This is a digital copy of a book that was preserved for generations on library shelves before it was carefully scanned by Google as part of a project
to make the world's books discoverable online.
It has survived long enough for the copyright to expire and the book to enter the public domain. A public domain book is one that was never subject
to copyright or whose legal copyright term has expired. Whether a book is in the public domain may vary country to country. Public domain books
are our gateways to the past, representing a wealth of history, culture and knowledge that's often difficult to discover.
Marks, notations and other marginalia present in the original volume will appear in this file - a reminder of this book's long journey from the
publisher to a library and finally to you.
Usage guidelines
Google is proud to partner with libraries to digitize public domain materials and make them widely accessible. Public domain books belong to the
public and we are merely their custodians. Nevertheless, this work is expensive, so in order to keep providing this resource, we have taken steps to
prevent abuse by commercial parties, including placing technical restrictions on automated querying.
We also ask that you:
+ Make non-commercial use of the files We designed Google Book Search for use by individuals, and we request that you use these files for
personal, non-commercial purposes.
+ Refrain from automated querying Do not send automated queries of any sort to Google's system: If you are conducting research on machine
translation, optical character recognition or other areas where access to a large amount of text is helpful, please contact us. We encourage the
use of public domain materials for these purposes and may be able to help.
+ Maintain attribution The Google "watermark" you see on each file is essential for informing people about this project and helping them find
additional materials through Google Book Search. Please do not remove it.
+ Keep it legal Whatever your use, remember that you are responsible for ensuring that what you are doing is legal. Do not assume that just
because we believe a book is in the public domain for users in the United States, that the work is also in the public domain for users in other
countries. Whether a book is still in copyright varies from country to country, and we can't offer guidance on whether any specific use of
any specific book is allowed. Please do not assume that a book's appearance in Google Book Search means it can be used in any manner
anywhere in the world. Copyright infringement liability can be quite severe.
About Google Book Search
Google's mission is to organize the world's information and to make it universally accessible and useful. Google Book Search helps readers
discover the world's books while helping authors and publishers reach new audiences. You can search through the full text of this book on the web
at |http : //books . google . com/
Acerca de este libro
Esta es una copia digital de un libro que, durante generaciones, se ha conservado en las estanterias de una biblioteca, hasta que Google ha decidido
escanearlo como parte de un proyecto que pretende que sea posible descubrir en linea libros de todo el mundo.
Ha sobrevivido tantos anos como para que los derechos de autor hayan expirado y el libro pase a ser de dominio publico. El que un libro sea de
dominio publico significa que nunca ha estado protegido por derechos de autor, o bien que el periodo legal de estos derechos ya ha expirado. Es
posible que una misma obra sea de dominio publico en unos paises y, sin embargo, no lo sea en otros. Los libros de dominio publico son nuestras
puertas hacia el pasado, suponen un patrimonio historico, cultural y de conocimientos que, a menudo, resulta dificil de descubrir.
Todas las anotaciones, marcas y otras seilales en los margenes que esten presentes en el volumen original apareceran tambien en este archivo como
testimonio del largo viaje que el libro ha recorrido desde el editor hasta la biblioteca y, finalmente, hasta usted.
Normas de uso
Google se enorgullece de poder colaborar con distintas bibliotecas para digitalizar los materiales de dominio publico a fin de hacerlos accesibles
a todo el mundo. Los libros de dominio publico son patrimonio de todos, nosotros somos sus humildes guardianes. No obstante, se trata de un
trabajo caro. Por este motivo, y para poder ofrecer este recurso, hemos tomado medidas para evitar que se produzca un abuso por parte de terceros
con fines comerciales, y hemos incluido restricciones tecnicas sobre las solicitudes automatizadas.
Asimismo, le pedimos que:
+ Haga un uso exclusivamente no comercial de estos archivos Hemos diseilado la Busqueda de libros de Google para el uso de particulares;
como tal, le pedimos que utilice estos archivos con fines personales, y no comerciales.
+ No envie solicitudes automatizadas Por favor, no envie solicitudes automatizadas de ningun tipo al sistema de Google. Si esta llevando a
cabo una investigacion sobre traduccion automatica, reconocimiento optico de caracteres u otros campos para los que resulte util disfrutar
de acceso a una gran cantidad de texto, por favor, envienos un mensaje. Fomentamos el uso de materiales de dominio publico con estos
propositos y seguro que podremos ayudarle.
+ Conserve la atribucion La filigrana de Google que vera en todos los archivos es fundamental para informar a los usuarios sobre este proyecto
y ayudarles a encontrar materiales adicionales en la Busqueda de libros de Google. Por favor, no la elimine.
+ Mantengase siempre dentro de la legalidad Sea cual sea el uso que haga de estos materiales, recuerde que es responsable de asegurarse de
que todo lo que hace es legal. No de por sentado que, por el hecho de que una obra se considere de dominio publico para los usuarios de
los Estados Unidos, lo sera tambien para los usuarios de otros paises. La legislacion sobre derechos de autor varia de un pais a otro, y no
podemos facilitar informacion sobre si esta permitido un uso especifico de algun libro. Por favor, no suponga que la aparicion de un libro en
nuestro programa significa que se puede utilizar de igual manera en todo el mundo. La responsabilidad ante la infraccion de los derechos de
autor puede ser muy grave.
Acerca de la Busqueda de libros de Google
El objetivo de Google consiste en organizar informacion procedente de todo el mundo y hacerla accesible y util de forma universal. El programa de
Busqueda de libros de Google ayuda a los lectores a descubrir los libros de todo el mundo a la vez que ayuda a autores y editores a llegar a nuevas
audiencias. Podra realizar busquedas en el texto completo de este libro en la web, en la pagina lhttp : / /books . google . com
«.ui,;-''0isk/
-^•■■•p
:^:^
fe..:
HARVARD COLLEGE
LIBRARY
Rnrn die Bequest of
MARY p. C NASH
IN MEMORY OF HER HUSBAND *
BENNETT HUBBARD NASH
Inatractor and Ptofauor d Italian and Spanish
1866-1894
.-> :^,' ->:
.''l«»^--=*
■^
Iletji0ta
HELIGIOSA^ P0LITIC4 Y LITER4RI/i«
TOMO SEGUNDO.
IMPRENTA DE ESTEVAN TRIAS.
v^y>^
\^^.
HARVARD COLLEGE LIBRARy
NASH FUND
iLH ffiiMQUDsr ^ m^ @a(6]Li>. ^'^
AR'TIGULO I»ftlBtHltO«
M
asde mil ochocientos aflos ha queestds dos nbmWea ae encaen-
trao frente por firebte) cotnbiititodo ain cesar en lucba, ora ma-
nifiesta^ ora disimuladay y sirvieodo alternaii?ameiite de bandera
i cuaDtas revolucioDes asi eo bechos como en principios baa
Uoido lugar en el mundo moral. IS'o porqiie en verdad aean
opujeslos »U8 ioteresea e incompatible su alianza^ puea que sa
existencia y el vinculo que los une v^n tan ligados como el al^
ma con el cuerpo ; pero asi como el cuerpo ae rebela amenu«
da contra aU tenora^ desctootieddo insolentemente la superior
jridad de eata, y pretendiendo noaolo emaociparse,sino aunea*
olaviauir , aiendo qnebradizo barro , i la que ea emanadon del
Eterno^ asi tambien loa siglos, fugittvo soplo de tiempo, pre->
teoden en an rdpida carrera deatruir^ d cuando no, modiHear
A ao capricbo el augusto monumeotofutirlado por Jesncriato, y-
deade caja cima parece que el mismo Dioa lea .eata contemn
plaudo« Laa sociedades tienen aaimismo so pecadd original co^
no el ifldtviduoi y participan de aU misma degradacion^ y aun
cuando no aean ateas 6 irreligiosaa , aienten fermentar en 8u3
miembroa la yieja levadura ^ j aqnellas leyes todo carnalea y
terrenaa que repagnan^ aeguo la espresion de san Pablo, i la lej
(I) fi«)0 etle tltolo eseriMmeft ^f iloos artfcolot en an periddicci
diano; oias sieodo poco i propdsito aqaella forma para aftootoa seme*
jaotea, aes hecnos d^cidiJo i domplfttarios j eateadiirlos eaai doavieiie
^ U aatttraleta de eatw refleiiaiiet4
H.
del espirifti y a la de Cristo. Un dcsJen irractonal, una in|Ufl-»
la descofifianza parece hs aiiiroa innatarnente contra la reli^bii^
repitienJo & toJo trance que su reino no es de este mundo; j
reconociendose ellas inca paces depoder nada para la eteruidad,
se vengan con declarar a su rival incapaz de influir al(;o en la
feliciclad temporal y en los negociosde la lierra. Y sin embar-
go, ^quien mas proj^o para^ seotarse al tiu»Ofi que el que sabe
icia donde se dirtge el rumbo? Que es un siglo sino un paso
^cia la elernidad? y que es la religion .•^ino el camino y la ap^
torch» (fe-esba elii^riudad misma ? Pe6o por b mietiUD' cpie loa*
aigios 00 lieoea ante ai la etevnidad de que disponer , se^flpue^^
saran.a inaudiir> a. ioBoribir< en todaa pieces su nombre^y>iilcon*i '
Bigiur sus icijef y caiprichoai dvapveciando k loi pasadea; iodig^
naados^ confrra. los fi^lurp^ decfuienes ospeiiiri. igoai despreoiiV
ji'dejdndiMei il^var por ene-ia^irjlu da orguilo, die nekijadiow j^
€k sarcBsrao que aun« en el (enguage avQebka ae' aonqoeooa- d>
nomhve d^ espiritii dfi murida. • ' , . •. ii
Bsto' etetiiacotiiradieeioii iie h t^ra* con eV di^Ioiln pmi^
iHO'biea Jeiucristq ai fijar so^pwdra intliortai, tropi^KO de UMii
jisaliiOGMia de.oi«os$ y al mismo litunpo que se digYid. dar'siD
iMira}>i;etaila.re)igioo.qtie imiahd^j ao dudd liama4r; al geoio dtel
mnl.foiiM'mtipe del sigh. Cn: la ukinaa nooheen quw ib» k ^4
n^r «tMiisa sbnf^e el stdlo a)su.O(b«a, ocorpp^soa tnui pfeniMD^
Dioialanlas «hi •forliilectfr' aaos disofpoW* y fartredeix)* desu^AmM
pmsa. cb||itiQi id> teri;iM« kiohsti^pia as. kid foiepatalm. bYfa oAt hii^
Ua?^ lUtfcho oon. voso4uras.> lea deaia^^ pdmiqe/ yimift ell ptiacifMi
^ este>Rniodo, aunquena h^jr^ aa toi 0001 (^1 le ptntenesoat^ir^
Si tl oinndo'ts abcrrtoe^.aadbfd <|u^<prikiMrii qiie i Vioaoiros. mm
ai^orr^diq': a mi. Si inBiai9.dfi| n^indo^ d Quifid^ QsamariajTM
mo cosa su ya; pero cotiio no sois suyos, sino que yo os enlresaque
^A, por eso ^hmuwdo xi% nhunec^Nbeseliierw mayor -^Ue
#41 amo. Si uie l)^n |j)ifi'SP^nido i n)i , Latubieu os hap de per«
teguir i vosolros^ jr todoeu odiadenauouilM'cvi'VqBfi'na uo%
•5
ild be et «4't|Mik0 htt-^Dvittdo.:.. ^Erpintipe d« este innn<lo ha
•Mi# ya joJEgQclo.... VoBoiros JlarRiais' j^.planireis niientrM el
-iMndo ye regoctfarot; ds coolmtirrfig, /peiio viiestra Iri^tcsa le
-Mnveitirl en igoKd.... Eb el oiiiodo lemlrm graades iribulacto*
f'tt^, ^eto teneiloovfianiza^ yo lie vencido armiindo^" Y liit^go
^Wanlatido ioscrjoa i\ creio> aftadia: (rPudre mio, no te pidoqae
^08 Bi^e^ tiel Diiundb,'8ino q<ie iostfireaervea dA mal. Ellosya
DO 8ondel raimdo, comb ni yo tampoco. [Ob Padre juslo! el
. ttMNide lio te 4ia ^ohodAo { yo si cpie te coiioci, y esios hao o»-
'Mckk» t[iie ta me enviaate."
"Gn fsfeoto^ ^ liaiindo, ptidstaB las maiinB en el oido, reclia*
ito.for Ynaobeiietnpo'la aafaidoria diviim, y ap^dreoa susanun*
'fsiador^; y mas de tres $igl6s ^desplfSqa^on Ibdo el despoliswo
*ile 6Q podi^r^ ilodik aa 'iMteiraide totlaras y suplicioa, iodo ^1
^giilb ilij 9i» oiendb jy I« aeduacioii de sM placcr^s, contf'a
litids ht/flib^eaqiib no ienikn en «u deFensasinoaii paiabrayaAs
-^ittu^s; y i^i^iitrad 'hiibo ttn rin<R>rt de la tierra qne no se ti»
fliese desangre,y 'iin'hombi^e que no^r^sonciaia el lieroismo de
ids ^siAb^'uifs^y M abreyt^ Dias los tiempos de prtieloa, ni permit
-lid lucir el iris de ta ]>az eifto sobie cl mundo ya birn purrfi-
eiido. Go «l'lfl4>Aro de OoRHictnlino 'fue donde se ^iiGOntrardit
•poi* pHinett Vca »iiuk» el podf;k*y la fe, el :ai^lo y hi religid»^
ttvas n'd por e8t;> HeiO largo Itempo 1» bdnlradiecion y la Ittdia^
poes varicidos los errbres ({wedaban las paaionea, que l>ien proii-
-to oira vez degenreraron eiii erroiea. Todos los siglos ban ido
pasando edn bus mas opttealos ^capricbos ^ -con scis inmoderadaa
l^a-aienaiofie^ ^mt^^re.^^eHinaleampt'enciidos, con audinslintoa cair-
MeciroA y seikicioabi qne pbeden redkieirsa a dos paUbi-aa, ot*
igcrlto y corriipuioAy iraiiamlose al partner en $» ioslabilidad ,y
«l5ootinoa madaiiaa Gcmlna Iodo to que es ^lerno e intnutable.
Ora t» c'leiptiilu'dediscordia que aosciia a la Tglesia eaemigM
inleriioa en metlio de la persecucion y Ae la balalia, y ^ba^e qile
ae diapttlen tNia pai pura ic^da con attli{;«e todavia; om el f^ros
e
empuje de los barbaros que, desconocienclo al Dios que los ba
namado del fondo da los bosquea , pretendeo envolyer en co-
mon rofna -al ttnperio y ih religion | al persegnidor y d la per-
aeguida; ora las violencias y orgullo dogoiatizadur de los em-
peradores , que de protectorea creen poder erigirse en dueftoa
y poQtifices supremos cooip en tieunpodel pagaiiismo,y a fuer«
la de asistif i loa ooncilios aspiran al derecho de formarlosy
presidirios; ora la eriipcion de un oulto de sangre y voluptue-
aided que en sua ripidos prqgresos pretende apostarselas coo el
(rristianismo, y subjrugar y convertir i unos pueblos tan ener-
Yados en sq fe coma en sus costnmhres & fuerzu de sutilezas y
disputes ; ora la ignorancia y corrupcion del mismo clero , b
anarquia y ferocidad de lo^ grandes, el libertinage y despoils*
DH> de los monarcas; ora el terrible estallido que deagiijo de la
Iglesia la mitad casi 4^ aus ramas y poderio, la desercioo de
tantos pueblos , los esfuerzos combinadoa de la ciepcia y del
• poder para ecbar por tierra el ^rboi, creido viejo y qarcomt-
do; ora la apostasia de la mitad de soberanos, y las exigenciaa
con que la otra mitad quieren bacer pagar su proteccion y pa*
trocinioi las ^ntrigas de la diplomacia^ la auspicacia de los go-
biernoSy el jansenismo en la Iglesia y en el esladot , y luego el
^teismo dc la qiencia y la apoieosis de la raaoQ y la desolacioo
entera de nn pueblo debajo de las ruinas del (emplo cuyas co*
lumoas el mismo arranco. La aslucia y la violencia, la supers*
ticion y la impiedad, los puebios y los monarcaSy aiempre inom«
bre delsigloy desusexigeociasoombatieronahernaiivamente la
•religion, sin tomar Icccion oi escarmit*ntodelo esleril de los es*
lupi*zos y de lo fugaz de las obras de los siglosanteriores; diriase
q^ie un elerno vatven los impele Gon»o olas. bincbadaa y furio^aa
'contra la roca de las edsdes, soplanda el vieoto, ora al norte,
• OVA ai mediodta, y creyendo ^ veces habarla destruido porque
'^ la hftn ci^biei to con sus aguas, sin advertir c^i^ 9I relirarse es*
iaa, la baa d^j^do v^r luego fija como ^ntes a iQcootrastable.
^7
No dir^mos que a todos, y & cada upoai partioiilari. die-
tora sietnpre eslos otaques un .pcusaiuiento d^ perspcucion jde
rebeldid, y qu^ se dirigieran piladinamepte coulra.el cielo los
dardos ase^tados porios hombres del siglo d una iaslilucioo que
creian terreiire porqae veian en la (ierra su base: reconocieoda
j::aua a ^eces ipvooando el nombre de Crislo, prcteodiao mu-
chos, tal vez sin saberlo^ reformar su obra, j ealonces no la Ha*
jQaban jreligiooi sioo abusos, usurpaciones poDlificias, leocracia,
supersliciofi; fingiao d Ul vcz creian combaiii' al Lraves del B^r
grado muio a sus eneiuigos que seamparabao de el j a vecea
lo profanaban. Yen efecto, aiuchas pasiones bumanas, mucluM
aoibiciones polilicas avanzaban cubierlas con la sacrosanla ban*
dera^ y entdnces el (emplo alacado y defendido por bo^bres
que a un. lieoipo se disputabnii su poscf^ion, presentaba la deapla-
oiony desmorooamientode nn castillodespues de uo silio.pro*
loQgado. Doloroso era siu duda ver eulregadoel dfpdaito de la
& a las pasiooes de los houibres, y disputarselo entre si eo ves
deadorailo todo« uDanimesjr respetuosos^pero al lu^oos la fe
perniaoecia sieiupre eaceudida , y a su luz podian retroceder
aterrados los perseguidores , 6 recoiiocer su errpr los estravia*
dci; y si la ensena religiosa venia al suelo juoto con alguo ban^
do veacido, al momenio era levaotada por el yencedory y.aca*
tada de mio'O coo sincerldad y res^^eto. Todos los siglpa, ik>gi-
ca dbi|)6critarn€i}tesi ^e quiere^ ^ llaniaron bijos de Dios y de
la Iglesia: el pasado se proclamd su destructor y verdugo , el
Aueslro se ba. proclainailo su juez.
Una ve2i consignaJo que la hicba de )o corporal contra lo
espirituol, de lo ierreno contra lo divioo , de lo temporal con-
tra lo eterno , no es peculiar a imeslro siglo sioo general i to*
dos, y que solo ba variado en su mayor 6 menor vivezai en laa
£ises que ba corrido, .y en las armas que sucesivamente se baa
empleadoy solo rcsta estudiar las ctrcnnslaiicias.parliculare^ y el
ealado de e^ta iucba eu lo presenlej para saber oomq b^o^o^ <lo
itondiicirfios«fi ^a, ya qne no sea pbsible terminarla Ae\ lodo.
2Qa^ haHi el sigio con la religion? 6 por mejor decir ^o^ hni
Dies con el siglo? Gsta es la inmensa cueation que abarca el des^
tioo de los paeblos y de los individuos^ de las almas y de loi
euerpos; el grao probletna ocalto en las nieblas del porvenir, que
rasga i veces no dorado rajo de sol de primavera, & veces ua
reUmpago siniestro precursor de tempestad.
Permitasemos ante todo una breve digresion acerca del ca*
rAcler j naturaleza de este siglo, para comprender luego J
•preciar mejor las relaciones que le unen^ la religion^ y las pre-
'Veociones que de ella le separan. Pero dificultades de no levk
monta se ofrecen al escritor concienzudo, al tralar de caracteri«>
ter coo uno 6 pocos rasgos cualquier siglo en general , y en par^
ticular este que es de suyo tan voluble y mulliforme.
Esta palabra siglo, en el sentido que hoy abarca, es de in<*
Vencion liarto modcrna, es una personificficion debida a la fan*
lasia de nuestros poetas, y al caracter generalizador de oueslros
liisloriadores. Cierto es quecada siglo lleva impresa en su freo*
le una marca particular que le distingue de los demas, ora sea
nn becho grande, ora un hombre estraordinario el qne se la
haya impreso ; y que en todos eilos descuellan algnnas <$pocas
que reasumen en si la historia de muclios anos, y que son otros
lanlos niojones en el gran camino de la humanidad : pero en
nuestros tiempos se ha querido hacer mas , se ha prestado k
oada siglo su fisonomia y su ropage particular , se ha preten-
dido reconocer su seilo de fabrica en cada hecho, en cada obra,
en cada monumento, y para dar cierta unidad y trabazon a loa
aocesos mas dtversos e incoherenles, se ha violentado la historia,
ose ban imagiriadoingenio^as hipotesis ysistemas. Los honibrea
deeste siglo juzgando a los otros por las miras, ideas y circuns*
Uncias actuales , les prestan sus propios pensamientos y carac*
ter^.y no pueden pernuadirsc de que carecieran aquellos de l#
p2*eleiiston de impregnarlo todo con su espirilu, y dejar sus hue-'
Am eo te4o oiAiiitO te» it>d6ilMiy y de qw eompBewiy ywrifto»>
meate y m estr^pito algono, t{uizd sin saberio^ coo el daalitib
•eAakdo por la Providenoia^ marchando docilnienle j i'la veil-
tara bajo el dedo de Dios, mn yolver el roatro^ oada paso patu
4oteppelar al que los gtiiaba, j escrutar afaoosameDte los aeetift^
Ids del porveoir* No o^ar^nios^ aonque sea repelirlo/que cadu
aiglo haya tenido un espiritu que le impeliera, pero si «egM^*
mos que este faera tan uniforme y conslante, qiie su misioh fue*
ra Un clara, sos niiras tan trascendeotales como i cada paM>
ae supone: oegar^nios en fin que bajo una f6rmula , i>ajo tMi
simbolo puedan oootenerae taotos iotereses encdnlrados, tab
opuestas marchas, tantos acaecimientos remotos eo dislanoias ^
tiempos, tantas contrarias influencias de bombres singulares, od*
«iio abarca la misteriosa cifra de un siglo. Sin dada este m^KH
do que reduce una era a una akgoria, y una cr6oiea i un cu»»
drOy es inuy uttl para aprender y retener la historia^ pero ab
para proFundizarla^ y peligroso ad«mas para jusgarla.
Por una notable siogularidud este siglo, que tanto se oai«
pa en definir i los otros siglos, carece el propio de definieion:
diridse que prelende consolarse , coo el conocimiento y esttidio
de los demas, de la ignorancia eo que respecto de si mistno se
encuentra. Y no es ciertamente porque se hayn deacuidado dks
iiablar de si naismo 6 porque modestaniente lo hsyu evitad^^
pues que nunca tal vez se llevo tanto al estremo esta mania db
reilucirlo todo i si, y de mirarse en todas lascosas como en un
esjiejo: ^que liijo hay de este siglo que no haya preteadido baoer «1
relrato de su padre? Pero todos estos retratos ban salido con*
tradictorios , aunque en si exactos^ segun la distancia y el pnn*
tode vista desde donde se tomaban; y el siglo girando ince-
•anteinenle sobre si mismo^ y variando de fase a cada momen*
iOy ha tornado a su cargo el desmentirlos, adadi^ndose de ^sle
nnodo so conlinua variacion y mulliplioidad & las dificultades
que, segun dijimos, otreceen si el caracierizar el tipo yCendes^
ToMO II 2.
#0
-cia de van siglo onalquiera. Al traves de Unta diferebcia j aus
(OpOBiciOD OD los acootecimientos , no solo siicesivos sino coo-
•Ittmporioeoa , se preteode hallar el liecho general , el elemento
•de ooidad que forme la esencia de este Proteo, sin advertir
: que sa esencia e$ii en la variedad misma , sin advertir que no
.€S este ua siglo y sino muchos que se lian encontrado y que vi*
Yen i un aisnio tiempo.
Cio^ndonos por ahora i lo que bace & nuestro proposi-
tOy oimos en un mismo dia^ y a veces en* un mismo ItbrOt
.•calificar i este siglo de impio j de recien convertido, de in*
diferentibla y de crejente y y todo es verdad aplioado i cier-
tos lugares , i ciertas cuestiones , a ciertas personas , que pa*
ra abreviar se prefiere abarcar bajo el nombre de siglo en vex
de clasificarlas y distinguirlas. Y esto^ dislintos eleinenlos no
-ae hallan ocullos y esparcidos como quiera, cual en otros
ttiemposj dominados y como sofocados por un elemento pre-
domioante, sino que luchan y combaten entre si , triunfan-
•tes en un punto y vencidos en otro, am que o|o humuno bas*
te i adivinar el exito de la lucha. Fluctuando enlre las e^pe*
ransas y temores el obset vador , juzga y pronostica comun*
mente por el ultimo becho, y siendo los hechos contradic-
-lorios lo son tambien los juicios, no digo |en di versos houi-
bres, sino aun i veoes en un bombre mismo y por previsor y
mesurado que sea.
Ni podia suoeder otra cosa en una situacion tan complica*
Ida como se encuentra la Europa en general y cuda nacion en
particular, dispersas entre si y descoj'unladas, por efectodelos
grandes sacudimientos que las ban conmovido y y embarazado
•8U suelo con tantos escombros de lo pasado y con tantHs ideas
y sistemas que, como lorrentes de lava, ban ido sucesivamente
aobt^ponidndoae unos & otros. ^Qtie liene, sino, de comun. el si-
glo de Francia con el de E^pajla, el de Inglaterra con el de Mu^
^a^ el de Alemaoiacon el de Inglaterra? En esta el protestaa*
♦I
tismo amenasado en todas partes de muerte j le acerca al caia-
liciamo , eu Alemania se acerca al deismo y A la incredulidad}
en logiaterra ea el siglo de emancipacion para Ids oatolicCM}
en Rusia el de la persecucion, y la corona- tiara j el cetrade
hierro de Enrique VIII que se caen al parecer de laa manoa da
la reina Victoria, son con ansia reoogidoa por el emperador Ni*
colas. El voherianismo y jansenismo caen en Francia dtocre*
ditados; pero no por eso dejao de doininar en Espafia por me-
dio de una fraccion, pequefia si se quiere pero osada, y tan {n«
timay oordialmente enlasados, que es dificil distinguir susobras
jrsasinfluencias. Aqui cunde la impiedad grosera, alii el panleia-
tnoj mas alia el racionalismo, aci la iodifereocia ; en up ponto
Ta ascendiendo la religion, en otro va declinaodo & sn ocaso;
acase duermeo uoos en el mas brutal roalerialismo, alia seen-
tregan olros , con toda la ansiedad de un corazon que se sienta
Yaoio y de una imaginaoion desarreglada^ a todas las Utopias^
i todas las supersticiones, i todos los delirios i que puede lao*
zarse la raaon humana noiluminada por la fe. Y si de las ideas
bajamos i los hechos, de las teorias a la observacion, de los go«
bemanles i los subditos, de los escritores & las masas, ^cu^nta
diversidad no ballaremos, cuantos juicios errados no rectifica-
remos en unos tiempos/en que mas que nunca se ban visto
ialsieadas las instituciooes y la voluntad general^ en que la civi*
lizacion es masficlicia que nunca, en que tanto peligro bay de
eqnivocar con la conviccton la boga de la moda y el espiritu de
Dovedad, y en que las ideas pasan deslizandose, por decirlo asi,
por la superBcie sin penetrar en el corazon de la sociedad? Es-
te modo de juzgar a las sociedades por su esterior, por su par-
te someray agitada, por la moda que fugitivamente reina, por
la fuerza estra&a que las avasalla j por los dicbos y actos ea
fin del primero que se intitule represeotante suyo, puede indo-
cir a incalculables errores, cuyo resuitado menos funeslo seri
el desconocer los liempos en que if ivimos y los que podemcs
Coatido ndsolrps cimos haUnr eon-tahta i^ridad dd m*
tfrfritu del sigloy de sua tendenoias^ foroKir^ugeoealogfa y tn-
Mr 6u porvenir , no parece sino que una roisma i4aia circtila
'-fM lodk fiuropa^ y que sns descuodernadaa aociedadbs no adn
'ki^o iniembros del ifimenao coloso que corre por un camido
HM^dd itch una dkecoion detserminada $ no parece sino que >i
^tacipiosdeeata centuria se hallaban en el mismo eslado tb-
"dos tos pueblos, para que ahora se hallenen el mismo punto de
ctfU camino^ no parece sino que su mardia es ian ordenada cott^o
-k de una maqnioa^ su carretera tan fija como la de un camioa
^1^ hierno, y que se mueven de un mismo roodo los bilos y resor*
tea cte la Prov idencic^. £i espiritu del sigh! invoca cada cual pa-
M ei^Udar bechos contradictorios^ para defender inlereses opuea-
t^; y con esta palabra fatalista nos creemos dispensados de.pensar>
t(Ae juBgar y de obrar, y nosenlregamos dormidos & la eorrienle
-^ipeiuosa de los sucesos, sin mas guia ni esperanza que el acase.
£i espiriiu ifei siglo..\ ah! si alguno bay que animeen i^alids^
IMa masa tan beterogenea,6i algoconstante y universal puedeeft*
'ftoftlrarseen la volubilidad y complicacion desus movimreotos, es
€NerUi«iente el espintu de/Wo/e/icia, que se formula por esceji-
IMcismoen el entendimiento y por indiferencia en el ooi'msboi).
Hernos soltado la idea, y la esplanaremos, porque parece dds.
^e luego ana paradoja apiicaria al siglo de las i^voluciones y
Jke los descubriinienlos, al aiglodel vapor^del periodismo y del
jorogreso intelectual indefinido. Pei*o ^quien define si este pr#»
greso esid encerrado dentrode un circulo vicioso, y si con los
'^)05 vendados rueda atado a onanoriaen suconlinuomoviniiea-
to? Vemos volver y reaparecer^ sacudido el polvo, tautas cosas
qtie ya pasaron en polilica y en lileralura , dudar de tanloa
^incipios que desde luego ae proclamaron como axiomas, que. a
nuestro |orcio si algo ba aprendido este siglo, es lo que apreiidid
fioorates deapues de largas vigiiias ; se que no se nada. Respeo-
1»
to i los deseubriniijeiitbs^ nor p»*erfe i^iiejM fMefmjdfert wfViti
Uiraelas con el aigb XV> con eL X/VI, oi ana .con d pMwdcb j|.
(joe iiad« pi^eseniari'CompfttfaUe ^ fat bra j ok » ii la js^dlvofa y-A
la invpreiiia) i oa ae» ct napop que date |^or cieHo de< fawa dijii
4ltitti0 siglo> y queotiucboa hombraft antepripcea^ y eapaAoleajc^^^
kimenle; haUaoyapreatntidoi si esqueaoquieredaraeleat'elliin
totockefaveAtores. Eale aiglt> oada ba beohoafN^oas sillO'apli0al^
1m' prtfMvpios' ya c^oocidoa^ paltr laa in?«ncioaes ds Ipftdama^
y ¥evmiir\o todoqon caa' dalicadeaa; y refioamiciitOy palriiMM
tfio d» laa naciaoea y epocaa iadolentes, pt opias pat*a penfoaeioAi
nar to < que aooiadadas ina9 radas, pera mas eicasde gebiq, ki
dejarbn 0fy enibrtoQ quando miiu^ Ademas aan cuaado lulhcati
rafi^ teiiido iagat eo mestra oeobnriai'gcatidea kureocioiiea^ eaM
probariar wo mas qiae. eicisie al^n gran g^to. aialadb i Qi qts^ilg
FlrovM««cblia diipocstouna caaualidad, faliK): pns qiialoa daan
cHbrtmienUia^ bijbs pot* ia mayor parte deiaqa.felis caaoaltda^
d de an genioiaisladd, no aon prodocidos pod ikoaiglo^ sioQ nm^
€hrBp.6 ii^uyBoabbre.^lxioa.' atu reaultadao.- ... i . ' ,. • t
Asi pues cuanto se oos diga aoercada) progreto. meofaio^
J iteinainientOftmiEilBrial- dr €tete aiglo^ aoi fafoe inaa.qMr^cK>m<*
probar oavatro aaetlx), pQ» qae el caerpo tmiuni maitante «jk
no i' eapeiiaas de() almit, y que estas apatrefltea meforasfson^aiwai
p«e. compaAeraside indoleacia y- decaimientoi y peeeonsoras da
ruina. Oiro sintoraa presenta que 4 primera vista pareoa depot
ner roejor en favor desu aclividad y cooiradecir i nueaira idaat
lal es ia inquietod febril qae k> devera; la agitacion inlefeatiidll
1» anperabundaooia de v.ida , la anaiedad por ei porveoar i|af
dificilinente se ballaoen tiempos.de materialtamoiy eoervamiairi
to. Pero eae malestar i ioqnietaci, {que otra caaaareeoooee'qui
la^paraliiaciondeuoa aotividad qaosuperabuoday porqae ea oa^
4a so eaiplea? Esoa vaoos delirios y siateoMB ^que; aoa- sioo par^
toada la ociosidad y de una razoo perazoaa, que 'pre(iera>ir
aiModp pan antra tiaiablaa i aalir de aa sttem en buaca dedn
4«
1m verdidem? Em aamedad del porveoir ;qu^ ts siBOdcflcujdo
de lo presente 7 Porque 1^ esperanza es casi siempre el Dioa:
de los perezotoa, ast coino el destino lo es de los ignoraptes:
eaperaodo en el dia de manaoa se diapetwa uuo de obrar en el
de hoy* Esa tristeza, por fin , ese vacio , eae faslidio ^qu^ otrm
cosa es sino ei que persigue a un joven prematuromente enveje- ;
eido por el placer y no por la esperiencia^ el que viene a Ua-*
mar a las puertas de los deleites del mundo y sentarse entre los .
•Icgres coo?idadoS| el que oace de unas fuerzas agotadas, de-
ana-marcha torctda, de unos afios mal empleados? Querela eo;
VM palabra el retrato de esteaiglo, ja que tanto gusla el mis-,
mode verse psrsonificado? Nosotros lo personificaramos en.
mo nuielle calira recostado eo su harem, canaado prioiero de dos*^
Ipuocion^ y harto luego de placeres, ciija imagioacion vaga so*
Acrfientamente entre un pasado de sangre, un preaeole de Uaaiip
f deleifces , y un porvenir de lerrores y tinieblas: anadtd, si oa
place, el i^fangedel enem'igo, 6 d pnnaldel coojuradopendien*.
lede un bilo sobresa cabcza: no le saoareia de su letargo, por->
^eno tiene faerzas para buin
Coo este ejemplo no ae bard tan estraiia la mezcla deesfaoa
dos earaeteres tan opuestos en apariencia , el de impreTisioo. ^
isdolencia eon el de especlacion e inqnietud, qufe no negamon.
sea tambien mu j peculiar de esta epoca, y uno de aos diatinCU
▼OS. Enefecloel siglo actual prestaodo a todas las cosas la ina^i
fKirtaneia que les dan suf esperaozas 6 temores^ y presintieodo.
J'os altos destinos i que es llamado y el inmenso poder quo
y^ee sin uso entre sus manos, espera ser testigode graodes cam*
bios de que no tiene valor para ser instrumento , y reemplasa
la.acuvidad oan la.curiosidad,prefirieodo investigar superstU
iMsamente por agueros los arcanos del porwoir , que la bisto*
ria y ejempks de lo pasado y las ncoesidades de lo {wesente^
Acosado de graves aobaques y exagedindoselos ^1 mismo cod
au medilacioo ioactivai sepulsa i si mismo y euentasHs lalidoa
odno d eiifermo de aprierisioD ateoto siempre i la menor ma**
daiMa: creJulo i inqoieto cotno aqoel pueblo disperse que en an
proruoda abyeccioo creia en cada profeta 6 impostor ver levan*
iarse su Mesias. Asi pues en cada nota diplom^tica que se es*'
pida cree ver cambiada la suerte del globo y trastocados lot
imperios; eo cada m^quina quese invente cree haberse asegura-
do el domioio de la natoraleza ; en cada sistema que se forma*
lecree yer nna tranaformacioo social 6 la solucion anbelada de
los mas largos y complicadosproblemas. Al desengafio suoede
kiego el desaliento, y al dcsalientootra vez la indolencia; y de aqui
la r^pida voga que tienen en esta ^poca todas las novedades, el
roido qoe bacen en su aparicion primera^ j lapronta caida y el
profondoolvidoeo quetluego desaparecen. Yaun estas novedadea *
no tienen el m^rito de tentativas, pues qoe no pasan poi lo co^
Aiun de teorlas; en cnanto d los hecbos brotan per si solos da
la Toerza misma de las cosas, imprevistos antes de llegar, y no *
coropreodidos despaes de baber llegado. Digdsenos sino, lo quO'
ae liaoe para preparar el porvenir ; lo que se obra con nn fio
determinado y propio para producir los resultados que se in« *
ientan; la idea fija y trascendental , la linea indeclinable por la
<»al se anda dcia uo termino seSalado* Corremos i la ven*
iura in»pciidos por faerza desconocida, y no tnmsos ndestro '
propuesto ttioerario basta despues de haberlo reoorrido; aolta*
mos la m^ttina, reservandonos para* onando haya obrado el
anunciar qn^ juego producira. ^Qui^n eoeate siglo hthti podi«'
do aer profeta para el ano renidero? qui^n puede conjeturar ni
de muy lejos lo que aeri de la' Enropa de aqui & 20 afios 7 Se*
obra por fin en todo sin pbn, sin coocierto, sin confianza en laa
oiisraas ideas , que como saludnbles especificos se proclamao:
#e da a este siglo todo lo que pide en so delirante inquietod; oo*
no i un enfermo desauciado.
Creemos pues que i no confundir la vilalidad con el delirio^'
el.^progreso eo linea rectacon el circulo vicioso de la duda, uQr
m Uamadv ya al 8^0 XIX el de'scliridad y ratmmiButo y m^
no el del esoepticismo, y por coosiguiente de la indoleneie. Y si
DO baatan laa reflesLMoea que hasta aqui lievamos espuestaa, «o
can Iftclaridftd J eoergia con que dentro de nosotros las scnti-<
910s ^ y lafi aealir&o tal yet, loa que aobreellas reflexiooen, vea«
aade una ojeada la iDdifereocia eo religion, la elasticidad en
Moral^. el fraccionamiento en la sociedad , 1» interinidad en laa
matiiuciooa^ el eclecticismo en filosona, la molicie y refinamien-
ID ea laa costumbrea » la anarquia en literatura, la imitacioo eii
Im artiss; taleoto deplorable dado al parecer en debil coinpen-^
iMsioa d)sla Cicultad de crear, de ese destello de divinklad^ qu6
lolo 8e da d loa siglosde fe , aotividad y desprendimiento.
PedJmoa otra vez que se nos disimule el babernos deteaidq
ImnlQ en la consideracion de los males de este siglo^intes deeca^
tear i ecuparnoa del unioo remedio que coaocecaos para elloaL
XodjOS'los denias. remedios estan ya deaacreditados; loa regew
Mradorea dd aigloban confesado que ao.babia yaningunopara
jUj^ pero & nucstro eoteoder reata uno todavia , la religion. En«
Ire lanfcaa cosas como van paaaodoi solo esta hay fija; entre tan**
loselenieutoa opuestos y disolventes, solo bay este de unidad^
a» ella.estdla solucion de todos los.probleixias sociales, poItU*
Ms^ y Uterarios. Sio ensiburgO) se ba ido ^^buscar muy lejoa
par oaminos. eatraviados. la verdad y la dicba que llamaba 4
teestnaa puerlas.; ae ban Gopioado cisternai estancadas y car
rr^pidds parabeber, deapreciando el aguacristalina que ma^
n de purtainiai ^ ipagoLs|ble tckento. La bistoria de este aigto
M> ea sine la, de sn lucba con la* religion , & quien reaista no
aatotaraiaa enemtgas y 000 oposioion activia ,, sino con toda. sa
fiiaiMi de inercia 6 indoianeia: chas no por esfco serta menos glo^
9mo A liriunfa de la religion ; puea m^doa diGcil ea posUrar 4
un adver^rio; que resucilar & un nrnerlo.
Jose Maria Quadraoo.
47
€0tnMo0
UGISUTIVOS Y EGONOiCOS.
MTfcOLO PRIMBRO.
E
s una verdady que por harto palmaria nos creemos dispenaa-
dos de demoslrar, que gracias al nuevo rumbo que de un siglo
adi van tomando las ideas , la aristocracia de la cuna ha sido
reemplazada por la de .la rjqo^za ^ y mas .todavia que por lA
aristocracia de la riqueza por la del talento. Cuando^ ahora se*
seota anos, hoUado el priocipio de la autoridad, la ra2U>n orga*
llosa levanto su altar sobre un charco de sangre y montonea
de pol?o y ruinas, no se conocieron en el reioo vecino mas di«
ferencias que las bijas del arrojo y del talento , y zumban to-
davia en nuestros oiJos las fogosas peroratas del tribuno IVlira-
beau que tanto einpujaron la revolucion francesa , haci^odoU
correr en cortas boras el largo camino que en luuchos sigloa
DO debiera liaber andado. Los hombres que acaudillaron la re*
irolucron de allende el Pirineo, conao los que se ban colocado al
frentede la espa&ola, ban salido de los colegios de aliOgados;/
el letradoque antes consumia las boras en el silencio desu bu-
fete 6 en las sosegadas luchas del foro, es llamado abora i re*
presentar un papel muy interesante en la escena social , pues
tan pronto sube i la Iribuna del congreso para dejar oir elo*
cuentes y coocieozudos disoursos, como llega A sus manos una vara
de alcalde para ainparar los intereses de un municipio, d sesii-ii*
ta en un sillon de alguna diputacioo de provincia , y tal vez en
una poltroua ministerial. Y ved abi porque ja no basta que el
abogado este meramente eoriquecido coo los conocimieotos te-
Toxo ii . 3.
48
gislalivos, piles tanto como de estos nei^^Ua de los economicos,
si es que con gloria para si, y irentaja parasus comitentes^ ha
de ocupar el puesto^queiranencumbrandole los acontecimien-
los; J por mas que el Mempo nutrtdo de desengaflos haya mar*
chitado la fe que el que esto escribe tenia en la economla pu-
blica, J de^mayado los brios con que i esta ciencia se consagra*
ba^ sin embargo ahora con mayor aplomo de juicio podremos
examinar lo que hay en ella de verdadero y tambien lo que
de superficial y exajerado, como el pin tor, que este Dombre coo
jttsticia qulere merecer, no debe deslumbrarse ante el Fresco
de los colores, sino buscar en el lienzo las perfeccloues del di-
bujo.
Cierlo qite a la ciencia de la riqueta debe preceder la
cieacia del deracho; pero de que una vaya dclante y la otra
aiga dctraSy do debe deducirse que esteo divorciadas entre si^
nique la una sea inutil a la otra^ sino que se tienden una maoo
aroigai y se apoyan mutuamente. Si se quiere, de biien gra-
do concedereinos que al hombre dado del todo i la resolucion
de los problemas economicos, se le hard duro engolfarse en el
f jrrago de los n(.*gocios judiciales, pero en esto solo vendra con*
firmada aquella verdad ideoiogica tau conocida; ianto como
gana una idea en estension pierde en comprension. Y para
que se vca que briilan rayos de semejanza entre ambas ciencias^
y que hay muchos puntos de contacto entre sj\ ahordemos una
de estas cuestiones que puede Ilainarse muy bien de relieve, y
por su magnitude importuncia mercce ser estudiada deun mo-
do parlicuUr; la! es la propiedad. Si el labrador en sus faenas
ae coudena i regur la dura tierra con los sudores de su fren-
le, y el jornal<M'0 se resigiia a respirar por largos anos sepulta*
do eo una Cibrica la pesada atmosfera de vapor, y el comer-
ciante sentaJo en la popa de un buque seabaudona a laincons-
taocia de las olas, no creais sea por el regalo que se entrega
at trabijo^ pues el hombre iadolente por oaturaleta no ejerci*
49
ta 808 fuerzaa fi8ica8 por el mero gasto de ejercitarlas, sioo por
d premto que & este ejercicio suele acompafiar. Abora bien, el
preinio del trabajo constituye la propiedad , segun la 6Ios66ca
espresion del conde Destutt -Tracy, cuyas ideas por otra parte
mujr errooeas y aobrado materialistas combaliremos otro dia.
Hemossorprendido puesel origen de la propiedad, y lo benioa
enoootrado eo el Irabajo; y si todo cuaoto tiende^ fotnenlarloen-
tra bajo el domioio de la econoiniay claro es que el origen de
^a propiedad economico debe ser tambien. La legislacion de to-
dos io8 pueblos oo ba tenido otra naira que amparar la pro*
piedad de las invasiones de cualquier linaje que eslas hajao si*
do J y loda la balumba de leyes que el jurisconsulto eo una
carrera de 50 anos desempolva , oo tienen mas objeto que
ddesliodar e! tnjrojr el mio. £1 demarcar como deben efec-
tuarse los traspases de la propiedad , y el oo derramar mas
conlribuciones que las necesariaspara el sostenimienlo del es*
tado; esto eslo que cumple a la legislacion civil, y el graduar
las utilidades de cada una de las tres inJustrias para que se*
gun fuere la utilidad sea tainhien la carga , esta es ya una
cuestion ecooomica. Por no iiaber compreodido nuestros le-
gifiladores como debieran el esirecho lazo que one a estas dos
dencias , dieroo muckas veces eo errores oiuy crasos, y le-
jos de labrar la]veotura, labran la desgracia de sns subordinedos.
Funesto en primer lugar para las familias y despues pa*
ra los pueblos es el lujo , ora sea de ostentacioo ora de seosua-
lidad; este cincer, que abora mas que Dunca va gaogrenando las
entranasde la sociedad, lia hundido d muchas familias en la mas
abyecta miseria, aumeotando como si ya no fuesebastante rica|
la cosecha de la publica corru|)cion. El lujo ba intentado ani«
Yelar todas las clases , pero & ese nivel aparente pronto ha so*
oedido el desnivel real , y la caida ha sido tanto mas estre*
pilosa cuanto mas eocumbrada la altura. Para levantar pnfs
un robuslo valladar i esa avepida de males que en todos tiem*
2l»
pos lia acarreado el liijo, fiierori pramulgadas las lejes suntua*
rfas que Ian direrentemente ban sido juzgadas j apel]rdindola$
ubos alUmente nioralizadoras , al paso que otroa agriafDenle^
las conJenaban coino alentatorias contra el derecho de pro-
pleJad. Cierto que la legislacion no debe escurrirse en el seno
de la fiociedad dom^stica para fiscalizar los bolsillos^ j asf
solo i la economia cumplira graduar los males que vienen i la
riqueea publica de los derroches del prodigo y del helado es-
tancamiento del avaro. Si, la avaricia y la prodigalidad,aunque
cblocadas en dos estremidades, se dan un funesto abrazo, del
tnismo Qiodo que pueden tocarse el primero y el ultimo
anillo de una cadeoa; el avaro sentado sobre sns tesoros, y
el prodigo emplcitidolos en objelos de consumo improdnctivo,
son igtialmenle fatales al acrereniauiienlo de las riquezas. Sin
embargo^ no es la ecoiiomia la que podra arrancar de cuajo
esos dos males; la moral, y mas todavia que la moral la reli«'
gion, es la unica que puede regular los sentimientos del cora-
aM>n y eofreaar las pasiones cuando se encabritan , y por lo
tnismo solo ella podra derretir los bielos en el corazon del ava-
ro, y cerrar on poco la mano del prodigo siistiluycndo la her-
mosa viriud de la frugalidad. Y ya que ta ocasion se brinda, no
podembs menos de decir que todas las ciencias, asi las fisicaar
coino lai morales, deben desfilar delante de la clencia religtosa,
como de^lilan las hijas delaute de su madre, doblando la rodilla
i imprimieiido el beso de respeto sobre la mano materndl,*
pues lodas las ciencias son respelo i la religion como diferen-*
(Les riachuelos que Ilenan sus canales en un mismo manantiaL'
Tor no tiaber comprendido nuestros legisladores esta verdad
tansencilla, se enipetlaron en alcanzar por la coaccion lo que
debieran haber logrado voluntariamente, olvidindose de que
por los medios coactivos se a^'uijonea siempre el estimulo, y \e\o$
de lograrse el efeclo que se desea, se da con otro enteramenM
opueslo. Las vei*dades legtslativas son en esta parte de un orde«
«taii difer4nto^cld .bs,ecoooinicas>» ifjuQ U Jiegi^laclpn pfx^de re-
vestirBe del, foraiidable aparalo del poder y fpandar, mieDlraa
. qae la eqotioof^ia debe re&ignarsa & s^r.vir de, co93^JQi;a; en otros
.ter.minos la J^gislacioo d^be querer q^csehaga > y la econo*
mia 4ebe Imc^r que se quiera. SeoteocU, es esU profunda-
modte filosdGca, digna ppr cierto de.quien la, coDcebid, de.Ju^n
fiaa.l|i$Ui. Say ^ qiie con lotmiuosa eopia 4e datos oimps deseo*
Tolver. caaodo: ooho i^nos ba a^omeji,^iDO$ el arduo estudio de.Ja
lari^prudencia*
Qtra de las. 0)at0rjaa.merameiile eectndmicas.y que aio eip-
kirgo ha iotpntaidQ invadirla jurUprudencfa , ,e» lodo cuaa^to
mira al aumeDlo de la poUacioD. Abiid los codigos roiqaEios^
y en jseguida 8altardn(.4>yiiestrosojo8 )aa leyes Ji^Iia y P^p'm
Fopea; abtid los. c&dlgo^ e^p^nplea, y estas mismas leyes
apareceirio iftuoque puede v^tidas co;i 4)tro ropaje. Qhqfi^d
AQestros. legJAladorjes^e^unular los matrimonios ^ y por e^to
abrumaban a los casados de privilegioa^. olvidaftdose de que
.no OQDviener que las eociedadea esteo saturadas de poblacioii;
ptiea el eograndecimieBio de los pueblos im> se oaide ppr el i^-
mero de aoa. babi tables sino por k felicadad de que eslas §<>
zan y por la abuQilanGia en que oadaD.
El .pauper iaino , ved abi, la pesadiHa qae atormenta & |t>s
que estan arriba, y la grada de que se sirven loa que estia abajo
para escalar el poderf y el p^upevismo es lambiea una de taa
mas Tunestaa causas de las revoluciones que en eslos uUin^os
.tieinpoa hao b<irrido las soeiedades unodernas, A fuerza da
malliplicarse los hombfes, do ban sido eonsiderados Bias qiie
camo puras tn^quinas; y vergueesa da ei deeirlo , laa fueraas
de un ser e^ae orguUoso puede Levantar si» fiente al eielo baft
aido calculadascomo si fuesen las de uo caballo. En an siglo
en que tanto se cacarean las luces, y en que en nombre de la
filosoHa ilebian suavissarse lodos los dolores que aquejan i la
bumanidady se ban e&tablecido ouevameute castas ^ y el ora
22
separa i \os hombres los nnos de los otros, tanto como lo9 md-
rallones de un castiilo eo los siglos medios : ] esta es la gran
venlaja de un aumento escesivo de poblacion 1 A Malthus le
ha parecido tan grave el iiial que op ha temido proponer un
remedio que el rubor np nois percnite aiqujera anunciar. Con
esto podri comprenderse cuan poco aoertada9 iban las lejes
que por medios directos tralaban de fomeotar (a pobTacioD^
olvidiodose de su Sq principal, que e^ asegurar los medios de
aubsistir , amparando la propi^dad y estimulando la industria
nacional. Doqde hubiere subsi^teocias, alli habdi matrimonioS|
como que tap apremiante es el esiimulo de prpcrear que ha
aido necesario que el cristianisnio heglameptase I09 malrimo*
nios por medio de sus canooes, j bripdase con la palma de la
tirginidad & los que buellan valientemente las rpsas del pla-
cer. Por lo dichp se ^e que todo cuantp atafie al aumento de
la pobladon perteoece i la ecpnomSa J ^ la mpral , pero de
Dingona mapera i la legislaciop.
Eq otra materia se encuentran tambien de on modo eB*
pecial la ^egislacion y la economiaj, y ea en las permutas. La
aociedad no es mas que una serie de capibios, ha dicbo un es*
clarecidp autor; y tan egoisla e% el siglp en que yivimoSi que
hasla en la misma beneficencia ^ en los arrapques niismos de
caridad ha querido hallarse una peroiuta. Bien se echa de ver
que esto nos lleyaria A hablar de la moral utilitaria , y por
ahora basta detir que eldia en que la moral no tuviese otra
base rnas que el principlp del inleres, en este dia desprendido
el mundo de la mano de Dios^ se buncliera otra vez en el cios*
Todo cuantp tit*nJe & encajooar las permutas, y i demar-
ear los modes de eliecttiarse el traspase de la propiedad, es pa-
trimooio de la legislacion; y sino, iqni otra cosa son los con*
tratos^los lestamento^, las dpriacioned, que medios reconocidos
por el dffrecho^ en virtud de los cuales lo que es de uno pasa a
las mauos de otro? Sin embargo cuaodo la legislaciou £ivoroce
as
'i una industria ciialquiera en menoscabo de las olraa , iovada
el terreno de la econoixiia,e hiere los derechos que ^ estk
ctencia perienecen ; ella necesita de la libertad , y el favor de
las lejes es en esta parte lo mi8Q)0 que e) favorilismo de los
priacipes , fatal uempre a los pueblos. Una de las causas qne
mas poderosamente ban conlribuido & la miseria en que gi«
me la nacion espanola, miseria que la ha estrecliado hasta ^
apuro de apenas tener el pan de cada Jia , ha sido el favorecer
demasiado la imporlaci&n del numerario y conlrariar sn eis*
portacion , o en otros terminos y haber preyafecido la balanza
del comercio. A veces nos sonre!nH)S at ver la candidez con
que alguoas personaa nos re&ereo aquelfos dias en que las fld-
tas nos traian desde nuestras Anliltas grander siimas de dinero,
y en que era neeesario apunlafar las aduanas espaiioiaa: aqu^-
llos dias debiao tener sus ooches tambien, [ j harto pronto nOft
ban ellas envuetto! cotno los escesos de un^ ^uventud temper*
luosa suelen ser precursores de una anticipada rejez. Era ne«
cesario que los estadistas queentonces gobernaban nuestra na«
cion fornaasen la idea de que los roetales no son mas que una
riqueza cualquiera , y por mas que despidan briHo, no valen d*
DO lo que vale el traba[o empleado en su elaboracion. Asi qcie
las leyes qtte favorectan las permutas en que se daban mat^
rjas, ora fuesen en bruto, ora elaboradas, para recibfr eia
Gambia mooeda , eran antieconotnicas y ahamente funesta'a i
la soGtedad. Y a propostta de U moneda , no podeinos menoa
de decir, aunqae sea de paso, que la ley no poede fijar de
ninguna manera su valor sin esponer & toi pueblos & ' grandles
y tristes oscilacicMies. Cnando por amenaaar a los gobiernos
inminenle bancarrota^ no inspiran confianxa , equiroeadamente
crcen saUarse de los apuros en qtic se ahogan arrojando pa*
pel moneda; porque la ley en vano fijara el valor del papely
Gomo que sus mandatos quedaran d cada paso eludidos y el
^obierno escarncctdo. ^Qiie poder tuas borrorosamente fuerla
qoe el revolacionario de Franciai armado ie la hoz de b gui-
llolina que segaba cada dia i millares las gargantas? Sin em-
bargo ese poder tan terrible, que aparecia como ud fantasnui
goteaodo aangre, no logro que el papel ae totnase per el ya-
lor nominal , y en esta parte la Convencion j la Republiea
quedaroo mas de una vez impunemente desairadas.
Funestas tambien eran las lejes que prohibian la venta por
menor , y que aellaban con el hierro de la infamia la frente
de los revendedores : en los conlratos que no manche el frao-
de debe baber libertad , y todo cuanto liende i dividir y sub*
dividir una industria, lejos de ser contrariado^ demanda alta
proleccion. No menos se oponian al libre desarrollo de la ri-
queza publica las leyes que cerraban las puertas de una nacioa
i los estranjeros que venian & ella i ejercer una clase de in*
du$lria. El temor de que se volviesen i su patria una vez en-
. riquecidos y era harto inFundado. Al marcharse siempre dejaban
en pos de si uo equivalente de lo qiie se Uevaban ^ ora fuesen
miquinas , ura capitales fijos , ora conociinientos. Y ademas
^quereis cncadenar A los estranjeros i la nacion en la que vie-
nen i ejercitar sus ,fuerzas fisicas 6 intelectuales 7 dispeusadles
todo linage de proteccion , y baced de manera que no tengaa
que echar de m^nos la que disfrutaban en su pais natal. £1
amor de la patria que encadena al montanes i sus rocas y ve-
ricuetos hasta el punto de no envidiar la suerte del habitador
del ilano en medio de sus abundantes cosecbas, este amor, re-
pitOy tao ardientQ y puro en la iiifancia de la sociedad, se ha
vuello tibio desde que el intere^ ba ido helando el corazon del
hotiibre. Ahora ^a no recordamos con dulce placer el cielo ba-
jo el caal nacimos, y los objetos que birieron nuestros sentidos
y rodearon nueslra cuna ; y dia vendrd [ plegue al cielo que
tan nebuloso dia nunca amanezcal en que nos despediremos de
las plajas en que vinios la luz primera j y nos arrancar^mos
de lot brazoi de oueatros padres y amigos , sin volver atraa
|08 ojo9 homfdeeidoa ooo el Uanta: ta^ito el aipor i hs r!que-«
sas ha ido aflojando las fibraa mas delicadas del corazoD 1 Por
k) miamo ja do aeri tanto de temer que loa eatrangeroa qne
irinieren i ejercer una ciase de iodastria ae realituvan i sa na-
cion cuando se fiajan enriquecido; porque ese seotimieDto
moral del amor & la patria, tan dificil de acallar en otroa tiein«
posy se halla casi enteramenle borrado.
Hemos examiDado algunos de los puntoa eo qoe ae codeaa
la legislacioQ y la ecoDomia; esta materia de suyo bar to abtm-
daote puede todavia apurarse mas, y esto prometemoB hacer
' en otro numero. Concluimos volviendo i la misma idea ooa
que hemos empezado; y es que la cieocia legtslativa no hm maa
que un vasto tejido en que como hilos entran la moral, la ad-
ministracioD^ la economia , la poHdca , la juriBprudencia, ta
hialoria , tambien la literatura , pofque i veces la adusta Te«
mis ae goza en hermosearse con las galas del buen deeir.
Josil ViDAL Y Pont.
Toxo 11
SOBIIE 1.4 SITCACIOIT
«esraswBiiiii<iii(i>Bii8«
c,
I iiaiido todo al rededor del hombre respira tninquQidad j.s^
aiego^ y solo en m corazon se abriga la ioquietud, j DingMim
impfesa^n 6 caiisa eaterior hace penetrar eo ^1 la amargura, ai-
BO que mas bieo ae derraoia esta dcia afuera, oadda del
coraaon mismo corno de su fueote; eo yaoo es eotdoces cambiar
-de situaciooi y buscar eo los objeios esteroos el motivo jr el
reoiedio del dolpr, sine se oiega en ouesiro pecho su maoaoti^K
Coando ono tras otro ba logrado el booibre todos los deseoa
que formpba para ser fe)i^ cuando ha suLido sucesivamente las
emineocias deade las cuales creia poder tocar la felicidad coo
la mano, y oo le resta ^a mas que subir, y la ve todavia ^ ia-
meosa distancia sabre su cabeza Ian lejos como al principio, si*
no se resigns i encontraria eo la otra ^ida , se desespera eo-
lonces^y muere con la ilusioo la esperanzA. Cuando ha corta-
do el medico, d no dudarlo,la enferuiedad del doliffote, y ven*
cedor de la agudesa del mal , eo vez de recobrar su salud flo-
rida, le ve lentarnente desfallecer presa de una leve pero teoaa
calentura, entonces se conGesa vencido el arte , y desconfia de
la vida del enfermo mas que eolo fuerte de la dotencia. ^ingun
dolor peor de arrostrari ningun deseo mas diduo de 8ati>facery
oingun mal mas dificil de sanar j que aquellos que no prescn-
tan causa conocidaala cual atribuirse^y cu jo remedio ni pue-
de esperarse de ciertas circunstancias, ni aplazarse para cierU
ecasion, porque es tan descooocido oomosuorigcn. Deseossiem*
preinsaoiabl^/cloloi^es s!d bbjeUi, MferrmdadetinteniMyooiil-
lasy he 9qui el retrato de nucstra situacioD. Bramaba la guerra^
J eniatiacioa de aa blienlo pestifero te creian todas laa ansiaay
aufi imiento^ e injuaticias que noa a<]uejarbai|i Ccao la pifyn% , j
qoedd bi meooruf; aobrevioo una feoefta regcncia^ y cargo coa
la culpa de (odoa Iqs malet, co jra proloog|»ioD se ^idid por h
exiateocia de aquel pqder, fijando todos aus ojoseo el 4 Ode v*
tobre de ISMA- como eo el sol de esperapza. Los acooleciinieb*
los madurarOQ ioiea de au sazoo este dia ; la regeucia : oa jd, .y
^raroQ los males: declardaela mayoria de la Aeina, qqedd so*
focada y eaearmeotada la rebelioo, ealte 'encadeiuulos losLteon-
peslpOsoq elemeqlos de Marqoia j^ nds .gobieroap bombrea de
. prastigio e UnsCraqiciii auperior entre les/de au partidd j la cuas-
lien diodstioa y la oo^slioo politic* 4a]bMrcl«^n) eftt^ veso^-
las, tenemos ya Rgim y CooslUuciOo; y la ipaccioo cootiDua
eo loa gobieraaotes^ el ibalestar y el tep4or en los gabefoadt^Sy
y en la nacioQ la postHicieii y el abatitni^otp^ DicdQ que es la cop*
Taksoeocia; plegue i. Diba OQ se»el<atiiin^o. de Oti^i rooaida^ l&l
▼es uoa lento y penoaa'agonia* ; > i .
Henos corrida pucs todos los Mares de la peregrioacioii, be-
liiQs Ilegado al t^roxido del viajej y todatia armamos por iiuica
mansion miestra laa ticidaa de tempaSa ^ como si i la manana
aigniente tuvi^ramois' que cointiouar la ruia , y i mode de c^-
minantes divertimoa el Uempocon proyectos: bemoi fijado el
panto de nnestra pennanenciaj damtodo rU VUis. adelanU^ m
mas airds; I03 cimientosi se dice, aoo bueooa y seguros^ y w*
da sobre ellos nos atreyemos i edifiear; la aituacion esnormatp
y las obtras sou interinas. Interino? y porque? y basta cudodo?
la interinidad nada signiBca, d es una palabra subversiva del
actual drden de cosas. Por ahora se construye, por ahora. se
dejan de reconstroir las ruinas, por ahora se difieren laa cues*
liones mas yitales : y si no es abora ^cufodo ser^? esperamos en
el porveoir d en el acaao? aomoa previsores d (atalistas? Necesi-
-tJ8
-la deBMnft*ViofidM<el'diiMMddlQS*pirlid<><io^
devoevot^iearmieDlot.el dcctrinairisotopolitioo^.de nuevas ot-
. diadoMfl^M «Boioi» *para reoobrar lu eetitro? Todavia oms ea«
^88jai)(Q|arf eB»plriMnb;todavial
La £Qcopa'iio)iia: pntsinoiado eo muohos tafioamiii eapacti*
' €lllo( fieinejaDtoal ^ue ^cbu^alaiente kofr€oeBird8<lHaivitlO'Tew>-
-iacibiiea iangfienjUs y fufeitea reaocion^ ba yiato pucblos>osci-
-'landb t^oire unaa )r:otro8,' soeutDbitodo d.la- vibleocia >dea«tlia
valternativas^ d bie^ saliradte j vuelbos £6a aplooaopor al vjg^-
-'foso genio de dD* hobkre, 6 f)or la- robiistez.de au iniaiDacooi-
*plexioo; ba vUtO' voliwrse oooservadfiiras a ios.quearan>iiiiiow«
* dores eii un prif]oi|)iQ, ^bitn i faeiaa*^db desengafibs » bies'' pf^r
* MtnUo de posiofen^iywia tr«a llegados al podier esforaarae^fn
Idi^tailer d viofeotO'^Ai^uk^ que babian impFitnido-til ou«r|MybO«
> cial.' Lo ique tktinisd hai^Uto ^ oonserTadoreBretol(i«iohatios,
< 'qae sin (e en larevolueiotfi , povque ellob miimosJa' bati'daan-
' oreditadoi y thi^A&y • y <$in inUvei ew dli-^ • poique ban • sido
■ tambien*fiii8'rfctibiai;,>'yj!iioiuiiave2 solay oiantienf n vi^vasaib-
CO que manana tal vez podra abrasarle8;.qi]e daa< vecei' en/el
•'destierro ydoa en el poder^ dlvidaildo s^pre la^^ralllud y
^e\ escarmiento^. buscan eri ladesgracia el apoybide Ids homhres
* de drdaidy y alhagea an- e) gobiernoa ktt^de lar revoluoion; honi*
' hrea en' fin qn^ ae enlreisieden enpasea^ la n&cional borde cfel
' abi$mo del ctial niildgnospmente se ha aalfado, y en ju^ar oaa
la fiera quef eon h&rib flofos la^os tienen^ apriaiooada mooieo-
' tiat^nmeniey presumt^ndo domeslicarla.
' Nuestra aituacion edeminentemeoterevolucionairia; nosomos
nosotroa quiene» asila cataclertzrmosy aino losmisiiioaboinbies
* del poder cuando eran opoaibioa, cuaodo en nbmbre del ordea
y dela justicia claniaban vigorbaanaente contra cada unbde aa-
'•' tos actoa, que hoy en nombre de la legalidady de la prescript
cion ae creen obligadoa & mantener ri^Igiosatnenle. EI timbre
de conaervadores eo.la actualidad equivale^ proclamaxae con-
safTMlores de la rijwiltieloii, jiMmiooir bt jlii|iisticl«s fotMooiiWf
balidaa, i aepoltar bieo profandameDte lo que ha auoiunludo.
en vez de resuoitarlo. El nombre de oonservador esuoaarcas*^
mo coando ja no>exiate el objato de la ooDserv^oo; entooces
para ser consecuentes es preciso reparar y bo cooaervar^ Si.uoosi
destruyen mientras otros no reparan, pronto no quedaran que*
eooservar sino ruinas. Porque tratar de fijar la revolucion, de*.
teaeroos ea medio de la pendiente en que actuaJmenle> nos ha^i
llamoSy es un delirio inseosato , una ilusion que bien pudieraot
disipar tantos recientes escarmienlot; repugna i la revolUciom
la cualtdad de estaciooaria^ su condicion eq progresiva; por ea*;
to 8US hijos legitimos, con admirable instinto, y con. una terri^i
Ue consecaeacia en sua actoS| ae ban apellidado aiempre pro^^
gresisias.
Y sin embargo 6 nada representa el partido mederado , 6\
m mision es repar^dora por su naturaleza, y & ella,debe esda«
aivamente el presligio y loa triunfoa en algunaa ocasionea adqui*^
rido5« ^Cdmo ae esplican abo las vicisitudes que en eatos ulti'^i
mos anos ha sufrtdo y ora elerado al poder casi en hombraat
del pueblo y represeuUndo por un moiBienlo un aimulacro de
nacioa ; ora disperso como ai nuoca hnbiera exislido, so pr€«
aeotando masque una reunion de cabesaasin cuerpos, 6 uoaea'i
Cttela de filosoTos, oradores y poetas^ como alU en Grecia, qu#
ee entretenian en disertar mientras la republica ae huqdia ? No
para lucir sus talentos, do para plantearsus&stuosas teorSaa hli
aido llamado al poder^ ni a ellas^ sino d )oa grandes aentimiea«»
los naciouales, ba sabido apelar para encaramarse. Sus prome*
aaa de reparar^ las esperanzas mas 6 m^nos justificadaa qup en
^i sc colocaban, eslos ban sido sus unicos titulos al qpr^oio y
Gonfianza d^ la nacion y el se^reto de su ascendiente } y cuando
ba 6ido iiifiel & unas y otras, la nacion le ha retirado au apojfOi
y en toda an pequefies ba quedado entregado i la furia de sut
eoemigos. Si en 1 837^ cnando miao^ era de esp^rar^ ae apod««
90l
ni de Its rieodas del gobtenio oercado de prestigioy oonfiaozaj
fa^ 8U subida ana reaccion contra los escesos revoluciooarios
de 18S6) ana protesta contra ios sacrileges despojoa de Men*
dtzabal cujo remedio ae esperaba de Ios que tan ytflieoleaieoie
)09 babian combatido. Si i prxncipios de 1840 logro en las
Gdrtes una maj^orta com pacta e ilustrada cual nunca tal ves
la obtendrd> fu^ porque le apojo cuai nunca la gran majoria
nactonal habitualmente inerte^ gracias i las seductoras proine-
aas de reparacion que no escasearou: pocos meees 4nles cuando
luchaba solo, las elecciones babian dado per resultado unas Cor*
tea. demagogaSy y pocos meses dcapues inactive y olvidado
de sua com promises desperto en la proscripcion del suefio ea
que yada. Si mas tarde en fin la nacioo simpatizo con su des-
gracia, si le libro en junio pasado de su imb^cil opresor, lue
porque le oia llorar por el altar y por el trono mas todavia
que por su propia suerte , y dirigirse en los resortes que toca*
ba^ no jra & los liberales, sino a los espanoles todos. Desenga-.
Ai(monos: el.partido moderado no puede representar en el dia.
aioo una porcion de hombres de bonradez y arraigo > que se
ofrecen & remediar los males tf que incautamente tal vez pudie-
roil conti'ibuir, con prudencia si, pero con firmeza, y con toda
la autoridad de su posicion y de sus talentos, y que rectifican*
do sus estudios eo el triste libro de la esperiencia , y yjos de
toda exajeracion^ aspiran & cimentar el sosiego y la prosperidad
de Eapafia en la conciliacion de sus hijoa y en la satisfaccion
del voto nacional. Su programa debe serla reparacion, su cien-
eia el desengano, su purificacion el arrepentimiento. Aquel dia
eo que la nacion no le vea traer en dote sino palabras y pala^
IfraSy y que entre el y el progresista no haj mas difereneia que
la de matices constitucionales y cuestiones de parlameoto,
Ibquel dia sera el de su caida irreparable.
Harto olvidan pues los principales organos de] moderantis*
moel ieoguaje benevolo jr Gonciliador que durante tres auos
St
usaron con sus compafieros ie opresioo^ j los de^engaflos qua
ponderaban, y bus peroratas i favor de la religion y de la Igle*
aia, y sus brillantes recuerdos de la antigua monarqufa, al re-
aucitar enconos de partido y odiosas nomenclaturas que habiaa
dejado caer en desuso^ puesto que sirvieron iatnbien un liem-
po de grito de guerra para derrocarles. HartO olvidan por otra
parte el rencor eterno de sus enemigos ^ y su opresion de ires
anos, y la recienle ruptura de la malhadada coalicioo, si espe*
ran desarmarlos a fuerza de protesias de constiluclodalismo, y
atraerlos sino a uiia recouciliacion fraternal y duradera, al ni^*
DOS a una moderada y legal oposicion. («0s engafiaisi dicen & lo6
absolulistas , & los reaccionarios , (y sabido es el vasto circulo
que, segun el modo de ver de cada cual , puede quedar com*
prendido en esta acepcion, inclusos los misrtios moderados): oa
engaSais; si tomabais it lo serio nuestras iovitaciones de recon*
dliacioo, y nuestras abjuraciones bijas de un momentaneo des*
peclio, y las interesadas dedamaciones contra los actos de nuea*-
tros cobtrariosi al heredarlos en el poder^ nos heinos constituido
tambien solidarios de sus actos. Sobre vosotros, lo mismo que
sobre los anarqiiistas, pende la espada de la justicia , si os le-
vantais, ahi esta el verdugo; si no os moveis ^ sois un partido
ya difunto; un sepulcro es lo iinico que podeis reclamar. Dejad
de una vez inseosatas esperanzas; y sobre todoenmudeccd, y no
OS acerqueis demasiado i nosotros; vuestras imprudentes pala*
l>ras, vuestro contacto podrian manchar nuestro virginal cons^
titucionalismo a los ojos de los celosos progrcsistas. " Y loegb
volvi^ndose a estos: (cYa veis , dicen, nos suponidis aliadoscoh
los absolutistas, y mirad como los insultamos y desengaAamos.
£a, avergonzaosde vuestros ridicules celos: ^podiais creer que ol*
vidasemos hasta tal punlo nuestro coroun origen y familia?
TJnimonos todos los que cabemos en 6l circulo de la cbnstita*
cion para consolidarla, y luego en su arena podremos veotitar
nuestras disputas de familia." Atendida labfstoria de ocho afioi
4 ^^ 9^^^' 9 y 1^^ fVilple^cias de los pragrensbiS; y el ho8co )r
s^fiudo leojuage que usao aun acliialniente , generosidad y do
P9ca es la de sus antiguos perseguidos para con ellos; mas pit-
ra s^r generosos cod udos^ do importaba aer cod loa otros tad
iDj^ratos y descoDocidos.
Y b^eo i^ue es lo que esperan los coDseryadores de su coo-
ducta? porque do dos fijamos ja en coosiderar la moralidady
aioo la utilidad de dia. i Csperao que ateoiendose ya de boy
^as^ una estricta legalidad y a un afectado coostitucionalismOy se
a^raeran eo toroo suyo i los liberates iodos, y que el libro de
4857 aer^ un escudo que los haga inviolables, y ante el cual
depotigan la^ armas sus enemigos jurados? Esperan que en ade-
lante p^ra con^ervarse en el poder ya no tendrdn que cerrar
^t,ra yez coii cien Haves el codigo sagrado, ni salir ya mas del
circulp legal para repeler con yentaja i sus adversarios? Esperan
(fpe l^s satgaa . siepipre favorables los dudosos trances de las
eleqcipaes? Esperau cada aiio dirigirse & la nacion y remoyerla
l^ddi lUiUipciandole una nueva crisis, y pedirle un ultimo esfuer->
jp para salya.r la patria, y verla de cada yez mas perdidal Es;
p^raosMi ipasque sus difcursos poder conjurar la tormenta ori-
|;ioada de la terrible conflagracioti de pasiones, ambiciones i in-
fcrigaa e][ectoraIe;s ^ y salir siempre airosos de una prueba en
la que apaticos^ divididos y timidos tieoen en contra de si la
(compacta uniop, la constancia, la osadia de sus rivales? Y ca-
i)0 que de las urnas saiga un voto de reprobacion, ^ est^n dift**
j^uestos i bajar de sus escanos, y i arrostrar una tercera emigra-
^cion? Demos empero que asi consientan en ser martires de la
Jegalidad; 6 demos aun mas, que por medio de la legalidad y de la
.l^tricta observancia de la Constitucioni esperen asegurarse un
t^riupfo cpntinuo, un monopolio perpetuo del gobierno; ^creen
,^e se cpnformard con esta legalidad misma el bando opues-
.Jto, y.que les abandonara el mando, en gracia de la ley fun-
^4ffiu^tttal guardada ilesa eatre sua manos? Green que & falta d«
«5
hf airnnsiegiles escnipuWrinloi jirogresistas en osar otras« f
i fdtta de infraocxones de ConslituctOD y de tendencias retit^a^*
ihs iM> ha]lar4n ottos pretestos que eonverlir en griloa de gue^
rra? Tan de huena k, tan desinteresado^ tao teorico se supone
i aqnel partido, que puedan decirle bus antagonislas^ «ahi teoeis
to vigor Yuestro adorado codigo, pero nuestro es el poden,
iiuestros I09 destinos en virtud de laley misma que formaateis;*'
J que entonces no se levantora para ahogar enlre sus manos an
propio parto prohijado per sns eneinigos? Green en fin que lob
cambios politicos no aean tambien entre nosotros una revolucioli
aocial^ quelos Olozagas, Corttnas y Caballeroa se resignen jamas i
iina oposicion decorosa 6 A nn templadogobierno, si tlegasen^
▼encer , y que la Esp9fia pudiera pasar de unas i otras manos
tan tranquila y pacificamente como pasa la Francia de las dia
Guizbt i la$ de Thiers, y la Inglaf terra de las de loa torys i
las de los whigs, no solo sin estremeoimiento alguno en la ao^
eiedad, sino muchas veces sin mudanza aparenle en la polilioa?
Esloquisiei*amos|que reflexionaran los conservadoresi oasode
ique el movil de sus conlemplaciones coo la revolution 00 fu6>
«a otro que el de cimentar su predominio en la union de leis
liberales todos, 6 llenos de sincera fe en sus principios , no
rtemieran aventurarse i los trances parlamentarios y a las vici*-
aitudes de las mayorias. Pero ai. A merced del apoyodelasba*
yonetas , y de la sed que tiehe la nacion de reposo^ aspiran i
proloogar su gobierno sin plan ui ^istema fi}o^ divirtiendose e|i
'Oscilar entre el orden y la anarquia, orabalagandosucesivameQ-
te i los de una y otra bandera^ ora recbasaodolos orguUosi^
menle y prodamtindose bastunte fuertes i inteligentes para baa*
tarse A si solos; si acumulan contradlccion ^contradiccion 6 incon*
tpcuencia & inoonsecuencia; 8\, hombres parlamentarios como se
-proclaman, 6an su extstencia a la fuerza, y buscan en sus estadiatfti
' lo robustodel braxo mas que lo elevado de la inteligencia; si, bomr
'^brea de josticia, conaagran cualqukr injuslicia qoo el nombre d$
ToMO n 5.
hceho consumailo; si, <Jnmp<»ones de la religioD.. qiii^ren ence-^ f
rraria en los teinploi segregandola de la sociedad, y rormar uii:
ckro bieo mantenido »(, pero dependienle; si, honibi^s de pas
J reconciliacion, procUman un nombre que no es el de eapaflolex,
y renuevan a cada paso amenaaas j recuerdos onDinosos; ai en
Dada piensan por On aiflo en salirdel dia, yxen aatisfaoer la vanidad
6 el egoraiho , sin niaa paiila ni prineipio que un interes mal
coinprendido; enlonces su poder aeria tan eflmero como mona*
tnioso 811 sistema, y vendriao a aer may pronto objeto de mo*
ia y deaden para eson mistnos parlidos estremos que se jacta-
bande doniefiar, comparables i aquelloa espiritus mezquinoa
pintados per Dante en su Infiet*no^ queen la revuelta de Luabel
carecieron de osadta para aegnir a eate, y de firmeza para vol*
i^er por JelioyA«
Plies ea , ae nos pr^vntar^; ^quees loque quereU? No toca i
tiOsotros responder; a vosotros es & qaien<*s dirijimoa la misma
pregunta. ^Teneia fe todavia en el gobiemo representative? te«
'nets' esperanva de arraigarlo en Espana ? enhorabuena ; hacrd
^de sea entre nosotros una verdad, no una (iccion escandalosa
ibouio hasta el presente, someteos k>s pr:mei*oa a todas las con**
^rciones y legales con^tecuencias de este regimen; haced.si po»
dels, que viiestras batulias parlamentarias se iimiten a batallaa
de discursoS) que las revoludones solo lo sean de bblsa, que ca*
d« osciiacion del poder ya acia la conservacion, ya acia la re**
'Ibrma no sea una sactidida temble que descncaje la conteslu •
ra de esta triste nacton; estended sobre todos loa beutficios de
Yuestras institucioneM, abrid la palestra a todas las opinionea y
diviMs, dad a todos liberlad, liasta para no quererla mieutras
Ti6ap(elt>n^ couspiracioH o a vioienciay libertad como la que se
'gota siqujera un el vecino rcino, y aun algo maa^ porque alV
'4anibien'bajoel maiHo de ia secia doctrinaria ae enctibren bar'*
to ameuudo la intolerancia y Iji tirania. Y ora arregleis vuestraa
Ideaa k la aclual Coo^titucion; ora la rdforiueis aegun vuealras
S5
iien, luiced qoe la lejr va j« ararde cod los actos , j las ador
coo los votos y neoe^^idades de la nacion. ^Ha flaqiieado por el
contrario vuesira le coo la esperieocia j los desengaAos, vol-,
T^ ips Of OS pon. dolor al puotp de vuestra partida, renegais de
las teoriaSy a^pirais i robustecer el poder >.y d encargarle de.
Ojoevo eaclusiyaoielfite la saUaciou y la tu(ela do una nacioo^
que desgrajciada 6 afortunadamente no puede 6 no quiere reco*
nooer sioo un solo represeutaoie? Pues bien, canain^d a la ceo*
traliaacion,. a -la unidad con prudeocia pero con desembarazo^
restaur ad de lo aotigoo lo que restaurarse deba, y eomervad de
lo eiistepte lo que deba CQiiservarse » arrioconad esas inuulea
|MiDCaIlaSy arrojad esa miscara que no os eocubre hastanle. pa*^
ra que los unos dejen d^ trataros de apdsUtas^. y repugna de-.
nasiado i otros para aoeplar vuestra aniislad y eotregaros su
eooGanzf. Y sea cual fuere de los dos cawinos el que escojaisit
encaminaos i su lermioo 6rme^ decididamente^ coocordad los
snedios coo el fin , baced oaqional Yue$tro gobieroo ; aspired i
algo mas que i esa acquieseencia pasiva, cuando no. iDdifereocia
desdeoosa^ coo que la nacion os lolera mas bien que no 9saos*
liene, u os consieote por lemor dq peores males; bac(^os iolejr*
preies iieles, y no presuoluosos catequiaudoreii, de esa inmen^
snayoria de e^^patloles que ap4nas ha figtirado auo ni en las luchM
de los campos ui eo las de.loi parliinventos , J^.que engrosadlii
de cada dia por los desengabos , solo leclama paa^ y gobieroo:
i los parLidos otraedlos i una <:omun.aveneocia por medio de
cejiones mutuas, dispensanjo olvido basla i sus nombres» sa«^
lisraecioaantioipada dsus clamores legitimos, justicia sin esoefi*
oion i \m iodividoos; favoreced ai fineotodo sudesarrolliJucoa
«iocero celo y no. por caloulo de partidoj. los dos senlimienlot
<cardioaIes que consiiLujeii el alma de esta nacion « la.rctligioa
J la lealtad mooirquica. Y si os reis de esa .noble lenlativa.oQir
4no ilusoria, ilusion por ilusion., mas os valiera sucumbir .pdA
«Ua) que por.etse. ambiguo y torluoio.sistemai si (al ooo^Vf
36
Aerece, niiflo en el origen die las ieorksy eiier\\ i iihposfble eb
i\ de la practica^ ainalgama informe de piincipios j act09
contradictorios, con que intenlando alhagar & • lodns os vais 4
<(uedar terribiemenle aisladoa, sin apo^o eo el maodO; aiii aiii
Mgri(ua en la caida.
Esto qiieremoa , qae rcsotros qaerais algo j que lo qoe*
rats con Ualtad y consUncia , qae os decidais per una u otni
rata friinca y briosamente, que saqueis i la nacion de esa an«f
aietlad horrible, de esas perpetuas Ticisitudes y encontradoi
movimieiitos que lu descuartntan ; lo lintco que no quere**
noses la duda, la iticoosecaencia , la hipocresra. Por lo de-^
mas y ^qu^ nos importa i nosoiros r^gitnea absoloto 6 repret
sentalivo ? qu^. mas nos dan unas formas que olras de gobi^ndi
At se abriga eft ellas ofia alma mistsa , y si (cs uno mismo el
beneficio^ ouaie.iqaiera sean bs medios de produciilo? Tanto
treetii que temamos el vierdadero voto del pueblo ? que taota
*ed t€ii«aniMisde servidumbre? que taiito repugne el nombre
Si^ libeitaJ i quien siente correr sangre generosa por sua venae?
Esas^euestiooes polilicas en las que ianlo ruidp se Qiete> y iaa
frednenteuEieole se osurpa fsl nofnbre del. pueblo^ son iiarto 8e«>
tundarias A nuestros ojos <khiio i losde (odo hotnbre<Ie buef
na k y harto indiferentes fi] bienestar real de los pueblos, 4
hieficaoes 'COii r^^pecto i ios gobern«inlee, para qu^ valgsn los
lios de Ugtii^as ydt sangre que liaiieoslado. La$ tnstitiieiones
He iiiodifit.i«v por tas cCHiunibtes^ yjnoestias'por las iwsCntudo*
nes V el iiuperio delasi coslumbres^ lie arqfn'laverdaderasbhe^
rama naaofial que los gobSeroo^ thas (despiltqos faan^ acaiadoc
dkfid yi'Ucoi^K), que'es uti irret»istfbie*Veroittc'K)nario>,' aunque
AOfr suave* y gi^iduada leniiliid. Lo» gobi«;rnos sofi robui^toa
ebando'sOA nacronaies, es^dech^ apropiarios al caracler y lieoe**
sMades de tos gobemadbs; y entdnoes cualquiera sea so nalii;
t^kM , iucUoamo^anteelkfts la frentCi^ sin mas ex^roen bi dis^
%litioo filoBofica ; qae eo ii^ casQ nos paveoeria Im iofseosata
87
«oiDO apficar el escalpelo aoatoihido i on cuerpo sUno pari *
•aber como disfruta de salud. Per esto aoataoioacon gratitud
y respeto hs iastitiiciones de siglos pasados que ja renecieroiif
por eato aceptainos en el oueslro la diversidad dc gbbieroos eo
.^ue esla dividida la Europa , y hacemos juslicia a los r€;specti«*
Tos beosficios i incoaveriieotos qae producen; por esto vene*
ramos iodistintameote i los hombrea grandea, ya aean triba*
009 , ya dicladores , que Dios envia para imprioiir un mo^i-
mieDlo d para detenerJo , y tao bella 00a parece una voz g0*«
oerosa que trueoa oootra la opresioo , como un brazo de bie-
rro que eofreoa la anarquia. Dos geoios ba producido este si*
glo, el lino encarnacion del poder, el otro de la liberlad. Na-
poleon y O'Cooaell ; y si i las simpaiias de nuestro coraeon
liubieraiuos de coa^iultar , prefirieramos sin duda el Uibuno al
dictador , la libertad al poder, O^Goonell i Napoleon*
Amjgos de la libertad ^ reclamamos contra el esclusiviaaio
y tirania de la revoluclon no nacida entfe nosotrosde pasiooes
populares de occesidades de la epoca, sino impnesta mas bicto
iconio un j^ugo sobre nuestras cervices: amigos de la ley y pe-
dimos que la ley se observe, d la lej^ se reforme. ^ Os exigi*
nos el sacrificio do la Constitucion 7 no> ved si es com pa-
lible an observancia con vucsira duracioo en el poder , y
sino, iodagad.si el nial esla eq ella d en vosotros* Amigos e^
fin de nuestra ILspana , caj^a (eliciditd es ta union de sua bijos^
peditnos la aboiicionde castas y de todononibre 6 distintivo que
no sea el de espanoles\ pedimos que no exista deotro de la na-
cion una naciou apartc go^ando.esclusivanneote de los derecboa
conslitacioniiles^ y que seensancben los limites de la Conslftu-
cion ba^Mla doncle alca^cen.ios de la palria; os pediinos en fin i
vosotroS) liberates, por ese gran parlidoquc gratuitamente es-
cluis, parte basU aqui pciSco e inofensivo-, parte que ba ea-
piado bastaiite coti sii sangre y coo penatidades de todo gene-
x6 uaa oploion ta» iicUa como la vuestra j si , pedimos por
los absolutifltas j cotno hnbi^ramos pedido i estos por TOsotrcM^
si OS habieran condenado i una proscripcion 6 i un ilotismo
perpetuo. Sin embargo^ esta es la logica de los partidos; oos
acusar^is de intoleraoteS) cabalroente porqiie reclamamos lole-
rancia, de reaccionarios y turbulenlosi porque queremos la pas
J la coociliacioo, de enemigos de las insliiucioDes, porque pedi-
mos su afianzamieDto y observancia, de ilusos i incorregibles»
porque desvanecemos voestras ilusiones abriendoos el libro de
la esperiencia, de contrarios vuestros en fin, porque os seiiala-
mos con el dedo la sima en que correis & bundiros , y levan-
tamos con esfuerzo nuestra voz para despertaros del letargo^ du-
rante el cual OS van i sorprender vuestros verdaderos enemi-
gos. ^*No lo habeis dioho ja mil veces que los partidos estre*
mosse uniao, y que los hombres de la inquisicion atizabandis*
frazados la hoguera de ia democracia? no habeis tornado siem-
pre la mas justa reclamacion porarma de partido, y la recon-
' vencfon mas moderada por hija del encono? no habeis de pro*
p6sito ebnfundido ^todo el que se haya permitido dndar de vues*
tras teorias con los fanjticos e i^oorantes? Ah! si os aborrecie-
ramos^ & vista de vuestros desaciertos clamariamos triunfantes: un
desefigano mas\ y empnjariamos dcia aJeliiote el carro de la
revolucion pfaqne mas pronto se estrellara. Pero no somos
•pesiitiistas, y hacemos justicia i las viKndes de muchosque mi-
litan bajo vuestra ensefia , dignos por cierto de mejores gefes, y
que se lamentan como noilotros de esa funesta paral^zacion.
Homlires del celebre trieiiio de 4837 i 1840! vuestra marcha
cs la de eotouces: acordaos del 1? de sedeuvbre!
Jose Mari4 Qiudkado.
ciMTIGAS
HermoMt, j anuid»v J tienm amaafe de siv espeso j sefi^rera RomlikBy
y en sus braces sonreia A la sonrisa de sii madre vat beilo infante, tal
oomo se apoya en una flor mi' entreabicrto capuiliK
Al tornar de la caaa ei cabaUera Teodomiro, ph cvrim kirga le pia-
reoe la nibida A scr Castillo! no porque fte- Hilda grave cansancio*, sino
porque Tuela sn pensanniento A svt b^o y '^ sir coosorte adorada*. Le^
raiitaba 16^ ojos A ki torre, j e» ella aparecia stispirando por*siiTenp>
da la modesta dama con su Undo infante , como si ba[ara dlA ciclo la
Tfrgeii Madre de Dios para consolar A los mortales con ana mirada.
Mas de improvtsa se deja ca^r el dolor en medio die aqnelloa i'elf-
cea dios. Era una mafiana, y por las margenes- del conocidb Lemna (1^ iba
Teodomiro persiguiendo at jal>aU ; yibra una saeta-, y eutnr esta y la
fiera se intcrpone iinpelido por su caballo el jiWen Dioaisio, y cae cxi-
nime en el suelo^ DioniJ^io el hermano' die arnias, el fieF amigo* del ma-
tador! Vivo se conserra todaviaen los cants^res- de laslibdas doncelfea
de PigiK?rol e4 recnenlo de la berniosiK^ y del valor de Dk>ni.sio.
Oh pcmordrmientol remonirniieuto^ Una vez bafiadi»el caballerb en
la sangre de su axrago, T<f drsiparse t«dns sns alegrlos. Sobre el castiU<^
tan feliz un ticnipo sitfutase y esfiende sns riegras alas el ingel dfel om4 *
J cs faroa qno. mnchos oyeron dte iM>clie las risas dfel espfritu perrersoy
el dia en (fue el Yitjo de Rosildb feuecitV consumklo de laoguidec, y re«
sonnrou cot> vi plaAidoi matcrno* los dt!solados salones. No termtnaroa
aqui los horribles amagos de la desdiclia. Ah!, v^ Teodomiro desapa-
recer el juvcml color de las mejilias de su* esposa^ j esUnguirse lenta-
(I) Tonrente jiMte ^ Pignerol.
awDte-en ftis nsgados ojos el hermoso brillo con qae tan TiTamente mi
plandecian dates; ysuspira en secrete^ j 'en.tanto que ocalta saslemo*
t«t con risueiias palabras , erizansele los cabellos, preieutdndose i sa
iniaglnacion olra tumba, j cerrados en aquella tumba, ay! para aiem-
pre cerrados, los adorados ojos de Rosilde.
Aproiimibase eMa d la maerte; j eutdnces en el corazon dntes in-
crddulo del caballero brot6 la religion con toda tn eficacia • y bajan.
do d Pignerol derrama ricos dones en el templo principal , € intenU
con solemnes ritos espiar el bomicidio iuYoluntariamente cometido , j
ofrecer aafragios por el alma querida de Dionisio , por si acaso pena
aun, paraque aplacado el cieto deyuelyai Rosilde yida y contentoy el
nombre dulcfsimo de madre.
; Apar^cesele en suefios el espectro de su amigo > y no con rostro
airado siao triste mas bien, como si compasiyo deseara ocultar sns pe*
IMA propias , y mas sintiera las agenas , sin poder para remediarlasi 6
eomo si lleyara en sus manos una amarga copa, y esta copa estuviera
muy l^jos de ser un remediot y con todo fuera precisoapurarla... «Ea^
esplicate, decia Teodomiro> esplicate/' Y la £aiQta$ma le sefialaba con
el dedo un lejano camino , en cuyo fondo se leyantaba una gran ciu^
69A con esceisas basilicas, y parecia decirle: «Marcba; alii te llama
Dios." Y mit^tttras lo empuja icia allf) ciibrese el rostro con una ma**
no, y llora.
Despierta el caballero deqpayorido^ medita el oscuro suefio, y crtf-
e^ por fin inspirado. «Ab! no cabe duda: Roma es aquella gran ciu-
dad; con mi piadosa romerial debo iibrarte d tf , Dionisio , de las Uamasi
y d mi cara esposa de la muerte/' Dijo, y se obligd al mismo tiempo
con voto a efectuarla.
Regocijaos, 6 colinas; con sus miradas reanimadas por nueya yida
Tuelye Rosilde d embelleceros. Festivas guirnaldas periiiman las estan-
cias todas del castilio> resueuan las arpas, yueWe el tiempo de las dan-
^as y de los couvites : desterrado ha sido el dngel de la desveutura.
Peru Cei a su voto toraa Teodomiro el bordon y un escudero con*
sigo> ui cousleute que le siga su esposa, porque al lado de elia ya no
sc le haria ardua paniteucla alguna, y el cielo pudiera castigarlo graye-
meute por su faita de mortificacioQ. aAdios , amada , de cada dia ma^
amada! cous^rvame tu vida y tu amor : deutro de dos luuas estar^ de
vUelta/'
Lloraba Rosilde , y no podia arrancarse de tan dulce abrazo, y no
erau todas de Rojitde las Ugrimas que iuuudabau el rostro del caba-
Uero* ^O despedidas, dolorosas ^i^ pero mestcladas de duUura,, cuando
4ot. oonsonet qoe latiad jutm t^ leptrali Ipor lire^ jphlEo ^ y m im
fignan U hora fells de la Yuelul Ay! que otras aeparaciones mas d»i».
loTosaa he eaperimentadOf cuando dos oorazones son arrancadda A mf^
fuena por un celoso tiranOf j no pueden decirse adioa, ni Tea biiUaip
esperansa alguna de reuuirse otra yetl >
Ua mes compUd desde que orando y oefiida de homilde cilidioy «•
Uanto y en ayunos, cual descoii8olada Tiudai Tina deatro del aoliter
lio Castillo la amante eaposa, no abrigando aino un pensanuento doioat
enando desde su Tentana cs^yendo sua miradas sobre la cuesta^ Tea m.
hir por ella A un anciano parecido al (iel (Jgero que acompafid i am
amo en la peregrinacion. Y lo es en efecto.. ay triste! y tucIto tola-!
O latidos de inquietud! 6 funestos presentimientos! Apirtase de la fta^
tana , TueWe de nu^o A asomane , quisiera tomar por sneAo lo tftM
eM Tiendo, baoe la sefial de la crus, y esdama: «Nof Jesus tnio, na;
que^no sea Terdad, que no lo sea/' Mas llega entdnces ei ancianoy j
ae echa soUoiando A los pi^ de su sefiora.
*Ya te entiendo, huen sierra mio ; ores nuncio de muerfee. GiiM-
tame donde feneci6: s^ame dado almenos amstrarme Ada la tierra qaa
cnbre sua despojos« y alll espirar.
—Noble dama) el Gel Ugero no TolTeria i presencia Taestray si hli>
JUera Tisto abrirse el sepulcro de su aefior.
— Qu^ has dicho? Vitc pues! Ah! ya no soy desrentnrada.
^Escuchad , sefiora: no os hagais ilusion. GniTe, demasiado graTO
as la desgracia de mi amo; incierto es su destine. Hablamos jUegada
ap^nas A aquel sitio en que las olas del P6 bafian la tierra de los Pla«
centioos^ cuando un Tiagero espoleando fuertemente su caballo en d^-
reccion i nosotros; «Huid, grita^ huid, 6 peregrines; unai tremenda huea-
te ha iuTadido el pals ; el fSeroa Otlusco con sus errantes Hdngaroa
ocup6 las cercanCasde Piasencia, (I) y se ha apoderado deun Tecino ca^
tilio t y en ^i encierra tantos prisioneros como coge^ eiigiendo luega
por el rescate inmensos tesoros, 6 Tcrtiendo sino la sangre de los infe*
lioea." El caballero que zsi nos hablaba era un prisiouero, para cuyo
(1) A principioa del aiglo X bajaron d Italia mnchashordas deHiin*
£ro8, lo que hace conjetnrar si pertenece A aquella ^poca la historta
Rosilde. Rechaiados primero los inTSsores por ei emperador Beren*
SariOf fueroD despues Uamados por ei mismo para hacer frente i Ro-
olfo rey de la Borgofia de la otra parte del Jura. Berengario se arre*
iiintid; en Tex de obedecerle los b^^rbaros, se derramarou por toda la
Lombardia deTastando campos y eiudades^ y Uegando i saquear ^ inoen*
diarPaWa la capital.
ToMo It 6.
jjttcate todo lo halnaDTendido sos tiernos padres^ sierros, tierraa yd
lokr de tus abuelos. Habiase oonsagrado ei jdTeii oaballero A una
hermandad religiosa,(l) jel Totodeestos mongesguerrenoses defender
loa peregfinos^ loa oprimidoa j loa inocentes; pero nt an valor ni to*
das las fuersas de la afligida ciudad pueden reohazar al feroz Otluscot
cayas annas mas tenribles son los mbmos prisioneros, amenaaando de-
goUarlos en el panto en cpie ae atrevan A aoometerlo los cmdadanos.
•Oimos gracias al generoso campeon, j continuamos apresoradamente
Boeatro oamino; pero mi^ntras que solos Teodomiro j yo nos alej^ba-
mos del peli^ intertidndonos por nna seWa, « ausilio ! ausilio! " oimoa
gritar de Ujos. El honor nos impedh negar ausilio i quien lo implo-
raba; desembaina la espada Teodomiro^ sfgole, y yenimos A las manos
oon los Hiingaros que acababan de robar una dama i su esposo. Mas
ah! iffoii podian dos espadas no mas contra tan numerosa hueste? Mi*-
rad en mi peoho las heridas no bien cerradas todayta oon que los ene*
migos me dejaron exdnime en tiena, midutras yencido y prisiouerose
lleyabanarrastrandod mi seiior. Ap^nas, yueito en mi, pude sostenerme
.aobre mis yacilantes rodillas, fui en bnsca de Otlusco, y solicit^ par-
ticipar de la desgracia de mi sefior; pero el Ikirharo se burld, recha*
«^ey y mostr^ndome un tronco humano oolgado de una cruK : «(gual
auertC) dijo , amenaza i tu sefior dentro de breves dias , mi^ntras no
ineciba tanto ora ooma vale tan ilustre yida/^
^Y qui^ yale el oro? esclaina RosUde. Ah! sacriftquese todo al mo-
jnento. He Iieredado baslantes joyas. . •
-Ojali bastasen, 6 seiiora! pera tan esccsivo es el rescate que p»-
•de el bandido, que mmcho temo no alcancen A completarlo todas vues-
-tras riquetas. Y ei tiempo yuelay y el cruel tienc coutados los dias.
Al oir la dama la euomie soma pedida, cstingul6se A sus ojos la
•liltima centella de esperanza; y tal eomo el just» do idumea abnima-
•do por ei cdmuio de males, osd levantar su clamor hasta Dk>s, ptdi^n*
(1) 1^1 necesidad de defenderse contra los abusos de toda cspccie
promoyid en los siglos medics la inslitucion de mnchaslicmiandadesbe-
nemi^ritas de la socicdad. Los asociados permanccian seglaros. y suofi-
.cio era el cumpiimlento de algun penoso dther, cerao pKotc>gor i los
jCamiiianteSf asistir d los heridos, enfcrmos etc. As( iban atiudskMlose de
nueyo oon yfnculos parciales los yinculos de la gran frottfrwdad humana
quebrantados por la barbaric. Mas en los siguieiites sl<;los caml)l6se el
fervor en mania, y de todas partes se crigieron hcrroandades que mi vei
.de prodigar beneficios i la humantdad, la infestaban de suporsticioncs:
.tales foeron los (>egninoi^ Iqs hermanos y lurmuna* del Es^irUu^^n*
to, los Jlaf^elantei etc.
dele cuenta del ispeiro ^ intnerecido azoW asf fidsllde en el c<Jnio d«i
su pena olrida qae el barro no tiene dereclio de disputar ood sn Ha-
cedor. P^ro lo niismo que por aqoel, ae comnoYid el Criador A fayor
de la iofeliz delirante> j perdon6 las espresiones que ea la desolactoii
te le eacapabaHw
^Y sabea td^ ciego mortal) si Dios goia la snerte de cada uno^ at
te impele al encaeatro de la desrentora, para que tu espfritu trinnfiui*
do en sobreliunianas Inchas , se asemeje mas i ^1 ? Acaso faltar&n al
Eterno medios j deseos de que los fbertes obtengan su galardon? Mar*
cba, piadosa RosUde , d tu destino; ^qu^ importan tu paz j tu yida j
la de Teodomiroi si place i D^os imnolarlos d la salyacioa de una ciu*
dad entera?
Vuelye en si^ restitiijete foerzas el amor^ j nada deja por inten*
tar. Tolas deono, magniQcos oollaiss, yasos, perlas, todo mueble de Ta*
Idr soibido cdrgalosobre ac^milas* Las tierras y los castillos no podiaa
>enderse con premura, y asf los entrega en prenda A la Abadia} y logra
en cambio iiii np pjequefio tesoro.
-Ea, no 06 aven^ur^ ^ sefiora mtaS rapite en yano el prudento
escttdero , dejad d mi cargo este mensaje.
-A todo podrd resistir el bdrbarat Hunno ) esclama la triste ) mas
tto al Uanto de ui^a muger*
-'Con todo,reco(rdad que la b]uena fe es desconocida entre los itial-
. yados. Y si ^1 arrebatase las riquezas, y Os re^uTiese cautiTa!..
-*Ab! bieu prpGero tr car^a^da de cadenas a| ladoi de mi espoaoi
que l(^)ds de ^1 gozar de riquezas y de libertad.
Asi dice, y manda, y quiere. Y hela alU ya en caminoy montada en
sii mula con el fiel Ugei^ y oon u^os pooos sterros. Ay[ asi huia yo un
tiempo pequeiiuelo aun en el regazo de mi madre, pefaegnido por los
financeses , y el yiagero se parahs^ at6nitp., y pregun^ba por qud lado
bajaba el encniigQ.
O poco prcvlsores caballei^s que educ^ i li^l dioncipUas en pust-
Unimes ejercicios ! Ora si que se. iiecesitaria e^uersoj . Ha'Iai^^ A^*
silde enmedio de las armas, frente A firente coa la s^rrp^iiciai y blanQO
de asechantas^ y solo con pcnsar ei\ ella se le desmaya ocultamente «!
oorason. Jamas habia sali^o del palacio de 9u padre haslaeldia en que
de Susa pasd al castiilo d$ su. desposado. amante, y en 61 Ti6 apdnas
; rarJsiraa tcs el semblante de algnn hudsped, y conserrd siempre todo el
pndor , tcdo el miedo de U infencia. Y aquella ddbtl muger catalga
nbora por las selvas noche y dia , y tiembla it-, cada susnrro de las
]M>jas, y oye los abullidos de los lobos, y al anochecer y6 de Idjos las
u
bomictdios. «Por mi no tembUria* piensa en tu interior; pero si me
tdbftsen osUt riqueKas; ^odma nlcansar ent6nees ta libertad^ 6 Teodo-
Y Teodomiro desde los altos mnros donde gime caatiTO esti pegltf-
40 ih d6ble reja dean rentana, j hora tras horar fija inm^bil en Clan-
cy horiconte am ansiotaa miradaa.. ff de €px4 anaiosaa? quif espera autl?
$hi aad4 espera: cree difiuito al fiel Ugeitn nada puede saber Rostl*
4^4q aa auerte. vEse yU snstento que de balde me arrojaui al cabo
pareceri escesivo diapendio, 7 levantarAn para m£ la cms. Llegii«;
ll^gii^ esia dia/' Tales son ameaudo saa febriles anaUa. ; TerriUe \^
cha^ la de desear la muerte como linico descanso> j estremeceraa pea*
«aado en los desesperados lamentos de quien nos aiiia caando oiga
ia nnera de nuestro- martirio 1 y desear casi continnar de nue^o eb
4pt liorrible Tida que viyimos 1 para que nunca Itegue d las estancias
«k nuestra mansion aquel desolador ^ irrerocable grito : ya no vivel
Mira Teodomiro al trards de aquellas rejas, y nada espera|; mas
yasan los diasy j wo r^ persona hamana, porque A espaldas de la
torre yaoe el campamento de los Hiingaros , y por aquel lado se e#-
diende un yasto llano desierto, entre pantano y arenal, que confina con
un bosquei y solo A la izquierda dWlsanse por entre los olmos los cam-
-]^nario8 de la oiudadi y cuando el yteuto mueye las ramas, descd-
brense laa azoteas... Agita, 6 yieuto, agita aquellas bajas;y sea conoedi*
.4d al preso yer alguna yer. sobre las azoteas el paso de algun yi-
yiente. Esuna yaga y atermentadora necesidad para c4 soUtarto iayis-
fla de un semejante.. almenos de l^jos. Un santo y misterioso amor en-
lasa 4 los mortales si la distancia los separa: ah! £c6mo de cerca poe*
4en aborrecerse y gnerrear entre sP
Hasta d sua enemigo^ ama casi Teodomiro , si escucha su salyage
cancton; que tambien es faumana yoz el canto bitngaro. Y si alguna yes
«ye en el bosque el lejano golpe de la segur , retiene el aiieiito, y
iiente algun placer en aqueltos golpes, porque A los ojos de su fanta-
^ se representa el buen oampesino que con drdua f^tiga gana el pan
para su muger amada y para sus dulces bijos. Ay de ml! prcciso es
que haya desceudido un boriibre al ibndo de la miserla , para mirar
•como un tesoro tan pobres consuelos! Y si calla la segur en el Ijos-
que» y callan los Hunnos, y ealla el yiento entre los olmos, y en las
torres el sonido de la campana grato al bombre mcdital>wndo, ^quidn
entdttces suayiia, 6 cautiyO) tu negra melancoWa? Oh! entonccs aque-
Uos ojos que nadie vi5 jamas Jiumedecerse an el quebranto> inclindoda*
M
ie tl siiclo trbtemenle^ tenioMi «i pmmM UftimM «1 ^olmt i !•
ktrgo ide (as mejillas.
-O ml Rosilde ! yo floj et autor de to desirentont. Yd crelft fW
celeste uispiniciaD me hMx mcmdo i la piadoaa romeria, j oie iadtt4
caa el cooaejo del espiritu que en el llanto hmnano se diTierte!
-A caballo! i caballo! he alU una pxeaa. As( escUma OUoseOf f
ya espolea sa coreel^ 7 7* le sigaen den tanias. Oh! coil ijuedd el al-
■la de la tfmida mnger con la foribnnda arremetida de nn eKoadfonl
eapantosoa alaridos que ensordecen el airet 7 no tanto pareeen anuMiiit
•n laqnco oomo tma rfpida .matantal ' ^
Ap^aae del palafren; el corason le de8ma7at mas intoca 'i an iM'^
gel baeno 7 cbnBa en sn aocorro; 7 pilida 7 temblorosa, pero moel«
ta , tale al encuentro ie lot salteadoras, 7 coo la niano lea haoe ao^^
fia de que refrenen an Impetu, 7 qnieran por piedad escncfaaila. Ha^
en el aapecto del dAil ^.inerme nn aecreto qne uupira rereienda i
I08 mas fcroces ; 7 si le oprimen apesar de todo , es una ley que ni
prooede de b naturalesa^ es un atentado que no se Uera i eteto aii
lepugoanoia , 7 al que solo impele una idea premeditada de ooficia A
de orgnUp.
EspecUculo conmotedor! un momento mas^ 7 la infelia ]^ia que^
dar deapachurrada bajo los cascos de los caballos; un momento mas..f
J el escuadron A la mitad de su carrein permaneoe inmdhil. All* l#
0iand6 Olilusco.
Salta el caudillo al suelo , ao^roase i la aterradli dAnia» 7 en c|
-aembiaDle del birbaro, meiclada con la insultante satiafSiccion* da sH
■prepoteocia 7 con Ice duros rasgos de cmeldadt asoma una dudesa'luti
qne suaTita por un momento su cruel jdbilo 7 sua fiiccioneS) 7 se par«
iNseecast 4 un rayo de cortesatala. ^Era esta, 6 Rosilde ^ obra acaso dh
tu belleaa? 6 tal yea fud grande el alma de aquel h^roe> Antes que lb
^egradasen inhumanas accionea, 7 aquel ra7o de oortesanla ea uii rea*
to 6 nMqioria de otroa tiempos? -' * I
Peio en sdmas degeneradas en el crfmen, sucede i los impulses ge^
nerosos on an^entimiento de haberlos sentido : la dnica yiltud qub
eitoocen es el desprecto de la rirtud.
«-8efior , S07 la esposa de vn prisioneto CU70 rescate ta ofrevRW
Si hubiese 70 nacido reina , un reino te ofreciera por este rescate; f&^
-ra euanto pos^ lodo lo pongo ahota i tus piifs , 7 supKcante te cort*
juro para que me de? uelvas A mi Teodomiro.
•Mnger, recoaoieo A tu escudero. Te habrd dicho el preeio en qaiia
"O^W i tu seiior ) ni quiera el delo que por n^noa de snralor va
M
fnre 70 jamai de tt9 rica j peregri«a joja.^ ^
— Ea, nomaoches, sefior, tusyalerosos timbres mofilDdote de lot dea-
§iraciadoc» Ve M an tetoro.nada deqpreciaUe; ac^pUio, 7 has que
priVada de coanto poaeia eacepto de mi coiiaorte^ aiB^dolemie de ani
miaeria, poeda cada dia bendecirte.
—Ola ! yenga oonmigo este cooYoy al caatUlo.
Tiembla Roailde, jcavalga de uaevo en su mula, y al lado de Ot«
luaao ae adelanti^ ^ loa demaa, y desde l^joa mlra cpn ansia y con a&n
f^pMsiloft muroa que encieiran . A au queiido. Pero. el codicioao bandi-
do ye el amor y la bellexa de la damai y maquina noeya perfidia en
•u alma aatuU.
Liegan al caatillo, deaciibrense loa donea, y Otluaco bace compare*
cer ante ai al priaionero. {O emocion de loa.doa tiemoa eapoaoa al to1<9>
yerae A yer! Oj6 Teodomiro lo que babia becbo Hoailde para aa^yarr
Je, y aiente tanto jiibilo> aaombro y gratitude que no encuentra palabraa*
No, eaclama ^ auapicaa Hunuo al mirar aquel miitno oontentOi no pa
▼erdad que aean eataa yueatraa dnicaa riqueaaa , no aantie/aia tan pooo
fX perderlaa. Para tu reacate^ 6 guerrero, . podrdn muj bien ser ba$r
tantea: maa pido un don cuatro yecea mayor por la muger que reteuT
1(0 cautiva* .
Lloraron, aupUcaron> f^ieron barbaramuente aeparadoa 9 y el caba«
lleijo ea*arrojadp del caatillo por loa Hilngaroa i yiya.Aiersa.
IQvl6 aeH de la infeliz? y d6nde y c6mo ballani Teodomiro teaoro
ian cuantioao como eaije el p^rfido? Recu^rdale ana deudoa el leal ea«
ycudero. « Ab! mia deudoa aon poderoaoa, maa antiguas guerraa y enoo*
noa loa enemistaron conmigo, y Ujoa de aguardar auailio de elloa, ao-
lo agnardo mo&a en mi mala fortuna. Vender mi patrimouio? el nego^
do ea lentO) ni me proc^uciria mucbo au yenta^ puea adelant6 ya por
^1 una tan enorme auma el que lo acept6 en fianca?
Mi^ntraa reyuelye ei| aucprason mil diyeraoa penaamientos) uno maa
furibundo que otro^ y todoa propicioa, af, para la yengansa, pero ine^
.ficacea para libertar i au eqpoaa amada^ roidntraa intenta en yano aguar.
;dar emboacado al bandolero para quitarle la yida^ mi^ntraa en yano acn.
de ^ las yalientea y religiosas hermandadea y d loa guerreroa placenti*
noat y ruegai y eatimulat. y i. riesgo de cauaar general matanza en loa
«autiyoa, incita con todo i la batalla, y dies yecea con fingidoa ata^
quea.espera^ llaoiar A lo Ujoa A la birbara hueate, y apoderarae rdpir
damente de la'fortaleza, y dies yecea le burlan la yigilancia y artificio
d& loa Huugaros; pieuaa eu aecreto el aalt^dor enveatir la ciudad con
: aiidapia^inpreible. Nophe ne&nd^i! Una traicion tal. yjex abrid laa punrr
»r
tpi A Olliueo; el hierro j ei fitego dnnoite ciaco dias reeorrierDii lio-^
rriblemeute todas las calles, todos los temploSf las mansiojies todaa: la
vesttrreocion del pueblo Tencido parecia por aiempre deaesperada.
No ya Bolameiite por codicia (del botin se regocija el bdrbaro eft
mis trloAfoet sino por deseo de aparecer, al par que temido y fuerte
para ioa demas, graode tambien d los ojoa de la altiya Rosilde. El
ilaato de la dama liabia comuoTidot no se sabe como, aqnel fl^rreo co«
rasoii; tanto que alguna rex se sintid inclinado A. enjugar las Ugri*
mas de sus ojos euyUndola Ubre d su marido , y si hubiese Uerado A
cabo 8u magndnima idea, no solo d la dama, sino que con ella hubien
restituido todos los tesoiH)s. Con tan noble propdstto se encaminaba on
dia a la estancia de la cautiya; ay! yoW\6 d ver aqnellas angtfUcas fbr«
mas, oyd el sonido de aquella toc , y espiraron en sua labios las me?
ditadas palabras : no pudo ya ser generoso. Habld de amor , y sufrid
lo que nunca habia sufcido, sufirid desprecios., y estos desprecios eras
un pufial para el corason del soberbio* y amaba sin embargo al que se
lo davaba en el seno.
No era la saerte de Eosilde igual d la de los dentas 'prisioneros:
aolo le estd prohibido salir del castilloi mas se le permlte risitar dlot
otros infelioes, aliviar algun tanto sus penas , redimir del supUcio d0
b cruz al que d A babia sido ya condenado, y restituir algunos sia
rescate d sus familias. Con ben^Cco intento y diversas esperanzas ya
ooDserraodo su existeucia, y se fing^ m^nos irritada con au abominado
cypresor, fija siempre en la idea de buscar una ocasion de escaparss.
Pevo en los malyados un breve esfiierso de decoro y generosidad'
es superior d sus facultades; quisieran aparecer magnioimos, y ap^aasf
lian empezado d obrar como' tales V cuando les prdcipita de nuero en
su baja esfera su naturalesa, 6 el bdbito de la degradacioni 6 la sati^
£u»ion del maU 6 la deliraate embriaguez de los sentidos.
Pnideocia, sttplioas^ dignldad, desdenes de nada yalen ya d Boolde.
En medio de la deseofrenada alegria de los banquetes lanca el tirantf
palabras de amor , pero temerarias y or^guUosas. O amor ! el fuego di
los prolaoos no merece tu bello nombr^.
-Insensata! le dice: ^porqu^. obsUnarte contrael destino? Y crees que
tn primer compafiero desde que te ha perdido , permanesca, constant
te en su viudez? Ah! bien se consnela ya de tu ausencia en brasds
de otra amante! ^Ha ynelto acaso d bnscarte? V^ngate pues: acqpta el
tdlamo de Otlusco. EspUndida mil yeces mas que la de Teodomiro es
la suerte que te ofirecco: acaudiUo inyictas legioues^ leyanto desde sus &•
miealos un reino ante el cual tendrdn que inclinane lot sefiorfos de Ita«
lift mts tofcerWoti ^eToJMiiB el p»de^/la pwttpt, Its adbndoMiV
isrii madire d^ njei.
T hablaado asi, eon adsmaa lasoif o ie ttfeta A ooger por ttn biVi*
a» i It easta pruionera.
*Eti aefior mio; os irrito tl recordar lo pasado j los feliees dtat
jjue Ujoa de TOf pas^; por etto gaardo en siiencio el atitiguo 6 tn-
memo amor en qne ardla. S^ateos este siiencio; j si quereis nutrir
tenaoes esperanzas de enceader nn nuero amor en mi pecho , haoed
^ue nunea os yea caps? de tirinicas j descortcses acciones, j dejad al
tiempoel cambio de mi corazon.
