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Full text of "La orden de Predicadores, sus glorias en santidad, apostolado, ciencias, artes y gobierno de los pueblos, seguidas del ensayo de una biblioteca de Dominicos españoles"

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LA  ORDEN 


DK 


PREDICADORES 

sus    GLORIAS 

EN    SANTIDAD  ,    APOSTOLADO  ,    CIENCIAS  ,    ARTES    Y 

GOBIERNO  DE  LOS  PUEBLOS, 

SEGLinAS    DEL 

KNSAYO  DE   UNA  BIBLIOTliCA 

DK 

DOMINICOS  ESPAÑOLES 

por  el 

PADRE  RAMÓN  MARTÍN  EZ-VIGIL 

DK  LA    MISMA   01;1>1  N 

OBISPO    DE    OVIEDO 


MADRID 
librería  de  d.  gregorio  del  amo,    paz,  6 

parís 


MAN'ILA 
Librería  del  Colc^^'w de  Sanio  Tomás 


Lihriiia  Je  Pcmielgue.  Caneíte,  27. 


1884 


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LA  ORDEN  DE   PREDICADORES 


Es  propiedad  del  Autor. 


Madrid;  1884.  — Imprenta  de  Antonio  Pérez  Dubnill,  Flor  Baja,  ?i, 


LA  ORDEN 


DE 


PREDICADORES 

sus    GLORIAS 

EN    SANTIDAD  .    APOSTOLADO  ,    CIENCIAS  .    ARTES    Y 

GOBIERNO  DE  LOS   PUEBLOS, 


SEGUinAS    DEL 


KN&AVO  DE   UNA   BIBLIOTECA 

UF. 

DOMINICOS  ESPAÑOLES 

por  el 

PADRE    RAMÓN    M ARTÍNEZ-VIGIL 


DE  LA   MISMA  OUDEN 

OBISPO    DE    OVIEDO 


MADRID 

LIBRERÍA    DE    D.    GREGORIO    DEL    AMO,     PAZ.    6 


MANILA 
Librería  dd  Colegio  de  Santo  Tomás, 


PARÍS 
Librería  de  Pousítlgue,  Cassette,  27. 


1884 


índice 


rngiaas. 

Introducción • .  i 

l'RIMEKA    PARTE. 

I. — Santo  Domingo  y  los  Padres  Predicadores 3 

1 1 . — Desarrollo  sucesivo 13 

111. — Trabajos  de  los  Dominicos  como  predicadores 19 

IV. — Misión  de  la  Orden  en  las  ciencias  y  las  artes 29 

V. — Glorias  dominicanas  en  el  orden  contemplativo -^  i 

VI. — Parte  que  tomó    la    Orden  en  la  administración  de  la  Iglesia  y 

de  la  Sociedad 31 

Vil. — La  santidad  en  la  Orden  de  Santo  Domingo 63 

SEGUNDA    PARTE. 

1.  —  Fundación  de  la  Orden  en  España  y  su  extensión 75 

II. — Arquitectura  de  los  Dominicos  en  España , 85 

111. — Apostolado  de  los  primeros  Dominicos  en  España 97 

IV. — Apostolado  de  los  Dominicos  españoles  en  América 103 

V. — Apostolado  de  los  Dominicos  españoles  en  África  é  India 117 

VI. — Apostolado  de  los  Dominicos  españoles  en  Filipinas 127 

Vil. — Apostolado  de  los   Dominicos  españoles  en  China 135 

VIH. — Apostolado  délos  Dominicos  españoles  en  Japón 147 

IX. — Apostolado  de  los  Dominicos  españoles  en  Tonquin 159 

X. — Obispos  y  altos  dignatarios  españoles  de   la  Orden  de  Predica- 
dores   173 

XI. — Dominicos   españoles  de  sangre  real,  confesores  y  predicado- 
res de  soberanos 187 


XII.— Casas  de   estudios  generales,  universidades,  academias  y  escri- 
tos de  los  Dominicos  españoles 197 

N.I1I. — La  Cofradia  del  Dulcisimo  Nombre  de  Jesús 209 

XIV. — Revolución,  asesinato  y  exclaustración  de  los  Dominicos  en  Es- 
paña.— Restauración 217 

TERCERA   PARTE. 

Hnsayo  Je  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles 229 

Apéndice  á  dicho  Ensayo 407 


LA  ORDEN  DE  PREDICADORES 


INTRODUCCIÓN 


Ás  que  nunca  son  hoy  las  Órdenes  religiosas 
objeto  del  ataque  de  unos,  del  menosprecio 
de  otros  y  de  la  indiferencia  de  muchos.  Sin 
hablar  de  la  persecución  oficial  que  en  nuestra  patria 
aventó  esas  instituciones  seculares,  y  de  las  leyes 
exhumadas  últimamente  en  la  vecina  república 
para  sellar  las  iglesias  y  expulsar  de  sus  viviendas 
á  ciudadanos  pacíficos  en  nombre  de  la  libertad ,  la 
prensa  sectaria  las  ataca  diariamente  por  medio  de  la 
caricatura,  de  la  anécdota  y  de  la  calumnia,  escu- 
dada por  la  impunidad  que  la  ley  ó  las  prácticas  le 
conceden ,  y  alentada  por  la  idea  de  que  los  frailes, 
ni  pueden  defenderse ,  ni  tienen  otras  armas  que  la 
humildad  y  la  paciencia. 

La  mejor  respuesta  á  esos  ataques  y  á  esos  pas- 
quines de  escaparate,  es  dar  á  conocer  las  personas 
que  son  objeto  y  víctimas  de  los  mismos;  y  este  co- 
nocimiento bastará  también  para  despertar  de  su 
apatía  á  las  clases  conservadoras ,  amantes  del  orden 

I 


2  La  Orden  de  Predicadores. 

y  de  las  instituciones  fundamentales  de  toda  so- 
ciedad. 

Sacar  á  luz  sus  obras  en  el  pasado  y  probar  con 
hechos  la  importancia  de  los  servicios  que  han  pres- 
tado y  prestan  á  la  sociedad  y  á  la  Iglesia ,  es  la  más 
digna  y  la  más  victoriosa  defensa. 

Hanos  inspirado  este  trabajo  el  deseo  de  dar  á 
conocer  á  una  Orden  á  cuyas  puertas  llaman  dia- 
riamente vocaciones  heroicas,  ganosas  de  tomar  par- 
te en  sus  tareas  apostólicas  allende  los  mares,  y  de 
inmolarse  para  realizar  lo  que  el  mismo  Renán  llama 
el  ideal  del  cristianismo.  El  esbozo  ha  ido  poco  á  poco 
tomando  proporciones  imprevistas ,  merced  á  la  abun- 
dancia de  las  fuentes  consultadas,  de  las  que  con 
pena  nos  separamos. 

Nuestro  estudio  abraza  tres  partes:  En  Va  priiuern, 
después  de  libar  en  un  primer  artículo  los  rasgos  más 
característicos  de  la  vida  de  Santo  Domingo  y  de  sus 
vanadas  y  múltiples  obras,  echaremos  una  rápida 
ojeada  sobre  la  expansión  y  desarrollo  de  su  Orden 
en  general;  hablaremos  en  seguida  de  los  trabajos  de 
los  Padres  Predicadores,  ó  Dominicos,  y  resumire- 
mos lo  que  han  hecho  por  la  sociedad  y  por  la  Igle- 
sia '.  La  segunda  parte  tendrá  por  objeto  esa  misma 
expansión  y  esos  trabajos,  no  en  su  conjunto,  sino 
circunscritos  á  los  Dominicos  de  España.  Y  en  la  ter- 
cera daremos  el  Ensayo  de  una  biblioteca  de  Dominicos 
espa  fióles. 

'     Esta  primera  parte  está  arreglada  sobre  un  trabajo  del  P.  Iweins. 


PRIMERA  PARTE 


SANTO  DOMINGO  Y  LOS  PADRES  PREDICADORES 

A  Orden  de  Predicadores,  como  lo  dice  su 
mismo  nombre,  está  consagrada  principal- 
mente á  la  predicación,  por  voluntad  de  su 
santo  fundador  y  por  la  misión  que  ha  recibido  de 
los  Soberanos  Pontífices. 

Nuestra  Orden  tiene  '  por  objeto  principal  la  pre- 
dicación y  la  salud  de  las  almas;  y  por  ello  ocupa  un 
puesto  de  honor  entre  las  demás  Ordenes  religiosas; 
pues  por  lo  mismo  que  es  más  perfecto  iluminar  que 
brillar  solamente,  así  también  es  más  perfecta  la  vida 
del  que  comunica  á  otros  los  frutos  de  la  contempla- 
ción, que  la  de  aquel  que  no  hace  más  que  contem- 
plar \ 

Nació  la  Orden  de  Predicadores  en  medio  de  las 


I     Const.  Ord.  Praed.,  Declaración  primera. 

í     Véase  la  explicación  de  esta   doctrina   en    la  Suiíu  de  Santo  Tomás, 
segunda  de  la  segunda  parte,  cuestión  i88,  art.  6. 


4  La  Orden  de  Predicadores. 

agitaciones  políticas  y  religiosas  del  siglo   xiii :  y  al 
conjunto  de  circunstancias  que   mecieron   su  cuna 
debe  el  carácter  militante  que  ha  conservado  siempre. 
Llamada,  según  el  pensamiento  de  su  fundador, 
para  esgrimir  contra  el  error  la  espada  de  la  palabra, 
ha  merecido  el  nombre  de  Orden  de  la  Verdad.  Para 
defender  la  verdad  y  para  propagar  su  imperio  legio- 
nes de  apóstoles  no  han  cesado  de  recorrer  el  mundo 
y  de  fecundizar  su  predicación  con  su  sangre  y  sus  su- 
dores; para  defender  la  verdad  y  propagar  su  impe- 
rio un    número  sin  número  de  Padres  Predicadores 
han  consagrado  su  vida  al  rudo  y  austero  apostolado 
de  la  ciencia  y  de  la  enseñanza;  y  porque  Santo  Do- 
mingo había  de  fundar  la  Orden  de  la  Verdad,  hizo 
Dios  de  él,  según  el  testimonio  de   la  Iglesia  ',  un 
apóstol  perfecto,  el  sostén  de   la  fe,  la  antorcha  de 
Cristo,  un  segundo  precursor  y  el  gran  salvador  de 
las  almas.  Un  sueño  misterioso  hizo  presagiar  á  la 
madre  de  Santo  Domingo,  aun  antes  del  nacimiento 
de  éste,  lo  que  sería  con  el  tiempo  el  hijo  de  sus  en- 
trañas; pues  parecióle  ver  que  salía  de  su  seno  un 
hermoso  cachorro  que  llevaba  en  la  boca  una  encen- 
dida antorcha  para  abrasar  con  ella  al  mundo ;  visión 
simbólica  que  le  hizo  comprender  que  su  hijo  ilumi- 
naría y  abrasaría  todos  los  corazones  con  el  poder  de 
su  doctrina  y  de  su  palabra. 

No  intentamos  contar  detalladamente  la  gran  vida 
del  fundador  de  la  Orden  de  Predicadores,  porque 

•     Brev.  Ord     Praed. 


Santo  Domingo  y  los  Padres  Predicadores.  5 

este  trabajo  hecho  está  de  mano  maestra  por  uno  de 
los  más  ilustres  hijos  del  Santo  Patriarca  '  ;  permíta- 
senos demostrar  solamente  que  la  vida  de  tan  escla- 
recido Santo  está  compendiada  enteramente  en  estas 
palabras  de  las  Constituciones  de  la  Orden:  Contem- 
plare.... et aliis  contemplata  iradere.  Contemplar.... 
y  hacer  á  otros  participantes  de  los  frutos  de  la  con- 
templación. 

Contemplar  fué  durante  algunos  años  la  única 
ocupación  del  Santo  Patriarca.  Desde  su  infancia 
sintió  atractivo  singular  por  la  oración  y  el  estudio; 
atractivo  que  le  sostuvo  en  inocencia  de  vida  durante 
el  tiempo  de  sus  cursos  universitarios,  y  le  hizo  reali- 
zar admirables  progresos  en  las  ciencias  divinas  y 
humanas;  y  atractivo  que  le  llevó  á  los  canónigos  re- 
gulares de  San  Agustín,  entre  quienes  se  consagró  á 
la  contemplación,  que  hizo  las  delicias  de  su  alma, 
por  espacio  de  siete  años.  Y  cuando  más  tarde  le  con- 
dujo la  Providencia  al  campo  del  apostolado,  consa- 
graba los  días  enteros  á  k  predicación,  y  empleaba 
las  noches  en  la  contemplación,  la  oración  y  la  peni- 
tencia -. 

Esto  era,  sin  embargo,  una  preparación  y  nada 
más.  Algunos  rasgos  heroicos  habían  hecho  vislum- 
brar una  parte  de  los  tesoros  de  caridad  que  Dios 
había  depositado  en  su  corazón  virginal.  Citemos 
solamente  dos. 

•     Vida  de  Santo  Demingo  por  el  Rdo.    P.  Enrique  Domingo  Lacordaire, 
de  la  Orden  de  Predicadores,  miembro  de  la  Academia. 
2     Actas  de  Bolonia. 


6  La  Orden  de  Predicadores. 

Para  socorrer  á  los  pobres  vendió  sus  libros,  ano- 
tados de  su  propia  mano,  y  les  distribuyó  el  precio. 

Para  rescatar  al  hijo  de  una  viuda  ,  cautivo  entre 
los  moros,  quiso  venderse  á  sí  mismo;  aunque  la  di- 
vina Providencia,  que  le  reservaba  para  rescatar  otra 
clase  de  cautivos,  no  permitió  que  esa  heroica  oferta 
fuese  aceptada. 

Condújole  Dios  como  por  la  mano  al  teatro  mejor 
preparado  para  un  corazón  de  apóstol  :  al  mediodía 
de  Francia,  desolado  por  una  herejía  que  hería  de  un 
solo  golpe  al  trono  y  al  altar. 

Púsose,  pues,  á  predicar,  no  sólo  en  Francia,  sino 
en  otras  partes,  con  un  celo  y  con  un  éxito  que  no  han 
sido  superados  jamás.  Recorrió  el  mediodía  de  Fran- 
cia, atravesó  sucesivamente  y  varias  veces  los  Alpes 
y  los  Pirineos,  evangelizó  en  todos  sentidos  la  Italia  y 
la  España,  y  obtuvo  en  todas  partes,  aun  en  Roma, 
el  más  brillante  resultado. 

El  cielo  bendijo  visiblemente  la  palabra  de  Do- 
mingo, y  Dios  sólo  conoce- el  número  de  almas  que 
convirtió. 

Solamente  en  Lombardía  trajo  al  seno  de  la  igle- 
sia á  más  de  cien  mil  herejes,  sin  que  fuera  esta  pro- 
vincia el  principal  teatro  de  su  apostolado. 

La  historia ,  al  contar  los  triunfos  de  su  palabra,, 
dice  que  son  increíbles ,  razón  por  la  cual  le  han  lla- 
mado los  Soberanos  Pontífices  el  maestro  de  la  pre- 
dicación. Nada  más  natural  :  el  Padre  de  la  Orden  de 
Predicadores  debía  ser  el  maestro  de  la  predicación 

La  grande  obra  de  Santo  Domingo  era,  pues,  en- 


Santo  Domingo  y  los  Padres  Predicadores.  7 

gendrar  una  Orden  entera  de  predicadores,  para  legar 
su  alma  á  otras  almas,  su  vida  á  otras  vidas;  para  so- 
brevivirse  á  sí  mismo  y  perpetuar  para  siempre  su 
apostolado.  Empero  el  cumplimiento  de  este  desig- 
nio exigía  una  especie  de  creación  nueva;  unir  y  ar- 
monizar dos  cosas  hasta  entonces  separadas,  la  vida 
monástica  y  la  vida  apostólica.  Había  tenido  la  Iglesia 
monjes  y  apóstoles;  empero  estas  dos  aureolas  no 
habían  brillado  sobre  la  misma  frente. 

Los  religiosos  no  tenían  por  objeto  el  apostolado, 
sino  que  se  santificaban  en  la  soledad,  la  oración  y  el 
trabajo,  saliendo  raras  veces  de  sus  monasterios  para 
visitar  álos  hombres;  y  si  alguna  vez  se  veían  sepa- 
rados de  las  dulzuras  de  la  contemplación,  como  se 
vio  San  Bernardo,  era  siempre  por  breve  tiempo, 
apresurándose  á  ganar  de  nuevo  su  celda  querida. 

Permítasenos  citar  una  hermosa  página  del  Padre 
Félix. 

«Crear  una  institución  capaz  de  unir  la  austera 
disciplina  del  claustro  á  la  actividad  conquistadora 
del  apostolado,  llevar  á  cabo  la  fusión  del  monje  y 
del  apóstol,  poner  á  uno  y  á  otro  en  un  mismo  molde 
evangélico,  pero  sin  que  el  apóstol  fuese  absorbido 
por  el  monje  y  sin  borrar  al  monje  en  el  apóstol, 
armar  para  las  luchas  de  la  virtud  una  falange  nueva, 
tal  fué  el  designio  concebido  por  nuestro  apóstol.  Sor- 
prender el  punto  de  enlace  señalado  por  la  Providen- 
cia entre  un  tiempo  y  una  institución,  entre  una 
necesidady  su  remedio,  tal  fué  el  genio,  y,  para  hablar 
un  lenguaje  menos  humano  y  más  digno  del  asunto» 


8  La  Orden  de  Predicadores. 

debería  decir,  tal  fué  la  inspiración  de  Domingo,  por- 
que la  idea  le  vino  al  alma  bajo  el  soplo  de  Dios  '.» 
El  edificio  construido  por  Santo  Domingo  era 
armonioso,  pero  atrevido,  y  hasta  podríamos  decir 
que  su  audacia  rayaba  en  temeridad.  ¿No  era,  en  efec- 
to, exisrir  demasiado  el  intento  de  levantar  á  la  misma 
altura  la  vida  del  monje  y  la  del  apóstol?  ¿Qué  savia 
era  capaz  de  alimentar,  sin  agotarse,  esas  dos  pode- 
rosas ramas? 

Algunas  reglas  han  tomado  en  cuenta  la  flaqueza 
humana,  con  laudable  prudencia;  la  de  Domingo  pa- 
rece que  la  desafía,  llamando  al  combate  á  todas  las 
energías  que  se  agotan  y  al  ardor  que  languidece. 
Los  siglos  han  justificado  esas  elevadas  miras  -. 
Conocía  muv  bien  Santo  Domingo  que  la  bendi- 
ción del  representante  de  Dios  sobre  la  tierra,  el  Ro- 
mano Pontífice,  es  la  única  que  puede  dar  á  una  obra 
la  fecundidad  y  la  vida,  y  partió  para  Roma  á  pedir  la 
aprobación  de  su  Orden. 

No  se  mostró  el  Papa  Inocencio  III  del  todo  favora- 
ble en  sus  principios  al  proyecto  de  nuestro  Santo. 
Era  uno  de  los  motivos  de  su  repugnancia  la  con- 
sideración de  que  el  oficio  de  predicar  correspondía  á 
los  obispos  por  transmisión  apostólica,  y  que  el  crear 
una  orden,  distinta  de  la  orden  de  obispos  ,  á  la  cual 
se  le  confiara  aquella  misión  sublime,  parecía  algo 
contrario  á  la  tradición  de  la  Iglesia.  Había  además 
el  Concilio  de  Letrán    recomendado  á  la   Santa  Sede 

'     Santo  Demingo  y  el  apostolado. 

=     Danzas,  Hist.  des  ieinps  priwitives  de  l'Ordre  de  Sainl-Dominiqtie. 


Santo  Domingo  y  los  Padr&s  Predicadores.  9 

que  no  aprobase  nuevas  órdenes  religiosas.  Empero 
una  visión  que  tuvo  el  Papa  alejó  toda  vacilación  de 
su  ánimo:  parecióle  ver  en  sueños  que  la  basílica  de 
San  Juan  de  Letrán  se  venía  á  tierra,  y  que  Santo 
Domino-o  sostenía  sus  muros  vacilantes. 

Al  día  siguiente,  el  Papa  aprobó  verbalmente  la 
naciente  Orden,  recomendó  al  Santo  que  le  presen- 
tase sin  tardanza  la  Regla,  y  dio  á  la  nueva  institución 
el  nombre  de  Orden  de  Predicadores . 

Honorio  III,  sucesor  de  Inocencio,  al  confirmar  so- 
emnemente  en  22  de  Diciembre  de  I2i5  la  Orden 
de  Predicadores,  llamó  á  sus  hijos  campeones  de  la 
fe,  verdadera  luz  del  mundo  y  atletas  invencibles  de 
Jesucristo  '. 

Dióles  el  Papa  el  palacio  que  le  pertenecía  y  esta- 
ba sobre  el  monte  Aventino,  para  que  hiciesen  de  él 
la  cuna  de  la  nueva  Orden. 

Fué,  pues,  la  creación  de  la  Orden  de  Predicadores 
la  obra  principal  del  Santo  Patriarca :  Orden  de  após- 
toles, que  tiene  á  la  Santa  Sede  como  punto  de  apo- 
yo y  á  todas  las  iglesias  del  mundo  como  campo  de 
su  actividad.  «Es,  dice  un  historiador  \  esta  Orden  á 
manera  de  una  espada,  cuya  empuñadura  está  en  ma- 
nos del  Pontífice  Romano,  y  cuya  punta  deberá  ha- 
cerse sentir  en  todas  partes  K» 

No  se  detuvo  aún  el  celo  del  Santo  Patriarca,  sino 
que  fundó  además  un  convento  de  hermanas,  á  quie- 

•     Buil.  Ord.  I.  4.  ' 

-     P.  Danzas. 

3     Frase  parodiada    por  el   caballero  Azara,  embajador  de    España   en 
Roma  en  tiempo  de  Carlos  ill. 


lü  La  Orden  de  Predicadores. 

nes  llamó  predicadoras,  destinadas  á  suplir  con  su 
vida  de  oración  y  penitencia  lo  que  pudiera  no  cum- 
plir el  religioso  entregado  con  preferencia  á  las  luchas 
del  apostolado.  El  primer  monasterio  de  hermanas  lo 
estableció  en  la  Prulla,  cuna  de  la  Segunda  Orden  de 
Santo  Domingo,  llamada  comúnmente  de  Dominicas. 

La  segunda  Orden  se  extendió  rápidamente,  cu- 
briendo el  mundo  de  monasterios.  En  171 7  se  conta- 
ban en  Europa  más  de  seiscientos. 

Como  la  Orden  de  Predicadores  era  en  el  pen- 
samiento del  Santo  una  Orden  monástica,  no  podían 
sus  individuos  dejarse  llevar  indiscretamente  por  el 
ardor  de  su  celo  á  una  vida  exclusivamente  activa; 
por  cuya  razón  estableció  Santo  Domingo  una  mili- 
cia, que,  desarrollada  al  calor  de  aquella,  desplegase 
siempre  y  en  todas  partes  la  más  enérgica  actividad: 
tal  fué  el  origen  de  la  Tercera  Orden,  destinada  á  su- 
plir en  la  vida  activa  á  la  Grande  Orden,  como  la 
segunda  Orden  debía  suplirla  y  sostenerla  en  la  con- 
templación. Mediante  esta  triple  creación,  el  Patriarca 
de  Guzmán  hizo  descender  la  vida  religiosa  hasta  el 
fondo  del  hogar  doméstico,  y  bástala  intimidad  del 
lecho  nupcial. 

Como  se  ve,  todo  está  admirablemente  encade- 
nado en  el  plan  concebido  por  Santo  Domingo  para 
perpetuar  su  apostolado  en  el  mundo.  Empero  no  se 
detuvieron  ahí  los  ardores  de  sus  deseos  :  aspiraba  á 
conquistar  el  universo  entero  yá  abarcarle  con  el  celo 
de  su  apostolado. 

Dignóse  la  Santísima  Virgen   traerle  del  cielo  el 


Santo  Domingo  y  los  Padres  Predicadores.  1 1 

medio  de  realizar  sus  vehementes  deseos,  con- 
fiándole  la  propagación  del  Rosario.  Esta  devoción, 
tan  elevada  y  tan  simple  á  la  vez,  estaba  predestina- 
da á  ser  la  más  popular  de  todas  las  devociones;  y 
el  deseo  de  Domingo  llevado  fué  á  término  feliz  por 
el  celo  de  sus  hijos,  que  han  encadenado  todos  los 
corazones  al  corazón  inmaculado  de  Maria,  valién- 
dose de  la  más  dulce  y  más  amable  de  todas  las  ca- 
denas '. 

Tales  son  las  obras  que  hacen  de  Santo  Domin- 
go uno  de  los  más  grandes  santos  del  cristianismo. 

Murió  en  el  Señor,  en  el  año  de  1221.  Mientras 
que  sus  religiosos  recibian  consternados  el  último 
aliento  del  santo  fundador,  uno  de  ellos,  que  residía 
en  Brescia,  y  que  fué  elevado  por  la  Iglesia  á  los  al- 
tares, el  Beato  Guala,  vio  á  su  santo  Padre  subir  al 
cielo,  sentado  sobre  un  trono  sostenido  por  ángeles 
que  ascendían  por  dos  escalas  cuya  cima  se  perdía 
en  la  mansión  de  los  santos. 

El  emblema  no  carecía  de  significación.  La  Or- 
den de  Predicadores  no  conduce  á  sus  miembros  al 
cielo  por  la  sola  escala  de  la  vida  contemplativa,  ni 
tampoco  por  la  única  de  la  vida  activa:  los  hace  su- 
bir sirviéndose  de  una  y  de  otra  á  la  vez. 

'  Sobre  la  fundación  del  Rosario  por  Santo  Domingo,  véase  nuestra 
Introducción  al  Mes  del  Rosario  en  iSSj. — Madrid,  librerías  de  Aguado  y  Del 
Amo. 


II 


DESARROLLO     SUCESIVO 


i^^s^r.  INGÚN  hombre,  después  de  los  Apóstoles,  ha- 
wM.  bía  podido  contemplar  en  tan  breve  espacio 
de  tiempo  una  creación  más  bella  y  un  fruto 
más  hermoso  para  su  autor  y  para  su  corazón  '.  El 
día  de  la  Asunción  de  12 17  había  Santo  Domingo 
dispersado  sus  diez  y  seis  religiosos  :  y  en  1221  ya  se 
habían  repartido  la  Europa. 

Reuniendo  el  Santo  en  un  Capítulo  general  á  los 
principales  miembros  de  la  Orden,  cuatro  años  des- 
pués de  aquella  fecha  memorable,  pudo,  al  mirar 
en  torno  suyo,  contar  los  representantes  de  ocho 
provincias,  compuestas  de  sesenta  conventos  y  de 
millares  de  religiosos,  pues  alguna  de  aquellas  casas 
tenía  entonces  más  de  cien  individuos. 

La  impulsión  había  procedido  de  una  mano  po- 
derosa, porque  era  santa  y  bendita.  El  P.  Jordán  de 


•     P.  Félix.  lugar  citado. 


14  La  Orden  de  Predicadores. 

Sajonia,  segundo  Maestro  general  de  la  Orden,  dio 
por  sí  mismo  el  hábito  á  más  de  mil  religiosos  gana- 
dos por  él  á  la  causa  de  Santo  Domingo,  y  fundó 
más  de  400  conventos. 

Creáronse  nuevas  provincias,  llegando  al  cabo  de 
algunos  años  el  número  de  ellas  á  45,  habiéndolas, 
como  la  de  España,  que  tenían  cerca  de  50  con- 
ventos '. 

Ya  no  se  contaban  los  conventos,  que  se  multi- 
plicaban de  día  en  día.  Un  siglo  más  tarde,  dice  un 
escritor,  un  pueblo  entero,  y  tres  siglos  después  una 
muchedumbre  de  pueblos,  se  habían  cobijado  bajo 
los  anchos  pliegues  de  la  bandera  blanca  de  Santo 
Domingo. 

Encargado  un  religioso  por  el  Capítulo  general  ce- 
lebrado en  París,  en  1222,  de  irá  Palestina,  estable- 
ció 46  conventos  en  la  isla  de  Chipre  y  1 8  en  Tierra 
Santa. 

En  1245  contaba  la  Orden  más  de  30,000  indi- 
viduos. 

Y  en  1233  dirigióse  el  Papa  Inocencio  IV  á  la  fa- 
milia de  Santo  Domingo,  comenzando  con  estas  pa- 
labras:— «A  nuestros  queridos  hijos  los  Padres  Predi- 
cadores, que  predican  en  la  tierra  de  los  sarracenos, 
de  los  griegos,  de  los  búlgaros,  de  los  cumanos,  de 
los  etíopes,  de  los  sirios,  de  los  godos,  de  los  jacobi- 
tas,  de  los  armenios,  de  los  indios,  de  los  tártaros, 
de  los  húngaros,   etc.,   salud  y  bendición  apostóli- 

í     Veremos  más  adelante  lo  que  creció  este  número. 


Desarrollo  sucesivo.  15 

Qi  >.» — El  Papa  Urbano  IV  decia  en  1262  que  la  Or- 
den de  Predicadores  ilustraba  la  Iglesia  entera  por  sus 
méritos  y  sus  buenos  ejemplos.  Apenas  existía  en  la 
Edad  Media  ciudad  ó  villa  de  alguna  importancia  que 
no  contase  uno  ó  más  conventos  de  Dominicos:  y  era 
tal  el  amor  que  les  profesaban,  que  se  dio  el  caso  de 
levantarse  pueblos  enteros  para  retener  por  la  fuerza 
á  los  Padres  que  tenían  la  misión  de  salir  para  fundar 
en  otra  parte.  Así  pasó  en  Lila,  donde  el  magistrado 
cerró  las  puertas  de  la  ciudad  á  fin  de  que  no  partiesen 
los  religiosos  destinados  á  la  fundación  de  Gan':e. 

Esta  propagación,  que  tiene  mucho  de  prodigio- 
sa, no  fué,  como  pudiera  creerse,  el  fruto  del  primer 
momento  de  entusiasmo  causado  por  la  novedad; 
antes  bien  fué  la  consecuencia  de  la  estimación  de  la 
Iglesia  y  de  los  pueblos  cristianos  hacia  una  Orden 
que  respondía  admirablemente  á  las  necesidades  del 
siglo  XIII  y  de  los  que  le  han  sucedido. 

Efectivamente:  en  el  siglo  xv  contaba  la  Orden  de 
Santo  Domingo  400  conventos  y  más  de  26, oooreli- 
giosos  \ 

Transcurridos  cinco  siglos  después  de  su  funda- 
ción, había  en  esta  Orden  esclarecida  por  encima 
de  40.000  individuos  K 

Muchas  revoluciones  han  trastornado  los  pue- 
blos y  acumulado  inmensas  ruinas  desde  que  se  ha 
fundado  la  Orden  de  Predicadores  ;  esta,  sin  embargo, 

'     Bullarium,  I,  8o. 

=     Acta  Capit.  Gen.  Ordinis. 

3     Censo  hecho  por  el  P.  Cloche  57.'  sucesor  de  Santo  Domingo. 


i6  La  Orden  de  Predicadores. 

permanece  en  pié,  dominando  aquellas  ruinas,  y  re- 
naciendo al  parecer  de  sus  propias  cenizas.  Cuando  la 
persecución  la  arroja  violentamente  de  un  país,  esta- 
blece sus  tiendas  en  otro,  y  florece  en  mil  puntos 
distintos.  Difícil  seria,  ciertamente,  señalar  sobre  el 
mapa  del  globo  un  solo  territorio,  por  inhospitalario 
que  él  sea,  en  el  cual  no  hayan  penetrado  los  hijos 
de  Santo  Domingo. 

Hay  conventos  hoy  mismo,  no  sólo  en  España. 
Italia,  Francia,  Austria  y  Bélgica,  sino  en  los  países 
cismáticos  y  protestantes. 

Asia  y  América  han  visto  y  ven  aún  á  millares  de 
religiosos  dominicos  que  trabajan  con  ardor  infatiga- 
ble para  propagar  la  fe  en  sus  territorios. 

Gracias  á  Dios  se  les  encuentra  en  todas  partes,  y, 
si  hemos  de  dar  fe  á  una  profecía  de  Santa  Teresa, — 
y  no  sería  prudente  negársela, — se  les  encontrará 
perpetuamente.  La  Orden  de  Santo  Domingo,  dice  la 
Santa  ',  es  una  de  las  que  subsistirán  hasta  el  íln  de 
los  siglos  para  luchar  contra  el  Antecristo. 

Cuanto  se  ha  dicho  de  la  propagación  de  la  pri- 
mera Orden,  ó  sea  de  la  Orden  de  Predicadores  pro- 
piamente dicha,  se  puede  aplicar  igualmente  á  la 
segunda  y  tercera  Orden. 

Para  no  multiplicar  las  citas,  recordemos  sola- 
mente que  si  en  1717  había  en  Europa  más  de  600 
monasterios  de  Dominicos,  hay  actualmente  en  la 
América  más  de    5,000   religiosas    pertenecientes  á 

'     Cap.  XXX  de  las  actas  de  la  canonización  de  la  Santa. 


Desarrollo  sucesivo.  1 7 

esta  Orden.  En  cuanto  á  los  terciarios,  Dios  sólo  co- 
noce el  número,  pues  los  hay  por  todas  partes  y  de 
todas  las  clases  sociales.  Cuenta  varios  en  su  seno  el 
Sagrado  Colegio  de  Cardenales,  y  entre  las  familias 
reales  hay  hoy  mismo  individuos  que  se  glorían  de 
llevar  las  humildes  insignias  del  terciario  domini- 
cano. 

Es  digna  de  llamar  la  atención,  y  lo  han  notado 
ya  algunos  historiadores,  la  manera  con  que  la  Orden 
ha  atravesado  los  siglos.  La  mayor  parte  de  las  Órde- 
nes antiguas, — podríamos  decir  todas, — han  sufrido 
varias  reformas  y  se  han  subdividido  en  diferentes 
ramas;  la  de  Santo  Domingo  se  ha  extendido  por  toda 
la  tierra  sin  que  una  sola  rama  se  haya  separado  del 
tronco  principal  que  le  da  la  fecundidad  y  la  vida. 

Después  de  seis  siglos  de  combate  y  de  gloria, 
marcha  esta  Orden  á  la  conquista  de  las  almas,  no 
solamente  bajo  la  misma  bandera,  sino  al  mando  de 
un  solo  y  único  General. 


III. 


TRABAJOS  DE   LOS   DOMINICOS  COMO  PREDICADORES. 


cuDiENDO  á  los  orígenes  de  la  Orden,  se  recor- 
dará que  la  predicación  fué  el  objeto  prin- 
cipal que  le  señaló  su  santo  fundador.  Habla 
intentado  fundar  una  Orden  de  Predicadores,  y  la 
había   en   efecto  fundado. 

Los  Padres  Predicadores,  fieles  al  pensamiento 
de  su  Patriarca,  pusieron  su  elocuencia,  sus  trabajos 
y  su  sangre  al  servicio  de  la  verdad. 

Contar  la  historia  de  las  misiones  dominicanas, 
sería  contar  la  historia  de  la  propagación  de  la  fe  en 
los  dos  mundos,  desde  el  siglo  xiii  hasta  nuestros 
días.  Desde  sus  comienzos  se  les  encuentra  en  todos 
los  países  del  viejo  ■  mundo:  al  mediodía  entre  los 
moros  y  los  árabes,  al  norte  evangelizando  en  Irlan- 
da, Escocia,  Suecia,  Rusia  y  Groenlandia.  Y  en  todas 
partes  se  ve  inflamado  el  corazón  de  sus  hijos  por 
aquel  fuego  sagrado  que  abrasaba  á  Santo  Domingo, 
solicitándole  sin  cesar  para  ir  á  predicar  á  los  cu- 
manos. 


20  La  Orden  de  Predicadores. 

En  el  Capítulo  general  de  París,  año  1222,  el  Bea- 
to Jordán  de  Sajonia,  segundo  Maestro  General  de  la 
Orden  ,  preguntó  á  sus  hermanos  ,  quiénes  de  entre 
ellos  estaban  dispuestos  para  marchar  á  las  misiones 
extranjeras,  y  todos,  sin  excepción  ninguna,  se  pu- 
sieron de  rodillas,  exclamando  :  «¡Padre  ,  envíame!» 
Creóse  un  siglo  más  tarde ,  bajo  el  Pontificado  de 
Juan  Xll  ,  una  congregación  particular  de  religiosos 
dominicos,  viajeros' por  Jesucristo  entre  los  infieles, 
y  fueron  tantos  los  religiosos  que  se  presentaron  para 
ingresar  en  ella,  que  el  Sumo  Pontífice  tuvo  que  in- 
tervenir, á  fin  de  que  los  conventos  de  Europa  no 
quedasen  completamente  desiertos. 

No  se  exija,  pues,  de  nosotros  que  citemos  aquí 
los  nombres  de  los  pueblos  evangelizados  por  los  Do- 
minicos, porque  sería  difícil  encontrar  uno  sólo  que 
no  se  halle  en  la  gloriosa  y  larga  lista  de  sus  misio- 
nes. Y  sería  más  difícil  aún  citar  los  nombres  de  estos 
apóstoles  que  dejaron  cuanto  poseían  para  lanzarse 
á  la  senda  del  apostolado  ;  muchos  de  estos  nombres 
son  conocidos  únicamente  de  Dios  y  de  sus  ángeles. 
Citaremos  algunos  para  ejemplo. 

San  Jacinto ,  el  apóstol  del  norte  ,  que  predicó  á 
Jesucristo  en  Polonia,  Bohemia,  las  dos  Rusias,  Sue- 
cia,  en  las  orillas  del  mar  Negro  y  en  las  costas  del 
Asia  menor  '. 

El  Beato  Sadoc ,  después  de  haber  trabajado  en  la 
conversión  de  los  tártaros ,  cayó   con  sus  cuarenta  y 

■     Muchos   historiadores    afirman   que    penetró  en  la   América    por   la 
Groenlandia.   Floreció  en  el  siglo  xiii. 


Trabajos  de  los  Doininicos  como  predicadores.         21 

ocho  compañeros,  víctima  del  furor  de  aquellos,  de- 
rramando todos  ellos  su  sangre  mientras  cantaban  la 
Siilvt'  Rt'oiiia  con  la  cual  se  termina  él  oficio  de  Com- 
pletas. 

San  Pedro  de  Verona,  que  fué  admitido  al  hábito 
por  Santo  Domingo ,  é  hizo  innumerables  conversio- 
nes con  la  eficacia  de  su  predicación.  Herido  de  muer- 
te por  los  sicarios  herejes,  murió  escribiendo  sobre  la 
tierra  con  la  sangre  que  brotaba'de  sus  heridas  :  Creo 
en  un  solo  Dios. 

El  Beato  Juan  de  Vicenza,  quien  con  el  ascen- 
diente de  la  palabra  reconciliaba  á  los  pueblos  ene- 
mistados, y  lanzándose  muchas  veces  á  los  campos 
de  batalla,  consiguió  con  su  elocuencia  avasalladora 
que  los  contendientes  no  viniesen  á  las  manos. 

San  Vicente  Ferrer,  el  apóstol,  no  ya  de  una  pro- 
vincia ó  de  una  nación,  sino  de  toda  Europa.  En  casi 
todas  las  ciudades,  villas  y  aldeas  de  España,  Fran- 
cia, Italia,  Inglaterra,  Escocia,  Flandes,  en  29  reinos 
diferentes,  predicó  con  un  éxito  del  cual  no  presen- 
ta un  solo  ejemplo  la  historia.  Una  muchedumbre 
inmensa,  ávida  de  oir  su  palabra,  le  seguía  por  todas 
partes,  y  todos  los  días,  á  una  hora  fija,  curaba  cuan- 
tos enfermos  se  le  presentaban  '.  Jamás  el  mundo 
había  visto  á  un  hombre  tan  poderoso  por  la  fuerza 
de  la  palabra,  y  que  hubiese  llevado  á  tantos  pueblos 
las  luces  de  la  verdad. 

Jerónimo  Savonarola,   uno  de  los  varones  más 

'     Bula  de  su  canonización. 


22  La  Orden  de  Predicadores. 

elocuentes  que  ha  producido  la  Orden  de  Santo  Do- 
mingo, y  que  ha  alcanzado  por  la  predicación  triun- 
fos desconocidos.  No  intentamos  canonizar  á  este 
hombre  de  genio,  puesto  que  la  Iglesia  no  lo  ha  he- 
cho; empero  creemos  poder  afirmar  con  el  P.  Lacor- 
daire  que  su  virtud  y  su  gloria  se  alza  mucho  más 
que  1-as  llamas  de  su  hoguera.  Habráse  equivocado  en 
algo,  mas  no  se  olvide  que  el  Papa  Paulo  111  declaró 
sospechoso  de  herejía  á  cualquiera  que  se  atreviese 
á  acusar  á  Savonarola,  y  que  Benedicto  XIV  hizo  ins- 
cribir su  nombre  en  el  catálogo  de  santos  y  bien- 
aventurados siervos  de  Dios. 

El  descubrimiento  del  nuevo  mundo  abrió  á  fines 
del  siglo  XV  nuevo  é  inmenso  campo  al  celo  de  los 
religiosos  de  la  Orden  de  Predicadores. 

Por  de  pronto,  un  religioso  de  esta  Orden,  el 
P.  Diego  de  Deza,  confesor  de  Fernando  el  Católico 
y  amigo  de  Cristóbal  Colón,  fué  quien  obtuvo  de  los 
Reyes  la  flotilla  de  tres  barcos  con  los  cuales  el  ilus- 
tre Almirante  llevó  á  cabo  la  grandiosa  empresa. 

Gloríase  la  Orden  de  haber  sido  la  primera  en 
llevar  la  antorcha  de  la  fe  á  los  pueblos  americanos, 
de  lo  cual  es  elocuente  testimonio  la  Bula  de  Clemen- 
te X,  por  la  cual  canoniza  á  Santa  Rosa  de  Lima,  vir- 
gen de  la  tercera  Orden  de  Santo  Domingo'.  Fué 
esta  Santa  la  primera  flor  del  nuevo  mundo  recogida 
por  la  Iglesia  para  colocarla  en  sus  altares,  por  cuya 
razón  la  declaró  el  Sumo  Pontífice   patrona   de   la 

■     Bullar.  ord.  VI.  26S  y  2S1. 


Trahíijos  de  los  Dominicos  como  predicadores.         23 

América  ';  sin  que  haya  sido  la  única  flor  que  se 
abrió  á  las  influencias  de  la  gracia  en  aquellos  ex- 
tensos países,  porque  el  Papa  Gregorio  XVI  beatificó 
también,  hace  pocos  años,  á  dos  religiosos  domini- 
cos, los  Beatos  Martín  de  Forres  yjuan  Macías  ^ 

Fueron  verdaderamente  prodigiosos  los  progresos 
de  la  Orden  en  la  América.  Solamente  en  las  pro- 
vincias de  Nueva  España,  Chile  y  Nueva  Granada,  se 
fundaron  en  pocos  años  213  conventos.  Allí  floreció 
en  tan  buenos  tiempos  el  que  más  tarde  había  de  ser 
proclamado  por  la  Iglesia  apóstol  y  patrón  de  las  In- 
dias Occidentales  \  San  Luis  Beltrán,  uno  de  los  más 
ilustres  Santos  y  más  grandes  taumaturgos  que  ha 
producido  la  Orden  de  Santo  Domingo  ■'. 

Empero,  por  desgracia,  no  fueron  los  Dominicos 
los  únicos  conquistadores  de  la  América.  Hubo  á  su 
lado  gobernantes  duros  é  inhumanos,  aventureros 
que  eran  la  hez  del  antiguo  mundo,  y  que  explota- 
ban á  aquellos  pueblos,  cual  si  se  tratase  de  verda- 
deros rebaños.  Intentóse  justificar  tan  bajo  proceder, 
publicando  una  memoria  encaminada  á  probar  que 
los  indios  eran  incapaces  del  bautismo;  porque 
para  ser  cristiano  se  necesita  ante  todo  ser  hombre! 

Respondieron  los  Dominicos  á  tan  odioso  libelo 
con  un  escrito  dirigido  al   Fapa  Faulo   III,  quien  de- 

I     Es  patrona,  no  sólo  de  América,  sino  de  todas  las  Indias. 

-  Todo  el  mundo  conoce  el  panegírico  del  B.  Martin,  pronunciado  por  el 
P.  Ventura  de  Ráulica;  panegírico  que  era  considerado  por  el  ilustre  Teati- 
no  como  su  particular  tesoro. 

5     Bull.  Ord.  VI.  274. 

4     Su  cuerpo  intacto  é  incorrupto  se  conserva  en  Valencia,  su  patria. 


24  La   Orden  de  Predicadores. 

claró  á  los  indios   tan  dignos  como  los  demás  hom- 
bres de  los  sacramentos  de  la  Iglesia  y  de  la  libertad. 

El  Dominico  más  célebre  en  esta  contienda  fué 
sin  duda  el  inmortal  Bartolomé  de  las  Casas  :  ocho 
veces  atravesó  el  Océano  este  intrépido  hijo  de  Santo 
Domingo  para  defender  la  causa  de  los  infortunados 
indios  en  la  Corte  de  España. 

Los  Reyes  de  España  le  enviaron  nuevamente  á 
las  Américas,  colmándole  de  honores  y  promesas  y 
declarándole  protector  general  de  los  indios....;  y 
el  infatigable  misionero  luchó  hasta  el  último  alienta 
contra  la  codicia  y  la  crueldad  de  algunos  españoles, 
muriendo  á  la  edad  de  noventa  y  dos  años,  pocos 
días  después  de  haber  levantado  su  voz  intrépida  en 
el  Consejo  de  Castilla  para  conjurar  al  Rey  que  pu- 
siera término  á  aquel  estado  de  cosas.  Murió  escri- 
biendo aún  con  mano  firme  el  famoso  tratado  sobre 
la  Tiranía,  y  dejando  para  la  historia  uno  de  los  ma- 
yores nombres  con  que  se  honra  la  humanidad,  y 
una  gloria  de  las  más  heroicas  de  la  Orden  de  Pre- 
dicadores '. 

¡Cuántas  cosas  pudieran  decirse  sobre  las  misio- 
nes Dominicanas  -\ 

■  Historia  de  los  Dominicos  en  América,  por  el  P.  Agustín  María  Roze. 
París,  Poussielgne,  1878.  Contiene  esta  obra  numerosos  é  interesantes  de- 
talles.— La.  Historia  de  las  I ndias  á'i\  P.  Las  Casas  se  imprimió  en  Madrid, 
1875-76,  en  cinco  volúmenes  en  4."  El  Sr.  Fabié  publicó  una  Vida  de  este 
Dominico,  enriquecida  con  muchos  documentos.  También  el  Sr.  D.  Carlos 
Gutiérrez  publicó  otra  Vida,  escrita  en  muy  buen  sentido,  á  la  cual  puso 
un  prólogo  el  Sr.  Castelar,  quien  llama  á  los  Dominicos  Va.  jauría  de  Dios. 
A  mucha  honra. 

^     En  la  segunda  parte  se  amplian  estas  y  otras  indicaciones. 


Trabajos  de  los  Doiiiinicos  como  predicadores.         25 

Según  parecer  constante  de  los  historiadores,  el 
primer  misionero  que  penetró  en  China,  en  1=555, 
fué  el  P.  Gaspar  de  la  Cruz,  de  la  Orden  de  Predi- 
cadores, cuya  Orden  venía  evangelizando  el  Asia 
desde  el  siglo  xiii  '. 

Extendióse  la  Orden  en  esta  parte  del  mundo 
tan  gloriosa  y  rápidamente  como  en  América, 
siendo  las  misiones  de  Tonquin  y  Filipinas  de  las 
más  fecundas  y  de  las  más  perseguidas  '.  Los  cua- 
tro últimos  Obispos  Dominicos  de  la  primera  de 
estas  dos  misiones,  con  otros  muchos  religiosos  de 
la  misma  Orden,  han  conseguido  la  palma  del  mar- 
tirio K 

Es  imposible  entrar  aquí  en  más  detalles,  que 
tendrán  lugar  más  abajo,  y  lo  es  igualmente  citar  ni 
siquiera  los  países  que  han  sido  regados  con  la  san- 
gre generosa  de  los  hijos  de  Santo  Domingo.  Es  un 
hecho  averiguado  que,  desde  el  año  1216  hasta 
nuestros  días,  jamás  ha  transcurrido  un    espacio  de 

■  Misiones  Dominicanas  en  el  extremo  Oriente,  por  el  P.  Andrés  María 
Mcynard,  de  la  Orden  de  Predicadores,  2  vol.  París,  Bimez,  1863. 

2  No  todo  puede  apunta  rse,  ni  siquiera  ligeramente,  en  esta  noticia,  que 
se  íunplia  en  la  segunda  parte;  empero  no  podemos  hacer  caso  omiso  de  la 
Misión  Dominicana  de  Japón,  que  recuerda  las  primeras  persecuciones  de 
la  Iglesia.  El  Papa  Pío  IX  beatificó  á  no  mártires  de  esta  Misión,  que 
pertenecían  á  tan  esclarecida  Orden.  Otros  más  sellaron  con  su  sangre 
la  fe  de  Cristo. 

3  Gregorio  XVI  declaró  venerables  al  Sr.  Delgado  y  á  71  mártires 
más  de  Tonquin,  casi  todos  de  la  Orden  de  Predicadores.  El  Año  Domi- 
nicano ha  conservado  las  actas  de  muchos  mártires  más  del  siglo  xix. — En 
el  Novísimo  Año  cristiano  y  Santoral  español,  que  publica  actualmente  en 
Madrid  nuestro  respetable  amigo  el  Sr.  Riera,  se  ha  empezado  á  conmemo- 
rar el  martirio  de  muchos  confesores  de  estas  apartadas  misiones,  que  son 
ciertamente    gloria  de  la  patria. 


20  La  Orden  de  Predicadores. 

diez  años  sin  que  la  sangre  de  un  Dominico  no  haya 
sido  derramada  por  la  Iglesia.  Citemos  solamente 
descifras  que  brillan  por  su  elocuencia. 

En  el  Capítulo  general  celebrado  en  Valencia  se 
hizo  un  catálogo  de  los  mártires  que  la  Orden  había 
dado  á  la  Iglesia  desde  1234  a  1235,  y  su  número 
llegó  á  1 3 ,  370.  La  historia  testifica  que  en  el  siglo  xvi 
fueron  26,000  los  hijos  de  Santo  Domingo  que  tiñe- 
ron  con  la  púrpura  de  su  sangre  el  blanco  cendal 
del  hábito  dominicano.  ¡Bien  puede,  pues,  esta  Or- 
den cantar  con  hacimiento  de  gracias  las  alabanzas 
del  Señor,  repitiendo  diariamente:  Te  niarfyriim 
candidatiis  laiidat  exercitus!  ¡Á  ti  te  alaba,  oh  Dios 
mío,  el  blanco  ejército  de  los  mártires! 

Deben  figurar,  sin  embargo,  al  lado  de  estas  pá- 
ginas brillantes  de  la  historia  del  apostolado  domini- 
cano otras  que,  sin  serlo  -tanto,  merecen  especial 
atención. 

La  predicación  entre  los  pueblos  cristianos  ofrece 
algunas  veces  las  mismas  dificultades  que  han  ro- 
deado á  los  Dominicos  en  su  apostolado  entre  infie- 
les: porque  es  empresa  penosísima  luchar  cada  día  por 
medio  de  prodigios  de  elocuencia,  que  han  de  repe- 
tirse sin  interrupción,  contra  enemigos  que  á  su  vez 
renacen  sin  cesar. 

Desde  el  siglo  xiii  hasta  nuestros  días,  muchas 
herejías  han  erguido  su  cabeza  altiva  en  el  campo  de 
la  Iglesia,  y  siempre,  y  en  todas  partes,  la  Orden  de 
Predicadores,  lo  decimos  llenos  de  convicción,  se  ha 
mantenido  á  la  altura  de  su  misión   providencial.  Ha 


Trabajos  de  los  Dominicos  como  predicadores.         27 

luchado  con  inílitigable  ardor  contra  todos  los  ene- 
migos de  la  religión.  No  sin  motivo,  cuando  Rafael 
intentó  representar  á  la  Orden  de  Santo  Domingo 
en  los  frescos  admirables  del  Vaticano,  acudió  á  la 
figura  simbólica  con  que  Dios  se  había  dignado  reve- 
lar á  la  madre  del  gran  Patriarca  lo  que  algún  día 
sería  el  hijo  que  llevaba  en  el  seno :  los  representa 
ladrando  y  despedazando  á  todas  las  herejías  '. 

■  Al  lado  de  las  luchas  contra  la  herejía  figuran  dig- 
namente las  luchas,  más  difíciles  aún  y  más  largas, 
contra  la  impiedad,  las  luchas  contra  la  tibieza  en  la 
fe,  y  las  luchas  finalmente  contra  la  plaga  del  indi- 
ferentismo. 

Pues,séanos  lícito  consignarlo  una  vez  más,  con- 
tra todos  estos  enemigos  han  combatido  valiente- 
mente los  religiosos  de  la  Orden  de  Predicadores, 
esgrimiendo  sin  tregua  ni  descanso  la  espada  de  la 
palabra  evangélica.  Cuantas  generaciones  se  han  su- 
cedido en  la  serie  de  más  de  seis  siglos,  han  reco- 
gido siempre  y  en  todas  partes  la  palabra  de  vida  y 
de  salud  que  brotaba  abundante  y  fecunda  de  la  boca 
de  los  Padres  Predicadores. 

¡Cuántos  nombres  ilustres  pudiéramos  citar!  ¡Qué 
gloriosa  pléyade  de  Dominicos  se  ha  consagrado  á 
este  apostolado!  Recórranse  los  anales  de  la  Iglesia, 
en  la  seguridad  de  tropezar  á  cada  paso  con  sus  nom- 
bres benditos,  que  la  Iglesia  pronuncia  con  recono- 
cimiento y  veneración....  ¡Cuántos  santos  misioneros 

'     Aquí  tiene  el  Sr.  Castelar  ]a  jauría  con  que  nos  designa. — Prólogo 
á  la  y  ida  de  Las  Casas,  por  Gutiérrez. 


28  La  Orden  de  Predicadores. 

colocados  por  ella  sobre  los  altares,  por  haber  sido 
verdaderos  y  buenos  Hermanos  Predicadores! 

Uno  solo  para  cerrar  este  capítulo,  el  del  P.  La- 
cordaire,  á  quien  Mons.  de  Quelén  llamaba  un 
profeta  nuevo,  y  «cuya  voz  fué  la  más  elocuente  de 
este  sido  '.» 


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'     P.  Félix,  Conf.  deNim.  Sr.i.  Je  Pjris,  9  de  Marzo  de  1869. 


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IV. 


MISIÓN  DE  LA  ORDEN  EN  LAS  CIENCIAS  Y  LAS  ARTES. 


NO  de  los  más  estimables  privilegios  otorga- 
dos por  la  Santa  Sede  á  Santo  Domingo  y  á 
su  Orden  es  sin  duda  alguna  el  derecho  de 
enseñar. 

Empero  si  la  ciencia  era  el  medio  más  seguro 
para  rodear  de  consideración  y  respeto  á  una  Orden 
naciente,  el  tomar  asiento  en  las  Universidades  era 
á  su  vez  el  medio  infalible  para  adquirir  en  la  cien- 
cia el  prestigio  de  un  gran  nombre. 

Santo  Domingo  se  hallaba  penetrado  de  esta  ver- 
dad indiscutible,  y  por  eso  envió  á  sus  primeros  re- 
ligiosos á  las  grandes  ciudades  que  eran  asiento  de 
las  mejores  Universidades  del  mundo:  París  y  Bolo- 
nia. El  santo  murió  en  Bolonia,  que  custodia  e! 
sepulcro  del  taumaturgo  español  con  orgullo  y  vene- 
ración. 

No  era,  sin  embargo,  fácil  á  los  religiosos  tomar 
asiento  en  las  universidades  de  la  Edad  Media;  y  la 


^O  La  Orden  de  Predicadores. 

historia  nos  ha  transmitido  las  luchas  sostenidas  por 
los  Dominicos  antes  de  obtener  las  cátedras  de  la 
universidad  de  París.  Mas  como  la  Orden  tenía  por 
campeón  á  Santo  Tomás  de  Aquino,  muy  pronto  el 
papa  y  el  rey  San  Luís  aseguraron  á  los  Dominicos 
dos  cátedras  doctorales  en  la  célebre  Universidad. 

Desde  esa  época  memorable  profundas  cuestiones 
teológicas  han  agitado  á  los  espíritus,  y  en  todas 
ellas  encontramos  en  primera  fila  á  los  Dominicos, 
sosteniendo  con  honor  la  doctrina  de  Santo  Tomás; 
esa  doctrina  ortodoxa  por  excelencia,  toda  vez  que  el 
Papa  Inocencio  VI  declara  sospechoso  de  error  á 
quien  se  atreva  á  contradecirla. 

Y  esa  enseñanza  de  la  Orden  de  Predicadores  se 
ha  perpetuado  en  las  grandes  universidades  del  mun- 
do. Alcalá  (hoy  Madrid),  Bolonia,  Padua,  Oxford, 
Lovaina,  Salamanca  y  otras  muchas  se  gloriaban  de 
ver  sus  cátedras  regentadas  por  los  hijos  de  Santo 
Domingo.  En  Lovaina,  por  ejemplo,  desde  los  orí- 
genes de  la  facultad  de  teología  se  adjudicaron  tres 
cátedras  á  los  Dominicos,  y  algunos  años  más  tarde 
la  universidad  incorporó  en  su  seno  á  la  Orden  misma. 

Las  universidades  de  Lima,  de  Manila  y  otras  del 
nuevo  mundo,  erigidas  fueron  por  los  hijos  de  la  Or- 
den de  Predicadores,  y  religiosos  ilustres  por  su  cien- 
cia y  por  sus  virtudes  ocuparon  con  gloria  cátedras 
universitarias  en  ambos  hemisferios. 

¿Quién  no  conoce  al  beato  Alberto  el  Grande, 
uno  de  los  mayores  sabios  que  han  ilustrado  al  mun- 
do, que  escribió  sobre  todas  las  ciencias  divinas  y  hu- 


Misión  de  la  Orden  cu  la?,  ciencias  y  en  las  artes.        31 

manas?  Las  ciencias  naturales,  la  física,  la  química, 
la  arquitectura,  el  arte  militar,  la  agricultura,  la  filo- 
sofía en  todas  sus  partes,  la  Sagrada  Escritura,  la  pa- 
trística, la  teología,  la  ascética....,  todas  las  ciencias 
le  deben  trabajos  y  descubrimientos  importantes'. 
Son  tan  voluminosos  sus  escritos,  que  se  ha  calcula- 
do ser  necesaria  la  vida  de  un  hombre  sólo  para  co- 
piar las  obras  del  gran  doctor.  ¿Y  cómo  dar  justa 
idea  de  lo  que  fué  su  enseñanza?  El  beato  Alberto 
veía  mezclarse  á  obispos,  prelados,  príncipes,  reyes 
y  religiosos  de  todas  las  Ordenes  con  los  demás 
alumnos  de  su  numeroso  auditorio,  siendo  tantos  los 
que  de  todas  partes  acudían  para  oír  sus  lecciones, 
que  ningún  local  era  capaz  de  contenerlos,  y  se  vio 
precisado  á  explicar  en  una  plaza  pública,  que  aún 
hoy  conserva  el  nombre  y  está  consagrada  á  la  me- 
moria del  siervo  de  Dios. 

Empero  el  gran  título  de  San  Alberto  el  Grande  al 
reconocimiento  y  á  la  admiración  de  la  Orden  y  de 
la  Iglesia,  es  el  de  haber  formado  al  Ángel  de  las  Es- 
cuelas, Santo  Tomás  de  Aquino. 

Todos  conocen  á  Santo  Tomás,  ó  cuando  menos 
nadie  hay  que  no  haya  oído  hablar  de  la  pureza,  del 
esplendor  y  de  la  fecundidad  de  su  doctrina. 

Hanle  tributado  los  Romanos  Pontífices  elogios 
jamás  oídos,  diciendo  de  él  que  ilustró  la  Santa  Igle- 
sia más  que  todos  los  doctores,  y  que  se  aprende 
más  estudiando  un  año  en  sus  libros,  que  empleando 

'     La  Revista  Caíóltca  de    Lovaina  publicó   en  1873    un  artículo  intere- 
sante sóbrela  ciencia  del  B.  Alberto  Masrno. 


32  La  Orden  de  Predicadores. 

la  vida  entera  en  el  estudio  de  otros  (Juan  XXII). 
Cualquiera,  añade  Inocencio  VI,  que  combata  la  doc- 
trina de  Santo  Tomás  se  hace   sospechoso  de  error, 

Santo  Tomás  es  el  sol  de  la  Iglesia  (Benedic- 
to XIII),  el  príncipe  de  los  teólogos  y  la  inteligencia 
que  por  su  tranquilo  brillo  y  celeste  serenidad  se 
aproxima  más  al  Verbo  de  Dios  (Rdo.  P.  Félix)  '. 

Es  uno  de  los  mayores  méritos  de  Santo  Tomás, 
no  sólo  la  extensión  de  sus  obras,  sino  su  profundi- 
dad pasmosa  y  su  admirable  simplicidad.  La  Edad 
Media  y  la  Iglesia  le  saludan  como  á  fundador  de  la 
teologia,  porque  nadie  antes  que  él  había  expuesto 
de  una  manera  completa  y  seguida  el  conjunto  de 
los  dogmas  de  la  fe. 

Esto  lo  hizo  Santo  Tomás  en  la  Suma  Teológica, 
el  libro  más  milagroso  que  haya  salido  de  la  mano 
del  hombre ,  porque  la  Santa  Escritura  salió  de  la 
mano  de  Dios  (P.  Possevino). 

Inútil  será  que  recordemos  aquí  la  encíclica  Acter- 
rd  Patris  de  León  XIII  y  el  motu  propn'o  de  4  de  Agos- 
to de  1880,  por  el  cual  proclama  al  Santo  Doctor 
Patrono  de  todas  las  escuelas  católicas. 

Lo  que  fué  Santo  Tomás  en.  teología  lo  fué  San 
Raim.undo  de  Peñafort  en  derecho  canónico.  El  Papa 
Gregorio  IX  ,  de  quien  era  confesor  ,  le  encargó 
coleccionar  en   un  solo  código,  ordenar  y   concor- 


'  Pueden  consultarse  los  artículos  publicados  por  la  Revista  Católica 
de  Lovaina  en  1874  y  1875. — Muchos  de  los  elogios  tributados  al  Doc- 
tor Angélico  fueron  recopilados  por  Yurany,  O.  P.  ,  Testimonia.  Ma- 
drid, 187S. 


Misión  de  la  Orden  en  las  ciencias  y  en  las  artes.        33 

dar  todas  las  leyes  y  decretos  que  se  habían  publicado 
hasta  el  siglo  xiii. 

La  empresa  era  inmensa  y  difícil;  empero  Dios 
concedió  al  santo  español  una  vida  bastante  larga  y 
la  fuerza  de  voluntad  necesaria  para  que  pudiera  lle- 
varla á  cabo ,  reflejando  sobre  su  Orden  la  gloria  de 
que  fuese  un  hijo  suyo  el  compilador  ,  y ,  casi  pudiera 
decirse,  el  autor  del  código  canónico  por  el  cual  se 
rige  la  Iglesia  en  nuestros  días. 

A  pesar  de  este  trabajo  hercúleo  ,  San  Raimundo 
escribió  otras  obras  y  gobernó ,  como  Maestro  Gene- 
ral ,  la  Orden  de  Santo  Domingo  con  sabiduría  y  pru- 
dencia consumada. 

Durante  la  misma  época,  hizo  otro  Dominico  un 
trabajo  tan  gigantesco  sobre  la  Sagrada  Escritura,  que 
algunos  historiadores  piensan  que  500  religiosos  de  la 
Orden  le  auxiliaron  para  llevarle  á  feliz  término.  Ha- 
blamos de  las  Concordancias  de  la  Biblia ,  índice  gene- 
ral de  todas  las  palabras  del  antiguo  y  nuevo  Testa- 
mento ,  con  expresión  de  los  lugares  de  la  Escritura 
en  los  cuales  se  encuentran  citadas.  Desde  la  apari- 
ción de  este  arsenal  inmenso,  los  estudios  escriturarios 
tomaron  nuevo  vuelo. 

San  Antonino,  llamado  por  sus  coetáneos  otro 
Santo  Tomás,  alter  Aqniíms  ,  compuso  la  primeaa 
Suma  de  Teología  moral,  ó  sea  la  Suma  de  casos  de 
conciencia  y  de  confesores  '  :  fruto  de  muchos  años 
de  estudios ,  mereció  á  su  autor  el  dictado  de  «Ángel 

•     San  Raimundo  había  escrito  ya  la  Suma    de  la  Penitencia  y  del  Mu- 
ir iiiionio. 


34  La  Orden  de  Predicadora. 

de  los  consejos,»  Antoiiiiiiis  coiisilioriuu]  y  ha  servido 
de  base  y  de  norma  á  los  mil  tratados  de  moral  que 
después  se  han  escrito,  acudiendo  todos  los  moralistas 
á  esa  obra  magistral  como  á  una  mina  inagotable. 

Débese  á  Melchor  Cano  el  primer  tratado  de  teo- 
logía general  titulado  Lugares  teológicos ,  «obra  in- 
comparable por  su  forma  y  por  su  fondo,  en  la  cual, 
hasta  el  buen  sentido  se  eleva  á  inconmensurable 
altura  en  alas  de  la  ciencia  cristiana.» 

Escribió  Vicente  de  Beauvais  en  el  siglo  xiii  la 
Biblioteca  del  Mundo,  «compilación  gigantesca  que 
ejecutó  él  solo  ,  y  que  por  la  belleza  del  conjunto  é 
interés  de  los  detalles  es  superior  á  todas  las  enciclo- 
pedias modernas.  En  un  solo  libro  reunió  con  talento 
superior  cuanto  los  hombres  habían  aprendido  hasta 
entonces  sobre  la  naturaleza,  las  ciencias,  las  artes, 
y  la  historia  de  la  humanidad  '.» 

Se  ve,  pues,  que  los  religiosos  de  la  Orden  de 
Predicadores  han  brillado  á  la  cabeza  de  todas  las 
ciencias  sagradas  :  el  beato  Alberto  Magno  y  Santo 
Tomás  de  Aquino,  á  la  cabeza  de  la  filosofía  y  de 
la  teología.  San  Antonino  es,  en  cierto  sentido,  el 
primer  moralista,  como  San  Raimundo  de  Peñafort 
el  creador  del  derecho  canónico.  ¡Y  cosa  extraña! 
Los  sabios  de  primera  talla  de  esta  grande  Orden, 
son  á   la  vez  grandes  santos. 

No  se  ha  contentado  la  Orden  de  Santo  Domin- 
go con  poner  por  medio  de  sus  hijos  los  asientos 
inmortales  de  muchas  ciencias  ;  antes  bien ,  en  el  es- 

•     Estas  dos  citas  están  tomadas  de  Rohrbacher. 


Misión  de  la  Orden  en  las  ciencias  y  en  las  artes.       35 

pació  de  más  de  seis  siglos,  no  ha  cesado  un  solo  mo- 
mento de  suministrar  numerosos  materiales  para  ele- 
var y  sostener  el  grandioso  templo  que  la  ciencia  ver- 
dadera consagra  sin  descanso  á  la  gloria  de  Dios  vivo. 

La  cita  de  los  nombres  es  aquí  imposible,  porque 
se  eleva  á  muchos  millares:  no  hay  ciencia,  ni  aun 
humana,  en  la  cual  los  Dominicos  no  hayan  adquiri- 
do nombre,  si  bien  se  han  ilustrado  con  preferencia 
en  las  ciencias  sagradas. 

Más  de  700  escritores  han  dejado  comentarios  so- 
bre la  Santa  Escritura;  por  encima  de  2,500  doctores 
se  han  distinguido  por  sus  obras  teológicas,  y  muchí- 
simos más  hannos  legado  libros  sobre  filosofía,  dere- 
cho canónico,  historia,  etc. 

¡Qué  inmensa  biblioteca  pudiera  formarse  con  los 
libros  que  brotaron  de  la  pluma  de  los  religiosos  Pre- 
dicadores, enriqueciendo  las  ciencias  y  las  artes  en  el 
período  de  seis  siglos!  Muchos  de  ellos  son  esclareci- 
dos, no  sólo  por  la  profundidad,  sino  por  su  pasmosa 
fecundidad,  llegando  á  escribir  alguno  más  de  25  vo- 
lúmenes en  folio,  y  aun  se  cita  quien  ha  escrito  cerca 
de  cien  tomos  ' . 

Hízose  en  el  siglo  último  la  lista  de  los  escritores 
déla  Orden  ^;  aunque  es  incompleta  y  llega  sólo  á 


■     Se  calcula  que  los  Dominicos  han  escrito  más  de  40,000  volúmenes. 

2  Quetify  Echard,  Scriptores  Ordinis  Pi-aedicatonim.  París,  1721,  2vol. 
en  folio  de  1000  páginas  cada  uno.  El  religioso  encargado  de  completar  esta 
obra  ha  reunido  ya  más  de  mil  papeletas  que  han  de  agregarse  á  esa  lista 
gloriosa  déla  cual  hablamos. 

En  el  Ensayo  que  damos  en  la  tercera  parte,  hay  también  muchas  obras 
desconocidas  comúnmente. 


36  La  Orden  de  Predicadores. 

1720,  contiene  más  de  4,000  nombres.  El  que  desee 
formarse  una  idea  exacta  de  lo  que  ha  hecho  la  Orden 
de  Predicadores  para  justificar  la  gloria  doctrinal  que 
va  unida  á  su  nombre,  no  tiene  más  que  repasar  las 
tablas  que  van  al  fin  de  esa  obra  importantísima. 
Allí  verá  con  sorpresa,  no  solamente  nombres  ilus- 
tres, sino  la  muchedumbre  y  variedad  de  las  materias 
que  han  tratado. 

Con  razón  decía  Pío  IX  en  1862,  dirigiéndose  á 
los  religiosos  del  Capítulo  general  ' :  «La  Orden  de 
Santo  Domingo  debe  asistir  á  la  Iglesia  por  la  doctri- 
na, porque  siempre  ha  sido  la  Orden  de  la  doctrina  y 
de  grande  socorro  para  la  Iglesia.  Esta  Orden,  que  ha 
producido  tantos  santos  y  tantos  hombres  ilustres  de 
todo  género,  se  ha  colocado  siempre  en  primera  fila 
para  la  defensa  de  la  Iglesia.» 

Mas  al  lado  de  la  ciencia  que  se  perpetúa  por  la 
enseñanza  hablada  ó  escrita,  hay  otro  medio  de  ex- 
presar lo  verdadero  y  lo  bello:  el  arte. 

En  la  Edad  Media  las  bellas  artes  apenas  eran  cul- 
tivadas más  que  por  los  eclesiásticos. 

Los  claustros  encerraban  de  ordinario  arquitectos, 
escultores  y  artistas  de  todas  clases,  que  elevaban  su 
arte  á  la  altura  de  una  enseñanza  moral  y  religiosa, 
á  la  altura  de  un  verdadero  apostolado. 

«Ninguna  Orden,  dice  un  escritor  muy  compe- 
tente \  cuenta  tantos  ilustres  arquitectos,  pintores 
sobre  tela  y  sobre  vidrio  y  taraceadores,  como  ¡a  Or- 

'     VAnnéc  dominicainc  (Julio  de  1862)  dio  entero  el  discurso  de  Pío  IX. 
2     Márchese,  obra  citada  más  abajo. 


Misión  de  la  Orden  en  las  ciencias  y  en  las  arfes.         37 

den  de  Predicadores.  Nuestros  padres  fueron  los  que 
formaron  á  Rafael  y  á  Bramante,  Ellos  trabajaron  en 
las  cúpulas  de  Milán,  de  Pisa  y  de  San  Pedro;  echa- 
ron puentes  sobre  el  Arno,  el  Sena,  etc.;  dirigieron 
dificilisimos  trabajos  hidráulicos,  construcciones  mili 
tares  y  sitios  de  plazas:  ninguna  arte  les  era  extraña.» 

¿Quién  no  conoce  á  Sania  María  la  Novella  de 
Florencia,  esa  iglesia  que  Miguel  Ángel  visitaba  todos 
los  días,  y  de  la  cual  decía  que  era  hermosa  y  pura 
como  una  novia?  Pues  es  una  obra  hecha  exclusiva- 
mente por  religiosos  Dominicos,  sin  ningún  auxilio 
secular. 

Empero  la  parte  de  las  bellas  artes  en  que  más  se 
distinguió  esta  Orden  fué  sin  duda  la  pintura. 

Conocido  en  todo  el  mundo  es  Fra  Angélico,  así 
como  las  inimitables  obras  maestras  que  nos  ha  deja- 
do y  que  elevan  el  alma  á  un  mundo  ideal  y  radiante 
de  belleza.  Para  pintar  las  imágenes  del  Salvador  y 
de  su  Madre  Inmaculada  se  ponía  siempre  de  rodillas, 
y  lo  hacía  con  los  ojos  bañados  en  lágrimas  de  devota 
ternura.  Por  eso  decía  de  él  Miguel  Ángel  :  «Esas 
figuras  sólo  puede  pintarlas  quien  las  haya  visto  en  el 
cielo.»  Son  considerados  sus  cuadros  como  la  obra 
maestra  y  la  última  palabra  de  la  pintura  mística. 

Había  en  su  época  en  Italia,  y  sobre  todo  en  Flo- 
rencia, toda  una  pléyade  de  artistas  Dominicos.  Cuan- 
tos se  ocupan  en  el  arte  conocen  á  Fra  Bartolomé, 
Fra  Benedicto  y  á  mil  religiosos  más  de  la  Orden  de 
Santo  Domingo,  de  quienes  se  conservan  en  los  con- 
ventos de  Florencia  y  de  Fiésoli,  en  el  palacio  del  Va- 


3 8  La  Orden  de  Predicadores. 

ticano  y  en  gran  número  de  iglesias,    obras  clásicas 
que  son  la  admiración  de  los  inteligentes. 

Y  es  de  notar  que  todos  estos  artistas  se  hallaban 
penetrados  del  carácter  sagrado  del  arte,  que  era  para 
ellos  cierto  destello  celestial,  y  al  cual  honraron  sobre- 
manera con  la  santidad  de  su  vida  '.  El  Beato  Juan 
Dominici  recomendaba  á  sus  religiosos  que  cultivasen 
la  pintura,  porque  era  un  medio  poderoso  de  elevar 
las  almas  á  Dios  y  de  dilatar  las  pasiones  santas  del 
corazón. 

Estas  tradiciones  artísticas  se  transmitieron  de  ge- 
neración en  generación,  pues  en  todos  los  siglos  en- 
contramos religiosos  consagrados,  con  tanto  celo 
como  éxito,  al  cultivo  de  las  bellas  artes.  Aun  hoy 
hay  artistas  dominicos  que  en  las  últimas  exposicio- 
nes universales  han  recibido  recompensas  halagüeñas 
por  los  objetos  de  arte  y  de  genio  por  ellos  presen- 
tados. 

Cuantos  han  visitado  á  Roma  han  admirado  los 
frescos  del  convento  de  San  Sixto  ,  pintados  por 
el  P.  Besson,  uno  de  los  primeros  discípulos  del  Pa- 
dre Lacordaire.  «Si  una  muerte  prematura,  dice  el 
marqués  de  Segur  -,  no  hubiera  arrebatado  á  la 
Orden  y  á  las  artes  á  este  religioso,  hubiese  sido  el 
Fra  Angélico  de  nuestro  tiempo.  Su  obra  es  una  de 
las  más  perfectas  que  ha  producido  nuestro  siglo  bajo 
el  punto  de  vista  estético.» 

'  El  nombre  de  muchos  artistas  dominicos  ha  llegado  hasta  nosotros 
rodeado  de  la  aureola  de  Beato. 

3  Recuerdos  c  impresiones  de  iiii  viaje  á  Roma.  París,  1S72. — El  Padre 
Besson  murió  en  las  misiones  de  Oriente. 


Misión  de  la  Orden  en  las  ciencias  y  cu  las  artes.       39 

Pudiéramos  citar  centenares  de  nombres  para  pro- 
bar que  ninguna  Orden  religiosa  ha  dado  al  arte  cris- 
tiano tantos  artistas  como  la  Orden  de  Predicadores. 

A  fin  de  que  no  se  nos  tache  de  exagerados,  ro- 
gamos á  nuestros  lectores  que  consulten  una  obra 
publicada  recientemente  sobre  los  más  célebres  pin- 
tores, escultores  y  arquitectos  dominicos  '.  «No  ol- 
videmos jamás  que  la  Orden  de  Santo  Domingo  ha 
vivificado  las  artes  por  medio  de  nobles  y  sublimes 
sentimientos;  el  que  no  ha  podido  hablar  desdeloalto 
del  pulpito  ó  de  la  cátedra  en  las  iglesias  ó  en  las  es- 
cuelas, lo  ha  hecho  por  medio  del  buril  ó  del  pincel; 
y  podemos  gloriarnos  de  haber  salvado  las  artes  el 
día  en  que  iban  á  ser  presa  de  una  devastación  bárba- 
ra; las  hemos  reanimado  con  el  encendido  calor  de 
nuestros  corazones;  las  hemos  cultivado  para  que  sir- 
van al  honor  de  la  Iglesia  católica  y  á  la  gloria  de 
Dios.» 

1    P.  Marchesse,  Aííí/wn'í  dei  pin  insigni  pittorij  scultori  et  archüetti  Do- 
menicani.  Firenza,  2  vol.,  4.'  edición. 


V 


GLORIAS  DOMINICANAS  EN    EL   ORDEN  CONTEMPLATIVO 


ESULTA  evidentemente  de  cuanto  se  ha  dicho 
hasta  el  presente ,  que  la  Orden  de  Santo 
Domingo  ha  permanecido  siempre  y  en  to- 
das partes  fiel  al  pensamiento  y  á  la  impulsión  de  su 
fundador,  y  que  por  espacio  de  más  de  seis  siglos  ha 
trabajado  con  indefectible  ardimiento  en  la  salud  de 
las  almas.  Sus  doctores  han  iluminado  la  Iglesia:  sus 
individuos  han  llevado  la  antorcha  de  la  fe  hasta  los 
últimos  aledaños  del  mundo. 

Empero  estos  trabajos  admirables  no  han  agotado 
la  savia  de  tan  esclarecida  Orden. 

Sus  claustros  silenciosos  han  sido  testigos  de  ma- 
ravillas más  grandes  aún,  más  extraordinarias,  que 
se  refieren  al  grado  más  elevado  del  orden  sobrena- 
tural y  divino:  al  orden  contemplativo. 

Refiere  San  Antonino  que  el  dominico  de  su  tiem- 
po pasaba  comúnmente  el  día  entero  en  la  iglesia,  si 


42  La  Orden  de  Predicadores. 

los  deberes  de  la  predicación  no  le  llamaban  á  otra 
parte.  Cuando  el  portero  tenia  necesidad  de  un  reli- 
gioso, comenzaba  siempre  por  buscarle  ante  los  al- 
tares. 

¡Cuan  suaves  y  encantadores  cuadros  pudiéramos 
poner  aquí  ante  los  ojos  de  nuestros  lectores!  ¡Cuán- 
tas flores  abiertas  en  el  huerto  cerrado  de  Santo  Do- 
mingo! ¡  Cucántos  ilustres  predicadores  fueron  ala 
vez  grandes  contemplativos!  A  la  cabeza  de  todos 
ellos  figura  con  justicia  el  mismo  Santo  Domingo, 
que  pasaba  las  noches  en  oración,  ó,  mejor  dicho,  en 
dulcisimo  éxtasis:  como  afirma  el  venerable  Hum- 
berto, el  Patriarca  de  Guzmán  daba  todo  el  día  al 
prójimo  y  toda  la  noche  á  Dios. 

Ved  á  San  Luís  Beltrán  ,  el  grande  apóstol  de  las 
Indias  Occidentales,  preparándose  para  su  apostolado 
con  el  penoso  cargo  de  maestro  de  novicios  que  des- 
empeñó largos  años. 

San  Vicente  Ferrer  ,  el  gran  taumaturgo,  á  pesar 
de  sus  inmensos  trabajos  apostólicos,  nos  ha  dejado 
sólidas  instrucciones  sobre  la  vida  ascética,  y  espe- 
cialmente un  Tratado  sobre  la  vida  espiritual,  que  es 
ciertamente  una  obra  maestra. 

Una  de  las  figuras  ascéticas  más  encantadoras  y 
más  amables  de  nuestra  Orden,  es,  sin  duda,  el  bien- 
aventurado Enrique  Susón. 

Nada  más  poético  que  su  vida,  epopeya  admirable 
de  un  alma  que  aspira  á  la  unión  con  Dios.  Su  in- 
fancia espiritual  se  desliza  en  las  dulzuras  de  la  gra- 
cia. Cánticos  de  alegría ,  en  compañía  muchas  wtces 


Glorias  Dominicanas  en  el  orden  contemplativo.        43 

de  los  ángeles  del  Señor;  devociones  suavísimas, 
visiones  cotidianas,  éxtasis  deliciosos.  Después,  cuan- 
do su  corazón  rebosaba  de  amor,  vinieron  sobre  él 
rigores  espantables,  pruebas  de  todo  género.  Amó 
con  ardor  los  sufrimientos,  porque  tenía  un  corazón 
rico  en  el  amor  de  Jesucristo. 

El  libro  de  la  Eterna  sabiduría,  que  es  la  principal 
de  sus  obras,  se  extendió  en  la  Edad  Media  tanto 
como  hoy  la  Iiuitacióii  de  Cristo.  Sus  escritos  ilumi- 
nados, producto  más  bien  de  su  corazón  que  de  su 
pluma,  han  sido  traducidos  á  todas  las  lenguas.  San 
Enrique,  mientras  tanto,  era  uno  de  los  más  célebres 
predicadores  de  su  época.  Evangelizó  muchos  pue- 
blos, extendiendo  sus  correrías  apostólicas  hasta  el 
territorio  de  Flandes.  Se  le  llama  el  Doctor  Extático. 

Taulero,  el  Doctor  Iluminado,  es  también  uno  de 
los  más  grandes  místicos  de  la  Edad  Media,  versado 
particularmente  en  las  vías  secretas  por  las  cuales 
conduce  Dios  á  las  almas  á  la  más  alta  perfección. 
Taulero  y  Sauson,  dice  el  vizconde  de  Buissiére,  fue- 
ron dos  genios  poderosos,  que  hicieron  progresar  á 
la  ciencia  contemplativa  y  contribuyeron  eficazmen- 
te á  imprimirle  un  prodigioso  impulso  '. 

Las  obras  del  venerable  Luís  de  Granada  andan  en 
manos  de  todos,  traducidas  á  catorce  lenguas.  San 
Francisco  de  Sales  le  llamaba  el  Bossuet  de  España,  y 
recomendaba  á  todos  los  sacerdotes  que  hiciesen  de 
estas  obras  su  segundo  breviario.  San  Carlos  Borro- 

'     Flores  Dominicanas    ó  los  místicos  de  Unterlindcn ,  Introducción. — El 
P.    Denifle,   O.  P.^  publicó  una  excelente  obra  sobre  la  mística  dominicana. 


44  La  Orden  de  Predicadores. 

meo  no  se  servía  de  otro  libro  para  prepararse  á  la 
predicación,  y  el  Papa  Gregorio  XIII  afirmaba  que 
Luís  de  Granada  había  hecho  con  sus  escritos  ma- 
yores milagros  que  dar  vista  á  los  ciegos  y  resuci- 
tar los  muertos. 

¡Cuántos  religiosos  han  corrido,  ó,  mejor  dicho, 
han  volado  por  caminos  extraordinarios,  hasta  la 
cima  de  la  más  alta  perfección!  Los  oficios  del  bre- 
viario dominicano  cuentan  los  nombres  y  las  virtu- 
des de  esas  almas  escogidas  que  se  han  levantado  en 
las  alas  de  sublimes  éxtasis  hasta  la  contemplación 
más  pura.  Allí  se  narran  las  gracias  extraordinarias 
de  que  Dios  les  ha  colmado  para  recompensar  sus 
virtudes. 

Santa  Catalina  de  Sena  ocupa  seguramente  el 
primer  puesto  de  honor  entre  esas  almas  privilegia- 
das. Dios  ha  derramado  sobre  ella  favores  insignes 
y  cada  vez  más  admirables.  Una  vez  la  toma  por  es- 
posa en  místico  y  verdadero  matrimonio;  más  tarde 
cambia  su  Corazón  Sacratísimo  por  el  corazón  de  la 
Santa;  y  finalmente  le  imprime  en  su  cuerpo  virginal 
los  estigmas  de  la  pasión  con  sus  dolores  acerbos. 

Aún  se  venera  en  Ronia  una  de  las  manos  de 
Santa  Catalina  ,  perfectamente  conservada ,  y  tras- 
pasada de  parte  á  parte  por  ese  dardo  de  amor 
divino. 

No  ha  sido  Santa  Catalina  de  Sena  la  única 
religiosa  dominica  que  ha  recibido  tan  insigne 
favor,  puesto  que  nuestros  anales  hacen  subir  á  se- 
senta el  número   de  hijos  de  Santo  Domingo  ,  que 


Glorias  Dominicanas  en  el  orden  contemplativo.         45 

han  recibido  la  impresión  de  las  llagas  del  Sal- 
vador '. 

La  impresión  de  las  llagas  de  Santa  Catalina  es 
objeto  de  una  fiesta  especial  en  la  Orden,  recono- 
ciendo además  la  Iglesia  como  auténticas  otras  estig- 
matizaciones  ^ 

Empero  volvamos  á  Santa  Catalina  de  Sena,  por- 
que esta  virgen  ilustre,  llamada  comúnmente  la  vir- 
gen Seráfica,  ha  dejado  en  pos  de  sí,  no  sólo  nu- 
merosos escritos,  sino  toda  una  escuela.  Sus  obras 
espirituales  han  sido  llamadas  inspiradas  por  la  Igle- 
sia ^  pueden  sostener  una  comparación  con  las  de 
Santa  Teresa,  y  han  merecido  ala  mística  hija  de 
Santo  Domingo  el  título  de  Doctora  del  Amor, 

Si  sus  obras  no  son  tan  conocidas  en  nuestro  país 
como  las  de  la  Doctora  de  Ávila,  es  por  lo  raras  que 
se  van  haciendo  las  traducciones  4. 

¿Qiiién  no  conoce  á  Santa  Catalina  de  Ricci ,  otra 
de  las  vírgenes  más  distinguidas  de  la  Orden  de  San- 


■  Se  admiten  140  casos  de  estigmatización  bien  probados  en  el  curso 
de  los  siglos,  y  que  han  pertenecido  con  preferencia  á  las  Ordenes  religio- 
sas. La  de  Sanio  Domingo  marcha  á  la  cabeza  con  sesenta  casos,  y  la  de 
San  Francisco    la  sigue,  con  cuarent-i  casos  en  todas  sus  ramas  ó  familias. 

-  Véanse  en  e!  Breviario  de  Dominicos  los  oficios  de  Santa  Catalina  de 
Ricci  y  de  las  Beatas  Estefanía,  Lucía  y  Catalina  de  Raconixio. 

5     Pío  II  y  Urbano  VI. 

4  Hemos  viito  dos  ediciones  españolas  de  los  Diálogos  de  Santa  Catali- 
na, hechas  en  Madrid  en  1668  y  en  1797;  esta  última,  hecha  por  el  con- 
vento de  Atocha  en  la  Imprenta  Real,  es  excelente. — Sor  Hipólita  Roca- 
berti escribió  24  volúmenes  sobre  mística^  en  tiempo  posterior  á  Echard. 
Las  obras  de  Susón,  Taulero,  Savonarola,  Mausolíé,  Armengol,  Piny  y  otros, 
son  de  todos  conocidas.  Para  más  detalles,  consúltense  las  vidas  de  los  San- 
tos y  escritores  de  la  Orden  de  Predicadores. 


46  La   Orden  de  Predicadores. 

to  Domingo?  A  la  edad  de  diez  y  nueve  años,  Jesu- 
cristo le  mudó  el  corazón,  para  transformarla  en  cria- 
tura más  perfecta,  y  más  tarde  le  imprimió  en  el 
cuerpo  las  llagas  de  la  pasión  '.  Durante  muchos 
años  sufría  cada  semana  un  éxtasis  memorable  de 
veintiocho  horas,  que  ha  producido  grande  admira- 
ción en  todos  los  autores  médicos.  Desde  el  jueves 
á  mediodía  hasta  el  viernes  por  la  tarde,  asistía  al 
drama  doloroso  de  la  pasión  del  Salvador. 

Y  cuando  volvía  en  sí  de  ese  arrobamiento  singu- 
lar ,  parecía  un  esforzado  guerrero  que  vuelve  del 
campo  de  batalla  donde  ha  combatido  con  denuedo. 
Traía  el  cuerpo  cubierto  de  heridas  recibidas  en  aquel 
místico  combate  de  amor  y  de  sufrimientos.  Cual- 
quiera hubiese  podido  sorprender  los  rasgos  de  seme- 
janza de  la  ilustre  virgen  con  su  Esposo  crucificado, 
en  las  señales  sensibles  de  su  flagelación  ,  de  su 
coronación  de  espinas  ,  de  su  crucifixión ,  y  de  las 
cuerdas  con  las  cuales  fuera  atada ,  levantada  y  baja- 
da de  la  cruz. 

Santa  Inés  de  Monte  Pulciano,  notable  por  las 
frecuentes  é  íntimas  comunicaciones  que  tuvo  con 
Nuestro  Señor  y  su  Santísima  Madre,  es  otra  de  las 
almas  místicas  del  claustro  Dominicano. 

Gloria  imperecedera  de  la  misma  Orden  es  Santa 
Rosa  de  Lima ,  la  primera  flor  de  santidad  que    la 


>  Dicen  algunos  que  Jesucristo  le  cambió  el  corazón  por  el  suyo  (lo 
que  hizo  ciertamente  con  Santa  Catalina  de  Sena);  mas  no  parece  que  la 
expresión  sea  acertada.  Puede  consultarse  al  P.  Bayonne,  Vie  de  Sainte 
Catherine  de  Ricci.  Dos  volúmenes.  París,  1S73. 


Glorias  Dominicanas  en  el  orSen  contemplativo.  47 

Iglesia  ha  recogido  del  nuevo  mundo  para  colocarla 
en  los  altares.  Hay  en  la  vida  de  esta  Santa  páginas 
encantadoras  que  respiran  la  más  deliciosa  poesía. 
Á  los  cinco  años  de  edad  hizo  voto  de  virginidad  per- 
petua, y  era  su  corazón  jardín  ameno  en  el  cual  se 
deleitaba  el  Esposo  de  las  vírgenes.  wRosa  de  mi  co- 
razón ,  le  dice  :  sé  mi  esposa.» 

Otro  nombre,  y  nada  más:  el  de  la  bienaventura- 
da Imelda  Lambertini,  de  la  flimilia  del  Papa  Bene- 
dicto XIV. 

Acaso  no  pueda  encontrarse  ni  vida  más  angeli- 
cal ni  muerte  más  santa  y  más  maravillosa  que  la 
suya.  Apenas  contaba  diez  años  cuando  vistió  la  can- 
dida túnica  de  Santo  Domingo,  y  murió  de  gozo  en 
un  éxtasis  dulcísimo  de  amor,  en  el  día  que  recibió 
por  vez  primera  la  Santa  Eucaristía. 

Hemos  apuntado  algunos  nombres.  ¡  Cuántos 
otros  hemos  pasado  en  silencio,  que  han  ,  no  obstan- 
te, embalsamado  con  los  perfumes  de  su  santidad 
los  claustros  de  Santo  Domingo  ! 

Pudiéramos  citar  aún  ,  no  sólo  centenas ,  sino  mi- 
llares de  místicos  notables.  Séanos  permitido  men- 
cionar de  pasada  á  una  comunidad  entera ,  en  la  cual, 
durante  siglos  ,  el  éxtasis  y  la  visión  eran  cosas  co- 
munes y  cotidianas ,  y  que  parecía  más  semejante  al 
cielo  que  á  la  tierra:  es  la  comunidad  de  religiosas 
Dominicanas  de  Unterlinden,  en  Colmar. 

Si  nuestros  lectores  se  sienten  tentados  á  tachar- 
nos de  exageración  ,  les  rogamos  encarecidamente 
que  consulten  la  historia  de  este  convento ,  único  qui- 


48  La  Orden  de  Predicadores. 

zas  en  la  Iglesia,  en   la  hermosa  obra  del  señor  de 
Buisiére  que  hemos  citado  '. 

La  vida  espiritual  y  mística  de  la  Orden  de  Pre- 
dicadores no  se  ha  concentrado  en  los  conventos.  Los 
religiosos  han  trabajado  en  dar  á  conocer  y  en  hacer 
amar  la  piedad  que  formaba  las  delicias  de  su  alma; 
y  gran  número  de  devociones  han  nacido  al  influjo 
de  su  soplo  creador  ,  mientras  que  otras  han  recibido 
de  ellos  nuevo  impulso  y  expansión. 

De  la  Orden  de  Santo  Domingo  se  sirvió  la  Vir- 
gen  Santísima  para  fundar  y  propagar  el  Rosario,  esa 
devoción  incomparable  que  encierra  el  tesoro  de  la 
doctrina  católica  ,  y  á  la  cual  la  Iglesia  ha  concedido 
los  más  singulares  privilegios  y  las  indulgencias  más 
extraordinarias.  La  devoción  del  Rosario  ,  gracias  á 
la  Orden  de  Predicadores ,  ha  llegado  á  ser  la  más 
popular  de  todas  las  devociones  '. 

Después  de  haber  trabajado  eficazmente  para  que 
se  instituyera  la  fiesta  del  Corpus  ,  aún  se  debe  á  esta 
Orden  la  creación  de  la  primera  cofradía  del  Santísi- 
mo Sacramento  ,  á  la  cual  se  hallan  afiliadas  todas 
las  demás  cofradías  eucarísticas  establecidas  en  todo 
el  mundo  ^  Sabido  es,  además,  que  se  debeá  Santo 
Tomás  de  Aquino  el  oficio  del  Santísimo  Sacramen- 


>  Flores  dominicanas  ó  ¡as  inisticas  de  Unterlinden. — París,  Poussiel- 
gne,  1S64. 

2  Véase  el. devocionario  titulado  Rosa  mística,  que  trae  cuanto  necesita 
un  cristiano. — Madrid,  Olamendi,  y  Barcelona,  Subirana, 

5  El  nombre  de  A'//(;fM'js  que  se  les  da  en  nuestra  patria,  alude  á  la 
'glesia  de  la  Minerva  de  Roma,  matriz  de  nuestra  Orden,  donde  se  esta- 
bleció la  citada  primera  cofradía. 


Glorias  Dominicanas  en  el  orden  contemplativo.         49 

to,  y  la  gloria  de  las  procesiones  y  honores  que  se 
tributan  á  la  Santa  Eucaristía. 

Los  Padres  delConcilio  celebrado  en  Lyon  en  1374 
encargaron  á  los  religiosos  de  la  Orden  de  Predicado- 
res que  predicasen  contra  los  blasfemos ,  con  cuyo 
objeto  instituyó  la  Orden  la  primera  cofradía  del  San- 
to Nombre  de  Dios  ó  de  Jesús,  madre  y  señora  de 
todas  las  demás  que  después  se  establecieron,  y  que 
tienen  por  fin  alabar  y  adorar  el  nombre  mil  veces 
bendito  de  Nuestro  Señor  Jesucristo  '. 

Cuando  el  beato  Alvaro  de  Córdoba  regresó  de  su 
peregrinación  á  Tierra  Santa  ,  colocó  en  su  convento 
de  Scala  Coeli  las  estaciones  todas  de  la  vía  dolorosa, 
y  las  recorría  frecuentemente,  derramando  copiosas 
lágrimas  de  devoción ;  por  manera  que  este  piadoso 
ejercicio  del  religioso  dominico  engendró  la  devo- 
ción tan  bella  y  tan  popular  de  las  Estaciones  ó  del 
y  ¡a  Criicis. 

Afirma  además  Benedicto  XIV  que  el  P.  Isolano, 
de  nuestra  Orden  ,  fué  el  primero  en  fomentar  y  ex- 
tender por  la  Iglesia  universal  la  devoción  al  Patriar- 
ca San  José  ;  así  se  explica  que  el  nombre  del  Santo 
Esposo  de  María  figure  en  nuestras  letanías,  y  que 
su  fiesta  se  celebrase  con  rito  de  solemnidad  excep- 
cional en  nuestras  iglesias,  mucho  antes  que  los  So- 
beranos Pontífices  le  hubieran  inscrito  en  las  letanías 

>  Esta  cofradía,  como  la  del  Rosario,  se  funda  por  la  autoridad  del  Maes- 
tro General  de  la  Orden  de  Predicadores.  En  todas  las  iglesias  de  la 
Orden  se  hallan  establecidas.  En  IVladrid  en  la  iglesia  de  la  Pasión,  distrito 
de  la  Inclusa.  Esta  cofradía  es  una  gloria  de  España,  como  se  verá  en  la 
segunda  parte. 


cQ  La   Orden  de  Predicadores. 

de  los  Santos,  y  hubieran  extendido  el  mismo  rito  á 

toda  la  Iglesia  ' . 

Podríamos  multiplicar  aún  los  ejemplos  y  demos- 
trar ampliamente  la  parte  que  tomó  la  Orden  en  la 
extensión  de  cuantas  devociones  se  han  establecido 
sucesivamente  en  el  seno  de  la  Iglesia  y  muy  particu- 
larmente en  las  del  Sagrado  Corazón  de  Jesús,  In- 
maculada Concepción  de  María  Santísima,  sus  siete 
dolores,  en  la  devoción  á  las  almas  del  purgato- 
rio, etc.,  etc. 

Empero  lo  dicho  baste  para  convencer  á  nuestros 
lectores  de  que  el  estudio  y  la  predicación  y  la  cultura 
de  las  artes  y  las  ciencias,  no  han  alterado  el  espí- 
ritu de  piedad,  y  de  que  gran  número  de  devociones 
se  han  desarrollado  á  la  sombra  de  los  claustros  de 
Santo  Domingo. 

!  El  P.  Isolano  escribió  la  obra  Suma  de  Io!>  dones  de  San  José  en  15  14,  y 
la  dedicó  ai  Papa  Adriano  VI,  al  corregirla  en  1522^  y  ponerle  el  oficio  en- 
tero y  la  misa  del  Santo.  Entonces    se  imprimió  por  vez  primera  en   Papia. 


VI 


PARTE  QUE  TOMO  LA  ORDEN  EN  LA  ADMINISTRACIÓN    DE    LA 
IGLESIA  Y  DE  LA  SOCIEDAD. 


A  Orden  de  Predicadores  no  ha  sólo  ilustrado 
á  la  Iglesia  y  defendido  la  verdad  por  medio 
de  sus  apóstoles,  sus  doctores  y  sus  místicos, 
sino  que,  en  el  espacio  de  más  de  seis  siglos,  ha  to- 
mado una  parte  muy  importante  en  la  administra- 
ción de  la  misma  Iglesia. 

Ha  visto  esta  Orden  á  cuatro  de  sus  hijos  sentarse 
en  la  cátedra  de  San  Pedro  ,  como  si  Dios  hubiera 
querido,  dice  un  sabio  escritor,  acumular  en  una  sola 
ñmiilia  todas  las  ilustraciones.  Todas  las  insignias  de 
las  más  altas  dignidades  han  resplandecido  sobre  el 
humilde  hábito  de  Santo  Domingo  con  un  brillo  que 
ha  llenado  de  páginas  de  gloria  una  historia  de  seis 
centurias. 

El  primer  hijo  de  Santo  Domingo  llamado  por  el 
voto  unánime  del  Sagrado  Colegio  á  ceñir  la  tiara 
pontificia,  fué  Pedro  de  Tarentasia,  que  tomó  el  nom- 
bre de  Inocencio  V  (1276).  Su  reino  duró  sólo  cinco 


52  La  Orden  de  Predicadores. 

meses,  y  dejó,  no  obstante,  señales  fecundas  de  su 
paso  por  el  pontificado.  A  su  celo  y  á  su  doctrina  se 
atribuyó  entonces  la  reunión  de  la  Iglesia  griega  con 
la  Iglesia  latina,  llevada  á  cabo  en  el  Concilio  de  Lyon; 
y  él  hizo  gloriosos  esfuerzos  para  reconciliar  á  güelfos 
y  gibelinos  ,  cuyas  luchas  ensangrentaban  á  Italia 
desde  muchos  años  antes. 

Fué  también  gloria  inefable  para  la  Orden  ver  á 
su  Maestro  General,  el  P.  Nicolás  Bocasini,  subir  al 
trono  pontifical,  por  elección  unánime  hecha  en  1703. 
Tomó  el  nombre  de  Benedicto  XI,  y  la  Iglesia  le  ha 
colocado  en  los  altares  :  porque  si  la  gobernó  sola- 
mente por  espacio  de  un  año,  dejóle  en  cambio  el 
doble  ejemplo  de  una  invencible  energia  en  la  lucha 
y  de  una  prudente  moderación  en  el  ejercicio  del  po- 
der espiritual,  realzado  por  las  más  heroicas  virtudes. 

Pero  el  gran  Papa  de  la  Orden  de  Dominicos  es 
San  Pío  V.  Grande,  no  sólo  por  su  piedad,  por.su 
austeridad  y  por  el  heroismo  de  sus  virtudes,  sinj 
por  las  obras  que  acometió  durante  su  glorioso  pon- 
tificado. Todos  los  países  experimentaron  los  efectos 
de  su  paternal  solicitud:  luchó  denodadamente  con- 
tra los  protestantes  que  invadían  la  Iglesia,  contni 
los  turcos  que  amenazaban  anegar  en  fuego  y  sangre 
á  Europa,  y  contra  la  relajación  de  costumbres,  cuya 
reforma  llevó  á  cabo  con  inflexible  fortaleza.  Ocupó- 
se en  la  rehabilitación  cristiana  de  las  artes,  en  la  dis- 
ciplina eclesiástica  y  en  establecer  la  unidad  litúrgica, 
sin  que  nada  se  escapase  á  su  vigilancia  pastoral.  Por 
eso  un  grande  historiador  ha  podido  llamarle  el  ma- 


La  Orden  en  la  administración.  53 

yor  Papa  que  gobernó  Li  Iglesia  desde  Inocencio  III 
á  nuestros  días. 

El  Papa  Benedicto  XIII  fué  el  último  dominico  que 
ocupó  la  silla  de  San  Pedro.  Fué  su  política  de  dulzu- 
ra y  conciliación;  consiguiendo  poner  fin  á  las  inter- 
minables querellas  con  el  emperador  y  los  duques 
de  Cerdeña.  Aunque  procedía  de  una  familia  de  prín- 
cipes, fué  su  vida  privada  un  modelo  de  cristiana  sim- 
plicidad '. 

Está  llamado  el  sagrado  colegio  de  cardenales  á 
ayudar  con  sus  consejos  al  Romano  Pontífice,  y  á 
compartir  con  él  en  las  congregaciones  romanas  la 
administración  de  la  Iglesia  universal. 

Fué  el  primer  dominico  investido  con  la  púrpura 
cardenalicia  en  1243  el  célebre  cardenal  Hugo  de  San 
Caro.  Desde  entonces  la  Orden  ha  estado  constante- 
mente representada  en  el  sagrado  colegio  por  uno  ó 
varios  de  sus  hijos,  de  modo  que  83  cardenales  han 
salido  de  sus  claustros.  Mucho  más  considerable  ha 
sido  el  número  de  patriarcas,  arzobispos  y  obispos 
tomados  de  la  misma  familia,  y  aunque  sería  difícil 
contarlos,  bien  se  puede  asegurar  que  pasaron  de 
3,000;  habiendo  desempeñado  muchos  de  ellos  pa- 
peles importantísimos  en  la  Iglesia.  Para  citar  un  solo 
nombre,  ¿no  tenemos  en  San  Antonino,  arzobispo  de 
Florencia,  el  tipo  perfecto  del  celo,  de  la  ciencia  y  de 
la  santidad  de  un  prelado? 

Muy  lejos  estos  humildes  religiosos  de  solicitar 

■     Gobernó  la  metropolitana  de  Benevento,  que   pertenecía   á  Espa  ña 
Su  vida,  escrita  por  Touron,  es  un  espejo  de  obispos. 


54  La  Orden  de  Predicadores. 

las  dignidades  eclesiásticas,  las  consideraban  como 
una  carga  pesadísima,  de  la  cual  se  desprendían  desde 
el  momento  en  que  les  era  lícito  y  permitido.  Así  lo 
hicieron,  entre  otros,  el  B.  Alberto  Magno  y  el  vene- 
rable Bartolomé  de  los  Mártires. 

Muchas  cosas  pudieran  narrarse  aquí,  y  mucho 
se  podría  decir  acerca  de  los  legados  y  embajadores 
que  los  Romanos  Pontífices  han  tomado  del  claustro 
de  la  Orden  de  Predicadores  para  que  fuesen,  con  pe- 
ligro muchas  veces  de  su  vida,  á  tratar  en  nombre 
de  la  Santa  Sede  los  asuntos  más  delicados.  ¿Qiiién  no 
conoce  á  Santa  Catalina  de  Sena,  llamada  muy  justa- 
mente la  Juana  de  Arco  del  Papado?  Hase  visto  á  esta 
humilde  terciaria  enviada  por  el  Papa  como  represen- 
tante y  embajador  del  mismo,  para  hacer  entrar  en 
la  obediencia  déla  Silla  Apostólica  á  ciudades  y  á  pro- 
vincias rebeldes.  Hásele  visto  ir  á  buscará  los  Papas, 
que  residían  en  Aviñón,  y  conducirlos  ella  misma  á 
Roma,  poniendo  término  feliz  al  cisma  de  Occidente. 
Por  eso  no  es  de  extrañar  que  Pío  IX  haya  proclama- 
do á  Santa  Catalina  de  Sena  patrona  de  Roma.  El 
confesor  de  la  Santa,  Beato  Raimundo  de  Capua,  era 
llamado  su  lengua,  su  mano  y  su  corazón  por  el  papa 
Urbano  VI,  que  no  cesaba  de  enviarle  de  legado  á 
cuantos  puntos  reclamaban  esa  medida. 

Ochenta  religiosos  de  la  Orden  de  Predicadores 
han  desempeñado  el  cargo  de  nuncios  apostólicos, 
y  25  el  de  legados  a  latere. 

Al  lado,  empero,  de  esta  parte  tan  gloriosa,  to- 
mada por  la  Orden  en  la  administración  déla  Iglesia, 


La  Orden  en  la  administración.  55 

hay  otra  menos  ruidosa,  aunque  fecunda  en  extremo: 
los  diferentes  cargos  que  la  Silla  Apostólica  ha  con- 
fiado á  religiosos  de  la  misma.  El  oficio,  en  primer 
lugar,  de  Maestro  del  Sagrado  Palacio,  que  es  el  teó- 
logo del  Papa,  fué  confiado  á  Santo  Domingo,  ó 
mejor  dicho,  creado  para  él  por  el  gran  papa  Hono- 
rio III,  y  se  ha  conservado  hasta  hoy  en  los  hijos  del- 
Santo  Patriarca.  La  importancia  de  este  cargo  se  com- 
prende fácilmente,  si  se  tiene  en  cuenta  que  hasta  los 
mismos  sucesos  y  conflictos  políticos  se  reducen  fre- 
cuentemente para  la  Iglesia  á  cuestiones  canónicas  ó 
á  casos  de  conciencia. 

El  teólogo  del  Papa  ha  sido  y  es  el  confidente  de 
su  poder  y  el  arbitro  de  las  grandes  cuestiones  que 
afectan  á  la  cristiandad;  y  es  un  timbre  de  gloria 
para  la  Orden  de  Predicadores  el  que  sus  hijos  hayan 
sido  juzgados  dignos  de  ser  teólogos  del  Sumo  Pontí- 
fice desde  hace  más  de  seis  siglos,  y  de  ocupar  ese 
cargo,  uno  de  los  más  importantes  de  la  corte  ro- 
mana. 

Otra  de  las  dignidades  que  se  confieren  siempre  á 
un  religioso  dominico  es  la  de  Secretario  de  la  Con- 
gregación  del  índice.  Fundada  por  San  Pío  V,  tiene 
esta  Congregación  la  misión  difícil  é  importante  de 
examinar  los  libros  sospechosos  de  error  contra  la  fe  ó 
las  buenas  costumbres,  cualesquiera  que  sea  su  autor. 
Debiendo,  pues,  ocuparse  en  el  examen  de  libros  so- 
bre todas  las  materias,  y  escritos  en  todas  las  lenguas, 
han  creído  los  Soberanos  Pontífices  que  ninguna  or- 
den mejor  que  la  de    Santo   Domingo    podía  ser,   en 


56  La  Orden  de  Predicadores. 

la  persona  de  su  Secretario,  el  alma  de  esa  importan- 
te Congregación. 

También  el  Santo  Oficio,  ola  inquisición  romana, 
está  en  gran  parte  confiada  á  la  Orden  de  Predicado- 
res; pues  siendo  el  papa  mismo  el  prefecto  de  esta 
Congregación,  desempeña  siempre  el  cargo  de  Co- 
misario general  un  religioso  dominico,  á  quien 
asisten  dos  ó  más  secretarios  de  su  Orden. 

Este  sería  el  lugar  propio  para  decir  algo  de  la  In- 
quisición; porque  si  hay  alguna  cosa  manoseada  y  so- 
bre la  cual  se  hayan  escrito  horrores,  es  ciertamente 
el  Santo  Tribunal  de  la  Fe.  No  nos  ocuoaremos,  sin 
embargo,  en  averiguar  si  la  Inquisición  ha  cometido 
ó  no  algún  exceso:  ningún  tribunal  humano  es  infa- 
lible ,  y  los  excesos  de  los  hombres  no  han  de  atri- 
buirse á  las  instituciones,  cuando  éstas  son  justas,  ni 
á  la  Iglesia  que  las  informa,  ni  á  la  Orden  religiosa  que 
les  ha  suministrado  los  más  esforzados  ministros. 
Para  juzgar  con  equidad  á  la  Inquisición  ,  han  de  te- 
nerse en  cuenta  las  leyes ,  el  derecho  y  hasta  las  cos- 
tumbres de  la  época  á  la  cual  se  refieren  los  hechos 
objeto  de  la  controversia. 

Hay  una  distinción  importante,  que  los  enemigos 
de  la  Iglesia  afectan  ignorar,  por  más  que  se  haya 
repetido  hasta  la  saciedad:  es  lo  que  media  entre  la 
Inquisición  religiosa  y  la  Inquisición,  por  decirlo  así, 
mixta. 

La  Inquisición  romana  es  un  tribunal  religioso, 
que  ha  conservado  hasta  hoy  su  carácter  primitivo, 
y  no  creo  que  haya  nadie  que    se    atreva  á  censurar 


La  Orden  cu   Li  administración.  ^j 

ese  tribunMl  augusto  que  sigue  fdncionando  en  la 
Iglesia,  y  en  cuyas  decisiones  se  glorian  de  tomar 
una  parte  muy  activa  los  hijos  de  Santo  Domingo. 

La  Iglesia  tiene  el  derecho  de  legítima  defensa 
contra  los  que  intentan  atacarla  en  lo  que  es  para 
ella  de  precio  inestimable ;  en  el  tesoro  de  la  fe.  Pues 
este  derecho  explica  y  justifica  perfectamente  la  exis- 
tencia de  la  Inquisición  romana. 

La  Inquisición  española  era  en  cierto  modo  mix- 
ta ,  porque  los  delitos  en  que  entendía  eran  á  la  vez 
contra  la  religión  y  contra  el  estado.  ;Qué  eran  en 
esta  institución  grandiosa  los  religiosos  dominicos  y 
los  demás  eclesiásticos  queejercian  el  cargo  de  inqui- 
sidores y  componían  el  Santo  Tribunal  ?  Eran  sim- 
plemente un  jurado,  lleno  de  ilustración  y  de  virtud, 
que  conocía  del  hecho,  es  decir,  si  el  acusado  era  ó 
no  hereje,  y  que,  pronunciado  el  veredicto,  se  re- 
tiraban, para  que  los  jueces  civiles,  ó  de  derecho, 
aplicaran  la  pena  al  tenor  de  las  leyes  vigentes. 

Podían  además  los  inquisidores  librar  al  reo  de  la 
pena ,  si  se  arrepentía ,  y  para  ello  no  perdonaban  me- 
dios, como  ejercicios,  meditaciones,  concurso  de 
sacerdotes  virtuosísimos  é  ilustrados,  conferencias  re- 
petidas ,  pronunciando  solamente  el  veredicto  aclara- 
torio del  crimen  cuando  resultaban  estériles  tales 
esfuerzos. 

Claro  es,  por  tanto,  que  los  inquisidores  no  son 
responsables  de  las  hogueras  con  que  el  poder  civil 
castigaba  á  los  apóstatas.  Aparte  de  que  nada  hay 
más  fácil  de  justificar  ante  una   razón  serena  y  libre 


5 8  La  Orden  de  Predicadores. 

de  preocupaciones  que  esos  mismos  castigos,  esas 
ejecuciones,  esos  autos  de  fe  con  que  se  asusta  á  un 
público  que  desconoce  la  historia. 

Felipe  II  reinó  cuarenta  y  tres  años,  y  mantuvo 
en  paz  sus  estados — mientras  que  toda  Europa  ardía 
en  discordias  civiles  y  religiosas — con  sólo  cuarenta 
ejecuciones,  es  decir,  con  menos  de  una  cada  año. 
Pues  en  Alemania,  gracias  á  las- predicaciones  de  Lu- 
tero,  fueron  degolladas,  sólo  en  iS2s,  más  de  cien 
mil  personas,  saqueadas  siete  ciudades,  y  llevados  á 
cabo  mil  crímenes  más.  Los  mismos  excesos  hubo 
en  Inglaterra,  Francia,  Suiza,  Dinamarca,  etc. 

La  Orden  de  Predicadores  prestó  también  servi- 
cios importantes  á  la  Iglesia  en  los  diferentes  concilios 
que  se  han  reunido  después  del  siglo  xiii.  Cuatro  con- 
cilios ecuménicos  fueron  presididos  por  religiosos  do- 
minicos, y  en  todos  los  demás  brillaron  admirable- 
mente los  hijos  del  gran  taumaturgo  español  por  su 
ciencia  y  por  su  doctrina. 

Pocos  años  habían  transcurrido  después  de  la 
fundación  de  la  Orden,  y  ya  la  encontramos  en  el 
concilio  de  Lyon  representada  por  tres  cardenales, 
treinta  y  tres  obispos  y  gran  número  de  doctores 
dominicos.  Hallábanse  entre  ellos  el  Beato  Alberto 
Magno,  el  Beato  Bartolomé  de  Braganza  y  Pedro 
de  Tarentasia,  que  poco  después  fué  Papa  con  el 
nombre  de  Inocencio  V;  y  debiera  haber  concurrido 
al  mismo  concilio  Santo  Tomás  de  Aquino,  que  fué 
detenido  en  Fosa-Nova  por  la  enfermedad  que  puso 
fin  á  sus  días.  Como  más  arriba  se  dijo,  este  fué  el 


La  Orden  cu  ¡a  administración.  59 

concilio  que  confió  á  los  Dominicos  la  propagación 
de  la  devoción  al  dulcísimo  nombre  de  Jesús  y  la 
erección  de  su  cofradía  en  el  mundo  entero;  mien- 
tras que  el  papa  Gregorio  X,  en  el  momento  de  salir 
de  Roma  para  presidir  personalmente  la  augustaasam- 
blea,  encargó  al  P.  Allobrandini,  dominico  y  obispo 
de  Orbieto,  que  le  reemplazase  en  el  gobierno  de  la 
Ciudad  Eterna,  comunicándole  al  efecto  poderes  am- 
plísimos. 

Fácil  nos  sería  poner  de  manifiesto  la  poderosa 
influencia  que  ha  ejercido  la  Orden  de  Predicadores 
en  cuantas  reuniones  conciliares  ha  celebrado  la  Igle- 
sia católica  desde  el  siglo  xiii  hasta  nuestros  días. 
Contentémonos  con  citar  los  concilios  de  Trento  y 
del  Vaticano. 

Tomaron  parte  en  los  trabajos  del  concilio  de 
Trento  145  religiosos  de  todas  las  órdenes;  de  ellos 
pertenecían  54  á  la  Orden  de  Predicadores.  Fué  uno 
de  los  más  célebres  el  venerable  Bartolomé  de  los 
Mártires  ,  arzobispo  de  Braga ,  á  quien  llamaban  los 
Padres  el  primer  obispo  de  la  cristiandad,  y  cuya  in- 
fluencia fué  tan  decisiva,  que  casi  todas  sus  proposi- 
ciones fueron  elevadas  á  leyes  de  la  Iglesia.  A  los 
Padres  Dominicos  confió  el  concilio  la  misión  difici- 
lísima de  componer  el  catálogo  de  libros  que  .habían 
de  ponerse  en  el  índice  de  prohibidos,  y  de  redactar 
las  actas  y  cánones  del  concilio.  El  mismo  concilio 
designó  á  tres  religiosos  de  la  misma  Orden  para  es- 
cribir el  Catecismo,  llamado  de  San  Pío  V,  que  esuna 
obra  maestra,  según  parecer  unánime  délos  doctores. 


6ü  La   Orden  de  Predicadores. 

Es  vulgarmente  conocida  la  alta  estimación  en  que 
tuvo  el  Tridentino  al  angélico  Doctor  Santo  Tomás, 
cuya  Siiuia  teológica  colocó  sobre  el  altar  al  lado  de  la 
Biblia;  y  cuando  en  una  sesión  solemne  se  iba  á  pro- 
ceder á  la  votación  de  un  canon  de  importancia,  obser- 
vó el  arzobispo  de  Granada  que  tal  vez  la  decisión 
proyectada  no  sería  conforme  á  la  doctrina  del  Santo 
Doctor,  bastando  esta  indicación  para  que  los  padres 
aplazasen  la  votación,  y  dispusieran  la  compulsa  del 
texto  de  la  Suma,  que  era  en  todo  conforme  al  canon 
propuesto. 

Aunque  la  Orden  haya  pasado  últimamente  por 
terribles  pruebas,  y  la  herejía  y  la  revolución  le  hayan 
inferido  heridas  profundas,  ha  podido,  sin  embargo, 
brillar  en  el  concilio  Vaticano  con  tanto  esplendor 
como  en  Trente. 

Ninguna  otra  Orden  religiosa  ha  presentado  tan 
numerosa  falanje  de  obispos  entre  los  padres  del  Con- 
cilio. Cinco  de  esos  obispos  dominicos  formaron  par- 
te de  las  comisiones  conciliares,  figurando  á  su  cabe- 
el  Excmo.  Sr.  D.  Fr.  Manuel  García  Gil,  arzobispo  de 
Zaragoza,  y  poco  después  cardenal  de  la  Santa  Igle- 
sia Romana.  Su  nombre  fué  el  primero  que  salió  de 
las  urnas  para  formar  la  comisión  de  la  fe,  de  la  cual 
fué  presidente  y  luz  esplendorosísima.  Se  decía  de  él 
en  el  concilio  :  es  como  Santo  Tomás  cuando  habla  '. 

Llamados  los  religiosos  de  la  Orden  de  Predicado- 
res  al  apostolado   por  su   vocación  principal,    hanse 

'     Hubo  en  el  concilio  Vaticano  2  cardenales  y  25  obispos  de    la    Or- 
den, sin  hablar  de  gran  número  de    teólogos. 


La   Orden  en  ¡a  administración.  6i 

puesto  en  contacto  con  las  personas  más  distinguidas 
de  la  sociedad  y  de  la  Iglesia. 

Su  ciencia,  su  virtud  v  su  abnegación  les  alcan- 
zaron, durante  siglos,  verdadero  ascendiente  sobre 
sus  contemporáneos.  Consejeros  de  los  revés,  traba- 
jaron poderosamente  para  imprimir  al  siglo  xiii  ese 
sello  cristiano  que  constituye  el  rasgo  más  caracte- 
rístico de  su  historia. 

¿Dónde  encontrar  modelos  más  acabados  de  un 
rey  cristiano  que  en  San  Luís,  rey  de  Francia,  San 
Fernando,  rey  de  España,  y  D.  Jaime,  rey  de  Ara- 
gón, soberanos  que  han  tenido  por  confesores  y  con- 
sejeros á  religiosos  dominicos? 

Los  beatos  Bartolomé  de  Braganza  y  Geofredo  de 
Banlieu  fueron  los  confesores  de  San  Luís,  conti- 
nuando los  dominicos  en  la  dirección  de  la  concien- 
cia de  la  mayor  parte  de  los  sucesores  del  santo  rey, 
habiendo  salido  de  solo  el  convento  de  Santiago  de 
París  1 8  confesores  de  los  reyes  de  Francia.  San  Fer- 
nando tenia  por  directores  de  su  conciencia  á  San  Pe- 
dro González  Telmo  y  á  San  Raimundo  de  Peñafort, 
quien  desempeñó  igual  honorífico  cargo  con  el  Rey 
de  Aragón.  Entre  otros  confesores  eminentes  de  los 
reyes  de  España,  baste  citar  aquí  á  los  PP.  Antonio 
Cáceres  y  Sotomayor,  Antonio  de  Peña  ,  Bartolomé 
Carranza,  Diego  Deza,  Domingo  de  Soto,  Fernando 
del  Castillo,  Juan  Martínez,  Juan  de  Santo  Tomás, 
Luis  de  Granada,  Pedro  de  Soto,  Tomás  de  Torque- 
mada,  etc.,  etc. 

Con  dejar  consignado  que  los  duques  de  Borgoña 


62  La  Orden  de  Predicadores. 

tomaron  siempre  sus  confesores  de  la  Orden  de  Pre- 
dicadores, y  que  cuando  gobernaba  la  Orden  el  reve- 
rendísimo P.  Juan  Teutónico  eran  constantemente 
los  Dominicos  confesores  de  los  reyes  de  Francia, 
Inglaterra,  Castilla,  Aragón,  Portugal  y  Hungría, 
nos  creemos  dispensados  de  entrar  en  otras  digresio- 
nes, impropias  de  esta  ligera  noticia. 

Una  Orden  que  tan  universalmente  mereció  la 
confianza  de  los  soberanos ,  en  aquellos  siglos  de  fe 
en  los  cuales  el  confesor  era  en  cierto  modo  el  rey  de 
la  conciencia  de  los  reyes,  claro  es  que  ha  ejercido 
necesariamente  grande  influencia  en  los  destinos  de 
los  pueblos. 

Ha  prestado  también  la  Orden  de  Predicadores 
otro  servicio  importante  á  la  Iglesia,  influyendo  eficaz- 
mente en  la  fundación  de  la  mayor  parte  de  las  Or- 
denes religiosas  que  han  nacido  en  su  seno  desde  el 
siglo  XIII  en  adelante. 

El  Cardenal  Hugo  de  San  Caro  fué  encargado  por 
el  Papa  Inocencio  IV  de  dar  á  la  orden  del  Carmen 
la  regla  que  aprobó  la  Iglesia.  En  los  escritos  de  San- 
ta Teresa  de  Jesús,  y  en  los  documentos  que  acom- 
pañan á  la  edición  de  sus  obras  hecha  en  Madrid 
en  1881  ,  puede  verse  la  parte  de  gloria  que  en  la 
restauración  de  la  regla  primitiva  de  dicha  orden  cabe 
á  los  Dominicos,  ya  como  confesores  y  directores  de 
la  Santa  Fundadora,  ya  como  visitadores  de  los  con- 
ventos. 

En  la  fundación  de  la  Orden  de  la  Merced  para  la 
redención  de  cautivos,   tuvo  muchísima  parte  San 


La  Orden  en  la  administración.  63 

Raimundo  de  Peñafort,  tercer  Maestro  General  de 
nuestra  Orden. 

Los  Servitas  consideran  á  San  Pedro,  mártir,  como 
á  su  segundo  fundador. 

La  congregación  de  San  Sulpicio  y  la  de  la  So- 
ciedad de  María  é  Hijas  de  la  Sabiduría,  tienen  por 
fundadores  á  dos  terciarios  de  Santo  Domingo:  al  ve- 
nerable Ollier  y  á  Grignon  de  Monfort. 

Pudiéramos  aún  multiplicar  los  ejemplos;  pero 
coronemos  estos  apuntes,  indicando  solamente  la 
Compañía  de  Jesús.  Según  el  P.  Sebastián  Walfé, 
han  prestado  los  Dominicos  un  apoyo  tan  desintere- 
sado y  tan  eficaz  á  esa  orden  naciente,  que  el  Padre 
Massée,  en  la  historia  de  la  Compañía,  da  calurosa- 
mente gracias  á  la  Orden  de  Predicadores ,  por  la 
asistencia  activa  y  oportuna  que  ha  dado  al  nuevo 
instituto. 

Tanto  y  más  pudiera  decirse  de  los  pasionistas, 
redentoristas  y  otros. 


VIL 


LA  SANTIDAD  EN  LA  ORDEN  DE  SANTO  DOMINGO. 


A  verdadera  gloria  y  la  verdadera  grandeza  de 
una  Orden  religiosa  constituyela,  á  no  dudar- 
lo, la  santidad  de  sus  miembros.  Siempre  será 
verdad  que  el  árbol  se  conoce  por  sus  frutos. 

Hemos  visto  con  qué  ardor  y  con  qué  feliz  éxito 
se  han  ocupado  los  religiosos  de  la  Orden  de  Predi- 
cadores en  la  salud  espiritual  del  pueblo  cristiano.  El 
estudio,  la  enseñanza,  la  predicación,  y  las  artes,  bajo 
sus  diferentes  fases,  han  sido  en  todo  tiempo  los  me- 
dios de  que  se  han  valido  para  hacer  bien  á  las  almas, 
pero  sin  olvidar  jamás  que  Santo  Domingo  les  ha- 
bía recomendado  especialmente  la  propia  santifica- 
ción, como  precisa  condición  para  trabajar  con  fruto 
en  la  santificación  de  los  demás.  Debían  de  producir 
santos  y  más  santos,  y  multiplicarlos  en  cada  siglo,  y 
aún  en  cada  año,  á  la  manera  de  esos  árboles  fecun- 
dos que  dejan  caer  anualmente  á  sus  pies  los  frutos 

5 


66  La  Orden  de  Predicadores. 

producidos  por  la  abundancia  de  su  savia  y  madura- 
dos por  el  calor  del  sol. 

Bajo  este  punto  de  vista,  la  Orden  de  Santo  Do- 
mingo, produciendo  santos  sin  cesar,  por  espacio  de 
más  de  seiscientos  años,  es  un  espectáculo  bellísimo, 
que  contemplan  enajenados  los  mismos  espíritus  ce- 
lestiales. Desde  su  fundación,  decía  en  él  siglo  pasado 
Clemente  XIV  en  la  Bula  de  canonización  de  San 
Pío  V,  fué  esta  Orden  religiosa  como  un  fértil  cam- 
po que  dio  constantemente  á  la  Iglesia  hombres 
eminentes  en  doctrina  y  santidad. 

Y  Pío  IX  afirmaba:  De  la  familia  de  los  religiosos 
Predicadores,  como  de  una  mina  riquísima,  no  cesan 
de  salir  hombres  ilustres  por  su  santidad.  El  Omni- 
potente ha  hecho  ciertamente  cosas  grandes  en  favor 
de  esta  Orden,  y  la  ha  enriquecido  de  santos. 

No  me  preguntéis,  decía  Clemente  X,  cuántos  san- 
tos dio  al  cielo  la  Orden  de  Santo  Domingo:  contad, 
si  podéis,  las  estrellas  que  brillan  en  el  firmamento, 
y  entonces  conoceréis  el  número  de  santos  que  cons- 
tituyen la  familia  del  patriarca  de  Guzmán. 

