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einítier^ítp of JSortb Carolina
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THE LIBRARY OF THE
UNIVERSITY OF
NORTH CAROLINA
AT CHAPEE HILE
ENDOWED BY THE
DIALECTIC AND PHILANTHROPIC
SOCIETIES
BUiLDING USE ONLT
PQ6217
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vol. 20
no. 1-lU
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ÍAFÍN Y JOAQUÍN
ÁLVAREZ QUINTERO
LA NIÑA DE JUANA
o
EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA
ENTREMÉS
MADRID
I 91 9
LA NIÑA DE JUANA
EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA
Esta obra es propiedad de sus autores.
Los representantes de la Sociedad de Autores Bsj)añolei
son los encargados exclusivamente de conceder o negar el
permiso de representación y del cobro de los derechos de
propiedad,
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reserves pour tous les pays, y compris la Suéde, ia Norvége
et la Hollande.
Copyright, 1919, by S. y J.Álvíjrez Quintero.
SERAFÍN Y JOAQUÍN
ÁLVAREZ QUINTERO
LA NIÑA DE JUANA
EL DESCUBRIMIENTO DE AMERICA
ENTREMÉS
Estrenado en el teatro de Cervantes, de Sevilla,
el 5 de octubre de 1918
MADRID
19 I 9
MADRID — Imp. Clásica Española. Glorieta de CLiamberí.— Teléf. J. 430
A JOSÉ LAGUILLO
espíritu generoso y entusiasta
SERAFÍN Y JOAQUÍN
REPARTO
PERSONAJES ACTORES
LA NIÑA DE JUANA María Paloü.
JUANA Leocadia Alba.
HERRERITA Luis Manrique.
607056
^¿be^/í^' ^^"^^
LA NIÑA DE JUANA
Habitación modesta en una casa de partidos, en Sevilla.
Puerta al foro y otra a la izquierda del actor. Es por la
mañana.
Sale Hetrerita por la puerta del foro. Es un mozo
del pueblo^ cajista de imprenta, audaz y decidido.
Herrerita. Buenos días. Nadie aquí tampoco. La
casa misteriosa: no suena er timbre, er portón está
abierto y no hay arma viviente. Alzando la voz.
¡Buenos días! Na; no contestan. Tocaremos las par-
mas. Las toca.
La Niña de Juana habla desde dentro.
Niña, j Quién es.?*
Herrerita. ¡Gente de paz!
Niña. ¡Espere usté un istantel Pero ^-usté por
dónde ha entrao?
Herrerita. ¡Por er portón!
Niña. ;Y quién le ha abierto a usté.^*
Herrerita. ¡Estaba abierto!
Niña. ¡Vaya!
Herrerita. Paese voz de mosita. Será arguna hija
de Pisarro.
Pausa. Por la puerta de la izquierda aparece la
Niña de Juana, muy peripuesta de mantón y flores^
por lo que luego se dirá.
Niña. Buenos días.
Herrerita. ¡Canela! Buenos días.
Niña. ¿Usté quién es.' ¿Qué se le ofrese a usté?
10 La Niña de Juana
^' • ' " '■ ' t
Herrerita^ embobado mÍ7'ándola, fio le responde. ¿Se
ha quedao usté mudo? i|
Herrekita. Le diré a usté: me farta la respirasión.
Niña. ¿Toavía de la escalera? Pos no son tantos
escalones.
Herkerita. ¿No, verdá? ¡Pos yo no he subió nunca
más arriba!
Niña. ¡Vaya! Poméndose seria. Usté dirá lo que
se le ocurre.
Herrerita. ¿Lo que se me ocurre? To lo que se
me ocurre no me atrevo a desírselo a usté.
Niña. ¡Lo que se le ofrese, señó; que habla usté
demasiaol
Herrerita. De eso tiene la curpa mi ofisio, ¿sabe
usté? Yo soy cajista de la imprenta de Er Libera; me
paso to er día componiendo palabras en silensio, y
no párese sino que me las trago, porque luego, cuan-
do prinsipio a habla, tengo tantas palabras en er
cuerpo, que no me caya nadie.
