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LA SALUD
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LA SALUD
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DE LAS FAMILIAS
QUINTA EDICIÓN
SE VENDE EN LA FARMACIA HOMEOPÁTICA
la primera establecida en España
DE LA SEKORA viuda DEL DOCTOR SOMOLINOS
Infantas^ 26^ Madrid
1887
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Est. Tipográfico de E. Teodoro, Amparo, 102, y Ronda de Valencia, 8.
II trdbyGoOglC
INTRODUCCIÓN
Al haberse agotado la cuarta edición del ma-
nual La Salud, que mi hermano político publicó
en 1876, nos vemos en la imprescindible necesi-
dad de publicar otra nueva, siguiendo la misma
marcha que las anteriores, no escaseando gasto,
sacrificio ni medio para la propagación de la Me-
dicina homeopática.
Tiene por origen esta obrita el extracto ó com-
pendio sustancial de los libros reputados como
mejores en Alemania, Francia y América, y se
halla escrupulosamente revisada por médicos ho-
meópatas prácticos.
Para mejor y más fácil comprensión de este
pequeño libro, hemos incluido á continuación del
nombre científico los nombres vulgares con que
son conocidas las enfermedades por las personas
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ajenas á los estudios médicos. Hemos aumentado
el tratamiento de veintidós afecciones no inclui-
das en las ediciones anteriores, y á treinta y siete
hemos añadido indicaciones cuya oportunidad y
conveniencia ha demostrado la práctica. Inclui-
mos la lista de los medicamentos más principales
mencionados en esta edición y sus correspondien-
tes antídotos, como también una tabla de equiva-
lencia aproximada del peso del agua á cucharadas
para que se puedan preparar las dosis de los me-
dicamentos sin necesidad de pesarla.
Aunque se halla escrita con puro carácter cien-
tífico, sirve muy ventajosamente para las aplica- ■
ciones de la Medicina homeopática en la esfera
doméstica, pues encuéntranse en ella simplifica-
dos y ordenados claramente los medios de com-
batir cualquiera enfermedad hasta la asistencia
facultativa.
Se dice en la anterior edición : «Hace tiempo
que el público señala nuestro establecimiento como
■ el primero en su clase en España, y en el extran-
jero se le considera con una seria é ilimitada con-
fianza; esto ha podido lisonjear sin jactancia á su
fundador por haber dado cima á tan noble, útil y
delicada empresa, unas veces consagrando días y
días sus facultades todas al estudio de la Ciencia
y á la constante observación de sus medios expe-
rimentales, otras procurando á toda costa y sin
reparar ante ningún sacrificio cuantos elementos
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son indispensables á la preparación de todos los
medicamentos homeopáticos, según las prescrip-
ciones de Hahnemann, Jahr, Hempel y Jaeni-
chen»; y nosotros hemos procurado conservar el
mismo celo y la misma escrupulosidad que en vida
distinguieron al Dr. Somolinos, y hemos comple-
tado la colección de los medicamentos nuevos in-
cluidos en la última edición de Hale, habiendo
tenido que aumentar un segundo cuerpo de estan-
tes para contenerlos. También se han hecho al-
gunas mejoras en la parte decorativa de esta far-
macia.
La Junta de señores patronos del Hospital é
Instituto Homeopático de esta corte, en sesión
del 24 de Enero de 1881 tuvo á bien nombrar-
nos proveedores de dicho establecimiento, honra
que agradecimos en exti-emo y que aceptamos con
sumo gusto.
En la Exposición Farmacéutica, celebrada en
Madrid el año 1882, acudimos con una instala-
ción, habiendo en ella una sección con medica-
mentos homeopáticos; el Jurado la adjudicó una
medalla, mereciendo grandes elogios por parte
de la Prensa científica, que agradecimos más que
la distinción con que el Jurado nos honró.
Estamos revisando, para dar á la prensa, la
segunda edición de las Patogenesias abreviadas
de los medicamentos homeopáticos más usuales,
incluyendo en esta otra obrita los artículos que nos
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veamos obligados a eliminar del manual La Sa-
lud por la mucha extensión en que se halla el tra-
tamiento de las enfermedades.
Esta obra, por su utilidad y conveniencia, ha
sido un poderoso medio de propaganda y ha pres-
tado inmensos servicios a la doctrina homeopática,
y creemos que seguirá mereciendo en lo sucesivo
el notable aprecio con que el público la ha distin-
guido, agotando sus anteriores ediciones de 24.000
ejemplares.
^aimo Pixá Tíossdló ^
Regente de la farmacia.
Madrid. Mayo de 1887.
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BREVE Y SUCINTA EXPOSICIÓN
BÍ8E8 COiSIIiyilS OE LA HEOICi HiEOmiCA
La Medicina homeopática tiene principios, mé-
todos y medios que la han colocado en la catego-
ría de una doctrina médica completa y de un sis-
tema filosófico que nos permite contemplar el todo
como ciencia y cuanto ofrece de particular y dis-
tinto en sus aplicaciones á la vida ; posee asimis-
mo sus escuelas y bibliotecas, sus clínicas y hos-
pitales, sus cursos privados y públicos, y millares
de médicos esparcidos en el globo para la prácti-
ca y curación de las enfermedades todas. Crecidí-
simo es también el número de enfermos que soli-
citan la feliz terminación de sus males por los
medios homeopáticos, y enorme la cifra de he-
chos que patentizan su eficacia verdadera.
No es la Homeopatía una rama desgajada del
árbol de la Medicina, como el vulgo cree; por el
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contrario, es y no puede menos de ser una parte
importante de la Ciencia, que necesita como las
demás del auxilio de la Anatomía y Fisiología,
de la Higiene y Patología, de la Física y Quími-
ca, etc. Por consiguiente, el médico homeópata
estudia y cultiva la ciencia médica en general y en
sus detalles, en sus causas y efectos,- en sus prin-
cipios y conclusiones, como á su vez la estudian
y cultivan, aunque de diferente modo y por dis-
tinto camino, los alópatas, vitalistas ú organicis-
tas, los eclécticos, empíricos, etc., etc.
No quisiéramos molestar la atención de los
lectores cultos con numerosos ejemplos ; mas
para responder á las preocupaciones de muchas
gentes, conviene advertir que la Homeopatía no
es tampoco una medicación con un solo medio,
como esas panaceas que con variados nombres
corren todos los días en la cuarta plana de los
periódicos, en carteles por las esquinas y en pros-
pectos por las calles y plazuelas. Por el contra-
río, la Homeopatía, con sus numerosos y varia-
dos medicamentos, satisface las necesidades cura-
tivas de todo individuo afectado por cualquier
enfermedad, bastando siempre las cantidades mí-
nimas para alterar el organismo. Impresiónanse
los órganos más y mejor durante el período de
enfermedad que en el estado de salud ; por ejem-
plo : el ojo fisiológico recibe y consiente hasta
una luz demasiado brillante y viva, y ni siquiera
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tolera una mediana oscuridad cuando está irritado
ó inflamado ; el oido sano soporta grandes ruidos,
pero enfermo se hace sensible al murmullo más
ligero ; el estómago bueno encierra fácilmente
alimentos de consideración, y por poco resentido
que se halle, detiene difícilmente, si no la expul-
sa, hasta una pequeña cucharada de agua. Suce-
de más todavía, y esto con los medicamentos ; el
individuo robusto se muestra indiferente á un gra-
no de opio, pero una vez enfermo puede producir
complicaciones terribles en el cerebro ; lo mismo
sucede con el arsénico, mercurio, etc., etc.
Hahnemann, hombre recto, de vida ejemplarí-
sima, con sentido elevado y fantasía creadora,
fué el primero que, convencido por el estudio y
la práctica de la falta de reglas positivas para la
administración de los medicamentos, y penetrado
enérgica y profundamente de la inseguridad del
arte de curar, se decidió á abandonar el sistema
tradicional para dedicarse á la investigación de
los principios científicos y datos experimentales;
pero escaso de recursos para vivir y con numero-
sa familia que sostener, se entregó primeramente
á trabajos literarios, empleando en ellos por la
noche la mitad de las horas destinadas al descan-
so. Así creía el sabio ilustre que podría recuperar
la fortuna perdida con su aislamiento momentá-
neo del ejercicio de la Medicina, sin detenerse
ante las amarguras y penalidades de su triste si-
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tuacion, sufriendo con estoica calma el peso de
sus constantes desgracias.
Sin embargo, Hahnemann estaba destinado á
realizar grandes fines en provecho de la Humani-
dad, y ya su privilegiada inteligencia habíale in-
dicado en algunos momentos señales evidentes de
que tenía necesidad de hacer una evolución com-
pleta en el campo de la Filosofía y de la Medici-
na. Efectivamente, ocupado estaba el genio ale-
mán en la traducción de la Materia médica de
Cullen, cuando al llegar al pasaje donde el mé-
dico inglés expresa la idea de que <r la quina cura
indefectiblemente las fiebres intermitentes», dejó
consignado el fundamento de la nueva doctrina,
exclamando : c^ Con qué derecho se lanza tan ro-
tunda afirmacio7i? ^ Por qué la quina tiene tan
admirable poder ?
Para explicarse este hecho misterioso hasta en-
tonces, Hahnemann quiso contestarse á sí mismo
y se sometió á la propia experimentación del me-
dicamento. Hizo, pues, un cocimiento concentra-
do de quina, tomóle durante unos días, y al fin se
alteró su salud hasta el extremo de presentársele
una verdadera fiebre intermitente, con sus esta-
dios ó períodos de frío, calor y sudor. En vista
de tan sorprendente resultado volvió á interrogar-
se de este modo : i^ Dependerá el poder curativo de
la quina de la propiedad de producir ó provocar
una fiebre análoga 6 semejante á la que cura?
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Reiterados ensayos y multiplicadas experimen-
taciones, no sólo con la quina, sino con otros me-
dicamentos más activos y conocidos en su tiempo,
dieron á Hahnemann el legítimo derecho de sen-
tar el sólido principio y la indestructible base de
que en tanto curan los medie aiiientos, en cuanto
tienen la innegable propiedad de producir sínto-
mas semejantes á los que presentan las enferme-
dades naturales.
Expresado ya en su verdadera acepción el fun-
damento más esencial é importante de la doctrina
homeopática ; sentado el principio más cardinal y
seguro y que mejor resume la gran reforma de
la ciencia médica en su parte práctica, y conoci-
da, en fin, la significación y el alcance de la
abreviada fórmula Similia similibus curantur^
nada más natural que pasar al método empleado
por Hahnemann para conocer las propiedades cu-
rativas de los medicamentos, pues así como el
principio preside á la elección de los agentes cu-
rativos que deben emplearse en cada caso de en-
fermedad, el método indica el camino que debe
seguirse para conocer previamente los efectos
medicinales de cada sustancia; es decir, que el
Similia es la ley de la Terapéutica, mientras que
el Método es la base en que descansa todo el edi-
ficio de la Materia médica.
Así, la experimentación pura, ó sea el ensayo
de los medicamentos en estado de salud, es el
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medio más natural, más lógico y más seguro para
poder apreciar la esfera de acción de cada uno de
ellos» las alteraciones físicas y morales que des-
arrollen y los cuadros sintomáticos especiales que
correspondan á cada sustancia ensayada. Obrando
de esta manera es como mejor puede poseer el
médico agentes de curación ya conocidos, para
elegir después el que más se adapte á la enferme-
dad que trate de curar, buscando con sumo cuida-
do la semejanza más perfecta posible entre los
síntomas que pertenecen á cada medicamento y
los que constituyen la verdadera expresión pato-
lógica natural.
Para completar la sucinta y rápida enunciación
de las bases que constituyen la doctrina homeopá-
tica, dedicaremos algunas líneas á manifestar el
modo con que el médico homeópata debe ver y
considerar la enfermedad, así como de disponer
la cantidad medicamentosa, ó, lo que es igual, las
dosis á que debe administrar los medicamentos.
En Homeopatía no hay, en verdad, la curación
que se llama de nombre, pues sabido es que cada
enfermo ofrece modificaciones particulares, y aun
diversidad en varios de los síntomas generales
que deben tenerse mny en cuenta para la más
acertada elección del medicamento. Quizá se ha-
ya pagado demasiado tributo á la individualiza-
ción patológica, arrastrados los homeópatas por
la respetabilísima autoridad del creador de la
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doctrina, y cediendo, como hasta cierto punto es
natural, á la avasalladora influencia del poderoso
genio de Hahnemann, quien, á su vez, excedién-
dose acaso á sí mismo, descendió á un análisis
insostenible, legándonos la idea, de que sólo había
enfermos, no enfermedades. Hay, sí, enfermeda-
des, si bien modificadas y adaptadas al tempera-
mento é idiosincrasia especiales de cada indivi-
duo, así como al sexo, edad, clima y género de
vida privativo de cada enfermo .
Expresado, pues, el concepto de la enferme-
dad, tal como ha de entenderle el práctico ho-
meópata, base primera para elegir el agente ó
agentes terapéuticos que deben emplearse en su
curación, el punto de las dosis es ya algo más se-
cundario, menos esencial, siendo fácil establecer
un acuerdo entre la mayoría de los médicos ho-
meópatas si, como pretenden sus adversarios, no
ha de convertirse este asunto en una cuestión de
cantidad en lugar de mirarla por el lado de su
calidad.
Hay ejemplos bien elocuentes que demuestran
la verdad de esto que decimos. La materia exis-
tente en las dosis infinitesimales tiene poder, y
grande y fuerte, para alterar los organismos y
curar las enfermedades. Nadie calcula, ni menos
fija, la cantidad de materia que penetra en una
ciudad cuando se desarrolla una epidemia, y, sin
embargo, son atacados y perecen miles de indivi-
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dúos. Ninguno sabe pesar ó medir por medios
químicos ó físicos qué cantidad de materia hay en
la atmósfera viciada por el cólera morbo asiático;
y tan sólo un buque procedente del Asia, ó viaje-
ros llegados de puntos infectados, traen consigo y
extienden el miasma que deja asoladas naciones y
pueblos enteros. Nadie sabe qué cantidad de ma-
teria recoge uno al pasar por una infecta laguna,
y esto le provoca una terciana. Ninguno dice qué
cantidad de materia ha entrado en el cuerpo de
un tifoideo. ^jNo basta esto para convencer el
ánimo de los menos dispuestos á la creencia ho-
meopática, que la materia obra visiblemente en
cantidades infinitesimales é inapreciables á los
sentidos humanos y á los medios científicos ? Pues
admitamos como lógica consecuencia que si lo
infinitesimal cambia un estado sano en otro en-
fermo, cambia también un estado enfermo en otro
sano.