Es  el  cielo  dominicano  un  firmamento  inmenso 
tachonado  de  innumerables  astros,  donde  resplande- 
cen con  brillo  deslumbrador  los  apóstoles,  los  doc- 
tores,  las  vírgenes  y  los  mártires.  Desgraciada- 
mente la  memoria  de  un  número  infinito  de  estos 
santos  personajes  ha  perecido  para  la  historia,  por- 
que nuestros  padres  han  pecado  por  exceso  de  mo- 
destia en  la  materia.  San  Francisco  de  Asís ,  muerto 
cinco  años  más  tarde  que  Santo  Domingo,  fué  cano- 


La  santidad  en  Ja   Orden  de  Santo  Domingo.  67 

nizado  en  seguida,,  y  los  religiosos  menores,  poseídos 
de  una  santa  emulación,  llenaron  el  mundo  con  el 
nombre  de  su  santo  fundador. 

Los  Dominicos,  por  el  contrario,  apartaban  de  la 
tumba  de  su  padre  á  las  turbas  que  venían  á  vene- 
rarle, y  ocultaban  los  milagros  que  allí  se  obraban. 
Fué  preciso  que  interviniese  en  el  asunto  el  papa 
Gregorio  IX,  dirigiendo  á  los  religiosos  de  Bolonia 
severas  reprimendas  por  su  negligencia  y  por  su  len- 
titud en  pedir  la  canonización  de  su  glorioso  funda- 
dor: el  mismo  Papa  tuvo  que  tomar  cartas  en  la  pro- 
moción del  proceso. 

Puede  decirse  que  la  Orden  entera  mereció,  hasta 
cierto  punto,  los  cargos  que  el  Soberano  Pontífice  di- 
rigió al  convento  de  Bolonia  '.  ¡Cuántos  santos  reli- 
giosos hubo,  cuyas  virtudes  heroicas,  cuyos  mila- 
gros, y  hasta  cuyos  nombres,  se  han  perdido  para 
nosotros! 

Dice  un  historiador  del  Beato  Alberto  Magno,  ha- 
blando de  los  milagros  de  este  ilustre  hijo  de  Santo 
Domingo,  que  se  ha  perdido  la  memoria  de  ellos  por 
la  negligencia  de  los  religiosos  contemporáneos  en 
escribir  las  actas.  Es  verdad, — añade  para  disculpar- 
los,— que  los  religiosos  de  aquel  tiempo  apenas  pa- 
raban mientes  en  esas  cosas,  por  la  sencilla  razón  de 
que  hacer  milagros  era  entre  ellos  cosa  común,  y  en 
medio  del  número  casi  incontable  de  santos  persona- 


'     En  el  siglo  xvii  dirigió  un  cargo  análogo  el    General  Galamino    á    los 
Dominicos  españoles  de  Filipinas. 


68  La  Orden  de  Predicadores. 

jes  en  que  abundaba  la  Orden,  los  milagros  de  tal  ó 
cuál  santo  pasaban  casi  inadvertidos. 

Un  religioso  teatino,  el  P.  Savonari,  afirma  que 
en  el  espacio  de  veinte  años  murieron  3,000  do- 
minicos en  olor  de  santidad;  y  el  Papa  Clemente  X, 
al  instituir  una  fiesta  especial  para  honrar  á  todos  los 
santos  de  la  Orden  de  Predicadores,  decía  que  si  se 
hubiese  de  asignar  un  día  para  cada  uno  de  ellos, 
•  sería  preciso  hacer  un  nuevo  calendario.  La  Orden 
celebra,  en  efecto,  el  oficio  de  más  de  doscientos 
santos  y  beatos,  cuyo  culto  ha  sido  confirmado  solem- 
nemente por  la  Iglesia.  De  estos  particularmente  di- 
remos alguna  cosa  en  este  capítulo. 

A  la  cabeza  de  esta  pléyade  de  santos  y  santas 
figura  naturalmente  Santo  Domingo,  de  quien  dijo 
el  Papa  Honorio  III: — Tanto  dudo  de  la  santidad  de 
Domingo  de  Guzmán  como  de  la  de  los  apóstoles  San 
Pedro  y  San  Pablo. — Ya  se  dijo  alguna  cosa  de  las 
obras  ilustres  que  llevó  á  cabo  y  de  las  virtudes  heroi- 
cas que  practicó. 

Domingo  había  mamado  en  cierto  modo  la  santi- 
dad con  la  leche,  puesto  que  su  madre,  la  condesa 
Juana  de  Aza,  ha  sido  beatificada  por  la  Iglesia.  La 
Orden  celebra  su  festividad  la  antevigilia  de  la  de  su 
hijo,  mientras  que  el  31  de  Julio  hace  el  oficio  del 
hermano  mayor  del  Santo  Patriarca,  el  Beato  Manes 
de  Guzmán.  Pocos  fundadores  de  órdenes  religiosas 
están  puestos  en  los  altares,  teniendo  al  lado  á  su 
madre  y  á  su  hermano. 

Entre  los  primeros  compañeros  de  Santo  Domín- 


La  santidad  en  la  Orden  de  Santo  Domingo.  69 

go  encontramos  dos  santos  y  nueve  beatos ,  cuyo 
culto  ha  sido  aprobado  explícitamente  por  la  Iglesia, 
sin  hablar  de  muchos  otros  que  nos  presenta  la  tradi- 
ción popular  y  la  devoción ,  orlados  con  la  aureola 
de  la  santidad. 

Los  santos  dominicos  ofrecen  admirable  variedad. 
Se  halla  la  santidad  en  todas  partes;  no  sólo  en  la 
vida  oculta  y  retirada  del  claustro,  sino  en  la  pública 
y  agitada  del  apóstol  y  del  misionero.  La  cátedra  de 
San  Pedro,  el  palacio  episcopal  y  hasta  las  gradas 
del  trono,  han  sido  santificados  por  hijos  de  Santo 
Domingo. 

Ya  hemos  visto  que  la  Orden  tuvo  cuatro  hijos 
que  llevaron  la  tiara.  De  ellos  uno  es  santo,  San 
Pió  V,  otro  beato  ,  Benedicto  XI ,  el  tercero  venera- 
ble, Benedicto  XIII ,  y  se  trata  actualmente  de  beati- 
ficar al  cuarto,  que  fué  Inocencio  V. 

El  Colegio  de  Cardenales  celebra  anualmente  la 
fiesta  del  beato  Juan  Dominici ,  que  honró  la  púrpura 
romana,  no  sólo  por  las  diferentes  dignidades  y  car- 
gos de  que  se  vio  revestido,  sino  por  su  ciencia,  y 
más  que  todo  por  sus  heroicas  virtudes. 

El  Orden  episcopal  cita  con  orgullo  á  San  Anto- 
nino  de  Florencia ,  modelo  de  obispos,  que  recibió 
el  hábito  religioso  de  manos  del  beato  Dominici ,  y 
tuvo  por  Maestro  de  Novicios  al  beato  Lorenzo  de 
Ripafracta.  Brillan  á  su  lado  los  beatos  Alberto  Mag- 
no y  Jacobo  de  Vorágine,  el  venerable  Bartolomé  de 
los  Mártires,  y  tantos  otros  obispos  dominicos. 

;Quién  no  conoce  á   Santo  Tomás  de  Aquino,  el 


JO  La  Orden  de  Predicadores. 

sol  de  la  teología,  hacia  el  cual  gravitan  tantos  doc- 
tores ilustres  por  su  santidad  y  por  su  ciencia  ? 

La  mayor  parte  de  los  doctores  dominicos  de 
quienes  hemos  hablado  anteriormente  ,  fueron  ins- 
critos por  la  Iglesia  en  el  martirologio  de  la  Orden: 
el  Beato  Alberto  Magno,  San  Raimundo  de  Peñafort, 
San  Antonino,  el  Beato  Enrique  Susón ,  Santa  Catali- 
na de  Sena  y  otros  más. 

Siguen  los  santos  que  han  encontrado  entre  los 
trabajos  del  apostolado  la  gloria  con  que  la  Iglesia 
orla  sus  nombres  y  su  memoria ,  sin  que  sea  preciso 
recordar  de  nuevo  y  bajo  este  aspecto  á  Santo  Do- 
mingo ,  á  San  Raimundo  y  á  otros  que  han  sobresa- 
lido á  la  vez  por  su  ciencia  y  por  su  celo.  San  Jacinto 
y  San  Vicente  Ferrer  serán  eternamente  modelos  de 
apostolado  cristiano,  figurando  dignamente  al  lado 
suyo  San  Luís  Beltrán,  el  Beato  Jordán,  el  Beato  Cons- 
tancio, San  Pedro  Telmo,  el  beato  Ceslao,  etc. 

Los  mártires  de  la  Orden  de  Predicadores  consti- 
tuyen una  verdadera  legión,  de  la  cual  es  el  jefe  San 
Pedro  de  Verona.  En  esta  legión  numerosa  se  desta- 
can cuerpos  de  ejército  como  el  beato  Sadoc  y  sus  48 
compañeros,  Pablo  de  Hungría  y  90  hermanos  de 
profesión,  y  el  Beato  Alfonso  Navarrete  y  200  márti- 
res de  Japón,  de  los  cuales  pertenecen  1  loá  la  Orden 
de  Predicadores,  según  afirma  Pío  IX  en  la  Bula  de 
beatificación.  ¿Qiiién  no  ha  oído  hablar  de  San  Juan  de 
Colonia,  el  caudillo  de  los  mártires  de  Gorcum?  In- 
útil es  que  recordemos  aquí  á  otros  muchosque  pue- 
den verse  en  el  calendario  de  la  Orden,  ni  á  los  13,000 


La  santidad  en  la  Orden  de  Santo  Dcniingo.  71 

mártires  del  siglo  xiii,  ó  á  los  26,000   del  siglo  xvi, 
según  el  testimonio  de  notables  escritores. 

Los  religiosos  conversos  ó  legos  levantáronse  asi- 
mismo á  la  más  heroica  santidad  por  el  cumplimien- 
to de  sus  humildes  obligaciones.  El  Beato  Martin  de 
Forres,  el  Beato  Juan  Maclas,  el  Beato  Alberto  de  Bér- 
gamc  ,  etc.,  mientras  que  algunos  artistas  dominicos, 
notables  en  la  pintura,  subieron  también  á  los  al- 
tares. 

Gomóse  ve,  la  santidad  ha  penetrado  por  todos 
los  poros  de  la  Orden  esclarecida,  sin  dejar  á  una  sola 
categoría  de  religiosos  sin  patrón,  como  no  ha  dejado 
á  ningún  pais.  ni  á  ninguna  época,  sin  darle  santos. 
La  segunda  y  la  tercera  Orden  de  Santo  Domingo 
gozan  de  la  misma  fecundidad  y  ofrecen  también 
santos  á  la  veneración  de  los  fieles. 

¿Quién  no  ha  oido  hablar,  dice  el  P.  Lacordai- 
re,  de  Santa  Catalina  de  Sena  y  de  Sanüi  Rosa  de 
Lima,  esas  dos  estrellas  dominicanas  que  han  ilumi- 
nado los  dos  mundos? 

Cinco  hijas  de  Santo  Domingo,  colocadas  por  la 
Iglesia  en  los  altares,  han  recibido  en  su  carne  virgi- 
nal laimpresión  de  las  llagas  de  su  esposo  jesús;  Santa 
Catalina  de  Sena,  Santa  Catalina  de  Ricci,  la  Beata 
Catalina  de  Racconnigi,  la  Beata  Lucia  de  Narni  y  la 
Beata  Estefimia  de  Quinzanis. 

¡Cuántas  otras  santas  célebres  en  los  fastos  de  la 
Orden!  Santa  Inés  de  Montepulciano,  la  Beata  Osan- 
na,  la  Beata  Margarita  de  Castello,  la  Beata  Juana, 
infanta  de  Portugal,  la  Beata   Margarita,  infanta  de 


7 2  La  Orden  de  Predicadores. 

Saboya,  la  Beata  Colomba  de  Rieti,  la  Beata  María 
Mancini,  la  Beata  Emilia,  la  Beata  Imelda,  etc.;  tal 
es,  en  resumen,  el  cuadro  de  la  santidad  en  la  Orden 
de  Santo  Domingo  desde  su  origen  hasta  nuestros 
días,  en  que  tiene  pendientes  en  la  corte  de  Roma 
numerosas  causas  de  canonización  y  de  beatifi- 
cación. 

Una  elevada  autoridad  eclesiástica,  muy  al  co- 
rriente del  curso  que  llevan  estos  asuntos,  nos  ase- 
gura que  hay  en  Roma  pendientes  de  resolución 
noventa  y  siete  causas  de  beatificación  que  pertene- 
cen á  nuestra  Orden.  Figuran  entre  ellas  la  de  la  ve- 
nerable Adelaida  de  Borbón,  de  la  dinastía  legitima 
de  Francia,  la  del  venerable  Griñón  de  Monfort  y  la 
del  venerable  Benito  de  Laus. 

¡Qiié  espléndida  corona  formarán  estos  santos  y 
estos  bienaventurados  en  torno  de  Santo  Domingo,  y 
mejor  dicho,  en  torno  de  la  Santísima  Virgen  María, 
quien  se  dignó  manifestar  al  Santo  Patriarca  que  ella 
protegía  ú  ocultaba  bajo  los  hermosos  pliegues  de  su 
manto  virginal  á  todos  los  religiosos  de  su  Orden! 
Porque  María  ha  recibido  á  la  Orden  de  Santo  Domin- 
go bajo  su  protección  especial;  la  ha  llamado  frecuen- 
temente su  Orden: — Entra  en  mi  Orden,  le  dijo  al 
Beato  Alberto  Magno; — y  ha  obtenido  de  su  Hijo  la 
fundación  de  tan  santo  instituto.  María  Santísima  dio 
al  beato  Reginaldo  el  escapulario  blanco  que  llevan 
los  Dominicos,  y  á  Santo  Domingo  el  Rosario,  con  el 
cual  la  honra  hoy  todo  el  pueblo  cristiano:  y  ella  fué, 
finalmente,  quien,  llena  de  la  más  tierna  solicitud,  veló 


La  santidad  en  ¡a  Orden  de  Santo  Domingo.  73 

sobre  la  cuna  de  esta  naciente  Orden.  Inquieto  uno  de 
los  primeros  compañeros  de  Santo  Domingo  acerca 
de  los  futuros  destinos  de  la  Orden,  tuvo  una  visión, 
y  oyó    una  voz  celestial,  que   le  dijo: — Nada  temas 
por  tu  Orden;  Nuestra  Señora  tiene  cuidado  de  vos- 
otros.— La  misma   Señora  dijo  á  otro  religioso: — La 
familia  dominicana  es  mi  fomilia;  todos  vosotros  sois 
mis  hijos. — Los  hijos  de  Santo  Domingo,  en  recono- 
cimiento de  favores  tan  multiplicados,  hacen  su  pro- 
fesión prometiendo  obediencia  á  la  Santísima  Virgen 
Maria;  la  honran  y  veneran  con  ayunos  y  plegarias  ;  y 
en  todos  los  conventos  terminan  diariamente  el  oficio 
del  dia  haciendo  una  procesión  en  honor  de  la  excelsa 
Señora,  con  el  canto  solemne  de  la  Salve.  ¿Y  quién 
dirá  cuánto  han  hecho  los  religiosos  de  la  Orden  de 
Predicadores  para»propagar  el  Santo  Rosario?  Si  des- 
pués de  seis  siglos    de  existencia  el  Rosario  está  aún 
más  floreciente  que  nunca;  si  todos  los  cristianos,  ver- 
daderamente dignos  de  este  nombre,  honran  á  nues- 
tra Señora  rezándole;   si   hace  seiscientos  setenta  y 
seis   años    que  esta  hermosa    plegaria   se   eleva  no- 
che y  dia  hacia  el  trono  de  la  Madre  de  Dios,  Maria 
Santísima  debe  esos  homenajes  y  ese  culto  al  celo   y 
á  la  piedad  de  la  Orden  de  Predicadores.  No  se  enga- 
ñaba al  pueblo   cristiano,  que  en   el  comienzo  de  la 
Orden  llamaba  á  los  Dominicos  los  hijos  de  María. 

Terminemos  este  capítulo  haciendo  una  relación 
sucinta  del  misterioso  y  consolador  suceso,  al  cual 
hemos  aludido  hace  un  momento.  Copiaremos  para 
el  objeto  una  página  del   que  fué  el  mejor  y  el  más 


74  La  Orden  de  Predicadores. 

elocuente  historiador  de  Santo  Domingo,  y  una  de  las 
mayores  glorias  de  su  Orden  en  el  siglo  xix,  el  reve- 
rendo P.  Lacordaire. 

«Cierto  día  que  Santo  Domingo  estaba  en  oración, 
>vfué  arrebatado  hasta  Dios.  Vio  al  Señor,  que  tenía 
y-á.  su  diestra  á  la  Beatísima  Virgen,  y  parecióle  que 
»Nuestra  Señora  vestía  una  capa  de  color  de  zafir. 
»Mirando  al  derredor  vio  á  religiosos  de  todas  las  Or- 
»denes.  pero  á  ninguno  de  lasuva;  circunstancia  que 
»le  sumió  en  profunda  pena,  sin  osar  acercarse  al  Se- 
»ñor  ni  á  su  Madre  benditísima.  Hizole  la  Señora  se- 
Ȗal  con  la  mano  para  que  se  aproximase,  pero  ni 
»así  se  atrevió,  hasta  que  el  mismo  Señor  le  hizo 
»igual  señal.  Acercóse  entonces  llorando,  v  el  Señor, 
»levantándole,  le  preguntó:  ¿Porqué  lloras  tan  amar- 
»gamente? — Y  respondió:  Lloro  porque  veo  aquí  re- 
»ligiosos  de  todas  las  Ordenes,  y  á  ninguno  de  la 
»mia. — El  Señor  dijo:  ¿QLiieres  ver  á  tu  Orden? — Sí, 
»Señor,  respondió  temblando. — El  Señor  puso  la 
»mano  sobre  la  espalda  de  la  Santísima  Virgen,  y 
»dijo  al  bienaventurado  Santo  Domingo:  He  confiado 
»tu  Orden  á  mi  Madre:  ¿quieres  absolutamente  ver  tu 
»Orden? — Sí,  Señor,  replica  aún  el  Santo. — En  este 
»momento  la  Santísima  Virgen  desplegó  ante  los 
»ojos  de  Domingo  el  ancho  manto  con  que  parecía 
»revestida,  y  Domingo  vio  debajo  de  él  á  muchos  de 
>^sus  hermanos.  Prosternóse  el  Santo  Patriarca,  dando 
»gracias  á  Dios  y  á  su  Madre  Beatísima,  y  desapare- 
»ció  la  visión. >^ 


SEGUxNDA  PARTE 


I. 


FUNDACIÓN  DE  LA  ORDEN  EN  ESPAÑA  Y  SU  EXTENSIÓN. 


A  vocación  de  los  religiosos  de  la  Orden  de 
Predicadores  á  una  vida  activa  ,  apostólica  y 
doctrinal,  y  las  cualidades  inherentes  á  la 
ilustre  familia  del  santo  fundador,  eran  una  garantía 
anticipada  del  éxito  de!  Instituto  en  la  península  Ibé- 
rica, quebrantada  por  la  lucha  incesante  de  su  recons- 
titución, y  sedienta  de  nuevos  elementos  de  vida.  No 
hacemos  mérito  del  linaje  de  Santo  Domingo,  porque 
la  nobleza  de  la  sangre  sea  capaz  de  realzar  el  lustre 
de  la  virtud,  sino  porque  al  despreciarla  por  Cristo, 
dice  San  Jerónimo ,  aparecen  los  santos  dotados  de 
mayor  fortaleza.  Domingo  de  Guzmán  nació  en  Ca- 
leruega,  en  1 170  ,  siendo  sus  padres  D.  Félix  y  doña 
Juana,  condesde  Aza.  Natnm  virum  Dei splendidissima 
Gii^mariím  familia  auctores  omnes,  et cunda  vetera  mo- 
numenia  testantur,  escribía  Malvenda  en  el  siglo  xvi. 
Encuéntrase    por  vez   primera    este    apellido   en   el 


^6  La  Orden  de  Predicadores. 

año  1042,  atribuido  á  un  abuelo  de  Santo  Domingo, 
D.  Rodrigo,  poblador  de  Castilla  hacia  el  año  950  in 
villa  Giuiáemani soceri  sui.  Quieren  algunos  que  este 
Gudeman  (Good-man ,  hombre  bueno)  fuese  her- 
mano del  duque  de  Bretaña  ,  pariente  del  duque  de 
Normandia  ,  y  casado  en  León  con  una  señora  de  la 
familia  del  conde  D.  Ramiro,  y  aducen,  como  una  de 
las  pruebas ,  las  calderas  orladas  de  armiños ,  que, 
con  un  castillo  ahumado,  constituyen  las  armas  de  la 
casa;  pretenden  otros  que  desciende  esta  familia  de 
un  hermano  de  D.  Ordoño  1. 

Sin  meternos  en  estas  divagaciones  oscuras,  es  lo 
cierto  que  los  marqueses  de  Toral  '  fundaron  en  1261 
el  convento  de  León ,  en  memoria  de  su  parentesco 
con  Santo  Domingo  ,  muerto  cuarenta  años  antes  ;  y 
que  esta  fundación  confirmada  fué  más  tarde  (1649 
y  1697)  por  los  duques  de  Medina-Sidonia  y  Medina 
de  las  Torres,  alegando  el  mismo  motivo.  D.  Enri- 
que II  vístese  el  hábito  de  Santo  Domingo  en  su  últi- 
ma enfermedad ,  por  devoción  al  Santo  su  pariente; 
el  duque  de  Lerma  (1S08)  se  apoya  en  la  misma 
razón  para  'fundar  el  patronato  de  San  Pablo  de  Va- 
lladolid;  el  duque  de  Medina-Sidonia  ,  conde  de  Nie- 
bla, hace  varias  mercedes  á  la  Orden  en  1544  ,  y  las 
confirma  en  161 5  D.  Alonso  Pérez  de  Guzmán,  am- 
bos por  idéntico  motivo  de  parentesco ;  mientras  que 
el  conde-duque  de  Olivares  (1628)  no  tiene  otra 
razón  para  añadir  á  sus  blasones  la  cruz  flor-lisada  de 

■     Alvar  Ruizde  Guzmán,  señor  de  Toral,  era  hermano  de  D.  Félix,  pa- 
dre de  Santo  Domingo. 


Fundación  de  la  Orden  en  España  y  su  extensión.        jj 

Santo  Domingo.  Finalmente ,  los  marqueses  de  Mon- 
tealegre  y  de  Quintana  ,  los  condes  de  Miranda  ,  los 
duques  de  Peñaranda ,  señores  de  Aza  y  Bazán ,  tie- 
nen igualmente  á  honra  señalada  el  pertenecer  á  la 
familia  del  fundador  de  la  Orden  de  Predicadores.  Ya 
durante  la  vida  de  Santo  Domingo  lo  habia  declarado 
así  la  ciudad  de  Bolonia  en  acta  pública  y  solemne,  y 
son  testimonio  de  esta  tradición  las  memorias  de  las 
iglesias  de  Osma,  León  y  Burgos,  y  los  monasterios 
de  Silos  y  de  la  Vid. 

Confirmada  la  Orden  de  Predicadores  por  el  papa 
Honorio  111,  en  22  de  Diciembre  de  121Ó,  é  instituido 
Maestro  General  de  ella  el  santo  fundador  ,  que  tan- 
tas relaciones  tenía  en  España,  era  de  esperar  que 
fueran  sus  primeros  cuidados  los  de  focilitar  á  su  pa- 
tria los  beneficios  de  la  nueva  fundación.  En  efecto  : 
el  día  de  la  Asunción  de  121 7  ,  Domingo  reúne  en  la 
iglesia  de  Nuestra  Señora  de  la  Prulla  á  los  diez  y  seis 
profesos  que  constituían  con  él  toda  la  Orden ,  y  al 
dispersarlos  por  el  mundo,  destma  cuatro  á  las  pro- 
vincias y  reinos  de  España.  Eran  estos:  el  P.  Suero 
Gómez,  provincial ,  el  P.  Pedro  de  Madrid  ,  el  P.  Mi- 
guel de  Ucero,  y  el  P.  Domingo  de  Segovia. 

Al  mismo  tiempo  que  estos  enviados  de  Dios  pe- 
netraban por  Cataluña,  subia  al  trono  de  Castilla  el 
rey  San  Fernando  ,  ligado  más  tarde  con  Santo  Do- 
mingo por  la  amistad  más  sincera,  y  poderosamente 
auxiliado  por  sus  hijos  en  la  reconstitución  de  la  pa- 
tria. ¡Secretos  de  la  Providencia!  ¿Quién  pudiera  adi- 
vinar entonces  el  germen  de  vida  que  llevaban  en  su 


y 8  La  Orden  de  Predicadores. 

seno,  aquel  príncipe  de  diez  y  ocho  años  de  edad  y 
aquellos  cuatro  pobres  de  Cristo,  que  pisaban  de  nue- 
vo el  suelo  de  su  patria?  ¿Quién  abarcar  de  una  mi- 
rada la  dilatación  que  iban  á  recibir  las  fronteras 
de  Castilla,  y  las  glorias  y  el  poder  y  las  conquis- 
tas que  habla  de  proporcionar  á  este  reino  una  Orden 
de  tan  humildes  comienzos? 

Madrid,  futura  capital  de  la  monarquía  española, 
fué  la  primera  población  de  España  donde  se  estable- 
cieron los   hijos   de  Santo    Domingo.    Habiendo    el 
P.  Suero  seguido  á  Portugal,  se  instalaron   los  otros 
tres  en  la  ya  noble  villa,  y  redujeron  á  convento    de 
observancia  la  casa  que  les  dieron  los  piadosos  hijos 
de  Madrid,  donde  fué  superior  el  citado  P.  Pedro.  Al 
año  siguiente   (121 8)   llegó  Santo  Domingo  con  su 
hermano  el  Beato  Manes,  fundó  el  convento  de  Sego- 
via,  y  dio  á  las  religiosas  el  primero  de  Madrid,    con 
sus  viñas  y  demás  bienes,  dejando  además  religiosos, 
y  confiando  el  cuidado  de   las  nuevas  monjas   á  su 
hermano   el   P.    Manes.  Este  Monasterio,   dedicado 
primeramente  á  Santo  Domingo  de  Silos,  y  llamado 
más  tarde  de  Santo  Domingo  el  Real,  en  honor  del 
santo  fundador,  fué  el  primer  convento  de  Domini- 
cas del  mundo,  toda  vez  que  el  de  la  Prulla  siguió  la 
regla  del  Císter  hasta  el  año  de  1220.  La  fama  de  su 
observancia  fué   generalmente  reconocida,   y  en  las 
fundaciones  sucesivas  de  monjas  en  España  era  pro- 
puesto como  modelo.  En   él   vivieron  las  religiosas 
hasta  que  el  edificio  fué  demolido  por  la  revolución 
de  1868.  Desde  1882  ocupan  un  nuevo  convento,  en 


¡fundación  de  la  Orden  en  E^aña  y  su  extensión.        79 

la  calle  de  Claudio  Coello,  debido  á  la  liberalidad  de 
D.  Francisco  Maroto. 

Nada  puede  dar  mejor  idea  de  la  aceptación  de 
los  Dominicos  en  España,  que  la  rapidez  con  que 
surgían  conventos  por  todas  partes.  El  P.  Suero  fun- 
dó el  convento  de  Montejunto ,  y  lo  trasladó  más  tar- 
de á  Santarén.  Santo  Domingo,  en  su  breve  excur- 
sión por  la  Península,  fundó  en  Segovia  ,  Palencia, 
Zamora,  Santiago,  Burgos  y  Zaragoza,  visitando  en 
estas  dos  ciudades  á  los  ínclitos  reyes  D.  Fernando  y 
D.Jaime.  En  Barcelona  encontró  ya  establecidos  á 
sus  hijos,  traídos  de  Bolonia  por  el  obispo  D.  Beren- 
guer,  y  el  convento  de  Toledo  disputaba  la  antelación 
al  de  Burgos,  ni  más  ni  menos  que  los  procuradores 
de  estas  dos  ciudades  en  las  Cortes  de  Castilla.  Poco 
después  de  la  muerte  del  santo  patriarca  (  1221 )  ,  la 
Orden  contaba  doce  provincias  á  cual  más  florecien- 
tes, y  en  España  se  levantaron  los  siguientes  conven- 
tos: Coimbra  (1227),  Salamanca  (1228),  Lérida  y 
Mallorca  (1230),  Córdoba,  por  el  santo  rey  D.  Fer- 
nando (1236),  Oporto  (1237),  Valencia  (1238), 
Lisboa  (1242)  ,  Pamplona  (1228  ó  1242),  Sevilla  y 
Tarragona  (i2So) ,  Murcia  y  Gerona  (1253)  ,  Calata- 
yud  y  Huesca  (1254),  Guimarás  ( 1 2 56)  y  León  ( 1 26 1 ) , 
celebrándose  este  año  en  Barcelona  el  primer  Capí- 
tulo General  que  tuvo  lugar  en  España.  De  manera 
que  en  cuarenta  y  dos  años,  la  Orden  de  Predicadores 
fundó  en  la  Península  veintisiete  conventos,  que  fue- 
ron otros  tantos  planteles  de  virtud ,  de  ciencia  y  de 
arranques  patrióticos   en  la  reconstitución  de  la  mo- 


So  La  Orden  de  Predicadores. 

narquía,  mirados  todos  ellos  y  protegidos  algunos  de 
una  manera   espléndida  por  los  reyes  San  Fernando, 

» 

D.  Jaime  el  Conquistador,  D.  Alfonso  el  Sabio  y  don 
Alonso  de  Aragón  ,  quienes  tomaron  por  confesores, 
é  hicieron  que  los  siguieran  en  sus  conquistas,  á  los 
hijos  de  Santo  Domingo  :  á  fines  del  siglo  xui  ascen- 
día á  cuarenta  el  número  de  conventos  españoles,  y 
todos  ellos  numerosos. 

Más  tarde  se  dividió  la  Península  en  cuatro  pro- 
vincias :  la  de  España,  primera  de  toda  la  Orden, 
que  comprendía  desde  el  Cantábrico  hasta  cerca  de 
Sierra  Morena,  Aragón  (con  Cataluña,  Valencia  é 
islas  Baleares),  Portugal  y  Andalucía.  Las  islas  Cana- 
rias constituyeron  provincia  aparte  ,  y  además  contaba 
España  las  siguientes  provincias  en  sus  dominios, 
poblados  por  hijos  de  la  península  :  Santa  Cruz  de  las 
Indias,  isla  de  Santo  Domingo,  Méjico,  Perú,  Nue- 
vo-Reino,  Chiapa,  Quito,  Chile,  Filipinas  y  Oajaca, 
es  decir,  quince  provincias  de  las  cincuenta  y  dos  en 
que  se  dividía  la  Orden.  La  provincia  llamada  de  Es- 
paña era  la  mayor  del  Instituto ,  por  el  número  de 
conventos ,  por  la  regularidad  de  la  vida,  por  el  vigor 
de  los  estudios,  y  por  los  religiosos,  que,  llenos  de 
abnegación,  salieron  á  evangelizar  en  los  países  de 
idólatras.  Las  provincias  de  Santa  Cruz  de  las  Indias, 
y  del  Rosario  de  Filipinas,  prestaron  servicios  inmen- 
sos á  la  causa  de  la  civilización,  y  la  segunda,  lla- 
mada justamente  fecunda  madre  de  mártires ,  conti- 
núa hoy  sus  tareas,  no  sólo  en  Filipinas,  sino  en 
China,  Tonquin  y  Formosa. 


Fundación  de  la  Orden  en  ESpaña  y  su  extensión.       8i 

Las  provincias  españolas  tenían  en  Europa  el  si- 
guiente número  de  conventos  : 

Conventos  suprimidos        Conventos  actuales 
de  varones.  de    mujeres. 

Provincia  de  España 88  49 

»       de  Aragón 67  25 

»       de  Portugal 26  13 

»       de  Andalucía 54  31 

»       de  Canarias 9  00 

Total 244  118 


Seguramente  habrá  quien  toque  el  cielo  con  las 
manos  al  solo  recuerdo  de  que  la  Orden  de  los  In- 
quisidores de  la  fe  católica  tuviese  en  España  244 
conventos  de  varones,  y  se  acudirá  á  los  argumentos 
consabidos  de  vagos ,  fanáticos  y  demás  frases  calum- 
niosas, aunque  de  efecto  muchas  veces  entre  las  clases 
ignaras.  La  cuestión,  sin  embargo,  ha  de  examinarse, 
no  al  calor  de  la  pasión  de  secta ,  sino  á  las  luces 
de  una  razón  serena.  De  esos  244  conventos  de 
Dominicos,  correspondían  cuatro  á  la  capital  de  la 
Monarquía  :  Atocha ,  Santo  Tomás ,  el  Rosario  y  la 
Pasión.  Han  desaparecido  esos  centros  de  moralidad, 
instrucción  y  virtud,  y  hoy  se  alzan  en  la  coronada 
villa  más  de  cien  cafés,  donde  á  todas  horas  se  mata 
el  tiempo,  se  gasta  el  dinero,  se  pierde  la  salud  en 
una  atmósfera  de  aire  viciado ,  se  fomenta  la  va- 
gancia, y  se  contraen   hábitos  y  necesidades  que  más 

6 


82  La  Orden  de  Predicadores. 

valiera  desconocer.  Y  cuéntese  que  hacemos  caso 
omiso  de  las  mil  trescientas  tabernas  y  de  otros  focos 
de  general  perturbación,  para  los  cuales  no  hay, 
ni  medidas  coercitivas  ,  ni  siquiera  censuras  pú- 
blicas '. 

1  No  entran  en  el  número  de  tabernas,  que  eran  i  272  en  el  año  de  1882, 
las  722  tiendas  de  ultramarinos,  donde  también  se  venden  licores  por 
copas. 


II. 


ARQUITECTURA  DE  LOS  DOMINICOS  EN  ESPAÑA. 


ucHos  de  los  conventos  enumerados,  aparte 
de  su  objeto  principal,  eran  monumentos  in- 
signes del  arte  cristiano.  No  intentamos  repe- 
tir la  apología  ya  hecha  de  los  hijos  del  gran  Guzmán 
como  artistas  consumados;  antes  hemos  de  manifestar 
con  imparcialidad,  que  bajo  este  punto  de  vista  no 
pueden  los  Dominicos  españoles  entrar  en  parangón 
con  sus  hermanos  los  extranjeros,  y  sobre  todo  con 
los  italianos  '.  Mas  si  no  han  sido  artistas,  ó  si  se  han 
consagrado  con  preferente  atención  al  estudio  y  al 
ministerio  de  las  almas,  débeles  España,  sin  embargo, 
muchos  de  los  monumentos  que  hermosean  su  suelo. 
Dícese,  no  obstante,  que  los  beatos  Gonzalo  de 
Amarante  y  Pedro  González  Telmo  eran  arquitectos 
notables,  y  que  levantaron  dos  arriesgados  puentes, 
uno  sobre  el  Timaga  y  otro  sobre  el  Miño  '.  Como 

1  Véase  la  interesante  obra  del  P.  1\\ irchzse,  Memorie  dci    piii  insigni 
Pitlori,  Scnltori  é  Archiletti  Domeuicani. — Bolonia,  1879:  2  vol. 

2  Mili/.ia,  Memorie    degli   Arcbüdli  anfichi  e  modani,  vol.    1.    lib.    i. 
cap.  n. 


84  La  Orden  de  Predicadores. 

pintor  de  mérito,  y  digno  de  figurar  al  lado  de  los 
más  notables,  por  el  ingenio  de  sus  invenciones,  inte- 
ligencia en  el  claro  oscuro  ,  corrección  del  diseño  y  fa- 
cilidad en  manejar  la  paleta  ' ,  debe  citarse  al  Padre 
Maynó,  apreciado  y  consultado  por  Felipe  IV,  y  de 
quien  se  conservan  los  siguientes  cuadros:  la  tabla 
del  altar  mayor  de  San  Marcos,  otra  en  San  Bartolomé 
y  otra  en  San  Pedro  (Toledo),  donde  también  pintó 
la  historia  de  San  Ildefonso  en  la  sacristía  de  la 
catedral,  y  la  de  la  Circuncisión  en  un  claustro;  un 
Cristo  muerto  en  los  brazos  del  Padre  Eterno,  en  los 
Carmelitas  de  Talavera;  un  Santo  Domingo,  en  el 
convento  de  San  Esteban  de  Salamanca;  cuatro  tablas 
y  dos  ángeles,  en  unos  sepulcros  de  San  Pedro  Már- 
tir de  Toledo;  y  una  historia  de  la  conquista  del 
Brasil  por  D.  Fabrique  de  Toledo,  que  estaba  en  el 
palacio  del  Buen  Retiro.  En  el  Museo  Nacional  se  con- 
serva de  este  Padre  la  alegoría  de  una  empresa  mi- 
litar de  D.  Gaspar  de  Guzmán,  conde  de  Olivares,, 
de  la  cual  dice  Viardot  que  «es  una  composición 
grandiosa,  de  mucha  vivacidad,  unida  á  fácil  y  natu- 
ral imitación  de  lo  verdadero  '.»  También  pintaron 
cuadros  de  mérito  los  PP.  Figueroa  y  Pasados,  dis- 
tinguiéndose el  primero  por  el  colorito  frescbissinio, 
dice  Ticozzi  en  su  Diccionario. 

Como  arquitecto  del  infante  D.  Enrique,  señalóse 
en  Portugal  el  P.  Resendio,  anticuario,  orador,  filó- 
logo, matemático,   traductor  de  los  diez  libros  De 

'     Montecucoli,  Storiacidla  Piltura  in  hpagiia.  Módena,  1S41,  pág,  79. 
=     Les  Miisccsd'Espagnc,  d'Aiigletirrc  et  d¿  Bt'lgiqíi:.   París,  1843. 


ArqiiitCilnra  de  los  Dominicos  en  ESpaña.  85 

/re  aedificatorla  de  Alhevü,  y  autor  de  una  obra  de 
construcción. 

El  insigne  Morales  terminó  tres  cuadros  de  la 
Virgen,  el  Bautista  y  la  Transfiguración,  que  había 
dejado  empezados  el  P.  Enrique  Tavora  al  pasar  á 
-ocupar  la  silla  arzobispal  de  Goa;  el  P.  Fernando, 
hermano  del  anterior  y  Obispo  en  la  isla  de  la  Made- 
ra, pintó  seis  historias  al  fresco  en  el  convento  de 
Benfica.  Aún  pudiéramos  citar  á  los  arquitectos  Pa- 
dres Borges  y  Romero,  de  ideas  magníficas  y  gran- 
diosas, ante  las  cuales  se  estremecía  el  venerable 
Bartolomé  de  los  Mártires,  hallándose  en  Trento,  y 
escribía  teniéndolos  por  sospechosos  para  la  simplici- 
dad que  él  apetecía. 

La  arquitectura  predilecta  de  los  Dominicos  ha 
sido  la  ojival  ó  gótica,  característica,  más  que  nin- 
guna otra,  del  pensamiento  cristiano,  y  concebida 
en  el  mismo  siglo  en  que  se  fundó  la  Orden  de  Pre- 
dicadores. En  Roma  no  hay  más  iglesia  gótica  que 
la  de  los  Dominicos,  y  cualquiera  que  conozca  me- 
dianamente la  Europa,  habrá  observado  la  misma 
predilección  en  todas  partes.  La  mayor  iglesia  cató- 
lica de  Londres  es  la  de  Santo  Domingo,  inaugurada 
en  Mayo  de  1883,  de  purísimo  estilo  gótico,  como 
lo  es  la  terminada  en  Manila  en  1808,  y  que  lleva  la 
misma  advocación. 

España  poseía  á  Santa  Catalina  de  Barcelona  y 
á  Santo  Tomás  de  Madrid,  devoradas  ambas  por  el 
fuego.  Era  la  primera  grandiosa  y  antigua  joya  del 
arte  cristiano,  con  esbelta  torre  y  con  un  rosetón  gi- 


86  L^  Orden  de  Predicadores. 

gantesco  en  su  fachada;  nada  respetó  el  furor  de- 
aquellos  ebrios,  que  arrimaron  la  tea  incendiaria  al 
monumento  de  D.  Jaime  el  Conquistador.  Menor 
disculpa  merecen  aún  los  que  á  sangre  fría  demolie- 
ron el  convento  é  iglesia  de  San  Pablo  de  Burgos, 
para  hacer  alli  un  cuartel.  ¡Siempre  la  fuerza  opri- 
miendo al  derecho  en  este  siglo  de  libertad! 

Entre  los  monumentos  dominicanos  que  prodi- 
giosamente se  han  salvado  de  la  fiebre  demoledora 
de  las  sectas,  descuellan  el  convento  é  iglesia  de 
San  Esteban  de  Salamanca,  obra  debida  á  la  magniíl- 
cencia  de  D.  Juan  Alvarez  de  Toledo  y  del  P.  Deza, 
tutor  del  príncipe  D.  Juan,  gran  patrono  de  las 
artes,  protector  de  Colón  y  arzobispo  de  Sevilla.  El 
pórtico  del  convento  y  la  fachada  del  templo  des- 
lumhran la  vista  por  su  grandiosidad  y  por  la  filigra- 
na de  santos,  apóstoles,  candelabros  y  hermosísi- 
mos caprichos  tallados  en  piedra,  descollando  en  el 
centro  el  martirio  de  San  Esteban,  obra  de  Ceroni, 
cuyo  nombre  se  halla  esculpido  en  la  mano  del  Pro- 
tomártir.  La  iglesia  tiene  la  forma  de  una  cruz  latina 
de  admirables  proporciones  y"  de  estilo  gótico  mo- 
derno. La  bóveda  que  sostiene  el  coro  alto  es  tan 
atrevida  como  la  del  Escorial;  la  cúpula  alta  y  gran- 
diosa; la  bóveda  de  la  nave  está  pintada  por  Palomino, 
y  representa  el  triunfo  de  la  Religión.  El  retablo  del 
altar  mayor  está  demasiado  recargado,  pero  tiene  un 
precioso  cuadro  de  Claudio  Coello  representando  el 
martirio  de  San  Esteban.  Es  notable  en  el  mismo  la 
estatua  de  la  yirgen  de  la  Vega,    de  bronce  dorado^ 


Arquitcftnra  de  los  Dominicos  cu  ESpaña.  87 

con  un  trono  adornado  de  esmaltes  del  siglo  xu.  Al- 
gunas estatuas  de  este  retablo  son  de  Carmona]  y 
llama  también  la  atención  el  entrepaño  de  la  capilla 
de  San  Pedro  Mártir,  que  representa  el  martirio  de 
Santa  Úrsula,  En  el  relicario  se  conservan  las  sanda- 
lias de  San  Pío  V  y  los  restos  de  los  duques  de  Alba, 
patronos  del  templo.  La  sala  capitular  es  obra  de 
Juan  Moreno,  y  bellísima,  lo  mismo  que  la  grandiosa 
sacristía,  obra  ya  del  renacimiento.  El  claustro,  res- 
taurado hace  poco,  es  una  joya  de  estilo  gótico,  con 
hermosos  capiteles  y  bajo-relieves  esculpidos  por 
Sardina.  En  la  inmensa  sala  De  profundis ,  que  ocupa 
la  parte  sur  del  claustro,  explanó  Colón  su  teo- 
ría delante  de  la  comunidad  y  alcanzó  la  protección 
delP.  Deza,  durante  el  tiempo  que  vivió  en  este  con- 
vento (1484  á  148Ó).  El  conjunto  de  la  iglesia  y  del 
claustro  es  grandioso,  digno  del  primer  convento  de 
Dominicos  en  España,  y  contrasta  sobremanera  con 
la  pobreza  y  estrechez  de  las  celdas.  La  escalera 
principal  es  debida  á  Domingo  Soto,  que  está  ente- 
rrado junto  á  ella. 

San  Pablo  y  San  Gregorio  de  Valladolid. — El  gran- 
dioso convento  de  San  Pablo ,  fundado  por  doña  Vio- 
lante, esposa  de  Alfonso  el  Sabio,  vino  á  tierra, 
porque  se  sacó  piedra  de  sus  muros  para  construir  el 
presidio:  el  templo  es  de  grandes  dimensiones,  sóli- 
do, bien  construido ,  y  en  él  se  celebraron  cortes, 
concilios  y  otros  actos  memorables  en  la  historia. 
Su  hermosa  fachada  es  de  estilo  gótico-florido ,  riquí- 
sima en  estatuas,   follajes,   adornos  y   blasones;  es 


88  La   Orden  de  Predicadores. 

obra,  en  parte  alo  menos,  de  Juan  y  de  Simón  de 
Coloma,  y  débese  á  la  munificencia  del  inquisidor 
Torquemada,  del  cardenal  duque  de  Lerma  y  del 
obispo  Fr.  Alonso  de  Burgos.  Consta  de  dos  cuerpos 
de  distinta  época,  coronados  por  un  ático  triangular 
con  un  soberbio  escudo,  y  guarnecidos  de  dos  torre- 
cillas de  construcción  moderna. 

La  fachada  del  Colegio  de  San  Gregorio  es  lo  más 
notable  que  encierra,  no  sólo  Valladolid,sino  España. 
Su  caprichosa  invención  y  la  regularidad  de  su  dibujo 
hacen  de  ella  una  obra  de  mérito  rarísimo  dentro  del 
estilo  gótico.   Troncos  entrelazados  entre  sí,  descri- 
ben diversos  arcos,  que  forman  la  puerta   principal, 
sobre  la  cual  se  ostenta  un  granado  en  su   tiesto,  cu- 
yas ramas,  esparcidas  á  uno  y  otro  lado  ,  sirven  de 
adorno  á  un  escudo  sostenido   por  leones.  Un  cesto 
de  mimbres  sirve  de  fondo  á  otros  árboles,  cuyos  ra- 
majes forman  en  sus  costados  los  cubos  ,  en   los  que 
se  hallan  varios  guerreros  y  salvajes  de  tamaño  na- 
tural,   armados   unos    y  cubiertos   de   pieles   otros, 
terminando  esta   bellísima    portada  varios    adornos 
heráldicos.  El  claustro ,  con  galerías  altas  y  bajas    y 
columnatas,  ofrece  el  espécimen  de  una   ventana  ele- 
gante, con  decoraciones  en  estuco  de  estilo  morisco. 
En  la  parte  superior  hay  lindísimos  artesonados,  per- 
tenecientes á  la  antigua  capilla,  biblioteca,  etc.  ' 

Santo  Tomás  de  Avila. — Edificio  suntuoso,  am- 
pliado por  los  Reyes  Católicos  en  1 482  ,  que  hicieron 

I     Un  gobernador  destrozó  algunas  obras  de  arte  para  hacer  un  salón  de 
baile. 


ArquiteBiira  de  los  Dominicos  cu  ESpaña.  89 

en  él  habitaciones  para  su  residencia.  Consta  de  atrio, 
iglesia,  convento  y  palacio,  con  cuatro  patios,  llama- 
dos de  Reyes ,  de  la  Universidad ,  del  Noviciado  y  de 
la  Galena,  todo  de  piedra  granito.  La  iglesia  es  esbel- 
ta y  grande,  de  estilo  gótico,   muy  parecida  en  sus 
proporciones  á  la  de  San  Jerónimo  de  Madrid,  con  la 
diferencia  de  ser  toda  de  hermosos  sillares  y  de  tener 
el  presbiterio  sobre  un  arco.  La  sillería  del   coro  alto 
es  obra  de  Cornielis,    toda  de  nogal  tallado  de  mu- 
chísimo mérito,  lo  mismo  que  las  dos  sillas  separadas 
que  ocupaban  los  Reyes.  La   obra  maestra  del  templo 
es  el  sepulcro  del  principe  D.Juan,  esperanza  de  los 
Reyes  Católicos  y  de  la  patria  ,  cuya  educación  había 
sido  confiada  al  P.  Deza,   y  que  murió  en  Salamanca 
en  1497,  á  la   edad  de  diez  y  nueve  años  :  ocupa  el 
monumento   el    centro    del  crucero,  y   es   todo  de 
mármol  blanco.  Son  también  notables  las  efigies  de 
los  intendentes  del  principe,  D.  Juan  de  Ávila  y  doña 
Juana  Velázquez  ,   que    ocupan   una  capilla  lateral. 
Ambos  sepulcros  son  obra  del  florentino  Micer  Do- 
ménico,  y  fueron  levantados  por  D.  Juan  Velázquez, 
tesorero  del   príncipe  y    autor  de  los    epitafios.  Las 
pinturas  de  la  iglesia,  obra  de  Gallegos,  fueron  tras- 
ladadas al  Museo  Arqueológico  de    Madrid,   excep- 
tuando las  del  retablo  del  altar  mayor,  que  se  con- 
servan  en   su  parte   principal,   y  son  notables.   El 
claustro  contiguo   á  la  iglesia    es  de  dos   hermosas 
galerías  cerradas ,  de  muy  bello  estilo  gótico  ;   el  de 
Reyes  es  grandioso  y  también  de   piedra  ,   aunque 
xibierto,  pero  no  es  tan  bello.   Son  notables   además 


Qü  La  Orden  de  Predicadores. 

el  techo  del  refectorio,  de  piedra  y  estuco  antiguo,  la 
sacristía ,  sala  capitular  y  biblioteca ,  más  por  su 
capacidad  que  por  su  mérito  artístico.  En  la  prime- 
ra de  estas  últimas  piezas  está  enterrado  el  primer 
Inquisidor  General,  Torquemada. 

Sevilla. — Cuatro  casas  de  religiosos  tenía  la 
Orden  de  Predicadores  en  Sevilla.  San  Pablo,  edifi- 
cio grandioso,  debido  á  San  Fernando,  á  Alfonso  el 
Sabio  y  á  D.  Pedro  1,  que  respiraba  suntuosidad  en 
todas  sus  piezas.  La  iglesia,  hoy  parroquia  de  la 
Magdalena,  es  de  tres  elevadas  y  espaciosas  naves, 
con  frescos  de  ¡baldés  y  cuadros  de  Arteaga.  Conser- 
vaba grandes  y  preciosos  cuadros  de  Ziirbarán,  y 
aún  posee  imágenes  de  Torrigliano,  Herrera,  Roldan 
y  Montañés.  El  retablo  de  la  iglesia  de  Saido  Domin- 
go de  Porta  Coeli,  hoy  en  ruinas,  era  el  mejor  que 
poseía  Sevilla,  tanto  por  su  arquitectura  como  por 
los  bellísimos  bajo-relieves  y  esculturas  que  lo  ava- 
loraban. Aquí  estaba  la  estatua  de  Santo  Domingo, 
de  rodillas  y  azotándose,  creación  sublime  del  inmor- 
tal Montañés,  y  que  hoy  ocupa  sitio  distinguido  en 
el  Museo  Sevillano.  En  el  Colegio  de  Santo  Tomás, 
fundación  del  P.  Deza  para  el  estudio  de  la  Sagrada 
Escritura  y  Santos  Padres,  hoy  fábrica  de  fusiles,  se 
hallaba  el  incomparable  cuadro  de  Zurbarán,  la  apo- 
teosis de  Santo  Tomás  de  Aquino,  que  ocupa  actual- 
mente el  testero  del  primer  salón  del  citado  Museo. 
Conocido  es  el  mérito  artístico  de  la  iglesia  áe  Regina 
Coeloriim,  de  valiente  nave,  altar  sobresaliente,  be- 
llísima arquitectura,    estatuas    de  Pedro  Delgado  y 


Arqnitecliira  de  los  Dominicos  en  España.  91 

preciosa  capilla  del  Rosario.  El  templo  de  Sania  Ma- 
ría de  Monte  Sión ,  cuyos  religiosos  eran  los  peni- 
tenciarios ó  confesores  de  Sevilla,  creíase  de  los  más 
bellos  de  la  ciudad.  Su  altar  mayor  era  corintio,  y 
tenía  excelentes  pinturas  de  Francisco  Castillo  y  del 
racionero  C7//0..  Finalmente,  la  iglesia  de  San  Jacin- 
to es  de  tres  grandes  y  espaciosas  naves ,  separadas 
por  pilastras  de  orden  corintio ,  y  toda  ella  de  gusto 
romano,  con  varios  sepulcros  notables,  especialmen- 
te el  del  fundador.  El  convento  fué  convertido  en 
teatro  del  barrio  de  Triana.  Aún  pudiéramos  citar 
algunas  bellezas  propias  de  las  casas  de  religiosas, 
como  la  iglesia  de  la  Pasión ,  de  tres  naves  separa- 
das por  columnas  de  mármol ,  el  gran  medallón 
representando  á  Santo  Domingo  recibiendo  de  la 
Virgen  el  Rosario  ,  y  los  lienzos  de  Pacheco.  En  el 
convento  de  Santa  María  la  Real  había  ocho  lienzos, 
originales  de  Znrharán ,  y  en  el  de  Madre  de  Dios 
hay  esculturas  de  Jerónimo  Hernández,  de  Delgado 
y  Montañés ,  con  buenas  pinturas  de  l^aldés  y  de 
l^argas. 

San  Pablo  de  Córdoba. — Este  edificio,  fundado 
en  1 24 1,  es  uno  de  los  más  notables  de  la  ciudad. 
El  templo,  perteneciente  al  estilo  gótico,  consta  de 
tres  naves  de  grandes  dimensiones-,  y  contiene,  en- 
tre otras  preciosidades,  el  altar  de  la  Beata  Juana  de 
Aza,  madre  de  Santo  Domingo,  el  del  Beato  Francis- 
co de  Posadas,  y  la  antigua  y  hermosa  capilla  del 
Rosario,  con  un  camarín  moderno  muy  suntuoso  y 
rico  de  exquisitos  jaspes.  La  portada  principal,  que 


92  La   Orden  de  Predicadores. 

da  á  la  plaza  del  Salvador ,   es  un  portento  del  gusto 
de  Chu Triguera. 

Mas  donde  el  arte  despliega  sus  galas  es  en  los 
claustros  y  escalera  del  convento :  en  las  galerías  de 
aquellos  hay  más  de  ochenta  columnas  de  mármol, 
con  muchas  pilastras  que  decoran  la  parte  interior; 
la  caja  de  la  escalera  es  magnífica,  de  soberbios  es- 
calones, sostenida  por  columnas  de  mármol  y  pin- 
tada por  Antonio  del  Castillo.  Hay  dos  grandes  cua- 
dros de  Lucas  Jordán,  representando  á  Betsabé  y  á 
Curcio  en  actitud  de  arrojarse  á  las  llamas  por  la  sa- 
lud de  Roma.  Debajo  del  refectorio  está  la  antigua 
cárcel  romana,  de  donde  salieron  muchos  mártires: 
tiene  veintiuna  varas  de  largo  y  seis  de  ancho,  bó- 
veda de  fábrica  romana,  con  dos  grandes  quiciales  de 
almendrilla  en  los  arcos  que  la  sostienen. 

Santo  Domingo  de  Cádi{. — En  su  espaciosa  iglesia, 
de  una  elevada  nave  en  forma  de  cruz  latina,  hay 
tres  retablos  de  ricos  mármoles,  y  las  dos  galerías 
del  claustro  están  sostenidas  por  columnas  de  la  mis- 
ma materia. 

Santa  Crní  de  Granada. — Fundación  de  los  Re- 
yes Católicos  ,  á  instancias  del  P.  Torquemada ,  en 
un  sitio  de  recreo  de  Alhamar,  del  cual  se  conser- 
van vestigios  en  un  jardín  con  calles  de  laureles,  y 
en  un  cenador  muy  parecido  á  los  del  Generalife, 
con  estucos  y  adornos  primorosos.  El  templo  es  sun- 
tuoso,  con  un  pórtico  elegante  y  una  capilla  mayor 
gallarda  y  espaciosa  :  hay  en  él  pinturas  del  Chava- 
rito  y  del  P.  Figneroa,  y  estatuas  de  Mora.  La  capilla 


Arquiteñura  de  los  Dominicos  en  Espiñ.i.  93 

del  Rosario  es  primorosa,  y  cuajada  de  exquisitos 
mármoles  y  de  variados  adornos.  Los  espaciosos  sa- 
lones del  convento  son  hoy  Museo  Provincial  y  Aca- 
demia de  Bellas  Artes,  y  la  iglesia,  parroquia  de  la 
Magdalena. 

Sa?ito  Domingo  de  Málaga.  —  Fundación  de  los 
Reyes  Católicos  :  tres  hermosas  naves,  cinco  capi- 
llas, veintidós  altares,  dos  coros  y  dos  órganos.  Es 
parroquia,  y  el  convento  casa  de  Beneficencia. 

Colegio  Patriarcal  de  Orihiiela. — Edificio  magní- 
fico, que  semeja  una  montaña  enorme  de  piedras 
sillares,  á  la  altura  de  cuatro  pisos  ,  con  multitud  de 
ventanas  cuadradas,  adornadas  de  cornisas  y  relie- 
ves. El  claustro  principal,  de  68  pasos  de  largo,  tiene 
siete  grandes  arcos  en  cada  una  de  sus  cuatro  ga- 
lerías, sostenidos  por  ocho  columnas  áticas.  El  claus- 
tro de  la  Universidad  está  sostenido  por  veinticuatro 
columnas  corintias,  coronadas  por  una  galería  de  las 
más  exquisitas  labores  sobre  piedra,  formando  el  con- 
junto más  completo  que  puede  soñarse:  en  ambos 
claustros  están  las  aulas,  que  sirvieron  para  la  ense- 
ñanza de  las  ciencias.  Los  techos  son  artesonados, 
todos  bellos  y  de  admirable  solidez,  descollando  el 
del  aula  general  y  el  de  la  escalera;  es  ésta  toda  de 
piedra  y  reputada  como  una  lección  perenne  para  los 
arquitectos.  La  biblioteca,  tan  grande  como  el  claus- 
tro principal,  se  hallaba  enriquecida  con  las  más 
preciosas  obras  antiguas  y  modernas:  aún  hoy  mere- 
cen consultarse.  La  iglesia  tiene  cuatro  arcos  torales, 
y  cinco  de  medio  punto  en  la  nave,  todo  de  primoro- 


94  i(i  Orden  de  Predicadores. 

sn  arquitectura,  con  columnas-  corintias  acanaladas  y 
doradas  cornisas.  La  cúpula  y  bóvedas  están  pintadas 
al  fresco.  Las  demás  piezas  de  este  edificio  colosal, 
colegio  principal  de  la  provincia  de  Aragón,  son  pro- 
porcionadas á  las  descritas.  Es  hoy  colegio  de  Jesuitas. 

Santo  Domingo  de  Valencia. — Era  una  soberbia 
iglesia, toda  de  piedra  y  de  estilo  gótico,  con  dos  gran- 
des capillas  en  su  pié,  una  del  Rosario  y  otra  de  San 
Vicente  Ferrer,  en  comunicación  ésta  con  la  llamada 
de  Reyes,  que  es  hoy  Panteón  Provincial.  En  la  igle- 
sia se  puso  un  parque  de  artillería.  El  amor  de  los 
valencianos  á  las  artes  y  á  San  Vicente  Ferrer  salvó 
dos  de  estas  capillas  del  vandalismo  gubernamental 
de  los  últimos  tiempos.  La  de  San  Vicente  es  corin- 
tia, luminosa  como  un  templo  griego,  adornada 
con  columnas,  pilastras  de  mármoles  y  elegantes 
estatuas;  el  altar  del  mismo  orden,  bellisimo  gusto, 
mármoles  exquisitos  y  cuadros  colosales  de  Vicente 
Salvador  y  de  José  Ver  gara.  La  talla  es  de  lo  más  de- 
licado, dorada  con  primor  en  donde  corresponde;  el 
cimborio  perfecto,  con  grandes  ventanas,  lindos 
escudos  y  hermosa  linterna;  el  pavimento  capricho- 
so, de  mármoles  con  un  vistoso  mosaico,  y  el  todo 
de  la  capilla  y  de  la  contigua  de  Reyes  y  la  escalera 
de  doble  caracol  y  el  terrado  de  piedra  y  los  mau- 
soleos, sorprendente,  fantástico,  incomprensible, 
para  cuantos  con  atención  lo  examinan. 

En  el  convento  merece  estudiarse  el  claustro  de 
estructura  gótica  ,  rodeado  de  anchas  capillas  y  de 
urnas  sepulcrales,    y  la  gran  pieza  del  Capitulo  ,  de 


Arquiletlura  de  los  Dominicos  cu  E^aíia.  95 

gigantesca  arquitectura ,  con  columnas  sumamente 
elevadas,  que  sostienen  la  bóveda  de  cantería.  En  la 
parte  nueva  del  edificio,  que  presenta  un  frontis 
de  180  pies  de  tres  cuerpos,  se  halla  la  Capitanía  ge- 
neral. En  el  monasterio  de  Santa  Catalina  hay  pintu- 
ras de  los  discípulos  áe Juanes  y  RihaJta. 

Santo  Domingo  de  Zarago:{a. — Data  de  12 19.  La 
iglesia  es  suntuosa,  de  tres  naves  ,  y  un  soberbio  re- 
tablo ejecutado  en  nicármoles,  y  adornado  con  exce- 
lentes obras  de  esculturas  de  la  misma  materia  :  es 
dórico ,  con  cuatro  columnas  en  el  primer  cuerpo  y 
dos  en  el  segundo.  El  claustro  tiene  techo  de  cruce- 
ría y  arcos  subdivididos  en  tres  menores  por  del- 
gadas columnitas  de  género  plateresco.  Hay  en  él 
un  panteón  del  Cardenal  Javierre,  con  pirámides, 
calados  y  colgadizos  góticos.  El  Capítulo  tiene  bóveda 
de  esbelta  ojiva.  El  Cardenal  García  Gil,  virtuoso  y 
sabio  hijo  de  Santo  Domingo,  restauró  en  parte  este 
hermoso  edificio  ,  cuna  de  tantos  héroes,  teatro  de 
Cortes  aragonesas,  presidio  en  los  últimos  años,  y  hoy 
en  lamentable  abandono.  La  iglesia  de  San  Ildefonso 
tiene  una  cúpula  de  extraordinaria  dimensión,  quizás 
la  mayor  de  las  iglesias  de  España.  Su  biblioteca  de 
20,000  volúmenes  ,  entre  impresos  y  manuscritos, 
desapareció  en  la  época  aciaga  de  la  invasión  francesa. 

Por  estas  ligeras  indicaciones  sobre  algunos  de 
los  monumentos  de  España,  se  infiere  cuánto  haya 
fomentado  las  artes  la  Orden  de  Predicadores. 


líl. 


APOSTOLADO  DE  LOS  PRLMEROS  DOMINICOS  EN  ESPAÑA. 


ministerio  principal  de  la  Iglesia  es  enseñar, 
porque  la  fe.  principio  de  todas  las  virtudes 
cristianas,  entra  por  el  oído.  Para  el  objeto,  la 
Iglesia  ha  menester  de  apóstoles,  de  pastores  y  de 
doctores  :  el  apóstol  lleva  la  verdad  á  los  que  no  la 
conocen  :  el  pastor  apacienta  el  rebaño  formado  .  y 
el  doctor  se  consagra  al  desarrollo  de  las  ciencias  y 
á  la  formación  del  sacerdote  y  del  letrado.  Hasta  la 
época  de  Santo  Domingo,  esas  tres  funciones  eran 
por  lo  común  inseparables  ;  al  Patriarca  de  Guzmán 
se  debe  la  gloria  de  haber  establecido  el  primero  en 
el  seno  de  la  Iglesia  una  Orden  apostólica  destinada 
á  su  defensa  y  propagación  ,  por  medio  de  la  predi- 
cación y  de  la  eiiseñafi{a,  por  el  apostolado  y  la  cien- 
cia. Cuando  el  gran  taumaturgo  del  siglo  xiii  dis- 
persó á  sus  primeros  discípulos  por  el  mundo,  dióles 
esta  consigna  admirable  :  fundar  conventos,  estiuiiar 
y  predicar.  El  papa  Inocencio  III  les  da  el  nombre  de 

7 


tjS  La  Orden  de  Predicadores. 

Predicadores,  y  los  llama  campeones  de  la  íe  y  luz 
del  mundo  el  papa  Honorio  lli,  al  confirmar  el  na- 
ciente Instituto.  Treinta  años  más  tarde  escribía  el 
papa  Inocencio  IV  á  los  nuevos  Predicadores  que  re- 
sidían en  las  tierras  de  los  sarracenos, de  los  griegos, 
de  los  búlgaros,  de  los  cu  manos  .  de  los  etiopes  ,  de 
los  sirios,  de  los  godos,  de  los  jacobitas,  de  los  ar- 
menios, de  los  indios,  de  los  tártaros,  de  los  húnga- 
ros y  de  otras  naciones  infieles  del  Oriente  ;  en  el 
Capitulo  general  de  Valencia  (m^7)  se  hizo  un  regis- 
tro de  11,370  mártires ,  que  la  Orden  habia  tenido 
en  el  primer  siglo  de  su  existencia  (1234  ^  MiS); 
en  el  siglo  xv!  este  número  se  elevó  á  25, 000. — 
Asi  respondió  la  Orden  de  Predicadores  al  pensa- 
miento de  su  santo  fundador  y  á  su  misión  celestial. 
Santo  Domingo  de  Guzmán  fué  tipo  de  predica- 
dores evangélicos  :  era  un  hombre  apasionado  por  la 
causa  de  Dios  .  que  supo  apasionar  á  sus  hijos  por  la 
misma  causa,  y  crear  en  poco  tiempo  un  ejército  de 
varones  elocuentes.  El  P.  Suero  GóiiiCy,  primer  pro- 
vincial de  España,  vióse  á  !a  vez  amado  de  la  Corte  de 
Portugal,  que  le  hizo  arbitro  de  sus  diferencias  de  fa- 
milia, recomendado  calurosamente  por  San  Fernando 
de  Castilla  á  todo  el  reino  (decreto  fechado  en  Madrid 
á  28  de  Enero  de  1222),  solicitado  á  porfía  por  los 
obispos  para  que  predicase  y  fundase  en  sus  diócesis, 
y  apellidado  santísimo  por  San  Raimundo  de  Peñafort 
y  D.  Lucas  de  Tuy,  que  le  dedican  la  Simia  de  Casos 
de  Conciencia  y  la  y  ida  de  San  Isidoro,  compuestas  á 
instancias  de!  mismo.    El  Beato  Manes  de  Gii^nián, 


Apostolado  de  Jos  primeros  Dominicos  en  España.     99 

hermano  del  santo  fundador  ,  predicador  predi- 
lecto de  la  villa  de  iMadrid,  apaiece  en  todo  imi- 
tador de  su  santo  hermano,  v  muere  en  Gumiel  de 
izan,  adonde  le  lleva  su  celo  para  propagar  el  culto 
del  patriarca  ya  difunto.  Miguel  lie  fabra,  primer  lec- 
tor de  la  Orden,  confesor  del  rey  D.  Jaime  el  Con- 
t]UÍstador,  predicador  elocuentisimo,  acompaña  á  su 
penitente  en  las  campañas,  y  siembra  conventos  en 
cuantas  plazas  arranca  la  espada  del  rey  cristiano  á 
la  cimitarra  musulmana. 

San  Rainiiíiido  de  Peñafort.  distinguido  catedráti- 
co de  Bolonia  y  dignidad  en  la  catedral  de  Barcelona, 
entra  en  la  Orden,  arrastrando  á  muchos  con  su  noble 
ejemplo,  vse  convierte  en  apóstol  de  los  cristianos,  de 
los  judios,  de  los  moros,  de  los  herejes,  y  en  segundo 
fundador  de  la  Orden  de  la  Merced  para  la  redención 
de  cautivos.  Si  acepta  el  mandato  de  asociarse  al  car- 
denal legado  Juan  de  Abbeville,  es  para  hacer  de  la 
legación  un  continuo  apostolado  á  través  de  todas  las 
provincias  de  España.  Nómbrale  el  papa  Gregorio  IX 
su  confesor  y  su  penitenciario  mayor:  confíale  D.  Jai- 
me i  la  dirección  de  su  conciencia,  llámale  á  las  Cortes 
de  Monzón  y  de  Tarragona,  presen tanle  para  la  igle- 
sia primada  de  esta  última  metrópoli,  y  el  celoso  Do- 
minico de  todo  abdica  para  llevar  libremente  á  todas 
partes  el  nombre  de  Jesucristo.  Elevado  á  la  suprema 
magistratura  de  su  Orden,  es  su  primer  cuidado  soli- 
citar de!  Romano  Pontífice  que  no  le  distraigaá  los  re- 
ligiosos de  la  predicación  confiándoles  obispados  ni 
comisiones  eclesiásticas;  establece  en  los  conventosde 


lOO  Id  Orden  de  Predicadores. 

España  el  estudio  del  árabe  y  del  hebreo,  de  necesidad 
suprema  en  aquellos  tiempos;  envía  misioneros,  no 
sólo  á  los  pueblos  conquistados  en  España,  sino  á  las 
costas  de  África,  y  consigue  con  los  ardores  de  su  ca- 
ridad la  sincera  conversión  del  rey  D.  Jaime,  que  le 
nombra  su  testamentario.  En  su  última  enfermedad, 
ve  á  la  cabecera  de  su  lecho  á  los  reyes  de  Castilla  v 
de  Aragón,  que  le  tributaron  además  los  honores  de 
asistir  á  sus  funerales. 

Humilla  Dios  al  arrogante  mancebo  Pedro  Gonzá- 
lez, natural  de  Astorga,  y  bajo  el  hábito  de  Santo 
Domingo  le  convierte  en  San  Teliuo  y  en  elocuente 
predicador  y  taumaturgo,  que  arrastra  á  los  pueblos 
en  pos  de  sí.  que  conmueve  á  los  ejércitos  de  San 
Fernando  y  los  lleva  con  el  ardor  de  su  fe  á  la  conquis- 
ta de  Córdoba.  Director  de  la  conciencia  del  Santo 
Rey,  y  compañero  suyo  queridísimo,  abandona  la 
corte  para  encerrarse  como  predicador  y  arquitecto 
entre  las  breñas  de  Asturias  y  Galicia,  y  morir  alli 
( 1 24Ó)  en  compañía  del  P.  Miguel  Go/iJ(á/ei,  gozando 
uno  y  otro  de  culto  público.  Modelo  de  párrocos,  de 
peregrinos,  de  anacoretas  y  de  misioneros  fué  San 
Gou^^alo  de  Ai¡¡araiitt\  que  recibió  el  hábito  de  manos 
de  San  Telmo,  y  convirtió  el  desierto  que  le  da  nom- 
bre en  un  paraíso  de  virtudes  cristianas. 

Entre  los  que  se  dedicaron  en  el  primer  siglo  al  es- 
tudio de  las  lenguas,  según  el  mandato  de  San  Rai- 
mundo, para  ocuparse  en  la  conversión  de  judíos  y 
mahometanos,  resplandecen  por  su  ciencia,  sus  vir- 
tudes y  su  elocuencia  infatigables:  Ama  Ido  Je  Sega- 


Apüstolado  de  los  primeros  Dominicos  en    Hspaña.    io£ 

rra,  doce  años  provincial,  predicador  infatigable,  fun- 
dador de  varios  conventos  y  de  pecho  apostólico  para 
decir  á  su  penitente  el  esforzado  D.  Jaime  iionlicettibi, 
refiriéndose  á  la  famosa  Berengaria;  Pedro  de  Cendra, 
imitador  de  San  Raimundo  en  la  renuncia  del  mundo 
y  apóstol  de  Cataluña,  y  su  hermano  Freiiicisco  de 
Cendra,  que  después  de  recorrer  á  España  y  parte  de 
África,  pasa  á  Francia,  y  recibe  del  rey  San  Luis  una 
espina  de  la  corona  del  Señor  como  premio  de  sus 
predicaciones  incomparables:  Pablo  Cristiano,  sabio, 
santo  V  hebreista  consumado,  triunfador  de  los  rabi- 
nos en  certámenes  públicos,  amadísimo  de  D.  Jaime  I 
y  misionero  de  Cataluña,  Aragón  y  Valencia:  Pedro 
Candeía,  hmmuturgo,  hebreista.  arabista  v  glorioso 
mártirde  Cristo;  y.  finalmente,  Raimitndo Martín,  pre- 
dicador en  Túnez,  y  de  quien  se  dice  que  hablaba  el 
griego  y  el  hebreo  con  más  facilidad  que  el  latin. 

Al  Beato  Gi/  de  Saníarén, cuyajuventudfué  borras- 
cosa en  extremo,  le  presenta  la  leyenda  instruido  en  las 
ciencias  médicas  por  medio  de  artes  nigrománticas, 
que  le  dieron  fama,  honores  y  placeres  en  la  capital  de 
Francia.  Hecho  hijo  de  Santo  Domingo,  rayó  á  gran 
altura  por  su  santidad;  fué  dos  veces  provincial  de 
España,  y  no  contento  con  consagrarse  en  cuerpo  y 
alma  á  la  predicación  de  la  divina  palabra,  envió  mi- 
sioneros á  Mallorca,  á  Túnez  y  á  otros  puntos  de 
África.  Era  tal  el  olor  de  su  santidad,  que  le  venera- 
ban en  vida  las  Santas  Reinas  doña  Sancha  y  doña 
Teresa,  y  bastó  su  prestigio  para  afianzar  el  trono 
vacilante  de  D.  Sancho  II  de  Portugal.  El  Beato  Dal- 


102  Ld   Orden  de  Predicadores. 

maño  Moiicr.  inaccesible  á  las  dignidades  ¿  infatiga- 
ble en  sus  misiones  por  España  y  Francia,  mereció 
ser  colocado  en  los  altares.  Domingo  de  Segovia,  con- 
fesor de  San  Fernando,  es  el  predicador  predilecto  de 
su  corte,  y  triunfa  por  el  fuego  de  los  ardores  im- 
puros; el  prior  de  Lérida  Poiice  ác  Plauedis  vierte  su 
sangre  por  la  fe:  influye  Rodrigo  de  León  en  la  con- 
quista de  Niebla:  y  Pedro  Ferihhide{.  varón  de  santi- 
dad heroica,  reposa  de  sus  predicaciones  .  para  con- 
quistarse el  honor  de  ser  el  primer  hagiógrafo  de  Santo 
Domingo  de  Guzmán.  Tales  son  las  espigas,  toma- 
das al  acaso  en  la  mies  inmensa  pieparada  por  la 
predicación  de  la  Orden  de  Predicadores  en  la  pri- 
mera centuria  de  sus  trabajos  en  Hspaña. 

Hacemos  aquí  alto  para  tender  una  mirada  á  los 
enjambres  de  Misioneros  que  con  rumbo  á  Occidente 
y  á  Oriente  han  salido  de  los  conventos  de  la  Pe- 
ninsula.  sometiéndose  al  furor  de  las  olas,  á  las  in- 
clemencias de  climas  desconocidos,  á  las  privaciones 
más  penosas  para  el  humano  corazón,  y  al  rigor  de 
las  persecuciones.  Y  lo  hacemos  con  pena,  porque 
algo  quisiéramos  decir  de  San  Vicente  Ferrer.  ángel 
anunciado  en  el  Apocalipsis  y  misionero  incompa- 
rable, del  P.  Granada,  de  Juan  Micón,  de  Ildefonso 
Henríquez,  de  Hernando  del  Castillo,  de  José  Tejeira. 
de  Pedro  de  Alcalá,  de  Juan  de  Lanuza.  de  Diego 
Vitoria,  de  Vicente  de  Lisboa,  y  de  otros,  otros  y 
otros,  que  enaltecieron  en  la  Península  la  cátedra  y 
la  oratoria  sagradas.  De  alguno  de  ellos  se  hará 
mención  de  pasada  en  los  artículos  siguientes. 


IV. 


APOSTOLADO    DE    LOS    DOMINICOS  ESPAÑOLES   EN    AMERICA. 


L  descubrimiento  del  Nuevo  Mundo  abierto 
por  la  divina  misericordia  al  celo  de  nuestros 
revés  y  á  la  activa  caridad  de  nuestros  misio- 
neros, tuvo  lugar  en  la  noche  del  i  i  al  12  de  Octubre 
de  1492.  cantándose  al  ravar  el  dia  un  Te-  Demu,  re- 
zando Colón  de  rodillas  devotísima  plegaria,  y  to- 
mando posesión  de  la  tierra  en  nombre  del  rey  de 
España.  En  este  suceso,  que  ilustró  sobremanera  el 
reinado  de  Fernando  é  Isabel,  y  coronó  dignamente 
sus  esfuerzos  para  libertar  la  patria  del  yugo  sarrace- 
no (14Q1).  cupo  una  gran  parte  á  la  Orden  de  Pre- 
dicadores, porque  Colón  recibió  en  el  Convento  de 
San  Esteban  de  Salamanca  aposento,  comida,  dinero 
para  sus  viajes,  v  apovo  decidido  á  favor  de  su  pen- 
samiento. Distinguióse  en  esta  empresa  el  P.  Diego 
Deza,  preceptor  del  príncipe  D.  Juan  y  luego  arzo- 
bispo de  Sevilla,  que  puso  á  disposición  del  Almiran- 
te su  gran  valimiento  en  la  Corte. Con  justicia  escribía 


104  ^-'^  Orden  de  Predicadores. 

Colón  á  los  Reyes:  «Que  desde  que  vino  á  Castilla  le 
había  favorecido  aquel  Prelado  y  deseado  su  honra, 
y  que  el  fué  causa  que  SS.  AA.  tuvieran  ¡as  ludias^y 
La  expedición  habia  zarpado  del  Cabo  de  Palos  la  vis- 
pera  de  Santo  Domingo,  y  este  nombre  dio  el  Almi- 
rante á  una  de  las  primeras  islas  descubiertas. 

En  1495  los  Dominicos  ejercían  activo  apostolado 
en  la  isla  de  Santo  Domingo,  donde  Colón  les  levantó 
más  tarde  el  convento  de  la  misma  advocación:  se 
habían  familiarizado  con  el  idioma  local  y  plantado  el 
estandarte  de  la  cruz  sobre  los  ídolos  arrojados  por 
tierra.  En  i  ^lo  llegan  en  calidad  de  comisarios  apos- 
tólicos los  PP.  Pedro  de  Córdoba  y  Tomás  Ber langa: 
el  P.  Las  Casas,  primer  sacerdote  ordenado  en  el 
Nuevo  Mundo,  canta  su  misa  nueva,  y  andan  en 
todas  las  manos  los  primeros  catecismos  en  lengua 
vulgar  escritos  por  nuestros  religiosos.  Poco  des- 
pués el  P.  Montesinos,  henchido,  como  sus  hermanos, 
de  vigor  y  de  celo  apostólico,  truena  desde  lo  alto 
del  pulpito  contra  la  tiranía  que  ya  se  ejercía  en  los 
indios,  y  precursor  del  P.  Las  Casas,  pasa  el  Océano 
á  fin  de  sostener  ante  el  Rey  la  causa  de  la  libertad. 
Dióle  el  soberano  la  razón,  y  protegió  sus  gestio- 
nes D.  Fernando  Colón  en  Santo  Domingo;  pero  los 
religiosos,  ganosos  de  un  apostolado  independiente, 
y  prefiriendo  la  compañía  de  los  salvajes  á  la  de 
aventureros  llenos  de  codicia,  destacaron  á  los 
PP.  Montesinos,  Córdoba  y  Carees,  que  fueron  los 
primeros  evangelizadores  de  Venezuela,  recibiendo 
todos  ellos  la  corona   del  martirio  (i  S2o).  En    i=,if>, 


Apostolado  de  los  Dominicos  emanóles  en  América.     105 

la  reoencia  del  reino  nombró  al  P.  Lis  Qisüs  Protec- 
tor tnüvcrsat  Je  tos  ¡luiios,  en  testimonio  del  agrado 
con  que  la  corte  habia  escuchado  la  defensa  que  de 
ellos  hizo  el  intrépido  misionero.  Las  tareas  del 
P.  Las  Casas,  su  valor  apostólico  para  sostener  en  la 
corte  V  en  todas  partes  la  libertad  de  los  indios,  su 
viaje,  sus  réplicas  al  obispo  de  Darién,  que  concep- 
tuaba á  los  indígenas  nacidos  para  la  servidumbre,  no 
han  menester  de  comentario,  por  ser  hoy  de  domi- 
nio público. 

A  principios  del  siglo  xvi .  doce  religiosos  de  la 
Orden,  capitaneados  por  el  P.  Domingo  de  Befanios, 
varón  de  austeridad  ejemplar,  de  pobreza  suma 
(aunque  de  ilustre  v  rica  familia)  v  de  profunda 
ciencia,  adquirida  en  la  universidad  y  convento  de 
Salamanca,  penetran  en  Méjico  y  levantan,  en  vida 
del  citado  apóstol,  cien  iglesias  y  otros  tantos  con- 
ventos en  el  imperio  mejicano,  creando  una  provincia 
que  ha  sido  semillero  de  varones  apostólicos  y  plantel 
de  santos.  Los  hijos  de  las  principales  familias  esta- 
blecidas en  Nueva  España  abandonaban  á  porfía  el 
porvenir  y  las  riquezas,  y  tomaban  el  hábito  de  Santo 
Domingo,  poniéndose  bajo  la  dirección  de  aquel  va- 
rón extraordinario,  que  les  procuraba  los  verdaderos 
tesoros  del  cielo,  en  vez  de  los  fíilsos  que  dejaban  en 
la  tierra :  y  al  mismo  tiempo,  nuevas  colonias  de 
operarios  evangélicos  abandonaban  el  reposo  relativo 
de  los  conventos  de  España,  para  saciar  su  sed  de 
padecimientos,  y  compartir  con  sus  hermanos  las 
fatigas  v  las  coronas   de   aquella  riquísima   mies.    El 


Iü6  Aí7   Orden  de  Predicadores. 

inquebrantable  aragonés  P.  juüán  Garcés  toma,  á  la 
edad  de  setenta  años  (1S27).  posesión  de  la  nueva 
silla  de  Tláscala.  y  en  veinte  años  de  fatigas  y  de 
pastoral  solicitud,  que  le  conquistan  el  corazón  de  los 
indígenas,  continúa  la  tradición  dominicana,  iniciada 
por  los  PP.  Montesinos  y  Las  Casas,  de  proteger  con 
pecho  firme  las  libertades  de  los  indígenas. 

Antes  de  continuar  el  brevísimo  bosquejo  que 
venimos  haciendo  de  los  trabajos  evangélicos  de  los 
Dominicos  en  la  América  del  Norte,  creemos  opor- 
tuno indicar  el  peso  grande,  decisivo,  que  el  dicta- 
men de  los  PP.  Las  Casas.  Julián  Garcés  y  Betanzos 
tuvo  en  la  célebre  controversia  suscitada  en  tiempo 
del  virey  de  Méjico  D.  Antonio  de  Mendoza,  sobre 
la  aptitud  de  los  indígenas  para  recibir  los  sacramen- 
tos. El  P.  Minava  fué  el  encargado  de  llevar  á  Roma 
la  defensa  que  de  los  indios  hacían  sus  hermanos,  v 
de  ampliar  de  viva  voz  la  racioiíaluliiii  de  los  ameri- 
canos. Un  decreto  de  Paulo  111  (2  de  junio  de  IS17) 
puso  íín  al  debate. 

Debióse  á  los  poderes  de  que  estaba  revestido  el 
P.  Las  Casas,  y  á  sus  cordiales  relaciones  con  Men- 
doza, el  sistema  tan  magnífico  como  fecundo  en  re- 
sultados, que  se  inauguró  después  de  i  S40,  de  reducir 
á  los  indios  por  la  persuasión  evangélica,  sin  inter- 
vención alguna  déla  espada.  Mientras  tanto,  Las  Casas 
penetraba  en  el  Yucatán  con  tres  Dominicos  en  i  539, 
pasa  á  España  por  e!  motjvo  susodicho,  y  vuelto  á 
América,  continuó  sus  tareas  con  el  ardimiento  que 
le  era  propio. 


Apostolado  de  los  Dominicos  español  es  en  America.  107 
El  P.  Domingo  de  Betanzos.  auxiliado  de  oíros 
Dominicos,  había  evangelizado  el  territorio  de  Gua- 
temala y  fundado  en  la  ciudad  de  este  nombre  un 
convento  é  iglesia  de  su  Orden,  que  los  religiosos  ce- 
dieron generosamente  al  primer  obispo  D.  Francisco 
Marroquin.  Este  santo  prelado  cifraba  sus  glorias  en 
ser  fiel  imitador  del  P.  Betanzos,  á  quien  llamaba  en 
sus  cartas  persona  de  eminente  santidad  v  de  ciencia 
profunda. 

Hallábase  en  el  norte  de  Guatemala ,  un  pueblo 
que  habia  sido  siempre  victorioso  de  los  españoles, 
quienes  le  denominaban  Tierra  de  Guerra.  Si  estáis 
convencidos,  decian  los  caudillos  españoles  á  los  Do- 
minicos, de  la  eficacia  del  Ujiíco  medio  de  Coircersíón 
del  P.  Las  Casas,  ensayad  ese  sistema  en  esa  tierra 
maldita  :  convertid  á  esos  caribes  sin  el  auxilio  de 
nuestras  armas.  Los  religiosos  de  la  Orden  de  Predi- 
cadores  aceptaron  el  reto.  El  P.  Pedro  Angula  en 
primer  término,  y  á  su  lado  los  PP.  Luis  Cáncer  y  José 
Ladrada,  convirtieron  al  poco  tiempo  en  la  l^era 
Pai  á  la  Tierra  de  Guerra.  Lloraba  de  gozo  el  obispo 
Marroquin  ante  transformación  tan  prodigiosa,  y  el 
emperador  Carlos  V  v  su  hijo  el  príncipe  D.  Felipe, 
escribieron  al  P.  Ángulo  bendiciendo  tan  fructífero 
celo,  elevando  a  leyes  muchas  de  las  ordenaciones 
de  los  san.tos  misioneros,  v  nombrando  al  citado 
Padre  primer  obispo  de  la  yera  Pa:^.  que  él  habia 
conquistado  para  la  religión  y  la  patria.  El  P.  Ángulo 
pretirió  las  tareas  apostólicas  al  cayado  de  pastor.  Sa- 
bido   es,   además,    que   Carlos   V   publicó  en    Ma- 


io8  La   Orden  de  Predicadores. 

drid  (1543)  como  órdenes  reales  administrativas  de 
América  muchos  de  los  Remedios  para  los  males  que 
se  han  hecho  en  Jas  Indias,  que  le  presentó  el  P.  Las 
Casas. 

Menos  afortunado  este  i^adre  que  el  P.  Ángulo, 
hubo  de  doblar  su  cerviz  al  yugo  del  obispado  de 
Chiapa,  que  le  impuso  Paulo  III  al  crear  la  silla.  A  la 
edad  de  setenta  años  se  embarcó  por  sétima  vez 
para  las  Indias  el  nuevo  Pontífice,  llevando  consigo  á 
cuarenta  y  ocho  Dominicos,  ávido  de  acometer  la 
obra  más  grande  y  más  sublime  que  puede  ocupar  al 
hombre  en  la  tierra.  En  1344  fué  calurosamente  re- 
cibida esta  colonia  apostólica  por  los  Dominicos  y 
Franciscanos  residentes  en  Santo  Domingo,  y  privada 
deagua  y  fuego  por  las  autoridades,  que  veían  en  ella 
un  obstáculo  insuperable  para  la  satisfacción  de  sus 
concupiscencias.  ¡A  cuántos  de  ellos  alimentó  la  ca- 
ridad ardiente  de  una  negra  cristiana !  El  superior  de 
la  falange,  Tomás  de  Casi //as.  fundó  un  convento  en 
Campeche  (Yucatán),  y  pasaron  otros  á  Chiapa, 
Cinacatlán,  Tierra  de  Guerra,  ó  /Verdadera  Pa^,  So- 
conusco, país  de  los  Zacatecas,  de  Zacatula  y  de  Cu- 
nen, '¿n  todas  partes  se  levantaron  iglesias  y  se  fun- 
daron conventos,  y  á  esos  esforzados  campeones  se 
unían  ó  les  sucedían  otros  procedentes  de  los  con- 
ventos de  la  Península,  y  millones  de  indios  entraban 
por  sus  esfuerzos  á  formar  provincias  de  la  gran  na- 
ción española,  y  diócesis  florecientes  de  la  verdadera 
Iglesia  de  Cristo.  El  P.  Las  Casas,  después  de  atrave- 
sar catorce  veces  el  Océano,  murió  en  Madrid,  como 


Apostolado  de  los  Dominicos  chañóles  en  America.     109 

mueren  los  santos,  y  con  el  consuelo  de  haber  cam- 
biado por  completo  la  faz  de  la  América  en  sesenta 
años  de  apostolado:  los  españoles  y  los  indígenas  eran 
ya  iguales  ante  la  ley. 

Hasta  la  fecha  nada  se  ha  dicho  de  la  América 
Meridional,  descubierta  en  gran  parte  por  Pizarro,  Al- 
magro y  el  presbítero  Luque.  Con  Pizarro  SíUieron  de 
Sanlúcar  de  Barrameda  en  1530  los  primeros  religio- 
sos de  la  Orden  de  Predicadores  que  habían  de  culti- 
var aquella  viña.  Iban  en  esa  expedición  el  P.  Tomás 
Berlciiiga,  pñmev  obispo  de  Panamá,  y  el  P.  Vicente 
Vnlverde,  que  le  sucedió  en  la  misma  silla,  y  después 
fué  trasladado  á  Cuzco,  y  de  quien  han  contado  ca- 
lumniosas falsedades  Juan  de  Luca  y  Robertson;  pues 
sabido  es  cuánto  trabajó  este  Padre,  en  unión  del  cita- 
do Las  Casas,  para  que  se  extendieran  al  Perú  las  le- 
yes protectoras  de  los  indios,  dictadas  primeramente 
para  la  América  del  Norte.  Sus  continuas  amonesta- 
ciones inspiraron  sentimientos  de  humanidad  á  mu- 
chos españoles,  hicieron  bajar  de  los  montes  á  los  pe- 
ruanos fugados,  y  le  merecieron,  comoá  su  hermano 
de  hábito,  el  título  de  Protector  de  ¡os  indios,  otorga- 
do por  imperial  rescripto. 

Al  mismo  tiempo  que  los  mencionados  religiosos 
de  la  Orden  de  Predicadores,  con  otros  de  diferentes 
institutos  mendicantes,  propagaban  la  fe  en  Perú,  era 
nombrado  el  P.  Ortii  primer  obispo  de  Santa  Marta, 
y  fundaba  el  P.  Ménde:;^,  sucesor  del  anterior  en  la 
silla,  un  convento  en  la  propia  ciudad,  del  cual  salie- 
ron apóstoles  celosos,  que    evangelizaron  en  Vene- 


¡lo  La  Orden  de  Predicadores. 

zLiela,  Santa  Martiu  Cartagena  y  Bogotá.  Nada  más 
rápido  que  los  progresos  de  la  fe  en  esta  colonia,  de- 
bidos al  incansable  afán  de  los  hijos  de  Santo  Domin- 
go. En  la  imposibilidad  de  apuntar  todos  los  nombres, 
plácenos  consignar  los  siguientes:  el  del  ?.Loaisa,  ar- 
diente misionero,  obispo  más  tarde  de  Cartagena  v 
primer  arzobispo  de  Lima:  el  P.  Beteta,  sucesor  del 
anterior  en  Cartagena,  y  el  P.  Saladar,  primer  obis- 
po de  Filipinas.  Permanecieron  muchos  de  ellos  más 
de  sesenta  años  (desde  i  ^iq  á  i  =)9o).  sin  que  deca- 
yese un  momento  su  celo,  formando  la  provincia  de 
San  Antonino,  que  tan  fecunda  llegó  á  ser  en  buenos 
ministros  del  Evangelio,  y  estableciendo  por  doquier 
colegios,  conventos  y  universidades,  baluartes  de  la 
civilización   verdadera  entre  las  tribus  bárbaras. 

El  P.  Tomás  de  Toro  implanta  la  fe  en  Cartagena, 
de  donde  es  nombrado  obispo,  y  se  opone  con  pecho 
de  apóstol  á  la  sórdida  codicia  de  los  aventureros, 
muriendo  como  bueno  en  la  brecha.  Sucédele  el  Pa- 
dre Loaisa ,  que  levanta  la  catedral,  reparte  misione- 
ros por  todos  los  territorios,  ve  felizmente  acabada  la 
organización  jerárquica  de  su  gran  diócesis,  reúne  si- 
nodo,  y  contempla  á  los  V\^.  Jim n  de  Avila.  Chaves 
y  Cea  al  frente  del  convento  de  Dominicos  de  San 
lose,  plantel  glorioso  de  un  sin  tin  de  apóstoles,  que 
llevaron  !a  antorcha  de  la  fe  de  imo  á  otro  ángulo  del 
nuevo  reino  de  Granada,  y  hasta  mucho  más  allá  de 
sus  extensos  limites.  Al  conocimiento  que  tenia  el 
P.  Loaisa  de  los  usos,  costumbres,  carácter  é  idioma 
de  los  americanos;  á  su  ciencia,  á  su  celo  y  á  sus  do- 


Apostolado  lÍc'  ¡os  Dominicos  cs]:'Ljño¡í-s  cu  Anii-rica.      i  1 1 

tes  administrativas,  se  deben,  no  sólo  la  tundación  de 
la  iglesia  de  Cartagena,  sino  los  opimos  frutos  con- 
cedidos por  el  cielo  á  su  apostolado  en  casi  todos  los 
paises  conquistados  por  los  españoles. 

De  Cartagena  partieron  los  Dominicos  para  Bogo- 
tá, en  la  exploración  dirigida  por  Gonzalo  Jiménez  de 
Qiiesada.  El  P.  Domingo  de  Las  Casas  fué  el  funda- 
dor de  esta  misión,  en  la  cual  el  celo  de  su  caridad 
prendió  como  chispa  de  fuego  que  intlamó  el  corazón 
de  los  naturales.  Continuaron  los  PP.  Lescaues, 
Duran.  Moiiteinaycr.  /iiirrcs.  Peña,  Aciiíia,  etc. 

Hemos  visto  más  arriLxi  al  P.  Loaisa,  primer  me- 
tropolitano de  Lima.  Desde  este  elevado  puesto,  no 
solamente  reparó  en  el  nuevo  mundo  las  pérdidas 
que  Lutero  y  Calvino  causaban  á  la  Iglesia  en  el  anti- 
guo, sino  que  cooperó  eficazmente  al  éxito  feliz  de  la 
campaña  pacificadora  de  Perú,  confiada  por  Carlos  V 
al  presbítero  D.  Pedro  de  Gasea.  A  este  últimoacom- 
pañó  en  su  vuelta  á  España  el  P.  Tomás  tic  San  Mar- 
tin, fundador  de  la  provincia  y  de  muchos  conventos 
de  Perú,  versado  cual  ninguno  en  el  conocimiento  de 
las  supersticiones  indígenas,  ejecutor  del  gran  pensa- 
miento de  Loaisa,  la  erección  de  la  universidad  de 
Lima,  y,  por  fin,  obispo  de  la  Plata,  para  donde  par- 
tió con  veinte  Dominicos,  sucediéndole  en  el  puesto 
el  P.  Domingo  de  Santo  Tomas.  Mientras  tanto  coro- 
naba Loaisa  su  pontificado,  dejando  en  Lima,  al  mo- 
rir, las  siguientes  fundaciones:  la  catedral,  una  de  las 
mayores  de  América;  las  parroquiales  de  Santa  Ana, 
San  Sebastián  y  SaniMarcelo;  el  convento  del  Rosario, 


112  La   Orden  de  Prcdiccidoyca. 

del  cual  salieron  pronto  dos  santos;  el  célebre  hospital 
de  Santa  Ana.  con  16,000  duros  de  renta;  varias  ca- 
sas de  retiro,  y  1;>  Tercera  Orden  de  Santo  Domingo, 
que  produjo  en  Santa  Rosa  de  Lima  la  primera  flor 
del  nuevo  mundo. 

El  ardor  por  las  misiones  americanas  se  enarde- 
ció más  desde  que  el  bárbaro  Aguirre  martirizó  á 
cuantos  dominicos  le  salieron  al  encuentro  en  su  ca- 
mino de  depredación  y  de  ruinas.  El  P.  Miranda  se 
embarca  con  treinta  y  tres  compañeros  para  su  pro- 
vincia de  San  Antonino,  y  el  F.  Arbola,  que  le  su- 
cede en  el  provincialato.  sale  de  España  con  vein- 
ticinco. Ninguna  barcada,  empero,  más  fecunda  para 
el  nuevo  mundo  que  la  que  condujo  á  5(7//  Luis  Bel- 
trán  en  i  S62.  Dotado  del  don  de  lenguas,  de  profecía 
y  de  milagros,  con  dominio  sobre  los  demonios,  in- 
vulnerable ante  el  veneno  y  las  serpientes,  investido 
de  la  gracia  de  curar,  padeciendo  hambre,  sed  y  po- 
breza, recorrió  el  istmo  de  Panamá,  la  isla  de  Tabago. 
la  provincia  de  Cartagena  y  otras  regiones,  con  tal  as- 
cendiente entre  indios  y  españoles,  que  el  religioso 
de  Dios,  como  era  llamado,  redujo  y  bautizó  en  tres 
años  á  más  de  diez  mil  idólatras  en  Tubara.  Pasó 
luego á  la  Guyana,  tierra  de  caribes,  cuyo  nombre 
solo  causaba  horror  y  espanto;  luego  á  los  montes  de 
Santa  Marta,  al  país  de  Mompox,  á  la  isla  de  Santo 
Tomás  y  á  la  provijicia  de  Cartagena,  consiguiendo 
por  doquier  nuevos  y  gloriosos  triunfos  para  la  Igle- 
sia, y  convirtiendo  los  infieles  á  millares.  Los  sacerdo- 
tes de  los   ídolos  le   sentenciaron    repetidas   veces  á 


Apostolado  de  los  Dominicos  españoles  en  América.     1 13 

muerte;  pero  el  cielo  le  protegía  visiblemente,  au- 
mentando con  esto  el  crédito  del  Apóstol  del  nuevo 
II  ¡nudo. 

Como  este  trabajo  no  es  una  historia,  forzoso  será 
concluir,  enumerando,  y  nada  más,  los  campeones 
notabilísimos  de  posteriores  edades.  Helos  aquí: 

Méjico  y  Florida. — Los  Padres  Tomás  de  Cárde- 
nas y  Tomás  de  la  Torre  evangelizaron  el  país  de 
Zacatula  (Guatemala);  el  P.  Jerónimo  de  San  Vicente 
y  su  numerosa  cohorte  (i  554)  convirtieron  á  los  zo- 
gues;  la  misión  conducida  al  siguiente  año  por  el  Pa- 
dre Azona,  y  alentada  por  los  ejemplos  del  P.  Vicente 
Ferrer,  deudo  del  Santo,  fundó  los  dos  hospitales  de 
Guatemala,  aparte  de  sus  fecundas  tareas  evangéli- 
cas; Luis  de  Saavedra,  que  cambia  el  rectorado  de  la 
universidad  de  Alcalá  por  el  hábito  de  dominico,  y 
su  cordial  amigo  Pedro  Delgado,  misionan,  escriben, 
forman  apóstoles  y  doctores,  rigen  la  provincia  y  se 
niegan  á  recibir  pingües  obispados.  Distínguense  por 
su  santidad  heroica  y  fecundo  apostolado  el  P.  Tomás 
de  San  Juan  y  el  P.  Cristóbal  de  Lugo,  y  reciben  la 
corona  del  martirio  Domingo  de  Vich  y  Andrés  Ló- 
pez. Nueva  España  presenta  ya  tan  lisonjero  estado 
en  1355,  que  el  P.  Alfonso  de  Montúfar  reúne  seis- 
cientos miembros  del  clero  en  el  concilio  mejicano, 
mientras  que  elP.  Pedro  de Pravia,  inaccesible  ágran- 
dezas  humanas,  continúa  formando  misioneros,  escri- 
tores y  obispos  desde  su  cátedra  afamada  en  la  univer- 
sidad de  Méjico,  y  amansa  á  los  bárbaros  de  Zacatula 
el  P.  Juan  de  San  Lstéban,  y  brilla  por  sus  milagros, 

8 


114  La  Orden  de  Predicadores. 

SUS  profecías  y  sus  escritos  luminosos  el  pacificador 
de  los  bandos  encarnizados  de  Cocim,  P.  Domingo 
de  la  Anunciación.  Finalmente,  Méjico  ve  con  orgullo 
á  un  hijo  de  aquel  suelo  hermoso,  al  P.  Monroy,  ce- 
losísimo misionero,  subir  al  supremo  Magisterio  de 
toda  la  Orden  de  Predicadores,  fomentar  desde  tan 
elevado  puesto  las  misiones  de  Nueva  España,  impri- 
mir la  historia  de  sus  conquistas  evangélicas  y  morir 
en  olor  de  santidad  en  la  silla  Compostelana. 

Tiiciimáii. — El  P.  Gaspar  Carbajal  acompaña  á  Pi- 
zarro  en  su  atrevida  expedición  hasta  el  río  de  las 
Amazonas,  convierte  á  millares  los  infieles  de  Tu- 
cumán,  donde  es  reconocido  como  el  primer  apóstol, 
y  funda  el  convento  de  la  ciudad  de  San  Miguel,  en 
cuya  silla  se  sienta,  como  primer  prelado,  otro  hijo 
de  Santo  Domingo,  el  P.  Francisco  de  Vitoria. 

Perú. — Francisco  de  San  Miguel,  protector  real 
de  los  indios]  Antonio  de  Figueroa,  incansable  evan- 
gelizador  y  superior  discretisimo,  y  Alfonso  de  la 
Cerda,  apóstol,  provincial  y  obispo  de  Honduras  y  de 
la  Plata.  EIP.  García  de  Toledo,  después  de  dirigir 
algún  tiempo  á  Santa  Teresa  de  Jesús,  vuelve  al 
Perú,  su  patria,  para  dirigir  á  los  pobres  indios,  ol- 
vidándose de  los  laureles  ganados  en  la  Península,  y 
siembra  conventos  é  iglesias  que  señalan  sus  benéfi- 
cas correrías.  El  P.  Sanabria,  compañero  y  émulo  de 
San  Luís  Beltrán,  arrebata  á  los  indígenas  de  Panamá 
con  su  palabra  de  fuego;  resplandece  con  el  don  de 
profecía  y  predica  con  inquebrantable  constancia  por 
espacio  de  treinta  y  tres  años   el  P.  Juan  de  Villalo- 


Apostolado  de  los  Dominicos  españole  i  en  América.      1 1  5 

bos;  y  al  lado  de  los  PP.  Domingo  Montenegro  y 
Bartolomé  de  Vargas  se  distingue  por  la  facilidad  en 
apoderarse  de  los  corazones  el  P,  Juan  Ocampo.  Con- 
tinúa la  obra  del  P.  Sanabria  en  el  Panamá  el  Padre 
Adriano  Ufeldre,  fundador  del  pueblo  de  San  Loren- 
zo con  el  fruto  de  sus  conquistas;  y  lleva  la  palabra 
de  vida  hasta  la  cima  de  los  Andes  de  Acobamba, 
donde  construye  caminos,  puentes  é  iglesias  el  Pa- 
dre Francisco  de  la  Cruz,  escritor  notabilísimo,  antes 
catedrático  de  la  universidad  de  Lima  y  de  varios  con- 
ventos de  la  Orden,  y  después  obispo  de  Santa  Mar- 
ta y  pacificador  del  Potosí.  Digna  corona  y  remate 
de  los  trabajos  de  los  dominicos  en  Perú  fueron  los 
PP.  Antonio  Gómez  ,  Miguel  Panligoso  ,  Nicolás 
González  y  Juan  Dávila,  que  allí  alcanzaron  la  palma 
del  martirio. 

Nueva  Granada. — Hermosos,  extensos  y  poblados 
valles  de  este   reino  fueron  engarzados  á  la  corona 
de  España,  sin  haber  sido  hollados  por  un  solo  solda- 
do ,  merced  á  la  predicación  admirable  del  P,  Andrés 
de  Santo  Tomás,  que  había  reducido  á  los  moxos, 
panchas  y  otros  caribes,  antes  que  allí  penetrase  el 
apóstol  de  América  San  Luís  Beltrán.   En  Pamplona, 
Mariquita  y  regiones  colindantes   trabajaron  los  Pa- 
dres Chaves,  Méndez  y  Osio,  bautizando  y  reducien- 
do en  setenta  años  de  apostolado  á  más  de  200,000 
infieles;  y  losPP.  Tordesillas,  Andrés  de  la  Asunción, 
Coronel  y  Osuna,  que  alcanzaron   la  longevidad  de 
un  siglo,  evangelizaron  setenta  años  cada  uno  en  Ha- 
gua  y  sus  contornos.   E\? .  Cristóbal  Torres,  primer 


1 1 6  La  Orden  de  Predicadores . 

arzobispo  de  Santa  Fe,  profundo  teólogo,  director 
ilustrado,  prudente  superior,  y  llamado  en  la  corte  de 
España  el  Crisóstomo  del  siglo  por  su  grande  elo- 
cuencia, funda  la  universidad  de  Santa  María  del  Ro- 
sario, en  su  capital,  y  dota  en  ella  quince  cátedras. 
El  P.  Garaita  es  considerado  como  taumaturgo,  cris- 
tiana Pí^mr^z  tribus  incontables,  y  erigen  los  Padres 
Valderas  y  Saldaña  la  ciudad  Ecce-Homo  con  las  re- 
ducciones de  su  predicación. 


V. 


APOSTOLADO    DE    LOS    DOMINICOS     ESPAÑOLES     EN     ÁFRICA 

É    INDIA. 


LÚltimo  nombre  que  brotó  de  nuestra  pluma, 
al  reseñar  ligeramente  las  misiones  de  los 
Dominicos  en  la  península  española,  durante 
el  primer  siglo  de  la  Orden  de  Predicadores,  fué  el 
del  P.  Vicente  de  Lisboa.  Á  este  celoso  sacerdote,  á 
D.  Juan  I  de  Portugal,  penitente  suyo,  y  al  infante 
D.  Enrique,  débese  el  primer  impulso  del  apostolado 
y  de  las  conquistas  de  esa  pequeña  nación  que  se  le- 
vantó en  poco  tiempo  á  grande  altura,  cubriéndose 
con  la  gloria  de  sus  intrépidos  navegantes. 

Á  mediados-  del  siglo  xv  habían  ya  los  hijos  de 
Santo  Domingo  plantado  sus  tiendas  en  Ceuta,  Ca- 
narias é  islas  de  la  Madera.  En  1486  comparecieron 
ante  el  Rey  de  Benín  (Guinea),  y  el  año  siguiente, 
después  de  explorar  el  reino  de  los  Welofes,  bautizan 
en  Portugal  á  su  rey  Bemoí,  que  penetra  en  sus  esta- 
dos acompañado  del  P.  Alvare:^  ,  su  confesor,  y  de 
otros  Dominicos,  arrojados  poco  después  de  aquellas 


ii8  La  Orden  de  Predicadores. 

costas,  dominadas  por  el  fetiquismo  más  abyecto. 
Otra  cohorte  de  Dominicos,  presidida  por  el  P.  Juan- 
de  Santa  María,  penetra  en  el  Congo,  inaugura  sus 
trabajos  con  el  bautismo  del  príncipe  Songo,  tío  del 
rey  (3  de  Abril  de  1491);  lo  continúan  con  el  del  rey 
y  familia  real,  se  esparcen  por  todo  el  estado,  y 
en  1Ó03  el  P.  Aiitoiiino  de  San  Esteban  es  designado 
por  Ciemente  VIH  primer  obispo  de  la  nueva  cristian- 
dad. Otros  reinos  de  las  costas  de  Guinea  imitaron  la 
conducta  del  Congo  y  recibieron  el  Evangelio  de  ma- 
nos de  nuestros  misioneros.  La  trata  de  negros,  arran- 
cando de  las  costas  africanas  á  catorce  millones  de 
almas,  arruinó  la  obra  civilizadora  de  los  hijos  del 
gran  Guzmán,  mientras  que  éstos  sucumbían  en  gran 
número  bajo  aquel  cielo  motífero  y  al  hierro  homici- 
da de  las  tribus,  exasperadas  por  la  codicia  y  rapaci- 
dad de  los  comerciantes  europeos- 
Descubre  Díaz  el  Cabo  de  Buena  Esperanza, 
dóblale  Vasco  de  Gama,  afianza  esas  conquistas  el 
incomparable  Alfonso  de  Alburquerque,  y  cinco  do- 
minicos, bajo  la  dirección  del  P.  Domingo  de  Soii^a, 
confesor  del  caudillo,  evangelizan  esas  regiones,  me- 
dio siglo  antes  que  San  Francisco  Javier  zarpara  de 
Lisboa. 

Extendida  la  fe  por  Cochín  (Malabar),  Meliapur 
(Coromandel)  y  por  cuantos  puntos  recorrían  las  ar- 
mas portuguesas,  Alejandro  VI  nombró  al  P.  Eduar- 
do Núñe{  administrador  apostólico  de  aquellas  nu- 
merosas cristiandades,  con  el  título  de  Obispo  de 
Laodicea. 


Apostohdo  de  los  Dominicos  en  África  é  India .      119 

Domingo  de  Souza  ,  siempre  amigo  y  confesor  de 
Alburquerque,  aparece  de  nuevo  en  la  escena  (1505) 
con  doce  religiosos,  que,  continuando  la  evangeliza- 
ción  anterior,  la  extienden  hasta  Ormuz  (golfo  Pér- 
sico), Goa,  Ceilán,  islas  de  la  Sonda,  península  de 
Malaca  y  reino  de  Etiopía  ( i  í  13) ,  recibiendo  el  últi- 
mo aliento  del  g^-ande  Alburquerque  (1^13),  mayor 
venciendo  la  suerte  adversa  que  sometiendo  reinos 
al  cetro  de  su  soberano.  Los  dominicos  continuaron 
su  obra  de  paz,  no  sólo  entre  los  indios,  sino  entre 
los  portugueses  de  Goa,  que  los  nombraron  arbitros 
de  sus  sangrientas  contiendas  en  1S27;  y  abandona- 
dos de  todo  humano  socorro,  después  de  la  muerte 
de  Alburquerque.  vieron  premiadas  sus  fatigas  al 
nombrar  Paulo  111  al  P.  Bernardo  de  la  Cru{  obispo 
y  vicario  de  las  Indias  ,  con  residencia  en  Meliapur. 

La  unificación  de  los  reinos  de  la  península,  pre- 
ludiada por  la  concordia  de  los  misioneros,  llevó 
nuevos  refuerzos  á  los  trabajos  apostólicos  de  los 
primeros  apóstoles  de  la  India.  El  P.  Diego  Bennít- 
de^,  hijo  del  convento  de  Salamanca,  concibe  el  pen- 
samiento de  crear  la  Congregación  de  Santa  Cni^  de 
las  Indias,  plantel  incomparable  de  apóstoles,  cuya 
pasión  más  ardiente  diríase  que  era  la  de  soportar 
las  fatigas,  el  destierro,  la  prisión,  los  suplicios  y  la 
muerte  por  la  gloria  de  Jesús.  Corría  el  año  de  1548 
cuando  el  intrépido  dominico  dejaba  las  risueñas 
orillas  de  la  patria,  para  lanzarse  al  Océano  con  doce 
compañeros,  animados  de  su  propio  espíritu.  Que- 
dando dos  para  asistir  á  los  apestados  portugueses 


120  La  Orden  de  Predicadores. 

de  Mozambique ,  llegaron  los  demás  á  Goa ,  sin  en- 
contrar donde  reposar  su  cabeza.  En  el  convento  de 
estrechísima  observancia  que  en  esta  capital  funda- 
ron, abrió  el  célebre  doctor  P.  Macedo  un  curso  de 
teología,  y  los  numerosos  estudiantes  que  acorrían  á 
beber  la  doctrina  de  Santo  Tomás,  caían  á  los  pies  de 
aquellos  varones  de  Dios  ,  pidiendo  el  hábito ,  como 
caen  las  espigas  maduras  bajo  la  hoz  del  segador ,  y 
cual  se  había  verificado  en  Roma  en  tiempo  de  Santo 
Domingo.  La  Orden  contó  en  poco  tiempo  diez  y 
ocho  conventos  é  iglesias  en  la  península  de  Malaca 
y  sus  cercanías ,  y  sesenta  mil  cristianos  bajo  su  di- 
rección paternal.  El  P.  Bermúdez  construyó  además 
cuatro  iglesias  para  los  arrabales  de  Goa ,  y  entre  los 
conventos  descollaban  los  de  Malaca,  Cochín  y  Chaul. 
Era  tanto  el  fruto  ,  que  el  P.  Setíival  solo  bautizó  á 
siete  mil  personas  en  tres  años,  muriendo  el  P.  Cos- 
ta en  el  ejercicio  de  este  santo  ministerio,  después  de 
haber  bautizado  á  setecientos  en  un  día. 

Tan  abundante  mies  llamó  la  atención  de  Pau- 
lo IV,  y  al  erigir  en  1557  tres  sillas  episcopales, 
nombró  al  P.  Jorge  de  Santa  Lucia  para  Cochin,  y 
para  Malaca  al  P.  Gregorio  T^w/Zí/o,  que  pasó  después 
á  la  metropolitana  y  primacial  de  Goa,  sucediéndole 
en  Malaca  el  P.  Enrique  de  Brito  de  Tavora,  compa- 
ñero del  venerable  Bartolomé  de  los  Mártires  en  el 
concilio  de  Trento  y  varón  de  altas  prendas,  envene- 
nado en  1583  por  haber  intimado  á  un  magnate  el 
non  iicet  tibi.  Otros  dos  dominicos  gobernaron  la 
iglesia  de  Goa:  Vicente  de  Fonseca  en  158"?,  y  Manuel 


Apostolado  di  los  Dominicos  en  África  c  India.        121 

Ti'liei  en  1631.  Antes  de  esta  fecha,  todos  los  isleños 
de  GDa  eran  cristianos. 

Los  dos  Padres  que  quedaron    en    Mozambique, 
con  otros  que  se  les  juntaron  en  i  ^87,  recorrieron  la 
Cafrería,  la  Monomotapa,  el  centro  de  África,    Zan- 
zíbar, Madagascar  y  otros   reinos  y  otras  tribus,    le- 
vantando iglesias,  bautizando  millares  de  infieles,  su- 
friendo el  hambre,    la  sed,  la   desnudez,  y  expuestos 
constantemente  al  peligro  de  ser  devorados  por  las 
fieras  ó  despedazados  por  los  bárbaros  de  aquellas  cos- 
tas inhospitalarias.  Así  sucedió  á  los  invictos  mártires 
siguientes: y?/í7«  <i^ /tz  P/>.f¿7í/,  asesinado  á  las  orillas 
del  Zambeza;  Juan  de  Santo  Tomás,   envenenado  en 
Madagascar;  Nicolás  del   Rosario,  que  padeció  asae- 
tado  en  el  interior  del  África;  y  Simón  de  la  Piedad 
y  Pedro  de  Usurmaris,  destrozados  bárbaramente   en 
Malabar.  Luis  del  Espíritu  Santo,  que  había   conver- 
tido al  emperador  y  emperatriz  de  Monomatopa  y    á 
otros  magnates,  muere  como  San  Sebastián,  atado  á 
un  árbol  y  asaetado,    y  el    P.  Juan   de  la    Trinidad 
precipitado  por  una  escarpada  roca.   Los  consuelos 
eran  á  proporción  de  las  persecuciones  :  al  recibir  el 
bautismo  toda  la  familia  imperial  de  Cafrería,   el  he- 
redero presunto  abdica    de   sus  derechos,  y  viste  el 
blanco  cendal  de  Santo  Domingo  para  convertirse  en 
apóstol  de  sus  compatriotas. 

En  la  imposibilidad  de  seguir  paso  á  paso  la  inte- 
resante epopeya  de  las  misiones  Dominicanas  de  la 
India,  haremos  brevísima  enumeración  de  sus  con- 
quistas y  de  sus  mártires  invictísimos.  La  ciudad   de 


122  La  Orden  de  Predicadores. 

Ormuz,  ambicionada  inútilmente  por  Alburquerque 
para  centro  del  comercio  portugués,  fué  el  corazón 
de  las  excursiones  evangélicas  de  los  Dominicos,  De 
allí  se  irradiaron  hasta  Persia,  Arabia,  Abisinia.  In- 
dostán.  Malabar.  Ceilán,  Malaca  (centro  del  Indo- 
china), Coromandel,  Bengala,  Pegú,  China,  donde 
penetró  en  isss  el  P.  Gaspar  de  la  Cruz,  continua- 
dor del  apóstol  del  Indo-China,  P.  Souza,  islas  de 
Solory  de  Flores,  de  Timor,  de  la  Sonda  y  de  Molu- 
cas.  En  todos  estos  puntos  hizo  rápidos  progresos  la 
predicación  del  Evangelio,  se  levantaron  conventos  é 
iglesias  de  Dominicos,  y  vertieron  éstos  la  sangre  por 
Jesucristo  para  regar  la  viña  que  habían  plantado. 

Después  de  tributar  un  homenaje  á  la  memoria 
del  P.  José  de  Santa  María,  que  alimentaba  y  servia 
á  doscientos  pobres  y  enterraba  los  muertos  como 
otro  Tobías;  del  P.  Héctor  de  Jesús,  fundador  del 
hospicio  de  Malabar,  y  del  P.  Simón  de  las  Llagas, 
profeta  y  taumaturgo,  citemos  los  nombres  de  los 
mártires  más  conocidos. 

López  de  Agüero,  mártir  de  la  castidad  (iSQo); 
Jerónimo  de  la  Pasión,  alanceado  en  Malabar;  Fran- 
cisco Donato,  que  hablaba  todas  las  lenguas,  y  curaba 
á  los  enfermos  con  la  lectura  del  Evangelio  de  San 
Juan,  decapitado  por  los  malabares,  que  asesinaron 
además  al  P.  Gaspar  de  la  Asunción. — En  Solor  se- 
llaron la  fe  con  su  sangre  los  siguientes:  Antonio  de 
Pastrana,  arrastrado  y  atormentado  con  púas  en  las 
uñas  (i  565);  Simonde  Montes,  de  un  lanzazo(i  s8i); 
Francisco  Galasa.  á  flechazos  (i  S98)  ;  Juan  Trabazón 


Apostolado  de  los  Dominicos  en  África  c  India.        123 

yFr.  Melchor,  conversos,  asesinados(i  599);  Santiago 
del  Rosario,  Andrés  de  Portugal,  Diego  de  la  Asun- 
ción, Cristóbal  de  Buisa.  Manuel Ferreira,  F.  González 
y  Agustín  de  la  Magdalena,  todos  martirizados  en  la 
misma  isla.  Manuel  de  Lambuano,  en  Sumatra;  Jeró- 
nimo de  Mascareñas,  en  Pagna;  Alvaro  de  Costa,  en 
Flores;  Luís  Pajar,  en  Timor;  Manuel  de  la  Resurrec- 
ción, en  Molucas,  y  Juan  B.  Delaforteza  y  Simón 
de  la  Madre  de  Dios,  en  Maquera. 

La  primera  compañía  holandesa  de  las  Indias  y  el 
odio  de  estos  sectarios  hacia  el  catolicismo,  inauguró 
en  el  siglo  xvii  nueva  era  de  persecución  contra  los 
misioneros;  en  adelante,  además  de  los  idólatras,  con- 
tarán á  ingleses  y  á  holandeses  entre  los  enemigos 
del  nombre  cristiano  '. 

Continuó,  sin  embargo,  la  misión  luchando  con 
heroísmo  por  espacio  de  más  de  dos  siglos.  El  último 
capítulo  de  la  Congregación  de  las  Indias  se  celebró 
en  1 81 4,  y  algunos  años  más  tarde  aún  se  encontraba 
en  aquellos  países  algún  resto  venerando  de  tan 
grandiosa  Congregación.  De  las  convulsiones  de  Eu- 
ropa procedió  el  golpe  postrero  que  paralizó  la  civili- 
zación de  Oriente. 

El  P.  Jorge  de  Santa  Lucía,  misionero  infatigable 
y  obispo  de  Malaca,  continuó  con  denuedo  la  obra 
de  los  PP.  Domingo  de  Souza  y  Gaspar  de  Santa 
Cruz,  para  morir  en  olor  de  santidad  y  pobre  en  un 
convento.  Siguióle  el  P.  Miguel  Rangel,  que  enarde- 

'     Hoy  los  ingleses  protegen  á  los  misioneros  católicos  en   sus  vastas  po- 
sesiones; los  holandeses  los  toleran. 


174  ^^   Orden  de  Predicadores. 

ció  con  su  celo  á  todos  los  misioneros.  El  P.  Antonio 
Macedo,  cual  otro  San  Jacinto,  sale  del  sitio  de  La- 
rantuca  (isla  de  Flores)  con  la  imagen  de  María,  para 
ser  preso  y  desterrado  por  los  holandeses;  y  el  P.  Lu- 
cas de  la  Cruz,  que  recorre  el  archipiélago  bautizan- 
do reyes,  príncipes  y  pueblos  enteros,  forma  una  coa- 
lición de  estados  cristianos,  que  sostienen  por  mucho 
tiempo  los  intereses  católicos  contra  la  rapacidad  y  la 
persecución  de  los  sectarios  holandeses.  El  P.  Rafael 
de  la  Vega  bautiza  al  rey  de  Timor  y  funda  en  esta 
isla  floreciente  cristiandad. 

A  todo  esto  la  misión  de  los  dominicos  habíase 
dilatado  prodigiosamente.  A  las  islas  y  reinos  enume- 
rados más  arriba,  hay  que  añadir  los  siguientes, 
evangelizados  á  fines  del  siglo  xvi  y  en  el  siglo  xvii: 
Brima,  Java,  Madura,  Macasar  y  demás  puntos  de  las 
Islas  Célebes,  reino  de  Mena,  Lisán,  Larantuca,  en  la 
isla  deplores,  Amanuban,  reinode  Amavi,  Siam,  re- 
gado con  la  sangre  de  tantos  hijos  de  Santo  Domingo, 
Camboja,  Cochinchina  y  Tonquín.  Las  cohortes  de 
dominicos  peninsulares,  que  habían  seguido  la  vía  de 
Oriente,  dábanse  la  mano  en  este  último  reino  y  en 
el  imperio  de  China  con  las  que  habían  marchado 
por  las  aguas  de  Occidente.  Los  misioneros,  con  el 
fuego  de  su  caridad,  habían  abrasado  y  abrazado  el 
mundo  entero,  y  puesto  sitio  al  paganismo,  á  la  bar- 
barie y  á  los  antropófagos,  persiguiéndolos  hasta  en 
los  últimos  aledaños  de  la  tierra. 

De  entre  las  víctimas  inmoladas  por  el  fanatismo 
de  los  herejes  de  Holanda,  infieles  á  su  Dios  y  á  su 


Apostolado  de  ¡os  Dominicos  en  África  é  India.        125 

rey,  sólo  citaremos  al  P.  Pablo  Mezquita,  degollado, 
á  tres  dominicos  más  sumergidos  á  vista  de  Goa,  y  al 
P.  Felipe  de  Santo  Tomás,  que,  huyendo  de  la  saña 
con  que  le  perseguían,  vióse  reducido  á  nutrirse  tres 
meses  de  raices  y  defrutas  silvestres  en  una  isla  inhos- 
pitalaria, muriendo  extenuado  de  debilidad  y  de  fati- 
ga. Délos  misioneros  dominicos  de  Filipinas,  tam- 
bién fueron  presos  por  los  holandeses  y  conducidos 
á  Balsera  los  de  Abucay  y  Formosa. 

Mártires  de  los  mahometanos  y  de  los  idólatras 
fueron  aún  :  Andrés  del  Rosario,  asesinado  mientras 
oraba  ante  una  imagen  de  María  Santísima,  la  que 
convirtió  después  á  un  chino,  diciéndole  que  la  con- 
dujera adonde  estaban  sus  hijos  queridos,  los  reli- 
giosos Predicadores;  Jerónimo  de  la  CrUz,  proto- 
mártir  de  Siam,  donde  fueron  asimismo  inmolados 
Sebastián  del  Canto,  Luís  Fonseca,  y  poco  después,  en 
una  revolución  popular,  todo  un  Calvario  de  márti- 
res Dominicos.  El  P.  Cristóbal  Rangel  murió  á  conse- 
cuencia de  los  tormentos  inferidos  en  odio  de  la  fe; 
Gaspar  de  Santa  María,  de  fatigas;  Fduardo  Traba- 
zos,  asesinado, y  jorge  de  la  Mota  vertió  también  su 
sangre  por  Cristo  en  Malaca. 


VI. 


APOSTOLADO  DE  LOS  DOMINICOS    ESPAÑOLES  EN    FILIPINAS. 


EMOS  visto  destilar  ante  nuestra  vista,  evocán- 
dolas de  los  archivos  de  la  historia,  á  las  her- 
mosas figuras  de  los  PP.  Suero  Gómez  y  Do- 
mingo de    Segovia,  fundadores  de    la  provincia  de 
España:  de  los  PP.  Ortiz  y  Betanzos,de  la  de  Méjico: 
de  Tomás  de  San  Martín  y  de  Vicente  de  Valverde, 
primer  obispo  y  protomártir  del  Perú,  que  fundan  la 
provincia  de  este  nombre  :  de  Bartolomé  de  las  Casas 
y  de  Tomás  Casillas,  que  establecen  la  de  Chiapa:  de 
Luís  Vero  y  Diego  Mancera,  fundador  de  la  de  Nueva 
Granada  (San  Antonino  del  Nuevo  Reino):  de  Alfon- 
so de  Montenegro,  en  la  de  Quito:  de   Reginaldo  de 
Lizarraga  y  Gil  González,   que  crean  la  de  Chile:  de 
los  PP.  Souza  y  Bermúdez,  alma  y  vida  de  la  Con- 
gregación de  Santa  Cruz  de  las  Indias;   y  de  otros 
ilustres  varones  que  establecieron  á  su  vez  las  pro- 
vincias deOajaca  y  de  Santa  Inés  (las  dos  en  Méjico), 
creándose  también  en  la  península  y  sus  aguas  las  de 


128  La  Orden  de  Predicadores. 

Anigón,  Portugal,  Andalucía  y  Canarias  '.  Aunque  no 
hayamos  hecho  otra  cosa  que  espigar  en  la  abundante 
mies  presentada  á  nuestra  santa  codicia,  hase  visto 
que  los'hijos  de  Santo  Domingo  justificaron  el  título 
de  Hermanos  Predicadores  ,  con  el  que  quiso  que  se 
distinguieran  la  Santidad  de  Inocencio  111,  y  que, fieles 
á  la  empresa  del  santo  fundador,  edificaron  conventos, 
enseñaron  y  predicaron.  Millones  de  almas  han  entra- 
do en  el  seno  de  la  Iglesia  y  en  el  concierto  de  la  civi- 
lización cristiana,  merced  á  su  abnegación,  á  sus 
trabajos,  á  su  caridad.  Réstanos  aún  reseñar  un  apos- 
tolado que  cuenta  tres  siglos  de  glorias  para  la  religión 
y  la  patria. 

Descubiertas  las  islas  Filipinas  por  el  intrépido 
Magallanes,  y  posesionada  España  de  tan  rica  joya  por 
el  ardor  y  la  pericia  del  adelantado  Legazpi,  fué  su 
primer  obispo  el  P.  Domingo  Salazar,  de  la  Orden  de 
Predicadores,  que  edificó  la  catedral  y  consiguió  la 
creación  de  su  silla  en  Metropolitana,  y  la  formación 
de  tres  sedes  sufragáneas.  Aunque  había  salido  de 
España  (i  579)  con  veinte  religiosos  de  su  Orden,  mu- 
rieron diez  y  ocho  entre  sus  brazos  en  la  penosa  tra- 
vesía, quedóse  otro  en  Méjico,  y  sólo  llegó  á  Filipinas 
el  P.  Cristóbal  de  Salvatierra,  primer  misionero  de  la 
Orden  de  Santo  Domingo  en  el  hermoso  archipiélago. 

Los  Padres  de  Méjico  habían  prometido  al  santo 
-Prelado  realizar  su  primer  propósito.  En  i  387  llega- 
ron efectivamente  á  las  islas   los  primeros  dominicos 

'   No  mencionamos  la  provincia  del  Nombre  de  Jesús  de  las  Antillas,  por- 
que es  de  origen  francés. 