Niña. Na de ese cuento me interesa a mí. jUsté
qué es lo que quiere?
Herrerita. To, menos que usté se incomode con-
migo. ¿Don José Pisarro vive aquí?
Niña. No, señó, que vive aquí junto.
Herrerita. ¿Aquí junto?
Niña. En er portón de ar iao.
Herrerita. ¡Lo que siento yo que no viva aquí!
Niña. Pos ya le he dicho a usté donde vive.
Herrerita. Sí; aquí junto. ¿Usté sabe si estará
ahora en su casa?
Niña. Lo que sé es que se va usté poniendo bas-
tante pesaíto.
Herrerita. No me lo diga usté. Y usté me dis-
pense. Pero hágase usté cargo. ¿Usté no viene de mi-
rarse al espejo? ¡Pos entonses...! ¿No es natura que yo
no quiera irme?
o El descubrimiento de América ii
Niña. Soii7'ie7ido, a pesar suyo. ¡Vaya!
Herrerita. Yo yegué aquí en busca de don José
Pisarro, pa darle una rasón de parte e mi regente, y
bendigo la hora en que me equivoqué de portón. Si
en er camino me hubiera encontrao una mariposita
blanca, tomo esta equivocasión a buen agüero. Lo
que no me párese bien, con permiso de usté, es
que en esta casa se quede ni un minuto la puerta
abierta.
Niña. Se ve, se ve que tiene usté muchas pala-
bras en er cuerpo.
Herrerita. ^'Y rasón. no tengo en lo que digo?
Porque lo mismo que he entrao yo por casualidá,
entra un mal ange...
Niña. (.-Más mal ange.^*
Herrerita. ¿'Tengo yo mal ange.^
Niña. Ahora la der mal ange ha sío mi mamá,
que se ha yegao por un coche ahí a la plasa, y no ha
serrao er portón ar salí.
Herrerita. ^-Y a eso le yama usté mal ange.? ¡Pos
no ha tenío poca grasia la señora! ¿Conque por un
coche.f' ¿Van ustés de fiesta, o es que se va usté a
retrata?
Niña. Eso que usté ha dicho.
Herrerita. Yo he dicho dos cosas.
Niña. Pos es la der retrato.
Herrerita. ¿Se va usté a retrata? ¡Pa retratarse
está usté, hija mía!
Niña, ¡y dale!
Herrerita. Me vi a mete a fotógrafo.
Niña. ¿Usté? Le da a usté por los ofisios cayaos.
Herrerita. Sí; pero de fotógrafo, a lo menos, si
la retrato a usté, podré desirle: «Ouietesita; la cabesa
más baja; míreme usté a mí; sonríase usté ahora...»
Niña. Volviendo a sonreírse. ¿Y una sonrisa tan
forsá, qué vale?
12 L a N i r¿ a d e J u an a
Herrekita. Yo me entiendo.
Niña. Pos yo, a los fotógrafos, en cuantito se
vuerven de espardas, les saco la lengua. Lo hace.
Hekkerita. ¡Ay, qué grasiosa! ¿Y es un caprichito
der novio quisas er retrato este?
Niña. ¿A usté qué le importa.? ;Se quié usté ya í
a vé ar vesino.''
Hekkerita. Es verdá, que tengo que í a vé ar ve-
sino. Se me había orvidao. Muchas grasias por er
recordatorio.
Niña. No las merese.
Herrekita. Oiga usté, y ya que estoy aquí, y que
estoy tan a gusto, ^-no le podríamos dá ar vesino unos
gorpesitos por er tabique pa que ér viniera.^ Yo creo
que hasta me lo agradesería.
Niña. No nos tratamos nosotras con ese seño.
Herrekita. Pos con la vesindá conviene tratarse,
porque a lo mejó una noche se pone uno malo...
Niña. En adeinán de irse. ¡Vaya! ¡Que usté lo
pase bienl
Herrekita. Por su salú de usté, no se vaya de esa
manera. Soy yo er que se va.
Niña. Ea, pos andando.