Queda ya manifestado que el gran principio de
la Homeopatía consiste en curar las enfermedades
con medicamentos capaces de producir en el hom-
bre sano síntomas semejantes á los que ofrecen
las enfermedades naturales. Para obrar en conso-
nancia con este principio, es preciso que el médi-
co homeópata atenúe más, debilite y disminuya la
cantidad medicamentosa de cada sustancia emplea-
da, evitando de este modo las agravaciones natu-
rales que pueden y deberían surgir si propinase
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los medicamentos en las grandes y masivas pro-
porciones en que lo recomienda y usa la Alopatía,
puesto que como ésta no conoce la cantidad de
enfermedad, tampoco tiene necesidad de conocer
matemáticamente la cantidad del remedio que
debe emplear. La razón en que el homeópata apo-
ya lo pequeño é infinitesimal de las dosis medica-
mentosas que emplea, es obvia y natural. Hahne-
mann obtuvo la curación de las enfermedades ayu-
dando al organismo y obrando, por consiguiente,
en el mismo sentido, secundando los esfuerzos
del principio vital para llegar á una crisis saluda-
ble y realizar una terminación feliz y del modo
más pronto, más suave y duradero, que son las
tres condiciones exigidas por el célebre Celso
como indispensables para una verdadera curación.
Observando Hahnemann al principio de su prác-
tica homeopática que las dosis ponderables de me-
dicamento á que recurría producían y desarrolla-
ban exacerbaciones en el mal, agravaciones natu-
rales que más de una vez pusieron en peligro á
sus enfermos, optó por la atenuación de las mis-
mas hasta un punto en que, sin dejar de ayudar
á la naturaleza en sus esfuerzos, evitase los peli-
gi'os de una cantidad que comprometiese el éxito
de la curación. Llegamos, pues, al origen del gló-
bulo, motivo y causa del ridículo y mofa de los
adversarios de la Homeopatía, por la impotencia
que suponen hay en el medicamento así atenuado
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para producir una curación cualquiera. Sin perjui-
cio de que más adelante entraremos en el examen y
crítica de los principales argumentos que constan-
temente se hacen á la Homeopatía sobre los gló-
bulos, nos ocuparemos ahora de la sintética expo-
sición de la misma, á fin de llenar ordenadamen-
te el objeto que nos hemos propuesto.
Es un hecho innegable y constantemente repe-
tido la acción y poder curativo de las dosis glo-
bulares bien preparadas y en buenas condiciones
conservadas, para que una mera negación sea su-
ficiente á contrariar y anular lo que la experiencia
confirma y sostiene. Es probable, quizá, que Hah-
nemann se dejara llevar de un exceso de teoría
hasta el grado de sentar y dar al límite de la ate-
nuación medicamentosa el valor real y efectivo de
la única dosificación á que debe recurrir el homeó-
pata en todos los casos por variadas y distintas
que sean las condiciones de la causa de la enfer-
medad y del enfermo. Pero si error es éste, el
tiempo y la práctica podrán corregirle ; y si á lo
expuesto se agrega que la Homeopatía prescribe
y ordena que jamás se administren simultánea-
mente dos ó más medicamentos por estar en abier-
ta opQsicion con la marcha sencilla, natural y ló-
gica de su principio y de su método, tendremos
un resumen lacónico, aunque exacto, una síntesis
precisa de las bases y preceptos que forman la par-
te más fundamental de la doctrina homeopática.
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¿Qué importa, pues, que se empeñe la crítica
un día y otro día en repetir sin novedad los mis-
mos argumentos, idénticas objeciones, si hoy,
como tantas otras veces, son contestadas y des-
truidas, anulando por completo su alcance é im-
portancia? Insístese en decir que las curaciones
alegadas por los homeópatas y obtenidas con la
terapéutica homeopática son efecto de un método
expectante, más que de la acción de las dosis in-
finitesimales ; ó, por mejor decir, que las referidas
curaciones sólo son debidas al régimen higiénico
vigoroso y casi absoluto, al que la Homeopatía
concede á sus enfermos.
No debía tomarse en serio objeción tan espe-
ciosa, si sólo se atendiese á que es el argumento
más contraproducente que pueden dirigir á la nue-
va escuela los apasionados críticos de una rutina-
ria tradición secular. En efecto ; si los innumera-
bles casos de curación de enfermedades agudas y
crónicas que la Homeopatía atesora y que regis-
tran las páginas de su ya grande estadística son
debidas únicamente al régimen higiénico, <; no es
altamente más preferible esta sencilla práctica- para
curar que la aglomeración de tantos y tan diver-
sos medios farmacológicos, algunos de ellos de-
masiado violentos, que la Alopatía emplea todos
los días en el tratamiento de los enfermos someti-
dos á su cuidado ? ¿ No es siempre preferible evi-
tar los bruscos sacudimientos que en el organismo
Hostedby Google
producen los medios empleados por la Alopatía,
con tanto mayor motivo cuanto que el hecho ob-
tenido es igual, esto es, cuando lo que se procura
alcanzar es el restablecimiento de la salud cito^
tuto et juctuíde^ es decir, con la mayor prontitud^
con toda la seguridad posible y con el menor do-
lor, incomodidad ó molestia?
No es posible la duda entre ambos métodos de
procedimiento ; no cabe vacilar, no, en la elección
para curar entre el simple y sencillo régimen higié-
nico y la diversidad de medios que constituyen el
arsenal de la terapéutica alopática. Aún hay una
consideración sumamente importante y que habla
muy alto en favor de la medicina simplicísima,
como es la de reducir á curar las enfermedades
tan sólo por el régimen. Si ya la enfermedad es
por sí sola un ataque más ó menos rudo y violen-
to de las fuerzas radicales de la vida, un trastorno
grave, trascendental, de la armonía y equilibrio fun-
cional que constituyen la salud ; si ese trastorno y
perturbación comprometen la existencia, no sólo
por el desorden que induce en el organismo, sino
también por su larga duración, ¿no tendremos
que agregar la natural decadencia y el inevitable
rebajamiento de fuerzas que los medios antiflogís-
ticos han de producir y ocasionar ? Pues si en este
caso, que lo forman una gran parte de las enfer-
medades agudas, puede aún la naturaleza rehacer-
se convenientemente y triunfar del mal restable-
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ciendo su perdido equilibrio, ^cuál será la conva-
lecencia que le aguarda en medio de los embates
que ha experimentado, ya por la enfermedad na-
tural; ya por los agentes curativos empleados?
Calcúlese la enorme diferencia que naturalmente
debe existir si, como créenlos apasionados adver-
sarios, las curaciones que la Homeopatía realiza
son debidas únicamente al régimen.
Este extremo es insostenible por lo ilógico y
aun absurdo, pues la verdad es que no hay médi-
co alguno que al ser llamado para prestar su eficaz
cooperación en el tratamiento de un enfermo, deje
de propinar desde el primer momento lo que crea
más conducente al caso. Colocados ya en este ter-
reno, cúmplenos contestar categóricamente á los
que sin fundamento ni razón alguna plausible se
oponen á aceptar la experimentación pura, base de
la docti'ina homeopática, motejándola de falsa, ó
por lo menos de inexacta. Tal aseveración implica
por de pronto en los adversarios el deber en que
están de presentar frente á frente de dicha experi-
mentación la base del método de la materia mé-
dica alopática, que demuestre el conocimiento pre-
vio de los medicamentos que empíricamente usan
en el tratamiento de las enfermedades.
Todo su criterio está basado en fútiles hipóte-
sis, que alucinan tan sólo por un momento, ó en
analogías que no comprueba la experiencia, ó en
teorías químico-médicas que las más de las veces
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fracasan en el terreno de la práctica y de la rea-
lidad.
No ha faltado, sin embargo, alguno que otro re-
nombrado médico alópata que no sólo no comba-
te la experimentación pura, sino que, por el con-
trario, la acepta y propone como el único y mejor
medio de averiguar las virtudes curativas de los
medicamentos: ¿por qué, pues, no se ha levanta-
do una sola protesta de esa intrusión en el campo
de la Homeopatía ? ¿ Qué significación tienen las
experiencias fisiológicas realizadas en algunos me-
dicamentos por los médicos Trousseau y Pidoux ?
¿ Qué valor práctico puede tener esa experimenta-
ción pura en miniatura, sino el de dar á conocer
las virtudes curativas especiales de cada medica-
mento para su mejor aplicación en cada caso mor-
boso ? ¿ No hablan bien alto esos cuadros sintomá-
ticos, tan graves como imponentes, que por des-
gracia nos ofrece todos los días las estadística cri-
minal toxicológica ? Desengáñense los adversarios; .
desde la inspiración del célebre Haller consignan-
do la felicísima idea de experimentar en el orga-
nismo sano pequeñísimas cantidades de los medi-
camentos para averiguar los síntomas y alteracio-
nes que cada uno de ellos puede producir, hasta
Hahnemann que la realizó, no ha habido ni hay
criterio racional más aceptable en Materia médica
que el de la experimentación pura. Mucho podría-
mos aún decir para patentizar más y más la nece-
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23
\ sidad de esta experimentación pura, pero sería ex-
\ ceder los límites de una simple reseña de los prin-
\ cipios constitutivos de la doctrina, y por otra parte
\ creemos ocioso engolfarnos demasiado en el cam-
po de la Ciencia, dirigiéndonos por regla general
i profanos, á quienes tan sólo deseamos ilustrar
del modo más sencillo acerca de lo que es la Ho-
meopatía.
Si, pues, la experimentación pura, base prin-
cipal de la Homeopatía, está, como se ha visto
ya, muy por encima de los tiros que la crítica más
pertinaz ha podido dirigir hasta hoy ; si la ley de
los semejantes, principio general de la doctrina
homeopática y sólido fundamento de la Terapéuti-
ca, responde mejor á las necesidades de la ciencia
y arte de curar prácticamente considerados, es su-
perior en todos conceptos, no sólo á la pretendida
y ya olvidada ley de coiztra^'ia contrariis, sino á
las inducciones y deducciones químicas con rela-
á la Terapéutica, y si, por último, la Alopatía, ó
sea el abigarrado conjunto de sistemas, métodos y
escuelas, no ha podido presentar hasta hoy un
principio general que sintetice y resuma de un
modo positivo, demostrable y demostrado, todos
los hechos que la observación constante y asidua
ha recogido, desde la Fisiología hasta la Clínica,
ó, lo que es lo mismo, desde el modo de com-
prender la vida hasta la historia razonada de la
curación de una enfermedad dada, carece de fun-
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24
damento y no tiene valor ni importancia alguna
cuanto la animadversión de la escuela alopática ha
predicado en contra de la doctrina homeopática.
Fáltanos, sin embargo, contestar breve y sucin-
tamente á la rotunda negación que los adversarios
han lanzado sobre la acción de los glóbulos, ere- '
yendo así invalidar la marcha de la doctrina, por
juzgar equivocadamente que en ellos estriba todo
el fundamento de la Medicina homeopática.
Las dosis infinitesimales y glóbulos, dicen, pro-
clamadas por Hahnemann y recomendadas como
las únicas para curar mejor y más pronto todas y
cada una de las enfermedades naturales curables,
que la práctica ofrece, son impotentes para su ob-
jeto, ya porque la Química no puede descubrir en
ellas cantidad alguna medicinal, y ya también
porque se pueden impunemente tomar cuantos gló-
bulos contienen los botiquines portátiles.
Entre una afirmación absoluta y completa por
nuestra parte, y una negación igualmente general
lanzada por tales adversarios sobre un mismo he-
cho, no hay término medio, y como cuestión prác-
tica y punto ineludible de la observación y de la
experiencia, á ella hemos compelido y compele-
mos hoy una vez más, á fin de que se verifique de
buena fe ; y observando bien las reglas marcadas
por Hahnemann, la experimentación fisiológica,
repetida una y cien veces, podrá tener entonces
fundamento sólido su negación.
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25
I Qué nos importa que la Química no tenga re-
activos suficientemente eficaces para patentizar,
no ya cantidad alguna medicinal en la atenuada
dosificación homeopática, sino en ima muchísimo
mayor de una sustancia curativa cualquiera perte-
neciente al reino vegetal ó animal? ¿Qué impor-
ta, repetimos, que la Física no tenga medios ni
instrumentos á propósito para ver y reconocer can-
tidades medicinales de una sustancia dada, espe-
cialmente en las últimas y más elevadas prepara-
ciones de la escala posológica de Hahnemann?
¿Por qué la Física y la Química, aun respetan-
do su innegable importancia y su admirable pro -
greso dentro de su propio terreno, han de ser úni-
camente las que dispongan la cantidad medicinal
á que debe administrarse un medicamento ?
j Cuántos casos podrían aducirse de cantidades
medicinales ponderables, visibles y tangibles, y
ser inertes ó excesivamente nocivas para curar !
Desengáñense nuestros críticos, la cantidad me-
dicinal, apta, segura y no nociva que haya de ad-
ministrarse á los enfermos para la curación de sus
dolencias, sólo es designada por la observación
constante invocada en todos los siglos por los hom-
bres más ilustres y los prácticos más distinguidos,
Dícese también que no es posible una división
física y material llevada tan al extremo como
quiere la Homeopatía, deduciéndose de aquí que
no siendo tan divisible la materia, no queda en
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las preparaciones homeopáticas ni poca ni mu-
cha cantidad capaz de efectuar una curación.
Aparte de que aquí tienen gran oportunidad los
ejemplos citados antes sobre las cantidades mate-
riales que, si bien infinitesimales, modifican los
organismos sanos ó enfermos, debemos decir que
es argumento despojado de toda razón y de falta de
criterio el de que un individuo se toma uno ó mu-
chos glóbulos sin alterar su salud. Por la dignidad
de la Ciencia sólo diremos á tan absurda proposi-
ción que las dosis mínimas curan, no que las mis-
mas precisamente trastornen un estado fisiológico,
para lo cual sería necesario aumentarlas ó dismi-
nuirlas, según las circunstancias y condiciones del
sujeto.