Apostolado  de  los  Dominicos  españoles  en  Filipinas.     129 

reunidos  en  España  por  el  P.  Jiuiii  Crisóstoino  de 
Araceua  y  conducidos  por  el  P.  Juan  de  Castro,  pri- 
mer provincial  del  Santisimo  Rosario  de  Filipinas.  Con 
el  pensamiento  fijo  en  la  gran  China,  algunos  de  los 
religiosos  se  dirigieron  á  Macao,  sin  tocar  siquiera  en 
Filipinas., 

Apenas  instalados  en  la  ciudad  de  Legazpi ,  y  vi- 
viendo aún  de  limosna  en  el  convento  de  San  Fran- 
cisco, el  P.  Castro  divide  á  sus  religiosos  en  tres  gru- 
pos. Pasa  uno  á  la  región  de  los  bataanes,  otro  á  la 
de  los  pangasinanes,  y  el  que  se  queda  en  la  capital, 
para  dedicarse  al  ministerio  de  españoles ,  indios  y 
chinos,  inaugura  sus  tareas  sosteniendo  en  público 
certamen  tesis  teológicas,  á  los  diez  días  de  su  llega- 
da, y  tomando  á  los  veinte  dias  posesión  del  terreno 
fangoso  do  se  alza  severo  y  majestuoso  el  convento 
de  Santo  Domingo,  con  su  iglesia  gótica,  baluarte 
hasta  hoy  inexpugnable  de  cristiana  abnegación  ,  de 
caridad  evangélica  y  de  regular  observancia. 

De  ese  centro  de  actividad  apostólica,  de  ese 
foco  de  luz  y  de  amor,  han  salido  cuantos  religiosos 
dominicos  han  recorrido  en  el  espacio  de  tres  siglos 
los  valles,  los  ríos,  las  montañas  y  los  mares  de  Ma- 
nila, de  Bataán,  de  Pangasinán,  deCagayán,  de  Ituy, 
de  Irraya,  de  Abra,  deZambales,  de  la  Laguna,  de 
llocos,  de  Difún,  de  Paniqui  y  de  Bujay,  en  la  gran- 
de isla  de  Luzón ,  y  rebasando  sus  costas  y  atrave- 
sando sus  mares,  llevaron  aún  la  antorcha  de  la  civi- 
lización y  de  la  fe  á  las  islas  Visayas,  Batanes  y  Ba- 
buyanes.  El  archipiélago  filipino  era   estrecho  para 

9 


ijo  La  Orden  de  Predicadores. 

contener  el  ardor  de  esos  cruzados  de  Cristo ,  y  ven- 
ciendo obstáculos,  que  atemorizan  á  los  más  esfor- 
zados de  nuestros  días ,  aparecen  sucesivamente  en 
Camboja,  en  Churdamué  ,  en  Japón,  en  Corea,  en 
Formosa,  en  China,  en  los  reinos  de  los  Lequios  y 
de  los  Laos  y  en  el  Tonquín,  para  encontrarse  final- 
mente, ¡ellos  que  llevaban  la  vía  de  Occidente!,  con 
sus  hermanos  de  hábito  de  Santa  Crní  de  las  Indias, 
que  habían  caminado  hacia  Levante.  Así  las  dos  pro- 
vincias del  Rosario  de  Filipinas  y  de  Santa  Cru:{  de 
las  Indias,  representan  en  el  extremo  Oriente  el  es- 
píritu expansivo,  propagandista,  cristiano  y  civiliza- 
dor de  los  dos  reinos  hermanos,  España  y  Portugal, 
con  la  circunstancia  digna  de  tomarse  en  cuenta  por 
cuantos  creemos  en  la  acción  de  la  Providencia  en 
el  gobierno  de  los  pueblos,  de  que  la  primera  de  es- 
tas congregaciones  permanece  floreciente  y  vigoro- 
sa, prestando  cada  día  nuevos  servicios  á  la  religión 
y  ala  patria,  mientras  que  para  la  segunda,  como 
para  las  conquistas  de  Portugal,  ha  empezado  la  de- 
cadencia al  separarse  éste  de  España,  sin  que  le  que- 
de hoy  ni  un  templo,  ni  un  municipio  que  recuerde 
al  navegante  los  nombres  inmortales  de  Alburquer- 
que,  de  Souza  y  del  castellano  Bermúdez, 

Empero,  tornando  á  nuestras  misiones  de  Filipi- 
nas, y  como  no  intentamos  historiar,  porque  esto 
ya  está  hecho  ' ,  consignaremos  de  pasada  que  los 

'  Además  de  las  hermosas  crónicas,  que  llegan  á  fines  del  siglo  pa- 
sado, puede  consultarse  la  Historia  de  los  Doiiiiiiicos  cu  Filipinas,  etc. — 
Madrid,    1872.  Seis  tomos. 


/apostolado  de  los  Dominicos  españoles  en  Filipinas.    131 

mil  ochocientos  religiosos  Dominicos  que  desde  1587 
hasta  la  fecha  han  pasado  á  la  provincia  del  Santísi- 
mo Rosario,  y  muerto  allí  víctimas  de  su  celo  ó  de 
las  astucias  de  los  caliiigas  (enemigos  salvajes),  han 
reducido  á  vida  culta  ,  cristiana  y  social  á  los  bataa- 
nes,  pangasinanes,  cagayanes,  babuyanes,  itaveses, 
irrayas ,  ibanás ,  silipanes ,  gaddanes ,  ibilaos ,  mayó- 
yaos,  ifugaos,  igorrotes,  panoipoyes,  ilongotes,  itu- 
yes,  isinais  y  á  los  habitantes  todos  de  las  islas  Ba- 
tanes; concurriendo  además,  con  los  miembros  de 
otras  corporaciones,  á  la  conversión  de  los  visayas, 
zambales,  ilocanos  y  de  las  razas  tagalas  de  las  cer- 
canías de  Manila,  y  ocupándose  solos,  desde  que 
aportaron  á  las  islas ,  en  la  conversión  de  los  sangle- 
jVíJS,  ó  comerciantes  chinos,  déla  capital  y  sus  ba- 
rriadas. 

Fruto  de  esas  pacíficas  conquistas  son  noventa 
hermosos  pueblos  de  la  isla  de  Ltizón,  con  una  po- 
blación de  666,093  almas,  procedentes  todos  de  las 
razas  anteriormente  citadas,  y  formados,  sostenidos 
y  administrados  hasta  el  día  por  los  religiosos  de  la 
Orden  de  Predicadores. 

Además  de  estos  trabajos  de  acción  apostólica, 
que  acusan  una  actividad  y  una  fecundidad  pasmosa, 
los  Dominicos  de  Filipinas  han  fundado  y  sostenido, 
por  espacio  de  más  de  dos  siglos,  un  hospital  para 
chinos,  donde,  al  lado  de  la  asistenciacorporal,  recibían 
los  hijos  del  Celeste  Imperio  la  instrucción  religiosa 
y  se  adiestraban  los  ministros  para  las  misiones  del 
Catay.  A  los  mismos  Padres  se  debe  la  fundación  de 


132  La  Orden  de  Predicadores. 

la  Universidad  de  Manila,  con  enseñanza  secundaria 
y  superior  y  cuarenta  y  ocho  becas  de  gracia  para  los 
hijos  de  españoles;  el  colegio  de  San  Juan  de  Leirán, 
para  la  educación  de  indígenas,  donde  se  reserva  por 
tradición  constante  un  10  por  ciento,  ó  más,  de  las 
plazas  de  internos  para  huérfanos  de  nuestra  raza;  y 
el  beaterío  y  Colegio  de  Santa  Catalina,  plantel  de 
virtudes  cristianas,  asilo  de  inocencia  é  institución 
admirable  de  enseñanza  superior  para  niñas  y  don- 
cellas. 

La  redención  no  se  hace  sin  sangre.  Los  hijos  de 
Santo  Domingo  la  vertieron  en  abundancia  para  re- 
gar aquellas  playas,  salvajes  en  otro  tiempo,  gloria 
hoy  de  España  y  envidia  de  las  naciones.  De  los 
112  mártires  que  cuenta  la  provincia  del  Santí- 
simo Rosario,  y  de  los  cuales  están  ya  46  colocados 
por  la  Iglesia  en  sus  altares  ',  25  padecieron  en  la  isla 
de  Luzón,  inmolados  por  los  calingas  ó  por  los  chi- 
nos :  los  primeros  en  162^,  los  últimos  en  1867  y 
1869.  Entre  los  varones  ilustres  por  sus  virtudes,  la 
historia  registra  los  nombres  de  iio  religiosos  que 
murieron  en  olor  de  santidad,  dejando  señales  ine- 
quívocas de  favores  divinos  recibidos.  Finalmente,  los 
arzobispos  y  obispos  tomados  de  la  misma  provincia, 
llegan  al  número  de  80;  los  embajadores  que  España 
tomó  de  su  seno  para  que  llevaran  su  representa- 
ción en  Japón,    China  y  otros  puntos  del  Asia,  en 

>  Están  tan  adelantadas  las  causas  de  beatificación  de  otros  muchos, 
que  muy  pronto  esperamos  darles  culto  público.  La  Iglesia  llama  á  nuestra 
provincia  fecunda  martyrum  pnreiis. 


Apostolado  de  los  Dominicos  eSpañohs  en  Filipinas.     133 

circunstancias  sumamentecríticas,  s6;  y  los  escritores 
que  sobre  diferentes  materias  ilustraron  las  ciencias 
y  las  letras  en  medio  de  las  fatigas  del  apostolado  ó 
de  la  enseñanza,  llegan  á  i  50. 

Hacemos  gracia,  en  obsequio  de  la  brevedad,  de 
otros  servicios  extraordinarios  é  importantes  presta- 
dos por  los  Misioneros  Dominicos  á  la  patria  en  las 
insurrecciones  interiores,  en  las  guerras  contra 
holandeses  é  ingleses,  que  invadieron  el  territorio  ó 
las  aguas  del  Archipiélago,  en  la  azarosa  lucha  de  la 
independencia  de  la  patria  hollada  por  Napoleón,  y  en 
los  terribles  azotes  del  cólera  morbo  en  i82iy  1882. 

Las  Islas  Filipinas,  con  una  población  de  más  de 
cinco  millones  y  medio  de  habitantes  inscritos  en  las 
parroquias  ',  ofrece  hoy  el  espectáculo  singular  de 
una  colonización  llevada  á  cabo  y  sostenida  por  el 
espíritu  cristiano.  La  historia  no  puede  negar  á  Es- 
paña la  gloria  de  ser  la  primera  nación  del  mundo 

'     He  aquí  el  resumen  del  censo    de    población  de  1876,  en  cuyo   traba- 
jo tuvimos  alguna  parte. 

/  Arzobispado  de  Manila 1.707.4441 

1  Obispado  de  Nueva-Cáceres.        570.412  1 
Tributantes..,.'         Id.       de  Nueva  Segovia.        965.213)    5.501   356 

Id.       de  Cebú 1.238.2381 

Id.       de  Jaro 1.022.049) 

Clero  secular  y  regular  y  re-  ^ 

ligiosas 1 .  962 

Empleados  de  administración 

civil  y   hacienda 5  .  552 

No  tributantes.. /Ejército 14-545  .         g           . 

Armada 2.924/         «jy-.^/o 

Particulares  españoles 13.263 

Id.          extranjeros 378 

Id.          chinos 30-7^7 

Infieles  no  reducidos  aún. .  . ,  602.  855 

Total ó.  173. 632 


\ 


134  ^^  Orden  de  Predicadores. 

para  la  conquista  y  la  civilización;  y  esta  verdad,  que 
con  viva  satisfacción  hemos  oído  repetir  en  Amsterdam 
durante  la  Exposición  Colonial  de  1883,  encuentra 
su  sanción  suprema  en  el  Archipiélago  de  Magallanes. 
No  se  diga,  pues,  que  los  tiempos  de  coloniza- 
ción han  pasado  :  el  Evangelio  no  envejece;  lo  que 
faltan  son  estadistas  de  fe  robusta  que  lleven  á  las  co- 
lonias el  espíritu  cristiano  para  que  la  civilización  sea 
paternal,  amorosa,  de  acendrado  patriotismo,  que, 
como  la  de  Filipinas,  sienta  crecer  su  amor  á  España, 
cuando  otras  colonias  se  emancipan  y  se  lanzan  á 
temerarias  aventuras. 


VII. 


APOSTOLADO  DE  LOS  DOMINICOS  ESPAÑOLES  EN  CHINA. 


RESCINDIENDO  de  Li  predicación  de  algunos 
apóstoles  en  el  antiguo  Catay  y  de  las  ex- 
cursiones más  ó  menos  fecundas  de  Do- 
minicos y  Franciscanos  en  los  siglos  xiii  y  xiv,  de 
cuyos  trabajos  ningún  vestigio  quedaba  en  el  Celeste 
Imperio,  el  actual  apostolado  de  la  China  comenzó 
indudablemente  en  1555  á  impulsos  del  celo  ardien- 
te del  P.  Gaspar  de  la  Cruz  y  demás  Dominicos  de 
la  Congregación  de  las  Indias,  que  cedieron  pronto  el 
campo  á  sus  hermanos  de  Filipinas. 

Los  fundadores  de  esta  gran  provincia  tenían  fijo 
el  pensamiento  en  ese  vasto  imperio,  y  al  partir  de 
Méjico  ya  se  destacaron  los  PP.  Arcediano,  Delgado 
y  López  para  sentar  sus  tiendas  en  Macao  é  inaugu- 
rar las  tareas  que  desde  1587  hasta  la  fecha  han  sido 
continuadas  con  valor.  Mientras  tanto,  los  Padres  es- 
tablecidos en  Manila  preparábanse  para  esa  empresa 
gigantesca,  aleccionándose  en  la  lengua  y  ensayan- 


136  La  Orden  de  Predicadores. 

do  el  ministerio  entre  los  chinos  del  Parián.  Sonó 
por  fin  la  hora  de  acometer  con  denuedo  la  grande 
obra,  y  en  1690  se  embarcan  para  China  el  primer 
provincial  de  Filipinas,  P.  Castro,  y  el  P.  Benavides, 
práctico  como  ninguno  de  su  tiempo  en  los  caracte- 
res sínicos,  que  él  había  metodizado  y  reducido  á 
cuatro  claves  que  facilitaban  su  estudio.  La  primera 
semilla,  arrojada  en  aquel  terreno  inculto,  prometía 
fruto  abundante;  pero  los  obstáculos  tradicionales  de 
aquella  sociedad  estacionaria,  orguUosa  y  enemiga  de 
toda  importación  doctrinal  eran  tales,  que  los  hijos 
de  Santo  Domingo  hubieron  de  cambiar  de  táctica 
para  sitiar  á  la  gran  China  por  la  isla  Tay-Waii  (Jar- 
dín regado),  llamada  Formosa  por  los  españoles  que 
la  dominaban. 

El  P.  Bartolomé  Martínez,  que  aportó  á  Tay- 
Wan-Fú  con  otros  cinco  Dominicos  (1625),  fundó 
una  iglesia;  el  P.  Esquivel  (1630)  un  seminario  para 
la  formación  de  operarios  chinos;  el  P.  Francisco  de 
Santo  Domingo  (163^)  y  el  P.  Luis  Muro  (1616)  rie- 
gan con  su  sangre  generosa  aquella  viña  nueva  y 
hermosa  destrozada  completamente  por  los  holande- 
ses, que  en  1643  arrojaron  de  ella  á  los  españoles  y 
llevaron  presos  á  Batavia  á  los  hijos  de  Santo  Do- 
mingo para  que  allí  comiesen  el  pan  amargo  de  un 
destierro  á  todas  luces  más  penoso  que  la  idolátrica 
persecución  '. 

'  A  petición  de  la  Congregación  de  Propaganda,  los  Dominicos  de  Filipi- 
nas se  han  hecho  cargo  nuevamente  (1860)  de  la  peligrosa  misión  de  For- 
mosa. Duras  fueron   las    primeras  pruebas  en  aquellas  costas  inhospitala- 


Apostolado  de  los  Dominicos  emanóles  en  China.      137 

Por  fin,  el  apostolado  dominicano  inicióse  ya  de 
una  manera  permanente  en  1631  por  el  P.  Cocchi, 
y  más  que  todo,  en  1633,  por  el  celo  infatigable  del 
inmortal  P.  Juan  Bautista  de  Morales,  quien  en  trein- 
ta y  un  años  de  un  trabajo  inexplicable,  sin  auxilio 
particular  de  la  gracia,  echó  para  siempre  los  cimien- 
tos de  aquella  iglesia.  Ante  veintidós  tribunales  com- 
pareció con  el  P.  D'iai]  en  ellos  fueron  uno  y  otro 
cruelmente  azotados,  cargados  de  pesada  canga  y 
condenados  á  otros  suplicios  bárbaros;  pero  nada  fué 
capaz  de  contener  el  ardor  de  aquellos  inflamados 
misioneros.  A  la  muerte  del  P.  Morales  la  era  de  las 
persecuciones  se  había  abierto,  y  el  P.  Francisco  Fer- 
nández de  Capillas  fué  la  primera  víctima  (1648)  y  el 
protomártir  de  la  China,  cuya  sangre,  no  sólo  había 
de  fecundizar  aquella  viña,  antes  estéril,  sino  renovar 
en  todo  el  mundo  el  entusiasmo  por  el  Imperio  Celes- 
te, y  suscitar  en  toda  España  vocaciones  heroicas  que 
continuaran  la  obra  bajo  tales  auspicios  comenzada. 

Nada  más  interesante  ni  más  heroico  que  las  ac- 
tas de  su  confesión. 


rías;  mas  hoy  poseen  en  ellas  cinco  conventitos  con  sus  iglesias;  i.°,  en 
Cheng-Kin,  iglesia  y  casa  de  manipostería,  cabeza  y  procuración  de  la  Mi- 
sión, con  otra  capilla  en  Soa-Ka:  2.°.  Ban-Kin-Crteng,  muy  bonita  iglesia, 
casa  y  dos  capillas  anejas  en  Kau-A-Ki  y  en  Lau-Pi:  3.°,  Tay-Wan-Fú,  ca- 
pital de  la  isla,  casa  y  capilla;  4.",  Co-Chu-Cheng,  casa  con  linda  iglesia; 
5.°,  Soa-Lun,  casa  y  capilla,  con  otra  aneja  en  Kin-Lun.  El  número  de  cris- 
tianos pasa  ya  de  seiscientos.  Cuando  entraron  nuestros  Padres  no  había 
rtinguno.  El  superior  de  esta  misión,  P.  Chinchón,  varón  lleno  del  espíritu 
de  Dios,  acaba  de  ser  promovido  aun  Vicariato  Apostólico  de  Cihna. — 
Véase  el  Correo  Sino-AniiMnita^  colección  de  cartas  de  nuestros  Misioneros, 
tomo  XVII,  Manila,  1883. 


138  La  Orden  de  Predicadores. 

— ¿QLiién  te  alimentó,  dónde  has  vivido  durante 
tus  correrías  apostólicas? 

— Tengo  por  casa  el  mundo,  por  techo  el  firma- 
mento, por  cama  la  tierra,  la  Providencia  me  sumi- 
nistra el  pan  de  cada  dia,  y  mi  único  objeto  en  China 
es  trabajar  y  padecer  por  la  gloria  de  Jesucristo  y  por 
la  dicha  eterna  de  los  que  crean  en  su  nombre. 

Mácenle  diversos  cargos,  y  el  P.  Capillas  los  re- 
chaza con  entereza. 

— Bien  sabes  que  no  dices  la  verdad.  No  vinimos 
aquí  en  busca  de  vuestro  oro,  ni  de  vuestra  plata,  sino 
de  vuestras  almas.  Animados  por  la  caridad  de  Cris- 
to, vinimos  á  disipar  vuestros  errores,  y  á  presentar 
á  vuestra  vista  la  luz  de  la  verdad;  cuanto  en  contra- 
rio se  diga  es  falso.  Cualquiera  cosa  que  nos  suceda, 
nosotros  miramos  siempre  las  penas  de  la  presente 
vida  y  los  suplicios  que  podáis  infligirnos,  como  un 
beneficio  y  como  una  prenda  de  la  eterna  felicidad. 

Azotado,  cargado  de  cadenas,  arrastrado  de  tri- 
bunal en  tribunal,  y  sometido  á  toda  clase  de  tortu- 
ras, el  confesor  de  Cristo  anuncia  por  doquier  las 
verdades  eternas  á  los  verdugos  y  á  los  jueces.  Inten- 
tan éstos  quebrantar  su  ánimo  con  promesas  : 

— Guarda,  responde  el  mártir,  tus  honores,  tus 
riquezasy  tus  placeres;  nada  ambiciono  en  el  mundo, 
si  no  es  la  gloria  de  morir  para  dar  testimonio  de  la 
fe  que  predico  :  tus  crueles  tormentos  serán  para  mí 
apetecidas  delicias.  No  vine  de  España  á  China  para 
enriquecerme  con  tus  tesoros,  sino  para  predicar  la 
divinidad  de  Jesucristo,  á  costa  de  mi  sangre.  Puedes 


Apostolado  de  Jos  Dominicos  españoles  en  China.      139 

quitarme  la  vida  y  reducir  mi  cuerpo  á  cenizas,  pero 
la  caridad  de  Jesucristo  que  abrasa  mi  corazón  triun- 
fará del  ardor  de  tus  llamas  ;  puedes  desgarrar  mis 
miembros  y  hacer  de  ellos  mil  pedazos,  pero  toda  tu 
rabia  no  será  capaz  de  separarme  de  Jesucristo ,  con 
cuya  gracia  espero  triunfar  de  los  tormentos.  ¿Qué 
esperas?  ¿Por  qué  aplazas  mi  muerte?  Me  arrancarás 
el  corazón  del  pecho,  mas  nunca  podrás  arrancarme 
del  corazón  de  mi  Dios,  á  quien  estoy  consagrado  por 
el  santo  bautismo  y  por  la  profesión  religiosa. 

En  la  prisión  misma  instruyó  y  bautizó  á  muchos 
prisioneros,  y  el  i  í  de  Enero  de  1Ó48  consumó  su 
sacrificio  en  Fogán,  ante  un  pueblo  innumerable,  que 
celebraba  á  porfía  el  valor  del  mártir  y  el  triunfo  es- 
plendente de  la  religión,  que  así  eleva  á  las  almas. 

Falanges  de  apóstoles  penetraron  en  China  al  re- 
crudecerse la  persecución.  Séanos  permitido  contem- 
plarun  momento  la  hermosafígura  del  P.  Víctor  Ricciy 
misionero,  controversista,  embajador,  é  iniciador  del 
pensamiento  de  la  Obra  de  la  Santa  Infancia.  El  áni- 
mo se  conmueve  al  contemplar  á  ese  varón  de  Dios, 
que  había  abandonado  las  comodidades  del  siglo  y 
convertidose  en  nodriza  de  numerosa  legión  de  niños, 
abandonados  por  sus  padres,  recogidos  por  la  caridad 
del  misionero,  alojados  en  su  pobre  estancia,  sucios, 
asquerosos,  cubiertos  unos  de  sarna,  llenos  todos  de 
miseria,  y  que  no  saben  otra  cosa  que  papar  y  llorar. 
Él  mismo  les  cocía  el  alimento,  hecho  de  harina  y  de 
azúcar,  los  vestía,  los  lavaba,  los  fajaba,  los  aseaba: 
velaba  por  ellos  con  solicitud  de  madre,  y  noche  y 


i^o  La  Orden  de  Predicadores. 

día  hacia  de  esta  ocupación  el  descanso  de  sus  fati- 
gas. El  número  de  niños  aumentaba  de  día  en  día, 
el  misionero  carecía  de  recursos,  de  influencia  y  de 
protección,  y  al  implorar  la  caridad  del  superior  de 
Manila,  anunciaba  el  temor  de  que  él  y  sus  niños 
sucumbieran  al  hambre  que  los  atormentaba. 

De  repente  cambia  la  decoración.  Los  chinos  nom- 
bran al  P.  Ricci.su  embajador  en  Manila.  Ocurre 
una  revuelta  en  esta  capital,  y  los  sangleyes  asesinan 
al  dominico  José  de  Madrid,  que  había  permanecido 
con  ellos  en  rehenes  contra  la  justa  indignación  del 
gobierno.  Siguióse  un  castigo  terrible,  y  el  goberna- 
dor de  Filipinas,  sabiendo  que  en  China  se  va  á  de- 
cretar la  muerte  de  todos  los  españoles,  nombra  al 
P.  Ricci'su  embajador  ante  la  corte  del  Celeste  Impe- 
rio, en  la  seguridad  de  que  sólo  él  puede  disipar  la 
tempestad.  El  éxito  fué  completo:  magnífico  y  pom- 
poso cortejo  chino  acompaña  al  P.  Ricci  á  su  regreso 
á  Manila,  donde  es  recibido  en  triunfo  por  el  capitán 
general,  clero,  españoles,  indios  y  chinos. 

La  religión,  á  todo  esto,  había  hecho  grandes 
progresos  en  la  Misión  dominicana  de  China,  que 
abrazaba  las  provincias  de  Fo-Kien,  Che-Kiang  y 
Cantón,  pues  al  estallar  la  nueva  persecución  de  1662, 
hacen  constar  los  misioneros  que,  á  causa  de  las  ba- 
jas causadas  por  los  martirios,  se  vieron  precisados 
á  abandonar  por  algún  tiempo  setenta  y  cinco  igle- 
sias, que  fueron  derruidas,  once  residencias,  veinte 
capillas  y  algunos  oratorios. 

La  entrada  del  chino  Gregorio  Lópe^  en  la  Orden 


Apostolado  de  los  Dominicos  chañóles  cu  Cl.iiiia.      141 

de  Santo  Domingo  fué  un  socorro  providencial  du- 
rante la  época  de  la  persecución.  López  había  estu- 
diado en  Manila,  y  allí  se  había  formado  su  espíritu. 
Conocedor  de  las  costumbres  de  su  pais,  lleno  de  celo, 
dotado  de  una  actividad  prodigiosa,  y  siéndole  más 
fácil  pasar  inadvertido  entre  los  de  su  propia  raza,  fué 
durante  algunos  años  el  sostén  y  el  guardián  de  aque- 
lla grey  atribulada.  Inocencio  XI  le  obligó  á  recibir 
el  obispado  que  ya  le  había  ofrecido  Clemente  X, 
siendo  hasta  la  fecha  el  único  hijo  del  Celeste  Imperio 
que  ha  recibido  la  consagración  episcopal. 

Desde  el  comienzo  de  la  persecución  distinguióse 
sobremanera  el  P.  Juan  García,  llamado  de  la  CriLi, 
que,  en  veintinueve  años  de  apostolado  continuo, 
bien  puede  decirse  que  padeció  no  interrumpido 
martirio.  Viajaba  descalzo  y  casi  desnudo  ;  vivía 
como  las  alimañas,  escondido  por  el  día  en  las  ca- 
vernas, entre  ruinas,  ó  en  las  oquedades  de  una 
peña,  para  acudir  de  noche  al  catecismo  de  los  idóla- 
tras, al  ministerio  de  los  cristianos  y  á  la  asistencia 
de  los  apestados.  Siempre  errante,  sin  seguridad  en 
los  caminos,  ni  en  los  ríos,  ni  en  los  esteros,  ni  en 
las  montañas,  una  vez  le  sorprenden  durante  la  ce- 
lebración de  los  divinos  misterios,  le  arrastran,  le 
apedrean,  le  azotan  y  le  abandonan  como  muerto; 
otras  veces,  guarecido  en  las  montañas  y  en  los  bos- 
ques más  inaccesibles,  vese  reducido  al  extremo  de 
defenderse  de  las  emboscadas  de  los  tigres;  y  en  me- 
dio de  angustias  tantas,  pedía  al  Señor  que  pusiera 
coto  á  los  favores  celestiales  en  que  rebosaba  su  co- 


142  La  Orden  de  Predicadores. 

razón: — «Basta,  Señor,  basta;  no  me  deis  tan  pronto 
la  recompensa  de  mis  pequeños  servicios.»  Oyó  su 
oración  el  buen  Dios,  y  á  las  exteriores  persecucio- 
nes añadió  las  desolaciones  del  espíritu:  Foris  piignae 
intus  timores ;  hasta  que  exhaló  su  alma  acrisolada  á 
consecuencia  de  los  tormentos  en  la  gran  persecución. 
Durante  los  años  que  hemos  recorrido  suscitóse 
en  Chínala  cuestión  de  los  ritos,  que  preocupó  todos 
los  espíritus  por  espacio  de  muchos  años,  y  causó 
un  mal  inmenso  á  las  misiones,  trabajadas  ya  por 
la  persecución.  Tratábase  de  saber  si  había  supersti- 
ción é  idolatría  en  los  honores  que  los  chinos  tribu- 
taban á  Confucio  y  á  los  antepasados,  honores  que 
iban  acompañados  de  oblaciones,  hechas  solemne- 
mente en  los  equinoccios  y  en  la  luna  nueva  y  llena, 
ó  privadamente  en  las  casas  y  en  los  templos.  Defen- 
dían los  Jesuítas  la  licitud  de  los  citados  ritos,  y  sos- 
tenían los  Dominicos,  apoyados  por  algunos  Francis- 
canos, que  eran  supersticiosos  é  idolátricos.  Clemen- 
te XI,  á  cuyo  tribunal  se  llevó  el  debate,  condenó 
en  1704  los  ritos  chinos,  y  encargó  al  patriarca  de 
Antioquía,  después  cardenal  de  Tournón,  que  fuese 
personalmente  á China  para  ejecutar  lo  mandado.  El 
General  de  la  Orden,  el  Capítulo  Provincial  de  Fili- 
pinas y  todos  los  Dominicos  de  China,  obedecieron 
sin  reservas  al  legado  del  Papa,  mereciendo  de  Cle- 
mente XI  una  hermosísima  carta,  fecha  22  de  Abril 
de  1773,  encomiando  debidamente  la  prontitud  y  el 
mérito  de  su  obediencia.  No  imitaron  esta  conducta 
los  sostenedores  de  la  doctrina  reprobada,  causando 


Apostolado  de  los  Dominicos  chañóles  en  China.      143 

al  legado  amargos  sinsabores.  Por  fin,  Benedicto  XIV, 
en  su  bula  dogmática  Ex  qiio  singulari,  publicada  en 
1712,  confirmó  el  decreto  clemeníino;  mandó  que  el 
nombre  de  Dios  se  expresase  en  chino  por  Tien-Chii, 
señor  del  cielo,  prohibiendo  las  palabras  Tien,  cielo, 
y  Xang-Ti,  supremo  moderador,  que  indican  el  dios 
de  los  idólatras,  y  la  inscripción  Kiug-Tíen,  adora  al 
cielo.  Finalmente,  prescribió  que  nadie  pudiera  ad- 
ministrar sacramentos  ni  predicar  en  la  China  sin 
prestar  previamente  juramento  de  obediencia  á  la 
citada  bula  pontificia.  Así  se  practica  en  la  actuali- 
dad, habiéndose  sometido  todos  á  las  decisi  mes  de 
la  Santa  Sede,  que  sancionó  la  doctrina,  que  á  costa 
de  tantas  persecuciones  habían  defendido  los  Domi- 
nicos españoles  '. 

La  persecución  promovida  principalmente  por  el 
odio  de  esos  parásitos  é  hipócritas  conventuales  lla- 
mados en  China  bonzos,  arreció  más  aún  después  de 
la  muerte  del  P.  Morales  (1664).  Este  intrépido  mi- 
sionero, aparte  de  su  expedición  á  Camboja,  su  mi- 
nisterio en  Filipinas  y  su  largo  apostolado  en  Chi- 
na, hizo  un  viaje  fabuloso  desde  este  país  hasta 
Roma  (1640),  recorriendo,  pobre  y  á  pié,  la  India,  la 

I  Aunque  Rohrbacher,  en  la  segunda  y  tercera  edición  de  su  Historia 
de  la  Iglesia,  rectificase  los  juicios  favorables  á  los  ritos  emitidos  en  edicio- 
nes anteriores,  todavía  se  equivoca  al  afirmar  que  los  decretos  apostólicos 
son  «resoluciones  á  cuestiones  propuestas,  reglamentos  prohibitivos  ó  pres- 
cripciones impuestas  á  los  predicadores,  Jamáis  des  condamnations,  des  cen- 
sures!» Tomo  XXVI,  pág.  6^}.  Pues,  con  perdón  del  historiador  fi-ancés,hay, 
además  de  lo  anterior,  decisiones,  condenaciones  y  censuras,  que  se  refieren 
á  las  doctrinas,  no  á  las  personas  que  con  buena  fe  las  sustentaron  con  an- 
terioridad á  los  Decretos. 


144  ^^  Orden  de  Predicadores. 

Arabia,  la  Mesopotamia  y  la  Siria,  para  penetrar  en 
Europa  y  defender  en  la  capital  del  mundo  cristiano 
la  doctrina  de  sus  hermanos  de  hábito  en  la  cuestión 
de  los  ritos.  Siguióse  á  esta  pérdida  la  del  P.  Timoteo 
de  San  Antouino,  muerto  exhausto  de  fatigas,  yla  del 
P.  Coronado,  que  sucumbió  en  la  prisión. 

El  P.  Domingo  Navarrete,  historiador  incompa- 
rable y  víctima  de  predilección  en  la  persecución  que 
arreciaba,  pasó  á  Roma  para  informar  del  estado  de 
la  cristiandad  en  China.  El  papa  Alejandro  VIII,  sin- 
tiendo la  necesidad  de  unificar  la  acción  de  los  misio- 
neros, pone  los  ojos  en  el  P.  Navarrete,  para  hacerle 
Obispo  y  Vicario  apostólico  de  todo  el  Celeste  Impe- 
rio. No  se  ocultó  al  ilustre  Dominico  ni  el  pensa- 
miento del  Papa,  ni  el  alcance  de  esa  preferencia  ,  en 
tiempo  de  vivas  discusiones  religiosas,  y  para  elu- 
dirla, huyó  á  ocupar  su  procuración  de  Madrid,  hasta 
que  fué  destinado  al  arzobispado  de  Santo  Domingo. 

Dignos  son  también  de  honorífica  mención  los 
terciarios  dominicos  de  uno  y  otro  sexo  ,  cuyo  valor 
heroico  les  mereció  la  palma  del  martirio:  Pedro 
Chiu,  Joaquín  Ko,  con  su  hijo  Felipe,  y  algunas  don- 
cellas, precursoras  dignas  de  la  venerable  Ana  Tein, 
que  en  nuestros  días  edificó  la  misión  con  sus  virtu- 
des y  con  sus  milagros.  El  acta  más  notable  es,  sin 
embargo,  la  del  venerable  P.  Pedro  Mártir  San^,  vi- 
cario apostólico  de  la  misión  ' .  Ya  tres  de  sus  com- 

'  El  P.  Ventallol  fué  el  primer  Vicario  apostólico  de  Fo-Kien,  tomado 
de  la  Orden  de  Predicadores.  Desde  entonces  no  se  ha  interrumpido  la 
tradición. 


Apostolado  de  los  Dominicos  españoles  en  China.      145 

pañeros  habían  caído  en  manos  de  los  esbirros  y  su- 
frido el  bárbaro  tormento  de  las  bofetadas ,  cuando  el 
venerable  Obispo  y  su  compañero  se  presentaron  al 
mandarín,  orgulloso  cual  ninguno  con  la  presa  de 
un  obispo,  cuatro  misioneros  y  muchos  terciarios. 
De  éstos,  cinco  doncellas  y  una  viuda  se  mostraron 
en  los  tormentos  dignas  hijas  de  Santo  Domingo. 

El  P.  Sanz  recibió  de  primera  intención  85  bofe- 
tones, propinados  con  cuatro  suelas  cosidas  ;  y  los 
PP.  Serrano,  Alcover,  Royo  y  Díaz,  bofetones  y 
azotes;  después  fueron  uno  y  otros  condenados  á  la 
última  pena,  por  predicar  la  religión  cristiana.  Hl  Vi- 
cario apostólico  padeció  en  2b  de  Mayo  de  1747, 
y  los  cuatro  misioneros  en  28  de  Octubre  de  1748, 
después  de  veintiocho  meses  de  prisión  espantable. 
El  júbilo  de  los  cristianos  fué  inmenso  ante  el  triunfo 
de  sus  pastores  ;  la  misión  quedó  reducida  al  minis- 
terio del  P.  Juan  de  Santa  María,  único  que  sobre- 
vivió al  naufragio.  Al  ím  del  siglo  xviii  bajaron  las 
aguas  de  tanta  tribulación,  y  los  Dominicos  filipinos 
corrieron  á  levantar  los  muros  de  aquella  jerusalén 
en  ruinas. 

No  han  faltado  después  molestias,  ni  faltarán  en 
mucho  tiempo  á  los  cristianos  de  China;  han  servido 
para  acrisolar  la  fe  y  para  realzar  las  figuras  venera- 
bles de  los  dos  Vicarios  apostólicos  que  han  dirigido 
aquella  cristiandad,  en  casi  todo  lo  que  va  del  siglo 
actual  :  el  Sr.  Carpeua  y  el  Sr.  Calderón.  Cuanto  se 
diga  de  la  profunda  ciencia,  de  la  sólida  virtud,  de  la 
pobreza  y  del  celo  evangélico  de  estos  dos  Pontífices, 

10 


146  La  Orden  de  Predicadores. 

será  pálido  comparado  con  la  realidad.  El  Sr.  Carpe- 
na,  consagrado  Obispo  en  1796,  gobernó  el  Vicariato 
desde  1812a  1845,  y  el  Sr.  Calderón  desde  184^ 
á  1883. 

A  consecuencia  de  la  escasez  de  personal,  debida 
á  las  revueltas  de  España  y  á  la  supresión  de  comu- 
nidades religiosas,  la  Orden  de  Predicadores  vióse 
obligada  á  ceder  á  otras  corporaciones  la  parte  que 
tenía  en  las  provincias  de  Cantón  y  de  Che-Kiang, 
limitando  su  acción  á  la  provincia  de  Fo-Kien,  que, 
como  la  isla  Formosa,  le  está  encomendada  exclusi- 
vamente. La  conversión  de  los  chinos  es  más  difícil 
que  la  de  otras  razas,  á  causa  de  su  positivismo  tra- 
dicional; quizás  no  haya  nación  que  haya  costado  á 
la  Iglesia  tantos  sacrificios,  con  tan  escasos  resulta- 
dos, ni  donde  necesite  el  misionero  estar  dotado  de 
tan  completa  abnegación.  Hoy  se  halla  la  provincia 
dividida  en  dos  Vicariatos  apostólicos,  Norte  y  Sur 
de  Fo-Kien;  cuenta  cerca  de  40,000  cristianos  des- 
parramados en  muchas  cristiandades,  con  sus  capi- 
llas ó  iglesias,  casas  para  los  misioneros,  orfanotro- 
fios para  los  niños  de  la  Santa  Infancia,  dirigidos  por 
dominicas  españolas  y  por  canosianas  de  Italia,  se- 
minario y  demás  dependencias  necesarias.  Estas  cris- 
tiandades se  hallan  agrupadas  en  21  distritos,  á  cuyo 
frente  se  encuentran  24  Dominicos  españoles  ,  auxi- 
liados en  sus  faenas  por  presbíteros  y  catequistas  in- 
dígenas. Las  ciudades  principales  son  Fo-Cheu  y 
Emuy  (  Amoy  de  los  ingleses,  y  Hian-Men  de  los 
chinos). 


VIÍÍ. 


APOSTOLADO  DE  LOS  DOMINICOS  ESPAÑOLES  EN  JAPÓN. 


A  Iglesia  de  Japón  ofrece  una  de  las  páginas 
más  hermosas  de  la  historia  de  la  Iglesia  uni- 
versal ;  comprende  apenas  el  periodo  de  un 
siglo;  pero  tan  lleno  de  combates  y  de  victorias,  de 
mártires  y  de  santos,  que  parece  haberse  complacido 
el  Señor  en  hacer  de  esa  región  del  extremo  Oriente 
un  espectáculo  digno  de  la  admiración  de  los  ánge- 
les y  de  los  hombres. 

A  creer  á  Mons.  Leturdu,  Vicario  apostólico 
de  Malaca,  un  Dominico  español  fué  el  primero  en 
llevar  la  antorcha  de  la  fe  á  las  islas  de  japón,  siendo 
anegado  por  los  insulares  de  Lin-Kiú  en  1530  '.  Sea 
lo  que  se  quiera  de  esta  primera  tentativa,  el  verda- 
dero apóstol  de  Japón  fué  San  Francisco  Javier  ( 1 349), 
cuya  predicación  continuaron  desde   entonces  con  el 


•  Anales  de  la  Propagación  de  ¡a  Fe,  tomo  xxi,p.  255. — Mor.s.  Le- 
turdu murió  en  Singapore  en  1877.  El  año  anterior  habia  tenido  el  gusto 
de  tratarle  muy  de  cerca  el  autor  de  estos  apuntes. 


148  La  Orden  de  Predicadores. 

celo  que  les  es  propio  los  PP.   Jesuítas,   auxiliados 
desde  1593  por  los  PP.  Franciscanos.  Sabido  es  que 
el  martirio  coronó  sus  esfuerzos  (1S97).  Desde  1384 
habían  los  PP.  Jesuítas  invitado  á  los   Dominicos   de 
Filipinas  á  tomar  parte  en  aquel  apostolado,  que  ofre- 
cía ancho  campo  á  numerosos  operarios.  En  i  =¡92  el 
dominico  P.  Juan  de  Cobo  llega  al  Japón  en  calidad 
de  embajador  de  la  nación  española,  y  en  1601  cinco 
Dominicos  españoles,  á  cuya  cabeza  estaba  el  Padre 
Francisco.de  Morales,  hijo  de  Madrid,  abordan  la  isla 
deCogiqui,    levantan    un  santuario  en  honor  de   la 
Virgen  del  Rosario,  y  bajo  la  égida  de   tan  amorosa 
protectora  se  extienden  por  Meaco,   Omura,  Nanga- 
saqui,  V  particularmente  por  el  reino  de   Figen.   que 
será  el  teatro  predilecto  de  sus  conquistas  y  de  sus 
combates. 

Nuevas  cohortes  de  Dominicos  llegan  de  Filipinas, 
animados  todos  del  mismo  pensamiento  :  predicar  a 
Cristo  y  morir  por  él.  La  ocasión  no  se  hizo  esperar. 
Un  capitán  inglés,  llamado  Guillermo  Adams,  inspi- 
ra al  emperador  Taico-Sama  sospechas  sobre  los  pla- 
nes de  los  misioneros  católicos,  y  un  edicto  imperial 
arrasa  en  161 4  las  iglesias,  tortura  á  los  cristianos  y 
destierra  á  los  misioneros.  En  16171a  persecución 
era  general,  los  esbirros  llenaban  el  imperio,  los  cris- 
tianos sufrían  embargos,  persecuciones  y  tormentos, 
y  los  misioneros,  ocultos  y  errantes  y  fugitivos  se 
multiplicaban  para  acudir  á  todas  las  necesidades  y 
sostener  la  fe  de  sus  neófitos.  Un  jesuíta  portugués  y 
un  franciscano  español  caen  en  manos  de  los  satélites 


Apostolado  de  los  Dominicos  chañóles  en  Japón.        149 

del  rey  de  Omura,  y  su  martirio  es  la  señal   de   una 
matanza  general. 

Entonces  presentó  la  Misión  Dominicana  un  es- 
pectáculo que  rayó  á  la  mayor  altura  á  que  puede 
llegar  el  heroismo  cristiano  llevado  por  el  espíritu  de 
Dios.  Era  vicario  provincial  el  P.  Mionso  Navarrete , 
varón  intrépido  é  infatigable,  celoso  déla  salud  de 
las  almas,  sediento  siempre  de  padecimientos  y  de 
cruz.  Como  el  P.  Víctor  Ricci  en  China,  había  él  ini- 
ciado en  Japón  la  obra  de  la  Santa  Infancia.  Recogía 
los  niños,  los  alimentaba,  les  buscaba  nodrizas  y  fo- 
mentaba suscriciones  entre  los  europeos  para  subve- 
nir á  las  necesidades  de  esos  seres  queridos  de  su 
corazón.  Nada  más  tierno  que  la  carta  escrita  por  este 
Padre  en  el  momento  de  padecer  el  martirio,  y  diri- 
gida al  capitán  español  D.  Pablo  Carrucho,  primer 
socio  conocido  de  la  Obra  de  la  Santa  Infancia.  «Le 
conjuro  á  V.  desde  esta  isla,  donde  espero  la  muerte, 
á  que  continúe  la  obra  del  rescate  de  niños:  es  una 
obra  muy  agradable  á  Dios.»  Otro  de  los  cuidados  de 
este  corazón  ardiente  era  la  asistencia  de  los  pobres: 
la  Cofradía  de  la  Misericordia,  en  la  cual  entraron  los 
Franciscanos  y  Agustinos,  y  la  del  Nombre  de  Jesús. 
por  él  fueron  establecidas  en  aquel  imperio.  El  Padre 
Navarrete  tenía  además  el  privilegio  de  comunicar  á 
las  almas  que  le  rodeaban  la  pasión  que  á  él  le  devo- 
raba, y  de  hacerlos  participantes  de  su  heroismo.  Asi 
el  cristiano  Pablo,  á  una  insinuación  del  misionero, 
se  lanzó  en  medio  de  la  persecución  para  rescatar  las 
reliquias  del  jesuíta  y  del  franciscano;  así  el  agustino 


150  La  Orden  de  Predicadores. 

Fernando  de  San  José  se  arroja  en  sus  brazos,  y  le  dice: 
«,No  tengo  aquí  superior  ;  V.  lo  será  en  adelante;  le 
prometo  obediencia,  y  áciegas  haré  cuanto  me  ordene.» 

Navarrete  habia  orado  mucho,  é  inflamado  á  sus 
religiosos  en   deseos  de  morir  por  Cristo  :  el  partido 
estaba  tomado.  Acompañado  del  P.  Fernando,  y  ves- 
tidos uno  y  otro  con  el  hábito  de  su  Orden  respectiva, 
aparecen   en  público,  predican,  confiesan,  adminis- 
tran la  comunión  y  se  embarcan  para  Nangayá,   con 
el  íln  de  arrostrar  la  persecución  en  su  mismo  foco,  y 
dar  á  los  cristianos  perseguidos  el  ejemplo  de  su  mar- 
tirio, más  eíkaz  siempre  que   las  exhortaciones  más 
patéticas.  Enardecidos  los  fieles,  todos  desean  morir 
y  todos  se  preparan  para  un  evento  que  ya  considera- 
ban seguro;  y  mientras  cantaban  las  Letanías  de  la 
Virgen  y  la  Salve,  el  rey  de  Omura  prende  á  los  dos 
confesores  de  Cristo,  no  sin  que  los  soldados  cayeran 
á  sus  pies,  pidiéndoles  perdón  del  acto  que  llevaban 
á  cabo,  forzados  por  la  ordenanza.  ¡Qué  escena!   To- 
dos los  asistentes  querían   morir  con   sus  pastores; 
confesaban  públicamente  la  fe,  ponderaban  sus  cuida- 
dos en  esconder  y  sostener  á  los  misioneros,  lloraban 
y  suspiraban  para  que  se  les  concediera  esa  suprema 
dicha. — ¡Adiós,  santos  mártires!  ¡Adiós,  bienaventu- 
rados,   que  vais  á  gozar  de  Dios  en  el  cielo!  ¿Qiié 
será  de   nosotros,   que  quedamos  entre  estos  lobos, 
abandonados  de  nuestros  Padres? 

Era  tal  el  entusiasmo  cristiano  y  tanta  la  confusión 
de  los  idólatras,  que  los  soldados  llevaron  largo  tiem- 
po á  los  confesores  de  isla  en  isla,  de  día  y  de  noche, 


Apostolado  de  los  Dominicos  cSpañolcs  en  Japón.        151 

para  burlar  la  atención  de  los  fieles  y  ejecutar  la  cruel 
sentencia  sin  que  nadie  lo  presenciara.  Por  fin  el  i .° 
de  Junio  de  161 7  los  dos  religiosos  y  el  joven  León, 
sirviente  de  nuestras  casas,  fueron  decapitados  en  la 
isla  Tocaxina  ó  de  las  Espinas  ' . 

El  martirio  del  P.  Navarrete  aumentó  el  celo  de 
los  dominicos  de  Filipinas  por  el  apostolado  de  Japón. 
Cinco  años  de  constantes  combates  prepararon  la 
grande  hecatombe  que  había  de  ilustrar  para  siempre 
á  la  Orden  de  Predicadores  y  á  la  floreciente  iglesia 
de  japón.  Las  prisiones  se  sucedían  unas  á  otras,  mos- 
trando el  emperador  tanto  escandecimientoy  tanto  afán 
por  exterminar  de  Japón  el  nombre  y  la  memoria  de 
Cristo,  que  había  amenazado  con  pena  capital  á  los 
gobernadores  si  esto  no  se  conseguía  en  un  plazo 
dado.  Los  confesores  de  la  fe,  después  de  varios  in- 
terrogatorios, y  de  viajes,  que  hacían  maniatados  y 
sujetos  á  todas  las  privaciones,  eran  hacinados  en  las 
cárceles  de  Firando,  Omura  y  Nangasaqui.  Nada 
más  horrible  que  estas  mazmorras,  convertidas  en 
casas  de  oración  y  penitencia  por  los  soldados  de  Cris- 
to. De  la  Omura,  dice  el  P.  Aduarte  que  tenía 
tres  brazas  de  largo,  dos  de  ancho  y  poco  más  de 
una  de  alto.  Dentro  de  ese  pequeño  recinto  hallábase 
el  lugar  de  las  necesidades  más  comunes.  Tenía  una 
sola  puerta,    que  sólo  se  abría  cuando  entraba  algún 

'  Crétineau  Joly,  apasionado  historiador  de  los  Jesuítas,  llama  al  beato 
Alfonso  Navarrete /í7Ha/íí:o  y  aventurero,  cuyo  celo  indiscrelo  mereció  el\dcs- 
precioy  la  burla  de  iodos. — La  Iglesia  le  ha  decretado  solemnemente  los  ho- 
nores de  Beato  ,  le  ha  puesto  en  los  altares  ;  luego  el  fanático,  aventurero, 
indiscreto,  calitmmador  y  hasta  blasfemo,  es  Crétineau  Joly. 


1^2  La  Orden  de  Predicadores. 

preso,  saludado  con  alegres  cánticos:  la  comida,  que 
era  una  escudilla  de  arroz  cocido  con  agua  salada,  y 
una  taza  de  agua  tibia,  se  les  daba  por  una  gatera. 
Algunos  días  les  anadian  una  sardina.  No  se  les  per- 
mitía ni  el  aseo  de  la  ropa,  ni  de  las  personas,  ni  si- 
quiera cortarse  las  uñas,  barba  ó  pelo.  Los  prisione- 
ros, tanto  en  esta  cárcel  como  en  otras  que  después 
se  construyeron  algo  mayores,  estaban  tan  estrechos, 
que  no  podían  acostarse. 

Pues  en  esta  mansión  de  dolor  permanecieron  al- 
gunos de  nuestros  mártires  cinco  años,  otros  cuatro 
años,  tres  ó  menos,  según  la  fecha  de  su  prisión.  La 
forma  de  vida  que  en  ella  se  observaba  era  tan  regular 
como  la  de  un  convento:  misa,  oficio  en  común,  con 
maitines,  oración  mental  y  disciplina  á  media  noche, 
ayunos,  maceraciones.  Salve  Regina  cantada  y  rosa- 
rio. La  monotonia  de  aquel  lugar  hediondo  y  reduci- 
do era  interrumpida  frecuentemente  por  la  entrada 
de  un  nuevo  atleta.  Consérvanse  cartas  escritas  al  ca- 
lor de  tantas  privaciones,  que  traen  voluntariamente 
á  la  memoria  las  del  santo  mártir  San  Ignacio  de  An- 
tioquía. 

Hubo,  sin  embargo,  un  confesor  para  quien  el  cáliz 
de  la  pasión  careció  de  los  consuelos  espirituales  en 
que  rebosaban  los  demás  mártires:  el  Beato  Juan 
Martínez  de  Santo  Domingo  cayó  en  tristeza  profun- 
da, por  temor  de  ceder  algún  día  á  los  tormentos  que 
le  esperaban,  creyéndose  indigno  de  la  divina  asis- 
tencia. Y  este  pensamiento  labró  tan  profundamente 
su  alma,  que,  á  los  tres  meses  cumplidos  de  arresto,. 


Aposiohdo  de  los  Dominicos  cSpañolcí  en  Japón.      i  5  3 

se  durmió  santamente  en  el  Señor,  el  día  del  patriar- 
ca San  José  de  1619.  Treinta  carros  de  leña  no  fueron 
bastantes  para  quemar  su  cuerpo,  y  la  Iglesia  le  co- 
locó en  los  altares 

Mientras  tanto  los  misioneros  Dominicos  que  aún 
no  se  hallaban  en  las  cárceles,  organizaron  por  todo 
el  Japón  una  asociación  del  Rosario,  que  señaló  nueva 
era  de  fervor  en  aquellos  cristianos.  Divididos  los  aso- 
ciados en  cuarteles,  tenían  sus  divisas,  sus  priores, 
sus  horas  para  rezar  el  rosario  entero  y  para  otros 
ejercicios  de  piedad.  Eran  Dominicos  en  medio  del 
siglo.  De  los  numerosos  mártires  de  todas  las  edades, 
condiciones  y  sexos  que  tuvo  esta  asociación  singu- 
lar, sesenta  y  cuatro  fueron  ya  Beatificados  '  . 

La  situación  se  agravó  más  por  la  denuncia  que 
hizo  un  capitán  holandés  de  la  llegada  de  los  PP.  Zú- 
ñiga  y  Flores,  el  primero  agustino  y  dominico  el  se- 
gundo, que  se  hallaban  en  el  barco  del  traidor.  Los 
dos  confesores  y  un  japonés,  vecino  de  Manila,  fue- 
ron quemados  á  fuego  lento  por  no  querer  abjurar 
de  la  fe  cristiana;  un  terciario  dominico  y  doce  cofra- 
des del  Rosario  padecieron  á  su  vista,  al  filo  de  la 
espada  (1622).  Los  gobernadores  quisieron  entonces 
hacer  alarde  de  su  celo  en  cumplir  las  órdenes  del 
emperador,  y  prepararon  el  Gran  Martirio. 

Treinta  confesores  escogidos  salieron  de  la  cárcel 
de  Nangasaqui  para  ser  decapitados  :  de  la  de  Omu- 
ra  se  tomaron  veintidós  religiosos  y  seis  seglares , 

'     Puede  verse  el  curioso  libro  Triunfo  del  Rosario  en  el  Japón,   del  cual 
hicimos  segunda  edición,  Manila^  1667. 


154  ^^  Orden  de  Predicadores. 

condenados  á  morir  á  fuego  lento.  Nada  más  impo- 
nente y  conmovedor  que  ese  cortejo  de  cincuenta  y 
ocho  víctimas  que  iban,  henchido  de  gozo  el  corazón, 
á  teñir  sus  blancas  estolas  en  la  sangre  del  cordero. 
Intimada  la  sentencia  de  muerte,  las  dos  falanges  se 
declararon  dispuestas  á  la  ejecución.  Conducidos  los 
de  Omura  por  agua  á  Nangayé,  y  luego  á  caballo 
hasta  una  colina  cerca  de  Nangasaqui,  regada  ya  por 
la  sangre  que  veinticinco  años  antes  habían  vertido 
en  ella  veintiséis  mártires,  crucificados  y  canonizados, 
se  reunieron  allí  con  los  treinta  confesores  proceden- 
tes de  la  otra  cárcel.  Había  niños  y  niñas  de  quince, 
siete,  tres  y  dos  años,  madres  con  sus  hijos,  tercia- 
rios y  terciarias  de  la  Orden,  que  habían  cambiado 
los  elegantes  trajes  de  la  distinguida  sociedad  japo- 
nesa por  el  humilde  y  candido  cendal  de  Santo  Do- 
mingo, con  el  cual  se  habían  engalanado  para  com- 
parecer en  el  campo  del  honor.  La  grande  Orden  de 
Predicadores  contaba  allí  á  los  beatos  Alonso  de  Me- 
na. Ángel  Orsucci,  Francisco  de  Morales,  jacinto 
Orfanel,  José  de  San  jacii^to,  Alejo.  Domingo  y  To- 
más del  Rosario.  El  momento  solemne  se  aproxima- 
ba. María  Tocuam.  ilustre  terciaria,  viuda  de  un 
mártir,  pide  al  P.  Morales  la  bendición  y  se  apresta 
al  martirio  para  unirse  con  su  esposo;  otras  presen- 
tan á  sus  hijos,  y  el  heroísmo  raya  en  lo  increíble. 

La  ejecución  comenzó  por  los  treinta  y  tres  már- 
tires que  habían  de  ser  decapitados.  Todos,  hasta 
los  más  niños,  fueron  constantes  en  confesar  la  fe,  y 
treinta  y  tres  cabezas  rodaron  por  el   suelo  para  ser 


Apostolado  de  los  Dominicos  chañóles  en  Japón.      155 

levantadas  enfrente  de  los  confesores  condenados  á 
fuego  lento.  Distaba  éste  2S  pies  de  los  postes  á  los 
cuales  estaban  atados  los  mártires;  la  leña  era  verde, 
el  humo,  la  llama,  el  suplicio  prolongado  é  insoporta- 
ble. Dos  jóvenes  japoneses  se  desatan  de  sus  postes, 
salen  del  recinto,  y  piden  á  los  soldados  una  muerte 
más  dulce;  un  terciario  dominico  se  lanza  tras  ellos; 
los  exhorta,  y    los  tres   regresan  llenos   de  ardor   á 
abrazarse  con  el  abrasado  instrumento   del  suplicio. 
El  P.  Morales  se  paseaba  por  entre  las  llamas  infun- 
diendo á  todos  valor;  el  P.  .4ngel  Orsucci  se  elevaba 
de  la  tierra  en  dulcísimo  éxtasis,  y  el  P.  Jacinto   Or- 
ñmel  saludaba  á  los   circunstantes  y  sufría    lleno  de 
santo  júbilo  un  suplicio  de  diez  y   seis   horas,  mien- 
tras que  los  demás  sucumbían  á  una,  dos  ó  tres  horas 
de  padecer,  ¡l^iva  Jesús!  ¡l^iva  María!,  fueron  las  últi- 
mas palabras  de  todos  ellos  ' . 

Asi  se  consumó  el  Gran  Martirio  de  la  Iglesia  de 
Japón,  y  se  cumplió  la  profecía  de  Santa  Teresa  de 
Jesús:  Esta  Orden  Jiorecerá y  tendrá  ¡¡nichos  mártires. 
Al  día  siguiente  fueron  decapitados  en  Nangasaqui 
once  terciarios  de  la  misma,  y  á  los  dos  días  fueron 
quemados  e-n  Omura  el  P.  Tomás  de  Ziimárraga  y 
Fr.  Mando,  también  dominicos. 

La  constancia  de  los  mártires  escandeció  más  el 
odio  de  los  paganos,  que  se  dieron  á  inventar  gé- 
neros de  tormentos   desconocidos  y  que    las   leyes 

1  1£1  Beato  Orfanel  escribió  una  hermosísima  Relación  de  la  persecu- 
ción y  de  la  cárcel  de  Omura,  que  se  imprimió,  y  cuyo  MS.  se  con- 
serva en  nuestro  Archivo  de  Manila. 


156  La  Orden  de  Predicadora. 

del  pudor  nos  impiden  describir.  Hubo  confesor  que 
padeció  diez  y  siete  martirios  diferentes  antes  de  ser 
quemado  :  el  suplicio  del  agua,  de  las  tenazas,  del 
potro,  de  los  garfios  de  hierro,  del  plomo  derretido, 
de  las  cuerdas,  de  las  lesnas....  y  de  ver  morir  en  su 
presencia  á  toda  su  familia.  El  P.  Pedro  Kíiqiie^, 
después  de  prolongada  prisión,  precedida  de  un  apos- 
tolado á  la  altura  de  las  circunstancias,  recibióla  coro- 
na del  martirio  en  2S  de  Agosto  de  1624,  y  en  29  de 
Julio  de  1627  eran  asimismo  quemados  vivos  el  Pa- 
dre Luís  Beltráii,  Fr.  Mando  de  la  Crui,  Fr.  Pedro  de 
Santa  María  y  algunos  terciarios.  Fl  P.  Domingo 
Castellet  padeció  el  8  de  Setiembre  de  1628  con  dos 
religiosos  conversos. 

A  tanto  heroismo  tributó  la  Iglesia  los  honores 
merecidos.  El  6  de  julio  de  1867,  el  bondadoso  y 
santo  Pío  IX,  rodeado  de  brillante  cortejo  de  todo  el 
orbe  cristiano ,  beatificó  solemnemente  á  doscientos 
seis  mártires  de  la  persecución  que  ligeramente  he- 
mos bosquejado:  de  ellos  pertenecían  ciento  die{  á  la 
Orden  de  Predicadores  y  á  sn  Cofradía  del  Rosario. 
¡Gloria  á  Dios,  que  triunfa  en  sus  Santos! 

Los  Dominicos  continuaron  aún  por  algunos  años 
cultivando  la  viña  del  Japón,  que  contaba  con  muchos 
millares  de  cristianos  ' .  En  1630  recibe  la  corona  del 
martirio  el  P.  Jacinto  £i-^///tr/,  y  siete  años  después 
los  PP.  Antonio  Goniáleí,  Guillermo  Conrtet,  Migue! 
Oiarata  y  Vicente  de  la  Cru^.  En  1640  fueron  dego- 

'     En  1638  todavía  tomaron  las  armas   ,  en    solo  el  reino  de  Arimas, 
37,000  católicos. 


Apostolado  de  los  Dominicos  empatióles  cu  Japón.       157 

Hados  los  embajadores  de  España,  y  se  fijó  en  Nan- 
gasaqui  el  siguiente  edicto:  «Mientras  que  el  so/ alum- 
bre la  tierra,  ningún  cristiano  se  atreva  á  venir  a  Japón: 
y  sepan  todos,  que  si  el  rey  de  España  en  persona, 
si  el  Dios  de  los  cristianos,  si  el  gran  Xaca  mismo, 
uno  de  los  primeros  dioses  de  Japón,  violan  esta  ley, 
serán  castigados  con  la  muer  te. ■» 

Sin  embargo,  los  PP.  Dominicos  aún  intentaron 
varias  veces  penetrar  en  aquella  misión  que  humea- 
ba con  la  sangre  de  sus  hermanos.  En  1647  'iiriba- 
ron  cinco  á  sus  puertos  :  la  entrada  era  imposible  :  los 
embarcaderos  tenían  el  suelo  cubierto  de  cruces,  que 
debian  ser  holladas  al  pasar.  Los  protestantes,  dice 
Koempfer,  se  han  sometido  á  todas  estas  debilidades 
en  interés  del  comercio.  El  Japón  se  cerró  hermética- 
mente por  espacio  de  dos  siglos  á  la  luz  del  Evange- 
lio, sin  que  tan  tenaz  persecución  pudiera  concluir 
con  los  adoradores  de  Cristo.  En  1856  se  han  dero- 
gado las  leyes  que  obligaban  a  los  europeos  á  pisar 
la  cruz:  algunos  misioneros  han  penetrado  en  aquel 
país,  y  no  olvidaremos  jamás  la  impresión  que  en 
nuestro  ánimo  produjo  la  presencia  de  un  domésti- 
co indígena  de  Mons.  Petitjean  ,  primer  Vicario 
Apostólico  de  la  nueva  Misión,  que  se  llamaba  Do- 
mingo desde  su  nacimiento,  y  que  nos  refirió  cómo 
toda  su  fomilia  permanecía  católica,  careciendo  de  sa- 
cerdotes en  tan  largo  lapso  de  tiempo. 


IX. 


APOSTOLADO    DE  LOS    DOMINICOS    ESPAÑOLES    EN    TONKIN. 


ANSE  visto  los  trabajos  de  la  Orden  de  Pre- 
dicadores á  través  de  las  pampas  de  Amé- 
rica, de  los  desiertos  de  África  y  de  ios 
caudalosos  rios  y  seculares  bosques  de  Oriente.  E! 
relato,  aunque  incompleto,  ha  revelado  las  señales 
del  verdadero  apostolado  :  de  la  debilidad,  locura  y 
poder  de  la  Cruz  puestos  de  realce  en  todos  sus  pa- 
decimientos. Réstanos  aún  un  punto  aislado  de  esa 
gloriosa  arena,  el  reino  de  Tonkin,  al  cual  llegamos 
henchido  el  pecho  de  secreto  júbilo.  En  esa  tierra,  fe- 
cunda en  mártires,  la  Orden  de  Predicadores  ha  re- 
cogido numerosas  é  inmarcesibles  palmas  :  seis  Obis- 
pos, gran  número  de  religiosos,  asi  españoles  como 
indígenas,  muchos  individuos  de  la  Tercera  Orden,  y 
otros  más  del  clero  secular  y  de  catequistas  afiliados 
á  las  Casas  de  Dios,  han  confesado  el  nombre  de  Je- 
sucristo en  generoso  martirio.  Nada  más  heroico,  aun 
en  los  primeros  siglos  de  la  Iglesia;  nada  más  digno 


1 6o  La  Orden  de  Predicadores  . 

de  llamar  nuestra  atención,  y  de  excitar  en  los  cora- 
zones de  lajuventud  levitica  una  santa  emulación. 

Las  primeras  excursiones  de  los  Dominicos  espa- 
ñoles en  el  país  que  constituye  hoy  el  imperio  de 
Annán  (Tonkin,  Cochinchina  y  parte  del  Laos  y  de 
la  Camboja  antigua),  están  rodeadas  de  nebulosida- 
des históricas.  Más  atentos  á  convertir  pueblos  que  á 
registrar  sus  heroicos  trabajos,  fué  preciso  que  el  Pa- 
dre Galamini,  General  de  la  Orden,  les  intimase  un 
precepto  formal  que  pusiera  término  á  tan  excesivo 
silencio.  En  i  s88,  el  P.  Pedro  de  la  Bastida  muere 
en  Camboja,  asaeteado  porlos  infieles;  su  compañero, 
el  P.  Juan  de  Maldonado,  herido  por  una  bala,  se 
salva  á  nado,  llega  á  Sián,  y  escribe  lleno  de  júbilo 
á  sus  hermanos  de  Filipinas,  porque  muere  á  la  vista 
de  Cochinchina.  El  P.  Diego  Adiiarte  penetra  en  Co-' 
chinchina  en  1S96,  y  su  misión,  inaugurada  bajo  los 
mejores  auspicios,  fracasa  por  las  sospechas  que  in- 
funde al  soberano  la  presencia  de  soldados  españoles, 
que  se  batieron  como  leones,  quedando  herido  en  la 
refriega,  y  en  la  asistencia  desús  compatriotas,  el 
futuro  Obispo  de  Nueva-Segovia.  Por  eso  exclamaba 
el  P.  Navarrete:  «Nada  de  protección  armada  en  las 
incursiones  evangélicas;  mueran  los  misioneros  como 
murió  Cristo  y  los  apóstoles;  la  tierra  no  produce  al- 
mas si  no  está  regada  con  sangre  ' .» 

Cualquiera    que   haya   sido  el  resultado  de  esas 
primeras  tentativas,    los   Dominicos     españoles  no 

I     Tratado  histórico  de  la  Monan¡uía  China. 


Apostolado  de  los  Dominicos  emanóles  en  Toiikin.       i6i 

se  establecieron  definitivamente  en  Tonkín  sino 
en  1876,  llamados  por  el  Sr.  Pallú,  obispo  de  Helió- 
polis,  y  primer  Vicario  apostólico  de  aquella  misión, 
ya  floreciente  entonces  y  proscrita  por  las  leyes  civi- 
les. El  éxito  de  los  trabajos  iniciados  por  los  PP.  Juan 
de  la  Cnii,  Juan  de  Arjona  y  Dionisio  Morales,  y 
continuados  hasta  nuestros  dias  en  medio  de  perse- 
cuciones sangrientas,  fué  verdaderamente  prodigioso. 
No  permitiendo  los  límites  de  este  estudio  seguir  la 
historia  gloriosa  de  ese  apostolado,  contentémonos 
con  presentar  un  cuadro  del  estado  de  la  misión  do- 
minicana, que  creemos  sea  hoy  la  más  floreciente  de 
la  Iglesia. 

El  reino  de  Tonkin  cuenta  más  de  10,000  mu- 
nicipios y  de  18.000,000  de  habitantes.  Está  dividido 
por  un  gran  río,  que  tiene  al  Occidente  los  dos  Vica- 
riatos  apostólicos,  servidos  por  la  Congregación  de 
Misiones  extranjeras,  y  al  Oriente  los  tres  Vicariatos 
apostólicos  de  Dominicos  españoles.  No  hay  actual- 
mente más  misioneros  que  los  citados  en  el  reino  de 
Tonkín.  Los  tres  Vicariatos  formados  y  confiados  á 
la  Orden  de  Predicadores  se  llaman  Central,  Oriental 
y  Septentrional,  y  cuentan  con  el  siguiente  personal: 

Obispos  Vicarios  apostólicos 3 

Obispos  Coadjutores 3 

Misioneros    Dominicos 28 

Presbíteros  seculares    indígenas 74 

Clérigos  no  Presbíteros 30 

Catequistas 291 

II 


1 62  La  Orden  de  Predicadores. 

Colegios    Seminarios 6 

Estudiantes  en  dichos  colegios 980 

Beateríos  de   religiosas   (después  de  la 

persecución) 21 

Religiosas  (lacasi  totalidad  Dominicas).  497 

Hospicios  de  la  Santa  Infancia 7 

Niños  recogidos,  óbautizados  ///  articulo 

uiortis  (último  año) 70.168 

Como  se  ve,  la  Misión  de  Tonkín  constituye  un 
verdadero  ejército  puesto  en  orden  de  batalla,  y  nadie 
sospecharía,  al  enterarse  del  cuadro  anterior,  que  hu- 
bieran soplado  sobre  ella  en  los  últimos  años  los 
vientos  de  una  persecución  que  no  conoce  apenas 
semejante  en  la  historia.  Para  completar  el  cuadro, 
añadiremos  los  siguientes  datos,  tomados  de  1882: 

Número  de  católicos 220,000 

Cristiandades 940 

Distritos,  agrupación  de  cristianda- 
des con  misionero 56 

Iglesias   ó  capillas 796 

Comuniones  administradas  en  nueve 

meses 227,786 

Población  infiel  de  los  tres  Vicaria- 
tos, unos 9.000,000 

Aunque  mucho  se  ha  adelantado,  mucho  más  es 
lo  que  resta  aún  por  hacer.  La  población  cristiana  es 
el  2,44  por  100  de  la  población  infiel.  Sin  embargo, 


Apostolado  de  los  Dominicos  emanóles  cu   Tonkin.      163 

es  tal  la  índole  de  aquel  pueblo  y  tan  grande  el  ascen- 
diente de  nuestra  religión  y  de  nuestros  misioneros, 
y  hasta  de  nuestra  patria  para  con  sus  autoridades, 
que  con  pocos  años  de  paz,  y  á  ser  posible  aumentar 
los  recursos  materiales  y  el  número  de  misioneros, 
la  cruz  dominaría  por  completo  en  el  reino  de  Ton- 
kin. ¡Cuántas  vocaciones  se  malogran,  que,  bien  di- 
rigidas, pudieran  ir  á  ese  reino  á  tejerse  inmarcesible 
corona  de  merecimientos!  ¡Cuántos  capitales  se  em- 
plean en  nuestra  patria  en  obras  de  escaso  interés, 
que,  colocados  en  Tonkin,  darian  á  sus  donantes  el 
-ciento  por  uno  en  esta  vida  y  después  la  gloria  eterna! 
Non  fecit  taJiter  oiiiiü  nationi.  No  hay  nación  que 
pueda  gloriarse  de  un  apostolado  como  el  que  Espa- 
ña tiene  en  el  imperio  de  Annán;  pero  quizás  no  la 
haya  tampoco  que  viva  más  olvidada  de  esas  verda- 
deras grandezas.  Completando  el  anterior  pensamien- 
to del  Salmista,  pudiéramos  aplicarle  en  sentido  in- 
verso: Jiidicia  siia  non  manifestavit  ei. 

Todo  allí  es  admirable:  el  número  de  catequis- 
tas, de  seminaristas,  de  sacerdotes  indígenas  y  de 
religiosas ,  que ,  girando  en  torno  del  misionero 
europeo  y  obedeciendo  á  sus  indicaciones  ,  constitu- 
yen la  fuerza  de  propaganda  de  aquella  misión,  y  la 
han  hecho  invencible  en  las  persecuciones;  pero  es 
admirable  sobre  toda  ponderación  lo  que  allí  se  llama 
la  Casa  de  Dios,  secreto  misterioso  del  vigor  y  de  la 
savia  que  circula  por  las  venas  de  aquella  cristiandad. 
En  la  Casa  de  Dios  st  recibe  á  los  niños,  muchas  ve- 
-ces  desde  la   edad  de  cuatro    años,    para  enseñarles 


164  La  Orden  de  Predicadores. 

desde  los  caracteres  sínicos  y  las  matemáticas  hasta 
el  latín  y  la  teología  moral.  El  obispo,  el  misionero, 
el  presbítero  secular,  los  catequistas  y  los  estudiantes 
y  sirvientes,  forman  una  comunidad  numerosa,  donde 
se  vive  en  perfecta  vida  común,  se  guarda  el  celiba- 
to, se  practican  las  virtudes^  cristianas  y  se  acude  á 
la  oración,  lectura,  examen  y  oficio  canónico  con  la 
regularidad  de  un  convento  de  estricta  observancia. 
Allí  se  cultivan  las  hermosas  plantas  que  después 
se  convierten  en  seminaristas,  catequistas,  presbíte- 
ros seculares  ó  religiosos  dominicos,  según  la  voca- 
ción, talento  y  virtudes  de  cada  cuál.  Los  catequis- 
tas son  de  tres  clases  :  v icecate quistas, ,  catequistas  y 
maestros  catequistas :  al  último  grado,  en  el  cual  se  les 
permite  predicar,  sólo  se  llega  pasando  por  los  ante- 
riores, mereciéndolo  con  obras  distinguidas  y  á  la 
edad  de  cuarenta  años. 

Sin  hablar  de  los  Terciarios  Dominicos,  que  de 
tanto  auxilio  son  para  los  misioneros  y  tan  gloriosa- 
mente han  sabido  morir  por  la  fe,  las  religiosas,  ya 
Dominicas,  ya  amatrices  de  la  Cruz,  desempeñan  en 
la  misión  un  papel  de  suma  importancia.  Viven  con 
austeridad,  pobreza  y  mortificación;  sus  casas  son  po- 
brisimas,  su  alimento  frugal,  los  ayunos  y  las  disci- 
plinas muy  frecuentes.  Estos  ángeles  de  caridad, 
además  de  asistir  á  los  niños  de  la  Santa  Infancia,  re- 
corren el  país  de  dos  en  dos,  y  con  el  pretexto  de 
vender  pildoras  y  otros  remedios  caseros,  y  preva- 
liéndose de  la  libertad  concedida  á  la  mujer  por  las 
costumbres,  visitan  á   los  enfermos,  les  hablan    del 


Apostolado  de  los  Dominicos  emanóles  eh  Tonkín      1 6  5 

reino  de  Dios,  preparan  el  camino  al  catequista  y  al 
misionero,  y,  sobre  todo,  bautiz¿m  á  los  niños  mori- 
bundos, hijos  de  infieles,  que,  sin  esa  ingeniosa  cari- 
dad, no  verían  jamás  lucir  para  ellos  el  día  de  la 
bienaventuranza.  En  tiempo  de  persecución,  esas  qui- 
nientas mujeres  (antes  de  la  última  persecución  eran 
más)  son  la  providencia  visible  del  misionero. 

Tanto  los  catequistas,  como  las  religiosas,  se  ocu- 
pan en  preparar  á  los  niños  para  la  primera  comu- 
nión y  en  ayudar  á  los  adultos  á  examinar  su  con- 
ciencia y  á  excitarse  á  dolor;  buscan  á  la  oveja  des- 
carriada, exhortan  á  los  morosos,  é  instruyen  á  los 
catecúmenos.  Así  la  acción  del  misionero  es  más  ex- 
pedita y  más  rápida,  pudiendo  en  una  noche  confesar 
á  muchísimas  personas.  El  penitente,  instruido  y  pre- 
parado por  el  catequista,  recibe  una  contraseña,  por 
la  cual  conoce  el  confesor  el  grado  de  instrucción  y 
demás  circunstancias  exteriores  que  puedan  facilitar 
la  pronta  y  acertada  administración  del  sacramento. 
Generalmente  un  sacerdote  indígena  da  el  último  to- 
que á  esa  labor  de  preparación. 

No  se  ordenan  ,  por  punto  general ,  estos  presbí- 
teros sino  á  la  edad  de  cuarenta  años.  Los  tonquinos, 
educados  en  la  ignorancia  y  la  superstición,  son  muy 
tardos  para  el  estudio  de  las  ciencias  abstractas  y 
de  la  lengua  latina,  y  sus  facultades  intelectuales  ape- 
nas se  desarrollan  hasta  los  veinte  años  de  edad.  En- 
tonces comienzan  el  estudio  del  latín,  largo  y  penoso 
por  la  escasa  relación  que  tiene  esta  lengua  con  la 
.annamita;  pasan  á  uno  de  los  grados  de  catequistas; 


1 66  La  Orden  de  Predicadores. 

comienzan  á  los  treinta  años  el  estudio  de  la  teolo- 
gía moral,  que  dura  cuatro  años;  y  en  la  edad  ma- 
dura, y  bien  probados,  son  elevados  al  sacerdocio. 
Luego  veremos  que  han  honrado  al  estado  con  nu- 
merosos martirios. 

Estos  presbíteros,  sean  seculares  ó  regulares,  visi- 
tan periódicamente  el  distrito  que  les  está  señalado, 
permaneciendo  en  cada  cristiandad  el  tiempo  necesa- 
rio para  juzgar  las  diferencias  de  los  fíeles,  instruir- 
los, reconciliarlos  con  los  enemigos,  organizar  las 
cofradías  y  arreglar  los  asuntos  todos  del  minis- 
terio: es  la  ocupación  del  día.  Por  la  noche  vienen  los 
fieles  á  confesarse.  El  sacerdote  ocupa  una  choza  (ó 
una  barquilla  en  el  centro  de  un  río,  si  hay  persecu- 
ción), y  á  la  parte  exterior  están  los  penitentes,  que 
se  acercan  pdr  turno  á  una  ventanilla  con  celosías. 
Así  permanecen  muchas  veces  toda  la  noche,  sin  que- 
jarse de  las  inclemencias  del  tiempo. 

Aunque  los  obispos  y  los  misioneros  europeos  no 
puedan  siempre  descender  á  todos  los  detalles  rese- 
ñados, ocúpanse  en  la  dirección  de  los  seminarios, 
enseñanza  de  la  moral,  oír  confesiones  y  mantener 
ese  organismo  prodigioso,  característico  de  la  misión 
de  Tonkín.  Residen  en  los  centros  más  populosos, 
donde  la  afluencia  es  mayor  y  las  ceremonias  del  cul- 
to más  solemnes.  Cuando  el  Vicario  apostólico  hace 
la  visita  pastoral,  lleva  consigo  catequistas  ysacerdo- 
tes  europeos  ó  indígenas,  y  un  gran  movimiento  se 
efectúa  por  todas  partes.  Y  si,  como  ahora  sucede, 
los  mandarines  son  propicios,  ó  al  menos  tolerantes,. 


Apostolado  de  los  Dominicos  españoles  en  Tonkín.     167 

la  mies  es  inmensa,  y  ios  operarios  sucumben,  ex- 
tenuadas sus  fuerzas  bajo  el  peso  del  ministerio.  Los 
paganos  se  mezclan  con  los  neófitos  para  asistir  á  las 
funciones  religiosas,  y  al  ver  la  caridad  de  los  fieles 
y  la  dicha  en  que  rebosan,  piden  muchos  el  bautismo, 
exclamando,  como  en  los  primeros  siglos  de  la  Igle- 
sia :  ¡Cómo  se  aman! 

Sólo  hemos  apuntado  una  parte  del  ministerio  en 
esa   misión  incomparable.  El  misionero  católico  abra- 
za allí,  en  la  universalidad  de  su    caridad,  todas    las 
miserias  humanas,  y  se  hace,  como  el  Apóstol,  todo 
para  todos,  á  fin  de  ganarlos  á  todos  para  Cristo.  La 
religión  no  olvida  á  nadie    en  su    pobreza  y  en  sus 
aflicciones,  y  encuentra  recursos  para  los  niños  aban- 
donados, para  los  huérfanos,  para  los  ancianos,  para 
los  ciegos,  para  los  leprosos,  para    las   viudas  desti- 
tuidas de  todo   amparo,  y  para   cuantas   indigencias 
que  de  uno  y  otro  sexo  constituyen  los  tesoros  de  la 
Iglesia  de  Jesucristo. 

Una  reseña  de  las  persecuciones  padecidas  por  la 
Iglesia  de  Tonkin  completará  este  cuadro  maravilloso. 
Cuando  en  1676  llegaron  á  las  playas  annamitas 
los  PP.  Juan  de  la  Cruz  y  Arjona,  sólo  había  en  la  mi- 
sión un  Vicario  apostólico  y  dos  PP.  Jesuítas.  La  re- 
ligión estaba  proscrita;  pero  el  fruto  de  los  citados 
PP.  y  del  P.  Morales,  que  llegó  dos  meses  más  tarde, 
fueron  inmensos.  Presos  éste  y  el  P.  Arjona,  fueron 
conducidos  á  Batavia  y  luego  á  Am.sterdam,  pade- 
ciendo más  del  furor  de  los  sectarios  holandeses  que 
de  los  mismos  paganos.  Nuevo  refuerzo  de  Domini- 


1 68  La  Orden  de  Predicadores. 

eos  vino  á  robustecer  la  misión,  á  p3s:ir  de  la  perse- 
cución sangrienta  que  se  le  hacía.  En   1701   habla  ya 
20  iglesias  y  habían   recibido    el  bautisniD  más  de 
20,000  tonquinos.  El  papa  Inocencio  XII,  conmovidD 
por  tan  rápidos  progresos,  nombró  Vicario  apostóli- 
co al  P.  Raimundo  Lezzoli,  y  desde  entonces  la  parte 
oriental  del  gran  río   que  divide  á  Tonkín,  está  go- 
bernada por  Vicarios   apostólicos  tomados  de  la   Or- 
den de  Predicadores.  Desde  1676  hasta    lysi   entra- 
ron en  Tonkin  98  Dominicos  españoles:  de  ellos,  87 
habían  muerto  en  la  brecha,  después  de  consagrar  su 
vida  al  apostolado,   2   habían   recogido  la  palma  del 
martirio,    y  los  once  restantes  tenían  ya  una  Iglesia 
de  60,000  almas.  La  persecución  de  esta  misión  pue- 
de decirse  que  fué  continuada,  pero  empezó  á  arreciar 
desde  171Q.  De  los  164  templos  que  tenían   los  Do- 
minicos, sólo  uno  se  salvó,  por  su  apariencia  de  casa 
particular:     31  s   cristianos  fueron   atormentados   y 
marcados  con  la  señal  de  hombres  de  Cristo. 

Creció  la  persecución  en  1722  y  1732,  muriendo 
mártires  un  jesuíta  y  once  annamitas,  y  animándose 
tanto  los  fieles,  antes  tímidos  y  cobardes,  que  desde 
entonces  viene  confirmándose  en  Tonkín  el  dicho  de 
Tertuliano:  <^La  sangre  de  los  mártires  es  semilla  de 
cristianos.»  En  1743  el  P.  Gil  de  Federich  cayó  en 
manos  de  los  esbirros,  y  en  dos  años  de  prisión  y  de 
torturas,  oyó  en  la  cárcel  8,123  confesiones,  y  bauti- 
zó á  Ó3  adultos  y  á  41  párvulos.  Otro  Dominico,  el 
P.  Mateo  Alonso  de  Liciniana,  después  de  once  años 
de  ruda  persecución,  fué  también  preso;   y   los  dos 


Apostolado  de  los  Dominicos  chañóles  en  Tonkín.  i6g 
venerables,  habiendo  sufrido  interrogatorios  y  moles- 
tias sin  cuento,  fueron  decapitados  por  la  fe  el  2}  de 
Enero  de  174=).  Otros  dos  hijos  de  Santo  Domingo, 
el  P.  Jacinto  Castañeda  y  el  P.  Vicente  Liem  de  Pa^, 
sufrieron  en  1773  la  misma  pena  con  heroica  costan- 
cia.  Los  procesos  de  estos  cuatro  mártires  están  apro- 
bados por  la  Sagrada  Congregación  de  Ritos. 

Después  de  algunos  años  de  paz  relativa,  subió  al 
trono  imperial  el  sanguinario  Minh-Manh,  que  decla- 
ró odio  y  guerra  mortal  á  la  religión  y  á  sus  minis- 
tros, acentuándose  más  su  furor  desde  1838.  En  dos 
años  solamente  la  Orden  de  Santo  Domingo  envió  al 
cielo  once  mártires  esforzados,  entre  ellos  al  limo.  Se- 
ñor D.  Fr.  Ignacio   Delgado,   anciano  lleno  de  dias, 
que  contaba  sesenta  y  un  años  de  edad  y  cuarenta  y 
cuatro  de  obispo;  al  limo.  Sr.  D.   Fr.  Domingo  He- 
nares, también  de  setenta  y  un  años,  y  de  treinta  y 
siete   de  pontificado;   al  P.  José  Fernández,  Vicario 
provincial,   de  sesenta  y  cuatro  años  de  edad,   y  á 
otros  ocho    sacerdotes,  todos  ellos  decapitados.  Mu- 
chos sacerdotes  indígenas,  catequistas  y  simples  fie- 
les, sufrieron  la  misma  pena.  La  cristiandad,  sin  em- 
bargo,   iba  en   aumento :  al  decrecer   la  persecución 
promovida  por  Minh-Manh,   había   169,252  cristia- 
nos,  y  el   nuevo  Vicario  apostólico,  P.   Herinosilla, 
creó  el  vicariato  llamado  Central ,  á  fin  de  prepararse 
para  nuevas  lides. 

No  tardaron  éstas  en  presentarse.  La  vista  de 
unas  naves  francesas  en  las  aguas  de  Tonkín  excitó 
los  recelos  del  emperador  Tu-Duc  (muerto  en  1883), 


I  JO  La   Orden  de  Predicadores. 

quien  renovó  en  1854  los  decretos  de  exterminio  de 
su  abuelo  Minh-Manh,   poniendo  por  todas  partes 
cruces  para  descubrir  á  los  cristianos,  que  habían  de 
negarse  á  hollarlas.  Saqueó  y  arrasó  las  cristiandades, 
dispersó  y  desterró  á  los  fieles ,  autorizó  á  los  paga- 
nos para  que  tomasen  por  mujeres  á  las  doncellas 
cristianas,  sin  contar  con  la  voluntad   de    éstas,   é 
inventó  tantos  géneros  de   tormentos  ,   que  su  saña 
provocó  una  protesta  sorda,  pero  profunda,  de  parte 
de  los  mismos  infieles,  espantados  de  tanta  crueldad. 
A  cuantos  neófitos  se  negaban   á  apostatar  de  la  fe 
de  Cristo  se  atormentaba  inhumanamente  antes  de 
condenarles  á  la  última  pena :  azotes  sangrientos  con 
puntas  de  metal;  tenazas  candentes  y  frías;  descuar- 
tización;  estrangulación;    potro;  puntas  de  caña  in- 
troducidas entre  las  uñas  y  las  yemas  de  los  dedos, 
y  exposición  al  sol  tropical  con  el  tormento  de   la 
canga.  Eran  unos  atados  de  dos  en  dos  y  arrojados  á 
los  ríos;  otros  enterrados  vivos  en  grandes  y  profun- 
das fosas;  otros  abrasados  dentro  de  las  prisiones,  á 
las  cuales  se  prendía  fuego ,  y  los  restantes  degolla- 
dos. Las  doncellas  eran  además  entregadas  á  la  las- 
civia de  los  paganos.  Pasaron  de  10,000  las  víctimas 
de  esta  matanza  formidable. 

Duró  esta  persecución  desde  i8s6  hasta  1862, 
mereciendo  la  palma  del  martirio  39  religiosos  de 
Santo  Domingo  ;  más  de  2.000  causas  de  catequis- 
tas, alumnos  de  la  Casa  de  Dios  y  cristianos,  fueron 
remitidas  á  Roma  para  la  beatificación.  En  la  imposi- 
bilidad de  reseñar  las  actas  de  estos  atletas  esforza- 


Apostolado  de  los  Dominicos  emanóles  en  Tonkin .      171 

dos,  séanos  lícito  nombrar  al  limo.  Sr.  D.  Fr.  José 
Díni  Sanjnrjo,  Vicario  apostólico,  decapitado;  al 
limo.  Sr.  D.  Fr.  Melchor  García  Sampedro  ,  Vicario 
apostólico,  horriblemente  descuartizado;  al  ilustrísi- 
mo  Sr.  D.  Fr.  Jerónimo  Hermosilla ,  Vicario  apostó- 
lico, decapitado,  y  á  los  angelicales  PP.  Valentín 
Berrio-Ochoa  y  Pedro  Aliuatú,  también  decapitados. 
El  tratado  concluido  entre  el  imperio  de  Annán  y  las 
dos  naciones  que  llevaron  á  cabo  la  expedición  fran- 
co-española, garantizó  para  en  adelante  la  libertad  de 
la  religión  cristiana,  regada  con  la  sangre  de  tantos 
mártires.  ¡QLiiera  el  cielo  que  las  tentativas  de  Fran- 
cia no  traigan  sobre  Tonkin  nuevos  días  de  luto! 


X. 


OBISPOS  Y  ALTOS  DIGNATARIOS  ESPAÑOLES  DE  LA  ORDEN  DE 

PREDICADORES 


I  Santo  Domingo  de  Guzmán  se  propusoque 
su  Orden  fuese  plantel  de  obispos,  sino  de 
apóstoles  y  doctores,  ni  hemos  de  tejer  aquí 
la  historia  de  doscientos  beneméritos  prelados  y  de 
ocho  cardenales  que  las  iglesias  de  España  tomaron 
de  la  Orden  de  Predicadores  ' .  La  frecuencia  con  que 
los  romanos  pontífices  y  los  reyes  echaban  mano  de 
los  Dominicos  para  regir  las  diócesis,  alarmó  profun- 
damente á  los  Maestros  Generales  de  la  Orden,  te- 
merosos por  una  parte  de  que  foltasen  las  vocacio- 
nes si  el  claustro  no  amparaba  á  sus  adeptos  contra 
las  grandezas  humanas ,  y  apenados  por  otra  de 
que  se  privara  al  instituto  de  sus  legítimas  glorias. 
Así  San  Raimundo  de  Peñafort,  apenas  elevado  al 
supremo  jerarcado  de  la  Orden,  pide  al  Papa  que  no 

'  Nos  referimos  únicamente  á  las  iglesias  Jilológicamcnte  españolas, 
no  á  las  que  en  Italia  y  Flandes  radicaban  en  dominios  de  la  Monarquía. 
En  este  caso,  el  solo  cardenal  arzobispo  de  Benavente  (después  Benedic- 
to XIII)  merecía  un  libro. 


1^4  La  Orden  de  Predicadores. 

ocupe  á  sus  religiosos  en  prelacias  ni  en  comisiones 
especiales  que  los  aparten  de  la  predicación  y  la  en- 
señanza; y  el  venerable  Humberto  de  Romanos,  al 
saber  la  promoción  de  San  Alberto  Magno  á  la  silla 
de  Ratisbona,  se  aflige  profundamente,  le  conjura  á 
que  no  deje  caer  semejante  mancha  en  las  glorias  de 
una  Orden  que  tanto  le  ama,  y  le  asegura  que  sería 
menor  su  pena  si  le  viera  en  la  tumba  que  sentado 
en  la  cátedra  episcopal.  Todo  en  vano.  Santo  Tomás 
había  enseñado  que  el  estado  religioso  se  compara  al 
estado  episcopal,  como  el  estudio  al  magisterio,  como 
la  disposición  de  los  materiales  á  la  perfección  de  la 
obra;  de  tal  manera,  que  el  voto  mismo  de  no  acep- 
tar esa  dignidad  puede  ser  hasta  ilícito,  si  implica  el 
propósito  de  sustraerse  finalmente  á  los  deberes  de 
justicia  y  caridad  que  á  todo  individuo  ligar  pueden 
en  ciertos  casos  respecto  al  bien  general  de  la  muche- 
dumbre '.  Así  lo  comprendieron  los  romanos  pontí- 
fices y  reyes  católicos,  y  fuerza  es  confesar  que  los 
religiosos  Dominicos  no  defraudaron  sus  esperanzas. 
La  primera  figura  que  se  ofrece  á  nuestra  consi- 
deración en  la  gloriosa  galería  de  prelados  Dominicos 
es  la  de  Nicolás  Rosell,  primer  cardenal  de  la  corona 
de  Aragón,  creado  en  n^ó.  Aparte  de  los  servicios 
inapreciables  ciertamente  que  prestó  á  la  patria,  arre- 
glando las  diferencias  del  Rey  con  el  Papa,  la  historia 
nos  le  presenta  como  uno  de  los  más  notables  pro- 
vinciales que  gobernaron   los   conventos  de  España, 

I     5íí)Wíi  Teológica,  Sec.  Sec.  Part.,  c.  clxxxv,  art.  2  y  8. 


Óbitos  y  altos  dignatarios  españoles  de  la  Orden.     175 

dotado  de  erudición  pasmosa  ,  espléndido  en  sus  dá- 
divas á  los  pobres,  y  adornado  de  todas  las  virtudes. 
Fué  inquisidor  general  de  Aragón,  fundó  el  monaste- 
rio de  Monte  Sión  en  Barcelona,  y  trabajó  con  celo  y 
acierto  para  extirpar  los  errores  de  los  begardos. — 
Sigue  cronológicamente  el  cardenal  Juan  de  Casanova 
(1430),  no   menos   benemérito  de  la  patria  por  sus 
gestiones  en  Roma,   adonde  le  envió   como  emba- 
jador el  rey  D.  Alfonso  de  Aragón.  Maestro  del  Sacro 
Palacio,  Penitenciario  apostólico  y  Teólogo  del  conci- 
lio de  Basilea,  fué  siempre  firme  sostén   del    Pontifi- 
cado.— El  cardenal  Juan  de  ro/'^//í'/wíz¿fí7    (1439),   ^'o 
del  primer  Inquisidor  General  de  España,  fué  una  de 
las  glorias  más  puras  del  siglo  xv,  por    sus  virtudes, 
por  su  actividad,  por  su  ciencia  y  por    sus   escritos. 
Maestro  del  Sacro  Palacio,  astro  luminoso  de  los  con- 
cilios de  Basilea  y  de  Florencia,  embajador  del  papa 
Eugenio  IV  ante  los  príncipes  de  Alemania  reunidos 
en  las  asambleas  de  Nurembergy  de  Majenza,  y  ante 
los  reyes  de  España,  Francia  é  Inglaterra,   presidente 
de  la  asamblea  de  Burges,  pacificador  de  las  revueltas 
promovidas  por  los  judíos  de  Toledo,   y  brazo  dere- 
cho del  citado  Pontífice  y  del  sucesor  Nicolás  V,  bien 
puede  decirse  que  ninguna  cuestión    de  carácter  in- 
ternacional se  resolvió  en  su  tiempo,  sin  que  en  ella 
le  cupiera  grande  gloria,  y  que   lleva  con  justicia  el 
título  de  defensor  de  la  fe  que  se  le  diera..  Como  sabio 
redacta  la  profesión  de  fe  para  los  griegos,    defiende 
la  verdadera  doctrina  de  la  forma  de  la  consagración, 
escrita  contra  sirios,  caldeos,    maronitas    y    mani- 


176  La  Orden  de  Predicadores. 

queos,  que   se  confiesan  vencidos    por  la  fuerza  de 
su  lógica;  mide  sus  fuerzas  intelectuales  con  el  céle- 
bre Tostado  y  le  vence,  y  nos  deja  casi  una  biblioteca 
de  escritos  interesantísimos.    Las    pobres    doncellas 
bendecirán  siempre  la   memoria  del   piadoso  y  mag- 
nánimo fundador  de  la  Cofradía  de  ¡a  Anunciación  de 
Roma,  que  sostiene  su  virtud  y  las  libra  déla  mise- 
ria.— Un  siglo  más  tarde  (1530)  aparece  la  hermosa 
figura  del  cardenal  García  de  ¿oúíwa   (1530),  reputa- 
do de  bastante  talla  para  suceder  al  cardenal  Cayeta- 
no en  el  supremo  Magisterio    de  la  Orden  de  Predi- 
cadores. Pastor   vigilantísimo,  adunólas  fuerzas  de 
todas  las  Ordenes  de  vida  activa  para  emprender  va- 
liente cruzada  contra   las  herejías   que  desolaban  el 
Norte  de  Europa,  gobernó  con  singular  prudencia  las 
iglesias  de  Osma  y  de  Sevilla,  desempeñó  el  impor- 
tantísimo cargo  de  Inquisidor  General,  y  presidió  los 
Consejos  de  Indias  y  de  Cruzada.  Veintidós  años  diri- 
gió la  conciencia  del  emperador  Carlos  V,  luchando 
no  pocas  veces  solo,  como  consejero  íntimo  del  sobe- 
rano, contra  las   impetuosidades  de  éste  y  las  adula- 
ciones de  los   cortesanos,    hasta    hacerse  dueño  de 
aquel  corazón  ardiente,  que  le  amó  entrañablemente 
y  le  llevó  á  su  coronación,  última  de   los  emperado- 
res de  Alemania    en  la  cual  tomaron  parte  los  Papas. 
No  sólo  los  conventos  de  la  Orden,  sino  las  doncellas 
de  Talavera  c^e  la  Reina,  deben  á  este  virtuoso  prela- 
do cuantiosísimas  limosnas. — Contemporáneo  del  an- 
terior (1538)  era  el  cardenal  Juan  Aívarez  de  Toledo, 
hijo  del  duque  de  Alba,  y  tan  ilustre  por  sus  campa- 


Obispos  V  LiJfos  dignatarios  cspaíiolcs  de  la  Orden.      177 

ñas  evangélicas  contra  los   herejes,  como  su  sobrino 
el  afamado  General  de  Flandes.  Fué  muy    penitente, 
distinguido  catedrático  de  la  universidad  de  Salaman- 
ca, obispo  deCórdoba  álos  treinta  y  seis  añosde  edad, 
arzobispo  más  tarde    de  Burgos  y  de  Santiago,  con- 
sejero intimo  y  confesor  del  papa  Pablo  IV. —  Distin- 
guióse como  catedrático    y    orador  el  cardenal  Jeró- 
nimo Javierre  (1607).  Dos   grandes  pensamientos  le 
preocuparon  mientras  desempeñó  el  generalato  de  la 
Orden:  las    misiones    extranjeras,   con  cuyo  objeto 
envió  operarios  á  Inglaterra,  América,   Armenia,  Fi- 
lipinas. China,  japón.  Abisinia  y  Congo,  y  el  mante- 
ner pura  y  sin  mancha  la  doctrina  de  Santo    Tomás 
ante  las  innovaciones   peligrosas    de  Molina  y  sus 
adeptos.  Erigió  en    universidades   los  conventos    de 
Valladolid ,  Zaragoza  y  Lérida;    y  Felipe    11,   que   le 
había  tomado  por  confesor  y  consejero,    obtuvo   el 
capeloparaese  ilustre  Grande  de  España  '. — También 
pertenecía  á  ilustre    prosapia  el    cardenal   Domingo 
Pimentel  (10^2),  hijo  de  los   condes  de    Benavente. 
Religioso  de    oración,    piedad  y  ciencia,  brilló  en  la 
corte  al  pronunciar  la  oración  fúnebre  de  Felipe  III, 
y  en  su  afán  de  ensanchar  el  reino  de  Jesucristo,  res- 
pondía á  las  persecuciones  de  los  idólatras  enviando 
nuevos  operarios  en  reemplazo  de  los  que  habían  su- 
cumbido á  la  fuerza  de  los  tormentos.  Gobernó  con 
dulzura,  celo  y  discreta  severidad  las  sillas  de  Osma, 
Córdoba  y  Sevilla,  y  fue  embajador  de  Felipe  IV  en 

•     Lo  eran   todos  los    Maestros  Generales    por  concesión  de   nuestros 
Reyes. 

12 


1^8  La  Orden  de  Predicadores. 

Roma. — Cierra  dignamente  esta  reseña  el  cardenal 
Manuel  García  Gil  (1878),  dignísimo  arzobispo  de 
Zaragoza,  padre  de  los  pobres  y  restaurador  de  la  ca- 
tedral del  Pilar.  Las  virtudes  de  este  varón  de  Dios 
están  aún  presentes  en  la  memoria  de  los  vivos,  como 
su  fervoroso  apostolado  en  las  provincias  de  Galicia, 
y  el  heroismo  de  su  caridad  durante  la  epidemia  del 
cólera  morbo,  cuando  el  célebre  Dominico  ocupaba  la 
silla  de  Badajoz.  La  reputación  de  sus  conocimientos 
teológicos  le  llevó  á  la  presidencia  de  la  sección  de 
fide  en  el  concilio  Vaticano  '. 

Como  modelos  de  obispos,  sobre  todo  en  épocas 
en  que  los  buenos  ejemplos  eran  raros,  baste  recor- 
dar los  nombres  de  algunos  insignes  Dominicos,  to- 
mados al  acaso  de  entre  su  coro  de  pontífices.  Andrés 
de  Alhalate.  fundador  de  la  gran   cartuja  de  Porta- 
Coeli,   embajador  de  D.  Jaime   1  en  Roma  y   tercer 
obispo  de  Valencia. — Manió  de  Zamora,  el  acrisolado 
Maestro  General,  obispo  de  Falencia. — Raimundo  de 
la  Puente,  gobernador  pontificio  déla  Marca  de  Anco- 
na,  distinguido  jurisconsulto,  canciller  delrey  de  Ara- 
gón y  obispo  de  Valencia  (1288) . — Guillen  de  Mon- 
eada, legado  del  Papa  Bonifacio  VIH,  obispo  de  Lérida 
(1294). —  Alfonso  de  Burgos  ,    capellán  mayor  de  la 
reina  Isabel,  obispo  de  Córdoba,  Cuenca  y  Palencia, 
cuyas  sedes  ilustró  con  su  santidad  y  con  sus  libera- 
lidades, en  un  siglo  de  guerras,   codicia,    lascivia  y 
simonía.  Dejó   monumentos  de  su  ciencia  y  de  su 

»     También  hubo  en  España  algunos  Legados  apostólicos   de  la  Orden 
de  Predicadores. 


Obispos  y  altos  digiiaíarios  españoles  de  la  Orden.     179 

virtud. — Pascual  de  Fontecasto,  obispo  de  Burgos 
(14^']),  prelado  de  eminente  santidad,  dice  Mariana, 
é  ilustre  por  sus  milagros. — Lope  'de  Barrientos,  pre- 
ceptor del  infante  D.  Juan,  gran  canciller  de  Cas- 
tilla, obispo  de  Segovia,  Ávila  y  Cuenca,  vasallo 
íidelisimo,  libertador  de  su  rey  de  la  opresión  ara- 
gonesa, salv¿idor  de  la  ciudad  efe  Cuenca  del  asedio  de 
los  navarros,  y  el  patricio  más  grande  de  su  siglo, 
sin  que  por  eso  desatendiera  los  deberes  pastoral  es. — 
El  P.  Beranguer  de  Landora,  XIII  General  de  la  Orden, 
Padre  del  concilio  de  Viena,  arzobispo  de  Compos- 
tela,  legado  de  Juan  XXII  en  Francia,  España  y  Por- 
tugal, restaurador  de  la  Universidad  de  Salamanca, 
á  la  cual  asignó  rentas  de  su  diócesis,  y  de  influencia 
poderosa  en  la  ruidosa  cuestión  de  los  Infantes  de  la 
Cerda. — Digno  remate  de  esta  edad  fué  Diego  De:{a, 
arzobispo  de  las  dos  mayores  iglesias  de  España,  Se- 
villa y  Toledo,  en  la  que  se  distinguió  por  su  amor  á 
los  pobres  y  su  diligencia  en  promover  el  decoro  del 
clero.  Ensayó  su  talento  y  su  ciencia  teológica,  con- 
fundiendo al  heresiarca  Pedro  de  Osma  :  los  Reyes 
Católicos  le  confiaron  la  formación  religiosa  y  litera- 
ria del  príncipe  D.  Juan;  él  fué  el  protector  decidido 
y  eficaz  de  Colón,  y  á  sus  gestiones  atribuye  el  grande 
almirante  el  descubrimiento  del  nuevo  mundo :  gran 
canciller  de  Castilla,  testamentario  de  la  reina  Isabel, 
capellán  mayor  y  consejero  fidelísimo  de  D.  Fernando. 
Por  respeto  á  la  memoria  del  cardenal  Jiménez  de 
Cisneros  no  diremos  que  el  P.  Deza  fué  el  mayor,  el 
más  sabio  y  el  más  santo  prelado  de  su  tiempo. 


1 8o  ¡M  Orden  de  Prcáicadorcs. 

En  el  siglo  de  oro  de  nuestras  glorias  marcha  á  la 
cabeza  de  los  obispos  españoles  el  Venerable  Barto- 
lomé de  los  Mártires,  arzobispo  y  señor  de  Braga, 
lumbrera  del  conciliodeTrento.gran  restaurador  déla 
disciplina  eclesiástica,  y  tipo  acabado  de  obispos. — 
Melchor  Cano,  obispo  de  Canarias,  de  carácter  infle- 
xible cuando  el  deber  ío  exigía,  de  corazón  magnáni- 
mo, oráculo  de  su  tiempo  y  descubridor  de  un  nuevo 
mundo  intelectual  en  su  inmortal  obra  De  Locis  Theo- 
logicis. — El  atribulado  Bartolon-,é  Carmina,  arzobispo 
de  Toledo,  tan  amante  de  los  pobres  como  celoso  de 
la  restauración  del  catolicismo  en  Inglaterra. — Diego 
Alvare:{,  elevado  por  Pablo  V  á  la  silla  de  Trani,  en 
Ñapóles,  por  su  brillante  defensa  de  la  doctrina  de 
Santo  Tomás  contra  los  ataques  de  los  molinistas,  en 
lascélebres  coniroversvAsdeauxilUs. — Pedrode  Tapia, 
que  recoge  iguales  triunfos  predicando  pobremente 
en  las  aldeas  que  derramando  torrentes  de  luz  en  las 
Universidades  de  Alcalá,  Coimbra  y  Salamanca,  ó 
que  gobernando  las  iglesias  de  Segovia,  Sigüenza, 
Córdoba  y  Sevilla.  —Jerónimo  de  ¿a/w/^tz,  orador  lleno 
del  espíritu  de  Dios,  según  el  testimonio  de  su  maes- 
tro San  Luís  Beltrán,  pozo  insondable  de  ciencia,  mo- 
delo de  predicadores,  á  quienes  deja  en  herencia  sus 
incomparables  Homilías,  y  obispo  de  Barbastro  y  de 
Albarracín. — Juan  Lópe;(,  historiador,  obispo  de  Cor- 
tona  y  de  Monópoli  (Ñapóles).  — Juan  de  Poriiigal,  de 
la  familia  de  Braganza,  obispo  de  Viseo. — Pedrode 
Herrera,  en  genio,  erudición  y  elocuencia  primer 
tomista  de  su  tiempo  en   la   academia  salmantina, 


Obispos  V  altos  dignatarios  españoles  de  la  Orden.     i8i 

obispo  de  Tuy,  y  Monroy,  Nava r rete  y  Rocaberti,  de 
quienes  ya  se  hizo  mérito. 

También  se  hizo  mención  en  este  estudio  de  ios 
PP.  Agustín  Dávila,  ^M'XoXoxwé  .Ledesiiia  y  Bernardo 
de  Albiirqiierqiie.  no  menos  notables  como  prelados 
de  Santo  Domingo  y  de  Oaxaca,  que  como  apóstoles 
de  las  Indias.  Julián  Garcés,  de  Tláscala;  Vicente  yal- 
verde,  de  Cuzco;  Bartolomé  de  Las  Casas,  áe  Chiapa; 
Fernando  y  Enrique  de  Tavora,  de  Madera  y  de  Goa; 
y  Tomás  y  Cristóbal  Torres,  de  Tucumana  y  de 
Santa  Fe,  han  sido  igualmente  mencionados. 

En  el  reinado  de  Carlos  III  destácase  la  figura  del 
P.  Francisco  Izquierdo  y  Tavira,  obispo  de  Lugo,  co- 
mo la  más  interesante  tal  vez  de  su  época.  Mereció 
en  vida  los  más  encomiásticos  elogios  de  los  Papas 
Benedicto  XIV  y  Clemente  Xlll.  y  murió  en  una  cama 
del  hospital,  que  le  costaba  once  reales  al  mes.  Cuan- 
to tenía  le  parecía  poco  para  los  pobres. 

Cual  apéndice  á  este  articulo,  insertaremos  el 
catálogo  de  los  Procuradores  Generales  que  la  provin- 
cia de  Filipinas  ha  tenido  acreditados  desde  su  funda- 
ción hasta  la  fecha  en  las  cortes  de  Madrid  v  Roma, 
con  indicación  de  los  cargos  que  se  les  han  confiado, 
como  premio  de  sus  virtudes. 

I . — Miguel  de  Beiiavides,  uno  de  los  fundadores  de 
la  misión  y  provincia  dominicana  de  Filipinas,  varón 
de  rara  ciencia  y  virtud,  misionero  de  chinos,  primer 
obispo  de  Nueva  Segovia  ,  arzobispo  de  Manila  y 
fundador  del  Real  Colegio  y  Pontificia  Universidad  de 
Santo  Tomás  de  aquellas  islas.  Nombrado  en  1591. 


1 82  La  Orden  de  Predicadores. 

2. — Diego  de  Soria,  fundó  el  Hospicio  de  Nuestra 
Señora  de  Guia,  llamado  vulgarmente  de  San  Jacin- 
to, en  Méjico,  para  que  en  él  esperaran  los  misione- 
ros la  nao  para  Manila.  Fué  obispo  de  Nueva  Cáceres. 
Nombrado  en  i  597. 

3. — Diego  Adiiarte,  una  de  las  figuras  más  inte- 
resantes de  la  historia  de  Filipinas.  Misionero  de 
Camboja,  donde  con  un  puñado  de  valientes  españo- 
les se  batió  en  honrosa  retirada  contra  un  ejército  de 
traidores.  También  evangelizó  en  Malaca,  Goa  y  Cei- 
lán.  Hizo  diferentes  viajes  á  Filipinas  y  á  Méjico  en 
interés  de  las  misiones,  escribió  un  gran  tomo  en 
folio  de  Historia  de  las  mismas,  y  murió  de  obispo 
de  Nueva  Segovia,  en  grande  opinión  de  santidad. 
Nombrado  en   i5o^, 

4. — Mateo  de  yUla,  ferviente  misionero,  de  gran- 
de actividad  y  abnegación.  Nombrado  sucesor  del 
P.  Aduarte  en  el  obispado  de  Nueva  Segovia.  se  negó 
á  aceptarlo.  En  1623. 

3. — Francisco  Carrero,  religioso  observantísimo, 
misionero  de  tagalos,  chinos  y  cagayanes,  cuyas  len- 
guas hablaba  perfectísimamente.  Débesele,  entre 
otras  obras.  El  Triunfo  del  Rosario  en  el  Japón. 
En  1637. 

6. — -Juan  Bautista  de  Morales,  intrépido  misionero 
del  Celeste  Imperio,  que  en  beneficio  de  sus  neófitos 
hizo  á  pié  el  viaje  desde  China  á  España.  Brilló  en  la 
enseñanza,  en  el  pulpito,  en  la  observancia  regular, 
en  su  celo  por  !a  conversión  de  infieles  en  Filipinas, 
Camboja  y  China,  en  la  corte  romana  explanando  los 


Obispos  y  altos  dignatarios  españoles  de  Ja  Orden.      183 

intereses  de  las  misiones,  y  en  las  prelacias  de  la  Or- 
den. No  tomó  posesión  del  obispado  de  Nueva  Cáce- 
res,  para  el  que  fué  nombrado.  En  1644. 

7. — Francisco  de  la  Trinidad.  Después  de  desem- 
peñar algunos  años  la  procuración,  envióle  S.  M.  al 
obispado  de  Santa  Marta,  en  la  América.  En  ibsi. 

8. — ^Juan  Lópe:{,  distinguido  catedrático  en  la 
universidad  de  Manila,  y  más  notable  aún  por  la  pru- 
dencia con  que  gobernó  las  sedes  de  Cebú  y  de  Ma- 
nila, y  las  tribulaciones  que  acibararon  los  últimos 
años  de  su  existencia.  En  16^7. 

9. — Juan  Polanco,  llamado  por  su  grande  ilustra- 
ción «la  luz  de  las  misiones    de  Fo-Kien  en  China,» 
donde  fué  azotado  por  la  fe.  Hizo  dos  viajes  á  Méjico 
con  misioneros,  y  cuando  se  aprestaba  para  el  tercero, 
asaltóle  la  muerte  en  Sevilla.  Varón  de  gran  santidad, 
obispo  electo  de  Nueva  Cáceres.   Llámanle  algunos 
autores  modelo  de  procuradores.  Nombrado  en  1663. 
10. — Domingo  Navarrete, catedrático  distinguido, 
misionero  infatigable,  y  autor  de  la  Historia  de  la  Mo- 
narquía China.  Sostuvo  brillantemente  en  Roma   la 
tesis  de  su  corporación  en  la  debatida  cuestión  de  los 
ritos,  que  fué  por  fm  resuelta  según   su  manera  de 
apreciarla.  Fué  arzobispo  de  Santo  Domingo.   Nom- 
brado procurador  en  1673. 

1 1 . — Ildefonso  Sand'in.  Consiguió  la  erección  en 
Universidad  del  Colegio  de  Santo  Tomás  de  Mani- 
la.  En  1678. 

12. — Francisco  K/7/(7/¿?¿z.  En  1690. 

13. — Antonio  D'tai.  Después  de  largos  trabajos 


184  ^'íí  Orden  de  Predicadores. 

soportados  valerosamente  en  las  misiones  de  China, 
fué  de  ellas  desterrado.  En  1697. 

14. — Francisco  González  Saiiipeífrn.  Fn  1708. 

is. — Bernardino  Membrire,  predicador  de  S.  M., 
asistente  del  General  de  la  Orden,  v  varón  de  rarísi- 
mas prendas.  En  1714. 

16. — ^Juan  Mateos.  Fn  1720. 

17. — Pedro  de  la  Peña.  Fn  1722. 

18. — Salvador  Co////m75.  Fn  1728. 

19. — ¥\-'Anásco Serrano,  distinguido  comohombre 
de  administración;  fué  el  primer  vicario  de  la  casa  de 
Puerto  Real.  Fn  174^. 

20. — ^^luan  Bautista  de  los  R'ios.  En  1770. 

21. — Sebastián  í^alverde.  Fn  1771. 

22. — Pedro  Miiñoi,  que  pasó  á  la  Procuración 
general  de  la  Orden.  Fué  nombrado  en  1806. 

23. — Francisco  M////70.V.  Distinguióse  por  sus  raras 
cualidades  para  el  desempeño  del  cargo.  En  1814. 

24. — Rafael  Serra.  Teólogo  muy  profundo,  y 
catedrático  distinguido.  Fn  182S. 

2S. — Francisco  Mí7/7í75.  Fundó  el  Real  Colegio  de 
Ocaña  para  plantel  de  misioneros.  Fn  1829. 

26. — Juan  Alvarez  del  Manzano.  Varón  de  raras 
prendas  para  los  negocios  v  el  trato  social,  v  muy 
asiduo  en  la  observancia.  Restituyóla  Procuración  á 
la  casa  que  hoy  ocupa.  En  18^9. 

27. — Antonio  Orge.  Profundo  teólogo  y  buen  ora- 
dor. Después  de  haber  sido  Rector  de  Ocaña  y  Pro- 
vincial de  España,  le  nombró  Su  Santidad  Comisario 
Apostólico.  Fn  184^. 


Obispos  V  altos  digiialarios  cSpañoks  de  la  Orden.      185 

28. — Jesualdo  Miñauo.  En  1849. 
2Q. — Vicente  Avala,  en  i8si,  murió  en  seguida 
de  haber  tomado  posesión.   Había  sido  Rector  de  la 
Universidad  de  Manila. 

30. — -José  María  Moran.  Una  de  las  glorias  más 
legítimas  de  la  Orden  en  el  presente  siglo,  como  ca- 
tedrático, misionero  y  escritor.  Su  obra  de  Teología 
Moral  en  tres  tomos  en  folio  acabará  de  imprimirse 
en  este  mes.  Varón  de  singular  virtud.  Elegido 
en  i8s2. 

31 . — Mariano  Ciiartero,  en  18S7  (véase  abajo). 
32 — ^^iosé  Fernández  CZ'í'íJ.  En  1860. 
3^. — Mariano  Citartero,   segunda  vez   en  1874, 
después  que  terminó  el  rectorado  del  Colegio  de  Oca- 
ña.    Sacerdote   de  vasta  erudición,  que  desempeñó 
brillantemente  en  la  Orden  cátedras  y   otros  cargos. 
Primer  obispo  de  jaro   (Filipinas),  donde  sigue.  En 
cinco  años  solamente  (1868  á  187S)  edificó  la  catedral, 
el  palacio,  el  seminario,  el  cementerio,  la  casa  para  los 
párrocos,  y  escribió  en  lengua  visaya  una  especie  de 
Enciclopedia  para  sus  diocesanos.   Es  además  autor 
de  una  Gramática  y  de  un  Diccionario  visaya.  Incan- 
sable en  el  pulpito,  en  las  visitas  y  en   todo   trabajo. 
Varón  pobrisimo  y  notable  en   todas  las  demás  vir- 
tudes. 

^A. — Antonio  Xavet.  en  186S.  Se  volvió  á  sus 
misiones  de  infieles  de  Nueva  Vizcaya,  donde  sigue. 
Muy  piadoso  é  instruido. 

1^. — Francisco  /?/m75, Rector quefué  de  la  Univer- 
sidad de  Manila,  de  singular  erudición,  muy  versado 


I  86  La  Orden  de  Predicadores. 

en  las  lenguas,  y  autor  de  un  Curso  de  Historia  Ecle- 
siástica en  tres  tomos.  Nombrado  en  1869.  Murió 
hace  poco  en  Vergara,  lleno  de  méritos. 

36. — Pedro  Payo.  Nombrado  en  1871.  Actual 
arzobispo  de  Manila  ,  donde  terminó  la  catedral  ,  edi- 
ficó un  seminario,  y  llevó  á  cabo  la  primera  exposi- 
ción que  hubo  en  Filipinas. 

37. — Ramón  Martille:;  y igil.  En  187Ó. 

38. — ?eáro  Péreí,  En  1877.  Distinguido  catedrá- 
tico de  filosofía  y  teología,  y  varón  de  mucha  virtud. 

39. — Ramón  Marthíe;  l^igil,  nombrado  segunda 
vez  en  1878,  y  que  desempeña  actualmente  el  cargo. 


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XI. 


DOMINICOS  ESPAÑOLES    DE    SANGRE     REAL    Y    CONFESORES 
Y  PREDICADORES  DE  SOBERANOS. 


ROCEDENTE  Santo  Domiiigo  de  Guzmán  de  la 
familia  délos  primeros  reyes  de  España  recon- 
quistada, la  descendencia  de  nuestros  Reyes 
ha  tenido  marcada  predilección  hacia  la  descendencia 
espiritual  del  Patriarca  de  los  Predicadores:  predilección 
que  se  ha  significado  por  numerosas  vocaciones  á  la 
Orden  de  Santo  Domingo  en  las  dinastías  de  Castilla, 
Aragón,  Navarray  Portugal,  He  aquí  algunos  ejemplos. 
Doña  Urraca  (ó  sea  Aurora)  ,  esposa  de  Fernan- 
do 1  de  Aragón,  fundó  el  monasterio  de  Medina  del 
Campo,  en  el  cual  tomó  el  hábito  con  el  nombre  de 
Leonor,  y  vivió  ejemplarmente  hasta  la  muerte,  es 
decir,  catorce  años.  Siguió  el  ejemplo  su  hermana 
doña  Leonor,  hija,  como  ella,  de  D.  Sancho  de  Cas- 
tilla, y  se  encerró  en  el  monasterio  de  Benavente,  y 
luego  en  el  de  Toro. 

Doña  Blanca,  nieta  de  San  Fernando,  fué  religio- 
sa en  Zamora;  doña  Constanza,  nieta  del   rey  D.  Pe- 


1 88  La  Orden  de  Predicadora. 

dro,  por  su  hijo  legítimo  D.  Juan,  fué  ejemplarísima 
priora  de  Santo  Domingo  el  Real  de  Madrid,  adonde 
trajo  los  restos  de  su  abuelo,  que  descansaron  en  di- 
cho monasterio  hasta  la  revolución  de  1868;  una  so- 
brina de  la  anterior,  llamada,  como  ella,  Constanza, 
é  hija  de  su  hermano  D.  Pedro,  fué  priora  en  Medi- 
na del  Campo.  En  Caleruega  entró  doña  Margarita, 
hija  de  D.  Fernando  de  la  Cerda  y  nieta  de  Alfonso 
el  Sabio,  fundador  del  monasterio  que  ocupa  la  casa 
solariega  de  Santo  Domingo.  Doña  Berenguela.  hija 
del  citado  rey  Sabio,  yacía  incorrupta  en  Santo  Do- 
mingo el  Real  de  Madrid  cuando  se  demolió  el  mo- 
nasterio é  iglesia. 

D.  Jerónimo  de  Aragón,  hijo  del  Rey  Católico  don 
Fernando,  fué  religioso  en  Santa  Cruz  de  Segovia;  v 
su  hermana  doña  María  en  Santo  Domingo  el  Real  de 
Toledo,  donde  profesó  también  otra  religiosa  del 
mismo  nombre,  hija  del  rey  D.  Pedro. 

D.  Ramón  Berenguer,  hijo  de  D.  Jaime  11  de  Ara- 
gón, entró  religioso  en  Castellón;  y  su  hermana  doña 
María  en  el  monasterio  de  Monte  Sión  de  Barcelona, 
del  cual  es  considerada  como  una  de  las  fundadoras; 
siguióla  al  mismo  retiro  su  hermana  doña  Blanca, 
con  autoridad  pontificia  que  obtuvo  de  Clemente  VI 
para  dejar  el  hábito  de  San  Juan.  Una  hija  del  citado 
D.  Ramón  Berenguer.  llamada  doña  Juana  de  Espi- 
nosa,   entró  monja   en  Santo   Domingo  de  Toledo 

Ya  se  habló  de  San  Raimundo  de  Peñafort,  que 
era  oriundo  de  la  casa  de  los  condes  de  Barcelona,  y 
del  P.  Albalate,  obispo  de  Valencia   y  embajador  del 


Dominicos  emanóles,  de  sangre  real,  189 

rey  de  Aragón,  su  pariente.  En  el  mismo  siglo  dis- 
tinguióse en  la  Orden  D.  García,  hijo  del  rey  de  Na- 
varra. El  cardenal*de  Toledo,  hijo  de  los  duques  de 
Alba,  de  quien  también  se  hizo  mérito,  era  primo 
del  Rey  Católico. 

A  familias  más  ó  menos  emparentadas  con  los 
reyes  pertenecieron  el  P.  Bernardino  (antes  Antonio) 
de  Toledo,  hijo  de  los  condes  de  Villoría  y  marque- 
ses de  Aguilar.  y  los  PP.  Pedro  y  Juan  Manrique, 
hijos  del  segundo  conde  de  Osorio. 

Honró  asimismo  á  la  Orden  de  Santo  Domingo 
por  sus  virtudes,  por  sus  escritos  y  por  su  predica- 
ción, el  P.  Ildefonso  Enrique  de  Santo  Tomás,  hijo 
de  Felipe  IV,  y  más  tarde  obispo  de  Osma  y  de  Má- 
laga. Los  reyes  se  han  mostrado  siempre  benévolos 
á  esta  Orden  esclarecida,  asistiendo  á  sus  capitulos, 
promoviendo  las  fundaciones,  fovoreciendo  los  es- 
tudios y  dándole  otras  pruebas  de  estimación.  Don 
Enrique  11  vistió  el  hábito  de  Dominico  en  su  úl- 
tima enfermedad;  con  el  mismo  quiso  ser  ente- 
rrado el  Rey  Católico  ;  mientras  que  su  esposa 
doña  Isabel  rezaba  las  horas  canónicas  según  el 
rito  de  la  Orden  de  Predicadores.  Finalmente,  Fe- 
lipe III  llevó  el  hábito  por  devoción,  y  estableció  la 
costumbre,  hoy  en  práctica,  deque  todos  los  vasta- 
gos de  los  reyes  sean  bautizados  en  la  misma  pila 
bautismal  en  que  lo  fué  Santo  Domingo  de  Guzmán, 
su  pariente. 

No  es  menos  significativa  esta  predilección  en  la 
dinastía  de  Portugal. 


i()0  La  Orden  de  Predicadores. 

Ocupa  con  justicia  el  primer  puesto  Santa  Juana, 
hija  del  rey  AlfonsD  V,  princesa  jurad:i  del  reino,  y 
regente  gobernadora  durante  la  expedición  de  su 
católico  padre  al  África.  Desde  su  niñez  se  consagró 
á  Dios,  y  después  de  vencer  los  obstáculos  que  pueden 
suponerse,  tratándose  de  una  princesa  joven,  hermo- 
sa, honesta,  solicitada  por  las  cortes  de  Francia  y 
Alemania  para  matrimonios  ventajosísimos  y  herede- 
ra presunta  del  trono,  se  retiró  al  monasterio  de 
Santo  Domingo  de  Avero,  donde  hizo  tales  progre- 
sos en  santidad,  que,  muerta  á  la  edad  de  treinta  y 
nueve  años,  fué  beatificada  por  Inocencio  XII. 

Los  dos  infantes  D.  Sancho  y  D.  Garda  dieron 
también  días  de  gloria  á  la  Orden  de  Predicadores, 
en  la  cual  profesaron,  lo  mismo  que  tres  hijos  del 
conde  de  Coimbra,  nieto  de  D.  Juan  II,  y  otros  tres 
hijos  del  conde  de  Portugalete. 

D.  Fr.  Juan  de  Portugal,  hijo  del  conde  de  Vi- 
mioso,  y  de  la  familia  reinante,  no  sólo  se  distinguió 
por  su  ciencia  y  por  su  piedad,  sino  que  sirvió  de 
ejemplo  eficaz  para  atraer  á  la  misma  Orden  á  su 
hermano  D.  Luis  (en  el  claustro  Domingo  del  Rosa- 
rio) y  á  doña  A4aria,  doña  Beatriz  y  doña  Felipa,  que 
fueron  monjas  Dominicas.  El  P.  Antonio  de  Portugal, 
nieto  de  los  primeros  duques  de  Veragua;  el  P.  Alon- 
so Alencastre,  hijo  de  los  duques  de  Aveiro,  y  el  Pa- 
dre Dionisio  de  Alencastre,  hermano  de  los  condesde 
Obidos,  también  eran  de  sangre  real,  como  San  Gon- 
zalo de  Amarante,  que  pertenecía  á  la  dinastía  Pe- 
reira. 


