumbradoras de que tanto se 
<Wvanece esto sigloj ba logrado conquislar para la religion con- 
-flideracion .y prealigio 0ntre sus nigs prevenidos bontrarios , en 
cambio del que esta le daba en Ios liempos de fe ^' loi ojps de 

I09 poebiosi y . y . . \ 

Esto ba hecho con el clero Frances la prueba de la perseoo- 
cion, y esto hard, si no nos enganamos, con el espaftol, ya que 
para el ha llegado este plazo, si bien mas tardioi no menos se- 
vere quiza que el que ha pasado sucesivamente pOr todas las 
iglesias de Europa. Desde Ios tiempos de Recaredo descansaba 
Buestro clero pacifico y venerado en brazod de la fe y d la somf- 
bra del trono, bajo la doble salvaguardia de la religion y de la 
autoridad; la invasion de Ios sarracenos, constiluyendo el prin* 
cipio religiose en priocipio nacional durante la guerra de sietis 
siglosy no hizo sino acrecentar sa influehcia; la refbrma proted* 
tante que taotas convulsiones produ jo en Ios vednbs 'pu^bldis, 
cuandom^nos profundo estremecimiento en las ideas, estrelMn* 
dose en Espafia contra el calolicismo de sushabitantes jr el oe* 
lo de sus monarcas , arraigo mas luen el poder del dero por la 
ToMo u 4S 



98 
necesidad de la defensa y por el contraste con lo qae en otrat 
partes sucedia: uunca combatido y predominante i veoes, cree* 
rlase le liubiesen enerVado la paz y la prosperidad; peroel es- 
pecl^calo que de algtinos anos aca presedcininos ha probado lo 
contrario. Sus eoemigo.s mas encarnizados, dquienes debetanto 
en cierto modo como & sus mas generosos protectores , le ban 
proporcionado un Iriunfo qne vale por un tranqtiilo reinadode 
inuchos fliglosy y crej'cndo asistird sus funerales han heclioso<> 
lo que renazca cotho finix de sus cenizas. Dia vendra en que al 
aspecto de la tal vez corta pero escogida falange de ministros.que 
rodeen el empobrecido santuariO| y qiiedesde alll se lanceo & 
derramar sus consuelos en medio de la sociedad que tendr^ 
mas necesidad deellos que nunca^ bendigamos la tempestadeo 
medio de la cual fueron concebidos para la Igleiia. Mas A los 
autores de esta tempestad no les serd contado el bien de esta 
regeneracion que sin quererlo ban obradoi serin como el fuego 
que sirve para acrisolar el orO| y que luego es reductdoa car* 
bones* < > 

JOSB MaHU Qu4DRAIM>. 






iWlit^ntras el cristlanismo tenga altares y adoradores, se levan- 
iari siempre uno consagrado al ilustre obispo de Hipona , jr 
los fieles hiocar^n respetuosatnente delanlede^l su rodilla^pues 
que el noml^re de Agustino va de tal inanera enlazado con las 
glorias de la iglesia africana, que es de todo punto imposible recor- 
dar estas sin traer aquel a nuesUa inemoria. Por esto hemos pen* 
sado dedioar algunas paginasal recuerdo de tan esclarecldo doc- 
tor, salisfaciendo a la vez una necesidad de nueslro entendimiento 
y un volo de nueslro corazon: y como pararecordarnosunde- 
ber por otra parte muy grato, la casualidad ha dispuesto que 
casi coincidlese el dia de la publicaciondeeste numerocon aquel 
en que la Religion nos recuerda las virludes y el alto saber del 
santo hijo de Monica. Los que ban malbaralado los dias mas 
preciosos de su vida con liviandaJes e' ilicitos placeres alienten- 
se, pues la juveotud de Agustino estuvo raanchada con torpe- 
zasj y los que sedieatos de saber ban apagado esta sed en cister^ 
nas estancadas y corrompidas alientense tatnbien^ pues la plu- 
ma del grande Agustino, que tantos dias de gloria ba dado a la 
religion cristiana, estuvo tambien un tiempo vendida desgra- 
ciadamente al error. Innumerables escritos ban fluido de ella 
como de abundante vena , los que orgullo nuestro fuera decir 
,qae hemos hojeado antes de escribircstearticulo; pues mas afios 
de los nuestros sod necesarios para haber leido y meditadosus 
! Tratados sobve laEscrilura, y el Comeniario sobre los salmos^ 
y su inmortal Ciudad de Dios^ y tantasy tan recomeodables obraa 



> 



480 
Gomo dejo escrilas: asi solo bablar^^mos de dos preciosos opuf« 
culos, las Confesiones y los Sotiloquios^^qut c1e>edrainos veren las 
manos, no digo deciialr|uicraecIesiaslicO;y detodaper^na- da- 
da a las cosas de piedad, sino en las de esla generacioo $que- 
jada a nn lieinpo pot* cl ansia de verdad y por el vertigo de 
las pasiones. Presentarle & san Agusliri como una alma ardieoie 
acosada de ^tea sed de ft^ltcidad que en ninguna Fuente pudo sa* 
lisiacer inenos en la que brota pura del pie de la cruz, y como 
lin tilosofb que estubo fluctuando entre conlrartos errores has- 
la reposar en las vcrdades cristianas, esta es la iarea que noa 
liemos impueslo, dejando a los teologos la de dar a cbnoeer el 
rico tesoro de bellezas que se encierra eii sus obras dogmaticas. 
Al promediar el ^iglo tV nacio eoTagaste Agustin de PatrL 
cib y de Monica, y apenas salido de la intancia emprendio ea 
8u pairla los esludios, que despues fu^ conlinuando en Madau- 
ro/hasU que ullimamente los completoeh CarUgo. Pero tanto 
como en estia cinaad sb iluslraba su entendimienlo, corrompiaie 
au corazbn , y no tirandola rienda a las pasiones que de cadadia 
ilo tiranizaban oias y mas, se precipi(6 liasta dar criminalmenti* 
el s^r a Adeodatb,en cixya frenle oscHo la llama del genib 
aue lanto briltatm en la de su padre. Voluptuosascorrieron las 
niocedadeis de ndestro sanlb, porque dotado de uncorazon apa* 
aibbauo/creyoque lascrialuraspodianlleiiar elhondo vaciocjue 
ienlia denlro de si, y no disttnguiendo entrela serenidaddel ver* 
aaaero amor jr la obscuridad de/ carnal deleiteionwUsllnie' 
i)las pbrj'aluz, y la voraz hoguera que consume cuanlo loca 
pok* el fuegb que teVanla iViia llama puray ardienle. Cuando mas 
cntrado en afios, recordando sus juveniles ostravios, gimicndoy 
poslradb a lbs pies de lift Crucifijo il(*c1a: uYbs eslabais ihiiy end- - 




'^iii ii^'c dt\1lha(i6/y jb ifeKlWo, 4iJaiiiiatfb V *p"^sb *le 



Vfkk bl^nclnraii 9en$uale.% andaba inqui^to, (Je^iiiQ^clp, e turvien- 
4p con Us ilainas (}e mi concupiscencia me clerrapiaba , y vo^ 
caU^l^ades. ;0 que Urde venisteis^ gozo rnio! '\ ' 

No solo el corazpq de ^gustinp era el quQ estaba perverli- 
4^; Ip9 bumoS'habiaii subiflq & ia cabeza y desvariecido su 
eplendiniieDto: )a 3ecla de los lIl2)niqu^os tuvo en el un pios^lj-* 
t0| y bie.Q pror\lo hizo de,el un aposLol. Dotadp de las prendas 
de bueq bablista enseno retorica en Cartago, Roma y Milan, y 
co|*onado de los laurel^ de la gloria se arrastraba por el cie* 
po de la corrupcion. Su virtupsa ipadre le miraba, y las Id^rimas 
abrian dos 'surcos de fuego eo sus mejilias: nn hi jo que 
esl^^viado del sendero de la verdad iba resbalando por la 
i;apida pendiente del error, era un espectaculo harto aflictiyp 
para que no desgarrase el corazon maternal de Monica. I^leva^ 
.ba la atribulada muger su dolor al pie de los altares, y fatir 
gaba el cielo con sus gemiclos; rogaba i Ambrosio la acompa? 
case con sus oraciones, y no ceso un punlo de Uorar hasta pir 
|de los labios del grande obispo de Milan: muger, anda, qup 
flo puede perderse un hljo que tantas Idgrimas ha costado 
4 su madre. La fama de Ambrosio habia ll^gado hasta los ot« 
dos de Agustio , y desconociendo e.ste la mano de Dios que 
le empujaba, se dejo primero prender. por los encantos de la 
paiabra tiel ilustre obispo. despues la verdad seabrio pasp has- 
ta eo su enlendimienlo. Veamos como nos lo rcfiere en sus 
conjesiones. ccY coiho yo abriese el coraxon para recibir la 
suavidad y elegancia de las palabras, i vuelta de ellns entraba 
. tanihicn la verdad , aunque poco i poco ; porqne en cuanto & 
^lo primero , ya me comenzaba i parecer que se podia defen- 
der to que el decia , y que la fe catolica con la cara dcscubicrta 
podin salir al encut>nlro de sus enemigos; especialmente babien- 
do oido unu y mas veces desatar algunas dificultades y decla- 
rar \m lugnres obscures de las divinaslelras^ los cuales querien- 
..dolos JO interprelar & la letra , espiritoalmente moria/^ Com* 



^'02 . ... 

prendid que la obscuridad de las Escrituras podia quedar 
disipada por la luz de la ioterpretacioD , j rechazd la idea que 
habia alimeotado deque la l^y y los pro f etas do podian ser 
esplicados d satisfaecioii de sus contradictores. 

. Laa enfermedades del alma lo mismo que las de! cuerpo 
nos sorprenden de un golpe, j van retiraodose poco i poco; 
y como el que ayer rebosaba en salud , hoy postrado lucha coa 
latigosa enierineJad , asi el alma que siucerameute creia faa 
pasado de un saltode la fe i la negacion, ba invocado el ateis* 
mo. No creais que vuelva con la misma rapidez de la negacioo 
i la fe ; dnles debe arrastrar larga convalecencia. Primero nie« 
ga^ despues responde & cuanto se le dice con el rudo des- 
lien de la indiferencia , de la indiferencia pasa a la duda^ y 
feliz cl aliua que de la duda vuelve & reposar en los tiernos 
brazos de la fe. Testigo de tllo Agustin: abandono la secta de 
los inanic|ueos^ pero no por eslo abrazo las creencias catoticas; 
antes tuvieron que menudear las conversaciones con Ambrosio. 
Los golpes de la gracia no eran bastantes para dispertar aquel 
corazou empederniJo , fue necesario una rccia aldabada. Era 
mucho que se rodease de sus amigos para hablar de laS vacie- 
dadi'S dc estemundo; era mucho que leva^iascla losa de unse- 
pulcropara descubrir al travesde lacorrupcion un rajo dein- 
niorlabdad^eraqiucho que se couvenciera dequeel principiode 
vid;i qiio abriga nuestrocnerpo no pucde ser pastodela podrct 
pero lo Jo eslo no era bastante todavia para que seconvirtiera. 
Las cartas de san Pablo, ese libro admirable (;ue suaviza 
las llagas lodas del corazon, fue el inslrumento de q(ie Dies se 
valio para obrar una sanla revolucion en Agustin. Se eslaba nti 
dia paseando enlre medilabundo y pesaroso por la's callcs cfe 
un jardin, y oyo una voz que le decia toma y tee ^ y lonio !as 
^*arias de sail Pablo, y leyo, y las cataralas que obscurec'ian sus 
ojo.^ x»yfVon a vista de las paginas de aqiiel a quion bablan 
convcrlido estas palabras uu.sleriosas, y un rajo bajado de fo 



ftllo baSd ill h'leiite cKima iotes la da Saulo. % aquel di^ ]a rar 
ItgioQ 1q $alttdar9 siduipre con gozo, poets en <H se cniiquecio coo 
otro 'fiorou ..mas ia^,d|adi^ina que cine la eaposa del Cordero. 
Desda el jardin ac<>iiApanado de Aiip^, volo Agn&lino al 
lado de Udnica , qiie alborozada vio eala ves i su iiijo que ha- 
Uai dado dos veces a luz: la priinfera para el niundo, y la otrn 
pira la religion: j' bendijo la saiita madre el nombre del Ser 
dor, porqte le liabia coQcedido mucho mas de lo que le soiia 
pedir booaus gemidos Uoiosos y laatiineroa,;y por haber tra^ 
cbdo eo cumplido gozo el amargo llaoto que por su hijo ba- 
bia vertidOk Sao Auibrosio cumpliendo el. grata debar de la re- 
ligion y de ]a amistad derramo el agua de salad sobre la car 
iieza de; nuestro catecumenQ^ quien abandooando en seguida et 
•profeaorado de reldrioa que con- tanla gloria habia deseinpieAii- 
dOy pusodeade ientODces loda su aiencion en inodelar sus coa- 
Uimbres^ sobre la moral drl Cvangclio. D.e'v.i,ielta i Jaga&teaeda* 
iuvieroa algunoti dias madre :e liijo en l.a$ ioo^diacioiiea deOs* 
ii«^prQpa[r4hdo$e & la o^y^gmoo'^y. aqui fu^ dqpc^emaptuvieron 
aqdella platioa tan sabrosa sobrela<idelicMisd^l cielo» qne nuoji^ 
iieiDoi. podido leep sin enter neceri^os^ Asaoadoaai.^nljep^ohodo 
Oiia v.enlana)r^reada&u v-isU{)or -ud aoieliQ ^i[dip queseesleii* 
dia debute de elios , en duice esparciwie^tp.vCoiiy^rAabaA .dpi 
^020 quo in<i0(U 4 los escogidos en laxias^.c^lSeaoi:,' y, esta con* 
ver-dOig^p t$n tierua nos ia.ha.>pii($ladad;o, ^n^. Ag^s^in co^. los 
^ignlef^tes palabras, ((.tlstdbantos jqoo'Iq, bpi^ de nu^stvo cprai^an 
abierla^ uiiraado esas cairienla^ 49.vue$lTa. fvienie,fueulede vi- 
da, pi'u quti^ bebie/ido S)iqu.i^£|.|inM &ota de eU^Afieoororrnff a nuaa- 
.ira capacic^d, en algfiua fp^n^ita. ,pvdie^mos barruntar cosa 
tan {Jruude. Llegd nuestro plalica i'es\^ pqi]iclu6K)u,ique cu4l- 
quiera deleile, por gramle que ^ea, d'/.hiM)3triOS: aeniidos'caroa- 
les cotcjuda cou la alegria de aquella vidav no s(>tan>ente np.es 
' diguD de Her coinp<ii-ado con eih^ pero ui aun dc ser meiitado: 
. y de aqui cni^endidua c<ui lua^oi afeoto suUkhqs coriio {>or eaca* 



lones, por todas^las cosas corporales Imsta Ifegar al cialb,<dt 

ttdnde el sol j la luna y las estrellas envian 8u claridad 8obr# 

la ti^rra, Y aun subimos mas adelante pensando iDteriormeait 

de vos, y hablando de vosy maravilUndorio^de vueBtras obras." 

Las ansias materoales de Monica estaban ja salisfechas, ad 

liijo querido habia abjurado los errores de los maniqueos j bet 

chose catolico, A nada mas habia aspirado, ydesdeentouoes pc^ 

'dia sooreir i la muerte. Despuesde algunos diasdedolceeofer* 

Xnedad, en que Agastin junto 4 la cabecera de sa madre le pro^ 

digo los consaelos del cariAo filial, y aceptado el encargo Am 

tecordarsie de ella en el altar, $e durmio risuefia en eldsonlodel 

SeAor. El nos lo ha dejado escrito: cabe al atand de sii. difunr 

'ta hiadre llbraba Agustino comO un nino. Adeodato beria el 

'aire con sus gemido<}, j mi^ntras su padre leinstaba para que sp 

fepoftase en su dolor, i\ & torrentes derramaba las lagrimas* Por 

bn momento las reprimia ensus entumecidos oJQs, pero noca* 

'bt^ndo dentro de ellos les daba rienda para que corriesen otrt 

vez. Macho lloro Agustin & la que por el mucho hubia llora* 

'do. La restgnacion cristiana alcanzo trocar en apaciblq tnelan* 
colia la amarga trisCeea^ y despidi^ndose de las playas de Ita^ 
lia, de las que tan tristes al par que dcilces recuerdos debia con^- 

• aervar loda j^u vida, se restitujro al Africa. 

Valtfrio obispd de Hipona le rccibio con los brazos abier- 
los, y le elev6 a la dignidad de sacerdote: por la himinosa es- 

' plicacion que AM del simbolo de la fe en un concilio, merecid 

- Agfjstin ser elegido coadjutor de Valerio en aqnella silla. No 
esde nucstro propositi tndividualiear las virtudcs episcopales 

' eftf que tanto brilio niiestro santo^ ni el icelo con que de|aba el 
baculo paraempuAar U pluma cuando las necesidadesdelareli* 
gJon lo requerian; asi bajaremo)i a vindicarle de las acusaoiones 
queeonir^i el injustamente ban Uovido. 

Los hombres que por su vasto talento d i*aras virtudes se 
ban hecho lugar cnlle los deinas hombres, nunca han bajado al 



40S 
mfiikfb^ ^(ts'ftiTOatrar diMm^'pir que'^kt^ioBas pcirse*' 
McioiMni 7 flan Agpslin qao del ancho camino del liberliaaft 
paad al eslrecbo aendero de la virtud , y abandooo la g\ov\% 
id mttndo para abtaaarse coo la gloria de la cruz, qo 4ebU 
quedar eaoepioado^ de esta le^ al pardoer providencial. Mi^ 
Iras 1(M teologos eaUilicoa le. saludao CQmo al dr^culo de U 
^lesia, 16s heierodoxos le motejan de igQoraiite eo )a$ aagrada^ 
eftciilimiS) .y paaando del eDteodimiealo al cbraaoo leaapooeil 
hombre raDidoao y <)ue idteititaba cjrip soa opinioD^ purCioo^ 
laies-.eit arliculoa de (i. Sin embargo la humildad era una d^ 
las virtttdes que mas brillaba eo d saoto obispo de UipoilSy y 
esA deseoofiansi y timidez que acompafia a los hombres gmn* 
des no le abaodonotaropoco eo el curso desu carreralileraria* 
Ed uoadestks carlasdeoia: «aunque,por la misericordia del Se« 
Aor creo baber adelaotado alguoa oosa, oo alimeotOBio embar* 
go el orgtiilo de pensar (fue a mi edad este & cubierko de to* 
do petigro de error." £| que sosteoia la inmortalidad de nueslra 
alma por la fuersa del sentimWnito que de este dpgma tenemosi 
el qub probaba valiefile»>eute que la cubierta de otiesiro cuerpo 
abriga ufl priocipio de vida que* oo consiste eo el juego de 
Inoeiilros organos oi eo ajl^nc&a parte corporea por iidelgazada 
que la queramos supooer, fu^ tacliadodematcrialista. Hasta fus 
confesio'nes^cnya lecture oos ha inspirado este articulo, no po* 
dieroi) escapar de la mordaz txrqsura; perosoo tao cobardes Jas 
aausaciooes>que ui siquiera entraremosen deshacerlas. Como quf 
freotes. Uio elevadas como la de Agustin debao ser siempre he^ 
-ridas por el rayo de la persccucion , del inismo modo que la 
iempestad Irouchn la robusla eocioa, y re^pela al debil arbusto 
que crecia a su sdoibra* 

Las hpre^ias de'estos uUimossigloa do ba Kido mas que uoa 

cooUnuacioo de las bereglas que eo los siglos auteriores afiiigie- 

ron i la Jglesia de JesucrisCo ; pueden haberse embozado coo 

distiolo ropage, pero de bajo de este siempre se ha eocubierto 

ToMO II Itt. 



h miaima featdad. Abrid la historia ecleaiisttcn, j ? er^is coma 
A arriaotsmo enjendrd al maniqueisino , y los oestoria* 
609, donadstas, pelaquianos y eotiquianoa oo (ueron maa que 
MfaTBbres d^ bombres iDdiscipliDadott^ que a vuelta^e conquistar 
ana paginsr en la historia , aunque negra^ no • letnieroo ebar« 
bblair e( pendon de la aoarquia, y como sierpes deagarrar el ae« 
no que tea dabia caleotado. Siempre los enemigos de la Iglesia 
han plaouido aus buterfas cootra las colutnnaa mas firmes de It 
Tintlsid ) y DO respetando la aanUdad de los sepulcros, no hari 
temid^ remover las frias cenizas de los hombnes eminentes que 
en tit*dipos pasados pulrerizaron los errores de sus abuelos. El 
prolestantbmo, que ha cargado oou lasculpasde todaa las he* 
ne^ias anterioiesly debia desfogar au reocor contra sao Aguslm^ 
qne ' habra aido sn a»ote, y al isabo de 44 siglos el nombre del 
dignosoeesor de Valt^rio foe laiisado 4 la ttialedicencia para que 
aecebase en il conio en paslo iftias sabroso. {Felices sin embar* 
go aqQellos hombres i quiones Diosh) creidodigno^de semejaii'* 
tes imputaciones! Agnstiufueel martilld delos herejesdq su si<* 
glo, J por ellonierecio sercensurado por los lierejes de todoslba 
siglos. [Qa^ mucho pues destrozen las reputaciones de loa que vi* 
Yen los qite aob en la tumba muerd^n ios huesosdesusenemigotf! 
Cuando Hipona eslaba siliada por los v^ndalosj su iluatre 
obispo, que no debia presenciar el saqueo de su i»lesia , exha- 
laba el uliimo suspiro Ueno de letras y coronado de virtudea. 
Si nueslro protagoriista no bubiei*a sido mas que un sablo pf<^ 
fdndo, sus escritos serian buscados oon avidf z y leidos con ad- 
tniradfon, y su reiralo estaria colgado en algun mu.seo; pero sa- 
bre sabio ei*a sanlo, por esto sus restos venerabies ban sido trail* 
ladados otra vezcon ponipa religiosa al suelo lostado de Afi^- 
«a; y para la Religion sera siempre grata la merooria del gran 
prelado que ahora 4 4 siglos ma<ie|o oou destreza la pluma*, 
.empuno con valor el biculo y cino con dignidad la iniU*a. 

Jose Viual y Pont. 



4 or 



IHeljoMaa i^cbtdtcaa 



TRADVCCION DE LORD BIROX. 



l^ara dar anaf idcfa tlie^ las <»inicfefe$'HUtriltiVos qne, i, manera de 
hierro candente, tnarcdii Ta '{k>esia td^ 'Ibfd* Syren, nA es por cierto 
eleccion may acertada la A^ ^tas''pcNj[u«fia^' com{Nisict<Aies en que no 
descuellan los d'otes p^ifliam^s €[ue liaif gratigeado !i 6u autor tanta 
npmbradla. La inferioridad dc estas con respecto A sus demas obras 
esti generalmebte' riscoabclda, i' pes^ de^^iie' la'ma^tria en el lea* 
guage, ia prectsioii eh i^ dohceptos, y el taleuto dedpi^gado en la ver- 
tificacion, honrandm {>aslmite-dciialqtii^ra d^ ihas <^e mediano ing^nio. 
Cualidades son estas'* qiiej sie^<y'imiy jde b«ih6 eh el originaU es im- 
posible i*e8alten en la tradiicciou > por mas que nos h^yamos esforzado 
en hacerla teft> pa^edldas tan exaela ^ tan literah, conio libs lo permitiaa 
las leyes del metro/ lai^ ftladuiras de la'•riltl^ 3r la'fndola^ del castellano. 
Sin embargo ja qUo tr^dncir algo de Bynon queriamost hemos prefe* 
rido esos juguetes «scapado«B i su- ftcinda' •phima^i^Aicamente para 
complacer d un amigo , por ser de todas sus obras las que estdn ma« 
^n annon|» con e( taiio< sevenv y religloso deinaeatra Heyista. En elloi 
no asoman las grandiosas y sornbrfas csMepcionea que' en sus poemns 
serios trausportan ek alma' A una regicm sidsal^ d veees tan peligrosa 
como sublime; ul et mo&dor 'sarcafiDo^ qne.eo- suq iMfemas burlescos 
abrasa , como torreute de lava , cuauto encuentra ou los frecuentes 
giros de su irregular y caprichoso.€^mni04.:Estka'iD^k}dfas no son mat 
que seucillas pero espresivas mihi.'iiiiH^asi de algiin rduadro del antiguo 
tcstaniento; breves pern eiK^rgicqs^'raaoiiamifitifeQ&.aiidLbgos a la sUua- 
cion dc alguno de bus pertoudgiea; sBiiliJaa^ caobiaaajcioiies que el autor 
pone en boca de uii iudio , ora sea que en la hora de la agouia de su 
niicionalidad llore la destruccion de su templo y. la proscripclon dc su 
Quito ; ora que fatigado de su intermiuable destierro , invoque todavia 
i Jehova en su obstinada es})eranza de yerio apareccr de nueyo. Al- 
gunas obras no son mas que yagas aspiraciones de resignada raelanco* 
lia, efimeras mediiaciones del alma, que por la terimra 6 religlosidail 



del sentimiento se asemejan d anoa destellos de fogitira j apaclble las 
headieDdo la negra atmosfera que pesaba sobre el corazon del poeta. 
En todas desearfamos tal yes uir aabor biblioo mas pcoQunciado; pero 
no es nuestro imma kaoer de elLas ni la epitica ni el elogio, reaerran- 
do esa tarea A nuestros lectorea si le$ place juagarlas por si mismosu 



Pues Dios 7 la pairia demandan, 6' padie I 
La miierte de tu b(ijst, pues toto £a^ 
G>mpr6 tu yictoria« ,tu acero taladre 
£1 peebo que ofresco desoudo al pufial^ 

Al fin ya conctuyo la toz del quehraato;^ 
ho mas las colinas mi rostro ban de ver^ , 

Si yiene de mauo que quiero yo taa^t 
No piAede en el goipe doloi^ baber. 

Y de eso esU cierjto; mi sangre es tao puvft^ 
Cual> intes que fluya, tuabrazo ae^» 
> Gual la lUtima idea de amor y' ternura 
Que en tieirit de penaa eonauelo. me dA. 

Por mas que me Uofon de Sioiw las: donoeUa% 
No rindaa al h6roe^ ho dobleu al jues: 
' Gan^ tus batalliast j libres por elias 
Mi padre y mi patria ja son A la Tec 

Vertkla la tangre cpie diateme nn dia^ 
Callado el ac«*nto que bolgabas de oir, 
Mi diilce memoria^ u padre te eogria; 
No olrides que pude sonriendo morir. 



«09 



Tii, i cayo sortilegio 
No hay muerto que resistai ] 
Has que et profeta ^regio 
Parezca ante mi ▼iata, 
--Samuel, aka tu freiite 
Que el fi^retro rajeta.. ' 
O rey, ve aquf preaentc 
La sombra del profeta. 

La tiem hosteM; de pi^ el difbiW * 

AlU se yido al punto 

En medio de una tittbe aparecido; 

Y al dejar del sudario los d^pojoa^ 
Cambi6 la tenoe luz de colortdo« ' ' 
£n sua Tidriosoa ojos 

La muerte re{K>saVa, 
Descarnadas las man(>s emefiabat 

Y por sus yenas sangre no corria; 
Sms pi^s ))riiUban rigidos y iiesot 
Con lia triite blancural de los kueaosf 

Y de aquel cuerpo, masa hueca y fria, 
De aquel cuerpo que. entrafias no iem^ 
De aquellos labios sin Yital aliento, 
Sali6 c^il V^cfp atiento 

Parecido al niUgir del tohto tifeAtb 
Que en honda cavidad el mdttte ^ttci^iti, 
Vi6 Saiil el fantasma, y cayd en tierra> 
G>mo & tin goljf»e cae y^ te desprende 
La encina aecular que el tkyo U^ude. '* 



^Porqn^ perturbais mi suefio? 
^Qui^n 4r8 \faB ^oca los itiStittU! 
Ercs td, ^6 tefy taira yei^ 
Esos mi^bhjB %iti cal<»l*. 
Sin sangre esfin^ soft tos tcSais.., 



440 

Y los tuyos hoj tan beiUtf 
Mafiana serdu cual ellosi 
Mafiana danlo hbrror. 

Asf OS Yei*^is tii y ta hijo 
Mafiana en tni^ccfnipafiia: 
Adios... mas ctienta que on dia 
Promete solo este adios. 
Porque Antes que el nuevo espire 
Serais presa de la mnerte, 
T luego i. mi polyo inerte 
Mezclardse el de los dos. 

Traspasado con las flcchas 
De los arcos filisteos, 
Tu ej^rcito sin trofieos 
En el can^ yacera. 

Y la espada que te cifies. 
Alii con furor insanp 

Tii mismo, tu propia mano 
Al corazon la guiani. 

JSis gnerrerosy mis Irayos caudillos. 
Que marchais de mis huellas en pos. 
Si me hieren el dardo 6 la espada 
G>nduciendo la hueste de DioS| 

No coideis mi cadiyer, d^jadlo^ 
Aunqne sea nu caddyer real, 
De los hijos de Gad enUos pechos 
Sepultad yuestro acero mortal. 

Y tii^ page, que Ueyas el arcoi 

Y las flechaa y el teno broqael, 
St ie Sadl los soldados huyesen > ' 
De la hueste en^Bii^ en trope^» 



My 

Al momento bali^o en mi saagre 
A tus pUot^aia tqndido he de ^tar:.. 
Sea mia la suerte con que ellos 
No se atreren cobardes i. dar. . 

A lo8 otros adios; mas oh! nunca 
De esta lid nos. separe el furor, 
Heredero infeliz de mi reino, 
Dulce objeto de todo mi amor. 

Que e$ birillante la regia diadema^ 
Que es inmeoso el poder que uoa da; 
O la muerte que ^ entrtohos aguarde 
Tambien digna de rejea serA. 

JKajd el Asirio- al llano, , 

Como el lobo.al.redil que ea fu.tesoio^ 
Su ej^rcito pagano 
Re8][»laiidecia. eu pdrpura 7 en oro.^ 

Brillaban sua espadaa, 

Ck>mo estrellaa que agita la marea, 

Cuando olas azuladas 

Risaa de noehe el mar de Galilea, 

Goal de floresta umbri a 

Las bojas que al estivo sol verdean, . 

Vi^ronse al fin del dia 

Las tropas que banderas mil ondeao* 

Oial dfe floresta umbrdi 

Las liM^as al scalar de otofio el ▼ieatOi 

Vidse al tomar el di^a 

Mairohito j e^reido el canqpamentD^ , 



El iagel de U nnerte 

Di6 al estrago^svs tlas por abri^a^ 



4« 



Con loplo no mtij tderie 

Tood al pattr la iuL del enemigo. 

» 

Y de estos ^ue dormian 
Helilronse los muertos hojos luegOy 
Sua peclioa qae Utian 
Para sienipre quedaron en aosiego. 

Los potroff'inMcea 

Mil estaban tendidos; el Tacio 

De sua anchas nances 

Mo llenaba el aire que da brio. 

La espuma de so alienfo 

Cay6 blanca en el craped, y tan fria, 

Cual et la que eL dimeatb 

De l]is brefias maritimas rocla. 



A Hi yacian yerto# 

Pit^os y toTcido$ los ginetesy 

De rocio cubiertos, 

Cual de beri'uikibre $a malla y ana almetea* 

Las tiendas silenciosiiS) 
Solitaries estaban las lianderasy 
Las armas no lustrosas^ 

Y sin sdplo las trotaipas Tooinglem^ 

Y Chilian en su dkielo - 

De Asur las Tiudas, 6 fdoloa moy rico* • 

Se estienden por el suelo 

En d templo de 'Bal faechoa nfii^it. 

Que no de humanl!a espada 

D6 los gentiles el poder fu^ hefido; " ^ 

De Dioa A la murida, 

Como la mere al sol, se ^ d<rrelid<K '. 



4U 

Ji^Dtre lacido cortejo 
Eq 8u trono el Rey estalM 
En la sala del f^stejoi 
Qae el Tiyisimo reflejo 
De mil Itoparas baiiaba. 

Y mil copas de oro OnOf 
Para el judio sagradas^ 
Copas del culto divino , 
G>utenian profiuiadas 
De los (doios el vino. 

» 
En aquelU bora serena, 

Y en la estancia de la ceaa 
Unos dedos parecierotty 

Y en la pared e^cribieronf 
Como se escribe en la aremu 

Unos dedos cnal de bumano» 
Solitaria, ignota manO 
Que A lo largo se mo?iat 

Y como faja estendia 

Un reuglon que era nn arcaiio* 

Lo ye el Rej, j se estremecet 

Y el contento lu^go veda; 
Sn mejUla palidece , 
Tiembla su yoe> j parece 

Que ain tangre el rostro qoeda. 

• Los mas sabios de la tiem 
Vengan A presencia mia, 

Y descifren lo que enciem 
Esta frase que me aterra* 
Yturba nuestra alegrla*** 

ToMO 11 46 



44» 



Lo9 proffttas de Calden 
Ciimcui fion^^n, mas tio tauta; 
N<# hiy al^uno alK ifiie lea 
Ni ios rasgoSf ui la idea, 
Que aun obscara ies espauta. 

T.os viejos de la nadon 
Doctos iulerpretes iii#ron , 
Ma^ ya aliora no lo son; 
Ellos vierou el rengloa... 
JNada mas alti supieron. 

Ud cautir# y estratigero 

Y niOKO de poca edad 
Oy6 del niotiarca el fuero, 

Y Tieikdo el fatal letrera 
Bleu comprendid su verdad. 

L41S iumeusa eaclarecia 
La morada so]>eraQa: i 

\i6 el j6 veil la profecia^ H 

Leyola ai Guar el dia.«. • 

Y cutnpii^se A la maiiaiMi. 

«D« Baltasar fabricado 
Est^ el albergue postrero: 
Fcuecido ha su reioador 
En balauza esta pesadoi 

Y cual poLvo es de ligero, 

Su veste de oix> cubterta 

El vil sudario sera, 

Su dosel la pledra yertay 

Porque el Medo ^sUk i su puerUy 

Y ett su ti^ouo el Persa estd/' 



115 

Jfesde la lilhrna loma 

Que descubrir ta templo me dejabif 

Caatiya ^a de Boma, 

O mi querida Sion, te contemplaba. 

Tu liltimo sol mariera, 

Y el fuego cjue tos ruinas consumla 
Luz daba d la postrera 

Mirada cjue & tus muros dirigia. 

Ttt templo JO buscabat 

Buscaba el techo tnio coit los ojoAf 

Y ent^nces oWidaba 

del duro cautiyerio los enojos. 

De muerte Uamaradas 

Tau solo en el santuario yi que ardiaiii 

Y las manos que atadas 

La yeDgaiiza imposible nos hacian. 

jQu^ yeces esta rumbre, 

A do iba it contemplar pais tan bello | 

Del sol la ardiente lumbre 

Ha reflejado eo su Ultimo destello ! 

Cujbitas en ella estuye^ 

Mirando recogerse tras de an niont0» 

G>mo tras densa nube, 

Los rayos que alumbraroa ta horicoote! 

Tambien la tairde aquella 

A esa loma sobl, mas no atendia 

A la loz tnste 7 bella 

Que entre sombra el crepdsculo perdis* 

Si en yei de tin sol seieno, 



^i6 



BriUado hubiese cd rayo con fieres«y 

Y rebentado ci trueno 

Del crudb Tencedor en ia cabesa! 

Mas nunca profanado 

For los dioses del ciego gentilUmo 

Sard el lagar sagrado 

Donde Jelioya reinaba por si mismo. 

Y bien que ande esparcido, 

Y agobien i tu pueblo los insultost 
Siempre, 6 padre querido. 

Tan solo para ti ser^ tos cultos. 

j^tttt salta de Judd por las colinaa 
La gaoela saUage sin recelo, 

Y bebe en las corrientes cristalinas 
Que riegan el sagrado y fdrlil suelo; 
Aun briUan con orguUo no domados 
Sub adreos pWs, sus ojos inflamados. 

Pi^s tan ligeros j ojos mas brillanles 
Vbte « 6 Judi, en tus pidcidos confineSf 
Oestinado a mas lindas habitautcs 
El perdido placer de tus jardines: 
Aun se columpia el cedro en tus florestas... 
Mas ^d6nde esUn tus hijas mas apuestas? 

Las palmas que dan sombra d tus Uanuras 
Mas que la raza nuestra sou Felices; 
AlU sus solitarias formas puras 
Ostentan y eutrelazan sus raices ; 
Bel sitio do ban nacido no las mueyen, 
Vivir en otro suelo nunca deben. 

Mas nosotros errando d la ycntura 
En ageua region morir debemos; 



417 



De nnestros padres en la tiuiiba obscara 
Jamas nuestras cenizas depondr^mos, 
CaY<^ el temploi j la mofa bnrladora 
El troDO de Saien ocupa afaora. 

OnUas del Jordan errantes Tagan 
Del ^rabe rapaz los dromedarlos: 
De Siou en las alturas se propagan, 

Y & falso Dios imploran sus sectarios. 

Del Sina( escabroso en la montafia 
Su frente inclina el <|ue d Baal adora^ 

Y allf... alU mismo> 6 Dios! ta justa safia 
Dormir al ronco trueno deja ahora? 

Alii donde tn dedo omnipotente 
De piedra las dos tablas esculpia^ 
Alli donde tu soinbra refulgente 
A tu eacogida grey mostraste un dia! 

t 
AUi brill6 ta gloria reyestida 
En ardiente cendal de rojo faegOt 

Y tii i quien ningun sdr que tenga rida 
Puede ver sin qae esptre desde luego! 

Ob! por fiu aparesca tu mirada 
Del encendido rayo en los borrores* 
Arranca de su mauo quebrantada 
La Uuza de los crueles opresores. 

I Hasta cududo bollarin por triste ejemplo 
Los tiraiios tu suelo agora inculto? 
Hasta cuclndo^ 6 mi Dios , tu sacro templa 
Qoedara sin los ritos de tu culto? 



418 



Shot }ft Ua i{M no^turmciCf 



Ajstrella melanc6Uca, 
O so} de los que reUof 
Cayos destellos tr^muios 
Lejana luz rielao: 
Tii las ttnieblas l6bregas 
Me muestras y no alejasf 
Ay! cudnto me asemejas 
Al gozo (|ue ya fud! 

As! pasadas dpocas 
Endeble liiz ostentao, 
Sus impotentes rilfagas 
Si brillan no alleutant 
Y La tristeza estatica 
Que Tela en su agonia 
Bien clara mas ya fria 
Su Ittz dUtante ye« 



ToM4s Agvii.o« 



CROmVA RELIGIOSA« 



JLPesde qne acometimos nuestras tareas periodisticas hemos altmentado 
aiempre la idea de hablar A nuestros lectores de la cuestion ruidosa 
que se aglta en ci arzobispado dc Toledo , del nombramiento del ae* 
lior Golfaugiicr para el Ytcariato oapltalar de aquelia di6oesis; pero 
Ibarnos aplazando el dia para poder hablar con mayor .conocimiento 
de cansa, liasta que se nos haco forzoso romper hoj el silencio, puesto 
que de ella se ocupa ya toda la prensa religiosa. A la muerte del car<* 
denal Inguanzo Aid elegtdo de real orden vicark> general sede vacao<» 
te el sefior Vallejo, oblspo dimisionario de Malloroa, presentado para 
aqael anoluspado. Cduoues conciliarcs y decisiones pontificias prohi* 
ben A lo$ obispos .electos enoargarse del gobierao de su didcesis, bajo 
cualquiera uombre fuere^ sin la impetracion j remision de las bulas 
apost6licas ; y no obstante esta prohiblcion el setior Vallejo se et)cara« 
mo a la silla arzobispal de Toledo, do sin poner en aiguna zoaobra 
las concienciaa de los ficles de aquelia di(k;esis> que desde un prtucipio 
empezaron ya d dudar de la legUimidiid dc su eleccion. Algunos pre- 
lados csparioles y entre ellos el de Pamplona y el de Iviza abordaron 
de frcnte la ciiesKon de noiixlxramlentos de yicarios capitularcaen obis* 
pos electosf probando hasta la evidencia que estos intrusamente se in-* 
mizcuen en el gob&eroo de las iglesias para Us que lian sido presenta* 
dos , mi<futr{u csti puniiic&te de Rooxa su confirmacion. A las obraa de 
los obkpos contests el sefior Vallejo eon un fblleto que no hemos teni- 
do ccasion do vcr, pero por lo que Ixemos oido deeir A un persona je 
de ciieutii , y qac piv^de ser juez en U materia , eran flacas por demas 
las razuiics que opoiiia S. £.«y al trajluzde sus palabras bien conociaae 
ouau re.s!)alaJifQcra d tcrreno en quo se habta colocado. Por falleci* 
micuto del seilor Valiejo i'w3 uombntdo \icario capitular el sefior Gol« 
fant;;ueiN que lialna ^do seoretario de su predecesor, y las ansiedadea 
d« ifti ooiicie:xcia.s uo quedimo p'ly eslo calmada*. Para aquietarlas al- 
gun tauto, c4 utievo f;.ih(?n\a<lQr eclesi t&tico ptdid A & S« un breve 
par«i uso de oratorio prlvado, v ^ lo que parece este breve le ha sido 
dcijegado, IDsliv dci)€gacion ha puesto eu major to^bFa todaWa i lod 



jfi aTisorados fieles d^ aquella ditSceris , j primero los coras , despnet 
los ecdnomos independieutes , ea seguida los eclesidsticos ^ j liltiniainea- 
te los simples fieles Tecinos de Madrid^ han elerado iomedidas espost* 
Clones al cabildo toledano para que reasuma la jurisdiccloa espiritual, 
mi^utras se acude i los pi^ del Padre ooibud de los fieles , al linico 
que puede desatar dificultades de tanta moota j derolyer la paz A las 
atxibuladas concienclas. Pero el sefior Gol£apguer, A quien su diguidad 
y decoro dictaban resignar un poder por tantas partes combatido, pa- 
reoe no quiere soltarle; de manera que la cruz pastoral que abruma 
hasta los mas robustos bombros, parece carga lijera y apetecible i 
aquel mal aconsejado eclesidstico. £n el seuo del cabildo se ba intro- 
ducido alguua escisiou ^ pues bay capitulares que estdn resueltos d re* 
tjrar d todo trance la jurisdicciou al sefior Golfanguer; nosotros esta- 
i:^mos al alcance de este asunto para poder comuuicar las noticias 4 
nuestros lectores. 

En Madrid donde actualmente reside ley6 el Ilmo. obispo de Ca* 
narias, en el uiimero del fferaUlo correspondiente al dia 24 delpasado ju- 
U6f el informe que sobre instruccion primaria presentd Mr. Thiers i 
las cdmaras francesas: en este informe se permitta el c^iebre diputada 
algunas espresiones poco decorosas d la iglesia espnuola, y para ensal- 
sar la libertad nada enyidiable de que goza la iglesia gaiicaua) se de-« 
prime d nuestra iglesia dicieado que bi caiilo en una dependenciA 
serviL Pero nuestro prelado no ba querido dejar sin contestar aseveracion 
tan gratdita, y en una carta dirigida d Mr. Thiers con fecba del 25 
del Ultimo mes le da d conocer el ]lmo. Sr. Romo, que la iglesia de. 
los LeandroSi Isidoros, Fulgcucios d Ildefousos ;nunca ha gemido en 
el servilismo. Y lo que mas de notar es^ que en dicha carta prueba 
cudn poca es la autoridad de que dei>e gozar en materia de regaUas Do- 
ssuet , cuyo vasto taleuto rcspcta profuudamente el obispo espafiol, 
pues por una de aquv^llas debiiidades que d veces afean los caracteres 
mas nobles y las mas elevaJas inteligencias^ el obispo de Meaui do* 
bl6 la ro^liUa del \iitc do las potestades dc la tierra con alguua mengua 
de su indepeudcncia episcopal. La iglesia gaiicana, si se quiere^ estaba. 
algo cmaucipada de la noble tutcla que sobre todas las iglesias del. 
muudo ejeroe ia iglesia romana, pero eu caiiibio arr^istraba, las pesa* 
das cadeuas de que los gobicruos la iban cargaudo. £q una palabrai la 
iglesia galicana estaba mas iudependiente del Papa^ pero mas sujeta al 
Key. A bora, si ella sc envanece de sus ponderadas libertades, nosotros 
Ujos de envididrsclas la compadccemos porque las goza. SU nuestro or« 
glillo estd en hacer pedazos las cadenas de que los ministertos quierea 



424 

ourgar i nuestra iglesiai mi^tras- gozoaps liesamos los dulces Uzos qnt 
DOS estrechan coq la Seoe BMivBirTBUBNTB AposrducA , i. la <{iie estku 
yincaladas las promesas de Jesucristo. Nosotr<>8 desde esta roca del 
Bdeditern&neo enviamos uo Toto de gracias al Sr. obUpo de Quia* 
rias por la yalentia con que ha empufiado su pluma en esta ocasioo, y 
aos lisoDJeamos de que el dlgao autor de la ladependencia comtante 
de la igtesia hispana^ de la que eq poco tiempo se han tirado dos edi* 
ciones j que ha sido tra^ladada i& estrafios idiomaSf haya enriquecido 
COD una hoja mas de laurel la corona que tan justamente orla sus sienes. 

Por real decreto rubricado en Barcelona en 26 del pasado julio se 
nand6 suspender la venta de los bienes del clero secular j de las co« 
muuidades religiosas de monjas^ hasia que el gobierno^ de acuerdo coik 
las Cortesj determinen lo que comvenga. Ahora scan estas liltimas pa« 
labras , ahora que se ha espedido cuando ya qiiedan muj pocos bie« 
nes por Tender; lo cierto es, que este decreto, que un alio atras huble^ 
ra hecho palpitar nuestro pecho de placer, le leimos ahora sin tant6 
entnsiasmo. Sin embargo sea bien yenido, como que es una protesta 
muda contra los desmanes de una desbocada rerolucion. En lo sucesi« 
TO quisi^ramos que el gobiemo sacudiera esa nimta timides que le ena* 
gena las Toluntades de todos, asl las de los progresistas, que ap^nas Id 
▼en parado en la carrera^ cuando horripilados gritan reaccion! como 
las de los mon&rquico-religlosos, que quisieran mas radiante el altar pa- 
ra que su brillo reflejara sobre la corona. 

La basilica de san Pablo de Roma, que en la funesta noche del 1 5 
de julio de 1825 fud pasto de las llamas, YueWejl lerantarsedesuscenizaSf 
merced i los generosos sacrificiosydesyelosdel yenerable Gbbgobio xvt, 
quien hace cuatro afios bendijo j consagr6 al divino culto una naytf 
transYersal en la que resplandecen magniOcos dorados y ricos mirmo- 
les. £n la maiiana del dia 50 del illtimo junio Su Santidao fud i la 
basflica dedicada al ilustre apdstol de las naciones para Tisitar el se* 
pulcro que sus manos sacaron de los escombros, y yolvieron d la ye-^ 
neracion del mundo cat6lico. Despues de haber celebrado el Saicto Pa- 
BRB misa rezada asistido de dos obispos y del cardenal Mattey, ord 
largo rato , corrieudo de yez en cuando las ligrimas i& lo largo de su» 
yenerables mejillas. £n seguida se dign6 visitar Su Sai«tiuad el inte- 
rior del conyento en medio de los religiosos benedictinos, que se con* 
templaban felices en depositar d sus pies el homenaje de su yivo re* 
conocimiento y de su profunda yeneracion. £1 Papa por su parte, coa 
esa afabilidad y afectuosa beneyolencia que da nuevo yalor d la mas 
insignificante de sus palabrasy se oomplacia en alabar la solicitud y 
ToMo II 46. 



423 

il celo iateltgeiite del presidente y de los indiriduos de la comisios 
que entiende en la reconstrucioii dela basflica. jQttiera elcieio ^e el 
P^dre comun de los fieles pueda ir por machos afios & orar con 
un pueblo* que entrafiablemente le ama en ese mismo sepulcro, 
en esa misma basflica que debe d su muni6cencia sus nueros es* 
plendores! Y aprop^sito de Roma, no podemos m^nos de decir que el 
dia 25 del liltimo julio Sv Santidad se trasladd desde su babitacion 
del Quirinal d la sala consistorial, en la que se celebr6 consistorio pii- 
blico, para dar el oapelo j la pilrpura cardenalicia al nuero oardeual 
Carraffa de Traetto. 

Nuestros leotores i^oordardn que en la liltima resefia les dimos la 
fausta notida de la ruidosa conversion delcdlebre Hurler, pastor pro- 
testante que fd^ en Schaffhouse^ yerificada en la capital del cristianlsmo 
el dia 18 del liltimo junio. Ahora bien, tan pronto como se estendid 
en dicba poblacton el rumor de que regresaba alll el recien conver* 
tido, al punto se reunieron grupos de gentc y se dirigieron i su ca* 
sa, desfogando su rencor en deaespcrados ahuilidos, y fulminando te« 
rrihles amfinazas, Pero asi que supieron que Hurler se babia re- 
tirado d la abadia de Reynan i se derramaron los grupos por la ciu- 
dad Tooeando: mabajo los jesuitas , ifi\*a la Itbsrtadl" La fuerza pitbli- 
ca tuvo que abogar aquel asqneroso moliu, pero sindsjar dcqnedar bo- 
rrado el uombre del esolarecido escritor de la lista de los ciudadauos, 6 
lo que es lo mismo vivir condenado al inlerdloto del agua y del fuego^ 
Gorno en la legislaciou romana. Pero estos cobardes insultos se traduccii 
W ^loriosos Yitqres % cuando se padecc por una causa tan sanla como 
es la cat6iica,y Dios que debe mirar con carifio el alma de aquel sabio 
alemau, hahrd querido que cuando todavia anda adomado con la blan- 
ca veslidura de los ne6fitos9 ya blandee en su mano la palma de los 
^nfesores, Vease con csto cudi es la mentida tolcraucia de los proles* 
tautes, ellos que todos los dias nos arrojan calumniosamente al rostro 
la intolerancia calt^lica; ellos que entrouisaron sua creeucias con cl fue- 
go y la espada; y ellos que apesar suyo conocen el c4nccr de niuerte 
que va roycndo las eutranas de su mutilada religion. Sin embargo d 
doctor Hurler, con motive de los desdrdeoes que ban puesto por dos 
vcces en peligro A su familla, aoeba de publk^ar un nvmiBesto del cual 
tomamos las siguientes notables palabras, que no dudamos Iceran con 
gusto nuestros lectores , y en las que resplandecen el candor y la in- 
geuuidad del nucvo con ver tido. 

•Si alguno desea sa1>er los motivos que me ban becho eotrar en la 
igleaia calolica , estoy pronto ooo el Apdstol d manifestarlos y i dar 



48S 

raten de mi ie« Hobiera sido de mi parte una empreaa temeraria re* 
sistir i las dbpocisiones diyinas, -y & la las con <{ae de coatino afios i 
etta parte ba ilostrado Dios 4 mi alma. Acostumbrado ademas 4 pro^ 
Bunciarme en toda claae de cuestiones , y en todas circanstanciaa con 
una firanqaeza esenta de todo respeto humano, ann coando de ahi pa* 
dieran segUirseme perjuicios: ^debiera baber temido manifestar A lot 
o]08 del mando laa altas conYicciones que al fin habian madarado en 
mi alma^ 6 aparecer i la yista de los demas otro de lo qae en realidud 
soy?: ^debiera baber sepultado dentro de mi mismo lo qae solo tiene 
precio con una confesion piiblicay Unica digna de on cristlano? No et 
la sabidnria bumana sino la diYina la que ba dicbo: «el qae me con* 
^sare delante de los bombres le oonfesard yo delante de mi Padre.** 
Empero si de estas cosas quisiera hablar bumanamente , par^ceme po* 
dia reclamar como otro cualquiera el aso de esa libertad qae se decla- 
ra ser el bien supremo 6 inalterable de la bumanidad y especialmente 
en on negocio en que el bombre solo es responsable d-Dio's de Sas ac^ 
Clones, y en el que no bay autoridad alguna bomana que pueda en* 
trometerse en A." 

Los peri6dicos iriandeses Uoran la p^rdida del Ilmo. Sr. Troy, re* 
nerable primado catdlico de aquella isla ^ quien despues de sa laborio^ 
sa Yida ha dejado pdr herencia la enorme suma de dies penigues^d sen 
cuatro reales, babi^ndose tenido que abrir una suscripcion para reco- 
jer los fondos necesarios con que celebrar sus funerales ;Qa^ contras* 
te entre esta pobrexa y los inmensos tesoros qne los obispos protestan* 
tes i su fallecimiento dejan en herencia d sua esposas 6 hijas! For po« 
CO tambien los espafioles perdemos al yirtuoso cardenal Cienfdegos ar* 
xobispo de SeyiUa, quien acometido en la maiiana del 50 del lUtimo jit* 
lio de un ataque apopUtico, ap^nas ToWi6 en si del parasismo Cuando 
pidi6 y recibid los santos sacramentos. Todas las iglesias del arsobispado Iian 
resonado con los gemidos de los fieles que imploraban de la divine mi« 
sericordia salud para su caritattvo pastor; y Dios que no ensordece A 
los ruegos del justo ha decretado al parecer dilatar los cansados dias 
de su Eminencia, pues acaba de sentir una gran mejoria en su quebran. 
tada sahid. Dcsedramos quealgo aliyiadode sus acliaques, pudiese res* 
tituirse A su di6ce6is, para que ilotesde cerrarlosojosdlaluz alcauzara 
▼er otra ycz A la grey que el Espiritu santo le encomendd, y que ^1 
con tanta solicitud ha ap acentado en los prados del Selior- 

Numerosas son las conyersiones que en este liitimo mes ban yenido 
i consoiar la tglesia de Jesucristo. Un rico propietario del Here/ords* 
hire^el sefior Legh, acaba de conyertirse al catolicismo; lo cual efec* 



tnadoi poiD sos Ujos eirel oolegto catdiico de Qscott^ donde selot 
dispondhL para que sigan el ejemplo de su padre. —El Sr. Cristiaoo 
Snellf penonaje distidguido ' del canton de Vaud j antigtio aecretarid 
CD el miDisteriode laguerraen 1805, bajo el gobiemo de la repiibtic* 
lieWdtlca una 6 indivisible, banquero en Roma, donde ha ejercido el 
cargo de cdnsul general de Suiza, ha abjurado el protestantismoenma* 
DOS del cardenal Orioli en el conyento de san Nicolas de Courtray (Bdlgi* 
ca) .-Ha recibido el bautismo una sefiorita inglesa educada en el anglicanif- 
mo J que ha abjurado sus errores, hacieudo la profesion de fe catdlica. 
r'Por cartas de Boma el general Conell} , ministro protestante que 
fu^ en America, j que por abrazar la fe no repar6 en hacer los 
mayores sacrificios, acaba de dar una nuera j edificante prueba de sa 
abnegacion. 5e ha consagrado al estado eclesidstico y recibido ya lai 
drdenes menores, midutras su muger ya d ooultar en el silencio j olvi* 
do de un daustro ios encantos de su juventud j las gracias de su her^ 
mosura ^ y ha entrado ya en clase de postulanta en el convento 
de las seiioras religiosas del sagrado Girazon. -^Tanibien otra sefiorita 
inglesa de unos 125 afios acaba de entrar en el seno de la iglesia cat6« 
iica, no temiendo arrostrar la iudigtiacion de sa padre, quien yi^ndola 
camhiar decreencias la La desheredado y entregado almas cruel aban« 
dono V pero Dies que sabe avaluar esos sacrificios no dudamo^ 
cobijard con el ala de su provideucia d esa hudrfana, que ha abando^ 
nado i, sus padres para arrojarse en ios brazos del padre comun 
que estd sentado eir los cielos. De otras muchas conversioueis pudidra. 
mos hablar> pero lasomitimosen obsequio de la brevedad. 

Nuestros lectorcs habrdn reparado que terminamos siempre nuestra' 
resefia con esas milagrosas conyersiones que de dia endia van engrosando 
las filas del catolicismo; porque el dnimo apesadumbrado al recordar los 
males que afligen d la esposa de Jesucristo^ se goza en recordar tambien 
sus triunfos; del mismo modo que el yiajero despues de habcr camina« 
do larga.9 boras por hondos y sombdos yailcs, alcanxa la altura de una 
ooliua , en donde sobre descansar de sus pasadas fatigas, se goza en la 
Ameoidad de risuefio paisa je. 

J. V. T P. 



«ss 



CRONICA POLITICAL 

AGOSTO. 



JL embkndo aaentamos ei pid en on terreno que no es el mieftro^ poe^ 
para hablar con acierto de poUtica no basta la prackton en el jnicio^. 
ni la ainceridad en el deseo ; ae neoesila ademaa saber tomar el polao 
4 loa acontecimientos ad como Tan deafilando^ j en esta ciencta^ <pi0- 
en parte conatitnye la qne se ha dado en llamar ciencia de mundo, htk 
aaUdo may poco aprovechado el que esto escribe. Pero ya qne de po** 
litica debemos hablar , dMmos con lisnra la Terdad y j como esta es 4 
Teces amarga, snelen tambien amenndo cnuarse los tiros sobre la ea« 
beza de quien la defiende. ' 

Desde la muerte del dltimo monarca los acontecimientos se ban ido^ 
empujando con harta rapidez : al absolutismo ilostrado de Cea«Berma«' 
dea sucedi6 el Estatnto de Martinet de la Rosa, iloston risnefia del 
poeta granadino. Mnerto el Estatuto de muerte yiolenta en la Granjat 
le reemplazi6 la Constitucion gaditana, pero solo para que vivieraan tS^ 
la resucitaron sus padres, y pronto tuTO que resignarse i bajar otra ves 
y sin funeraies al sepalcro para dejar espacioso campo A la Gonstttucioiv 
del afio 57; ydestas boras yaestdncourocadasnaeras Cortes para rerisar* 
la y enmendarla. Y ved ah( porque aeaba de abrirse por d^ima vef^ la 
arena electoral, que al parecer serA abandonada en muchas proyincia^ 
del partido del gobierno, y en algunas solamente disputada por el par* 
tido mondrquico-religioso. Que este partido no es despreciable asi pop 
lo numeroso, como por lo influyente de sus miembros, y qne en sU 
seno encierra elevadas inteligeacias y esclatecidas yirtudes , creemof 
que es una Yerdad de tanto bulto, que basta de probaria nos relerarin: 
naestros mismos adversarios. Sin embargo ese partido* que acaba d» 
desplegar una nueya bandera, cuyo lema es al parecer hermanar toi 
adelantos del siglo con el respeto d las yenerandas tradiciones d« 
liuestros padres , dos yeces se lanzd A la lucba, y cuando bubietti 
podido enorguUecerse con los honores del triuufo > otros cogieron el 
fruto de la yictoria; arroj6 el peso de sus su&agios en el platillo de 
la balanza , y el partido moderado subi6 al poder y pudo contar en laf 
Cortes con una numerosa mayorla. Aburrido de tantos desengafioi 



^mo ha tenido que arrostrar, se ha decidido al fia i trabajar |>or aa 

pfopta cuenta j i enyiar los svljob al congreto, pero en los caodidatoa 

bosca A faombres qufl, por.la templanaa de sos ideas j la eleracion de 

gas miras, sepan sobreponerse i los mezquinos interesea de partidof j 

▼entilar con caima en el coi'azon j aplotbo en el jutcio las graves cues* 

tiones que estiin hoy pendientes de los cuerpos colegisladores. Haj una 

G>nstitucion que reformar , una reina que casar, j una Iglesia que re* 

parar; j los hombi'es del gran partido monirquico-religioso deben po* 

aer una mano duamlo se trata de lerantar d la Iglesia de la abyeccicm 

M que gime ; ban de dejar oir su vox asf que se trate de proponer el 

frincipe que debe enlazar su mano con la de nuestra Reina y asodar 

aos glorias i las glorias espaiiolas; joomo la reforma de la Constitu-^ 

oion puede haoerse en tantos 7 tan diferentessentidos) contiene tambiea 

que intenrenga en una ley que d^be cerrar pai^ siempre la pnerta A las 

tieToluciones. Sin embargo^ y qaeie la yerdad en su lugar, en algunaa 

Candida turas mondrquico^constitucionales Yemos brillar bombres de graa' 

talia, como por ejemplo en la de Logrofio, donde ya continuado el nombrs 

fiespetable de don Santiago Tejada. Nuestr6s lectores recordartfn que 

•uando en las G>rtes del a£o 4O ^ disoutiala ley del cuatro por oie&.'> 

Id 9 se leyant6 una yos robusta en el seno del oongreso que abogabai* 

para que continuase la prestacion decimal; esta yos partia de los 

kbios del sefior Tejada, y deade entdnces ni siquiera una yez ha yir 

hrado esle nombre en nuestro oido 9 sin sentimos posddos de un sen* 

timiento da respeto icia tan ilustre diputado. jTambien bemca leido 

can gusto la canditatura que cuentan yotar los electores de L^rida, y 

que- 4 no dudarlo alcanxard triunfo. Hemosjnagado de las buenas cua- 

Udades de los canditatos asi por la yirulencia con que se desata contra- 

tUos el corresponsal del fferaldo por aquella proyincia, nada al pare- 

«er satisfecho de la oandidatura acordadaj como por brillar en la tema 

de los senadores y en primer lugar el reqpetable D. Joaquin Rej^ 

que para gloria de nuestros tribunales ta6 rejeote de esta audiencia 

territorial por los afios dis 54 7 35. Y esto nos induce A creer que ea 

tl campo coaseryador, por mas que los periddicos ministeriales traten de 

aacubririo oon cien yelos, estd ya introducida la division. Entre loa' 

hombres del bando moderado hay algunos que amaestrados en la es* 

euela de una ruda esperiencia coaocen las necesidades de la ^po^ y 

tratan de satis&oerlas; conocen que el trono estiL yaoilaodof y que es ne^^ 

oesario aplicurle ua puntal para que A la primera oleada reyolucionaria 

ao yenga al suelo ; conocen que todayla en nuestra nacion el senti* 

tiiento religioso tiene echadas hondas y estensas raices^ y que es jus^ 



m 

to tribfitar i esl^ feftttmie^lD nil enllo fttaee^ f Mda Mft^prita, f 
e»tas lioiabres que tftolofl servicioi han pKestedo i bu partido soa abot 
ra echadas de 6u teup porque Uevan escrita as «a frente ta palabri^ 
reaocioo. Y tan to todaWa estremece esta palabra i ciertos liombrea^ 
qae ba obli^do i loa eiectorea del partido monirqaiao-coDfltituoionai 
de SaUmauca ^ bascar d sus candidatos entre los <x>mpradojre9 de hi^r 
nes nacionalest de niodo que no paeden represeotar aquella profincia 
dtputados ea qi^iQues solamente se bermanasen loa dotes del saber jr 
Ua pjreudas de ia bonradea , deben ser ademas compradores. de bienes 
ecle^ii«:»ticos. Cuando yemos taata miseria A reces la indignacion leTaii<r 
ta njue^tro peebo^ A . Teces el souiia^ 4^ upa desdefiofa compasion asoini^ 
i nuestrps labios. 

Oesde largo Uempo la Fran^ta y la loglaterra^ estas.dos grandes 
nacioaes que mantienen el eqvulibrio 'euiopeoj se hallan en mal encu* 
bicr(a enemistad. Las grandes naciones lo piamo • que los bombrea da 
eleTtida bteligencia acecban la ocasion de.supeditarse n^utuameiite , j 
la cuestion de l^aiti, que de improyiso ba tornado una gran importan* 
cia* ba yenido il epcender de nueyo loa ocUos y riyalidadea entre ^Unbot 
pncblosf y A suscitar al gobterno firances graylsimos embaraxes. Ac^n 
diada Taiti por los misioneros ingleses 9 que en [todas partes no sa*. 
ben sino tejer conspiracionesy se yi6.1a soberan^ de aquella isla obll*. 
gada i, pedir la interyencion de la Frapciaf y can^ada pronto del ya» 
sallaje en que la .tenia esta nacion ^ yolyi6 la reina Pomard A e- 
charse en los brazos de su antigua rival la Inglaterra. Pero los francos 
ses en un momento de mal bumor destronaron A la reina Pomardy j^ 
ahora mtimamente acaban de .espulsar 7 encarcelar.al cdnscil iaglesy lo 
que ba berido en la parte mas yiva el quisquilloBO amor propio del 
gabiuete de san James. En^rgicas interpelaciones ban resopado en laS; 
c^maras inglesas, y no mdnos yiyas ban ,sido las que desde la tribu-^, 
na de la cdmara de los Pares ba,a sido dirig^Ias ^ Mr. Gukot, 7 A las. qnOi 
se ba negado dar .conle&tacion alguna. Ho dudamos que estas diferen- 
cias entre bimbos pueblos se arreglardn diplomdticamente, 7 que sin ne. 
cesidad de apelar al trance de las armas, el honor de los ingleses que. 
dacA en su puesto sin vergonzosa humillacion de parte de la Fran* 
cia. 

No solo en el mediodfa sino tambieu en el norte de Europa estdn en pe« 
ligro lasvidas de los re7esen esostiemposmalhadados quebemos alcan* 
zado. Por poco en la mafiana del dia26de]ulio dltimo dos balas dispa- 
radas por un cobarde rejicidajdestrozan el pecbo del re7 de Prusia; afor. 
tunadamente la una . pas6 raspdndole el pecbo, 7 la otra fatf A samer- 



4ii 

l^ne en el imperial det o^che AnaAb £ lo» ^doA de la reinc que e^ 
taba asomada A la portesuela. Gon una gran ptesencia de dnimo did ^ 
fej la 6rden al cochero d^ parlii^ para Silesiai, via^ que iban A cm* 
prender, no sin'recojer Antes en la plaza de palacio- entusiastas riyai 
de 8U8 yasallos, que haciendo igata del aentimiento inonirquico qubie* 
ron desquitar A SS. MM. del trastorno que acababan de aentir. El 
ttiiserable r.^jicida estd ya entregado d ios tribunalea, y de esperar ea 
^pe la cucbiila de la iej caeri inexorable sobre su criminal cabeza. 
Cuando Temos eaos conatos de rejicidio qUe buUen en tautas cabesas 
Tolcanizadas; cuaado recordamos que muchos de Ios prfneipes de la 
Mna actualmente reiuante en Francia ban ealvtitdo ^mtlagrosamente sua 
yidas, mas felices que el deseraciado duque de Berry muerto de nit 
pistole tazo, un sentimiento ae 'orgullo se apod^ra de nosotros\ puea 
apesar de tantos escdndalos como'ban mancbado la rerolucion e^aiio«* 
la, no se ba dado nunca el de atentar contra la vida de nuestras augua- 
fts princesas. Nuestros ojos obscurecidos por el dolor ban yisto las cav 
Hes de algnnas dudades salpicadas con la sangre de beuem^ritas au** 
toridadeS) que desnadaroo su pecbo al pufial Antes que transijtr eo« 
au deber; pero basta en ^^s mismos dias en que la revolucion rujui 
con mayor furor, se afectd hespetar d la persona atagustaque tenia en sug 
manos las riendas del estado. £sto bace que A reces abramos nuesiro 
corazon d la risuefia esp^rabza , peni es tan d^bil esta y tan grayei 
Ios temores, que pronto yolveiiios & caer en nuestro natural abatimiea^- 
to. Nosotros quisi^ramos participar de la candidez de algunas personaa 
muy bieu intencionadas que creen que el borizonte est^ ya despejada 
y sereno. Ora sea realidad, ora funesta iiusion para el que esto escri* 
be, la atmdsfera estA todayfa cargada de capuces , y bien pudiera que 
olyidAndonos de conjurar la nube que ameuaza enyoWernos , fu^ramo* 
A descanf4ir en brazos de un sueiio tranquUoi y dispertAramos a<ora<^ 
dos al estallido de horrorota tempestad. 

J. V. T F. 




429 



i9H 



ARTICCLO TERCERO. 



H 



ftblatnos en tttieslro articulo unt^rior de la posioioo ^n qdq 
ie enokmtra la religbiiifrente d freiUe con el Mi;;la,.y de ia ts- 
pecie de obsUciitos y combatcs ^e eii e^ita tfpoca tiene que 
arrostraa, nacklos «lel carader peculiar 4e la epbc» prasente; 
y setidlainoi ctimo el primero.ji principal la indoleiieia que en 
el ordeii de las Ul(*as »e traduce por eaceplicisoio. Olros males 
notauMM qne afeotan maa partiGularnaf nte kia inteUgenctas, y es 
el aislamienlQ en queaequiere mauUuera la aocicdad rrape&lo 
de lu religioii, el uso, 6 niaa bieiiyBhusoqaede esta sc iiaoeco* 
mo freno poliiicO'.olvidaffKlo sti cualidad divina^ la frecuenoia 
con que ac la aujela 4 la razon 6 alsentimienlo, jtioz hias toa^ 
idbte lodavia, y tantos olroa aspeolas equivocados bajo loa 
ouales la Qonteiiipian .los publicialas, fdosofot y blecaios (la 
nueatros tiempos, y que baoeo que sea irifecunda eala llamaide 
la fe que por uiedion humaoos j para fines purameiile huina'^ 
Hos inteotao reaniinar. Cste fatal «cleciicismo que consisile eH 
toinar cada ctial de la religion, como de on graode arsenal ^ lo 
que quiere 6 Ie conviene , y eo formar un oodigei niiero de laa 
hojaa arrancadas i* capricho de la lej divina, es tan funoato co* 
mo el esccpticisino , y mas inconsecncolfe que la tncredulidad, 
eo la cual por ultimo t^rmino debe venir & parar, y mas or^ 
gnllo80.que el la tal vez, piesto que si la incredulidad niega i 
Dios y la revelacton^ eleclecticismo haoe comparecer i esta delanf- 
«te de su tribuoiJ^ jriio admite un Dios sioo para colocar mas alto 
ToMo u 47 



450 
que el el Irono de la razon. Del eclecticismo es h'jo legitimo el 
racionalisuio, esa graiide heregi^ clt* i siglo XIX, que absc^be en 
si lo« restus de toJas Us detnas lieregias, monslruo cu^as abler- 
tas fauces ainetiazin tragar las creencias todas, y envoiveruoa 
con el dcriso liucno que despiden en la noche del Hieisino. De 
negaciou eu iiegacion va bajandouna grada cada dia, y volviea* 
dose contra el protestantisiuo que le dio el $^r le mata cod sua 
|iropids annas, y pasa (K>r enciiua de el grilando mas alia: di- 
vorciase de la autotidad humana, que en cierlo modo habia su- 
plido per I4 fe dando una aparienda de vida A las sociedadea di* 
sidenies, y la Irata con triple logica de inirusa y asurpada. Tal 
es cl eapeclaculo providencial que esii presenciando la palria de 
LuCero, doode con alartnante progreao en la prensa, eo las »• 
tedras , en el pulpito mismo un error va deslronando A oivo, 
aieropre oias avanzado, sieoipre conipletando la reformahMs- 
ta llegar A un total aniquilamiento. Y no solo las sectas pro* 
testantes^ stna hasta et judaianio tan compacto en an fe^ tan 
creyenie y liasta ohstinado en bus tradiciones, apesar de su espiri* 
tu de inmobilidad que al parecer le coloca fuera de la circula* 
cion delas ideas del siglo> y que mas bien que col to vivienle le 
aaeuteja i una momia emlialsaiiiada 6 j una efigie sepulcral^ 
siente en su seno el cancer del racionalisnio , del cnial se pre* 
sentan diariamente sintomas notables , no sieudo el menor de 
ellos un discarso recientcmente pronunctado en la sinagoga de 
Lyon , dtgno del deista mas exajerado. No parece sino que el 
4jLed<^ de Dios ha tocado a un tieropo toda^ las religiones erro* 
cieaa^ para que se deaarrolie en ellas el germen de lAnerte que 
teniaa eneerrado en sus ctterpos. Fe y razon, verdad comple* 
t^ y error completo, luz y tioieblas ain crepuaculo intenuedioi 
catolicismo e tociedulidad « eo una palabra , ved abi los dos 
|)rinci|iios opuestos y absaiutos que en adelante ac divi^ii^ eo- 
ire si el dominie del univer>o« 

Us^ es unn de las veolajas que i vttelta de ibcalculablei 



dfiho^- ba prodiicido h' cOAJurHcidn* U^iversfi^ jf h guarra i 
muerle iptentada contra et. <;atolicisoio^ sraiplifiGar aspinbrosa- 
meii(e la qwsttoo, jr verificar la aeparacion definitiva entre la 
yerdad y el error > parificaado la una y moslraodo e) olro eo 
toda su deformidad. Solo la fe y la aiitoridad puedeo forlale* 
cer. al entendtiniento vacilaote en niedi6 d^ las ritdaii acometM 
daa 4d racioiiaiismo , y preaiar solid^a y coosialeom i eatas^ 
Qreeocia^ qoe sin remedioae disuelveri hajo el inQitjo dfe au ac- 
GJoo deleierea; fiorqtie la nutoridad ea el alma de las religio*^ 
oea, y litegoque se relifa de ellas ae laa ve.disotverae y gangre-» 
^arse lo mjsnio qu^ qu li^livet ,Ya lieteod fl9))efiiiieiil)»do^ yi 
i^obradamenjtfy lo qtte la i^ifonrdel hOiktbre.iVMlliaila par laa pa-^ 
^i^oea d ^atraviada pqr la iMiagina^ion pp4ia lia«er'(V)i: m aola;. 
ya beiDOa viato que .190 hay yerdad. algMna , por a^f(l1aMl^ potr 
universal que sea, que e{5teJiiera del aicanqe^de sua tiPQ$, y qM 
en la pendientf resvaladiap.de la du^ay* de Ja negaaoit M>.k»y: 
astdero ppra. detenor al oiieno^. .el fui(^ii|0ry m preolfiilarae en 
el londq flei abi^AAO- La: razon ^iTf^yp. uo diii pod^r c^i^araf} en 
el sqIio de la (e, y conlirtuisir demlq.^lU dirigfenda laasodedii'T 
^s y mandaado la^ cpocienaias, nq ajspiromaajquleji^ ^tSwmoiS 
^\ codigo diviuo, maa.qu^i.podai: ehifrb^it de la vidtb .ixmjcpe 
4 qnitar al edifioio algunqs adorn4« 6; pari0s qi:|e le pareciaii 
jiuililes 6 postiaas;,pe;i:oyB,l)^ podidcrv^rqi^eelcddigo qoe fiffn^ 
so reformar yace rasg^^^enter^mwVS. yt'oMictilctido ei^ ^ pair 
jfOi, q«e el edificio cuyo4 qimientDa crtJKi d<))ar inlnctm se df»* 
ploma ; qiie el ^rbol aeago^la p(m)W el;hai(b4 c«n ,que> Qreyii 
oortj^r soio las raipsis hirifS la raiz, lambien; y si procedci.dp 
bueoa fe f estos eacaraiiaiitog dfb^o enaefterla.i bafar otra^ires 
y & posUar^ biimilde fil pi^del trona que usurpd. £n vista dp 
tan repetidos ejei^plos ya aoesposibi^ ap^as la cegiieda^dff 
.enteadioiiento ni elorgullp de 1* raaon} lo union posible^ Ja 
.depravacion del ateiamo. )^s que aon cqqservan intacto en el 
fqadjo de su corazoo . algpn senUqiientp^^reU^to^^. losi que aun 



f32l 
ae horrorizao de tma soct^cUd sin religion como cle uh t^uetpo 
sxii altiia y Hie unu rialurakn^ sin sol , no podr.ih ml^no.>; de ro- 
btisteccr las filas de.la autoridlad y ilei catolibiimio, y i\e de<ten- 
gaAar^ (le una razon'qde no ek mas qae incredulidad ,(die una' 
libertad rciigiosa que noes mas qoeanarqiiia. 

Tanil)ieii los apologislas de In religion en estesiglo ban lid- 
aado gcneralmentedel racionaOsma como para contra^estar los 
efipctot del raciooiilismo de los incnklcilos^ j no s^ lian desde-* 
ftado de coroparecer ante el tribunal, aunque inlruso, de la ra- 
zon , para defender las creencias ante i\ eitadas. Esta ibondiic- 
la y este m^todo de defensa , laudable y util en si mfstno, er 
hijo ert parte de las neoesidades de la i^poca, pues la recusacion 
de aqoel trtbtmal podia pasar por Mbardia i rmpotencia de de- 
feoderse dffte los que tireian quft hi religion solo pnede vpfethi^ 
en loque-ilaUdabiin las iinieblas de la fe, y qtie debia disipar- 
ae ebM# fantasma tioetufrfia puesta a'la luz del ratriocinto.'Bas^ 
tiinte6e'ifa esperinienlado *ya en naestro concepld lil solidet 
de los principtos rdigiosds, para reststir ^ las debilei mdquinas 
l^iliea^i que* iMiyn podido inventar el hombre; la deinostrbcion 
lla'«On6i^mado lo -que liabia establecido^ la atitoridad; pero no 
pdUHetnotK flias* ardelante , no'^ea quenos afidon^mos d^tnasiacfo 
Alas arxuals que hemos arrebatado ti nnestros coiitrarios tolo 
pai^ rebatii'los cdn ellsis.' Vcmo.^ en efifrcto en* algunas Apologias 
tfm se fiacedlenia^do^.abilso'de la* ^a'zou, qtie (eorias ragas y 
aereas lian reemplaiJaclo'lliftsr bases ii^desthircttbics de' la ft; que 
a^iinoa* desdefiatido los ii^tbdds anliguOs p<>hen todosu ehif- 
|>«rid , y* dt j^toiOs vanMady €^n< ballad nn^v*os'cnniihos, enipe* 
ttof c|u^ no desaprolnriamOs si iwf^viti segmros tmlos los caminos^ 
•jf si dOndtijeran- in'luda1>il^nichle al tei'niino propliesto. La hit 
\dt^ 1^ wtton e^ barlo paKda y tacikinte para arriesg^at se d csimi'^ 
HslriHi'go ti'em^ k ^ddillibsd r^^hindor , y mas' cuando brilb 
^urtt^ftoAotrOs'la- fe con sn liltninost^ antorcha; y eri estos tiem- 
tpO(s dte;Orgiikllo'y i|r:i[^iiH' • tal vez obraria^ mas efeeto que los 



i55 
mas ingaiiosos arguinentos y- que los mas mievos Hiinlos cfe 
vista el eqp^t^culo dc una razoD iludiracla poslrada liiimikie- 
meote a las platilas dc la fe. No hay diula que la razun es cI 
primer vebicido , pot decii lo asi, de ouestros conecimieiilos, y 
que no pod<*Qios cmer sin que ella oos persuada Utiles de los 
motivos de credil>iUdady es una.nodriza que dos educa para ^ 
Ce, y que no8 depone en brazes de esla nuidire verdadera, deg- 
de Uiegaque nuestro ser ^e ha desarroUado ya lo banUiute pa- 
ra cooQoerla : por e^lo para dejariios cfo el seno de la Ce debe 
escoger el caiuino mas reclo y mas llano, y no presiinur de 
robusla y enlendida, ni eslraviarnos por dsperos rodeos sole pa- 
ra liacer aiardc de su vigor y dcsiresa, pucs sua brazes sou d^« 
biles, sus pies vacilantes » su luz escasa ^ y & cada paso que da 
Gorre peiigro de deslizarse y de arrastrarnos en su caida. 

Si la fe, una .fe esplicila y absolute es la gran neoestdad de 

esta geiiocacion, y la paiabra creadora que puede orgai^izar e$le 

caos in^lectual; la fe esiaoibieoel anbelo de los incred.oloB iiii&- 

- Qios que proclaman feltces a los creyentes; la fe es la unica so- 

lucion que lus iinpone y convcnoe , la unica arma que los sub* 

yuga, la unica roca tneonlraalable para salvarlos de una vez<de 

las lliicluaciooes elemaa desu rason. Pcro sib fe es on don ^e 

; Dios y solo de su mano puede descendctr, ^cotolo no defo que 

nierecer al lioinhre asi eu aoeplaria oon buena volontad, coma 

en propagiiria entre los detii»s i fuersa de prudencta y eei^^ 

sirvicndo de in.<iniiiienlo4 la Providencia? Si el rcmcdio es uso 

y s<*nciUo, /cn4iitos> ittedios na se presetiiav, y que de obstatu- 

los DOoctMrren )Mr» propinario? Si una e inakevable es Kaese»- 

cia, ;cnanla fIe?Kibiti<Uid' rfooabe en tin,rormas? A cuanlos de^ 

beres se sonictcii , cuaotas cualidadca necenitan reunir los que 

•se ociipir en oiejitiosies uiOfbltSf reti^iosas 6 soeialeay que loda^ 

vieiien a fefumlirseen tuM, en com^tiar la religion eeoelfii-^ 

glo ? y sohre lodo cu4n(a no debc ser s^\ soMciiud en descar- 

• tar lie la disousion todo iuteces meraiuente hmiMiBO » en ieks^ 



'43» 

poj^rse de cualqtiier prevencion , y cerrar la etitrMla i todaii 
las paaiones , per legitinias que.sean sus aparienciiis y disfraoeft? 
Ed los que de proposilo 6 incideulalaiente- se ocupan de 
religiofiy ( ly tplin es el hoaibre que oo «e ocupa de ella en 
pro 6 eo cooirtt eii sua escritos, ^i ms convensaciMes 6 eft au . 
penaamieuio?) eotacnoadoa baiuloa opueatoa, dos opiDioiies qite 
parieo de ud mtamo punto en direocioo contraria, de las cita* 
les uaa dice alras, mieutras la oira clama ads/antej y qoe ca- 
raolcmareinos con el nomine de partido de tos vi^oay par- 
tido de los jofeoes, no taoto porqne esi^n de tal modo clwrifi- 
cadas eo eilos las edades que no otreacan escepciones nuniero- 
sas, sino porqoe el alma de la utfii es la timidea y deseonBan- 
ZH> al paso que lo es de la otra la teoieridad y confiansa esce- 
siva. Nacidos la mnyov parte de los primeros en uo lieinpo <<n 
que reinaba » ai uifSnos esterionni^nle, la unidad rdigiossi y en 
que, reposaban a la sombra de la fe las verdades toiias; en qile 
. era creyenle todo catolioo, y caloHca lodo oiudadauo; educa- 
dos en cuesliooes menos praclicas que leorioa^y a las cuales pet- 
mitia eiUregarse coo. prefereBob la tranquilidad de los lietupos^ 
iesljgos ptpeeeociaksdcontemporifiaoavdel furiosoTerligodeim* 
piediid que causd lao ierriblesi estragoa, eovokiendoen au tor- 
beliino a una naoiou eotera yestremeoiendo todas las demas; 
obaervadores de la maroha dc los aoonteeknimtos sobreveni^ 
dos desde entooceSi cuya fune^ta |;eoea|ogia tejen deade aquetla 
•gran mudanza/ y en los cuales venun fin Ian sioieslro coino 
:impuroen lu origcn; ^«que muebaque no» oocnprendan on esla^ 
do de cosas que ni ban fennado ot aceptado, qttedesooii6enrde 
uo moviuiienlp cuyo primer acraoque se lea presenld Ian ooit* 
ooao; que aveaudua a esludiar na io eaten 4anto a oontbalir, y 
qite alriiicberados en la bond ad de \o pasadu anatenuiUoeo to- 
do to preseiile? Bii Elspana, con es|M^alidad, en donde era nias 
fuerle la uuidad reiiglosa y mas («bu5lala fe, donde las inndva- 
Cfoues baa stdo siempre repelidas ooo mayoi en«irgia, donde la 



431 
luolia de ideas se ha converlido en lucha dc inlrri^srsy dcfncr* 
za$, lo baslanle para irritar, pero no para qtiebranlar ios aniT 
mos e iiiclioanios a la paz y conciiiacion , es liarlo dtsciilpahle 
que de:»coiificD iiiuclios de cuaulo Ueva e) sclio de e.sle sigio, 
que toda iniiovacioii les parezca uo sacrilegio , toda Inmsaceioii 
unsi apo:ita$ia, y ea preci^so convemr en qae pocas vea^shaha* 
bido descoiifian-Aa uiejur fiindada. Per el cotilrario, kisjovenrsy 
es decir, el partido que coo esle norubix* bi^mos C!ardcfrrt%a<lo^ 
de.duinbrado8 con las luces^ no direinos si reale.s 6 (bsioricasy 
queal n»cer birieron sus ofos, enaniorados de lo prcM^nte en 
ctiya forniacion supcmen. haher tenido parte, y einpitj»do& bi- 
cia el porvenir por el deseo de crear y por una e^'per^l)za iit'^ 
dcfinida, aspiran a regulariiar el movimienlo en vez de dele* 
nerlo, i amoldar lod«is las cosas basU las mas inOexibles 6 de* 
licadas al que llaniao espiritu del siglo, y a conciliar bahta uo 
punlo a veces insosteoible la bereucia y recuerdos de lo pasada 
con las esperanzas y suenos del porvenir. 

Eslos dos pariidos cpie en todas paries se enenentran, por* 
que por ilo quiera ha penelrado la gran pevobieion, se baceo 
inas notables en el lerreiio de la religion, docule las ciMesticMieft 
son mil:ve(;es mas trasoeodenlaies, donde se llama fe ioqueen 
olros jHuiloi cOAviccion, y bere^ia lo que es error en oiras 
malerias., De un lado una eslciil admiracionde lopasadoy una 
ciega avei'siof> a lo prcsenle, del oiio dcseos exagerados de con- 
ciliticioii, y e.^luerxos peligroios pra amoldar lo que es eterno 
a lo Hiudible con peligro d(? desnatural'zarlo; de un lado un 
total despK'cio del siglo y de las ctrcunslancias, como si la 
reli^km no hiil>iera >iilo datla para los liomhr^'s, y no debiera 
vivir cout<'iiiporaiieainenle con la socie«bid^ del olro una servil 
dociiidnd i sus nienores exigeiicias» como si no fuera. la religion 
Dias que una obra de drcun^tancias traida de reuiolqtie en la 
marcbrf df loa sigif\s y ^in oiij^'to algouo eteivio y superior d 
toda cosa bumana. Difml es el definir el justo medio eotre esr 



156 
tos dos estretaos y el resolVer i satisfaoclon de todoseste pro^ 
Uema} pcro eo mi coiio«pto Dies nos dio su solucion y nos pre^ 
seoto 8Q lipo en Duesilra misma exisleacia morlal. Todoa ikm 
coukpoaemos. de cuerpo y alina : el alma permaneoe siempre 
la misma , el oaerpo es el que crece y ae modifica; la qoe rige 
es elerna, el regtdo es madable; ^pero aquella no rige siempre 
del miimo modo, sido que modifica tambieosu direocton scguo 
la diferencia de las edades; y sin embargo & las ojos de nuestros 
aemcjantes variamos, porque varia lo que se ve , y lo que no 
ae vees lo solo id variable. Asi sucede con la religion respecto del 
stglo, y aun respecto de si misma en ki parte que tiene de es* 
ierior y en que esti en relacioa con la sociedad: sin abdioarsu 
auperioridad y su direccion puedc asimismo aconiodarse, y en lo 
licito ae acomoda eo efecto & las circunstancias de cada e|K>ca; 
oontinua animaodo & la hAmanidad en todas sus fases y eda- 
desy hasta que y Uegado el fin de los dias, se remoote otra 
ves d los cielosy de donde descendiQ, en medio de sus nume<* 
rosos faijos qne eovio delante para poblar el empireo. 