De este modo indirecto se quiere también inva-
lidar la acción curativa de las pequeñas dosis, ha-
ciendo caso omiso de las grandes pruebas que la
misma Física nos suministra al demostrar la gran
divisibilidad de la materia.
Con microscopios de un aumento desde ciento
veinte á doscientos diámetros ha examinado el
Dr. Mayerhoffer muchos metales, y después de
haberse asegurado de la pureza del vehículo iner-
te (aziicar de leche y alcohol) ha encontrado gra-
dos de división casi incomprensibles. Tomando
por base el número y pequenez de átomos de un
grano después de la trituración, ha probado los fe-
nómenos siguientes :
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Platino divisible, más de un trillen de veces.
Mercurio un trillon.
Plomo un billón.
Hierro id.
Zinc más de un millón de veces.
Cobre id.
Estaño un millón de veces.
Plata id.
Oro id.
A estos elocuentes datos de la gran divisibili-
dad de la materia pudiéramos agregar muchisimos
más, pero por no hacer interminable un asunto
de esta especie, sólo consignaremos por conclu-
sión de pruebas los siguientes hechos :
Los Dres. Peti-oz y Guibourg, farmacéuticos y
miembros de la Academia de París, han encon-
trado átomos de sublimado en la 15.»- dilución.
El Dr. Morh, habiendo querido seguir la pre-
sencia del arsénico, ha llegado hasta la 700.000^
parte de un grano. Un decigramo de carmin
puede dividirse en 2.600.000.000 de millares de
partes igualmente divisibles. Un grano de asafé-
tida se evapora en 11 millones 781 miles de áto-
mos olorosos.
Por último, un grano de almizcle esparce olor
durante veinte años al aire libre y comente sensi-
ble sin pérdida de su peso, y se evapora en 300
millones 200.000 millares de moléculas.
Hé ahí los resultados, y si no podéis ver ya los
átomos de la materia en tal ó cual punto de divi-
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sion, no digáis : « No distingo yo nada, luego no
hay ya nada. » ¿ Creéis aún que más allá de vues-
tro horizonte no existen más mundos?...
Para completar la refutación de los débiles ar-
gumentos que la crítica opone constantemente á
la pequenez de las dosis homeopáticas, sólo nos
resta manifestar que haciendo del punto de las
dosis infinitesimales una cuestión de cantidad en
vez de ser de calidad, nos bastaría abandonarlas
y tomar por tipo la gota, el centigramo, el deci-
gramo y el gramo. Si no se tratara ya del princi-
pio ni del método, y sí sólo de los medios, poco
importaría para cortar controversia tan tenaz aban-
donar por completo el infinitesimal y administrar
lo material y lo masivo.
Mas al rechazar en general ese término medio,
al parecer de avenencia y de recta y natural ar-
monía, no lo hacemos ciertamente por creer re-
bajado nuestro amor propio, ni atacado un orgu-
llo científico del que no hacemos alarde, sino
porque la dosificación adoptada en Homeopatía
responde perfectamente al modo de ser del prin-
cipio general de la doctrina á que está supedita-
da, el cual quiere y exige las pequeñas dosis;
porque al dirigir la acción medicinal en el mismo
sentido en que el organismo expresa y manifiesta
su tendencia y su reacción favorable, nos expon-
dríamos, dando los medicamentos en dosis cuan-
titativas iguales á las que usa la Alopatía, á su-
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perar, á exceder de los justos límites de esa reac-
ción, desenvolviendo, en fin, una agravación que
pudiera, juntamente con la enfermedad natural,
comprometer el buen éxito del tratamiento, y en
muchos casos hasta la existencia del enfermo.
No quiere esto decir que la cuestión de las do-
sis, aunque secundaria en el orden científico de
la doctrina, deje de ser prácticamente considerada
de grande y trascendental importancia.
Diversidad de opiniones reina ya hoy en el cam-
po de la práctica homeopática respecto á este pun-
to, pues mientras unos, inspirándose en Korssa-
koff, elevan la atenuación medicinal en el Arse-
nicum hasta la 40.000, la Pitlsatilla á la 16.000,
y á la 200^ muchos otros medicamentos, por creer
que así obran éstos mejor y más conveniente en
la forma globular y en el límite de la posología
hahnemanniana, otros descienden á las diluciones
alcohólicas y hasta las mismas tinturas, creyendo
al obrar así que contribuyen mejor y más eficaz-
mente á la curación de enfermedades agudas y
crónicas.
De todos modos, punto es éste de la práctica
homeopática cuya solución sólo á los homeópatas
interesa, puesto que son los realmente comprome-
tidos y los únicos que están en el deber, con arreglo
á su conciencia, de obrar bajo la serie de dinami-
zaciones que respondan lo mejor posible á las ne-
cesidades de su práctica para coadyuvar, lo más
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directamente que sea dalDle, á una pronta y feliz
terminación de las enfermedades que diariamente
han de tratar.
Después de cuanto llevamos dicho fáltanos de-
clarar, que exponer con brevedad y sencillez la
debida apreciación y recta inteligencia de las ba-
ses que constituyen la Homeopatía, vale tanto
como prestar un nuevo servicio á la Humanidad,
y es lo mismo que cumplir una vez más con el sa-
grado empeño que todo partidario consciente de
la doctrina hahnemanniana tiene de llevar la con-
vicción al ánimo de adversarios de buena fe, pero
que sostienen sus dudas por antiguas preocupa-
ciones.
Para sostener la doctrina homeopática, cierta-
mente que no hemos necesitado descender á la
argumentación viciosa de sus enemigos, ni res-
ponder con cargos semejantes á los que de conti-
nuo la dirigen cuantos apoyados en un falso crite-
rio aprecian caprichosa y arbitrariamente sus fe-
nómenos. Los lectores, médicos ó profanos, juz-
garán si hemos realizado ó no tan noble propó-
sito.
La Homeopatía, al revés de la Alopatía, acep-
ta los remedios todos cuando se da de ellos el
médico una explicación razonada ó científica, y
cuando la experimentación pura ha demostrado
positivamente sus efectos ó resultados. Mira tanto
al enfermo como á la enfermedad, no como el aló-
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pata, que más atiende á la enfermedad qne al en-
fermo. El homeópata, en fin^ atiende á la causa
del mal, al temperamento^ á la edad y al sexo del
enfermo, al clima habitual de su residemcia ; eli-
ge, por tanto, el remedio según las condiciones
del individuo, los medios que le rodean, los sín-
tomas que manifiesta.
<j Qué necesidad tienen los afiliados á la nueva
doctrina de ensalzarla á costa del desprestigio de
la antigua? El público imparcial oye, ve y juzga.
Oye que tal enfermo tratado por grandes ó alopá-
ticas dosis, arrastra una convalecencia larga y pe-
nosa, como sucede al sifilítico tratado por el mer-
curio y el ioduro potásico, al febril que es víctima
de la quina y la quinina, al reumático que es in-
toxicado por el opio, la morfina y la belladona.
Ve que un individuo sacrificado por repetidas san-
grías y con un sinnúmero de sanguijuelas es mo-
lestado ademas por sinapismos, cantáridas y cata-
plasmas ; si logra salvarse de su primitiva enfer-
medad es para caer en otra de más lenta y difícil
curación. Juzga, pues, que la razón científica y la
verdad terapéutica residen dentro del tratamiento
sencillísimo y eficaz de la Homeopatía.
Seriamente hemos demosti-ado los fundamentos
de la doctrina homeopática y los hemos defendido
con las armas siempre victoriosas de la razón y de
la experiencia. ¿A qué, pues, repetir los mismos
argumentos ?
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32
Concluyamos, no sin afirmar de todas veras,
que cua?tto la Alopatía trata, ctdda y cura, trata^
cuida y cura la Homeopatía ; que si la Homeopa-
tía no triicnfa de una e?tfermedad, tampoco de ésta
triu?ifa la Alopatía, y qite no pocos males refrac-
tarios al tratamie7ito alopático^ son dominados
fácilíiiente por la medicación homeopática. No que-
remos ni debemos decir más, pues para ninguno
ha de ser dudosa la elección entre uno y otro mé-
todo curativo.
Mediten hoy, y mañana, y siempre, sobre los
hechos del nuevo lábaro de las dolencias huma-
nas^ y unidos todos los creyentes por unos mismos
principios, pensemos en aliviar, consolar, cuidar
ó curar á los desgraciados que padecen enferme-
dades. Este, y no otro, es el deber de quien se
consagra al sacerdocio de la Ciencia. Entre tanto,
decimos con el elocuente defensor de los primeros
cristianos ante el Senado romano : <í Somos de
ayer y lo llenamos todo, vuestras ciudades, islas,
castillos, municipios, consejos, campos, tribus,
decurias, palacios, senado, foro ; sólo os quedan
vuestros templos. »
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DE LA HIGIENE EN GENERAL
APLICACIÓN AL MÉTODO HOMEOPÁTICO
Los enfermos que siguen el tratamiento homeo-
pático deben observar ciertos preceptos higiénicos,
en relación con la índole de su enfermedad y de
los medicamentos empleados. Muchas veces se
malogra la curación por el mal régimen que ob-
servan los pacientes, no pudiendo ó no queriendo
alejar las causas que han producido y sostienen el
padecimiento.
Hahnemann dejó minuciosas reglas sobre este
punto, encaminadas á impedir todo lo que pueda
desvirtuar la acción del medicamento, á cuyo fin
deben proscribirse todos los alimentos y bebidas
que tienen alguna acción medicinal ó alteran más
ó menos las funciones por su difícil digestión ó
asimilación, así como el uso de los elixires, po-
madas, esencias, y todas las composiciones en
que entran principios aromáticos fuertes.
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En las enfermedades agudas con fiebre, sólo el
médico puede señalar con acierto el régimen que
conviene. Por regla general, habiendo fiebre sue-
le haber inapetencia, y se usan, ya la sustancia
de pan ó de arroz, ya caldo de pollo ó de vaca
magra con garbanzos, evitando el tocino y toda
otra grasa. La bebida usual, cuando hay gran sed,
debe ser agua pura ó ligeramente azucarada. Pue-
den ser convenientes algunas otras, según la en-
fermedad, el gusto del enfermo, el clima y la es-
tación, siempre que no tengan propiedades capa-
ces de contrariar la acción de los medicamentos ó
de alterar los órganos, como sucede con las bebi-
das acidas, de que tanto abusan los alópatas, con
detrimento del estómago de sus enfermos.
En las enfermedades no febriles, cuando los
pacientes pueden comer, es preciso que usen una
alimentación natural y sencilla, adecuada á la
clase de enfermedad que padezcan, sin que por
eso hayan de imponerse muy molestas privaciones,
como algunos se figuran. Hay personas que se re-
traen de acudir á la Homeopatía para curarse an-
tiguas dolencias, temiendo verse obligadas á cier-
tas privaciones que no son de su gusto ; pero este
temor es verdaderamente pueril. Bien se puede
asegurar que si los hábitos y costumbres de esas
personas no son perjudiciales para el mal que pa-
decen, conseguirían su curación por la Homeopa-
tía aun cuando no variasen el régimen ; pero si
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se encierra en esos hábitos y costumbres alguna
causa capaz de sostener el mal, claro es que ni de
la doctrina homeopática ni de ningún sistema mé-
dico se puede esperar buen resultado.
El régimen higiénico tiene reglas generales y
particulares ; las primeras se refieren á aquellas
circunstancias que son aplicables á todos los casos;
las segundas varían según las enfermedades y los
hábitos contraidos por los enfermos.
Por regla general no es conveniente, durante
cualquier tratamiento, ya sea homeopático, ya
alopático, el uso del café, del té y de otras bebi-
das aromáticas ; los alimentos salados y picantes
y los condimentados con especias, las ensaladas
crudas, las bebidas fermentadas y espirituosas, ni
las dulces con exceso ; tampoco lo es el abuso de
cualquier género, ya en alimentos ó bebidas, ya
en trabajo ó ejercicio corporal ó mental, ya en
placeres sensuales, así como el exponerse á cam-
bios ó transiciones bruscas de temperatura, y re-
cibir impresiones morales muy vivas. Pero ya se
deja comprender que cada caso particular requiere
un régimen especial. Así, un enfermo del estóma-
go ó del higado necesitará una alimentación dife-
rente que un enfermo del pecho, y éste un sistema
de abrigo y de ejercicio muy distinto que un go-
toso. No es posible, por lo tanto, salir de ciertas
reglas generales, sujetas á excepciones.
La Higiene extiende sus tutelares consejos á
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todo cuanto nos circunda y nos penetra ". alimen-
tos y bebidas, vestidos, aire, luz, temperatura,
ejercicio mental y corporal, sueño y vigilia, etc.,
etcétera. Viviendo en sociedad, y sobre todo en
los grandes centros de población, muy á menudo
nos vemos obligados ó expuestos, aun contra
nuestra voluntad, á sufrir la influencia de causas
contrarias á la salud, y por lo tanto importa saber
cuál es la conducta que habitualmente conviene
seguir, pues no daña tanto alguna que otra tras-
gresion de las leyes higiénicas, como el hábito^ ó
sea el uso continuo de cualquier cosa perjudicial
á la salud.
Alimentación. — En los alimentos hay que
considerar la cantidad, la calidad y el orden ó
método con que se toman. Respecto a la cantidad,
ya es sabido que debe regularse por las necesida-
des, el apetito y el trabajo de cada individuo, y
que el ser sobrio favorece mucho á la conserva-
ción de la salud.
La calidad de los alimentos es de capital im-
portancia. Unos proceden del reino animal, otros
del vegetal, y algunos, aunque en pequeño nú-
mero, del reino mineral (sal común). Si se atien-
de á su composición química, unos y otros se di-
viden en nitrogcjiados y no ititrogenados. Las
sustancias nitrogenadas dominan en las proceden-
tes del reino animal, y las no nitrogenadas en
las del vegetal. Estas dos' clases de sustancias
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desempeñan usos distintos ; las nitrogenadas,
llamadas también plásticas, tienen por objeto la
nutrición inmediata de los órganos, á los cuales
se agregan formando parte de ellos por más ó
menos tiempo, hasta ser reemplazadas por otras
del mismo origen ; las no nitrogenadas suminis-
tran los materiales para la respiración y el calor
animal, por lo cual se las denomina respiratorias.