Dominicos  cspaíioic's  coii/esoirs  de  soberanos.        191 

Confesores  de  reyes. — Otro  blasón  de  la  Orden  de 
Predicadores  es  la  constancia  con  que  los  reyes  de 
España  han  confiado  la  dirección  de  sus  conciencias  á 
religiosos  de  la  misma.  Hemos  visto  á  San  Fernando 
llevando  consigo  á  las  campañas  á  su  confesor  San 
Pedro  González  Telmo,  patrón  de  los  marineros; 
hemos  asistido  á  las  victorias  de  D.  Jaime  el  Conquis- 
tador, que  llevaba  por  confesores  á  Dominicos  de 
primera  talla,  á  San  Raimundo  de  Peñafort,  primer 
auditor  de  la  Rota  romana  por  la  corona  de  Aragón, 
y  á  los  PP.  Segarra  y  Fabra;  D.  Juan  I  de  Portugal 
tenía  por  moderador  de  su  conciencia,  consejero  y 
predicador  al  venerable  P.  Vicente  de  Lisboa,  y  al 
P.  Lamprei,  por  manera  que  anduvo  acertado  el 
P.  Mariana,  refiriéndose  al  rey  D.  Enrique  II  de  Cas- 
tilla y  á  la  Orden  de  Predicadores,  cuando  escribió:  — 
«De  cuya  Orden  tenian  otrosí  la  costumbre  los  reyes 
de  tomar  confesor.» — Costumbre  atestiguada  por  his 
leyes  del  Instituto  y  por  la  historia,  que,  desde  San 
Fernando  hasta  Felipe  IV,  registra  cincuenta  nom- 
bres de  Dominicos  confesores  de  reyes,  sólo  en  la 
corona  de  Castilla.  Al  beato  Alvaro  de  Córdoba,  con- 
fesor de  doña  Catalina,  viuda  del  citado  Enrique  II, 
debió  esta  infortunada  Reina  el  acierto  con  que  se 
condujo  para  afianzar  la  corona  de  España  en  las  sienes 
de  D.Juan  II. 

Los  nombres  de  los  PP.  Lope  Barrientos  y  Luis 
de  Valladolid,  confesores  de  este  Rey,  están  íntima- 
mente enlazados  con  la  historia  patria,  siquiera  se 
considere  solamente  la  parte  que  tomó  el  primero  en 


192  La   Orden  de  Predicadores. 

la  formación  del  principe  y  en  el  ruidoso  suceso  del 
marqués  de  Villena,  y  no  se  olvide  que  el  segundo 
desempeñó  embajadas  difíciles. 

Anduvieron  siempre  los  Reyes  Católicos  rodeados 
de  hijos  de  Santo  Domingo,  que  dirigían  su  cpncien- 
cia  y  educaban  ai  principe  en  sus  conventos.  Alfonso 
de  Burgos,  virtuosísimo  obispo  y  fundador,  como  se 
dijo,  de  San  Gregorio  de  Valladolid;  Tomás  Matienza, 
Tomás  Carbonel,  predicador  singularísimo  y  obispo 
de  Sigüenza;   el  inolvidable  Tomás  de  Torquemada, 
y  sobre  todo  Diego  Deza,  que  asistió  á  D.  Fernando 
hasta  el  último  suspiro,  gozaron  de  ese   favor,  y  res- 
pondieron con  acierto  á  la  responsabilidad  inherente 
á  tan  delicado  cargo.  El  emperador  Carlos  V,  grande 
en  todo,  lo  era  también  en  la  elección  de  las  personas 
que  ejercen  poder  y  jurisdicción  sobre  la  conciencia 
de  los  cesares:  el  P.  Juan  Manuel,  el  esclarecido  car- 
denal de  Loaisa  y  Pedro  Soto,  la  gloria  del  concilio 
de  Trento,   el   organizador  de  las  universidades   ex- 
tranjeras (Dellingen  y  Oxford) ,  le  alentaron  en  sus 
empresas,  y  contuvieron  no  pocas  veces  los  ímpetus 
ardorosos  del  que,  dueño  de  los  destinos  del  mundo, 
murió  voluntariamente  en   una  celda,  asistido  y  for- 
talecido por  el  Dominico  Carranza. 

Modelo  de  confesores  de  reyes,  por  su  ciencia  que 
brilló  en  Trento  y  en  las  cátedras  universitarias,  por 
su  elocuencia  arrebatador^i,  por  su  prudencia  y  de- 
más virtudes  cristianas,  fué  el  P.  Diego  Chaves, 
maestro  del  insigne  Báñez,  confesor  de  D.  Felipe  11 
y  de  su  esposa  doña    Isabel  de  Valois,  y  ayo  y  pre- 


Dcmiiv'ccs  españoles  confesores  de  soberanos.  193 

ceptor  del  infortunado  príncipe  D.  Carlos.  También 
dirigieron  la  conciencia  de  este  monarca  incompara- 
ble el  expectable  cardenal  Javierre,  y  el  historiador, 
predicador  y  consejero  íntimo  del  rey,  P.  Fernando 
del  Castillo. — Tenía  Felipe  III  verdadera  pasión  por 
los  hijos  de  Santo  Domingo;  consolábale  la  protec- 
ción decidida  que  les  dispensó  en  universidades  y  con- 
ventos, y  tuvo  por  confesores  al  P.  Gaspar  de  Cór- 
doba y  al  P.  Luís  Aliaga,  consejero  é  inquisidor  ge- 
neral. Su  hijo  Felipe  IV  llamó  á  su  lado  con  el  mismo 
fin  al  P.  Juan  de  Santo  Tomás,  religioso  de  Atocha, 
conocido  en  todo  el  mundo  por  sus  inmortales  obras, 
y  más  inmortal  él  mismo  por  sus  virtudes  que  por 
su  ciencia;  al  P.  Antonio  de  Sotomayor,  consejero  de 
Estado  y  presidente  del  Consejo  de  Cruzada,  y  á  los 
PP.  Juan  Martínez  y  José  González. — De  Carlos  II 
fueron  confesores  el  P.  Juan  Martínez,  que  lo  fuera 
también  de  su  padre,  los  PP.  Matilla,  Relus,  Bayona, 
Torres  y  el  perseguido  P.  Froilán  Díaz. 

En  Portugal  dirigió  la  conciencia  del  infente  don 
Enrique  y  de  la  Reina,  el  rey  de  la  elocuencia  espa- 
ñola, el  venerable  P.  Fr.  Luis  de  Granada,  escritor, 
famasuperaetera  iiotus,  como  dice  Nicolás  Antonio. — 
D.  Fernando  de  Aragón  tuvo  la  dicha  envidiable  de 
tener  por  confesor  al  taumaturgo  San  Vicente  Fe- 
rrer,  de  quien  muy  bien  puede  afirmarse  que  agotó 
el  tipo  del  misionero  cristiano,  siendo  á  la  vez  polí- 
tico de  pensamientos  altísimos.  Otros  se  distinguie- 
ron en  este  cometido,  que  no  caben  en  los  límites  de 
este  estudio. 

13 


194  ¡  (^  Orden  de  Predicadores. 

Desde  el  advenimiento  de  la  casa  de  Borbón  puede 
decirse  que  los  Dominicos  dejaron  de  ser  los  confe- 
sores de  los  reyes.  ¿Y  qué  podrían  hacer  al  lado  de 
los  covachuelistas  que  tanto  privaron  entonces,  y 
cómo  hubieran  podido  contrarestar  el  enciclopedismo 
déla  corte,  ni  las  intrigas  de  Alberoni  y  de  Jiudice? 
Ya  durante  la  minoría  de  Carlos  II  había  conseguido 
suplantarlos  la  reina  viuda  doña  María  de  Austria, 
exaltando  al  jesuíta  alemán  P.  Nithard,  luterano  con- 
verso, á  quien  hizo  inquisidor  general.  La  caída  del 
extranjero  fué  tan  ruidosa  como  su  inmerecida  ele- 
vación. 

Predicadores. — Se  ha  visto  que   San  Vicente  Fe- 
rrer  fué  predicador  de  D.  Fernando  de    Castilla,  rey 
de  Aragón,  y  el  venerable  Vicente  de  Lisboa,  de  don 
Juan  I  de  Portugal.  Para  no  repetir  la  memoria  de  los 
PP.  Herrera,  Resende,  Fonseca,  Avila,  Padilla,  Forei- 
ro,  Godoy  y  Portocarrero,  notables  todos  ellos  en  las 
ciencias  y  en  las  letras,  y  predicadores  de  los  reyes, 
habremos  de  ceñirnos  á  tributar  un  recuerdo  á  algu- 
nos otros  que  merecieron  igual  distinción.  D.  Juan  II 
tuvo  por  predicador,  consejero  y  confesor  al  P.    Luís 
de  Valladolid,   inquisidor,   teólogo  del  concilio   de 
Constanza,  á  quien  se  debe  la  capitulación  de  Narbo- 
na,  reformador  infatigable  de  las  costumbres  públicas 
y  depositario  de  la  confianza  del  papa  Martín  V,  como 
así  se  lo  testifica  Su  Santidad  en  un  afectuoso  breve  que 
ledirigió.  El  emperador  Carlos  V,  además  del  P.  Juan 
de  Salamanca,  nombró  predicador  suyo   al  P.  Diego 
de  Vitoria,  hombre  lleno  del  espíritu  de  Dios,  inac- 


Dominicos  españoles  predicadores  de  soberanos.        195 

cesible  á  las  dignidades  eclesiásticas,  de  profunda 
ciencia,  acreditada  en  las  cátedras,  y  de  celo  ardiente 
por  la  salud  de  las  almas.  Después  de  haber  tronado 
en  la  corte  contra  la  ambición  y  la  lisonja,  que  per- 
vierten las  inteligencias,  dedicóse  á  recorrer  las  pro- 
vincias, con  el  fin  de  desterrar  del  pueblo  el  vicio  feo 
y  degradante  del  perjurio  y  la  blasfemia,  valiéndose 
para  el  objeto  de  la  asociación  ó  cofradía  del  Nombre 
de  jesús. 

No  fueron  menos  notables  el  predicador  predilecto 
de  Felipe  II,  Fernando  del  Castillo,  y  el  P.  Agustín 
Saluces,  que  conmovía  los  pueblos,  haciendo  en  to- 
das partes  ruidosas  conversiones,  y  con  pecho  apos- 
tólico increpaba  al  severo  monarca  y  le  pedia  cuenta 
estrecha  de  la  mayordomía  de  la  nación,  que  la  Pro- 
videncia le  había  confiado  '. 

El  Rey,  conocedor  de  sus  talentos,  le  confió  la 
visita  de  las  Ordenes  de  la  Trinidad  y  la  Merced,  que 
llevó  á  cabo  felizmente,  muriendo  después  en  olor 
de  santidad.  Fué  el  P.  Alonso  de  Cabrera  el  primer 
orador  de  su  tiempo,  solicitado  á  porfía  por  los  obis- 
pos para  las  misiones  de  sus  diócesis,  y  predicador 
de  Felipe  II  y  Felipe  III.  Este  último  soberano  nombró 
á  diferentes  Dominicos  predicadores  suyos;  á  Cristó- 
bal de  Torres,  Jerónimo  de  Tiedra,  José  González  y 
Agustín  Dávila  en  Castilla  y  Aragón,  á  Pedro  Calvo 
en  Portugal.  Los  reyes  Felipe  IV  y  Felipe  V  ^  tuvie- 

'  Alúdese  al  hecho  ya  apuntado  más  arriba,  cuando,  quejándose  de  lo 
exorbitante  de  los  tributos,  le  dijo:  PhiUppe,  ande  eiminus  panes  iit  mandu- 
cent  hli? 

-     Este  monarca  se  posesionó  de  Madrid  el  dia  de  Santo  Domingo  (1706). 


i^ó  La  Orden  de  Predicadores. 

ron  por  predicadores  á  los  PP.  Francisco  de  Vivero, 
Domingo  de  los  Reyes  y  Bernardino  Membrisa. 

En  muchos  pueblos  de  Aragón  se  conserva  aún 
grata  memoria  del  V.  P.  Antonio  Garcés,  misionero 
apostólico,  predicador  de  Carlos  111,  reformador  de  las 
costumbres  y  fervoroso  propagador  del  Rosario.  El 
compuso  las  oraciones  ú  ofrecimientos  que  se  dicen 
en  este  ejercicio  santo.  Inspiraba  tanta  venera- 
ción, que  su  sola  presencia  calmó  el  tumulto  de 
Pamplona,  cuando  el  Virey  intentó  prender  al  Obispo 
y  expatriarlo  (1745).  Su  muerte,  á  la  edad  de  setenta 
y  dos  años,  fué  un  duelo  general,  corriendo  todo  Za- 
ragoza, con  las  autoridades  á  la  cabeza,  á  tributarle 
los  últimos  honores  (1773). 

José  Tejera,  predicador  de  Enrique  111  de  Francia 
y  de  la  reina  Catalina  de  Médicis  y  escritor  notable, 
era  Dominico  español. 


XII. 


CASAS  DE  ESTUDIOS  GENERALES,  UNIVERSIDADES,  ACADEMIAS 
Y  ESCRITOS  DE  LOS  DOMINICOS  ESPAÑOLES. 


UNDAR  convenios,  predicar  y  enseñar  fué  la  divi- 
sa, como  hemos  dicho,  dada  por  Santo  Domin- 
go á  los  religiosos  de  su  Orden  de  Predicado- 
res. Hanse  visto  sus  fundaciones  en  España,  y  hemos 
acompañado  á  sus  intrépidos  hijos  á  través  de  los 
mares,  para  anunciar  á  las  tribus  bárbaras  el  nombre 
de  Jesús.  De  pasada  hemos  contemplado  á  no  pocos 
Dominicos  dirigiendo  la  conciencia  de  nuestros  reyes, 
y  distribuyéndoles  el  pan  de  la  divina  palabra.  En  la 
vida  monacal  se  forman  los  robustos  caracteres,  co- 
mo se  formó  el  Precursor  en  el  desierto  para  derra- 
mar luego  sobre  las  muchedumbres,  agostadas  por 
el  ardor  délas  pasiones,  la  benéfica  lluvia  de  las  gra- 
cias celestiales.  Contemplata  aliis  tradere,  repetiremos 
con  Santo  Tomás  de  Aquino.  Una  rápida  ojeada  so- 
bre las  casas  de  estudios  generales,  universidades  y 
escritores  de  la  Orden,  completará  esa  mirada  en 
conjunto. 


198  La  Orden  de  Predicadores. 

Sin  el  estudio  no  es  posible  l:i  predicación,  por- 
que la  gracia,  que  eleva  á  la  naturaleza  y  la  perfec- 
ciona, presupone  el  cultivo  de  ésta.  Por  esovemos 
que  los  estudios  florecen  desde  el  siglo  xiii  en  mu- 
chos conventos  de  la  Península,  sobre  todo  en  Sa- 
lamanca y  en  Palencia.  Seis  siglos  acudió  el  clero 
palentino  todo  á  las  aulas  teológicas  del  convento  de 
San  Pablo,  y  ciertamente  que  los  religiosos  pueden 
darse  por  satisfechos  con  ese  plantel  de  operarios  que 
no  se  han  olvidado  aún  de  sus  maestros.  En  Murcia 
y  Valencia  había  en  el  mismo  siglo,  además  de  la 
filosofía  y  la  teología,  el  estudio  del  árabe  y  del 
hebreo.  En  los  doce  conventos  de  Sangüesa,  Estella, 
Pamplona,  Zaragoza,  Calatayud,  Barcelona,  Lérida, 
Tarragona,  Urgel,  Valencia,  Játiva  y  Mallorca,  estu- 
diaban en  la  misma  época,  según  las  actas  de  un  Ca- 
pítulo provincial  de  España,  doscientos  religiosos  de 
la  Orden.  Para  cuantos  conozcan  las  costumbres  del 
siglo  XIII,  es  evidente  el  progreso  intelectual  llevado  á 
cabo  en  pocos  años  por  los  hijos  de  Santo  Domingo. 
Aumentáronse  los  estudios  generales  en  el  si- 
glo XIV,  creándose,  entre  otros,  los  de  Valladolid, 
Córdoba  y  Tortosa,  y  en  el  siglo  inmediato  ya  tenían 
los  Dominicos  cátedras  en  algunas  universidades  y  ca- 
tedrales. En  el  Capitulo  general  celebrado  en  Sala- 
manca en  1 55 1,  se  señalan  las  universidades  propias 
para  los  estudios  superiores,  alas  cuales  era  preciso 
asistir  para  optar  á  los  grados  de  la  Orden,  sin  que 
bastara  haber  cursado  en  otras  casas  y  con  otros  lec- 
tores. Las  de  España   se   hallaban   instaladas   en  los 


Casas  Je  estudios,  universidades  y  escritos.  199 

conventos  siguientes  :  Salamanca,  Valladolid,  Sego- 
via,  Tríanos,  Alcalá,  Toledo,  Barcelona,  Valencia, 
Zaragoza,  Luchente,  Lérida,  Mallorca,  Calatayud, 
Tortosa,  Orihuela,  Lisboa,  Evora,  Coimbra,  Bello, 
Córdoba,  Sevilla,  Jaén,  isla  de  Santo  Domingo,  Ciu- 
dad de  los  Angeles,  Perú,  Cuzco,  Plata,  Santa  Fe, 
Junia,  Santiago  de  Chile  y  Oajaca;  total,  treinta  y  tres 
universidades,  porque  Valladodid  y  Zaragoza  tenían 
dos  cada  una. 

La  universidad  de  Valencia  debe  su  fundación   á 
los  esfuerzos  de  San  Vicente    Ferrer,  que,  acabando 
con  el  libertinaje  de  la   enseñanza,  que    no  producía 
masque  charlatanes,  reunió  él  en  cuerpo  docente  y 
oficial  á  los  catedráticos   dispersos.  San    Luís  Beltrán 
la  levantó  más  tarde  al  apogeo  de  su  esplendor.  Los 
Dominicos  regentaron   constantemente   en   ella  dos 
cátedras  de  teología,  con  tanto  aplauso  y  fruto,   que 
al  morir  el  P.  Marona,  que  había  enseñado  cuarenta 
años,  sin  querer  aceptar  ni  la    cátedra  de  Salamanca, 
ni  la  mitra  de  Orihuela,  mandó  el  Ayuntamiento  por 
público  pregón  que  no  hubiera  aulas  y  todos  asistie- 
sen al  entierro.  Allí  enseñó  el  P.  Rocaberti,   después 
arzobispo  y  virey  de  Valencia  y   autor   de  una  pro- 
funda obra   sobre   la  infalibilidad   pontificia.   En  la 
misma  enseñó  física  el  P.  Castro,  y    matemáticas   el 
lego  Fr.   Antonio   Roldan,    que  las    había  enseñado 
igualmente  á  Felipe  IV  y   á    muchos  grandes  de   la 
corte. 

La  universidad  de  Santo    Tomás  de  Avila,   con 
grados  de  maestro  y  doctor  en  artes  (filosofía),  teo- 


2)o  La  Orden  de  Predicadores. 

logia,  cánones,  leyes  y  medicina,  fundada  por  los 
Reyes  Católicos,  estaba  dirigida  exclusivamente  por 
los  Padres,  aunque  tenian  catedráticos  seculares  para 
las  asignaturas  impropias  de  su  carácter.  El  bellísimo 
colegio  de  San  Gregorio  de  yalladolid  fPinciamim), 
fundación  del  P.  Alonso  de  Burgos,  como  ya  se  repi- 
tió, era  universidad  para  veinte  religiosos  de  la  Orden 
y  doce  capellanes,  y  sus  estatutos  tan  sabios,  que 
sirvieron  de  norma  á  Felipe  II  para  los  del  Escorial, 
yá  D.Juan  III  de  Portugal  para  Coimbra.  Análogo  á 
la  universidad  de  Avila  era  el  colegio-universidad  de 
Santo  Tomás  de  Sevilla,  fundado  por  el  P.  Deza  para 
doce  religiosos  de  la  Orden,  que  permanecían  allí  diez 
años,  y  para  los  externos  que  quisieran  concurrir. 
Como  los  grados  que  en  él  se  conferían  tenían  efectos 
canónicos,  y  la  universidad  de  Sevilla,  llamada  Cole- 
gio del  Maese  Rodrigo,  sólo  tenía  dos  cátedras  mal 
regentadas,  mientras  que  la  de  Dominicos  tenía  seis 
con  mejores  catedráticos,  eran  éstas  mucho  más  con- 
curridas y  pujantes,  aun  á  fines  del  siglo  xvii. 

En  el  colegio-universidad  del  Rosario  de  Almagro 
se  conferían  grados  públicos  en  artes,  teología  y 
cánones,  y  lo  mismo  en  el  Patriarcal  de  Orihiela,  don- 
de por  algún  tiempo  hubo  además  facultad  de  medi- 
cina. También  en  Pamplona  estableció  la  Orden  una 
universidad  en  el  convento  de  Santiago  (hoy  cuartel), 
realizando  un  pensamiento  que  no  supieron  llevar  á 
cabo  las  cortes  de  Navarra.  Allí  enseñó  el  célebre  Padre 
Lárraga,cuyo  Prontuario  de  Teología  Moral  ha  sido  por 
espacio  de  un  siglo  el  vade  mecum  de  todos  los  semí- 


Casas  de  estudios,  universidades  y  escritos .         201 

naristas  españoles,  hasta  que  dominó  la  moda  de 
cursar  por  textos  extranjeros  en  este  país  clásico  de 
la  sana  moral  ' . 

Perdidas  las  colonias  americanas,  no  hay  para  qué 
hablar  de  las  universidades  y  colegios  que  allí  fundó 
la  Orden  de  Predicadores.  La  de  la  Habana,  que  es- 
tuvo largo  tiempo  en  manos  del  mismo  Instituto  do- 
minicano, fué  secularizada  en  este  siglo.  Si  con  acierto 
ó  no,  díganlo  los  que  no  puedan  ser  tildados  de  par- 
ciales. Cuando  en  la  última  guerra  separatista  se 
marcharon  á  las  Maniguas  estudiantes  y  catedráticos, 
la  opinión  se  fijó  en  los  diferentes  resultados  que  da- 
ban las  universidades  de  la  capital  de  la  gran  Antilla 
y  de  la  ciudad  de  Manila ,  y  hubo  proyectos  para  que 
la  primera  volviese  á  su  organización  primitiva,  mien- 
tras que  el  Sr.  Moret,  con  sus  desatentadas  reformas, 
parecía  condolerse  inconscientemente  de  la  paz  Dcta- 
viana  de  que  disfrutaba  el  archipiélago  filipino,  im- 
buido en  la.  filotecnia  monástica.  Si  la  tea  revoluciona- 
ria incendia  de  nuevo  los  ingenios  de  Cuba,  posible 
será  que  se  vuelva  á  pensar  en  la  antigua  universidad 
dominicana. 

'  Mi  queridísimo  y  respetable  amigo  el  esclarecido  Sr.  La  Fuente  dice, 
ocupándose  con  el  P.  Lárraga,  que,  aprobadas  las  obras  de  San  Ligorio,  hay 
que  irse  con  pulso  al  impugnar  al  P.  Lárraga  y  al  prohabilismo.  El  argu- 
mento no  me  parece  concluyente.  San  Ligorio  tiene  buen  cuidado  de  lla- 
marse equi-probabilisla,  y  no  probabilista  á  secas.  En  el  tomo  111  de  la 
Teología  Moral  de  mi  maestro  el  P.  ¡Vlorán,  pueden  verse  las  opi- 
niones de  los  modernos  probabilistas,  hoy  en  boga  en  muchos  seminarios, 
reprobadas  expresamente  por  San  Ligorio,  ó,  cuando  menos,  opuestas  á  las 
suyas.  El  mismo  Santo  advierte  que  sigue  á  Busembau  en  el  método,  no  en 
la  doctrina.  Por  lo  dem.is,  conforme  con  mi  amigo  en  que  ha  de  prece- 
derse con  pulso. 


202  La  Orden  de  Predicadores. 

La  universidad  de  Santo  Tomás  de  Manila  fué 
fundada  á  principios  del  siglo  xvii  por  los  PP.  de  la 
Orden  de  Predicadores,  agregándoles  un  colegio  para 
hijos  de  españoles,  que  en  él  reciben  alimento,  ves- 
tido, libros  é  instrucción.  Su  desarrollo  progresivo  la 
elevó  á  una  altura  prodigiosa.  Segunda  enseñanza, 
filosofía,  teología,  cánones,  leyes,  medicina,  farma- 
cia, notariado,  escuela  de  comadronas  y  de  practi- 
cantes de  cirugía  menor,  todo  se  da  en  aquel  centro 
de  enseñanza,  sin  que  el  público  erario  contribuya 
con  un  céntimo.  De  ella  han  salido  sabios  y  virtuosos 
patricios,  que  han  honrado  las  letras  y  servido  á  la 
religión  y  á  la  patria:  lo  único  que  de  ella  no  ha  sali- 
do, es  un  enemigo  de  España. 

Universidad  de  Salamanca.  Hasta  principios  del 
siglo  XV  las  cátedras  de  teología  de  esta  universidad 
estaban  en  el  convento  de  Dominicos,  y  eran  regen- 
tadas por  los  religiosos.  En  141  5  se  instalaron  en  la 
misma  universidad,  y  poco  después  regentaba  la  cá- 
tedra de  derecho  canónico  el  P.  Juan  de  Torquemada, 
más  tarde  cardenal  de  Santa  Sabina,  pariente  del  pri- 
mer Inquisidor  general,  y  escritor  fecundo  y  sólido. 
La  universidad  llegó á  su  apogeo  en  el  siglo  xv,  gracias 
á  los  esfuerzos  y  al  talento  organizador  del  P.  Fran- 
cisco de  Vitoria,  y  á  las  lecciones  acreditadísimas  de 
los  PP.  Báñez,  Medina,  Pedro  y  Domingo  Soto,  Cano 
y  otros  Dominicos,  que  le  dieron  gloria  imperecede- 
ra. Si  á  Cano  se  le  debe  el  primer  libro  de  Lugares 
Teológicos,  y  el  renacimiento  del  buen  gusto  en  las 
escuelas,  Báñez  es  el  primer  tratadista  metódico  de 


Casas  de  estudios,  universidades  y  escritos.  205 

derecho  público;  por  manera  que  esta  ciencia,  des- 
arrollada más  tarde  por  Grocio  y  otros  escritores, 
nació  en  España,  teniendo  por  padres  á  un  hijo  de 
Santo  Domingo  y  á  la  doctrina  de  Santo  Tomás.  El 
convento  de  San  Esteban  era,  dice  La  Fuente,  el  pa- 
ladión de  la  universidad,  que  le  amaba  con  ternura 
filial.  Y  cuando  las  pandillas  y  disputas  universitarias 
hicieron  que  aquellos  austeros  y  religiosísimos  Do- 
minicos tomasen  la  resolución  heroica  de  renunciar 
todos  los  derechos  que  en  el  claustro  habían  conquis- 
tado con  su  ciencia  y  sus  virtudes,  para  limitarse 
nuevamente  á  enseñar  intra  claustra  y  por  su  cuenta, 
el  acuerdo  cayó  en  la  universidad  como  una  bomba, 
por  lo  duro  de  la  lección;  acudió  ésta  al  Rey,  y  Feli- 
pe III  y  su  favorito  el  duque  de  Lerma,  grandes  pro- 
tectores de  la  Orden  de  Predicadores,  para  obligar  á 
los  Dominicos  á  continuar  sus  lecciones,  fundaron  dos 
cátedras  de  teología,  que  fueran  siempre  por  ellos  re- 
gentadas (1606  y  1608).  El  P.  Herrera,  primer  cate- 
drático de  la  nueva  fundación,  se  distinguió  por  su 
saber  profundo,  lo  mismo  que  el  P.  Ledesma,  que 
regentó  la  segunda  cátedra. 

Universidad  de  Alcalá. — En  esta  ciudad  tenían  los 
Dominicos,  como  en  Valladolid,  Sevilla,  Madrid  y 
Zaragoza,  convento  y  colegio.  El  convento  se  convir- 
tió primero  en  cárcel,  y  luego  en  audiencia;  el  colegio 
es  presidio.  Los  Padres  entraban  en  oposición  parala 
enseñanza  universitaria,  hasta  que  á  principio  del  si- 
glo XVII  fundó  para  ellos  el  duque  de  Lerma  dos  cá- 
tedras de  teología,  que  desempeñaron  hasta   1836. 


204  ^''   Orden  de  Predicadores. 

Distinguiéronse  en  ellas  los  PP.  González,  Gutiérrez, 
Viedma  y  Tapia.  En  Alcalá  se  enseñó  siempre  el  to- 
mismo puro,  sin  mezcla  de  molinismo  ni  desuarismo. 

Universidad  de  Valladolid. — También  aquí  fundó 
el  citado  duque  de  Lerma  una  cátedra  para  la  Orden 
de  Predicadores,  que  fué  desempeñada  por  losPP.  Na- 
varrete,  Alvarez,  Ricardo,  Sánchez  y  otros,  hasta  la 
misma  fecha  de   1836. 

Otras  universidades. — Distinguiéronse  en  la  de 
Santiago  el  P.  Jerónimo  González;  en  la  de  Oviedo, 
los  PP.  Gamarra,  Pedro  de  Santo  Tomás  y  Jacinto 
de  Tineo;  en  la  de  Coimbra,  los  PP.  Pedro  Mártir, 
Arana,  Pereira  y  Pereiro;  en  la  de  Valencia,  los  PP.  Cu- 
calón y  Roig,  además  de  los  enumerados  más  arri- 
ba; en  la  de  Zaragoza,  los  PP.  Losilla,  Bielsa,  Alonso 
Bautista,  Valles  y  Cenedo;  en  la  de  Barcelona,  Pons 
y  Cabeza;  en  la  de  Lérida,  Mur,  Vega,  López,  Rebu- 
llosa  y  Valero;  en  la  de  Huesca,  los  PP.  Biescas,  Fe- 
menia  y  Tarazona;  en  la  de  Tarragona,  Ribas,  Ba- 
yo, Miguel,  Pallares  y  Luquián;  en  la  de  Gerona,  el 
P.  Gralla;  en  la  de  Perpiñán,  el  P.  Dernils;  en  la  de 
Méjico,  Hinojosay  Gómez;  en  la  de  Lima,  Lorenza- 
na,  Bilbao  y  Narváez;  en  la  de  Lovaina,  el  P.  Torres; 
y  en  la  de  Colonia,  el  P.  Morellas.  Ya  se  apuntó  que 
el  P.  Pedro  Soto  había  reorganizado  las  universidades 
de  Oxford  y  Doslingen. 

Academias. — Además  de  los  estudios  generales  y 
de  las  universidades  enumeradas,  tenían  los  Domini- 
cos en  España  diferentes  academias,  en  las  cuales  se 
matriculaban  los  externos  y  cursaban  filosofía,  teolo- 


Casas  de  estudios,  vníversidadcs y  cseritos.  205 

gía  dogmática  y  moral,  escritura,  cánones,  historia 
eclesiástica,  etc.,  incorporando  los  estudios  en  algu- 
na universidad.  Tal  sucedía  en  Falencia,  Calatayud, 
Zaragoza  y  otros  puntos.  Distinguióse  entre  ellas  la 
de  Santo  Tomás  de  Madrid,  fundada  á  principios  del 
siglo  XVI,  y  de  la  cual  quedan  aún  reliquias  venera- 
bles en  algunos  sacerdotes  de  la  capital  de  España. 
La  academia  pasó  por  diferentes  vicisitudes,  y  puede 
decirse  que  no  se  formalizó  hasta  1 749.  En  1 774  tenia 
estudios  de  filosofía,  lugares  teológicos  y  teologia 
dogmática  y  moral,  con  165  alumnos,  cuyas  matrí- 
culas se  incorporaban  en  Alcalá.  En  1825  las  cátedras 
eran  ocho  y  los  alumnos  372.  Era.  estudio  público  y 
Real. 

Infiérese  de  lo  expuesto  que  en  la  religión  do- 
minicana la  contemplación,  de  la  cual  habla  Santo 
Tomás  como  base  del  apostolado,  á  fin  de  que  el 
Dominico  sea  lucerna  ardens  et  htcens,  no  es  sólo  un 
ejercicio  de  piedad,  ni  tampoco  el  cultivo  exclusivo 
de  la  inteligencia,  sino  la  combinación  de  una  y  otra 
actividad,  reunidas  en  hermosa  síntesis.  Es  la  aplica- 
ción de  todas  las  ñicultades,  así  afectivas  como  inte- 
lectivas del  hombre,  con  el  objeto  de  conocer  las 
cosas  divinas,  con  suavidad  para  el  corazón  y  arroba- 
miento para  el  espíritu.  Así  lo  comprendió  el  Santo 
Doctor,  que  en  la  palabra  contemplación  une  la  pie- 
dad con  la  ciencia,  porque  ésta  es  el  alimento  de 
aquélla,  el  mentor  que  aparta  al  alma  de  funestos  ex- 
travíos y  la  disciplina  espiritual  que  le  da  temple  de 
acero  y  la  eleva  por  encima  de  las  cosas  sensibles.  El 


2o6  Líi   Orden  de  Predicadores. 

precio  de  la  contemplación,  añade  Alberto  Magno, 
es  la  piedad  y  el  estudio.  Debemos  estudiar  por  tres 
motivos  :  las  cosas  especulativas  ,  por  el  placer  que 
proporcionan  ;  las  cosas  prácticas,  por  la  utilidad  que 
de  ellas  se  sigue;  las  cosas  divinas  ,  por  la  dulzura 
que  causan.  El  primero  de  estos  estudios  corrobora 
la  fe,  el  segundo  enseña  á  vivir  bien,  y  el  tercero 
atiza  los  santos  deseos  y  mueve  nuestros  corazones 
hacia  la  adquisición  de  la  eterna  bienaventuranza. 

El  estudio,  continúa  Humberto  de  Romanos, 
quinto  Maestro  general  de  la  Orden,  nos  es  necesa- 
rio :  da  verdadero  relieve  á  la  Orden,  porque,  siendo 
la  piedad  un  bien  y  el  estudio  otro  bien,  la  piedad  y 
el  estudio  son  un  bien  mayor;  atrae  vocaciones  esco- 
gidas, que  no  vendrían  á  la  Orden  si  en  ella  no  se 
estudiase,  y  conquista  la  admiración  y  el  aprecio  del 
mundo.  «La  ciencia  hace  al  hombre  glorioso;  la  santa 
rusticidad  sólo  es  útil  á  sí  misma.»  Tal  fué  el  espíri- 
tu que  informó  á  la  Orden  desde  sus  albores.  Sus 
primeros  adeptos  se  reclutaron  en  las  universidades 
más  célebres  de  Europa;  y  el  observador  atento  é 
imparcial  descubre  sin  grande  trabajo  en  su  ya  larga 
historia  que  la  piedad  y  la  observancia  regular  se  han 
elevado  en  el  Instituto  á  medida  que  florecían  en  el 
mismo  las  ciencias.  Todos  sus  grandes  santos  han 
sido  grandes  sabios. 

Nada  más  fácil  ni  más  grato  para  nuestro  ánimo 
que  tejer  aqui  algun.is  biografías  para  hacer  ver  de 
qué  manera  los  escritores  Dominicos  supieron  unir  la 
ciencia  con  la  piedad   y  practicar  esa   doble  contem- 


Casjs  de  estudios,  universidades  y  escritos.  207 

plación  de  que  hablan  los  maestros  del  primer  siglo 
de  la  Orden.  Los  nombres  de  Juan  de  Santo  Tomás, 
Pedro  y  Domingo  Soto,  Araujo,  Parra,  Martínez  de 
Prado,  Cano,  Vitoria,  Medina,  Báñez,  Lemos,  Godoy, 
Ledesma,  Ochoa,  Gregorio  Martínez,  Foreiro,  Nuño- 
Cabezudo,  Granada,  Malvenda  y  otros  de  los  tiem- 
pos pasados,  acuden  presurosamente  á  nuestra  men- 
te, siguiéndoles  en  nuestro  siglo  los  PP.  Alvarado, 
Puigserver,  Puig,  Xarrié,  Zeferino  González,  Gain- 
za,  Rivas  ,  Moran  ,  que  continúan  gloriosamente 
la  tradición  de  la  escuela  dominicana  en  nuestra  pa- 
tria. Mas  para  no  hacer  este  estudio  difuso  en  dema- 
sía, hemos  pensado  poner  al  fin  el  catálogo  de  sus 
escritos  '. 

I     Véase  la  tercera  parte  de  este  trabajo  :  Ensayo  para  una    biblioteca  de 
Dominicos  españoles. 


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XIII. 


LA  cofradía  del  DULCÍSIMO  NOMBRE  DE  JESÚS. 


Ntre  los  importantes  servicios  que  la  Orden 
de  Predicadores  ha  prestado  á  la  Iglesia,  me" 
rece  relato  aparte  la  Cofradía  del  Nombre  de 
Jesús,  ya  porque  es  de  origen  español,  y  ya  porque 
la  actualidad  de  esta  asociación  es  hoy  incontestable: 
su  objeto  es  extirpar  la  blasfemia  y  el  perjurio. 

Desde  el  principio  de  la  Orden  habían  los  Padres 
predicado,  compuesto  oficios,  escrito  libros  y  levan- 
tado altares  para  excitar  al  pueblo  cristiano  á  la  vene- 
ración del  Nombre  de  quien  ha  salvado  á  los  hom- 
bres y  es  la  alegría  de  los  ángeles.  En  1274  celebróse 
el  concilio  ecuménico  de  Lyon,  en  el  cual  hubo  tres 
cardenales,  33  obispos  y  10  teólogos  de  la  Orden 
de  Predicadores.  Terminadas  las  sesiones,  el  papa 
Gregorio  X  dirigió  al  General  de  la  Orden  un  breve 
sumamente  significativo,  notificándole  el  empeño 
del  concilio  en  promover  el  culto  del  Nombre  de 
Jesús,  y  encargando  á  los  religiosos   la  propagación 

54 


2iü  La   Orden  de  Predicadores. 

fe 

de  esta  devoción  salutífera.  El  General  circuló  el 
breve  á  los  Provinciales,  y  todos  los  Dominicos  del 
mundo,  dueños  casi  del  pulpito  cristiano,  empren- 
dieron con  nuevo  ardor  la  predicación  del  Nombre  de 
Jesús,  que,  como  dice  San  Bernardo,  «es  dulce  cán- 
tico al  oído,  miel  en  los  labios,  y  en  el  corazón  celes- 
tial néctar.»  Por  doquier  se  levantaban  altares  en 
honor  del  dulcísimo  Nombre,  y  los  fieles,  asociados 
en  derredor  de  la  imagen  del  divino  Infante,  prelu- 
diaban la  Cofradía,  que  se  fundó  en  1432.  He  aquí 
cómo: 

El  pueblo  de  Lisboa  se  hallaba  consternado  por 
la  peste  que  le  diezmaba;  en  su  aflicción  acudía  á  un 
santuario  de  Nuestra  Señora,  vecino  al  convento  de 
Dominicos.  Habiendo  dispuesto  el  prior  que  se  les 
predicase  en  la  iglesia  conventual  cada  vez  que  pa- 
sasen de  vuelta  del  santuario,  apareció  en  el  pulpito 
la  venerable  figura  del  P.  Andrés  Díaz,  que  había 
dimitido  el  obispado  de  Megara,  en  la  Acaya,  para 
vivir  humildemente  en  el  convento.  Lleno  de  com- 
pasión ante  el  cuadro  desolador  que  presentaba  Lis- 
boa: «Armaos  de  fe,  exclamó,  de  amor  de  Dios  y  de 
esperanza,  porque  estas  son  las  mejores  armas  con- 
tra los  males  que  os  afligen.  Con  ellas  se  santificarán 
vuestras  aflicciones  y  alcanzaréis  misericordia.» 

«¿Queréis,  dijo  en  otra  ocasión,  conocer  el  medio 
más  eficaz  para  aplacar  la  justicia  de  Dios?  Acudid  á 
Jesús,  cordero  inocente,  inmolado  por  vosotros  en  la 
cruz.» — Y  predicando  siempre  á  Jesucristo  y  á  su  san- 
to Nombre  con  vehemencia  desconocida,   les  exhor- 


La  Cofradía  del  Diikisimo  Nombre  de   Jesús.        211 

taba  á  llevar  este  Nombre  en  el  corazón,  á  pronun- 
ciarle con  amor,  á  escribirle  sobre  el  pecho  y  en  el 
dintel  de  sus  puertas.  El  pueblo,  movido  por  el  ora- 
dor, se  entregó  de  lleno  á  tan  saludable  práctica,  y 
el  P.  Díaz,  aprovechando  los  momentos  de  más  con- 
fianza, propuso  la  formación  de  una  cofradía  bajo  el 
título  del  Dulcísimo  Nombre  de  Jesús,  prometiendo  la 
clemencia  del  cielo  para  cuantos  en  ella  entrasen. 
Todo  el  auditorio  quería  inscribirse  en  el  acto.  Sin 
embargo,  el  pensamiento,  como  todas  las  obras  de 
Dios,  encontró  obstáculos;  el  azote,  mientras  tanto, 
arreciaba  más  y  más,  y  apenas  había  medio  de  inhu- 
mar tanto  cadáver. 

Por  fin  el  20  de  Noviembre  de  1432,  después  de 
las  primeras  vísperas  de  la  Presentación  de  Nuestra 
Señora,  el  venerable  P.  Andrés  Díaz  instituyó  solem- 
nemente la  Cofradía  del  Dulcísimo  Nombre  de  Jesús.  El 
domingo  siguiente  anunció  desde  el  pulpito  que,  ter- 
minada la  misa,  bendeciría  en  el  Nombre  de  Jesús 
agua,  que  cada  cuál  llevaría  consigo  para  los  enfermos. 
La  iglesia  no  podia  contenerla  gente;  el  santo  Obispo, 
vestido  de  pontifical  y  profundamente  conmovido, 
hizo  la  ceremonia  de  la  bendición  según  el  rito  de  la 
Iglesia,  corriendo  abundantes  lágrimas  de  todos  los 
concurrentes.  Agolpáronse  los  fieles  para  tomar  el 
agua  bendita,  y  en  su  afán,  derribaron  la  cuba  que  la 
contenía,  derramando  el  agua  por  el  templo,  que  re- 
cogían empapando  en  ella  pañuelos  y  otras  prendas. 
Un  prodigio  extraordinario  fué  el  premio  de  tanta  fe. 
Apenas  los  enfermos  que  estaban  en  la  iglesia  tocaron 


212  La  Orden  de  Predicadores. 

el  agua,  se  sintieron  curados  de  repente;  llevada  á 
las  casas,  produjo  el  mismo  beneficio  en  los  apesta- 
dos. El  V.  Obispo  tuvo  que  repetir  varias  veces  la 
bendición  d-el  agua  en  el  Nombre  de  Jesús,  y  Lisboa 
vióse  libre  en  pocos  días  del  pánico  que  le  domina- 
ba :  la  peste  desapareció. 

El  I."  de  Enero  de  1433,  la  nobleza  y  el  pueblo 
en  masa  acudió  al  templo  de  Santo  Domingo  para 
dar  gracias  á  Dios  por  el  beneficio  recibido.  Entonces 
se  nombraron  los  oficiales  de  la  Cofradía,  se  redacta- 
ron los  estatutos,  aprobados  por  el  cardenal  Renun- 
cio, y  se  designó  ese  dia,  en  el  cual  se  puso  el  nom- 
bre dejesús  al  Divino  Niño,  para  la  festividad  princi- 
pal de  la  Cofradia,  con  una  procesión  solemne,  á  la 
cual  asistirían  los  religiosos  y  los  cofrades.  El  venera- 
ble P.  Díaz  compuso  un  libro  de  oraciones  y  alaban- 
zas al  Nombre  de  Jesús,  siguiendo  su  ejemplo  más 
de  treinta  Dominicos  que  han  escrito  sobre  la  misma 
materia. 

Un  siglo  más  tarde  apareció  en  el  centro  de  Es- 
paña el  P.  Diego  de  Vitoria,  suscitado  por  Dios,  como 
otro  Elias,  para  reparar  los  ultrajes  hechos  á  su  nom- 
bre divino.  Ese  hombre  apostólico,  uno  de  los  pri- 
meros predicadores  de  su  siglo,  que  había  dejado  la 
predicación  de  la  corte  para  recorrer  las  aldeas  y  los 
pueblos,  instituyó  la  Cofradía  del  Dulcísimo  Nombre 
de  Jesús  como  una  liga  contra  el  abuso  de  los  jura- 
mentos, contra  los  perjurios,  y  contra  las  horribles 
profanaciones  del  Nombre  del  Señor  por  los  blas- 
femos. El   resultado  fué  tan  satisfoctorio  contra  esa 


La  Cofradía    dd  Dxikismo  Ncmhre  de  Jesús.        21 

epidemia  del  alma,  como  lo  habla  sido  un  siglo  antes 
contra  la  peste  de  Lisboa.  Los  soberanos  pontífices 
Pío  IV,  en  su  bu\í\ Salvatoris  de  13  de  Abril  de  1564, 
San  Pío  V,   Gregorio  XIII  y  Clemente  VIII,  aproba- 
ron esta  Asociación  y  la  enriquecieron   de  indulgen- 
cias.   La  Cofradía,  con  el   santo  objeto    de  combatir 
los  perjurios  y  las  blasfemias,    pasó   bien  pronto  las 
fronteras  de  España  y  se  extendió  por  todo  el  mundo. 

El  papa  Pablo  V,  al  anular  todas  las  indulgencias 
de  sus  predecesores,  exceptuando  únicamente  las 
concedidas  al  Rosario,  concedió  á  la  Cofradía  del 
Nombre  de  Jesús  muchas  nuevas,  principalmente 
Indulgencia  plenaria  :  i .",  en  el  día  de  la  entrada  en 
la  Cofradía;  2.",  en  el  día  de  Circuncisión  ;  3.° ,  por 
asistir  á  la  procesión  (en  el  segundo  domingo  de  cada 
mes);  4.°,  á  la  hora  de  la  muerte,  invocando  el  Nom- 
bre de  jesús. 

Los  papas  Urbano  VIII,  Clemente  X,  Inocen- 
cio XI,  Benedicto  XIII,  Benedicto  XIV  y  Pío  VII  han 
mostrado  igual  solicitud  por  esta  piadosa  Asociación, 
enriqueciéndola  con  nuevas  gracias.  En  esos  decretos 
se  la  llama  unas  veces  Cofradía  del  Nombre  de  Jesús, 
oirás  Cofradía  del  Nombre  de  Dios,  y  en  algunas  Co- 
fradía de  ¡os  Juramentos. — Benedicto  Xlll  dice  ter- 
minantemente en  su  bula  Pretiosus:  «Que  todas  las 
indulgencias  concedidas  á  la  Cofradía  del  Santísimo 
Nombre  de  Jesús,  llamada  también  del  Nombre  de 
Dios  y  de  los  Juramentos,  sean  entendidas  al  tenor 
de  la  regla  de  Pablo  V.» 

Hoy  que  el  vicio   horrible   de   la  blasfemia  tanto 


2  14  ^'^   Orden  de  Predicadores. 

cunde,  tanto  escandaliza  y  á  tantas  almas  lleva  á  los 
infiernos,  parécenos  conveniente  ampliar  aún  más 
estas  nociones,  para  ver  si  renace  en  nuestra  patria  la 
Asociación  del  Nombre  de  Jesús,  originariamente  es- 
pañola. El  Beato  Jordán,  sucesor  de  Santo  Domingo 
en  el  régimen  de  la  Orden  de  Predicadores,  escribió 
en  honor  del  Nombre  de  Jesús  una  salutación,  com- 
puesta de  cinco  salmos,  cuyas  iniciales  forman  el 
nombre  Jesús.  Son  :  Jubílate  Deo  omnis  térra; — 
Exaiidiat  te  Dominus; — Salviim  me  fac; — Usqueqiio, 
Domine;  Saepe  expugnaverimt  me.  En  seguida  se  dice: 

■f.     Sit  nomen  Domini  beiiedictum. 

^.     Ex  hoc  nunc  etiisque  in  saeculiim. 

Oremus.  Sancti  Nomiiiistiti,  Domine.,  timorempa- 
riter  et  amorem  fac  nos  haber e  perpetwiin  ;  guia  num- 
quam  tna  gubernatione  destituís,  qiios  in  soliditate 
tuae  dilectionis  institms.  Per  Cbristum  Dominnni  no- 
stritm.  Amen. 

El  venerable  P.  Juan  Micón  ,  gran  siervo  de 
Dios,  religioso  de  vida  santísima  é  infotigable  mi- 
sionero de  nuestra  patria,  cuya  lengua,  que  tantas 
veces  había  pronunciado  el  Nombre  de  Jesús,  libró 
Dios  de  la  corrupción,  compuso  el  Rosario  del  Dulcí- 
simo Nombre  de  Jesús,  aprobado  en  2  de  Febrero  de 
1602  por  el  papa  Clemente  Vil,  y  enriquecido  con 
ocho  años  de  indulgencia.  Otra  indulgencia  de  cua- 
tro mil  ochocientos  setenta  y  cinco  días  le  fué  conce- 
dida por  los  papas  Sixto  V  y  Clemente  Xlll.  Consta 
este  Rosario  de  quince  misterios  de  la  vida,  pasión  y 
gloria  de  Jesucristo,  divididos  en  gozosos,  dolorosos 


La  Cofradía   del  Diihísiiiio  Nombre  de  Jesús.       1 1 5 

y  gloriosos,  como  en  el  Rosario  de  María.  En  lugar 
del  Padre  nuestro  se  reza  un  Gloria  Patri,  y  en  vez 
de  las  Ave  Marías  se  dice  :  Jesu,  fili  David,  miserere 
mei,  en  los  misterios  gozosos  ;  Jesu  Naiarene,  Rex 
Judeonun,  miserere  mei,  en  los  dolorosos;  y  Jesu,  fili 
Del  vivi,  miserere  mei,  en  los  gloriosos.  Un  Padre 
nuestro  y  un;i  Ave  María  distinguen  además  las  de- 
cenas. 

MISTERIOS  GOZOSOS. 


-Encarnación  del  Verbo. 
-Natividad  de  Jesús. 
-Circuncisión. 
-Bautismo  en  el  Jordán. 
-Predicación  de  Jesús. 


MISTERIOS    DOLOROSOS. 


I . — 


Lavatorio  de  los  pies. 
Oración  en  el  huerto, 
irrisión  voluntaria  de  Jesús. 
Muerte  en  la  cruz. 
Bajada  á  los  infiernos. 


MISTERIOS  GLORIOSOS, 


I. — Resurrección  de  Jesús. 

2. — Ascensión. 

3. — Venida  del  Espíritu  Santo. 


2i6  La  Orden  de  Predicadores. 

4. — Gloria  de  Jesús  á  la  diestra  de  su  Padre. 

5. — Poder  de  Jesús  para  juzgar  vivos  y  muertos. 

Se  concluye  con  esta  plegaria  :  Benedictiim  sit 
dulce  Noiiien  Domiii^i  iiostri  Jesn-Christi,  et  gloriosae 
semper  virginis  Geuitricis  ejiís  Mariae,  uimc  et  semper , 
in  aeíernum  et  ultra.  Amen. — Nos  cum  prole  pía,  be- 
nedicat  Kirgo  María. 

Hay  otras  muchas  devociones  aprobadas  en  honor 
del  Dulcísimo  Nombre  de  Jesús  que  no  son  de  este 
lugar.  En  la  procesión  de  la  Cofradía  (segundo  do- 
mingo de  cada  mes)  suele  cantarse  el  himno:  Jesii, 
nostra  redemptio;  el  salmo  Laúdate  piieri  Douünuiii, 
repitiendo  Sit  nomen,  etc.,  á  cada  verso,  y  terminan- 
do con  la  oración,  puesta  arriba,  Sancti  Nominis 
tui,  etc. 

La  facultad  de  erigir  canónicamente  la  Asociación 
reside  en  la  Orden  de  Predicadores,  en  virtud  de  pri- 
vilegios apostólicos.  Los  párrocos  pueden  dirigirse  á 
los  Provinciales  de  la  misma,  si  desean  establecerla 
para  poner  fin  á  tantas  blasfemias,  y  harán  cierta- 
mente una  obra  agradable  á  Dios  '. 

'  Habiamos  pensado  tratar  á  continuación  de  !a  influencia  de  la  Orden 
de  Predicadores  en  la  del  Carmen  y  la  Merced;  pero  desistimos  de  este  pro- 
pósito porque  es  un  asunto  explanado  hace  poco  por  el  P.  Paulino  Alvarez 
en  los  capítulos  1  y  x  de  su  obra  Sania  Teresa  y  el  P.  Báñe:^.  Madrid,  1882. 


XIV. 


REVOLUCIÓN,  ASESINATOS  Y  EXCLAUSTRACIÓN  DE  LOS 
DOMINICOS  EN  ESPAÑA. — RESTAURACIÓN. 


O  hemos  de  detenernos  en  examinar  los  pre- 
parativos que,  con  una  constancia  digna  de 
mejor  causa,  condujeron  á  España  al  espan- 
toso pecado  de  sangre  que  aun  no  ha  expiado,  puesto 
que  la  justicia  divina  continúa  derramando  sobre 
ella  la  copa  de  sus  iras.  Nuestro  trabajo  no  es  una 
historia  :  y  la  historia  de  esas  abominaciones  está 
escrita  por  plumas  mejor  cortadas.  Hemos,  si,  de  dar 
cuenta  de  una  anécdota  que  no  ha  sido  divulgada. 
Era  el  i  5  de  Setiembre  de  1807;  la  corte  se  hallaba 
en  la  Granja,  y  fué,  según  costumbre,  á  pasar  el  día 
de  la  Conmemoración  de  Santo  Domingo  en  Soria- 
no  al  convento  de  Santa  Cruz  de  Segovia.  Mientras 
que  la  Reina  y  comitiva  visitaban  el  convento,  Car- 
Ios  IV  pasó  á  la  celda  del  prior,  P.  Guerrero,  Vicario 
general  más  tarde  de  la  Orden  de  Predicadores  en 
España,  religioso  de  talento,  de  ciencia  y  de  virtud. 
Ocupó  el  Rey  el  asiento  del  escritorio,  y  fijándose  en 


21 8  La  Orden  de  Predicadores. 

el  libro  que  estaba  abierto  sobre  la  mesa  (el  Febro- 
nio),  dijo: — «No  me  admira,  padre,  que  sean  Vds.  tan 
sabios,  estudiando  sin  cesaren  tan  buenos  libros.» — 
Admiróse  el  prior  del  calificativo  que  daba  el  Rey  al 
libro,  y  éste  añadió: — «Sí,  se  me  ha  dicho  que  este 
es  un  libro  excelente,  muy  propio  para  labrar  la  feli- 
cidad de  los  pueblos.» — El  prior  entonces  habló  al 
Rey  con  libertad  santa,  le  descubrió  las  maquinacio- 
nes de  las  sociedades  secretas,  y  señalando  algu- 
nos pasajes  del  libro,  propios  para  abrir  los  ojos  al 
monarca,  concluyó  así: — «Este  libro  ha  de  derribar  á 
muchas  de  las  columnas  del  orden  social  en  Europa, 
y,  si  no  se  ataja  su  influencia  en  los  destinos  de  Espa- 
ña, los  nietos  de  V.  M.  caerán  del  trono.» — 'El  Rey,  en 
cuyo  nombre  se  había  desterrado  al  P.  Ceballos  é  in- 
utilizado la  impugnación  que  habia  hecho  de  Febro- 
nio,  parecía  absorto  ante  las  verdades  amargas  que 
oia  en  un  claustro  de  Santo  Domingo.  Ocho  meses 
después  de  esta  conferencia,  Carlos  IV  fué  destronado 
(19  de  Marzo  de  1808)  por  sus  hijos  y  por  el  pueblo; 
poco  después  lo  fué  Fernando  VII;  y  doña  Isabel  II, 
nieta  de  Carlos  IV,  fué  arrojada  del  alcázar  de  sus 
mayores,  muerto  ya  el  Rmo.  P.  Guerrero,  antiguo 
prior  de  Segovia  ' . 

'  La  anécdota  anterior,  y  muchas  délas  noticias  que  siguen,  las 
debo  al  erudito  P.  José  del  Real,  religioso  del  convento  de  Santo  Tomás 
de  Madrid,  testigo  de  cuanto  afirma  en  una  Memoria  que  me  dirigió  en  29 
de  Enero  de  1S77. — Antes  de  inutilizarse  la  impugnación  de  Febronio  ci- 
tada en  el  texto,  había  sido  condenada  á  ser  quemada  por  manos  del  ver- 
dugo la  obra  anónima  Del  diritto  libero  della  Chiesa  di  acqmtare'c  di  possede- 
re  benitemporali.  Roma,  1769,  5  vol.  en  4.°  Esta  excelente  impugnación 
de  Justino  Febronio  es  del  dominico  P.  Tomás  Maria  Mamachi;  y  era  tal  la 


Revolución,  asesinatos  y  cxclaiisl ración.  219 

Este  es  uno  de  los  hechos  que  explican  el  odio  del 
liberalismo  y  de  las  sociedades  secretas  hacia  el  Cole- 
gio de  Santo  Tomás  de  Madrid,  blanco  de  sus  iras, 
transmitidas  de  logia  en  logia  desde  el  siglo  anterior. 
Sus  estudios,  su  importancia  en  la  corte,  su  fidelidad 
á  la  Santa  Sede,  su  monarquismo,  los  hombres  de 
gran  talento  que  en  él  habían  brillado,  ora  en  las 
cátedras,  ora  en  el  pulpito,  los  inquisidores  de  la  Su- 
prema que  fueron  hijos  de  esa  casa,  los  obispos  y 
magistrados  que  salían  de  "Sus  aulas  y  la  purísima  doc- 
trina de  Santo  Tomás,  allí  enseñada,  que  condena 
el  despotismo  de  arriba  y  el  despotismo  de  abajo,  el 
cesarismo  y  el  liberalismo,  eran  motivos  para  que  las 
sectas  resolviesen  acabar  para  siempre  con  aquel 
obstáculo  tradicional.  Los  PP.  Blázquez,  Yurami  y 
Gamer  habían  combatido  desde  el  pulpito  la  impie- 
dad de  la  revolución  francesa,  el  jansenismo  y  el  des- 
potismo de  Godoy;  el  P.  Guerrero  pulverizaba  el 
espíritu  sectario  de  las  cortes  de  18 10  y  1821,  y  el 
infatigable  P.  Amado,  en  escritos,  conferencias  y  ser- 
mones, ponía  de  manifiesto  los  contrastes  de  la  Es- 
paña de  1833  y  la  España  tradicional  y  legitima.  Por 
eso,  al  proclamar  en  las  logias  la  necesidad  de  destruir 
los  nidos  para  que  no  volvieran  los  pájaros,  se  designó 
como  primera    víctima  el  Colegio  de  Santo  Tomás. 

Aprovecháronse  lossectarios  del  pánico  producido 

inquina  de  los  jansenistas  españoles  contra  ella,  y  tan  rigurosa  la  vigilan- 
cia para  impedir  su  introducción  en  la  Península,  que  á  los  PP.  de  San  Es- 
teban de  Salamanca  les  costó  14,000  reales  el  hacerla  llegar  pliego  á  pliego  en 
forma  de  cartas  por  el  correo.  Este  raro  ejemplar,  con  señales  de  los  dobleces, 
se  halla  en  la  biblioteca  de  la  Universidad  Salmantina. 


220  La  Orden  de  Predicadores. 

en  la  capital  por  el  intenso  desarrollo  del  cólera  en  la 
noche  del  15  de  Julio  de  1834,  y  su  recrudescencia 
en  los  dos  días  siguientes,  para  propalar  el  absurdo 
de  que  los  frailes  habían  envenenado  las  aguas.  El 
motín,  prevenido  y  calculado,  estalló  el  17,  causando 
la  primera  víctima  en  un  niño,  presunto  envenenador 
de  fuentes  :  perseguido  otro  infeliz  con  igual  pretexto, 
refugióse  en  el  Colegio  Imperial,  siendo  ocasión  de 
que  la  matanza  comenzase  por  aquí,  y  no  por  Santo 
Tomás,  como  estaba  acordado.  Dos  ó  tres  horas  des- 
pués de  cebarse  con  la  sangre  de  los  hijos  de  San  Ig- 
nacio, pasaron  al  citado  Colegio,  rompiendo  puertas, 
ventanas  y  cristales,  viéndose  el  religioso  asilo  inva- 
dido por  una  tur  ba  de  harapientos,  disfrazados  algu- 
nos, pagados  muchos,  y  dirigidos  todos  por  gentes 
de  botones  de  oro,  bastón  y  hasta  faja,  que  continua- 
ron la  carnicería,  iniciada  en  San  Isidro.  He  aquí  los 
nombres  de  los  mártires  de  ese  día  memorable: 

El  P .  Andrés  de  La  Puente ,  natural  de  Arroyo  de  Val- 
divielso  (Burgos),  de  cincuenta  años  de  profesión  reli- 
giosa, misionero  en  Guatemala,  Maestro  en  teología, 
predicador  ferviente,  secretario  de  tres  Maestros  genera- 
les, de  condición  amable  y  pacífica  y  generalmente  ve- 
nerado por  sus  virtudes.  Para  promover  el  culto  divi- 
no y  el  estudio  de  Santo  Tomás  había  él  solo  hecho 
imprimir  más  de  ochocientos  mil  volúmenes,  y  creado 
la  imprenta  de  Aguado  '.  Murió  á  sablazos,  mientras 

'  Fueron  estos  libros:  Misales,  Breviarios,  Diurnos^  Capitularlos,  Marti- 
rologios, Suma  de  Santo  Tomás,  Filosofía  de  Puigserver,  Cartas  del  Ran- 
cio, etc..  etc. 


Revolución,  asesinatos  y  exclaustración.  221 

confesaba  al  siguiente  mártir,  á  los  sesenta  y  nueve 
años  de  edad.  Un  mes  antes  habla  escrito  á  un  con- 
discípulo, anunciándole  el  fin  trágico  que  le  esperaba. 

El  P.  José  Fernández  Narayo,  natural  de  Medina- 
celi  (Guadalajara),  de  cuarenta  años  de  profesión  reli- 
giosa, Regente  de  Estudios  y  Maestro  de  la  provincia 
(de  cuyos  privilegios  no  usó  nunca  por  humildad), 
eruditísimo  en  toda  clase  de  literatura  y  muy  versado 
en  los  clásicos  del  tiempo  de  Augusto  y  de  Tiberio. 
Era  censor  ordinario  de  cuanto  se  imprimía  en  la 
corte,  y  muy  consultado  por  el  Consejo  de  Castilla 
y  por  los  fiscales  Heredia  y  Pérez  Juana.  Este  sabio 
y  santo  religioso  dijo  á  sus  discípulos  dos  años  antes 
en  pública  cátedra: — «¿Ven  ustedes  que  todo  está  en 
calma?  Pues  yo  no  he  perdido  la  esperanza  de  morir 
degolladov'' ' . — En  efecto:  á  la  edad  de  cincuenta  y  ocho 
años,  en  el  mismo  lecho  en  que  yacía  enfermo,  y  don- 
de acababa  de  confesarle  elP.  La  Puente,  recibió  vein- 
titrés puñaladas,  tres  sablazos  y  cinco  bayonetazos, 
pronunciando  el  nombre  de  Jesús,  y  aclamado  santo 
por  cuantos  le  conocían.  Parte  de  sus  hábitos  se  re- 
partió como  reliquia,  y  conozco  aún  hoy  á  algunos 
que  las  conservan  con  gran  veneración. 

El  P.  José  Rodríguez.  Hacía  poco  tiempo  que  es- 
taba en  Santo  Tomás,  adonde  había  venido  desde  el 
convento  de  Compostela,  en  calidad  de  predicador. 
Religioso  de  conciencia  meticulosa,  humilde  de  cora- 
zón, de  carácter  afable  y  muy  observante  de  la  Regla 

I     Deposición  que  tengo  á  la  vista,  escrita  por  uno  de  los  discípulos  que 
vive,  y  se  me  ha  ratificado  en  ella. 


222  La   Orden  de   Predicadores. 

y  Constituciones.  Le  asesinaron  en  una  tribuna,  fren- 
te al  sagrario,  delante  del  Cordero  de  Dios. 

El  P.  Sebastián  Díaz  Sanseca,  natural  de  Madrid, 
catedrático  muy  distinguido,  é  incansable  en  el  minis- 
terio del  confesonario.  Era  de  trato  apacible  y  manso, 
y  sus  conversaciones  versaban  siempre  sobre  asuntos 
espirituales.  Asesinado  en  la  citada  tribuna  á  la  edad 
de  cuarenta  y  cuatro  años.  Ya  antes  habia  tenido  la 
honra  de  sufrir  cárcel  pública,  en  unión  del  P.  Agus- 
tín Cándido  Fernández,  por  el  folleto  titulado:  Des- 
apar icim  de  los  Institutos  religiosos  en  España,  Madrid, 
imprenta  de  Aguado,  1830. 

El  P.  Joaquín  García  Carantoña,  natural  de  San- 
tiago, catedrático  de  filosofía,  joven  de  una  piedad 
edificante  y  de  pureza  singular.  A  la  edad  de  veinti- 
ocho años,  recibió  de  rodillas,  y  en  el  coro,  invocando 
¿  la  Virgen  del  Rosario,  diferentes  golpes  de  lanza  y 
de  bayonetas;  le  descuartizaron  la  cabeza,  é  hicieron 
en  su  virginal  cuerpo  mutilaciones  que  el  pudor  se 
resiste  á  transcribir.  La  agonía  fué  larga  y  espantosa, 
y  su  fortaleza  la  de  un  mártir.  Horas  antes  había  llo- 
rado amargamente  la  muerte  de  un  religioso  lego, 
que  sucumbió  del  cólera. 

El  P.  Gregorio  del  Moral,  natural  de  Ciempozuelos 
(Madrid).  Sacerdote  ejemplarísimo,  queaún  no  había 
concluido  los  estudios,  silencioso  y  recogido  hasta  el 
exceso,  dice  un  testigo,  fué  fusilado  en  una  tribuna, 
á  la  edad  de  veintiséis  años. 

El  hermano  José  Inesma  y  Bosch,  natural  de  Va- 
lencia, religioso  lego,  de  dos  años  de  profesión,  ob- 


Revolución,  asesinatos  y  exclaustración.  223 

servante,  humilde,  laborioso  y  dado  á  la  oración, 
ayunos  y  vigilias.  Fué  asesinado  á  trabucazos  y  pu- 
ñaladas en  la  tribuna,  frente  al  sagrario.  Dicen  los 
coetáneos  que  era  un  placer  visitar  las  oficinas  con- 
fiadas al  cuidado  de  este  venerable  mártir,  por  el  aseo, 
limpieza  y  diligencia  con  que  estaban  servidas. 

Otros  muchos  religiosos  fueron  heridos  é  insulta- 
dos brutalmente,  sin  que  aquellos  salvajes  respetasen 
en  su  escandecencia,  ni  el  cadáver  del  religiosa  lego, 
que  horas  antes  había  muerto  del  cólera.  El  prelado 
de  la  casa.  P.  Maestro  Antonio  Martínez  Escudero, 
herido  gravemente  y  arrastrado  á  lo  largo  de  '.i  calle 
por  las  turbas,  debió  su  salvación  á  una  patrulla  de 
caballería,  que  se  arrojó  sobre  los  caribes  y  salvó  á 
la  víctima  en  la  cárcel  de  villa,  hoy  ministerio  de  Ul- 
tramar. El  coro  y  las  tribunas  del  templo  estaban 
inundados  de  sangre,  el  convento  saqueado,  los  reli- 
giosos, unos  muertos,  otros  heridos  y  todos  insulta- 
dos por  las  mismas  autoridades,  que  los  acusaban  de 
envenenadores  de  las  fuentes  públicas.  Al  dar  sepelio 
á  las  victimas,  compareció  el  genuino  pueblo  de  Ma- 
drid con  su  piedad  proverbial  y  acrisolada,  dando  á 
los  vivos  y  á  los  muertos  testimonio  irrecusable 
de  su  fe  y  de  su  amor.  ¡Con  qué  devoción  empa- 
paban sus  pañuelos  en  la  sangre  de  los  mártires! 
¡Con  qué  afán  se  disputaban  la  posesión  de  una  re- 
liquia ! 

Mientras  tanto  el  cólera  seguía  haciendo  estra- 
gos; los  atacados  pedían  confesores  al  Colegio,  y  los 
Padres,  heridos  unos,  muertos  siete,  y  ocultos  muchos 


224  l-(i   Orden  de  Predicadores. 

y  espantados,  apenas  podían  acudir  á  las  demandas. 
Muchos  de  los  sicarios  murieron  en  manos  de  sus 
victimas,  reconciliados  con  Dios,  entregando  los  cáli- 
ces, copones  y  alhajas  de  que  sacrilegamente  se 
habían  apoderado.  Otros,  más  desgraciados,  conser- 
varon para  eterna  perdición  el  botín  de  aquella  tarde 
memorable;  y  algunos,  roidas  sus  entrañas  por  el 
cáncer  de  su  remordimiento  estéril,  pusieron  alevo- 
samente fin  á  su  existencia. 

El  día  14  de  Agosto,  al  verificarse  la  ceremonia 
de  la  reconciliación  déla  iglesia  profanada,  vióse  ésta 
invadida  por  un  pueblo  creyente  y  fervoroso,  que  pe- 
día la  exhumación  de  los  mártires  para  venerarlos 
públicamente.  Al  P.  La  Puente  le  aclamaban  ángel; 
los  PP.  Narayo  y  Carantoña  eran  invocados  especial- 
mente por  los  estudiantes,  y  á  todos  se  les  llamaba 
santos.  ¡Setenta  y  siete  religiosos  fueron  asesinados, 
y  trece  gravemente  heridos,  en  el  espacio  de  seis 
horas  en  la  corte  de  la  católica  España!  El  gobierna 
se  contentó  con  ahorcar  á  un  músico  del  batallón  de 
la  Princesa,  que  había  robado  un  cáliz  de  la  iglesia 
de  San  Francisco.  Todo  comentario  huelga  ante  la 
elocuencia  de  estos  hechos. 

El  25  de  Julio  de  1835  ardió  el  magnífico  y  artís- 
tico convento  de  Barcelona  con  su  incomparable  igle- 
sia, su  archivo  y  su  rica  biblioteca;  el  31  del  mismo 
mes,  el  de  Murcia;  y  cuanto  no  pereció  al  furor  de 
las  llamas,  fué  robado.  Si  en  Sevilla  y  Valladolid  las 
sectas  no  realizaron  sus  intentos,  fué  porque  esas  ca- 
pitales, más  afortunadas  que  Madrid,  Zaragoza,  Bar- 


Revolución,  asesinatos  y  exclaustración.  225 

celona  y  Murcia  tenían  al  frente  generales  como  Que- 
sada  y  Montes. 

Al  gobierno  cabe  la  responsabilidad  de  haber  con- 
sumado la  obra  tramada  en  las  logias  é  iniciada  por 
un  populacho  inconsciente  y  fanático,  y  á  la  Orden 
de  Santo  Domingo  la  gloria  de  haber  recibido  los 
más  rudos  é  injustificados  ataques  al  tratarse  en  las 
cortes  déla  extinción  de  todos  los  Regulares;  por  sus 
atentados  contra  los  albigenses  y  contra  todos  aquellos 
que  han  querido  vindicar  su  ra:{ón;  por  haber  estable- 
cido el  tribunal  de  la  Inquisición causa  de  todos  los 

males  pasados  y  presentes  que  aún  lloramos;  de  ese  tri- 
bunal que  debemos  á  una  Orden  llamada  religiosa,  la 
de  los  Dominicos  ' .  Y  la  extinción  fué  acordada  por 
1 16  votos  contra  2;  y  España,  la  señora  de  dos  mun- 
dos cuando  tenía  fraílese  inquisición,  descendió  rápi- 
damente á  potencia  de  tercer  orden.  Mendizábal  se 
apoderó  (1836  y  1837)  de  todos  los  bienes  de  los 
conventos  para  enjugar  la  deuda  del  Estado,  que  ha 
ido  creciendo  á  medida  que  España  desciende.  El 
que  come  carne  de  la  Iglesia,  padece  siempre  de  in- 
digestión. 

De  los  221  conventos  de  Dominicos  que  había  en 
los  dominios  españoles  en  1835,  sólo  se  salvó  el  Real 
Colegio-Seminario  de  Santo  Domingo  de  Ocaña,  úni- 
co que  en  el  espacio  de  más  de  treinta  años  ha  for- 
mado el  personal  de  la  universidad  de  Manila,  de  los 
misioneros  de  Filipinas,  y  de  las  misiones  de  China 
y  Tonkin.  Fundado  en  1830,  tiene  una  historia  tan 

•     Texto  de  las  sesiones  del  Estamento  de  Procuradores. 


226  La  Orden  de  Predicadores. 

gloriosa  como  envidiable.  Mártires,  obispos,  docto- 
res, escritores,  pastores  de  almas,  han  salido  de  ese 
plantel  fecundo  para  llevar  el  nombre  de  Jesucristo  y 
el  nombre  de  España  á  lenguas  y  pueblos  que  jamás 
habían  sabido  pronunciarlos.  ¡Unos  trescientos  reli- 
giosos han  pasado  ya  de  ese  Colegio  á  las  regiones  de 
Oriente,  para  sucumbir  allí  en  su  mayor  parte,  en  el 
corto  periodo  de  cincuenta  años! 

La  restauración  de  las  Ordenes  regulares  en  Es- 
paña es  obra  del  tiempo.  La  mayor  libertad  religiosa  y 
civil  otorgada  últimamente  á  los  heterodoxos  y  á  cier- 
tos partidos  políticos  incorregibles  ante  las  lecciones 
de  la  historia  contemporánea,  asaz  elocuentes  y  per- 
suasivas, atempera  en  parte  la  proscripción  de  cua- 
renta años,  y  hoy  se  toleran  algunas  fundaciones 
religiosas,  que  viven,  sin  embargo,  una  vida  lánguida, 
fácil  de  explicar  por  las  divisiones  que  destrozan  al 
pais,  y  por  la  falta  de  hábitos  para  esta  clase  de  crea- 
ciones. La  Orden  de  Predicadores  abrió  nuevos  Co- 
legios-Seminarios en  Corlas  (Oviedo)  y  en  Avila  ( 1 86o 
y  1876),  para  atender  á  las  crecientes  necesidades  de 
sus  misiones.  En  Caldas  de  Besaya  (Santander),  en 
Padrón  y  en  Montesclaros  hánse  formado  también 
reducidas,  pero  observantes  comunidades,  que  se 
dedican  al  ministerio  del  confesonario  y  á  misiones 
en  el  interior  del  reino.  El  cardenal  García  Gil ,  arzo- 
bispo de  Zaragoza,  confió  al  mismo  Instituto  la  di- 
rección y  la  enseñanza  del  Seminario  menor  de  Bel- 
chite.  En  el  antiguo  Real  Seminario  de  Vergara  han 
instalado  los  mismos  religiosos  un  colegio  de  prime- 


Revolución,  asesinatos,  exclaustración  y  restauración.   227 

ra  y  segunda  enseñanza,  para  jóvenes  seculares  inter- 
nos y  externos,  que  está  dando  los  mejores  resulta- 
dos. Finalmente,  los  Dominicos  franceses,  expulsados 
del  territorio  de  la  república  en  1880,  han  fijado  sus 
tiendas  en  Belmonte  y  en  Salamanca,  encontrando 
cariñosa  hospitalidad  en  uno  y  otro  punto.  Falencia, 
la  ciudad  donde  estudió  Santo  Domingo  de  Guzmán 
y  fundó  la  Cofradia  del  Rosario,  contará  dentro  de 
poco  con  un  núcleo  de  religiosos,  que  la  ciudad  es- 
pera con  verdadera  ansia. 

El  sexo  débil  es  más  enérgico  sin  duda  en  sus 
caminos  de  restauración.  Aparte  de  las  antiguas  ca- 
sas de  monjas  y  de  terciarias  (beatas),  que  han  abier- 
to casi  todas  escuelas  para  cooperar  á  la  regeneración 
social  de  España,  la  sola  Congregación  de  Terciarias 
de  la  Encarnación  estableció  en  poco  tiempo  más  de 
sesenta  casas  para  la  educación  y  enseñanza  de  la 
mujer. 

Dios  quiera  bendecir  estos  esfuerzos,  y  mover  los 
corazones  de  las  almas  buenas,  para  que  coadyuven 
á  una  obra  que  á  todos  nos  interesa:  á  los  seculares 
más  que  á  los  mismos  religiosos. 

Madrid  7  de  Marzo  de  1884,  íksta  del  Angélico 
Doctor  Santo  Tomás  de  Aquino,  Patrono  de  las  Es- 
cuelas Católicas. 


TERCERA   PARTE. 


ENSAYO  DE  UNA  BIBLIOTECA   DE    DOMINICOS  ESPAÑOLES  «. 


Abálate  (Andrés  de),  O.  P. 

Consittutioiies  synodales  ab  colatae,  etc.  Pertenecen  á  siete  sinodos,  y 
se  conservan  en  el  archivo  de  la  catedral  de  Valencia,  donde  fué  dignísi- 
mo Obispo. 

Achores  (Tomás  de),  O.  P. 

De  recta  scribendi  orthograpbia.  No  se  sabe  si  se  imprimió. 

Adonec  (Juan),  O.  P.,  siglo  xvi. 

1 .  Tratado  de  la  tribulación  cristiana. — MS. 

2.  Sermones  de  Cuaresma  y  de  Adviento. — Valencia,  1328,  4.' 

3.  De  las  delicias  de  la  contemplación. — MS. 

Aduarte  (Diego),  O.  P. 

1 .  Relación  de  algunas  entradas  que  han  hecho  los  religiosos  de  la  Orden 
de  nuestro  P.  Santo  Domingo en  ¡as  Filipinas. — Manila,  1633,  en  4.° 

2.  Relación  de  los  martirios  de  Japón,  traducida  al  italiano  é  impresa, — 
Roma,  1632,  en  8." 

3.  Historia  de  la  provincia  del  Santísimo  Rosario  de  ¡a  Orden  de  Predi- 


'  Rogamos  a  los  amantes  de  nuestras  glorias  literarias  nos  comuni- 
■quen  cuantas  noticias  bibliográficas  puedan  contribuir  á  completar  estos 
apuntes. 


220  La  Orden  de  Predicadores. 

cadores  en  Filipinas,  etc. — Manila,  1640,  en  folio.  El  P.  González  .iñadió 
á  esta  historíala  vida  del  P.  Aduarte. 

4.  Relación  de  los  gloriosos  martirios  de  Fr.  Domingo  de  Erguida, 
Fr.  Lucas  del  Espíritu  Santo,  Fr.  Jacoho  de  Sania  María,  y  un  Hermaneh 
lego,  Fr.  Jacinto  de  Esquibel  y  Fr.  Francisco  de  Santo  Domingo. — Vallado- 
lid,  Juan  González  Mogrovejo,  1637,  4.",  pergamino. 

Fué  Procurador  general  en  Madrid  y  Obispo  de  Nueva  Segovia. 

Agramund  (Domingo  de),  O.  P. 

Tractatus  super  Salve  Regina. — Siglo  xiv. 

Aguayo  (Alberto),  O.  P. 

Libro  de  Boecio  Severino,  intitidado  «De  la  consolación  de  la  Filosofía,» 
agora  nuevamente  traducido  de  latín  en  castellano  por  estilo  nunca  anta:  visto 
en  España. — Sevilla,   1518. — Coplas  y  prosa  medida. 

Aguayo  (Gregorio  de),  O.  P. 

Sermones  de  tiempo  y  de  santos. — Siglo  xvii. 
Sermón  de  la  Anunciación  de  Nuestra  Señora. 

Aillón  (Francisco),  O.  P. 

Proaemium  veluti  apologeticum,  etc. — Es  una  disertación  crítica,  que 
puede  verse  entre  las  obras  del  P.  Pedro  Godoy. 

Alax  (Tomás),  O.  P. 

1 .  Commentarium  in  epistolam  ad  Hebraeos. 

2.  Cañones  ad  sacrae  scripturae  intelligentiam. 

3.  Alia  ex  SS.  Patribiis  contra  haereses.  — MSS,  en  Ñápeles.  —  Si- 
glo XVI. 

Alcalá  (Pedro  de),  O.  P. 

1.  Epístola  ad  Prosperum  Hitorceta.  S.J. — Lan-ki  (China),   1680. 

2.  Epístola  ad  P.  Salvatorem  a  Sto.  Thoma,   O.  P. — lan-ki,   1691. 

3 .  Sobre  los  ritos  de  China. 

Alcalá  (Pedro  de),  O.  P.— Otro. 

1 .  Sermón  en  honra  del  Smo .  Rosario  que  el  Convento  de  Santo  Domin- 
go de  Cádi^  celebró. — Cádiz,  1713. 

2.  yida  del  siervo  de  Dios  Fr.  Francisco  de  Posadas.-^Córdoha,  1728, 
en  4.° — Madrid,  1737  y  1748. 

3.  Sermonen  honor  del  bienaventurado  siervo  de  Dios  Santo  Domingo- 
de  Guimán. — Cádiz,    1720,  4.° 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  chañóles.   23 1 
Alcocer  (Jerónimo),  O.  P. 

Subida  del  monte  Sión,  ó  sea  De  cognitione  Deiper  contemplationem  quie- 
iam. — Valencia,   1590,  4.° 

Alecio  (Adrián  Pérez  de),  O.  P. 

1.  El  Angélico.  Vida  de  Santo  Tomás  de  Aquinn  en  quintillas.  —  Mur- 
cia, 164S. 

2.  Vida  del  siervo  de  Dios  Martin  de  Porras,  de  la  Orden  de  Predica- 
dores. 

3 .  Postilla  in  Gcncsim . 

Hijo  del  célebre  pintor  peruano  Mateo  Pérez  de  Alecio. 

Alegre  (Domingo),  O.  P.  1687. 

1.  Commentarium  in  Tractaium  de  Sphoera Joannis  de  Sacro- Bosco.  — 

MS.,  S." 

2.  Historia  de  las  cosas  más  notables  del  Convento  de   Predicadores  de 
Valencia,  desde  el  año  1640  hasta  el  de  16/2. — MS.  —  Un  tomo  en  folio. 

3.  Cuatro  tratados  importantes. — MSS. 

I .     De  nominibus  Hebraeis  Dei. 

II.  De  veteri  lege  eí  sacerdotibtis . 

III.  De  ponderihtts  el  mensuris. 

IV.  Idea  de  un  perfecto  predicador. 

Aliaga  (Luis),  O.  P. 

1.  Pareceres  de  este  Padre,  confesor  de  Felipe  III,  sobre  la  causa  que 
se  hizo  al  P.  Mariana. — MS.  de  la  Bibl.  Nac.  (G,  84.) 

2.  Representación  sobre  los  excesos  de  Felipe  III.  —  Año  de  1622.  — 
MS.  déla  Bibl.  Nac.   (Ce.  85  ) 

Confesor  del  Rey. 

Almeida  (Enrique  de),  O.  P. 

1 .  Compendio  de  Doctrina  cristiana. 

2.  Catorce  sermones  de  las  principales  fiestas  del  año. 

Es  versión   de  lo  que  escribió  el  P.  Granada  en  portugués.    Se  impri- 
mieron las  dos  obras  en  un  tomo. — Madrid,  1395. 

Almonacid  (Jerónimo),  O.  P. 

1.  Commentaria  in  Canticum  canticoriim  Salomonis.  —  Alcalá  ,  Juan  Iñi- 
guez  a  Lequerice,  1588.  4.° 

2.  Commentaria  íh  quintum  Ma'.ihaei  Capiit,  epistolam  Paul  i  ad  Ephesios, 
sermonem  Dominicum,  eí  in  psalmos  aliquot. — MS. 

3.  Controversiarum  ecclesiasticorum  centuriac, — MS. 


232  La  Orden  de  Predicadores. 

Altamura  (Ambrosio),  O.  P. 

Bibliothecne  Dominicanae. — Roma,  1673.  — Un  vol.  fol.  typ.  et  Sump. 
N.  A.  Tinasü. — Hay  otra  edic.  de  1677. 

Alvarado  (Francisco),  O.  P. 

Vocabulario  en  lengua  Mixteca ,  hecho  por  los  Padres  déla  Orden  de  Pre- 
dicadores que  residen  en  ella,  y  últimamente  recopilado  y  acabado  por  el 
P.  Fr.  Francisco  de  Alvarado^  vicario  de  Tama^ulapa,  de  la  misma  Orden. 
—Méjico,  1593,  4.° 

Alvarado  (Francisco),  O.  P. — Otro. 

1.  Cartas  criticas  que  escribió  el  Rmo.  P.  Mtro.  Fr.  Francisco  Alva- 
rado, de  la  Orden  de  Predicadores,  ó  sea  el  Filósofo  Rancio,  en  las  que, 
con  la  mayor  solidez,  erudición  y  gracia,  se  impugnan  las  doctrinas  y 
máximas  perniciosas  de  los  nuevos  reformadores,  y  se  descubren  sus  per- 
versos designios  contra  la  Religión  y  el  Estado.  —  Madrid,  imp.  de 
E.  Aguado,  1824;   4  vol.  en  4.%  con  47  cartas. 

2.  Cartas  filosóficas  que,  bajo  el  supuesto  nombre  de  Aristóteles,  es- 
cribió el en  las   que  se  demuestra   la  insubsistencia  y  futilidad  de  la 

filosofía  moderna  para  el  conocimiento  déla  naturaleza,  su  oposición  con 
los  dogmas  de  nuestra  Santa  Religión,  sus  perniciosas  doctrinas  contra 
las  buenas  costumbres ,  y  su  influencia  en  el  trastorno  de  los  gobiernos 
legítimos. — Madrid,  1825,  por  E  Aguado;  i  vol.,  con  19  cartas  y  un 
apéndice, 

3.  Cartas  inéditas,  dirigidas  al  que  después  fué  Cardenal  Cienfuegos. 
— Madrid,  por  D.  José  Félix  Palacios,  1847;  i  vol.,  con  U  cartas. 

Nació  el  P.  Alvarado  en  Marchena,  el  25  de  Abril  de  1 756;  á  los  diez  y 
siete  años  tomó  el  hábito  en  San  Pablo  de  Sevilla.  Murió  el  31  de  Agos- 
to de  181 4,  siendo  Consejero  de  la  Suprema  Inquisición. 

Alvarez  (Damián),  O.  P. 

1 .  Lágrimas  de  San  Pedro,  compuestas   en  italiano  por  Luís  Tamilo, 

traducidas  en  español  por  el  P.  Maestro — Ñapóles,    1613,    12.%    196 

fojas. 

2.  Exposición  de  los  Evangelios  del  Adviento,  del  primer  lunes  de  la  Cua- 
resma y  del  dia  de  Navidad.  —  Burgos,  Juan  Bautista  Vaserio,  1610, 
in  fol. 

Alvarez  (Paulino),  O.  P. 

Santa  Teresa  y  el  P.  fiáñ?^.— Madrid,  1882. 
Vive. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.   233 
Álvarez  Cienfuegos  (José),  O.  P. 

1.  Al  Dr.  Angélico  ;  Fragmentos  de  un  poema. — Manila,  1881. 

2.  Discurso  en  la  apertura  anual  de  los  estudios  de  la  Universidad  de 
Manila. — Manila,  1883. — (Idea  del  progreso  verdadero.) 

Vive. 

Amado  (Manuel),  O.  P. 

1.  Nueva  Semana  Santa,  ó  traducción  del  Oficio  de  la  Semana  Santa, 
con  la  explicación  de  los  principales  misterios  que  en  estos  días  celebra 
y  recuerda  la  iglesia,  etc. — .Madrid,  Palacios,  1840,  con  láminas  en  acero. 

2.  Homilias,  Discursos  y  Panegirices  para  todo  el  año,  publicadas  por 
El  Católico,  de  Madrid,  1842-45. — Dos  vol.,  4."  mayor. 

3.  Compendio  de  Historia  eclesiástica. — Madrid. 

4.  La  monarquía  y  la  Religión  triunfantes. — Id. 

5.  Dios  y  España. — Id. 

6.  Memorias  de  las  misiones  católicas  en  el  Tonkin. — Madrid,  1846,  en 
8."  Es  traducción  déla  obra  del  P.  Guiglielmoti,  O.  P. 

7.  ¿05  siete  días  de  la  Pasión,  ó  Lecciones  prácticas  de  virtud  que 
nos  da  padeciendo  por  nosotros  nuestro  Redentor  J.  C. — Madrid,  Agua- 
do, segunda  edición,  1831,  8." 

8.  Compendio  histórico  de  ¡as  vidas  de  los  santos  canonizados  y  beatifi- 
cados del  sagrado  Orden  de  Predicadores. — Madrid,    Aguado,    1829,  4.° 

Amador  (Juan),  O.  P. 

Estatutos  de  la  Real  y  Pontificia  Universidad  de  Santo  Tomás  de  Manila. 
— Se  aprobaron  en  1786,    y  se  reimprimieron  en  Manila,  1859,  en  folio. 

Amat  (Dalmacio),  O.  P. 

Relación  del  principio  i¡ue  tuvo  la  causa  de  los  auxUios  entre  los  Padres  de 
la  Orden  de  Predicadores  y- ¡os  de  ¡a  Compañía. — MS.  en  los  Archiv.  Ge- 
neral.— 1605. 

Ambrosi  (Jacobo),  O.  P. 

Copia  de  una  carta  que  escribió  este  padre  provincial  de  Armenia  al 
Rmmo.  General  Rodolfi.  Traducida  del  armenio  en  italiano,  y  del  italiano 
en  español. — Barcelona,  1631. — Echard  sólo  le  cita  asi  ;  Quodam  honum 
documenium.  Trata  de  un  caso  milagroso  que  le  aconteció  en  confirmación 
de  nuestra  te.  Su  fecha  es  de  Chavioli,  á  15  de  Abril  de  1630. — 4.°, 
2  hojas. 

Amo  (Mateo),  O.  P. 

I.  Poesías  sagradas,  que  en  su  mayor  parle  versan  sobre  las  principalet 
festividades  que  la  Iglesia  celebra  en  todo  el  año. — Manila,   1863,  4.° 


234  ^^   Orden  de  Predicadores. 

2,  Lis  Bucólicas  y  Geórgicas  de  Virgilio,  traducidas  en  endecasílabos 
castellanos. — Manila,  imprenta  de  Amigos  del  Pais.   1854. 

Anglés  (Pedro  Moisés),  O.  P. 

Prontuario  ortologi-gráfico ,  catalán-castellano-laiin,  con  una  ideografía 
ó  arte  de  escribir  en  secreto. — Barcelona,  1742,  8." 

Anónimos. 

1.  Doctrina  christiana  en  lengua  Española  y  Mexicana;  fecha  por  los  re- 
ligiosos de  la  Orden  de  Santo  Domingo.  Agora  nuevamente  corrcgúia  y  en- 
mendada. Año  1550. 

2.  Historia  de  los  Dominicos  en  Aragón,  Cataluña  y  Valencia  durante 
la  guerra  de  la  Independencia . 

3.  Desaparición  de  los  institutos  religiosos  en  España. 

4.  Tratado  de  los  votos  religiosos. 

5.  Idea  ortodoxa  del  estado  religioso. 

6.  Memoria  de  Santa  Juana  de  A:^a. 

7.  Anotaciones  sobre  los  capítulos  generales  de  la  Orden,  desde  1564 
hasta  1621.— MS.  en  la  Bibl.  Nac.  (T.  55,  p.  386.) 

8.  Incipiunt  sermones  quadraga,  solemnes  Bmi.  Dni.  Episcopi  Notucnsis 
hercmitae,  et  de  Excellenttssima  religione  praedicatorcm  facti  id  civitate  Bar- 
chinonensi  in  parochia  S.  Justi,  auno  MCCCCXXXIIII. — MS.  en  el  archivo 
de  la  catedral  de  Valencia,  en  4.° 

9.  Acta  capitulorum  pi  ovincialium  Provinciae  Sanctissimi  Rosarii  Phi- 
Uppinarum  Ordinis  Praedicatorum.  —  Manila,  1874  á  1878. — Tres  tomos 
en  8.° 

10.  Collectio  compleclens  Ordinationes  primordiales  Provinciae  ,  acta. 
Capitulorum  Generalium,  necnon  Ordinationes  Rmorum.  PP.  Magistrorum 
Generalium  Ordinis  Praedicatorum,  pro  regiminc  l.nijus  Provinciae  Smi.  Ro- 
sarii Pbilippinarum,  etc. — Manila,   1868,  en  8." 

1 1 .  CoUegii  Sancti  Thomae  Complutensis  Dissertationes  dialecticae.  — Al- 
calá,  1714-15. — Dos  tomos  en  8.° 

12.  El  Correo  Sino-Annamita,  ó  Correspondencia  de  las  Misiones  del 
Sagrado  Orden  de  Predicadores  en  Filipinas,  Formosa,  China  y  Tonkin. 
—  Manila,  1866  á  i88v.  '7  tomos.  Se  continúa. 

13.  Hora  del  Rosario,  ó  Manual  para  los  agregados  á  la  Guardia  de 
Honor  de  María. — Quito,  1878,  en  8.° 

14.  In  ocio  libros  Pbysicorum  Aristotelis  quaestioncs. — Alcalá,  1731,  S.* 
4."  edic. 

15.  In  tres  libros  Aristotelis  de  anima    quaestioncs. — Alcalá.  1720,  en  S.» 

16.  Los  artículos  de  la  primera  parte  de  Santo  Tomás,  puestos  en  nuestra 
lengua  para  conocimiento  de  la  ciencia  del  Santo  Doctor. — MS. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  emanóles.  235 

17.  Manual  de  la  MilUia  de  Jesucristo ,  Venerable  Orden  Tercera  de 
Miro.  j°.   Slo.   Domingo. — Madrid,    1765,  en  8.° 

1 8.  Observaciones  de  un  teólogo  d  otro  amigo  sobre  la  utilidad  que  saca 
la  Religión  v  el  Estado  del  estudio  de  la  Suma  de  Santo  Tomás.  —  Ma- 
drid, 1795,  en  8.° 

19.  Vida  de  D.Fr.  Bartolomé  de  los  Mártires,  del  Orden  de  Predi- 
cadores, Arzobispo  de  Braga  en  Portugal. — Madrid,  1727,  en  4.° — Es 
traducción  de  la  de  San  Germán  de  París. 

20.  Catecismo  de  la  Doctrina  cristiana  en  idioma  de  Pangasinán  (Fi- 
lipinas).— Manila,  1857,  con  viñetas. 

21.  Vita  S.  Raymundi  de  Peñajort  a  vetusto  scriptore  olim  breviter 
collecta. — Véase  Eymeric. 

22.  Vita  S.  Petri  Gon^ale-  Telmi. 

Anter  (Severo  Tomás),  O.  P. 

1 .  Constitutiones  sy nodales  dioecesis  Dertu  sensis  in  unum  compilatae; 
praemisit  Praefationem  latinam. 

2.  Sermón  en  celebridad  del  desposorio  de  Carlos  ¡I  en  i6po. 

Antist  (Vicente  Justiniano),  O.  P. 

1.  Commentaria  in  universam  logicam,  etc. —  Valencia,  1582,  en  4.° 

2.  Annotationes  in  opuscula  S.  Vincentii  Ferrerii. —  Valencia,  1591, 
en  8." 

3.  Pro  Divac  Catherinae  Scnensis  imaginibus  disptdntio. — En  español, 
Valencia,  1583;  en  latín,  id.,   1597. 

4.  Relatio  de  inveniione  corporis  S.  Anglinae,  etc. — Edíc.  de  Tamayo 
en  «Notis  Luithprandi.» 

5.  De  B.  Raimundo  Pennaforti  in  sanctorum  numcrum  referendo,  etc. 

6.  De  Sancti  Officii  dignitate  et  origine. 

7.  La  vida  e  historia  del  apostólico  predicador  San  Vicente  Ferrer. — 
Valencia,  1575,  en  8." — En  italiano.  Palermo,  1600,  en  8.^ 

S.  Relación  de  la  vida  y  muerte  del  P .  Fr.  Luis  Bcltrán.  —  Zaragoza, 
1382,  en  8." 

9.  Vida  de  San  Pedro  Gon^ále^  Telmo,  de  la  Orden  de  Santo  Domin- 
go.-^Valencia,  por  la  viuda  de  Pedro  Huete,  15S7,  en  8." 

10.  Tratado  de  ¡a  Concepción  de  Nuestra  Seíiora.  —  Sevilla,  por  Mi- 
guel Bejarano,    1615,  en  8." — Se  tradujo  al  latín  y  al  francés. 

1 1 .  Chronicon  Ordinis  Praedicalorum,  inserto  en  las  Grotte  Vaticane, 
de  Torrigio. 

1 2.  Vitae  virorum  doctrina  et  pietate  clarorum  sui  caenobii  valentim. 
— Dudoso. 


236  La  Orden  de  Predicadores. 

Anunciación  (Alfonso  de  la),  O.  P. 

1 .  Historia  de  la  provincia  de  Méjico,  de  la  Orden  de  Predicadores. — 
MS.  Es  posible  que  sea  la  misma  del   P.  Domingo  de  la  Anunciación. 

2.  Manual  de  Padres  espirituales. — Alcalá,  1679,8.° 

Anunciación  (Domingo  de  la),  O.  P. 

1.  Doctrina  cristiana,  breve  y  copendio  |  sa  por  via  de  diálogo  entre 
un  maestro  y  un  disci  |  pulo,  sacada  en  legua  castellana  y  mexicana,  y  | 
copuesta  por  el  muy  reverendo  padre  fray  |  Domingo  de  la  Anun- 
ciación ,  vicario  que  |  al  presente  es  de  Cuyoacan  de  la  Orden  del 
bienaven  |  turado  P.  Sto.  |  Domingo,  |  En  México  ,  en  casa  de  Pedro 
Ochaste,    1563,  4.° 

2.  Relaciones  y  particularidades  de  algunos  religiosos  antiguos,  desde  la 
fundación  de  la  provincia  de  Méjico  hasta  el  año  80. 

3.  De  juvandis  et  fovendis  indis,  traducción  «Del  bien  y  favor  de  los 
indios,»  de  las  Casas. 

4.  Conquistas  espirituales  de  los  religiosos  de  la  Orden  de  Predicadores 
en  la  provincia  de  Méjico. — Méjico,  1550. 

Aragonés  (Valerio),  O.  P. 

Volumen  sermonum. — Siglo  xv. 


Aranha  (Tomás),  O.  P. 

1.  Serinaó  do  Sant-Iago  Mayor,  padrón  de  Espanha,  etc. —  Lisboa, 
1644,  en  4.° 

2.  Sermao  de  San  Lucas. — Lisboa,   1644,  en  4.° 

3.  Poesías  compoitas  na  Universidade  de  Coimbra,  na  Occasiao  da  fe- 
licissima  e  milagrosa  acclamagao  e  coroagao  d'el  rei  nosso  senhor  D.  Joao 
o  II  de  Portugal,  etc. — Lisboa,  1645,  4.°,  de  32  págs. 

4.  Sermaó  pregado  em  S.  Domingos  de  Lisboa  na  festa  que  celebron  ao 
glorioso  martyr  S.Jorge  á  nobilissima  nagao  inglesa. — Lisboa,  1638, 
4.",  de   13  hojas. 

5.  Sermaó  no  officio  que  se  fer  pelas  almas  dos  irmaos  defunctos  da  casa 
da  Misericordia  de  Lisboa. — Lisboa,   1645,  4.° 

6.  Sermaó  de  S.  Carlos  Borromeu,  pregado  na  igreja  do  Loreto. — Lis- 
boa, 1647,  4.° 

7.  Sermaó  da  gloriosa  Sanct  Clara ,  pregado  no  seu  convento. — Lisboa, 
1648,  4.'' 

8.  Sermaó  do  glorioso  S.  Dámaso,  Papa. — Coimbra,  1651,  4.° 

9.  Sermaó  tías  exequias  do  principe  D.  Theodosio. —  Lisboa,  1753,  4.* 


Emavo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.    237 
Araujo  (Francisco  de),  O.  P. 

1 .  Cominentaria  iii  univcrsaní  Aristoielis  metapbysicam, — Dos  tomos  en 
folio. — Salamanca,  1617-1631,  folio.  Dos  tomos. 

2.  Opusciila  tripartita. — Duay,  1635.  Dos  tomos. 

3.  Commentaria  in  Suinmam  'Sancti  Thomae.  —  Seis  tomos  folio,  im- 
presos en  Salamanca  y  Madrid,  1636  á  1647. 

4.  Variae  et  seledae  decissioiies  inórala  ad  statum  ecclesiasticum  et  civi- 
lem  pertinentes  — Lugo,  1664.— Coloniae Allobregum,  1755. — Unvolumen 
en  folio. 

Virtuosísimo  obispo  de  Segovia. 

Araya  (José),  O.  P. 

Primera  parte  de  la  historia  del  Convento  de  San  Esteban  de  Salamanca. 
— Comenzóse  el  25  de  Agosto  de  1743. 

MS.  libro  1,  66  fojas  en  folio;  libro  11,  74  fojas;  libro  iii,  53  fojas. 
Lo  vi  en  Salamanca. 

Arce  y  Mantilla  (Alfonso  de),  O.  P. 

Snmmario  de  la  devoción  del  SS.  Rosario  de  Nuestra  Señora. — Malinas^ 
1629,  24.°,  451  pág. 

Arcos  (Vicente  Antonio  de),  O.  P.  f  1777. 

1 .  El  sublime  observante  en  la  práctica  de  sus  votos. — MS.  en  folio  de 
473  páginas. 

2.  Findicias  del  Estado  Regular. — MS.  en  folio,  de  180  páginas. 

3.  Espejo  déla  amistad. — MS.  en  4.°,  de  210  páginas. 

Arenzano  (Juan  de),  O.  P. 

Rosario  de  Nuestra  Señora. — Madrid,  1602,  etc. 

Arenys  (Pedro),  O.  P. 

Cronicón. — MS.  en  el  convento  de  Barcelona. 

Arias  (Baltasar),  O.  P. 

Discursos  prcdicablei  en  las  festividades  de  los  Santos  que  con  mayor  so- 
lemnidad celebra  la  Iglesia. — Valencia,  Juan  Crisóstomo  Garoiz,  1 6 1 4,  en  4." 

Ariza  (Baltasar),  O.  P.  f  17 12. 

1 .  Regias  V  prácticas  de  ejercicios  espirituales  para  los  profesores  de  la 
Tercera  Orden  de  Predicadores. —  Zaragoza.  1676,  8." 

2.  Directorio  de  Ordenandos. — Zaragoza,  1700,  8.°,  de  489  páginas. 


238  Lt^  Orden  de  Predicadores. 

Arnau  (Nicolás),  O.  P. 

1.  Clvpeus  pbilosophiae  thomisíicae,  etc. — Padua  ,  1686  ,  8  volúmenes 
en  8.° 

2.  Doctor  angeliciii  divm  Thomas  Aquinas  divinae  voluntaih....  in- 
terpres. — Roma,  1679,  lo<;  dos  primeros  tomos;  los  otros  dos,  Lyon, 
1686. 

3.  ídem  opas  anctiim,  etc. — Padua,    1691  ;  dos  tomos  en  folio. 

4.  Presagio  deW  imnmiente  rouina  e  c adula  deW  imperio  Ottomano,  etc. 
— Padua,    1684,  en  4.° 

Era  oriundo  de  Alemanisi. 

Arteaga  (Domingo  de),  O.  P. 

Tesoro  de  contemplación  hallado  en  el  Rosario  de  Nuestra  Señora ,  con  sm 
ejercicios. — Palencia,  1572,  8." 

Hay  otra  edición  de  1556.  Bibl.  N. 

Armengol  (Joaquín),  O.  P. 

El  alma  devota  en  ejercicios,  ó  sea  Meditaciones  para  diez  días  de  ejerci- 
cios espirituales  ,  en  los  que  las  religiosas  y  otras  personas  que  viven  re- 
ligiosamente pueden  ejercitarse  y  aprovechar  en  el  amor  de  Dios.— Bar- 
celona, 1822,  un  cuaderno  en  8.° 

Arrechedera  (;uan  de),  O.  P. 

Relación  de  la  entrada  del  sultán  rey  de  Jola ,  Mohamed  Alimuddin  (se- 
gundo), en  Manila. — Año  de  1749. 

Este  Padre  desempeñó  el  gobierno  Superior  civil  de  Filipinas,  y  de  él 
se  conservan  relaciones  importantes. 

Arriaga  (Gonzalo  de),  O.  P. 

1 .  Santo  Tomás  de  Aquino,  Doctor  Angélico  de  la  Iglesia,  gloria  y  hon- 
ra de  ¡a  religión  esclarecida  de  Predicadores. — Dos  tomos,  i.»,  folio,  de 
540  págs.;  Madrid,  1648;  2.°,  folio,  de  676  págs.;  Madrid,  1652. 

2.  La  vida  del  venerable  Padre  Fray  Juan  de  La^cano,  de  la  Orden  de  ■ 
Predicadores  de  Oviedo,  muerto  en    Pamplona  con  opinión  de  santidad. — 
Manuscrito. 

Ascanio  (Salvador),  O.  P. 

1.  Oración  júncbre  en  las  exequias  que  se  hicieron  por  el  ilustrisimo y 
reverendísimo  señor  D.  Fray  Ildefonso  de  Santo  Tomás,  Obispo  de  Málaga, 
Málaga,    1692,  en  4.° 

2.  Sermón  del  bienaventurado  Domingo  de  Gu:^nián. — Sevilla,  1684,  en 
4.°,  xi-26  páginas. 


Ensayo  de  ana  Bihlioícca  de  Dominicos  emanóles.   239 
Ascensión  (Gaspar  de  la),  O.  P. 

Sermo  in gratiaiium  actionem  pro  victoria  a  lu.útiU¡¡$  et caslellaim  contra 
Batavos  reportata  incivilate  Babia. — Siglo  xvii. 

Artufel  (Dámaso),  O.  P. 

Modo  lie  re~ar  las  horas  canónicas  confonm  al  rito  Je  los  frailea  Predica- 
dores, etc.,  con  un  arte  de  canto  llano. — Zaragoza,    I()I4,  en  8." 
Nicolás  Antonio  le  llama  equivocadamente  Damián. 

Astudillo  (Diego  de),  O.  P. 

1.  De  generatione  et  corruptione.  Comentarios  sobre  los  ocho  libros  de 
física  de  Aristóteles,  y  sobre  los  dos  De  generatione. — Valladolid,  1532. 
— No  lo  vio  Echard  ,  pero  sí  Gallardo. 

2.  De  modo  inte! ligendi  Scriptiiram  sacrnm  Iractatus. 

3.  Snper  Evangeliutn  Sancíi  Maíthaei,  et  stiper  Epístolas  Paiili  ad  Ro- 
manos et  ad  Hcbraeos  Commentaria. 

4.  Super  Sapicntiain  Commentarioruní  voluinina  dúo. 

5.  Breves  col  I  al  iones  theologicae. 

6.  De  Conceptione  B.  Virginia. 

7.  Super  quatuor  libros  Senteutiannn. 
S.  De  origine  et  unitatc  Hcclesiae. 

9.  De  hora  uiortis  Christi. 

10.  CI)ronicon  Ordinis. 

11.  De  Missa. 

1 2.  Orbis  gecgraphica  descriptio. 

13.  De  arte  rccolligendi  distinctioms  breviores  ct  ampliares . 

14.  Privilegiorum  ordinis  ab  ipso  collcctorum  defensio. 

Asunción  (Antonio  de  la),  O.  P. 

Gloriosos  trabalhos  Jo  Hercules  Ja  Igreja  S.  Domingos  de  (Juimao.  e  sin- 
gulares triumfos  dos  illustres  militares  Ja  veneravel  orden  terceira  de  Jeu- 
Christo,  e  Penitencia  Jo  mesmo  sancto. — Lisboa,    1746,  8." 

Avendaño  (Alfonso  de),  O.  P. 

1.  Commentaria  in  Psalmum  CA7  7//.  — Salamanca ,  13S4;  Venecia, 
ap.  S.  Stephano  Coenob.,  15S7. 

2.  Commentaria  in  Evangelium  Divi  Matthati. — Madrid,  por  Pedro  Ma- 
drigal, 1592-93,  2  vol.  fol. 

Avila  (Antonio  de).  O.  P. 

Arte  para  saber  la  lengua  Mexicana,  reduciendo  sus  elegancias  á  método. 

Ávila  (Félix  de),  O.  P. 

La  vida  y  muerte  de  San  Félix,  mártir  Complutense. — 16 18. 


240  La  Orden  de  Predicadores . 

Ávila  (Francisco  de),  O.  P. 

1 .  De  grafía  ct  libero  arbitrio  sive  de  auxiliis  divinae  gratiae. — Roma,. 
1599. 

2.  Disserííilio  </(■  Cgnfasione  per  Hueras,  sive  per  internuntium . — Ro- 
ma, 1599. 

3.  Recreación  del  alma  ,  con  un  tratado  para  ayudar  á  bien  morir. — 
Alcalá,  Andrés  de  Ángulo,  1572,  8.° 

4.  Condones  qiiadragesimales  et  de  sanctis  tilo  fempore  occurrentibus, — 
Alcalá,  ap  Antin  Gothardum,  1580,  8.° 

5.  Sermón  de  exequias  del  rey  D.  Felipe  II. 

6.  Diálogos  del  desengaño  del  hombre. — Alcalá,  en  casa  de  Juan  Le- 
querie,   1576,  12.",  fol. 

Aviñón  (Bartolomé),  O.  P. 

Vida,  virtudes  y  milagros  del  B.  Luis  Bcltrán,  de  la  Orden  de  Predica- 
dores, dividida  en  cuatro  libros. — Fué  traducida  al  italiano,  é  impresa 
en  Roma,  1623. 

Ayala  (Baltasar),  O.  P. 

De  Beata  Virgine. — Tortosa,  1538. 

Ayala  (Pedro  de),  O.  P. 

1.  Sermón  de....  Santo  Tomás,  etc. — Barcelona,  1628,  en  4.° 

2.  Sermón  de  Nuestra  Señora  del  Rosario,  abogada  de  la  gloriosa  Or- 
den de  Hermanos  Predicadores. — Barcelona,  1622,  en  4.° 

Ayra  y  Ferrer  (Juan),  O.  P. 

Nova  et  acurata  regni  Aragoniac  cum  confinibus  descriptio,  etc. — París,. 

1 7 1 5 ,  en  folio. 

1 

Ayssa  (Aniceto),  O.  P.  f  1698. 

Un  Tratado  en  que  se  prueba  matemáticamente  la  seguridad  de  la  ca- 
pilla mayor,  cimborio  y  linterna  del  templo  de  San  Ildefonso. — Zaragoza,. 
1691  ;  fol.  de  16  págs. 

Azambuja  (Jerónimo  de),  Oleaster,  O.  P. 

1 .  Commentaria  in  Moisi  Pentaleuclmm  juxta  Sanctis  Pagnini  Lucensis 
ejusdem  Ordinis  intcrprctationem,  etc. — Lisboa,  1556  á  1558;  4  tomos  en 
folio. 

2.  In  Isaiam  Prophetam. — París,   1622,  en  folio. 

3.  In  libros  Regum,  Psalmos,  Hieremiam  et  XII prophetas  tninores,  etc. 

4.  Incaeteros  sacrae  Scripturae  libros. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.   241 

5 .  Líber  contra  haereses  sui  lemporis . 
<->.  Comparitio  in  concilio  Tridenüno. 
Fué  teólogo  afamado  en  dicho  Concilio. 

Azevedo  (Silvestre  de),  O.  P. 

Libro  de  los  misterios  de  la  fe  cristLina,  en  la  lengua  de  Cainboja,  don- 
de fué  misionero  en  el  siglo  xvi. 

Bamirull  (Tomás),  O.  P. 

Nuevas  Indias  de  las  alabanzas  del  Rosario  de  María  Santísima,  etc.  — 
Barcelona,   1669;  i  vol.  fol. 

Balaguer  (Andrés),  O.  P. 

1 .  Ordinationes  sy nodales. 

2.  Catalogus  episcoporuin  Albaracincnsum. 
Fué  Obispo  de  Albarracin  y  deOrihuela. 

Balbis(Juan),  O.  P. 

Prosodia  ,  vel  catholicum  compilatwn  a  Fr.  Joanne  Janucnsi  de  Balbit, 
Ord.  Predio,  post  mullos  annos  ab  auíore  inceptttm  ,  Jiiiiíum  tándem  nonis 
marta,  anno  MCCLXXXFI .  —  MS.  en  el  Convento  de  San  Cucufate  de 
Valles. 

Baltañas  Mexía  (Domingo),  O.  P. 

1.  Compendio  de  la  filosofía  natural. — Sevilla,  1547,  en  4.* 

2.  De  lajustijicacióíi  del  hombre  por  la  gracia. — Sevilla,  1550. 

3.  Confesonario,  tratado  de  excomuniones,  usura,  matrimonio  v  votos. — 
Sevilla,  1354,  en  4.° 

4.  Doctrina  christiana,  etc. — Sevilla,  1555,  en  4.° 

5.  Explisación  sobre  los  Evangelios,  desde  el  Adviento  á  la  Trinidad. — 
Sevilla,  1553,  en  4.° 

6.  Enchiridión  de  estados. — Sevilla,  1333,  en  8." 

7.  Historia  general  de  la  vida  y  hechos  de  Jesucristo  y  de  sus  sanios.  — 
Sevilla, 

8.  Epitome  de  la  vida  y  excelencias  de  los  trece  Patriarcas  del  testamen- 
to viejo,  etc. — Sevilla,  1535,  en  4.° 

9.  Compendio  de  sentencias  morales  y  de  algunas  cosas  notables  de  Espa- 
ña, etc.— Sev'Mi,    1335,  en  8." 

10.  Concordancias  de  muchos  pasos  difíciles  de  la  divina  Historia. — Se- 
villa, 1536,  en  8." 

1 1 .  Apología  sobre  ci.rtas  materias  morales  en  que  hay  opinión.  —  Sevi- 
lla, 1556,  en  8.° 

16 


242  La   Orden  de  Predicadores. 

12.  Vida  y  hechos  admirables  del  real  profeta  David.  —  Sevilla,  1557, 
en  8." 

13.  Sátira  ó  invectiva  contra  los  talmres. — Sevilla,  1357,  en  8.* 

1 4  Paradojas  y  sentencias  escogidas  para  la  erudición  del  entendimiento 
y  reformación  de  las  costumbres.— Sev'úh,  1558. 

15.  Sermones. — Sevilla,  '558;  2  tomos  en  4.° 

16.  Chrónica  breve  de  la  Orden  de  Predicadores  hasta  su  tiempo. — MS. 

Bancel  (Luís),  O.  P. 

Moralis  D.  Thomac ex  operibus  ipsius  exacte deprompta....  admodum 

Dictionarütbeologico-moralis. — Venecia,  1757;  2  vol.  4.°  mayor.  Al  fren- 
te lleva  una  hermosa  alegoría  grabada.  Cristo  aprueba  la  doctrina  del 
Santo  Doctor,  y  el  Papa  la  recomienda  á  los  doctores  tolosanos. 

Báñez  (Domingo),  O.  P. 

1 .  Scholastica  commentaria  in  totam  Summan  theologicam  et  in  Supple- 
mentur  Sti.  Tljomae  Aquinatis.  — Hay  varias  ediciones,  pero  no  he  visto 
ninguna  completa. 

2.  Relectio  de  mérito  et  augmento  cbaritatis.  — Salamanca,  1590. 

3.  ¡nstitutiones  minoris  dialecticae. — Colonia.  1618. 

4.  De  fide,  spe  ct  cbaritate. — Salamanca,   1586,  fol. 

5.  De  Jure  etjustitia. — Salamanca,  1594,  fol. 

6.  Commentaria  in  quaestiones  Aristotelis  de  generatione  et  corruptione. — 
Salamanca,  1585,  folio. 

7.  In  dialccticam  Aristotelis. 

8.  Apología  fratrum  Praedicatorum  in  Provincia  Hispaniae  ttieologiae 
professorum  adversus  novas  quasdam  assertiones  cujusdam  docioris  Ludovici 
Molinae  nuncupati . — Madrid,  20  de  Noviembre  de  1595. 

9.  De  intrínseca  divinae  gratiae  effcacia. 
10.     Libellus  supplex  Clementi  VIH  oblatus. 

El  apellido  de  este  ilustre  y  santo  Padre,  natural  de  Medina  del  Campo, 
era  Vanes,  mas  prevaleció  la  práctica  de  escribir  Báñei. 

Baptista  (María),  O.  P. 

A  historia  do  su  inosteiro  do  Salvador  de  Lisboa. — MS.  Siglo  xvii. 
Sermáo  pregado  na  festa  da  nossa  senl.wra  da  Anunciacao  na  igreja  de 
S.  Domingos  de  Coimbra. — Lisboa,  162.) ;  4  "  de  iv-23  pág. 

Bárdete  (Gabriel),  O.  P. 

Sermones  tam  qundragesimales  quam  de  Sanctis.  —  Lyon,  1536;  2  vol., 
S.°,  letra  gótica. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  eípañola.   243 
Barinaga  (José),  O.  P. 

1 .  Regla  y  Constituciones  de  la  Tercera  Orden  de  Sto.  Domingo. — Bar- 
celona, 1872. 

2.  Dejó  á  su  muerte  prematura  un  trabajo  de  «Lugares  teológicos» 
sin  concluir. 

Barón  (Jaime),  O.  P. 

1 .  La  religiosa,  enseñada  y  entretenida  en  las  obligaciones  de  su  noble 
espiritual  estado  de  esposa  del  Rey  del  cielo,  en  una  gustosa  parábola,  etc. 
— Zaragoza,  1727;  I  vol.,  4.°  menor. 

2.  Lu:^  de  la  fe  y  de  la  ley. — Alcalá;  6  vol.,  8." 

Hay  otra  edición  de  Zaragoza  de  Manuel  Román,  1717,  in  fol.  ,  y  otras 
dos  de  Madrid,  1726  y  1732. 

3.  L!<^  de  la  senda  de  la  virtud:  Desiderio  v  Electo  en  el  camino  de  la 
perfección. — Madrid,   Benito  Cano,  1790,  in  íol.  '. 

4.  Origen  de  la  Tercera  Orden  de  Sto.  Domingo. — Zaragoza  ,  herede- 
ros de  Pedro  Jiménez,   1733. 

Barrachina  (Francisco),  O.  P.,  f  1724. 

Breve  noticia  de  ¡a  vida  del  V.  P .  Presentado  Fr.  Francisco  Posadas, 
déla  Orden  de  Santo  Domingo. — Zaragoza,    1714,  4." 

Barreto  (Tomás),  O.  P. ,  profesó  en  1635. 

Sermáo  fúnebre  quefer  o  Senado  da  villa  de  Vianna,  na  igreja  colegia- 
da de  Sancta  Maria  ,  ao  serenísimo  principe  D.  Theodoro,  Jilho  del  rey 
D.JoáoIV. — Coimbra,  1653,  4.° 

Barrientes  (Genesio  de),  O.  P. 

Expugnación  del  probabilismo.  Reflexiones  teológicas  compuestas  por 
el....  Obispo  de  Troya. — Manila,  1685,  en  4.%  pág.  260. 

Barrientes  (Lope  de),  O.  P. 

1 .  Tractaius  de  Sacramentis. 

2.  Tratado  del  caso  y  fortuna,  Bibl.  Nac.  (G.  10),  y  del  arte  de 
magia. 

3.  Tratado  del  dormir  y  despertar,  ct  del  soñar,  et  de  las  adivinan;^as, 
cf  agüeros,  et  profecía. — Bibl.  Nac.  (V.  157). 

4.  Tratado  de  adivinar  y  de  sus  especies,  y  del  arte  mágico. — Bibliote- 
ca Nacional. 

'     Hay  otra  edición  de  Madrid,  imprenta  de  la  Munce,    sin  año,  y  en 
la  suma  de  la  tasa  está  el  año  1734- 

Para  la  primera  parte  hay  otra  edición,   1828. 


244  ^^  Orden  de  Predicadores. 

5.  Opusctdum  super  intelledu  qiiorumdam  veritaíum,  etc. 

6.  Iiisínicción  sinodal. 

7.  Llave  de  la  sabiduría. 

8.  índex  latintis  ad  S.  Antonini  archiepiscopi  Floreníini  Summam 
theologicam . 

9.  Clavis  sapicnliae.  De  terminorum,  seti  vocahulorum  signijicaíione. — 
MS.  Bibl.  Nac.  de  Madrid  (P.  14),  fol.  i,  del  siglo  xv. 

Los  titules  de  algunas  de  estas  obras  revelan  á  la  legua  la  parte  que  al 
P.  Barrientes  le  cupo  en  la  suerte  del  marqués  de  Villena,  y  el  esmero 
en  apartar  al  principe  D.  Enrique  de  aquellos  devaneos.  —  Se  cita  tam- 
bién una  Suma  de  casos  de  conciencia,  que  tal  vez  sea  el  primer  tratado 
que  aquí  se  inserta. 

Barrio  (José),  O.  P. 

1.  Historia  del  Convento  de  San  Esteban  de  Salamanca. — MS.  en  fol., 
desde  1229  á  1649.  Ne  tiene  paginación.  Lo  vi  en  Salamanca. 

2.  Dictamen  sobre  si  la  R  al  Cámara  puede  ejercer  jurisdicción  espiri- 
tual.—US.  de  la  Bibl.  Nac.   (Dd. ,  P.  i). 

5.  ¡mago  innocentis  adolescentiae  S.  Bernardi.  Cum  disertatione  devi- 
tanda  occasione  -\-  peccandi  lethaliter, — Salmant.  ex  typogr.  -f-  próxima 
S.  Crucis,  1757,  4.° 

Bastida  (Juan),  O.  I^.,  profesó  en  108. 

Sacros  versículos  ógo^os  á  Nuestra  Señora  del  Rosario. 
Lo  elogia  el  Maestro  Magdalena  en  su  Manual. 

Batista  (Juan  Ildefonso),  O.  P. 

1.  5c;í«cí«  en  el  entierro  del  limo.  Sr.  D.  Fr.  Luis  de  Aliaga.  —  Za- 
ragoza, 1626,  4.° 

2.  Historia  de  Nuestra  Señora  del  Olivar.  —  MS. 

3.  Commentaria  et  dipiit aliones  in  primam  secundae  Angelici  Praecef>- 
íoris,  etc. — Lyon,  1648,  fol.,  916  págs. 

4.  Otros  discursos  y  tratados. — MS. 

Bautista  (Juan),  O.  P. 

Chronica  de  la  vida  y  admirables  hechos  de  Muley  Abdel-Melech,  empe- 
rador de  Marruecos  y  rey  de  los  reinos  de  Fez,  Msquinos  y  Sus,  y  del 
suceso  en  la  restauración  de  todos  ellos. — Sin  pié  de  imprenta,  con  pri- 
vilfegio  de  1577. 

Debiera  estudiarse  el  hecho  histórico  de  la  presencia  de  este  Padre  en 
la  corte  de  Abdel-Melech,  donde  se  dice  que  era  5!/o  cantina. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  emanóles.    241; 
Bayona  (Carlos  de),  O.  P. 

Lectiones  d  si  ttondum  prado  datae,  saltem  MS. ;  et  avidissime  lectae 
ac  citatae. — Así  Edmundo  de  Burgos. 

Bazán  (Fernando),  O.  P. 

Commentaria  in  primam  secundac  et  in  terttam  partem  S.  Thomae  de 
Aquiuú. — Méjico,  siglo  xvii. 

Bejerano  (Pedro),  O.  P. 

1.  Sermona  de  fiestas  de  algunos  Santos,  etc. — Lisboa,   i6oi,en4.* 

2.  Resolución  de  las  monedas  y  especies  de  perlas  de  la  isla  Margarita. 
— 1600,  en  4.° 

3.  Sermáo  pregado  na  sé  da  cidade  de  Lisboa,  nafesta  de  S.  Domingos. 
— En  4.",  29  fol.,  1598,  Lisboa. 

Beltrán  (San  Luís),  O.  P. 

1 .  Sermones  ex  hispánico  idiomats  in  ¡aíinum  fideliter  translati ,  cura 
ac  diligentia  FF.  PP. — Valencia,  imprenta  del  Convento,  1700,  2  vol.  4.* 

2.  De  la  expulsión  de  los  moriscos  de  España. — Dedicada  al  duque  de 
Nájera  y  editada  por  Bleda  y  Fonseca. 

Beltrán  (Pedro),  O.  P. 

1 .  La  majestuosa  y  solemnísima  fiesta  que  la  santa  iglesia  de  Sevilla 
celebró  domingo,  á  18  días  del  mes  de  Mayo,  á  el  único,  solo  y  singular 
Patrón  y  Protector  de  España,  el  divinísimo  Apóstol  Santiago,  en  haci- 
miento  de  gracias  por  el  nuevo  Decreto  de  N.  SS.  P.  Vrbano  VIH,  etc. 
(Dos  Romances  y  música.) — Sevilla,  163 1. 

2.  La  Caridad  Gu^niana. — MS.  de  U  Bibl.  Nacional  ;  poema  en  quin- 
tillas á  Nuestra  Señora  de  la  Caridad  de  Sanlúcar. 

3.  Historia  de  los  Gu^manes. — MS.  de  la  Bibl.  Nac.  (M.  214). 

» 

Bellido  (Matías),  O.  P.  f  1779. 

Carta  latina  circular  á  los  conventos  de  su  instituto,  en  la  muerte  del 
V.  P.  M.  Fray  Antonio  Garcés. — Zaragoza;   1773,  foL 

Bellvis  (Arnaldo),  O.  P. 

Tratado  de  la  Concepción  de  María  Santísima. 

Benavent  (Vicente),  O.  P.  f  1737. 

Breve  instrucción  para  la  oración  mental. — Alicante,   1720,  i6.* 


246  La  Orden  de  Predicadores. 

Benavides  (Miguel  de),  O.  P. 

1 .  Relación  y  cuenta  del  estado  de  su  iglesia  de  la  Nueva  Segovia ,  que 
dio  al  Papa  Clemente  VIII,  escrita  en  Manila  á  14  de  Julio  de  1598. — 
Editada  en  la  Historia  del  P,  López. 

2.  Vocabularium  sineiise  facillimum. 

3.  Instrucción  para  el  gobierno  de  las  Filipinas . — MS.  de  la  Bibl.  Nac. 

(S.  1 47-) 

4.  Traducción  castellana  del  libro  chino  Beiíg-Sim-Po-Cam ,  ó  Espejo- 
del  coraT^ón. — MS,  de  la  Bibl.  Nac.  (Q..  239.) 

Fué  Arzobispo  de  Manila. 

Benedicto  (Isidoro),  O.  P.  -j-  1727. 

Oración  jaculatoria  por  la  venida  del  Señor  Don  Felipe  V  á  España,  en 
la  solemnidad  de  S.  Olegario,  día  II  de  Marzo  de  1701,  en  la  santa  igle- 
sia de  Barcelona. — Barcelona,  17OI,  4.° 

Benedit  (Pedro),  O.  P.  f  1774. 

1.  Un  libro  de  Canto  llano. — MS.  en  8." 

2.  Instrucción  necesaria  para  los  maestros  de  novicios. — MS.  en  8." 

3.  Resumen  ó  Compendio  del  Diccionario  de  la  lengua  castellana.  MS. 

4.  Daños  que  debe  evitar  un  alma  para  pasar  al  estado  de  perfección. — 
MS.  en  8.°,  de  109  páginas. 

Benet  (Vicente),  O.  P. 

Sólo  del  Opusculum  piissimum  pro  hora  mortis  se  ha  conservado  la  me- 
moria, entre  lo  mucho  que  escribió. 

Beneto  (Cipriano),  O.  P. 

1.  Illustrium  viroritm  opúsculo. — MS.  París. 

2.  De  sacrosancto  Eucharistiae  sacramento,  en  la  Bibl.  Medie. — 
Florencia. 

3.  Clara  et  compendiosa  introductio  ad  logicam. — Loe.  cit. 

4.  Ad  laudem  et  gloriam  SS.  Trinitaiis....  epístola  catholici  Regis. — 
Sin  año  ni  lugar  de  impresión.— Paris,  Bibl.  Real. 