Si se miraran las cosas bajo este aspecto, |X>cas difieultades 

4)freceria el conciUar los dos opuestos sist^mas, y el esplil»r las 

fvariadooes que puede sufrir en 6uafi>rmaa el elemento religioso, 

DO obstante la inmobilidad y perpetuidad de su esenda. ^Qui^a 

ae atreveria a decir que no era uno mismo el cristianismo ba^ 

]o los cmperadores eneniigos y bajo los sticesores de Constan* 

4ino y' durante )os sigios medios y desde la reforma protestan- 

te aca? y ^q«ieu dqda que sus delieres, su conchicla y hasta la 

faa^que preseutaba erau nmy distintas en tiempo de persecucioo 

y en tiempo de patrocinio, en tiempo de dictadura y pacifioo pre- 

douiiiiio y eo tiempo de discusion y de lucha ? Y ; es lal vez 

iiicnos distiuta e^ta epoca de la pasada j de io que eran aque* 

■lias enlre »i / es menos notable la uiudapza que ba sobrcvent- 

do? es uicnos universal ei luoviiuiento 4<^ la Immanifladqueca^ 

ractci^iai el tiaosilodc uo ejftado a olro? Yestt* 4]uc i« llama esl^ 



IHiilu del sigto^ tomitulolo en general dnam[vhfw& cAliBcarlo, lom 
se irifiHra eii iodus partes ha^la en loe miiiinos que mac intentao 
repelerlo? Remonlindobos uiasarriba Je los suoesos y paaience 
4lel clia(D08enUni06 en ouedlro corasson algo que lo baoelaiir de 
distinio inodo, que no sou paaiones ni p«rlidos« sino la aeoion ine<? 
vVtUble deeste oaiubiuque noaobHga aocupaitioade^iaea para 
adoptarloi sea paracoiubatirlo74^looad unhouibre, por inslruido 
^|ue fuera, en cl siglo pasado , i bubiera acaso comprendido el 
leiiguj^e de los Raviguan y Laconlalre 7 bubiera compreodido 
gran parte de los suo^ssoa que coosignamoa diariaiuenie en 
Duoj^tra cFOaica religioiia? Y eo efecio, no podiao comprender- 
lo, & menus de ser proTelas lambten de la rdvolucion de bechea 
iqucha producido eata revolucion de ideas; masque no k> coin* 
pienilan las que viveo en medio de eila, esto bi que no lo Gom* 
preiidemos. Madie dtifa de confetar <|u0t Ikiii *variado las rebi* 
jcioncs en que nehylla la i*eli(;ion respectode losgobiernosy de 
Jas sociedades^ y mucbos son los que io deplorau ; y de esta 
nueva situacion ^uo se dc^renden acaso tambien nuevos debe- 
les y nueva couiiucta? Si el calolicisuio, en vea de predomtuan- 
Ae que era, no es ya siuo lolerado^ si en ve£ de proleccion que 
Jtenia, se le ba dado, 6 por uicjor dedr, jM'Mieiido la libertadi 
2porqu^ no usar de esU aruia que i nadie sienta mas que a el, 
puus que tiaJie |XMee mas elemcutos de espnsion y de fuerza 
inlriu^eca, y que puede darle mas de lo que ha perdido? {Ah! 
mo ha sido permaneciendo coa los hraao^i cruzados^con csleriles 
gemidos 6 en profundo entorpecimietUo , y nialdiciendo del si- 
glo en que viiiimosal uumdo, comoha reconquistado 0'(k^nucll 
para sos qui'ridos irlandese!» los derccbos que como i hombres 
y a catolicos les perli'ucciun, ni ha sido csle ei moilo como los 
Gal6rcos flranceses despues de tantas lormentas se bun cf»loi*a- 
-do en una position, ai no la quedebia ser, re5t|)elable |Hir lo mi* 
nos,. coudcnando i la befa yal desprocio la impledad eii <! or* 

xlan.de lasi'leas, y la opresiun y el mooo{)oKo irieligiuso eo 
ToMO II. 48. 



458 
eioLcl^ivde los t>echos i la execracion y casi a la imposibitiiiad* 

Por d cofitrario dirianK)^ u los <|(ie, por tin Aeseo d<! pre* 
matura coaciiiacion en vet de elevar el ^iglo Imsta ia religion, 
poD«n la religion «i su alcance rrbajnndola y viciandola , i los 
4}4Je para puiificar & aquel tnancillan i esta: ^qne es lo que es- 
peraiii lograr con vaeslras cobardes condescendencias ? creeh 
que nadie piieda rcconocer elemenlo alguno divino en lo que 
vais niodeliindo asi & vucstro alvedrio ? El derecho que teoeis 
vo$oti08 para siiuplificar a.<ii nueslro simbolo y descartar de 4\ 
lantos articuluS; ^no lo lendran otros para descartar lo.>que ha^ 
hm& dejado ? A fuerza dc qtiererio reconciliar con la polilica^ 
con la iniaginacion, con la filosotia j que s^ yo.... ^no Hegar^is 
a liacerlo Irnlar como teoria politica^ como siieno de iniagina* 
cion, como sisleina 6los6fico? El dogma C6 poca cosa, decis, /y 
porque no ha de serio tambien la moral? acasoha promovido 
menos disfiutas, y ban andado mas acordes los bonibres acerca 
de ella? Si habfis de remover lodas las piedras que ban servi* 
4o de iropiezo y dc esdindalo a una porcion de los hombres, 
no OS detendr^is basta ^a uiisma piedra fundcimetiUl; porque 
•-^que verdad hay que no baya sido negada? y cntonces, cuando 
no quede verdad ni religion algunaen pie, etiionces podreis pro^ 
clamar la unidad reltgiosa, la unidad de la nada. 

No drremos que k tal eslrenio lleven todos su conciltaclori, 
pero si aseguramos^ que esta cs la ultima consccuencia a que He- 
va csla desnal uraiizacion del cribtiani>mo , es decir . a malar rf 
aluia> si ol alma pudiera morir; asi como ei sistrnia de ta tu- 
rn o\ilidad y H dela inaccionde parte de los bonibres leligio- 
SOS ma laria el cuerpo, es decir, la sociedad , divorciandola de 
la i*eligion. 

Siendo piies tan complicada la sitiucion de esle sigia con 
re8pf*cio k la reliction, y tan delicados sns efectos, y tan nnme^ 
rosas las fases que a uii i»irsmo tiempo 6 <n rapido giro prev 
•eatAi nunca se ban necesitado en los defeosores de las ideas 



"439 
reKgiosas y en los mirastros de bu culto roaarconocimien^^afB 
abarcar (anias cotnpliciictones, y maa pei\^picacta y hahilidad 
para eocadenar a esle proteo que bajo las mas repugnaoles 6 
fiias sullies ibntias preteudt^ escaparse de los suaves vmculos de 
ia te. Munca coioo en Giie siglo babia Uegado la bora 4le s^ 
fuerles como ieones jr asi^Uos como serpientesy n\ babia sido 
mas oeoesaria y diflcii la altanza de la firmeza y de la blan- 
dura, del valor y de la mansedinnbre, de la conslancia y de la 
€Onietij|>orizacioii. Ea iiempos de paz profunda ode guerre de* 
darada los debcsres son seociilos y lacil elmodo de conducirse; 
las iiiistuas persecuciones son uicoos teiuiblfs que el eslado^e 
crisis en que nos baliamos^ poique en ellas solo se tratadere- 
sistir y de inorir: para conservar la paz baslan las virliides, y 
para so.sU:ner la gucrra basla el valor; mas la prudcncia^ laha- 
billdad son para los tienipos de uegottiaciones, cuando iodavia 
es nocesario precaveise como de un eneiuigo de aquel a quien 
se desea couvertir en amigo, apresurar la paz sin debilidad ot 
bumtllaciooy arrostrar la oontingencia de una ruplura sin ba* 
jadfonada^ ceder sin flaqueza,reai»lir isin violencia. Podra suce* 
der el auouieter coino^-enemigo al que importa sanar como-i 
eofermo, y aun uo mismo eufermo puede neoesitar de lonicos 
quefortalvzcan su po)lracion> y de calmaotes que apacigiien 
su irrttabilidad. Por iaolo hV hotobre religioso, y sobre todo 
a] sai:erdote, no le basta velar y aun eocaoecer sobre los 
libros relirado en^ su g«bfuetei oaoesita aJeuuis de olra ciencia 
qM<2 los libros no ensen-fini que. no enlro en su plan de es* 
tHidUos, y sin la cuai todas las demas no ser^n s:no ufna va* 
na y pesada arniadura que sirvt* mas deesiorbo que de clefen'- 
Sa; y esta ciieucia esei oouocimioiito del siglo y de la sociedad 
tn cuyo seno Vfve. 

Por eslo no basU esludiar las .ideas y las obras de otros 
aiglos por 4na* que seau soiidas y ileoHS d<; doclr.uas, vs prc- 
ciso saber el eiUio de las idias 4clualej, como |uiea dice, |ior 



ttro 

'd ultimo corr?o; norpremlcrkis eti su ATlim^ fasc 6 tran4brtnff<* 
don, saber apltcnr las antiguas i su proposil-o y ticnipo^ to- 
•mar algo del siglo, en lo licito m eniiende» para que el siglp ^ 
•au vez tome algo de nosotros. Si no conooemos su nial, ^coiiio 
*le curaremos? como po<lrem08 convertirle^ ai no entendeuios su 
dengitago ni el coiuprende ei nuestro? Cii^ntos oo ie creentoda- 
•via en merlio de los delirios fanaticos de:impiedad qne aoo.4a^ 
ifon a la generacioo pasada? cudnlos tamliien no se eckaii en 
aus brazos imprudenteuiente snpoiiiendole creyente y reparadcr 
fitn reslriocion? cuantos no pierden autiampo y sua argumenloa 
en ooovouoerle de cosas que el coniieaa y |»roclama i voz en 
griio? y ouiutos no dejao pasar desapercibidas, 6 tal vez iijogcd*- 
tecuente favorecen varias prevenciones y errores que coiiserva? 
Y si este dt.soeruimiento ea Ian imporlanle para pnalquicr hotit- 
bre pensador y religiotto, ^que serd para d sacerdote llamado 
#n la presents epoca mas qoe en ninguna & tma alta mision yia 
itina inOuencia poderosa aobre los dnimos , en quien esUn i\\6s 
Jos ojos de todosy y en cuya mano eslin, humanamenle hablad- 
dOf los desUnos de la reKgion, 41 la cual se juzgard por sus ac- 
los e ideas particulares? Para este siglo gemTalizador y Ian ami* 
go de personaiiaar el sacerdote es la religion. ' 

Asombra en verdad, abruraa la consideracton y da v^rti- 
«go alalma el reflexionar los numero^os escollos que |)or do quie* 
ra se tocan, y precipitan en otros tantos escesosi y lodiHcil que 
tfs iraamr una linea de conduda en medio de lodos ellos. Si no 
usais sino pruelias de autoridad y no ntostrais mas libra q«ie 
«1 cateci^mo, ofendeis la raaon presuniuos;! deun siglo di^|ml»" 
dor, que necesiti^ de aire y espaoio para remover^e y ibrcrjf^r 
y llama a esto nmvimienlo y vidaj sialcontrario oombsitiq a la 
razon con sus annas misuias, Ie dais orgullo y fucrza, viendose 
capaz dedescubrir por si la verdad que mH8tardene;;:iracuan- 
do Ie conveiiga. Aluiiibradle eon la Inz iutmsisima de la ie pa- 
ra^ ycaerd atooito y ciego^ 6 llamard obscuridad a) mismoesce- 



sm de'hSBL] alumbrsdie otfn susprofHaskicdB^jrse^svanecer&ooa 
eila^ flaienienJoae ensit cstati<» contemplacion, o lal vrz UiMo*- 
nmcnuie bib«r cnsado' lo que no ba sino descubiarlo. Tomavl 
sus foroias y revealid las verdades da sii trage de nioda para 
qtia ian aeeple^ bafiad die miei el borde dd. vaao para lyne toiaft 
la tt«iiii^' y proveohoaa bdbida ^ pero muchaa vetes ahapari 
la inkl, y .oa.dewtvcfd lleoo ^ vaso.. El rigor jr la lofleKibilida^ 
1ft caGaspora;la blaiid«ira y eooUimpornsacion le bace mas pro4 
oas y exigehie.. Si hablais i su ealendiatiiaiitOy deadeftari las 0H>4 
rias y dimari -por beneGcios laogibiea,.pMdii.Ia aaaaodabco^ 
i:aaiQfi ap ejisefiandooa aa profiibda heiidji; y si preiend^ /caU 
trarsala.ooij ei balsanlode^Ja cBridad^.dir^ que sii timl.prtooi«« 
pal reside eo el eaiendimieoto jf que de alii reflate ^en el cora^ 
SBon, que.nada pruebaa los saerifioiosy los fevoreadoodif bo boy 
oooviceknes, y qae no basia saoar los etterpos sioo^.laa adonasl 
St ponett' las rasas' sagradus fiiein del alcanpe de susapkes^ didsi| 
ikeraUiray de suf eif UieaGJoh, d< sos^ leyea^ ae viieWe lb e<iciadod 
indifereote 6 aleHj; si al coutrafto las poMis^'eodie^ode «sb^i#^ 
culadon y qtiefeis it/fitlrdfselas ^o cierlo^ modoi hi proftntt'ii 
ead(^ p^fiso. ^QiiiiSa dictardi ma regla iimferiiie^d^ eooAMlitf ati 
Oasos tan complicados? qiii^ inspirfelrii: es^ ' e^ito dereidlitiKl 
y prudei^ia qoe'efite i uo li^tnpo tcdoi'lo^ es(retftds?I9ohey 
ttias que U espiritu<le Dios, pero est^iio se cofiiMiMot .aiMi'i 
los 4ionibres d^ i)u«Aai vdanladyy i kto tftiiM^ Kiifesi de lod4 
piPemiicioQ 6 ^a^OQ butnana^ por sattta qUtf panszca «ri so* 6ri^ 
ff^ ..... 1 .. I ,«i.... .: 

NfoeliOis key/ y dto elloa hablamos ya mastfh'lbli/.qMctiBM 
^^het Mrlado toda la difituUad elevabdo ana' prbteala g^Detal 
contra el sfglo y cttanto de ^1 enaana, y fij<08 con ^itasis lo* dffSa 
cKi^lb fMadrVd^ta^ p^^ io^ male^presehlctts{bel.ineh6r ^sfuer- 
A> ^a¥a feknediaribs^ y permanecea indfferetttes i euatitOdo sen 
\k reaNaaisito del tfpo que en su idea se for jaron, dia retMytibioii 
^tfMhfMk de k^ ^e sob enisle en so cnemoria, Eslia faierda vo^ 



4M 
kiotaria i qae se candenan, eie cooiplelo dtvorcb cdn todo la- 
exisiente, es aiempre perjiidtcUl a los misfnos iotereses que M 
sostienen, j puede U^ar i ser crimiiiai, pues crimtoal es el or« 
gallo con qoe se acusa d Dios indirectamenle por la permitioo 
de ufi oaeiro estado de cosas. Dios oa nos pide parecer aoerca 
del drdan 6 sbtema que prefeririamos, no nos ha proguntado ea 
tpA aiglo qoeriamos nacer, amo que colodlndoooi enelquemaa 
kr plugo nos mandd obrar en A^ aprovecbamosdetodo ioexis- 
tcnDe para el logro de loqne meforcrejeramoa^ j sobrelodoBO 
paralizar fawas ouesttos esToerzos, oi dei«sperardelahur«ani^ 
dad. Admirase eo bora buena la orgaiiiaaeion de lo -pasado, 
ensdloense tal 6 ooal principio, lal d ctial sislema; p^ro nunctf 
eoo una adioiracion esieril se preparard su restauracion , dno 
que ea preciso apoderarse para ello de la diroccion del siglo, 
locual no seconseguiri sino conooiendo inuy s( fomlo su cardoler 
y tendenoiaSy y cooquislaodo su espiriUi sin lisonjearle ni esipan* 
taitle. Nada es ^n nmeslro conoeplo tan ocioso como discuUr si 
^ Qfglo IVy 6 d XII| 6 lA XVI. eran aiejpre» que el XIX, fuea 
i|ue en n^a oacunoff y en esle hemos de vivir y obrar co9 Icm 
^lemoDllOs que.fel mi^oio nasi depara: llomrir aquellos y pOB-^ 
d(nrjvlos es ico^io siel hoo^bre <ubierio jra de oanas llorara \o% 
floi^id^ amis de su ^uventucU encuajquier edad poede bai)eren« 
tanlQa, porque enlodas pu^dep ejercerse virtiides: las olas y 
kis iiatppps ncf^neden voltrer atras en su ourso; y en la buma^ 
i|idadabj/CQinO:en el individuo debe dotniivir la resigaaQiOij^ ja 
se sienta robusta y fuerte y ataviada con los encantos de la pri«- 
f/^wn^ ya daasada y vacilante b^jo el peso de los males y de 
|os anos; ora la g^ie el dedo de Dios por.florida y um^MOsa 
aendai ora por drida llanur:a 6 por escarpada peodiente. 

Pero tampoco el esoesivo deseo de ooociUacion debe indu* 
cir i enervar y desoaturalizar las doctrlnas del cristianisnio pa* 
4ra iMoer mas facil y pronta su recoociliacion con el siglo. Mu* 
iibas tenlativas aualogas y coac^bidaslal ve^coa 5ana intencioa 



han zo^obrado en tal escollo^ De tales naufragioa hemos via- 
to salir esas stpsbKnooea i lu retigidll naturally i una vaga reli* 
giosiilaii , y hs falsis miximas de que eV dbgma es en eseiicia 
du* poca importancia, mereci^ndola solo la moral, que es ne* 
cesai'io unir todo lo que Cienen de comiin las diferentes creen* 
cias, i iiiventar formulas y oraciones que i todos convengan. De 
aqui esa incliiiaciou & metamorfosear los grandes iiechos y 
principios del cristianlsmo en simbolos que interpreta la fife* 
soda, y lo6 estraaos esfdenKOS para conciliar el espiritu revolu- 
^touario con el espiritu religioso, y esos ensayos para regenerar 
6 cchar alm^nos en 'olvido todo el pasado de la iglesia catoli* 
ea, sus tradfciones^ sus coslumLres, la obra sucesiva de los st- 
g^os y de los acontecimieritos j para sustituir bajo el nombre 
de primiiho un catolicismo de nueva invencion. [Tnvenciones 
falsa.H, tenlativas impdtenleSy que demueslran to/ay poco cooo* 
eimiento de la naturaleza'homana j de la relig'ion! El catoli* 
ctsnao debe* (fermaneder siempre el mismOy sin abdicar su orlgen, 
su historia, su* doctf ina y su ley , sin pres.tarse sus ' defensores i 
comieter ninguna cobardia ni a proteger. ja hipocresXa y porque 
enlonces le Harlan perder su dignidad que es en' el dia su prin* 
cipal fuerza. ((Si jro no estuviese cbp?enci(Io ,' dicelVfr. iGuizot, 
de que bantigua retigron y la'sociedad teioderna p(>dian armo- 
hizarse tomando por base la verdaid y el honor , no' aconsejaria 
semejaute aliaiiza. Bios do perbit'e que s6ci' ^)4 'menlira posibid 
para alcatlzar tangrande' t'eduRa(h>. ** ^ ' 

Jos£ MarIa QuAdeaikk 



n» 



I,: :i 



El. CAWISHO EN SIRU. 



I ocas ciie^ttones se ban snscitado tan prolongadas 6 Intere- 
sanies en medio de la march^ r^pida y taricter in^iferenle .de 
este siglocQino la cuesUon de,Onente^ fiieinpre aplaj^ada y sieia- 
nre acometida con mayor empeno por las cincoall^i poteociaSy 
a (}niene3 ha heclio volver la cabezii de aquelladoel e3l?rlor y 
agonia de otra que fue lambien alia. polepcui» y apienazo ua 
tiempo subyugarlas &. loJas. Diriuse que es upa cueslipa de.le^- 
tam^ntos, en la aue el heredero, si bien hal^ga^ pof la oon 
dicia de la herencia, teme la cnvidi^ ^e SU3 coleg^s y Iqf peligrQ*. 
'sos Iitigios , que te ha de costar manteiierla. La pres^ j^$l& alU 
en et suelo^ sin mas dctensa que los mutuoscelos de sus d^« 
tructofes, y el telnor de losdemas que cada uno sienle y q^e 
le obliga jk manfienerse S resp^luopa dista^nciff. Des^le que el ^- 
non de lionaparte ^lespertp en aquella^ liisiaricas so)edades m{l 
recuerdos dofmidos easu. tondo. d^sde que el l^ombre del siglo 
fue i inaugufar sus ipist^ripsps- d^3tinp^ ep Ifis r^gjones que vie- 
ron paisar & Alejandro^ Porhp^yp y Tapierlan IriunfanleSy y tam* 
bien & Bayacetes en su j^^la^ el Oriente ha absorvido lu alea- 
cion de la politica ; y no porque se hay an obrado en cl desde 
entonces grandes cambios, si no porque desaparecido el terrible 
despotismo que Ic prestaba algo dc fuerza y de cohesion, se ha 
mostrado en toda su inercia e inciCativa riqueza & los ojos de la 
Avida Europa ; y la ereccion del reino de los Helenos, y el ba* 
jalato independiente de Mehemet-AIij ha hecho pensarsi habria 
lugar para un trono europeo , st no en las costas mismas del 



4NS 
BMfor(>.y al m^nAs* 4 orillm" dd Xorjan. Luego lik iotervenida 
la AmagiiiabidO) y Ips fK>6fa» porrcierto nosse Iiaii ocupado del 
QffientemeMs qiM lo9 diplomdtioos; ban pue^to. eo venso trata-^ 
d^ parai.hcreglar el porveoir de su predUecfco pia^ y i cadu 
edsatainfta^' de los Sobsiks.de la monlsaaa , de loa apldddoa de 
Ibrahiai J^ de loa albaneaesdeJa Piierta^ .bf^li,e^vpcddo las aom* 
Waa deiloahi^esd^ OaVid'y de^Seleuoo, de Ida b^rOea de Omap; 
y da Gedofiredo de BouiU6n^ aoftandoipanat b) vwid?rp desti^ 
noa no meooa gkirioaos, y bttseando con aiisia 4tiUre aqublioa 
imolente^bajaeayftf races entires el iingido y.^redeatinadiO'ipa** 
la kr^eoeracioo definitbva.. t\ Orfeftie.es un libro indescifirar 
Ue ent|ueilodoa nuestroapeosadorea se ban dsfurzado ea leei!' 
aua aialenilia;! y aia«|uel* pais,, oona de Ja mayor parU de apdaM 
loleaasi vefifedecM como falsDei^'entregadotOd.tiidoa'iieaipQa 4 
eullles abatraotidnee y i disputaade religipc^nof^reaeaU Mn.paiH, 
teoo de lodes loa delirioa de .^DUesiro «jglo y n^n .(ealro ^ tod«| 
aps utopia^y no cs ciertameAlepor £iUa de.Jtentelivaa# 

Nosotros que a6:ealai»ofe iniciiadoe en loa tnisterios de 1« 
diploiMcUitji inttMs.en loa.dfil.per1reDii*,.<|u^iM>eaeribiinoa im 
ariiculo dt) pjt^liiicat ni un t)okma i al fi^rJoa 0J94 en la Siria^ 
dondiQ.llauiin la lini versa! alenoion los mmiinientos que eoea^ 
loa ulUmoa afk>s se observan, poe ceoiremos a oon»iderar . an 
eatado eit lo doRoernieHtei la religion, cuyos rei^uerdoa en aquei 
pais mas que en ningnno sofecan otros eualesquiera , y tal ves; 
lios abandooarenios tambicn a algunas Uaonjeras psperaazaa eoi 
tste poa(O) 6 suei^os si se quiere , ya que ea aqtiel el pais disi 
los.siienos y del- opiby de las palaicios eocaotadoa. • 

For un error rudnario y one omiston nada disculpablei a], 
nombre de religion en Siria y PalealiiiQ no aaociamos Gomun* 
mente otra idea qoe la qonseryacion del Sto. Sepulcro y de loa- 
demas recaerdos qtie nos dejo el Salvador en so paso sobre la 
iterra , yique los er^slianos bonraron con preciosos monunieo- 
tea, ni oensideraiiaos aquellos lugares poblados por oLros fieteff: 
To3flo u "19 



4116 
<f|tte los qu^ pta'tlosatneiiU HbniKldtinmn stt patrh parlb vriar 90^ 
bre ellos, j pn^ar mu vi<1a ari traves Ae mil peo.'ilicladciiyMiic** 
chnea aili di^nde J«s(icriftlo acaho fai siiya. Oivhiamos qoe haif * 
alii «na poblacloit if>«Iigena catolica^ qne as(resisli6.alai'«e4iie>i* 
cbnes del eismd, como a la.i viol«*nciaidel iaiamtsnio;qff«42 ai*^* 
gloft ha conserva en lansprTe^a'desus montaftasaii retigioii jnti' 
hncionalidad , y obligo, por dcclrlo asi, ^ entrar tn paotoa €0» 
ejla al malionietiaino vfnoodord4>l Asia, cii jas creevtoiaa cntina' 
paiubra son fuertea como f.u caracter, sencillas como aiis cob** 
biitibrea, arraigadas oomo todo lo noble y verdadero que siirre- 
persccucion y contrarii^dad. Los iiiaronitas , qiie asi se Ikiiiia 
aqneila nacion, debeni so origen iiiimvo a una {lersf'cucipn y at 
furor de los luonobeliUia, y su nonibre i Maron, pi;idoao cerio«> 
bi(a, alrededor de cnyos conveiitos edificados por sosdiscipo*' 
loa en IO0 montes fueron agregditidose varios fi^li'5 en aqoelloa' 
tiempoa calatnitdsos. Goberhados por sua srbeika , i qoienes 
respetan y aman en estremo , tic^nen toda la imlependetioia y 
^triolismo de loa griegos unido al eapiritiide paz y de dulzu- 
ra de los puebtos palriarcales ,{ sin cpie por eato patlieipeii del 
(atalisnio y aptia caracterrslioa de la raza orienUl. Graciiaira 
cari^rer empreodedor y a su industria infaligable ban cubier-* 
lo con una capa de lierra las pendientes del Libano mas. cer* 
<ianas i las eternaa nieves« donde crecen bosques de oasUnos^ de. 
morales^ de pioos, de higueras y de oiivares; dotide la vi&i do-) 
iQi SA6 fiulos tleliciosos, J se ttie^a en abundaiicia el Irigo y eh 
ifiaiz* Su territorio se estieode desde las garganiaa y GOrdillera» 
mas vecinas de Beyruih hasta Tripoli de Siria; su poblacion as* 
diende i XOOfiOQ almas, maa de una terccra parte de la que 
se cuenla en toda la provincia. £1 catolicisrao de los maixMiiw< 
tas es poro y ardieote, y a pesar de cpie siis ofidos se cantan 
en lengua airiaca, so rilo en todo In'demaseaeMatinQ.Susobist^ 
pos tienen bajo su jurisdiccion direcla los pueblos masimpor*. 
tantes, y nombrfn al patriarca. ^e la iglesia maixmita oQofiirma* 



clo lii^go por el legaJo pontificio que en el L(l>ano reside. 

Masde 200 conventos habitados por 25,000 uionges ocnpan 
las Cordilleras de la monta^a. Aqoellos bomhres bumildes y 
barlo dpsconocidosoran como los habitantes delaTebaida^des* 
brozan y caltivan laboriosamente, como los benedictinos de lo^ 
siglos medios, algunos rincones de la tierra erial y desierta, jren 
alivio y socorro del vtajero y del peregrioo, remieVan eo el ar* 
doroso Libano los misnios prodigies de caridad y despi^endi- 
miehto que despliegaii sobre los belados alpes los religiosos del 
monte san Bernardo. 

Ahora bien: esta vasta e interesante poblacion cat6iica« que 

anida i otros 60^000 catolieos de riles diterenles, siririco. grie^ 

go y arnicnio , drseminados por his cindades, forma cerca de 

la tnitad de los habitantes de la Siria, yace abandonada por 

las potencias oauSiicas & todos los borrores de la gilerra^ i i^i 

Tiolencia^de losbajaes, y loque es peor todavia, i los ardides 

y seducciones de emisarios cisrnaticos y proteslantes ; y se tar 

estii inmotando continuamente d combinaciones diploinaticas y" 

i intrig^sde gabinete, entregdndola eh manosde su senor irri- 

tado el die despnes de haberla aiiimado coo un mentido apOjor 

y con esperanzas imprudentes. Masde 42 afios ba se jtiega cotl 

ella como piezade ajedrez, ya para el en^randecimiento de Ibra* 

him y de Mehemet • AH, ya para la con<)ofidacron del iiuperio otb- 

mano, 6 mas bien ora para provecho de la In'glatcrra, ora de 

la Rusia , ora de la t**rencia. La^ intngai inglesas ban logrado 

Separar de los roarotiitas j losdrusos, fribu guerrera proceden- 

Uj segun apariencia, de la Arabia, la que d pesar desu religion 

ifdolatra, que es un misterio todavia, babia pernianecido cbnslan- 

femente aiiada con los ntarouitas de^de el iieropo de las cru- 

xftdas, y recibido de ellos posteriormente iin principe crisliano 

bisabuelo del emir Be^chir. Los ingleses, si^uicndo admirable* 

tneole el eonsejo de dhidir para domlnar , han persuaduto i 

loa drusos , que 1* alian^a con los marouiias era serviduuibre^ 



que era humillmiGc sii Atimlsion' a' tin emiif esl^ihjpfO y crif^ia- 
QO> y que biijo la proti>cc!on inuiedUita de la Sublime Puerta 
i}ebian reclainar la imIependeTicia y el derecho de eligir iin' 
priactpc de sn sangre, abriendolcs asi la piierta a t()daf$ lbs- dis- 
eordias iiilestinas y i'i?aIidaJes de Iribu, que iin tlempo fueroa 
tan infaiistas & los mismos drnsns. INoba parado aqui la iiifliien* 
cia politica de Inglnterra contbihada con el dspirilu de ciscna^si- 
00 qne vuliendose del celebre e<iicto de Gidkhaiie, en que el ac:lual 
fullao concedio proleccion (i loda creenciu y a toda propieilad^ 
6 mas bien, valiendose de su preponderance y de sus escuadras^ 
obUivo la facpltad de insiaii^ir en J^rusalen un obispo anglica- 
no, y concedio a e$te un mijlon para coniprar en derredor de 
la ciiidad aaola tierras y propiedades ^ quo grarias a la liaratu* 
ra de su prccio se acumnlaiau couiiderableu^ictite bajo su do- 
8)Kiip> y 1^ haran dueno^n breve de toUo el teri*eno baldio de 
]fk SiJfiflL, meridional. De la propiedad se pasara i Ik coloniza^ 
fiou i^glesa; de la polonizacion a un coniercio general con las 
^udades y poerlqs de la SiHa ; ly qtiien puede prever ddnde 
partfr4 esla influcocia sienipre creciente de la Inglaterra, qne 
^MD cuandono Tuerasino p^raneutralisar a la de Francia, pro- 
fectora nata del catpKcisnio en aquellas regiones , se ocupara 
indffeqiibleiziente em la ruina de esle, baciendoso aliada nalural 
dp poftos, jd|*ii30S, musulnianes,. cisniaticoB, en una palabra , da 
cuantos eieqaeoto^ existan mas anlioatplicQs y hetero^eneos? . 
' Deir otro lado del Bosforo aopla oira injUuepicia no lueno^ 
fa|ifjst.ay roorlifera para el cajtoliqstna, y esti^nde fius;avidoa 
9JQs el.coloao mo$covit^ y Ijeynndo en sU sequUo el deypulicq 
cismaeon la corona imperial en la cabesui , y la pfr^eouOion, 
afmada.de sanguinanps decretos y de suplicfos eslreoados hmn 
ta aqui con tanla a^tupia jr constancia ^n la miauia Rtisia y ea 
Polenia. Quiza bajo las lanzas de los c|osacios eapiraria el catoi 
Uci'icno de los maronilas que r^'spetaroa las cimiUirffa^ de los 
tMrco;^^ Posesiqoados los Z^rcs de Cooatunlioopla y eorooadoa 



Vl9 
ten Santa Sofia , se creerian lierecleros de los derechos de Idk 
emperadores griegos, y pretenderian para su palriarca thia Sn^ 
premacfa couforme A la vasta eslcnsion de sus domfriiojs: d(»^ 
pertarian las anliguas discncioiies de la iglesia oriental con U did 
Occidenle, haciendo servird sus ambiciosos projector estGfuna<2 
tismo religioso, y renovarian con mas p6der y euergia las vio- 
lencias y esc^ndalos del Bajo Imperio en diclar creenoias y es^ 
tublecer dogmas. ^ Y qtiien sabe, si duenos con su inm^nsa es- 
cuadra del Medilerraneo , y mandando en la Grecia como en 
fendo, tentaria su codicia la Italia antigua, provincia del impe- 
rio griegOy y reclamarian el exarcsido de Ravena, y ectiai^an 
por tierra el reino temporal del Santo Padre fundado jporCnt. 
4o Magno? Reniotos son estos tcmores^ lo cohfi^so, pero solb \k 
vigilancta y prevencion de las demas potendas pueden eb lo 'bti- 
inano tdipedir que mas 6 xhehos tarde se realicen. 

Un piadoso y ardiente entusiasmo, que nuestro ^^lo tatk>*> 
nador ha qucrido convertir en profundo pensaiAiemto pOliliefy^ 
6 en treta mriitar , atrajo durante dos siglos d la Europa lodn 
en derrcdor del sauto Sepulcro, y regd de escogida y nobilisi- 
ma sangre aquellos lugares que habia consagrado la de uq Dios. 
La historia de los crnzadas es una de aquellas en que brilla 
inas la intervenciou de la Providc^ncia , y en que mas hondos 
se descubren al mismo liempo sus arcanos iuescrutables : la voz 
de un ennitafio concito las naciones sin gefesapenas ni caudillo 
para lanzarse a una Icjaiia y aventurada conquista^ j todo el 
poclf^r de los soberanos y cl valor de ejercilos ordenados fui 
inuiil mas l.irtle para snlvarla de su ruina 6 recobrarla : mila- 
grosoA fucrori casi los priricipios del rcino de Jerusalen , y rai- 
lagrosa su cniVIa : nadie hublera predicho ni su glorioso y rd- 
pido ostahlerimirnlo, ni su vergonzosa yno menos ra[)ida de»- 
triiccion. Desrlt^ que SaLidino planto de nnevo la media luna 
sohn* la ciiidad Santa , se er|tiip;irou armadas para reconquistar< 
la ^ y U^ armjdii6 se huudierdti ; se forujaron aliaosas p'oderosirft^ 



450 
J se disipron las alianzas; se preseniaroo i combatir debaj^ 
sua muros monarcas valieoles j piadosos , y ora se quedabao 
gimiendo en largo cautiverio , ora volviao i embarcarie dea* 
aleotados. Y si eslo sucedia en medio del Asia dividida y das* 
organizada en los ulUmos tiempos del califato inoribuDdo^ 
niucho mas debieroo creoer lasdificultades cuando lereempla* 
so el imperio otomano joven , robtisto y unido » copstituy^- 
dose en agresor, y amena^ndo i su ves al oatolicismo. Sin em* 
bargo, cuandQ ya terminarpn las cruzadas no dejaron aquelloa 
lugares de atraer stnp ya los ej^rcicos, lasmiradasal menos y 
los votos de todo el mundo calojico: en su nombre seespedian 
faulas & indulgeqcias; su nombre resonaba en las oraciones dia* 
Has de los fieles; su nombre conservaban los monarcas en tre sua 
titiilos y derechos como una obligacion de reyindicar i la pri« 
mera ocasion aquella herenda: en lodos los vastos sisteraas de 
los poUticos y conquistadoreSi en todos los hermosos suenos de 
las almas enlusiastas se veia en ultimo termino el santo SepuU 
cro rescatado, y la baodera de la cruz oodeando sobre Jerusalen^ 

Esta preciosa joya, que brillaba en el turbante del Gran Sd* 
flor, qu9 envidiaban los monarcas europeos basta tal punto, que 
para arranqirsela no bubieran dudado aventurar sus ejercitos 
y sus personas , esta joy a se le cae ahora desgajada de su dia- 
dema , y no se presenta quien la recoja. 

Si , desgajada j porque, po bay que dudarlo , la Siria no 
puede pprteuecer largo tiempo a (a Puerta , aiin cuando esta 
prolocigue au diHcil existencia ; la Siria es una de las provincias 
de elementos mas helerogeneos y de poblaciones mas bo^tilea 
i los turcos; la Siri«l ha sido el teatro de la luclia entre el baja 
d^ Egipto y el sultan de Constaptinopla, y por lo mismo debe 
darse 4 un tercerp que sirva de diqiic y muro entre los dos 
pontendienles , quienes por su parte \o veran sio di>gnsto a 
IrMetjiic de no vcrla pasar a manos de .su rival ; la Siria |>or fia 
eii ej loududd AiuJitei rauco , vica eii puertus y fcvlil en cam- 



151 
piAW). esi la *qiie < promta ' nia^ itflidentc^ al' -iHiinercto y it \f 
OoloMncioo aunopea. Taq cierlo^ que para prspanir su eman^ 
cipaeiqjD sob ae trata de dari la 'Siria , i ejempl^ d« laa pra» 
vioday gviegi^ da Romeliav an bospodar 6 sailor feudatario^ 
aaa tsufco, druaa; siarociita 6 earopeo» el coal fiicil ^ toevtta* 
UemealA pasara iS prtndpe havadilario i independienle.^o^re« 
daiBcts la Tierra Santa oomo cabalieroa'crisliaoos^ y la reda* 
marplot Mgodantes ioglesas; ih> biiaqoeis uo principe ci^^ 
lux> paaa aAodar la rola dioaaftia de los Godofiredosy Baldviow, 
y la li^la terra se buscari ono en aa almiaeen de Oburgo , i 
hayara un nae?o Mehemet, pero maa adicto i aos interesea^ 
qiie parfa amigablemente el poder cod au obiapo angKcanOw 
Cuaiidoardia la gaerra, bari unoa 40 alios yeolre Mahmoiid 
y Mebemet'Ali) era admirable la ooaaioo para realitoir la Si* 
ria al proiedorado cristiano, y uo prioeipe luteraiio^ el rey 
de Prusia 9 olvidado el desprecio cpte afecta el proie^tti)tisni6 
por laa leliquiaa, osd reolamar cast de ty&eio la reatitii^ion M 
la Palestina i la cristiandad« i Qa^ha ciab enldtlcea Ida reyfs de 
Cbipre y Jeriiaalen ? Qoe ban hetbo lbs gobienios que eneabe* 
lan aos deoretoa con litolo tan glorioso oo|iio vano ? En cnaiii* 
to al nucsiro ea preciso confeaar qu^e loa liefnpoa eran mahia 
para caballcrescaa enipresas d paati ootaa diplomilicaa i y. que 
bastante g^neraso ae ha mostivdd en itis apiroa^ ctrando po^ 
echar mano de loafuodosde la o^a/'i^eomode tanioa oCroa^ 
eo cooUfnlariie oon los sqbranies df aquel ramo. 

A pesar de lodo^ paroce acercArse ci dia fn qne floreaaaa 
en.Paleabna lua primicias del domnia* crisUaoo y y en qn« aala 
aegiinda y pioiflca cniaada d^ priocipio »' la ciTilizacion dd 
Qricfile ^ asi couio este apresard y prodnp en- la. primena la ci'» 
viiiaMcioo'del.Qccideate iavaaar. En baie isiglo que ianioa lfx><* 
nos ba vistOi.naoer.'de niie«d y miichoa de eUoa de paaadaa ed»i 
de^rn^ ^^^ de Jenisalpn va a set* prdbabl^inente una realidadl 
dei^pu/Mide.uip ioieraaUo de ac^a aigloa y medio. No ae doa diga 



4Sf 
^e faltaii eleroenUis psni uii reiiiO|i^iie nolMiy'iilli pnebki 
pra UD aoberaoo; marooitasy. armenioBi griegos, europeos^ 
eaaotos reatoa de catoliciswo perdooo en el Oriento d dsDia 
a la persecaicioD^ todos correriao 4 oolocarse bajo sii aomkra^ 
para farmar unci nacion oatoUoa , compw^ta ik las fraccionag: que 
abora dispersts ameaaaan deMparecer eada dia eotre l*a twie^ 
bias de la tjgnoraocia ^ el horacaQ de lasirevotudoaeB. Jjeraataid 
aino una baodera , y veriiB minia muchedumfare at ii||nipa en 
lorao de ella ^ proBuacieie aoa voa » y oireia curfiifaa toqea le 
liaoep GOO. I Quiea knUera aoapecbado eo el ultimd aiglo la 
axifltenciiEi de uq. pueblo. eo «l eoimmi mifiina de la* Tora(|ute 
euixipea? Y siq embargo j^ie pronuneid el muhbre de QreGi% 
y bubo gri^oiif ^ im$ (aide ae pemo eo tin reino de Belgica ^ y 
bubo belgaa* Por bien fundidais que .ftpareKao laa oaciooes por 
la opresiooy el ^cerdarteael elem^ato de iodependieneia i ie iu 
NiAw y df^Qtitpooeo rcoioo por jaoa operaoioo quioiica^ parli 
Ibrmarse pon aeparado. En iiempo de iGodoFredo ^ eo ua«siglQ 
4to que er9 desooaoeida: la emigracioa jr oolemxacioo , de uml 
oidded. cQiMjttiatedfi «e biao ua wAo al siguteote dia, de im. 
ejeneitOi ae hiao un pueUo , y aei arsaigo y ooaoid eo tuedk) dc 
wia poUacion bostU y pujaote-y i que no pudia*a eflperarse por 
fuedios paoifioqs , abora qw la rel^um , la po)iiica y el ooqict- 
CIO iparcbainar? aoonlea para la formacion de un.ettado 7 Para 
.nooaaUi etfan elaaoto Sepukrro, ejemplos piadoioiy reouerdoa 
auUiines; p^ra otfos bey puertoa wportentiannoa, mercade- 
fiaa preciosfiSy. posiqiOMes fiiTorables para dominar iodoa los 
fOo^tnijbaAos'de Qrieote; para un6« hay puebba que doneef var 
ien'Su fe ) y fHiebloa que oooTertir ; pra otroa b^y patnpioa que 
eapkitar , odoniAstque estableeer y lierras quetadqutric : deide 
eUi sp abraii i^ovqs canalea para la ipduairta y y iiuevoa cami^ 
nos parii las tnUieiias; y en lee puebUia del Asia maa epHrtadoff 
^ podran onifi iguul'.'rapiilK^ imporiar los genef'as de tkiropa^ 
fiitUroduoH'l^jS iuees dp( £;v«<^eliQ* £49 wmi^ pUbray Ipida 



4W 
|lodi4 fBrlot JertiKiim iln yfmrfivap&A^'Awixkn 
dd^Oriea^^ nude^ jrveoiro )de las igleais^ orientiile»« LktiMi-» 
dap piir piodacl ^ corioflidacl 6 e^peeulaoob , tevdir^b alii eit 
tropi los Tiagcroq^ Eor4ipa , jr ti; lioD fiHbs ae Mstiene Roma 
5r aifl la liikim Itrii* ^ {P^'^ hdlme desiBrCa Ib ciadad de 
Ub pdrcgriiiaiioiMi ? i . - ' 

' . .No.esiBSl0:»p sidbte OfigiiUido dtt deseO) nitQO Wernios^ 
ipBitodf oueilraiisialaiiai? i pent de unfstras oooneciooea iH> 
iMibi^tiloaaMdb.peMUnir en el porveairj ni avenlurar estas 
cf>^attJnls<^ ai'tao: las iiaUanamos casi genemlnente confiraiadas 
m los.paHoditos ertfaajaros. Algo tnaa sp adelsDtaD ealcM to-^ 
davh^ proponan los asadios de ;ofgaQiaac»oo en la Siria ; cifrao 
CO la mtadrada Olden de Malta j en el gran odmero de en- 
CDmaendas^ que be alcaoaado del Sollan eu aqoeltos (Miises^ 
««s priaoipakaeapeffanani; proponan cooceder al gran maestro 
de afueUo ilostro oideo nna soberaaia en la dudad donde luvo 
stt ouna;baQpn de laaoomtrcas de Paleslioa las mismss bala- 
gOrtas daaoripciones que bteterofa ^nCea los esploradores de 
BioiseS) y aoinMtf» i las asociadones catdlicas A adquirir alK 
|iiiopiodades» lanio direolas como por eofit^usis, segon les aur 
loriaa el cdioto do Gulkfaao^. Los catolicos vnelven los ofos i 
la Francia y al Ansiria como uoicas capaoas de Deofralisar las 
influenoias hetei'odokas- de Rusia y de Ii^laterre; y ann la Ba*' 
iriem , la Gerdeaa y olras poteocias sccoodarias mueslran en 
este asunio un interes desacostumbrado. 

Nosoiros no podemoa seguir sin profunda amaedad esas' 
prolongadas nagociaoiones de la Pisrrta con las potenoias euro* 
peas, de que viaoen diariamente llcoos los periodicos, y no 
laemoB el epigraie Sria sin que nos palpile el covason , |)or 
mas que se nos acuse de ikiaos o entusiastas. Son Ian iiuevos 
y grandes lea destiuos que iras de esa cuestion se prescntany 
que psra iaiereasrse en ella no impprta la fe ; basta tener inia* 
ginaciQU. Sin duda que la suerte de Pdlestiua vale-ianlo por lo 
ToMo u 20. 



4I» 
m^QMoomo U da W GfMa , y tfoe mtrebk cita.fi|« nmAfAniy 
eae.proioogado canto » ora de victoria , ora de dobc ^m ^fcoo^ 
pafi<> A la heioica lucha do los Hdeoos. i Doodo esKn lof qob 
mocabao i Mildadea yi Epamiodndas? lotf quese eftaiiaki9>al 
ver oomliatir en los campos mismos de, Hkratoo j de Platea 4 
los moderoos mainotas de Tesalia » y pedian cl dcrechq 4k 
poder al miaw llorar eii libertad sobre ks raiDas de Eaparta 
y de Corioto? Puea ^^ ^no iaapira el Jordan lanto ooaiD e| 
£ur6tas? Nada dic^n David y los Macabeosi Tiro y JarasaleOi 
Tolemaida y Antioquta? Litres estiia: ya los sepulcroa de Ledni^ 
das y de Platon; tieiupo esde que llq^e su tnroo al de Jespcrislot 
Mo at crean sio embargo que es tan de color de rosa ooea« 
tra imagioaciop, que en «sta restauracion tan deseable nospio** 
te una nueva y gloriosa crusaday 6 que nos oculte todos losin^ 
tereses Immanosy pasioiies de mala liga que intervengan ^ la 
empresa; no ser^mos nosotros por cierto qoieoes llamemoS'Se- 
gundo Godofredo al oomandante de la escuadraqoe estaciona* 
da en aquellas aguas apoye laoesion dela Siria, dtsomparemoa 
el triunfo del astuto dipiomdlico que arraoque al Sultan esta 
provincia, a las victorias de Ascalon y Abtioqufa. Guando los 
fieles tengan libre aocesoalsepulcro de su Salvador, y resuenen 
en tomo de il sin restriccion ni depeodencta cahticos de todos 
los pueblos y de todos los idiomas; cuaodo Jerusaien Si*a la 
ciudad sacerdotal y en cierto modo prima da del Oriente, y re- 
ciba de la religion una nueva vida mas gloriosa que la antiguai 
jque icnporta saber el uombre del que abrio sus puertasal ca* 
tolicismOy 6 la Have con que las abrio? Conocemos la comlicioa 
de ouestros tiempos, y la aceptamos tal oomo es sin miinnti* 
rar abora ni deplorarla. Guando Ja religion era el t*leniento pre* 
domioaolei ella abria ouevas sendas a las especulaciooes del co« 
tnercio y a las ambiciones de la. political pero en esle siglo di^ 
plomatico y negociante, justo es que la politica y el comensio 
abran algnna vez el camino de la religion. J. M. Q. 



4915 

UGBUWOS Y ECONOIKOS. 



ARTICUtO 8EGUN00.. 



E 



'stodiar la I^isladon deun pueblo es estudiar las relaciones 
que estrechan i los hombres efitre si\ las que unen a los.boai- 
bres OOQ los objetos bien sean fisioos^ bien inoralesi y Goalmeo- 
te aprender los trimites que es necesario seguir si queremos 
llegar al descubrimieoto de la verdadj para<{u&uoa vezsorpren* 
dida, pueda el juez dar uo fallo en el que.brilleel aelloespleor 
dente de la justioia. Y esta es la razoo porque con un lenguaje 
mas llano y mas aoomodado al uso de las escuelas se dice que 
son Ires los objetos de todo derecho: penonas^ cosas y jui- 
dos« Asi los institutistas simplificando el estudio del derecho 
le apropiaron & la capacidad de los que le acometian ^ hicieroo 
prevalecer tres grandes ideas, de las que despues ban surgido 
Jas clasificaciones y subdivisiones correspondienles^ las cuales,se- 
gun la filosofia con que sean formadas, pueden arrojar luz 
6 (inieblas sobre la qiencia; pues unas veces fisitigan inulilmenle 
la memoria, otras jiustran el enlendtmiento, convirtiendo en 
senda amena y sembrada de flores la que antes lo era escar* 
pada y erizada de espinas. Esto es lo que haccn las clasirioacio* 
nes en las ciencias; cuando la obscuridad de la maloria las de- 
manda, clasificar es ilustrar;peroc]asificarserdobscurecerGuan« 
do solo sii'ven para que se pueda hacer gala deima vana piudi- 
cion a veces indigcsta^ quedemueslra eu quien la ha amonlotia^^ 



45S 
do taota riqueza eD tnemoria, como pobreza en juicio. For eslo 
en las obras ultitnaraente publicadas van algo escaseando las 
divisiones, 6 mejordicbo, hajr lasqaedebehabefi formadasso- 
bre las reglaa que prescribe la rigurosa dialectica. 

La razoh bumana se seotia como pestlrosa de Ao poder le- 
Tantar mas alto su vueto, j en estos Yiltimos tiempos ba des- 
plegado SOS alas con mayor atrevimiento; pero si peligros y no 
livianos babia en arrastrar la pesada cadena de una servil de- 
pendencia, no los bay menores en quebrantar de una vez todas 
las reglas de la escuela: del mismo modo que el nino que se 
atreve i correr sin andadores por el enlosado de on salon, proa* 
to resbala y cae contra el suelo> trocando M disgusto el albo- 
rozo con que su mad re le aguardaba con los braeos abiertos> 
para regalarie con mimos y caricias en galardoo de su lirrojd 
infantil. Si, ia^ eiencias ban dado un paso muy largo, desde que 
la filosofia ha deiramado sobre ellas raudales de luz y ha aflo** 
jado las trabas que ^ntes las encadenaba ; ahora ya no es de 
temer el eseolasticismo , temamos mejor haberlas* aflojado 
en demasia. La pendola ha trazado ya media oscilacion; esik 
otra vez en su a:)cen90, ;felices nosotros si tanto en el orderi 
moral, como en el inteltetual, las vfbrliciones fueran arm^nicas f 

Sin embargo por mas que nietos ingratos forcejemos para( 
romper la cadena tradicional que nos nne con nuestros padres, 
sera siempre una verdad, que para compreiuler la Icgihldciort 
actual habremos antes de e^ttrdiarla en la leqisliicinn romana,y 
no valga decir qucialegrslacion bi'zattirina es ya una Hntigualla; 
aun cuando to fuera debi^amos guardarla como una dadivn muy 
rica, que lo5 hombres pensadores de todos los siglos mirardnr 
siempre con el mas profundo respeto. 

Ahora sea como historia, ahora eomocuerpodedercclio, la^ 
legislacion romana serd siempre estndiada con ^1 mas vivo inte- 
res, y entre ella y la eeononiia publica descubriinos laml)ien ra- 
ym de ^mejanza. Si como abogados consideramos k los bouabres^ 



457 
por lo8 lUfecbds de qne gozaa atefeclicU 8u edaci, sexo y rango 
social; cotno econQiuisl;as los cootemplaiiiospor el lado de la rin 
queEa,.jr losdasiGcamos en produclores e iniproduotores; conce^f 
diendo los bonore$i.de,e&tas ullimos a cu.ai|to8 mediala o ir«nier 
diatameote dannuevo valor o.utilidad & la materia con sua co- 
nodnufptos^trab^ioocapitale^^.mientrase^tampaiBOsla npta dq 
i^iproductpres sobre la f reote de aque)los qu^ yegp^sf^ en inno^lq 
Qcio^idad. Si no!)Qtro$ tuvi^ramos que clasificari.los bombres^co-s 
QWii^aiuentey colocariamos en la daseproduciiYadcuantoscon-. 
tribujen i la felicidad de los deiMsvy cpmoest^esuaproduc-; 
to en cjoe oomo fiictorea entrao la virlod^ el taiento y los ine-. 
dios de subsisUr^ produetiya por Ipunatt^) debec^ser aqqeiU 
clase que encierra ep su aepo a Ipa que eo^ibujeif i moralizari 
Uustrajr y enriquecer i loa pueblo8. 

El desterrar lo^ ^im^nps de la socied^d y levaotaceo nm^ 
dio de elia un trono a la virlud, .v^d alil la aalvadora oiiaiof^ 
que cargo sobre «i el crislianistuo: y eoino el qlero pei;iociiGc^ 
^^^ cierto ponto esta |*eligiQn.divjo9| glairo.es que dci^erii oca- 
par un lugar y miijr elevudo entire las clasps prqductivaa. 1^ 
embargo, y oos pesa el depitloi no era ^ta la mente de un eco;-, 
poniista e^apol^i^aya obra esU en las manfOis de . xn\i^b/i?s^ aim* 
qne gracJAs al eapiriU de critica que todo lo invade 9 eo>pte% 
sao ya i su jelarse a la piedra de toque de una di^ciiaion razopad^^ 
las lascioadoras teorias que liasta aqoi halHan sklocr^idas-coipq 
81 fueraii.arliculos defe. A.brid la eeonomia polUioa de .^lore^ 
£s(radai y en cuaiqi^iera parte doudeseleofrec^hablardelclei 
ro sft desata es^ inv^clivas contra clase tao respetable. Bi0n se 
ye que e|D su cor^zi^n e:^larian desde largo tipmpo fatesorados 
fDcouadoi odios, y que para desf(^arlos les abrio esle.r^spira^, 
dpi'o;- )>ero si ei^ ello sintio alivio su corawn, ptfrdidumcbo el| 
entendiinieoto, potque el escritor que en lugar d^ r^ZQuea esi 
cribe in^ultos esta y» juzgado ; y Ioh dardos. que di^para, maa 
que d siiy enemigosj biereo su propia fieote.. 



4Sff 

Si el medico sentado i la cabec6nideunenfermoestaJian«^ 
do el curso de la enfertnedad y reoeUndole los remedies qtie 
le dicta el arte es productor, pues alcdnza resfaurar la salud ai 
ibfelis obrero qoe se levanta del lecho para volverse i sepultar 
eo una fifbrica , i porque do debe serlo el clero qne tieiie por 
misioD no curar loi cuerpos sibo las almas? Nos place ?er rei*' 
nar el orden en el interior de las familias; nos gozamos en que 
las raasas populates corran encajonadas dentro de su cauce;en' 
que los ricos derramen una mirada de comp&.<<ion, no la arro-- 
jen de altivez y desprecio sobre los que tuvieron la desgra- 
cia de nacer en la miseria; y en que ultimamente el gefe del ea^-^ 
tado sea aclamado padre, no miradb como tirano de sus vasa^' 
ITos; y por esto respetamos profundamente al clero^ porque le 
consideramos como el productor de estos inniensosbienes, poea 
que ellos se debeo al ciistianismo j y los vehieiilos por donde 
esta religion se comunioa son los sacerdolesdel Seftor. Perobien' 
oonocemos que i esto se nos puede contestar que para morali* 
2ar i los pueblos basta un clero reducidd y asalartado por et 
gobiemOy es decir, una iglesia nacional. Pero tal es la fder2^ 
die una logic'a aeirera, que basta en hscoMstnoIasprevalece^ asi 
que cuando las creencias religiosas tienen cerradas las puertaa 
de los palacios y sou echadas con desdcn de los sniones de lot 
grandes , d su vez (ambien son arrojadas dfe IdS tiendas, no ba- 
Hando siquiera kigar en que rerlinarse. Es Dios que en su jus- 
ticta de|a setilir n los que con ptftulante orgullo decian la vetL 
gion para el pueblo, el fruto de sus delet^reas doctrioas; quied 
Membra impiedad no tarda en cosecbar anarquia y disoluciott 
aociah Ved ahi el porquiS los legisladores ebrumaron bajo una 
balumba de privilegios A la clase mas infln}enti$ de lasoci^ad^ 
al dero. No creais haber sorprendido el origen de estos privi' 
legios ein las concieno'ras hallo estTupulosas y astistadizas delos 
pHucipes, pues los bubo que a pesar de no pararse anie los es- 
crupulos de una concienoia subresaltada ^ riodicron un ouUo it 



459 
lisiAvewila^ Migf&sM, piipque^di^yeran que apuntatando las 
bmredaft del santuarios' apuitCakkm et'trono", y que derraman- 
do ^ topreirtes: Ibs'beneficioft stobrela Igli^dia, los derramabani sa 
vez sobro las aocicda^Qi'de que babian Ado nombrajloa guar- 
(}a«loras;:Bie& veftioB^jtfaeestio ooa traeria diiabtar, m aoaso aper*' 
oifctrfiQ0 de dllo^ de. la amarttzacioo eclettiistioa^ cuyoa perjuicioa 
ketnoa podidocjiaqonoo^r x|aeae nois babian abultado'tnuebo maa 
de.lo.)osta.)RdDordafii08 que nhora algonoa ati(M leitnoa el in-' 
ferme quesebre Why agraria dioel tlustre Joveilanod. A vuel'* 
te dealgiiaiia 'nrerd«dfs ae encoseotnan tambien aigunoa errorea, 
y Ids dorados ensuenos en que se mecia el sabio rrformista ban 
quevUda ahom demnpcida# i la vista de oiia e^iHosa reali- 
dpd. Svedeque las tej^ea sofare ainarti^acfoo necesitaran deal-: 
guria mpjora^ jr* etfta^iaunque pausadatoente^ iba introducien- 
4o!ie.deaddiel reinado^le Cirlo^ III; pero para desgraeia de nuea* 
tra;^taieulb lo qae^eiDpefd la helada reforina proulo lo eooclu-- 
y^,h ahraaadDni twoJueian* No creais que solo en Espafia ha* 
jiiu jiidd iau'eatlrfles'laa doctridas reTolacionarias, y tan amar-* 
gps al pdladar sus frutds; ^qnereis saber las ventajas que palp6 
fl pueblo Ja^lea de ia dcsamCH'lwicion de los bieoes ectesiasti* 
e4s2 Tetiuaos pites el trabajo de leer al protestante €?o66^/, y en 
aqueUaS' pagrnan^ en las que se echa de ver una precision mate- 
matica^ apreoder^is que los lores engutlieron, si, los bienes de 
1ft Iglusra, pero e» oarubio'qtredaron mas faambrientos que ^ntes 
los pobres inglesea. Vna diferencia bastante notable sin embar^ 
go babo, y esique anles la indigencip ballaba un abrigo en loa 
conveiitbH, y despues fiie -despedida con insultante orgullo de 
los palaotos de los graitdes. 

> f Lo mismo qtie en Ingtalerra hubtera sucedido en el reindr 
vecioOt euMndo en el ultimo lereiodel siglo pasado fueron arre* 
li^taflos a la Ri'Iigion .H(js bienes jr cerradoMsus templos y dego* 
llados suH sscendotes, si del polvo mismo de la revolucion no 
aa hubiera levantado un aotdado que fue i segar laurelesenca*" 



4«0 
91 todoft loB {MiebloB d« Cuneipa^ pfva iqutlM'^kstdloir dt U 
gloria que) radUbaa d9t«c< awbb JTrratef rcflt jaran dobre k mh 
eioo q\m U ^lamaba libeftatlor^ Pevo i pesar del JaaarroHo in^ 
diistrial queftairtO aa QbnarVarto ^raffeia, 7 que clesde h revo* 
liicion eataii «lgpi nejW.coiiiiMiitidas ba) pnfpiedades terrilortalaa^ 
wo temenpoa «9agttrjar qiid laa olaies proletariaa ^aMrian faiwD* 
aoaaa.fQ MQ^.aootorridaa p» klgleaia, qoe.flguijoodada pw* W 
caridad vu^Ui al alivia d^i iodigentetjamMtkaodo i dificiMbadea 
da cu^quiiera.Uliage qua flelmr J uaporunaiadiBiaialracipn'cifit 
quQcalcula friamaDfe aobreiloai bombnas, dodM e\ aalemdUcPOi 
OM. las cpntidade& .o .i t: > - . r . .- 1 v 

Hemos iUe|||ada pues & an oasOt eD.qiteestari anv deaacsirdtir 
I4. legisiaqioa. y b aaQoooiia^jr «a en laaaniorikaoipiieM: leAa-lak 
mira coufo muji contranaial deisacrolio de la. rtqueui puUioiy 
y aque)li| las p^riqibe eo. cuaUto nbi3dla<tteAie:oo contratiaii el 
eDgraiidQciiBientp.de las .nacioqqsr SMloqu^aahremdlribiiir ilit 
82)oMi i^dfiipetidepeia del cU^Ot sirveo^para iiiaiiteaerllos^aslloa^oii 
pQjt doqiye/^a halevaatado fil cristiailiaaaiPt j^ ddnde la h<ihiam< 
dad de3?a)i(fa li^ ^aofitrad^. siempae al paHo^ii iaiis'UgAiMa;; 
Bieo vemos que d ^40 isie.pOs. podra<refAioiir^ qae la lagislaeloiy 
flexiblts y d^cil d los coq$ajoade la^^edootnla ba-cleaaiMNr^zado^ 
fiAalcuenle los bi^nes eqleifidalibos^y hechoUaerUmir:en ebisesdv 
bienes oacionalqi ep el ffiervp cquiud. Pero! quisieramoa ique 
puesiros kctores,; pueat^ 1^ inano sobreel coraoon, noe oonliefl^a*! 
raci» |en que momeplos \n^ Isido.arrebatadoi^ i la Igiasiaausbia*' 
lias y d voz'd^ pr^got^erd puestos en veota en los mereadoa. 
liQs religions fucFoo espulsados de los oonvenloscasi en los niia* 
nios inoinenlos en que una turba de asesiuos regaba con la aao«^ 
gjrq A,e }os sacerdotes df\ Sejlpr last Idsas de los dauslros^ y laa 
leyes di<^das bajo Ian aangrieiitaa inspiraciones 00 puedeo aev 
en los gobiemos representttiivQs la espresion de los votos de itfll 
pueblo » ni en los inonaiquicoa lu espresion de U voluiHad del 
rey^ a no ^er que este^ oiqnarca se h^ya propueato entrooiriav' ks 



461 
pebr id« las ittunifls, )i ttranlit Mfttoiudonam. 

Coo mayor cal ma ^ pot )os caerpos colegisladores fu« dti* 
cretacia la desamortissacion dd ios hie^eB del clerO secular, jk i- 
maro en las cortex del ano 36^ j oira vet deeretada y ejeeulo- ' 
riada por laSdel aflo hi. Pero ^que improialladad podiamoa* 
pedir i uooa hominres q^ie caai lodosj quieit ndaa quierl m^nos^ 
»limeotaban p^ipeooioiies. contfta el defo^ y habian aido ama* 
imntadoa i Ios pedliaa de ta reybkksiofit y brrojabarf d goante' 
u\ aneimo vaaieraiMe Aqni^n toda h cfiatiaitdad aaluda con el 
aombre de Padres y i quteti Mm 4oa ttietigdadoa tlamabati et 
monjedelDberl Qu^ uoa podiaiuos prometerdeitdosdiputadoa' 
que hafaitm aaludado con alboroHo laa Ideai^ dd raticio Aloso- 
fistoo del siglo pasado^ y que «Bte siglo alga maa peosador bar. 
teoido baen caidado de arrdinbal*? Etlos obedeeieron i Ios ins-' 
tkitos de au ooraaoa y i bis iospiraeioiies de su eiitenfJtoiientoj» 
y noeran por cierto Ios aeulimiefttos reltgiosoa'los que alen* 
labaif en su pecbOi y su ettlendiniieiito empotrado no habia si* 
qutera aifetantando an paso desde et aflo 4S) es decir^ eran. 
el trasuato de Iqs i^volitdonaHos fratioeses. Pero Uevadas al 
terreno de la pridtida las desdabelladas ddctrioas fiJosdficas, se 
ba visto eu^ntft era la faUedad que elioerraban , lo tnismo que' 
Ios melaies de mala ley qne deslumbran la vistai pero qtie no 
ptteden resistir A la acoion lenia del fuego. Ahora que habta* 
mos de la amorti^fiaeioo eelesi4stica > 6 sea del derecho de qu6 
ha de go^r la Iglesia de poseer bieoes^ si ba de ser eonsid^ra* 
da eomo cuerpopermiltdki, parece se brinda la ooaston de ba- 
blar de kk amortii&adoii eltil^'ouestton eolaquei la vcfeentien- 
den la ecooomla y la poltiidai Pero nos reservamos abordar 
esta materia para duando habletnosde h§ arisiccracias ^ que 
por mas que porflen algunos utopistaa las habri siempre, puea 
asi como en la aatnraleaa bay empinados monies y hoodos va- 
Hes I tf rboles que levantan su eleirada copa i las nubes y hu* . 
iiiitde4 vejetatioues que pasan cast de^aperdbidas, y entre loa 
Tono It 21 



462. 
nibmos liombres loa baj ebicqs y de elev^da Ulla; tambiiNl en I** 
aociedad unos brillaran por el ea pleod or de ilusire cuntt btroj 
con el foftforico brillo de las riquezas; y felices lo3 <}ttQi|o kioesi 
coo brillo presUdo, sino coti el que dea|Ndea de ai la virUidi 
acompanada del talenlo. 

Ya que vamos buscando los puntos de oooteoto en que ea- 
Xi la economia con la legislacion^ y puesto bemoa tocada. 
algunaa materias que ae rozaa taoibi^ii coo la religion, no po-. 
demos meoos de hablar , auoque sea como cj^eni 4icp d^ 
paso, del celibato del clero^ materia economics ,y religiota L 
un liempo. 

En el primer articulopublicamoaqfie^bajoeliittsnoep^nale. 
ya hablamo^ de la poblacion, creiiuos deniostrar que esta 90' 
aeaumeDtaen razon de los matrimoDiosi sino eo la de las subsis** 
tencias, jr que mientras estas sigueo una progresion 'ariim^iicaij 
la poblacioo va aumentando en una jgeom^trica. £n tmUi 
de esla verdad Ian lomtiioaai los ecooomistas, basta los mas. 
preveotdoa contra el clero^ hlsn d9mostratlo que el celibato* 
de est^ no perjudica en nada el aomento de poblacioo ; pues 
que esta niinca disminuye por faita de matrimooios , an 
DO por escasez de medios. El celibato pues del dero noes per*, 
judicial a la sociedad economicamente iiabUndo; ly ouan ventajo*> 
so no es bajoel aspecto religioso? Prescindi«>ndo deque iesucria-{ 
to^a le recomendo a susdiscipulosdeunroudobastanle esplict"*. 
to, y de que las cartas de san Pablo estiin seinbradas de tes- 
tes que favoreceo la coniiupncia ite los nriitiistros del ahar, hajii 
rasones tan obvia« que miliian en su fasror, que no podemoa 
roeoos de apuntarlas* ^«'ida mas hello que, el sacerdoteque desdd 
sus primcros anos, cuando todavia sua ojos brillan cop. el. (u^-. 
go de U adolescencia , sc dirige al pi^ de los alta;*e.s i depoqer 
las flores de su juvonLud pura sacrificar ese cucrpo de pe^ada 
J veUirse de Je^ucristo ^ el respelo de los pueblos cooio 
un muro de bronce le rodea, y ba^talos mismos reyes.se pos* 



*69 
tr«ni.MM fUs y te Atm' de pir en pariaspu^turite im eo* 
razoDj para queaprenda quebajo )a regia putrpora seenoubren las 
debilidadea de un horobrci. El saoerdote que oon lagrimas de 
gozo.en los 0)Os derramael agtia de salnd gobre la oabeea d^l 
reciea pacido^ qite se rodea de la'infancia para que baibiicean^ 
•do tpdavia apreoda las verdadescristianat encentidflfs en ta e§* 
trechea de ua oalocitmo, qtie nos ncompafia con ansfosas nrira<> 
das, cuaudo.ed el beriror de ia ju yen tad corremos desbod&dos por 
la rapida pendiente, que se aienta A miestra cstb^cera pa^a ba<- 
eernos oir palabras de esperahza inmortal, al (ienipo qne deuddii 
y amigoa dejan deaierlo ouesiro funebre lecho, * y que aplica 
A ouestroa labioa citbiertos con la.palide^ de la miierle ta cruts 
que deapues /plantara aobre noeatro s^|>ulcro; el fiacerdote, re^ 
petiiDOs pierde i nuealroa pjoa todo 9u prestigio,* y la* tlu'- 
sioo 80 dtshaja^ y la aoreoia que ctAe m frentr se ' marchtei', 
J el .seoUmienio de respeto ae apaga asi que le contempla^ 
nios U^v^pdp. ,del braao i' ooa inngef y qite^ sale delas 
iombra^ ^ugoataa del. saAtuario- para entrar en la alcoba 
Qopcial* ' 

CI ipalrimonio y el cumplimiento de los deberes aaeerdo- 
|9lea andan paes renidos ; • verdad ea esta de tanto bulto, qua 
|alg|fl8ta# eo todoa iiempoa yen todoa loa conciilioa desde'A 
KuiW> Jiasfa el Trltlentino, ha tneulcado con voz tnn robnsta, 
qMe p<i ban aloanaado ahogarla vii la gritei^fa de los deacon teii- 
tpa, pi la oormpoion de las cos^umbrea. Con gu«rto habltSramdla 
abora de ua opuaealo qoeaobre«t celibato del clero'pul>rtc6 
al Pr« Balmesi can el queinnngnitS la earrera lileraria que'coA 
taiiU gloria recorre , aoiootooando sobre su cabeza baceii de 
pabnas y laarelea. Pero ya que no podemos hacerlo sin deaVSar- 
noa mas da nuestro propaailo, recoineodamos au lecturad nuea- 
troa suscriptoreSy eaperando noa qnedaran agradecidos al ver el 
desembarazo coo que aborda eata cnestion el itusire esci itor Ca- 
talan^ que para gloria de la provincia que le dio el sit^ y de h 



tiacioo cpmcoA orgullo le cuenCa entre tus bi}09, eo tma edad 
.tiiuy tempraoa todavla, ba conquislado unnoinI)recasieur6pe(>. 
Eate al parecer es tambieo' el lagar de hablar delosdiee- 
^PS| otra dd laa naterias economico-religioaas/qdelanto roido 
b$ 4iietido eo eslos ullimoa iteiopos en que la Iglesia ha sido 
desppjada de cuaoto poseia por el liiuk) venerando de propie- 
dad y por la saocioo de los aigioa. Mticbo ae ba declamado 
joootrala copiribucion deciuial , pero Uerada la lus de la cri- 
iica k la ciencia econ(knica> se ba vislo cu<n infondadas erad 
aqaellaa declaoiaciones i inju&taa laa quejas. Se creia <otea qoe 
^lo pagabaor reota, ecQooaiieameoCe bablando , las Iterraa de 
primi^ra y aegunda calidad, jr que las inferiorea solo prodttcian 
Id bastaiUe para oubrii* los^ iotereaea del capital y los jomalea 
del Utibajadpri pero ja abora empieaa k |>onejr8e en tt*la de }ui« 
CIO e^^ta iaaria que aotes ae creia iiHMMitealable, y bien pue- 
de que no taide lAUcbo el dia ea que jkiairados economisCas de* 
^Dvueatren cod. abpnilatiie oepia ik razcoes to infuddado e incoa* 
aistefUe f^ ^^^\ .s'|i|l§n^ Ad<maa;flaieoMde'f»Wi que el arren- 
datariopagaba el diezmo,^ que si llcgaba a aboiirse, la claseagri* 
i^lti^a percibli^ia udlidadin thaa cMcidks, y quedarian mas dig- 
^ipepie fD^mMo^ los ;SiicJo«es con que riega ioa subosque 
Afa^ q1 afs^do v^ abriaiidQ'efi ia dura lierra. P^roha veoidoel 
tieivpa qoa sau^ pravecbosoa <les^ngai1os, } ha desi-orrido el ve* 
l|jQ ^ la v^rdad moslrindola en toda su d^snudez: iia sido abo- 
lido el diezmo, pf»:o no los aifendalarios, j sf los arrendado* 
,^63 i^n. ^aplqtado iodo el" ptovecbo. jCosa nestable! la revolu<» 
,cipn que; apaceclo blaof^iendo en una matio e) Iracha ile^itruc- 
W^y nipslrandoen la olra tl pesudo nivel, lia mejoradoto* 
davi^ i^^s U suerte de los propieUirioa que niiroHa con saRudo 
aeiublaote.> mienlias los pueblos se \en cuotados ton una nue- 
^a cpnti dxucion que i dutas petios y con ofHickos t^govios po- 
dr^n sati^racer Asi sii^uipre suctMle, cnando et atolenflramien* 
^o y no Ja corduca picside los acueiidoa 6m \» lugi^ladores^ loa 



166 
Iribunos podr^o abosarde las dotes de la eloctieocia para levaii-< 
tar pueblos Antes pacificos ymoy bien ballades en su cbndi* 
doiii pero i los tribunos oo les ha sido dtcbo : formar^s lejes 
Mbias^ y sereis los guardado^es y piUres de la sociedad^ 

Reaaamieodo^ cuaoio llevamos dicho se reduce i demos* 
.trar que si ha de haber dases productiTas i improdactiiraSy 
debe'estar calificado en la primera el elero^ que looralizan- 
do i los pueblos asi coo su palabre como eon so ejemplo^ ba* 
oe sonar i ka oldos de los principes las verdades crbtianaa 
que alan las maiios del poder para que do liranice.d los sub* 
ditos ; y presents i los ojos de estos Us ventajas del orden so- 
cial, bacieodolea conocer que no coo una- revclocion, que tra« 
bucara el prdeo^ de las fortunas individoales, se curari el mal* 
estar que los aqueja, pues el vacio del corason es de suyo 
harto hoodo para que uo puilado de oro tlcance i lleaarle. 
Pero que ese elei^o, paraque pueda ejercer su noble cuanlo sal*^ 
vadora misiou y bacer seniir a la sociedad so benefico influjo^ 
debe ser un clero independiente, no puesto i sueldo del gobier? 
DO^ ricO) no hambriento y andrajoso; radianteoon el espleodor 
de las virtudes y del talento; y esasricas dotes solo las encon- 
tramos en el dero calolico, at unico & quien ha sido encomen- 
dado el gobierno de la Iglesia^ y dicho: iodo cuantoatareis so-' 
bre la Uerra sera atado en $1 cielo\ y iodo lo que desatU" 
reis desatado. Finalnunte henios demostrado que algunos eco* 
nonitsta^ habian encontrado tantos y tan graves perjuicios en la 
coiitribucion decimal, porqne partian del supuesto, que no 
tardara iiiuclio en deraOdtrarse falso, que solo las tierrasdepri* 
niera y ^egumla calidail pioducian renta, segun el significado 
que esla pjlabra (Micierra en la economia politica, y que no los 
arrenilataiios 6 colonos, sino los arrendadores 6 propietarios 
sou los que satisCiciun la cuota decimal. Ademas el diczmo se 
iiilmducia en hospilales donde el etirermo encuentra su que- 
brvutada salud, y en tanios oiros asilos que ban biotado bajo 



.466 
lo9 ptkioa de h religibn cVlstiaoa, y eh don4e la humaoidad dea* 
yalida/desde el iieroo nino abandonado por uo padre deanahi* 
ralizado y hasCa el anciaoo cabierlo de Uagaa, eocoentra' no 
abrigo j una mano bieDfaechora que acalU los vajidos deaqoel 
y auaviza lisis do)en(;ias de eate. Lo que qos duels profondamen- 
^e eo este momeoto es ver odmo ba sido combatida eo nombre 
de la libertad la religio|i crUUana que rompto laa cadeoas, j 
hajo al fondo de Iqs oalabozos para cotisolar i los que ^a ellot 
gemian, y cooio ha aido iachada depatrocjnadoradeloicura/i* 
tismOi la que abrio las puertas de sua oaledrales y monasterios 
para que |as letras ae guarecieran & la Korhbra de sqs cbiiroa, 
cuaodci la iova^iQu de los barbaros. Alia^entainoa emperp la 
ejiperaiiza de que tras de eata generacion, que paaa y q ue 
tan jiigratameiHe lia lierido la mano que de (antoa bene* 
iieios ]a babia coiniado, ae levantara o(ra gencracipn joven que 
hara gala de iticlinar su cal)eaa y doblar su rodilla ante la bi* 
ja del cieJQ que J>aj() de| aeoQ de la lua para que los honibnes 
/,uerqn ^a/yo^. ^ 

Jose V;ma(. X Pq»T. 



167 

APCWTES 

sobre el poema palma conquistada. 

Jin el mlmero 54 de la primera serie del Abnacen de Jrufot Ktero' 
rios se insertd la descripcion de una batalla, retazo de ese poema^ por 
cuyo medio, ;iladiones de mucliacho! crelamos enlazar nuestro nombre 
al del invicto Jaime de Aragou, como Homero al de Aquiles^ 5 si se 
cpiiere, como Juan Rufo al de D* Juan de Austria. En una lireye no* 
ta espnsimos algunas razones para captarnos la indulgencia del lector^ 
y estas mismas esperamos que nos Talgan ahora que damos A iuz otro 
'Iragmento del mcncionado poem;^. Atendida la edad^ la clase de estd- 
dios, la carencia de guia, j ei estado respectivo de la literatura en M^i* 
Uorca, J ann en Espafia, nnestros esfuerzos no podian dar masque un 
tejido de visibled imitaciones de los <!pico9 de la antiguedad y del re- 
nacimientO) en las formas y en el plan, ya que no en los arranques de 
inspiracion y de genlo; por tanto mas disculpable era el arrojo con 
que acometimos tamafia empresa, que reprensibles los defectos en que 
A cada paso no dejdbamos de incurrir. No obstante, entre iamdquina de 
alardes y reiriegas, torueos y eucantamientos que bullian en nuestra 
cabeza, concebimos un episodio de diycrsa indole, que por ser andlogo 
A la de esta Bevista, nos atrevemos d desenterrario de nuestros borra- 
dores. Colocar frente d frcnte el amor y el seutimiento - reltgtoso no 
era ya cutdnces una idea nueva en literatura, si bten el pensamiento 
dc duplicar esta situacion para producir resultados opuestos no dejaba 
de tcDPr ciertos visos de originalidad. A este fin creamos los persona- 
ges de Gonzalo y Zoliuda, presentando en ei primero la pasion renci- 
da por el cpistiatiismo, para presentarla mas adelante yencedora de las 
crecucias musuimanas, tan pronttf como Zelinda Uegaba d prendarse del 
monarca de Aragon. 

La primera parte de esta iucha, terrible y dramdtica si seatiende d 
la colocaciou respectiva dc sus actoresy lasoledad de ia escena mas bien 
que asu desempcfio literario, da materia al siguiente episodio, para cu- 
ya mas clara iutellgeucia debe presuponerse, que aproiimada d la cos- 
ta occideutal de Maiiorca la armada del G>nquistador, un moro llama- 
do Ail, segun retierc la crouica, se echo a nado para anunciar al j6ven 



montrea la prediccion de»iit trt«u|$b. Hfiiatra ftfl^imM ffOA etle mo- 
ro le da cuenta ademas de comp eq ^l Tepmp Ul<^te yiTe pcnllo Pra« 
gat predece^r del Xe^ue ^uiaiite, f^^e i^m^ con |dgii|ips ie pqt 
magnates ^^tenniiia Tisjtar ^ floc^llQf ]r qiie estp (en feUta luliifitom 
de 8tt des^nam^eiifo. {1^ a?ni>i ptTP pef^^oi^ige fic^ciQ jr sfipefm tam^ 
bien ^nyeqtadqs, <}^e qO' a}rrei9 piefrti|irietite pav4 poqep (^ clarp la bis- 
tQrja, baBti^nte ol^^ounb 4^ ^ dptpins^qoii ardl^tgi^ eq imestras isl^. P^ 
FQ 1q que te ^apl mfut dufQ al lector que ^aya rbtp If^ Pra^operai oi 
Jial)er cje 9i]i|»pDer.qi«^ k^^ roffa fj^i) fpi^erjibLe ^isljpcimdjs^fi^pj^ e| tl^tra 
de Iqs acoateqmteotaA ^e re&riqE^qf^ JKo^trps u^ la cotop^inpp iii%i 
^ue pqr ^1 v(^f^ «4 qP« l^ 6»W»nW 4e \9\ ^e|j»ii% ferom jr twc^ffr 
liq qoe puclie^ Pf«4l<Mr ^Uq 7 aUmei^tq 4 unps ppoffuato^j f §1 mistpp 
^e|m>c| fue^ oly^dad^t ypr. fs^tjif il d if|acc^si]>le, del^o(4^nio^ xwm^ 
ffSl qe l^Uoixa: b^ sitiisppqs eq iluestpa imagiqau^ioii iona distaqciaqiiB 
imlp pqdie^ ^traye^arlt^ i nadp nn ro^ustq c?^^llo 4 ^n iiada^PT ipuj 
(^tpi y acpi!4di|4Qi)p9i dQ U (^7?^ 4^ YirgfUpf no? ccnaplacfaniiMi pn 

|a i^leta fixd. lUmada 
A pam 4^1 xe^l budsop4 Orajutew, 
Q carrqn)pj4Q el nqgiqre Pragooei^ 

jPQ9(|Hd ban 4e aei* taq 4escqntpqtadwq8 nues^rqs {ep^res, que QO 
p^an pqncpbiriji ^ ppr algunps inqineptqs siquie^a? 

Pebemps ^Yei^ifleia; t^qil>ien ^e el {tuicidlq de (ipiicalo poei mas 
^|Le a|>|Lfpi)te. ^sfe dP9^i4f^9P fue^a fibs^rdp tratdndo^ip de baper triuq^ 
fiMT Ifi mp|T|l 4ei pfi^yt^ii^ipp, A^piitaf* d 8^| Ti4§ pcrteqecia 4 ;^elu4d4f 
qup p|*a 1^ Pjdo 4^ op^s^ra |»PPiPf^; Opn^a^q aolameate la arnesga par 
1^ re^dM^e 4 ^u^ pa^ipfi que, ^e^^Q de s^Jo, tan poderoaa pqmp U- 
^njjer^^ cpqtuplicait>a at^ fuerza^ j a^ s^tractWos ^ |a poabentracioii 
4el pei^amie^tq, la soled^d del sitipj la bermojiur^ del pbjeto, la iu- 
tinL|4a4 4p su tr^tq j ^Ip iijeYitablp 4^ s^ pfe^iicia. Qomalo^ ppmo 
f|e aai) ^a^ kiaiai^q ^eQerp la, lejenda^, ^ arro]^ al ma^i pe^ e^ para 
apavecer 4^ qapTP 4 4«lempc^a^ el p^j^d €|ue ep^el yas^plail 4e nuea- 
^ fwcfM le pat^^ P<m6a4Q« %^ A, 



4<» 






Ri' ^of del kuch Dragut Iw iiMtom ^liati 
De los tres 8olitxiri<»8 U eabtfl^ 
OcqIU eotre maleca aUC ^KriiaD: 
rUflgados i 8u «Mibral obn aiwia estrafia^ 
En ciMmlb ae Aentan, 7 preraaa 
Al deatroiiado wy que les acabe 
De 8U ialbrtanid croel la hiataria grato» 
Dragut asf proslgae: Al Yerme espiUio 
De mi regia maoaioa de la Alnmdaiiiav 
Al ter qoa en roi feror eon noble impalio 
Solo on iiesM saliera de ah yaiaa, 
Del coiinoQ U sangre ialta al p«bo» 
MU jostas iraa el pesar a^ainat 
Y pevdUdoa iiiifl brioa con el tronv 
Al suefto mis sentidos abandono. 

' A la mente asnatada j delirante 
Una imigeo eat^qces aparaoe, 
Era Moraima! %U mas aa aembUnte 
El agfactado sajro bo parece: 
Manaba de au berida peoetrante 
Sangre que aoa yestidoa enrojeoef 

Y lurbada y ilorosa y macilenta 

Con aquellarisioQ mi angaatia aumenta* 

MiroUt y nnevaa ansiaa aeomulo 
For estrecbarla en mia amantoa brazoa; 
Abarloa qoiero, pugno, me aUibnlo, 

Y el ioefiome detiene con sua laxoa: 
Tiea fatigadoa gritoa articulot 

Sin que rompa mi tob^ los emiiarazos 
Con que el sueao £ltal mis iahloa sella, 
Al juagarme otm xet junto 4 mi beUa. 
ToMQ li 22. 



470 



Al fin mit- Aerus d^bUes renuero, 

Y pon truocado acento lat timero ' - 
lios gemidos del alma ai iabio Hero, 

Y, 6 eaposa!.. Moraima!.. Alah!.. profiero. 
Mas ella: huye^ infelix, ti anlor te debo 
Vo te detengas mas y huye ligerot 
Salra A nuestra hija; sdivala, responded 

Y riipida en la atmdsfera ae esconde. 
Hujeraap^nasla qoerida 8oiiibt*a, 

Caaodo el peaado auefio tambien bnjre^ < 
De noche f en an yermo todo asombra, 
Todo al lituebre e^aoto contribaye; 
Maa, padre oigo A Zelindaque me nornbtn 
Con balbucieute Iabio, j tal influje 
En mi svL dalce rot > an amable llanto> 
Que agitado j fogoso me levanto. 
t G>n el paterno amor real deaaedo ' 
Aquella tierna roc de nifia agrnpa, 
Recuerdo lo que fui, y el triste miedo 
Mi dcongojado pecho desocapa. 
El llanto de muger A mt alma redo, 
Monto d caballo, monta All en la grupa^ 
IVlt lanxa empufio, la roilcla embraaoi 

Y A Zelinda acomodo en ml regaco. . 
DiriJD al occideute mi carrerai 

Y dc una liora no larga en cl tran9curs4>y 
Del yaato ponto aesga la rlbera 

dial valladar se oponc al raiido curso: 
Nt un mrntilo la meute delil>era. 
Que al yer una hija espuesta y sin recursOf 
O salvarla 6 morir A l!>ios promnto, 

Y Ids hijares del caballo aprieto. 
].dnzome al mar, y el animal fogoso 

Kmna con slmbas pieruaa y forcpja, 

Y an luengo rastro en el cristal undoio 
De movediza espuma tras ^1 dcja. 

Mas coraoel siuno Alah del que es piadoso 

Nun^a desoye la sentida qneja, 

A rurgos del protcta ^^rande, iiota 

El triste gnipo que en las aguas flota. 



^w 



Y Mta roca oMckda uie departy 
Islote sin campifias j An paerfo^ 
Al que hft negado attn oatura aTara* ' 
Laa flores que embelleoeti el desierto; 
Por mas que lirere estrecho lo separa* 
Previ qae estar*podria aqui A cubierto 
Del rdielde furor, j en tal momento 
Dobld mis esperanzass nuero alieato. 

Del 8uyo ja empezaba i verse falto 
Mi bridou que en la coata al iin tropiesai 
fi^pido eiit6ncea de ana lomos salto 

Y bendigu la tierra j su aspereva: 
ilaa al tender loa ojos por lo alto, 
Al rerme entre pefiaacos j maleaa, 

Y que l^jos de humana compafila 
£1 eco solo hu^sped respondia^ 

. La muda soledad^ loa riscos bueeoa 
Turban del alma el inatanUoeo (poao, 

Y YolTiendo A bafiar mia ojos secosi 
Mi suerte maided coo grau soUoko. 
Murmura el aire en los ocultos ecosy 

Y en breve un agraciado y alto mozo 
En trage pastoril se me presenta 

Y el inddcil p^yor del pecbo ausenta. 

' Bien pronto record^ sus formas bellaa 
Al traslttz del crepilsculo naclente, 
Puea ya solo asomaban las estrellaa 
En el azul iurqul del ocoidente; 
Era uu cristiano, M quien precoces huellas 
De triste adyersidad en su ancha freute 
Despiadada estainpd la suerte dura, 
Sin borrar de su frente la hermostira.- 
Era un doncel de ilusire nacimiento 
Que pasara sus afios juveniles 
Dc su patria encerrado en nn eoiivento 
J'ara aprender las letras tnas sutilea: 
Rico asi de esperatizas y talento, 
No Ucgaba A con tar diez y ocbo abrilea, 
Cuatulo su hado eiiernign Ic coiiclr»iia 
A arniatrar en mis Iianos ia Ccidl*na. ^ 



t7t 



Y admM ta oonsUncia unallenibtei 
En bk dura Bi«sniioit«9 eti el ciaUiT« 
La pax del corasoB goMba ettaUes 
MoTido de nn itfeeto eompaaiTOi 
Al. Terle tad gaUard<H tau amablet 
En la huta aulerior A mi desgracia 
Yo mismd del Teacate le liiee gracta. 

I Y qui^ me hubtera dicho d mU monarca 
De una bla tan poblada 7 rica 7 belUi 
La mafor qne en an seno el mar abarcay 
Como el a«ul deloielo Tiva estfeUaf 
Qae pvonto no tendria en sa oomafca 
Un pi4 djB tierra do eatampar mi hoelUy 

Y que seria aqnel esclaTO horro 
£1 60I0 que Yendria A mi socorro? 

K aaf lad: al veiie al. pid de los ribasos 
Bec^oosco' A (vontalo, i. mi cantiiro, 

Y al jMntir en mi coello lus abrazos 
Recibe el alma suave lenitiTO* 

A mi tierna-ZeliaiU toaaa ^n brasoSf 

Y i esU cabaiiai giiia en donde titO) 

Sin penaar ja que en maa suntuoao eapacio 
{Se eleva de mis padrea el patacio. 

Deapues qne un Taao de eapumante leche 
Me pretenta el mancebo cuidadosot 
'Deapues' de hacet que al Auimo aproveche 
De los cansados miembros el reposo; 
Para que basta el recuerdo aqui dcseche 
De mi infortunto cruel y doloroso, 
El buen Gonzalo dicstro tn aljamia 
£1 pesar de mi pecbo asi desvia. 

Sefior, diciendo, si gemfs acaso 
Cnal desastre mas duro que la muerte 
Ese imprevisto y siibko fracaso 
Que tanta biel en Tucstro pecbo vierte; 
No de gloriosa fama el dob escaso* 
Ni el titulo inmortal de yaron fuerte 
Podrdn substituir con altos bicnes 
La corolla que^Ua i Vuestrais sielies. 