< ' M haUacon rendimiento pero con dfgmdad, jse esfherza en alejar
t^nella estremidad terrible A que «e ha preparado ja con lAgrimas y
0raciones. Meses y meses esper6 yatiamente en Teodomiro; Teodomiro
m> Taetre. Esper6 en la auerte de las batallas, pero en rano; la Ticto^
tia firrorece Mempre al Hmmo. En Tano esper6 abrirse algon camino
)itra la foga: ya no qneda mts que nno para eritar la infamiai y as
la muerte. i
Lt muerte! Arduo deber para las almas tfihtdas! Mas no foeron de
•aturalesa fuert6 Us mugeres todas cuyo sublime fin refiere la historit;
A algunas de ellUs^ 6 pintor^ no debias dar tal res Taroniles faccionea^
Ipgantesoo talle y espiritu guerrero: blando corazon encerraban, y for*
nsadas solo para el amor , se estremecian al relampaguear de una es*
|Mda, y sin embargo ({cuiinto no mdobla esto la admiracion y la alls*
ia de Stts tirtadies!) 'A' pesar de su duloe indole feroenil, destrocaban
«on trteult toano an pecho Antes qoe fiieae perjuro para con el honor
«* con 6} amon .
1 Ah! tiegado ha la faora para Rosilde. tin remedio habia contra la m^
ihcia del birbaro/y este remedio ya es imposible. No adTirti6 ^1 qua
au prisionera dayase la vista en las armas colgadas de la pared) miri^
ibaias la V^terosa dama,' y ya con la celeridad del rayo se habia lan«
'tado i una espadk...-cuando oye ^sonar los salonescon espantosos ala*
iridoa. Fu^ -aquello ttA momcnto W)I6: oye Rosilde que ban sido los Hni|-
nosacometidos, brilla en su i6dnte una r^plda idea nunoa preristat f
Hbn, en el seno del tiraho et acero con que iba i herir el snyo propio.
* Cae Otluscoi y la oprime en su caida, y arrancando del pecho aqu^l
tcero, lo'clara y Tuelve i clarar diez veces en el rostro y en el cos^
tado de la infeliz> y en^re los ahullidos, los golpes, el dolor y las blas«
^Ibmias espira.
- Tal era la espantosa escena qne se presentaba i los Hdngaros en el
Castillo I mt^ntras penetraba en su reeintoel enemigo. Empotai laa
liaits, pi^t^fthinw A ttaoer frenle; p«To k sorpi^a yla horrendh
modrto de su adalid los aterra hasta tal punto, que ae olyidan de sir
anttgda pujanxay y se abandonan por los campos A vergonzosa fuga. Lot
iralietttes emigrados Placentiaos se habian reaiiido en torno del brsTO
Teodomiro, jorando Tencer 6 luorlr, y no desistir de la empresa, por
largos y terrlbles que faesen los obstdculos, hasta Yerlos caer todos des*.
^Miiecidoi A sua plankas.
» Mas ^c5mo es ahora tan poco Ardua la yictona? de d6nde proce-.
de el terror pdnico de los barbaros ? c6mo no ha aparecido Otiusco en
ci combate ?
' Un Hiingaro moribondo h> esplicay y refela la suerte de susefion
4 yace degoUado por una muger.' Aeddblase el jilbUo de los vencedo*
res..£d5ude esti la sauta, la saivadon dc su.patria? Abre^se la^ c^jpr
oeles ) linese al clamor de los libertadores el clamor de. cincueota pri«
moneros libertados.
^Y til, Rosiide! ^porqud novuelas A mis brazos? d6nde esUU? Ro«
silde ! esposa amada !
Ardia una oscura Idmpara en el gran salon ; sale de ^1 aterrado el
ARCiano Ugero , eucuentra al pasQ A su seiior , y procura estorbarle la
eatrada. Mas ya ha descubierto Teodomiro entre las mesas y las armai
derribadas el espaiitable caddver de Otiusco ; ac^rcasele con regocijo.**
oh. especticuloi aquel cadaver cubria otro!.. Rosiide !
Y mtdutras el Tnas lufeliz de los mortales prorumpe en destrozado-
res lamentos , por un coutraste que hace erizar los cabeilos , mu eom*
pafieros ignorando todavia su desgracia , daban alaridos de gozo , y la
Uamabaa oon yftores. « A tX , decian , se debe esta fausta yictoria ! No
ae den treguas A los fugitivos: guianos , bravo adalid; reconquistemos
la ciudad."
Poco d poco cesa el alegre y disonante estr^pito : oyen la catdstrofe;
rererentes y mudos se abalanzan al salon funesto j todos olvldan su cou-
tento, miran la ilustre muger^ y..6 Usttma ! aquel caballefo tan ma-
gestaoso poco antes , se revuelca ahora soliozando en el polvo y en la
sangre , y no se cura de que tal yez le tengan en m^oos los circuns*
tantes.
-Id, 6 Felices: fdcil os es al presente recobrar Toestros lares. Ella
iiimol6 A Otiusco... mas, ay! yedia A la hcroina!
Y desgarrando su pecho, sefialaba A RosUde y aquellas &ccioiief
tan queridas y ya desfiguradas; i indigndadose contra el fiel Qgero qae
le contenia, empniiaba, aunque en yano, una eqwda para atraye*
ToMO It 7.
50
Reconquistaron sus muros los afortuaadM placentinos : dtspeosaroa'
los agradeciilos hii^sjSedes pereiiii^s ctiidados al viudo estraugero, y eh
medio del foro levantaron un monunieuto A Rostlde para sa eterjia glo<
ria. Cuando el dolor dentro de pocos afios acalxi coti la vida de acpiel
gaerrero, sus infelices huesos faeroB encerrados ea el ataudinismodon-
de reposabati los Imesos de Rosilde.
Ah! en los tiempos de mi iofaucia se yeia ana aquella tumba , y mi
padre la Yisit6; pero cuando llegado yo A ia moce^d^ viajd como pe-
regrino por la Lomhardia , j qtHse robustecer mi d^bil yirtud , hon«
raudo los sagrados huesos de aquellos hi^roes, no encoatrd ya mas que
una piedra quebrantada, sobre la cual estaba seutado un yil juglar can*
tapdotcrpes canciones, que aplaudla en derredor abyecta plebe can
buUiciosos 6 inseiiaatos ademaues.
5t
ijPl^tinii.
T en p$ta enju^ar mi llorot
Angel mio, presto yen:
Deja el (tfntico sotiorQ
De tus hermanoa al -coro,
Que tu bermano soy. tambien.
De ta atm6sfera Serena .
Bel to espfritu, descicade;
Y contai^ke he yo mi peaa«
Que tu pecliOf aaaque terrena)
Porque es mittt ift comprende.
No fu^ mi Tox, Dios te diJ0|
Ai Ter yo la luz^ei dla:
«Mc ba nacido up nuevo bijo;
Pot su eapudoy por su guia, .
For 8u hejcmanoyo.teelijo/'
Y d^aceadisteA la fuente
D6 recibia ei bauUamo;
Y no yi^to d^ ia gente,
Tu prim^ beso aili.mlsinq ^,
Selld micriatiana £rente, . .
Ven <ieiii4o^ de fu^orea^
O si bas miedo que me ateiren
De tu faz loa mpia^doreai
Si temea que i tua ardores
Mis turbios ojos se cienoeii^ v . » .
8ff.
Impalpable cuerpo tonui
Toma fanUstico trage^
Y timispupilas asoma
Cod tu celeste ropage,
Cou tU5 alas de paloma.
Vea yo en sa pluma leye
Del oi^ar el arrebol,
O del iris cuaudo llueTey
O del t^mpauo de nieTe
Puesto al reflejo del sol.
Bajft apactUe j raotffe
OuJ soaye ra^o da hm^
Anpi mio, harmoao dueftd;
Til que Telaa e& mi sueiio,
Td qua guardaste mi cuiia.
Baja ea yUcida TistbOv
Cwno al jdven, que Adeshora
Al pitf da una tomba Uorai
Le apareee ea ilusion
La imdgen de an sefioi^a;
Baja enM rayoa fatiles^ '
Eatra oubes de periiime>
Con tos formas jnTeailea
Qoe etemidad no oonsttme
Cott SOS perpetuot abrilea.
Mas, A Ter tns a^rias galta
Wo merexco rererente^
Sieata almenos que red^alas
iSr el iire, y de tus alas
Oadule el raot en mi freiUe;
Pe su Nando meirimiento
Fereil^a el saare eragir,
Tta auatre como presiento
^^ es ttt'piif en el payimentd
fia crislafiao zaiir.
El aliento de tu boca,
Mas firagante que el liicieD^o
Con que eavuelta va al lumeiiao
La oractoadel que ie inroca.
Oh! 81 estrecbar yo podieM
Tu mano dentro la mia!
Si tu brazo lae cixiieae,
Si un dscuLo tuyo liictese
Arder mi mejilla triad
Si Telados* tus destettof
Dcslizaras cou ^carifio
Tu maao por mift cabeilati
Cual peina ios riaoa belloa
Cnidofta mad^ A au niflo! ,
Oh! reu ya, cede i mi inataneia^
Abr^zame Usoojero,
Como se eulaxa el yinjero
Al amigp de su.infancia
Que lialla ea pals efttraugevocr
^Porqud tardas, si mi llaot^
Ele^n dcia ti sua voces?
Las sofbca el himoo aanto?
O td que me aprecia& taoto,
^Mi geinida descouoces?.
Si uno por uno me dierag
Tus carl>uncios.y aafkros,
Y tu collar me pusieras,
^Ser^ que yenic uo .quiera«
I'ara ao^llar mis suspiroa? *
Yo 8^ que tu amor me oye^
Ven pucs, alArgarae el braafosi .
Estrecha el fraterno lajiQv.
Y permiteme que appye
Mi cabesa eit tu regasfjr.
5»
"Y lo yerdn'tns bermanofl, - '^
Y diran coo alborozo: ^
■Feitcos soiii los liumanos! "^
Y apiaudirin cod sus iiiano«
Tus <aricias y mi gozo*
Y los que el albor primero
Vicron que al muudo aiuikbrd, * ^
Me querrdn por compafiero
A mi, s^R perecedero
Que anclaiio el tiempo engeiKLrd* .
Y si al pi^ de lo8 altares
Mis suspiros y oraciones
Mezclo yo con <us cantares, .
No tendrdu toz mis pesares,
Mo tendr^u yoz mis pasiooes. >
. Al eco 4q esta armoiua, ;
Mi alma que tanto la auhela
Dard salVon de alegrfa,
Como alia en la seiva umbria .
Salta .iibre la g^cela.
Y ^l aqerLp 'llantofnio
Que me arraocaba la augustia,
Serd euli>noes qual rocio
Que refresca la flor mustla
Eucorvada al sol de estio.
Y la ^rpe que escondida
Esta contrjimi en acecho^
Huira 'A su iiiibrual guarida,
Al vcr (u spmhra temida
Eutre $u aiito y mi peclio.
Y.nada podrA co^inigo *
D^e su pontoiia el ardor:
De his ali^s al ahri^o
Solo tu ser^s mi .aijiigo,
Solo Digs ^ra mi amor. =:«Xomas Agujl6.
CRONICA RELICIIOSA*
Cjitando en nnestra ttUtma reaefia anttnclAanuM la traalacroQ de lo9
retlos TeneraMes del Sr. obispa de Menorca A la catedral de su
di^cesis^ sa amtgo inlixiio el Ilmo. obkpo de lyica, cargado de dm
y de achaques, envkba al Cnidlico imar estenaft necrelogia» escrita si se
quiece cou senciilez^cpie d ^eces raya en desalifiov peroqve eautlTa' pi>-^
deroMmente el corazon. Aminos desde largo tienipo lo6 doa obnpos in-
solaies, haUan estudiado el copiarse miituaiiiente siw virtudes^ j aon*
que de dlferente temple nt Qar<icter personal, blando y suave* hasta eL
estremo el del Sr. Ofaispo de WitXLy fiterte j eu^rgico el det Cnada
Ohispo de Meuorcft, babian atravcsado lavgos- a£ros» estrechados con los
tiernoa yincolos da la amktad^ j colafcorado juotos ea la preciosa Bi-
bfi^teca Rrligiosa ; de manera que siempre el nombre del nno hrillarA
jaiilo» al del oiro. Ya que na nos es-posible ^trasladar A nuestsa& p^gl*
nas el largo artkiilo- HeecolcSgicov do podemos- in^os de copiar el iaI*
. tima aparte que noa Vao unir nuestraa. ligriinaa A laa qne correriaik
sin dodatpor las megUlas del que la esccibia « y que nos cenfirma ea
la idea de que hasta doi>aja det pectoral puede abrigarse un* coraioa
que d uu tiempo arda por Dios y con el £uego- saota de la amistad.
•Dui^iome yo> ahora sobre tf » amado bermano* niio> amable mas que
el amor de las mugeres^ coaio una madre ama is> sa hljo liuioo, asi tii^
me amabaa y yo te correspoudia. [Cudntas Idgfimas denauooaste por Tec
que j^ na coinpartia tu corona de ooniesorL j Ah ! mis muclias culpas'
4 iogratkudfis con el Seuor uo me baa becba digno de tal suerte; pe-*'
ro aun. puedes alcaiuaxine desde el ciela la fi>rtaleza y la virtud. En
el entretanlaacudrdate ea la peesencia de Dios de pedir por nuestra
amada Iglesia de Espafia* por tu amada di^ctsis, y ea fin por quten^
como amig0 cu vidat te consagra eu la mucrte este secuecdo, y ofrece
i tus yciiccabl^ Itesmanos el ejeniplo de tus virtudes.*' '
Puesta que, eaia ves. iiemcs empezado nuestra. cn^uica por uir 6rdeB
enteramente innerso delque Iiemosseguido ealas otvas, no debemos pasao
adelante sux conai^ar aqiiL el faliectmiento del Eimo. S ilmo^ Sr. Abar^
ca obispO' de Leon, acaeeido el r«inte y^uiio^delpasado juuio en elcon?
Yen to de carmelLtis del desierto ds Lauzo cerca de Turin (Gerdefia^^
Triste df^h'^r ol ua^&tro! teuer que] ilorar todos los meaes la niuerte da
algun piclaio e^ipaaol iallecido ea esliaugpras tiercasi sin poder anna*
ciar A miestros ]0A6irea nuevas pfeciniucadoB«s de o^ipos; forqne e$
taa amarga la viadez en que gimen las iglesias de la infortunada Eapa-
HdL, qvLe ni siqaiera suaTiza su dolor la comoladora esperaoza de ver
puesto pronto t^rmino i an horfandad. Tambien la iglesia de Francia ba .
aeutido la p^rdida del Sefior Boanel obispo de Viviers, £allecido el S4 del
Mimo jooio & l6s 88 afios Je su ed^d. < '
K aer yerdad lo que dice a» periddko franoea 4Son referenoia i
ana carta de Ronxa « parece que se ban dado las drdeocs coDTeaienr
tes para que ae proceda i las infonuacioQes Tedesi^tcas aoevca de ;
las Tiriudes de la princesa JBorgbiese kija de Lord Schrewslniij
El Padre comun de los Qeles desea yer trihutado A eita jdreiii i^rr
Uecida en la capital del cristianismo hard uoos cuatro afiosi el culto dot ,
bido i ios bienaTeuturadoa. Y i prop6sUo de Roma, era el dia 21 del .
pfisado junio en que la religion nos recuerda la inoeencia esmaltada
con la peniteucia del patronode la juTentnd. Luis Gonzaga* yeDlaigie^
aia de Jesus Telase confiindido con Ios estuiUantes que iban i oomvl^
gar, al Sr. Federico Hurler ci^lebre Aleman, quecon tanta filosofiaha
eacrito la Mstoria de Inoceneio III y de su tiglo, Y no se desdeii^ ol
aveiitajado escritor de ir i recibir por primera res la sagrada hoatia
mexclado con Ios j^venes discfpulos de la G)inpafiia, porque admnasda
desaporecer A Ios ojos del Sefior la dtferencia de edad^ el cristiania^
mo ba sabtdo mny bien bermanar la infancia del corazon con la pcm*
picacia del talento. La conversion de este salno protestantc es unsefia^
lado triunfo que el catolicismo acabade alcanzar sobre lascrednctasaa-
gticanas. Tieinpo babia que Federico Hurler sostenia en su interior ana
lucba abrumadora, pero por fin el rayo de la gracia.bril!6 espleudeu*
te en su e^iritu 6 birio fuertementc su corazon. El dia 1 6 de joaio .
todavia era protestante el iluslre escntor, y ai leyantarse el dia tni»e-
diato^ bafiado su semblante deuua apacibilidad nunca vista, ma nd<V a.do«
eir i stt Sanlidad que queria abjurar sus errores, lo que bizo el dia 18
en maiios del Cardcnal Ostini. £sta abjuracion ba llenado de gozo la
ancianiflad del venerable Gregorio XVI> como que Hurler es unodeloa
mas aveutajados escrltorcs de que se cuvauece la coucienzuda Genoa*
■ia /pues ademas de la obra antediclia tiene escritas la Historia de
Id ed4id media y una reciente publicaciou acerca debs cuestioncs re-
li^osas en Suiza. -Ku Irlauda el St. Jorge Barley de Waterford furfre-
ctbido el dia 12 de juiiio en el gremio de la iglesia catalica; yen Gal;,
.^ay abraz<) tambien el calolicisrao el Sr. Alejandro Granot, qiiieu tcndi-
do en el lecbo del dolor, prefiri<> morir en Ios lirazos <1rl ratoUcismo.
que tto i;a el leuo de la igte§ia presbile riaua en que babia sidoeducado*
ipiano el 16 del actual, en el que ae permite a los dioceaaaps.psdreatt
jos curatos de aseeoso 7 t^rmino .que oo eatuTieaen serridospor.ex*r«e
gularea peosionUtaa, como tambieo ^ue ae admitan A <>rdenea,' i tflniod^
porato 6 de cit^dra 6 de regeacia de ciitedra coo sueldo, i loa jdreaai
5iae httbiesea concluido^u carrei^ en algiln aemiiiario eonciliar 6 hUm-
fea. clerical, 6 en alguoa uniyerndad del reuio. Un> largo pretaM^
fu^mp^fia este decreto,^el que el Sr.rministrode Gcacla jJvsticues*
pone cuanto ae ha hechp ^n Eavor de la religion deade que baW H
epnpuiia el gubei^nalle delEstadoiperonoaotros quiai^amoa ffoie m hti*
ciera maa todavla, quisi^amoa que ae reanudaraa las relacionea con d
gefie del criatianismo> quisi^rainofl que ae dejiaae libertftid k loaobispoapt«»
^admitir. d brdenea A loa postulantea i quien^ aoompafien los requiaitoraa •
oaaariost j quisidramos finalmente ae mandase suspender la rente de loa
bienes de la Igleaia, objeto de los maa oonatentes j ardientea ^^otaa. 4^
la Tiata tenemos algunas espoaiciones que de diferenles puntoa ban aUlA
fsleradaa i S. M. pidieudo ^la suspension de la tento de los bienes iri-
clero: entre ellas brilla la de Barcelona escrita por el apreciable D. Joai ,
qoin Roca j Cornet, cujo estilp bace Tibrar las mas delicadas fibraa
^el coraaon, oomo ba dicho muy bien un compatricio sayo. MallorcK a^
ha laazado tambieii a peticionaria, y en el momento en que estos reil^
gioaes escribimos, cireula una esposicion en la que se pide la siispensiof
de la rente de los bienes eclesidsticosy la abolicioo dela^odiada eontri^
bncion Uamada de culto jdeso* Quiera la auguate soberana satisfacer Un
deseos legitimos de sua siibditos, derolriendo el brillo i la religion j U
paa i las atribuladas concienciaa! Si los reyes constituciouales gobterhan
por la rolunted de los pueblos, £porqu^ hande ensordecer i los ruegsi.
goe aquelloa les enrian?=J. V. t P. * '
* A continuacioniasertamosla esposickm citedade nuestros oonciudada* '
m^ segun se publicd en el Diario Constitucional, y que no d«damos%er
pronto Cttblerte de un niimero respetable de firmas, pu'es sus damores sorfi
los de la opitlton general , ain distinckon ap^nas de clases hi partidoi^
SsbIoha:
Dias de luto y bor&ndad ban pesado aobre la nacion que U
Providencia os ba confiado, que no puedeo recordarse sin que toi
ojos se anublen con el Uanto y el dolor oprima como pesada losa 4
corazon* Cuando ros todavla os meciais en loa inocentes juegos dn
la ittfancia , y en el blando regazo de ruestra cariuosa madre , no sa*
Isaia que todo.un- pueblo' OS aclamaba reina; la rctolttctojn.agitebii
ToMO It 8.
1J8
tu adtioirclia ' sobire Tlxefttros vftstos dominios, y leirantaba el hacha j^a-
Ta 4lerribar primero el altar, j hacer astillas despues Tuestro trorio.
Pero d pueblo, que ahora treinta y seis afios se letantd como un
•aolo aoldado para vengar A ruestro angusto padre ^ trasladado p^rft*
damehte desde el alcdzar de Madrid A laa cdrcelev de Valencey, s^
mit6 dtra yez para asegurar la r^gia diadema , que yacHaba ya en Yue9^
dras tiemaa aieues. Todoa los hombve^ que profesamo^ una opiaton
poUHca de boiena fe , apuntamos^ el hombra al edrficto de la religion
*y de' la mooarquia ciiaodo iba^ A desplomarsc ^ y al levantaros sobre el
paves para Tictorearde veuia, os victoreamos reina cat6iica. Sto em-
3>argo las esperauias eo que entdaces nas lisenge^anios , oo ban que-
dado , Sesora , del todo satisfechas. No bosta baber seftalado ruestro
a4Tenimienta al trono eon levantar el destierro i virtuosos prelados y
jdejarles otra ve» regir la grey que el Esplritu Santo les encomendcS
no b^sla b^Jlier abierto las <:drcele8 d tantos sacerdotes benem^rrtos que
'4^iidier6n sua manos & las cadeoas) ^ntes que vender sus concienciasi
'ni taitipoco dejar en.pt^ los poeos edifictbs religiosos que la revolncion
no ba tenido tieinpo. de devorar ; lo que apremia es ascgurar de uii
modb iodependiente y decoroso la subsistencia del clero. Harto robus-
ias eran las conviccfeones religiosas en Espafia para que la revolucion
se sintiese con faerza bastante para atacarlas dfe frente; por esto se
.piresent6 con el eebo. de los bienes del clero , y bombres que babiaa
nacido en una oscuea mediania se lanzaron sobre ellos , como si te-
jan un botHi cogido en el cauipo de batalla. Colosales fortunas se ban
.improviaado , que ni representan los sudores de quienes las poseen ut
la legitima adqnisicion de sus padres. Agriameote se lift declamadoi
^ntra el estancamiento . de los bienes del clefiO^ slquiera de este e9*
tancamieuto se aprovecbaban el Iiudrfana> la viudsv, ei desvalido , qtie
componen la parte mas numerosa de la triste humauidad.
Cuaudo nos acevcamos i las gradas del trono para pedir A V« M.
-que maude suspender la venta de los bteues M eiero secular , uo^ vei
jiimos a pedir* ni pedixlo pudierao los que. snscriben* atendida la apa*
xibilidad de su cardcter, imevas reaccioues que dejan en pos de si
regueros de sangre: sdlvese lo prescntCt y si posiblc es, previa la
beudicion paternal del ge£e del cristibnismo , ddiese un vele sobre lo
jpasado. Pero dntes es necesiriO) Seiiora, suspender la venta de lo^
- bienes eclesiisticos 9 reemplazar la gravosa. cantribucton llamada de
ciulto y clero por la que se vot6 en las C6rtes del afia cuarenta des-
pises de brillantes y empefiadas discusiones, y que gcavalw sobre un
-^ coatro por ciento.dc Jo^ frulos de la industria agricola: csta conivibn*
t9
€tOD la pagaban Ips'contribnjentes'mas acomodados^de 4o8 pueblos, 7
gilardaba proporcion cod los fruto8 que babian percibtdo; j de creer
es que siempre bubiera sido satufecb^* con gusto , 7 el brillo de la re-
ligion de nuestros padres no. bubiera sufrido eclipse alguno. Al con*»
trario 9 la que ba reemplazado d la contribucion del cuatro por ciento
ha" sido recibida en lodes loapudilos €oA am^gas qdejasy 7 'desde que
ella se recauda, se ba ido aumjentando el rioo tesoro de odios que uAa
parte del pueblo abriga contra el virtuoso clero ; las clasear proletariasf
A Jasque por manos de la caridad siempre Uegaba algun alivio en los
tiempos en que se' sati$fa<cia la prestacion decimal, se yen cuotadas em
eantidades que con mucba dificultad 7 penuria podrAn satisfaoer. Ao«
les se tributaba el culto A la divinidad de un tnodo digno de una na-
.cion eoiinentemeiite cat($lica> 7 abora ba estado Apunto de cefrrarse por
^ta de recnrsos la metropolitana de Tarragona; 4ntes el clero ensan^
ii independencia podia del todo consagrarse i. las funciones de sa sagra-
do ministerio9 7 abora vestido delos baraposdela mendigues est^^sueU
do de los aTuntamientos ; diites solo costeaban el mantenimiento de la
religion los ricos, 7 abora esta carga tambien abruma A los pobres.
Los que tienen et alto bonor de xepresentar ^'V. M., prdpietarios
losmas defincas territoriales , quienes si consultasen su propio interes
debieran agradecer la abolicion del cuatso por ciento , tuegan encare^
^cidamente & V. M. escHche ben^vola tanlas Tooe»t que en armonioso
eoncierto se leyautan pa^ pedirle mandet suspender la venta de los
bienes del clero 9 7 que le scan, deruelto^; como tambien la exaccioi^
de una contribucion odiada , que malameute puede reemplazar d la que
lleraba impreso sobre sf iel sello d$ la religion 7 de los siglbs. Mallor*
ca 9 la primera de las Baleares , esa rlca perla engastada en la corona
que tan dignamente oefifs , no podia callar cuando 7a ban, bablado la
industriosa Barcelona 7 algunos oUros pueblos del aiitiguo priacipado;
El traer con respeto los rotos al pi^ del trono, he aqui el deber de
los pueblos : el e^qnckarlos 7 apticar una mano carifiosa A las 11a gas
que aquejan el cuerpo social, he aqui el deber de Ics pdncipes; 7
estc deber, Seiiora, vos lo babeis comprendido altamehte. Abora que
OS sentais bajo el regio doscl , al lado de tueslra mndre tan probada
en la dura escuela del infortunio, devolved; Sefibra, la indepdndencia
i. la i^ligion cat^ltco-roinana , por cuyo eaplcndor tanto se de^olaron
los Felipes 7 Cilirtos vnestros augustos progenitores ; 7 . scd para nos-
btros, que hemos teuido la I'ortuna de ser regtdos por vueslro suave
cetro, lo qua es el iris despues de la termenta, nuncio. de pax j de
Ventura. » il>eiiora. - A. L. R. P. de Y* M.«a« (Si^uen las firmasj.
CR0MC4 POLITICil.
JUUO.
Msd. 68 b serie lamentaUe de cambios j tratstomos que hemM snfiri*
ido , y tal la Ticisitud continaa A qae eatamos al pareeer coodenadoi^
qoe embotada la seiisi]nlidad> al paao que agUxadalacuriosidadestraor*'
idinarianieDte, no pareoB stno que asistimos coma dim espectdculo £lm
ireYoiuciones de nueatra pakria, y que en polftica lo mifitno que en li^
teratuFa) en los sucesos cbutempordneos lo ittiamo que en los paiioa d*
4ar imaginacioDf bu^amos senaaciooes Tiolenlas quenos coonittevasi 4
nos entretengan por lo m^nos. Una crJsis miniftterial) una duolucHMi
^ Ok^fcea, una giierra estrangera pr6xiiiia 4 dccla^arse , tetttati^aB de
metin j de insurreccion en diatintos puntos, una coB9piracion espantor
•a desctibierta eti la nusma capital, todo «sto en un mes hubiera pav0L
^idoi imeatroa padres un desecbo torbellino de noTedades^ y derfa aiM
para nuestros VeciDOfl, sujetos A la influencia denucstro misroo r^lEgimeii*
abundante coseclia de sucesoa ; y todo esto para nosotros ea pAlido 4
tflantmado, comparendolo con los meses trascurridos; yrecibido el co«
rrao, esdamamos encogf^ndonos de hontbros: nada qne vaiga In pendi
6lii embargo no hay que fasttdiarse; este es el tiempo de la sicmbrai
iuego Tendril el de la siega: estamos en los momentos en que se urd*
y complica la trama...dramiitica; pronto nos sorprendera fal we?, el ri-
pido deseiilace. Y ctrenta que lo decimos con dolor amargo de liuestrb
coraton: jfelicea las naciones ouya historia cabe en una boja de papclf
fielices los Qieses en que podamos pasar sin cri5ttica politicaf
Las esperanasas que se habian colocado en el ministerio prestdi^
por el Teilcedor de Torrejon de Ardez al princrpio de su rnstaKicioo,
fueron conceulnliidose poco A poeo en fii» selo miembro^ en el Sr inar-
4ines de Viluma , cuya elevada inleltgencia y firmcza de cardct<*r erai
liien conocidas. Sea por mas iudepeDdeucia deposicion> sea por mas ]^ro*
iundidad de* miras. reconocid el noble esladista que las dolencias de Espy,
iia Bocesitaban unremedlo radieaUy que era precisosal'ir de esa lef^nlidad
hip^crita ymeutlda^ apta solo para prolongar el noaU inbdbil para pnH>
duGir el bien. Igndranse d punto 6 jo cuales erau las medidas que pro^
ponia el Sr. ministro de Estado; paro atendidos los rumores de renerhf^
que prfgonaban los peri6dicoV progresistas^ elempefio raismo de los d6
la» situacion en Vindicarte de eios proyecti^s reaccionarids cofno dc nnt
^mtr.fn' tttiumt^ioi- la s^ttsfacoksii malemboxada^qvemamfestaron^siitea^
bftrgo por U itniiiim-deltaHrqnfof la fitsiUt^on^ de lo4 iit|;acios por>
espacio de dos meses, el viaje de los cuatro ministros residentes en Mtw
dridi Itfl frecuentes deliberaciooeB prolongadas hasta las altas horas de
la ttoclie^ la imposibilidad de conciliacion eB tau orittcas cirounstanciaSv^
todo esto persuade qm^ la disidencia del marques de Viluma respecia
de SOS coiegas yersaba sobre puirtos eseneiaks, j que ta ouureha pra^*'
dente y firme hubiera side m»» confarme d las necendad^ de la (ipo*^
ca 7 A los Totos de la Terdad«ni oacion. La carlera de £ttad# pani;
la caal se desipiafha primero al general Marraet trocando p6r dla lai«
de Gaerrai-y mas taxde $X marques de Miraflores, estt raoante todatfa;;
J este Tacfo s6 ileaari probablemieuta, ^tas de que se lleae el que La
p^rdtda de una ocalmi taa oportuiia para salramos ha |!rpducido aA>
■ttestratf esperaosas. '*•
' Begresados apdoasi Bfadridloa cuatro miiiistros, despnif deseb mo*'
ses J medio de sn^nsion> sepublio^el .10 de juiio el decreto d^ diseluoibn^
de C6rtes, conyocandor otras nuetras para el 10 de octubrey f anunciaa*'
do al mismo tiempb la refwrmm y mejara de la ComtiiuchH en aque^
lias, partes^ que ni endu^ en consonant a ton la verdadera Indole det
gahierna repreeenlaiwor^ ni se acomodan d las variadas eidgenciiis d^
atta close de gobiirms. Muebo dudamoi ampero, bsI de' la iatdUCKwdo^
las gobemaotes, cooao del 6ilto de las elecciones, para que hi reformat
se efectne bajo uu plan bastante Tasto j oon mano tan -firoie que cOT'-'
le de raia el mal, y se logre el objeto de la reforma, esdeoir, el a6an«'
aamienlo del drdea pttblloocmucho dudamos ae la mejore b^ista el pun*-
tode.que oese en adeknte la necesidad de infirin(^la A cada peso*
f Segundo Tiaje A Baro^bna emprendieron los ministros de Hafiiead»'
y de Gracia j iusticiavpara felicitar stmplemeate en sus dtas k- la Rei«
■a auidret segunlos periddicos del goUemo, para dar'algun godpe de
eslado,. segun los opostcionistas: nosotros no creemos al ministerto tiui
dfaafayado para lo pramero, ni. tan audaa j decidido para Ip sbgundcK^
El 28 6 29 debian estar de regreso en Madrid, f para el IS da agqs«*
i^ ae anuncia la saiida de SS. MM. de Bareetona.
•r La ley de imprenU se ha estienado per fin y per >cierfo en nil*
peikb^co absolutista, tintce que se proclamaba tali y que ha (enidp quer!
eesar por el ctSmido de denuncias que sdbre A Ikrria. No nos entro-
aNiter^mos nosotroa e» yentilar la justicia del fidlo del jurad^ ^ne. ha '
c qad c a a do al editor A una multa de S5.t reales \ solo bsrimtib nol^r -
lar e o ia o i d encia de que, eiistiendo el JSspoeiador j el Clamor FMUcOi'^
at baya ttcogido por primera vietima.U Honor fiia^ k i|ie»'obe per
V^ jeyolMrionarioa. fiisUados en ikticanle , eonri^ la sangr^. de 800 fro*^
00908 en el Mae»trasgo. No tiUarin loa progmiitas ^ i<to golieraantHK
4e parciates con estos liltimoa.
• Eotretanto la revohicion yoalta en sf del eapanto que le camd et-
«acanniento de Alicante, asoma la cabesa eo variaa chidades de pro*^
vincia oon demostracionea* poco importantes en'sf, pero may aigitifica^
ttras. Gu Morcia y en Iddlaga hobo una farsa de motia v en Granadai
an inaolM A la.tropa, en Cidix ae intents aeduciiia, en Reus se dieroit>
gritos 'aubTersivos, en Gaiicia siguen laa conspiracicMDes. y hia emisariosi; >
Almetia tuTo.que declararae en estado de sitio^y lo «aiaaio Zatagoka!
para que la joaticia tuytese an acciou eapedita sobre loa asesinoa de Ea->i
l^ler. Dias hacia que en Madrid ae tban apreadieiido ^vuioa depdaitoa*
de. armaa, y ae.hallaban pieaos .algunoa sargentoB dKlregiinieoto ds
aan Fernando y y redobiaba aua precauciones la autoridad military cuatt«i.
do el 86 de julio ae descubrid una conspiracion horrible ^ cuy^ prinmr
^tallido debia anunoiarse con el incendio de 16a ciiartelea, eon el*,
aaeaiuato de loa ofiqialea y gefea A hjor de laieonlnsioBi y eon un sa«*
qneo general. Su objeto, aegnn afirman loa peri6dk»8 del gobienio»»
no aabemos con ^6 grade de certidumbre , era conatituir te Enpafia*.
an repiibiica; sua ramificacioaea se eatendian por laa provinciast espe-*.
qialmente en Zaragoza y en Figueras, donde ae hai deacubiettoveBv
<^to otro club de conspiradorea en numeto de 4^9 jamancioa- la ina-i
yor parte, cuyo.plan era sorprender aquel ineapujgnable castUlo. Ikm
hiios de esta TaaU^ima trama esUn en'manos de laa autoridadest y dei
ana resultas se ban verificado mnchas prisiones y se aguardan nnuoba^
mas 9 y ae esperan importantes reYelaciones^ hni ea como i^ 'detptjda^
d^$e la $ituaci0ny jr conBoliddndose el drdeni pdUico aegun. dipi«> loa
peri6dicoadel gobierno: y^qnidn sabe si esa mina que^noa felidlamoa4o
haber descubierto* tiene algnnaxamificaciondeaconocidaque estalle * -Uu
mejoFty si en.tantoqaemedimQS) entce espantadosy satiaGichosvlaprft-^
fiindidad del abismo que hemoa trritadoi otro maa pco&uMlo ae ahrscA^
bajo nuestras.plantas? •.>.,;..
La guerra con Marnieooa paraoe ifimiiiente: el hirbiio\ae niega' ^
iiu; ^Us&ccioo ^ loa uUrajea acnmnladoa oonlsa. b .iuieion jes^tafiolaf
y no tein^ llamar en contra auya la Eur^P* Qnl^^« Gmpo e8c u ad « aa(
aur<?*JBi las agaas.yecioaa.al ettrecbo de Gibmlttar, la in^gleaa', la.firatt^
G^aai la ^pafioU/ U bptandesa y la dinamavqncfia;: los cdnaalea^dnt
tqdas laa paciones hai| ahandooado A Tinggr. fin Ceut^ ae vaai mh«"
nir humeFQ^as fiiesaaa eapalioUa por ai Uega 4 yopperse la gae)rra«i
Yeamos al fin nn dia de gloria para nueatra pakria entre tautos.^de^
abat^oiieato, y yaeltaa contra eatrangwo. y bbbaro^enamiga kta.arma^'
(y«i foe ba^aqoi aob hespoiOs taa eHC«ni{sad«me&te degoUado!
Como cronistas creemos todavia prematuro kablar de eleocioaet*
Los diarios consenradores de la Corte empioEaa ya i qaejune de la
apatia de los de su partido^ y 4 reoordarka las terribks leccmnes 4e
lo pasado. Y.bien ^4^ di^nde procede esta apatia? no aaben que enr
su cort^ &lange doctrioaria , esta apatia sigiiifioa impoiencia t j ^pie al
^ntrario entendieiido por Hioderado el gran partido. amante diel ^rdo^
y de la josticia que en ocasioaeg criticas lea ka dado la Tictoiia en Ua,
votaciones, la apatia jsignifica disgustol A hien que si oimoa ^ alguiioa^
que moderados se titulan^ el gohierao peca todayia ^airevi^jy miM-
medidas de reaccionaricu\ y A caeiir lo atribuir^ i la desercion da^
muchos liberale$ de buena/e y A josto enojo de Ids progre^taa. Haf
gentes que morirdn ahogadaa por la cevolucion , y le pedirto perdoM
todavia par haberla agraviadoi J. M. Q. r
BIBLIOGRAFIA CATOLIGA
RBVISTA CrItICA M TOOA MJBRTB Dfi OiRA8. (l)r
MJBL pimna fa'a Uegado A conslitiur ao solo el- poder principal^ sino el
aUmeiitOf digiimoale aai, d6 tiuestro stglb: evfgeii y remedio al par de'
siis doleuctas, partictpa de esa tnescla de bioi j de mal, de Terdad y
de error, deciehcla y de ssperficialidad, que caracteriza ea todas sua'
6ses la i^pooa en que ▼iyimos. i QaiSn enmedio de^ eae caos de pnbti-
^{xone% sabrd aeparar los elementos mortt fe roa de los Titales?- qnWii'
posec^ una erudkioii biastaiite v^aata para dediadar lo iMl de-4o per^--
ttueioao, 6 tlttstrar A los Itambiea de boeaa VokuHfid ^qtie ya para s^ ya'
para aquellos que por codiqaier 'tihilo lea estia- emiomendados^ buMsw'
aaaas y provecbosas lectoiraa? LasiastitdcioAer poUticas qae rtgea ea^ grair
parte de los t>a<$es europeoa dood^^maa Bii maTimiento .est^ la inleli>
geacia> haa becho imposible Uoeaattfa; ademas ia.ceasara iiapide, vpe««^
vo no Gorrige, ai^rine pero ao ibistttt; «a imTOOrdon aaiatenoqaepblt
9ias d.Dci^aos tiempQipuede aemr de d^llle:^?BBal)0|ae asak 6<m^9M
ficilmente puede eludirses par^ >o uu reiAe^o ^^ «iir^ja dcteifiMk
^na yet internada ya oa. U a9cied^d« Ya.que/tio 6ea posibte pues'.es-
tirpar el vencaof es preciso> basijarte O0ntrayeaeaofl) es preoise ooimbatir laji
aocioR delet^rea de Ws queaspiraa 4 pervprtit el coraaon 6. U iiiteligieaci«u:
am la projpagacioa aiidua de bueaos libro^ emia:^ crfatiapaque ba .lle«».
Kris, l3 OO Im 4mIM JHUll**. -..'/<• :. I t ». X* t >,.
gado iter en nnestrot tiempbs nut aM^tdad lociaU como lo pnn&s Ul
vkvititad de tMociactones esUhlecidas en Fraucia, en D^lgica y en otrospun^
toe OOD este linico objeto. Y entre los baenos libros^ ninguno mejor que el
^eatento^Uspnblicaeiones que ran naciendo, las examine bajo el as*
pecto moral j religioso, j las designe al aprecio 6 d la animadyersioa'
At los fieles, mostrindoles lo9 pastos que deben bnir y los que deben
Ifuscar. Tal es la BMiografla Catolka por el abate Des Billiers. obra qiie
don uniTersal aplaoso ha cumplido el tercer afio de su publicacion, j
dierecido los mas lisongeros elogios de los araobispos de Paris, Cambray
f Burdeosj de una multitud de obispos franceses; obra, que desde la^'
^ ^e se nos ha hecho conocer , hemos accedido con el major gus'**
Id k ananciar y A recomendar como tan andloga i nuestro objeto.'
'- «Separar la.cisafia de la Imena semilla, combatir en defensa de la^
moral y de las sanas doctrinas diariamente atacadas^ Uamar la rigilan-*
cia de los crejentes Acia los lazos. que bajo lisonjeros titulos y apa-
riencias mentirosai les tienden el error 6 la especulacton, indicar & los
lectores cristianos y especialmente A los padres y maestros las obras
buenaa y litites 6 almenos inofensivas: '' tai 6s el objeto primordial de
csta obra, y su principal elogio es haberlo cumplido.
* Mas para ejercer con dignidad j prestigio esta especie de elevada.
Wiagistraturai ademas de una piedad tan ilustrada como celosa, se ne*
oesitan otras condiciones iuteiectuales; profundo caudal de conocimien*
los da toda especiei altura ^ miras, rapides 6 imparciaiidad en los jui-
ciosi buen gusto, elegaooia: y estas condiciones las retine esta obra
que aatis&oe baqo el aspecto literario no m^oos-qne bajo el moral y>
f»(i§io^. Artf^ulos hay alU qns paede« setrir de modelo de crittca;
4|)rrada cuaiido lori^qidere la produocbn que se examina ; y su con-:
JMito se recopsiettda pot* la amsnidad que resulta de la alternada i«-
safe de ebras de religion; y debistoria, de filoaofia y deamena Utera-^
tnhu AlU se baeto fostieia A toda esa bambolla de anuncios , proapecr
iasy xedanios.periMllrticos preeorsoies indispeosables de todo libro;
stU Mr obtiaeen sal^ oonduoto ni el genio por elerado y benem^feo
fM Mi^ fUmt aifo sepermiie ebooareee la religion 6 moralidad, ni la
l ^a d i d miima ai ya d/estitaida del criteria y de lapmdencia necesaria*
- La 9\bU6frmfia Cat&itea es mas que «e Kbto , es una poKcfa biea
4r|[atttaada aunque p(ftlte»i por 1» east as e^ide i toda obfa su pa*
titele de maU) sospdchosa, imUfeietite '6 buena; es una censnra razoua*^
dii y taMo mas efieaz euant^ iH^ dit4ge A la convicoioo , respetando la'
BlKMldi ei jdi i^^io <pi^.lo^ iigipcios prommaaban sobre sua dij5iuit<)a
apHeado * los- iilMros nacieatas^MeQ.
6S
&4 &iM<eii<D9 7 3:l e&Qi^D*
ARTIGULO SSeUNDO.
E.
^1 estadto del car^ter de este siglo podri servirnos de mu*
dio para penetrar el eatado de sus relaciones coa ia religion^
y los medios de acercarle & ella ; asi como el oonocimiento d«
la compIexioD de un iodividuo indica muchas veces la oatura-
leza y los remedios de Saenferraedad. Siendo pues, como cree*-
IB08 haber manifestado^ Su caracter la indolenoia, y su eDfer^
medad la postracioo y el adormecimiento, deben ser apropiai-
dos a semejante estado loa remedios que se le adniinistreo , paea
de no cooucerlo i fondo pudiera aeguirse que estos fuerau iniU
tiles, cuando do perjudiciales. No se trata ya de cortar coo
mediciAas fuerles los prqgresos del mal, no'^ el mal anda ser*
peando y estendi^odose por todo el cuerpo , es imposiUe aplU
car el diustico en un punto que no sea una lliiga : lo que ania
todo importa es el balsamo para cerrarla^ Cuando el enfermo
ae balla de tal suerte postrado , es muy peUgroso aeabar con ^el
en vez de aeabar con el mal, y es preciaoandar con macho
iiento para cortar el dincer sin tocar al corason : entonces con*
:i^ieiie robastecer al doliente, vigorizarlo, sacarle del letargO|
annque sea para recaer en el delirio , darle la vida suficiente
para que pueda al m^nos trager la saludable bebida y resisiir
il los efectos de su. crisiSi ^ De qo^ sirve que se encuentre este
siglo atrincherado , 6 por mejor dectr , sumido en su indifereo*
cia , Dkirando con igual desprecio A los creyentes y 4 los ioci^*
^qIos que combaten acerca de Dies y del ponreoir , como coia
ToMo 11. 9
86
de pbca monta , repitiendo en inconexas frases como bajo la
iofluencia de una pesadilla , ora lo que en uno , ora lo que ea
otro carnpo se proclamu , y hacieudo una sacrilega mescolanza
de la aotigua fe de sus padres con la incredulidad innovadora
en medio de la cual le sorprendio aquel ietargo? No , lo pri-
mero es arrancarle de so indiferencia , provocarle i un serio
exdmen cu^o resultado nadie puede teiner menos que el que
estd convencido de la divioidad de au causa, demostrarle, an-
te^ de la necesidad de creer 6 de no creer^ la iinporlancia de
esia alkernaliVa^ re^tiluirle las fuerais, aunque luegb ae apro-
Teebt? de ellas para oombaiir^ y la palabra auoque sea para
pegar; pues con un enemigo que asi rehuye y desdena el com«
bale, y que se hace sordo por sislema para no ser asi conven*
ddo , es un trtunfo el obligarie i entrar en liza y a preslar
aiendon. £1 dia en que el siglo aoepte la discusion j reconoz*
ca la necesidad de creer algo^ serd el primero de su conver*
aion y de su creencia , y nos atrevemos d pitMiosticar que este
dta no esta muy lejos. Buscar sinceramente la verdad es lo
mismo que encontrarla. ^
^Es este lodavia el siglo de la inipiedad , 6 el de una salu*
• dable reaccioo religtosa? Huye pctulanle de la religion coaio
el bijo escapado de casa de su padre , 6 vuelve d sus braeos
como el prodigo arrepentido? Ni una cosa ni otra en nuefitro
:Concepto^ estd inmobil, abalido, bambiitnto, desen^anadoy
<pero no crejente todavia ; no ba dicbo auo : ire d mi padre.
La tmpiedad ha perdido del lodo su prosttlitismo, y solo tardo
en desacredilarse y dcsvanecerse probablemente para etecnpt'e^
lo que iardd eo.tomar existencia y format aus aoiiguos parti-:
'darios y a61iados la abaddouan, cuales para pasar al cainpauenta
urnda dia crccienie de. la religion , cuales para inerodear por
iu cuaiita indiferentes i .toda luelia , y para dormtr en brazoa
'del eseepticismo ; alguno&.euconados patriarcasjf veleranos po*
tdrin todayia permanecer fieles a las bauderas de U deidad ca*
67
duca f iq^nos per oOnviocioo que por oi^Ilo 6 por estrechez de
ideas ; pero lo cierio es que no se eogaiichan ya nuevos reclutas,
y que 8u causa va i perecer de inaoicioo. Demonos el parabieo
de estOy pero no mas de lo juslo; muchos corazones ha gaoa*
do Dios , pero i cu^otos ban pasado del fuego del encono al
hielo de la iudiferenoia , del odio i las cosas sautas al desdea
^ia ellas, de la negacion d uua duda mas irraciooal si cabe
todavia? Cudotos envez de volver i la altura de que habtan
desceodido » se qnedarpo en diversos punios i la initad del cm^
mipo> cerniendose, por decirlo asi, y fluctuando eotre Dios y
la materia ? Sio embargo se siente por todas partes una inquie-
Uid.y UD. yacio que.se desconocen eo medio del materialismo^
y este vajcio eati eo el corazon , esta en tantas esperaozis en*
ga jiadaa ^ en tantos deaeos .frustrados y sin objeto , en taota
cpsecha de males presentes, eo tal ruina de graodes sentsmiea'*
tos y de nobles facultades. Se siente el vacio^ se sieoie )a exis«
tencia del espiritu , de una qosa que no basta a satisfaeer. la
materia y el polvo terreno; pero no se siente aun i Dios^ al
unico que pudicra calm^rlo.
LaslimosQ es por cierto ver la coodicion de.la mayor partd
de los hombres, Quya vida e inteligeocia! apenas basta para au
existendd material , al paso que la moral queda tristemente
desiatendida i y .mas lastimosa es. todavia la sed de bieoes y
gocesi la ambicion impaciente y universal que en este siglo
aias que en ningun otro se ba desplegado. icPlacetes de orgoUo
y de seosualidad , dice on ebcuente escritor > sed de bieoestar
material y de vanidad intelectual, goces de actividad y de
pereza, de movimieoto y de ociosidad, todo parece A todos
posible, eovidiable y asequible, sin decir por esto que sea una
pasion violenta , ni que ei hombre est^ dispuesto i .tousarae
mucho trabajo por satisfacer sus deaeos : quiere debilmentey
pero deaea inmensamente. La enormidad de sua deaeos le causa
un malesUr t^ ; que todo lo que ha ganado es.para el G»mo
iit>a g6U Ae agtta <|ue ae i^Irida cnando §s ti« bebido ^ y <}oe
irriU la aeci l^jos de ipagarla. Jamas ba visto el mundo tal
OOoQiclo de pretensioneii , caprichosy exigedcias ; jamas ha oido.
iai ruido de vooes que suenan juntas para nsekiitiiir^ t^ual si lea
tooase de derecbo, todolo que ksiaiia 6 les agradd/'
Anliguameote cuando los saoerdotes eran taiubieu los po{i*>
licos de las naciones, coiiodo la ley bumana y temporal recibia
•u Gocdpleineoto y esplioacion de la ley divioa y eterna , de»
eiao que los dichosos debian ser justoB> bondadosos y carita**
iivos, y los desgraciados prudeutes^ moderados en sus deseos,
aomisos y resignadoa. Esplicaban el deslino bumano , lo que
tieoe de Iriste y de sublime , las compeusaciooes qiie hay eft
todos los esiado^y y los gooes que a todos oomprenden : curar
ban las ilagas del borabre que el hombre puede curar; para
las que no tienen cura en la iierra , ensefiaban & pedir A Dios
d remedio. Tal era el lenguage de la religion : tales las pala*
bras que dtrigia i los grandes y d los pequefios , it los pobres
y i \oi ric06 , eo sus oatecismos para ninos , en sus serniones
para bombres , desde lo alto del pulpilo , en el fondo del san«
Inario > junto al leoho del moribundo , en una palabra A todos,
en todas partes y por todos los medios; porque enionces era
la religion unica poseedora de la accioo popular y de todos
los medios de publiddad. Lo que son eo el dia la tribuoa , la
{irensa y todos estoscomplicadosvehiculosy podei^s^ que cons*
tiluyenotras tantas nidquinas morales creadas poreslemecanico
aiglo, lo eran inles las iglesias , los palpitos y las misiones y las.
visitas pastorales. La religion habtaba sienipre & la mutlitud,
imnca olvidaba al pueblo, y siempre estaba segura de Uegar
basta ^1- Y no por esto se ocupaba menos de csda hombre et\
panicular segun mi clase y estado^para cada cual tenia con-
ae^OA y consuetos pecuHarea , y nos ayudaba d Uevar la carga-
que toclos Uevamos, y apiicaba remeiiios para los golpes y las.
kvKdasqM recibiaoEios atguiendo ouestro tiia^iuo.
Lm dodol^es y ' Iribubos populates pieiMaA M el di^ <|«
•dktinto Qi^o ^ y Unhhn «1 pueblo er» otro lengtia|e. Viendtf
Ja trbte coKidtcioii del hombre j su insaciable atnUcion , le Ae*^
toneMraa primero su^ DaTisems y femeotao sua deseos, y des^
pues le diceos ^oe la tierra tieoe to suficiente para contentarlos;
que aioo mre ieliiyi su gusto, nodebe achacarlo ni a la na-^
lupaleza' de \^ eo^As m a su miama natoraleza > sino a los VfciM
de la docicdad y i\h usurpacion de bus seme^antes. Todos de«^
hen ser feUces en este mikndo , lodos tiene » ignales derechos 6
la fblicidad; el miiddo time diebas soScientes para todo3.
T No e^ cierlo, do^ que la tierra encierre todo )o necesari6
pacia satisfacer la ainbicioo y labrar la Cflicidad de todos sus
habitaotesv JSo es cierto que tos aoontecimieutos desgraciados
y lo$ Ticdoa de las inslttuciones sean las causas dominantes, las
unicas, de la triste y pesada condicion de tantos mertales.
Hajr fiD vicio eD nuestra tiaturaleaa , y on roal en nuestra con-
dicion, cujra correccion es superior a todo bumano esFuenio:
el desorden esta dentro de nosotros mismos. Esos padecimien-
toa iaa desigaalmente repaMidos estriban en las lejes provi*
deociales de nuestro desfcino, que indican a la ve% la superiorly
dad y la pequenes, la grandeza y la miseria. Stendo s^res li*
bres, podemos crear y creatnos el mal; siendo inroortales, no
dcscubriuios sobre la tierra ni los secretos de nuestra soerte,
Di los liiiiUes de nuostra ambicioo. Arr^glense , como mejor
parezca , las iuslituciooes , dislribuyanse los goces con el arregto
que se quiera ; nunca llenaran el abisuno la sabiduria ni la ri-
que7» hiiniana. La libertad del bombre es mas fuerle que todos
los vinculos y frenos sociales; el alma del hombre es mayor
que todos los bienes del murxlo: siempre tendrd muchos mas
descos de lo9 que la ciencia social puede arreglar 6 sadsfaceri
y mas padecimierj(«>s de los que puede pre^entr 6 curar.
;La religion , la reli<;ion ! ta) esel gritode la humanidad en
todo ticmpo y ei> lodo lugar^ salvo algiiBOS diiTs de tevribb
70
crisis 6 de vergooz'osa docadencia. Lardtgion puede contener
9 satisfacer la ambicioo humane ; ' la religion puede apaciguar
noestros dolores fisicos y morales y 6 sostener nuestras fuerzaa
Guando los padecemos > la religion sola puede enfrenar el mat
uso de nuestra libertad j^ Uenar la inmepsidad de nuestra almai
reprimir nuestras pasidnes j engrandecerlas, cerrarcon una
mano el dique para que no desborden eti la sodedad i y eott
la otra abrirles la puerta para lanzarse en lo inOnito. Y he aqui
como la religion hablando solo i las almas , sana al roismo
tiempo los cuerpos ; como unicamente con la revelacion de otra
vida suavisa y consagra las calamidades de la presenle. Gu^r-
dese la politica^por mas justa y fuerle que sea , de pretender
lograr sin la religion una obra tan grandiosa. Mientras inas vi-
vo y estenso sea el movimiento social , m^nos alcanzadl la po*
litica d dirigir la sociedad trasloroada. Se necesita para ello ua
poder major que los poderes de la tierra j y termino mas pro-
longado que la duracion de la vida : se necesita an Dios y hi
eteroidad.
Tal vez parezca exagerado nuiestro lenguaje , tal vea se not
acuse del prurito de espiritualtzarlo y cristiantsarlo todo , oon«
fundiendo lo divino con lo humano ; y bien , no hemos bablado
posolros ; ha hablado M. Guizot oxyo es el anterior pasaje. i Qoi
podia mos decir nosotros de los bene6cios sbciales de la religion
que no estuviera ya mejor y mil veces dicho? pero oir al fi*
Josofo humanitario^ al gefe de los doctrinarios modernos pro-
clainar la eficacia ben^fica de la religion , cuja accion tantas
^eces ha embarazado en la praclica , y la esterilidad de la po*
litica., k cujas Utopias ha consagrado su vida , para la mejora
y coDsiielo de la humabidod , novedad nos ha parecido esta de
algun bullo ^ iraporlancia , y tesiimbnio i todas luces irrecusa-
ble. Pregnote ahora la politica , pregunte el roundo y el stglo
Gon desden insullanle : ^ qide es lo que hade la religion ? como el
que preguotara que es lo que hace Dios eu el uni verso, por*
7i
Sqiie m aingUD punto descubren \ps ojos su brazo. Juzgad de lo
igqeJbaoe por loqiie es; quiza en ningDO liempb babia ejercido
tao impprlantes y sublimes cargos: es el freno. invisible que
deiiene la» olas amontonadas sobre el globoj es el equilibrio
indeatn^itible que conserva las naciones i pesar de tantas terri*
ble» s4ondidas> es el alma de la sociedad que resiste i todos
los esfuerxos que bace esta tnisma para suicidarse, es por fin
el sapboiento de todas las institupiones bumanas que Dios por
ViDguli^r providencia permitio se desrooronaran para que se
viera qpe eUa sola puede servir de ejeal uni verso. Y al lamenr
tar los, majes, y la inquietud profunda deloislietnposen que vi*
Timoa., DD:oIvidenios lo que hubiera sido, lo que seria aun da
la ciiUa Europe sin la secreta vida que derraoM en ella la re*
ligion ) y clemos gradas i Dios^ porque no quiso que pereci^ra*
luos. Mi^ericordifB Domini fuia non sumus consumpti !
A «osta d^ rudaa cataatrofes j de oumerosos deseogaftoft,
coando 190 .por el iostinio mismo de conservacion, ban recoiio*
cido en eftcAolos gobiemos la insttficieocia de todas lasbuma*-
nas leorias para satis&oer lot dcseoa y colmar la venlnra as!
de las napionea como de los iodl^iduos^ y de la impotencia da
la autoridad bumana para impedir que eslos deseos desborden
fuera del circulo dela ley. Y no esesto tanto deestranar eolo^
gobiernos, pues que en ki naturaleza de los bombres del poder
esla el buscar sancion, apoyo^ garantiasde seguridad; sino que los
misraos Glosofos^ los mismos utopij^tas, caos bombres que embria*
^doscoD su po€0 de ialento y de aura popular, aspiran i ser dio«-
sescomo Lnabel^ y a recoD3lruir el nauodo para darle su nom-
brei proclanjah ya en este siglola necesidad de la religion; reH-
gion, ello si, algo vaga y confusa, pero no por esto es menos cierlo
que debe ser mny indispensable y augnsta cosa, aquella cuyo
nombre se einplea basta por las genies mas bosliles i ella^ y
enlra en lodos los sisleinas como condicion de exislencia. Sio
embargo, aceplando con placer cslos leslimonios para redargiiir
J
n
con ello8 A $aa aotoresi no espottbte aceptarios en U rttCiidlsIlSh
que ae les da, ni en el objeCo i que tieaden; no deben lomatM
por sinceras y puraa adoraciones^ estos hipdcritas homenageal^
estas confesiones arrancadas en favor ie la religion; nt debecreer^
se arrodillado ante el altar el que solo yace poitrado y ^venci*-
do, y aun ae esfuerza en aocavar por su base el pedestal aagra**
do. ^Y en que consiste esta lucba, eata contradiccion de actoa
y discursoa, esta altemativa que nos ecnpuja en distintas direct
ctoneS) ora acia la fe y la regeneracion , ora icia la di^ucion
y el ateismo ? Gonsiale en que el espiritu de esia generaek><i
ea creyentCi 6 buaca 6 anhela alnpenos lB$creeDda8;'pei'or8U co^*
razon es ateo, au oorazon profunda tn^te corrompidd reusa' to*
da lejr positiira , y cierra su pa86 d la verdad dejandola alM
para el en tend! mien tO} la loz empieza ya A despuntar enloaes^
piritusy pero fiilta el calor todaviia que reanime los coi^zone^.
Asi es que ban caido para no ievantar^eem m»cbo ' treOipo las
teorias incredulaa, pero no la pasioD de incredulidadrban cesa^
do las impugnacioDes, pero no loa sarcaadioa; las palabraa eran
inles aleas, ahora lo son laa obras^' antes reinaba cpntra la reir-
gion un odio de conviiccionas<pbr deiirlo asi ^y se aapiraba i
deslruirla en teoria, abora reina uii odiQ de pasion i cuyo in*
ieiUo basta paralizar su acoion en }a pr^tica. No se escribenya
los (liscursos que antes contra la religion^ pero si novelas y poe-
«]as para bostardear sus aentimientos. {Que de restricciones, qu^
^e e^fiici-zos, que de violentiis conlorsiones para doioioarj para
dirigiF^egunel caprlchode laapasiones^ y sin que enibaracey con^
tradiga a niuguna de eUas» iesta Icy que se uos did porsu guia
ydirpctora! Qiiede mitterubles intrrgasy cavilosidades para es-
^diciria de toda accion social y poll tica,y conveitiren esclavae
insfcrutnen^o la que debia ser alma delos gobiernos! Se dice que
*«$. la colli nina, el ciniienlo do las socieclades , pero un cimiento
iM*puUado dehajo dc la ticrra que no drbe aparecor en la su«
.perficu'., uua coolumna lumovil e inerte cauio las.cariatidasqua
jpoMienep uo fdifiok)/ qM ll^i^ toda «l pwc^ de 4i aobie >im
<:iJ^^ J que ina$ bieti impiran id^3 de sufrimwttto jr «Ml4n
Titad^que de poder y autoridad* Los fild3oros j iMppetafhan
inveatado paa religion ecldc(ica,miawtCiridAd na'precep|09^i|tt
Cttlto lio templos oi laltaresj bap ^h^hd dsl coravon do cudf
cqal UB Sinai ea el cual ppoiXiuIgB 1^1 miwno su lajF.y M deoi^
logOi en una pftlabpa, ban, proclan^adQ H> d^smoy pfora. deicm^
reyesMdo de tan pompotaa y eatupendaa. fi>iniula0»:d(^ bi9 MOt
liimntales plegariciSy de eita$ia tan etevadoaj que uo pocoa tiM
creido devotes profesionesdefe loque emacMiiidlJQ8ddieri^i;>
Iios poUeiooa por au parte ban usacb de la relij^OB c»s)0 de
on pootal, la h^n^recomendada oomo amy util pera liis aobien
dadea^ deavirtuando aa poder en el indi?id(io; no ban teitiido
bacer publico alarde de deapreciarlai al pa$o que laabandooM
cqoio uo JQguete 6 ««id ilusion i h» ^ixMS. piadoaaa que Ml
puedieo .paaar ain ella, y la imponen al {Aiehlo como un deber^
cooio uha ley & que debe sujetarae en beneficio de sua gobei'i
mn|aa» En una palabra^ estos ban inventadola religion freno^
stqaeWipA W rfUgion'Seniimiento. . •
<A Ida ojoa de cualquiera que jteoga . altn^noa aaoikios de Id^
gica p0recer& una copsecuencia impreseiddible el deducir de le
neceaidad de una coaa su verdad; pero no lo creen aai loa pro*
functos pensadores que.proclaman la religion para el pueblo^
que confiesati su necesidad para la existencia de las sociedades
preaoiodieodo completamente de su verdad^o mas bien ri^dosie
iieseoodidas^ y ta) vez paladinauiente,deladocilidad del pueblo
y de aus necias esperanzas d Cemores. Por de pronto, si clloa
creen eslupidamenle que es un efecto de sua astutas combina*
oionea lo que esti en la naturaleza misma de las cosas, que es
bija desus cdlculos la religion hija de Dios, si creen engafiar cuaoi
do son los engaftados, debieran decirselo en voz baja| debieran
esconder la satisTaccion de su triunfo y el alarde de su incre?*
dulfdad, para que el .pueblo oodesperlara de su engafto, y para
TOMO u >iO.
n
^M no ge desq^iciiran las sociedades y ae apoderafra de ellaa
ei v^igo, viendo que repoaabati sobre el vacio. Este engafiodd
inantener adormecida en la ignoranda y eo la estupid^ i la
' gran parte del geaero humanoy y su jeta & la obediencia j i las
pri^okmea en nombre de una ficcion, aerfa mil vecea masp^r^
fido e inhoniano que el de loa infaDoes traficantea de earoe hvt^
tnaoa en arfaocar de su patria i los infelices africanoa; pero n^
' tardaria en redbif su castigo coando el pneblo ae esperezanide
en letargo^ casrigo propordonado A lo dUatado de la opresion y
di lo iotame del engafio;
Y eato ea lo que cada dia vemoa aocediendo. a^Qu^ea Ibqoe
ha introdueido la irreligtoo en hn ebosas y cdbanaa? pregunta
ol elocuente antor del JSrisajro sobre ia indi/etenckiy el inalo-
grado Lamennais. ^El raciocioio? no, sinoelejemplocontagtoaoy
la vergiienza de pareoer credulo. Esta, junto con la licencia ile-
^ costumbrea, es la vetidadera causa de los progresos de la incre*
dulidad. Y cierto que la filosofia es demasiado con6ada si ha
Hegado i prometerse s^riamente dividir el g^nero huinano ea
dos clases^ de las cuales una creyese para seguridad de la ofim
ain recibir mas premio que el despreciOi y la otra ae ptyera de
lo que aquella respetaba per complecerhi. Tomatido cada uno
por modelo la clase superior i i]^ coniinna, tratar^deensalzar^
ae y sobrepnjarse a ella no creyendo, y no dej ird de repelir oo»
desdenoso tono que la religion esneoesaria al pueblo. Loa gwaf^*
des la dejartfn con desprecio d los magistrados, los magistradoa.
i U clase media, esta i los arteaanos, loa artcsanos a los simples
menestrales o jornaleros, y eslo^ & los ultiinos roenriigos o porr
dioseros cuyo menosprecio esporimentari tambien.'^
Si es impracticable y peligrosisima en el terrene^ cfe Km he*
choa esta distincion de pueblo y de clase itusttada en materia .
de creencias^ no es menos absurda en el osdeo. de las ideas la
dislincion entre la verdaJ y la neoesidad de la veUg^en; y aun
cuando no tuviera esta otro argumento*ep fiivor de su verdad
7S
que la neoesidad reconoctda de m eMtenoia, aeria mas qixemi'»
Scieote ab oucstro conceplo. La mentira m una negacion, la
iDentira e$ la nada^ la nada do ptiede ser ana cbodidoode axis**
teAcia : ti la religion fiiera mentiraj no podria ser condtcioo de
exiataocia de la sociedad. Macho noa engafiamosi o notiener^^
plica este aencillo j breva argumento. No^ no ha oolocado Dioa
aobre el ?acio la base de los estados, ni la eziatencia del drden
an an ei^afio oiep una iluaion: la yerdad nunca puede ser da*
hosa^ ha dicho JuAn Jacobo Rousseaa, y por taoto no paeda
aer la religion qna preocapacion 6 an enganb cujro descabri-^
tniento aeria la niina de las sooiedades* La mentira aunoa piie*
de ser provechosa^ decimos ahora nosotro^ mas decimos, st
crej^ramos que es ana supercberia la religion, por masqaesitt
ella hobiera de vol verse todo c^os j anarquia, fu^ramos los pri*
meros en levaotar la voz , en re velar A los pueblos el engafio>
porqae entdnaes la aociedad no seria el estado normal del gene-*
ro humaoo, seria an engaiio lambien , una usurpacion . de loa
pocos J una esclavitud ;de loa muohos^ y todo el horror de 'la
aoarquia, toda la violencia de enoarniaadas j perpetiiasluchas,
BOS pareceria preferible i esla baja esploiacioo^ i esle engano
dobroso detantos millones'da mortalesi i ^
Si, religion 6 ateismo, escoged; an eitepunto no cabe in-
diferencia; sepamos i que atenernoa.- Sleai franca j nniverial la
creencia; en ella no caben restricbiones ni eipeoulacion. ^Es una
neceiidad la religion, decis^? fuera rub6i% pnes, y decid: e» una
verdad. ^Es un senUmiento ? dedi tambiietnreS bna Iey,'una aw*
toridad ..' .i
EI sentimienlo pudiera definirsa el.'instinto del corazon.
Caaodo el hombre se degrade por su culpa, y se desarrollaron
en ^1 los germenes del mal intea encadenados y comprimidos,
le dejd Oios una guia interna en su entendimienlo y olra en su
corazon, la pnmera para que sirviera de piedra de toque a las
autilteas del error y disipara laa tinieblas de la ignorancia^' la
7t
otc» pani<{iie dominart adeoMie y pora el bramido de iia pa^
fiboaa; laprimcra at llama razoo , la seganda sMlimi^itto. T
cemo tengan eotte si enlace jrrelacion tao estreeba ksdbs fii«
eblkadesi do la volaiitad y de la ioteHgendaj que aptfnas pued«d
separar aaabcieHi^.uiflaencia miitoay se ha dicboeon fafttiGia
qttt a las grandes verdadea corresponded siepjire grandes sen^*
tiinieiilioSA La existeocia de tm sentimieBto prueba pOr A solik
la verdad que tiene por ol^eto; asi que ea estoa tietapos de ig-^
norancia verdadera, de doda j de aofismaa^ e» qae se ba proaiie^
taido la razon i las pasiones lodas para rf iaaf oon s» apojr<^
en que w^ ha babido error qoe no- eneont^ara 5i» eampeon^
verdad que ao eticontrara sq verdago, en qae pesa sabre el unU
verso, eomo unacapa de plomo^ la niebla ten)sbrQ3a die htduda^
ban preferido muGbos defensores de to eternO' j verdadero,
oomo medio mas breve y segaro , evecar en- fiiror de la ver^
dad ukrapida la voz del sentimiento qne yae^ ^n el fbndo del
coraaon de los-hombres de lodos los paises-y, de todos les *si)-
glos* Mas. bien qM defenderla con las avmis^ siempre diidosa^
y abora pro&naflas de la razon ^jr qne stijetfiFla i su tribunal
desacreditadO) ^ Ha apelada i ua |iiez ante el caal enmodeceut
todas las hipdtesis j teorias ; se ba bn^cado* et»tt» el individual*
liemo del error » p(^r ^su ^inisma naturalexa makiple j fr8cciona<>
do, el eiemeiUo deunidad'qne reside en' lodos los boAibres co*
mo desttllo de i^rdad^ se-ba b^cho que el corazon mismoqn^
con el hiimo de bis jpaMowds <(be^ elprlmero en oscnreceria f
en crear las Irniebtast^e la ihlieHgenGSa, Tnera tambienel prmiero^
en desbacerlas con la luz deVsenlimiento.
Mas sit c»te es vevdadero cotno todo institito, eemo mstinto-
es tambren incompleto.' 'Lbsgiiiasmternos^y natural^s quo Dins
nos concedio conio nnsup!ementO a la razon degradada, deben
aer complctpdos por la revelacion, qoe soria eiHeramenlf* vana^
si eUos soU)j$ t^aslliran. pars alunibrarnos y ditigirnos en A ca-
»ino de la vida.> Arsi pues los sefilimienlos tyk su Ibndo y esi^ti^
cti y adb 9tgwrm y. TCfdadevbb , «iiii ttf 8idiD{>re k) innt ed laa
fiirinas qqe revisten, ni en las tetos do» qde $e reproducea: kni
ptr fii solos aoa cosa abstracUt j va^a, aqsccf^iUe de onlaD*
<N»tnida8 modificaciooes^ una mast ioerfe dp h coal puedefer-
narae tin ordep admirable 6 ua.es^>aiitbeo dico> bo bspaiaotii^
Bieoao fiobre el qua se puede edificar^ao iqQ6:iu» ta el edifioio
mtsmOy una fuersa desparraniada j ciega que para obrar 'boii 4xii
to J aderto debe eatar cnosrrada jr compiinada en eiertbs ta»
bos, per decirlo asi, sujeta i dertas lejres j dtrigida porun ar»
tifioe inteligeote. No bay Teidad qua 'a^ oootraria al seotif
amnio ; pero el sentimiento no ea toda la verdad. V^asepoea
ai puede aceptarse coma untco deposilarioi, iraioo goia y unico
limite de la religioD una cosa tan >diatinta y Tana en sus fortnaai
tan iooierta en' an direcctob , tan aUadoa an an estension oomo
d aentimiento. Si no reeonocemos maa ley ni tesracbambs btra
▼az que la del seotin^ieoto religiosb ^ no hay trlmeo , no bay
arror, no bay eatrava{;ancia en que no podamoa precipitarifos;
perque suena tao vaga , que «i an aagoioiientd tanto p<>demoa
arribaral termino deseado oomo correr i uo abisiho.. tiel sen*
limiento religioao nacieron tambien tanmonatruoBas y alisurdaa
idolatriaa, de ^1 derivaroa tantos obs^noa y saogdinarioa ritos^
dei^I naoid el malerialista y desenfrenado culto de Jupiter) el
feroB culto de Odin, el salvage eultodeloa antropdfagos^el de^
gradantfi y sombrio de los Bracmaoes g el cruel y foltiptuoma
de Maboma, deel an fin lantas leyes, fantps orimenes', tanta^
supersttdones como manchan los codigos , la bistoria y los ikU
tarea de los pueblos. Reconocer todas'esfaa refigioties es no re<>
eonocer ninguna. La exbtenciadel aeni^miattlio religioso pmeba
81 la reKgipo , y por lo mismo no puede aer esta tan ia^
diferenley de poca modtay quesea Udto dejarla manchada cod
todos los errores y estravios con que la degradaron los que ad
general la ban recooocido : oecesita por tanto de direocion, d^
kyas, dereyeladon en una palabrai que ngdt deje dudospy
78
CD la ciod ie»! (odb^. fQsMwo.. Declr que no necesita :la nli-^
gioD de leyes>. ai <Iq autoridad que. las dicCe porque as uia
aeotimieiito ^Diiato que.esta ea el corason de. todos loa boni-^
breSy es lo misma que deoir que no ae neocsitan oodigos, ni tri*
hqnaleSy ni administracion de jnsiiGia^ porque la justiciaes tarn*
bieo on seDiicaiento innate qae estd en el corazon de loa horn-*
hres todoa.
Pero esta misma vaguedad i insuficiencia del aentimiaote
religiosoy es lo que en el dia da tanta voga A esta palabra que
por todas partes reemplaza a la de fe religiosa. La pabbra fa
era demasiado positiva i inflexible para un siglo indocil y or<»
goUoso; era prectso inventar una formula que se doblara & to«
dm las exigenciasy qua seacomodara & todas las pasiooes^ y cujra
cstension se pudiera enaanchar 6 restringir al capricbo de cada
cuaL Asi oomo las verdades todas fueron desfilando en el siglo
pasado.ante el tribunal de la razon j salieron todas coodena--
dasi asitambienen nombre del sentimieoto esperan tal vezdes*
bacerse de todas lus que refreoen la licencia 6 repognen al or*
guUo. Aqiiel se atriocbera en on deismo completo^ j cifra aa
aentimiento religioao en admirar los astros, en cootemplar las ma-»
raviUas de la nataraleza^ j en cantar al nombre de quien qoie-
ra que las baya producidOi sea Dios, sea acaso^ aquel otro pro^
fesandoun panteismo masabsurdoque la mas absurds idolatria,
ae postra ante toda criatura por mas que abyecta y limitada>
Vjeoer^ndola como parte de Dios, y no concibiendo para el Ser
Supremo otra existencia mejor que la de aqui abajo; otro no re*
copooe . mas senlimiento religioso que la moral y es decir^ ciei*«>
ta ooleccion de principios esloicos y mezquioos. que no puedeo.
existir mas sin la religion que los colores sin la luz^ que el efec«>
to sin la causa y este proclama i Dios y calla i Jesucristo , 6 A
lo mas lo reoonoce como un fildsofo profundo y como un tras'^
toroador sublime; aqud babia del Hombre-Dios y del Golgo*
ta, pero no d^ la Igiesia cimentada /m $\i aaogre; aquel otro ae
79
«ciienla de de^ta^iglesia apostolica, iovisiU^i aUtraota , pera
iiespreci% Ji^Oifoficamenie Ids ritOAy lo8 preceptos, laa institucioh
ues de esta mistna Igiesia, 6 lo mira & lo mas como cosa pu*
fameote faumaiia. ^Para que recorrar todas las fasea cod que. ae
presenta el seniimienio religioso , todas laa re^tricoiones que
gradual mente se le poneo, todos los progvesos eu la oegaeioo que
por ana pendiente.resbaladiza conducen al abismo de Ja nada?
|0h! esle oombre deseotimiento religioso tao noble 9. tan res«
|)etable en su origen , mu j pronto se veri tao profanado y
proslituido como el de la razon , si. continua siendo juguete y
paotaJla de nuestros fildsofos y disertadores.
La religion es sentimiento, pero es mas que sentimieDto; as
fei es autoridad , no reside solo eo el corazon , sino que de)|ft
reinar tambieoeo el entendimieoto; no solo es una planta-indi*
gena que nace en nosotfos mismos , an fruto espont^neo quq
rendimos i Dios porque queremos, porque lo produce natural
mente el corazon ; es algo de superior & nosotros y bajado di*
rectamenle del cielo; y si una mano celestial no hubiera poda«
do y enderezado aquella planta , si no hubiera quien vigilara
sobre ella y la cuidara asiduamente^ 6 bien se marcbitaria , d
no produjera raas que espinas. La religion es una, positiva, es
la misma eu todos los hombres, en todas las edades, en todoa
los paises, 6 deja de ser religion, deja de ser la Terdad comple*
ta que solo puede ser una & inmutable. No solo es un fendme*
no humane, no solo un accidente de las sociedades^ es tambien
una in^titucion divina nacida toda entera y armada y revesti*
da con sus mas minimos adornos, si es licito decirlo, de la in-
teligencia de Dios, como nacid Minerva de la cabeza de Jupiter.
No basla un Dios, si no le haceis provide y conservadory le-
gislador de los hombres} no basta reconocer la grandeza del
hombre, si no reconoceis la degradacion de su naturaleza y su
reftarucioM por Jesucristo; no basta confesar i Jesucristo, si no
confesais su Igle;sia; no basta Jlamaros hijos de la fglesia^ si no
M
Mftteis m gerarqad y pfm»pt08, y doMais ladtaneiii nttM i"
809 prdcticas 6 iostitu clones tCKlas. Este sistema de eclectioisino
eAtre la razon y la auCoridad, eala mayor de las moBstroonda-i
des y de las incoosecueodias ; y me]or compreDderiamos la ia«
eFQdultdad, que esta Iransacoion repagoaote entre la iocreduli*
dad y la religion. Para el que aabe que iodo va enkzado en re*
ligion como en cualquier serie de verdades, y que suprimir el
ealabon al parecer mas i nsignificaole es romper la cadena do
ero que une la lierra con el oielo^ p&rael verdadero creyente,
lafito crimen ed negar & Dios mismo como la mas leve de suy
palabras pronunciada por ^1 6 por sus drgaoos legiiimos. Am*
bos son crimenes de oi^golio y sedicion , y la sedicion 4:ontni
Dioa nunca podrd ser venial. Pero , ah ! en este siglo ileno de
iimismo^ como ha dicboon poeta poco piadosopor cierto, po^
tos saben doblar mas que- una rodillal
f osifc Miau QuAOBAjiOi
ELNIIVOCLERO.
f^iaan
aindo iastidifidos 6 traspasados de dolor apartaiDos la visbi
de lo que esU pasando». buscando uo consuelodelos males pre*
seotes en las esperaozas de lo futuro^ & vista de iin porveoir dlf
tioieblns e inQerltdumbre, eo medio de las nubes prenadas d#
tecupeslad que se agolpan al horia&onte, diFisamoa tiu rajo do
luKi J esta luz viene de arriba, vemos todavia uq eleqiento d^
I^eo y una iostkucion salvadora , y esta no es niuguoa de cuao?
tas deben su estableciuiieutp i.la feliz coofcepcioo de uo nior^
tal privilegiado , d de las que uilcidas oon U9 ptiebkl » j robus^
tecidas y eocarnadas en & por U sucesioo d^ las edadeis y pof
las vicisitudes de una larga histdria , sueten no desapareoer SU19
con ^1 en su sepulcro. No ; tal vez la mooarquia po volveridf
.su parasismo ^ eotr^ada i una larga y pfoosa decrepitud pa^
fecida i la infancia , y juguete de partido^ y revoludooear
tal vea habra acabado de suicidarse la aristqcracia olvidadf
4esu origen y de las virtudes de sus majroresi tal vez el ej^rr
isiCo ensefiadoa discutir eu ve^ de obedecer , y (cODSlituy&idoi|i
iegislador^ en adelante decidir^ en loscuar teles de la suerte de|
^tadoi y echari su espada en el phtillo de la balaoza que maa
tesoros le ofreaca; tal vez el pueblo , el sensato pueblo espafio^
gradualmente separado de su EKos y de sus rejre^^ jMombrari
al mundo cqo e^pecticulos tanto mas sangrieotos cuanlo mas
jlardfos , d caerii en esa indirerenota religiosa y poiitioa , quf
siempre es el sinloma ' mas fatal de la muerle de l^s naciooea.
Jodo esto es ^osibk^ jay I dema^iadp posible^iQo.ninguna df
ToMoii 41.
^U% lostituciones esperamoi oon omnfmoda firmeza , par man
elemenlos de eslabilidad y conservacioa que ofrezcan en lo
humano ; pero sobre todas estaa existe otra , represeotanle de
una idea divina, y que si bien oompuestademiembros frigilesy
morlates , participa en su con junto de la perpeluidad e incorrup*
tibilidad que corresponde i su origen y mision sobrenatural;
hablamos del clero. Si dias ban de llegar en los juicios del Se*
fior en que digamos la antigua monarquia^ la antigua Es*
paiHa J cou&dmos poder decir siempre el nuevo clero , porque
ouevo sera y joven y lleno de vida , cualquiera sea el nuev6
irden de coaas en que entremos. No es que nosolros I^ augu*
temoa seguramente una era de predominio 6 de Ventura , dias
de paz y de sosiego en que pueda verifiear, bajo los auspicioa
de la religion > la reconstruccion de nueslra sociedad desquicia*
da ; peiro vengan dias de locha 6 de persecucion , de indiferen«
cia 6 de anarquia, nunca sera el clero una cosa iiidirerenle y
despreciable ) un caddver moralroente bablando, nunca per*
deri su esencia , nnnca dejard de ejercer eu influjo asi desde loa
palacios como desde el fondo de los calabozos. Admirable cua*
fidad de esia itisUtucion , 6 por mejor decir de la Iglesia que
eo ella se encarnal Para las otras instituciones , la humillacioni
e| abatirrttento ea la muerte, para esta es la vida y elcrisol
que la regenera ; & aqueilas las mata la tempes(ad > i esta la
fi{rtaleee y fecundixa ; i aqueilas como humafias y materiales no
fes queda mas recurso que el triunfo 6 la derrota, i esta se le
tfiecer ear todo evento una brillanle ahernativa , ei lanrti de la
^Iptpria 6 la patma del martirio : laf sangre de los ihirlires es
la purpura de la religion.
El clero tiene por canto dos existencias distintas que no
Mibpre marcban acordes, sino que siguen a veces una progre*
sion iuversa , U exislendia material y la moral *, la upa en la
parte que tiene de terreno , la otra en^ la que tiene de divino;
hi' iiiita ra el iSlrdeQ civil ae luide por el humero y cbrisideracioa
8S
•pcia) de 8DS .miemhrM , y por las^-riqucns y digoidades que-
Qcop^n; la otra eo el orden e«piritual 5e gradua por su parfec* .
cipo y deDcia , por k admiracioD y respeto que 6e concilian J^ .
por el aaceodienle que ejf^rcen sob re las almas; la* una (M el.
hnllo inderto de la diadema bumaoa que el mundo capricbo^ .
ao le da J le retira; la otra es la aurtela.de Tiriudes que la*
corpoa, 6 el rajo de la sabidqrfa que.baja ^eade arriba i ihh:.
minarJo. Los gobiernos de la tierra se jaclan de teqer- e.ii soa
maoos la primera; pero al int^ntar oienguarla, ao haceo ina*j
cbas veoQS sioo acreceatar y forhenUr la segunda; y la que:
empleao oomo bos deslroctora para cortar el irbol de raia , se.
iXNivierte tal.vez segun (os designios del AUisimo eo saludabtei
podadera, que despojandolcdelpomposo foliage para matar al»
iDseoto roedor que eo el se abrigaba ,. lo vivifica y rejuvenece
eon nueva robustez y. lozanSa. La vida material ^ que es la4Di*
ca de que gpzan las ioslitudonqs hMmapas, no es pa^ra el clerp^
sioo uiuy accidental. jr secundfiria ; so vida prindpal es.esplri*.
tual como su instiluto, y contra esta nada puedep.la opreaioo.
y la violencia ; la unica: mnerte posible para ^1 ,; si Dios no hD*>
biera proinetidola indefeciibilKlad a sn Iglesia^y per qpnsiguieo*,
ta fiLdero que.es su n^^ioislro nece^ario, seria el descr^ito y.
la degradacion ^ inmortal contra la safia de sus enemigos, solO;
^1 pudjera matarsed si mismo abdicanclQ,su esencia , p corroon-
pieodo la pureza de su origen y.destino. Dios liiao qaefuenir
i^nposible este suicidio ; mas para lavar i aq^el de las n^fpchaa,
con que el cieuo de la (ierra puede salpicarle ^ ^para desvauecer
el engreimiento de Ikarlo dilalada prosperidad, y reslaurar en^
el combate las iuerzas enervadas por el descanso de la paz, ba
di^pvesto de trecho en trecho epocas sangaieotas perd glouo^
aasy.de prueba y de persecucioo^ para recorder isus saperdo*
tea que son ministros de un Dios cradficado , y que sua. prU
meros teroplos fqeron laa cataeiimbaa.
%juiiit.^poca de estaaaabalmeole noa ba tModaftr it^
8V
ff&B i pero itAes Ae tiAf6Mk tcM cciistflftdores reatilUdM qiw de*
ell« e4{>ei*amos, y Ids mievds deberes que impooe aI elero oa*
cleatei no ser^ fuera de 862OD desvanecer Im temores que'
ebercti de su estincion total ^poedan abrigarse. Porqtte alguoo
preguntaWi: a^Ddode esii ese nuevo clero objeto de tunlaa ea*
peranxfis ? Eo ves de vuealros dorados eosueBos / proti^tieoe
aiiuiioios de gloria^ no vemos sino un clero viejo que se esUo*
gue Aa q[iie btro se preseute i reemplaearle ; pastores que niue*'
reit sin teoer i qiiieo legar Bii ca jado 1 que vi recogiendo y
amortizaodo , por decirlo aai, el poder civil cual si foera ai&'
lagftimo heredero , loa miDiftros del saofuario por fia eocerra*
doa jr sitiadjos eo el teoiplo^ i cuyas puertaa tela con la espeda
de la ley an gobierno mas 6 m^nos suspicaz yimpidiendo 6 di*
ficultahdo la en trade i la jnventud generosa que no dudaria
hacerse participe de la soerte de aquelloa ^ y aguai*dttndo i que*
k muerte vaya diezmando lentatnente i los de deotro pana>
poder allanarlo sin estr^pito ni resisteticia. Y entonces, segun
eean loa gob^mantes que laa vicisitudes politicas aos deparen,
6 bien se cerrari el templo ^ 6 se llamari i tin clero iotraso
que alimente en las aras del Sefior uo profano fuego ^ que con*
sagre el cisma y el esdindalo, y que sea el ultimo y maa cruel
ilUraje i la religion/'
Para rechazar como exagerado ese cuadro desokdor, no
W)s fundaiBOs precisamente en laa esperanzas que pileda baber'
despertado la marcba en algo reparadora del actual gobiemOi f
la sebda qu^ba ensanchado en parte para los aspirantes al sac^r-'
docibysabemoa cudn varios son los trances de la locba pblitica,
cuin mdveditos y sobre a^na son por ahora los cimientos de
todo gobierhOy j estamos preparaclos 6 cuatquier conlingencia;
nueslra esperanea reposH en un orden superior , eo las iDiras de
h Providencia y en la fuerza misma de las cosas. Si , confia-
mos en esta Providencia que tan vjaibte se ba ofiiinifestado en
H ^M&sifevt Amo 4ei clew aoltief , pepmitieiiflo tan raras idefec-
^tpoippral , para que i favor do la Q0i|fu9ioo de \o$ tiempoa.JiO
eotraran eo su Igleaia iodignos.caiididatoSi emi^rioa o tnsliiir
.sneotos i^e sub eneoiigoa » y para dar lugar i ertos de de9cubrir
aas loteDcioi^es y U Uraapeocleix^ia de ci^rtpii principip^^j ^aciev^-
Ao imposible de este niodo la seduoci^o de Iqs iDcaf]U>s..Pero
no hay qae dudarlo} eaU juveDtud que^clama por entrar^ y
.cuyas iostaocias coosueoan pon U vfx inqeaante.de jos aocianos
.pastoresy que aolo .p|deo vida al Se5or y Ub^rtad aj gobierno
.para dejar formada una gfaocraoion nueva 4 quieo eQCQcueiidlir
aps ovejas ^otes d^ cerrar loa qjq9 i se. abriN pa$o t^rde 6 t^iyi*
praoo , como ha en^pea^do i abriraelo ya; Dioa no les 0QCQ4k*
.Qieo Unto brio y pers^veri^ocia para que fuete ^in.resalt^dp.i^
el que cinqeDdid en sp alnia Mo ooblea deseoa sabri pnaparwl^
taiiibi.0n el caiBino de . realiaarloa. Al fin siii dercno ea poffi-
b)e la religioo , y biq religion no es posible la aociedad , e«eb-
man i una voz los gobleroos todos , como que la religioa es
•va elemento para elloa indispeoaahle » eacepto ep ^pocaa de
.erisU ppr fortuoa bien, cortM > puea cooduqen ripidamentevi
.Ja iiiue.rle 6 i la regeneraciou^ Y si todavia estuvieraii reserve*
das Uuj 8aQgrienUi& fasea a nuestra revolucioo; si a^guoo de
nuestros polilicoi incurriera eo la inaensatez de auicidarse , ere*
^yeodo que el estado puedq pasar^^n religioo, 6 la religioo am
Iglesid y ^^^^ I y 1^ Igl^^^ .^ii^ unidad y el dero sio iodepcn*
dencia ; si en v&l de cobardes contemplaeiones y preveocionea
mezqninas , como creemo9 , hubtera qiiien abrigara contra la
. Iglesia pcnaamientos decididoa de esterminio; auo en esta. hipd-
. tesisy repetimps, tampoeo temeriamos por elk, lu perdi^ramoa
la esperaosa de ver todavia en ouestroe diaa un naevo clero*
£1 odio lo mismo que el error y oomo prioeipios de muerte sod
est^riles y fugttivoa^sy en vano se prometep dar perpc^luidad
i susobras eirrevocabiiidad i sua senteocias. Tambieo epFrao*
cia irrevocableBieiile y fiara Mmpre se abolierpn d pulto y
/*8
An inMar^crfa; y de equellos estoicos legisiaddres losqae no
'Mntribuyeroo &' repooer i Dios en su altar jr ^ un soberaoia
-^D el trdno, habr^n podido ver desde su retiro, por poco qae
hayao vividoy la Francia cubieftaotra Tez de templos^ j obe^
'dectdo sacesivaiAeDte i ires dtnastias de mbnarcas.
Si fuDdadas y seguraa son pues miestras esperanzas acerca
da la perpetuaeion del clero^ do lo son menos por lo que toca
^a su GOnservacion moral y hasta al mejoramiento que en loso*-
^Msivo deoe esperimentar; pues poco de otro modo oos impor*
taria su material existencia , y enlre su degeneracion 6 estin*
*ei6n total no sabemos que mal 6scogeriamos. Pequefta muestra
de lo que ser^ en lo fuluro nos suminislra en su generalidad
^ita porcion de clero que resp^tivamcnte al otro puede Ha*
«iiKirse nuefo^ coi^pQesto de jovenes que, 6 bien por los eaitre-
'chos resqoicios que de|a abierlos la ley^ y i fucrza de intrepi*
*dez y santa industria^ ban logrado penelrar en el sanluario^ d
auoque ^onsagrados intes de la suspension de conferir ordenes
sajgMida$y r€cibieron su educacion sacerdotal en medio de la
' tempestad que ya rugia^ bajo la dura eseuela de la revolucion.
Reunieudo todo el enlusias!no y ardor propio de su edad i la
prndenctB del hombre maduro, y el fervor y la caridad del sa*
cerdote A la iluslracion del sabio, )a lucha les ha servido de
la'prendizage , y de esperiencia la calamidad ; y si la necesklad
del combate ha arraigado mas y mas la ortodoxia die sua creen-
cias y !a umdad desus esluersos, y mejor tal vez que it sus an*
'tecesores les ha rhistrado acerca del peligro de oprarones 6 sis-
temas qne podian parecer ^ntes inofensivos, el conocimiento de
la sociedad, y mas que lodo el espiritu del Evangelio depura*
do' an ellos con la persecucion, ha despertado en sns corazones
la tol^rancia acia lodo lo que es meramente humano. Penelra-
dos delespiriln delsiglo para darse a comprender, pero man*
teoiendose aupe^ioresi el para juzgarle j'corregir susestravios'
Ul vez DO ie predican lanto con la fuerza y uncion de sus pa«
%7
Mms oomo oon la regolaridad de aoa cottumbres; 7 el muodo
i^non que aqnellos conocimientos y elociieocia que supone ad*
quiridoa en largas vigilias, ae aprenden y beben ameiiudo al
pi^ de los altarea. Si> la Cspaaa y el clero cuentan inuchos jovcnea
de estos , y en ellos tal vez encuentra mas de ud sacerdote an*
Gtaoo mucho que admirar y que imitar. Ocultos por las ciuda*
des de pro^incia, en el fondo del templo 6 en el rincon de su es*
tudio, su merilo es conocido solo de sus amigos, y al que esto
escribe le ha tocado la suerte de couocer i muchos de ellosipe-
TO estamos seguros que todos los que esto lean recordaiin j
nombraran en su interior i uno i quien no solo su patria|Sino los
estraiios aclaman fildsofo religioso, y en cuyas obras vemos el
lipo de las ideas y cooducta de este nueva clero que ae anuocia
para lo futuro.
Ki puede ser de otro modo , atendidas las circuostai^iaa
en que entraron & e|ercer su oiinisterio , y la sincera y ardieote
Tocacion que debia anioiarles.^Qud iban i buscar sino en el
combatido santuario , revistiendo el trage, si intes de honor y
dignidad , hoy ya de vilipendio y miseria ? acaso bienesUr^
riquezas, consideracioo ? acaso les encerraba alii por codicia 4
por carino mal entendido un padre deseoso de aprovecbar em
su favor las rentas de un beneficio ? 6 les Uevaba d vejelar Mi
dentro la indolencia y el egoismo para adormecerse en una vida
comoda y moootona 7 acaso si eran pobres y de nacuniento os*
euro, era la ambicion 6 la necesidad la que los laniaba par la
unica piierla que se les abria para Ue^jar i los honores y dig^
nidadcs? Todas estas razanes, que no oegamos podiaa valer
algona vez en siglos pasados, como que el bombre es harto ma*
U'rial y especulador para no abusar de lo ma$ sagrado 9 peiO
exageradas malignamente por los enemigos de la Igle^^
ioiealando espiicar coo cUas la superabundattcia sacerdotal^
lodas ban caducado ya, mprced a sus cetosot reformadores qtt#
a) menos en esto ban hecbo alclero ua bieo, y bi«o maj^or del ^u*
entri. Ya ootcabe codidta m opukticta , porqne el cterb' aehallk
i aueldo ; ya do es tiempo de comodidad y bieoeAar, por*-«
que hoy luebi en la palestra y maflana gime en el destierr^ft
ya no es tiempo de indolencia » porque el enemigo esti i lak
poertas , ni de ignoranda porque los avergonzaria la ilustracioft
del aiglo: ya no es tiempo de digoidades est^riles 6 impoten'*
tea que no han hechoi digimoslo asi, aino deaignar al que las
bcupa i la vigilancia del gobierno ; ya no ea el camino de aa*
tiafacer la ambidon el piilpito , 6 la ailla episcopal , 6 el eon*
iaaonario mismo de loa reyea : mejor y mas eapedito medio es
levantar una tribuna enmedio de una plebe cualquiera , 6 sedil*
€ir una compaAia de solJados. Solo un aentimiento que no ttehle
eaplicadon aijno en Dioa , y una recompensa que no se adquiei^
sino en loa deloa y pueden haberlea llamado i au santo minis*
terio y ofredendose en holocausto i la oscuridad y i la pobre*
fea, y arrostrando loa rieagoa de la persecudon, y lo que es mad
penoao para un corazon noble ^ el deaden y el vilipendfo. Los
))Qe con tal brio y reaoludon ae aliataron , imposible ea que n6
peraeveren; y ai algun dia llegaran i olvidarae de au vocadoA
jprimera y de la nlision encomendada , el mundo bostil enme*-
dio del cual viven, sela recordaria Gicaliz^ndoles terriblemen-
4e> y los murmulloa de aua enemigos lea volveriao en al de aia
momentineo ielargo.
Eata attuacion que ^ aea cual fuere el (in de nuestros tras*
tbmo^ , no terminal*^ tan pronto para la Iglesia que no alcand^
tf.Ja generacion que se levanta, nos asegura y garanti^ta la per-
feocion y espogimtento de loa que logren por fin llegar al sa«.
cerdoeio y arrim^r sus hombros a la bdveda santa para soste*
nerla* Un itifer^s tt?mporaI , una vocacion mediana , un caracter
4yi)il o iiiconatante cejan ante la multitud de obstaculos , ante
U diluoion e incerlidumbre que aera predso superar; mucbos
xl^piies de haber aguardado largo tiempo , se retiran : no im-
fiqrta^y quedarfo 'pocoay pero a toda prueba como loa aoldadds
imQeisom. Gnmde i ^ mdlid y diffdl'eli h obra que les tagiiatl
da , y solo Dios puede dories foerza y tino para Uevarla Y
cabo: ser tan 6rmes sin apafecer duros , tan lolenintes sin apa«»
wear d^biles , tao indepeodieotes ain mostrarae altivos 6 am*
bictoae^, tan pobrea sin parecer eovilecidoa, tan ioeloaos peVfr
tan pradeDtea, dedicadoa it oicatriaar t^ntaa pasionea An ape^
giraeies nuooa so cootagio j ain aacrMear ouncala fualicia ^ Ik
terdad al miamo deaeo de pareder conciliadorea ,' empteaa ^
eata en que naufraga la prodeocia bumana entregada & aS sbU.
6i eo eatoa uUimos afios hemoa aaiatido alguoa vez i h iietfok
ceremoDia do la ordenaciod que Caai lotalmeote ba deaaparecr-
do I Bgnribaaeooa^ aiu poderlo temedior que loa oroameotds
wgradoa de loa ordenaudoa eran la tunica que ae revestia & loh
nirtirea la viapera de au auplicid, pu^ m^rtirea les couaidera^
moa doa veoea^ por loa padecimieotoa qtie tal vez Tea aguardatf^
y por el resultado de eltos, que edpefacpos aertf'comoel de Iw
'Sacrificaoai la recoaciliacion de la buoaanidad con DIos. Este ti*
flo que se facta de filantropico > que ttene tniedo il la' aa&gre f
que ha ackelantado mucbo en el arte de espiritualitar Ids aopli^
doa I mariirhBa laa almas 5a que no loa cbefpoa; no degotlafi
acaao pot las calles i loa aacerdotea , aonque no aiti bn lefaiA
la ^poca eo que lo ^eron nueatrai ciudadea; pero miri tortu*
tas tanto oiaa croelea cdanio mas prolongadaa y dirtgidaa S
espirilu. Maa ea tanta la gloria que brtUa al eatremo de esta et<*
piooaa aenda, que nuhca tat vea habia preaentado maa incenti*
Toa a laa nobles anaiaa de todto entendimiento aerio y de todo
ooraaon esfortado. Colgar oomO on *v6to del sagrado muro )oh
doifiea que Dios miismo noa coocedlo » relundir su gloria eh Ik
de Dios y senlirse instrumeolos animados de ' la Providencia*,
repoaar en un terreno adiido i inmovil cuando todo vacila , adr
deposits rio de toda verdad y del unico elemento de unidad jr
coociUacion en medio de laa tinieblas y de la lucba general, to-
do eato tienta demaaiado i cnalquier itMs geoerosa , j las ba-'
Tono u 43.
iki eo noestra ..jiiveotiKl , no lo du^mcB* No desbtteosr , aa^
cerdot^ loveoes 6 aspiraotet al sao^rdocio: amargo es d pre*
aeotei pero el porvenir es vueslro.
. Al estasiarooft de este mode eo las esperaons qoe oos pro-
jBeteQios de la fblura generacioo sacerdotal, bo es de niogoo
jDodo Duestro ioinao rebajar el m^rito de la presente , ai io^*-
ear que necesite esta de una especie de trasToriDacioD 7 noeva
Tida que Ja regenere. Ko ; cada ^poca lieoe siis necesidades , y
Dioa en via hombres adaptadoa i ellas, 7 maa Iraiaodose de
^ttna inatitucioo objefxi priocipal de au aoliGitud* Gloriosoa y
aefialadoa ejemploa de firmeza , 00 pocoa de aaber , i iooume*
rablea de paciencia y sufrioiieDto legara rate dero al que le ailr
ceda , pero algo quedari qi|e haoer al uUimo todavia, j belU
jiunque espioosa miea ae le .preaentora que aegar ea au dificil
carrera; puea.si. para reaislir a la tormeota baata la ioirepid«%
jpara reparar aua da&oa ae neceaita habilidad y coaaUooia ef-
.tremada. JSi teodra que avergpnsarae del actual el fuLuro clerO|,
iHi que eof idiarle tampoco loa azarea y trabajoa que taata glo*
M le hao proporciouado , jr de loa cualea parlicipra totjaviik.
Y el que .florece al preaeule , dj lieoe que temer eon eac^so^popr
aoa .auceaores , pueato que Dioa ea au apo^o ; ni mcatrarae oe-
loso del lustre que adquieran, aun cuando hubierade ecKpsar
etl su JO I porque eafe lustre eo Dioa le ea tambieo opnaun y ea^
ijdaiio.
Aai puea euando hablaroos de nuevo dero, no ea que el
naciente deba marcbar i ouestro juicio por dislinta aeoda que
.el actual, ni romper la cadeoa que le eolaza con taa ilualre
.aacendeocia , ni alterar eo au maa mipima parte el teaoro de
doctrina de que es depoi^tario ; enloncea de^aria de aer lo que
e.^, puea la oovedad en este aenlido equivala A apostaaia. Pero
aea cual fuere el exito de la cr(Ma que atravesatnoa , 00 pod( nios
.oegarque eo las ideas y en la aociedad ae ba hecho una grao
* jr0vo)ucion, y que oeceaita adaptarae^ealo que fuere licito, a esloa*
04
;ipimfcio9 baenoft iS naloi, i ettaii ooevai mrmM^umm j Moa^
aidades todo el qoe no quiera abdicar so iuQojo flooial i iottliv
liaar su miflion , esp^cialmeote el dero que Ian eletada y oeoe*
aaria la tiene. Diatabda iomeoaa va de aer aeatado j protegido
:Civu6 parte pri?ilegiada de la Daoioo i tnstitocioD aotirebaoMi*
M, i verse inerameote y i duraa pcoas iolerado; de ballane
tiQido COD el poder temporal eD fralernalea vinculoa, i aer
eontioiio objeio de auapicacia ; de tener aa^nrada au iod^pen^
deocia y aa deooro por ouaotiosoa bieoea y por el preatigio de
aua bon^H^ y pompa eatertor , a estar i aoeldo de loa ioteodeo*
tea como meroa empleadoa ; i ?er por fio venerada au autori*
dad ^ implorados aua oousueloa por una geoeractoo de fidea
docil i au vcb como bajada del cielo , i eocotHrarse deidefiado
y coav> eatraqgero en medio de upa aociedad indifereDte » boa*-
tiliaedo per ad poqos enemigos, obligado i gastar m defimder
y probar au miaioQ el iiempo que emplearia en e[eroerIa. Gnaa
difereockit repito , media enlre amboa poaicionea , 7 eata dife*
reocia produce una diversidad de debere$ y de oooducta., que
DO ai^mpre alcauva i trazar la maa oooaumada prodeocia y la
peoetraoion maa esqutaiia , tfi oo ae ban apiepdido poo la edti*
caciooyo ai i eUos 00 noa lian am^oldado loa repetidoa golpce
del sufrimienio en el jruoque de la <9Bperiencia.
Hay para el clero deberea ekerooa nacidoi con^l miamo, j
cuyo olvidoo Iranagreaion aeria au rouarte» y eatoa aon loa que
tieoen relacioo con lo qoe ea eaeooialmente invariablci Dioa y
la religion^ otroa bay que ae modifiean y caiiibian coo loa ai*
glos acoinodandose i au maroba y i aua necesidadea» y estoa
ae refiereo i la aociedad ouyaa fbrmaa incesantemente varian^
Kacieodo variar tamhieo la aituacioo civil y material del dero.
La Goofuaion de estas dos clasea de deberea ba inducido k mu*
dioff en opuestos eatremos , queriendo unos traalornar i eada
paso defide aoa cimie ntoa eata iostitocioo reapetable, y plegarla i
loa capricboa de los bombrea y & la ioatiibilidad de lua cdsaat
«fr tieacb ^m ^Bft*«oo to qae liem de hoiBtno} y aliroilwiow
.atro9 de euriqiiier coMeskm eomo de ima apostasfayCond^Miiw
do al cl0M i una eompleta iiidiferencia> por todo lo qae le vo>-
ilea, jr 4 una Imno^lidad de fortnas que al cabo le imposibilU
tarta de poder enteaderse coo la aodedad. Mas i pesar de loa
•taques de Ids onos la roca pepmanece nempre iocontraataUe
wbre ana cimieotosy j desmintieodo loa tecnoresde los* olroa
"Va dando vueliaa junto- eoo d inundo enmedk> dela -eualeali
(plaotada, sin que: por esto- deje de ser la mtsma. •
' Solo d e«ta: ullima dase de deberes podemos alodtr evaiido
faaUamoa de lo$ d^l nuevo daro: los otroa no poeden aer noef*
iroS) porqoe pertttoecen d la esencta roistna de la itistilueion. La
,wtuacion polUtea y hasta aocial del dero ha oambiedo en gran
tnanera, jr forzosoleserd adaplarse en lo po^ble i ella, para qi(e
'000 esla flesribilidad ea su modo de aer, tanto oiajror' coanCo
'teas iomoiable es au leseoeia, demueslre que para existir do toe*
eesita de njogun aocidente bomano oi de terreoo apoyo, de loa
sque maa iodispensables paredan.
. En primer logar parece que ha pasado ya parad olero In
/tfpoca en que representaba uo poder sodal iotermedio eotre el
iDonaraa y ei pueblo^ y era on poderoso ekmenlode aristocrft-
da^ y que despejado de toda la conaideracion que bajoeste co»»
>ftepto podia caberle, aolo obtendri la nievainente eapiriinal que
iO&mo a mtoiatro de ia religioo le tooa en d eoraxoo de los (itf If^a.
lAcm maaj vtviendo enoiedio de pueblqp esceptioo» , bajo la at-
-nosfera glacial delindif^'renCismo que aabe Dios dondey cuan*
trdo deteodrd sua estragos, la- ooosideradon que obtenga acano
;<la deberd' aolo i sua virtudea y servidos personaies; y si b
religioo le recomcodaba antes y le garantlaaba en derto modo,
y cubria con su espiendor inmortal lag nianchas' lerrenas de
que podian adolacer sus miniatros, abora al contrario toca a es*
to8 hacerla reoomendabie, honrar i uo Diosdcsconocido y dar-
le iKsonooea por la- earidad y por loa poiieotoa morales^ ya que
«» &iooSi; obridoteii mi aonibre^ X iifboJHe f^ io'qpmtb
wi mjo lie verdad y de imor qM liaga levaolar Ioa- ojot d^
Jos paoblos i la foeote aniveiaal dedoadewMna. Arduoy gk^'
rio9o eB el empefto, j por 41 sei gradiia la perfectioo ^ que Imi^
de aspirar el dero y ei legitimo preatigio qoe^ ob debe reuiar
ea oiogao^fieotido sobre las almas; coaotom^iiai es su asoendfteo**
te poliitea taoto mayor importa que sea el moral ; y la diota*^
dttra , que iotes ejercio tao prpvechosameate para Ioa pueblos
eo su gobiemo temporali debe oAnqoiatarla sobre las eateiidi«<
mieolos para restaurar em ellos la &, yen las oaciones el repose.
EmpieAo es este que baee temUar A veces> pero que comuoice
las mas an brio estraordibario, y que por tanta eo todos sot
actosy palabras deberia teuer presente todo edesiistioo; mi'
mal saoerdote eo otroe Uemp6s se perdta solo i si mismo, alxM
ra eo coaoto esti de sa parte perderia i la religioot y haraair*
cbas que eebara sobre si recaeriao i los ojos del muodo aobM
la fiis inmaeulada de aquella;
Otro sosteu del dero, que i tmelta de gnmdesbiedes proda«
je ittKMivemeotes palpados ahora mas*qae Duncan era k pretee-'
don de los gobierooSi quoameoodo de entre las files de aqoel
esoogiao sos ooosejerosi y que cereabati las grades de su trooo
€0o los que mirabab como reprMmtaoles de los prmcipios '<ea
cuyo nombre reioabao; A vecea era fiogida i ioteresaday i ireoeo
sioeera y respeluosa la defereocie; peno siempre bajelaa condor
eoraeiooes con que hoorafba el trooo i los digoatsrioedel dero^
y e«pecialmente eo los uUimos siglos, ocult^Uuiase cadenas quo
se dejabao sentir en los momentoa de obrary y que si bieo no
auj^labao i almas magoinimas y celosas, aprisionaban al ternn^
de eilas y las reducian al silencio sobre algunas medidas fonee^
taspara la Iglesia, 6 las iodudan^ ciobardes transacciones. Loe
gobiernos de esfa ^pocay mirando al dero como en^migo maa
Uen.que aliado, coo sos obras ban tomado>4 su'eargo Kbrar a|
Aio de esta depeodeada que de sos aiiteoesofcs hwi^^ al paio'
«fr tieado M^lbmio to qae tiem die hoiBmiO} y aliroilwiow
,xAtw Ae euftiquter cx>Meision eomo de vmm apostasfa^ cond^miDw
do si iA0fo 6 una eompleta indifereneia por todo lo qae U vo^
dea, jr < una ifttno^lidad de fortnas que al cabo fe imposibiliA^
taria de poder entenderse con la fiociedad. Mas i pesar de loa
•taques de loa unoa la roca pepmaneoe aiempre iocontraatabb
aobie ana cimieotos, j desmintieodo loa tecnores* de los' otroa
"Va dando vueltaa juntoeoo d inundo enmedia de >la -eual eati
(plaotaday sin q^ie por esto- deje de ser la tntaoia. '
<• Solo d ettauUima dase de deberes podjeroos aludtr evando
faablamoa de lo« d^l nuevo dero: los otros no pueden aer noe^
iroS) porqiie perteDecen a la es^da roisma de la itistilucion. La
,irituadon polUtoa y hasta aooial del dero ha oamfaiado eu gran
tnanera, jpforzosoleserd adaplarse en lo poaible 4 ella, para que
OOD esla flestibilidad ra su itiodo de ser, lanto oiajror* coanCo
'teas iiwnoiable es m tesenda, demueslre que para exislir oo toe.
oesita de niognn aocidente bomano ni de terreno apoyo, de loa
sque mas iodispensables paredan.
,Eo prioier lugar parece que ha pasado ya parad olero hi
/tfpoca en que representaba oo poder sodal iotermedio eotre al
iDonaroa y eipueUo^ y era on poderoso ekoientode aristocrft-
da J y que despojado de toda la consideracion que bajo este coo**
>Cepio podia caberle, solo oblendri la mevainente eapirilual que
*oomo i mtofstro de h religioQ le tooa en d eorazoo de los (i^lf^a.
^ciQ maaj viviendo emnedio de ptieblqp escepticos , bajo la al-
^ noafera gladal delindi^'renCismo que sabe Dios dondey cuan*
Mo deteodrd' sus estragos, la- ooosideradon que obtenga aca«>
:4|a deberd solo i aus virludes y servtdoa personates; y » k
•religion le recomcodaba antes y le garantiaaba en derto nnodo^,
y cubria con su espiendor inmortal las nianchas' terrenas da
qae podian adoiacer sus minislros, abora al contrario toca a es^
tos hacerla reoomendabie^ lionrar i un Diosdesconocido y dar-
le d^sonooer por k- earidad y por loa poiieotoa morales^ ya que
«» Smcoi; obridoten tti iioiiilii% y 4ifbii4if» f^ ioqpmtb
wi mjo lie verdad y de amor qM liaga levaolar Ioa- ojot di9^
Jos pattbios i la foeote Qoiveesal dedoadneoiana. Arduoy gk^'
no9o eB el empefto, y por ^1 se gradiia la perfection i que Imi^
de aspirar el dero y ei legitioio preatigio que* ob debe rauar
ea oiogao ^fleotido aobre las almfta; caaotom^iiai es au asoendfteo**
te poliitea taoto mayor importa que sea el moral ; y la dicta*^
dttra , que iotea ejeffcio tao protrechosameate para Ioa pueblos
eo su gobiemo temporal, debe ofrnquiatarla sobre las eateiidi«<
mieolos para restaurar em ellos la fe^y ea las oaciooes el repose.
Empieao es este que baee temUar i veces> pero que Gomuoio»
las mas an brioestraordhartOy y que por bnta eo todoa mm
actosy palabras deberia teuer presente todo edesidstioo; ma-
mal saoerdote eo otroe tiemp6s se perdia solo i si mismOy abo»
ra eo coaoto esti de sa parte perderia iU religioo,yla8raair
chas que eebara sobre si recaertao i los ojoa del muodo aobM
la fiiB inmaeulada de aquelk.
Otro sosteo del cfero, que i vnelta de gnmdes bieHes prodo«
jo^ ittKMivenieotes palpados ahora mas'que nnncay era la protee-*
cioD de los gobierooSi quoameoudo de entre las files de aqoel
erioogiao sos cousejerosi y que cereabati las gradaa de au troop
ooo los que mirabaii temo represeotaoles de los principtos ^mk
cuyo nombre reiiiabao. A vecea era fiogidia i ioleresadaya ireoee
siocera y respeluosa la defereocie; peso sieaipre bajelaa condor
eoraeiooes coo que hooriifba el trooo i los digoatarioedel dero^
y especialmeDle eo los uUimos siglos, ooulUbaose cadeoas quo
ae dejabao sentir eo los momeotoa de obrar,. y qoe si bieo oo
auj^labao A aloias magoAnimas y oelosas, aprisiooabao al tenraq
de eilas y las reducian al sileocio sobre algunas medidas fonee^
taspara la Iglesia, 6 laa iodudan^ ciobardes transacciooes* Loa
gobiernos de esta ^poca, miraodo al dero como eo^migo i&aa
bieo. que aliado, coo aus obras hao tomado'4 su'eargo Kbrar a|
dlMo de «sta depeodeada que de sua abteoesom laoii|| al pMO '
»•
M. ^enio mk ilh^mno to qae tiem de hoiBtno} y aliroilwiow
;atro9 de eudquier cx>Meision eomo de um apostasfa^ condtaAD*
do al tHeffo 6 una eompleta indiferenda. por todo lo qae U vo>-
ilea, y i una inmof ilidad de fortnas que al cabo le imposibilU
taria de poder entenderse con la aociedad. Mas i pesar de loa
•taques de loa onoala roca pepmaneGe aiempre iooontraataUe
wibreaiia cimieiitos, j desmintieodo loa tecnoresde los* olroa
-va daodo vueltaa junto eoo A muiido enmedio de la «ual^at&
^laotada, $in q<ie por esto- deje de ser la misma.
< Solo i e«ta ullima claae de defaeres poderoos aludtr evando
faaUamoa de -los d^l nuevo deroc los otroa no poeden aer titled
nroS) porque pertttD^en d la esMcia roisma de la itistilucion. La
,wtuacion polfcioa y hasta aocial del clero ha oamfaiado en gran
tnanera, y forzosoleserd adaplarse en lo poribfe a ella, para que
'ten esla flesnbilidad eo su modo de ser, tanto ttayor* coanCo
'teas inmoiable es au leseneia, demueslre que para exislir ooioe-
cesita de niogon accidente homano ni de terreno apoyo, de loa
sque mas indtspensafblea parecian.
' , En primer logar parece que ha pasado ya parael olero la
/tfpoca en que repreeentaba un poder social inlermedio eotre el
4Donaraa yei pueblo^ y era on poderoso ekmentode aristocrft-
xiu, y que despojado de toda la consideracioB que bajoestecon**
>Cepio podia caberie, aolo obtendr;i la nievainente espiriliial que
4iemo i mkirstro de ia • religioo le toca en el conaoo de los (ti^lea.
Acm maaj viviendo emnedio de puebiqp esceptioos , bajo la al*
^ noafera glacial delindilerenlismo que sabe Dios dondey caan*
^"do detendrd' sua estragos, ]» oonsideracion que obtenga aca«>
:4la deberA-aolo 4 sua virludes y servtcios personates; y » k
religion le recomcodaba antes y le garantiaaba en cierto modo^,
y cubria con su esplendor inmortal las nianchas lerrenas dii
qae podian adolacer sus ministros^ abora al contrario toca a es*
toshacerla reoomendabie^ honrar it un Diosdesoonociilo y dar-
le 4K3onooe» por la- earidad y por loa poiientos morales^ya que
wb Ibtoos; obridoten tti ttooriyre^ y 4ifbo4i« fVt iotpimtb
wi mjo lie wrdad jr de imor qM liftga levaolar los' ojos ^.