Herrerita. En cuantito usté me perdone la mo-
lestia.
Niña. No hay de qué.
Herrerita. Otra vez las grasias. Y ahora, una
súplica antes de irme der to. Si es menesté, me hinco.
Niña. No hase farta; eso déjelo usté pa la iglesia.
Herrerita. ^-Es usté la Niña de Juana, como le
disen; de Juana la bordadora.^*
Niña. Sí, señó.
Herrerita. Por muchos años.
Niña. ;Quién se lo ha dicho a usté?
Herrerita. Usté, ahora mismo.
Niña. ¡Qué grasia!
o El descubrimiento de América 13
Herrerita. ;Le ha hecho a usté grasia? ¡Vamos!
Niña. Sí, señó; eso me ha hecho grasia. No lo
niego. Porque ha sío una pregunta muy tonta la mía:
«¿Quién se lo ha dicho a usté.^> Cuando yo acababa
de desírselo.
Herkekita. Pos en la misma puerta e la caye, una
mujé bizca, con er pelo aniyao...
Niña. Sí; Antonia la Sarmuera.
Herrerita. No la conozco. Me preguntó: «¿Va
usté a vé a la Niña de Juana.^> Le contesté que sí, y
me dijo: «¡Pos vaya usté con Dios!»
Niña. Sí; me quiere mucho. Aquí ha estao hase
un rato echándome flores.
Herkerita. Conque yo, ai oírla, tomé detayes.
Paresía que me lo daba er corasón. «¿Por qué me Jo
pregunta usté.?'» — le dije. — Y va y me responde:
«Porque hoy se ha puesto que da gloria verla.» Y no
me ha engañao.
Niña. Va a vení mi madre... y va a reñirme.
Herrerita. Por mi causa, no. Punto fina. ¿La Niña
de Juana tendrá, naturarmente, un nombre propio.^
Niña. ¡Claro! ¡En la pila no me iban a pone la
Niña de Juana!
Herrerita. A vé si lo asierto antes de que vujerva
su mamá de usté con er coche.
Niña. No se haga usté ilusiones en eso: ni en dos
horas lo asierta usté.
Herrerita. ;Es tan raro.^
Niña. Sí, señó, que es rariyo.
Herrerita. Vamos a proba.
Niña. ¡Lo que tiene usté es una sangre más
gorda!
Herrerita. A gusto que estoy. ;A que asierto er
nombre de usté.^
Niña. ¿A que no.-"
Herrerita. ¿Me ha dicho usté que es raro, verdá.í*
14 La Niña de Juana
Niña. Rariyo.
Herrerita. Pero será bonito, desde luego.
Niña. A mí me gusta.
Herrerita. ¿-Qeopatra.?
Niña. ¡Jesús!
Herrerita. ¿'Dursinea?
Niña. ¡Jesús!
Herrerita. (¡Eloísa.^
Niña. No se canse usté. Si hubiéramos apostao.
pierde usté er dinero. Me yamo América.
Herrerita. ¿América.'^
Niña. América Marín, servidora.
Herrerita. ¡América!... ¡Sí que es bonito er nom-
bre!... ¡América!... ¡Se tenía usté que yamá argo por el
estilo! ¡Y várgame Dios, qué temblique me ha entrao!
Niña. ;Temblique.^ ¿Por qué.^
Herrerita. ¡Qué sé yo! ¡Una cosa partícula!...
¡Porque entre er nombre de usté y er mío hay un no
sé qué que viene a juntarlos!...
Niña. ¿Ah, sí.'* ;Se yama usté Colón.?
Herrerita. Ün pelo me farta.
Niña. ¿Cómo es eso.^
Herrerita. Me yamo Cristoba.
Niíía. ¡Qué casualidá!
Herrerita. Cristóbal Herrera, pa servir a usté.
En la imprenta me disen Herrerita. Y tenga usté en-
tendió que mi tocayo Cristóbar 'Colón, la mañana der
12 de ortubre de 1492 — 3^3 ve usté si estoy enterao,^ —
no sintió de seguro una alegría tan grande ar descu-
brí su América como yo esta mañana, también de
ortubre, ar descubrí la mía.