Las sustancias nitrogenadas se encuentran princi-
palmente en las carnes musculares, en los huevos,
queso y en los extractos de caldo, hallándose en
menor cantidad en las legumbres y cereales.
Las sustancias no nitrogenadas en las frutas,
legumbres, en el pan preparado con la harina de
los cereales, aunque este alimento es mixto por
contener gluten, principio nitrogenado ; en los
azücareS; aceites y sustancias grasas. Siendo estos
dos grupos de principios nutritivos indispensables
para el sostenimiento de la vida, es claro que la
mejor alimentación, la más higiénica, será aque-
lla que contenga en las proporciones necesarias á
los gastos de la economía la debida cantidad de
sustancias nitrogenadas y no nitrogenadas. Como
estos principios no se encuentran aislados, sino tal
como nos los ofrece la Naturaleza, pero advirtien-
do que en el reino animal dominan los nitroge-
nados y en el vegetal los no nitrogenados, una
buena alimentación estará constituida por la re-
unión en las debidas proporciones de sustancias
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vegetales y animales, de tal suerte que tanto el
abuso de las unas como el de las otras necesaria-
mente han de producir la alteración de la com-
posición de los órganos, y por lo tanto ser causa
de enfermedad. wSegun cálculos exactos, deduci-
dos de la observación inmediata, una buena ali-
mentación debe contener una parte de sustancias
nitrogenadas por tres de no nitrogenadas, lo cual
indica á primera vista que en buena higiene deben
usarse en más cantidad las sustancias vegetales
que las de origen animal.
Por regla general los alimentos más sanos son
el pan bien cocido y ya sentado, los huevos, las
leches, la manteca de vacas y quesos frescos, las
carnes de buey, vaca, ternera, carneros, aves de
corral no cebadas, pescados frescos blancos, le-
gumbres secas ó tiernas (no siendo en exceso)
bien cocidas, las féculas, las frutas de la estación
bien sazonadas. Las grasas son indigestas por lo
difícil que es su preparación en el tubo digestivo.
Las personas que se acostumbren á una alimenta-
ción que, sin dejar de ser sustanciosa; sea sana y
sencilla, sin condimentos fuertes ni estímulos, con-
servarán un apetito natural y mantendrán en buen
estado los órganos de la digestión, encontrándose
mejor dispuestas para el tratamiento homeopático
que las acostumbradas á manjares irritantes y be-
bidas fuertes. El agua pura ó mezclada con vino
es la más conveniente en las comidas. Algunas
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personas inapetentes y de estómago irritable pre-
fieren y usan con ventaja, en lugar de vino, un
poco de cerveza floja ; ni una ni otra bebida serán
siempre convenientes en las enfermedades del es-
tómago durante el tratamiento homeopático ; en
las demás depende de las circunstancias del caso
y de los hábitos del enfermo.
El método ú orden con que se distribuyen las
comidas durante el día es más trascendental de lo
que se cree. Así como la nutrición de los órganos
es lenta y graduada, la digestión y la absorción
de los alimentos debe tener el mismo carácter, no
teniendo éstos sólo por objeto reconstruir ó repa-
rar los órganos, sino ademas darnos calor y fuer-
za. A no ser así, bastaría condensar la cantidad
necesaria para veinticuatro horas y comerla en una
sola vez. Se ha dicho ya muchas veces que no nu-
tre lo que se come, sino lo que se digiere, y el
estómago, después de largas horas de ayuno, ha-
ce malas digestiones, que producen asimilación
escasa, y de consiguiente nutrición casi nula. Por
eso en ciertas clases de las grandes ciudades , pre-
cisamente las que más gastan en la mesa, es muy
común la anemia ó pobreza de sangre, debida, en
gran parte^ al irregular método de alimentación.
Las personas débiles de estómago, y las enfermi-
zas en general, deben hacer su principal comida
poco después del mediodía, y cenar parcamente.
No conviene acostarse con el estómago muy lle-
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no, ni tampoco en estado de debilidad por falta
de alimento. Dormir sin estar regularmente ali-
mentado es lo mismo que empeñarse en hacer ar-
der la mecha de una lámpara sin aceite.
Durante el sueño la asimilación es más activa
que durante la vigilia.
Ejercicio. — El excesivo trabajo, ya mental,
ya corporal, debilita los órganos todos^ y princi-
palmente el sistema nervioso ; por eso no convie-
ne cuando se está siguiendo algún tratamiento cu-
rativo por cualquier dolencia. Después de comer
nunca se ha de emprender ningún trabajo fuerte
intelectual ó corporal, sino entregarse á un corto
reposo ó á alguna distracción tranquila. Tampoco
es higiénico tardar mucho en desayunarse, aunque
sea estando en la cama ; pero es sobre todo per-
judicialísimo, en particular á las personas delica-
das y que siguen un tratamiento médico, andar
ó trabajar en cualquier cosa, por la mañana, una
hora ó más, después de levantarse, sin tomar ali-
mento algimo.
Abrigo. — Lo mejor sería acostumbrarse á su-
frir sin daño la inclemencia de los elementos, los
trastornos atmosféricos y los cambios de tempera-
tura. Las personas que han podido adquirir el há-
bito de lavarse el cuerpo con agua fría ( todos los
días ó á menudo ) no se resfrían con tanta facili-
dad. Ya que esto no es general, conviene á lo
menos no habituarse á demasiado abrigo, y de
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ningún modo llevar sobre la misma piel tejidos
de lana, estambre ó franela, sino simplemente
de algodón ó hilo de Escocia, porque los prime-
ros excitan demasiado, hacen sudar, y aun provo-
can erupciones, ademas de aumentar la impresio-
nabilidad de la piel. Los pies deben mantenerse
regularmente calientes, así de día como de noche.
La cabeza no es bueno abrigarla demasiado, y si
es necesario cubrirla, como á algunas personas les
sucede, debe ser con gorros muy ligeros de seda
ó algodón que den poco calor y no hagan su-
dar la frente. El abrigo de la cabeza más natural
es el cabello, y por eso es útil dejarlo regu-
larmente crecido, de dos ó tres pulgadas por lo
menos.
Ventilación. — El aire puro es más necesario
á la vida que el alimento ; pues sin éste vivimos
algún tiempo, y sin aquél moriríamos al instante.
Este hecho debería hacer comprender á todo el
mundo cuan necesaria es á la salud la pureza del
aire, y sabido es que en cada respiración se con-
sume cierta cantidad de oxígeno del aire atmos-
férico que entra en los pulmones^ saliendo en cam-
bio ácido carbónico y vapor de agua, de tal suer-
te que el oxígeno, que es el elemento respirable,
disminuye notablemente en una habitación donde
se encuentran varios individuos, al mismo tiempo
que se carga de ácido carbónico, gas irrespirable
y agua. De aquí resulta que sin ventilación ó en
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un espacio limitado el aire se haría irrespirable y
podría producir la asfixia .
El Tratado de Higiene pública y privada de Mi-
chel Levy, médico director de Val-de-Gráce, con-
signa que los dormitorios exigen para cada indivi-
duo una ventilación capaz en 40 metros cúbicos,
calculando de siete á ocho horas las que general-
mente se destinan en la cama por la noche. En
muchos puntos se practica una abertura del diá-
metro de medio duro en el balcón ó ventana, que
corresponda á otras habitaciones que se comuni-
quen directamente con el aire exterior ; una chi-
menea que no esté perfectamente cerrada sirve de
mejor medio de comunicación. Bastan de 18 á 20
metros cúbicos en el mismo tiempo para cuarte-
les y grandes departamentos con muchas puertas
y ventanas, dimensiones adoptadas oficialmente
en el extranjero. De esta manera se evita en lo po-
sible la alteración de la salud, producida por las
malas condiciones del aire.
No son pocas, en efecto, las enfermedades de-
bidas á la respiración del aire impuro. En las
grandes ciudades hay muchísimas personas que
pasan largas horas respirando una atmósfera muy
cargada de vapores ó gases diversos y escasamente
oxigenada. Entre esas personas, las mal nutridas
contraen las enfermedades originadas de la ane-
mia ó pobreza de sangre, y las que se alimentan
copiosamente son víctimas de congestiones del hí-
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gado, de los pulmones ó del cerebro, por falta de
oxigenación de la sangre venosa. Téngase pre-
sente este peligro, y toda habitación en que haya
constantemente una, dos ó más personas, acaso
también algún animal doméstico, flores, luces,
lumbre, causas todas que consumen oxígeno, es
necesario ventilarla de vez en cuando. Las habi-
taciones de los enfermos requieren un cuidado es-
pecial sobre este punto, para mantener dentro de
ellas una temperatura no menor de diez grados y
un aire puro y no excesivamente seco, A veces
puede convenir disponer, en un ángulo del apo-
sento, una vasija con agua muy caliente, desta-
pada, para que despida el vapor y dé así un poco
de humedad tibia al aire.
Luz. — No suelen los profanos hacer mucho
caso de la influencia de este agente. Reparen, no
obstante, en el aspecto que presentan y la salud
que disfrutan todas aquellas personas que se ven
constante ó habitualmente obligadas á permanecer
en la oscuridad; aunque se alimenten bien y res-
piren aire puro.
La luz es un gran vivificador, un gran excitante
de nuestro organismo. Por eso en todas las enfer-
medades en que hay aumento de actividad, sobre
todo en los centros nerviosos, conviene sustraerse
á la acción de la luz. En las enfermedades agudas
con fiebre y dolor de cabeza conviene que haya
poca ó ninguna luz en el aposento de los enfermos.
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Sabido es que los accesos de delirio, de manía, al-
gunas convulsiones, cesan tan pronto como los
pacientes quedan en la oscuridad completa, y re-
piten á veces así que se enciende un fósforo. Por
el contrario, en las enfermedades pasivas, como
algunas parálisis, las escrófulas, las convalecen-
cias de enfermedades largas, no hay recurso más
poderoso que la luz^ el baño de sol repetido y
prolongado.
Sueño y vigilia. — El prudente equilibrio
entre estos dos estados es importantísimo en toda
clase de personas, pero muy especialmente á las
que están sometidas al tratamiento homeopático.
Será inútil que tome medicamentos un individuo
que no dedique al sueño las horas necesarias. Sa-
bido es que el tiempo más natural y saludable
para dormir es la noche. En determinadas cir-
cunstancias es conveniente un rato de siesta al
mediodía, pero no más de una hora, y, si es po-
sible, fuera de la cama.
. No es higiénico entregarse al sueño prolonga-
do más de media hora ó una después de una co-
mida abundante, ni tampoco en ayunas ó en esta-
do de debilidad. Es de advertir que en ciertos
casos la debilidad provoca el sueño en determi-
nados individuos, y es peligroso ceder á esa ten-
dencia, que depende de la anemia cerebral. Así
les sucede á algunas personas que duermen hasta
muy tarde por la mañana, y suelen despertar con
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pesadez en la cabeza, que se disipa levantándose
y tomando alimento. La explicación de este he-
cho es que por falta de alimento no hay renova-
ción de la sangre, y ademas la respiración es len-
ta é imperfecta durante el sueño, de lo cual resul-
ta que la circulación arterial se entorpece y el
cerebro se llena de sangre venosa si el sujeto es
robusto, ó se queda anémico si es débil.
Señaladas ya las principales reglas de higiene
aplicables al tratamiento homeopático, nos limita-
remos á aconsejar á los que deseen más detalles
la lectura de algún libro de esta materia.
Pero en los niños, especialmente en el primer
período de su infancia, ó sea en los dos ó tres
primeros años, se requiere tener en cuenta pre-
ceptos especiales de la Higiene, en consonancia y
armonía con las fases que ofrece una vida inci-
piente que pasa por situaciones patológicas, pre.
cisas algunas de ellas, como efecto inevitable del
desarrollo y desenvolvimiento del organismo ma-
terial.
Parece, pues, natural y conveniente dedicarles
un artículo de Higiene en el que se indique el
modo de ayudar á la naturaleza en el cumpli-
miento de sus necesidades, sin contrariar en lo
más mínimo, si es posible, los esfuerzos del orga-
nismo ; antes por el contrario, favoreciéndolos y
obrando en consonancia con las nuevas necesida-
des de una vida que empieza á funcionar, y que
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46
de no mantenerse en los límites de regularidad y
armonía se vería expuesta á alteraciones y á per-
der, quizá para siempre, su ritmo normal.
Como los niños, por otra parte, necesitan de
otras personas que cuiden y velen por su bienes-
tar, aparece la necesidad de ilustrar á los encar-
gados de dirigirles y cuidarles, á fin de que, por
ignorancia ó impericia, no se produzca un mal en
vez del bien que la Higiene se propone crear y
conservar. Al efecto, pues, se reproducen en esta
nueva edición las ideas indicadas en el artículo de
Higiene de los niños.
dby Google
HIGIENE DE LA NIÑEZ
La niñez, ó primera infancia, es el período de
los dos ó tres primeros años de la vida, durante
el cual se verifica la primera dentición, y en el
que el nuevo ser va acomodándose á las circuns-
tancias y á las influencias del mundo en que vive.
La Higiene establece reglas para que esta aptitud
se obtenga por grados, sin violencia, y conforme
á las leyes de la Naturaleza, á menudo violadas
por la moda ó por usos sociales, hijos de rutina-
rias preocupaciones.
A tres puntos principales hay que atender para
el cuidado de los niños durante este período, y
son : acostumbrarlos á la impresión de la atmós-
fera en la mucosa pulmonar y en la piel ; darles
la alimentación adecuada á las fuerzas de sus ór-
ganos digestivos, y observarlos, atendiéndolos,
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48
según convenga, durante la evolución dentaria, ó
sea la formación y salida de los dientes.
Ante todo, importa establecer diferencia entre
los niños que nacen enfermizos, mal humorados ó
con marcada predisposición á determinadas enfer
medades, y los que nacen sanos, regularmente
constituidos y que, siendo más ó menos robustos,
no presentan indicios de predisposiciones mor-
bosas.