Jos paoblos & la foeote Qiiiveesal dedoadffWMna. Arduo y gk^'
rio9o eB el empefto, y por d se gradiia la perfectioo i que h^!^
do aspirar el dero y ei legitiaio preatigio que Db debe reuiar
ea oiogao ^fieotido sobre las almas; caaotom^oM es su a«oeiidftW<*
to poliitea taoto mayor importa que sea el moral ; y la diota*^
dara , que iotes eiercio taD prQvechosameate para loa pueblM
eo stt gobiemo temporali debe eftoquistarla sobre las eoteiidi«i
mieolos para restaarar em ellos la &,y en las naciooes el repose.
Empieoo es este que baee temUar A veces> pero que comumcft
las mas uu brio estraordibario, y qw por tanta eo todoa mm
aclos y palabras deberia teaer presente todo edesidstioo; ma-
mal saoerdote eo otroe tiempos se perdia sdo i si mismo, abcM
ra ea coasto'esti de sa parte perderia i la religioo,y hamaan
cbas que eebara sobre si recaeriao A los ojos del maodo aobw
la fiis inmaeulada de aqoelk;
Otro sosteo del cferO| que i vneltade gnmdesbieHes prodii«
jo^ ittKMivemeotes palpados ahora mas*qae onnca, era k protee-'
cioD de lot gobieniioSy qoeamemido de entre las fibs de aqoel
eaoogiao sua consejerosi y que cereabao las. grades de au trooq
€0o los que mirabah temo reprMmtaoles de los principios ^mk
cuyo nombre reioabao. A veoea era fiogida i ioteresadayi veoeo
siocera y respeluosa la defereocui; peso stempre baje ha condor
eoraeiooes eon que hooraba el trooo i los digoaUrioadel dero^
y e«peciaImeDle en los uUimos siglos, ooolUbaase cadenas qua
se dejabao sentir eo los momentoa de obrart y que si bieo no
ao|6labao i almas magoinimas y celosas, aprisionaban al 4somiu|
de alias y las reducian al silencio sobre algunas medidas fonee^
taspara la Iglesia, 6 las iodudan^ ciobardes iransacdones* Loa
gobierAOS de esla ^poca» mirando al dero como eoemigo mais
bien.que aliadoy coo sos obras ban tomadO'4 su'eargo Kbrar a|
dbfo de esta depeodeada que de bm aoteoeswes Itniiii al pMO '
woi vienAi «b ^ mo to qae lietie de buiBtno) y aliroilwiow
.atro9 de emlquier ooncegion eomo de ima aposUsfa^ cond^nanw
do si cl6fo & una edmpleta indifereneia per todo lo qae le vth-
ilea, jr 4 una liitnofilidad de fortnas que al cabo le imposibilU
taria de poder entenderse coo la aociedad. Mas i pesar de loa
artaques de loa onoa la roca pepmanece aiempre iooontraataUe
aobreana cimieiitos, j desmintieodo loa tecnoresde los' otroa
-va daado vueltaa junto eoo d inutido enmedk> de la «ual eali
^laotada, $in qtiepor esto- deje de ser la mtatna. •
< Solo d esta^ ullima dase de deberes podjemos alodtr evando
faaUamos de los d^lnuevo daro: los otroa no poeden aer tioe^
iroS) porqoe pertttoecen d la es^da roisma de la instilueion. La
,wtoadoii polUioa y hasta social del dero ha camfaiado m gran
tnanera, jp forzosoleserd adaplarse en lo poaible 4 ella, para qt(e
ten esia fle»biltdad eo su mode de ser, tatito ttajror* coanto
teas iiwnoiable es su leseoeia, demueslre que para existir oo ine-
cesita de njogon aocidente bomano oi de terreoo apoyo, de loa
sque mas iodispensables paredan.
' ^ Eo primer logar parece que ha pasado ya parad <:lero la
/tfpoca en que repreaentaba un poder sodal ititermedio eotre el
iDonaraa y ei pueblo^ y era on poderoso ekmenlode aristocrat
daj y que despejado de toda la consideracion que bajo este con**
Mbepio podfa caberie, solo obtetidri la mevamente espiriliial que
io&mo a mkirstro de ia ■ relignm le tooa en d cornMo de los (i^ lea.
^cm maaj viviendo entnedio de pneblqp escepticos , bajo la at-
-nosfera gladal del ind»f<frenlismo que sabe Dios dondey caan-
c'-do deteodrd* sua estragos, la- oonsideradon que obtenga aca.iD
Atk deberd-solo i sus virtudes y servicios personates; y » la
•religioo le recomcadaba antes y le garantlaaba en derto nnodo^,
y cubria con su esplendor inmortal las maochas lerrenas de
que podian adolacer sus ministroS) abora al contrario toca a es^
tos hacerla reoomendabie^ lionrar i un Dios desconocido y dar-
le d^soneoef por la- earidad y por loa poiientos morales^ya que
»^ obridoi en td maAn^ y 4ifbiidiift p«^ 4o qiMmi'
wi mjo lie wrdad jf^ de ftmor qM haga levaolar Ioa' ojoa ^,
\m paoblos i la foeote uoiveesal dedoadnciMna. Arduo y gk^'
rio9o es el empefto, j por ^ se gradiift la perfiscdoD i que Im^
de aspirar el dero y ei legiUmo preatigio que ob debe reuiar
ea oii^ao ^fleotido aobre las almas; caaotom^ooa es su asoeodieii^*
te poliitea taoto majror importa que sea el moral ; y la dicta*^
dttra y que aotes ejercio tao provechosameate para Ioa pneblM
eo su gobienio temporal, debe oonqoiatarla sobre las entendi^
mieolos para restaarar em ellos la &,7 eo las oaciones el repoao.
Empieoo es este que baee temhiar i veces> pero que comuoioa
las mas an brio estraordftiario, y que por lanhr eo todoa sot
actosy palabras dijieria teaer preseote todo ededisUoo; mi
mal saoerdote eo otroe UempOs se perdia solo i si mismo, alxM
ra en coanto esti de sa parte perderia i la religion, y haraair
chas que eebara sobre si recaerino k los ojoa del mundo aobvo
la fiis iomaeulada de aqoella;
Otro sosten del cfero, que < vneltade gnmdesbieiles proda«
jo^ inoonteiueotes palpados ahora mas'que nunca, era la prolee«>
cion de lot gobierbos, quoameaudo de enire las fibs de aqoel
eaoogiao sos ooosejerosi y que oereabati las grades de su trooq
ooo los que mireban temo reprMentaoles de los prhiciptos ^^ea
ouyo nombre reioabao. A vecea era fingida i ioteresadayi ireoea
siocera y respetoosa la defereocia; peso siempre baje ha condor
eoraeiooes con que hoDpa(ba el troao i los digoatarioedel dero^
y e«peciaImeDle eo los ullimos siglos, ocult^Uuiase cadenas qaa
se dejaban seotir en los momentoa de obrar, y que si bieo no
ao|6Ubao i almas magninimas y celosas, aprisionaban al tema^
de el las y las reducian al silencio sobre algunas medidas fonee^
taspa'ra la Iglesia, 6 las iodudan i oobardes tranMcdones. Loa
gobieraos de esta ^poca, mirando al dero como eo^migo mais
bieit.que aliado, coo sos obras ban tomado' 4 su cargo Kbrar a|
dbro de esta depeodeacia que de sue aoteoesoffes laniiii al pMO '
n
m^ tieado .mt ^Bft-mo fo cpie tietie de hammo} y alarmdkNlow
.otrM ^ eudquier ooMe^ion eotne de um apostasU, condtoait**
do ftl cl^M i una cbmplela indiferencia- por todo lo ipe le fo*-
dea, 7 i utta IfimovJlidad de formas que al oabe le imposibilU
taria de poder entenderse coo la acciedad. Mas i paaar de \<m
«laquea de los onoa la roca permaoece aiempre iooontraatable
tobresoa cimieotos, j desmintieodo los temoresde los* olros
-va daodo vtieltaa junto- coo d moiido ennedio dela ^coal eat&
^laotada^ ain q^ie por esto^ deje de ser la mraoia.
* Solo & esta ullima clase de deberes podemot alodir evando
liablatnoa de ios del nuevo deroc los otros oo poeden aer noel-
iroS) porqoe perteoecen A la esencia roisma de la inslitueion. La
,«tuacion polUtca y hasta social del clero ha caotlnsdo «n gran
manera, jforsosoleseri adaplarse ea lo posible 4 ella, para que
OOD esia AeiribiUdad eo su inodo de ser, tanto md^yor cuanto
teas ifimoiable es so eseoetai demueslre que para extstir oo toe-
cesita de niogOD acctdente bumaiio ni de terreoo apoyo, de loa
^iie maa iodispensables parecian.
. Eq primer lugar parece que ha pasado ya parael elero In
4jpoca en que representaba od poder social iDtermedio eotre el
woniroa y eipueUo, y era uti poderoso efementodearistocrft-
xi%, y que despojado de toda la coosideracion que bajo este con**
M^pio podia caberle, solo obleiidri la mevatnente espiriiiial que
.ooino & eihtQfstro de h religioQ le tooa en el eoraxoo de bs (i^lea.
^on fiiasj ?iviendo emnedio de pneblqp esceplioos , ba}o la at*
-nosfera glacial delindifereDlismo que sabe Dios doodey cuan-
c^do deteadri'susestrsgosy U ooDsideracion que obtenga aca«o
;«la deberA solo i sua virtudes y servicios personates; y » l»
•religioo le recomcDdaba antes y le garantlaaba en cierto roodo^,
y cubria con su e»pleodor lomortal laa niaochaa terrenas de
que podian adolacer siis mioistros^ abora al contrario toca a e»-
tos hacerla reoomendable, honrar i uo IXosdcsconocido y dar*
le i^somoef por k eandad y por los portantos morales^ya que
9»
M IbicMi; obriidos en tti oomlyra^ y iifiiii4i« p«f do qimff%'
na ni^o de verdad f de amor qiM liaga levaotar las- ojoa d^,
loiB paabbs i la fiieote qui venal dedoade^oana. Arduo y glop^'
rio90 es el eiopefto, y por ^ ae gradm la perfi^ioo i qae luif
de aspirar el cleroy el l^itimo preati^ quo- ii6 debe reuaar
eo oittgUo aeoUdo sobre laa almai^ cuaotdm^uos es au aaoendiap^
te politico taoto mayor imporU qoe sea el moral ; y la dicla^^
dara , que iotea ejercio tan provechosameate para loa pnaUoa^
eo au gobiemo temporal, deke oOnqoiatarla aobre loa eiiteiidi«i
mieotoa para reataurar ea elloa la fe,y eo laa naciooesd repoao.
Empeoo as eale que haee temUar i veoes^ pero que comuoioa
laa mas uq brio eatraorditoario, y que por tanta eo lodoa ant
actosy palabraa deberia teaer preseote todo eeleaiistioo; ma
roal aaoerdoCe en otroa tieinpcia ae perdia ick^ iti mbmo, aliD»
Fa en coaoto eati de an parte perderia i k rdigiooi y hamaa^
chaa que eeliara aobre tl recaeriao i loa ojoa del mundo aobro
la &s inmaculada de aqaella;
OiTO sosteo del ctero, que i vndta de grandes bieilea proda«
jo^ iooon? emeotea palpadoa abora maa que nnnoa, era la protec«>
don de lot gobieriioSi qooameaodo de entre las filaa de aqoel
esoogian sua oonsejeroai y que cercabao las gradaa de su trooo
oon los que miraban tomo reprMentaotea de loa principios ^^ea
cojfo nombre reinabao. A veoea era fingida 6 ioteresada^i veoaa
siooera y respeluosa la deferencitt; pero aiempre baje laa condor
eoraeiooes con que hoorafba el trooo i loa digoatarioadet dero^
y ei^pedalmeDte eo los uUimoa sigkS| ocultibaase cadenas qaa
ae dejaban aentir en los momentoa de obrar, y que ai bien no
aoj^laban 4 almas magniuioias y celosaa, aprisionabao al tonra^
de alias y las reducian al silencto sobre algunas medidas fonee^
taapa'ra la Iglesiai 6 laaioducian & oobardea transacdonea. Loa
gobteraoa de eata ^poca» miraodo al dero como en^migo Aaa
bieit.que aliadoy coo ana obras ban tomado'4 su eargo Itbrar a)
dbffo de esta depeodenda que de aiai aiotaoeaorea taoi«(^ al- p4io '
^ M la ratjM mayor md: SOS prinoipioa yoon la todigeiieia ^
^e h rftdoeeo pooi^Ddoleit meldo siiyo ; pero en este cato mm^
temibies quhA amn aotea y aeriao ahora Iob halagoa que hoy ■
laa amenazas: la Igiasia no as plasa que se tome por hambre^.
y «n peligro de equivocarnos podriamos tal ves asegorar que'
i pesar de tddaa las violeociaa , de todos los artiBcioay de cual«'
qoiera priviicioQ, seri el clero menos esclavo y depeodieote-
qoe miQca. En onOa reioos es ciertOy le vemos tolerado y tra«
tado al par del pastor calviiriata^ y del rabino judio , sin maa-
oonsideracion ni privile^io.; en otroa etpoesto al enoooo de ua-
d^^ta I en qtros i las cavilostdades i iovasionea de on mioia*
tro, en Otroa por fin al embate de las revoluciones y i lea<
odioa del furor incr&ialo: triate ea este especticolo sin dtida;
pero ooando leemos la bistoria de ciertaa Apneas no muy re-'
motas en que ae sembro tal vez lo que a bora coaeebamoa j ^po-?
oat de contemporizaoon criminal acaso y desiiendo incompren*
aibloi epocas en qup mas de un prelado^ oooverlido en ciegO'
imtmmeoto 6 en sarvij adolador del poder, se acordaba mas
de la magestad huqjpna qoe de la divina, yea qae i on carde-
nal reconvenido pof fierta culpable cooperacion pudieron esca-
piraele las palabra| , ^ue por su rej se arrojaria de un bat-'*
oon, porque le debia su dignidadjr sus haberes iodos ; i estas*
epocas repetimos de degradacioo y servidumbre que por Ibrttt-^
oa » 6 major dicbo por providencia divina , nunca fueron ge--
oeralea, preferimos con mucho esta de miseria y persecucion'
ea que el dero se ve do quiera bostilizado , empobrecido , ca-;
lomniado J pero con la independencia de la desgracia , sin mar
protector qoe Dioa en el cieloi y sin mas gefe que el Pootifice-
eo la tierra.
De esta sitnacion politica ae desprende la necesidad^de in*'
dependeocia en el ? clero para sostener sus propiaa atribocionesi*
y de aislamiento en cierto modo de cuanto poede afectar laa
ogMfas^.y tan honda es la impcesioa qoe al qoe esto escribe le^
caasa la( idea de las ventajas de erta MparadoDj qae as! oomtP
•o quisiiera oitigao mtnistro de esos ilusirados caDMistaa deir
•iglo pasado , que mekieron su hoz eo el campo de la Igle»8|*^
ni-alguBO de lot monarcas que embriagados con so gloria jr
poderio , por mas que piadosos eo su vida particular , crejreron
ptrimonio sujro la viSa del Sefior; tampoco a las veces qoisiera
por ahora, atendidas las drcuostaocias de la epoca j lasacu*
saciooes de ambicioo y prepoteocta que est^o eo voga cootra el
diwo , que se abrigara bajo la estola del sacerdote algiino de
aquellos profundos ialeotos poliiioos , de aquellas almas eo^r-^
gicas y aclivas que se elevao por su misma esenda i la com^
bre del poder, y que truecao la faz de ooa nadoo 6 la suerte de
los imperios. No es este el tiempo de Ips Richelieu, de los Al^
beroniy oi hasla de los Jimeoez de Gisoeros; oo esel tiempo de
sacerdotes diplom^ticos 6 guerreros , sioo el de coofesores wi^
fridos y. coostaotes^ de apostoles armados coo el rajo de la pa-'
labra, de pastores beo^cos escodados por el brillo de sos ?ir-
todes. ' '
Pocos serio pues los deberes piiblicos del clero, pues po-^
cas por lo regular sedio eo adelaote sus relaciopes politicas, lo^
qae le libra i uo tiempo de las pasioo^ que pudierao pegar^
aele, y de los cai^os y acusaciooes quesueleo dirigirle sus eiie-^
fliigos: sus deberes coo la sociedad puedeo coosiderarse cotntf *
iodividualesi porque por medios iodividuales se oblieoe el as**
oeodieole social. Bajo este ooncepto estos debereS soo etemos y^
de toJos tiempos como morales, coo las modificaciboes queso**^
giene uoa prudeocia acomodada eo lo posible & las circuostaov
das» uocelo seguo Dios, y uo cooocimieoto axactodelos tieoi^^
pos y desus oeceiddades materialei. Mas para e^tesiglo orguHo-^
so oo basta ya uoa virtud puraroeote ascdtica 6 cootemplativai .
ddbe ir aoompafiada ademas de todo el prestigio dis la cieoeiay'
y esta cieoda permaoecteodo tersa y pura, sio degHoerar Atlk
fiieote da doode emaoa .y de doode bao bebido taotas genamu '
fjonesi ooB?irae qiie tome en lo poAik A stBor it la aetdiA
para que no la|rechace} porqoe la verdad es oomo el mnnij que 9&
^eOoiodaba A todo paladar sto blterar por eslo au ^eocia. El
siglo esU eofermo^ hemoa dioho, y es preciso aoomodarse^aiie
miainos caprichos en lodo lo que no dafien i su salud, sioo mas
hien aeao un medio de dirsela. El estado de guerra en que ae
ha encootrado la religion ha aguzado^ por decirlo asi, las armaa
de aus defenaorea, que inte$ no ae empleabin aino en juataa y en
aimulacroa^ oomo por i^a de entretenimienio: eata compara^
eidu marca i ouestro enteoder la direraa marcba que debeae*
gnir la ciencia teologica en loa aiglos de fe y ^n loa atglos de
diacuaion. Por lo demaa loa eatudioa y educaqun del nuevo cle-
Ml, J d papel que debe representar en et drdea uitelectual
fOoatitoyen una materia harCo vaata 6 importaote para qui
c^oaintamoa en tocarla aqoi de paao: eo este punto como em
mnchoa otroa puede aervir de oaodelo el de la vecina Francia;
. , JKo ea eate mt opadro ideal if» noa hemoa formado del ntie^
TO derOi pintando lo que aerii por lo que delnera aer; tene^
QKOa Qua fa profunda en la fuena Intama de laa coaaa 6 aea en
|p Piovideocia, y en la influenda r^eneradoradelatempeatad;
Ufiatrado y virtuoa^ era oomo el que maa i finea del aiglo pa^
aado era el dero fraooea, el dero amamantado , .dig^moslo ^^^
p^ Boaauet y Feoelon» beredero dd nombre 6 ideaa de taotoe
bomhrea grandee, y aobria d eud reflejabanaun de Ueno laagltf^
ijaa dd aiglo de Luta XIV: ain embargo ^ fni ad>re aua cabe^
Baa la revolndon oon au boa de bierro, algonoa maa d^bilea 6
diigoa flaqaeafoo y doblafon la rodilla para hnrtar d gdpe4
pero mniia doda que para k mayoria fu^ aqaetia una torment
U finficadete, y que la aaogre aaceidotal que corria de loaoa«
4aUoa fiitf tttt hallo de regeneradoo para loa que aobrefivieroo,
f aemilla de vida para aus auceaorea? Veamoale abora al actual
dero Fraoceaconquistando lentamente, ora con el eapleodor de
hk le^'Ora con d balaamo de la caridad d una aociedad tan iadi*
97
4miU em» fgolsUii triQafa^do de los hljos esq^ticcfs eon la,
cfekura > oomo iu9 aqtece^ores trianraron de ios padres ate(M|
opQ lafirmeea; ganaodo opa sus virludes j ciencia tapto cpmd
^kbierii dnte3 & la (e.de lo3 jpueblos. Mas adherido que nuoca al
ceotro de imidad se gloria ante todo cod el nombre de rpoia-
aoy y dofl fatalea plagas que le corroian en sus dias de mas ro-
inMsg y lozaoia, que corrompian sus mas bellos frutosi y que
lodos loi flsfuer^os de la autpridad y de la ciencia no habian
logradodesarraigar, (haUamps di^lgalicanismo y cjiel janseoismo^
han muerto por si mismasdeoqQsumcioo en el diadela prue*
l>a. Pobre y asalariadoi del Estado , pero santamente indepen*
jdiente en el ejerciao de su cniniifjleriQ j tolerado spio y & veces
nolestado por i\ gobierno, perp spstenido con el amor de rou*
«bo9 y con el ^e^peto de todos; sabiendo refundir eo la iua in-
tnortat del Evangelio las luces deslumbradoras de que tanto se
<Wvanece esto sigloj ba logrado conquislar para la religion con-
-flideracion .y prealigio 0ntre sus nigs prevenidos bontrarios , en
cambio del que esta le daba en Ios liempos de fe ^' loi ojps de
I09 poebiosi y . y . . \
Esto ba hecho con el clero Frances la prueba de la perseoo-
cion, y esto hard, si no nos enganamos, con el espaftol, ya que
para el ha llegado este plazo, si bien mas tardioi no menos se-
vere quiza que el que ha pasado sucesivamente pOr todas las
iglesias de Europa. Desde Ios tiempos de Recaredo descansaba
Buestro clero pacifico y venerado en brazod de la fe y d la somf-
bra del trono, bajo la doble salvaguardia de la religion y de la
autoridad; la invasion de Ios sarracenos, constiluyendo el prin*
cipio religiose en priocipio nacional durante la guerra de sietis
siglosy no hizo sino acrecentar sa influehcia; la refbrma proted*
tante que taotas convulsiones produ jo en Ios vednbs 'pu^bldis,
cuandom^nos profundo estremecimiento en las ideas, estrelMn*
dose en Espafia contra el calolicismo de sushabitantes jr el oe*
lo de sus monarcas , arraigo mas luen el poder del dero por la
ToMo u 4S
98
necesidad de la defensa y por el contraste con lo qae en otrat
partes sucedia: uunca combatido y predominante i veoes, cree*
rlase le liubiesen enerVado la paz y la prosperidad; peroel es-
pecl^calo que de algtinos anos aca presedcininos ha probado lo
contrario. Sus eoemigo.s mas encarnizados, dquienes debetanto
en cierto modo como & sus mas generosos protectores , le ban
proporcionado un Iriunfo qne vale por un tranqtiilo reinadode
inuchos fliglosy y crej'cndo asistird sus funerales han heclioso<>
lo que renazca cotho finix de sus cenizas. Dia vendra en que al
aspecto de la tal vez corta pero escogida falange de ministros.que
rodeen el empobrecido santuariO| y qiiedesde alll se lanceo &
derramar sus consuelos en medio de la sociedad que tendr^
mas necesidad deellos que nunca^ bendigamos la tempestadeo
medio de la cual fueron concebidos para la Igleiia. Mas A los
autores de esta tempestad no les serd contado el bien de esta
regeneracion que sin quererlo ban obradoi serin como el fuego
que sirve para acrisolar el orO| y que luego es reductdoa car*
bones* < >
JOSB MaHU Qu4DRAIM>.
iWlit^ntras el cristlanismo tenga altares y adoradores, se levan-
iari siempre uno consagrado al ilustre obispo de Hipona , jr
los fieles hiocar^n respetuosatnente delanlede^l su rodilla^pues
que el noml^re de Agustino va de tal inanera enlazado con las
glorias de la iglesia africana, que es de todo punto imposible recor-
dar estas sin traer aquel a nuesUa inemoria. Por esto hemos pen*
sado dedioar algunas paginasal recuerdo de tan esclarecldo doc-
tor, salisfaciendo a la vez una necesidad de nueslro entendimiento
y un volo de nueslro corazon: y como pararecordarnosunde-
ber por otra parte muy grato, la casualidad ha dispuesto que
casi coincidlese el dia de la publicaciondeeste numerocon aquel
en que la Religion nos recuerda las virludes y el alto saber del
santo hijo de Monica. Los que ban malbaralado los dias mas
preciosos de su vida con liviandaJes e' ilicitos placeres alienten-
se, pues la juveotud de Agustino estuvo raanchada con torpe-
zasj y los que sedieatos de saber ban apagado esta sed en cister^
nas estancadas y corrompidas alientense tatnbien^ pues la plu-
ma del grande Agustino, que tantos dias de gloria ba dado a la
religion cristiana, estuvo tambien un tiempo vendida desgra-
ciadamente al error. Innumerables escritos ban fluido de ella
como de abundante vena , los que orgullo nuestro fuera decir
,qae hemos hojeado antes de escribircstearticulo; pues mas afios
de los nuestros sod necesarios para haber leido y meditadosus
! Tratados sobve laEscrilura, y el Comeniario sobre los salmos^
y su inmortal Ciudad de Dios^ y tantasy tan recomeodables obraa
>
480
Gomo dejo escrilas: asi solo bablar^^mos de dos preciosos opuf«
culos, las Confesiones y los Sotiloquios^^qut c1e>edrainos veren las
manos, no digo deciialr|uicraecIesiaslicO;y detodaper^na- da-
da a las cosas de piedad, sino en las de esla generacioo $que-
jada a nn lieinpo pot* cl ansia de verdad y por el vertigo de
las pasiones. Presentarle & san Agusliri como una alma ardieoie
acosada de ^tea sed de ft^ltcidad que en ninguna Fuente pudo sa*
lisiacer inenos en la que brota pura del pie de la cruz, y como
lin tilosofb que estubo fluctuando entre conlrartos errores has-
la reposar en las vcrdades cristianas, esta es la iarea que noa
liemos impueslo, dejando a los teologos la de dar a cbnoeer el
rico tesoro de bellezas que se encierra eii sus obras dogmaticas.
Al promediar el ^iglo tV nacio eoTagaste Agustin de PatrL
cib y de Monica, y apenas salido de la intancia emprendio ea
8u pairla los esludios, que despues fu^ conlinuando en Madau-
ro/hasU que ullimamente los completoeh CarUgo. Pero tanto
como en estia cinaad sb iluslraba su entendimienlo, corrompiaie
au corazbn , y no tirandola rienda a las pasiones que de cadadia
ilo tiranizaban oias y mas, se precipi(6 liasta dar criminalmenti*
el s^r a Adeodatb,en cixya frenle oscHo la llama del genib
aue lanto briltatm en la de su padre. Voluptuosascorrieron las
niocedadeis de ndestro sanlb, porque dotado de uncorazon apa*
aibbauo/creyoque lascrialuraspodianlleiiar elhondo vaciocjue
ienlia denlro de si, y no disttnguiendo entrela serenidaddel ver*
aaaero amor jr la obscuridad de/ carnal deleiteionwUsllnie'
i)las pbrj'aluz, y la voraz hoguera que consume cuanlo loca
pok* el fuegb que teVanla iViia llama puray ardienle. Cuando mas
cntrado en afios, recordando sus juveniles ostravios, gimicndoy
poslradb a lbs pies de lift Crucifijo il(*c1a: uYbs eslabais ihiiy end- -
'^iii ii^'c dt\1lha(i6/y jb ifeKlWo, 4iJaiiiiatfb V *p"^sb *le
Vfkk bl^nclnraii 9en$uale.% andaba inqui^to, (Je^iiiQ^clp, e turvien-
4p con Us ilainas (}e mi concupiscencia me clerrapiaba , y vo^
caU^l^ades. ;0 que Urde venisteis^ gozo rnio! '\ '
No solo el corazpq de ^gustinp era el quQ estaba perverli-
4^; Ip9 bumoS'habiaii subiflq & ia cabeza y desvariecido su
eplendiniieDto: )a 3ecla de los lIl2)niqu^os tuvo en el un pios^lj-*
t0| y bie.Q pror\lo hizo de,el un aposLol. Dotadp de las prendas
de bueq bablista enseno retorica en Cartago, Roma y Milan, y
co|*onado de los laurel^ de la gloria se arrastraba por el cie*
po de la corrupcion. Su virtupsa ipadre le miraba, y las Id^rimas
abrian dos 'surcos de fuego eo sus mejilias: nn hi jo que
esl^^viado del sendero de la verdad iba resbalando por la
i;apida pendiente del error, era un espectaculo harto aflictiyp
para que no desgarrase el corazon maternal de Monica. I^leva^
.ba la atribulada muger su dolor al pie de los altares, y fatir
gaba el cielo con sus gemiclos; rogaba i Ambrosio la acompa?
case con sus oraciones, y no ceso un punlo de Uorar hasta pir
|de los labios del grande obispo de Milan: muger, anda, qup
flo puede perderse un hljo que tantas Idgrimas ha costado
4 su madre. La fama de Ambrosio habia ll^gado hasta los ot«
dos de Agustio , y desconociendo e.ste la mano de Dios que
le empujaba, se dejo primero prender. por los encantos de la
paiabra tiel ilustre obispo. despues la verdad seabrio pasp has-
ta eo su enlendimienlo. Veamos como nos lo rcfiere en sus
conjesiones. ccY coiho yo abriese el coraxon para recibir la
suavidad y elegancia de las palabras, i vuelta de ellns entraba
. tanihicn la verdad , aunque poco i poco ; porqne en cuanto &
^lo primero , ya me comenzaba i parecer que se podia defen-
der to que el decia , y que la fe catolica con la cara dcscubicrta
podin salir al encut>nlro de sus enemigos; especialmente babien-
do oido unu y mas veces desatar algunas dificultades y decla-
rar \m lugnres obscures de las divinaslelras^ los cuales querien-
..dolos JO interprelar & la letra , espiritoalmente moria/^ Com*
^'02 . ...
prendid que la obscuridad de las Escrituras podia quedar
disipada por la luz de la ioterpretacioD , j rechazd la idea que
habia alimeotado deque la l^y y los pro f etas do podian ser
esplicados d satisfaecioii de sus contradictores.
. Laa enfermedades del alma lo mismo que las de! cuerpo
nos sorprenden de un golpe, j van retiraodose poco i poco;
y como el que ayer rebosaba en salud , hoy postrado lucha coa
latigosa enierineJad , asi el alma que siucerameute creia faa
pasado de un saltode la fe i la negacion, ba invocado el ateis*
mo. No creais que vuelva con la misma rapidez de la negacioo
i la fe ; dnles debe arrastrar larga convalecencia. Primero nie«
ga^ despues responde & cuanto se le dice con el rudo des-
lien de la indiferencia , de la indiferencia pasa a la duda^ y
feliz cl aliua que de la duda vuelve & reposar en los tiernos
brazos de la fe. Testigo de tllo Agustin: abandono la secta de
los inanic|ueos^ pero no por eslo abrazo las creencias catoticas;
antes tuvieron que menudear las conversaciones con Ambrosio.
Los golpes de la gracia no eran bastantes para dispertar aquel
corazou empederniJo , fue necesario una rccia aldabada. Era
mucho que se rodease de sus amigos para hablar de laS vacie-
dadi'S dc estemundo; era mucho que leva^iascla losa de unse-
pulcropara descubrir al travesde lacorrupcion un rajo dein-
niorlabdad^eraqiucho que se couvenciera dequeel principiode
vid;i qiio abriga nuestrocnerpo no pucde ser pastodela podrct
pero lo Jo eslo no era bastante todavia para que seconvirtiera.
Las cartas de san Pablo, ese libro admirable (;ue suaviza
las llagas lodas del corazon, fue el inslrumento de q(ie Dies se
valio para obrar una sanla revolucion en Agustin. Se eslaba nti
dia paseando enlre medilabundo y pesaroso por la's callcs cfe
un jardin, y oyo una voz que le decia toma y tee ^ y lonio !as
^*arias de sail Pablo, y leyo, y las cataralas que obscurec'ian sus
ojo.^ x»yfVon a vista de las paginas de aqiiel a quion bablan
convcrlido estas palabras uu.sleriosas, y un rajo bajado de fo
ftllo baSd ill h'leiite cKima iotes la da Saulo. % aquel di^ ]a rar
ItgioQ 1q $alttdar9 siduipre con gozo, poets en <H se cniiquecio coo
otro 'fiorou ..mas ia^,d|adi^ina que cine la eaposa del Cordero.
Desda el jardin ac<>iiApanado de Aiip^, volo Agn&lino al
lado de Udnica , qiie alborozada vio eala ves i su iiijo que ha-
Uai dado dos veces a luz: la priinfera para el niundo, y la otrn
pira la religion: j' bendijo la saiita madre el nombre del Ser
dor, porqte le liabia coQcedido mucho mas de lo que le soiia
pedir booaus gemidos Uoiosos y laatiineroa,;y por haber tra^
cbdo eo cumplido gozo el amargo llaoto que por su hijo ba-
bia vertidOk Sao Auibrosio cumpliendo el. grata debar de la re-
ligion y de ]a amistad derramo el agua de salad sobre la car
iieza de; nuestro catecumenQ^ quien abandooando en seguida et
•profeaorado de reldrioa que con- tanla gloria habia deseinpieAii-
dOy pusodeade ientODces loda su aiencion en inodelar sus coa-
Uimbres^ sobre la moral drl Cvangclio. D.e'v.i,ielta i Jaga&teaeda*
iuvieroa algunoti dias madre :e liijo en l.a$ ioo^diacioiiea deOs*
ii«^prQpa[r4hdo$e & la o^y^gmoo'^y. aqui fu^ dqpc^emaptuvieron
aqdella platioa tan sabrosa sobrela<idelicMisd^l cielo» qne nuoji^
iieiDoi. podido leep sin enter neceri^os^ Asaoadoaai.^nljep^ohodo
Oiia v.enlana)r^reada&u v-isU{)or -ud aoieliQ ^i[dip queseesleii*
dia debute de elios , en duice esparciwie^tp.vCoiiy^rAabaA .dpi
^020 quo in<i0(U 4 los escogidos en laxias^.c^lSeaoi:,' y, esta con*
ver-dOig^p t$n tierua nos ia.ha.>pii($ladad;o, ^n^. Ag^s^in co^. los
^ignlef^tes palabras, ((.tlstdbantos jqoo'Iq, bpi^ de nu^stvo cprai^an
abierla^ uiiraado esas cairienla^ 49.vue$lTa. fvienie,fueulede vi-
da, pi'u quti^ bebie/ido S)iqu.i^£|.|inM &ota de eU^Afieoororrnff a nuaa-
.ira capacic^d, en algfiua fp^n^ita. ,pvdie^mos barruntar cosa
tan {Jruude. Llegd nuestro plalica i'es\^ pqi]iclu6K)u,ique cu4l-
quiera deleile, por gramle que ^ea, d'/.hiM)3triOS: aeniidos'caroa-
les cotcjuda cou la alegria de aquella vidav no s(>tan>ente np.es
' diguD de Her coinp<ii-ado con eih^ pero ui aun dc ser meiitado:
. y de aqui cni^endidua c<ui lua^oi afeoto suUkhqs coriio {>or eaca*
lones, por todas^las cosas corporales Imsta Ifegar al cialb,<dt
ttdnde el sol j la luna y las estrellas envian 8u claridad 8obr#
la ti^rra, Y aun subimos mas adelante pensando iDteriormeait
de vos, y hablando de vosy maravilUndorio^de vueBtras obras."
Las ansias materoales de Monica estaban ja salisfechas, ad
liijo querido habia abjurado los errores de los maniqueos j bet
chose catolico, A nada mas habia aspirado, ydesdeentouoes pc^
'dia sooreir i la muerte. Despuesde algunos diasdedolceeofer*
Xnedad, en que Agastin junto 4 la cabecera de sa madre le pro^
digo los consaelos del cariAo filial, y aceptado el encargo Am
tecordarsie de ella en el altar, $e durmio risuefia en eldsonlodel
SeAor. El nos lo ha dejado escrito: cabe al atand de sii. difunr
'ta hiadre llbraba Agustino comO un nino. Adeodato beria el
'aire con sus gemido<}, j mi^ntras su padre leinstaba para que sp
fepoftase en su dolor, i\ & torrentes derramaba las lagrimas* Por
bn momento las reprimia ensus entumecidos oJQs, pero noca*
'bt^ndo dentro de ellos les daba rienda para que corriesen otrt
vez. Macho lloro Agustin & la que por el mucho hubia llora*
'do. La restgnacion cristiana alcanzo trocar en apaciblq tnelan*
colia la amarga trisCeea^ y despidi^ndose de las playas de Ita^
lia, de las que tan tristes al par que dcilces recuerdos debia con^-
• aervar loda j^u vida, se restitujro al Africa.
Valtfrio obispd de Hipona le rccibio con los brazos abier-
los, y le elev6 a la dignidad de sacerdote: por la himinosa es-
' plicacion que AM del simbolo de la fe en un concilio, merecid
- Agfjstin ser elegido coadjutor de Valerio en aqnella silla. No
esde nucstro propositi tndividualiear las virtudcs episcopales
' eftf que tanto brilio niiestro santo^ ni el icelo con que de|aba el
baculo paraempuAar U pluma cuando las necesidadesdelareli*
gJon lo requerian; asi bajaremo)i a vindicarle de las acusaoiones
queeonir^i el injustamente ban Uovido.
Los hombres que por su vasto talento d i*aras virtudes se
ban hecho lugar cnlle los deinas hombres, nunca han bajado al
40S
mfiikfb^ ^(ts'ftiTOatrar diMm^'pir que'^kt^ioBas pcirse*'
McioiMni 7 flan Agpslin qao del ancho camino del liberliaaft
paad al eslrecbo aendero de la virtud , y abandooo la g\ov\%
id mttndo para abtaaarse coo la gloria de la cruz, qo 4ebU
quedar eaoepioado^ de esta le^ al pardoer providencial. Mi^
Iras 1(M teologos eaUilicoa le. saludao CQmo al dr^culo de U
^lesia, 16s heierodoxos le motejan de igQoraiite eo )a$ aagrada^
eftciilimiS) .y paaando del eDteodimiealo al cbraaoo leaapooeil
hombre raDidoao y <)ue idteititaba cjrip soa opinioD^ purCioo^
laies-.eit arliculoa de (i. Sin embargo la humildad era una d^
las virtttdes que mas brillaba eo d saoto obispo de UipoilSy y
esA deseoofiansi y timidez que acompafia a los hombres gmn*
des no le abaodonotaropoco eo el curso desu carreralileraria*
Ed uoadestks carlasdeoia: «aunque,por la misericordia del Se«
Aor creo baber adelaotado alguoa oosa, oo alimeotOBio embar*
go el orgtiilo de pensar (fue a mi edad este & cubierko de to*
do petigro de error." £| que sosteoia la inmortalidad de nueslra
alma por la fuersa del sentimWnito que de este dpgma tenemosi
el qub probaba valiefile»>eute que la cubierta de otiesiro cuerpo
abriga ufl priocipio de vida que* oo consiste eo el juego de
Inoeiilros organos oi eo ajl^nc&a parte corporea por iidelgazada
que la queramos supooer, fu^ tacliadodematcrialista. Hasta fus
confesio'nes^cnya lecture oos ha inspirado este articulo, no po*
dieroi) escapar de la mordaz txrqsura; perosoo tao cobardes Jas
aausaciooes>que ui siquiera entraremosen deshacerlas. Como quf
freotes. Uio elevadas como la de Agustin debao ser siempre he^
-ridas por el rayo de la persccucion , del inismo modo que la
iempestad Irouchn la robusla eocioa, y re^pela al debil arbusto
que crecia a su sdoibra*
Las hpre^ias de'estos uUimossigloa do ba Kido mas que uoa
cooUnuacioo de las bereglas que eo los siglos auteriores afiiigie-
ron i la Jglesia de JesucrisCo ; pueden haberse embozado coo
distiolo ropage, pero de bajo de este siempre se ha eocubierto
ToMO II Itt.
h miaima featdad. Abrid la historia ecleaiisttcn, j ? er^is coma
A arriaotsmo enjendrd al maniqueisino , y los oestoria*
609, donadstas, pelaquianos y eotiquianoa oo (ueron maa que
MfaTBbres d^ bombres iDdiscipliDadott^ que a vuelta^e conquistar
ana paginsr en la historia , aunque negra^ no • letnieroo ebar«
bblair e( pendon de la aoarquia, y como sierpes deagarrar el ae«
no que tea dabia caleotado. Siempre los enemigos de la Iglesia
han plaouido aus buterfas cootra las colutnnaa mas firmes de It
Tintlsid ) y DO respetando la aanUdad de los sepulcros, no hari
temid^ remover las frias cenizas de los hombnes eminentes que
en tit*dipos pasados pulrerizaron los errores de sus abuelos. El
prolestantbmo, que ha cargado oou lasculpasde todaa las he*
ne^ias anterioiesly debia desfogar au reocor contra sao Aguslm^
qne ' habra aido sn a»ote, y al isabo de 44 siglos el nombre del
dignosoeesor de Valt^rio foe laiisado 4 la ttialedicencia para que
aecebase en il conio en paslo iftias sabroso. {Felices sin embar*
go aqQellos hombres i quiones Diosh) creidodigno^de semejaii'*
tes imputaciones! Agnstiufueel martilld delos herejesdq su si<*
glo, J por ellonierecio sercensurado por los lierejes de todoslba
siglos. [Qa^ mucho pues destrozen las reputaciones de loa que vi*
Yen los qite aob en la tumba muerd^n ios huesosdesusenemigotf!
Cuando Hipona eslaba siliada por los v^ndalosj su iluatre
obispo, que no debia presenciar el saqueo de su i»lesia , exha-
laba el uliimo suspiro Ueno de letras y coronado de virtudea.
Si nueslro protagoriista no bubiei*a sido mas que un sablo pf<^
fdndo, sus escritos serian buscados oon avidf z y leidos con ad-
tniradfon, y su reiralo estaria colgado en algun mu.seo; pero sa-
bre sabio ei*a sanlo, por esto sus restos venerabies ban sido trail*
ladados otra vezcon ponipa religiosa al suelo lostado de Afi^-
«a; y para la Religion sera siempre grata la merooria del gran
prelado que ahora 4 4 siglos ma<ie|o oou destreza la pluma*,
.empuno con valor el biculo y cino con dignidad la iniU*a.
Jose Viual y Pont.
4 or
IHeljoMaa i^cbtdtcaa
TRADVCCION DE LORD BIROX.
l^ara dar anaf idcfa tlie^ las <»inicfefe$'HUtriltiVos qne, i, manera de
hierro candente, tnarcdii Ta '{k>esia td^ 'Ibfd* Syren, nA es por cierto
eleccion may acertada la A^ ^tas''pcNj[u«fia^' com{Nisict<Aies en que no
descuellan los d'otes p^ifliam^s €[ue liaif gratigeado !i 6u autor tanta
npmbradla. La inferioridad dc estas con respecto A sus demas obras
esti generalmebte' riscoabclda, i' pes^ de^^iie' la'ma^tria en el lea*
guage, ia prectsioii eh i^ dohceptos, y el taleuto dedpi^gado en la ver-
tificacion, honrandm {>aslmite-dciialqtii^ra d^ ihas <^e mediano ing^nio.
Cualidades son estas'* qiiej sie^<y'imiy jde b«ih6 eh el originaU es im-
posible i*e8alten en la tradiicciou > por mas que nos h^yamos esforzado
en hacerla teft> pa^edldas tan exaela ^ tan literah, conio libs lo permitiaa
las leyes del metro/ lai^ ftladuiras de la'•riltl^ 3r la'fndola^ del castellano.
Sin embargo ja qUo tr^dncir algo de Bynon queriamost hemos prefe*
rido esos juguetes «scapado«B i su- ftcinda' •phima^i^Aicamente para
complacer d un amigo , por ser de todas sus obras las que estdn ma«
^n annon|» con e( taiio< sevenv y religloso deinaeatra Heyista. En elloi
no asoman las grandiosas y sornbrfas csMepcionea que' en sus poemns
serios trausportan ek alma' A una regicm sidsal^ d veees tan peligrosa
como sublime; ul et mo&dor 'sarcafiDo^ qne.eo- suq iMfemas burlescos
abrasa , como torreute de lava , cuauto encuentra ou los frecuentes
giros de su irregular y caprichoso.€^mni04.:Estka'iD^k}dfas no son mat
que seucillas pero espresivas mihi.'iiiiH^asi de algiin rduadro del antiguo
tcstaniento; breves pern eiK^rgicqs^'raaoiiamifitifeQ&.aiidLbgos a la sUua-
cion dc alguno de bus pertoudgiea; sBiiliJaa^ caobiaaajcioiies que el autor
pone en boca de uii iudio , ora sea que en la hora de la agouia de su
niicionalidad llore la destruccion de su templo y. la proscripclon dc su
Quito ; ora que fatigado de su intermiuable destierro , invoque todavia
i Jehova en su obstinada es})eranza de yerio apareccr de nueyo. Al-
gunas obras no son mas que yagas aspiraciones de resignada raelanco*
lia, efimeras mediiaciones del alma, que por la terimra 6 religlosidail
del sentimiento se asemejan d anoa destellos de fogitira j apaclble las
headieDdo la negra atmosfera que pesaba sobre el corazon del poeta.
En todas desearfamos tal yes uir aabor biblioo mas pcoQunciado; pero
no es nuestro imma kaoer de elLas ni la epitica ni el elogio, reaerran-
do esa tarea A nuestros lectorea si le$ place juagarlas por si mismosu
Pues Dios 7 la pairia demandan, 6' padie I
La miierte de tu b(ijst, pues toto £a^
G>mpr6 tu yictoria« ,tu acero taladre
£1 peebo que ofresco desoudo al pufial^
Al fin ya conctuyo la toz del quehraato;^
ho mas las colinas mi rostro ban de ver^ ,
Si yiene de mauo que quiero yo taa^t
No piAede en el goipe doloi^ baber.
Y de eso esU cierjto; mi sangre es tao puvft^
Cual> intes que fluya, tuabrazo ae^»
> Gual la lUtima idea de amor y' ternura
Que en tieirit de penaa eonauelo. me dA.
Por mas que me Uofon de Sioiw las: donoeUa%
No rindaa al h6roe^ ho dobleu al jues:
' Gan^ tus batalliast j libres por elias
Mi padre y mi patria ja son A la Tec
Vertkla la tangre cpie diateme nn dia^
Callado el ac«*nto que bolgabas de oir,
Mi diilce memoria^ u padre te eogria;
No olrides que pude sonriendo morir.
«09
Tii, i cayo sortilegio
No hay muerto que resistai ]
Has que et profeta ^regio
Parezca ante mi ▼iata,
--Samuel, aka tu freiite
Que el fi^retro rajeta.. '
O rey, ve aquf preaentc
La sombra del profeta.
La tiem hosteM; de pi^ el difbiW *
AlU se yido al punto
En medio de una tittbe aparecido;
Y al dejar del sudario los d^pojoa^
Cambi6 la tenoe luz de colortdo« ' '
£n sua Tidriosoa ojos
La muerte re{K>saVa,
Descarnadas las man(>s emefiabat
Y por sus yenas sangre no corria;
Sms pi^s ))riiUban rigidos y iiesot
Con lia triite blancural de los kueaosf
Y de aquel cuerpo, masa hueca y fria,
De aquel cuerpo que. entrafias no iem^
De aquellos labios sin Yital aliento,
Sali6 c^il V^cfp atiento
Parecido al niUgir del tohto tifeAtb
Que en honda cavidad el mdttte ^ttci^iti,
Vi6 Saiil el fantasma, y cayd en tierra>
G>mo & tin goljf»e cae y^ te desprende
La encina aecular que el tkyo U^ude. '*
^Porqn^ perturbais mi suefio?
^Qui^n 4r8 \faB ^oca los itiStittU!
Ercs td, ^6 tefy taira yei^
Esos mi^bhjB %iti cal<»l*.
Sin sangre esfin^ soft tos tcSais..,
440
Y los tuyos hoj tan beiUtf
Mafiana serdu cual ellosi
Mafiana danlo hbrror.
Asf OS Yei*^is tii y ta hijo
Mafiana en tni^ccfnipafiia:
Adios... mas ctienta que on dia
Promete solo este adios.
Porque Antes que el nuevo espire
Serais presa de la mnerte,
T luego i. mi polyo inerte
Mezclardse el de los dos.
Traspasado con las flcchas
De los arcos filisteos,
Tu ej^rcito sin trofieos
En el can^ yacera.
Y la espada que te cifies.
Alii con furor insanp
Tii mismo, tu propia mano
Al corazon la guiani.
JSis gnerrerosy mis Irayos caudillos.
Que marchais de mis huellas en pos.
Si me hieren el dardo 6 la espada
G>nduciendo la hueste de DioS|
No coideis mi cadiyer, d^jadlo^
Aunqne sea nu caddyer real,
De los hijos de Gad enUos pechos
Sepultad yuestro acero mortal.
Y tii^ page, que Ueyas el arcoi
Y las flechaa y el teno broqael,
St ie Sadl los soldados huyesen > '
De la hueste en^Bii^ en trope^»
My
Al momento bali^o en mi saagre
A tus pUot^aia tqndido he de ^tar:..
Sea mia la suerte con que ellos
No se atreren cobardes i. dar. .
A lo8 otros adios; mas oh! nunca
De esta lid nos. separe el furor,
Heredero infeliz de mi reino,
Dulce objeto de todo mi amor.
Que e$ birillante la regia diadema^
Que es inmeoso el poder que uoa da;
O la muerte que ^ entrtohos aguarde
Tambien digna de rejea serA.
JKajd el Asirio- al llano, ,
Como el lobo.al.redil que ea fu.tesoio^
Su ej^rcito pagano
Re8][»laiidecia. eu pdrpura 7 en oro.^
Brillaban sua espadaa,
Ck>mo estrellaa que agita la marea,
Cuando olas azuladas
Risaa de noehe el mar de Galilea,
Goal de floresta umbri a
Las bojas que al estivo sol verdean, .
Vi^ronse al fin del dia
Las tropas que banderas mil ondeao*
Oial dfe floresta umbrdi
Las liM^as al scalar de otofio el ▼ieatOi
Vidse al tomar el di^a
Mairohito j e^reido el canqpamentD^ ,
El iagel de U nnerte
Di6 al estrago^svs tlas por abri^a^
4«
Con loplo no mtij tderie
Tood al pattr la iuL del enemigo.
»
Y de estos ^ue dormian
Helilronse los muertos hojos luegOy
Sua peclioa qae Utian
Para sienipre quedaron en aosiego.
Los potroff'inMcea
Mil estaban tendidos; el Tacio
De sua anchas nances
Mo llenaba el aire que da brio.
La espuma de so alienfo
Cay6 blanca en el craped, y tan fria,
Cual et la que eL dimeatb
De l]is brefias maritimas rocla.
A Hi yacian yerto#
Pit^os y toTcido$ los ginetesy
De rocio cubiertos,
Cual de beri'uikibre $a malla y ana almetea*
Las tiendas silenciosiiS)
Solitaries estaban las lianderasy
Las armas no lustrosas^
Y sin sdplo las trotaipas Tooinglem^
Y Chilian en su dkielo -
De Asur las Tiudas, 6 fdoloa moy rico* •
Se estienden por el suelo
En d templo de 'Bal faechoa nfii^it.
Que no de humanl!a espada
D6 los gentiles el poder fu^ hefido; " ^
De Dioa A la murida,
Como la mere al sol, se ^ d<rrelid<K '.
4U
Ji^Dtre lacido cortejo
Eq 8u trono el Rey estalM
En la sala del f^stejoi
Qae el Tiyisimo reflejo
De mil Itoparas baiiaba.
Y mil copas de oro OnOf
Para el judio sagradas^
Copas del culto divino ,
G>utenian profiuiadas
De los (doios el vino.
»
En aquelU bora serena,
Y en la estancia de la ceaa
Unos dedos parecierotty
Y en la pared e^cribieronf
Como se escribe en la aremu
Unos dedos cnal de bumano»
Solitaria, ignota manO
Que A lo largo se mo?iat
Y como faja estendia
Un reuglon que era nn arcaiio*
Lo ye el Rej, j se estremecet
Y el contento lu^go veda;
Sn mejUla palidece ,
Tiembla su yoe> j parece
Que ain tangre el rostro qoeda.
• Los mas sabios de la tiem
Vengan A presencia mia,
Y descifren lo que enciem
Esta frase que me aterra*
Yturba nuestra alegrla***
ToMO 11 46
44»
Lo9 proffttas de Calden
Ciimcui fion^^n, mas tio tauta;
N<# hiy al^uno alK ifiie lea
Ni ios rasgoSf ui la idea,
Que aun obscara ies espauta.
T.os viejos de la nadon
Doctos iulerpretes iii#ron ,
Ma^ ya aliora no lo son;
Ellos vierou el rengloa...
JNada mas alti supieron.
Ud cautir# y estratigero
Y niOKO de poca edad
Oy6 del niotiarca el fuero,
Y Tieikdo el fatal letrera
Bleu comprendid su verdad.
L41S iumeusa eaclarecia
La morada so]>eraQa: i
\i6 el j6 veil la profecia^ H
Leyola ai Guar el dia.«. •
Y cutnpii^se A la maiiaiMi.
«D« Baltasar fabricado
Est^ el albergue postrero:
Fcuecido ha su reioador
En balauza esta pesadoi
Y cual poLvo es de ligero,
Su veste de oix> cubterta
El vil sudario sera,
Su dosel la pledra yertay
Porque el Medo ^sUk i su puerUy
Y ett su ti^ouo el Persa estd/'
115
Jfesde la lilhrna loma
Que descubrir ta templo me dejabif
Caatiya ^a de Boma,
O mi querida Sion, te contemplaba.
Tu liltimo sol mariera,
Y el fuego cjue tos ruinas consumla
Luz daba d la postrera
Mirada cjue & tus muros dirigia.
Ttt templo JO buscabat
Buscaba el techo tnio coit los ojoAf
Y ent^nces oWidaba
del duro cautiyerio los enojos.
De muerte Uamaradas
Tau solo en el santuario yi que ardiaiii
Y las manos que atadas
La yeDgaiiza imposible nos hacian.
jQu^ yeces esta rumbre,
A do iba it contemplar pais tan bello |
Del sol la ardiente lumbre
Ha reflejado eo su Ultimo destello !
Cujbitas en ella estuye^
Mirando recogerse tras de an niont0»
G>mo tras densa nube,
Los rayos que alumbraroa ta horicoote!
Tambien la tairde aquella
A esa loma sobl, mas no atendia
A la loz tnste 7 bella
Que entre sombra el crepdsculo perdis*
Si en yei de tin sol seieno,
^i6
BriUado hubiese cd rayo con fieres«y
Y rebentado ci trueno
Del crudb Tencedor en ia cabesa!
Mas nunca profanado
For los dioses del ciego gentilUmo
Sard el lagar sagrado
Donde Jelioya reinaba por si mismo.
Y bien que ande esparcido,
Y agobien i tu pueblo los insultost
Siempre, 6 padre querido.
Tan solo para ti ser^ tos cultos.
j^tttt salta de Judd por las colinaa
La gaoela saUage sin recelo,
Y bebe en las corrientes cristalinas
Que riegan el sagrado y fdrlil suelo;
Aun briUan con orguUo no domados
Sub adreos pWs, sus ojos inflamados.
Pi^s tan ligeros j ojos mas brillanles
Vbte « 6 Judi, en tus pidcidos confineSf
Oestinado a mas lindas habitautcs
El perdido placer de tus jardines:
Aun se columpia el cedro en tus florestas...
Mas ^d6nde esUn tus hijas mas apuestas?
Las palmas que dan sombra d tus Uanuras
Mas que la raza nuestra sou Felices;
AlU sus solitarias formas puras
Ostentan y eutrelazan sus raices ;
Bel sitio do ban nacido no las mueyen,
Vivir en otro suelo nunca deben.
Mas nosotros errando d la ycntura
En ageua region morir debemos;
417
De nnestros padres en la tiuiiba obscara
Jamas nuestras cenizas depondr^mos,
CaY<^ el temploi j la mofa bnrladora
El troDO de Saien ocupa afaora.
OnUas del Jordan errantes Tagan
Del ^rabe rapaz los dromedarlos:
De Siou en las alturas se propagan,
Y & falso Dios imploran sus sectarios.
Del Sina( escabroso en la montafia
Su frente inclina el <|ue d Baal adora^
Y allf... alU mismo> 6 Dios! ta justa safia
Dormir al ronco trueno deja ahora?
Alii donde tn dedo omnipotente
De piedra las dos tablas esculpia^
Alli donde tu soinbra refulgente
A tu eacogida grey mostraste un dia!
t
AUi brill6 ta gloria reyestida
En ardiente cendal de rojo faegOt
Y tii i quien ningun sdr que tenga rida
Puede ver sin qae esptre desde luego!
Ob! por fiu aparesca tu mirada
Del encendido rayo en los borrores*
Arranca de su mauo quebrantada
La Uuza de los crueles opresores.
I Hasta cududo bollarin por triste ejemplo
Los tiraiios tu suelo agora inculto?
Hasta cuclndo^ 6 mi Dios , tu sacro templa
Qoedara sin los ritos de tu culto?
418
Shot }ft Ua i{M no^turmciCf
Ajstrella melanc6Uca,
O so} de los que reUof
Cayos destellos tr^muios
Lejana luz rielao:
Tii las ttnieblas l6bregas
Me muestras y no alejasf
Ay! cudnto me asemejas
Al gozo (|ue ya fud!
As! pasadas dpocas
Endeble liiz ostentao,
Sus impotentes rilfagas
Si brillan no alleutant
Y La tristeza estatica
Que Tela en su agonia
Bien clara mas ya fria
Su Ittz dUtante ye«
ToM4s Agvii.o«
CROmVA RELIGIOSA«
JLPesde qne acometimos nuestras tareas periodisticas hemos altmentado
aiempre la idea de hablar A nuestros lectores de la cuestion ruidosa
que se aglta en ci arzobispado dc Toledo , del nombramiento del ae*
lior Golfaugiicr para el Ytcariato oapltalar de aquelia di6oesis; pero
Ibarnos aplazando el dia para poder hablar con mayor .conocimiento
de cansa, liasta que se nos haco forzoso romper hoj el silencio, puesto
que de ella se ocupa ya toda la prensa religiosa. A la muerte del car<*
denal Inguanzo Aid elegtdo de real orden vicark> general sede vacao<»
te el sefior Vallejo, oblspo dimisionario de Malloroa, presentado para
aqael anoluspado. Cduoues conciliarcs y decisiones pontificias prohi*
ben A lo$ obispos .electos enoargarse del gobierao de su didcesis, bajo
cualquiera uombre fuere^ sin la impetracion j remision de las bulas
apost6licas ; y no obstante esta prohiblcion el setior Vallejo se et)cara«
mo a la silla arzobispal de Toledo, do sin poner en aiguna zoaobra
las concienciaa de los ficles de aquelia di(k;esis> que desde un prtucipio
empezaron ya d dudar de la legUimidiid dc su eleccion. Algunos pre-
lados csparioles y entre ellos el de Pamplona y el de Iviza abordaron
de frcnte la ciiesKon de noiixlxramlentos de yicarios capitularcaen obis*
pos electosf probando hasta la evidencia que estos intrusamente se in-*
mizcuen en el gob&eroo de las iglesias para Us que lian sido presenta*
dos , mi<futr{u csti puniiic&te de Rooxa su confirmacion. A las obraa de
los obkpos contests el sefior Vallejo eon un fblleto que no hemos teni-
do ccasion do vcr, pero por lo que Ixemos oido deeir A un persona je
de ciieutii , y qac piv^de ser juez en U materia , eran flacas por demas
las razuiics que opoiiia S. £.«y al trajluzde sus palabras bien conociaae
ouau re.s!)alaJifQcra d tcrreno en quo se habta colocado. Por falleci*
micuto del seilor Valiejo i'w3 uombntdo \icario capitular el sefior Gol«
fant;;ueiN que lialna ^do seoretario de su predecesor, y las ansiedadea
d« ifti ooiicie:xcia.s uo quedimo p'ly eslo calmada*. Para aquietarlas al-
gun tauto, c4 utievo f;.ih(?n\a<lQr eclesi t&tico ptdid A & S« un breve
par«i uso de oratorio prlvado, v ^ lo que parece este breve le ha sido
dcijegado, IDsliv dci)€gacion ha puesto eu major to^bFa todaWa i lod
jfi aTisorados fieles d^ aquella ditSceris , j primero los coras , despnet
los ecdnomos independieutes , ea seguida los eclesidsticos ^ j liltiniainea-
te los simples fieles Tecinos de Madrid^ han elerado iomedidas espost*
Clones al cabildo toledano para que reasuma la jurisdiccloa espiritual,
mi^utras se acude i los pi^ del Padre ooibud de los fieles , al linico
que puede desatar dificultades de tanta moota j derolyer la paz A las
atxibuladas concienclas. Pero el sefior Gol£apguer, A quien su diguidad
y decoro dictaban resignar un poder por tantas partes combatido, pa-
reoe no quiere soltarle; de manera que la cruz pastoral que abruma
hasta los mas robustos bombros, parece carga lijera y apetecible i
aquel mal aconsejado eclesidstico. £n el seuo del cabildo se ba intro-
ducido alguua escisiou ^ pues bay capitulares que estdn resueltos d re*
tjrar d todo trance la jurisdicciou al sefior Golfanguer; nosotros esta-
i:^mos al alcance de este asunto para poder comuuicar las noticias 4
nuestros lectores.
En Madrid donde actualmente reside ley6 el Ilmo. obispo de Ca*
narias, en el uiimero del fferaUlo correspondiente al dia 24 delpasado ju-
U6f el informe que sobre instruccion primaria presentd Mr. Thiers i
las cdmaras francesas: en este informe se permitta el c^iebre diputada
algunas espresiones poco decorosas d la iglesia espnuola, y para ensal-
sar la libertad nada enyidiable de que goza la iglesia gaiicaua) se de-«
prime d nuestra iglesia dicieado que bi caiilo en una dependenciA
serviL Pero nuestro prelado no ba querido dejar sin contestar aseveracion
tan gratdita, y en una carta dirigida d Mr. Thiers con fecba del 25
del Ultimo mes le da d conocer el ]lmo. Sr. Romo, que la iglesia de.
los LeandroSi Isidoros, Fulgcucios d Ildefousos ;nunca ha gemido en
el servilismo. Y lo que mas de notar es^ que en dicha carta prueba
cudn poca es la autoridad de que dei>e gozar en materia de regaUas Do-
ssuet , cuyo vasto taleuto rcspcta profuudamente el obispo espafiol,
pues por una de aquv^llas debiiidades que d veces afean los caracteres
mas nobles y las mas elevaJas inteligencias^ el obispo de Meaui do*
bl6 la ro^liUa del \iitc do las potestades dc la tierra con alguua mengua
de su indepeudcncia episcopal. La iglesia gaiicana, si se quiere^ estaba.
algo cmaucipada de la noble tutcla que sobre todas las iglesias del.
muudo ejeroe ia iglesia romana, pero eu caiiibio arr^istraba, las pesa*
das cadeuas de que los gobicruos la iban cargaudo. £q una palabrai la
iglesia galicana estaba mas iudependiente del Papa^ pero mas sujeta al
Key. A bora, si ella sc envanece de sus ponderadas libertades, nosotros
Ujos de envididrsclas la compadccemos porque las goza. SU nuestro or«
glillo estd en hacer pedazos las cadenas de que los ministertos quierea
424
ourgar i nuestra iglesiai mi^tras- gozoaps liesamos los dulces Uzos qnt
DOS estrechan coq la Seoe BMivBirTBUBNTB AposrducA , i. la <{iie estku
yincaladas las promesas de Jesucristo. Nosotr<>8 desde esta roca del
Bdeditern&neo enviamos uo Toto de gracias al Sr. obUpo de Quia*
rias por la yalentia con que ha empufiado su pluma en esta ocasioo, y
aos lisoDJeamos de que el dlgao autor de la ladependencia comtante
de la igtesia hispana^ de la que eq poco tiempo se han tirado dos edi*
ciones j que ha sido tra^ladada i& estrafios idiomaSf haya enriquecido
COD una hoja mas de laurel la corona que tan justamente orla sus sienes.
Por real decreto rubricado en Barcelona en 26 del pasado julio se
nand6 suspender la venta de los bienes del clero secular j de las co«
muuidades religiosas de monjas^ hasia que el gobierno^ de acuerdo coik
las Cortesj determinen lo que comvenga. Ahora scan estas liltimas pa«
labras , ahora que se ha espedido cuando ya qiiedan muj pocos bie«
nes por Tender; lo cierto es, que este decreto, que un alio atras huble^
ra hecho palpitar nuestro pecho de placer, le leimos ahora sin tant6
entnsiasmo. Sin embargo sea bien yenido, como que es una protesta
muda contra los desmanes de una desbocada rerolucion. En lo sucesi«
TO quisi^ramos que el gobiemo sacudiera esa nimta timides que le ena*
gena las Toluntades de todos, asl las de los progresistas, que ap^nas Id
▼en parado en la carrera^ cuando horripilados gritan reaccion! como
las de los mon&rquico-religlosos, que quisieran mas radiante el altar pa-
ra que su brillo reflejara sobre la corona.
La basilica de san Pablo de Roma, que en la funesta noche del 1 5
de julio de 1825 fud pasto de las llamas, YueWejl lerantarsedesuscenizaSf
merced i los generosos sacrificiosydesyelosdel yenerable Gbbgobio xvt,
quien hace cuatro afios bendijo j consagr6 al divino culto una naytf
transYersal en la que resplandecen magniOcos dorados y ricos mirmo-
les. £n la maiiana del dia 50 del illtimo junio Su Santidao fud i la
basflica dedicada al ilustre apdstol de las naciones para Tisitar el se*
pulcro que sus manos sacaron de los escombros, y yolvieron d la ye-^
neracion del mundo cat6lico. Despues de haber celebrado el Saicto Pa-
BRB misa rezada asistido de dos obispos y del cardenal Mattey, ord
largo rato , corrieudo de yez en cuando las ligrimas i& lo largo de su»
yenerables mejillas. £n seguida se dign6 visitar Su Sai«tiuad el inte-
rior del conyento en medio de los religiosos benedictinos, que se con*
templaban felices en depositar d sus pies el homenaje de su yivo re*
conocimiento y de su profunda yeneracion. £1 Papa por su parte, coa
esa afabilidad y afectuosa beneyolencia que da nuevo yalor d la mas
insignificante de sus palabrasy se oomplacia en alabar la solicitud y
ToMo II 46.
423
il celo iateltgeiite del presidente y de los indiriduos de la comisios
que entiende en la reconstrucioii dela basflica. jQttiera elcieio ^e el
P^dre comun de los fieles pueda ir por machos afios & orar con
un pueblo* que entrafiablemente le ama en ese mismo sepulcro,
en esa misma basflica que debe d su muni6cencia sus nueros es*
plendores! Y aprop^sito de Roma, no podemos m^nos de decir que el
dia 25 del liltimo julio Sv Santidad se trasladd desde su babitacion
del Quirinal d la sala consistorial, en la que se celebr6 consistorio pii-
blico, para dar el oapelo j la pilrpura cardenalicia al nuero oardeual
Carraffa de Traetto.
Nuestros leotores i^oordardn que en la liltima resefia les dimos la
fausta notida de la ruidosa conversion delcdlebre Hurler, pastor pro-
testante que fd^ en Schaffhouse^ yerificada en la capital del cristianlsmo
el dia 18 del liltimo junio. Ahora bien, tan pronto como se estendid
en dicba poblacton el rumor de que regresaba alll el recien conver*
tido, al punto se reunieron grupos de gentc y se dirigieron i su ca*
sa, desfogando su rencor en deaespcrados ahuilidos, y fulminando te«
rrihles amfinazas, Pero asi que supieron que Hurler se babia re-
tirado d la abadia de Reynan i se derramaron los grupos por la ciu-
dad Tooeando: mabajo los jesuitas , ifi\*a la Itbsrtadl" La fuerza pitbli-
ca tuvo que abogar aquel asqneroso moliu, pero sindsjar dcqnedar bo-
rrado el uombre del esolarecido escritor de la lista de los ciudadauos, 6
lo que es lo mismo vivir condenado al inlerdloto del agua y del fuego^
Gorno en la legislaciou romana. Pero estos cobardes insultos se traduccii
W ^loriosos Yitqres % cuando se padecc por una causa tan sanla como
es la cat6iica,y Dios que debe mirar con carifio el alma de aquel sabio
alemau, hahrd querido que cuando todavia anda adomado con la blan-
ca veslidura de los ne6fitos9 ya blandee en su mano la palma de los
^nfesores, Vease con csto cudi es la mentida tolcraucia de los proles*
tautes, ellos que todos los dias nos arrojan calumniosamente al rostro
la intolerancia calt^lica; ellos que entrouisaron sua creeucias con cl fue-
go y la espada; y ellos que apesar suyo conocen el c4nccr de niuerte
que va roycndo las eutranas de su mutilada religion. Sin embargo d
doctor Hurler, con motive de los desdrdeoes que ban puesto por dos
vcces en peligro A su familla, aoeba de publk^ar un nvmiBesto del cual
tomamos las siguientes notables palabras, que no dudamos Iceran con
gusto nuestros lectores , y en las que resplandecen el candor y la in-
geuuidad del nucvo con ver tido.
•Si alguno desea sa1>er los motivos que me ban becho eotrar en la
igleaia calolica , estoy pronto ooo el Apdstol d manifestarlos y i dar
48S
raten de mi ie« Hobiera sido de mi parte una empreaa temeraria re*
sistir i las dbpocisiones diyinas, -y & la las con <{ae de coatino afios i
etta parte ba ilostrado Dios 4 mi alma. Acostumbrado ademas 4 pro^
Bunciarme en toda claae de cuestiones , y en todas circanstanciaa con
una firanqaeza esenta de todo respeto humano, ann coando de ahi pa*
dieran segUirseme perjuicios: ^debiera baber temido manifestar A lot
o]08 del mando laa altas conYicciones que al fin habian madarado en
mi alma^ 6 aparecer i la yista de los demas otro de lo qae en realidud
soy?: ^debiera baber sepultado dentro de mi mismo lo qae solo tiene
precio con una confesion piiblicay Unica digna de on cristlano? No et
la sabidnria bumana sino la diYina la que ba dicbo: «el qae me con*
^sare delante de los bombres le oonfesard yo delante de mi Padre.**
Empero si de estas cosas quisiera hablar bumanamente , par^ceme po*
dia reclamar como otro cualquiera el aso de esa libertad qae se decla-
ra ser el bien supremo 6 inalterable de la bumanidad y especialmente
en on negocio en que el bombre solo es responsable d-Dio's de Sas ac^
Clones, y en el que no bay autoridad alguna bomana que pueda en*
trometerse en A."
Los peri6dicos iriandeses Uoran la p^rdida del Ilmo. Sr. Troy, re*
nerable primado catdlico de aquella isla ^ quien despues de sa laborio^
sa Yida ha dejado pdr herencia la enorme suma de dies penigues^d sen
cuatro reales, babi^ndose tenido que abrir una suscripcion para reco-
jer los fondos necesarios con que celebrar sus funerales ;Qa^ contras*
te entre esta pobrexa y los inmensos tesoros qne los obispos protestan*
tes i su fallecimiento dejan en herencia d sua esposas 6 hijas! For po«
CO tambien los espafioles perdemos al yirtuoso cardenal Cienfdegos ar*
xobispo de SeyiUa, quien acometido en la maiiana del 50 del lUtimo jit*
lio de un ataque apopUtico, ap^nas ToWi6 en si del parasismo Cuando
pidi6 y recibid los santos sacramentos. Todas las iglesias del arsobispado Iian
resonado con los gemidos de los fieles que imploraban de la divine mi«
sericordia salud para su caritattvo pastor; y Dios que no ensordece A
los ruegos del justo ha decretado al parecer dilatar los cansados dias
de su Eminencia, pues acaba de sentir una gran mejoria en su quebran.
tada sahid. Dcsedramos quealgo aliyiadode sus acliaques, pudiese res*
tituirse A su di6ce6is, para que ilotesde cerrarlosojosdlaluz alcauzara
▼er otra ycz A la grey que el Espiritu santo le encomendd, y que ^1
con tanta solicitud ha ap acentado en los prados del Selior-
Numerosas son las conyersiones que en este liitimo mes ban yenido
i consoiar la tglesia de Jesucristo. Un rico propietario del Here/ords*
hire^el sefior Legh, acaba de conyertirse al catolicismo; lo cual efec*
tnadoi poiD sos Ujos eirel oolegto catdiico de Qscott^ donde selot
dispondhL para que sigan el ejemplo de su padre. —El Sr. Cristiaoo
Snellf penonaje distidguido ' del canton de Vaud j antigtio aecretarid
CD el miDisteriode laguerraen 1805, bajo el gobiemo de la repiibtic*
lieWdtlca una 6 indivisible, banquero en Roma, donde ha ejercido el
cargo de cdnsul general de Suiza, ha abjurado el protestantismoenma*
DOS del cardenal Orioli en el conyento de san Nicolas de Courtray (Bdlgi*
ca) .-Ha recibido el bautismo una sefiorita inglesa educada en el anglicanif-
mo J que ha abjurado sus errores, hacieudo la profesion de fe catdlica.
r'Por cartas de Boma el general Conell} , ministro protestante que
fu^ en America, j que por abrazar la fe no repar6 en hacer los
mayores sacrificios, acaba de dar una nuera j edificante prueba de sa
abnegacion. 5e ha consagrado al estado eclesidstico y recibido ya lai
drdenes menores, midutras su muger ya d ooultar en el silencio j olvi*
do de un daustro ios encantos de su juventud j las gracias de su her^
mosura ^ y ha entrado ya en clase de postulanta en el convento
de las seiioras religiosas del sagrado Girazon. -^Tanibien otra sefiorita
inglesa de unos 125 afios acaba de entrar en el seno de la iglesia cat6«
iica, no temiendo arrostrar la iudigtiacion de sa padre, quien yi^ndola
camhiar decreencias la La desheredado y entregado almas cruel aban«
dono V pero Dies que sabe avaluar esos sacrificios no dudamo^
cobijard con el ala de su provideucia d esa hudrfana, que ha abando^
nado i, sus padres para arrojarse en ios brazos del padre comun
que estd sentado eir los cielos. De otras muchas conversioueis pudidra.
mos hablar> pero lasomitimosen obsequio de la brevedad.
Nuestros lectorcs habrdn reparado que terminamos siempre nuestra'
resefia con esas milagrosas conyersiones que de dia endia van engrosando
las filas del catolicismo; porque el dnimo apesadumbrado al recordar los
males que afligen d la esposa de Jesucristo^ se goza en recordar tambien
sus triunfos; del mismo modo que el yiajero despues de habcr camina«
do larga.9 boras por hondos y sombdos yailcs, alcanxa la altura de una
ooliua , en donde sobre descansar de sus pasadas fatigas, se goza en la
Ameoidad de risuefio paisa je.
J. V. T P.
«ss
CRONICA POLITICAL
AGOSTO.
JL embkndo aaentamos ei pid en on terreno que no es el mieftro^ poe^
para hablar con acierto de poUtica no basta la prackton en el jnicio^.
ni la ainceridad en el deseo ; ae neoesila ademaa saber tomar el polao
4 loa acontecimientos ad como Tan deafilando^ j en esta ciencta^ <pi0-
en parte conatitnye la qne se ha dado en llamar ciencia de mundo, htk
aaUdo may poco aprovechado el que esto escribe. Pero ya qne de po**
litica debemos hablar , dMmos con lisnra la Terdad y j como esta es 4
Teces amarga, snelen tambien amenndo cnuarse los tiros sobre la ea«
beza de quien la defiende. '
Desde la muerte del dltimo monarca los acontecimientos se ban ido^
empujando con harta rapidez : al absolutismo ilostrado de Cea«Berma«'
dea sucedi6 el Estatnto de Martinet de la Rosa, iloston risnefia del
poeta granadino. Mnerto el Estatuto de muerte yiolenta en la Granjat
le reemplazi6 la Constitucion gaditana, pero solo para que vivieraan tS^
la resucitaron sus padres, y pronto tuTO que resignarse i bajar otra ves
y sin funeraies al sepalcro para dejar espacioso campo A la Gonstttucioiv
del afio 57; ydestas boras yaestdncourocadasnaeras Cortes para rerisar*
la y enmendarla. Y ved ah( porque aeaba de abrirse por d^ima vef^ la
arena electoral, que al parecer serA abandonada en muchas proyincia^
del partido del gobierno, y en algunas solamente disputada por el par*
tido mondrquico-religioso. Que este partido no es despreciable asi pop
lo numeroso, como por lo influyente de sus miembros, y qne en sU
seno encierra elevadas inteligeacias y esclatecidas yirtudes , creemof
que es una Yerdad de tanto bulto, que basta de probaria nos relerarin:
naestros mismos adversarios. Sin embargo ese partido* que acaba d»
desplegar una nueya bandera, cuyo lema es al parecer hermanar toi
adelantos del siglo con el respeto d las yenerandas tradiciones d«
liuestros padres , dos yeces se lanzd A la lucba, y cuando bubietti
podido enorguUecerse con los honores del triuufo > otros cogieron el
fruto de la yictoria; arroj6 el peso de sus su&agios en el platillo de
la balanza , y el partido moderado subi6 al poder y pudo contar en laf
Cortes con una numerosa mayorla. Aburrido de tantos desengafioi
^mo ha tenido que arrostrar, se ha decidido al fia i trabajar |>or aa
pfopta cuenta j i enyiar los svljob al congreto, pero en los caodidatoa
bosca A faombres qufl, por.la templanaa de sos ideas j la eleracion de
gas miras, sepan sobreponerse i los mezquinos interesea de partidof j
▼entilar con caima en el coi'azon j aplotbo en el jutcio las graves cues*
tiones que estiin hoy pendientes de los cuerpos colegisladores. Haj una
G>nstitucion que reformar , una reina que casar, j una Iglesia que re*
parar; j los hombi'es del gran partido monirquico-religioso deben po*
aer una mano duamlo se trata de lerantar d la Iglesia de la abyeccicm
M que gime ; ban de dejar oir su vox asf que se trate de proponer el
frincipe que debe enlazar su mano con la de nuestra Reina y asodar
aos glorias i las glorias espaiiolas; joomo la reforma de la Constitu-^
oion puede haoerse en tantos 7 tan diferentessentidos) contiene tambiea
que intenrenga en una ley que d^be cerrar pai^ siempre la pnerta A las
tieToluciones. Sin embargo^ y qaeie la yerdad en su lugar, en algunaa
Candida turas mondrquico^constitucionales Yemos brillar bombres de graa'
talia, como por ejemplo en la de Logrofio, donde ya continuado el nombrs
fiespetable de don Santiago Tejada. Nuestr6s lectores recordartfn que
•uando en las G>rtes del a£o 4O ^ disoutiala ley del cuatro por oie&.'>
Id 9 se leyant6 una yos robusta en el seno del oongreso que abogabai*
para que continuase la prestacion decimal; esta yos partia de los
kbios del sefior Tejada, y deade entdnces ni siquiera una yez ha yir
hrado esle nombre en nuestro oido 9 sin sentimos posddos de un sen*
timiento da respeto icia tan ilustre diputado. jTambien bemca leido
can gusto la canditatura que cuentan yotar los electores de L^rida, y
que- 4 no dudarlo alcanxard triunfo. Hemosjnagado de las buenas cua-
Udades de los canditatos asi por la yirulencia con que se desata contra-
tUos el corresponsal del fferaldo por aquella proyincia, nada al pare-
«er satisfecho de la oandidatura acordadaj como por brillar en la tema
de los senadores y en primer lugar el reqpetable D. Joaquin Rej^
que para gloria de nuestros tribunales ta6 rejeote de esta audiencia
territorial por los afios dis 54 7 35. Y esto nos induce A creer que ea
tl campo coaseryador, por mas que los periddicos ministeriales traten de
aacubririo oon cien yelos, estd ya introducida la division. Entre loa'
hombres del bando moderado hay algunos que amaestrados en la es*
euela de una ruda esperiencia coaocen las necesidades de la ^po^ y
tratan de satis&oerlas; conocen que el trono estiL yaoilaodof y que es ne^^
oesario aplicurle ua puntal para que A la primera oleada reyolucionaria
ao yenga al suelo ; conocen que todayla en nuestra nacion el senti*
tiiento religioso tiene echadas hondas y estensas raices^ y que es jus^
m
to tribfitar i esl^ feftttmie^lD nil enllo fttaee^ f Mda Mft^prita, f
e»tas lioiabres que tftolofl servicioi han pKestedo i bu partido soa abot
ra echadas de 6u teup porque Uevan escrita as «a frente ta palabri^
reaocioo. Y tan to todaWa estremece esta palabra i ciertos liombrea^
qae ba obli^do i loa eiectorea del partido monirqaiao-coDfltituoionai
de SaUmauca ^ bascar d sus candidatos entre los <x>mpradojre9 de hi^r
nes nacionalest de niodo que no paeden represeotar aquella profincia
dtputados ea qi^iQues solamente se bermanasen loa dotes del saber jr
Ua pjreudas de ia bonradea , deben ser ademas compradores. de bienes
ecle^ii«:»ticos. Cuando yemos taata miseria A reces la indignacion leTaii<r
ta njue^tro peebo^ A . Teces el souiia^ 4^ upa desdefiofa compasion asoini^
i nuestrps labios.
Oesde largo Uempo la Fran^ta y la loglaterra^ estas.dos grandes
nacioaes que mantienen el eqvulibrio 'euiopeoj se hallan en mal encu*
bicr(a enemistad. Las grandes naciones lo piamo • que los bombrea da
eleTtida bteligencia acecban la ocasion de.supeditarse n^utuameiite , j
la cuestion de l^aiti, que de improyiso ba tornado una gran importan*
cia* ba yenido il epcender de nueyo loa ocUos y riyalidadea entre ^Unbot
pncblosf y A suscitar al gobterno firances graylsimos embaraxes. Ac^n
diada Taiti por los misioneros ingleses 9 que en [todas partes no sa*.
ben sino tejer conspiracionesy se yi6.1a soberan^ de aquella isla obll*.
gada i, pedir la interyencion de la Frapciaf y can^ada pronto del ya»
sallaje en que la .tenia esta nacion ^ yolyi6 la reina Pomard A e-
charse en los brazos de su antigua rival la Inglaterra. Pero los francos
ses en un momento de mal bumor destronaron A la reina Pomardy j^
ahora mtimamente acaban de .espulsar 7 encarcelar.al cdnscil iaglesy lo
que ba berido en la parte mas yiva el quisquilloBO amor propio del
gabiuete de san James. En^rgicas interpelaciones ban resopado en laS;
c^maras inglesas, y no mdnos yiyas ban ,sido las que desde la tribu-^,
na de la cdmara de los Pares ba,a sido dirig^Ias ^ Mr. Gukot, 7 A las. qnOi
se ba negado dar .conle&tacion alguna. Ho dudamos que estas diferen-
cias entre bimbos pueblos se arreglardn diplomdticamente, 7 que sin ne.
cesidad de apelar al trance de las armas, el honor de los ingleses que.
dacA en su puesto sin vergonzosa humillacion de parte de la Fran*
cia.
No solo en el mediodfa sino tambieu en el norte de Europa estdn en pe«
ligro lasvidas de los re7esen esostiemposmalhadados quebemos alcan*
zado. Por poco en la mafiana del dia26de]ulio dltimo dos balas dispa-
radas por un cobarde rejicidajdestrozan el pecbo del re7 de Prusia; afor.
tunadamente la una . pas6 raspdndole el pecbo, 7 la otra fatf A samer-
4ii
l^ne en el imperial det o^che AnaAb £ lo» ^doA de la reinc que e^
taba asomada A la portesuela. Gon una gran ptesencia de dnimo did ^
fej la 6rden al cochero d^ parlii^ para Silesiai, via^ que iban A cm*
prender, no sin'recojer Antes en la plaza de palacio- entusiastas riyai
de 8U8 yasallos, que haciendo igata del aentimiento inonirquico qubie*
ron desquitar A SS. MM. del trastorno que acababan de aentir. El
ttiiserable r.^jicida estd ya entregado d ios tribunalea, y de esperar ea
^pe la cucbiila de la iej caeri inexorable sobre su criminal cabeza.
Cuando Temos eaos conatos de rejicidio qUe buUen en tautas cabesas
Tolcanizadas; cuaado recordamos que muchos de Ios prfneipes de la
Mna actualmente reiuante en Francia ban ealvtitdo ^mtlagrosamente sua
yidas, mas felices que el deseraciado duque de Berry muerto de nit
pistole tazo, un sentimiento ae 'orgullo se apod^ra de nosotros\ puea
apesar de tantos escdndalos como'ban mancbado la rerolucion e^aiio«*
la, no se ba dado nunca el de atentar contra la vida de nuestras augua-
fts princesas. Nuestros ojos obscurecidos por el dolor ban yisto las cav
Hes de algnnas dudades salpicadas con la sangre de beuem^ritas au**
toridadeS) que desnadaroo su pecbo al pufial Antes que transijtr eo«
au deber; pero basta en ^^s mismos dias en que la revolucion rujui
con mayor furor, se afectd hespetar d la persona atagustaque tenia en sug
manos las riendas del estado. £sto bace que A reces abramos nuesiro
corazon d la risuefia esp^rabza , peni es tan d^bil esta y tan grayei
Ios temores, que pronto yolveiiios & caer en nuestro natural abatimiea^-
to. Nosotros quisi^ramos participar de la candidez de algunas personaa
muy bieu intencionadas que creen que el borizonte est^ ya despejada
y sereno. Ora sea realidad, ora funesta iiusion para el que esto escri*
be, la atmdsfera estA todayfa cargada de capuces , y bien pudiera que
olyidAndonos de conjurar la nube que ameuaza enyoWernos , fu^ramo*
A descanf4ir en brazos de un sueiio tranquUoi y dispertAramos a<ora<^
dos al estallido de horrorota tempestad.
J. V. T F.
429
i9H
ARTICCLO TERCERO.
H
ftblatnos en tttieslro articulo unt^rior de la posioioo ^n qdq
ie enokmtra la religbiiifrente d freiUe con el Mi;;la,.y de ia ts-
pecie de obsUciitos y combatcs ^e eii e^ita tfpoca tiene que
arrostraa, nacklos «lel carader peculiar 4e la epbc» prasente;
y setidlainoi ctimo el primero.ji principal la indoleiieia que en
el ordeii de las Ul(*as »e traduce por eaceplicisoio. Olros males
notauMM qne afeotan maa partiGularnaf nte kia inteUgenctas, y es
el aislamienlQ en queaequiere mauUuera la aocicdad rrape&lo
de lu religioii, el uso, 6 niaa bieiiyBhusoqaede esta sc iiaoeco*
mo freno poliiicO'.olvidaffKlo sti cualidad divina^ la frecuenoia
con que ac la aujela 4 la razon 6 alsentimienlo, jtioz hias toa^
idbte lodavia, y tantos olroa aspeolas equivocados bajo loa
ouales la Qonteiiipian .los publicialas, fdosofot y blecaios (la
nueatros tiempos, y que baoeo que sea irifecunda eala llamaide
la fe que por uiedion humaoos j para fines purameiile huina'^
Hos inteotao reaniinar. Cste fatal «cleciicismo que consisile eH
toinar cada ctial de la religion, como de on graode arsenal ^ lo
que quiere 6 Ie conviene , y eo formar un oodigei niiero de laa
hojaa arrancadas i* capricho de la lej divina, es tan funoato co*
mo el esccpticisino , y mas inconsecncolfe que la tncredulidad,
eo la cual por ultimo t^rmino debe venir & parar, y mas or^
gnllo80.que el la tal vez, piesto que si la incredulidad niega i
Dios y la revelacton^ eleclecticismo haoe comparecer i esta delanf-
«te de su tribuoiJ^ jriio admite un Dios sioo para colocar mas alto
ToMo u 47
450
que el el Irono de la razon. Del eclecticismo es h'jo legitimo el
racionalisuio, esa graiide heregi^ clt* i siglo XIX, que absc^be en
si lo« restus de toJas Us detnas lieregias, monslruo cu^as abler-
tas fauces ainetiazin tragar las creencias todas, y envoiveruoa
con el dcriso liucno que despiden en la noche del Hieisino. De
negaciou eu iiegacion va bajandouna grada cada dia, y volviea*
dose contra el protestantisiuo que le dio el $^r le mata cod sua
|iropids annas, y pasa (K>r enciiua de el grilando mas alia: di-
vorciase de la autotidad humana, que en cierlo modo habia su-
plido per I4 fe dando una aparienda de vida A las sociedadea di*
sidenies, y la Irata con triple logica de inirusa y asurpada. Tal
es cl eapeclaculo providencial que esii presenciando la palria de
LuCero, doode con alartnante progreao en la prensa, eo las »•
tedras , en el pulpito mismo un error va deslronando A oivo,
aieropre oias avanzado, sieoipre conipletando la reformahMs-
ta llegar A un total aniquilamiento. Y no solo las sectas pro*
testantes^ stna hasta et judaianio tan compacto en an fe^ tan
creyenie y liasta ohstinado en bus tradiciones, apesar de su espiri*
tu de inmobilidad que al parecer le coloca fuera de la circula*
cion delas ideas del siglo> y que mas bien que col to vivienle le
aaeuteja i una momia emlialsaiiiada 6 j una efigie sepulcral^
siente en su seno el cancer del racionalisnio , del cnial se pre*
sentan diariamente sintomas notables , no sieudo el menor de
ellos un discarso recientcmente pronunctado en la sinagoga de
Lyon , dtgno del deista mas exajerado. No parece sino que el
4jLed<^ de Dios ha tocado a un tieropo toda^ las religiones erro*
cieaa^ para que se deaarrolie en ellas el germen de lAnerte que
teniaa eneerrado en sus ctterpos. Fe y razon, verdad comple*
t^ y error completo, luz y tioieblas ain crepuaculo intenuedioi
catolicismo e tociedulidad « eo una palabra , ved abi los dos
|)rinci|iios opuestos y absaiutos que en adelante ac divi^ii^ eo-
ire si el dominie del univer>o«
Us^ es unn de las veolajas que i vttelta de ibcalculablei
dfiho^- ba prodiicido h' cOAJurHcidn* U^iversfi^ jf h guarra i
muerle iptentada contra et. <;atolicisoio^ sraiplifiGar aspinbrosa-
meii(e la qwsttoo, jr verificar la aeparacion definitiva entre la
yerdad y el error > parificaado la una y moslraodo e) olro eo
toda su deformidad. Solo la fe y la aiitoridad puedeo forlale*
cer. al entendtiniento vacilaote en niedi6 d^ las ritdaii acometM
daa 4d racioiiaiismo , y preaiar solid^a y coosialeom i eatas^
Qreeocia^ qoe sin remedioae disuelveri hajo el inQitjo dfe au ac-
GJoo deleierea; fiorqtie la nutoridad ea el alma de las religio*^
oea, y litegoque se relifa de ellas ae laa ve.disotverae y gangre-»
^arse lo mjsnio qu^ qu li^livet ,Ya lieteod fl9))efiiiieiil)»do^ yi
i^obradamenjtfy lo qtte la i^ifonrdel hOiktbre.iVMlliaila par laa pa-^
^i^oea d ^atraviada pqr la iMiagina^ion pp4ia lia«er'(V)i: m aola;.
ya beiDOa viato que .190 hay yerdad. algMna , por a^f(l1aMl^ potr
universal que sea, que e{5teJiiera del aicanqe^de sua tiPQ$, y qM
en la pendientf resvaladiap.de la du^ay* de Ja negaaoit M>.k»y:
astdero ppra. detenor al oiieno^. .el fui(^ii|0ry m preolfiilarae en
el londq flei abi^AAO- La: razon ^iTf^yp. uo diii pod^r c^i^araf} en
el sqIio de la (e, y conlirtuisir demlq.^lU dirigfenda laasodedii'T
^s y mandaado la^ cpocienaias, nq ajspiromaajquleji^ ^tSwmoiS
^\ codigo diviuo, maa.qu^i.podai: ehifrb^it de la vidtb .ixmjcpe
4 qnitar al edifioio algunqs adorn4« 6; pari0s qi:|e le pareciaii
jiuililes 6 postiaas;,pe;i:oyB,l)^ podidcrv^rqi^eelcddigo qoe fiffn^
so reformar yace rasg^^^enter^mwVS. yt'oMictilctido ei^ ^ pair
jfOi, q«e el edificio cuyo4 qimientDa crtJKi d<))ar inlnctm se df»*
ploma ; qiie el ^rbol aeago^la p(m)W el;hai(b4 c«n ,que> Qreyii
oortj^r soio las raipsis hirifS la raiz, lambien; y si procedci.dp
bueoa fe f estos eacaraiiaiitog dfb^o enaefterla.i bafar otra^ires
y & posUar^ biimilde fil pi^del trona que usurpd. £n vista dp
tan repetidos ejei^plos ya aoesposibi^ ap^as la cegiieda^dff
.enteadioiiento ni elorgullp de 1* raaon} lo union posible^ Ja
.depravacion del ateiamo. )^s que aon cqqservan intacto en el
fqadjo de su corazoo . algpn senUqiientp^^reU^to^^. losi que aun
f32l
ae horrorizao de tma soct^cUd sin religion como cle uh t^uetpo
sxii altiia y Hie unu rialurakn^ sin sol , no podr.ih ml^no.>; de ro-
btisteccr las filas de.la autoridlad y ilei catolibiimio, y i\e de<ten-
gaAar^ (le una razon'qde no ek mas qae incredulidad ,(die una'
libertad rciigiosa que noes mas qoeanarqiiia.
Tanil)ieii los apologislas de In religion en estesiglo ban lid-
aado gcneralmentedel racionaOsma como para contra^estar los
efipctot del raciooiilismo de los incnklcilos^ j no s^ lian desde-*
ftado de coroparecer ante el tribunal, aunque inlruso, de la ra-
zon , para defender las creencias ante i\ eitadas. Esta ibondiic-
la y este m^todo de defensa , laudable y util en si mfstno, er
hijo ert parte de las neoesidades de la i^poca, pues la recusacion
de aqoel trtbtmal podia pasar por Mbardia i rmpotencia de de-
feoderse dffte los que tireian quft hi religion solo pnede vpfethi^
en loque-ilaUdabiin las iinieblas de la fe, y qtie debia disipar-
ae ebM# fantasma tioetufrfia puesta a'la luz del ratriocinto.'Bas^
tiinte6e'ifa esperinienlado *ya en naestro concepld lil solidet
de los principtos rdigiosds, para reststir ^ las debilei mdquinas
l^iliea^i que* iMiyn podido inventar el hombre; la deinostrbcion
lla'«On6i^mado lo -que liabia establecido^ la atitoridad; pero no
pdUHetnotK flias* ardelante , no'^ea quenos afidon^mos d^tnasiacfo
Alas arxuals que hemos arrebatado ti nnestros coiitrarios tolo
pai^ rebatii'los cdn ellsis.' Vcmo.^ en efifrcto en* algunas Apologias
tfm se fiacedlenia^do^.abilso'de la* ^a'zou, qtie (eorias ragas y
aereas lian reemplaiJaclo'lliftsr bases ii^desthircttbics de' la ft; que
a^iinoa* desdefiatido los ii^tbdds anliguOs p<>hen todosu ehif-
|>«rid , y* dt j^toiOs vanMady €^n< ballad nn^v*os'cnniihos, enipe*
ttof c|u^ no desaprolnriamOs si iwf^viti segmros tmlos los caminos^
•jf si dOndtijeran- in'luda1>il^nichle al tei'niino propliesto. La hit
\dt^ 1^ wtton e^ barlo paKda y tacikinte para arriesg^at se d csimi'^
HslriHi'go ti'em^ k ^ddillibsd r^^hindor , y mas' cuando brilb
^urtt^ftoAotrOs'la- fe con sn liltninost^ antorcha; y eri estos tiem-
tpO(s dte;Orgiikllo'y i|r:i[^iiH' • tal vez obraria^ mas efeeto que los
i55
mas ingaiiosos arguinentos y- que los mas mievos Hiinlos cfe
vista el eqp^t^culo dc una razoD iludiracla poslrada liiimikie-
meote a las platilas dc la fe. No hay diula que la razun es cI
primer vebicido , pot decii lo asi, de ouestros conecimieiilos, y
que no pod<*Qios cmer sin que ella oos persuada Utiles de los
motivos de credil>iUdady es una.nodriza que dos educa para ^
Ce, y que no8 depone en brazes de esla nuidire verdadera, deg-
de Uiegaque nuestro ser ^e ha desarroUado ya lo banUiute pa-
ra cooQoerla : por e^lo para dejariios cfo el seno de la Ce debe
escoger el caiuino mas reclo y mas llano, y no presiinur de
robusla y enlendida, ni eslraviarnos por dsperos rodeos sole pa-
ra liacer aiardc de su vigor y dcsiresa, pucs sua brazes sou d^«
biles, sus pies vacilantes » su luz escasa ^ y & cada paso que da
Gorre peiigro de deslizarse y de arrastrarnos en su caida.
Si la fe, una .fe esplicila y absolute es la gran neoestdad de
esta geiiocacion, y la paiabra creadora que puede orgai^izar e$le
caos in^lectual; la fe esiaoibieoel anbelo de los incred.oloB iiii&-
- Qios que proclaman feltces a los creyentes; la fe es la unica so-
lucion que lus iinpone y convcnoe , la unica arma que los sub*
yuga, la unica roca tneonlraalable para salvarlos de una vez<de
las lliicluaciooes elemaa desu rason. Pcro sib fe es on don ^e
; Dios y solo de su mano puede descendctr, ^cotolo no defo que
nierecer al lioinhre asi eu aoeplaria oon buena volontad, coma
en propagiiria entre los detii»s i fuersa de prudencta y eei^^
sirvicndo de in.<iniiiienlo4 la Providencia? Si el rcmcdio es uso
y s<*nciUo, /cn4iitos> ittedios na se presetiiav, y que de obstatu-
los DOoctMrren )Mr» propinario? Si una e inakevable es Kaese»-
cia, ;cnanla fIe?Kibiti<Uid' rfooabe en tin,rormas? A cuanlos de^
beres se sonictcii , cuaotas cualidadca necenitan reunir los que
•se ociipir en oiejitiosies uiOfbltSf reti^iosas 6 soeialeay que loda^
vieiien a fefumlirseen tuM, en com^tiar la religion eeoelfii-^
glo ? y sohre lodo cu4n(a no debc ser s^\ soMciiud en descar-
• tar lie la disousion todo iuteces meraiuente hmiMiBO » en ieks^
'43»
poj^rse de cualqtiier prevencion , y cerrar la etitrMla i todaii
las paaiones , per legitinias que.sean sus aparienciiis y disfraoeft?
Ed los que de proposilo 6 incideulalaiente- se ocupan de
religiofiy ( ly tplin es el hoaibre que oo «e ocupa de ella en
pro 6 eo cooirtt eii sua escritos, ^i ms convensaciMes 6 eft au .
penaamieuio?) eotacnoadoa baiuloa opueatoa, dos opiDioiies qite
parieo de ud mtamo punto en direocioo contraria, de las cita*
les uaa dice alras, mieutras la oira clama ads/antej y qoe ca-
raolcmareinos con el nomine de partido de tos vi^oay par-
tido de los jofeoes, no taoto porqne esi^n de tal modo clwrifi-
cadas eo eilos las edades que no otreacan escepciones nuniero-
sas, sino porqoe el alma de la utfii es la timidea y deseonBan-
ZH> al paso que lo es de la otra la teoieridad y confiansa esce-
siva. Nacidos la mnyov parte de los primeros en uo lieinpo <<n
que reinaba » ai uifSnos esterionni^nle, la unidad rdigiossi y en
que, reposaban a la sombra de la fe las verdades toiias; en qile
. era creyenle todo catolioo, y caloHca lodo oiudadauo; educa-
dos en cuesliooes menos praclicas que leorioa^y a las cuales pet-
mitia eiUregarse coo. prefereBob la tranquilidad de los lietupos^
iesljgos ptpeeeociaksdcontemporifiaoavdel furiosoTerligodeim*
piediid que causd lao ierriblesi estragoa, eovokiendoen au tor-
beliino a una naoiou eotera yestremeoiendo todas las demas;
obaervadores de la maroha dc los aoonteeknimtos sobreveni^
dos desde entooceSi cuya fune^ta |;eoea|ogia tejen deade aquetla
•gran mudanza/ y en los cuales venun fin Ian sioieslro coino
:impuroen lu origcn; ^«que muebaque no» oocnprendan on esla^
do de cosas que ni ban fennado ot aceptado, qttedesooii6enrde
uo moviuiienlp cuyo primer acraoque se lea presenld Ian ooit*
ooao; que aveaudua a esludiar na io eaten 4anto a oontbalir, y
qite alriiicberados en la bond ad de \o pasadu anatenuiUoeo to-
do to preseiile? Bii Elspana, con es|M^alidad, en donde era nias
fuerle la uuidad reiiglosa y mas («bu5lala fe, donde las inndva-
Cfoues baa stdo siempre repelidas ooo mayoi en«irgia, donde la
431
luolia de ideas se ha converlido en lucha dc inlrri^srsy dcfncr*
za$, lo baslanle para irritar, pero no para qtiebranlar ios aniT
mos e iiiclioanios a la paz y conciiiacion , es liarlo dtsciilpahle
que de:»coiificD iiiuclios de cuaulo Ueva e) sclio de e.sle sigio,
que toda iniiovacioii les parezca uo sacrilegio , toda Inmsaceioii
unsi apo:ita$ia, y ea preci^so convemr en qae pocas vea^shaha*
bido descoiifian-Aa uiejur fiindada. Per el cotilrario, kisjovenrsy
es decir, el partido que coo esle norubix* bi^mos C!ardcfrrt%a<lo^
de.duinbrado8 con las luces^ no direinos si reale.s 6 (bsioricasy
queal n»cer birieron sus ofos, enaniorados de lo prcM^nte en
ctiya forniacion supcmen. haher tenido parte, y einpitj»do& bi-
cia el porvenir por el deseo de crear y por una e^'per^l)za iit'^
dcfinida, aspiran a regulariiar el movimienlo en vez de dele*
nerlo, i amoldar lod«is las cosas basU las mas inOexibles 6 de*
licadas al que llaniao espiritu del siglo, y a conciliar bahta uo
punlo a veces insosteoible la bereucia y recuerdos de lo pasada
con las esperanzas y suenos del porvenir.
Eslos dos pariidos cpie en todas paries se enenentran, por*
que por ilo quiera ha penelrado la gran pevobieion, se baceo
inas notables en el lerreiio de la religion, docule las ciMesticMieft
son mil:ve(;es mas trasoeodenlaies, donde se llama fe ioqueen
olros jHuiloi cOAviccion, y bere^ia lo que es error en oiras
malerias., De un lado una eslciil admiracionde lopasadoy una
ciega avei'siof> a lo prcsenle, del oiio dcseos exagerados de con-
ciliticioii, y e.^luerxos peligroios pra amoldar lo que es eterno
a lo Hiudible con peligro d(? desnatural'zarlo; de un lado un
total despK'cio del siglo y de las ctrcunslancias, como si la
reli^km no hiil>iera >iilo datla para los liomhr^'s, y no debiera
vivir cout<'iiiporaiieainenle con la socie«bid^ del olro una servil
dociiidnd i sus nienores exigeiicias» como si no fuera. la religion
Dias que una obra de drcun^tancias traida de reuiolqtie en la
marcbrf df loa sigif\s y ^in oiij^'to algouo eteivio y superior d
toda cosa bumana. Difml es el definir el justo medio eotre esr
156
tos dos estretaos y el resolVer i satisfaoclon de todoseste pro^
Uema} pcro eo mi coiio«pto Dies nos dio su solucion y nos pre^
seoto 8Q lipo en Duesilra misma exisleacia morlal. Todoa ikm
coukpoaemos. de cuerpo y alina : el alma permaneoe siempre
la misma , el oaerpo es el que crece y ae modifica; la qoe rige
es elerna, el regtdo es madable; ^pero aquella no rige siempre
del miimo modo, sido que modifica tambieosu direocton scguo
la diferencia de las edades; y sin embargo & las ojos de nuestros
aemcjantes variamos, porque varia lo que se ve , y lo que no
ae vees lo solo id variable. Asi sucede con la religion respecto del
stglo, y aun respecto de si misma en ki parte que tiene de es*
ierior y en que esti en relacioa con la sociedad: sin abdioarsu
auperioridad y su direccion puedc asimismo aconiodarse, y en lo
licito ae acomoda eo efecto & las circunstancias de cada e|K>ca;
oontinua animaodo & la hAmanidad en todas sus fases y eda-
desy hasta que y Uegado el fin de los dias, se remoote otra
ves d los cielosy de donde descendiQ, en medio de sus nume<*
rosos faijos qne eovio delante para poblar el empireo.
Si se miraran las cosas bajo este aspecto, |X>cas difieultades
4)freceria el conciUar los dos opuestos sist^mas, y el esplil»r las
fvariadooes que puede sufrir en 6uafi>rmaa el elemento religioso,
DO obstante la inmobilidad y perpetuidad de su esenda. ^Qui^a
ae atreveria a decir que no era uno mismo el cristianismo ba^
]o los cmperadores eneniigos y bajo los sticesores de Constan*
4ino y' durante )os sigios medios y desde la reforma protestan-
te aca? y ^q«ieu dqda que sus delieres, su conchicla y hasta la
faa^que preseutaba erau nmy distintas en tiempo de persecucioo
y en tiempo de patrocinio, en tiempo de dictadura y pacifioo pre-
douiiiiio y eo tiempo de discusion y de lucha ? Y ; es lal vez
iiicnos distiuta e^ta epoca de la pasada j de io que eran aque*
■lias enlre »i / es menos notable la uiudapza que ba sobrcvent-
do? es uicnos universal ei luoviiuiento 4<^ la Immanifladqueca^
ractci^iai el tiaosilodc uo ejftado a olro? Yestt* 4]uc i« llama esl^
IHiilu del sigto^ tomitulolo en general dnam[vhfw& cAliBcarlo, lom
se irifiHra eii iodus partes ha^la en loe miiiinos que mac intentao
repelerlo? Remonlindobos uiasarriba Je los suoesos y paaience
4lel clia(D08enUni06 en ouedlro corasson algo que lo baoelaiir de
distinio inodo, que no sou paaiones ni p«rlidos« sino la aeoion ine<?
vVtUble deeste oaiubiuque noaobHga aocupaitioade^iaea para
adoptarloi sea paracoiubatirlo74^looad unhouibre, por inslruido
^|ue fuera, en cl siglo pasado , i bubiera acaso comprendido el
leiiguj^e de los Raviguan y Laconlalre 7 bubiera compreodido
gran parte de los suo^ssoa que coosignamoa diariaiuenie en
Duoj^tra cFOaica religioiia? Y eo efecio, no podiao comprender-
lo, & menus de ser proTelas lambten de la rdvolucion de bechea
iqucha producido eata revolucion de ideas; masque no k> coin*
pienilan las que viveo en medio de eila, esto bi que no lo Gom*
preiidemos. Madie dtifa de confetar <|u0t Ikiii *variado las rebi*
jcioncs en que nehylla la i*eli(;ion respectode losgobiernosy de
Jas sociedades^ y mucbos son los que io deplorau ; y de esta
nueva situacion ^uo se dc^renden acaso tambien nuevos debe-
les y nueva couiiucta? Si el calolicisuio, en vea de predomtuan-
Ae que era, no es ya siuo lolerado^ si en ve£ de proleccion que
Jtenia, se le ba dado, 6 por uicjor dedr, jM'Mieiido la libertadi
2porqu^ no usar de esU aruia que i nadie sienta mas que a el,
puus que tiaJie |XMee mas elemcutos de espnsion y de fuerza
inlriu^eca, y que puede darle mas de lo que ha perdido? {Ah!
mo ha sido permaneciendo coa los hraao^i cruzados^con csleriles
gemidos 6 en profundo entorpecimietUo , y nialdiciendo del si-
glo en que viiiimosal uumdo, comoha reconquistado 0'(k^nucll
para sos qui'ridos irlandese!» los derccbos que como i hombres
y a catolicos les perli'ucciun, ni ha sido csle ei moilo como los
Gal6rcos flranceses despues de tantas lormentas se bun cf»loi*a-
-do en una position, ai no la quedebia ser, re5t|)elable |Hir lo mi*
nos,. coudcnando i la befa yal desprocio la impledad eii <! or*
xlan.de lasi'leas, y la opresiun y el mooo{)oKo irieligiuso eo
ToMO II. 48.
458
eioLcl^ivde los t>echos i la execracion y casi a la imposibitiiiad*
Por d cofitrario dirianK)^ u los <|(ie, por tin Aeseo d<! pre*
matura coaciiiacion en vet de elevar el ^iglo Imsta ia religion,
poD«n la religion «i su alcance rrbajnndola y viciandola , i los
4}4Je para puiificar & aquel tnancillan i esta: ^qne es lo que es-
peraiii lograr con vaeslras cobardes condescendencias ? creeh
que nadie piieda rcconocer elemenlo alguno divino en lo que
vais niodeliindo asi & vucstro alvedrio ? El derecho que teoeis
vo$oti08 para siiuplificar a.<ii nueslro simbolo y descartar de 4\
lantos articuluS; ^no lo lendran otros para descartar lo.>que ha^
hm& dejado ? A fuerza dc qtiererio reconciliar con la polilica^
con la iniaginacion, con la filosotia j que s^ yo.... ^no Hegar^is
a liacerlo Irnlar como teoria politica^ como siieno de iniagina*
cion, como sisleina 6los6fico? El dogma C6 poca cosa, decis, /y
porque no ha de serio tambien la moral? acasoha promovido
menos disfiutas, y ban andado mas acordes los bonibres acerca
de ella? Si habfis de remover lodas las piedras que ban servi*
4o de iropiezo y dc esdindalo a una porcion de los hombres,
no OS detendr^is basta ^a uiisma piedra fundcimetiUl; porque
•-^que verdad hay que no baya sido negada? y cntonces, cuando
no quede verdad ni religion algunaen pie, etiionces podreis pro^
clamar la unidad reltgiosa, la unidad de la nada.
No drremos que k tal eslrenio lleven todos su conciltaclori,
pero si aseguramos^ que esta cs la ultima consccuencia a que He-
va csla desnal uraiizacion del cribtiani>mo , es decir . a malar rf
aluia> si ol alma pudiera morir; asi como ei sistrnia de ta tu-
rn o\ilidad y H dela inaccionde parte de los bonibres leligio-
SOS ma laria el cuerpo, es decir, la sociedad , divorciandola de
la i*eligion.
Siendo piies tan complicada la sitiucion de esle sigia con
re8pf*cio k la reliction, y tan delicados sns efectos, y tan nnme^
rosas las fases que a uii i»irsmo tiempo 6 <n rapido giro prev
•eatAi nunca se ban necesitado en los defeosores de las ideas
"439
reKgiosas y en los mirastros de bu culto roaarconocimien^^afB
abarcar (anias cotnpliciictones, y maa pei\^picacta y hahilidad
para eocadenar a esle proteo que bajo las mas repugnaoles 6
fiias sullies ibntias preteudt^ escaparse de los suaves vmculos de
ia te. Munca coioo en Giie siglo babia Uegado la bora 4le s^
fuerles como ieones jr asi^Uos como serpientesy n\ babia sido
mas oeoesaria y diflcii la altanza de la firmeza y de la blan-
dura, del valor y de la mansedinnbre, de la conslancia y de la
€Onietij|>orizacioii. Ea iiempos de paz profunda ode guerre de*
darada los debcsres son seociilos y lacil elmodo de conducirse;
las iiiistuas persecuciones son uicoos teiuiblfs que el eslado^e
crisis en que nos baliamos^ poique en ellas solo se tratadere-
sistir y de inorir: para conservar la paz baslan las virliides, y
para so.sU:ner la gucrra basla el valor; mas la prudcncia^ laha-
billdad son para los tienipos de uegottiaciones, cuando iodavia
es nocesario precaveise como de un eneiuigo de aquel a quien
se desea couvertir en amigo, apresurar la paz sin debilidad ot
bumtllaciooy arrostrar la oontingencia de una ruplura sin ba*
jadfonada^ ceder sin flaqueza,reai»lir isin violencia. Podra suce*
der el auouieter coino^-enemigo al que importa sanar como-i
eofermo, y aun uo mismo eufermo puede neoesitar de lonicos
quefortalvzcan su po)lracion> y de calmaotes que apacigiien
su irrttabilidad. Por iaolo hV hotobre religioso, y sobre todo
a] sai:erdote, no le basta velar y aun eocaoecer sobre los
libros relirado en^ su g«bfuetei oaoesita aJeuuis de olra ciencia
qM<2 los libros no ensen-fini que. no enlro en su plan de es*
tHidUos, y sin la cuai todas las demas no ser^n s:no ufna va*
na y pesada arniadura que sirvt* mas deesiorbo que de clefen'-
Sa; y esta ciieucia esei oouocimioiito del siglo y de la sociedad
tn cuyo seno Vfve.
Por eslo no basU esludiar las .ideas y las obras de otros
aiglos por 4na* que seau soiidas y ileoHS d<; doclr.uas, vs prc-
ciso saber el eiUio de las idias 4clualej, como |uiea dice, |ior
ttro
'd ultimo corr?o; norpremlcrkis eti su ATlim^ fasc 6 tran4brtnff<*
don, saber apltcnr las antiguas i su proposil-o y ticnipo^ to-
•mar algo del siglo, en lo licito m eniiende» para que el siglp ^
•au vez tome algo de nosotros. Si no conooemos su nial, ^coiiio
*le curaremos? como po<lrem08 convertirle^ ai no entendeuios su
dengitago ni el coiuprende ei nuestro? Cii^ntos oo ie creentoda-
•via en merlio de los delirios fanaticos de:impiedad qne aoo.4a^
ifon a la generacioo pasada? cudnlos tamliien no se eckaii en
aus brazos imprudenteuiente snpoiiiendole creyente y reparadcr
fitn reslriocion? cuantos no pierden autiampo y sua argumenloa
en ooovouoerle de cosas que el coniieaa y |»roclama i voz en
griio? y ouiutos no dejao pasar desapercibidas, 6 tal vez iijogcd*-
tecuente favorecen varias prevenciones y errores que coiiserva?
Y si este dt.soeruimiento ea Ian imporlanle para pnalquicr hotit-
bre pensador y religiotto, ^que serd para d sacerdote llamado
#n la presents epoca mas qoe en ninguna & tma alta mision yia
itina inOuencia poderosa aobre los dnimos , en quien esUn i\\6s
Jos ojos de todosy y en cuya mano eslin, humanamenle hablad-
dOf los desUnos de la reKgion, 41 la cual se juzgard por sus ac-
los e ideas particulares? Para este siglo gemTalizador y Ian ami*
go de personaiiaar el sacerdote es la religion. '
Asombra en verdad, abruraa la consideracton y da v^rti-
«go alalma el reflexionar los numero^os escollos que |)or do quie*
ra se tocan, y precipitan en otros tantos escesosi y lodiHcil que
tfs iraamr una linea de conduda en medio de lodos ellos. Si no
usais sino pruelias de autoridad y no ntostrais mas libra q«ie
«1 cateci^mo, ofendeis la raaon presuniuos;! deun siglo di^|ml»"
dor, que necesiti^ de aire y espaoio para remover^e y ibrcrjf^r
y llama a esto nmvimienlo y vidaj sialcontrario oombsitiq a la
razon con sus annas misuias, Ie dais orgullo y fucrza, viendose
capaz dedescubrir por si la verdad que mH8tardene;;:iracuan-
do Ie conveiiga. Aluiiibradle eon la Inz iutmsisima de la ie pa-
ra^ ycaerd atooito y ciego^ 6 llamard obscuridad a) mismoesce-
sm de'hSBL] alumbrsdie otfn susprofHaskicdB^jrse^svanecer&ooa
eila^ flaienienJoae ensit cstati<» contemplacion, o lal vrz UiMo*-
nmcnuie bib«r cnsado' lo que no ba sino descubiarlo. Tomavl
sus foroias y revealid las verdades da sii trage de nioda para
qtia ian aeeple^ bafiad die miei el borde dd. vaao para lyne toiaft
la tt«iiii^' y proveohoaa bdbida ^ pero muchaa vetes ahapari
la inkl, y .oa.dewtvcfd lleoo ^ vaso.. El rigor jr la lofleKibilida^
1ft caGaspora;la blaiid«ira y eooUimpornsacion le bace mas pro4
oas y exigehie.. Si hablais i su ealendiatiiaiitOy deadeftari las 0H>4
rias y dimari -por beneGcios laogibiea,.pMdii.Ia aaaaodabco^
i:aaiQfi ap ejisefiandooa aa profiibda heiidji; y si preiend^ /caU
trarsala.ooij ei balsanlode^Ja cBridad^.dir^ que sii timl.prtooi««
pal reside eo el eaiendimieoto jf que de alii reflate ^en el cora^
SBon, que.nada pruebaa los saerifioiosy los fevoreadoodif bo boy
oooviceknes, y qae no basia saoar los etterpos sioo^.laa adonasl
St ponett' las rasas' sagradus fiiein del alcanpe de susapkes^ didsi|
ikeraUiray de suf eif UieaGJoh, d< sos^ leyea^ ae viieWe lb e<iciadod
indifereote 6 aleHj; si al coutrafto las poMis^'eodie^ode «sb^i#^
culadon y qtiefeis it/fitlrdfselas ^o cierlo^ modoi hi proftntt'ii
ead(^ p^fiso. ^QiiiiSa dictardi ma regla iimferiiie^d^ eooAMlitf ati
Oasos tan complicados? qiii^ inspirfelrii: es^ ' e^ito dereidlitiKl
y prudei^ia qoe'efite i uo li^tnpo tcdoi'lo^ es(retftds?I9ohey
ttias que U espiritu<le Dios, pero est^iio se cofiiMiMot .aiMi'i
los 4ionibres d^ i)u«Aai vdanladyy i kto tftiiM^ Kiifesi de lod4
piPemiicioQ 6 ^a^OQ butnana^ por sattta qUtf panszca «ri so* 6ri^
ff^ ..... 1 .. I ,«i.... .:
NfoeliOis key/ y dto elloa hablamos ya mastfh'lbli/.qMctiBM
^^het Mrlado toda la difituUad elevabdo ana' prbteala g^Detal
contra el sfglo y cttanto de ^1 enaana, y fij<08 con ^itasis lo* dffSa
cKi^lb fMadrVd^ta^ p^^ io^ male^presehlctts{bel.ineh6r ^sfuer-
A> ^a¥a feknediaribs^ y permanecea indfferetttes i euatitOdo sen
\k reaNaaisito del tfpo que en su idea se for jaron, dia retMytibioii
^tfMhfMk de k^ ^e sob enisle en so cnemoria, Eslia faierda vo^
4M
kiotaria i qae se candenan, eie cooiplelo dtvorcb cdn todo la-
exisiente, es aiempre perjiidtcUl a los misfnos iotereses que M
sostienen, j puede U^ar i ser crimiiiai, pues crimtoal es el or«
gallo con qoe se acusa d Dios indirectamenle por la permitioo
de ufi oaeiro estado de cosas. Dios oa nos pide parecer aoerca
del drdan 6 sbtema que prefeririamos, no nos ha proguntado ea
tpA aiglo qoeriamos nacer, amo que colodlndoooi enelquemaa
kr plugo nos mandd obrar en A^ aprovecbamosdetodo ioexis-
tcnDe para el logro de loqne meforcrejeramoa^ j sobrelodoBO
paralizar fawas ouesttos esToerzos, oi dei«sperardelahur«ani^
dad. Admirase eo bora buena la orgaiiiaaeion de lo -pasado,
ensdloense tal 6 ooal principio, lal d ctial sislema; p^ro nunctf
eoo una adioiracion esieril se preparard su restauracion , dno
que ea preciso apoderarse para ello de la diroccion del siglo,
locual no seconseguiri sino conooiendo inuy s( fomlo su cardoler
y tendenoiaSy y cooquislaodo su espiriUi sin lisonjearle ni esipan*
taitle. Nada es ^n nmeslro conoeplo tan ocioso como discuUr si
^ Qfglo IVy 6 d XII| 6 lA XVI. eran aiejpre» que el XIX, fuea
i|ue en n^a oacunoff y en esle hemos de vivir y obrar co9 Icm
^lemoDllOs que.fel mi^oio nasi depara: llomrir aquellos y pOB-^
d(nrjvlos es ico^io siel hoo^bre <ubierio jra de oanas llorara \o%
floi^id^ amis de su ^uventucU encuajquier edad poede bai)eren«
tanlQa, porque enlodas pu^dep ejercerse virtiides: las olas y
kis iiatppps ncf^neden voltrer atras en su ourso; y en la buma^
i|idadabj/CQinO:en el individuo debe dotniivir la resigaaQiOij^ ja
se sienta robusta y fuerte y ataviada con los encantos de la pri«-
f/^wn^ ya daasada y vacilante b^jo el peso de los males y de
|os anos; ora la g^ie el dedo de Dios por.florida y um^MOsa
aendai ora por drida llanur:a 6 por escarpada peodiente.