Niña. ¿Cómo la suya.^
Herrerita. Y la diferensia no es más que ésta —
de argo me ha de serví la istrursión que tengo: — aque-
ya mañana, un trianero que iba con mi tocayo, ar di-
visa la costa primero que ninguno, dio un sarto y
o El descubrimiento de América 15
gritó: «¡Tierra!» Y yo esta mañana, ar descubrirla a
usté, he dao por dentro veintisinco sartos y he gri-
tao: -¡SieloU ¡Miste si hay distansia de aquer descu-
brimiento ar mío! ¡La distansia que hay de la tierra
ar sielo na másl
Niña. ¡Pero párese que se ha vuerto usté loco!
Herrerita. To er que se enamora lo párese.
Niña. ¿Qué está usté disiendo.f*
Herrerita. Las cosas por su nombre. Como usté
por er suyo y yo por er mío. Una América pa un
Cristoba. Vam.os a vé: ¿a qué hora sale usté a la
caye.'...
Niña. Yo no sargo nunca a la caye.
Herrerita. ¿Ah, no.?
Niña, ¿Qué se me ha perdió a mí en la caye.?
Herrerita. Pos esta mañana va usté a salí.
Niña. A lo der retrato. Y le arvierto a usté que
lo menos yevamos un año pensándolo mi madre
y yo
Herrerita. ;Pa quién va a sé er retrato, si pué sa-
berse?
Niña. Pa nosotras. Y pa mi abuela, que vive en
er Puerto, y quiere verme como estoy.
Herrerita. ¿Y usté no va ar Puerto.? ,
Niña. ¿Y a mí qué se me ha perdió en er Puerto.?
Herrerita. Pero ¿usté no sale si no es pa busca
argo que se le haya perdió?
Niña. Cabalito.
Herrerita. Vamos, que es usté de esas seviyanas
que no se pasean por las cayes más que er día der
Corpus.
Niña. Sí, señó.
Herrerita. Como la custodia.
Niña. Y er Viernes Santo.
Herrerita. Como la Soledá. ¡Así hase farta ya-
marse Cristoba pa descubrirla a usté!
i6 La Niña de Juana
Dentro se oye a Juana, de improviso.
Juana. ¡Niña! ¡Niña!
NixA. ¡Mi madre!
Herkekita. ¡Atahuarpa!
Niña. ;Qué?
Herrerita. ¡Atahuarpa! Er nombre de un caudi-
yo indio que les dio mucha guerra a los españoles, y
que se me ha venío a la memoria yo no sé por qué.
Y llega Juana por la puerta del foro, muy empere-
jilada también y con el genio muy revuelto.
Juana. Ya está ahí er coche, niña. Viendo al mu-
chacho. ¿Eh.^
Herrerita. Buenos días, señora.
Juana. Buenos días.
Niña. Este señó, que vino equivocao, tocó er
timbre... y como no suena...
Juana. No suena, no; no suena. Er timbre no sue-
na. ¡Ni va a soná en muchísimo tiempo! Si es usté
amigo del amo de la casa, dígaselo usté.
Herrerita. No, señora; no soy su amigo.
Juana. ¡Pos se ha empeñao en que yo pague la
compostura der timbre, y no me da la gana de pa-
garla! ¡Que la pague é, que pa eso cobra bien los ar-
quileres!
Herrerita. ¡Natura, señora!
Juana. ¡Y si no, que la pague el obispo! ¡Yo no
la pago!
Herrerita. El obispo no querrá pagarla tampoco.
Juana. ¡Pos yo, primero que pagarla, me mudo!
¿•Y usté qué traía?
Niña. Venía procurando por don José Pisarro...
Juana. ^-Er vesino de junto.^
Herrerita. Sí, señora.'
Juana. <;Lo va usté a vé.^
Herrerita. Ahora mismo.
Juana. ¡Hombre! Me va usté a hasé un favo.
o El descubrí mienio de América 17
Herrerita. Con muchísimo gusto, señora.