5.  Tractatus  quatuor. — Impreso  en  siete  tomos. 

6.  De  non  mutando  paschate. — MS.  en  Viena  ,  Bibl.  Medie. — Roma, 
1515,  en  4.° 

7.  Aculeiis  contra  judaeos. — Roma,   1516,  en  4.' 

8.  Dialogus  de  excellentia  et  idilitate  tljeolagiae. 

9.  De  Caroli  I  regís  Hispanorum....  praccminentia  et  clemeniia, — Ro- 
ma, 15 18,  en  4.° 

10.     Exhortatorimn  de  accelerando  itinere  ad  Hadrianum  VI. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  eípanoics.   247 

11.  Oratio  contra  dogmata  Lutbeii. — MS.  Vatic. 

12.  Tiactatus  de  fortitiuliiie  animi  et  de  perfecta  arte  militari. — Lyon, 
1550,  Casanata. 

13.  Opm  de  prima  orbís  Sede,  Concilio  et  ecclesiastica  potestate. — Roma, 
ap.  Jacobuní  Mazocchuní,   1512. 

Berart  (Raimundo),  O.  P. 

1.  Manijiesto  por  la  justificación   de   D.    Felipe  Pardo  ,   Arzobispo  de 
Manila. 

2.  Apologiasy  Memoriales . — MSS. 

Bermúdez  (Jerónimo),  O.  P. 

Hesparoida  en  alahan~a  del  duque  de  Alva  ,    D.  Fernando. — La  escribió 
en  latín,  y  luego  la  tradujo  en  verso  suelto  castellano. — MS. 

Besa  (Tomás),  O.  P. 

Vida  de  Santa  Catalina  de  Sena. — Kn  lemosín. 

Besarán  (Sancho),  O.  P. 

Contra  errores  Arnaldi  de  Villanova    medid. — Siglo  xv. 

Biedma  (Antonio  de),  O.  P. 

Commentaria  scbolastica  de  j'ustijieatione  et  gratia . — No  consta  si  MS.  ó 
impreso. 

Biescas  (Juan),  O.  P. 

Apología  pro  doctrina  S.   Thomae  Ecclesiae  sanciae  doctoris  angelici. — 
Huesca,  typ.  J.  F.  a  I,arumbe,  1635. 

Blancas,  ó  de  San  José  (Francisco),  O.  P. 

1.  Arte  y  reglas  de  la  lengua  tagala. — Manila,    1610. 

2.  Arte  para  aprender  los  indios  tagalos  la  lengua  española. 

3.  Memorial  de  la  vida  cristiana,  en  tagalo. 

4.  De  las  cuatro  postrimerías  del  hombre,  en  tagalo. 

5.  Modo  de  confesarse ,  tagalo  y  español. 

6.  De  los  misterios  del  Rosario  de  Nuestra  Señora ,  en  tagalo. 

7.  Cantares  espirituales  para    uso  de  los  indios,  en  tagalo. 

8.  Sermones  de  domingos  y  festividades  de  Santos,  etc.,  en  tagalo. 

9.  Sermones  para  todo  el  año.   en  español. 
10.  Preparación  de  la  Comunión. 

Este  padre  ,  llamado  el   Demóstenes  tagalo,   montó  antes  de    1609  la 
primera  imprenta  que  se  conoció  en  Filipinas.  «Como  no  había  inipren- 


248  La   Orden  de  Predicadores. 

ta  en  las  islas,  ni  quien  la  entendiese  ni  fuese  oficial  de  imprimir,  dio 
traza  cómo  hacerla  por  medio  de  un  chino  cristiano,  que....  vino  á  sacar 
todo  lo  necesario  para  imprimir,  é  imprimió  estos  libros.» — Aduarte. 
Tengo  á  la  vista  un  autógrafo  de  la  misma  fecha,  que  afirma  lo  mismo. 
Nicolás  Antonio  llama  á  este  Padre,  muerto  en  1614,  Blanco;  el  Padre 
Echard,  Blancos;  en  Filipinas,  donde  es  muy  conocido  por  su  gramática, 
se  le  llama  P.  San  José.  La  última  edición  de  este  libro,  Manila,  iS'ji, 
tiene  219  páginas  en  8.' 

Blanco  (Pedro),  O.  P. 

Relación  breve  de  la  real  merced  que  ha  hecho  la  cristianisima  Reina  de 
Francia,  doña  María,  de  la  santa  reliquia  ó  hueso  de  San  Vicente  Ferrer, 
valenciano,  al  P.  Maestro  Fray  Juan  Vicente  Catalán,  etc.  —  Valencia, 
161 1,  en  8.0 

Bleda  (Jaime),  O.  P. 

1.  Libro  de  la  Cofradía  de  la  Minerva,  con  unos  tratados  del  aparejo 
que  se  requiere  para  la  Sagrada  Comunión  y  oir  Misa. — Valencia,  1660, 
en  8." 

2.  Quatrocientos  milagros  y  muchas  alabanzas  de  la  Santa  Cru:^  ,  con 
un  tratado  de  las  cosas  más  notables  de  esta  divina  señal. — Valencia, 
1600,  en  8.° 

3.  Def elisio  fidd  in  causa  neopbyiorum  sive  moriscorum  rcgiii  Valen- 
iiae,  totiusque  Hispaniae,  cum  íractaiu  de  Justa  Moriscorum  ab  Hispaiiia 
expulsione. — Valencia,  1610,  en  4.° 

4.  Tractatus  de  justa  moriscorum  ab  Hispania  expulsione. 

5.  Coránica  de  los  moros  en  España. — Valencia,  1618,  en  folio. 

6.  Vida  y  milagros  del  glorioso  San  Isidro  el  Labrador,  abogado  y  pa- 
trón de  la  real  villa  de  Madrid,  etc.,  y  de  Santa  Maria  de  la  Cabeza. — 
Madrid,  1622,  en  4.° 

Boigues  (Francisco),  O.  P.  f  1751. 

Regla  y  modo  de  vivir  en  la  milicia  de  Jesucristo^  Tercera  Orden  del 
P.  Santo  Domingo. — Barcelona,   1747. 

Bolívar  (Juan),  O.  P. 

Salmantinas  lecturae,  in  quibus  praecipuae,  frequentioresque  thomisticac 
scbolae  controversiae  prompte  el  perspicue  enodantur. —  Salamanca,  170I; 
2  vol.  fol. 

Tiene  en  la  segunda  hoja  un  grabado  representando  á  los  Doctores 
-San  Agustín  y  Santo  Tomás,  alegoría  de  la  unión  de  estos  dos  genios  y 
•de  sus  escuelas. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  eípañoJcs.    249 
Bonacasa  (Bernardino),  O.  P. 

Católica  Doctrina  y  ejercicio  Je  ¡as  tres  virtades  teologales.  Fe,  Esperanza 
y  Caridad,   etc. — Valencia,    1635,  4.° 

Boneo  (José),  O.  P.  f  1774. 

Sermones,  pláticas,  doctrinas  y  otros  papeles  de  instrucción. — MS. 

Bonet  (Gabriel),  O.  P. 

Teología  mística. — Barcelona,  1669,  4.° 

Bordázar  (Manuel),  O.  P.  f  1712. 

Compendio  de  la  vida  del  glorioso  confesor  S.  Gonzalo  de  Amarante,  de 
la  Sagrada  Orden  de  Predicadores.  Va  añadida  la  devoción  de  su  No- 
venario.—  Valencia,  1739,  8.° 

Bordoy  (Julián),  O.  P. 

La  verdad  desnuda,  ó  sea  «El  pro  y  el  centra  de  lo  actuado  en  el  pro- 
ceso llamado  del  alboroto,  é  intentos  de  la  revolución.» — Mallorca,  1813. 
Es  un  cuaderno,  en  el  cual  el  autor  vindica  su  propio  honor. 

Borla  y  de  Llinás  (Domingo  Ignacio),  O.  P.  f  1797. 

Nuestra  paisana,  patrona  y  titular  Sta.  Eulalia.  —  Barcelona,  1779,  4.° 

Bovadilla  (Francisco  de),  O.  P. 

1 .  ¡n  libros  sapicntialcs  annotationcs  brcviorcs. 

2.  ¡n  Ecclesiastcm  commentaria  copiosa  et  exacta. 

3.  ¡n  Epístolas  Pauliomnes. — MS.  en  Lisboa  y  Ebora. 
Este  Padre  era  de  la  íamilia  de  los  condes  de  Puñonrostro. 

Boxadors  (Juan  Tomás  de),  O.  P. 

1 .  Epístola  Encíclica  para  la  Congregación  del  reino  de  Ñapóles  y  Sicilia, 
sobre  las  cualidades  de  los  novicios. 

2.  una  carta  De  renovando  et  defendenda  doctrina  Saiicti  Tl-omae. — 

'757- 

3.  Cartas  pastorales,  y  «Plan  de  estudios  de  la  Orden  de  Predica- 
dores.» 

Fué  General  de  la  Orden. 

Bravo  (Sebastián),  O.  P. 

1 .  Collectanea  áurea  sacrae  Scrípturae  veteris  et  ncvt  Tcstamenti  ex 
diversii  locis praeclarissimísque  expositionibus....  contexta.  —  Alcalá,  1395, 
en  folio. 

2.  Relatio  histórica  conventus  S.  Dominici  Lucensis 


250  La  Orden  de  Predicadores. 

3.     Series  convcntum  omnium   Ordinis  Praedicaloriim  in    Gallicia  crec~ 
iorum, 

Briz  (Juan),  O.  P. 

1 .  Mundus  peripateticus  restitutus ,  a  ntiperis  ejus  impugnatoribus  vin- 
dicatus. — Madrid,  1758;  2  vol.,  4.°  menor. 

2.  Vida  prodigiosa  de  Santo  Tomás  de  Aquino.  —  Madrid,  Fernández 
Araujo,   1748,  en  8." 

Bru  de  la  Magdalena  (Juan),  O.  P. 

1.  Excelencias  de  Santa  María  Magdalena. — Roma,    1591,8.» 

2.  Obras  espirituales  de  diversos,  en  prosa  y  verso,  en  la  fiesta  de  ¡a 
Magdalena  que  se  hi:^o  en  Roma. — ibidem,  159 1,   8." 

3.  El  coloquio  entre  Cristo  y  la  Magdalena . — Ibidem,   1588,  S.° 

4.  La  vida  de  Santa  Elena  ,  madre  del  emperador  Constantino.  — 
1576,  8.° 

5.  Coloquios  espirituales  del  alma  enamorada  del  divino  bien,  Cristo. -m 
1580.  8.0— S.  L. 

Bruguera  (Romeu),  O.  P. 

Cartas  al  rey  D.  Jaime  de  Aragón. — MSS .  en  el  Real  Arciiivo  de  la 
Corona  de  Aragón. 

Bruna  (Domingo),  O,  P, 

Un  libro  MS.,  verdadera  miscelánea  de  consultas  resueltas  sobre  de- 
recho canónico,  teología,  filosofía  y  derecho  civil. — 2iofojas,  folio,  en  mi 
poder. 

Buenacasa  (Pedro  Mártir),  O.  P. 

1.  Editó  en  Zaragoza  los  dos  primeros  tomos  de  la  Historia  de  la  Or- 
den en  Filipinas,  por  los  PP.  Aduarte  y  Santa  Cruz,  y  se  duele  en  el 
proemio  de  que  las  provincias  de  España  y  Andalucía  no  hayan  tenido  un 
cronista  digno  de  ellas. 

2.  Sermones  de  Santo  Domingo  de  Guarnan  en  Soriano. — Madrid,  Do- 
mingo García  .Morras,  1680,  fol. 

Buenhombre  (Alfonso),  O.  P. 

1.  Epístola  Rabbi  Samuelis  Israelitae  ad  Rabbi  Isaac  (traducción  del 
árabe). — Mantua,   1475,  folio  y  M5.   Bibl.  Nac.  (R.  142,  p.  200  ) 

2.  Tractatus  magistri  Samuelis  Israelitae,  etc.  —  Colonia,  incunable 
(traducción  del  árabe). 

3.  Tractatus  contra  Judeos  a  quodam  judeo  nomine  Samuel  editiu. — 
París,  incunable  (traducción  del  árabe). 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  emanóles.   251 

4.  Epístola  Rabbi  Samuelii  ad  Rabbi  Isaac  Judeum  ,  etc. — Lyon,   1527. 

5.  Disputatio  Ahucalii  Saraceni  d  Samuelis  Judei  (inducción  del  ára- 
be).—Bibl.  Nac.   (P.  142,  p.  103), 

Buitrago  de  la  Rosa  (Jenaro),  O.  P. 

1 .  Discurso  leído  en  la  apertura  anual  de  los  estudios  de  la  Real  y 
Pontificia  universidad  de  Santo  Tomás  de  Manila  (Desvarios  de  la  ra- 
zón humana  separada  de  la  fe). — Manila,  tS8i. 

2.  Memoria  para  la  Exposición  de  Amsterdam. — Manila,   1883. 

Bulhoes  y  Sousa  (Miguel  de),  O.  P. 

i .     Sermáo  do  auto  de  fe,  celebrado  na  igreja  do  S.  Domingos  d'esta  cor-^ 
te  á  16  de  Ouíubro  de  IJ46. — Lisboa,    1750,  4.°  de  27  páginas. 
2.     Cartas  pastorales . — Sin  pié  de  imprenta. 

Gabanes  (Jaime),  O.  P. 

Espejo  de  amor,  imán  de  la  voluntad,  camino  del  cielo,  María  Santísima. 
— Barcelona,  1663,  en  4.° 

Se  comprende  que  floreció  en  el  siglo  xvii. 

Caballero  (Domingo),  O.  P. 

Vida  V  virtudes  de  la  sierva  de  Dios  sor  María  Martíne^  de  la  C/-«^  y 
Santa  Rosa,  religiosa  de  la  Tercera  Orden  de  Penitencia  del  glorioso  Pa- 
triarcha  Santo  Domingo  de  Guzmán  ,  recopilada  del  diario  que  D.  Fran- 
cisco Cortixo,  cura  párroco  que  fué  de  la  villa  de  Trillo  y  confesor  de  la 
sierva,  dejó  escrito. — MS.  de  360  páginas  en  folio,  copia  que  fué  propie- 
dad de  D.  Pedro  Otamendi ,  y  se  conserva  en  Santa  Catalina  de  Sena,  de 
Madrid.  El  original  se  escribió  por  el  citado  P.  Caballero,  en  1731. — 
Principio:  De  la  ciudad  de  Tolosa ;  fin  :  con  el  jardín  y  corral  que  tiene  ¡a 
casa  á  sus  dos  costados. 

Caballero  (Juan),  O.  P. 

Comentarios  sobre  la  Suma  de  Santo  Tomás. — Varios  tomos  en  folio, 
que  no  conoció  Echard  ,  pero  que  el  autor  anónimo  de  la  Biblioteca  de 
Asturianos  vio  en  la  librería  del  convento  de  Santo  Domingo  de  Oviedo. 

Era  natural  de  Tineo,  doctor  y  catedrático  en  la  Universidad  de  Ovie- 
do, é  hijo  del  citado  convento. 

Cabezas  (José),  O.  P. 

Relación  puntual  y  verdadera  de  la  situación,  estado  y  progresos  feli- 
ces de  la  nuevas  Misiones  de  la  provincia  de  Ituy  y  Paniqui,  que  culti- 
van los  religiosos  Dominicos  en  el  centro  de  la  tierra  de  la  isla  de  Luzón, 
ó  Nueva  Castilla,  capital  de  las  Filipinas, 


252  La  Orden  de  Predicadores. 

MS.  importante,  dirigido  por  el  autor  al  rey  D.  Carlos  III.  Se  hicie- 
ron tres  copias:  una  para  el  Rey,  otra  para  el  Rmo.  y  archivo  de  la  Or- 
den, y  la  tercera  para  el  convento  de  Salamanca,  que  he  visto. 

Cabrera  (Alfonso  de),  O.  P. 

1 .  Consideraciones  sobre  los  evangelios  desde  el  domingo  de  Septuagési- 
ma   bástala  octava  de  Resurrección. — Córdoba,  1601,  en  4.°.  2  vol. 

2.  Sobre  los  evangelios  de  Adviento  hasta  Septuagésima.  — Cóvdoha, 
1608,  en  4.°;  Barcelona,   1609.  por  Lucas  Sánchez ,  2  tomos  en  4.° 

5.  .  Tratado  de  escrúpulos  y  sus  remedios. — Valencia,    1599,  en  8." 

4.  Sermones  que  predicó  á  las  honras  del  rey  Felipe  11 ,  etc. — Madrid, 
1598. 

5.  Tres  tomos  de  festividades  de  Santos  ,  etc. 

6.  Dos  tomos  de  sermones  funerales. 

7.  Uno  de  sermones  de  circunstancias, 

8.  Un  tomo  de  las  cuatro  postrimerías. 

9.  Consideraciones  sobre  los  evangelios  de  la  Circuncisión  y  Purificación. 
Barcelona,   1609,  en  4.° 

10.     Opúsculos. — Barcelona,  por  Sebastián  del  Olmellar,  1602,  4.'' 
Predicador  de  la  corte  en  tiempos  de  Felipe  11  y  III. 

Cácegas  (Luís),  O.  P. 

1 .  Das  matronas  illustres  da  Orden  do  S.  Domingos. 

2.  Das  genealogías  do  Portugal. — MS.  Arch.  Bemfic. 

^.  Vida  de  Dom  Frei  Beriolomeu  dos  Mártires,  da  Orden  dos  Pregado- 
res. — Viana,  1619,  en  folio. 

4.  Historia  de  S.  Domingos  do  rcgno  de  Portugal^  ampliada  por  Luís 
de  Sousa. — Convenio  de  Santo  Domingo  de  Bemfica ,  1623,  fol. 

Cáceres  y  Sotomayor  (Antonio),  O.  P. 

1.  Sermones  y  discursos  de  tiempo,  desde  el  Adviento  hasta  la  Pascua 
del  Espíritu  Santo. — Valencia,  161  2,  2  tomos. 

2.  Explicación  del  salmo  De  profundis ,  predicado  á  los  religiosos, — 
Se  insertó  en 

3.  Par aphr asís  de  los  psalmos  de  David,  reducidos  al  phrasis  y  modos  de 
hablar  de  la  lengua  española. — Lisboa,  1616,  fol.,  6  hojas  prelim.,  304 
hojas  y  5  hojas  tablas.  Libro  muy  curioso  y  raro. 

Cadena  (Carlos),  O.  P. 

Descripción  de  las  reales  exequias  que  á  la  tierna  memoria  de  nuestro 
augusto  y  católico  monarca  el  Sr.  D.  Carlos  III,  Rey  de  España  y  Empe- 
rador de  las  Indias,  se  hicieron,  de  orden  del  Real  Acuerdo,  en  la  muy 
noble  y  muy  leal  ciudad  de  Guatemala,  etc. — El  mismo  P.  Cadena  es  el 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  emanóles.   253 

autor  del    Elogium  fúnebre  que  está   al    fin  — Guatemala,   1789,  en  4.*, 
xii-64  páginas,  y  26  laminasen  cobre, 

Cairosa  (Juan  Lorenzo),  O.  P. 

Homilías  sobre  el  Evangelio  que  se  propone  en  la  solemnidad  del  Santísimo 
Sacramento  delallnr. — Barcelona,  1626,  en  folio.  Se  tradujo  dos  veces  al 
latín,  y  se  imprimió  en  Amberes  en  1650. 

Calvo   (José  Agustín),  O.  P. 

Compendio  histórico  de  los  hechos  de  Dios  hecho  hombre ,  como  se  contie- 
nen en  los  quince  misterios  del  Rosario  (en  quintillas). — Zamora,  1846, 
un  cuaderno. 

Calvo  (Pedro),  O.  P. 

1 .  Defensáo  das  lágrimas  dos  justos  perseguidos  e  das  sagradas  Reli- 
gióei,  fructo  das  lagrimas  de  Christo. — Lisboa,  1618,  2  tomos,  4." 

2.  Homilías  da  quaresma,  em  duas  partes  divididas. — Lisboa,  1627- 
1629,  2  tomos,  4." 

3.  Sermáo  feito  a  magestade  d'  el  reí  Fillippo  N.  S.  Je  Portugal,  na 
festividade  do  beatissimo  patriarcha  S.  Domingos. — Lisboa,   16 19. 

4.  Sermáo  feito  na  sé  de  Lisboa,  na  publica fao  da  santa  Bulla  da  Cru- 
zada.— Lisboa,  1621,  4.° 

5.  Relación  de  la  Invención  de  los  cuerpos  de  los  Santos  Gabino,  Fro- 
to y  Jenaro,  etc. — Madrid,  1615,  en  4." 

Traducidas  al  castellano  por  Vicente  Gómez.  —  Valencia,   1601,  en  4/ 

6.  Homilías  para  todo  el  año. — Lisboa,  1618,  en  folio. 
Fué  predicador  de  S.  M.  F. 

Camargc  (Jerónimo),  O.  P. 

Tractatus  de  Analogiis. — Lima. 

En  el  índice  de  la  B.  de  S.  Isidro  hay  unFr.  Jerónimo  Camargo,  sin  in- 
dicarla Orden  á  que  perteneció.  Tiene  la  siguiente  obra:  Respuesta  á  la 
resolución  de  los  eclesiásticos  de  Francia  en  ra^ón  de  los  matrimonios  de  los 
principe-^  de  la  sangre,  hechos  sin  consentimiento  del  Rey. —  Madrid,  i6?6, 
en  4.° 

Camos  (Narciso),  O.  P. 

1.  Jardín  de  María ,  plantado  en  el  Principado  de  Cataluña,  enrique- 
cido con  muchas  imágenes  de  esta  celestial  Señora,  que  como  plantas  di- 
vinas descubrió  en  él  milagrosamente  el  cielo,  etc. — Barcelona,  1637, 
en  4.° 

2.  Compendio  déla    Vida  del  V.  Fr.    Dalmacio. — Gerona,   1670,  4." 


254  ^^  Orden  de  Predicadores. 

Campruti  (Francisco),  O.  P. 

Feliu  ,  en  el  tomo  ii,  pág.  323,  cita  un  MS.  de  este  autor,  existente 
en  el  convento  de  Santa  Catalina,  de  Barcelona. 

Canales  (Pedro  de),  O.  P. 

In  antiphonam  Salve  Regina,  ct  alia  quaedam. — Siglos  xiv  y  xv. 

Canals  (Antonio),  O.  P. 

Tradujo  al  lemosín,  y  dedicó  al  Cardenal  D.  Jaime,  los  Nueve  libros  de 
l^alerio  Máximo  de  dichos  y  hechos  memorables. — Si  después  los  puso  en 
español  para  D.  Juan  I,  como  pretende  Nicolás  Antonio,  no  sabré  yo 
decirlo,  porque  la  traducción  de  la  Bib.  Nac.  (Bb.  30)  no  lo  expresa. — 
MS.  de  laBibl.  Nac.   (X.  155.) 

Candamo  (Pedro),  O.  P. 

1.  Súmulas  ó  Dialéctica. — Tres  tomos  en  4.°,  dedicado  el  primero  al 
marqués  de  la  Paranza,  y  el  segundo  á  su  provincial. 

2.  De  sipiiSj  notitiis  et  concepiibits. — Valladolid,  1697. 

No  le  cita  Echard.  Fué  hijo  del  convento  de  Oviedo,  profesor  teólogo 
en  San  Gregorio  y  San  Pablo  de  Valladolid  ,  y  murió  en  el  del  Rosario 
de  Madrid  ,  muy  respetado  por  su  ciencia  y  santidad. 

Cano  (Melchor),  O.  P. 

1 .  De  locís  theologicis  Ubri  duodecim. — Salamanca,  1363  ,  en  folio. 

2.  Relectio  de  Sacramentis  in  genere  habita  in  Academia  Salmantina. — 
Alcalá,   1563. 

3.  Relectio  de  poenitentiae  sacramento,  Salmanticae  habita  atino  1^48. 
— Alcalá,  i.'iSo. 

4.  Censura  del  Catecismo  del  P.  Carranca. 

5.  Carta  á  Felipe  II ,  año  i^$9. — Noticia  de  un  sermón  que  predicó 
en  el  mismo  año  en  un  auto  de  fe  de  Valladolid. — Bibl.  Nac.  de  Ma- 
drid. (V.  248.) 

6.  Cartas  latinas  á  Cines  de  Sepülveda  y  sus  respuestas. — ídem .  (Q..  98 . 

P.  138.) 

7.  Papel  dado  a  Felipe  II  sobre  sus  diferencias  con  Paulo  IV. — ídem. 

(S.  87,  p.  138.)       . 

8.  Papel  en  que  se  excusa  de  admitir  el  confesonario  de  Felipe  II. — 
ídem.  (G.  51,  p.  381 .) 

9.  Dictamen  sobre  si  España  podía  hacer  justa  guerra  al  Papa  Paulo  IV. 
—ídem.  (Ff.    16.) 

10.  Parecer  contestando  á  la  consulta  de  Felipe  II  sobre  las  diferencias 
con  el  Papa  Paulo  /K.— ídem.  (R.  16,  78,  p.  19;  S  ,  50,  p.  54;  D,  68. 
186,  etc.) 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.       255 

1 1 .  Respuesta  á  Felipe  II  sobre  la  venta  de  los  vasallos  de  las  iglesias. — 
ídem.  (E.  76,  p.   183.) 

12.  Tratado  de  la  victoria  de  si  mismo. — Traducción  del  toscano. — Va- 
lladolid,  1550,  en  8/ 

13.  Opera. — Lugdoni,  1704;  Patavii,  1720;  etc. 

Echard,  Nicolás  Antonio  y  Marieta  le  atribuyen  obras  de  teología,  al 
parecer  con  poco  acierto.  Lo  propio  ha  de  decirse  del  libro  Judicium  de 
Societate  Jesu,  que  nadie  ha  visto,  y  que  le  adjudica  el  Jesuíta  P.  Daniel. 

Fué  Obispo  de  Canarias. 

Cantero  (José),  O.  P. 

Compendio  histórico  del  convento  de  Nuestra  Señora  de  la  Consolación, 
del  orden  de  Predicadores,  en  la  villa  de  Doña  Mencía,  del  reino  de  ('ór- 
doba:  de  sus  particulares  privilegios,  y  de  los  pleitos  principales  que  ha 
seguido  en  su  defensa. — Córdoba,  1801,  por  Rodríguez  de  la  Torre,  en 
4.",  105  páginas. 

Capelo  (Antonio),  O.  P. 

Líber  pastoralis  divi  Gregorii  Magni,  Pontificis  summi  sanctaeque  Ecclcsiae 

Doctoris....,  opera  et  labore  R.  P — Madrid,  Jerónimo  Rojo,    1730,  en 

4.°,  8  hoj.  de  prels.,  y  XLiv-659  págs. 

Exposición  según  la  doctrina  de  Santo  Tomás. 

Caralsp  (Manuel),  O.  P. 

1.  Compendio  de  Wigant,  año  1727,  en  8.",  con  el  tratado  de  Prcpo- 
sitionibus  damnatis  ex  bullis  Crucial ae. 

2.  y  ida  de  la  sierva  de  Dios  Sor  María  Alberto  de  Santo  Domingo. — 
Vich,  1747,  4.° 

Cárcel  (Martín  de  la),  O.  P. 

Exposición  sobre  el  Salmo  XLIV  «Eructavit  cor  meum.»  —  Barcelona, 
1605,  en  8.°,  2.' edición. 

Carli  (Diego),  O.  P. 

1 .  Remedios  devotos  para  el  contagio  de  las  langostas 

2.  Sumaria  relación  de  las  causas  y  remedios  espirituales  de  las  lan- 
gostas. 

3.  Varias  relaciones  morales. 

4.  Compendio  de  lo  acaecido  durante  el  tiempo  de  su  priorato. — .MS. 

5.  Triunfo  glorioso. — Intercesión  piadosa  y  eficacia  del  Rosario  para 
con  un  hombre  en  9  de  Febrero,  y  para  una  mujer  en  8  de  Marzo  de 
1699. — Barcelona,    1699,  4.' 


2^6  La  Orden  de  Predicadores. 

Carli  (  ),  O.  P. 

1 .  Curso  de  gramálica  quichua.  —Quito . 

2.  La  devoción  á  los  Santos  Reyes  Magos.  —  Id.  Traducción  del  francés. 
Vive. 

Carballo  (Cristóbal),  O.  P. 

Sermóes  varios. — Florencia,  1629. 

Carranza  (Bartolomé  de),  O.  P. 

1.  Controversia  de  necessaria  residentia  personal  i  episcoporum  et  alio- 
rum  ministrorum  ecclesiasticorum.  — Madrid,  1767;  un  vol.,  4.*  menor, 
id.  1768;  Salam.    1550. 

2.  Sumina  Conciliorum,  summorwnque  Pontificum. — Madrid,  por  Pe- 
dro Marin,  1781;  I  vol.,  4.°  menor:  id.   1766;  Salamanca,   1549,  4.° 

3.  Comentarios  del....  sobre  el  Catecismo  cristiano.  —  Amberes,  1558, 
fol.jCn  433  págs.,  más  8  de  principios.  Véase  la  Bibl.  de  G  allardo. 

4.  Controversiae  quatuor. — Unidas  en  muchas  ediciones  á  la  «Suma 
de  los  Concilios.» 

5.  Concia  habita  ad  Synoduin  tridentinam  prima  dominica  quadragesi- 
maeanni  1^46. — Amberes,  1546;  París,  1672. 

6.  Instrucción  para  oir  Misa. — Amberes,  1555. 

7 .  Dominici  de  Soto  institutio  de  cavendo  Jurameníoruin  ahunsu .  — 
Salm.,  1531,  8." 

En  la  Bibl.  Nac.  hay  doce  MSS.  sobre  su  vida  y  proceso. 
Fué  Arzobispo  de  Toledo. 

Carranza  (Diego  de),  O.  P. 

Doctrina  christiana  en  leitgui  cho:ttal  (una  de  las  americanas).  — Si- 
glo XVI. 

Carrasco  (Francisco),  O.  P. 

1.  In  S.  Thomae  Summam  Commentaria. — MS. 

2.  Dubia  quae  praecipue  disceptari  solent  in  sacra  theologia  scholastica, 
justa  commimiorem  Thomistarum  doctrinam.  —  Ed.  secunda,  VallisoletL 
Apud  Aut  Rodríguez  de  Figueroa. — S.  A. 

k 

Carreras  (José),  O.  P. 

1.  San  Rafael,  pequeño  devocionario. — Ocaña,  1862. 

2.  La  costurera. — Barcelona,  1862. 

3.  Puso  en  verso  latino  un  Compendio  de  la  Suma  de  San'o  Tornas,^ 
MS.  en  el  Colegio  de  Ocaña. 

Obispo  titular  en  China. 


Ensavo  de  una  Bihlioferj  de  Dominicos  emanóles.   257 
Carrero  (Francisco),  O.  P. 

1.  Triunfo  del  Rosario  en  el  Japón. — Manila,  16263'  1868. 

2.  Relación  del  martirio  del  B.  P.  Fr.  Pedro  Fá^que^,  de  la  Orden 
de  Santo  Domingo. — Manila,  1625,  é  inserta  en  la  «Historia  del  P.  Man- 
zano.»—  Madrid,   1629. 

3.  Historia  general  de  la  provincia  del  Santo  Rosario  de  Filipinas,  de  la 
Orden  de  Santo  Domingo, — Abraza  desde  1582  á  163S,  —  MS.  en  Am- 
beres  en  1671. 

Casafages  (Gabriel),  O.  P. 

1 .  Tractatmn  adversm  haereses  siii  temporis. 

2 .  Praxis  procedendi  in  causis  fidei. 

3.  Summa  Divi  Thomae  contra  gentiles  in  compendium  redacta. 

4.  Tractatus  de  sanguine  Cbristi,  etc. 

El  P.  Casafages,  con  los  PP.  de  Brescia  y  de  Verceil,  sostuvo  delante 
de  Pío  II  la  doctrina  de  la  escuela  tomistica  circa  sanguinem  Cbristi  effu- 
suní,  contra  el  sentir  de  los  PP,  Franciscanos. 

Casales  (Juan),  O.  P. 

Candor  lilii. 

Casanova  (Juan  de),  O.  P. 

1 .  Tractatus  de  potcstale  Papae  super  concilium. 

2.  Dúo  tractatus  contra  schismaticos  Basileenses.  —  MSS.  en  el  Va- 
ticano. 

Casas  (Alberto  de  las),  O.  P. 

Registrum  ejtis  epistolaruin  in  archivo  Ordinis  Romae  servatum . 
Fué  Maestro  general  de  la  Orden. — Siglo  xvi. 

Casas  (Bartolomé  de  las),  O.  P. 

1 .  Tratado  comprolnüorio  del  imperio  soberano,  y  principado  universal 
que  los  reyes  de  Castilla  y  l.eón  tienen  sobre  las  Indias — Sevilla,    1552. 

2.  Disputa  ó  controversia  entre  el  obispo  y  el  doctor  Ginés  de  Sepúlvc- 
da,  etc. — Ibid. 

3.  Treinta  proposiciones  muy  jurídicas,  etc. — Ibid. 

4.  Principia  quaedam ad  manifestandam  et  defendendam  justitiam 

¡ndorum. — Ibid. 

5.  Brevísima  relación  de  la  destrucción  de  las  Indias.  —  Ibid.  y  Bibl.  Mac. 

(J.    121). 

6.  Fragmento  de  una  carta  sobre  lo  mismo. — Ibid. 

1.     Narratio  regionumlndiormn  per  hispanos  quosdam  devastatorum,  etc. 

17 


258  La   Orden  de  Predicadores. 

— Oppenheim,  1614,  en  4.°;  italiano,  Venecia,   1626;  francés,  Amberes, 
1579;  alemán,  1597;  español  é  italiano,  Venecia,  1643. 

Esta  narración  armó  mucho  escándalo,  cual  si  los  franceses,  ingleses, 
portugueses,  suecos,  y  sobre  todo  holandeses,  en  nada  hubieran  abusado 
de  su  fuerza. 

8.  Tratado  sóbrelos  indios  hechos  esclavos  por  los  castellanos.  — Se- 
villa, 1552;  italiano,  Venecia,    1657. 

9.  Veinte  rabones...,  contra  las  encomiendas. — Ibid. 

10.  Avisos  y  reglas  páralos  confesores. — Ibid. 

11.  Adición  ala  primera  y  quinta  reglas. — Ibid. 

12.  Erudita  et  elegans  explica! io  quaestionis  ,  utrum  reges....  cive^  ac  sub- 
ditos a  regia  corona  alienare possint . — Tubinga,   1625,  en  .fi' 

13.  Apologética  historia  sumaria  quanto  á  las  qualidadcs,  disposición ^  des- 
cripción j  cielo  y  suelo  de  estas  tierras ;  y  condiciones  naturales  politizas, 
repiíblicas ,  maneras  de  vivir,  é  costumbres  de  las  gentes  de  las  Indias  occiden- 
tales, cuyo  imperio  soberano  pertenece  á  los  reyes  de  Castilla. — MS.  autó- 
grafo en  la  Acad.  de  la  Historia. 

14.  Historia  de  las  Indias. — Madrid,  1875  y  1876,  cinco  tomos  en  8." 
— MS.  en  laBibl.  Nac. 

13.  Dic^  y  seis  remedios  contraía  peste,  etc. — Sevilla,  1552. 

16.  De  cura  a  regibtis  Hispaniarum  habenda  circa  orbem  ¡ndiarutn. 
—  MS. 

17.  Sobre  el  hacer  los  esclavos  déla  segunda  conquista  de  Xa  1  isco,  etc, 
— MS. 

18.  De  promulgatione  Evangelii.  —  Latin  y  español . — MS . 

19.  Del  bien  y  favor  de  los  indios. — MS. 

20.  De  thesatiris. — MS. 

21 .  Sumario  de  lo  que  el  Dr.  Sepülveda  escribió  contra  los  indios. — MS. 

22.  Doce  cuadernos  de  las  disputas  que  tuvo  con  el  obispo  de  Darien  y  el 
Dr.  Sepülveda. — MS. 

23.  De  jurídico  et  christiano  ingressu  et  progressu  regum  Hispanorum  in 
■  regno  ¡ndiarum. — MS. 

24.  Guerra  de  Chupas  y  sitio  y  defensa  de  laciudad  déla  Pa~. —  1781-82; 
en  4.''^En  la  Acad.  Hist. 

25.  Petición  dirigida  á  su  Majestad,  etc.  — 1520,  en  el  Congr.  de  Ame- 
ricanistas de  Madrid. 

26.  Memorial  dirigido  A  su  Majestad  sobre  el  tratamiento  de  los  indios. — 
Congreso  cit.  — Parte  autógrafo. 

27.  Diario  del  primer  viaje.. ..  de  Colón. — MS.  autógrafo.  Bibi.  de  Osu- 
na, Madrid. 

28.  Declaración  y  resolución  A  las  doce  dudas  en  este  tratado  contenidas. 
— MS.,  en  4.".  déla  Bibl.  Nac.  de  Madrid. 

29.  Remedios  propuestos  para  la  re  formación  délas  Indias. — Sevilla,  1552. 


Ensayo  de  i<va  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.  259 

30.  Copia  de  una  carta  que  escribió  el  año  de  1555  a/  Maestro  Fr.  Bar- 
tolomé Miranda  sobre  cosas  de  Indias . — Bibl.  Nac.  (X.   153). 

31.  Testamento  y  codicilo.  —  Los  entregó  á  Felipe  II. 

De  este  Apóstol  de  los  indios  é  insigne  obispo  de  Chiapa  ,  han  escrito 
la  vida  nuestro  amigo  el  Sr.  Fabié  y  el  Sr.  Gutiérrez. 

Obras  del  P.  Casas,  enriquecidas  con  varios  apéndices  del  mismo  ,  por 
D.   Juan  Antonio  Llórente. — París,  Moreau.   1822,  dos  tomos  en  8.° 

De  la  obra  Relación  de  la  destrucción  de  las  Indias,  etc.,  hay  una  edi- 
ción de  Venecia. — 1626,  4  "  en  fol.,  y  otra  de  i64';,  .).."  en  rúst. 

Casas  (Vicente  de  las),  O.  P. 

I.»  Historia  de  Santo  Domingo  de  ¡a  provincia  de  Méjico. — MS. — Si- 
glo XVI. 

2.  Historia  de  las  conquistas  del  Rosario  entre  los  indios  de  las  Américas. 
— S.  L.  ni  A. 

Casaus  y  Torres  (Ramón),  O.  P. 

1.  Oración  fúnebre  que  en  honor  del  Excmo.  Sr.  D.Antonio  Gon^ále^ 
Mollinedo y  Saravia ,  etc. 

2.  El  heroísmo  militar  del  Excmo.  Sr.  D.  Antonio  Gon-ále:;  Molline- 
do. etc. — Los  dos  opúsculos  impresos  en  Guatemala,  i8i3,en  8.°,  52, 
18.  20  págs. 

Fué  arzobispo  de  Guatemala. 

Caselles  (Guillermo  de),  O.  P. 

Editó  el  primero  el  Directrrium  del  P.  Eymeric,  }'  se  hizo  célebre,  sien- 
do inquisidor  de!  reino  de  Mallorca  ,  por  la  defensa  de  la  inscripción  de  la 
iglesia  de  nuestro  convento,  en  honor  de  la  Virgen,  que  decia: 

Peccatores  non  abhorres , 

Sine  quibus  nunquam  fores 

Tanto  digna  tllio. 

Castañeda  (Antonio).  O.  P. 

1 .  Sermones  varii  uno  volumine. 

2.  Dissertationes  scholasticae  de  Virgine  Maria. — México,  1791,  8." 

Castellar  (Tomás  del),  O.  P. 

1 .  Historia  et  progressus  provinciae  Mexicanae  Ordinis  Praedicatorum. — 
Muy  explotada  por  los  cronistas  del  Nuevo  Mundo. 

2.  Triunfo  de  los  mártyres  de  la  Orden  de  Predicadores. — 1580. 

Castilla  (Juan  de),  O.  P. 

i .     Officium  ecclesiasticum  pro  festo  Sancti  Dominici,  et  ejta  Legenda. 


200  La  Orden  de  Predicadores. 

2 .  Discursos  predicables  sobre  la  sahtt ación  angélica  y  misterios  del  Santo 
Rosario. — Obra  postuma. — Sevilla,  por  L.  M.  de  Hermosilla  ,  1698, 
fol.,  pasta. 

Castillo  (Diego  de),  O.  P. 

1.  Origen  de  los  turcos  y  sus  emperadores. — Lisboa,   1568. 

2.  Historia  de  la  presa  de  los  Gelves  en  y^ frica,  etc. 

3.  Historia  de  la  liberación  de  D.  Alvaro  de  Sandc ,  etc. 

Castillo  (Hernando  del),  O.  P. 

1.  Historia  general  de  Santo  Domingo  y  de  su  Orden  de  Predicadores. — 
2  tomos  en  folio.— Madrid,  1584,  6  vol. — Valladolid ',  1592.— Valen- 
cia, 1587. 

2.  Epístola  gravissima  sive  Regularium  Apología. — Inserta  en  \a.  His- 
toria del  P.  López.  —  Bibl.  Nac.  M3.  latino  y  castellano  (Q..    6). 

3.  Cartas  á  Felipe  II  sobre  la  venta  de  los  vasallos  de  las  iglesias. — 
MS.  en  la  Bib.  Nac.  (Fol.  72;  p.  33;  D.  107,  p.  53  ;  E.  156,  p.   186.) 

Predicador  y  consejero  intimo  de  Felipe  II. 

Castillo  (Juan  de),  O.  P. 

1.  Volumen  revclatiommi. — Es  una  obra  que  mereció  los  elogios  de 
los  coetáneos,  incluso  el  Sumo  Pontífice  Urbano  VIII,  y  que,  sin  embar- 
go,  no  sabemos  que  se  haya  impreso. 

2.  Cítase  también  el  Breve  tratado  de  oración. — MS.  en  Santa  Catalina 
de  Barcelona. 

Castro  (José  de),   O.  P, 

Libro  genealógico  de  familias  de  Galicia, 

Así  D.  Luís  de  Salazar  en  su  Memoria,  impresa  por  el  conde  de  Ama- 
rante.— Un  MS.  de  la  Noble:{^a  de  la  casa  de  Camba,  y  D.  Antonio  Rioboo. 

Castro  (Nicolás),  O.  P. 

Tradujo  al  español  la  Disertación  sobre  la  potestad  de  gobernar  la  Iglesia, 
escrita  por  el  abate  Bolgeni,  e.x-jesuíta. — Coruña ,  1S14,  i  vol.,  4.°,  3.'' 
edición. 

Castro  (Jorge  de),  O.  P. 

Sermáo  ñas  exequias  do  Exmo .  c  Sermo.  Sr.D.  Pedro  de  Alencastro,  du- 
que de  Aveiro,  ini¡uisidor  general  ;  pregado  no  convenio  da  Arsabida....  em 
25  de  Malo  de  i(y'¡}.  —  Lisboa,  1673,  4.°,  de  39  páginas. 

«     Hay  otra  edición  de  Valladolid  de  1612  á  1621. 


Ensayo  de  una   Biblioteca  de  Dominicos  españoles    261 
Cátala  de  Monronis  (Gaspar).  O.  P.  7  1652. 

1.  Explicación  sobre  la  oración  del  Padre  nuestro. — Obra  postuma; 
Valencia,  1667  y  1673,  4.° 

2.  Tractatus  de  ^uxiliis.—fAS.,  en  4",  en  el  Real  C.  de  C.  de  Va- 
lencia. 

3.  Sermones  de  témpora. — Dos  tomos,  MSS.,  en  4.",  en  idem . 

4.  Epístola  ad  Dominum  Micbaelem  Baptistam  de  Lanu:;^a. — MS. 

Cátala  (Jaime).  O.  P. 

De  Conceptionc  Virginis  .Marine. 

Catalán  (Gaspar),  O.  P. 

1.  La  exposición  sobre  la  oración  del  Padre  nuestro. — Valencia,  1667, 
en  8.°;  otra  edición  de  1673,  4.'' 

El  tomo  dice  <\Tratado  de  la  explicación  dtí  Pater  noster.» 

2 .  Una  carta  doctrinal  en  favor  de  la  creencia  de  la  Inmaculada  Con- 
cepción. 

Fué  obispo  de  Lérida. 

Catalán  (Teodorico),  O.  P. 

Le  comensament  del  libre  le  qiial  compila..,,  et  contení  al  comcnsament 
quina  cosa  es  cirugía. — Tres  libros  MSS.  ,  en  París,  Bibl.  Real.  Trata 
de  la  preparación  del  arsénico,  cría  caballar  y  de  aves  de  corral. — Si- 
glo Xlll. 

Cataluña  (Domingo  de),  O,  P. 

Tractatus  de  Conceptione  Beatae  Virginis. 

Fué  amigo  íntimo  de  San  Antonino,  y  le  dedicó  este  Santo  algunos  de 
sus  escritos,  hechos  á  instancia  del  P.  Domingo. 

Catoira  (Ignacio),  O.  P. 

1 .  Ilustraciones  á  las  maravillas  del  apóstol  de  falencia  San  Vicente 
Ferrer. — Sevilla,  1724,  i  vol.,  4.° 

2.  Opúsculo  I  ó  I  compendiosa  obra  |  que  demuestra  la  venida  y 
Predicación  |  Evangélica  de  nuestro  Santissimo  Patrón  |  Tutelar  de  las 
Españas  Santiago  |  el  Mayor  eh  nuestro  Hispánico  Emispherio. — Madrid: 
sin  año:  238  págs.  y  28  de  preliminares. 

Cavali  (Seraphinus),  O.  P. 

Ordinariam  sacrarum  caeremoniarum  et  divini  officii  ad  ritum  fratrum 
Praedicatorum. — S.ilamanca,  1376,    i  vol     4.° 


202  La  Orden  de  Predicadores. 

Cayrosa   (Juan  Lorenzo),  O.  P. 

Homilias  sobre  el  Evangelio  que  se  propone  en  la  solemnidad  del  Santísi- 
mo Sacramento. — Barcelona,  1626,  en  folio. — Latín,  Amberes,  1(330,  en, 
folio. 

Ceballos  (Jerónimo  de),  O.  P. 

Oración  fúnebre. — Santander,  i  823 . 

Celaya  (Domingo  de),  O.  P. 

Commentarii  in  septein  Psalmos  poenilentiales. — Salamanca,  1568. 

Cenedo  (Juan  Jerónimo),  O.  P. 

1.  De  la  pobre:^a  religiosa. — Zaragoza,   161 7,  en  4,° 

2.  Practicae  canonicae  et  civiles. — Zaragoza,    1614,  en  folio. 

3.  Otros  MSS.  que  desconozco. 

Ceo  (Violanta  da),  O.  P. 

1.  Librum  variorum  carminmn. — París,    1640. 

2,  Rimas  varias  en  portugués  y  en  castellano. — Roan,   1646,8.° 
Acaso  sea  el  mismo  libro  en  dos  lenguas ,  pues  no  he  podido  compa- 
rarlos. 

Cepeda  (Francisco  de),  O.  P. 

Artes  de  las  lenguas  chiapa ,  :{OL¡ues  ,  celdanés  y  cinacantccas — Méjico,, 
1560. 

Cepeda  (Gabriel  de),  O.  P. 

Historia  de  la  milagrosa  y  venerable  imagen  de  Nuestra  Señora  de  Ato~ 
cha,  Patraña  de  Madrid. — Madrid,  impr.  Real,  1670,  4.",  8  hoj.  prels., 
475  P^g*'»  2  hoj.  tabla. 

Cesulis  (Jaime),  O.  P, 

Orovcsbie..,.  ludus  (Ajedrea)  sen  de  moribusetofficis  nobilium. — MS.  em 
pergamino,  en  Ripoll. 

Claveria  (Juan  de),  O.  P. 

1.  Santo  Tomás  y  su  Theologia  en  Be^eleely  el  tabernáculo. — Zaragoza, 
1638,  4- 

2.  Opusculum  in  laudeni  S.  Dominici  in  Soriano, 

3.  Tractatus  de  electione  canónica. 


Ensayo  de  una   Biblioteca  de  Dominicos  eSpañolcs.   263 
Clemente  (Onofre),  O.  P. 

Condones  pltinniac  clarioribus  ctiam  concionatoribus  utilissimae. — MS., 
de  Valencia. — Siglo  xvi. 

Cobo  (Juan),  O.  P. 

1 .  Lingua  sínica  ad  ccríam  revócala  methoJuní,  etc. — Parece  ser  de  las 
primeras  obras  ,  ó  la  primera  ,  sobre  la  lengua  china. 

2.  Catecismo,  ó  Doctrina  cristiana,  en  chino. 

3 .  Scntentiae  piares  et  graves  phüosophoriim  etiam  geiitilimn  ut  Senecae 
ei  similium ,  ex  eoritm  libris  exccrtae  et  sinice  redditae. 

4.  Tratado  de  astronomía. — También  en  chino. 

5.  Libro  chino  intitulado  Beng-Sim-Po-Cam,  que  quiere  decir:  «Es- 
pejo rico  del  claro  corazón,»  ó  «Riquezas  y  Espejo  con  que  se  enri- 
quezca y  donde  se  mire  el  claro  y  limpio  corazón.» — MS.  de  la  Bibl. 
Nac.  de  Madrid :  153  hojas,  texto  chino,  y  al  frente  traducción  española, 
del  P.  Benavides.  (Q..    239) 

Fué  este  Padre  embajador  de  España  en  el  Japón  (1592). 

Coimbra  (Pedro  Mártir),  O.  P. 

Commentario  in  tertiam  partem  Summae  S.  Thomae. — Siglo  xvn. 

Columna  (J.  de),  O.  P. 

1.  Mar  de  las  historias. — MS.,  1.  del  siglo  xv. — Bibl.  Nac.  (T.  151 
194.) 

2.  Cotnpendio  del  Mar  de  las  historias. — MS.,  1.  del  siglo  xv. — Bibl. 
Nac.  (Bb.  93.) 

Collado  (Diego),  O.  P. 

1.  Ars grammaticae  japonicae  linguae,  etc. — Roma,  1632. 

2 .  Dictionarium  ,  sive  thesauri  linguae  japónica  compendiiim  composi- 
ium. — Roma,   1632. 

3.  Niffonno  cotóbani  y  ó  confession ,  Vomósii  yódaito  mata  Confesor 
yori  goxensá  en  mesarúru  tame  no  canyónaru  gió  nocóto  danguixá  no 
nompa. — Roma,  1632. 

4.  Formula  protestandi  mysteria  fidei. 

5.  Historia  eclesiástica  de  los  sucesos  de  la  cristiandad  en  el  Japón,  etc. 
Madrid,   1632. 

6.  Dictionarium  linguae  sinensis,  etc. — Roma,   1632. 

7.  Memorial  presentado  á  S.  M.  el  rey,  etc. 

Coma  (Pedro  Mártir),  O.  P. 

I .     Directorio  de  curas,  para  saber  todo  lo  que  han  de  hacer,  con  todos  los 


264  ^*^   Orden  de  Predicadores. 

casos  reservados  ,  y  explicación  de  los  mandamieiüos  de  la  ley  '. — Barce- 
lona, 1567. 

2.  Dodrina  cristiana. 

3.  De  Sacramcntis. 

Obispo  de  Elna  en  el  Rosellón. 

Comendradi  (José),  O.  P.  f  1684. 

1.  Árbol  genealógico  de  la  casa  de  los  vi:^condcs  de  Roca  herí  i .  etc. — 
Genova  ,    167(3,  fol. 

2.  Discurso  panegírico  de  la  Virgen  del  Porüllo. — 1676. 

3.  Panegírico  de  Santa  Catalina  de  Sena. — Barcelona,   1677,4." 

4.  Amplificación  teológica  de  una  consulta. — Zaragoza,   1684,  fol. 

Comerma  (Domingo),  O.  P. 

1.  Noticias  acerca  del  Jubileo  del  año  Santo. 

2.  Noticias  acerca  del  punto  de  indulgencias. — Barcelona,  1S26;  2  li- 
bros en  I  2.° 

Compañía  (Castor),  O.  P. 

Confesiones  de  un  clérigo  liberal. — Madrid,  1861,  en  8." 

Concepción  (Domingo  de  la),  O.  P. 

Vita  serví  Dei  F.  Gasparís  a  Spirítu  Sancto,  Ordhiis  Praedicatorum. — 
Siglo  xvii. 

Córdoba  (Francisco  de),  O.  P. 

1 .  Summa  casiiiim  conscíentiae. 

2.  Sermones  de  iemporc  et  de  Sanctis. — Siglo  xvt. 
Perteneció  á  la  familia  de  los  marqueses  de  Priego. 

Córdoba  (Gaspar  de),  O.  P. 

Quacstiones  de  poenilentia  ,  de  visione  ,  scientia  ,  et  nominibus  Dei.  Dirigi- 
das al  rey  D.  Felipe  111,  de  quien  era  confesor  y  consejero. 

Pertenecía  á  la  familia  de  los  condes  de  Cabra  y  de  Marchena  y  de  los 
duques  de  Arcos. 

Córdoba  (Juan),  O.  P. 

Arte  en  Lengua  Zapoteca  ,  compuesto  por  el  muy  rcuerendo  padre  Fray 


'     Dice  el  ejemplar  que  vi  en  la  B.  de  S.  Isidro: 
«Direclorium  curatoruní  ó  Instrucción  de  curas.^> — Salamanca,  1581  ,  8." 
Hay  otra  edic.  de  Sevilla  .   1589,  8." 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.   263 

luán  de  Cardona ,  de  la  orden  de  los  Predicadores  desta  nueua  España. — 
México.  En  casa  de  Pedro  Balli,  1578,  8.' 

Córdoba  (Pedro),  O.  P. 

Doctrina  piaua  pa  \\  instnicion  y  información  de  los  indi  ||  os ;  por  mane- 
ra de  hystoria.  Com  II  puesta  por  el  muy  reuerendo  padre  \\  Fray  Pedro 
de  Cardona;  de  buena  ||  memoria;  primero  fundador  d'la  or  \\  den  de  los 
Predicadores  c  las  y slas  \\  del  mar  Océano ;  y  por  otros  religiosos  doctos 
d'la  misma  orden.  La  ql  \\  doctrina  fue  vista  y  examinada  y  ap  ||  uada  por 
el  muy  R.  S.  el  licencia  ||  do  Tello  de  Sandoual  Ynquisidor  \\  y  Visi- 
tador en  esta  nueua  España  ||  por  su  Mageslad.  La  qual  fué  em  ||  pressa 
en  México  por  mandado  del\\  muy  R.  S.  don  fray  Juan  Qumarra  \\  ga 
primer  Obispo  desta  ciudad  del  con  \\  sejo  Je  su  Magestad,  etc.  y  a  su 
costa.  II    ^-í«o  de  M.  d.  xliii/    \\    Con  preuvilegio  de  su  S.  C.  C.  M. 

Corella   (Antonio),    O.    P.,    Obispo  de    Segorbe. — 
-|-  1766. 

yida  prodigiosa  y  admirable  exercicio  de  virtudes  de  la  V.  M.  sor  Martina 
de  los  Angeles  y  Arillc ,  religiosa  profesa  del  observantísimo  convento 
de  Santa  Fe  de  Zaragoza. — Madrid,    1735,  4." 

Corominas  (Benito),  O.  P. 

1 .  Discurso  pronunciado  en  la  apertura  del  año  escolar  de  la  Universidad 
de  Manila.  (Diferencia  de  talentos  y  medio  de  conocerlos). — Manila, 
1869. 

2.  Anotaciones  á  las  Instilutiones  Juris  canonici ,  por  Devoti. — Manila, 
1S74. — -Qu; Jó  incompleto  por  muerte  del  autor,  acaecida  en  Avila  en 
Noviembre  de  1877. 

3.  Las  campanas. — Serie  de  artículos  en  El  Católico  filipino,  1863. 

4.  Otros  muchos  artículos  en  periódicos,  y  trabajos  de  consulta  que 
permanecen  inéditos. 

Coronado  (Domingo),  O.  P. 

1.  Escala  del  ciclo. — Libro  escrito  en  lengua  china,  para  llevar  á  los 
hombres  al  conocimiento  de  Dios  por  el  conocimiento  de  las  criaturas. 

2.  Defensa   de  los  nuevos  cristianos. 
Este  escritor  murió  mártir  en  Pekin. 

Corpore  Christi  (Mancio  de),  O.  P. 

Erudita  in  universam  S.    Thomac  summam ,  ejusque  interpretem   Cajetammi 
commentaria. — MS.  en  el  convento  de  Salamanca. 


266  La   Orden  de  Predicadores. 

Correa  (Bernardino),  O.  P. 

Dissertatio  Theologico-canonica,  etc. — Venetiis,  1789,  8.",  rústica. 

Correa  (Jerónimo),  O.  P. 

1 .  De  concordia  scieiitiarum. 

2.  De  privílegiis   Orditiis  Pratdicatonim  a  Sede  apostólica  concessis. 

Correa  (Simón),  O.  P. — Profesó  en  1598. 

Sermdo  na  procissao  de  grafas  ,  que  a  muito  uobre  villa  de  Filia-real ,  fer 
pela  restaiirafao  do  cidade  da  Bnlica  ;  pregado  ein  1 5  de  Agosto  de  1 625 . 
Lisboa,  1625,  4.°,  muy  raro. 

Cosgaya  (Lorenz O  Fernández),  O.  P. 

Diccionario  paugasinán-español. — Manila,  1865,  i  vol.,  folio  menor. — 
Reimpresión,   con  adiciones  del  P.   Pedro  Vilanova,  O.  P. 

Costa  (Tomás  de),  O.  P. 

1.  Tropi  insignes  viteris  ac  novi  Testamenli  ejtisdemque phrases — MS. — 
Orador  famoso. 

2.  Sermdo  de  Cinia,  pregado  ante  á  Corte. — Imprimióse  entre  las  obras 
del  P.  Calvo,  y  en   1847  en  t\  Jornal  da  Sociedade  Catholica. 

Coutiño  (Ignacio),  O.  P. 

1.  Mariat  ó  prontuario  espiritual  sobre  os  evangelios  das  fesias  da  Rainha 
dos  Santos,  etc.,  en  español. — Barcelona,  1639,  en  folio. 

2.  Prontuario  espiritual  para  los  Evangelios  de....  Qiiaresma.  etc. — Ma- 
drid, 1644,  en  folio.  (B.  N.  dice  1647. — Por  Marie  Quiñones.) 

3.  Prontuario  espiritual  de  elogios  de  los  Santos,  etc. — Madrid,  '65O1 
en  folio. 

4.  María  triunfante  y  heregia  triunfada. — Sevilla. 
Se  imprimieron  en  latín,   Bruselas,   1654. 

5.  Otros  sermones  sueltos  é  impresos. 

Fué  gran  orador  en  Sevilla,  y  sostenedor  de  la  Concepción  Inmaculada, 

Covarrubias  (Pedro),  O.  P. 

1.  Condones  de  tempore  et  de  Sanctis  per  annum ,  et  cuadragesimales. — 
Paris,  1520;  dos  tomos  en  4.",  escritos  en  español,  y  puestos  en  latin 
por  el  autor. 

2.  De  restitutione  libri  quinqué  lectu  dignissimi. — Se  ignora  ia  edición. 

3.  Remedio  de  jugadores  —Burgos,  1519,  en  4.°,  traducido  al  italiano  é 
impreso  en  Venecia,  1526. 

4.  Memorial  de  pecados  y  penitentes. — Burgos,  15 19,  en  4.° 

5.  Modo  de  arrepentirse  y  confesarse  de  los  pecados. — Burgos ,  1522. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.  267 

6.      Tractatus  pro  tiistructionc  rcangelici  Praedicatcris. — Matriti,  1650, 
en  4.' 

Crespillo  (Sebastián),  O.  P. 

1.  Catecismo  criitiaiw. — Kn  lengua  peruana. 

2,  Oraciones  crisliaiias.  —  En  ídem. — Siglo  xvii. 

Crinigando  (Benito),  O.  P. 

In  quatuor  libros  Sfnietitiarum  conimeníarium. 

Cristiani  (Pablo),  O.  P. 

Disputa'.io  soU'innis  habita  aun  Mojsc  Gerundensi.  praesenie  Rege,  etc. — 
Archiv.  de  Barcelona. 

Cruz  (Cristóbal  de  la},  O.  P. 

1.  Tratado  de  la  esperanza  cristiana. — Toledo,  161 1. 

2.  De  la  tribulación  v  sus  remedios  espirituales. — Salamanca,  1603. 

Cruz  (Francisco  de  la),  O.  P. 

1.  Propoiilio  theologica. — Barcelona,  16^6,  en  4° — Es  un  compendio 
de  teología. 

2.  Discursus  pro  Occider.talibus  — Lima  ,  en  4.° 

5.      Cursits  artium. — Sevilla,  1672,  cuatro  volúmenes  en  4." 

4.  In  quaest iones  dispútalas  Sancti  Thomae  comnientaria. 

5.  Pro  purilate  Coiiceptíonis  SS.    Dci   Genitricis  Mariae  theologica  de- 
monstratio. — Lima,  1633,  en  4.° 

6.  Manifiesta  obligación  del  vasallo. — Lima  y  Madrid,  en  4.° — Alcalá, 
1648,   en  4.° 

7.  Sobre  las   dos  primeras  palabras  del  Padre  nuestro. — Lima,   1640, 
en  8.* 

8.  Historia  del  Rpsario  á  coros. — Alcalá,  1652. 

9.  Conocimiento  de  Dios. — Lima,  1657,  en  4.° 

10.  Doctrina  christiana. — Ibid.  en  8.° 

11.  Jardín  de  María  Francisca  delaCru^. — Salamanca,  1655. 

12.  Desengaftos  para  vivir  y  morir  bien  ,  divididos  en  cinco  palabras. — 
Ñapóles,  M.  A.  Terri,  1684,  5  vol.,  12.° 

13.  Tercera  palabra  vitanda  aplicada  al  Infierno. — Ñapóles,  por  Marco 
Antonio  Terri,  1681,    12.° 

Obispo  de  Santa  Marta  en  el  Perú. 

Cruz  (Gaspar  de  la),  O.  P. 

Tratado  en  que  se  contam  tnuito  por  estenso  as  cosas  da  China  com  sus  yar- 


208  La  Orden  de  Predicadores. 

iicularidades  nssido  rcyno  de  Ormits. — Ebora,  1564,  en  4.'  (B.  N.),  1569  ', 
por  Andrés  de  Burgos. 

Fué  el  primer  misionero  que  penetró  y  predicó  en  la  China  en  1556. 

Cruz  (Juan  de  la),  O.  P. 

1 .  La  historia  de  la  Iglesia  que  llaman  eclesiástica  y  tripartita. — Lisboa, 
1541. 

2.  Diálogo  sobre  ¡a  necesidad  ^  oblioación  v  provecho  de  la  oración  vocal, 
y  de  las  obras  virtuosas  y  sacras  ceremonias  que  usan  los  cristianos,  etc. — 

Salamanca,  15Í5. 

3.  Suma  de  los  misterios  de  la  fe  de  Fray  Francisco  Titelmán ,  etc. 
(versión  del  latín). 

4.  Carta  de  Euquerio,  Obispo  Lugdunense ,  á  Valerio.^  en  que  le  amonesta  el 
menosprecio  del  mundo.  ( Puesta  en  la  Guia  de  pecadores  por  el  Padre 
Granada.) 

5.  Treinta  v  dos  sermones  en  que  se  declaran  los  mandamientos  de  la  ley 
de  Dios,  V  artículos  de  la  fe  v  sacramentos. — Alcalá,   156S.  8  ' 

6.  Crónica  de  la  Orden  de  Predicadores ,  de  su  principio  y  suceso  hasta 
nuestra  edad, y  compilada  de  historias  antiguas,  etc.  —  Lisboa,  1=127. 

7.  Epitome  Je  los  privilegios  de  las  Religiones. 

8.  Directorium  conscientiae. — Explicación  de  los  preceptos  del  Decálo- 
go ,  sacramentos  de  la  Iglesia  y  censuras. 

Cruz  (Juan  de  la),  O.  P. — Otro. 

1 .  De  stafu  religionis  et  de  privi'egiis  Regularium  quibus  a  swnmis  Pon- 
tijicibus  decorati  snnt  Epitome. — Madrid,  1613,  8" — Colonia,  i6i9,y 
otras  varias. — Toledo,  1617. — Coimbra,  1617. — Otra  de  Madrid.   1622. 

2.  Directorium  conscientiae  in  Juas  partes  divisum. — Madrid,  1624.  4  ° 
— Toledo,  1624  y  1628. — Madrid,  1648,  folio. 

3.  De  computo  annorum  ab  Adam  usque  ad  Christum  ex  sacra  Scriptura 
collecto.  —  Duay,  1649,8." — Madrid,  1666  ,  folio. —París,   1673,8." 

4.  Declaración  de  los  mandamientos  de  la  ley  de  Dios  y  artículos  de  la 
fe. — Madrid,  1792,  en  4.° 

Cruz  (Manuel  de  la),  O.  P. 

1.  Da  christiandad:  do  Oriente. — Siglo  xvi. 

2,  Sermáo  pregado  no  auto  de  fe  celebrado  emCoimbra  a  7562. — Coim- 
bra,  1563,  4.°,  de  111-24  p. 

Cruz  (Manuel  de  la),  O.  P. — Otro. 

1.     Discurso  ou  fala  ^  que  fe- vo  acto  solcnme  ein  que   o  conde  loáo 

'     Esta  fecha  lleva  el  ejemplar  que  vi  en  la  B.  de  S.  I. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.   269 

da  Silva  Tello  c  Mene^c,  viso  rei  da  India ,  juroii  ó  principe  D.   Theodosio 
aos  20  de  outubro  de  ¡6^1, — Goa,   1641,  4.° 

2.  Portentos,  prognáslicos  milagros  e  divinos,  obrados  e  vistos  na  cidade 
de  Goa ,  e  na  península  fronteira  e  visintha  de  Galsethe.  Referidos  fiel  e 
exatamcntc até  anno  de  1660. — MS.  de  52  pág.  in  fol. 

Cruz  (Pedro  de  la),  O.  P. 

Historia  ó  chróuica  de  la  Orden  de  Santo  Domingo.  Así  lo  afirma 
Nicolás  Antonio,  aunque  es  fácil  que  le  haya  confundido  con  el  P.Juan 
de  la  Cruz. 

Cuartero  (Mariano),  O.  P. 

1 .  Arte  del  idioma  bisaya-hiligaino  que  se  habla  en  Panay  y  en  al- 
gunas islas  adyacentes  (Filipinas). — Manila,  1878. 

2.  Magtutoon  sa  balay  (.Maestro  en  casa),  en  idioma  bisaya. — Mani- 
la, 1875,  3  ^°'-  ^"  4-°'  '^^  "^^^  ^^  5°°  páginas  cada  uno.  Es  una  espe- 
cie de  enciclopedia  para  familias  cristianas. 

3.  Pastoral,  para  su  posesión  del  obispado,  del  cual  fué  el  primer 
Prelado.— Madrid  ,  1868. 

4.  Diccionario  de  la  lengua  visaya. 

Es  actualmente  el  primer  Obispo  de  Jaro,  en  Filipinas. 

Cucaló  (Jerónimo),  O.  P.,  f  1647. 

1.  Sermonan  las  fiestas  de  Valencia  á  la  beatificación  de  Santo  To- 
más  de  Villanueva. — Valencia,  1620,  8." 

2.  Sermones  de  tempere. — MS. 

Cueto  (José),  o.  P. 

1.  Los  mugidos  del  Buey  mudo  de  Sicilia,  discurso. — .Manila,  1 881. 

2.  Oración  fúnebre  de  Cervantes. — Manila,  1876. 

3.  Varios  trabajos  y  artículos  en  periódicos ,  sobre  todo  en  el  Boletín 
eclesiástico  de  Manila. 

Vive. 

Cueto  (Pedro  de),  O.  P. 

Sermón  en  las  honras  que  hi^o  la  ciudad  de  Córdoba. — Córdoba  ,  1 7 14. 
Está  en  la  biblioteca  Casanatense  de  Roma.  Era  del  concejo  de  Vega, 
en  .Asturias,   si  bien   tomó  el  hábito  en  Andalucía,  como   dice  Echard. 

Cueva  (Juan),  O.  P.,  profesó  en  1544. 

Antigüedad  del  Real  Convento  de  Santo  Domingo  de  la  ciudad  de  Zara- 
goza ,  de  su  régimen  y  gobierno,  y  de  sus  hijos  dignos  de  memoria. — 
MS.  en  el  convento  de  Santo  Domingo  de  Zaragoza. 


270  La  Orden  de  Predicadores. 

Cuevas  (José  María  Fausto  de),  O.  P. 

Arte  nuevo  de  lalengua  ihanag  (Filipinas),  compuesta  por,  etc. — Manila, 
1826,  8.°,  541  págs. 

Curia  (Reginaldo  de),  O.  P. 

i.  Discurso  sobre  los  inconvenientes  que  en  España  se  seguirían  de 
la  expulsión  de  los  genoveses  por  la  saca  de  la  plata,  y  proponiendo 
otros  arbitrios. — MS.  de  la  Bibl.  Nac,  (Ce.  123.) 

2.  Representación  á  Felipe  IV,  congratulándose  déla  caída  del  conde- 
duque  de  Olivares. — Id.  (T.  195,  p.  230.) 

Chacón  (Alfonso),  O.  P. 

1.  Historia  iitriusqiie  beUi  Daccii  a  Trcijano  Caesari  gesti. etc. — Roma, 
1576,  en  folio,  y  con  láminas.   En  italiano,  Roma,  1680. 

2.  Historia  de  anima  Trajani  precibus  D.  Gregorii  Papae  ab  inferid, 
erepta. — Roma,  1576,  en  4.°  En  italiano,  Sena,  1395,  en  4." 

3.  De  S.  Hieronymi  cardinaliíia  dignitate  quaestio. — Roma,  1591, 
en  4.° 

4.  De  signis  SS.  Crucis  qiiae  diva  sis  orbis  regionihm....  ostensa 
sunt ,  etc. — Roma,  1591,  en  8.' 

5.  De  jejuniis  et  varia  eorum  apitd  antiquos  observantia  tractatm. — 
Roma,  1599,  en  4.* 

6.  Elegantiarum  ex  Marci  TuJlii  Ciceronis  epistolis  libri  tres,  etc. — 
Roma,   1 60 1. 

7.  De  200  Martyribm   rnonasterii  S.   Petri  de  Cardona  (Cardeñz) 

írnc/a/íw.  — Roma,   1594,  en  8.» 

8.  yitae  et  res  gestae  summorum  Poniificum  Romanorum  ,  d  S.  R.  E. 
Cardinaliwn,  etc.  —  Roma,  1601  y   1602,  dos  tomos  en  folio. 

9.  Vitajesu  Christi  et  vita  B.  Virginia. 

10.  Gesta  XII  Gregorionim  Pontifiaim  Romanorum. — Bibl.  Vatic. 

1 1 .  Preces  pro  navigantibus. — Bib.  Vatic. 

12.  De  rerum  natura,  Lioc  est  de  metallis  et  mineralihus  libri  quinqué. 

13.  Epístola  ad  Federicum  cardinalcm  Borromaeum  de  sacclHí  in  basifica 
S.  Nicolaiin  carcere  Tulliano repertis . — Mil.  Ambros. 

14.  De  clavis  coligar  i  is. 

1 5 .  Bibliotheca  in  qua  nomina  duntaxat  auctorum  ,  additii  librorum 
praenotationihiis. 

16.  Bibliotheca  a  plurimií  antea  auctoribus  dispersim  instituto,  etc. 

17.  Epistolac  ad  Principes  ,  ct  familiares. 

18.  De  Magis  regibiis. 

19.  DeMonetis. 

20.  De  Genealógica  re,  et  antiquaria. 

21.  De  Aens  bispanicií. 


Ensayo  de  iinn   Biblioteca  de  Dominicos  españoles.    271 

22.     Methodus  recitandi  Rosarium. 
Fué  Penitenciare  de  Santa  María  la  Mayor,  y,  según  algunos,  Patriarca 
de  Alejandría. 

Chález  (Miguel),  O.  P.,  f  1622. 

Seis  tomos  de  sermones  de  tiempo  y  de  Santos,  con  otros    tratados. 

—  MSS. 

Chaves  (Diego  de),  O.  P. 

De  traslatione  Episcoporum. — Lo  vio  Dávila. 

Ciiaves  (Juan  Bautista  de),  O.  P. 

Tradujo  del  latín  al  español  el  hermoso  y  profundo  libro  de  mística  del 
Bto.   Enrique  Susón,  titulado  De  Rupihus. 

Ciiaves  (Tomás  de),  O.  P. 

Summa  sacramentorum  Ecclesiae  ex  doctrina  R.  P.  F.  Francisci  a  Victo- 
ria Ordinis  Praedicatorwn  .  tic. —  Segunt ,  1563.  Valladolid ,  1565  '.  Es 
la  segunda  edición,  que  sirvió  de  norma  á  las  posteriores.  Se  tradujo  al 
italiano,  y  se  imprimió  en  Venecia,  1575. 

Checa  (José),  O.  P. 

1.  El  Religioso  en  sociedad. — Madrid,   1870 

2.  Deberes  religiosos  v   sociales  del  hombre. — ídem. 

3.  El  niño  en  sociedad. — ídem. 

Daoiz  (Tomás  de),  O.  P. 

1 .  Breve  tratado  de  la  disposición  que  se  debe  tener  para  el  uso  y  fre- 
cuencia del  Santísimo  Sacramento. — Madrid,  1613,  en  8." 

2.  Coloquios  místicos  para  recibir  bien  el  divino  manjar  en  la  Eucaristía. 
Madrid,    1610,  8." 

Dávila  (Antonio).  O.  P. 

Arte  para  hablar  la  lengua  Mexicana. — Siglo  xvi. 

Dávila  (Félix),  O.  P. 

Vida  y  Martirio  del  Santo  Mártir  San  Félix. 

Dávila  Padilla  (Agustín),  O.  P. 

I .     Historia  de  la  fundación  y  discurso  de  la  Provincia  de  Santiago  de 

■     Hay  otra  edición  de  Salamanca,  1567.   Un  tomo  en   8.°,    por  Bor- 
tonario;  otra  de  1563,  otra  de  1565,  otra  de  1582. 


T  — o 

~  I  - 


La  Orden  de  Predicadores. 


Méxko,  de  la  Orden  de  Predicadores ,  por  las  vidas  de  sus  varones  insignes, 
V  casos  notables  de  Nueva  España. — Madrid,  1596,  fol.,  6  hojas  prels.,  815 
páginas  y  12  hojas  de  tablas. — (Murillo,  370.)  Edic.  2.3  Bruxelas,  1625. 

2.  Varia  historia  de  la  Nueva  España  y  Florida. — Valladolid  ,  1634, 
en  folio.  Debe  ser  la  misma  anterior. 

Hav  una  edición  de  sus  obras  ,  de  Bruselas  ,  por  Juan  de  Meerbeque, 
1625,  en  íbi. 


Deza  (Diego  de),  O.  P. 


1.  Fratris  Didaci  de  De^a,  Ordinis  Praedicatorum ,  vita  regularis  :  Se- 
renissimi  ac  Magni  Hispaniorum  principis  preceptoris;  in  defensiones 
Sancti  Thomae  ab  impugnationibus  magistri  Nicolai ,  magistrique  Ma- 
thiae,  propugnatoris  sui,  etc. — 4.°.  letra  gótica,  hermosa  impresión,  sin 
foliación.  —  Sevilla,    1491. 

2.  Novarum  defeiisiomim  docioris  Angclici.1  tic. — -Sevilla,  13  17,  folio, 
pasta. 

3 
4 
5 
6 


7 
8, 

9 

10 

1 1 

12 

(Dd 


Monotessaron ,  hoc  est,  ex  quatuor  Evangeliis  uiiura. 
Expositio  oraiionis  dominicae. 
Eruditio  pastorum. 
Svnodus  ab  ipso  Hispali  celébrala. 
Statuía  sen  iiislrucl iones,  etc.  (inquisitoriales). — Sevilla,   1500. 
Statuta  alia  a  ministns  dicti  trihunalis    servanda. 
Disputatio  sülemnis  de  Conceptione  Virginis. 
Homiliae  in  totiiis  am  i  festos,  etc. 

Coinmentarium  in  Apocalipsim  (incoatum  et  non  finitum). 
Una  carta  á  los  Reyes  católicos  sobre  el  principe  D.Juan. — Bibl.  Nac. 
149,  p.  158.) 


Deza  (Pedro),  O.  P. 

Sermón  de  Santo  Iñacio. — Valencia,  161  o,  en  4  ",  traducido  al  francés 
por  el  P.  Solier,  S.  J.  '  Fué  censurado  por  la  facultad  de  París,  que  creyó 
excesivos  los  elogios  que  el  dominico  aragonés  tributaba  á  San  Ignacio. 
Tal  vez  la  traducción  no  sería  fiel,  pues  en  España  nada  se  dijo  contra 
ese  sermón. 

Día  Mendieta  (Blas  del),  O.  P. 

Ojitlatcs  di  I  oro  Je  la  religión  descubiertos  al  toque  de  la  PicJra  Cbristo. — 
Córdoba,  1O3  i ,  en  8." 


'      Con  el  titulo  Predication  prononcée  d  la  fete  de  la  Beaiification  dtt 
P.  Ignace  de  Loyole. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.      273 
Diago  (Francisco),  O.  P. 

1 .  Historia  de  la  provincia  de  Aragón  de  ¡a  Orden  de  Predicadores, 
desde  su  origen  hasta  1600,  etc. —Barcelona,  1599,  en  folio. 

2.  Historia  de  la  vida  y  milagros  de  San  Vicente  Ferrer,  etc. — Barce- 
lona ,    1600,  en  4.° 

V  Historia  del  B.  Catalán  Barcelonés  San  Rniínundo  de  Peñafort,  etc. 
— Barcelona,   1601  ,  S.° 

4.  Vida  del  B.  P.  Humberto  de  Romans,  V.  Maestro  general  de  ¡a  Or- 
den de  Predicadores. —  Barcelona,    1607,  en  4." 

5.  Vida  del  B.  Pedro  de  Luxembiirgo. 

6.  Historia  de  la  vida....  libros  y  muerte  del  Padre  Fr.  Luís  de  Gra- 
nada, etc. — Barcelona,    1605,  en  8.° 

7.  Catálogo  de  los  Obispos  de  Gerona. 

S.  Historia  de  los  victoriosísimos  antiguos  condes  de  Barcelona, — Barce- 
lona ,  1603  ,  en  folio. 

9.  Anales  del  reyno  de  Valencia. — Tomo  1. — Valencia  ,  1613  ,  en  fo- 
lio, tomo  11,   MS. 

10.  Cataloniae  descriptio. 

1 1 .  Tratado  de  la  Encarnación  de  Cristo  Nuestro  Señor. 

Fue  nombrado  cronista  del  reino  de  Aragón  por  el  rey  D.  Felipe  lil. 

Díaz  (Andrés),  O.  P. 

Método  breve  e  útil  para  fa::^er  bem  a  conjissao. — Lisboa,  1529,  8.' — 
Antonio  Ribeiro  dos  Sanctos  supone  la  existencia  de  otra  edición,  hecha 
en  Lisboa  en  1523. 

Díaz  (Damián),  O.  P. 

Compendium  vitac  Sancti  ¡''inceiitii  Ferrcri  Ordinis  Pracdicatorum. — Am- 
beres,  1570,  en  8.° 

Díaz  (Francisco),  O.  P. 

1.  Ky  mung ,  ó  Doctrina  de  principiantes ,  ^n  lengua  china. 

2.  De  las  cuatro  virtudes  cardinales  ,  en  chino. 

3.  Cabecillas  ,  ó  el  necesario  para  todos  ,  en  ch'mo. 

4.  Tractatus  de  Passionc  Cbiisti  Domini. 

5.  Diccionario  Sinico-espafwl. — MS.  en  la  Biblioteca   real  de  Berlin. 

6.  Tratado  de  la  Esperanza  cristiana. 

Díaz  (Froilán),  O.  P. 

Brevis  explicatio  Dialecticae  Juxta  mentem  D.  Tomae.  Vallisoleti  :  Apud 
Congregationem  Coronae  mortis. — 1750,  8.°,  pergamino. 

18 


274  ^f^  Orden  de  Predicadores. 

Díaz  (Nicolás),  O.  P. 

1.  Do  Rosario  da  nossa  Senhora. — ^Lisboa,  1573,  en  8.° 

2.  Officia  scii  lediones  pro  festis  quorumdam  sandorum ,  etc. — [bidem, 

1575. 

3.  La  jornada  da  Terra  Santa.  Su  viaje. 

4.  Tratado  da  paixao  do  Cbristo  nosso  Senhor . 

5.  Das  excdlensas  do  S.  Joao  Battista. 

6.  Vida  da  serciiissima  Princesa  dona  Joana  fliha  do  rey  D.  Aff'mso  V. 
íip  Portugal. — Lisboa,  1585,  en  8.° 

7.  Tratado  del  juicio  final ,  en  el  cual  se  hallarán  muchas  cosas  muy  cu- 
riosas,  etc. — Salamanca,  1588,  en  4."  En  italiano,  Venecia,  1597.  iVla- 
drid,  1599,  4.° — Lo  escribió  en  español ,  sin  duda  cuando  estuvo  deste- 
rrado en  Salamanca,  porque  había  sido  partidario  del  duque  de  Béjar. 

Díaz  de  Casio  (Pedro),  O.  P. 

ExpUcoción  de  la  Doctrina  cristiana  con  El  Rosario  >. — Madrid,  1671 , 
un  volumen  4.°  menor. 

Díaz  de  Llanos  (Froilán),  O,  P. 

1.  De  generatione  el  corruptione  tradatiis. — Valladolid  ,  1699,  i  vol., 
en  4." 

2.  Lógica  rationalis. — Alcalá,  1693,  i   vol.,  4.° 

Domenech  (Antonio  Vicente),  O.  P. 

Historia  general  de  los  Santos  y  varones  ilustres  en  santidad  2  del  princi- 
pado de  Cataluña.  —  Barcelona,  1602,  dos  tomos  en  folio. 

Domingo  Gascón  (Manuel),  O.  P.  f  1772. 

Algiinoi  libros  de  Sermones  — Se  imprimió  el  «del  Angélico  Doctor 
Santo  Tomás  de  Aquino,  predicado  en  su  Fiesta  del  Cingulo ,  en  el 
convento  de  San  Ildefonso  de  Zaragoza.» — Zaragoza,  174S,  4." 

Domingos  (Antonio  de  San),  O.  P.  j 

Conhyain  as  vidas  de   algifis   Sánelos  da  orden  dos  Pregadores. — Tira-  I 

das  da  terceira  parte  historial    de  S.  Antonino  é  de  algumas  dutdas  his- 
torias authenticas  em  linguagem  portuguez. — Coimbra,   1552,  in  fol. 

Donoso  (Justo),  O.  P.,  Obispode  Ancud  yde  laSirena. 

1 .  Manual  del  Párroco  americano. 

2.  Diccionario  de  Derecho  canónico. 

'      El  ejemplar  de  la  B.  de  S.  1.  dice  «Catecism»  con  el  Rosario.» 
2     Asi  dice  el  ejemplar  que  vi  en  la  B.    de  S.  I. 


Ensayo  de  tina  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.   277 

Se  imprimieron  en  la  América  ,  y  andan  en  manos  de  todos  ¡  pero  en 
este  momento  no  puedo  tljar  el  año. 

Dorta  (Francisco).  O,  P. 

Coinmcntaria  siipcr  Summain  S.  Thomae  fere  universavi.  —  MS.  muy 
leído  en  Portugal  en  el  siglo  xvi. 

Duran  (Diego),  O.  P. 

1 .  Antiguallas  de  los  indios  d:  la  Nueva  España  — Siglo  xvi. 

2.  Historia  de  las  Indias  y  relación  de  su  idolatría  y  religión  antigua, 
con  su  calendario.  —  MS.  de  la  Bibl.  Nac.  (J.  97.) 

3.  Historia  de  las  Indias  de  Nueva-España  é  Islas  de  Tierra-Firme. 
La  publica  con  un  Atlas  de  estampas,  notas  é  ilustraciones  José  F.  Ra- 
mírez.— .México.  Imp.  dej.  M.  Andrade,  y  F.  é  I.  Escalante,  1867,  8, 
3  vol.  en  .\/ 

Echeverri  (Vicente  Manuel),  O.  P. 

Historia  de  Guipúzcoa. — MS. 

Elcia  (Domingo  de  la  Anunciación),  O.  P. 

1.  Doctrina  cristiana,  en  lengua  mejicana. 

2.  Discursos  predicables ,  en  id. — Méjico,  1545. 

í.  Historia  de  los  primeros  fundadores  de  la  provincia  de  Méjico,  y  de 
los  primeros  Predicadores. — En  español. 

4.  Discurso  sobre  las  tresvirtudes  teologales.  — 1547.  Méjico,  en  4.° 
(Véase  Diario  Dominicano,  14  Marzo.) 

Elva  (Fernando  de),  O.  P. 

Historia  della  disunione  del  rcgno  di  Portogallo  dalla  corona  di  Casti- 
glia,  ttc. — Amsterdam,  1647,  en  4." — Es  una  ilustración  de  la  obra  de 
Birago  Avogaro. 

Encarnacao  (Antonio  da),  O.  P. 

1.  Rdacoes  smnmarias  de  alguns  servigos  que  Ji^erao  a  Dms  e  a  estos  rey- 
nos  os  religiosos  Dominicos,  etc. — Lisboa,  1635,  en  4° 

2.  Breve  relacao  das  cousas  que  ncstcs  anuos  pro.xiinos  Ji:^erao  os  religio- 
sos da  Orden  dos  Fregadores,  etc. — Lisboa,  1665,  en    4.° 

3.  Relacao  do  principio  da  Christiandade  ñas  libas  de  Solor. 

4.  Sermao  do  Acto  da  Fe,  celebrado  en  Coa  á  7  de  Fevrciro  de  16 17. 
— Lisboa,  1628,  en  4.° 

5.  Addicóes  a  Historia  de  S.  Domingos  de  Fr.  Luís  de  Sou^a. — Parte 
2.',  desde  la  pág.  q6  á  la   lo6  en  verso. 

Fué  misionero  en  Oriente. 


276  La  Orden  de  Predicadores. 

Encarnación  (Antonio  de  la),  O.  P. — Otro, 

Se  sabe  que  escribió  en  armenio,  pero  se  desconocen  sus  trabajos. — Si- 
glo  XVII. 

Encarnación  (Manuel  de  la),  O.  P. 

Malthaeiis  explana! lis. — Lisboa,  1695,  4  tomos. 

Encinas  (Pedro  de),  O.  P. 

Fosos  espiriluales  que  traían  de  la  conversión  del  pecador,  menosprecio  del' 
mundo  y  vida  de  nuestro  Señor ,  con  algunas  sucintas  declaraciones  sobre 
algunos  pasos  del  libro. — Cuenca,  1596,  en  8.° 

Puede  verse  el  análisis  de  esta  obra  en  Gallardo. 

Enrich  (Francisco),  O.  P. 

Regla  y  Constituciones  para  las  Dominicas  de  la  Enseñanza. — Barcelo- 
na ,  1881  ,  en  12." 

Ermengol  (Bernardo),  O.  P. 

1 .  /)/  quatuor  libros  sententiarwn  e.xpositio. 

2.  Sermones  aliaquc  opmcula. 

3.  Judicium  de  Philosophia  amoris  Raymundii  LuUi. 

Erquicia  (Domingo),  O.  P. 

Relaciones  varias  sobre  el  estado  de  las  Misiones  del  Japón. 

Esbarroya  (Agustín),  O.  P. 

1.  Expositiones  in  summulas  Petri  Hispani. — Sevilla,  1533  ,  en  folio. 

2.  Instituí  iones  dialecticac  juxta  tres  vias ,  tbomistarum  ,  scoiistarum  ,  ct 
nominaliuin. — Sevilla,  dos  tomos  en  folio. 

3.  El  purificador  de  la  conciencia. — Sevilla,  1550,8." — Enitaliano. — 
Venecia,   1581  ,  en  12.° 

4.  Reglas  para  conocer  quál  sea  pecado  mortal ,  ó  no. — Sevilla,  1550. 

5.  De  la  Oración  mental. — Sevilla,  1550. 

6.  Exposición  castellana  del  capitulo  Xll  de   San  Juan. — MS.  de  la 
Bibl.  Nac.  (Ce.  44.) 

Escala  (José),  O.  P.,  escribió  por  el  siglo  xviii. 

Expresión  Filio  de  la  Sánela  Madre  Iglesia  sobre  el  de  su  Doxologia  Glo- 
ria Patri,  et  Filio  et  Spiritui  Sánelo. — Cervera  ,  1746,  4.° 

Escolano  (Juan),  O.  P.  f  1751. 

X.     El  Tormento  Evangélico  envuelto  en  las  facultades  del  alma. — Zara- 
goza, 1742,  4.° 

2.     Algunas  poesías. — MS. 


Ensayo  de  una  Bibh'cfcca  de  Dcminiccs  españoles.    277 
Escolano  (Miguel),  O.  P.  f  1778. 

1.  Gedeón  glorioso,   Thomás  Triumfante. — Zaragoza,  1719,4.° 

2.  Milagro  de  un  Colirio  una  vez  visto  en  Cristo,  continuado  por   e! 
doctor  Angélico  Santo  Tomás,  notificado  en  este  panegirice  de  10  de  Ma- 
yo de  1713. — Zaragoza,   1713,  4.° 

3.  Oración  panegírica  de  Santo  Tomás. — Barcelona.  1736,  4." 

4.  Luz  de  la  senda  de  la  virtud  en  el  camino  de  la  perfección  ,    su 
autor  el  Maestro  dominicano  Barón. — Madrid,  1734,  fol. 

5.  Diferentes  sermones,  consultas,  dictámenes  y  otros  papeles. 

Escuder  (Juan  Bautista),  O.  P. 

1 .  Sermón  en  la  canonización  de  San  Pascual  Bailón. — Valencia,  1692. 

2.  Sermones  de  rogativas  y  de  Santos. 

3.  Comentarios  á  la  Suma  teológica  . 

4.  Silva  de  varia  lección. 

Escriche  (Jacinto  Fabián),  O.  P. 

Compendio  de  la  historia  del  antiquísimo  monasterio  é  insigne  iglesia 
colegial  de  Santa  Cristina,  in  summo  Portu  de  Aspa,  que  primero  fué  de 
Canónigos  seglares  de  San  Agustín  y  después  del  Orden  de  Santo  Do- 
mingo.— Folio  mayor,  no  impreso,  52  hojas. 

España  (Juan  de),  O.  P.  7  1Ó26, 

Completo  tratado  de  Cosmografía  y  Geografía. — MS.  en  el  Real  Con- 
vento de  Predicadores  de  Zaragoza,  8.°,  406  págs. 

Español  (Bartolomé  el),  O.  P. 

1.  Suimna  grainmaíicalis  va!dc  iiHlis. 

2.  Sermón  de  los  misterios  del  Santísimo  Rosario.  —  MS. 

Espinel  de  la  Portaza  (Pedro),  O.  P. 

1.  Memoria  á  la  Católica  .Majestad  del  señor  D.  Felipe  IV,  por  la  In- 
maculada Concepción  de  la  Madre  de  Dios. — .Madrid,  1633,  fol, 

2.  Tratado  particular   del   misterio   de    la    Concepción. — Cataluña 

1671,4.° 

3.  Nuevos  discursos  sobre  el  mismo  asunto. — Lyón,  167 1 . 

4.  Diferentes  sermones. 

Espinóla  y  Torres  (Juan),  O.  P. 

Historia  de  Jerez  de  la  Frontera. — MS. 

Espinosa  (Alfonso),  O.  P. 

I .     Del  origen  y  mi'agros  de  la  imagen  de  nuestra  Señora  de  Candela- 


278  La  Orden  de  Predicadores. 

lia,  aparecida  en  la  isla  de  Tenerife, — 1541  ■,  8.°  Hay  una  buena  edición 
de  Santa  Cruz  de  Tenerife  :    1848. 

2.  Traducción  en  verso  español  del  salmo  41. 

3,  Comentarios  del  salmo  44. 

Espinosa  (Antonio),  O.  P. 

1.  ¡H  Summulas  Commentaria. 

2.  Reglas  de  bien  vivir  y  menosprecio  del  mundo,  y  lecciones  de  Job. — 
1552,  en  4." 

3.  Avisos  espirituales  para  los  que  perseveran. — MS. 

Esquivel  (Jacinto),  O.  P. 

1.  Vocabulario  de  la  lengua  japonesa  y  española. —  Manila,  1630. 

2.  Vocabulario  de  la  lengua  de  los  indios  de  Tancbuy  en  la  isla  Hermo- 
sa.— Manila,   1630. 

3.  La  doctrina  cristiana  en  lengua  Tancbuy. — Manila,    1630. 

Estanyol  (Ángel),  O.  P. 

1.  opera  logicalia  secundum  viam  S.  Tbimae  edita. — Barcelona,  1504, 
en  4.° 

2.  Sermones  de    Domingos   y  de  Santos. — MS.  en   el   convento  de 
Predicadores  de  Zaragoza, 

Estella  (Miguel  de),  O.  P. 

Sermones. — MS.   en  San  Juan  y  San   Pablo  de  Venecia.  No  es  del  todo 
cierto  que  sea  español  este  dominico. 

Esteva  (Gaspar),  O.  P. 

Tractatus  in  defensionem  ecclesiasticae  immunitath  et  libertatis.—Koma, 
1520.  Un  tomo,  4.° 

Fué  elocuentisimo  predicador. 

Estrada  (Juan  de),  O.  P. 

'.  La  escalera  espiritual  para  llegar  al  cielo,  de  S.Juan  Climaco.—Níé- 
jico,  1533.  Primer  libro  que  se  imprimió  en  aquel  reino  y  en  toda  la 
América.  > 

2.  Una  carta  que  se  le  adjudica  en  el  Archivo  de  Indias. — Es  du- 
dosa ;  pues  lleva  la  fecha  de  23  de  Abril  de  1582  ,  mientras  que  este  pa- 
dre parece  que  murió  en  Ciudad  Real  en  1 579. 

Eymeric  (Nicolás),  O.  P. 

I.     Fita  bcatae  memoriae  F.  Dalmatii  MoH^r.  — En  la  Hist.  de  Diago. 
»     La  edición  que  vi  en  la  B.  de  S.  I.  dice  1594,  en  Sevilla. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles    279 

2.  Tractaltis  Je  lógica,  de  principas  tiaiiiralibuí,  el  iu  primum  Phy- 
sicorum. 

3.  Sermones  de  témpora. 

4.  Tractatus  contra  daemoniiin  iiivocationes. — Bibl.   Coibert. 

5.  De  jurisdictione  Ecclesiae  et  inquisitorum  contra  infideles  daemonum 
invocantes. 

6.  De  jurisdictione  inquisitorum  amlra  infideles  agentes  contra  nostram 
sanctam  fidem. 

7.  Volumen  scrmonum  de  Saiiclis. 

S.  Directorium  inquisitorum.  —  Barcelona,  1503,  fol,,  pasta  ;  primera 
edición.  Corrigiese  desde  la  edición  de  Roma  de  1578.  Entre  las  mu- 
chas edic.  que  cita  Eciiard  ,  no  están  las  de  Venecia ,  1595  y  1607,  que 
he  visto. 

9.     Postilla  litteralis  super  Evangelium  B.  Matlhaei. 
10.     Tractatus  de  potestate  papau  seu  Summt  Pontificis. 
n.     Postilla  in  Evangelium  Joannis  apóstol  i. 
I  2.      Tractatus  de  peccato  originali  el  de  Conceptionc  B.  Virginis. 

13.  Ccmmentarius  in  Evangelium  Lucae. 

14.  Postilla  ¡itteraris  super  Evangelium  B.  Marci. 

15.  Tractatus  de  duplici-natura  in  Cbristo,  et  de  tribus  in  Deo  personis, 
seu  an  Sacramcntum  Eucharistiac  sit  Pater,  Filius  et  Sfiritus  Sanctus, 

16.  Tractatus   contra  doctriiiam  Rayimtndi  Lullii, 

17.  Dialogus  contra  LuUistas. 

18.  Fascinatio  Lullistarum . 

19.  Elucidarius  Elucidarii.  —  Es  sobre  un  libro  antiguo,  que  se  vulga- 
rizaba en  su  época,  y  se  atribula  á  San  Agustín  ó  á  San  Anselmo.  El  Pa- 
dre Eymeric  le  confrontó  con  los  códices  antiguos, 

20.  Epístola  ad   Cardinales  Anapüae  agenta. — Sobre  el  cisma, 

21 .  Tractatus  contra  praefigentes  certum  terminum  finis  mnndi. — MS.  de 
la  Bibl,  Nac.  (R.  97,  p.  217.) 

22.  Tractatus  contra  calumniantes  praecminentiam  Christi  et  Virginis 
matris  ejus. 

23.  Contra  emissum  in  conclavi  per  papam  ct  cardinales  promissorium 
juramentum,  et  contra  episiolam  Parisiensium  magistrorum. 

24.  Contra  universitatem  Parisiensem ,  Dei  Ecclesiam  impugnantem,  re- 
sponsiones  ad  29  quaestiones. — Cod.  Coibert. 

23.  Tractatus  contra  haereticaliter  asscrcntes  B.  Joannem  Evangclistam 
Juisse  B.  Mariae  Virgines  Jilium  naturalem. 

2ó.  Tractatus  contra  astrólogos  imperitos,  atque  necromanticos ,  de  occul- 
iis  perperam  Judicantes. 

27.  Tractatus  de  admiranda  sanctijicatione  Dei  et  hominis  Gemtricis. 
Cod.  Coibert. 

28,  Confessio  fidei  christianae. 


28o  La  Orden  de  Predicadores. 

29.  Incantatio  siiidii  ¡Icrdcnsis   siiper   20  art ¡culis  per  quemJam  Anto- 
iiium  Riera,  stitdentcm  Valcnlinum,  ut  deferí iir  ,  inibi  seminatis. 

30.  Tradatus  contra  alchimislas. 

31.  Corredorium  corniplorii. 

32.  Coinmcntarium  fustiis   in  Episiolam  ad  hebraeos. 
)^.     Coinmcntarium  in  Epistolam  ad  Calatas. 

34.  Tractalm  super  declaratione  22  articulonim  Magislri  Sententia- 
riim ,  etc. 

35.  Conmicntarimn  in  Epistolam  ad  Romanos. — Estas  treinta  y  cinco 
obras  componían  once  volúmenes  en  folio  y  hermosa  vitela,  de  nuestro 
convento  de  Gerona. 

36.  De  vita  et  miraculis  S.  Raymundi. — Roma,  1601,  en  4.",  con  adi- 
ciones del  P.  Peña. 

El  Directorio  se  editó  en  Lisboa,  1762.  Se  añadió  con  una  historia  del 
Establecimiento  de  la  Inquisición  en  el  Reino  de  Portugal. 

Falcó  (Jaime  Juan)  ,  O.  P. 

Historia  de  las  cosas  más  notables  pertenecientes  al  convento  de  Pre- 
dicadores de  Valencia. — MS. 

Falconi  (Francisco),  O.  P. 

Ejercicios  del  Santísimo  Sacramento  para  las  fiestas  y  octavas. — Madrid, 
1624. 

Faria  (Luís  de),  O.  P. 

Tractatus  spirituales  quibim  ad  Dtum  anima  inflammatiir .  — Siglo  xvi. 

El  P.  Echard  hace  dos  escritores,  Aloysim  y  Ludoviciis  de  Faria,  de 
este  insigne  Dominico  ,  que  murió  victima  de  su  caridad  en  la  epidemia 
de  Portugal. 

Favórez  (José),    O.  P. 

1.  Epitome  singulariim  gestorum  S.  Ludovici  Bertrandi ordinis  Praedica- 
toriun. — Roma,  1671  ,  en  16. ° 

2.  Ejercicios  espirituales  ,  por  la  consideración  de  los  misterios  del 
Santísimo  Rosario. — Roma,  1669,  en  8." 

Fayol  (Gaspar),  O.  P, 

I .     Documenta  superiorum, 

1.     De  progressu  religionum  tractmutilissimus. 

3.  Tractatm  contra  judaeos. 

4.  Tractatus  contra  mauros. 

3.     De  articulis  fidei ;  de  sacramentis  Ecclesiae ,  ac  de  vitiis  et  virtutibus. 
— Siglo  XV. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.   281 
Feo  (Antonio),   O.  P. 

1.  Tratados  quadragesiman  c da  Paschoa. — Lisboa,   1604,  en  folio. 
Hay  varias   ediciones  :  de  Lérida,    1613;  la     traducción  castellana  de 

1614  hecha  en  Valencia  por  Tomás  Antillón;  la  de  Valladolid  de  1614,  etc. 

2.  Tratados  das  festas  e  vidas  dos  santos  Apostólos  y  da  Santa  Cni;^. — 
Lisboa,   161 2,  en  folio. 

3.  Tratados  das  festas  y  vidas  dos  Evangelistas ,  etc.  —  Lisboa,  i6i5,en 
folio. — Castellano,  por  Alonso  Mejía  Galioto.  Baeza  ,  1617,  en  folio. 

4.  Sermoes  de  Nossa  Senhora.  —  Lisboa,   1615,  en  folio. 

5.  Sennao  das  exequias  que  a  sancta  Se  é  cidade  de  Coimbra  fizeram 
na  morte  do  catholico  Rei  D.  Helippe  II  de  Portugal  en    i  1  de  Maio  de 

■    1621. — Lisboa,  1621,  en  4.° 

Feria  (Pedro  de),    O.  P. 

Doctrina  cristiana  en  lengua  castellana  y  (apoteca  ,  compuesta  por  el  Pa- 
dre Fr.  Pedro  de  Feria ,  Provincial  de  la  Orden  de  Santo  Domingo  ,  en 
la  provincia  de  Santiago  de  la  Nueva-España. — En  Méjico,  en  casa  de 
Pedro  Ocharte,  1367,  en  4.'^',  de  vii-116  págs. 

Fernández  (Agustín  Cándido),  O.  P. 

Desaparición  de  ¡os Institutos  religiosos  en  España.  — Madrid,  1830. 
El  autor  mereció  por  este  libro  que  los  liberales  le  encarcelasen. 

Fernández  (Alonso),  O.  P. 

1.  Historia  eclesiástica  de  nuestros  tiempos,  etc. — Toledo,  1611  ,  fol. 
496  págs. 

2.  Historia  y  anales  de  la  devoción  y  milagros  del  Rosario,  etc. — Ma- 
drid, 1613,   1620   y  1627. — Valladolid,  1614. 

3 .  Concertatio  praedicatoria  pro  Ecclesia  catholica  contra  heréticos  y 
gentiles,  etc. — Salamanca,   1618,  en  folio. 

4.  Memoria  de  la  devoción  y  ejercicios  del  Rosario  de  Nuestra  Señora. — 
Madrid  ,  1627  ,  4." 

5.  Historia  y  anales  de  la  ciudad  y  obispado  de  Plasencia. — Madrid, 
1627,  folio. 

■  6.     Tratado  de  los  servicios  de  la  Orden  de  Predicadores  destos  reinos  de 
España,  etc. — Valladolid,  1613. 

7.  Historia  del  SS.  misterio  de  ¡os  corporales  de  Daroca. — MS.;  dos  to- 
mos fol.  * 

8.  Historia  del  convento  de  Salamanca  de  la  Orden  de  Predicadores. 
— MS. 

9.  Viday  milagros  del  Santo  Fray  Alvaro  de  Córdoba. — MS. 

10.  Vida  del  Santo  Fray  Domingo  de  Santa  María. — MS. 

11.  De  la  vida  y  martirio  del  Santo  Fray  Domingo  de  Navarrete. — MS. 


282  La  Orden    de  Predicadores . 

12.  Anuales  ecclesiastici Hispaniae. — MS.  de  8  vol.  fol. 

13.  La  obra  Concertatio  praedicatoria  ,  etc. — Ea  la  edición  que  vi  en  la 
B.  de  S.  I.  lleva  el  título  de  Concertatio  praedicatoris  contra  liaereticos 
gentiles,  etc.— Salamanca,   1618,  fol. 

Fernández  (Benito),  O.  P. 

Doctrina  en  lengua  Mixleca.—\Jn  tomo  falto  de  las  primeras  hojas. 
Comienza  en  el  folio  vi,  y  sigue  hasta  el  clxxxix  ,  por  Pedro  Ocharte, 
■567,  4-° 

Fernández  (Francisco) ,  O.  P.  f  1575. 

Expositio  sancti  Evangclii  sccundiim  Mathaeuin  Icctionibus  distincta  felici- 
ter  incipit. — MS.  en  4.° 

Fernández  (Juan),  O.  P. -{-  1625. 

Commentarium  in  librum  Ecclcsiastes,  in  quo  vulgata  cum  originali 
baebreo  confertur,  et  probatur  eam  omnes  alias  excellere. — Roma,  1621, 
folio. 

Fué  peritísimo  en  el  griego  y  el  hebreo. 

Fernández  Arias  (Evaristo),  O.  P. 

1.  Santo  Tomás,  poesía.. — Manila,   18S1. 

2.  Himno  al  Ángel  de  Aijuino. — Manila,   1881. 

3.  Memoria  histórico-estadt'stica  sobre  la  enseñanza  en  Filipinas. — Ma- 
nila, 1883.  Para  la  Exposición  de  Amsterdam. 

4.  Artículos  y  trabajos   literarios  en  Revistas. 
Vive. 

Fernández  de  Ayala  (Lucas),  O.  P. 

1 .  Historia  de  la  perversa  vida  v  horrenda  muerte  del  Antechristo.— 
Murcia,  1635  ',  4.°  Hay  otra  edic.  de  Madrid,    1649,  4.° 

2.  Hortics  augiistissimi  nominis  Mariae  variis  areolis  et  aromatibiis  mora- 
libus  consitus. — Madrid,  1648,  en  4.°  Es  una  exposición  del  vers.  27, 
cap.  I  de  San  Lucas. 

3.  Hortus  nominis  María  sive  clucidatio  ad  verba  Luc.  5,  núm.'  27, 
et  Nomcn  Virginis  Maria. — Madrid,  1648,  4.° 

Ferilfendez  Navarrete  (Domingo),  O.  P. 

I.  Tratados  históricos,  políticos,  ¿thicos y  religiosos  de  la  monarchia  de 
China. — Madrid,  imprenta  real,  1676  ,  en  folio,  10  hojas  preliminares, 
518  págs.  y  13  hojas  de  «Memorial  de  cosas  notables.» 

'      1636  dice  la  edic.  de  S.  I. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  emanóles.   283 

2.  *  Controversias  antiguas  y  tnodernas  Je  la  Misión  de  la  gran  China. — 
Madrid,  1679. 

3.  Dejó  otro  tomo  MS. 

4.  Explicación  de  las  verdades  católicas  contra  los  errores  más  comunes 
de  la  China. 

5.  Catecismo. — Dos  volúmenes  en  chino. 

6.  De  los  nombres  de  Dios. — Dos  id.  en  chino. 

7.  Apología  contra  el  chino  Jang-Kuang-Sieng. 

8.  Preceptor  étnico. — En  chino. 

9.  Impugnación  de  la  apología  del  P.  Diego  Morales ,  defensor  de  los 
ritos  chinos,  después  condenados  por  la  Iglesia. 

Los   Tratados  históricos  son  notables. 

Fernández  de  Luna  (Tomás) ,  O.  P. 

Noticias  de  Sanliicar  de  Barrameda. — .\IS.  ;  dos  tomos  fol. 

Fernando  y  Xirneno  (Juan),  O.  P.  f  1625. 

Unos  comentarios  sobre  el  Ecclesiastes. — Valencia,  S.  A. 

Ferrán  ('aime),  O.  P. 

Officium  in  fcsto  S.  Raymwidi  de  Pcnnaforti  rccitandum  et  cantandum.— 
Se  extendió  á  toda  la  provincia  de  Aragón,  que  él  regia.  Hijo  de  Trípoli, 
de  padres  moros. 

Ferrandis  (Gabriel),  O.  P. 

1.  Breve  exhortación  a  la  frecuencia  de  los  Santos  Sacramentos. — Va- 
lencia, 1748,  un  vol.,   12." 

2.  Explicación  breve  del  Santísimo  Rosario  y  de  algunas  gracias  e'  in- 
dulgencias.— Valencia,  1738- 1739,  en  l6.° 

3.  Instrucción  moral,  breve  y  clara  de  lo  q'ie  los  padres  y  amos  han  de 
amonestar  á  la  Jamilia. — Valencia,   1739,  24.° 

4.  Tratado  de  la  Tercera  Orden  de  Santo  Domingo. — Valencia,  1742, 
en  12.° 

5.  Manádivino  escondido  en  el  Santísimo  Rosario. — Valencia.  1748,  16. * 

Ferrando  (Juan),  O.  P. 

Historia  de  los  padres  Dominicos  en  las  islas  Filipinas  y  en  sus  misiones  de 
Japón,  China,  Tung-King y  Formosa. — Seis  tomos,  .4.°  Madrid,  18^-72. 
La  impresión  de  esta  obra  se  hizo  bajo  la  dirección  del  P.  Fonseca,  quien 
refundió  y  ordenó  completamente  el  texto  escrito  por  el  P.  Ferrando. 

Ferrando  (Pedro),  O.  P. 

1.     yUa  B.  Dominici,  ordinis  FF.  Praedicatorum  institutoris. 


284  La  Orden  de  Predicadores. 

2.     Chronicon  Ordinis  a  B.  Dominico  ad  Hiimberti  témpora.    ES  decir, 
de  1221   á  1263. 

Ferré  (Vicente),  O.  P. 

Tradafus  íbeologici  ii¡  primaiii  et  sccuiidain  parlem  Summac  S.  Tbomae . 
— Ocho  volúmenes  en  folio  ,  impresos  en  diferentes  puntos,  desde  1669 
á  1690. 

Ferreira  (Bartolomé),  O.  P. 

Catálogo  dos  Litros  que  se  prohibem  tiestos  regaos  ,  et  senborios  de  Por- 
tugal ,  per  mandado  do  Illtisírissimo  et  rciierendissimo  seithor  dom  Jorge 
Dalmeida,  Metropolitano  Arfohispo  de  Lisboa,  Inquisidor  general,  etc.  Con 
outras  cousas  necessarias  a  materia  da  prohibifao  dos  lívros.  —  Lisboa,  158 1 , 
4.°,  de  44  hojas. 

Ferreira  (Manuel),  O.  P. 

Oragao  fúnebre  ñas  exequias  do  bispo  inquisidor  general  D.  Francisco  de 
Castro,  no  convenio  de  S.  Domingos  de  Lisboa,  á  75  de  Janeiro  de  i6^j. — 
Lisboa,  1654,  4.° 

Ferreira  (Bartolomé),  Ü.  P. 

Liber  de  licis,  qui  dejide  catbolica  male  sentientcs,  aliquid  scripserunt ;  vel 
Ínter  catholicos  íractalus  obiter  adiquid  de  sito  interposuere. — Parece  que 
se   refiere  al  libro  del  P.  Molina,  del  cual  fué  censor  por  !a  Inquisición. 

Ferrer  (Clemente),  O.  P. 

1.  Sermona  de  Tempore  et  de  Sanctis. 

2.  Sermón  de  Santo  Domingo  de  Guzmán. — MS. — Siglo  xv. 

Ferrer  (Jaime),  O.  P. 

1.  Sermones  de  Sanctis. — Siglo  xv. 

2.  Varios  tratados  de  mucha  instrucción. — MS. 

Ferrer  (Vicente),  O.  P. 

1 .  .Suma  Moral  para  examen  de  curas  y  confesores,  que  á  la  luz  del  Sol 
de  las  Escuelas  Santo  Tomás  dio  al  público,  etc. — Valencia,  1770,  idem 
1775,  2  vol.    4.° 

2.  Epitome  cnrsus  tbeologici  ad  mcniem  D.  Tbomae  Doctor is  Angelici. 
Valencia,    1734,  4  vol.,  8." 

Ferrer  (San  Vicente),  O.  P. 

1.  De  supposilionibus  logicis  tractatus. — Bibl.  Nac,  i.  del  Siglo  xiv. 
(L.  48.) 

2.  Tractatus  de  moderno  Ecclesiac  scbismatc. — Bibl.  Colbert. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.   285 

3.  Traciactm  vitae  spiritualis . — Venccia,  1500. 

4.  Tractatus  valde  utilis  et  consolatorius  in  tentaUonibus  circa  fidem. 
— MS.  Cartuj.  Tarrag. 

5.  De  fine  mundi  ct  tcmporc  Antichristi. — MS.  in  Codic.  Víctor. 

6.  Epislolae  variae. 

7.  Stijfragium  in  elcctione  Ferdinandi  regís  Aragonum. 

8.  Scntentia  (¡uam  iiovcm  v  ir  i  pro  infante  Ferdinando  tiilere. 

9.  Piac  ejHsJcni  preces. 

10.  Recognitio  hominis  interior is. 

11.  De  las  ceremonias  de  la  Misa. 

1 2.  Cuatro  tomos  de  sermones,  varias  ediciones. — Sobre   esto  véase 
Echard.  Parece  que  en  la  Bibl.  Indiana  existen  otros  sermones  MSS. 

13.  Sermones. — Letra  gótica,  sin  portada. — Un  tomo  en  8.'  de  392 
fojas.  (3."  Kal.  Maii,  1493.) 

14.  Sermones  aestivales . — Lyon,  155S,  un  tomo,  8." 

15.  Sermón  de  la  Pasión  de  N.  S.  Jesucristo. — MS.  1.  del  siglo  xiv.  en 
la  Bibl.  Nac.  (P.    130.) 

Ferrer  de  Valdecebro  (Andrés),  O.  P. 

1.  Lamentación  apologética  en  defensa  del  R.  P.  Abrahamo  Biovio, 
y  contra  Nitela  Franciscana  Dcrmilii  Tbadcei ,  et  contra  el  P.  Pedro 
d'Alva. — Tascali,  1650,  4.° 

2.  Gobierno  general ,  moral  y  político  hallado  en  las  fieras  y  animales 
silvestres ,  sacado  de  sus  naturales  propiedades. — Madrid,  1670.  Barcelona, 
1696. 

'Jobicrno....  hallado  en  las  aves  más  generosas  y  nobles....  Segunda  parte 
de  la  obra  anterior. — Madrid,  1783  y  1683  ;    Barcelona,.  1696  y  1796. 

3.  El  orador  católico. — Madrid,  1658,  4." 

4.  La  vara  vigilante. — Madrid,   1659,  4.° 

5.  Penas  de  Jesús. — Alcalá,    1659. 

6.  Historia  de  la  Maravillosa  vida  de  la  venerable  madre  y  esclarecida 
Virgen  Rosa  de  Santa  María  (  Santa  Rosa  de  Lima),  de  la  tercera  Orden  de 
Santo  Domingo. — Madrid,  1666  y  1670,  4." 

7.  Vida  de  Fr.  Juan  de  Vasconcellos ,  de  la  Orden  de  Predicadores. 
—  Madrid,   1668. 

8.  Peligros  de  la  America  y  calamidades  de  la  religión  católica. — 
Tascali,   1650. 

9.  Erección  sacra  del  templo  más  glorioso  de  América  contra  el 
Cronv^'el,  tirano  de  Inglaterra. — Tascali  ,  1654. 

10.  Anticertamen.  Aprecio  de  las  Musas,  venganza  del  Parnaso. — 
Tascali,  1635. 

1 1 .  Decentes  lágrimas  v  sentimientos  justos  de  ¡os  tres  estados ,  eclesiás- 
tico, religioso  y  secular. — Tascali,  1657. 


286  AíJ   Orden  de  Predicadores. 

12.  El  Superior.   Política  para  todo  linaje  de  Prelados.— Alcalá,  1664. 

13.  Llave  de  oro  de  la  clernidad. — Ídem,  4.° 

14.  Historia  de.  ¡a  vida,  maravillosa  y  admirable  del  segundo  Pablo, 
apóstol  de  Valencia,  San  Vicente  Ferrer. — Madrid,  1682,  y  otras. 

15^     El  Faro  Sagrado  con   el  orador  católico  (éste  muy  añadido). — MS. 

16.  La  Historia  de  Daroca  ,  añadida  y  aumentada  con  las  vidas  de  tres 
santos  de  la  Orden  de  Santo  Domingo.  —  MS. 

17.  La  Historia  general  de  su  Orden  desde  el  año  ijj}  hasta  16^,0.— 
MS.  en  b  ,   form.  fol. 

18.  Los  problemas  de  Aristóteles,  con  consideraciones  morales  para  ma- 
yor ejercicio  de  las  virtudes. — MS. 

19.  El  templo  de  la  fama,  con  instrucciones  políticas  y  morales. — 
Madrid,  1680,  4.°,  8  hojas  prelims.,  27  págs.  y  4  hojas  de  tablas.  No 
lo  cita  el  P.  Echard. 

Ferrares  (Vicente),  O.  P. 

1,  Psalterio  ó  Rosario  de  la  Madre  de  Dios. — Barcelona,    1628,  en  8.* 

2.  Místicas  flores  nacidas  en  el  vergel  de  la  Iglesia  de  Jesucristo. — 
Barcelona,   1630,  4.° 

Figueres  (Nicolás),  O.  P. 

1 .  Vita  venerahilis  viri  F.  Tbomae  Malvenda  Setabitani  Ordinis  Prae- 
dicatorum. — Lyon  ,  1649,  en  folio. 

2.  También  editó  el  libro  de  Vitis  Fratnim  del  P.  Frachet.  —  Valencia, 
1657,  en  4." 

3.  CoUectio fragmentos.  Tbom.  de  Malvenda  in  Sacr.  Scripturam. 

4.  Notas  y  advertencias  sobre  la  visita  del  maestro  Ramírez. — MS. 

5.  Resolución  moral  acerca  del  Real  Instituto,  etc. — MS. 

Figueroa  de  Guancabelica  (Francisco),  O.  P. 

Tratado  breve  del  dulcísimo  nombre  de  María  ,  repartido  en  cincwmta  dis- 
cursos.— Lima,  1642,  en  4.° 

Flores  (Andrés),  O.  P. 

1 .  Devocionario.  Suma  de  las  espirituales  cofradías  de  los  juramentos 
(nombre  de  Jesús),  y  Rosario  de  'Nuestra  Señora. 

2.  Suma  de  toda  la  Escritura  Sagrada  en  verso  heroico  castellano. 

3.  Doctrina  christiana  del  Ermitaño  y  Niño,  compuesta  por  Fray  An- 
drés Flores.  Corregida,  enmendada  y  aprob.ida  por  muchos  letrados  y 
theólogos  ,  por  mandado  del  príncipe  nuestro  Señor,  y  de  su  Real  Con- 
sejo. Mandado  por  el  .\rzobispo  de  Toledo  y  otros  prelados,  que  se  tenga 
y  use  en  sus  iglesias,  —  Valladolid,  1552,  8.°,  letr.  got.,  120  hojas.  Tal 


Ensavo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  empatióles.   287 

vez  el  primer  catecismo  que  hubo  en  España.    Sobre  su  contenido  véase 
Bibl.  de  Gallardo;  es  muy  curipso. 

Flores  (Beato  Luís),  O.  P. 

Relación  de  ¡os  sucesos  de  la  cristiandad  del  Japón  hasta  24  de  Mayo  del 
año  1622. — El  autor,  mártir  de  Cristo,  fué  beatificado  por  Pío  IX. 

Este  manuscrito  estaba  en  poder  de  D.  Lorenzo  Ramírez  de  Prado,  del 
Consejo  de  Indias. 

Fluxá  (Pablo)  ,  O.  P. 

Historia  del  Real  Convento  de  Santo  Domingo  de  la  ciudad  de  Palma. 
— MS.  en  4." 

Folh  (Raimundo),  O.  P.  f  1444. 

1 .  Los  termens  nalurals. 

2.  De  principa  fororum ,  cuj'its  initium  es  general io  est  dúplex. 

3.  D~"  Misterio  Missarum. 

4.  Sermons  de  Difundís  in  Compendio. 

5.  Sermons  Santorals  per  annum. 

6.  Sermons  Dominicnls  per  annum. 

7 .  Dos  sermonarii . 

8.  Otros  muchos  sermones. 

Fonseca  (Antonio),  O.  P. 

Commentaria  Thomae  de  Vio  cardenaHs  Cajetani.,..  cum  annotaiionibm . 
— París,   1539,   en  folio. 

Fonseca  (Damián),  O.  P. 

Justa  expulsión  de  los  moriscos  de  España,  con  la  instrucción,  apostasiay 
tra  vción  dellos  ,  y  respuesta  á  las  dudas  que  se  ofrecieron  acerca  desta  mate- 
ria.— Roma,    l6i2,  en  8.°;  italiano ,   1611. 

Fonseca  (Joaquín),  O.  P. 

1.  Discurso  inaugural  pronunciado  en  la  apertura  del  año  escolar,  (Ei 
mundo,  el  hombre,  Dios.)— Manila,  1868. 

2.  Discurso  iniugural  pronunciado  en  la  apertura  de!  año  escolar.  (Ob- 
jeto de  la  ciencia.) — Manila,   1867. 

3.  Panegírico  del  gran  doctor  de  la  Iglesia  Sanio  Tomás  de  ^4 quino. — 
Manila,   1865. 

4.  Sermón  sobre  los  prodigios  de  Soriano  en  i8jo. — Manila,  1871, 

5.  Sermón  pre.iicado  en  ¡a  catedral  de  Manila  en  la  fiesta  cívico-reli- 
giosa de  30  de  Noviembre. — Manila,  1872. 

6.  Oración  fúnebre  por  los  náufragos  del  Malaspina. — Manila,  1 868. 


288  La  Orden  de  Predicadores. 

7.  Hiiloria  de  los  PP.  Dominicos  en  Filipinas.  (Véase  Ferrando.) 

8.  Sermón  de  Nuestra  Señora  del  Rosario. — Manila,   187c). 

9.  Santo  Tomás  de  Aquino  en  presencia  de  Alberto  Magno ,  ó  sean  los 
dos  genios  (poema).  —  Manila,    1874. 

10.  Respuesta  á  un  Jilósofo  del  Renacimiento  por  un  tomista. — Madrid, 
1882. 

11.  Santo  Domingo,  autor  del  Rosario. — Madrid,  1883. 

12.  Publicó  en  periódicos  otros  trabajos  literarios. 
Vive. 

Fonseca  (Rafeel  de),  O.  P. 

Votuní  consultivum  apud  Temud   vcl  Gcmud.  (Se  lee  con  dificultad  el  ti- 
tulo.)— Siglo  xvu. 

Fontecasto  (Pascual),  O.  P. 

1 .  Exposición  de  todos  los  Evangelios  del  año. 

2.  Sermones  para  las  fiestas  délos  Santos. 

3.  Sermones  páralos  Domingos  de  Cuaresma,  con  avisos  muy  salu- 
dables para  el  alivio  de  las  almas. 

Obispo  de  Burgos. 

Fonteluporum  (Pedro),  O.  P.   f  141 2. 

De  modo  celebrandi  capitulum  provinciale  ,  anno  1412. 
Así  Diago  ,  fol.  59. 

Foreiro  (Francisco),  O.  P. 

1 .  Isaiae    Profetae   vetus  et  nova  ex  hebraico  versio  ,  cum  commenta- 
rio,  etc. — Venecia,  1563,  en  folio. 

2.  Commentaria  in  omnes  libros  Prophetarum  ,  ac  Job ,  Davidis  et  Sa- 
lomonis. 

3.  Lucubrationes   in    Evangelia ,    qiiae  per  totum  anni  circulum  legen- 
lur  ,  etc. 

4.  Oratio  qiiam  habuit  ad  PP.   Tridenti  Congrégalos  Dominica  prima 
adventusanni  1562.  —  Brescia,  1563,  en  4.° 

5.  Lexicón  hebraicum. 

6.  Textus  ConciUi  Tridenlini. 

7.  Index  librorum  probibilorum  cum  regulis  confectis  per  Paires    a  Tri- 
dentina  Synodo  delectos  ,  etc. — Roma  ,   1564. 

8.  Catechismus  ex  decreto  Concilii  Tridcntiniad  Parochos,  etc. — Roma, 
1566.  En  esta  obra  le  ayudaron  dos  PP.  de  la  Orden. 

9.  Missale  ,  Breviarumque  Romanum.  —  Roma,  1568,  en  folio. 
Teólogo  del  Concilio  de  Trento,  y  uno  de  sus  más  activos  é  inteligentes 

cooperadores. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  chañóles.    289 
Fox  (Juan),  O.  P. 

1 .  La  condición  del  mayor  del  cielo  con  ¡as  alaban:(as  de  San  Diego,  fraile 
Menor,  sobre  el  evangelio  de  su  Jies/a.— Zaragoza,  1615,  en  8.° 

2.  Vejamen  en  el  grado  de  Doctor-teólogo  que  recibió  el  P.  Maestro 
Fr.  Juan  Hstéban  Castillón  en  el  teatro  mayor  de  la  Universidad  de  Za- 
ragoza en  Octubre  de  162 1. — ¡VIS.  en  Predicadores  de  Zaragoza. 

3.  Opúsculos  piadosos,  cuyos  títulos  se  han  perdido. 

Frágil  (Miguel  de),  O.  P. 

1 .  Librum  de  beneficiis  collatis  et  aliis  donationibus  Domui  nosirae  Vakn- 
iinensi  praestUis. — Siglo  xiv. 

2.  Vida  del  Obispo  D.  Raimundo  Ponto. — MS. 

Franco  (Juan),  O.  P. 

1.  Sermocs  varios. — Lisboa,  173.4  á  1741.  12  tomos  en  4.°,  conte- 
niendo cada  tomo  30  sermones. 

2.  Mestre  Davide ,  que  ensina  a  viven,  e  morrea  sanctamente. — Lisboa, 
1731,  8." 

3.  Vida  portentosa  da  serva  de  Deus  D.  Thomasias  de  Jesús,  Tcrceira 
professa  naordem  de  S.  Domingos,  que  morrea  no  convento  do  Salvador  de 
Lisboa,  cm  de  26  de  Maio  de  7755. — Lisboa,  1757,  en  4."  de  .xvi-84 
páginas. 

Freiré  (Domingo),  O.  P. 

Vida  admiravel  e  marte  preciosa  da  bcmaventurada  Sancta  Rosa  de 
Sancta  María,  natural  da  cidade  de  Lima,  Religiosa  da  Terceira  ordem  de 
Sam  Domingos. — Lisboa,   1669,4.",  de  537  págs. 

Es  libro  raro  ,  poco  conocido. 

Frías  (Francisco),  O.  P. 

1.  Expositio  in  Novuní  Testamentum.  41  fojas  en  folio  sobre  el  Apo- 
calipsis; 24  id.  sobre  San  Juan.  Fué  puesto  en  S.  Esteban  por  el  P.  Ca- 
bezas.— Dicese  de  él  en  una  nota  preliminar  que  acierta  en  algo,  como  el 
que  mucho  habla  en  algo  yerra.  Es  porque  señala  la  fecha  del  juicio  final. 

2.  Otro  tomo  en  folio  sobre  Tablas  del  Antiguo  Testamento. 
Catedrático  en  Manila. 

Fuenbuena  (Jerónimo),  O.  P. 

1.  Constituciones  Synodales  del  obispado  de  Albarracin. — Zaragoza, 

1690,  4." 

2.  Muchos  sermones  y  otros  papeles  de  instrucción. — MSS. 

19 


290  La  Orden  de  Predicadores. 

Fuensanta  (Pascual  de  la),  O.  P. 

1 .  Exposición  de  todos  los  Evangelios  del  año. 

2.  Sermones  para  las  Jiestas  de  los  Santos. 

3.  Místicas  contemplaciones  acerca  de  los  misterios  del  Rosario. — MS. 
Murió  en  el  Concilio  Lateranense,  siendo   obispo  de  Burgos,  y  fué  lla- 
mado santo  por  el  Papajulio  11. 

Fuentelobos  (Pedro  de),  O.  P. 

Tractatus  de  modo  et  ratione  celebrandí  Capituü provincialis. — Siglo  xv. 

Fuixá  (José)  O.  P. 

Dejó  escritas  varias  obras  sobre  Derecho  canónico,  D.recho  de  Patro- 
nato, l^arones  ilustres  Dominicos  y  Filosofía  ,  tjue  se  conservan  MSS.  en 
nuestros  archivos  de  Ocaña. 

Fuser  (Jerónimo),  O.  P.  f  1633. 

Breve  resumen  de  la  vida  y  muerte  del  Ilustrisimo  y  venerable  señor 
D.  Fr.  Jerónimo  Batista  de  Lanuza,  etc. — Zaragoza,    1629,  4.' 