Pero tampoco el esoesivo deseo de ooociUacion debe indu*
cir i enervar y desoaturalizar las doctrlnas del cristianisnio pa*
4ra iMoer mas facil y pronta su recoociliacion con el siglo. Mu*
iibas tenlativas aualogas y coac^bidaslal ve^coa 5ana intencioa
han zo^obrado en tal escollo^ De tales naufragioa hemos via-
to salir esas stpsbKnooea i lu retigidll naturally i una vaga reli*
giosiilaii , y hs falsis miximas de que eV dbgma es en eseiicia
du* poca importancia, mereci^ndola solo la moral, que es ne*
cesai'io unir todo lo que Cienen de comiin las diferentes creen*
cias, i iiiventar formulas y oraciones que i todos convengan. De
aqui esa incliiiaciou & metamorfosear los grandes iiechos y
principios del cristianlsmo en simbolos que interpreta la fife*
soda, y lo6 estraaos esfdenKOS para conciliar el espiritu revolu-
^touario con el espiritu religioso, y esos ensayos para regenerar
6 cchar alm^nos en 'olvido todo el pasado de la iglesia catoli*
ea, sus tradfciones^ sus coslumLres, la obra sucesiva de los st-
g^os y de los acontecimieritos j para sustituir bajo el nombre
de primiiho un catolicismo de nueva invencion. [Tnvenciones
falsa.H, tenlativas impdtenleSy que demueslran to/ay poco cooo*
eimiento de la naturaleza'homana j de la relig'ion! El catoli*
ctsnao debe* (fermaneder siempre el mismOy sin abdicar su orlgen,
su historia, su* doctf ina y su ley , sin pres.tarse sus ' defensores i
comieter ninguna cobardia ni a proteger. ja hipocresXa y porque
enlonces le Harlan perder su dignidad que es en' el dia su prin*
cipal fuerza. ((Si jro no estuviese cbp?enci(Io ,' dicelVfr. iGuizot,
de que bantigua retigron y la'sociedad teioderna p(>dian armo-
hizarse tomando por base la verdaid y el honor , no' aconsejaria
semejaute aliaiiza. Bios do perbit'e que s6ci' ^)4 'menlira posibid
para alcatlzar tangrande' t'eduRa(h>. ** ^ '
Jos£ MarIa QuAdeaikk
n»
I,: :i
El. CAWISHO EN SIRU.
I ocas ciie^ttones se ban snscitado tan prolongadas 6 Intere-
sanies en medio de la march^ r^pida y taricter in^iferenle .de
este siglocQino la cuesUon de,Onente^ fiieinpre aplaj^ada y sieia-
nre acometida con mayor empeno por las cincoall^i poteociaSy
a (}niene3 ha heclio volver la cabezii de aquelladoel e3l?rlor y
agonia de otra que fue lambien alia. polepcui» y apienazo ua
tiempo subyugarlas &. loJas. Diriuse que es upa cueslipa de.le^-
tam^ntos, en la aue el heredero, si bien hal^ga^ pof la oon
dicia de la herencia, teme la cnvidi^ ^e SU3 coleg^s y Iqf peligrQ*.
'sos Iitigios , que te ha de costar manteiierla. La pres^ j^$l& alU
en et suelo^ sin mas dctensa que los mutuoscelos de sus d^«
tructofes, y el telnor de losdemas que cada uno sienle y q^e
le obliga jk manfienerse S resp^luopa dista^nciff. Des^le que el ^-
non de lionaparte ^lespertp en aquella^ liisiaricas so)edades m{l
recuerdos dofmidos easu. tondo. d^sde que el l^ombre del siglo
fue i inaugufar sus ipist^ripsps- d^3tinp^ ep Ifis r^gjones que vie-
ron paisar & Alejandro^ Porhp^yp y Tapierlan IriunfanleSy y tam*
bien & Bayacetes en su j^^la^ el Oriente ha absorvido lu alea-
cion de la politica ; y no porque se hay an obrado en cl desde
entonces grandes cambios, si no porque desaparecido el terrible
despotismo que Ic prestaba algo dc fuerza y de cohesion, se ha
mostrado en toda su inercia e inciCativa riqueza & los ojos de la
Avida Europa ; y la ereccion del reino de los Helenos, y el ba*
jalato independiente de Mehemet-AIij ha hecho pensarsi habria
lugar para un trono europeo , st no en las costas mismas del
4NS
BMfor(>.y al m^nAs* 4 orillm" dd Xorjan. Luego lik iotervenida
la AmagiiiabidO) y Ips fK>6fa» porrcierto nosse Iiaii ocupado del
QffientemeMs qiM lo9 diplomdtioos; ban pue^to. eo venso trata-^
d^ parai.hcreglar el porveoir de su predUecfco pia^ y i cadu
edsatainfta^' de los Sobsiks.de la monlsaaa , de loa apldddoa de
Ibrahiai J^ de loa albaneaesdeJa Piierta^ .bf^li,e^vpcddo las aom*
Waa deiloahi^esd^ OaVid'y de^Seleuoo, de Ida b^rOea de Omap;
y da Gedofiredo de BouiU6n^ aoftandoipanat b) vwid?rp desti^
noa no meooa gkirioaos, y bttseando con aiisia 4tiUre aqublioa
imolente^bajaeayftf races entires el iingido y.^redeatinadiO'ipa**
la kr^eoeracioo definitbva.. t\ Orfeftie.es un libro indescifirar
Ue ent|ueilodoa nuestroapeosadorea se ban dsfurzado ea leei!'
aua aialenilia;! y aia«|uel* pais,, oona de Ja mayor parU de apdaM
loleaasi vefifedecM como falsDei^'entregadotOd.tiidoa'iieaipQa 4
eullles abatraotidnee y i disputaade religipc^nof^reaeaU Mn.paiH,
teoo de lodes loa delirioa de .^DUesiro «jglo y n^n .(ealro ^ tod«|
aps utopia^y no cs ciertameAlepor £iUa de.Jtentelivaa#
Nosotros que a6:ealai»ofe iniciiadoe en loa tnisterios de 1«
diploiMcUitji inttMs.en loa.dfil.per1reDii*,.<|u^iM>eaeribiinoa im
ariiculo dt) pjt^liiicat ni un t)okma i al fi^rJoa 0J94 en la Siria^
dondiQ.llauiin la lini versa! alenoion los mmiinientos que eoea^
loa ulUmoa afk>s se observan, poe ceoiremos a oon»iderar . an
eatado eit lo doRoernieHtei la religion, cuyos rei^uerdoa en aquei
pais mas que en ningnno sofecan otros eualesquiera , y tal ves;
lios abandooarenios tambicn a algunas Uaonjeras psperaazaa eoi
tste poa(O) 6 suei^os si se quiere , ya que ea aqtiel el pais disi
los.siienos y del- opiby de las palaicios eocaotadoa. •
For un error rudnario y one omiston nada disculpablei a],
nombre de religion en Siria y PalealiiiQ no aaociamos Gomun*
mente otra idea qoe la qonseryacion del Sto. Sepulcro y de loa-
demas recaerdos qtie nos dejo el Salvador en so paso sobre la
iterra , yique los er^slianos bonraron con preciosos monunieo-
tea, ni oensideraiiaos aquellos lugares poblados por oLros fieteff:
To3flo u "19
4116
<f|tte los qu^ pta'tlosatneiiU HbniKldtinmn stt patrh parlb vriar 90^
bre ellos, j pn^ar mu vi<1a ari traves Ae mil peo.'ilicladciiyMiic**
chnea aili di^nde J«s(icriftlo acaho fai siiya. Oivhiamos qoe haif *
alii «na poblacloit if>«Iigena catolica^ qne as(resisli6.alai'«e4iie>i*
cbnes del eismd, como a la.i viol«*nciaidel iaiamtsnio;qff«42 ai*^*
gloft ha conserva en lansprTe^a'desus montaftasaii retigioii jnti'
hncionalidad , y obligo, por dcclrlo asi, ^ entrar tn paotoa €0»
ejla al malionietiaino vfnoodord4>l Asia, cii jas creevtoiaa cntina'
paiubra son fuertea como f.u caracter, sencillas como aiis cob**
biitibrea, arraigadas oomo todo lo noble y verdadero que siirre-
persccucion y contrarii^dad. Los iiiaronitas , qiie asi se Ikiiiia
aqneila nacion, debeni so origen iiiimvo a una {lersf'cucipn y at
furor de los luonobeliUia, y su nonibre i Maron, pi;idoao cerio«>
bi(a, alrededor de cnyos conveiitos edificados por sosdiscipo*'
loa en IO0 montes fueron agregditidose varios fi^li'5 en aqoelloa'
tiempoa calatnitdsos. Goberhados por sua srbeika , i qoienes
respetan y aman en estremo , tic^nen toda la imlependetioia y
^triolismo de loa griegos unido al eapiritiide paz y de dulzu-
ra de los puebtos palriarcales ,{ sin cpie por eato patlieipeii del
(atalisnio y aptia caracterrslioa de la raza orienUl. Graciiaira
cari^rer empreodedor y a su industria infaligable ban cubier-*
lo con una capa de lierra las pendientes del Libano mas. cer*
<ianas i las eternaa nieves« donde crecen bosques de oasUnos^ de.
morales^ de pioos, de higueras y de oiivares; dotide la vi&i do-)
iQi SA6 fiulos tleliciosos, J se ttie^a en abundaiicia el Irigo y eh
ifiaiz* Su territorio se estieode desde las garganiaa y GOrdillera»
mas vecinas de Beyruih hasta Tripoli de Siria; su poblacion as*
diende i XOOfiOQ almas, maa de una terccra parte de la que
se cuenla en toda la provincia. £1 catolicisrao de los maixMiiw<
tas es poro y ardieote, y a pesar de cpie siis ofidos se cantan
en lengua airiaca, so rilo en todo In'demaseaeMatinQ.Susobist^
pos tienen bajo su jurisdiccion direcla los pueblos masimpor*.
tantes, y nombrfn al patriarca. ^e la iglesia maixmita oQofiirma*
clo lii^go por el legaJo pontificio que en el L(l>ano reside.
Masde 200 conventos habitados por 25,000 uionges ocnpan
las Cordilleras de la monta^a. Aqoellos bomhres bumildes y
barlo dpsconocidosoran como los habitantes delaTebaida^des*
brozan y caltivan laboriosamente, como los benedictinos de lo^
siglos medios, algunos rincones de la tierra erial y desierta, jren
alivio y socorro del vtajero y del peregrioo, remieVan eo el ar*
doroso Libano los misnios prodigies de caridad y despi^endi-
miehto que despliegaii sobre los belados alpes los religiosos del
monte san Bernardo.
Ahora bien: esta vasta e interesante poblacion cat6iica« que
anida i otros 60^000 catolieos de riles diterenles, siririco. grie^
go y arnicnio , drseminados por his cindades, forma cerca de
la tnitad de los habitantes de la Siria, yace abandonada por
las potencias oauSiicas & todos los borrores de la gilerra^ i i^i
Tiolencia^de losbajaes, y loque es peor todavia, i los ardides
y seducciones de emisarios cisrnaticos y proteslantes ; y se tar
estii inmotando continuamente d combinaciones diploinaticas y"
i intrig^sde gabinete, entregdndola eh manosde su senor irri-
tado el die despnes de haberla aiiimado coo un mentido apOjor
y con esperanzas imprudentes. Masde 42 afios ba se jtiega cotl
ella como piezade ajedrez, ya para el en^randecimiento de Ibra*
him y de Mehemet • AH, ya para la con<)ofidacron del iiuperio otb-
mano, 6 mas bien ora para provecho de la In'glatcrra, ora de
la Rusia , ora de la t**rencia. La^ intngai inglesas ban logrado
Separar de los roarotiitas j losdrusos, fribu guerrera proceden-
Uj segun apariencia, de la Arabia, la que d pesar desu religion
ifdolatra, que es un misterio todavia, babia pernianecido cbnslan-
femente aiiada con los ntarouitas de^de el iieropo de las cru-
xftdas, y recibido de ellos posteriormente iin principe crisliano
bisabuelo del emir Be^chir. Los ingleses, si^uicndo admirable*
tneole el eonsejo de dhidir para domlnar , han persuaduto i
loa drusos , que 1* alian^a con los marouiias era serviduuibre^
que era humillmiGc sii Atimlsion' a' tin emiif esl^ihjpfO y crif^ia-
QO> y que biijo la proti>cc!on inuiedUita de la Sublime Puerta
i}ebian reclainar la imIependeTicia y el derecho de eligir iin'
priactpc de sn sangre, abriendolcs asi la piierta a t()daf$ lbs- dis-
eordias iiilestinas y i'i?aIidaJes de Iribu, que iin tlempo fueroa
tan infaiistas & los mismos drnsns. INoba parado aqui la iiifliien*
cia politica de Inglnterra contbihada con el dspirilu de ciscna^si-
00 qne vuliendose del celebre e<iicto de Gidkhaiie, en que el ac:lual
fullao concedio proleccion (i loda creenciu y a toda propieilad^
6 mas bien, valiendose de su preponderance y de sus escuadras^
obUivo la facpltad de insiaii^ir en J^rusalen un obispo anglica-
no, y concedio a e$te un mijlon para coniprar en derredor de
la ciiidad aaola tierras y propiedades ^ quo grarias a la liaratu*
ra de su prccio se acumnlaiau couiiderableu^ictite bajo su do-
8)Kiip> y 1^ haran dueno^n breve de toUo el teri*eno baldio de
]fk SiJfiflL, meridional. De la propiedad se pasara i Ik coloniza^
fiou i^glesa; de la polonizacion a un coniercio general con las
^udades y poerlqs de la SiHa ; ly qtiien puede prever ddnde
partfr4 esla influcocia sienipre creciente de la Inglaterra, qne
^MD cuandono Tuerasino p^raneutralisar a la de Francia, pro-
fectora nata del catpKcisnio en aquellas regiones , se ocupara
indffeqiibleiziente em la ruina de esle, baciendoso aliada nalural
dp poftos, jd|*ii30S, musulnianes,. cisniaticoB, en una palabra , da
cuantos eieqaeoto^ existan mas anlioatplicQs y hetero^eneos? .
' Deir otro lado del Bosforo aopla oira injUuepicia no lueno^
fa|ifjst.ay roorlifera para el cajtoliqstna, y esti^nde fius;avidoa
9JQs el.coloao mo$covit^ y Ijeynndo en sU sequUo el deypulicq
cismaeon la corona imperial en la cabesui , y la pfr^eouOion,
afmada.de sanguinanps decretos y de suplicfos eslreoados hmn
ta aqui con tanla a^tupia jr constancia ^n la miauia Rtisia y ea
Polenia. Quiza bajo las lanzas de los c|osacios eapiraria el catoi
Uci'icno de los maronilas que r^'spetaroa las cimiUirffa^ de los
tMrco;^^ Posesiqoados los Z^rcs de Cooatunlioopla y eorooadoa
Vl9
ten Santa Sofia , se creerian lierecleros de los derechos de Idk
emperadores griegos, y pretenderian para su palriarca thia Sn^
premacfa couforme A la vasta eslcnsion de sus domfriiojs: d(»^
pertarian las anliguas discncioiies de la iglesia oriental con U did
Occidenle, haciendo servird sus ambiciosos projector estGfuna<2
tismo religioso, y renovarian con mas p6der y euergia las vio-
lencias y esc^ndalos del Bajo Imperio en diclar creenoias y es^
tublecer dogmas. ^ Y qtiien sabe, si duenos con su inm^nsa es-
cuadra del Medilerraneo , y mandando en la Grecia como en
fendo, tentaria su codicia la Italia antigua, provincia del impe-
rio griegOy y reclamarian el exarcsido de Ravena, y ectiai^an
por tierra el reino temporal del Santo Padre fundado jporCnt.
4o Magno? Reniotos son estos tcmores^ lo cohfi^so, pero solb \k
vigilancta y prevencion de las demas potendas pueden eb lo 'bti-
inano tdipedir que mas 6 xhehos tarde se realicen.
Un piadoso y ardiente entusiasmo, que nuestro ^^lo tatk>*>
nador ha qucrido convertir en profundo pensaiAiemto pOliliefy^
6 en treta mriitar , atrajo durante dos siglos d la Europa lodn
en derrcdor del sauto Sepulcro, y regd de escogida y nobilisi-
ma sangre aquellos lugares que habia consagrado la de uq Dios.
La historia de los crnzadas es una de aquellas en que brilla
inas la intervenciou de la Providc^ncia , y en que mas hondos
se descubren al mismo liempo sus arcanos iuescrutables : la voz
de un ennitafio concito las naciones sin gefesapenas ni caudillo
para lanzarse a una Icjaiia y aventurada conquista^ j todo el
poclf^r de los soberanos y cl valor de ejercilos ordenados fui
inuiil mas l.irtle para snlvarla de su ruina 6 recobrarla : mila-
grosoA fucrori casi los priricipios del rcino de Jerusalen , y rai-
lagrosa su cniVIa : nadie hublera predicho ni su glorioso y rd-
pido ostahlerimirnlo, ni su vergonzosa yno menos ra[)ida de»-
triiccion. Desrlt^ que SaLidino planto de nnevo la media luna
sohn* la ciiidad Santa , se er|tiip;irou armadas para reconquistar<
la ^ y U^ armjdii6 se huudierdti ; se forujaron aliaosas p'oderosirft^
450
J se disipron las alianzas; se preseniaroo i combatir debaj^
sua muros monarcas valieoles j piadosos , y ora se quedabao
gimiendo en largo cautiverio , ora volviao i embarcarie dea*
aleotados. Y si eslo sucedia en medio del Asia dividida y das*
organizada en los ulUmos tiempos del califato inoribuDdo^
niucho mas debieroo creoer lasdificultades cuando lereempla*
so el imperio otomano joven , robtisto y unido » copstituy^-
dose en agresor, y amena^ndo i su ves al oatolicismo. Sin em*
bargo, cuandQ ya terminarpn las cruzadas no dejaron aquelloa
lugares de atraer stnp ya los ej^rcicos, lasmiradasal menos y
los votos de todo el mundo calojico: en su nombre seespedian
faulas & indulgeqcias; su nombre resonaba en las oraciones dia*
Has de los fieles; su nombre conservaban los monarcas en tre sua
titiilos y derechos como una obligacion de reyindicar i la pri«
mera ocasion aquella herenda: en lodos los vastos sisteraas de
los poUticos y conquistadoreSi en todos los hermosos suenos de
las almas enlusiastas se veia en ultimo termino el santo SepuU
cro rescatado, y la baodera de la cruz oodeando sobre Jerusalen^
Esta preciosa joya, que brillaba en el turbante del Gran Sd*
flor, qu9 envidiaban los monarcas europeos basta tal punto, que
para arranqirsela no bubieran dudado aventurar sus ejercitos
y sus personas , esta joy a se le cae ahora desgajada de su dia-
dema , y no se presenta quien la recoja.
Si , desgajada j porque, po bay que dudarlo , la Siria no
puede pprteuecer largo tiempo a (a Puerta , aiin cuando esta
prolocigue au diHcil existencia ; la Siria es una de las provincias
de elementos mas helerogeneos y de poblaciones mas bo^tilea
i los turcos; la Siri«l ha sido el teatro de la luclia entre el baja
d^ Egipto y el sultan de Constaptinopla, y por lo mismo debe
darse 4 un tercerp que sirva de diqiic y muro entre los dos
pontendienles , quienes por su parte \o veran sio di>gnsto a
IrMetjiic de no vcrla pasar a manos de .su rival ; la Siria |>or fia
eii ej loududd AiuJitei rauco , vica eii puertus y fcvlil en cam-
151
piAW). esi la *qiie < promta ' nia^ itflidentc^ al' -iHiinercto y it \f
OoloMncioo aunopea. Taq cierlo^ que para prspanir su eman^
cipaeiqjD sob ae trata de dari la 'Siria , i ejempl^ d« laa pra»
vioday gviegi^ da Romeliav an bospodar 6 sailor feudatario^
aaa tsufco, druaa; siarociita 6 earopeo» el coal fiicil ^ toevtta*
UemealA pasara iS prtndpe havadilario i independienle.^o^re«
daiBcts la Tierra Santa oomo cabalieroa'crisliaoos^ y la reda*
marplot Mgodantes ioglesas; ih> biiaqoeis uo principe ci^^
lux> paaa aAodar la rola dioaaftia de los Godofiredosy Baldviow,
y la li^la terra se buscari ono en aa almiaeen de Oburgo , i
hayara un nae?o Mehemet, pero maa adicto i aos interesea^
qiie parfa amigablemente el poder cod au obiapo angKcanOw
Cuaiidoardia la gaerra, bari unoa 40 alios yeolre Mahmoiid
y Mebemet'Ali) era admirable la ooaaioo para realitoir la Si*
ria al proiedorado cristiano, y uo prioeipe luteraiio^ el rey
de Prusia 9 olvidado el desprecio cpte afecta el proie^tti)tisni6
por laa leliquiaa, osd reolamar cast de ty&eio la reatitii^ion M
la Palestina i la cristiandad« i Qa^ha ciab enldtlcea Ida reyfs de
Cbipre y Jeriiaalen ? Qoe ban hetbo lbs gobienios que eneabe*
lan aos deoretoa con litolo tan glorioso oo|iio vano ? En cnaiii*
to al nucsiro ea preciso confeaar qu^e loa liefnpoa eran mahia
para caballcrescaa enipresas d paati ootaa diplomilicaa i y. que
bastante g^neraso ae ha mostivdd en itis apiroa^ ctrando po^
echar mano de loafuodosde la o^a/'i^eomode tanioa oCroa^
eo cooUfnlariie oon los sqbranies df aquel ramo.
A pesar de lodo^ paroce acercArse ci dia fn qne floreaaaa
en.Paleabna lua primicias del domnia* crisUaoo y y en qn« aala
aegiinda y pioiflca cniaada d^ priocipio »' la ciTilizacion dd
Qricfile ^ asi couio este apresard y prodnp en- la. primena la ci'»
viiiaMcioo'del.Qccideate iavaaar. En baie isiglo que ianioa lfx><*
nos ba vistOi.naoer.'de niie«d y miichoa de eUoa de paaadaa ed»i
de^rn^ ^^^ de Jenisalpn va a set* prdbabl^inente una realidadl
dei^pu/Mide.uip ioieraaUo de ac^a aigloa y medio. No ae doa diga
4Sf
^e faltaii eleroenUis psni uii reiiiO|i^iie nolMiy'iilli pnebki
pra UD aoberaoo; marooitasy. armenioBi griegos, europeos^
eaaotos reatoa de catoliciswo perdooo en el Oriento d dsDia
a la persecaicioD^ todos correriao 4 oolocarse bajo sii aomkra^
para farmar unci nacion oatoUoa , compw^ta ik las fraccionag: que
abora dispersts ameaaaan deMparecer eada dia eotre l*a twie^
bias de la tjgnoraocia ^ el horacaQ de lasirevotudoaeB. Jjeraataid
aino una baodera , y veriiB minia muchedumfare at ii||nipa en
lorao de ella ^ proBuacieie aoa voa » y oireia curfiifaa toqea le
liaoep GOO. I Quiea knUera aoapecbado eo el ultimd aiglo la
axifltenciiEi de uq. pueblo. eo «l eoimmi mifiina de la* Tora(|ute
euixipea? Y siq embargo j^ie pronuneid el muhbre de QreGi%
y bubo gri^oiif ^ im$ (aide ae pemo eo tin reino de Belgica ^ y
bubo belgaa* Por bien fundidais que .ftpareKao laa oaciooes por
la opresiooy el ^cerdarteael elem^ato de iodependieneia i ie iu
NiAw y df^Qtitpooeo rcoioo por jaoa operaoioo quioiica^ parli
Ibrmarse pon aeparado. En iiempo de iGodoFredo ^ eo ua«siglQ
4to que er9 desooaoeida: la emigracioa jr oolemxacioo , de uml
oidded. cQiMjttiatedfi «e biao ua wAo al siguteote dia, de im.
ejeneitOi ae hiao un pueUo , y aei arsaigo y ooaoid eo tuedk) dc
wia poUacion bostU y pujaote-y i que no pudia*a eflperarse por
fuedios paoifioqs , abora qw la rel^um , la po)iiica y el ooqict-
CIO iparcbainar? aoonlea para la formacion de un.ettado 7 Para
.nooaaUi etfan elaaoto Sepukrro, ejemplos piadoioiy reouerdoa
auUiines; p^ra otfos bey puertoa wportentiannoa, mercade-
fiaa preciosfiSy. posiqiOMes fiiTorables para dominar iodoa los
fOo^tnijbaAos'de Qrieote; para un6« hay puebba que doneef var
ien'Su fe ) y fHiebloa que oooTertir ; pra otroa b^y patnpioa que
eapkitar , odoniAstque estableeer y lierras quetadqutric : deide
eUi sp abraii i^ovqs canalea para la ipduairta y y iiuevoa cami^
nos parii las tnUieiias; y en lee puebUia del Asia maa epHrtadoff
^ podran onifi iguul'.'rapiilK^ imporiar los genef'as de tkiropa^
fiitUroduoH'l^jS iuees dp( £;v«<^eliQ* £49 wmi^ pUbray Ipida
4W
|lodi4 fBrlot JertiKiim iln yfmrfivap&A^'Awixkn
dd^Oriea^^ nude^ jrveoiro )de las igleais^ orientiile»« LktiMi-»
dap piir piodacl ^ corioflidacl 6 e^peeulaoob , tevdir^b alii eit
tropi los Tiagcroq^ Eor4ipa , jr ti; lioD fiHbs ae Mstiene Roma
5r aifl la liikim Itrii* ^ {P^'^ hdlme desiBrCa Ib ciadad de
Ub pdrcgriiiaiioiMi ? i . - '
' . .No.esiBSl0:»p sidbte OfigiiUido dtt deseO) nitQO Wernios^
ipBitodf oueilraiisialaiiai? i pent de unfstras oooneciooea iH>
iMibi^tiloaaMdb.peMUnir en el porveairj ni avenlurar estas
cf>^attJnls<^ ai'tao: las iiaUanamos casi genemlnente confiraiadas
m los.paHoditos ertfaajaros. Algo tnaa sp adelsDtaD ealcM to-^
davh^ proponan los asadios de ;ofgaQiaac»oo en la Siria ; cifrao
CO la mtadrada Olden de Malta j en el gran odmero de en-
CDmaendas^ que be alcaoaado del Sollan eu aqoeltos (Miises^
««s priaoipakaeapeffanani; proponan cooceder al gran maestro
de afueUo ilostro oideo nna soberaaia en la dudad donde luvo
stt ouna;baQpn de laaoomtrcas de Paleslioa las mismss bala-
gOrtas daaoripciones que bteterofa ^nCea los esploradores de
BioiseS) y aoinMtf» i las asociadones catdlicas A adquirir alK
|iiiopiodades» lanio direolas como por eofit^usis, segon les aur
loriaa el cdioto do Gulkfaao^. Los catolicos vnelven los ofos i
la Francia y al Ansiria como uoicas capaoas de Deofralisar las
influenoias hetei'odokas- de Rusia y de Ii^laterre; y ann la Ba*'
iriem , la Gerdeaa y olras poteocias sccoodarias mueslran en
este asunio un interes desacostumbrado.
Nosoiros no podemoa seguir sin profunda amaedad esas'
prolongadas nagociaoiones de la Pisrrta con las potenoias euro*
peas, de que viaoen diariamente llcoos los periodicos, y no
laemoB el epigraie Sria sin que nos palpile el covason , |)or
mas que se nos acuse de ikiaos o entusiastas. Son Ian iiuevos
y grandes lea destiuos que iras de esa cuestion se prescntany
que psra iaiereasrse en ella no impprta la fe ; basta tener inia*
ginaciQU. Sin duda que la suerte de Pdlestiua vale-ianlo por lo
ToMo u 20.
4I»
m^QMoomo U da W GfMa , y tfoe mtrebk cita.fi|« nmAfAniy
eae.proioogado canto » ora de victoria , ora de dobc ^m ^fcoo^
pafi<> A la heioica lucha do los Hdeoos. i Doodo esKn lof qob
mocabao i Mildadea yi Epamiodndas? lotf quese eftaiiaki9>al
ver oomliatir en los campos mismos de, Hkratoo j de Platea 4
los moderoos mainotas de Tesalia » y pedian cl dcrechq 4k
poder al miaw llorar eii libertad sobre ks raiDas de Eaparta
y de Corioto? Puea ^^ ^no iaapira el Jordan lanto ooaiD e|
£ur6tas? Nada dic^n David y los Macabeosi Tiro y JarasaleOi
Tolemaida y Antioquta? Litres estiia: ya los sepulcroa de Ledni^
das y de Platon; tieiupo esde que llq^e su tnroo al de Jespcrislot
Mo at crean sio embargo que es tan de color de rosa ooea«
tra imagioaciop, que en «sta restauracion tan deseable nospio**
te una nueva y gloriosa crusaday 6 que nos oculte todos losin^
tereses Immanosy pasioiies de mala liga que intervengan ^ la
empresa; no ser^mos nosotros por cierto qoieoes llamemoS'Se-
gundo Godofredo al oomandante de la escuadraqoe estaciona*
da en aquellas aguas apoye laoesion dela Siria, dtsomparemoa
el triunfo del astuto dipiomdlico que arraoque al Sultan esta
provincia, a las victorias de Ascalon y Abtioqufa. Guando los
fieles tengan libre aocesoalsepulcro de su Salvador, y resuenen
en tomo de il sin restriccion ni depeodencta cahticos de todos
los pueblos y de todos los idiomas; cuaodo Jerusaien Si*a la
ciudad sacerdotal y en cierto modo prima da del Oriente, y re-
ciba de la religion una nueva vida mas gloriosa que la antiguai
jque icnporta saber el uombre del que abrio sus puertasal ca*
tolicismOy 6 la Have con que las abrio? Conocemos la comlicioa
de ouestros tiempos, y la aceptamos tal oomo es sin miinnti*
rar abora ni deplorarla. Guando Ja religion era el t*leniento pre*
domioaolei ella abria ouevas sendas a las especulaciooes del co«
tnercio y a las ambiciones de la. political pero en esle siglo di^
plomatico y negociante, justo es que la politica y el comensio
abran algnna vez el camino de la religion. J. M. Q.
4915
UGBUWOS Y ECONOIKOS.
ARTICUtO 8EGUN00..
E
'stodiar la I^isladon deun pueblo es estudiar las relaciones
que estrechan i los hombres efitre si\ las que unen a los.boai-
bres OOQ los objetos bien sean fisioos^ bien inoralesi y Goalmeo-
te aprender los trimites que es necesario seguir si queremos
llegar al descubrimieoto de la verdadj para<{u&uoa vezsorpren*
dida, pueda el juez dar uo fallo en el que.brilleel aelloespleor
dente de la justioia. Y esta es la razoo porque con un lenguaje
mas llano y mas aoomodado al uso de las escuelas se dice que
son Ires los objetos de todo derecho: penonas^ cosas y jui-
dos« Asi los institutistas simplificando el estudio del derecho
le apropiaron & la capacidad de los que le acometian ^ hicieroo
prevalecer tres grandes ideas, de las que despues ban surgido
Jas clasificaciones y subdivisiones correspondienles^ las cuales,se-
gun la filosofia con que sean formadas, pueden arrojar luz
6 (inieblas sobre la qiencia; pues unas veces fisitigan inulilmenle
la memoria, otras jiustran el enlendtmiento, convirtiendo en
senda amena y sembrada de flores la que antes lo era escar*
pada y erizada de espinas. Esto es lo que haccn las clasirioacio*
nes en las ciencias; cuando la obscuridad de la maloria las de-
manda, clasificar es ilustrar;peroc]asificarserdobscurecerGuan«
do solo sii'ven para que se pueda hacer gala deima vana piudi-
cion a veces indigcsta^ quedemueslra eu quien la ha amonlotia^^
45S
do taota riqueza eD tnemoria, como pobreza en juicio. For eslo
en las obras ultitnaraente publicadas van algo escaseando las
divisiones, 6 mejordicbo, hajr lasqaedebehabefi formadasso-
bre las reglaa que prescribe la rigurosa dialectica.
La razoh bumana se seotia como pestlrosa de Ao poder le-
Tantar mas alto su vueto, j en estos Yiltimos tiempos ba des-
plegado SOS alas con mayor atrevimiento; pero si peligros y no
livianos babia en arrastrar la pesada cadena de una servil de-
pendencia, no los bay menores en quebrantar de una vez todas
las reglas de la escuela: del mismo modo que el nino que se
atreve i correr sin andadores por el enlosado de on salon, proa*
to resbala y cae contra el suelo> trocando M disgusto el albo-
rozo con que su mad re le aguardaba con los braeos abiertos>
para regalarie con mimos y caricias en galardoo de su lirrojd
infantil. Si, ia^ eiencias ban dado un paso muy largo, desde que
la filosofia ha deiramado sobre ellas raudales de luz y ha aflo**
jado las trabas que ^ntes las encadenaba ; ahora ya no es de
temer el eseolasticismo , temamos mejor haberlas* aflojado
en demasia. La pendola ha trazado ya media oscilacion; esik
otra vez en su a:)cen90, ;felices nosotros si tanto en el orderi
moral, como en el inteltetual, las vfbrliciones fueran arm^nicas f
Sin embargo por mas que nietos ingratos forcejemos para(
romper la cadena tradicional que nos nne con nuestros padres,
sera siempre una verdad, que para compreiuler la Icgihldciort
actual habremos antes de e^ttrdiarla en la leqisliicinn romana,y
no valga decir qucialegrslacion bi'zattirina es ya una Hntigualla;
aun cuando to fuera debi^amos guardarla como una dadivn muy
rica, que lo5 hombres pensadores de todos los siglos mirardnr
siempre con el mas profundo respeto.
Ahora sea como historia, ahora eomocuerpodedercclio, la^
legislacion romana serd siempre estndiada con ^1 mas vivo inte-
res, y entre ella y la eeononiia publica descubriinos laml)ien ra-
ym de ^mejanza. Si como abogados consideramos k los bouabres^
457
por lo8 lUfecbds de qne gozaa atefeclicU 8u edaci, sexo y rango
social; cotno econQiuisl;as los cootemplaiiiospor el lado de la rin
queEa,.jr losdasiGcamos en produclores e iniproduotores; conce^f
diendo los bonore$i.de,e&tas ullimos a cu.ai|to8 mediala o ir«nier
diatameote dannuevo valor o.utilidad & la materia con sua co-
nodnufptos^trab^ioocapitale^^.mientrase^tampaiBOsla npta dq
i^iproductpres sobre la f reote de aque)los qu^ yegp^sf^ en inno^lq
Qcio^idad. Si no!)Qtro$ tuvi^ramos que clasificari.los bombres^co-s
QWii^aiuentey colocariamos en la daseproduciiYadcuantoscon-.
tribujen i la felicidad de los deiMsvy cpmoest^esuaproduc-;
to en cjoe oomo fiictorea entrao la virlod^ el taiento y los ine-.
dios de subsisUr^ produetiya por Ipunatt^) debec^ser aqqeiU
clase que encierra ep su aepo a Ipa que eo^ibujeif i moralizari
Uustrajr y enriquecer i loa pueblo8.
El desterrar lo^ ^im^nps de la socied^d y levaotaceo nm^
dio de elia un trono a la virlud, .v^d alil la aalvadora oiiaiof^
que cargo sobre «i el crislianistuo: y eoino el qlero pei;iociiGc^
^^^ cierto ponto esta |*eligiQn.divjo9| glairo.es que dci^erii oca-
par un lugar y miijr elevudo entire las clasps prqductivaa. 1^
embargo, y oos pesa el depitloi no era ^ta la mente de un eco;-,
poniista e^apol^i^aya obra esU en las manfOis de . xn\i^b/i?s^ aim*
qne gracJAs al eapiriU de critica que todo lo invade 9 eo>pte%
sao ya i su jelarse a la piedra de toque de una di^ciiaion razopad^^
las lascioadoras teorias que liasta aqoi halHan sklocr^idas-coipq
81 fueraii.arliculos defe. A.brid la eeonomia polUioa de .^lore^
£s(radai y en cuaiqi^iera parte doudeseleofrec^hablardelclei
ro sft desata es^ inv^clivas contra clase tao respetable. Bi0n se
ye que e|D su cor^zi^n e:^larian desde largo tipmpo fatesorados
fDcouadoi odios, y que para desf(^arlos les abrio esle.r^spira^,
dpi'o;- )>ero si ei^ ello sintio alivio su corawn, ptfrdidumcbo el|
entendiinieoto, potque el escritor que en lugar d^ r^ZQuea esi
cribe in^ultos esta y» juzgado ; y Ioh dardos. que di^para, maa
que d siiy enemigosj biereo su propia fieote..
4Sff
Si el medico sentado i la cabec6nideunenfermoestaJian«^
do el curso de la enfertnedad y reoeUndole los remedies qtie
le dicta el arte es productor, pues alcdnza resfaurar la salud ai
ibfelis obrero qoe se levanta del lecho para volverse i sepultar
eo una fifbrica , i porque do debe serlo el clero qne tieiie por
misioD no curar loi cuerpos sibo las almas? Nos place ?er rei*'
nar el orden en el interior de las familias; nos gozamos en que
las raasas populates corran encajonadas dentro de su cauce;en'
que los ricos derramen una mirada de comp&.<<ion, no la arro--
jen de altivez y desprecio sobre los que tuvieron la desgra-
cia de nacer en la miseria; y en que ultimamente el gefe del ea^-^
tado sea aclamado padre, no miradb como tirano de sus vasa^'
ITos; y por esto respetamos profundamente al clero^ porque le
consideramos como el productor de estos inniensosbienes, poea
que ellos se debeo al ciistianismo j y los vehieiilos por donde
esta religion se comunioa son los sacerdolesdel Seftor. Perobien'
oonocemos que i esto se nos puede contestar que para morali*
2ar i los pueblos basta un clero reducidd y asalartado por et
gobiemOy es decir, una iglesia nacional. Pero tal es la fder2^
die una logic'a aeirera, que basta en hscoMstnoIasprevalece^ asi
que cuando las creencias religiosas tienen cerradas las puertaa
de los palacios y sou echadas con desdcn de los sniones de lot
grandes , d su vez (ambien son arrojadas dfe IdS tiendas, no ba-
Hando siquiera kigar en que rerlinarse. Es Dios que en su jus-
ticta de|a setilir n los que con ptftulante orgullo decian la vetL
gion para el pueblo, el fruto de sus delet^reas doctrioas; quied
Membra impiedad no tarda en cosecbar anarquia y disoluciott
aociah Ved ahi el porquiS los legisladores ebrumaron bajo una
balumba de privilegios A la clase mas infln}enti$ de lasoci^ad^
al dero. No creais haber sorprendido el origen de estos privi'
legios ein las concieno'ras hallo estTupulosas y astistadizas delos
pHucipes, pues los bubo que a pesar de no pararse anie los es-
crupulos de una concienoia subresaltada ^ riodicron un ouUo it
459
lisiAvewila^ Migf&sM, piipque^di^yeran que apuntatando las
bmredaft del santuarios' apuitCakkm et'trono", y que derraman-
do ^ topreirtes: Ibs'beneficioft stobrela Igli^dia, los derramabani sa
vez sobro las aocicda^Qi'de que babian Ado nombrajloa guar-
(}a«loras;:Bie& veftioB^jtfaeestio ooa traeria diiabtar, m aoaso aper*'
oifctrfiQ0 de dllo^ de. la amarttzacioo eclettiistioa^ cuyoa perjuicioa
ketnoa podidocjiaqonoo^r x|aeae nois babian abultado'tnuebo maa
de.lo.)osta.)RdDordafii08 que nhora algonoa ati(M leitnoa el in-'
ferme quesebre Why agraria dioel tlustre Joveilanod. A vuel'*
te dealgiiaiia 'nrerd«dfs ae encoseotnan tambien aigunoa errorea,
y Ids dorados ensuenos en que se mecia el sabio rrformista ban
quevUda ahom demnpcida# i la vista de oiia e^iHosa reali-
dpd. Svedeque las tej^ea sofare ainarti^acfoo necesitaran deal-:
guria mpjora^ jr* etfta^iaunque pausadatoente^ iba introducien-
4o!ie.deaddiel reinado^le Cirlo^ III; pero para desgraeia de nuea*
tra;^taieulb lo qae^eiDpefd la helada reforina proulo lo eooclu--
y^,h ahraaadDni twoJueian* No creais que solo en Espafia ha*
jiiu jiidd iau'eatlrfles'laa doctridas reTolacionarias, y tan amar-*
gps al pdladar sus frutds; ^qnereis saber las ventajas que palp6
fl pueblo Ja^lea de ia dcsamCH'lwicion de los bieoes ectesiasti*
e4s2 Tetiuaos pites el trabajo de leer al protestante €?o66^/, y en
aqueUaS' pagrnan^ en las que se echa de ver una precision mate-
matica^ apreoder^is que los lores engutlieron, si, los bienes de
1ft Iglusra, pero e» oarubio'qtredaron mas faambrientos que ^ntes
los pobres inglesea. Vna diferencia bastante notable sin embar^
go babo, y esique anles la indigencip ballaba un abrigo en loa
conveiitbH, y despues fiie -despedida con insultante orgullo de
los palaotos de los graitdes.
> f Lo mismo qtie en Ingtalerra hubtera sucedido en el reindr
vecioOt euMndo en el ultimo lereiodel siglo pasado fueron arre*
li^taflos a la Ri'Iigion .H(js bienes jr cerradoMsus templos y dego*
llados suH sscendotes, si del polvo mismo de la revolucion no
aa hubiera levantado un aotdado que fue i segar laurelesenca*"
4«0
91 todoft loB {MiebloB d« Cuneipa^ pfva iqutlM'^kstdloir dt U
gloria que) radUbaa d9t«c< awbb JTrratef rcflt jaran dobre k mh
eioo q\m U ^lamaba libeftatlor^ Pevo i pesar del JaaarroHo in^
diistrial queftairtO aa QbnarVarto ^raffeia, 7 que clesde h revo*
liicion eataii «lgpi nejW.coiiiiMiitidas ba) pnfpiedades terrilortalaa^
wo temenpoa «9agttrjar qiid laa olaies proletariaa ^aMrian faiwD*
aoaaa.fQ MQ^.aootorridaa p» klgleaia, qoe.flguijoodada pw* W
caridad vu^Ui al alivia d^i iodigentetjamMtkaodo i dificiMbadea
da cu^quiiera.Uliage qua flelmr J uaporunaiadiBiaialracipn'cifit
quQcalcula friamaDfe aobreiloai bombnas, dodM e\ aalemdUcPOi
OM. las cpntidade& .o .i t: > - . r . .- 1 v
Hemos iUe|||ada pues & an oasOt eD.qiteestari anv deaacsirdtir
I4. legisiaqioa. y b aaQoooiia^jr «a en laaaniorikaoipiieM: leAa-lak
mira coufo muji contranaial deisacrolio de la. rtqueui puUioiy
y aque)li| las p^riqibe eo. cuaUto nbi3dla<tteAie:oo contratiaii el
eDgraiidQciiBientp.de las .nacioqqsr SMloqu^aahremdlribiiir ilit
82)oMi i^dfiipetidepeia del cU^Ot sirveo^para iiiaiiteaerllos^aslloa^oii
pQjt doqiye/^a halevaatado fil cristiailiaaaiPt j^ ddnde la h<ihiam<
dad de3?a)i(fa li^ ^aofitrad^. siempae al paHo^ii iaiis'UgAiMa;;
Bieo vemos que d ^40 isie.pOs. podra<refAioiir^ qae la lagislaeloiy
flexiblts y d^cil d los coq$ajoade la^^edootnla ba-cleaaiMNr^zado^
fiAalcuenle los bi^nes eqleifidalibos^y hechoUaerUmir:en ebisesdv
bienes oacionalqi ep el ffiervp cquiud. Pero! quisieramoa ique
puesiros kctores,; pueat^ 1^ inano sobreel coraoon, noe oonliefl^a*!
raci» |en que momeplos \n^ Isido.arrebatadoi^ i la Igiasiaausbia*'
lias y d voz'd^ pr^got^erd puestos en veota en los mereadoa.
liQs religions fucFoo espulsados de los oonvenloscasi en los niia*
nios inoinenlos en que una turba de asesiuos regaba con la aao«^
gjrq A,e }os sacerdotes df\ Sejlpr last Idsas de los dauslros^ y laa
leyes di<^das bajo Ian aangrieiitaa inspiraciones 00 puedeo aev
en los gobiemos representttiivQs la espresion de los votos de itfll
pueblo » ni en los inonaiquicoa lu espresion de U voluiHad del
rey^ a no ^er que este^ oiqnarca se h^ya propueato entrooiriav' ks
461
pebr id« las ittunifls, )i ttranlit Mfttoiudonam.
Coo mayor cal ma ^ pot )os caerpos colegisladores fu« dti*
cretacia la desamortissacion dd ios hie^eB del clerO secular, jk i-
maro en las cortex del ano 36^ j oira vet deeretada y ejeeulo- '
riada por laSdel aflo hi. Pero ^que improialladad podiamoa*
pedir i uooa hominres q^ie caai lodosj quieit ndaa quierl m^nos^
»limeotaban p^ipeooioiies. contfta el defo^ y habian aido ama*
imntadoa i Ios pedliaa de ta reybkksiofit y brrojabarf d goante'
u\ aneimo vaaieraiMe Aqni^n toda h cfiatiaitdad aaluda con el
aombre de Padres y i quteti Mm 4oa ttietigdadoa tlamabati et
monjedelDberl Qu^ uoa podiaiuos prometerdeitdosdiputadoa'
que hafaitm aaludado con alboroHo laa Ideai^ dd raticio Aloso-
fistoo del siglo pasado^ y que «Bte siglo alga maa peosador bar.
teoido baen caidado de arrdinbal*? Etlos obedeeieron i Ios ins-'
tkitos de au ooraaoa y i bis iospiraeioiies de su eiitenfJtoiientoj»
y noeran por cierto Ios aeulimiefttos reltgiosoa'los que alen*
labaif en su pecbOi y su ettlendiniieiito empotrado no habia si*
qutera aifetantando an paso desde et aflo 4S) es decir^ eran.
el trasuato de Iqs i^volitdonaHos fratioeses. Pero Uevadas al
terreno de la pridtida las desdabelladas ddctrioas fiJosdficas, se
ba visto eu^ntft era la faUedad que elioerraban , lo tnismo que'
Ios melaies de mala ley qne deslumbran la vistai pero qtie no
ptteden resistir A la acoion lenia del fuego. Ahora que habta*
mos de la amorti^fiaeioo eelesi4stica > 6 sea del derecho de qu6
ha de go^r la Iglesia de poseer bieoes^ si ba de ser eonsid^ra*
da eomo cuerpopermiltdki, parece se brinda la ooaston de ba-
blar de kk amortii&adoii eltil^'ouestton eolaquei la vcfeentien-
den la ecooomla y la poltiidai Pero nos reservamos abordar
esta materia para duando habletnosde h§ arisiccracias ^ que
por mas que porflen algunos utopistaa las habri siempre, puea
asi como en la aatnraleaa bay empinados monies y hoodos va-
Hes I tf rboles que levantan su eleirada copa i las nubes y hu* .
iiiitde4 vejetatioues que pasan cast de^aperdbidas, y entre loa
Tono It 21
462.
nibmos liombres loa baj ebicqs y de elev^da Ulla; tambiiNl en I**
aociedad unos brillaran por el ea pleod or de ilusire cuntt btroj
con el foftforico brillo de las riquezas; y felices lo3 <}ttQi|o kioesi
coo brillo presUdo, sino coti el que dea|Ndea de ai la virUidi
acompanada del talenlo.
Ya que vamos buscando los puntos de oooteoto en que ea-
Xi la economia con la legislacion^ y puesto bemoa tocada.
algunaa materias que ae rozaa taoibi^ii coo la religion, no po-.
demos meoos de hablar , auoque sea como cj^eni 4icp d^
paso, del celibato del clero^ materia economics ,y religiota L
un liempo.
En el primer articulopublicamoaqfie^bajoeliittsnoep^nale.
ya hablamo^ de la poblacion, creiiuos deniostrar que esta 90'
aeaumeDtaen razon de los matrimoDiosi sino eo la de las subsis**
tencias, jr que mientras estas sigueo una progresion 'ariim^iicaij
la poblacioo va aumentando en una jgeom^trica. £n tmUi
de esla verdad Ian lomtiioaai los ecooomistas, basta los mas.
preveotdoa contra el clero^ hlsn d9mostratlo que el celibato*
de est^ no perjudica en nada el aomento de poblacioo ; pues
que esta niinca disminuye por faita de matrimooios , an
DO por escasez de medios. El celibato pues del dero noes per*,
judicial a la sociedad economicamente iiabUndo; ly ouan ventajo*>
so no es bajoel aspecto religioso? Prescindi«>ndo deque iesucria-{
to^a le recomendo a susdiscipulosdeunroudobastanle esplict"*.
to, y de que las cartas de san Pablo estiin seinbradas de tes-
tes que favoreceo la coniiupncia ite los nriitiistros del ahar, hajii
rasones tan obvia« que miliian en su fasror, que no podemoa
roeoos de apuntarlas* ^«'ida mas hello que, el sacerdoteque desdd
sus primcros anos, cuando todavia sua ojos brillan cop. el. (u^-.
go de U adolescencia , sc dirige al pi^ de los alta;*e.s i depoqer
las flores de su juvonLud pura sacrificar ese cucrpo de pe^ada
J veUirse de Je^ucristo ^ el respelo de los pueblos cooio
un muro de bronce le rodea, y ba^talos mismos reyes.se pos*
*69
tr«ni.MM fUs y te Atm' de pir en pariaspu^turite im eo*
razoDj para queaprenda quebajo )a regia putrpora seenoubren las
debilidadea de un horobrci. El saoerdote que oon lagrimas de
gozo.en los 0)Os derramael agtia de salnd gobre la oabeea d^l
reciea pacido^ qite se rodea de la'infancia para que baibiicean^
•do tpdavia apreoda las verdadescristianat encentidflfs en ta e§*
trechea de ua oalocitmo, qtie nos ncompafia con ansfosas nrira<>
das, cuaudo.ed el beriror de ia ju yen tad corremos desbod&dos por
la rapida pendiente, que se aienta A miestra cstb^cera pa^a ba<-
eernos oir palabras de esperahza inmortal, al (ienipo qne deuddii
y amigoa dejan deaierlo ouesiro funebre lecho, * y que aplica
A ouestroa labioa citbiertos con la.palide^ de la miierle ta cruts
que deapues /plantara aobre noeatro s^|>ulcro; el fiacerdote, re^
petiiDOs pierde i nuealroa pjoa todo 9u prestigio,* y la* tlu'-
sioo 80 dtshaja^ y la aoreoia que ctAe m frentr se ' marchtei',
J el .seoUmienio de respeto ae apaga asi que le contempla^
nios U^v^pdp. ,del braao i' ooa inngef y qite^ sale delas
iombra^ ^ugoataa del. saAtuario- para entrar en la alcoba
Qopcial* '
CI ipalrimonio y el cumplimiento de los deberes aaeerdo-
|9lea andan paes renidos ; • verdad ea esta de tanto bulto, qua
|alg|fl8ta# eo todoa iiempoa yen todoa loa conciilioa desde'A
KuiW> Jiasfa el Trltlentino, ha tneulcado con voz tnn robnsta,
qMe p<i ban aloanaado ahogarla vii la gritei^fa de los deacon teii-
tpa, pi la oormpoion de las cos^umbrea. Con gu«rto habltSramdla
abora de ua opuaealo qoeaobre«t celibato del clero'pul>rtc6
al Pr« Balmesi can el queinnngnitS la earrera lileraria que'coA
taiiU gloria recorre , aoiootooando sobre su cabeza baceii de
pabnas y laarelea. Pero ya que no podemos hacerlo sin deaVSar-
noa mas da nuestro propaailo, recoineodamos au lecturad nuea-
troa suscriptoreSy eaperando noa qnedaran agradecidos al ver el
desembarazo coo que aborda eata cnestion el itusire esci itor Ca-
talan^ que para gloria de la provincia que le dio el sit^ y de h
tiacioo cpmcoA orgullo le cuenCa entre tus bi}09, eo tma edad
.tiiuy tempraoa todavla, ba conquislado unnoinI)recasieur6pe(>.
Eate al parecer es tambieo' el lagar de hablar delosdiee-
^PS| otra dd laa naterias economico-religioaas/qdelanto roido
b$ 4iietido eo eslos ullimoa iteiopos en que la Iglesia ha sido
desppjada de cuaoto poseia por el liiuk) venerando de propie-
dad y por la saocioo de los aigioa. Mticbo ae ba declamado
joootrala copiribucion deciuial , pero Uerada la lus de la cri-
iica k la ciencia econ(knica> se ba vislo cu<n infondadas erad
aqaellaa declaoiaciones i inju&taa laa quejas. Se creia <otea qoe
^lo pagabaor reota, ecQooaiieameoCe bablando , las Iterraa de
primi^ra y aegunda calidad, jr que las inferiorea solo prodttcian
Id bastaiUe para oubrii* los^ iotereaea del capital y los jomalea
del Utibajadpri pero ja abora empieaa k |>onejr8e en tt*la de }ui«
CIO e^^ta iaaria que aotes ae creia iiHMMitealable, y bien pue-
de que no taide lAUcbo el dia ea que jkiairados economisCas de*
^Dvueatren cod. abpnilatiie oepia ik razcoes to infuddado e incoa*
aistefUe f^ ^^^\ .s'|i|l§n^ Ad<maa;flaieoMde'f»Wi que el arren-
datariopagaba el diezmo,^ que si llcgaba a aboiirse, la claseagri*
i^lti^a percibli^ia udlidadin thaa cMcidks, y quedarian mas dig-
^ipepie fD^mMo^ los ;SiicJo«es con que riega ioa subosque
Afa^ q1 afs^do v^ abriaiidQ'efi ia dura lierra. P^roha veoidoel
tieivpa qoa sau^ pravecbosoa <les^ngai1os, } ha desi-orrido el ve*
l|jQ ^ la v^rdad moslrindola en toda su d^snudez: iia sido abo-
lido el diezmo, pf»:o no los aifendalarios, j sf los arrendado*
,^63 i^n. ^aplqtado iodo el" ptovecbo. jCosa nestable! la revolu<»
,cipn que; apaceclo blaof^iendo en una matio e) Iracha ile^itruc-
W^y nipslrandoen la olra tl pesudo nivel, lia mejoradoto*
davi^ i^^s U suerte de los propieUirioa que niiroHa con saRudo
aeiublaote.> mienlias los pueblos se \en cuotados ton una nue-
^a cpnti dxucion que i dutas petios y con ofHickos t^govios po-
dr^n sati^racer Asi sii^uipre suctMle, cnando et atolenflramien*
^o y no Ja corduca picside los acueiidoa 6m \» lugi^ladores^ loa
166
Iribunos podr^o abosarde las dotes de la eloctieocia para levaii-<
tar pueblos Antes pacificos ymoy bien ballades en su cbndi*
doiii pero i los tribunos oo les ha sido dtcbo : formar^s lejes
Mbias^ y sereis los guardado^es y piUres de la sociedad^
Reaaamieodo^ cuaoio llevamos dicho se reduce i demos*
.trar que si ha de haber dases productiTas i improdactiiraSy
debe'estar calificado en la primera el elero^ que looralizan-
do i los pueblos asi coo su palabre como eon so ejemplo^ ba*
oe sonar i ka oldos de los principes las verdades crbtianaa
que alan las maiios del poder para que do liranice.d los sub*
ditos ; y presents i los ojos de estos Us ventajas del orden so-
cial, bacieodolea conocer que no coo una- revclocion, que tra«
bucara el prdeo^ de las fortunas individoales, se curari el mal*
estar que los aqueja, pues el vacio del corason es de suyo
harto hoodo para que uo puilado de oro tlcance i lleaarle.
Pero que ese elei^o, paraque pueda ejercer su noble cuanlo sal*^
vadora misiou y bacer seniir a la sociedad so benefico influjo^
debe ser un clero independiente, no puesto i sueldo del gobier?
DO^ ricO) no hambriento y andrajoso; radianteoon el espleodor
de las virtudes y del talento; y esasricas dotes solo las encon-
tramos en el dero calolico, at unico & quien ha sido encomen-
dado el gobierno de la Iglesia^ y dicho: iodo cuantoatareis so-'
bre la Uerra sera atado en $1 cielo\ y iodo lo que desatU"
reis desatado. Finalnunte henios demostrado que algunos eco*
nonitsta^ habian encontrado tantos y tan graves perjuicios en la
coiitribucion decimal, porqne partian del supuesto, que no
tardara iiiuclio en deraOdtrarse falso, que solo las tierrasdepri*
niera y ^egumla calidail pioducian renta, segun el significado
que esla pjlabra (Micierra en la economia politica, y que no los
arrenilataiios 6 colonos, sino los arrendadores 6 propietarios
sou los que satisCiciun la cuota decimal. Ademas el diczmo se
iiilmducia en hospilales donde el etirermo encuentra su que-
brvutada salud, y en tanios oiros asilos que ban biotado bajo
.466
lo9 ptkioa de h religibn cVlstiaoa, y eh don4e la humaoidad dea*
yalida/desde el iieroo nino abandonado por uo padre deanahi*
ralizado y hasCa el anciaoo cabierlo de Uagaa, eocoentra' no
abrigo j una mano bieDfaechora que acalU los vajidos deaqoel
y auaviza lisis do)en(;ias de eate. Lo que qos duels profondamen-
^e eo este momeoto es ver odmo ba sido combatida eo nombre
de la libertad la religio|i crUUana que rompto laa cadeoas, j
hajo al fondo de Iqs oalabozos para cotisolar i los que ^a ellot
gemian, y cooio ha aido iachada depatrocjnadoradeloicura/i*
tismOi la que abrio las puertas de sua oaledrales y monasterios
para que |as letras ae guarecieran & la Korhbra de sqs cbiiroa,
cuaodci la iova^iQu de los barbaros. Alia^entainoa emperp la
ejiperaiiza de que tras de eata generacion, que paaa y q ue
tan jiigratameiHe lia lierido la mano que de (antoa bene*
iieios ]a babia coiniado, ae levantara o(ra gencracipn joven que
hara gala de iticlinar su cal)eaa y doblar su rodilla ante la bi*
ja del cieJQ que J>aj() de| aeoQ de la lua para que los honibnes
/,uerqn ^a/yo^. ^
Jose V;ma(. X Pq»T.
167
APCWTES
sobre el poema palma conquistada.
Jin el mlmero 54 de la primera serie del Abnacen de Jrufot Ktero'
rios se insertd la descripcion de una batalla, retazo de ese poema^ por
cuyo medio, ;iladiones de mucliacho! crelamos enlazar nuestro nombre
al del invicto Jaime de Aragou, como Homero al de Aquiles^ 5 si se
cpiiere, como Juan Rufo al de D* Juan de Austria. En una lireye no*
ta espnsimos algunas razones para captarnos la indulgencia del lector^
y estas mismas esperamos que nos Talgan ahora que damos A iuz otro
'Iragmento del mcncionado poem;^. Atendida la edad^ la clase de estd-
dios, la carencia de guia, j ei estado respectivo de la literatura en M^i*
Uorca, J ann en Espafia, nnestros esfuerzos no podian dar masque un
tejido de visibled imitaciones de los <!pico9 de la antiguedad y del re-
nacimientO) en las formas y en el plan, ya que no en los arranques de
inspiracion y de genlo; por tanto mas disculpable era el arrojo con
que acometimos tamafia empresa, que reprensibles los defectos en que
A cada paso no dejdbamos de incurrir. No obstante, entre iamdquina de
alardes y reiriegas, torueos y eucantamientos que bullian en nuestra
cabeza, concebimos un episodio de diycrsa indole, que por ser andlogo
A la de esta Bevista, nos atrevemos d desenterrario de nuestros borra-
dores. Colocar frente d frcnte el amor y el seutimiento - reltgtoso no
era ya cutdnces una idea nueva en literatura, si bten el pensamiento
dc duplicar esta situacion para producir resultados opuestos no dejaba
de tcDPr ciertos visos de originalidad. A este fin creamos los persona-
ges de Gonzalo y Zoliuda, presentando en ei primero la pasion renci-
da por el cpistiatiismo, para presentarla mas adelante yencedora de las
crecucias musuimanas, tan pronttf como Zelinda Uegaba d prendarse del
monarca de Aragon.
La primera parte de esta iucha, terrible y dramdtica si seatiende d
la colocaciou respectiva dc sus actoresy lasoledad de ia escena mas bien
que asu desempcfio literario, da materia al siguiente episodio, para cu-
ya mas clara iutellgeucia debe presuponerse, que aproiimada d la cos-
ta occideutal de Maiiorca la armada del G>nquistador, un moro llama-
do Ail, segun retierc la crouica, se echo a nado para anunciar al j6ven
montrea la prediccion de»iit trt«u|$b. Hfiiatra ftfl^imM ffOA etle mo-
ro le da cuenta ademas de comp eq ^l Tepmp Ul<^te yiTe pcnllo Pra«
gat predece^r del Xe^ue ^uiaiite, f^^e i^m^ con |dgii|ips ie pqt
magnates ^^tenniiia Tisjtar ^ floc^llQf ]r qiie estp (en feUta luliifitom
de 8tt des^nam^eiifo. {1^ a?ni>i ptTP pef^^oi^ige fic^ciQ jr sfipefm tam^
bien ^nyeqtadqs, <}^e qO' a}rrei9 piefrti|irietite pav4 poqep (^ clarp la bis-
tQrja, baBti^nte ol^^ounb 4^ ^ dptpins^qoii ardl^tgi^ eq imestras isl^. P^
FQ 1q que te ^apl mfut dufQ al lector que ^aya rbtp If^ Pra^operai oi
Jial)er cje 9i]i|»pDer.qi«^ k^^ roffa fj^i) fpi^erjibLe ^isljpcimdjs^fi^pj^ e| tl^tra
de Iqs acoateqmteotaA ^e re&riqE^qf^ JKo^trps u^ la cotop^inpp iii%i
^ue pqr ^1 v(^f^ «4 qP« l^ 6»W»nW 4e \9\ ^e|j»ii% ferom jr twc^ffr
liq qoe puclie^ Pf«4l<Mr ^Uq 7 aUmei^tq 4 unps ppoffuato^j f §1 mistpp
^e|m>c| fue^ oly^dad^t ypr. fs^tjif il d if|acc^si]>le, del^o(4^nio^ xwm^
ffSl qe l^Uoixa: b^ sitiisppqs eq iluestpa imagiqau^ioii iona distaqciaqiiB
imlp pqdie^ ^traye^arlt^ i nadp nn ro^ustq c?^^llo 4 ^n iiada^PT ipuj
(^tpi y acpi!4di|4Qi)p9i dQ U (^7?^ 4^ YirgfUpf no? ccnaplacfaniiMi pn
|a i^leta fixd. lUmada
A pam 4^1 xe^l budsop4 Orajutew,
Q carrqn)pj4Q el nqgiqre Pragooei^
jPQ9(|Hd ban 4e aei* taq 4escqntpqtadwq8 nues^rqs {ep^res, que QO
p^an pqncpbiriji ^ ppr algunps inqineptqs siquie^a?
Pebemps ^Yei^ifleia; t^qil>ien ^e el {tuicidlq de (ipiicalo poei mas
^|Le a|>|Lfpi)te. ^sfe dP9^i4f^9P fue^a fibs^rdp tratdndo^ip de baper triuq^
fiMT Ifi mp|T|l 4ei pfi^yt^ii^ipp, A^piitaf* d 8^| Ti4§ pcrteqecia 4 ;^elu4d4f
qup p|*a 1^ Pjdo 4^ op^s^ra |»PPiPf^; Opn^a^q aolameate la arnesga par
1^ re^dM^e 4 ^u^ pa^ipfi que, ^e^^Q de s^Jo, tan poderoaa pqmp U-
^njjer^^ cpqtuplicait>a at^ fuerza^ j a^ s^tractWos ^ |a poabentracioii
4el pei^amie^tq, la soled^d del sitipj la bermojiur^ del pbjeto, la iu-
tinL|4a4 4p su tr^tq j ^Ip iijeYitablp 4^ s^ pfe^iicia. Qomalo^ ppmo
f|e aai) ^a^ kiaiai^q ^eQerp la, lejenda^, ^ arro]^ al ma^i pe^ e^ para
apavecer 4^ qapTP 4 4«lempc^a^ el p^j^d €|ue ep^el yas^plail 4e nuea-
^ fwcfM le pat^^ P<m6a4Q« %^ A,
4<»
Ri' ^of del kuch Dragut Iw iiMtom ^liati
De los tres 8olitxiri<»8 U eabtfl^
OcqIU eotre maleca aUC ^KriiaD:
rUflgados i 8u «Mibral obn aiwia estrafia^
En ciMmlb ae Aentan, 7 preraaa
Al deatroiiado wy que les acabe
De 8U ialbrtanid croel la hiataria grato»
Dragut asf proslgae: Al Yerme espiUio
De mi regia maoaioa de la Alnmdaiiiav
Al ter qoa en roi feror eon noble impalio
Solo on iiesM saliera de ah yaiaa,
Del coiinoQ U sangre ialta al p«bo»
MU jostas iraa el pesar a^ainat
Y pevdUdoa iiiifl brioa con el tronv
Al suefto mis sentidos abandono.
' A la mente asnatada j delirante
Una imigeo eat^qces aparaoe,
Era Moraima! %U mas aa aembUnte
El agfactado sajro bo parece:
Manaba de au berida peoetrante
Sangre que aoa yestidoa enrojeoef
Y lurbada y ilorosa y macilenta
Con aquellarisioQ mi angaatia aumenta*
MiroUt y nnevaa ansiaa aeomulo
For estrecbarla en mia amantoa brazoa;
Abarloa qoiero, pugno, me aUibnlo,
Y el ioefiome detiene con sua laxoa:
Tiea fatigadoa gritoa articulot
Sin que rompa mi tob^ los emiiarazos
Con que el sueao £ltal mis iahloa sella,
Al juagarme otm xet junto 4 mi beUa.
ToMQ li 22.
470
Al fin mit- Aerus d^bUes renuero,
Y pon truocado acento lat timero ' -
lios gemidos del alma ai iabio Hero,
Y, 6 eaposa!.. Moraima!.. Alah!.. profiero.
Mas ella: huye^ infelix, ti anlor te debo
Vo te detengas mas y huye ligerot
Salra A nuestra hija; sdivala, responded
Y riipida en la atmdsfera ae esconde.
Hujeraap^nasla qoerida 8oiiibt*a,
Caaodo el peaado auefio tambien bnjre^ <
De noche f en an yermo todo asombra,
Todo al lituebre e^aoto contribaye;
Maa, padre oigo A Zelindaque me nornbtn
Con balbucieute Iabio, j tal influje
En mi svL dalce rot > an amable llanto>
Que agitado j fogoso me levanto.
t G>n el paterno amor real deaaedo '
Aquella tierna roc de nifia agrnpa,
Recuerdo lo que fui, y el triste miedo
Mi dcongojado pecho desocapa.
El llanto de muger A mt alma redo,
Monto d caballo, monta All en la grupa^
IVlt lanxa empufio, la roilcla embraaoi
Y A Zelinda acomodo en ml regaco. .
DiriJD al occideute mi carrerai
Y dc una liora no larga en cl tran9curs4>y
Del yaato ponto aesga la rlbera
dial valladar se oponc al raiido curso:
Nt un mrntilo la meute delil>era.
Que al yer una hija espuesta y sin recursOf
O salvarla 6 morir A l!>ios promnto,
Y Ids hijares del caballo aprieto.
].dnzome al mar, y el animal fogoso
Kmna con slmbas pieruaa y forcpja,
Y an luengo rastro en el cristal undoio
De movediza espuma tras ^1 dcja.
Mas coraoel siuno Alah del que es piadoso
Nun^a desoye la sentida qneja,
A rurgos del protcta ^^rande, iiota
El triste gnipo que en las aguas flota.
^w
Y Mta roca oMckda uie departy
Islote sin campifias j An paerfo^
Al que hft negado attn oatura aTara* '
Laa flores que embelleoeti el desierto;
Por mas que lirere estrecho lo separa*
Previ qae estar*podria aqui A cubierto
Del rdielde furor, j en tal momento
Dobld mis esperanzass nuero alieato.
Del 8uyo ja empezaba i verse falto
Mi bridou que en la coata al iin tropiesai
fi^pido eiit6ncea de ana lomos salto
Y bendigu la tierra j su aspereva:
ilaa al tender loa ojos por lo alto,
Al rerme entre pefiaacos j maleaa,
Y que l^jos de humana compafila
£1 eco solo hu^sped respondia^
. La muda soledad^ loa riscos bueeoa
Turban del alma el inatanUoeo (poao,
Y YolTiendo A bafiar mia ojos secosi
Mi suerte maided coo grau soUoko.
Murmura el aire en los ocultos ecosy
Y en breve un agraciado y alto mozo
En trage pastoril se me presenta
Y el inddcil p^yor del pecbo ausenta.
' Bien pronto record^ sus formas bellaa
Al traslttz del crepilsculo naclente,
Puea ya solo asomaban las estrellaa
En el azul iurqul del ocoidente;
Era uu cristiano, M quien precoces huellas
De triste adyersidad en su ancha freute
Despiadada estainpd la suerte dura,
Sin borrar de su frente la hermostira.-
Era un doncel de ilusire nacimiento
Que pasara sus afios juveniles
Dc su patria encerrado en nn eoiivento
J'ara aprender las letras tnas sutilea:
Rico asi de esperatizas y talento,
No Ucgaba A con tar diez y ocbo abrilea,
Cuatulo su hado eiiernign Ic coiiclr»iia
A arniatrar en mis Iianos ia Ccidl*na. ^
t7t
Y admM ta oonsUncia unallenibtei
En bk dura Bi«sniioit«9 eti el ciaUiT«
La pax del corasoB goMba ettaUes
MoTido de nn itfeeto eompaaiTOi
Al. Terle tad gaUard<H tau amablet
En la huta aulerior A mi desgracia
Yo mismd del Teacate le liiee gracta.
I Y qui^ me hubtera dicho d mU monarca
De una bla tan poblada 7 rica 7 belUi
La mafor qne en an seno el mar abarcay
Como el a«ul deloielo Tiva estfeUaf
Qae pvonto no tendria en sa oomafca
Un pi4 djB tierra do eatampar mi hoelUy
Y que seria aqnel esclaTO horro
£1 60I0 que Yendria A mi socorro?
K aaf lad: al veiie al. pid de los ribasos
Bec^oosco' A (vontalo, i. mi cantiiro,
Y al jMntir en mi coello lus abrazos
Recibe el alma suave lenitiTO*
A mi tierna-ZeliaiU toaaa ^n brasoSf
Y i esU cabaiiai giiia en donde titO)
Sin penaar ja que en maa suntuoao eapacio
{Se eleva de mis padrea el patacio.
Deapues qne un Taao de eapumante leche
Me pretenta el mancebo cuidadosot
'Deapues' de hacet que al Auimo aproveche
De los cansados miembros el reposo;
Para que basta el recuerdo aqui dcseche
De mi infortunto cruel y doloroso,
El buen Gonzalo dicstro tn aljamia
£1 pesar de mi pecbo asi desvia.
Sefior, diciendo, si gemfs acaso
Cnal desastre mas duro que la muerte
Ese imprevisto y siibko fracaso
Que tanta biel en Tucstro pecbo vierte;
No de gloriosa fama el dob escaso*
Ni el titulo inmortal de yaron fuerte
Podrdn substituir con altos bicnes
La corolla que^Ua i Vuestrais sielies.
SeottMe et et mortal, m pedM tierno
Quebraiita el golpe del asar fenesto;
Pero el dolor que brota de lo iotemo •
De $a vida amargar no debe el realo*
La diyina Equidad no cria etemo
Ai bten -sabroBo ni al a&n moieatOf
Y es ber6ioo en desastrea j fortana
Mostrar el rostro sin tnudansa algona.
^Qu^ aintabor exiate dnradero?
£1 ronco TendaTal- que raudo aloa
Latizd en tomo de tos mugido Gfiro,-
Y ya el s^firo blando noa orea.
^Qn^ A wo6j A utt pnd>k^ bgralo y 'aofetero
En motin sedicioso clatncyrea,
Si en este asilo su rabioao empefio
Mo torbari la pas de Tuestro suefio?
•Ah! buen Dragut! en perfiimado lectio
£1 suefio halagador no^ se conicilia^
Mi bajo el oslentoso y rko* techo
La pas del coraaov se domicilia:
La pBJiaa oabaftaf el Ubre peebo.
La anaaUe.grey, la oAndida iin&ilia .
Bienes soft oau que premia el mio aufosfo
La oprimida yirtud del bombre jnado*
'^Viateu Tapio el interior palacia •
Be la infaaoe caterra aduladiora?
Penaais que el alma oomo el eneipo buri#
En ellos sus deliciaa atesorti?
Nunca oa6 la v^ad piaar aa egpmi&f
Mi infiialil inoeencia en elloa imra;.
Franquexa j amastad j amoc Im> hnye|i» -
Y las negraa paaiooes Ips circuyen.
^Mo Tiateir. la carnlrora Tenganaa
Que al saagrieato pufial feroa bl^odeat
La ambiciott que al delito se afaalaiisa..
Y deberea sagrados acooeaf . .
£1 parcial interes que la balanaa
De. Ik josticia i su querer ladea. «
Y la envidi^ ruin de enlennoa ojoa
Que del ageno bsea padeoe cmjoa?
47|
«»
i rAq«f no hi w^tUb: la c»uEa j p^iM^
Deleites os A»rta cpte ei muodo inaiao ^
No OS di6 jamaa: el aire aqui reimcai
No oontatnifia i& par del cortesana.
Mirad eaaa^ cabrillas que la£reica
Yerba goloMia nimian; ly el tiraiiOf
De vuestro reino naurpador iojusto^
Disfrotari jamaa tan dulce gusto?
Aqui nuettra amistad haiA fiolices
De la Qcupada vida los deberet;
Del a)Jba fQiunosada los matioes^
Del 8oI los yespertinoi rosicleres,
rDp 1^ muilidaa ondaa los.deslioe^ .
De sabrotos coloquiot loa placerea
Ot harim bendecir el rudo influjo
Que ir mis detierUs brefiaa oi QOBdtt|o.
^Coa ial raaooamiento el boen Gonzalo
Mi esp^itu prepara A la mudaosa^
Que el tiempo oon dificil inteiralo.
En tan graves angustias aolo alcanxa.
Las armas cuelgo aqui. de enhiesto palo^
Mi pavonado anies> mi yelmo 7 lama , •
(Y del todo oWidaado el triste jemplo
Monarca de e§w riicos me oontemplo 4
jCus&ntas j cnintas veees por la fiddit
De esos duros breiiales recogia
Algona.que otra Aor rogisa 6 gnalda
Y con verde liston las reunia! '
Ornibame de^iues eon tal guiraaldaf
Y al mirarme en- la oriUa prorumpiai
Oh! corona real^ ^qoidq te desea.
Si tanto la de flores hermosea?
Y cuando por atar recnerdo arieso
Me induce A revolver ]pi adtigua historian
GoiiaaLo de Zelinda el embeleao
Me presenta yaleja talmeiporia.
En 8u soorisa enUinoeSi en un beso
Cifro todo mi amor, .mi dicha y gloria,
Y eg el verla crccer de cada dia.
La ocupaoioo mas |prata al alma mia«
Bei imwkoAb eo freti bilrit'no.M«|«agta
Mi qaieto. cprason &Ul sorpresa
Surtieuflo.ei e^pafiol de cuanlo basta
De uiMM pobre9 pro8crit0a i U niesa* 4
Cou iiipaasable atao ud. liuerto anf^asta t'
£u medio de est^a rxM^a^ alta empreaa .
Que cada^a^Q me rinde par trUmto
Ei solaz (}e sus flores y an firuto.
Y si algo fiilta coo bixarro pecko
MoDtado eo mi caballo al mar at entreat
Y cnvMiidQ dei pidla^o A eslredbo »
Al ppueftto cooOn de noebe Ue^.,
De viveres cargado y satisfecbo
Regresa aqui al.Tolyer la.«Qche oega; '
Asi es, Seilor, que debo ai bueu Goiisal^
Mi con^uek), mi rida j mi regaio.
TambifD de este mancebo y de ZeUiida
La uoble educacion d cargo toyiat
Y primero la Eepafia lea deaUnda
X ensefia junto su iiatiYO idioma: ■
ReG^pelea despues que por Florinda
£1 reioo de loa.godoa se desplomay . <
Y cymo de su ruiiia 7 meogua tanta
Otra vez poco i pooo ae.levaala^ ..
Cuenta como ^hyp en laa Asiuria*.
Limpid U espada, el casco d^sabolla* j
De ofiada .robelion tiembra laa furioff, 1
Y su g^rmeo. do quiera.desanroUa: .' i
Coma.«cAga de EspaGa.kf^ injiui^iaa:
Y U 4iitefl Yic;t€iri«)«a lama arrolia; 1
Coiiio levauta eii ufid«feole quielno
Grito de guerra desde el Mifioal Ebi^-
La. historia de Favila y de Friiela.
Que reforatar pcnniten al alarbe
>Del religiom Alfonao cuaado asnela
Sea eate> sea aquel mori^oo adarve ;
^ Eu tantp que Gajrcia se rebela
Y prim^ rey le aclamau de Sobrarbei
Y las lides que cerca de Logroiio
Uua gana KamirO| y otra Ordoiio.
IT$
i7»
Del gran Tank y sn falange mortif ' *
Que di loaMtkos eampos avasalUi
LanadoB mas rotmsta y teAeedoM,
T d« taolii adatid que en la bataUa
Seis #^oet ae ^a^maa' 7 acaiova ,
Hasta impotiei^ el yago de m fcifia
Al caello rteite«le de la Eapafla. ^
D0I ]6wBn AMialasU la pvoesa
Bflfiere j ^ograndace jantanMRita,
Cuaado al ^er de EgilottH b Mteca •
Da freno fanpeiie i au paakm aidtMtei *
De Abdemfaman aegiiirfo Ifei brateza,
De: tf alioftiad el itim^ taKedle,
V taa graadea ^cldrite ^tte Ibgraba
El gefe que AlmanKo^ ae apelUdMa.
- Al in joatof. atteniBtd lid abahdoM
La gbria, ta fetttun y lotf taireiiea
De aqueH6a <piB eiftefon la c6rdtt|i
Que un tieoipo fivera adomb de mis aienea:
Del V Aicederi^ ile Beie OiMta, tneticidiia
Lli jusM e«p4d)^dfis ihd piiAiiittet
Dandc^ kl cMMb^iitUMe ^tiB derftieii '
Al que en tlM« iftartiado^ eeicfM
m graode Ml^rfild el poderi«^
Caaodo fi^ iiihr«ff i >eia' arilla amarrai ^
Y dft DM(ii y l&tatt^MM €k miotia ]
Siijaia CM m 4dtiW oteifiinM. ;
De to ma ^<»riak lea eueiita el brloy
¥ SSL infertuflld^dihiel tambieii lea nafrat
Al maiiohffip de to L«mi la diTua
Loa guerreroa deG^inyta y de Piaa: ^
&e aanj^ <M ^je^ta maneha que larada
Con sangfV j no tarn oro aer-debia.' •
Que sieinpi^ tti-aaee»dencia e#n la Cttpada
Su impepio CKidierraba 6 le ealendik:
De la forttttfe en^ieto abandonada / \^
¥n4 mi gloridia Taai en triste' dEa, * * *
T au potttrer caqjro aqu( deapide
£1 generoio muai^ khstdfrvfhki^ -
47r
. ftefbridos en pUfctoas discretas
X#ot hechos que i ia bUkoria perteaeoeQt
Lea egplioa el poder de los plaoetaa
Que.ea la merte del bombre preralsoeav
Las Tirtodea estrafias j seoreUs
Que i las meoudas jerbas eonobleQeiii
O alganas pi*opiedades admirables
De las piedraa j plantas mas notables, .
O ya de est£o eo nocbe clarecieiite
SenUdos todos jaoto 4 la ribera
Del sesgo mar <{ue lama blandan^eaU^
Con olas de zafir la roca austera.
En tanto que la Inna refulgeute
Pausada rueda per la asul e^em
Gonzalo al son de d6Qil instrameiita .
I«a m^Iodia ajusta de su aceuto»
Los grandes becbos oi^ta de Bernaodo
Que alU de RonoesTalles en las breiias
ie lanza cual furloso leopardo
Para rasgar de Franoia las eusefias*
El notable yalor del Gid gaIUrdo>
Y du^los 7 batallas 7 reseuasf
Ya de Sancba el amor 7 acciou bisavrat
Ya la justa venganza de Mudarra.
All mis dulces bijos mas se iustru7ent
Que entrimbos digaos son de tal diotadoi
Y la paz 7 el carifio eonstUu7ett
La eovidiable Tentura de mi estado;
Mas los a&os felloes raudos bu7en,
Y en U tumba fatal de lo pasado
Tal res sumergen i la par oon elloa
De la dieba los dltimos destellos,
Como es bermosa ;a7 Dios! la flor temprana
Que en nudas ramas el almendro ensefiai
O la yiola silyestre que loaana
Despnnta en las rendijas de una pe$a»
Pronto as( la beldad maa w^berana,
L^ gracia mas amable 7 balagfleiia
Despliega sus encantos delieiosos
En medio de estos risoos eseabrosoa.
ToMo II 23
478
Ya Teis, selor, que os hahlo de 2k\indAf
Bi6n que d mi encarccerla uo me toca.
El yerla empero tan graciosa y Itnda
Becuerdos de Moraima siempre eToca«
Igual es ia mirada que me briuda,
Igual es la soarisa de su boca:
Y tan solo Tarian mis delicias
En ser de hija 6 de esposa las caricias.
Pero mi^ntras sua gracias iufan tiles
G>n su nuera beldad Zelinda encubre^
Y en sus nobles facciones j gentiles
Ser hija de cien reyes se descubre^
Gonaalo de sus formas yaroniles
El gallardo ademan por grados cubre
De uu misterloso velo de tristeza
Que A turbar mi apaciblc calma empieza.
* Pronto el vito carmln de las mejillas
En su hermoso semblante desparece,
G>mo pierde el matiz de sus orillas
La nube que el crepilsculo enrojece:
Pronto de su dolencia las semillas
Creeeu ocultas en su pecho, y crece
La Kozobra con ellas en el mio
Al notar su silencio y su desvfo*
No pulsa mas el instrumento grato,
Vi su Yoz suelta al canto melodioso:
En tantasoledad con cniel conato,
Soledad mas profunda ])usca ausioso;
En yalde nos cercena el dulce trato,
Tampoco encuentra A solas el reposo:
Su acerba, su letal melancolta
Como sombra del alma tc .neguta.
Sus miembros de guerrcro tornan flojos
Como A qnien la vojex si^nte contigua,
£1 fuego centellante de sus ojos
Con el cotttinuo Uauto se amortigua)
Y si la causa cruel de los enojoa
Que el tacitumo aspecto me atesttgoa
Preguntarle tal yez osado quierOf
£1 iioni y calla y bdyeme llgero.
479
.* Fan liacer tanto dafto el pensaml^iito
Que fueae muy acttro era preciso,
Sia dada era yoras el fuego lento
Que.ardia oculto si, mas no remiso.
lQ\x6 reces departiendo aqaf, sa aceato
Interrampe Gonzalo de improyiso,
Y el semblante se cabre con sus palmas
Y de dolor taanda nuestras almas?
Nunoa podrd oWidar aquelia karde
Ed que sentados todos en la plaja
Zelinda de su toz faada alarde
Con el gracioso canto que alU ensaja;
Y Ted que de Gonzalo el rostro arde,
Y luego palideoe y se desmaya,
Que ^ se leranta j corre 4 la espesura
Y el eco un ja)r! reptte con tristura«
Con temblorosa planta en pos de 41 corro
For esas brefias Operas resaelto
A mortr 6 prestarle mi socorro,
Si puedo de sa angustia verle absnelto:
Con mi cansado pid sus huellas borro^
Y luego al infeliz desoubro vuelto
El rostro y manos y ojos hacia el cielo
Que negaba A sus males el consuelo.
Movido eatonces yo de un arrebato
De compasiTa Ustima y despecbd
I* Gonzalo mio! esclamo, y sin recato
Su bumndecldo rostro al mio estrecho;
^Qu^ sientest mi Gonzalo? porqu^ ingrato
Me ocultas las espinas de tu pecbo?
Qu^ ! deberdn mis canas y temura
El motivo ignorar de tu amargura?
Goo quien mas justamente que conmigo
Esplayar^ tus ansias? qu^ te embarga?
No soy tu padre jo? no soy tU amigo?
Y eo qui^n mejor la pena se descarga?
Dime tu angustia, Uorard contigo
Si no basto d templar tu vida amargai
Tii hicisle que mi pena aqui conclujai
Y ^porqiuS no h$x6 yo oetar la tuya?
480
,Por el saprema Akh q«e el oAe rige^
Por esa misma aagustla que yo ignoroi
Por el grave pesar que mi alma afligey
Por este que me iouuda amargo UorOf
Por mi cara Zeliuda; j eslo dije
Con emoclon y acento maa aoaoro;
Goozalo se estremece, jo io adTiertoii
Y hacieodo reflexion prosigo incierto:
^Qud nueva desveatura? qm^ mitlerio
De insondable dolor tu peoho enluta?
No lloraste en el duro cauliveriot
Ni.al verte aiempre aolo en esa gruta;
Y agora que por duloe refrigerio
Sua primicias el gozo no9 tributa
Uoraa td? Ay Diot! mortal aerA la canaa
Que te fuerza i plafiir sin breve pavsa?
Dije, y Gonzaio rdpido me toma
Entrdmbas manos, las aprieta y beta*
Mi^utras Zclinda por la sierra aaomay
Y ^1 se agita de nuevo y embeleaat
Qava su vista en ml, y eon mado idionia
La fi^rvida pasioa de su alma espresai
G>u6scola, y velos le Uamo bijo,
Y hiblole asi oon tieroo regocijo:
^kn ingrato, Oonxalo, me has crefdo?
Tan duro el oorazou que aquf palpita? '
Qu^ has visto en mi porque haya merecida
DesGonfiansa tan crueU tan iuaudita?
G>n violencia mortal te has reprimido,
Y esa violencia atrox tu Uaga irrita,
.jY cupo en tu temor jusgaime opuesto
Al desiguio mas pUctdo y honeato?
^ Yo que el continup jtihiio te debo,
Y el poderme reir de tnlausta suerte.
La interna dulcedumhre que aquf prueb<K
Y el baber ascapado de la mnerte:
Yo que al naoer gustaba del sol nuero,
Muevo y santo placer no mas con verte*
Yo, cruel! ^pudiera yo negarte ahora
La gracioia Mdad que te enanxira?
T id6 fiieraii las jostas gratitudes?
Si es Zelinda la sola recompeusa
Con que premiar me.es dado tus Tirtndett
lAsrder te dejaria en llama inteasa?
Oh' calma tus acmiias inquietudes;
Monarca ya no soy: mas, dicha inmensa
Me ha reseryado aun el poderio
De derramar «1 bien eatorao mio.
Ven pucs, no mas tatdar, Zelinda es tnya:
Creica i tu lado cntA potnposa ycdra
Que al olmo sin que el tiempo la destrnya
G>n amorosa red se enlaza y medra.
Bendiga el alto cielo y suaye jnfluya
En tan querida union: mas ^qu^ te arredra ?
Dadas en tanto que de amor falleces?
Ea f ac^ptala , si , td la mereces.
ViYid felices en consorcio hello ^
Copia gentil de cindidos esposos :
Dad A mis dichas el ansiado sello
Dando mi sangre A nietos generosos:
Nunca dohleguen su infantino cuello
Del hado injosto golpes acarosos:
Y reuazca en sus pechos y se anide
La esperanza del nom})re Almoravidc.
Digo, y del espafiol la diestra asiendoj;
La diestra que calmara tal congoja.
Junto A Zelinda, que mi empefio viendo
Mas ]>clla torna al par que se sonroja.
El huen Gonzalo ent6nces atendiendo
A 811 tcmido obitdculo, se arroja
Tembloroso A mis pi<5s que en llanto riegay
Y su doliente yoz asi despliega:
Detente , amado padre , y Antes dime,
I ConsentirA Zelinda en ser cristiaiia ?
Esta es la cruel «)iobra que me oprime ,
De esta duda faUl mi angnstia mana.
j Oh ! mi amor que el silencio no comprime «
Mi amor que un pensamiento no proCaina
Tan solo pucde con crisliano rito
Preservar au inoceucia del delito*.
484
482
Mas ella le responde : Id cristtano
Maciste, y i tu Dios tiu preces cantas ^
Para mi que soy hija de este anciano
Las preces del Goran tambiea son santaa.
jDebiera yo romper eon pecho insaoo
£i yugo que tii mismo no qnebrantas?
i Oh ! no esperes jamas que yo deseche
La doctrina mamada con la leche.
I Y abandonar pudiera yo la mia ?
G)Q terrible emocion Goi^zalo esclamay
I Y quidn exige tai|to ? ella porfia;
Y di un raudal de Ugrimas derranut
Eut6qces yo les digo : £y no podria
Cada unp profesar el col to que ama?.*
Mo ) quqca , grita el joyeni y corriendo
Por denso matorral se interna huyendo.
Leutos y amargos dias de quebranto
Fueron , seuor , los que pasaron luego:
Terrible, es ver como Gqnzalo en tanto
Ya se estasla 6 vaga sin sosiego;
Terrible es ver como su acerbq llanto
Se su in&ttsta pasion no estiugiie el t'uego;
Terrible Terle asi coaado pudiera
Ficii cons\ielQ hallar ^u pena fiera.
Una uQclie que el cls^ro iirmamento
Bailaba de esplendor la suave luna^
I\eflejando en el Uquido elemento
Como en tersq cn&tal de aucha laguna:
Su^ alas recogido hab^a el TientOj
Coino un a^e que duerme, y soto alguna
perraiuada porcion de i^ubccillaa
De la esibra bordabat las orUUf.
f)stal^ con Zolinda en mi cabafia
Cuando All se prescnU A uuestro lado*
Y cOii triste ansiedad^ coai pena cstraila
Nos refierc que al juven lia encontrado
En su oralorio al pi^ de la moutaiia
^iirasando una cruz arroJlllado,
Y que alH ix>r domar pasiou tan brava
Sus cariias duramcnte maceraba*
48»
AIM enU^Qces los tres de no misma vnso
Voiamos coa terror j coo sorpreaa;
CousoLar d Goozaio era preciso,
Y al vernos 9u oracion.al panto cesa.
Entunces 6e leyanla y de improvi^
La ni4no de Zeiiuda eslrecha y besa;
La besa ,con delirio tan yehemente
Como dntes d su cruz besaba ardiente.
i Zelibda ! esclama al fini dngel bermosO)
Que en la tierra A mi lado siempre moras,
I Porqu^ bacerme no quicres venturoso ?
-Tuya ,s€re, Gonzalo ; yporqu^ Iloras ?
— ^Y adoras al mismo Dios que adoro ?
-'Mi liuico Dios ba sido cl Dios que adoras.
— ^Y del Cristo i iasjlcyes te sujetas?
— Maboma y Cristo entrdmbos son profetas.
-Ob! mi sangre mi vida yo te diera,
Mas no la sangre que ba Tertido el Cristo :
Y sol Undo la mano lisonjera
Se escapa con impulso no previsto.
Luego en aquel penon que en la ribera
Bespunta formidable asciende listo;
Sus amargos soUosos iuterrumpe,
Y con sentida vox asi prorrumpe:
Ob! dulces rocas, mi mansion querida,
Ob ! grata siempre^ soledad obscura^
Fcfu retiro, do graciosa anida
La l)eUa causa de mi pena dura:
En tilograba mi coutenta vida
La paz doi alma, la ilusion mas para;
Trocada abora la forluna avara
Los laKos rotnpe con que d ti me atara.
Ob! selva inculta» dc malezas llena,
De yerdes bojas , de fragancia suaye»
Do yo Itoraba mi angustiosa pena,
Do yo cantaba con acento graye;
Entorno crezca ta yerdura amena ,
Entorno cante melodiosa el aye ^
La mar te cerque con su arena lisa..
La mar te balague con templada brisa.
48»
£d esta humilde soledad anMda :
AdioSfZelinda*.. joh Zetidda mia!
O doloe Yfrgen for vii mat hallada !
Daloe J alegre cuando i Dlos pbcia i
Cuaado en mi peofao ta fatal miiad*
No alz6 la llama del amor in^ano
Qoe ora me quema , y^ a j ! me quema ^
' Por don postrero mi cabafia admitOi
Do JO gotaba regalado auefio t
iamaa en ella ta repoio agite
Mi triste imigen oon doliente cefio.
Adios, Zelinda... & mi amor permiie
Que eae tu nombre, cfue aprendi rlsneftO)
Por ret postrera mi pasion balague
Antes que el ola tanto fuego apague.
Aai esclama) j sos brafcos estendicndo
Con frendtico impulso al mar ee lanza :
Mi corazon sacude el sordo estmendo^
Y muere con su muerte mi esperanxa.
£n Vano sobre el mar los ojos tiendo t
Mi lagrimosa riata nada aloanxa ,
Pues la luna ocultaba nube oseura,
Y el mar cubria nn Yelo de negrun«
Ya desde aquel momeuto la alegr(a
Dej6 mi £rente, y con afan prolijo
Yo Yivo de esperar el caro dia
Que la madre del tierno AU predifo ;
Y pues torna otra ret la dicha mia i
Y iieno el corazon de regocijo
Btsfruto de este sol los rayos vivos ^
Cuenta , 6 Key , de tu empresa los motiyos.
ToMAi A«tad.
CE0IVIC4 ftEtlCIOSA*
jrbr doBdd ^t!ihp6titA(i& wiMttL vitmid kmiIa vsnioi s dftr 'prmcijyw
A h de e^tnes* Hedw dam 6 a ft^ber dirfifo eintdiiCQi que Im coiicieiii'
"das dl! los ttdes dfel ambiftpailode Toledo andaBan algo itaqoietaa f
^leftarhadas dewte ^« la pt^iisa'i^Ugioaa baUaempeciirdo i dndar de
la legittd^dad del Sr. GoIfaViguoer; qoien golnerna aqnella iglesia eiiooti*
tepto dc Yieario capittdar, y la tosobra ha ido aamentando por mo-
menlos, y A hw espostciones de que ya liaUamos lian seguMo frtraa, re-
eonumdables asl por lasrazonea en que abandaoi 6omo por la correccioii
ypureta de lengoajebotf que estdn redactadas; entre eQaa figuiv U qius
ilaiiMikaiti$«lgttnoa rixigados J()t6ii^ que piden al cabildo toledano re-
tire steifiddelre^alqtieeitsa nombre gobiema- la dick^sis, tnifotras ae oje
la TOK, annque cascada por los aios stempfe robusta, del PadVe comtitt
Ae loafi6le^,qiti$^d casoaian ardnos debe ser aiempre eaciichada con el
tnasprofondo ihe^peto. n^Exmo. Cabildo conocidqae noeranp<>rde8pTek
ctadaa lag razone^ de los esponentes, y pidtd al gobtemo de S.' M. el co«"
rreapotfdiente permtab para 'consaltar con Boma negociode tanta mon*
ta, qne nadft m^nos intolncra qae la Talidez 6 nulidad de los Bacrameutosv
6 lo que es lo mlamo, el poder frnctificar en laa almas la sangre del
Sefior, de qne aquellos reciben toda sn fuersa. Parece que al Sr. Gol«
' fanguer le eacaece la actitud imponente que ba tornado toda ta ditV-
oesia, y nos es penoso el decirlo, el pueril despecho que le ba cau-
lado la justa alarma de sus diocesanos le acaba abora de desfogar
contra el CatMico , diario religioso que se publica en la Corte, cuyas
' cohtmnas estaban sieiopre abiertas i las esposiciones de los fieles, j por
euyo medio pronto Tenian i ser patrimonio del publico. ;Cosa notahtel
el edesidstlco que apesarr del despego j cautelosa reseHa con que
le miran susoTejas^ quiere continnar gobernando la iglesia de los llde-
fonsos, Eugeniosf y Julianes, abora sopretestode bacer respctarlosci-
Bones de la Iglesia ba pedido el apoyo del braio secular, pasando no
oficto al Sr. gefe poUtico, para que baga enteuder al editor de aquel
peri^dioo que no oontinde publi6ando ningun artfculo que Verse $(^re
dogmas ds nuettrasanta religion, escrilura jr moral cristiana^ sinpre*
ToMo u 2H.
4U
pia aprohacion del diocetano. Coatro aftos caenta de Tida aqnella pa«
blicacioa catdlica, .habiendo sierecidp lop in»s,9apiu;pcidos encomios del
eptscopado es{Hdfel; por 00 liaiierse ni nna rez mqmm desviado de la
ortodojia de la fe, j por haber peleado coa santo denuedo las batallaa
del Sefior. Pero iqa4 logwiMft ntl >Sii6>lfangtter, aun cnando alcaa-
saae ahogar la rat del diario religioso ? Tras esta pubLicacion Tendria
el Pensamienlo de la Nacion^ produccion digoa de la pluma del ^lo-
enente Balmes, y traa el Pensamienlo^ la Revisia Catolica de Barcelo*-
my, y.,al.lado de ^tas * rooomendabbea, puhlicJir'jWfS <vi |upiMd^ -benhl-
jQf Ji^ . isf pidieodo al gobierjojO deje ea Ub^ir^d al cabUdo pa^a qofi
piu^ acndlr 4 U Sbde Apost6mcA| coo el; objeto de calmar laai yWaa
ausiaa eo que.,ardj^ los^fieles de la yasta dick^eBi^^^pU^dDa. ^ta ,lil^r
tad \a efspemmos del Sx- Majaps , j mucbo' fue^a. el preftigjo que xof
4eara el npinbre del ila9tre cQi^^jero de la c<uroQa,.8i bajo.sur.miAis-
tmo pj^itrat respiraf algo mas libie la primada de las Efpefitas,. j rer
;Dacer en .ella la c^lmii y la tranquUidad tanto tiempo l^.perdidas* .
Nvestros lecto^res recoxdar^ que en el cuarto. ndmero de. noi^aU^
Keylsta las dioHv la de^cposaladora uQticija de qi^ ^os obi^9^.biiii§ar
xos del rito griego unido babiao apostatadp pa^apdose & la.paia^Qcbadla f
4*asgada baadera del protestautUmo: ajhora bienel R. MalinQ&ky-preaf
Utero griego unido de GaUizia ba de»oeati4o eo^. (^affM d^^jp.oistoij
periodica. caUSLica de Angsburgo la aoticia ciiTculad^ in^yegadagiefile
por los perL(3i4^cos protestantes de Alemania. £i Sf . MajlM^Q&ky da. i
.Ipa catoJUoos, la consoladora seguridad de que as( qo Sungriu^ffomo^kfk
Gnlitzia sus obUpos y 8u respectiyo ^lero estdn y estar^u mmp^ ^eV-
mente adheridos A la'fe cat6lica, A la cual d^be acomfaiiar.^QtfiaL-
i^eQte la sumision al Sucesor de aao Pedro, ycouclttyeauci^*U con esUs
palabvas del papa luoQeucio XIV: Notodos son latinos^ pertr tqdqs son
catoiicos.
Varias veces hemos dicho d nuestros suscrtptorea que la Inglate-
rra protestante no tardaria en echarse i los pi^ de S. 5. para coa*
fesar sus pasados estravios y errores , quedando eslabonadas de nucyp
•las rotas relaciooes de amistad y buena correspondcacia con el. ceutro
de la unldad cat6Uca ; y para robustecernos mas en esta consoladoria
esperanza acabanaos de aprender , que d su trdnsito por Ldodres cop
direccion d Portugal, el nuncio de su Sautldad en estc liUlmo reino,
el llmo. Sr, Dipietro arzobispo de Bcyrut, tuvo una entrevista parti-
cular con lord Aberdeen ministro de negocios eatranjeros de la. reina
Victoria. £ste ministro de acuerdo en esta parte con sir Aolierto Peel
aaeguru al legado del Santo Padre que a la vuelta de algunos aftos el
fjMntetaie tan Jiomft teadria' nn repfesenUnte; ea..ftoQMi. i<Qiiien^4
cibIo que bajo el soaTe poiitificado del-yenoraUe Gi^siHiimio «t2 pm^Mrf
4 formar parte de la grao comunioa ^at^Uca. 1^ iglesiarde lagla^ben^if
esta iglena que tantoa^ntos paridfp^ra e).-Gi€;|[o,7 .^taiitDs 4iecritpx«i
iluBtres para el catoliciamof j^que £i£ fundada por Ips 9^dorea .y pir
females desrelos del santo pontflGce Gbbgoaio. si. gbasdb! A propiSsito
de Inglaterra no podemos callar la ftosta noticia de la libertad de
O'Connellt el gran agitador« decretada por la.dUnara de loa Lo^^
G>n resignacion cristiana habia aobreUevado sn , infortnnio el imnort^l
libertador de Irlanda; en su encerr^miento pariia el tieropo con Dioa
y SOS amigoB que en tropas iban d vUitarlepara hacer gloriosa 8ude«-
gracia, j abora decretada su libertad ba t^yado ca^.en.fire^esi el en-
tusiasmo con que los irlandeses ban festejado i su.padre^r nombre €»-
rluoso con qae le saludan. £n la catedral de Di^blifi se celebnS w
accion de gracias una funcion religiosa en la que ppntificd el doctor
Murray arsobispo catdlico, habiendo A ella asistido ;0*Connell con soa
compafieros mdrtires en asientoa de honor que adred^ ,babian sido
preparados. Apesar de que tengamosque privar d nnestros i|uscripto-
resde otras noticias religiosas de bastante interesi yamos A trasladarl^s
las palabras, notables por su misma sencillee^ que dirigid al inmenso
pueblo agolpado al pi^ de los balcones de su morada el dia en que
despues de su prision ToWid i pisar los umbrales de su yWienda*
« Amtgos mios : En yerdad que me complaee el yer lo satiaiechos que
, estais de mi libertad ^ de mi yuelia d mis bogares , 4 mi casa ; otros
enyian A la cdrcel d los crimiDales y dejan ep su casa i los hombres
honrados ; aqui todo lo contrario> m^ ^e ua miserable ba permanecido
. tranquilo en su casa , ; midntras que d pi me condpciand una prision!
Pero be sido mas fuerte que mas eaemigos, y .jgraqiaa d Dios estoy en
mi casa. £scus%dme , si boy no itengo toda (la faciiidad de elocnpioii
que conyieue; la emoqiou me lo impide^y ademas ya bs\ce tres mes^s
. que estais acostumbrados d no escucbarme. Ante to^odemos gracias al
Todopoderoso que se ha dignado apiadarse del pueblo de Irianda. Os
prometo, amigos mios, hijos miqfiv.que logrnr6nos la reyocacion de la
union.'' Y entusiastas yiyas y estrepitosos brayos abogaron las illtimas
. palabras del elocuente 0*G>nnell.
El 15 del Ultimo mes en Roma se discutid por primera yez la
duda de si eran 6 no berdicas las yirtudes del yenerable padre Leo-
poldo de la Gaidio didcesis de l^rujia: quien desde una edad muy
ti'^mpratna j^braxd la regla de san Francisco yistieudo el tosco sayal
de los qietiores reformadoiu Pqr espacio de 4^ ^^'^ ^ dedic6 d
ha "MtttM Mnlhti^' fi^6etmnio hio^ellir mi ' condncte lobfe'la M
iHniblkm^tdb dci Porto Matincio, no temiendo arrostrar en lienefici<^
4e las almas sudores y 'caitsancios de todo g^oero^ annque por la mueri-
«cordta del S^ficr lo^ ^pioso^ffhtbsqtie reportd 6omsp6odieroD dig-
Hameote A sua IStigas. Fmi A acabar stu dias en pax en nn conrento
de 8tt 6rden situado en el mdnte'Luco cerck de Spoleto, donde ago*
btado con 85 aifios y cafgado de Tirtudes innri6 con frente serena y
Hsuefio Sembtante en el tne^ & kbril de'l815.-Esta primera disension
ae hi^o segnn costtunbre en ti. palacio del cardenal ponente de la caa-
'sa et aefior Terettl, donde se rettnleron loa preladoa y ios consnlto^
res de la sagrada' congregacion de Ritos.
Apesar 4el desrfo con que ban sido mirados en este siglo Ios ins*
'tiiatos religtosos ecbindosc ingratamente al oWido sos antiguos ser-
Ticlos en'faTor de la causa de la cinlicacion europea, sin embargo ha
qaedado en pid uno para protestor contra las injnrias con que ban at-
do calumniados ; bablamos del instituto de las monjas de la Caridadf
que el cielo ha enViado para forzar i este siglo i creer todayia en
la virtttd. Cuandd la revolucion ha arrebatado A Ios P. P. de la Gmr-
pafiCa esa jurentud querida cnyos entendimientos estaban encargadoa
de ilustrar, y en cujos corazones depositaban la preciosa semilla que
andando el tiempo iba felizmente desarrolUndose ; ha respetado el
instituto fundado por san Vicente de Paul , compuesto de seiioras^
que aunque naeidas en las alturas socialea, saben despreciar Ios hala*
' gos de un risnefio porrenir, para cefiirse el velo dc las yfrgenes, y ae-
pultarse por largos afios bajoios sombrfos techos de un hospital, rc^
mgndndose i curar con blanda y carifiosa mano asquerosas Uagas, y
no recibiendo A Teces por premio mas que baldones 6 injurias. Coo
'Yivas ansias ban sido pedidas al Sr. director de las hijas de la Cari-
dad I algunas hermanas por el gobiemo de M^jico^ para que yayan A
'fandar en aquella ciudad una casa-noviciado. Convenidos y arreglados
'el Sr. director y el encargado por el gobiemo mejicano para llerari
cabo esta empresa , aalieron de Madrid con dircccion A Cidif el dia
28 del Ultimo agosto diez hijas de Paul acompafiadas de dos sacerdo-
tcs: hay una que Hera unapellido muy yentajosameiite conocldo en eata
ciudad. la hermana Latiegui, (sor Magdalena). Desde CAdiz debian em-
barcarse el dia 15 de Ios corrientcs en la firagata espafiola trh^ y estaa
mugeres flacaa sin mas Taledor qitie el cielo se esponen A dura y a«a-
rosa nayegacion para ir allende Ios mares A curar hombrcs, A qmenes
Uaman hermanos, que estAn postrados en d Iccho del dolor. Antes dc
an salida de la Gorte las'despidid con una tiema y [pat^tica- pUtica «l
I8f
Esmo. 4Upu>, Sr. obifpo d« Caaariai^ cpiieii, ao* pii4a contiaa^, |sl dU:«
curM>,.pQrqu9 la« hgnimw. que derrami^)^ le ^mbargs^n & cacU
momeato la voz.
UigrUnas de ternara tambien humedecian qwsatros pdrpados ai es*
^ibir las aateriores lioeas^ perq prouto 1q b^u sSdo de dolor al le^
que la igUsia espahola acaba de Mentir una nueva pirdida con la
maerie del $ehor obi$po de Tudela falUcido 4fi^^* del pasado juliot
en un pueblo de NavarraJi^ciio su Uuatrisim^ en TorreciUa de Caxoe*
lOft oblyado de Calahorra, en 11 de setiembre de 1770. fa^ preco*.
luiado en ftoma en 29 de mano de^ I8i9 j consagi:ftdQ en 4' ^^ }^^^
del miaain afio. Deapuea de baher e^ipaidado por. maa de. 95 aiiQ^. el
bAcoia pastoral, Tindi6 con. la pa&del justo m aliW^ al Q^taiior. S^ale
in tierm lijera.<aJ. V. t P. ^ •
CRONICA POLITICAe
SETIfittBRE.
^ntonando bimaoa de trianfo j ecbando iampdeitot fieret vieqen
let peri6dicot del gqbierao , porqne Ins honbrei 4i^Qi^i^0ih iflfii»i-
forifiles^ re0ceionario$ y y del dngel eetermwidot ban lido b^tidba
donde qutera se bi^. preMotado> «f eur de lot cnraaqne no popten*
lot con aiarmar 4 loatencilLot eleclorea con icnpoxtnnaa pr^dic^ lof
acandiUaban A lat ornas eon bastooet^ j de qne el gobierno no qne*
riendo que lat eleccionct faeten esta yet nna farta^ ba dejado tqda li«
bertad i lot electoret para que.depotttaten en la nrna el Tot,o que lei
^dtetare to concieociaf y no ettrafiat tojestiooet. A ter algo maa ciutr
tica ouestrt plaaia agradeceriamot etas tandecet de que etUo ben*
cbidat lat columoat de la preosa ministerial ^ pero para notolrot tofi
motivo de mayor afliccion^ porque vemoa qne el boriaoote poHtioo t^
^nobla por uiomentot, y lat detmayadat etperansas qne abfigibar
mot ^an detvaoecidndoie cooio de nn toplo^ al mitmo tiempo qne «e
joi^tifican lot temoret qne por elfotoro de nnetirn infortnnado pait n^
.atormentan. Littinia major qne iodignacion da ver ellengnaje qn^ ntan
el Heralde y la Poidala^ etot periddicot altameute ooatervadoret « qiie
ooando la gobernaeton progrettsta, apareotabao deHender coo brioto de-
nnedo y de buena fe .la tantaxanta de la religion y de In mmarqniet
4dO
pero para alios acttiel ctero'que dos afioa atras llaniabaii Vtrtiioio jbe*
neiiMSrrto , ahora es an clero ingrato y avarienio , j aqvaitos veAera-
blet obtspos, Yictioiaa ilottres de la maa inmuDda de laf reToloeiooeit^
no bacen mas qae atisar las teas de la discordia , j eooTertir en da«
fio del gobierno el bdcolo qoe ese loismo gabierno ba pueato en sua
inanoa, Ahora ya ae habla de retirar lat coocesioues bechas i la lgle«^
aia, J ae trata de entrar en otro camiao ; y ai el que ae aegata locrt'
de reparaciony josticia, el qoe debe emprenderae io ha de ser deper^
aecacion, 6 eaaudo maa) de glacial tndifereocia. ^Pero cnando reoorda«^
rin el Beraido ia Posdala y el Globo qae ese leogoaje desentonado
J poco comedtdo qoe se peimiten es n^aa fiineato aon d la caiiaa qoe
afectao defender, que ai tronara de noeiro el cafjon de la goerra ct-
▼tl en los canipoa, 6 abollara furioaa j deaencadenada la re?olncioo en laa
plaaaa j en laa calles? ^cuindo coroprenderin que en ese aiglo lo que
valOf ea el bilaamo qae auavisa laa llagas, j no el hierro*que lia en*
eona? «.
Despuea de 10 afioa en qoe onoa homhrea ban aocedido A otroa
hombrea en el poder, el bajel del Estado sin brdjula y ain goberna*
lie eontiniSa floctuando i Im aoreed da laa olas , sio que nadie hajn
aido capaa de aacarle i playa de aalTacion. Innumerablea coyonturaa
ae ban presentaJo en laa que hubieran podidoeorarse los oialea qoe aqno*
)an i la desgraciada patria , y todas ellaa ae ban perdido en las manoa
de noestroa- estadbtas: los programas han sido deslumbradores jr ri^
aaefiaa laa ^speranzas; pero aquelloa ae ban deavirtuado, y estas mar-^
ichitado delante una espantosa rcalidad. Vista la impotencia del par-
tido pikrlamentario para goliernar , los bomhres de la autigaa y de In
Boeva mdnarqnfa, entre los qoe se coentan mucbos bombres de iraler
del partido moderado , se han coligado para que el trono, al mismo
tiempo qoe alrva de robusto yaliadar contra laa oleadas revolociooa-
iriaa, sea an poder tutelar y bienhechor para los pueblos qoe cob'ija con
en aombra. Euesta noeva baodera aeban afiliado mucboa jdvenes qne,
^con nobleta de aentimientos en el coraaon y elevacion de miraa eu el
enteodimiento, ban medTdo de una ojeada el fondo del abisoio i don-
ik aoa preoipitar^mos si conttnuaiiios por eaa fatal pendiente en qoe
'ileade machoa afios estaoios empefiadoa, ahora con paso mas yeloa^
ahora con pato maa reportado, Bien coooceesta joventod ilostrada qoe
'ttoe reacotOB) tal comonosla piutan nueatros adffrsarios, esde todo pun-
to impoaible, y qoe la civiliaacion del stgio la recbaxa; lo que si es post*
hie, ajr ! barto posible es la revolncion, que atada con d^biles laaoa»
at« mira con oj^t de llama j noa enaefia an leogua de .aangre.