Juana. Le va usté a desí de mi parte — porque
yo no lo trato, ni ganas — que si no quiere buscarse
conmigo un dijusto gordo, no me tire más coliyas de-
lante e mi portón.
Niña. ^Nlamá, ¿er señó cómo va a desirle. ...^
Herrerita. A mí no me cuesta ningún trabajo. Y
hasta le recomendaré que fume en pipa.
Juana. Se agrádese. Y le va usté a añadí que ten-
ga er pundonó de pone visiyos en los cristales, que
cuestan baratos; porque er primer día que vuerva yo
a vé en camisa a su señora, me asomo ar barcón y
suben dos munisipales por eya.
Herrerita. Se lo diré con las mismas palabras.
Niña. Pero <;qué bicho te ha picao en la caye,
mamá?
Juana. ;Tú sabes la que he tenío con er co-
chero.-*
Herrerita. Rascándose la cabeza. ¿También con
er cochero.^
Juana. ¡Como que los hay muy granujas, señó!
¡Lo menos se creía ese que soy yo una gruya que
acaba de yegá der pueblo! Que si la tarifa, que si er
domingo, que si la hora... Pero anda, que me he des-
carao. Lo he puesto en vergüensa delante e la gente.
Hasta er cabayo ha vuerto la cara pa oírme.
Herrerita. Pos yo, señora, con permiso de usté...
Juana. Vaya usté con Dios. Y a vé si le da usté
mi encargo ar vesino.
Herrerita. ¡Ya lo creo! ¡Si yo tampoco tengo
trato con é! Sino que me han mandao de mi im-
prenta.
Juana. ¿Es usté cajista.^
Herrerita. Cajista.
Juana. ¡Uh! ¡Qué ofisio más susio y más arras-
trao! Y usté disimule.
i8 La Niña de Juana
Herrerita. Uno se lava luego. Pos en Er Libera^
señora, me tiene usté a su disposisión.
Juana. ¿En E?' Libera} ¿Trabaja usté en Er Li-
bera}
Herrerita. Desde hase cuatro años.
Juana. ¡Ya podía Er Libera meterse con el Ayun-
tamiento y desirle cómo está esta caye! ¡Que es una
vergüensal ¡No yueve, y se ahoga usté de porvo;
yueve, y es un fangá! ¡Si va a seguí así, que nos
dé permiso el arcarde.pa sembrá papas en la asera!
Niña. Pero, mamá...
Juana. ¡Pero, hija! ¡Tú, como no sales de casa
nunca, y la casa está que se puén come migas en er
suelo...! A Herrerita, Porque estas pisas son de usté.
Herrerita. Alzando un pie inaquinahnente. Sí, sí,
señora, mías; usté perdone.
Juana. Se ha podio usté limpia en er ferpudo de
la puerta.
Herrerita. Entré sin sabe dónde entraba, seño-
ra... Y tocante a eso de la caye, ya le diré yo ar
dirertó que le dé ar teniente arcarde un puntasito en
er periódico...
Juana. ¡Buena prenda está er teniente arcarde!
¡To lo que le farta de arcarde le sobra de teniente,
porque no se entera de na de lo que se le dise! ¡En
la taberniya de la esquina se pasa las tardes bebien-
do chatos y hablando de toros!
Herrerita. ¡Je! En fin, no quiero entretenerlas
más tiempo... Que ustedes sigan buenas.
Juana. Condiós-
Niña. Vaya usté con Dios.
Se va Herrerita por ¡a puer,ta del foro.
Juana. ¿A qué huele ese hombre? A aseite de las
máquinas debe de sé. ¡Uh! Voy a mi cuarto por er
portamonedas, y nos vamos a escape a la fotografía,
que está corriendo er gas.
o El descubrimiento de America 19
Éntrase por la puerta de la izquierda.
Niña. ¡Jesús con mi madre! ¡Qué genio! Ha es-
pantao ar muchacho.
Vuelve Herrerita, sorprendiéndola.
Herrerita. En voz baja. Dos palabras entre usté
y yo.