Esta distinción no es ociosa, porque los prime-
ros necesitan, desde el primer instante, un trata-
miento medicinal, y han menester la presencia y
acción del médico, y á los segundos les bastan los
cuidados del higienista. En las familias no se tie-
ne esto presente, y se considera á un niño, aun-
que sea más robusto que Sansón, como un enfer-
mo por el solo hecho de ser niño ; y por cualquier
motivo y con mil diversos pretextos se le adminis-
tran diferentes jarabes, que contienen algún medi-
camento más ó menos enérgico, ya para purgarle,
ya para que eche los dientes, ya para que babee;
eso sin contar los confites y pastillas para matar
las lombrices, de que tan deplorable abuso se hace
y tan desastrosos efectos han producido.
Nos ocupamos, pues, de niños sanos solamente
y vamos á dar las reglas para evitar que enfermen,
. toda vez que más adelante ya indicaremos los me-
dicamentos que deben administrárseles en las prin-
cipales enfermedades que pueden acometerles.
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49
-En todos los climas, aun en los cálidos, debe
evitarse cuidadosamente á los recien nacidos los
cambios bruscos de temperatura, las corrientes de
aire frío, y debe mantenerse en la habitación una
temperatura media.
La cabeza no debe estar ni enteramente desnu-
da, ni demasiado abrigada ; aunque siempre algo
más en la calle que en casa, en los climas fríos
que en los templados, especialmente en invierno.
Es laudable costumbre la de lavar á los niños
todo el cuerpo diariamente, ó dos ó tres veces por
semana, con agua fría ó ligeramente tibia, según
la estación y el clima. A los recien nacidos se les
debe ir acostumbrando por grados, empezando
por el agua templada y acabando por el agua á
la temperatura natural, siempre teniendo en cuen-
ta las circunstancias del niño y las de la estación
y del clima. Las lociones deben hacerse rápida-
mente con una esponja grande, secándole en se-
guida con un paño de algodón, y vistiéndole sin
perder momento. De este modo se establece una
buena reacción en la piel, que es el objeto de las
lociones frías, y acostumbrada ya á éstas reac-
ciones repetidas, le impresionan menos los cam-
bios atmosféricos, y crecen los niños más fuertes y
menos propensos á resfriados.
Lo que de ninguna manera es conveniente á los
niños, en ningún clima ni estación (como no sea
accidentalmente para remedio de alguna enferme -
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50
dad), son los baños calientes y templados, por-
que relajan la fibra, reblandecen la piel, la hacen
más impresionable, predisponen al linfatismo, á
la obesidad y á la apatía de todo su ser. En cuan-
to á los baños fríos, aunque sólo sean de inmer-
sión instantánea, no deben emplearse en los niños
de pecho sin discernimiento, porque no hay en
todos ellos bastante vigor para una buena reacción,
sin la cual el baño es dañoso. Este punto requiere
el consejo del médico, pues al cabo, el baño frío
es un poderoso agente terapéutico, que mal apli-
cado puede causar perjuicios.
Respecto al vesiido de los niños, tienen mucho
que reformar las costumbres actuales A los re-
cien nacidos se les aprisiona y sujeta comunmen-
te con tantos líos y envolturas como si tuviesen
todos los huesos rotos. Se usan telas muy dobles,
y fajas muy gruesas y resistentes, convirtiendo su
flexible cuerpecito en una especie de tronco tieso.
Estas telas y fajas, que rodean con varias vueltas
el pecho y vientre, perjudican por su dureza, com-
primiendo los órganos más importantes, y dificul-
tando la respiración por la falta de elasticidad de
aquéllas y por el gran calor que dan á la piel,
predisponiendo al niño á resfriarse con facilidad.
Se pretende apoyar la utilidad de este sistema
de vestir á los recién nacidos, en la mira de que
crezcan bien formados de talle y cobren firmeza
sus carnes ; pero esta preocupación se disipa con
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51
sólo observar el admirable desarrollo y la superior
belleza de formas que ostentan los pueblos salva-
es, que ni usan ni conocen las envolturas. Ade-
mas de que la perfección de las formas depende
de otras causas más profundas y arraigadas en el
organismo, y no se ajusta á las maniobras que se
quieren emplear para producirla.
El vestido de los niños debería consistir en tú-
nicas, sacos ó camisas abiertas por delante, de tela
suave de algodón, y encima de ella otras de más
ó menos abrigo, según la temperatura exterior;
pero teniendo siempre el cuidado de no calentar
con exceso la piel á fuerza de ropas. Sobre la piel
no debe aplicarse otra tela que la de algodón, ni
en invierno ni en verano. Para la debida limpieza
se usarán los pañales de costumbre, que se reno-
varán cuantas veces sea necesario, pero colocados
de manera que no sujeten los miembros del niño,
ni le impidan moverse libremente, estirar y enco-
ger las piernas, etc. Las ropas ó los vestidos no
deben sujetarse, como suele hacerse, con tan re-
petidas vueltas de faja; basta cerrarlos con cintas ó
botoncitos (nunca con alfileres), y luego ceñirles
á la cintura solamente una ó dos vueltas de faja
elástica.
En la higiene de la primera infancia es la ali-
mentación uno de los puntos más importantes, y
que á veces ofrece mayores dificultades. Bien pue-
de asegurarse que la mitad de los niños que su-
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52
cuiiiben en los dos ó tres años primeros de la vida
son víctimas de una alimentación escasa ó incon-
veniente.
Generalmente hablando, lo más natural y segu-
ro es la lactancia materna. Los peligros empiezan
cuando por voluntad ó necesidad se renuncia á ella.
A falta de la madre, lo mejor es una buena no-
driza, elegida por persona inteligente. Las buenas
nodrizas no deben ser menores de veinte años, ni
mayores de treinta ; no han de ser obesa.s y lin-
fáticas, sino regularmente nutridas y de carnes
firmes ; no han de padecer enfermedad alguna ; su
carácter ha de ser apacible, más bien alegre y
expansivo ; no han de ser aficionadas al vino ; han
de tener en buen estado sus funciones digestivas
y vivo el apetito.
A falta de nodriza, y en casos extraordinarios,
sirve la leche de cabras, añadiéndole mitad ó ter-
cera parte de agua (según su densidad) y de azú-
car, y dejándola cocer un poco.
Es una grandísima imprudencia dar á los niños
de menos de tres meses otro alimento que la le-
che. Claro es que si no se le da ésta, un niño ham-
briento tomará lo que se le dé, aunque no haya
en sus órganos disposición á digerirlo y asimilarlo.
De ahí viene una mala nutrición y la pérdida ir-
remisible de la criatura. Prueba esto que muchos
de esos niños han enfermado y muerto por recibir
alimentos impropios, y se hubieran salvado de-
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53
jándolos una larga temporada al uso exclusivo de
la leche de cabra en la forma dicha.
No es posible fijar de un modo terminante la
época del destete, y sábese, por lo demás, que
éste ha de efectuarse por grados, acostumbrando
anticipadamente al niño á variados alimentos. De
todos modos, durante los seis primeros meses la
leche debe ser el principal, ya que no el exclusivo
alimento. El primer alimento sólido que debe
darse á los niños es el pan ; ya alguna cortecita
para que se adiestren en mascar, ya papillas de
galleta ó pan algo duro y desmenuzado, cocidas
con agua y azúcar, y más adelante con caldo del
puchero. A medida que el niño crece y la denti-
ción avanza se le van dando otros alimentos :
arroz, chocolate, patatas cocidas, huevos pasados
por agua, etc., reservando para lo último las car-
nes, aunque de éstas puede en muchos casos uti-
lizarse la sustancia ó el extracto cuando convenga
alimentarle sin fatigar el estómago. Pero éstos son
casos especiales que no deben entrar en estas ge-
neralidades de Higiene.
La alimentación en la primera infancia tiene
que regularse según la marcha fácil ó difícil de la
dentición, teniendo en cuenta que nunca están
más propensos los niños á empachos y malas di-
gestiones que mientras les está cuajando (como
vulgarmente se dice) algún diente, muela ó col-
millo. En esas circunstancias es cuando principal-
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54
mente necesitan alimento suave y de fácil diges-
tión : los más de ellos repugnan todos los alimen-
tos que tal vez habían empezado á usar, y no
quieren sino leche. En tal caso los niños que aún
maman tienen ventaja, y están más asegurados
que los prematuramente destetados.
Para concluir sobre alimentación daremos un
precepto general. Es preciso obedecer al instinto
de los niños, y elegir los alimentos según sus
gustos y repugnancias, siempre que no se les
haya estragado el apetito de antemano, produ-
ciendo gustos extraños y, por decirlo así, artifi-
ciales, por el abuso de dulces ú otras sustancias
de sabor excitante, que irritando el estómago ha-
yan trastornado su sensibilidad. Bueno es advertir
también que el apetito desordenado, el deseo de
alimentos fuertes é indigestos en los niños suele
ser preludio y signo de enfermedades gravísimas.
Por lo que toca á la dentición, debe tenerse en-
tendido que siendo, como es, una función natu-
ral, marcharía siempre con regularidad y no ven-
dría tan á menudo acompañada de accidentes
morbosos si se observase buen régimen higiénico
antes y durante ella. Muchos niños cuando em-
piezan á echar los dientes tienen los órganos di-
gestivos irritados por una alimentación inconve-
niente.
Las familias que siguen, el método homeopáti-
co deben abstenerse de todos los jarabes y otros
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55
remedios que se usan con el propósito de facilitar
la dentición. Limítense á evitar al niño enfria-
mientos é indigestiones ; procuren que las funcio-
nes digestivas se verifiquen bien ; combatan la as-
tricción de vientre lo mismo que la diarrea, te-
niendo presente que mientras dura la dentición es
útilísimo que el vientre esté libre. No se preocu-
pen porque el niño babee ó no ; la salivación de-
masiado abundante no es indicio de facilidad en
la dentición, y es, por lo tanto, irracional el em-
peño de muchas madres en provocarla.
Los niños verdaderamente sanos, robustos y
criados con buenas condiciones echan los dientes
sin advertirlo apenas ni dar muestra de altera-
ción alguna. Para los demás, así como para los
accidentes que durante la dentición pueden ocur-
rir por diversas causas, en el sitio correspondiente
de este Manua se encuentran indicados los me-
dicamentos homeopáticos convenientes.
dby Google
LISTA
DE LOS MEDICAMENTOS MÁS PRINCIPALES INCLUI-
DOS EN ESTA EDICIÓN, Y DE SUS ANTÍDOTOS
NOMBRES ANTÍnOTOq
DE LOS MEDICAMENTOS ^JNllUUlUfc)
1 ACONITUM Camphora, Nux vom.
2 Antimonium cru-
dum Hepar, Calcárea carb.
3 Árnica Camphora, Ignatia.
4 Arsenicum. . . . China, Ipecacuanha.
5 Belladonna. . . Coffea, Hyoscyamus.
6 Bryonia Aconitum, Chamom.
7 Calcárea car-
bónica Camphora, Sulphur.
8 Camphora Opium.
9 Cannabis sativa,. . Camphora, Belladonna.
I o Cantharis Camphora.
II Carbo vegetalis.. . Ferrum.
12 Causticmn Coffea.
13 Chamomilla. . . Palsatilla, Cocculus.
14 China Arsenicmii, Ipecacuanha.
15 Ciña. Ipecacuanha, Camphora.
16 Cocculus Camphora, Nux vom.
17 Coffea Aconitum, Chamom,
18 Colocynthis. . , . Camphora, Coffea.
19 Drosera Camphora, Spongia.
20 Dulcamara. . . . Camphora, Ipecacuanha.
dby Google
57
NOMBRES ANTÍTiOTOS
DÉLOS MEDICAMENTOS ü-JNilJJUlUt)
21 Ferrum China.
22 Graphites Arsenicum, Nux vómica.
23 He PAR SULPHU-
Ris Belladonna.
24 Hyoscyamus. . . . Camphora.
25 Ignatia Camphora, Pulsatilla.
26 Ipecacuanha. . , Arsenicum, Veratrum.
27 Lacpiesis Arsenicum, Belladonna.
28 Lycopodium. . . . Lachesis.
29 Mercurius solu-
BiLis Hepar, Belladonna,
30 Nux VÓMICA. . . Aconitum, Chamomilla.
31 OpiUíM Camphora, Coffea.
32 Phosphorus. . . Chamomilla, Camphora.
33 Plantado.
34 Pulsatilla. . . . Chamomilla, Ignatia.
35 Rhus toxicodon-
dron Bryonia, Camphora.
36 Sepia Mercurius solubilis.
37 Silícea Hepar, Sulphur.
38 Spigelia Cocculus, Camphora.
39 Spongia Camphora.
40 Staphysagria. . Camphora.
41 Stramonium. . . . Camphora.
42 Sulphur Aconitum, Camphora.
43 Thuya Camphora.
44 Vaccinum.
45 Veratrum. . . . Aconitum, Camphora.
Nota. Los 45 medicamentos son los que in-
cluimos en las cajas arregladas á esta edición, y
los que están con letra de esta clase son los in-
cluidos en las de 24.
dby Google
MÉTODO
PARA USAR LOS MEDICAMENTOS Y RÉGIMEN
QUE DEBE OBSERVARSE
Los medicamentos homeopáticos pueden admi-
nistrarse en trituración, empleando desde un cen-
tigramo á un decigramo por dosis ; en dilución ó
tintura por gotas mezcladas en agua para varias
veces, y en glóbulos para tomar en seco ó disuel-
tos en agua. Esta última forma es la más general
y adecuada.
La cantidad de glóbulos que suelen tomarse
varía desde dos á seis por cada dosis ó cucharada.
La repetición de las dosis estará subordinada
á la agudeza del padecimiento que se ha de com-
batir.
En las enfermedades agudas la repetición varía
desde media á cuatro horas, y en las crónicas ge-
neralmente se toma una sola dosis, cuyos resulta-
dos se esperarán seis ú ocho días ; si después de
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59
este tiempo continúan los mismos síntomas, aun-
que con menos intensidad, se repetirá otra dosis;
pero si desaparecen algunos, debe ser objeto de
nueva medicación. Si trascurridos los seis ú ocho
días no se notase alivio alguno, debe variarse de
medicamento.
Cuando el paciente se alivie debe prolongarse
el intervalo que separa á las dosis, y cuando se
encuentre biea debe cesar de usarlo.
Para los niños de pecho el medio más á propó-
sito de administración es ponerles sobre la lengua
los glóbulos en seco.