4«f
i-'^.'pM'jeirai (k>dii0 repliccr i^edmi •• qae «« ftrtido qo* A tMi«
tM deoir. oneftU' tiii£i(s timpatlai tm el pais, aob hu aaltado i, la areot
0l«Qtoral' part mord«r «i poWo de la derrota?" Ya q«e ae ooa prevoca
dudfliot: ^ikquQ ha f^tado la libertad eo laa eleociontis doode quiera qae
el partido- mouirqatcc^religioso ae ha laatado A la locha « et qae oe
ae haa dejado imprioiir ai circular caodidaturas qoepodierao serhee-
filet al gobieroe. Si proebas de eHo ae oos pideii lea eofiartooa A Bar-
got, Paleocia, Goadaiajara j Etteila, doode per d aloalde ban tido det*
terfttdot de«de lot mitniot dittritoi lotelectoretque ae preteataron i ?o^
laro#a CMididatara qae lleraba etcrttat porleoia las ciiriliiadoras pala^
braa d&Rfiiigion y Monartfuia* De esperar et qae el gobieroo cousoU
taaJo to propio decoro j digDid^d hard eateader i tos tabalterooa e(
ditgatio eoa que ha tabido esos deimaneSf poet ao triuofio alcanzado
por etot mediot oo pucde eoorgallecer macba i qaiea le reporta*
Pbr reel decreto fechadoen 21 del pasado agotto ba aido nombrade
tDiDittro de estado Da. Francisco Martinea de la Rota, qaieo ettabe
represeotaodo A aoestro gobieroo ceroe el rej de los firanoeaet. Doe
de let glorias -con qoe te eo?aoece noetira oaeion et A no dodarlo el
iSr. Marlines de la Rota, y atf esperamos de noettroa leotores nosper-
initirio- qae le coosideremos por aiganos instantes bajo el triple u*
pecto de literate, botnbre piiblieo, j hombre politico. Varies aoQ
las edicioaes Injosas que se ban tirado de las obras del ilostre poo*
la de Granada: talea el apreeio coo que siempre ban side leidasy y le
•▼idea coo qoe ae lae procorao maeboa litemtosi que se ban hecbo
oa debar de fornar su goslo aobre el severe j acrisolado del aventefv
jade aatol* de la Poiika. En sot conaposicioaes Uricas ba demeatrada
coin rica y galaoa era su imaginacioo, caio poro j oaaliao so len^
guefe y correcio so ettilo, por lo mismo ten jattitimoe lot laorelea qoe
aoaibreao to faeote; 7 m i veeea la enridia ba procorado arrebalarie
oiM toia'hoja, pronlo'la jotticia j la inspsrci alidad te la ban devuel*
to# Si'oono liter^toet mojr recomeodeble el Sr. Mariinesi et intacbable
cotno hombre pdblico. Diaa de di£naacion ban oorrido para H^ tamr
bieu ha teoido que- arrostrar intoltos, tpodot j batta pufialet, pero eo
la tarde del oiismo dia eu que i la salida del cougreso babia teoido
que tattraerse eo el coche de on amigo A loa asesinos que le acotaban,
se paseaba por el prado, pudi^doae leer eo la sereoidad de so freo-
te 7 eo la soorisa qoe naturalineote aoima sa rostro, coAo pausadoa
d igoales erao los latidos de so corasoo. Prneba de qoe al Sr. Mar-
tines 00 se le podia tachar de lo que coo rasoo 6 sio ells se ioipataba
d su cdlega el Sr. G>ode de Toreoo; 7 asi la puresii 7 bonrades con
in
que ba Miiiajadd let fimdoi J« k ttaotoa ha« 'teoUo qaa .cftaftjirim
kafta sttt OBM aoaaoadot eoemigot. Pero iiel Sr. Marti osftcoineliCeratd
J hombro piiblioftha nerodilo noestros Biaf euisplidos y jnaloa elogiaa^
aeotimoa no podar triboUnelot eooio bombre polflica; poea (a aatabi*
lidad literaria aa acbica kajo atte atpeolo baata Mr una mecKanfa ia«
aigaificanlo. Martines ei oao de aqoelioa hooibret qva tan 'praoto
coiBo sobaa at poder deb<}B gaalaria Deoeaartaiiiaiil6« porqne oa etU«
inpqattos ad atta oiaoeia. qaa aa. llama cieneia de mundo^ poaa craaa
aaiidoroaaaiaala qua aaaodo la reTolncion aaU d Ut poerlaaf para con*
lanarU baata qae baja daada dantro ona voa qua diga deiemie : aa* d
koaibre na puada daoir i la raTolnoioo como Dios i iai olaa dal mart
rttpeia ^ti— abidanoM^ de mqui laa pamrds*
Y vad abl la raaoa da qua apaaar da ka aaoelaataa iateoaioaea dal
Mr. Martiaaa da la ftaaai aa gabaraaaioa ha aida foaaatjaiina para al
|iala , J Biaoho aoa taAamoa da qua la p^Mtaridad no la achaqaa i A
todoa loa malaaqaa eo' aata dUimo parlodo baa Bofido aobra M ia^
fortoaada Espafta. DeagraciadaoMate jtaaamoa aiaaaaciaf j raconbriaoa
laa aaagrieataa catdalrofaa qaa preaaacid coaatarajada la Corte ea lof
iciagoa diaa dal maa de jolio al afio 54t y el motia maoabado aoa la
aaagra deoa iluatre gaoaral aa la caaa de oorreoa dal oiaa da.aaerodal
aio S5f J olroa eacdodaloa qua praaaaoiamaa ea el tiampo eo qua fad
aiiaiitro al Sr. Marliaea t y ao aa qua abrigoamoa la neaer aaapacba
deque aqoel gabioate tuaiasa aaallo parte algoaa^aalaaioaprofaadaaiaa
te peaetradaa do qua poada lavaraa ba aaaaoa j dacir, $oy iaoeaa/a d^ ia
gangre A§ etiot hew^m; perafbd dAilf y la dabilidad aa dUa turbtoa
aa aialeaaa da aroerle. Saa aoma £Dare» apaaar dal aTaatajadlaiano cDUr
aepta qua aoa meaaaa^ aaa ▼Uti^daa.t aaaca la habidraoioa oraldabaa*
laata bamitda para anaargafae da aoa oar^ra qua aoaba da reauaciar
aableasaata el Uoatra marqaaa da VilaiDa# y para jagar lOl papal de ae«
guodo en an eoaaejo de miaiatroa preaidido por al caodiilada Ardaa»
que de itr afortooada aa ba aampoa da bataUa no 4ia da dedacina
qae aea hombva da a? eatajadaa data poUtioaa; •
J. V. T. P.
495
AHTICUM) GUAllTOi
A^(i«stion gravUima y ogileda por ambas partes con vigor jr
empet^o, y uun con exajer^cioci; ciiestion de Irascemiencia in'/-
fneiisa sobre la cual no se peraiite la duda cu una hituacioa
fijii ni «n uQ gobierno organizado ; cue&tion resnella confradic*
turiamenlc muchas veces por unoH mismos ho^iibres segun las
pasiones 6 inlereses del momento > es la de si la religion del>tt
•mezclarse en la politica y dirigir en cierto modo su otirso > 6
si ambas deben marchar completainenle emancipadas i ihde-
pendienics por distinto cainino. Todo.s los hombres sensatos
y niciocinadores aceptan la coexislencia de eslas dos institucio^
oes, de e$tos dos ordenes 6 nuuidos diferentes: lodos convie*
aen, y es casi inutil y basta fastidioso repctirlo en eslos tiem*
pos, qtie sin religion no hay orden ni sociedad, y que es im*
posible una nacion de ateos. Gracias n Dios y & su providen*
cia , que por un corlo monienlo abatidono it los hoiubres i !a
pprversidad y degradacion de su naluraleza » y les retird la
luz quo insultaban, es ja un axioma lo que bace poco era una
cuestion , ^qud digo? una chochi'z de los siglos dc barbarie/ui*
digna de permaiiecer en un liempo en que se habia verificado
la bella invenoion de vivir sin alma y de morir sin Dios. Y
Dotese de paso que los hombres r^igiosos nunca ban negado
la politica , la existencia de dereclio de un gobierno terre^l:rr,
antes bicn lo ban apojadoy fortalecido sieinpre por e) adnit*
rabie inslinlo de la unidad , caracler di5tiniivo de toda terdad
ToAio II 25
An
y de toJo orJen ; a1 p^so que la polilica ha befado de la reli*
gioii, ia lia escarnecido, ia ha crucificado, se ha lisongea-
do de poder dingir la sociedad aiQ au ausilio ; y al re-
conocer a fuerza de escarmientos au propia impotencia » la
llama si , pero la desouda , la deja vivir aolo lo bastante para
que le sirva de apojo y de medianera , y ae gloria luego de
haberla creado como una de sus instituciones. No llamaremos
i eslo escaiidalo, sino locura, porque bien mirado todo^ i quiea
gana maa en la alianza la politica 6 la religion? cnil puede pa-
aarse mas una sin otra ? El altna sin ciierpo siempre es un es-
pirilu; el cuerpo sin alma es un cadaver, hoy escualido e in'*
inovil, manana corrumpido. Han existido teocracias^ ateocracia
no heuios vinto nioguna. Si se admile la exislencia de un Dioa
conservador de ios mundos que ha ciiado, ^que impoaibilidad
hajr eo que sea legislador civil y soberano inmedialo de un
pueblo 7 No podra dirigir visiblemenle una. nacion en &u parle
temporal por si 6 por sus delegados quieu rige el universo?^Y
el hombre se alreveria a reemplaaar ^ Diosen la parle espi*
ritual? Si exisle pues el orden poh'lico es una sujecion, es
una Iriste necesidad , un trisle efisclo de la degradacioa
del houibre » asi conio el peso de la materia « cl cautive<-
rio de Ios sentidos, la deliilidad de nuestios cuerpos, nos li-
gan a un siofin de necesidades materiaies. Colocad al hombre
en el estado de inoceocia , y car^ceran de sentido las lej^es y Ios
jueces ) lo iwyo y lo mio , el mandar y obedecer. La religion
iiacio cuu el hombre el dia de su creacion ^ la poliiica, el go*
biemo humano oacio el dia de su caida.
Si quia&a nos hemos ilevado mas de lo conveniente a los
principios de las cosas y i las regiones metafisicaSi como sue*
le decir&e , ha siilo para que recordando el origeii y iiaturale^
za de la religion y de la politica^ roenguara un poco el orgulio
y deaden con que niira esta ^ su hermana primogenita : porlo
demas admiliiiios y admiteu lodos Ios que pieosan la exi6tea-
495
Gia de entr^mbas, y la necesiilad de robaslecerlas y afirmarlas
una per uiedio de otra , aunque apenas hay uno que conven-
ga en las relaciones que debcn unirias, y en el modo como de-
ben obrar e influir mutuamente. Opinan algnnos que esta in*
fluencia debe ser muy inmediata , y tan eslrechos los vioculos
que unan a enlriiubas, como lo son los del alma con el cuerpOi
eomo lo estan los intere:>es espiriluales que una representa con
loa intereses materiales representados por ]a otra. Los haj^ por
el coiitrario que ju7.<;an que la dema.siadla union debe ser forzo-^
sauiente danosa a ia indepeudencia de una de ellas j' a hai tran-
quilldad de las dos, que no es posible acercarlas sin que reci-
procaroenle se absorban ^ que el unico medio de mautenerlaA
acordes es separarlas, dejando a cada cual 8U accion libre y su
dominio marcado. Y es de notar que.estas dos opiniones tan
distinlas e^^tan apoyadas en razones> unas plausibles, soHslicas
olraSy Unas religio^as, y otras impias, que son profesadas por
bombres bien difereutes y con muy diferenle objeto y sentido^
y que en uno y otro bando se baltan incrddulos y creyentes^
preieodiendo eslos favorecer la religion con los mismos pribGt«>
pios con que otros iulentau peijudicarla,
Asi pues de los que quieren separar y aislar la politica de
la religion 7 los bajf que a.si piensan por odio 6 iudiferencia ha*'
cia.esta ullini^; quieren que la \ey sea atea , es decir , que re*
nieguede su padre ^ de su unicd y verdadero origen que e9
DioSy y esperan que la religion abandonada a si misnia perece*
ri^ porque no conprenden oiro apojro que cl de la fuerza, ni
Giro poder que el de las bajoneUis. ilnsensatos! parecidos en
esto a .los noiieaibros de up cuerpo que quisieran privar de ali*
menios al alma^ y que no conseguirian sino suicidarse^ al pa-
ao que el alma se desprenderia de ellos siefupre libre y siem*
pre inmortal. Pero rauchos bombi^es rdigiosos que saben que
el estado subsiste por la religion ^ y no la religion por el esl»*
do I sostienen sin embcMrgo^ aunqi^e con objeto aiuy distiAto^
i96
esla misma independmcia y iei?9lamiento. Cohoclendo de donde
le viene & la religion el apoyo y la vida , y secures con las in*
mortales proiuesas que afirinan su indestruclibilidad , se curao
nmy poco de procurarle el apoyo de aca bajo: saben por lar-
ga esperiencia lo que significa la proteccion de los gobiernos, y
caniaJos de ver IdH invasiones del poder temporal y su cons-
iaote leiideiicia & esplutar y i Lorccr i sns tines las cosas mas
sanUs , desean un cullo menos rico y esplemlido tal vez , pe*
ro mas independienle ; yd (ruequede libertad cedieran debne-
na gana los onerosos privilegios y el proleclorado con que se
emboxa el predominio y fiscalizacion mas absolula. Obser^an
adeaiiis cuan Ciciimenle Ins pasiones teri^nas se insinuun liasta
cl pie del sanluario aun sin abrirles las pnertas, 3' calculan los
males que so Mgucn de la confusion de lo^ dos podeies 6 de su
relacion inmediata, impeiiendose ora a la religion a andar por
liis plazas en pos de una bandem liumana , ora a la polilica i
sentafse osada en el fundo de Jos ti'mplos. Recuerdan que la
religion lia exislido siempre, y existe nun en e) dia , bafo iodas
las fi>rmas.de gol»erno , y qoe ningun sislema polflico pned^
gloriarse de ser su esclusivo apoyo }' protedor , ni Inverse en»
leraniente de los agravios y perjuicios que le Iia irrogado; que
los estados perttcen^ que la opinion y los inlrreses politicos va-
rian de fase i cada moniL*nto, que los pueblos.sc disuelwn pa*
ra volvorse aformar , y que la religion* etefna ei irimulablc no
le convicme aceptar abanza ni union con nada dt^ uihduble y
]Serecedero , para que no sea ni aun aparentem^nte arrdstrada
en su roina y parlicipe de su morlab'dad.
Taldo nos parecen en compendio Lis razonospor cirrlo pIo-
Ciieules y brillantes con que muchos , especialmente en este si-
gk> en que mas que nunca seh^ palpndo lo caduco de las co-
aas polilicas y lo indHglructible de Ja religion, ebogan por la
c^mplelaicmanoipacion de esla ; y en nombrc de 1j liberfad y
tolierancm misma que tanlo so procUma , piden una garantta
497
contra las invasioneit de h polilica y la opresion de los gobier-
nos. Otro^ enipero qnisieran continiHir aqiiel e>lrecho ffnlacey
aqiiella es|3ecie de fusion que enlre una y otra rolnab.i , J es-
to con lints tainbian inuy dislintos. Los bayqiiu qiiisieran ha-
cer entrar )a religion deiilro de la politica para dominaria asi
uias a au sabor y lenerla a pupilage, .sea porqiie la cieati in-
capaz de existir por si sola y se leii;;Rn inodcslamenld n si pro*
pios por sostenedores suvos, sea porqtie no eslrii en aninio de
darle lo que le pertenece y le c.i debido. Pero adeinus de csos
hoinbres, reslos de otro siglo, hay otrosqiie descuriun insiniiar
la religion en la polilica, no conio sierva , siiio oomo alma de
esta iilliiua, para que la vivifique y la dirija, y doscarian reno-
var aquella coucordia envididble y fralernidnd anfigua que
inediaba enlre el eslado y la Jgk'sia, cuando ambos de actierdo,
andios independietites concuniana una misma obra y a un mis-
mo fin. Cteen que la religion no debe relirarse dc los negocios
hiunanos por la misma riiaon qne el alma no del)e abandonar
el cuerpo; y que abdicar completamenle la dirtxeion y supre*
niacia <|ne .<obre ellos le compete y seria abdicar el cargo que
Dius mistuo le itonQo, seria cobantia , cuando no una e.<[>ecie de
suicidio. La religiou, dicen , es la madre de las sociedades^ y
por mas que lasbijas desconozcan y agravten a su madre, no
debe esta cesar en su maternal solicitud, asi como Dios Itueve
sus beneficios sobre los mismos que le niegan.
Si es diilcil liacerie cargo de las varias y encontradas opt--
Dtones que reinaii acerca de las relaciones que deben unir a la
polilica con la relisfion^ mns dificil es todavia el prnnimciar
cual s(*a de entre ellas la mas acertada , y dar una solncion
que sntisfatra a todos los intereses, necesidades y circunstancias
acltiides divcrsas (ambicn y aun encontradas entre si. Porque
si la religion tiene necesidad de independencia y por consi*
gtjientc dc aislamieuto con la polilica, la polilica necesila lam-
. bicn dc direccion , es dccir , dul apoyo religioso; y .si hay casos
A9S
eo que debe aqnella mantenerse deotro Ael santoa no, I^jos de>l
estrepito de las pasiones humanas^ neutral & todos I09 partiilos
para ser respetada de todos cllos, los h»y lambien en que debe
aalir de su solemoe reposo , y presentarse en medio de la lu-
oha para acallarlos y oonciliarlos con todo su influjo , 6 para
repeter al profano que se atreva a poner los pies dentro del sa*
grado recinro. Seguir pues en [todo evento y sin distincion al-
guna unode los dos sistemaa esclusivos, ni fuera conveniente,
ni justo; y i veces el aislamiento e independencia pudiera de*
generar en culpable indiferencia 6 abandono ; a veces la d^ma-
aiadd intervenoion i influjo pudiera calificarse de ainbicion 6
de espiritu de doininio, que mas tarde viniera i degenerar eo
aervidnmbre. Pero noa alreveremos a dcfcir que, alendida la in-
dole del aiglo y la fiienia de las circunslancias y el giro de la
opinion , conviene mas a la religion por lo general separarse de
todo punto del movimlenlo politico , que seguirlo y eNlbi'zarse
en dominarlo, sin peligro dejiais restriociones que mas abajo
poqdremos a nuestra ^oi^oh acerca de los cases que pueden
darse , no de intervencion , sine de propia defensa.
No pretendemos por cierto quttar a la religion el influjo
que debe ejercer sobre la sociedad ^ influjo por cierlo muy di*
ferente del politico; intes bien creemos que en ningupa epoca
mas que eo esia le conviene penetrfir y filtrarse, por decirlo
asi y en el cuerpo de la sociftl , atender a lodas sus necesidades,
y bacer brilUr sus beneficioH al lado de la insensibilidad del
(ilosofisniQ 6 de la irapotencia de los principios puramenle lm«
manos. Cuaqto maa falla i la religion el elemento coercitivo^
^s deciri el apoyo de las le^es y de los gobiernos , tanlo mas
nece.-)itq de] clenxento espoutaueo , del ^poj'O de los corazooes,
y del afectQ de lus masas; y si un liempo reprjuaan los go-
biernos los malos iqstintos de los pueblos , llego ^a el dia de
que los pueblos triunlep d^l Hteismo legal 6 de la indiferencia
de los gobiernos , y los arvastren y UtJY^n eu pos de si a pesar
499
^yo eo 8Q sftlttdable relraceso hitcta las ideas retigto^as. i No
es en eFecto iio espectaculo bermoso ver por casi toda la Eu-
ropa estas tnasas 6 esle vulgo que forma la mas crecida parle
de las nadones, en quien la religion se miraba como un iVi^no
iinpueato por la siispicacia 6 poliiica de los gobiernos , verif,
repilo, mas que nunca religioso • no ^^a por lo« gobiemos, fino
A pesar de ellos en cierto modo 7 El movinHento que antes se
Terificaba de arriba abajo, se verifica al pr<'seule de aba jo
arriba ; los pequenos y los que llorau ban comprendldo el reino
de Dios , porque el solo puede engrandecerles , 4\ solo puede
enJQgar sus lagrimas; y es seguro que larde 6 temprano em-
pujarao a los gobieroos en su m«ircba hdcia los lemplos que en
au nonibre se cerraron 6 demolieron , y que esta vez al nienos
lendri su efecto esa soberania irrisoria con que se condecora al
pueblo en premio del bienestar real y verdadera dieba que le
arrancaron.
Pero be aqui la diferencia que media enire los intereses po-
liticos y los sociales, que los uoos son parciales y transitorios,
los otros f)eipetuos y generales , y & estos por lo mismo puede
J debe aliarse la religion. Contemplese empero el c^os que rei*
Da en las politicos , la efervescencia que arde en las pasione5»
y digasenos si podrd bajar i eslecdos la religion para alumbrar-
lo con su luz 9 d dominar estas pasiones para calmarlas , y A
DO es de temer mas bien que saiga berida de eo medio del
combate. Si los di versos principios siguieran una marcba ani*
loga en toda la Enropa, si la verdad fuera patrimonio esdosi-
^o de algnn partido^ y si su triunfo fuera indefectiblemente
unido al de la religion , comprendieramos que esta se afiliara it
una bandcra , 6 mas bien que la bendijera inies de partir al
combate y la cinera con su aureola sagrada. Pero i como pn-
diera decidirse activamente si en unas partes ilorece en el seno
de U monarquia , en otras al abrigo de la democracta , aqui
eo nonibre de los antiguos principios , alll en oombre de las
noevas ideas? Sois catolicos , y os interesaitt por la suerte de ia«
cbses mas pobres y numerosas de la sociedad ; i proclaiDarcis
i voz en grito y sin dislincion de cases esla voz de libertad^
que en tantos paises ha rolo tan sagiados vinculos y librado al
hombre de todo deber , esla vos de igualdad que lia igualado
las lemplos con cl suelo? Sols catoiicos, y piofesais las doctri- *
Das de orden , de unidad, de absolulismo^ si se quiere; ^os ale-
grar^is cuando Ueguen i vosolros los gemidos de los infelicea
polacos oprimidos por el aulocrata en non>bre de la unidad y
cenlralizaoion , los lamentos y miseria de los irlandeses drmo*
cralicos monopolisados por los torjs ingleses 7 Visteis con do-
lor como una d^rrota de vuestros principios la Grecia eoianci-
pada del de.spotisino otomano^ eniancipada la Belgica de la
inloleranoia proteslante? A tales inconsecnencias , a inonslruo-
siades tales nos espondriamoa , si quisieramos enlais:ir la rrliqion
con algun sistemu politico , y ^ ellas se esponen con dcina>iada
frecuencia por desgracia aqnellos i qtiienes puedcn pias las pa*
siones lerrettres que los sentimienlos reiigiosos.
Estas diierencias politicas tauto m'^s acalor»das cnanlo me-
mos comprendidas en sua teorias ^ si bieo repres«»utadMS por
iolereses harlo tangibles y por c^lculos sobrado posilivos on la
major parte de los que las profesan , son invencion a lo mas
del siglo pasadOj y consecuencias tnuiediatas do los gobiernos
representatives; piies inles no reinaban mas diferencias que las
de nacion a naoion , y si bien entre la^s clases exislian radit.-al-
ineote livslidades y pretensiones opuestas, psando poHcr de
nnns a otnis , este cambio se obraba pacidca (^ insensiblfnicfnte^
6 bien se rrsolvia en Inclms san£:nenlas pcro cottas, en lus(]ue
pr;cu parte leiiian las leorias. El podrr era pues uno , una la
nacion , y uniforaie la niarcha que Sfguia : no ofVecia rMilt»i>oes
dificultad algiuia el que |a r4'li^,ioii se contundiera , por deciilo
ani , onii f\ pcKJer ten-rno , cujo foco ^oio era inio , y qni? des-
de aquel oeuiro ooinun derrauidria i:ou igtialdad sus ra ybs so-
i04
Kre todat las clases » y templara con m ben^Bco iiiflafo la ac«
cion barlo dura j material de cuanto es paramente htiroano.'
El poder se ha fraccionado ahora , las pretensiones ae ban di«'
i^idido y puesto eo complete desacuerdo; pero la religion deba
permanecer en au oenlro ^ utiico elemento de nnidad , y pot
lo miamo de salvacion que noa queda. Si en vueatra lucha que*
reis aprovecharoa de an influjo contra vueetros enem»goa> acer*
caoa al lugar dbnde esU fija, que ella os aniparar^ con au som-
bra ; pero no la movais de su puesto para bacerla aervir de
bandera y llevarla i donde queraia^ hact^ndola^ si vencois^
complice de los eacesos de los vencedorea; si perdeia, participe
del abatimiento y oprobio de los vencidos , y aiempre objeto
de odio para mucbos ^ de quienes es tambien madre universul.
Tal vez echareis menos Jos dias felicea en que ia corona y
la mUra se prestaban su brillo muiuatnenie j y en que unidos
los doa poderea como hermanos sin rivalidad y sin sospcHibas
de que piidiera nunca haberla y dejaban menos marcados y cast
confundidos los limttes de su jurisdiccion. Razon es ecbarlos
m^nos , y nadie mas que nosotros deseaiia ver establecida aque-
Ua suave dicladura , aqnel den'cho de paternidad que ejercio'
la religion sobre los pueblos despues dc la ruina del imperio
romano, y que creo las naciones modernas; pero esta dicladura
I toca acaso a la religion el pedirla ? El mundo se la dio , el
mundo debe volvcTM^la. For saludable , por benefica que fuera
esta tutela , pasaria por intere^jada^ por usurpada tal vez, si
la religion ae anlicipara a reclamarla. Dia vendra. y acaso no
est^ I^JDS, en que los pueblos la invoquen otra vez , en que los
pueblos se la pidau de rodillas ^ porque el mundo esta oorrom*
pido y degenerado como el del imperio romano , porque en el
drden de las ideas ha babido una devaslacion y ruina senie-
jante i la que con la invasion de los barbaros del Norte bubo
en el ordt^n de los hechos: entretanto coiiviene 4 la religion
esperar y eslar pronta para acudir al socorro. Ella fundio los
ToMQ a 26.
502
pueUos eo uifo haciendo olvklar los Dombres de vancedores y
vencidos ^ ella fundio raat tarde las clases borrando las distin-
cioaes de siervos y senores, y eDtregd laa naciones compactaa
y poderosas en manos de los monarcas , que laego desvanecidos
con su poder quisieron subyugar i la misma que se lo habia
dado. Tres siglos de concesiooes por uoa parte, y de invasionea
por otra , no bastaroo para romper los eatrechos vinculoa que
las unian , y aun en nuestro siglo ban resonado juntos los nom-
bres de altar y trono como simbolo de alian7.a. La misma con*
fianza que babia depositado en el estado la religion , abando*
niodole i vecea sus prerogativas, ha servido de arma loego
para despojarla de ellas. No> repetimoa , no conviene aejar al
arbitrio de las vicisitudes terrestres y de eventuates circunstan-
cias los limites que separan lo espiritoal de lo civil , el cielo de
la tierra. Los pueblos diz se ban emancipado y que no necesi-
tan ya de la tutela de la. religion, sino de un gobierno fuerte y
Gompacto ; sea muy en bora buena : pero sep^rense los bienes
del tutor de los del pupilo, ya que tan buena cuenta dio aquel •
de su administracion. Mueslre la religion i los que la culpan
de usurpadora del poder terreno en cuan poco lo tiene, a no
aer por el bien con que pudiera emplearlo en favor de los pue-
bios mismos , y i los que ae jactan de ser su apoyo cuan poco
los necesita para su sostenimiento , y que su apoyo viene de
mas arriba.
La amigable alianza que largo tiempo medio entre los dos
poderes temporal y espiritual , y la especie de tutela que ejer-
cia mutnamente uno sobre otro , prestando el primero al se-
gundo fuerza y decoro visible , y este i aquel sancion y apoyo
moral 9 coofundio de tal modo sus limites respectivos, que i
las veces no es muy facil distinguir ddnde acaba el derecho de
cada uno , y empieza la invasion. Por esto no es de e^trafiar
que nuestros ojos acostumbrados i verlos marchar, especial-
mente aqui en Espana, siempre juntos y enlazadosi se asom*
203
.bren j se escandalicen en el tnomento del fatal diTorcio j se-
paracioD , oecesidad inevitable de los tiempos que corremos:
DO es de estrafiar <}ue fake la serenidad de inimo conveniente
para sacar el mejor partido de esta separacion ^ dando a cada
pual lo aujrO) j para que la religion, devolviendo al poder bo*
mano las pocas joyas y adorno esterior que de este recibio el
dia de au enlace, pueda reclamar lo que nadie podri quiiarle,
lo que trajo de la casa de su padre, lo que trajo de los cielos.
No dir^mos ciertamente que do sea lamentable esta ruplnra,
y mas lamentable las circunslancias que la ocasionan : van tan
nnidos los intereses del cuerpo con los del alma , y el sosiego
y bienestar de entrambos ; pero tampooo es justo afligirse mas
alii de cierto punto. Hombres de pocafe ban clamado que la
Iglesia perecia, porque el poder le retiraba su brazo; que el
templo se desmoronaba , porque se le despojaba de sus ador-
DOS y colgaduras; que la religion babia desaparecido , porque
retirada en el santuario no la veian ja en medio del mundo
ejercieodo en las cosas civiles su ioflujo saludable. Dejad^ de*
jad que se la despoje del maoto de purpura y de las iosignias
de autoridad que recibio un dia ; malo es^ pero al £n no es
parte suya inte^rante , no es mas que un vestido , y para ves-
tido le bastan los propios resplandores emanados de su cuerpo.
I7o es por ella en todo caso por quien hay que temelr ; es pv>r
el orden civil, es por los gobieroos , porque no comprendemos
esle orden sin moralidad , ni moralidad sin religion, i Donde
ird i buscar su sancion la autoridad 7 su base y su apoyo la
ley 7 No comprenderiamos mas respuesta i estas preguotas que la
disolucion y la muerte , si no observiramos que la religion con-
forme es echada de los codigos va entrando en los corazones,
y que su existencia de hecho durara aun cuando termino la de
derecho.
Sea de esto lo que fuere, conviene mucho la precisa deniar*
cacioQ y deslindamiento entre lo que es de la creencia eterua
20»
d^ la religion^ 6 Ae la oonstitacion mtsma de la Iglesia , y lo
que son meras prerc^ativas accidentales y dc origen hiimano*
CoQviene que la religion abdique , por decirlo asi , siis c^rgos
esteriores (i) para cuidar mcjor de ai misira, que abandonan*
do el muudo y las sociedades lerreoas, que conservo mieotraa
estuvieron bajo su cuidado , cooceulre en eierto modo sus fuer-
zaa, y ae encastiile en au primiiivo y aagrado recinio, para po*
der asi repcler con mas brio y dignidad a cnalquier profano
que se alreva a perseguirla deutro de su mismo imperio y y a
invadir so jurisdiccion.
Si, cttaiido abogatnos por la separacion de )a Iglesia y del
estado ^ de la religion y de la politica , es solo para salvar la
independencia de la primera , que ja no era mirada cual un
dia convo madre , sino como aierva de los gohiei nos ; es para
terniinar las falales disensiones que tan larga (echa cuentan, y
que tomarian eii la acloalidud un caracliT mas que nunca alar-
inante; es por 6n para que spa mas ponible y mas vigoro.sa la
resisleiicia que debc oponer la religion siempre que se atenle i
au liberlad 6 a su vida que es lo mismo. Para enlonces , Oi^are*
mos decir , debe guardar loda su energia ; y esta mezcla de
mansedumbre y desprendimiento en lodo lo que no es pura-
menle del cielo y y de infiexibilidad y tetjon en lo que le viene
de arriba y afecta su existencia misma y pudiera presentar on
especliculo brillante y un contrasle magnifico, i cuya grandeza
no se atrevieran a cerrar los ojos sua mas encarni'cados euenii-
gos. La religion lo presento ya una vez en los tres prinieios
siglos de la Iglesia , cuando los crislianos fides a un (ienipo a
6U DJos y a si| soberano, y que tal vez habian derramado su
Sangre en defensa del eniperador , vertian el res(o de ella en
(1) No se Crea por esto que 'aprobftnios el ylolcnto despojo de lag
msncionadas prerogativas , ui que semejantes A los jaiisenistas ros la*
msntemos de la brillautez del culto ni de los honores que ju.tameuls
St han dispeosado A la religion.
805'
defen^ia de sa fe cohtra el etnperaddr misrao^ po resisliendo
coo la fuerza material, sino con las almas y coo la cooviccion,
abandonaiido Ids coerpos a quien aobre ellos mandaba , pero
reservatulo el alma para el uoico que puede ser su dueilo.
AforUinadamenle no ea en el dia necesario, oi tal vez coove*
niente » un martirio estrictameote enlendido i sobrao otros me*
dies de defensa que nos preslan laa circunatanciaa particularea
del tiempo; y aun cuando fuera posible un encarnizamienla
igiial de parte de los gobieroos al que emplearon los Cesares
rouiHDOs contra la fe de Cristo j no tovieran , no , que abrirs^
otra \ez i^s inm^nsas pdginas del roartirologio , porque aquel
gohienio i>eria ea breve la primer victima de so impi^dad. La
religion se ha infillrado ja de tal modo en las sociedades ac«>
luales , que no es posible hertrla sin herirse uno mismo , y la
roca indestruclible en que esta asentada vuelve i enviar con
doble tuerza, como alU en Goradonga^ los dardos que contra
elia se ase.stan. La Iglesia decia en otro tiempo a los bijos que
iban entrando en su seno: Creed y morid\ ^qu^ otro medio
de resistencia babia en medio de un gobierno despotico y todb
material ? Pero aliora se trata de vivir y darle vida , no solo
de coaservar, sino de propagar. Dios no nos manda desesperar
de las sociedades actuales, ni ba pronunciado su ruina como
la del imperio romario: y si bien hemos dicho que conviede
k la religion abandonar la esfera politica , es con la iotencioii
de guardarse paru mejores tieropos, es salir de su recinto para
daaiinar uiejor Io.h hechos de afuera, y aprovecbar el momento
en que 6 tlaroada de miavo, 6 elevada en brazos de sus bijos
fieles., pueda de nuevo plantar su sagrada bandera como signO
de redeiiicion.
Y aqui convieoe distinguir dos ideas cuya confubion pro*
dnce graves inconvenienles y da motivo a errores y calnmiiias:
la de religion^ y la de los bombres religiosos; la del elemeato i
in^titucion uiisma ^ y la de todos los miembros que eocierra en
$06
au seno y viviQca. La religion , 6 la Iglcsia que no es maa que
au organizacion ^ cotno mero eapiritu y abslraccioo , si e^ licito
espresar asi nuestra idea y no liene mas que armas espiritualea
para defeoderse ^ j giuie y resiste invisiblemeote: pero cada
cual de sus hijos liene una exi&tencia concreta en que se per*
aottifica esta resistencia y este gemido ; y sus hijos, al niismo'
tiempo que catolicos, son tambien ciudadanos y miembros del
estado, y tienen derecho de introducir en ^i y hacer triunFar
aus principios, sus convicciones religiosas, mil veces mas fuer-
tes y energicas por cterto que todas las que pueden producir
los sistemas politicos. Tienen derecho d esta sobercm ia indhi*
dual que m cree invencioo moderna , y no es mas que una d»»
daracion ridicula y pedantesca en sus formas , falseada y alar-
tnante ensus aplicaciones, del inQujo que ha ejercido siempre
la mayor d la mas ilustrada parte de la nacion , y que como
alma eocarnada en una u otra forma de gobierno ha heclio
marchar a los pueblos, a no ser en epocas pasageras de crisis.
Poes bien, en nombre de esta opinion publica, de esta sobe*
rania 6 iibertad^ 6 como se llame, proclamese la reabilita*
cion de las doctrinas religiosas , no de un modo Tago , teorico
y tal vez hipocrita , sino pfactico^ realizable y sincero. En
nombre de la libertad , en uso de vuestra soberaoia , pensad en
la conservacion de vuestros temptos, en la defensa de la uoi«*
dad de la Iglesia j en la educacion de vuestros hijos , en la ga*
rantia y mantenimiento de todos vuestros derechos y propie-
dades: callar en tan solemnes circunstancias^ cuando ae citao i
|uicio tan aagrados objetos , ea dar el vote d aus destructorest
es pooer su firma al pie de las ordenes de irreligiosidad y rutna
que ban estado a la orden del dia. i Qui estrafto pues que
uua pandilla debil en niimero y fuerza , poco escrupulosa en
aus mediosi descabellada e incierta en sus fines, haya logrado
llaniarse nacion espanola ? Si los hombres religiosos que com*
poaeu el nervio de ella^ si los que pagan sus cootribuciones y
sor
callan , se linbieran paesto A dirigir el moviraiento que les ate*
rraba, y a apoderarse de las rieudas, 6 ai menos i contrariar coa
una resistencia pasiva pero firme las medidas revoluciooarias^
{cuantos males .se hubiera ahorrado Espial Porque no eran
sus repiesenlantes, no, los que jermaron los conventos, los
que arrasaron las iglesias, los que abolieron los diezmos, lo^
que grosera y cinicamente insultaban al anciano Padre de los
fieles. I Y per que pues callaron aquellos ? j Ah ! porque mu-
cfaos enlazaban la religion con la politica demasiado, porque
DO sentian que sus enemigos se desacreditaran aun a costa de
los niayores males de la Iglesia, porque rehtisaban con desacor-
dado desden hacer uso de las armas que les prestaban sus con*
Irarios misnioS| porque forjandose un plan roitad politiqOy
mitad religioso , esclamaban a todo^ 6 nada", como si no fiiera
iodo para un cristiano una Iglesia iodependiente , una religion
firme y robuslecida. Pero el que esto escribe, por lo mismo
que desea la separacion de aquellos dos elementos « cree que
nuiica es tarde, nunca fuera de tiempo para salir i la defensa
de la religion, que la religion como institncion debe quedar fuera
de la politica ^ pero que los hombres religiosos tengan en po*
lilica ei purtido que quieran , vencedores 6 vencidos, nunca
estan dispensados de prestar su apoyo & la que todo lo domi*
Da , jr se cierue pura 6 intacta aobre cualquier traslorno, como
la paloma aobre las aguas del dilavio.
Josk Maaia Quaorado.
fiO^
£OMO BSCRITOR POtiTICO.
N
o solamente uno de los poetas espafioles de piimerordeo^si-
DO Umbieii un prosisU de lo$ mas aveotajadoi del aiglo XVIf, e$
ei incoui parable, original y fecuadisiuio ingenio cujas obra$
jocosiis andan en manos de todos, y cu jos Iratados serios ap^*
uas tueran conocidos^ si no los pre^^ervase de coiipleto olvido el
renombre europeo de su aulor. Desgracia es estadeQuevedo, y
no injusticia de siis lectores. Los que buscan en los libros so-
l;iz y eiilretenimiento no pueden menos de pasar sabrosisimof
ratos con el caudal inagotable de chistes, equivocos y malicias
del Juvenal moderno, uaienlras los pocos que apetecen lecturaf
sdlidas e indtructivas se ven como prccisados a cerrar el looio
cansa<lo8 de tropezar cpn los defectos de indole^ m^todo y es?
tilo en que tanlo abunda el discipulo de Seneca y de Zenoo^
Jiln el pricner g^ueio es un uaodelo que desespera por inimita*
ble, en el olro up de/cbado imperfecto que sin grande cautela
no se debe imitar. Por esU> i Mnos les retoza la risa en elcaerp^
po a! ver la maestria con que zabiere y descubre el ridiculo en
todas las clases de la sociedud, y a los otros se les arruga el
ceAo a pesar de la vebemencia con que declama conlra los vicios
que corroen las sociedadcs. La gracia de sus donaires basta para
desarmar la ciilica del coroun de los leclores^ al paso que sus dis<
cursos filosoficos no sieropre vanvestidos tie un arnesparaellos
impenetrable ; asi es que se conoce en Quevedo mas bien al
dtcidor altgre y mordaz^ que no al pensador auslero y pro-
fuudo.
209
' Un critico jrno de mediano rliscernimiento ha dicho ([m^
flolo en sua obras .satirico* morales se encaentra al TerdaderO
Quevedo, puento que las producclones asc^ticas y doctritiales de
0U edad rnadura no son mas que una especie de sacrificio para
espiar las travesuins y liviandades con que 5u Hicil plnma sal*
pic6 ios escritos de su jiiventud. Mas, corn^ en el juicio de es-
10$ 4esahogos juveniles, tildando espresiones que otro8 celehrarian
per muy felices, semuL'stra tansevero en principios literarios co-
mo loera Quevedo en principios (ilo>6(icns, nada tiene de estrano
que trate tainbien con demasiado ngor aquellos de sus escritos
que rcvelan inlencion mas profuruia. Unos y otros, aunque ai
parecer tan opuestos^ no dejan de ser frutos legitimes de una
misma plnma. En (odos ellos creemos la misma e.^pontaneidad,
aino el mismo acicrlo. La naturultza doto a nueslro antor cic
un espiritu tan eievado como feslivo^ y su talento & nueslro
|uicio fu^ casi tan maravilioso como mi ingenio. Si se lantea ia
eapacldad intelectual de un escrilor por el meritb respectivo de
BUS escritos^ lemeraria y aun insostenible pareoerd huestra aser*
cion ; mas, si lomando en cuenta las circunstancias que perju-
dican ai valor intrinseco de las obras serias de Quevedo, apar-
tumos l» vista de Ios rouchos lunares que las afean, y en vc2
de apreciarlas en su conjunto, fijamos la alencion en la muUitud
de rasgos sublimes de que estan sembradas para deducir de
ellos la fuerea de inteligencia que Ios ha producidoi no duda-
mosque imestra humiide opinion Fuera lobustecida con olras
de mas nota y valia. La perfeccion de un parto literario depcb-
de asi del genio como del buen gusto de quien lo ha dado ft
]az. La naturaleza y el arte no siempre requieren la iguaKlad
jpara enlazarse en iegitimo consorcio: asies que en el orbe litera-
rio se ven tantos hjos raqulticos 6 mestizos. El genio se debe
todo al hombre, y el gusto en gran parte al siglo. Este es un
aumento de riqueza intelectual, cuyo logro esta sujelo & estra-
Bas inflnencias; y en epocas en que se halle corrompido 6 em-
ToAio u 27
210
piece a corromperjip, con mas freciiencia d mal gusto arraslra
ai geuio que no cl getiio salva al buen guslo. El de Quevedo
ciertaiuente no era iin\y acvudrudo. Sus oi>ras Biosoficas son
uno< joyeles en que trozos de lidrioy deordinaria pedreriaes*
tan revueltos con diainanles do snbidos quiiates. Desgracia fu^
pues de su lalento no liiibcr tloracido ea epcca oias favorable.
Medio ^glo antes su briilo fueia mas puro: dos siglos despues
sella abora el priuiero de nuestros escri^ores.
Liislima es que los que actualmente se dedicau al cultifO
de las letras apenas einpiezan a respbmdecer en laesfera litera-
ria. cnando son ariancados 6 se trasiadan elios inismos a la are-
na poll tica para lucir en orbita niaselevada si sequiere, empero
tanibien inenos serena y apaoible. Si Ics e.sMulios lilerarios no
e^tuviej^o casi esclusivanienle confiados a jovenes de mas an-
dacia que talento, n}e(idos a period istas, com o i»i luesen comisioT
iiados de los faLricantes de papel para procurar el consunio
de esle genero, 6 bien pore! prnrilo de ensenar al publico nus
primeras declaraciones amorosas 6 sus comicos arrebatos de ce-
los; en \ez de lasdescarnadasbiogranas de Quevedo quese ban
reproducido en esta epoca de progreso intelectual, lendriamos
ya alguna disertacion profunda y razonada, en la que por el
completo analisis de sus obras desmenuzadus parrafo a parrafO|
por la curiosa investigacion de alguno que olro liecho d idea
particular, por la corrt-lacion con los sucesos polilicos 6 litera*
rios de su epoca, se verian clarameute los rasgos caracterislicoi
del espirilu de Quevedo, se daria a couocer (peruiitasenos esta
espresiou) el di verso peso especitico de su taleato, y se com**
prendiera Id raarcba y enlace de unas ideas que dan tan dife*
recite aspecto a su doble fisonomia. No h'^y duda.quesi bubiese
naoido alleude iosPiiineos, ese precioso trabajo, lo posf'erian ja
los franceses, y con ^1 se habrian enriquecido algunas piginas
de sus escelenles y (ilosoficas revistas.
Tarea seria esta de mas fatiga que lucimiento, mas no por
2H
esto arredraria a on verdadi^ro amante de las glorias de la
Iheraittra y nacion espanolas. Mucho!) son los requiNitos nece-
aarioa para ilevarla i cabo debidamente : porque ademas de
poseer el critico 6 historiador <le Quevedo suGcientes conoci-
mienlos aoerca de las iiiaterias que trato, y de la epoca en que
Tivia , nienester fiiera tambien que eslnviese cmpapado de una
erudioiou cast inmensa, como cstarlo solian I<is grandes escrilo-
res del siglo de oro de nucstra literatura. Solo asi es posibic
discernir lo que en sus obras era pnrte de lo que acopiaba su
meniorta, 6 producto doiu que elaboniba six inleligcncia. Aho-
ra los quv estudian, por decirlb asi , runiinn y digierrn las ideas
agenas liasla coufuiidirias i iuHltrarlas en las sujcis propias : y
el escritor concienzudo da peusurnicutos su jos, 6 que ha hecho
an JOS por medio de la mcditacion y del cstudio compare tivb
de diferenies sisteinus. Ehlonces solo se Iransferian las ideas de
un iibroa unacabezB) para pasar despues intactas y sin modi-
ficacion alguna de.sde la cabeza & otro libro en que |las frccuen-
tes citas absolvian al transcritor de la nota de ptagiario. Com-
poner un (ratado era descargarse de una multitud de dichos
y sentencias qjie, corno en estantes nemdlecuicos, coiiservaba
la ineuioria ^ y el talento y merito del aulor se couoce por las
ideas propias que con aquellas maso menosdieslramenle revol-
via. Que esto fuese una nioda perjudicinl no hay para que de-
cirlo ; pero que el sesudo Quevedo, con toda la perspicaci^j de su
ingenio y la fuerza creadora de su talento se sujetase a ella, y
auu sirviesepara autorizarhi, tampoco hay que estranarlo. ;Qu^
escritor uo participa de la almosf^ra en que respira? Quien
tan desprendido, que se atreva i iuchar solo contra la corrienlei
80 peoa tal vesde no aer leido? Quien tan previsor, que vea la
gloria postoma en contradiccion con el aura popular que le
rodea? Lope de Vega, Jauregui , Quevedo pagaion su fatal
tribute al culteranismo dequese habian donosameute builado:
Gdy Zirate al masdeshecho romanticismo; Harlzembusch ii los
2f2
rneiodramas; Zoprilifi, Breton y Ritbi no se ban corridode ver
sus nomU'es es(Hin|Midos en un |)f'ria«lico en que las ftfiisas 86
veslian de fregonas, y sc liacia objelo de risa a la pobre litera-
lura espuuola.
Reqiierir las condiciones indicadas para eslender el juicio
critico dc las obras serias de Quevedo , es lo niismo que con-
fesanios inhdblles para dar felis cima i tamafia empresa. Acre-
diudo pinlor ha de ser el que forme sti retralo de cuerpo
entf^ro ; nosotros ni en iniuialura podriamos bacerlo. Las sen*
cllas reflexiones que heiuos emilido se dirigen unicam<fnle i
cualquiera de nueslros verdaderos lilrralos para estimularle i
que rinda un justo homenage a tan ilusire uscritor: son mas
bicn que un exoidio una ingenua &nione.slacion, una idea arro-
jada al publico para que se apodcre de ijlla quien se halle con
fuerzas suficienles para desDinpeilarla. Cervantes ba lenido dig-
nos canientadores y criticos einint^ntes que bicicron ob|eto de
sus estudios e in?estif*aciones unas obras que viviran siempre^
y viviran |X>r si misiQds; las serias de Quevedo pereceran con
el tiempo A falta de ediciones 6 mas bien de leclores: |)or lo
niisnio seria de descar las sobrevivie.se un opusculo Olosdfico,
alinado e imparcial^ pnque reasutnidosu espiritu, indicadas las
fuentes de sus* bellezas, y demostradas las causas de sus defectos^
pudiese aprender la posteridad cuales eran los divi^rsos gi^neros
de elocuencia , cuales las Formas y estilo con que engalaiyiba
sus pen sa mien tos, cuales los (ilulos en que fundaba su gloria el
varon insigne (|ue fue & un tiempo bisloriador y politico, leo-
logo y escriturario , imitadorde Sc^neca y de Tacito, traductor
de Epitecto y de san Francisco de Sales. Como se ban perdi-
do tasitos de sus esoritos, y leer los que iios li^n qpedado se bari
de cada dia mas dificil y empalagoso, ni e(i las aridas biograHaSi
ni en las amarf^os censuras, ni en los yagos y pom)X)sos elo*
^ios |>0()ra uno rorruarse idea cabal y aoerlada de lo quecoiUQ
filpsolo Quevedo vaiia.
2f3
Mas porqiie no se diga que encabezamos en vaM« nne»(io
pobre arlictilo con tan re^petublenonibre, dedicarernns algunns
ob^rvaciones a loa tratodos que nos lo presi'nian como el deun
escritor politico, en el sentido que leoia rnlonces esta palabra.
Prescindiendo de lasmuchas alusiooes jr senlencias, de la.s pun-
santei ironias y embozadas reUexionrs qiie no fuera dilkil reengpr
del variado cumulo de su.h rersos, vatuos a fijarnos un inslritite
en su PoUticQ de Dios jr Gobierno de CristOy obra mas ii»gc-
niosa que profunda, mas laudable por la iiitcnciort que por el
descnipeno, de roiras mas eleTadus<[uo practicables ^ y lal vez
Ja de Quevedo que mas pronto da ul traste con la paciencia del
lector En ella campcrau sus vaslos cunociuiientos delasescritu-
ras y santos padres^ & la par que el pernicioso influ|odedi5CU*
rrir sulilmente sobre el teslo que apoj^a susmjximas, 3^ el pru-
rito de buscar en otros teslos nuevas analogias 6 corUrasles pa**
ra dar ma.s campo a sus prolijas argumentaciones. Eslo no so*
lamente hace iucomoda y posada su lectura , sino que con harta
frecuencia apenas deja (tespuntar la idea polilica enlre las esco-
listicas divagaciones y verdades de distinlo gene 10 que la en-
vuelven y ahogan. Peroen cambio la Aeveridad de stis maxi-
mas politicas se avieue de lal manera con la pureza de ta mo-
rat evang^lica, que ^ ser posible encontrar amenodo con nn prin-
cipe tal coino lo desea Quevedo , do dudaramos en dectr con
uoo de sus aprobantes: Dichoso el rey que obrare con ta-
les medios: felicisimo el reino quest viere gobernado con ta^
ies ads^eriimrenios.
Gnganariase y mucho quien pensase verene] llbrode Que-
vedo una ubra que tenga visos de semejanza con las mas c^-
lehres de los pulilicistas moderoos. La ciencia polilica ba cam-
b'lHdo de intencion y de aspecto. Entonces estaba reducida i
un conjunlo de adverlencias mas 6 mi'nofs saludablcs para
ilustiar, dirigir y mejorar et entendiniiento de los priricipesy
iuentH inaccesible de la que debia emanar el bieu de los subdi-
2n
to8 J la prosperidad de sus eslados ; el escritor polilioo no era
mas que uo hombre mas 6 menos iostruido, & qiilen au celo 6
mi presuDcioD metia a consejero privado y i predicador de aa
Magestad^ 6 cuando mas de sus validos: i los puehlos do se
les dirigia la palabra , ni siquiera para exiiorlarles i la obedicn-
cia y porque bien se sabfa entoncea que solo obedeciendo pue-
den estar tranquilos, y solo estando Iraoquilos pueden ser Feli-
ces. Mas ahora la ciencia ha salvado aquellos Hmites, y para
preservar de ruina al ediHcio social ba querido examioar pri-
mero las bases sobre que estaba conslruido. Ha considerado las
retaciones que unian a gobernantes y gobernados, y sembrando
rccelos entre unos y otros^ ha tenido que arbitrar garantias le-
gates para subslituir a la del mntuo afecto que aturdidamonte
deslruia : per cslo medrosa y desconfiada fija hasta cierto pun-
to los grades de estrechez a que deben llegar aquellosi vinciilos,
y va preguiiUndo por su legitimiJad no ^olo & los tiinupos
fubulososi sino hasta a lus iniaginarios. La fflicidad tie los pue-
blos es ahora como anlignameule su objeto prrmordial , pero
hacieodola eslribar^ mas biea que en la acerlada direccion del
monarca, en la trabazon y enlace de un sislema, se lisongea de
ponerla fuera del alcance de las raalas pasiones de los honibres.
Anles se creia que dado el convenienle inipulso al regiiladoft
la m^qiiina andaiia perreclamente; ahora coda cual juzga ne-
cesario desmonturla pieza por pieza, tn(dli|)licar resortcs, y aim
reconstruirla de nuevo para que funcione a sn guslo. De|ieude
esto de que los politicos antiguos dahan mas imput iuocia a lag
personam que a las instiluciones , y los uiodernos ulrihirj(>ri a
la ^la bondail de eslas ultimas una eficacia exageradu. Ni an-
daban del lodo descamiuados los priuicros, nies remedio stem-
pre infalible el de los s(*gundos. Kodt-ad s;no a un pueblo de
una triple barrera de escelcnies inslituciones, y dccid si podeis
alirtiiar con jtinimenlo que nuuca esojiiaian las sillas del poder
supremo la pclulancia ^ la ambicion y elegoisuio: mas, que
•21-5
di*pare la Proridenciii an pnWpe a toifas Iucpa imiinente , y &
k que pooo senlira el verdailno pueblo la (irlta <Je sus mas
qtieriilas iostitiiciones. Henios observado , j sea ilrcho dc paso,
que siempre que aignno se pone a declatnar contra el absolu*
tismo, no deja de ponderar las aviesas inclinaciones del horn*
bre y suponiendo a la hunianidad mas eslragnda de lo que esla;
J cuando trata de enumorar las ventapis del sislema represen-
tativOy cree con ingenua caiididez en el biien sentido, eii la ra-
zon, eo el desprenditniento de la majoria de los houibres, &•
voreciendo cuanto puede el retrato de la lintnanidad : cambia
de pinceli pero ni una ni otra vez aderta coo el verdadero
colortdo.
No es eslrano pnes ique el juicioso Quevedo aunqne de ta-
lento superior siguiese en su libro de politica jas buellas de sus
conteniporaneos. i Y por que recnrrir a nuevas teorias 7 Re*
cientes eran los recuerdos que dejara la monarqiiia espafiola^
glortosa y brillante bajo el pendon de Carlos I, respetadn y
poderosa bajo el cetro de Felipe \\y y si era triste comparar
esos recncrdos coo el e.specl icolo que presentaba e&ta monarqnia
inisma agobiada > enfermiza y medio desangrada , tambien era
obvia la comparacion de aquellos dos monarcas con el que eir*
tOBces abandonaba las riendas del gobierno & un valido para
adormecerse en brazos de las Musas y de los placerea. i A que
boscar no secreto origen a los males que cborreaban sobre la
nacion, cuando saltabai la vista ona causa tan inflnjenie y
poderosa 7 Espatia en su apogeo y en su decadencia babia te-
nido el mismo regimen, pero no tenia el mismo rey. i A que
transforraar los principios const! tutivos de ona soctedad| cuan-
do para salvarla bubiera bastado transforraar nn horobre solo?
D^.speriar piies a Felipe IV en medio de sus agradables ensue*
Ho.s , hacer del heredero un rival, del nieto degenerado un digno
emulo de sus abuelos , transfundir en su pecho la aclividad y
energia , la infatigable laboriosidad , el talento , el caricter , el
216
espirUv ^ sus.aotecesores, tales erao laa miras eleVadas de
Quevedo, la iotencion de su libro, el fruto que esperaba de
de sus vagas, generalcs y embozadas lecdonea.
Mucko J le decia , tends que capiar en Cdrios V si ot
faligaren guerras estrangeras , j ambicion de iuctorias os
Harare par el mundo con gloriosos distraimieuios. Mucha
imilacion os ofrece Felipe II si guisieredes que valga por
efercito en anas partes vuestro miedo , y en otras vuestra
providencia. Mas no salisfeclio aun oon estos moJelos, que
conio humanos dejan traslucir algunos defectos al traves de sus
brilUates cualidades, en veai de compendiar sus vidas y exaj-
minar sus acciones pesandolas en balanza imparcial y cornen*
landolas para enseuanza de los principes venideros; su imagina-
cion se remonlo a mas aha esfera, a 6n de baliar un modelo
todo divinOy y con admirable e^^tudio y sutilesa de ingenio
descubrio notables documentos y reglas de sana polilica en el
testo mismo de los cvaugf*listas, ciija verdad es ine fable ^ el
volumen descansado^ y Cristo ei ejewplar. Sabia que en su
tiempo la voz de la religion ejercia Ian fuerte como saluduble
iniperio en el eiitendifDientQ y corazon dc los espanoles , decia
que iiene tal priMegio el razonqr de la persona de Crista^
que pane en libertad la mas aherrojada lengna , y por eslo
ju9g6 que era lo mas apro|}Q^ito dar a su language la di>:nidad
del sacerdocio, y revestirse, por decirlo abi^ del babito de pre-
dicador, para que las verdades polilicas penrirasen en los oidos
del iiidolente monarca como deduccion les^ilinia de las vcrda*
d<*s del e\ange|io. IVe.senlole a Cristo como rej' y esprjo de
rej'es: y para cada maxiiiia que eiiloodia en el bieueslar de
los pueblos sobre la tierra , buscaba una paridad y aualogiu en
Ids maxiuias b^jadaK del cido.
i Quevedo no bubiera coo^prendido un rey que reina y
no gobierua siiio si la mamra de lo^i dos ulliinos Felipes, y
uada lu parecia mas dunoso p.ira la rq>ublica que un ivy que
2ir
Mioase J no gobemase. For esto le queriJi que gobefnase solo,
fliempre y en todaa partes, le reprehendia kasta el recreo de la
caza , le escaliniaba basta el descanso del suefio. Reinar es
velar y decia. El rey ha de velar para que duerman iodos, y
ha de ser centinela del sueho de los que obedecen. Bey que
duerme gobierna entre suenosj y cuando mejor le va sueha
que gobierna. Este sueAo metaforico era lo que atormentaba
el alma de Qaevedo : aai 65 que aio valerae de metaforas ni
rodeos , tronaba coo voz olara y distinta i los oidos del sof^o*
lieoto monaroa. Rey que llama criada al que le viotefiia y no
U aconsejay al que le gobierna y no le sirve^ al que ioma y
no pide , no pasa la magestad del nombre : es un esclavo^ d
quien para mayor afrenia per mile Dios las insignias rra-
Jes. Este tal sehor hace justicia de si propiOy y deponese a
vista del mundo de la dignidad que alcanzd de Dios para su
condenacion ; y cuando se resigna 6 si en otras manosy con^
fiesa su insuficiencia. Porque cuando en un rey reina un
criado y la lengua de la verdad no le llama rey y sino reino
de su ministro. Y eo otra parte: Mas provechoso es al prin*
cipe el que le da cuidado, que el que se lo quiia; porque sien*
do cuidado el reinoy le quita el reino quien ie quiia el cuida^
do. Y no solamenle exige la accion contioua i iocesaote del
poder supreiuo, sino que carga sobre los hombros del monarcli
toda la responsabilidad moral que pudiera pesar sobre los de
sus represeolantes. Justamenie se deben d los reye% las ala-
banzas de los buenos ministroSy pues justamente padecen las
quejas que ocasionan los que son malos. Por esto deben con^
siderar cuando eligen gobernadores^ que en diferentes per"
sonas se eligen d si mismos.... Rey que di Simula deb tos ensns
minis tros hdcese pariitipe de ellos^y la culpa a'gena la hac^
propia: ficnenle por complice en lo que sobrelteva.... Simor^el
fuez delincuenie mercce todos los casfigos de los que lo som
r el prifwipe que le permiie consiente veneno en la fuente
ToMo If 28. ""
218
Jtonde behen iodos. Peor es permitir mat medico que las en»
fermedades^ Estrechando paes de esta manera al monarca,
encarecieada lo indeclinable de sus deberes, prolestando contra
el nieoor de 9xx% descuidos , razon tenia en decir : Las coronas
todas de los reyes parecen de orOy y son de abrojos. Los que
parecen reyes y no lo son, cordnense del oro que es aparien^
cia : el que no parece rey y lo es^ cordnese de las espinas que
for man su corona , no del engaho precioso que mienten los
meiales.
Tanto valor daba Qtieredo a la instituoion del trono, tanta
confianza tenia en el prestigio que rodea i la persona que lo
ocupa^ que aai como le recomendaba altamente que nl por on mo*
meoto enlregase a un valido las riendas que Dios babia poesto
en susmanos, le exhortaba tambien que no sujetase aervilmente
au razon i la razon del maj^or numero de sua consejeroa. Que-
ria un principe niiis aabio que todos ellos. Quevedo no tendria
tnucha fe en el aistema de las mayorias , puesto que dej^i es*
crito: Aquel monarca que de las consultas elige por bueno
lo que votaron los mas^ es esclavo de la multitude debiendo
serlo lie la razon. Si el principe no sabe por muchos y muchos
son los que le engahan. Pues quien iuzga por lo que oye y
no por lo que entiende, es orefOy y no juez. Y no ea que loa
tuvieae por infalibles; pero creia atajar aai abusoa mas funestos*
De ninguna manera comnene que el rey yerre; pero
si ha de errar^ minos escdndalo hace que yerre por su pa^
reeer que por el de otro. JSada ha de recelar ianio un rey
como ocasionar desprecio en los suyos , y este solo poi^ un
camitw lo ocasionan los reyes, que es dejdndose gobernar. Y
asi como eslaba persuadido de que au voto podia valer el de
un consejOy ast estaba aeguro de que au espada valia por las
de una hueste numerosa. Rey que pelea y irabaja delante de
los suyos obligalos a ser vaUentes : el que los ve petear hs
mulliplicay y deuno hace dos. Quien Us manda pelear y no los
219
ve t ese los discufynz de to que dejaren de hacer : Jia toda^ 4U
honra a la fortuna, fU) se puede quejar sino de si solo. Di-
ferenits ejercUos son los que pagan los principeSj que los que
acompanan. Los unos traen grandes gasios , los otros gran*
des victorias. A los unos sustenCa el enemigo , d los oiros el
rey perezoso, enireienido con el ocio de la vQfddad acomoda*
da* Una cosa es en los soldados obedecer drdenes , otra seguir
el ejemplo. Los unos tienen por paga el sueldo^ los otros la
gloria.
CoDsiderado el ahinco de Qaevedo en hacer de la persona
del rej el unico y verdadero resorte de la monarquia^ alguna
de esas cabezas ardieotes que d todo monarca absoluto aplica-
rian el epileto demovoros (comedor de pueblos), como el eoo-
jado Aqniles al pastor de reyes Agamenon , pensara tal vez
que la Poiitica de Dios es un libro que no solameote eosena
el despolisiuo, sioo que trata de santificarlo. Mas no es asi. Des-
potai es el rey que quiere un pueblo hecho para si; Quevedo
queria un rey hecho para su pueblo. Atendia & la causa final,
y no escudrinaba la causa eficienle. La cieocia tnoderna i quiea
no arredran peligros cuando Irata de llevar adelante sus inves-
figaciones > tomando la frase en acepcton mas 6 mdnos lata , desea
los re yes hechos por el pueblo y para el pueblo. \jcm antiguo3
disenlian en el por j y andan acordes en A para. Quevedo infun^
diendo a los reyes una sublime idea de su diguiJnd , aninian-
doles cou el ejemplo del Rey eterno i esforzandose eu dotarlf*s
de un infatigable desvclo, de una voiuntad inalienable , de un
lemperamento de alma superior al de los demas hoii<bres, pie*
lendia reali7.ur la fabiila con hacer de ellos unos venladeros A t*
laotes dc sus monarqiiias. Queria si, que en las ara$ del pui'blo
)a victima coronada se sacrlficase ella misnia; poro no decia a
los vasallos que debian ser el idolo 6 el sacrificador. Introducta
su voz en los palacios para acallar con su severe grilo el li-
songero murmullo de los adu\adoros \ mas uo la denperdiciaba
52«
en«4BA ptasas publican para rcf6oger Fos aplausos dl6 la tnuttitud.
No era un tribotioque hablate eD'nbmbre del pueblo recla-
tnando bus d^rechosi era una especie' de profeta que hablando
en nombre del cielo iDtimaba i los monarcas el curoplimieDto
de sua obligacidnes. De esla suerte sin temor de bumillarles^
Di de mermar aa prestigio , ni de empaftar el lustre de la dia-
dema« ae atrevia i recordarles su origen y i intimidarles con
profeticas atnenazas. Con energicas pincetadas » tomadas de las
aantas escrituras, bosqueja el cuadro de su nacimienlo igual al
de los demas humaoos, y dirigidndose d los hombres mortales
que par el gran Dios de los ejercitos tienen la tulela de las
gentes desde el solio de la magesiady ponti^ce , empevador,
tejres t principes J esclama: d vuesiro cuidado , no d vuesiro
clvedrio encomendd las gentes Dios nucsiro sehor ; y en los
estadosy reinos y monarqnias os did trabajo y afan honroso,
no vanidad ni descanso. El que os encomendd los pueblos os
ha de tomar estrecha cuenia de ellos. Si os haceis daenosy
con resabios de lobos , si os puso por padres y os introducis
en senores , lo que pudo ser ojicio y merilo haceis culpa , y
vueslra dignidad es vuestro crimen. Con las almas de Crista
OS levantais , a su sangre y d su ejemplo y d su doctrina ha*
ceis desprecio: procesaros han por amotinados contra Diosy
y sereis castigados por rebeldes. jidelantarse ha el casiigo d
vuestro fin , y la indignacion de Dios fabricard en vw stro
castigo escarmiento d Jos por venir* Ycon nombre de tira*
nia ird s^uestra memoria disfamando por las edades vueslros
huesosy y en las historias sers^ireis de ejemplo escandaloso,
Prolijo seria descender i examinar una por una las ideas
de adminislracion sentadas en este libroj ba*fe decir que si
bien no son todas una consecumicia dlrectn , «:lira , prccisa y
terrninante del pasage evangelico que esposita Quevedo , son sin
embargo maximas de una politica empapada del espirilu cle
«aridadj que es el alma del crislianismo, y un conjunto dc vo-
cfss armdnicav y robustas en favor del pueblo desvalido y lUje-
nestei-otio. No dir^mos que nose dcstiee lal cual idea exagerada 6
(iropia de a(|ueHa epoca; QueYedo propendia aieoipfe & la hiper^
Lole,aunqiie BlosoPo profundo no era un set excepcional^ jr
delua purticipar como todos de la iofluencia de au siglo. Para
ser un grande hombre no se necesita ser uo fenomeno. El ta-
lento es respeclivo como la lalla. Pero la idea capital que do*
mina eii (oda la obra , la idea en que tiene siempre cla\ado8
los ojos el autor, la ide% a que todos sus discuraos sin eogarce
entre si van i pararcomo inn centre comun) y quepor tan re*
petida Ilegara i ser fastidiosa si no fuese tan icnportante, ea
preservar a las monarqnias de los funestos danos que acarrea
el favoritisinoy insistiendo en la necesidad de que los monarcaa
no ficn la direccion de los negocios i una cabeza agena, esci*
^andoles a sostener las riendas del gobiemo & pesar de su fla-
queza , precavienJoles contra las seducciones del pcio y los so-
fiscnas de la lisonja, inspir^ndoles laoto recelo del validq
que arrebata los cuidados de la corona , como de un ejercito
eneiuigo que iotenlase arrebatar la corona misma. Esta es la
(esis que se ba propuesto defender > el bianco de sus tiros > el
lema comun de sus apdstrofes y declamaciones. Para esto iole*
resa el amor propio de los principea, les envuelve en la sotil
red de sus argumentos , les alienta 6 bumilla con paralelos in*
geniosos, y no titubea en arrojar & su cara todas las gotas de
llanto que por culpa del minbtro los subditos derramen. No
es estrano pues que los parciales y allegados del Conde*Duqua
ju^gasen esta obra una diatriba embozada contra el valido , y
una vebemeote exhortacion al rey para que le despojase de su
confianza. Quevedo no alacaba la persona sino el sistema : su
libro era una leccion permanente , no un folleto de circuostan-
cias ; no era fruto de la animosidad , sino del celo del bieu
comun; y con todo le grangep disgustos, como se deja ver por
el tone amargo del prologo con qqe en la segunda edicion se
222
dirige^ stis envidiosos detractores. Bien conocia nuestro aaton
pues ^1 mismo lo insinua , que las advertencias d los pribcipes
debeo set tan oomp^ndiosas , claras j terminantes, que pue«
dan gravarse en el entienditeiento con la misma iacilidad y
rapides que paian por los ojos , supuesto que ellos -no tieneo
fobrado liempo para largas lecturas, ni nienos para roedilarao*
|E>re ellai; emperola moda literaria le iodujo i fajarlas de un
aparato de erudicion ; el espiritu religioso y la agndeza de su
iri};et|io a preseotarlaa conio deducciones direclaa y pmrliciilarea
de una doctrina proclamada para todo el linage huniano; y la
fblu de iibertad i no deseovolv<?rlas lo bastante^ dejandolas
apuntadaa de un modo eoigiudtico, vago y general. Y aun asi
no creia Quevedo su trabajo peidido^ ni descoofiaba de sacar
algun provecho para el esUdo, pues volviendose & los quejitz-
gaban indigna su burloua pluma de tan altas materias, al paso
que maoifestaba su modeslia^ juslificaba la intencion de so ohra
y de su eslilo , y valiendose de dos ingeniosas comparaciones
decia : Si cs inquieta que sobrescrha mi nombre estudios se^
peros^ jr noquereis acordaros sino de los distraimientos de
mi-edady considerad que pequeha tuz encendida en pa/as sueie
guiar d buen camino , y que al confuso ladrar deben mu*
chos el acierto de su pet^grinacion.
i Algo mas c^ouocida en la republica de las letras, j mas
apreciada por su valor literario es la obra que intilulo F'ida
de Marco Bruio. De ella aodan esparcidos algunoa fragmen-
los en varias colecciones de trocos selectos de au tores espatko«
les, y por ella es recoiiocido Quevedo por uno de nuestros
mas escelenles hablisCas. fiajo este aspecto su gloria es ineqof-
Toca : si no es el escritor que ba dotado la frase castellaoa de
mas fluidez y galania; es el que la ha dado mas soltura , la*
eoiiismo y espresion. Puede que otros sean mas correctos; nin*
guno mas nervioso. Lo que es la narracion hislorica de la vida
del lauioso republicano se reduce A Una mera traduccion de la
S2S
qvte escribio Phitarco : haciala mas interesanle con oportunar
adiciones, pero la obra de Quevedo esti en los discursos que
intercala en el lesto, y en las oraciones que & varioa desus per*
aonages alribuye. En estos retazos declamatorios se descubre
la fecunda vena de au ingenio, el caudal de su filosoHa y la foer-
za de i\x vigorosa elocuencia. Tomando por modelo i Ticito
reproduce su energica concisioni y baoe que nuestro.idipma na'
eche meuo^i las veiitajas del latino. Como estaba convencido de sa
babilidad y maeslria en el manejo dela lengua, jrconocia a fon-
do todos los recorsos de que podia disponer^ quiso ensajrar ua
nuevo esliloy en que la eslrecliez del periodo solo diese cabi^
da a una reflexion o.sentencia. Mondaba el aibol de las hojaS'
que bermosean, pura quese viesen no mas los frutos que alimea-
tan. Cercenaba las palahras para que resaltasen las ideas ; pero
& estas ideas despojadas de adornos accesorios, las preseotaba con
toda la desnadez y vigor de unos atletas. Sin embargo eate en-
sayo le fue perjudicial^ y mucho mas i sus imitadores. Form4«i
ronse un eslilo amanerado para raostrarse breves en razones jr
en sentido proFundos; un eslilo ^rido y cefiudo m^noa |atractivQ
que la redondez y magestad del habla caslellana. Siendo es*
los periodos secos j^ desatados como otros tanios moldi^sa pro^
posito para vaciar con concepto sutil 6 pedantesoo; j por otr^
parte no tenieodo Quevedo mujr tirantes quedigamoslas rien*
das del buen gusto, nada tieoe de estrafio que en sua discursos
se deslizen reflexiones puerileS| argumentos no probados 6 pro-^
badoscuando mas por una aotitesis, un eonsonete en lacaden*
cia 6 el doble sentido de una palabra. Falto de bilacion y orn
den progresivo en las ideas, y pagado 4 veces d^ pensamientoa
mas briJianles que sioiidos^ Quevedo en un mismo discurso arro*\
ja a granel sentencias profundas y. triviales, ingeniosas y suLli-
mes, parcciendose & un labrador que en el mismo surco y con
el mjsuio puf^ado arrojase granos de precioso trigo^ de ordinandi
cebada^ y de avena insustancial.
f2»
Examinada ligeramente eslii obra de Quevedo en cu«nto i'
ftu merito iiterario, no nos delendremos en entresacar algunas
de las mdximas politicas, observaciones morales, eoergicag
piiituras y elocuentes pasages de que abunda. Materia habria
para un vasto articiilo. Pero a cuaiqtiier lector, por de corrida
que lea ese tratado, no podra menos de sorprenderie su intro-
duccion. Mugeret dieron d Roma los rejes y lot quitaron.
Diolos Silvia virgen deshonesia, quiidlos Luarecia ntugcr ca-
sada jr casta. Didlos un deiiiOy quiiolos una virtud. ^Conio es
qoe un hombre tan afecto a la monarquia como le heiuos con-
siderado, $e permite un arranqueque no da^dijera en la areuga
del mas fogoso tribiino? Es verdad que ei argume/ito es mases-
pecioso que solido, pues muy bien piidiera habei" sucedido vi-
ceversa^sin que esto corroborase las fentajas de ningunsistema
politico; pero la novedad de la observacion hiere de tal modo
la fimtasia, que pai^ece atreverse i seducir el juicio y liacerle
considerar como vicrosolo que supone resultado de un vicio:
ftdomaa clara y tcrminahle es la senlencia que se encuentra lue-
go, que un rey mah mefece la deshonra para el merito de
sets buenoSy f que sets f^eyes buenos no recompensan la tira*
nia de uno que es mah. Mas notable se bard este pasage si re-
tordamos la analogia que tiene con el comienzo de la segunda
vyarte del libroque antes examinamos. La descendencia f origen
de los rtyes en el pueblo de Dios ni fue noble , m legitima,
pues tuvo por principio el cansarse de la magestad eterna,
y de su igaaidad jr fusticia. A si lo dijo Dios a Samuel: Non
enim te abjecerunt, se<l me; ne regnem super eos. Pocos son
y menos valen las coronas , los cetros y los imperios , para
cnlificar en este oficio tan ruin linage como el que tuvo. Para
castfgarlos les concedio lo que pidieron.
No cabe duda que al ver encabezado un escrito con estas
fttiones , y al juzgar solamente por ellas, lo touiariamos por
obra.de algun acalorado republicano. ^Seria que el bombie
S2S
altamente mon^rqaico, no tuviefle entefa fe eo nis pruicipios,
* o que sas eoaviccioDcs politicas descansasen sobre una base
vacilante? Seria que sas ideas^ sio cambiar en e\ fondo> tomasen
Qn matia diferente segun el cauce por donde oorrian , como
aqiiellas agaas que sin alterarse aparecen sucesivaniente del
polor que refJejan 7 Creemos que no. Qtievcdo no adulaba i
los pueblos, como no habia aduindo a los rejrcs. A pesar de
aqucllos arranquos^ era el mismo hotnbre politico, y defeodia el
IDicJOio sistema. Lo que tal vea origina ali;un tanto de confa-
sioD en sus ideas ea cl reepelo que piofesiiba a las de los au-
lores clasioos que Ie(a. Preocupole quisas la lectura de TacitO|
y al proponerselo couio dechado ^ se le pe^o con la eoergia de
la frase algun tanto de la amargura de su corazon, y de su se-*
yeridad republicana. Asi es que para elogiar la conducta de
Marco BrulOy cUando al eslallar la guerra civil, sealisto en las
bandei*as de Pompejo su enemigo personal y matador de su
padre, esclama : Si se juntara d Cisar^futva buen hijojrmal
ciudadano: juntdndose d Pompmyo^ fui buen ciudadano y dos
ifeces buen hijo,.. Marco Bruio sigido al que maid d w pa*
dre^ y dejd al que preiendia acabar con su madre Roma*
Quevedo se dejo arrastrar en estos y otros pasages de la ins*
piracion de escrilores que creian perdida la libertad por el
mero cambio.de las instituciones. Horrorizados los historiado*
res del cuadro que se ofrecia a su vista, apelaband los tiempos
antiguos, y acliacaban al nuevo regimen lo que era culpa de
los bombres , del refinamiento de la civilizacion^ y molicie de
las coslumbres. Los rotnanos habian degenerado dnies que su
gobierno se trainsformase. La fundacion del imperio no n^ato
la virlud romana, la encontro muerta. Quevedo sabia esto, sa-
bia muy bien que la libertad de Roma no babia perecido por
la espada de C^sar. La verdadera libertad ^ la- que es conve-
niente & los pueblos, solo queda ahogada coo el despotismo 6
)a tiraoia; y Cesar 09 fue despota ni tiraoo , pua lo^ mas f
ToAio u 29
226
me/ores tkl mis mo pnehlo romano le fasHirecieron en las gue^
rras cis^iUsy y juzgaron benemerito de la corona y dlgnidad
suprema... Tomar para si solo el dominio^ que la multitad de
senadores posee en confusion apasionada^ no es iniroducir
dotninio , sino mudarle de la discordia de machos d la uni^
dad de principe. No es esio quitar la Uberiad d los pueblos^
sino desembarazarla ; pues mas sujeto estd el pueblo d un
senado eleciivo^ que a un principe hereditaria* Las leyes sa^
crosantas mejor se hallan servidas de uno que las ejfcuia,
que de muchos que las inter preian Tirana es el principe
que obedece al apetitOj y no a la razon ; y por las mismas
culpas son tiranos los senados en las republicas, y tiranot
multiplicados. Vese pues claramenle que nue>tro autor consi«'
deraba la tirania en el mal uao, no en el origen 6 eo las for-
mas del poder supremo.
Quevedo en e^le y olros lugares ^ con las valientes pincela-
das que caracterizan su eslilo, hace la apologia de Cesar, i por-
que pues se comprometio i liacer lambien el panegirico de sa
asesino 7 En una epoca en que no se espectdaba con el lalenlo,
en que los escritores no ancLban pregunrando por el gusto del
publico y ni se sometian a la obediencia de un captichoso edi-
tor, en que tan soio escogian los asuntos por la predileccion
que SffUlian hacia ellos, ciirioso seria investigar que razon pudo
inducir a Quevedo i preferir, enlre taritas vidas de varones
ilustres que nos lego la pluma elegante de Plutarco , cabalmen*
te una que habia de ponerle un poco en contrailiocion consigo
inismo, y causarle hastante embHraxo para sincerar & su heroe
de la ffa oota de ingratituj, que enyilccio su principal hazana
bajo cualqiiier aspeclo se la mire. CuJindo el qnitar la vida &
Cesar, tan atroz y cohardemetite como lo hicieron los conju-
rados, tuese un acto de heroistno , de ningun modoera licilo i
Marco Brnto aspirar i aev lieroe. Las mercedes que de Cesar
habia aceptado le incapacitabun para lal dignidad. Si lanto le
22r
ddliai ver K Roma aclamaiulo i Ceitar , i por qn^ no se habia
suieidado antes como el fiin^tico Calon, parasalvar asi su gra*
lilud y sU afectado oivismo ? Admitir en el intortunio )a cle-
meocia del vencedor , no de^denar la mano que le honraba y
engrandecia» encaraoiarse en bombros de la fortuna por su
ifalimiento, llegar a ser su segumlo, su favorito. su amigo; y
aaexinarle deapUes^ y asesinarle coanda con el nombre de hijo
le Ilaniabli a su socorro , ^es esta la viriud republicana 7 Kos-
9tros nos atrevefpos a decir que nuestro autor eqnivoco ^ su
b^roe, como lo habia equivocado Lucauo. De este alomeuos sa*
bemos qua el molivo fueron snso|tiiiionesrepublicanRS. Sienia
Farsalia bubiese toiuado por iieroe a Cesar en vez de Pompej^o^
tendriarpod un poema sin duda niejor^ porque hnbiera eocon-
trado mas recursos epicos en el ca racier y en los bechos de
aquel valiente capilan y esolarecido principe; puesto que abora
i pesar d^los esfuersos para obscurecerle, a pesar de las vehe-
menles declamdciones para encomiiir a su rival^ la fignra de
Cesar es la que destaca mas elevaija y esplendida j magestuosa;
porque Ce$ar*es el verdadero heroe de la epopeja, como lo fue
de la liistoiia.
Considerando d Quevedo como escritor politico, parece no
debemo.H pre^icindir de tomar en cnenla los notables rasgos que
de esle genero Hbun/lan en algunas de sus obras jocosas, como
por ejempio en el linlremelido, la Diieha y ei Soplortjen Tira
la pledra y esconde la mano^ especie de folleto ministerial d fa*
\OT del Conde-Duque, y principalmente en La Fortuna con
sesOy obra de rara invencion^ en que describe de un modo fan*
Uslico y original la situacioo politica de Curopa y loscaracte*
res peculiares de sus varias naciones y gobiernos. Sin embargo,
los pasaremos por alto en gracia de la brevedad. apuntando so-
laniente una observacion para confirmar uno de nuestroa ante*
riores asertos. Los que juzgan con el critico mencionado que el
genio de Quevedo se iiiclinaba naturalmente al genero saliricQ
228
y ieslivo, j que sob por on esfiier^^ cle su ▼oluiitad ae hatiifl
declicailo si tratar seria'iiente cuestioiieA cnas ausleras y Irasoen-.
d«nlales, ^coino es que no lian adverlido la suma facilidad con
que en medio de aus donaires j chrstosas ocurrpncias cambiade
tOQO , y abre camino a una serie de reflexiones mas 6 ro^nos
profiindas, siendo asi que raristmas veces en sua tralados aerior
descicnde al tono ategre y burton al cual ae le jusga tan pro*
penso? CoDio es que pudo olvidar su iustinto en las burlas, y
casinunca su rornialidad en las veras? SeHi que se vioientasepara
aparecer honibre sesudo el que i m^nos pensar, cuando iba ves*
tido de arlequin, dejaba asomar por entre los harapos su trage
de fildsofo? Seri que de vez en cuando se pusiese una mascara
oeftuda y sombria, cansado de presentai*se con su propio sem*
blanle risueno y nfiofador? No : sus facciones .^^e contraian nalu*
ralmcntp; asi es que pudo aparecer con tan distinta fisonomia*
Quevedo tenia talenlo como tenia ingenio, posei'a un gran cau-
dal de doctrina como de imaginacion, y su espiritusinafectacion
ni faliga, salia por un iinpulso igual i espaciarse y remontarse
en atcuosferas diferenlea. •
Heinos examinado algun lanto i Quevedo bajo el a^pecto
politico^ i fuer de escritores imparcialcs. No hemos ind««gado
ausopiniones para confrontarlas con las nuestras, cncomiiindo-
las en lo que esluviesen conformes^ y ceiisurjindolas en lo que
disintiesen. Las hemos espueslo, y no culificado. Kuestro Iraba*
|o es iacompleto; pero esli dicho ja , no es mas que un llama-'
miento i los lileratos espailoles para que en ia piedra de to-
que de una crilica sagaz, filoscfica y elevada , m'lhifiestcn los
quilates del escritor que bajo todos aspectos es una joya precio*
aa de la Hteraluraespanola. Nos alcgraremos en el alma deha*
ber contribuido con nuestra bumilde voz d la realization de
tan laudable proyecto.
TOMAS AOUILO.
229
DIA M DIFUNTOS.
H
e aquf una fiesta severa i un tiempo y consoladora, abun-
■d»nte en todo g^nero de sentiuiientbs , fomeotada asi por la
luz de la fe como por el blando calor de los tnas tiernos afeetos,
una de aquellas fiestas qae el cristinnismo unicamente ha sobl-
do iostituir , generates e» su objeto jr celebracion ; pero de tal
modo aplicables i la situacion y at caracter de cada hombre
segun el aspecio bajo que se tniren^ que no parecen sino es-
presamente inventadas para cada fiel en particular. Asi que no
pudiera definirse si es un deber sagrado qtie se cumple, 6 una
necesidad del corazon la que se satisfi^ce ', tal es la tibertad que
A este se deja de desnhogar, en medio del bimno de. dolor ode
gozo uuiversal y sus propias voces y geniidos y los sentifnientos
iodividuales que le agitan. ^Qnereis bumillaros y engrandece-
ros J temblar y esperar , llorar y consolaros, reunir en un nits*
mo punto lo pasado y venidero, la vida y la mu^rtei e} tiem-
po^ la eternidad? Volved la vista A uno de esos trofeos de la
inuerte doininados por un. Crucifijo , y bumillaos ante aquei
polvo, ante aquel craneo hueco do se alojaba el pensamiento,
ante aquellas orbitas vacias que tienen aun nn niirar tan espre*
sivo; engrandeceos ante el destiuo del alina^ que eo prision tao
fragil y en tan corta peregrinacion supo merecer 6 desmere-
cer taulo, esperad en el padre euja sangre bafia & sus hijos,
y tenibiad ante el juez que levanta a los muertos de su ataud
para que le respondan acerca de sus iniquidades; ef Golgota y
el valie de Josafat eslan entre si muy cerca, meceos en los re*
230
cuerdotf de lo pasado, Horad sobra lo presented leed eo los des-
tinos futuros > y or^d , orad sobre todo , ^Os pareoe eoria a
frivola esta larea para lienar y emplear biao uo dia ^ el dia dB
difunios ?
No aer^mos nosotroa quieoes hablemos del funebre y ao-
lemne aspecto que preseotao en este dia los templos con los aU
lapes tapizados de negro i ihimioados por blandonet ati)ariIloa«
J con el simbolo de nuestra fragilidad ye\ de nuesira e^peraa*
S(a reprodqcidof en todai paries , ni babiaremos de |a piedad y
concqrso delos f^eles que se arremolinaban en derredor de una
aepultura para oir el responso del sacerdote, ofijos en on niia*
010 pqesto y bumedticidos tal vez sus ojos con el recuerdo de
un paJre q de uq esposo , vejan sucederse una misa 4 otra, ol-
vidados al parecer este dia de sus necesidades y qnehacerea
materiales^ ae oos responderia tal ve^ que como l»uenos poe-
(jis Diiraqioa las cosas^ no como son, sino como delian s^r ^ y
olvidamoa tQdo3 los inoidentes que pndieran dcslucir el cuadro;
y alguno nos dijera que de nada de esto se ha apcrcihida> y
.por su ejetnplo acaso nos probaria que no son tan naturulescxi-
.juo pielendeinos en el corazon del honibre eslQs seolimienioe
de piedad y de lernura. Nosotroa reconociendo la parte de tria-
.te verdad que pueda baber eji estas aridas reQexiones, y coq*
vencidos por o(ra parte de que los sentirnientos no pueden piQ-
barse cou)q los principios, dejaipos aparte estas pruebas debe-
chq y pues creci^os que }a Rf;ljgiou no cs menos sanla cuaodo
carczca de (ielt^s^ ni ipeaos augostos sus niislerios aun cuando
les iallefi adoradores, qsi como no es <^1 so] menos brillante
porque se at^quen las aguasque ie ret]ejan. No insistainps pues
CM poeticas dut^cripciQiies de las soletnuidades y del ooocursQ,
que pudier^i] liaciT crecr a tos fieles (|iie las consideramos ca-
M)0 cosas dt* esppol^qulo, 6 que i-qntMinos para algiiq fin terreno
fi Jos qiic coiriiu en los tcuiplos, qqe hagoinos una poisia o un
ar^icuio de ajiQ^icjofi ; no es nuestro intento Irabiar polilica i/i
2S1
liCeraloiente de la Religiooi sine religtosacDeBte y por lo que es
en si misma.
Para juzgar de esta inatitiicioit en favor de los difnntos en
toda 8U beileza y profundfiSlosona, ea menenterconaiderariaen
ai miarna tal como la consignor trasmitio ia Igleaia en los cano-
nes que la eslablecieron yen los cantos funebresqoe le ha con-
.aagrado. Si nos remontamos al origeo de esia creencia sobre la
ulilidad de orar por los didmlos, argiiyendo por ia nniformi*-
■dad con que se ba profesado en todas las epocas y eti todoslos
,pueblo*f, diremos que es consecuencta inmediHia de Winniorta-
Jidad del alma, y como tal trasmilida por la tradicion primitiva,
;6 escrita por el dedo de Dios en el coraaon de lodos los liombres.
La inmortahdad perpetua los afectos entre los vivos y los fina-
dos; y los afectos no pueden concebirse sino por algun mutuo
comercio por mistorioso qn^ sea , por algun provecho y bene-
.ficio que podatnos causa r a las personas amadas; la ternura y
aolicitod humana seduelen de estrellarse en el sepulcro Los so*
corros y las bonras que se preslaban encada paeblo i los muer-
•tos se diferencial>an se^Min era difiTentc el destino qae a lasal-
• mas se alribuia. Los que pensuban que los difiintos resocitaban
con su misma vida mortal en loseamposEI^'seos^deponian man-
jares sobre su tumba, d los aliineotaban con el humo de los sa-
•crificios: los que creian en la trasmigracion pedian con bolecaus-
tos que el alroa errante pasara i una mejor existencia, o aplt-
caban i los labios del moribundo un cnerpo noble^ para que se
trasegara i el su espiritu : los salvages con siis costumbrea pa-
trial chiles creen ver cernerse sobre ellos las almas de sua padres,
y no se atrcven a remover los liuesos delsilio donde tnurieron,
como si los huesos sintieran dejar sit patria toda via: los judios en
fin mas iltistrados por la re velacion creian en las buenas obras jr
en laslimosnas, y deponian sobre los sepulcros pan y vino, co-
mo Tobias, para que comierau la vinda y el huerfano, y ora-
ran en caipbio por el difuoto.. Y nolese que en todas las coa*
SS2
lumbretj por grOseras que fueseo , habia algo aieinpre de mis^
terio^o i algo que escedia al orden de los aeolidos, piles k>s cpae
▼eian los cuerpos disoiverse dentro dc la lumba i ititaclos sobre
ella los aliqienlosy mal podrian cre^r que se sustentaran con e^-
tos Q que vivieran las almas denlro aquel niche; pero sentiaii
yagauieote el contacto de los rnuertos con los vivos ^ y creiab
en noa comunicacioo sobreoatural y portentosa de que no s^*
bian darse caeuta> y era que un instinto natural, una tradicioo
priiiiUiva luchaba con sus habilos y costumbres degradadas)
era que sus ojos carnales no podian jra descifrar aquel dogma
escrilQ eo el fjndo de su alma con caracieres de^conocidos,
Un heoho general en (oda la anlignedad sop los sacrificios
6 espiaciones (pi^ciila) por los difunlos. Ahora bien^ el nom«
brede sacrificios en vuelve en si do.^ ideas: la de culp?i en aquel
por quien &e hape, y \a de clemencia 6 exorabiUdati en aquel
li quien se hace. He aqqi en su germen el dogma crisliano;
pero solo el cristianismo qtie reveld al mundo la ieoria de ki re-
dencion y de las penas, que supo conciliar la clemencia con la
)us(icia, el perdon con la espiacion, ba podido dpr con una so*
la palabra la soiucioo de este misleiio, para que no se abrieran
a todos los criineoes las puert^s del cielo^ ni se cerrarao a to*-
das las orapioqes: bablamos del purgatorio.
No es de esle lugar entablar una discusion teologica sobre
^ste ipleresantisimo dogma: basla 4 nue^tro inlenlo el hacer
nolar con cuanra naturalidad se desprende de los inas clatoa
principios y de los senlimientos nias universales, y concilia las
verdades lodas x bastanos senalarle como base y regia de las
ideas acerca de| destino de los difantos^y del provecho de las
or^oioqes^' sufragiqs, para no incnrrir en una indi&i*encia atroj,
en la perJiKjasiou de Mua impoteiicia desconsoladora , ni tarn*
pocp pn upa seqsibilidad osada y ma| enleiidida que cieyera
revocai* log Ji^jjos del Eferno. Es imposible leer y mncbo
menus oif qaqlar Q<>n todos sqs accespdos de lulo y tn.it^estad
are
€l oBoio dediftihtM, MM <K>ficMrto fbrmado por lei bftiiiiD»^
David J por los geinidos de Job , ad aenlirse otio peiietrado 6
Qn liempo de termira y de respeto y y exiialarae Ifldibicn en
atlibaneas j auspiros. Eate aublime ofido eataba A>ti]iBd6 ya K
principioa dd aiglo IX , pero 8<Jo se empleaba pra aufragida
partioulares, faaataque d^ltimoa del X| aao Odilony fabbd d^ Ck^*
ni 9 institujo eo ^odoa kia moiiaaterioa de iBxi oeogr J^gieipn hi
£eata de la ConiDetiidraoion de ios dMbolea ee ^ de aoviembie^
otijra devoeion aprobeda por Ios Papas se eateodid l^ieti iproiito
eo todo el Oocideote. El concilio de TrenMy>oon6Ti«aftdo ^
dogma de k otilidad de laa oraciones j buenas ^obraa teta* fwor
de loa difunlos, aanlifico tambien la fiesta que lo recuek'de* A-le
aupoeata reforma , A esta vois>de bierro cpie'coo preleato"4b
podar el ^rbol oorCo de ^1 las iDa« Mfcis flores , (perten^ia ^1
•oegar aquel beoeScio d loa n)u^rtoa> y i los vivos aqitd cotmi^
lo) los pi)otestanle8 oo oran por sus dHunloa , oo eomprenden
la que compreodieroD Ida paganoa : pero oo y la jglcMa angli^
eana, ai no adinite*el purgaiorio, admite laa oraciooea^y preflet*
re paaar por incon.secaenle i privarse de tao dulce y sunla doi-
tumbre. Qviteaubriaod dice mny bien^ que eate dogmli ea uoi
ooiopeaaaoion en oierto modo de4 pecaJl) original,' pu^a^tomO
€o eske se Iraamitid la culpa, se trasmilaii eb d del por^torto
la espiaaion ylas boenas obras. . . .!
Ademas de sus inmensos bieo^ ^pirituales y de (a siibHh
loidad de su objeto, la costuoibre de rogar por losmiiertos
despierta en nosotros un tierno reoaerdo de miestros padres y
anaigos, nos iusptra respeto i sps ullipias volonlades;.conlribif^^
^ la union de las familias, reupiendo ausmiembros di|pM\sis
en toroo del sepuloro de su padre, y renovando en la me-
moria hechos y lecciones que interesan & su porvenir y a su fe*
licidad. Este resnltado, que apenas es ya sensible en las ciuda-
des y capiiales, donde se esling'uen con la religion los senli*
mientos de humanidad y el espiiilu de faniilia, subsiste loda-
ToMo II 30.
2S»
Tia 6D Codo 8Q Tigor en las a Ideas y pmblos da las cainpiAaa.
Ea tan diilce la facultad de aliviar & laa persoiiaa amadas y da
csteader nueatroa cuidados y celo mas alia del sepulcro , ea
tan grato poder ulilisar las lagrimaa que por elloa derrama-
mos y tan sublioie el poder que nos ea dado a pesar de la
muerte , y, tanto el bien que podemos bacer i sua. almaa eo
comparacion del poco que ea dado bacer a bus cuerpos en loa
ttorlos diaa de su peregrioacioD, que oodudamosasegurar, que
€sta .creencia rara vez se oivida 6 Bienosprecia ^ y qua laa turn*
baa siempre son los ultioaos altares que ae abandonan^ Y ann
cuando.Ia fe ae ealioguierat puede decirse en e^ punto coroo
,en casi todoa los que tieoen su raiz en el corazoo del faombre^
que no desaparecaria stno paura que la superslicioii ae preaenta*
ra i tlenar su vacio. Cuaodo las almas cesaran de implorar ora<>
•denes desde el fondo del purgatorio cristiaoo, reaparecerian loa
manes gentilicos para espanlar los suefios de sua dendos, 6 pa-
ra respooder sobre los arcanos del destino e.vocadoa desde sa
^umba, cuaodo oese la severs cruz de dboiinar los sepulcros^
eotdnaea sa los^uhrira de gutrnaldas y de flores, y & lati era*
.clones y respoosos sticederan , conio se Ta ensajaodo, los dis-
<cur^os y las elegiaa« Y entoriees pdr digno oielo de aqoel culto^
o se restableeerpp Iqs profanos Eliseos^ dando enCrada en ^1 i
todos los crimenes y debilidades aieoipre que las corone una
peque&a anreola de gloria, 6 apgaodo la luz di?ina que alum-*
.bra los espaoios, se oonservara solo una eapupea ionaorialidad,
Ja inmortalidad del caos, eo que las almas vaguen desatentadaa^
ain Dios, y sin mas icompa&ia que el lejano eco de los elogios
y susfliroa de aea bajo.
Jo^ MARiA.QoADRAOO.
K«c droMiiHao pmMMl in Mn I«Ump
l^aaeribu Kbrali Mts. . .'.
(0»»P. Vhttm. I.)
A» iMiii* a^'d, wbn «Im iMi ^«iB'dl kv l0i^
Fuese ilii8i<n de ardieott ftstasdi »
Que sa dBltrio juzga on Tatieinio,
Fuese «i payor de aqaeUa profeefa
Que ammoia al universo ei eftternunio}
Sofi^ qu^ hablaua dogel despojad^
pe su 'tK^nica de aire d naestro moado* •
Cual ha^ el Teuced^r que despiadftdQ
Desauda i,s^ eaemigo morLbaqdcu
Para e^casQ alimento de U Tidai
Pejara alguoos 4tboios i solas
{^utortto de la^ tierraf parecida
A uu t^buron sjs^pado de las ola^r
Cerqano al <)pcideate fl;«[^^briila}M^
Mas si^ iu^ no bruuia ei ancho ci/sloj '
Hi leTe AubecUla re^amaba
Pe ptata ^ d^ c^w\n m ^pacQiielo.
I4OS montes fue i l» Ujo» ge.esteodiaii
S^ fraaja azul eii ver^ •pcu^xkitierOB:
Sua cuinbres que ^tre . uiidbba ae perdiaa
Al puwto d^tQpada^ paii^cii^rcm, 1 . • -
Moatrdianse los ^vbol^ lejaoot
Con reoorladas foraias y matices^
Y e&taban tan innioble& loa eereanoa
Como 9elYa bordada esK loa tapipes*
2SB
Remotos e£fido^ ^e denUte^
Alcansaba la vista k dan» penast
Dejaban rer mas claros «as semblaotesy
Como ai secarse on no las arenas.
Mas todo sa contorno era tan duro.
Que lastimaba i gnisa de un abrojo:
Los objetos handidos en lo obscuro
Distinguir no podia ningun ojo.
Ginoro raisellor oon sa gorgeo
La floresta alegraba; de repents .
Sorprendidle en tan pUcido recreo
De aistuta sierpe el yaho pesttleate,
T en la intisiMe red aprisionado,
Coal 81 tirase de 61 robnsta hebra,
Sus alas sacndia, y mal sa grado
Se entregaba al rencor de la cnlebra.
El vehicnlo empero de sa 'mnerte
Ces6 por dicha en tan amargo trance*
Y escape el niisefior, ^estraua suerte!
Del mdgico reptll al fiero alcance:
Su nneya libertad cantar propitso
Y d6 n^vo alegrar aquel districtOt
MoTi6 su pico... se eseueh6... y confiiso
Crey6 sa tos pei^lda en tsil conflicto.
For demas daba aliento A sm garganta,
Siis pmebas por demas repite 6 tniucay
'El prpfando sileneio no quebranta,
Hi on trino, nl on chiUido o(a nunca.
Ent6nces quiso hidr, y para el Tueto
Sus alasdespleg6, j al dar ^n salto,
Tan tlesplomado vino al hondo suelo,
G>mo eriso qne Tuekxt de lo alto.
Volar, DO pudo ii las bajeras xiamast
Y yi6se de la sierpe entre Us &LUcm
Antes que oyese alU rumor de
2S7
Ya trasponia el sol su disco ardieote^
Y i^ sombra, al bajar por la montafia,
Somejaba aachisimo torrente
Que A sumergir reoia la campafia*
Jamas fuera de dia tan disttnta,
Ni de nocbe tan ftinebre la sombra;
Era como un raudal de negratiuta
Que manchaba de flores una alfinnbra.
La luz J las timeblas diridtan
El espacioso campo en que reinaban,
Y sus. lindes alK no confundiant .
Ni entrdmbas mutuamente te templaban.
Mas, la sombra erecia en tal momehtot
OxDo en casGo de nave que se arrea
Se esttende sobre el lefio amariUento
El bafiode alquitran j obscura brea*
Y al ocnltar el sol au fits radianfet
Sobrecojid la tierra de improriso
Completa lobregiies: ni nn solo instant^
La detuTo el crepiSscolo indedso.
Ed vano el mKwe ami que el pecbo alegra
Buscaba eon -afan la Tista inquieta
Ed la celeste bdreda, tan negra
Como templo colgado de bayeta.
En su fbttdo brillaban las estreUts«
Como flores de plata en negro paio^
Y brillaban mas Ttvas j mas bellas,
Que no j&ntes de suceso tan estrafio.
S38
Pero i. pesar de luc tan brilladora,
Dafiaban cual loa ojos de laa hieuasy
Porqne era ja la noche sio aurora
i^oeila en que luctan tan serenas*
Debajo nn cenador de hojosas iridea,
En rientes grupbs hombres y mugeres
Del amor celebraban los ardides,
Cantabad de la yida loa placeres.
Cubria el payimeulo de la estancta
Uq inmenso feston de cien coiores,
Y mezclaban log yinoa su firagancia
Al pertiune eaquiaito de las flores.
Mas estas de. repente aud matlces
Mostraron sin tersura y sin aromas
Cual si bubiese ironchado sus raicea
£1 dieute roddor de la carcoma.
Repletos dd fissttn ae leyantaron
Los bombres en tropel, y sus mancebaa
A guisa de bacantes ensayaron
Para un baiie procaz figuras oueyaa.
Clen miisicos soplabaa i porfia
De canoro metal un instrumento,
Soplaban, y un ansurro de armonia
No liegaba al oido mas' atento*
Bajaron las tinieblas, y ancba faogaera
Relumbrd con escasas llamaradas,
Y se apagd, sin que Antes consumieni
Su corona de ramas tibamuscadaa*
Pero al fulgor de aquella las siniestra
Pudo yerae una borrible pantomuna,
Los gfpte^cos yisages de la orquestra,
Y un baile siu compas que daba grima.
2S»
Y parejas de amanteB que se IiaUtbaa
Sin ({ae la toz salieae de sua pechoa:
Coil aaorados ojos se miraban,
Y abracos se cambiaban mas estrecbos;
Y en su ardiente erabriaguez* en so locahi|
Cada beso una siiaba suplia,
Siu obaerrar que en ret del aura pura
La c6iera de Oios les envolyia.
Aterrados lanzaban los leones
Sua rugidos, espanto del desierto;
Mas no tronaba en c6ncaTas regionea
Su bronca yos: el eco babia muerto.
Huyendo de un cbakal fragoso Uano
Dos buitres como gamos recorrianf
Corriendo aleteaban, j era en yanoy
Pucs sns alas de peso les seryian;
Sin yerse entre la sombra reanidoa
Morar pudieran lobos j corderos.
Que no ayisaran i. nnos los balidos,
Ki tamblaran su aollido loa poatreroa*
Ni el sabueso de olfato delicado ,
Que la pista jamas dejd perdida*
Despertara la liebre que A an lado
Durmiese entre la jerba lecogida.
Viento en popa yogaba hermosa naye^
Y siilnto sns yelas se aplanaroDi
Cual se doblan las alas en un aye
Que las ftecbas del hombre atrayesaron.
Y en medio de la mar qned6 enclayadai
Cual roca que en un iago se derrumba;
Y era la mar aquella no azulada,
Kegra y lisa cual mtonol de una tumba.
Its
TemfaUndo h mirabao i<M niariDai,
Para quienes no fueran mas hornbles
Ni el amago de hirvieotes i^moUnoai
rii el peligro de escollos inyisibles.
.^Oo sordo eafiouaKO diapararoHy
Y el humo como tela cenicienta
Cay6 en U mar : entduces inTocaroil
Cual genio aaltador A la toruienta*
Mas no habia en el cielo ya oracanes
G>mo en la mar espumas ya no habia;
Negado estaba el puerto A sua afanes:
Para olloa la edperanza no eiistia.
Bien pronto oonsamidas estUTi^ron
Las postreras mol^culas de Tida,
Y con bascas terribles perecieroa
Las bestias que TAgaban An guarida.
Y los hombres sua bocaa espantosaa
Abrieron como perros fatigados;
Y congojas sufirian horrorosas
Com9 eaimnos del rdmito asaltados.
Horrible, fiifira Tories jadeantes,
Horrible ver sim aosias, su deqpecbo>
Tan criifil como el de hu^&nos infantes
De una ja8k«|iia ehupami* el aeoo pecho.
Algpmos los oaihallas se mesaban,
Mi^ntras otros con rudo fingimiento
La boca de su amiga alU besaban.
Para robarla nn aoplo de sa aliento*
KttiMa el placer mas tito j descuidado
Se treeara en desdicha tan estrema:
El rej mas am})ioioso bubiera .dado
P^r un Atpmo 4« aire su dtadema.
Era la^ tieri'a un lecho ie totmeuto^
Ell que ai rigor divino eut6nces plugo
Al hombre haccr sufrii* suplicio lento
Sia f}ueji(los, sia saugre y sin venlugo.
Oh! en vAilo el jiiortal luctiara entonce
Con itestino tan cntdo, tan impfo!
El pabclloQ del dielo el*a de hronce:
Y la' tierra giraba en el tac(o.=T. A^iLd.
tittiitas las itiir6 el sol de la mafidna
Mecit^udose en las aUs de los vientos
Voladot^.s }
De un mismo beso las tifi6 de grana,
Prestan^o a entrdmbas yagos moviiuieoto^
Y Colores.
Juntas, cottio dos dngeles que Vuelan
A buscar el aroma de las rosas
De este suelo.
En pos del sol ctijos anlores ireUuii
JRetozaron un dia raporosas
Por el cialo.
Ora cual dos amantes enlazadas.
Que truecan mutuameute casto beso
De ternura;
Tan pronto por las auras separadas
Gelosas de que gocen tal esceso
De Tentura.
Ora tersas j blancas cual la nieve
Que A eiigaianar desciende en copos bellot
A la rosa ,
Ya trasparentes cual la gasa leye
. Q(ie el aura rizii al par de los cabellf^
De una hermosa,
ToMO II 31
iki
iMi
£1 cielb cual dos cisnes recorrleroa
Que a gozar van en el ocuUo nido
Sus ainoresi
Y los rayos del sol juntas behieron
Sirviendo juntas de dosel polido
A las flores.
Sobre el azul del cielo destacaban ,
Cual de dos huris los ueyados cbales^
Si(*mpre hennauas,
Y en sus rdpidos giros se ayudaban. . .
I CuAiido dos uiibes vioroD los mortales
Mas galanas?
Mas pasaron taiiibien! Ellas del cielo
Flotaron por el (Uer cristaliuo
Todo uu dia;
Ellas sirvieroa de dosel al'suelo;
Ma^t desgajulo al fiu de su camino
Brisa impia.
£1 sol al ocultarse tras los montes
Quizas las dirigia un beso tiernoi
Y aAigida
Vei<> su fazf y eti> otroft horizontes
£u su buaca llev6 su disco eterno.....
No la;i vido !
I Qu^ fu^ de ellas , Sefior ? Cual el sonoro
Quejido que al moveria arranca el Yiento
De una Hra;
Cual jie un infante los ensuelios de oro»
Puros cual el rosado y dulce alieuto
Que respira,
Se perdieroD del aire entre las olas ,
Que sus contornos vagos desgastardn
Al mecerlas,
O cayendo en vapor en las corolas
De las pintadas flores se eugastaron
Como pcrias?
Qud fti^ de ellas? Ay me! no mas lo sabe
Quicu el liuAiedo alicuto de los hgos
JJ^5
Toriia eii dut>e«,
Tu que escuchas el ciutico del aire
Y ei sauto idcieuso eatre mil glros ragos
A ti subes.
Qui £vl6 de ellas ? No s^. Mas^ se perdieron?
Sospecharlo siquiera fuera loipiO)
. Dips poteute !
Sepa que uo son ja lo que <iutes fueron^
Y acate tu saber y poderio
Toda freutci.
Matizadas guirualdas de yapores,
Alas ligeras que subis al ciei^ y
Nubes beilas)
OhI quieii pudiera exeoto de dolores>
Seguido de otro pecho eu nuestro vuelo f
Ir coa ellas !
Juntas nacieron las dos gayas nubes,
Y juntas tras un dia de e&istencia
Disip^ronset
Quixas eutre rail grupos.de querubes
£u el trono del Dios de oninipoteucia
Engastdronse^
Dichosas ellas t Cual esqiufe errante#
Cual flor que en olas de lucidnte piata
Lleva el rio^
Asf voy, solitario caminantet
Sin que halle un pecho que amoroso lata
Junto al mio.
Solo voy, sin sentir junto A, mi el roee
De un labio amante que mi ardor mitigue
Con su aliento;
Ni tengo en el placer con quieii lo goc«,
Hi en la borrasca una ala que v^ abrigue
Contra el Tieuto.
Dios de bottdad ! i porqu^ asf en el cataino
De la Tida tan solo me dejasteis
Y desnudo ?
C6m6 podr^ luchar contra mi sino,
lilt
Si i BUS dardos arteroi me entregasteis
SiB escvdo?
ttasqu^ el amor, mas no le hall^ ea la Uerra;
La amiatad, mas su fuego no igualaba
Mis ardores:
G>otra m( mismo ent6nces hice gaerra*
Guerra tenaz y amarga, que enconaba
Mis dolores.
Pregtintaha a los sdres, j do quiera
Ares^ flores y niilics siempre rfa
Hermanadas :
Ni uno h9\{6 que no hubiese compafiera>
Y maldije ^i pendon !— mi suerte impia
Cien regadas.
Tor fin preguntd A Dies: i cumo, insensatOy
Pude eu mi frente no sentir su aliento
Periumado ?
C6mo pude olvidar , cual liijo ingrato,
Que i sostenerme estahais siempre atento,
Padre amado ?
Pregunt^ i DIos, y Digs: Yo al liombre — dijo-
Hice rey, y a sus plant as teudi el mundo
Por alfombra;
Y i^orque le amo como padre A un hijoy
Doquier le escudo con amor profundo
Con mi sombra.
El liombre, el are, el aura, la flor bella,
Nada respira solo , y solo mucre
En torno mio;
'. JM^'UA t6r bay cnya maMita buella •
Se estampa soiai y seoa euanto biere,
¥ eite 64r tnfelis es el imp<o !^
Joaquin RubkS t Oas.
in
CR0NIC4 REL1GI0$4.
^o estrafien nuestros lectores si una j otra y hasta por tercera ves
iios ocupamos de la cuestton religiosa de Toledo, porqtie ademas d€ acr
esta iglesia la prlmada de las Kspafiasi y la que por lo mismo debe dar
el touo d todas las demas iglesias , esperamos que la religiosidad de
nuestros lectores nos permitird ocuparnos tanto de una cnestion de
auyo tan yidriosa* t que en tan cougojcsas aiisiasha mantenido i los fie*
les de la vasta didccsis toledana. Hecordamos baber dicbo en nuestra
liltima rcsefia que el Sr. Golfanguer, qnien regfa en elase de vicario
capitular aquel arzobispado, con jnrisdiccion si no eridentemente il^gi*
ma^ i lo m^uos altamente disputada, lo que para el caso es lo nistnO)
aaboreando delicias doude otros solo encuentrau sinsabores^ queria cdn-
tinuar apacentando una grey iudocil basta cierto pnnto A la voc del
Pastor d qnien miraba con desvfo j con cierta dcsdefiosa prerenciott:
los .inimos estabau dcmasindo conmovidos y liarto en zozobra Iss coii«
cieucias, para que no se pndiese tcnier uu estalltdo entre el cabildo me-
tro|x>litano y el Sr. Goitauguer; pero este ieltzmente ha preristo el
caao, resigiiando su jiirisiUccion en manos del cabildo ^ ya que este al
despojarse dc ella para iiivestir d uuo de sus mietnbros lo babia liecho
de mai grado^ y solo por iiispiracioues del ministro Alonao. El gobiemO}
que ha tenido que toinar cartas en un asunto que de cada dia se mos-
traba mas serio, ha querido oir la tos de algunos prelados y tf la vis-
ta teuemos el dictAmen que con esta ocasion tuvo que estender el Sr.
obis[)o de Canarias, habieudose dntes puesto de acuerdo con los SS. obis-
pos ei de Pamplona y el de Coria , dictdmen que^ sea dicho como de
paso, honra la alainada pliuna del Ibno. Sr. Ronao. Es de ver lamaes-
tria con que S. 1. aborda la cuestion del nombramiento de vicarios ca« .
piiulares en obispos electos contra lo prohibido en la buld de Bonir
J'aao Fill 9 en el cdnon del concilio general de Leon^ en el hre^e de
Clemenie XJ^ de Fio FII,jr la declaracion de 1*. de marzo de 1841*
S. 1. liace cargos tan graves como merccidos al cabildo por baber ele*
gido al Sr. Vallejo para que gobemara la di6cesi8 durante la vacante,
faltaudo d todo lo dispuesto en los sagrados cdnonos. Sea como fuere,
S46
opina el aabio ohispo de Canarias que el cablldo acnda A los pi^
de S. S. para subsanar las faltas que baya podido cometer as( en el
nombramiento del Sr. Vallejo, como despues en el del Sr. Golfangucr;
no obstando para que'reasun/a por aliora la jnrisdicoion y contioUe go-
beniando una iglesis^ que para decoro j dignidad del cuerpo mettXH
politano y tranquUidad dc todos los fieles ' debiera haber siempre go*
bernado. Nosotros nos alegramos en el Soiior del sesgo favorable que
va tomando la cuestion religiosa dc Toledo; felicitimos al Sr. Golfangi\er
por haber comprendldo flu deber j haberse descargado de tin peso que
le bubtera al fin abrumado; j felicitamos tambien al gobiemo porque
se ha dejado guiar por la rot de los obtspos i quienes dnicamenteJe-
sucristo ha confiado el r<^gimen'de su tglesla segun palabrasdeS. Pablo.
Con la siqiestra intencioq de perpetuar los males que afligen A la
desgraciada iglesia de Esps^iia, ha habido quien haya asegurado que no
el gobieruo, y s( las e&ageradas pretensionos de la cortc de Boma di-
lataban de un dia d otro el tau anhdado concordato; pero el Padre co-
tnuu del cristianlsino para dar una muestra del cariuo con que mm
i esta porcion de su rebaiio, y de que no se dilatar^ por su parte ni un
sqIo momento el eslaboqar las tnteFruropidas relaciones con su querida
iglesia liispana, acaba de cnviar las bulas al sefior AlcAntora NaYarro^
cohfirmandole en el nombramiento de comisario de Cruzada que en su p(*r-
soiia^ ha hecbo el gobicrno. A si mismo podemos ascgurar que el in-
duito cuadragesimal que solo renfa coQccdiendo Su Santidad por uu
'a<iOt le ha concedido ahora por dos. Felices nosotros el dia en'que po*
dn^mos anunciar a nuestros lectores la tan deseada aTeueKcia entre la
Espafia y la sbdi apostouca« que ha agotado el tesoro de sus gracias
en betieficio de esta nacion, que entre sus timbres lleva el dc cat iilica
con que siempre se ha onvanccido. Dado quo la reUgion no sea mas
que una rueda admiuistratiYa que deba jugar eu la ni^qutoa del esta*
do, ^c6mo es que cl gobicrno aparenta mirar con inditerencia •& esta
ruedai que debe poner en morimicnto d todas las demas ? £u yauq se
pramulgar.in leyes para robu^tecer el podcr y cerrar el ciater do las
revoluciQiiCKi que estas leycs seran ineficaces y no surtiritu nl uno ni
otro efecto, si el sentimiento religioso no domina los demas sen tiini^^ii-
to del eorazoii, y en Espaiia feiizmcntc el sentimiento rcHgi*».'-o no es
otro que el ontc'itico; y ahogar es A cste sentiiTiiento, que tanla vida y
jugocomunica a la sociedadf cortar las reUcioues filialcs con el ceiUro
4e la unidad catiUica , el Paiiti'Gce romano
Cumdo nos mociamos en la lisonjera oonnan7.a de que todtH los
preladqs que ha rc^ipetndo la gi^adaua de la inuerte si\ li.ibi^ni \a res-
2U
titttido A 803 didcesisf. j Tolrian ^ empnflar el bdculo pastoral qiiC' «
gobierao nada catdiico ies arreljatara , acahamos de leer con estrafii»a
• y hasta con pesar la esposicton que el cabildo de BaUg^er clevu i
.S. M.» d mejor dicho, puso en sus regias nianos. puUetido elrrgreso de
8u obispo el de Urgel, que tuvo que buscar aslLo contra inju;rtas perse-
.cucioueii en el suelo amigo j hospitalario de Fmncia. Sea dc u^a tck
el i^biemo de S. M. bastante josto para v^Wersi abrir las puertaa de
la patria i virtuosos prelados, que si dan en estranjeras tierras un tes-
timonio \ivo de sus Tirtodcs y de la santklsvd. d<3 la causa porque par
. decen, le dan tainbien de nncstras miscrias y dc la eslrecbec de cora-
son de los que aqui mandan. No tenia el gobieriH) nitniamcntc medro-
.so que esos digiios succrores de los ap6stole.s vuelvan al seno de sus
diocesis para soplar sobre las mal apa^adas teas de la dkcordia; si cs
,cterto que no permitlrau que las potestados de la 'tierra alarguen la
mano al incensario que solo puedeu ellos baliiucear, tampoco ellos la
estcnderun al cetro, y el imperio arniomzaudo con el sacerdocio rrpa*
rardin de coasuiio los pasodos quebrautos d ini'ortunios de unestra des-
graclada naqion.