Niña. ¡Ah!
Herrerita. América, presiosa; «non plus urtra»;
pa perdé er juisio; yo soy Colón y Hernán Cortés en
una piesa; ¡pero Atahuarpa me va a hasé suda
sangre!
Niña. ¿Y qué jeroglífico es ese? A mí hábleme
usté claro.
Herrerita. ¿Claro? ¿Cuántos retratos se va usté a
encarga?
Niña. Seis.
Herrerita. Pos encargúese usté uno más, por mi
cuenta.
Niña. ¡Al istante! Eso hay que mereserlo, hijo.
Herrerita, ¿Sí, verdá? Haremos méritos enton-
ses. Dios la bendiga a usté.
Niña. Y a usté lo guíe la Madalena.
Herrerita. ¡Poco me alegro yo de yamarme Cris-
toba! Vase satisfecho.
Niña. Tiene simpatía.
Al público.
En mi casa me descubre
por un milagro de Dios...
¿Será fiesta pa los dos
esta mañana de Ortubre?
FIN
OBRAS DE LOS MISMOS AUTORES
JUGUETES CÓMICOS
(primeros ensayos)
Esgrima y amor. — Belén, 12, principal. — Güito. — La media na-
ranja.— El tío de la flauta. — Las casas de cartón.
COMEDIAS Y DRAMAS
EN UN ACTO
La reja. — La pena. — La azotea. — Fortunato. — Sin palabras. —
Pedro López.
EN DOS ACTOS
La vida íntima. — El patio. — El nido. — Pepita Reyes. — El amor
que pasa. — El niño prodigio. — La vida que vuelve. — La escon-
dida senda. — Doña Clarines. — La rima eterna. — Puebla de las
Mujeres. — La consulesa. — Dios dirá. — El ilustre huésped. — Así
se escribe la historia.
EN TRES o MÁS ACTOS
Los Galeotes. — Las flores. — La dicha ajena. — La zagala. — La
casa de García. — La musa loca. — El genio alegre.— Las de
Caín. — Amores y amoríos. — El centenario. — La flor de la vida. —
Malvaloca. — Mundo, mundillo... — Nena Teruel. — Los Leales. —
El duque de Él. — Cabrita que tira al monte... — Marianela. —
Pipióla. — Don Juan, buena persona. — La calumniada.
SAÍNETES Y PASILLOS
La buena sombra. — Los borrachos. — El traje de luces. — El
motete. — El género ínfimo. — Los meritorios.— La reina mora. —
Zaragatas. — El mal de amores. — Fea y con gracia. — La mala
sombra. — El patinillo. — Isidrín o Las cuarenta y nueve provin-
cias.— Los marchosos.
ENTREMESES Y PASOS DE COMEDIA
El ojito derecho.— El chiquillo.— Los piropos.— El flechazo.—
La zahori. — El nuevo servidor. — Mañana de sol. — La pitanza. —
Los chorros del oro.— Morritos. — Amor a oscuras. — Nanita,
nana... — La zancadilla. — La bella Lucerito. — A la luz de la luna. —
El agua milagrosa. — Las buñoleras. — Sangre gorda. — Herida de
muerte. — El último capítulo. — Solico en el mundo. — Rosa y Ro-
sita.— Sábado sin sol. — Hablando se entiende la gente. — ¿A
quién me recuerda usted? — El cerrojazo. — Los ojos de luto. —
Lo que tú quieras. — Lectura y escritura. — La cuerda sensible. —
Secretico de confesión. — La Niña de Juana o El descubrimiento
de América.
ZARZUELAS
EN UN ACTO
El peregrino. — El estreno. — Abanicos y panderetas o ¡A Sevi-
lla en el botijo! — El amor en solfa. — La patria chica. — La muela
del rey Farfán. — El amor bandolero. — Diana cazadora o Pena de
muerte al Amor. — La casa de enfrente.
EN DOS o MÁS ACTOS
Anita la Risueña. — Las mil maravillas.
MONÓLOGOS
Palomilla. — El hombre que hace reír. — Chiquita y bonita. —
Polvorilla el Corneta. — La historia de Sevilla. — Pesado y
medido.