SeottMe et et mortal, m pedM tierno 
Quebraiita el golpe del asar fenesto; 
Pero el dolor que brota de lo iotemo • 
De $a vida amargar no debe el realo* 
La diyina Equidad no cria etemo 
Ai bten -sabroBo ni al a&n moieatOf 

Y es ber6ioo en desastrea j fortana 
Mostrar el rostro sin tnudansa algona. 

^Qu^ aintabor exiate dnradero? 
£1 ronco TendaTal- que raudo aloa 
Latizd en tomo de tos mugido Gfiro,- 

Y ya el s^firo blando noa orea. 

^Qn^ A wo6j A utt pnd>k^ bgralo y 'aofetero 

En motin sedicioso clatncyrea, 

Si en este asilo su rabioao empefio 

Mo torbari la pas de Tuestro suefio? 

•Ah! buen Dragut! en perfiimado lectio 
£1 suefio halagador no^ se conicilia^ 
Mi bajo el oslentoso y rko* techo 
La pas del coraaov se domicilia: 
La pBJiaa oabaftaf el Ubre peebo. 
La anaaUe.grey, la oAndida iin&ilia . 
Bienes soft oau que premia el mio aufosfo 
La oprimida yirtud del bombre jnado* 

'^Viateu Tapio el interior palacia • 
Be la infaaoe caterra aduladiora? 
Penaais que el alma oomo el eneipo buri# 
En ellos sus deliciaa atesorti? 
Nunca oa6 la v^ad piaar aa egpmi&f 
Mi infiialil inoeencia en elloa imra;. 
Franquexa j amastad j amoc Im> hnye|i» - 

Y las negraa paaiooes Ips circuyen. 
^Mo Tiateir. la carnlrora Tenganaa 

Que al saagrieato pufial feroa bl^odeat 
La ambiciott que al delito se afaalaiisa.. 

Y deberea sagrados acooeaf . . 
£1 parcial interes que la balanaa 
De. Ik josticia i su querer ladea. « 

Y la envidi^ ruin de enlennoa ojoa 
Que del ageno bsea padeoe cmjoa? 



47| 



«» 



i rAq«f no hi w^tUb: la c»uEa j p^iM^ 
Deleites os A»rta cpte ei muodo inaiao ^ 
No OS di6 jamaa: el aire aqui reimcai 
No oontatnifia i& par del cortesana. 
Mirad eaaa^ cabrillas que la£reica 
Yerba goloMia nimian; ly el tiraiiOf 
De vuestro reino naurpador iojusto^ 
Disfrotari jamaa tan dulce gusto? 

Aqui nuettra amistad haiA fiolices 
De la Qcupada vida los deberet; 
Del a)Jba fQiunosada los matioes^ 
Del 8oI los yespertinoi rosicleres, 
rDp 1^ muilidaa ondaa los.deslioe^ . 
De sabrotos coloquiot loa placerea 
Ot harim bendecir el rudo influjo 
Que ir mis detierUs brefiaa oi QOBdtt|o. 
^Coa ial raaooamiento el boen Gonzalo 
Mi esp^itu prepara A la mudaosa^ 
Que el tiempo oon dificil inteiralo. 
En tan graves angustias aolo alcanxa. 
Las armas cuelgo aqui. de enhiesto palo^ 
Mi pavonado anies> mi yelmo 7 lama , • 
(Y del todo oWidaado el triste jemplo 
Monarca de e§w riicos me oontemplo 4 

jCus&ntas j cnintas veees por la fiddit 
De esos duros breiiales recogia 
Algona.que otra Aor rogisa 6 gnalda 

Y con verde liston las reunia! ' 
Ornibame de^iues eon tal guiraaldaf 

Y al mirarme en- la oriUa prorumpiai 
Oh! corona real^ ^qoidq te desea. 

Si tanto la de flores hermosea? 

Y cuando por atar recnerdo arieso 
Me induce A revolver ]pi adtigua historian 
GoiiaaLo de Zelinda el embeleao 
Me presenta yaleja talmeiporia. 
En 8u soorisa enUinoeSi en un beso 
Cifro todo mi amor, .mi dicha y gloria, 

Y eg el verla crccer de cada dia. 
La ocupaoioo mas |prata al alma mia« 



Bei imwkoAb eo freti bilrit'no.M«|«agta 
Mi qaieto. cprason &Ul sorpresa 
Surtieuflo.ei e^pafiol de cuanlo basta 
De uiMM pobre9 pro8crit0a i U niesa* 4 
Cou iiipaasable atao ud. liuerto anf^asta t' 
£u medio de est^a rxM^a^ alta empreaa . 
Que cada^a^Q me rinde par trUmto 
Ei solaz (}e sus flores y an firuto. 

Y si algo fiilta coo bixarro pecko 
MoDtado eo mi caballo al mar at entreat 

Y cnvMiidQ dei pidla^o A eslredbo » 
Al ppueftto cooOn de noebe Ue^., 

De viveres cargado y satisfecbo 
Regresa aqui al.Tolyer la.«Qche oega; ' 
Asi es, Seilor, que debo ai bueu Goiisal^ 
Mi con^uek), mi rida j mi regaio. 

TambifD de este mancebo y de ZeUiida 
La uoble educacion d cargo toyiat 

Y primero la Eepafia lea deaUnda 
X ensefia junto su iiatiYO idioma: ■ 
ReG^pelea despues que por Florinda 

£1 reioo de loa.godoa se desplomay . < 

Y cymo de su ruiiia 7 meogua tanta 
Otra vez poco i pooo ae.levaala^ .. 

Cuenta como ^hyp en laa Asiuria*. 
Limpid U espada, el casco d^sabolla* j 
De ofiada .robelion tiembra laa furioff, 1 

Y su g^rmeo. do quiera.desanroUa: .' i 
Coma.«cAga de EspaGa.kf^ injiui^iaa: 

Y U 4iitefl Yic;t€iri«)«a lama arrolia; 1 
Coiiio levauta eii ufid«feole quielno 
Grito de guerra desde el Mifioal Ebi^- 

La. historia de Favila y de Friiela. 

Que reforatar pcnniten al alarbe 
>Del religiom Alfonao cuaado asnela 

Sea eate> sea aquel mori^oo adarve ; 
^ Eu tantp que Gajrcia se rebela 

Y prim^ rey le aclamau de Sobrarbei 

Y las lides que cerca de Logroiio 
Uua gana KamirO| y otra Ordoiio. 



IT$ 



i7» 



Del gran Tank y sn falange mortif ' * 
Que di loaMtkos eampos avasalUi 
LanadoB mas rotmsta y teAeedoM, 
T d« taolii adatid que en la bataUa 
Seis #^oet ae ^a^maa' 7 acaiova , 
Hasta impotiei^ el yago de m fcifia 
Al caello rteite«le de la Eapafla. ^ 

D0I ]6wBn AMialasU la pvoesa 
Bflfiere j ^ograndace jantanMRita, 
Cuaado al ^er de EgilottH b Mteca • 
Da freno fanpeiie i au paakm aidtMtei * 
De Abdemfaman aegiiirfo Ifei brateza, 
De: tf alioftiad el itim^ taKedle, 

V taa graadea ^cldrite ^tte Ibgraba 
El gefe que AlmanKo^ ae apelUdMa. 
- Al in joatof. atteniBtd lid abahdoM 
La gbria, ta fetttun y lotf taireiiea 
De aqueH6a <piB eiftefon la c6rdtt|i 

Que un tieoipo fivera adomb de mis aienea: 
Del V Aicederi^ ile Beie OiMta, tneticidiia 
Lli jusM e«p4d)^dfis ihd piiAiiittet 
Dandc^ kl cMMb^iitUMe ^tiB derftieii ' 
Al que en tlM« iftartiado^ eeicfM 

m graode Ml^rfild el poderi«^ 
Caaodo fi^ iiihr«ff i >eia' arilla amarrai ^ 

Y dft DM(ii y l&tatt^MM €k miotia ] 
Siijaia CM m 4dtiW oteifiinM. ; 

De to ma ^<»riak lea eueiita el brloy 
¥ SSL infertuflld^dihiel tambieii lea nafrat 
Al maiiohffip de to L«mi la diTua 
Loa guerreroa deG^inyta y de Piaa: ^ 
&e aanj^ <M ^je^ta maneha que larada 
Con sangfV j no tarn oro aer-debia.' • 
Que sieinpi^ tti-aaee»dencia e#n la Cttpada 
Su impepio CKidierraba 6 le ealendik: 
De la forttttfe en^ieto abandonada / \^ 
¥n4 mi gloridia Taai en triste' dEa, * * * 
T au potttrer caqjro aqu( deapide 
£1 generoio muai^ khstdfrvfhki^ - 



47r 



. ftefbridos en pUfctoas discretas 
X#ot hechos que i ia bUkoria perteaeoeQt 
Lea egplioa el poder de los plaoetaa 
Que.ea la merte del bombre preralsoeav 
Las Tirtodea estrafias j seoreUs 
Que i las meoudas jerbas eonobleQeiii 
O alganas pi*opiedades admirables 
De las piedraa j plantas mas notables, . 

O ya de est£o eo nocbe clarecieiite 
SenUdos todos jaoto 4 la ribera 
Del sesgo mar <{ue lama blandan^eaU^ 
Con olas de zafir la roca austera. 
En tanto que la Inna refulgeute 
Pausada rueda per la asul e^em 
Gonzalo al son de d6Qil instrameiita . 
I«a m^Iodia ajusta de su aceuto» 

Los grandes becbos oi^ta de Bernaodo 
Que alU de RonoesTalles en las breiias 
ie lanza cual furloso leopardo 
Para rasgar de Franoia las eusefias* 
El notable yalor del Gid gaIUrdo> 

Y du^los 7 batallas 7 reseuasf 

Ya de Sancba el amor 7 acciou bisavrat 
Ya la justa venganza de Mudarra. 

All mis dulces bijos mas se iustru7ent 
Que entrimbos digaos son de tal diotadoi 

Y la paz 7 el carifio eonstUu7ett 
La eovidiable Tentura de mi estado; 
Mas los a&os felloes raudos bu7en, 

Y en U tumba fatal de lo pasado 
Tal res sumergen i la par oon elloa 
De la dieba los dltimos destellos, 

Como es bermosa ;a7 Dios! la flor temprana 
Que en nudas ramas el almendro ensefiai 
O la yiola silyestre que loaana 
Despnnta en las rendijas de una pe$a» 
Pronto as( la beldad maa w^berana, 
L^ gracia mas amable 7 balagfleiia 
Despliega sus encantos delieiosos 
En medio de estos risoos eseabrosoa. 
ToMo II 23 



478 



Ya Teis, selor, que os hahlo de 2k\indAf 
Bi6n que d mi encarccerla uo me toca. 
El yerla empero tan graciosa y Itnda 
Becuerdos de Moraima siempre eToca« 
Igual es ia mirada que me briuda, 
Igual es la soarisa de su boca: 

Y tan solo Tarian mis delicias 

En ser de hija 6 de esposa las caricias. 

Pero mi^ntras sua gracias iufan tiles 
G>n su nuera beldad Zelinda encubre^ 

Y en sus nobles facciones j gentiles 
Ser hija de cien reyes se descubre^ 
Gonaalo de sus formas yaroniles 

El gallardo ademan por grados cubre 
De uu misterloso velo de tristeza 
Que A turbar mi apaciblc calma empieza. 
* Pronto el vito carmln de las mejillas 
En su hermoso semblante desparece, 
G>mo pierde el matiz de sus orillas 
La nube que el crepilsculo enrojece: 
Pronto de su dolencia las semillas 
Creeeu ocultas en su pecho, y crece 
La Kozobra con ellas en el mio 
Al notar su silencio y su desvfo* 

No pulsa mas el instrumento grato, 
Vi su Yoz suelta al canto melodioso: 
En tantasoledad con cniel conato, 
Soledad mas profunda ])usca ausioso; 
En yalde nos cercena el dulce trato, 
Tampoco encuentra A solas el reposo: 
Su acerba, su letal melancolta 
Como sombra del alma tc .neguta. 

Sus miembros de guerrcro tornan flojos 
Como A qnien la vojex si^nte contigua, 
£1 fuego centellante de sus ojos 
Con el cotttinuo Uauto se amortigua) 
Y si la causa cruel de los enojoa 
Que el tacitumo aspecto me atesttgoa 
Preguntarle tal yez osado quierOf 
£1 iioni y calla y bdyeme llgero. 



479 



.* Fan liacer tanto dafto el pensaml^iito 
Que fueae muy acttro era preciso, 
Sia dada era yoras el fuego lento 
Que.ardia oculto si, mas no remiso. 
lQ\x6 reces departiendo aqaf, sa aceato 
Interrampe Gonzalo de improyiso, 

Y el semblante se cabre con sus palmas 

Y de dolor taanda nuestras almas? 
Nunoa podrd oWidar aquelia karde 

Ed que sentados todos en la plaja 

Zelinda de su toz faada alarde 

Con el gracioso canto que alU ensaja; 

Y Ted que de Gonzalo el rostro arde, 

Y luego palideoe y se desmaya, 

Que ^ se leranta j corre 4 la espesura 

Y el eco un ja)r! reptte con tristura« 

Con temblorosa planta en pos de 41 corro 
For esas brefias Operas resaelto 
A mortr 6 prestarle mi socorro, 
Si puedo de sa angustia verle absnelto: 
Con mi cansado pid sus huellas borro^ 

Y luego al infeliz desoubro vuelto 

El rostro y manos y ojos hacia el cielo 
Que negaba A sus males el consuelo. 

Movido eatonces yo de un arrebato 
De compasiTa Ustima y despecbd 
I* Gonzalo mio! esclamo, y sin recato 
Su bumndecldo rostro al mio estrecho; 
^Qu^ sientest mi Gonzalo? porqu^ ingrato 
Me ocultas las espinas de tu pecbo? 
Qu^ ! deberdn mis canas y temura 
El motivo ignorar de tu amargura? 

Goo quien mas justamente que conmigo 
Esplayar^ tus ansias? qu^ te embarga? 
No soy tu padre jo? no soy tU amigo? 

Y eo qui^n mejor la pena se descarga? 
Dime tu angustia, Uorard contigo 

Si no basto d templar tu vida amargai 
Tii hicisle que mi pena aqui conclujai 

Y ^porqiuS no h$x6 yo oetar la tuya? 



480 



,Por el saprema Akh q«e el oAe rige^ 
Por esa misma aagustla que yo ignoroi 
Por el grave pesar que mi alma afligey 
Por este que me iouuda amargo UorOf 
Por mi cara Zeliuda; j eslo dije 
Con emoclon y acento maa aoaoro; 
Goozalo se estremece, jo io adTiertoii 

Y hacieodo reflexion prosigo incierto: 
^Qud nueva desveatura? qm^ mitlerio 

De insondable dolor tu peoho enluta? 
No lloraste en el duro cauliveriot 
Ni.al verte aiempre aolo en esa gruta; 

Y agora que por duloe refrigerio 
Sua primicias el gozo no9 tributa 
Uoraa td? Ay Diot! mortal aerA la canaa 
Que te fuerza i plafiir sin breve pavsa? 

Dije, y Gonzaio rdpido me toma 
Entrdmbas manos, las aprieta y beta* 
Mi^utras Zclinda por la sierra aaomay 

Y ^1 se agita de nuevo y embeleaat 
Qava su vista en ml, y eon mado idionia 
La fi^rvida pasioa de su alma espresai 
G>u6scola, y velos le Uamo bijo, 

Y hiblole asi oon tieroo regocijo: 
^kn ingrato, Oonxalo, me has crefdo? 

Tan duro el oorazou que aquf palpita? ' 
Qu^ has visto en mi porque haya merecida 
DesGonfiansa tan crueU tan iuaudita? 
G>n violencia mortal te has reprimido, 

Y esa violencia atrox tu Uaga irrita, 
.jY cupo en tu temor jusgaime opuesto 
Al desiguio mas pUctdo y honeato? 

^ Yo que el continup jtihiio te debo, 

Y el poderme reir de tnlausta suerte. 

La interna dulcedumhre que aquf prueb<K 

Y el baber ascapado de la mnerte: 
Yo que al naoer gustaba del sol nuero, 
Muevo y santo placer no mas con verte* 
Yo, cruel! ^pudiera yo negarte ahora 

La gracioia Mdad que te enanxira? 



T id6 fiieraii las jostas gratitudes? 
Si es Zelinda la sola recompeusa 
Con que premiar me.es dado tus Tirtndett 
lAsrder te dejaria en llama inteasa? 
Oh' calma tus acmiias inquietudes; 
Monarca ya no soy: mas, dicha inmensa 
Me ha reseryado aun el poderio 
De derramar «1 bien eatorao mio. 

Ven pucs, no mas tatdar, Zelinda es tnya: 
Creica i tu lado cntA potnposa ycdra 
Que al olmo sin que el tiempo la destrnya 
G>n amorosa red se enlaza y medra. 
Bendiga el alto cielo y suaye jnfluya 
En tan querida union: mas ^qu^ te arredra ? 
Dadas en tanto que de amor falleces? 
Ea f ac^ptala , si , td la mereces. 

ViYid felices en consorcio hello ^ 
Copia gentil de cindidos esposos : 
Dad A mis dichas el ansiado sello 
Dando mi sangre A nietos generosos: 
Nunca dohleguen su infantino cuello 
Del hado injosto golpes acarosos: 

Y reuazca en sus pechos y se anide 
La esperanza del nom})re Almoravidc. 

Digo, y del espafiol la diestra asiendoj; 
La diestra que calmara tal congoja. 
Junto A Zelinda, que mi empefio viendo 
Mas ]>clla torna al par que se sonroja. 
El huen Gonzalo ent6nces atendiendo 
A 811 tcmido obitdculo, se arroja 
Tembloroso A mis pi<5s que en llanto riegay 

Y su doliente yoz asi despliega: 
Detente , amado padre , y Antes dime, 

I ConsentirA Zelinda en ser cristiaiia ? 
Esta es la cruel «)iobra que me oprime , 
De esta duda faUl mi angnstia mana. 
j Oh ! mi amor que el silencio no comprime « 
Mi amor que un pensamiento no proCaina 
Tan solo pucde con crisliano rito 
Preservar au inoceucia del delito*. 



484 



482 



Mas ella le responde : Id cristtano 
Maciste, y i tu Dios tiu preces cantas ^ 
Para mi que soy hija de este anciano 
Las preces del Goran tambiea son santaa. 
jDebiera yo romper eon pecho insaoo 
£i yugo que tii mismo no qnebrantas? 
i Oh ! no esperes jamas que yo deseche 
La doctrina mamada con la leche. 

I Y abandonar pudiera yo la mia ? 
G)Q terrible emocion Goi^zalo esclamay 
I Y quidn exige tai|to ? ella porfia; 
Y di un raudal de Ugrimas derranut 
Eut6qces yo les digo : £y no podria 
Cada unp profesar el col to que ama?.* 
Mo ) quqca , grita el joyeni y corriendo 
Por denso matorral se interna huyendo. 

Leutos y amargos dias de quebranto 
Fueron , seuor , los que pasaron luego: 
Terrible, es ver como Gqnzalo en tanto 
Ya se estasla 6 vaga sin sosiego; 
Terrible es ver como su acerbq llanto 
Se su in&ttsta pasion no estiugiie el t'uego; 
Terrible Terle asi coaado pudiera 
Ficii cons\ielQ hallar ^u pena fiera. 

Una uQclie que el cls^ro iirmamento 
Bailaba de esplendor la suave luna^ 
I\eflejando en el Uquido elemento 
Como en tersq cn&tal de aucha laguna: 
Su^ alas recogido hab^a el TientOj 
Coino un a^e que duerme, y soto alguna 
perraiuada porcion de i^ubccillaa 
De la esibra bordabat las orUUf. 

f)stal^ con Zolinda en mi cabafia 
Cuando All se prescnU A uuestro lado* 

Y cOii triste ansiedad^ coai pena cstraila 
Nos refierc que al juven lia encontrado 
En su oralorio al pi^ de la moutaiia 
^iirasando una cruz arroJlllado, 

Y que alH ix>r domar pasiou tan brava 
Sus cariias duramcnte maceraba* 



48» 



AIM enU^Qces los tres de no misma vnso 
Voiamos coa terror j coo sorpreaa; 
CousoLar d Goozaio era preciso, 

Y al vernos 9u oracion.al panto cesa. 
Entunces 6e leyanla y de improvi^ 
La ni4no de Zeiiuda eslrecha y besa; 
La besa ,con delirio tan yehemente 
Como dntes d su cruz besaba ardiente. 

i Zelibda ! esclama al fini dngel bermosO) 
Que en la tierra A mi lado siempre moras, 
I Porqu^ bacerme no quicres venturoso ? 
-Tuya ,s€re, Gonzalo ; yporqu^ Iloras ? 
— ^Y adoras al mismo Dios que adoro ? 
-'Mi liuico Dios ba sido cl Dios que adoras. 
— ^Y del Cristo i iasjlcyes te sujetas? 
— Maboma y Cristo entrdmbos son profetas. 

-Ob! mi sangre mi vida yo te diera, 
Mas no la sangre que ba Tertido el Cristo : 

Y sol Undo la mano lisonjera 

Se escapa con impulso no previsto. 
Luego en aquel penon que en la ribera 
Bespunta formidable asciende listo; 
Sus amargos soUosos iuterrumpe, 

Y con sentida vox asi prorrumpe: 

Ob! dulces rocas, mi mansion querida, 
Ob ! grata siempre^ soledad obscura^ 
Fcfu retiro, do graciosa anida 
La l)eUa causa de mi pena dura: 
En tilograba mi coutenta vida 
La paz doi alma, la ilusion mas para; 
Trocada abora la forluna avara 
Los laKos rotnpe con que d ti me atara. 

Ob! selva inculta» dc malezas llena, 
De yerdes bojas , de fragancia suaye» 
Do yo Itoraba mi angustiosa pena, 
Do yo cantaba con acento graye; 
Entorno crezca ta yerdura amena , 
Entorno cante melodiosa el aye ^ 
La mar te cerque con su arena lisa.. 
La mar te balague con templada brisa. 



48» 



£d esta humilde soledad anMda : 
AdioSfZelinda*.. joh Zetidda mia! 
O doloe Yfrgen for vii mat hallada ! 
Daloe J alegre cuando i Dlos pbcia i 
Cuaado en mi peofao ta fatal miiad* 
No alz6 la llama del amor in^ano 
Qoe ora me quema , y^ a j ! me quema ^ 
' Por don postrero mi cabafia admitOi 
Do JO gotaba regalado auefio t 
iamaa en ella ta repoio agite 
Mi triste imigen oon doliente cefio. 
Adios, Zelinda... & mi amor permiie 
Que eae tu nombre, cfue aprendi rlsneftO) 
Por ret postrera mi pasion balague 
Antes que el ola tanto fuego apague. 

Aai esclama) j sos brafcos estendicndo 
Con frendtico impulso al mar ee lanza : 
Mi corazon sacude el sordo estmendo^ 

Y muere con su muerte mi esperanxa. 
£n Vano sobre el mar los ojos tiendo t 
Mi lagrimosa riata nada aloanxa , 
Pues la luna ocultaba nube oseura, 

Y el mar cubria nn Yelo de negrun« 
Ya desde aquel momeuto la alegr(a 

Dej6 mi £rente, y con afan prolijo 

Yo Yivo de esperar el caro dia 

Que la madre del tierno AU predifo ; 

Y pues torna otra ret la dicha mia i 

Y iieno el corazon de regocijo 
Btsfruto de este sol los rayos vivos ^ 
Cuenta , 6 Key , de tu empresa los motiyos. 

ToMAi A«tad. 



CE0IVIC4 ftEtlCIOSA* 



jrbr doBdd ^t!ihp6titA(i& wiMttL vitmid kmiIa vsnioi s dftr 'prmcijyw 
A h de e^tnes* Hedw dam 6 a ft^ber dirfifo eintdiiCQi que Im coiicieiii' 
"das dl! los ttdes dfel ambiftpailode Toledo andaBan algo itaqoietaa f 
^leftarhadas dewte ^« la pt^iisa'i^Ugioaa baUaempeciirdo i dndar de 
la legittd^dad del Sr. GoIfaViguoer; qoien golnerna aqnella iglesia eiiooti* 
tepto dc Yieario capittdar, y la tosobra ha ido aamentando por mo- 
menlos, y A hw espostciones de que ya liaUamos lian seguMo frtraa, re- 
eonumdables asl por lasrazonea en que abandaoi 6omo por la correccioii 
ypureta de lengoajebotf que estdn redactadas; entre eQaa figuiv U qius 
ilaiiMikaiti$«lgttnoa rixigados J()t6ii^ que piden al cabildo toledano re- 
tire steifiddelre^alqtieeitsa nombre gobiema- la dick^sis, tnifotras ae oje 
la TOK, annque cascada por los aios stempfe robusta, del PadVe comtitt 
Ae loafi6le^,qiti$^d casoaian ardnos debe ser aiempre eaciichada con el 
tnasprofondo ihe^peto. n^Exmo. Cabildo conocidqae noeranp<>rde8pTek 
ctadaa lag razone^ de los esponentes, y pidtd al gobtemo de S.' M. el co«" 
rreapotfdiente permtab para 'consaltar con Boma negociode tanta mon* 
ta, qne nadft m^nos intolncra qae la Talidez 6 nulidad de los Bacrameutosv 
6 lo que es lo mlamo, el poder frnctificar en laa almas la sangre del 
Sefior, de qne aquellos reciben toda sn fuersa. Parece que al Sr. Gol« 
' fanguer le eacaece la actitud imponente que ba tornado toda ta ditV- 
oesia, y nos es penoso el decirlo, el pueril despecho que le ba cau- 
lado la justa alarma de sus diocesanos le acaba abora de desfogar 
contra el CatMico , diario religioso que se publica en la Corte, cuyas 
' cohtmnas estaban sieiopre abiertas i las esposiciones de los fieles, j por 
euyo medio pronto Tenian i ser patrimonio del publico. ;Cosa notahtel 
el edesidstlco que apesarr del despego j cautelosa reseHa con que 
le miran susoTejas^ quiere continnar gobernando la iglesia de los llde- 
fonsos, Eugeniosf y Julianes, abora sopretestode bacer respctarlosci- 
Bones de la Iglesia ba pedido el apoyo del braio secular, pasando no 
oficto al Sr. gefe poUtico, para que baga enteuder al editor de aquel 
peri^dioo que no oontinde publi6ando ningun artfculo que Verse $(^re 
dogmas ds nuettrasanta religion, escrilura jr moral cristiana^ sinpre* 
ToMo u 2H. 



4U 

pia aprohacion del diocetano. Coatro aftos caenta de Tida aqnella pa« 
blicacioa catdlica, .habiendo sierecidp lop in»s,9apiu;pcidos encomios del 
eptscopado es{Hdfel; por 00 liaiierse ni nna rez mqmm desviado de la 
ortodojia de la fe, j por haber peleado coa santo denuedo las batallaa 
del Sefior. Pero iqa4 logwiMft ntl >Sii6>lfangtter, aun cnando alcaa- 
saae ahogar la rat del diario religioso ? Tras esta pubLicacion Tendria 
el Pensamienlo de la Nacion^ produccion digoa de la pluma del ^lo- 
enente Balmes, y traa el Pensamienlo^ la Revisia Catolica de Barcelo*- 
my, y.,al.lado de ^tas * rooomendabbea, puhlicJir'jWfS <vi |upiMd^ -benhl- 
jQf Ji^ . isf pidieodo al gobierjojO deje ea Ub^ir^d al cabUdo pa^a qofi 
piu^ acndlr 4 U Sbde Apost6mcA| coo el; objeto de calmar laai yWaa 
ausiaa eo que.,ardj^ los^fieles de la yasta dick^eBi^^^pU^dDa. ^ta ,lil^r 
tad \a efspemmos del Sx- Majaps , j mucbo' fue^a. el preftigjo que xof 
4eara el npinbre del ila9tre cQi^^jero de la c<uroQa,.8i bajo.sur.miAis- 
tmo pj^itrat respiraf algo mas libie la primada de las Efpefitas,. j rer 
;Dacer en .ella la c^lmii y la tranquUidad tanto tiempo l^.perdidas* . 

Nvestros lecto^res recoxdar^ que en el cuarto. ndmero de. noi^aU^ 
Keylsta las dioHv la de^cposaladora uQticija de qi^ ^os obi^9^.biiii§ar 
xos del rito griego unido babiao apostatadp pa^apdose & la.paia^Qcbadla f 
4*asgada baadera del protestautUmo: ajhora bienel R. MalinQ&ky-preaf 
Utero griego unido de GaUizia ba de»oeati4o eo^. (^affM d^^jp.oistoij 
periodica. caUSLica de Angsburgo la aoticia ciiTculad^ in^yegadagiefile 
por los perL(3i4^cos protestantes de Alemania. £i Sf . MajlM^Q&ky da. i 
.Ipa catoJUoos, la consoladora seguridad de que as( qo Sungriu^ffomo^kfk 
Gnlitzia sus obUpos y 8u respectiyo ^lero estdn y estar^u mmp^ ^eV- 
mente adheridos A la'fe cat6lica, A la cual d^be acomfaiiar.^QtfiaL- 
i^eQte la sumision al Sucesor de aao Pedro, ycouclttyeauci^*U con esUs 
palabvas del papa luoQeucio XIV: Notodos son latinos^ pertr tqdqs son 
catoiicos. 

Varias veces hemos dicho d nuestros suscrtptorea que la Inglate- 
rra protestante no tardaria en echarse i los pi^ de S. 5. para coa* 
fesar sus pasados estravios y errores , quedando eslabonadas de nucyp 
•las rotas relaciooes de amistad y buena correspondcacia con el. ceutro 
de la unldad cat6Uca ; y para robustecernos mas en esta consoladoria 
esperanza acabanaos de aprender , que d su trdnsito por Ldodres cop 
direccion d Portugal, el nuncio de su Sautldad en estc liUlmo reino, 
el llmo. Sr, Dipietro arzobispo de Bcyrut, tuvo una entrevista parti- 
cular con lord Aberdeen ministro de negocios eatranjeros de la. reina 
Victoria. £ste ministro de acuerdo en esta parte con sir Aolierto Peel 
aaeguru al legado del Santo Padre que a la vuelta de algunos aftos el 



fjMntetaie tan Jiomft teadria' nn repfesenUnte; ea..ftoQMi. i<Qiiien^4 
cibIo que bajo el soaTe poiitificado del-yenoraUe Gi^siHiimio «t2 pm^Mrf 
4 formar parte de la grao comunioa ^at^Uca. 1^ iglesiarde lagla^ben^if 
esta iglena que tantoa^ntos paridfp^ra e).-Gi€;|[o,7 .^taiitDs 4iecritpx«i 
iluBtres para el catoliciamof j^que £i£ fundada por Ips 9^dorea .y pir 
females desrelos del santo pontflGce Gbbgoaio. si. gbasdb! A propiSsito 
de Inglaterra no podemos callar la ftosta noticia de la libertad de 
O'Connellt el gran agitador« decretada por la.dUnara de loa Lo^^ 
G>n resignacion cristiana habia aobreUevado sn , infortnnio el imnort^l 
libertador de Irlanda; en su encerr^miento pariia el tieropo con Dioa 
y SOS amigoB que en tropas iban d vUitarlepara hacer gloriosa 8ude«- 
gracia, j abora decretada su libertad ba t^yado ca^.en.fire^esi el en- 
tusiasmo con que los irlandeses ban festejado i su.padre^r nombre €»- 
rluoso con qae le saludan. £n la catedral de Di^blifi se celebnS w 
accion de gracias una funcion religiosa en la que ppntificd el doctor 
Murray arsobispo catdlico, habiendo A ella asistido ;0*Connell con soa 
compafieros mdrtires en asientoa de honor que adred^ ,babian sido 
preparados. Apesar de que tengamosque privar d nnestros i|uscripto- 
resde otras noticias religiosas de bastante interesi yamos A trasladarl^s 
las palabras, notables por su misma sencillee^ que dirigid al inmenso 
pueblo agolpado al pi^ de los balcones de su morada el dia en que 
despues de su prision ToWid i pisar los umbrales de su yWienda* 
« Amtgos mios : En yerdad que me complaee el yer lo satiaiechos que 
, estais de mi libertad ^ de mi yuelia d mis bogares , 4 mi casa ; otros 
enyian A la cdrcel d los crimiDales y dejan ep su casa i los hombres 
honrados ; aqui todo lo contrario> m^ ^e ua miserable ba permanecido 
. tranquilo en su casa , ; midntras que d pi me condpciand una prision! 
Pero be sido mas fuerte que mas eaemigos, y .jgraqiaa d Dios estoy en 
mi casa. £scus%dme , si boy no itengo toda (la faciiidad de elocnpioii 
que conyieue; la emoqiou me lo impide^y ademas ya bs\ce tres mes^s 
. que estais acostumbrados d no escucbarme. Ante to^odemos gracias al 
Todopoderoso que se ha dignado apiadarse del pueblo de Irianda. Os 
prometo, amigos mios, hijos miqfiv.que logrnr6nos la reyocacion de la 
union.'' Y entusiastas yiyas y estrepitosos brayos abogaron las illtimas 
. palabras del elocuente 0*G>nnell. 

El 15 del Ultimo mes en Roma se discutid por primera yez la 
duda de si eran 6 no berdicas las yirtudes del yenerable padre Leo- 
poldo de la Gaidio didcesis de l^rujia: quien desde una edad muy 
ti'^mpratna j^braxd la regla de san Francisco yistieudo el tosco sayal 
de los qietiores reformadoiu Pqr espacio de 4^ ^^'^ ^ dedic6 d 



ha "MtttM Mnlhti^' fi^6etmnio hio^ellir mi ' condncte lobfe'la M 
iHniblkm^tdb dci Porto Matincio, no temiendo arrostrar en lienefici<^ 
4e las almas sudores y 'caitsancios de todo g^oero^ annque por la mueri- 
«cordta del S^ficr lo^ ^pioso^ffhtbsqtie reportd 6omsp6odieroD dig- 
Hameote A sua IStigas. Fmi A acabar stu dias en pax en nn conrento 
de 8tt 6rden situado en el mdnte'Luco cerck de Spoleto, donde ago* 
btado con 85 aifios y cafgado de Tirtudes innri6 con frente serena y 
Hsuefio Sembtante en el tne^ & kbril de'l815.-Esta primera disension 
ae hi^o segnn costtunbre en ti. palacio del cardenal ponente de la caa- 
'sa et aefior Terettl, donde se rettnleron loa preladoa y ios consnlto^ 
res de la sagrada' congregacion de Ritos. 

Apesar 4el desrfo con que ban sido mirados en este siglo Ios ins* 
'tiiatos religtosos ecbindosc ingratamente al oWido sos antiguos ser- 
Ticlos en'faTor de la causa de la cinlicacion europea, sin embargo ha 
qaedado en pid uno para protestor contra las injnrias con que ban at- 
do calumniados ; bablamos del instituto de las monjas de la Caridadf 
que el cielo ha enViado para forzar i este siglo i creer todayia en 
la virtttd. Cuandd la revolucion ha arrebatado A Ios P. P. de la Gmr- 
pafiCa esa jurentud querida cnyos entendimientos estaban encargadoa 
de ilustrar, y en cujos corazones depositaban la preciosa semilla que 
andando el tiempo iba felizmente desarrolUndose ; ha respetado el 
instituto fundado por san Vicente de Paul , compuesto de seiioras^ 
que aunque naeidas en las alturas socialea, saben despreciar Ios hala* 
' gos de un risnefio porrenir, para cefiirse el velo dc las yfrgenes, y ae- 
pultarse por largos afios bajoios sombrfos techos de un hospital, rc^ 
mgndndose i curar con blanda y carifiosa mano asquerosas Uagas, y 
no recibiendo A Teces por premio mas que baldones 6 injurias. Coo 
'Yivas ansias ban sido pedidas al Sr. director de las hijas de la Cari- 
dad I algunas hermanas por el gobiemo de M^jico^ para que yayan A 
'fandar en aquella ciudad una casa-noviciado. Convenidos y arreglados 
'el Sr. director y el encargado por el gobiemo mejicano para llerari 
cabo esta empresa , aalieron de Madrid con dircccion A Cidif el dia 
28 del Ultimo agosto diez hijas de Paul acompafiadas de dos sacerdo- 
tcs: hay una que Hera unapellido muy yentajosameiite conocldo en eata 
ciudad. la hermana Latiegui, (sor Magdalena). Desde CAdiz debian em- 
barcarse el dia 15 de Ios corrientcs en la firagata espafiola trh^ y estaa 
mugeres flacaa sin mas Taledor qitie el cielo se esponen A dura y a«a- 
rosa nayegacion para ir allende Ios mares A curar hombrcs, A qmenes 
Uaman hermanos, que estAn postrados en d Iccho del dolor. Antes dc 
an salida de la Gorte las'despidid con una tiema y [pat^tica- pUtica «l 



I8f 
Esmo. 4Upu>, Sr. obifpo d« Caaariai^ cpiieii, ao* pii4a contiaa^, |sl dU:« 
curM>,.pQrqu9 la« hgnimw. que derrami^)^ le ^mbargs^n & cacU 
momeato la voz. 

UigrUnas de ternara tambien humedecian qwsatros pdrpados ai es* 
^ibir las aateriores lioeas^ perq prouto 1q b^u sSdo de dolor al le^ 
que la igUsia espahola acaba de Mentir una nueva pirdida con la 
maerie del $ehor obi$po de Tudela falUcido 4fi^^* del pasado juliot 
en un pueblo de NavarraJi^ciio su Uuatrisim^ en TorreciUa de Caxoe* 
lOft oblyado de Calahorra, en 11 de setiembre de 1770. fa^ preco*. 
luiado en ftoma en 29 de mano de^ I8i9 j consagi:ftdQ en 4' ^^ }^^^ 
del miaain afio. Deapuea de baher e^ipaidado por. maa de. 95 aiiQ^. el 
bAcoia pastoral, Tindi6 con. la pa&del justo m aliW^ al Q^taiior. S^ale 
in tierm lijera.<aJ. V. t P. ^ • 



CRONICA POLITICAe 

SETIfittBRE. 



^ntonando bimaoa de trianfo j ecbando iampdeitot fieret vieqen 
let peri6dicot del gqbierao , porqne Ins honbrei 4i^Qi^i^0ih iflfii»i- 
forifiles^ re0ceionario$ y y del dngel eetermwidot ban lido b^tidba 
donde qutera se bi^. preMotado> «f eur de lot cnraaqne no popten* 
lot con aiarmar 4 loatencilLot eleclorea con icnpoxtnnaa pr^dic^ lof 
acandiUaban A lat ornas eon bastooet^ j de qne el gobierno no qne* 
riendo que lat eleccionct faeten esta yet nna farta^ ba dejado tqda li« 
bertad i lot electoret para que.depotttaten en la nrna el Tot,o que lei 
^dtetare to concieociaf y no ettrafiat tojestiooet. A ter algo maa ciutr 
tica ouestrt plaaia agradeceriamot etas tandecet de que etUo ben* 
cbidat lat columoat de la preosa ministerial ^ pero para notolrot tofi 
motivo de mayor afliccion^ porque vemoa qne el boriaoote poHtioo t^ 
^nobla por uiomentot, y lat detmayadat etperansas qne abfigibar 
mot ^an detvaoecidndoie cooio de nn toplo^ al mitmo tiempo qne «e 
joi^tifican lot temoret qne por elfotoro de nnetirn infortnnado pait n^ 
.atormentan. Littinia major qne iodignacion da ver ellengnaje qn^ ntan 
el Heralde y la Poidala^ etot periddicot altameute ooatervadoret « qiie 
ooando la gobernaeton progrettsta, apareotabao deHender coo brioto de- 
nnedo y de buena fe .la tantaxanta de la religion y de In mmarqniet 



4dO 
pero para alios acttiel ctero'que dos afioa atras llaniabaii Vtrtiioio jbe* 
neiiMSrrto , ahora es an clero ingrato y avarienio , j aqvaitos veAera- 
blet obtspos, Yictioiaa ilottres de la maa inmuDda de laf reToloeiooeit^ 
no bacen mas qae atisar las teas de la discordia , j eooTertir en da« 
fio del gobierno el bdcolo qoe ese loismo gabierno ba pueato en sua 
inanoa, Ahora ya ae habla de retirar lat coocesioues bechas i la lgle«^ 
aia, J ae trata de entrar en otro camiao ; y ai el que ae aegata locrt' 
de reparaciony josticia, el qoe debe emprenderae io ha de ser deper^ 
aecacion, 6 eaaudo maa) de glacial tndifereocia. ^Pero cnando reoorda«^ 
rin el Beraido ia Posdala y el Globo qae ese leogoaje desentonado 
J poco comedtdo qoe se peimiten es n^aa fiineato aon d la caiiaa qoe 
afectao defender, que ai tronara de noeiro el cafjon de la goerra ct- 
▼tl en los canipoa, 6 abollara furioaa j deaencadenada la re?olncioo en laa 
plaaaa j en laa calles? ^cuindo coroprenderin que en ese aiglo lo que 
valOf ea el bilaamo qae auavisa laa llagas, j no el hierro*que lia en* 
eona? «. 

Despuea de 10 afioa en qoe onoa homhrea ban aocedido A otroa 
hombrea en el poder, el bajel del Estado sin brdjula y ain goberna* 
lie eontiniSa floctuando i Im aoreed da laa olas , sio que nadie hajn 
aido capaa de aacarle i playa de aalTacion. Innumerablea coyonturaa 
ae ban presentaJo en laa que hubieran podidoeorarse los oialea qoe aqno* 
)an i la desgraciada patria , y todas ellaa ae ban perdido en las manoa 
de noestroa- estadbtas: los programas han sido deslumbradores jr ri^ 
aaefiaa laa ^speranzas; pero aquelloa ae ban deavirtuado, y estas mar-^ 
ichitado delante una espantosa rcalidad. Vista la impotencia del par- 
tido pikrlamentario para goliernar , los bomhres de la autigaa y de In 
Boeva mdnarqnfa, entre los qoe se coentan mucbos bombres de iraler 
del partido moderado , se han coligado para que el trono, al mismo 
tiempo qoe alrva de robusto yaliadar contra laa oleadas revolociooa- 
iriaa, sea an poder tutelar y bienhechor para los pueblos qoe cob'ija con 
en aombra. Euesta noeva baodera aeban afiliado mucboa jdvenes qne, 
^con nobleta de aentimientos en el coraaon y elevacion de miraa eu el 
enteodimiento, ban medTdo de una ojeada el fondo del abisoio i don- 
ik aoa preoipitar^mos si conttnuaiiios por eaa fatal pendiente en qoe 
'ileade machoa afios estaoios empefiadoa, ahora con paso mas yeloa^ 
ahora con pato maa reportado, Bien coooceesta joventod ilostrada qoe 
'ttoe reacotOB) tal comonosla piutan nueatros adffrsarios, esde todo pun- 
to impoaible, y qoe la civiliaacion del stgio la recbaxa; lo que si es post* 
hie, ajr ! barto posible es la revolncion, que atada con d^biles laaoa» 
at« mira con oj^t de llama j noa enaefia an leogua de .aangre. 



4«f 

i-'^.'pM'jeirai (k>dii0 repliccr i^edmi •• qae «« ftrtido qo* A tMi« 
tM deoir. oneftU' tiii£i(s timpatlai tm el pais, aob hu aaltado i, la areot 
0l«Qtoral' part mord«r «i poWo de la derrota?" Ya q«e ae ooa prevoca 
dudfliot: ^ikquQ ha f^tado la libertad eo laa eleociontis doode quiera qae 
el partido- mouirqatcc^religioso ae ha laatado A la locha « et qae oe 
ae haa dejado imprioiir ai circular caodidaturas qoepodierao serhee- 
filet al gobieroe. Si proebas de eHo ae oos pideii lea eofiartooa A Bar- 
got, Paleocia, Goadaiajara j Etteila, doode per d aloalde ban tido det* 
terfttdot de«de lot mitniot dittritoi lotelectoretque ae preteataron i ?o^ 
laro#a CMididatara qae lleraba etcrttat porleoia las ciiriliiadoras pala^ 
braa d&Rfiiigion y Monartfuia* De esperar et qae el gobieroo cousoU 
taaJo to propio decoro j digDid^d hard eateader i tos tabalterooa e( 
ditgatio eoa que ha tabido esos deimaneSf poet ao triuofio alcanzado 
por etot mediot oo pucde eoorgallecer macba i qaiea le reporta* 
Pbr reel decreto fechadoen 21 del pasado agotto ba aido nombrade 
tDiDittro de estado Da. Francisco Martinea de la Rota, qaieo ettabe 
represeotaodo A aoestro gobieroo ceroe el rej de los firanoeaet. Doe 
de let glorias -con qoe te eo?aoece noetira oaeion et A no dodarlo el 
iSr. Marlines de la Rota, y atf esperamos de noettroa leotores nosper- 
initirio- qae le coosideremos por aiganos instantes bajo el triple u* 
pecto de literate, botnbre piiblieo, j hombre politico. Varies aoQ 
las edicioaes Injosas que se ban tirado de las obras del ilostre poo* 
la de Granada: talea el apreeio coo que siempre ban side leidasy y le 
•▼idea coo qoe ae lae procorao maeboa litemtosi que se ban hecbo 
oa debar de fornar su goslo aobre el severe j acrisolado del aventefv 
jade aatol* de la Poiika. En sot conaposicioaes Uricas ba demeatrada 
coin rica y galaoa era su imaginacioo, caio poro j oaaliao so len^ 
guefe y correcio so ettilo, por lo mismo ten jattitimoe lot laorelea qoe 
aoaibreao to faeote; 7 m i veeea la enridia ba procorado arrebalarie 
oiM toia'hoja, pronlo'la jotticia j la inspsrci alidad te la ban devuel* 
to# Si'oono liter^toet mojr recomeodeble el Sr. Mariinesi et intacbable 
cotno hombre pdblico. Diaa de di£naacion ban oorrido para H^ tamr 
bieu ha teoido que- arrostrar intoltos, tpodot j batta pufialet, pero eo 
la tarde del oiismo dia eu que i la salida del cougreso babia teoido 
que tattraerse eo el coche de on amigo A loa asesinos que le acotaban, 
se paseaba por el prado, pudi^doae leer eo la sereoidad de so freo- 
te 7 eo la soorisa qoe naturalineote aoima sa rostro, coAo pausadoa 
d igoales erao los latidos de so corasoo. Prneba de qoe al Sr. Mar- 
tines 00 se le podia tachar de lo que coo rasoo 6 sio ells se ioipataba 
d su cdlega el Sr. G>ode de Toreoo; 7 asi la puresii 7 bonrades con 



in 

que ba Miiiajadd let fimdoi J« k ttaotoa ha« 'teoUo qaa .cftaftjirim 
kafta sttt OBM aoaaoadot eoemigot. Pero iiel Sr. Marti osftcoineliCeratd 
J hombro piiblioftha nerodilo noestros Biaf euisplidos y jnaloa elogiaa^ 
aeotimoa no podar triboUnelot eooio bombre polflica; poea (a aatabi* 
lidad literaria aa acbica kajo atte atpeolo baata Mr una mecKanfa ia« 
aigaificanlo. Martines ei oao de aqoelioa hooibret qva tan 'praoto 
coiBo sobaa at poder deb<}B gaalaria Deoeaartaiiiaiil6« porqne oa etU« 
inpqattos ad atta oiaoeia. qaa aa. llama cieneia de mundo^ poaa craaa 
aaiidoroaaaiaala qua aaaodo la reTolncion aaU d Ut poerlaaf para con* 
lanarU baata qae baja daada dantro ona voa qua diga deiemie : aa* d 
koaibre na puada daoir i la raTolnoioo como Dios i iai olaa dal mart 
rttpeia ^ti— abidanoM^ de mqui laa pamrds* 

Y vad abl la raaoa da qua apaaar da ka aaoelaataa iateoaioaea dal 
Mr. Martiaaa da la ftaaai aa gabaraaaioa ha aida foaaatjaiina para al 
|iala , J Biaoho aoa taAamoa da qua la p^Mtaridad no la achaqaa i A 
todoa loa malaaqaa eo' aata dUimo parlodo baa Bofido aobra M ia^ 
fortoaada Espafta. DeagraciadaoMate jtaaamoa aiaaaaciaf j raconbriaoa 
laa aaagrieataa catdalrofaa qaa preaaacid coaatarajada la Corte ea lof 
iciagoa diaa dal maa de jolio al afio 54t y el motia maoabado aoa la 
aaagra deoa iluatre gaoaral aa la caaa de oorreoa dal oiaa da.aaerodal 
aio S5f J olroa eacdodaloa qua praaaaoiamaa ea el tiampo eo qua fad 
aiiaiitro al Sr. Marliaea t y ao aa qua abrigoamoa la neaer aaapacba 
deque aqoel gabioate tuaiasa aaallo parte algoaa^aalaaioaprofaadaaiaa 
te peaetradaa do qua poada lavaraa ba aaaaoa j dacir, $oy iaoeaa/a d^ ia 
gangre A§ etiot hew^m; perafbd dAilf y la dabilidad aa dUa turbtoa 
aa aialeaaa da aroerle. Saa aoma £Dare» apaaar dal aTaatajadlaiano cDUr 
aepta qua aoa meaaaa^ aaa ▼Uti^daa.t aaaca la habidraoioa oraldabaa* 
laata bamitda para anaargafae da aoa oar^ra qua aoaba da reauaciar 
aableasaata el Uoatra marqaaa da VilaiDa# y para jagar lOl papal de ae« 
guodo en an eoaaejo de miaiatroa preaidido por al caodiilada Ardaa» 
que de itr afortooada aa ba aampoa da bataUa no 4ia da dedacina 
qae aea hombva da a? eatajadaa data poUtioaa; • 

J. V. T. P. 



495 



AHTICUM) GUAllTOi 



A^(i«stion gravUima y ogileda por ambas partes con vigor jr 
empet^o, y uun con exajer^cioci; ciiestion de Irascemiencia in'/- 
fneiisa sobre la cual no se peraiite la duda cu una hituacioa 
fijii ni «n uQ gobierno organizado ; cue&tion resnella confradic* 
turiamenlc muchas veces por unoH mismos ho^iibres segun las 
pasiones 6 inlereses del momento > es la de si la religion del>tt 
•mezclarse en la politica y dirigir en cierto modo su otirso > 6 
si ambas deben marchar completainenle emancipadas i ihde- 
pendienics por distinto cainino. Todo.s los hombres sensatos 
y niciocinadores aceptan la coexislencia de eslas dos institucio^ 
oes, de e$tos dos ordenes 6 nuuidos diferentes: lodos convie* 
aen, y es casi inutil y basta fastidioso repctirlo en eslos tiem* 
pos, qtie sin religion no hay orden ni sociedad, y que es im* 
posible una nacion de ateos. Gracias n Dios y & su providen* 
cia , que por un corlo monienlo abatidono it los hoiubres i !a 
pprversidad y degradacion de su naluraleza » y les retird la 
luz quo insultaban, es ja un axioma lo que bace poco era una 
cuestion , ^qud digo? una chochi'z de los siglos dc barbarie/ui* 
digna de permaiiecer en un liempo en que se habia verificado 
la bella invenoion de vivir sin alma y de morir sin Dios. Y 
Dotese de paso que los hombres r^igiosos nunca ban negado 
la politica , la existencia de dereclio de un gobierno terre^l:rr, 
antes bicn lo ban apojadoy fortalecido sieinpre por e) adnit* 
rabie inslinlo de la unidad , caracler di5tiniivo de toda terdad 
ToAio II 25 



An 

y de toJo orJen ; a1 p^so que la polilica ha befado de la reli* 
gioii, ia lia escarnecido, ia ha crucificado, se ha lisongea- 
do de poder dingir la sociedad aiQ au ausilio ; y al re- 
conocer a fuerza de escarmientos au propia impotencia » la 
llama si , pero la desouda , la deja vivir aolo lo bastante para 
que le sirva de apojo y de medianera , y ae gloria luego de 
haberla creado como una de sus instituciones. No llamaremos 
i eslo escaiidalo, sino locura, porque bien mirado todo^ i quiea 
gana maa en la alianza la politica 6 la religion? cnil puede pa- 
aarse mas una sin otra ? El altna sin ciierpo siempre es un es- 
pirilu; el cuerpo sin alma es un cadaver, hoy escualido e in'* 
inovil, manana corrumpido. Han existido teocracias^ ateocracia 
no heuios vinto nioguna. Si se admile la exislencia de un Dioa 
conservador de ios mundos que ha ciiado, ^que impoaibilidad 
hajr eo que sea legislador civil y soberano inmedialo de un 
pueblo 7 No podra dirigir visiblemenle una. nacion en &u parle 
temporal por si 6 por sus delegados quieu rige el universo?^Y 
el hombre se alreveria a reemplaaar ^ Diosen la parle espi* 
ritual? Si exisle pues el orden poh'lico es una sujecion, es 
una Iriste necesidad , un trisle efisclo de la degradacioa 
del houibre » asi conio el peso de la materia « cl cautive<- 
rio de Ios sentidos, la deliilidad de nuestios cuerpos, nos li- 
gan a un siofin de necesidades materiaies. Colocad al hombre 
en el estado de inoceocia , y car^ceran de sentido las lej^es y Ios 
jueces ) lo iwyo y lo mio , el mandar y obedecer. La religion 
iiacio cuu el hombre el dia de su creacion ^ la poliiica, el go* 
biemo humano oacio el dia de su caida. 

Si quia&a nos hemos ilevado mas de lo conveniente a los 
principios de las cosas y i las regiones metafisicaSi como sue* 
le decir&e , ha siilo para que recordando el origeii y iiaturale^ 
za de la religion y de la politica^ roenguara un poco el orgulio 
y deaden con que niira esta ^ su hermana primogenita : porlo 
demas admiliiiios y admiteu lodos Ios que pieosan la exi6tea- 



495 
Gia de entr^mbas, y la necesiilad de robaslecerlas y afirmarlas 
una per uiedio de otra , aunque apenas hay uno que conven- 
ga en las relaciones que debcn unirias, y en el modo como de- 
ben obrar e influir mutuamente. Opinan algnnos que esta in* 
fluencia debe ser muy inmediata , y tan eslrechos los vioculos 
que unan a enlriiubas, como lo son los del alma con el cuerpOi 
eomo lo estan los intere:>es espiriluales que una representa con 
loa intereses materiales representados por ]a otra. Los haj^ por 
el coiitrario que ju7.<;an que la dema.siadla union debe ser forzo-^ 
sauiente danosa a ia indepeudencia de una de ellas j' a hai tran- 
quilldad de las dos, que no es posible acercarlas sin que reci- 
procaroenle se absorban ^ que el unico medio de mautenerlaA 
acordes es separarlas, dejando a cada cual 8U accion libre y su 
dominio marcado. Y es de notar que.estas dos opiniones tan 
distinlas e^^tan apoyadas en razones> unas plausibles, soHslicas 
olraSy Unas religio^as, y otras impias, que son profesadas por 
bombres bien difereutes y con muy diferenle objeto y sentido^ 
y que en uno y otro bando se baltan incrddulos y creyentes^ 
preieodiendo eslos favorecer la religion con los mismos pribGt«> 
pios con que otros iulentau peijudicarla, 

Asi pues de los que quieren separar y aislar la politica de 
la religion 7 los bajf que a.si piensan por odio 6 iudiferencia ha*' 
cia.esta ullini^; quieren que la \ey sea atea , es decir , que re* 
nieguede su padre ^ de su unicd y verdadero origen que e9 
DioSy y esperan que la religion abandonada a si misnia perece* 
ri^ porque no conprenden oiro apojro que cl de la fuerza, ni 
Giro poder que el de las bajoneUis. ilnsensatos! parecidos en 
esto a .los noiieaibros de up cuerpo que quisieran privar de ali* 
menios al alma^ y que no conseguirian sino suicidarse^ al pa- 
ao que el alma se desprenderia de ellos siefupre libre y siem* 
pre inmortal. Pero rauchos bombi^es rdigiosos que saben que 
el estado subsiste por la religion ^ y no la religion por el esl»* 
do I sostienen sin embcMrgo^ aunqi^e con objeto aiuy distiAto^ 



i96 
esla misma independmcia y iei?9lamiento. Cohoclendo de donde 
le viene & la religion el apoyo y la vida , y secures con las in* 
mortales proiuesas que afirinan su indestruclibilidad , se curao 
nmy poco de procurarle el apoyo de aca bajo: saben por lar- 
ga esperiencia lo que significa la proteccion de los gobiernos, y 
caniaJos de ver IdH invasiones del poder temporal y su cons- 
iaote leiideiicia & esplutar y i Lorccr i sns tines las cosas mas 
sanUs , desean un cullo menos rico y esplemlido tal vez , pe* 
ro mas independienle ; yd (ruequede libertad cedieran debne- 
na gana los onerosos privilegios y el proleclorado con que se 
emboxa el predominio y fiscalizacion mas absolula. Obser^an 
adeaiiis cuan Ciciimenle Ins pasiones teri^nas se insinuun liasta 
cl pie del sanluario aun sin abrirles las pnertas, 3' calculan los 
males que so Mgucn de la confusion de lo^ dos podeies 6 de su 
relacion inmediata, impeiiendose ora a la religion a andar por 
liis plazas en pos de una bandem liumana , ora a la polilica i 
sentafse osada en el fundo de Jos ti'mplos. Recuerdan que la 
religion lia exislido siempre, y existe nun en e) dia , bafo iodas 
las fi>rmas.de gol»erno , y qoe ningun sislema polflico pned^ 
gloriarse de ser su esclusivo apoyo }' protedor , ni Inverse en» 
leraniente de los agravios y perjuicios que le Iia irrogado; que 
los estados perttcen^ que la opinion y los inlrreses politicos va- 
rian de fase i cada moniL*nto, que los pueblos.sc disuelwn pa* 
ra volvorse aformar , y que la religion* etefna ei irimulablc no 
le convicme aceptar abanza ni union con nada dt^ uihduble y 
]Serecedero , para que no sea ni aun aparentem^nte arrdstrada 
en su roina y parlicipe de su morlab'dad. 

Taldo nos parecen en compendio Lis razonospor cirrlo pIo- 
Ciieules y brillantes con que muchos , especialmente en este si- 
gk> en que mas que nunca seh^ palpndo lo caduco de las co- 
aas polilicas y lo indHglructible de Ja religion, ebogan por la 
c^mplelaicmanoipacion de esla ; y en nombrc de 1j liberfad y 
tolierancm misma que tanlo so procUma , piden una garantta 



497 
contra las invasioneit de h polilica y la opresion de los gobier- 
nos. Otro^ enipero qnisieran continiHir aqiiel e>lrecho ffnlacey 
aqiiella es|3ecie de fusion que enlre una y otra rolnab.i , J es- 
to con lints tainbian inuy dislintos. Los bayqiiu qiiisieran ha- 
cer entrar )a religion deiilro de la politica para dominaria asi 
uias a au sabor y lenerla a pupilage, .sea porqiie la cieati in- 
capaz de existir por si sola y se leii;;Rn inodcslamenld n si pro* 
pios por sostenedores suvos, sea porqtie no eslrii en aninio de 
darle lo que le pertenece y le c.i debido. Pero adeinus de csos 
hoinbres, reslos de otro siglo, hay otrosqiie descuriun insiniiar 
la religion en la polilica, no conio sierva , siiio oomo alma de 
esta iilliiua, para que la vivifique y la dirija, y doscarian reno- 
var aquella coucordia envididble y fralernidnd anfigua que 
inediaba enlre el eslado y la Jgk'sia, cuando ambos de actierdo, 
andios independietites concuniana una misma obra y a un mis- 
mo fin. Cteen que la religion no debe relirarse dc los negocios 
hiunanos por la misma riiaon qne el alma no del)e abandonar 
el cuerpo; y que abdicar completamenle la dirtxeion y supre* 
niacia <|ne .<obre ellos le compete y seria abdicar el cargo que 
Dius mistuo le itonQo, seria cobantia , cuando no una e.<[>ecie de 
suicidio. La religiou, dicen , es la madre de las sociedades^ y 
por mas que lasbijas desconozcan y agravten a su madre, no 
debe esta cesar en su maternal solicitud, asi como Dios Itueve 
sus beneficios sobre los mismos que le niegan. 

Si es diilcil liacerie cargo de las varias y encontradas opt-- 
Dtones que reinaii acerca de las relaciones que deben unir a la 
polilica con la relisfion^ mns dificil es todavia el prnnimciar 
cual s(*a de entre ellas la mas acertada , y dar una solncion 
que sntisfatra a todos los intereses, necesidades y circunstancias 
acltiides divcrsas (ambicn y aun encontradas entre si. Porque 
si la religion tiene necesidad de independencia y por consi* 
gtjientc dc aislamieuto con la polilica, la polilica necesila lam- 
. bicn dc direccion , es dccir , dul apoyo religioso; y .si hay casos 



A9S 
eo que debe aqnella mantenerse deotro Ael santoa no, I^jos de>l 
estrepito de las pasiones humanas^ neutral & todos I09 partiilos 
para ser respetada de todos cllos, los h»y lambien en que debe 
aalir de su solemoe reposo , y presentarse en medio de la lu- 
oha para acallarlos y oonciliarlos con todo su influjo , 6 para 
repeter al profano que se atreva a poner los pies dentro del sa* 
grado recinro. Seguir pues en [todo evento y sin distincion al- 
guna unode los dos sistemaa esclusivos, ni fuera conveniente, 
ni justo; y i veces el aislamiento e independencia pudiera de* 
generar en culpable indiferencia 6 abandono ; a veces la d^ma- 
aiadd intervenoion i influjo pudiera calificarse de ainbicion 6 
de espiritu de doininio, que mas tarde viniera i degenerar eo 
aervidnmbre. Pero noa alreveremos a dcfcir que, alendida la in- 
dole del aiglo y la fiienia de las circunslancias y el giro de la 
opinion , conviene mas a la religion por lo general separarse de 
todo punto del movimlenlo politico , que seguirlo y eNlbi'zarse 
en dominarlo, sin peligro dejiais restriociones que mas abajo 
poqdremos a nuestra ^oi^oh acerca de los cases que pueden 
darse , no de intervencion , sine de propia defensa. 

No pretendemos por cierto quttar a la religion el influjo 
que debe ejercer sobre la sociedad ^ influjo por cierlo muy di* 
ferente del politico; intes bien creemos que en ningupa epoca 
mas que eo esia le conviene penetrfir y filtrarse, por decirlo 
asi y en el cuerpo de la sociftl , atender a lodas sus necesidades, 
y bacer brilUr sus beneficioH al lado de la insensibilidad del 
(ilosofisniQ 6 de la irapotencia de los principios puramenle lm« 
manos. Cuaqto maa falla i la religion el elemento coercitivo^ 
^s deciri el apoyo de las le^es y de los gobiernos , tanlo mas 
nece.-)itq de] clenxento espoutaueo , del ^poj'O de los corazooes, 
y del afectQ de lus masas; y si un liempo reprjuaan los go- 
biernos los malos iqstintos de los pueblos , llego ^a el dia de 
que los pueblos triunlep d^l Hteismo legal 6 de la indiferencia 
de los gobiernos , y los arvastren y UtJY^n eu pos de si a pesar 



499 
^yo eo 8Q sftlttdable relraceso hitcta las ideas retigto^as. i No 
es en eFecto iio espectaculo bermoso ver por casi toda la Eu- 
ropa estas tnasas 6 esle vulgo que forma la mas crecida parle 
de las nadones, en quien la religion se miraba como un iVi^no 
iinpueato por la siispicacia 6 poliiica de los gobiernos , verif, 
repilo, mas que nunca religioso • no ^^a por lo« gobiemos, fino 
A pesar de ellos en cierto modo 7 El movinHento que antes se 
Terificaba de arriba abajo, se verifica al pr<'seule de aba jo 
arriba ; los pequenos y los que llorau ban comprendldo el reino 
de Dios , porque el solo puede engrandecerles , 4\ solo puede 
enJQgar sus lagrimas; y es seguro que larde 6 temprano em- 
pujarao a los gobieroos en su m«ircba hdcia los lemplos que en 
au nonibre se cerraron 6 demolieron , y que esta vez al nienos 
lendri su efecto esa soberania irrisoria con que se condecora al 
pueblo en premio del bienestar real y verdadera dieba que le 
arrancaron. 

Pero be aqui la diferencia que media enire los intereses po- 
liticos y los sociales, que los uoos son parciales y transitorios, 
los otros f)eipetuos y generales , y & estos por lo mismo puede 
J debe aliarse la religion. Contemplese empero el c^os que rei* 
Da en las politicos , la efervescencia que arde en las pasione5» 
y digasenos si podrd bajar i eslecdos la religion para alumbrar- 
lo con su luz 9 d dominar estas pasiones para calmarlas , y A 
DO es de temer mas bien que saiga berida de eo medio del 
combate. Si los di versos principios siguieran una marcba ani* 
loga en toda la Enropa, si la verdad fuera patrimonio esdosi- 
^o de algnn partido^ y si su triunfo fuera indefectiblemente 
unido al de la religion , comprendieramos que esta se afiliara it 
una bandcra , 6 mas bien que la bendijera inies de partir al 
combate y la cinera con su aureola sagrada. Pero i como pn- 
diera decidirse activamente si en unas partes ilorece en el seno 
de U monarquia , en otras al abrigo de la democracta , aqui 
eo nonibre de los antiguos principios , alll en oombre de las 



noevas ideas? Sois catolicos , y os interesaitt por la suerte de ia« 
cbses mas pobres y numerosas de la sociedad ; i proclaiDarcis 
i voz en grito y sin dislincion de cases esla voz de libertad^ 
que en tantos paises ha rolo tan sagiados vinculos y librado al 
hombre de todo deber , esla vos de igualdad que lia igualado 
las lemplos con cl suelo? Sols catoiicos, y piofesais las doctri- * 
Das de orden , de unidad, de absolulismo^ si se quiere; ^os ale- 
grar^is cuando Ueguen i vosolros los gemidos de los infelicea 
polacos oprimidos por el aulocrata en non>bre de la unidad y 
cenlralizaoion , los lamentos y miseria de los irlandeses drmo* 
cralicos monopolisados por los torjs ingleses 7 Visteis con do- 
lor como una d^rrota de vuestros principios la Grecia eoianci- 
pada del de.spotisino otomano^ eniancipada la Belgica de la 
inloleranoia proteslante? A tales inconsecnencias , a inonslruo- 
siades tales nos espondriamoa , si quisieramos enlais:ir la rrliqion 
con algun sistemu politico , y ^ ellas se esponen con dcina>iada 
frecuencia por desgracia aqnellos i qtiienes puedcn pias las pa* 
siones lerrettres que los sentimienlos reiigiosos. 

Estas diierencias politicas tauto m'^s acalor»das cnanlo me- 
mos comprendidas en sua teorias ^ si bieo repres«»utadMS por 
iolereses harlo tangibles y por c^lculos sobrado posilivos on la 
major parte de los que las profesan , son invencion a lo mas 
del siglo pasadOj y consecuencias tnuiediatas do los gobiernos 
representatives; piies inles no reinaban mas diferencias que las 
de nacion a naoion , y si bien entre la^s clases exislian radit.-al- 
ineote livslidades y pretensiones opuestas, psando poHcr de 
nnns a otnis , este cambio se obraba pacidca (^ insensiblfnicfnte^ 
6 bien se rrsolvia en Inclms san£:nenlas pcro cottas, en lus(]ue 
pr;cu parte leiiian las leorias. El podrr era pues uno , una la 
nacion , y uniforaie la niarcha que Sfguia : no ofVecia rMilt»i>oes 
dificultad algiuia el que |a r4'li^,ioii se contundiera , por deciilo 
ani , onii f\ pcKJer ten-rno , cujo foco ^oio era inio , y qni? des- 
de aquel oeuiro ooinun derrauidria i:ou igtialdad sus ra ybs so- 



i04 

Kre todat las clases » y templara con m ben^Bco iiiflafo la ac« 

cion barlo dura j material de cuanto es paramente htiroano.' 

El poder se ha fraccionado ahora , las pretensiones ae ban di«' 

i^idido y puesto eo complete desacuerdo; pero la religion deba 

permanecer en au oenlro ^ utiico elemento de nnidad , y pot 

lo miamo de salvacion que noa queda. Si en vueatra lucha que* 

reis aprovecharoa de an influjo contra vueetros enem»goa> acer* 

caoa al lugar dbnde esU fija, que ella os aniparar^ con au som- 

bra ; pero no la movais de su puesto para bacerla aervir de 

bandera y llevarla i donde queraia^ hact^ndola^ si vencois^ 

complice de los eacesos de los vencedorea; si perdeia, participe 

del abatimiento y oprobio de los vencidos , y aiempre objeto 

de odio para mucbos ^ de quienes es tambien madre universul. 

Tal vez echareis menos Jos dias felicea en que ia corona y 

la mUra se prestaban su brillo muiuatnenie j y en que unidos 

los doa poderea como hermanos sin rivalidad y sin sospcHibas 

de que piidiera nunca haberla y dejaban menos marcados y cast 

confundidos los limttes de su jurisdiccion. Razon es ecbarlos 

m^nos , y nadie mas que nosotros deseaiia ver establecida aque- 

Ua suave dicladura , aqnel den'cho de paternidad que ejercio' 

la religion sobre los pueblos despues dc la ruina del imperio 

romano, y que creo las naciones modernas; pero esta dicladura 

I toca acaso a la religion el pedirla ? El mundo se la dio , el 

mundo debe volvcTM^la. For saludable , por benefica que fuera 

esta tutela , pasaria por intere^jada^ por usurpada tal vez, si 

la religion ae anlicipara a reclamarla. Dia vendra. y acaso no 

est^ I^JDS, en que los pueblos la invoquen otra vez , en que los 

pueblos se la pidau de rodillas ^ porque el mundo esta oorrom* 

pido y degenerado como el del imperio romano , porque en el 

drden de las ideas ha babido una devaslacion y ruina senie- 

jante i la que con la invasion de los barbaros del Norte bubo 

en el ordt^n de los hechos: entretanto coiiviene 4 la religion 

esperar y eslar pronta para acudir al socorro. Ella fundio los 

ToMQ a 26. 



502 
pueUos eo uifo haciendo olvklar los Dombres de vancedores y 
vencidos ^ ella fundio raat tarde las clases borrando las distin- 
cioaes de siervos y senores, y eDtregd laa naciones compactaa 
y poderosas en manos de los monarcas , que laego desvanecidos 
con su poder quisieron subyugar i la misma que se lo habia 
dado. Tres siglos de concesiooes por uoa parte, y de invasionea 
por otra , no bastaroo para romper los eatrechos vinculoa que 
las unian , y aun en nuestro siglo ban resonado juntos los nom- 
bres de altar y trono como simbolo de alian7.a. La misma con* 
fianza que babia depositado en el estado la religion , abando* 
niodole i vecea sus prerogativas, ha servido de arma loego 
para despojarla de ellas. No> repetimoa , no conviene aejar al 
arbitrio de las vicisitudes terrestres y de eventuates circunstan- 
cias los limites que separan lo espiritoal de lo civil , el cielo de 
la tierra. Los pueblos diz se ban emancipado y que no necesi- 
tan ya de la tutela de la. religion, sino de un gobierno fuerte y 
Gompacto ; sea muy en bora buena : pero sep^rense los bienes 
del tutor de los del pupilo, ya que tan buena cuenta dio aquel • 
de su administracion. Mueslre la religion i los que la culpan 
de usurpadora del poder terreno en cuan poco lo tiene, a no 
aer por el bien con que pudiera emplearlo en favor de los pue- 
bios mismos , y i los que ae jactan de ser su apoyo cuan poco 
los necesita para su sostenimiento , y que su apoyo viene de 
mas arriba. 

La amigable alianza que largo tiempo medio entre los dos 
poderes temporal y espiritual , y la especie de tutela que ejer- 
cia mutnamente uno sobre otro , prestando el primero al se- 
gundo fuerza y decoro visible , y este i aquel sancion y apoyo 
moral 9 coofundio de tal modo sus limites respectivos, que i 
las veces no es muy facil distinguir ddnde acaba el derecho de 
cada uno , y empieza la invasion. Por esto no es de e^trafiar 
que nuestros ojos acostumbrados i verlos marchar, especial- 
mente aqui en Espana, siempre juntos y enlazadosi se asom* 



203 
.bren j se escandalicen en el tnomento del fatal diTorcio j se- 
paracioD , oecesidad inevitable de los tiempos que corremos: 
DO es de estrafiar <}ue fake la serenidad de inimo conveniente 
para sacar el mejor partido de esta separacion ^ dando a cada 
pual lo aujrO) j para que la religion, devolviendo al poder bo* 
mano las pocas joyas y adorno esterior que de este recibio el 
dia de au enlace, pueda reclamar lo que nadie podri quiiarle, 
lo que trajo de la casa de su padre, lo que trajo de los cielos. 
No dir^mos ciertamente que do sea lamentable esta ruplnra, 
y mas lamentable las circunslancias que la ocasionan : van tan 
nnidos los intereses del cuerpo con los del alma , y el sosiego 
y bienestar de entrambos ; pero tampooo es justo afligirse mas 
alii de cierto punto. Hombres de pocafe ban clamado que la 
Iglesia perecia, porque el poder le retiraba su brazo; que el 
templo se desmoronaba , porque se le despojaba de sus ador- 
DOS y colgaduras; que la religion babia desaparecido , porque 
retirada en el santuario no la veian ja en medio del mundo 
ejercieodo en las cosas civiles su ioflujo saludable. Dejad^ de* 
jad que se la despoje del maoto de purpura y de las iosignias 
de autoridad que recibio un dia ; malo es^ pero al £n no es 
parte suya inte^rante , no es mas que un vestido , y para ves- 
tido le bastan los propios resplandores emanados de su cuerpo. 
I7o es por ella en todo caso por quien hay que temelr ; es pv>r 
el orden civil, es por los gobieroos , porque no comprendemos 
esle orden sin moralidad , ni moralidad sin religion, i Donde 
ird i buscar su sancion la autoridad 7 su base y su apoyo la 
ley 7 No comprenderiamos mas respuesta i estas preguotas que la 
disolucion y la muerte , si no observiramos que la religion con- 
forme es echada de los codigos va entrando en los corazones, 
y que su existencia de hecho durara aun cuando termino la de 
derecho. 

Sea de esto lo que fuere, conviene mucho la precisa deniar* 
cacioQ y deslindamiento entre lo que es de la creencia eterua 



20» 
d^ la religion^ 6 Ae la oonstitacion mtsma de la Iglesia , y lo 
que son meras prerc^ativas accidentales y dc origen hiimano* 
CoQviene que la religion abdique , por decirlo asi , siis c^rgos 
esteriores (i) para cuidar mcjor de ai misira, que abandonan* 
do el muudo y las sociedades lerreoas, que conservo mieotraa 
estuvieron bajo su cuidado , cooceulre en eierto modo sus fuer- 
zaa, y ae encastiile en au primiiivo y aagrado recinio, para po* 
der asi repcler con mas brio y dignidad a cnalquier profano 
que se alreva a perseguirla deutro de su mismo imperio y y a 
invadir so jurisdiccion. 

Si, cttaiido abogatnos por la separacion de )a Iglesia y del 
estado ^ de la religion y de la politica , es solo para salvar la 
independencia de la primera , que ja no era mirada cual un 
dia convo madre , sino como aierva de los gohiei nos ; es para 
terniinar las falales disensiones que tan larga (echa cuentan, y 
que tomarian eii la acloalidud un caracliT mas que nunca alar- 
inante; es por 6n para que spa mas ponible y mas vigoro.sa la 
resisleiicia que debc oponer la religion siempre que se atenle i 
au liberlad 6 a su vida que es lo mismo. Para enlonces , Oi^are* 
mos decir , debe guardar loda su energia ; y esta mezcla de 
mansedumbre y desprendimiento en lodo lo que no es pura- 
menle del cielo y y de infiexibilidad y tetjon en lo que le viene 
de arriba y afecta su existencia misma y pudiera presentar on 
especliculo brillante y un contrasle magnifico, i cuya grandeza 
no se atrevieran a cerrar los ojos sua mas encarni'cados euenii- 
gos. La religion lo presento ya una vez en los tres prinieios 
siglos de la Iglesia , cuando los crislianos fides a un (ienipo a 
6U DJos y a si| soberano, y que tal vez habian derramado su 
Sangre en defensa del eniperador , vertian el res(o de ella en 

(1) No se Crea por esto que 'aprobftnios el ylolcnto despojo de lag 
msncionadas prerogativas , ui que semejantes A los jaiisenistas ros la* 
msntemos de la brillautez del culto ni de los honores que ju.tameuls 
St han dispeosado A la religion. 



805' 
defen^ia de sa fe cohtra el etnperaddr misrao^ po resisliendo 

coo la fuerza material, sino con las almas y coo la cooviccion, 
abandonaiido Ids coerpos a quien aobre ellos mandaba , pero 
reservatulo el alma para el uoico que puede ser su dueilo. 
AforUinadamenle no ea en el dia necesario, oi tal vez coove* 
niente » un martirio estrictameote enlendido i sobrao otros me* 
dies de defensa que nos preslan laa circunatanciaa particularea 
del tiempo; y aun cuando fuera posible un encarnizamienla 
igiial de parte de los gobieroos al que emplearon los Cesares 
rouiHDOs contra la fe de Cristo j no tovieran , no , que abrirs^ 
otra \ez i^s inm^nsas pdginas del roartirologio , porque aquel 
gohienio i>eria ea breve la primer victima de so impi^dad. La 
religion se ha infillrado ja de tal modo en las sociedades ac«> 
luales , que no es posible hertrla sin herirse uno mismo , y la 
roca indestruclible en que esta asentada vuelve i enviar con 
doble tuerza, como alU en Goradonga^ los dardos que contra 
elia se ase.stan. La Iglesia decia en otro tiempo a los bijos que 
iban entrando en su seno: Creed y morid\ ^qu^ otro medio 
de resistencia babia en medio de un gobierno despotico y todb 
material ? Pero aliora se trata de vivir y darle vida , no solo 
de coaservar, sino de propagar. Dios no nos manda desesperar 
de las sociedades actuales, ni ba pronunciado su ruina como 
la del imperio romario: y si bien hemos dicho que conviede 
k la religion abandonar la esfera politica , es con la iotencioii 
de guardarse paru mejores tieropos, es salir de su recinto para 
daaiinar uiejor Io.h hechos de afuera, y aprovecbar el momento 
en que 6 tlaroada de miavo, 6 elevada en brazos de sus bijos 
fieles., pueda de nuevo plantar su sagrada bandera como signO 
de redeiiicion. 

Y aqui convieoe distinguir dos ideas cuya confubion pro* 
dnce graves inconvenienles y da motivo a errores y calnmiiias: 
la de religion^ y la de los bombres religiosos; la del elemeato i 
in^titucion uiisma ^ y la de todos los miembros que eocierra en 



$06 
au seno y viviQca. La religion , 6 la Iglcsia que no es maa que 
au organizacion ^ cotno mero eapiritu y abslraccioo , si e^ licito 
espresar asi nuestra idea y no liene mas que armas espiritualea 
para defeoderse ^ j giuie y resiste invisiblemeote: pero cada 
cual de sus hijos liene una exi&tencia concreta en que se per* 
aottifica esta resistencia y este gemido ; y sus hijos, al niismo' 
tiempo que catolicos, son tambien ciudadanos y miembros del 
estado, y tienen derecho de introducir en ^i y hacer triunFar 
aus principios, sus convicciones religiosas, mil veces mas fuer- 
tes y energicas por cterto que todas las que pueden producir 
los sistemas politicos. Tienen derecho d esta sobercm ia indhi* 
dual que m cree invencioo moderna , y no es mas que una d»» 
daracion ridicula y pedantesca en sus formas , falseada y alar- 
tnante ensus aplicaciones, del inQujo que ha ejercido siempre 
la mayor d la mas ilustrada parte de la nacion , y que como 
alma eocarnada en una u otra forma de gobierno ha heclio 
marchar a los pueblos, a no ser en epocas pasageras de crisis. 
Poes bien, en nombre de esta opinion publica, de esta sobe* 
rania 6 iibertad^ 6 como se llame, proclamese la reabilita* 
cion de las doctrinas religiosas , no de un modo Tago , teorico 
y tal vez hipocrita , sino pfactico^ realizable y sincero. En 
nombre de la libertad , en uso de vuestra soberaoia , pensad en 
la conservacion de vuestros temptos, en la defensa de la uoi«* 
dad de la Iglesia j en la educacion de vuestros hijos , en la ga* 
rantia y mantenimiento de todos vuestros derechos y propie- 
dades: callar en tan solemnes circunstancias^ cuando ae citao i 
|uicio tan aagrados objetos , ea dar el vote d aus destructorest 
es pooer su firma al pie de las ordenes de irreligiosidad y rutna 
que ban estado a la orden del dia. i Qui estrafto pues que 
uua pandilla debil en niimero y fuerza , poco escrupulosa en 
aus mediosi descabellada e incierta en sus fines, haya logrado 
llaniarse nacion espanola ? Si los hombres religiosos que com* 
poaeu el nervio de ella^ si los que pagan sus cootribuciones y 



sor 

callan , se linbieran paesto A dirigir el moviraiento que les ate* 
rraba, y a apoderarse de las rieudas, 6 ai menos i contrariar coa 
una resistencia pasiva pero firme las medidas revoluciooarias^ 
{cuantos males .se hubiera ahorrado Espial Porque no eran 
sus repiesenlantes, no, los que jermaron los conventos, los 
que arrasaron las iglesias, los que abolieron los diezmos, lo^ 
que grosera y cinicamente insultaban al anciano Padre de los 
fieles. I Y per que pues callaron aquellos ? j Ah ! porque mu- 
cfaos enlazaban la religion con la politica demasiado, porque 
DO sentian que sus enemigos se desacreditaran aun a costa de 
los niayores males de la Iglesia, porque rehtisaban con desacor- 
dado desden hacer uso de las armas que les prestaban sus con* 
Irarios misnioS| porque forjandose un plan roitad politiqOy 
mitad religioso , esclamaban a todo^ 6 nada", como si no fiiera 
iodo para un cristiano una Iglesia iodependiente , una religion 
firme y robuslecida. Pero el que esto escribe, por lo mismo 
que desea la separacion de aquellos dos elementos « cree que 
nuiica es tarde, nunca fuera de tiempo para salir i la defensa 
de la religion, que la religion como institncion debe quedar fuera 
de la politica ^ pero que los hombres religiosos tengan en po* 
lilica ei purtido que quieran , vencedores 6 vencidos, nunca 
estan dispensados de prestar su apoyo & la que todo lo domi* 
Da , jr se cierue pura 6 intacta aobre cualquier traslorno, como 
la paloma aobre las aguas del dilavio. 

Josk Maaia Quaorado. 



fiO^ 



£OMO BSCRITOR POtiTICO. 



N 



o solamente uno de los poetas espafioles de piimerordeo^si- 
DO Umbieii un prosisU de lo$ mas aveotajadoi del aiglo XVIf, e$ 
ei incoui parable, original y fecuadisiuio ingenio cujas obra$ 
jocosiis andan en manos de todos, y cu jos Iratados serios ap^* 
uas tueran conocidos^ si no los pre^^ervase de coiipleto olvido el 
renombre europeo de su aulor. Desgracia es estadeQuevedo, y 
no injusticia de siis lectores. Los que buscan en los libros so- 
l;iz y eiilretenimiento no pueden menos de pasar sabrosisimof 
ratos con el caudal inagotable de chistes, equivocos y malicias 
del Juvenal moderno, uaienlras los pocos que apetecen lecturaf 
sdlidas e indtructivas se ven como prccisados a cerrar el looio 
cansa<lo8 de tropezar cpn los defectos de indole^ m^todo y es? 
tilo en que tanlo abunda el discipulo de Seneca y de Zenoo^ 
Jiln el pricner g^ueio es un uaodelo que desespera por inimita* 
ble, en el olro up de/cbado imperfecto que sin grande cautela 
no se debe imitar. Por esU> i Mnos les retoza la risa en elcaerp^ 
po a! ver la maestria con que zabiere y descubre el ridiculo en 
todas las clases de la sociedud, y a los otros se les arruga el 
ceAo a pesar de la vebemencia con que declama conlra los vicios 
que corroen las sociedadcs. La gracia de sus donaires basta para 
desarmar la ciilica del coroun de los leclores^ al paso que sus dis< 
cursos filosoficos no sieropre vanvestidos tie un arnesparaellos 
impenetrable ; asi es que se conoce en Quevedo mas bien al 
dtcidor altgre y mordaz^ que no al pensador auslero y pro- 
fuudo. 



209 
' Un critico jrno de mediano rliscernimiento ha dicho ([m^ 
flolo en sua obras .satirico* morales se encaentra al TerdaderO 
Quevedo, puento que las producclones asc^ticas y doctritiales de 
0U edad rnadura no son mas que una especie de sacrificio para 
espiar las travesuins y liviandades con que 5u Hicil plnma sal* 
pic6 ios escritos de su jiiventud. Mas, corn^ en el juicio de es- 
10$ 4esahogos juveniles, tildando espresiones que otro8 celehrarian 
per muy felices, semuL'stra tansevero en principios literarios co- 
mo loera Quevedo en principios (ilo>6(icns, nada tiene de estrano 
que trate tainbien con demasiado ngor aquellos de sus escritos 
que rcvelan inlencion mas profuruia. Unos y otros, aunque ai 
parecer tan opuestos^ no dejan de ser frutos legitimes de una 
misma plnma. En (odos ellos creemos la misma e.^pontaneidad, 
aino el mismo acicrlo. La naturultza doto a nueslro antor cic 
un espiritu tan eievado como feslivo^ y su talento & nueslro 
|uicio fu^ casi tan maravilioso como mi ingenio. Si se lantea ia 
eapacldad intelectual de un escrilor por el meritb respectivo de 
BUS escritos^ lemeraria y aun insostenible pareoerd huestra aser* 
cion ; mas, si lomando en cuenta las circunstancias que perju- 
dican ai valor intrinseco de las obras serias de Quevedo, apar- 
tumos l» vista de Ios rouchos lunares que las afean, y en vc2 
de apreciarlas en su conjunto, fijamos la alencion en la muUitud 
de rasgos sublimes de que estan sembradas para deducir de 
ellos la fuerea de inteligencia que Ios ha producidoi no duda- 
mosque imestra humiide opinion Fuera lobustecida con olras 
de mas nota y valia. La perfeccion de un parto literario depcb- 
de asi del genio como del buen gusto de quien lo ha dado ft 
]az. La naturaleza y el arte no siempre requieren la iguaKlad 
jpara enlazarse en iegitimo consorcio: asies que en el orbe litera- 
rio se ven tantos hjos raqulticos 6 mestizos. El genio se debe 
todo al hombre, y el gusto en gran parte al siglo. Este es un 
aumento de riqueza intelectual, cuyo logro esta sujelo & estra- 
Bas inflnencias; y en epocas en que se halle corrompido 6 em- 
ToAio u 27 



210 
piece a corromperjip, con mas freciiencia d mal gusto arraslra 
ai geuio que no cl getiio salva al buen guslo. El de Quevedo 
ciertaiuente no era iin\y acvudrudo. Sus oi>ras Biosoficas son 
uno< joyeles en que trozos de lidrioy deordinaria pedreriaes* 
tan revueltos con diainanles do snbidos quiiates. Desgracia fu^ 
pues de su lalento no liiibcr tloracido ea epcca oias favorable. 
Medio ^glo antes su briilo fueia mas puro: dos siglos despues 
sella abora el priuiero de nuestros escri^ores. 

Liislima es que los que actualmente se dedicau al cultifO 
de las letras apenas einpiezan a respbmdecer en laesfera litera- 
ria. cnando son ariancados 6 se trasiadan elios inismos a la are- 
na poll tica para lucir en orbita niaselevada si sequiere, empero 
tanibien inenos serena y apaoible. Si Ics e.sMulios lilerarios no 
e^tuviej^o casi esclusivanienle confiados a jovenes de mas an- 
dacia que talento, n}e(idos a period istas, com o i»i luesen comisioT 
iiados de los faLricantes de papel para procurar el consunio 
de esle genero, 6 bien pore! prnrilo de ensenar al publico nus 
primeras declaraciones amorosas 6 sus comicos arrebatos de ce- 
los; en \ez de lasdescarnadasbiogranas de Quevedo quese ban 
reproducido en esta epoca de progreso intelectual, lendriamos 
ya alguna disertacion profunda y razonada, en la que por el 
completo analisis de sus obras desmenuzadus parrafo a parrafO| 
por la curiosa investigacion de alguno que olro liecho d idea 
particular, por la corrt-lacion con los sucesos polilicos 6 litera* 
rios de su epoca, se verian clarameute los rasgos caracterislicoi 
del espirilu de Quevedo, se daria a couocer (peruiitasenos esta 
espresiou) el di verso peso especitico de su taleato, y se com** 
prendiera Id raarcba y enlace de unas ideas que dan tan dife* 
recite aspecto a su doble fisonomia. No h'^y duda.quesi bubiese 
naoido alleude iosPiiineos, ese precioso trabajo, lo posf'erian ja 
los franceses, y con ^1 se habrian enriquecido algunas piginas 
de sus escelenles y (ilosoficas revistas. 