Y abora que bablamos de Espana , cruza por nuestra nteiite *cl
recucrdo de aquellos dias en que cste pafs, abora tan abatido, daba la
ley a los demas paises del mundo: nuestra babla era entonces aprcn-
dida con afan , uucstros clasicos adoniabau los estantcs de las mejores
bibliotccas, nucstras bajeles cuJ)rian los maresi micstras annas se coro-
naban cou gloriosas victorias, como la de sau Quiutiti, y las fiotas nos
traian de nuestras posesiones ultramarinas suinas enormes de dinero;
abora somos reycs destronados : aqucl trouo que un tiempo nanca
el sol cesaba de aluinbrar esti poco m^nos que asentado. sobre el
crater de uu Yolcan \ en las castas posesiones que tenia en America
la robusta monarqufa se ban levantado nuevas repilblicas 9 y estas
republicas rirgenes todavia quieren asegurar el nmero drden de cosas^
. siguieudo una senda diamctralmente opuesta ik aquella por la que ca«
luiuo el piadoso Carlos. Ill : este mouarca de una plumada estingut6 ii
todos los jcsuitas de su» yastos estados , y los gobiernos republicanoA
^de America^ dcebado de gobiernos libres « llainau d teda prba & los
IVP. de la Compailia para confiarles, no solo ya ladireccion dcla juven-
tud, sino el cuidado. de^ pueblos enteros. Nuestros lectores recordarin
que en cl niioiero 2** del tomo 1 Ies dimos la noticia de que alguuos
jesuitas cspafiolcs, entre los que sccontaba al j6ven maliorquin P. Amo-
r6s, se habian embarcado condireccion d Muefa Granada; nosotros en
su viagc los bemos acompail^do con los votoe de nuestro corazon, y
2^8
par uoa carte ibchada enSANYA FEDE BOGOTA en 88 delpatado jti^
nio beinos aabido que ios ilustres adalitles de la Religioa hahiau Hegado4
fu destino 9 no aiebdo bastantes las tiuieblas de la iiocbe para que A
pueblo dejara de recibirlos eo medio de uua oyacion que la niodestia j
hiimUdad do. Ios hijos de Ignacio procuraba buir* Estos pobres sa-
cerdotes sin mas armas que ui| cayado , un breviario j un Cruciiijo; sitt
otro tragc que una pobre (otana, entraroo ei| la capital de la repdbli.
ca de Colombia, al alegre repique de las eampanast al oompas de laa
armoqiosas sonatas de la miisica militar y al resplandor de vistosaslu-
mtiiaris^ con que aquellos habitaqtes quisieron festejar A csos Angeles
de paj;, que Dios en su misericordia les ba enviado. Ap<<na8 llegados ^
la casa que les estaba destinada ya b&lUron al Sr. artobispo que Ios
estaba aguardaudo, y quien Ios recibid con las mucstras de un carifio
Terdaderamente patcrual. Con tanto agasajo como ban sido aoojidoslds
jesuftas en Amf^rica', ban sldo roal roclbiilos en Fer^iert (B<?lgioa^. Pe.
ro csto ^qud prucha contra el institutode Ios jcsuft^s? Pnieba'solo que
)a Compaiifa de Jesus, como la Religion de Jesus, boyante en unas par*
tes, va de vencida y corre al parecer riesgo d^ ser s\imerglda en otras;
prueba que debe segtiir la mlsma sncrtc que en todos tiempos ba cabi-
do i( (a virtud, perscguida en uuos lugarea, ml^ntras que es diplaudida
en otnos; pero Ios dignos secuaces de la cruy nl se enyaneceo con el trlun'-
fo, ui se abaten en la adyersidad: cuando se lucba por ia Religion sicm-
pre $e sale airoso en la demanda, pues 6 se cine el laurel de (a Ticto*
ria) (k se alcaqza la palma del martlrio.
I^ay-os de afiuidad desgracladamente algo aflojados estrecban todavia
^ U naoion espaiialsi coft la de Portugal, lo que bace que nosotrosmi*
l^emos con intcros Ios a^untos de la iglcsia lusitana, traba jada tambicn co-
9ho la nuMra p6r las t^Toluciones* y en la que tantos cstragosjbay que llo-
rar. Lqs rtalos (|ue afligcn .i la iglesla de Portugal no arraucan de ayei*;
ftfenen su funesta rafz en el sigio pasado: el axote de que Dlas se va-
li6 para |)r6bar A su beredad fud el maiques de PombaL cnva brutal
firftnfa ba dcjado muy fitras d la de quautos cmperadores ronianoj; le-
garon d ta l^istoria uli uonibre escrito con saiij^re. Desde la golK>riia*
Cion altamente d(?sp6tica de Pombal, cortos ban sido Ios dias de pai de
que ha gvizado la iglesia tqsitana: qo ban faltado es verdad soberauos
pbdosos, como Ofif^. iMariai que la ban amparaclocoqsu protoccloii ]ie-
i«o Ios momentos de'descanso ban sido cortos, y barto pronto ha vuelto A
sonar la bora d^^l combato. Asf 1j^.s cosa^- cnaudo entre el piiipcrador
del Hrasil t). Pedro y su bermano D. Mij^u^l «e suscitrt una curstion
diuAstiua que so [\Ck al trance de l^ amv^. U victoriii oonuio las de
'D. Peifo'^ y iDft, Ufaria dela Gloria 'sftbi^lil trt)ti6 jli&rttigttcs. l^rO
'cnando solameote el cetro debiera baber pasado de las manos de Dtt.
miguel ^ las de su angusta sobrioai no prodnciendo en la religion otrb
eambio que la simple variacion de nombres en las oraciones de la mi^
sa^ se leranM en la iglesia Insitana una tan desbecba tempestad, de ca^
yos estragos no ha podido todavfa repararse, j txit tan acerba la per-
jsecuqion que la acrisol6, que delante de ella palidece la que ha snfrido la
iglesia hispana. Ocho afios, desde 1854 ^ 1842, ha estado la iglesht
de Portugal poco mdnosque diTorciada de la gran conhinion cat6licsr:
^bispos diguos de este nombre> que babian rembido sus credenctales de
aquel que cuenta por ovejasbasta A losmismos pastores> fueron arrojadoli
de sus sillas, yiniendod seotarse otrosmanifiestamente intrusos j que lie-
yaron ^ ellas los crimenes que manchaban su' conducta moral; el go^
bieroo ae lanc6 sobre losf bienes eclesidsticds, como si ftieran campb
de conquista, los sacerdotes que no quisieron pisotear los sagrados db-
Doqes fueron sepuUados ^en oscuros calabozos, si es'que no entrega^
dosA los pufiates de asesiuos; en6n unade aquellassangrientaspersectf-
ciones que en la cuna del cristianismo enviaron i mitlares los mdrtir^
al ctelo, se ha reproducido en nuestros dias. j casi A nu^stra propik
' Yista; si no nos ha estremecido tanto como debiera, es porque los negociois
decasa absorrian de tal modo laatencion, queapdnasnos;curilbamosde
lo que «e hacia en la del medno Con la venida del Sr. Gapaccinii Lis-
boa, era de esperar se remediaran todos. los males que aquejan d aque-
Ha iglesia; pero dos aiios van que &v Samtidad tiene uri-representan^
tc suyo cerca de S. M. Fidelisima^ j todavla' permanecen arrancados
de sus sillas cuatro obispos, las didcesis de Ayeirb y Pernlieljestiu in-
tmsamente gobeniadas, los curas legitimes no pueden volVer i entraAr^
• en suls parroquias, siendo sus Tir hides 6bice^ cuando debicrah servir de
recomendacioQ para que fueran atendidas sus siiplicas.'Lo mas triste auU
e5, que et gobierno portugues quierc que el Supl^emo Pontificc coiifimife
consu bendicion apost^lica tantas milidades comb se ban cometUlo; pero
Apesar de los sacrificios que^ estd dispuesto A hacer S. S. en boiieficio
de la pas, no creemos que llegue nuuca A sellar con el aniilo del Pc^-
cador tantos esciudalbs; si lo hiciera sin embargo, nosbtrds que crcvd-
ramos oir en layoK de QBficoaio xvi la voc de pedro, incKndramos hu-
mildes la frente, pues uosenos oculta cudnto es elpoderque ha sidocoA*
fiado A aquel 4 quien ha sid6 dicho : Todo cuaMo afnres 5n la tieri*a
serd aiado en los cielos: y todo ctianto desatares qikedard desatftdo.
Y d propdsito de Portugal, no podemos m^iiosde acVisar'<( nuestros le6-
tbres la lif^g^da d Lisboa ^1 dia 37 del Ultimo agosto ddl nuevo uun-
ToMO II 32,
250
rcio monseior ii Pietro, qtti^ lia' ido i rMnplaor en la legadon al
cardenal Capaccini ; este di^no represeotante de So^Sahtimld ae ha res-
.tituido Sl la capital del crbtiaiibnao no sio dates recibir en su triinslto
.por Lbodrea Tivas muestras de aprecio, y haata liaonjeros aplausos por
sua Taatoa conocinaientos en las ciencias fisico-mateaiiticas j principal-
.mente en la astronomia. .
Todo catdlico ha de recogcr con interes las noticias del Gefe del
.cristianismo, como. todo buen hijo procura con avides saber de su pa-
dre ausente; as£ es que con el mayor gozo de nuestro corazon debe-
mos decir it nuestros leciores, que el gran sacerdote que aqui en U
tierra lepreseirta al mismo Jesucristo, y que tiene en su diestra las lUr
ves del rcino de los cielos, goza de una salud muy robusta* habiendo
desde su residencia en Castell-Gandolfo dado un paseo por algungs
,pueblos, comarcauos de Roma en los primeros dias del corrieute meaty
xecogiendo por doquiera muestras de profuudo respeto y yenera-
cion, que han quedado recompensadas dignamente con las de apre^
cio y tierno cariiio por parte del Padre comun de los fieles. £1
dia 2 sa dirigi6 A Gcnzano, y despues de hali^er recibido en la
colegtata la bendicion con el Smo. Sacramento i pas6 acompafiado
de los eminentisimos cardenales Ostiui y Arlattey al couveuto de los
P. p. capucbittos A cuya mesa se dignd asistir. £ut6nces si que nues-
tro humilde pontifice podia poner en su boca aquei dictado con que
para humillar el orgulio del patriarca de Coustautinopia sc baulixo el
.sauto papa oaEcoaio sl oaAvnB, y con que despues se ban ll^mado sus
.sucesores : Siervo de Jo$ $ierv<a de Dios, Atciita S. S. al mcVUo y >ir-
tud^s de SOS colaboradores en el ministerio episcopal, y querieudo le-
c compensar dignamente d los ilustres adalides que con santo denuedo
Jban peleado las batallas del Sefior, reciliiu con entrafiables muestras
de afecto en su palacio apost6lico del Quirinal al Rmo. Sr. de Droste, ar^
Eobispo de -Colonia/ cuyos padecimienlos por la ie son tan oonocidosi
y de los que tanto ha hablado con alabanza del confosor toda la pren-
sa religiosa de £uropa. £1 papa habia mandado poner al pit^ de la
escalera una silla de manoS) y que fnesen los couductores los qua
hacen estc serricio cerca desu august a persona en las grandes ceremo-
nias; pero la bumildad del venerable arzobispo decliii6 ese obsequlo, j
encorvado bajo el peso de los^ alios subio la escalera apoyado solamenle
en el brazo de su guia. Ap^nas llegado al salon de la audiencia saiid A
. SA7ITO PADRE d Ppcibirlc, y bafiados sus ojos en Idgrimas le e&trecho
contra su corasou. £1 respetable anciano qneria echarsc d kus pje^s;
pero S. S. no lo permiti6 , mand6le sentar 4 su lado , y despues de
254
media hora de conferencia <alid i despedirle hasfa la pnerta de la
sala. Esta es la honrosa acogida con qae son recibidos por , el ijt>«*
Bsaiiro Fo^TiFicB cuantos obispos ban besado las cadenas j alai^do
Sos manos i las esposasi a&ntes que poner i loa pids de la autorida^
mil 5 con meogua de su elevado caricter, el bdculo y el anillo. .»
A pesar de que el Comtitucional, diario.que se publicaeo la ciudfid
doude esto escribimos, tributa on voto de gracias A la junta diractira
del Institato B^ear i cuyo cargo esU el edificio de Montesion, por
baber conGado la custodia de los restos del Beato Alfonso Rodrigue«>
bermano coajutor temporal de la Compafila de Jeaus , i uno de 6tt$
bermanos, para que eate reapetable sacerdote despertase la dero^ion 4
tan santo compatricio que dormia en el corazon de estos fieles ; la Fe
tambien leranta boy su bumilde vo» para rendir el mismo tributo de gra-
titud al cuerpo literario que tanreligioso seba (mostrado Ycngando d^l
olvido los buesos del venerable AUboao. £1 dia 50 de octubre la Reli-
gion nos recuerda las esciarecidas yirtudes del ilustre bijo de Loyo*
la 1 y en este afio en la iglesia de losjesuitaSf bencbida de un nu-
ineroso gentio, se le celebro una solemnisima fiesta « en la que.nada
9e ecb6 de m^nos* Justos son los honores con que bemos recorda-
do la memoria de Alfonso, pues si nacio bajo el cielo de Segovia, aqui
en Mallorca, en los silenciososy ahora despoblados claustros de Mou*-
teslon se santi(ic6 y mereci6 ser cefiido con la aureola de los biena-
venturados. Destinado por sus superiorcs d la portcria, ain mas quft
abrir y ccrrar las puertas del coiegio de Palma, y recibir y devolver
recados, merecid ser regalado con altos &vores del cielo, y abora scr
elevado A los aitares. Atibnso fu^ tan obediente y d6ctl A la vot de sus itu-
periores, oomo el ciego que sedeja ponducir por el lazarilloqueleguU*
Honromos pues A quien interpone tan poderasamente su valimieQio en fa-
vor nuestro, A quien se acuerda con carino de esta risuefia isla en !a
que mor6 por espacio de maa-de ^5- afios , y cuyo uouibre ya e^tarta
injerto en el catalogo de los santos> 4 no baber sobrcveuido los males
con que en estos liltimos afios Dios ba probado i la iglesia espauola.
Desde nuestra Ultima reseua ban muerto en la pas del Seuur el car*
denal Grimaldi, y varios otros prelados que estabau al freiite de las mi-
sioues. Tambieu en Kspafia ban bajado al sepulcro en este ititimo m^s
dos per&onages que ban dejadp A nuestra bistoria ecle8i4;itka UA iu>.xu-
bre algo feo : el Sr. don iManuel La-Rica obispo electo de Cuepca J
go])eruador del arzobispado de Zaragoza , y su d^uo secretfrio D. Toli-
carpo Romca. Midntras su goberuacion en Zaragoza , el Sr. La-Hie^
vcju sin picdad la;^ concieucias de los fieles, proyocd las iras del [)o-
i52
^ flobre lot eclesi^tioot qne detconocieron bo, jnrtsJiccioit, j llend de
yetadambreSf hasfia preciplUrie eu el aepuicro ai TirtttosoSr. Fmtices',
quien deade estraiijeras playas lAiraba con entrafias de padre y ojos
de pastor A su cara grej devastada por el eisma. Sin embargo nosotf os^
que al tiempo que combatimos al ertor amamos al hombre , deseamob
TiTamente que las almas de estos dos sacerdotes bajan encontrado mi-
lericordia delante de Dtos, ciiya justicia una i^grima sola de uncerO
arrepentimiento pucde ' aplacar. Ya que nOs ocupamoa de necrologfa,
DO podemoa oWidar al Pro. Dn. Francisco Zaforteza can6nigo de esta
aanta iglesia de Mallorca, fallecido repentinamente en la nocbe del 16
de los oorrtentes, cuya caridad inagotable amparaba 'al fau^rfano,
abrigaba al desnudo y era el pan del harobriento. A ^la edad de ^2
afioa, cuando todaria al parecer tenia larga vida delante de sf, la muer^
te de un golpe le arranc6 de entre nosotros. Cuando nadie podia te-
Iner tan arrebatada mnerte, solo ^1, que sentia que su vida se iba es-
tinguiendof se despedia para el viage de la etemidad ; en el mismo dia
de su &llecimiento babia Uerado dos yeces A los pi^s de su confesor
los escnipulos d^ una cohciencia nunca satisfeclia. Los pobres baa
lionrado con abundantes Idgrimas la memoria del can6nigo Zaforteaa,
y estas {Ugrimas serdn la elocuente oracion que coronarA siempre los
funerales de los bienhechores de la humanidad.
CRONICA POLITICAL
■ •■
Prefiado de ruidosos acontecimtentos ha venido el mes qne hoy ci6«
rra; y si nuestrot lectores quieren tomarse cl trabiijo de traeria A la
memoria , recordariii que desde cuatro afios ha sido siempre sefiaU-
do con algun aconteciiniento importaute el mes de octubre. En
octnbre del alio 40^ la reina madre re6igo6 en las tnanos del iniiiiste-
rio nn poder que la revolucion habia ya euvilecido, y cou el llaoto
maternal en los ojos se arranc6 de los braaos de sns tiernas hi ja« ; aU
gnnos gallardos militares que qoisieron borrar la afrenta qne con es-
te escAndalo babia caido sohre la nacion, en octubre del afio 41 ^"^
ron arcabnceados, dispertabdo del suefio, en que se meciau, A la vista
de los cadaisos. £1 nuevo ragente que ap^nas hnbo trocado en ceCro
25S
U etpada^ caaodo. Us capitalea que mai iocienso lubiao quaoiado d%^
iMte sa chica hnmaoidad ie odiaron de muerte, fudae poco d^spaes de
ffsta^poca del afio 4^, para deavaDeceraamal humor j aolasarse conal-,
guuos ntos de desaliogo, A conteinplar desde los balcooes de SarrU
(as cobaf^el lioihbas coa qne ei castillo de Moojhaic arraaaba la in«
(prtouada Barcelona; j fioalmente era el mes deoQtuhre. iei afio pan
aado caaado oodeaba coo majorea eaperancaa de trionfp ia inaochadi|
baudera de la juuta central en loa moron de Barcelona y Zaragocai
Memorable UaibijBU bubiera aido, RaugrteataiueDta memorable, el roef
de octubre del afio 44^ ai la Provideacia, aalvaodo las Tidaa de trea
iliMtres adalides del 6rdeo, no hubiera librado i la nacioa de nn^
noche de calamidad y de miaeria. Antes empero de hablar de eatas in-
leatouas revoluciouarias que felizm^ute baa fracasado ,.sigaxDOs el hi-
Jo de loa acoolocimientos aat como ae ban idp a.ncedieodq en el de^
^urso de este wes, no tan calmoaa y sosegadamente como bobiera si-
ilo de desear.
El dia 10 era el sefialado en la convocatoria para la abertora de
Xm cortea, y S. M. al alegre eatampido del capon B$\t6 i laa doce df
la mafiaua de au regia morada con direccioo al palacio del aenado, don<^
.d<^ fud recibida con todaa laa moeatraa de profondo reapeto por laco-
jDiaion qoe habia aido aorteada ^otre loa 128 dipotadoa que ae ballar
ban reonidoa en la capital de lamonarqnfa^ El preaidente del congreso
deapnea de baber beaado la maoo de S. M. tnvo la bonra de entregarle 4
duicur^o de apertura qne los diarioa de eata capital ban pnblicado, dia-
,penaindonos con ellotde reprodncirle on laap4gi|ia|de nneatra reviatap
Notable ea en loa gobiernos r^preaeolatif oa el diacarao coo qne la coi>
rona abre laa cortet, airve de programa al miniatetrio, y ona vex apoyadp
.por loa cuerpoB colegitladorea, da aoeTaa iuersaa al gabinete; pero reci«
.bido con deafavorable preveocion, aaele i feces prepafar 6 nna diaolocion
parlamentaria, 6 nna dimiaion miniaterial. Escrito oon bnenaa .dotdi
de lengnage iest^ el diacnrso regio con qne so ban. $bierto laa coiv
tea del afio i844« qoQ W^ lo.que bemos oldo decir se debe i {«
■elocoente pluma del Sr, Martines de la Rosa ;. .pero bubidramoa
deseado «ir de ^loa Jabioa de. S. M. el estado po que estdn. nmet-
. tras relaciones con Roma , . £alta que no sabemos como baya po-
«dido cometerla el antor del diacurso. / Goaa eatrafia ! no pooer el go^
bieroo oi siquiera nna palabra de consoelo para el catolicismo etpap*
-Sol en loa candorosos labioa 4e S. M. Gatdlioa. Mocbo bobUramos
-deseado que, sin comprometer el aigilo diplooy.tico^.el.atentajado lil»-
cato bobiora intercalado uoa palabra. de 4Bspieraosa qaebnbiera cald^
fi5tf
iobre.machos boraeoDes, como ona gota de rocfb aobre la narohiU
flor. Vcrdad es que interpeiado S. E. sobre el estado de los tiego-'
cioi eclesiiaticos, ba aoifado alguuas palabras que indicaa que el mi-'
ilisterio no mira coo glacial iDdi£n*encia uh% caealfoo que lao tiva*
mente iotereaa la religiosidad del pais; Terdad ea que al :tiempo
€o qae estaa tiDeas escribimoa babr^ti tiegado ya al Sr. Tarraocon laa
btilaa de Vifcegerente de la Nuociatara apostdtica, eocargo coo que aca*'
ba de ser hoofado por S. S.; estoaCciertanieotealieota eipecho, en oa^
da empero ateoda la falta comelida per el miotstro.
Mi^otras ia Retna en so corople afioa babiaba A aus poebtoS) j de-
eia qae camados de aiteracioncs y traitornos^ desean con nnsia dii^
JrtUar de tranquilidad y sosiego hajo el imperio de las leyes y d la
iomhra tutelar del trono; deade laa oiebtas del Tdmesia babUba tam-
bien el Doquc de la Victoria i los eapaliolea en so c^Iebre mauifiesto
qoe ya ban ttsto ooettroa lectoreSv7 eo que al tieropo qne confiesa que
an regeocia ba espirado ya, ofrece au espada para el caao en que |)e-
iigten laa lustitociooea. El partido progreaista ba aceptado esta eitpa-
tta, J deade el lO de octubre ya tieue caudillo; el general Espartero
Hcandillari laa filaa progreaistaa. Sin embargo 6 nos bacemoa mucba
ilasioU) 6 creemos imposible ooa avencncia completa eutre loa hombrea qne
'en an deagracia acompa6aron al Doque de la Victoria y los que le aban-
donaron al rigor de ao soerte; no poca generosidad se necesit^ra parm
que loa ajacucbbs y progresiatas independientea oWidaaen antignoft
agratioa, y est rechasen cordialmeote au mano. Eaperamos que la eatre-
ila del Duque de la Victoria^ eclipsada ja, no tolveri no oca i brillar, en
todo caao feftejAra aobre un campo aembrado de rufnas y anegado en
tangre.
Como noa lolemfamoa, la diviaion ha penetrado en el congreao^ y
no una opoaicieo absolutiata qne era la qne torbabael anefio del minia-
terio, «oo nna oposicion conatitnciooal ea la que dllatari mai de lo
qne d^biefa 4a reforma iti o6digo del afio 57 segon la mente del
gobierno. Bipiktadoa de oota como latnris. Pastor Dias, el antigoo
eolaborador en el Correo Nacionaly Concha y otroa hacen la gue-
vra al ii>ini8teri6; ain embargo tan pronto como baa Tisto qne
b revolucion no ae contentaba ya con pavonearae en loa parlamentoaf
-aino qne cbiklaba en laa plaaaa, aacrificando en las araa de la patria 6
-kien aea convlccioneSt d bieu piqnea y rencilUa particularea, ae ban
yneaio de parte del miuisterio, y el general Concha en on arranqne
verdaderamente monirquico ha ofrecido an espatla A los pids del tro«
DO) la eapad^ qne persigui6 i Espartero baata el Malabar^ que ba
255
•klo aeopt^da oon palabrat taay lisoojeris para S. E. ]^r «i preitdeote
d«i f^abuietie. Tres viVtiaias debian caer en iin oitsmo dia bap el aleVe
^ptifUl, NarvaeE eu Madrid, Breton en Zaragosa, y Meer en Barcelona,'
a1 tteiupo que Auietller penetrase por el campo de Tarragona. La in-
tento:ia revotncionaria ha abortado; lotl hilos de la oonspiracion et«
Un en Us inaiios del gobierno; caatro reos en Barcelona ban satiafecho
con aus yirlas i la vindicta pdblica: pero lo decimot con voi muy alta^
la fnente de los motinea no esti cegada; todavfa uosotroa ahora con ma-
jor jnaticia qne el taimado Ol6taga poderaoa pooer en nuestroa labiot
la deprecacion tautea feces repetida : Dios salve al pais ; Dios saWt d
la Reina.
Josft ViDAt Y POWT.
VARIEDADES.
Aeosado el hombre de nna sed de (eticidad qof en ninguna fnen-
te pnedtf apagai> ualiiralmente tetania los ojoa ai oieio, esperando qne
deade aili bajarA coal rock> Tivificador el consoelo qne badealentar-
le durante an trabajosa peregrinaeion aobre la tierra. Asf ea qne el cria^
tiauismo qoe lee en.lps pUegoes maa reo6nditoa del cocaxon bumano^ y
que nos atom bra cnai faro saUador en los precipicioa contra loa qao
corremos rieago de eatrellaroos , noa ba deparado en ana aantos nnoe
p^iderosos raleilores que iiosaiigeran la carga de la fidayj enjngancoa
blanda jf carifiosa mano las Ugriinas qoe continoamente brotao de nues«
tro« ojoa. Y ved a hi la rason qne roneve al alma cristiana i postrar-
ae coil confianza al piiS de los altares 6 implorar la intercesion de los
joatos que nos ban preeedido en la carrera de la fida, qnienea ban s«a«
lido las niiamas necesidadea qoe nosotros, j ahora cefiidoa de an*
r^la iuoDOital hjiceu valer con Dios sns virtodes en iavor de cnantoa
todayfa sostenemos las {atigas de noa Incba abromadora> j qne nece*
aitamos dc iiua maoo que nos apoye en el combate.Uno de eatoa in-
ter cesore* que el cristiaoo.en momeotoa de tribolacion invoca con
ir.avor coafilauxa es el que aquf en la tierra biso las feces de padre
de Jesna y lu^ esposo de la Virgeo aaotisima , el patriarca aan Jo*
a^. De aiodo que tanto en el mode^to oratorio de aldea, como en la ca-
tedial de uiagestoosas naves y de elef adas y capricbosas bdvedas haj
S56
dedicacia doa ctpiHa cQyoa maros estiii cat! Biempre cebiertM del
f jt-i'Olo ^l argigo qae la Provideocia not ba eoviadoi j qae por ana^ .
altas virtad^ merecid calenlar en so seiio al Hijo de Dios^ j alioi^tiiir*^
Lb C09 los aodores dd su rostro y coo el trsbajo que haata eopallecid;
aua ii>anof* La hamilde vara de Jos^ queondia sostuvosns pasoti ahcwt
ra es e,i| 9tt diestra un cetfo de poder; y mocha prlyanta debe f^otar coia
Jttftis ^s^ifia, ioereci6 teaerle ^ la cabecera de su lecbo j que le eoja-.
gara el sudor de la agooia. Mucbos cristiaoos ban peoetrado en al
templo parA deponer i los pi^ de san Jo$^ las cuitas de su coratottf
J sn rostro inies surcado ppr el dolor pronto se ha visto bafiado coo
apacible gozo. Por esto nosotros apreciamos yivamente todo Ira,"^
bajo encaiuinad9 i promover mas y mas la devocion A tan esclarecido
Patriarca; asi es que recomendamos la Novena meditada de san Jose (1)
que acaba de publicar el P. Rafael Jose Fern'ol capuchino esclausUa^
do. El alma piadosa enoontrari en esta novena meditada coji seucilles
y oncion de leoguage pi&bulo con que alimeritarse. El opdsculo que
acaba de regalarnos cste apreciable sacerdote es tanto mas recoroen-
dabie, cuanto un trabajo de esta clase esta ba toda via porhacerse, puea
ai teniaroos algnnos libritos con que poder celebrar la n«vena del Saato«
^re^i>mo8 de ui^o euriquecido con meditaciooes. Nosotros nos felleita-
juos de que (as prensas del impresor Trias hajan sudado doa vecea
este afio, parfi la gloria del santo Patriarca , la prime ra con el Jfea
de Marzo^ y la otra oon la novena que recomendamos .bs V.
(1) V^adcM «n UbnrU ds EtUnm Tkiit flam dc Coit.
257
AtlTICULO QUINTO.
II
Lay especialmentc pra )os hombres pi^n.^adores qiie sc con-
sugran sil e.sluclio de lo psado con apiicacion A hs necesidudea
de lo preseule, y que coiisuUun la cspericocia conio piedra de
toque de las tcorius, una sitnuciou amarga y desconsoladoni
en que toda luz de verdad liumana de5aparece, en que luuero
el corazon no solo & toda esperonza , siiio , lo que es peor mil
voces , a loda fe de niejora , no j'a descspcrando de lo que de«
stfa^ siuo ignorando lo que. ha de desear: yen esta siluacion
el (ilosoro perdido el norle de su camino, y confundiendo loda
idea de b'lm y de Dial respeclo de las 60ciedades , se detiene y
ae conceutra en si mismo, y condeua su pen^aniienlo i la este*
lilidad y su brazo ilainaccion, couio el que envuelto janto
^on olrus personas eu una profunda oscurids^d, no se atreve A
dar un paso, ni a hacer nioviinienlo aiguno, leroeroso de da-
Aarse a »i propio, 6 de herir d los demas.' Y esle esceplicismo
que en religion y en moral ^nace comunniente de la corrupcion
6 aridez del corazon , en histoiia.y en po.litioa conquista por el
contrario i los esludiosos e imparciales por efecto de su niisnia
buena fe y de sus deseos de acerlar. Somelen a la prueba de la
esperiencia los sistemas que en su espirilu concibieron , u ho^
ican la hisloria de los que en su juicio debieran resucitar; y
alii donde esj^eraban hollar orden , moralidad , ventura , no en-
cuentran sjno corrupcion » anarquia y miscria ; ven las institu*
Clones que degeneran , los colosos que f^xaoiinados de cerca aa
ToMo II 33
S58
achicati « los Lienes do hoy converlirte en males para mafiana,
la humaniflad efi fin clavada desdcMi caida en el lechodel do-
lor, 'no alcaiiiand>> con el cnrso do lo^ 8i>;)os sino cHinbihr de
enrennedades. Si la h slot ia puldica y cUsica , di^amo.^lo a»i,
oon el esplendor de la gloria y el estrepilo de los graiidtfs he-
chos disi«iiula las inisetias y gemidos de una sociedjd , si en-
sordrcc a ello.^ la cicnoia filosoficu para adaplatla y hacerla
sfTvir de prueba li tin .siHtenia ; tiiia cronica candorosa , un he-
choalslado, una queja amarga que ha atravesado la diMaucia
d*i los ti«»in|Mis , 6 una vorgonzosa revelacion cotitfignadu en
mngrifiito. papel vi«tu4*n d di'5vam*cer nuestras Uusiones, detscu*
lirieiidoiios .prufundas llagas eu una t;i iK'Mcioii que erciamos
poco antes Ian dichosa y robiisla. M eutrj.^ nos salioreatnos en
Ja coutemplacicm y preconizacion de sus glorias y proypi rida •»
lies, uo suspire salido a desliora de-sit tiuuba nos ariaikra da
nueslrps sueftoa, mohtrandonos la dura realidad por medio do
tan .inllcxibles cotno irrectisables testinionios^ disipa las espe-
ranZ'is del porvenir al niisnio tieiii[)0 que los dorados lecuer*
4(]» de Jo pasado cuya renov^cion invocab.MiiOs; y giitefaN si
DO doslruye nueslra (e en los principios e inslilnciones que mi.
ribauios uomo eleuieutos neoesarios de bien y enui^tliadon*s
infalibles de veulura.
Desengafiemonos ; en ludos tiempos y lugares, bajo todai
las in&tituciones iniaginables, doniiuando (nnd('M]uieia priiroi-
pios, si^mpre ban exislido y existlviu Uhdrs teriiM(*A y sene-
rales.vcretT.6 inlentar olni cosu os destionociT la i*oiidicion da
la humanidad y la hnmillauie .ii*ul(>n(!ia que soFiioriJa pcia. Hr
ui^ ha reinado puro y sin auialgauia ei bien ni « I n>Hi ; las iuds
desliechas teiupoctadfii h'«n '*<ido li yrees el ptt'liidiD indii^pi^fiKH-
ble de tti)oca9 de rog(Mi<*raci<»n y bon^iBKa , y en )o« «lliw da
prosperidad acaiio u** foi'md f-l «:u<^n'» (|ue ha aeab^do con
la loam I virla d.'l trnnoo qu« le abrr;!ab.i, El mayor i.U«n«ro
de laa iostituoiones y de los estado$ nnuTen cuino los liom^
259
bfct no Unto por vtolencia^ como por enfermecIaH j por efeclo
de los {(prnienes cie ilisolticion que fiieron en au cuerpo intro*
diici^odose; y aun los que v<'nios |)erecer par la espada de un
conquistador d bajo la segur de las revoUicioncs , cast niinca
aon k uur&tros ojo*i en si , annque lo sean en sils individuosy
vicliinas inocente^, sino culpables cnjo cas(ii>o d fsptacion con*
iia la Provideiicia i inslrumentos mas culpables lodavia , des*
tinau-lolcs, aegun sua miras inefablcs y se^uii los nipritos de
aqiielloSf on a niucrte perpetua , era h segumla y mas brillanle
villa ilespties de pasados^ por el crisol de la advutsidad. Tal es *
la hy liiOilitda en la esencia niisuia de las cosas : todo lo que
es humaiio inuere, y solo niuere |>oi(|ue es corruptible.
Y que 1 se nos dtra : preconizadores de la fe , vifnis i pro*
clanuir el escepticisiiio I venis i arrebalar la suavtdad i nues-
IrOH recuerdos , sn brillaMti*2 & nueslras csperanzaa ^ toda idea
de bicn y {elicidad a iiuestro sediento corazon ! Si, prrconiza-
durcs de la fe beuios probado priinero $u. exisleiicia como un
iusliulo y una lu'cesidad en todo hombre y en cualquiera de
aus esiados intelecluules , ora fuese le«:iliuia , ora errduea y desfi-
gurada ; |K*roya es tieuipo de deslindar la f^ de la supersticion»
como el qu(*^ probada la nece^iilad y universdlttlad del senli*
niieiito religiaso, busca entre tantas religiones los caracteres de
la verdadera, Mn cuya segunda investigacion denada scrviria
la priuiera sino para lanzarle en una conPuHion peor acaso que
las tinieblas d^ la incredulidad. No pasariamos a quitar el
apoyo del cual pemle vuestra fe, si no ttivieramos nn punto mas
elevaiio y seguro en que colocarla; veninips < arrancarla de
los hombres y de las inslituciones humanas para fijarla en Dice
y en sus leyes etcrnas^ ^ mostrar |a vanldad de esas. glorias
de los conquist adores » de esas cavilaciones de los polilicpSi de
esos edificlos que el Senor no edificay de esos nmras que no
cuiiodia, veniinos a destrozar tantos idolos de barro pbra de
aoestras propiaa manosi i los cuales ae iiaji y alhboyeo |a
2B0
ronsrrVAcion y vcntivra i]o In.s 50cio<]:i(Ips. Las generaciones lo^*
(]«if« han idolalrado sucesivnnwnile (*n sus priiicipios iiicowple*
Cos, en stis formus polilicas 6 en ms insti In clones sociales, sin.
esciirinentar si vista de la niortaliilad de ctianto lea precedioj
y la nue*slra idolalra aun en las varias y enconlrada8 opiniones
enqno anda fraccionada , desde losadmiradores enlusiaslas de U
edu 1 media hista los aposloles de.Ia perrectibilidad indefinida*
SitMiipre loa eslacionarios Ijati lieclio Inseparable de la rtiina de
io existente la niuerle y aniqnilamienlo de loii pueMos; siem-
pre los innovadores han prornetido a estos con siis nuevo.s cs-
pecificos haber JKdiado la panacea de ios males; y nnos y
otros se han enganado en sus temores y en sus esperanza.4 : las
}<^ye8 sc mirlliplican , las sociedades sc (raslbnuan, Ios males
y iod hienes sigiten tem;>landose y cast eqnilbrandose unoscon
0lros, y las nacionen ora envrjccen rapidanienle a |)esar de Ios
tonicos que se tes propinan, ora triunfan roboslas del cumulo
de doletictas que debiera abmmarlas. Toda conqtiisia , revolu-
*cton , sistema , mejora 6 adelanlo positivo son Ian incapaces
por si de creai* una 50ciedad 6 de aseguraile un bienextar s»6li-
do J general y vcrdatlero , conio cnalquier operacion qoimica
de infundir espiritu & la materia: nnas y ottas no alcanzaran
tnas que a dcscomponer , reunir , suliii/^r , organizar , dar for*
mas mas 6 menos perlectas.pero siempre inerlcs: para vivifi-
tear se necesita el ahna , se necesita la religion.
Las coiiquistas oprimen y no itnen, matan y no convier*
'tf»j kas revoluctoiies solo deslruyen, las leyes se eluden, las
iD.>lliuciones se ral>eun , las liquczas corrompen: cualqnicia sea
*el e(|«ilibrio de poderes, siempre babra opresort's y opriuii-
dos; sea cual fuere el reparlimienio de gooes y bienes, habra
monopolio de un lado, envicba del otro: invenles»e por fm A
inmo que se quiera conlta el de^borde de pasiones 6 la lucha
it inlereses, siempre habra una cosa mas fuerle que. todos Ios
«li(|tie8 y oias iugeniosa que toda& las.precaucioues: la libertad
C6<
-httmarta. Dlrigirla y no encA(1f>nar]c'i cs cl unico medio tie coii»
tener sns abusos, y eslo solo pufde hsiccrlo una fuerza e^piri-
lua] llameseia coino se quiera, conciencia, moralidad ^ nTigion-
I Donde esta, se nos preguntara, estc siglo de oio que b
religion ha Iraido al inundo, y e^te stielo hienaventurado
que ha convertido en paraiso ? Donde esta^ preguntnremoa, e|
isiglo y el sueio dbndi? ha reinado sin mancliia y como 5<*Aora
absolula la religion? Stglos ha hahido que se han llaniado re«
ligiosos relativamenle a ios que les han sucedido, en que la
religion a mas de ser cl prtncipio social , como es y lo sera
siemprc, era ademas principto de gobierno; y si merecen nna
jti^ta admiracion co:no rebccion del desprccio en que Ios sumto
el filoso(i.iroo , y si es preci&o conocer toda la miseria y fatali>
dad de aquello^ tiempos , para agradccer dcbidainente al ca-
tolicismo cuanto dulcitico su suerte, niuy lejos estamos de
nreseiitarlos por tipo de su impcTio saludable. Florezca enho-
rabuena la religion; sieinpr^ hcrviran debajolas pasiones, y se
8ublevar«'S la libertad hnraana , que no existiria si debiera nece-
aariamcnte someterse a la vo/ de aquella; y cuanto mayor sea
el predotuiuio religioso ,' con tanta mas diligencia se encubriran
bajo su manto Ios bastardos inlereses y nialas propensrones:
p'To no con Ios abuses, con las miseriaSj con Ios atenladosde
aquellos^sigios es como debiera arguirsenos conlra la religion;
debiera mostrarsenos que la religion Ios santificaba 6 siquiera
consentia; debiera mostrarsenos que sin la religion hubieran
sido aquellas generaclones mas jtislaS y felices. '[ No es injusticia
iiaccr cargos a la ley de Ios mismos escesos quecondeoa? no es
locura repudiar un consuelo porque no alcanza i ser remedto
total ? Quien ha declamado jamais seriamente contra las ideas
de juslicia y podcr, porque existeo soberanias liranicas 6 trtbu«
nales corrompidos?La religion para obrar en la tierra necesita
tomac cnerpo y formas sensiblcs que no participan de la inco*
rruptibilidad e iumortalidad de su cspiritu; y cuando Ios abu^
S62
SOS gangrenan un mtembro , aqael mlemlro moere , sm mengnar
por esto el alma ni conlaiDin»rse. NaJa existe de cuanto ba
dado prelesto a tanlas declMmactones contra la religion , y ella
sobrevive; prueba que aquello era necesario, bumano, psaje-
ro, esto divino e inmortal. Y notese dc paso la doble oonducia
de stis enemigos : cuando se trala de minar su inflnjo , de des*
truiila eo sii parte temporal y visible, unica que rsia ea
au inanOf protestan que nada de ello pcrtenece i la religion,
que solo dirigen sus tiros a las aftadiduras de los bonibres pare
que apareasca en toda su purexa j beroioaura la obra de Dies;
pero I se irata de inculparla y acriminarla ? no hajr iostitucion ni
crejente apenas de cti^os vicioa no la bagan responsable j
ooinplioe. En el primer caso aniquiL-indola i fiiersa de abstraer-
la , fingen no veria en ningun punto para berirla mas & sal*
TO ; en el segundo en todas partes (ingen verla para abarcar ea
an seno las miserias y desgracias del universo.
Pero si la religion ba dejado de ser principio de gobiemo
tal ves por bcneficio de la Providencia , y A por aliora , segua
las consideracionei espuestas en riuestro ariiculo anterior, lo
oonvieiie separarse do la politica tirando una' linea divisoria
entre la Iglesia y el Eslado, no debe, ni puede aimque qui-^
aiera, abdicar su influjo y su lotela aobre las sociedades; tal es
la fuerza y oalor vivifico que por su esenoia Ueva. Error fre*
cueote es en estoi tiempos confundir los intereses poltlicos y
los sooiales, ciiya coosecuencia roenos peligrosa es dar a aque*
Uos una exajerada importancia , 6 eocerrar d estos en el cstre*
clio circuio da los primeros , perdiendo el tiempo en cuestioncs
est^riles y ridiculas si no pasan del gabinete de unos cuanlos
fildsofoa , terribles y sangrientas si en ellas toman vox los pue*
bios. Solo por este error puede esplicarse la continua snspica-
cia de los gobiernos, los impertinentes teniores de una dittadu*
ca a.icerdolal , y el imbecil prurito de poner la religion ftierad^
Qircubcion, digamoslo asi, de limiUrla a una idea especulativa
26S
da ritos est^rnds^ de liacerld relirnr eri el fomlade los teiiiploi
annque con poropa y bien qsistiila^ coino (ii/cia mcinoiahlt"
ojetite un period ico ^de 1« sitiiacion. Aj^ del dia en 4|ue esto
suceiiiera , y en que dejara de^ pi e^idir en losf tribunales , dc
^ntervenir en los contratos | de regular las obligaciones irulnas,
de circular por lascallca, de anidarse en los bogares, de velar
aobre loa sepuJcron^ de aconipanaros dcsde la cuna basla cl
lecbo de niuerte 1 IiMenciatos I y no veis que la religion seria
ftnldnces una siiperslicion 6 una farsa, y ios templos on lealro
doode iiiuis d orar ppr la uianana como vaia al otro ^ solaza*
ros por la noche ?
De aqui nace que sea coo danado (in ^ sea con necio aturdi-
DiientOi no alcanzan a escluir del gobiernp temporal a la leli-
giou sin menguar tambien su vida moral en la aociedad , que
para segregarla de las le^es se la arranca de las coslumbres , y
ad color de procurarle descamo y retire *se la condea^k i inac-
PiOQ y eocierro , d se la depura hasta el ptinto de aniquilaria*
Si a medida que se espiritualim la religion , se espiritualizara
liambieii al bombre , y en especial a la clase mas ignoraote y
grosera.que segun vosolros necesita mas dircclamente de su
.accipo y de siis con.^rielos, a si estos se limilaran & h otra vida^
y no aliviaran .con ininediatos ausilios la carga de la preseote^
se comprenderia mejor es(e sistema de aislarla, de reducir su
esfera, de priyaria de su ubiquidad , digamoslo asi, jr de su aa^
joendiente sobre los setittdoa ; pero cuando sus ventajas en el
dia mas pooderada^^ , las unicas tal vez que la moderna filoso**
fia le concede , aon cabalmeole las de moralizar al pueblo y ali-
viar siquiera reaignarle a su triste siierte material , i no es una
contradiccioQ el reducirla a la esterilidad bajo este aspecto?
Antigua mente, es decir ajrer, la religion sellaba y oonsagrabu
en cierto mode todos los graodes aoonteciroientos de la vida;
fdriDolas religiosas cuja sublimidad 6 delicadeza no se repara*
ba por barto comuoes , acompaftaban los doeios y los parar
t6»
bieiies, las rdaciones aoeiales de~ amisUid , nrbanidad e fnte*
res, y los escritos todos desde la ley snprema basU la maa
aendlia carta ; el simbolo religioso $e alrecia por lodas paries
i la visla , j aensibiiizaba ia accion universal del senlimiento , y
donde quiera pecara el bombre, alii se le preseotaba como
UQ remordimienCo visible; donde quiera Uorara , se le bfrecia
como ioesperado oonsolador levantando su alma al cielo : el
eulto religiosaen fin , no cabiemio en \oh templos» rebosaba por
las calles y plazas manifeslandose en devolas procesiones 6 en
populares solemnidadesi y liasta dando pretcsto i todo ptibli*
CO solaz 6 diversion. Prescindiremos de la poesia que en si res-
pfiraban estas coslumbres , y de las ventajas espirituales que
de ellas dimooab&n : mas aim bajo el punto de vi?ita de Jos
Bldsofos que las ban desacredilado, y dc los gobernantes qua
l£is ban abolido^ no vemos qui bienes h<ijra (raido su de>apa-
ricion , ni que inconvenientes podia acarrear el que« supueslo
que la religion sea la \vy moral del pueblo , eala ley se hallara
fija en oada esquioa ; que siendo el balsa^mo de sus males , sa
ballara aprontado doode quiera ain necesidad de buscarlo; que
una yoz )>erenoe le recordara sus deberes y sus esperanzas, y
recibiera infillrada en &U8 alinientos y hasta aspirara con au
ambienle la snslanoia viviflcadora* en ves de tomaria a modo
de medicinal Sin diida los pueblos agradecerian mas esla sa*
ludable coaccion , Ian dlstante de la violencia como del imlife-
rentismo, por medio de la caal se les iofuudia sin percibirlo
el espiritu religioso, que la funesla indrpendencia en que se lo9
deju entregados A los elementos . del mal, & la tirania de las
pasiones 6 a la amargura de sus privac'ones; sin remedio ni
contrapeso. Antes al hombie se le incliuaba al bitn, aliora se
le permile ; antes venia a buscarle la religion rodeandole ceo
sus beneficios, y constiluyendo el fondo de sus ideas que cast
siempro a) Ira ves de sus vicios aparecia; aliora e| debebuscarla*
basta cieilo puqlQ> sujolQ i to.das la& c?epluuUdadt6 e iiicoo^
265
Tenieotes de edncadon , relnciones ^ pcwicKm y caHcter , que i
veces le colocan i taota distaocta moral del influjo religiosO)
como lo esla fisicameote el salva)e en n>edio de sus bosquea;
Asi la religioo Ta pareeieodo en los crejentes un resuHado de
este concurso favorable de circoostanciaa, un accidente 6 par*
Cicolaridad del cardcter, una propension de temperanienlO|
una aficion 6 pasion coando no un c^lculo ; y de aqui i mirar
loa templos como unos meros esiablecimientcs de oracion , d
clero oomo una carrera , la Iglcsia como simple raeda del Es^
tado , no hay aino un paao y bien corio. Y entooces converlida
de vinculo social en aeotimienio individual , de nada aerviria i
nuealroa publicistas tenerU de reserva para grendea octesiones
6 caaoa deaesperadoa , aemejante & aquellas viejaa enaeftas, pa«
ladioo tradicional de laa nacionea, que enarboladaa en loa ma^
nentoa critiooa despuea de ncio prdlongado, salen A preaen**
ciar la ruina y muerle del degenerado pueblo que en mejorea
tiempoa guiaban cada afto & la victoria.
I Que significan tantoa elogioa acad^micos u oficiales dis^
penaadoa al catolicismo en especulativa , y tanlas coriapisas f
restriccionea opuestas en la practica i au deaarrollo? tanio
liablar del eapiritu moralizador y pacifico de aua doclrinaa , y
tantaalarma y auspicacia contra sua propagadores? ponderar
los beoefjcioa de aus inatitucionea, y condenarlaa d deaaparecer?^
reconocerle como oooaervador de laa ciencias y civilizador de
los pueblpsy y 6scluirle de la ^nsefianza , 6 alomenos desacre*
ditar y neutrafiaar la auyft ? encargarle la tutela de la sociedad/
y trabar au acoion benefica , envididndole y temiendb como ti»
ranico au asoendieote aobre los corazones? en una palabra, qu^
aignifican tantas recomendaciones y encomios i la religion , y
tanlo mtedo y espanto y hostiltdad d la Iglesia que no es sino
esta religion misma erigida en sociedad y organizada para
obrar ? Significa que para la mayor parte de los publicistas no
es la religion mas que un nombre vago, aua ab^lracoiaiiy una
ToMO u 3V.
S66
teoria;qOTMn hftcerse carj^o del iodiVisible enkce Je'Siis preeep«^
t06, los reducirian coil gusto ^ uno solo: obedeced! ^Querela que
aeauios esplicitos?signitic4 que aehicha entreel odio vivieoteauo
liacia )a religioD , j la oecesidad de elia harto aa|>eriii}eiitada*
' Pero oi la religion por au esencia puede aojetarse a esU
fspeciede entredicho y aisiamieQlOy ni debeo coDsentirlo lof
hombres rdigioaos y mucho menoa aua mioistroa : reiiunciea
enhorabueoa i la proteccioo de loa gobiernoa , pero jamas al
credito j auoor de loa pueblos, ^o lea pedimos solo firmesa f
brio para defender contra toda agreaioo j fuersa el recinto do
los templos d el santuario de aos conciencias » si que. tambieo
ardieote celo j proaelitismo para cooqutatar i la religion loa
oorazones y eotendimientos , y no solo oon oracionea y votoa
7 ormas espirituales, aino con medioa acUvoa , con cuantoe me?
dios humanos etia permite. .E^ti<»odan au imperto doloemenle
iovasor sobre cttanlo airve a los 06O9 y oecesidadea de la vida#
sobre cuanto iiustra , embellece 6 reerea , aobre todo lo grao)
dioso , util 6 agradable ; no baya direccioo alguna que pueda
tomar la actividad y la coriosidad boniaoft deolro de so per-
mitida esfera.y que no se hallen al frenle de ella para regulari^
sarjr aprovecbar aquel movimieoto; no hajra don algiino.<S
becbura de Dios, mara villa de la oaluralesa 6 ioveooiondel
honibre , que no sirva de instrumeAto en sua manoa para pro-
jMgar la divioa gloria. No se desdefteo de ataviar con bumanoa
laorelea a la hija de loa cieloa ai deslumbraodo los ojos cama*
Jes de muchos coosiguen por este medio airaerloa i ella; apa?
rezcan inteligeotes ante los iddlatraa de la inteligencia , activoa
y fomeotadorea ante loa bombrea del positivismo , profundoa
conocedores del corazon para loa que sufren 6 anslao : acomo*
dense eo.fio a las licitas si bien capricbosas exigenctas del siglot
conao acostumbran los misioneros con las de los aalvajes para
ganarlos i Dios, y empleen alternativamente y segun los casoa
Ja dolzura y la firmesa que caracterisan k todo oeloso y pro*
jeMe' enfermero/ Y oomo es tab grave la ddletocta ie la gene^
radon actual , que el alma esta casi aletargada , y apenas sieo^
te ya mas que los dolores materiales , es preciso tambieo acu
dir al remediode eatos y acalbrlot en lo posible^ )>aia que aai
piteda oir mejor discurrir aoerca de s us iotereses espirituales: ea
preciso que la religion se encarne, por dedrJo asi, en beneficioa
aensibles , j que si con una mano seftala al hombre la segonda
patria que le espera en el ctel0| con la otra le soslenga en el
oamino , y aparie las espinas de esta senda terreoal por la que
Ta marchando. ElsU mision , tanto mas ficil cuanto deriva de
la esencia de la religion misma » y eomo tal se ba ejercitado
aun cuaodB la reclamaban m4no6 al pareoer las circnnstanciaa
y el caricter de la ^poca , vale por todos los volumeoes y dis»
cursor, yi elia esCd reservado lal vea un ^xito decisive: contra
d ye)o del indiierentismo la llama de la caridad. Dies es cart-
dad , Dios se revela por el amor » y por el amor es como otra
Tea podran subyugarse los corazones. Es neoesario pelear coa
obras; el mundo estA cansado de palabraa.
Y asi lo ban reconoddo en erecto^ no digo ya los bombree
pensadores y conocedoresde su siglo, sino las mismas gentes de
oorason recto y sencilio. Las personas piadosas como por un
proCindo instinto 6 mas bien inspiradon del cielo , descendiendo
un poco de su contemplaqion , 6 aliandola con una perp^tua
milicia de oaridad sobre la tierra , se meadaa enire el bullicio
del mundo para espardr por el oenteUas del sagrado fuego
guardado debs jo del santnario, y verter bdliamo y corauieloa
en los cuerpos con el objelo de filtrarse asf onejor hasia el in-
terior de las almss. La filantropia filosofica babia en derto
modo desafiado i la rdigion i aliviar la suerte material de los
pueblos; la babia tratado de embaucadora, de madastra de
los cuerpos , de insensible a las lAgrimas terrenas : y esta acu<-
sacion era tanto mas peligrosa en unos tiempos en que cuanto
perdio la fe y d entusiasmOi lo ba ganado el egoismo y el amor
"868
al bteneslar 7 i Io9 intereses llsimiidos posiiivos. La religion
debio recoger y recogid el guante ; y de aqui esta muhidtd
deestablecimieolos de caridad, de hospitales y casas de asiio,
de asociaciones piadosas cajo iiuinero igoala cusi al de los ma*
' les y d^gracias de todo geoero que piieden afligir al hombre
eo aa dolorosa peregrinaciou , taolas obraa eo fin y empresaa
de Tentadera filantropia tendidas como ona innieosa red por
casi todala Europa para conqaislar hombrea i Dios, y preo*
der eo los duloe^i lazos de la caridad a coantos una vez se acer«
caroQ k sua agaas para^refrigerarse. Y laego despiiesde aliviar
y saaar loscuerpos, ban peaetrado hasta el corazoo donde es(i
la Uaga raas profunda; y haciendose cargo de la atiibicion in*
saciable, del inineoso afan e inqoietud de deseos y del lastimo-
ao descontento que devora a lo8 hijos de esie stglo , ban dado
instruccion al que la pedia , ban investigado con ellos los teso-
ros de la cieocia y los arcaooa de la naturaleza ; los de.seos qu6
ban podido satisfaoer los ban satisfecbo, i aquellos i que no
alcanza la mano del liombre ban senalado al cielo por termi*
too y cumplinliento. lie aqui una dltedra , on libro^ una apo-
logia praclica que babia bien alio; be aqui on oi^todo cortoi
aubltme en el que 1o ensefla ^ dulce para el ensenado y seguro
en sus resukados. EsU tan decaida y escarmentada la razon
bumana , tan 'inderto^ y oscUreddo el entendimiento , que do
aguarda sino un MoWmiento del corazon para decidirse y se-
guirle: gAnenseiloa corazones y se subyugardn los entendrmien^
tos. Hojead 'la bistdria de hks eonversiones de nnesfros diss:
2 donde se ban ▼eriftcade sino en el fondo de los templos , d
Tista de las imponentes sotemnidades 6 suaves consuclos de la
reli{;ion , en el lecbo de dolor de los hospitales , en las grandes
aflicciones de espiritu 6 de coerpo coBsoladas por angeles de
caridad , que a falta de otra prneba bastarian por si solos para
faacer creer en el cielo ? Qu^ otra mas energica pudiern present
tarae eo iavor de un DIos bueno ^ de otro muodo de recompen*
S09
sas y y de una doctrina que tales portentos j sacrificios inspira ?
Y al paso c|ue eslo presencia la civilieada l^uropa, uo
mismo impulso de caridad arranca Ae ella i hombres genero-
803 para traer a puebios barbaros junto con la luz de la fe
iguales beneficios al traves de los mares y do los desiertos. La
era de lo:» iiiisioneros no nienos admirable que la de los mdr-
lires, no se hu cerrado todavia> ni se ccrrara , mieniras qucde
nn Lslote donde no se \u\ya plantado la cruz, un salvage que no
conozca asu Redenlor; y nucslro siglo indiferente y egoista es
ie>tigo ocular de eslos prodigios de celo y abnegacion , que si
por acaso no creyo^exagerados por el enlusiasmodeotros tiemposi
alomenos en cl actual estado de cosns reputara como imposible.
Que digo ! todo flfl nace ahora misioncro; y sus trabajos
y csfucrzos en medio de una sociedad esceptica y desconlen-
tadiza solo se diferenciun de los del animoso sacerdote en medio
de sus rudos neoCtds, lo que se diferencian los cuidados pateri«
nales de la educacion , de los ultimos coosoelos prodigados;4
una anciaiiidad decrepila y abadda. El grande en su paUpip^i
el urtesano t*n su taller , el sabio eo su reliro, el literalo en la <
atii.dsfera de gloria que le rodea , todos 4 ^su modo puedeo ser
apdstoles de palabra « de obra, ocuando menos eon el ejeqiplo^
y hacer que en su peculiar esfera penetren los raji^sde la re*
ligion; y cuaudo se piensa en la singalar importancia , por
decirlo asi, y gran mision que ba sido atribuida al individuo
eh este tiempo, en el poderoso ascendiente que puede empjear
en defcnsa de la mas hermosa y sania de las causas , casi beo*
dice uuo el rigor de las presentes circunstanciasengendradoras^
al uiisuio tiempo que de azares y peligros^ de grandes hecbos
y de sentimientos gcnerosos; y se deplora menos la desapari*
cion de tanlos monumentos materiales, que recordaban & Dioa^
ya qoe parece destinado & rcemplazarios el hombre mismo^
eclipsando las obras lodas del arte con lo beUo de sua virtudea
y lo sublime de cu caridad. Jose Maria QoAonAM.
270
^uto0 0acramentaies
▼auu CnwrfJM
Qm !•■ dfevola miliJi
L»M M Vm*. £•* ««!<#» aw ¥»Usm»jr mm Utrmitrm.
n
inguti enOTlor de. primer orden ka e^pertmenlado tanto
el (lufo y retlujo de la critica como Cakleron de la Barca*
limgtino l»a sid^ (an liiperbolicamente eD8»lzado por la geoe«
factou contempordiiea r para ser Ian duraiuenleetcarnecido por
la venidera. Cervantes a|)ellid6 a Lope de Vega ei mofnimo //e
h fialuraleza; nosolros, apropiando A Calderon el lilulo de
una comedia que escribio, podti<iino5 Uumarle el monsiruo
d^ la forUma. Su fania pd&luma sufrio de llcno los vaivenes
de la 0()inion pubiica , y el |)eriodo que abarca esa fama per*
teiiece lambien a la vida de )os autorps. Aclamado Calderon
GOttiO el aslro mas briJlante de una efrfera lacbonada de land*
oo«as estrellHS , apenas paiso un aiglo sin que ae viese envuello
en hi sombra dc uti eclipic total; y au teairo calificado par
voto uuaninie de coleccion de niodelos initnitables, fue repu*
tado de-spues cotno una serie de ingeniosos delirios , de estra*
jias producciones de una fantasia desarrcglada , de latnentables
al>tfrrHciones del enlendtuiiento bnniano. Aunqiie el clasicisiuo
frjucey pcncirase en luglaterra , el admirable Shakespeare coo-
271
aervo ^ran parte de su prestigio entre los Itteratos ingleses,
como Id conscrvaba inlegro en las Qtasaa populares, perudes*
de (]tie Hueita lompiosn nliinia lanza en favor de la escuela
dram Uica espaftola , Calderon iue destronado compietaineole.
Nogaionlf? sti «oto ios criticos , borr^ronle de aus repertorioa
loM adores, fultiiroiiie \ps aplausos del publico, y su nombra
ae iba bacicodo tail dc^conocido como lo era .su sepnicro. Ce*
rraroi) para el los (entros , a la triaoera que sua tomos de co-
meJiau c:ilabaii cerrudos para los nuevos draniaturgos; y sua
obra.s en ve2 de in&pirar a los poelas viiiieroii a aer como una
antigiialla que recogian el curioso y el erudilo.
Uua critica , mas filosoRca en su Fondo y mas ^enerosa en
aus tendencias, ba manirestada cuan estrecbas eran las miras de
aqiiPJla que, prcocii|)ada por modelos de bellcza especial , ar*
maba su diestra del compas y la escuadra para buscar en lo9
variadus pro<lucios de la imaginarion h$ proporcrones de un
tipo delerminado. i Es acaso menos bella una caledral bizao*
tina d nii palacio anibigo , por no tener- la aenciliez del edificio
griego, d la eleguncia misma de un monomento romano? Puea
ii la arquiteolura ba encootrado tipos de belleza diiert*ntes
; por que no habia de ballarlos lambten la lileratura? Investi-
gar , d^scubrir y oompreliender ese deehado ideal de que las
obraa de ingeuio son tan solo was 6 roenos perfeclas imitacio'
iie.s , era lo primero que debia hacer la criiica para fundar sua
jnicios sobre .sdiido cimienlo. Una escueia dramilica que con-
laba H oeuteoares sus escritores aventajados , y a millarea laa
obras niaroiidas con su cello que fueron cl eiicanlo de nna ua-
cion civilizada por »l espacio de un siglo ^ y qne a falla de oira
^oria podia ajabarse d<; baber sido el mas fecuodo de todoa
lo< sifeUMuas iiii'i Hrit>s , por cierto que no lendria un lipo ente*
TaiiH»n<e a^eno de veniad y de be|lp9(a. Keconocida la analo-
gia de eso lipo pon el canioter de la soci<'dad para la cual fui
coucebidoi ) observado en liis producciones de aquella escueia
tf2
on vivo rede jo de las ideas , costombres j senlimientoa He m
^|X>cii « ouestros draiiiAiicos anliguos Imn logrado que fueso
rehubilitada su memoria, y Caideron coino gefe dc ello^ vuelve
A ociipar el pnesto que le pertenecia. EI bueii concf*pto de qufr
liclualmente goza esta cnl^izado con el entusiasnio primilivd,
y los encomios ban hecho eninudecer al aarcasroo , como ente
hizo caliar i la adiuiracinn. La crilica modema dcsmintienda
AU del siglo pa!«ado , procliima a Calderon dt*ainatico eiuinen*
te, geiiio cslraordinario , poela europeo; y revocando iin fallo
prontmciado ya como solenine y decisivo , ba viiello A ceriirle
li corona de iiiniortalidad de que con tanta ligeresa ae le ha^
bia despojado.
Ni el espacio de un aiglo consolido bastante la obra del
entusiasmo para impeilir su ruina , ni el espacio de olro siglo
fu^ cstorbo a que se reediBcase el derruido monnmenlo: ^seri
esia fabrica demas duracion que la priniera? Para que asi ma|
neces^rio es qtie este apojrada en convicciones lilerarias naci^
das de profundo y razonado estudio , y no en opiniones pro*
lirjtidas por la moda , cuyo dominio es sieoipre caprichoso y-
pasagero. Por de pronto observamos que no un eximen ixia&
filosofico de nueslras comedias famosas bizo (omar en CsfHifia
fliverso giro A las ideas de critica leatral, sino que el^as(*€0«f
dtenle de una crilica imporladadel eslrangero prccedio al nue*
'VO exanien de nuesiros dram^licos antiguos. No fueron las be*
llezas d» eslos las que hicieroo pasar como culpa venial la falta
de las tres decaoladas unidades ; sino que adoptado el princi^
pio de liberlad por los literatos que empezaban A descollar , y
aplaudidos sua efeclos por el publico, reconocieron algunoa
que seria contradiccion palpable dejar que permancciesen olvir
dados los escritores de una escuela que tantos puntos de ix>n*
tacto tenia con la dominantr. Es decir que Calderon y loa
suyos no ban resucitado por su propia virtud , stno por la age*
pa. Si alomenos aherii que go^n de nueva vida fuesen eaUi*
275
dik^fCMi thetendM » y 9U ledura sir? iese de algo mas que cle
pMsliiHiipo ! Pero los jnickM inexaciosaiiiiqtielauilatoriOH, que
*piiUioafi d veces escritorea naciotialeny estrangeros , demueslran
)t}iie ei esltidto (le Cultieron no es ian proliindo ni tan comun
iBOtno i primm*a vLsta aparece. Los elog'os vagos no pruebaa
-tiifis qtie una itiea vuga. C^e encotnio fie cUHlidudes que no son
laa caiacterislicas de Calderou s\ bwn no cai^a de elliis , e«a
r«|>elicion do uuoii inisinos temas eotno si fuesen los unicoi de
8u glona 4 esa.H ctlait f*ntn!stasta.s ]iero nitinarias ; no son mas
Ufn tm irtbiilo li la :moda que un liomHiage al ni^rko del
grande c^ciilor? Cuando las voces de aplauso no son mas que
ecoa Unas de otrae', uias bicn fornian ruido que Tama verdadera*
Pooo$ son los aulof es que haj an niarcado todas sus obras
con un aello . tan caracierislico y propio couio el que ahora
iioaoctipa: ninguna de elias nece^tilu su firuia para ser leco*
nocida al monieuio. Calderco liene una maoera Ian peculiar,
.MIS beliesas y defecios son de tal ordcn, que ban podido aer
iwilados cou bubilidad> |)6ro no completamaite bisificados
jjor 8US mas dieslios couipeiidores» Ese a^re de iamilia que cs
lactl adverlir hasia en aoa dramas de indole mas opuesla , ha
'persuadtdo i no pocos que, lejeado con atencioo los maa so-
;bresalr^ytei y vu^arizados , alcmizarian una suficiente idea dt*l
•conjuulo que forma su voluminoso teairo. Tero como esle ae
divido en \atioa g^neroa cuyo objeto es diffivntc si bien aus
*ibrinas y eslilo a)go perecidos, conviene cla»itfc-arlo8 y eaiu-
'diafloa |>or separado para tener de cada uno exacto conod*
mietilo. Calderon observando a la sociedad y 6 idealiwndo sua
-mas noUea y poeticos sentimientos alguoas vecea hasla la exa-
'geracion, creo y popularixd la comedia de ioiriga^ baciendo
»a)arde de ud ingenio OMiravilloftO en la corleaia del language^
en la stiiileza de ios concepf6& y eo la complicacion y arlifi-
ncfo de 'la trama^ hasta defar probado el lema que en el tilulo
-te4ia]iia'propueslo. Ga y<rd<|d que conduce arSua lecUlraa por
ToMo a 55
27%
las encrucija'lds y reviiftltas <le tin'laberinlo', pero ana vefedas
estdii setubrailas d« taiilas flores! es Ian agradable la auK|)en-
•aion con qtie se espera ver si el alitor k^ra dosalar , 6 tan solo
ooniigue roni|)er el lar^ que va apretaniio oon nuevos Audoist
Otras vecei le prestubiin aii?i asunios la htstoria y la milologia^
td -bieti s«i.<i sobrenatiirales ac^ecimientos bs lej^endaa piadosas
d ciibttlterescas que en mi iieuipo catabao en voga ; pero entoo^
cci ni se hacia esclavo de la fabula ni de la tr^idicioo; cos*
ininbresi caracteres , col jrido , Uxloera piirainenle obra suya:
. lances y personages le pcrLtfiiecian conio si los tuibiese. creado;
• y sin contentarse oon dtalogar los liechos referidos, los refun*
dia , adornaba y enlazaba a sa niaoera « lactando & la ves el
• lesto ageno y la invencioii piopia en el uiolde preparado de
anieniano en su fantasia. Si los nnmerosos dratoas que cbm«
>preiideo estas dos clases fueron tal ves los que proiiiovirn>n la
celebridad de Calderon , sin duda los que actual inenle cootri*
buyen mas a estenderia e tnmortalizarla son laa comedias en
rque valitfndose <le recursos fantisticos 6 naturalas, ^proptiso
« resolver algun - probteina psicoldgico y desdobld con iiiatio
t maestra los pliegu^s del coraaoii buiuaoo , las admirablea coii-
oei^ciQijes en que con tanui oovedad couio iogeoid deseovolvid
i un argumenlo de elevada y aiistera filosoTia , d Ititfi^aqiielliia
<• en que ponieudo en \a^o culpables d eoergicas pasioiies rityd
> liasla en Jo mas sublime de la tra^ia. Qefadas empero aparte
*esas divisional para quien mas iliguanienle puala aprtnaav las
: doles y luaares que a cada una caracterizan ^ nosolros dareoios
^ uuicAuieiile y ile paso ujia.ligera o|(pada a sus Autos sacra-
- mentaies# parjte cle.su teMio aniloga al objeto d^ irsa revista,
I por set fsl uionumenlo lite^ario mas notable que t|a . £ibrioadp
/el ingeiiio espanol bajo la ae^vera iiispeocioo, para el fomento^
y it VIVOS impul'KM de la fe*
' .Sabido esque el arte drainatico oacido bajo los.0uspici(>a
• de la religiou geuUlica, tiibutd sua.prioieros eoftayos al obse*
5575
quto jo tas diviniilades del Olimpo. Gn so sencillcft pritiiitivai
en SU8 mas reducidaji fonhas, el drania no fii^, per decfrl6
asi, tnas que iin himno dialogado enlre aiipuestos person2i<;e9
y el coro: ensanchados liiego sus Kiniles , adaptado d nucv&
clase de argimiento<» , y perfcccionado i ni(*clida que adelanta-
ba la civiliziioion , fiie perdiendo el o:iriu:tc*r ile ciilto religioso;
y to que liabiu sido creado en honor de los dioses , descrndio
i mera diversion y pasaLiempo de lbs lioinbres Mas, como
este rauio de la bleralura es el que rcfleja cori majforvivesBa
los habitos y scniiniiontos de la sociedad doiide se ctdliva, el
dmma de los anliguos no podia carecer del espiritu de sus
creencias ni de la atr<ictiva lubricidad de sus cosluuibres. Alle-
guense a t*slo las multiplicadas t^eluccioiies qi^e eonvertido eii
espectdculo publico ofrecia al encantamiento de los sentidos y i
la fragtlidad del corazon ; y nada e^trailo se bard que los prt*
ineros padres de la Iglesia , ministros de una religion taii pura
en sus dogmas como austera en su moral y dcclamasen con
tanta vt*bemeiicia para relraer a los fieles de una diversion en-
ttframenle p;i^ana , y que la aMslencia a los lealros de los gen*
tiles fuese aiirada casi couio uri acto ppsitivo de apostasra. Gslie
anaieina que pi'Siiba sobre las representaciones dramiSltcas,
ciiaiido la antigua lilfrahira (ocaba ya a sus boras de agoiiia,
kubiera sido un obstaculo para quf* volviesen a domiriar eli
una epoca en qtie la influencia del cristianishio rra el primer
elemeuto y la fuerza vital de su.4 sociedades, si la religion
misma que lo habia impue^^lo no se hubiese ctiidado lambieb
de levanlarlo* El renacimienlo del drama se debe mas iien a nil
'impulse de piedad que a los esfuerzos del genio. Si por uh fe*-
nomeiio e«(raordiiiario y casi iuiposible el talcnto de uA nuevo
Solbcles 6 de un segundo Plaulo se bubiese empeOado entoil*
ces en reproducir las inspiraciones de Melpomene 6 de Tatiil,
sus tentativas no hubieran tenido mas que un ^xilo oliscurb,
aislido e iufecuodo, al paso que uuos pvibres clerigosr ato
t7«
ingeiiio q*i^ el rle nn j'nglar, am mas poesa que la de rasfreras
,c«)pl.is, iiiiiinilieron vkia y pojuilariilail i lus groseraA compo-
aicione^ en que eijcernikm ei germen M ciratiia modemo , re*
vislieiiilo (le tfU8 mat aenciilas forma.^ algiin pasage tlel nuevo 6
del anli^^uo testanienlo. De^pretidulo asi de 8ii origen primili-
vo, piirilicailo de su el^meiito pagano» cristianizado en el fon-
doy y adoptando el noinbre de tnislerios y movalidades ^ el
/JiMHia de la eilad intulia vino k srr « si se nos [lermile esla es-
prcMon , un nnevo rilo qui? V\ Iglesia afiailio d su lilurgia para
8olemni%ar tal cnal vrz siis dias mas re5li\os. Aconiodandose
k las necesidades de sus hijos, no de^iecho este medio de ins-
trair su ignorancia^ de aliinenlar sn dt*\ocion, de sanlificar siis
regocijos, jr de preKidir k siis mas bulliriosas rcnniones. Rstra-
Aos liempos aqufllos en que el soiaz y esparciuiiento de Ids
pueblos |)odia ser , y era en efecto , nn arto de piedad ! Y para
que no se crea que exageramos considtTan<lo aqui^llas repre-
jienlaciones escenicas como nn act^esorio del rulto estcrior,
atieiidao nuestros lectores ^ que no deljen jiiz^arl»s por la idea
que actual menle se forma de esla clase de diver^iones, pues
que entdnces no Irnian aun.el cardcler puiamenle sc'glar d que
aho<*a estan reducidas. 1 engase presenle que sirviendo amenudo
para pin^or ludmienlo de rehlividadrAeclesia.slicas, la imagina-
.ciou .siib}'iigada por el uhO passiba naluralmenle de las medios
al fin sin noiar la discri*|)ancla que aliora salla a la visla. La
,€ieg|i y ardiente fe que animaba i\ los pueblos podia dar i cier-
cUs acetones indiferenles un valor que ahora no se concibe» y
,8U fervor snplifi las impropiedades en el orden religioso como
au «rudrza aceplaba la.H impropiedades en el orden lilerario.
.Ademas a^piellas bumildes couiposicioues conservaban en parle
un aspeclo doctrinal , siendo como eran loscas y malpriales
espltcaciones de 1o.h mislerios, de la liistoria 6 de las parabolas
del crisiianismo ; los adores se asociaban a tilulo de piadosas
.cofradiasi no siendo cosa insolita y repugnanle ver k algun clerigo
que rccitasc sus papeles^y se rcvislicsc dc sus f1i.sfraces;y eii
fin los tablaclos se levanlabiiii no soluiiierile eii los ves(ihiiIo.s f
claijslros do los monasteriofi) jr a la sotiibra de los sanluaiios,
mno hasta sobre et pavimento misiiio de las catediules mas
aiintiiosasy corno en 1^137 se verifico en la de Zarago/ii , cje-
cutandose ante los Reyes CaUilicos uii auto del Naciniiciito.
A proposito de lo qtie vainosdiciendo, niiestra liisloria par-
tjcidar DOS submtnistra un hecho que consignambs aqui con el
mayor gusto por ser tan ciirioso como autenlico , si Wn de
fecha limy posterior ^ la epoca de quehahlanios. Con funeiones
religiosas y populates regocijos celcbraban cada sifio nu^*stio6
progenitores la feitividad del santo An^el, custo<lio especial de
Malloica. La decadencia que desde ultimos de! siglo XV espe-
timentaban las artes y el comercio de la isia , secundose cast
las fueiites de su riqucTa y nierniando su |>ob'lacion , obligo poir
fin al Grande y General Consejo a cercenar los gastos iiiunict-
pales } y alegando abusos (|ue por cierto no faltaiian , suprimid
parte de los feslejos y las representaciones que de ticnipo in-
memorial se acostunibiaban y alraian un concur^o inmenso
de las aldeas vecitias. Tan resenlido quido el pueblo y princi-
palinentc la parte ibiense^ que sobrevinicndo algunos anos de
esteiiliilad , su misuia desazon les liizo atribuir esta desgracia si
castigo del cielo por baber cesado lo que comunmenle se res-
petaba como una praclica piado^a. Eslremo era que rayaba eo
superslicion y que solo hacian escusable la seficilkz e ignorancia
de aquellos tienipos, pero el Consejo no juzgo prudcnte des-
preciar tales murmuruciouesy y conviniendo en que les dites
representacions son cosa pia i itinvocacio deh an gets , e que
/jo'i deuen leixav los aniichs usatges , a pesar de los ahogot
en que se 'veia la universidad, en 9 encro de 1556 acordo
que las fiestas se biciesen como anttguamente, y de^signo pa-
ra su coste 1 50 libras cantidad mayor de la que antes ^
espeodia.
J78
No por largo tiempo fti^ caraeter esclasiTO del drama el
«i|rfritu religioso que le inrnndiera el primer sopio de m se-
gunda vtda. locapaoes de Iratar los asuntos sagrados coo la dig-
pidad y decoro que oecesitan , aus ruslicoa autores priocipia-
ron por ingertr eo ellos donaires y trohanadaa, que aiendo
aplaudidas liicieron idear otra cla.ie de argumentos donde po«
Uian aooroodarae con mas profusion. Y pronto los misterios jr
moratidades ae vieron rodeadoa de /arsasjr eniremesesj oue*
yos hermanoa que entraban en la familia oomo hijos del niismo
iogenio aino del misoio aentimiento. Para prueba del modo con
que fu^ cullivado en CspaBa eae ramo qtie brotara casi al pie
del trbnoo, nos han quedado las piezas dramaticas que com*
ponen la primera ^poca del teatro.nacional , mientras que solo
escasas notici.as teneinos de aqui'lla.1 que dependiao de la raia^
y formaban por decirlo a$i la continuacion del Ironco mismo.
Abierto un nuevo cauce i la imaginacion, reforzado el inge*
i)io con el esludio de los cldsieos antiguos y mas civilix.idas las
costmubres , aparecid la verdadera comedia para refleJHrlas eo
f uadros mas caprichosos y alhaguefios; pero el espiritu religio*
80 se apodero tambien deesa anipliacioo del drama priroitivoi
formaodo de las vidas y milagros de los santos un genero
pisto que participaba del entretenimiento de la comedia y del
Objeto moral tie las composiciones misticas i que ae habia dado
py nombre de autos. Asombra por cierto la mucbedumbre de
picsas de este genero que invadid nueslra escena : Agostin
lie Rojas afirtiia que no quedo poeta en Se%^iiia que no hiciese
ta con^ediQ de a/gun sanio; y segun los manuscriios que he«
mos visto en la biblioteca del duque de Osuoai congeturamoa
que el numero de las in^itas y de autores desconocidos ^ so-
brepujf^ al de las publicadaa por nuestroa mas insignes poel.is«
Ppcaa de ellas liay enlre unas y olras que aean recomendnblea
ppr au desempeno literario, y menos las comluoenles al aUo Go
que sus aulores se proponian 9 pero siempre son uu teaUmonio
279
irtetragableile lo mncho que iofliiia el eiqpinlii ivItgirMo en la*
imaginacioii de los espaoolea liasla en el desarrollo del gtinero
dramilico.
Lope de Vega, el Fwix de lot iugemos^ que liaciendo salir
de au ntAee a ki oomedta la presento al publico adidla ya, vea-
tida de ricaa galas y coronada con las Uorea de la muA seduc**
lora poejtia , fue tambien el que did nnevo gtro» y aniniacion
y vida a laa repreaeiitaciones , que por celebrarse eapedalmente
en la fiesta y octava del CorpoH, Imbtuu adquirtdo el nombre'
de autos sacramenUiles. Cuatrocienlos de esos cortosi dramas le<
atribuye la fama , p^ro pareceno* probable <]ue su Uboriosidad.
aiu tregua , que su facilidad sin ejemplo, que su fecundidad
que podriaoias calificar de milagrosat darian in^rgen a que se
exagerase e) numero de sos producciones destinadas a la esce*^
na. Doce de sus autos son los que unicamente heinos visto
mas, cu&nia poesta bay encerrada en su tinda versificacioo 1
Como nos ban beclio laiuenfcar la desaparicion de sos hernia- .
DOS 1 Que de bssoros nos ha roliado la nes»ligencia de nu«*stros
mayores! Y que ahora se impriinan, se vulgariceui se quieran
etemizar tanlas samleces 1 Si los limttes de este articulo no
fuesen tan estrechos , enriquf ceriatnos estas peginas con frag-
mentos de tanta suavidad y (ernura, de tan meliflua armonia^
4e tauta robustea y nervio, que no conooemos otros de nues*
tra literature sagrada con que compararlos* Milton mismo se
envaneciera de los peosamienlos tan energicos y sublimes » tan
verdaderamente orgullosos que prestaLope d X^soberbia en el
auto titulado La siega. Diriase que las ideas de Lopeseatreven
icompetir en elevacion y grandeza con el orgullo dcUngel caido.
En sus numerosas comedies traso Lope bosquejos adniira-
bles de los sentiinientos bumanos en los varios lances de la
vida privada ; el infortunio y la gloria , las ruidosas bazailaSf
laH grandes agitaciones de la vida ptiblica sirvieron de asunto
A la tragicomedia : pero compreodio que el bombre aentia um
98(r
otra eapcde de emociotM que comtiliiyen um vida mas IM^'
ma, mas desconockla y oo meiKM poeltca, y se avenlurd i
sacar de ellas el principal interes de algunoa de sus aotos. Ha*
bia -eatiidiado como poela ei ooraioii en el ordeo de la milura-
lesa i y como poela cristiano le ettudio tambien eo d otden de*
la gracia. Tomaodo sua al^orias de las coatnmbres paaCoritea>
too favdrecidas por las sagradas letras , de los afixAos mas
liernos dd amor di?too , de los traosportes mas vivos de la
oaridad , de esas relactones misleriosas del dma oon Daos , de
esas alegrias y seqiiedades cspirilualcs , de esa vida sobrenalo*
fbI 9 de esa sociedad inefable revelada e iospirada por el cris*
tiantsmo , formo onas ^glogas tan bellas como si las alas de su
iiigenio bubieseo vugado siempre en las regiones de la teologia
asceUca. Al leer aqueilos regalados oonoeptos que {\/Myea coiua-
un arrojro de leclie y miel y que iautas reminisoenctas traen
del Cantar de hs caniaresy cm nos pareoe que el oombre dei
gran poeia comico es un error de impreola y que eo su puesia
dcberia hallarsc el del eslattco Juan de la Crux. Que laslima-
que estas bermosas flores leogan algunas hojas marchitas y sin*
olor ! Que laslima tener que trope^r de vea eo cuando oon
frases prosaieas , con pensamientos puerilcs , con meros jtiegos
de palabras indignos de un priodpiaote ! Mas^quien para su-
abencion sobre esos lunares propios de la ^poca, si reconoce y
saborea las beliezas privatiyas d? I4aj>e de Vega ?
Cuando la muerle arrcbata i uno de esos genios privilegia->
dos que justiiicau el orgullo de las naciones, de esos hoiubres ex-
cepcioiialescuyaexisleocia sea6eme|aa la dc* un fenomeno, j que-
por iolervalus irregulares a|)arecen en la tierra como los co*.
met as en la parte visible de los cieios, raras veces dcja dc su-
ceder en el pueslo que ocupabao un vacio que ninguno se
atreve d Uenar. El genio , este don esclu&ivo de la Providericia*
es gracia esencialntente grali«data , ni forma herencia, ni siiele
tener suce:»orei iumedialqs. Perp esla vez , uo Cue asi. Uu sol
bilbba-eo ^oeMO, y otr6 sol ankanecia «n el oriehte^ Lopd
dasoeodia aLaepulcoo, yla gloria deCalderon etnpc&iba i irra**'
diar su luz en los teoiros de Espafta.- Pefx> si este se le aventa-
[aba eti alguoas oualidadaSyM otras le qiiedo moy inferior. CaU
daroQ tenia la cabcia masdcam^licay pero el oorasson meoos
aeosible. Su tnano^ mas habil para trasar el ditieAo del cnadroi
no lo era tanto paia darte el soaTe oolorido y los lieraimos
toquaa dew pradeoesor^ Ah I si Gatderon i 6U destresa tncali-
fieaUe para formto lui ftodo hubiese reonido la esqnisita sen*
nUltdad del alina de Lope! Calderon no dehe de haber Ho*
rado en m Tida^ poes casinunca sabe hacerllorar d sus lecto-^'
rea. Sienipre se le admira , rata vet entemeoe. Sienipre arrastrtf
la fiintaaia, paces reoes refresca el eorez6n. '
Los antos saoranienlalcs de Caldertm no forman el princi-
pal liUilo de sn gloria; pcro en sn vida le grangearon tat re^
pnladon , que en esle g^ero eciips6 hasta los recuerdos def
nismo Lope. Si esto fo^ jualioia 6 fortona no nos atafie el de*
ddirlo. £n e&do eatas sagradas composiciones ganai-oii eil
aombinaeion y arliBcio dramatioo lo que habia ganado la co«
tnedia de capa y espada , y en profiindidad de iniencion lo
que ennoMeda ha oometlias herdicas 6 filosoGcas del Rii«niO
autor/ Mayor l^aioo en las eicenas dirigi^ndose todas at blancd
pfopueato, mayor precision en los dialogos ooncneldndoloa
unicamente al progreso de la accion , mayor atreviniiento eii
las concepciones , mayor finora y novedad en los ihctdentes
dramalicos, t<ylo esto son ventajas que no sabemos si conipen*
san la carencia de poesia que tat hechizo preslaba & los aufos
aoteriores. A loa de Galdeion les falta la parte lirtca , hasia el
lirismo de mal gusto con que algunas veces inficionaba *sas
comedias de grande espectdculo, les falta sahor UblicOi por-
que si bien estan empedrados de testes y alusiones escrilura^'
rias , estos pasages no son ecos inspirados al poeta sino cilas
buscadas por el espositor. i Qui es pues lo que les liiao adqut*
ToMO u 36*
S82
rir una primacia no dtapulada? Por qoe arramalmi tttitot
aplaosoa del publico ? Por qui agotabao laa hiperbolea de ma
epcomiadores 7 Que era lo que les daba tan alto pnedo i los
cjos de todos , que bada que CirUm II los retniliese cada afto
ik sua h^rmaoaa , fosgilodotoa dignoa preaeotea de uo mociarca
etpaitol i la reba de Fraocia y ih emperatm de Alemania?
Para atraer^e lao^vivaa aimpatias de la oorte y de los paebloa,
de los sabioa y del ivulgo, necesario era queeslos dramas ence*
rraseo una idea grande , poderosa j nni?ersal. Y era asi : Gal-
deroii> estrecbo en elloa b mas tdolatrada dehs oonviecionesy
el mas fuerte de loa aentimientos de la nacion. La fe de loa
eapaAolfS rfQajabase alli ciega y aumisa , orgullosa de so oe-'
guedad , triunfante por su humilde sumision , Integra i inma«^
culada sin estraviarae jamaa en los labertntoa del ex^men , m
Tozarse oon los esoollos de la duda. ^Q^'^ ^^ ^^^ ^^^^ ^^
luncioaes sioauna protesta aolemne y popular con que el poe*
ta y los especladores prochniaban de eoncierlo an invbiable
adhesion i loa aiiljgoos dogmas del cristianismo ? Calderoo
presenlaba en ellas bajo el veto de diferentes alegorias las doa
Terdades fundamentales de esta religion , la caida del hombre
jr an redencion di?ina; y el auditorio qnedaha asombrado al*
ver que el sutil iogeoio del poeta habia dr scubierto un simbolo-
de eslas verdades no solo en laa parabolas del evaogelio y en
los coadros bisloricos de la Eacritura, sino hastaen losnsosde
k vida social, en los suoeioa oontemporineos y en las mismaa
fibulaa de la mitolo};ia. La gloria del augusto.Saoramenio i
oayo obaequfo estaban consagrados aqueilos r^ocijos , la gloriw
de la escelsa Virgen declarada libra de ta Irosmision de la pti^
mar culpa & cuyo misterio aludian frecoentes pasages de aqoe*
llos dramas, baslaban para dar vivo inleres a nnas arliCdosat
eaoenas en que el incomparable versificador, el metafisico iiige-<
niosOy el tedlogo erudilo ocupaban el puesto que debia el poe«
.|a* Necesario es comprebender y participar del esptritu de
iia^poca , ptra oompteli6D(|^ j particupor.del entuaiMmo qui)
eacitaban \qs sqIoa de Calderon. Flojo 6 eomohecido aliora el
resorte de la ie, las impresiooes no son las mistnas. Losdefec-
tos de estilo y las difereodas de gusto se sobrepofmo como ua
velo que do nos permite apredar debidameote bi» ibriuai d(Q
aquel monumento.
Minguna imagioaciqD ha produoido creaciowa mas idaales
y faolisticas que esos dramas, coyos ioterlooutorsa son safe*
aobrenaturales y mens abslraocibiies de coalidades metufisiaaai
tales oomo bs divisiooes da los tiempos^ las faoultades del aU
ma y los atributos de la divioidad. Laspasiooes bumaiHis, laa
iostitudoDes religioaas esUn alii persooificadas, y los nombtw
y los becbos htstoricos no se introdooen omis que oomo flgoras
alegoricas, oomo eoGaraadooes de algun argomeoto espedaU
£1 tiempo y el espado se re|diegan A vista del espeotador, da
que el primero necesite el orden de sucedoo, ni el seguodp im».
ponga distanda i sus t^rmmoa. Y no se crea por el tilulo que
llevan algunos autos que estos seao comedias puramenle biblU
eas, no, el autor se apodera de sucesos bistoricos no por lo
que Mguificarony los presents como en socedvo panorama pam
adudr so misteriosa consecuenda, y sus personages reales al*
temando con seres abstractos babUn solamente el lengoaje que
sirve para interpretar aquellos mismos sucesos. AsS esta amal*
gama del senlido literal y figurado^ como el terreno ideal en
que estdn generalmente colocadas esas al^orias, fatigarian abo ^
ra la atendoo de los lectores, como se caosaria su vista si se
les obligase i estar por mupbo tiempo mirandO' d lo alto.. La
ideotidad de los asuntos y bi semejanaa *de los medios baccn
que so conjunto se pareaca i un ingeniosikaleidoscopio. don-
de siempre se obsenra la misma forma y los mismoi colore^
aunque dfversamente distriboidos. Ademas su estilo les perju-.
dica mucbisimo : es admirable la habilidad coo que su diestro
aulor versifica y diserta imjo eJ yugo del asonanle mas iiido*
mable , 6 del mas rigoroso oonsonante ; pero aqiiellos pcriodos
qtie cast nunca coinpletaii 6 se amoldan a una ebtrofa , aquellaa
cUasulaa cortadas por determinado numero de ^ilabas » no son
mas que pura prosa, si no esque se tomeo por verdadera poesia
las frases sim^tricas , los contrastes d equitooos de palabras j las
caprichosas itn^genes formadaa de cualidades tnoobereotes.
Gbrioao aeria exaininar esos dramas sagrados para descui-
brir las buetlas que iba dejaddo en ellos la comedia profana:
per cada g^oero de los que cullivaba Gatderbh les corresponde
una bellexa 6 un defecto. Ciirio^fO seria cotejar las heterogeneas
^rodutictones dominadas por una misma idea, y ver oomo su
itttor desde uri pensamiento desarrollado ea el teatro pasa £
'in diferehte aplicadoti eh la esoena reltgiosa. Curioso seria (or-
mar la cronologia de ^sos autos y las iudicaciones que prestaa
dios mismosi y se descubriera tal ves que el intolerable abuso
d^su sutUesea y puerites sofisterias de que se vale Oildeioa
para ensamblar el asunto dado jr su violehta alegorfa, deben
aebacarse cd perrerttdo gusto de la dpoca que aplaudia fiirio*
samMle v^le salir de un apuro, j i los capricbos del poder
qneliacia dar tortura i su ingenio para que alase los objcloa
mas incoiiexos. En estas ocarioties Galderon comprendia sus desa«
dertos, pues que alegaba el preceptopara evilarla lesponsabilt*
dad^ y se valia de la obediencta como de una egida para cubrirlos.
Materia pues de un estudio literario ameno y conciensudo
creemos que pueden ser esos auta^ sobre los cuales se \k amon*
tonando el pdlvo de los agios. Justo es que no sean conocldos
unicamente de oldas. A critioos mas provistos de luces y de
datos que nosotros les toca preservarlos de complelo olvido,
puesto que formao uil g^nero especial y esclusivo de nuestra
literaturai recuerdan la religtosidad y viva fe de nueslros pa-
dres I y constilujren un monumeoto en cuya facbada esti es*
6rito el bonibre de Galderon.
ToMAs Aguilo.
265
LOS im}& m AMERICA.
(»}•
IV
9 habrin olvMado aiietlrcw Jeotores di cooruiidMo ^ettfte el
ctiiniilo de aotioiM que IleiMi diariMnenle but wliimiM0''<le Ids
periodicos religio80ii«. 0I d«creto etpedido por l» rtpAUba de
Niieva Granadn fiuta d. renlaMecimiettlo de ht ihifkliw jr el
eiicarf^ que de ellaft se liiso i les Jeaoitai , 01 las* nolMaii qiia
diarianiet&te Uegan dfsl C(4o de IO0 tmevoa^imaioiieraa^ j^ del fe^
Us exito que corgaa deade el priadpio aQi^irakiijoi. Time eaU^
heclio no caracter tan oficiaU va (an -{oUawiDMUi 4igadd i UA
recuerdoH de lo paaado y i lat eaperaittaa del por?eliir/i foe
;progreaofl de la civiUzaAioa entre foUtroa paaUaa,' J,A U me^
noria de una ordeo ioaiortiil cujoa fuoeralea c^otaroii •» val*
(\) A tartaacta de rariea stueriptCMres teprodtncimos esle i^iculo't
liicia el euai por otia parte ceniaia d aiilor ^eiei^ predileccia^' taltit
sas demas prodi|cciojies , 119 por su^ m^lp okgrtMBeaiD easaso^ ano
porque rieiiJo iino de sus primeroa eiu^cy en.U preasa v^i^psav iM
tambien su primcro y cspoiitineo homenage i aquellos i quieqes con
orgullo te reconoee deudor del desarroUo diestt inteligencia y del cul-
tiiio de M eoraaott* Attnqne eseritoeii aetiembre de 1843 con motivo
de siicesoB resieiOeat coal era ct Uaajanatate delog jesnltas-por la ire-
pdblica de Kueva Granada » las aotieias^ ^c dqide ent^neeavvdn ilegao-
do de aquellos estados, y los serricioe y fatiga) de los.oueYO^ mi^ione-
ros, enire los* cuales coutamos algnn compatricio y algiin axnigo de
la mflcz, drren de confirmacion y de comentario al citado articiilo, y
le conscrvan 4 tKgstinoslo asi , toda su oportunidad , aumentada tristemen*
.te coil los Caribtindos ata^iiiea reaoTadoa do poco aoA contra la Compa-
fiia f y con la guerra de foUeiiniss que la mocla 7 la e^ieeiikeioo aoA
couio en Francia ban pucsto en yoga.
«8«
de 8US enemigoi , que ^ s! no nos etigaftaiiKH , es uno de los
mas feciindos en coiisjileracioi)e3 couio- lo sera tal yez en reauL
tados. De nuev0 pueft a(jiieHaa aelv^ virg^ipes reaonarin con
loH ac«!ntos del inisioiiero ; de nuevo posestonado el bijo de Lo-
yola de su natural bereneta , liaUarA aun renioyida la tumba
de sus antecesorcs , 6 dispersas laa raraaa de au cabaAa; podri
acaso saludar el ara 6 la cruz que plantaron , y entre los an-
^ian^.4ei.4M{)i#l)»ia tiibua enoontvarii Vagaa memorias ^e Dioa^
44I li)iN*iCaU!<> J dei Im buenoa /Marfrei Mgros- faei los llama'*
iian) t bpm^ Ids anliguoB pneblos qoe ae acordaban de un esta-
^ Hi^tum i Reoardttia/todoi {oa qne habei.^ leido las cartas de
«i[|4ieUtfa.;iiibioairoa» ton inl^reaatites para el sabio como para el
ntf^Oj p#rael kwtoa piadoao y criatiano' como per a el curioao
•y jii|Hirfieial« j^vteordaiaaqiielliat solitortas joriiadas delsacerdo-
ia HpoyhAo .en aobaouio:, JKjpettaa eandorosas aclamaciones de
h^ De«£|Of laqiielloa tomploa iniprovisados bajo magnificos it*
ht^l viiqmllm enatftanaaa del caiecismo en qtie el dogma /a|
UiigiaMrfviacior.y)loa4ogmattE9d<ia lodoera sublime i fiterza db
aencillez , aquellas canoas que cruzabaq los rios seguidas de
ijin^ fnulUUid. d,e uulips i nado Biraidoa por la musiea del eu*
-WP9Q • iiqneUaif admiraUaa Iribus 7 organiaacion del Paraguay
4 la ottainoba llegado ningttn Atopista desde Platon hasta Fou-
rier? Todo esto f)uede y va a renovarse en nuestroa diae, en
'iSfiki da taiita du Ja' y egpismo. Una voa de alegria y de iriunfo
se liabra esteuJido por aq«iclW.«rdkinle8 e incuitaa aoledades^
.caando ba renido a raaoanr en nnestro coraeon , irido tambiea
en esperanaas y asoladb por el soplo abrasador de este siglo,
Pel^o^poilrfamos conlemplar a doride van aquellos bom-
bres virtuosos e ifiti:epidos sin pensar de ddnde parlieron?
I Ab ! ^pQr que iu luz 4a U verdad ba de aer oomola del aol^
que no puede aluiubrar uuos paises »tn dejar i loa otros en
deosaa tiiiieblas? Por que ba -de set como el coraxon bumaoo»
que uo se goza en uua adquisiciop. sin lener que Uorar una
S87
perdida? CI miniiltro efangelico qiie empexd sii carreia «ii
Qu<»ti'(M lein|ilos I an oueslros coiegioa i en medio de nuestra
civiiisada y fiistuosa sociedad', va i concluirla bajo un teclib
da paioias ediicando neoGtos : la vieja Europa , digamos mejor,
Ja CspaAa , arraja de m neiio cotno innliles 6 pemicioaod &
aquellos hombreay echandolos af mododfe espuma sobre las cos-
las de la |6vea A.uierica que ios retioge con ansia como civiK^
aadores dc. mi.i pueblos. La emancipada , la libre America ptde
4KMI a&Q y restablece el inslilulo que so metropoK lequtl6-75
a&os ha, cuandoaun era coloota; la ouejray oscilaoM^ republic
ca resuciia lo que eslingtilo la lobosia j calolica monarqtilli;
£in a(|uella iolal esiincion ial vea no ae hubiera roto el laio
.entre las aoligtias oolooiaa y la meUrdpOli ; tal Tea mas ricai y
.podcTosa e»U, y raaa pacifioasaquellas^hubieran conciliadome^^
|or la graudeisa y proiecoioii de la una ooli Ios derechos y li^
bertad de lus olras. Pero si laa repdblicaa americatias apredan
toilavia una libertad oadda porcierlo de ia subletacion y pro^
•loiigada en la aoaiqaia , no echen al meaios en olvido esta lec^*
cion dada A.coata de E^iafta ; y ouaodo traten de colonizar y
civilizar a otros pueblos, no qoileo baito pronto lob punlalea
bajo piele^lQ de que cali ja adiido d edificio; poes ademas de
.baber iogralilod en araofar oomo de adbra i loe bombres fn-
jirepidoa enyos setvicios sa espleteren, y que liieron Ios bati-
dores de la dvilizadon , podriao equivocarse acerca de su lAa'-
yor d Qieoor necesidad , y itrrepenlirse yi mtry tarde.
. i Kobres salvages ! Yosolros no eompreodertais que esos reli*
gtosos que Jlegan hasta el fendo de vuestras selVas para ins*
.truiros y. coosolaros^ teogan que Yencer obsticolos mayoraa mil
.veces que la aoclmra de Ios mares > lAs ' asperez-iS del terrenb
.y lo6 rigores de la estacion , y que estos obsUciilos vengan de
•parte de siis compalricios mismos , de parte del mismo gobier-
no que OS enseAan i respetar. Si vuestros abaelos Ids Tieioh
.^rrancarse. de sua nacienles iglesias en dia actago^ si baber*
p^nli()o .c«Hi la memom de cUds y Ae 9Q% beoeficios , ttb aca-f
^is su celo j>i su ioCrepidtiz : |)orqiie d lieiiipo que no etUivie*
^011 eiilre vosotros era porque no exislian , v cuando posle*
riocmeale fue. rellorccifftido. su irongo^ iia babido uua oiaiaa
en^uijga que hQ eiiUrelcuM ^n cQrtar Us raoiaa qqe brolabaa
|>ara que, no Ilegase a vosotros su aomhra, Vosoiros pit^Unla^
reis que ql'^nil;n habiaji comoiido «qucllaa genlet a quieiiea aua
.virtiides hidcion {larecer angolea y aus penalidadca reos depor-i*
iUidos \ es que cuaodo oa hablaban por .prNncra v« del rey de
EspaAa,, y oa pediaii{iar« el vuealroa faonietiagea y obedienda^
p0ua;tbaQ en bacerse reyea elloa roiamos; es que al poner eo
VHOBlriia mf^no$ la cruz de amor y caiidad ooiocaban en dlaa
|iaa tea iiiceadiaria , y forinnbao una ooajoracion al ensefinroa
el catecUmo;, ea que buscnbiin una eorona es las 8oleda<ie^
Hfo eo las chova., celebridady fama en h de:iOonocida tomba
/que ifubna iin arWl ^n aenal algona. iJistinia que csaa pasio*
qesy que en nuuatra ^ooiedad oo escaaeaii, no ae bajan desa**
.rrolb4o del nM^mo jnodo^ y ceaulladp al mciioa en beneficio
,yueatro« Vfi^vqa^ h €ii0ai*eis; y aijii enibargo lodos los go-
.bierooa en ;aquelta epoonilaicrejeraii,, j ki(}reen inubhoa lo-
.daviA^ cpnaobuos onipm>.|^ paes tainpoco fiiUan m Europa en<-
.tonpea y aboca iocir^uioa/envaateipimto', a* mas da que d cri*
terio del salvage vale. ii»aa que iaa pasioaea y la prevencioQ
del houibre cullo« ....
No soniQs ooao^roa. ifumm, \o dcBunoa; el goUerno de
.Nueva Granada ea quien asi aa espresa en el deoreto de que
traiainoa : « a la ^apulaion de loa J.esuikas aigoto la decadencia
Iprogresiva de ;las misioiiea, aio que baalaaei alajarla el celo
du loa demaa mi^ioneroa. Y afiade luego la razon de que nadia
^puada sqplirles;'' porque aquel inslituto es el uiaa apio para
converlir los salviiges al cris^iauiamo.y elevarloa a la civilisa-
tion I pMorqjie esta^ Iprinado aprojxiaiio para la prolesioo de mi*
aionerosi y. {tost^e ffu n^aa alto grado.que niogun olro ooooct*
289
mieittdft en Ian ciencias etacUs y natnrates^ por el cr^dilo en
fin que gozan de misioneros , y |)or el afeclo que en el (Mis se
leH conferva/* i Oh 1 ai pudieraii contar^e las almas que se ro-
baron ai cieio , los houibres que se roliarou i la cultura » 6 si
ine{or as place ^ los imiieii^os ierreoos que s^quitaron al cullivo,
y lOs reilitos sii.Ntraidos al erario coii ta (iiqesla edtincion deaque-
llos ifligiottos, que al luisuio tieuipo enseoaban i los salvages los
destiiiOH del cicio y las aiies y comodidades de la vida , lea
aniiiiciaban un Dios y lea poniati bajo la protecx;iOD de uii irey ..!
ly quieu no babiera aceptado el rey de senaejantea va«uiUosi7
Para coniiuuar k pbra que dcjait>n interrunipida , no basUban
ej^rcitas cpie rindcn pero no coiiviertcn , viageros s^bios y ob->
servadores que se in>truyen peru no enseAao , ni botnbres auo
de caridad , cuyos esfuerxas individuales sin apoyo ni discipli-
na clebiao ser iimlilcs para la iierra ya que no para el cielo;
porqiie solo la Cotn|)aiiia , miiicia , uuiversidad e institoto de-
bencliceiicia podia dur < sus individuos.Ia intrepidez y disci-^
plina de soldados, los conociniicntos para uliltaar sus viages
eu pi-o de las eieucias, y la caridad para euiprenderloa en
beneficio de las aluias. La bUloria ooniparada de nueslras ^snt-
iiguas oolonias aiuericanas con . la de la nietrdpoK , aeria obm
curiosa al par que inatructiva : enidnces se veria cocno desde
4767 fue abrieiidose breclia a la union de aquellos mieoibi*Oa
pon su Ciibeza , y como se le did por fin el golpe de gracta por
los alios de 4812 ; se veria i que hoinbres, 4. que principios
delie agradeoer la Espaiia la perdida de sua Aiuericas..... pero^
no: luejor esqueden en silancio delitos que la ley no alcaim
i casiigar, y que solo eacitartan una ealeril indignacionj oar*
guen los cttlpables con sus reinordimientos y con el juicio de
la posleridad.
Seanos pues lieito creer en los altos desUnoai amar el
nombre y defender la memoria de uu itistiiuio que uacieotU)
ariuadq ya, por decirlo asi^ jcomo.la. diusa de la sabiduriai
ToMO II 37
290
supo apropiari» d toJas la« necesMmles , y manlenenw en inn I*
torable |>riinavera dtirantc* tres 8ig'(w que Inn rapkfas j diver-
aas fases recorrieron; tie iin institoto, espafiol ile origen, qiie
asocia sii exLstenciii a I espleiirlor de nueslras cieticins y litera*
. tiira y a la grdiidezu de Diie.slro tmperio , i IgkIos Ios cj(?mpl6s
«le parriotisaiD y iiboegaciou ; de un insttluto tan profrinda-
nit'iilc arraigsido en Kspui^ii que niinca'|)ndo ser arrancsidp sin
cofiinover la i^ooiediul y utip|^)eliar la [nslicia , la pnmcrn vez
jwir nietlloA inaiidilanKMitc violcntoji y por el proced^r mqni^
siioHat ile Ios mUu^Uos de Carlos III, la ultima ojrendose
aun ei estrucndo de Ios puAnles y ei ciumor de sacrilogos ase*
ainos. No ignoramos que el nomltre df? jcsiiitas ps coino el de
Jesui , bltmco de contradiccion j pietlva de escdndaio para
miichon; qtie libre de toda sond)ra de las imptitadoiies que a
Otras ordeni'S ndigiosas acliaca la maledicencia , es por <\sto mis*
mo tanlo mas aborrecido ; que sn adrnirable organ<zacion , su
poderoso influjo es objeto de sospeclia^ i ingenuo espanlo para
tilgnnos hombres lihiidos 6 preocupados. Y al nolar ese espan-
io no podemos nteiios de sonreirnos conio del de un nino que
feme fantasmas , A qiiien no bay mas sino tomarle por la ninno,
•y llevarle derecho ai ol>jelo que lo causa. ;Que podriais le*
'mer , d(5cid 7 que no se adaptaran bastunle i la.*i necesidades
<lel sigto loB que no solo supieron en todos Uempos conoccr*
las^ sino auo anticiparse a ellas? que (ricieran reirognidar la
ilusLracion con m ensenanxa losqiiefueron sieniprelo*( primeros
eii acoger en su s«nio todos Ios adelnntos en cuafquier rauio de
daicia, si ya no Ios hioieron por si mismos? O leuieis todavia que
86 bicieran dueAos de la niaqilina det esHido con tanlas ruedas
y coucr^pesoscoino le liubeispue!>lo, dqttefuerau pi-figrosos co*
locados como conf<;.sores al hdo dc un vey coiistiitictonal 7 So"-
'haii loduviacou lbs JN'ittH'dsy lofr Tel Iters ? Temeis en Gn aquel
iQstiluto como un |>odero\:ulloy nHBlerioso, comouu club per*
nianenteque uitna sordammle las* gulieruos? Pero esla iacttca
291
Ae Bcosskcionen es vi^ja por forltina : Ids hereges y fan&icos del
sfgloXVI llamaron ya i los jeMiilaK fatialicod yhereges; lo.s ii*
losofos y jacobinos del XVIII Ioh tnch»ron de enemigoi de
teycs y regtcidan ; y vosotros i vosolro's los acusaU de clubistas
y doaspiradoi'ejil '
'De v&Uks preveficioties coriio do tantas otrajt apelamos nos-
OtrOfl a la jiivmlud , d la jiiventiid a qirieit pertc*m*ce el ;por-
veiiir^ & qtiien loco el ser educada pnr iino5 hoinbres qiie (u*
vierot) en patriiiionio la enseAanza de dos siglos enteros, i
qiiieit loca por fi» n^iddir el tcataiueiito de eriores y odios
que pfeleiiitiet'a legarle grun pai le de !» generacion que pH.sa.
jQue salie esta , ii^cida en iin iiempo en cpie rra de real ordrn
el odio u Ids jesuitas , nutrida en lu.i univeisidadies que prelen*
dian en vano supiir el vacio que ellosdejuron ^ qu^ sabe, re-
peliiuos, del celo^de la dulzura, de la cicncia de a'quellos
dirrclores de la juvenlud ? Pero vo.hoIio.s que vats creciendo y
totnando pueslo en la socicdad , polilicos , literalos , abogados,
nie^licojiv piidren de familia , ^qui^n hay de vosolroa que no
haya recibido de los jesuiUH el gernien de clencia que nins
tarde o.h lia dado utitidad y gloria? que no junfe hi su memo-
ria ei noujbre de Ids je^iillas a las priineras saliflfacciones y
de$l«fll(ts del ingenio/a los couibuteif jr triunfbs de la eniulaclon
juvenil ? No ha sido (an esc^isa vnestpa infancia en dulzuras,
ni vuoslra educacion «en copiosos frulos,' que hajais desentir el
que disfrulen vueslros hijos deoCra senifjanle bajo los mismoa
direclores. Y si de auloridades y e|euiplos conlempor^n(H)s
lenels neceiddud ^ vcd a la Franeia que a aabiendas los acoge
en su aenOy que los duja en complcia libertad , regaleindolos
aolo e| nombre^ y admira en Ravignan, mtembro de la Com-
pauia y a uno de sns rhas elocuentes oradores : oid la voz tie
trueuo de 0*Connell que los invoca a loda prisa como para
consumer la salvacioik de Irlanda ^ y tal vez la conversion de
luglaterra : ?ed |os ilustrea oovicios que UamaA a las puerlaa
tot
Ae h Compa5iii , el carden^l Olaictlehi en IIsIm , y d jod:o
RiiliiboiNie en Frincia , el iino resplanjeciente con todo el l»ri*
Ho ile ld$ <iignidadcs lie la lierra y de |mi^ propias vittudes,
el otro con la aureola de la gracia divina manifestada en sa
milagroia conversion: ved el Austria y la Suiza que lea con -
fian aaa escuelas : ved por fin las repulilicas de America que
lifa oncargan la educacion, no jra de ninoa, sino de futuros
pueMoi. No OS parezca que no90tro» por civilizadoa tenenioa
nie;ior neoesidad de jesuitas y miaioneros ; la vtjez , lo oiisino
que la infancia , necesila de apoyo y dc consncio ; j si los
salvajes son niftos en ordeu i la vida de los |nieblos ^ nosolroa
aoinos ya bien viejos , estamoa bien ca!»cados.
Jose Mahia Quaoraoo.
295
ciRiTIGAS
0)2 8Si]bT3€> IPll<blL3(SD«
Jllresacire*
- C^orqu^ tus miradas, Camilo mio) se fijan siempre eki el castiH6
del soberbto Irnando ?
— Mucho le amaba , 6 esposa ; y en estos dias de tiievei y tornieti^
tas se me renacva ince^Dtemente ta tnemoria de nuestra dtilce iiifan-
bia , cuando con Iienepldctto de sti padre j del mio , 6 bieti A escon-
didas, saliendo de nuestras casas, nos reuniamos junto tf la eorriente
liolada del P^Uice, y por largo rato acd y aculli nos eitipiijdhanno^
mdtuamente ^ tiendo, pnttzdndonos y lucliando y cajendo^ sdbre kl*
}'eIo , volvieddo por find, casa atardtdos y retozones ooii la firente
amenudo ensangrentada 6 eontusa. Y st en el rosti*o de sdgitiio de los
dos aparecia visible la sofial de la caida) «1ias Uorrado?* te pregtnith*
)>a el padre : < no • gritalia el herido , y el anciano ei>f<5nees le cogia
en brazos y le besaba , eiogiando su aficion A los riesgos y su diegre
desprecio 4cia el mat que solo afecta la carne y nada ptiede ickfre el
rspiritu de un yatiente. Un dia comb hoy cata en gmejot copos la
iiicTe de dtcleifibre , y sustray^ndonos entrambos A la Tiftlft de lbs pa«
dres y de los siervos, bajamos cada caal nuestra cuesta y nos jvinta*
mos en los yel'os predilectos. Besbalimonos y enloquecknos lo bKstan«
te , y condensando la niete en duras pelotas , A porfia las tirdbamos al
aire 6 en los precipicios 6 d un bianco disUnte ^ dando agudos cbilti-*
dos de goto repetidos por agudos ecos ^ basta <jue rendidos menos por
el cansancio que por el hambre , nos abrazamos , y cada eual s«kki6 A
8n hogar ansiando la ceua. De rez en cuando volviamoiB el rostro para
mirarnos, y cuando por harta distancia no alcanzdbamos A vernos,
nos saluddbamos todavfa con afectuosos y prolongados gritos que oi*
dos en ambos castillos , liacian levantar A mi madre y asomarse tn^*
mula al balcou de la torre, dudando si eran voces aquellas de jUbilo
6 de dolor. Ay.! en voces dc dolor cabalmcute oigo aquella tarde con«
veptlrse los gritos de mi amigo repitiendo desesperado : «el lobo! cF
299
lobo ! 9 Trasudo de horror al oir esto> imagitiando d riesgo de mi que-
rido ; vuelvO & bajar precipitado de U ootilia , atravieao el rio lielado,
y trepo afiinoso por la opuesta pendieote , gritaiido ; « Iroaudo ! Ir*
nando rnio ! » Habia estc subido d un olmo , j haja ligero hicia mi; pero
el lobo que se alejaba tuercc el paso j ac lanxa contra DoaotroSt qae
siibiendo de ducto al tfrbol permaneolinos sitiados largo tiempo t mieD*
tras la fiera rondaba tenaa al redcdor. Oh ! cnAu ticrnamente sobre
aquel olmo me estrechaba A au aetiomi duloa amtgo, repreDdiendo mi
temeridad , j decia no luiber gritado coq otro okjeto que el de que
JO hujeae , j evitase el deplorable encuentro. que ill tuvo. f Y td , in-
sensato , contiiuialM , en ypz de haccrlo, has arriesgado ranamente tua
dias para cocorrer i tu amigo, 6 roorir con dl presa de aqueUas ho-
rrendas fauces. • Lioraba al decir esto, j Uora))a yo be^ndo sua hifc^
Diedas mejillasv y era profunda ^ deliciosa para amlios aquella chuo.
cion : cudnto amor rcciproco no ^ntiamQ3 1 c6mo arranca1)a|i del corar
zon las protestas de dar con gosto la vida uno por oi otro ! Yemoa
]K>r fin desde cl olmo bajar aqui y alU por las ciiestas antorcjias en-
cendidas : eran el padre de Irnaudo y el mio que saiian con sus sienroa
en busca de sus perdldos qtfios. Huy<!k el lobo de las luces ^ y nosotros
saltamos gozpsos del irbol Irospitalarto , y brincandb ^o])re la nieTe«
salimo^ al encuentro de nuestros padres, refiriendo con pnrlero afaii
yo el micdo que tuye de pcrdcr A ml adorado amigo , y (U ml tcmcri;
dad prue1)a de un amor generoso. Qud noche de jilbiio aquelial cuihito
elogio daban loa padres ^ nuestro fraternal aCbcto ! cdmo sa envanecia
Irnando de ml compaiiia, y yo de la snyalAsl pasaron los duloes dlas
4e la uifies sem]>radQ8 de mil Incideiites que patentlzaban nuestra md-
tua y generosa amistad. Y este yfnculo tan estrccbo de doa almaa ]>uH«
aimaa.** dcbia rompe|4Q el tiempo!
De cata sucrte se lamenta el caballero , 4 Hdcgi^rJe (a del nr^gT^^
cabcUo y de esbelto y mageatuoso tallc, «0 amado esposo, Iq ilicei
perdona mi pregunta: ^no has aido aoaso culpable de orgtdlo? l)as
arcnturado noblcineiito algua paao para una reconciliaoiou que Dioa j
los jlugelcs bendocirian?*
-Todavia no lia trasourridQ, amada mta, una lunaentera des4e ni|ea-t
tras bodaS) y conoccs mal el coraxon de tu Oimilo. No se cubra por oa«
todc rubor tu licrmoso rostro; OQ^ mugcr, no te reprendo; conoQC
ris con el tiempo qud impcrfo cjcrceii eq este corar^on los afcctos. Si lo pro"
hil si tnmold mas de dies vcccs mi orgullo para recouquistar aquel amigp?
I'cro en valdc ; no es cl que «intes erat dom(ualc uu cspiritu de inal«U2|
aoberbia, y.«. mira si me aboguu cstas paUbr<iiiI mc dc^jarecia.
f95
Al oir esto, el rulior de Ildegavde trocdse ca pali(lez,pareci<'iKlo.*
le moiMtruoio el que fucra objplo de Je^prcc io para quieu quir.ra iin.
lioaibrc tan cceiebre por siis ^al>allt:ros os lioclios coino ol virUioaio Ca?
miio. Abrazdbale^ iaazaudo nuradas ora al castiUo de frnaudo con
gebtil dcsdeu ^ ora cou apasionado enciuto A sii .<pierido rsposo , qae«
riejido dccir cou ellas: m otrote atrcve d dcflprcctarte, rccompt^iidct^
el aprecio que te profeao,*
De diTcrsos modo$ caiitaa en i»is liimnos. Ips trovadorcs .de Italia la
caosa de la eneroistad eotro aquellos dos gpimrosos campcoiies. Apinu-
denies unoa 4 Iruaudo, qiie pasando desdc maiiccbo d la Aleiuania
GonaagnS su etpada 4 uuo de los reyet couteiidLeutes ; los otros :i i ^anii-
lo que <e declar6 por el otro aspiraute i auiique ilegitinio, al rcglo tro-
no. Esperaroa Camilo ^. Irnando atracrse reciprocameute al partido que
habia cada cual abrazado; y uno de io« dos no se sabe cual, viu nau*
firagar su virtud.
£1 i'aror de partido Indnjo al principio A uno j otro k creer cfec*
tiTaipeate degradado al amlgo antes tan querido. Pairecia A Iruajido bas-
tante mauifiesta la iniquidad de las ctegas preteusioaes del adversarioi
y no podia auponer niiras bpurada:» en persona alguna que las apoyara'
J al par. la iulamia de la .otra causa sn presentaba d Camilo oomo evi*
dente si todo el miiudo. .
£n cualquiera dc Ips dos se cstinguiese primcro la caridad de ber«
Diano, y sea que eiislies<; 6 no otro gi^rmcn de reiicor^ vidseles en
el canipo eucnideeor conio leoucs. Tcro los lances de la guerra y las
TicisUudes de ia. ibrtuiiia dabau ocasiou A entrambos para cjercitar subli-
mes virtudes : y obligados cien veces Irna^dpy Camilo d admirarse mutua*-
nieutc, dcciau eutre m : Auu4^e mfdvado, mi ajnigo cs siernpre un b^roe.