Gabalda  (Francisco),  O.  P. 

1 .  Relación  de  la  peste  de  Valencia. 

2.  Vida  de  San  Vicente  Fcrrer. — Siglo  xvii. 

Gabriel  (Iván),  O.  P. 

Comentarios  de  la  Etiopia  en  su  lengua  y  en  la  Portuguesa. — MS. 

Gainza  (Francisco).  O.  P. 

1.  Gramática  latina  para  uso  de  la  juventud  filipina. — Manila,  varias 
ediciones. 

2.  Milicia  de  Jesucristo,  manual  de  las  Hermanas  y  Hermanos  de  la 
Tercera  orden  de  la  Penitencia  de  Santo  Domingo. — Manila,  1839. 

3.  Facultades  délos  Ohisposde  Ultramar. — Manila,  1 860.  Madrid,  1 877. 

4.  Institutiones  juris  canonici.  están  inéditas. 

5.  Historia  de  la  expedición  franco-cspaíwla  en  Cochinchina,  inédita  en 
el  archivo  de  Santo  Tomás  de  Manila.  Tiene  láminas. 

6.  Historia  del  colegio  de  Santa  Isabel  de  Nueva  Cácercs. — Madrid, 
1877. 

7.  Historia  del  hospital  de  San  Lá~aro  cnNucvaCáccrcs. — Manila,  1874. 

8.  Reglamento  del  colegio  de  Santa   Isabel  de  Nueva  Cáccres. — Manila. 

9.  Una  miscelánea  de  varios  volúmenes  sobre  diferentes  materias, 
que  está  inédita  en  la  biblioteca  de  Santo  Tomás  de  Manila. 

Obispo  de  Nueva  Cáceres  en  Filipinas. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.   291 
Galdo  (Alfonso),  O.  P. 

Relación  Je  todo  el  chispado  de  Honduras. — MS. 

Galiana  (Luís),  O.  P.  f  1771. 

1 .  Contení arius  de  scripíts  l\  J.  Ludovui  Granalenis. — Valencia,  1 767. 

2.  La  Perfecta  Casada  del  Maestro  Fr.  Luís  de  León,  nuevamente 
ilustrada  y  corregida. — Valencia,  1765.  Madrid,  1799.  Los  dos  en  S." 

3.  Rondalla  de  Rondallas. — Valencia,  1768,  en  8." 

4.  Cartas  eruditas  á  los  primeros  sujetos  de  este  reino. — MS.  en 
4.\  etc. 

Calvan  (Ignacio,). O.  P. 

1 .  Disciirstis  varii  in  commendatipnem  sapientiae  Divi  Tbomac ,  etc. 
— Ebora  ,  1625,  en  folio. 

2.  üiscursiis  varii  conciouatorihus  el  sanctorum  scripturarum  inierpre- 
fibtts  uülissimt. — Lisboa,   1635,  en  folio. 

3.  Sermones  en  latin. 

4.  Sermáo  na  testa  do  glorioso  doctor  Angélico  Sancto  Thomas,  a  7 
de  Marino  de  161 7.  —  Lisboa,  161  7,  4.° 

Calvez  (Cristóbal),  O.  P. 

1 .  De  concionatorís  litulis  et  materiis  quadraginia. 

2.  Concionum  qtiadragesinialiiini  voliimina  iv. 

3.  Concionum  de  Sanríis  volumina  iv. 

4.  Condones  Dominicales  quamplures. 

5 .  Opusculmn  de  Mauro  mago  ad  archiepiscopum  Tarraconensem  ,  et  pa- 
triarcham  yllexandrinum . 

6.  Tratado  de  ¡as  turbaciones  y  revoluciones  de  Cataluña. — MS. 

7.  Alia  plura. 

Gallego  de  Vera  (Bernabé),  O.  P. 

1 .  Controversiae  logicales  in  Jefensioneni  doctrinae  angelici  Doctoris 
D,  Thomae. — Madrid,  1623  ;  Colonia,  1638. — Otro  tomo  MS. 

2.  Tractatus  de  conscientia  :  resolutioncs  morales. — Madrid  ,  1648, 
folio. — ídem,  1666. 

3.  Explicación  de  la  Bula  de  la  Santa  G!í.^í7i/iZ.— Madrid,  1652,  4.*, 
421  páginas. 

Gallinero  y  García  (Manuel),  O.  P.  f  1766, 

1.  Oración  fúnebre  que  di.xo  en  las  Exequias  que  la  Universidad  y 
estudio  general  de  Zaragoza  consagró  á  la  inmortal  memoria  del  señor 
D.  Felipe  V. — Zaragoza,  1747,  4." 


292  La  Orden  de  Predicadores. 

2.  Disertación  sobre  el  buen  gusto  en  la  Metafísica. — MS. 

3.  Algunas  poesías. — MS. 

4.  Dos  tomos  de  Sermones  varios. — MS. 

Gallo  (Juan),  O.  P. 

1 .  Oratorio  iii  laudan  Divi  Thoinae  de  Aqiiino  fado  ejtiH  sacro  coram 
ConcilU  Pairibus  dicta  (año  de  1562). — Brixia ,   1563  ;    Lovaina,   1567. 

2.  Commentariitm  iit  quatiwr  Sententiarum. 

3.  Phirima  in  sacram  Scripturam  doctioribiis  ii'ilissima. — MS.  según 
Marieta. 

4.  CodexMS.  de  ratione  smceptae  legationis  pro  Academia  Salmantina. 
Asi  Nicolás  Antonio. 

Fué  el  P.  Gallo  legado  de  la  Universidad  ante  el  Papa  y  el  Rey,  y 
á  esa  legación  se  refiere  el  ultimo  MS. 

Gallo  (Juan),  O.  P.— Otro. 

1.  Sermones  para  las  festividades  de  los  Santos. — Valladolid,  1648,  4.* 

2.  Conceptas  ex  Tostato  Abulensi  collecti  et  in  varias  propositiones  ad 
usiim  Concionatoruní  iitiltssimas  distribuíi. — MS. 

Gan  (Carlos  Clemente,)  O.  P. 

1 ,  Carta  sobre  el  culto  y  ritos  de  los  chinos,  al  P.  Manuel  Dia{,  visita- 
dor de  la  C.  de  /.  en  los  reinos  de  China  y  Japón. — Su  fecha  en  Manila  á  5 
de  Marzo  de  1639.  Es  una  interesante  disquisición,  no  la  única  que  ela- 
boró este  autor. 

2.  Otras  cartas  MS.  en  el  archivo  de  Santo  Domingo  de  Manila. 

Garcés (Antonio),  O.  P. 

1 .  Sumario  de  las  indulgencias  concedidas  d  la  cofradía  del  Santísimo 
Rosario. — Salamanca,  1826.  Cuaderno  arreglado  por  el  P.  Pedro  Mansi- 
lla,0.  P. 

2.  Cartas  de  favor  en  nombre  de  María  Santísima  á  sus  devotos. — Ma- 
drid, 1761,  2  vol.,  4.° — Id.,  1773, 

Garcés  (Julián),  O.  P. 

1.  Epístola  ad  SS.  D.N.  Paulmn  III  Pontificem  Máximum  in  graliam 
indonim. — La  editó  Padilla,  Hist.  Prov. — México. 

2.  Opera  omnía  D.  Augustini  nolis  marginalibus. — MS. 

3.  Ilhistralio  cmnium  operum  Divi  Augustini. 

4.  Papeles  relativos  al  establecimiento  de  la  Iglesia  de  la  Puebla  de  los 
Angeles,  con  noticia  de  esta  ciudad  y  de  su  Diócesis. 

5.  Colección  de  sermones. 

Misionero  celosísimo  y  Obispo  en  América. 


Ensayo  de  tina  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.      293 
García  (Alejo),  O.  P. 

Kalendarium  perpcliium. — Méjico,  1593. 

García  (Francisco),  O.  P. 

1.  Tratado  utilisimo  de  todos  los  contrat:s,  quaitto  en  los  negocios  hu- 
manos $e  suelen  ofrecer — Valencia,  1583,(105  tomos  en  8/  Traducido 
é  impreso  en  italiano. — Brescia  ,  1589. 

2.  Emendaiio  eorum  erratorum  quae....  in  Suinma  Theologica  Sancti 
Thomae  hadeniis  dimissa  reperiebantur ,  etc. — Tarragona,  1378,  en  4.° 
Libro  de  ningún  valor  por  la  falta  de  critica  que  tiene. 

García  (Gregorio),  O.  P. 

1.  Origen  de  los  indios  del  Nuevo  Mwido  c  Indias  Occidentales  ,  averi- 
guado con  discurso  de  opiniones  por  el  P.  Presentado,  etc. — Valencia,  1715- 
Segunda  edición. — Madrid,  1729,  folio,  16  prels.,  336  páginas,  y  40  ho- 
jas de  tablas. 

2.  Monarquía  de  los  Incas  del  Perú. 

3 .  Predicación  del  Evangelio  en  el  Nuevo  Mundo  viviendo  los  Apósto- 
les.— Beaciae,  1625,  8." 

Ninguna  de  estas  obras  figuró  en  el  Congreso  de  Americanistas  cele- 
brado en  Madrid  en  1882. 

García  (José),  O.  P. 

Discurso  inaugural  de  los    estudios  déla  Univ:rsidad  de  Manila.— Ma- 
nila,   1 87 1. 
Vive. 

García  (Juan),  O.  P. 

1.  Ki-Mung,  ó  doctrina  de  principiantes. — Impreso  en  chino. 

2.  Muchas  cartas  doctrinales  sobre  los  ritos  de  China. 

3 .  Tratado  de  la  oración  mental. 

4.  Suscribió  los  libros  números  1  y  3  del  P.  Varo. 
Varón  apostólico  en  la  China. 

García  (Juan),  O.  P. — Otro. 

De  expugnatione  Insulae  Maioricnsis  a  Jacobo  primo  Aragoniae  fa- 
cta. — M5. 

García  (Rafael),  O.  P.  7  1469. 

1.  Summa  Theologice. 

2.  Quest iones  Theologie. 

3.  Libs.  de  quesíionibus. 


294  ^'^  Orden  d-e  Predicadores. 

4.  Quest iones  in  4  lib.  Senlent. 

5.  De  castibiis  conscieiitiae. 

6.  Conciomim. — (Dos  tomos.) 
Todos  MSS. 


Garda  (Santiago),  O.  P, 

1.  Admirable  y  prodigiosa  vida  de    ¡a    seráfisa  y    esclarecida  Virgen 
Santa  Calalina  de  Sena.  —  Salamanca,  1791. 

2.  Sermón  pronunciado    en  la  festividad  de  Santo  Domingo   en  la 
Santa  Iglesia  de  Salamanca  el  año  de  1789. — Salamanca,   1789,  8.° 

García  Tulla  (José),  f  1749. 

1.  Resuman  de  la  verdadera  devoción  al  Sagrado  Corazón  de  nues- 
tro Redentor  Jesús. — Zaragoza,  1631,4.°;   Pamplona,  1737,  4.° 

2.  Prontuario  para  Misiones. — MS. 

3.  Varios  sermones,  consultas  y  papeles  útile.<;. 

García  de  Castrogeriz  (J.),  O.  P. 

El  Régimen  de  Principes  de  Guido  de  Columna. — Traducción.  MS.  de  la 
Bibl.  Nac.  (P.  3  )  : 

García  y  Navacerrada  (José),  O.  P. 

Discurso  pronunciado  en  la  apertura  anual  de  los  estudios  de  la  Universi- 
dad de  Manila. — Manila,  1879.  (Las  afirmaciones  cristianas  y  las  afir- 
maciones racionalistas.) 

Vive. 

Garzo  (Manuel),  O.  P. 

1 .  Oración  fúnebre  en  las  exequias  del  Duque  de  Berri ,  celebradas  en 
el  monasterio  de  la  Encarnación  de  Madrid ,  4  de  Julio  de  f]  ¡ 4. 

2.  Sermón  en  las  exequias  de  la  Reina  doña  Maria  Luisa  de  Saboya. 
—  Madrid,    1715,  4." 

Gascón  (Pedro),  O.  P. 

Sermones  varios. — Anda  impreso  el  que  dijo  en  las  exequias  del  señor 
D.  Fernando  el  VI  en  el  colegio  de  Santa  María  la  Mayor  de  Alcañiz,  4.° 

Gatell  (Tomás),  O.  P. 

1 .  La  plata  de  Dios  inmune. 

2.  Memoria  católico-patriótica  á  favor  de  la  Iglesia  y  del  principado 
de  Cataluña. — Siglo  xix. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  emanóles.   295 
Gavastón  (Juan),  O.  P. 

1 .  El  tratado  de  la  vida  espiritual  de  San  Vicente  Ferrer traducido. 

— Valencia,  1614,  en  8." 

2.  yiJa  di'  San  Viccnle  Ferrer. — Valencia,  1614,  en  4.° 

3.  La  Regla  déla  Tercera  Orden  de  Predicadores  ,  etc. —  Valencia, 
1621,  en  4.° 

4.  Tratado  de  la  frecuente  Comunión. 

5.  Flor  délos  Santos  de  la  Orden  de  Predicadores. 

6.  De  los  privilegios  dados  por  la  Sede  Apostólica  á  la  Orden  de  Predi- 
cadores. 

7.  D:  las  obras  y  I  ¡abajos  de  los  de  la  Orden  de  Predicadores  para  la 
piedad. — Dos  volúmenes. 

8.  ylpologia  de  Santo  Domingo  como  primer  Inquisidor . 

Genebrada  (Antonio),  O.  P. 

El  Boecio  de  Consolación  ,  ó  Vergel  de  Consolación. — Sevilla,  151 1 . 

Genovés  (Francisco),  O.  P. 

Sermón  panegírico  de  S.  Pedro,  Mártir ,  por  el  restablecimiento  de  la  Li- 
quisición.  Manila,    1817. 

Germes  (Juan),  O.  P. 

Historia  deis  gloriosos  inartirs  Sant  Maurici ,  Santa  Agnes  y  Sant  Fruc- 
tuús  ab  sos  diaijues  Augur  y  Eulogi  y  de  la  trasladó  deis  seus  cossos  sants  a 
la  ciutat  de  Mnnresa. — Barcelona,   1607.  en  S.° 

Dice  el  P.   Fernández  que  escribió  esta   obra  en  español. 

Gil  (Jaime),  O.  P.,  alias  Catalán. 

1 .  Epístola  per  modum  trocíalas  ad  Alplwnsurii  Aragoniae  regem  de 
Conceptione  B.  Virginis. 

2.  Officium  transjigurationis  D.  N.Jesu  Cbiisti.  —  Es  el  que  hoy  se  re- 
za,  menos  los    himnos.  Fué  Maestro  del  Sacro  Palacio  en  el  siglo  xv. 

Gil  (Juan  Tomás),  O.  P. 

Epitome  de  la  portentosa  vida  de  la  Virgen  Santa  Catalina  de  Ricci,de 
la  Orden  de  Predicadores. — Valencia,  1747,  en  8.° — Siglo  xviii. 

Girón  (Ildefonso),  Q.  P. 

1.  Sermones  pro  festivitatibus  D.  N.Jesuchristi,  SS.  Deigcnitricis,  atqiie 
Sanctorum  ad  festum  S .  Joannis  Bapiistae. — Salamanca,  1602.  La  2."  edición, 
Maguncia,  1605,  lleva  por  titulo  Prontuariunr  Conciommi ,  etc. — Magun- 
cia,  1605,  8." 

2.  De  Sancti  offici  dignitaie. — MS. 


296  La  Orden  de  Predicadores. 

Godoy  (Juan  Gil  de),  O.  P. 

1.  El  mejor  Guarnan  de  ¡os  Cu:^maiies,  ó  sea  el  Padre  Santo  Domingo. 
— Salamanca,  1684  ',  tres  tomos  en  folio. 

2.  Sermones  varios,  al  fin  del  anterior  tomo  tercero. 

Godoy  (Pedro  de),  O.  P. 

1.  Disputaiiones  tbeologicae  iii  íertiam  partcm  Divi  Thomac. — Tres  to- 
mos en  folio. 

2.  Disputaiiones  ibeologicae  in  primam  partem  D.  Thomac. — Tres  to- 
mos en  folio. — Burgos,  1669. 

3.  Dispuiationes  ibeologicae  in  primam  Secundae  D.  Thomac. — Un  to- 
mo en  folio.  Imprimióse  toda  la  obra  en  Venecia,  16S6,  en  siete  tomos; 
pero  antes  corrió  manuscritn  por  toda  Europa,  y  deella  se  sirvió  mucho 
el  P.  Gonet  para  su  Clypcus.  También  escribió  obras  de  filosofia,  que  otros 
le  plagiaron  con  ningún  pudor  literario. 

Gómez  (Buenaventura),  O.  P.  f  1777. 

Brevis  noticia  V.  Sororis  Ludovicae  Martinae  Rubio,  etc. — MS.  en  4.° 

Gómez  (Cosme  Agustín),  O.  P.  f  1589. 

Ejercicio  de  la  oración  mental. — MS.  en  4.° 

Gómez  (Francisco),  O.  P. 

Santo  Domingo  de  Soriano  ,  milagroso  y  aplaudido. — Valladolid,   1640. 

Gómez  (Vicente),  O.  P. 

1.  Relación  de  las....  ficslas  que  hi~o  la  ciudad  de  Valencia  en  la  cano- 
ni^^ación  de  San  Raimundo,  etc. — Valencia,  1602,  en  S.° 

2.  Descripción  de  la  ciudad  de  Jerusalem,  etc. — -Valencia,  1603,  en  8." 
3 Vida...,  del  P.  Domingo  Anadón,  etc. — Valencia,  1604, en 8.° 

4.  Sermones  y  fiestas de  Valencia  por  la  beatificación  de —  San  Luis 

Beltrán. — Valencia,  1609,  en  8.° 

5.  Defensa  de  les  lágrimas  de  los  Justos,  etc.,  traducción  del  portu- 
gués.— Valencia,  1601,  en  8." 

6.  Historia  de  la  vida  de  San  Vicente  Ferrer. — Valencia,  161 8,  en  8.° 

7.  La  santidad  rara....  de  San  Ambrosio  de  Sena  y  San  Jacobo  Salo- 
món, etc. — Valencia,  1624,  8." 

8.  Gobierno  de  Principes  y  de  sus  consejos  para  el  bien  de  la  república 
ó  del  Senado,  etc. — Valencia,   1Ó26,  en  4. 

Gómez  de  Espes  (Pedro),  O.  P. 

Oración  fúnebre  en  las  exequias  del  M.  lltrc.  Sr.  Coronel  D.Jaime  de 
Luzán  y  Guasso, — Huesca  ,   1707,  4.° 

'      1692  dice  el  ej.  de  la  B.  de  S.  I. 


Ensayo  de  uncí  Biblioteca  de  Dominicos  cSpañolcs.   297 
Gómez  de  Solis  (Luís),  O.  P. 

1 .  Sagrado,  augusto,  panegírico  en  la  fiesta  de  Santa  María  del  Rosario. 
— Méjico,   1672. 

2.  Fcrnaudo  III  rey  de  Castilla  y  de  León  celebrado  en  culto  nuevo. — 
Méjico. 

Gómez  Zamora  (Matías),  O.  P. 

Discurso  leído  en  la  apertura  anual  de  los  estudios  de  la  Universidad  de 
Manila.  —  Manila,    i8So.  (La  verdad  en  el  hombre.) 
Vive. 

González  (Zeferino),  O.  P. 

1.  Estudios  sobre  la  filosojia  de  Santo  Tomás;  3  tomos  en  4.° — Mani- 
la, 1864. 

2.  Philosophia  eletnentaria  ;  varias  ediciones  en  Madrid  endosó  tres 
tomos. 

3.  Filosofía  elemental ;  2  tomos;  varias  ediciones  en  Madrid. 

4.  Estudios  religiosos,  filosóficos,  científicos  y  sociales ;  2  tomos.  —  Ma- 
drid, 1873. 

5.  Historia  de  la  filosofía;  3  tomos  en  4." — Madrid,   1S79. 

6.  Reglamento  del  Colegio  de  Santa  Catalina  de  Sena  de  Manila.— Ma- 
nila, 1 866. 

7.  Pastoral  de  su  entrada  en  Córdoba. — Madrid,   1S75. 

8.  Pastoral  sobre  la  encíclica  /Eterni  Patrís. — Córdoba,  1879. 

9.  Pastoral  de  su  entrada  en  Sevilla. — Sevilla,  1883. 
Obispo  de  Córdoba  ,  y  actualmente  Arzobispo  de  Sevilla. 

González  (Domingo),  O.  P. 

1 .  Relación  del  martirio  del  B.  P.  Alfonso  de  Navarrete,  Dominico,  y 
de  su  compañero,  etc. — Manila,   1619,  en  4.":  Italiano,  Ñapóles,  1618. 

2.  Relación  del  martirio  de  Fr.  Antonio  Gon^dle:^,  etc.  (otros  Domi- 
nicos).— Madrid,  1639,  en  4." 

3.  Historia  de  la  provincia  de  Filipinas  de  la  Orden  de  Predicadores. 
(Adiciones  á  la  de  Aduarte.) 

4.  Tratado  grave  en  que  se  examina  el  modo  que  llevan  los  Padres  de  la 
Compañía  en  la  conversión  de  la  gran  China,  etc. — MS.  en  varios  Archiv. 
déla  Ord. 

5.  Reparo  de  mucha  consideración  cerca  de  un  papel  que  los  Padres  de 
la  Compañía  han  divulgado,  etc. — MS.  idem. 

6.  Commentaria  plura  de  theologia  scholaslica  ct  morali. — MS. 
Gran  sacerdote,  prelado  y  sabio  en  Filipinas. 

González  de  Acuña  (Antonio),  O.  P. 

1 .     Compendium  admirabais  vitae  Rosae  de  Sta.  Mariae,  Limanac,  Ord. 


298  La   Orden  de  Predicadores. 

Sti.  Dominiíi,  etc. — Roma  ',   1663,  en  12.°,  francés,  Aviñon,   1668  ,   en 
16, °  español  ampliada. 

2.  Biillariiim  confraternitatum  Ordinh  Praedicatorum. — Roma,  1668, 
en  4." 

3.  Swnmaiium  privilegiorwn  Ordinis  Piacdicatonim  ,  etc. —  Roma, 
1670,  en  4.° 

4.  Informe  al  P.  General  de  la  Orden  de  Predi:adores,  etc. — Madrid, 
1659,  en  4." 

5.  Breve  dickiara:^ionc  della  nosira  sania  Jide  catoliea. —  Ñápeles, 
1662,  en  12." 

6.  Historia  general  de  la  provincia  de  S.  Juan  Bautis'.a,  déla  Orden  di- 
Sto.  Domingo. — MS.  que  no  sé  si  se  imprimió. 

Obispo  de  Caracas. 

González  de  Albelda  (Juan),  O.  P. 

Commenianonim  el  dispuialionuin  in  primam  partem  Sunimac  S.  Thomae 
de  yíijuino  volumina  dúo. — .alcalá,  162!;  Ñapóles,   1637. 

González  de  León  (Juan),  O.  P. 

Conlroversiae  ínter  defensores  liberialis  et  praedicatorcs  graliac  de  auxi- 
liis  divínae  gratiae  ,  tam  excitantis  quam  adjuvantis  ,  tam  operantis  quam 
cooperantiSjtamsuJjicientis  q::am  ejpjcaciSjetc.  —  Lieja,  170S,  4.",  p.'ig.  420. 

González  San  Pedro  (Francisco),  O.  P. 

1 .  Relación  de  las  cosas  sucedidas  en  la  nueva  persecución  de  la  China . 
Se  tradujo  al  italiano  y  se  presentó  al  Papa,  con  motivo  de  la  cuestión  de 
los  ritos  chínicos  tan  debatida  entre  Dominicos  y  Jesuítas. — En  francés, 
Lyón,  1713,  en  12.' 

2.  Gramática  y  vocabulario  de  la  lengua  china. 

3.  Los  dogmas  más  necesarios  de  la  fe  cristiana. — Focheu  ,  1706, 
en  4."  En  lengua  china. 

4.  Vida  de  Sta.  Rosa  de  Lima. — Ibidem. — En  China. 

El  Papa  dio  las  gracias  á  los  Dominicos,  pero  el  P.  González  salió  des- 
terrado de  Madrid  ,  donde  era  Procurador  General. 

González  de  San  Pedro  (Francisco),  O.  P.. — Otro. 

1.  Instrucción  de  los  hijos  de  María. — Madrid,  1750,  i  vol.  4.° 

2.  Crisol  del  Rosario,  de  sus  indulgencias  y  cofradía,  y  facultades  de  los 
capellanes  de  dicha  cofradía. — Madrid,  1727,  i  vol.  8.°  Portada  manus- 
crita. Vendíase  en  el  convento  de  la  Pasión  de  Madrid. 

Gralla  (Pedro),  O.  P. 

Summae  casuum  conscientiae,  coniponendís  mercatorum  et  negotiantium  du- 
biis  opportunissima  d  amplissíma — MS.  en  Gerona.  Siglo  xvn. 
•     La  Edic.  que  vi  en  S.  1.  dice   1671,  4.° 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  eipañolcs.  299 
Granada  (Juan  de),  O.  P. 

1 .  Parabolae  evangelicae  quoiquot  ah  Ecdesia  proponiintur ,  moralibus 
discursibiis  explicaíae. — Zaragoza,  1585,  en  4  %  dos  volúmenes.  Pars  pri- 
ma de  témpora. 

2.  País  altera  de  Saitctis. — Ibidem,   1587,  en  4." 

3.  Discursos  sobre  el  salmo  ^o. — Ibidem,  1394,  en  8." 

4.  Siete  afectuosas  salutaciones  a  la  l'irgen. — Venecia ,  1645,  en  ita- 
liano. 

5.  Siete  afectuosas  acciones  de  gracias  á  Jesucristo. -~Wenec\a,  1645,  en 
italiano. 

6.  Diversas  ora l iones  sagradas  publicadas  en  diferentes  tiempos. 

Lo  elogian  mucho  el  Obispo  López  (Historia  de  Santo  Domingo),  Ma- 
rieta (Historia  Eclesiástica),  Villalva  (Vida  del  V.  P.  Portillo),  Mayans 
(Vida  de  D.  Antonio  Agustín),  etc.,  etc. 

Granada  (Luis),  O.  P. 

1.  Obras  en  español. — Madrid,  1800,  seis  tomos  en  en  folio;  1781, 
19  tomos,  8." ,  etc. 

2.  Concionum  de  témpora. — Lisboa,  1575,  cuatro  tomos  en  8." — Es- 
pañol,  1790,   14  tomos  en  4." 

3.  Concionum  de  Sanctis. — Amberes,  1588,  seis  tomos  en  8.° 

4.  Retoricae  ecclesiaslicae,  sive  de  ralione  concionandi  hbri  sex. — Lis- 
boa, 1576,  en  4.' 

5.  Silva  locorum  commwiiuin,  etc.  —  Lyón,   1582,  en  8.0 

6.  CoUcctanea  moralis  philosophiae. — Lisboa,  1571,  tres  tomos  en  8." 

7.  De  ojficiis  et  moribus  episcoporum. — Lisboa,  1565  ,   en    16." 

8.  .Apuntamientos  de  erudición  varia. — MS.  en  la  Bibl.  Nac.  (Ce.  44.) 

9.  Icarios  apuntamientos, — Id.  (X.   241.) 

10.  Cartas  á  la  Duqneia  de^  Alba  sobre  la    muerte  de  su   marido. — Id. 
(G.  139;  Q..  220.) 

1 1 .  Carlas  á  la  misni.i  y  á  San  Carlos  Borromeo. — Id.  (R.  5.) 

Estas  obras  se  hallan  traducidas  en  todas  las  lenguas  de  Europa.  El 
nombre  del  P.  Granada,  primero  de  nuestros  hablistas,  excusa  más  no- 
ticias ,  y  hasta  la  enumeración  de  los  títulos  de  sus  obras  castellanas. 

Granada  (Tomás),  O.  P. 

El  Sol  de  la  verdad....  Santo  Tomás  de  Aquino. — Salamanca,  1729:  un 
vol.  en  4." 

Granero  (Diego),  O.  P. 

Tratado  contra  las  tentaciones  importunas,  año  de  1598. — MS.  original 
en  la  Bibl.  Nac.  (R.  167.) 


^oo  La  Orden  de  Predicadores. 

Gualves  (Juan  Cristóbal),  O.  P. 

Historia  de  las  alteraciones  de  Cataluña  en  tiempos  del  Príncipe  Don 
Carlos  de  Viana. — MS. 

Guasch  (Pedro  Juan),  O.  P. 

Historia  de  ¡ávida  de  Fr .  Aníouio  Vicente  Domnicc ,  de  la  Orden  de 
Predicadores. — Siglo  xvii. 

Guelda  (Eleuterio),0.  P. 

Varias  epístolas  sobre  el  estado  de  las  Misiones  de  la  Orden  de  Predicado- 
res en  Oriente,  y  principalmente  en  Tonqidn. — Algunas  muy  notables  se 
tradujeron  al  francés  y  se  imprimieron  en  Paris  en   1718. 

Guerrero  Mexía  (Juan),  O.  P. 

Oiiestion  moral  sobre  el  quinto  precepto  de  la  Iglesia. 

Guete  (Lupercio  de),    O.  P. 

Metaphrastica  expositío  in  prim.  cap.  Céneseos  ex  sanctis  Patribiis, 
ac  sacris  doctoribtu  et  theologis  Scbolasticis  coll.,  etc. — ¡VIS. — Siglo  xvi. — 
V.  Huete. 

Guijarro  (Francisco),  O.  P. 

1 .  Doctrina  cristiana  ,  dogmática  y  eclesiástica  para  ordenandos  y  urde- 
nados  de  Sacerdote,  y  destinados  á  la  cura  de  almas. — Valencia,  1801,  un 
cuaderno. 

2.  Buen  uso  de  la  Teología  moral. — Valencia,   1791,  4V0I.,  4." 

3.  Diseños  evangélicos  para  las  dominicas  y  misterios  del  Señor. — 
Valencia,  1798,  2  temos,  4.^ 

4.  Manual  para  entender  y  hablar  el  castellano. — Valencia,   1766. 

Guillermo  (Manuel)   O.  P. 

Agiologio  dominicano. — Lisboa,  1709  á  17 12,  en  fol.,  4  tomos. 

Gutiérrez  (Juan),  O.  P. 

1 .  Ofjicium  Sancti  Isidori  Agricolae. 

2.  Condona  piares. 

3.  Kalendarium  perpetuum. — Sevilla,  1598. 

Gutiérrez  (Lorenzo),  O.  P. 

I.      Tractatu.1  de praedcstinatione divina. — MS.  en  4." 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  emanóles.    301 

2.  Sermón  de  la  Concepción  Inmaculada  de  la  B.  Madre  de  Dios ,  pre- 
dicado en  presencia  del  Rey  Católico  D.  Felipe  III.  —  Imprimióse  en  Madrid, 
pero  ignoro  el  año. 

Gutiérrez  (Tomás),  O.  P.  f  1633. 

Libros  de  devoción ,  sermones  y  otros  tratados  ,  en  lengua  panga- 
sinam. 

Gutiérrez  (Pablo),  O.  P. 

Explicación  de  la  Doctrina  Cristiana. 

Tratado  de  la  Devoción  á  las  almas  del  Purgatorio. — MSS. 

Guzmán  (Cristóbal  de),  O.  P. 

Historia  de  la  Orden  de  Santo  Domingo. 

Guzmán  (Tomás),  O.  P. 

Querimonia  religionis  dominanicae  patris  Thomae  Guzmán.— Barce- 
lona,  1540.  La  poseían  los  Dominicanos  de  Valencia. 

Hernández  (José  de  San  Juan),  ü.  P. 

Ceremonial  Dominicano. — Madrid,  1694,  4." 

Hernández  y  Dura  (Vicente  y  José),  O.  P. 

Colección  de  sermones  panegíricos  originales ,  compuestos  por  el  P.  M. 
Fr.  Vicente  Hernández  y  el  doctor  y  Ícente  Dura,  religioso  que  fué  del  mis- 
mo y  Cura  párroco  de  Sollana ,  entre  los  cuales  van  intercalados  varios  de 
otros  oradores  de  nota  ,  también  españoles. — Madrid,  1848,  por  Palacios. 
Once  tomos  en  8.°  mayor. 

Hernández  Medina  (Vicente),  O.  P. — Siglo  xix. 

Elogio  fúnebre  en  las  exequias  de  la  reina  y  señora  doña  María  Luisa 
de  Borbón,  celebradas  por  el  Real  Acuerdo  de  la  audiencia  de  Valencia. 
— Valencia,  1819,  en  4." 

Elogio  fúnebre  en  las  exequias  de  la  reina  nuestra  señora  doña  María 
Josefa  Amalia  de  Sajonia,  celebradas  en  la  iglesia  del  convento  del  Carmen 
en  Valencia.  —  Valencia,   1829,  en  4." 

Herrera  (Alfonso  de)  O.  P. 

1.  De  valore  bonorum  operum  adversas  hitheranos. — París,  1540. 

2.  Consideraciones  délas   amenazas  del  juicio  y  pena  del   infierno, 
sobre  el  Psalmo  XLvm.  —  Sevilla  ,   1617,  4.° 


/ 


30  2  La  Orden  de  Predicadores. 

Herrera  (Braulio),  O.  P.  f  á  mitad  del  siglo  xviii. 

Vida  de  la  Beata  sor  Catalina  de  Riccis. — MS.  en  fol.  en  el  C.  de  Zara- 
goza. 

Herrera  (Fernando  de),  O.  P. 

1 .  Dos  tomos  de  sermones  muy  celebrados. — Se  imprimieron ,  pero  no 
•  sé  dónde. — Siglo  xvii. 

2.  Dominicas,  sermones  varios. — 1675,4.° 

Herrera  (Pedro  de),  O.  P. 

1.  [11  tradatum  deTrinttate  D.  Thomae commentaiii. — Papia,  1627, 

en  4.* 

2.  [n  universam  D.  Thomae  suiíiiiuin  commentarii. — MS.  en  el  archivo 
general  de  la  Ord. 

3.  Supcr  Mam  Scripturam  litterales  et  morales  explicatioiics. — MS. 

4.  De  Conceptione  Virginis — MS.  en  el  Mus. 'Brit. 

Obispo  de  Canarias,  Tudeia  y  Tarazona. 

Hevia  Campomanes  (José),  O.  P. 

Lecciones  de  Gramática  hispano-tagala. — Manila.  2.' edición,  1877. 

Hinojosa  (Antonio  de),  O.  P. 

1 .  Directoriitm  decissi^num  regularium  circa  anihiguitate^  conslilutio- 
num Ordini?  Praedicatoniw. — Madrid  ,  1627,  4.° 

2.  La  vida  y  milagros  de  San  Jacinto,  y  las  notables  fiestas  que  la  in- 
signe ciudad  de  Méjico  hi^o  á  su  canoni:(ación . 

Hispano  (Alonso),  O.  P. — Siglo  xiv. 

Relati  Colloquii  cum  Domino  Papa  Petro  de  Luna,  de  electione  Vr- 
bani  VI.  anno  M.CCC.LXXV.III. 

Hojeda  (Alfonso),  O.  P. 

Cbronicon  ecclesiasticon  ad  annum  752/. 

Hojeda  (Diego  de).  O.  P. 

La  Crisliada. — Sevilla,  161 1,  en  4.°  Epopeya  en  doce  libros  y  en 
octavas  reales  sobre  la  pasión  y  muerte  del  Hijo  de  Dios.  El  marqués  de 
Casajara  la  compendió  en  nueve  cantos  ,  de  los  cuales  hizo  segunda  edi- 
ción en  Madrid,  1849,  a'  ^^  "-^^  sus  «Bellezas  sobre  la  Biblia.»  El  autor 
no  era  limeño,  como  supone  Casajara ,  sino  sevillano. 

Homella  (Baltasar),  O.  P.   f  1789. 

Recetario  general  apuntado  en  un  tomo  en  folio. — MS. 


Eiisavo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoks.    303 
Homella  (Hilarión),  O.  P.  f  1785. 

1 .  Noticia  del  Real  Monasterio  de  Santa  Inés  de  Religiosas  Dominicas 
de  Zaragoza. — MS. 

2.  Tratado  en  que  se  hace  ver  por  Escritura,  Documentos  originales 
que  se  guardan  en  el  Real  Convento  de  Santa  Inés  de  Zaragoza ,  que  las 
monjas  de  Peramán ,  unidas  :i  dicho  convento,  profesaban  la  Regla  de 
S.  Benito.— MS. 

Homén  (Manuel),  O.  P. 

1.  LegMio  Ciar.  Marcbionh  de  Cascas  in  Galliam  pro  Jnanne  ly. 
Lusilaitoriim  rege,  etc. — Lisboa,    1645,  4.' 

2.  Memorie  da  disposifain  das  armes  castelhancs,  i]uc  injustamente  in- 
vaderáo  á  regno  de  Portugal  no  auno  de  lySo,  etc. — Lisboa,  1655,  en  4.° 

3.  Kalendario  quadrienal  conforme  o  estylo  da  Orden  dos  Pregado- 
res,  etc. — Lisboa,    1643,8.* 

4.  Descrip^áo  da  jornada  é  embaixada  extraordinaria  que  fez  a  Fran- 
cia D.  Alvaro  Pires  de  Castro,  etc. — Paris.    1644,  4.° 

5.  Rela^ao  segunda  das  grandezas  do  Marques  de  Cascaes  ,  etc. — 
Nantes,  4.*,  sin  fecha. 

ó.  Resorrei<;ao  de  Portugal  é  morte  fatal  de  Casteilia  ,  dividida  em 
duas  partes.  —  Nantes,  1642,  4.' 

7.  Verdade  do  Anti-Christo  contra  a  mentira  inventada. — Lisboa, 
164?,   4.' 

Huete  (Lupercio  de),  O.  P. 

Meiapbrastica  expositio  in  primiwt  caput  Céneseos  ex  SS.  Patribm  et 
sacn's  dodoríhm,  ac  theologis  scholastkis  collccta. — Valencia,   1389,  en  4." 

Huertos  (Marcos  de  los),  O.  P. 

1.  Quaestioms  ad  universam  dialedicam. — Imprimióse  en  Espaira  sin 
pié  de  imprenta ,  y  más  tarde  en  Duay,  1622,  en  S.';  Pamplona,  1627, 
en  8,* 

2.  Tractat US  de  sacrosaitcto  missae sacrificio,  etc.  >. — Pamplona,  1627, 

Hurtado  de  Mendoza  (Juan),  O.  P. 

1 .  Historia  de  la  Santísima  imagen  de  Nuestra  Señora  de  Atocha. — 
.Madrid  .  1604,  8.' 

2.  Annotationes  marginales  ad  primam  secundae  Sti.  Thomae. 

3.  Sermona  de  Adviento. — Zaragoza,  1614,  4.' 

4.  Cuaresma  ó  Meditaciones  para  los  días  de  ella. — Madrid,  162 1,  4. 

'     TrM-.'.it:is  de  Missae  sacrificio. — Duaei .   1637,  12.' 


304 


La  Orden  de  Predicadores. 


Ibáñez  (Pedro),  O.  P. 

Tratado  del  discernimiento  de  los  espíritus. — Escrito  con  motivo  de  la 
vida  extraordinaria  de  su  grande  amiga  Sta.  Teresa  de  Jesús. 

Imperial  (Pedro),  O.  P.  f  1639. 

1.  Sermón  en  alabanza  del  V.  P.  Francisco  de  Borja. — Valencia,  1627; 
Genova,  1637,  4.° 

2.  Breve  relación  de  los  sucesos  de  la  república  de  Genova ,  desde  su 
fundación,  etc, — MS.  en  4.°,  en  el  Archivo  del  R.  C.  de  P.  de  Valencia. 

Infantes  (Ambrosio  de  ios),  O.  P. 

1 .  Sermón  de  Sto.  Tomás  de  Aquino,  predicado  en  la  solemne  fun- 
ción que  en  celebridad  del  sexto  centenar  del  Doctor  Angélico  se  celebró 
en  el  convento  de  San  Esteban  de  Salamanca  el  7  de  Marzo  de  1874. — 
Revista  La  Cru:^,  de  Madrid,  de  esa  fecha  ;  también  le  imprimió  aparte. 

2.  El  Pararayos ,  periódico  escrito  por  el  mismo,  siendo  párroco  y 
arcipreste  de  Madridejos  ,  contra  El  Trueno,  órgano  de  los  heterodoxos 
de  Camuñas  en  los  primeros  años   de  la  revolución  española   de   1868. 

Vive. 

Irorusqui  (Pedro  de),  O.  P. 

1 .  Series  totiiis  Evangelii  Jesu  Chrisii  ex  quattwr  evangelistis  concinnata. 
— Estella,  1557,  en  folio. 

2.  In  cap.  XI  S.  Pauli  apostoli  epistolae  ad  Corinthios  primae  de  eucha- 
ristica  communione. — Zaragoza,  en  4.° 

3.  Plura  in  Sacram  Scriplitram  commentariorumvolwnina. — MSS.  en 
Barcelona. 

4.  Commentaria  in  Pentalcuchum,  et  in  omnes  S.  Pauli  epistolas. 

Istela  (Luís),  O.  P.  f  1614. 

1.  Commentaria  in  Genesim,  in  parengrapham  (sive  interlinearem) 
expositionem ,  et  scholia  distributa. — Roma,  1601  ,  folio. 

2.  Elenchus  ad  Evangelia  quae  per  amni  circuium  solent  in  Ecclesia 
recitari. 

3.  Commentaria  in  Exodu.ii.  —  Roma,   1601,  folio. 

4.  Tractatus  de  Ineffabili  Mysterio  Sanctissimae  Trinitatis. — MS.,en 
4.°,  en  el  Real  C.  de  R.  de  Valencia. 

Fué  Maestro  del  Sacro  Palacio.  De  sus  obras  se  hizo  en  Roma  una 
edición  completa  en  1609. 

Izquierdo  (Juan),  O.  P. 

I .     Diversas  graves  consultas. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.    305 

2.     El  directorio  aniigiio,y  ordinaciones  de  gobierno  del  Real  Seminario 
de  Santiago  de  la  ciudad  de  Tortosa . 

Fué  presentado  para  el  Obispado  de  Tortosa  en  1573. 

Jesús  de  Rocaberti  (Hipólita  de),  O.  P. 

1.  Fida  de  la  misma,  escrita  por  mandado  de  sus  prelados  j  confesores. 
— Valencia,  1679. 

2.  De  los  sagrados  huesos  de  Cbristo  Señor  nuestro. — ídem. 

3.  Déla  penitencia,  temor  de  Dios  y  meditaciones  celestiales. — ídem. 

4.  Del  templo  del  Espíritu  Santo,  etc. — Ídem. 

5.  Del  redimimiento  del  tiempo,  etc. — ídem. 

6.  De  los  estados. — ídem. 

7.  La  celestial  Jerusalcn. — ídem. 

8.  Exposición  de  la  regla  Je  San  Agustín. — ídem. 

9.  Exposiciones  literales  y  místicas. — ídem. 

10.  Comentario  y  mística  exposición  Je  los  Cantares.  —  ídem. 

11.  Otros  varios,  formando  todo  quince  tomos  en  folio,    impresos  en 
Valencia,  1679  y  siguientes. 

Jiménez  (Diego  de),  O.  P. 

I.  Calendarium  perpctuum,  sive  ordo  recitandi  divinum  officium  juxta 
ritumOrdinis  Fratrum  Praedicatorum  in  perpetuum,  tabulis  ^6. — Sala- 
manca, 1563. — Amberes,  1566. 

2.  La  doctrina  de  los  religiosos. — Es  una  versión  del  libro  De  erudi- 
tione  religiosorum,  que  unos  adjudican  al  P.  Humberto  de  Romanos,  y 
otros  al  P.  Guillermo  Peraldo. 

Jiménez  Arias  (Diego),  O.  P. 

1 .  Sermón  muy  devoto  y  de  provecho  de  la  benditísima  Magdalena,  etc. 
— Lisboa,  1551,  8." 

2.  Enchiridión  ,  ó  Manual  de  doctrina  cristiana. — Salamanca,  1567, 
en  8." 

3.  Lexicón  ecclesiasticum  latino-hispanum,  ex  sacriis  Bibliis concinna- 

tum. — Salamanca,  1378. 

Jorquera  (Jacinto),  O.  P. 

Memorial  á  la  Real  Audiencia  de  Chile,  en  defensa  del  limo.  D.  Fr,  Ber- 
íiardode  Cárdenas,  Obispo  de  Paraguay,  déla  Orden  de  Menores,  etc. — Se 
imprimió. 

JuIis(Pedro),0.  P. 

1.  Disertación  sobre  las  Memorias  romanas  de  Julia  Celsa  ,  hoy  Ve- 
lilla. — MS.  en  el  C.  de  Zaragoza. 

20 


3o6  La  Orden  de  Predicadores. 

2.  Discurso  acerca  de  la  Probanza  del  Dominio  de  la  Capilla  de  Nues- 
tra Señora  del  Milagro,  que  está  á  favor  del  mencionado  convento.— 
MS  de  505  hojas. 

3.  Diálogo  de  la  Divina  Contemplación. — MS. 

4.  Espejo  de  religiosos. — MS. 

Just  (Jaime),  O.  P. 

1.  Tres  sermonarios. 

2.  Dos  lecturas  sobre  tratados  (no  se  expresa  la  materia). 

3.  Tres  libros  de  lógica. 

4.  Varios  cuadernos  sueltos  sobre  materias  varias. — MS. 

Justiniani  (Luís),  O.  P. 

1.  De  Nuestra  Señora  de  la  Misericordia  de  Saoiia. — Siglo  xvn. 

2.  Excelencias  de  la  devoción  de  Nuestra  Señora. — S.  A. 

Ladrón  (Juan),  O.  P. 

Versos  de  Nuestra  Señora  del  Rosario. 

De  este  Padre  ,  que  escribió  á  mediados  del  siglo  xvi ,  tenemos  noticia 
por  el  Manual  de  Dominicos  del  Maestro  Magdalena  ;  Blasón  n ,  pági- 
na 177,  núm.  284. 

Lanuza  (Jerónimo  Bautista  de  Sellan  de),  O.  P. 

1.  Tractatiis  evangelici. — Tomo  i,  Zaragoza,  161 2,  en  folio  ;  tomón, 
MS. 

2 .  Homilías  sobre  los  Evangelios  que  la  Iglesia  santa  propone  los  días 
de  la  Quaresma. — Barbastro,  1621  ,  tres  tomos  en  folio,  y  más  comple- 
tas, Zaragoza,  1636,  cinco  tomos  en  folio. — Latín,  Amberes,  1 649, 
seis  tomos  en  folio, — Francés  ,  Paris,   1646,  dos  tomos  en  folio,  etc. 

3.  Homilías  sobre  el  Evangelio  que  se  propone  en  ¡a  solemnidad  del  San- 
tísimo Sacramento  del  a//ar.— Barcelona,  1624,  en  4.° '. — Latin,  Ambe- 
res ,  1650,  en  folio. 

4.  Libelltis  suplex  dalus  Philipo  II  Hispaniarum  regí. — Editado  por  el 
P.  Serry  en  su  estudio  sobre  la  Gongr.  de  auxiliis. 

5 .  LibeUus  memorialis  daítis  Paulo  V.  — Editado  como  el  anterior. 
Fué  Obispo  de  Barbastro  y  de  Albarracín  ,  y  su  fama  tanta ,  que  era 

proverbio  :  Ne$cit  praedícare,  qui  nescit  lanuiare. 

Lara  (Domingo  de),  O.  P. 

Diccionario  ó  vocabulario  de  la  lengua  vulgar  de  Chapa. — MS.  que  ci- 
tan los  bibliófilos,  pero  que  ni  he  visto  ni  se  presentó  en  el  Congreso  de 
Americanistas  de  Madrid. 

'      1626  dice  la  edic.  de  la  B.  del  E. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  emanóles.    307 
Larios  (Jerónimo),  O.  P. 

Arte  de  la  lengua  Mame. — Méjico  ,  1607. 

Lárraga  (Francisco),  O.  P. 

1 .  Prontuario  de  la  Teología  moral. — Muchas  son  las  ediciones  que  se 
han  hecho  de  esta  obra  desde  1 700  á  1 866 ,  en  las  cuales  cada  editor  ha 
modificado  el  texto  como  le  ha  parecido.  La  verdadera  doctrina  del  Pa- 
dre Lárraga  se  contiene  en  la  sétima  edición  ,  hecha  en  Pamplona  por 
Francisco  Picart,  1710,  4.°,  pág.  450. 

2.  Tratado  misceláneo  de  lo  que  pueden  los  confesores  regulares  en  or- 
den á  los  seculares. — Pamplona,    1710. 

Larráz  (Atanasio),  O.  P.  f  1709. 

Suma  délas  excelencias  del  Rosario  de  María  Santísima,  dividido  en 
tres  partes,  ilustrada  con  diversidad  de  questiones  y  articules  predica- 
bles.— Dos  tomos   MS.,  en  4.°  (R.  C.  de  P.  de  Valencia.) 

Latorre  (Pedro  de),  O.  P.  f  1679. 

I .  Compendio  de  los  cuatro  tomos  de  Homilías  del  ilustrisimoy  vene- 
rable Sr.  D.  Fr.  Jerónimo  Batista  de  Lanuza. — Dos  tomos  en  8.',  MSS. 
en  el  Convento  de  Predicadores  de  Zaragoza. 

2.  Explicación  breve  y  meditación  sucinta  de  la  Misa  y  sus  ceremo- 
nias, etc....  — 8.°  de  167  págs.  MS.  en  el  referido  Convento. 

3.  Pláticas  para  todos  los  Domingos  del  año  y  fiestas  de  Misterios 
déla  Virgen  del  Rosario. — MS.  de   1047  págs.  en  dicho  Convento. 

Lavado  (Martín),  O.  P. 

Libros  de  exemplos  milagrosos  de  virtudes  y  vicios, — Siglo  xvii. 

Ledesma  (Bartolomé  de),  O.  P. 

1.  Suma  de  casos  de  conciencia  ó  de  los  Sacramentos . — Méjico,  1560. 
El  P.  Pedro  de  Ledesma  escribió  otra  obrita  de  parecido  título  que  tengo 

á  la  vista. 

2.  Summarum  de  septem  Ecclesiae  Sacramentis. — Sal.   1585,^1. 

Ledesma  (Martin  de),  O.  P. 

1.  Commentaria  in  quatuor  Sententiarum.— Coimbra,  1555  y  1560. 
Dos  tomos, 

2.  Expositiones  in  universam  Divi  Thomae  Summam. 

Leitao  (Alvaro),  O.  P. 

I .  Sermoes  das  Tasdes  das  Domingos  de  quaresma  é  de  toda  a  semina 
5<i«c/fl.— Lisboa,  1670,  4-%«Je  xii-284  págs. 


3o8  La  Orden  de  Predicadores. 

2.  Sermao  lias  exequias  do  Serenísimo  Principe  D.  Theodosio  nosso  se~ 
nbor....  feitas  no  real  Convento  de  Belem. — Lisboa,  1654,  en  4.0,  34  págs. 

3.  Sermao  ein  acfao  de  grafas  pela  sande  e  vida  da  Rainha  nossa  senho- 
ra. — Lisboa,  1660,  en  4.°,  de  iv-31  págs. 

4.  Sermao  do  Acto  da  Fe,  celebrado  em  Lisboa  á  4  de  Abril  de  1666. 

—  Lisboa,  1666,  en  4.°,  de  35  págs. 

5.  Sermao  da  festa  da  canonisafao  de  S.  Pedro  d' Alcántara. — Lisboa, 
1671,  en  4.",  de  35  págs. 

6.  Sermao  as  Religiosas  do  mosteiro  do  Salvador  na  segunda  sexta feira 
de  quaresma. — Lisboa,  1675,  en  4.°,  de  15  págs. 

7.  Epitome  da  vida  ¿  morte  da  gloriosa  virgcm  Rosa  de  Sanóla  María, 
Religiosa  Terccira  da  ordem  des  Pregadores  ,  dividido  en  doits  sermoes.— 
Lisboa,    1669,  en  I2.° 

Lemos  (Diego  de),  O.  P. 

Comefase  á  vida  de  nosso  padre  sam  Domingos  nom  per  acotecimeto  mas 
deuvinamente  foi  dado  ao  mudo  para  per  elle  e  seusjilhos  ser  alumeiado  e  cha- 
mado per  a  a  gloria. — Lisboa,  1 525,  en  4.°,  de  carácter  gótico,  de  lxxiv  hojas. 

Lexalde  (Gaspar),  O.  P. 

1 .  Sermón  fúnebre  que  en  la  muerte  de  Sor  María  de  Santo  Tomás 
dijo  en  el  Real  Convento  de  Predicadores  de  la  ciudad  de  Huesca. — Za- 
ragoza,  1731,  en  4.°,  de  86  págs. 

2.  Vida  de  la  V,  M.  Sor  María  de  Santo  Tomás. — MS.  en  folio,  en 
el  Convento  de  Zaragoza. 

Escribió  antes  de  la  mitad  del  siglo  xviii. 

Lima  (Manuel  de),  O.  P. 

Colaboró  el  Agiologio  dominicano  de  Manuel  Gillermo. 

Lima  (Tomás  de),  O.  P. 

Historias  y  antigüedades  de  Cádiz. — MS. 

Lisa  Mos  (Miguel),  O.  P.  f  1605. 

1.  Libro  de  las  tres  reliquias  de  San  Vicente  Ferrer ,  que  hasta  el 
año  1601  se  trujeroná  esta  ciudad  de  Valencia,  y  de  la  canonización,  fies- 
tas de  San  Raimundo. — Códice  en  4.%  poseído  por  el  C.  de  Predicado- 
res de  Valencia. 

2.  Antigüedades  de  este  convento  de  Valencia. — MS. 

Lissa  (Pedro),  O.  P.  f  1755. 

Tablas  astronómicas  hechas  por  encargo  del  duque  de  Villahermosa. 

—  MS. 


Ensayo  de  tina  Biblioteca  de  Dominicos  emanóles.  309 
Livia  (Romero), 

Regula  bonestaiis  monacbi. — Escrita  en  1250. 

Lizárraga  (Reginaldo),  O.  P. 

Fué  Obispo  de  la  Imperial  de  Chile,  y  escribió  un  curioso  libro  de  co- 
sas del  Perú. 

Loaisa(M.  de),  O.  P. 

Súmulas  y  tratados  varios. 
Fué  Obispo. 

Lodeña  (Juan  de),  O.  P. 

1.  De  tribus  doniini  Nostri  Jesu-Christi,  et  ejus  sponsae  tentationi- 
bus.  I.  Dominica  Qiiadragesimae  ,  1563. — Esta  oración  fué  predicada  á 
los  Padres  del  Concilio  Tridentino  y  mereció  grandes  alabanzas. 

2.  Disputatio  theologica  de  coelibatu  Sacerdotum  contra  luteranos. 
—  1563,  4.',  S.  A. 

López  (Luis),  O.  P.  f  1596. 

1.  Iitstructorium  constientiae. — Dos  tomos,  Salamanca,  1585,  4/ 

2.  Tractatus  de  contractibus  et  negotiationibus. — Salamanca,  1592, 
folio. 

3.  Tratados  con  varias  alegaciones. — MS. 

López  (Pedro),  O.  P.  f  1676. 

1.  Colección  de  varios  sermones. — Madrid,  1687,4.° 

2.  Legenda  áurea  Sanctorum,  etc. — Madrid,  1687,  4.' 

López  Caparroso  (J.),  O.  P.  7  1631. 

1.  Rosario  de  Nuestra  Señora. — Zaragoza,  13S4,  8."  Hay  varias  Edic. 
en  Salamanca  (1589],  y  Medina  del  Campo  (1595),  Nápolcs,  Venecia,  etc. 

2.  Práctica  espiritual. — Alcalá,    1587,  en  16.° 

3.  Memorias  de  diversos  Exercicios,  etc. — Barcelona,  1600,  8.°;  Ña- 
póles, 1608,  fol. 

4.  Letanías  de  Nuestra  Señora. — Sevilla,  1601,   16." 

5.  Exposición  de  los  siete  salmos  penitenciales. — Valencia  ,  1602,  8." 

6.  Tratado  del  Santísimo  Sacramento  del  Altar  y  Santo  Sacrificio  de 
la  Misa.  —  Barcelona  1608;  Ñapóles,  id.-' 

7.  Tercera  parte  de  la  Historia  de  Santo  Domingo  y  su  Orden  de 
Predicadores. — Valladolid,  1613,  fol. 

Cuarta  parte. — Valladolid,    1613,  fol. 
Quinta  parte, — Valladolid,   162 1  ,  fol. 


3IO  La  Orden  de  Predicadores. 

Sexta  parte. — Valladoüd  ,   1622,   fo!. 
8.     Diferentes  sermones    y  otros   escritos  de    particular   instrucción.. 
— MS. 

Lorrea  (Antonio),  O.  P. 

1 .  Historia  del  P.  Fr.  Pedro  de  Tapia ,  de  la  Orden  de  Predicadores^ 
arzobispo  de  Sevilla. — Madrid,  1676,  en  folio.  Habíala  comenzado  el 
Duque  de  Medinaceli  ,  amigo  del  finado  arzobispo. 

2.  Memorial  á  la  Sagrada  Congregación  para  que  los  Mercenarios- 
volviesen  á  las  lecciones  antiguas  de  S.  Raimundo  y  S.  Pedro  Nolasco. 
— MS.  del  antiguo  Conv.  de  Barcelona. 

Lucas  (Fray). — Fué  obispo  en  la  Etiopía. 

Exposició  de  tots  los  Ilibrts  de  Séneca  feyta  per  frare  Lucas  ,  dedicat 
á  Clemente  VI. — MS. 

Lugo  (Bernardino),  O.  P. 

Gramática  de  la  lengua  Mosca  del  Nuevo  Reyno. — 16 19,  8." 

Luquián  (José),  O.  P. 

1.  Erudición  cristiana. 

2.  Expositio  moralis  in  acta  Apostolorum  ex  SS.  Patribus  collec- 
ta,  etc.,  fol. — Valladolid,   1592. 

3.  Sermones  sobre  los  Evangelios  del  año. 

4.  De  la  conversión  de  San  Pablo. 

5.  Otro  tratado  impreso  en  Tarragona,  1594,  4.° 

Luz  (Simón  de),  O.  P. — Profesó  en  1581. 

1.  Sermáo  em  acfdo  de  grafas na  procissáo  que  en  2/  de  Abril  de 

i6icf  vein  da  Se  á  S.  Domingos  de  Lisboa,  pela  viuda  de  cat botica  magesta- 
de  d'el  rei  D.  Fetippe  o  segundo. — Lisboa,   1619,  4.° 

2.  Breve  relafáo  do  insigne  martyrio  de  tres  tnartyres  religiosos  da  ordem 
de  S.  Domingos,  etc. — Lisboa,  1630,  8.°,  de  51  hojas. 

3.  Sermáo  no  officio  que  fer  o  convento  de  S.  Domingos  de  Lisboa  ao 
iUmo,  e  revmo.  Sr,  Arcebispo  D.  Miguel  de  Castro  que  Deus  tem,  no  qual  se 
relaiam  virtuosas  obras  e  grandes  esmolas. — Lisboa,  1626,  4.° 

4.  Sermáo  ñas  exequias  de  Nuno  A'varc-  de  Portugal,  um  dos  tres  go- 
vernadores  d'este  reino  \  e  de  D.  Joanna,  Corte-real  de  Portugal,  sua  mu- 
Iher ,  que  se  celebraram  no  mosteiro  de  S.  José  dos  Capuchos  da  provincia 
d'Arrabida.  — Lisboa  ,  1623,  4.° 

Llano  (Juan  de),  O.  P. 

Redactó  «en  las  exequias  de  Felipe  IV  por  la  Universidad  de  Oviedo.» 
Vieron  la  luz  en  Madrid,  1666,  4.° 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.    311 
Llano  (Tomás  de),  O.  P. 

Nobiliario  Je  linajes  y  cosas  de  España. — Valladolid,  1653,  4.° 

Lleonast  (José),  O.  P. 

1.  Comnieiitaria  in  psalmos. 

2.  Litterales  et  moralis  expositio  in  Exodum. 

3.  Sermones  quadragesimales. 

Llobresols  (Benito),  O.  P. 

Carta  al  general  Bremond  sobre  lo  acaecido  en  el  reino  de  Tonkin  con 
motivo  de  la  Bula  Exquo.  etc. — Barcelona,    1757. 

Llot  (Miguel),  O.  P. 

1.  Vida  de  la  venerable  Maria  Baggi. — Barcelona,  1606,  8.° 

2.  De  los  milagros  que  Dios  obró  por  las  reliquias  del  glorioso  San 
Juan  Bautista. — Perpiñán,  1591,   8.° 

3.  Vida  del  B.  P.  Fr.  Raymundo  de  Peñafort. — Barcelona,  1595, 
en  4.° 

Macáñez  (Ignacio),  O.  P. 

Confirmación  de  la  Divinidad  de  la  Iglesia  de  Jesucristo,  por  los  mi- 
lagros en  ella  operados. — Burgos,    1572,  4.° 

Mach  de  Velasco  (Acacio),  O.  P. 

1.  Resoluciones  morales. — Valencia  ,    1656-58  ,  dos  tomos  en  folio. 

2.  Synodo  Oriolana  tercera  celebrada  en  la  ciudad  de  Origuela  en  29 
de  Abril  de  1663,  con  una  breve  declaración  de  la  doctrina  cristiana. — 
Ibidem  ,  y  otras  ediciones. 

3.  De  Censuris  et  Sacramentis. — MS.  en  4."  del  Real  Conv.  de  Pred. 
de  Valencia. 

El  autor  fué  obispo  de  Orihuela. 

Machado  (José),  O.  P. 

1 .  Seriihio  dos  Saiietos  Innocentes ,  pregado  em  28  de  Dezembro  de 
1 83 1  na  Real  capelle  da  Bemposta.— Lisboa,  1832,  4."  de  23  págs. 

2.  Sermáo  da  Conceifao  de  Nossa  Senhora. — Lisboa  ,  1832,  4.°  de  23. 

3.  O  fiado  descosido, — Lisboa,  1827,  4.°  Se  le  atribuye  «O  Novo 
Mestre  Periodiqueiro.» 

Maciel  (Francisco  de  la  Piedad),  O.  P. 

Expositiones  selectae  S.  S.  Patrum.  Tomus  primus  complectens  opera 
sex  dierum. — Ñapóles,  1636,  fol. 


312  La  Orden  de  Predicadores. 

Mndeyra  (Juan),  O.  P. 

Das  vidas  dos  reís  do  Portugal. 

Madureyra  (Antonio  de),  O.  P. 

Escribió  sobre  el  linaje  de  las  familias  oriundas  de  entre  el  Miño  y 
Duero. 

Maella  (Juan),  O.  P. 

1.  Sermones  del  tiempo  y  de  Santos. — Da  de  esta  obra  noticia  Juan 
Zapater  en  su  Historia. — MS.  de  Alcañiz. 

2.  Otro  discurso  glosando  las  Constituciones  de  su  Orden  de  Predica- 
dores, según  la  declaración  de  sus  capítulos  generales. — MSS.  ambos  en 
el  convento  de  Santa  Lucia  de  Alcañiz. 

Maestro  Fernández. 

De  Scriptoribus  Dominicank. 

Magallanes  (Pedro),  O.  P. 

1.  Tradatm  theologicm  de  Scieiitia  Dei. — Lisboa,  1666,  en  4.' 

2.  Tradatm  Iheologictis  de  praedestinationis  exentione. — Lisboa,  1667. 

3.  Tractattis  tbeologici  de  trinitale,  etc. — Lisboa,  1670,  en  folio. 

4.  De  resolutionibus  in  iinivcrsam  theologiam. 

Magallanes  (Pedro  de),  O.  P. — Otro.  Nació  en  1675. 

Se  le  atribuye  la  traducción  de  la  Vida  do  beato  Enrique  Suso. 

Malachias  (José),  O.  P. 

1 .  Sermáo  da  Purissima  Conceifao  da  Virgem  María  senhora  iwssa, 
pregado  na  festa  que,  como  a  sua  protectora  Ihe  faz  a  Academie  Real, 
a  15  de  Dezembro  de  1753. — Lisboa,    1754,  4.°  de  LXxvi-41  págs. 

2.  Escudo  Marianno  critico  e  tbeologico ,  manejado  por  un  soldado  do 
regimentó  em  que  niiliton  o  alferes  de  Jesús  Christo ,  e  patriarcha  dos 
pobres:  dado  á  luz  por  Antonio  Dinis  da  Sousa. — Lisboa,  1755,  4.° 
de  XXXV-219  P^S*' 

Maidonado  (Alfonso),  O.  P. 

1.  Resoluciones  cronológicas. — Zaragoza,   1617.  Bib.  nac.  (Aa.    167.) 

2.  Cronicón  universal  i ,  primera  y  segunda  parte. — MS.  original  en 

'  De  todas  las  naciones  v  tiempos,  dice  la  edic.  que  vi  en  la  B.  de  S.  I. 
En  la  B.  de  S.  I.  vi  una  obra  de  este  autor  «  Chronica  universal  de  todas 
las  naciones  y  tiempos.» — Madrid,  por  Luis  Sánchez,  1624,  fol. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  emanóles.      3 1 3 

la  Bib.  nac.  (Q..  51.)  El  primer  tomóse  imprimió  en  Madrid,   1737,  en 
folio. 

3.  Historia  de  los  Monroycs ,  ó  Prólogo  á  la  traducción  castellana  de 
Apiano  Alejandrino. — MS.  de  la  Bib.  nac.  (R.  27,  S.  270.) 

4.  Jardín  divino ,  ó  colección  de  varias  poesías  espirituales. — MS.  de 
la  Bib.  nac.  (Bb.  181.) 

5.  Jardín  de  flores ,  ó  colección  de  versos  de  varios  poetas. — Ídem. 
(M.  4.) 

Maldonado  (Gregorio),  O.  P. 

Cuatro  tomos  de  sermones  en  español. — MS.  que  se  conservaba  en 
Santo  Tomás  de  Madrid. 

Malvenda  (Thomás),  O.  P. 

1.  Beatae  Annae  et  Joachimi  monogamiam,  Josephique  Beatae  Ma- 
riae  Dei  genitricis  sponsi  virginitatem ,    1585. 

2.  Opusculum  de  Hebraea  voce  Hosanna. 

3.  Annotationes  et  castigationes  locoruní  depravatorum ,  quae  ex 
scribentium  librarium  vel  typographorum  ignorantia ,  incuria,  inertia 
oscitantia  aut  negligentia  in  multa  Latinae  editionis  vulgatae  exemplaria 
obrepserunt. 

4.  Tractatus  de  Incarnatione  ad  XIV  primas  q.  q.  tertiae  partís  S. 
Thomae  ,  an.  1592. 

5.  Diatríbe  de  ineffabilí  Dei  nomine...,  sive  quatuor  literarum  nuncu- 
pato,  an.   1593. 

6.  De  abstrusis  scripturae  locis  ac  ejus  responsum  notis  illustravit, 
1593,  ad  Anduam  Schottum. — S.   I. 

7.  Commentario  in  Davidicos  psalmos  in  quibus  vetuset  vulgata  editio 
ex  Ibnte  Hebraico  asseritur  et  illustratur.  Quae  quidem  commentaria  ad 
primum  tantummodo  psalmi  IV  versiculum  perveniunt ,   1597. 

8.  De  gestis  Christi  Domini  Salvatoris ,  1598. 

9.  Opusculum  sive  diatribe  in  haec  verba  Gen.  2,  vers.  23.  Hoc  vo- 
cabitur  virago,  quia  de  visro  sumpta  est. 

10.  ítem  in  illud  Sapientiae,  cap.  14,  vers.  11.  At  si  quis  artifex 
faber  de  silva ,  etc. 

1 1.  ítem  de  Astarte  et  Astaroth  :  cujus  opillae  meminit  in  libro  Ju- 
dicum ,  cap.  2,  vers,   13. 

12.  Ítem  de  Bosphoro  ad  Abdice .  vers.  20,  cujus  ipse  meminit  edil, 
altera  de  antichristo  initio  ,  cap.  27. 

13.  ítem  de  Gigantibus  etde  Gygmaeis  ad  vers.  1 1 ,  cap.  27,  Ezechielis. 

14.  ítem  in  illud  Luc.  21,  vers.  38.  Et  omnis  populus  manicabat  ad 
€um  in  templo  audire  eum. 

15.  Epístola  ad  Baroníuní ,    1600. 


314  La  Orden  de  Predicadores. 

16.  Missalia   et   Breviaria  correcta  et  recensita. — Romae ,  Alphonsi 
Ciacconi  ,   1603. 

Et  Martyrologium  Romanum  a  Baronio  recensitum  additis  Sanctis  ac 
Beatis  Ordinis. 

17.  De  antichristo,   Libri  XI. — Romae,  Caroli  Vullieti,  1604,   in  foL 

18.  De  Paradiso  voluptatis.  —  Romae,  Alph.  Ciacconi,    1605,  in  4." 

19.  Expurgatio  Bibliothecae  SS.  PP.  ,   1607. 

20.  Annalium  Sacri  Ordinis  Praedicatorum  Centuria  Prima. — Neapoli^ 
Lazari  Scorigii,  1627,  in  fol.,  698.  págs. 

2 1 .  Libros  Regum  illustrare  commentariis  fusioribas  aggressus  est ,  at 
vir  decessit  dum  versiculum  6,  cap.  3,  lib.  I,  inchoarat. 

22.  Index  novus  expurgatorius,  anno   161 2. 

23.  Vida  y  canoniaación  de  San  Pedro  mártir. — Caesaraugustae^  1613, 
in  8.°  Hujus  opellae  meminit  Fernández. 

Commentaria  in  Sacram  Scripturarum   una  cum  nova  de  verbo   ad 
verbuní  ex  Hebreo  translatione  variisque  lectionibus  autore,  etc.,  in  quin- 
qué tomos  distributa  nunc  primum  prodeunt,  Lugdunis,  Claudii  Prost, 
Petri  et  Claudii  Rigaud,  Hieron.  Déla  Const.  et  Ant. — Huguetan,  1650, 
in  fol. 
T.  I.     Continet   Pentateuchum. 

T.  11.     Josué  ,  Judices,  Ruth,  Samuelis  dúos  et  dúos  Regum,  858  pp. 
T.  III.     Paralipomenon  dúos,  Esdram  ,  Nehemiam,  Thobiam,  Judith^ 
Esther  et  Job,  788  pp. 

T.  IV.     Psalmos,    Proverbia,   Ecclesiastem ,  Cántica,  Sapientiam  et 
Ecclesiasticum,   1044  pp. 

T.  V.     Isaiam,  Hieremiam,  Ezechielem  ad  cap.  16,  vers  16  exclusive, 
850  pp. 

Malvenda  (Tomás),  O.  P. 

Descripción  de  las  antigüedades  de  Itálica.— MS. ,  en  4.° 

Mamanede  (Francisco  de),  O.  P. 

Sermón  predicado  en  la  catedral  de  Oviedo  en  las  solemnes  fiestas    i 
la  reedificación  de  la  capilla  del  Rey  D.  Alfonso  el  Casto. — MS. 

Manca  de  Prado  (Francisco),  O.  P. 

AristoteUs  philosophicae  selecta  expositio  thomisiica,  quaestionibiis  ac  dii- 
bits  iüustrata. — Mesina,   1636,   fol.,  567  págs. 

Era  oriundo  de  Cerdeña  y  catedrático  en  Orihuela. 

Manrique  (Alfonso),  O.  P. 

I.     Censuram  anotationum  Francisci  Valable. — Salamanca,  1584. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  emanóles.   315 

2.  Biblia  latina  cuín  duplici  traiislalione ,  alia  veteri ,  alia  nova,  etc. — 
París,    1545. 

Otro  Alonso  Manrique  tradujo  del  italiano  el  Diario  Dominicano. — 
Venecia,  1697. 

Manrique  (Ildefonso),  O.  P. 

1.  Theolúgiae  moralis  imivcrsae  siiminaria   collectio. — Venecia,   1706- 

2.  Otra  edición  de  la  misma  obra  muy  ampliada. — Ibid. 

3.  De  Theologia  mystica. — Ibid. 

Manrique  (Tomás),  O.  P, 

1.  Divi  Thomac  Aquinatis opera lomi$x\\\  comprehensa. — Roma,  1570,. 
en  folio.  Es  la  edición  llamada  piaña,  porque  está  dedicada  á  S.  Pió  V. 

2.  Emendan  Ja  i¡uac  in  operibus  Alexandri  Tartagni...,  Molinetis  in- 
spcrsí'rat. — Lyon,  1570. 

3.  Censura  in  glossas  et  aditiones  juris  canonici  ómnibus  exemplari- 
bus  hactenus  excusis.  Roma,  1572,  en  4.° 

4.  Traclahis  Iheologici  eruditi  in  Summam  S.   Tbomae. — MS. 

4.  Trabajó  además  en  la  corrección  del  Catecismo  romano,  y  siendo 
maestro  del  Sagrado  Palacio ,  fué  el  primer  Magistral  del  Cabildo  del 
Vaticano. 

Manzano  (José),  O.  P. 

Vida  y  portentosos  milagros  de  San  Isidro,  Arzobispo  de  Sevilla. — 
Salamanca,    1632,  en  folio. 

Manzano  de  Haro  (Melchor),  O.  P. 

1 .  Del  glorioso  martirio  de  diez  y  siete  religiosos  de  la  Orden  de 
Predicadores  en  el  imperio  del  Japón. 

2.  «Historia  del  martirio  que  diez  y  siete  religiosos  de  la  provincia 
del  Santo  Rosario  de  Filipinas,  de  la  Orden  de  Santo  Domingo,  padecie- 
ron en  el  japón.» — Madrid,  1629,  en  4.° 

Asi  dice  la  edición  en  la  B.  de  S.  1. 

Marcaban!  (Raimundo),  O.  P. 

Sermón  que  predicó  en  la  solemnidad  que  hace  la  Santa  Iglesia  del  Pilar 
de  Zaragoza,  en  la  dedicación  y  fundación  de  este  santo  Templo  en  12  de 
Octubre  de  1646. — Huesca,  en  1647,  4." 

Marco  (Luis  Bertrán),  O.  P. 

yida  V  hechos  milagrosos  del  santo  Felipe  Neri,  con  las  Constituciones, 
de  la  misma  Congregación. — Valencia,  1625,  en  4.° 


3i6  La  Orden  de  Predicadores. 

Marieta  (Juan),  O.  P. 

1 .  Historia  eclesiástica  de  todos  los  Santos  de  España ,  donde  se  cuen- 
tan muy  particularmente  todas  las  vidas,  martirios  y  milagros  de  lossan- 
tos  y  santas  propios  que  en  esta  nuestra  España  ha  habido,  etc. — Cuen- 
ca, cuatro  tomos  en  folio,  1396. 

2.  Catálogo  de  todos  los  Arzobispos  que  ha  habido  en  la  Santa  Igle- 
sia de  Toledo  desde  San  Eugenio  hasta  los  tiempos  de  agora. — Madrid, 
1600,  en  4.° 

3.  yida  del  F.  P.  Fr.  Luis  de  Granada. — Madrid,  1604. 

4.  El  martirio  del  Santo  ¡nocente  de  la  Guardia  y  de  Santa  Casilda, 
Virgen,  natural  de  Toledo. — Madrid,    1604. 

5.  Historia  de  la  santa  imagen  de  Nuestra  Señora  de  y^tocba,  que  está 
en  la  capilla  real  de  S.  Majestad,  en  el  convento  de  los  Predicadores  de 
Madrid,  etc. — Madrid,  1604,  en  8.° 

6.  Vida  de  San  Raimundo,  confesor ,  déla  Orden  de  Predicadores. 

7.  Catálogo  de  algunos  Prelados  de  la  Orden  de  Predicadores  ,  que 
se  han  podido  hallar  en  algunas  historias,  etc. — Madrid,  1605. 

8.  Historia  de  los  milagros  de  Nuestra  Señora  del  Rosario  que  está 
en  el  convento  de  Vitoria,  y  su  origen. — Madrid,   161 1 ,  en  8." 

Marín  (Pablo),  O.  P. 

1.  In  Psalmum  lop  commcntariorum  libri  novem. 

2.  De  observantia  praeceptorum  legis. 

3.  De  Victoria  Christi  in  cruce  regnaníis. 

4.  Adversm  hacrcticos. — MSS.  en  Salamanca. 

Marín  (Tomás),  O.  P. 

I.  Sermón  panegírico  de  la  soledad  gloriosa  de  María. — Valencia, 
1699,  4.° 

2.  Sermón  de  desagravio  del  sacrilego  robo  del  Smo,  Sacramento 
que  se  hizo  en  el  Real  Conv.  de  Sto.  Domingo  de  Valencia. — Valencia, 
1690,  4.° 

Marín  Alonso  (Juan),  O,  P. 

1.  El  Vate  del  Smo.  Sacramento,  poesía. — Manila,  1881. 

2.  Doctrina  del  Angélico  Dr.  Sto.  Tomás  de  Aquino,  y  elogios  que  se 
le  han  prodigado,  poesía. — Manila,  1881. 

3.  A  León  XIH ,  panegirista  de  Sto.  Tomás,  poesía. — Manila,    1882. 

Marona  (Marcelo),  O.  P. 

1 .  Gramática  en  tercetos  castellanos. 

2.  Letanía  latina  á  la  Virgen  del  Rosario. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  emanóles.   317 

3.  Ritmus  iit  laitdem  S.  Th.  Aqiiin. 

4.  Ofjicium  de  SS.  Vincentio  Feírcrio. 

3.  Oratio  in  solemitUate  generalium  Comitiorum  habitain  coram.  Rmo. 
generali,  et  diffinitoribus  Valentiae,  1647.  MS.  en  4.° 

Marqués  (Domingo  María),  O.  P. 

Sacro  Diario  Dominicano ,  traducido  del  italiano  al  español  por  el 
P.  Alonso  Manrique,  de  la  misma  Orden. — Venecia,  1791-97  ,  4.  vol., 
en  folio. 

Fué  obispo  de  Puzol. 

Marqués  (Juan).  O.  P. 

Cottcionum  eruditarum  volumen. — Siglo  v, 

Marsillo  (Pedro),  O.  P. 

1 .  Commentarium  degestís  regís  Aragonum  Jacobi  primi,  libris  quaiuor. 
Por  orden  de  Jaime  11. 

2.  Vita  Sancti  Raymtiiidi  de  Pennaforti. — Barcelona,  1601 ,  en  8.° 
Tradujo  al  latín  la  Crónica  escrita  por  D.  Jaime  I  de  Aragón. 

Martí  (Luis),  O.  P. — Siglo  xvi. 

1.  Historia  del  B.  P.  Fr.  Luis  Bertrán,  en  octava  Rima. — Valencia, 
1583-1584,  8.» 

2.  Rezo  propio  del  glorioso  P.  S.  Onofre,  ermitaño,  con  Himnos  y 

Misa. — MS. 

Martin  (Manuel),  O.  P.  f  1810. 

1.  Carlos  el  Sabio.  Elogio  fúnebre  de  Carlos  111. — Barcelona,  1789, 
en  4.° 

2.  Valentíe  eupandído  y  célebre  en  tot  le  mon ,  per  S.  Vicent. — Va- 
lencia,  1784,  4.° 

Martín  (Raimundo),  O.  P. 

1 .  Suina  contra  el  Alcorán  de  los  sarracenos. — En  árabe. 

2.  Capístruin  ¡udaeontm. — Latín,  Bíbl.  Bonon. 

3.  Impugnatíon  de  los  judíos. — En  hebreo. 

4.  Piigio  fidei  chrístianae. — Paris,  1651,  folio. 

Hay  fundamento  para  creer  que  son  del  mismo  autor  los  siguientes 
opúsculos  escritos  en  griego  : 

5.  Tratado  déla  fe  y  costumbres  de  los  cristianos. 

6.  Necesidad  de  atender  á  la  salud  del  alma. 

7.  Compendio  de  la  vida  espiritual.  .  : 


3i8  La   Orden  de  Predicadores. 

8.  Otro  tratado  igual ,  dedicado  á  las  vírgenes. 

9.  Diálogo  de  los  rudimentos  de  la  fe. 

10.  Filosofía  católica  y  divina. 

11.  De  los  falsos  y  los  verdaderos  profetas. 
Fué  peritísimo  en  latín ,  árabe,  hebreo  y  caldeo. 

Martín  (Maestro),  O.  P. 

Sermones  varios. 

Martín  del  Prado  (Juan),  O.  P. 

Tratado  espiritual  parn  visitar  enfermos  y  ayudar  á  morir,  y  suma  de 
casos. — Zaragoza,  1627,  en  8." 

Martínez  (Gregorio),  O.  P. 

Commentaria  super  primam  secundae  partem  Divi  Thomae. — Tomoi. 

Valladolid,   1617:  tomo  11,  Toledo,  1622;  tomo  111,  Valladolid,   1637. 

Martínez  (José  Ventura),  O.  P. 

1.  Sermón  predicado  en  el  Capitulo  Provincial,  19  de  Abril  de  1796, 
en  honra  del  Cardenal  Duque  de  Lerma,  Gómez  Sandoval  y  Rojas. — 
MS.  importante  en  el  convento  de  Dominicas  de  la  Piedad  de  Falencia. 

2.  Defensa  cristiano-católica  de  la  Constitución  de  España. — Serie  de 
publicaciones  satíricas  y  sabatinas,  que  aparecieron  en  Valladolid ,  im- 
prenta de  Roldan,  desde  1820  a  1823, 

5.  Continuación  de  la  historia  del  Cardenal  Orsi. — Madrid,  1803.  Dos 
tomos. 

Martínez  (Juan),  O.  P. 

1.  Explicación  de  la  Bula  de  la  Santa  Cru:(ada. — Madrid,  1652, 
en  4.* 

2.  Discursos  teológicos  y  políticos,  compuestos  por  el  P....  confesor 
del  Rey,  etc.  >. — Alcalá,  1664,  en  folio,  769  págs. 

Martínez  (Marcos),  O.  P. 

.^rte  de  ¡a  lengua  utlateca  muy  bien  ordenada.— 'Se  imprimió. 

Martínez  (Pedro),  O.  P.  f  i739- 

1 .  Cosas  más  notables  del  Real  Convento  de  Santo  Domingo  de  Za- 
ragoza.— MS.  en  dicho  Convento.  ■< 

«     Impreso  en  el  Colegio  de  Santo  Tomás. 


Ensayo  de  iiim  Biblioteca  de  Dominicos  emanóles.    3 1 9 

2.  Otros  cuadernos  de  este  asunto. — MS. 

3.  Diferentes  asuntos  de  Aritmética  en  sus  casos  más  difíciles. — 
Habla  de  esta  obra  doña  María  Andoslase  Mayor. 

4.  Poesías  diferentes. — Impresas  muchas  por  D.Eugenio  Gerardo  Lobo. 

Martínez  de  Prado  (Juan). 

1.  Controveniae  Metapbysicaks  sacrae  tbeologiae  mtnistrae.  —  Alcalá, 
1649.  Dos  tomos. 

2.  Dialeciicae  institutiones  quae  summae  las  wca«/«r.— Alcalá,  1650; 
2.',  1651. 

3.  Qjiaestiones  logicae  iti  tres  libros  distributae, — Ibid.,  1651. 

4.  Quaesiiones  Pbilosophiaenaiuralis  super  octo  libros  Physiconim. — Ibid., 
1631. 

5.  Quaest iones  super  dúos  libros  Aristotelis  de  generatiotie  et  corruptimie 
— Ibid.,  1 63 1. 

6.  Quaestiones  super  tres  libros  de  anima. — Ibid.,   1652. 

7.  Opusculum  de  Stigmatibus  Sanctae  Catherinae  Senensis,  tribus  die- 
bus  compositum  ,  cumejusdem  apología. — Ibid.,   1652. 

8.  Theologiae  moralis quaestiones  praecipuae . — Alcalá,  tomoi,  1654, 
en  folio;  tomo  11  ,   1656,  en  folio. 

9.  De  sacramentis  in  genere,  et  in  specie  de  Baptismo  et  Confirmaíimie. 
—Ibid.,   1660,  en  folio. 

10.  De  Eucharistiae  Sacramento  et  divino  Missae  sacrijicio. — Ibidem, 
1662,  en  folio. 

11.  De  Poenitentiac  Sacramento. — Ibid.,   1669,  en  folio. 

12.  Notítia  verídica  scriptorum  Ordínis  Praedicatorum  de  praeser- 
vatione  Deiparae  Immaculatae  VírgínisMariaea  peccato  origínali. — Alca- 
lá, 1661,  en  4." 

13.  Memoriale  ejusdem  Philíppo  IV,  regí  catholico  oblatum  nomine, 
sui  Ordínis,  provínciae  specíalíter  Hispaniae ,  etc. — Trata  del  precepto 
impuesto  á  los  Predicadores  de  saludar  á  la  Purísima  Concepción. 

14.  Epístola  encyclica  ejusdem  ad  omnía  provínciae  tam  fratum  quam 
sororum  caenobia,  etc. — Está  escrita  en  español,  y  ordena  que  se  salu- 
de á  la  Virgen  Inmaculada  al  principio  de  los  sermones.  Fecha  en  Peña 
de  Francia. 

Martínez  Vigil  (Ramón),  O.  P. 

1 .  El  sistema  métrico  decimal  y  su  equivalencia  en  las  pesas  y  monedas 
de  Filipinas.  (Primera  publicación  de  esta  clase  que  apareció  en  las  Islas.) 
— Manila,  1865  y  1870.^ 

2.  Discurso  pronunciado  en  la  apertura  anual  de  los  estudios  de  la 
Universidad  de  Manila  el  17  de  Junio  de  1870. — Manila,   1870. 

3       Memoria  sobre  la  iglesia  de  Santo  Domingo  de  Manila,  y  sermón 


320  La  Orden  de  Predicadores. 

predicado  en  su  solemne   inauj2;uración ,  el  19  de  Marzo  de  1868. Ma- 
nila, 1868. 

4.  Rudimentos  de  Geografía  descriptiva. — Manila,  1870  y   1872. 

5.  Lecciones  deHistoria  Sagrada,  con  reflexiones  morales  tomadas  de 
los  SS.  PP. ,  y  con  58  grabados  intercalados  en  el  texto. — Manila,  1870 
y  1874. 

6.  La  Rosa  mística  desplegada ,  ó  el  Santo  Rosario  explicado. — Ma- 
nila, 1874;  Madrid,  1877. 

7.  La  Milicia  angélica  de  Sanio  Tomás  de  Aquino. — Manila,  1866. 

8.  Imitación  del  glorioso  Padre  Santo  Domingo  de  Gu^mán  (traduc- 
ción del  italiano). — Manila,  1874;  Madrid,  1877. 

9.  Diccionario  de  los  nombres  vulgares  de  las  plantas  de  Filipinas. — 
Madrid,  1879. 

10.  Introducción  á  la  primera  traducción  española  de  la  Suma  Teológica 
de  Santo  Tomás  de  ylquino. — Madrid  ,  1880. 

1 1 .  Discurso  en  honor  de  Santo  Tomás  de  Aquino  ,  y  artículos  biblio- 
gráficos sobre  las  fuentes  de  su  doctrina. — Madrid,  1880. 

12.  Discurso  inaugural  del  Real  Seminario  de  Vergara. — Madrid,  1880. 

13.  Eljubileo  de  iSj^. — Manila,  1875. 

14.  El  Jubileo  de  1878.— MAdrid,  1878. 

15.  Novena  á  la  Inmaculada  Concepción  de  María  Santísima,  para  uso 
del  oratorio  del  Santísimo  Sacramento  ,  vulgo  Olivar,  de  Madrid. — Ma- 
drid, 1879. 

16.  Curso  de  Hiüoria  natural,  fisiología  é  higiene, — Madrid,  1883. 

17.  Santo  Tomás  de  Aquino.  La  castidad  y  el  sacrificio,  discurso  en  la 
Juventud  Católica. — Madrid,  1883. 

18.  Los  Frailes  por  ^¿«aw  (traducido  y  arreglado). — Madrid,  1883. 

19.  Introducción  al  Rosario. — Madrid,  1883. 

20.  La  Orden  de  Predicadores ,  seguido  del  Ensayo  de  una  Biblioteca 
de  Dominicos  españoles. — Madrid,  1884. 

21.  Artículos  en  periódicos  y  revistas. 

Mártires  (Bartolomé  de  los),  O.  P. 

1.  Compendium  doctrinas  spiritualis,  etc. — Lisboa,  1582  ;  en  8.",  es- 
pañol, 1601  ;  portugués,  1603  ;  francés,  1699. 

2.  Stimuhts pastorum,  etc. — Roma,  1564;  francés  1672. 

3.  Catbecismo  on  doutrinachristad,  etc. — Lisboa,  1564,  en  4.*;  espa- 
ñol ,  Madrid  ,   1653  ,  en  4.° 

4.  Diario  del  camino  de  perfección. 

5.  Apuntes  sobre  el  Concilio  de  Trento. 

6.  Peticiones  al  mismo  Concilio. 

7.  Informe  sobre  los  impedimentos  de  la  residencia. 

8.  Reclamaciones  de  algunos  Obispos  de  Italia. 


í 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  chañóles.  321 

9.  Petición  del  mismo  y  del  Arzobispo  de  Granada, 

10.  Articules  presentados  por  el  Vicario  de  Valencia. 

1 1 .  Instrucciones  y  articulos  del  rey  de  Portugal  D.  Sebastián   etc. 

1 2.  Suma  sobre  las  reformas  del  Concilio. 

15.  Artículos  presentados  por  el  César  Fernando,  etc. 

1 4 .  Summa  concilionim  generaliiim . 

1 5 .  Concilium  provinciale  Bracarense  quartum,  etc. 

16.  Sobre  la  Encíclica  del  Papa  Paulo  IH,  pidiendo  preces  por  el  Con- 
cilio. 

17.  Oratio ad  proceres  totius- Ecclesiae. 

18.  Antwtat iones  in  psalmos  Davidicos  et  cantum  Moysis. 

19.  Epistolae  plures. 

20.  CoUaiione*  spirituales  1^0. 

21 .  In  Hieremiam  et  olios  prophetas. 

22.  Púnela  tangentia  jura  et  casus  conscientiae . 

23.  Variae  sententiae  sacrae  Scripturae. 

24.  Doctrina  et  regula  mensae  religiosae. 

25.  .   Epitome  cbronicorum  mundi. 

26.  Compendium  historiarum  ecclesiasiicanim. 

27.  Tratado  de  prácticas  devotas  para  os  prelados ,  quando  daó   ordens. 
Fué  Arzobispo  santísimo  de  Braga,  y  Padre  del  Concilio  de  Trente. 

Mártires  (Bartolomé   de  los),  O,   P. — Otro;  nació  en 
171 1. 

Banquete  espiritual  voluntario  e  gratuito  ,  em  favor  das  almas  do  purga- 
torio e  de  lodo  ó  fiel  cbrisiáo. — Lisboa,   1761,  8.° 

Marrón  (Bartolomé),  O.  P. 

No  he  visto  sus  obras,  ni  las  cita  Echar(j,  aunque  dice  el  P.  Salazar 
que,  tanto  las  manuscritas  como  las  impresas,  manifiestan  cuan  docto  era 
en  todas  las  ciencias.  Tampoco  se  especifican  en  la  Biblioteca  de  asturia- 
nos de  Canipomanes. 

Mas  (Diego),  O.  P. 

1.  Cominentiiria  in  Porphyrium  et  in  universam  Aristotelis  logicam.— 
Valencia,  1592,  en  4.° 

2.  Commeníaria  in  VIII  libros  physicorum. — Valencia,  1599.  en  4.° 

3.  In  libros  de  coelo,  de  generatione  et  corruptione ,  metercorum  et  de 
anima. — MS. 

4.  Metaphysica  disputa! io  de  ente  scude  transcendentibus  i. — Valencia, 
1587,  en  8.° 

5.  Disputatio  de  elcmentis. 

»     De  ente  et  ejus  proprictatibus,  dice  la  edic.  que  vi. 

21 


322  La   Orden  de  Predicadores. 

6.  /«  Summmn  iheologiae  S.  Thomae. — MS, 

7.  Historia  de  ¡a  vida,  milagros  y  canonÍTjición  del  B.  Padre  S.  Hia- 
cintho. — Valencia,   1594,  8." 

8.  Vida  de  Santo  Tomás  de  Aqnino. 

9.  Vida  de  Santa  Inés  de  Montepoliciano ,  y  de  otras  bienaventuradas 
vírgenes  de  la  Orden  de  Predicadores. 

10.  Historia  de  la  vida  del  B.  P.  Fr.  Juan  Micón,  del  convento  de  Fa- 
lencia. 

11.  Tratado  de  la  ermita  de  San  Vicente  Ferrer  de  la  villa  de  Alcira, 
reino  de  Valencia. — Valencia,  1605,  8.° 

Mas  (Luís  Vicente),  O.  P. 

1.  Suma  Moral  para  examen  de  curas  y  confesores,  escrita  por  el  Pa- 
dre Vicente  Ferrer,  añadida  y  dispuesta  por  el  P.  IVlas. — Valencia,  1779, 
I  vol.  4.°  mayor. 

2.  Propositionum  canonice  damnatarum  praedamnatio  augustino-thomis- 

tica,  etc. —  Valencia,   1761,  dos  tomos  en  4.° 

5.     Incommoda  probabilismi. — Valencia,  1765,  4.°;   1767,4.°. 

« 

Massot  (Antonio  Tomás),  O.  P. 

D.'  metapbisicis  quaestionibus. — Tres  tomos. 

Mata  (Juan  de),  O.  P. 

1 .  Parayso  virginal  de  discursos  predicables  en  las  fiestas  de  la  siempre 
Virgen  María,  etc. — Pompeiopoli  ,  163 1  ,  4/ — Se  tradujo  al  latín  y  al 
italiano. — Alcalá,  1637,  4.' 

2.  Triunfos  del  Sol  de  Justicia,  pascuas  y  solemnidades. — Granada, 
1634,4.° 

3.  Santoral  de....  Santo  Domingo  y  San  Francisco  y  de  los  Santos 
de  entrambas  órdenes. — Barcelona,   1637,  4.° ;  Granada  ,  1635,   4.° 

4.  Adviento  y  Dominicas  hasta  Cuaresma. — Alcalá,    1638. 

5.  Quaresma  en  discursos  predicables  para  los  domingos  ,  miércoles 
y  viernes. — Alcalá,  1639. 

6.  Santas  almas  del  Purgatorio,  ejercicios  y  devoción  de  cIJas. — Valla- 
dolid,  1634. 

7.  Condones. — Venecia,  1638,  4.° 

Matama  (Jerónimo),  O.  P. 

/;/  Sancti  Thomae  Summam  Commentaria. 

Matilla  (Pedro  de),  O.  P. 

In  Sancti  Thomae  Suiniiiain  Commentaria. — No  consta  que  se  haya 
impreso,  ni  dónde  se  encuentre  el  MS. 


Ensayo  tic  una  Biblioteca  de  Dominicos  emanóles.   323 

En  la  B¡b.  nac.  (M.  201,  H.  ^o)  hay  varios  MSS.  referentes  á  este 
Padre,  que  fué  confesor  de  Carlos  II. 

Matona  (Marcelo),  O.  P.  f  1694. 

1 .  Sermón  en  las  solemnísimas  fiestas  que  hizo  la  ciudad  de  Valencia 
á  las  glorias  del  señor  Santo  Tomás  de  Villanueva,  y  alegres  nuevas  de 
la  canonización. — Valencia,    1659,  4.° 

2.  Libro  de  la  Tercer  Orden  del  gran  Patriarca  Santo  Domingo. — Va- 
lencia ,  1669,  4.° 

3.  Varios  sermones, 

4.  Cronología  sacra. — MS.  en  4."  (C.  de  P.  de  Valencia.) 

5.  Quince  tratados  de  diversas  materias  escolásticas. 

Mauro  (Calixto),  O.  P. 

Comentarios  á  los  Proverbios. — MS. 

Maya  de  Salaverría  (Andrés  de),  O.  P. 

Vida  prodigiosa  y  exercicio  admirable  de  virtudes  de  la  venerable  Ma- 
dre sor  Martilla  de  los  Angeles  y  Arcilla ,  Religiosa  profesa  del  religiosi- 
simc  convento  de  Santa  Fee  de  ^arago^a  ,  de  la  orden  de  Predicadores  y 
fundadora  de  el  de  San  Pedro  mártir  de  la  insiñe  villa  de  Benavarre, 
cabega  antes  de  el  reyno  de  Ribagor^a,  aora  de  su  contado,  dirigido  á  la 
misma  villa. — Zaragoza,   1678,  4.° — Madrid,    1687,  4.°,  1710  y  1735. 

Mayor  (Tomás),  O.  P. 

1.  Símbolo  de  la  fe,  en  lengua  china. — Manila  (Binondo),  1607,  8.* 

2.  Libro  sobre  nuestra  Señora  del  Rosario. 

Estuvo  en  Filipinas,  pero  no  es  el  mártir  Tomás  de  Zumárraga,  como 
supone  Nicolás  Antonio. 

Maza  (Pedro),  O.  P. 

Opus  eruditum  adversas  Arnaldi  Viüanovani  errores. 

Medina  (Bartholomé  de),  O.  P. 

1 .  ExposHio  in  Primam  P.iitcm  ;  Primain  Secundam  ,  Secundam  Se- 
cundae  et  Tertiam  Paríem  Dii'i  Thomae  Summae. — Salmanticae  ,  1588, 
,apud  Renault    fratres. — Otras  muchas. 

2.  Breve  instrucción  de  cómo  se  ha  de  administrar  el  sacramento 
de  la  penitencia,  en  la  cual  se  contiene  lo  que  ha  de  saber  y  hacer  el  con- 
fesor para  curar  almas. — Lisboa,  1591  ;  Burgos,  1612.  Pa  nplona,  1581, 
8,°,  pasta  ;   Alcalá,  1589,  8." 

3.  Suma  de  casos  de  conciencia. — MS.  en  la  Bibl.  na:.  (R.   217.) 

A  pesar  de  la  importancia  de  este  comentarista ,  el  P.  Echard  no  tuvo 
conocimiento  completo  de  sus  obras. 


324  La  Ofdcn  de  Predicadores. 

Medina  (Cipriano),  O.  P. 

Oración  fúnebre  en  las  exequias  que  en  la  ciudad  de  los  Reyes  cele- 
bró el  religiosísimo  monasterio  de  Santa  Catalina  de  Sena,  Madre  de 
Predicadores,  á  la  memoria  de  la  V.  Sóror  Lucia  de  la  Sma.  Trinidad, 
su  fundadora  y  madre  perpetua. — Lima  ,  por  Pedro  de  Cabrera  Valdés. 
1649,  en  4.°,  5  hojas  preliminares  y  22  folios,  y  2  más  con  poesías. 

Medrano  (Manuel),  O.  P. 

1 .  Patrocinio  de  Nlra.  Señora  en  España:  noticias  de  su  imagen  del 
Rey  Casto,  y  vida  del  Sr.  Reluz ,  obispo  de  Oviedo. — Oviedo,  1719, 
I  vol.  folio. 

2.  Historia  de  la  provincia  de  España  de  la  Orden  de  Predicadores. — 
Madrid,   1725,  3  vol.  folio. 

3.  Historia  del  convento  de  San  Ildefonso  de  la  villa  de  Santillana,  de 
la  Orden  de  Predicadores. — Madrid,  1743,  fol.,  16  hoj.  prels.,  432  págs. 

4.  Vida  de  Sta.  Inés  de  MontepoUciano ;  y  un  compendio  de  las  del 
glorioso  confesor  San  Dalmacio  Moner ,  y  la  esclarecida  virgen  Santa 
Columba,  todos  de  laOrd.  de  Predicadores. — Madrid,  1728,  4.° 

5.  Resumen  historial  que  contiene  las  noticias  que  de  N.  S.  S.  Padre 
Benedicto  XIII  se  han  publicado  desde  su  nacimiento  hasta  su  exaltación 
al  Pontificado.  — Madrid,  1727,  8.° 

6.  Continuación  de  la  Historia  general  de  España,  del  P.  Juan  de 
Mariana. 

7.  Traducción  del  francés  al  castell.íno ,  del  verdadero  método  de 
predicar  del  limo.    Sr.  Obispo  de  Rodas, 

Mejia  (Francisco),  O.  P. 

Coloquio  provechoso  de  la  santa  cofradía  del  Rosario  de  Nuestra  Señora, 
Sevilla,   1573. 

Mejía  (Vicente),  O.  P. 

Saludable  instrucción  del  estado  del  matrimonio.  Compuesto  por  el  doc- 
tisimo  padre  Mtro.  en  S.  Teología,  de  la  Orden  de  Predicadores,  Regente 
del  Colegio  y  monasterio  de  San  Pablo  de  Córdoba.— Impreso  en  el  mis- 
mo Colegio  en  1566. — En  4.°;  8  hoj.  preliminares,  y  278  fols,,  I  hoja 
con  el  escudo  de  Santo  Domingo,  otra  con  el  colofón  y  el  escudo  del  im- 
presor, y  4  de  tabla. 

Mejia  de  Paredes  (Francisco),  O.  P. 

Methodum  Partíum  S.  Thomee.  —  Lisboa,  1618,  8.' 

Meléndez  (Juan),  O.  P. 

Tesoros  verdaderos  de  las  Indias  en  la  Historia  de  la  gran   provincia  de 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  chañóles.   325 

San  Juan  Bautista  del  Perú  de  el  Orden  de  Predicadores. — Roma,  1681, 
tres  tomos  en  folio. 

Notable  historiador  peruano. 

Melfonso  (Miguel),  O.  P. 

Commentaria  in  primam  partem   Summae  S.  Thomae. — Alcalá,  1658, 
en  folio. 

Melián  (Domingo),  O.  P. 

Siete  Diálogos  de  Filosofía  natural  y  moral. — Sevilla,   15 17,  8.* 

Meló  (Benito  de),  O.  P. 

Super  Hieremiam  Commentarium. — MS. 

Méndez  (Andrés),  O.  P. 

De  las  alabanzas  de  Nuestra  Señora. 

Mendoza  (Celestino  de),  O.  P. 

1.  Cursus  totius  Philosophiae  ad  mentem  D.   Thomae, — MS. 

2.  Tractatus  de  Scientia  Dei. — MS. — Siglo  xi:i. 

Mendoza  (Domingo  de),  O.  P. 

1 .  Traaatits  de  Sancto  Officio  inquisitionis  et  ejtis  utilitate, 

2.  También  escribió  Tratados  teológicos,  que  se  han  perdido. 

Mendoza  (Jorge  de),  O.  P.  7  1Ó65. 

«Dios  y  el  hombre,  ó  exposición  de  la  gracia,  por  la  que  el  alma  llega 
hasta  Dios.» — Burgos,  1662;  un  tomo  folio. 

Menéndez  (Joaquín),  O.  P. 

Manifiesto,  instrucción  y  apología  sobre  el  derecho  de  su  religión  á  la 
propiedad  y  subordinación  de  la  Cofradía  y  cofrades  ,  oficiales  y  minis- 
tros del  Santísimo  Rosario. — En  folio,  sin  pié  de  imprenta. 

Meneses  (Felipe  de),  O.  P. 

1 .  Lu^  del  alma  cristiana  contra  la  ceguedad  é  ignorancia  de  la  fe  y  ley 
de  Dios  y  de  la  Iglesia,  etc. — Salamanca,  1556,  en  4.°;  V'alladolid,  1554, 
en  4.°;  Medina  del  Campo,  1555.  en  4  ';  1557,  en  4.°;  1582,  en  folio. 

2.  Tratado  de  la  cofradia  del  nombre  de  Dios  contra  los  juramentos.  — 
Amberes,  1569.  Segunda  edición. 

Mercado  (Juan  de),  O.  P. 

Compendio  de  las  obras  del  venerable  P.  Luis  de  Granada,  de  la  Orden 
de  Predicadores,  en  el  idioma  general  de  los  indios  del  Perú. — Lima, 
1621. 


326  La  Orden  de  Predicadores. 

Mercado  (Tomás),  O.  P, 

1 .  Commcntarii  in  textuin  Petri  Hispant  seu  swnmulas.—Sevüh,  1571, 
en  folio. 

2.  In  dialccticam  Aristotelis  cum  opúsculo  argwneiitorum.  —  Sevilla, 
1571,  en  foiio,  con  nueva  versión  del  texto  griego, 

3.  Suma  de  tratos  y  contratos. —  Sa]am&r\CA,    1569,  en  4.°;  italiano, 
Brescia,   1591  ;  Sevilla,    1571,  en  4.°;  1587,  en  4.' 

Mergarit  (Vicente),  O.  P. 

Cuestiones  de  Santo  Tomás. 
Así  Roig. 

Merino  (Alejandro),  O.  P. 

Comentarios  sobre  la  Dialéctica  de  Aristóteles. 

Mesa  (Ignacio  de),  O.  P. 

1.  Dialecticam. 

2.  Consultas  morales. 

Mey  (Prudencio),  O.  P. 

Sermón  deSanJuan  Evangelista. — MS. 

Micón  (Juan),  O.  P. 

1.  Rosarium  scu  psaltcriumnominis  Jesu. — Valencia,  1590,  en  4.' 

2.  Ojfficium  de prdioso sangidne  Cinisti. 

3.  Epistolae  spirituales  plurcs. 

4.  Opus  de  scriptoribus  Ordinis  Praedicatorum. 

5.  Sagrada  Pasión  de  Nuestro  Sefior  Jesucristo.  —  MS.   en  la   Bib!. 
nac.  (M.   230.) 

Fué  fervorosísimo  misionero,  y,  aparte  de  sus  misiones,  predicó  treinta 
y  cuatro  cuaresmas  enteras. 

Miguel  (Alfonso),  O.  P. 

Commentarium  super  Primam  Parteni  SanctiThomae. — Alcalá,  1658. 

Miguel  (Serafín  Tomás),  O,  P. 

1 .  y  ida  admirable  de  Santa  O^aña  (Osana)  Andreassiá  de  Mantua,  etc. 
— Valencia,  1696,  4.° 

2.  Historia  de  la  de  Santo  Domingo  de  Gu:(rnán. — Valencia,  1705,  cin- 
co libros  en  folio. 

3.  Manual  de  la  Milicia  de  Cristo. — Valencia,  1710,  16. * 

4.  yida  de  S.  Vicente Ferrer,  Apóstol  de  Europa. — Valencia,  1713,4.' 

5.  Resumen  de  la  admirable  vida  del  Hermano   Martin   de  Forres, 
donado  déla  Orden  de  Santo  Domingo. — Valencia,  1708,  16. ° 

6.  Expositio  paraphrasica  in  Psalmum    quinquagesimum,   quae  ad 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.    327 

praeparationem    cordis  duní  orandum  est ,  apprime  deserviet.— Valen- 
cia, 1716. 

7.     Epilogus  omnium  Regularum  et  modorum  arguendi,  etc. — MS. 

Algunas  ediciones  le  llaman  sólo  Tomás,  sin  anteponer  Serafín. 

Milán  (Cristóbal  de),  O.  P. 

Sermones  de  tempere  ct  de  Sanctis  et  apparatum  ad  conciones  ex  va- 
riis  SS.  Patrum  auctoritatibus  confectum. — Cuatro  volúmenes  MSS.  en 
pergamino  en  la  Bib.  Tabiense.  Ignoro  por  qué  el  P.  Echard  le  pone  en- 
tre los  españoles. 

Milla  y  Guaso  (Antonio  Agustin),  O.  P. 

Anales  eclesiásticos  y  seculares  de  la  ciudad  de  Málaga  y  su  obispado. 
— MS.  en  dos  tomos. 

Mir  (Jerónimo),  O.  P.  f  1634. 

1.  Sermón  en  el  día  octavo  de  las  fiestas  de  Valencia  á  la  canoniza- 
ción de  San  Raimundo  de  Peñafort. — Publicóse  Valencia,  1602. 

2.  Catálogo  genealógico  de  los  condes  de  Cocentaina. — MS.  en  el 
Real  C.  de  P.  de  Valencia. 

Miralles  (Luis  de),  O.  P. 

De  Miraculis  Virginis  Lauretanae. — Zaragoza,  1622,  4.° 

Miranda  (Bartolomé),  O.  P. 

1.  Muchos  y  elegantes  sermones. — MS. 

2.  Oratio  habita  coram  D.  N.  Sixto  V  Pontijice  Máximo,  etc. — 
Roma,  1587,  en  4.° 

Fué  Maestro  del  Sacro  Palacio. 

Miranda  Enriquez  (Alejo  de),  O.  P.  Siglo  xviii. 

1.  Sermao  da  canonisa^ao  de  S.  Peregrino  Lasyosi,  da  Sagrada  orden 
dos  Servitas. — Lisboa,  1724,  4.° 

2.  Sermao  na  canonisa^ao  de  Santa  Ignés  do  Monte  Policiano,  da  Sa- 
grada orden  dos  Pregadores. — Lisboa  ,  1733  ,  4.° 

Miravete  y  Moya  (Pedro  Mártir),  O.  P. 

1 .  Oración  panegírica  del  Angélico  Doctor  Santo  Tomás  de  Aquino. 
—Zaragoza,  1747,  4.° 

2.  Consuelo  de  jugadores,  aviso  de  divertidos  é  instrucción  para 
todos. — Zaragoza,  1756,  4.* 

3.  Noticia  histórica  de  la  vida  del  invicto  mártir  San  Pedro  de  Vero- 
na. — Zaragoza,   16.°,  de  72  págs. ,  S.  A. 

4.  Theologia  Moralis.-^Fol.  de  500  págs.,  MS.  en  O.  C.  de  Zara- 
goza. 


328  La  O  r  de  ti  de  Predicadores. 

Moguer  (Andrés),  O.  P. 

1 .  Historia  de  Santo  Domingo  de  la  provincia  de  Méjico. 

2.  Sermones  de  tempore  et  de  Sanctis. 

3.  Líber  exemplorum, 

Molina  (Alfonso  de),  O.  P. 

Libro  de  genealogía. — MS. 

Molina  (Domingo  de),  O.  P. 

1.  Bulla  SS.  D.  N.  Urbani  Papa  FUI  qua  siispeitditur....  bulla  Gre- 
gorii  XV,  etc. — Sevilla,  1626,  en  folio. 

2.  Summa  privilegiorum  omnium  regularium. — Ibidem  con  el  anterior. 

3.  Bulla  confinnationis  et  innovationis  omnium  privilegiorum  Fratrum 
Praedicatoriim . — 1  bid  em . 

4.  Mandatum  de  manutentione  omnium  gratiarum,  etc. — Ibidem. 
Este  Padre  fué  procurador  en  Roma  de  todas  las  Ordenes  religiosas  de 

España,  páralos  efectos  que  indican  los  títulos  transcritos. 

Moneada  (Salvador),  O.  P. 

Cartas  á  muchos  hermanos  devotos  sobre  diversos  asuntos. 

Monroy  (Antonino  de),  O.  P. 

1.  Rcgístruin  ejiís  litterarum  dum  Ordini praefuit. — Roma,  Arch.  Ge- 
neral. 

2.  Ordinaiiones  pro  recto  ecclesiae  Compostelanae  regimine. 

Maestro  General  de  la  Orden,  y  Arzobispo  de  Santiago. — Siglo   xvn. 

Monsalve  (Fernando  de),  O.  P. 

Dialecticam  Introductionem. — 1523,  4.°  Sin  lugar. 

Monsalve  (Miguel),  O.  P. 

Discurso  sobre  que  el  azogue  procede  del  'azufre,  y  que  es  su  quinta 
esencia.  Discurso  impugnándole. — MS.  de  la  Bibl.  nac.  (J.  57,  p.  557.) 

Montalván  (Juan  de),  O.  P. 

1.  Cartas  pastorales  de  usura,  simonía  y  penitencia. — Salamanca, 
1720,  4.» 

2.  Parecer  dado  á  Felipe  V.  respondiendo  á  la  consulta  que  se  le 
hizo  sobre  las  calidades  de  los  ministros  ,  obispos  y  teólogos. — MS.  de 
la  Bibl.  Nac.  (S.  87,  p.  109.) 

Obispo  de  Guadix  y  de  Baza. 

Montano  (Edmundo),  O.  P. 

Varií  Sermones  Tesíorum. — MS. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  chañóles.    329 
Montañés  (Jacobo),  O.  P. 

De  Principiis  praenoscendis,  Sacrae  Theologiae. — Granada,  1603,  4.* 

Montañés  (Juan),  O,  P. 

De  Principiis  Praenoscendis  Sacrae  Theologiae. — MS.,  2  tomos  en  fol. 

Monte  (Juan  de),  O.  P. 

1.  Sermones  de  tempere,  de  Sanctis  et  quadragesimales. 

2.  Mari  ale  seu  de  laudibm  B.  Virginh. 

Quieren  algunos  que  sean  de  dos  autores  diferentes,  aunque  del  mis- 
mo nombre. 

Monteiro  (Pedro  de),  O.  P.,  nació  en  1667. 

1 .  Sermáo  ñas  exequias  do  Exmo.  Sr.  Manuel  Telles  da  Silva  ,  pri- 
meiro  Marqués  de  Alégrete,  pregado  na  parochial  igreja  de  N.  S.  do  So- 
corro.—  Lisboa,  1746,  4.°,  de  xii-26  pág. 

2.  Sermao  do  desaggravo  de  Christo  sacramentado,  pregado  na  Sé  de 
Lisboa,  per  occasiáo  de  desacato  commetido  novamente  na  villa  de  Se- 
tuba.— Lisboa,  1715,  4.° 

3.  Sermáo  ñas  exequias  annuaes  d'el  rei  D.  Manuel,  celebradas  da 
Sancta  Casa  da  Misericordia  da  Lisboa. — Lisboa,   17  16,  4.° 

4.  Sermáo  do  Espirito  Sancto ,  pregado  al  Tribunal  da  Jusi.ga  .  na 
corte  de  Lisboa,  na  primeira  outava  da  misma  festa. — Lisboa,  1717,   4.' 

5.  Sermáo  ñas  exequias,  que  os  irmáos  do  Senhor  dos  Passos  do 
convento  de  S.  Domingos,  fueran  pelas  almas  de  seus  irmáos.— Lisboa, 
1719,  4." 

6.  Sermáo  histórico  e  panegyrico  em  acfao  de  gragas  pela  eleifao  do 
Sanctissimo  P.  Bennedicto  XIII. — Lisboa,  1724,  4.°,  de  71  págs. 

7.  Claustro  Dominicano.  LatifO primeiro . — Lisboa,  1 7  29,  4.°,  de  xxxiii- 
376  págs. 

Laiifo  segundi  — No  se  imprimió  por  separado  ,  y  anda  en  la  Colección 
de  Documentos  y  Memorias  de  la  R.   Academia. — Tomos  i  ,  3  y  5. 
Lanfo  tercciro.  —  Lisboa,   1734,  4.°,  de  xxxvi-484  págs. 

8.  Historia  de  Sancta  Inquisifao  do  reino  de  Portugal.  Parte  primera. 
—  Lisboa,  1749,  4.0  gr.;  libro  II,  1750,  4°  gr. 

Montenegro  (Pedro  de),  O.  P. 

Libro  del  Rosario.  — MS.  en  e!  convento  de  Atocha  de  Madrid,  y  que 
se  conserva  hoy  en  la  Academia  de  la  Historia, 

Montesino  (Antonio),  O.  P. 

Informatio  jurídica  in  ludorum  defensionem. 

Fué  compañero  del  P.   Las  Casas  y  mártir  dichoso. 


^30  La  Orden  de  Predicadores. 

Montisfar  (Alonso),  O.  P. 

Historia  de  las  misiones  en  la  provincia  de  México. — MS. 
Arzobispo  de  Méjico. 

Montoya  (Juan  de),  O.  P. 

1.  D:l  Rosario  de  Nuestra  Señora. — Córdoba,  1592,    en  8.° 

2.  La  Regla  de  S.  Agustín  y  Constituciones  de  las  monjas  de  Santo 
Domingo,  etc.,  y  tratado  de  los  tres  votos. — Granada,  1595. 

3.  Compendio  de  doctrina  chrisliana. — Granada,  1595,  en  4.°  Tra- 
ducción del  portugués,  escrito  por  el  P.  Granada.  También  la  tradujo  el 
P.  Almeida. 

Monzón  (Juan  de),  O.  P.,  Montesón. 

1.  Tractatiis  brevis  de  electione  Papae ,  etc. — MS.  en  la  Bibl.  arzob. 
de  Tolosa. 

2.  Correptorium  contra  epistolam  fundamenti  schismaiis. — MS.  Bibl. 
Colbert. 

3.  Dialogas  Joannis  de  Montesono  ad  cardinalem  B.  super  schismale.— 
MS.  Ídem. 

4.  Scopos  72  conclusionum  ad peragrandam  viam  Ecclesiae ,  etc. — MS. 
Ídem. 

5.  Tractatus  de  Conceptione  Virginis, — Bibl.  Tolos. 

6.  Sermones  plures  et  varia  opuscula. — Bibl.  Conv.  de  Valencia. 

7.  Informatorium  edituin  anno  Domini,  ¡}S<). — MS.,  Paris. 

8.  Dicit  Apostólas:  In  novissimis ,  etc. — MS. 

9.  Varios  tratados  en  lengua  vulgar. 

10.     Místicas  consideraciones  del  Rosario. — MS, 

Este  escritor  del  siglo  xiv  era  contrario  á  la  creencia  ,  hoy  dogmática, 
de  la  Inmaculada  Concepción  de  Nuestra  Señora,  y  con  sus  vehemencias 
hizo  que  estallase  una  verdadera,  guerra  entre  la  Universidad  de  París  y 
los  PP.  de  la  provincia  de  Francia,  que  estuvieron  diez  y  siete  años 
sin  ir  á  la  Universidad.  Las  demás  provincias  de  la  Orden  no  hicieron 
causa  común  con  el  P.  de  Monzón. 

Monzón  (Tomás  de),  O.  P.  f    1732. 

1.  y  ida  de  S.  Cristóbal  Mártir.— 4.°  S.  A. 

2.  Sermones  MSS.  en  el  Convento  de  Dominicos  de  Moscardón. 

Mora  (José* Esteban  de),  O.  P. 

De  la  historia  analítica  de  el  convento  de  San  Esteban  de  el  sagrado 
Orden  de  Predicadores  de  la  ciudad  de  Salamanca. — MS.  en  seis  tomos 
en  folio.  El  2.°  abraza  de  1400  á  1536,  tiene  1,428  págs.  y  83  más  de 
documentos.  El  4.'  abraza  de  1564  á  1600,  con  1,415  págs.  y  28  dedo- 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  emanóles,  331 

cunientos.  El  6.'  abraza  desde  1630  á  1680,  con  1,241  págs.  y  38  de  do- 
cumentos. 

No  he  podido  examinar  los  otros  tres. 

Morales  (Diego  de),  O.  P. 

In  lauden!  Divi  Thomae  pro  explicatione  et  |defensione  doctrinae  ha- 
bitae  a  B.  M.  Gradina. — Ñapóles,  1662. 

Morales  (Francisco),  O.  P.,  siglo  xvi. 

Theologiae  spcculalivae  sekcíae  Queslioncs. — MS. 

Morales  (Juan  Bautista  de),  O.  P. 

1.  Qiiaesita  scplcndcciin  proposita....  Sacrae  Congregaiioni  de  Pro- 
paganda Fidc  ,  etc. — Roma,    1645,  en  4.° 

2.  Tractatus  ex  diversis  materiis  compositus  ad  explicandas  et  elu- 
cidandes  opiniones  et  controversias,  quae  inter  Patrcs  Societatis  Jesu, 
et  religiosos  Sacri  Ordinis  Fraedicatorum,  etc. — Sobre  la  cuestión  de  los 
ritos, 

3.  Catecismo  en  lengua  china. — Impreso  en  1649. 

4.  Vocabulario  Chino. 

5 .  Arte  de  gramática  de  lengua  china. 

6.  Historia  evangélica  del  reino  de  la  China. 

7.  Relación  fidtrdigna  y  verdadera  de  las  doctrinas  que  enseñan,  y  del 
modo  con  que  proceden  los  Padres  de  la  Compañía  en  la  conversión  de 
la  China. 

8.  Otro  escrito  autógrafo  explicando  la  conducta  de  dichos  Padres, 
aun  después  de  los  decretos  de  Roma. 

9.  Comentario  sobre  las  letanías  de  la  Virgen. — En  chino. 

10.  Tratado  del  amcr  de  Dios. — En  chino. 

1 1.  Vida  de  Santo  Domingo. — En  chino'. 

12.  Tratado  de  los  ritos  de  China  condenados  en  164^. 

13.  Otras  muchas  obritas. 

14.  Firmó  además  los  libros  números  i  y  2  del  P.  Varó. 

Su  santidad  y  su  ciencia  eran  reconocidas  por  los  mismos  adversarios 
de  su  doctrina.  Esta  por  fin  triunfó.  El  P.  Morales  fué  Procurador  en 
Madrid  y  Roma,  y  murió  en  China. 

Moran  (Bartolomé),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Historia  de  las  Misiones  en  Filipinas. 

Así  Salazar  en  el  folio  30  de  la  «Historia  del  Principio  del  Rosario  en 
Filipinas.» 

Moran  (José  María),  ü.  P. 

I.  Constituciones  para  religiosas  y  para  religiosos  legos  de  la  Ordea 
de  Predicadores,  seguidas  de  opúsculos  ascéticos. — Madrid. 


332  La  Orden  de  Predicadores. 

2.  Novena  del  Smo.  Cristo  de  la  Salud  y  la  Misericordia. — Ma- 
drid,  1858. 

3.  Mes  del  Rosario  ó  Mes  de  Octubre. — Sevilla,   1866. 

4.  Relación....  de  ciento  diez  Santos  de  la  Orden  de  Predicadores 
y  de  S.Juan  de  Colonia  de  la  misma  Orden. — Madrid,  1867. 

5.  Explicación  de  la  Constitución  «Apostolicae  Sedis.» — Madrid,  1883. 

6.  Teología  Moral  según  la  doctrina  de  los  doctores  de  la  Iglesia 
Sto.  Tomás  de  Aquino  y  San  Alfonso  de  Ligorio. — Madrid,  1883-84, 
tres  tomos  en  folio. 

7.  Disertación  teológica  sobre  la  absolución  délos  consuetudinarios  y 
reincidentes.   Impugnación  del  P.   Faure,  S.  J. — Madrid,  1884. 

Mórcate  (José),  O.  P.  f  1763. 

1.  Biblioteca  Marquionis  Compostae. — MS. 

2.  Un  índice  general  de  toda  la  referida  biblioteca.— En  4.' 

3.  Catálogo  de  los  muchos  libros  impresos  y  de  mano  ,  y  de  los 
papeles  de  una  y  otra  clase  que  hay  en  una  pieza  en  la  parte  superior  de 
esta  biblioteca. 

4.  Una  carta  teológica  satisfaciendo  á  una  duda  que  se  le  propuso. — 
Zaragoza,    1754,  fol.,  de   17  pág. 

Moreno  (Jerónimo),  O.  P. 

La  vida  y  muerte  y  cosas  milagrosas  que  el  Señor  ha  hecho  por  el 
bendito  Fray  Pablo  de  Santa  Maria,  lego  de  la  Orden  de  Predicadores. — 
Sevilla,  1609,  8.° 

Moreno  ó  Morera  (Lorenzo),  O.  P. 

1 .  Historia  de  la  vida  del  B.  Suzón  ,  de  Ambrosio  de  Sena  y  de 
Diego  Salomón. — Barcelona,  1624,  8.° 

2.  Vida  de  San  Enrique. — Barcelona,    1624. 

3.  Itinerario  espiritual. — Barcelona,    1663,  4." 

Morell  (Juliana),  O.  P. 

1.  Traite  de  la  vie  spirituelle,  etc. — Lyon,    161 7,  en  12.° 

2.  Exercices  spirituels  sur  l'eterniié,  etc. — Aviñon,  1637. 

3.  La  Regle  de  St.  Augustin  traduite,  etc. — Aviñon,   1680. 

4.  Histoiredu  retahlissement....  de  sonmonastere  de  Sainte  PraxeJc,  etc. 
— MS. 

5.  Rhylhmos  et  alia  plurima. — MS. 
Era  catalana,  y  residió  en  Aviñon. 

Morelles  (Cosme),  O.  P, 

I.  Compendiosa  relatio  vitae  eximiae  sanctitatis  viri  F.  Ludovici 
Bertrandi  Ordinis  Praedicatorum. — Colonia,  1609,  en  4.° 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  emanóles.      ))y 

2.  Relatio  colloquii  Franco  Furtensis  proximis  autumnalibus  mundi- 
nis,  etc. — Colonia,  1610,  en  4.°  Es  una  polémica  con  los  calvinistas. 

3.  Relatio  colloquii  quod  cuní  Bophornio  calvinista,  anno  1610  ha- 
buit,  etc. — Colonia,    1610,  en  4.° 

4.  Divi  Thomae  operiim  editio  nova,  etc. — Amberes,  1612,  en  iS  to- 
mos en  folio. 

5.  F.  Dominici  de  Flandria  O .  P.  Commentarii,  etc. — Colonia,  1621, 
en  folio. 

6.  Beati  Alberti  opera  quaedam. — MS. 

7.  Tractatus  de  jure  decimandi . 

8.  De  dispensatioiie  apostólica  in  causa  matrimonian  diicis  Neoburgici. 

9.  Commentaria  in  1.  P.  D.  Thomae. 

10.  Qitodlibetalcs  quaesf iones  40. 

11.  Opuscula  varia  contra  modernos  haereticos. 

Fué  Regente  en  Colonia  é  Inquisidor  general  ,  é  hizo  en  Amberes  una 
edición  de  las  obras  de  Santo  Tomás. 

Moreno  (Luís),  O.  P. 

1.  Exposición  del  libro  de  los  Macabeos. 

2.  Ídem  del  de  los  Reyes. — MS. 

Mortario  (Domingo  de),  O.  P. 

Floreció  por  el  año  1520. 
IndcK  supcr  IV  volumina  Joannis  Capreoli. 

Moxet  (Pedro  Mártir),  O.  P. 

1.  Dietario  virginal  en  el  qual  los  devotos  de  María,  Señora  nuestra, 
hallarán  muchos  exemplares  de  todos  estados  para  mejor  servirla. — Bar- 
celona, 1642,  en  8.0 

2.  Sábado  virginal  celebrado  con  cincu,enta  y  dos  abecedarios  para 
saludar  á  María  Santísima  todos  los  sábados  del  año. — Barcelona,  1645, 
en  12.0 

3.  Idea  para  formarse  discípulos  de  Santo  Tomás. 

Mugarra  (Isidoro),  O.  P.  f  1781. 

1.  Varios  tratados. — MS. 

2.  Tratado  de  las  facultades  del  hombre  y  su  perfeccionamiento  con 
el  auxilio  de  la  gracia. — Valencia,  17S0,  4.° 

Muñoz  (Alfonso),  O.  P. 

I.  Condones  Hyeronimi  Savonarola  anno  1496  recitatae,  ex  itálico  la- 
tine redditac  «. — Salamanca,    1556. 

•  Interpretatio  latino  Hcmiliarum  Hyeronimi  Savonarola,  Asi  dice  la 
edic.  que  vi. 


334  ^^  Orden  de  Predicadores. 

2  Relectiones  tbeoJogicae  Francisci  a  Victoria  Ord.  Praedicatonim, — 
Lyon,  1557,  8.° 

3.  De  las  ceremonias  de  la  Misa. — No  se  imprimió,  á  causa  de  los 
protestantes. 

4.  De  las  cosas  maravillosas  de  Roma  de  Fr.  Pedro  Mártir  de  Cremona. 

Muñoz  (Alfonso),  O.  P. — Otro,  f  1663. 

1.  Comentarios  al  Pentateuco. — Valladolid,  1660,  4.° 

2.  Sermones  predicables  en  las  festividades  de  la  Virgen  María. — MS. 

Muñoz  (Pedro),  O.  P. 