Tarea seria esta de mas fatiga que lucimiento, mas no por 



2H 
esto arredraria a on verdadi^ro amante de las glorias de la 
Iheraittra y nacion espanolas. Mucho!) son los requiNitos nece- 
aarioa para ilevarla i cabo debidamente : porque ademas de 
poseer el critico 6 historiador <le Quevedo suGcientes conoci- 
mienlos aoerca de las iiiaterias que trato, y de la epoca en que 
Tivia , nienester fiiera tambien que eslnviese cmpapado de una 
erudioiou cast inmensa, como cstarlo solian I<is grandes escrilo- 
res del siglo de oro de nucstra literatura. Solo asi es posibic 
discernir lo que en sus obras era pnrte de lo que acopiaba su 
meniorta, 6 producto doiu que elaboniba six inleligcncia. Aho- 
ra los quv estudian, por decirlb asi , runiinn y digierrn las ideas 
agenas liasla coufuiidirias i iuHltrarlas en las sujcis propias : y 
el escritor concienzudo da peusurnicutos su jos, 6 que ha hecho 
an JOS por medio de la mcditacion y del cstudio compare tivb 
de diferenies sisteinus. Ehlonces solo se Iransferian las ideas de 
un iibroa unacabezB) para pasar despues intactas y sin modi- 
ficacion alguna de.sde la cabeza & otro libro en que |las frccuen- 
tes citas absolvian al transcritor de la nota de ptagiario. Com- 
poner un (ratado era descargarse de una multitud de dichos 
y sentencias qjie, corno en estantes nemdlecuicos, coiiservaba 
la ineuioria ^ y el talento y merito del aulor se couoce por las 
ideas propias que con aquellas maso menosdieslramenle revol- 
via. Que esto fuese una nioda perjudicinl no hay para que de- 
cirlo ; pero que el sesudo Quevedo, con toda la perspicaci^j de su 
ingenio y la fuerza creadora de su talento se sujetase a ella, y 
auu sirviesepara autorizarhi, tampoco hay que estranarlo. ;Qu^ 
escritor uo participa de la almosf^ra en que respira? Quien 
tan desprendido, que se atreva i iuchar solo contra la corrienlei 
80 peoa tal vesde no aer leido? Quien tan previsor, que vea la 
gloria postoma en contradiccion con el aura popular que le 
rodea? Lope de Vega, Jauregui , Quevedo pagaion su fatal 
tribute al culteranismo dequese habian donosameute builado: 
Gdy Zirate al masdeshecho romanticismo; Harlzembusch ii los 



2f2 
rneiodramas; Zoprilifi, Breton y Ritbi no se ban corridode ver 
sus nomU'es es(Hin|Midos en un |)f'ria«lico en que las ftfiisas 86 
veslian de fregonas, y sc liacia objelo de risa a la pobre litera- 
lura espuuola. 

Reqiierir las condiciones indicadas para eslender el juicio 
critico dc las obras serias de Quevedo , es lo niismo que con- 
fesanios inhdblles para dar felis cima i tamafia empresa. Acre- 
diudo pinlor ha de ser el que forme sti retralo de cuerpo 
entf^ro ; nosotros ni en iniuialura podriamos bacerlo. Las sen* 
cllas reflexiones que heiuos emilido se dirigen unicam<fnle i 
cualquiera de nueslros verdaderos lilrralos para estimularle i 
que rinda un justo homenage a tan ilusire uscritor: son mas 
bicn que un exoidio una ingenua &nione.slacion, una idea arro- 
jada al publico para que se apodcre de ijlla quien se halle con 
fuerzas suficienles para desDinpeilarla. Cervantes ba lenido dig- 
nos canientadores y criticos einint^ntes que bicicron ob|eto de 
sus estudios e in?estif*aciones unas obras que viviran siempre^ 
y viviran |X>r si misiQds; las serias de Quevedo pereceran con 
el tiempo A falta de ediciones 6 mas bien de leclores: |)or lo 
niisnio seria de descar las sobrevivie.se un opusculo Olosdfico, 
alinado e imparcial^ pnque reasutnidosu espiritu, indicadas las 
fuentes de sus* bellezas, y demostradas las causas de sus defectos^ 
pudiese aprender la posteridad cuales eran los divi^rsos gi^neros 
de elocuencia , cuales las Formas y estilo con que engalaiyiba 
sus pen sa mien tos, cuales los (ilulos en que fundaba su gloria el 
varon insigne (|ue fue & un tiempo bisloriador y politico, leo- 
logo y escriturario , imitadorde Sc^neca y de Tacito, traductor 
de Epitecto y de san Francisco de Sales. Como se ban perdi- 
do tasitos de sus esoritos, y leer los que iios li^n qpedado se bari 
de cada dia mas dificil y empalagoso, ni e(i las aridas biograHaSi 
ni en las amarf^os censuras, ni en los yagos y pom)X)sos elo* 
^ios |>0()ra uno rorruarse idea cabal y aoerlada de lo quecoiUQ 
filpsolo Quevedo vaiia. 



2f3 
Mas porqiie no se diga que encabezamos en vaM« nne»(io 
pobre arlictilo con tan re^petublenonibre, dedicarernns algunns 
ob^rvaciones a loa tratodos que nos lo presi'nian como el deun 
escritor politico, en el sentido que leoia rnlonces esta palabra. 
Prescindiendo de lasmuchas alusiooes jr senlencias, de la.s pun- 
santei ironias y embozadas reUexionrs qiie no fuera dilkil reengpr 
del variado cumulo de su.h rersos, vatuos a fijarnos un inslritite 
en su PoUticQ de Dios jr Gobierno de CristOy obra mas ii»gc- 
niosa que profunda, mas laudable por la iiitcnciort que por el 
descnipeno, de roiras mas eleTadus<[uo practicables ^ y lal vez 
Ja de Quevedo que mas pronto da ul traste con la paciencia del 
lector En ella campcrau sus vaslos cunociuiientos delasescritu- 
ras y santos padres^ & la par que el pernicioso influ|odedi5CU* 
rrir sulilmente sobre el teslo que apoj^a susmjximas, 3^ el pru- 
rito de buscar en otros teslos nuevas analogias 6 corUrasles pa** 
ra dar ma.s campo a sus prolijas argumentaciones. Eslo no so* 
lamente hace iucomoda y posada su lectura , sino que con harta 
frecuencia apenas deja (tespuntar la idea polilica enlre las esco- 
listicas divagaciones y verdades de distinlo gene 10 que la en- 
vuelven y ahogan. Peroen cambio la Aeveridad de stis maxi- 
mas politicas se avieue de lal manera con la pureza de ta mo- 
rat evang^lica, que ^ ser posible encontrar amenodo con nn prin- 
cipe tal coino lo desea Quevedo , do dudaramos en dectr con 
uoo de sus aprobantes: Dichoso el rey que obrare con ta- 
les medios: felicisimo el reino quest viere gobernado con ta^ 
ies ads^eriimrenios. 

Gnganariase y mucho quien pensase verene] llbrode Que- 
vedo una ubra que tenga visos de semejanza con las mas c^- 
lehres de los pulilicistas moderoos. La ciencia polilica ba cam- 
b'lHdo de intencion y de aspecto. Entonces estaba reducida i 
un conjunlo de adverlencias mas 6 mi'nofs saludablcs para 
ilustiar, dirigir y mejorar et entendiniiento de los priricipesy 
iuentH inaccesible de la que debia emanar el bieu de los subdi- 



2n 

to8 J la prosperidad de sus eslados ; el escritor polilioo no era 
mas que uo hombre mas 6 menos iostruido, & qiilen au celo 6 
mi presuDcioD metia a consejero privado y i predicador de aa 
Magestad^ 6 cuando mas de sus validos: i los puehlos do se 
les dirigia la palabra , ni siquiera para exiiorlarles i la obedicn- 
cia y porque bien se sabfa entoncea que solo obedeciendo pue- 
den estar tranquilos, y solo estando Iraoquilos pueden ser Feli- 
ces. Mas ahora la ciencia ha salvado aquellos Hmites, y para 
preservar de ruina al ediHcio social ba querido examioar pri- 
mero las bases sobre que estaba conslruido. Ha considerado las 
retaciones que unian a gobernantes y gobernados, y sembrando 
rccelos entre unos y otros^ ha tenido que arbitrar garantias le- 
gates para subslituir a la del mntuo afecto que aturdidamonte 
deslruia : per cslo medrosa y desconfiada fija hasta cierto pun- 
to los grades de estrechez a que deben llegar aquellosi vinciilos, 
y va preguiiUndo por su legitimiJad no ^olo & los tiinupos 
fubulososi sino hasta a lus iniaginarios. La fflicidad tie los pue- 
blos es ahora como anlignameule su objeto prrmordial , pero 
hacieodola eslribar^ mas biea que en la acerlada direccion del 
monarca, en la trabazon y enlace de un sislema, se lisongea de 
ponerla fuera del alcance de las raalas pasiones de los honibres. 
Anles se creia que dado el convenienle inipulso al regiiladoft 
la m^qiiina andaiia perreclamente; ahora coda cual juzga ne- 
cesario desmonturla pieza por pieza, tn(dli|)licar resortcs, y aim 
reconstruirla de nuevo para que funcione a sn guslo. De|ieude 
esto de que los politicos antiguos dahan mas imput iuocia a lag 
personam que a las instiluciones , y los uiodernos ulrihirj(>ri a 
la ^la bondail de eslas ultimas una eficacia exageradu. Ni an- 
daban del lodo descamiuados los priuicros, nies remedio stem- 
pre infalible el de los s(*gundos. Kodt-ad s;no a un pueblo de 
una triple barrera de escelcnies inslituciones, y dccid si podeis 
alirtiiar con jtinimenlo que nuuca esojiiaian las sillas del poder 
supremo la pclulancia ^ la ambicion y elegoisuio: mas, que 



•21-5 
di*pare la Proridenciii an pnWpe a toifas Iucpa imiinente , y & 
k que pooo senlira el verdailno pueblo la (irlta <Je sus mas 
qtieriilas iostitiiciones. Henios observado , j sea ilrcho dc paso, 
que siempre que aignno se pone a declatnar contra el absolu* 
tismo, no deja de ponderar las aviesas inclinaciones del horn* 
bre y suponiendo a la hunianidad mas eslragnda de lo que esla; 
J cuando trata de enumorar las ventapis del sislema represen- 
tativOy cree con ingenua caiididez en el biien sentido, eii la ra- 
zon, eo el desprenditniento de la majoria de los houibres, &• 
voreciendo cuanto puede el retrato de la lintnanidad : cambia 
de pinceli pero ni una ni otra vez aderta coo el verdadero 
colortdo. 

No es eslrano pnes ique el juicioso Quevedo aunqne de ta- 
lento superior siguiese en su libro de politica jas buellas de sus 
conteniporaneos. i Y por que recnrrir a nuevas teorias 7 Re* 
cientes eran los recuerdos que dejara la monarqiiia espafiola^ 
glortosa y brillante bajo el pendon de Carlos I, respetadn y 
poderosa bajo el cetro de Felipe \\y y si era triste comparar 
esos recncrdos coo el e.specl icolo que presentaba e&ta monarqnia 
inisma agobiada > enfermiza y medio desangrada , tambien era 
obvia la comparacion de aquellos dos monarcas con el que eir* 
tOBces abandonaba las riendas del gobierno & un valido para 
adormecerse en brazos de las Musas y de los placerea. i A que 
boscar no secreto origen a los males que cborreaban sobre la 
nacion, cuando saltabai la vista ona causa tan inflnjenie y 
poderosa 7 Espatia en su apogeo y en su decadencia babia te- 
nido el mismo regimen, pero no tenia el mismo rey. i A que 
transforraar los principios const! tutivos de ona soctedad| cuan- 
do para salvarla bubiera bastado transforraar nn horobre solo? 
D^.speriar piies a Felipe IV en medio de sus agradables ensue* 
Ho.s , hacer del heredero un rival, del nieto degenerado un digno 
emulo de sus abuelos , transfundir en su pecho la aclividad y 
energia , la infatigable laboriosidad , el talento , el caricter , el 



216 
espirUv ^ sus.aotecesores, tales erao laa miras eleVadas de 
Quevedo, la iotencion de su libro, el fruto que esperaba de 
de sus vagas, generalcs y embozadas lecdonea. 

Mucko J le decia , tends que capiar en Cdrios V si ot 
faligaren guerras estrangeras , j ambicion de iuctorias os 
Harare par el mundo con gloriosos distraimieuios. Mucha 
imilacion os ofrece Felipe II si guisieredes que valga por 
efercito en anas partes vuestro miedo , y en otras vuestra 
providencia. Mas no salisfeclio aun oon estos moJelos, que 
conio humanos dejan traslucir algunos defectos al traves de sus 
brilUates cualidades, en veai de compendiar sus vidas y exaj- 
minar sus acciones pesandolas en balanza imparcial y cornen* 
landolas para enseuanza de los principes venideros; su imagina- 
cion se remonlo a mas aha esfera, a 6n de baliar un modelo 
todo divinOy y con admirable e^^tudio y sutilesa de ingenio 
descubrio notables documentos y reglas de sana polilica en el 
testo mismo de los cvaugf*listas, ciija verdad es ine fable ^ el 
volumen descansado^ y Cristo ei ejewplar. Sabia que en su 
tiempo la voz de la religion ejercia Ian fuerte como saluduble 
iniperio en el eiitendifDientQ y corazon dc los espanoles , decia 
que iiene tal priMegio el razonqr de la persona de Crista^ 
que pane en libertad la mas aherrojada lengna , y por eslo 
ju9g6 que era lo mas apro|}Q^ito dar a su language la di>:nidad 
del sacerdocio, y revestirse, por decirlo abi^ del babito de pre- 
dicador, para que las verdades polilicas penrirasen en los oidos 
del iiidolente monarca como deduccion les^ilinia de las vcrda* 
d<*s del e\ange|io. IVe.senlole a Cristo como rej' y esprjo de 
rej'es: y para cada maxiiiia que eiiloodia en el bieueslar de 
los pueblos sobre la tierra , buscaba una paridad y aualogiu en 
Ids maxiuias b^jadaK del cido. 

i Quevedo no bubiera coo^prendido un rey que reina y 
no gobierua siiio si la mamra de lo^i dos ulliinos Felipes, y 
uada lu parecia mas dunoso p.ira la rq>ublica que un ivy que 



2ir 

Mioase J no gobemase. For esto le queriJi que gobefnase solo, 
fliempre y en todaa partes, le reprehendia kasta el recreo de la 
caza , le escaliniaba basta el descanso del suefio. Reinar es 
velar y decia. El rey ha de velar para que duerman iodos, y 
ha de ser centinela del sueho de los que obedecen. Bey que 
duerme gobierna entre suenosj y cuando mejor le va sueha 
que gobierna. Este sueAo metaforico era lo que atormentaba 
el alma de Qaevedo : aai 65 que aio valerae de metaforas ni 
rodeos , tronaba coo voz olara y distinta i los oidos del sof^o* 
lieoto monaroa. Rey que llama criada al que le viotefiia y no 
U aconsejay al que le gobierna y no le sirve^ al que ioma y 
no pide , no pasa la magestad del nombre : es un esclavo^ d 
quien para mayor afrenia per mile Dios las insignias rra- 
Jes. Este tal sehor hace justicia de si propiOy y deponese a 
vista del mundo de la dignidad que alcanzd de Dios para su 
condenacion ; y cuando se resigna 6 si en otras manosy con^ 
fiesa su insuficiencia. Porque cuando en un rey reina un 
criado y la lengua de la verdad no le llama rey y sino reino 
de su ministro. Y eo otra parte: Mas provechoso es al prin* 
cipe el que le da cuidado, que el que se lo quiia; porque sien* 
do cuidado el reinoy le quita el reino quien ie quiia el cuida^ 
do. Y no solamenle exige la accion contioua i iocesaote del 
poder supreiuo, sino que carga sobre los hombros del monarcli 
toda la responsabilidad moral que pudiera pesar sobre los de 
sus represeolantes. Justamenie se deben d los reye% las ala- 
banzas de los buenos ministroSy pues justamente padecen las 
quejas que ocasionan los que son malos. Por esto deben con^ 
siderar cuando eligen gobernadores^ que en diferentes per" 
sonas se eligen d si mismos.... Rey que di Simula deb tos ensns 
minis tros hdcese pariitipe de ellos^y la culpa a'gena la hac^ 
propia: ficnenle por complice en lo que sobrelteva.... Simor^el 
fuez delincuenie mercce todos los casfigos de los que lo som 
r el prifwipe que le permiie consiente veneno en la fuente 
ToMo If 28. "" 



218 
Jtonde behen iodos. Peor es permitir mat medico que las en» 
fermedades^ Estrechando paes de esta manera al monarca, 
encarecieada lo indeclinable de sus deberes, prolestando contra 
el nieoor de 9xx% descuidos , razon tenia en decir : Las coronas 
todas de los reyes parecen de orOy y son de abrojos. Los que 
parecen reyes y no lo son, cordnense del oro que es aparien^ 
cia : el que no parece rey y lo es^ cordnese de las espinas que 
for man su corona , no del engaho precioso que mienten los 
meiales. 

Tanto valor daba Qtieredo a la instituoion del trono, tanta 
confianza tenia en el prestigio que rodea i la persona que lo 
ocupa^ que aai como le recomendaba altamente que nl por on mo* 
meoto enlregase a un valido las riendas que Dios babia poesto 
en susmanos, le exhortaba tambien que no sujetase aervilmente 
au razon i la razon del maj^or numero de sua consejeroa. Que- 
ria un principe niiis aabio que todos ellos. Quevedo no tendria 
tnucha fe en el aistema de las mayorias , puesto que dej^i es* 
crito: Aquel monarca que de las consultas elige por bueno 
lo que votaron los mas^ es esclavo de la multitude debiendo 
serlo lie la razon. Si el principe no sabe por muchos y muchos 
son los que le engahan. Pues quien iuzga por lo que oye y 
no por lo que entiende, es orefOy y no juez. Y no ea que loa 
tuvieae por infalibles; pero creia atajar aai abusoa mas funestos* 
De ninguna manera comnene que el rey yerre; pero 
si ha de errar^ minos escdndalo hace que yerre por su pa^ 
reeer que por el de otro. JSada ha de recelar ianio un rey 
como ocasionar desprecio en los suyos , y este solo poi^ un 
camitw lo ocasionan los reyes, que es dejdndose gobernar. Y 
asi como eslaba persuadido de que au voto podia valer el de 
un consejOy ast estaba aeguro de que au espada valia por las 
de una hueste numerosa. Rey que pelea y irabaja delante de 
los suyos obligalos a ser vaUentes : el que los ve petear hs 
mulliplicay y deuno hace dos. Quien Us manda pelear y no los 



219 
ve t ese los discufynz de to que dejaren de hacer : Jia toda^ 4U 
honra a la fortuna, fU) se puede quejar sino de si solo. Di- 
ferenits ejercUos son los que pagan los principeSj que los que 
acompanan. Los unos traen grandes gasios , los otros gran* 
des victorias. A los unos sustenCa el enemigo , d los oiros el 
rey perezoso, enireienido con el ocio de la vQfddad acomoda* 
da* Una cosa es en los soldados obedecer drdenes , otra seguir 
el ejemplo. Los unos tienen por paga el sueldo^ los otros la 
gloria. 

CoDsiderado el ahinco de Qaevedo en hacer de la persona 
del rej el unico y verdadero resorte de la monarquia^ alguna 
de esas cabezas ardieotes que d todo monarca absoluto aplica- 
rian el epileto demovoros (comedor de pueblos), como el eoo- 
jado Aqniles al pastor de reyes Agamenon , pensara tal vez 
que la Poiitica de Dios es un libro que no solameote eosena 
el despolisiuo, sioo que trata de santificarlo. Mas no es asi. Des- 
potai es el rey que quiere un pueblo hecho para si; Quevedo 
queria un rey hecho para su pueblo. Atendia & la causa final, 
y no escudrinaba la causa eficienle. La cieocia tnoderna i quiea 
no arredran peligros cuando Irata de llevar adelante sus inves- 
figaciones > tomando la frase en acepcton mas 6 mdnos lata , desea 
los re yes hechos por el pueblo y para el pueblo. \jcm antiguo3 
disenlian en el por j y andan acordes en A para. Quevedo infun^ 
diendo a los reyes una sublime idea de su diguiJnd , aninian- 
doles cou el ejemplo del Rey eterno i esforzandose eu dotarlf*s 
de un infatigable desvclo, de una voiuntad inalienable , de un 
lemperamento de alma superior al de los demas hoii<bres, pie* 
lendia reali7.ur la fabiila con hacer de ellos unos venladeros A t* 
laotes dc sus monarqiiias. Queria si, que en las ara$ del pui'blo 
)a victima coronada se sacrlficase ella misnia; poro no decia a 
los vasallos que debian ser el idolo 6 el sacrificador. Introducta 
su voz en los palacios para acallar con su severe grilo el li- 
songero murmullo de los adu\adoros \ mas uo la denperdiciaba 



52« 
en«4BA ptasas publican para rcf6oger Fos aplausos dl6 la tnuttitud. 
No era un tribotioque hablate eD'nbmbre del pueblo recla- 
tnando bus d^rechosi era una especie' de profeta que hablando 
en nombre del cielo iDtimaba i los monarcas el curoplimieDto 
de sua obligacidnes. De esla suerte sin temor de bumillarles^ 
Di de mermar aa prestigio , ni de empaftar el lustre de la dia- 
dema« ae atrevia i recordarles su origen y i intimidarles con 
profeticas atnenazas. Con energicas pincetadas » tomadas de las 
aantas escrituras, bosqueja el cuadro de su nacimienlo igual al 
de los demas humaoos, y dirigidndose d los hombres mortales 
que par el gran Dios de los ejercitos tienen la tulela de las 
gentes desde el solio de la magesiady ponti^ce , empevador, 
tejres t principes J esclama: d vuesiro cuidado , no d vuesiro 
clvedrio encomendd las gentes Dios nucsiro sehor ; y en los 
estadosy reinos y monarqnias os did trabajo y afan honroso, 
no vanidad ni descanso. El que os encomendd los pueblos os 
ha de tomar estrecha cuenia de ellos. Si os haceis daenosy 
con resabios de lobos , si os puso por padres y os introducis 
en senores , lo que pudo ser ojicio y merilo haceis culpa , y 
vueslra dignidad es vuestro crimen. Con las almas de Crista 
OS levantais , a su sangre y d su ejemplo y d su doctrina ha* 
ceis desprecio: procesaros han por amotinados contra Diosy 
y sereis castigados por rebeldes. jidelantarse ha el casiigo d 
vuestro fin , y la indignacion de Dios fabricard en vw stro 
castigo escarmiento d Jos por venir* Ycon nombre de tira* 
nia ird s^uestra memoria disfamando por las edades vueslros 
huesosy y en las historias sers^ireis de ejemplo escandaloso, 

Prolijo seria descender i examinar una por una las ideas 
de adminislracion sentadas en este libroj ba*fe decir que si 
bien no son todas una consecumicia dlrectn , «:lira , prccisa y 
terrninante del pasage evangelico que esposita Quevedo , son sin 
embargo maximas de una politica empapada del espirilu cle 
«aridadj que es el alma del crislianismo, y un conjunto dc vo- 



cfss armdnicav y robustas en favor del pueblo desvalido y lUje- 
nestei-otio. No dir^mos que nose dcstiee lal cual idea exagerada 6 
(iropia de a(|ueHa epoca; QueYedo propendia aieoipfe & la hiper^ 
Lole,aunqiie BlosoPo profundo no era un set excepcional^ jr 
delua purticipar como todos de la iofluencia de au siglo. Para 
ser un grande hombre no se necesita ser uo fenomeno. El ta- 
lento es respeclivo como la lalla. Pero la idea capital que do* 
mina eii (oda la obra , la idea en que tiene siempre cla\ado8 
los ojos el autor, la ide% a que todos sus discuraos sin eogarce 
entre si van i pararcomo inn centre comun) y quepor tan re* 
petida Ilegara i ser fastidiosa si no fuese tan icnportante, ea 
preservar a las monarqnias de los funestos danos que acarrea 
el favoritisinoy insistiendo en la necesidad de que los monarcaa 
no ficn la direccion de los negocios i una cabeza agena, esci* 
^andoles a sostener las riendas del gobiemo & pesar de su fla- 
queza , precavienJoles contra las seducciones del pcio y los so- 
fiscnas de la lisonja, inspir^ndoles laoto recelo del validq 
que arrebata los cuidados de la corona , como de un ejercito 
eneiuigo que iotenlase arrebatar la corona misma. Esta es la 
(esis que se ba propuesto defender > el bianco de sus tiros > el 
lema comun de sus apdstrofes y declamaciones. Para esto iole* 
resa el amor propio de los principea, les envuelve en la sotil 
red de sus argumentos , les alienta 6 bumilla con paralelos in* 
geniosos, y no titubea en arrojar & su cara todas las gotas de 
llanto que por culpa del minbtro los subditos derramen. No 
es estrano pues que los parciales y allegados del Conde*Duqua 
ju^gasen esta obra una diatriba embozada contra el valido , y 
una vebemeote exhortacion al rey para que le despojase de su 
confianza. Quevedo no alacaba la persona sino el sistema : su 
libro era una leccion permanente , no un folleto de circuostan- 
cias ; no era fruto de la animosidad , sino del celo del bieu 
comun; y con todo le grangep disgustos, como se deja ver por 
el tone amargo del prologo con qqe en la segunda edicion se 



222 
dirige^ stis envidiosos detractores. Bien conocia nuestro aaton 
pues ^1 mismo lo insinua , que las advertencias d los pribcipes 
debeo set tan oomp^ndiosas , claras j terminantes, que pue« 
dan gravarse en el entienditeiento con la misma iacilidad y 
rapides que paian por los ojos , supuesto que ellos -no tieneo 
fobrado liempo para largas lecturas, ni nienos para roedilarao* 
|E>re ellai; emperola moda literaria le iodujo i fajarlas de un 
aparato de erudicion ; el espiritu religioso y la agndeza de su 
iri};et|io a preseotarlaa conio deducciones direclaa y pmrliciilarea 
de una doctrina proclamada para todo el linage huniano; y la 
fblu de iibertad i no deseovolv<?rlas lo bastante^ dejandolas 
apuntadaa de un modo eoigiudtico, vago y general. Y aun asi 
no creia Quevedo su trabajo peidido^ ni descoofiaba de sacar 
algun provecho para el esUdo, pues volviendose & los quejitz- 
gaban indigna su burloua pluma de tan altas materias, al paso 
que maoifestaba su modeslia^ juslificaba la intencion de so ohra 
y de su eslilo , y valiendose de dos ingeniosas comparaciones 
decia : Si cs inquieta que sobrescrha mi nombre estudios se^ 
peros^ jr noquereis acordaros sino de los distraimientos de 
mi-edady considerad que pequeha tuz encendida en pa/as sueie 
guiar d buen camino , y que al confuso ladrar deben mu* 
chos el acierto de su pet^grinacion. 

i Algo mas c^ouocida en la republica de las letras, j mas 
apreciada por su valor literario es la obra que intilulo F'ida 
de Marco Bruio. De ella aodan esparcidos algunoa fragmen- 
los en varias colecciones de trocos selectos de au tores espatko« 
les, y por ella es recoiiocido Quevedo por uno de nuestros 
mas escelenles hablisCas. fiajo este aspecto su gloria es ineqof- 
Toca : si no es el escritor que ba dotado la frase castellaoa de 
mas fluidez y galania; es el que la ha dado mas soltura , la* 
eoiiismo y espresion. Puede que otros sean mas correctos; nin* 
guno mas nervioso. Lo que es la narracion hislorica de la vida 
del lauioso republicano se reduce A Una mera traduccion de la 



S2S 
qvte escribio Phitarco : haciala mas interesanle con oportunar 
adiciones, pero la obra de Quevedo esti en los discursos que 
intercala en el lesto, y en las oraciones que & varioa desus per* 
aonages alribuye. En estos retazos declamatorios se descubre 
la fecunda vena de au ingenio, el caudal de su filosoHa y la foer- 
za de i\x vigorosa elocuencia. Tomando por modelo i Ticito 
reproduce su energica concisioni y baoe que nuestro.idipma na' 
eche meuo^i las veiitajas del latino. Como estaba convencido de sa 
babilidad y maeslria en el manejo dela lengua, jrconocia a fon- 
do todos los recorsos de que podia disponer^ quiso ensajrar ua 
nuevo esliloy en que la eslrecliez del periodo solo diese cabi^ 
da a una reflexion o.sentencia. Mondaba el aibol de las hojaS' 
que bermosean, pura quese viesen no mas los frutos que alimea- 
tan. Cercenaba las palahras para que resaltasen las ideas ; pero 
& estas ideas despojadas de adornos accesorios, las preseotaba con 
toda la desnadez y vigor de unos atletas. Sin embargo eate en- 
sayo le fue perjudicial^ y mucho mas i sus imitadores. Form4«i 
ronse un eslilo amanerado para raostrarse breves en razones jr 
en sentido proFundos; un eslilo ^rido y cefiudo m^noa |atractivQ 
que la redondez y magestad del habla caslellana. Siendo es* 
los periodos secos j^ desatados como otros tanios moldi^sa pro^ 
posito para vaciar con concepto sutil 6 pedantesoo; j por otr^ 
parte no tenieodo Quevedo mujr tirantes quedigamoslas rien* 
das del buen gusto, nada tieoe de estrafio que en sua discursos 
se deslizen reflexiones puerileS| argumentos no probados 6 pro-^ 
badoscuando mas por una aotitesis, un eonsonete en lacaden* 
cia 6 el doble sentido de una palabra. Falto de bilacion y orn 
den progresivo en las ideas, y pagado 4 veces d^ pensamientoa 
mas briJianles que sioiidos^ Quevedo en un mismo discurso arro*\ 
ja a granel sentencias profundas y. triviales, ingeniosas y suLli- 
mes, parcciendose & un labrador que en el mismo surco y con 
el mjsuio puf^ado arrojase granos de precioso trigo^ de ordinandi 
cebada^ y de avena insustancial. 



f2» 

Examinada ligeramente eslii obra de Quevedo en cu«nto i' 
ftu merito iiterario, no nos delendremos en entresacar algunas 
de las mdximas politicas, observaciones morales, eoergicag 
piiituras y elocuentes pasages de que abunda. Materia habria 
para un vasto articiilo. Pero a cuaiqtiier lector, por de corrida 
que lea ese tratado, no podra menos de sorprenderie su intro- 
duccion. Mugeret dieron d Roma los rejes y lot quitaron. 
Diolos Silvia virgen deshonesia, quiidlos Luarecia ntugcr ca- 
sada jr casta. Didlos un deiiiOy quiiolos una virtud. ^Conio es 
qoe un hombre tan afecto a la monarquia como le heiuos con- 
siderado, $e permite un arranqueque no da^dijera en la areuga 
del mas fogoso tribiino? Es verdad que ei argume/ito es mases- 
pecioso que solido, pues muy bien piidiera habei" sucedido vi- 
ceversa^sin que esto corroborase las fentajas de ningunsistema 
politico; pero la novedad de la observacion hiere de tal modo 
la fimtasia, que pai^ece atreverse i seducir el juicio y liacerle 
considerar como vicrosolo que supone resultado de un vicio: 
ftdomaa clara y tcrminahle es la senlencia que se encuentra lue- 
go, que un rey mah mefece la deshonra para el merito de 
sets buenoSy f que sets f^eyes buenos no recompensan la tira* 
nia de uno que es mah. Mas notable se bard este pasage si re- 
tordamos la analogia que tiene con el comienzo de la segunda 
vyarte del libroque antes examinamos. La descendencia f origen 
de los rtyes en el pueblo de Dios ni fue noble , m legitima, 
pues tuvo por principio el cansarse de la magestad eterna, 
y de su igaaidad jr fusticia. A si lo dijo Dios a Samuel: Non 
enim te abjecerunt, se<l me; ne regnem super eos. Pocos son 
y menos valen las coronas , los cetros y los imperios , para 
cnlificar en este oficio tan ruin linage como el que tuvo. Para 
castfgarlos les concedio lo que pidieron. 

No cabe duda que al ver encabezado un escrito con estas 
fttiones , y al juzgar solamente por ellas, lo touiariamos por 
obra.de algun acalorado republicano. ^Seria que el bombie 



S2S 

altamente mon^rqaico, no tuviefle entefa fe eo nis pruicipios, 

* o que sas eoaviccioDcs politicas descansasen sobre una base 

vacilante? Seria que sas ideas^ sio cambiar en e\ fondo> tomasen 

Qn matia diferente segun el cauce por donde oorrian , como 

aqiiellas agaas que sin alterarse aparecen sucesivaniente del 

polor que refJejan 7 Creemos que no. Qtievcdo no adulaba i 

los pueblos, como no habia aduindo a los rejrcs. A pesar de 

aqucllos arranquos^ era el mismo hotnbre politico, y defeodia el 

IDicJOio sistema. Lo que tal vea origina ali;un tanto de confa- 

sioD en sus ideas ea cl reepelo que piofesiiba a las de los au- 

lores clasioos que Ie(a. Preocupole quisas la lectura de TacitO| 

y al proponerselo couio dechado ^ se le pe^o con la eoergia de 

la frase algun tanto de la amargura de su corazon, y de su se-* 

yeridad republicana. Asi es que para elogiar la conducta de 

Marco BrulOy cUando al eslallar la guerra civil, sealisto en las 

bandei*as de Pompejo su enemigo personal y matador de su 

padre, esclama : Si se juntara d Cisar^futva buen hijojrmal 

ciudadano: juntdndose d Pompmyo^ fui buen ciudadano y dos 

ifeces buen hijo,.. Marco Bruio sigido al que maid d w pa* 

dre^ y dejd al que preiendia acabar con su madre Roma* 

Quevedo se dejo arrastrar en estos y otros pasages de la ins* 

piracion de escrilores que creian perdida la libertad por el 

mero cambio.de las instituciones. Horrorizados los historiado* 

res del cuadro que se ofrecia a su vista, apelaband los tiempos 

antiguos, y acliacaban al nuevo regimen lo que era culpa de 

los bombres , del refinamiento de la civilizacion^ y molicie de 

las coslumbres. Los rotnanos habian degenerado dnies que su 

gobierno se trainsformase. La fundacion del imperio no n^ato 

la virlud romana, la encontro muerta. Quevedo sabia esto, sa- 

bia muy bien que la libertad de Roma no babia perecido por 

la espada de C^sar. La verdadera libertad ^ la- que es conve- 

niente & los pueblos, solo queda ahogada coo el despotismo 6 

)a tiraoia; y Cesar 09 fue despota ni tiraoo , pua lo^ mas f 

ToAio u 29 



226 
me/ores tkl mis mo pnehlo romano le fasHirecieron en las gue^ 
rras cis^iUsy y juzgaron benemerito de la corona y dlgnidad 
suprema... Tomar para si solo el dominio^ que la multitad de 
senadores posee en confusion apasionada^ no es iniroducir 
dotninio , sino mudarle de la discordia de machos d la uni^ 
dad de principe. No es esio quitar la Uberiad d los pueblos^ 
sino desembarazarla ; pues mas sujeto estd el pueblo d un 
senado eleciivo^ que a un principe hereditaria* Las leyes sa^ 
crosantas mejor se hallan servidas de uno que las ejfcuia, 

que de muchos que las inter preian Tirana es el principe 

que obedece al apetitOj y no a la razon ; y por las mismas 
culpas son tiranos los senados en las republicas, y tiranot 
multiplicados. Vese pues claramenle que nue>tro autor consi«' 
deraba la tirania en el mal uao, no en el origen 6 eo las for- 
mas del poder supremo. 

Quevedo en e^le y olros lugares ^ con las valientes pincela- 
das que caracterizan su eslilo, hace la apologia de Cesar, i por- 
que pues se comprometio i liacer lambien el panegirico de sa 
asesino 7 En una epoca en que no se espectdaba con el lalenlo, 
en que los escritores no ancLban pregunrando por el gusto del 
publico y ni se sometian a la obediencia de un captichoso edi- 
tor, en que tan soio escogian los asuntos por la predileccion 
que SffUlian hacia ellos, ciirioso seria investigar que razon pudo 
inducir a Quevedo i preferir, enlre taritas vidas de varones 
ilustres que nos lego la pluma elegante de Plutarco , cabalmen* 
te una que habia de ponerle un poco en contrailiocion consigo 
inismo, y causarle hastante embHraxo para sincerar & su heroe 
de la ffa oota de ingratituj, que enyilccio su principal hazana 
bajo cualqiiier aspeclo se la mire. CuJindo el qnitar la vida & 
Cesar, tan atroz y cohardemetite como lo hicieron los conju- 
rados, tuese un acto de heroistno , de ningun modoera licilo i 
Marco Brnto aspirar i aev lieroe. Las mercedes que de Cesar 
habia aceptado le incapacitabun para lal dignidad. Si lanto le 



22r 

ddliai ver K Roma aclamaiulo i Ceitar , i por qn^ no se habia 
suieidado antes como el fiin^tico Calon, parasalvar asi su gra* 
lilud y sU afectado oivismo ? Admitir en el intortunio )a cle- 
meocia del vencedor , no de^denar la mano que le honraba y 
engrandecia» encaraoiarse en bombros de la fortuna por su 
ifalimiento, llegar a ser su segumlo, su favorito. su amigo; y 
aaexinarle deapUes^ y asesinarle coanda con el nombre de hijo 
le Ilaniabli a su socorro , ^es esta la viriud republicana 7 Kos- 
9tros nos atrevefpos a decir que nuestro autor eqnivoco ^ su 
b^roe, como lo habia equivocado Lucauo. De este alomeuos sa* 
bemos qua el molivo fueron snso|tiiiionesrepublicanRS. Sienia 
Farsalia bubiese toiuado por iieroe a Cesar en vez de Pompej^o^ 
tendriarpod un poema sin duda niejor^ porque hnbiera eocon- 
trado mas recursos epicos en el ca racier y en los bechos de 
aquel valiente capilan y esolarecido principe; puesto que abora 
i pesar d^los esfuersos para obscurecerle, a pesar de las vehe- 
menles declamdciones para encomiiir a su rival^ la fignra de 
Cesar es la que destaca mas elevaija y esplendida j magestuosa; 
porque Ce$ar*es el verdadero heroe de la epopeja, como lo fue 
de la liistoiia. 

Considerando d Quevedo como escritor politico, parece no 
debemo.H pre^icindir de tomar en cnenla los notables rasgos que 
de esle genero Hbun/lan en algunas de sus obras jocosas, como 
por ejempio en el linlremelido, la Diieha y ei Soplortjen Tira 
la pledra y esconde la mano^ especie de folleto ministerial d fa* 
\OT del Conde-Duque, y principalmente en La Fortuna con 
sesOy obra de rara invencion^ en que describe de un modo fan* 
Uslico y original la situacioo politica de Curopa y loscaracte* 
res peculiares de sus varias naciones y gobiernos. Sin embargo, 
los pasaremos por alto en gracia de la brevedad. apuntando so- 
laniente una observacion para confirmar uno de nuestroa ante* 
riores asertos. Los que juzgan con el critico mencionado que el 
genio de Quevedo se iiiclinaba naturalmente al genero saliricQ 



228 
y ieslivo, j que sob por on esfiier^^ cle su ▼oluiitad ae hatiifl 
declicailo si tratar seria'iiente cuestioiieA cnas ausleras y Irasoen-. 
d«nlales, ^coino es que no lian adverlido la suma facilidad con 
que en medio de aus donaires j chrstosas ocurrpncias cambiade 
tOQO , y abre camino a una serie de reflexiones mas 6 ro^nos 
profiindas, siendo asi que raristmas veces en sua tralados aerior 
descicnde al tono ategre y burton al cual ae le jusga tan pro* 
penso? CoDio es que pudo olvidar su iustinto en las burlas, y 
casinunca su rornialidad en las veras? SeHi que se vioientasepara 
aparecer honibre sesudo el que i m^nos pensar, cuando iba ves* 
tido de arlequin, dejaba asomar por entre los harapos su trage 
de fildsofo? Seri que de vez en cuando se pusiese una mascara 
oeftuda y sombria, cansado de presentai*se con su propio sem* 
blanle risueno y nfiofador? No : sus facciones .^^e contraian nalu* 
ralmcntp; asi es que pudo aparecer con tan distinta fisonomia* 
Quevedo tenia talenlo como tenia ingenio, posei'a un gran cau- 
dal de doctrina como de imaginacion, y su espiritusinafectacion 
ni faliga, salia por un iinpulso igual i espaciarse y remontarse 
en atcuosferas diferenlea. • 

Heinos examinado algun lanto i Quevedo bajo el a^pecto 
politico^ i fuer de escritores imparcialcs. No hemos ind««gado 
ausopiniones para confrontarlas con las nuestras, cncomiiindo- 
las en lo que esluviesen conformes^ y ceiisurjindolas en lo que 
disintiesen. Las hemos espueslo, y no culificado. Kuestro Iraba* 
|o es iacompleto; pero esli dicho ja , no es mas que un llama-' 
miento i los lileratos espailoles para que en ia piedra de to- 
que de una crilica sagaz, filoscfica y elevada , m'lhifiestcn los 
quilates del escritor que bajo todos aspectos es una joya precio* 
aa de la Hteraluraespanola. Nos alcgraremos en el alma deha* 
ber contribuido con nuestra bumilde voz d la realization de 
tan laudable proyecto. 

TOMAS AOUILO. 



229 



DIA M DIFUNTOS. 



H 



e aquf una fiesta severa i un tiempo y consoladora, abun- 
■d»nte en todo g^nero de sentiuiientbs , fomeotada asi por la 
luz de la fe como por el blando calor de los tnas tiernos afeetos, 
una de aquellas fiestas qae el cristinnismo unicamente ha sobl- 
do iostituir , generates e» su objeto jr celebracion ; pero de tal 
modo aplicables i la situacion y at caracter de cada hombre 
segun el aspecio bajo que se tniren^ que no parecen sino es- 
presamente inventadas para cada fiel en particular. Asi que no 
pudiera definirse si es un deber sagrado qtie se cumple, 6 una 
necesidad del corazon la que se satisfi^ce ', tal es la tibertad que 
A este se deja de desnhogar, en medio del bimno de. dolor ode 
gozo uuiversal y sus propias voces y geniidos y los sentifnientos 
iodividuales que le agitan. ^Qnereis bumillaros y engrandece- 
ros J temblar y esperar , llorar y consolaros, reunir en un nits* 
mo punto lo pasado y venidero, la vida y la mu^rtei e} tiem- 
po^ la eternidad? Volved la vista A uno de esos trofeos de la 
inuerte doininados por un. Crucifijo , y bumillaos ante aquei 
polvo, ante aquel craneo hueco do se alojaba el pensamiento, 
ante aquellas orbitas vacias que tienen aun nn niirar tan espre* 
sivo; engrandeceos ante el destiuo del alina^ que eo prision tao 
fragil y en tan corta peregrinacion supo merecer 6 desmere- 
cer taulo, esperad en el padre euja sangre bafia & sus hijos, 
y tenibiad ante el juez que levanta a los muertos de su ataud 
para que le respondan acerca de sus iniquidades; ef Golgota y 
el valie de Josafat eslan entre si muy cerca, meceos en los re* 



230 
cuerdotf de lo pasado, Horad sobra lo presented leed eo los des- 

tinos futuros > y or^d , orad sobre todo , ^Os pareoe eoria a 

frivola esta larea para lienar y emplear biao uo dia ^ el dia dB 
difunios ? 

No aer^mos nosotroa quieoes hablemos del funebre y ao- 
lemne aspecto que preseotao en este dia los templos con los aU 
lapes tapizados de negro i ihimioados por blandonet ati)ariIloa« 
J con el simbolo de nuestra fragilidad ye\ de nuesira e^peraa* 
S(a reprodqcidof en todai paries , ni babiaremos de |a piedad y 
concqrso delos f^eles que se arremolinaban en derredor de una 
aepultura para oir el responso del sacerdote, ofijos en on niia* 
010 pqesto y bumedticidos tal vez sus ojos con el recuerdo de 
un paJre q de uq esposo , vejan sucederse una misa 4 otra, ol- 
vidados al parecer este dia de sus necesidades y qnehacerea 
materiales^ ae oos responderia tal ve^ que como l»uenos poe- 
(jis Diiraqioa las cosas^ no como son, sino como delian s^r ^ y 
olvidamoa tQdo3 los inoidentes que pndieran dcslucir el cuadro; 
y alguno nos dijera que de nada de esto se ha apcrcihida> y 
.por su ejetnplo acaso nos probaria que no son tan naturulescxi- 
.juo pielendeinos en el corazon del honibre eslQs seolimienioe 
de piedad y de lernura. Nosotroa reconociendo la parte de tria- 
.te verdad que pueda baber eji estas aridas reQexiones, y coq* 
vencidos por o(ra parte de que los sentirnientos no pueden piQ- 
barse cou)q los principios, dejaipos aparte estas pruebas debe- 
chq y pues creci^os que }a Rf;ljgiou no cs menos sanla cuaodo 
carczca de (ielt^s^ ni ipeaos augostos sus niislerios aun cuando 
les iallefi adoradores, qsi como no es <^1 so] menos brillante 
porque se at^quen las aguasque ie ret]ejan. No insistainps pues 
CM poeticas dut^cripciQiies de las soletnuidades y del ooocursQ, 
que pudier^i] liaciT crecr a tos fieles (|iie las consideramos ca- 
M)0 cosas dt* esppol^qulo, 6 que i-qntMinos para algiiq fin terreno 
fi Jos qiic coiriiu en los tcuiplos, qqe hagoinos una poisia o un 
ar^icuio de ajiQ^icjofi ; no es nuestro intento Irabiar polilica i/i 



2S1 
liCeraloiente de la Religiooi sine religtosacDeBte y por lo que es 
en si misma. 

Para juzgar de esta inatitiicioit en favor de los difnntos en 
toda 8U beileza y profundfiSlosona, ea menenterconaiderariaen 
ai miarna tal como la consignor trasmitio ia Igleaia en los cano- 
nes que la eslablecieron yen los cantos funebresqoe le ha con- 
.aagrado. Si nos remontamos al origeo de esia creencia sobre la 
ulilidad de orar por los didmlos, argiiyendo por ia nniformi*- 
■dad con que se ba profesado en todas las epocas y eti todoslos 
,pueblo*f, diremos que es consecuencta inmediHia de Winniorta- 
Jidad del alma, y como tal trasmilida por la tradicion primitiva, 
;6 escrita por el dedo de Dios en el coraaon de lodos los liombres. 
La inmortahdad perpetua los afectos entre los vivos y los fina- 
dos; y los afectos no pueden concebirse sino por algun mutuo 
comercio por mistorioso qn^ sea , por algun provecho y bene- 
.ficio que podatnos causa r a las personas amadas; la ternura y 
aolicitod humana seduelen de estrellarse en el sepulcro Los so* 
corros y las bonras que se preslaban encada paeblo i los muer- 
•tos se diferencial>an se^Min era difiTentc el destino qae a lasal- 
• mas se alribuia. Los que pensuban que los difiintos resocitaban 
con su misma vida mortal en loseamposEI^'seos^deponian man- 
jares sobre su tumba, d los aliineotaban con el humo de los sa- 
•crificios: los que creian en la trasmigracion pedian con bolecaus- 
tos que el alroa errante pasara i una mejor existencia, o aplt- 
caban i los labios del moribundo un cnerpo noble^ para que se 
trasegara i el su espiritu : los salvages con siis costumbrea pa- 
trial chiles creen ver cernerse sobre ellos las almas de sua padres, 
y no se atrcven a remover los liuesos delsilio donde tnurieron, 
como si los huesos sintieran dejar sit patria toda via: los judios en 
fin mas iltistrados por la re velacion creian en las buenas obras jr 
en laslimosnas, y deponian sobre los sepulcros pan y vino, co- 
mo Tobias, para que comierau la vinda y el huerfano, y ora- 
ran en caipbio por el difuoto.. Y nolese que en todas las coa* 



SS2 

lumbretj por grOseras que fueseo , habia algo aieinpre de mis^ 
terio^o i algo que escedia al orden de los aeolidos, piles k>s cpae 
▼eian los cuerpos disoiverse dentro dc la lumba i ititaclos sobre 
ella los aliqienlosy mal podrian cre^r que se sustentaran con e^- 
tos Q que vivieran las almas denlro aquel niche; pero sentiaii 
yagauieote el contacto de los rnuertos con los vivos ^ y creiab 
en noa comunicacioo sobreoatural y portentosa de que no s^* 
bian darse caeuta> y era que un instinto natural, una tradicioo 
priiiiUiva luchaba con sus habilos y costumbres degradadas) 
era que sus ojos carnales no podian jra descifrar aquel dogma 
escrilQ eo el fjndo de su alma con caracieres de^conocidos, 

Un heoho general en (oda la anlignedad sop los sacrificios 
6 espiaciones (pi^ciila) por los difunlos. Ahora bien^ el nom« 
brede sacrificios en vuelve en si do.^ ideas: la de culp?i en aquel 
por quien &e hape, y \a de clemencia 6 exorabiUdati en aquel 
li quien se hace. He aqqi en su germen el dogma crisliano; 
pero solo el cristianismo qtie reveld al mundo la ieoria de ki re- 
dencion y de las penas, que supo conciliar la clemencia con la 
)us(icia, el perdon con la espiacion, ba podido dpr con una so* 
la palabra la soiucioo de este misleiio, para que no se abrieran 
a todos los criineoes las puert^s del cielo^ ni se cerrarao a to*- 
das las orapioqes: bablamos del purgatorio. 

No es de esle lugar entablar una discusion teologica sobre 
^ste ipleresantisimo dogma: basla 4 nue^tro inlenlo el hacer 
nolar con cuanra naturalidad se desprende de los inas clatoa 
principios y de los senlimientos nias universales, y concilia las 
verdades lodas x bastanos senalarle como base y regia de las 
ideas acerca de| destino de los difantos^y del provecho de las 
or^oioqes^' sufragiqs, para no incnrrir en una indi&i*encia atroj, 
en la perJiKjasiou de Mua impoteiicia desconsoladora , ni tarn* 
pocp pn upa seqsibilidad osada y ma| enleiidida que cieyera 
revocai* log Ji^jjos del Eferno. Es imposible leer y mncbo 
menus oif qaqlar Q<>n todos sqs accespdos de lulo y tn.it^estad 



are 

€l oBoio dediftihtM, MM <K>ficMrto fbrmado por lei bftiiiiD»^ 
David J por los geinidos de Job , ad aenlirse otio peiietrado 6 
Qn liempo de termira y de respeto y y exiialarae Ifldibicn en 
atlibaneas j auspiros. Eate aublime ofido eataba A>ti]iBd6 ya K 
principioa dd aiglo IX , pero 8<Jo se empleaba pra aufragida 
partioulares, faaataque d^ltimoa del X| aao Odilony fabbd d^ Ck^* 
ni 9 institujo eo ^odoa kia moiiaaterioa de iBxi oeogr J^gieipn hi 
£eata de la ConiDetiidraoion de ios dMbolea ee ^ de aoviembie^ 
otijra devoeion aprobeda por Ios Papas se eateodid l^ieti iproiito 
eo todo el Oocideote. El concilio de TrenMy>oon6Ti«aftdo ^ 
dogma de k otilidad de laa oraciones j buenas ^obraa teta* fwor 
de loa difunlos, aanlifico tambien la fiesta que lo recuek'de* A-le 
aupoeata reforma , A esta vois>de bierro cpie'coo preleato"4b 
podar el ^rbol oorCo de ^1 las iDa« Mfcis flores , (perten^ia ^1 
•oegar aquel beoeScio d loa n)u^rtoa> y i los vivos aqitd cotmi^ 
lo) los pi)otestanle8 oo oran por sus dHunloa , oo eomprenden 
la que compreodieroD Ida paganoa : pero oo y la jglcMa angli^ 
eana, ai no adinite*el purgaiorio, admite laa oraciooea^y preflet* 
re paaar por incon.secaenle i privarse de tao dulce y sunla doi- 
tumbre. Qviteaubriaod dice mny bien^ que eate dogmli ea uoi 
ooiopeaaaoion en oierto modo de4 pecaJl) original,' pu^a^tomO 
€o eske se Iraamitid la culpa, se trasmilaii eb d del por^torto 
la espiaaion ylas boenas obras. . . .! 

Ademas de sus inmensos bieo^ ^pirituales y de (a siibHh 
loidad de su objeto, la costuoibre de rogar por losmiiertos 
despierta en nosotros un tierno reoaerdo de miestros padres y 
anaigos, nos iusptra respeto i sps ullipias volonlades;.conlribif^^ 
^ la union de las familias, reupiendo ausmiembros di|pM\sis 
en toroo del sepuloro de su padre, y renovando en la me- 
moria hechos y lecciones que interesan & su porvenir y a su fe* 
licidad. Este resnltado, que apenas es ya sensible en las ciuda- 
des y capiiales, donde se esling'uen con la religion los senli* 
mientos de humanidad y el espiiilu de faniilia, subsiste loda- 
ToMo II 30. 



2S» 
Tia 6D Codo 8Q Tigor en las a Ideas y pmblos da las cainpiAaa. 
Ea tan diilce la facultad de aliviar & laa persoiiaa amadas y da 
csteader nueatroa cuidados y celo mas alia del sepulcro , ea 
tan grato poder ulilisar las lagrimaa que por elloa derrama- 
mos y tan sublioie el poder que nos ea dado a pesar de la 
muerte , y, tanto el bien que podemos bacer i sua. almaa eo 
comparacion del poco que ea dado bacer a bus cuerpos en loa 
ttorlos diaa de su peregrioacioD, que oodudamosasegurar, que 
€sta .creencia rara vez se oivida 6 Bienosprecia ^ y qua laa turn* 
baa siempre son los ultioaos altares que ae abandonan^ Y ann 
cuando.Ia fe ae ealioguierat puede decirse en e^ punto coroo 
,en casi todoa los que tieoen su raiz en el corazoo del faombre^ 
que no desaparecaria stno paura que la superslicioii ae preaenta* 
ra i tlenar su vacio. Cuaodo las almas cesaran de implorar ora<> 
•denes desde el fondo del purgatorio cristiaoo, reaparecerian loa 
manes gentilicos para espanlar los suefios de sua dendos, 6 pa- 
ra respooder sobre los arcanos del destino e.vocadoa desde sa 
^umba, cuaodo oese la severs cruz de dboiinar los sepulcros^ 
eotdnaea sa los^uhrira de gutrnaldas y de flores, y & lati era* 
.clones y respoosos sticederan , conio se Ta ensajaodo, los dis- 
<cur^os y las elegiaa« Y entoriees pdr digno oielo de aqoel culto^ 
o se restableeerpp Iqs profanos Eliseos^ dando enCrada en ^1 i 
todos los crimenes y debilidades aieoipre que las corone una 
peque&a anreola de gloria, 6 apgaodo la luz di?ina que alum-* 
.bra los espaoios, se oonservara solo una eapupea ionaorialidad, 
Ja inmortalidad del caos, eo que las almas vaguen desatentadaa^ 
ain Dios, y sin mas icompa&ia que el lejano eco de los elogios 
y susfliroa de aea bajo. 

Jo^ MARiA.QoADRAOO. 






K«c droMiiHao pmMMl in Mn I«Ump 
l^aaeribu Kbrali Mts. . .'. 
(0»»P. Vhttm. I.) 

A» iMiii* a^'d, wbn «Im iMi ^«iB'dl kv l0i^ 



Fuese ilii8i<n de ardieott ftstasdi » 

Que sa dBltrio juzga on Tatieinio, 
Fuese «i payor de aqaeUa profeefa 
Que ammoia al universo ei eftternunio} 

Sofi^ qu^ hablaua dogel despojad^ 
pe su 'tK^nica de aire d naestro moado* • 
Cual ha^ el Teuced^r que despiadftdQ 
Desauda i,s^ eaemigo morLbaqdcu 

Para e^casQ alimento de U Tidai 
Pejara alguoos 4tboios i solas 
{^utortto de la^ tierraf parecida 
A uu t^buron sjs^pado de las ola^r 

Cerqano al <)pcideate fl;«[^^briila}M^ 
Mas si^ iu^ no bruuia ei ancho ci/sloj ' 
Hi leTe AubecUla re^amaba 
Pe ptata ^ d^ c^w\n m ^pacQiielo. 

I4OS montes fue i l» Ujo» ge.esteodiaii 
S^ fraaja azul eii ver^ •pcu^xkitierOB: 
Sua cuinbres que ^tre . uiidbba ae perdiaa 
Al puwto d^tQpada^ paii^cii^rcm, 1 . • - 

Moatrdianse los ^vbol^ lejaoot 
Con reoorladas foraias y matices^ 
Y e&taban tan innioble& loa eereanoa 
Como 9elYa bordada esK loa tapipes* 



2SB 



Remotos e£fido^ ^e denUte^ 
Alcansaba la vista k dan» penast 
Dejaban rer mas claros «as semblaotesy 
Como ai secarse on no las arenas. 

Mas todo sa contorno era tan duro. 
Que lastimaba i gnisa de un abrojo: 
Los objetos handidos en lo obscuro 
Distinguir no podia ningun ojo. 

Ginoro raisellor oon sa gorgeo 
La floresta alegraba; de repents . 
Sorprendidle en tan pUcido recreo 
De aistuta sierpe el yaho pesttleate, 

T en la intisiMe red aprisionado, 
Coal 81 tirase de 61 robnsta hebra, 
Sus alas sacndia, y mal sa grado 
Se entregaba al rencor de la cnlebra. 

El vehicnlo empero de sa 'mnerte 
Ces6 por dicha en tan amargo trance* 

Y escape el niisefior, ^estraua suerte! 
Del mdgico reptll al fiero alcance: 

Su nneya libertad cantar propitso 

Y d6 n^vo alegrar aquel districtOt 
MoTi6 su pico... se eseueh6... y confiiso 
Crey6 sa tos pei^lda en tsil conflicto. 

For demas daba aliento A sm garganta, 
Siis pmebas por demas repite 6 tniucay 
'El prpfando sileneio no quebranta, 
Hi on trino, nl on chiUido o(a nunca. 

Ent6nces quiso hidr, y para el Tueto 
Sus alasdespleg6, j al dar ^n salto, 
Tan tlesplomado vino al hondo suelo, 
G>mo eriso qne Tuekxt de lo alto. 



Volar, DO pudo ii las bajeras xiamast 
Y yi6se de la sierpe entre Us &LUcm 
Antes que oyese alU rumor de 



2S7 



Ya trasponia el sol su disco ardieote^ 

Y i^ sombra, al bajar por la montafia, 
Somejaba aachisimo torrente 

Que A sumergir reoia la campafia* 

Jamas fuera de dia tan disttnta, 
Ni de nocbe tan ftinebre la sombra; 
Era como un raudal de negratiuta 
Que manchaba de flores una alfinnbra. 

La luz J las timeblas diridtan 

El espacioso campo en que reinaban, 

Y sus. lindes alK no confundiant . 

Ni entrdmbas mutuamente te templaban. 

Mas, la sombra erecia en tal momehtot 
OxDo en casGo de nave que se arrea 
Se esttende sobre el lefio amariUento 
El bafiode alquitran j obscura brea* 

Y al ocnltar el sol au fits radianfet 
Sobrecojid la tierra de improriso 
Completa lobregiies: ni nn solo instant^ 
La detuTo el crepiSscolo indedso. 

Ed vano el mKwe ami que el pecbo alegra 
Buscaba eon -afan la Tista inquieta 
Ed la celeste bdreda, tan negra 
Como templo colgado de bayeta. 

En su fbttdo brillaban las estreUts« 
Como flores de plata en negro paio^ 

Y brillaban mas Ttvas j mas bellas, 
Que no j&ntes de suceso tan estrafio. 



S38 



Pero i. pesar de luc tan brilladora, 
Dafiaban cual loa ojos de laa hieuasy 
Porqne era ja la noche sio aurora 
i^oeila en que luctan tan serenas* 

Debajo nn cenador de hojosas iridea, 
En rientes grupbs hombres y mugeres 
Del amor celebraban los ardides, 
Cantabad de la yida loa placeres. 

Cubria el payimeulo de la estancta 
Uq inmenso feston de cien coiores, 

Y mezclaban log yinoa su firagancia 
Al pertiune eaquiaito de las flores. 

Mas estas de. repente aud matlces 
Mostraron sin tersura y sin aromas 
Cual si bubiese ironchado sus raicea 
£1 dieute roddor de la carcoma. 

Repletos dd fissttn ae leyantaron 
Los bombres en tropel, y sus mancebaa 
A guisa de bacantes ensayaron 
Para un baiie procaz figuras oueyaa. 

Clen miisicos soplabaa i porfia 
De canoro metal un instrumento, 
Soplaban, y un ansurro de armonia 
No liegaba al oido mas' atento* 

Bajaron las tinieblas, y ancba faogaera 
Relumbrd con escasas llamaradas, 

Y se apagd, sin que Antes consumieni 
Su corona de ramas tibamuscadaa* 

Pero al fulgor de aquella las siniestra 
Pudo yerae una borrible pantomuna, 
Los gfpte^cos yisages de la orquestra, 

Y un baile siu compas que daba grima. 



2S» 

Y parejas de amanteB que se IiaUtbaa 
Sin ({ae la toz salieae de sua pechoa: 
Coil aaorados ojos se miraban, 

Y abracos se cambiaban mas estrecbos; 

Y en su ardiente erabriaguez* en so locahi| 
Cada beso una siiaba suplia, 

Siu obaerrar que en ret del aura pura 
La c6iera de Oios les envolyia. 

Aterrados lanzaban los leones 
Sua rugidos, espanto del desierto; 
Mas no tronaba en c6ncaTas regionea 
Su bronca yos: el eco babia muerto. 

Huyendo de un cbakal fragoso Uano 
Dos buitres como gamos recorrianf 
Corriendo aleteaban, j era en yanoy 
Pucs sns alas de peso les seryian; 

Sin yerse entre la sombra reanidoa 
Morar pudieran lobos j corderos. 
Que no ayisaran i. nnos los balidos, 
Ki tamblaran su aollido loa poatreroa* 

Ni el sabueso de olfato delicado , 
Que la pista jamas dejd perdida* 
Despertara la liebre que A an lado 
Durmiese entre la jerba lecogida. 

Viento en popa yogaba hermosa naye^ 

Y siilnto sns yelas se aplanaroDi 
Cual se doblan las alas en un aye 

Que las ftecbas del hombre atrayesaron. 

Y en medio de la mar qned6 enclayadai 
Cual roca que en un iago se derrumba; 

Y era la mar aquella no azulada, 
Kegra y lisa cual mtonol de una tumba. 



Its 



TemfaUndo h mirabao i<M niariDai, 
Para quienes no fueran mas hornbles 
Ni el amago de hirvieotes i^moUnoai 
rii el peligro de escollos inyisibles. 

.^Oo sordo eafiouaKO diapararoHy 

Y el humo como tela cenicienta 
Cay6 en U mar : entduces inTocaroil 
Cual genio aaltador A la toruienta* 

Mas no habia en el cielo ya oracanes 
G>mo en la mar espumas ya no habia; 
Negado estaba el puerto A sua afanes: 
Para olloa la edperanza no eiistia. 

Bien pronto oonsamidas estUTi^ron 
Las postreras mol^culas de Tida, 

Y con bascas terribles perecieroa 
Las bestias que TAgaban An guarida. 

Y los hombres sua bocaa espantosaa 
Abrieron como perros fatigados; 

Y congojas sufirian horrorosas 
Com9 eaimnos del rdmito asaltados. 

Horrible, fiifira Tories jadeantes, 
Horrible ver sim aosias, su deqpecbo> 
Tan criifil como el de hu^&nos infantes 
De una ja8k«|iia ehupami* el aeoo pecho. 

Algpmos los oaihallas se mesaban, 
Mi^ntras otros con rudo fingimiento 
La boca de su amiga alU besaban. 
Para robarla nn aoplo de sa aliento* 

KttiMa el placer mas tito j descuidado 
Se treeara en desdicha tan estrema: 
El rej mas am})ioioso bubiera .dado 
P^r un Atpmo 4« aire su dtadema. 



Era la^ tieri'a un lecho ie totmeuto^ 
Ell que ai rigor divino eut6nces plugo 
Al hombre haccr sufrii* suplicio lento 
Sia f}ueji(los, sia saugre y sin venlugo. 

Oh! en vAilo el jiiortal luctiara entonce 

Con itestino tan cntdo, tan impfo! 

El pabclloQ del dielo el*a de hronce: 

Y la' tierra giraba en el tac(o.=T. A^iLd. 



tittiitas las itiir6 el sol de la mafidna 
Mecit^udose en las aUs de los vientos 

Voladot^.s } 
De un mismo beso las tifi6 de grana, 
Prestan^o a entrdmbas yagos moviiuieoto^ 

Y Colores. 

Juntas, cottio dos dngeles que Vuelan 
A buscar el aroma de las rosas 

De este suelo. 
En pos del sol ctijos anlores ireUuii 
JRetozaron un dia raporosas 

Por el cialo. 

Ora cual dos amantes enlazadas. 
Que truecan mutuameute casto beso 

De ternura; 
Tan pronto por las auras separadas 
Gelosas de que gocen tal esceso 

De Tentura. 

Ora tersas j blancas cual la nieve 

Que A eiigaianar desciende en copos bellot 

A la rosa , 
Ya trasparentes cual la gasa leye 
. Q(ie el aura rizii al par de los cabellf^ 
De una hermosa, 
ToMO II 31 



iki 



iMi 



£1 cielb cual dos cisnes recorrleroa 

Que a gozar van en el ocuUo nido 

Sus ainoresi 

Y los rayos del sol juntas behieron 
Sirviendo juntas de dosel polido 

A las flores. 

Sobre el azul del cielo destacaban , 
Cual de dos huris los ueyados cbales^ 
Si(*mpre hennauas, 

Y en sus rdpidos giros se ayudaban. . . 
I CuAiido dos uiibes vioroD los mortales 

Mas galanas? 

Mas pasaron taiiibien! Ellas del cielo 
Flotaron por el (Uer cristaliuo 

Todo uu dia; 
Ellas sirvieroa de dosel al'suelo; 
Ma^t desgajulo al fiu de su camino 

Brisa impia. 

£1 sol al ocultarse tras los montes 
Quizas las dirigia un beso tiernoi 

Y aAigida 
Vei<> su fazf y eti> otroft horizontes 
£u su buaca llev6 su disco eterno..... 

No la;i vido ! 

I Qu^ fu^ de ellas , Sefior ? Cual el sonoro 
Quejido que al moveria arranca el Yiento 

De una Hra; 
Cual jie un infante los ensuelios de oro» 
Puros cual el rosado y dulce alieuto 

Que respira, 

Se perdieroD del aire entre las olas , 
Que sus contornos vagos desgastardn 

Al mecerlas, 
O cayendo en vapor en las corolas 
De las pintadas flores se eugastaron 

Como pcrias? 

Qud fti^ de ellas? Ay me! no mas lo sabe 
Quicu el liuAiedo alicuto de los hgos 



JJ^5 
Toriia eii dut>e«, 
Tu que escuchas el ciutico del aire 

Y ei sauto idcieuso eatre mil glros ragos 

A ti subes. 

Qui £vl6 de ellas ? No s^. Mas^ se perdieron? 
Sospecharlo siquiera fuera loipiO) 

. Dips poteute ! 
Sepa que uo son ja lo que <iutes fueron^ 

Y acate tu saber y poderio 

Toda freutci. 

Matizadas guirualdas de yapores, 
Alas ligeras que subis al ciei^ y 

Nubes beilas) 
OhI quieii pudiera exeoto de dolores> 
Seguido de otro pecho eu nuestro vuelo f 

Ir coa ellas ! 

Juntas nacieron las dos gayas nubes, 

Y juntas tras un dia de e&istencia 

Disip^ronset 
Quixas eutre rail grupos.de querubes 
£u el trono del Dios de oninipoteucia 

Engastdronse^ 

Dichosas ellas t Cual esqiufe errante# 
Cual flor que en olas de lucidnte piata 

Lleva el rio^ 
Asf voy, solitario caminantet 
Sin que halle un pecho que amoroso lata 

Junto al mio. 

Solo voy, sin sentir junto A, mi el roee 
De un labio amante que mi ardor mitigue 

Con su aliento; 
Ni tengo en el placer con quieii lo goc«, 
Hi en la borrasca una ala que v^ abrigue 
Contra el Tieuto. 

Dios de bottdad ! i porqu^ asf en el cataino 
De la Tida tan solo me dejasteis 

Y desnudo ? 
C6m6 podr^ luchar contra mi sino, 



lilt 



Si i BUS dardos arteroi me entregasteis 
SiB escvdo? 

ttasqu^ el amor, mas no le hall^ ea la Uerra; 
La amiatad, mas su fuego no igualaba 

Mis ardores: 
G>otra m( mismo ent6nces hice gaerra* 
Guerra tenaz y amarga, que enconaba 

Mis dolores. 

Pregtintaha a los sdres, j do quiera 
Ares^ flores y niilics siempre rfa 

Hermanadas : 
Ni uno h9\{6 que no hubiese compafiera> 
Y maldije ^i pendon !— mi suerte impia 

Cien regadas. 

Tor fin preguntd A Dies: i cumo, insensatOy 
Pude eu mi frente no sentir su aliento 

Periumado ? 
C6mo pude olvidar , cual liijo ingrato, 
Que i sostenerme estahais siempre atento, 

Padre amado ? 

Pregunt^ i DIos, y Digs: Yo al liombre — dijo- 
Hice rey, y a sus plant as teudi el mundo 

Por alfombra; 
Y i^orque le amo como padre A un hijoy 
Doquier le escudo con amor profundo 

Con mi sombra. 

El liombre, el are, el aura, la flor bella, 
Nada respira solo , y solo mucre 
En torno mio; 
'. JM^'UA t6r bay cnya maMita buella • 
Se estampa soiai y seoa euanto biere, 
¥ eite 64r tnfelis es el imp<o !^ 

Joaquin RubkS t Oas. 



in 



CR0NIC4 REL1GI0$4. 



^o estrafien nuestros lectores si una j otra y hasta por tercera ves 
iios ocupamos de la cuestton religiosa de Toledo, porqtie ademas d€ acr 
esta iglesia la prlmada de las Kspafiasi y la que por lo mismo debe dar 
el touo d todas las demas iglesias , esperamos que la religiosidad de 
nuestros lectores nos permitird ocuparnos tanto de una cnestion de 
auyo tan yidriosa* t que en tan cougojcsas aiisiasha mantenido i los fie* 
les de la vasta didccsis toledana. Hecordamos baber dicbo en nuestra 
liltima rcsefia que el Sr. Golfanguer, qnien regfa en elase de vicario 
capitular aquel arzobispado, con jnrisdiccion si no eridentemente il^gi* 
ma^ i lo m^uos altamente disputada, lo que para el caso es lo nistnO) 
aaboreando delicias doude otros solo encuentrau sinsabores^ queria cdn- 
tinuar apacentando una grey iudocil basta cierto pnnto A la voc del 
Pastor d qnien miraba con desvfo j con cierta dcsdefiosa prerenciott: 
los .inimos estabau dcmasindo conmovidos y liarto en zozobra Iss coii« 
cieucias, para que no se pndiese tcnier uu estalltdo entre el cabildo me- 
tro|x>litano y el Sr. Goitauguer; pero este ieltzmente ha preristo el 
caao, resigiiando su jiirisiUccion en manos del cabildo ^ ya que este al 
despojarse dc ella para iiivestir d uuo de sus mietnbros lo babia liecho 
de mai grado^ y solo por iiispiracioues del ministro Alonao. El gobiemO} 
que ha tenido que toinar cartas en un asunto que de cada dia se mos- 
traba mas serio, ha querido oir la tos de algunos prelados y tf la vis- 
ta teuemos el dictAmen que con esta ocasion tuvo que estender el Sr. 
obis[)o de Canarias, habieudose dntes puesto de acuerdo con los SS. obis- 
pos ei de Pamplona y el de Coria , dictdmen que^ sea dicho como de 
paso, honra la alainada pliuna del Ibno. Sr. Ronao. Es de ver lamaes- 
tria con que S. 1. aborda la cuestion del nombramiento de vicarios ca« . 
piiulares en obispos electos contra lo prohibido en la buld de Bonir 
J'aao Fill 9 en el cdnon del concilio general de Leon^ en el hre^e de 
Clemenie XJ^ de Fio FII,jr la declaracion de 1*. de marzo de 1841* 
S. 1. liace cargos tan graves como merccidos al cabildo por baber ele* 
gido al Sr. Vallejo para que gobemara la di6cesi8 durante la vacante, 
faltaudo d todo lo dispuesto en los sagrados cdnonos. Sea como fuere, 



S46 
opina el aabio ohispo de Canarias que el cablldo acnda A los pi^ 
de S. S. para subsanar las faltas que baya podido cometer as( en el 
nombramiento del Sr. Vallejo, como despues en el del Sr. Golfangucr; 
no obstando para que'reasun/a por aliora la jnrisdicoion y contioUe go- 
beniando una iglesis^ que para decoro j dignidad del cuerpo mettXH 
politano y tranquUidad dc todos los fieles ' debiera haber siempre go* 
bernado. Nosotros nos alegramos en el Soiior del sesgo favorable que 
va tomando la cuestion religiosa dc Toledo; felicitimos al Sr. Golfangi\er 
por haber comprendldo flu deber j haberse descargado de tin peso que 
le bubtera al fin abrumado; j felicitamos tambien al gobiemo porque 
se ha dejado guiar por la rot de los obtspos i quienes dnicamenteJe- 
sucristo ha confiado el r<^gimen'de su tglesla segun palabrasdeS. Pablo. 

Con la siqiestra intencioq de perpetuar los males que afligen A la 
desgraciada iglesia de Esps^iia, ha habido quien haya asegurado que no 
el gobieruo, y s( las e&ageradas pretensionos de la cortc de Boma di- 
lataban de un dia d otro el tau anhdado concordato; pero el Padre co- 
tnuu del cristianlsino para dar una muestra del cariuo con que mm 
i esta porcion de su rebaiio, y de que no se dilatar^ por su parte ni un 
sqIo momento el eslaboqar las tnteFruropidas relaciones con su querida 
iglesia liispana, acaba de cnviar las bulas al sefior AlcAntora NaYarro^ 
cohfirmandole en el nombramiento de comisario de Cruzada que en su p(*r- 
soiia^ ha hecbo el gobicrno. A si mismo podemos ascgurar que el in- 
duito cuadragesimal que solo renfa coQccdiendo Su Santidad por uu 
'a<iOt le ha concedido ahora por dos. Felices nosotros el dia en'que po* 
dn^mos anunciar a nuestros lectores la tan deseada aTeueKcia entre la 
Espafia y la sbdi apostouca« que ha agotado el tesoro de sus gracias 
en betieficio de esta nacion, que entre sus timbres lleva el dc cat iilica 
con que siempre se ha onvanccido. Dado quo la reUgion no sea mas 
que una rueda admiuistratiYa que deba jugar eu la ni^qutoa del esta* 
do, ^c6mo es que cl gobicrno aparenta mirar con inditerencia •& esta 
ruedai que debe poner en morimicnto d todas las demas ? £u yauq se 
pramulgar.in leyes para robu^tecer el podcr y cerrar el ciater do las 
revoluciQiiCKi que estas leycs seran ineficaces y no surtiritu nl uno ni 
otro efecto, si el sentimiento religioso no domina los demas sen tiini^^ii- 
to del eorazoii, y en Espaiia feiizmcntc el sentimiento rcHgi*».'-o no es 
otro que el ontc'itico; y ahogar es A cste sentiiTiiento, que tanla vida y 
jugocomunica a la sociedadf cortar las reUcioues filialcs con el ceiUro 
4e la unidad catiUica , el Paiiti'Gce romano 

Cumdo nos mociamos en la lisonjera oonnan7.a de que todtH los 
preladqs que ha rc^ipetndo la gi^adaua de la inuerte si\ li.ibi^ni \a res- 



2U 

titttido A 803 didcesisf. j Tolrian ^ empnflar el bdculo pastoral qiiC' « 
gobierao nada catdiico ies arreljatara , acahamos de leer con estrafii»a 

• y hasta con pesar la esposicton que el cabildo de BaUg^er clevu i 

.S. M.» d mejor dicho, puso en sus regias nianos. puUetido elrrgreso de 
8u obispo el de Urgel, que tuvo que buscar aslLo contra inju;rtas perse- 

.cucioueii en el suelo amigo j hospitalario de Fmncia. Sea dc u^a tck 
el i^biemo de S. M. bastante josto para v^Wersi abrir las puertaa de 
la patria i virtuosos prelados, que si dan en estranjeras tierras un tes- 
timonio \ivo de sus Tirtodcs y de la santklsvd. d<3 la causa porque par 

. decen, le dan tainbien de nncstras miscrias y dc la eslrecbec de cora- 
son de los que aqui mandan. No tenia el gobieriH) nitniamcntc medro- 

.so que esos digiios succrores de los ap6stole.s vuelvan al seno de sus 
diocesis para soplar sobre las mal apa^adas teas de la dkcordia; si cs 

,cterto que no permitlrau que las potestados de la 'tierra alarguen la 
mano al incensario que solo puedeu ellos baliiucear, tampoco ellos la 
estcnderun al cetro, y el imperio arniomzaudo con el sacerdocio rrpa* 
rardin de coasuiio los pasodos quebrautos d ini'ortunios de unestra des- 
graclada naqion. 

Y abora que bablamos de Espana , cruza por nuestra nteiite *cl 
recucrdo de aquellos dias en que cste pafs, abora tan abatido, daba la 
ley a los demas paises del mundo: nuestra babla era entonces aprcn- 
dida con afan , uucstros clasicos adoniabau los estantcs de las mejores 
bibliotccas, nucstras bajeles cuJ)rian los maresi micstras annas se coro- 
naban cou gloriosas victorias, como la de sau Quiutiti, y las fiotas nos 
traian de nuestras posesiones ultramarinas suinas enormes de dinero; 
abora somos reycs destronados : aqucl trouo que un tiempo nanca 
el sol cesaba de aluinbrar esti poco m^nos que asentado. sobre el 
crater de uu Yolcan \ en las castas posesiones que tenia en America 
la robusta monarqufa se ban levantado nuevas repilblicas 9 y estas 
republicas rirgenes todavia quieren asegurar el nmero drden de cosas^ 

. siguieudo una senda diamctralmente opuesta ik aquella por la que ca« 
luiuo el piadoso Carlos. Ill : este mouarca de una plumada estingut6 ii 
todos los jcsuitas de su» yastos estados , y los gobiernos republicanoA 

^de America^ dcebado de gobiernos libres « llainau d teda prba & los 
IVP. de la Compailia para confiarles, no solo ya ladireccion dcla juven- 
tud, sino el cuidado. de^ pueblos enteros. Nuestros lectores recordarin 
que en cl niioiero 2** del tomo 1 Ies dimos la noticia de que alguuos 
jesuitas cspafiolcs, entre los que sccontaba al j6ven maliorquin P. Amo- 
r6s, se habian embarcado condireccion d Muefa Granada; nosotros en 
su viagc los bemos acompail^do con los votoe de nuestro corazon, y 



2^8 
par uoa carte ibchada enSANYA FEDE BOGOTA en 88 delpatado jti^ 
nio beinos aabido que ios ilustres adalitles de la Religioa hahiau Hegado4 
fu destino 9 no aiebdo bastantes las tiuieblas de la iiocbe para que A 
pueblo dejara de recibirlos eo medio de uua oyacion que la niodestia j 
hiimUdad do. Ios hijos de Ignacio procuraba buir* Estos pobres sa- 
cerdotes sin mas armas que ui| cayado , un breviario j un Cruciiijo; sitt 
otro tragc que una pobre (otana, entraroo ei| la capital de la repdbli. 
ca de Colombia, al alegre repique de las eampanast al oompas de laa 
armoqiosas sonatas de la miisica militar y al resplandor de vistosaslu- 
mtiiaris^ con que aquellos habitaqtes quisieron festejar A csos Angeles 
de paj;, que Dios en su misericordia les ba enviado. Ap<<na8 llegados ^ 
la casa que les estaba destinada ya b&lUron al Sr. artobispo que Ios 
estaba aguardaudo, y quien Ios recibid con las mucstras de un carifio 
Terdaderamente patcrual. Con tanto agasajo como ban sido aoojidoslds 
jesuftas en Amf^rica', ban sldo roal roclbiilos en Fer^iert (B<?lgioa^. Pe. 
ro csto ^qud prucha contra el institutode Ios jcsuft^s? Pnieba'solo que 
)a Compaiifa de Jesus, como la Religion de Jesus, boyante en unas par* 
tes, va de vencida y corre al parecer riesgo d^ ser s\imerglda en otras; 
prueba que debe segtiir la mlsma sncrtc que en todos tiempos ba cabi- 
do i( (a virtud, perscguida en uuos lugarea, ml^ntras que es diplaudida 
en otnos; pero Ios dignos secuaces de la cruy nl se enyaneceo con el trlun'- 
fo, ui se abaten en la adyersidad: cuando se lucba por ia Religion sicm- 
pre $e sale airoso en la demanda, pues 6 se cine el laurel de (a Ticto* 
ria) (k se alcaqza la palma del martlrio. 

I^ay-os de afiuidad desgracladamente algo aflojados estrecban todavia 
^ U naoion espaiialsi coft la de Portugal, lo que bace que nosotrosmi* 
l^emos con intcros Ios a^untos de la iglcsia lusitana, traba jada tambicn co- 
9ho la nuMra p6r las t^Toluciones* y en la que tantos cstragosjbay que llo- 
rar. Lqs rtalos (|ue afligcn .i la iglesla de Portugal no arraucan de ayei*; 
ftfenen su funesta rafz en el sigio pasado: el axote de que Dlas se va- 
li6 para |)r6bar A su beredad fud el maiques de PombaL cnva brutal 
firftnfa ba dcjado muy fitras d la de quautos cmperadores ronianoj; le- 
garon d ta l^istoria uli uonibre escrito con saiij^re. Desde la golK>riia* 
Cion altamente d(?sp6tica de Pombal, cortos ban sido Ios dias de pai de 
que ha gvizado la iglesia tqsitana: qo ban faltado es verdad soberauos 
pbdosos, como Ofif^. iMariai que la ban amparaclocoqsu protoccloii ]ie- 
i«o Ios momentos de'descanso ban sido cortos, y barto pronto ha vuelto A 
sonar la bora d^^l combato. Asf 1j^.s cosa^- cnaudo entre el piiipcrador 
del Hrasil t). Pedro y su bermano D. Mij^u^l «e suscitrt una curstion 
diuAstiua que so [\Ck al trance de l^ amv^. U victoriii oonuio las de 



'D. Peifo'^ y iDft, Ufaria dela Gloria 'sftbi^lil trt)ti6 jli&rttigttcs. l^rO 
'cnando solameote el cetro debiera baber pasado de las manos de Dtt. 
miguel ^ las de su angusta sobrioai no prodnciendo en la religion otrb 
eambio que la simple variacion de nombres en las oraciones de la mi^ 
sa^ se leranM en la iglesia Insitana una tan desbecba tempestad, de ca^ 
yos estragos no ha podido todavfa repararse, j txit tan acerba la per- 
jsecuqion que la acrisol6, que delante de ella palidece la que ha snfrido la 
iglesia hispana. Ocho afios, desde 1854 ^ 1842, ha estado la iglesht 
de Portugal poco mdnosque diTorciada de la gran conhinion cat6licsr: 
^bispos diguos de este nombre> que babian rembido sus credenctales de 
aquel que cuenta por ovejasbasta A losmismos pastores> fueron arrojadoli 
de sus sillas, yiniendod seotarse otrosmanifiestamente intrusos j que lie- 
yaron ^ ellas los crimenes que manchaban su' conducta moral; el go^ 
bieroo ae lanc6 sobre losf bienes eclesidsticds, como si ftieran campb 
de conquista, los sacerdotes que no quisieron pisotear los sagrados db- 
Doqes fueron sepuUados ^en oscuros calabozos, si es'que no entrega^ 
dosA los pufiates de asesiuos; en6n unade aquellassangrientaspersectf- 
ciones que en la cuna del cristianismo enviaron i mitlares los mdrtir^ 
al ctelo, se ha reproducido en nuestros dias. j casi A nu^stra propik 
' Yista; si no nos ha estremecido tanto como debiera, es porque los negociois 
decasa absorrian de tal modo laatencion, queapdnasnos;curilbamosde 
lo que «e hacia en la del medno Con la venida del Sr. Gapaccinii Lis- 
boa, era de esperar se remediaran todos. los males que aquejan d aque- 
Ha iglesia; pero dos aiios van que &v Samtidad tiene uri-representan^ 
tc suyo cerca de S. M. Fidelisima^ j todavla' permanecen arrancados 
de sus sillas cuatro obispos, las didcesis de Ayeirb y Pernlieljestiu in- 
tmsamente gobeniadas, los curas legitimes no pueden volVer i entraAr^ 
• en suls parroquias, siendo sus Tir hides 6bice^ cuando debicrah servir de 
recomendacioQ para que fueran atendidas sus siiplicas.'Lo mas triste auU 
e5, que et gobierno portugues quierc que el Supl^emo Pontificc coiifimife 
consu bendicion apost^lica tantas milidades comb se ban cometUlo; pero 
Apesar de los sacrificios que^ estd dispuesto A hacer S. S. en boiieficio 
de la pas, no creemos que llegue nuuca A sellar con el aniilo del Pc^- 
cador tantos esciudalbs; si lo hiciera sin embargo, nosbtrds que crcvd- 
ramos oir en layoK de QBficoaio xvi la voc de pedro, incKndramos hu- 
mildes la frente, pues uosenos oculta cudnto es elpoderque ha sidocoA* 
fiado A aquel 4 quien ha sid6 dicho : Todo cuaMo afnres 5n la tieri*a 
serd aiado en los cielos: y todo ctianto desatares qikedard desatftdo. 
Y d propdsito de Portugal, no podemos m^iiosde acVisar'<( nuestros le6- 
tbres la lif^g^da d Lisboa ^1 dia 37 del Ultimo agosto ddl nuevo uun- 
ToMO II 32, 



250 
rcio monseior ii Pietro, qtti^ lia' ido i rMnplaor en la legadon al 
cardenal Capaccini ; este di^no represeotante de So^Sahtimld ae ha res- 
.tituido Sl la capital del crbtiaiibnao no sio dates recibir en su triinslto 
.por Lbodrea Tivas muestras de aprecio, y haata liaonjeros aplausos por 
sua Taatoa conocinaientos en las ciencias fisico-mateaiiticas j principal- 
.mente en la astronomia. . 

Todo catdlico ha de recogcr con interes las noticias del Gefe del 
.cristianismo, como. todo buen hijo procura con avides saber de su pa- 
dre ausente; as£ es que con el mayor gozo de nuestro corazon debe- 
mos decir it nuestros leciores, que el gran sacerdote que aqui en U 
tierra lepreseirta al mismo Jesucristo, y que tiene en su diestra las lUr 
ves del rcino de los cielos, goza de una salud muy robusta* habiendo 
desde su residencia en Castell-Gandolfo dado un paseo por algungs 
,pueblos, comarcauos de Roma en los primeros dias del corrieute meaty 
xecogiendo por doquiera muestras de profuudo respeto y yenera- 
cion, que han quedado recompensadas dignamente con las de apre^ 
cio y tierno cariiio por parte del Padre comun de los fieles. £1 
dia 2 sa dirigi6 A Gcnzano, y despues de hali^er recibido en la 
colegtata la bendicion con el Smo. Sacramento i pas6 acompafiado 
de los eminentisimos cardenales Ostiui y Arlattey al couveuto de los 
P. p. capucbittos A cuya mesa se dignd asistir. £ut6nces si que nues- 
tro humilde pontifice podia poner en su boca aquei dictado con que 
para humillar el orgulio del patriarca de Coustautinopia sc baulixo el 
.sauto papa oaEcoaio sl oaAvnB, y con que despues se ban ll^mado sus 
.sucesores : Siervo de Jo$ $ierv<a de Dios, Atciita S. S. al mcVUo y >ir- 
tud^s de SOS colaboradores en el ministerio episcopal, y querieudo le- 
c compensar dignamente d los ilustres adalides que con santo denuedo 
Jban peleado las batallas del Sefior, reciliiu con entrafiables muestras 
de afecto en su palacio apost6lico del Quirinal al Rmo. Sr. de Droste, ar^ 
Eobispo de -Colonia/ cuyos padecimienlos por la ie son tan oonocidosi 
y de los que tanto ha hablado con alabanza del confosor toda la pren- 
sa religiosa de £uropa. £1 papa habia mandado poner al pit^ de la 
escalera una silla de manoS) y que fnesen los couductores los qua 
hacen estc serricio cerca desu august a persona en las grandes ceremo- 
nias; pero la bumildad del venerable arzobispo decliii6 ese obsequlo, j 
encorvado bajo el peso de los^ alios subio la escalera apoyado solamenle 
en el brazo de su guia. Ap^nas llegado al salon de la audiencia saiid A 
. SA7ITO PADRE d Ppcibirlc, y bafiados sus ojos en Idgrimas le e&trecho 
contra su corasou. £1 respetable anciano qneria echarsc d kus pje^s; 
pero S. S. no lo permiti6 , mand6le sentar 4 su lado , y despues de 



254 
media hora de conferencia <alid i despedirle hasfa la pnerta de la 
sala. Esta es la honrosa acogida con qae son recibidos por , el ijt>«* 
Bsaiiro Fo^TiFicB cuantos obispos ban besado las cadenas j alai^do 
Sos manos i las esposasi a&ntes que poner i loa pids de la autorida^ 
mil 5 con meogua de su elevado caricter, el bdculo y el anillo. .» 