Pasarou ya aquellos aiios de sangre, apagironse ya muclias ilasio<*
lies en aus agitados y IxUicosos ospiritus, aua en la flor de su edad, y
^ijs eja:d)argo.la reconciliacion no ba estrecbado aun sus generosas manos*
Tambieu d Irnando hacia i'eliz una esposa, madre ya de machos lii*
jos; Klina era su doice nombre; haJ)iala dotado el '.cielo de ardiente
comzou y de claro pcro entiu>iasta cntcndimiento. No iueron sus aura^
Uativas las del Piamonte que respira ; su saugre era romana, y su padre
eneiuigo siernpre de los rcbeldesy sucumbi6 con gloria en el campo de
batalla. £liua no puede suponer que Irnando aborrezca injustamente d
Camilo; no conoce d este, pcro figiirdselo tudigno 6 irrecon«
condliablei alimentando rencores y perfidias, y nunca dice una palabra
para calinar a su marido al oirle eniiirecerse contra el vecioo.
Locas aingularidades del corazon huuiano ! Irnando ) si bien masi
290
fiero que Camilo^ y propenso i la suspicacia^ no tenia ihstantes mas
^toa qne aquelioa en que recordando su diiloe infancia, ae Ic ocit<-
rria es^ 6 aquolla noble eapresion 6 acto del amigo tan aborrecido
ya. En acjuelloa instantea, y eran firecuetiteSf sonraa an alma A la
idea de la anaTidad y Tentura que i loa doa resultaria 4e la T«noTa<^
don de an aoibtad ; maa apenaa notaba aemejsqite deaeo , ae esfonaba
en exaaperane ^ en acnaane A af propio de aohrada indul|;encia , j ea
imponene peraererancta en sfpL rencor y deapfecio.
Taatoa cabaUaroa habia riatQ apoatatar Tilmente de aus principlQai
loa unoa aertidores del buen princtpe , ^nirse luego perfidoa A su coq*
trarip, loa otroa, iddlatvaa antes del andox pretendiente, insaltarlq
despuea de abattdo sn poder! Y amenndo ae ponderaba el torpe dca"*
caro deaemejantea Iraafonnacioaea en las cnaleaae deadefialran de inr
carrir laa almaa eleradaa, que tevniendo pareoer ap^sta^tas, ae obstina"*
ban ferocea en aua juradaa decUionea por mag que fueaen desacertadaa^
Siempre quelrnaudq mira de«de sus rocas el caatillode C^itiHo, y yA
recprdandQ c\ian A menudoeu aqudlas salas, en aquella plataforma^
en aqiiellos muros , en aqnella jerma eaplanada j pop aquella pendien^
te 6 en aquel vatle « babia deaahogado con su querido aaif go puros go^*
9eos y puros aianea, inrftase 4^repente, y restregando su 6^mte con
lamauo: Fuera recuei'dos inseasatos! dicese A sf mismo: oprobiQ e4
bonrar con ua suspiro aquellos falaces dias en que tan dicno de' afeo*
tp se me presentaba aqiid miserable.
Menos arrebs^tadp por la altives; habfa pedrdo Camilo A varias da-
mas y b^rones concUiadora mediaci on ; y unaf y otrpa baHaron d Ir-
nando sordo A sus instancias. Ferp A la dulce lldegarde apesadnmbra
I^ucUp aqi^ella fiera diaoppdia, temjendp siempre que |>rorumpan wA
iras en abieria guerra.
^ Frios ii^tcrcesores, 6 esposo mio, serian acaao. estas damas "y ba-
rones que xne refiercs. 0|i! cndn d}gnp bubiera sido de tl e( preseutar-
te tu mismo con am^ble coqfiauca A ese irapundo ^
— Qn(5 dices i esposa ? To que no aoy el culpable , yo suplfcante A.
sus pies como un cobarde|
<- O querido mio , pudiera tu esposa aconsejarte una cobardia ? No
fc quierp ^ qo , suplicaole en su preaencia , siup animado por docprosa
trai^qnilidad. Scgiin suelcs retrain rme A cse ofcndido }>arpui seria iu-
oapac de ultrajar al que pidiese hospitaiidad dentro de so^ muros.
Dtida (^m^o algunps ^las si aeguiri el ((antp oonsejo ; por liltimo
respoudq a £(U cousorte: Ko, aiiiiga, uo pue<lp buuiillaTipe (i tatttp,
mas no pier4o por csto io^ ^sperauza dp rec$Mivili^('i)06. Has^a.aqu^ uuu-
ea evfii diKCtamenfe al otgalloso nb' ihetaMjero eon h<Aidrff{ca emba^
ja<bi; acaao desdefla A ioterceaopes estrafios; mas viendodelante de si i
«uie0Oiiden> mlo, y oyeiido de mi parte palabras de euniatad 7 se coumo-
terA, J no querrA ser meooa geiiero6Q que yo.
Cmnple Cuiulo la deaeada prueba» 7 aguarda la mdta del enria-
dOf paiando. aiii aoriigo de una A otra saUf y pareciAidole eaeesiTa'
toda dUacHNi.
^-'Se deadefiadl el fbrioeo de dar oidoa i ml escndero? y ti soape-^
•haaa en ette aoto nn traidor intento d tU liaonja de eapirita aeobar^
dadcT) y eMrteataae eon el a^oa insnHo de yic^sgr con prisio/n 6 muerte'
la peiBona db mi heraldo? MalTado! Ay ai tal aucediera! A gran mansedum*
liie bajd eite eoraien; pero i ana seilal ,TeriaaIe aubir de noevo A un*
edio mayor qqe isl tay0, mas terribie, etemo. Qu^ digo? en aqaella'
alma emltiiagada de gtganteaoo orguUo no cabe tan baja rillanfa y y
yo soy iin espfritu me^uino solo con imagioar tan torpe accion. Ser
liabni enleniecido , abrnmard por largo rato de obsequios y de dnlcf^
atmas preguntas A mi enyiado ^ acaso querrd yenlr aqa( cou A , 6 des-
embarasane antes de cuidados momentdneds. Solo A medias supe ser
magqdn{mo : yo mismo ^ como me aconsejalia mi esposa, yo y no un
escudero debia presentarme A 6\. Oh^d nujyista cierto que Irnando no hu«
biera necesitado de palabras, habrfase ecliado A mis brazos, y sin yanaa y
dolorosas espUeadoneSf nos bubidramos Uamado 'comb antes amigosJ
Asi entretiene sus anstas , y para ocultar su turbacion A su amada
esposa.) etitaba sn dulee eqcuentro. Paadase A largos pasos, 6 se agita
nn Instante en el sillon 9 y se leyanta luego coai a&n mczclado de irai
y amor 9 ora asom^ildose A una y otra yei^tattaf ora saliendo fuera dc
an negra y oLaveteada puerta, sin curarse del perro qne se le acerca»
y menea reapetuoso la cola.) y baja el l^octQ0 > y espera ser acariciado
por la mano de sn duefio.
PflMeele al 6n desde las alkiienaa de la platsforrfia deacubrir al es-
eudero. £l ea^ 4 ^. l^a sangre del cabslterat se alborota toda^ y no
pnede contenerse, atratieaa el pnente, baja apresttrado la cuesta, esti**
mtUale A saiir al encuentro del otro nn desenfrenadei ai^Helo de ottle.
* Porc|ad tan dl^spacio? ie grita. PiPfcipila sn paso el iiei escudero^
y dice : SefiQ|t ) apenas introdncido en la habilac)on ^ viiestroenemigo...
Al oir Uamarle deeste modo, t<k*nase' pdlido^ Camilo, y ptosigite*
el otro : Apenas intrqduGido , le espuse Tueatros aqnt^mieitfos.
-• Y en qud t^rmi^KM?
— En loa qne me dictasteis. « Cabailero , lo dfje , mf sefior dcspuefi
de.facilante iucha cousigo mismo ^ cede a la ^coestdad de roeordaitn
ToMo u 98.
J98
8u amistadi j de derretir ea cuaqto e^U de to parte el ynlo que tristes
asares iiiterpusierou entre sa coraaoii y ei voestro.* Qucria cootuiuar, j
el so1>erbio8ouricudo aa)arganiejite.ejclain<>: «No yelo, sino hoirenda
sangrese ha iaterpuesto entre ambos coraxooes. • Prosequi coo todo
espouiendo tus d^oroeoa senticoieiitoa. £a loa primPrM inatantes parecia
domiaado por una emocion mat fuerti^ que au o6leia, por Qiasqiie fiagleae
aonrelr aun , y ostentase ribramie miradaa dc desden y amanaxa ; «spe* —
raba sin duda demis lilbios paUbras'de maydr humildadt mas oo lie*
garon; ea mi freiite y tox gaard^ reudimieuto peio dif^idad, 7 aoJi6
que JO le escarnecia. « Audaces son tua o\Q%% d j6vea« eaclamo ; bija-«
I08 » * Y porqu^ ? respoadf : no eoooce el miedo as etiYiado de Cami*
Ip. - ^Te eavid 4 iasultanne el temerario? repUc6 bramando > k poner A
cobarde prad>a mi paciencia ?. i. teiiUr A qviero coalamiaat mi inmarr
culada fama pouieado mi espada ea cootacto ooti tu vil pellejo , 6 mar*
ciadolo con aaotes? VetC} nedo mercader de irUuperioa y golpet; d£i
tu seuor que el que se arrep^ente de sof tmiioiones » que ei que desea
reconquistar la amistad d^ un noble honradot.ao buflca rodeos 9 y dir
ce geocrosameute : era de infamia el camino qtie segtU » A tan iadignaa
palabras me inflamed de cOlera eu deieosa de vuefi^ro honor: «ei cami-<
no de la infamia , gritc^, ni lo pisar4 mi sefiort ni lo pi^ jamaa.ii la<n
ternimpip mi esclamaciou , y con un torrentc de jfiUmtuante y de«bo«
cada elocueucta recordo toda la desventura^a . hjstoria tfei trono. coin-,
batklo , que segun di fud una trama de ilustrca maWados que ae arras*
traban A los pies del vulgp % torpemente conveaidQa ea eagaaarlo y dea*^
pojarlo; y vos... me estremesco de repetirlo* . • r
— Y bien ! yo ? ,
— Un vil partlcipante en la ia&mia y ea laa ^aaaiiciaa*.*
. — No lo dijo. JSo lo dijot
— Lo juro.
— Y no truncaste en au miama gargaata estas iatenas p^abras 7
.- Las trunqud desm'uittfSadolas ^ y ae yic^ ohligado A somrojarbe y i
replicar: cNo di^ que Aiese parMcijpe en laa gananciast sino que lo
parecia j y que para lavarse de aemejante ma^oha. am baatan drcuitlo*
quios. Abjure solemaemente, y praehe que su eera7.on,9 ai bien iosen*
Sato , era almenos puro ; pmebe qae ha abomitiado las perfidias de loe
enemigos del rey, que ha execrado los crfmeaes que aflijenahora et
imperio. » Bajeza me pareci6 oponer modestos adentos d tanta arrogant
cia. Os lo confieso , sefior ; apdnas sd lo que le di|e ; no le iasoltd , pe-
ro ciertamente Uovian de mis labios palabras de fuego contra los de*
tractores; y ealacd tales alabanzas de vos, que le impresionaroa y 6Ui
^9
garon A aplaudif. « Veter, Inien iiiervo^ me dijo , ' aprecio iu anUixiiett^
to f mas no la hipocresfa de tu sefior. » ,
— Cielo ! blpocresfa dtjo? no te eogafid el oido 7
— Lo dijo« OS lo jaro.
A estas palabras el caballero torcid con i^bia 5as manos ^ y con una
mezcla de placer y estremecimieoto, romptiS ea mil pedazo^ on antUo
regalo dejrnando, y nostn palidecor puso el pie ao)>x« ellos j y los pi*
aoted entre el polvoi,
-^ Todo acab6 !. esdama « y lloraba iracondo , y qo respoadia al men*
aagero , ni oia siquiera sus palabras.
Elubidraso precipitado d mover guerrci A Imando , mas el cielo no
lo permitid. Tu^o que acudtr Camilo d la defensa de una heitmaqa qua
gime Yiuda con sus nifios en las yermas montafias de Monferrato i sitia-.
da por ambiciosQs barones.
Queda entretanto sola Udegarde 9 7 al par que eleva votos al cielo.
p6r la salud^ por el triuufo y por la Tuelta de au esposo^ feme sii^
embargo que al regresar de la campafia de Monferrato ^.roippa la guer*.
ra contra el sefior del vecino castillo.
Mirando aquel castillo un dia , pcurre A su espiritu una idea : i T.
si JO misma me presentase alld , y ml noBle cofifiauM renciese los cora-
zones de la altiva romaua y del (eroz baron! ..
Hay ciertos caractdres snayes, y tal era el de Udegarde i que son
con todo animosisimos » y que formado un generoso designio ]K)r ar-
duo que parezca , yacilan poco y obran. A la maiiana siguicnte des<r
poes de oida la miaa en el, dpmdstico oratorio » y leyantado su femenil
espiritu al Espiritu que rige los mundos y dA fuerza A los dtomos , U-
4egarde tranquila se pone en marcba montada en su bianco palafren siit
Bias Gomitiva que una doncella y d|Os criado^
Al llegar al pic de los altos muros del castillp. de Iroapdo ^ sintid
momentaneos latidos , y asaltdile el recuerdo de las perfidias , a v ! kartp..
freeuentes enttSnces entre los baroqes. Fenso coal seria el dcsesperado,
4olor de Camilo, si cegado por el odio el caballero A quten iba A vLd-
tar, desmbtiese aquel 4is^ la inyiplada prez de leal hasta eutoaccs ob*
tenida. VoUid los ojo^ A la doncella, y la vi6. p^lida cual.clla misma;
mir6 A losdoscriados, y estaban pdiidos tambiea# y9^ ati€vieron A de-
cir intcrrogando : Hay que retroceder ?
— Necios! dijo, y sonri6, y se metid deutro.
Entretanto en una yasta sala del castillo la bcUfsjma romana tiraba
el blando Unode su rueoa dorada y csmaltada dit? pcdrcrias, huuie-
decidttclolQ eotro la^yema^ dc sus dos blaacos dedos, y lucgo con gra«
soo
cia angelical imprimia "^moYimiento at haso de inarfil , y coir MXtM
que niega el cielo d labios ibimados jaiito A los Alpes^ caotaba ro«
mances cabaLlerescoa.
Sentados cerca de Elina, ycomo ella hermoaos, an nifio'jr nna nifia
IS jaban eni su madre cou rireza laa enamoradaa paptlas aombreadaa por
lucngosj negros.pdrpados, f repetiau cada postrer palabra de las es-i
trofas matemas con b cautinela ahnoniosa de ua eco. Y A esie eco m
juntaba la grare tos de au padre que preparaba uii aroo para la caza*
y amenudo dtidaba el arco coatemplando fasclnado 'i aa muger i hi*
jost y suapendido ]^r su canto.
Llevaban las afiras al oido de Udegarde la melodia del cintico fer-
Yomso. Apedse , y sonriendo , aunque palpiUndole d conoon , mani-*
.fest6 sa nombre A los pages.
Cuil fu^ la sorpresa de Iruando! Neg6 alguna rer audtencia y obsequies
A una dama. Sea quien quiera Udegarde, le sale al encuentro con re.
Tcrente cortcsfa, y la prescnta A Eliiia, que leyantAudoae y dejando bf
dorada niecaf le indica que se siente.
-Mi gentil Yccina , empieza diciendo Udegarde i tiempo bil que d^
seaba yer tu dulce sembtanfe y manifestarte un deaeo mio.
- Cu^l ? prcgunt^ Elina.
'-' El de obtener tu amtStad , y consolarme bontigo de mis penas.
' — Y qu^! eres ttf infeliE ? ctimo...?
"En su imaginacion barto precipitada , prcsumcn ya Eliua y el ca-<
ballerOique huye aqtfclla por tcmor de la tuelta deCamilo> quo'sien-
do A sus ojos an monstmo para con los demas , no puede m^tios M
scrlo para con su dcsvcntarada cousortc. Ac^rcausc entrambosA iblc-
garde, 6 imando le dice: Mo o& feltard mi esj^adai si nccestfais dieftfAsal
Pero jc6mo les sorprende el tono c6nf que prosigue la apacibl6 om^
ger ! -No hay debajo del sol , 6 buena Elina , muger m^ quertda de
si^esposo. Tambien yo, cuando hilo cantando, y mi seiior estden et
Castillo 9 le miro frccuentettiente A mi lado , y acompafia mi toz con In
8uya ; y muchas veces ladran ya en el patio los pcrros atrahillados dift^
puestos para la caza, y s^ nlantfiesta propicio A ella el cielo salpicado
de ligeras nubes , y A sito' embargo permanece'bonmigo , y consiente ed
dar tregaas' al jabaU hasta el siguiente dia. El tddio para entrambos es
desconocido> 6 si alguna rex nos oprime, nunca es cuando laten uno
junto al otro nuestros enamorados corazones. Ob! y hasta qud punto
crecerd en dl y en mi el encanto de nuestra soUtaria vida, cuando, si
el cielo piadoso dd se niega A tan dulce esperanza , ouo 6 nias hijos co-*
pio estos florecerin A uuestro lado !
501
laterrttmpkse Actegafdev y p6r tterno (mpeta Ae una alma amante
conmoviila , 6 por ilelicado arlificio , 6 por una mezcla de artlficio y
de iinpctu ^ toma d ios dos nifios uno d la derecha y otro ^ la izquicr-
da^ y losacaricia coa alternados l)esos y placer. oiaterQalf de suerte
que la madre verdadera y el padre gozan entemecidoB , y sienten au-
anebtarse aii amistad Udcia la esposa de Camilo , cuanto mas afable se
muestra ella con sua peqnefiuelos.
— Oil ! c^mo se te parece esta nifia en belleata x 6 Tectna oiia.
Y diciendo esto lldegardoi posa el labio largo rato sohre la rosada
y regordeta inejiUa de la iaocente ; y laego pasa amafaiemeiite la mano
aobre la rizada cabellera del nifio , y la palpa ^ y ' atraydndolo h/icta
pi por el copete y liesdndole ^ le dice :
--^Sa1>es que en tl veo d tu padre en Ios dias de su infancia segun
me lo .pint6 un Gel retratista ? rizado el rubio qaliello ^ ancjba la frente>
▼Wos y amables las ojos...
Y proaunciando ildegardc estas palabrasi sagas 6 inToluntariamen*
te levantaba una timida mirada hdcia el caballero* qne se perturbaba re-
pordando A Camilo. Ent^nces no busca ya rodeos la reconciliadora , y
dice tngcnuamente caan funestos pesares le ocasiona la discordia de Ca-
milo 6 Irnaudo.
. - O digna Elina ! y aun cuando por el indolnable orgnllo de ano de
Ios dos no cesase esta discordia ^no podremos nosotras ser amigas? no
podremos lamcntar nuestra mala fortona t y amar d nuestros esposos , y
HO participarde niogunode sns odio6 qne ultraje la justicia?
-Sf, prorumpe Elina del fondpdet alma, y las doe se abratan.
Salta Irnando arrebatado por aquel espectdcolo ^ por aquellos acen-
tos : quisiera disculparse , quisiera probar d lidegarde que no es culpa
suya el odio que entre 61 y Camilo se ka suscitado. Hombre incomprenr
siblc ! cuando lanza contra Camrlo acusaciones de indecibles desdensg
^ ingratitudes, la amarga queja con que de ellas habla no parece na-
Cer del odio sino de un celoso anu>r. No puede perdonar d aquel d quien
lanto amaba habcrse hecho el fdolo de otras gentes , haber ppdido oU
▼idar por sus euemigos d un hermano tan entrafiable cuai era Irnando
desde la nifiei.
No seescapa esta observacion d la discreta liudspeda^ y oon lenta
i5 insinuaute elocuencia que subyuga mas y mas las almas de Ios oyentes,
pttita d Camilo en aquellos tiempos pasados como un generoso fautor»
eqitivocado tal vez , pero siempre generoso , de una baudera deslum-
bradora « y que creia iumolarlo todo d la virtud liaj^ta las mas suaves
delicias de la amistad ; y aiiade de que modo sin embargo tivia aun
502
(Rsta amistad eft Camilo, y.coilito sospiraha por los diasde ptx en que
Irnando aplacado pudiera de noevo correspocider A su amor ; rcGore ade*
mas que ai volrer d las mdrgeiies del Pt^liice uativo, ausiaba 61 recoti*
ciliarsu con Irnando, y sc valia en vaidc <lc iuteroesoni's , que le euvi6
su propio escudero y j fud rccliazado ; caenta las iaseiuadas y trislrs
inirad.is de Camtio al Castillo dc su primer ainigo , k cse u a(iucl drbolf
A aqucl valley A aqiiella colhia « A las olaadcl torrcute dondc nadabaa
juntos , y a lo6 yelos donde por largo r^ko sc lauzaban einpujoaest
t^ieudo, pauxdudose y lucliando y desliziindoae sobre loa tenipauos
. liasta volrer i casa alegrcs y retozoncs con la firente A menudo ooatusa
«S ensaugiientada.
— All! qu^ biciste« csposo mio? esclama la ardicntc romaua: otro^
nuy okro te lb babias figurado^ y Ic aborrrcias ; yo le ai)orrccia tam*
'bieii cual me lo ptutalias. Pero el monstnio que se preaeutaba A nues-
tros iascinados ojos no era, no, esta alma tierua para quien son tan pre-
ciosoi todos los i*6cucrdos de la infancia ^ que te ama siompre, y k
quien no amaria tan to Udegarde si i'uese un malvado.
' — ^rdcierto? balbucca Irnando t d iniindausc de stiave llanto sua
mttjillas. Me ama todaria? Mo era por moi'a que me curio aqucUog
f^ios iutcrcesiorcs que tan mal peroraliau , y aquel barto celoso mcn-
vagero quo me atas^icraba con su osadia ? Y que mas quise } o que ser
'Amado del que jro amaba? Juraba aborreccrlo, y no podia! Pero \j
ai ttt bcnignidad , 6 Ildogardc , te indujese en error ! si al par que
couscrra de mi alguua tierua memoria , y casi mo ama en los ticmpoa
pasados, me detestase tal cual ioy al prescute, y se atreviese liasta
i llamarme aliado de traidorcs ! St culpase dc mal aconsctjada tu Teui-
<la a mi eastillo % y prorumpiese su euconado oorazon : no puedb ainar
k Irnando Y no puedo amarlc ya!
Disipa ildegardc estas dolorosas dodas ^ recordando una y otra es«
preston de Camilo acerca dc rcuorar la amistad aukigna.
- Yo era pucs el solierbio! esclama el caballero: dcbo cspiar mi io'*
justieia. Mi amigo peligra en. la guerra l(^jos de m( ; tucIo A ausliiarle
ton mis lanzas. ^ '
Rcunc sus vasallos , y despucs de abrayar A la palpitante Elina , A
Ildegardc y A sus tiornos liijos, monta a cabalio y parte.
Durante muclios dtas cousohibause a )>orlia las dos vccinasi alimcn.
tAbansc dc cspcrauEa y miUuaineutc sc vUitatxin, aguardando la vut^l^
de los barones 6 alguu men:$ajc que les trajesc uucvas suyas* Ocultan
ciflrambas su turliacton, y solo cuaiido es\A scutada cada una on la so-
iedad <le sa propio castiiio , cucota los diaa y Uora aogustiada. JlXoe
505
It nna: «01i! si nnnca Iiubiesi? conocido * Ikloganle ! Tal vex ellacsla
eaiisa luticsla do f[un hay a p<»rccklomi scfior.* La otra rcpitc a Dios: •Sal-
Tad i mi Cainilo, 6 si babels decretado arrcbati^nnelb , s/gale yo pronto,
th ! y DO queden por caiisa mia Tiudu Eliua y buffrfanos su^ lii jos.'*
G'-de por fin al poder dc su dolor la desconsolada mugcr de Irnaudoy j
una tarde dosinuM) de subir con su aifiiga a I alto acostmnbrado, desde don.
dc se desCtibria mas largo pedazo del polvoso camiuo, y no aparecien-
do cu dl ui lo8 caballeros ni mensiije alguno, pnirunipc en desespcrado
Uanto abraxaudo A sus niuosi y rcdiaiamlo el 6sculo de Udcgarde.
— Ve, desTcuturada, dejame: anrrcba taste el padre d mis hi jos; me
arrebatast*^ A mi el que todo lo era para mi corazou, aquel por quien
habia al>andonado sin pesar el diilcc pais de mis abiielos. Sin dl no
puodo Yivir : qud sncrtc se resenra A estas abandonadas criaturas,
miicrto- el padre por la etpada, la madrc por el dolor ? Bencncio era,
beucfitslo del cielo la enomistad de Iruando contra ta fatal consorte,
Maldito sea cl instaute, en que iuspirada por infernal coiisejero Tiuiste
placeutcra A labrar mi ruiiia ! Maldito el nombre que te d( de hcrmaua-
A tan Inribunda csclamacion, ginie lldegarde, y en rano desca ba-
Uar piilabras paru aplacar d su desesperada amiga, en Tano intcuta rei «
terar los abrazos* Cada ret mas duTamente repclida , y abrumada de
auiargas rcconveuciones , respcta el dolor de ^iua % y en pos de ella
l>aja ia ^uesta tristemente, k modo de sierya que reprendtda llora y no
ae atreve A responder. Pdrase de yet, en cuandb ^ y coufiada aplica cl
oido , y mira por el valie parecidndole oir voces ; mas y ah ! son voces
aquel las del labrador que Vuelvecbn sus liueyes de los campos arados,
stguii^ndole en aniable compafifa su anciana madre encorvada |bajo un
has de jerba , y su robusta consorte Uevando oofi elegante Ugereza uo
peso mayor dc rudos sarmientos.
• Transcurrierou dias , y volvian las dos al alto acos^umbrado, pero
Elina sieniprc agitada , se retiraba puesto el sol , ddirando de c6lera y
dc dolor ; sieinpre la seguia Ildegarde maltratada y con todo afisctuosa.
Oyen lejanos gritos ^ y lanzan entrambas por el valle segun costum*
brc, dvidas miradas dc temor y de esperauza entre latidos de amor:
aguza el jierro las vellosas orcjas , y da nn singular y agudo ladrldo,
y se precipita por la pradcra almjo , saltando anehos cercados ^ drduoa
ibsos y quebradas pcfias; por int(5rvalos desaparece y vuelve i apare-
cer • calla , ladra y no se deticue un instante.
— Sera cierto? Gllos son, olios son sin duda , esclaman d porBa
con fi'lmi trasportc las dos anholantes mugeres. Pero ly ^i faltase al
eseuiidrott que estd de vuclta uno de los gcies 6 los dos acaso ? O du-
da espantosa! 6 desreoturadas I qui^ noi aii^gara qae do?
Diciendo esto , redoblan afanoeias el paso , } Uegadas i la Uannra^
oycn laa sonoras y velocos pbadas de uno 6 dos corcelcs.., oh ! si fue-
aen dos y si fucsen los de los dos cal>aUfiros. Uiia deusa oube de polfo
no dejaba distiuguir bien los olijetos. Ah ! di calmlmeate Iriiando 7
Camlio se adeUotabao d sua oomitiYas con el ansia de ver i sua que*
ridas esiKisos. Felix certidambre! Saeoa por el aire su saludo , sua to*
ces son d no dudarlo. Ilelos aqui, saltan del arson. Qu^ de abrasoa*
que de inefablcs roomeutos ! j despnea que cada una ha estrechado
contra el seno i su consortd y le ha cubierto i su satisfaccion de U-
grimas y besos , ^clianac goaosas las dos amigas una en brazos^ de otnu
— Mi dolor me hacia injusta , 6 Ildegarde ; perddname*
Ildegarde interrumpe las palabras dc su hermana « pooiendo labioa
'sobre labiost y entrambas ae bafian en Ugrimas. Entretanto Imando
toma eu braaos A los nifioa, y lea hace y rccilie caricias, y se complace
en entrogarlos d Camilo « y en cotitemplar la nuera temnra de an amigo.
MIcntcas suljen la cuesta^ todo se vuelye confusobisbiseOf y escla-
mar y alternar esprcsiones de amor y oortcaia, y prorunipir locanicnte
en risa y en llauto, y mczclar preguntas, respuestas y uarraciones, i
Jntcrrumpir la frase empezada para intercalar otra... de suerte qu®
nadte.de cllos enticude co^ alguna.
Eiitran en el ca&tillo de ]mando, y sentados en el gran salon, y
sacadas las profuudas copas por pages y donoellaa , y escaticiado de las
liaspitalarias bptellas el hcrmoso licor rebuUendo aun con rosdda ea*
puma, y termlnado el sonoro choque de las copas del fcsttyo brindia
Y fortalccido cl corazon, Icvantan eutdnces d porGa su tok yaronil los ba-
roues, y vuelvonacogerei hilo de la narracion mas seguido 6 inteligiMe*
- Ah! Ildegarde; qu^ buen genio te inspird, impelidndote en mo*
meuto tan oportuno d realiudar entre Imando y yo el amado T^ulo
que ncciaincutc habia yo roto !
-Yo fii( el necio, yo el feroz, interrumpe el otro d Qunila Y
estc le pone la raano solirc los labios continuando :
i-.Ohl qud bucn genio te inspiru, Ildegarde. Perdido estaba yo,
d no ser por el poder rcdcntor dc la amistad. Desbaratd al principio al
baudido sitiador, pcro el miserable reunid nuevas tropasvy encerr/m*
dome on el castillo dc mi hermana , me cscaruccia, y desafiaba todos
ios dias. En vauo liacia salidas diarias contra el maivado ; ay de mi !
nada |KKUau los csfuerzos de mi valor sobre el nilnicro siempre ere*
cieutc dc encmigos. FaUibannoH ya los Tiveres, faitdbannos las armasr
y la desapariciou de toda csperanza y el tonnento rabioso del hambc e
805
incitaba ya i nucstros gtieireros A la revuclta 6 i la desercioii : pro-
pag()sc al fill uii grito universal, riinhiinnnnt , nudamonos, A tcNios
pruiJietia la vufa el baudtdo cscepto a oii bormana , A sus bijos y A
nil. Eiitrt! amcpazador y sii^i!ica:itc arci)ga1>a yo ^ los p<!rfidos que
cpiei-iaii abrir las pnortas del Castillo; « suspoudod basta mafiaiia la
tratciou > basta inariaiia supiicra. % Estas palabrus mias despcrtaron cu
el curazon do ios luas uii rosto dc ooinpasion ^ n^spclo; « basta mafla*
iia, dijcroii; 'y ^si l)u)s antes del alba no ba obrado algun portento
para s;iIvaros, fticrza sera pesisar en salvarnos a nosotros.*' "Qud cs-
pantosa no<:be acpiella , y qn(5 lut;aces bfiras! quo borriblc era el soni-
do del brouce que las seualaba ! Qud angustlosa pro\hnIdad del alba!
quf^ pii lidos y iinidos los seinbla tiles de ml bemiana y Ht sus uulos ! qnd
cootraste oi'rcciaii cou la diguidad y .•nliiio ecu que uos preparabanios
al aprestado suplicio ! Yo decia en ml interior: « Abl porquc^ no ^upft
toda mi viJa conser^-ar la aroistad de ]ruaudo?H De improviso oimos le»
vaiitai*se un cslri'|)<to luera de los muros: qiw? seni ? . .. uu conibate ! <>
prodigio ! y cou quidu ? « La mauo de Dios! la mauo de Diosln gritaii
lilts tropas« postransc ji mis pics arrepenlidas , reouevau el jurame:ito
de fidclidad; les persuado a bacer una vigorosa salida, y largas boras
uos ccbamos cu la matauza de los eucmigos.
lutcrrumpe aqui Iruaudo la rclaciou de Camilo: Ab! si no me bu-
bieses obilgndo .i admirar tauto valor e impetuosidad , ibatt d derro-
tarnie los sitiadores. Mucbosdelos miosse entregabau tl la I'uga, yo
mismo volvia ya las espaldas desesperado , cuaiido tu acometida dcsba*
rato al ejc'rcito eiiernigo , y te debt mi salvacion.
Clogianse mutiiainente los caballeros recordando las bazauas nbo de
otro, liasta que esclaina Elina: A lldegarde se debeu las alabaitzas to*
das; postraos ante ella , y besad sii mano. Y se postrtn los caballeros
J 1)esau la mauo dc lldegarde , y le piden fperdon del pa.«ado encouo;
J ella les impone por pcuiteucia uua fiesta auual en uno y otro Castillo
que deba lUmarse /?<f.f^/z dc i*i amisUid^ y en la rual 8ea obligacion
de los trovadorej can tar cuantas caliuuniosas sospecbas eugendra el lu-
ror de partido. como atizau el odio los rodeos dc meotidos interceso-
rcs^ y cuau escclente conciliadora es ia muger prudente.
- Y d mf por mis injustas iras £qu(^ peniteucia me impones ? pre-
guuta Elina plegando las mauos en actitud bumilde, y doblamlo la
rodlUa.
— O qucrida , dice lldegarde , que el primer bijo que d^s d lus lle-
Ve el uombre de mi Camilo ; y si yo teugo bijos ) seame dado llamar'
ioi iruaudo 6 Elina.
ToMO II 39
806
TRADUCOION DE LORD BTBON.d)
Ijlorad por los que lloran desterrados
Oriiias dc lo« rios de Eahei :
Su8 altarps sou sitios dcsoladost
Su j^atria uu suefio cruel.
Llorad, que rota su. Iiarpa tan coDora
Del ilauto de Jud^ no suena en pos:
Boude Dies habitalia, liabita ahora
Una gentc sin Dios.
£ Y en d6nde lavardo sus pit^s saugrioutos
Los liijos de Israel si u patria >a?
£ Cuando alzar^n dc iiue^o sus aceulos
Los hirouos de Judii ?
Y nos dani placer la nielodia
De los duicrs rautares de Sion,
A cu^ra V07. celeste de alegrfa
Saltaba el curazou?
Tribus de crrantes pi(<s , de inquieto pccho
Que agovian la fatiga y el pes\r,
^Como podreis vagando siii provecko
£1 reposo eucuutrar?
La paloma torcaz su nido obtlene,
Su guarida el raposo astuto y cruel;
Los horiii>res tieuca patria.... y solo tiene
Una tuMiba lsra(Sl.
(i) \fmm h pag. lo* de ol* luno.
507
**U Mariamne! aliora triste
Por tf pcna ci coraxou
Por quieti la saii^ vertisile
Bajo el hierro dc uu sa^ou.
La venganxa se ha ponlido
Eiitre agou/as sin cocuto;
A la rabia ha snceclido
El mas cruel reroordimieuto.
Oh Mariamne! d6ude esUa?
Dd estAs, pcrdido Irsoro?
Ah ! que oir no puedes mas
La amargnra de mi lloro*
Si atendieses A mi dnelo,
Tti perdou yo alcauzaria,
Por mas que infleiihle el ctelo
Dosoyese la rot mia^
Y etla ha miterlo ! i porqud as£
Los que tal deiirlo vieron
"Ml ccloso frcuesi
A obedecer se a tre vieron?
A mi c6lera inclemente
Solo despeclio he debido,
Puej cuclga sobre mi ircute
£1 acero que la ha herido.
O mi amor, cadAver frio
Te lia Tuelto mi cnula ira, *•
Y en vano agora sombrio
Por tf mi pecho suspira.
Suspira en yano por tf
Que solitaria en tu rueio
«)8
Mi alma alKinclnins aqni,
G)mo iudi^iia Jc coiisticlo.
Ido 8e ha la que tan liella
Mi diadema compartia :
£u la tuniba ests^ y cou ella
Scpultose ml alcgria.
Yo mismo arranqu^ dcmoute
l>c Juda al tallo la ilor
Que para mi solaineute
Eu 8U8 liojas tuTo olor.
Mio es el criiiieu, y luio
£jM! iufiuTuo que a des[)Cclio
l>e $u liorroruiK) vacio
Estii lleuaudo loi pocho.
Bieu merczco que mc abmmcn,
Que mc bosligucii mas y mas
Torturas que me cousuiueu
Sill consumime jamas.
Tom AS AsriLo.
500
(1)
ROMANCE.
- LP ecidme Io« liallesteros,
La>s mU guias de Tanguardia,
Si las torres C[ae alld reo
Son torrts de Calatrava:
Que si io son, en calar
Siis almenas y albacaras
Piaccrme-hd, cual si viera
Mi mojor castiiio de Austria.
— Dc Calatrava la hierte
Torres son las que cataiiaiS|
Keconquistadas con sangrei
Y con sangrc sustcntadas.
-Dccidine, los liallesteros,
Pucs iiacistcis en Espana,
De las troinpAs que alia suenau
Si couoceis la tonada.
— Scfior, casicilauos somos,
La inarcha no cs castcllataa.
— ^Cuyos son, pues, los decires^
Las voces y las cantatas?
-Sciior, en la fiel Castilla
JSo oiiDos jamas tal liabla.
--^Cuyas las barras que ondean
En los pcndones pintadas?
— Esos peudoneS) Sefior^
Todo espafiol los acata:
Armas son del Rey Don Pedro^
Son las barras catalanas.
— Picadi picad, los mis buenos^
Los mis guias de vanguardia;
Que al catar csos pendones j
(t) ffi9 prvciMD T&mma dv oi»BtTo nmigp ra qae ton Trai^oiaiiicBiefe iaitaa ao mI* b* palabitt mm d M^r
jaFpiiila Je Um nmamt» uUllnmoi'it r» uo e|iiMMlio d« a<|urlla gkiiuM j |ito|iiiiairirt4> /pni lialalk, iS i l ogM i o
cab* cl daqiM d- AmCim t(ae v«oo iL«.le mt liems pin Mullr k aliat »i Iitra Ifegn Urde, j d nj de AripB
*'. I^■tru LI qua aoitcnnio • Im ioni«iia ooo mm tro|Mf wuiliares oi t aliiM j ar n ^xm mm .
540
Todo soy congoja j atutia.
Picad : que ci los ttifieles
Han yeuctdo en la batalta,
2 Ay de Navarra y CastiiU !
\hy de Aragon! ;ay de KspaCa!
^Qu($ es, decidiue, liailesteros^
La hueste que acA cabaiga?
— Sefior, cs el Rej D. Pedro
Y la hueate de su gnarda.
—Paso, pasQ, los mis giuaS)
Dejad que d su encuentro vaja :
No dcbo yo estaime quedo,
Cuaudo dl d mi ae adelauta.
Trompota&i tocad: ca niinca
Se dird que un duque de Austria
Fud meaos cumplido en corte
Que faucu cah^ilem en annas.
II.
-Rey Doq Pedro, Rey Don VeAt^
( ^ ciclo OS guarde y asista )
^Qud es de los moroa, decid;
Qu($ C8 de esc Roy de Castilla ?
Qiiidu vonci6 ? ; T^lgame Pios
Y la su madre beudita !
I Porquf! vos toruais, decid ,
Decidrne, dc e^ta p^rtida?
Ca deiide que yi las barra^s
Que A Yuestros peodoues pintaq*
El anima tr^igo en bascas
Y en ansia y duda sumid^.
-Duque^ el buen duque T^eopoldo,
(Ij^l cielo OS d^ gracia y Yida)
Los morqs yeucido^ soq :
(rluertos sou los que no Uutaq.
£n las Nava5 los hallainos
En mucbedumbre infiulta;
Lqs ojos bierro tan solq
Vfan del Yalle A la cima.
Cu2^i^t(>9 eran (>t09 lo sabe;
8tl
Las tiendas sin fin j rica^,
Y eii medio la del rev moro
De rojo color tefiultt.
Mas iiosotro$ ai Scuor
V'uelta el duima ooatrtta,
Y d la su madre iiiyooaudot
Cerramos con la morisma.
^o le Talid d Amumiuim
Su grande cabaileria,
Ki la hueste de sus uegros
Armados cou luengas picas.
Solo le valid una yngua
Veloz y recia<» si chica:
Nadi les valid A ios otros
Desde el valie hasta la cima.
Tres dias dunS el alcauce,
Y la matanxa tres dias
Diique, el bueii duqae Leopoldo,
Vuestra llegada es tardia.
-r Qui tad alU, mi pariente;
No mas pUttcas fiiigidas:
Que cierto uon habeis, noy
Vos de vencedor la gulsa.
La ceiada tracis rota,
Sau{^rieiita ia cota fina,
Abollada la calveta,
Y el iuldar rajado en tiras.
^Porqad vais sin avambraso
£u cl siniestro ? i qud herida
Es aquesta que ocultadest
Que del adarga vos prtva?
Pues el trotou [ Dios me valga !
I En qu^ grau caballeriea
Sc refocil6<) que asl
Sangriento va liasta la brida? ^
Catad, catad, Rej Don Pedr^;
Que estil su testera bendida;
Bieu templadas son las bardaSi
Pues no las tr;te parttdas.
Bey Don Pedro, bien por. Dios
S42
Dc Tenceilor liabeb gutsa.
—La guisa que agora traigo
Es de victoria reiiida.
Tremenda i'lie la bataliai
2 El buen Sau Jorge me n»ista! ^
Fieroi soiiaban los goipes,
Rndos hachaxos liovian.
^uestras Talientes espadas
SegaroQ en la moristita ;
Y eu las Nayas de Tolosa
Cogi('>.el iiifierno mies ri«a.
Trcs dias dimos alcance^
Y las astas dcsparcidas
Tres dias nos dieron leiia :
Auu piicdeti darla trcs dias.
-Rqj Don Pedro, Rcy Don Pedro,
Vcncido OS lia la morisma....
Iso me qnerais oonliortar
Con csa razou fiugida.
-No vos qniero couliortarj
Ni nos vcucio la morisma:
Buen.eriartinno sois, ca os pesa
De rsta Uegada tardla.
-Call«'des, por DLos, el Rcj;
Catdrais que comitiva
Os acompafiA, y no urdierais
Esa batalla yeucida.
Heridos los escuderos
Son, T dc la gran fatiga
Siis trotones ni d la cspuela
Obcilecen ni 4 la ^da.
—El alma gozosa traen,
Las armas en sat^gre tiutas :
Miradlcs, Imen duquo, el alma ;
Mo Ics catcis las hcrklas-
lia'sangre qne al hueno cubre -'
Hdnralc, i^q Ic maucilla :
Mai caballcro es quien sale
Limpio y pulcro de la I tea.
Las artiias de los infielcs
SIS
No lo s6tk de ' e6rCesiai
Y cl Sefior ; loido sea /
Esfueno da d la morisin^:
Ca de 8u esfuerzo en nos iiace
Gaaa de lidtar mat rirsi;
Y cuanto es bneoo el infiel,
A scr mejores obliga
A los buenos caballeroaf
Y aus Tictoriaa aublima,
Qac la pres de la Tictoria
Houra mas A qaiea ntas lidia.
Y puea por nu^stroa pecados
Dios lo0 moroa acA envia^
vMdoos serin en la ctieata
.Oiantas sean las hcridas.
AUegilos loa Moncadaay
HIjos de prosapia aatigua;
^.Mudos estaisy loa Girdoiras? '
Bien calla qiuen tan bien fidia.
Acd YDS, el de Pallats,
Loa de Urgel y los Zatrillas;
No 08 quedeis atraa, CabreraSf
Noble casa esclarecida.
Acd Tos, mia arzobiapoa^
Con toda la clerecia:
Narradle al duque los tranoesf
Y las haEafiaa babidas.
La tienda de Ajnumininif
Dc rojo color tefiida,
Amoatradt el bnen Eomeay
Amostradla^ Don Garcia.
Voa» Don GuiUen de Augleaola,
Traed la easeiia maldita,
Qne k Dios. graciaa arranqu^
De do la plantd el califa. '
Yo bago voto al RadaaUi*
Y Yoto i Santa Maria
De dosarla al Padre aanto
Y A aqiiclla iglesia beiidita; .
Y Bi^DdovoSf Don Guillen,
TOMO II AO.
S1»
Vos que uon habeis lieridasi
Que OS vais cou ia eosefia i Romai
D6 esU de Pedrb la silia.
Duque, cterta es la Tictoria^
Vuestra liegada tardia:
No Tos pese, ca Inen cumple
Quien de tan lejos arriba.
Y pues por la fe de Cristo
Dejasteis laa vuestras TiUaS)
£1 bueu Jesus j asl sea !
0$ lo contard alld arriba.
No mostreU la laz aceda;
Aizadia^ duque, tranquila;
Bien por Dios os hoora el fiiego
Que eu los Tuestros ojos brilla.
Grande euemigo de intieles
Y paladin sin mancilla
Debeis dc ser , ca asf os dnele
No ser con ellos en liza.
No asi me mireis, que cuido
Que en mi mirais la moriama;
Ni esteis mudo A quien os tiendcf
Buen duque, una mano amiga.
-Rey Don Pedro, Rev Don PedrO|
Una merced os pedia.
— Digades la merced^ duque.
Que ya me tarda en ouniplilla.
-Rey Don Pedro, Hey cristiauoi
Asf el cielo ros asista,
Que me tomeis por hermanOf
Hermano en caballeria.
— Duque, el buen duque Leopoldoy
Vuestra demanda es tardia :
Hermano tengo ya en armas
Que el Conde Foil apellidan.
Ma* tengo para tos, duque, -
Mi leal tad y mi estima,
Y paiaeios muy preciados
En Barcelona la rica.
Pabu> FiFiaBBi.
SIS
CRONICA RELIGIOSA.
JPuestoque tantas veces nos hemos laineiitado de que el actual mt*-
sisterio uo haya corrcspoiidido i las esperaiizas que eu ^1 libramos A sa
adveuimieato al podett exiges la imparcialtdad y la gratitud que en-
cal>ecemos nuestra cr6oica fributdudole uu voto de gracias por baber
teadido una luirada de compasion sobre tantas nifios que estaban ham<*
brlcjitos de uoa esmerada j religiosa educaciou ^ y no babia quteii se
la admiuistrase. Nuestros lectonvi reoordar^n que en el nilm. 5 del
toino I de esta rerlsta les dtmos la consoladora notlcia de que los
Padres de la Escuela Pia pronto podriau abiir las puerta« de $us co«
legios a cuantos quieran Testir la bumilde aotana de Calasanz para
cousiunir sua afios en la eii^iian^a de la nirien desyalida. Feluraeute
podcmos ya anunciar que el proyecto de ley fud presentado al Con-
greso por ol seiior mlnlstro de Gracia y Jysticia, y que ii estas horas
faabri sido ya Totado undnimente por ambos cnerpos oolegialadorest
reponicndo 4 loa esculapios bajo el pie en que estabap antes del ano
34) es decir# antes de que la revolucion aplicase la podadera al ^rboU
Y eu estO) preciso es no olTidarlo, mas que la religion gana aun la
aociedad- Lo que se sieinbra en la Infaucia se reooge en la edad ma*
dura , y si eutre los arreliatos de la juventud ae olyidan los rudimon*
tos reltgiosos en que procnraron imbuir nuestro espfritu cuidadosos
padres 6 sabios preceptores, viene un dia en que Yuclven las pasioncs
d eutrar en su carril , y recuerda la memoria aqucUos rudimentos que
comuuican calor al corazon en los yelos de la ancianidad. Por csto
los stintos 4 (lustres espafioles Iguacio 4e Loyola y Joad de Calasaus
fundaroudosin^titutosencamlnados dlaoducaclou ^ iustruooion de la ju*
yeutud; y de los dos, b^ aqui el uuo sobreviviendo al gener.il uaulVa*
gio eu que ban suciunbido las 6rdcnes religioaas « y el otro , i bien uo
eiisteuto dc hecbo y pcrseguido con tanto afan, pada dia ae V4^ mas bicn
conceptuado en la opinion , y arraigado en el corazon de los bombrca
rectos y pensadoresi k deapecbo de los groscros insnltos con que la
prensa so desata contra uiios sacerdotes cuya deagracia delMcra aloinc-r
DOS respet^r. Pero si la Coinpafiia atraviesa dias aciagos en algiinas na»
Clones de Eluropa, en las repitblicas del NuevoMuudo sus iiidividuos
gauan por moiuentos en apreciq. Segun ci^rta de 13 de setiembre Ulti*
mo fechada en Santa Fd de Bogota , los diez y ocbo Je$uitas espaiioles
816
que marcliaron aliunde los tnarns A plantar la hnmilcle cruK del Beden*
tor sou colmados de ohsequios por aqucllos sencillos habitantes, que A
su paso ae poneu de rodillas para recibir au )>eiidlci<lii. Ufto de aqoe*
Uos intrepidofl imitadores del gran Javier , el Tirtuoso P. Tellei , ha
logrado ya , como aqnel , bajo los ardores del trdpico ofrecer au rida
en iiolocausto en las aras de la cartdad
Ubo de los ilustres caodLtloa que ea nuestroa dtas pelean con matf
gloria las batallas del Sefior , es il no dudarlo el cbndc de MoAtalan*
bert Y i qnieo estalia reserrado el honor de Yengarr en las dbiara^
francesas la memoria de los institutos feitgtosos « despt^eciada cnando no
intamada por esta genera cion superficial , que panlndose- ante la' cor^
teEa de las cosas , no se siente con fuerzas para calar hasta sn fondo^
y distinguir \o que haj en ellas de realidad y de calumnia 6 exajera-
cton. Ora obedeciese el ilnstre par de Francia A un escrdpulo de sit
conciencia « Ora fuese para que Ucgada la ocasion pudiera defender U
aanta causa de la reHgion con majores brios todaTla, se dirigid al ilus*
trfsimo sefior obispo de Langres, consultiudole acetca de la parte (jub
en la actuahdad deben tomar losneglaret en las cuestiones relatwasd
las lil>ert(tde% de la Igle»ia. A la vista tenemos la raKohada carta cod
que respondi<) A la consulta el sabio prelado , en la que brillan los me-
jores consejos basatlos todos sobre la doctrina j tradiciou constante de
la Iglesia. Desde el lego y Gl^sofo plat6nico San Justiuo , hasta el ve-
nerabie anciano Chateaubriand, en todos los siglos, no tanto en los apa-
cibles dias de pas como en las bormscosas noches de guerra , ntinca:
han faltado simples fides que con sus plumas lian procurado consolar
A la religiou de las lirridas que otros hijos dfscolos abrian en su seno
con tiros mojados en la hiel de la incredulidad. Se dice quc no tene**
nios mision ; cierto , no tenemos mision para llevar la vo* eii un conci-
lio , ni para anticipar nuestro juicio en una cuestton bien sea de dog«
ma , de moral 6 de disciplina , al juicio scvcro de la Iglesi^a ; en esto
no calie duda , el simple fiel poi arentajado que sea en taleoto y es^
clarecido en virtndes, no es mas que un humiidc discfpulo. Pero si
no tenemos la mision de los apSstoles 9 tenemos la de cristianos , que
todos, segun la medidade gracias recibtdas, dcbemos trabajar en la
jMropagacion del reino de Dios , en la edificadon de nuestrot lierma'^
not y en la defensa de la casa del Sefior, En miestra Espafia no han
•ido los liltimos los seglares en acudir &la defensa de nucstras crpctt-*
cias ultrajadas en estos tiempos: seglar es el que en 1 857 en la agi-
tada Barcelona levant6 en la prensa el estaudartc dc la Religion^ cn-
lonoes mas que ahora ^goo de persecucion y oprobio ; seglares rauchos
547
de los que en la corte y ea las capitales de provincia Ban salido coa
mejor 6iiio d la pabskra en pro. del catolicismo , seglares en fin los
elocueutcs oradorcs que en la tribuna de las Cortes han deiendido j
estau deRMuUeado con brio asi los sauos priuoipios como los nobles
sesitimieutos. religiosos. Y esta conducta no es solo licita sino en ciertas
circuostaucias obiigatoria; porque callar pudiendo bablar^ es, segun
la esprcsiou del mcuciouado obispo , incurrir eu una complicldad terri*
bUiUlaiUn de los hombresy.y mucho mas terrible delante de DIos.
Creemos quo Jiuestros lectores esperan ya con ausia que Ics liable-
mos de Roma doude tiene levantado su liumilde trono el sucesor de
san Pedro, el inmortal Gregorto XVI, que gobierna la Iglesia univer*
sal con aquella pnulencia que debe caracterizar & un digno ricario de
Jesucristo. Con el mayor gozo de uuestro coraxon podeoios asegurarque
de cada dia se acerca mas y mas la protestante Inglaterra a la catolica
Boma, y que pronto, se eslabonardn las relaciones tantos siglos interrum*
pidas cntre el gabiuete de san James y la silla apostolica. Las liuicas
garantias que pide S. S. para entrar en relaciones con el gobierno
fie la reina Victofiai .es la abolicion de las leyes penales contra los ca-
tolicos: dado ese paso pronto verlamos al nuncio del papa en la
corte de Uenriqoe. VllL £ Cuaodo lo verdin nuestros ojos en la corta
catoliea de Isabel lU y podremos por su medio estar en contiuuas re-
laciones con el padre comun de los fieles ? apresure el cielo tan ber-
moso dia, y podamos nosotros anunciar 4 nuestros suscriptores la nue-
ya mil vec^es ijglix de que se ha celebrado ya el concordato, objeto
de los tervicntcs votos de cuantos creen que la iglesia liispana miem-
bro de la Iglesia universal languidece desde que estd como divorciada
4c la iglesia romana. ^1 Sr. Castillo y Ayensa que es el represcDttan^*
te que ticne nuestrp gobierno en Roma, se ha restltuido i Madrid, so-
bre cuyo regresp liacen los pcriddioos diferentes comentarios, cada uno
segun la opinion poLitica. que representa. Nosotros creemos que cuando
de la cmliajada no se sacarc otro fruto que dar A couocer los buenos
(Icscos que animan d S. 8, ya seria bastaute, pues de esta manera el
gobierno espanol, si es que de veras desea el concordato, asentani las
bases razonables de un nuevo arreglo.
Antes de cerrar nuestra reselia, debemos un grato homenage d los
dignos diputados que en la actual legislatUra han deiendido en nuostrof
parlamentos los iuterescs sa grades de la religion harto tieiupo olvidados.
{in la uiL&jiia tribuna donde tantas veces se ban vomitado insultos cou-
' tra la cabeza del catolicismo , se le ha rendido ahora un trU>uto de
respeto; esto si que es un verdadcro progreso, porque progreso liay
318
ea Toker atnu el camino andado coando esp doc lleraln i hb 1i«mto-
r<MO precipicio. HubieraiiHM coa lodo dneado del gaiiioetc actual <|iie
al plautear las bases para una nacTa conlrilMiciou con qoe aspstir a la
deoente mamiteiicioD del Uero j dccoroso luanteoimicnto del calto,
lo liiciera sobrc la propicdad tc>rritorial ; asi se hnbiera mostrado mas
consecuente con los coropromisos con qae cargara cnando era opost-
ciott) J no hubiera tenido que arrostrar la dimision de algooos dipa-
tados, tan diguot campeoues deltrouo como enemigos de la rrrolncioiu
La cstrrcbex de n nostras pigiuas no nos pennile enumerar una per
ttua las coiiTcrsiones con que en estos dltimos meses Dios ba queridoi
consoLar i su Iglesia. Mo solo sonya los protests ntcs que bastiados de
la aridei de sus doctrinas abratan las creencias catolicas « sino que lot
judios y basta los drusos Tieuen k acogerse A la sombra tutelar de U
religion de Jesncristo. El c^lebre Or. Pusey ba dedarado que se red-
rara de Ib Igiesia ettaUecida y basta de la Uuirersidad deOiford, antet
que firmar el estatnto propuesto para la conTOcacion dc 15 de febre*
ro , en el cual se e&ije una sumision alwoluta A la letra j espiritn de
los art/culos de 1^ de la iglesia auglicana. Nosotros abrimos el oorazoB
A nu rayo de esperansa, y nos lisonjeamos eu que derrctidos los bieloa
del inviemopodremossaludarcon alborotoel bermososolde primaTen.
J. V. Y P.
LOS JISSUITAS 6 andlisis documentndo de la CompaMfl por lat
auioridades mas competentei,^Madrid,-SocUdad lUeraria-lS^^*
I Ks maquinacion irreligiosa , 6 mera especulacion, la que bajo un titu-
lo de taiitas preteusiones ba encubirrto un iibelo 6 prontuarto dein*
jiiriast que ui siquicra tiene el ni^rito de la coniplbdon, copiado de
tautos coino circularon en la primera estincion de la Compafifa? Lo ig-
iiorarnos : conoccroos si « que esta obra propagada por la curiosidadt
por la imparcialidad del titulo, y porsu baratura sobro todo, eslddetf-
tiuada A ejercer sobre el que no tenga profuudo conocimiento de la
bUtoria y de loi liombreji, una iuBuencia tanto mas perniciosa , cuanto
mas res£)etablcs pareceu las autoridadcs ii quienes atribuyeu aqueilas
luribuudas diatribas. Pero el que sepa la alarina que eu uuos escitd at
priucipio la Compauia , como uua uovedad , cuaudo tau recieutes esta-
bau las uovedades de Lutero > el celo y envidia de los otros « el en-
caruizamieuto de las disputas tcologicas, el furor de muclioii parlamen*
tos irauccses en que predomiuaba el calviuismo, la persecucion que
snfrieron en Francia k la eotrada de Henrique IV seguiila d los pocos
alios de uua hriUaiite rcparaclou ; el que sepa que estda adulteradoa
muchos tcskos y truncadas muchas citas , entre otras la de San Francis-
co de Borja ; el que sepa d doude alcanza , hasta en los hombres mas
caracterizados« el espiritn de partidot de drden 6 nstema, no se es*
caodalizari de anas filipicas cnjos autores, iinos las abominarian en la
actoalidad , otros figurarian tal vcz en las filas de los incr^tilos. ^o
liay nombre al fin por respetable que sea que noplerda toda su autoridad
al firente de tan apasiouadps testlmonios.
P^ro muchos de estos llegan d ber^ticos , mucbos con prctesto de
herir a los Jesuitas alcansan al corazon de la misroa Iglesia : y ya que
el gobierno cree de su deber callar , no delien cailar por mas tiempo
las autoridades eclesidsticas para poner un dique al cinismo de la prcn-
sa que se desborda en esa y otras producciones de igual ralea. £1 fi-
l6sofo , el lltcrato las desprecian , pero el cristiano si no teme por si,
tcaie por los demas que beben el veneno por grosero que sea. Man-
cheu euhorabuena ctertos hombres de funesto aguero nuestra moribun-
da Ittcratura con sus sandeces, como mancbaron la poHtica con soe«
ces pcrsonalidades^ pero guirdense de mancbar el sagrado de la reli-
gioii, 6 abogue sus graznidos la tos de los pastores cuya fiierza mo-
ral aun es mucba por fortona.
Para los que se interesen en formar una idea exacta i imparcial de
la Conipauia por medio de la oomparacion, no para el autor de la sa-
sodicba I/tsloria en quien seria mucba candidez suponer deseos ni ana
prctcnsiones de imparcialidad , insertamos la siguiente nota de algunas
de las obras escritas en Francia en 1843 y 44 ^ fayor de los Jesuitas,
siquiera para que se vea que hallan aun a)>ogadoS) j que no estamos
solos en la brecba.
HUtoria verdadera de las docirinas y aetot de la Campania por
M, Lecierc d Aubigny.s=^Uistona de san Jgnacio de Loyola yde la Com^
punia eonjorme los monumentos originales , por el P. Barioli jesuUa,
s^HUtoria reiigicsa^ poHUcit y literaria de la Compama de Jesus com"
puesia sobre documenios indditos y autintkos por /. CretineaU'Jofy^
•saLoM Jesuitas y sus euemigos.^=:Los Jesuitas por un soU(ario»»='La
verdud sobre las Jesuitas y su docirina,^s» Algunas palabras sobre- lot
J ^ mil as por un miembro de la universidad: respuestas d lot sehoregt
Mt'chriei. Quinet y d vai ios articulistas^^ss^Los Jesuitas por un jesuita
\* y 2.' p^irfe.^Pe la existencia y del inslUuto de los Jesuitas ppr
el P. Hfi^ignan de la CotnpaiUa.^=^CoiislUuciones de los jesuitat con
las ilectaracioiies- (I)
(i) Jsl f)ue il M» <ar> adquirir al^un do •<>■ ofa«W| pncdt audvfa liwr dt FnoCMi pMreoadMlo del edilor J twm
920
R£»iL.\.l OeSUCBSOS COIVTEMPOIIANEOS-PORD. TOM AS lUU T BAUCOEH. (t).
l!«xaniiuar las caosas y consecucucias de la reTohictoa en Espana, y
particuiarruente on Uarccluaa , propoucr l«is medics dc curar siis males
y tr.ilmjar cu tjiiror do ios tutcrescw cspafioies^ y reicrir bnivcniciitc lo
ociirridi) cu el regrcso do ia Reiua Madre i quieii vu dcdicada la ci-
tadd obra , tal e^ el objeto de cUa , que ios aiitecedentr« dc su autor,
tau poco oouocido cud nmudo politico , eu cse nuiudo dc revueltas,
iulrigis y luraudiila, como ^eueralnieute rcspetado cu sa patria |M>r su
liouradcK y firnieaa de priuctpios , la posiciou cu que se lia ballado « y
las rnuestras dc imparcialidad y alto criterio cousigiiadas eu lo epic He*
va publicado , uos baceu espcrar lleuan& cumpUdamcnte. A la Tista tc«
iicinos la primcra enlrega que abrata uua rs&pida y aulmada rcseua de
Ios succsos ociirridos deade la reroluciou fraucesa basta la primcra Te-
liiiU de Maria CrUtiua ; y li no paiparlo, jamas bubidramos creido que
.tauto jutercs y rejuTCueciiniento pudiera comuuicarse A hecbos tan
raucios y conocidos , ui que asi se coucUlara con la brevedad nua idea
esacta de Jas co^s, y uua serie de peusamientos y observaciones < uue«
.vasy proiuudas mucbasde ellas, y sensatas y verdailcras todas. Mucbo
jios bace espcrar la Icctura dc esta priuicra eutrega para las otras sii«
cesivas, cu^o iutcrcs ird cu aumcuto couforme se accrque d la historia
coutcmporauea y a las saugrientas crisis de que hasido testigoel antor,
may d propustto* como coaoccdordesus'resortes^parasr.ualarsu rcmcdiov
l£u vano se querra adtvtuar el partido poUtico del seiior Ilia ; en
«U reseua uo beinos visto mas que uua ai^reciacion razonada de Ios
liccbos ) tau amarga A voces para ftos unos como para Ios otros. « Fara
jni, dice eu su prologo, el troaiA es uua utstitucton rcspctable i ia
que uo pucdc tocarse siu dosciutciar el ordcu social , asf como la Re<*
Ugiou es la pr'innera ucoc^isidad dc Ios pueblos. Salvados esos dos cardl-
nalcs [Jiriuclpios > la verdadcra poUtica acoiiseja scr muy cautos en ba-
per luuovacianes tauto par io que mira d adelautar como d rctroccder. •
El cstilo es el que dcbia scr eu csta clase de obra, claro y con-
ciso. «Aiis lectores^ ba die bo con uua mczcla de rara modestiay de
^oblc orgutlOf debcrau persuadirse de que no soy un iiterato sino un
iabricautc. » Dcje euborabueua a Ios que , seguu su feliz espresion « « se
parau mas eu la inoldura de ia guaruiciou que cu el mdrlto lutrinseco
d^^i cuadro. » l^stamos tau liartos de irases y discursos ^ y tan bam*
brieutos de verdades !«aQ.
(i) KA$ pur ouadrrotM <k loS pi^. j m mfoilM ca U libiMii ck TriM a 4 f** *■• "^ cuadmo al omhm pvt
S24
EL IliERNO If LA MDA.
I.
H
ay en todos los idiomas una palabra qae abrasa los labios^
al par queliieiael conizon : palubra de un senlido tan inmen*
30 como vulgarizado , y tan formidable como misterioso:
todos la ban oido , todos la proniincian , y no lodes ban medi<*
tado siqnicra algunos iustantes .sobre ella. A la major parte de
los hoinbres les repugna que su imaginacion repose en tan pa-
voroso objeto , como repugnaria al fatigado y sonoliento viage*
ro bacer descansar sti cabeza sobre los puntiagudos bierros de
una carda. Esla palabra que retnmba como el trueuo^ y cujo
aeotido amenaza como el rayo y es Infierno.
II.
No todas las ^pocas notables por el esplendor ^ integridad
de la fe lo ban sido ignalmente por el esplendor y purcza de
las coslumbres. Tiempos ban corrido en que las creencias sin
inanciila y una inraoralidad escandalosa se albergaban en else*
no de un mismo* individuo , como a veces dnermen abrazadas
en un mismo lech6 una virgen inocente y una descocada railne*
ra. Yesto no era efecto de calciilada bipocresia. Elcorazon, se<*
ducido por el atractivo del placer , 6 insligado por danlnas
pasiones , era el unico que se sublevaba contra las severas lejes
coyo origen divino reconocia ei enteodimieoto ^ y cuya terrible
Tom. n. M
S22
8ancion no se atrevia a pnner on duHa. Infrin^ia los preceptos
que Hceplahri, y se espnniu d ciegos al suplicio que lanto Icuiia.
Sabeiiios toilos quo el Itouibi-e (ieue entrc siis iniscTias la cl6
aei' inconsecuenle; p*ro pouct* en coiitradidcion Ian abieiia las
acciones con los principios, rnyuba en locura : asi es que no se
comprenJe la viila clcsiubralizad^ de un crisliano (icl , de ua
crejrente venladero | si no se la tonia por un eslado de em*
briaguez peMtianeule. No se puede creer en el infierno, un que
se teina al infierno. Creer on uil precipicio insoudiible y co<rer
hacia el con los ojos vendados, con pasos firniesy con la tidn*
risa enloslabias, es aceptar librenienle una niucMe ihsUinlanea;
mas ^c6nio comprendor la libre aceptacion de una muerU
eternal La razou liumana no ha podido rcsistir pur mas ticuipo
ik esta logics tan obvia cutuo terrible , y al fin ha conocido que
era precise optar entre la negacion de. los principios 6 la acep<-
taciou de sus consccuencias. Mo podia pennanecer por mas ticm-
po neutral entre la ley y el corazon , entre las probibiciones de
la moral cristiana y las exigencius de las pasiones rebeiadas , y
per eslo. en vez de esfurzar&o para reducir a estas a la dt'bida
obedienciai le.s lia.ofrecido suiliHu>ilios: la razoil huuiana se
ha sublevado tambien^ se lia prodamado independicnte , se ha
emancipado de la razon superior » y mofando las tradiciones
de todas los siglos y de lo ios los pueblos , ha ter^iversado ia
ley divina, y liu negado mi roruii<l«il)lc ssuiciun. A la profetica
anienaza el infierno ^ ha coutrapuesto tl iilo;^diicu sarcasmo la
naila.
III.
En otros tinmpos la |ialabra infierno solfada al acaso desga-
rraba los oidos del hond^re , como el inrsperado cliillido de una
ave agorera , como <d suliito estanipido de una descarga (atal.
Estas pocassila!)ase^taban dotadas de una tuerza niiigica: eve*
cabaii uu es|K*clio cuyo brazo desarmaba al \eugulivo, como
323
el de un esgrimidor ' mas diestro y sereno • y cojo pi^ hacia
tropezar al ambicioso en medio de su proyedndo camino : evo*
Cuban un fantasma espantoso que aparecia subi(amente en nie«
die de las bulliciosas orgias, derraniaba zumo de agrnjos en
la copa de los fesliiies , y dej»ba tras si un vapor sulfureo que
se impregnaba en los aromas de la voltiptnosidad. El infierno
era para el malvado una pesadiila que no dc^vanecia el alljur
de la madrugada , ni los rayos mas violcnlos del sol de medio
dia* Era el gritd de colera con que el senor amendrentaba al
^sclavo rebelde, era el laligo que le enscnaba desde lejos parai
cOiiiener 6 evitar sus desmancs. Cutindo resonaba esta falidica
palabra, un estrenieciniiifnlo nervioso lecorria los niiembros del
culpable, y si el amor a los deloiles alejldja todavia al arre-
penlimii'nlo , no babia otro recurso que ei de fingirse ^ordb y
alelargarse en ima eslupida indolencia , 6 el de cnlregarse a los bo-
rrores de una iucba sin esperanza , con el solo objelo de apla-
zar por alguiios diassu inevitable casligo 6 su inseguro perdon:
Ese eslado de apalia intermilenleode sislematica desesperacion
no podia carcoer de anguslias mas u meiios aceibas: la filoso-
fia irri'liijiosa , para desdicba del ctdpable , ha venido a ser sti
libertadora. Ha couvertido en irreUexiva s«'guridad sns inquie*
tudes saludables, y ha confeocionado con almibar el narcoti-^
CO ainargo que 4nref.4 para adorniecerse bebia. Para no ajar sas
iliisione*^ de la vida, ic ha einbancado con nna ilusion sobre la
muerte; y para no aparlarle ilu su camino de flores , le ha di*
cho que es unengano tradicional, una fal^z apariencia la pers*
pectiva que en su estremidad cohimbra. Le ha dicho que pro*
siga Imp^vido , porque en el termino de 5Q carrera no hay
mas que un sepulcro , y mas alia... la nada.
IV.
Una asercion tan nociva como temeraiia ha producido uo
vertigo espantoso. Dictada por una malicia insoudable 6 por
32»
una cornpasion absunla lia sido acogi^Ia con itisensato palmnleo.
La kunianidad enibrutecitta por las nialas pasioncs la lia repelido
eual si fue^ cl him no de 8u triunfo, y k ser vcrdadera sena
^olamenle el manifiesto de su degradacion. Ha saludado como
i derogacion de un fallo conlingente, especial y evitable, la
promulgacion de un anatema definilivo, iueliiclable y univer*
sal. Proclauiar el fin de la exislencia en cl fin de la vida, no
es solamente calmar el sobresallo de las conciencias perlurba*
das, es aliogar tainbien la semilla de los sentimienlos genero-
905 en los pechos inoccntes. No es solamente salvar de todos
los temores , es tambien matar todas las esperanzas. No es so-
lamente suhsanar iodas las pcfdidas del vencido, es negar
tambien todos sus honores y condecoraciones al vencedor. Els
un sistema de nivelacion horrible que arrebata a Dies las ba-
lanzas de su justicia distributiva* Si se creyo que suprimiendo
el articulo del infierno se aniquilaba este objrtode la creencia
catolica : si se cveyo que el pasar la pluma sobre el decreto
l>a.staba para derogar la sentencia inapelable de un tribunal
supremp, debiase considerar que la audaz (entativa Ilevaha
inmiscuida la rcvocaclon de nueslro derecho a las mas alha-
giienas y magnificas promesas. Si no hay dolor infinito, no
hajr gozo infinito. £1 Paraiso y el Inrierno son ideas correlati-
yas como las de bien y mal , como las de rccompensa y cas«
tigo. El sentido comun enlre las tinieblas de la idolalria in-
vento el Tartaro y los Cauipos Eliscos , porqne no hubiera
comprendido el uno sin el olro de anibo^ cstremos. Si sustituis
la /lar/a al inQerno , tambien al Paraiso lo reempla^ais con
la naila^
V.
{ Nada ! eso cs todo lo que 1r (iJosdnd ha podido ofrecer al
hombre p:ira dt's[)ues <le sus cnnicros dias , pasados en una tie*
rra sembrada dc ubrojos y rcgada de iagrimus. Ai desasirse de
525
lo8 brazosde la Iradtcion y de la fe ha tenidoque inslituir un
dogma negallvo , porque se reconocia sin bastante fuerza^ y sin
]a aiitoridad competeute para crearto posilivo. No le era dado
refundir el Tartaro genlilico , ni tran^rormar el inGerno crislta*
do: no estaba en su roano reproducir los Campos Eliscos, ni
prometer indistintamentela gloria de los santos; y encerrando*
86 en el estrecbo circulo de la vida ha csparcido la nada en
torno de sus Imderos. Ha Iratndo a Virgilio y ^ Dante, & Ho*
mero y a IVfilton de poctas igualmenle fanl^sticos, y ha ennn-
ciado una doctrina que no pudiese iaspirar 4 poela algUDO.Osa-
da para abrir un hueoo inuienso en el destino de la humani-
dady se confiesa incapaz de llenarlo , y aun ha creido favore*
cerla dejandolo vacio. Ei^ cambi6 ha dirigido todossus esfuer-*
90S & Irasplanlur ep la licrra el paraiso de Mahoma : este es su
ensueno favorito; mas aun cuando fuese posiblerealii^ar tan ilu«
sorios proyeclQS^, utmca lo seiia anadir & este paraiso la cua*
lidad de etcrno , ni siquiera la de durable. No creyendo en la
felicidad del ciclo, se ha desvivido , y era justo, para aclinla*
tarla en la tierra, y cree rccompensadas sus tareas,, si el drbol
en vez de dar frulos lloga a producir algunas flores enfermizast
y pasag^as. EI desariolio de las ciencias^ los progrcsos de la
{ndnslria, el refinamieiilo del ln[o son los ausiliares de la (Ua*
Sofia. PcTO en vano deslumbran los oJQscon el giganlescG apa-
ralo do la civilizacion nioderna ; en vapo Seducen los oidos con
Ia:j ma^jniiicas pronicsas de pcrfeccionamienlo indcfinido: en va-
no ^uiiytii^un U meate con el fastuoso alarde de un inmcnsa
podcriQ : las esperanz.is de ser et^rpCL con que la fe babia ama-
manludQ al iv>mbre i no nierecen para ser trocadas algo maa
que el brillaute oropel encerrado en la palabra pos'Uivismo? Ha
de ser la hunianidad uucvu Esau que vcnda por nn plalo de
leuU'j.as las bendicioncs vinculadas. d un sinnumcro de siglos?
Pucde Irocar^secon Li cahua de la indiCtcengia la elernidad del
m* |)0i la cternidud de la pada ?
S26
yi.
La metetnpsicosi?! importada & Qreqa desde e| Egiptp sq-
ria un »istema prefprible al de la filosoHa malerialista , porquq
era mas coqsolador ^ jf porque era ni^nos indigno de !a noble-
za del ser hutnano, Lo primero, porqiie ej liombre no dese*
cbaba tpdfi esp^ranp llaii|ando a las puerlas del sepniciq:
prqsupiia revivir pueslo que contaba renapcr por niedio de su-
oesivas generaciones ^ y en six imaginacion iiinilipl!caba Ips ano^
de 811 vida por la duracion de )os seres d que s^i aloia trans-
raigrase. No podia aspirar a U eternidad do Dios, y contaba
coinq suja ia perpetuiJad del tieinpo. AJ cpn(ein|iliir mi gs-
carp porvenir desmnjaba su vista dptes de llegar al horizonte^
y eqpiparaba su existencia posible con la exislencia futura de(
miiiido, del sol^de lacre^ctoii entera. En tan poctica bipolesis
splo fallaria que el alma transportase contigo tcdas sus ideas y
recuerdos para soldar de este modo su (raccionada existencia.
Lo seguodoy porque un s^r tan admirable y elevado como e^
^ que siente, piensa y ama, no se bacia subitamenle (\e poor
fsoqdiciqn qi^e la n^uteria iiierte , la cual se corrouipe ,
fedisuelve, se transforma ; pero no queda aniqtiilada. En el
almfique tras>iHgrase| no concebi riamos esta esencia biuipli', in«
cprrnplible e inmaterial, esta eroanacion divina que se albrrga
^i| el seno del hombre, sino que la imaginanamos un ser in-
de^cribible, idpneo para ejercer las mas t^llas funcion^ de la
raqion'dlidctd « perp stijcto a graduales transformaciones basta pa*
rar en bumilde agente de un misteriosq mecanispio. Cre<ria*
\noB qne el alpia, recprriendo la escala de los seres o^ganizado^
la bajaba lentamj^nte , que perdia algo (]e su virtud esepcial cr^
^ada niieva incorponicipn 5 y que pasando de la razpn al ins-
tintq, de) instinto d la f^ensaclpn , de la s(?n^ac.ion al qio^imien-
tl), 4^1 moyimiento d la nutricipn , difgcnera^a gradual^nente^
de su alteza prioiitiva b^s^ hacer^e susceptible ile bi) total anp«
nadamif^nto. No se concibe sin una grande catastrofe , el que
un rey se vea traslailado subitan\ente de sti esplendido trono a
una carcel hedionda y oscura para aiorir de inanicion; al pso
que apcnas causaria sorpresa el qn^ se vieae metido en la mis*
ipa carcel y condenado al mismo suplicio un bombre que des-
pues de haber cenido la real diadenia , hublese descepdido pocQ
4 poco por lodas la-sclases de la sociedad, basta parar rp nien-
digo J rufian y vagaoiundo. Adeipas en el sislema de Pitigo*
ras y ws disoipidas» el bombre no senalaba & su arbilrio, ni
conocia de anteinano a que especie de ser debia trasnaigrar su
alma, de luodo que en e.sta incertidumbre podia esperar 6 te-
nier que la elecoio^ provideucial le cUorgaria una recompenaa
6 le infligiria nn castigo se<;un el valor de sus acciones mor^^
]es. A&i est.i hipotesis encerraba una idea , aunque ipezquina do
la ju.sli«:ia de Dios , que en vano la rdosoHa trata de reemplaaar
con la jdslicia de los hoinUres, Error por error voiUa mas U
meletiip3io96is. que la uada*
^ Y quien po<lr^ soodear el abismo de la nada ? Cdmo a5€u
inar la cabrza sin desvunecerse i e»\9^ sima sin bordes. y sin
fofuk) , sin ruido y siu ccJor , sin \uz y mo aire ? Que es la na-
da ? Que es el no ser? Y uu destino Ian incomprensible habrig
decjiUi: rt'&ervadoal bombre que es y medila sobre su ser^
que se ccMiccnifa en si nusuio, y cxLste a ^abjjeodas ^ y cona*
c^ ^1 v^lor iuQnito d^ la existencia ? La imaginacion de la edad
metlia enoontrQ pinceladas ba.stanle sorabri^s y vigorosas para
describiv ?1 i^lierno. tl lie aipo le presto Is^ noche , el espacio
profuadas c^yernas, lus eleinenlos el fuego, el. alma sus remor*
diniicnlos, el cuerpo sus enfermedades , ios labias sua blasfe<>
noias y los o|os sus kigi iuias de hieL El plomo que se derrila
y el iictTo que >e easaggrieota , el sts^ufrc que bii.dc y el buma
que fi^ojpva , vl {X)fii\ que ^u^ppn^oOa y la Cera que dcspcd^zaa
I
J
528
el tirano y d verdtigo , el tnoendio y la tempestad , coantd
de tnas atroz ha inventado la barbaric del hombre, cuanto de
mas espantoso presenlaD Iqs fenomenos de |a naturaleza , todoj^
todo escepto la muerte , todo concurrid como objelq de com*
paracion para foritiar un impooente cpmenliirio i la energica
frase del Evangelio : t4bi erit fletus et stridor dentium. Mas'
^como descrihir la nada? A cual objeto cpniparar la n^acipq
de iodp objeto 7 La nada es la oscuridad , v\ silencio , la des^
Dudez, la soledad absolutas. La nada es la privacion complela,
y lo que tieoe de mas horroroso el in6erna es tambien la pri«^
vacion. Condeoar la humapidad al no ser es cp^denar 4 los
hombres todos i una especie de inQertiQ. Decis que la doctri.
na del cristiaqismp es sobrado cruel , ^acasQ la vueslra esnia9
consqladora 7 No quereis qn rey que sitiando una ciudad re«
belde la anieoas^a coo hacer justicia de los culpables , j moa-
tfais un guerrero airado^ jurando pasar a cuchillo i todos los
babitaqtes de la ciudad que le resiste. Np admitis ^\ ajustipia-^
miento y aceptai^ el esterminio.
Via
Cual presuntupso jovcn que rechaija la tutelii de sns ay(\Sj|
|a (ilpsofiadel sigio pasado se desentendiode lasmaximas (radi*
cionales y religiosasde los otros siglps sus predecesores^yoct|-
PO cpn arriesgadas teorias el liueco que dejaban en ella \o^^
esperimentos. Segura de que no se le podia demos trar por me-
dio de equaciones algebraicas , ni atestiguar con observacione^
il^icas la existencia del iqfi^rno , se creyo bastante autorizad^
para negarla. ^o exhibio pruebas pprque era la parte que ne-
gab^ , ni reconocio las del adversario ^ porque , pretendieodo
suhslituir la evidencia ^ la fe, le pregqnl^ba comp 6 de qu^
maqera sus argumenlos inipresiopaq 4 los seqtidps. La supre-
^on del infierqo llevaba implicita la mortaliJc^d ^ la ^qiquilacioiE\
S2d
del alro^. ^Qui^n fiie q1 primero que descubrio set la nada el
i|itimo de^liiiq del honibre 7 qui^n lui el Colon len^erario do
esa region de tiqieblas? No dudp que, i gui^a de of^cuio bieo-
hechor, debio de pronunciar con epfiilica conmiseracion , que
descubria una verdad oculta de^de niuchofl siglps por la |na|i^
qa de Ids ^qerdqliss y la superslicionde los pueblos; perq
tauiltieq es yerqsimil que no dqbio de ponocer einlpnccs Iq tras-
pendenla} y ^margo del supuestodescubrimiento. El difi en que
ae enunciaha teoria aemejante , aquellos que le prestarofi oido»
qi|e siotieron vacij^r s\j^ k^ que apostataron con el eoteiidin^tentOt
debian rasgarifc los yestiilos y qubri^se ^q ceni^a. A su vis(i|
abdicaba la humanidad el litqlo de hija predilecl^ de Dios. Ld
que se creia heredera de la eteroidad f ae coqfesaba hija espureif
y aiD mas dote que la nada.
El filosdfico sistema que supone la destruccion del ente quel
pienaa y raciocina,6$upone material su naluraleza para baperie
^uscti|)Uble de una transforniaciop qu^ equivale i su anonoda*
niientOy no solo rebaja sobreoianera y envtiece la especie hu-*
mana y sipo que tiende 4 llenarla de conMernacion y e.spanto. Si
aequejante doctrina no horroriza a sus partidario3, es porque cllos
no se ban parado A profundizarla : adnitlieronla por despecbo
y la sustentun por orgullo. La certidumbre de coovertirse ea
la nada sen'a no menos espantosa que el riesgo de caer en el
iQfiernp. Por demas se objetaria, que siendo imposibie unir lsi
idea de sufrimienlo a la posterioridad de existcncia , terror pd*-
qico c iofundado seria el que amedenlra^e al hopibre jntima*
mente persuadido de que nada tenia que teiner para despues
de sus dias. Verdad es que lo que ba terininado su existencia no
puede ser el sugetp de padecimicplo, algunp , ni lo que carece
de entidad rea) d iinaginaria puede ser este padecimiento obje«-
TpM. It. ^ A 2
850
tivo; pero el horobfe no viye unicaroente de la DctnaliJad : su«
ilolores y alegrias no son .>iempre sensociones de \o presonle;
ntientras posea la facultad de asestar sus pensamienlos al por-
venir la i4ea de su futiira condicion podra ser la iortnra coo-
tinua de su eapirilu. La narta que no podria obrar aobre el
honibre despqes de 8u iniierte , seria bastantc poderosa para
atornaentarle durante la vida. Es proliablo que el RJusliciado no
sienle In cuchilla qqe siega su cuello , 6 ia bala que dcsmennia $u
Cerebro; y $\q embargo ^le fallap Vfinle y cuatro horas de an-r
guslias y aqgiuslias muy acerb<4S 7 No ae invoque cl ejempio de
loa snicid^ii que ae tienden esponlaneamente sobre laa losas de
un sepujcro, pprque la^ creen el Ic^cho de su reposo: ;^qu£
gauaa aervifia deapojro el teslimonio de los que deliran? Ader
mas, no todos los qne se desliaceq de la vida, piensan desha*
perse lanibien de Ja exisitenqia. Ni aun el suicidio a sangre fViai
si puede usar.se esta espresiorxi pnicba el convencimiento de
encontrar la nada en el reino de la muerle. {l^ooivase la esta^
difilica de esa eqCerined^d liqrrible que gangreoa las sopiedades
modcrnas, y se vefii que d^ la mayor porle de suicidns, uuos
por un lamentable estravio de ideas hnn consnmado su ctimeii
despues de preparar^e con fcrvientes praclicas rcligiosas, y otros
pqr una ceguedad inconcebible ban realixado sus funestos cUsig-
pios pocos mqmentos despue^ de aseverar por escrilQ s.us creen-
cias en la misericordia de Dios y en la eiptrranza de alra vida*
;,Qu^ prueba esto sino que hasta en laa situacioncs oias de&es*
peradas repugna al hombrc la idea de reductrse i la nada ?
Podriase decir que lo que fne \\u error de la anligiiedad re5pi.-c-
to a las ciencias Hsicas, es una verdad en el s'lslema psicologico,
Pfo es la natqrdleza i es el hombre el que tiene hoi ror al vaciou
X.
^Pue^ que seria de la humaQi(^4 coyndenada a toner mem*
pre delautc de sus ojos la perspectiva de la nad^ ? Que seria
SSf
del t|dmbre ob|ii«ado i Ic^r opnl'uui^nfienteuna senlencia irre-
miMble que le coiidt^nase de una vez & acai)ar pronlo , acabar
del todq , y ^cabar para sicinpre? Qui^n , ul apercibirse dc que
ae rnarchjtan las ihi^iono^ de su JMveulud,no ba vucllp la vislii
blicja alFaa , y qiidiendo de uua ojpada el cumpio de ^\ih dm
no ba escluiiiado pUt^inenle: a he vivido ya la mitad dp mi
vida : sqIo me queda un e.spacio poco mas p .meoos largo que
C|se que busco y no veo , que ese que he recorridq pomp por
encanlo: mi tieuipo futuro se de^vauecera i guisa de ensue6q
qomo el pasado.)) ^Que desesperada agpnia si eulooce^ luviese
que aQadit : ny de^^pues no sere?" Qj^si siempre se dice goza^\ei
alguuas vece^ l^e gozado , rarisimas esioy gozamfo : ^ pucs iio
fiiera cosa liorrible verse uoo forzado a aplazarlps goces,y da
hora en bora ver eslrecharse el circulo barto pequeno en que
esios misnios goces dcbiap caber ? j^ieudo la vida un caii\pQ
sembrado de piedias en que se tropieza, y de espioas qu^ en*
^augrientau lo$ pies , podra quedar sali^sfecbo el bombre ilevaii^
dose d{5 camino ^il cual rosa que se uarcbita y desboj^ al caer
^utre sus munps / Y que resla de las alegrias pasadas sioo up
deseo uias inleaso de esperimenlailas de nuevo? Un placer es
aliciente de olro placer, y el bombre estarra inconsolable si conr
sidera§ti>que r^pentioamienle babia de romperse.esta cad^Qa,siQ
que Dios mismo tuviese bastanle poder paia spldacla. Aun el
que se cree bieoaventvirado en la tierra , el qi^e ba Icriido poi*
escla\a a la fortuna,y trepa basta la cumbre de las dichas, o.s^
sumerge blandauiente eo nnlago deplaceres^ jamas pudiera con-
sentir e^i la necesidad de separarse de ellos para reposar inerle
en elsenode la nada. £1 faslidio de los que el mundo cree so-
beranamenle felices , de esos fenonieno^ de la cryilizacipo mo-
derna , do proviene de que f^i\ voluntad ^9 ^pelezca ja los d^-
leites, proviene si de que eslos gastados eo de^uasia no siiyen
3'a al capricbo de la voluotad. Es quefaU^ la i^iaginacion del
ppder par<i variarlos. epterameote. ^Qu^ tormenlo po&eria para
S32
el que disfrtita pensar que la inventiva hoooana descubfira nue*
Vos placeres, y que otroa hombies recogeran la cosecha. que
empezaba i verdear sobre la lierra , que sus companeros de
orgia, que los idolos de su cora^on dejandole en olvido gozaran
laa d^Iicias de la existencia , mientras que el ni siquiera existiri
eo el infieroo p^ra envidiar y apelecer eo vapo los deleiles que
(^aode 3obrevivifle ? Y si tal destino fuerii auiargo para los que
gozan, ;que seria para el sinnqmcro de infelices que solamente
pomen pan y amasado con lagrioiHS , qu^ solamente bbben agua
y acibarad^ con hi^l ? Para aquellos que enroqueccn llamando
i la felicidad sin que esla ni por un mouiento atraviese el um-
bral de sus puei las , que no conocen los p|aceres sino por la
envidia que les causan los agenos , que no reciben de la vida
mas bienesqiieel de unaesperan^a credula, intermitente y de*
{cznable? INo tendrian una especie de razon para volvcrse irri**
tados a Dios y decirle l)Usiemhndo: ((^ Para que, Senor, nps sa-
casteis de la nada si a la naJa debiais volvertiOs? Que siguificai)
^se leqto suplicio que no es espiacion,y eso.i rcpelidos trabajoa
que nooblienen recompensa 7 Para eslo, Senor, qos criaj>ieis, para
divertiros mirandQuos correr tras un fantasuia que huye , bast^
cansarnos y caer de brazos en el abismo de la o^da?" Si, la nadsi
^s horrible par^i el dichoso y paia el desgrnciado, para el que
tie y par^ el que llora. Si semejante desliuo de snjo no fuese
incompalible con la digoidad eseucia} del espiritu bumapo, po*
dria serlo unipapiente del idipta.
XI.
Hay en el iplerior del hombre un deseo invencible de ea-
tender su vida mas alW dc los limiles que Icdelerminan el ti«in-
po y el espacio. Su natural instinto adopta los medios que le
sugiere la jnteligencia, y esla reajiza prodigios parn salisCicc^
aquel deseo. No bastan al hombre su epoca y su patriu^ ncce*
933
stta iin|)resinhes de btros siglbs y de otrbs paisfrs : neCesita vivit*
de lo pasado y de lo remold : necesita mezclar auras de lejanoA
elinias en el ambicnte que respira. El bruto no puede aspiratr
i mas ()ue a la vida que depende de la nulHcion, Jr todd du ins*
tinto se limita k conservaria ; pero la vida del hombre dO e|
unicamenle la de su orgapismo , y coiho no se conci*eta a lo que
iinpresiona direbtamente los seiitidos , sus instihtos se difigen d
eslenderla duantb sea posible. Los rccuerdos de la mentoria , las
imagenes de la fantasia y las nociones del etllendimieDto y loft
afectos del cora^ori aliaicntan esta tidsi ^ cuja esfera se enisan-
cha gradual men te, & medida que el hombre pasa de la batba*
tie a un estado mas culto y propio de su dignidad. Este desed
eficaK y activo es el que ha creado 6 descubi(>rto las artes y las
eicncias por medio de las cualefs adivina el hombre los secretoa
que el liempo oculta, y supera ios obstaculos que el espacid
opone. ^Pafa que tanto abinco en resoher los problemas his-
toiieos, en indagar las vicisiludes de los impeiioS, en inquirir
kis ideas y coslunibres de generaciones difuntas ? Es que se in-
tf'nta resucitari por dccirlo asi , a los siglos pasados, no parii
subslituirlos al preseiite, sino para conoceilos mas y mas, para
senlirlos^ para vivir en elios a la par c(ue en el nneslro. Edle es
el inleres que escilan las ciencias bistoricas y sus ausiliares.
^Para que tantos esfuerzos en reunir, clasiGcar j describlr
cuaulos objctos existen esparramados por la superficie del glo*
bo , en reproducirlos por medio de las artes imitalivas, en re«
prescnlarlos de mil maneras i cual mas sorprendente ? Es que
se intenta suplir con estos variados panoramas el don de ubi'^
quidad que no puede alcanzar el hombre. Sin tales recursos sa
aj'er no retrocediera mas que algunos afios , y su imaginacion
no abarcaria mas espacio que su visla. Pues si tanto ha podido
el ingeuio bumano que , por decirlo asi^ ba llegado i formar
artiiicialmente una cxistencia relroacliva : si ha podido hacer
que la vida de tantos individuos arrancase desde los siglos pri-
55»
mitivos, si Ifl ha litindido inn profunda men te en Id pa^do j
la ha h(.*cho tan estcosa en lo presctite; ^sera [to^iblc que sea
tnera ilusion la espcranza de prolongarla eti el porvenir? Tanta
at'tividad , lailto anhelo y lauld^ prodi^ios han de tcuer fio ta
la nada 1
XIL
' A$( cbriio el hoinhre invesliga lo pasado , tamhien se empe-
fia en conocer lo veiiidero, y oomo las congeliiras no Ij^istan
mas qu^ |>ara Ocular Uvianamente sus cilculoSy ha caido en los
absiirdoii mas groseros quericrido satisfacer este desco inheren--
te si su uaturaleza. Al horn hie quo ausia anticiparseal lieinpoy
que desenciija'desaforadamente sus cjos j dilata sus pirpilas
para ver mas alia del horizonte, que prelende leer cl dia de
hiauana antes que se escriba , deciclle que sn porvenir es k>1o de
algunos ai^os ; y que ni siqniera ser^ polvo cuando los ofros
pascu por sobre la faz de la lierra. Decidscio , filoM^ifo.^ , tnas
no e^pcreis que as tii las gracias de semejanle noticia. ^Ese
ihstinto que lieva at homhre a escudrinar lo fiituto, no indita
que le estd reservada una vida venidera 7 Ese inslintd que se
fnlsea con estravagnntcs aplicaciones^ sera enteramente falso en
si mismo? Sera compatible con la uada ? lo ha dado la natu-
raleza al homhre para burlurle en lodas las epocas y paises,
bajo todas las civilizaci^ndfl jr creencias? Aun este itiglo de
iluslracion, en que ap^nas se concihe como cs posihle set cr^-
dulo y supersticioso, tiene tamhierf or^culos y profeias a sit ma-^
nera.^ No se forma hoy el horoscopo de las naciones, comose
fbrmaba un ticmpo el de los princi|>es? No se podria decir
qtie los magnetized ores reemplazan a los aruspices de la unti-
guedad y i los nigromanticos dela cdad media? Purs que, hade
ser todo el pi>rvenir del hombre el inconstante y pc?rece<Iuro,
que en olros ticmpos se pretendia ver escrilo ora en briliuHtes
caraclercs del cielo^ ora en las menudas tayas de la inaaD?
535
xiii;
rodeos Betin Ids hombres de caf.ncler meilitabufido, y simi-
gos (le discurrir acerca de loda clase de objetos que no ha-*
yau reUexionado Ul cual vez sobre esa ley de ihovimiento
que empuja lassociedades, y n6 se hayan pfeguntado con cier*
to estremcrciiillento de asonibro: ^cuales doti las traiisforma-
cioui's que espera la vida de la huttiamdad dentro de uno , de
dos 6 inas siglos ? Se dice que estauios eh ufia e[)6ca de tran-
sicion, annque lodas lo ban sido igaalmente, puesto que tas
socledades represenlan iiimensas caruvanas« cotno cada ihdivi-
duo se parecc & un peregrino. Deber es de aquellaS cbmO de
esfe caminar siempre y n6 e«?t)cionarse en punto alguno. Laa' .
pariidas solo ban de servir para toroar alienlo. Cbd todo, nan-<
ca se babia notado tanto titk marcba progrcsiva , porquehufi*
ca habia sido trfii acelerada. Al tonr|farar los adelaritos de un
sii^lo con (os <]e tflro siglo , al uiedir el espacio que se atra-^
viesa aliora en una decada , y el que se recorria antignamen-
te on un millrir de anos , no queda duda que la velocidad de
movirniento en las socledades crece de un modo maravilloso-
cual si la deterniinara una razon g60fnetl*ica. Pues ^ cada ^po-
ca (*s un terinino de csla progresion , i que sera Ide las socle-
dades cuando su vida material e inleleclual se balle elevada a
nuevas |)otencias 7 En la altara a qtie heiDOs subido el espo*
nente empieza & multiplicar ya cautidades asombrosas , y si
conio es de creer quedan tod a via algunos siglos de existencia
al niundo , la iinagri/acion mas robusta se ve obligada i plegar
sus alas ante la per.speoliva inconmesurable del porveoir. ^Co-
mo conceblr el grado dc est^nston y riqueza a que deberian
llegar las cit* ncias , las artes y la indusliia, si su dcsanollo,
qbe ahora ya nos tiene pasniados , esli sujeto i la ley de pro*
gresion indicada? Una rapida ojeada subre los uliimos tienrpos
nos bace ver auitienlado considerablcmente el catalogo de laa.
sso
ciencias , y c«ii^ado de ntiera^ ranias el tronco de las artes:
ireuiod criizados los mares por buques de vapor , aluiubradad
Us cicidadcs popUlbsai^ con ilomos invisibles , ciibieita la Eu-
ropa con una red de caminos de hierro, y reproducidas en po*
cos ftiomenlos las comuoicacidnes tnas lejana^ e iinporlantes:
teolos las niaoufacturas que parecen obedeoer al peosamieoto
del fabricante J y el periodismo que a manera de irrupcioo io-
cajificable invade todas laa clases de la sociedad : i paes A ta->
lea son los descubrimieiltos de algunos lustros , cnales seran los
C|ue estin reservildds aolaoienle a las ultimas decadas de este
siglo 7 Y el olro 7 Y el otro 7 [ Ah ! la razon desfallece en csle
<{aod en que la ciegan d un liempo las tiuicblas y la luz ; se
pierde en un laberinto inextricable del cual es quiza la saiida
tiias obvia snponer que la humanidad ae mueve al rcdedor de
un circulo : que la progresion deslgnal de su marcha , ora es
ascendente, ora descendente: y que las ^dciedade^t psan ailer-
nalivainente de la barbaric a la iluslracion y de \a iJusirucion i
la barburie. Mas tampoco este sisteina carece de dificuiladea.
8i lo aplicamos k las naciones europeas , (bco actual de la cul-
idra huuiana , i cOmo pudiera su vida intdectual declinar len-
taiucnle y & la vez en todas ellas sin que pronto se apercibiesen
de su iuiprevista decadencia , sin que naciese un genio privile-
giado capaz de contenerla7 bien , ^que causas tan podero^a
y desconocidas pudierao provocar una catdstroie tan grander
lina revolucion tan espantosa, que 6orftrariando d todas las ideas
recibidas, A to Jos los instintos arraigados, las impeiicsen & re-
troceder en pocos anos el curso andado en muclios siglos? Ver*
dad es que consideraciooos mujr anilogas podria ha her for ma-
lado un filosoro de la corte de Augiisto ; y sin embargo a su
florccientecivilizaclon llegaron & suceder la selvatiquez i igno*
rancia de los primeros siglos feudales. Nunca como entonces
la fuerza iuteligente ae habra visto con una salvaguardia de
fiierza material tan impooente y gigaotesca ; y sin embargo
d coloso cle Roma fu^ venddoy pisoteado por unas hordas
erraotes i indisciplinadas. Mas i como verificarse un segundo
9conttlciinieDlo de esta especie , existieodo la imprenta , eaa
laiiipara incombustible que conservaria la luz en medio y apu-
sar de la mas deshecha borrasca? Que nuevo Omar agitaria una
antorcha baslante abrasadota para ioceodiar de una vez todos
los establecimientos tipogr^iicos , todas las bibliotecas publrcas,
todas las privadasiibrerias? Como abrasarlas de tal maneraque
1)0 renaciesen al instante de sus mismas cenizas ? Alejaodria es-
li por todas partes. Esta ohjeclon no liene mas que una re$r
puesta , y es que la Providenoia conoce caminos ocultos , imr
penetrables & la imaginacion del boinbre, y suele s^rvirse de las
medios mas impensados para rea|izar sus ulteriores designiof.
Dejar asi la cue^tioQ es abandouar la inteligcncia mientras luchfi
Qon esas dudas que tan vivamepte escilan su curiosidad : es ha*
Jberse fatigado recorriendo a ciegas un largo trecho para encQiv
trarse en el mismo punto de partida. ^Quiep pues tendrili &n\mo
bastante para renunciar a su iutura existencia que sola pued^
(larnos la solucion de tan interesanle problema? , Nos hallamqs
en una epoca de transicion como todas: un paso mas, y bi^
brin cambiado las fases de las ciencias y de las artes , de ^
literatqra y de la ipdustria. i Cuales serdn estas ? No lo sabot-
mos: no es posible adivinarlo. Si consideramos las naciooQS
•bajo el aspecto politico, y nos pr^unlamos i que formas dfi
gobierno dominarin en la Europa dentro de dos siglos? La
conciencia noa respundera que no lo sabemos; solo si sabemoy
4}ue si es la republica no sera cual la de At^nas, si laoligarguja
no ser^ cual la de Venecia : que si permanece la monarquia no
aeri cual la enlendio Felipe II « y sise conservan lasteorias re-
presentativas no seran idenlicas & las que dominan en la actua*
lidad. Pues ^ y el hombre ha de consenlir i resolverse en la
Hada ^ntes que le sea dado coogetiirar siquiera el exito de
^tas cuesliones que iocesanteipente agita 7 Horrible e^ sip di)*
Tom. u. A3
838
da queoiuchos tengan que presenciar las peripedas deesosdrd*
tnas terrestres desde an paico incendiado; pero iqiie bi udo
solo pudiese abrigar la eapefaoza de preseociarbs deade no si-
tio pfeferente 1
XIV*
Pero al An esta eapecie de probjemda, Iffesoltibl^ paM Ub
generaciones que viven, no lo son igualmeote para las futoras.
Gada una de las que apareeed sdbre la tiefra exatiiina Jr esttt-
dia los acontecimientos i medida que ae vad red!2ando , J co^
noce lo que ^otes era inapeable y aunque alimente las tnismas
dudas acerca del porvenir. Lo que era objeto de tdediiaciott
filosdflca poco & poco se va trasformaodo en capitulo de his-
toria , los sistemas hipoteticos se destrujen d toofirmau por Job
hechos , y los hijos apreoden con la esperieocia lo que sus pa->
dres no pudieron ensefiarles por medio del vatkinio. Mas otras
cuestiones no mdnos arduas i inleresantes ae presentan al ea-
piritu humano que en valde forcejca con la esperaolia de re^^
aolverlas, 6se eoorgullece con la presuncioo de haberlas ya
resuelto. Arcanos dene la naturale2a que se escaparan siemprd
A la penelracioo del hombre en sU esfado de viador. Las lee-
stones del tiempo inslruj^en muchoj pero el tieinpo esun oiaes*
tro insuficiente para edsenarlo todo. Creemos haber leido ea
un escritor piadoso : para conocet el mtindo es inenesiet
salir del mundOj y esta espresion que se limita i xxn sentido
asc^tico y figuradoypudiera reproducifse nplic4ddole en seotido
filosoQco y literal. Si levanta el hombre su vista i los cielos:^
si la derrama sobrc los objetos que le circayen , 6 reTuelte hili*
cia dedtro sus pupilas para conteinplarse i si mismOy ae le oca*
rren una nlultitud de preguntas cuyas respuestas do ofreceii
otra garantia que la de ser ma^ 6 menos probable. Una re-
flexiva y atenta observaclod ha descubierto muchisimos efec*
tos de las niisteriosas lejes que rigcn al universo ; pero la ima*
539
gidaciod del hombre es la que ha tenido que inventar cientifi-
cas teorias para comprender y esplicar la major parte de fe-
QomeDOS qiie impre^bnan los aeotidod. Ahora bien i cudl es
el sabio tan intimamente conveticido de lacerteza de lascatisas,
como de la evidencia de los efectos 7 Qiii Copernicano e^i
enteramenle seguro que de aqiii & doscientos anos otro nombre
no habra suplantado el de Copernico comd este se sobrepUsd
al deTolomeo? Quied osar^ afirmar que Newton dSpalian-
sani y que Bufon 6 Linneo estarin perpetuantiente senlados en
sus catedras ? Quien podra atribuir jamas & lbs ^ucesivos gefes
de escuela una inimovibilitlail que sus predecesores no habdln
obtenido 7 Quien , ii Dios mismo no baja A revelaflo , podra de-
cir con juramento: este sistema geologico 6 astronon^ico^ de
dencias m^dicas 6 naturales es un sistema cbmpleto y defini*
tivo7 Besulta pues que niientras el hdmbrc permadezca pre-
cario habitador de la tierra no bbtendra iin conbcimiento cla«
ro , intnitivo y universal ab^rca de muchas ciiestiones que son
el torcedor de sii ioteligencia y el estimulb mas eflcaz de sa
loaaginacion. Las cienoias huntanas reposan en gran parte so»
bre una especie de fe ; pero la fe ha de ser algbna vez ilami*
nada. £1 cristianismo no prescribe una fe eterna en las verda-
des eternas: prescribe una fe transitoria qu6 seri trocada con
una intuicion permaneiite^ Condenar el hombre i la nada es
ooodenar la humanidad a marchar todo sd camino conlosojos
cubi«l*t6s de un cendal mas 6 medos trasparente , pero siempre
cubiertos: es condenaria a desaparecer del liniverso intes de
haberlo completamente conocido ; es condenaria & contentar-
se con la verosimilitud, despues de haber andado siglos de si-
glos buscando la verdad. j Pobre rejr del mundo que se veria
obligado i perder sii coroda intesde leder conocido su palacio
8«0
XV.
I Ilermoso al par que sublime especticulo el de una nocbo
estrclla<la 1 Un delicioso arrobamicnto ae apodera del hombre
que y sontado en solitaria roca, pasea su vista por la boveda
inmensa de las cielos. | Que indefinilile sorpresa si por prime-
pa vez la contemplara cuando ya disfruta el uso coaipleto de
8U razon I Cada uno pues de eslos luceros que, engastadoseo
VD fondo de zafiro, centellean como otros tantos diamantes
heridos por el sol , es una cifra misteriosa que ba trasado la
mano del Omnipolente : cifra gigantesca de un enigma tao
graodioso como inulil, si su revelacion estuviese para siempre
jamas fuera del alcance de la inteligencta bumana. Ese magni-
fico desorden con que los astros se ven esparramados por el
brunido atvtl de la estera: esas manchas blanquecinas que se-
mejan luminosas iiuellas de otros soles mas elevados: esas
radiantes constelaciones que formau tan capricbosos grupos, do
aparecen todas las nocbes sobre la cabeza del hombre unica*^
mente para que este se entretcnga en calcular desde la lierra
los millones de leguas qrie dislan entre si , 6 para que haga
alarde de su iugeoio hasta el punlo de medir aproximadamen-
te su volumcn y densidad. Algomas tienen que revelarle to-
da via; y i puede el hombre renunciar d conoccr este algomas?
Si alguno bay que despues de haberr levantado sus ojos i laa
estrellas persista en creer que la humanidad debe liundirse en
la nada , es seguro que su corazon no ha &<?otido las po^ticas y
religiosas emociones que inspira el magniGco espectaculo de
una DOche estrellada.
XVI.
Si la vida encierra dentro sus confines todo el s^r del hom-
bre , la vida es el supremo bien de la humunidad. Por mas
efimera, instable y desabrida que sea ella » lo fuera todo por*
que serta la existencia misma. Vivir una hora importaria mas
que el goce de lodos Ids plaoeres y riquezas , que la gloiMa de
todos los honores y aplausos , que la soberania de todos loa
icqperios; para disfrutar una hora mas de vida , debcrianse
nrrostrar todas laa araapguras de la iudigencia , del sufrimieU''
to y del oprohio. La (ito^sofla oristiana na da tanto valor i la
vida transitoria, porque tienc que oompararia coo la eterna;
pero esa desesperante filosoHa que coloca la nada en aus dos ea-
(remidadcs, tieneque atribuirle un valor infinilo, porque sold
puede oouipararla con la oarencia de eotidad. El globo terri*»
qiieo que coo respecto al si sterna aslrooomico es solamen^
te un punlo imperceptible^ ^ no es por ventura una masa enor*
me considerado en relacion coo un dtomo de aire? Haj ma*
yor distaticia de la vida a la eteroidad que del no s^r a la vi-
da ? Y esta » tan vana , tan fragil , tao incierta , es posible que
sea el uniqo, el supremo bien de un ser inleligente que Qom-
prende sus miserias, y se lamenla de aus dolores? '^0 digiu-
dad humanal
xvn.
I^ quo llevamas dicho nos cor^duce d una observacion que
tiene vi»05 de paraJoja. El suicidio no solamente es un cri-
men horrible , siua que es un liecho absurdo cualesquiera sean
las couviccimes de quien lo comete. Mas ann , el suicida que
^ree en la deslruccion completa de si mismo obra con maa
insensate^ y locura que otro de igual qlase creyendo en la
ifealidad deiinfierno. Mayor es el de^allno del incredulo que
arruja antes de linnpn el solo bien de que se juspga suscepti-
ble , que el desatiua del crisiiano que se auticipa esponldnea-*
mente & sufrir la acerbjdad de los tormentos venideros. Pres*
cindirnos aqui de Vxs consideraciones religiosas que prescribea
la sumisioniii la voluritad divina, de las circunstancias e.speciale&
quo awneutan kg^rsivedad de ia culpa y de la pena^ j^ de Upa-
S»2
sibilidad vitalicia de saslltuir ufi destiqo eternamente dichoso i If
ioconmutable suerle que el infeliz se asegura. Et cristlaoo de*
sesperado que atenta a sus dias, lo efeclua persuadido de que
maa tarde 6 mas temprano au paraderp sefa el oiismo que es-
CQge 9u alucinado alyedrio , j consiente en cercenar diez q
yeifite aaos de. su vida, porque esta s^gun sus creencias vale
|nuy popo y y sabe por otra parle que iii iJiez ni veiute apos
ban de acrecer la duraciqn de su castigo. Jm elernidad oo e§
|ina cantidad aumeptativa. Cain oo habra padecido ounca ma^
apos qqe el Antecristp. La idea de afioa enqlerra la de tiem*
pp9 y el tiempo np es una fraccioo de la cternidad. Pero el
iDaterialista que ^ despoja dp su vi^a desperdicia up tesoro
intpenso , porque arroja la sola moneda de que se juzga po*
s^edor. i Que importa que esa moneda esle u^al acupada^ 000*^
^nga impura liga , y baja perdidp mucho de su valor estriq*
9eG0? El crisliapo por uo sufrir las penalidad^s qu^ le abru*
mfin y puede Uegar i obcecarse basta despreciar los espasos pl^;
ceres que restaban i su vida : el incr^dulo bacQ mas..* de^-i
precia su misma existencia.
xyiii.
Coi^prendese piuy bien que Iqs r^.probos apetezqan furiq-'
^meote su aniquilacion : la idea de tormenip esU de (al ma*
pera entranada en la de su existencia , que Hega i ser una da
9us cnalidades esenciales.. Cpmo no puede haber sufrimientQ
^0 existencia , ^si tampopo podemqs suppner su existencia sii\
^ufriuiiento. Los males empero de la yida »huroapa son acci-
dentalcSy y si\ accion es intermitente cuando no es pasagera,
Los do.'pres fjsico^ masagndos, I09 padecjuiientos mprales ma^
inlepdos relajap 6 suspeuden su vipienqa: si as( no fuese prop-
to lus priuieros Uevarian a b| muerte> y los $egundos 9 laena^
geiiacion mental. Para desear pues 6 aceplar la nada , es ne-^.
ccfsario contarie ys^ como uuo dq Iqj precitps , y es\,o op speeded
S»5
do an lamentable traslorno en el c^rebro 6 un atr09 endureci*
miento en e} coras^q.
xix.
Q^roes que derramais vaestra sangre para escribir oon ella
vuestro nombre en la histqria : Geoios que os dejais devorar
por el fuego de vuestras inspiraciones ; Sabios que os sacrifl-
cais gU8tosos para adivinar ]os secreCos de la naturalcsa, 6 para
aer los or^culos de la humanidad , si os reducis & la nada ^qu^
^ de vu<*stra anbelada recompensa ? Si el hombre no existe
mas queen la tierra jpoedc imaginarse ilusion mas absurda^
premio mas mezquino*, cuUo naas desoabellado que la gloria
postuma ? (Y el primer aposlol de la nada no debio de senliv
nquiera eae vivo inatinto de legar su nombre i la pusleridadl
XX.
Si la nada es an error ^ el infiernQ ea una verdad. No hay:
medio alguno. Tristes son las reflcxiones de un cristiano de«
lante un sepulcro: \este , murnmra , es para algunos la puer^
ta del infierno ! Mas Lristcs todavia las de un incr^dulo que^
frunciendo el ceno y con sejnblanle sombrio esclama ; toda
jfenece aq^i Pero aun hay alga que borripila j asusta mas^
y esel aire distraido, la glacial sonrisa j la calma de indiFe*
rencia qqu qu^ i\u esceptico dice: \A quefatigarme eu sori"
dear los misterios que esto encierral Ni los nUgo, nilM
^WQt ffo/gu4fnonas par ahora , jr alia veremos
T0AIA& Aauu<)k
in
tBtl Btntmnnto tn litttatttra^
H
aj en el i|Ima del hombre vina fecultad que la ennoble*
ce, cierta tendeqcia al iDOvimientp, algo de vagp en fine id-
defioible , que, oomo la cuerda de una lira en su estado do
hiercia , solo espera uq acto , un succso que la agile para vi-
brar suave 6 fueftemente , y para haqer esperimentar 9I ainui
UD estretnecimienlo agradab(e q do'oroso segiin fuere alegre 6
triste , dulce 6 peooso el acontecImieQto exterior que lo pro-
duce. Y decimos e3terior> no porque neoe$ite el e^tpfrilu pari^
aenlir de objetos existeptes fuera de posotrps mismos , de cau*
aas quelleguen ha^la el por medio de los sentidos, sipo porque
en la profundidad , permit^seqos la espresion , en que reside
aquella facultad noble y divina > es lodo esc^ntrico respeciq
de ella ; dq suer(e que hasta las inspiraciones y ^1 enhisiaMnOj^
les ideas y las pasiones , son con relaciop & la piistna lo quQ
la luz respecto de la llama , una co^ esterior y secppdari^..*
Y esla facultad ef & la que llamamos SentimientQ.
El seutimiento es elatribulivoqqe mas e^npbiepe y subltnn
el alm.'i. A npestro. modo de yer el hpmbre que siente mucbo
y piensa poco puede Ilegar & set mas grande que el que sien-
te poco y piensa mucho. EI priniero es capaz de c^ar en el
6rd^n intelectuali J dc suUimes csfueqps en ^l moral; a^
paso que el olro jama^ producir^ g^andes actos piorales, y ^\
algo baoe eo el ordep i^telecfual es i fuerza de la la^^ios^-
899
^d y p9cieiici^ del (|Qiuii<^ q^ie forfna un aer pue yo de loa
varios demeqtos djsper^sos que reune y oombioa , y que por
Gousiguiedte eo vez de crear poQ)pone. Si preguntacnos a ^
hUtoria qnien )e ha legado mas qombres ramosos el seo*
timieoto 6. el taleqlo iodepaodieptea el yuo del otfo, nos
pontestara que el primero; 31 emperp cual de Ia$ dps faculta-
des ha producidp o^as genips, aps dir4 que ninguna. El honi*
bre para remootafse i esta altura & que alcan^an muj pocp^
debe haber nacido con pqa alma grande capa^ de senlir y Je
pompreoder machp , de la misma manera que neceaita el ^gu|r
la mucha fuerza y e8ten8i^3 alas para lan^ara^ de 140 vuelp j
faernerse sobre las oubes.
. Reducieodo la cuestipq i una apla idf a , d la que qos pro*
pusimos al arriesgar algupas reflexipnes generales sobra esia
puntq, si se nos preguntase: ^i cudi de las dos facultades del
^Ima ya jp4ic^^^^ ^^^ ^^ flpres la poesia , mas bellezas la
literatura y eu 6q mas obras I9S demas artea l^rales? no va-
pilariauios ep emitif* nuestrp voto en favor del sentimieoto. Y
prescindiendQ por ahora de la muaica y pintura y escultura^
porque cuaiitp ae diga acerca este punto de la literatura es asi*
iniamo A ellaji aplical^le > la historia de las b^ellas letras decide
psta cuestion en el senlido ^n quQ lo hemos hecho posotrosi
^ejor que pudiera^ liaoerlo los radocinios jargumentosque
^ su favor hacerse ppdrian. Examinemos los oantares de los
pueblos primitivos} abramos la Biblia, los poemaa gigantescos
de la Ipdia y de la Iliadf; el saber jrace en todas esas pbraa
Casi Qofocado por el sentimiento , perdido casi bajo el lujoso
vestido de flores , incienso, perlas y colores con que el cora-
^n lo viste. Deqpps ahora un paso mas, y salvando algunos
eslabonea de I9 dilatada carrera de los siglos , traslademonos i
esas socledade^ que purifico la antorcha de Aiila , 6 a esas otras,
que no habian salido todavia de la larga infancia i que lescon-
4enara la selvaliqqez de susolimas y su aifilamiento cspaoloso/
Tom. lu n%
W9
y en los oanloa deOsian,eo los de Niebelangheo jGarditos eo
rl Norte; y en los cantos guerreros de los soldados de Carlo
Magno , en los libros de caballeria y en las poesias de los trO'
vadores en el Mediodia; y por ullinio en las gazelai y coen-
tos de los irabes en el Oriente , ver^mos una nueva prueba de
que los pueblos ban sido poetas intes que filosofos : que la
lira ha precedido a| libro escrito , de la misma manera que
la religion ha precedido i la metansica , la fe i la controverr
sia f y que en fin basta senttr mucho para ser poela. Por lode-
mas basla comprar esas literaturas de enlusiasmo y espansioD
con las imitadoras y convencipnales , para conocer coil es la
verdadera, para ver donde eslA el arte, la bellesa absolute.
La Eneida al lado de la lliada , la oda de Herrera al lado del
Cantico de Moises son coipo una flor artificial al lado de la de
los jardipes : tien^ el color y la b^ Ue^, pero le falta la fra«s
ganci^.