Relación  de  lo  sucedido  con  el  Cardenal  Turnón  ,  Legado  apostólico 
en  Macao,  etc. — Fácilmente  se  comprende  que  se  refiere  á  los  ritos  de 
China,  sobre  los  cuales  escribió  también  el  autor  á  Natal  Alejandro.  Esta 
relación  se  tradujo  al  francés  y  se  imprimió  con  otras  sobre  el  mismo 
asunto,  contribuyendo  á  la  condenación  de  los  citados  ritos. 

Murga  (Nicolás  de),  O.  P. 

Tractus  aliquot  spirituales. — MS. 

Mos  (Jerónimo),  O.  P.  Siglo  xvii. 

1.  Noticias  de  Valencia  y  su  reino.— MS. 

2.  Sermones  varios. — MS.  en  4.0 

Nadal  (Rafael),  O.  P. 

Doctrina  cristiana. — Siglo  xvii. 

Nadal  Sánchez  (Vicente),  O.  P. 

Historia  del  real  convento  de  Predicadores  del  reino  de  Valencia. — MS. 

Narro  (Miguel),  O.  P, 

1.  Discurso  pronunciado  en  la  apertura  anual  de  los  estudios  de  la 
Universidad  de  Manila.  (Importancia  de  las  ciencias  en  las  mejoras  so- 
ciales.)— Manila,  1871. 

2.  Oración  fúnebre  del  limo.  Sr.  Alcázar. — Manila,  1S71. 

3.  Oratio  in  laudem  Div.  Thomae  Aquinatis. — Manila,  1S75. 

Nassarre  de  Letosa  (Marcos),  O.  P.  f  1729. 

Espejo  del  alma,  donde  se  trata  de  las  materias  morales,  dividido  en 
dos  partes. — MS.  en  8.°  de  173  págs. ,  convento  de  Zaragoza. 

Natividad  (José  de  la),  O.  P. 

I .  Memoria  histórica  da  milagrosa  imagen  do  senhor  des  Passos,  sita  cu 
real  convento  de  S.  Domingos  de  Lisboa,  e  da  creafao  e  progressos  da 
sua  irmandade,  etc. —  Lisboa,  1747,  8.° 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  eSpañolcs.   335 

2.  Fasto  de  Hymenco ,  ou  historia  panegyrica  dos  desposorios  dos 
fidelissimos  reis  d'  Portugal  D.Jose  I  e  D.  Marie  Anna  Victorie  de  Bour- 
bon,  etc. — Lisboa,  1752,  folio  de  xL-408  págs. 

Navarrete  (Beato  Alfonso),  mártir,  O.  P. 

1 .  Epístola  ad  fratres  Ordinis  in  Japonia  missionarios. 

2.  Brevioresqiie  alias  plures  ad  varios  fratres  Ordinis  jamjam  capite 
plcctendos. 

Fué  beatificado  por  Pío  IX. 

Navarrete  (Baltasar),  O.  P. 

Controversiae  iii  Divi  Tbnmae  ejusque  scholae  defensionem  in  convenlu 
S.  Pauli  impressae. — Valladolid,  1605,  1609  y  1634.  Tres  tomos  en  folio. 

Navarrete  (Francisco  de),  O.  P. 

Memoria  de  la  devoción  del  Ángel  Custodio, — MS. 

Navarro  (Antonio),  O.  P. 

Tomus  primus   sermonum  de  Sanctis ,  a  foesto  B.  Andreae  ad  Resur- 
rectionem  Domini. — Madrid,  1593,4.° 
Las  otras  obras  se  perdieron. 

Navarro  (José),  O.  P. 

Santoral. — MS. 

Sermones  de  Adviento. — M.  S. 

Navarro  (Miguel),  O.  P. 

La  Virgen  del  Portillo,  conquistadora  de  Oran. — Zaragoza,    1732,  fol. 

Navarro  (Rodrigo),  O.  P. 

Discursos  evangélicos. — Alcalá,  1529,  en  8.» 

Navarro  (Tomás),  O.  P. 

1 .  Consulta  espiritual,  en  la  que  un  pecador  verdaderamente  arrepen- 
tido propone,  con  deseo  de  acertar,  el  infeliz  estado  de  su  alma,  etc. — 
Madrid,   1773,  i  vol.  8.' 

2.  Sermones  al  Santo  Tribunal. 

Navas  y  Pineda  (Fernando  de),  O.  P. 

1 .  Tratado  de  la  cofradía  del  Santo  Rosario. — Amberes  ,  1 57 1 ,  en  8.* 

2.  Modo  de  ayudar  á  bien  morir. 

5.      Cofradía  del  nombre  de  Dios. — Ñapóles,   1578,  en  8." 
El  doble  apellido  fué  ocasión  para  que  Nicolás  Antonio  escribiera  que 
eran  dos  autores. 


336  La  Orden  de  Predicadores. 

Naya  (Juan),  O.  P. 

Relatio  eorum  quae  ipsi  et  sociis  acciderunt  in  ínsula  dicta  Guadalupa.—' 
MS.  del  siglo  XVI!,  en  el  convento  de  Calatayud. 

Nell  (Pedro),  O.  P.  f  1767. 

Un  tratado  sobre  el  libro  de  Job.— MS. 
Comentarios  al  Psalterio. — MS. 

Nider  (Juan),  O.  P. 

1.  Manuale  Confess. 

2.  Praeceptorium  divinae  Legis  in  Decalogum. — MS. 

Nieto  (Luís),  O.  P. 

De  las  guerras  de  Berbería  y  suceso  del  rey  D.  Sebastián. — MS.  de  la 
Bibl.  nac.  (J.  6i.) 

Nieva  (Bernardo  de),  O.  P. 

Sumario  manual  de  información  de  la  doctrina  cristiana.  — Medina  del 
Campo,  1556. 

Nieva  (Domingo  de),  O.  P. 

1 .  Memoriale  vitae  christianae. 

2.  De  or alione  et  medit alione  tractalm  breves. 

3.  De  praeparalione  ad   sacramentum  foenitentiae ,  sacramque  euchari- 
stiam  necessaria. 

4.  Linguae  Sinicae  grammalica,  dictionariuní ,  poenilentium  exanun,  et 
plures  sermones,  etc. — (Así  Echard.) 

Nollet  (Antonio  Vicente  de),  O.  P.  f  1664. 

Guirnalda  de  quince  rosas. — Valencia,  1657,   16." 

Noreña  (Alonso  de),  O.  P. 

1 .  Traclatus   super  administraticne  et    regimine  spirituaJi  fidelium  «« 
Indias,  etc. — Roma,  1567. 

2.  Tractaltts  de  eleclione  canónica  juxta  decreta  ConcilUTridentini,  etc. 
— Bolonia  ,  1564. 

3.  Quae  in   capitulo  provinciae  suae   de  Chapa....   circa  varios  con- 
scientiae  castis....  conclusa  et  determínala  sunt ,  t\.c. 

Puede  consultarse  á  Echard,  tomo  i,  pág.  295,  y  la  Bibliohxa  de  Astu- 
rianos en  la  de  Campomanes. 

Noronha  (Tomás),  O.  P.  •\  en  1847. 

Exposifáo  da  doutrina  Christiana,  etc. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.    337 
Novar  (Sebastián  de),  O.  P. 

Cuaresma  del  Dominico. — Salamanca,  1634,  en  4.* 

Nozaleda  (Bernardino),  O.  P. 

1 .  Patrocinio   cientíjico  de  Sto.   Tomás  de  Aquino  ,  discurso. — Mani- 
la. 1881. 

2.  Discurso  en  la  apertura  del  curso  universitario. — Manila,  1876.  (El 
hombre  fisiológicamente  considerado.) 

Ñuño  Cabezudo  (Diego),  O,  P. 

1.  Coinmentarii  ac  disputationes  in  tertiam  partem  Summae  Theologicae 
Div.  Thomae. — Valladolid,  1601,  folio. 

2.  Tractatio  in  tertiam  partem  Summae  Theologicae,  Div.  Thomae. — 
Roma,    1682;   Valladolid,  1609,  fol. 

Oberto  (Feliciano),  O.  P.  f  1656. 

1.  Oración  fúnebre  en  las  exequias  de  la  reina  Nuestra  Señora  Isabel 
de  Borbón. — Zaragoza,  1645,  4.° 

2.  Metaphysica  duobus  voluminibus  distributa. — MS.  en  Zaragoza. 

3.  Algunos  papeles  de  grande  instrucción. — MS.  en  Zaragoza. 

Ocaña  (Pedro  de),  O.  P. 

Escribió  contra  Pedro  de  Osma ,  mas  no  parece  que  se  conserven  sus 
escritos. 

Ochoa  (Juan  de  ),  O.  P. 

Omnes  primariae  conclusiones  omnium  el  singulorum  articulorum  Summae 
S.  Tbnmae,  additionumque  in  carmen  redaétae,  quo  facilius  memoriae 
mandari  possint.  —  Roma,    1565,  en  8." 

Ojea  (Diego  de),  O.  P. 

1 .  Institución  de  la  devoción  ,  cof radia  y  milagros  del  Rosario.  — Ma- 
drid, 1589,  S." 

2.  Cofradía  contra  los  juramentos;  castigo  contra  los  blasfemos,  mal- 
dicientes y  juradores. — Madrid,   1580. 

Ojea  (Fernando),  O.  P, 

1.  La  venida  de  Cristo  y  su  vida  y  milagros. — Medina  del  Campo, 

1(302,  fol. 

2.  Historia  del  glorioso  Apóstol  Santiago,  patrón  de  España,  de  su  ve- 
nida á  ella,  y  de  las  grandevas  de  su  iglesia  y  orden  militar. — Madrid,  1615. 

3.  Tratado  de  la  nobleza  española. 

22 


)^S  La  Orden  de  Predicadores. 

4.  Tabula  geographica  regni  Galiciae. 

5.  Historia  general  del  reino  de  Galicia. 

Oliva  (Luís  de  la),  O.  P. 

1.  Sermonen  la  beatificación  del  B.  Iñigo  de  Loyola,  patriarca  de  la 
Compañía  de  Jesús. — Lisboa,  162 1. 

2.  Sermón  déla  Visitación  de  la  B  Virgen  María. — Madrid,  1617, 
en  la  obra  de  Herrera.  «Descripción  de  la  capilla  de  Nuestra  Señora,  etc.» 

Oliver  (Reginaldo),  O.  P. 

Del  Rosario  de  Nuestra  Setlora. — MS.  Siglo  xvii. 

Olivera  (Francisco  de),  O.  P. 

Relación  de  la  vida  y  de  las  cosas  del  V.   P.  Fray  Luís  de  Granada. 
Fué  compañero  del  grande  escritor  castellano,  y  de  sus  apuntes  se  uti- 
lizó Muñoz. 

Olmedo  (Sebastián  de),  O.  P. 

Cbronicon  Magistrorum  Ordinis  a  Sancto  Dominico  I,  ad  Albertum  de  Ca- 
saus  XLIV,  id  est  ad  annum  1^44,  el  virorum  iUustrium  qui  eorum  tempo- 
ribuí floruerunt . — MS.  en  pergamino  en  los  Arch.  Gener.  de  la  Orden. 

Olóriz  (Juan),  O.  P.  f  1760. 

Impugnación  de  muchas  doctrinas  que  enseña  el  Rmo.  P.  M.  D.  Anto- 
nio José  Rodríguez,  monje  benedictino  cisterciense  de  la  provincia  de 
Aragón  y  Navarra  ,  en  sus  dos  tomos  del  Nuevo  aspecto  de  Teología  mé- 
dico-moral.— Zaragoza  ,  1730. 

Olosábal  (Miguel),  O.  P. 

Commentarias  F.  Thoinae  de  Vio  Cajetani  in  priniam  secundae  S.  Tho- 
inae  de  Aquino  (absque  textu  S.  Doctoris )    cum  tabula   materiarum  in 

hoc    libro    contentarum ab    H.   P.    Fr.    Michaele   de    S.  Sebastiano 

Ochoa  sive  Olosábal. — París,  sin  año;  mas  como  está  dedicado   al  Pro- 
vincial de  España,  P.  Garcia  de  Loaisa,  debió  imprimirse  en   15  15. 

Olujia  ú  Oluja  (Gombalbo),  O.  P.  f  1384. 

Commentari  in  4  libros  magistri  Sententiarum. 

Ollería  (Juan  de),  O.  P. 

1.  Sermones  de  Tempore. 

2.  Guía  espiritual   ó  remedio  de  pecados . — MS. 

Oquendo  (Sebastián  de),  O.  P. 

I,     Condones  plurimae. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.    3  39 

2.  Thcologia  dogmática  ad  mentein  S.  Tbomae. 

3.  Resoliitioiies  castium  conscientiae . 

4.  Tractaltis  scbolnstici  et  íbeologici  diversi  generis. 

5.  Exposilio  Cons/Huíionum  Ordinis  Praedicalorum. 

A  juzgar  por  la  última  de  estas  obras  que  he  leído,  bien  se  compren- 
den los  elogios  que  al  P.  Oquendo  tributan  los  historiadores. 

Ordóñez  (Gabriel),  O.  P. 

Vida  y  virtudes  del  V.  y  Ai.  R.  P.  Fr.  Juan  Vá:iquei,  del  sagrado  Or- 
den de  Predicadores. — Córdoba,  1774,  folio  menor,  780  págs. 

Ordóñez  (Toribio),  O-  P. 

Tractatum  de  Sacramentis. — MS. 

Orduña(Juan  de).  O.  P. 

Kalcndarium  perpetuum  juxta  ritum  Ordinis  Fratrum  Praedicatorum . 
— Venecia.    15SS,  8.° 

Orduña  (Luis  de),  O.  P. 

Informe  celoso  discursivo  que  en  servicio  de  ambas  majestades  divina 
y  humana,  para  manifestación  de  la  verdad,  se  opone  á  todo  rebozo,  etc. 
Méjico,  1542,  en  4  " 

Misionero  en  América. 

Ore  (Hilario  de),  O.  P. 

Exposición  del  símbolo  de  la  Fe. — MS. 

Orellana  (Pablo  de),  O.  P. 

Acto  espiritual. 

Asi  Francisco  Manuel.  < 

Orfanel  (Jacinto),  O.  P. 

Historia  eclesiástica  de  los  sucesos  de  la  cbrist  laudad  de  japón  desde  el 
año  1602.  que  entró  en  él  la  Orden  de  Predicadores,  hasta  1620.  La 
añadió  el  P.  Diego  Collado. — Madrid,  1633,  4.',  4  hoj.  prel.  .  184  fo- 
liadas y  4  de  tablas. 

El  manuscrito  está  en  el  archivo  de  Santo  Tomás  de  Manila.  El  autor 
está  beatificado. 

Ormaza  (Antonio  de),  O.  P. 

Vida  de  S.  Jacinto.— VaWsdolid,    1594,  8.' 

Orozco  (Diego  de),  O.  P. 

1,  Sermones  quadragesimales  et  dominicales  per  annum. 

2.  Sermones  de  Nuestra  Señora. 


340  La  Orden  de  Predicadores. 

Orreta  (Luís  de),  O.  P. 

1 .  Historia  Eclesiástica ,  política,  natural  y  moral  de  Etiopía. — Va- 
lencia, 1610,  4.° 

2.  Historia  de  la  Orden  de  Predicadores  en  la  Etiopía  y  de  los  San- 
tos y  conventos  de  ella. — Valencia,  161 1,  4.° 

Orries  (Felipe),  O.  P. 

1 .  Prima  Synodus  Barbastrensis  SS.  Domino  N.  Gregorio  XIII.  Pontif. 
Máximo,  Regnante  invictis.  Principe  Philippo  II.  rege  nostro  Catholico. 
Habita  XVII.  die  Aprilis ,  anni  Domini  M.   D.    LXXV. 

2.  Visita  eclesiástica  de  la  Santa  Iglesia  de  Nuestra  Señora  del  Pilar 
de  la  ciudad  de  Zaragoza,  hecha  en  el  año  de  1576. 

?.  Declaración  del  Motu  proprio  que  concedió  la  Santidad  de  Grego- 
rio XVII,  en  Roma  á  14  de  Mayo  de  157S,  en  materia  de  panes  y  fru- 
tos,— Lérida,  1579,  8," 

Orries  (Teodoro),  O.  P. 

Líber  de  consolatione  Ecclesiae. 

Tenemos  de  él  noticia  por  el  Canónigo  Blasco  de  Lanuza.  Tomo  i  de 
las  Historias  Eclesiásticas  y  seculares  de  Aragón,  pág.  561,  col.  i. 

Ortega  (Salvador  de)  O.  P. 

Dominicas  después  de  Pentecostés.  — Scv'úlií,   171 1,  8.° 

Ortiz  (Diego),  O.  P.  f  1640. 

1 .  Suininularum  optis. 

2.  CompciiJiíiin  Logicae  super  Vlll  Pbisicorum  libros. 

Ortiz  (Miguel),  O.  P. 

Thesaurus  Qiiadragesimalis  pluribus  divinorum  elcquiorum  ,  ac 
SS.  PP.  sententiis  plenus.— MS. 

Osma  (Sebastián  de),  O.  P. 

Camino  de  ¡ci  perfección. — Valladolid,  1624,   4.° 

Osorio  (Antonio  de  Santa  Ana),  O.  P. 

o  novo  Compadre  Mathetis,  dn  as  extravagancias  do  espirito  Ijwnano. — 
Lisboa,  1822,   5  tomos. 

Ortega  (Juan  de),  O.  P. 

I.  Libro  sobre  las  reglas  y  modos  de  contar,  y  el  valor  de  todas  las 
monedas  de  muchos  y  diferentes  reinos,  reduciéndolas  todas  á  reglas  fa- 
cilísimas.— Sevilla,  1537,  en  4.0 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.    341 

2.  Tratado  sutilisiiiio  lic    aritmciica   de  nuevo  enmendado,  etc.   '.— 
Granada,  1363,  en  4.° 

Hs  el  anterior  corregido  por  Juan  Lagarto. 

3.  Numéralo  de  cuatro  escuadrones.  —  Cádiz,  1624,8.^ 

Ortiz  (Diego),  O.  P. 

1 .  Summulanim  explicatio  ciim  gravionbtis  qnaatíonibus  a  summuUstm 
disputan  sclitis. — Sevilla,  1655,  en  4.° 

2.  Quacstioues  in  logicam. — Sevilla,  1640,  en  4.° 

3.  Qiiaestioncs  in  octo  physicorum  libros. — Sevilla,  1640,  en  4." 

4.  Cursas  philosophicus  AiigcUco-íhomislictis. — Quempten  (Alemania), 
1667,  tres  tomos  en  8.°;  en  la  4.'  edición. 

Ortiz  (Tomás),  O.  P. 

1 .  Relación    curiosa  de   la  vida  ,    leyes ,  costumbres  y  ritos   que  los 
indios  observan  en  lo  político  de  su  idolatria  ,  guerra  y  paz. 

Fué  obispo  de  Venezuela,  y  conocedor  por  ende  de  las  cosas  que  trata 
en  su  obra ,  que  no  vio  la  luz  pública,  aunque  dedicada  á  Carlos  V. 

2.  Arte  y  reglas  de  la  lengua  Tagala. — Sampaloc  ,  1740,  4." 

Oxea  (Fernando  de),  O.  P. 

1.  Historia  eclesiástica  de  Galicia. — MS.  31  hojas,  4.' 

2.  Descripción  del  Reino  de  Galicia. 

3.  Defensorio  de  la  venida  de  Santiago. — MS.  Asi  Nicolás  Antonio. 

Ozeda  (Raimundo),  O.  P. 

De  Theologia. — MS. 

l^acheco  (Bartolomé),  O.  P. 

Paraphrasts  de  los  Sal/nos. — Sevilla,  1610,     ol. 

i^acheco  (Pedro),  O.  P.,  murió  en  171 3. 

Discurso  sobre  a  senlenga  «Tudo  e  nada  diz  quem  diz  amigo.» — Lisboa. 
'685,  4.- 

Pacheco  y  Troncoso  (Juan),  O.  P. 

Declamación  sacra  historial  gratulatoria  á  Nuestra  Señora  del  Rosario, 
predicada  á  la  Ciudad  y  Real  Audiencia  de  la  Coruña. — 1721. 

Paez  (Bonifacio),  O.  P.  Siglo  xvii. 

Sermones  Dominicarum  totius  amni.  —  Lisboa,  1(349,  ^"  4-'  grande. 
'     Emendado  por  Gonzalo  Busto:  Sevilla,  1552,  4.°,  dice  la  Edic.  que  vi. 


342  La  Orden  de  Predicadores, 

Paiau  (Francisco),  O.  P. 

1.  Sermones  de  tiempo  del  P.  Francisco  Mendo9a,  de  la  Compañía 
de  Jesús,  traducción  del  portugués.  —  Barcelona,   1636,  dos  tomos  en  4." 

2.  Protnptuario  espiritual  sobre  los  Evangelios  de  las  solemnidades  yjies- 
tas  de  la  Reyna  de  los  sanios  María  Madre  de  Dios ,  etc.  ,  traducción  del 
portugués. — Barcelona,    1636,  en  folio. 

Palencia  (Juan),  O.  P. 

1 .  OrJinariiun  sacrarum  cacre¡noniarum  et  divini  offcii  ad  riluin  Fra- 
truin  Praedicatorum,  in  diios  Ubi  os  distribtituiu. — Salamanca,    1576,  4.0 

2.  Martyrolpgium  secundum  ordiucm  Fralruní  Praedicatorum,  etc, — 
Salamanca,   1579. 

Palencia  (Pedro  de),  O.  P. 

Tratado  del  expurgatorio  sobre  la  lección  de  la  Glosa  de  los  Rabinos. — 
MS.  de  la  Bibl.  nac.  (A.  147.) 

Palmerola  (Tomás),  O.  P. 

Perla  de!  Valles,  ó  Historia  de  Nuestra  Señora  de  Bellulla. — Barcelona, 
1712,  tomo  uno,   8.° 

Palomeque  (Pedro),  O.  P. 

1.  Regla  de  ¡a  y.  O.  T.  de  Sanio  Domingo. — Madrid,  1883. 

2.  Los  quince  sábados  del  Rosario. — Madrid,  1882. 

3.  La  1^0^  Dominicana, — Publicación  mensual  de  Madrid. 
Vive. 

Pallas  y  Taro  (Francisco),  O.  P. 

1.  Un  libro  en  forma  de  Dialogo,  en  que  se  prueba  la  unidad  de 
Dios. — Está  este  libro  en  caracteres  chinos. 

2.  Una  Pastoral  contra  las  usuras  ,  tablillas  supersticiosas  y  permi- 
tidas, y  contra  algunos  cristianos  que   casaban  sus  hijos  con  los  infieles. 

3.  Otras  cartas  Pastorales. 

4.  Diversas  epístolas  particulares. 

5.  Relación  del  Martirio  de  los  V  V.  PP.  Ü.  Fr.  Francisco  Serrano,  etc. 
— Manila,  1749;  Valencia,  1750. 

6.  Carta  que  dirigió  siendo  ya  Vicario  Apostólico  á  la  Sagrada  Con- 
gregación de  Ritos,  etc. 

7.  Otros  escritos  relativos  á  su  ministerio. 

Paredes  (Pedro  de),  O.  P. 

Additioncs  ad  libros  R.  P.  F.  Tltomae  Malvenda  Ordinis  Praedicalcruiu 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos.  cSpañolcs.    343 

de  Anti-Chriito. — MáV)dado  imprimir  por    las   actas  del  Capit.  Prov.    de 
Liica,   1 62 1. 

Parra  (Jacinto  de  la),  O.  P, 

1.  Lihellm  stiph'x,  in  quo expecíantia  ad  proximamdefinibiliíatem.... 

in  beaiissima  Deipara.  etc.  —  Barcelona,  1649.  Trata  de  la  Concepción  de 
la  Virgen. 

2.  La  hienavenlurada  Rosa  peruana. — Madrid,   1668,4.» 

3.  Rosa  laureada. — Madrid,  1668,  folio. 

4.  Artium  cursus. — Cuatro  tomos,    1657. 

5.  De  general ionc  et  corruptione  et  de  amina.  — Dos  tomos.  Sobre  este 
libro,  véase  á  Echard,  pues  se  lo  plagiaron  al  autor. 

6.  Censura  in  dispiitaíiones  theologicas  nostri  Petri  de  Godoy. — Oxford, 
1672;  Venecia,  1686. 

7.  Catbalogum  auctorwn  nostrorum. — MS.  en  la  Minerva  de  Roma. 

8.  Otras  seis  obras,  cuyos  títulos  trae  el  P.  Echard,  pero  cuyo  para- 
dero se  ignora. 

9.  Sermón  á  San  Juan  de  la  Cruz. 

10.  .Al  Santo  Tribunal. — Tres  tomos. 

11.  Ídem  de  profesión  y  velo. — Dos  tomos. 

12.  ídem  de  Santo  Domingo. — Dos  tomos. 

Parrado  (Jerónimo),  O.  P. 

/íquilibrium  libertatis  divinae  ,  angelicae  et  humanae  ,  tribus  dicidibus 
disputationibus  absolutum. — Siglo  .xvii. 

Pascual  (Benito),  O.  P. 

Prontuario  de  Ceremonias. — MS. 

Pascual  (Jerónimo),  O.  P. — Siglo  xvi. 

Summa  Tbeologica, — MS. 

Pascual  (Ramón),  O.  P. 

1 .  Praeclatissiina  eommentaria  m  epistolam  B,  Pauli  aposloli  ad  Rotha- 
nos. — Barcelona,  1594,  en  folio. 

2.  De  Nuestra  Señora  del  Rosario. — En  catalán. 

Pascual  (Sancho),  O.  P.  f  1496. 

Tractatus  de  Spiritu  et  Carne. — MS.  en  fol. 

Pastrana  (José  de),  O.  P. 

Empeños  del  poder  y  amor  de  Dios  en  la  admirable  y  prodigiosa  vida  del 
Smo.  Patriarca  Joseph,  esposo  de  la  Madre  de  Dios. — Madrid.  1696.  un 
vol.  folio  menor. 


344  La    Orden  de  Predicadores. 

Paz  (Domingo  de  la),  O.  P. 

1.  Sermones  in  quibus  veri  christiani  hominis  specimen  exhibetur. — 
Tomo  i.°,  Venecia,  1580,  en  4.°  Pars  secunda  tomi  primi,  de  amore  Dei 
et  proximi. — Venecia,  1580;  los  tomos  2°  y  3.°  quedaron  IVISS. 

2.  Casuum  conscientiae  summa. — Tampoco  parece  que  se  haya  im- 
preso.  Siglo  XVI. 

Paz  (Juan  de),  O.  P. 

1 .  Respuestas  á  doscientas  setenta  y  cuatro  cuestiones  de  los  misioneros 
de  la  Orden  de  Predicadores  en   Tonquin. — Manila,   1680,  en  folio. 

2.  Otras  muchas  resoluciones  que  se  conservan  manuscritas. — Sevi- 
lla, 1687,  fol. 

3.  Vida  de  Sta.  Rosa  de  Lima. 

Hay  en  Filipinas  otros  MSS.  de  este  misionero,  que  fué  llamado  el  orácu- 
lo de  Asia. 

Paz  (Matías  de),  O.  P. 

1.  Relectiones  sive  repartitiones  in  totam  sacram  Scripturam. 

2.  Coinmeniaria  in  iinivcrsam  S.  Tbomae  Summam. 

3.  Condones  aliquot. — MSS.  en  Salamanca. 

Pedraza  (Juan  de),  O.  P. 

Suma  de  casos  de  conciencia. — Toledo,  1567  ;  en  italiano,  Vene- 
cia,   1584. 

Pedro  (Diego),  O.  P.  f  1632. 

1.  Breve  noticia  del  Santísimo  Rosario,  de  su  cofradía  y  modo  de 
rezarle. — Zaragoza,  1657,  8.° 

2.  Doctrina  cristiana  del  Santísimo  Rosario. — Zaragoza. — Varias  edic. 

3.  Super  ísaiam. — MS.  en  el  C.  de  P.  de  Zaragoza,  3  tomos  fol. 

Pedro  (Enrique),  O.  P. 

In  11/'  libros  Scntentiarum  commentarium. — MS.  del  convento  de  Lérida. 
— -Siglo  XIV. 

Pedro  (Juan),  O.  P. 

1,  Commentaría  in  Ecclesiasticuní  ,  Prophetas  XII  minores,  et  epí- 
stolas canónicas. 

2.  Sermones  plurimos.  —  MSS. — Siglo  xv. 

Pedroche  (Cristóbal),  O.  P. 

Relaci'ón  del  destierro  del  difunto  Señor  Don  Fr.  Felipe  Pardo,  arzobispo 
de  Manila. 

En  1690  fué  este  escritor  Provincial  de  Filipinas. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  i'sp.iñolcs.   34^ 
Pedrosa  (Gregorio  de),  O.  P. 

Summam  Theologicam. — MS. 

Pelayo  (Gonzalo),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Primicias  del  Santísimo  Rosario. — MS. 

Pellicer  (Mariano),  O.  P. 

Arte  ó  Gramática  de  la  lengua  pangasinana  (una  de  las  que  se  hablan 
en  I'ilipinas). 

El  autor  murió  siendo  párroco  de  Lingayén ,  hacia  1844,  Y  y^  ^e 
habia  impreso  en  Manila. 

Penades  (Bartolomé),  O.  P. 

Volumen  de  haeresibus  haereticisque  nostrorum  temporum. — Año  de 
1444- 

Peña  (Antonio  de  la),  O.  P. 

1 .  Las  epístolas  y  oraciones  de  la  bienaventurada  Virgen  Sta.  Catalina, 
— Alcalá  ,    1512. 

2.  La  vida  de  la  misma  Santa  bienaventurada  ,  y  de  otras  santas  virge- 
nes  déla  Orden  de  Sto.  Domingo. — Salamanca,    15S8. 

3.  Vida  de  Sóror  Juana  de  Orbieto  y  de  Sóror  Margarita  de  Castillo, 
de  la  misma  Orden. — Medina  del  Campo,    1569. 

4.  Fr.  Ricoldi  Ord.  Praedicatorum  contra  legem  Saracenorum  trocla' 
tum. — Se  imprimió  en  España  ,  pero  se  ignora  el  punto. 

Peña  (Bernardo  de  la),  O.  P. 

Chrónica  ccclcsiástica  toledana,  antigüedades  de  su  santa  Iglesia  primada 
de  las  Españas  y  sucesión  de  sus  Arzobispos. — En  1O72  se  imprimió,  se- 
gún Nicolás  Antonio. 

Peña  (Jacinto  de),  O.  P. 

Oraciones  panegyricas  de  la  Virgen. — MS. 

Peña  (Juan  de  la),  O.  P. 

In  wnversam  S-  Thomae  Summam  Commentaria. — Aunque  eran  apre- 
ciados no  se  imprimieron ,  como  tampoco  otras  obras  del  autor  en  de- 
fensa de  los  Jesuítas. 

Peña  (Tomás  de),  O.  P. 

1 .  Conceptus  super  evangelio  totius  anni. 

2.  Officium  pium  et  elegans  de  S.  Thoina  de  Aquiiui. — Siglo  .xvi. 


346  La  Orden  de  Predicadores. 

Peñafort  (San  Raimundo),  O.  P. 

1.  Compilatio  Decretalium  quinqué  divisa   libris. — Basilea ,    1479,  en 
folio.  El  primer  cuerpo  de  Derecho  canónico. 

2.  Suinma  de  Poeniietüia  el  Matrimonio.- — Colonia,  1502. 

3.  Diibitahilia  cum   responsionibus  ad  ¡¡uaedam  capita  misa  ad  Ponii- 
ficem. — MS.  en  la  Sorbona. 

4.  Summa  quando  poenitens  remita  debeat  ad  superiorem. — MS.  Bibl. 
Thuanae. 

3.  Tractattts  de  bello  el  duello. 

6.  Tradatus  de  ratione  visitandae  dioecesis  et   curandae  subditorum  sa- 
lutií. 

7.  Modas  Juste    ¡legotiaiidi  in  gratiain  mercatorum. 

8.  Constituí  iones  Ordinis  Praedicatonini  ad  ineliorem  forniam  redactae. 

9.  Episíolae  plures  prescrlim  encyclicae  ad  totum  Ordinem. 

10.  Moralis  Summa. — MS.  en  vitela,  1.  del  siglo  xiv  en  la  Bibl.    nac. 
(C.   156.) 

1 1.  Summa  juris  canonici  cum  ejusdem  aucíoris  notulis. — MS.  en  vitela, 
I.  del  siglo  XIV.— Id.  (C.   58,  B    165.) 

Fué  Maestro  Genera!  de  su  Orden. 

Peñaranda  (Antonio  de),  O.  P. — Siglo  xvii. 

1.  Panegírico  de  nuestro  Padre  Sto.   Domingo. — MS. 

2.  Panegírico  de  Sto.  Tomás  de  Aquino. — MS. 

Peñavel  (Diego),  O.  P. 

Comentarios  al  libro  de  Judit. — MS. 

Perea  (Tomás  de),  O.  P. 

Arbitrium  spirituale. — MS. 

Pereda  (Francisco  de),  O.  P. 

Historia  de  la  santa  y  devotísima  imagen  de  N.  S.  de  Atocha,  Patrona 
de  Madrid,  y  de  sus  milagros  y  casa  ,   etc. — Valladolid,  1604,  8.° 

Pereira  (Antonio),  O.  P. 

1.  Sermiio  do  outo  da  fe,  contra  a  idolatría  do  Oriente,  pregado  na 
cidade  de  Goa  327  de  Margo  de  1672. — Lisboa,   1685,  4." 

2.  Seriaáo  do  desaggravo  peio  successo   de  Odínellas  ,  pregado  na 
mesma  Igif^a  em  11  de  Maio  de    1670.  —  Lisboa,  1691,  4.° 

Pereira  (Jerónimo),  O.  P. 

1.  Tradatus  de  resurredione  Domini  nostrijesu  Christi. 

2.  Tradatus  de  sacramentii  Ecclesiae. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.    347 

3      Miiltitudo  innúmera  sermomtm  eruditissimorum . 
Obispo  vicario  del  Cardenal  Infante  D.  Enrique. 

Pérez  (Andrés),  O.  P. 

1.  Vida  de  S.  Raimundo  de  Peñaforte. — Salamanca,    1601,  8." 

2.  Sermones  de  Cuaresma. — Valladolid,   1621,4.' 
5.     Sermones  de  ios  Santos.  —  Ídem,  1622. 

4.  ¡,a  picara  Jusfina  ,  dice  Nicolás  Antonio  que  se  atribuía  á  este 
Padre. 

Pérez  (Domingo).  O.  P.  f  1724. 

1.  De  Incarnatione  et  Fide. — Dos  tomos  en  fol. ;  Madrid,   1735  y  34. 

2.  Un  tratado  de  ánima. 

3.  Sermones. — Tres  tomos  fol. 

4.  Oración  fúnebre  en  las  exequias  de!  Sr.  D.  Carlos  II. — Alcalá, 
1700,  en  4.° 

Pérez  (Domingo),  O.  P. — Otro? 

1.  Commentaria  in  Summam  Sti.  Thomae. — MS. — Asi  su  discípulo 
Edmundo  de  Burgos. 

2.  Tractatus  de  fide  ju.xta  mentem   D.  Thom. — Madrid,    1734,  fol. 

3.  Tractatos  de  inettabili  Incarnationis  mysterio. —  Madrid,  1732,  fol. 

Pérez  (Francisco),  O.  P. 

Tractatus  de  mérito  justi. — Entre  las  obras  del  P.  Vicente  Ferré,  im- 
presasen Salamanca,  1690. 

Pérez  (Pedro),  O.  P. 

Beati  yígidii  Sanctarenensis  viri  sanctissimi  vita. — MS.    en  Santarem. 

Pérez  de  Lerma  (Francisco),  O.  P. 

Tractatus  de  mérito,  ad  quaestionem  114  Summae  theo'.ogicae. — Luca, 
1690,  entre  las  obras  del  P.  Vicente  Ferré. 

Pez  (Segundo),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Comentarios  á  las  Epístolas  de  S.  Pablo  á  los  Romanos. — MS. 

Piedad  Maciel  (Francisco  de  la),  O.  P. 

Expositioiws  selectae  Sanctorum  Patrum,  Doctorumque  clasicorum  in 
totum  historíale  utrumque  paginae  testum  colectae  et  conceptíbus  prae- 
dicatibus  applicatae. — Ñapóles,  1634,  fol. 

Piar  (Domingo),  O.  P. 

Questiones  teológicas  explicadas  á  sus  discípulos. — MS.,  2  tomos. 


348  La  Orden  de  Predicadores. 

Pier  (Sebastián),  O.  P.  f  1776. 

1 .  Oración  fúnebre  en  las  exequias  de  la  reina  doña  Maria  Amalia. 

2.  Questiones  teológicas  explicadas  á  sus  discípulos. — MS.,  2  tomos. 

Pilar  (Juan  del),  O.  P. 

1.  Oragao  fúnebre  ñas  exequias  do  emmo.  e  revnio.  Sr.  Nuno  da 
Cunha  de  Itaide,  cardeal  e  inquisidor  geral  d'estes  reinos  e  senhorios, 
celebradas  em  Goa  en  20  de  Dezembro  de   175. — Lisboa,  1753,  4.° 

2.  Sermao  de  ac^ao  de  grafas  pela  milagrosa  deíesa  da  vida  de 
S.  M.  F.  D.José  I,  celebrada  pela  cidade  de  Goa,  na  cathedral  d'ella, 
dos  25  de  Janeiro  de  1760. — Lisboa,  1764,  4.°,  de  xii-20  págs. 

Pimentel  (Domingo),  O.  P. 

1.  Memorial  á  Su  Majestad  Católica. — Escribió  este  memorial  cuando 
era  Obispo  de  Córdoba,   para  poner  remedio  á  determinados  abusos. 

2.  Réplica  á  Su  Santidad. — Roma,  16^3. 

3.  Discurso  de  los  servicios  de  su  padre  D.  Juan  Alfonso  Pimentel. — 
MS.  déla  Bibl.  nac.  (T.  55,  p.    14.) 

4.  Parecer  en  las  cosas  del  cardenal  Borja. — ídem.  (Q..  104,  p.  82.) 

5.  Discurso  sobre  la  bula  de  Residentia  episcoporum. — ídem.  (p.  91.) 

6.  Carta  para  Su  Majestad. — ídem.  (p.  98.) 
Obispo  de  Córdoba  y  de  Cuenca. 

Pinell  (Francisco),  O.  P. 

Regla  de  Santo  Domingo  resumida  para  el  uso  de  los  novicios. — Bar- 
celona,   1752,  4." 

Pinello  (Francisco),  O.  P. 

La  historia  de  la  imagen  milagrosa  de  Santo  Domingo  en  Soriano. — 
Consta  por  el  P.  Parra. 

Piñeira  (Margarita),  O.  P. 

Vida  e  moric  da  serenissima  princesa  Dona  Joana  Jilba  do  chrisiianissinio 
rey  Doin  Alfonso  V  de  Portugal  ,  e  da  Dona  Isabel  I  a  reina  sa  muger. — 
Siglo  XV. — MS.  en  Aveiro. 

Piñeiro  (Jorge),  O.  P. 

1 .  Sermáo  no  Auto  da  fe  que  se  celebrou  em  Coimbre  a  29  de  Mar^o 
de  1620. — Lisboa,   1620,  4.",  de  11-35  P^S- 

2.  Sermáo  ñas  festas  que  o  bispo  D.  loáo  Manuel  fet  na  canonisaíao 
de  Sancta  Isabel,  rainha  de  Portugal.  — Aude  en  el  libro  Sanctissima  Re- 
gina. 

3.  Sermáo   pregado   na  igreja  de  Sancta  Isabel ,  da  o  prestito  que  a 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  eSpañoks.    349 

Universidade   fet,   dando   gracias    a    Deus   pelo  nascimento  do    principe 
D.  Balthasar  Carlos. — Coimbra  ,  1630,  4.° 

Pipino  Bolones  (Francisco),  O.  P. 

Tradujo  al  latín  la  Historia  de  Marco  Polo.— 1}20. 

Pisano  (Bartolomé),  O.  P. 

Las  asechanzas  Je  los  antiguos  y  sus  más  necesarias  sentencias. — MS.  de 
la  Bibl.  nac.  (Ce.  128.) 

Planas  (Gaspar),  O,  P.  f  1674. 

1 .  Remedio  de  las  enfermedades  del  alma,  ó  sea  una  breve  exposi- 
ción de  las  virtudes  cristianas ,  con  un  proemio  acerca  de  los  primeros 
Padres  de  la  Orden  dominicana.  —  Madrid,  1668,  4.° 

2.  Un  tratado  de  moral  para  uso  de  los  confesores. — Madrid,  1670,  4." 

3.  Sumaria  declaración  de  varios  casos  prácticos  de  importancia. — .MS. 

4.  Tratado  de  Lógica. — MS. 

Planas  (Juan);  O.  P. 

1.  ^4rte  Pastoral,  ó  método  para  gobernar  bien  una  parroquia. — 
Barcelona,  1860,  3  vol,  en  4.° 

2.  El  Catequista  Orador,  ó  el  catecismo  Romano. — Barcelona,  1879, 

2  vol.  en  4.° 

3.  El  Cura  en  el  pulpito,    ó    Virgo  praedicand.í. — Barcelona,   1877, 

3  vol.  en  4.° 

4.  Jesiu-rislo  predicado. — Barcelona,    1877.  2  vol.  en  4." 

5.  Regla  para  las  Terciarias  de  Santo  Domingo. — Barcelona,   1874. 
Vive. 

Poblet  (Justo  de),  O.  P. 

Manual  de  predicación  evangélica. — Barcelona  ,  1602. 

Poc  (Reginaldo),  O.  P. 

1.  Compendio  de  la  vida....  de  San  Galderique  de  Canigon  y  San 
Isidoro  de  Madrid,  etc. — Perpiñán,  1627,  en  8.° 

2.  Historia  de  la  vida  y  milagros  de  S.  Magin. — Barcelona,  1630,  8." 

3.  Vida  de  S.  Madi. 

Poc  (Rodrigo),  O.  P. 

In  Psalmum  Erutavit  cor  meuiii,  etc. — MS. 

Polanco  (Juan  de),  O.  P. 

I .     Sententia  se.x  missionariorwn  nostrorum  in  urbe   Lanki   congrega- 


350  La  Orden  de  Predicadores. 

torum ,  qua  ritus  Sinenses  erga  Confucium  et   avos   mortuos   ut  elliciti 
damnantur. — 20  de  Abril  1661. 

2.  Memoriale  sacrae  Congregationi  Romanae  universalis  Inquhitionis. — 
Año  de  1669. 

3.  Breve  Directorium  ad  Confessarii ,  ac  Confitentis  munus  recte 
obeundum. — Colonia,  1560,12." 

Además  firmó  y  tomó  parte  en  la  redacción  del  Relato  del  P.  Morales 
sobre  los  citados  ritos,  hoy  proscritos  por  la  Santa  Sede. 

Polo  (Juan  Bautista),  O.  P.  f  1667. 

Aparición  y  milagros  de  la  Prodigiosa  Imagen  del  Patriarca  Santo  Do- 
mingo en  Soriano. — Valencia,  1646- 1649- 165 2,  8.° 

Pollidori  (Francisco  María).  O.  P. 

Vida  de  Sto.  Domingo  de  Guarnan,  fundador  de  la  Orden  de  Predicado- 
res,  traducida  por  un  religioso  de  la  misma  Orden. — (MS.  de  1822.) 
Roma,  1777,  I  vol.  4.° 

Pons  (Antonino),  O.  P. 

1.  Maravillas  del  Saníísiino  Sacramento,  y  milagros  con  que  el  Señor 
las  califica  en  confirmación  de  lo  que  la  fe  enseña  de  la  santa  eucaristía. 
— Valencia,   1613,  en  4.° 

2.  Milagros  con  que  el  Señor  confirma  ¡a  verdad  de  la  doctrina,  etc. — 
Murió  el  autor  antes  de  imprimirlo,  y  se  encuentra  en  las  Bibliotecas  con 
títulos  muy  variados,  sin  duda  porque  el  autor  no  llegó  á  ponerle  ninguno. 

Pons  (Buenaventura),  O.  P. 

Dijjiculialcs  sacrae  Scnpturae  ínter  Sánelos  Paires  agitataeet  conlrover- 
sae. — Lyon,  1672. 

Pons  (Jacinto),  O.  P. 

Tres  modos  de  dtr  lo  rosario.  —  Barcelona,    1693. 

Pons  (José  Buenaventura),  O.  P. 

Modus  concionandi.  —  Siglo  xvi. 

Pons  (Salvador),  O.  P.  f  1620. 

1.  Vidas  de  los  Santos  Hemeterio  y  Celedonio. 

2.  Vida  de  Santa  Eulalia  de  Barcelona. 

3.  Vida  de  San  Raimundo  de  Peñafort, 

4.  Vida  de  San  Fructuoso. 

5.  Sermones  de  la  Soledad  de  la  Reina  de  los  .Angeles  y  de  San  Rai- 
mundo de  Peñafort. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  emanóles.   351 

6.  Espo&itió sobre  del  Psalin.  Miserere  iiiei  Deiis  de  David. — Barcelona, 
1592,  8.° 

7.  Vida  y  martirio  y  traslación  á  Cataluña  de  Sta.  Madrona,  virgen 
y  mártir. — Barcelona,  157;. 

Pons  (Sebasticán).  O.  P. 

Contra  Cahiiiianos  errores  lihri  dúo. 

Floreció  en  el  siglo  xvii;  mas  dudo  mucho  que  se  hayan  impreso  sus 
obras. 

Pons  (Vicente),  O.  P. 

1.  De  potentia  et  scientia  demonum . — Aix,    1612,  en  8.° 

2.  La  vérité  catholique,  aposlolique  et  rouuine. — Aix,   1608,  en  8.' 

3.  Qiiaestior.eí  pbilosophicae. — Aix,   1615,  en  4." 

4.  Historia  del  Real  convento  de  Santo  Domingo  de  Palma.  —  MS. 

Ponsgrau  (Pedro),  O.  P. 

Vida  de!  Beato  Gil  y  compañeros  mártires  en  la  China. — Asi  Collantes 
«Historia  de  Filipinas.  » — P.  4.°    Libro   2,  cap.   2. 

Ponte  (Raimundo  de),  O.  P. 

V,     Decreta  et  sialuta  syuodi  dioeccsanae  Valentitiae. 
1.     Tractatitin  de  Sacramcnth. 

3.  Senteníia  de  pretio  ob  jus  ratae  etnptionis  terrai  iim  seu  praediorum 
dominii  ecclesiastici  solveldo. — Este  dictamen  pasó  á  1  ey  en  Aragón. 

4.  Testamentum  ejus. 
Fué  Prelado  de  esta  sede. 

Ponti  (Jaime),  O.  P. 

Tradujo  al  catalán  la  obra  escrita  en  francés  por  el  abate  Du-Voi  sin- 
titulada  «Demostración  del  Evangelio.» — festa  obra  fué  puesta  en  caste- 
llano por  el  P.  Domingo  Treserra,  O.  P.,  é  impresa  en  Manila,  1870, 
2  vol.  4.°,  con  el  titulo  de  La  Iglesia  de   Cristo. 

Porta  (Sancho),  O.  P. 

1 .  Divinmn  ac  proiiide  inaestimabile  sed  et  oiiimuin  qiiae  hucusque  de 
Cliristifera  virgine  scripta  sunt  praeclarissimum  Moríale.  —  Lyon  ,  15 13. 
en  4.° 

2.  Sermones  de  tempore  dominicales  ab  Adventu  ad  pascha. — Lyor., 
1517,  en  4.^  I. 

3.  Sermones  dominicales  de  tempore  a  pascha  ad  Adventum. — Lyon, 
1517,  en  4.° 

4.  Sermones  de  Sanctis. — Lyon,   15 17,  en  4.* 

•     Introducciones,  etc..   se  llaman  en  algunas  ediciones. 


^^2  La  Orden  de  Predicadores. 

5.     Mariale  et  Sanctorale. — Lyon,  1513,4.° 
Fué  maestro  del  Sacro  Palacio. 

Portal  (Buenaventura  del),  O.  P. 

Comentario  ¡n  Apocalipsis. — MS.  fol. 

Portillo  (Pedro  del),  O.  P. 

1 .  Instrucción  de  la  Confraternidad  del  Santísimo  nombre  de  Jesús. — 
MS.  en  el  Convento  de  Sto.  Domingo  de  Calatayud. 

2.  Cuatro  libros  de  sermones. — Un  tomo  en  4.°,  que  se  conserva  en 
el  Convento  de  Sta.  Lucía  de  Alcañiz. 

Portocarrero  (Pedro),  O.  P. 

Dejó  escritos  los  Sermones  que  con  grandísima  aceptación  había  predi- 
cado; pero  murió  cuando  preparaba  la  impresión,  que  después  no  se  ¡levó 
á  cabo. 

Portocarrero  (Tomás),  O.  P. 

Declaración  del  Salmo  Setenta,  <(In  Te  Domine  speravi.» — MS. 

Portugal  (Juan  de),  O.  P. 

1.  De  gralia  creata  et  iticreata. — Tomo  i.°  en  folio,  Coimbra,  1627; 
tomo  2  "  MS. 

2.  Catechismo  por  onde  os  curas  ensinhassem  a  doctrina  chiistaa. 

3.  Casamento  christao. 

4.  De  louvores  de  nossa  Senhora,  libro  exceUentissiwo. 

5.  Summario  da  doctrina  christaa,  ordenada  conforme  ó  Cathecismo 
Romano. — Lisboa,    1626,  8.° 

Obispo  de  Viseo,  de  la  familia  de  Braganza  y  de  Guzmán. 

Posadas  (Bto.  Francisco  de),  O.  P. 

1 .  Triunfos  de  la  castidad  contra  la  lujuria  dialólica  de  Molinos. — Ma- 
drid ,   1775,  I  vo!.  4.°  mayor. 

2.  Obras  postumas. — Córdoba,    1736-39,  5  vol.  4.° 

3.  Vida  del  glorioso  Padre  y  Patriarca  Sto.  Domingo  de  Gu^inán. — 
Barcelona,  1790,  i  vol.  4.° 

4.  Ladridos  evangélicos  del  Perro  evangélico. — Córdoba,  1695,  4-" 
Son  sermones  predicados  en  la  catedral  de  Córdoba. 

5.  Vida  y  virtudes  del  venerable  siervo  de  Dios,  Cliristóbal  de  Santa 
Catalina,  Pbro.  de  Mérida. —  1690. 

Pou  (Melchor),  O.  P. 

1.  Condones  de  tempore  et  de  Sanctis  per  annuní . — MS. 

2.  Mariale  seu  sermones  de  laudibus.  B.  Virginis. — Siglo  xvi. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  emanóles.  353 
Pozo  (Alonso  del),  O.  P.  \ 

1 .  Vida  de  la  Venerable  Madre  doña  Micaela  de  Aguirre,  religiosa  del 
Orden  de  Santo  Domingo,  en  el  convento  de  la  Madre  de  Dios  de  la  ciudad 
de  Valladolid ,  natural  de  la  ciudad  de  Vitoria. — Madrid  ,  por  Bedmar, 
1718,4." 

2.  Historia  de  la  milagrosa  imagen  de  Ntra.  Sra.  de  las  Caldas  y  su 
convento. — San  Sebastián,  1700^  4." 

Pozo  (Antonio),  O.  P. 

I.     De  la  autoridad  de  los  vicarios  y  curas  de  la  Nueva  España. 

Pozo  (Juan  de),  O.  P. 

Escribió  diferentes  Ordenaciones  para  los  obispados  de  Lugo,  León  v 
Segovia,  que  sucesivamente  ocupó. 

Pozo  (Marcos),  O.  P. 

Comentario  sobre  el  Pater  noster. — Siglo  xvi. 

Pozo  (Martín  del),  O.  P. 

De  Thriumpho  Sanctae  Crucis. 

Prado  (Juan  Martín  del),  O.  P.  f  1636. 

Tratado  de  Espirituales  documentos  para  visitar  y  consolar  enfer- 
mos, etc. — Zaragoza,  1627,  en  8.°,  de  148  págs.,  en  4  libros. 

Prado  (Norberto  del),  O.  P. 

1.  Discurso  leído  en  la  apertura  anual  de  los  estudios  de  la  Real  y 
Pontificia  Universidad  de  Sto.  Tomás  de  Manila,  en  1882.  (Importancia 
déla  Filosofía  para  las  demás  ciencias,  y  necesidad  que  tiene  de  las  en- 
señanzas divinas.)  Manila,   1882. 

2.  La  Santidad  da  alas  al  talento,  discurso  en  honor  de  Sto.  Tomás. 
—Manila,  1881. 

3.  Sermón  de  San  Francisco  de  Asís. — Manila,  1883. 

Prato-Florido  (Hugo  de),  O.  P. 

Sermones  dominicales  super  evangelia  et  epístolas,  etc. — París,  1542, 
I  vol.  8.°  (letra  gótica). 

Prats  (Jacinto),  O.  P.  f  1700. 

Sermón  de  las  honras  del  Reverendo  Padre  Francisco  Fajardo ,  Domi- 
nico, celebradas  en  el  Real  convento  de  Predicadores  de  Valencia ,  á  29 
de  Octubre  de  1672. — Valencia,  1672,  4.° 

23 


354  ^^  Orden  de  Predicadores. 

Prats  (Sebastián),  O.  P. 

«Fr.  Sebastiani  Augustini  Prats  et  Cabrer  Ord.  predic.  Doctoris  Cer- 
variensis  Oratio  ad  Pontif.  et  Reg.  academiam  habita  in  máximo  thea- 
tro  MDCCLXXXil.» 

Varios  MSS.  que  se  hallaban  en  el  C.  de  Santa  Catalina  de  Barcelona. 

Pravia   (Pedro  de),  O.  P. 

Débese  á  este  esclarecido  hijo  de  Asturias  el  trabajo  previo  para  la 
redacción  del  Índice  expurgatorio  de  1585. 

Puebla  (Manuel),  O.  P. 

Discurso  pronunciado  en  la  apertura  anual  de  los  estudios  de  la  Uni- 
versidad de  Manila. — Manila,  1872. — (La  enseñanza  católica  es  el  medio 
fácil  y  seguro  del  progreso  cientifico.) 

Puelles  (Alejandro  de),  O.  P. 

Sermones  de  Nuestra  Señora. 

Puente  (Agustín  de  la),  O.  P. 

In  Jouam  Prophetam  Commentaria. — MS. 

Puente  (Juan  de  la),  O.  P. 

1.  De  la  conveniencia  délas  dos  monarquías  católicas,  la  de  la  Iglesia 
Romana  y  la  del  Imperio  español,  etc.  Libro  primero. — Madrid,  161 2,  fo- 
lio. El  libro  segundo  no  se  imprimió  por  negarse  el  autor  á  concordarle 
con  las  fábulas  de  Dextro,  como  pretendía  cierto  áulico  de  la  corte. 

2.  Árbol  de  la  Vida. — Alcalá,  1572,8.' 
Oonista  del  Rey  católico. 

Puig  (Amoldo  de),  O.  P. 

Ars  praedicandi  ad  Hugonetn  Dertusanum  episcopum  directa  et  nuncupata. 
— MS.  en  pergamino  del  siglo  .\v. 

Puig  (Juan  de),  O.  P. 

Collectanea. 

Puig  y  Xarrié  (Narciso  y  Francisco),  O.  P. 

1.  In%titufiones tbeologicae  ad mentem  Angelici Praeceptoris .-^Birctlom, 
1861  á  1S63  ;  cuatro  tomos,   8." 

2.  Opusculum  in  quo  plurimi  errores  refelluntur . — Barcelona,  1865, 
en  8.' 

Puigserver    (Felipe),  O.  P. 

I .  Philosophia  Sancti  Thomae  Aquinatis ,  aurihus  hujus  temporii  ac~ 
i^oinmodata. — Valencia,   1820,  3  vol.,  4.' 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  emanóles.      335 

2,  El  teólogo  democrático  abogado  en  las  angélicas  fuentes...,  en  que 
se  examina  á  fondo  y  se  explica  el  sistema  de  los  antiguos  teólogos  sobre 
el  origen  del  poder  civil,  demostrando  que  la  doctrina  politicade  Santo 
Tomás  destruye  de  raíz  la  pretendida  soberanía  del  pueblo  y  el  derecho 
de  establecer  leyes  sin  sanción  ni  conocimiento  del  principe. — Mallorca, 
imp.  de  Felipe  Guasp,  imp.  del  Sto.  Oficio,  1815,  4.",  100  págs.  —  Hs 
impugnación  de  El  Toniisla  en  las  Cortes,  de  Villanueva. 

3.  Contestación  al  articulo  inserto  en  los  números  =,S i  y  ^84  del  Redac- 
tor General  j  contra  la  demostración  de  la  falseldad  con  que  se  atribuye 
á  Sto.  Tomás  la  doctrina  de  las  Angélicas  Fuentes. — Palma,  imp.  de 
Brusi,  1S13,  4.' 

Vivió  el  P.   Puigserver  desde  174S  á  1821. 

Pulgar  (Robustiano  del),  O.  P. 

Comentarios á  las  Epístolas  de  San  Pablo  á  los  romanos.  —  MS.,  fol. 

Qiíadros  (Luís  de),  O.  P.  f  1632. 

Sermones  de  Adviento  y  Cuaresma. — MS.  en  4.' 

Quils  (Agustín),  O.  F. 

1.  De  lau.iibns  justiti.u  oratio. — MS. 

2.  Teología  manualis.  —  Un  tomo  en  4.' 

Quintana  (Agustín),  O.  P. 

«Doctrina  cristiana  y  tratado  de  la  Confesión  sacramental.» — Puebla 
de  los  Angeles,  1729. — Se  hallaba  en  el  C.  de  Santa  Catalina  de  Bar- 
celona. 

QLiínta  (Jerónimo),  O.  P. 

Segunda  parte  de  la  Historia  del  insigne  convento  de  S.  Esteban  de 
Salamanca. — MS.  de  558  págs.  é  índices,  que  escribió  dicho  P.  en  1705 
y  1706. 

Quiñones  (Perfecto  de),  O.  P. 

Sume  de  Doctrine  Cristiane. — Burgos,  1624,  4* 

Quirino  (Hermenegildo),  O.  P. 

Epitome  Theologiae  Moralií. — MS.  Dos  tomos  fol. 

Quírós  (Teodoro  de),  O.  P. 

I .     Arte  ,  ¡■'ocabulario  ,  Doctrina  cristiana  ,  Conjesonario  y  un  famoso 
catecismo  por  modo  de  diálogo. — En  tagalo. 


356  Lm,  Orden  de  Predicadores. 

2.  yida  del  alma. — Libro  sobre  el  Rosario,  muchas  veces  impreso  en 
Manila,  así  en  español  como  en  tagalo. 

Rais  (Mariano)  y  Navarro  (Luís),  O.  P. 

Historia  de  la  provincia  de  Aragón ,  Orden  de  Predicadores  desde  el 
año  1808  hasta  el  de  1818  ,  supresión  y  establecimiento  de  sus  conven- 
tos, y  servicios  hechos  por  la  misma  á  la  Religión  y  á  la  Patria. — Zara- 
goza,   1 819,  4." 

Es  la  misma  obra  del  artic.  siguiente,  con  algunas  variantes. 

Rais  y  Rey  (Mariano),  O.  P. — Siglo  xix. 

J.  Historia  de  la  Provincia  de  Aragón  de  la  Orden  de  Predicadores 
desde  el  año  1808  hasta  el  de  1818. — Zaragoza,   1826,  4.' 

2.  Villancicos  para  cantar  las  religiosas  del  Convento  de  Dominicos 
de  Nuestra  Señora  de  la  Consolación  en  la  ciudad  de  S.  Felipe,  en  la 
festividad  que  han  de  celebrar  por  haber  sido  llevada  á  los  altares  la 
Beata  Juana  de  Aza,  condesa  de  Caleruega  y  Madre  de  Santo  Domingo 
de  Guzmán. — Valencia,  1829,  4.° 

3.  Carta  escrita  en  verso  endecasilabo  á  D.  Vicente  María  Rodrigo  y 
Ros,  inspector  de  la  real  casa  de  beneficencia  de  la  Habana  (Diario  de 
Valencia,  23  de  Marzo  de  1825). — Poesía  leída  en  la  apertura  del  Se- 
minario de  S.  Felipe. — Impreso  en  1826,  en  Valencia. 

Ramirez  (Diego),  O.  P. 

1.  Vita  Fr.  Joannis  a  Sancto  Thoma. — Madrid,  1645,8.0 

2.  Escenas  de  ¡a  Corte. — MS.  que  está  por  concluir. 

Ramírez  (Juan),  O.  P. 

1.  Santa  Doctrina. — Véanse  sobre  esto  dos  cartas.  Sevilla  8  de  No- 
viembre y  I  I  de  Diciembre  de  1537,  dirigidas  á  S.  M.  por  los  oficiales- 
de  la  Contratación.  (Archivo  de  Indias.) 

2.  Advertencias  sobre  el  servicio  personal  de  los  indios  de  Nueva 
España,  Madrid,  1658. 

3.  Parecer  sobre  el  servicio  personal  y  repartimiento  de  los  indios. 
— Madrid,  20  de  Octubre  de  1595. 

4.  Campo  florido  ;  ejemplo  de  Santos  para  exhortar  á  la  virtud 
con  su  imitación  y  ejemplo,  1580. — Con  el  titulo  Altar  de  virtudes. — 
Madrid,  1658. 

5.  Cathechismus  lingua  mexicana. — Méjico,  1537. — El  pie  de  im- 
prenta es  dudoso. 

Obispo  de  Guatemala. 

Ramón  (Tomás),  O.  P. 

I.     Cadena  de  oro  hecha  de  cinco  eslabones. — Barcelona,  161  o,  8.* 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.    357 

2.  Breve  declaración  del  Misserere. —  Barcelona,  l6ioy  1612,  8.* 

3.  Flores  nuevas  cogidas  del  vergel  de  las  divinas  y  humanís  letras, 
■y  de  los  Santos  Padres,  sobre  los  Evangelios  comunes  de  los  Santos.— 
Barcelona,   161 1  y  1617,  dos  tomos  en  4.° 

4.  De  Primatu  Sancti  Petri  Apostoli  et  Summorum  Pontificum  Ro- 
manorum,  ejus  successorum,  etc. — Tolosa,  1617,  4.°,  de  220  págs. 

5.  Conceptos  extravagantes  y  peregrinos  sacados  de  las  sagradas 
letras  y  Santos  Padres  y  Doctores,  para  muchas  ocasiones  que  por  el  dis- 
curso del  año  se  ofrecen  predicar. ^Barcelona.  1Ó19,  4.* 

6.  Nuevas  y  divinas  Indias  de  las  altísimas  virtudes  de  María. — Zara- 
goza, 1624,  4.'  ^ 

7.  Del  Santísimo  nombre  de  jesús. — Zaragoza,  1624. 

8.  Devocionario  del  Santísimo  Sacramento. — Zaragoza,  1624. 

9.  Nueva  pragmática  de  Reformación  contra  los  abusos  de  los  afey- 
tes,  calzado,  guedejas,  guarda-infantes,  lenguaje  crítico,  moños,  trajes, 
y  exceso  en  el  uso  del  tabaco. — Zaragoza,    1635,  8." 

10.  Tratado  de  las  Antigüedades  de  Alcañiz. — MS.  en  el  C.  de  Al- 
cañiz.  ' 

1 1.  Diversos  sermones  y  fragmentos  literarios. 

12.  Puntos  espirituales  délas  Divinas  letras  y  Santos  Padres,  cogidos 
para   el  día  de  la  Santísima  Trinidad   y  del    Santísimo  Sacramento. — 

■  Dos  tomos  en    4."  El  primero  en  Barcelona,    1618,    y   el    segundo  en  el 
mismo  año. 

Ramos  (Jerónimo  de),  O.  P. 

Chronica  dos  fcitos,  vida  é  morte  do  infante  Sancfo,  D.  Fernando,  que 
morreu  em  Fe:(.  Revista  e  reformada  agora  de  novo. — Lisboa,  1577,  8.», 
de  viii-144  hojas. 

Rangel  (Miguel),  O.  P. 

I .  Memorial  a  El-rei,  acerca  das  missóes  do  Oriente ,  quem'elle  fariam 
os  religiosos  da  ordem  de  S.  Domingos. — Sin  lugar  ni  año  de  impresión. 
Folio  de  8  págs. 

2.     Memorial  a  El-rei,  sobre  a  mesma  materia. — Lisboa,  1624,  fol. 

Raimundo  (Fr.),  O.  P. 

De  donis  Spiritus  Sancti. — MS. 

No  es  esta  obra  de  San  Raimundo  de  Peñafort,  como  creyeron  muchos, 
pues  el  autor,  en  la  pág.  244,  cuenta  un  hecho  que  habia  oído  de  Fray 
Jofre  de  Blanes. — En  fol.  414. 

Raz  (Atanasio  de  la),  O.  P. 

Suma  de  las  Excelencias  del  Santísimo  Rosario  en  varios  y  singulares 
asuntos  predicables. — MS. 


358  La   Orden  de  Predicadores. 

Real  de  la  Cruz  (Martin),  O.  P. 

Sermones  y  exhortaciones  catequísticas  y  morales. — MS.  en  lengua  cic 
Cagayán  de  Filipinas. 

Rebello  (Manuel),  O.  P. 

Sermón  pregado  no  auto  da  fe.  —  Lisboa,  1638. 

Rebolledo  (Hipólito  de),  O.  P. 

Exercicios  del  Rosario  de  la  Virgen. — Madrid,  1673,  4." 

Rebullosa  (Jaime),  O.  P. 

j.     Conceptos  espirituales  sobre  el  Magníficat. — Barcelona,  1600,  en  8.' 

2.  Teatro  de  ingenios  ,  traducción    de   Garzoni.  —  Barcelona,    1600, 
en  8." 

3.  Sinagoga  de  ignorantes.— ídem. 

4.  Teatro  de  los  mayores  principes  del  mundo,  y  causas  de  las  grande- 
:[as  de  sus  estados. — Barcelona,   1605,  en  8.° 

5.  Historia  eclesiástica,  etc. — Barcelona,  1610,  en  8.0 

6.  Tratado  del  mar. 

7.  Tratado  de  las  excelencias  de  los  antiguos  capitanes. 

8.  Tratado  de  la  reputación. 

9.  Tratado  de  la  neutralidad, 

10.  Tratado  de  la  agilidad  de  las  fuerzas. 

11.  Tratado  de  la  fortificación.  Estas  diez  últimas  obras   son  traduc- 
ción de  Juan  Botero. 

12.  Relación  de  las  grandes  fiestas  que  la  ciudad  de  Barcelona  hizo  á 
la  canonización  de  San  Raymundo  de  Peñafort. — Barcelona,  1601,  en  4.'* 

I  3.     Tesoro  espiritual  de  la  Iglesia  militante,  —  Barcelona,  1601,  en  8.* 

14.  Historia  de  la  vida  y  milagros  de  S.  Olaguer,  Obispo  de  Barcelona. 
— Barcelona,  1609,  en  8." 

15.  Rosario  de  María  Santísima. 

16.  Sermones  de  Cuaresma  para  cada  día. — Barcelona,   1614,  en  4.* 

17.  Sermones  cuadruplicados  de  Adviento,  y  para  otras  dominicas  y 
fiestas. — Barcelona,  1617,  en  4.0 

18.  Sermones  del  Santísimo  Sacramento,  repartidos  en  seis  ochava- 
rios. — Barcelona,   1621,  en  4.°  En  francés,  París,   1635,  en  8.» 

19.  Las  12  instituciones  y  las  24  colaciones  de  Casiano,  puestas  en  es- 
pañol y  anotadas. — MS. 

20.  Sermón  en  honor  de  San  Ignacio  de  Loyola. — Se  imprimió  en 
español,  francés  é  italiano. 

21.  Descripción  de  todas  las  provincias  y  reinos  del  mundo,  sacados 
de  las  relaciones  toscanas  de  Juan  Botero  Renes,  en  que  se  trata  de  las 
costumbres,  industria  y  riquezas  de  cada  una  de  las  naciones  de  Europa, 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  emanóles.  359 

Asia,  África,  América  ó  nuevo  mundo;  de  la  quantidad,  qualidad  y  movi- 
mientos del  mar,  y  de  todas  las  islas  y  peninsulas  hasta  hoy  descubier- 
tas. Por  Fr.  Jaime  Rebullosa,  de  la  Orden  de  Predicadores.  Al  Excelen- 
tísimo Señor  Don  Carlos  de  Oria,  Duque  de  Tursi ,  etc.— En  Barcelona, 
por  Gabriel  Grells  y  Giraldo  Dotil,  1603,  en  8.»,  8  hojas  de  prels.  y  360 
foliadas.  (Murilio,  núm.  6,776,  precio  140  rs.)— Gerona,  1748,  4,0 

No  le  cita  el  P.  Echard. 

Predicador  famosísimo,  y  que  poseía  el  italiano,  el  francés,  el  portu- 
gués, el  inglés  y  el  alemán,  además  del  español  y  el  latín,  como  se  supone. 

Reluz  (Francisco  de),  O.  P. 

1.  Commentariain  Sti.  Thomae  Summam. 

2.  Qiiacstio  XXII  de  fide  in  decem  artículos  divisa,  abeo  iüustrata. — 
MS. 

Remesal  (Antonio),  O.  P. 

1 .  Historia  general  de  las  Indias  occidentales,  y  particular  de  la  gobernar 
dónde  Chiapa  y  Guatemala. — Madrid,   1620,  en  folio,  1000  págs. 

No  la  cita  Echard. 

2.  Historia  de  la  provincia  de  S.  Vicente  de  Chiapa  y  Guatemala,  de  la 
Orden  de  Santo  Domingo. — Madrid,  por  Francisco  de  Ángulo,  1619,  fo- 
lio. (Congr.  Americ,  núm.   1086.) 

3.  La  vida  del  Padre  Fr.  Andrés  del  VaUe,  natural  de  Vattadolid. 

4.  Annotationes  seu  commentaria  in  sermones  S.  Thomae  de  Aquino. 

Rengel  (Domingo),  O.  P. 

De  Indulgentiis. — MS.  fol. 

Rengino  (Luís),  O.  P. — Siglo  xvi. 

1 .  Tratados  y  sermones  en  lengua  mejicana,  misteca,  zapoteca,  mijo, 
chocona  y  tarasca. 

2.  Las  fiestas  que  se  rezan  en  la  provincia  de  México,  por  comunica- 
ción con  la  de  Andalucía. — México. 

Resende  (Andrés),  O.  P. 

1.  opera. — Colonia,    1600,  des  tomos  en  4.* 

Trata  de  antigüedades  de  Portugal,  de  la  era  española,  y  de  una  mu- 
chedumbre de  materias. 

2.  Escribió  además  otros  veinticinco  opúsculos,  que  no  se  han  edi- 
tado en  su  mayor  parte,  y  cu)  os  títulos  pueden  verse  en  Echard.  Fué 
varón  eruditísimo,  como  !o  pri.eba  su  correspondencia  con  Ambrosio  de 
Morales. 


360  La  Orden  de  Predicadorecs. 

Resurrección  (Antonino  de  la),  O.  P. 

1.  Sermáo  ñas  exequias  d'El-rei  Filippe  11  (alias  III  de  Hespanha), 
celebradas  na  capella  Real  da  Universidade  de  Coimbra. — Lisboa,  1621, 
4.°  de  20  hojas. 

2,  Sermáo  no  auto  da  Fe  que  se  celebrou  na  cidade  de  Coimbra  a  6 
de  Malo  de  1629. — Coimbra,  1629,  4.°  de  26  págs. 

Retortillo  (Pedro),  O.  P. 

Novena  á  María  Santisima ,  Madre  de  Dios  del  divino  Verbo  y  Señora 
Nuestra,  en  su  antiquísima  y  venerable  imagen  de  Atocha. — 8."  Sin  año 
ni  lugar. 

Rey  (Inocencio),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Libro  de  la  Gloria  de  Méjico,  precedido  de  una  historia  de  las  conquis- 
tas del  Rosario  en  aquella  provincia. 

Reyes  (Antonio  de  los),  O.  P. 

y^rte  en  lengua  Mixteca  ,  compuesta  por  el  Padre  Fray  Antonio  de  los 
Reyes  de  la  Orden  de  Predicadores,  Vicario  de  Tepuzculuta. — En  México. 
Por  Pedro  Ballí,   1593,  8." 

Ribas  (Juan),  O.  P. 

Sobre  el  alabado  sea ,  etc.  —  Un  tomo  fol. 

Ribé  (José),  O.  P.f  1883. 

Revisla  del  Rosario,  fundada  por  él  en  Barcelona ,  en  los  últimos  años. 

Ribelles  (Bartolomé),  O.  P. 

Compendio  histórico  de  todas  las  epidemias  padecidas  en  Valencia  antes  del 
año  1647. — Valencia,  1804,  por  José  Orga. — En  4.° 

Ribelles  (Bartolomé),  O.  P.— Otro?  f  1816. 

1.  Observaciones  histórico-críticas  á  las  trovas  intituladas  de  Mosen 
Jaime  Febrer. — Valencia,  1804,  4." 

2.  Memoria  histórico-crítica  de  las  antiguas  artes  del  reino  de  Va- 
lencia, 1840,  4.° 

Ribera  (Alfonso  de),  O.  P. 

1 .  De  los  ejercicios  é  indulgencias  del  Rosario  de  Nuestra  Señora  y  del 
nombre  de  Jesús. — Madrid,  1618;  Pamplona,   1642. 

2.  Historia  sacra  del  Sanlisimo  Sacramento  contra  los  herejes  de  nuestros 
tiempos. — Madrid,  1626. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  eípañoles.  361 

3.  ün  tratado  de  las  excelencias  de  Santo  Tomás  de  Aquino,  singu- 
lar defensor  de  este  altísimo  misterio.  Está  al  final  de  la  obra  anterior. 

Ribera  (Bernardo),  O.  P. 

Responsum  antapoloseticum  ecclesiae  catholicae  contra  calumniosas 
blasphemias  Yes.  Francisci  Buddei  nomine  vulgatas  in  orthodoxos  lati- 
nos et  graecos  ,  quo  petra  fiJei  a  Stephano  Javorkio  Resenensi  metropo- 
lita et  ad  everteiidum  Lutten  Pantheon  ¡acte  repetitur  ictu. 

Ribes  (Ramón),  O.  P. 

1.  Relación  del  viaje  de  la  santa  ciudad  de  Hierusalem  y  otros  luga- 
res adyacentes  en  la  misma  Tierra  Santa. — Barcelona,   1627. 

2.  Manual  del  Roser . — Barcelona,    1643. 

3.  Rekctionet  complutenses ,  1743. — La  poseía  la  bibl.  del  Carmen 
Descalzo  de  Madrid. 

Era  religioso  lego  del  convento  de  Barcelona  ,  pero  natural  de  Francia. 

Riera  (Domingo),  O.  P. 

1 .  Mare  Magnum  exemplorum  SS.  Rosarii  ex  diversis  auctoribus  ac  vo- 
luminibus  congregatum  quibm  praemitlitur  opm  aureum  B.  Alani  de  Repe;  de 
psalterio  Christi  ac  B.  Mariac. — Mallorca,  1699,  en  folio. 

2.  Psalterium  Marianum  praefiguratum ,  in  quo  B.  Alani  opus  aureum 
ad  formam  concionatoriam  reducitur. — Mallorca,  1700,  en  folio. 

El  Alano  que  cita  será  ,  probablemente  ,  el  libro  del  P.  Coppensteim. 

Riera  (Juan),  O.  P. 

i.     Psalterium  Marianum. — Un  tomo,  fol. 

2.     Mare  Magnum  Mariae. — Un  tomo,  fol.  ,   Mallorca,  1699. 

Es  posible  que  sea  el  mismo  autor. 

Riparia  (Benito),  O.  P. 

Epistolae  Guidoni  episcopo  Majoritarum. 

Ripoll  (Tomás),  O.  P.  f  '747- 

Dejó  escritas  obras  muy    dignas  de   loa  ,   prohibidas  por  la  ciencia  en 
su  mayor  parte. 

Rivas  (Benito),  O.  P. 

1.  Conceptos  doctrinales  y  mor  ala  del  P.  Claus,  traducidos  al  tagalo. 
— Tres  tomos  en  4.%  Manila  ,  varias  ediciones. 

2.  Ensayo  físico  descriptivo  estadístico  y  religioso  de  la  provincia  de  Ba- 
ííian  (Filipinas). — Manila,  1848. 


362  La  Orden  de  Predicadora. 

Rivas  (Francisco),  O.  P.  f  1884. 

1 ,  Discurse  pronunciado  en  la  apertura  de  los  esludios  de  la  Universi- 
dad de  Manila. — Manila,  1866. 

2,  Curso  de  Historia  eclesiástica  pata  uso  de  los  Colegios  de  la  Orden 
de  Predicadores. — Tres  tomos,  4.°,  Madrid,  1877. 

3,  Universidad  de  Manila,  documentos  que  justifican  la  improceden- 
cia, é  irregularidad  de  la  reforma  que  ha  hecho  en  ella  el  ministro  de  Ul- 
tramar.— Madrid,  1871. 

Hermano  del  anterior. 

Rivas  (Manuel  de),  O.  P. 

1 .  Idea  del  imperio  de  Annan  ó  de  los  reinos  unidos  de  Tonquin  y  Cochin- 
china. — Manila,  1858,  i  vol. ,  4.":  Madrid,  1859,  i  vol.,  4.0,  2.' edición. 

2.  Comedias,  poesías  é  informes. — MS, 
Vive. 

Rivas  y  Carrasquilla  (Juan  de),  O.  P. 

1.  Opusculum  de  indulgenliis. 

2.  Vida  de  S.  Alvaro  de  Córdoba. 

3.  Su  oro  al  César  y  á  Dios  su  gloria. — Córdoba,  1663,  en  folio. 

4.  Defensa  de  la  doctrina  del  Angélico  Doctor. — Madrid  ,  1663,  en  fo- 
lio.   Es  dudoso. 

5.  Carta  literaria  desde  Córdoba,  año  1664 MS.    original  en   la 

Bibl.  nac.  (Ca.  94.) 

Se  le  atribuyeron  otras  obras  que  él  jamás  reconoció  por  suyas. 

Rivera  (José),  O.  P. 

1.  Sermones  de  Adviento. 

2.  Sermones  de  Cuaresma. — MSS. 

Rivera  (Miguel  de),  O.  P. 

1.  De  ratione  studii  theologici  declamationes  sex. — Lyon,    1570,  en  8.* 

2.  De  contemplatione  rerum  humanarum  et  virlutii  exceUentia,  decla- 
mationes septeum. — Colonia,  1173,  en  8.° 

El  libro  De  Perfecto  tbcologo,  Lyon,  1570,  en  8.°,  es  la  primera  edición 
del  libro  De  ratione ,  etc. 

Rivilla  Ramiro  (Julián),  O.  P. 

Discurso  pronunciado  en  la  apertura  anual  de  los  estudios  de  la  Uni- 
versidad de  Manila  en  2  de  julio  de  1878.  (Necesidad  lógica  y  social  de 
que  la  enseñanza  sea  católica.) 

Robles  (Juan  de),  O.  P. 

I .  La  vida  de  Fr.  Juan  Hurtado  de  Mendoza  ,  de  la  Orden  de  Santo 
Domingo,  maestro  de  Teología. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  eSpañohs.  }6^ 

2.  Las  fundaciotics  de  algunas  casas  de  la  provincia  de  Castilla  :  Ma- 
drid, Talayera,  Ocaña,  San  Sebastián,  desde  sus  primeros  principios. 

Roca  (Antonio  de  la),  O.  P. 

Relación  de  la  admirable  conversión  y  reducción  de  los  indios  de  la 
provincia  de  San  Salvador,  de  Austria,  de  los  Dorases  y  Zuries  del  reyno 
de  Panamá  de  Tierra  Firme,  conaenijando  por  las  costumbres  y  usos  de 
aquellas  gentes.  —  Impresa  en  la  obra  del  P.  Meléndez. 

Misionero  celosísimo  del  Perú. 

Roca  (Antonio  José  de  la),  O.  P. 

Ora^ao  fúnebre  ñas  exequias  do  Exmo.  e  Rmo.  Sr.  D.  Francisco  de 
Lemos  Faria  Peréira  Continho,  Bispo  de  Coimbra,  Conde  d'Argani ,  Re- 
formador Reitor  da  universidad  ,  etc. — Coimbra,  1822,  4.*,  de  20  págs. 

Roca  (Baltasar  Juan),  O.  P. 

1 .  Historia  verdadera  de  la  vida  y  milagros  del  bienaventurado  Padre 
S.  Luys  Bertrán,  hijo  de  la  ciudad  y  convento  de  Predicadores  de  Valencia, 

y  de  su  beatificación  por  nuestro  S.  P.   Paulo  Papa  V. — Valencia,    1608, 
en  8.» 

2.  Sumario  de  la  devoción ,  cofradía ,  indulgencias  del  Rosario,  y  de  la 
del  SS.  nombre  de  Jesús. — Valencia,  1596,  en  8.° 

Roca  (Manuel  de  la),  O.  P. 

1.  Glorioso  origen  y  descendencia  de  nuestro  bienaventurado  P.  San- 
to Domingo  de  Guzmán. — MS. 

2.  Comentarios  á  la  Suma  de  Santo  Tomás. 

3.  Vida  de  S.   Luis  Beltrán. 

4.  Sermones  de  Cuaresma. — MS. 

Rocaberti  de  Perelada  (Juan  Tomás),  O.  P. 

1 .  De  Romani  Pontificis  auctoritate. — Tres  tomos  en  folio.  Valencia, 
1691,  1693  y  1694.  Fué  prohibida  esta  obra  en  Francia,  porque  heria 
de  muerte  al  galicanismo. 

2.  Bibliotheca  máxima  Pontificia,  etc. — Roma,  1695  á  1699,  21  to- 
mos en  folio. 

3.  Alimento  espiritual  cotidiano  exercicio  de  meditaciones. — Barcelona, 
1668,  en  4.° 

4.  Teología  mística :  Instrucción  del  alma  en  la  oración  y  meditación.— 
Barcelona,  1669,  en  4.° 

5.  Epistolae  encyclicae  plures  ad  universum  Ordinem 

6.  Líber  apologeticus  de  Romani  Pontificis  Honorii  I  invicta  in  fide  con- 
stantia. — Venecia,  1691,  en  folio. 


364  La  Orden  de  Predicadores. 

7.  Festivas  demostraciones  que  consagró  á  la  solemne  beatificación  del 
gran  Pontífice  Pió  V. — Roma,  1672,  en  4.° 

Editó  además  varias  obras  de  autores  dominicos.  Fué  este  autor  Maes- 
tro general  58  de  la  Orden,  Arzobispo  y  virrey  de  Valencia. 

Rocamora  (Tomás  de),  O.  P. 

1 .  Dioptra  transalpina  in  catastrophem  Capituli  generalis  Ordinis  Prae- 
dicatorum  Genuae  celebrati  auno  1642. 

2.  Protestatio  contra  R.  P.  F .  Micbaelem  Ma^arinum ,  etc. — Genova, 
1642,  en  4.°  Las  dos  obras  fueron  escritas  para  evitar  un  cisma  en  la 
Orden ,  como  se  evitó. 

El  P.  Rocamora  fué  Obispo  de  Mallorca. 

Rodríguez  (Antonio),  O.  P. 

Relación  historial  de  la  provincia  de  San  Juan  Bautista  del  Perú  ,  de  la 
Orden  de  Predicadores. — MSS.  muy  apreciados  por  los  eruditos  que  de 
ellos  nos  han  dado  noticia. 

Rodríguez  (Cristóbal),  O.  P. 

Officium  elegantissimum  in  honorem  Stae.  ylgnetis  de  Montepoliciano. — 
Asi  González  Dávila  y  Remesal. 

Rodríguez  (Sebastián),  O.  P. 

1.  Exposición  del  libro  de  Judit. 

2.  Comentarios  al  libro  de  Daniel. 

3.  Una  porción  de  sermones  sobre  diversas  materias. — MS. 

Rodríguez  (Segundo),  O.  P. — Siglo  xvif. 

De  dialéctica  liher . — MS. 

Roja  (Alvaro  de),  O.  P. 

Noticia  de  la  fundación  del  Convento  del  Rosario  de  la  ciudad  de  Ovie- 
do.—MS.  inserto  en  el  Libro  Becerro  del  Convento  de  Dominicos  de 
Oviedo. 

Rojas  (Francisco  de),  O.  P. 

Suma  de  casos  de  conciencia. — MS.,  fol. 

Romeo  (Bernardo),  O.  P.  f  1651. 

Algunos  escritos  dignos  de  toda  alabanza,  como  se  lee  en  el  Lib.  de  Re- 
gistro del  Convento  de  Zaragoza. — MS.  en  dicho  Convento. 

Romero  (Santiago),  O.  P. 

Sermones  y  pláticas  en  idioma  pangasinán. — Madrid,  1851,  i  vol.,  8.0 


Ensayo  cic  iiaa  Biblkícca  de  Dominicos  españoles.  565 
Romeu  (Juan),  O.  P. — Escribió  á  fines  del  siglo  xiv. 

Exposición  de  los  Vil  ^salmos  penitenciales,  etc. — Códice  que  existía  en 
la  Bibl.  de  los  Carmelitas  descalzos  de  Barcelona. 

Roquer  (Mariano),  O.  P. — Siglo  xix. 

Confesión  del  liberal  arrepentido;  las  9  cartas  polémicas,  y  apologia 
de  la  religión. 

No  acabó  de  imprimirse  esta  obra. 

Roqueta  (Vicente),  O.  P.  f  16^6. 

Tratado  breve  del  modo  y  orden  que  han  de  tener  los  fieles  cristianos, 
en  rezar  á  coro  el  Rosario  de  la  Virgen  Santísima,  con  otras  devociones 
espirituales. — Valencia,  1644,  1695,  en  8." 

Rosado  (Antonio).  O.  P. 

1 .  Tractados  sobre  os  quatro  Novíssimos,  com  logares  communes  dos 
Padres  sobre  a  mesma  materia. — Oporto,  1622,  fol.,    de  xviii-344  págs. 

2.  Tractados  em  lauros  do  Sanctissimo  Rosario,  sobre  a  oragáo  do 
Padre  Nosso ,  e  cántico  de  Senhora. — Oporto,  1622,  4.0,  de  Lvi-432 
páginas. 

3.  Tractados  sobre  a  Destrui^ao  de  Jerusalem,  Lagrimes  de  Jeremías 
Exechias ,  S.  Pedro ,  Sancta  IVlagdalena ,  Conversáo  de  Dimas,  e  con- 
demnagao  de  Judas. — Oporto,  1624,  4.°,  de  xxx-400  págs. 

4.  Sermáo  em  S.  Domingos  do  Porto,  anno  do  Senhor  1620,  na  festa 
de  S.  Pedro  Martyr,  Padroeiro  da  Sancta  InquisÍ9ao. — Coimbra,  1620, 
4.°,  de  11-13  hojas. 

5.  Sermáo  na  trasladagao  que  fez  o  Senhor  Bispo  D.  Fr.  Gonzalo  de 
Moraes  dos  ossos  dos  senhores  Bispos  de  Porto  seus  antecessores  aos  20 
de  Margo,  día  de  S.  Mashinho,  no  anno  1614. — Oporto,  1618,  4.°,  de 
43  págs. 

Rosario  (Cristóbal  del),  O,  P. 

Sermáo  em  a  capella  do  Exmo.  Sr.  D.  Francisco  de  Mello,  Embaixador 
de  Portugal,  no  primeirodie  em  que  a  mesma  capelie  se  abriu,  assistiendo 
os  mais  Ministros,  e  a  principa  gente  catholíci  esta  corte. — No  tiene  año 
ni  lugar  de  impresión;  pero  del  carácter  de  letra  parece  haber  sido  im- 
preso en  Londres  :  4.° 

Rosario  (Diego  del),  O.  P. 

1.  Historia  das  vidas  e  Jeitos  heroycos  e  obras  insignes  dos  sonetos ,  etc. 
Coimbra,    1577,  en  folio. 

2.  Suma  de  casos  y  catecismo. 

3.  Cronicón  de  los  Dominicos. 


366  La  Orden  de  Predicadores. 

4.  Summa  caetana  trasladada  em  portugue:^,  etc.  Coimbra,  1573,  8.* 

5.  Tratado  de  yívisos  de  Confesores,  ordenado  por  mandado  do  Ar:^obis- 
/)0.— Braga,  1578,  4.° 

6.  Determina tiones  quorumdam  doctorum  de  differentia   inter  Euge- 
nium  IV  Pont.  Max.  et  Concilium  Basileensem . — MS. 

Fué  compañero  del  P.  Bartolomé  de  los  Mártires. 

Rosario  (Francisco  del),  O.  P. 

Relación  de  todo  lo  sucedido  en  la  conquista  espiritual  de  los  Andes 
por  la  parte  de  Cochabamba. — En  la  Hist.  del  P.  Meléndez. — Siglo  xvii. 

Rosario  (José  del),  O.  P.  y  1742. 

1 .  Cinco  tomos  de  Pláticas  Morales  ,  Doctrinales  de   escogida  ins- 
trucción.— MS. 

2.  Varías  consultas  y  epístolas  de  conocida  utilidad. 

Rosario  (Lope  del),  O.  P. 

Compendio  sucinto  dos  Santos  do  ordem  de  S.  Domingos. — MS. 

Rosell  (Nicolás),  O.  P. 

1 .  v4cta  ejus  ut  ¡nquisiioris  in  Aragoniae  generalií. 

2.  Romanorum  pontijicum  gesta. — MS.  Bibl.  Vatic.  • 

3.  De  quadnipli  jurisdictione  romanae  Ecclesiae  in  regnum  utriusque  Si- 
ciliae. — Bibl.  Capranic. 

4.  Commentarii  de  rebus  Ordinis  Praedicatorum. — MS.  autógrafo  en 
Barcelona. 

5.  Commentarii  in  Malthaeum. 

6.  Epistola  Clementi  Vi  scripta. — Sobre  su  promoción  al  cardenalato: 
es  notable. 

7.  De  unitate  Ecclesiae  et  schismaie  vitando  iractatus. 
Esta  obra  tal  vez  sea  del  P.  Eymeric. 

Royo  (José),  O.  P.f  1718. 

Mare    Magnum    materiarum    sive   Index    universalis  alphabeticus  cui 
incorporantur  omnes  voluminum  tituli  hujus  bibliothecae.— MS. 

Royo  (Sebastián),  O.  P. 

Perfecto  cura  de  almas. — MS. 

Rozado  (Antonio),  O.  P. 

1.  Sermones  varios. — Coimbra,  1624,  y  Oporto,   1618,  en4.* 

2.  Tratados  en  honor  del  Santísimo  Rosario. — Lisboa,  1691,  fol. 

3.  Tratados  sobre  a  destrugáo  de  Jerusalem. — Lisboa,  1624,  4.* 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  cípañoles.  367 

4.  Tratados  sobre  os  quatro  novissimos  ,  con  lugares  comunes  dos 
Padres  sobre  a  mesma  materia. — Lisboa,   1623,  folio. 

5.  Vidas  dos  santos  da  Ordem  do  S.  Domingos,  <— Citado  por  Marieta. 

Rueda  (Juan  de),  O.  P. 

Del  Rosario  de  Nuestra  Señora. — Libro  escrito  en  lengua  Japonesa, 
donde  el  autor  fué  misionero. 

Ruíz  (Andrés),  O.  P. 

Concionum  dúo  volumina. 

Ruíz  (Antonio),  O.  P. 

Vida  de  Nuestra  Señora  con  notas  para  re^ar  el  Rosario. — Salamanca, 
1618,  4-- 

Ruiz  (Gaspar),  O.  P. 

Quaestioncs  selectae  super  Tertiam  Partem  Sancti  Tbomae. — Valladolid, 
1652,  folio. 

Ruíz  (Miguel),  O.  P. 

1 .  Libro  del  Rosario  y  otros  tratados  de  piedad.'— Manih ,  en  lengu» 
tagala. 

2.  /Irte  de  la  lengua  tagala  comparada,  y  vocabulario  de  la  misma. — 
Falleció  cuando  había  preparado  las  ampliaciones  de  esta  obra  para  la 
imprenta. 

Sa  de  Meneses  (Francisco),  O.  P. 

1 .  Malaca  conquistada. 

2.  Tragedia:   «Domina  María  FoUer.» 

3.  Otras  poesías. — Siglo  xvii. 

Saavedra  (Marcos  de),  O.  P. 

1.  Arte  para  aprender  la  lengua  de  los  naturales  de  Nueva  Segoiia. — 
(Es  la  lengua  de  Cagayán,  en  Filipinas.) 

2.  Sermones  de  todo  el  año  en  dicha  lengua. 

Sabarruya  (Agustín  de),  O.  P. 

1.  Expositioncm  Summularum  Petri  Hispani.  —  15J3,  fol. 

2.  Dialecticae  introductiones  trium  viarum  placitae ,  thomitarum 
videlicet,  Scotistarum  et  Nominalium  complectentes. — Sevilla,  primera 
parte,  1533  ;  segunda,  1535,  fol. 


368  La  Orden  de  Predicadores. 

Saborit  (Vicente),  O.  P. 

Vida  del  Beato  Padre  Fr.  Luis  Beltrán, — Valencia,  1651,  4.* 

Sabrugera  (Romero  de),  O.  P. 

Biblia  en  catalán  en  copla,  y  el  psalterio  traducido  en  catalán. — MS.  en 
vitela,  Bibl.  Escor. 

Saenz  (Raimundo),  O.  P. 

Historia  de  Predicadores. — Nicol.  Ant. 

Sagarro  (Juan  B.),  O.  P. 

In    litaum  primum   Magistri    sententiarum.  —  Antuespiae    (Ambcres), 
1638,  4.' 

Segastizával  (Juan),  O.  P. 

Exhortación  á  la  devoción  del  Rosario, — Zaragoza,  1597,  en  4.* — Italia- 
no, Florencia,  1637. 

Sainz  (Julián),  O.  P. 

Véase  Orsi ,  traducción  de  su  Historia, 

Saiz  (Jacinto),  O.  P., 

1.  Sermón  predicado....  en  Sto.  Domingo  el  Real  de  Madrid  en  la 
solemne  fiesta  que  el  sacro  supremo  y  real  Consejo  de  Aragón  hizo....  á 
San  Raymundo  de  Peñafort. — Madrid,  1628,  en  4.° 

2.  Vida  del  citado  San  Raimundo,  que  no  se  imprimió  al  parecer. 

Sala  (Francisco),  O.  P. — Profesó  en  1566. 

Historia  del  Convento  de  Predicadores  de  la  ciudad  de  Valencia,  sacada 
de  Monumentos  antiguos. 

Sala  Franca  (Tomás),  O.  P. 

1.  Sermón  de  San  Antonino,  Arzobispo  de  Florencia. — Roma,  1656, 
4.',  de  40  págs. 

2.  Dos  libros  de  oraciones  sagradas. — MS. 

Salamanca  (Joaquín  de),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Dos  libros  de  consideraciones  sobre  los  misterios  propuestos  por  San 
Juan  en  el  Apocalipsis. 

Salazar  (Ambrosio),  O.  P. 

Commentaria  in  Primam  parlem  Summae  Theologicae  S.  Thomae  per- 
quam  erudita, — MS.  que  se  conservaba  en  Salamanca,  según  Altamura. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  c^aítolcs.     369 
Salazar  (Domingo  de),  O.  P. 

Statula  sccundmn  qtiac  se  gercrent  confcssarii  ciña  cnsus  tu  tis  regionibus 
emergentes,  nec  in  Europa  consuetos. — La  importancia  de  este  escrito  se 
deduce  de  su  titulo,  y  de  la  circunstancia  de  haber  sido  el  P.  Salazar  el 
primer  Obispo  de  las  Islas  Filipinas. 

Salazar  (Raimundo  de),  O.  P. 

In  Cántica  Canticoruin  Commentarius. — MS. 

Salazar  (Simón  de),  O.  P. 

Prontuario  de  materias  morales  en  principios  y  reglas,  para  examen  de 
los  que  en  breve  se  desean  exponer  para  confesar. — Valladolid,   1667,  en  8.° 

Esta  obra,  que  fué  traducida  al  latín  é  impresa  en  Praga,  puede  consi- 
derarse como  el  preludio  del  Prontuario  del  P.  Lárraga,  que  tanta  acep- 
tación alcanzó  un  siglo  después. 

Salazar  (Vicente  de),  O.  P. 

Historia  de  la  provincia  del  Santísimo  Rosario  de  Filipinas. — Manila, 
1742,  un  tomo  en  folio. 

Salazar  Caballero  (Antonio  de),  O.  P. 

Discursos  funerales  predicables  en  las  exequias  de  los  difuntos,  que  fueron 
varones  gloriosos  _}'  dignos  de  toda  aclamación. — Madrid,  1655,  folio  de  491 
páginas. 

La  obra  está  dividida  en  trece  tratados,  clasificados  según  el  estado  de 
los  personajes  que  han  de  ser  objeto  del  elogio. 

Salcedo  (Antonio),  O.  P. 

1.  Commentarium  in  primum  Sententiarum. — Valladolid,   1656. 

2.  Sermones  de  Santos. — Madrid,  1669. 

3.  De  articuhs  primae  partis  Sancti  Thomae  ad  formam  scholae. — 
Madrid. 

4.  Expositio  totius  Scripturae  Santae  juxia  quadruplicem  sensum. — Diez 
y  seis  tomos. — MS. 

5.  Condones  plwestypis  expeditas. — MS. 

Salcedo  (Tomás),  O.  P. 

Exposición  de  ¡os  Evangelios  del  Adviento. — Burgos,   1702,  4.' 

Saldaña  (Tomás),  O.  P. 

Sermón  del  Cingulo  de  Santo  Tomás  de  Aquino. — Zaragoza,  1696,  4." 

Sales  (Luis),  O.  P.  f  1807. 

Noticias  de  la  California. — Valencia,  1794,   8.0 

24 


^yo  La  Orden  de  Predicadores. 

Salgado  (Antonio),  O.  P. 

Tractatum  de  Indulgeníiis. — Sevilla,  1603,  4.' 

Salinas  (Melchor  de),  O.  P. 

Elogios  de  Santos. — Granada,  1632,  4." 

Salt  (Manuel  María  de),  O.  P. 

Vida  del  Beato  Luis  Bertrano. — MS. 

Saludo  (Agustín)  ,  O.  P. 

1.  Avisos  para  los  predicadores  del  Santo  Evangelio. — MS.  en  la  Bi- 
blioteca nac.  (V.  69.) 

2.  Discurso  acerca  de  la  justicia  y  buen  gobierno  de  España,  en  cuanto 
á  los  estatutos  de  limpieza  de  sangre  en  las  catedrales,  sentencias  de  la 
Inquisición,  etc. — Zaragoza,  en  folio. — MS.  en  la  Bib.  nac.  (R.  iio.) — 
Otro  casi  con  el  mismo  título,  aunque  algo  diferente. — ídem.  (P.  145.) 

3.  Sobre  limitación  de  tales  estatutos. — MS.  idem.  (V.  95.) 

4.  De  las  calidades  de  los  caballeros  de  Calatrava. — MS.  idem.  (Q.. 
192.) 

5.  Sobre  los  estatutos  de  Toledo,  y  lo  que  sucedió  en  los  principios. — MS. 
idem.  (R.  138.) 

6.  Tratado  sobre  las  monedas  que  se  hallan  en  las  Sagradas  Escritu- 
ras, etc. 

7.  Tratado  de  los  Predicadores. 

Se  han  perdido  otras  obras  de  este  orador  famoso ,  que,  predicando 
ante  Felipe  II  sobre  el  exceso  de  los  impuestos,  tuvo  valor  para  increparle, 
diciendo:  «Philippe,  unde  ememus  panes  ut  manducent  hi.» 

Saluz  (Raymundo),  O.  P. 

Relaciones  apuntadas  con  historias  y  tradiciones,  y  escrituras  fidedig- 
nas que  tratan  del  Convento  de  Predicadores  de  Zaragoza. — Escrito  en 
1639,  502  hojas  en  fol. 

Sampayo  (Esteban),  O.  P. 

Triumphum  Christianum  Romanos  cunctos  obscurantem  e.x  ^gidii 
Lusitani  ,  Magi  olim  Theurgici  et  Doctoris ,  aliorumque  Patrum  Ordinis 
Praedicatorum  ex  eadem  Lusitanie  stupendis  gestis  inflatum. — París, 
1586,  8.° 

Sampsó  (Ramón),  O.  P. 

Dejó  escritos  en  su  convento  de  Barcelona  quince  volúmenes  sobre 
la  Oración  mental. — Siglo  xvu. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  emanóles.   371 
San  Alberto  (José  Antonio  de),  O.  P. 

1.  Colección  de  Iiislruccioiies  pastorales Obispo  de  Tucuman  y  Ar- 
zobispo de  la  Plata. — Madrid,    1786,  2  tomos  en  4.°  mayor. 

2.  Cartas  pastorales  ,  etc. — Madrid,  179?,  4.",  29O  págs.  (30). 

San  Antonino  (Ángel  de),  O.  P. 

Relat iones  plures  de  Christianae   religioim  in  Sinarum  imperio  slatu. — 
MS.  en  el  archivo  de  Dominicos  de  Manila. 

San  Antonio  (Gabriel),  O.  P. 

Relación  de  los  sucesos  del  reino  dj  Cambo.xa. — 1604,  4." 

San  Cipriano  (Salvador  de),  O.  P. 

Libro  délos  ídolos  y  de  la  provincia  de  Zacapula,  con  la  historia  de  la 
entrada  de  los  españoles  en  la  tierra,  y  la  que  hicieron  los  PP.  Fr.  Luis 
Gancer,  Fr.  Bartolomé  de  las  Casas  y  Fr.  Pedro  de  Ángulo  en  aquellas 
tierras  á  predicar  el  Evangelio. 

La  obra  fué  escrita  en  la  lengua  del  país  de  Zacapula  .  donde  era  mi- 
sionero el  P.  San  Cipriano. 

San  Clemente  (Miguel  de),  O.  P. 

Fragancias  del  Rosario  de  la  Virgen  María,  exhaladas  de  su  amena  es- 
tancia,  de  su  florida  cofradía,  etc. — Pamplona,  1726,  I   vol.  4.' 

San  Jacinto  (Tomás  de),  O.  P. 

Varias  cartas  relativas  á  la  Misión  de  Japón. — Siglo  .\vn. 
Mártir  de  Cristo. 

San  Jerónimo  (Gonzalo  de),  O.  P. 

De  Calamilatibus  Eccksiae . — París,    1667. 

San  José  (Francisco  de),  O.  P. — Véase  Blancas. 
San  José  (Francisco  Blanco  de),  O.  P. 

1.  De  Sacramentis  Ecclesiae. 

2 .  De  devotione  Sanctissitni  Rosarii. 

San  Juan  (Baltasar  de),  O.  P. 

1 .  Vita  Beati  /^gidii  Scalabitani,  de  Santarem  vulgo  didi  y  su  oficio. — 
MS. — Siglo  XVI. 

2.  Ofjicium  recitandum  in  ejus  foesto  quod  dominica  infra  octavam  As- 
censionis  celebrari  consucvit .—S\^\o  xvi. 

3.  Summa  de  Grammatica. — .MS.  según  Monteiro  en  su  Claustro  Do- 
minicano. 


372  La  Orden  de  Predicadores. 

San  Juan  (Jaime  de),  O.  P. — Vivió  en  el  siglo  xv. 

1.  Relatio    insignis    Balearicae   transfretationis  miraculosae  S.  Ray- 
mundi  de  Peñaforte. 

2.  Sermones  sobre  diferentes  asuntos. 

3.  Otros  opúsculos. — MS. 

San  Juan  (Jaime  de),  O.  P. — Otro. 

Sermonuní  volumina  quaedam  et  opuscula  plura  gravioris  momenti. 
Es  distinto  este  escritor  del  anterior  del  mismo   nombre.    Sus  MSS. 
deben  hallarse  en  Italia,  donde  vivió  en  el  siglo  xv  ó  xvi. 

San  Juan  (Pedro  de),  O.  P. 

Sermáo  ñas  exequias  de  D.  Fr.  Joáo  da  Piedade,  bispo  de  Macan,  pre- 
grado  no  convento  de  S.  Domingos  da  villa  de  Abrantes. — Lisboa,  1629, 
4.°;   muy  raro. 

San  Martin  (Tomás  de),  O.  P. 

Relación  de  los  sacrificios  que  los  indios  del  Perú  hacían  á  sus  dioses  en 
tiempo  de  cosechas,  sementeras  y  trabajos  públicos,  etc.  —  Siglo  xvi. 
Obispo  de  la  Plata. 

San  Miguel  (Francisco  de),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Doctrina  para  bien  morir. — -MS.,  4.° 

San  Miguel  y  Vargo  (José  de),  O.  P. 

1 .  Contrarietates  et  concordiae  locorum  veteris  et  novi  testamcnti. 

2.  Selecta  loca  veteris  Testamenti,  variaeque  historiae  illwsíratae. 

3.  Historia  ex  Genesi  ad  mores ,  elogiaque  sanctorum . 

4.  Figurae ,  tropi ,  hebraismi,  regulae  ad  sacrae  Scripturac  intelligen- 
tiam,  et  de  ritibiis  gentium. 

5.  Biblia  Mariana, 

6.  Vida  del  justo  y  del  pecador. 

No  consta  que  se  hayan  impreso.  Es  del  siglo  xvii. 

San  Raimundo  (Valerio  de),  O.  P.  f  en  1689. 

Sermáo  no  auto  da  fee,  que  se  celebraou  en  Evora  en  1 1  de  Novembro 
de  1662. — Lisboa,  1663,  4.° 

Sánchez  (Alfonso),  O.  P. 

Vita  Magdalenac  de  Lorca  virginis  valentinae.  Valentiae,  anuo  lySo  :  dii 
24  Aprilis  piissime  defunctae. 

Sánchez  (Alejandro),  O.  P. — Siglo  xvii. 

1.  Proverbia  Salomoniscum  Glossa. — MS.,  fol. 

2.  De  creatione  et  reparatione  hominis.  —  MS.,  fol. 


I 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.  373 
Sánchez  (Isidoro),  O.  P. — Siglo  xvii. 

De  hominis  creatione. — MS. 
De  Reparatione. — MS. 

Sánchez  (Jerónimo),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Tesoro  de  confesores. — MS. 

Sánchez  (Lorenzo),  O.  P. 

Lamentabüe  Exordium  in  Regüs  honoribus  Hispaniarum  Reginae,  et 
Dominae  Mariae  Ludovicae  Gabrielac  a  Sabaudia,  quam  Sertoriana  Oseen- 
sis  Universitas  incesanter  plangens,  ibi  Academiac  nomine  laboravit,  et 
publice  recitavit  in  Cathedrali  Ecclesia.  —  Huesca,  1714,  4.° 

Sánchez  (Petrus),  O.  P. 

1.  Theologia  Sacratissimi Rosarü. — Madrid,  176J,  i  vol.  en  4  °  menor. 

2.  Jesus  conceptus  et  nattis. — Sevilla,  i  vol.,  12."  Sin  año  de  impresión. 

Sánchez  (Raimundo),  O.  P. 

1.  Comentarios  á  Ezequiel. 

2.  Dos  libros  sobre  el  Eclesiastes. — MS. 

Sánchez  (Salvador),  O.  P. — Siglo  xvii. 

1.  Cursus  philosophicus. — MS. 

2.  Cronicón. — MS.  fol. 

Sánchez-Sedeño  (Juan),  O.  P. 

1.  Commentaria  in  Aristotelis  logicam. — Salamanca,  1600,  folio. 

2.  Commentaria  in  Aristotelis  metapbysicam.  —  Inédito. 

Sancho  (Reginaldo),  O.  P. 

Dos  Cuaresmas  completas  y   muchos  Sermones  de  Santos  y  extrava- 
gantes.—  MS.  en  el  C.  de  Santa  Lucía  de  Alcañiz. 

Sandoval  (Alfonso  de),  O.  P. 

De  locis  quibtisJam  difficilibus  S.  Scripturae, — MS. 

Santa  Catalina  (Lucas  de),  O.  P. 

1.  Estrella  dominicana,  novamenta  descobcrta  no  ero  da  egreja.  Historia 
panegyriea,  ornada  con  todo  genero  de  criidifao,  etc.  Lisboa,  1703,  4.* 

2.  Historia  de  S.  Domingos,  particular  do  reino  e  conquista  da  Portugal. 
Qitarta  parte. — Lisboa  ,  1733,  4.° 

3.  Memoria  da  Ordein  militar  de  S.  Joáo  de  Malta ,  oferendas  a  el  reí 
nosso  senhor  D.Joáo. — V.  Tomo  i ." — Lisboa,  1734,  fol.  de  xvi-408  págs. 

4.  O  Racional  da  Grafa . — Lisboa.  1755,  4.°,  de  xxn-249  págs. 


374  ^^  Orden  de  Predicadores. 

5.  Leráo  político,  abuso  emendado. — Lisboa,    1704,  4.* 

6.  Oriente  illustrado,  primicias  genlilicas. — Lisboa,   1727,  4.* 

7.  Se  suponen  de  este  Autor,  Anatomino  jocoso  y  Parnaso  joco-serio.. 

Santa  Cruz  (Baltasar  de),  O.  P. 

Historia  de  la  Provincia  del  Santo  Rosario  de  Filipinas,  Japón  y  China- 
del  sagrado  Orden  de  Predicadores. — Zaragoza,  1693,  en  folio.  Abraza 
desde  1635  á  1673,  continuando  la  del  P.  Aduarte. 

Santa  Cruz  (Baltasar),  O.  P. — Otro. 

Historia    Magistral  de  los  Gloriosos  Santos  Anacoretas  Balaán  y  Jo- 
saphat. — Manila,  MDCXCII,  en  4." 

Santa  Cruz  (Domingo  de),  O.  P. 

Rosario  Real  de  Nuestra  Se'ora. — Paris,  1608,8.";  Salamanca,  1621, 
en  8," 

Santa  Cruz  (Francisco  de),  O.  P. 

Commentaria  in  universam  S.  Tbomae  de  Aquino  Summam. — MS.  muy- 
consultado  en  el  siglo  xvi. 

Santa  Cruz  (Juan  de),  O.  P. 

Varias  relaciones  sobre  el  estado  de  la  Iglesia  de  Tonquin. — Impresas- 
unas,  inéditas  otras. 

Santa  María  (Antonio  de),  O.  P. 

España  triunfante. — Se  publicó,  según  Sarrabia  ,  mas  no  lo  he  visto. 

Santa  María  (Domingo  de),  O.  P. 

1.  Artey  enseñan:¡;a  de  la  lengua  Misteca. 

2.  La  doctrina  cristiana. — En  la  misma  lengua. 

3.  Las  epístolas  y  los  evangelios. — ídem. — Siglo  .xvi. 
Otros  le  llaman  Diego, 

Santa  María  (Fernando  de),  O.  P. 

1 .  Relagao  da  vida  e  martyrio  glorioso  do  Padre  Frey  Jerónimo  da' 
Crui,  etc.— Se  imprimió  traducida  al  latín,  Roma,  157 1,  y  además  eri 
portugués. 

2.  Relatio  obsídionis  Goensis,  etc. 
Misionero  en  las  Indias  Orientales. 

Santa  María  (Fernando  de),  O.  P.— Otro. 

Manual  de  medicinas  caseras  para  consuelo  de  los  pobres  indios ,  en  las- 
provincias  y  pueblos  donde  no  hay  médicos  ni  W/fa.— Manila ,  1615^ 
ídem ,  1863. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.   375 

Si  el  Sr.  Vidal,  mi  buen  amigo,  hubiera  visto  esta  última  edición,  no 
hubiera  escrito  que  se  encontraban  muy  pocos  ejemplares  en  Filipinas. 
Es  manual  que  todos  conocen. 

Santa  María  (José  de),  O.  P. 

1 .  De  libero  arbitrio. 

2.  Otras  obras ,  dice  el  P.  Fernández. 

Santa  María  (María),  O.  P.  f  1750. 

Arte  de  tañer  Fantasía,  asi  para  tecla  como  para  vihuela  y  todo  ins- 
trumento en  que  se  pudiere  tañer,  á  tres  y  á  cuatro  voces,  y  á  más,  por 
el  cual  en  breve  tiempo  ,  y  un  poco  trabajo,  fácilmente  se  podria  tañer 
Fantasía. — Valladoüd,  1565,  fol. 

Santa  María  (Pedro  de),  O.  P. 

Educa^ao  dos  filhos. — Así  Cardoso. 

Santa  María  (Tomás  de),  O.  P. 

Arte  de  tañer  fantasía  para  tecla,  vihuela  ,  y  todo  instrumento  de  tres  ó 
cuatro  órdenes. — Madrid,   1565/ en  folio. 

Santa  María  y  Ulloa  (Pedro  de),  O.  P. 

Arco  iris  de  pa:{ ,  cuya  cuerda  es  la  consideración  y  meditación  para 
rezar  el  santísimo  Rosario  de  Nuestra  Señora.  Su  aljaba  ocupa  quinientas 
y  sesenta  consideraciones  que  tira  el  amor  á  todas  las  almas  ,  y  e<;pecial- 
mente  á  las  dormidas  en  la  culpa,  para  que  se  despierten  y  le  sigan  en 
los  sagrados  misterios  gozosos  ,  etc. — Cambrai ,  1S57,  P*""  Begnier  y 
Boutteau.  En  12.",  576págs.;  Burgo  de  Osma,  1857,  por  Redondo  y  Ca- 
lleja, en  4.',  46S  págs.;  Barcelona,  1821,  por  Sierra,  en  4.°;  Madrid,  1800, 
por  Barco,  4."  pasta. 

Santarén  (Beato  Gil  de),  O.  P. 

Epistolae  ad  Rintiin  Patrem  Humbertmn  Magistrum  Ordinis  V.  datae. — 
MS.  Bibl.  Lusit.— Siglo  XII. 

Santa  Romana  (Jacinto),  O.  P.  f  1748. 

1 .  Las  Constituciones  de  las  Religiosas  de  su  Orden. 

2.  Una  Carta  Pastoral  suya,  con  el  Tratado  de  los  Votos  y  estado 
de  perfección  que  profesaban  dichas  Religiosas. 

3.  Memoria  á  S.  M.,  fol. 

4.  Manifiesto  de  la  verdad  y  crédito  de  la  Prudencia. — Valencia, 
1745,  fol.   de  72  págs. 

Santa  Rosa  (Bernardino  de),  O.  P.  Nació  en  1707. 

Theatro  do  mundo  vi'.ivcl ,  filosófico,  mathematico,  geográfico,  polémico, 


^^6  L(^  Orden  de  Predicadores. 

histórico,  político  e  critico ,  on  colloqidos  varios  em  os  qiiaes  se  representa  a 
formosura  do  universo  ,  e  se  impiignam  muitos  discursos  do  sapientissintn 
F.  Bento  Jcrónymo  Feijóo. — Tomo  i.°  1743  ,  4."  de  xLviii. — 413  págs. — 
No  consta  que  saliesen  más  tomos. 

Santiago  (Jorge),  O.  P. 

1.  Oratio  habita  Tridcnti  ad  Patris  Concilii. — Lovaina,  1362.  en  folio. 

2.  Acta  ejm  ut  ¡nquisitoris  generalis. 

3.  Constitugóes  Synodales  d'Obispado  d' Angra,   1560. 

Santillana  (Alonso  de),  O.  P.  f  1623. 

Sermones  varios. — MS. 

S.  Domingos  (Antonio  de),  O.  P.  f  1685. 

I.     Sermones  varios. — Lisboa,  1728,  4.° 

Así  Montero  en  su  Claustro  Dominicano. — T.  3.',  pág.  147. 

Santo  Domingo  (Francisco  de),  O.  P. 

Discurso  sobre  el  Padre  Nuestro. — Sevilla,  1645. 

Santo  Domingo  (Pedro  de),  O.  P. 

1.  l^iaje  de  la  Tierra  Santa  en  1600. — Ñapóles,  1604. 

2.  Varios  tratados  y  ejercicios  de  devoción. 

3.  Vida  de  Jesucristo  y  de  algunos  Santos  indianos  de  la  Orden  de 
Santo  Domingo. — IVIS. 

Santo  Esteban  (Antonio  de),  O.  P.  f  1609. 

Regimentó  de  Saudade. 

Asi  Montero,  en  el  tom.  in  y  pág.  150  de  su  Claustro  Dominicano. 

Santo  Tomás  (Andrés  de),  O.  P. 

1.  Commentaria  in  Sunimam  Angeiici  Pracceptoris. — No  se  imprimió. 

2.  Vida  y  virtudes  déla  V.  Sóror  Isabel  del  Espíritu  Santo. 

Santo  Tomás  (Benito  de),  O.  P.  f  1687. 

Sermao  do  auto  da  fce  celebrado  en  Coimbra  a  12  de  Mar^o   de  1673. 
— Coimbra,  1673,  4.°  de  n-26  págs. 

Santo  Tomás  (Domingo  de),  O.  P. 

1 .  Gramática  ó  arte  de  la  lengua  general  de  los  indios  de  los  reinos  del 
Perú. — Valladoüd,  1560,  en  8." 

2.  Vocabulario  de  la  lengua  del  Perú  .  llamada  quichua. — Ibídem. 

3.  Carta  al  Consejo  de  Indias,  i."  de  Julio  de  1550. — Está  en  el  Ar- 
chivo de  Indias. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  eípañoles.      377 

4.  Otra  sóbrela  perpetuidad  de  las  Encomiendas,  26  de  Febrero  de  1362. 
— Archivo  de  Indias. 

5.  Carta  á  Su  Majestad,  20  Enero  1575. — Archivo  de  Indias. 

Fué  Arzobispo  de  la  Plata  y  el  primero  que  escribió  gramática  en  len- 
gua peruana,  por  cuya  razón  le  compara  González  de  Acuña  á  Nebrija. 

Santo  Tomás  (Domingo  de),  O.  P.  Otro. 

Siomna  Thcologiae  in  triplex  cowpcndiiiiii  tripartita,  sive  tirocinium  theo- 
logiae. — Lisboa,  1670,  tres  tomos  en  folio. 

Santo  Tomás  (Francisco  de),  O.  P. 

1 .  Sermao  do  auto  publico  da  Fe,  pregado  no  real  convento  de  Sao  Do- 
mingos da  cidade  de  Lisboa,  a  20  de  Outubro  de  /j^^c?.— Lisboa.  1753,  4.° 
de  24  págs. 

2.  Orafao  fúnebre  ñas  exequias  do  Emmo.  e  Revino.  Sr.  Nuno  da  I.unha 
de  Ataide,  Presbytero  Cardeal  da  Sancta  Egreja  Romana,  e  Inquisidor  ge- 
neral d' estos  reinos,  celebradas  no  convento  de  S.  Domingos  de  Lisboa  em  50 
de  Janeiro  de  ly^i. — Lisboa,  1751,  4.° 

Santo  Tomás  (Ildefonso  de),  O.  P. 

Catholica  qiierimonia  quae  primo  adversas  Surien  ,  seu  veriore  nomine 
Petrum Jurieum  ,  etc. — Madrid.  1686.  edic.  2.^ 

Era  hijo  de  Felipe  IV.  Varón  eminente  y  Obispo  dignísimo  de  Osma. 
Falencia  y  Málaga. 

Santo  Tomás  (Juan  de),  O.  P. 

1.  /írtis  logicat  ,  2  tomos. — Alcalá,   1631-32. 

2.  Naturalis  Pbilosophiae  ,  4  tomos. — Madrid  y  Alcalá,   1633  á  1635. 

3.  Thcologiae,  8  tomos  en  folio,  impresos  en  diferentes  lugares. — Al- 
calá, Madrid,   Lyon  y  París,  desde  1637  hasta   1667. 

4.  Explicación  de  la  Doctrina  cristiana.  —  Valencia,  1644,  en  16." 

5.  Práctica  y  consideración  para  ayudará  bien  morir. — Zaragoza.  1645. 
en  8." 

6.  Brev:  tratado  y  muy  importante  para  baccr  una  buena  confesión  gene- 
ral.— Hecho  por  encargo  del  rey,  á  quien  lo  dirigió  en  1644. 

7.  Tractatus  de  approbatione ,  auctoritate  et  puritate  doctrinae  D.  Tbo- 
mae  Aquinati$. — Augustae  Ubiorum,   1638,  en  8." 

8.  Cursus  philosopbicus  tbomisticiis.  —  Un  tomo  en  folio  de  1,000  pági- 
nas, sin  pie  de  imprenta. 

Santo  Tomás  (Pablo),  O.  P. 

Oracao fúnebre  da  senhora  D.  María  I ,  rainhafidelissima,  pronunciada  a 
7  de  Maio  de  18 ¡j,  ñas  exequias  que  o  Senado  de  Macan  fer  celebrar  na 
caihedral  da  misma  cidade. — Sin  lugar  ni  año,  8."  gr.,  de  31  págs. 


378  La  Orden  de  Predicadores. 

Santo  Tomás  (Salvador  de),  O.  P. 

Enlistóla  ad  Reverendissiimtm  D.  Carolum  Maigrot ,  Vicariiiin  apostolicum 
provinciac  Fokiensis  data  X  Aprilis, 

Cuantos  hijos  de  España  tomaron  parte  activa  en  la  condenación  de 
los  ritos  chinos  merecen  nombre  y  fama  por  la  gloria  que  dieron  á  nues- 
tra nación. 

Santos  (Joan  de  los),  O.  P. 

Etiopia  oriental,  i  varia  historia  de  las  cofas  del  Oriente.  — 1609,  folio, 
dos  tomos,  Evora.  Hay  una  edic.  francesa  de  París,  1684. 

Sarabia  y  Lezana  (José  de),  O.  P. 

1.  Annales  de  ¡a  sagrada  religión  de  Santo  Domingo. — Madrid,  1709, 
dos  tomos  en  folio. 

2.  Historia  escolástica. — El  mismo  autor  habla  en  los  Anales  de  esta 
obra  suya,  pero  se  ignora  su  paradero. 

Seco  (Lucas),  O.  P. 

Injudith  Historian!  commentarii. — MS. 
Asi  Cardoso  in  Agiologio  Lusitano. 

Segovia  (Juan  de),  O.  P. 

1.  De  Praedicatione  evangélica. — Alcalá,  1573,   en  folio. 

2.  Condones  de  quadragesima  de  tempore  et  de  Sanctis. — Tres  tomos 
inéditos. 

Segrelles  (Vicente),  O.  P. 

1.  La  Exaltación  de  las  palmas.  Sermón  panegírico. — Valencia,  1720, 
en  4.° 

2.  La  Cruz  de  Cristo  en  su  Imagen. — Valencia,   1744,  4.° 

3.  Sermón  del  Arcángel  San  Miguel. — Valencia,  1747,  4." 

Segura  (Jacinto),  O.  P. — Siglo  xviii. 

1.  Año  primero,  Pontificio  de  N.  SS.  P.  Benedicto  Xlll,  historiado 
con  las  relaciones  enviadas  de  Roma  al  Serenisimo  Rey  de  Portugal,  Don 
Juan  V. — Valencia,  1725,  8.» 

2.  Norte  crítico  con  las  Reglas  más  ciertas  para  la  discreción  en  la 
Historia. — Valencia,   1733,  fol. 

3.  Vindicias  históricas  por  la  inocencia  de  Fr.  Jerónimo  Savonarola. 
— Valencia,  1735,  4.° 

4.  Apologías  contra  los  Diarios  de  los  literatos  de  España. — Valen- 
cia, 1738  y  39,  dos  tomos  en  4." 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.  379 

5.  Adiciones  á  la  Biblioteca  de  la  Orden  de  Predicadores. 

6.  Disertaciones  iX  in  selecto  capite  Historia  Ordinis  Praedicatorum. 
— Valencia,   1741. 

Segura  (Miguel),  O.  P. 

Sermón  panegírico  del  Apóstol  Santiago  e!  Mayor,  predicado  en  la 
Santa  Iglesia  de  Nuestra  Señora  del  Pilar  de  Zaragoza. — Anda  impreso 
en  el  Triunfo  Ccsaraugmíano  de  López. 

Selva  (Pedro),  O.  P. 

Maravillas  del  Poder  divino  en  el  Santísimo  Sacramento  de  nuestros 
altares . 

Sena  (Antonio  de),  O.  P. 

1 .  Testimonia  Patnim ,  etc. — Son  las  acotaciones  á  las  citas  de  la 
Suma  de  Santo  Tomás. — Ambercs,  1369,  en  folio. 

2.  Segunda  edición,  corregida  y  completada  de  la  misma  obra. — 
Lyon,   1375. 

3.  El  mismo  trabajo  sobre  las  (¿uest iones  disputataede  Santo  Tomás  — 
Amberes,  1571,  en  folio. 

4.  Catena  áurea  Div.  Thomae  ,  etc.  El  mismo  trabajo. — Amberes, 
1573,  en  folio. 

5.  Commentarius  in  Genesim,  etc.  —  Amberes,  1573,  en  8.° 

6.  Homiliae  seu  Meditationes,  eic. — Lovaina,  1573,  en   12.0 

7.  Chronicon  Fratrum  Ordinis  Praedicatorum,  etc. — París,  1385, 
en  8.0 

8.  Commentarius  in  librum  Machabaeorum,  etc. — Amberes.  16 12. 

9.  Caesarii  Arelatensis  episcopi  sermones  17,  etc. 

10.  Plures  quaestioncs  tbeologicae,  etc. 

11.  De  quintuplici  statu  hominis,  etc. 

12.  De  comparatione  virtutum  et  vitiorum. 

13.  Optis  theologicum. — Terminado  sin  titulo. 

14.  Vita  Beatae  Joanne  Alphonsi  V  et  Elis.tbethae  Portugaliae  regum 
filiae,  etc. 

15.  Vitae  BB.  Petri  Gwuiisalvi  et  Gundisalvi  de  Amarantho,  etc. 

16.  Vitae  SS.  Patrimi  Ordinis  Praedicatorum,  etc. 

1 7.  Liber  de  eruditione  religiosorum  ab  Humberto  magistro  ordinis  V,  etc. 
— Lovaina,  1575,  en    12.° 

18.  Biblioiheca  Ordinis  Fratrum  Praedicatorum. — París,  1585,8.° 

19.  Historia  de  Portugal. — MS. 

20.  Chronicon  genérale  ab  anno  Christi  M .  usque  ad  suam  aetatem. — 
MS.  según  Nicolás  Antonio. 


380  La  Orden  de  Predicadores. 

Sendil  (Antonius),  O.  P. 

De  vera  d  salubri  Pbilosopbia  libri  X. — Gerona  ,  1852,  3  vol.  4° 

Senmedo  (José),  O.  P. 

De  Pniposilionibus  tractatus. 

Sepúlveda  (Alfonso  de),  O.  P. 

Swnma  de  casibits  conscienliae. 

Serra  (Marco  Antonio),  O.  P. 

1 .  Suinnia  commentarionim  in  Pnmain  partem  S.  Tboiiine.— Dos  tomos. 
— Valencia,  1630,  8.° 

2.  In  Secundam  Partem. — Dos  tomos.  — Valencia,  1634735. 

3.  In  Secundam  Secundae. — Valencia,  1643,  8.° 

4.  In  terliam  Partem. — ídem,   1647,8.° 

5.  Annotationes  super  Commentaria,  M.  Fr.  Tiiomae   Abalvenda. — 
MS.  4.°  en  el  conv.  de  Valencia. 

Serra  (Pedro),  O.  P. 

Sermones  de  rogativas  y  de  Santos. — MS. 

Serrano  (Felipe),  O.  P.  f  1778. 

./Irte  de  fabricar  relo.xes  de  sol. — MS.  en  fol.  en  el  Archivo  del  Real  C 
de  P.  de  Valencia. 

Serrano  (Francisco),  O.  P. 

La  cristiandad  de  Fogán,  en  la  provincia  de  Fo  Kien,  en  el  imperio  de  la 
China,  cruelmente  perseguida  por  el  implo  Cheus-Hio-Kien  ,  virrey  de  dicha 
provincia.  Relación  de  las  prisiones,  cárceles  y  tormentos  que  desde  el 
día  25  de  Junio  de  1746  han  padecido  los  cinco  misioneros  de  N.  P.  Santo 
Domingo.  Escrita  en  la  cárcel  por,  etc. — -Barcelona,  1750,  4.°,  tercera 
edición. 