A pesar de que el Comtitucional, diario.que se publicaeo la ciudfid 
doude esto escribimos, tributa on voto de gracias A la junta diractira 
del Institato B^ear i cuyo cargo esU el edificio de Montesion, por 
baber conGado la custodia de los restos del Beato Alfonso Rodrigue«> 
bermano coajutor temporal de la Compafila de Jeaus , i uno de 6tt$ 
bermanos, para que eate reapetable sacerdote despertase la dero^ion 4 
tan santo compatricio que dormia en el corazon de estos fieles ; la Fe 
tambien leranta boy su bumilde vo» para rendir el mismo tributo de gra- 
titud al cuerpo literario que tanreligioso seba (mostrado Ycngando d^l 
olvido los buesos del venerable AUboao. £1 dia 50 de octubre la Reli- 
gion nos recuerda las esciarecidas yirtudes del ilustre bijo de Loyo* 
la 1 y en este afio en la iglesia de losjesuitaSf bencbida de un nu- 
ineroso gentio, se le celebro una solemnisima fiesta « en la que.nada 
9e ecb6 de m^nos* Justos son los honores con que bemos recorda- 
do la memoria de Alfonso, pues si nacio bajo el cielo de Segovia, aqui 
en Mallorca, en los silenciososy ahora despoblados claustros de Mou*- 
teslon se santi(ic6 y mereci6 ser cefiido con la aureola de los biena- 
venturados. Destinado por sus superiorcs d la portcria, ain mas quft 
abrir y ccrrar las puertas del coiegio de Palma, y recibir y devolver 
recados, merecid ser regalado con altos &vores del cielo, y abora scr 
elevado A los aitares. Atibnso fu^ tan obediente y d6ctl A la vot de sus itu- 
periores, oomo el ciego que sedeja ponducir por el lazarilloqueleguU* 
Honromos pues A quien interpone tan poderasamente su valimieQio en fa- 
vor nuestro, A quien se acuerda con carino de esta risuefia isla en !a 
que mor6 por espacio de maa-de ^5- afios , y cuyo uouibre ya e^tarta 
injerto en el catalogo de los santos> 4 no baber sobrcveuido los males 
con que en estos liltimos afios Dios ba probado i la iglesia espauola. 

Desde nuestra Ultima reseua ban muerto en la pas del Seuur el car* 
denal Grimaldi, y varios otros prelados que estabau al freiite de las mi- 
sioues. Tambieu en Kspafia ban bajado al sepulcro en este ititimo m^s 
dos per&onages que ban dejadp A nuestra bistoria ecle8i4;itka UA iu>.xu- 
bre algo feo : el Sr. don iManuel La-Rica obispo electo de Cuepca J 
go])eruador del arzobispado de Zaragoza , y su d^uo secretfrio D. Toli- 
carpo Romca. Midntras su goberuacion en Zaragoza , el Sr. La-Hie^ 
vcju sin picdad la;^ concieucias de los fieles, proyocd las iras del [)o- 



i52 
^ flobre lot eclesi^tioot qne detconocieron bo, jnrtsJiccioit, j llend de 
yetadambreSf hasfia preciplUrie eu el aepuicro ai TirtttosoSr. Fmtices', 
quien deade estraiijeras playas lAiraba con entrafias de padre y ojos 
de pastor A su cara grej devastada por el eisma. Sin embargo nosotf os^ 
que al tiempo que combatimos al ertor amamos al hombre , deseamob 
TiTamente que las almas de estos dos sacerdotes bajan encontrado mi- 
lericordia delante de Dtos, ciiya justicia una i^grima sola de uncerO 
arrepentimiento pucde ' aplacar. Ya que nOs ocupamoa de necrologfa, 
DO podemoa oWidar al Pro. Dn. Francisco Zaforteza can6nigo de esta 
aanta iglesia de Mallorca, fallecido repentinamente en la nocbe del 16 
de los oorrtentes, cuya caridad inagotable amparaba 'al fau^rfano, 
abrigaba al desnudo y era el pan del harobriento. A ^la edad de ^2 
afioa, cuando todaria al parecer tenia larga vida delante de sf, la muer^ 
te de un golpe le arranc6 de entre nosotros. Cuando nadie podia te- 
Iner tan arrebatada mnerte, solo ^1, que sentia que su vida se iba es- 
tinguiendof se despedia para el viage de la etemidad ; en el mismo dia 
de su &llecimiento babia Uerado dos yeces A los pi^s de su confesor 
los escnipulos d^ una cohciencia nunca satisfeclia. Los pobres baa 
lionrado con abundantes Idgrimas la memoria del can6nigo Zaforteaa, 
y estas {Ugrimas serdn la elocuente oracion que coronarA siempre los 
funerales de los bienhechores de la humanidad. 



CRONICA POLITICAL 

■ •■ 

Prefiado de ruidosos acontecimtentos ha venido el mes qne hoy ci6« 
rra; y si nuestrot lectores quieren tomarse cl trabiijo de traeria A la 
memoria , recordariii que desde cuatro afios ha sido siempre sefiaU- 
do con algun aconteciiniento importaute el mes de octubre. En 
octnbre del alio 40^ la reina madre re6igo6 en las tnanos del iniiiiste- 
rio nn poder que la revolucion habia ya euvilecido, y cou el llaoto 
maternal en los ojos se arranc6 de los braaos de sns tiernas hi ja« ; aU 
gnnos gallardos militares que qoisieron borrar la afrenta qne con es- 
te escAndalo babia caido sohre la nacion, en octubre del afio 41 ^"^ 
ron arcabnceados, dispertabdo del suefio, en que se meciau, A la vista 
de los cadaisos. £1 nuevo ragente que ap^nas hnbo trocado en ceCro 



25S 
U etpada^ caaodo. Us capitalea que mai iocienso lubiao quaoiado d%^ 
iMte sa chica hnmaoidad ie odiaron de muerte, fudae poco d^spaes de 
ffsta^poca del afio 4^, para deavaDeceraamal humor j aolasarse conal-, 
guuos ntos de desaliogo, A conteinplar desde los balcooes de SarrU 
(as cobaf^el lioihbas coa qne ei castillo de Moojhaic arraaaba la in« 
(prtouada Barcelona; j fioalmente era el mes deoQtuhre. iei afio pan 
aado caaado oodeaba coo majorea eaperancaa de trionfp ia inaochadi| 
baudera de la juuta central en loa moron de Barcelona y Zaragocai 
Memorable UaibijBU bubiera aido, RaugrteataiueDta memorable, el roef 
de octubre del afio 44^ ai la Provideacia, aalvaodo las Tidaa de trea 
iliMtres adalides del 6rdeo, no hubiera librado i la nacioa de nn^ 
noche de calamidad y de miaeria. Antes empero de hablar de eatas in- 
leatouas revoluciouarias que felizm^ute baa fracasado ,.sigaxDOs el hi- 
Jo de loa acoolocimientos aat como ae ban idp a.ncedieodq en el de^ 
^urso de este wes, no tan calmoaa y sosegadamente como bobiera si- 
ilo de desear. 

El dia 10 era el sefialado en la convocatoria para la abertora de 

Xm cortea, y S. M. al alegre eatampido del capon B$\t6 i laa doce df 

la mafiaua de au regia morada con direccioo al palacio del aenado, don<^ 

.d<^ fud recibida con todaa laa moeatraa de profondo reapeto por laco- 

jDiaion qoe habia aido aorteada ^otre loa 128 dipotadoa que ae ballar 

ban reonidoa en la capital de lamonarqnfa^ El preaidente del congreso 

deapnea de baber beaado la maoo de S. M. tnvo la bonra de entregarle 4 

duicur^o de apertura qne los diarioa de eata capital ban pnblicado, dia- 

,penaindonos con ellotde reprodncirle on laap4gi|ia|de nneatra reviatap 

Notable ea en loa gobiernos r^preaeolatif oa el diacarao coo qne la coi> 

rona abre laa cortet, airve de programa al miniatetrio, y ona vex apoyadp 

.por loa cuerpoB colegitladorea, da aoeTaa iuersaa al gabinete; pero reci« 

.bido con deafavorable preveocion, aaele i feces prepafar 6 nna diaolocion 

parlamentaria, 6 nna dimiaion miniaterial. Escrito oon bnenaa .dotdi 

de lengnage iest^ el diacnrso regio con qne so ban. $bierto laa coiv 

tea del afio i844« qoQ W^ lo.que bemos oldo decir se debe i {« 

■elocoente pluma del Sr, Martines de la Rosa ;. .pero bubidramoa 

deseado «ir de ^loa Jabioa de. S. M. el estado po que estdn. nmet- 

. tras relaciones con Roma , . £alta que no sabemos como baya po- 

«dido cometerla el antor del diacurso. / Goaa eatrafia ! no pooer el go^ 

bieroo oi siquiera nna palabra de consoelo para el catolicismo etpap* 

-Sol en loa candorosos labioa 4e S. M. Gatdlioa. Mocbo bobUramos 

-deseado que, sin comprometer el aigilo diplooy.tico^.el.atentajado lil»- 

cato bobiora intercalado uoa palabra. de 4Bspieraosa qaebnbiera cald^ 



fi5tf 
iobre.machos boraeoDes, como ona gota de rocfb aobre la narohiU 
flor. Vcrdad es que interpeiado S. E. sobre el estado de los tiego-' 
cioi eclesiiaticos, ba aoifado alguuas palabras que indicaa que el mi-' 
ilisterio no mira coo glacial iDdi£n*encia uh% caealfoo que lao tiva* 
mente iotereaa la religiosidad del pais; Terdad ea que al :tiempo 
€o qae estaa tiDeas escribimoa babr^ti tiegado ya al Sr. Tarraocon laa 
btilaa de Vifcegerente de la Nuociatara apostdtica, eocargo coo que aca*' 
ba de ser hoofado por S. S.; estoaCciertanieotealieota eipecho, en oa^ 
da empero ateoda la falta comelida per el miotstro. 

Mi^otras ia Retna en so corople afioa babiaba A aus poebtoS) j de- 
eia qae camados de aiteracioncs y traitornos^ desean con nnsia dii^ 
JrtUar de tranquilidad y sosiego hajo el imperio de las leyes y d la 
iomhra tutelar del trono; deade laa oiebtas del Tdmesia babUba tam- 
bien el Doquc de la Victoria i los eapaliolea en so c^Iebre mauifiesto 
qoe ya ban ttsto ooettroa lectoreSv7 eo que al tieropo qne confiesa que 
an regeocia ba espirado ya, ofrece au espada para el caao en que |)e- 
iigten laa lustitociooea. El partido progreaista ba aceptado esta eitpa- 
tta, J deade el lO de octubre ya tieue caudillo; el general Espartero 
Hcandillari laa filaa progreaistaa. Sin embargo 6 nos bacemoa mucba 
ilasioU) 6 creemos imposible ooa avencncia completa eutre loa hombrea qne 
'en an deagracia acompa6aron al Doque de la Victoria y los que le aban- 
donaron al rigor de ao soerte; no poca generosidad se necesit^ra parm 
que loa ajacucbbs y progresiatas independientea oWidaaen antignoft 
agratioa, y est rechasen cordialmeote au mano. Eaperamos que la eatre- 
ila del Duque de la Victoria^ eclipsada ja, no tolveri no oca i brillar, en 
todo caao feftejAra aobre un campo aembrado de rufnas y anegado en 
tangre. 

Como noa lolemfamoa, la diviaion ha penetrado en el congreao^ y 
no una opoaicieo absolutiata qne era la qne torbabael anefio del minia- 
terio, «oo nna oposicion conatitnciooal ea la que dllatari mai de lo 
qne d^biefa 4a reforma iti o6digo del afio 57 segon la mente del 
gobierno. Bipiktadoa de oota como latnris. Pastor Dias, el antigoo 
eolaborador en el Correo Nacionaly Concha y otroa hacen la gue- 
vra al ii>ini8teri6; ain embargo tan pronto como baa Tisto qne 
b revolucion no ae contentaba ya con pavonearae en loa parlamentoaf 
-aino qne cbiklaba en laa plaaaa, aacrificando en las araa de la patria 6 
-kien aea convlccioneSt d bieu piqnea y rencilUa particularea, ae ban 
yneaio de parte del miuisterio, y el general Concha en on arranqne 
verdaderamente monirquico ha ofrecido an espatla A los pids del tro« 
DO) la eapad^ qne persigui6 i Espartero baata el Malabar^ que ba 



255 
•klo aeopt^da oon palabrat taay lisoojeris para S. E. ]^r «i preitdeote 
d«i f^abuietie. Tres viVtiaias debian caer en iin oitsmo dia bap el aleVe 
^ptifUl, NarvaeE eu Madrid, Breton en Zaragosa, y Meer en Barcelona,' 
a1 tteiupo que Auietller penetrase por el campo de Tarragona. La in- 
tento:ia revotncionaria ha abortado; lotl hilos de la oonspiracion et« 
Un en Us inaiios del gobierno; caatro reos en Barcelona ban satiafecho 
con aus yirlas i la vindicta pdblica: pero lo decimot con voi muy alta^ 
la fnente de los motinea no esti cegada; todavfa uosotroa ahora con ma- 
jor jnaticia qne el taimado Ol6taga poderaoa pooer en nuestroa labiot 
la deprecacion tautea feces repetida : Dios salve al pais ; Dios saWt d 
la Reina. 

Josft ViDAt Y POWT. 



VARIEDADES. 



Aeosado el hombre de nna sed de (eticidad qof en ninguna fnen- 
te pnedtf apagai> ualiiralmente tetania los ojoa ai oieio, esperando qne 
deade aili bajarA coal rock> Tivificador el consoelo qne badealentar- 
le durante an trabajosa peregrinaeion aobre la tierra. Asf ea qne el cria^ 
tiauismo qoe lee en.lps pUegoes maa reo6nditoa del cocaxon bumano^ y 
que nos atom bra cnai faro saUador en los precipicioa contra loa qao 
corremos rieago de eatrellaroos , noa ba deparado en ana aantos nnoe 
p^iderosos raleilores que iiosaiigeran la carga de la fidayj enjngancoa 
blanda jf carifiosa mano las Ugriinas qoe continoamente brotao de nues« 
tro« ojoa. Y ved a hi la rason qne roneve al alma cristiana i postrar- 
ae coil confianza al piiS de los altares 6 implorar la intercesion de los 
joatos que nos ban preeedido en la carrera de la fida, qnienea ban s«a« 
lido las niiamas necesidadea qoe nosotros, j ahora cefiidoa de an* 
r^la iuoDOital hjiceu valer con Dios sns virtodes en iavor de cnantoa 
todayfa sostenemos las {atigas de noa Incba abromadora> j qne nece* 
aitamos dc iiua maoo que nos apoye en el combate.Uno de eatoa in- 
ter cesore* que el cristiaoo.en momeotoa de tribolacion invoca con 
ir.avor coafilauxa es el que aquf en la tierra biso las feces de padre 
de Jesna y lu^ esposo de la Virgeo aaotisima , el patriarca aan Jo* 
a^. De aiodo que tanto en el mode^to oratorio de aldea, como en la ca- 
tedial de uiagestoosas naves y de elef adas y capricbosas bdvedas haj 



S56 
dedicacia doa ctpiHa cQyoa maros estiii cat! Biempre cebiertM del 
f jt-i'Olo ^l argigo qae la Provideocia not ba eoviadoi j qae por ana^ . 
altas virtad^ merecid calenlar en so seiio al Hijo de Dios^ j alioi^tiiir*^ 
Lb C09 los aodores dd su rostro y coo el trsbajo que haata eopallecid; 
aua ii>anof* La hamilde vara de Jos^ queondia sostuvosns pasoti ahcwt 
ra es e,i| 9tt diestra un cetfo de poder; y mocha prlyanta debe f^otar coia 
Jttftis ^s^ifia, ioereci6 teaerle ^ la cabecera de su lecbo j que le eoja-. 
gara el sudor de la agooia. Mucbos cristiaoos ban peoetrado en al 
templo parA deponer i los pi^ de san Jo$^ las cuitas de su coratottf 
J sn rostro inies surcado ppr el dolor pronto se ha visto bafiado coo 
apacible gozo. Por esto nosotros apreciamos yivamente todo Ira,"^ 
bajo encaiuinad9 i promover mas y mas la devocion A tan esclarecido 
Patriarca; asi es que recomendamos la Novena meditada de san Jose (1) 
que acaba de publicar el P. Rafael Jose Fern'ol capuchino esclausUa^ 
do. El alma piadosa enoontrari en esta novena meditada coji seucilles 
y oncion de leoguage pi&bulo con que alimeritarse. El opdsculo que 
acaba de regalarnos cste apreciable sacerdote es tanto mas recoroen- 
dabie, cuanto un trabajo de esta clase esta ba toda via porhacerse, puea 
ai teniaroos algnnos libritos con que poder celebrar la n«vena del Saato« 
^re^i>mo8 de ui^o euriquecido con meditaciooes. Nosotros nos felleita- 
juos de que (as prensas del impresor Trias hajan sudado doa vecea 
este afio, parfi la gloria del santo Patriarca , la prime ra con el Jfea 
de Marzo^ y la otra oon la novena que recomendamos .bs V. 

(1) V^adcM «n UbnrU ds EtUnm Tkiit flam dc Coit. 




257 



AtlTICULO QUINTO. 



II 



Lay especialmentc pra )os hombres pi^n.^adores qiie sc con- 
sugran sil e.sluclio de lo psado con apiicacion A hs necesidudea 
de lo preseule, y que coiisuUun la cspericocia conio piedra de 
toque de las tcorius, una sitnuciou amarga y desconsoladoni 
en que toda luz de verdad liumana de5aparece, en que luuero 
el corazon no solo & toda esperonza , siiio , lo que es peor mil 
voces , a loda fe de niejora , no j'a descspcrando de lo que de« 
stfa^ siuo ignorando lo que. ha de desear: yen esta siluacion 
el (ilosoro perdido el norle de su camino, y confundiendo loda 
idea de b'lm y de Dial respeclo de las 60ciedades , se detiene y 
ae conceutra en si mismo, y condeua su pen^aniienlo i la este* 
lilidad y su brazo ilainaccion, couio el que envuelto janto 
^on olrus personas eu una profunda oscurids^d, no se atreve A 
dar un paso, ni a hacer nioviinienlo aiguno, leroeroso de da- 
Aarse a »i propio, 6 de herir d los demas.' Y esle esceplicismo 
que en religion y en moral ^nace comunniente de la corrupcion 
6 aridez del corazon , en histoiia.y en po.litioa conquista por el 
contrario i los esludiosos e imparciales por efecto de su niisnia 
buena fe y de sus deseos de acerlar. Somelen a la prueba de la 
esperiencia los sistemas que en su espirilu concibieron , u ho^ 
ican la hisloria de los que en su juicio debieran resucitar; y 
alii donde esj^eraban hollar orden , moralidad , ventura , no en- 
cuentran sjno corrupcion » anarquia y miscria ; ven las institu* 
Clones que degeneran , los colosos que f^xaoiinados de cerca aa 
ToMo II 33 



S58 
achicati « los Lienes do hoy converlirte en males para mafiana, 
la humaniflad efi fin clavada desdcMi caida en el lechodel do- 
lor, 'no alcaiiiand>> con el cnrso do lo^ 8i>;)os sino cHinbihr de 
enrennedades. Si la h slot ia puldica y cUsica , di^amo.^lo a»i, 
oon el esplendor de la gloria y el estrepilo de los graiidtfs he- 
chos disi«iiula las inisetias y gemidos de una sociedjd , si en- 
sordrcc a ello.^ la cicnoia filosoficu para adaplatla y hacerla 
sfTvir de prueba li tin .siHtenia ; tiiia cronica candorosa , un he- 
choalslado, una queja amarga que ha atravesado la diMaucia 
d*i los ti«»in|Mis , 6 una vorgonzosa revelacion cotitfignadu en 
mngrifiito. papel vi«tu4*n d di'5vam*cer nuestras Uusiones, detscu* 
lirieiidoiios .prufundas llagas eu una t;i iK'Mcioii que erciamos 
poco antes Ian dichosa y robiisla. M eutrj.^ nos salioreatnos en 
Ja coutemplacicm y preconizacion de sus glorias y proypi rida •» 
lies, uo suspire salido a desliora de-sit tiuuba nos ariaikra da 
nueslrps sueftoa, mohtrandonos la dura realidad por medio do 
tan .inllcxibles cotno irrectisables testinionios^ disipa las espe- 
ranZ'is del porvenir al niisnio tieiii[)0 que los dorados lecuer* 
4(]» de Jo pasado cuya renov^cion invocab.MiiOs; y giitefaN si 
DO doslruye nueslra (e en los principios e inslilnciones que mi. 
ribauios uomo eleuieutos neoesarios de bien y enui^tliadon*s 
infalibles de veulura. 

Desengafiemonos ; en ludos tiempos y lugares, bajo todai 
las in&tituciones iniaginables, doniiuando (nnd('M]uieia priiroi- 
pios, si^mpre ban exislido y existlviu Uhdrs teriiM(*A y sene- 
rales.vcretT.6 inlentar olni cosu os destionociT la i*oiidicion da 
la humanidad y la hnmillauie .ii*ul(>n(!ia que soFiioriJa pcia. Hr 
ui^ ha reinado puro y sin auialgauia ei bien ni « I n>Hi ; las iuds 
desliechas teiupoctadfii h'«n '*<ido li yrees el ptt'liidiD indii^pi^fiKH- 
ble de tti)oca9 de rog(Mi<*raci<»n y bon^iBKa , y en )o« «lliw da 
prosperidad acaiio u** foi'md f-l «:u<^n'» (|ue ha aeab^do con 
la loam I virla d.'l trnnoo qu« le abrr;!ab.i, El mayor i.U«n«ro 
de laa iostituoiones y de los estado$ nnuTen cuino los liom^ 



259 
bfct no Unto por vtolencia^ como por enfermecIaH j por efeclo 
de los {(prnienes cie ilisolticion que fiieron en au cuerpo intro* 
diici^odose; y aun los que v<'nios |)erecer par la espada de un 
conquistador d bajo la segur de las revoUicioncs , cast niinca 
aon k uur&tros ojo*i en si , annque lo sean en sils individuosy 
vicliinas inocente^, sino culpables cnjo cas(ii>o d fsptacion con* 
iia la Provideiicia i inslrumentos mas culpables lodavia , des* 
tinau-lolcs, aegun sua miras inefablcs y se^uii los nipritos de 
aqiielloSf on a niucrte perpetua , era h segumla y mas brillanle 
villa ilespties de pasados^ por el crisol de la advutsidad. Tal es * 
la hy liiOilitda en la esencia niisuia de las cosas : todo lo que 
es humaiio inuere, y solo niuere |>oi(|ue es corruptible. 

Y que 1 se nos dtra : preconizadores de la fe , vifnis i pro* 
clanuir el escepticisiiio I venis i arrebalar la suavtdad i nues- 
IrOH recuerdos , sn brillaMti*2 & nueslras csperanzaa ^ toda idea 
de bicn y {elicidad a iiuestro sediento corazon ! Si, prrconiza- 
durcs de la fe beuios probado priinero $u. exisleiicia como un 
iusliulo y una lu'cesidad en todo hombre y en cualquiera de 
aus esiados intelecluules , ora fuese le«:iliuia , ora errduea y desfi- 
gurada ; |K*roya es tieuipo de deslindar la f^ de la supersticion» 
como el qu(*^ probada la nece^iilad y universdlttlad del senli* 
niieiito religiaso, busca entre tantas religiones los caracteres de 
la verdadera, Mn cuya segunda investigacion denada scrviria 
la priuiera sino para lanzarle en una conPuHion peor acaso que 
las tinieblas d^ la incredulidad. No pasariamos a quitar el 
apoyo del cual pemle vuestra fe, si no ttivieramos nn punto mas 
elevaiio y seguro en que colocarla; veninips < arrancarla de 
los hombres y de las inslituciones humanas para fijarla en Dice 
y en sus leyes etcrnas^ ^ mostrar |a vanldad de esas. glorias 
de los conquist adores » de esas cavilaciones de los polilicpSi de 
esos edificlos que el Senor no edificay de esos nmras que no 
cuiiodia, veniinos a destrozar tantos idolos de barro pbra de 
aoestras propiaa manosi i los cuales ae iiaji y alhboyeo |a 



2B0 
ronsrrVAcion y vcntivra i]o In.s 50cio<]:i(Ips. Las generaciones lo^* 
(]«if« han idolalrado sucesivnnwnile (*n sus priiicipios iiicowple* 
Cos, en stis formus polilicas 6 en ms insti In clones sociales, sin. 
esciirinentar si vista de la niortaliilad de ctianto lea precedioj 
y la nue*slra idolalra aun en las varias y enconlrada8 opiniones 
enqno anda fraccionada , desde losadmiradores enlusiaslas de U 
edu 1 media hista los aposloles de.Ia perrectibilidad indefinida* 
SitMiipre loa eslacionarios Ijati lieclio Inseparable de la rtiina de 
io existente la niuerle y aniqnilamienlo de loii pueMos; siem- 
pre los innovadores han prornetido a estos con siis nuevo.s cs- 
pecificos haber JKdiado la panacea de ios males; y nnos y 
otros se han enganado en sus temores y en sus esperanza.4 : las 
}<^ye8 sc mirlliplican , las sociedades sc (raslbnuan, Ios males 
y iod hienes sigiten tem;>landose y cast eqnilbrandose unoscon 
0lros, y las nacionen ora envrjccen rapidanienle a |)esar de Ios 
tonicos que se tes propinan, ora triunfan roboslas del cumulo 
de doletictas que debiera abmmarlas. Toda conqtiisia , revolu- 
*cton , sistema , mejora 6 adelanlo positivo son Ian incapaces 
por si de creai* una 50ciedad 6 de aseguraile un bienextar s»6li- 
do J general y vcrdatlero , conio cnalquier operacion qoimica 
de infundir espiritu & la materia: nnas y ottas no alcanzaran 
tnas que a dcscomponer , reunir , suliii/^r , organizar , dar for* 
mas mas 6 menos perlectas.pero siempre inerlcs: para vivifi- 
tear se necesita el ahna , se necesita la religion. 

Las coiiquistas oprimen y no itnen, matan y no convier* 
'tf»j kas revoluctoiies solo deslruyen, las leyes se eluden, las 
iD.>lliuciones se ral>eun , las liquczas corrompen: cualqnicia sea 
*el e(|«ilibrio de poderes, siempre babra opresort's y opriuii- 
dos; sea cual fuere el reparlimienio de gooes y bienes, habra 
monopolio de un lado, envicba del otro: invenles»e por fm A 
inmo que se quiera conlta el de^borde de pasiones 6 la lucha 
it inlereses, siempre habra una cosa mas fuerle que. todos Ios 
«li(|tie8 y oias iugeniosa que toda& las.precaucioues: la libertad 



C6< 
-httmarta. Dlrigirla y no encA(1f>nar]c'i cs cl unico medio tie coii» 
tener sns abusos, y eslo solo pufde hsiccrlo una fuerza e^piri- 
lua] llameseia coino se quiera, conciencia, moralidad ^ nTigion- 
I Donde esta, se nos preguntara, estc siglo de oio que b 
religion ha Iraido al inundo, y e^te stielo hienaventurado 
que ha convertido en paraiso ? Donde esta^ preguntnremoa, e| 
isiglo y el sueio dbndi? ha reinado sin mancliia y como 5<*Aora 
absolula la religion? Stglos ha hahido que se han llaniado re« 
ligiosos relativamenle a ios que les han sucedido, en que la 
religion a mas de ser cl prtncipio social , como es y lo sera 
siemprc, era ademas principto de gobierno; y si merecen nna 
jti^ta admiracion co:no rebccion del desprccio en que Ios sumto 
el filoso(i.iroo , y si es preci&o conocer toda la miseria y fatali> 
dad de aquello^ tiempos , para agradccer dcbidainente al ca- 
tolicismo cuanto dulcitico su suerte, niuy lejos estamos de 
nreseiitarlos por tipo de su impcTio saludable. Florezca enho- 
rabuena la religion; sieinpr^ hcrviran debajolas pasiones, y se 
8ublevar«'S la libertad hnraana , que no existiria si debiera nece- 
aariamcnte someterse a la vo/ de aquella; y cuanto mayor sea 
el predotuiuio religioso ,' con tanta mas diligencia se encubriran 
bajo su manto Ios bastardos inlereses y nialas propensrones: 
p'To no con Ios abuses, con las miseriaSj con Ios atenladosde 
aquellos^sigios es como debiera arguirsenos conlra la religion; 
debiera mostrarsenos que la religion Ios santificaba 6 siquiera 
consentia; debiera mostrarsenos que sin la religion hubieran 
sido aquellas generaclones mas jtislaS y felices. '[ No es injusticia 
iiaccr cargos a la ley de Ios mismos escesos quecondeoa? no es 
locura repudiar un consuelo porque no alcanza i ser remedto 
total ? Quien ha declamado jamais seriamente contra las ideas 
de juslicia y podcr, porque existeo soberanias liranicas 6 trtbu« 
nales corrompidos?La religion para obrar en la tierra necesita 
tomac cnerpo y formas sensiblcs que no participan de la inco* 
rruptibilidad e iumortalidad de su cspiritu; y cuando Ios abu^ 



S62 
SOS gangrenan un mtembro , aqael mlemlro moere , sm mengnar 
por esto el alma ni conlaiDin»rse. NaJa existe de cuanto ba 
dado prelesto a tanlas declMmactones contra la religion , y ella 
sobrevive; prueba que aquello era necesario, bumano, psaje- 
ro, esto divino e inmortal. Y notese dc paso la doble oonducia 
de stis enemigos : cuando se trala de minar su inflnjo , de des* 
truiila eo sii parte temporal y visible, unica que rsia ea 
au inanOf protestan que nada de ello pcrtenece i la religion, 
que solo dirigen sus tiros a las aftadiduras de los bonibres pare 
que apareasca en toda su purexa j beroioaura la obra de Dies; 
pero I se irata de inculparla y acriminarla ? no hajr iostitucion ni 
crejente apenas de cti^os vicioa no la bagan responsable j 
ooinplioe. En el primer caso aniquiL-indola i fiiersa de abstraer- 
la , fingen no veria en ningun punto para berirla mas & sal* 
TO ; en el segundo en todas partes (ingen verla para abarcar ea 
an seno las miserias y desgracias del universo. 

Pero si la religion ba dejado de ser principio de gobiemo 
tal ves por bcneficio de la Providencia , y A por aliora , segua 
las consideracionei espuestas en riuestro ariiculo anterior, lo 
oonvieiie separarse do la politica tirando una' linea divisoria 
entre la Iglesia y el Eslado, no debe, ni puede aimque qui-^ 
aiera, abdicar su influjo y su lotela aobre las sociedades; tal es 
la fuerza y oalor vivifico que por su esenoia Ueva. Error fre* 
cueote es en estoi tiempos confundir los intereses poltlicos y 
los sooiales, ciiya coosecuencia roenos peligrosa es dar a aque* 
Uos una exajerada importancia , 6 eocerrar d estos en el cstre* 
clio circuio da los primeros , perdiendo el tiempo en cuestioncs 
est^riles y ridiculas si no pasan del gabinete de unos cuanlos 
fildsofoa , terribles y sangrientas si en ellas toman vox los pue* 
bios. Solo por este error puede esplicarse la continua snspica- 
cia de los gobiernos, los impertinentes teniores de una dittadu* 
ca a.icerdolal , y el imbecil prurito de poner la religion ftierad^ 
Qircubcion, digamoslo asi, de limiUrla a una idea especulativa 



26S 
da ritos est^rnds^ de liacerld relirnr eri el fomlade los teiiiploi 
annque con poropa y bien qsistiila^ coino (ii/cia mcinoiahlt" 
ojetite un period ico ^de 1« sitiiacion. Aj^ del dia en 4|ue esto 
suceiiiera , y en que dejara de^ pi e^idir en losf tribunales , dc 
^ntervenir en los contratos | de regular las obligaciones irulnas, 
de circular por lascallca, de anidarse en los bogares, de velar 
aobre loa sepuJcron^ de aconipanaros dcsde la cuna basla cl 
lecbo de niuerte 1 IiMenciatos I y no veis que la religion seria 
ftnldnces una siiperslicion 6 una farsa, y ios templos on lealro 
doode iiiuis d orar ppr la uianana como vaia al otro ^ solaza* 
ros por la noche ? 

De aqui nace que sea coo danado (in ^ sea con necio aturdi- 
DiientOi no alcanzan a escluir del gobiernp temporal a la leli- 
giou sin menguar tambien su vida moral en la aociedad , que 
para segregarla de las le^es se la arranca de las coslumbres , y 
ad color de procurarle descamo y retire *se la condea^k i inac- 
PiOQ y eocierro , d se la depura hasta el ptinto de aniquilaria* 
Si a medida que se espiritualim la religion , se espiritualizara 
liambieii al bombre , y en especial a la clase mas ignoraote y 
grosera.que segun vosolros necesita mas dircclamente de su 
.accipo y de siis con.^rielos, a si estos se limilaran & h otra vida^ 
y no aliviaran .con ininediatos ausilios la carga de la preseote^ 
se comprenderia mejor es(e sistema de aislarla, de reducir su 
esfera, de priyaria de su ubiquidad , digamoslo asi, jr de su aa^ 
joendiente sobre los setittdoa ; pero cuando sus ventajas en el 
dia mas pooderada^^ , las unicas tal vez que la moderna filoso** 
fia le concede , aon cabalmeole las de moralizar al pueblo y ali- 
viar siquiera reaignarle a su triste siierte material , i no es una 
contradiccioQ el reducirla a la esterilidad bajo este aspecto? 
Antigua mente, es decir ajrer, la religion sellaba y oonsagrabu 
en cierto mode todos los graodes aoonteciroientos de la vida; 
fdriDolas religiosas cuja sublimidad 6 delicadeza no se repara* 
ba por barto comuoes , acompaftaban los doeios y los parar 



t6» 
bieiies, las rdaciones aoeiales de~ amisUid , nrbanidad e fnte* 
res, y los escritos todos desde la ley snprema basU la maa 
aendlia carta ; el simbolo religioso $e alrecia por lodas paries 
i la visla , j aensibiiizaba ia accion universal del senlimiento , y 
donde quiera pecara el bombre, alii se le preseotaba como 
UQ remordimienCo visible; donde quiera Uorara , se le bfrecia 
como ioesperado oonsolador levantando su alma al cielo : el 
eulto religiosaen fin , no cabiemio en \oh templos» rebosaba por 
las calles y plazas manifeslandose en devolas procesiones 6 en 
populares solemnidadesi y liasta dando pretcsto i todo ptibli* 
CO solaz 6 diversion. Prescindiremos de la poesia que en si res- 
pfiraban estas coslumbres , y de las ventajas espirituales que 
de ellas dimooab&n : mas aim bajo el punto de vi?ita de Jos 
Bldsofos que las ban desacredilado, y dc los gobernantes qua 
l£is ban abolido^ no vemos qui bienes h<ijra (raido su de>apa- 
ricion , ni que inconvenientes podia acarrear el que« supueslo 
que la religion sea la \vy moral del pueblo , eala ley se hallara 
fija en oada esquioa ; que siendo el balsa^mo de sus males , sa 
ballara aprontado doode quiera ain necesidad de buscarlo; que 
una yoz )>erenoe le recordara sus deberes y sus esperanzas, y 
recibiera infillrada en &U8 alinientos y hasta aspirara con au 
ambienle la snslanoia viviflcadora* en ves de tomaria a modo 
de medicinal Sin diida los pueblos agradecerian mas esla sa* 
ludable coaccion , Ian dlstante de la violencia como del imlife- 
rentismo, por medio de la caal se les iofuudia sin percibirlo 
el espiritu religioso, que la funesla indrpendencia en que se lo9 
deju entregados A los elementos . del mal, & la tirania de las 
pasiones 6 a la amargura de sus privac'ones; sin remedio ni 
contrapeso. Antes al hombie se le incliuaba al bitn, aliora se 
le permile ; antes venia a buscarle la religion rodeandole ceo 
sus beneficios, y constiluyendo el fondo de sus ideas que cast 
siempro a) Ira ves de sus vicios aparecia; aliora e| debebuscarla* 
basta cieilo puqlQ> sujolQ i to.das la& c?epluuUdadt6 e iiicoo^ 



265 
Tenieotes de edncadon , relnciones ^ pcwicKm y caHcter , que i 
veces le colocan i taota distaocta moral del influjo religiosO) 
como lo esla fisicameote el salva)e en n>edio de sus bosquea; 
Asi la religioo Ta pareeieodo en los crejentes un resuHado de 
este concurso favorable de circoostanciaa, un accidente 6 par* 
Cicolaridad del cardcter, una propension de temperanienlO| 
una aficion 6 pasion coando no un c^lculo ; y de aqui i mirar 
loa templos como unos meros esiablecimientcs de oracion , d 
clero oomo una carrera , la Iglcsia como simple raeda del Es^ 
tado , no hay aino un paao y bien corio. Y entooces converlida 
de vinculo social en aeotimienio individual , de nada aerviria i 
nuealroa publicistas tenerU de reserva para grendea octesiones 
6 caaoa deaesperadoa , aemejante & aquellas viejaa enaeftas, pa« 
ladioo tradicional de laa nacionea, que enarboladaa en loa ma^ 
nentoa critiooa despuea de ncio prdlongado, salen A preaen** 
ciar la ruina y muerle del degenerado pueblo que en mejorea 
tiempoa guiaban cada afto & la victoria. 

I Que significan tantoa elogioa acad^micos u oficiales dis^ 
penaadoa al catolicismo en especulativa , y tanlas coriapisas f 
restriccionea opuestas en la practica i au deaarrollo? tanio 
liablar del eapiritu moralizador y pacifico de aua doclrinaa , y 
tantaalarma y auspicacia contra sua propagadores? ponderar 
los beoefjcioa de aus inatitucionea, y condenarlaa d deaaparecer?^ 
reconocerle como oooaervador de laa ciencias y civilizador de 
los pueblpsy y 6scluirle de la ^nsefianza , 6 alomenos desacre* 
ditar y neutrafiaar la auyft ? encargarle la tutela de la sociedad/ 
y trabar au acoion benefica , envididndole y temiendb como ti» 
ranico au asoendieote aobre los corazones? en una palabra, qu^ 
aignifican tantas recomendaciones y encomios i la religion , y 
tanlo mtedo y espanto y hostiltdad d la Iglesia que no es sino 
esta religion misma erigida en sociedad y organizada para 
obrar ? Significa que para la mayor parte de los publicistas no 
es la religion mas que un nombre vago, aua ab^lracoiaiiy una 
ToMO u 3V. 



S66 
teoria;qOTMn hftcerse carj^o del iodiVisible enkce Je'Siis preeep«^ 
t06, los reducirian coil gusto ^ uno solo: obedeced! ^Querela que 
aeauios esplicitos?signitic4 que aehicha entreel odio vivieoteauo 
liacia )a religioD , j la oecesidad de elia harto aa|>eriii}eiitada* 

' Pero oi la religion por au esencia puede aojetarse a esU 
fspeciede entredicho y aisiamieQlOy ni debeo coDsentirlo lof 
hombres rdigioaos y mucho menoa aua mioistroa : reiiunciea 
enhorabueoa i la proteccioo de loa gobiernoa , pero jamas al 
credito j auoor de loa pueblos, ^o lea pedimos solo firmesa f 
brio para defender contra toda agreaioo j fuersa el recinto do 
los templos d el santuario de aos conciencias » si que. tambieo 
ardieote celo j proaelitismo para cooqutatar i la religion loa 
oorazones y eotendimientos , y no solo oon oracionea y votoa 
7 ormas espirituales, aino con medioa acUvoa , con cuantoe me? 
dios humanos etia permite. .E^ti<»odan au imperto doloemenle 
iovasor sobre cttanlo airve a los 06O9 y oecesidadea de la vida# 
sobre cuanto iiustra , embellece 6 reerea , aobre todo lo grao) 
dioso , util 6 agradable ; no baya direccioo alguna que pueda 
tomar la actividad y la coriosidad boniaoft deolro de so per- 
mitida esfera.y que no se hallen al frenle de ella para regulari^ 
sarjr aprovecbar aquel movimieoto; no hajra don algiino.<S 
becbura de Dios, mara villa de la oaluralesa 6 ioveooiondel 
honibre , que no sirva de instrumeAto en sua manoa para pro- 
jMgar la divioa gloria. No se desdefteo de ataviar con bumanoa 
laorelea a la hija de loa cieloa ai deslumbraodo los ojos cama* 
Jes de muchos coosiguen por este medio airaerloa i ella; apa? 
rezcan inteligeotes ante los iddlatraa de la inteligencia , activoa 
y fomeotadorea ante loa bombrea del positivismo , profundoa 
conocedores del corazon para loa que sufren 6 anslao : acomo* 
dense eo.fio a las licitas si bien capricbosas exigenctas del siglot 
conao acostumbran los misioneros con las de los aalvajes para 
ganarlos i Dios, y empleen alternativamente y segun los casoa 
Ja dolzura y la firmesa que caracterisan k todo oeloso y pro* 



jeMe' enfermero/ Y oomo es tab grave la ddletocta ie la gene^ 
radon actual , que el alma esta casi aletargada , y apenas sieo^ 
te ya mas que los dolores materiales , es preciso tambieo acu 
dir al remediode eatos y acalbrlot en lo posible^ )>aia que aai 
piteda oir mejor discurrir aoerca de s us iotereses espirituales: ea 
preciso que la religion se encarne, por dedrJo asi, en beneficioa 
aensibles , j que si con una mano seftala al hombre la segonda 
patria que le espera en el ctel0| con la otra le soslenga en el 
oamino , y aparie las espinas de esta senda terreoal por la que 
Ta marchando. ElsU mision , tanto mas ficil cuanto deriva de 
la esencia de la religion misma » y eomo tal se ba ejercitado 
aun cuaodB la reclamaban m4no6 al pareoer las circnnstanciaa 
y el caricter de la ^poca , vale por todos los volumeoes y dis» 
cursor, yi elia esCd reservado lal vea un ^xito decisive: contra 
d ye)o del indiierentismo la llama de la caridad. Dies es cart- 
dad , Dios se revela por el amor » y por el amor es como otra 
Tea podran subyugarse los corazones. Es neoesario pelear coa 
obras; el mundo estA cansado de palabraa. 

Y asi lo ban reconoddo en erecto^ no digo ya los bombree 
pensadores y conocedoresde su siglo, sino las mismas gentes de 
oorason recto y sencilio. Las personas piadosas como por un 
proCindo instinto 6 mas bien inspiradon del cielo , descendiendo 
un poco de su contemplaqion , 6 aliandola con una perp^tua 
milicia de oaridad sobre la tierra , se meadaa enire el bullicio 
del mundo para espardr por el oenteUas del sagrado fuego 
guardado debs jo del santnario, y verter bdliamo y corauieloa 
en los cuerpos con el objelo de filtrarse asf onejor hasia el in- 
terior de las almss. La filantropia filosofica babia en derto 
modo desafiado i la rdigion i aliviar la suerte material de los 
pueblos; la babia tratado de embaucadora, de madastra de 
los cuerpos , de insensible a las lAgrimas terrenas : y esta acu<- 
sacion era tanto mas peligrosa en unos tiempos en que cuanto 
perdio la fe y d entusiasmOi lo ba ganado el egoismo y el amor 



"868 

al bteneslar 7 i Io9 intereses llsimiidos posiiivos. La religion 
debio recoger y recogid el guante ; y de aqui esta muhidtd 
deestablecimieolos de caridad, de hospitales y casas de asiio, 
de asociaciones piadosas cajo iiuinero igoala cusi al de los ma* 
' les y d^gracias de todo geoero que piieden afligir al hombre 
eo aa dolorosa peregrinaciou , taolas obraa eo fin y empresaa 
de Tentadera filantropia tendidas como ona innieosa red por 
casi todala Europa para conqaislar hombrea i Dios, y preo* 
der eo los duloe^i lazos de la caridad a coantos una vez se acer« 
caroQ k sua agaas para^refrigerarse. Y laego despiiesde aliviar 
y saaar loscuerpos, ban peaetrado hasta el corazoo donde es(i 
la Uaga raas profunda; y haciendose cargo de la atiibicion in* 
saciable, del inineoso afan e inqoietud de deseos y del lastimo- 
ao descontento que devora a lo8 hijos de esie stglo , ban dado 
instruccion al que la pedia , ban investigado con ellos los teso- 
ros de la cieocia y los arcaooa de la naturaleza ; los de.seos qu6 
ban podido satisfaoer los ban satisfecbo, i aquellos i que no 
alcanza la mano del liombre ban senalado al cielo por termi* 
too y cumplinliento. lie aqui una dltedra , on libro^ una apo- 
logia praclica que babia bien alio; be aqui on oi^todo cortoi 
aubltme en el que 1o ensefla ^ dulce para el ensenado y seguro 
en sus resukados. EsU tan decaida y escarmentada la razon 
bumana , tan 'inderto^ y oscUreddo el entendimiento , que do 
aguarda sino un MoWmiento del corazon para decidirse y se- 
guirle: gAnenseiloa corazones y se subyugardn los entendrmien^ 
tos. Hojead 'la bistdria de hks eonversiones de nnesfros diss: 
2 donde se ban ▼eriftcade sino en el fondo de los templos , d 
Tista de las imponentes sotemnidades 6 suaves consuclos de la 
reli{;ion , en el lecbo de dolor de los hospitales , en las grandes 
aflicciones de espiritu 6 de coerpo coBsoladas por angeles de 
caridad , que a falta de otra prneba bastarian por si solos para 
faacer creer en el cielo ? Qu^ otra mas energica pudiern present 
tarae eo iavor de un DIos bueno ^ de otro muodo de recompen* 



S09 

sas y y de una doctrina que tales portentos j sacrificios inspira ? 

Y al paso c|ue eslo presencia la civilieada l^uropa, uo 
mismo impulso de caridad arranca Ae ella i hombres genero- 
803 para traer a puebios barbaros junto con la luz de la fe 
iguales beneficios al traves de los mares y do los desiertos. La 
era de lo:» iiiisioneros no nienos admirable que la de los mdr- 
lires, no se hu cerrado todavia> ni se ccrrara , mieniras qucde 
nn Lslote donde no se \u\ya plantado la cruz, un salvage que no 
conozca asu Redenlor; y nucslro siglo indiferente y egoista es 
ie>tigo ocular de eslos prodigios de celo y abnegacion , que si 
por acaso no creyo^exagerados por el enlusiasmodeotros tiemposi 
alomenos en cl actual estado de cosns reputara como imposible. 

Que digo ! todo flfl nace ahora misioncro; y sus trabajos 
y csfucrzos en medio de una sociedad esceptica y desconlen- 
tadiza solo se diferenciun de los del animoso sacerdote en medio 
de sus rudos neoCtds, lo que se diferencian los cuidados pateri« 
nales de la educacion , de los ultimos coosoelos prodigados;4 
una anciaiiidad decrepila y abadda. El grande en su paUpip^i 
el urtesano t*n su taller , el sabio eo su reliro, el literalo en la < 
atii.dsfera de gloria que le rodea , todos 4 ^su modo puedeo ser 
apdstoles de palabra « de obra, ocuando menos eon el ejeqiplo^ 
y hacer que en su peculiar esfera penetren los raji^sde la re* 
ligion; y cuaudo se piensa en la singalar importancia , por 
decirlo asi, y gran mision que ba sido atribuida al individuo 
eh este tiempo, en el poderoso ascendiente que puede empjear 
en defcnsa de la mas hermosa y sania de las causas , casi beo* 
dice uuo el rigor de las presentes circunstanciasengendradoras^ 
al uiisuio tiempo que de azares y peligros^ de grandes hecbos 
y de sentimientos gcnerosos; y se deplora menos la desapari* 
cion de tanlos monumentos materiales, que recordaban & Dioa^ 
ya qoe parece destinado & rcemplazarios el hombre mismo^ 
eclipsando las obras lodas del arte con lo beUo de sua virtudea 
y lo sublime de cu caridad. Jose Maria QoAonAM. 



270 

^uto0 0acramentaies 



▼auu CnwrfJM 

Qm !•■ dfevola miliJi 



L»M M Vm*. £•* ««!<#» aw ¥»Usm»jr mm Utrmitrm. 



n 



inguti enOTlor de. primer orden ka e^pertmenlado tanto 
el (lufo y retlujo de la critica como Cakleron de la Barca* 
limgtino l»a sid^ (an liiperbolicamente eD8»lzado por la geoe« 
factou contempordiiea r para ser Ian duraiuenleetcarnecido por 
la venidera. Cervantes a|)ellid6 a Lope de Vega ei mofnimo //e 
h fialuraleza; nosolros, apropiando A Calderon el lilulo de 
una comedia que escribio, podti<iino5 Uumarle el monsiruo 
d^ la forUma. Su fania pd&luma sufrio de llcno los vaivenes 
de la 0()inion pubiica , y el |)eriodo que abarca esa fama per* 
teiiece lambien a la vida de )os autorps. Aclamado Calderon 
GOttiO el aslro mas briJlante de una efrfera lacbonada de land* 
oo«as estrellHS , apenas paiso un aiglo sin que ae viese envuello 
en hi sombra dc uti eclipic total; y au teairo calificado par 
voto uuaninie de coleccion de niodelos initnitables, fue repu* 
tado de-spues cotno una serie de ingeniosos delirios , de estra* 
jias producciones de una fantasia desarrcglada , de latnentables 
al>tfrrHciones del enlendtuiiento bnniano. Aunqiie el clasicisiuo 
frjucey pcncirase en luglaterra , el admirable Shakespeare coo- 



271 
aervo ^ran parte de su prestigio entre los Itteratos ingleses, 
como Id conscrvaba inlegro en las Qtasaa populares, perudes* 
de (]tie Hueita lompiosn nliinia lanza en favor de la escuela 
dram Uica espaftola , Calderon iue destronado compietaineole. 
Nogaionlf? sti «oto ios criticos , borr^ronle de aus repertorioa 
loM adores, fultiiroiiie \ps aplausos del publico, y su nombra 
ae iba bacicodo tail dc^conocido como lo era .su sepnicro. Ce* 
rraroi) para el los (entros , a la triaoera que sua tomos de co- 
meJiau c:ilabaii cerrudos para los nuevos draniaturgos; y sua 
obra.s en ve2 de in&pirar a los poelas viiiieroii a aer como una 
antigiialla que recogian el curioso y el erudilo. 

Uua critica , mas filosoRca en su Fondo y mas ^enerosa en 
aus tendencias, ba manirestada cuan estrecbas eran las miras de 
aqiiPJla que, prcocii|)ada por modelos de bellcza especial , ar* 
maba su diestra del compas y la escuadra para buscar en lo9 
variadus pro<lucios de la imaginarion h$ proporcrones de un 
tipo delerminado. i Es acaso menos bella una caledral bizao* 
tina d nii palacio anibigo , por no tener- la aenciliez del edificio 
griego, d la eleguncia misma de un monomento romano? Puea 
ii la arquiteolura ba encootrado tipos de belleza diiert*ntes 
; por que no habia de ballarlos lambten la lileratura? Investi- 
gar , d^scubrir y oompreliender ese deehado ideal de que las 
obraa de ingeuio son tan solo was 6 roenos perfeclas imitacio' 
iie.s , era lo primero que debia hacer la criiica para fundar sua 
jnicios sobre .sdiido cimienlo. Una escueia dramilica que con- 
laba H oeuteoares sus escritores aventajados , y a millarea laa 
obras niaroiidas con su cello que fueron cl eiicanlo de nna ua- 
cion civilizada por »l espacio de un siglo ^ y qne a falla de oira 
^oria podia ajabarse d<; baber sido el mas fecuodo de todoa 
lo< sifeUMuas iiii'i Hrit>s , por cierto que no lendria un lipo ente* 
TaiiH»n<e a^eno de veniad y de be|lp9(a. Keconocida la analo- 
gia de eso lipo pon el canioter de la soci<'dad para la cual fui 
coucebidoi ) observado en liis producciones de aquella escueia 



tf2 
on vivo rede jo de las ideas , costombres j senlimientoa He m 
^|X>cii « ouestros draiiiAiicos anliguos Imn logrado que fueso 
rehubilitada su memoria, y Caideron coino gefe dc ello^ vuelve 
A ociipar el pnesto que le pertenecia. EI bueii concf*pto de qufr 
liclualmente goza esta cnl^izado con el entusiasnio primilivd, 
y los encomios ban hecho eninudecer al aarcasroo , como ente 
hizo caliar i la adiuiracinn. La crilica modema dcsmintienda 
AU del siglo pa!«ado , procliima a Calderon dt*ainatico eiuinen* 
te, geiiio cslraordinario , poela europeo; y revocando iin fallo 
prontmciado ya como solenine y decisivo , ba viiello A ceriirle 
li corona de iiiniortalidad de que con tanta ligeresa ae le ha^ 
bia despojado. 

Ni el espacio de un aiglo consolido bastante la obra del 
entusiasmo para impeilir su ruina , ni el espacio de olro siglo 
fu^ cstorbo a que se reediBcase el derruido monnmenlo: ^seri 
esia fabrica demas duracion que la priniera? Para que asi ma| 
neces^rio es qtie este apojrada en convicciones lilerarias naci^ 
das de profundo y razonado estudio , y no en opiniones pro* 
lirjtidas por la moda , cuyo dominio es sieoipre caprichoso y- 
pasagero. Por de pronto observamos que no un eximen ixia& 
filosofico de nueslras comedias famosas bizo (omar en CsfHifia 
fliverso giro A las ideas de critica leatral, sino que el^as(*€0«f 
dtenle de una crilica imporladadel eslrangero prccedio al nue* 
'VO exanien de nuesiros dram^licos antiguos. No fueron las be* 
llezas d» eslos las que hicieroo pasar como culpa venial la falta 
de las tres decaoladas unidades ; sino que adoptado el princi^ 
pio de liberlad por los literatos que empezaban A descollar , y 
aplaudidos sua efeclos por el publico, reconocieron algunoa 
que seria contradiccion palpable dejar que permancciesen olvir 
dados los escritores de una escuela que tantos puntos de ix>n* 
tacto tenia con la dominantr. Es decir que Calderon y loa 
suyos no ban resucitado por su propia virtud , stno por la age* 
pa. Si alomenos aherii que go^n de nueva vida fuesen eaUi* 



275 

dik^fCMi thetendM » y 9U ledura sir? iese de algo mas que cle 

pMsliiHiipo ! Pero los jnickM inexaciosaiiiiqtielauilatoriOH, que 

*piiUioafi d veces escritorea naciotialeny estrangeros , demueslran 

)t}iie ei esltidto (le Cultieron no es ian proliindo ni tan comun 

iBOtno i primm*a vLsta aparece. Los elog'os vagos no pruebaa 

-tiifis qtie una itiea vuga. C^e encotnio fie cUHlidudes que no son 

laa caiacterislicas de Calderou s\ bwn no cai^a de elliis , e«a 

r«|>elicion do uuoii inisinos temas eotno si fuesen los unicoi de 

8u glona 4 esa.H ctlait f*ntn!stasta.s ]iero nitinarias ; no son mas 

Ufn tm irtbiilo li la :moda que un liomHiage al ni^rko del 

grande c^ciilor? Cuando las voces de aplauso no son mas que 

ecoa Unas de otrae', uias bicn fornian ruido que Tama verdadera* 

Pooo$ son los aulof es que haj an niarcado todas sus obras 

con un aello . tan caracierislico y propio couio el que ahora 

iioaoctipa: ninguna de elias nece^tilu su firuia para ser leco* 

nocida al monieuio. Calderco liene una maoera Ian peculiar, 

.MIS beliesas y defecios son de tal ordcn, que ban podido aer 

iwilados cou bubilidad> |)6ro no completamaite bisificados 

jjor 8US mas dieslios couipeiidores» Ese a^re de iamilia que cs 

lactl adverlir hasia en aoa dramas de indole mas opuesla , ha 

'persuadtdo i no pocos que, lejeado con atencioo los maa so- 

;bresalr^ytei y vu^arizados , alcmizarian una suficiente idea dt*l 

•conjuulo que forma su voluminoso teairo. Tero como esle ae 

divido en \atioa g^neroa cuyo objeto es diffivntc si bien aus 

*ibrinas y eslilo a)go perecidos, conviene cla»itfc-arlo8 y eaiu- 

'diafloa |>or separado para tener de cada uno exacto conod* 

mietilo. Calderon observando a la sociedad y 6 idealiwndo sua 

-mas noUea y poeticos sentimientos alguoas vecea hasla la exa- 

'geracion, creo y popularixd la comedia de ioiriga^ baciendo 

»a)arde de ud ingenio OMiravilloftO en la corleaia del language^ 

en la stiiileza de ios concepf6& y eo la complicacion y arlifi- 

ncfo de 'la trama^ hasta defar probado el lema que en el tilulo 

-te4ia]iia'propueslo. Ga y<rd<|d que conduce arSua lecUlraa por 

ToMo a 55 



27% 

las encrucija'lds y reviiftltas <le tin'laberinlo', pero ana vefedas 

estdii setubrailas d« taiilas flores! es Ian agradable la auK|)en- 

•aion con qtie se espera ver si el alitor k^ra dosalar , 6 tan solo 

ooniigue roni|)er el lar^ que va apretaniio oon nuevos Audoist 

Otras vecei le prestubiin aii?i asunios la htstoria y la milologia^ 

td -bieti s«i.<i sobrenatiirales ac^ecimientos bs lej^endaa piadosas 

d ciibttlterescas que en mi iieuipo catabao en voga ; pero entoo^ 

cci ni se hacia esclavo de la fabula ni de la tr^idicioo; cos* 

ininbresi caracteres , col jrido , Uxloera piirainenle obra suya: 

. lances y personages le pcrLtfiiecian conio si los tuibiese. creado; 

• y sin contentarse oon dtalogar los liechos referidos, los refun* 
dia , adornaba y enlazaba a sa niaoera « lactando & la ves el 

• lesto ageno y la invencioii piopia en el uiolde preparado de 
anieniano en su fantasia. Si los nnmerosos dratoas que cbm« 

>preiideo estas dos clases fueron tal ves los que proiiiovirn>n la 

celebridad de Calderon , sin duda los que actual inenle cootri* 

buyen mas a estenderia e tnmortalizarla son laa comedias en 

rque valitfndose <le recursos fantisticos 6 naturalas, ^proptiso 

« resolver algun - probteina psicoldgico y desdobld con iiiatio 

t maestra los pliegu^s del coraaoii buiuaoo , las admirablea coii- 

oei^ciQijes en que con tanui oovedad couio iogeoid deseovolvid 

i un argumenlo de elevada y aiistera filosoTia , d Ititfi^aqiielliia 

<• en que ponieudo en \a^o culpables d eoergicas pasioiies rityd 

> liasla en Jo mas sublime de la tra^ia. Qefadas empero aparte 

*esas divisional para quien mas iliguanienle puala aprtnaav las 

: doles y luaares que a cada una caracterizan ^ nosolros dareoios 

^ uuicAuieiile y ile paso ujia.ligera o|(pada a sus Autos sacra- 

- mentaies# parjte cle.su teMio aniloga al objeto d^ irsa revista, 

I por set fsl uionumenlo lite^ario mas notable que t|a . £ibrioadp 

/el ingeiiio espanol bajo la ae^vera iiispeocioo, para el fomento^ 

y it VIVOS impul'KM de la fe* 

' .Sabido esque el arte drainatico oacido bajo los.0uspici(>a 

• de la religiou geuUlica, tiibutd sua.prioieros eoftayos al obse* 



5575 
quto jo tas diviniilades del Olimpo. Gn so sencillcft pritiiitivai 
en SU8 mas reducidaji fonhas, el drania no fii^, per decfrl6 
asi, tnas que iin himno dialogado enlre aiipuestos person2i<;e9 
y el coro: ensanchados liiego sus Kiniles , adaptado d nucv& 
clase de argimiento<» , y perfcccionado i ni(*clida que adelanta- 
ba la civiliziioion , fiie perdiendo el o:iriu:tc*r ile ciilto religioso; 
y to que liabiu sido creado en honor de los dioses , descrndio 
i mera diversion y pasaLiempo de lbs lioinbres Mas, como 
este rauio de la bleralura es el que rcfleja cori majforvivesBa 
los habitos y scniiniiontos de la sociedad doiide se ctdliva, el 
dmma de los anliguos no podia carecer del espiritu de sus 
creencias ni de la atr<ictiva lubricidad de sus cosluuibres. Alle- 
guense a t*slo las multiplicadas t^eluccioiies qi^e eonvertido eii 
espectdculo publico ofrecia al encantamiento de los sentidos y i 
la fragtlidad del corazon ; y nada e^trailo se bard que los prt* 
ineros padres de la Iglesia , ministros de una religion taii pura 
en sus dogmas como austera en su moral y dcclamasen con 
tanta vt*bemeiicia para relraer a los fieles de una diversion en- 
ttframenle p;i^ana , y que la aMslencia a los lealros de los gen* 
tiles fuese aiirada casi couio uri acto ppsitivo de apostasra. Gslie 
anaieina que pi'Siiba sobre las representaciones dramiSltcas, 
ciiaiido la antigua lilfrahira (ocaba ya a sus boras de agoiiia, 
kubiera sido un obstaculo para quf* volviesen a domiriar eli 
una epoca en qtie la influencia del cristianishio rra el primer 
elemeuto y la fuerza vital de su.4 sociedades, si la religion 
misma que lo habia impue^^lo no se hubiese ctiidado lambieb 
de levanlarlo* El renacimienlo del drama se debe mas iien a nil 
'impulse de piedad que a los esfuerzos del genio. Si por uh fe*- 
nomeiio e«(raordiiiario y casi iuiposible el talcnto de uA nuevo 
Solbcles 6 de un segundo Plaulo se bubiese empeOado entoil* 
ces en reproducir las inspiraciones de Melpomene 6 de Tatiil, 
sus tentativas no hubieran tenido mas que un ^xilo oliscurb, 
aislido e iufecuodo, al paso que uuos pvibres clerigosr ato 



t7« 

ingeiiio q*i^ el rle nn j'nglar, am mas poesa que la de rasfreras 

,c«)pl.is, iiiiiinilieron vkia y pojuilariilail i lus groseraA compo- 

aicione^ en que eijcernikm ei germen M ciratiia modemo , re* 

vislieiiilo (le tfU8 mat aenciilas forma.^ algiin pasage tlel nuevo 6 

del anli^^uo testanienlo. De^pretidulo asi de 8ii origen primili- 

vo, piirilicailo de su el^meiito pagano» cristianizado en el fon- 

doy y adoptando el noinbre de tnislerios y movalidades ^ el 

/JiMHia de la eilad intulia vino k srr « si se nos [lermile esla es- 

prcMon , un nnevo rilo qui? V\ Iglesia afiailio d su lilurgia para 

8olemni%ar tal cnal vrz siis dias mas re5li\os. Aconiodandose 

k las necesidades de sus hijos, no de^iecho este medio de ins- 

trair su ignorancia^ de aliinenlar sn dt*\ocion, de sanlificar siis 

regocijos, jr de preKidir k siis mas bulliriosas rcnniones. Rstra- 

Aos liempos aqufllos en que el soiaz y esparciuiiento de Ids 

pueblos |)odia ser , y era en efecto , nn arto de piedad ! Y para 

que no se crea que exageramos considtTan<lo aqui^llas repre- 

jienlaciones escenicas como nn act^esorio del rulto estcrior, 

atieiidao nuestros lectores ^ que no deljen jiiz^arl»s por la idea 

que actual menle se forma de esla clase de diver^iones, pues 

que entdnces no Irnian aun.el cardcler puiamenle sc'glar d que 

aho<*a estan reducidas. 1 engase presenle que sirviendo amenudo 

para pin^or ludmienlo de rehlividadrAeclesia.slicas, la imagina- 

.ciou .siib}'iigada por el uhO passiba naluralmenle de las medios 

al fin sin noiar la discri*|)ancla que aliora salla a la visla. La 

,€ieg|i y ardiente fe que animaba i\ los pueblos podia dar i cier- 

cUs acetones indiferenles un valor que ahora no se concibe» y 

,8U fervor snplifi las impropiedades en el orden religioso como 

au «rudrza aceplaba la.H impropiedades en el orden lilerario. 

.Ademas a^piellas bumildes couiposicioues conservaban en parle 

un aspeclo doctrinal , siendo como eran loscas y malpriales 

espltcaciones de 1o.h mislerios, de la liistoria 6 de las parabolas 

del crisiianismo ; los adores se asociaban a tilulo de piadosas 

.cofradiasi no siendo cosa insolita y repugnanle ver k algun clerigo 



que rccitasc sus papeles^y se rcvislicsc dc sus f1i.sfraces;y eii 
fin los tablaclos se levanlabiiii no soluiiierile eii los ves(ihiiIo.s f 
claijslros do los monasteriofi) jr a la sotiibra de los sanluaiios, 
mno hasta sobre et pavimento misiiio de las catediules mas 
aiintiiosasy corno en 1^137 se verifico en la de Zarago/ii , cje- 
cutandose ante los Reyes CaUilicos uii auto del Naciniiciito. 

A proposito de lo qtie vainosdiciendo, niiestra liisloria par- 
tjcidar DOS submtnistra un hecho que consignambs aqui con el 
mayor gusto por ser tan ciirioso como autenlico , si Wn de 
fecha limy posterior ^ la epoca de quehahlanios. Con funeiones 
religiosas y populates regocijos celcbraban cada sifio nu^*stio6 
progenitores la feitividad del santo An^el, custo<lio especial de 
Malloica. La decadencia que desde ultimos de! siglo XV espe- 
timentaban las artes y el comercio de la isia , secundose cast 
las fueiites de su riqucTa y nierniando su |>ob'lacion , obligo poir 
fin al Grande y General Consejo a cercenar los gastos iiiunict- 
pales } y alegando abusos (|ue por cierto no faltaiian , suprimid 
parte de los feslejos y las representaciones que de ticnipo in- 
memorial se acostunibiaban y alraian un concur^o inmenso 
de las aldeas vecitias. Tan resenlido quido el pueblo y princi- 
palinentc la parte ibiense^ que sobrevinicndo algunos anos de 
esteiiliilad , su misuia desazon les liizo atribuir esta desgracia si 
castigo del cielo por baber cesado lo que comunmenle se res- 
petaba como una praclica piado^a. Eslremo era que rayaba eo 
superslicion y que solo hacian escusable la seficilkz e ignorancia 
de aquellos tienipos, pero el Consejo no juzgo prudcnte des- 
preciar tales murmuruciouesy y conviniendo en que les dites 
representacions son cosa pia i itinvocacio deh an gets , e que 
/jo'i deuen leixav los aniichs usatges , a pesar de los ahogot 
en que se 'veia la universidad, en 9 encro de 1556 acordo 
que las fiestas se biciesen como anttguamente, y de^signo pa- 
ra su coste 1 50 libras cantidad mayor de la que antes ^ 
espeodia. 



J78 
No por largo tiempo fti^ caraeter esclasiTO del drama el 
«i|rfritu religioso que le inrnndiera el primer sopio de m se- 
gunda vtda. locapaoes de Iratar los asuntos sagrados coo la dig- 
pidad y decoro que oecesitan , aus ruslicoa autores priocipia- 
ron por ingertr eo ellos donaires y trohanadaa, que aiendo 
aplaudidas liicieron idear otra cla.ie de argumentos donde po« 
Uian aooroodarae con mas profusion. Y pronto los misterios jr 
moratidades ae vieron rodeadoa de /arsasjr eniremesesj oue* 
yos hermanoa que entraban en la familia oomo hijos del niismo 
iogenio aino del misoio aentimiento. Para prueba del modo con 
que fu^ cullivado en CspaBa eae ramo qtie brotara casi al pie 
del trbnoo, nos han quedado las piezas dramaticas que com* 
ponen la primera ^poca del teatro.nacional , mientras que solo 
escasas notici.as teneinos de aqui'lla.1 que dependiao de la raia^ 
y formaban por decirlo a$i la continuacion del Ironco mismo. 
Abierto un nuevo cauce i la imaginacion, reforzado el inge* 
i)io con el esludio de los cldsieos antiguos y mas civilix.idas las 
costmubres , aparecid la verdadera comedia para refleJHrlas eo 
f uadros mas caprichosos y alhaguefios; pero el espiritu religio* 
80 se apodero tambien deesa anipliacioo del drama priroitivoi 
formaodo de las vidas y milagros de los santos un genero 
pisto que participaba del entretenimiento de la comedia y del 
Objeto moral tie las composiciones misticas i que ae habia dado 
py nombre de autos. Asombra por cierto la mucbedumbre de 
picsas de este genero que invadid nueslra escena : Agostin 
lie Rojas afirtiia que no quedo poeta en Se%^iiia que no hiciese 
ta con^ediQ de a/gun sanio; y segun los manuscriios que he« 
mos visto en la biblioteca del duque de Osuoai congeturamoa 
que el numero de las in^itas y de autores desconocidos ^ so- 
brepujf^ al de las publicadaa por nuestroa mas insignes poel.is« 
Ppcaa de ellas liay enlre unas y olras que aean recomendnblea 
ppr au desempeno literario, y menos las comluoenles al aUo Go 
que sus aulores se proponian 9 pero siempre son uu teaUmonio 



279 
irtetragableile lo mncho que iofliiia el eiqpinlii ivItgirMo en la* 
imaginacioii de los espaoolea liasla en el desarrollo del gtinero 
dramilico. 

Lope de Vega, el Fwix de lot iugemos^ que liaciendo salir 
de au ntAee a ki oomedta la presento al publico adidla ya, vea- 
tida de ricaa galas y coronada con las Uorea de la muA seduc** 
lora poejtia , fue tambien el que did nnevo gtro» y aniniacion 
y vida a laa repreaeiitaciones , que por celebrarse eapedalmente 
en la fiesta y octava del CorpoH, Imbtuu adquirtdo el nombre' 
de autos sacramenUiles. Cuatrocienlos de esos cortosi dramas le< 
atribuye la fama , p^ro pareceno* probable <]ue su Uboriosidad. 
aiu tregua , que su facilidad sin ejemplo, que su fecundidad 
que podriaoias calificar de milagrosat darian in^rgen a que se 
exagerase e) numero de sos producciones destinadas a la esce*^ 
na. Doce de sus autos son los que unicamente heinos visto 
mas, cu&nia poesta bay encerrada en su tinda versificacioo 1 
Como nos ban beclio laiuenfcar la desaparicion de sos hernia- . 
DOS 1 Que de bssoros nos ha roliado la nes»ligencia de nu«*stros 
mayores! Y que ahora se impriinan, se vulgariceui se quieran 
etemizar tanlas samleces 1 Si los limttes de este articulo no 
fuesen tan estrechos , enriquf ceriatnos estas peginas con frag- 
mentos de tanta suavidad y (ernura, de tan meliflua armonia^ 
4e tauta robustea y nervio, que no conooemos otros de nues* 
tra literature sagrada con que compararlos* Milton mismo se 
envaneciera de los peosamienlos tan energicos y sublimes » tan 
verdaderamente orgullosos que prestaLope d X^soberbia en el 
auto titulado La siega. Diriase que las ideas de Lopeseatreven 
icompetir en elevacion y grandeza con el orgullo dcUngel caido. 

En sus numerosas comedies traso Lope bosquejos adniira- 
bles de los sentiinientos bumanos en los varios lances de la 
vida privada ; el infortunio y la gloria , las ruidosas bazailaSf 
laH grandes agitaciones de la vida ptiblica sirvieron de asunto 
A la tragicomedia : pero compreodio que el bombre aentia um 



98(r 

otra eapcde de emociotM que comtiliiyen um vida mas IM^' 
ma, mas desconockla y oo meiKM poeltca, y se avenlurd i 
sacar de ellas el principal interes de algunoa de sus aotos. Ha* 
bia -eatiidiado como poela ei ooraioii en el ordeo de la milura- 
lesa i y como poela cristiano le ettudio tambien eo d otden de* 
la gracia. Tomaodo sua al^orias de las coatnmbres paaCoritea> 
too favdrecidas por las sagradas letras , de los afixAos mas 
liernos dd amor di?too , de los traosportes mas vivos de la 
oaridad , de esas relactones misleriosas del dma oon Daos , de 
esas alegrias y seqiiedades cspirilualcs , de esa vida sobrenalo* 
fbI 9 de esa sociedad inefable revelada e iospirada por el cris* 
tiantsmo , formo onas ^glogas tan bellas como si las alas de su 
iiigenio bubieseo vugado siempre en las regiones de la teologia 
asceUca. Al leer aqueilos regalados oonoeptos que {\/Myea coiua- 
un arrojro de leclie y miel y que iautas reminisoenctas traen 
del Cantar de hs caniaresy cm nos pareoe que el oombre dei 
gran poeia comico es un error de impreola y que eo su puesia 
dcberia hallarsc el del eslattco Juan de la Crux. Que laslima- 
que estas bermosas flores leogan algunas hojas marchitas y sin* 
olor ! Que laslima tener que trope^r de vea eo cuando oon 
frases prosaieas , con pensamientos puerilcs , con meros jtiegos 
de palabras indignos de un priodpiaote ! Mas^quien para su- 
abencion sobre esos lunares propios de la ^poca, si reconoce y 
saborea las beliezas privatiyas d? I4aj>e de Vega ? 

Cuando la muerle arrcbata i uno de esos genios privilegia-> 
dos que justiiicau el orgullo de las naciones, de esos hoiubres ex- 
cepcioiialescuyaexisleocia sea6eme|aa la dc* un fenomeno, j que- 
por iolervalus irregulares a|)arecen en la tierra como los co*. 
met as en la parte visible de los cieios, raras veces dcja dc su- 
ceder en el pueslo que ocupabao un vacio que ninguno se 
atreve d Uenar. El genio , este don esclu&ivo de la Providericia* 
es gracia esencialntente grali«data , ni forma herencia, ni siiele 
tener suce:»orei iumedialqs. Perp esla vez , uo Cue asi. Uu sol 



bilbba-eo ^oeMO, y otr6 sol ankanecia «n el oriehte^ Lopd 
dasoeodia aLaepulcoo, yla gloria deCalderon etnpc&iba i irra**' 
diar su luz en los teoiros de Espafta.- Pefx> si este se le aventa- 
[aba eti alguoas oualidadaSyM otras le qiiedo moy inferior. CaU 
daroQ tenia la cabcia masdcam^licay pero el oorasson meoos 
aeosible. Su tnano^ mas habil para trasar el ditieAo del cnadroi 
no lo era tanto paia darte el soaTe oolorido y los lieraimos 
toquaa dew pradeoesor^ Ah I si Gatderon i 6U destresa tncali- 
fieaUe para formto lui ftodo hubiese reonido la esqnisita sen* 
nUltdad del alina de Lope! Calderon no dehe de haber Ho* 
rado en m Tida^ poes casinunca sabe hacerllorar d sus lecto-^' 
rea. Sienipre se le admira , rata vet entemeoe. Sienipre arrastrtf 
la fiintaaia, paces reoes refresca el eorez6n. ' 

Los antos saoranienlalcs de Caldertm no forman el princi- 
pal liUilo de sn gloria; pcro en sn vida le grangearon tat re^ 
pnladon , que en esle g^ero eciips6 hasta los recuerdos def 
nismo Lope. Si esto fo^ jualioia 6 fortona no nos atafie el de* 
ddirlo. £n e&do eatas sagradas composiciones ganai-oii eil 
aombinaeion y arliBcio dramatioo lo que habia ganado la co« 
tnedia de capa y espada , y en profiindidad de iniencion lo 
que ennoMeda ha oometlias herdicas 6 filosoGcas del Rii«niO 
autor/ Mayor l^aioo en las eicenas dirigi^ndose todas at blancd 
pfopueato, mayor precision en los dialogos ooncneldndoloa 
unicamente al progreso de la accion , mayor atreviniiento eii 
las concepciones , mayor finora y novedad en los ihctdentes 
dramalicos, t<ylo esto son ventajas que no sabemos si conipen* 
san la carencia de poesia que tat hechizo preslaba & los aufos 
aoteriores. A loa de Galdeion les falta la parte lirtca , hasia el 
lirismo de mal gusto con que algunas veces inficionaba *sas 
comedias de grande espectdculo, les falta sahor UblicOi por- 
que si bien estan empedrados de testes y alusiones escrilura^' 
rias , estos pasages no son ecos inspirados al poeta sino cilas 
buscadas por el espositor. i Qui es pues lo que les liiao adqut* 
ToMO u 36* 



S82 
rir una primacia no dtapulada? Por qoe arramalmi tttitot 
aplaosoa del publico ? Por qui agotabao laa hiperbolea de ma 
epcomiadores 7 Que era lo que les daba tan alto pnedo i los 
cjos de todos , que bada que CirUm II los retniliese cada afto 
ik sua h^rmaoaa , fosgilodotoa dignoa preaeotea de uo mociarca 
etpaitol i la reba de Fraocia y ih emperatm de Alemania? 
Para atraer^e lao^vivaa aimpatias de la oorte y de los paebloa, 
de los sabioa y del ivulgo, necesario era queeslos dramas ence* 
rraseo una idea grande , poderosa j nni?ersal. Y era asi : Gal- 
deroii> estrecbo en elloa b mas tdolatrada dehs oonviecionesy 
el mas fuerte de loa aentimientos de la nacion. La fe de loa 
eapaAolfS rfQajabase alli ciega y aumisa , orgullosa de so oe-' 
guedad , triunfante por su humilde sumision , Integra i inma«^ 
culada sin estraviarae jamaa en los labertntoa del ex^men , m 
Tozarse oon los esoollos de la duda. ^Q^'^ ^^ ^^^ ^^^^ ^^ 
luncioaes sioauna protesta aolemne y popular con que el poe* 
ta y los especladores prochniaban de eoncierlo an invbiable 
adhesion i loa aiiljgoos dogmas del cristianismo ? Calderoo 
presenlaba en ellas bajo el veto de diferentes alegorias las doa 
Terdades fundamentales de esta religion , la caida del hombre 
jr an redencion di?ina; y el auditorio qnedaha asombrado al* 
ver que el sutil iogeoio del poeta habia dr scubierto un simbolo- 
de eslas verdades no solo en laa parabolas del evaogelio y en 
los coadros bisloricos de la Eacritura, sino hastaen losnsosde 
k vida social, en los suoeioa oontemporineos y en las mismaa 
fibulaa de la mitolo};ia. La gloria del augusto.Saoramenio i 
oayo obaequfo estaban consagrados aqueilos r^ocijos , la gloriw 
de la escelsa Virgen declarada libra de ta Irosmision de la pti^ 
mar culpa & cuyo misterio aludian frecoentes pasages de aqoe* 
llos dramas, baslaban para dar vivo inleres a nnas arliCdosat 
eaoenas en que el incomparable versificador, el metafisico iiige-< 
niosOy el tedlogo erudilo ocupaban el puesto que debia el poe« 
.|a* Necesario es comprebender y participar del esptritu de 



iia^poca , ptra oompteli6D(|^ j particupor.del entuaiMmo qui) 
eacitaban \qs sqIoa de Calderon. Flojo 6 eomohecido aliora el 
resorte de la ie, las impresiooes no son las mistnas. Losdefec- 
tos de estilo y las difereodas de gusto se sobrepofmo como ua 
velo que do nos permite apredar debidameote bi» ibriuai d(Q 
aquel monumento. 

Minguna imagioaciqD ha produoido creaciowa mas idaales 
y faolisticas que esos dramas, coyos ioterlooutorsa son safe* 
aobrenaturales y mens abslraocibiies de coalidades metufisiaaai 
tales oomo bs divisiooes da los tiempos^ las faoultades del aU 
ma y los atributos de la divioidad. Laspasiooes bumaiHis, laa 
iostitudoDes religioaas esUn alii persooificadas, y los nombtw 
y los becbos htstoricos no se introdooen omis que oomo flgoras 
alegoricas, oomo eoGaraadooes de algun argomeoto espedaU 
£1 tiempo y el espado se re|diegan A vista del espeotador, da 
que el primero necesite el orden de sucedoo, ni el seguodp im». 
ponga distanda i sus t^rmmoa. Y no se crea por el tilulo que 
llevan algunos autos que estos seao comedias puramenle biblU 
eas, no, el autor se apodera de sucesos bistoricos no por lo 
que Mguificarony los presents como en socedvo panorama pam 
adudr so misteriosa consecuenda, y sus personages reales al* 
temando con seres abstractos babUn solamente el lengoaje que 
sirve para interpretar aquellos mismos sucesos. AsS esta amal* 
gama del senlido literal y figurado^ como el terreno ideal en 
que estdn generalmente colocadas esas al^orias, fatigarian abo ^ 
ra la atendoo de los lectores, como se caosaria su vista si se 
les obligase i estar por mupbo tiempo mirandO' d lo alto.. La 
ideotidad de los asuntos y bi semejanaa *de los medios baccn 
que so conjunto se pareaca i un ingeniosikaleidoscopio. don- 
de siempre se obsenra la misma forma y los mismoi colore^ 
aunque dfversamente distriboidos. Ademas su estilo les perju-. 
dica mucbisimo : es admirable la habilidad coo que su diestro 
aulor versifica y diserta imjo eJ yugo del asonanle mas iiido* 



mable , 6 del mas rigoroso oonsonante ; pero aqiiellos pcriodos 
qtie cast nunca coinpletaii 6 se amoldan a una ebtrofa , aquellaa 
cUasulaa cortadas por determinado numero de ^ilabas » no son 
mas que pura prosa, si no esque se tomeo por verdadera poesia 
las frases sim^tricas , los contrastes d equitooos de palabras j las 
caprichosas itn^genes formadaa de cualidades tnoobereotes. 

Gbrioao aeria exaininar esos dramas sagrados para descui- 
brir las buetlas que iba dejaddo en ellos la comedia profana: 
per cada g^oero de los que cullivaba Gatderbh les corresponde 
una bellexa 6 un defecto. Ciirio^fO seria cotejar las heterogeneas 
^rodutictones dominadas por una misma idea, y ver oomo su 
itttor desde uri pensamiento desarrollado ea el teatro pasa £ 
'in diferehte aplicadoti eh la esoena reltgiosa. Curioso seria (or- 
mar la cronologia de ^sos autos y las iudicaciones que prestaa 
dios mismosi y se descubriera tal ves que el intolerable abuso 
d^su sutUesea y puerites sofisterias de que se vale Oildeioa 
para ensamblar el asunto dado jr su violehta alegorfa, deben 
aebacarse cd perrerttdo gusto de la dpoca que aplaudia fiirio* 
samMle v^le salir de un apuro, j i los capricbos del poder 
qneliacia dar tortura i su ingenio para que alase los objcloa 
mas incoiiexos. En estas ocarioties Galderon comprendia sus desa« 
dertos, pues que alegaba el preceptopara evilarla lesponsabilt* 
dad^ y se valia de la obediencta como de una egida para cubrirlos. 

Materia pues de un estudio literario ameno y conciensudo 
creemos que pueden ser esos auta^ sobre los cuales se \k amon* 
tonando el pdlvo de los agios. Justo es que no sean conocldos 
unicamente de oldas. A critioos mas provistos de luces y de 
datos que nosotros les toca preservarlos de complelo olvido, 
puesto que formao uil g^nero especial y esclusivo de nuestra 
literaturai recuerdan la religtosidad y viva fe de nueslros pa- 
dres I y constilujren un monumeoto en cuya facbada esti es* 
6rito el bonibre de Galderon. 

ToMAs Aguilo. 



265 



LOS im}& m AMERICA. 



(»}• 



IV 



9 habrin olvMado aiietlrcw Jeotores di cooruiidMo ^ettfte el 
ctiiniilo de aotioiM que IleiMi diariMnenle but wliimiM0''<le Ids 
periodicos religio80ii«. 0I d«creto etpedido por l» rtpAUba de 
Niieva Granadn fiuta d. renlaMecimiettlo de ht ihifkliw jr el 
eiicarf^ que de ellaft se liiso i les Jeaoitai , 01 las* nolMaii qiia 
diarianiet&te Uegan dfsl C(4o de IO0 tmevoa^imaioiieraa^ j^ del fe^ 
Us exito que corgaa deade el priadpio aQi^irakiijoi. Time eaU^ 
heclio no caracter tan oficiaU va (an -{oUawiDMUi 4igadd i UA 
recuerdoH de lo paaado y i lat eaperaittaa del por?eliir/i foe 
;progreaofl de la civiUzaAioa entre foUtroa paaUaa,' J,A U me^ 
noria de una ordeo ioaiortiil cujoa fuoeralea c^otaroii •» val* 

(\) A tartaacta de rariea stueriptCMres teprodtncimos esle i^iculo't 
liicia el euai por otia parte ceniaia d aiilor ^eiei^ predileccia^' taltit 
sas demas prodi|cciojies , 119 por su^ m^lp okgrtMBeaiD easaso^ ano 
porque rieiiJo iino de sus primeroa eiu^cy en.U preasa v^i^psav iM 
tambien su primcro y cspoiitineo homenage i aquellos i quieqes con 
orgullo te reconoee deudor del desarroUo diestt inteligencia y del cul- 
tiiio de M eoraaott* Attnqne eseritoeii aetiembre de 1843 con motivo 
de siicesoB resieiOeat coal era ct Uaajanatate delog jesnltas-por la ire- 
pdblica de Kueva Granada » las aotieias^ ^c dqide ent^neeavvdn ilegao- 
do de aquellos estados, y los serricioe y fatiga) de los.oueYO^ mi^ione- 
ros, enire los* cuales coutamos algnn compatricio y algiin axnigo de 
la mflcz, drren de confirmacion y de comentario al citado articiilo, y 
le conscrvan 4 tKgstinoslo asi , toda su oportunidad , aumentada tristemen* 
.te coil los Caribtindos ata^iiiea reaoTadoa do poco aoA contra la Compa- 
fiia f y con la guerra de foUeiiniss que la mocla 7 la e^ieeiikeioo aoA 
couio en Francia ban pucsto en yoga. 



«8« 
de 8US enemigoi , que ^ s! no nos etigaftaiiKH , es uno de los 
mas feciindos en coiisjileracioi)e3 couio- lo sera tal yez en reauL 
tados. De nuev0 pueft a(jiieHaa aelv^ virg^ipes reaonarin con 
loH ac«!ntos del inisioiiero ; de nuevo posestonado el bijo de Lo- 
yola de su natural bereneta , liaUarA aun renioyida la tumba 
de sus antecesorcs , 6 dispersas laa raraaa de au cabaAa; podri 
acaso saludar el ara 6 la cruz que plantaron , y entre los an- 
^ian^.4ei.4M{)i#l)»ia tiibua enoontvarii Vagaa memorias ^e Dioa^ 
44I li)iN*iCaU!<> J dei Im buenoa /Marfrei Mgros- faei los llama'* 
iian) t bpm^ Ids anliguoB pneblos qoe ae acordaban de un esta- 
^ Hi^tum i Reoardttia/todoi {oa qne habei.^ leido las cartas de 
«i[|4ieUtfa.;iiibioairoa» ton inl^reaatites para el sabio como para el 
ntf^Oj p#rael kwtoa piadoao y criatiano' como per a el curioao 
•y jii|Hirfieial« j^vteordaiaaqiielliat solitortas joriiadas delsacerdo- 
ia HpoyhAo .en aobaouio:, JKjpettaa eandorosas aclamaciones de 
h^ De«£|Of laqiielloa tomploa iniprovisados bajo magnificos it* 
ht^l viiqmllm enatftanaaa del caiecismo en qtie el dogma /a| 
UiigiaMrfviacior.y)loa4ogmattE9d<ia lodoera sublime i fiterza db 
aencillez , aquellas canoas que cruzabaq los rios seguidas de 
ijin^ fnulUUid. d,e uulips i nado Biraidoa por la musiea del eu* 
-WP9Q • iiqneUaif admiraUaa Iribus 7 organiaacion del Paraguay 
4 la ottainoba llegado ningttn Atopista desde Platon hasta Fou- 
rier? Todo esto f)uede y va a renovarse en nuestroa diae, en 
'iSfiki da taiita du Ja' y egpismo. Una voa de alegria y de iriunfo 
se liabra esteuJido por aq«iclW.«rdkinle8 e incuitaa aoledades^ 
.caando ba renido a raaoanr en nnestro coraeon , irido tambiea 
en esperanaas y asoladb por el soplo abrasador de este siglo, 

Pel^o^poilrfamos conlemplar a doride van aquellos bom- 
bres virtuosos e ifiti:epidos sin pensar de ddnde parlieron? 
I Ab ! ^pQr que iu luz 4a U verdad ba de aer oomola del aol^ 
que no puede aluiubrar uuos paises »tn dejar i loa otros en 
deosaa tiiiieblas? Por que ba -de set como el coraxon bumaoo» 
que uo se goza en uua adquisiciop. sin lener que Uorar una 



S87 
perdida? CI miniiltro efangelico qiie empexd sii carreia «ii 
Qu<»ti'(M lein|ilos I an oueslros coiegioa i en medio de nuestra 
civiiisada y fiistuosa sociedad', va i concluirla bajo un teclib 
da paioias ediicando neoGtos : la vieja Europa , digamos mejor, 
Ja CspaAa , arraja de m neiio cotno innliles 6 pemicioaod & 
aquellos hombreay echandolos af mododfe espuma sobre las cos- 
las de la |6vea A.uierica que ios retioge con ansia como civiK^ 
aadores dc. mi.i pueblos. La emancipada , la libre America ptde 
4KMI a&Q y restablece el inslilulo que so metropoK lequtl6-75 
a&os ha, cuandoaun era coloota; la ouejray oscilaoM^ republic 
ca resuciia lo que eslingtilo la lobosia j calolica monarqtilli; 
£in a(|uella iolal esiincion ial vea no ae hubiera roto el laio 
.entre las aoligtias oolooiaa y la meUrdpOli ; tal Tea mas ricai y 
.podcTosa e»U, y raaa pacifioasaquellas^hubieran conciliadome^^ 
|or la graudeisa y proiecoioii de la una ooli Ios derechos y li^ 
bertad de lus olras. Pero si laa repdblicaa americatias apredan 
toilavia una libertad oadda porcierlo de ia subletacion y pro^ 
•loiigada en la aoaiqaia , no echen al meaios en olvido esta lec^* 
cion dada A.coata de E^iafta ; y ouaodo traten de colonizar y 
civilizar a otros pueblos, no qoileo baito pronto lob punlalea 
bajo piele^lQ de que cali ja adiido d edificio; poes ademas de 
.baber iogralilod en araofar oomo de adbra i loe bombres fn- 
jirepidoa enyos setvicios sa espleteren, y que liieron Ios bati- 
dores de la dvilizadon , podriao equivocarse acerca de su lAa'- 
yor d Qieoor necesidad , y itrrepenlirse yi mtry tarde. 