En nuestros dias, despues de la asombrosa revaluoion que
ha pasado por la literatura , despues del justo desagravio que
se diera i |a verdadora poesia, ahogada »in piedadpor \dk can-
tores erudites que lograron hacerse un renoiubre copiandp , ^
las mas de las veces copiando mal » se ha generalizado la idea
de que el aentinviento era el $lma , el numen de las bellas ar«
tes , la verdadera musa 6 nsisteriosa virgen que da vida i las
creacionea : de que para ser poeta , pintor, musico, era preciso
sentir roucbo, y como por desgracia en los tienipoa que al-
canzamos tpdo loque se general!^ un poco, sean ideas iile-
rarias, sean creenci(.s religiosas, sean opiniooes polilicas, pasa
al dorninio de la moda , se ha hecbo de buen lono el sentt-
miento; todos ban pretendido ^.^tar dotados de una sensibilidad
esquisita , y luego dando un paso mas> ser poetas^ Eslrafta j^
riciicula mania i coptagio risible que ha atacado no tan solo i
esos honibres mugeres que son el hazme*reir de la sociedad,
especie de mooos que se apoderan con ansias de la primera m^
y^ncion que asQrqa allude Iqs Pirldeoa para qubrir coP elU
l^p niilidad , sino hasta i algunos jovenes de talenio, puja9
produccipues hubierap pasado i la ppsteridad i no estar tai|
fuerteinente iippregQad£|9 de e$e senlimieDtp coqveociooal y 4^
CDpda.
£q to^as las ^pocaa de imitadon literaria el seotipiieotQ e^
por puDtQ geQeral amaoerado^ y por coasiguiente au ^apre-
fioQ es^ ^ujeta a ci^rtas idea9 ^ieo^pre rep^tida^ , i cier^as pa-
labras aiempre las tpismas, j' \\^^% ^ sitqaciones setnejanteQ^ co«
piadas.Q de \ds Jiteraturas que les bap servidp de modelp p
del geniQ que ha brilladq en ellas. Auo hay mas ; eo las mis«
fnas obras de ut\ genio se adyierleo ciertos lunare^ que ladicaQ
los niQiueotps en que el senlimieptp c{illp y eo que el ialenla
(omo i SIX cargo dar que esqribir 4 la pluo^a , y que hubiera
^echo duda^ de el/ a no ser por las felices inspiraciones que
prueban ba^jta que altura po(lia elevarse el que ^is siplio y es*
preiid con tapta valentia. Petrarca , por ejemplo , entre sqs inu-
merables y magnificos sonetos al numen de su vida , pues ui^
fimor como el de aquel poeta diYioisa i la muger ^ tiene algu^
po8 i los cuales hace ridiculos y frios el sempilerno e iobipi-
do juego de las palabras Laura^ taura , Lauro etc. , y que
^n vez de prpbar cpmp los deinas cuanto amaba & la uiuger
fi quien inmortalizo > son un testimonio de cuan poco seotii^
3u corazon en el instanle en que los escribia.
Para convencerse de la verdad de nuestra proposicion bas«
t9 haber ojeado ppr encima la mayor parte de las obras de la
oueva escuela.
Desde que la 9abia Alemania dio el primer hachazo al Ido*.
\o de Grecia y Roma > no d ese numen de proporciones be-
Uas y formas herculeas i quien incensaron Homeiojr Virgilio,
Pindaro y Horacio ^ sinp a esa estatua con manlo a la romana
y pelucon, & quien prestaron adoracion los poetas de los siglos
^Vll y XVI1][; la Fraucia que esta alerta para ver que idea
SM8
Queva sale i \m eo cualqaier parte del oniverso para liacerla
aujra seoundo al momeptQ aqiiellos golpes para derribar taiubicn
de 8U8 altarea al idolo empoKado de su culla poesia , alzan*
doae orguUosa coo el titulode regcneradora,que usurpaba i los
aabioa de la otra parte de los Alpes. Chateaubriand , do se si
porque coroo mas adelantado co ideas vio iotes que nadie la
revoiucioo literaria que acabab^ de verificarse en Aleznania , 6
porque coroprendid al propio tiempo que los sabios de aquella
liacion lo ridiculo de quemar incienso en nombre de Jesucris*
to J de la religion & Jupiter y ^suOlimpo^ fueel prioiero que
eon su Genio del Crisiianismo ( bello y magnifico edlGcio le-
Tantado en la eotrada de este siglo que debia erigir en pos
de el en monstruosa confusion catedrales bii^aniinas y goticas,
PartenoneSj panteones y mezquitai) did el grito de alanna, ti*
mido sin embargo y ahogado al priocipio por una especie de
remordimiento literario, pues el canlor de los Martires, s{m*
bolo de las ideas ^e su autor en aquella ^poca , totnaha
parte con cierta repugnancia en aquella nueva cruzada neqe-
^aria , que aunque conibrnie a sus ideas religiosas y arlisticast
le obligaba i destruir en gran parte la literatura del que Ila-
maba entdnces el gran siglo ^ y el como buen ffances ba-
biera deseado poner la cruz en el altar principal, y de|ar at
profiio tiempo en su pedestal & Jupiter , aunque bubiese sido
en un rincon del pqevQ templo. Mas Chateaubriand se las ha-
bia por desgracia con un pi\eb(o que todo lo exagera y abut*
ta & fuena de querer pasar plaza de entusiasta, y que asi co-
mo interpretd el grito revolucionario de abajo los tronos, por
fibajo los akares, tradujo aquel por i fuera (odo freoo litera*
rio. Chateaubriand con lbs alemancs predicaba una reformai
mas ese enjambre de soi disants artistas que pululaa en Fran*
cia se apoderd de su idea apenas napida, y la convirlid en se*
dicion. De ahi ese tu)o de dramas sapguinarios y altament^
desorganizadores que invadieroa la esceaaj de poesies Horos^
SA9
Mil preteosiones de religiosas que IleDdroti las colutnDas de loa
periodicos , de esas Dovelas descabelladas Ilenas de espectro8|
de castillos sombrios^ delujoios Corneos, de paladioes miste*
riosos j^damas enamok^adas : parodia ridicule d& laa produccio-
nes de Walter Scott y de los libros de caballeriil ^ piies tii te«
oian la Terdad de sentimiento y moralidad que M aquellaa
brilla, ni la bueDa fe j candor que respira enestos: y en flil
de ahi esa roultitud de libros esc^pticos y corronipidoa ^ ca«
biertos con la mascara de la cteencia , pues la religion, eta
una ley de la uueva escue|a y la mayor parte de aus adeptosi
81 blen habian entrado en ella con las ideas volterianas y ha-
cian alarde de una fe de que carecian para no set tenidos poir
atrasados.
La Espafia pago tambien su tribulo i esa espede de vertigo
literario ; mas por dicha cuando se dejaba arrastrar por A^ ia
Francia volvia ya de su aturdimiento , y tuvo tiempo de re-
mediar d mal antes de que su curacion se biciese mas difi«
cil ya que no imposible. Cundio al propio tiempo la voz dd
que la Alemania poseia inmensos tesoros de pdesia y de saber,
y que era preciso desertar de la escuela francesa, toda aman6ra-
miento y oropel, para ir a apredder en aquella, toda Tdrdad jr.
saber. Verdad es que con esto no subia de panto nuestra im-*
porlancia literaria: que no era dar un gran paso cambiar de
cdtedra , ya que de todos modos debia hacer el bumikle papel
de discipula; pero en cambio la Alemania mas franca y m^^
nos orgullosa , como mas sabia nos dijo: que no teniamos ne^
cesidad de ir & mendigar poesia y saber & ningun pueblo, pues-^
to que ellos veniaii i buscarlo en el nuestro : que no teniamoa
mas que hacer que volver los ojos i los tiempos antiguos y;
desenterrar las obras de nuestros ingenios para aprender en
ellos : que del estudio de nuestras costumbres , de nuestras tra<*
diciones , de nuestro romance , y en fin de nuestro teatro de«^
bia nacer y naoeria una lileratura que , purificada por los as-
S50
tros de U (ilosoHa y de la Irjigibri, Jleoaria el ranhdo con kai
rissplandores , y ia EspaAa docil a sua coiisejos ha desertado
dd tdda imitacion estrafia , erttregdndose ton ardor al esttidid
de su arte nacional. Cierto ea tdmbidn sin embargo que hasta
llhora nd lia dejado el huniilde papei de di^cipula , peto nd
to es tn^oos que teniehdo uti liiodelo fijo y no snjeto al Capri*
cbo de la moda , cual lo era el > que nos habia aervido ha^-
ta hadepocd, puede eaperar la Espana^ por poco que la fa-
trorezca el cield , jr que no abandonen sus hijds la verdadera
denda del drte, pasar de la itnitacioo & la originalidad y de
disGifiula i maestra.
De Id dicfao ha«ta a(}ui ae desprende que la Espafid , y nda
ea muy dolordso tener que confesarlo, no ha tenido poeafa
propia eti ealda postrerds afioa, y que eaa literatura de tran-
aicion que basla ahora brillo en elia , aeri como eso^ astro^
de luz presiada que no tienen crepusculos, y cu ja existencia
qiieda olvidada al trasponerse; Ko ignoranids q(ie se noK diri
que de muchisimds anos Bti nd ae habia observado en nuea-
tra ^atria lanto movioiiento literario; que nbnca tal vez^ in*
cluso aun el aiglo de oro de nuestra literatorti , habian brilla*
do en la Peninsula tantos talentos precoeea , tantos jovenes
poetaa que se had lanasado con ardor & la carrera & que haa
aido llamadoa, algunos de loa cualea llegaran quizas & cenirae
la coronal esplendente i ciija cdnquista caminan; mas ^qui^a
no ve las caasas y lo efiidero de ese malamente Uamado mo-
vimiento literario ? Las r^voluciones politicas pueden estancar-
ae en un reino , en tina provincia , en una ciudad , poe^ lea
airven de diquea los mares, los rios^ los muroa y sobre lo*
do los interesesj pero las quese verifican en las ideas son uni*
yersalea, 6 cuando m^nos se estrenden a largas distalnciascual
los circulos concentricos de una laguna & la que se arix>ja
un cnerpo muy pesado.En cuanto d la muchedumbre de poetaa
que pululan en nuestro suelo^ se esplica ya por lo que diji-
554
inos mas arribd y qtie el seiitifiiiebtb se lia tiecdo de thoda , jr
por consiguienle el pdsar plaza de artista ; ya tambien porqad
toclos los jovened que se ban cbnoctdo Un pOco de imagina*
cion y de taleoto ban aspirado d una corona , cujra adquisU
cion ban creido facil , ateodida la profusion con que laa repaK
lia la nueva escufela gandsa def proselitbs : sin repamr efl qde
4iqu^Ilas cordna8ei*an tan faciles de deshojar como sii adqaisi*
don fuera poeo penojm. No negadids que ehtre tabtos adeptoft
J>rillan ajgunos talentos priviiegiados Capaces de dar alguii re*
Hombre eu las letras al siglo en t|ue tivimbs; perd creemtis
que si llega este casd set& , rio pof lo que saWo mtj pocaA
eficepciones, ban producido basta afaora, sino por lb que pue-
den; crear en adelante, si , mas que de las exigencias del puI^iU
co> del deseo de hlioerse uba reputacioo momentinea con po^
ep estudio , y d^ las mentidas adulaciones de los que nb tcM
en e] arte mas que una diversion bonesta , se dejari guiar po^
lo qtie su senlidiiento y la rason les dicta: escribed tad sold
en los momentos de inspiracion , y recorren con inalterable
coostanda esos abundantes min^ros de poeSia , de tradicione^
que enriquecen la Espana d^ la edad media y de loa siglos 40
j ^7 de nuestra 6ra»
Y en eiectd, ^que obra gt^nibj que creacion singular, que
tipo ba dreado nuestra ]ileratui*a ed estos postreros anros? Que
monumento se ba eleVado , que templo se ba erigido en me*
dio de tantas y tan magnificas ruinas, de entre las cuales ap^
itas ban brotado como arbtistos de las grietas de nn yie\6
paredon algunas flores beJlas audqde bumildes y sin fragan4
cia , algunos altarea dismantelados y sin inctenso? Ello es vet^«
dad que todo ese tiempo no babrd stdo perdido para el UtU^
que la generacion que veridr^ en pos de nosotros no deberi
ocuparse mas que en reedificar, y ^ue lo enconlrar^ ya todo
dispuesto y preparado para )a obra que debcf comenzar y & que
otras generadones ban de dar cima } pero no es menos cicrlo
552
que Uevar^mos may pocas 6 ningaria piedra i aqael monii^
mento , cujro plan y cuya graodeza oos es dado apenas eotra-
▼er & traves de las aombraa del porvenit* , y que los siglos fu*
turoa, por mas que sea muy triste el decirlo , coaudo contem*
pleo atonitos d esludieo affiDOSOs aquel monumentoy pasarao
por alto oaestra 4poca literariaocuando maslaestudiardn muy
por enciina , como una espede de loa 6 prologo que les ajrwie
i Gompreoder la obra que van i estudiar 6 a admirar, 6 co^
mo una faehada por medio de la cual puedan adivinar el ca-
racier del edificio, cuyas bellas j gigaotescas proporcioneft
pasan i exsminar y A medin
j^i en dramas , ui en novelas , ni en poesia lirica ha proda*
ddo la nueva escuela en Espafia Uba obfa que pueda valer i
to autor un gran renombre, ni'deba liathar la alencion de las ge*
nehidooes que ban de nacer. Y no es dertamente porque no
faayan probado lodas las aendas , porque no se haya o^^ado <
todos los generos; sino porque el eotusiasmo y el sentimiento
ban abandortado muchas veoes al que escribia, 6 mns biea
porque este, asat preocupado coo los ejemplos que a la vista
tenia , y seduddo por la facilidad de bacerse i|n lugar enire
las reputaddoes modernas , se ocupaba tan solo en calcar sue
ideas ysus pensamteotos y las esoenas que debia piotar sobre
las d6 su modeloi y apeoasse dignaba descender & sti inlertor,
para pedir al dorazon seotinlieplos^ y A los seotimieotos I^^
grimas y palabras para espresarios.
DigAsenos sino i de dddde procede ese colorido informe que
brilla por lo oomtin en las obras de nuestros escritores coof
tempireneos 6 compatridosi coalesquiera que sea la diversidad
de su taleoto 6 caricler, sino de que lodos el los mas bien
que se retratan en sus prOdUccidnes , imprimen en ellas las
creencias 6 ideas de isu epbca 6 de su pais? Las obras que
son bijas del sentimiento ndsdan d conocer & sus autores me*»
jor que los retratos mas acabados; puesto que esios ultimos oos
555
lispHcari 6 ponen ante los ojos sii (isonomia , su fealdad 6 be-
Ileza fisica, an solo esterior , ai paso que aqnellas nos revelan su
coruzod y su .mente, sus creefnciiis e ideas, su raodo de. pensar
y seiUir,y en dna pilabra sti ^enio. Ciialquier hoiiibre de me-
dlacio talehto podna adivinar faciLnente despues de la leclura
dt! sus obras cl geuio y los car.iclere.s de Moiscs, Hornet d^Ossian,
Dautft , Shakpuare, Cervantes, Ciilderon, Mdlon elc. ; ndeiilras
que por el conLrario ni los misinos Lavaler y Gail l)ubi<'raa
coiiocido tal vcz per sus rclnitos que los bornbres a qoe per-
teueoian fueron tan granjbs si la vcz priujiTa que los vieron
no bubi^'SLMi leido sus nouibrcs al pie de los mJMiios. No se
dira tal vez que n)ucbas de uu/st«as pro<luccioues conlempo-
raneas titrten al m.*nos el colorido, por decirlo asi , de la
epoca; que oasi en todas ellas se notu esa mczcla de eScepti-
ci-iuio y de religion, de Va.uedad , de agitadon y de trisleza
que es el caricter de nueslto sigio: mas iu»50tros les contesta-
leuios qtie Byron, G •elhe , Hugo, Fos( olo , Laniarline y
Muizoru iian e^crilb bajo .su inliuencia, y que bin embargo, mas
que cl caiacler geneial de nu^^^t^o si^L^lo, .•je encuenlra en las
crcaciones de esds ingnnios su caracler peculiar y los serili**
iiiientos propio.-i y p.irticulaifs b jo cuya inspiracioii escribian.
Ill sentlm.tnio pues es Id qu* constiluj^e la poesia ; ea esa
seuiiJiosa .que los antguos ilainjron uiu-ja; esa llama divina
a la que se liu d<ido el uombre de inspir.»cion. Sio ella pue-
de compgncrse una oda , un poi^ma , 6 un drama, comd quien
h ice una (lor artlGdaL cooio quicn tejr* una pieza de teia^ co-
mo quien levanta 1 rs [)are;les (le nn palicio: .sin ella se puede
tanibien lk»gar a dar a una obra loda la hermosura de lor-
mas de que es .suscc|)tib!e; nias esa bellrza sin una alina que
la vivifique es la de un cadaver. La poeMa, como dijo un lite-
ralo , es un sacerdocio, no ima secla fiio^^oficdj siente y no
discutc, vivlHca y no iii ita. Por eso se rnpulan mfejor aque-
]las iu^piraciones que salen de lo mas Hondo del corazou, .6 que
ban pe^a•!o .sobre nuotro espiiitii mas largo liempo: por eso
decitnos que lal 6 cual composiciOn as buena, porque nos ba
hecbo sentir mucbo ; por cso en fin asi como eu>ancbH la es-
fera de la imaginacon la fueiia del bentiqjiehio asi la p*.*rfe-
ccion y originalidad de sus obras esla en idzon irecta a su
ioten.sidad« Joaqlxk Kubio t Oas.
Tom. If. A 5
35)1
ASPIRACION*
2 Que buscan los ojos con ans^a j desvelo?
; La rica naltira , 6 el arte brillante?
j Delicias del niuiido, visiones del cieio?
^ soles , 6 enipireos 7 Tao .solo un semblaote*
iQiie busca el oido? ^Concierto suave,
Sulslime 6 amante y pausado 6 veloz ?
; Mutunullos, suspiros, los triiios del ave?
Los caotos del angel?,... Tan s»oto una voz.
Y el alma , i i que inUnla ?a)ir de si tnisma 7
{Que falta i sa esencia , que agita su calma?
I Do liende en su vuelo, se funde, se abisuia 7
Ni en Dios , ni en el polvo... . Tan solo en otra alma.
{Qu^ esperan los ojos del caro seoihlanle?
^Qiie espera el oido del son vibrador?
I el alma ^qu^ espera? ;Oli Dios , Dios amante I
Lo que de tus obras lu esperas amor.
Amor es to imagen, amor no reposa
Buscando en los hombres tu hdella divina;
Por esto estremece la voz ainorosa,
Y III rostroqiie an^tmos un sol ilumina*
Mas ; a J' I si el reflejo nos ciega, oh Dios miol
Si el pajaro al arbol se i.(lbiere teii»z I
Si al idolo ainamos, buy peua y vucio;
Si amamos tu iiuagen ^ huiturd y solaz.
^Qu^ vale natura con cnnnto atesora ?
Los a^lros , l^s m(md<^<s ? Su vey es el lioiiibre.
jQ'i^ valen del liombre la fiienle creadoia|
Su cienda, sus obras, su l\\*'ttd y renornbte?
^Qtie Vale el renombre mho para amado?
^ Que vale la cieocia siuo p.ira aiiinr?
Y el amor, ^que vale sin li » oh increado,
A qiiien todos vamos , cual rios al luar?
J. M. Q.
SftS
^tiU,
*^409
P
•MLe
esgaVo es vtiestro snciitf) tit jot del norte:
Qu^ deidad Tuestrds miembros enervd ?
Cuaiido eL acero de afiladd corte
Taiito tieuipo cu ia vaiua descanso?
« Fe^dd es vdestrd jueiio eii demtsfa
Desque ed Lechos dormis de liLanda piei:
£1 Hutio en otros tiempos lio tenia
Mas cama qiie la e^paida de uii corcel.
« Arriba pues: las rubias calielicras
Hdmedas de rocio sacudid :
Arniaos cou las pieles de las fieras
Y cual fieras debads en la lid.
« A taeslros potros que la guerra anlielaiii
Cual bella el baile, doble pieus6 dad;
Las maxas que Ids niuros desnaantelad
Ed los uervudos robles ensayad.
«Hoj la crizada inazal del yalieixte
Tend^£ con que apagar su ardieute sed :
De los crdiieos saldr<t la sangre bifv^^nte
Coal salta el aguai de rasgada red.
« A m{ 9 pues, los mas bravos ciiya lanza
DeTora A cad a golpe lin coraxon»
Los que cuelgau despues de la matanza
Hecba sierra la espada en el arzoa.
«Los valicdtes A mi: Dios esta airad6*|
Y soy el raytf de sus iras yo :
Sn azote soy, el mnudo el condenadoy
Quieu la mano atard que Odin arm6?
«Sns, f/ues, hijos del norte; alsid la tea|
De roja llama vuestra diestra arroad :
Pronto la Uerra un mar de fuego sea
55S
T un tizon no mas de 6\ cada ciiulad.
«Que el hiimo que mi antor^lia arroje al cielo,
El homo del comb&te al atizar,
Mat'va sus rojas sornbras sol>rc <*1 suelo
Cual serpieiite en los ali*c!s al ^irar :
• A su sonibra mis fil?rtcs cscuaclroiles
Al par cilal siei*pe Inmensa marcliarvlls,
Y al lanzar en el homo mas narioups
Slerpes de humo que os cul)rai) sic m pre habrdis*
« La tierra es nuestra ; sns T(*n(*!dos reyea
]Vo hallan va qiiif^n acate sii poder,
Y d uucslra vista sus cobardes greyes
Buy en despavoridas por do quier.
« La clioza , cl m\if o , el templo y el palacio
Devoraron mis iras d la par:
Que estraiio que ^ los h ombres falte espacio
Cuando a Ids dioses mismos talta altar.
« ^'i uu arbol quede do estampc mi huella |
Kt uu muro , ni una choza de mi eu pos,
Si d cada paso Odin Ijofra una estrellaj
Yo mato uu pueblo, pues tambien soy Dios.
«Yo soy un Dios^ y d(^ o^ro Dios atotei
Como asi pUe» un pueblo sin vigor
De sus muros al pie lop;ra que agote
En vanas amenazas ml liiror ?
La nmcllc hija del Tib(*r nos resista:
Boma (\sta eh pie ; sns, pncs , bijos do Odlu ;
Que hoy v(*nga al suf^lo, y q'.ie h noclie IrisCe
Contemplc muda sn sangrlrnlo ihu
« Do alia su f rente el ct»^go Capitolio
Esta nocbe mi tienda j>e alz.tra :
Do la Hc'nia del mnndo hubctsu solia
Anclio p?sebre mi corc(?l tenJrri.
tcCaii^a suTojo nianto beclio gi rones ;
Romped su laii/a , dcstrozail .rj anios;
Aveutad coma pujas sus k»j:5loues
Y sea su auoho escudo mi paves.
« Marto en sus muros se sento la gloria ;
Ilarlo dicS el mundo cuUo a su saber:
Uarto arrastr6 ^ carro la- Victoria-;
ssr
Harto tlur6 su colosal poAer.
•Mis saclas corteras eq su viiela
Las cit^uilas 4c JEtqnia alcau^ai-iln :
Desplomadas veudrau cual pleclra al suelo
Y cebar^ ha cii pisarlas lui alazan.
«Sus, piles, hijos del uorte, a FiOii\a, 4 Rom^,.
Id A tender mis pielcs de icon
Eh esC alcazar que cu el nionte asoi^a t
Pe ese imperla inoiorlal diguo florou.
« Y(» cu ellas innellenicut& reco^tado
Gozard en ver del fiu'^o al rcsplaudor |
Cual cac por ias Jlaina^i dcYorado
Que ciiail slerjies lo ciileii en redor^
« Roma es del muudo ei\tcro la cabezsv
Y en su cal>eza a I inuudo yo herirc :
|)Cvspues CEi su cadaver con liereza
Ko iiiidaudo a quleu vei\cer oie scutard. «
'^m^m*
Mleoixft eu las tie ud as del ferof caudilla
A quieii. presto la iinicrto su guadufia,
De las lio<;upras h1 sinicslro brillo
Dc siis liu«3te8 aqu^l raucye la safia ,
La rein a de las a;ej tos •
Con ploj;arias y la^»rimas ardientes
Con que baua los, piei de sosaltares,
Cual am tanfc'JS de atiior en la fk>re$ta
A lo^ del bubo el ruiseilor coiUesta ,
Kesponde a si dc murrtc d los cantares.
For qu^ 4tn ks c;i les. de sa puebla inmeimv
No se estrellau las deiisas oleadas ,
Ki oiile cuai ciincra el muro estenso.
El polvo que bwautat\ sus naesuadas?
Si del huiio la clava
I.!a!)ia A su [uierla y su poder socava,
Couio no f-leva el ciUitico de guert^
A cuya ^9i>) vcujclcva nxU uacionesi.
sss
y oqntra A deppleg^ndo iqs pendones
No le bom A qa yii^to de la Ucrra ?
Sos braros qi|e mil troiiQS apilaron
T eDti:e ai traa las lides loa paitieron *
^ombiss de hierro que do qnier pasaron
BoDdamente sua baellas impriinieron «
Sua firentes orguljosaa
Porqa<$ en Tea de orear plomaa Ittatrosaa
Mancha tibia oenita peD|teotct ?
Ese es e| casoo que opondii al aoero?
Ese el arnes con qne al combate fiero
A lacbarpor ta patria irt el valiente?
2 Ay! Roma tiembla: tiembla coal el aye
En las garras del bajtre pnsionera:
Coal se Tenga el Sefior po^ Bii(l^ sabq
Y tiembla porque i EKos tqrpe qfisndiera.
XV>r eso faumill6 en tierra
Sa Ubarp dp i|t6 el diqs de la gaeira ,
Y sa ifpultL till yiento j tin pnjansi^
^leg6 fua i^oai se agachd miedos^
^ la mano del b\ino ppderosa
Y puso en Dios tan solo an esperapM*
j Ay! Roma tjembla, fi, no porque temi(
La dava 7 tea del tero^ Atila;
Tea qne coal 4<s Diets el i^yo quema y
Clava qne esoombrps por dp ^uie^ ^pi\^*
Tiembla porqae la arena
Del circO) ora desiertOt abaorrid apei^
La sangre ppr lot mirtires Te^tida
Que en bonof de ^ps ctores libara :
Mas esa san^ ; ob Dios ! qui^ lo esperara 7
Poy que la adora 4 Roma dari vida.
« Jiutaa tna iras «on 1 6 n*j del cielo !•
Clama pqstrado ante la cms divjna
Leon que encaueci6 de un siglo el hielo
Y ouya calva frente el liempo inclina;
Y mugeres y ancianos
Alsando A Dios laa sppUpapte^ manos
Piden silencio i las celestes liras
Rapj que llegue basta A la voc delsaoto'^
■^1^
Y muchos que ignoraban qne era Uanto
Qaman llorando : « \ Justas son tus iras ! »
« Td eres el fuerte , i) Dlos , tii eu el espacio
Dispersaste lo; miiiulos con tu aliento :
Trono es qo mas el sol de tu palaclo
Qvie encleode 6 mata de ta maato el viento.
Bablaste, j eq tu enojo
Su tumha hall6 el Egipcio en el mar roja
]^Q cuyo abismo se aseiit6 la muerte.
pQr ti la impla Babel yace en el lodo!
AsC oraba Leon^ y el pueblo todo
Clamaba d Dlos con el: « Vos sols el fuerte S
c Mir6 aira^do d Sodoji?^. , y ea la nube
^rillii un momento la vorat ceotella
Como la espada ardiente de un queirube^
Pas6 el viagero y la ciudad aquella
Qud vi6 al uapcr e^ dia
L,a busoo por la tarde y no e^dstii^
{^i| boiocaustQ, ob D'los, mi vida tomtit
lirlas desvia de Roma tus euojos. »
Y Boma outera ante la c^uz de htnojos
Qamaba con Leoiv: «Oio$, salva d Ropia(%
• HartO) Sefior , la\6 la impfa. tier^a
]f I bautisma die aaugrc c|ue ba sufrido ;
Asaz ) qb Diosi, el p.atro de la guerca
£ota U brida , el mviudo b& recorrido!'
Fon.ed di^uc^ al rio.
Que amaga.^ Roma deyastar vnp^o!
McUad ya de la n^VM^rte el dardo agudoS
P^ude fuera de* vosi ballax: defensa ? »
Y del pueblo se alz6 la voz innoensa
Clamaudo^: « Arnparo, oK Dios/sed nuestvo escadot*
«0b, no mas, justo Rey ! oese ta enojo:
Sobre las tiendas sopla del Alano,,
Y el que aspiro a tu altar eo bu imptp. ajrcoj[a
Se qucbrard cual junco so tu. mano..
pe ese pueUo en tu safia
Alza para tu cruz fuerte peaiia ;
y tu pruB <{e los siglos venccdora
Pe polo d polo ^\ este^der scui: bra^ot
J
360
flaz que juntq A sn sombra en dulces laxos
Los liijos dc la uochc y do la aurora I »
Ast oraba Leon, el que A la silla
De Roma sus virluclcs coudujerqa ,
Y en la esperanza que en su freutc brilla
Todos su salvacion mirar crej^eron.
G>iiio pcoQ que arro;^
Al par de euormo carga su coogoia
Y coQ afau su pecho el aire aspira
A si aquel pueblo libre de recclos
Uu prodigto cspcrando de los cicios
Mas que aire lucienso al parccer respira.
« Tcned fc eu el Senor , bijos, os rucga ,
Sigue, Ijeon, con inspirada freutc:
Qu'ieu desvi6 de Ninive su Tuego
Por amor de diez justos solam<:ute ^
Aplacara su safia
Por la sangre dc mdrtlres que bafia
Los m:ii moles do Roma todavia.
Teued fe eu el Sofior: su omuipotei^cia
Es infiuita al par de su clemencia
Y pniebas de dmbas os dard este dia. »
Dice, y la cruz entre sus mauos toii^a|
Y seguida tan solo por auciauos
Eu sauta p^oce^ion saleu de Roma
£n su campo & eucoutrar d los Alauos.
Sus ravos refulgentes
Derrama el sol sobre las calvas freute^
Do rielan cual en velmo que vaclla.
Ay de la debil buesto ! ui su buclla
Qucdana en el polvo si sobre clla
Su uegro palaireu lauzara Atila.
Ay de ella ! pcro uo : ay dol guerrero
Que luceudlos y bambrc y pcste llevO. al mundv)!
Ay del que cnrojccio su corio acero
Con sangre dc. ui'ocentes, iracundo I
JJIos que arroja el iucei^dio sobre el pradc^
3QJ
Lt lluvia eovia que su fiiria agote^
Y SI hoy castiga ai pecador airado
^onipe dospues cicmente el rudo azote.
i)e su iiimciisa pled ad s^empre hasta el ItordQ
Llciio su yaso m irase eu su tiiano :
^Hf P^t^ basta para que dcsborde
Que uua Idgrhna eu ei vierta ei liumano.
Y csa Lcigrinia Roma la ha yertido,
Y Dios que la acopto cual puro aroma,
Corno vapor en lUivia convcrtido,
Couvertida eu perdon toradla d Roma.
Por qud. no lanza su caballo Atila
Sqhre la hueste que d su solo alieuto
Fuera cual montou de liouo que lioj apila
pi segador y que l^oj d'spersa el vieuto ?
Por qu(^ late su pecho so la cota
A cada voz del iuspirado auciauq,
Cual tiemlila la hoja scca d cada gota
Que arroja en ella el uubarron lejano ?
IjOqh le habla de Dios, y el huuo impiq
Dobla la f rente a tan augusto nombre :
Le pondera sus iras, y sombrio
(^ac de hiuojos d los pi^s de un hombre.
Trupua por fin la yoz del anatcma,
y el que son 6 con despoblar el ciclo
Para ocultar su faz que el dolor qucma
Mendiga uu palmo del vcncido suelo.
«Todo a'qui bajo tiene su dciitiuO)
Clama Leon en cjuieu habla el EteruOy
£l del gigante sol marca el gamine
Dando al e^tio ardor , yela al inviernq.
« Dios orden6 a la nube que volase
Y drtcil comensd su vida errante >
Qulso que en ejla el rayo se engendrase^
Y ray OS niU surcaronla a I instante.
tDii armqnia d las ayes y cantaron ;
Voz do quej^ d los bosques y gimieron ;
Sordo acento d los ms^res y bramaron ;
A los rios murmuUos y los dieron.
« £1 dijo d la luz : « s^» y el negro cdos
Tom. II. k6
IJW
8m itomo^ Tisti^ de lui dorada :
De la noche A las alas : « dosplegaoi : a
Y }a qoche toI^ de astros oniada.
«Nada se mueve aqa{ si ^1 qo lo nmeTe :
|5i tu tea quem^ ^1 ppestola fuegq :
De sa eqojo qi;e el llauto apaga en breye
Puiste, 6 Atila, el instrumento ciego,
«Tu mlsion se cumpli(3: tU de sua araa
Derribas^ los dioses de yil barro :
floy Digs cqq quieq impiq te comparaa
Te arrojard A ^u vez bajo tu carro.
ftTu mision se cun^plid: lra« el dilaT\Q
P3 ro]i( sangre que anega^a el auelo,
3obre el trigo qqe el sol torn6 ya r^btl^
l^a paloma del area paru el yuelo..
« Tu misioq se cuinpli6 : tu alsas^e el monte
^ cuya cuMibre el libaro d^vino
Prillaudq Qqmo el spl ea su rempnte
Pel cielq al hombre marca^a su camiiKi* .
• Depou la clava ppes; (a tea apaga
Que tu ui^rcha alumbrd coi\ tonro briUq
P'lQS con tu^ iras & su yes te amaga,
y ajr de ti $i descarga su cucliillo !
«Roma es el dique que A tu marcba pon^^
Ay si tu audacia traspasarlo quiere!
Ia ola que el linde en su furor traspone
P^c^ eu H en ^lanc^ espuma mue^^
■•a^"
«Y Atila no pa86: del Capltolii
Ia crux al yer alzaraie que lo escuda t
Dijo i sus bu^tes : « No es aquel mi solio,: »
Y A otro bianco asest6 su flecha aguda.
« Cnal eciipjiado sol que se desploma^
XoL tierra toda estremeciO A su paso ;
Mas alsiibase bello el sol de Koma
Arrastrando el de Atila bicia 9^ aca^S(A«
f Quel^rd «i| a«ote Dio9. Tras el diluTi(^
Jh roja sangre que ancgara el suelo
jSobre el (rigo que el ^1 toru^ra r^tq
}j^ paloma de pa^ par6 su yuelp.
« Del G<}igota la crux aluml)r6 el mpii4q
Que abriu 4 su lu^ su atdnita pupjla
V el g<^rnien de la fe brotb fecun^o
^n los surcos que abri<^ ^\ corcel de Atili^.
« y bpy e^ cru^ de Atila yencedora
De uQ polp al qtFo al estender sus brazqs
Ve juntarse A su sombra en dulces lazos
l^s hijos de la noche 7 de la aurora!
JoAQuiH Hxmd r Oil.
ses
5«*
tlTABAT MATER PE RQSSIIYIf
JL oJas las Bellas ^^rtes tienden a elevar el alma , i mejorar y suhli*
mar Mucstro srr, y a realgar lo que priucipalmeute manrfiesta su iu*
mortalidad y su orfgen diviiio, que 65 cl Seei^tiruicdto: pero U^liisica en-
tretodas es la que inascurn^^lo con este grande objeto, ^^ la que pornias
espiritual 9pupa el nrimc^* raqgo. Los elementos dc la arniQn(af e«
yerdad , estau desparcidos por ia uaturaleza : las olas. tieneu sus rit-
0108 y sus acordes ; el vieuto hincl^c de sovvoridad los vajles ; las ladc-
ras opvlau a io altu el l^iinno de sus i^uinores; los rios y las florestas
puchlau la soicdad con sus murinurlos; y sobre este gran concierta
el sonido universal d inmensamentc d\ilce de las esferas celest(?s sc re-
yela d los ojos que conteniplan at<>nlt.os la concordaucia eterna. Pe-
^o estos elementos, ^ nin^ima rcgla Ui\niana ni a ^lin.g^uiia (oriua e8»
terua sujetos, solo se d(>jan adivinar por lo mas delicado del alma,
4 la cual tarnpoco cs dado mas que gozarlos y corrrs}K)uderlcs. Por
esto el pescador coufia & l:\s brls.is marioas su pantliicla larga . pausa-
da y mondtona ; por esto el rudo pastor hace resonar los barrancos y
las aituras con sus infonoes tonadas; por esto todos los pueblos del
iQundo couservan esos cantares tradic\oi\nles« que asi llevan el sello
del pals como el de un sentiniieuto profundo ^ intimo que remueve
las generaciones , las sobreyivc y cula/.a. Las ideas, pues, de la Md-
sica^ si de tales se pueden califioar siis melodias, uo tieuen como las
de sus hermanas una base hum ana ui un punto de imit<(Ciou v bible:
y solo el aseutimicnto de millaros de hombres eu la bondad y en la
belld^a de un canto y el placer de todo un pueblo son las prucbas de
que tambien d olla le asiste una Idgtca , cuya comprensiou csta ne-
gada d nuestro limitudo •enteiuUmiento , bien cual otra de las cosas
que no entrau en el circulo de la esperloucla./ Al ve^ como a cier-
tos cantos respoiidc en nosotros un movimiento interior que se pareoe
& la satiaiaccion dc una duda o u la revelaeion de una ide^ por mu-
cho tiempo lg'»orada y preseutlda ; como eu otros despcrtamos de ui^
Ictargo, y todo nuestro ser trabaja y pugha por rehacer en la nie-
iDoria ia ^poca^6 la vlda pasacia de que la<i frases mel6cllc^ ticuen i
s^r uii eco : hien podemos decir que las ideas musicales son ]a ope-
raclon superior del dlma ^ la primera dc las que se refiereil & W
dahiraiexa humana , la postrera de las que uo han de ejercerse ni
comprertdcrse sine fofns los Vinculos de ia materia ; la linica que toc'a
i esa alta csfi^ra dc ia V(5rdad , de la Bondad y de la Bellera & quri
ituestra raion ilo ba de alcanzar nuncapor si iola: lA Idcha coustante d6
Ik matesis y del espfntu , el dcseo de lo iiifiiiito <^ud iios aqneja es-^
tan profuudameute espr^sados en esa misterlosa es^ncia de la forma in-
trniseca de la Mtlsica^ y eli e.<a vaguedad dcliciosa que las mas A6
8YI6 oliras res|T»iratl, j cuyas impresioues burbn nuestro atfdlisis; y auii
faltaudo los mayorctf testimonios que lo i^dnBrman , la existencia de
esta arte bastaria para deinostrar que lo principal de nuestro s^r n6
se auonada en el sepuicro No benios de mencionar aquf, ni la nattt-
raleza dci estas refle\iones la eonsiente ^ cuanto sea su superioridadeit
la sola pane- de diBcultades • y mecanrsmo.
Luego dc criadd el bdrnbre, su porcion irtmatcridl goi6 y abondd
e) espirltn de la cr<lacion : si pusd nombrc i todos los animales d^ la
tierra y A todas iais ares del ciclo, tamluen delii<> de respoiider a la
armouia de Isl dbi'a del Altisfino, tambiju debi6 de eantar al misrido
tiempo que bablaba ; y cd este doble lenguage de la materia y del es-
pfritu, el dtma que rt»cordaba sil anterior ffsencia, y se sujrtaba A la
linica espresiotl- concedida A su nueva morada del>i5 de manifestar al
Sttnio HAeedorsii admiraoioii, su adoraciou y su agradeciuiicnto. Pues
la oracion es la escala que une el cieio con la ticrra-, la primera p!e-
garia que resouu en la mansion de la tnocencia primitiva, si no fud
uii canto> no de otra mauera bubo Ae subir A lo alto , que como uii
bimno artdonioso, complemento del coro titmenso con que las agnas,
^os drl^oies , las plautns y hs lumbreras cantaban la Sabiduria iufiuita
y ia auptema- Omoipotencia.
Asi la Religion , ftiente de toda luzS de tdda verdad y de toda poe-
sia, lambicn lo f«d la primera' de las Bellas Artes; y los datos bis-
tdricos mas autrgbos dc ia sAgi^ttda Gscritiira demtiestran como cobija-
d6 pof la Uelijgion, este Arte se oultivaba y tomaba iucremento. Des-
yhes que Tubal bubo afiatUdo ai rnstrumento natural de la yot el arti-
ficial de la citara , elf cultd dol Dios untco le did forma y lo couservd,
y en torno del Area santa los ci'mbalos, la9 trompetas, los salteriosy
barpas acouipafiaron l^s tords sagrados. flasta la idolatria eu que ca-
yeron las mas de las ra7as de la familia bumaua, si esta mencion
pnede permitfrsenos f se^sirvi6 de la Mi&sica para traosmitir desde lo«
i^mplds i U tK)steri<iild las feiiqiiias ie U inii^a eteencii eit liil id^
lo Dios , 3e id reUcioa verdadera del olrigeu del thundo y sa grail
catistrofe, reliquUs tristem^ute deafigufadas poi* las superstitionea f
por una cieiicia errada. La Miisica reiud eii loa mitds y eii laa graii^
det cer^mouias de la itidia , del Egiptd f de la Fedicia; f la tulii
Grecian no aoio eii ails primitives I'Unciones draixldticdrlfligioaas, alad
tambiea despues qtie Eaquilo Lubo crclado U tragedia^ coafl6 i U
MiSsica uarrar la falsa deidad de su ddsttno iumutable , la4 grandeua de
bus vands dioses, j las desgracias de los hciroea.
La Mdatca, pdes, iio ae separd del altar q^ Hiibia <idd li cddfi
apl arte ; jr si al pi^ del iugar sagradd UaciiiarOii Ida siglos sua re-
teerdos j sds tradicioiies , Id^ cantos dd ella fueron los cu^licea quij
cuidarod de cdnsenrarlot j tradamltirios , j jamaS , aiub KasU Ids iieai^
pos inodernds rid meuoscabfida au importancta ni disputadd po^' tind
r^ma ilacida de an trotted , el pdestd montinieistjd y si asi pdede decir-
fte f de doude liabia presenciadd ^ iufluidb ed la fdrmacidd J ed el per* .
feccionaiiiiedtd de lad sdciedades. Y d U terdad y ^iin sin cdntar con
Ids diayores medios y con la sdlenmidad cdn que se ejercia, bien me*
recid el gdnero sagrado aqueiia supremacia : sud nielodfits eran IdaiQ-
tdrpretes dci Ids ^entimientos que agitaljan A un puebld eutero, gra*
ies y solemnes como el asunto y el sltio d que de cdii^^rdiMn ; ei*
presion de la comun esperanza y del comud deseo ; y al paso que fea«
pirabau y esparciau la aerenidad y U calma, don de loa jdatos, ye-
Idbause cod el misterio del sautoarid que acreceuiaba ttx latereay aa
efecto y su poes/a.
^Conio la Iglesia no balda de acdget*' ed su 4euo Idis cadtared dodqoe
e^ los aiglos remotos habia sido proietisada ? Ella recogid adlicita loa
trozos dispersds del barpa de Sion ; y en aquellds diaa dd qud la so-
ci/edad caminaba d su faundiiniento y pueblos uuevda marcbaban al im-
pulso divino , y la bumanidad se agitaba y afe refundla : Ids aublimea
dolores del rey Profeta invocaron la misericordia de Dios aolire loa
crimenes y los vicios envejecidos de los bombres, y dieron voi y pa«
labras al arrepentimiento y d la peuitencia. Mas ella tambien a&adid
al harpa sagrada nuevas cuerdas , y la cnriqnecid con los toooa coo
que la Ley del amor queria ser cantada; y los himuos d la Estrella
de loa mares, d los mdrtires, d los canfeaores y d laa virgenes binchle-
ron las bdvedas cristianas d la par de los Treoos de Jeremias y de loa
Yersiculos fduebresde Job,y de la ameuaaa pavorosa del dia poa-
trero. La Iglesia salvd en aqucl gran trastorno y barbarie el dcpu&i->
to de la civilizacioa antigoa ; y purificando por laa mauoa yenerablea
ie lo8 Ambirosios j de los Gregdrios la tradlcion musical , Vdiyi6la i
8u verdadero destluo , realz6 sus modds frigios , dorios j hebrdicos^
ton el elemeuto arm(Saico traldo por ios |^ueblos del Norte, y \o apli«
td al culto divino. Desde entdiicea el cauto llano ha sonado ed la#
nares diilce y rhelauccilicanQeiitd severe , como la religion A cnyo^
dQcios sirve, coDTidatido d la meditacion y al i'ectlgimieBid coti sa tin*
tqra y corte antiqulsimos ; d la manera con que las areadas « lol pla«
fbiidos y las dpsides pardas , rojas 6 ceniciehtas de Ios saotuarios , qnd
rep! ten sas ecos pfofundos , estdn diciendo que d la mano de Ios si-
glos , deben aquella color que mueve d toda Ttfneracion y btonlidad
y endttece el alma.
£1 que por otrd medio no pudlese jdzgai* del cardcter aniigtid dei
canto edesi'^stico , bien lo comprenderia solo por k Mncillez que en
^1 rpsplandece , por sUs cortas frases , por su aire grandiose y por lat
sercnidad y quietud de sa moyimiento. La Iglesia, en todtf aUamente
filosc^fica, si esta caliGcaciou liumana conviene d Id^ efectos de lafe^
liiso bien en revestir de esa simplicidad grande , noble y tranqiiilai
6us cnnticos sagrados: porque cierto uinguu adorno ni compostura ni
agitacion podian ser la espresion del seniimiento sublime i que sobre-
poiu udose d U esfera de las pasittnes se goza en adorar d Dies j eii
cantar sus alabauzas. £n la mauifestacion del dolor aun osteiit6 de
uii modo mas podcroso esa fuersa de iuttriciou que parece serle pro-
pia: d la simplicidad agreg6 la repeticion de una frase, 6 la lleYd
al estremo de la monotonia , d la manera con que el pesar embargat
el diiima toda y la llena del objeto 6 del alecto qu^ la aformenta.
Mas auu cuaudo esta sencilles j estai mouotoDlia no residieseu en la
naturaleza^ y no formasen la intimidad y la inteusidad de sus sen-
timientos 6 impresioncs ; la simplicidad sublime , Tita y vigorosa dtf
Ios libros sagrados ^ asi en su parte po^tfca eomo' en la (ilosdfica, lat
motivariau y patentizarian su conveniencia. No es para indicado aquC
aomeramente que la simplicidad, si el espirita de la yerdad la antma«
es mas profunda que el artificio mas desliimbrador, y mas dificil que la
riqueta de Ios adornos.
Luego que el ingenio d6l bombre quiso reducir d un cuerpo de
reglas cicrtas lo que sola era parte de una institucion sagrada, aye-
riguar sus leyes, arrancarlo del templo que hasta ent6nces le diera
asilo , y entregarlo d la especulilciou de Ios maestros , alter6 aquella
primera seucillez; y si bien de cuaudo en cuando algunos supieron
beber en la yerdadera fueute mistica , la miisica religiosa ya no futf
florante casi tres siffos sino recreacion de Ios sentidosi ostentacioa de .
*68 .
iiiecanismo , frialdaa Je los reciirso^ ciniitifioos y piutara para los ojai<
Wo le faltaron. rs cierto, cansas poderosas A esa altnraciou: la Mdsi-*
ca autie Uulas cosas liaMa de crear los medlos rnateriales; y si el ar-
qaitecto truia niarcado el tipo de sti-* obras v la^ fbt^ma general de los
^otalles , si al poeta le era dnhlc rrnioutiirse eii alas dc la iiispirticloii
j>or medio de tin leuguace ya formado y culto y por iiiia versiflcacidn
cad^ dia mas perfecla , utnguu prohlcina se prcsentaba resuelto al com--
posiloFj antes biea era forzoso y sohrado natural que coustimicse el
I'uego dc su imagiiiaclbu y sus tuerzas eu las combiuaciours de los so*
iiidos. Y c."? muy pari nofaree qiie en tiempb del llamado renacimhn^
to se ejccntase esa emancipacion y e^ iugreso en el seadero dc la eien-
cia ; de \o& ciiales a poco babia de nacer el g^uero proi'anb, que ha
Veuido a dispular al sagrado la prepouderancia y :i dar la ley al gusto.
Ari ya de todo piiuto desconocido cl espfrilu siuibciiico de la Sagfa-
da Escrltiira, e^pfritu que fu^ mauautial fecundo de eoncepciones d
las li^llas Artes modefiiaS^ como Homero lo lialiia sido a las de la
Autiguedad; lucgo que ilvldos de inspiraclon y dc sensaciones algnuos
geuios osados probaron d iutroducir movimieuto, faeilidad, variedad 6
iutbrcs ea los iimieu.Mos recursos de arnionra acopiados a fuer?.^ de tra-
bajos portcutosos y de uua teuucldad admirable; ae asierun a los drta-
lies del teslo bfblico mas que al seiitimiento ger.erah y uaturalmeiite
hubieron de Uamar eii sii ausliio Jos elemoutos del g^'uero dram licO)
como el ilnico que desde sus priucipios se dtdico a la esprc^iou de
las pasioiies f al realce de los dialogos, y a la Tanedad y resallo de
Ids couceplos.
Eutro taiito dcspuutaba eu Italia el astro , que prouto ilumino nue-
Tos seuderos, y vivified con sus rayos el g* nfero dramatic©. E« Micurso
es})leudido ha vtsitado todos los paises, tocado todos los sistemas, bri-
llado sobre todas las escuclas ; y abora que la ciencia y la inspiraeion
ban Ycuido si fuudirse en aquel vastn genio, cuando 1.1 esccna le acla-
ma dominador, ^l dispone ante el altar el fruto de su larga cspericn*
cia, y- aplicaudo al g«^nero sacro lo^ elementOs proJauos que e'l mas que
nadie desarrollii, pone el sello d la coneordia del mi.slici.«-mo, del es-
piritu religiosO y de la sencillez con log mayores adelautos dc la melo-
dia , con los tesoros mas ricos y admirables dc la ci6ncia : restitucioii)
que asi e^ debida d quieu lue cuna del Arte y en todos tiempos sa
asilo, como natural y adecuado a las graudes cualidades de que la
Provldencia do 16 al clsne dc Pesaro.
Aquella fuerza y sublimidad de geulo, que pusleron en sus manos
el ai^pa terrible de los zelos j de la yenganra y la lira patriotica dc la
869
Grecift sacumbieodo al eaQtiyerio, qne le liicien>Q cantar las maraTi^"
lias con qne Dios sefialiS la salida de Israel del Egipto , j le revela-
n>n la espresion del espirita nacional j el himno de libertad de uo
paeblo sencillo 7 yirtuoso; esa misma fuena j sablimidad le han
traido, despues de tantos trianfos, d beber la inspiracion en lasfuen-
tea del catolicismo, y arrancar A las palabras consagradas por la Igle*
6ia todo el amor, todo el dolor, todo el terror que encierran. Si con
el retoque del Moises j con la creacion de GuiUelmo ann se puso al
firente de cnantos adelantos hicieron en el arte durante sa silencio, con
el Siabat se ha elerado al nitel de los antiguos maestros , cuyas
obras religiosas han yenido d ser tradicionales ; 7 mas afortunado
que ellos , ha podido aproyecharse de los progresos est^ticos 7 cri*
licos, 7 ann del cambio general del gusto en la literatora 7 Bellas
Artes, de la restauracion de los principles de sentimiento 1 senci*
Uez 7 f erdad 7 pureza , 4 que el mundo debe las obras con qne le
enriqueci6 la edad media. Ademas y Rossini es quien comenzd la gran
reyolucion que ha conducido el g^nero dramdtico al estado en que ho7
lo yemos ; Rossini ha sido durante tantos afios el regulador del gusto
de la Europa entera ; 7 puesto que el influjo del g^nero dramdtico
es tal que todos los demas necesariamente han de resentirse de dl
J acomodarse en algo & sus modificaciones, Rossini mas que nadie ha
podido con justo Utulo introducir en la miisica religiosa esas melodia^
frescas , mas marcadas 7 mas perceptibles A toda clase de p7entes , en
ias cuales tal yez el rigor de los preceptos podria yer nn resabio de
. los motives profanes. Por esto , apdnas ejecutado su Siabat en Paris^
buscdronlo con afan cnantos cultiyan en Europa este raraii del arte;
7 donde qotera que se repiti6, un nueyo triuufo confirm6 el inmen*
so 7 gloriosfsimo que le habia coronado en la capital de Francia. £1
fn6 materia de todas las conyersaciones ; A ocup6 el talento de los
primeros pianistas ; 7 hasta los tribunales hubieron de entender en dl^
eon elc<<lebre pleito entablado por los doseditores que pretendianca-
.da cual la propiedad esclnsiya. Y sin embargo, no en las mdrgenes
del S.ena, ni en I842 resonaron porprimera ves la ma7or parte de
aquellas melodfas religiosas, sioo en Madrid 7 en 1835 cuando las
dedicd al sefior Varela , comisario de la Cruzada ; bieh que posterior*
mente retoc6 su obra , 7 la de}6 perfecta , tf la manera con que las
modificaciones hechas en el Moise* fueron el complemento de esta crea«
cion endrgica 7 sublime.
Este aplauso uniyersal 7 entusiasta pmeba cuanto sea el poder de
csta obra^ que seduce hasta i los m^nos preparados por sueducacion
Tom. u. A6
870
mosical i gocar de sa eiecto. La mdsica religiosa es la dltima qne
puede compreoder el pdblico habituado A la dramdtica ; porqae co*
mo aos melodfas no ae preaeDtan aino con el carActer de armdnicaaf j
ja la seyeridad del asunto , ya la piictica oonsagrada Inenan A hair
de las formas mas mondaDaa, j recarrir no pocas reees A las combi*
nacioues cientificaa, el oido no aae ficibnente y de on golpe los can-
tibiles , aino que poco A poco aprende i gosar del oonjonto v en ei
coal la memoria se acostumbra despues i desliodar las ideas. Y pnea
la costambre es la que en general rerela lo que en el primer exAmea
ae ocult6 i la obaerracion, 6 pareci6 desnudo de yalor, j como de«
aeamos ardientemente que se habitiie al publico A boscar j A goiar
el mt^rito en yarios g^neros y particularmente en el sagrado; permits*
aenos cerrar estas consideraciones generates con an leye bosquejo dc
la obra de Rossini. Mas no btentamos ni aomos capaces de dar la
esplicacion ti^cnica de snmecanismo, la cual 9 ann i poderla dar nos-
otros 9 seria contraria A nnestra manera de yer en el arte 9 solo agrada-*
ble i poco8profesores9 y sobremanera indiil A cnantos puedan exami-
nar la partitora: qneremos sf afiadir nnestra yof 9 por obscara que
aea) al apianso tributado por la Europa al que ba abierto una nueya
yia al Arte Sacro 9 al mismo tiempo que lo ha repuesto en su antigna
rango ; qneremos contribuir i la propagacion y efisctos de ese gi^neio
que calma el impetn de las pasione89 templa las oostumbrest purifica
el alma y la eleya A una region de Ins y de serenidad , solo traxan-
do las impresiones mas notables que esta obra produce , 6 indicandp
la fuerza de sentimiento y filosofia que en sus partes resplandeoe.
Una gran senciiles respira aquella aerie de piesas, si se las compa*
ra con la abundancia de formas de contrapunto que snelen ostentar
las mas de las composiciones sagradas; y sin que esta sabia sobrie-
dad en los recursos cientificos raye de ninguna manera en pobreta ni
aun se dejenotar de losoyentes9 el efecto se despliegi imponente y
migico, la misma iacilidad aparente y la espontaneidad de las partes
acrecen el embeleso 9 ocultan el artificio 9 si es que en Rossini 9 como
en todos los grandes maestrosi el artificio noyiene A ser genio, y ha-
cen resaltar las palabras del himno de Inocencio III. Y decimos de
intento hacen resaltar ; porque no profesamos nosotros la opinion 4e
que la roiisica 9 y mucho mdnos la sagraddf haya de sujetar la inspi-
racion y la melodfa A los matices del yerso « ni de andarse tras una imita«
cion material y senril de los mas leyes accidentes que Us palabras denotao.
La miisica para nosotros es el complemento de toda poesfa : donde el
lengoage de imitacion de esta acabaj el de espresion de aquella empiesa;
571
no se siire del rerso sino oomo ie tin rootiVo para bacer mas sensibles bus
cantos COD la aplicacioa; j le basta para eapresar la impTesion gene*
ralde las situaciones j de los grandes caadros de la naturalesa, el
colorido y el car^cter total del becbo , ya bajo el aspecto de la (<po<-
ca 9 ya de la historia , ya de mayor 6 menor eleracion , y ^ntes quo
todo abondar la tenrara , el dolor y la alteza de los afiectos. Quiea
supo pintar los tristes efactoa de las pasiones bumanas > los ayes del
dolor y de la melancoHa , los gritos sufocados del terror y el doble
deseDcadeoaroieato de los elementos naturales y del furor y ambicton
bumanos , tambiea abora ba interpretado dignamente esas estrofas
que en nn latin semUb^baro y con nu ritmo original, sin adornos
y con sencilles grande, pintan un cnadro el mas pat^tico para todo
kombre , cuanto mas para todo cristiano , y ofrecen constautemente
solas y aisladas y anidas las dos (iguras del Hijo y de la Madre, co-
mo si las esclamaciones , las iuterrogaciones , las aspiracioues y los de«
iqutos del amor del poeta no fuesen sino el lamento de toda la crea-
eion que asiste d tal soledad y d tal silencio.
Ya porque no todos los que ban oido la obra.de Rossini paeden
JQZgar del caracter de aquellas estancias, ya para marcar la distribu-
cion que de ellas ba becbo el compositor , permittouos que interpo-
lemos en nuestras reflexiones su traduccion literal ^ en la que pro-
curamos conservar la forma latina, aon. A trueqae de incurrir en al**
gunas irregularidades. I.
Stabai Mater dolorosa^ Con dolor la Madre estaba^
Juxia Cructm lacrymosa, Y al pi^ de la crux Uorabay
Dum pcndebat Filius. Ya coigado el Hijo.
Esta introduccion es el troco escelente de toda la obra, y mi^ntras
exista na corason capaz de sentir los aoentos del dolor mas profundo
y los efectosde la armonfa mas pura, elia briUari entre las mejores
joyas de la corona, del gran maestro. ^Qui^n puede negar toda su aten*
cion A aquella entrada de los Ytoloncelios y contrabajos que subteudo
lentamente . pasan su motive d otros iustrumentos basta caer en aquel
doloroslMmo acompaiiamiento de los violines , mitad ligado, mitad
stncopado ^ oomo los solloxos y suspires de una angustia comprimida,
midntras las trompas hacen ofr un prolongado quejido? Como no
estrcmecerse cuando en seguida, estrecbdndose un tanto ei moYimieu-
to 9 rompe la grau masa instrumental el tremendo foNisMimo , que se«
mqa la espiosion del dolor de la naturaleza eutera, y en el cual los
bajos van desceudiendo basta perderse en aqnelioa gemidos apagadoa^ '
de los violiues? Asi dbpuesto el dnimo del oyente comienzan las vo-
87S
ces de los bajcw ^ iw^rez entlrtn en i^oo los tenores, tiplet 7
traltos Y 7 el conjonto amuSaico j fugado ra dilat^ndoge con grandio*
•idad J miaterio, hasta haoer lagar A laa coatro partes principales qae
eotooan el Siabat. £ste es el troto mas pat^tico de la introdaccion : to«
da aquella melodla estd relada por ana armonfa tan sensible , ^e ja**
mas Duestra alma se agitd tan profnndamente , ni tan A pesar nuestro at
liamedecieron nuestros ojos; j sobre todo, cnando en la segnnda
frase los tiples j contraltos esfuenan el acento en la palabra Do'^
loroMa J las notas se encnentran en moyimiento inrerso, la conmo*
cion es tan colmada que nnestro cnerpo aiente los espeluxnos del ho*
rror , j el frio hiela momentaneamente los corasones. Par^cenoa ent6n«
ces ver la Vfrgen madre muda j anonadada por sn pena infinitai mi^»
tras los espiritns del cielo 7 los elementos 7 las criatnras prommpen
en el Uoro que A ella sn inmensa desventnra le niega. Al fin rebien-
ta cljortissimoj J todos los cantores pronnncian con fberaa Dum
pendebat Filiui , como si lo horrible del crimen qne contra sn Cria*
doracaban de cometer los hombres sobrepujase sn mismo pesar 9 y
no pudiese ser dicho sind con aqnellos aceotos marcados 7 en^rgicos de
ponderacion, de indigoacion 7 de espanto. Vnelye A oirse el triste
acompafiamiento de losviolines nnido al tierno canto del tenor; nna
serie de modnlaciones sabia 7 rica y en qne las Tooes ran alternanda
los matices 7 entrando por nn crescendo , introdnce una pansa ins*
tantanea 7 una yariedad nada impropia en la marcha de la piesa ; 7
caando el ioimo leremente distraido ann recoge el postrero de aque<^
Uos acordes , ellos le recondacen al primer motiro 7 al canto de los*
▼iolines qne como desfalieciendo baja d prodncir el final. Snena es-
te recordando el comienxo de la entrada ; 7 deques de cambiar los
tiples sus notas con los tenores , 7 de escucharse destacados t sneltos
7 unisonos los dos epitetos Dolorosa 7 Lacrymosa , la masa armdnica
ra espirando en acentos trnncados , los ^sigotes , los contrabajos 7 los
Tiolonceilos la acompafian por liltima res en el remedo de la entrada
7 la sostienenen lacadencia, 7 los yiolines rematan piano cnal lil-
timos ecos de esa lamentacion penosa A qne ellos dieron principio.
Esta gran pieza « rica de instrumentacion 7 de. aentlmiento , precede
con per&cta nnidad en todos sns periodos ; 7 annqne principalmente
armduica 7 trabajada « se desenynelTe con tanta espontaneidad , 7 tan
oportuna 7 natnralmeote combtna 7 altera el cantabile , la armonia 7
losefectosde claro-oscuro que mantiene constantemente snspenso j
conmovido el dnimo, 7 ae deslixa 7 dnra 7 pasa sin notarlo el que la
e^ocha.
S7S
. Cufus animam gemen(ems A sn alma qae gemia
Contriitatam tt dolentem, De tristeza j de agonia
Periransivit glndius. Tra5Pa86 el cachillo.
/ aiuitn Iristis et aflicta \ 6 qud amargura infiuita
Fuit ilia henedicta ' Siiiti6 esa Madrc beudita
Mater Unigeniti! De aquel Unigduito!
Qua moBrebat, el dolebat, Triste plafifa y temblaba
Et tremebat cum videbat A uo tiempo cuaudo miraba
Nati pasnas incfyti. Del Hijo el torineiilo.
G>ii no moTimiento may marcado y pero lieno de balance y ann de
cierta elegancia « comieuza esta aria de tenor « cuyo primer motivo
casi podria equiTocarse coa el de una pieza Urica, si la nobleza^ la»
slmplicidad y sobre todo la grandiosidad de sa corte no probasen su
destino. La primera frase se resuelye con una pureza y con una re«
dondez que descubren el yerdadero tipo de la melodla ; al paso que
BUS apoyaturas y sus notes ligadas le dan un deleite y una simpatia
irresistibles. £s en efecto la corriente de la inspiraciou rossiniana que
fluye del manantial tersa , pura y fdcil : parece yerse un sonido que
rueda con magestad y con gracia, y con ellas sube 6 desclende, se
dilata 6 se encoge. Pero al terminar el perlodo con los mismos sones
que constituyen una tercera frase y se desppja del leye desteco que
pudo ofirecer en su comienzo^ cobrando^ merced al arpegio del acorn-
paJBamiento , cierta «8tension y yaguedad tan deliciosa como delicada,
reproduce la cadencia yestida de armonfas mas sensibles, ya mucho
mas Unguida y cayente y con mas sentida ternura. £u la segunda
estancia que compone un segundo tiempo , d la mauera con que el
poeta prorumpe en aquella esclamacion O quam trislis , el ritmo se al-
tera un tento, y rompiendo en tono diferente con un movlmiento de
bajos picado y brusco, prepara, cubre 6 interrumpe cl canto sosle-
nido que refiere la amargura de aquella pena. i Por yeutura el en-
tamecimiento no obra asi con fmpetu brusco en los ^uimos yigorosos^
A quienes un gran dolor y un gran placer cuestan siempre un graude.
esftierzo que no se manifieste sino con yiyas scfiales de repriraido ? El
canto al fin suena como una querella dulce y casi apagada ; mas cobran-
do fuerza por otro cambio de tono robusto 6 iuesperado sube auimado
y alto A estallar en un fuerte como un cruel quejido. Contiuua euton-
. ces el moyimiento picado de los bajos^ y el pcnodo se resuelve trayen-
do el motiyo del primer tiempo. Los mismos fouidos que habian rc^
matedo el rilorncUo siryen abora de dar forma i la cadencia final que.
57»
cierra esta aria A maoera de coda magaffica. EUvase esta por semito-
BOS eatrechando el inoTimieato basta an pttoto agado qae cual grita de
dolor sofooado por el llaiito dura , ribra j ee eusancha : luego desciea-
de A la Bota inmediata qae repite por una apoyatura muj sensible ; j
finaliza murieudo piano 3 suave j desfalieciente. Es una de las piezaa
mas simpatlcas de esta gran composicion , seLlada con el terdadero ca«
rdcter meiddico, Tcstida de una armonia limpia y entraliablei £lcil j
espouUuea, grande y original como las mas de las emanaciones de
aqiiella fuente en quien la profundidad y la abundancia coinplten coo
la bondad y la purcza.
HI.
Quh est homo qm nonjlertt, ^Qui^n en Uanto no rompiera
Christi matrem si vidtret Si A la Madre de Dies yiera
In laato supplicio? £n tan cruel suplicio? ^
Qitis posset non contristan, ^ Quien, qui« u no se contristara
Piam matrem contemplari Si d la Madre contemplara
Dolenlem cum Filio? Pcuar con el tlijo?
Despties de un baen ritornello , el primer soprano canta la primcra
de estas dos estancias por una inelodia que reb«>sa languides y temu-
ra, y la caal marcaiido los iiencistiquios de los versos latinos por me-
dio de pausas bella y mel6dicameute lleuadas pot armonias sostenidas
de los instrumentos de aire^ tiene cierto tono de reconvencion y de
admiracion que muy bien se aviene 4 la intcrrogacion dolorosa de las
palabras. i Por qutS las notas ban de ser mas altas y el acento cargar
en Christi Matrem ? por qu^ tras esas preguutas interrumpidas la tos
lia de desplegarse larga, alta y fuerte como dando rienda suelta & sa
conmiseracion en In tnnto snpplicio? De esta manera, bacicndo desta-
car sin atcctaciou las dicciones en que pareoe concentrarse el sentidoy
el compositor adiviua el sentimiento general de la estrofa y sin ningim
csfucrzo y solo llevado de su iuspiracion realia la espresion de aquel
sentimiento con delicadas liutas, dcsenvueive paosada y filcilmente el
liilo briUattte de su motivo y completa y redondea de todo panto sua
contornos. A su ves y por uu tono mas grave repite el contralto en la
seguiida estaucia la misma idea^ y luego tomando el ritmo de esta en
un canto d duo^ lo desenvnelven en una serie de imitaciones) ora in-
sistteudo como maravilUudose en las pregontas de los versos , ora
lanzaudose i los puntos agudos que se proloogan fuertes 6 tiemos coma
indigndndose iucrepando la dureza impia de los que A tal especUculo
pucden retencr su ilanto v siempre con una combinacion coyo mecanis-
mo el mcnor observador peuetra | empero cuya delicadexa y efecto j^
37jr
A as{ podemos decirlo 9 deliclas claramente dicen que el genio sabe ve«
riCcar la senciilez de que ie agrada reyesttrse. Ya en este tono las
Ugrimas brotan copiosas j no Teprimidaa ; la tok femeuina se presta i.
€fte desaliogo de la piedad y del sentimiento^ j al paso que en cterta
manera lo motif a, enternece mas j mas j acrecienta el efecto. Las
faijas de Jerusalen eran las ilnicas que plafiian j Uoraban al Redeiitor
entre aqael paeblo empedernido: Maria Magdalena j Marfa Cleofas
las ilnicas que stabant al pi^ de la cruz con la mad re. Este desaliogo
astmismo snayiza en cierto modo la tristcza severa, que las voces es-
presan ja en las preguntas 7 respuestas con que i manera de escla-
maciones se corresponden 7 cruzan > ya con su canto de terceras , ya
con las notas altas y sostenidas que preceden al final como querellas
entrecortadas*
IV-
Pro peccatis nta gentfs For el bumano pecado
Fldit Jfcmm in tormeniisj \i6 i Jesus atormentado .
Et flagellis subditum Y de azotes victima.
Fidit tuum dulcem natum Al duice Hijo vi6 en profundo
Morientem , desolatum , Desamparo y morihundo 9
Duni emisii spiritum. Y exbalar el iniina!
Con an moyimiento sosegado y con acento liSgubre abre el fagot et
preludio de esta aria 9 y sube d producir la disonancia en que lo§
iustrumentos de metal rompen eitrepitosos y siniestros y la cual deja
suspensa la frase: despues de una larga pansa la cierra un redoble
de timbales reoonduciendo al tono; repitese el mismo efecto aunque
en diferente escala; y todas las masas se precipitau con decision ^ re«
solyer y completar el penoso periodo. Hay en este- corto trozo cierto
misterio y grandiosidad que asi roban la ateucton y predisponen para
el motivO) comode antemano revelan el terrible significado de los ver-
sos y los acentos robustos con que este serii cantado. Original y aun
estrafio en su ritmo « mas profundo y sobremanera grave el primer
periodo bace resonar la voz del bajo en notas fuertemente aceutuadas
que al principio muy bien pudieran tomarse por una serie de simples
escalas. Mas cuando el oido bace el acorde con que al fin de cada una
los instrumentos de cuerda pasan A otro relativo 6 vuelveu al prime-
ro f cuando prdximo el periodo d su t^rmino la voz sube por otra es«
caUf diciendo con vehemencia la palabra Flagdlis , y del agudo se
bunde repentinamente d los graves en Subditum , mvy cerrado ba de
estar i los rasgos del genio , el espfritu de quien de ello no sieute ho-
rror y espanto , y si no reoonoce alli an misterioso caracter del rezo
576
J UQ sabor ila cantarfa antigaa de la Iglesia. Mas en el aegnndo pe«
Tiodot pasando ai modo mayor « loa yiolines templan La rudesa del
anterior motivo que en parte el pizzicato de los ba jos conserva j din*
dole un giro di^erso producen un cantabil largo , aostenido j afectuo-»
sisimo, solo coDtrariado con los golpes secos de los instrumentos de
metal al repetir el bajo la palabra Flagellis. A esta que bien podemos
llamar duloe reconvencion y queja dolorosa suoede el Idgabre preladio
que de nuevo trae el primer periodo para U segunda estrofa en que
tambien resalta el tercer yerso Dum emisit spiriium ; Tuelre el canta*
bil de los yiolines que al terminar la estancia , cubreu con el ritmo del
periodo anterior los suaves acentos de la flanta j de la toz que en«
tonan cou grande amor j no sin cierta languidez muy favorable Pidit
suutn dulcem Nalurn. Raro coujunto en que los acentos. tarouiles del
bajo Uegan i ablandarse en aquellos spuidos largos , ligados y patdti-
cos, y coofian sus anteriores escalas destacadas d los yioliues que las
transforman en mueile acompafiamiento 7 en un balance languido y
dulce; bien que i poco, al pronunciar Moriendo desolaium recobra
la vbz su ritmo lilgubre y su energia^ y con entrambos eutra en la
breve y vigorosa stretta. £1 efecto que de ese contraste resulta es e\
mas poderoso : la espresion del dolor y de la ternura eu el varou es
mas sentida y iiierte, y mueve mas qne en la mugr^ry en cuyo corazon
Dios puso los afectos mas suaves , la blandura y la misericordia.
V.
Eja mater fons amoris \ Dadme, 6 Madre, de amor fuente
Me sentire vim dohris Que tu angustia esperimente
Fac , ut tecum lugeam^ Llorar con tus Ugrimas !
Fac, ut ardeat cor mtuta Haz qne el dnima se enoienda
In amando Christum Deum, De amor tanto que esta oirenda
Ut sibi complaceam, A Oios sea, pUcida.
Cual si la rdpida pintura de los tormentos de Jesucristo ^ y las que<«
rcllas de la pieza anterior arraucasen d todos los mortales la confesion
de la culpa que los versos les imputaron; prorrumpe todo el coro sin
acompafiamieuto en una plegaria ferviente, bumilde y reudida, en cuya
serie de modulaciones solo el geuio de Rossini podia sostenerse sin me«-
noscabo del interes y del sentimiento. Otra vez y con mas claridad
Iitere los ofdos la canturia de la Iglesia « y quien escucbe como los ba-
jos van entonando la primera estrofa lenta y gravemente A manera de
canto llano , por poco que se recoja en si mismo se sentird transporta*
dofnel interior de esas mfsticas c^tedrales qne elespiritu de la edad
media selld con el espfritu de la Fe catdlica. AlU tambien espefimentara
t77
eaanto sea fel poder del mismo caando se confii.tf notas largas j mel6-'
dicas J k masaa numerosas de can tores. £u fin^ al iDodo com que en
los coros sagrados despues del intr6ito su^e i- yeces lerantarse la voz
. del capiscol grare j sonora k Uenar los dmbitos del templo y A dar e|
tono ; asi el bajo , descendiendo j volyiendo i snbir por el diapason en-
tona solo el Fac ut ardeat cor meum y se sostiene en an punto altd|
durante el caal el coro le responde con una Unitacion llena de suavi*
dady armonfa, j ast por un tono andlogo' reproduce aquel en el verso
slguiente la misma entrada 7 el coro la misma lespuesta. Ent^noes,
cuando los liltlmosecos de aqaella masa arm6nicase han desranecido en
el aire, rompen los tenores j van entrando las demas voces en un ci-
flon J marcando movimienlos confrarios hasta' empujar la masa A la
resolucion total, siempre con nuevos matices, siempre con admirable
reparticiou del colorido entre los cantantes. A las sdplicas amorosas con
que de nuevo se desarroUa la misma idea j en las cuales descuellan los
riples y contraltos sucede el fervor , 6 mejor dicho , el grito unisono
con que los bafos primero y luego los demas piden el amor de Dies A
I21 Virgen eu Fac ut ardeat , como una esplosion siibita j vebemente
de los deseos que abrasan al corazon cristiano. Es est* coro sin disputa
la piesa mas reiigiosa y aun tai ves la de mas efecto. Entre las frases
en que se' divide media una larga pausa muy propia del car^cter sa«
grado : aquel silencio elocuente parece un ^stasis diel alma , que en ora«
€ion fntiroa y muda exala el amor que intea manifest6 con la palabra,
A abismada en su adoracion escucha perderse en el espacio la voz de su
plegaria y recoge sus fuerzas para repetirla con nuevo fervor. La so*
lemne y profunda voz del bajo remata sola las frases en que sucesiva*
mente han ido pasando las demas ; asi en las augustas ceremonias de la
Igiesia un eco hondo repite en las b6vedas los dltimos acentos del canto
sacerdotal , cuando tambien aquellas pauses misteriosas y solemnes dan
lugar i oirio , convidan al recogimiento y fuerzan A rezar y A postrar«
se. En esta pieza campea asimisnio la sabiduria del gran Maestro ^ y
ella justifica como el genio olvidando las ibrmulas de los sistemas y de
la rutina , maucja y domina lo mas puro y s6lido de la cieocia por la
misma espcrieocia 6 inspiracion con que sorprende lo mas espiritual y
lo mas bello de las melodfas.
VI.
Sancta mater ^ istud agas, Esto, 6 Madre, ruego quebagas
Crucifixfjige plagas Del Cruoifijo las Hagas
Cordi meo ^alide, Eu mi pecho clavalas.
Ac kati ^mlneraii, ^Sus beridas jr quebranto .
Tom. II. «7
S7S
Tarn dignati pro me pati
Pcenat mecum divide,
Fac me vere tecum Jlere,
Crucifixo condoiere.
Donee ego vixero.
Juxta crucem tecum stare,
Te libenter s^oiare
In planctu desidero.
Fir go virginum prceclara,
Mihi jam non mis amara :
Fac me tecum plangere.
Pues .por mf padecidtaDfa . .
Tii coomigo pdrtelas.
Haz que al Crucifijo llore
Yo coQtigo midntras more
Dentro mi el espfritu.
Contigo juoto al Madeto
Asistir y serte quiero
Del llaDto participe.
j Virgen mas que todas pura ,
Cese por mi tu amarsurai
Tu llorar concddeme!
A estas cinco ertancias qae son tal yez las que mas uDiformidad j
por reutara redundancia ofrecen como espresioo de un mismo deseo
y de un mismo sentimiento, Rossini las agrup6 en un cuarteto, coa
io cual, sin privarse de comunicar riqueza j Tariedad en los inci-
denteS) las confiindi<S en la pieza que por poner todas las voces enao*
cion le brindaba con una repeticion de una misma idea mf'nos ocasio-
sada d los efectos de la uniformidad j de la monotonfa. £1 ritmo y
el moTimiento aparecen ya despejados en el breTC preludlo> j con sen-
cillo acompafiamiento j notable franqueza rompe el motifo cantudo
por el tenor en Sancta Mater y repetido por el contralto en el Tui
nati, Esta melodia d sa ficescura « elegancia, antmacion y originalidad
reune una afectuosidad y una ternura saaTe, y suplicante ; j quizas C9-
ta misma gracia ^pansiva y esta facilidad suyas pudieran dar cabida
A la calificacton de dramjfctica y si su gran dulzura y la delicia de que
DOS inunda biciera posible ningun reparo. .Ni ^qui^u podrta oponerlo
jcuando con tanta magia y rendimiento suenasu tercera firase? La sua-
vidad de su contorno y su desarroUo coropleto y redomleado bastaa
para cautivar los corazones. G>n igual senciliez 6 introdnciendo algu-
na variedad y constituyendo un segundo motivo entra ei bajo con una
frase descendente y grave en la estancia Fuc me v^re, y el contralto
le responde por unainvitacion no m^nos euf^rgica: notassecas 6 inter*
mediadas de pausas suceden-d sus acentos, y tras una meduLacion sa-
biamente preparada y dispuesta restituyen entrdmbas voces i k pieza
su primer ritmo , entonando concertadas el primer motive ^en la estro-
fa Juxia crucem. Los mismos que dnt(3 cerraban el preludio prepa-
rau en .seguida otro incidente que viene d dar nueva variedad al con-
jimto y d formar una tercera idea* . Las cuatro partes siempre con ei
mismo movimiento marcado por los bajos entonan soito i*oce aquelia
modulacion Hrgo virginum : la voz va creciendo d medida que auben
579
1q8 magiifficQ|$ acordes; j encontrada la armanfa en qiie ae apoyan
tras oDa breve y acertada pausa pronunpen el tenor y el contralto
en el primer motivo dominante , y el bajo y el tiple ejecatan las
replicas con que dntes el oboe Ueqaba los int^rvalos y unia l^s frasea.
Asf k favor de tal disposicion y contestura esta idea por cnaria ves
repetida aparece revestida con todo el efecto de la novedad mas poderosa
y mas atrdctiTa que intes. Cordoala una brere coda que no desdice de.
la ternora afectuosa del todo , y ostenta en sn remate dos acordes de
' no mcnor suavidad y efecto. Si es de admirar la elegancia que todo
este largo cuarteto respira^ no m^nos se deja notar qne sin perder
casi jamas el mismo ritmo ni el mismo tiempo ^ casi sin variar de' lo
que constituye la base de so acompafiamiento^no enjendve caniancio,
dates bien se baga gofar cnal la pieza mas rica, mas simpdtica y ele-
gante. En eUa la sencillez no escluye la riquesa ni esta la unidad ; y
asi como vence d las demas piezas en movimiento , comuntca grab ta*^
riedad d la marclia total de ellas por el lugar que.ocupa despues del
coro noctnruo sin acompaiiamiento y dntes del aria severa en que el
contralto diceestas estancias.
' Foe ut partem Christi mortem, De Cristo el finar cotiHevej
Fxusionis fac co9sortem , De sus martirios ni un leve
Btplagas recolere. Puuto nunca olyideme!
Fac me plug is vulnerari. Sea herido de su berida ;
Fac me cruce inebriari Eu la cruz y en la rertida
EtamorefiUi, Sangre suya embriigueme.
Ei rttomelo se va desenroWiendo con lentitnd^ y con sns notas
sostenidas abre dignamente la severa marcha de toda el aria. Comienza
esta con un canto suave, noble y de sencillee estremada: tsu oorte^acL
oye al prineipio con cierta estrafieea ; mas luego que su quieto baianoo
se reveta en el segundo inetso^ tambien aparece. la grandiosidad , con
que, St as( podemos decirlo, dilatasus liueamentos. Yasuspensoel aire
del motivo total, de repente la* voz se sostiene.en una nota regnlarmeor
te alta durante algunas compases, y pasando eo seguida dprolongarse
en un punto grave, las trompas cantaa empujando pausadamente y^cre*
ciendo bdcia la resolucion que en cierto modo estalla en otra nota
aguda. Este sostenimiento en aquel sonido grave es de un efecto re*
ligtosisimo; coroo en ^\ la voz cobra algo de mistertosovY la mages*
tad, y la leutitnd y el suave empuje de las trompas y demas armonla
producen un con junto por el cual aquel sonido se ofrece A la imagi-^
^acton -cual ua velo traiisparente que sobre lo demas se va teudlendo.
S80
Sia contradeeir ni i estd dbcto ai al oaricte» de todo aqad motiTa
anfmase el aegondo p^dodo, Fac me plagis con on acoropafiamiento
deatacado ea que alteman loa foertea del metal con los picadoa de Ul,
caerda. j erta leve animaciony 6, ai ae qoiere, agitacioD,contrasU Id*,
gubremente eon laa r^plicaa doloridaa del contralto , qoe con ellas canta
toda la aegunda eatio^ haata recondacir el primer motiTo y aqnel ao*.
aido miaterioao. Ea ana pieza belUaima, noble t aunpidca, j de tan
aoaegada dull ora , que no de todoa loa dnimoa aerd goiada ; poixpe la
grandeaa y la energfa maa ficilmente ae comprenden que la aimplicidaid
y la delicadesa* Paaando aerera y qaieta ae desTanece ain oatentacioa^
y ai no predispone loa inimoa para la que aigue# alm^oa hace reaaltar
con fueraa aa caricter enteramente opoeato.
VIll.
lUmmii ne urar sueeensus Del juicio en aqnel dia
Fe''te, Firga, sim defenms DefiWeme, Virgrn pia,
In die judkiu De las llamas lArame.
Christe , cum sit hine exire Cristo, del parlir en la bora
Da per matrem me s^enire A la paitna TeDcedora
jid palmam victorim For tu madve all^game.
Sobro 'eataa palabraa ba colnpueato Boaaini la grande aria coreada
del primer soprano ^ digna rival de la introduccion. Los instmmentoa
de metal rompen el brere preludio estallando bruscamente. jycrtminta
con una miama nota : este son prolongado con el cual alterna, coma
desde una bondura, el murmurio de la caerda difunde el espanto, y
comunica cierta congoja y terror que suben de punto caando aquel
attr^ptto formidable rd>ienta en la ptenitod de su fuerza en una des*
garradora y aoatenida disonancia, y cae tras estacomo tras de un Ulti-
mo esfuerto. A esta aparente confusion sucede una calma sinlestra: por
an contraate adbito y endrg^co el oido percibe apdnas el sonido a^-
gado y bondo de la trompa y del trombon, que dura entrecortado por
los fdnebres redobles de los timbales, y por los golpes unisonoSf pia<«
nos , bruscoa y secoa de toda la cuerda ^ cual eco lejano y dilatadisi-
mo del fragor primero « de cuando en cuando interrumpido por rd&-
gaa de breves que recuerdan eaii sonando aun en el espacio: 5 como
espresion del terror difundido sobre la fiic de la tierra por el son de
aqaella trompeta anunciadora del juicio. Entdnces principia un acorn*
pafiamiento de los violines original , siniestro y adecuado al caricter
del troeo anterior : la vox entra como lanzando una esciamacion en el
Flammis por medio de una nota alta, larga y vibrante : y sin que dafie
i la forma melddica la profundidad filosdfica de aquel motivoi dea-^
S84.
pliegft esteras firaaes coa grandioftidad MiUime^ subei liaja) 8e re-^
dtondea en ampllas y vigorosas proporcioues , j trae seganda vex el
primer estr^pito , at coal mescla el coro sus clamores prorumpiendo
/it die judiciL Mas , oomo por entre la oscuridad de la tormenta aso- .
ma tal vet el asal del. cielo , asi la aegunda estrofii CkrUie pasa al
modo major, y^al canto dulce y suplicante del soprano responde
el coro piano por una ri^plica j con una armonfa quieta, pro-,
fuuda 6 imponente , coal himno de temerosa e^peranza dirigido al Dios
de justicia que ha de juzgar en aquel dia tremendo. Imponderable
^ el efbcto de este coutraste , de esta plegaria qae entre tales amena-
xas J trastornos de la nataralesa parece una coufesiou de nuestra ua«
da : J cierto no se podria alabar bastante si no fuese tan notorio ser
esta una de las escelenctas del genio universal de Rossini. Torna lue-
go el fragor j el primer motivo j se produce el final tan breve como
Ueno J en^rgico : aquel ascender como empujdndose las notas doloro-
sas corresponde al temor 7 A la siiplica antecedentes ; aqael iuui sosr
t^nido 7 fuerte sobre el cual destaca agudamente la voz del soprano es
propio de aquella Palma vencedora escelsa 7 no conquistada siuo con
el.combate. £n el con junto de esta aria resplandece verdadera sublimi-
dad, pues une d lo grande lo terrible , & lo eutrafiable el movimiento,
7 su magestad admira cuanto espauta : digna espresion de la trcmen-
da magestad que velard en aquel dia la cara de la misericordia de
Cristo. Rossini puede contarla entre sus piezas mas origiuales , mas be*
Has, ricas 7 profundas: en nuestro sentir ella pasard A la postoridad
como una de sus primeras concepciones , 7 una de las mas altas del
iugenio humano : con ella el gran maestro ka dado otra prueba de
que sn genio le hace digno cantor de las imdgenes de la Biblia, ^mu*
lo 7 heredero del genio de Miguel Angel.
IX.
Quando corpus morieiur, Cuando el cuerpo falleciere,
F'lc ui animas donetur Haz que at tlnima le espere
Faradisi gloria. La cdieste gloria.
£1 dnima rendlda vuela al trono de su Criador en este cuarteto sin
acorn pafiamien to , cu7a impresion no puede trazar la pluraa siuo ape-
UidAndolo himno est^tico , oracion ardiente, exhalaclon de intenslsimo
afecto. Aquellos caimientos de voz, aquellas disonaucias, aquellosmo-
vimientos encontrados 7 frases repetidas son otras tantas manifestacio-
lies de ternura suavisima , de adoracion humilde , de suplicantes 7
^morosos deseos. Las voces se elevan en la^ pal^br^s Paradisi gloria
S82
con cicrta amarga suaviclad y veliemencta qne bien tlemuestraii cu^n-'
to auestra parte inmortal apetece stt natural morada^ €omo si los'
aceotos Tolascn i perderse eu aqael pidlago de delicias. Pr^ximas al
remate van pidlendo esas mismas palabras, como si no acertasen d de-
jar de saiiorear i su dulzura , ui A despedirse de aquel amoroso 6
incfable deiiquio* Estingueuse a( fin eiialgtinos acordes variados y pla--
nos, semejantes A los suspiros del alma qiie, terminada su oraciou, se
hunde eu el seno de la humildad j espera resignada el momenlo en
que Dios rompa los viaculos del cuerpo. Colmo de la arm oaf a mas pu*
ra y sensible este cuartcto esUi formado de frases melddicas de gran
facilidad y dulzura ; de modo que uo saI>emos como calificarle mejor,
61 Uamandolo melodia arm6uica , 6 melodiosa armoufa. Razon luvo
Bossiut en acordarsc de la no radnos bella picta coucertante con que
el grande Hayden cant6 esos mismos versos : y no dudamos se acorJ6
de ella , porque si su cuarteto no lo atestiguara , Rosi^ihi hnbtera des--
01 Jo la voe de su geiiio. La originalidad no padece de que el geino sc
conforme en adoptar un cardcter ya convenido y sancionado per los
^jemplos mas itustres , cuando aprovecbdndose de estos , asoma de re-
p^ute con nuevos atavfos , y se remouta con sus propias fuerzas A nue-
▼a esfera.
Y si el gdnero religiose es el que roayormente reclama en todas las
Bellas Artes cierto cardctcr tradicional y (ipico^ ^P^^ ?^^ Rossini no
Labia de ceiiirse & la iorma arm6nica A cuya pureza y scvcridad la
tradicion cristiana hace mucbos siglos estd confiando sus aspiraciones
mas veliemcntes , sus aclos mas amorosos y mas rendidos? Estos espc-
ctales y puros trozos arm6nicos son verdaderamente parte de la tradi-'
cion y y como tales uuestros ticmpos ban de recibirlos con respeto de
los pasados , y con respeto pasarlos A los venider^s ; no los trabajos
del contrapuuto, no las melodias esclavas de la moda : ^'por rentura
cuando sccousuma en el al»r el mayor de los mislerios, cnt6ncps
cuando el iucieuso ondea como un velo flotante en toriio del Sacfr*
dote , se juutarou jamas otros sooes musicales i las caqapanadas lentas
y .profuudas que bajan zumbando d iiiterrumpir el silcucio solein.ne
y 4 estremecer los dmbitos del templo? jPluguiese al cielo que el
vi'iiculo de la tradicion no se bubiese quebrantado nuuca ! El trans-
curso de mas de siete siglos probo eu la edad media que esta cadena
niisterlosa baslaba para eulazar dpocas diversas y escitar en todas las
ceiitellas.del geuio, atcavesando fuerte y esparciendo uiitdad y ftierza
por lA nitiyor barbaric y 16s mayores movimientos y vicisitudcs de las
naciones. Las obras cuya idea matrix 4e Ic debe 'subsjsteu para ales**
^85
tignar como sid niogmi 8ervilUmo> 7 concentrando toda $u fe cristiaua
y SU9 sentimieutos eu ella trabajaron los artistas cu el gradual desa*
rroUo de las lonnas, y adivijiaron la belleza que en aquella fe 7 en
aquella tradicion residian. Rafael uunca brills tan puro 7 tan podtico
como tnUntras di6 la illtima mano al desarrollo de los tipos tradlcio*
Dales; 7 al proponerlos d.las combinacioues calculadas del cfecto, si
creci6 a los ojos de las escoelaS) fud descendieudo d los del eutusias-
mo , 6 por mejor decir , del sentimicuto est^tico , 7 desembarazatulo. a
los coloristas. La arquitcctura dej6 de ser arte monumental luego qne
los maestros quUieron ver en las rcg'as dc Vitruvlo la dnica forma
verdadera, si 7a no es cierto que tarablen.la ojival camiuaba a su d('.^
cadeucia desde que permitio que durante los siglos XiV 7 XV su^
form as esbeltisimas 7 de todo punto espirituales reciblesen primero
mayor ornatOi, se alteraseu poco d poco so color de mayor novedad 7
riqueza^ 7 acabaseu por ser manoseadas 7 del todo revueltas. ^Por
qud 7a al principio de la cieucia los maestros se manifestarou esqui-
¥OS , si no reilidos ) con el tesoro de las . tradiciones mnsicalcs que el
altar guardaba ? Breve es esta digrcsion para satisfacer cumplidameute
A tal pregunta: algun dia,si estamos destinados ^ yerlo, eulazardmos
en esta cuestion todas las Bellas Artes , esforzdudonos por probar que
en ellaSf como en todo lo de la tierra, es la tradicion el vinculo mas
poderoso 7 mas fecundo.
I El Stahat de Rossini (ijard alguna forma tradicional en la histo«>
lia del Arte ? Midutras la posteridad falle , nosotros no podcmos afir-
mar sino que de esta composicion datari una nueva era ^ 7 que deella
ha de parttr quien unieudo el ingenio k la cieucia as})tre A cnntar las
ideas mas graudes 7 los mas eievados sentim.tcutos. Mucbo tememos
cmpero que su iutroduccion 7 su aria del primer soprano carezcaii
de rival en todo tiempo ; aunque el conjuuto de esta obra ba y^ de cu*
ceuder mas de una inspiracion eu los artistas futures de juicio recto
7 de corazon grande 7 apasionado , que deseeu con fe viva 7 largo es <•
tudio bermanar la pnreza 7.1a seucillez del pensamiento con la es-
pontauoidad de los ma7ores recursos cicutlficos. £n este particular la
macstria de Rossini, l^jos de arredrar, tracra vida ^ los espiritus cu
que arde purificada de todo resal^io de escuela la llama del arte. La
cncrgfa , la graudeza 7 la suavidad tie los profiuidos motivos del Sla"
hut senin muestras duraderas de su iugruio: la combinaciou de los
efi^ctoSf la variedad del conjuuto, los coutrastqs tan diestramente al-
tcruados de las piezas eulr^ si, 7 el manejo espoulaueo,^ vigoroso 7 so-
brio de las masas diran d las^dades iuturas su sabiduria) esa cieu-
S8»
eia tan fiLcil con qne en la paleta de ra c^rebro , periiaese k Araie^
reparte los coloresi los toma de ella j lot distribaje m ostentacton f
con naturalidad la mas ann6nica. De este modo ha conciliado las dos
escuelas antigua j modema ; pnes si despliega A sa antojo j con dies-
tra taano todos los recursos de la tnstramentacion ^ tambien la pares*
de ios motivos destinados A las roces hubiera sido perfectamente sen-
tida en aquellos tiempos en tjue la parte vocal no compartia con nin«
guna otra su pFedominlo. i Quit<n tiene derecho A mirar con desrfo el
cardcter masabierto,mas dramiltico que en el corte rossiniano puedeen*
oontrane ? Se ha demostrado que la fra^ de los maestros anterlores
sea la linica conforme con la belleza j con el esp(ritu del g^uero sa-
cro ? Ya que ios maestros para el desarroUo de este tomaron del pro*
fano los priucipales elemeutos ^ y le atribuyrron poco A poco la pre-
ponderancia en el gusto , justo es que el inOTador del dramdtico use
de los esclareciJos t:tulos con qne poqnfsimos, tal yez ntoguuo, ban
contado iQvl6 serd empl&ludolos Rossini tan en provecho del rnismo
g^nero sacro , al cual enriquece de nueras formas , con nuevo vigor y
con verdadero sentimtento? Qucj^monos mas bien de esos oratorio/ j
caratinas que sueuan en nu<*stras misas ^ de esos aires de danza que re-
llenan los rosarios y i<|s gozos , rerdaderos la1jerintos« oviilejos j ie^*
trillas de la miisica, tristes tcstiinouios de como el espfritu sffucillo de
la fe antigua se ha ido alteraudo y recargando cou sulKlivisiou(*s j
accesorios vanos, tal vez suporsticiosos y sin disputa uimios. No se os-
trafie la severidad de uucstro sentiri los males preseutcs io motlvan
bastaute, y cada dia que pasa clava mas adentro de nuestro anitno
estos principios. Esta severidad y csta couviccion nos dicen que ni to-
da la riqueza del arte conipensard jamas el rompiinicuto de la tradi*
cion , e«to es , que nunca supliri por el efecto de los cdiiticos priniiii^
Tos de la Iglcsia. IVimf^ramcnte e.sos cantarcs, que ninguno de la ge-^
neraciou presente ha visto compotier^ que ya oimos cuando nuestroet
padres nos llevaron A visitar el templo del Sefior , que desde enti'nice^
todos los afios, todos los meses hau sefialado las inayores solptnuida-
des religiosas , que rosonarou en la muerte de nuestros ahuelos y de
nupstros amigos , aquellos cantos ban vcnido A convnrtirse en jnelodiai
populares y en cierto modo uaturales » cuya poesia se deja gustar pot
todos los corazoues , y las cuales tiieren nuestro dnimo compiexas con
todjs los accidentcs de lugar y circunstancias prefiadas de recuerdos
y de sensaciones. Adcmas, sn seucillez que descubre su remoto on-
gr*u cs la principal causa de su podcr y de sn poesfa : en elia se es^^
trcllan los esfner^os del arte, y en vano el genio de Hajdn, Mozarf^
889
lt'06stm qairieran lachar ooo la tan entrafiable del ra5 ie difuntoa, y&
coo la cantaria con que el deroto contempla. los dolorei de Maria* . .
Mas ja que el Arte se ha trasado , senda distinta , dbransele de par
en par las pnertas del templo, despdjese de toda profcnidad aotela
rigida ie que las cnstodia , y laTJ&ndose en sua santas aguas entre
el rerdadero ingenio A deponer las palmas de la ciencia j del entu-
SttUDo ^1 pi'd del linico altar ante el coal deba doblar la frente j la
rodilla ; eotre i entonar les cintioos exentos de toda pasion terrenfit
ooloreados 7 vWificados denn solo afecto:— el de adoracion j admi-
radon de Dios^ oentro el mejor 7 el yerdadero de todo deseo y de
toda sabidoria.
Pino Pimm.
Barcelona mono de 1844*
BIBLIOGRAFU.
BL tlBRO SB IX>8 VOSot FOR D. JOA<^m R&B16 T OsS. ^
No bay necesidad de examioar por menudo esta obrita , ni de trazar
un leve bosquejo de ella para eocargar con mas eficacla i los padres
de familia y d las maestras de nifias que cuiden de ponerla en manos
de esas tieroas 6 impresionables criaturas cuya primera educacion les
eM confiada. Para toda recomendacion basta decir que en ella cam-
pean las principales dotes que exige naturalmente su titulo. Important
cia y pureca en las miximas ^ amenldad y senciliez en el mcf todo ^ ele-
gancia en el estilo y propiedad en el lenguage. Como su autor nunca
pierde de vista la clase de lectores d que se dirige i con la claridad
de las Ideas procura ponerse al nivel de su inteligencia, y con el atrac-
tiTo de las formas escitar proyechosamente su interes. Una serie de
lecciones breves y sencillas, couteniendo lasverdades religiosasy mora-
les que deben ilustrar la mente y entrafiarse en el corazon de una ui«
fia cristlana ^ no puede ser un tratado original ; pero siempre serd un
libro muy dtii, y actualmente necesario. Li&stima al par que indigna*
cion causa el ver que por negligencia de los padres las primeras pd*
ginas que lee de corrido una ]6ven son tal ves las de alguna novela,
y sabe Dios. qud nov^a es la que ba caido en sus manos! Aquellos
pues que no. miren con criminal indiferencia las semillas de mal 6
d^ bien que la lectura depone en el espiritu dvido de impresiones de
Tom. n. A8
586
comparane it ant firdta et^mailA por U bondad de su aUmento j por
la tnayidad de aa sabor.
MBMORU CRfTICA-LITSRARIA SOBRS EL JOBfo SRRANTSy
POR D. JOAQUiH RuBl6 T OrS.
Entre las cavsu qae ooocmrieroii i retardar el presente niimero de
nnestra reriatat una fad la neceridad de agaardar qae oonclajese la
obra de Sae para ezaminarla detenida j coDeieasadamente. Terming
poriSn la cdebre norela, j otroa motiyos conooidoa de noestros lecto-
res impidleron realizar el intento qae de antemano estaba concebido.
Naestro peii6dico religioso j literario i la ves do debia pernumecer
mado ante ese monstrooso parto de la imaginacion qae tanta balla ha
metido en la repdblica de las letras j tan fblminantes diatribas arroja
hasta A lo mas sagrado de la creencia cat6ltca. De esta obligacion nos
ha relerado on colaborador naestro escribiendo por sa cuenta ana
memoria cuju opbiones aceptamos como si las inclujtframos en esUs
p^nas. Noa abstenemos de elogiarla porqae seria ca^ lo mismo qoe
elogiar on articalo propio de la redaccioD) y para recomendarla & naes-
tros lectores les dirdmos solamente qae deben cousiderarla como urn
articalo de la Fc impreso por a q wB r ad o . *? M f »
887
DE HATERIAS.
LA RELIGION Y EL SIGLO. Articulo I. Lacha eterna del nglo
con la religion : diversas faacs que en el traacarso de los tiem*
" pos ha presentado, y la eapecial que ofrece en ol nnestro. Natn*
raleca de la palabni ii^io^ j peligros de concretarla demaaiado.
Dificultad de definir nuestro aiglo; muitiplicidad de aits carac*
teres. Su ciialidad dominante esla indolencia« j lo pmeban sus
mismos adelantos materiales j sa inquietud febril. Espectacion « .
desengafio 4 indiiereDcia. Su remedioes la religion. For D. Josa
MilBIA QvADftADO..., ^
ESTUDIOS LEGISLATIVOS Y ECONOmICOS. Jriiculo L Mo-
derna importancia de la al^gacia^ j ausilio de conocimientoa
ecoB6inicos qne necesita esta carrera. Puntos de contacto eutre
ia ciencia de la riqueea y la del derecho : caestion de propie*
dad, loqne liay en ella de econdmico y de legislativo. Error de
lasleyes ^n entrometerse en materias econ6micas. Lajo, iuutili-
dad de las leyes suntnarias. Fomento de poblaeion, plaga del
i pauperismo. medios esoogitadoa para atajarlo. Libertad en las per*
Ditttas. InconTenientes de qne la legislacion proteja una Indus*
tria en menoscabo de'la6otras;e8tancamientodel meUlico, abu*
' so del papei-moneda. Leyes contra los reveudedores, leyes con-
tra los estrangeros ; funestos efectos que obraban. For JD. Josfi
ViDAt Y Poirr 17
CONSIOERACIONES SOBRE LA SITUAQON. Males sin causa .
conocida y sin esperanzas t desengafios esperimentados sucesiva-
mente en uuestia historia politica. Interinidad de todo lo pre*
sente. Nueva ^specie de .conser^adores. Autecedentes delpartklo
llioderado, yxuil deba^ser su misioii. Su ienguage con los aiiso^
lutistas y con los progresLsfas* ImpoHtica de su conducta« t'al-
sedad de sn posiciou. Qii(^. es lo que le pide ; firmeKa^ consecuen-
cia y conciliacion hajo un n^gtmeu ora absolute , ora represeu-
takiyb. Indiferencia ae las tbroias politicas para la ielicidad de
las naciones. Miras de un ststema grande y oonciliador. For O.
Jose Maria QuAi»Ai)o v • 26
ROSILDE. Cdntl^a de Sihio^F^lico.... 59
AL ANGEL CDSTODIO, po«ia. For D. Tomas Acuad 5 1
CHdNlCA RELIGIOSA. For D. J. V. y P 5.^
CRO.NICA POLiXlGA. ForrD J. M. Q... 60
VARIEDADES. Bibliograjia caioUca de FarUj revista critica dc
98«
toda saerte de obns. ^.••.* « ••.•••.;....,•— $5
lA RELIGION Y EL SIGLO. Jnieulo lI.Modo de coodncinecoo
on siglo iodi&rentista. Decadencia de la impiedad ; desoontento
general y fermentacion de ambieiones. Inflnencaa de la religion
en la dicha 6 resignacion de las generaciones patadas, j sisle-
ma opuesto de ios modernos tribunos. La libertad de niiestrat
acciones j la iumeasidad de nnestros deseos: causas del malestar
del g^nero huinano sobre la tierra si la religion no guialanna
J satisface la otra. Reconocimiento uninime & estas yerdadesea
teoria,y sn falseamiento en la pr^ctica. La religion freno de
Ios politicos : la religion sentimiento de Ios poetas j fil6sofos.*
absurdos 7 funestos resnltados de imbos sistemas. Encadena-
miento de las Terdades religiosas. For D. Josa Mjjua Quaiuudo. 65
EL NUEVO CLERO. Caricter peculiar de esU insUtocion sobre
todas las demas. Sos dos existenciasy la material y la moraL
Estado actual del clero. Miras de la Proridencia sobre su aba*,
tioiiento y aon sobre la misma penecncion. Nuera generacion
de sacerdotes. Dednteres j puresa de su yocacion. Gloria y di*
ficoltades de so misioo en estos tiempos. El noeyo clero y el an*
tigoo; so posicion distinta. Deberes inmutables y deberes aoo*
modaticios. Antigua representacionvpoliticadel clero: la inatito*
cion reeomendaba al iodividoo, abora este rsoomieDda la insti*
tacion. Proteccion de Ios gobiemos, y depeudencia en que te*
nian al clero. Aislamienfco de la politica que d este le conriene
en la actoalidad. So asoendiente social^ su instroccion. Btenet
que al clero firances ha traido la persecociosi y Ios qoe traeri
al nuestro. For O.J* M. Qujouudo.^ ••,. 8t
SAN AGUSTIN. ReUcion histihica de su conyenion. Frafpnentos de
sus eortfesiones. Calumnias de qoe ha sido objeto. For IX Jost
ViDAi » Pout « •• 99
MELODIAS HEBRAIGAS DB LORD BYRON. AdyertencU preli-
minar«aB^ hija4ieJefU.fs'»SadLes»Canto.de Sadl en su Mima
baiafla.^^La desiruecion de Senaqaerib.ts»La vision de BaUa*
sar.tmj Jtrusalen destruida por Tito»ts»La gacela sal\^age,mm
Orilias del Jordan. -^Sol de Ios que no duermen. Por D. To*
MAS Aovil6 •• — ...^w... •••- U>7
CR6NICA RELIGIOSA. For D. J. ▼. tP 119
CR6NIGA POUTICA. For D. J. V. i P 125
LA RELIGION Y EL SIGLO. ^r//eci/o ///. Bdecticismo y racio*
nalismo. Conjuracion uniyersal de Ios errores contra el catoU*.
cismo ) J lucna abierta y firanca entre la raaon y la fe. Racio*
nalismo adoptado por Ios mismos apologistas de la religion, sa
opertunidad^ y males qoe podria traer su esoesivo uso. Cues*
tiooea religiosas que ouedan por reselyer A la prudencia hu-
mana* Partido de Ios Tiejos y y partido de Ios jdvenes : modo qoe-
tienen entrimbosde conciliar la religion con el siglo ^ Ios onos
condenando el sifflo absolotamente 9 les otroe aniquiJando k
religion so color do aeomodarla i lot tienpos* MescU de finno*
S89'
I la J dalxnra necesaria en ia actaaUdad • G>ncept08 eqmT<)cados
aobre noestro siglo : contradiccion de sua pretensiones y de- '
seos, 7 obsUculoa que halla en todo camino el que quiera ba-
G^rsela acoeaibie, incon^enientes 6 iuatiiidad de una protesta
general contra sn cardcter j an mareba; peligros de desuatu-
ralizar el cristianUmo para someterle al espfrita del siglo. For
D. Josfi Mabia Quadrado Ii29
EL CATOLICISMO EN SIRIA. Cuestion de Oriente. Interes que
despierta siempre este pais. Poblacion cat6lica de Siria ; los ma-
romtas; conventoa. Intrigas de la Inglaterra. Proyectos de la
Rusia. Las cruzadas: teutativas becbas desde entdnces para
el recobro de la Tierra Santa. Ventajas que presenta la Siria pa-
ra erigirse en estado independiente , y probalidades de que se
establezca alU nn nuevo reino cat6lico. Sn emancipacion com-
parada d la de Orecia. Cardcter que ofreceria en el siglo XiX
esta restaoracion en paralelo con la conquista de los cruxados.
Por D. Josfi Maria Quadrado 144
ESTODIOS LEGISLATiVOS Y EC0N6miC0S. Jniculo II. So-
bre la utiiidad y abuso de las clasificaciones en las ciencias.
Modemo desvfo de las reglas escoUsticas. Division de clases en
Erodnctoras 4 improdncteras. Razones para coiocar al clero en
I clase productora. Insnficiencia de an clero asalariado. Desa*
mortixacion eclesidstica en Infflaterra, Francia y Espafia, £1
celibate del clero no es perjudicial bajo el aspecto econdmico,
y reporta grandes ventajas bajo el aspecto religioso. Cuestion
del diezmo. Resiimen. Por D. lost Vidal y Pont 155
APUNTES sobre ua poema. Breve noticia de un poema in^dito
para mejor int^igeucia del episodio siguiente. Par D. T. A 167
GONZALO, poesfa. Por D. Tomas AouiixS 169
CR6NICA RELIGIOSA. Por D. J. V. y P 185
CR6NiCA POLlTICA. Por D. J. V. t P l»9
LA RELIGION Y EL SIGLO. jirticulo IF. Coexistencia delos dos
drdeneS) politico 6 civil y espiritual 6 religioso. Pareceres en*
contradoa sobre si estos dos drdenes delien correr separados 6
unidoSf razones en que se apoyan, y distintos fines con que se
sostiene una misma opinion. Las actnales ciroinstaucias bacen
propender por la separacion Inflnencia qne debe ejercer la reli*
gion en la sociedad, pero ningana en ia politica. Complioa*
cion de los intereses poUticoS) y divergeucia que auavdan d
menudo con los reltgiosos. inconvenientes qne. A la religion re*
sultan de aliarse con alguna causa poUlica y mas en estos tiom*
pos. Reserva que aoonseja k la religion la desoonfianza qne «k
ella muestra el estado y su desprendimiento - de los dones de
este. Abdicacion de todo cargo temporal, y sn concei|traciou
en la deieosa de sua propies intereses. Motives de ereer que
hay a cesado la ^poea de persecncioiies violentas. Diterencia de*
religion en abstraoto y de bombres relrsiosos , en cuyo* de«
reabo esti realizar por-raedio9 poHticos ei triunfo'dosos tieas.
500
For D. Josfi Maria Qu^drado v 192
QCCVEIX) COMO ESCHITOa POUTIGO. Variedadde sos do-
tes literarias. Oesden con que se miran sos obras aeriaa. Su ta-
lento igiial i su ingenio. £1 genio j el gusto. SuperGcialidad del
EeriodisiDo iiterario cii Espafia. Falta de profundos estudios so-
re Qucvedo : coudlciones que se requierea para ese trabajo. Im-
prrio tirauico de U moda atm eotre io.s escritores de mas do-
ta. Ojeada litcraria ^ ia Polilica de Dios, Difereucia capital i
de la ciencia poUtica aotigua j moderoa. Los hombres y las
iiistltuciones. Objeto de la obra de Quevedo. Preseitta d Jesu*
cristo como dcchado de rcyes : iucu'ca la necesidad de que el
Enncipe gobierhe por si inisnio; se opone fucrtemente al go*
lenio dv. validos. Eijimeu Iiterario de la Fida de Marco
Bnt(o. hicoiiTeiiiRntes del nuevo estilo cortado j snutOQcioso.
Jnfluencia de-lactto en las ideas de Qnevedo. Villana ingrati-
tud de Marco Hruto : Quevcdo y Lucano equivocarou & sus he-
rocs. MeiKtiou de alguiias otnis obras politicas del aiitor. Ob-
scrvai'loii que mauiiicsta la iudoie seria de su ta lento. Por
D. ToM\.s Ar.uiL6 : 208
DIA DE Dll:'U>TOS. Variedad de impresiones que puede eacitar
estedia. Hcsultado do la creencia en la iomortalidad del al-
ma son las bonras que se tributan A los (inados, diversidad
de.aqucllas seguii era difcrente el dcstiao que i las alm:<$ se
atribnia. Asentiniiento general de la antigtledad i la idea de es-
piacion. Dogma del purgatorio. OGcio de dituntos. Consneios
y virtndes socialos que produce la oractonpara los fiuados. Por
D. Josfi i\lAni'A Quadhido • » 229
EL VACk). Poesia. Por 0. Xomas AouiuS 255
DOS NUBES. Poesia. Por D. Joaquix HubkS r Ors 24I
CttONlCV RtLK.IO.SA. Por l>. J. V. t P ^45
CROMCA POLiTlCA. Por D J V. Y P 252
VAhlEDADES. Novena al patriarca sau Josd 255
LA RELIGION Y EL SIGLO. Mticulo F. El cstudio dc U bis-
tofia coiidurt^ al escrpricisnio eu poljticti. Errores de los que
tii'npu dfnnaslada ii\ en las iiistitu*-ioties bumauas. £1 dictado
de roli!*iosos apliondo A ciorlos siglos no es mas que rclativo. •
Op«4'sta comlucta de los enemigo* do la religion. La religiou,
au4K|ue scparada de la politica ^ del>c ialloir solire las socieda-
des. Univcrsalidod de su • iiiQurncia eu ^pocas no remotas. G>->
mo eu la actualid»d se ci^harta esa Uitlueucia apesar de los elo-
gios en especulativa* iVcesidad de avivar el pspiritu de proseli-
XvMBto r**ligi«>so aooinodaudqlo a Us licitas eiigencias del siglo.
Boneficios iiiateriales. de la caridad. Deber de todos los fieles oa
tr^bajar pare €[i\9t triunteu y se propftguen las ideas religiosas.
Pof i^. icM^ Maria •QuAOR ADO. ^ .t.^.^..^ 2)7
AUTOS SVCRAMhMALES DE CALDERON. VaiVenesde la crU
tica en 6i\* juicios acerca de este aulor. Medio ilcgtttmo que ba .
caunado «a. rebaJiilitaciou- Division de «u teatro. Origea reli* *
59i
' gioso del arte dranidtico entre los gentiles. Or/gen crisllatio del
drama moderno. Noticia de una antigiia represeiitacion en Ma-
Ilorca. Parte que tomb el espfritu religioso eD el desarroUo del ,
arte dramdtico con las comedias de sautos y los autos sacra-
mentales. Autos de Lope. Las ternuras y sequedades de la vi- .
da espiritual , asunto orduiario de estas alcgorias. Calderon le
sucede y le eclipsa. Mejoras que introduce en la combtnacion
dramdtica. Su iuferioridad en la parte lirica. La caida y la re-
Saracion del honibre argumento de estos espectacuios, especie
e protesta publica de la fe de los espauoles. Idealisino do es-
tas creaciones. Sutileza de sus oonceptos; mctafisica de su pocsia;
caracteres de su versificacion. ludicacion de un paralcio de es*
tos autos con las comedias del mismo escritor. For D. Tomas
AguiixS 270
LOS JESUITAS EN AMERICA. Decrcto espcdido per la rcptl-
blica de Nueva Granada. Una mision en las seltas dc A'mt^ri-
ca. Ridiculo de las imputaciones hechas d los Jesiiitas. Tcsti*
monio en su favor sacado del mismo decreto. Lo iufundado
de los temores que causan ^ y lo malicioso de las acusacioucs
que se les dirtgen. Apelaciou d la juventud ilustrada y d los
ejemplos contemporineos. For D. Josfi Maria Quadrado 285
ILDEGARDE. Cdntlga de Sihio Fe'Uico 293
MELODlAS HEBRAICAS DE LORD BYRON. Llanto de los des-
tetrados, ^ Lament o de fferddes. For D. T. A 506
LAS NAVAS DE TOLOSA. Romance. For D. Pablo PipfeRRER .... 509
jeadNICA RELIGIOSA. For D. J. V. y P.... 515
BIBLlOGRAFtA. Advertencias sobre la maligna publicaciou titula-
da ios Jesuit as: fndice de alguuas obras modcrnas que tratan
. imparciat y faTorablemente de su institnto. Recomendacion de
la Reseha de sucesos contempordneos de D. Tomas Ula y Ba-
laguer 519
EL INFIERNO Y LA NADA. Reflexiones suehas. La palabri m-
Jierno. Rebeldfa del entendimiento consecuencia de la del cora-
zoB. La nada admitida para disipar los terrorcs que producia
el infierno : Disipa tambieu las esperanzas del clelo: Reduce la
dicha del bombre alpo itivismo de la tierra: G)mparada con la
metempsfcosis. Qud es la nada ? £s un sistema que degrada al
bombre: que ttende k coiisternarle: igualmente iuadmisihie para
los infelices y deseraciados. Vida del bombre en lo pasado y lo
lejano. Su anbelo de conocer el porvenir. Dudas acerca del per-
venir de la civilizacion actual: Las ciencias natnrales du-
dosas ^ incompletas. Contemplacion del cielo e^trellado. Valor
de la yida segun el sistema cristiano 6 materialista. Locura del
suicidio en los mismos casos. La nada solo apetecible para los
nfprobos. La gloria p6stuma. Un cristiano , un iucr^dnlo y un
esc^ptico delante de un sepulcro. For D. Tomas Aguil<S. 521
DEL SENTLMIENTO EN LlTEhATURA. Definicion del senti-
miento. Su preferencia sobre el taleuto. Prueba que ofrecen las
592
Itteraturaa ^rimitiTas. La moderna rerolncioD literaria confirm
ma esta opiaion. La imitacion contraria al aentimiento. Naera
escaela nacida en Alemania propagada por Ghateattbriand. Sol
exageracion j aboso. Eapafia diacipula de la antigaa j de la mo-
derna escuela. Falta de literatura propia. Esperancaa de obte-
nerla. Las verdaderas producciones literarias forman el retrato
intelectnal j moral de sa aator. Par D. Joaquin Ruii6 t Ors... 544
ASPIRACION. Poesfa. Por D. Josfi Maria Quadrado ^ 554
ATlLA. Poesfa. Por D. Joaquih Rubi6 t Ors. 553
STABAT MATER. Objenraciones artisticaa y literarias aobre la
mdsica en general , sobre la miisica religiosa , anilisis de la o^-
lebre partitura de Rossini , de sos medios masicalea y de las im-
presiones que escita. Por D. Pablo Piferbxr 564
BIBLIOGRAFIA. Recomendacion de dos obritas de D. Joaquin
Rabid y Ors 586
\
* i.
•-*'^ ^J-
r •'•-^!;