Sierra  (Félix  de),  O.  P. 

Condones. — MS. 

Sierra  (Tomás  de),  O.  P. 

1.  Desengaño  cristiano,  primera  parte. — Pamplona,  1613.  Son  ser- 
mones . 

2.  Excelencias  de  la  Orden  de  Predicadores,  4.° 

Era  de  Carreño,  aunque  Echard  dice  que  era  de  Oviedo.  Estando  en 
Madrid  remitió  muchos  libros  al  convento  de  Oviedo,  entre  otros  las 
obras  de  Alberto  Magno. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  eSpaiiolcs.    381 
Silva  (Buenaventura  de),  O-  P. 

1.  Compcndium  totiiis  Thcologicae. — MS.  fol. 

2.  Cuntís  philosophiac . — MS.  en  gran  folio. 

Silva  (José  Fernando  da),  O.  P. 

1.  Serniao  que  em  ac^ao  de  graías  pelos  felizes  e  gloriosos  successos 
de  Portugal  pregón  na  cidade  de  Leiria,  etc.  — Coimbra,  1823,  4.°,  de  31 
páginas. 

2.  O.  Tíitii^o  voltado  contra  ofeiticeiro,  ou  o  autor  do  fol  helo  intitulado: 
<(0s  Sebastianistas;»  convencido  de  man  chisláo,  man  vasudlo,  man  cida- 
dáo  en  maior  de  todos  os  tolos. — Londres,  1810,  4.°,  de  43  págs. 

Silveira  (Antonio  de),  O.  P, 

Epitome  da  Vida  de  Saiicta  Joana  ,  Princesa  de  Portugal ,  religiosa  da 
ordem  de  S.  Domingos,  cijamada  vulgarmente  4  Sancta  Princesa. — Lisboa, 
'755.  4%  de  xx-2o8págs. 

Silveira  (Manuel  de),  O.  P. 

Scrmóes  posthumos. — Lisboa,  1757  á    1762. — Seis  tomos  en  4/ 

Silvestre  (Raimundo),  O.  P. 

Commentaria  in  Prophetas  Oseam  et  Joel. 

Asi  Fernández  en  la  ((Historia  provinciae  Lusitaniac.» 

Sobrecasas  (Francisco  de),  O.  P. 

Sermones  celebres  y  varios. — Madrid,  1686,  en  4  « 
Fué  Metropolitano  de  Cagliari  en  Cerdeña. 

Soleo  (  ),  O.  P. 

Summario  del  Paraiso. — Barcelona,  1629,  8." 

Soler  (Antonio),  O.  P. 

1 .  Rio  del  Parayso  en  quatro  bragas  de  las  quatro  conjradias  de  la  Or- 
den de  Predicadores.  —  Barcelona,  1619,  en  8." 

2.  Once  sermones  del  Rosario. — MS.  de  Amberes. 

Solórzano  (Luís  de),  O.  P. 

Dos  lomos  de  lugares  comuncA  de  la  glosa  incógnita. — Méjico,  16:5. 

Solsona  (Alejandro),  O.  P. 

Elogio  del  Obispo  de  Ratisbone,  Alberto  Magno. — MS. 

Solía  (Andrés),  O.  P. 

Militia  angelici  Doctoris  Divi  Thomae  Aquinatis. — No  recuerdo  el   año 
de  la  impresi(5n. 
Vive. 


382  La  Orden  de  Predicadores. 

Somonte  (Jesús  de),  O.  P. 

Cominentarium  in  Epístolas  D.  Pauli  ad  Calata. — Sevilla.  1704,  8." 

Sopeña  (Vincenzo),  O.  P. 

Vita  del  B.  Francisco  de  Posadas. — Roma,  1818,  1  cuaderno. 

Soria  (Antonio  de),  O.  P. 

Escritos  varios  en  la  lengua  de  Cagaván,  de  las  Islas  Filipinas. 
Era  peruano,  y  murió  en  el  siglo  xvn. 

Sorio  (Baltasar),  O.  P. 

1.  Tradatiis  contra  septem  blasfemias  ex  SS.  Patrum  auctoritate  dic- 
iisque  confecílis.—'Va.hocia.,  151 1,  en  4.0 

2.  Tractatm  tres  :  De  B.  Mariae  Virginia  gcnealogia,  cognalis  et  con- 
sanguinas;  De  triduo  Christi  in  sepulcro  ;  De  tripli:i  Magdalena. — Zarago- 
za,  1521,  en  4.0 

3.  In  psalmum  -^.^  Eructavit  boiniliae  decem  pareneticae  de  B.  Virgine. 
— Barcelona,  1522,  en  4.° 

4.  Condones  de  Beata  Virgine,  sive  Mariale. — Tortosa,  1538,  en  4.° 

5.  Sermones  de,  Sanctis  sive  Sanctorah; — Tortosa,  1538.  en  4.° 

6.  Decatomo  :  contra  decem  haereses . 

7.  Tractatus  de  viris  illuitribiis  provinciae  Aragoniae  ,  Ord.  Praed. — 
MS. 

8.  Otros  sermones  de  santos,  dominicas  y  cuaresma. 

Sotelo  (Francisco),  O.  P. 

Oración  panegírica  del  B.  Toribio.  — Véase  la  Estrella  de  Lima,  impresa 
en  Amberes,    1688;  su  autor,  Chaves. 

Soto  (Domingo  de),  O.  P. 

1.  Summulae. — Salamanca,    1539. 

2.  In  diahcticam  Aristotclis  commcntarií. — Salamanca,  1544:  1566, 
1571,  1574,  etc. 

3.  Inoctolibros Physicorum cominentarii. — Salamanca,  1545,  1572,  etc. 

4.  In  tres  libros  de  Anima. — MS. 

5.  Officium  in  di:  Sti.  Hieronymi. — MS. 

6.  Delihcratio  iii  causa  paicperum,  español  y  latin. — Salamanca,  1545. 

7.  De  extremo  ¡udicio. — Sermón  predicado  en  el  Concilio  de  Trento. 

8.  De  natura  et  gratia  libri  tres  ad  Synodum  tridenlinum. — Venecia, 
1547,  etc. 

9.  Apología,  qua  Epíscopo  Minoriensi,  de  certitudine  gratiae  respondet. 
— Venecia  ,  1  547. 

10.  Inepisíolam  Div.  Pauli  ad  Romanos commentarius. — Amberes,  1550. 

1 1 .  Cómo  se  ha  de  evitar  el  uso  de  ¡os  juramentos. — Toledo,    155  i . 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  eípañolcs.   383 

12.     De  yationc   tcgcnii  el  dclegeiiJi  secretuin. — Salamanca,    1532,   etc. 
ij.     Annotationci  in  Joannis  Feri  Franciicani  Moguntinensis  commenta- 
rios,  etc. — Salamanca,  1554. 

14.  De  Justitia  et  Jure.— Si\am!ínca.  155?,  1556,  1569,  1580,   etc. 

15.  ¡II  quartum  Sententiaritm  commcntarii. — Dos  tomos. — Salamanca, 
'557  ái56o. 

16.  Catecismo  ó  doctrina  cristiana. — Salamanca,  1563. 

17.  Dictamen  sóbrela  manera  de  tratar  á  los  indios. — Pidióselo  Carlos  V. 

18.  De  ra'.ione  promulgandi  Evangdium. 

19.  In  EvangeUum  Matthaei  commentarii 

20.  Pro  justijicatione  Concilii  Tridentini  Tractalum. 

21.  In  primam  partcm  Sti.  Thomae  et  ¡n  ti! ramqu:  secundam  commenta- 
rii.—  MS. 

22.  Officium  in  festo  Sti.  Tl.^oinae. — MS. 

23.  ¡n    libros  Sententiarum  commentarii. — Medina  del  Campo,    1579, 
4  vol.   fol. 

24.  Sermón  en  las  exequias  de  la  emperatri:^  Doña   Isabel,   i^j6. — MS. 
en  la  Bib.   nac.  (R.   169.) 

Soto  (Pedro  de),  O.  P. 

1.  Institutioms  christianae. — Augsburgo,  1548.  en  4.'' 

2.  Epistolae  diiae  c  Diligensi  schola,  etc. — Amberes  ,  1706,  en  folio, 
con  la  obra  del  P.  Reginaldo  «De  mente  Sancti  Concilii  Tridentini  ,  etc.» 

3.  Assertio  catholicae  fidei  circa  articulas  confessionis Wurtember- 

gensis,  etc. — Amberes,  1552,  en  4.° 

4.  yídversiis  Johannem  Brentium. — Amberes,   1552,  en  i6.° 

5.  Defensio  catholicae  confessionis,  etc. — Amberes,  1537.   en  4.* 

6.  Tractatm  de  institutione  sacerdotum seu   Manuale  clericorum. — 

Delingen,  1358,  en  4.° 

7.  Methodiis confessionis,  seuverae  doctrinae  pietatisque  christianae,  etc. 
—Delingen,  1377,  en  I2.' 

8.  Doctrinae  christianae  compendium  in  usum  plcbis  rede  instituendae. — 
Delingen,   1560,  en  12." 

9.  Compendium  doctrinae  catholicae. — .A.mberes,  1556,  en  i6.° 

10.  Catecheses  piae  et  solidae . — Tréveris.   1590. 

11.  Una  hermosa  circular  con  las  ordenaciones  correspondientes   que 
pasó  á  sus  religiosos  de  Holanda ,  donde  era  Superior. 

1 2.  Parecer  sobre  si  el  uso  de  los  afeites  es  pecado  mortal  en  las  mujeres. 
— MS.  de  la  Bib.  nac.  (1.   197.) 

Soto  mereció,  por  sus  trabajos  contra  los  protestantes,  que  estos  se  en- 
sañaran contra  él  de  una  manera  feroz.  Sirva  esto  de  respuesta  á  cierto 
autor  de  española  ciencia. 


384  ¿^   Orden  de  Predicadores. 

Soto  (Pedro  de),  O.  P.  Otro. 

Este  Padre,  distinto  del  anterior  y  misionero  en  Filipinas,  escribió  en 
lengua  de  Pangasinan,  Evangelios  para  iodo  el  año.  Vidas  de  Santos  y  Ejem- 
plos de  virtudes. 

Sotomayor  (Antonio  de),  O.  P. 

1.  Expurgaíorium  Ubronim  í/oükw.— Madrid  ,  1640,  folio  que  supone 
inmensa  lectura. 

2.  Carta  al  Papa,  dimitiendo  todos  sus  empleos.— MS.  de  la  Bibl. 
nac.    (H.   10. )•  año   1643. 

3.  Representación  al  Papa  refiriendo  sus  estudios ,  etc.  — MS.  en  idem. 
(Ca.  85):  año  1654. 

Confesor  de  Felipe  iV. 

Sotomayor  (Elias),  O.  P. 

1.  De  peccato  originali. — MS, 

2.  De  voluntario  et  involuntario. — MS.  folio. 

3.  Summa  theologiae  moralis.^lAS.  fol. 

Sotomayor  (Luís  de),  O.  P. 

1.  Cantici  canticorum  Salomonis  interpretatio. — Lisboa,  1599,  en  folio. 

2.  Ad  canticum  canticorum  uotae  posteriores,  etc. — París,  161 1,  en  4." 
í.      Commentarius  in   priorem   ac  posteriorcm  Pauli  apostoli  Epistolam 

ad  Timoíheum,  etc. — París,  1610,  en  folio. 

4.  Lecturae  solemnes  in  librumjoh,  partem  libri  Psalinorum,  Evangelia 
Lucae,  et  Joannis  ,  etc. 

Varón  eruditísimo  en  los  SS.  Padres,  teólogo  del  Concilio  de  Trente, 
y  enviado  á  Inglaterra  con  los  PP.  Soto  y  Villagarcía  para  restablecer 
las  universidades  católicas. 

Sousa  (Antonio),  O.  P.  Otro. 

1.  Chronicon  Provinciac  Lusitanae. — Siglo  xvi. 

2.  Sermones  varios. — Lisboa,  1524,  4." 

Sousa  (Antonio  de),  O.  P. — Otro. 

Manual  de  Epiciclo,  Pbilosopbo,  traduzido  do  grego  em  linguagem  por- 
tuguez.  —  Coimbra,  1594,  12.° 

Hay  una  tercera  edición  muy  celebrada,  con  notas  criticas,  hecha  por 
Luis  Antonio  de  Fr.redo  en  Lisboa,   1785,   8.°,  de  xx-xLvi-184  págs. 

Sousa  y  Sousa  (Antonio  de),  O.  P. 

I.  Releí io  de  casitas  sivc  censuris  huüae  in  Coena  Domini. —  Lisboa, 
1915,  en  4." 


Ensciyo  Je  una  Biblioteca  de.  Dominicos  españoles.  385 

2.  Opiifculwn    ciira    Pattli  V  coiisiiliitioiiíiii   Je  ccufessariii .    etc. — 
Lisboa  ,  1623. 

3.  ^■iplo/isini  luquisilorinn  ¡dvis  ¡y. — Lisboa,  1630,611  4. 

4.  Dcciiioiics  litsil.in.ir.  —  Lisboa,  1660,  en  folio. 

5.  Sermao  no  .  uto  de  fe  que  se  celebrou  na  cidade  de  Lisboa,  domin- 
go 5  de  Mayo  de  IÓ24. — Lisboa,  1624,  4."  Muy  raro. 

Sousa  (Luís  de).  O.  P. 

1.  l'^ida  de  Doiii  Frci  Bertolomeu  dos  Mártires  da  Orden  dos  Frega- 
dores, etc. — Viana,  1619,  en  folio. 

2.  Historia  de  S.  Domingos  particular  do  rey  no  e  eoiiqnisías  de  Portu- 
gal,  etc. — Tres  tomos  en  folio,  1623  á  1678,  en  Benéfica  y  Lisboa. 

3.  Vida  da  Sor  Margarita  do  SS.  Sacramento. 

4.  Annaes  do  Rey  D.  Joáo  o  tercciro  de  Portugal.  Á  instancia  de  Fe- 
lipe IV  de  España. — Lisboa,  1S46,  4." 

5.  Carmen  in  laudein  ,  S.   Dominici. 

6.  Praefittio  in  Jacobi  Falconis  poetae  Valentini  opera  latina. — Valen- 
cia, en  S." 

7.  Considerafoes  das  lágrimas  que  a  Virgen  nossa  Senhora  deiramon 
na  sagrada  paixao,  repartidas  en  des  passos ,  para  devocáo  dos  des  sab- 
bados. — Lisboa,    1625,8." 

8.  Vida  do  Beato  Henrico  Suso. — Lisboa,  1642,  8.' 

Es  uno  de  lo^  puristas  en  portugués.  Antes  de  ser  Dominico  fué  caba- 
llero de  Malta  y  se  distinguió  por  sus  hazañas  en  ambas  Indias. 

Sousa  (Tomás  de),  O.  P. 

Conimentaria  ¡n  prophetias  O.U'ae  et  Jo'élis. — Siglo  xvi. 

Suárez  (Blas),  O.  P.  f  i  i  ^e  Mayo  1Ó13. 

1.  Vida  de  Ven.  Margarita  de  Chaves,  sua  Confessada. — Rom.i.  i()i2. 
en  8." 

2.  Vida  de  Ven.  Isabel  de  Miranda,   sua  confessada. — .MS.,  8.° 

3.  Vida  de  Martha  Soares,  sua  confessada.— MS. 

Suárez  (Esteban),  O.  P. 

Sermones  de  los  Evangelios  de  todo  el  año.  —  Madrid,  1618,  4. 

Suárez  (Joaquín),  O.  P. 

Compendio  histórico  dos  acontecimientos  mais  celebres  motivados  pela  re- 
roluciio  de  Franca,  e  principalmente  desde  a  entrada  dos  franceses  em 
Portugal  ate  a  segunda  restauracao,  e  gloriosa  acclama9ao  do  Principe 
regente,  etc....  Parte  i.''— Coimbra,  1808,  4.°,  de  4  8  págs.  Parte  2.' — 
Lisboa.  1809,  4.\  de  36  págs. 

25 


3S'^i  La   Orden  dj  Predicodorcs. 

Suái'cz(Juan  Crisósíomo),  O.  P. 

I  .      Coiiiiiiciitjirium  iii  Gincsiiii. — MS. 

2.     CoDuiienlariiiin  in  Evaugcliuiii  Div.  Matbaci — M5. 

Suñer  (Domingo),  O.  P. 

Vida  y  iiiilagros  de  Sanio  Domingo  de  Soriano,  y  favores  que  la  reina  de 
los  Angeles  María  sacratísima  ha  hecho  á  la  ilustre  y  preclara  Religión 
Dominicana,  y  en  retorno  dellos  lo  que  hnn  hecho  sus  frailes  en  devida 
correspondencia  ala  grandeza  de  su  magestad  gloriosa. — Barcelona,  1649, 
4.°;  Perpiñán,   165 1,  4." 

Tables  (Tomás),  O.  P. 

1.  Devoción  á  la  Santísima  Virgen  del  Rosario. — 8." 

2.  Tratado  para  ayudar  á  los  enfermos  á  la  hora  de  la  muerte. 

3.  Vida,  muerte  y  sepultura  de  Santa  .María  Magdalena. 

Taboada  (Juan  de),  O.  P. 

Historia  del  convento  del  Rosario  de  la  ciudad  de  Oviedo. — .MS. 

Taix  (Jerónimo),  O.  P. 

Deis  miraclcs  de  nuestra  Señva  del  Roser,  y  d:l  modo  de  dir  ¡o  Rosario 
Psalteri  de  aquella. — Barcelona,   1602,  en  4.%  2.^  edición. 

Taladriz  (Perfecto  de),  O.  P. 

In  Magistri  Sententiarum  Líber. — MS. 

Tapia  (Juan),  O.  P. 

1 .  Sermones  varios. 

2.  Proyecto  de  una  constitución  religiosa,  consideraia  co.iio  parte  de 
la  civil.  — 1820,  Barcelona. 

Tapia  (Pedro  de),  O.  P. 

1.  Coinmentaria  in  primiin  ef  terti.vH  p.irtem  Sumua;  S.  Tbomae. 
— MS. 

2.  Caleña  moralis  doclrinas. — Imprimiéronse  los  dos  primeros  tomos 
en  folio,  Sevilla,  1657.  Los  otro;  tres  tomos  deben  estar  MSS.  en  la  Bi- 
blioteca de  Medinaceli  de  Madrid. 

3.  Caleeisni)  r  expücaciin  de  ¡a  di.irina  criiHana  pira  el  uso  de  la 
diócesis  de  Sevilla. — Ibidem. 

4.  Otros  tratados,  carta;,  a:ta;  y  testam.-.itD  e.i  lengua  csp.iñDLi. 

5.  Carlas  origínales. — B:b.  nac.  (J.  4.) 
Obispo  de  Sigüenza. 


I 


Ensayo  de  una  Eiblioicci   de  Dcminicos  españoles.    ^87 
Tavora  (Hnrique  de),  O.  P, 

1.  o, alio   di-  Cxiltvv.it.ilibiis  E.rhsi.ie  iii  TrUenlin.i  Synodo  hahi.'a. — 
Brtscia,  1562. 

2.  Dj  pr.ic.tmdis  ii  perito  confessario  in  c.uJieulta  confcssionum  ¡iher 
utiUssiuiits. 

3.  Advcr'.encias  para   o  que   dc\e;i  facer   os  confesores. — Ccimbra, 
1560,  8  " 

Teólogo  del  TriJentino,  Obispo  d¿  Cuenca  en   América  y  Arzxbispo 
deGoa.  Murió  envenenado,  mártir  de  su  celo  apostólico. 

Tavora  (Fernando  de),  O.  P. 

Commeiihiricj  i;i  Evaiigelitim  Joannis. — No  se  imprimió. 
Fué  Obispo  en  la  isla  de  Madera  en  el  siglo  xvi  ,  y  abdicó. 

Teixidor (José),  O.  P. 

1 .  Observaciones  criticas  á  las  antigüedades  de  Valencia. — MS.,  dos 
tomos  en  fo!.  mayor. 

2.  Historia  cronológica  del  Real  Convento  de  Predicadores  de  Valen- 
cia ,  desde  125S  de  su  fundación. — MS. ,  dos  ton;os. 

Tejeiro  (Pedro),  O.  P. 

Insülnlioucs  jurii  ualure  ct  gniíiiim,  vel  sit  jus  naturae  et  gentium, 
vindicatum  a  gro>s:mis  crroribus  ,  rusticissimis  calumniis,  putidissimis 
contradictionibus,  quibus  illud  heterodoxi  homines  a  seculo  sexto-decimo 
ad  presens  usque  deíurpant. — .Madrid,  Imp.  de  E.  Aguado,  1S30,  8.", 
xiv-344  págs. 

Es  un  libro  escrito  contra  las  teorías  utilitarias,  único  en  su  clase  que 
se  escribió  en  aquellos  tiempos  turbulentos.  El  autor  mezcla  resabios  de 
las  doctrinas  de  Bonald  y  de  Lamennais  con  la  purísima  de  Santo 
Tomás. 

Tejera  (José),  O.  P. 

1.  Del  oiig:n  de  Portugal,  principios  de  esta  Monarquía,  y  de  los  ht- 
chos  de  los  reyes  y  déla  nación  portuguesa.  —  París,   15S2,  latín. 

2.  ExplicLitio:i  dj  la  Gcncalogie  d.i  trcs,-i¡fvi  icib'.e ,  ct  trcs-p:ii<;sant  Mo- 
iiarijur  Henn  IV  du  iioin,  etc. — Lyon,  1  5S8. 

Era  predicador  del  Rey  Cristiaaisimo. 

Templo  (Tomás),  O.  P. 

De  mirac'ilis  rosarU  B.  Vi'giüs,  et  de  pr.i:di:.ilij:ie  il'.r.ts  facta  per  D. 
Doininicit:i¡ . 

Teobaldo,  O.  P. 

Aljaba  eü.dra  los  judíos.  Erro.'-es  del  T.i!,n-jJ.— M5.' de  la  B;bl.  n.ic. 
(X.  240.) 


3^8  La   Orden  de  Predicadores. 

Themudo  (Jorge),  O.  P. 

Se  Is  atribuyen  las  «  Constitui^oes  do  Arzobispado  de  Goa.» 

Toledo  (Tomás  de),  O,  P. 

1.  Mariaíe  de  laudibus  Porine paradisi,  scilicd  B.  Virginis. 

2.  Doce  Índices,  comprendiendo  las  materias  de  varios  autores. 

Tordesillas  (Venancio  de),  O.  P. 

Literalem  expositionem  iu  primum  caput  genesecs. — MS. 

Torquemada  (Juan),  O.  P. 

I.     Coiiiiiientariii iu  Dccrciiiin  Gratiani. — Roma,  1555. — Venecia,  157S. 
1.     Suinina    de  Ecdcsia.  — Roma,   14^9;   Lyon.   1496;  Venecia.  1501; 
Salamanca,  1560,  y  Roma,  lí^gy. — M3.  enLíBibl.  Vaticana. 

3.  Apparaius  siipcr  Djcrelo  iiuioiiis  Gracconn». — Venecia,  is6i. — 
MS.  en  la  Bibl.  Vatic. 

4.  Tractatus  de  aqua  benedicta;  et  Tractatus  de  defectibus  in  Missa. 
— Roma,    1524;  otras  ediciones. 

5.  MsditaHoncs  in  viluiii  ChrisÜ. — Colonia,   1607. 

6.  Expositio  brevis  et  utilis  super  toto  Psalterio. — Roma,  1470.  y 
trece  ediciones  más. 

7.  Oitacstioncs  cspiritiialis  coiivivis  delicias  praefereiiles  super  Evaiigcliií 
1.1,;:  dctenipore  í¡uarn  de  S.inclis. — Roan,  149S,  3."  edición,  que  se  halla 
en  la  Bib!.  Colombina. 

8.  Excellens  opns  qu.icstionum  dipiissiiiianiiii  (sobre  epístolas  y  evan- 
gelios).—  Basilea,   149S,  y  otras. 

9.  Tractatus  contra  principales  errores  perfidi  Mahonictis. — Paris, 
1465,  y  otras.  ¿Estará  el  MS.  en  la  Universidad  Central?  (ionservábase 
en  Alcalá. 

lü.  Flores  sententianwi  Div.  Tbanae  Aquina'.is. — Lyon,  1496,  }■  otras. 
— MS.  en  la  Bibl.  Vatic. 

I  I .  Tractatus  notabiüs  de  potestate  Papae  et  concilii  generalis  aucto- 
ritate.  —  Colonia,  14S0.  Cetras  ediciones,  variando  algo  el  titulo. 

12.  D:  Fontijicatu  Saiicli  Pctri. — Bibl.  Pontif. 

13.  Concia  doninica  2.'^  adventiis  14,2  ad  PP.  Concilii  B.isilensis. — 
MS.  in  Bibl.  Balurii. 

14.  Tractatus  de  Corpore  Christi. — Lyon,    1378. 

15.  Tractatus  in  quo  ponuntur  impugnationes  quorundam  propositic- 
num,  etc.  (Contra  el  Tostado). — MS.  in  Bibl.   Vatic.  a  Nic.  Ant.  vissum. 

16.  Tractatus  50  veritatum  contra  50  errores  Manicheorum;  scu  Sym- 
boluní  veritatum  íidei. — MS.  in  Bibl.  Vatic. 

17.  RcíTid^i'S  Jncli  Bcucdisli  cuín  docíissiiv.ii  el  piissiinii-cinuiic-.ü.iriii. — 
Colonia,  1573.  ' 


^ 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.    389 

iS.     Tractatus  dü  rtformalione. — N'enecia,  lOiS. 
19.     Medit  al  iones  pcsitac  ct  de  fiel  ac  de  if^itis  maiida'o  in  Ecclcsiac  ambitu 
S.  Mariac  suf-er  Minervam. — Roma,    149S. 
20.'    De  saliile  aiiimae  ;  úvc  Salus  ani>me.  —  Londres,   1509. 

21.  Revelationcs  B.  Birgitlae. — Roma,    1597. 

22.  ^íxpositio  Regulae  B.    Birgittae. — Colonia,    169S. 

23.  Tractatus  de   veritate  conccptionis  Bcatissimae  V¡rg;inis. — Roma, 
ií-)7,  y  otras.   Fué  escrito  para  el  Concilio  de  Basilea, 

24.  E.xpositio  omniup.i  S.  Pauli  cpistolorum. — Basiiea  ,   1495. 

25.  O/wí'/'v'íVj.  — Estrasburgo,   1490. 

26.  Oratior.esseudissertationes  duaeinConoilio  Florentino. — Toni.  15, 
Conc.l.  generalium. 

27.  Otras   17  obras  que  r.ún  i.o  se  han  impreso,  y  cuyos  títulos  pue- 
den verse  en  Echard  y  en  Nicolás  Antonio. 

Fué  Cardenal  Obispo  de  Santa  Sabina. 

Torquemada  (Tomás  de),  O.  P. 

Comí  ilación  di  ¡as  instnieciones  del  cjieio  de  la  Sania  Inquisición. — Ma- 
drid.  1576,  folio.   Bibl.  nac.  (S.  299  ) 

Publicó  adc.ni.is  28  capiuilos  y  31  estatutos  en  latín  ,  que  se  refundie- 
ron en  la  obra  anterior. 

Fué  el  primer  Inquisidor  General.  La  Biblia  de  .su  uso  está  en  la  Bibl. 
nac.   (Aa.   87.) 

Torquemada  (Tomás  de),  O.  P. — Otro. 

Camino  de  la  vida  cierna,  repartido  en  dos  jornadas. —  Salamanca,  1650. 
en  folio. 

Torre  (Alvaro  de  la),  O.  P. 

1.  Carta  de  Jerónimo  Montano  Doutor  Alemao,  escrita  en  14  Julho 
de  1493  a  El  Rey  D.  Joáo  o  11.    Lisboa  por  Germán. 

2.  Tratado  da  creagáo  do  mundo. — MS. 

3.  Sobre  el  descubrimiento  d  1  mar  Océano. 

Torre  (Ignacio  de  la),  O.  P. 

1 .  Sermor.es  varios. 

2.  Tratado  de  la  conversión  de  pecadores.  —  .MrS. 

Torre  (Rafael  de  la),  O.  P. 

1.  De  parlibiis  potentia'.ibus  jus'.itiae. — Los  dos  primeros  tomos  en 
folio,  Salamanca,  161 1  y  12:  el  tercero  parece  que  no  se  imprimió. 

2.  Tractatus  de  potestat:  Ecclesiae  co.rcendi  demoiíts  circa  cbit  os  et 
ma'.eñcictcs.  —  Salamanca,   1629,  en  4.' 


ygo  La    OrJcii  de  Prcdicadoics. 

Tone  (Tomás  de  la),  O.  P. 

Relación  de  los  principios  de  Li  provinca  de  S.:n  V.ccnte  ¿n  Chi.ipa  y 
Guatemala. 

Muy  utilizados  por  Remesal. 

Torreblanca  (Juan  de),  ü.  P. 

1 .  Hxcrcicios  del  Sanio  Rosario  de  Nncítra  Señora,  y  modo  de  rezar- 
lo, con  meditaciones  de  sus  misterios. — Vailadolid,  1630,  en  4. ' 

2.  Sermones  de  Qiiaresm.i,  que  contiene  tres  sermones  ydi.is  ce  cada- 
semana. — Vailadolid,  1638,  en  .(  ° 

Torregrosa  (Vicente),  O.  P. 

De  Rebus  Spirituaübus,  Diversa  Opera. — Dos  tomos  M5.  en  fol. 

Torres  (Cristóbal  de),  O.  P. 

1.  Ccmmcntaria   ascética    in   atigelicaiu  oíationcm.   Ave    .María. — Dos 
tomos. 

2.  De  Sancto  Dominico  Soriancnsi. 

3.  Fama  postuma  en  las  I.ionras  de  Fr.  Hortcnsio  Félix  Pa!aTÍci):o. — 
Madrid,  1 634. 

4.  Sermones  de  Santa  Thcresa. — Madrid,  1627. 

3.     //;  lau.iem    Divi  Ttoiiiae  de  y4qiduo.  —  Un  volumen    con   el   titulo 
¡ji¡;^un  euebaris. 

6.  Memoriale  erudituin  in  defeiisioneiii  patronaü  eujus.iam  pií. 

7.  Sermón  en  las  honras    de  la   reina   de    Polonia  doña    Constanza  de 
Austria.  —  Barcelona,  163S. 

Primer  Obispo  de  Nueva  Granada. 

Torres  (David),  O.  P. 

Génesis  cum  Glossa.  —  MS. 

Torres  (Luís  de),  O.  P. 

1.  í'cinte  V  cuatro  discursos  sobre  lo~>  pecados  de  la  Lng  1.1  ,  etc. — Bu'- 
gos,  1590,  en  4.° 

2.  Declamationcs  sex   in   aníiphonain    Salve   Regina.  —  Roma,    T392, 
en  S." 

Torres  (Tomás de),  O.  P. 

1 .  Cotiimcntaria  de  graiia  ct  de  encarnatione. 

2.  Convnenlaria  de  SacrameiUi';. —  MSS.  d:  Duay  y  Lovaina. 

Torres  (Tomás  de),  O.  P.  Otro,  t  '7-'- 

1.     Dialogus  Sylogisticits. — Zaragoza, '16S3,  8.° 


Ensayo  de  muí  Biblioteca  de  Dominicos  chañóles.    391 

2.  j-lrs  sylogistici  anliqua  el  nova  ad  meiilnn  AristoteÜs  in  Lih.  I  el  //, 
Prioniiii. — MS.  en  el  convento  de  Zaragoza. 

3.  Memorial  del  Amo-  divino. — Zaragoza,  1697  y  1706,  S.° 

4.  Llave  iiiterioi    qu;  abre  la  puerta   del  Palacio    humano. — Zaragoza, 
170Ó,  8." 

5.  Convcncimieiito  de  los  errores  de  Miguel  de  Molinos,  dedicada  á  la 
Santidad  de  Inocencio  XI. — MS.  en  4.°  en  el  C.  de  Zaragoza. 

6.  Diversos  opúsculos  de  Teologia  mística. — MS. 

7.  Un  tratado  diiigido  ;\1  Rdo.  F.  Maestro  general  del  Orden  de  Pre- 
dicadores.— MS. 

Tovar  (Luís  de),  O.  P. 

Dilina  revehilio  Eristbreae  Sibyllae  cum  commcníariis ,  in  qua  a  bello  Tru- 
jano usqiie.  ad  diem  judieii  praedixit  futura. — Sena,  1508,  en  4.» 

Tovar  (Pedro  de),  O.  P. 

Historia  y  milagros  de  la  imagen  de  nuestra  Señora  deCbiquinas. — La  cita 
el  P.  Sarabia,  pero  no  la  he  visto. 

Trexo  (Alberto),  O.  P. 

De  Trinitate  et  Angelis. —  MS. 

Trilla  (Bernardo),  O.  P. 

Questiones  iS  de  cognitione  animae  conjunctae  corpori,  etc.— MS.  en 
la  Bib.  de  Naudin.  Otras  muchas  obras  se  le  atribuyen,  hoy  juzgadas 
por  la  mayoría  délos  autores  como  apócrifjs. 

Trilles  (Martín),  O.  P.  7  MM- 

1 .  Sermonario  Lévate  eapita. 

2.  Otro,  Tune  videbunt. 

3.  Otro  que  comienza  :  Nondum  aiitcm. 

4.  Otro  id.  ,  Hora  est  jam. 

5.  Otro,  Recordare  fila. 

6.  Oívo  .  Ascendens  Jesús. 

7.  Otro,  Cbristo  confixus  sum. 

8.  Otro,  Cbristus  est. 

9.  Liber  miracnlorum. 

10.  /).'  directione  et  iitstruetione  confessorum. 

11.  Tractatus  contra judaeos. 

12.  Liber  contra  Judaeos  ct  de  Ojiciis. 

13.  Régimen  animarum. 

Trujillo  (Lorenzo),  O.  P.— Siglo  xvi. 

Exposición  de!  l:bro  de  los  Macabeos. — MS.  ,  íol. 


392  /-íí    Orden  di    Predicadores, 

Trujillo  (Policarpo  de),  O.  P. 

Sumario  del  Catecismo. 

Trujillo  (Tomás  de),  O.  P. 

1.  Thesaiirm  coiicionatonim — L3'on  ,   1584,   dos  volúmenes  en  folio. 

2.  De  Raiione  accurate  conciomr.di  libri  sex.—Ss  imprimió  unido  á 
la   obra  anterior. 

3.  Cauciones  quadrageüinalcs  quadntpüces  una  aun  adventu,  scplnagesi- 
ma,  sexagésima  el  qui-iquagcsima. — Barcelona,  1591,  dos  volúmenes  en  4." 

4.  Miserias  del  hoiuln-e y  de  los  varios  sucesos  de  su  vida  ,  y  cómo  se  ha  de 
disponer  para  ¡a  muerte,  etc. — Barcelona,  1604,  en  S."  Se  tradujo  c  im- 
primió en  francés  :  París,  1609. 

5.  Reprobación  de  trajes.— Zd^rz^ozd.,  1563,  en  8.°,  y  Barcelona,  con  el 
titulo  Discurso  contraía  deshonesta  Bellona  y  profanas  galas  que  se  usan. 

0.  Abuso  d?  juramentos:  tratado  de  limosna. — Estella,  1363,  en  8.° 

Ufelde  (Andrián  de),  O.  P. 

1.  Relación  de  la  reducción  á  la  fe  de  Cristo  de  la  provincia  de  Guay- 
me,  llevada  á  cabo  por  el  autor  con  la  gracia  divina. 

2.  Hechos  del  mismo  en  la  provincia  de  Darién. 
Peruano  del  siglo  xvii. 

Ülugia  (Gombaldo  de),  O.  P. 

I .     Expúsitio  in  II '  libros  Sententiarum. 

1.     Vitac  Sanctorum. — MS.  que  se  conservaba  en  Milán.   Siglo  xiv. 

Ulloa  (Pedro  de  Santa  Maria),  O.  P. 

1.  Arco  iris  de  pü7^. — Madrid,  1S54,   i  vcl.   4.° 

2.  Manual  de  catequi::^ación. — MS. 

Urbina  (Jerónimo  de),  O.  P. 

Sermones  panegíricos  de  los  dos  Santos  patriarcas  Santo  Domingo  y 
San  Francisco. — Así  Nicolás  Antonio. 

Liria  (Francisco),  O.  P. 

Sermones  en  las  honras  funerales  que  hizo  la  Universidad  de  Oviedo 
en  la  muerte  del  Rey  Felipe  IV. — Madrid.  1666,  4.° 

No  le  cita  Echard.  Fué  Prior  de  Santo  Domingo  de  Oviedo  y  catedrático 
de  prima  de  teología. 

Urra  (Ruperto),  O.  P. 

Varías  novenas  y  poesías  publicadas  en  Madrid  en  los  últimos  años.- 
Vive. 


I 


EiiSiivo  de  lina  Biblioteca  Je  Dominicos  españoles.   393 
Urceta  (Damián),  O.  P. 

Sermones  de  Adviento. 

Valderrama  (Alejo  de),  O.  i^. 

Ejercicios   espirituales   pnra    todos  los  dias  de  la  Cuaresma. — Sevilla, 
i(?04,  4  ° 

Valencia  (Gil  de).  O.  P. 

Escribió  un  Lihiilo  de  devoción . — MS.  en  las  monjas  Dominicas  de  Va- 

lencin. 

Valencia  (Juan),  O.  P. 

Vida  de  Santa  Catalina  de  Sena. — MS. 

Valencia  (Juan  Vicente),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Meinoriale  de   vita,  moribus ,  actis  et  obitu  Seraphini  Sicci ,  Magistri 
Ordinis,  singularibus  circumstantii. — Aviñon,  167S,  4.0 

Valencia  (Tomás  de),  O.  P. 

Flores  de  consolación   necesarias  ó    iodo   christiano,  etc .  — Traducido  al 
italiano  en  Venecia,   1562. 

Valero  (Juan).  O.  P. — Siglo  xv. 

Sitmma  Theologicae . — Tratado  de  diversas  materias. — MS. 

Valgornera  (Tomás  de),  O.  P. 

1.  Mystica  Theologia  Divi  Thomac,  etc. — Barcelona,   1662.  en   folio. 

2.  De  Rosario  B.  Mariae  Virginis. — Barcelona,  1662,  en  folio. 

Valverde  (Vicente),  O.  P. 

1.  Relación  délas  guerras  de  los  Pizarros  y  Almagro?. — .MS.  del  si- 
glo XVI. 

2.  Carta  al  Emperador  Carlos  V  sobre  mutaciones  de  aquel  reino 
(Cuzco).  — MS.  en  la  Bibl.  nac.  (J.  72.) 

3.  Otras  dos  cartas.  —  i .',  sobre  esmeraldas  ;  y  2.",  sobre  la  concor- 
dia entre  Pizarro  y  Almagro. — MS.  en  el  Archivo  de  Indias. 

Obispo  de  Cuzco. 

Valladolid  (Luis  de),  O.  P. 

Tabula  quorundain  Doctcnim  Ordinis  Pracdicatorum. — Pueden  verse  en 
Echard  los  títulos  principales  de  esta  obra,  que  no  ha  llegado  á  publi- 
carse. 


394  ^'í   Orden  de  Predicadores. 

Valladolid  (Nicolás  de),  O.  P. 

Epis'olac  duac  ai  provincias  sibi  subdilas,  e  duobus  qiiac  babuit  capitulis 
Ccncralihns  scriptae. 

Fué  este  esclarecido  Padre  General  de  la  Orden  durante  el  Cisma. 
Sus  ordenaciones  pasaron  después  á  las  Constituciones  de  toda  la  Orden. 

Valle  (Bartolomé  del),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Sermones  varios. — MS.    en  fol. 

Valle  (Ramón  del),  O.  P. 

De  anima  bominis  íonii  ins. 
De  cor  por  e  aiiimato  tractattis. 

3.  Apologia  cristiana  contra  Yan-Kuang-Suen. 

4.  Otros  tratados  en  lengua  china. 

3.     Firmó  los  libros  ni'ims.  :  y  ^  del  P.  Varo. 

Vallejo  (Jacinto),  O.  P. 

1.  Ejercicio  colidiano  del  Santísimo  Rosario,  para  los  hermanos  de  su 
santa  Cofradía. — Huesca,  1636. 

2.  De  Dcipara  super  Ave  maris  stella  ad  singulos  versus. 

3.  Postilla  evúiigelica  in  totum  annum  et  ferias  quadragesimales  appli- 
cata  Eucharistiae  sacramento  et  orationi  40  horarum. 

4.  Conciones  super  psalmum  Dominus  regít  me,  de  Eucharistia. 

5.  Vita  Stae.  Urstilae  et  sociarum  per  modum  concionuní  super  ali- 
quot  versus  psalmi  Eructavit  cor,   etc. 

6.  Historia  Concilii  Tridentini. 

7.  De  statu  luatriinonii,  censiivilis  sanctorum  conjugatorum. 

8.  De  aiixiliis. 

9.  Poütica  cathóüca. 

10.  Apologia  pro  Indiarum  defensione. 

11.  Apologia  adversus  rationaie  theologicum  Nicolai  Videlii,  etc. 

12.  Conciones   variae  partim  encomiasticae  ,  pajtim    fúnebres,    quas 
aut  Neapoli  aut  in  Hispaniae  habuerat. 

13       Oración  fúnebre  de  la    V.  Madre  Sor  Bernardina  Palafox. — Cala- 
tayud,  1622,  4.° 

Todos  estos  MS.  los  tenía  corregidos  cuando  era  predicador  de  la  reina 
Isabel  en  Bélgica  ( 1632). 

Vantallol  (Magin),  O.  P.  • 

Authenticiim  instrnintutiiin  el  tcstiinonium  Jeritibiis  Sinciniuin  per  missio- 
¡larios  Ordiiiis  Praedicatormn  scmper  reprobalh  et  nuinquaní  approbatis. 

Vargas  Machuca  (Juan),  O.  P. 

I.     Oración  del  venerable  Padre  Fray  Mjrtin  de  Porres. 


Ensjvo  lie  una  Biblioteca  de  Doiiiinicos  cípaíioLs.   39^ 

2.  Libro  de  la  Rosa  del  Perú.  —  Siglo  xvii. 

3.  La  Rosa  del  Perú,  Sóror  Isabel  de  Santa  Maria  ,  del  hábito  de 
Sjnto  Domingo. — Sevilla,   1659,  4.° 

Vaiján  (Antonio),  O.  P. 

1.  SiimmulaeinAiiitotdh  diakctL-am. — Siglo  xvii.  Será  el  misma 
que  con  el  titulo  de  Piiiii.i  pars  dialccticac  se  imprimió  en  1627,  tblio. 
Lisboa. 

2.  Paiayso  del  alma,  traducido  de!  latín,  en  que  fué  escrito,  por  Alber- 
to Magno.  —  Lisboa,  1656,  8." 

Varo  (Francisco).  O.  P. 

1 .  Retalio  el  ¡ibelliis  stiplex  saerac  coitgregalioni  de  Propaganda  Fide, 
circa  mores  ac  ritus  sínicos  .  oblatus  ,  sub  data  Sinae  30  Maii  1661. — 
En  la  Apol.   Dominic. 

2.  Seuíeucia  de  los  mhioneros  de  la  China,  de  la  Orden  de  Sto.  Domin- 
go,  deliberada  en  la  junta  de  Lanki ,  20  de  .^bril  de  1661. — Impr.  en  la 
misma  Apol.   Dominic. 

3.  Tractatus  en  quo  cultus  Confucii  ct  progenitorum  impugnatur  ut 
illicitus. — En  lengua  española,  firmado  por  el  P.  Varo,  Viceprovincial.  y 
por  otros  dos  Dominicos. 

4.  Respuesta  á  las  apologías  de  los  PP.  Brancati  y  Jacobo  de  Fabre, 
lie  la  Compañía  de  Jesús. —  De  este  libro  se  formó  el  Estralto,  impreso  en 
Colonia  en   1700. 

5.  Cbukiao-ming-Ching,  ó  Argumentos  en  favor  de  la  religión  cristia- 
na. — En  chino. 

6.  Del  ayuno  universal. — En  chino. 

7.  Del  modo  de  confesarse,  etc. — Impreso  en  chino. 

8.  Carla  al  P.  Polanco  sobre  las  cncsíiones  de  China  ,  fecha  en  Kuang- 
Cheu,  13  de  Junio  1672. — Se  imprimió  en  latín,  español  y  francés. 

El  P.  Varo  fué  misionero  ilustre  en  China.  La  doctrina,  por  el  con 
tanto  esfuerzo  sustentada  contra  los  PP.  Jesuítas,  fué  declarada  dogmáti- 
ca y  obligatoria  por  la  Iglesia. 

Vasconcellos  (Frutos  de),  O.  P. 

De  Modo  usandi. — MS. 

Vasconcelos  (Juan  de),  O.  P. 

Casusarlium,  seu  In  philosophianí  universam  comnientaria.  —  Se  dio  de 
texto  dentro  y  fuera  de  la  Orden  en  el  siglo  xvii. 

Vayllo  (Alfonso),  O.  P. 

Insignorum  provinciae  S,  Hippolyh  Caxacensis  fratrum  sibi  visorum  opti- 
meque  nolorum  vita. 


39^  La   Orden  de  Predicadores. 

Vázquez  (Alejandro),  O.  P. — Siglo  xvi. 

1.  Tr.Ttado  de  las  Cereníonias  eclesiásticas.- — MS. 

2.  Simia  de  casos  de  conciencia. — MS. 

Vázquez  Espinosa  (Félix),  O.  P. 

Descripción  de  ¡as  Indias.  — Ohtdí  muy  elogiada. 

Vega  (Francisco  de),  O.  P.  f  1609. 

Tratados  de  materias  diverjas.  —  MSS. 

Vega  (Pedro  de  la),  O.  P. 

Noticias  para  su  vida. — MS.  en  la  Bib.  nac.  (Ce.  77.) 
Obispo  de  Cartagena. 

Vega  (Tomás  de),  O.  P. 

Principio  del  divino  amor. — MS. 

Veiga  (Bartolomé  da),  O.  P. 

Cómputo  ccclcsiáslico. — Pamplona,  158S,  en  S.° 

Vel  (Antonio),  O.  P. 

1 .  Sermao  pregado  ñas  exequias  que  o  Tribunal  do  Sancto  Offu'io 
fez  na  morte  do  ülustrissimo  Inquisidor  general  D.  Francisco  de  Castro, 
em  30  de  Janeiro  de  1653,  no  convento  de  S.  Domingos  d'Evora. — Lis- 
boa, i6,4,  4.° 

2.  Sermones  varios.  —  Lisboa,  1654,  4.° 

Predicador  de  gran  nombre  (Monteiro).  Magiiae  autoritatis  ct  cruditio- 
nis  vinim  (Manuel  Rodríguez). 

Vela  (José),  O.  P.  f  1761. 

1.  Idea  de  la  perfecta  Religiosa  en  la  vida  de  la  V.  M.  sor  Josefa  Ma- 
ria  García  ,  primera  hija  del  Rea!  Convento  de  Capuchinas  de  la  villa  de 
Castellón  de  la  Plana. — Valencia,  1756,  fol.  de  42S  págs. 

2.  Traducción  del  español  al  latín  del  Manual  de  Dominicos  ,  que 
escribió  el  Maestro  Medaleu. — .MS.  en  fol.  en  el  Convento  de  Predicado- 
res de  Zaragoza. 

Velinchón  (Julián),  O.  P. 

! .  Relación  nominal  de  los  religiosos  que  han  venido  á  esta  Provincia 
del  Smo.  Rosario  desde  su  fundación  en  15S7.  —  Manila,  1857. 

2.  También  editó,  con  notas  suyas,  el  libro  del  P.  Acosta,  S.  J.,  «De 
procuranda  indorum  salute.» 

Fué  Provincial  en  Filipinas. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.    397 
Veneg;is  (Luís),  O.  F. 

Saalliiin  Marine  fícjiissiiiwc  Virginis  variis  concep'.ibus  iiioralibus  iiliis- 
traliim — Friburgo  ,   1624  ,  en  4." 

Venero  (Alfonso),  O.  P. 

1.  Eitcbiridión  ó  inamul  de  los  íicwf-os.  —  Anibercs,  1551,  v  Alcilá, 
1640,  con  otras  muchas. 

2.  Las  viJjs  di:  San  Lcsiitcs  y  Sania  Casilda  ,  y  otros  Santos  de  la  dió- 
cesis de  Burgos. — MS. 

3.  Agiogrcipbia  y  arcbigraphia,  ó  vidas  de  los  Santos  y  personas  ilus- 
tres de  solos  estos  reinos ,  etc. — MS.   Hscorial. 

4.  De  las  antigüedades  de  Burgos. — MS. 

5.  Poligraphia  de  España  — NÍS. 

6.  tlisloria  de  la  insigne  ciudad  de  fí¡iri:os. — Burgos,  153S,  4.» 

Verdú  de  Sans  (Blas),  O.  P. 

1.  Di^piilaüo  de  rcbtis  universaübiis. — Valencia,   1593,8. 

2.  Utvuui  dcíur  quaría  figura  dccisio. — Colonia,  1627,  en  8.',  segunda 
edición. 

3.  Coiniiientaria  in  logicam  Aristoielis. — Barcelona,  1614,  en4. 

4.  Conimentaria  ,  schoUa ,  resolutae  quaesl iones  super  disputationeni  de 
Trinitale,  Prini.ic pariii  S.    Tbomae. — Tarragona,   1602,  en  4." 

5 .  Reletiones  duae  ,  altera  contra  scienlianí  niedianí ,  et  altera  pro 
efficacia  divinorum  auxiliorum. — Barcelona,   1610.  en  4.' 

6.  De  las  lágrimas  y  conversión  de  la  Magdalena,  y  de  ij  milagrosa  na- 
vegación de  San   Ramón  de   Peñat'ort. — Barcelona,  1605,  en  8.° 

7.  Engallas  y  desengaños  de  los  tiempos. — Discurso  sóbrela  expulsión 
de  los  moriscos. — Avisos  de  discreción  para  aprender  á  tratar  negocios. 
— Barcelona,  1612,  un  tomo  en  8." 

8.  De  las  aguas  potables,  y  milagros  de  la  fuente  de  Ntra.  Sra.  de 
Avella,  que  nace  en  el  término  del  lugar  de  Cati  ,  reino  de  Valencia. — 
Barcelona,  1Ó17,  8. 

9.  Descripción  del  desierto  :  triunl'o  de  amor  y  obediencia  ,  y  el  lúcido 
intervalo  del  loco  amante  :  Martirio  de  Santa  Cándida  y  Córdubas. — 
Barcelona,   1603,  en  8° 

10.  Opuscula  philoso^hica. — Tarragona,  159S,  8.° 

1 1 .  Commentaria,  scbolia  et  rcsohitae  quaestiones  super  disputationem  de 
Trinitate  in  primam  partem  Div.  Thoraae. — Tarragona,    1607,  4." 

Verdugo  Sarria  (Pedro),  O.  P. 

Libro  de  los  misterios  déla  misa. — M.idriJ.  1594.  en  4." 


5g8  La   OrJcii  de   Pi cdicadoics. 

Vergara  (Antonio  de),  O.  P. 

Oración  fúnebre  en  las  exequias  del  Rmo.  P.  Juan  Marlinez.  O.  1'., 
confesor  délos  reyes  Felipe  IV  y  Carlos  II. — Madrid,   1676,  en   J^." 

Vernedo  (Vicente),  O.  P. 

1.  Sermones  de  Tempere  et  de  Sanctis,  en  S." 

2.  Commeiüivi^  in  pnmam  partan  Suiíimac  S.  Tbomae  ,  tX.  in  secum- 
dam  saecundae  eruditissima  ,  clara  milhoJo  ct  eleganli.  —  Dos  volúme- 
nes.—MSS. 

5.  Trciclatiis  singulares  de  varih  matcricbíis ,  et  Ínter  illos  unum 
e.ximium  et  eruditum  de  sacramento  altaris. — De  este  no  hay  hoy  noticia. 

Vesac  (Tomás),  O.  P. 

La  vida  de  Sta.  CalL-niia  i/t:  Sena  en  lengua  valenciana. — Valencia,  151 1, 
enS.°;    1735,  4-' 

Vicens  (Antonio),  O.  P. 

Santoral  de  Cataluña. 

Vico  (Domingo  de),  O.  P. 

1.  Teologia  de  los  Indios. — En  latín. — MS. 

2.  De  todas  las  historias,  fábulas  y  errores  de  los  indios. — iVlS. 

3.  Vocabularios  y  Artes  de  la  lengua  Cachiquil,  y  de  la  Verapaz  ,  y 
de  otros  seis,  en  que  escribió  vanos  tratados. — Es  un  estudio  compara- 
tivo de  las  lenguas  de  .América. 

4.  Himnos  en  las  mismas  lenguas  sobre  la  vida  y  misterios  d;  Jesu- 
cristo, para  uso  de  \o-<  indios. 

5.  De  Magnis  nominibus. 

6.  Paraíso  terrenal. 

7.  Otras  varias  obras  que  se  perdieron. 
Fue  mártir  en  la  Améric.i. 

Vidal  (José),  O.  P. 

1.  Origen  de  los  errores  revolucionarios  en  Europa  y  su  remedio. — 
Valencia,  imprenta  de  Benito  Monfort  y  Laborda,  1S27  y  1829.  Dos  to- 
mos: el  primero  de  37S  págs.;  el  segundo,  de  viii,  mas  289. 

2.  Idea  ortodo.xa  de  la  divina  institución  del  estado  religioso. — Va- 
lencia, 1823. 

3.  Espíritu  religioso  de  las  reflexiones  sociales  de  D.  J.  (].,  por  un 
miembro  del  pueblo.  —  Valencia,  iSii,  8." 

4.  Theolo^ia    pastoralis    Francisci    Giftschuz    castigata. — Valencia, 

1827,4." 


Ensayo  t/í'  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.   399 

El  P.  Vidal,  catedrático  de  teología  en  la  Universidad  de  Valencia,  es 
un  pensador  de  primera  fuerza.  La  primera  de  las  obras  citadas  la  escribió 
el  l\  Vidal  para  triturar  el  Jacohinismo  del  humanista  Hermosilla  ,  autor 
del  Alte  de  Hablar. 

Vidal  y  Mi^'ó  (Francisco),  O.  P. 

Historia  de  la  prodigiosa  vida,  virtudes  ,  milagros  y  prolecias  del  se- 
cundo ángel  del  Apocalipsis  y  apóstol  valenciano  de  las  indias  occidenta- 
les, San  Luis  Biltrán. — Valencia,  1743,  tol.  menor,  331  páginas. 

Vigordán  (Juan),  O.  P. 

Historia  del  Convento  del  Glorioso  Patriarca  S.  Josef  de  Religiosos  del 
Orden  de  Santo  Domingo  de  Calatayud. — MS.  en  4."  de  56  págs.,  en  el 
Convento  de  Zaragoza. 

Vilanova  (Tomás),  O.  P. 

El  sabio  y  noble  Ateniense  Gil  Abad,  abogado  de  las  calentura>  :  ora- 
ción panegírica  en  el  Rea!  Convento  de  Predicadores  de  Valencia.  —  Va- 
lencia,   1  700,  4.° 

Vilar  (Juan  Bautista),  O.  P.  f  en  1613. 

\'iridarium  Sacrae  Scriptur.ie. — Tres  tomos  en  ¡5." — ¡VIS.  en  el  C.  de 
1'.  de  Valencia. 

Vilar  (Tomás),  O.  P. 

1.  oSumma  controversiarum  in  prima  secundae  S.  Thomae  Aqui- 
natis.» — Barcelona,   1047. — Un  tomo  S." 

2.  «  In  primam  parteni  Commentari.» — Dos  tomos  ,  Barcelona.  El 
primero  en  1Ó3S;  el  segundo  en  1646. 

Villacañas  (Benito  de),  O.  P. 

1 .  Arte  y  vocabulario  en  lenjua  Cachiquil. 

2.  Doctrina  cristiana.  —  En  la  misma  lengua. 
5.      Sermones  breves  de  liempo  y  de  Santos. 

4.     Milagros  de  Nuestra  Señora  y  de  los  Santos. 
Misionero  en  Guatemala. 

Villagarcia  (Juan  de),  O.  P. 

Escribió  contra  los  errores  de  Brenzio,  Bucero,  Pedro  Mártir  y  otros 
protestantes;    pero  no  hay  hoy  noticia  de  la  existencia  de  esos  trabajes. 

Villalba  (Alfonso),  O.  P. 

I .  Di'  i'j)7'/s  de  quibus  consnlebatur  juris  ccclesiasüci  et  conscicntiac  ca- 
sibtis  rcs'^cnuT. 


40Ü  La  Orden  de  Predicadores. 

2.  iractaÍHS  piilalciii  redolentes. 

3.  yid  soJalium  diíbia  proposita   ¡6  responsa  certa  ct  eonsilia. 

Villalo  (Raimundo),  O.  P. 

De  los  misterios  de  la  Misa.— MS.  en  4." 

Villalobos  (Alfonso),  O.  P. 

Consulta  que  hizo  un  Predicador  de  la  Orden  de  Santo  Domingo  á  su 
Padre  provincial. — Madrid,    1Ó63,  Ibl. 

Villalobos  (Diego  de),  O.  P. 

Apología  por  el  estado  eclesiástico  ,  especialmente  religioso. — Valla- 
dolid,  1641. 

Villalobos  (Francisco  de),  O.  P. 

Super  cap.  secundum  Kvangelii  S.  Mathaei,  anno  16 18. 

Villalobos  (Pedro),   O.  P. 

Escuela  espiriíital. — Madrid,  16S3,  i   vol.  ,  4." 

Villalobos  (Toribiode),  O.  P. 

Super  libros  Regum  Commentaria. — Granada,   160S,  4." 

Villalpando  (Alfonso  de),  O.  P. 

Artiwii  cursiis  brevis  ,  dialecticam  ,  logicam  .  physicam  generaiem  ct 
particularcm  tomis  duobus  complectens. — Nicolás  Antonio  le  llama  Al- 
fonso é  Ildefonso,  suponiendo  que  son  dos  autores. — Zaragoza,  1655, 
dos  tomos  4.' 

Villalva  (Juan),  O.  P. 

Historia  del  Real  Convento  de  San  Pedro  Mártir  de  Calatayud,  Orden 
de  Predicadores,  con  la  de  varones  ilustres  de  esta  casa, — MS. 

Villalva  (Policaipo),  O.  P. 

Compendium  totius  Theologicae. — MS. 

Villamayor  (Pedro  de),  O.  P. 

Escribió  en  metro  español  un  tratí\do  de  Teología  para  uso  de  los  fie- 
les, en  tres  tomos.  Imprimióse  el  prini:ro  en  Madrid,  por  Domingo  .Mo- 
rras, en  1665.  Ignoro  la  suerte  de  los  otros  dos. 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  eSpañoles.  401 
Villanueva  (Jaime),  O.  P. 

1.  yiajc  literario  alas  Iglesias  Je  España. — Madrid,  1803  á  1851,  21 
vols. ,  en  8." 

2.  Observaciones  díl  C.  Vertt....  sobre  la  Apología  del  Altar  y  del 
Trono,  que  escribió  el  limo.  Sr.  D.  Fr.  Rafael  Vélez,  Obispo  de  Ceuta. — 
Valencia  ,   1820. 

Era  este  Padre  hermano  del  tristemente  célebre  D.  Joaquin  Lorenzo 
de  Villanueva.  El  libro  del  P.  Vélez  es  de  mala  literatura,  pero  de  buen 
t'ondo. 

Villanueva  (Juan  de),  O.  P. 

Meditaciones  sobre  la  Pasión  de  Jesucristo. — MS. 

Villar  (Tomás),  O.  P. 

Summa  controversiarum. — Barcelona,    1638  á  1647,  tres  tomos  en  8.» 

Villaseñor  (Juan  de),  O.  P. 

1.  Suma  moral.  —  Dos  tomos. 

2.  Excelencias  de  la  Orden  de  Predicadores. 

3.  Historia  general  de  la  restauración  de  España  por  el  santo  rey  Pe- 
layo. — .Madrid,  1684,  en  folio. 

Villate  (Ildefonso),  O.  P. — Siglo  xvii. 

1.  £Ar/)£)5/«ó«  del  Evangelio  de  San  Mateo. — Salamanca,  1680,  4.° 

2.  Exposición  del  Apocalipsis. — Salamanca,  1684,  4.° 

3.  Dos  sermones  de  la  Virgen  Maria. — MS. 

4.  Comentarios  sobre  el  Eclesiástico. — MS. 

Vinves  (Domingo).  O.  P. — Siglo  xviii. 

1.  Tractatus  de  Deo  iii  suo  esse  spectato  ,  cui  praemittuntur  ad  uni- 
versam  theologiam  praeliminaria. 

2.  Tractatus  de  Deo  creatore. 

3.  Id.  de  scientia  volúntate  et  omnipotentia  Dei. — 1804,  cuaderno 
de  606  págs.,  en  4." 

Viota  (Domingo),  O.  P. 

Memoria  histórica  de  Barbastro  y  de  su  Santa  Iglesia  mayor. — El  origi- 
nal se  ha  perdido.  Tenemos  noticias  de  este  Padre,  que  escribió  como  á 
mitad  del  siglo  xvi  ,  por  el  Dr.  Tragia,  en  el  tomo  i  del  Aparato  de  la  His- 
toria eclesiástica  de  Aragón,  pág.  43. 

26 


402  La  Orden  de  Predicadores. 

Viso  (Esteban),  O.  P. 

1.  Glossain  Epístolas  B.  Pauli  Apostoli  ad  Romanos. — MS. 

2.  Instittitiones  Gramaticae. —  MS.   en  folio. 

Vitoria  (Diego),  O.  P. 

1.  Sermones  de  iempore  et  de    Sanctü. 

2.  Regula  et  Ordinationcs  confraternitatum  nomiitis  Dei,  etc. 

3.  Tractatulum  quibusnain  conditionihtis  juramcntum  constare  debeat. 

4.  Tractatus  de  arte  et  modo  concionandi. 

Vitoria  (Francisco  de),  O.  P. 

1.  Relectiones  XII  theologicae  in  dúos  libros  distinctionum. — Lyon, ' 
1557)  ^■'>  P-  4^7"  Otras  muchas  ediciones, 

2.  Confesonario. — Salamanca,   1362. 

3.  Consejo  sobre  si  los  señores  pueden  vender  ó  arrendar  los  oficios, 
como  escribanías  y  alguacilazgos. — Salamanca,  1552. 

4.  Instrucción  y  refugio  del  ánimo  y  conciencia  escrupulosa  y  temerosa  de 
Dios. — Salamanca,   1552. 

5.  Summa  sacramentorum  Ecclesiae. — Valladolid  ,  156 1,  y  otras 
muchas. 

6  Commentaria  in  universaní  Siimmam  S.  Thomae  de  Aquino. — MS.  en 
diferentes  bibliotecas.  He  visto  el  comentario  ala  primera  parte,  con  este 
titulo  :  Incipiíint  Commentaria  dodissimi  Magistri  fratris  Francisci  de  Vic- 
toria in  primam  partem,  etc. — MS.  en  8.°,  de  257  fojas,  escrito  en  1529, 
y  que  pronto  verá  la  luz  pública.  El  Comentario  de  la  Secunda  Secunda 
se  imprimió   en  París,  15 12. 

7.  Descartas  originala  al  Condestable  de  Castilla. — Bib.  nac.  (E.  57, 
p.  148.) 

Vitoria  (Francisco),  O.  P.  Otro. 

Dos  Relaciones:  de  las  Indias  una;  otra  de  las  justas  causas  de  guerra 
de  los  españoles  contra  los  bárbaros,  que  se  hallan  entre  las  Teológicas 
de  este  autor. — En  latín,  15S6,  8." 

Vitorián  (Leandro),  O.  P. 

El  Cura  perfecto  :  declaración  de  lo  que  debe  hacer  el  cura  de  almas 
para  la  dirección  de  sus  ovejas. — Valladolid,  1766,  4.' 

Vivero  (Francisco  de),  O.  P. 

1.  Oratio  funebris  in  exequiis  Margaritae  Austriacae  Philippi  III  regís 
catholici  conjugis. — Bruxelas  ,  1611. 

2.  Altera  in  exequiis  Philippi  [¡f,  Hispaniarum  regií. — Bruxelas,  1621 . 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  eSpañolet.  403 

3.  Oratio  funebris  beatae  memoriae  sororis  Annae  ajesu,  Stae.  Te- 
resiae  sociae. — Bruxelas,    162  i. 

Todas  fueron  pronunciadas  en  Bruselas. 

Vives  (Jerónimo),  O.  P.  f  1654, 

1 .  De  Primatu  divinae  libertatis  ad  faciendum  ct  decernendum  de 
contingentibus.  Líber  el  tomus  primus  contra  Scientiam  mediam. — Va- 
lencia, 1654,  fol.  Otro  tomo  MS. 

2.  Commentaria  in  Logicam  magnam  Aristotelis  et  Divi  Thomae. — 
Dos  tomos  en  4.° 

5.  Commentaria  in  acto  libros   physicorum. — Dos  tomos,  4.* 

4.  De  Justitia  et  Misericordia  Dei. 

3.  De  Sacramentos. 

6.  De  Ente  superno. 

7.  De  Gracia. 

5.  De  Voluntario. 

9.     De  Poenitentia. — MSS,  en  6  tomos,  en  4.» 

Vives  (Pío),  O.  P. 

Con  qué  condiciones  y  en  qué  casos  los  reyes  pueden  valerse  de  los  bienes 
de  la  Iglesia. — Barcelona,  1652,  en  4.0 

Visitación  (Antonio  de  la),  O.  P. 

Rela9am  d'as  cousas  d'a  cliristiandade  de  Solor. — Siglo  xvii. 

Vugarin  ó  Bugariños  (José),  O.  P. 

1.  Historia  General  Eclesiástica  y  secular  de  Galicia. — MS.,  4  vol., 
en  folio. 

2.  Historia  del  patronato  de  Santiago. — Así  Pallares  en  su  Argos 
divina. 

Xavierre  (Jerónimo),  O.  P. 

t.  Registrum  epistolarmn,  dum  clavum  Ordinis  astiiit. — MS.  del  Arch. 
Gener.  de  la  Orden. 

2.  Disputationes  in  tres  Bullas. — MS. 

3.  Informe  dirigido  á  S.  M.  dando  noticias  de  la  santa  iglesia  y  casa 
de  S.  Vicente  de  Roda,  y  particularmente  de  la  vida  y  reliquias  de  San 
Valero,  obispo  de  Zaragoza. — MS. 

Fué  Maestro  General  de  la  Orden  y  Cardenal  de  la  S.  I.  Romana. 

Xea  (Bernabé, de),  O.  P. 

Annotationes  in  Evangelia  totitis  anni  de  tempore  et  de  Sandia ,  ex  omni 
in  universum  quae  hucusque  extat  doctrina  admodum  R.  P.  M.  Fr.  Lu- 


^04  L^  Orden  de  Predicadores. 

dovici  Granatensis.  Apophtegmata  etiam  insigniora,  dicta  et  facta  Gen- 
tilium,  etc. — Madrid,  17S1,  8.°,  8  hoj.  prel.,  610  pág.  3  hoj.  índice. 
Echard  no  conoció  esta  obra. 

Ximenez  (Francisco),  O.  P. 

Cuatro  libros  de  la  Naturaleza  y  Veintidós  de  las  plantas,  y  Animales, 
que  están  recibidos  en  el  uso  de  la  Medicina  en  la  Nueva  España,  y  la 
Método  y  corrección  y  preparación  que  para  adniinistrallas  se  requiere, 
con  lo  que  el  Dr.  Francisco  Hernández  escribió  en  lengua  latina.  —México, 
1615. 

Ximénez  Arias  (Diego),  O.  P. 

1.  Lexicón  ecclesiasticwn  latino-bispanum. — Valencia,  1Ó21,  i  vol.  fbl.; 
Salamanca,   1572. 

2.  Enchiridión,  ó  manual  de  Doctrina  cristiana,  con  un  sermón  de  la 
Magdalena,  y  la  exposición  del  Salmo  Miserere. — Amberes ,  1567,  8.°; 
Toledo,  1570;  Pamplona,  1568,8.° 

Yanguas  (Diego),  O.  P. 

1,  De  carJinalibm  et  praecipuis  Jesti-Chrisíi.  et  Sanclorum  operibus, 
quae  foestis  eoriim  diebiis  in  EccJesia  celebrantiir . — Madrid,  1602. 

2.  Scbolia  cjusdan  in  Diviun  Thomain. 

Yanguas  (Juan  de),  O.  P. 

De  aeterno  Christi  sacerdotioet  regia poicstatc. — Salamanca,  1616,  en  4." 
Dejó  otras  obras  yiéditas,   según   los  historiadores,  pero  no  tengo  de 
ellas  noticia. 

Yurami  (Antonio-Miguel),  O.  P. 

Testimonia  ex  catholicae  Ecclesiae  et  Summorwn  Pontificuní  oraculis. — 
Madrid,   1788. 

Es  un  compendio  de  los  elogios  tributados  á  Santo  Tomás  de  Aquino. 

Zamora  (Alfonso  de),  O.  P. 

Historia  de  la  provincia  de  San  Antonino  del  nuevo  reyno  de  Granada. — 
Barcelona,    1 70 1 ,  en  folio. 

Zamora  (Diego  de),  O.  P. 

Primera  parte  de  los  sermones  de  D.  Fr.  Cornelio  Muso,  de  la  Orden 
de  San  Francisco,  obispo  de  la  ciudad  de  Bitonto.  (Traducción). — Sa- 
lamanca, 1602,  4.° 


Ensayo  de  una  Biblioteca  de  Dominicos  españoles.  405 
Zamora  (Munio  de),  O.  P. 

1.  Episíolae  neu  cnciclicae  e  capitulis  geiteralihns ,  etc. — El  P.  Munio 
era  General  de  la  Orden. 

2.  Regula  fratriim  el  sorornm  de  poenilenlia  B.  Domiiiici. — Siendo  esta 
Regla  la  que  hoy  se  observa ,  ha  tenido,  desde  el  siglo  xni  en  que  se  es- 
cribió, numerosas  ediciones. 

Zapata  (Hipólito),  O.  P. 

Excelencias  de  la  Castidad. — Barcelona,  161 8,  4.° 

Zaragoza  de  Heredia  (Pedro  Juan),  O.  P. 

1 .  Vida  de  ¡a  bendita  Sóror  Marta  Raggi,  beata  de  la  Tercera  Orden 
de  Penitencia  del  glorioso  Santo  Domingo,  etc. — Orihuela  ,  l6i2.  en  8. 
En  francés,  1616  ;  en  latin,  1622. 

2.  La  Sabiduría  perfecta. 

3.  Sermón  de  todos  los  Santos. — Orihuela,  1612. 

Zarandilla  (Benito  de),  O.  P. 

1.  Gramática  de  la  lengua  peruana. 

2.  Vocabularia  de  Ídem. 

3.  Catecismo  con  oraciones. 

Lo  escribió  en  unión  con  el  P.  Aparicio,  ambos  misioneros  en  Trujillo. 
El  P.  Benito  era  del  condado  de  Oropesa. 

Zarfate  (Gaspar),  O.  P. 

1 .  Vocabulario  ú  Arte  de  la  lengua  de  los  indios  de  la  Nueva  Sígovia. 

2.  Tratados  espirituales.  En  la  misma  lengua. 
Murió  en  el  siglo  xv;i  en  olor  de  santidad. 

Zavale  (Félix  de),  O.  P. 

De  Excellentia  Evangelii. — Granada,  1591,  8.' 

Zeballos  (Agustín),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Sermones  de  diversas  festividades. — Dos  tomos,  fol.,  manuscrito. 

Zecha  (Antonio  Félix),  O.  P. 

1.  Sermón  fúnebre  en  las  Reales  Exequias  de  la  ciudad  de  Alcsñi:  á 
la  feliz  memoria  de  la  señora  Reyna  de  España  doña  María  Luisa  Sabrue- 
le  de  Saboya. — Zaragoza,  17  14,  4." 

2.  Poesías  diversas.  Algunas  se  imprimieron. 


4o6  La  Orden  de  Predicadores. 

Zenjor  (Juan),  O.  P. 

Breve  relación  de  los  privilegios  que  los  Rmos.  PP.  Generales  y  lot 
Sumos  Pontífices  lian  concedido  á  esta  Provincia  de  España,  Orden  de 
Predicadores,  con  algunas  históricas  pertenecientes  á  dicha  provincia. — 
MS.  de  74  fojas  en  folio  ,  índices  y  apéndices,  de  la  antigua  biblioteca  de 
San  Esteban  de  Salamanca  (Cajón  2.°,  niim.  86).  Lo  tiene  hoy  el  P.  Ma- 
novel. 

Zorita  (Fr.  Agustín),  O.  P. 

1.  Catecismo  del  Santo  Concilio  de  Trento  para  los  párrocos,  orde- 
nado por  disposición  de  P.  Pío  V.  Traducido  en  lengua  castellana  por  el 
R.  P.  M.  Fray  Agustín  Zorita  ,  religioso  dominico,  según  la  impresión 
que  de  orden  del  Papa  Clemente  Xlll  se  hizo  en  Roma  el  año  de  1761. 
Latín  y  castellano. — París,  1860,  por  Walder  ;  Madrid,  por  Olamendi, 
en  4.°,  pasta,  viii-658  págs.;  París,  1857,  en  8.";  Barcelona,  1844,  en 
8.*,  y  1833,  dos  tomos  en  4.°;  Madrid,  1825,  en  4.°;  Barcelona,  1807, 
dos  tomos  en  4.°,  etc. 

2.  Manifiesto  en  que  se  declara  y  demuestra  que  todos  los  Religiosos 
y  Religiosas....  son  obligados  por  ley  y  precepto  divino,  nacido  de  la  so- 
lemne profesión,  á  guardar  perfecta  vida  común.  —  MS.  del  Colegio  de 
Dominicos  de  Ocaña,  i  vol.  de  327  págs.  4.0,  escrito  al  parecer  en  1775 
en  San  Pedro  Mártir  de  Toledo. 


SUPLEMENTO 


AL 


ENSAYO  DE  UNA  BIBLIOTECA 

DE 

DOMINICOS  ESPAÑOLES 


Abad  (Antonio),  O.  P.  -J-  1712. 

1.  Thcologia  moralií. — Seis  tomos. 

2.  Philosophia. — Un  tomo. 

3.  Sermones  varios. 

Abreu  (Antonio  de),  O.  P.  Siglo  xvii. 

Sermáona  Festa  daMiracuIosa  Imagen  de  S.  Domingos  trazida  do  Ceo, 
e  dada  pelas  Máos  de  sempre  Virgen  Maria  aos  Religiosos  do  convento 
de  Soria,  priegado  no  Convento  de  Lisboa  en  15  de  Setembro. — Lis- 
boa, 1661,  4.° 

Adano  (Juan),  O.  P. 

1 .  Sermón  en  las  solemnes  fiestas  de  la  canonización  de  San  Pascua! 
Bailón. 

2.  Comentarios  á  la  Suma  de  Santo  Tomás. 
(Fué  varón  eruditísimo). 

Adorno  (Zeferino).  O.  P. 

Examen  Theologiae  moralis. — MS. 

Aduán  (Domingo),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Prosodia,  libro  uno. — Valencia,   1626,  8." 

Agramunt  (Josef),  O.  P. 

El  Paraiso  de  Dios  descubierto  en  el  religiosísimo  Monasterio  de  reli- 
giosas dominicas  de  la  real  villa  de  Carcaxente. — MS.  en  fol. 

Agras  (Bernardo  de),  O.  P. 

Asuntos  predicables  en  las  festividades  de  la  Virgen.— Alcalá,  1620,  4.' 

Aguiar  (Pedro  de),  O.  P. 

Contra  Haereticos. — MS.  en  fol. 


4o8  La  Orden  de  predicadores. 

Aguirre  (Pedro  de),  O.  P. 

Institutiones  grammatices. — Alcalá,  1574,  8." 

Álava  (Gerardo  de),  O.  P. 

In  decem  Decalogi  Praecepta. — Madrid,  ¡609,  8.° 

Alcalá  (Lucio),  O.  P. 

Modo  de  buscar  el  camino  del  cielo. — MS. ,  4." 

Alcaraz  (Melchor),  O.  P. — Siglo  xvii. 

1 .  Institutiones  Rhetoricae. 

2.  Tratado  de  las  excelencias  del  Rosario. — MS. 

Alcázar  (Luis  de),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Dos  libros  de  Dialéctica. — MS. 

Alcolea  (Marcos  de),  O.  P. 

Commeníaría  in  Aristoíclis  Philosophiam. — MS. 

Ales  (Pedro  de),  O.  P. 

Ca^os  de  conciencia. 

Aleso  (Baltasar),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Un  tratado  de  sagradas  ceremonias. — MS. 

Alfaro  (Lucas  de),  O.  P. — Siglo  xvi. 

Proverbia  Salomonis  cuín  Glossa. — MS. ,  fol. 

Alfaro  (Vicente  de),  O.  P. 

Commentaria  in  Abdiam  Propheiam. — MS. 

Alicio  (José),  o.  P. 

Tratados  de  las  fiestas  de  Nuestra  Señora. — MS. 

Almansa  (Rodrigo  de),  O.  P. — Siglo  xvi. 

De  la  virginidad  cristiana  y  sus  frutos. — MS. 

Almazán  (Benito),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Historia  de  ¡as  antigiiedades  de  la  provincia  de   Albacete. — Valencia, 
1664,  4." 

Alquezar  (Domingo),  O.  P. — Siglo  xiv. 

Varios  opúsculos,  tratados  y  comentarios. — MSS. 

Alonso  (Gaspar),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Un  tratado  de  la  Gracia. — MS.  ' 

Alvarez  (Pedro),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Ejercicios  espirituales. — MS. 


Supl.  al  Ensayo  de  una  Bibl.  de  Dominicos  eípa fióles.  409 
Alvaiiño  y  Lago  (Manuel),  O.  P. 

/¡legación  Dominicana ,  para  servir  de  respuesta  á  la  refutación  hecha 
á  Monseñor  Nuncio  de  Su  Santidad  por  el  P.  Gómez,  ex-provincial  de 
ios  Dominicos. — Santiago,  1S14,  4.» 

Alvaro  (Inocencio),  O.  P. 

Dos  libros  de  Comentarios  á  los  Proverbios. 

Amado  (Manuel),  O.  P. 

El  Mesías,  poema  en  diez  cantos,  escrito  en  alemán  por  M.  Klopstock, 
y  vertido  del  francés  por.... — MS.  de  más  de  500  páginas,  autógrafo  del 
P.  Amado  su  traductor  y  con  su  firma.  En  la  Pasión  de  Madrid. 

Véanse  sus  obras  en  el  Ensayo. 

Amaral  (Demetrio  de),  O.  P. 

In  Primam  secundae  partís  Sancti  Thomae  Commcntaria. 

Anadón  (Domingo),-  O.  P. 

Comentarios  á  la  Suma  de  Santo  Tomás. — MS.  en  el  C.  de  Predica- 
dores de  Valencia. 

Aniñón  (Prudencio  de),  O.  P. 

Commeutario  in  Psalmos. — Alcalá,  1600,  4.° 

Anónimo. 

1.  Margarita  confessorum.  —  Sevilla,  1567,4.* 

2.  Doctrina  de  Religión. — Salamanca,  1548. 

3.  La  Historia  eclesiástica  de  Eusebio  de  Cesárea. — Lisboa,   1344, 
folio. 

4.  Exposición  de  la  doctrina  cristiana. — MS,,  8.' 

5.  Misteriosde  la  fe. — Burgos,  1542,  4.° 

6.  Suma  de  la  Doctrina  Cristiana. — MS. 

7.  Rosario  de  Nossa  Senhora. 

8.  Arte  gramática. — MS. 

9.  Rosario  de  Nossa  Senhora.  —  Lisboa,  1552. 

10.  Traslado  de  la  Pasión  de  Cristo. 

1 1.  Regla  de  la  Orden  de  Santo  Domingo. — Lisboa,  1548. 

12.  Ceremonias  Sagradas. — Burgos,  1562,8.° 

13.  Regimentó  é  Institugao  do  Rosario. — Lisboa,  1558,8.' 

14.  Instrucción  del  Cristiano. — Medina  del  Campo,  1602. 

15.  Cursus  philosophicus. —  Burgos,  1603,  8.° 

16.  Banquete  espiritual  de  los  justos. — Granada,  1604,  8.* 

17.  Vida  de  Santo  Domingo. — MS.  según  Cardoso. 

18.  Gobierno  de  Principes  y  de  sus  consejos  por  el  bien  de  la  repú- 
blica.— Asi  N.  Antonio. 


4  lo  La  Orden  de  Predicadores. 

19.     Historia  milagrosa  de  Nuestra  Señora  de  la  Peña  de  Francia. — 
Salamanca,  1646,  8.° 
Véase  además  el  Ensayo. 

Arahal  (Luís  de),  O.  P. — Siglo  xvii. 

1 .  Sermones  de  Cuaresma. 

2.  Explicación  y  comentarios  sobre  el  Eclesiástico. — MS. 

Araujo  (Alejandro),    O.  P. — Siglo  xvi. 

Del  perfecto  clérigo. — MS. 

Abaleda  (Santiago  de),  O.  P. 

Commentaria  in  Psalmos. — MS. 

Arbós  (Nicolás),  O.  P. 

Santoral  de  la  Orden  de  Santo  Domingo. — MS. 

Arcos  (Adrián  de  los),  O.  P, — Siglo  xvi. 

Vida  de  Santa  Isabel  de  Hungría. — MS.  en  fol. 

Arias  Correa  (  ),  O.  P. 

1 .  Super  priora  aliqua  capita  libri  Reguum. 

2.  Super  Aggaeum  Propheíam. 

3.  Super  Epistolam  div.  Pauli  Apostoli  ad  Titum  el  Philemonem. — 
MSS. — Asi  Cardoso,  <<.Biblioteca  Lusitana.^-' 

Arieda  (Daniel),  O.  P. — Siglo  xvi. 

Commentaria  in  Dialecticam  Aristoieli!.. — MS.,  4.' 

A  riza  (Pedro),  O.  P. 

1 .  Suma  de  Lógica. 

2.  Compendio  de  la  Historia  del  mundo. — MSS. 

Arnal  (Manuel),  O.  P.  f  1822. 

1.  Patriótico  Valentino. — Publicado  para  la  impugnación  de  algunos 
folletos  indecentes  que  en  l8io  y  il  salieron  de  Valencia. 

2.  Un  palo  y  no  de  ciego,  etc. 

3.  Un  cuento  de  cuentos. — Todo  vio  la  luz  en  Valencia,  iSio,  1 1  y  13. 

Arnao  (Félix),  O.  P. 

1.  Lágrimas  de  la  Magdalena,  ó  sentimiento  producido  por  la  ofensa  á 
nuestro  Redentor  Jesús,  con  varias  devociones  muy  tiernas,  entresacadas 
de  las  del  Bienaventurado  Padre  Santo  Domingo  de  Guzmán.— MS. 

2.  Exposición  del  libro  de  Daniel. — Burgos,  1780,  4.' 

3.  Tratado  de  Lógica. — Burgos,  1782,4.° 

Arteaga  (Francisco),  O.  P. — Siglo  xvi, 

Tractatus  Theologici. — MS.,  fol. 


Siipl.  al  Ensayo  de  una  Bibl.  de  Dominicos  eípafioles.  411 
Artufo  (Joaquín),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Vida  y  hechos  memorables  del  glorioso  S.  Luis  Beltrano. 

Arturo  (Diego),  O.  P. 

Commentarium  in  Priniam  Partem  Saiicti  Thomae. — Salamanca,  1665. 

Arriagá  (Gonzalo  de),  O.  P. 

Sanio  Tomás  de  Aquino  ,  doctor  de  la  Iglesia ,  en  vida  y  doctrina  ,  pre- 
dicando. 

Arrióla  (Juan  de),  O.  P. 

Elogio  del  Angélico  Doctor  Santo  Tomás  de  Aquino. 

Ateca  (Martín  de),  O.  P. — Siglo  xiv. 

Suma  del  Derecho,  por  orden  alfabético,  en  latin. 

Atienzo  (Matías  de),  O.  P. — Siglo  xviii. 

1 .  Tratado  de  la  dedicación  del  alma  á  Dios  por  la  meditación  y  el  su- 
frimiento, obra  muy  útil  para  las  almas  piadosas. — MS. 

2.  Exposición  del  Evangelio  de  San  Lucas. — MS. 
Fué  varón  de  mucha  virtud  y  doctrina. 

Aurato  (Pedro),  O.  P. 

1.  Viola  Animae,  en  seis  diálosos. — Así  Pellicer. 

2.  Ensayo  de  Traductores  Españoles,  pág.  17. 

Avellán  (Hilario),  O.  P. — Siglo  xviii. 

Cronicón  eclesiástico. — MS. 

Avello  (Lorenzo),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Comentarios  sobre  el  Cantar  de  los  Cantares. 

Avendaño  (Benito  de),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Principios  y  progresos  del  amor  divino. — MS. 

Ayala  (Salvador  de),  O.  P. 

Instíluiiones  Rhetoricae. — MS . 

Ayres  Correa,  O.  P. — Siglo  xvi. 

1.  Commentarii   in    septem   priora   capitula  libri    primi   Regum. — 
MS.  fol. 

2.  Commentarii  in  Prophetam  Aggaeeum  et  in  epístolas  D.  Pauli  ad 
Titum  et  Philemonem. — MS.,  fol.  ¿Será  uno  mismo  con  Arias  Correa? 

Azagra  (Luís  de),  O.  P. 

Commentaria  in  Sacram  Scripturam.— MS. 


412  La  Orden  de  Predicadores. 

Areda  (Martín),  O.  P. 

Flores  Sivictonan. — MS.,  fol. 

Azevedo  (Luís  de),  O.  P. 

De  Educatione  Puerorum.— Así  Cardoso. 

Azevo  (Baltasar),  O.  P. 

Commeníaria  in  Gencüm. — MS.,  fol. 

Baeza  (Cristóbal  de),  O.  P. 

Condones  festivales. 

Bahamonde  (Sebastián),  O.  P, 

Relato  fiel  de  los  honores  tributados  al  Ángel  de  las  Escuelas  ,  el  bien- 
aventurado Santo  Tomás  de  Aquino  ,  en  las  solemnes  fiestas  de  su  cano- 
nización. 

Baidina  Casa  (Martín  de),  O.  P. 

De  la  fábrica  del  templo  de  Santo  Domingo  del  Convento  de  Zara- 
goza.— MS.,  fol. 

Balsera  (Miguel  de),  O.  P. 

Dos  libros  sobre  Dialéctica. 

Ballesta  (Juan  Bautista  de  la),  O.  P. 

Sermones  ;  dos  tomos  en  fol.,  MS. 

Barbado  (Melchor),  O.  P. 

1.  Sermones  de  la  Virgen  y  de  Adviento. 

2.  Un  Tratado  de  Dialéctica. 

3.  Lecciones  sobre  los  Salmos. — MS. 

Barber  (Manuel),  O.  P. 

Colección  de  sermones  morales  ,  panegíricos  y  pláticas  doctrinales. — 
Lérida,  1844,  3  tomos  en  4.° 

Barcelona  (Hugo  de),  O.  P.  f  1240. 

1 .  /;;  Evangelimn  Malthaei. — Lib.  I. 

2.  In  Evangelimn  Lu cae. — Lib.  L 

3.  In  Epístolas  aposioli. — Pauli  XIV. 

4.  In  Epístolas  canónicas. — Lib.  VII. 

5.  Siitnmadc  Casihus. — Lib.  I. 

Barcena  (Juan  de),  O.  P. 

Commentaria  in  Proverbios. — MS. 


Sítpl.  al  Ensayo  de  uiui  Bihl.  de  Dominicos  c§pañoles.   413 
Barrera  (Bonifacio),  O.  P. 

1 .  Historia  de  las  conquistas  espirituales  conseguidas  por  la  eficacia 
del  Santo  Rosario  en  la  provincia  de  México. — MS. 

2.  Documentos  de  la  Orden  de  Santo  Domingo. — MS. 

Barrio  (Antonio),  O.  P. 

1 .  Tratados  de  diversas  materias. 

2.  Comentarios  á  la  primera  parte  de  la  Suma  de  Sto.  Tomás. — MS. 

Barrio  (Diego),  O.  P. — Siglo  xvi. 

Tractatus  Varii  Theologici. — MS. 

Barros  (Luis  de),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Resumen  de  Teología  mística. — MS. 

Batista  (Juan  Ildefonso),  O.  P. 

Historia  de  Nuestra  Señora  del  Olivar. — MS. 

Beaumont  de  Navarra  (Vicente),  O.  P. 

Compendio  histórico  del  real  convento  de  Santa  María  Magdalena  ,  de 
religiosas  del  gran  Patriarca  Santo  Domingo  de  la  ciudad  de  Valencia. 
Valencia,  1725,  4." 

Bedoya  (Francisco  de),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Summa  commentariorum  in  I  partem,  S.  Thomae. — Zaragoza,  1663. — 
Un  tomo.  fol. 

Belmont  (Justo).  O.  P. 

Tratado  del  Hombre. — Sermones  de  Adviento. — MS. 

Beltrán  iMarco  (Luís  de),  O.  P. 

La  vida  y  milagrosos  hechos  de  San  Felipe  de  Neri. — Valencia, 
1625.  4. 

Bel  vis  (José  de),  O.  P. 

Sermón  en  la  real  fiesta  de  Nuestra  Señora  del  Patrocinio. — Valencia, 
1660,  4.° 

Belluga  (Gaspar),  O.  P. 

Responsa  casuum  conscientiae. — Granada,  1586,  4.' 

Benito  (Antonio),  O.  P. 

1.  Compendio  de  meditaciones. — MS. 

2.  Tratados  sobre  los  Evangelios  Cuaresmales. — MS. 

Benito  (Marcos),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Arte  de  la  lengua  Mije,  y  devocionario  manual  de  los  Misterios  del  Ro- 
sario, en  la  misma  lengua. — MS. 


414  L^  Orden  de  Predicadores. 

Bernáldez  (Jacinto),  O.  P. 

Iti  Hicreniiam  Prophetam  Commeiüaria. — Zaragoza,  162!,  ^.« 

Bernat  (Francisco),  O.  P. 

Algunos  opúsculos. — Valencia,  1578,  4.' 

Bertomeu  (Juan  Bautista),  O.  P.  f  1774. 

Explicación  de  la  oración,   según  se  enseñan  á  los  del  arte  menor. 

Valencia,  1754,  8." 

Bertomeu  (Vicente),  O.  P.  f  1773. 

Diatrib.  Gramática  del  artificio  y  diferencia  de  la  oración  hispano-la- 
tina,  para  el  uso  de  Preceptores  y  estudiantes  de  la  lengua  latina. — Valen- 
cia, 1759,  8,' 

Biacense  (Alfonso),  O.  P. 

De  mariyrio  ditcentorum  monachorum,  Sancti  Petri  a  Cardegna  ordinis 
Sancti  Benedicti,  Hispaniarum,  Burgensis  dioecesis.  —  Romae:  Typis  Bar- 
tholomaei  Oronfadini,  1594,  8.° 

Bohorques  (Joaquín),  O.  P. 

Comentarios  á  Aristóteles. — MS. 

Bon  (Tomás),  O.  P. 

1.  Conversación  entre Albert  y  Pascual,  endécimascatalanas. — 1823, 
Barcelona. 

2.  CuatreCourses  entre  dos  personatges. — 1830,  Barcelona. 

Bonet  y  Cebolle  (Mariano),  O.  P. — Siglo  xix. 

1 .  Elogio  fúnebre  de  la  Beata  Sierva  Rosa  de  Dios,  Marian.i  Francisca 
Furió  Fernández  Galindo. — Valencia,   1808,  fol. 

2.  Varios  Sermones. 

Borras  (Pascual),  O.  P.  f  1447. 

Sermons. — MS. 

Brochado  (Alvaro),  O.  P. 

Meditaciones  sobre  los  Novísimos. — Toledo,  1603,  4.' 

Bugariño  (José),  O.  P. 

Tratado  filosófico  sobre  inquirir  la  razón  de  estar  siempre  patente  el 
Sacramento  en  la  Santa  Iglesia  de  Lugo. — MS. 

Buges  (Francisco),  O.  P. 

Annot.  in  Evangelia  totius  anni. — MS. 

Burgos  (Francisco  de),  O.  P. 

Compendio  de  la  forma  de  rezar  el  Rosario  —Alcalá,  164S,  8." 


Supl.  al  Ensayo  de  una  Bibl.  de  Dominicos  chañóles.   415 
Caballero  (Domingo),  O.  P. 

Historia  de  la  admirable  invención  y  milagros  de  la  Thaumaturga  ima- 
gen de  Nuestra  Señora  de  la  Peña  de  Francia. — Salamanca,  1728,  4.' 
Véase  el  Ensayo. 

Gabanes  (Daniel),  O.  P. 

Directorium  Regularium. — Valladolid,  1630,  4.* 

Cabrera  (Gonzalo  de),  O.  P. 

Sermones  cuadragesimales. — Burgos,  1607,  4." 

Calvo  (Ramón),  O.  P. 

Sermones  varios. — MS. 

Camino  (Inocencio),  O.  P. 

Dos  libros  de  Institutiones  Gramaticae. — MS. 

Camino  (Juan  de),  O.  P. 

Memorias  ilustres  del  Real  y  religioso  convento  de  Santo  Domingo  de 
las  religiosas  de  su  santo  hábito  de  la  muy  noble  villa  de  Madrid,  corte 
de  los  Reyes  Católicos  de  España,  etc. — MS.  en  fol.  de  12  hojas. 

Campillo  (Hermenegildo),  O.  P. 

Varii  sermones  Festorum. — MS. 

Campo  (Bernardo),  O.  P. 

1 .  Comentarios  al  Cantar  de  los  Cantares. 

2.  Comentarios  al  libro  de  Job. 

Candamo(Juan  Mariade),  O.  P.— Siglo  xvi. 

Modo  fácil  y  provechoso  de  cultivar  la  devoción  del  Rosario. 

Cañeda  (Baltasar),  O.  P. 

Discursos  predicables  sobre  la  vida  de  Santo  Tomás.— MS. 

Cañero  (Julián),  O.  P. 

Breve  declaración  de  las  gracias  espirituales  concedidas  á  la  Tercera 
Orden  de  Santo  Domingo. — MS. 

Capello  (Víctor),  O.  P. 

Artem  Grammaticani. — MS. 

Carballo  (Inocencio),  O.  P. 

Memorias  de  las  conquistas  de  la  Orden  de  los  Predicadores  en  la  pro- 
vincia de  México. — MS. 

Carleval  (Alfonso),  O.  P. 

In  Epistolam  D.  Pauli  ad  Hebraeos.— MS. 


4i6  La  Orden  de  Predicadores. 

Carvajal  (Marcos  de),  O.  P. 

In  Isaiam  Prophetam.  Libri  X. — Salamanca,  1610,  4." 

Carvam  (Cristóbal),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Sermones  varios. — Florencia,  1619. 

Carrillo  (Fernando),  O.  P. 

1 .  Alabanza    en   loor  del  Bienaventurado  Patriarca  Santo  Domingo 
de  Guzmán.  —  MS. 

2.  Dos  Sermones  de  la  Virgen. — MS. 

Carrión  (Antonio  de),  O.  P. 

Super  Evangelia  Dominicalia. 

Casares  (Enrique),  O.  P. 

Culto  de  Nuestra    Señora  bajo  la  advocación  de  Madre  del  Consuelo. 

— MS. 

Casares  (Rodrigo),  O.  P. — Siglo  xvi. 

1.  Consuelo  de  afligidos,  ó  remedio   en  las   tribulaciones  de   la  vida. 
— MS. 

2.  Tratado  de  la  Gracia. — MS. 

Castañeda  (Sebastián  de),  O.  P. 

Tratado  de  la  devoción  óel  Rosario. — MS. 

Castañón  (Alfonso),  O.  P.  f  1615. 

Consuelo  de  nuestra  vida . 

Castillo  (Ambrosio  del),  O.  P. — Siglo  xvi. 

1.  Compendio  de  Historia  del  Mundo. 

2.  Santoral  de  la  Orden  de  Santo  Domingo  de  Guzmán. — MS. 

Castillo  (Ignacio  del),  O.  P. — Siglo  xvi. 

In  Psalmum  Quinquagessimum  Commentaria. — Venetia,  1609,  4.0 

Castillo  (Melchor  de),  O.  P. 

1 .  E.\posición  de  las  Epístolas  de  San  Pablo. 

2.  Dos  tratados  sobre  San  Juan  Crisóstomo. 

3.  Un  libro  sobre  el  Apocalipsis. 

Castillo  (Ramón  de),  O.  P. — Siglo  xvii. 

1.  Comentarios  á  la  Suma  de  Santo  Tomás. 

2.  Exposición  de  dos  tratados  (no  señala  cuáles  son)  de  San  Agus- 
tín,—MS. 

3.  Jardin  glorioso  de  la  Orden  Dominicana,  plantado  en  la  Iglesia 
por  el  Patriarca  Santo  Domingo. 


Stipl.  al  Ensayo  de  una  Bibl.  de  Dominicos  e^añoks.  4 1 7 
Castro  (Jacinto  de),  O.  P.  f  1630. 

Fiestas  en  honor  de  San  Raimundo  de  Peñafort. 

Hay   de   ¿i   niuch.is  composiciones  poéticas  MSS.    en   el  Convento  de 
i'redicajores  de  Valencia. 

Castro  (Jerónimo  de),  O.  P. — Siglo  xviii. 

Tratados  espirituales  y  morales. — MS. 

Castro  (Mateo),  O.W 

Sermoes  do  Rosario. — MS. 

Castro  (Tomás  de),  O.  P. 

In  Genesim,  volumem  unum. — MS. 

Cavallero  (Felipe),  O.  P. 

Commentaria  in  Threiios  el  Orationein  Hieremiae   Prophct.ic.—ScvUU, 
1612,  4.° 

Cebriado  (Lucas),  O.  P. 

Historia  de  los  Santos  de  la  Orden  de  Predicadores.— MS. 

Celrá  (Juan  Bautista),  ü.  P. 

Tratados  de  diversas  materias. — MS. 

Centellas  (Bartolomé  de),  O.  P. 

Un  tratado  de  Co.^mografia. — MS. 

Centeno  (Pascual).  O.  P. 

Sermones  de  Cuaresma. — Madrid,  1702,  4. ' 

Cepeda  (Gabriel  de),  O.  P. 

Fiestas  de  la  Concepción. — Véase  el  Ensayo. 

Cerda  (Baltasar),  O.  P. 

El  cristiano  perfecto,  ó  e!  consuelo  de  todas  las  tribulaciones. 

Cervera  (Paulino),  O.  P. 

Commentaria    in   quatuor    libros.    Magistri    Sententiarum  — Burgos, 
1603,  4.° 

Coello  (Eduardo),  O.  P. — Siglo  xvi. 

Institutiones  Rhetoricae.  Institutiones  Logicae. — MS.,  fol. 

Contonento  (Francisco),  O.  P. 

El  opúsculo  LXIIll.  de  Santo  Thomas,  del  modo  de  confesarse  y  de  la 
pureza  de  la  inocencia. — .Alcalá  ,  163 1,  8.° 

27  V 


4l8    .  La  Orden  de  Predicadoras. 

Corezes  (Victoriano),  O.  P. 

1 .  Sermones  de  las  Festividades  de  la  Virgen  María. 

2.  Suina  de  casos  de  conciencia. 

Coronado  (Miguel),  O.  P. — Siglo  xvi. 

Tractatus  de  Sciencia  Dei. — MS. 

Coronel  (Cristóbal  de),  O.  P. 

Grarnmaticam. — Asi  Cardoso. 

Cortina  (Bonifacio),  O.  P. 

Commentaria  in  Psalmos  . — Valladolid,   1604,  8.* 

Cortina  (Joaquín),  O.  P. 

Declaración  de  la  doctrina  cristiana  para  uso  de  los  adultos.— MS. 

Correa  (Fernando),  O.  P. 

In  Evangelium  S.  Matthaei. — Dos  volúmenes. — MS. 

Costa  (Pancracio  de),  O.  P. 

In  Posteriora  Aristotelis  Commentaria. 

Costa  (Pantaleón  de),  O.  P. 

Ramillete  espiritual. 

Costa  (Vicente),  O.  P. 

Epitome  Rhetoricae. — MS. ,  fol. 

Crespi  de  Valdaura  (Francisco),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Carta  á  Felipe   IV. — MS. 

Cruz  (Pedro  de  la),  O.  P. 

Tesoro  de  devoción. ^MS. 

Cucalón  (Jerónimo),  O.  P.  f  1647. 

1 .  Sermón  en  las  Fiestas  de   Valencia  ,  á  la    Beatificación   de   Santo 
Tomás  de  Villanueva. — 1620,  Valencia  ,  8." 

2.  Sermones  de  témpora. — MS. 

Cuello  (Fernando),  O.  P. 

Tractatum  Sylogismorum. — Burgos,  1542  ,  8.' 

Cueva  (Francisco  de  la),  O,  P. 

Condones  a  Dominica  I.  Adventus  usque   ad  Feriara  III.  Resurrectio- 
nes  ,  tam  de  foestis  ocurrentibus,  quam  detemporc. — Granada,  1622,  /i.' 


Supl.  al  Ensayo  de  una  fítbl.  d>:  Dotiiinkos  emanóles.  419 
Dávalos  (Pío),  O.  P. 

De  modo  recitandi  Rosariiim  B.    Virginis. — Un    volumen,  Barcelona, 
1618,4.° 

Díaz  (Alvaro),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Tractatus  de  incarnatione.  —  MS. 

Diaz  (Andrés),  O.  P. 

Livro  de  Orábaos,  em  prosa  e  verso   vulgar  de  Louoores  c    excelien- 
cias  do  Nome  de  Jesús. 
Véase  el  F.nsayn. 

Diaz  (Damián),  O.  P. 

1.  Sermones  hiemales  Sti.  Vincentii  Ferrerii.— Venecia,   1573,   8.* 

2.  Sermones  de  Sanctis. — Venecia,  157J,  8." 

•5.     Sermones  Sti.  Vincentii  Ferrerii  Aesti vates,  etc. — Amberes,  157?$, 
8.',   1370,  8.*,  y  Venecia,  1573,  4.' 

Díaz  (José),  O.  P. 

Institutiones  Gramaticae. — MS. 

Diaz  (Urbano),  O.  P. 

1.  Commentaria  ad  Danielem. — MS. 

2.  Commentaria  ad  Ecclesiasticum. — MS. 

Dominguez  (Juan),  O.  P. 

I .     Comentarios  al  Cantar  de  los  Chantares. — MS. 

3.  Exposición  del  libro  de  los  Reyes. — MS, 
3.     Sermones  varios. — MS. 

Donato  (Manuel  Juan),  O.  P. — Siglo  xvii. 

1.  Dos  tratados  diversos  sobre  el  Crisóstomo. — MS. 

2.  Comer.Uirios  sobre  los  Proverbios .^MS. 

Dueñes  (Pedro  de),  O.  P. 

Breve  declaración  de  b  Misa  católica,  con  un  Strrrwn    de  l«  Asuación 
d«  la  Virgen.  — MS. 

Duran  (Anselmo),  O.  P. 

Comnientarii  literales  et  morales  Ln  Novum  Testan^entum. — MS  ,  doí 
lomos,  fbl. 

Duran  (Sebastián),  O.  P. 

Dos  tf»t-a<lo<i.  en  alabar./.»  d«l  Santisimo  Rosario. — Valencia,   1567,  4  * 


420  La  Orden  de  Predicadores. 

Elvino  (Sebastián  de),  O.  P. 

1.  Tractatus  de  Trinltate. — M5. 

2.  Tractatus  de  Superstitionibus. — MS. 

Emanuel  (  ),  O.  P. 

Sermones  varios. — Asi  Casiodoro. 

Erze  (Manuel),  O.  P. 

Compendio  Historial  de  Nuestra  Señora  del  Rosario. —  Toledo.. 
1622,  4.°  • 

Escalante  (Basilio),  O.  P. 

De  Immunitate  Ecclesiastica. — Alcalá,  162S,  4.' 

Escaner  (José),  O.  P. 

Descripción  de  los  lugares  recayentes  en  el  valle  de  Oxó,  reino  de  Va- 
lencia, en  disticos  latinos. — MS.,  en  el  Convento  de  Santo  Domingo  de 
Valencia. 

Escobédo  (Enrique),  O.  P. 

Triunfo  del  Patriarca  Santo  Domingo  de  Guzmán  ,    fundador  de  la 
Orden  de  los  hermanos  Predicadores.  —  Burgos,  1662,  4.° 

2,  Historia  de  la  provincia  de  México,  sacada  de  los  relatos  de  los  mi- 
sioneros.—  MS. 

Escudero  (Benigno),  O.  P. 

1.  Vida  de  San  Luís  Beltrán. — MS.,  siglo  xv. 

2.  Sylva  de  varia  lección. 

EsoIa(Tomás),  O.  P. 

Comentarios  al  libro  de  los  Macabeos. 

Esteban,  O.  P. 

Facta  et  miracula  Sancti  Rudesindi  Episcopi  Dumiensis,  Abbatis,  Fun- 
datoris,  etc.  Domini  Monásterii  Cellaenovae. — MS.  ,  22  hojas  en  fol.  Asi 
Flórez. 

Estella  (Eusebio  de),  O.  P. 

Sermones  varios. — MS. 

Estrada  (Alfonso),  O.  P. — Siglo  xv. 

Líbri  dúo  Commentariorum  ad  Dialecticam  Aristotelicam. — MS. 

Estrada  (Pedro),  de  O;  P. 

Liras  I  á  la  verdad  del  |  Hombre ,  que  dedica  |  á  D.    Alonso  Ramirez 


Supl.  al  Ensayo  de  una  Bibl.  de  Dominicos  españoles.  421 

de  Prado  ]  Fray  Pedro  de  Estrada  de  la  O. de  P.— Córdoba,  MDCXXXV  , 
4.',  4  hojas. 

Fajado  (Benito),  O.  P. 

Lecciones  de  Job. — MS. 

Falla  (Antonio  de),  O.  P. 

1 .  Inslitutfao  do  Mosteiro  Jesús  de  ^ille  de  ^veiio.—M5. 

2 .  Fnigm^nlos  da  historia  de  Hspaiiba. 

3.  Rela^ao  dos  Reís  e  Reinasque  están  sepultados  en  .A.Icobesa.  —  MS. 

Felipe  (José),  O.  P. — Siglo  xvi. 

Sermones  varios. — MS.,  fol. 

Feriz  (Mateo),  O.  P. — Siglo  xvi. 

1 .  Comentarios  á  los  Psalmos.^MS. 

2.  Tratado  de  dialéctica. — MS. 

3.  Suma  de  coros  prácticos. — Valladolid  ,  S.  A.  Un  tomo,  fol. 

Fernández  (Alfonso),  O.  P. 

Caíalogiís  universaUs. — Salamanca,  1618,  fol. 
Véase  el  Ensayo. 

Fernández  (Manuel),  O.  P. 

1.  Sermones  de  Adviento. — MS. 

2.  Tratado  de  Lógica. — MS. 

3.  Manual  de  Confesores. — .MS. 

Fernández  de  Castro  (Manuel),  O.  P. 

1 .  Manual  de  Confesores. 

2.  Comentario  á¡a  primera  parte  de  la  Suma  de  Sto.  Tomás.  —  ^ÍS. 

Fernández  Juan  (Enrique),  O.  P. 

1.  Sermones  del  tiempo  cuaresmal. — MS. 

2.  Historia  de  la  Tercera  orden  de  Santo  Domingo. — MS. 

Ferrán  (Jaime),  O.  P.  f  ijí)- 

yHa  San  Raymuiidi  de  Peñafort. — Valencia  ,  4.° 
Véase  el  Ensayo. 

Ferrando  (Nicolás),  O.  P. — Siglo  xvi. 

1.  E.xpositio  litteralis  in  Cántica  Canticorum  Salomonis. 

2.  Expositio  litteralis  et  moraüs  in  librum  Josué. 


422  La  Orden  de  Predicadores. 

Ferreira  (Bartolomé),  O.  P. 

Vida  de  Fr.  Antonio,  Freyre  Religioso  Dominico,  Conlesor  del  Rey  don 
Joao  III.— MS. 
Véase  el  Ensayo. 

Ferrer  (Maestro),  O.  P. — Siglo  xiii. 

Comentarios  Theologicos. — MSS. 

Feyo  (Antonio),  O.  P. 

1.  Sermáo  das  exequias  do  Rey  D.  Felipe  111  do  nenie,  e  II    Rey  de 
Portugal. — Lisboa,  1621,  4.° 

2.  Tratados  das  festas  da  V.  Senhora  Nossa. 

3.  Tratados  das  festas  das  vidas  dos  santos. — Dos   tomos,    Lisboa, 
1612  y  1615. 

4.*     Tratados  quadragesimales  e  da  Paschoa  divididos  en  duas    par- 
tes.— Lisboa,  1609,  fol. 

Se  tradujo  al  francés. — Paris,  161 8,  8.» 

Figuera  (José),  O.  P. 

I.     Armonías  físicas. — MS. 

I,     Compendio  de  Retórica.  —  MS. 

* 

Figueredo  (Bartolomé  de),  O.  P. 

De  fundatione  Ordinis  Dominicani. — MS. 

Figueres  (Nicolás),  O.  P. 

1.  Tratado  de  la  Cofradía  del  nombre  de  jesús. — Valencia,  1665,  8.' 

2.  Doce  opúsculos  de  diversas  materias. — Folio,  1655,  sin  lugar. 

3.  Tratado  de  las  tres  nii<:as  en  el  día  de  las  almas. — MS.  4.° 
Véase  el  Ensayo. 

Figueroa  (Edmundo  de),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Loci  Theologicí. — MS. 

Flórez  (Cristóbal),  O.  P.— Siglo  xvii. 

Chronologia  temporum . — MS . 

Flórez  (Justo),  O.  P. 

Doctrina  Cristiana. — MS. 

Florida  (Nicolás  de  la),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Tratado  de  la  Pasión  de  Nuestro  Señor  Jesucristo ,  con    unas  conside- 
raciones sobre  el  Evangelio  de  San  Juan. — MS. 


I 


Supl.  al  Ensayo  de  una  Bibl.  Je  Dotninicos  eSpañolíS.   423 
Foses  (Lucas),  O.  P. 

Comentaria  in  Psalterium.  —  MS. 

Freilas  (Mauro  de),  O.  P. 

Meditaciones  sobre  la  Pasión  de  Nuestro  Señor  Jesucristo. — MS. 

Freyre  (Antonio),  O.  P. 

1.  Promptuarium  conceptuum  moralium  ad  Evangelia  de  Tempere 
totiiis  anni  a  Dominica  Aventus,  usque  ad  Feriam  secundan)  post  Domi- 
nicam  in  Resurrectione  nec  non  ad  Evangelia  de  sanctis  por  totum  annum 
ocurrentibus. — MS. 

2.  Sacra  Sanctoruní  Patrum  Supellex. — MS.  en  Santo  Domingo  de 
Lisboa. 

Fuster  (Ignacio),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Hl  Árbol  genealógico  de  la  noble  casa  de  los  Gu^maties,  y  de  nt  descen- 
dencia,—  Valencia,  1694.  un  tomo  fol. 

Gabilán  (Leoncio),  O.  P. 

Sermones  per  annum. — MS. 

Galvis  (Bautista),  O.  P. — Siglo  xviii. 

Suma  moral  para  exámenes  de  Curas  ,  Confesores  y  Predicadores. — 
Alicante,  1750.  Tomo  prijiiero  (no  se  publicaron  más),  en  4.* 

Gama  (Alonso  de),  O.  P. 

De  Praedcstinatioue. — MS. 

García  (Claudio),  O.  P. 

Dispiitationes  Physielogicas. — Granada  ,  1618,  4.' 

García  (Félix),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Tratado  del  pecado  original.  —  MS. 

Garcia  (Juan),  O.  P.  f  i4S9- 

1 .  Un  libro  de  Rebus  Alpboni  Quinti. — MS. ,  en  fol. 

2.  De  regimiiie  Episcopatus  Maioricensi  dum  egoFr.  Joannis  Episcopus 
gubernavi  iUuui. — MS.,  en  fol. 

V'éase  el  Ensayo. 

Gabaldá  (Francisco),  O.  P. 

La  obra  que  se  cita  en  el  Ensayo  se  imprimió  en  Valencia  en  1651, 
4.',  con  c!  titulo:  Memoria  de  los  sucesos  particulares  de  Valencia  y  su 


424  La  Orden  de  Predicadores. 

reino  en  los  años  mil  seiscientos  quarenta  y  siete  y  quarentay  ocho,  tiem- 
po de  peste. 

Gisbert  (Lorenzo),  O.  P. 

Portentosa  vida  de  la  seráfica  Madre  y  laudada  Virgen  Santa  Catalina  de 
Sena. — Valencia,   1690,4.° 

Gomendrad  (Jerónimo),  O.  P. 

Vida  del  venerable  Obispo  de  Barbastro  D.  Fray  Jerónimo  Bautista   La- 
nuza,  de  la  O.  de  P. — Cuenca,  1680  ,  fol. 

Gómez  (Vicente),  O.  P. 

De  bonis  moribus. — MS. 

González  Dávalos  (Alejandro),  O.  P. 

Piae  cxercitationes. 

Govea  (Francisco  de),  O.  P. 

In  Habaciic  Propbetam  Commentaria. 

Gudiel  (Francisco),  O.  P. 

Suma  de  Proverbios  morales. — MS. 

Guerra  (Segundo),  O.  P. 

Comentarios  sobre  el  Apocalipsis. — MS. 

Guerrero  (Manuel),  O.  P. 

Seijmoiies  Dominicales. 

Guevara  (Justo  de),  O.  P. 

De  Vita  et  Laudibus  Virginis  Mariae. — M-^ 

Hellin  (Buenaventura),  O.  P. 

1 .  Dos  Sermones  de  Cuaresma. 

2.  Un  tratado  del  alma  humana. — MS. 

Henriquez  (Inocencio),  O.  P. 

Commentaria  in  Gencsim. — Alcalá,  1628,  4." 

Hernández, (Elias),  O.  P, 

De  EucbarisUa. 

De  Sacrificio  Missae. — MSS. 


Siipl.  al  Ensavo  de  ¡ini  BibJ.  de  Dominicos  españolea.     425 
Hernández  (Luís),  O.  P. — Siglo  xvii, 

1.  Suinma  commentaríoruní  in  I.    partem   S.    Thomae — Zaragoza, 
1652.  Un  tomo  4.' 

2.  Summa  conimentariorum  in  Primam  Secundae.  —  Zaragoza,  1653, 
dos  tomos. 

5.     Summa  commentariorurn  in  Secundam  Secundae. 
4.     Summa  commentariorurn  in  tertiam  partem. 

Hernández  (Urbano),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Tratado  de  Teología  moral.— MS. 

Herrero  (Pedro),  O.  P. — Siglo  xvii. 

1.  Tractatus  de  angelis. — MS. 

2.  TractatU'í  de  anima. — MS. 

Hileras  (Miguel  de  las),  O.  P. 

1.  Catecisnw  de  doctrina. 

2.  Compendio  de  la  devoción  á  Nuestra  Sefwra  del  Rosario. — MSS. 

Hierro  (Eloy),  O.  P. — Siglo  xvi. 

1.  De  Giibernatione  divina. — MS. 

2.  Ejercicios  espirituales. — MS. 

Horozco  (Rodrigo  de),  O.  P. 

Comnientaria  in  Canticum  Canticorum. 

Horozco  (Vicente  de),  O.  P. 

Milicia  cristiana. — MS. 

Hoyos  (Bernardo  de),  O.  P. 

Commentaria  in  univcrsam  Aristotelis  lcgicani.~-MS. 

Hoz  (Inocencio  de  la),  O.  P. 

Exposición  de  los  salmos  Penitenciales. — MS.,  fol. 

Hualde  (Raimundo),  O.  P. 

Disertaciones  teológicas. — MS. 

Itúren  (Clemente  de),  O.  P. 

Tractatus  variarum  Resolutionum  moraüum,  —  Burgos,  1620,  dos  to- 
mos, 4." 


426  l.a  Orden  di  Predicadores. 

Izquierdo  (Pablo).  O.  P. 

Compendio  bis! oriii!  de  Niiesirn  Seüora  del  Rosario. 

Jesús  (Alvaro  de),  O.  P. 

Diversas  obras.  —  MS. 

Laguna  (Adrián  de  la),  O.  P. 

Asuntos  predicables  — Sevilla,  1698,  8.' 

Laserna  (Mateo  de),  O.  P. 

De  Sensibus  S.  Scripturae. — in  8." 

Ledesma  y  Maurilla  (Jacinto  de),  O.  P. 

Escribió  por  el  año  1Ó20. 

De  los  tiempos  primeros  de  España. — MS. 

León  (Pedro  de),  O.  P. 

InQuartiim  librum  Magisíri  Senteiitiarum;  volumiiia  dúo. — MS. 
Asi  Sousa  in  Historia  ordinis  Dominicani  Lusitanae. 

Lerma  (Cosme  de),  O.  P. 

1.  Compendiuiti  Stiinmularum. — Burgos,  1642,8.' 

2.  Disputa! iones  in  easdem  Stiiiimulas. — Madrid,  1668,  4.' 

3.  Cornmentario    ¡n   VIII    libros  Physicorum    Aristotelis. — Madrid, 
1643,  4." 

4.  Cursus  philosophicae. — Sólo  se  publicó  el  tomo  v.  De  .Anima. — 
Roma,  165C),   12." 

Lezana  (Mauricio  de),  O.  P. 

]n  Priinam  pariem  S.  Tbomac  Coiilrovers/a  Theologica. — MS. 

Leite  (Demetrio),  O.  P. 

Mysterium  Sanctae  Cnicis. — MS. 

Leitam  (Alvaro),  O.  P.  f  2  de  Junio  1676. 

1 .  Sermones  das  tardes  dos    Domingos  da  Cuaresma  ,   et  de  toda  á 
Semana  Santa.  —  Lisboa,  1670,  4." 

2.  Sermao  ñas  exequias  do  Serenissinio  Principe  D.  Theodosio  nosso 
Senhor. — Lisboa,  1654,  4." 

3.  Varios  otros  sermones. 

4.  Epitome  da    vida  e  morte  da  gloriosa   é  admiravel  Virgen  Rosa 
de  Sante  Mane. — Lisboa,  1622,  12." 


Siipl.  al  Ensayo  de  una  Bibl.  de  Doiniriúros  eipañoks.  427 
Lampo  (Juan),  O.  P. 

Summa  de  Gramática. 

Linares  (Bernardo  de),  O.  P. 

!n  Et'islfllas  aJ  Calatas. — Salamanca,  1598,  4.* 

Lince  (Domingo),  O.  P. 

Summam  Philosopliicam  especulativam  justa  mentem  D.  Thomae. — 
Tribus  tomis.  Primo  Dialecticam. — París,  1666,4." — Secundo  Logicam, 
1667. — Tertio  Praedicabilia,  Praedicamenta  et  Posteriora,   1670,  4* 

Loaisa (Agustín),  O.  P. 

Praelectionan  sacram. 

Lobera  (Marcelo  de),  O,  P. 

Regla  de  religiosos. 

Lobo  (Justo),  O.  P. 

Commentaria  in  capul  U'll.  Danieüs,  etc.— MS.,  fol. 

López  (Isidro),  O.  P. 

Resumen  de  los  Santos  de  la  Orden  de  Santo  Domingo  de  Cu^má».— MS . 

Lorente  (Ramón),  O.  P. 

1 .  Vida  de  Santa  Inés  de  Monte  Pulciana. 

2.  Sermón  de  la  festividad  del  Rosario. 

Lucas  (Esteban),  O.  P. 

Sermones  predicables  en  las  fiestas  principales  de  la  Virgen  Ma- 
ría.— MS. 

Lucena  (Manuel  de),  O.  P. 

Supcr  Hieremiam  Commentaria. — MS. 

Lumbier  (Francisco  de),  O.  P. 

Loa  en  honor  del  Ángel  de  la  Escuela,  Santo  Tomás  de  Aquino. — MS. 

Luna  (Alfonso),  O.  P.  f  en  i  396. 

Novas  observationes  in  Expositioncm  Fratris  Bartholomaei  de  Medina  ad 
teriiam  Partem  Sancti  Thomae  una  cum  ipsa  exposüione  publicatas. — Sala- 
manca,   1596,  (bl. 


428  l'íi   Orden  de   Predicadores. 

Luque  (Antonio  de),  O.  P. 

Apología,  ó  defensorio  del  Rosario  á  Coros. — Sevilla.  MS. 

Llinás  (Fernando),  O.  P. 

Compendio  de  Cronologia  Cristiana. ^yiS. 

Llopis  (Mauro),  O.  P. 

Memorial  del  Reino  de  Valencia. 

Macedo  (Adrián  de),  O.  P. 

Sacrarum  Concionuin  in  festis  Beatae  Virginis. — Burgos,  1642,  4.' 

Malla  (Salvador  de).  O,  P. 

Exercitio  Spiriiualis. — Sevilla,  en  8.",  sin  año. 

Marco  (Antonio),  O.  P. 

Historia  de  la  vida  d:  Santa  ¡sibel  de  Hn'ip-ia. — Un  tomr),   4.°.  Sevi- 
Ib.,   1778. 

Marcham  (Segundo),  O.  P. 

Sermo  in  Dominica  IV  post  Pentecostés. — MS. 

Marina  (Gaspar),  O.  P. — Siglo  xvi. 

Summa  Commentarioruní  in  i.  partem  S.  Thoniae. — Valladolid,  1 570, 
dos  tomos,  fol. 

Marquina  (Luís),  O.  P. 

Historia  de  ¡a  vida  del  Bienaventurado  Patriarca  .Santo  Domingo  de  Gu:;- 
mán,  fundador  de  la  Orden  de  los  Predicadores. — Sevilla  ,  1700  ,  4.  ° 

Martínez  (Alfonso),  O.  P. 

Censura  Annotafionum  Francisci  Vatabli ,  tn  Biblia  ejusdem. 

Martínez  (Fernando),  O.  P. 

1 .  De  Riiibus  Sacrií. — MS.  ,  fol. 

2,  Tractatus  de  gratia  ('hristi.  —  MS. 

Menibrive  (Bernardino),  O.  P. 

Compeudium  operis  de  Studioso  Bibliorum  ad  opporlnnilatem  cauuie  Venc- 
rahilis  servi  Dei  Gregorii  Lope:^  exaratum. — Roma,  1751  ,  apud    Rubeis. 

Hl  autor  fué  Procurador  General  en  Madrid,  Socio  del  P.  General,  Con- 
sultor de  la  Sagrada  Congregación  de  Ritos ,  y  Postulador  en  la  causa 
del  V.  I.ópez. 


Sup!.  ,il  Ensavo  dr  muí  Bibl.  de  Dominicos  emanóles.   429 
Menta  (Orencio  de).  O.  P. 

/«   Apoca¡y¡)SÍm  Sancli  JoannU   Commeiitaria. — MS. ,    dos    volúmenes 
en  piel. 

Méntrida  (Celestino  de),  O.  P. 

Supcr  primam  partcín  S.  Tkomae. — MS. 

Monreal  (Mariano),  O.  P. 

üe  Passioiie  Cbristi  Domini.  —  Burgos  ,  1626  .  4.' 

Montenegro  (Serafín  de),  O.  P. 

Ouacsliones  Dialécticas. — Valladolid  ,  1540  ,  fol. 

Montero  (Domingo  de),  O.  P. 

Sermones  de  Sanctis.  —  MS. 

Morlanes  (Felipe  de),  O.  P. 

In  Epistolain  S.  Jacobi  Apostoli  Comiiientaritis. — Colonia-,  1702.  4.' 

Mudarra  (Oliverio),  O.  P. 

Sermones  varios  in  Evangelia  totius  anni.— Sevilla  ,  1628  ,  4." 

Muñoz  (Eduardo),  O.  P. 

Cursum  Theologiae  Scholast.  et  Moralis.  —  Burgos.  1636,  4  " 

Nova  (Clemente  de),  O.  P. 

Tractatuní  de  Quaestionibus  Fidei  controversis. — MS. 

Olano  (Alfonso),  O.  P. 

1 .  Tractatum  de  Trinitate. 

2.  Tractatum  de  Angelis. — Ambos  en  Madrid.   1602,4." 

Otero  (Fabián  de),  O.  P. 

Disputaíioueí  Tbeologicas. — Madrid,   1620.  4." 

Peñas  (Jacinto  de  las).  O.  P. 

De  Sacrameiilis  in  genere  et  in  specie. — Alcalá  ,  1701 ,  4.' 

Rebollar  (Tomás),  O.  P. 

Conimentaria  in  Evan^elium  Ü.  .Mathaei. 

Regino  (Vicente),  O.  P. — Siglo  xvi. 

1.  Compendio  de  Dialéctica. 

2.  Tratados  de  diversas  materias. — MS. 


J^^o  Al'   Orden  de  Predicadores^. 

Kibello  (Antonio),  O.  P. — Siglo  xvii. 

Cronología  de  los  Patriarcas  según  ¡a  Biblia. — MS. 

Ríos  (Nicolás  de  los),  O.  P. 

De  Sacerdota'.i  Dignitate. — Venecia  ,  1629,  4.* 

Rivera  (Jerónimo),  O.  P. 

Conciones. — MS. 

Rivero  (Matías),  O.  P. 

Commentaria  in  Genesim.  —  MS, 

Rocaberti  (Alfonso  de),  O.  P. 

1 .  De  Praedestinatione. 

2.  De  Peccatii  et  de  Conscientia. 

3.  De  Fi Je. —MSS. 

Sa  y  Ferrer  (Juan  Francisco  de),  O.  P. 

Fundación  del  convento  de  Santa  Cristina ,  del  Orden  de  Predicadores^  de 
¡a  ciudad  de  Jaca . — M5. ,  en  dos  pliegos. 

Sigler  (Rufino),  O.  P. 

Tratado  de  la  oración. — Madrid,  1624,  8.* 


FIN. 


Este  libro  se  acabó  de  imprimir 

en  Madrid,  en  casa  de 

Antonio  Pére^  Dubrull, 

el  dia  1 4  de  Agosto 

del  año  de 

«884 


% 


OBRAS  DEL  AUTOR. 


Pcsclas. 


Curso  de  Historia  Natural ,  Fisiología  é  Hi¡;icne. 
Ün  hermoso  tomo  de  3Ó4  páginas  en  4."  con  491 
grabados  intercalados  en  el  texto,  y  la  concilia- 
ción de  la  Geogenia  moderna  con  el  Génesis. 
Obra  recomendada  por  el  Episcopado  español  y 
puesta  de  texto  en  muchos  Seminarios  y  Colegios 
de  Segunda  Enseñanza  y  Universidad  de  Manila. 
Holandesa.  . .  s i  o 

La  Rosa  mística  desplegada,  ó  el  Santo  Rosario  ex- 
plicado. Completísimo  y  elegante  devocionario, 
con  meditaciones,  oñcio  de  la  Virgen  y  cuanto 
interesa  á  la  Cofradía  del  Rosario  y  á  su  instala- 
ción, en  elegantes  tipos  elzevirianos  y  con  cinco 
láminas  abiertas  en  acero.  Relieve 3 

Imitación  de  Sanio  Domingo  de  Gu^mán.  Relieve.       2 

Discurso  en  honor  de  Santo  Tomás  de  Aquino,  se- 
guido de  los  artículos  bibliográticos  acerca  de  las 
fuentes  de  su  verdadera  y  legítima  doctrina i 

Los  Frailes  por  Renán o, 3o 

A  los  libreros  se  hacen  rebajas,  segítn  el  número  Je 
ejemplares  que  pidan. 


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UNÍVERSITY  OF  TORONTO  LIBRARY 


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Martínez. Vigil,  Ramón 

La  orden  de  Predicadores 


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