. i Kobres salvages ! Yosolros no eompreodertais que esos reli* 
gtosos que Jlegan hasta el fendo de vuestras selVas para ins* 
.truiros y. coosolaros^ teogan que Yencer obsticolos mayoraa mil 
.veces que la aoclmra de Ios mares > lAs ' asperez-iS del terrenb 
.y lo6 rigores de la estacion , y que estos obsUciilos vengan de 
•parte de siis compalricios mismos , de parte del mismo gobier- 
no que OS enseAan i respetar. Si vuestros abaelos Ids Tieioh 
.^rrancarse. de sua nacienles iglesias en dia actago^ si baber* 



p^nli()o .c«Hi la memom de cUds y Ae 9Q% beoeficios , ttb aca-f 
^is su celo j>i su ioCrepidtiz : |)orqiie d lieiiipo que no etUivie* 
^011 eiilre vosotros era porque no exislian , v cuando posle* 
riocmeale fue. rellorccifftido. su irongo^ iia babido uua oiaiaa 
en^uijga que hQ eiiUrelcuM ^n cQrtar Us raoiaa qqe brolabaa 
|>ara que, no Ilegase a vosotros su aomhra, Vosoiros pit^Unla^ 
reis que ql'^nil;n habiaji comoiido «qucllaa genlet a quieiiea aua 
.virtiides hidcion {larecer angolea y aus penalidadca reos depor-i* 
iUidos \ es que cuaodo oa hablaban por .prNncra v« del rey de 
EspaAa,, y oa pediaii{iar« el vuealroa faonietiagea y obedienda^ 
p0ua;tbaQ en bacerse reyea elloa roiamos; es que al poner eo 
VHOBlriia mf^no$ la cruz de amor y caiidad ooiocaban en dlaa 
|iaa tea iiiceadiaria , y forinnbao una ooajoracion al ensefinroa 
el catecUmo;, ea que buscnbiin una eorona es las 8oleda<ie^ 
Hfo eo las chova., celebridady fama en h de:iOonocida tomba 
/que ifubna iin arWl ^n aenal algona. iJistinia que csaa pasio* 
qesy que en nuuatra ^ooiedad oo escaaeaii, no ae bajan desa** 
.rrolb4o del nM^mo jnodo^ y ceaulladp al mciioa en beneficio 
,yueatro« Vfi^vqa^ h €ii0ai*eis; y aijii enibargo lodos los go- 
.bierooa en ;aquelta epoonilaicrejeraii,, j ki(}reen inubhoa lo- 
.daviA^ cpnaobuos onipm>.|^ paes tainpoco fiiUan m Europa en<- 
.tonpea y aboca iocir^uioa/envaateipimto', a* mas da que d cri* 
terio del salvage vale. ii»aa que iaa pasioaea y la prevencioQ 
del houibre cullo« .... 

No soniQs ooao^roa. ifumm, \o dcBunoa; el goUerno de 
.Nueva Granada ea quien asi aa espresa en el deoreto de que 
traiainoa : « a la ^apulaion de loa J.esuikas aigoto la decadencia 
Iprogresiva de ;las misioiiea, aio que baalaaei alajarla el celo 
du loa demaa mi^ioneroa. Y afiade luego la razon de que nadia 
^puada sqplirles;'' porque aquel inslituto es el uiaa apio para 
converlir los salviiges al cris^iauiamo.y elevarloa a la civilisa- 
tion I pMorqjie esta^ Iprinado aprojxiaiio para la prolesioo de mi* 
aionerosi y. {tost^e ffu n^aa alto grado.que niogun olro ooooct* 



289 
mieittdft en Ian ciencias etacUs y natnrates^ por el cr^dilo en 
fin que gozan de misioneros , y |)or el afeclo que en el (Mis se 
leH conferva/* i Oh 1 ai pudieraii contar^e las almas que se ro- 
baron ai cieio , los houibres que se roliarou i la cultura » 6 si 
ine{or as place ^ los imiieii^os ierreoos que s^quitaron al cullivo, 
y lOs reilitos sii.Ntraidos al erario coii ta (iiqesla edtincion deaque- 
llos ifligiottos, que al luisuio tieuipo enseoaban i los salvages los 
destiiiOH del cicio y las aiies y comodidades de la vida , lea 
aniiiiciaban un Dios y lea poniati bajo la protecx;iOD de uii irey ..! 
ly quieu no babiera aceptado el rey de senaejantea va«uiUosi7 
Para coniiuuar k pbra que dcjait>n interrunipida , no basUban 
ej^rcitas cpie rindcn pero no coiiviertcn , viageros s^bios y ob-> 
servadores que se in>truyen peru no enseAao , ni botnbres auo 
de caridad , cuyos esfuerxas individuales sin apoyo ni discipli- 
na clebiao ser iimlilcs para la iierra ya que no para el cielo; 
porqiie solo la Cotn|)aiiia , miiicia , uuiversidad e institoto de- 
bencliceiicia podia dur < sus individuos.Ia intrepidez y disci-^ 
plina de soldados, los conociniicntos para uliltaar sus viages 
eu pi-o de las eieucias, y la caridad para euiprenderloa en 
beneficio de las aluias. La bUloria ooniparada de nueslras ^snt- 
iiguas oolonias aiuericanas con . la de la nietrdpoK , aeria obm 
curiosa al par que inatructiva : enidnces se veria cocno desde 
4767 fue abrieiidose breclia a la union de aquellos mieoibi*Oa 
pon su Ciibeza , y como se le did por fin el golpe de gracta por 
los alios de 4812 ; se veria i que hoinbres, 4. que principios 
delie agradeoer la Espaiia la perdida de sua Aiuericas..... pero^ 
no: luejor esqueden en silancio delitos que la ley no alcaim 
i casiigar, y que solo eacitartan una ealeril indignacionj oar* 
guen los cttlpables con sus reinordimientos y con el juicio de 
la posleridad. 

Seanos pues lieito creer en los altos desUnoai amar el 
nombre y defender la memoria de uu itistiiuio que uacieotU) 
ariuadq ya, por decirlo asi^ jcomo.la. diusa de la sabiduriai 
ToMO II 37 



290 

supo apropiari» d toJas la« necesMmles , y manlenenw en inn I* 

torable |>riinavera dtirantc* tres 8ig'(w que Inn rapkfas j diver- 

aas fases recorrieron; tie iin institoto, espafiol ile origen, qiie 

asocia sii exLstenciii a I espleiirlor de nueslras cieticins y litera* 

. tiira y a la grdiidezu de Diie.slro tmperio , i IgkIos Ios cj(?mpl6s 

«le parriotisaiD y iiboegaciou ; de un insttluto tan profrinda- 

nit'iilc arraigsido en Kspui^ii que niinca'|)ndo ser arrancsidp sin 

cofiinover la i^ooiediul y utip|^)eliar la [nslicia , la pnmcrn vez 

jwir nietlloA inaiidilanKMitc violcntoji y por el proced^r mqni^ 

siioHat ile Ios mUu^Uos de Carlos III, la ultima ojrendose 

aun ei estrucndo de Ios puAnles y ei ciumor de sacrilogos ase* 

ainos. No ignoramos que el nomltre df? jcsiiitas ps coino el de 

Jesui , bltmco de contradiccion j pietlva de escdndaio para 

miichon; qtie libre de toda sond)ra de las imptitadoiies que a 

Otras ordeni'S ndigiosas acliaca la maledicencia , es por <\sto mis* 

mo tanlo mas aborrecido ; que sn adrnirable organ<zacion , su 

poderoso influjo es objeto de sospeclia^ i ingenuo espanlo para 

tilgnnos hombres lihiidos 6 preocupados. Y al nolar ese espan- 

io no podemos nteiios de sonreirnos conio del de un nino que 

feme fantasmas , A qiiien no bay mas sino tomarle por la ninno, 

•y llevarle derecho ai ol>jelo que lo causa. ;Que podriais le* 

'mer , d(5cid 7 que no se adaptaran bastunle i la.*i necesidades 

<lel sigto loB que no solo supieron en todos Uempos conoccr* 

las^ sino auo anticiparse a ellas? que (ricieran reirognidar la 

ilusLracion con m ensenanxa losqiiefueron sieniprelo*( primeros 

eii acoger en su s«nio todos Ios adelnntos en cuafquier rauio de 

daicia, si ya no Ios hioieron por si mismos? O leuieis todavia que 

86 bicieran dueAos de la niaqilina det esHido con tanlas ruedas 

y coucr^pesoscoino le liubeispue!>lo, dqttefuerau pi-figrosos co* 

locados como conf<;.sores al hdo dc un vey coiistiitictonal 7 So"- 

'haii loduviacou lbs JN'ittH'dsy lofr Tel Iters ? Temeis en Gn aquel 

iQstiluto como un |>odero\:ulloy nHBlerioso, comouu club per* 

nianenteque uitna sordammle las* gulieruos? Pero esla iacttca 



291 
Ae Bcosskcionen es vi^ja por forltina : Ids hereges y fan&icos del 
sfgloXVI llamaron ya i los jeMiilaK fatialicod yhereges; lo.s ii* 
losofos y jacobinos del XVIII Ioh tnch»ron de enemigoi de 
teycs y regtcidan ; y vosotros i vosolro's los acusaU de clubistas 
y doaspiradoi'ejil ' 

'De v&Uks preveficioties coriio do tantas otrajt apelamos nos- 
OtrOfl a la jiivmlud , d la jiiventiid a qirieit pertc*m*ce el ;por- 
veiiir^ & qtiien loco el ser educada pnr iino5 hoinbres qiie (u* 
vierot) en patriiiionio la enseAanza de dos siglos enteros, i 
qiiieit loca por fi» n^iddir el tcataiueiito de eriores y odios 
que pfeleiiitiet'a legarle grun pai le de !» generacion que pH.sa. 
jQue salie esta , ii^cida en iin iiempo en cpie rra de real ordrn 
el odio u Ids jesuitas , nutrida en lu.i univeisidadies que prelen* 
dian en vano supiir el vacio que ellosdejuron ^ qu^ sabe, re- 
peliiuos, del celo^de la dulzura, de la cicncia de a'quellos 
dirrclores de la juvenlud ? Pero vo.hoIio.s que vats creciendo y 
totnando pueslo en la socicdad , polilicos , literalos , abogados, 
nie^licojiv piidren de familia , ^qui^n hay de vosolroa que no 
haya recibido de los jesuiUH el gernien de clencia que nins 
tarde o.h lia dado utitidad y gloria? que no junfe hi su memo- 
ria ei noujbre de Ids je^iillas a las priineras saliflfacciones y 
de$l«fll(ts del ingenio/a los couibuteif jr triunfbs de la eniulaclon 
juvenil ? No ha sido (an esc^isa vnestpa infancia en dulzuras, 
ni vuoslra educacion «en copiosos frulos,' que hajais desentir el 
que disfrulen vueslros hijos deoCra senifjanle bajo los mismoa 
direclores. Y si de auloridades y e|euiplos conlempor^n(H)s 
lenels neceiddud ^ vcd a la Franeia que a aabiendas los acoge 
en su aenOy que los duja en complcia libertad , regaleindolos 
aolo e| nombre^ y admira en Ravignan, mtembro de la Com- 
pauia y a uno de sns rhas elocuentes oradores : oid la voz tie 
trueuo de 0*Connell que los invoca a loda prisa como para 
consumer la salvacioik de Irlanda ^ y tal vez la conversion de 
luglaterra : ?ed |os ilustrea oovicios que UamaA a las puerlaa 



tot 

Ae h Compa5iii , el carden^l Olaictlehi en IIsIm , y d jod:o 
RiiliiboiNie en Frincia , el iino resplanjeciente con todo el l»ri* 
Ho ile ld$ <iignidadcs lie la lierra y de |mi^ propias vittudes, 
el otro con la aureola de la gracia divina manifestada en sa 
milagroia conversion: ved el Austria y la Suiza que lea con - 
fian aaa escuelas : ved por fin las repulilicas de America que 
lifa oncargan la educacion, no jra de ninoa, sino de futuros 
pueMoi. No OS parezca que no90tro» por civilizadoa tenenioa 
nie;ior neoesidad de jesuitas y miaioneros ; la vtjez , lo oiisino 
que la infancia , necesila de apoyo y dc consncio ; j si los 
salvajes son niftos en ordeu i la vida de los |nieblos ^ nosolroa 
aoinos ya bien viejos , estamoa bien ca!»cados. 

Jose Mahia Quaoraoo. 




295 

ciRiTIGAS 

0)2 8Si]bT3€> IPll<blL3(SD« 



Jllresacire* 



- C^orqu^ tus miradas, Camilo mio) se fijan siempre eki el castiH6 
del soberbto Irnando ? 

— Mucho le amaba , 6 esposa ; y en estos dias de tiievei y tornieti^ 
tas se me renacva ince^Dtemente ta tnemoria de nuestra dtilce iiifan- 
bia , cuando con Iienepldctto de sti padre j del mio , 6 bieti A escon- 
didas, saliendo de nuestras casas, nos reuniamos junto tf la eorriente 
liolada del P^Uice, y por largo rato acd y aculli nos eitipiijdhanno^ 
mdtuamente ^ tiendo, pnttzdndonos y lucliando y cajendo^ sdbre kl* 
}'eIo , volvieddo por find, casa atardtdos y retozones ooii la firente 
amenudo ensangrentada 6 eontusa. Y st en el rosti*o de sdgitiio de los 
dos aparecia visible la sofial de la caida) «1ias Uorrado?* te pregtnith* 
)>a el padre : < no • gritalia el herido , y el anciano ei>f<5nees le cogia 
en brazos y le besaba , eiogiando su aficion A los riesgos y su diegre 
desprecio 4cia el mat que solo afecta la carne y nada ptiede ickfre el 
rspiritu de un yatiente. Un dia comb hoy cata en gmejot copos la 
iiicTe de dtcleifibre , y sustray^ndonos entrambos A la Tiftlft de lbs pa« 
dres y de los siervos, bajamos cada caal nuestra cuesta y nos jvinta* 
mos en los yel'os predilectos. Besbalimonos y enloquecknos lo bKstan« 
te , y condensando la niete en duras pelotas , A porfia las tirdbamos al 
aire 6 en los precipicios 6 d un bianco disUnte ^ dando agudos cbilti-* 
dos de goto repetidos por agudos ecos ^ basta <jue rendidos menos por 
el cansancio que por el hambre , nos abrazamos , y cada eual s«kki6 A 
8n hogar ansiando la ceua. De rez en cuando volviamoiB el rostro para 
mirarnos, y cuando por harta distancia no alcanzdbamos A vernos, 
nos saluddbamos todavfa con afectuosos y prolongados gritos que oi* 
dos en ambos castillos , liacian levantar A mi madre y asomarse tn^* 
mula al balcou de la torre, dudando si eran voces aquellas de jUbilo 
6 de dolor. Ay.! en voces dc dolor cabalmcute oigo aquella tarde con« 
veptlrse los gritos de mi amigo repitiendo desesperado : «el lobo! cF 



299 
lobo ! 9 Trasudo de horror al oir esto> imagitiando d riesgo de mi que- 
rido ; vuelvO & bajar precipitado de U ootilia , atravieao el rio lielado, 
y trepo afiinoso por la opuesta pendieote , gritaiido ; « Iroaudo ! Ir* 
nando rnio ! » Habia estc subido d un olmo , j haja ligero hicia mi; pero 
el lobo que se alejaba tuercc el paso j ac lanxa contra DoaotroSt qae 
siibiendo de ducto al tfrbol permaneolinos sitiados largo tiempo t mieD* 
tras la fiera rondaba tenaa al redcdor. Oh ! cnAu ticrnamente sobre 
aquel olmo me estrechaba A au aetiomi duloa amtgo, repreDdiendo mi 
temeridad , j decia no luiber gritado coq otro okjeto que el de que 
JO hujeae , j evitase el deplorable encuentro. que ill tuvo. f Y td , in- 
sensato , contiiuialM , en ypz de haccrlo, has arriesgado ranamente tua 
dias para cocorrer i tu amigo, 6 roorir con dl presa de aqueUas ho- 
rrendas fauces. • Lioraba al decir esto, j Uora))a yo be^ndo sua hifc^ 
Diedas mejillasv y era profunda ^ deliciosa para amlios aquella chuo. 
cion : cudnto amor rcciproco no ^ntiamQ3 1 c6mo arranca1)a|i del corar 
zon las protestas de dar con gosto la vida uno por oi otro ! Yemoa 
]K>r fin desde cl olmo bajar aqui y alU por las ciiestas antorcjias en- 
cendidas : eran el padre de Irnaudo y el mio que saiian con sus sienroa 
en busca de sus perdldos qtfios. Huy<!k el lobo de las luces ^ y nosotros 
saltamos gozpsos del irbol Irospitalarto , y brincandb ^o])re la nieTe« 
salimo^ al encuentro de nuestros padres, refiriendo con pnrlero afaii 
yo el micdo que tuye de pcrdcr A ml adorado amigo , y (U ml tcmcri; 
dad prue1)a de un amor generoso. Qud noche de jilbiio aquelial cuihito 
elogio daban loa padres ^ nuestro fraternal aCbcto ! cdmo sa envanecia 
Irnando de ml compaiiia, y yo de la snyalAsl pasaron los duloes dlas 
4e la uifies sem]>radQ8 de mil Incideiites que patentlzaban nuestra md- 
tua y generosa amistad. Y este yfnculo tan estrccbo de doa almaa ]>uH« 
aimaa.** dcbia rompe|4Q el tiempo! 

De cata sucrte se lamenta el caballero , 4 Hdcgi^rJe (a del nr^gT^^ 
cabcUo y de esbelto y mageatuoso tallc, «0 amado esposo, Iq ilicei 
perdona mi pregunta: ^no has aido aoaso culpable de orgtdlo? l)as 
arcnturado noblcineiito algua paao para una reconciliaoiou que Dioa j 
los jlugelcs bendocirian?* 

-Todavia no lia trasourridQ, amada mta, una lunaentera des4e ni|ea-t 
tras bodaS) y conoccs mal el coraxon de tu Oimilo. No se cubra por oa« 
todc rubor tu licrmoso rostro; OQ^ mugcr, no te reprendo; conoQC 
ris con el tiempo qud impcrfo cjcrceii eq este corar^on los afcctos. Si lo pro" 
hil si tnmold mas de dies vcccs mi orgullo para recouquistar aquel amigp? 
I'cro en valdc ; no es cl que «intes erat dom(ualc uu cspiritu de inal«U2| 
aoberbia, y.«. mira si me aboguu cstas paUbr<iiiI mc dc^jarecia. 



f95 

Al oir esto, el rulior de Ildegavde trocdse ca pali(lez,pareci<'iKlo.* 
le moiMtruoio el que fucra objplo de Je^prcc io para quieu quir.ra iin. 
lioaibrc tan cceiebre por siis ^al>allt:ros os lioclios coino ol virUioaio Ca? 
miio. Abrazdbale^ iaazaudo nuradas ora al castiUo de frnaudo con 
gebtil dcsdeu ^ ora cou apasionado enciuto A sii .<pierido rsposo , qae« 
riejido dccir cou ellas: m otrote atrcve d dcflprcctarte, rccompt^iidct^ 
el aprecio que te profeao,* 

De diTcrsos modo$ caiitaa en i»is liimnos. Ips trovadorcs .de Italia la 
caosa de la eneroistad eotro aquellos dos gpimrosos campcoiies. Apinu- 
denies unoa 4 Iruaudo, qiie pasando desdc maiiccbo d la Aleiuania 
GonaagnS su etpada 4 uuo de los reyet couteiidLeutes ; los otros :i i ^anii- 
lo que <e declar6 por el otro aspiraute i auiique ilegitinio, al rcglo tro- 
no. Esperaroa Camilo ^. Irnando atracrse reciprocameute al partido que 
habia cada cual abrazado; y uno de io« dos no se sabe cual, viu nau* 
firagar su virtud. 

£1 i'aror de partido Indnjo al principio A uno j otro k creer cfec* 
tiTaipeate degradado al amlgo antes tan querido. Pairecia A Iruajido bas- 
tante mauifiesta la iniquidad de las ctegas preteusioaes del adversarioi 
y no podia auponer niiras bpurada:» en persona alguna que las apoyara' 
J al par. la iulamia de la .otra causa sn presentaba d Camilo oomo evi* 
dente si todo el miiudo. . 

£n cualquiera dc Ips dos se cstinguiese primcro la caridad de ber« 
Diano, y sea que eiislies<; 6 no otro gi^rmcn de reiicor^ vidseles en 
el canipo eucnideeor conio leoucs. Tcro los lances de la guerra y las 
TicisUudes de ia. ibrtuiiia dabau ocasiou A entrambos para cjercitar subli- 
mes virtudes : y obligados cien veces Irna^dpy Camilo d admirarse mutua*- 
nieutc, dcciau eutre m : Auu4^e mfdvado, mi ajnigo cs siernpre un b^roe. 

Pasarou ya aquellos aiios de sangre, apagironse ya muclias ilasio<* 
lies en aus agitados y IxUicosos ospiritus, aua en la flor de su edad, y 
^ijs eja:d)argo.la reconciliacion no ba estrecbado aun sus generosas manos* 

Tambieu d Irnando hacia i'eliz una esposa, madre ya de machos lii* 
jos; Klina era su doice nombre; haJ)iala dotado el '.cielo de ardiente 
comzou y de claro pcro entiu>iasta cntcndimiento. No iueron sus aura^ 
Uativas las del Piamonte que respira ; su saugre era romana, y su padre 
eneiuigo siernpre de los rcbeldesy sucumbi6 con gloria en el campo de 
batalla. £liua no puede suponer que Irnando aborrezca injustamente d 
Camilo; no conoce d este, pcro figiirdselo tudigno 6 irrecon« 
condliablei alimentando rencores y perfidias, y nunca dice una palabra 
para calinar a su marido al oirle eniiirecerse contra el vecioo. 

Locas aingularidades del corazon huuiano ! Irnando ) si bien masi 



290 
fiero que Camilo^ y propenso i la suspicacia^ no tenia ihstantes mas 
^toa qne aquelioa en que recordando su diiloe infancia, ae Ic ocit<- 
rria es^ 6 aquolla noble eapresion 6 acto del amigo tan aborrecido 
ya. En acjuelloa instantea, y eran firecuetiteSf sonraa an alma A la 
idea de la anaTidad y Tentura que i loa doa resultaria 4e la T«noTa<^ 
don de an aoibtad ; maa apenaa notaba aemejsqite deaeo , ae esfonaba 
en exaaperane ^ en acnaane A af propio de aohrada indul|;encia , j ea 
imponene peraererancta en sfpL rencor y deapfecio. 

Taatoa cabaUaroa habia riatQ apoatatar Tilmente de aus principlQai 
loa unoa aertidores del buen princtpe , ^nirse luego perfidoa A su coq* 
trarip, loa otroa, iddlatvaa antes del andox pretendiente, insaltarlq 
despuea de abattdo sn poder! Y amenndo ae ponderaba el torpe dca"* 
caro deaemejantea Iraafonnacioaea en las cnaleaae deadefialran de inr 
carrir laa almaa eleradaa, que tevniendo pareoer ap^sta^tas, ae obstina"* 
ban ferocea en aua juradaa decUionea por mag que fueaen desacertadaa^ 
Siempre quelrnaudq mira de«de sus rocas el caatillode C^itiHo, y yA 
recprdandQ c\ian A menudoeu aqudlas salas, en aquella plataforma^ 
en aqiiellos muros , en aqnella jerma eaplanada j pop aquella pendien^ 
te 6 en aquel vatle « babia deaahogado con su querido aaif go puros go^* 
9eos y puros aianea, inrftase 4^repente, y restregando su 6^mte con 
lamauo: Fuera recuei'dos inseasatos! dicese A sf mismo: oprobiQ e4 
bonrar con ua suspiro aquellos falaces dias en que tan dicno de' afeo* 
tp se me presentaba aqiid miserable. 

Menos arrebs^tadp por la altives; habfa pedrdo Camilo A varias da- 
mas y b^rones concUiadora mediaci on ; y unaf y otrpa baHaron d Ir- 
nando sordo A sus instancias. Ferp A la dulce lldegarde apesadnmbra 
I^ucUp aqi^ella fiera diaoppdia, temjendp siempre que |>rorumpan wA 
iras en abieria guerra. 

^ Frios ii^tcrcesores, 6 esposo mio, serian acaao. estas damas "y ba- 
rones que xne refiercs. 0|i! cndn d}gnp bubiera sido de tl e( preseutar- 
te tu mismo con am^ble coqfiauca A ese irapundo ^ 

— Qn(5 dices i esposa ? To que no aoy el culpable , yo suplfcante A. 
sus pies como un cobarde| 

<- O querido mio , pudiera tu esposa aconsejarte una cobardia ? No 
fc quierp ^ qo , suplicaole en su preaencia , siup animado por docprosa 
trai^qnilidad. Scgiin suelcs retrain rme A cse ofcndido }>arpui seria iu- 
oapac de ultrajar al que pidiese hospitaiidad dentro de so^ muros. 

Dtida (^m^o algunps ^las si aeguiri el ((antp oonsejo ; por liltimo 
respoudq a £(U cousorte: Ko, aiiiiga, uo pue<lp buuiillaTipe (i tatttp, 
mas no pier4o por csto io^ ^sperauza dp rec$Mivili^('i)06. Has^a.aqu^ uuu- 



ea evfii diKCtamenfe al otgalloso nb' ihetaMjero eon h<Aidrff{ca emba^ 
ja<bi; acaao desdefla A ioterceaopes estrafios; mas viendodelante de si i 
«uie0Oiiden> mlo, y oyeiido de mi parte palabras de euniatad 7 se coumo- 
terA, J no querrA ser meooa geiiero6Q que yo. 

Cmnple Cuiulo la deaeada prueba» 7 aguarda la mdta del enria- 
dOf paiando. aiii aoriigo de una A otra saUf y pareciAidole eaeesiTa' 
toda dUacHNi. 

^-'Se deadefiadl el fbrioeo de dar oidoa i ml escndero? y ti soape-^ 
•haaa en ette aoto nn traidor intento d tU liaonja de eapirita aeobar^ 
dadcT) y eMrteataae eon el a^oa insnHo de yic^sgr con prisio/n 6 muerte' 
la peiBona db mi heraldo? MalTado! Ay ai tal aucediera! A gran mansedum* 
liie bajd eite eoraien; pero i ana seilal ,TeriaaIe aubir de noevo A un* 
edio mayor qqe isl tay0, mas terribie, etemo. Qu^ digo? en aqaella' 
alma emltiiagada de gtganteaoo orguUo no cabe tan baja rillanfa y y 
yo soy iin espfritu me^uino solo con imagioar tan torpe accion. Ser 
liabni enleniecido , abrnmard por largo rato de obsequios y de dnlcf^ 
atmas preguntas A mi enyiado ^ acaso querrd yenlr aqa( cou A , 6 des- 
embarasane antes de cuidados momentdneds. Solo A medias supe ser 
magqdn{mo : yo mismo ^ como me aconsejalia mi esposa, yo y no un 
escudero debia presentarme A 6\. Oh^d nujyista cierto que Irnando no hu« 
biera necesitado de palabras, habrfase ecliado A mis brazos, y sin yanaa y 
dolorosas espUeadoneSf nos bubidramos Uamado 'comb antes amigosJ 

Asi entretiene sus anstas , y para ocultar su turbacion A su amada 
esposa.) etitaba sn dulee eqcuentro. Paadase A largos pasos, 6 se agita 
nn Instante en el sillon 9 y se leyanta luego coai a&n mczclado de irai 
y amor 9 ora asom^ildose A una y otra yei^tattaf ora saliendo fuera dc 
an negra y oLaveteada puerta, sin curarse del perro qne se le acerca» 
y menea reapetuoso la cola.) y baja el l^octQ0 > y espera ser acariciado 
por la mano de sn duefio. 

PflMeele al 6n desde las alkiienaa de la platsforrfia deacubrir al es- 
eudero. £l ea^ 4 ^. l^a sangre del cabslterat se alborota toda^ y no 
pnede contenerse, atratieaa el pnente, baja apresttrado la cuesta, esti** 
mtUale A saiir al encuentro del otro nn desenfrenadei ai^Helo de ottle. 

* Porc|ad tan dl^spacio? ie grita. PiPfcipila sn paso el iiei escudero^ 
y dice : SefiQ|t ) apenas introdncido en la habilac)on ^ viiestroenemigo... 

Al oir Uamarle deeste modo, t<k*nase' pdlido^ Camilo, y ptosigite* 
el otro : Apenas intrqduGido , le espuse Tueatros aqnt^mieitfos. 
-• Y en qud t^rmi^KM? 

— En loa qne me dictasteis. « Cabailero , lo dfje , mf sefior dcspuefi 
de.facilante iucha cousigo mismo ^ cede a la ^coestdad de roeordaitn 

ToMo u 98. 



J98 
8u amistadi j de derretir ea cuaqto e^U de to parte el ynlo que tristes 
asares iiiterpusierou entre sa coraaoii y ei voestro.* Qucria cootuiuar, j 
el so1>erbio8ouricudo aa)arganiejite.ejclain<>: «No yelo, sino hoirenda 
sangrese ha iaterpuesto entre ambos coraxooes. • Prosequi coo todo 
espouiendo tus d^oroeoa senticoieiitoa. £a loa primPrM inatantes parecia 
domiaado por una emocion mat fuerti^ que au o6leia, por Qiasqiie fiagleae 
aonrelr aun , y ostentase ribramie miradaa dc desden y amanaxa ; «spe* — 
raba sin duda demis lilbios paUbras'de maydr humildadt mas oo lie* 
garon; ea mi freiite y tox gaard^ reudimieuto peio dif^idad, 7 aoJi6 
que JO le escarnecia. « Audaces son tua o\Q%% d j6vea« eaclamo ; bija-« 
I08 » * Y porqu^ ? respoadf : no eoooce el miedo as etiYiado de Cami* 
Ip. - ^Te eavid 4 iasultanne el temerario? repUc6 bramando > k poner A 
cobarde prad>a mi paciencia ?. i. teiiUr A qviero coalamiaat mi inmarr 
culada fama pouieado mi espada ea cootacto ooti tu vil pellejo , 6 mar* 
ciadolo con aaotes? VetC} nedo mercader de irUuperioa y golpet; d£i 
tu seuor que el que se arrep^ente de sof tmiioiones » que ei que desea 
reconquistar la amistad d^ un noble honradot.ao buflca rodeos 9 y dir 
ce geocrosameute : era de infamia el camino qtie segtU » A tan iadignaa 
palabras me inflamed de cOlera eu deieosa de vuefi^ro honor: «ei cami-< 
no de la infamia , gritc^, ni lo pisar4 mi sefiort ni lo pi^ jamaa.ii la<n 
ternimpip mi esclamaciou , y con un torrentc de jfiUmtuante y de«bo« 
cada elocueucta recordo toda la desventura^a . hjstoria tfei trono. coin-, 
batklo , que segun di fud una trama de ilustrca maWados que ae arras* 
traban A los pies del vulgp % torpemente conveaidQa ea eagaaarlo y dea*^ 
pojarlo; y vos... me estremesco de repetirlo* . • r 

— Y bien ! yo ? , 

— Un vil partlcipante en la ia&mia y ea laa ^aaaiiciaa*.* 
. — No lo dijo. JSo lo dijot 

— Lo juro. 

— Y no truncaste en au miama gargaata estas iatenas p^abras 7 

.- Las trunqud desm'uittfSadolas ^ y ae yic^ ohligado A somrojarbe y i 
replicar: cNo di^ que Aiese parMcijpe en laa gananciast sino que lo 
parecia j y que para lavarse de aemejante ma^oha. am baatan drcuitlo* 
quios. Abjure solemaemente, y praehe que su eera7.on,9 ai bien iosen* 
Sato , era almenos puro ; pmebe qae ha abomitiado las perfidias de loe 
enemigos del rey, que ha execrado los crfmeaes que aflijenahora et 
imperio. » Bajeza me pareci6 oponer modestos adentos d tanta arrogant 
cia. Os lo confieso , sefior ; apdnas sd lo que le di|e ; no le iasoltd , pe- 
ro ciertamente Uovian de mis labios palabras de fuego contra los de* 
tractores; y ealacd tales alabanzas de vos, que le impresionaroa y 6Ui 



^9 
garon A aplaudif. « Veter, Inien iiiervo^ me dijo , ' aprecio iu anUixiiett^ 
to f mas no la hipocresfa de tu sefior. » , 

— Cielo ! blpocresfa dtjo? no te eogafid el oido 7 
— Lo dijo« OS lo jaro. 

A estas palabras el caballero torcid con i^bia 5as manos ^ y con una 
mezcla de placer y estremecimieoto, romptiS ea mil pedazo^ on antUo 
regalo dejrnando, y nostn palidecor puso el pie ao)>x« ellos j y los pi* 
aoted entre el polvoi, 

-^ Todo acab6 !. esdama « y lloraba iracondo , y qo respoadia al men* 
aagero , ni oia siquiera sus palabras. 

Elubidraso precipitado d mover guerrci A Imando , mas el cielo no 
lo permitid. Tu^o que acudtr Camilo d la defensa de una heitmaqa qua 
gime Yiuda con sus nifios en las yermas montafias de Monferrato i sitia-. 
da por ambiciosQs barones. 

Queda entretanto sola Udegarde 9 7 al par que eleva votos al cielo. 
p6r la salud^ por el triuufo y por la Tuelta de au esposo^ feme sii^ 
embargo que al regresar de la campafia de Monferrato ^.roippa la guer*. 
ra contra el sefior del vecino castillo. 

Mirando aquel castillo un dia , pcurre A su espiritu una idea : i T. 
si JO misma me presentase alld , y ml noBle cofifiauM renciese los cora- 
zones de la altiva romaua y del (eroz baron! .. 

Hay ciertos caractdres snayes, y tal era el de Udegarde i que son 
con todo animosisimos » y que formado un generoso designio ]K)r ar- 
duo que parezca , yacilan poco y obran. A la maiiana siguicnte des<r 
poes de oida la miaa en el, dpmdstico oratorio » y leyantado su femenil 
espiritu al Espiritu que rige los mundos y dA fuerza A los dtomos , U- 
4egarde tranquila se pone en marcba montada en su bianco palafren siit 
Bias Gomitiva que una doncella y d|Os criado^ 

Al llegar al pic de los altos muros del castillp. de Iroapdo ^ sintid 
momentaneos latidos , y asaltdile el recuerdo de las perfidias , a v ! kartp.. 
freeuentes enttSnces entre los baroqes. Fenso coal seria el dcsesperado, 
4olor de Camilo, si cegado por el odio el caballero A quten iba A vLd- 
tar, desmbtiese aquel 4is^ la inyiplada prez de leal hasta eutoaccs ob* 
tenida. VoUid los ojo^ A la doncella, y la vi6. p^lida cual.clla misma; 
mir6 A losdoscriados, y estaban pdiidos tambiea# y9^ ati€vieron A de- 
cir intcrrogando : Hay que retroceder ? 

— Necios! dijo, y sonri6, y se metid deutro. 

Entretanto en una yasta sala del castillo la bcUfsjma romana tiraba 
el blando Unode su rueoa dorada y csmaltada dit? pcdrcrias, huuie- 
decidttclolQ eotro la^yema^ dc sus dos blaacos dedos, y lucgo con gra« 



soo 

cia angelical imprimia "^moYimiento at haso de inarfil , y coir MXtM 
que niega el cielo d labios ibimados jaiito A los Alpes^ caotaba ro« 
mances cabaLlerescoa. 

Sentados cerca de Elina, ycomo ella hermoaos, an nifio'jr nna nifia 
IS jaban eni su madre cou rireza laa enamoradaa paptlas aombreadaa por 
lucngosj negros.pdrpados, f repetiau cada postrer palabra de las es-i 
trofas matemas con b cautinela ahnoniosa de ua eco. Y A esie eco m 
juntaba la grare tos de au padre que preparaba uii aroo para la caza* 
y amenudo dtidaba el arco coatemplando fasclnado 'i aa muger i hi* 
jost y suapendido ]^r su canto. 

Llevaban las afiras al oido de Udegarde la melodia del cintico fer- 
Yomso. Apedse , y sonriendo , aunque palpiUndole d conoon , mani-* 
.fest6 sa nombre A los pages. 

Cuil fu^ la sorpresa de Iruando! Neg6 alguna rer audtencia y obsequies 
A una dama. Sea quien quiera Udegarde, le sale al encuentro con re. 
Tcrente cortcsfa, y la prescnta A Eliiia, que leyantAudoae y dejando bf 
dorada niecaf le indica que se siente. 

-Mi gentil Yccina , empieza diciendo Udegarde i tiempo bil que d^ 
seaba yer tu dulce sembtanfe y manifestarte un deaeo mio. 

- Cu^l ? prcgunt^ Elina. 

'-' El de obtener tu amtStad , y consolarme bontigo de mis penas. 
' — Y qu^! eres ttf infeliE ? ctimo...? 

"En su imaginacion barto precipitada , prcsumcn ya Eliua y el ca-< 
ballerOique huye aqtfclla por tcmor de la tuelta deCamilo> quo'sien- 
do A sus ojos an monstmo para con los demas , no puede m^tios M 
scrlo para con su dcsvcntarada cousortc. Ac^rcausc entrambosA iblc- 
garde, 6 imando le dice: Mo o& feltard mi esj^adai si nccestfais dieftfAsal 
Pero jc6mo les sorprende el tono c6nf que prosigue la apacibl6 om^ 
ger ! -No hay debajo del sol , 6 buena Elina , muger m^ quertda de 
si^esposo. Tambien yo, cuando hilo cantando, y mi seiior estden et 
Castillo 9 le miro frccuentettiente A mi lado , y acompafia mi toz con In 
8uya ; y muchas veces ladran ya en el patio los pcrros atrahillados dift^ 
puestos para la caza, y s^ nlantfiesta propicio A ella el cielo salpicado 
de ligeras nubes , y A sito' embargo permanece'bonmigo , y consiente ed 
dar tregaas' al jabaU hasta el siguiente dia. El tddio para entrambos es 
desconocido> 6 si alguna rex nos oprime, nunca es cuando laten uno 
junto al otro nuestros enamorados corazones. Ob! y hasta qud punto 
crecerd en dl y en mi el encanto de nuestra soUtaria vida, cuando, si 
el cielo piadoso dd se niega A tan dulce esperanza , ouo 6 nias hijos co-* 
pio estos florecerin A uuestro lado ! 



501 
laterrttmpkse Actegafdev y p6r tterno (mpeta Ae una alma amante 
conmoviila , 6 por ilelicado arlificio , 6 por una mezcla de artlficio y 
de iinpctu ^ toma d ios dos nifios uno d la derecha y otro ^ la izquicr- 
da^ y losacaricia coa alternados l)esos y placer. oiaterQalf de suerte 
que la madre verdadera y el padre gozan entemecidoB , y sienten au- 
anebtarse aii amistad Udcia la esposa de Camilo , cuanto mas afable se 
muestra ella con sua peqnefiuelos. 

— Oil ! c^mo se te parece esta nifia en belleata x 6 Tectna oiia. 

Y diciendo esto lldegardoi posa el labio largo rato sohre la rosada 
y regordeta inejiUa de la iaocente ; y laego pasa amafaiemeiite la mano 
aobre la rizada cabellera del nifio , y la palpa ^ y ' atraydndolo h/icta 
pi por el copete y liesdndole ^ le dice : 

--^Sa1>es que en tl veo d tu padre en Ios dias de su infancia segun 
me lo .pint6 un Gel retratista ? rizado el rubio qaliello ^ ancjba la frente> 
▼Wos y amables las ojos... 

Y proaunciando ildegardc estas palabrasi sagas 6 inToluntariamen* 
te levantaba una timida mirada hdcia el caballero* qne se perturbaba re- 
pordando A Camilo. Ent^nces no busca ya rodeos la reconciliadora , y 
dice tngcnuamente caan funestos pesares le ocasiona la discordia de Ca- 
milo 6 Irnaudo. 

. - O digna Elina ! y aun cuando por el indolnable orgnllo de ano de 
Ios dos no cesase esta discordia ^no podremos nosotras ser amigas? no 
podremos lamcntar nuestra mala fortona t y amar d nuestros esposos , y 
HO participarde niogunode sns odio6 qne ultraje la justicia? 
-Sf, prorumpe Elina del fondpdet alma, y las doe se abratan. 
Salta Irnando arrebatado por aquel espectdcolo ^ por aquellos acen- 
tos : quisiera disculparse , quisiera probar d lidegarde que no es culpa 
suya el odio que entre 61 y Camilo se ka suscitado. Hombre incomprenr 
siblc ! cuando lanza contra Camrlo acusaciones de indecibles desdensg 
^ ingratitudes, la amarga queja con que de ellas habla no parece na- 
Cer del odio sino de un celoso anu>r. No puede perdonar d aquel d quien 
lanto amaba habcrse hecho el fdolo de otras gentes , haber ppdido oU 
▼idar por sus euemigos d un hermano tan entrafiable cuai era Irnando 
desde la nifiei. 

No seescapa esta observacion d la discreta liudspeda^ y oon lenta 
i5 insinuaute elocuencia que subyuga mas y mas las almas de Ios oyentes, 
pttita d Camilo en aquellos tiempos pasados como un generoso fautor» 
eqitivocado tal vez , pero siempre generoso , de una baudera deslum- 
bradora « y que creia iumolarlo todo d la virtud liaj^ta las mas suaves 
delicias de la amistad ; y aiiade de que modo sin embargo tivia aun 



502 
(Rsta amistad eft Camilo, y.coilito sospiraha por los diasde ptx en que 
Irnando aplacado pudiera de noevo correspocider A su amor ; rcGore ade* 
mas que ai volrer d las mdrgeiies del Pt^liice uativo, ausiaba 61 recoti* 
ciliarsu con Irnando, y sc valia en vaidc <lc iuteroesoni's , que le euvi6 
su propio escudero y j fud rccliazado ; caenta las iaseiuadas y trislrs 
inirad.is de Camtio al Castillo dc su primer ainigo , k cse u a(iucl drbolf 
A aqucl valley A aqiiella colhia « A las olaadcl torrcute dondc nadabaa 
juntos , y a lo6 yelos donde por largo r^ko sc lauzaban einpujoaest 
t^ieudo, pauxdudose y lucliando y desliziindoae sobre loa tenipauos 
. liasta volrer i casa alegrcs y retozoncs con la firente A menudo ooatusa 
«S ensaugiientada. 

— All! qu^ biciste« csposo mio? esclama la ardicntc romaua: otro^ 
nuy okro te lb babias figurado^ y Ic aborrrcias ; yo le ai)orrccia tam* 
'bieii cual me lo ptutalias. Pero el monstnio que se preaeutaba A nues- 
tros iascinados ojos no era, no, esta alma tierua para quien son tan pre- 
ciosoi todos los i*6cucrdos de la infancia ^ que te ama siompre, y k 
quien no amaria tan to Udegarde si i'uese un malvado. 

' — ^rdcierto? balbucca Irnando t d iniindausc de stiave llanto sua 
mttjillas. Me ama todaria? Mo era por moi'a que me curio aqucUog 
f^ios iutcrcesiorcs que tan mal peroraliau , y aquel barto celoso mcn- 
vagero quo me atas^icraba con su osadia ? Y que mas quise } o que ser 
'Amado del que jro amaba? Juraba aborreccrlo, y no podia! Pero \j 
ai ttt bcnignidad , 6 Ildogardc , te indujese en error ! si al par que 
couscrra de mi alguua tierua memoria , y casi mo ama en los ticmpoa 
pasados, me detestase tal cual ioy al prescute, y se atreviese liasta 
i llamarme aliado de traidorcs ! St culpase dc mal aconsctjada tu Teui- 
<la a mi eastillo % y prorumpiese su euconado oorazon : no puedb ainar 
k Irnando Y no puedo amarlc ya! 

Disipa ildegardc estas dolorosas dodas ^ recordando una y otra es« 
preston de Camilo acerca dc rcuorar la amistad aukigna. 

- Yo era pucs el solierbio! esclama el caballero: dcbo cspiar mi io'* 
justieia. Mi amigo peligra en. la guerra l(^jos de m( ; tucIo A ausliiarle 
ton mis lanzas. ^ ' 

Rcunc sus vasallos , y despucs de abrayar A la palpitante Elina , A 
Ildegardc y A sus tiornos liijos, monta a cabalio y parte. 

Durante muclios dtas cousohibause a )>orlia las dos vccinasi alimcn. 
tAbansc dc cspcrauEa y miUuaineutc sc vUitatxin, aguardando la vut^l^ 
de los barones 6 alguu men:$ajc que les trajesc uucvas suyas* Ocultan 
ciflrambas su turliacton, y solo cuaiido es\A scutada cada una on la so- 
iedad <le sa propio castiiio , cucota los diaa y Uora aogustiada. JlXoe 



505 
It nna: «01i! si nnnca Iiubiesi? conocido * Ikloganle ! Tal vex ellacsla 
eaiisa luticsla do f[un hay a p<»rccklomi scfior.* La otra rcpitc a Dios: •Sal- 
Tad i mi Cainilo, 6 si babels decretado arrcbati^nnelb , s/gale yo pronto, 
th ! y DO queden por caiisa mia Tiudu Eliua y buffrfanos su^ lii jos.'* 

G'-de por fin al poder dc su dolor la desconsolada mugcr de Irnaudoy j 
una tarde dosinuM) de subir con su aifiiga a I alto acostmnbrado, desde don. 
dc se desCtibria mas largo pedazo del polvoso camiuo, y no aparecien- 
do cu dl ui lo8 caballeros ni mensiije alguno, pnirunipc en desespcrado 
Uanto abraxaudo A sus niuosi y rcdiaiamlo el 6sculo de Udcgarde. 

— Ve, desTcuturada, dejame: anrrcba taste el padre d mis hi jos; me 

arrebatast*^ A mi el que todo lo era para mi corazou, aquel por quien 

habia al>andonado sin pesar el diilcc pais de mis abiielos. Sin dl no 

puodo Yivir : qud sncrtc se resenra A estas abandonadas criaturas, 

miicrto- el padre por la etpada, la madrc por el dolor ? Bencncio era, 

beucfitslo del cielo la enomistad de Iruando contra ta fatal consorte, 

Maldito sea cl instaute, en que iuspirada por infernal coiisejero Tiuiste 

placeutcra A labrar mi ruiiia ! Maldito el nombre que te d( de hcrmaua- 

A tan Inribunda csclamacion, ginie lldegarde, y en rano desca ba- 

Uar piilabras paru aplacar d su desesperada amiga, en Tano intcuta rei « 

terar los abrazos* Cada ret mas duTamente repclida , y abrumada de 

auiargas rcconveuciones , respcta el dolor de ^iua % y en pos de ella 

l>aja ia ^uesta tristemente, k modo de sierya que reprendtda llora y no 

ae atreve A responder. Pdrase de yet, en cuandb ^ y coufiada aplica cl 

oido , y mira por el valie parecidndole oir voces ; mas y ah ! son voces 

aquel las del labrador que Vuelvecbn sus liueyes de los campos arados, 

stguii^ndole en aniable compafifa su anciana madre encorvada |bajo un 

has de jerba , y su robusta consorte Uevando oofi elegante Ugereza uo 

peso mayor dc rudos sarmientos. 

• Transcurrierou dias , y volvian las dos al alto acos^umbrado, pero 
Elina sieniprc agitada , se retiraba puesto el sol , ddirando de c6lera y 
dc dolor ; sieinpre la seguia Ildegarde maltratada y con todo afisctuosa. 
Oyen lejanos gritos ^ y lanzan entrambas por el valle segun costum* 
brc, dvidas miradas dc temor y de esperauza entre latidos de amor: 
aguza el jierro las vellosas orcjas , y da nn singular y agudo ladrldo, 
y se precipita por la pradcra almjo , saltando anehos cercados ^ drduoa 
ibsos y quebradas pcfias; por int(5rvalos desaparece y vuelve i apare- 
cer • calla , ladra y no se deticue un instante. 

— Sera cierto? Gllos son, olios son sin duda , esclaman d porBa 
con fi'lmi trasportc las dos anholantes mugeres. Pero ly ^i faltase al 
eseuiidrott que estd de vuclta uno de los gcies 6 los dos acaso ? O du- 



da espantosa! 6 desreoturadas I qui^ noi aii^gara qae do? 

Diciendo esto , redoblan afanoeias el paso , } Uegadas i la Uannra^ 
oycn laa sonoras y velocos pbadas de uno 6 dos corcelcs.., oh ! si fue- 
aen dos y si fucsen los de los dos cal>aUfiros. Uiia deusa oube de polfo 
no dejaba distiuguir bien los olijetos. Ah ! di calmlmeate Iriiando 7 
Camlio se adeUotabao d sua oomitiYas con el ansia de ver i sua que* 
ridas esiKisos. Felix certidambre! Saeoa por el aire su saludo , sua to* 
ces son d no dudarlo. Ilelos aqui, saltan del arson. Qu^ de abrasoa* 
que de inefablcs roomeutos ! j despnea que cada una ha estrechado 
contra el seno i su consortd y le ha cubierto i su satisfaccion de U- 
grimas y besos , ^clianac goaosas las dos amigas una en brazos^ de otnu 

— Mi dolor me hacia injusta , 6 Ildegarde ; perddname* 
Ildegarde interrumpe las palabras dc su hermana « pooiendo labioa 

'sobre labiost y entrambas ae bafian en Ugrimas. Entretanto Imando 
toma eu braaos A los nifioa, y lea hace y rccilie caricias, y se complace 
en entrogarlos d Camilo « y en cotitemplar la nuera temnra de an amigo. 

MIcntcas suljen la cuesta^ todo se vuelye confusobisbiseOf y escla- 
mar y alternar esprcsiones de amor y oortcaia, y prorunipir locanicnte 
en risa y en llauto, y mczclar preguntas, respuestas y uarraciones, i 
Jntcrrumpir la frase empezada para intercalar otra... de suerte qu® 
nadte.de cllos enticude co^ alguna. 

Eiitran en el ca&tillo de ]mando, y sentados en el gran salon, y 
sacadas las profuudas copas por pages y donoellaa , y escaticiado de las 
liaspitalarias bptellas el hcrmoso licor rebuUendo aun con rosdda ea* 
puma, y termlnado el sonoro choque de las copas del fcsttyo brindia 
Y fortalccido cl corazon, Icvantan eutdnces d porGa su tok yaronil los ba- 
roues, y vuelvonacogerei hilo de la narracion mas seguido 6 inteligiMe* 

- Ah! Ildegarde; qu^ buen genio te inspird, impelidndote en mo* 
meuto tan oportuno d realiudar entre Imando y yo el amado T^ulo 
que ncciaincutc habia yo roto ! 

-Yo fii( el necio, yo el feroz, interrumpe el otro d Qunila Y 
estc le pone la raano solirc los labios continuando : 

i-.Ohl qud bucn genio te inspiru, Ildegarde. Perdido estaba yo, 
d no ser por el poder rcdcntor dc la amistad. Desbaratd al principio al 
baudido sitiador, pcro el miserable reunid nuevas tropasvy encerr/m* 
dome on el castillo dc mi hermana , me cscaruccia, y desafiaba todos 
ios dias. En vauo liacia salidas diarias contra el maivado ; ay de mi ! 
nada |KKUau los csfuerzos de mi valor sobre el nilnicro siempre ere* 
cieutc dc encmigos. FaUibannoH ya los Tiveres, faitdbannos las armasr 
y la desapariciou de toda csperanza y el tonnento rabioso del hambc e 



805 

incitaba ya i nucstros gtieireros A la revuclta 6 i la desercioii : pro- 
pag()sc al fill uii grito universal, riinhiinnnnt , nudamonos, A tcNios 
pruiJietia la vufa el baudtdo cscepto a oii bormana , A sus bijos y A 
nil. Eiitrt! amcpazador y sii^i!ica:itc arci)ga1>a yo ^ los p<!rfidos que 
cpiei-iaii abrir las pnortas del Castillo; « suspoudod basta mafiaiia la 
tratciou > basta inariaiia supiicra. % Estas palabrus mias despcrtaron cu 
el curazon do ios luas uii rosto dc ooinpasion ^ n^spclo; « basta mafla* 
iia, dijcroii; 'y ^si l)u)s antes del alba no ba obrado algun portento 
para s;iIvaros, fticrza sera pesisar en salvarnos a nosotros.*' "Qud cs- 
pantosa no<:be acpiella , y qn(5 lut;aces bfiras! quo borriblc era el soni- 
do del brouce que las seualaba ! Qud angustlosa pro\hnIdad del alba! 
quf^ pii lidos y iinidos los seinbla tiles de ml bemiana y Ht sus uulos ! qnd 
cootraste oi'rcciaii cou la diguidad y .•nliiio ecu que uos preparabanios 
al aprestado suplicio ! Yo decia en ml interior: « Abl porquc^ no ^upft 
toda mi viJa conser^-ar la aroistad de ]ruaudo?H De improviso oimos le» 
vaiitai*se un cslri'|)<to luera de los muros: qiw? seni ? . .. uu conibate ! <> 
prodigio ! y cou quidu ? « La mauo de Dios! la mauo de Diosln gritaii 
lilts tropas« postransc ji mis pics arrepenlidas , reouevau el jurame:ito 
de fidclidad; les persuado a bacer una vigorosa salida, y largas boras 
uos ccbamos cu la matauza de los eucmigos. 

lutcrrumpe aqui Iruaudo la rclaciou de Camilo: Ab! si no me bu- 
bieses obilgndo .i admirar tauto valor e impetuosidad , ibatt d derro- 
tarnie los sitiadores. Mucbosdelos miosse entregabau tl la I'uga, yo 
mismo volvia ya las espaldas desesperado , cuaiido tu acometida dcsba* 
rato al ejc'rcito eiiernigo , y te debt mi salvacion. 

Clogianse mutiiainente los caballeros recordando las bazauas nbo de 
otro, liasta que esclaina Elina: A lldegarde se debeu las alabaitzas to* 
das; postraos ante ella , y besad sii mano. Y se postrtn los caballeros 
J 1)esau la mauo dc lldegarde , y le piden fperdon del pa.«ado encouo; 
J ella les impone por pcuiteucia uua fiesta auual en uno y otro Castillo 
que deba lUmarse /?<f.f^/z dc i*i amisUid^ y en la rual 8ea obligacion 
de los trovadorej can tar cuantas caliuuniosas sospecbas eugendra el lu- 
ror de partido. como atizau el odio los rodeos dc meotidos interceso- 
rcs^ y cuau escclente conciliadora es ia muger prudente. 

- Y d mf por mis injustas iras £qu(^ peniteucia me impones ? pre- 
guuta Elina plegando las mauos en actitud bumilde, y doblamlo la 
rodlUa. 

— O qucrida , dice lldegarde , que el primer bijo que d^s d lus lle- 
Ve el uombre de mi Camilo ; y si yo teugo bijos ) seame dado llamar' 
ioi iruaudo 6 Elina. 

ToMO II 39 



806 



TRADUCOION DE LORD BTBON.d) 



Ijlorad por los que lloran desterrados 
Oriiias dc lo« rios de Eahei : 
Su8 altarps sou sitios dcsoladost 
Su j^atria uu suefio cruel. 

Llorad, que rota su. Iiarpa tan coDora 
Del ilauto de Jud^ no suena en pos: 
Boude Dies habitalia, liabita ahora 
Una gentc sin Dios. 

£ Y en d6nde lavardo sus pit^s saugrioutos 
Los liijos de Israel si u patria >a? 
£ Cuando alzar^n dc iiue^o sus aceulos 
Los hirouos de Judii ? 

Y nos dani placer la nielodia 
De los duicrs rautares de Sion, 
A cu^ra V07. celeste de alegrfa 
Saltaba el curazou? 

Tribus de crrantes pi(<s , de inquieto pccho 
Que agovian la fatiga y el pes\r, 
^Como podreis vagando siii provecko 
£1 reposo eucuutrar? 

La paloma torcaz su nido obtlene, 
Su guarida el raposo astuto y cruel; 
Los horiii>res tieuca patria.... y solo tiene 
Una tuMiba lsra(Sl. 



(i) \fmm h pag. lo* de ol* luno. 



507 

**U Mariamne! aliora triste 
Por tf pcna ci coraxou 
Por quieti la saii^ vertisile 
Bajo el hierro dc uu sa^ou. 

La venganxa se ha ponlido 
Eiitre agou/as sin cocuto; 
A la rabia ha snceclido 
El mas cruel reroordimieuto. 

Oh Mariamne! d6ude esUa? 
Dd estAs, pcrdido Irsoro? 
Ah ! que oir no puedes mas 
La amargnra de mi lloro* 

Si atendieses A mi dnelo, 
Tti perdou yo alcauzaria, 
Por mas que infleiihle el ctelo 
Dosoyese la rot mia^ 

Y etla ha miterlo ! i porqud as£ 
Los que tal deiirlo vieron 

"Ml ccloso frcuesi 

A obedecer se a tre vieron? 

A mi c6lera inclemente 
Solo despeclio he debido, 
Puej cuclga sobre mi ircute 
£1 acero que la ha herido. 

O mi amor, cadAver frio 

Te lia Tuelto mi cnula ira, *• 

Y en vano agora sombrio 
Por tf mi pecho suspira. 

Suspira en yano por tf 
Que solitaria en tu rueio 



«)8 



Mi alma alKinclnins aqni, 
G)mo iudi^iia Jc coiisticlo. 

Ido 8e ha la que tan liella 
Mi diadema compartia : 
£u la tuniba ests^ y cou ella 
Scpultose ml alcgria. 

Yo mismo arranqu^ dcmoute 
l>c Juda al tallo la ilor 
Que para mi solaineute 
Eu 8U8 liojas tuTo olor. 

Mio es el criiiieu, y luio 
£jM! iufiuTuo que a des[)Cclio 
l>e $u liorroruiK) vacio 
Estii lleuaudo loi pocho. 

Bieu merczco que mc abmmcn, 
Que mc bosligucii mas y mas 
Torturas que me cousuiueu 
Sill consumime jamas. 



Tom AS AsriLo. 




500 



(1) 



ROMANCE. 



- LP ecidme Io« liallesteros, 
La>s mU guias de Tanguardia, 
Si las torres C[ae alld reo 
Son torrts de Calatrava: 
Que si io son, en calar 
Siis almenas y albacaras 
Piaccrme-hd, cual si viera 
Mi mojor castiiio de Austria. 

— Dc Calatrava la hierte 
Torres son las que cataiiaiS| 
Keconquistadas con sangrei 
Y con sangrc sustcntadas. 

-Dccidine, los liallesteros, 
Pucs iiacistcis en Espana, 
De las troinpAs que alia suenau 
Si couoceis la tonada. 

— Scfior, casicilauos somos, 
La inarcha no cs castcllataa. 

— ^Cuyos son, pues, los decires^ 
Las voces y las cantatas? 

-Sciior, en la fiel Castilla 
JSo oiiDos jamas tal liabla. 

--^Cuyas las barras que ondean 
En los pcndones pintadas? 

— Esos peudoneS) Sefior^ 
Todo espafiol los acata: 
Armas son del Rey Don Pedro^ 
Son las barras catalanas. 

— Picadi picad, los mis buenos^ 
Los mis guias de vanguardia; 
Que al catar csos pendones j 

(t) ffi9 prvciMD T&mma dv oi»BtTo nmigp ra qae ton Trai^oiaiiicBiefe iaitaa ao mI* b* palabitt mm d M^r 
jaFpiiila Je Um nmamt» uUllnmoi'it r» uo e|iiMMlio d« a<|urlla gkiiuM j |ito|iiiiairirt4> /pni lialalk, iS i l ogM i o 
cab* cl daqiM d- AmCim t(ae v«oo iL«.le mt liems pin Mullr k aliat »i Iitra Ifegn Urde, j d nj de AripB 
*'. I^■tru LI qua aoitcnnio • Im ioni«iia ooo mm tro|Mf wuiliares oi t aliiM j ar n ^xm mm . 



540 



Todo soy congoja j atutia. 
Picad : que ci los ttifieles 
Han yeuctdo en la batalta, 
2 Ay de Navarra y CastiiU ! 
\hy de Aragon! ;ay de KspaCa! 

^Qu($ es, decidiue, liailesteros^ 
La hueste que acA cabaiga? 

— Sefior, cs el Rej D. Pedro 

Y la hueate de su gnarda. 
—Paso, pasQ, los mis giuaS) 

Dejad que d su encuentro vaja : 
No dcbo yo estaime quedo, 
Cuaudo dl d mi ae adelauta. 
Trompota&i tocad: ca niinca 
Se dird que un duque de Austria 
Fud meaos cumplido en corte 
Que faucu cah^ilem en annas. 

II. 

-Rey Doq Pedro, Rey Don VeAt^ 

( ^ ciclo OS guarde y asista ) 
^Qud es de los moroa, decid; 
Qu($ C8 de esc Roy de Castilla ? 
Qiiidu vonci6 ? ; T^lgame Pios 

Y la su madre beudita ! 

I Porquf! vos toruais, decid , 
Decidrne, dc e^ta p^rtida? 
Ca deiide que yi las barra^s 
Que A Yuestros peodoues pintaq* 
El anima tr^igo en bascas 

Y en ansia y duda sumid^. 
-Duque^ el buen duque T^eopoldo, 

(Ij^l cielo OS d^ gracia y Yida) 
Los morqs yeucido^ soq : 
(rluertos sou los que no Uutaq. 
£n las Nava5 los hallainos 
En mucbedumbre infiulta; 
Lqs ojos bierro tan solq 
Vfan del Yalle A la cima. 
Cu2^i^t(>9 eran (>t09 lo sabe; 



8tl 

Las tiendas sin fin j rica^, 

Y eii medio la del rev moro 
De rojo color tefiultt. 

Mas iiosotro$ ai Scuor 
V'uelta el duima ooatrtta, 

Y d la su madre iiiyooaudot 
Cerramos con la morisma. 
^o le Talid d Amumiuim 
Su grande cabaileria, 

Ki la hueste de sus uegros 
Armados cou luengas picas. 
Solo le valid una yngua 
Veloz y recia<» si chica: 
Nadi les valid A ios otros 
Desde el valie hasta la cima. 
Tres dias dunS el alcauce, 

Y la matanxa tres dias 

Diique, el bueii duqae Leopoldo, 
Vuestra llegada es tardia. 

-r Qui tad alU, mi pariente; 
No mas pUttcas fiiigidas: 
Que cierto uon habeis, noy 
Vos de vencedor la gulsa. 
La ceiada tracis rota, 
Sau{^rieiita ia cota fina, 
Abollada la calveta, 

Y el iuldar rajado en tiras. 
^Porqad vais sin avambraso 
£u cl siniestro ? i qud herida 
Es aquesta que ocultadest 
Que del adarga vos prtva? 
Pues el trotou [ Dios me valga ! 
I En qu^ grau caballeriea 

Sc refocil6<) que asl 

Sangriento va liasta la brida? ^ 

Catad, catad, Rej Don Pedr^; 

Que estil su testera bendida; 

Bieu templadas son las bardaSi 

Pues no las tr;te parttdas. 

Bey Don Pedro, bien por. Dios 



S42 



Dc Tenceilor liabeb gutsa. 

—La guisa que agora traigo 
Es de victoria reiiida. 
Tremenda i'lie la bataliai 
2 El buen Sau Jorge me n»ista! ^ 
Fieroi soiiaban los goipes, 
Rndos hachaxos liovian. 
^uestras Talientes espadas 
SegaroQ en la moristita ; 

Y eu las Nayas de Tolosa 
Cogi('>.el iiifierno mies ri«a. 
Trcs dias dimos alcance^ 

Y las astas dcsparcidas 
Tres dias nos dieron leiia : 
Auu piicdeti darla trcs dias. 

-Rqj Don Pedro, Rcy Don Pedro, 
Vcncido OS lia la morisma.... 
Iso me qnerais oonliortar 
Con csa razou fiugida. 

-No vos qniero couliortarj 
Ni nos vcucio la morisma: 
Buen.eriartinno sois, ca os pesa 
De rsta Uegada tardla. 

-Call«'des, por DLos, el Rcj; 
Catdrais que comitiva 
Os acompafiA, y no urdierais 
Esa batalla yeucida. 
Heridos los escuderos 
Son, T dc la gran fatiga 
Siis trotones ni d la cspuela 
Obcilecen ni 4 la ^da. 

—El alma gozosa traen, 
Las armas en sat^gre tiutas : 
Miradlcs, Imen duquo, el alma ; 
Mo Ics catcis las hcrklas- 
lia'sangre qne al hueno cubre -' 
Hdnralc, i^q Ic maucilla : 
Mai caballcro es quien sale 
Limpio y pulcro de la I tea. 
Las artiias de los infielcs 



SIS 



No lo s6tk de ' e6rCesiai 

Y cl Sefior ; loido sea / 
Esfueno da d la morisin^: 

Ca de 8u esfuerzo en nos iiace 
Gaaa de lidtar mat rirsi; 

Y cuanto es bneoo el infiel, 
A scr mejores obliga 

A los buenos caballeroaf 

Y aus Tictoriaa aublima, 
Qac la pres de la Tictoria 
Houra mas A qaiea ntas lidia. 

Y puea por nu^stroa pecados 
Dios lo0 moroa acA envia^ 
vMdoos serin en la ctieata 
.Oiantas sean las hcridas. 

AUegilos loa Moncadaay 
HIjos de prosapia aatigua; 
^.Mudos estaisy loa Girdoiras? ' 
Bien calla qiuen tan bien fidia. 
Acd YDS, el de Pallats, 
Loa de Urgel y los Zatrillas; 
No 08 quedeis atraa, CabreraSf 
Noble casa esclarecida. 
Acd Tos, mia arzobiapoa^ 
Con toda la clerecia: 
Narradle al duque los tranoesf 

Y las haEafiaa babidas. 
La tienda de Ajnumininif 
Dc rojo color tefiida, 
Amoatradt el bnen Eomeay 
Amostradla^ Don Garcia. 

Voa» Don GuiUen de Augleaola, 
Traed la easeiia maldita, 
Qne k Dios. graciaa arranqu^ 
De do la plantd el califa. ' 

Yo bago voto al RadaaUi* 

Y Yoto i Santa Maria 

De dosarla al Padre aanto 

Y A aqiiclla iglesia beiidita; . 

Y Bi^DdovoSf Don Guillen, 
TOMO II AO. 



S1» 



Vos que uon habeis lieridasi 

Que OS vais cou ia eosefia i Romai 

D6 esU de Pedrb la silia. 

Duque, cterta es la Tictoria^ 
Vuestra liegada tardia: 
No Tos pese, ca Inen cumple 
Quien de tan lejos arriba. 

Y pues por la fe de Cristo 
Dejasteis laa vuestras TiUaS) 
£1 bueu Jesus j asl sea ! 
0$ lo contard alld arriba. 
No mostreU la laz aceda; 
Aizadia^ duque, tranquila; 

Bien por Dios os hoora el fiiego 
Que eu los Tuestros ojos brilla. 
Grande euemigo de intieles 

Y paladin sin mancilla 
Debeis dc ser , ca asf os dnele 
No ser con ellos en liza. 

No asi me mireis, que cuido 
Que en mi mirais la moriama; 
Ni esteis mudo A quien os tiendcf 
Buen duque, una mano amiga. 

-Rey Don Pedro, Rev Don PedrO| 
Una merced os pedia. 
— Digades la merced^ duque. 
Que ya me tarda en ouniplilla. 

-Rey Don Pedro, Hey cristiauoi 
Asf el cielo ros asista, 
Que me tomeis por hermanOf 
Hermano en caballeria. 

— Duque, el buen duque Leopoldoy 
Vuestra demanda es tardia : 
Hermano tengo ya en armas 
Que el Conde Foil apellidan. 
Ma* tengo para tos, duque, - 
Mi leal tad y mi estima, 

Y paiaeios muy preciados 
En Barcelona la rica. 

Pabu> FiFiaBBi. 



SIS 



CRONICA RELIGIOSA. 

JPuestoque tantas veces nos hemos laineiitado de que el actual mt*- 
sisterio uo haya corrcspoiidido i las esperaiizas que eu ^1 libramos A sa 
adveuimieato al podett exiges la imparcialtdad y la gratitud que en- 
cal>ecemos nuestra cr6oica fributdudole uu voto de gracias por baber 
teadido una luirada de compasion sobre tantas nifios que estaban ham<* 
brlcjitos de uoa esmerada j religiosa educaciou ^ y no babia quteii se 
la admiuistrase. Nuestros lectonvi reoordar^n que en el nilm. 5 del 
toino I de esta rerlsta les dtmos la consoladora notlcia de que los 
Padres de la Escuela Pia pronto podriau abiir las puerta« de $us co« 
legios a cuantos quieran Testir la bumilde aotana de Calasanz para 
cousiunir sua afios en la eii^iian^a de la nirien desyalida. Feluraeute 
podcmos ya anunciar que el proyecto de ley fud presentado al Con- 
greso por ol seiior mlnlstro de Gracia y Jysticia, y que ii estas horas 
faabri sido ya Totado undnimente por ambos cnerpos oolegialadorest 
reponicndo 4 loa esculapios bajo el pie en que estabap antes del ano 
34) es decir# antes de que la revolucion aplicase la podadera al ^rboU 
Y eu estO) preciso es no olTidarlo, mas que la religion gana aun la 
aociedad- Lo que se sieinbra en la Infaucia se reooge en la edad ma* 
dura , y si eutre los arreliatos de la juventud ae olyidan los rudimon* 
tos reltgiosos en que procnraron imbuir nuestro espfritu cuidadosos 
padres 6 sabios preceptores, viene un dia en que Yuclven las pasioncs 
d eutrar en su carril , y recuerda la memoria aqucUos rudimentos que 
comuuican calor al corazon en los yelos de la ancianidad. Por csto 
los stintos 4 (lustres espafioles Iguacio 4e Loyola y Joad de Calasaus 
fundaroudosin^titutosencamlnados dlaoducaclou ^ iustruooion de la ju* 
yeutud; y de los dos, b^ aqui el uuo sobreviviendo al gener.il uaulVa* 
gio eu que ban suciunbido las 6rdcnes religioaas « y el otro , i bien uo 
eiisteuto dc hecbo y pcrseguido con tanto afan, pada dia ae V4^ mas bicn 
conceptuado en la opinion , y arraigado en el corazon de los bombrca 
rectos y pensadoresi k deapecbo de los groscros insnltos con que la 
prensa so desata contra uiios sacerdotes cuya deagracia delMcra aloinc-r 
DOS respet^r. Pero si la Coinpafiia atraviesa dias aciagos en algiinas na» 
Clones de Eluropa, en las repitblicas del NuevoMuudo sus iiidividuos 
gauan por moiuentos en apreciq. Segun ci^rta de 13 de setiembre Ulti* 
mo fechada en Santa Fd de Bogota , los diez y ocbo Je$uitas espaiioles 



816 

que marcliaron aliunde los tnarns A plantar la hnmilcle cruK del Beden* 
tor sou colmados de ohsequios por aqucllos sencillos habitantes, que A 
su paso ae poneu de rodillas para recibir au )>eiidlci<lii. Ufto de aqoe* 
Uos intrepidofl imitadores del gran Javier , el Tirtuoso P. Tellei , ha 
logrado ya , como aqnel , bajo los ardores del trdpico ofrecer au rida 
en iiolocausto en las aras de la cartdad 

Ubo de los ilustres caodLtloa que ea nuestroa dtas pelean con matf 
gloria las batallas del Sefior , es il no dudarlo el cbndc de MoAtalan* 
bert Y i qnieo estalia reserrado el honor de Yengarr en las dbiara^ 
francesas la memoria de los institutos feitgtosos « despt^eciada cnando no 
intamada por esta genera cion superficial , que panlndose- ante la' cor^ 
teEa de las cosas , no se siente con fuerzas para calar hasta sn fondo^ 
y distinguir \o que haj en ellas de realidad y de calumnia 6 exajera- 
cton. Ora obedeciese el ilnstre par de Francia A un escrdpulo de sit 
conciencia « Ora fuese para que Ucgada la ocasion pudiera defender U 
aanta causa de la reHgion con majores brios todaTla, se dirigid al ilus* 
trfsimo sefior obispo de Langres, consultiudole acetca de la parte (jub 
en la actuahdad deben tomar losneglaret en las cuestiones relatwasd 
las lil>ert(tde% de la Igle»ia. A la vista tenemos la raKohada carta cod 
que respondi<) A la consulta el sabio prelado , en la que brillan los me- 
jores consejos basatlos todos sobre la doctrina j tradiciou constante de 
la Iglesia. Desde el lego y Gl^sofo plat6nico San Justiuo , hasta el ve- 
nerabie anciano Chateaubriand, en todos los siglos, no tanto en los apa- 
cibles dias de pas como en las bormscosas noches de guerra , ntinca: 
han faltado simples fides que con sus plumas lian procurado consolar 
A la religiou de las lirridas que otros hijos dfscolos abrian en su seno 
con tiros mojados en la hiel de la incredulidad. Se dice quc no tene** 
nios mision ; cierto , no tenemos mision para llevar la vo* eii un conci- 
lio , ni para anticipar nuestro juicio en una cuestton bien sea de dog« 
ma , de moral 6 de disciplina , al juicio scvcro de la Iglesi^a ; en esto 
no calie duda , el simple fiel poi arentajado que sea en taleoto y es^ 
clarecido en virtndes, no es mas que un humiidc discfpulo. Pero si 
no tenemos la mision de los apSstoles 9 tenemos la de cristianos , que 
todos, segun la medidade gracias recibtdas, dcbemos trabajar en la 
jMropagacion del reino de Dios , en la edificadon de nuestrot lierma'^ 
not y en la defensa de la casa del Sefior, En miestra Espafia no han 
•ido los liltimos los seglares en acudir &la defensa de nucstras crpctt-* 
cias ultrajadas en estos tiempos: seglar es el que en 1 857 en la agi- 
tada Barcelona levant6 en la prensa el estaudartc dc la Religion^ cn- 
lonoes mas que ahora ^goo de persecucion y oprobio ; seglares rauchos 



547 

de los que en la corte y ea las capitales de provincia Ban salido coa 
mejor 6iiio d la pabskra en pro. del catolicismo , seglares en fin los 
elocueutcs oradorcs que en la tribuna de las Cortes han deiendido j 
estau deRMuUeado con brio asi los sauos priuoipios como los nobles 
sesitimieutos. religiosos. Y esta conducta no es solo licita sino en ciertas 
circuostaucias obiigatoria; porque callar pudiendo bablar^ es, segun 
la esprcsiou del mcuciouado obispo , incurrir eu una complicldad terri* 
bUiUlaiUn de los hombresy.y mucho mas terrible delante de DIos. 

Creemos quo Jiuestros lectores esperan ya con ausia que Ics liable- 
mos de Roma doude tiene levantado su liumilde trono el sucesor de 
san Pedro, el inmortal Gregorto XVI, que gobierna la Iglesia univer* 
sal con aquella pnulencia que debe caracterizar & un digno ricario de 
Jesucristo. Con el mayor gozo de uuestro coraxon podeoios asegurarque 
de cada dia se acerca mas y mas la protestante Inglaterra a la catolica 
Boma, y que pronto, se eslabonardn las relaciones tantos siglos interrum* 
pidas cntre el gabiuete de san James y la silla apostolica. Las liuicas 
garantias que pide S. S. para entrar en relaciones con el gobierno 
fie la reina Victofiai .es la abolicion de las leyes penales contra los ca- 
tolicos: dado ese paso pronto verlamos al nuncio del papa en la 
corte de Uenriqoe. VllL £ Cuaodo lo verdin nuestros ojos en la corta 
catoliea de Isabel lU y podremos por su medio estar en contiuuas re- 
laciones con el padre comun de los fieles ? apresure el cielo tan ber- 
moso dia, y podamos nosotros anunciar 4 nuestros suscriptores la nue- 
ya mil vec^es ijglix de que se ha celebrado ya el concordato, objeto 
de los tervicntcs votos de cuantos creen que la iglesia liispana miem- 
bro de la Iglesia universal languidece desde que estd como divorciada 
4c la iglesia romana. ^1 Sr. Castillo y Ayensa que es el represcDttan^* 
te que ticne nuestrp gobierno en Roma, se ha restltuido i Madrid, so- 
bre cuyo regresp liacen los pcriddioos diferentes comentarios, cada uno 
segun la opinion poLitica. que representa. Nosotros creemos que cuando 
de la cmliajada no se sacarc otro fruto que dar A couocer los buenos 
(Icscos que animan d S. 8, ya seria bastaute, pues de esta manera el 
gobierno espanol, si es que de veras desea el concordato, asentani las 
bases razonables de un nuevo arreglo. 

Antes de cerrar nuestra reselia, debemos un grato homenage d los 
dignos diputados que en la actual legislatUra han deiendido en nuostrof 
parlamentos los iuterescs sa grades de la religion harto tieiupo olvidados. 
{in la uiL&jiia tribuna donde tantas veces se ban vomitado insultos cou- 
' tra la cabeza del catolicismo , se le ha rendido ahora un trU>uto de 
respeto; esto si que es un verdadcro progreso, porque progreso liay 



318 

ea Toker atnu el camino andado coando esp doc lleraln i hb 1i«mto- 
r<MO precipicio. HubieraiiHM coa lodo dneado del gaiiioetc actual <|iie 
al plautear las bases para una nacTa conlrilMiciou con qoe aspstir a la 
deoente mamiteiicioD del Uero j dccoroso luanteoimicnto del calto, 
lo liiciera sobrc la propicdad tc>rritorial ; asi se hnbiera mostrado mas 
consecuente con los coropromisos con qae cargara cnando era opost- 
ciott) J no hubiera tenido que arrostrar la dimision de algooos dipa- 
tados, tan diguot campeoues deltrouo como enemigos de la rrrolncioiu 
La cstrrcbex de n nostras pigiuas no nos pennile enumerar una per 
ttua las coiiTcrsiones con que en estos dltimos meses Dios ba queridoi 
consoLar i su Iglesia. Mo solo sonya los protests ntcs que bastiados de 
la aridei de sus doctrinas abratan las creencias catolicas « sino que lot 
judios y basta los drusos Tieuen k acogerse A la sombra tutelar de U 
religion de Jesncristo. El c^lebre Or. Pusey ba dedarado que se red- 
rara de Ib Igiesia ettaUecida y basta de la Uuirersidad deOiford, antet 
que firmar el estatnto propuesto para la conTOcacion dc 15 de febre* 
ro , en el cual se e&ije una sumision alwoluta A la letra j espiritn de 
los art/culos de 1^ de la iglesia auglicana. Nosotros abrimos el oorazoB 
A nu rayo de esperansa, y nos lisonjeamos eu que derrctidos los bieloa 
del inviemopodremossaludarcon alborotoel bermososolde primaTen. 

J. V. Y P. 

LOS JISSUITAS 6 andlisis documentndo de la CompaMfl por lat 
auioridades mas competentei,^Madrid,-SocUdad lUeraria-lS^^* 

I Ks maquinacion irreligiosa , 6 mera especulacion, la que bajo un titu- 
lo de taiitas preteusiones ba encubirrto un iibelo 6 prontuarto dein* 
jiiriast que ui siquicra tiene el ni^rito de la coniplbdon, copiado de 
tautos coino circularon en la primera estincion de la Compafifa? Lo ig- 
iiorarnos : conoccroos si « que esta obra propagada por la curiosidadt 
por la imparcialidad del titulo, y porsu baratura sobro todo, eslddetf- 
tiuada A ejercer sobre el que no tenga profuudo conocimiento de la 
bUtoria y de loi liombreji, una iuBuencia tanto mas perniciosa , cuanto 
mas res£)etablcs pareceu las autoridadcs ii quienes atribuyeu aqueilas 
luribuudas diatribas. Pero el que sepa la alarina que eu uuos escitd at 
priucipio la Compauia , como uua uovedad , cuaudo tau recieutes esta- 
bau las uovedades de Lutero > el celo y envidia de los otros « el en- 
caruizamieuto de las disputas tcologicas, el furor de muclioii parlamen* 
tos irauccses en que predomiuaba el calviuismo, la persecucion que 



snfrieron en Francia k la eotrada de Henrique IV seguiila d los pocos 
alios de uua hriUaiite rcparaclou ; el que sepa que estda adulteradoa 
muchos tcskos y truncadas muchas citas , entre otras la de San Francis- 
co de Borja ; el que sepa d doude alcanza , hasta en los hombres mas 
caracterizados« el espiritn de partidot de drden 6 nstema, no se es* 
caodalizari de anas filipicas cnjos autores, iinos las abominarian en la 
actoalidad , otros figurarian tal vcz en las filas de los incr^tilos. ^o 
liay nombre al fin por respetable que sea que noplerda toda su autoridad 
al firente de tan apasiouadps testlmonios. 

P^ro muchos de estos llegan d ber^ticos , mucbos con prctesto de 
herir a los Jesuitas alcansan al corazon de la misroa Iglesia : y ya que 
el gobierno cree de su deber callar , no delien cailar por mas tiempo 
las autoridades eclesidsticas para poner un dique al cinismo de la prcn- 
sa que se desborda en esa y otras producciones de igual ralea. £1 fi- 
l6sofo , el lltcrato las desprecian , pero el cristiano si no teme por si, 
tcaie por los demas que beben el veneno por grosero que sea. Man- 
cheu euhorabuena ctertos hombres de funesto aguero nuestra moribun- 
da Ittcratura con sus sandeces, como mancbaron la poHtica con soe« 
ces pcrsonalidades^ pero guirdense de mancbar el sagrado de la reli- 
gioii, 6 abogue sus graznidos la tos de los pastores cuya fiierza mo- 
ral aun es mucba por fortona. 

Para los que se interesen en formar una idea exacta i imparcial de 
la Conipauia por medio de la oomparacion, no para el autor de la sa- 
sodicba I/tsloria en quien seria mucba candidez suponer deseos ni ana 
prctcnsiones de imparcialidad , insertamos la siguiente nota de algunas 
de las obras escritas en Francia en 1843 y 44 ^ fayor de los Jesuitas, 
siquiera para que se vea que hallan aun a)>ogadoS) j que no estamos 
solos en la brecba. 

HUtoria verdadera de las docirinas y aetot de la Campania por 
M, Lecierc d Aubigny.s=^Uistona de san Jgnacio de Loyola yde la Com^ 
punia eonjorme los monumentos originales , por el P. Barioli jesuUa, 
s^HUtoria reiigicsa^ poHUcit y literaria de la Compama de Jesus com" 
puesia sobre documenios indditos y autintkos por /. CretineaU'Jofy^ 
•saLoM Jesuitas y sus euemigos.^=:Los Jesuitas por un soU(ario»»='La 
verdud sobre las Jesuitas y su docirina,^s» Algunas palabras sobre- lot 
J ^ mil as por un miembro de la universidad: respuestas d lot sehoregt 
Mt'chriei. Quinet y d vai ios articulistas^^ss^Los Jesuitas por un jesuita 
\* y 2.' p^irfe.^Pe la existencia y del inslUuto de los Jesuitas ppr 
el P. Hfi^ignan de la CotnpaiUa.^=^CoiislUuciones de los jesuitat con 
las ilectaracioiies- (I) 

(i) Jsl f)ue il M» <ar> adquirir al^un do •<>■ ofa«W| pncdt audvfa liwr dt FnoCMi pMreoadMlo del edilor J twm 



920 

R£»iL.\.l OeSUCBSOS COIVTEMPOIIANEOS-PORD. TOM AS lUU T BAUCOEH. (t). 

l!«xaniiuar las caosas y consecucucias de la reTohictoa en Espana, y 
particuiarruente on Uarccluaa , propoucr l«is medics dc curar siis males 
y tr.ilmjar cu tjiiror do ios tutcrescw cspafioies^ y reicrir bnivcniciitc lo 
ociirridi) cu el regrcso do ia Reiua Madre i quieii vu dcdicada la ci- 
tadd obra , tal e^ el objeto de cUa , que ios aiitecedentr« dc su autor, 
tau poco oouocido cud nmudo politico , eu cse nuiudo dc revueltas, 
iulrigis y luraudiila, como ^eueralnieute rcspetado cu sa patria |M>r su 
liouradcK y firnieaa de priuctpios , la posiciou cu que se lia ballado « y 
las rnuestras dc imparcialidad y alto criterio cousigiiadas eu lo epic He* 
va publicado , uos baceu espcrar lleuan& cumpUdamcnte. A la Tista tc« 
iicinos la primcra enlrega que abrata uua rs&pida y aulmada rcseua de 
Ios succsos ociirridos deade la reroluciou fraucesa basta la primcra Te- 
liiiU de Maria CrUtiua ; y li no paiparlo, jamas bubidramos creido que 
.tauto jutercs y rejuTCueciiniento pudiera comuuicarse A hecbos tan 
raucios y conocidos , ui que asi se coucUlara con la brevedad nua idea 
esacta de Jas co^s, y uua serie de peusamientos y observaciones < uue« 
.vasy proiuudas mucbasde ellas, y sensatas y verdailcras todas. Mucbo 
jios bace espcrar la Icctura dc esta priuicra eutrega para las otras sii« 
cesivas, cu^o iutcrcs ird cu aumcuto couforme se accrque d la historia 
coutcmporauea y a las saugrientas crisis de que hasido testigoel antor, 
may d propustto* como coaoccdordesus'resortes^parasr.ualarsu rcmcdiov 

l£u vano se querra adtvtuar el partido poUtico del seiior Ilia ; en 
«U reseua uo beinos visto mas que uua ai^reciacion razonada de Ios 
liccbos ) tau amarga A voces para ftos unos como para Ios otros. « Fara 
jni, dice eu su prologo, el troaiA es uua utstitucton rcspctable i ia 
que uo pucdc tocarse siu dosciutciar el ordcu social , asf como la Re<* 
Ugiou es la pr'innera ucoc^isidad dc Ios pueblos. Salvados esos dos cardl- 
nalcs [Jiriuclpios > la verdadcra poUtica acoiiseja scr muy cautos en ba- 
per luuovacianes tauto par io que mira d adelautar como d rctroccder. • 

El cstilo es el que dcbia scr eu csta clase de obra, claro y con- 
ciso. «Aiis lectores^ ba die bo con uua mczcla de rara modestiay de 
^oblc orgutlOf debcrau persuadirse de que no soy un iiterato sino un 
iabricautc. » Dcje euborabueua a Ios que , seguu su feliz espresion « « se 
parau mas eu la inoldura de ia guaruiciou que cu el mdrlto lutrinseco 
d^^i cuadro. » l^stamos tau liartos de irases y discursos ^ y tan bam* 
brieutos de verdades !«aQ. 

(i) KA$ pur ouadrrotM <k loS pi^. j m mfoilM ca U libiMii ck TriM a 4 f** *■• "^ cuadmo al omhm pvt 



S24 



EL IliERNO If LA MDA. 



I. 