En los demás casos el mejor medio es echar en
un vaso tantas cucharadas de agua como dosis han
de suministrarse, y en ellas disolver de una vez
los glóbulos correspondientes, cuidando de tener
bien tapado el vaso.
Basta en algunas ocasiones una dosis para ali-
viar ó curar la enfermedad ; pero si no se lograse,
debe repetirse al menos hasta seis veces, en cuyo
caso, resultando ineficaz, se cambia el medica-
mento.
La acción de los medicamentos es más rápida
en unos individuos que en otros, así como los hay
más ó menos refractarios á la acción terapéutica.
Cuando el paciente se mejora debe aumentarse el
tiempo que separa las tomas del medicamento.
También liay medicamentos que desarrollan mejor
su acción por la mañana, como sucede con Pulsati-
Hostedby Google'
6o
lia y Sulphury y otros por la tarde ó por la noche,
como JVzix vómica y RJms,
El tiempo en que ha de administrarse algmi
medicamento se ha de subordinar á la urgencia de
los síntomas. Una ó media hora antes y tres ó
cuatro después de comer es el suficiente para que
el medicamento produzca sus efectos. La repeti-
ción de las dosis en los casos agudos depende de
la celeridad de los síntomas.
En el crup y cólera puede ser necesario dar me-
dicamento cada cinco minutos ; en las fiebres y
afecciones inflamatorias, cada una, tres ó seis ho-
ras, según las circunstancias; en las crónicas sólo
se toma una dosis al día, y suelen dejarse trascur-
rir algunos días sin repetirla.
Los medicamentos deben tenerse en im lugar
fresco y donde no haya sustancias olorosas ; los
tubos no se expondrán á los rayos del sol : tam-
poco se dejarán destapados, siendo conveniente
que la caja que los contenga se halle bien cerrada,
y construida de modo que los tubos estén perfec-
tamente preservados.
También se debe cerrar la caja al punto que se
usen, para prevenir el riesgo de deterioro, ya sea
por la influencia atmosférica ó por cualquiera otra
causa.
Cuando deba usarse un medicamento á cucha-
radas, durante el día, más ó menos á menudo, se
tendrá disuelto en agua, en un vaso ó frasco ta-
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6i
pado. Al efecto, en esta farmacia se encuentran
frascos y vasos graduados dispuestos á este obje-
to, es decir, señalada su capacidad por cuchara-
das y los frascos por onzas, medias onzas, que
cada una de éstas equivale á una cucharada gran-
de. A falta de éstos se JDondrán en un vaso que
se tapará con un papel blanco sin satinar, y algún
peso que lo sujete é impida la entrada del polvo.
DEL RÉGIMEN
Durante el tratamiento homeopático conviene
abstenerse del café, té, vino y licores alcohólicos
y fermentados, del vinagre, alimentos salados,
frutas crudas acidas, especias, quesos y todo con-
dimento ardiente. En las enfermedades agudas se
establece la dieta qne convenga al caso, haciendo
tomar al enfermo, ya sustancias de arroz ó de pan,
caldos colados, y en general no se usa otra bebi-
da qne el agua clara, sola ó azucarada, al temple
natural ó tibia, según las circunstancias. En las
enfermedades crónicas se permite la alimentación
necesaria, siempre que sea de sustancias sanas, y
en las horas y cantidades acostumbradas. En ellas
puede permitirse el vino y el té, si el sujeto tiene
costumbre de hacer uso de estas bebidas.
Para más pormenores véase págs. 35 á 40.
dby Google
EQUIVALENCIA APROXIMADA
DEL PESO DE AGUA Á CUCHARADAS
Gramos.
Onzas.
C
Pequeña.
JUCHARAD
Mediana.
A
Grande.
4
8
15
30
60
90
120
Vs
Vi
'A
I
2
3
4
I
2
4
8
16
I
2
4
8
12
I
2
4
6
8
Cada 15 gramos, ó sea media onza, equivale á
una cucharada grande, á dos medianas ó á cuatro
pequeñas; cualquier cantidad de agua señalada
por gramos ó por onzas puede, sin necesidad de
peso, colocarse en el vaso en que se desee preparar
varias dosis de un medicamento. Poseemos vasos
graduados por cucharadas, que son muy cómodos
para dichas dosis.
dby Google
DIVISIONES DEL GRAMO
Y SU EQUIVALENCIA AL SISTEMA ANTIGUO
I gramo,
20 granos,
o, I »
= un decigramo. ... 2 »
0,05 »
= medio decigramo ó
5 centigramos. . i j>
0,01 »
= un centigramo. . . ^/j de »
0,001 »
= un miligramo. . . . Vso<ie »
dby Google
DE LAS ENFERMEDADES EN GENERAL
E INDICACIÓN
DESÚS PRINCIPALES MEDICAMENTOS
Aborto.
MAL PARTO
Los síntomas que preceden al aborto son : do-
lores vivos en el abdomen, dolores de ríñones,
salida de mucosidades sanguinolentas, más ó me-
nos oscuras, por la vulva.
Las causas que lo ocasionan consisten en haber
recibido una caida, golpe ó emoción, abuso de
alimentos y bebidas estimulantes, falta de ejerci-
cio al aire libre y otras que sería prolijo enumerar.
Frecuentemente sucede entre el tercero y cuar-
to mes del embarazo. Si las mujeres que se hallen
en dicho estado observaran buena higiene, sobre
todo guardaran quietud cuando se presentan do-
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65
lores en la región lumbar, y evitaran toda clase
de esfuerzos corporales, se evitaría en muchas
ocasiones el aborto.
Tratamiento. — Belladojtna. Cuando se pre-
sentan dolores violentos, sensación como si fuese
á expeler por la vagina el contenido del abdo-
men, dolor de riñones, con ó sin flujo de sangre.
Chamomilla. Si el aborto depende de un fuerte
disgusto, con dolores cortantes violentos desde la
región lumbar al hipogastrio, flujo de sangre con
salida de coágulos, movimientos convulsivos, mal
humor y desesperación. *
Avfíica. Si el aborto es á consecuencia de un
golpe, caida ó contusión, con dolores de parto,
flujo de sangre ó mucosidades serosas.
Nux vómica. Si padecen de menorragias con
frecuencia, y astricción de vientre, llevan una
vida sedentaria, flujo sanguíneo abundante.
Para evitar el aborto en las mujeres predispues-
tas se recomiendan Calcárea carbónica ó Sabina
en las de constitución pictórica , menstruación
abundante ; Sepia en las herpéticas y en las que se
ha hecho costumbre abortar en determinado mes.
La repetición de las dosis de los medicamentos
varía desde media á tres horas y la de los pre-
servativos cada ocho ó quince días.
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66
Abscesos
FLEGMONES. TUMORES INFLAMATORIOS
El absceso es un tumor formado por una co-
lección de pus en un espacio accidental y cir-
cunscrito. Se admiten cuatro variedades, si bien
aquí sólo daremos las principales 'ideas de tres:
l.*^ Absceso caliente ó jleguionoso. Esta varie-
dad, que es la más general y que tiene una mar-
cha aguda, está caracterizada casi de idéntico
modo que en el flegmon por los síntomas si-
guientes : tumefacción, calor, rubicundez y dolor
de la parte afecta; el enfermo experimenta al
principio escalofríos, fiebre, agitación y sed más
ó menos viva ; el pus que se forma es espeso j cre-
moso y aun amarillo- verdoso.
Tratamiento. — Aco?jihwi, unas dosis si la
fiebre es muy manifiesta.
Mercurius, es el medicamento con que se debe
empezar desde que se inicia el absceso ; ambos
medicamentos administrados tres ó cuatro glóbu-
los por cucharada cada tres ó cuatro horas.
Arsenicum. Si hay dolores quemantes en el
absceso, con gran fiebre ó que amenacen gangre-
na, siendo el enfermo muy débil.
Bryo7tia. Si el tumor formado por el absceso
tuviese un rojo vivo ó pálido, que estuviese duro,
tirante, con dolores vivos é insoportables á cada
movimiento.
dby Google
67
Belladoitna, en el mismo caso que el anterior, si
la rubicundez se extiende en su derredor hasta las
partes sanas.
fíepar. Si el período de inflamación se prolon-
gase demasiado tiempo y el pus tarda en presen-
tarse.
Phosphorus. Si la supuración se prolonga de-
masiado, con fiebre lenta, ó que el tumor se hi-
ciese fistuloso.
2," Abscesos fríos. Éstos, por el contrario de
los anteriores, se desarrollan con lentitud, sin in-
flamación aparente, pues tan sólo presentan un
poco de hinchazón, pasando de aquí al estado de
reblandecimiento (formación de pus) sin que el
enfermo haya sentido dolor. La cicatrización es
difícil de obtener ; si alguna vez se cierra es para
abrirse más tarde en el mismo sitio ó en otro di-
ferente; sucediendo con frecuencia que se tras-
forma en una úlcera fistulosa que no da indicio
alguno de cicatrización. El pus es generalmente
acuoso y contiene grumos blanquecinos, parecido:,
al queso blanco. Los temperamentos linfáticos y
las constituciones escrofulosas son las predispues-
tas á. estos abscesos.
Tratamiento. — Desde el principio conviene
modificar el estado constitucional del enfermo,
prescribiéndole al efecto Calcárea carbo?iica y
SuIpJmr, dos ó tres glóbulos por cucharada, ma-
ñana y tarde, y si el caso es agudo tomándolos
Hostedby Google
68
alternativamente dos días uno y otros dos el
otro.
AssafcEÜda. Una cucharada por mañana y tarde
si el pus segregado fuese descolorido, verdoso y
fétido.
Arseitiaim y Lachesis alternados, primero el
uno y después el otro, cuando hubiese indicios
de gangi-ena.
Silícea. Últimamente, si quedase fistuloso (es
decir, que no cicatriza).
3.*^ Abscesos por congestión. Se conocen con
este nombre los que provienen de una caries de
los huesos, apareciendo en un sitio más ó menos
distante de aquéllos, según los intersticios muscu-
lares ó aponeuróticos que tengan que -recorrer.
Tratamiento. — Es el mismo que el de los
abscesos fríos ; con la modificación de que des-
pués de haber usado la Calcárea y el Sulphur, se
administrará Silícea, volviendo después á los pri-
meros, y así sucesivamente.
Acné.
GRANOS Ó BARROS EN LA CARA
Esta forma de erupción generalmente aparece
en el rostro de las personas jóvenes, en los sujetos
pictóricos y también en la edad madura, ya en
forma de pústulas, de costras ó de pequeños cuer-
pos blancos, cilindricos y negros en el vértice.
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69
Sulphur, Cuando la erupción consiste en
puntos blancos y en el centro negro ; en caso de
no desaparecer dése Belladonna 6 Gi'aphites,
Nux vómica. Cuando ocurre en personas que
abusan de líquidos alcohólicos.
Hepar sulpJuü'is y Nitri acidum. Si es efecto
de una medicación mercurial.
Calcárea carbónica^ Phosphori acidum. Si se
debe á excesos sexuales.
Lachesis. Cuando se presenta dicha afección
en la época de cesación de las reglas, y si no des-
aparace, adminístrase Sepia ^ A^'seizictuii ó Pulsa-
tilla,
Aftas.
Como las aftas sólo constituyen la tercera es-
pecie de la inflamación de la membrana mucosa
que tapiza el interior de la boca y que se conoce
con el nombre de esiomatítis, dedicaremos unas
líneas á cada una de aquéllas.
i.^ * 1^2l ei'itemaf osa, que consiste en una sim-
ple rubicundez oscura del interior de la boca,
acompañada de hinchazón, escozor y dolor. Suele
invadir las encías, la bóveda palatina ó la super-
ficie interna de los carrillos, y no ofrece gravedad
generalmente.
2.^ La diftérica (ó nie/nbra?iosa) está carac-
terizada por películas ó placas grises, ulceradas,
que dan sangre y ocupan diferentes puntos del in-
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yo
terior de la boca. Esta enfermedad únicamente
suele ser grave en individuos enfermizos ó de
constitución viciada, porque puede degenerar en
gangrena.
3.^ La ulcerosa ófoliculosa (aftas). Se reco-
noce por la erupción en la boca de vejiguillas, que
se cambian pronto en pequeñas úlceras dolorosas,
cuya cicatrización es larga. Hay calentura, diarrea,
fetidez del aliento é infarto de las gláudulas sub-
maxilares ; no hay gravedad, y sólo en los niños
caquécticos puede ofrecer peligro.
Bellado?ína. Es medicamento esencial para la
primera especie, á la dosis de uno ó dos glóbu-
los para los niños por cucharada, y de tres á cua-
tro para las personas de más edad.
Mercurhis solubilis y Alercurms corrosivus.
En la segunda especie es muy recomendable ade-
mas el Agua albuniijiosa, bebida que se hace ba-
tiendo dos claras de huevo fresco en un litro de
agua ligeramente azucarada.
Merciu'ius solubilis. Está muy indicado en la
tercera especie, si hay salivación, mal olor de
boca, sangre frecuente de las úlceras, dificultad
de tragar y tos seca.
Arsc72Ícu77í. Si las úlceras toman mal carácter,
hay diarrea y gran debilidad.
Bórax y Ahcriatis aciduní son medicamentos
que también se recomiendan.
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71
Aliento fétido
FETIDEZ DE BOCA
Puede ser debido el olor de la boca á caries de
los dientes, á enfermedades de la boca, garganta,
pulmones y al catarro gástrico. El tratamiento de
esta afección depende de la causa que la motiva;
los medicamentos más recomendados para evitar la
molestia cuando es debida al catarro gástrico, son:
Nux vómica. Si el mal olor de boca procede de
alteraciones del estómago ; si hubiese estreñimien-
to, ó cuando el paciente abusa de estimulantes ó se
excede en la alimentación.
PulsatiUa. Para las personas de delicada com-
plexión, ó cuando hay mal gusto de boca y la fe-
tidez es por la mañana y noche.
Chamomilla, En los casos en que se percibe so-
lamente después de las comidas.
Curbo vegetalís y Lycopodmm, cuando no ali-
vien los anteriores medicamentos, y Sulphur para
completar la curación.
Atu'uj'i. Si la fetidez del aliento se presenta
en 1?. época de la pubertad.