VARIAS
El amor en el teatro. — La contrata. — La aventura de los ga-
leotes.— Cuatro palabras. — Carta a Juan Soldado. — Las hazañas
de Juanillo el de Molares. — Becqueriana. — Rinconete y Cor-
tadillo. ^
Pompas y honores, capricho literario en verso. Fernando Fé,
Madrid.
FieFtas de amor y poesía, coleccióji de trabajos escritos ex profe-
so para tales fiestas. Manuel Marín. Barcelona.
La madrecita, novela corta.
La mujer española, una conferencia y dos cartas. Biblioteca His-
pania^ Madrid,
EDICIÓN ESCOLAR:
Doña Clarines y Mañana de sol, Edited with introduciion, no-
tes and vccabulary by S. Griswold Morley, Ph. D. Assistant Pro-
fessor of Spanish, University of California. — Heath's Modern
Language Series. — Boston, New \ork., Chicago.
TRADUCCIONES
AL ITALIANO:
1 Galeoti. — II patio. — I fiori (Las Jlores). — La pena. — L'aniore
che passa. — La Zanze (La Zagala)^ por Giuseppe Paulo Pac-
CmEROTTI.
Anima allegra (El geiño alegre), por Juan Fabré y Oliver y
LUIGI MOTTA.
Le fatiche di Ercole (Las de Caín), por Juan Fabré y Oliver.
I fastidi della celebritá (La vida íntima), por GiULio de
Medicl
La casa di García. — Al chiaro di luna. — Amore al buio (Amor
a oscuras), por LuiGi Motta.
II centenario, por Franco Liberatl
Donna Clarines, por Giulio de Frenzi.
Ragnatelle d' amore (Puebla de las Mujere"), por Enrico Te-
DESCHT.
Mattina di solé. — L'ultimo capitolo. — II fiore della vita."^— Mal-
valoca. — Jettatura (La mala sotnbra). — Anima malata (Herida de
muerte). — Chi mi ricorda lei? {íA quién me recuerda usted?) —
Cosí si scrive la storia, por Gilberto Beccapi y Luigi Motta.
AL VENECIANO:
Siora Chiaieta (Doña Clarines), por Gino Cucchetti.
El paese de le done {Puebla de las Mujeres^, por Carlo Mon-
ticelli.
AL ALEMÁN:
Ein Sommeridyll in Sevilla (^/ /«//<?]. — Die Blumen {Las flo-
res).— Die Liebe geht vorüber {El amor que pasa). — Lebenslust
{El genio alegre), por el Dr. Max BrAuseavetter.
Das fremde Glück {La dicha ajeria), por J. Gustavo Rohde.
Ein sonniger Morgen {Mañana de sol), por Mary v. PIaken.
AL FRANCÉS:
Matinée de soleil {^Mañana de sol), por V. Borzia.
La fleur de la vie {Lajlor de la vida), por Georges Lafond y
Albert Boucheron.
AL HOLANDÉS:
De bloem van het leven {Lajlor de ¿a vida), por N. Smidt-
Reineke.
AL PORTUGUÉS:
O genio alegre. — Mexericos {Puebla de las Mujeres), por Joao
Soler.
Marianela. — Assim se escreve a historia. — Segredo de con-
fissSo, por Alice Pestaña (Caíel).
AL INGLÉS:
A moming of sunshine {Mañana de sol), por Mrs. Lucretia
Xavier Floyd.
Malvaloca, por Jacob S. Fassett, Jr.
By their words ye shall know them {Hablando se entiende la
gente), por John Garrett Underhill.
LIBRERÍA «FERNANDO FÉ »
PUERTA DKL SOL, I 5
SOCIEDAD DE AUTORES ESPAÑOLES
PRADO, 24
UNA PESETA
7
1
I X
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V o
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RARE BOOK
COLLECTION
THE LIBRARY OF THE
UNIVERSITY OF
NORTH CAROLINA
AT
CHAPEE HILL
PQ6217
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V.20
no.1-U