H 



ay en todos los idiomas una palabra qae abrasa los labios^ 
al par queliieiael conizon : palubra de un senlido tan inmen* 
30 como vulgarizado , y tan formidable como misterioso: 
todos la ban oido , todos la proniincian , y no lodes ban medi<* 
tado siqnicra algunos iustantes .sobre ella. A la major parte de 
los hoinbres les repugna que su imaginacion repose en tan pa- 
voroso objeto , como repugnaria al fatigado y sonoliento viage* 
ro bacer descansar sti cabeza sobre los puntiagudos bierros de 
una carda. Esla palabra que retnmba como el trueuo^ y cujo 
aeotido amenaza como el rayo y es Infierno. 

II. 

No todas las ^pocas notables por el esplendor ^ integridad 
de la fe lo ban sido ignalmente por el esplendor y purcza de 
las coslumbres. Tiempos ban corrido en que las creencias sin 
inanciila y una inraoralidad escandalosa se albergaban en else* 
no de un mismo* individuo , como a veces dnermen abrazadas 
en un mismo lech6 una virgen inocente y una descocada railne* 
ra. Yesto no era efecto de calciilada bipocresia. Elcorazon, se<* 
ducido por el atractivo del placer , 6 insligado por danlnas 
pasiones , era el unico que se sublevaba contra las severas lejes 
coyo origen divino reconocia ei enteodimieoto ^ y cuya terrible 
Tom. n. M 



S22 
8ancion no se atrevia a pnner on duHa. Infrin^ia los preceptos 
que Hceplahri, y se espnniu d ciegos al suplicio que lanto Icuiia. 
Sabeiiios toilos quo el Itouibi-e (ieue entrc siis iniscTias la cl6 
aei' inconsecuenle; p*ro pouct* en coiitradidcion Ian abieiia las 
acciones con los principios, rnyuba en locura : asi es que no se 
comprenJe la viila clcsiubralizad^ de un crisliano (icl , de ua 
crejrente venladero | si no se la tonia por un eslado de em* 
briaguez peMtianeule. No se puede creer en el infierno, un que 
se teina al infierno. Creer on uil precipicio insoudiible y co<rer 
hacia el con los ojos vendados, con pasos firniesy con la tidn* 
risa enloslabias, es aceptar librenienle una niucMe ihsUinlanea; 
mas ^c6nio comprendor la libre aceptacion de una muerU 
eternal La razou liumana no ha podido rcsistir pur mas ticuipo 
ik esta logics tan obvia cutuo terrible , y al fin ha conocido que 
era precise optar entre la negacion de. los principios 6 la acep<- 
taciou de sus consccuencias. Mo podia pennanecer por mas ticm- 
po neutral entre la ley y el corazon , entre las probibiciones de 
la moral cristiana y las exigencius de las pasiones rebeiadas , y 
per eslo. en vez de esfurzar&o para reducir a estas a la dt'bida 
obedienciai le.s lia.ofrecido suiliHu>ilios: la razoil huuiana se 
ha sublevado tambien^ se lia prodamado independicnte , se ha 
emancipado de la razon superior » y mofando las tradiciones 
de todas los siglos y de lo ios los pueblos , ha ter^iversado ia 
ley divina, y liu negado mi roruii<l«il)lc ssuiciun. A la profetica 
anienaza el infierno ^ ha coutrapuesto tl iilo;^diicu sarcasmo la 
naila. 

III. 

En otros tinmpos la |ialabra infierno solfada al acaso desga- 
rraba los oidos del hond^re , como el inrsperado cliillido de una 
ave agorera , como <d suliito estanipido de una descarga (atal. 
Estas pocassila!)ase^taban dotadas de una tuerza niiigica: eve* 
cabaii uu es|K*clio cuyo brazo desarmaba al \eugulivo, como 



323 
el de un esgrimidor ' mas diestro y sereno • y cojo pi^ hacia 
tropezar al ambicioso en medio de su proyedndo camino : evo* 
Cuban un fantasma espantoso que aparecia subi(amente en nie« 
die de las bulliciosas orgias, derraniaba zumo de agrnjos en 
la copa de los fesliiies , y dej»ba tras si un vapor sulfureo que 
se impregnaba en los aromas de la voltiptnosidad. El infierno 
era para el malvado una pesadiila que no dc^vanecia el alljur 
de la madrugada , ni los rayos mas violcnlos del sol de medio 
dia* Era el gritd de colera con que el senor amendrentaba al 
^sclavo rebelde, era el laligo que le enscnaba desde lejos parai 
cOiiiener 6 evitar sus desmancs. Cutindo resonaba esta falidica 
palabra, un estrenieciniiifnlo nervioso lecorria los niiembros del 
culpable, y si el amor a los deloiles alejldja todavia al arre- 
penlimii'nlo , no babia otro recurso que ei de fingirse ^ordb y 
alelargarse en ima eslupida indolencia , 6 el de cnlregarse a los bo- 
rrores de una iucba sin esperanza , con el solo objelo de apla- 
zar por alguiios diassu inevitable casligo 6 su inseguro perdon: 
Ese eslado de apalia intermilenleode sislematica desesperacion 
no podia carcoer de anguslias mas u meiios aceibas: la filoso- 
fia irri'liijiosa , para desdicba del ctdpable , ha venido a ser sti 
libertadora. Ha couvertido en irreUexiva s«'guridad sns inquie* 
tudes saludables, y ha confeocionado con almibar el narcoti-^ 
CO ainargo que 4nref.4 para adorniecerse bebia. Para no ajar sas 
iliisione*^ de la vida, ic ha einbancado con nna ilusion sobre la 
muerte; y para no aparlarle ilu su camino de flores , le ha di* 
cho que es unengano tradicional, una fal^z apariencia la pers* 
pectiva que en su estremidad cohimbra. Le ha dicho que pro* 
siga Imp^vido , porque en el termino de 5Q carrera no hay 
mas que un sepulcro , y mas alia... la nada. 

IV. 

Una asercion tan nociva como temeraiia ha producido uo 
vertigo espantoso. Dictada por una malicia insoudable 6 por 



32» 
una cornpasion absunla lia sido acogi^Ia con itisensato palmnleo. 
La kunianidad enibrutecitta por las nialas pasioncs la lia repelido 
eual si fue^ cl him no de 8u triunfo, y k ser vcrdadera sena 
^olamenle el manifiesto de su degradacion. Ha saludado como 
i derogacion de un fallo conlingente, especial y evitable, la 
promulgacion de un anatema definilivo, iueliiclable y univer* 
sal. Proclauiar el fin de la exislencia en cl fin de la vida, no 
es solamente calmar el sobresallo de las conciencias perlurba* 
das, es aliogar tainbien la semilla de los sentimienlos genero- 
905 en los pechos inoccntes. No es solamente salvar de todos 
los temores , es tambien matar todas las esperanzas. No es so- 
lamente suhsanar iodas las pcfdidas del vencido, es negar 
tambien todos sus honores y condecoraciones al vencedor. Els 
un sistema de nivelacion horrible que arrebata a Dies las ba- 
lanzas de su justicia distributiva* Si se creyo que suprimiendo 
el articulo del infierno se aniquilaba este objrtode la creencia 
catolica : si se cveyo que el pasar la pluma sobre el decreto 
l>a.staba para derogar la sentencia inapelable de un tribunal 
supremp, debiase considerar que la audaz (entativa Ilevaha 
inmiscuida la rcvocaclon de nueslro derecho a las mas alha- 
giienas y magnificas promesas. Si no hay dolor infinito, no 
hajr gozo infinito. £1 Paraiso y el Inrierno son ideas correlati- 
yas como las de bien y mal , como las de rccompensa y cas« 
tigo. El sentido comun enlre las tinieblas de la idolalria in- 
vento el Tartaro y los Cauipos Eliscos , porqne no hubiera 
comprendido el uno sin el olro de anibo^ cstremos. Si sustituis 
la /lar/a al inQerno , tambien al Paraiso lo reempla^ais con 
la naila^ 

V. 

{ Nada ! eso cs todo lo que 1r (iJosdnd ha podido ofrecer al 
hombre p:ira dt's[)ues <le sus cnnicros dias , pasados en una tie* 
rra sembrada dc ubrojos y rcgada de iagrimus. Ai desasirse de 



525 
lo8 brazosde la Iradtcion y de la fe ha tenidoque inslituir un 
dogma negallvo , porque se reconocia sin bastante fuerza^ y sin 
]a aiitoridad competeute para crearto posilivo. No le era dado 
refundir el Tartaro genlilico , ni tran^rormar el inGerno crislta* 
do: no estaba en su roano reproducir los Campos Eliscos, ni 
prometer indistintamentela gloria de los santos; y encerrando* 
86 en el estrecbo circulo de la vida ha csparcido la nada en 
torno de sus Imderos. Ha Iratndo a Virgilio y ^ Dante, & Ho* 
mero y a IVfilton de poctas igualmenle fanl^sticos, y ha ennn- 
ciado una doctrina que no pudiese iaspirar 4 poela algUDO.Osa- 
da para abrir un hueoo inuienso en el destino de la humani- 
dady se confiesa incapaz de llenarlo , y aun ha creido favore* 
cerla dejandolo vacio. Ei^ cambi6 ha dirigido todossus esfuer-* 
90S & Irasplanlur ep la licrra el paraiso de Mahoma : este es su 
ensueno favorito; mas aun cuando fuese posiblerealii^ar tan ilu« 
sorios proyeclQS^, utmca lo seiia anadir & este paraiso la cua* 
lidad de etcrno , ni siquiera la de durable. No creyendo en la 
felicidad del ciclo, se ha desvivido , y era justo, para aclinla* 
tarla en la tierra, y cree rccompensadas sus tareas,, si el drbol 
en vez de dar frulos lloga a producir algunas flores enfermizast 
y pasag^as. EI desariolio de las ciencias^ los progrcsos de la 
{ndnslria, el refinamieiilo del ln[o son los ausiliares de la (Ua* 
Sofia. PcTO en vano deslumbran los oJQscon el giganlescG apa- 
ralo do la civilizacion nioderna ; en vapo Seducen los oidos con 
Ia:j ma^jniiicas pronicsas de pcrfeccionamienlo indcfinido: en va- 
no ^uiiytii^un U meate con el fastuoso alarde de un inmcnsa 
podcriQ : las esperanz.is de ser et^rpCL con que la fe babia ama- 
manludQ al iv>mbre i no nierecen para ser trocadas algo maa 
que el brillaute oropel encerrado en la palabra pos'Uivismo? Ha 
de ser la hunianidad uucvu Esau que vcnda por nn plalo de 
leuU'j.as las bendicioncs vinculadas. d un sinnumcro de siglos? 
Pucde Irocar^secon Li cahua de la indiCtcengia la elernidad del 
m* |)0i la cternidud de la pada ? 



S26 

yi. 

La metetnpsicosi?! importada & Qreqa desde e| Egiptp sq- 
ria un »istema prefprible al de la filosoHa malerialista , porquq 
era mas coqsolador ^ jf porque era ni^nos indigno de !a noble- 
za del ser hutnano, Lo primero, porqiie ej liombre no dese* 
cbaba tpdfi esp^ranp llaii|ando a las puerlas del sepniciq: 
prqsupiia revivir pueslo que contaba renapcr por niedio de su- 
oesivas generaciones ^ y en six imaginacion iiinilipl!caba Ips ano^ 
de 811 vida por la duracion de )os seres d que s^i aloia trans- 
raigrase. No podia aspirar a U eternidad do Dios, y contaba 
coinq suja ia perpetuiJad del tieinpo. AJ cpn(ein|iliir mi gs- 
carp porvenir desmnjaba su vista dptes de llegar al horizonte^ 
y eqpiparaba su existencia posible con la exislencia futura de( 
miiiido, del sol^de lacre^ctoii entera. En tan poctica bipolesis 
splo fallaria que el alma transportase contigo tcdas sus ideas y 
recuerdos para soldar de este modo su (raccionada existencia. 
Lo seguodoy porque un s^r tan admirable y elevado como e^ 
^ que siente, piensa y ama, no se bacia subitamenle (\e poor 
fsoqdiciqn qi^e la n^uteria iiierte , la cual se corrouipe , 
fedisuelve, se transforma ; pero no queda aniqtiilada. En el 
almfique tras>iHgrase| no concebi riamos esta esencia biuipli', in« 
cprrnplible e inmaterial, esta eroanacion divina que se albrrga 
^i| el seno del hombre, sino que la imaginanamos un ser in- 
de^cribible, idpneo para ejercer las mas t^llas funcion^ de la 
raqion'dlidctd « perp stijcto a graduales transformaciones basta pa* 
rar en bumilde agente de un misteriosq mecanispio. Cre<ria* 
\noB qne el alpia, recprriendo la escala de los seres o^ganizado^ 
la bajaba lentamj^nte , que perdia algo (]e su virtud esepcial cr^ 
^ada niieva incorponicipn 5 y que pasando de la razpn al ins- 
tintq, de) instinto d la f^ensaclpn , de la s(?n^ac.ion al qio^imien- 
tl), 4^1 moyimiento d la nutricipn , difgcnera^a gradual^nente^ 
de su alteza prioiitiva b^s^ hacer^e susceptible ile bi) total anp« 



nadamif^nto. No se concibe sin una grande catastrofe , el que 
un rey se vea traslailado subitan\ente de sti esplendido trono a 
una carcel hedionda y oscura para aiorir de inanicion; al pso 
que apcnas causaria sorpresa el qn^ se vieae metido en la mis* 
ipa carcel y condenado al mismo suplicio un bombre que des- 
pues de haber cenido la real diadenia , hublese descepdido pocQ 
4 poco por lodas la-sclases de la sociedad, basta parar rp nien- 
digo J rufian y vagaoiundo. Adeipas en el sislema de Pitigo* 
ras y ws disoipidas» el bombre no senalaba & su arbilrio, ni 
conocia de anteinano a que especie de ser debia trasnaigrar su 
alma, de luodo que en e.sta incertidumbre podia esperar 6 te- 
nier que la elecoio^ provideucial le cUorgaria una recompenaa 
6 le infligiria nn castigo se<;un el valor de sus acciones mor^^ 
]es. A&i est.i hipotesis encerraba una idea , aunque ipezquina do 
la ju.sli«:ia de Dios , que en vano la rdosoHa trata de reemplaaar 
con la jdslicia de los hoinUres, Error por error voiUa mas U 
meletiip3io96is. que la uada* 

^ Y quien po<lr^ soodear el abismo de la nada ? Cdmo a5€u 
inar la cabrza sin desvunecerse i e»\9^ sima sin bordes. y sin 
fofuk) , sin ruido y siu ccJor , sin \uz y mo aire ? Que es la na- 
da ? Que es el no ser? Y uu destino Ian incomprensible habrig 
decjiUi: rt'&ervadoal bombre que es y medila sobre su ser^ 
que se ccMiccnifa en si nusuio, y cxLste a ^abjjeodas ^ y cona* 
c^ ^1 v^lor iuQnito d^ la existencia ? La imaginacion de la edad 
metlia enoontrQ pinceladas ba.stanle sorabri^s y vigorosas para 
describiv ?1 i^lierno. tl lie aipo le presto Is^ noche , el espacio 
profuadas c^yernas, lus eleinenlos el fuego, el. alma sus remor* 
diniicnlos, el cuerpo sus enfermedades , ios labias sua blasfe<> 
noias y los o|os sus kigi iuias de hieL El plomo que se derrila 
y el iictTo que >e easaggrieota , el sts^ufrc que bii.dc y el buma 
que fi^ojpva , vl {X)fii\ que ^u^ppn^oOa y la Cera que dcspcd^zaa 



I 

J 



528 
el tirano y d verdtigo , el tnoendio y la tempestad , coantd 
de tnas atroz ha inventado la barbaric del hombre, cuanto de 
mas espantoso presenlaD Iqs fenomenos de |a naturaleza , todoj^ 
todo escepto la muerte , todo concurrid como objelq de com* 
paracion para foritiar un impooente cpmenliirio i la energica 
frase del Evangelio : t4bi erit fletus et stridor dentium. Mas' 
^como descrihir la nada? A cual objeto cpniparar la n^acipq 
de iodp objeto 7 La nada es la oscuridad , v\ silencio , la des^ 
Dudez, la soledad absolutas. La nada es la privacion complela, 
y lo que tieoe de mas horroroso el in6erna es tambien la pri«^ 
vacion. Condeoar la humapidad al no ser es cp^denar 4 los 
hombres todos i una especie de inQertiQ. Decis que la doctri. 
na del cristiaqismp es sobrado cruel , ^acasQ la vueslra esnia9 
consqladora 7 No quereis qn rey que sitiando una ciudad re« 
belde la anieoas^a coo hacer justicia de los culpables , j moa- 
tfais un guerrero airado^ jurando pasar a cuchillo i todos los 
babitaqtes de la ciudad que le resiste. Np admitis ^\ ajustipia-^ 
miento y aceptai^ el esterminio. 

Via 

Cual presuntupso jovcn que rechaija la tutelii de sns ay(\Sj| 
|a (ilpsofiadel sigio pasado se desentendiode lasmaximas (radi* 
cionales y religiosasde los otros siglps sus predecesores^yoct|- 
PO cpn arriesgadas teorias el liueco que dejaban en ella \o^^ 
esperimentos. Segura de que no se le podia demos trar por me- 
dio de equaciones algebraicas , ni atestiguar con observacione^ 
il^icas la existencia del iqfi^rno , se creyo bastante autorizad^ 
para negarla. ^o exhibio pruebas pprque era la parte que ne- 
gab^ , ni reconocio las del adversario ^ porque , pretendieodo 
suhslituir la evidencia ^ la fe, le pregqnl^ba comp 6 de qu^ 
maqera sus argumenlos inipresiopaq 4 los seqtidps. La supre- 
^on del infierqo llevaba implicita la mortaliJc^d ^ la ^qiquilacioiE\ 



S2d 
del alro^. ^Qui^n fiie q1 primero que descubrio set la nada el 
i|itimo de^liiiq del honibre 7 qui^n lui el Colon len^erario do 
esa region de tiqieblas? No dudp que, i gui^a de of^cuio bieo- 
hechor, debio de pronunciar con epfiilica conmiseracion , que 
descubria una verdad oculta de^de niuchofl siglps por la |na|i^ 
qa de Ids ^qerdqliss y la superslicionde los pueblos; perq 
tauiltieq es yerqsimil que no dqbio de ponocer einlpnccs Iq tras- 
pendenla} y ^margo del supuestodescubrimiento. El difi en que 
ae enunciaha teoria aemejante , aquellos que le prestarofi oido» 
qi|e siotieron vacij^r s\j^ k^ que apostataron con el eoteiidin^tentOt 
debian rasgarifc los yestiilos y qubri^se ^q ceni^a. A su vis(i| 
abdicaba la humanidad el litqlo de hija predilecl^ de Dios. Ld 
que se creia heredera de la eteroidad f ae coqfesaba hija espureif 
y aiD mas dote que la nada. 

El filosdfico sistema que supone la destruccion del ente quel 
pienaa y raciocina,6$upone material su naluraleza para baperie 
^uscti|)Uble de una transforniaciop qu^ equivale i su anonoda* 
niientOy no solo rebaja sobreoianera y envtiece la especie hu-* 
mana y sipo que tiende 4 llenarla de conMernacion y e.spanto. Si 
aequejante doctrina no horroriza a sus partidario3, es porque cllos 
no se ban parado A profundizarla : adnitlieronla por despecbo 
y la sustentun por orgullo. La certidumbre de coovertirse ea 
la nada sen'a no menos espantosa que el riesgo de caer en el 
iQfiernp. Por demas se objetaria, que siendo imposibie unir lsi 
idea de sufrimienlo a la posterioridad de existcncia , terror pd*- 
qico c iofundado seria el que amedenlra^e al hopibre jntima* 
mente persuadido de que nada tenia que teiner para despues 
de sus dias. Verdad es que lo que ba terininado su existencia no 
puede ser el sugetp de padecimicplo, algunp , ni lo que carece 
de entidad rea) d iinaginaria puede ser este padecimiento obje«- 
TpM. It. ^ A 2 



850 
tivo; pero el horobfe no viye unicaroente de la DctnaliJad : su« 
ilolores y alegrias no son .>iempre sensociones de \o presonle; 
ntientras posea la facultad de asestar sus pensamienlos al por- 
venir la i4ea de su futiira condicion podra ser la iortnra coo- 
tinua de su eapirilu. La narta que no podria obrar aobre el 
honibre despqes de 8u iniierte , seria bastantc poderosa para 
atornaentarle durante la vida. Es proliablo que el RJusliciado no 
sienle In cuchilla qqe siega su cuello , 6 ia bala que dcsmennia $u 
Cerebro; y $\q embargo ^le fallap Vfinle y cuatro horas de an-r 
guslias y aqgiuslias muy acerb<4S 7 No ae invoque cl ejempio de 
loa snicid^ii que ae tienden esponlaneamente sobre laa losas de 
un sepujcro, pprque la^ creen el Ic^cho de su reposo: ;^qu£ 
gauaa aervifia deapojro el teslimonio de los que deliran? Ader 
mas, no todos los qne se desliaceq de la vida, piensan desha* 
perse lanibien de Ja exisitenqia. Ni aun el suicidio a sangre fViai 
si puede usar.se esta espresiorxi pnicba el convencimiento de 
encontrar la nada en el reino de la muerle. {l^ooivase la esta^ 
difilica de esa eqCerined^d liqrrible que gangreoa las sopiedades 
modcrnas, y se vefii que d^ la mayor porle de suicidns, uuos 
por un lamentable estravio de ideas hnn consnmado su ctimeii 
despues de preparar^e con fcrvientes praclicas rcligiosas, y otros 
pqr una ceguedad inconcebible ban realixado sus funestos cUsig- 
pios pocos mqmentos despue^ de aseverar por escrilQ s.us creen- 
cias en la misericordia de Dios y en la eiptrranza de alra vida* 
;,Qu^ prueba esto sino que hasta en laa situacioncs oias de&es* 
peradas repugna al hombrc la idea de reductrse i la nada ? 
Podriase decir que lo que fne \\u error de la anligiiedad re5pi.-c- 
to a las ciencias Hsicas, es una verdad en el s'lslema psicologico, 
Pfo es la natqrdleza i es el hombre el que tiene hoi ror al vaciou 

X. 

^Pue^ que seria de la humaQi(^4 coyndenada a toner mem* 
pre delautc de sus ojos la perspectiva de la nad^ ? Que seria 



SSf 
del t|dmbre ob|ii«ado i Ic^r opnl'uui^nfienteuna senlencia irre- 
miMble que le coiidt^nase de una vez & acai)ar pronlo , acabar 
del todq , y ^cabar para sicinpre? Qui^n , ul apercibirse dc que 
ae rnarchjtan las ihi^iono^ de su JMveulud,no ba vucllp la vislii 
blicja alFaa , y qiidiendo de uua ojpada el cumpio de ^\ih dm 
no ba escluiiiado pUt^inenle: a he vivido ya la mitad dp mi 
vida : sqIo me queda un e.spacio poco mas p .meoos largo que 
C|se que busco y no veo , que ese que he recorridq pomp por 
encanlo: mi tieuipo futuro se de^vauecera i guisa de ensue6q 
qomo el pasado.)) ^Que desesperada agpnia si eulooce^ luviese 
que aQadit : ny de^^pues no sere?" Qj^si siempre se dice goza^\ei 
alguuas vece^ l^e gozado , rarisimas esioy gozamfo : ^ pucs iio 
fiiera cosa liorrible verse uoo forzado a aplazarlps goces,y da 
hora en bora ver eslrecharse el circulo barto pequeno en que 
esios misnios goces dcbiap caber ? j^ieudo la vida un caii\pQ 
sembrado de piedias en que se tropieza, y de espioas qu^ en* 
^augrientau lo$ pies , podra quedar sali^sfecbo el bombre ilevaii^ 
dose d{5 camino ^il cual rosa que se uarcbita y desboj^ al caer 
^utre sus munps / Y que resla de las alegrias pasadas sioo up 
deseo uias inleaso de esperimenlailas de nuevo? Un placer es 
aliciente de olro placer, y el bombre estarra inconsolable si conr 
sidera§ti>que r^pentioamienle babia de romperse.esta cad^Qa,siQ 
que Dios mismo tuviese bastanle poder paia spldacla. Aun el 
que se cree bieoaventvirado en la tierra , el qi^e ba Icriido poi* 
escla\a a la fortuna,y trepa basta la cumbre de las dichas, o.s^ 
sumerge blandauiente eo nnlago deplaceres^ jamas pudiera con- 
sentir e^i la necesidad de separarse de ellos para reposar inerle 
en elsenode la nada. £1 faslidio de los que el mundo cree so- 
beranamenle felices , de esos fenonieno^ de la cryilizacipo mo- 
derna , do proviene de que f^i\ voluntad ^9 ^pelezca ja los d^- 
leites, proviene si de que eslos gastados eo de^uasia no siiyen 
3'a al capricbo de la voluotad. Es quefaU^ la i^iaginacion del 
ppder par<i variarlos. epterameote. ^Qu^ tormenlo po&eria para 



S32 
el que disfrtita pensar que la inventiva hoooana descubfira nue* 
Vos placeres, y que otroa hombies recogeran la cosecha. que 
empezaba i verdear sobre la lierra , que sus companeros de 
orgia, que los idolos de su cora^on dejandole en olvido gozaran 
laa d^Iicias de la existencia , mientras que el ni siquiera existiri 
eo el infieroo p^ra envidiar y apelecer eo vapo los deleiles que 
(^aode 3obrevivifle ? Y si tal destino fuerii auiargo para los que 
gozan, ;que seria para el sinnqmcro de infelices que solamente 
pomen pan y amasado con lagrioiHS , qu^ solamente bbben agua 
y acibarad^ con hi^l ? Para aquellos que enroqueccn llamando 
i la felicidad sin que esla ni por un mouiento atraviese el um- 
bral de sus puei las , que no conocen los p|aceres sino por la 
envidia que les causan los agenos , que no reciben de la vida 
mas bienesqiieel de unaesperan^a credula, intermitente y de* 
{cznable? INo tendrian una especie de razon para volvcrse irri** 
tados a Dios y decirle l)Usiemhndo: ((^ Para que, Senor, nps sa- 
casteis de la nada si a la naJa debiais volvertiOs? Que siguificai) 
^se leqto suplicio que no es espiacion,y eso.i rcpelidos trabajoa 
que nooblienen recompensa 7 Para eslo, Senor, qos criaj>ieis, para 
divertiros mirandQuos correr tras un fantasuia que huye , bast^ 
cansarnos y caer de brazos en el abismo de la o^da?" Si, la nadsi 
^s horrible par^i el dichoso y paia el desgrnciado, para el que 
tie y par^ el que llora. Si semejante desliuo de snjo no fuese 
incompalible con la digoidad eseucia} del espiritu bumapo, po* 
dria serlo unipapiente del idipta. 

XI. 

Hay en el iplerior del hombre un deseo invencible de ea- 
tender su vida mas alW dc los limiles que Icdelerminan el ti«in- 
po y el espacio. Su natural instinto adopta los medios que le 
sugiere la jnteligencia, y esla reajiza prodigios parn salisCicc^ 
aquel deseo. No bastan al hombre su epoca y su patriu^ ncce* 



933 
stta iin|)resinhes de btros siglbs y de otrbs paisfrs : neCesita vivit* 
de lo pasado y de lo remold : necesita mezclar auras de lejanoA 
elinias en el ambicnte que respira. El bruto no puede aspiratr 
i mas ()ue a la vida que depende de la nulHcion, Jr todd du ins* 
tinto se limita k conservaria ; pero la vida del hombre dO e| 
unicamenle la de su orgapismo , y coiho no se conci*eta a lo que 
iinpresiona direbtamente los seiitidos , sus instihtos se difigen d 
eslenderla duantb sea posible. Los rccuerdos de la mentoria , las 
imagenes de la fantasia y las nociones del etllendimieDto y loft 
afectos del cora^ori aliaicntan esta tidsi ^ cuja esfera se enisan- 
cha gradual men te, & medida que el hombre pasa de la batba* 
tie a un estado mas culto y propio de su dignidad. Este desed 
eficaK y activo es el que ha creado 6 descubi(>rto las artes y las 
eicncias por medio de las cualefs adivina el hombre los secretoa 
que el liempo oculta, y supera ios obstaculos que el espacid 
opone. ^Pafa que tanto abinco en resoher los problemas his- 
toiieos, en indagar las vicisiludes de los impeiioS, en inquirir 
kis ideas y coslunibres de generaciones difuntas ? Es que se in- 
tf'nta resucitari por dccirlo asi , a los siglos pasados, no parii 
subslituirlos al preseiite, sino para conoceilos mas y mas, para 
senlirlos^ para vivir en elios a la par c(ue en el nneslro. Edle es 
el inleres que escilan las ciencias bistoricas y sus ausiliares. 
^Para que tantos esfuerzos en reunir, clasiGcar j describlr 
cuaulos objctos existen esparramados por la superficie del glo* 
bo , en reproducirlos por medio de las artes imitalivas, en re« 
prescnlarlos de mil maneras i cual mas sorprendente ? Es que 
se intenta suplir con estos variados panoramas el don de ubi'^ 
quidad que no puede alcanzar el hombre. Sin tales recursos sa 
aj'er no retrocediera mas que algunos afios , y su imaginacion 
no abarcaria mas espacio que su visla. Pues si tanto ha podido 
el ingeuio bumano que , por decirlo asi^ ba llegado i formar 
artiiicialmente una cxistencia relroacliva : si ha podido hacer 
que la vida de tantos individuos arrancase desde los siglos pri- 



55» 
mitivos, si Ifl ha litindido inn profunda men te en Id pa^do j 
la ha h(.*cho tan estcosa en lo presctite; ^sera [to^iblc que sea 
tnera ilusion la espcranza de prolongarla eti el porvenir? Tanta 
at'tividad , lailto anhelo y lauld^ prodi^ios han de tcuer fio ta 
la nada 1 

XIL 

' A$( cbriio el hoinhre invesliga lo pasado , tamhien se empe- 
fia en conocer lo veiiidero, y oomo las congeliiras no Ij^istan 
mas qu^ |>ara Ocular Uvianamente sus cilculoSy ha caido en los 
absiirdoii mas groseros quericrido satisfacer este desco inheren-- 
te si su uaturaleza. Al horn hie quo ausia anticiparseal lieinpoy 
que desenciija'desaforadamente sus cjos j dilata sus pirpilas 
para ver mas alia del horizonte, que prelende leer cl dia de 
hiauana antes que se escriba , deciclle que sn porvenir es k>1o de 
algunos ai^os ; y que ni siqniera ser^ polvo cuando los ofros 
pascu por sobre la faz de la lierra. Decidscio , filoM^ifo.^ , tnas 
no e^pcreis que as tii las gracias de semejanle noticia. ^Ese 
ihstinto que lieva at homhre a escudrinar lo fiituto, no indita 
que le estd reservada una vida venidera 7 Ese inslintd que se 
fnlsea con estravagnntcs aplicaciones^ sera enteramente falso en 
si mismo? Sera compatible con la uada ? lo ha dado la natu- 
raleza al homhre para burlurle en lodas las epocas y paises, 
bajo todas las civilizaci^ndfl jr creencias? Aun este itiglo de 
iluslracion, en que ap^nas se concihe como cs posihle set cr^- 
dulo y supersticioso, tiene tamhierf or^culos y profeias a sit ma-^ 
nera.^ No se forma hoy el horoscopo de las naciones, comose 
fbrmaba un ticmpo el de los princi|>es? No se podria decir 
qtie los magnetized ores reemplazan a los aruspices de la unti- 
guedad y i los nigromanticos dela cdad media? Purs que, hade 
ser todo el pi>rvenir del hombre el inconstante y pc?rece<Iuro, 
que en olros ticmpos se pretendia ver escrilo ora en briliuHtes 
caraclercs del cielo^ ora en las menudas tayas de la inaaD? 



535 

xiii; 

rodeos Betin Ids hombres de caf.ncler meilitabufido, y simi- 
gos (le discurrir acerca de loda clase de objetos que no ha-* 
yau reUexionado Ul cual vez sobre esa ley de ihovimiento 
que empuja lassociedades, y n6 se hayan pfeguntado con cier* 
to estremcrciiillento de asonibro: ^cuales doti las traiisforma- 
cioui's que espera la vida de la huttiamdad dentro de uno , de 
dos 6 inas siglos ? Se dice que estauios eh ufia e[)6ca de tran- 
sicion, annque lodas lo ban sido igaalmente, puesto que tas 
socledades represenlan iiimensas caruvanas« cotno cada ihdivi- 
duo se parecc & un peregrino. Deber es de aquellaS cbmO de 
esfe caminar siempre y n6 e«?t)cionarse en punto alguno. Laa' . 
pariidas solo ban de servir para toroar alienlo. Cbd todo, nan-< 
ca se babia notado tanto titk marcba progrcsiva , porquehufi* 
ca habia sido trfii acelerada. Al tonr|farar los adelaritos de un 
sii^lo con (os <]e tflro siglo , al uiedir el espacio que se atra-^ 
viesa aliora en una decada , y el que se recorria antignamen- 
te on un millrir de anos , no queda duda que la velocidad de 
movirniento en las socledades crece de un modo maravilloso- 
cual si la deterniinara una razon g60fnetl*ica. Pues ^ cada ^po- 
ca (*s un terinino de csla progresion , i que sera Ide las socle- 
dades cuando su vida material e inleleclual se balle elevada a 
nuevas |)otencias 7 En la altara a qtie heiDOs subido el espo* 
nente empieza & multiplicar ya cautidades asombrosas , y si 
conio es de creer quedan tod a via algunos siglos de existencia 
al niundo , la iinagri/acion mas robusta se ve obligada i plegar 
sus alas ante la per.speoliva inconmesurable del porveoir. ^Co- 
mo conceblr el grado dc est^nston y riqueza a que deberian 
llegar las cit* ncias , las artes y la indusliia, si su dcsanollo, 
qbe ahora ya nos tiene pasniados , esli sujeto i la ley de pro* 
gresion indicada? Una rapida ojeada subre los uliimos tienrpos 
nos bace ver auitienlado considerablcmente el catalogo de laa. 



sso 

ciencias , y c«ii^ado de ntiera^ ranias el tronco de las artes: 
ireuiod criizados los mares por buques de vapor , aluiubradad 
Us cicidadcs popUlbsai^ con ilomos invisibles , ciibieita la Eu- 
ropa con una red de caminos de hierro, y reproducidas en po* 
cos ftiomenlos las comuoicacidnes tnas lejana^ e iinporlantes: 
teolos las niaoufacturas que parecen obedeoer al peosamieoto 
del fabricante J y el periodismo que a manera de irrupcioo io- 
cajificable invade todas laa clases de la sociedad : i paes A ta-> 
lea son los descubrimieiltos de algunos lustros , cnales seran los 
C|ue estin reservildds aolaoienle a las ultimas decadas de este 
siglo 7 Y el olro 7 Y el otro 7 [ Ah ! la razon desfallece en csle 
<{aod en que la ciegan d un liempo las tiuicblas y la luz ; se 
pierde en un laberinto inextricable del cual es quiza la saiida 
tiias obvia snponer que la humanidad ae mueve al rcdedor de 
un circulo : que la progresion deslgnal de su marcha , ora es 
ascendente, ora descendente: y que las ^dciedade^t psan ailer- 
nalivainente de la barbaric a la iluslracion y de \a iJusirucion i 
la barburie. Mas tampoco este sisteina carece de dificuiladea. 
8i lo aplicamos k las naciones europeas , (bco actual de la cul- 
idra huuiana , i cOmo pudiera su vida intdectual declinar len- 
taiucnle y & la vez en todas ellas sin que pronto se apercibiesen 
de su iuiprevista decadencia , sin que naciese un genio privile- 
giado capaz de contenerla7 bien , ^que causas tan podero^a 
y desconocidas pudierao provocar una catdstroie tan grander 
lina revolucion tan espantosa, que 6orftrariando d todas las ideas 
recibidas, A to Jos los instintos arraigados, las impeiicsen & re- 
troceder en pocos anos el curso andado en muclios siglos? Ver* 
dad es que consideraciooos mujr anilogas podria ha her for ma- 
lado un filosoro de la corte de Augiisto ; y sin embargo a su 
florccientecivilizaclon llegaron & suceder la selvatiquez i igno* 
rancia de los primeros siglos feudales. Nunca como entonces 
la fuerza iuteligente ae habra visto con una salvaguardia de 
fiierza material tan impooente y gigaotesca ; y sin embargo 



d coloso cle Roma fu^ venddoy pisoteado por unas hordas 
erraotes i indisciplinadas. Mas i como verificarse un segundo 
9conttlciinieDlo de esta especie , existieodo la imprenta , eaa 
laiiipara incombustible que conservaria la luz en medio y apu- 
sar de la mas deshecha borrasca? Que nuevo Omar agitaria una 
antorcha baslante abrasadota para ioceodiar de una vez todos 
los establecimientos tipogr^iicos , todas las bibliotecas publrcas, 
todas las privadasiibrerias? Como abrasarlas de tal maneraque 
1)0 renaciesen al instante de sus mismas cenizas ? Alejaodria es- 
li por todas partes. Esta ohjeclon no liene mas que una re$r 
puesta , y es que la Providenoia conoce caminos ocultos , imr 
penetrables & la imaginacion del boinbre, y suele s^rvirse de las 
medios mas impensados para rea|izar sus ulteriores designiof. 
Dejar asi la cue^tioQ es abandouar la inteligcncia mientras luchfi 
Qon esas dudas que tan vivamepte escilan su curiosidad : es ha* 
Jberse fatigado recorriendo a ciegas un largo trecho para encQiv 
trarse en el mismo punto de partida. ^Quiep pues tendrili &n\mo 
bastante para renunciar a su iutura existencia que sola pued^ 
(larnos la solucion de tan interesanle problema? , Nos hallamqs 
en una epoca de transicion como todas: un paso mas, y bi^ 
brin cambiado las fases de las ciencias y de las artes , de ^ 
literatqra y de la ipdustria. i Cuales serdn estas ? No lo sabot- 
mos: no es posible adivinarlo. Si consideramos las naciooQS 
•bajo el aspecto politico, y nos pr^unlamos i que formas dfi 
gobierno dominarin en la Europa dentro de dos siglos? La 
conciencia noa respundera que no lo sabemos; solo si sabemoy 
4}ue si es la republica no sera cual la de At^nas, si laoligarguja 
no ser^ cual la de Venecia : que si permanece la monarquia no 
aeri cual la enlendio Felipe II « y sise conservan lasteorias re- 
presentativas no seran idenlicas & las que dominan en la actua* 
lidad. Pues ^ y el hombre ha de consenlir i resolverse en la 
Hada ^ntes que le sea dado coogetiirar siquiera el exito de 
^tas cuesliones que iocesanteipente agita 7 Horrible e^ sip di)* 
Tom. u. A3 



838 
da queoiuchos tengan que presenciar las peripedas deesosdrd* 
tnas terrestres desde an paico incendiado; pero iqiie bi udo 
solo pudiese abrigar la eapefaoza de preseociarbs deade no si- 
tio pfeferente 1 

XIV* 

Pero al An esta eapecie de probjemda, Iffesoltibl^ paM Ub 
generaciones que viven, no lo son igualmeote para las futoras. 
Gada una de las que apareeed sdbre la tiefra exatiiina Jr esttt- 
dia los acontecimientos i medida que ae vad red!2ando , J co^ 
noce lo que ^otes era inapeable y aunque alimente las tnismas 
dudas acerca del porvenir. Lo que era objeto de tdediiaciott 
filosdflca poco & poco se va trasformaodo en capitulo de his- 
toria , los sistemas hipoteticos se destrujen d toofirmau por Job 
hechos , y los hijos apreoden con la esperieocia lo que sus pa-> 
dres no pudieron ensefiarles por medio del vatkinio. Mas otras 
cuestiones no mdnos arduas i inleresantes ae presentan al ea- 
piritu humano que en valde forcejca con la esperaolia de re^^ 
aolverlas, 6se eoorgullece con la presuncioo de haberlas ya 
resuelto. Arcanos dene la naturale2a que se escaparan siemprd 
A la penelracioo del hombre en sU esfado de viador. Las lee- 
stones del tiempo inslruj^en muchoj pero el tieinpo esun oiaes* 
tro insuficiente para edsenarlo todo. Creemos haber leido ea 
un escritor piadoso : para conocet el mtindo es inenesiet 
salir del mundOj y esta espresion que se limita i xxn sentido 
asc^tico y figuradoypudiera reproducifse nplic4ddole en seotido 
filosoQco y literal. Si levanta el hombre su vista i los cielos:^ 
si la derrama sobrc los objetos que le circayen , 6 reTuelte hili* 
cia dedtro sus pupilas para conteinplarse i si mismOy ae le oca* 
rren una nlultitud de preguntas cuyas respuestas do ofreceii 
otra garantia que la de ser ma^ 6 menos probable. Una re- 
flexiva y atenta observaclod ha descubierto muchisimos efec* 
tos de las niisteriosas lejes que rigcn al universo ; pero la ima* 



539 
gidaciod del hombre es la que ha tenido que inventar cientifi- 
cas teorias para comprender y esplicar la major parte de fe- 
QomeDOS qiie impre^bnan los aeotidod. Ahora bien i cudl es 
el sabio tan intimamente conveticido de lacerteza de lascatisas, 
como de la evidencia de los efectos 7 Qiii Copernicano e^i 
enteramenle seguro que de aqiii & doscientos anos otro nombre 
no habra suplantado el de Copernico comd este se sobrepUsd 
al deTolomeo? Quied osar^ afirmar que Newton dSpalian- 
sani y que Bufon 6 Linneo estarin perpetuantiente senlados en 
sus catedras ? Quien podra atribuir jamas & lbs ^ucesivos gefes 
de escuela una inimovibilitlail que sus predecesores no habdln 
obtenido 7 Quien , ii Dios mismo no baja A revelaflo , podra de- 
cir con juramento: este sistema geologico 6 astronon^ico^ de 
dencias m^dicas 6 naturales es un sistema cbmpleto y defini* 
tivo7 Besulta pues que niientras el hdmbrc permadezca pre- 
cario habitador de la tierra no bbtendra iin conbcimiento cla« 
ro , intnitivo y universal ab^rca de muchas ciiestiones que son 
el torcedor de sii ioteligencia y el estimulb mas eflcaz de sa 
loaaginacion. Las cienoias huntanas reposan en gran parte so» 
bre una especie de fe ; pero la fe ha de ser algbna vez ilami* 
nada. £1 cristianismo no prescribe una fe eterna en las verda- 
des eternas: prescribe una fe transitoria qu6 seri trocada con 
una intuicion permaneiite^ Condenar el hombre i la nada es 
ooodenar la humanidad a marchar todo sd camino conlosojos 
cubi«l*t6s de un cendal mas 6 medos trasparente , pero siempre 
cubiertos: es condenaria a desaparecer del liniverso intes de 
haberlo completamente conocido ; es condenaria & contentar- 
se con la verosimilitud, despues de haber andado siglos de si- 
glos buscando la verdad. j Pobre rejr del mundo que se veria 
obligado i perder sii coroda intesde leder conocido su palacio 



8«0 

XV. 

I Ilermoso al par que sublime especticulo el de una nocbo 
estrclla<la 1 Un delicioso arrobamicnto ae apodera del hombre 
que y sontado en solitaria roca, pasea su vista por la boveda 
inmensa de las cielos. | Que indefinilile sorpresa si por prime- 
pa vez la contemplara cuando ya disfruta el uso coaipleto de 
8U razon I Cada uno pues de eslos luceros que, engastadoseo 
VD fondo de zafiro, centellean como otros tantos diamantes 
heridos por el sol , es una cifra misteriosa que ba trasado la 
mano del Omnipolente : cifra gigantesca de un enigma tao 
graodioso como inulil, si su revelacion estuviese para siempre 
jamas fuera del alcance de la inteligencta bumana. Ese magni- 
fico desorden con que los astros se ven esparramados por el 
brunido atvtl de la estera: esas manchas blanquecinas que se- 
mejan luminosas iiuellas de otros soles mas elevados: esas 
radiantes constelaciones que formau tan capricbosos grupos, do 
aparecen todas las nocbes sobre la cabeza del hombre unica*^ 
mente para que este se entretcnga en calcular desde la lierra 
los millones de leguas qrie dislan entre si , 6 para que haga 
alarde de su iugeoio hasta el punlo de medir aproximadamen- 
te su volumcn y densidad. Algomas tienen que revelarle to- 
da via; y i puede el hombre renunciar d conoccr este algomas? 
Si alguno bay que despues de haberr levantado sus ojos i laa 
estrellas persista en creer que la humanidad debe liundirse en 
la nada , es seguro que su corazon no ha &<?otido las po^ticas y 
religiosas emociones que inspira el magniGco espectaculo de 
una DOche estrellada. 

XVI. 

Si la vida encierra dentro sus confines todo el s^r del hom- 
bre , la vida es el supremo bien de la humunidad. Por mas 
efimera, instable y desabrida que sea ella » lo fuera todo por* 



que serta la existencia misma. Vivir una hora importaria mas 
que el goce de lodos Ids plaoeres y riquezas , que la gloiMa de 
todos los honores y aplausos , que la soberania de todos loa 
icqperios; para disfrutar una hora mas de vida , debcrianse 
nrrostrar todas laa araapguras de la iudigencia , del sufrimieU'' 
to y del oprohio. La (ito^sofla oristiana na da tanto valor i la 
vida transitoria, porque tienc que oompararia coo la eterna; 
pero esa desesperante filosoHa que coloca la nada en aus dos ea- 
(remidadcs, tieneque atribuirle un valor infinilo, porque sold 
puede oouipararla con la oarencia de eotidad. El globo terri*» 
qiieo que coo respecto al si sterna aslrooomico es solamen^ 
te un punlo imperceptible^ ^ no es por ventura una masa enor* 
me considerado en relacion coo un dtomo de aire? Haj ma* 
yor distaticia de la vida a la eteroidad que del no s^r a la vi- 
da ? Y esta » tan vana , tan fragil , tao incierta , es posible que 
sea el uniqo, el supremo bien de un ser inleligente que Qom- 
prende sus miserias, y se lamenla de aus dolores? '^0 digiu- 
dad humanal 

xvn. 

I^ quo llevamas dicho nos cor^duce d una observacion que 
tiene vi»05 de paraJoja. El suicidio no solamente es un cri- 
men horrible , siua que es un liecho absurdo cualesquiera sean 
las couviccimes de quien lo comete. Mas ann , el suicida que 
^ree en la deslruccion completa de si mismo obra con maa 
insensate^ y locura que otro de igual qlase creyendo en la 
ifealidad deiinfierno. Mayor es el de^allno del incredulo que 
arruja antes de linnpn el solo bien de que se juspga suscepti- 
ble , que el desatiua del crisiiano que se auticipa esponldnea-* 
mente & sufrir la acerbjdad de los tormentos venideros. Pres* 
cindirnos aqui de Vxs consideraciones religiosas que prescribea 
la sumisioniii la voluritad divina, de las circunstancias e.speciale& 
quo awneutan kg^rsivedad de ia culpa y de la pena^ j^ de Upa- 



S»2 
sibilidad vitalicia de saslltuir ufi destiqo eternamente dichoso i If 
ioconmutable suerle que el infeliz se asegura. Et cristlaoo de* 
sesperado que atenta a sus dias, lo efeclua persuadido de que 
maa tarde 6 mas temprano au paraderp sefa el oiismo que es- 
CQge 9u alucinado alyedrio , j consiente en cercenar diez q 
yeifite aaos de. su vida, porque esta s^gun sus creencias vale 
|nuy popo y y sabe por otra parle que iii iJiez ni veiute apos 
ban de acrecer la duraciqn de su castigo. Jm elernidad oo e§ 
|ina cantidad aumeptativa. Cain oo habra padecido ounca ma^ 
apos qqe el Antecristp. La idea de afioa enqlerra la de tiem* 
pp9 y el tiempo np es una fraccioo de la cternidad. Pero el 
iDaterialista que ^ despoja dp su vi^a desperdicia up tesoro 
intpenso , porque arroja la sola moneda de que se juzga po* 
s^edor. i Que importa que esa moneda esle u^al acupada^ 000*^ 
^nga impura liga , y baja perdidp mucho de su valor estriq* 
9eG0? El crisliapo por uo sufrir las penalidad^s qu^ le abru* 
mfin y puede Uegar i obcecarse basta despreciar los espasos pl^; 
ceres que restaban i su vida : el incr^dulo bacQ mas..* de^-i 
precia su misma existencia. 

xyiii. 

Coi^prendese piuy bien que Iqs r^.probos apetezqan furiq-' 
^meote su aniquilacion : la idea de tormenip esU de (al ma* 
pera entranada en la de su existencia , que Hega i ser una da 
9us cnalidades esenciales.. Cpmo no puede haber sufrimientQ 
^0 existencia , ^si tampopo podemqs suppner su existencia sii\ 
^ufriuiiento. Los males empero de la yida »huroapa son acci- 
dentalcSy y si\ accion es intermitente cuando no es pasagera, 
Los do.'pres fjsico^ masagndos, I09 padecjuiientos mprales ma^ 
inlepdos relajap 6 suspeuden su vipienqa: si as( no fuese prop- 
to lus priuieros Uevarian a b| muerte> y los $egundos 9 laena^ 
geiiacion mental. Para desear pues 6 aceplar la nada , es ne-^. 
ccfsario contarie ys^ como uuo dq Iqj precitps , y es\,o op speeded 



S»5 
do an lamentable traslorno en el c^rebro 6 un atr09 endureci* 
miento en e} coras^q. 

xix. 

Q^roes que derramais vaestra sangre para escribir oon ella 
vuestro nombre en la histqria : Geoios que os dejais devorar 
por el fuego de vuestras inspiraciones ; Sabios que os sacrifl- 
cais gU8tosos para adivinar ]os secreCos de la naturalcsa, 6 para 
aer los or^culos de la humanidad , si os reducis & la nada ^qu^ 
^ de vu<*stra anbelada recompensa ? Si el hombre no existe 
mas queen la tierra jpoedc imaginarse ilusion mas absurda^ 
premio mas mezquino*, cuUo naas desoabellado que la gloria 
postuma ? (Y el primer aposlol de la nada no debio de senliv 
nquiera eae vivo inatinto de legar su nombre i la pusleridadl 

XX. 

Si la nada es an error ^ el infiernQ ea una verdad. No hay: 
medio alguno. Tristes son las reflcxiones de un cristiano de« 
lante un sepulcro: \este , murnmra , es para algunos la puer^ 
ta del infierno ! Mas Lristcs todavia las de un incr^dulo que^ 
frunciendo el ceno y con sejnblanle sombrio esclama ; toda 
jfenece aq^i Pero aun hay alga que borripila j asusta mas^ 
y esel aire distraido, la glacial sonrisa j la calma de indiFe* 
rencia qqu qu^ i\u esceptico dice: \A quefatigarme eu sori" 
dear los misterios que esto encierral Ni los nUgo, nilM 
^WQt ffo/gu4fnonas par ahora , jr alia veremos 

T0AIA& Aauu<)k 



in 

tBtl Btntmnnto tn litttatttra^ 



H 



aj en el i|Ima del hombre vina fecultad que la ennoble* 
ce, cierta tendeqcia al iDOvimientp, algo de vagp en fine id- 
defioible , que, oomo la cuerda de una lira en su estado do 
hiercia , solo espera uq acto , un succso que la agile para vi- 
brar suave 6 fueftemente , y para haqer esperimentar 9I ainui 
UD estretnecimienlo agradab(e q do'oroso segiin fuere alegre 6 
triste , dulce 6 peooso el acontecImieQto exterior que lo pro- 
duce. Y decimos e3terior> no porque neoe$ite el e^tpfrilu pari^ 
aenlir de objetos existeptes fuera de posotrps mismos , de cau* 
aas quelleguen ha^la el por medio de los sentidos, sipo porque 
en la profundidad , permit^seqos la espresion , en que reside 
aquella facultad noble y divina > es lodo esc^ntrico respeciq 
de ella ; dq suer(e que hasta las inspiraciones y ^1 enhisiaMnOj^ 
les ideas y las pasiones , son con relaciop & la piistna lo quQ 
la luz respecto de la llama , una co^ esterior y secppdari^..* 
Y esla facultad ef & la que llamamos SentimientQ. 

El seutimiento es elatribulivoqqe mas e^npbiepe y subltnn 
el alm.'i. A npestro. modo de yer el hpmbre que siente mucbo 
y piensa poco puede Ilegar & set mas grande que el que sien- 
te poco y piensa mucho. EI priniero es capaz de c^ar en el 
6rd^n intelectuali J dc suUimes csfueqps en ^l moral; a^ 
paso que el olro jama^ producir^ g^andes actos piorales, y ^\ 
algo baoe eo el ordep i^telecfual es i fuerza de la la^^ios^- 



899 
^d y p9cieiici^ del (|Qiuii<^ q^ie forfna un aer pue yo de loa 
varios demeqtos djsper^sos que reune y oombioa , y que por 
Gousiguiedte eo vez de crear poQ)pone. Si preguntacnos a ^ 
hUtoria qnien )e ha legado mas qombres ramosos el seo* 
timieoto 6. el taleqlo iodepaodieptea el yuo del otfo, nos 
pontestara que el primero; 31 emperp cual de Ia$ dps faculta- 
des ha producidp o^as genips, aps dir4 que ninguna. El honi* 
bre para remootafse i esta altura & que alcan^an muj pocp^ 
debe haber nacido con pqa alma grande capa^ de senlir y Je 
pompreoder machp , de la misma manera que neceaita el ^gu|r 
la mucha fuerza y e8ten8i^3 alas para lan^ara^ de 140 vuelp j 
faernerse sobre las oubes. 

. Reducieodo la cuestipq i una apla idf a , d la que qos pro* 
pusimos al arriesgar algupas reflexipnes generales sobra esia 
puntq, si se nos preguntase: ^i cudi de las dos facultades del 
^Ima ya jp4ic^^^^ ^^^ ^^ flpres la poesia , mas bellezas la 
literatura y eu 6q mas obras I9S demas artea l^rales? no va- 
pilariauios ep emitif* nuestrp voto en favor del sentimieoto. Y 
prescindiendQ por ahora de la muaica y pintura y escultura^ 
porque cuaiitp ae diga acerca este punto de la literatura es asi* 
iniamo A ellaji aplical^le > la historia de las b^ellas letras decide 
psta cuestion en el senlido ^n quQ lo hemos hecho posotrosi 
^ejor que pudiera^ liaoerlo los radocinios jargumentosque 
^ su favor hacerse ppdrian. Examinemos los oantares de los 
pueblos primitivos} abramos la Biblia, los poemaa gigantescos 
de la Ipdia y de la Iliadf; el saber jrace en todas esas pbraa 
Casi Qofocado por el sentimiento , perdido casi bajo el lujoso 
vestido de flores , incienso, perlas y colores con que el cora- 
^n lo viste. Deqpps ahora un paso mas, y salvando algunos 
eslabonea de I9 dilatada carrera de los siglos , traslademonos i 
esas socledade^ que purifico la antorcha de Aiila , 6 a esas otras, 
que no habian salido todavia de la larga infancia i que lescon- 

4enara la selvaliqqez de susolimas y su aifilamiento cspaoloso/ 
Tom. lu n% 



W9 
y en los oanloa deOsian,eo los de Niebelangheo jGarditos eo 
rl Norte; y en los cantos guerreros de los soldados de Carlo 
Magno , en los libros de caballeria y en las poesias de los trO' 
vadores en el Mediodia; y por ullinio en las gazelai y coen- 
tos de los irabes en el Oriente , ver^mos una nueva prueba de 
que los pueblos ban sido poetas intes que filosofos : que la 
lira ha precedido a| libro escrito , de la misma manera que 
la religion ha precedido i la metansica , la fe i la controverr 
sia f y que en fin basta senttr mucho para ser poela. Por lode- 
mas basla comprar esas literaturas de enlusiasmo y espansioD 
con las imitadoras y convencipnales , para conocer coil es la 
verdadera, para ver donde eslA el arte, la bellesa absolute. 
La Eneida al lado de la lliada , la oda de Herrera al lado del 
Cantico de Moises son coipo una flor artificial al lado de la de 
los jardipes : tien^ el color y la b^ Ue^, pero le falta la fra«s 
ganci^. 

En nuestros dias, despues de la asombrosa revaluoion que 
ha pasado por la literatura , despues del justo desagravio que 
se diera i |a verdadora poesia, ahogada »in piedadpor \dk can- 
tores erudites que lograron hacerse un renoiubre copiandp , ^ 
las mas de las veces copiando mal » se ha generalizado la idea 
de que el aentinviento era el $lma , el numen de las bellas ar« 
tes , la verdadera musa 6 nsisteriosa virgen que da vida i las 
creacionea : de que para ser poeta , pintor, musico, era preciso 
sentir roucbo, y como por desgracia en los tienipoa que al- 
canzamos tpdo loque se general!^ un poco, sean ideas iile- 
rarias, sean creenci(.s religiosas, sean opiniooes polilicas, pasa 
al dorninio de la moda , se ha hecbo de buen lono el sentt- 
miento; todos ban pretendido ^.^tar dotados de una sensibilidad 
esquisita , y luego dando un paso mas> ser poetas^ Eslrafta j^ 
riciicula mania i coptagio risible que ha atacado no tan solo i 
esos honibres mugeres que son el hazme*reir de la sociedad, 
especie de mooos que se apoderan con ansias de la primera m^ 



y^ncion que asQrqa allude Iqs Pirldeoa para qubrir coP elU 
l^p niilidad , sino hasta i algunos jovenes de talenio, puja9 
produccipues hubierap pasado i la ppsteridad i no estar tai| 
fuerteinente iippregQad£|9 de e$e senlimieDtp coqveociooal y 4^ 
CDpda. 

£q to^as las ^pocaa de imitadon literaria el seotipiieotQ e^ 
por puDtQ geQeral amaoerado^ y por coasiguiente au ^apre- 
fioQ es^ ^ujeta a ci^rtas idea9 ^ieo^pre rep^tida^ , i cier^as pa- 
labras aiempre las tpismas, j' \\^^% ^ sitqaciones setnejanteQ^ co« 
piadas.Q de \ds Jiteraturas que les bap servidp de modelp p 
del geniQ que ha brilladq en ellas. Auo hay mas ; eo las mis« 
fnas obras de ut\ genio se adyierleo ciertos lunare^ que ladicaQ 
los niQiueotps en que el senlimieptp c{illp y eo que el ialenla 
(omo i SIX cargo dar que esqribir 4 la pluo^a , y que hubiera 
^echo duda^ de el/ a no ser por las felices inspiraciones que 
prueban ba^jta que altura po(lia elevarse el que ^is siplio y es* 
preiid con tapta valentia. Petrarca , por ejemplo , entre sqs inu- 
merables y magnificos sonetos al numen de su vida , pues ui^ 
fimor como el de aquel poeta diYioisa i la muger ^ tiene algu^ 
po8 i los cuales hace ridiculos y frios el sempilerno e iobipi- 
do juego de las palabras Laura^ taura , Lauro etc. , y que 
^n vez de prpbar cpmp los deinas cuanto amaba & la uiuger 
fi quien inmortalizo > son un testimonio de cuan poco seotii^ 
3u corazon en el instanle en que los escribia. 

Para convencerse de la verdad de nuestra proposicion bas« 
t9 haber ojeado ppr encima la mayor parte de las obras de la 
oueva escuela. 

Desde que la 9abia Alemania dio el primer hachazo al Ido*. 
\o de Grecia y Roma > no d ese numen de proporciones be- 
Uas y formas herculeas i quien incensaron Homeiojr Virgilio, 
Pindaro y Horacio ^ sinp a esa estatua con manlo a la romana 
y pelucon, & quien prestaron adoracion los poetas de los siglos 
^Vll y XVI1][; la Fraucia que esta alerta para ver que idea 



SM8 
Queva sale i \m eo cualqaier parte del oniverso para liacerla 
aujra seoundo al momeptQ aqiiellos golpes para derribar taiubicn 
de 8U8 altarea al idolo empoKado de su culla poesia , alzan* 
doae orguUosa coo el titulode regcneradora,que usurpaba i los 
aabioa de la otra parte de los Alpes. Chateaubriand , do se si 
porque coroo mas adelantado co ideas vio iotes que nadie la 
revoiucioo literaria que acabab^ de verificarse en Aleznania , 6 
porque coroprendid al propio tiempo que los sabios de aquella 
liacion lo ridiculo de quemar incienso en nombre de Jesucris* 
to J de la religion & Jupiter y ^suOlimpo^ fueel prioiero que 
eon su Genio del Crisiianismo ( bello y magnifico edlGcio le- 
Tantado en la eotrada de este siglo que debia erigir en pos 
de el en monstruosa confusion catedrales bii^aniinas y goticas, 
PartenoneSj panteones y mezquitai) did el grito de alanna, ti* 
mido sin embargo y ahogado al priocipio por una especie de 
remordimiento literario, pues el canlor de los Martires, s{m* 
bolo de las ideas ^e su autor en aquella ^poca , totnaha 
parte con cierta repugnancia en aquella nueva cruzada neqe- 
^aria , que aunque conibrnie a sus ideas religiosas y arlisticast 
le obligaba i destruir en gran parte la literatura del que Ila- 
maba entdnces el gran siglo ^ y el como buen ffances ba- 
biera deseado poner la cruz en el altar principal, y de|ar at 
profiio tiempo en su pedestal & Jupiter , aunque bubiese sido 
en un rincon del pqevQ templo. Mas Chateaubriand se las ha- 
bia por desgracia con un pi\eb(o que todo lo exagera y abut* 
ta & fuena de querer pasar plaza de entusiasta, y que asi co- 
mo interpretd el grito revolucionario de abajo los tronos, por 
fibajo los akares, tradujo aquel por i fuera (odo freoo litera* 
rio. Chateaubriand con lbs alemancs predicaba una reformai 
mas ese enjambre de soi disants artistas que pululaa en Fran* 
cia se apoderd de su idea apenas napida, y la convirlid en se* 
dicion. De ahi ese tu)o de dramas sapguinarios y altament^ 
desorganizadores que invadieroa la esceaaj de poesies Horos^ 



SA9 
Mil preteosiones de religiosas que IleDdroti las colutnDas de loa 
periodicos , de esas Dovelas descabelladas Ilenas de espectro8| 
de castillos sombrios^ delujoios Corneos, de paladioes miste* 
riosos j^damas enamok^adas : parodia ridicule d& laa produccio- 
nes de Walter Scott y de los libros de caballeriil ^ piies tii te« 
oian la Terdad de sentimiento y moralidad que M aquellaa 
brilla, ni la bueDa fe j candor que respira enestos: y en flil 
de ahi esa roultitud de libros esc^pticos y corronipidoa ^ ca« 
biertos con la mascara de la cteencia , pues la religion, eta 
una ley de la uueva escue|a y la mayor parte de aus adeptosi 
81 blen habian entrado en ella con las ideas volterianas y ha- 
cian alarde de una fe de que carecian para no set tenidos poir 
atrasados. 

La Espafia pago tambien su tribulo i esa espede de vertigo 
literario ; mas por dicha cuando se dejaba arrastrar por A^ ia 
Francia volvia ya de su aturdimiento , y tuvo tiempo de re- 
mediar d mal antes de que su curacion se biciese mas difi« 
cil ya que no imposible. Cundio al propio tiempo la voz dd 
que la Alemania poseia inmensos tesoros de pdesia y de saber, 
y que era preciso desertar de la escuela francesa, toda aman6ra- 
miento y oropel, para ir a apredder en aquella, toda Tdrdad jr. 
saber. Verdad es que con esto no subia de panto nuestra im-* 
porlancia literaria: que no era dar un gran paso cambiar de 
cdtedra , ya que de todos modos debia hacer el bumikle papel 
de discipula; pero en cambio la Alemania mas franca y m^^ 
nos orgullosa , como mas sabia nos dijo: que no teniamos ne^ 
cesidad de ir & mendigar poesia y saber & ningun pueblo, pues-^ 
to que ellos veniaii i buscarlo en el nuestro : que no teniamoa 
mas que hacer que volver los ojos i los tiempos antiguos y; 
desenterrar las obras de nuestros ingenios para aprender en 
ellos : que del estudio de nuestras costumbres , de nuestras tra<* 
diciones , de nuestro romance , y en fin de nuestro teatro de«^ 
bia nacer y naoeria una lileratura que , purificada por los as- 



S50 
tros de U (ilosoHa y de la Irjigibri, Jleoaria el ranhdo con kai 
rissplandores , y ia EspaAa docil a sua coiisejos ha desertado 
dd tdda imitacion estrafia , erttregdndose ton ardor al esttidid 
de su arte nacional. Cierto ea tdmbidn sin embargo que hasta 
llhora nd lia dejado el huniilde papei de di^cipula , peto nd 
to es tn^oos que teniehdo uti liiodelo fijo y no snjeto al Capri* 
cbo de la moda , cual lo era el > que nos habia aervido ha^- 
ta hadepocd, puede eaperar la Espana^ por poco que la fa- 
trorezca el cield , jr que no abandonen sus hijds la verdadera 
denda del drte, pasar de la itnitacioo & la originalidad y de 
disGifiula i maestra. 

De Id dicfao ha«ta a(}ui ae desprende que la Espafid , y nda 

ea muy dolordso tener que confesarlo, no ha tenido poeafa 

propia eti ealda postrerds afioa, y que eaa literatura de tran- 

aicion que basla ahora brillo en elia , aeri como eso^ astro^ 

de luz presiada que no tienen crepusculos, y cu ja existencia 

qiieda olvidada al trasponerse; Ko ignoranids q(ie se noK diri 

que de muchisimds anos Bti nd ae habia observado en nuea- 

tra ^atria lanto movioiiento literario; que nbnca tal vez^ in* 

cluso aun el aiglo de oro de nuestra literatorti , habian brilla* 

do en la Peninsula tantos talentos precoeea , tantos jovenes 

poetaa que se had lanasado con ardor & la carrera & que haa 

aido llamadoa, algunos de loa cualea llegaran quizas & cenirae 

la coronal esplendente i ciija cdnquista caminan; mas ^qui^a 

no ve las caasas y lo efiidero de ese malamente Uamado mo- 

vimiento literario ? Las r^voluciones politicas pueden estancar- 

ae en un reino , en tina provincia , en una ciudad , poe^ lea 

airven de diquea los mares, los rios^ los muroa y sobre lo* 

do los interesesj pero las quese verifican en las ideas son uni* 

yersalea, 6 cuando m^nos se estrenden a largas distalnciascual 

los circulos concentricos de una laguna & la que se arix>ja 

un cnerpo muy pesado.En cuanto d la muchedumbre de poetaa 

que pululan en nuestro suelo^ se esplica ya por lo que diji- 



554 
inos mas arribd y qtie el seiitifiiiebtb se lia tiecdo de thoda , jr 
por consiguienle el pdsar plaza de artista ; ya tambien porqad 
toclos los jovened que se ban cbnoctdo Un pOco de imagina* 
cion y de taleoto ban aspirado d una corona , cujra adquisU 
cion ban creido facil , ateodida la profusion con que laa repaK 
lia la nueva escufela gandsa def proselitbs : sin repamr efl qde 
4iqu^Ilas cordna8ei*an tan faciles de deshojar como sii adqaisi* 
don fuera poeo penojm. No negadids que ehtre tabtos adeptoft 
J>rillan ajgunos talentos priviiegiados Capaces de dar alguii re* 
Hombre eu las letras al siglo en t|ue tivimbs; perd creemtis 
que si llega este casd set& , rio pof lo que saWo mtj pocaA 
eficepciones, ban producido basta afaora, sino por lb que pue- 
den; crear en adelante, si , mas que de las exigencias del puI^iU 
co> del deseo de hlioerse uba reputacioo momentinea con po^ 
ep estudio , y d^ las mentidas adulaciones de los que nb tcM 
en e] arte mas que una diversion bonesta , se dejari guiar po^ 
lo qtie su senlidiiento y la rason les dicta: escribed tad sold 
en los momentos de inspiracion , y recorren con inalterable 
coostanda esos abundantes min^ros de poeSia , de tradicione^ 
que enriquecen la Espana d^ la edad media y de loa siglos 40 
j ^7 de nuestra 6ra» 

Y en eiectd, ^que obra gt^nibj que creacion singular, que 
tipo ba dreado nuestra ]ileratui*a ed estos postreros anros? Que 
monumento se ba eleVado , que templo se ba erigido en me* 
dio de tantas y tan magnificas ruinas, de entre las cuales ap^ 
itas ban brotado como arbtistos de las grietas de nn yie\6 
paredon algunas flores beJlas audqde bumildes y sin fragan4 
cia , algunos altarea dismantelados y sin inctenso? Ello es vet^« 
dad que todo ese tiempo no babrd stdo perdido para el UtU^ 
que la generacion que veridr^ en pos de nosotros no deberi 
ocuparse mas que en reedificar, y ^ue lo enconlrar^ ya todo 
dispuesto y preparado para )a obra que debcf comenzar y & que 
otras generadones ban de dar cima } pero no es menos cicrlo 



552 
que Uevar^mos may pocas 6 ningaria piedra i aqael monii^ 
mento , cujro plan y cuya graodeza oos es dado apenas eotra- 
▼er & traves de las aombraa del porvenit* , y que los siglos fu* 
turoa, por mas que sea muy triste el decirlo , coaudo contem* 
pleo atonitos d esludieo affiDOSOs aquel monumentoy pasarao 
por alto oaestra 4poca literariaocuando maslaestudiardn muy 
por enciina , como una espede de loa 6 prologo que les ajrwie 
i Gompreoder la obra que van i estudiar 6 a admirar, 6 co^ 
mo una faehada por medio de la cual puedan adivinar el ca- 
racier del edificio, cuyas bellas j gigaotescas proporcioneft 
pasan i exsminar y A medin 

j^i en dramas , ui en novelas , ni en poesia lirica ha proda* 
ddo la nueva escuela en Espafia Uba obfa que pueda valer i 
to autor un gran renombre, ni'deba liathar la alencion de las ge* 
nehidooes que ban de nacer. Y no es dertamente porque no 
faayan probado lodas las aendas , porque no se haya o^^ado < 
todos los generos; sino porque el eotusiasmo y el sentimiento 
ban abandortado muchas veoes al que escribia, 6 mns biea 
porque este, asat preocupado coo los ejemplos que a la vista 
tenia , y seduddo por la facilidad de bacerse i|n lugar enire 
las reputaddoes modernas , se ocupaba tan solo en calcar sue 
ideas ysus pensamteotos y las esoenas que debia piotar sobre 
las d6 su modeloi y apeoasse dignaba descender & sti inlertor, 
para pedir al dorazon seotinlieplos^ y A los seotimieotos I^^ 
grimas y palabras para espresarios. 

DigAsenos sino i de dddde procede ese colorido informe que 
brilla por lo oomtin en las obras de nuestros escritores coof 
tempireneos 6 compatridosi coalesquiera que sea la diversidad 
de su taleoto 6 caricler, sino de que lodos el los mas bien 
que se retratan en sus prOdUccidnes , imprimen en ellas las 
creencias 6 ideas de isu epbca 6 de su pais? Las obras que 
son bijas del sentimiento ndsdan d conocer & sus autores me*» 
jor que los retratos mas acabados; puesto que esios ultimos oos 



555 

lispHcari 6 ponen ante los ojos sii (isonomia , su fealdad 6 be- 
Ileza fisica, an solo esterior , ai paso que aqnellas nos revelan su 
coruzod y su .mente, sus creefnciiis e ideas, su raodo de. pensar 
y seiUir,y en dna pilabra sti ^enio. Ciialquier hoiiibre de me- 
dlacio talehto podna adivinar faciLnente despues de la leclura 
dt! sus obras cl geuio y los car.iclere.s de Moiscs, Hornet d^Ossian, 
Dautft , Shakpuare, Cervantes, Ciilderon, Mdlon elc. ; ndeiilras 
que por el conLrario ni los misinos Lavaler y Gail l)ubi<'raa 
coiiocido tal vcz per sus rclnitos que los bornbres a qoe per- 
teueoian fueron tan granjbs si la vcz priujiTa que los vieron 
no bubi^'SLMi leido sus nouibrcs al pie de los mJMiios. No se 
dira tal vez que n)ucbas de uu/st«as pro<luccioues conlempo- 
raneas titrten al m.*nos el colorido, por decirlo asi , de la 
epoca; que oasi en todas ellas se notu esa mczcla de eScepti- 
ci-iuio y de religion, de Va.uedad , de agitadon y de trisleza 
que es el caricter de nueslto sigio: mas iu»50tros les contesta- 
leuios qtie Byron, G •elhe , Hugo, Fos( olo , Laniarline y 
Muizoru iian e^crilb bajo .su inliuencia, y que bin embargo, mas 
que cl caiacler geneial de nu^^^t^o si^L^lo, .•je encuenlra en las 
crcaciones de esds ingnnios su caracler peculiar y los serili** 
iiiientos propio.-i y p.irticulaifs b jo cuya inspiracioii escribian. 
Ill sentlm.tnio pues es Id qu* constiluj^e la poesia ; ea esa 
seuiiJiosa .que los antguos ilainjron uiu-ja; esa llama divina 
a la que se liu d<ido el uombre de inspir.»cion. Sio ella pue- 
de compgncrse una oda , un poi^ma , 6 un drama, comd quien 
h ice una (lor artlGdaL cooio quicn tejr* una pieza de teia^ co- 
mo quien levanta 1 rs [)are;les (le nn palicio: .sin ella se puede 
tanibien lk»gar a dar a una obra loda la hermosura de lor- 
mas de que es .suscc|)tib!e; nias esa bellrza sin una alina que 
la vivifique es la de un cadaver. La poeMa, como dijo un lite- 
ralo , es un sacerdocio, no ima secla fiio^^oficdj siente y no 
discutc, vivlHca y no iii ita. Por eso se rnpulan mfejor aque- 
]las iu^piraciones que salen de lo mas Hondo del corazou, .6 que 
ban pe^a•!o .sobre nuotro espiiitii mas largo liempo: por eso 
decitnos que lal 6 cual composiciOn as buena, porque nos ba 
hecbo sentir mucbo ; por cso en fin asi como eu>ancbH la es- 
fera de la imaginacon la fueiia del bentiqjiehio asi la p*.*rfe- 
ccion y originalidad de sus obras esla en idzon irecta a su 
ioten.sidad« Joaqlxk Kubio t Oas. 

Tom. If. A 5 



35)1 

ASPIRACION* 



2 Que buscan los ojos con ans^a j desvelo? 
; La rica naltira , 6 el arte brillante? 
j Delicias del niuiido, visiones del cieio? 
^ soles , 6 enipireos 7 Tao .solo un semblaote* 

iQiie busca el oido? ^Concierto suave, 
Sulslime 6 amante y pausado 6 veloz ? 
; Mutunullos, suspiros, los triiios del ave? 
Los caotos del angel?,... Tan s»oto una voz. 

Y el alma , i i que inUnla ?a)ir de si tnisma 7 
{Que falta i sa esencia , que agita su calma? 
I Do liende en su vuelo, se funde, se abisuia 7 
Ni en Dios , ni en el polvo... . Tan solo en otra alma. 

{Qu^ esperan los ojos del caro seoihlanle? 
^Qiie espera el oido del son vibrador? 

I el alma ^qu^ espera? ;Oli Dios , Dios amante I 

Lo que de tus obras lu esperas amor. 

Amor es to imagen, amor no reposa 
Buscando en los hombres tu hdella divina; 
Por esto estremece la voz ainorosa, 

Y III rostroqiie an^tmos un sol ilumina* 

Mas ; a J' I si el reflejo nos ciega, oh Dios miol 

Si el pajaro al arbol se i.(lbiere teii»z I 

Si al idolo ainamos, buy peua y vucio; 
Si amamos tu iiuagen ^ huiturd y solaz. 

^Qu^ vale natura con cnnnto atesora ? 
Los a^lros , l^s m(md<^<s ? Su vey es el lioiiibre. 
jQ'i^ valen del liombre la fiienle creadoia| 
Su cienda, sus obras, su l\\*'ttd y renornbte? 

^Qtie Vale el renombre mho para amado? 
^ Que vale la cieocia siuo p.ira aiiinr? 

Y el amor, ^que vale sin li » oh increado, 
A qiiien todos vamos , cual rios al luar? 

J. M. Q. 



SftS 



^tiU, 



*^409 



P 

•MLe 



esgaVo es vtiestro snciitf) tit jot del norte: 
Qu^ deidad Tuestrds miembros enervd ? 
Cuaiido eL acero de afiladd corte 
Taiito tieuipo cu ia vaiua descanso? 

« Fe^dd es vdestrd jueiio eii demtsfa 
Desque ed Lechos dormis de liLanda piei: 
£1 Hutio en otros tiempos lio tenia 
Mas cama qiie la e^paida de uii corcel. 

« Arriba pues: las rubias calielicras 
Hdmedas de rocio sacudid : 
Arniaos cou las pieles de las fieras 

Y cual fieras debads en la lid. 

« A taeslros potros que la guerra anlielaiii 
Cual bella el baile, doble pieus6 dad; 
Las maxas que Ids niuros desnaantelad 
Ed los uervudos robles ensayad. 

«Hoj la crizada inazal del yalieixte 
Tend^£ con que apagar su ardieute sed : 
De los crdiieos saldr<t la sangre bifv^^nte 
Coal salta el aguai de rasgada red. 

« A m{ 9 pues, los mas bravos ciiya lanza 
DeTora A cad a golpe lin coraxon» 
Los que cuelgau despues de la matanza 
Hecba sierra la espada en el arzoa. 

«Los valicdtes A mi: Dios esta airad6*| 

Y soy el raytf de sus iras yo : 

Sn azote soy, el mnudo el condenadoy 
Quieu la mano atard que Odin arm6? 

«Sns, f/ues, hijos del norte; alsid la tea| 
De roja llama vuestra diestra arroad : 
Pronto la Uerra un mar de fuego sea 



55S 



T un tizon no mas de 6\ cada ciiulad. 

«Que el hiimo que mi antor^lia arroje al cielo, 
El homo del comb&te al atizar, 
Mat'va sus rojas sornbras sol>rc <*1 suelo 
Cual serpieiite en los ali*c!s al ^irar : 

• A su sonibra mis fil?rtcs cscuaclroiles 
Al par cilal siei*pe Inmensa marcliarvlls, 

Y al lanzar en el homo mas narioups 

Slerpes de humo que os cul)rai) sic m pre habrdis* 

« La tierra es nuestra ; sns T(*n(*!dos reyea 
]Vo hallan va qiiif^n acate sii poder, 

Y d uucslra vista sus cobardes greyes 
Buy en despavoridas por do quier. 

« La clioza , cl m\if o , el templo y el palacio 
Devoraron mis iras d la par: 
Que estraiio que ^ los h ombres falte espacio 
Cuando a Ids dioses mismos talta altar. 

« ^'i uu arbol quede do estampc mi huella | 
Kt uu muro , ni una choza de mi eu pos, 
Si d cada paso Odin Ijofra una estrellaj 
Yo mato uu pueblo, pues tambien soy Dios. 

«Yo soy un Dios^ y d(^ o^ro Dios atotei 
Como asi pUe» un pueblo sin vigor 
De sus muros al pie lop;ra que agote 
En vanas amenazas ml liiror ? 

La nmcllc hija del Tib(*r nos resista: 
Boma (\sta eh pie ; sns, pncs , bijos do Odlu ; 
Que hoy v(*nga al suf^lo, y q'.ie h noclie IrisCe 
Contemplc muda sn sangrlrnlo ihu 

« Do alia su f rente el ct»^go Capitolio 
Esta nocbe mi tienda j>e alz.tra : 
Do la Hc'nia del mnndo hubctsu solia 
Anclio p?sebre mi corc(?l tenJrri. 

tcCaii^a suTojo nianto beclio gi rones ; 
Romped su laii/a , dcstrozail .rj anios; 
Aveutad coma pujas sus k»j:5loues 

Y sea su auoho escudo mi paves. 

« Marto en sus muros se sento la gloria ; 
Ilarlo dicS el mundo cuUo a su saber: 
Uarto arrastr6 ^ carro la- Victoria-; 



ssr 

Harto tlur6 su colosal poAer. 

•Mis saclas corteras eq su viiela 
Las cit^uilas 4c JEtqnia alcau^ai-iln : 
Desplomadas veudrau cual pleclra al suelo 

Y cebar^ ha cii pisarlas lui alazan. 

«Sus, piles, hijos del uorte, a FiOii\a, 4 Rom^,. 
Id A tender mis pielcs de icon 
Eh esC alcazar que cu el nionte asoi^a t 
Pe ese imperla inoiorlal diguo florou. 

« Y(» cu ellas innellenicut& reco^tado 
Gozard en ver del fiu'^o al rcsplaudor | 
Cual cac por ias Jlaina^i dcYorado 
Que ciiail slerjies lo ciileii en redor^ 

« Roma es del muudo ei\tcro la cabezsv 

Y en su cal>eza a I inuudo yo herirc : 
|)Cvspues CEi su cadaver con liereza 

Ko iiiidaudo a quleu vei\cer oie scutard. « 



'^m^m* 



Mleoixft eu las tie ud as del ferof caudilla 
A quieii. presto la iinicrto su guadufia, 
De las lio<;upras h1 sinicslro brillo 
Dc siis liu«3te8 aqu^l raucye la safia , 
La rein a de las a;ej tos • 
Con ploj;arias y la^»rimas ardientes 
Con que baua los, piei de sosaltares, 
Cual am tanfc'JS de atiior en la fk>re$ta 
A lo^ del bubo el ruiseilor coiUesta , 
Kesponde a si dc murrtc d los cantares. 

For qu^ 4tn ks c;i les. de sa puebla inmeimv 
No se estrellau las deiisas oleadas , 
Ki oiile cuai ciincra el muro estenso. 
El polvo que bwautat\ sus naesuadas? 
Si del huiio la clava 
I.!a!)ia A su [uierla y su poder socava, 
Couio no f-leva el ciUitico de guert^ 
A cuya ^9i>) vcujclcva nxU uacionesi. 



sss 



y oqntra A deppleg^ndo iqs pendones 
No le bom A qa yii^to de la Ucrra ? 

Sos braros qi|e mil troiiQS apilaron 
T eDti:e ai traa las lides loa paitieron * 
^ombiss de hierro que do qnier pasaron 
BoDdamente sua baellas impriinieron « 
Sua firentes orguljosaa 
Porqa<$ en Tea de orear plomaa Ittatrosaa 
Mancha tibia oenita peD|teotct ? 
Ese es e| casoo que opondii al aoero? 
Ese el arnes con qne al combate fiero 
A lacbarpor ta patria irt el valiente? 

2 Ay! Roma tiembla: tiembla coal el aye 
En las garras del bajtre pnsionera: 
Coal se Tenga el Sefior po^ Bii(l^ sabq 

Y tiembla porque i EKos tqrpe qfisndiera. 
XV>r eso faumill6 en tierra 

Sa Ubarp dp i|t6 el diqs de la gaeira , 

Y sa ifpultL till yiento j tin pnjansi^ 
^leg6 fua i^oai se agachd miedos^ 
^ la mano del b\ino ppderosa 

Y puso en Dios tan solo an esperapM* 

j Ay! Roma tjembla, fi, no porque temi( 
La dava 7 tea del tero^ Atila; 
Tea qne coal 4<s Diets el i^yo quema y 
Clava qne esoombrps por dp ^uie^ ^pi\^* 
Tiembla porqae la arena 
Del circO) ora desiertOt abaorrid apei^ 
La sangre ppr lot mirtires Te^tida 
Que en bonof de ^ps ctores libara : 
Mas esa san^ ; ob Dios ! qui^ lo esperara 7 
Poy que la adora 4 Roma dari vida. 

« Jiutaa tna iras «on 1 6 n*j del cielo !• 
Clama pqstrado ante la cms divjna 
Leon que encaueci6 de un siglo el hielo 

Y ouya calva frente el liempo inclina; 
Y mugeres y ancianos 

Alsando A Dios laa sppUpapte^ manos 
Piden silencio i las celestes liras 
Rapj que llegue basta A la voc delsaoto'^ 



■^1^ 



Y muchos que ignoraban qne era Uanto 
Qaman llorando : « \ Justas son tus iras ! » 

« Td eres el fuerte , i) Dlos , tii eu el espacio 
Dispersaste lo; miiiulos con tu aliento : 
Trono es qo mas el sol de tu palaclo 
Qvie encleode 6 mata de ta maato el viento. 
Bablaste, j eq tu enojo 
Su tumha hall6 el Egipcio en el mar roja 
]^Q cuyo abismo se aseiit6 la muerte. 
pQr ti la impla Babel yace en el lodo! 
AsC oraba Leon^ y el pueblo todo 
Clamaba d Dlos con el: « Vos sols el fuerte S 

c Mir6 aira^do d Sodoji?^. , y ea la nube 
^rillii un momento la vorat ceotella 
Como la espada ardiente de un queirube^ 
Pas6 el viagero y la ciudad aquella 
Qud vi6 al uapcr e^ dia 
L,a busoo por la tarde y no e^dstii^ 
{^i| boiocaustQ, ob D'los, mi vida tomtit 
lirlas desvia de Roma tus euojos. » 

Y Boma outera ante la c^uz de htnojos 
Qamaba con Leoiv: «Oio$, salva d Ropia(% 

• HartO) Sefior , la\6 la impfa. tier^a 
]f I bautisma die aaugrc c|ue ba sufrido ; 
Asaz ) qb Diosi, el p.atro de la guerca 
£ota U brida , el mviudo b& recorrido!' 
Fon.ed di^uc^ al rio. 
Que amaga.^ Roma deyastar vnp^o! 
McUad ya de la n^VM^rte el dardo agudoS 
P^ude fuera de* vosi ballax: defensa ? » 

Y del pueblo se alz6 la voz innoensa 

Clamaudo^: « Arnparo, oK Dios/sed nuestvo escadot* 

«0b, no mas, justo Rey ! oese ta enojo: 
Sobre las tiendas sopla del Alano,, 

Y el que aspiro a tu altar eo bu imptp. ajrcoj[a 
Se qucbrard cual junco so tu. mano.. 

pe ese pueUo en tu safia 
Alza para tu cruz fuerte peaiia ; 
y tu pruB <{e los siglos venccdora 
Pe polo d polo ^\ este^der scui: bra^ot 



J 



360 



flaz que juntq A sn sombra en dulces laxos 
Los liijos dc la uochc y do la aurora I » 

Ast oraba Leon, el que A la silla 
De Roma sus virluclcs coudujerqa , 

Y en la esperanza que en su freutc brilla 
Todos su salvacion mirar crej^eron. 
G>iiio pcoQ que arro;^ 

Al par de euormo carga su coogoia 

Y coQ afau su pecho el aire aspira 
A si aquel pueblo libre de recclos 
Uu prodigto cspcrando de los cicios 
Mas que aire lucienso al parccer respira. 

« Tcned fc eu el Senor , bijos, os rucga , 
Sigue, Ijeon, con inspirada freutc: 
Qu'ieu desvi6 de Ninive su Tuego 
Por amor de diez justos solam<:ute ^ 
Aplacara su safia 

Por la sangre dc mdrtlres que bafia 
Los m:ii moles do Roma todavia. 
Teued fe eu el Sofior: su omuipotei^cia 
Es infiuita al par de su clemencia 

Y pniebas de dmbas os dard este dia. » 
Dice, y la cruz entre sus mauos toii^a| 

Y seguida tan solo por auciauos 
Eu sauta p^oce^ion saleu de Roma 
£n su campo & eucoutrar d los Alauos. 
Sus ravos refulgentes 

Derrama el sol sobre las calvas freute^ 
Do rielan cual en velmo que vaclla. 
Ay de la debil buesto ! ui su buclla 
Qucdana en el polvo si sobre clla 
Su uegro palaireu lauzara Atila. 



Ay de ella ! pcro uo : ay dol guerrero 
Que luceudlos y bambrc y pcste llevO. al mundv)! 
Ay del que cnrojccio su corio acero 
Con sangre dc. ui'ocentes, iracundo I 

JJIos que arroja el iucei^dio sobre el pradc^ 



3QJ 

Lt lluvia eovia que su fiiria agote^ 

Y SI hoy castiga ai pecador airado 
^onipe dospues cicmente el rudo azote. 

i)e su iiimciisa pled ad s^empre hasta el ItordQ 
Llciio su yaso m irase eu su tiiano : 
^Hf P^t^ basta para que dcsborde 
Que uua Idgrhna eu ei vierta ei liumano. 

Y csa Lcigrinia Roma la ha yertido, 

Y Dios que la acopto cual puro aroma, 
Corno vapor en lUivia convcrtido, 
Couvertida eu perdon toradla d Roma. 

Por qud. no lanza su caballo Atila 
Sqhre la hueste que d su solo alieuto 
Fuera cual montou de liouo que lioj apila 
pi segador y que l^oj d'spersa el vieuto ? 

Por qu(^ late su pecho so la cota 
A cada voz del iuspirado auciauq, 
Cual tiemlila la hoja scca d cada gota 
Que arroja en ella el uubarron lejano ? 

IjOqh le habla de Dios, y el huuo impiq 
Dobla la f rente a tan augusto nombre : 
Le pondera sus iras, y sombrio 
(^ac de hiuojos d los pi^s de un hombre. 

Trupua por fin la yoz del anatcma, 
y el que son 6 con despoblar el ciclo 
Para ocultar su faz que el dolor qucma 
Mendiga uu palmo del vcncido suelo. 