Contra el mal olor procedente de los pulmones,
Calcárea caí' bonica y Graphites; este medicamen-
to está recomendado también contra la fetidez de
la nariz.
Cuando el aliento fétido es causa de las afeccio-
nes de la boca y garganta, están indicados :
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72
Hepar stilphuris. Cuando hay flujo de saliva,
ulceración en las encías, hinchazón de las glándu-
las y piel dispuesta á ulcerarse.
Merciírhís sohíbilis. Cuando no es mercurial
la salivación; mal de encías, boca y garganta,
los cuales aumentan por la noche y van acompa-
ñados de sudores.
Los individuos que se tratan homeopáticamente
deben hacer uso para limpiarse los dientes del
Elixir ó los Polvos dentífricos homeopáticos, que
carecen de aromas y no dañan el esmalte de los
dientes.
Alopecia
caída del pelo
Hepar stilpliuris. Cuando es consecuencia de
una enfermedad aguda ó de fuertes dolores de
cabeza, ó proviene del abuso del mercurio.
China. Cuando procede de una enfermedad lar-
ga con pérdidas que debilitan.
Ignatia. Por graves disgustos.
Sepia ó Phosphortcs. Por jaquecas.
Calcárea. Cuando hay mucha caspa y en las
señoras después del parto.
Arseniciim. Cuando hay muchas escamas.
Aceite de árnica. Su uso fortifica el bulbo del
cabello é impide la caida prematura de éste y la
calvicie.
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73 '■ .
Anemia
POBREZA DE SANGRE
Se caracteriza por una debilidad general, pali-
dez de la piel y de los labios, falta de apetito,
tristeza y otros síntomas diversos, según las causas
que la produzcan^ sea hemorragias considerables,
enfermedades agudas ó alimentación deficiente.
China. Si la anemia ha sido producida por he-
morragias ó enfermedades agudas, alternando con
Calcárea car bostica.
Pulsatilla. Si es en la época de la pubertad, y
si no diese buenos resultados debe tomarse Conmni
jnaciilatum .
Amigdalitis ^
INFLAMACIÓN DE LAS AMÍGDALAS. ANGINAS.
DOLOR DE GARGANTA
Es una inflamación de las partes posteriores de
la boca y de una porción de la garganta. Sus ca-
racteres son : dificultad de tragar, mayor en las
sustancias líquidas que en las sólidas; rubicundez
y más ó menos calentura. Hay casos en que des-
aparece con facilidad ; en otros termina por supu-
ración y abscesos.
La primera sensación es de incomodidad en la
garganta para tragar y de apretamiento ; los sín-
tomas van agravándose y dificultan la respiración ;
se ven hinchadas y rubicundas las partes posterio-
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74 ■ •
res de la boca. La fiebre se presenta con mucha
sed, pulso vivo, lleno y mejillas encendidas.
Aconititm. Cuando hay calentura, sed y sen-
sación de un tapón en la garganta.
Belladonna. Es el medicamento más indicado
si aquél no basta y hay fiebre, con dificultad de
tragar.
Merciiriiís. Cuando al principio se presentan
síntomas de catarro con salivación, sudores copio-
sos de noche sin alivio; dolores violentos, como
de escoriación en la garganta, los cuales se extien-
den á los oidos, especialmente al tragar, y también
cuando se forma absceso.
Hepa7'. Cuando formada la supuración y el abs-
ceso, se trate de favorecer la abertura de aquél,
ó cuando se ha formado la supuración y hay picor
en la garganta.
Nux vómica. Cuando hay pequeñas úlceras en
la garganta, dolor al tragar y estreñimiento de
vientre.
Bryonia. Conviene si el dolor de garganta pro-
viene de haber tomado helado estando el cuerpo
sudado.
Apoplejía
DERRAME Ó HEMORRAGIA CEREBRAL
Es la rotura de los vasos, seguida del derrame
sanguíneo en el tejido cerebral ó pulmonar.
Según su extensión ó intensidad produce falta
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75
de la 'inteligencia, de los movimientos y de la
sensibilidad, con trastorno en la respiración y cir-
culación, y hasta suprimir estas últimas funciones,
ocasionando la muerte instantánea.
Cuando la rotura de los vasos seguida del der-
rame sanguíneo afecta los de) tejido pulmonar, se
denomina apoplejía pulmonar, los síntomas apa-
recen alterándose notablemente la función de la
respiración, y también produce la muerte cuando
se verifica con intensidad y ataca por completo á
dichos órganos.
Esta enfermedad, sea cerebral ó pulmonar, es
muy grave, y exige la presencia del médico; pero
como también es muy rápida en su curso, mien-
tras se presenta éste se administrarán los medi-
camentos designados por los síntomas siguientes:
Bellado72na. En la apoplejía cerebral, si hay
sopor más ó menos profundo, con inmovilidad,
frío por todo el cuerpo, cara pálida ó bien en-
cendida é hinchada ; pulso fuerte acelerado ó
lento y duro : se prescribirán ocho glóbulos en
cuatro cucharadas de agua para tomar una cada
cuarto de hora.
Opium. Si el enfermo presenta estupor, mirada
fija, ojos encendidos y convulsos, boca abierta y
ronquido.
Nux vómica. Parálisis en las extremidades,
boca abierta , vómitos y náuseas , estreñimiento
de vientre.
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76
Al-nica. Pulso lleno y fuerte, sudor caliente,
parálisis del lado izquierdo, evacuación involun-
taria de orina y excremento ; cuando el ataque ha
sido á consecuencia de una caida y se verifica en
personas pletóricas.
La dosis de los medicamentos debe darse en
esta enfermedad cada cinco, diez ó quince minu-
tos hasta que se inicie la mejoría.
Acojúium, Bellado7tna) Phosphoriis, Ipecacua-
nha y ChÍ7ta, si la apoplejía es pulmonar ; así por
el orden de su importancia, que es bien evidente
á la vista de cada una de las patogenesias abre-
viadas de los mismos.
Asfixia de los recien nacidos.
La asfixia consiste en la suspensión de los fe-
nómenos de la respiración y, por consiguiente,
de la circulación, de las funciones cerebrales y de
todas las demás.
Algunas veces salen los niños asfixiados del
vientre de la madre. Cuando así suceda se les
debe colocar de lado, con la cabeza un poco le-
vantada, la cara descubierta y el cuerpo envuelto
en una tela de lana. Si la madre no ha tenido
pérdidas antes ni durante el parto, y se notan en
el niño indicios de congestión en la cabeza y en
el pecho, conviene dejar salir por el cordón al
ligarlo un poco de sangre.
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77
Después de haberse asegurado que no existe
obstáculo alguno en la boca ni en las narices, se
le hacen con cuidado algunas insuflaciones direc-
tamente con la boca, y si esto no basta, con un
fuelle pequeño, pero con gran suavidad; se le
dan en todo el cuerpo fricciones y aspersiones
rápidas con agua fría y aguardiente ó vinagre, y
en seguida se le seca y frota bien con una franela
caliente, y se le deja envuelto y abrigado ; se le
titilan las narices, y aun las fauces, eon una plu-
niita, se le dan golpecitos en las nalgas, se le
saca bien en\aielto á respirar el aire, y cuando ya
se reanima y empieza á respirar se le introduce en
un baño de agua templada, adicionándole, en el
caso que la asfixia haya sido por debilidad, un
poco de vino ó aguardiente
Conviene tener constancia en emplear estos me-
dios, y no abandonarlos hasta tener plena seguri-
dad de que ya el niño ha recobrado todas sus fa-
cultades ó que desgraciadamente ha perdido la
vida.
Asfixia por congelación.
El primer síntoma del que se hiela es una ir-
resistible tendencia al sueño, con insensibilidad
general más ó menos graduada y una marcada
tendencia á la risa; fenómenos tan particulares,
que graduándose conducen á la muerte. La pre-
caución más importante para reanimar á un asfi-
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7S
xiadd por el frío es la de no aplicarle exterior-
mente, ni administrarle al interior, cosa alguna
caliente, hasta que se haya restablecido la respi-
ración, recobrado la sensibilidad y entrado en
reacción. Se debe proceder por grados. Conviene
usar mucha suavidad en los movimientos, pues los
miembros congelados ó rígidos por el frío se quie-
bran ó fracturan fácilmente. Con mucho cuidado,
pues, se colocará al asfixiado ó congelado en un
paraje en que no haya corrientes de aire, pero no
elevado de temperatura, ni próximo á estufas,
chimenea ó brasero. Se le frotará con nieve y lue-
go se le envolverá en una sábana mojada en agua
fría, cubriéndole todo el cuerpo, sin dejar libre
más que la boca y la nariz. En el campo se le
envuelve con paja ó estiércol. Se le aplicarán la-
vativas de agua natural con Tintura de campho-
ra; se le acercará á intervalos á la nariz un fras-
quito de esta tintura, y desde el momento que
pueda tragar se le administrará cada cuarto de
hora una cucharada de agua con Tmtiira de cavi-
phora (seis gotas para doscientos gramos); á me-
dida que la vida se vaya restableciendo debe ale-
jarse toda humedad y dar friegas secas con una
franela fría. De ningún modo se ha de calentar
artificialmente el cuerpo : el calor ha de venir es-
pontáneamente por la acción vital. A los niños
conviene acostarlos con una persona mayor.
Después de la Tintura de camphora^ Carbo
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79
vegetalis y Arsenicum pueden ser convenientes;
Aconitum durante la reacción, si es muy violenta.
Asfixia por gases deletéreos ó de (as letrinas.
Se coloca al asfixiado en la corriente del aire,
se le aflojan los vestidos, poniéndole hacia arriba,
con la cabeza y el pecho más levantado ; se le
irriga ó rocía con agua fría el cuello, cara y pe-
cho, y si el cuerpo está frío se usará el agua ca-
liente ; se le dan fricciones con una franela ó ce-
pillo; se provoca la respiración artificial, y cuan-
do han cedido los síntomas alarmantes se acuesta
al enfermo en una cama caliente y se le adminis-
trará Opizuii. Una dosis cada hora por espacio de
cuatro, alternando con caldo pasado por un lienzo
mojado, para que no contenga grasa.
Asfixia por sumersión ó de los ahogados.
Débese ante todo tener entendido que la cos-
tumbre de poner cabeza abajo á las personas ex-
traídas del agua en estado de asfixia es funesta, y
basta por sí sola para acelerar la muerte. Esta no
viene ciertamente por causa del agua que hayan
podido tragar, sino por la suspensión de la respi-
ración, que deja al cerebro congestionado de san-
gre venosa.
Se acostará al asfixiado al aire libre, un poco
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8o
inclinado sobre el costado derecho y con la cabe-
za inclinada también hacia adelante, limpiando la
boca y las fauces de las mucosidades ú otros cuer-
pos extraños qne contengan. Se imitarán los mo-
vimientos de la respiración, teniendo alternativa-
mente, por espacio de dos segundos, los brazos
del sujeto estirados hasta tocar las sienes, y luego
doblados sobre el pecho ; y si es preciso se esta-
blecerá la respiración artificial con una jeringa á
propósito. A medida que la respiración vaya ani-
mándose se calentará al asfixiado por medio de
friegas secas con una franela, y se le cubrirá con
mantas. Puede también emplearse la insuflación
directa por la nariz, mediante un cañón de pluma.
No debe darse bebida alguna á los ahogados has-
ta que, vueltos en sí,, tengan sed y lapidan; pero
se les puede colocar sobre la lengua cuatro ó seis
glóbulos de Camphora.
Tartaj'zis emeticus, de la 3.^ trituración, cinco
centigramos encima de la lengua, aconseja He-
ring.
Asma
RESPIRACIÓN CORTA. AHOGOS
Es una afección nerviosa del aparato respirato-
rio, por lo común periódica, que acomete por
accesos separados é intervalos más ó menos
largos.
Puede esta dolencia ser hereditaria ó causada
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8i
por el estado atmosférico, que produce una irri-
tación de la tráquea, ó por alguna influencia que
afecte el sistema nervioso. Ademas puede produ-
cirse el asma por toda clase de enfriamientos, ó
ser sintomática de lesiones del corazón, del pul-
món ó del hígado.
Aconitiwi. Cuando hay congestión sanguínea
ó la causa es un estado pictórico.
Ipecacua7íha, Cuando hay paroxismos de sofo-
cación, constricción espasmódica de la laringe,
tos seca, calor, náuseas, con sudor en la frente.
Bryo7iia. Cuando parece que se obstruye la
respiración ; tos frecuente con constricción del
pecho ; palpitación de corazón.
Arsenicum. Cuando hay acumulación de moco
espeso y adherente, en el pecho , y suenan flemas
en él, con peqiteñez de pulso.
Nux vómica. Si el Arsejiiaun no alivia^ y en
el asma seco, con necesidad de echar la cabeza
atrás.
Calcárea, En los casos crónicos y cuando hay
respiración difícil, tos seca, frecuente, particular-
mente de noche.
BKíosidad
ATAQUE DE BÍLIS
Es toda enfermedad ó síntoma consiguiente al
desarreglo del hígado.
Pulsatilla, por la mañana, cuando hay dolores
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de cabeza, amarillos los alrededores de la boca y
de la nariz y estreñimiento de vientre.
NiLX vómica, por la noche, si siguen los mis-
mos síntomas.
Mercuriusy por la mañana y por la noche,
cuando hay pesadez é inclinación á dormir du-
rante el día, semblante amarillo, falta de apetito
é irregularidad en evacuar el vientre.
China, tres veces al día, cuando hay dolores de
cabeza, confusión de ideas, sed y dolor en la re-
gión del hígado.
Colchicum, también tres veces al día, si el. cutis
presenta manchas amarillentas, falta de apetito y
el sueño es intranquilo.
Arseniciim, dos veces al día, cuando el color es
amarillo en general, dolor en el vientre y ganas
de orinar con frecuencia.
Chamomilla, tres veces al día, cuando hay dolor
sordo y opresivo en la cabeza, gusto amargo, con
capa amarillenta en la lengua y ansiedad del es-
tómago.
Pulsatilla y Merctiritis, por la mañana el pri-
mero y por la noche el segundo, cuando el ape-
tito es variable y hay languidez y pesadez de ca-
beza .