«Todo a'qui bajo tiene su dciitiuO) 
Clama Leon en cjuieu habla el EteruOy 
£l del gigante sol marca el gamine 
Dando al e^tio ardor , yela al inviernq. 

« Dios orden6 a la nube que volase 

Y drtcil comensd su vida errante > 
Qulso que en ejla el rayo se engendrase^ 

Y ray OS niU surcaronla a I instante. 
tDii armqnia d las ayes y cantaron ; 

Voz do quej^ d los bosques y gimieron ; 
Sordo acento d los ms^res y bramaron ; 
A los rios murmuUos y los dieron. 

« £1 dijo d la luz : « s^» y el negro cdos 
Tom. II. k6 



IJW 



8m itomo^ Tisti^ de lui dorada : 

De la noche A las alas : « dosplegaoi : a 

Y }a qoche toI^ de astros oniada. 

«Nada se mueve aqa{ si ^1 qo lo nmeTe : 
|5i tu tea quem^ ^1 ppestola fuegq : 
De sa eqojo qi;e el llauto apaga en breye 
Puiste, 6 Atila, el instrumento ciego, 

«Tu mlsion se cumpli(3: tU de sua araa 
Derribas^ los dioses de yil barro : 
floy Digs cqq quieq impiq te comparaa 
Te arrojard A ^u vez bajo tu carro. 

ftTu mision se cun^plid: lra« el dilaT\Q 
P3 ro]i( sangre que anega^a el auelo, 
3obre el trigo qqe el sol torn6 ya r^btl^ 
l^a paloma del area paru el yuelo.. 

« Tu misioq se cuinpli6 : tu alsas^e el monte 
^ cuya cuMibre el libaro d^vino 
Prillaudq Qqmo el spl ea su rempnte 
Pel cielq al hombre marca^a su camiiKi* . 

• Depou la clava ppes; (a tea apaga 
Que tu ui^rcha alumbrd coi\ tonro briUq 
P'lQS con tu^ iras & su yes te amaga, 
y ajr de ti $i descarga su cucliillo ! 

«Roma es el dique que A tu marcba pon^^ 
Ay si tu audacia traspasarlo quiere! 
Ia ola que el linde en su furor traspone 
P^c^ eu H en ^lanc^ espuma mue^^ 



■•a^" 



«Y Atila no pa86: del Capltolii 
Ia crux al yer alzaraie que lo escuda t 
Dijo i sus bu^tes : « No es aquel mi solio,: » 
Y A otro bianco asest6 su flecha aguda. 

« Cnal eciipjiado sol que se desploma^ 
XoL tierra toda estremeciO A su paso ; 
Mas alsiibase bello el sol de Koma 
Arrastrando el de Atila bicia 9^ aca^S(A« 



f Quel^rd «i| a«ote Dio9. Tras el diluTi(^ 
Jh roja sangre que ancgara el suelo 
jSobre el (rigo que el ^1 toru^ra r^tq 
}j^ paloma de pa^ par6 su yuelp. 

« Del G<}igota la crux aluml)r6 el mpii4q 
Que abriu 4 su lu^ su atdnita pupjla 
V el g<^rnien de la fe brotb fecun^o 
^n los surcos que abri<^ ^\ corcel de Atili^. 

« y bpy e^ cru^ de Atila yencedora 
De uQ polp al qtFo al estender sus brazqs 
Ve juntarse A su sombra en dulces lazos 
l^s hijos de la noche 7 de la aurora! 

JoAQuiH Hxmd r Oil. 



ses 



5«* 

tlTABAT MATER PE RQSSIIYIf 

JL oJas las Bellas ^^rtes tienden a elevar el alma , i mejorar y suhli* 
mar Mucstro srr, y a realgar lo que priucipalmeute manrfiesta su iu* 
mortalidad y su orfgen diviiio, que 65 cl Seei^tiruicdto: pero U^liisica en- 
tretodas es la que inascurn^^lo con este grande objeto, ^^ la que pornias 
espiritual 9pupa el nrimc^* raqgo. Los elementos dc la arniQn(af e« 
yerdad , estau desparcidos por ia uaturaleza : las olas. tieneu sus rit- 
0108 y sus acordes ; el vieuto hincl^c de sovvoridad los vajles ; las ladc- 
ras opvlau a io altu el l^iinno de sus i^uinores; los rios y las florestas 
puchlau la soicdad con sus murinurlos; y sobre este gran concierta 
el sonido universal d inmensamentc d\ilce de las esferas celest(?s sc re- 
yela d los ojos que conteniplan at<>nlt.os la concordaucia eterna. Pe- 
^o estos elementos, ^ nin^ima rcgla Ui\niana ni a ^lin.g^uiia (oriua e8» 
terua sujetos, solo se d(>jan adivinar por lo mas delicado del alma, 
4 la cual tarnpoco cs dado mas que gozarlos y corrrs}K)uderlcs. Por 
esto el pescador coufia & l:\s brls.is marioas su pantliicla larga . pausa- 
da y mondtona ; por esto el rudo pastor hace resonar los barrancos y 
las aituras con sus infonoes tonadas; por esto todos los pueblos del 
iQundo couservan esos cantares tradic\oi\nles« que asi llevan el sello 
del pals como el de un sentiniieuto profundo ^ intimo que remueve 
las generaciones , las sobreyivc y cula/.a. Las ideas, pues, de la Md- 
sica^ si de tales se pueden califioar siis melodias, uo tieuen como las 
de sus hermanas una base hum ana ui un punto de imit<(Ciou v bible: 
y solo el aseutimicnto de millaros de hombres eu la bondad y en la 
belld^a de un canto y el placer de todo un pueblo son las prucbas de 
que tambien d olla le asiste una Idgtca , cuya comprensiou csta ne- 
gada d nuestro limitudo •enteiuUmiento , bien cual otra de las cosas 
que no entrau en el circulo de la esperloucla./ Al ve^ como a cier- 
tos cantos respoiidc en nosotros un movimiento interior que se pareoe 
& la satiaiaccion dc una duda o u la revelaeion de una ide^ por mu- 
cho tiempo lg'»orada y preseutlda ; como eu otros despcrtamos de ui^ 
Ictargo, y todo nuestro ser trabaja y pugha por rehacer en la nie- 



iDoria ia ^poca^6 la vlda pasacia de que la<i frases mel6cllc^ ticuen i 
s^r uii eco : hien podemos decir que las ideas musicales son ]a ope- 
raclon superior del dlma ^ la primera dc las que se refiereil & W 
dahiraiexa humana , la postrera de las que uo han de ejercerse ni 
comprertdcrse sine fofns los Vinculos de ia materia ; la linica que toc'a 
i esa alta csfi^ra dc ia V(5rdad , de la Bondad y de la Bellera & quri 
ituestra raion ilo ba de alcanzar nuncapor si iola: lA Idcha coustante d6 
Ik matesis y del espfntu , el dcseo de lo iiifiiiito <^ud iios aqneja es-^ 
tan profuudameute espr^sados en esa misterlosa es^ncia de la forma in- 
trniseca de la Mtlsica^ y eli e.<a vaguedad dcliciosa que las mas A6 
8YI6 oliras res|T»iratl, j cuyas impresioues burbn nuestro atfdlisis; y auii 
faltaudo los mayorctf testimonios que lo i^dnBrman , la existencia de 
esta arte bastaria para deinostrar que lo principal de nuestro s^r n6 
se auonada en el sepuicro No benios de mencionar aquf, ni la nattt- 
raleza dci estas refle\iones la eonsiente ^ cuanto sea su superioridadeit 
la sola pane- de diBcultades • y mecanrsmo. 

Luego dc criadd el bdrnbre, su porcion irtmatcridl goi6 y abondd 
e) espirltn de la cr<lacion : si pusd nombrc i todos los animales d^ la 
tierra y A todas iais ares del ciclo, tamluen delii<> de respoiider a la 
armouia de Isl dbi'a del Altisfino, tambiju debi6 de eantar al misrido 
tiempo que bablaba ; y cd este doble lenguage de la materia y del es- 
pfritu, el dtma que rt»cordaba sil anterior ffsencia, y se sujrtaba A la 
linica espresiotl- concedida A su nueva morada del>i5 de manifestar al 
Sttnio HAeedorsii admiraoioii, su adoraciou y su agradeciuiicnto. Pues 
la oracion es la escala que une el cieio con la ticrra-, la primera p!e- 
garia que resouu en la mansion de la tnocencia primitiva, si no fud 
uii canto> no de otra mauera bubo Ae subir A lo alto , que como uii 
bimno artdonioso, complemento del coro titmenso con que las agnas, 
^os drl^oies , las plautns y hs lumbreras cantaban la Sabiduria iufiuita 
y ia auptema- Omoipotencia. 

Asi la Religion , ftiente de toda luzS de tdda verdad y de toda poe- 
sia, lambicn lo f«d la primera' de las Bellas Artes; y los datos bis- 
tdricos mas autrgbos dc ia sAgi^ttda Gscritiira demtiestran como cobija- 
d6 pof la Uelijgion, este Arte se oultivaba y tomaba iucremento. Des- 
yhes que Tubal bubo afiatUdo ai rnstrumento natural de la yot el arti- 
ficial de la citara , elf cultd dol Dios untco le did forma y lo couservd, 
y en torno del Area santa los ci'mbalos, la9 trompetas, los salteriosy 
barpas acouipafiaron l^s tords sagrados. flasta la idolatria eu que ca- 
yeron las mas de las ra7as de la familia bumaua, si esta mencion 
pnede permitfrsenos f se^sirvi6 de la Mi&sica para traosmitir desde lo« 



i^mplds i U tK)steri<iild las feiiqiiias ie U inii^a eteencii eit liil id^ 
lo Dios , 3e id reUcioa verdadera del olrigeu del thundo y sa grail 
catistrofe, reliquUs tristem^ute deafigufadas poi* las superstitionea f 
por una cieiicia errada. La Miisica reiud eii loa mitds y eii laa graii^ 
det cer^mouias de la itidia , del Egiptd f de la Fedicia; f la tulii 
Grecian no aoio eii ails primitives I'Unciones draixldticdrlfligioaas, alad 
tambiea despues qtie Eaquilo Lubo crclado U tragedia^ coafl6 i U 
MiSsica uarrar la falsa deidad de su ddsttno iumutable , la4 grandeua de 
bus vands dioses, j las desgracias de los hciroea. 

La Mdatca, pdes, iio ae separd del altar q^ Hiibia <idd li cddfi 
apl arte ; jr si al pi^ del iugar sagradd UaciiiarOii Ida siglos sua re- 
teerdos j sds tradicioiies , Id^ cantos dd ella fueron los cu^licea quij 
cuidarod de cdnsenrarlot j tradamltirios , j jamaS , aiub KasU Ids iieai^ 
pos inodernds rid meuoscabfida au importancta ni disputadd po^' tind 
r^ma ilacida de an trotted , el pdestd montinieistjd y si asi pdede decir- 
fte f de doude liabia presenciadd ^ iufluidb ed la fdrmacidd J ed el per* . 
feccionaiiiiedtd de lad sdciedades. Y d U terdad y ^iin sin cdntar con 
Ids diayores medios y con la sdlenmidad cdn que se ejercia, bien me* 
recid el gdnero sagrado aqueiia supremacia : sud nielodfits eran IdaiQ- 
tdrpretes dci Ids ^entimientos que agitaljan A un puebld eutero, gra* 
ies y solemnes como el asunto y el sltio d que de cdii^^rdiMn ; ei* 
presion de la comun esperanza y del comud deseo ; y al paso que fea« 
pirabau y esparciau la aerenidad y U calma, don de loa jdatos, ye- 
Idbause cod el misterio del sautoarid que acreceuiaba ttx latereay aa 
efecto y su poes/a. 

^Conio la Iglesia no balda de acdget*' ed su 4euo Idis cadtared dodqoe 
e^ los aiglos remotos habia sido proietisada ? Ella recogid adlicita loa 
trozos dispersds del barpa de Sion ; y en aquellds diaa dd qud la so- 
ci/edad caminaba d su faundiiniento y pueblos uuevda marcbaban al im- 
pulso divino , y la bumanidad se agitaba y afe refundla : Ids aublimea 
dolores del rey Profeta invocaron la misericordia de Dios aolire loa 
crimenes y los vicios envejecidos de los bombres, y dieron voi y pa« 
labras al arrepentimiento y d la peuitencia. Mas ella tambien a&adid 
al harpa sagrada nuevas cuerdas , y la cnriqnecid con los toooa coo 
que la Ley del amor queria ser cantada; y los himuos d la Estrella 
de loa mares, d los mdrtires, d los canfeaores y d laa virgenes binchle- 
ron las bdvedas cristianas d la par de los Treoos de Jeremias y de loa 
Yersiculos fduebresde Job,y de la ameuaaa pavorosa del dia poa- 
trero. La Iglesia salvd en aqucl gran trastorno y barbarie el dcpu&i-> 
to de la civilizacioa antigoa ; y purificando por laa mauoa yenerablea 



ie lo8 Ambirosios j de los Gregdrios la tradlcion musical , Vdiyi6la i 
8u verdadero destluo , realz6 sus modds frigios , dorios j hebrdicos^ 
ton el elemeuto arm(Saico traldo por ios |^ueblos del Norte, y \o apli« 
td al culto divino. Desde entdiicea el cauto llano ha sonado ed la# 
nares diilce y rhelauccilicanQeiitd severe , como la religion A cnyo^ 
dQcios sirve, coDTidatido d la meditacion y al i'ectlgimieBid coti sa tin* 
tqra y corte antiqulsimos ; d la manera con que las areadas « lol pla« 
fbiidos y las dpsides pardas , rojas 6 ceniciehtas de Ios saotuarios , qnd 
rep! ten sas ecos pfofundos , estdn diciendo que d la mano de Ios si- 
glos , deben aquella color que mueve d toda Ttfneracion y btonlidad 
y endttece el alma. 

£1 que por otrd medio no pudlese jdzgai* del cardcter aniigtid dei 
canto edesi'^stico , bien lo comprenderia solo por k Mncillez que en 
^1 rpsplandece , por sUs cortas frases , por su aire grandiose y por lat 
sercnidad y quietud de sa moyimiento. La Iglesia, en todtf aUamente 
filosc^fica, si esta caliGcaciou liumana conviene d Id^ efectos de lafe^ 
liiso bien en revestir de esa simplicidad grande , noble y tranqiiilai 
6us cnnticos sagrados: porque cierto uinguu adorno ni compostura ni 
agitacion podian ser la espresion del seniimiento sublime i que sobre- 
poiu udose d U esfera de las pasittnes se goza en adorar d Dies j eii 
cantar sus alabauzas. £n la mauifestacion del dolor aun osteiit6 de 
uii modo mas podcroso esa fuersa de iuttriciou que parece serle pro- 
pia: d la simplicidad agreg6 la repeticion de una frase, 6 la lleYd 
al estremo de la monotonia , d la manera con que el pesar embargat 
el diiima toda y la llena del objeto 6 del alecto qu^ la aformenta. 
Mas auu cuaudo esta sencilles j estai mouotoDlia no residieseu en la 
naturaleza^ y no formasen la intimidad y la inteusidad de sus sen- 
timientos 6 impresioncs ; la simplicidad sublime , Tita y vigorosa dtf 
Ios libros sagrados ^ asi en su parte po^tfca eomo' en la (ilosdfica, lat 
motivariau y patentizarian su conveniencia. No es para indicado aquC 
aomeramente que la simplicidad, si el espirita de la yerdad la antma« 
es mas profunda que el artificio mas desliimbrador, y mas dificil que la 
riqueta de Ios adornos. 

Luego que el ingenio d6l bombre quiso reducir d un cuerpo de 
reglas cicrtas lo que sola era parte de una institucion sagrada, aye- 
riguar sus leyes, arrancarlo del templo que hasta ent6nces le diera 
asilo , y entregarlo d la especulilciou de Ios maestros , alter6 aquella 
primera seucillez; y si bien de cuaudo en cuando algunos supieron 
beber en la yerdadera fueute mistica , la miisica religiosa ya no futf 
florante casi tres siffos sino recreacion de Ios sentidosi ostentacioa de . 



*68 . 

iiiecanismo , frialdaa Je los reciirso^ ciniitifioos y piutara para los ojai< 
Wo le faltaron. rs cierto, cansas poderosas A esa altnraciou: la Mdsi-* 
ca autie Uulas cosas liaMa de crear los medlos rnateriales; y si el ar- 
qaitecto truia niarcado el tipo de sti-* obras v la^ fbt^ma general de los 
^otalles , si al poeta le era dnhlc rrnioutiirse eii alas dc la iiispirticloii 
j>or medio de tin leuguace ya formado y culto y por iiiia versiflcacidn 
cad^ dia mas perfecla , utnguu prohlcina se prcsentaba resuelto al com-- 
posiloFj antes biea era forzoso y sohrado natural que coustimicse el 
I'uego dc su imagiiiaclbu y sus tuerzas eu las combiuaciours de los so* 
iiidos. Y c."? muy pari nofaree qiie en tiempb del llamado renacimhn^ 
to se ejccntase esa emancipacion y e^ iugreso en el seadero dc la eien- 
cia ; de \o& ciiales a poco babia de nacer el g^uero proi'anb, que ha 
Veuido a dispular al sagrado la prepouderancia y :i dar la ley al gusto. 

Ari ya de todo piiuto desconocido cl espfrilu siuibciiico de la Sagfa- 
da Escrltiira, e^pfritu que fu^ mauautial fecundo de eoncepciones d 
las li^llas Artes modefiiaS^ como Homero lo lialiia sido a las de la 
Autiguedad; lucgo que ilvldos de inspiraclon y dc sensaciones algnuos 
geuios osados probaron d iutroducir movimieuto, faeilidad, variedad 6 
iutbrcs ea los iimieu.Mos recursos de arnionra acopiados a fuer?.^ de tra- 
bajos portcutosos y de uua teuucldad admirable; ae asierun a los drta- 
lies del teslo bfblico mas que al seiitimiento ger.erah y uaturalmeiite 
hubieron de Uamar eii sii ausliio Jos elemoutos del g^'uero dram licO) 
como el ilnico que desde sus priucipios se dtdico a la esprc^iou de 
las pasioiies f al realce de los dialogos, y a la Tanedad y resallo de 
Ids couceplos. 

Eutro taiito dcspuutaba eu Italia el astro , que prouto ilumino nue- 
Tos seuderos, y vivified con sus rayos el g* nfero dramatic©. E« Micurso 
es})leudido ha vtsitado todos los paises, tocado todos los sistemas, bri- 
llado sobre todas las escuclas ; y abora que la ciencia y la inspiraeion 
ban Ycuido si fuudirse en aquel vastn genio, cuando 1.1 esccna le acla- 
ma dominador, ^l dispone ante el altar el fruto de su larga cspericn* 
cia, y- aplicaudo al g«^nero sacro lo^ elementOs proJauos que e'l mas que 
nadie desarrollii, pone el sello d la coneordia del mi.slici.«-mo, del es- 
piritu religiosO y de la sencillez con log mayores adelautos dc la melo- 
dia , con los tesoros mas ricos y admirables dc la ci6ncia : restitucioii) 
que asi e^ debida d quieu lue cuna del Arte y en todos tiempos sa 
asilo, como natural y adecuado a las graudes cualidades de que la 
Provldencia do 16 al clsne dc Pesaro. 

Aquella fuerza y sublimidad de geulo, que pusleron en sus manos 
el ai^pa terrible de los zelos j de la yenganra y la lira patriotica dc la 



869 
Grecift sacumbieodo al eaQtiyerio, qne le liicien>Q cantar las maraTi^" 
lias con qne Dios sefialiS la salida de Israel del Egipto , j le revela- 
n>n la espresion del espirita nacional j el himno de libertad de uo 
paeblo sencillo 7 yirtuoso; esa misma fuena j sablimidad le han 
traido, despues de tantos trianfos, d beber la inspiracion en lasfuen- 
tea del catolicismo, y arrancar A las palabras consagradas por la Igle* 
6ia todo el amor, todo el dolor, todo el terror que encierran. Si con 
el retoque del Moises j con la creacion de GuiUelmo ann se puso al 
firente de cnantos adelantos hicieron en el arte durante sa silencio, con 
el Siabat se ha elerado al nitel de los antiguos maestros , cuyas 
obras religiosas han yenido d ser tradicionales ; 7 mas afortunado 
que ellos , ha podido aproyecharse de los progresos est^ticos 7 cri* 
licos, 7 ann del cambio general del gusto en la literatora 7 Bellas 
Artes, de la restauracion de los principles de sentimiento 1 senci* 
Uez 7 f erdad 7 pureza , 4 que el mundo debe las obras con qne le 
enriqueci6 la edad media. Ademas y Rossini es quien comenzd la gran 
reyolucion que ha conducido el g^nero dramdtico al estado en que ho7 
lo yemos ; Rossini ha sido durante tantos afios el regulador del gusto 
de la Europa entera ; 7 puesto que el influjo del g^nero dramdtico 
es tal que todos los demas necesariamente han de resentirse de dl 
J acomodarse en algo & sus modificaciones, Rossini mas que nadie ha 
podido con justo Utulo introducir en la miisica religiosa esas melodia^ 
frescas , mas marcadas 7 mas perceptibles A toda clase de p7entes , en 
ias cuales tal yez el rigor de los preceptos podria yer nn resabio de 
. los motives profanes. Por esto , apdnas ejecutado su Siabat en Paris^ 
buscdronlo con afan cnantos cultiyan en Europa este raraii del arte; 
7 donde qotera que se repiti6, un nueyo triuufo confirm6 el inmen* 
so 7 gloriosfsimo que le habia coronado en la capital de Francia. £1 
fn6 materia de todas las conyersaciones ; A ocup6 el talento de los 
primeros pianistas ; 7 hasta los tribunales hubieron de entender en dl^ 
eon elc<<lebre pleito entablado por los doseditores que pretendianca- 
.da cual la propiedad esclnsiya. Y sin embargo, no en las mdrgenes 
del S.ena, ni en I842 resonaron porprimera ves la ma7or parte de 
aquellas melodfas religiosas, sioo en Madrid 7 en 1835 cuando las 
dedicd al sefior Varela , comisario de la Cruzada ; bieh que posterior* 
mente retoc6 su obra , 7 la de}6 perfecta , tf la manera con que las 
modificaciones hechas en el Moise* fueron el complemento de esta crea« 
cion endrgica 7 sublime. 

Este aplauso uniyersal 7 entusiasta pmeba cuanto sea el poder de 
csta obra^ que seduce hasta i los m^nos preparados por sueducacion 
Tom. u. A6 



870 
mosical i gocar de sa eiecto. La mdsica religiosa es la dltima qne 
puede compreoder el pdblico habituado A la dramdtica ; porqae co* 
mo aos melodfas no ae preaeDtan aino con el carActer de armdnicaaf j 
ja la seyeridad del asunto , ya la piictica oonsagrada Inenan A hair 
de las formas mas mondaDaa, j recarrir no pocas reees A las combi* 
nacioues cientificaa, el oido no aae ficibnente y de on golpe los can- 
tibiles , aino que poco A poco aprende i gosar del oonjonto v en ei 
coal la memoria se acostumbra despues i desliodar las ideas. Y pnea 
la costambre es la que en general rerela lo que en el primer exAmea 
ae ocult6 i la obaerracion, 6 pareci6 desnudo de yalor, j como de« 
aeamos ardientemente que se habitiie al publico A boscar j A goiar 
el mt^rito en yarios g^neros y particularmente en el sagrado; permits* 
aenos cerrar estas consideraciones generates con an leye bosquejo dc 
la obra de Rossini. Mas no btentamos ni aomos capaces de dar la 
esplicacion ti^cnica de snmecanismo, la cual 9 ann i poderla dar nos- 
otros 9 seria contraria A nnestra manera de yer en el arte 9 solo agrada-* 
ble i poco8profesores9 y sobremanera indiil A cnantos puedan exami- 
nar la partitora: qneremos sf afiadir nnestra yof 9 por obscara que 
aea) al apianso tributado por la Europa al que ba abierto una nueya 
yia al Arte Sacro 9 al mismo tiempo que lo ha repuesto en su antigna 
rango ; qneremos contribuir i la propagacion y efisctos de ese gi^neio 
que calma el impetn de las pasione89 templa las oostumbrest purifica 
el alma y la eleya A una region de Ins y de serenidad , solo traxan- 
do las impresiones mas notables que esta obra produce , 6 indicandp 
la fuerza de sentimiento y filosofia que en sus partes resplandeoe. 

Una gran senciiles respira aquella aerie de piesas, si se las compa* 
ra con la abundancia de formas de contrapunto que snelen ostentar 
las mas de las composiciones sagradas; y sin que esta sabia sobrie- 
dad en los recursos cientificos raye de ninguna manera en pobreta ni 
aun se dejenotar de losoyentes9 el efecto se despliegi imponente y 
migico, la misma iacilidad aparente y la espontaneidad de las partes 
acrecen el embeleso 9 ocultan el artificio 9 si es que en Rossini 9 como 
en todos los grandes maestrosi el artificio noyiene A ser genio, y ha- 
cen resaltar las palabras del himno de Inocencio III. Y decimos de 
intento hacen resaltar ; porque no profesamos nosotros la opinion 4e 
que la roiisica 9 y mucho mdnos la sagraddf haya de sujetar la inspi- 
racion y la melodfa A los matices del yerso « ni de andarse tras una imita« 
cion material y senril de los mas leyes accidentes que Us palabras denotao. 
La miisica para nosotros es el complemento de toda poesfa : donde el 
lengoage de imitacion de esta acabaj el de espresion de aquella empiesa; 



571 
no se siire del rerso sino oomo ie tin rootiVo para bacer mas sensibles bus 
cantos COD la aplicacioa; j le basta para eapresar la impTesion gene* 
ralde las situaciones j de los grandes caadros de la naturalesa, el 
colorido y el car^cter total del becbo , ya bajo el aspecto de la (<po<- 
ca 9 ya de la historia , ya de mayor 6 menor eleracion , y ^ntes quo 
todo abondar la tenrara , el dolor y la alteza de los afiectos. Quiea 
supo pintar los tristes efactoa de las pasiones bumanas > los ayes del 
dolor y de la melancoHa , los gritos sufocados del terror y el doble 
deseDcadeoaroieato de los elementos naturales y del furor y ambicton 
bumanos , tambiea abora ba interpretado dignamente esas estrofas 
que en nn latin semUb^baro y con nu ritmo original, sin adornos 
y con sencilles grande, pintan un cnadro el mas pat^tico para todo 
kombre , cuanto mas para todo cristiano , y ofrecen constautemente 
solas y aisladas y anidas las dos (iguras del Hijo y de la Madre, co- 
mo si las esclamaciones , las iuterrogaciones , las aspiracioues y los de« 
iqutos del amor del poeta no fuesen sino el lamento de toda la crea- 
eion que asiste d tal soledad y d tal silencio. 

Ya porque no todos los que ban oido la obra.de Rossini paeden 
JQZgar del caracter de aquellas estancias, ya para marcar la distribu- 
cion que de ellas ba becbo el compositor , permittouos que interpo- 
lemos en nuestras reflexiones su traduccion literal ^ en la que pro- 
curamos conservar la forma latina, aon. A trueqae de incurrir en al** 
gunas irregularidades. I. 

Stabai Mater dolorosa^ Con dolor la Madre estaba^ 

Juxia Cructm lacrymosa, Y al pi^ de la crux Uorabay 

Dum pcndebat Filius. Ya coigado el Hijo. 

Esta introduccion es el troco escelente de toda la obra, y mi^ntras 
exista na corason capaz de sentir los aoentos del dolor mas profundo 
y los efectosde la armonfa mas pura, elia briUari entre las mejores 
joyas de la corona, del gran maestro. ^Qui^n puede negar toda su aten* 
cion A aquella entrada de los Ytoloncelios y contrabajos que subteudo 
lentamente . pasan su motive d otros iustrumentos basta caer en aquel 
doloroslMmo acompaiiamiento de los violines , mitad ligado, mitad 
stncopado ^ oomo los solloxos y suspires de una angustia comprimida, 
midntras las trompas hacen ofr un prolongado quejido? Como no 
estrcmecerse cuando en seguida, estrecbdndose un tanto ei moYimieu- 
to 9 rompe la grau masa instrumental el tremendo foNisMimo , que se« 
mqa la espiosion del dolor de la naturaleza eutera, y en el cual los 
bajos van desceudiendo basta perderse en aqnelioa gemidos apagadoa^ ' 
de los violiues? Asi dbpuesto el dnimo del oyente comienzan las vo- 



87S 
ces de los bajcw ^ iw^rez entlrtn en i^oo los tenores, tiplet 7 
traltos Y 7 el conjonto amuSaico j fugado ra dilat^ndoge con grandio* 
•idad J miaterio, hasta haoer lagar A laa coatro partes principales qae 
eotooan el Siabat. £ste es el troto mas pat^tico de la introdaccion : to« 
da aquella melodla estd relada por ana armonfa tan sensible , ^e ja** 
mas Duestra alma se agitd tan profnndamente , ni tan A pesar nuestro at 
liamedecieron nuestros ojos; j sobre todo, cnando en la segnnda 
frase los tiples j contraltos esfuenan el acento en la palabra Do'^ 
loroMa J las notas se encnentran en moyimiento inrerso, la conmo* 
cion es tan colmada que nnestro cnerpo aiente los espeluxnos del ho* 
rror , j el frio hiela momentaneamente los corasones. Par^cenoa ent6n« 
ces ver la Vfrgen madre muda j anonadada por sn pena infinitai mi^» 
tras los espiritns del cielo 7 los elementos 7 las criatnras prommpen 
en el Uoro que A ella sn inmensa desventnra le niega. Al fin rebien- 
ta cljortissimoj J todos los cantores pronnncian con fberaa Dum 
pendebat Filiui , como si lo horrible del crimen qne contra sn Cria* 
doracaban de cometer los hombres sobrepujase sn mismo pesar 9 y 
no pudiese ser dicho sind con aqnellos aceotos marcados 7 en^rgicos de 
ponderacion, de indigoacion 7 de espanto. Vnelye A oirse el triste 
acompafiamiento de losviolines nnido al tierno canto del tenor; nna 
serie de modnlaciones sabia 7 rica y en qne las Tooes ran alternanda 
los matices 7 entrando por nn crescendo , introdnce una pansa ins* 
tantanea 7 una yariedad nada impropia en la marcha de la piesa ; 7 
caando el ioimo leremente distraido ann recoge el postrero de aque<^ 
Uos acordes , ellos le recondacen al primer motiro 7 al canto de los* 
▼iolines qne como desfalieciendo baja d prodncir el final. Snena es- 
te recordando el comienxo de la entrada ; 7 deques de cambiar los 
tiples sus notas con los tenores , 7 de escucharse destacados t sneltos 
7 unisonos los dos epitetos Dolorosa 7 Lacrymosa , la masa armdnica 
ra espirando en acentos trnncados , los ^sigotes , los contrabajos 7 los 
Tiolonceilos la acompafian por liltima res en el remedo de la entrada 
7 la sostienenen lacadencia, 7 los yiolines rematan piano cnal lil- 
timos ecos de esa lamentacion penosa A qne ellos dieron principio. 
Esta gran pieza « rica de instrumentacion 7 de. aentlmiento , precede 
con per&cta nnidad en todos sns periodos ; 7 annqne principalmente 
armduica 7 trabajada « se desenynelTe con tanta espontaneidad , 7 tan 
oportuna 7 natnralmeote combtna 7 altera el cantabile , la armonia 7 
losefectosde claro-oscuro que mantiene constantemente snspenso j 
conmovido el dnimo, 7 ae deslixa 7 dnra 7 pasa sin notarlo el que la 
e^ocha. 



S7S 

. Cufus animam gemen(ems A sn alma qae gemia 

Contriitatam tt dolentem, De tristeza j de agonia 

Periransivit glndius. Tra5Pa86 el cachillo. 

/ aiuitn Iristis et aflicta \ 6 qud amargura infiuita 

Fuit ilia henedicta ' Siiiti6 esa Madrc beudita 

Mater Unigeniti! De aquel Unigduito! 

Qua moBrebat, el dolebat, Triste plafifa y temblaba 

Et tremebat cum videbat A uo tiempo cuaudo miraba 

Nati pasnas incfyti. Del Hijo el torineiilo. 

G>ii no moTimiento may marcado y pero lieno de balance y ann de 
cierta elegancia « comieuza esta aria de tenor « cuyo primer motivo 
casi podria equiTocarse coa el de una pieza Urica, si la nobleza^ la» 
slmplicidad y sobre todo la grandiosidad de sa corte no probasen su 
destino. La primera frase se resuelye con una pureza y con una re« 
dondez que descubren el yerdadero tipo de la melodla ; al paso que 
BUS apoyaturas y sus notes ligadas le dan un deleite y una simpatia 
irresistibles. £s en efecto la corriente de la inspiraciou rossiniana que 
fluye del manantial tersa , pura y fdcil : parece yerse un sonido que 
rueda con magestad y con gracia, y con ellas sube 6 desclende, se 
dilata 6 se encoge. Pero al terminar el perlodo con los mismos sones 
que constituyen una tercera frase y se desppja del leye desteco que 
pudo ofirecer en su comienzo^ cobrando^ merced al arpegio del acorn- 
paJBamiento , cierta «8tension y yaguedad tan deliciosa como delicada, 
reproduce la cadencia yestida de armonfas mas sensibles, ya mucho 
mas Unguida y cayente y con mas sentida ternura. £u la segunda 
estancia que compone un segundo tiempo , d la mauera con que el 
poeta prorumpe en aquella esclamacion O quam trislis , el ritmo se al- 
tera un tento, y rompiendo en tono diferente con un movlmiento de 
bajos picado y brusco, prepara, cubre 6 interrumpe cl canto sosle- 
nido que refiere la amargura de aquella pena. i Por yeutura el en- 
tamecimiento no obra asi con fmpetu brusco en los ^uimos yigorosos^ 
A quienes un gran dolor y un gran placer cuestan siempre un graude. 
esftierzo que no se manifieste sino con yiyas scfiales de repriraido ? El 
canto al fin suena como una querella dulce y casi apagada ; mas cobran- 
do fuerza por otro cambio de tono robusto 6 iuesperado sube auimado 
y alto A estallar en un fuerte como un cruel quejido. Contiuua euton- 
. ces el moyimiento picado de los bajos^ y el pcnodo se resuelve trayen- 
do el motiyo del primer tiempo. Los mismos fouidos que habian rc^ 
matedo el rilorncUo siryen abora de dar forma i la cadencia final que. 



57» 
cierra esta aria A maoera de coda magaffica. EUvase esta por semito- 
BOS eatrechando el inoTimieato basta an pttoto agado qae cual grita de 
dolor sofooado por el llaiito dura , ribra j ee eusancha : luego desciea- 
de A la Bota inmediata qae repite por una apoyatura muj sensible ; j 
finaliza murieudo piano 3 suave j desfalieciente. Es una de las piezaa 
mas simpatlcas de esta gran composicion , seLlada con el terdadero ca« 
rdcter meiddico, Tcstida de una armonia limpia y entraliablei £lcil j 
espouUuea, grande y original como las mas de las emanaciones de 
aqiiella fuente en quien la profundidad y la abundancia coinplten coo 
la bondad y la purcza. 

HI. 

Quh est homo qm nonjlertt, ^Qui^n en Uanto no rompiera 
Christi matrem si vidtret Si A la Madre de Dies yiera 

In laato supplicio? £n tan cruel suplicio? ^ 

Qitis posset non contristan, ^ Quien, qui« u no se contristara 

Piam matrem contemplari Si d la Madre contemplara 

Dolenlem cum Filio? Pcuar con el tlijo? 

Despties de un baen ritornello , el primer soprano canta la primcra 
de estas dos estancias por una inelodia que reb«>sa languides y temu- 
ra, y la caal marcaiido los iiencistiquios de los versos latinos por me- 
dio de pausas bella y mel6dicameute lleuadas pot armonias sostenidas 
de los instrumentos de aire^ tiene cierto tono de reconvencion y de 
admiracion que muy bien se aviene 4 la intcrrogacion dolorosa de las 
palabras. i Por qutS las notas ban de ser mas altas y el acento cargar 
en Christi Matrem ? por qu^ tras esas preguutas interrumpidas la tos 
lia de desplegarse larga, alta y fuerte como dando rienda suelta & sa 
conmiseracion en In tnnto snpplicio? De esta manera, bacicndo desta- 
car sin atcctaciou las dicciones en que pareoe concentrarse el sentidoy 
el compositor adiviua el sentimiento general de la estrofa y sin ningim 
csfucrzo y solo llevado de su iuspiracion realia la espresion de aquel 
sentimiento con delicadas liutas, dcsenvueive paosada y filcilmente el 
liilo briUattte de su motivo y completa y redondea de todo panto sua 
contornos. A su ves y por uu tono mas grave repite el contralto en la 
seguiida estaucia la misma idea^ y luego tomando el ritmo de esta en 
un canto d duo^ lo desenvnelven en una serie de imitaciones) ora in- 
sistteudo como maravilUudose en las pregontas de los versos , ora 
lanzaudose i los puntos agudos que se proloogan fuertes 6 tiemos coma 
indigndndose iucrepando la dureza impia de los que A tal especUculo 
pucden retencr su ilanto v siempre con una combinacion coyo mecanis- 
mo el mcnor observador peuetra | empero cuya delicadexa y efecto j^ 



37jr 

A as{ podemos decirlo 9 deliclas claramente dicen que el genio sabe ve« 
riCcar la senciilez de que ie agrada reyesttrse. Ya en este tono las 
Ugrimas brotan copiosas j no Teprimidaa ; la tok femeuina se presta i. 
€fte desaliogo de la piedad y del sentimiento^ j al paso que en cterta 
manera lo motif a, enternece mas j mas j acrecienta el efecto. Las 
faijas de Jerusalen eran las ilnicas que plafiian j Uoraban al Redeiitor 
entre aqael paeblo empedernido: Maria Magdalena j Marfa Cleofas 
las ilnicas que stabant al pi^ de la cruz con la mad re. Este desaliogo 
astmismo snayiza en cierto modo la tristcza severa, que las voces es- 
presan ja en las preguntas 7 respuestas con que i manera de escla- 
maciones se corresponden 7 cruzan > ya con su canto de terceras , ya 
con las notas altas y sostenidas que preceden al final como querellas 
entrecortadas* 

IV- 

Pro peccatis nta gentfs For el bumano pecado 

Fldit Jfcmm in tormeniisj \i6 i Jesus atormentado . 

Et flagellis subditum Y de azotes victima. 

Fidit tuum dulcem natum Al duice Hijo vi6 en profundo 

Morientem , desolatum , Desamparo y morihundo 9 

Duni emisii spiritum. Y exbalar el iniina! 

Con an moyimiento sosegado y con acento liSgubre abre el fagot et 
preludio de esta aria 9 y sube d producir la disonancia en que lo§ 
iustrumentos de metal rompen eitrepitosos y siniestros y la cual deja 
suspensa la frase: despues de una larga pansa la cierra un redoble 
de timbales reoonduciendo al tono; repitese el mismo efecto aunque 
en diferente escala; y todas las masas se precipitau con decision ^ re« 
solyer y completar el penoso periodo. Hay en este- corto trozo cierto 
misterio y grandiosidad que asi roban la ateucton y predisponen para 
el motivO) comode antemano revelan el terrible significado de los ver- 
sos y los acentos robustos con que este serii cantado. Original y aun 
estrafio en su ritmo « mas profundo y sobremanera grave el primer 
periodo bace resonar la voz del bajo en notas fuertemente aceutuadas 
que al principio muy bien pudieran tomarse por una serie de simples 
escalas. Mas cuando el oido bace el acorde con que al fin de cada una 
los instrumentos de cuerda pasan A otro relativo 6 vuelveu al prime- 
ro f cuando prdximo el periodo d su t^rmino la voz sube por otra es« 
caUf diciendo con vehemencia la palabra Flagdlis , y del agudo se 
bunde repentinamente d los graves en Subditum , mvy cerrado ba de 
estar i los rasgos del genio , el espfritu de quien de ello no sieute ho- 
rror y espanto , y si no reoonoce alli an misterioso caracter del rezo 



576 
J UQ sabor ila cantarfa antigaa de la Iglesia. Mas en el aegnndo pe« 
Tiodot pasando ai modo mayor « loa yiolines templan La rudesa del 
anterior motivo que en parte el pizzicato de los ba jos conserva j din* 
dole un giro di^erso producen un cantabil largo , aostenido j afectuo-» 
sisimo, solo coDtrariado con los golpes secos de los instrumentos de 
metal al repetir el bajo la palabra Flagellis. A esta que bien podemos 
llamar duloe reconvencion y queja dolorosa suoede el Idgabre preladio 
que de nuevo trae el primer periodo para U segunda estrofa en que 
tambien resalta el tercer yerso Dum emisit spiriium ; Tuelre el canta* 
bil de los yiolines que al terminar la estancia , cubreu con el ritmo del 
periodo anterior los suaves acentos de la flanta j de la toz que en« 
tonan cou grande amor j no sin cierta languidez muy favorable Pidit 
suutn dulcem Nalurn. Raro coujunto en que los acentos. tarouiles del 
bajo Uegan i ablandarse en aquellos spuidos largos , ligados y patdti- 
cos, y coofian sus anteriores escalas destacadas d los yioliues que las 
transforman en mueile acompafiamiento 7 en un balance languido y 
dulce; bien que i poco, al pronunciar Moriendo desolaium recobra 
la vbz su ritmo lilgubre y su energia^ y con entrambos eutra en la 
breve y vigorosa stretta. £1 efecto que de ese contraste resulta es e\ 
mas poderoso : la espresion del dolor y de la ternura eu el varou es 
mas sentida y iiierte, y mueve mas qne en la mugr^ry en cuyo corazon 
Dios puso los afectos mas suaves , la blandura y la misericordia. 

V. 

Eja mater fons amoris \ Dadme, 6 Madre, de amor fuente 

Me sentire vim dohris Que tu angustia esperimente 

Fac , ut tecum lugeam^ Llorar con tus Ugrimas ! 

Fac, ut ardeat cor mtuta Haz qne el dnima se enoienda 

In amando Christum Deum, De amor tanto que esta oirenda 
Ut sibi complaceam, A Oios sea, pUcida. 

Cual si la rdpida pintura de los tormentos de Jesucristo ^ y las que<« 
rcllas de la pieza anterior arraucasen d todos los mortales la confesion 
de la culpa que los versos les imputaron; prorrumpe todo el coro sin 
acompafiamieuto en una plegaria ferviente, bumilde y reudida, en cuya 
serie de modulaciones solo el geuio de Rossini podia sostenerse sin me«- 
noscabo del interes y del sentimiento. Otra vez y con mas claridad 
Iitere los ofdos la canturia de la Iglesia « y quien escucbe como los ba- 
jos van entonando la primera estrofa lenta y gravemente A manera de 
canto llano , por poco que se recoja en si mismo se sentird transporta* 
dofnel interior de esas mfsticas c^tedrales qne elespiritu de la edad 
media selld con el espfritu de la Fe catdlica. AlU tambien espefimentara 



t77 
eaanto sea fel poder del mismo caando se confii.tf notas largas j mel6-' 
dicas J k masaa numerosas de can tores. £u fin^ al iDodo com que en 
los coros sagrados despues del intr6ito su^e i- yeces lerantarse la voz 
. del capiscol grare j sonora k Uenar los dmbitos del templo y A dar e| 
tono ; asi el bajo , descendiendo j volyiendo i snbir por el diapason en- 
tona solo el Fac ut ardeat cor meum y se sostiene en an punto altd| 
durante el caal el coro le responde con una Unitacion llena de suavi* 
dady armonfa, j ast por un tono andlogo' reproduce aquel en el verso 
slguiente la misma entrada 7 el coro la misma lespuesta. Ent^noes, 
cuando los liltlmosecos de aqaella masa arm6nicase han desranecido en 
el aire, rompen los tenores j van entrando las demas voces en un ci- 
flon J marcando movimienlos confrarios hasta' empujar la masa A la 
resolucion total, siempre con nuevos matices, siempre con admirable 
reparticiou del colorido entre los cantantes. A las sdplicas amorosas con 
que de nuevo se desarroUa la misma idea j en las cuales descuellan los 
riples y contraltos sucede el fervor , 6 mejor dicho , el grito unisono 
con que los bafos primero y luego los demas piden el amor de Dies A 
I21 Virgen eu Fac ut ardeat , como una esplosion siibita j vebemente 
de los deseos que abrasan al corazon cristiano. Es est* coro sin disputa 
la piesa mas reiigiosa y aun tai ves la de mas efecto. Entre las frases 
en que se' divide media una larga pausa muy propia del car^cter sa« 
grado : aquel silencio elocuente parece un ^stasis diel alma , que en ora« 
€ion fntiroa y muda exala el amor que intea manifest6 con la palabra, 
A abismada en su adoracion escucha perderse en el espacio la voz de su 
plegaria y recoge sus fuerzas para repetirla con nuevo fervor. La so* 
lemne y profunda voz del bajo remata sola las frases en que sucesiva* 
mente han ido pasando las demas ; asi en las augustas ceremonias de la 
Igiesia un eco hondo repite en las b6vedas los dltimos acentos del canto 
sacerdotal , cuando tambien aquellas pauses misteriosas y solemnes dan 
lugar i oirio , convidan al recogimiento y fuerzan A rezar y A postrar« 
se. En esta pieza campea asimisnio la sabiduria del gran Maestro ^ y 
ella justifica como el genio olvidando las ibrmulas de los sistemas y de 
la rutina , maucja y domina lo mas puro y s6lido de la cieocia por la 
misma espcrieocia 6 inspiracion con que sorprende lo mas espiritual y 
lo mas bello de las melodfas. 

VI. 

Sancta mater ^ istud agas, Esto, 6 Madre, ruego quebagas 

Crucifixfjige plagas Del Cruoifijo las Hagas 

Cordi meo ^alide, Eu mi pecho clavalas. 

Ac kati ^mlneraii, ^Sus beridas jr quebranto . 

Tom. II. «7 



S7S 

Tarn dignati pro me pati 
Pcenat mecum divide, 

Fac me vere tecum Jlere, 
Crucifixo condoiere. 
Donee ego vixero. 

Juxta crucem tecum stare, 
Te libenter s^oiare 
In planctu desidero. 

Fir go virginum prceclara, 
Mihi jam non mis amara : 
Fac me tecum plangere. 



Pues .por mf padecidtaDfa . . 
Tii coomigo pdrtelas. 

Haz que al Crucifijo llore 
Yo coQtigo midntras more 
Dentro mi el espfritu. 

Contigo juoto al Madeto 
Asistir y serte quiero 
Del llaDto participe. 

j Virgen mas que todas pura , 
Cese por mi tu amarsurai 
Tu llorar concddeme! 



A estas cinco ertancias qae son tal yez las que mas uDiformidad j 
por reutara redundancia ofrecen como espresioo de un mismo deseo 
y de un mismo sentimiento, Rossini las agrup6 en un cuarteto, coa 
io cual, sin privarse de comunicar riqueza j Tariedad en los inci- 
denteS) las confiindi<S en la pieza que por poner todas las voces enao* 
cion le brindaba con una repeticion de una misma idea mf'nos ocasio- 
sada d los efectos de la uniformidad j de la monotonfa. £1 ritmo y 
el moTimiento aparecen ya despejados en el breTC preludlo> j con sen- 
cillo acompafiamiento j notable franqueza rompe el motifo cantudo 
por el tenor en Sancta Mater y repetido por el contralto en el Tui 
nati, Esta melodia d sa ficescura « elegancia, antmacion y originalidad 
reune una afectuosidad y una ternura saaTe, y suplicante ; j quizas C9- 
ta misma gracia ^pansiva y esta facilidad suyas pudieran dar cabida 
A la calificacton de dramjfctica y si su gran dulzura y la delicia de que 
DOS inunda biciera posible ningun reparo. .Ni ^qui^u podrta oponerlo 
jcuando con tanta magia y rendimiento suenasu tercera firase? La sua- 
vidad de su contorno y su desarroUo coropleto y redomleado bastaa 
para cautivar los corazones. G>n igual senciliez 6 introdnciendo algu- 
na variedad y constituyendo un segundo motivo entra ei bajo con una 
frase descendente y grave en la estancia Fuc me v^re, y el contralto 
le responde por unainvitacion no m^nos euf^rgica: notassecas 6 inter* 
mediadas de pausas suceden-d sus acentos, y tras una meduLacion sa- 
biamente preparada y dispuesta restituyen entrdmbas voces i k pieza 
su primer ritmo , entonando concertadas el primer motive ^en la estro- 
fa Juxia crucem. Los mismos que dnt(3 cerraban el preludio prepa- 
rau en .seguida otro incidente que viene d dar nueva variedad al con- 
jimto y d formar una tercera idea* . Las cuatro partes siempre con ei 
mismo movimiento marcado por los bajos entonan soito i*oce aquelia 
modulacion Hrgo virginum : la voz va creciendo d medida que auben 



579 
1q8 magiifficQ|$ acordes; j encontrada la armanfa en qiie ae apoyan 
tras oDa breve y acertada pausa pronunpen el tenor y el contralto 
en el primer motivo dominante , y el bajo y el tiple ejecatan las 
replicas con que dntes el oboe Ueqaba los int^rvalos y unia l^s frasea. 
Asf k favor de tal disposicion y contestura esta idea por cnaria ves 
repetida aparece revestida con todo el efecto de la novedad mas poderosa 
y mas atrdctiTa que intes. Cordoala una brere coda que no desdice de. 
la ternora afectuosa del todo , y ostenta en sn remate dos acordes de 
' no mcnor suavidad y efecto. Si es de admirar la elegancia que todo 
este largo cuarteto respira^ no m^nos se deja notar qne sin perder 
casi jamas el mismo ritmo ni el mismo tiempo ^ casi sin variar de' lo 
que constituye la base de so acompafiamiento^no enjendve caniancio, 
dates bien se baga gofar cnal la pieza mas rica, mas simpdtica y ele- 
gante. En eUa la sencillez no escluye la riquesa ni esta la unidad ; y 
asi como vence d las demas piezas en movimiento , comuntca grab ta*^ 
riedad d la marclia total de ellas por el lugar que.ocupa despues del 
coro noctnruo sin acompaiiamiento y dntes del aria severa en que el 
contralto diceestas estancias. 

' Foe ut partem Christi mortem, De Cristo el finar cotiHevej 
Fxusionis fac co9sortem , De sus martirios ni un leve 

Btplagas recolere. Puuto nunca olyideme! 

Fac me plug is vulnerari. Sea herido de su berida ; 

Fac me cruce inebriari Eu la cruz y en la rertida 

EtamorefiUi, Sangre suya embriigueme. 

Ei rttomelo se va desenroWiendo con lentitnd^ y con sns notas 
sostenidas abre dignamente la severa marcha de toda el aria. Comienza 
esta con un canto suave, noble y de sencillee estremada: tsu oorte^acL 
oye al prineipio con cierta estrafieea ; mas luego que su quieto baianoo 
se reveta en el segundo inetso^ tambien aparece. la grandiosidad , con 
que, St as( podemos decirlo, dilatasus liueamentos. Yasuspensoel aire 
del motivo total, de repente la* voz se sostiene.en una nota regnlarmeor 
te alta durante algunas compases, y pasando eo seguida dprolongarse 
en un punto grave, las trompas cantaa empujando pausadamente y^cre* 
ciendo bdcia la resolucion que en cierto modo estalla en otra nota 
aguda. Este sostenimiento en aquel sonido grave es de un efecto re* 
ligtosisimo; coroo en ^\ la voz cobra algo de mistertosovY la mages* 
tad, y la leutitnd y el suave empuje de las trompas y demas armonla 
producen un con junto por el cual aquel sonido se ofrece A la imagi-^ 
^acton -cual ua velo traiisparente que sobre lo demas se va teudlendo. 



S80 
Sia contradeeir ni i estd dbcto ai al oaricte» de todo aqad motiTa 
anfmase el aegondo p^dodo, Fac me plagis con on acoropafiamiento 
deatacado ea que alteman loa foertea del metal con los picadoa de Ul, 
caerda. j erta leve animaciony 6, ai ae qoiere, agitacioD,contrasU Id*, 
gubremente eon laa r^plicaa doloridaa del contralto , qoe con ellas canta 
toda la aegunda eatio^ haata recondacir el primer motiTo y aqnel ao*. 
aido miaterioao. Ea ana pieza belUaima, noble t aunpidca, j de tan 
aoaegada dull ora , que no de todoa loa dnimoa aerd goiada ; poixpe la 
grandeaa y la energfa maa ficilmente ae comprenden que la aimplicidaid 
y la delicadesa* Paaando aerera y qaieta ae desTanece ain oatentacioa^ 
y ai no predispone loa inimoa para la que aigue# alm^oa hace reaaltar 
con fueraa aa caricter enteramente opoeato. 

VIll. 

lUmmii ne urar sueeensus Del juicio en aqnel dia 
Fe''te, Firga, sim defenms DefiWeme, Virgrn pia, 

In die judkiu De las llamas lArame. 

Christe , cum sit hine exire Cristo, del parlir en la bora 

Da per matrem me s^enire A la paitna TeDcedora 

jid palmam victorim For tu madve all^game. 

Sobro 'eataa palabraa ba colnpueato Boaaini la grande aria coreada 
del primer soprano ^ digna rival de la introduccion. Los instmmentoa 
de metal rompen el brere preludio estallando bruscamente. jycrtminta 
con una miama nota : este son prolongado con el cual alterna, coma 
desde una bondura, el murmurio de la caerda difunde el espanto, y 
comunica cierta congoja y terror que suben de punto caando aquel 
attr^ptto formidable rd>ienta en la ptenitod de su fuerza en una des* 
garradora y aoatenida disonancia, y cae tras estacomo tras de un Ulti- 
mo esfuerto. A esta aparente confusion sucede una calma sinlestra: por 
an contraate adbito y endrg^co el oido percibe apdnas el sonido a^- 
gado y bondo de la trompa y del trombon, que dura entrecortado por 
los fdnebres redobles de los timbales, y por los golpes unisonoSf pia<« 
nos , bruscoa y secoa de toda la cuerda ^ cual eco lejano y dilatadisi- 
mo del fragor primero « de cuando en cuando interrumpido por rd&- 
gaa de breves que recuerdan eaii sonando aun en el espacio: 5 como 
espresion del terror difundido sobre la fiic de la tierra por el son de 
aqaella trompeta anunciadora del juicio. Entdnces principia un acorn* 
pafiamiento de los violines original , siniestro y adecuado al caricter 
del troeo anterior : la vox entra como lanzando una esciamacion en el 
Flammis por medio de una nota alta, larga y vibrante : y sin que dafie 
i la forma melddica la profundidad filosdfica de aquel motivoi dea-^ 



S84. 
pliegft esteras firaaes coa grandioftidad MiUime^ subei liaja) 8e re-^ 
dtondea en ampllas y vigorosas proporcioues , j trae seganda vex el 
primer estr^pito , at coal mescla el coro sus clamores prorumpiendo 
/it die judiciL Mas , oomo por entre la oscuridad de la tormenta aso- . 
ma tal vet el asal del. cielo , asi la aegunda estrofii CkrUie pasa al 
modo major, y^al canto dulce y suplicante del soprano responde 
el coro piano por una ri^plica j con una armonfa quieta, pro-, 
fuuda 6 imponente , coal himno de temerosa e^peranza dirigido al Dios 
de justicia que ha de juzgar en aquel dia tremendo. Imponderable 
^ el efbcto de este coutraste , de esta plegaria qae entre tales amena- 
xas J trastornos de la nataralesa parece una coufesiou de nuestra ua« 
da : J cierto no se podria alabar bastante si no fuese tan notorio ser 
esta una de las escelenctas del genio universal de Rossini. Torna lue- 
go el fragor j el primer motivo j se produce el final tan breve como 
Ueno J en^rgico : aquel ascender como empujdndose las notas doloro- 
sas corresponde al temor 7 A la siiplica antecedentes ; aqael iuui sosr 
t^nido 7 fuerte sobre el cual destaca agudamente la voz del soprano es 
propio de aquella Palma vencedora escelsa 7 no conquistada siuo con 
el.combate. £n el con junto de esta aria resplandece verdadera sublimi- 
dad, pues une d lo grande lo terrible , & lo eutrafiable el movimiento, 
7 su magestad admira cuanto espauta : digna espresion de la trcmen- 
da magestad que velard en aquel dia la cara de la misericordia de 
Cristo. Rossini puede contarla entre sus piezas mas origiuales , mas be* 
Has, ricas 7 profundas: en nuestro sentir ella pasard A la postoridad 
como una de sus primeras concepciones , 7 una de las mas altas del 
iugenio humano : con ella el gran maestro ka dado otra prueba de 
que sn genio le hace digno cantor de las imdgenes de la Biblia, ^mu* 
lo 7 heredero del genio de Miguel Angel. 

IX. 
Quando corpus morieiur, Cuando el cuerpo falleciere, 

F'lc ui animas donetur Haz que at tlnima le espere 

Faradisi gloria. La cdieste gloria. 

£1 dnima rendlda vuela al trono de su Criador en este cuarteto sin 
acorn pafiamien to , cu7a impresion no puede trazar la pluraa siuo ape- 
UidAndolo himno est^tico , oracion ardiente, exhalaclon de intenslsimo 
afecto. Aquellos caimientos de voz, aquellas disonaucias, aquellosmo- 
vimientos encontrados 7 frases repetidas son otras tantas manifestacio- 
lies de ternura suavisima , de adoracion humilde , de suplicantes 7 
^morosos deseos. Las voces se elevan en la^ pal^br^s Paradisi gloria 



S82 
con cicrta amarga suaviclad y veliemencta qne bien tlemuestraii cu^n-' 
to auestra parte inmortal apetece stt natural morada^ €omo si los' 
aceotos Tolascn i perderse eu aqael pidlago de delicias. Pr^ximas al 
remate van pidlendo esas mismas palabras, como si no acertasen d de- 
jar de saiiorear i su dulzura , ui A despedirse de aquel amoroso 6 
incfable deiiquio* Estingueuse a( fin eiialgtinos acordes variados y pla-- 
nos, semejantes A los suspiros del alma qiie, terminada su oraciou, se 
hunde eu el seno de la humildad j espera resignada el momenlo en 
que Dios rompa los viaculos del cuerpo. Colmo de la arm oaf a mas pu* 
ra y sensible este cuartcto esUi formado de frases melddicas de gran 
facilidad y dulzura ; de modo que uo saI>emos como calificarle mejor, 
61 Uamandolo melodia arm6uica , 6 melodiosa armoufa. Razon luvo 
Bossiut en acordarsc de la no radnos bella picta coucertante con que 
el grande Hayden cant6 esos mismos versos : y no dudamos se acorJ6 
de ella , porque si su cuarteto no lo atestiguara , Rosi^ihi hnbtera des-- 
01 Jo la voe de su geiiio. La originalidad no padece de que el geino sc 
conforme en adoptar un cardcter ya convenido y sancionado per los 
^jemplos mas itustres , cuando aprovecbdndose de estos , asoma de re- 
p^ute con nuevos atavfos , y se remouta con sus propias fuerzas A nue- 
▼a esfera. 

Y si el gdnero religiose es el que roayormente reclama en todas las 
Bellas Artes cierto cardctcr tradicional y (ipico^ ^P^^ ?^^ Rossini no 
Labia de ceiiirse & la iorma arm6nica A cuya pureza y scvcridad la 
tradicion cristiana hace mucbos siglos estd confiando sus aspiraciones 
mas veliemcntes , sus aclos mas amorosos y mas rendidos? Estos espc- 
ctales y puros trozos arm6nicos son verdaderamente parte de la tradi-' 
cion y y como tales uuestros ticmpos ban de recibirlos con respeto de 
los pasados , y con respeto pasarlos A los venider^s ; no los trabajos 
del contrapuuto, no las melodias esclavas de la moda : ^'por rentura 
cuando sccousuma en el al»r el mayor de los mislerios, cnt6ncps 
cuando el iucieuso ondea como un velo flotante en toriio del Sacfr* 
dote , se juutarou jamas otros sooes musicales i las caqapanadas lentas 
y .profuudas que bajan zumbando d iiiterrumpir el silcucio solein.ne 
y 4 estremecer los dmbitos del templo? jPluguiese al cielo que el 
vi'iiculo de la tradicion no se bubiese quebrantado nuuca ! El trans- 
curso de mas de siete siglos probo eu la edad media que esta cadena 
niisterlosa baslaba para eulazar dpocas diversas y escitar en todas las 
ceiitellas.del geuio, atcavesando fuerte y esparciendo uiitdad y ftierza 
por lA nitiyor barbaric y 16s mayores movimientos y vicisitudcs de las 
naciones. Las obras cuya idea matrix 4e Ic debe 'subsjsteu para ales** 



^85 
tignar como sid niogmi 8ervilUmo> 7 concentrando toda $u fe cristiaua 
y SU9 sentimieutos eu ella trabajaron los artistas cu el gradual desa* 
rroUo de las lonnas, y adivijiaron la belleza que en aquella fe 7 en 
aquella tradicion residian. Rafael uunca brills tan puro 7 tan podtico 
como tnUntras di6 la illtima mano al desarrollo de los tipos tradlcio* 
Dales; 7 al proponerlos d.las combinacioues calculadas del cfecto, si 
creci6 a los ojos de las escoelaS) fud descendieudo d los del eutusias- 
mo , 6 por mejor decir , del sentimicuto est^tico , 7 desembarazatulo. a 
los coloristas. La arquitcctura dej6 de ser arte monumental luego qne 
los maestros quUieron ver en las rcg'as dc Vitruvlo la dnica forma 
verdadera, si 7a no es cierto que tarablen.la ojival camiuaba a su d('.^ 
cadeucia desde que permitio que durante los siglos XiV 7 XV su^ 
form as esbeltisimas 7 de todo punto espirituales reciblesen primero 
mayor ornatOi, se alteraseu poco d poco so color de mayor novedad 7 
riqueza^ 7 acabaseu por ser manoseadas 7 del todo revueltas. ^Por 
qud 7a al principio de la cieucia los maestros se manifestarou esqui- 
¥OS , si no reilidos ) con el tesoro de las . tradiciones mnsicalcs que el 
altar guardaba ? Breve es esta digrcsion para satisfacer cumplidameute 
A tal pregunta: algun dia,si estamos destinados ^ yerlo, eulazardmos 
en esta cuestion todas las Bellas Artes , esforzdudonos por probar que 
en ellaSf como en todo lo de la tierra, es la tradicion el vinculo mas 
poderoso 7 mas fecundo. 

I El Stahat de Rossini (ijard alguna forma tradicional en la histo«> 
lia del Arte ? Midutras la posteridad falle , nosotros no podcmos afir- 
mar sino que de esta composicion datari una nueva era ^ 7 que deella 
ha de parttr quien unieudo el ingenio k la cieucia as})tre A cnntar las 
ideas mas graudes 7 los mas eievados sentim.tcutos. Mucbo tememos 
cmpero que su iutroduccion 7 su aria del primer soprano carezcaii 
de rival en todo tiempo ; aunque el conjuuto de esta obra ba y^ de cu* 
ceuder mas de una inspiracion eu los artistas futures de juicio recto 
7 de corazon grande 7 apasionado , que deseeu con fe viva 7 largo es <• 
tudio bermanar la pnreza 7.1a seucillez del pensamiento con la es- 
pontauoidad de los ma7ores recursos cicutlficos. £n este particular la 
macstria de Rossini, l^jos de arredrar, tracra vida ^ los espiritus cu 
que arde purificada de todo resal^io de escuela la llama del arte. La 
cncrgfa , la graudeza 7 la suavidad tie los profiuidos motivos del Sla" 
hut senin muestras duraderas de su iugruio: la combinaciou de los 
efi^ctoSf la variedad del conjuuto, los coutrastqs tan diestramente al- 
tcruados de las piezas eulr^ si, 7 el manejo espoulaueo,^ vigoroso 7 so- 
brio de las masas diran d las^dades iuturas su sabiduria) esa cieu- 



S8» 
eia tan fiLcil con qne en la paleta de ra c^rebro , periiaese k Araie^ 
reparte los coloresi los toma de ella j lot distribaje m ostentacton f 
con naturalidad la mas ann6nica. De este modo ha conciliado las dos 
escuelas antigua j modema ; pnes si despliega A sa antojo j con dies- 
tra taano todos los recursos de la tnstramentacion ^ tambien la pares* 
de ios motivos destinados A las roces hubiera sido perfectamente sen- 
tida en aquellos tiempos en tjue la parte vocal no compartia con nin« 
guna otra su pFedominlo. i Quit<n tiene derecho A mirar con desrfo el 
cardcter masabierto,mas dramiltico que en el corte rossiniano puedeen* 
oontrane ? Se ha demostrado que la fra^ de los maestros anterlores 
sea la linica conforme con la belleza j con el esp(ritu del g^uero sa- 
cro ? Ya que ios maestros para el desarroUo de este tomaron del pro* 
fano los priucipales elemeutos ^ y le atribuyrron poco A poco la pre- 
ponderancia en el gusto , justo es que el inOTador del dramdtico use 
de los esclareciJos t:tulos con qne poqnfsimos, tal yez ntoguuo, ban 
contado iQvl6 serd empl&ludolos Rossini tan en provecho del rnismo 
g^nero sacro , al cual enriquece de nueras formas , con nuevo vigor y 
con verdadero sentimtento? Qucj^monos mas bien de esos oratorio/ j 
caratinas que sueuan en nu<*stras misas ^ de esos aires de danza que re- 
llenan los rosarios y i<|s gozos , rerdaderos la1jerintos« oviilejos j ie^* 
trillas de la miisica, tristes tcstiinouios de como el espfritu sffucillo de 
la fe antigua se ha ido alteraudo y recargando cou sulKlivisiou(*s j 
accesorios vanos, tal vez suporsticiosos y sin disputa uimios. No se os- 
trafie la severidad de uucstro sentiri los males preseutcs io motlvan 
bastaute, y cada dia que pasa clava mas adentro de nuestro anitno 
estos principios. Esta severidad y csta couviccion nos dicen que ni to- 
da la riqueza del arte conipensard jamas el rompiinicuto de la tradi* 
cion , e«to es , que nunca supliri por el efecto de los cdiiticos priniiii^ 
Tos de la Iglcsia. IVimf^ramcnte e.sos cantarcs, que ninguno de la ge-^ 
neraciou presente ha visto compotier^ que ya oimos cuando nuestroet 
padres nos llevaron A visitar el templo del Sefior , que desde enti'nice^ 
todos los afios, todos los meses hau sefialado las inayores solptnuida- 
des religiosas , que rosonarou en la muerte de nuestros ahuelos y de 
nupstros amigos , aquellos cantos ban vcnido A convnrtirse en jnelodiai 
populares y en cierto modo uaturales » cuya poesia se deja gustar pot 
todos los corazoues , y las cuales tiieren nuestro dnimo compiexas con 
todjs los accidentcs de lugar y circunstancias prefiadas de recuerdos 
y de sensaciones. Adcmas, sn seucillez que descubre su remoto on- 
gr*u cs la principal causa de su podcr y de sn poesfa : en elia se es^^ 
trcllan los esfner^os del arte, y en vano el genio de Hajdn, Mozarf^ 



889 
lt'06stm qairieran lachar ooo la tan entrafiable del ra5 ie difuntoa, y& 
coo la cantaria con que el deroto contempla. los dolorei de Maria* . . 

Mas ja que el Arte se ha trasado , senda distinta , dbransele de par 
en par las pnertas del templo, despdjese de toda profcnidad aotela 
rigida ie que las cnstodia , y laTJ&ndose en sua santas aguas entre 
el rerdadero ingenio A deponer las palmas de la ciencia j del entu- 
SttUDo ^1 pi'd del linico altar ante el coal deba doblar la frente j la 
rodilla ; eotre i entonar les cintioos exentos de toda pasion terrenfit 
ooloreados 7 vWificados denn solo afecto:— el de adoracion j admi- 
radon de Dios^ oentro el mejor 7 el yerdadero de todo deseo y de 
toda sabidoria. 

Pino Pimm. 
Barcelona mono de 1844* 



BIBLIOGRAFU. 

BL tlBRO SB IX>8 VOSot FOR D. JOA<^m R&B16 T OsS. ^ 

No bay necesidad de examioar por menudo esta obrita , ni de trazar 
un leve bosquejo de ella para eocargar con mas eficacla i los padres 
de familia y d las maestras de nifias que cuiden de ponerla en manos 
de esas tieroas 6 impresionables criaturas cuya primera educacion les 
eM confiada. Para toda recomendacion basta decir que en ella cam- 
pean las principales dotes que exige naturalmente su titulo. Important 
cia y pureca en las miximas ^ amenldad y senciliez en el mcf todo ^ ele- 
gancia en el estilo y propiedad en el lenguage. Como su autor nunca 
pierde de vista la clase de lectores d que se dirige i con la claridad 
de las Ideas procura ponerse al nivel de su inteligencia, y con el atrac- 
tiTo de las formas escitar proyechosamente su interes. Una serie de 
lecciones breves y sencillas, couteniendo lasverdades religiosasy mora- 
les que deben ilustrar la mente y entrafiarse en el corazon de una ui« 
fia cristlana ^ no puede ser un tratado original ; pero siempre serd un 
libro muy dtii, y actualmente necesario. Li&stima al par que indigna* 
cion causa el ver que por negligencia de los padres las primeras pd* 
ginas que lee de corrido una ]6ven son tal ves las de alguna novela, 
y sabe Dios. qud nov^a es la que ba caido en sus manos! Aquellos 
pues que no. miren con criminal indiferencia las semillas de mal 6 
d^ bien que la lectura depone en el espiritu dvido de impresiones de 
Tom. n. A8 



586 
comparane it ant firdta et^mailA por U bondad de su aUmento j por 
la tnayidad de aa sabor. 

MBMORU CRfTICA-LITSRARIA SOBRS EL JOBfo SRRANTSy 
POR D. JOAQUiH RuBl6 T OrS. 

Entre las cavsu qae ooocmrieroii i retardar el presente niimero de 
nnestra reriatat una fad la neceridad de agaardar qae oonclajese la 
obra de Sae para ezaminarla detenida j coDeieasadamente. Terming 
poriSn la cdebre norela, j otroa motiyos conooidoa de noestros lecto- 
res impidleron realizar el intento qae de antemano estaba concebido. 
Naestro peii6dico religioso j literario i la ves do debia pernumecer 
mado ante ese monstrooso parto de la imaginacion qae tanta balla ha 
metido en la repdblica de las letras j tan fblminantes diatribas arroja 
hasta A lo mas sagrado de la creencia cat6ltca. De esta obligacion nos 
ha relerado on colaborador naestro escribiendo por sa cuenta ana 
memoria cuju opbiones aceptamos como si las inclujtframos en esUs 
p^nas. Noa abstenemos de elogiarla porqae seria ca^ lo mismo qoe 
elogiar on articalo propio de la redaccioD) y para recomendarla & naes- 
tros lectores les dirdmos solamente qae deben cousiderarla como urn 
articalo de la Fc impreso por a q wB r ad o . *? M f » 



887 



DE HATERIAS. 



LA RELIGION Y EL SIGLO. Articulo I. Lacha eterna del nglo 
con la religion : diversas faacs que en el traacarso de los tiem* 
" pos ha presentado, y la eapecial que ofrece en ol nnestro. Natn* 
raleca de la palabni ii^io^ j peligros de concretarla demaaiado. 
Dificultad de definir nuestro aiglo; muitiplicidad de aits carac* 
teres. Su ciialidad dominante esla indolencia« j lo pmeban sus 
mismos adelantos materiales j sa inquietud febril. Espectacion « . 
desengafio 4 indiiereDcia. Su remedioes la religion. For D. Josa 

MilBIA QvADftADO..., ^ 

ESTUDIOS LEGISLATIVOS Y ECONOmICOS. Jriiculo L Mo- 
derna importancia de la al^gacia^ j ausilio de conocimientoa 
ecoB6inicos qne necesita esta carrera. Puntos de contacto eutre 
ia ciencia de la riqueea y la del derecho : caestion de propie* 
dad, loqne liay en ella de econdmico y de legislativo. Error de 
lasleyes ^n entrometerse en materias econ6micas. Lajo, iuutili- 
dad de las leyes suntnarias. Fomento de poblaeion, plaga del 
i pauperismo. medios esoogitadoa para atajarlo. Libertad en las per* 
Ditttas. InconTenientes de qne la legislacion proteja una Indus* 
tria en menoscabo de'la6otras;e8tancamientodel meUlico, abu* 
' so del papei-moneda. Leyes contra los reveudedores, leyes con- 
tra los estrangeros ; funestos efectos que obraban. For JD. Josfi 

ViDAt Y Poirr 17 

CONSIOERACIONES SOBRE LA SITUAQON. Males sin causa . 
conocida y sin esperanzas t desengafios esperimentados sucesiva- 
mente en uuestia historia politica. Interinidad de todo lo pre* 
sente. Nueva ^specie de .conser^adores. Autecedentes delpartklo 
llioderado, yxuil deba^ser su misioii. Su ienguage con los aiiso^ 
lutistas y con los progresLsfas* ImpoHtica de su conducta« t'al- 
sedad de sn posiciou. Qii(^. es lo que le pide ; firmeKa^ consecuen- 
cia y conciliacion hajo un n^gtmeu ora absolute , ora represeu- 
takiyb. Indiferencia ae las tbroias politicas para la ielicidad de 
las naciones. Miras de un ststema grande y oonciliador. For O. 

Jose Maria QuAi»Ai)o v • 26 

ROSILDE. Cdntl^a de Sihio^F^lico.... 59 

AL ANGEL CDSTODIO, po«ia. For D. Tomas Acuad 5 1 

CHdNlCA RELIGIOSA. For D. J. V. y P 5.^ 

CRO.NICA POLiXlGA. ForrD J. M. Q... 60 

VARIEDADES. Bibliograjia caioUca de FarUj revista critica dc 



98« 
toda saerte de obns. ^.••.* « ••.•••.;....,•— $5 

lA RELIGION Y EL SIGLO. Jnieulo lI.Modo de coodncinecoo 
on siglo iodi&rentista. Decadencia de la impiedad ; desoontento 
general y fermentacion de ambieiones. Inflnencaa de la religion 
en la dicha 6 resignacion de las generaciones patadas, j sisle- 
ma opuesto de ios modernos tribunos. La libertad de niiestrat 
acciones j la iumeasidad de nnestros deseos: causas del malestar 
del g^nero huinano sobre la tierra si la religion no guialanna 
J satisface la otra. Reconocimiento uninime & estas yerdadesea 
teoria,y sn falseamiento en la pr^ctica. La religion freno de 
Ios politicos : la religion sentimiento de Ios poetas j fil6sofos.* 
absurdos 7 funestos resnltados de imbos sistemas. Encadena- 
miento de las Terdades religiosas. For D. Josa Mjjua Quaiuudo. 65 

EL NUEVO CLERO. Caricter peculiar de esU insUtocion sobre 
todas las demas. Sos dos existenciasy la material y la moraL 
Estado actual del clero. Miras de la Proridencia sobre su aba*, 
tioiiento y aon sobre la misma penecncion. Nuera generacion 
de sacerdotes. Dednteres j puresa de su yocacion. Gloria y di* 
ficoltades de so misioo en estos tiempos. El noeyo clero y el an* 
tigoo; so posicion distinta. Deberes inmutables y deberes aoo* 
modaticios. Antigua representacionvpoliticadel clero: la inatito* 
cion reeomendaba al iodividoo, abora este rsoomieDda la insti* 
tacion. Proteccion de Ios gobiemos, y depeudencia en que te* 
nian al clero. Aislamienfco de la politica que d este le conriene 
en la actoalidad. So asoendiente social^ su instroccion. Btenet 
que al clero firances ha traido la persecociosi y Ios qoe traeri 
al nuestro. For O.J* M. Qujouudo.^ ••,. 8t 

SAN AGUSTIN. ReUcion histihica de su conyenion. Frafpnentos de 
sus eortfesiones. Calumnias de qoe ha sido objeto. For IX Jost 
ViDAi » Pout « •• 99 

MELODIAS HEBRAIGAS DB LORD BYRON. AdyertencU preli- 
minar«aB^ hija4ieJefU.fs'»SadLes»Canto.de Sadl en su Mima 
baiafla.^^La desiruecion de Senaqaerib.ts»La vision de BaUa* 
sar.tmj Jtrusalen destruida por Tito»ts»La gacela sal\^age,mm 
Orilias del Jordan. -^Sol de Ios que no duermen. Por D. To* 
MAS Aovil6 •• — ...^w... •••- U>7 

CR6NICA RELIGIOSA. For D. J. ▼. tP 119 

CR6NIGA POUTICA. For D. J. V. i P 125 

LA RELIGION Y EL SIGLO. ^r//eci/o ///. Bdecticismo y racio* 
nalismo. Conjuracion uniyersal de Ios errores contra el catoU*. 
cismo ) J lucna abierta y firanca entre la raaon y la fe. Racio* 
nalismo adoptado por Ios mismos apologistas de la religion, sa 
opertunidad^ y males qoe podria traer su esoesivo uso. Cues* 
tiooea religiosas que ouedan por reselyer A la prudencia hu- 
mana* Partido de Ios Tiejos y y partido de Ios jdvenes : modo qoe- 
tienen entrimbosde conciliar la religion con el siglo ^ Ios onos 
condenando el sifflo absolotamente 9 les otroe aniquiJando k 
religion so color do aeomodarla i lot tienpos* MescU de finno* 



S89' 
I la J dalxnra necesaria en ia actaaUdad • G>ncept08 eqmT<)cados 
aobre noestro siglo : contradiccion de sua pretensiones y de- ' 
seos, 7 obsUculoa que halla en todo camino el que quiera ba- 
G^rsela acoeaibie, incon^enientes 6 iuatiiidad de una protesta 
general contra sn cardcter j an mareba; peligros de desuatu- 
ralizar el cristianUmo para someterle al espfrita del siglo. For 

D. Josfi Mabia Quadrado Ii29 

EL CATOLICISMO EN SIRIA. Cuestion de Oriente. Interes que 
despierta siempre este pais. Poblacion cat6lica de Siria ; los ma- 
romtas; conventoa. Intrigas de la Inglaterra. Proyectos de la 
Rusia. Las cruzadas: teutativas becbas desde entdnces para 
el recobro de la Tierra Santa. Ventajas que presenta la Siria pa- 
ra erigirse en estado independiente , y probalidades de que se 
establezca alU nn nuevo reino cat6lico. Sn emancipacion com- 
parada d la de Orecia. Cardcter que ofreceria en el siglo XiX 
esta restaoracion en paralelo con la conquista de los cruxados. 

Por D. Josfi Maria Quadrado 144 

ESTODIOS LEGISLATiVOS Y EC0N6miC0S. Jniculo II. So- 
bre la utiiidad y abuso de las clasificaciones en las ciencias. 
Modemo desvfo de las reglas escoUsticas. Division de clases en 

Erodnctoras 4 improdncteras. Razones para coiocar al clero en 
I clase productora. Insnficiencia de an clero asalariado. Desa* 
mortixacion eclesidstica en Infflaterra, Francia y Espafia, £1 
celibate del clero no es perjudicial bajo el aspecto econdmico, 
y reporta grandes ventajas bajo el aspecto religioso. Cuestion 

del diezmo. Resiimen. Por D. lost Vidal y Pont 155 

APUNTES sobre ua poema. Breve noticia de un poema in^dito 

para mejor int^igeucia del episodio siguiente. Par D. T. A 167 

GONZALO, poesfa. Por D. Tomas AouiixS 169 

CR6NICA RELIGIOSA. Por D. J. V. y P 185 

CR6NiCA POLlTICA. Por D. J. V. t P l»9 

LA RELIGION Y EL SIGLO. jirticulo IF. Coexistencia delos dos 
drdeneS) politico 6 civil y espiritual 6 religioso. Pareceres en* 
contradoa sobre si estos dos drdenes delien correr separados 6 
unidoSf razones en que se apoyan, y distintos fines con que se 
sostiene una misma opinion. Las actnales ciroinstaucias bacen 
propender por la separacion Inflnencia qne debe ejercer la reli* 
gion en la sociedad, pero ningana en ia politica. Complioa* 
cion de los intereses poUticoS) y divergeucia que auavdan d 
menudo con los reltgiosos. inconvenientes qne. A la religion re* 
sultan de aliarse con alguna causa poUlica y mas en estos tiom* 
pos. Reserva que aoonseja k la religion la desoonfianza qne «k 
ella muestra el estado y su desprendimiento - de los dones de 
este. Abdicacion de todo cargo temporal, y sn concei|traciou 
en la deieosa de sua propies intereses. Motives de ereer que 
hay a cesado la ^poea de persecncioiies violentas. Diterencia de* 
religion en abstraoto y de bombres relrsiosos , en cuyo* de« 
reabo esti realizar por-raedio9 poHticos ei triunfo'dosos tieas. 



500 

For D. Josfi Maria Qu^drado v 192 

QCCVEIX) COMO ESCHITOa POUTIGO. Variedadde sos do- 
tes literarias. Oesden con que se miran sos obras aeriaa. Su ta- 
lento igiial i su ingenio. £1 genio j el gusto. SuperGcialidad del 

EeriodisiDo iiterario cii Espafia. Falta de profundos estudios so- 
re Qucvedo : coudlciones que se requierea para ese trabajo. Im- 
prrio tirauico de U moda atm eotre io.s escritores de mas do- 
ta. Ojeada litcraria ^ ia Polilica de Dios, Difereucia capital i 

de la ciencia poUtica aotigua j moderoa. Los hombres y las 
iiistltuciones. Objeto de la obra de Quevedo. Preseitta d Jesu* 
cristo como dcchado de rcyes : iucu'ca la necesidad de que el 

Enncipe gobierhe por si inisnio; se opone fucrtemente al go* 
lenio dv. validos. Eijimeu Iiterario de la Fida de Marco 
Bnt(o. hicoiiTeiiiRntes del nuevo estilo cortado j snutOQcioso. 
Jnfluencia de-lactto en las ideas de Qnevedo. Villana ingrati- 
tud de Marco Hruto : Quevcdo y Lucano equivocarou & sus he- 
rocs. MeiKtiou de alguiias otnis obras politicas del aiitor. Ob- 
scrvai'loii que mauiiicsta la iudoie seria de su ta lento. Por 

D. ToM\.s Ar.uiL6 : 208 

DIA DE Dll:'U>TOS. Variedad de impresiones que puede eacitar 
estedia. Hcsultado do la creencia en la iomortalidad del al- 
ma son las bonras que se tributan A los (inados, diversidad 
de.aqucllas seguii era difcrente el dcstiao que i las alm:<$ se 
atribnia. Asentiniiento general de la antigtledad i la idea de es- 
piacion. Dogma del purgatorio. OGcio de dituntos. Consneios 
y virtndes socialos que produce la oractonpara los fiuados. Por 

D. Josfi i\lAni'A Quadhido • » 229 

EL VACk). Poesia. Por 0. Xomas AouiuS 255 

DOS NUBES. Poesia. Por D. Joaquix HubkS r Ors 24I 

CttONlCV RtLK.IO.SA. Por l>. J. V. t P ^45 

CROMCA POLiTlCA. Por D J V. Y P 252 

VAhlEDADES. Novena al patriarca sau Josd 255 

LA RELIGION Y EL SIGLO. Mticulo F. El cstudio dc U bis- 
tofia coiidurt^ al escrpricisnio eu poljticti. Errores de los que 
tii'npu dfnnaslada ii\ en las iiistitu*-ioties bumauas. £1 dictado 
de roli!*iosos apliondo A ciorlos siglos no es mas que rclativo. • 
Op«4'sta comlucta de los enemigo* do la religion. La religiou, 
au4K|ue scparada de la politica ^ del>c ialloir solire las socieda- 
des. Univcrsalidod de su • iiiQurncia eu ^pocas no remotas. G>-> 
mo eu la actualid»d se ci^harta esa Uitlueucia apesar de los elo- 
gios en especulativa* iVcesidad de avivar el pspiritu de proseli- 
XvMBto r**ligi«>so aooinodaudqlo a Us licitas eiigencias del siglo. 
Boneficios iiiateriales. de la caridad. Deber de todos los fieles oa 
tr^bajar pare €[i\9t triunteu y se propftguen las ideas religiosas. 

Pof i^. icM^ Maria •QuAOR ADO. ^ .t.^.^..^ 2)7 

AUTOS SVCRAMhMALES DE CALDERON. VaiVenesde la crU 
tica en 6i\* juicios acerca de este aulor. Medio ilcgtttmo que ba . 
caunado «a. rebaJiilitaciou- Division de «u teatro. Origea reli* * 



59i 
' gioso del arte dranidtico entre los gentiles. Or/gen crisllatio del 
drama moderno. Noticia de una antigiia represeiitacion en Ma- 
Ilorca. Parte que tomb el espfritu religioso eD el desarroUo del , 
arte dramdtico con las comedias de sautos y los autos sacra- 
mentales. Autos de Lope. Las ternuras y sequedades de la vi- . 
da espiritual , asunto orduiario de estas alcgorias. Calderon le 
sucede y le eclipsa. Mejoras que introduce en la combtnacion 
dramdtica. Su iuferioridad en la parte lirica. La caida y la re- 

Saracion del honibre argumento de estos espectacuios, especie 
e protesta publica de la fe de los espauoles. Idealisino do es- 
tas creaciones. Sutileza de sus oonceptos; mctafisica de su pocsia; 
caracteres de su versificacion. ludicacion de un paralcio de es* 
tos autos con las comedias del mismo escritor. For D. Tomas 

AguiixS 270 

LOS JESUITAS EN AMERICA. Decrcto espcdido per la rcptl- 
blica de Nueva Granada. Una mision en las seltas dc A'mt^ri- 
ca. Ridiculo de las imputaciones hechas d los Jesiiitas. Tcsti* 
monio en su favor sacado del mismo decreto. Lo iufundado 
de los temores que causan ^ y lo malicioso de las acusacioucs 
que se les dirtgen. Apelaciou d la juventud ilustrada y d los 

ejemplos contemporineos. For D. Josfi Maria Quadrado 285 

ILDEGARDE. Cdntlga de Sihio Fe'Uico 293 

MELODlAS HEBRAICAS DE LORD BYRON. Llanto de los des- 

tetrados, ^ Lament o de fferddes. For D. T. A 506 

LAS NAVAS DE TOLOSA. Romance. For D. Pablo PipfeRRER .... 509 

jeadNICA RELIGIOSA. For D. J. V. y P.... 515 

BIBLlOGRAFtA. Advertencias sobre la maligna publicaciou titula- 

da ios Jesuit as: fndice de alguuas obras modcrnas que tratan 

. imparciat y faTorablemente de su institnto. Recomendacion de 

la Reseha de sucesos contempordneos de D. Tomas Ula y Ba- 

laguer 519 

EL INFIERNO Y LA NADA. Reflexiones suehas. La palabri m- 
Jierno. Rebeldfa del entendimiento consecuencia de la del cora- 
zoB. La nada admitida para disipar los terrorcs que producia 
el infierno : Disipa tambieu las esperanzas del clelo: Reduce la 
dicha del bombre alpo itivismo de la tierra: G)mparada con la 
metempsfcosis. Qud es la nada ? £s un sistema que degrada al 
bombre: que ttende k coiisternarle: igualmente iuadmisihie para 
los infelices y deseraciados. Vida del bombre en lo pasado y lo 
lejano. Su anbelo de conocer el porvenir. Dudas acerca del per- 
venir de la civilizacion actual: Las ciencias natnrales du- 
dosas ^ incompletas. Contemplacion del cielo e^trellado. Valor 
de la yida segun el sistema cristiano 6 materialista. Locura del 
suicidio en los mismos casos. La nada solo apetecible para los 
nfprobos. La gloria p6stuma. Un cristiano , un iucr^dnlo y un 

esc^ptico delante de un sepulcro. For D. Tomas Aguil<S. 521 

DEL SENTLMIENTO EN LlTEhATURA. Definicion del senti- 
miento. Su preferencia sobre el taleuto. Prueba que ofrecen las 



592 

Itteraturaa ^rimitiTas. La moderna rerolncioD literaria confirm 
ma esta opiaion. La imitacion contraria al aentimiento. Naera 
escaela nacida en Alemania propagada por Ghateattbriand. Sol 
exageracion j aboso. Eapafia diacipula de la antigaa j de la mo- 
derna escuela. Falta de literatura propia. Esperancaa de obte- 
nerla. Las verdaderas producciones literarias forman el retrato 
intelectnal j moral de sa aator. Par D. Joaquin Ruii6 t Ors... 544 

ASPIRACION. Poesfa. Por D. Josfi Maria Quadrado ^ 554 

ATlLA. Poesfa. Por D. Joaquih Rubi6 t Ors. 553 

STABAT MATER. Objenraciones artisticaa y literarias aobre la 
mdsica en general , sobre la miisica religiosa , anilisis de la o^- 
lebre partitura de Rossini , de sos medios masicalea y de las im- 

presiones que escita. Por D. Pablo Piferbxr 564 

BIBLIOGRAFIA. Recomendacion de dos obritas de D. Joaquin 
Rabid y Ors 586 



\ 



* i. 



•-*'^ ^J- 



r •'•-^!;