-Blefaritis
INFLAMACIÓN Ó HINCHAZÓN DE LOS PÁRPADOS
Esta enfermedad afecta al borde libre de los
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' 83
párpados, con lesión ó hipertrofia de los folículos,
de las pestañas y legañosos los párpados. Los me-
dicamentos más principales son :
Arsenicuní, Cuando hay rubicundez de la con-
juntiva, con inyección de las venas; sequedad en
el borde de los párpados.
Acojiitum. Cuando los parpados están hincha-
dos, con calor, sensación de ardor y sequedad.
Hepar. Cuando la inflamación de los párpados
va acompañada de dolor, aglutinación nocturna.
Mercurius. Párpados duros, dificultad al abrir-
los, bordes ulcerados, dolores lancinantes, ardor
y prurito: sino mejorara dése Sulphui\
Euphrasia. Si los bordes de los párpados están
ulcerados, con prurito por el día y aglutinación
por la noche, y Aittimofñum si hubiese légañas en
los ángulos. La pomada de Silícea da buenos re-
sultados, untando el borde de los párpados por
mañana y noche.
Bocio
PAPERA
Es la hipertrofia de la glándula tiroides, situada
ea la parte anterior y media de la garganta.
loduin y Hepar sulphiiris son los medicamen-
tos empleados con buen éxilo para hacer desapa-
recer dicha dolencia,
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84
Bronquitis aguda
CATARRO BRONQUIAL AGUDO
Es una inflamación de la tráquea y sus ramifi-
caciones.
. Los síntomas del catarro agudo de los bron-
quios son : tos seca con moco cristalino, glutinoso,
incoloro. Destemplanza con escalofríos; si hay fie-
bre, véase Fiebre catarral. Presión y erosión de-
bajo del esternón. Trascurridos unos días, la tos
es blanda y se arrojan esputos blanco-amarillentos.
El enfermo debe acostarse y hacer que tome
una taza de leche caliente para que traspire.
Aconitum. Cada -dos horas una dosis, si el ca-
tarro proviene de un enfriamiento de la piel es-
tando el cuerpo sudando y mientras la tos sea seca.
Ipecaczíanha. Tos blanda, sin expectoración.
Bellado7ina. Tos espasmódica, con cosquilleo
en la garganta é incomodidad al tragar.
Bryonia. En los casos en que hubiera dolor de
costado y doliera la cabeza al toser.
Sulphur. Si después de la curación quedara tos
rebelde, cono sin expectoración; si la tos fuese
espasmódica, obligando al enfermo á sentarse en
la cama, dése liyoscyamiis.
Calambres en las pantorrillas.
Caracterizado por la contracción momentánea
de los músculos de las pantorrillas. El principal
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' 85
medicamento es Veratrtim; si no se aliviase dése
Hyoscyamtis.
Bryonia ó Lycopodium, Cuando el calambre
se fija en los pies y dedos de los mismos.
Rhtts toxicodendron. Es el medicamento que se
recomienda para evitar esta molestia.
Las personas que padecen dicha enfermedad,
estando en cama, suele desaparecer procurando
que el cuerpo esté más alto que los miembros in-
feriores.
Callos.
Los constituye una dureza producida por el
excesivo desarrollo de la epidermis que se forma
generalmente en la piel de los pies y de las manos,
por el continuo roce ú opresión del calzado en los
primeros, y por el continuo trabajo en las se-
gundas.
Deben lavarse Jos pies todas las noches al acos-
tarse, con agua caliente, en la cual se echarán
unas gotas de Tínñira de árnica. En seguida
que se enjugue el pié se cortará cuidadosamente
el callo y se cubrirá con un poco de Tafetán de
árnica, Al interior se tomará unas dosis de Anii-
mo?2Íufn, y sino desapareciesen, Silicea y Lycopo-
diuiii.
Contra los callos de las manos se recomienda
Gr aplates y Sulphur.
Sulphur^ una dosis diaria contra los callos do-
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86
lorosos. Rhus toxicodendron^ si no hubiesen cesa-
do los dolores con el anterior medicamento.
Carbúnculo.
Tumor específico de carácter virulento, duro y
circunscrito, muy doloroso, con tensión y calor
quemante en el tejido celular subcutáneo.
Ofrece mucho peligro, especiahnente cuando
se presenta en la cara. Teniendo en cuenta la ex-
posición en que está el paciente, debe llamarse á
un médico tan luego como se conozca este mal.
Los síntomas son : ocupar grande espacio ; pre-
sentar lividez y dureza; ser muy doloroso, y al
abrirse; en lugar de formar una abertura en el
centro, como el divieso, supura materia hedionda,
mezclada con sangre, por muchas aberturas.
En el primer período, en razón á la naturaleza
de las sensaciones, que son eminentemente ardo-
rosas :
Arseniciu7t. Debe- emplearse repetido en pro-
porción á la agudeza ó intensidad del mal.
Silícea, Después de haber desaparecido las sen-
saciones de calor y establecida la supuración.
Lachesis. Cuando la postración de fuerzas es
debida á la reabsorción del pus y terminación
por gangrena, c[ue no han podido conjurar el Ar-
semcw?i ni la Silícea.
Sécale. Es un medicamento importante en el
carbúnculo maligno,
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Cefalalgia
JAQUECA
Se llama al afecto doloroso de la cabeza, cuyo
principio es instantáneo y repentino, las recaidas
más ó menos frecuentes y la duración de los ata-
ques, cortos por lo común.
Esta enfermedad depende generalmente de des-
arreglos gástricos, de exceso de electricidad atmos-
férica, de trabajos intelectuales, de estreñimiento;
en muchas personas guarda un período fijo, al
paso que en otras tiene intervalos irregulares más
ó menos largos.
De ordinario ocurre con desazón en el estóma-
go, vértigos ó dolor muy agudo en la cabeza que
suele durar todo el día, y se alivia concillando el
sueño.
Belladojma. Cuando hay aturdimiento con dolor
en la cabeza y en los ojos, zumbido de oidos, ros-
tro encendido, pulso febril.
Ipecacua?iha, Cuando empieza con náuseas y
vómitos acompañados de sensación de quebranta-
miento en la cabeza. Debe tomarse una dosis cada
media hora.
Nux vómica. Cuando los síntomas son los ex-
plicados en Dolor de cabeza.
La curación radical se obtendrá con diferentes
medicamentos, según la forma y la causa de los
accesos de jaqueca. Así, pues, ademas de los ci-
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tados medicamentos, son muy útiles en los inter-
valos de los accesos :
Sanguinaria ca?zadensis. Cuando el acceso es
de hemicránea violenta ( dolor en la mitad de la
cabeza), que se alivia en la cama y durmiendo,
acompañada de vómitos biliosos, odontalgia, otal-
gia, dolores enlps miembros, sacudidas como
eléctricas, en la cabeza y escalofríos.
Ignatia. En las personas dominadas por algunos
pesares y propensas á convulsiones histéricas.
Aurum metalicum. Cuando hay un estado mo-
ral alterado, con profunda tristeza, sin causa real
á veces, é inclinación al suicidio.
Pulsatilla. Si hay amenorrea y el acceso coinci-
de con el retraso ó supresión del flujo menstrual.
Ntix vómica, Sepia ó Silicea. Como profilácti-
cos ó preservativos, tomados uno cada tercera no-
che por espacio de dos semanas, pueden hacer des-
aparecer la propensión al mal ó retardar su repe-
tición.
Ciática.
La ciática ó neuralgia femoro-poplítea consis-
te en un dolor agudo, que se extiende principal-
mente á lo largo de la parte posterior del muslo,
y aun á toda la extensión de una ó la otra pier-
na, con exacerbación de los dolores por la tarde,
después de comer y por la noche : rara vez hay
fiebre en esta afección
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En los individuos de ojos azules, cabellos ru-
bios ó castaños y temperamento linfático se pres-
cribirán :
Pulsatilla. Dolor á todo lo largo del nervio,
que obliga al enfermo á cambiar de posición, aun-
que el movimiento los aumenta; agravación por la
noche, dolores con escalofríos.-
Chamomilla. Ciática del lado izquierdo; dolo-
res tractivos desde la cadera á la rodilla, ó dolores
desde la rabadilla á la planta del pié ; se aumen-
tan por la noche en la cama y el paciente grita;
después del acceso hay una sensación de adorme-
cimiento ó insensibilidad.
Igjtatia, Dolores que van desde los dedos del
pié á la cadera, ó de la cadera á la corva; latidos
como si la articulación de la cadera fuera á abrir-
, se ; escalofríos con sed ardiente.
Bryonia ó Rhus. Ciática por haberse mojado
ó por haber hecho un esfuerzo; dolores con ador-
mecimiento, hormigueo ó tensión paralítica de la
parte enferma; aumentan con el reposo ó al em-
pezar á moverse.
Arsenicum, Ciática con accesos típicos, sobre
todo por la noche, y cuándo los dolores parecen
que dislaceran los huesos.
Eelladonna, Dolores en la articulación de la ca-
dera, especialmente por la noche ; gran sensibili-
dad al tacto, aun al contacto de los vestidos;- el"
dolor en la pierna es sólo soportable levantándola,
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Colocynthis. Si el enfermo sintiese dolores lan-
cinantes en el hueso sacro que le obliga á guardar
el más absoluto reposo ; punzadas tensivas en la
cadera, en la rodilla y tobillos ; se agravan por la
tarde y noche.
Iris versicolor. Ciática del lado izquierdo con
parálisis. Los dolores se agravan con el movimien-
to moderado y se alivian con el acelerado.
Clorosis
OPILACIÓN
Las causas suelen ser vida sedentaria, aires im-
puros y alimentos insuficientes ó malsanos y en la
época de aparición de los menstruos en la mujer.
Piilsatilla. Especiahiiente apropiada á tempe-
ramentos linfáticos que han tenido menstruación
irregular ó que padecen de supresión completa,
con dolor en las caderas. También cuando el mal
procede de frío ó humedad. Pueden sobrevenir
los síntomas siguientes : dolores de estómago y
vientre, en un lado de la cabeza y en la frente,
palidez, cámaras verduzcas ó sanguinolentas, flujo
blanco acre , náuseas , inapetencia, peso en el
vientre , fatiga y cansancio, palpitación de co-
razón.
Sepia. Cuando ha sido insuficiente Pulsatilla,
y cuando ademas de los síntomas explicados hay
dificultad de respirar. Se administrará á las per-
sonas de temperamento nervioso y á las que tie-
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nen propensión á irregularidad en sus funciones.
Ferrum, Cuando hay palidez excesiva, abati-
miento, palpitación de corazón é hinchazón de las
extremidades.
Bryonia. Congestión á la cabeza, escalofríos
alternando con calor, tos seca, cólicos, estreñi-
miento y alguna vez sangre por las narices.
Cólera
CÓLERA EPIDÉMICO. CÓLERA MORBO ASIÁTICO
Enfermedad aguda, rápida en su marcha y su-
mamente grave, cuyos síntomas más manifiestos
consisten en vómitos abundantes y repetidas cá-
maras de materia biliosa.
No siempre ofrece esta enfermedad una misma
forma, ni se presenta de la misma manera. Pero
sea cualquiera el período con que se inicie, con-
viene conocer de antemano sus principales sínto-
mas, á fin de hacerla abortar si es posible, ó cor-
tar al menos la malignidad é intensidad que la
caracteriza.
SÍNTOMAS MÁS PRINCIPALES. — Laxitud extre-
mada, malestar, angustia, fisonomía triste y abati-
da, cara pálida y fría; lentitud del pulso, con en-
friamiento parcial y general; ardor quemante en
el epigastrio (boca del estómago), con sensibilidad
y aun dolor al tacto, ligeros calambres en las pan-
torrillas ú otros puntos, entorpecimiento en Iqs
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92
dedos, falta de vómitos y diarrea^ tristeza é inquie-
tud vaga.
Estos ligeros síntomas constituyen el primer pe-
ríodo del mal, y para obtener un buen resultado
se debe recurrir lo más inmediatamente que sea
posible al Espíritu de alcanfor de Hahnemann,
poniendo dos gotas sobre un pedazo ó trocito de
azúcar ; repitiendo esta dosis cada cinco minutos
hasta que el calor se restablezca en el enfermo,
que generalmente se verifica á la sexta ú octava
dosis lo más tarde.
Ipecacuanha. Si á pesar del tratamiento referi-
do se presentan rómitos y diarrea, y éstos son más
frecuentes si es la diarrea la que predomina.
PJiosphori acidtim. Cuando- la diarrea es acuo-
sa, pero mezclada con masas fecales en pedazos,
y con salida de muchos gases, retortijones, dolo-
res constantes en el vientre, gran debilidad, len-
gua seca y sed. Las dosis de estos medicamentos
• son : una cucharada cada hora con cuatro glóbu-
los, y se dará agua fresca por bebida á pequeñas
porciones, cada media hora, en el intervalo de las
dosis.
VeratriLin. Si el mal avanza, la voz se debilita
ó se pone ronca, con excesiva debilidad, ojos hun-
didos, frío glacial, especialmente en las manos,
pies, cara y lengua; si hay sudor frío y pegajoso,
vómitos y diarrea, verdosos ó blanquecinos seme-
jantes al agua de arroz, pulso muy poco sensible
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y respiración difícil, se prescribirá: doce glóbulos
en cuatro cucharadas de agua, para tomar una
cada diez minutos ; después cada media hora ó
una hora si el alivio se presenta.
Ciiprtim metalicwn. Si sobrevienen calambres
frecuentes y dolorosos se dispondrán las dosis en
la misma proporción que la anterior.
Czip'um arsenicicwn. Este medicamento ha sido
empleado con buen éxito por los médicos de los
Estados Unidos en los casos graves de cólera, con
calambres en el abdomen y extremidades. Algimos
también le han usado como preservativo.
Arsenicnm albtim. Si á los síntomas que deja-
mos indicados para dar el Vcratrum hubiese gran-
de agitación que obligue al enfermo á moverse ,sin
cesar,' á destaparse y aun á salir de la cama; si
ademas se queja de quemazón en la boca del es-
tómago como por carbones encendidos y si hay
grande angustia, con temor de morir, se suspen-
derá todo para administrar el Arseiiicuní albtwi,
cuatro glóbulos por cucharada, cada media hora,
hasta que haya mejoría, prolongando después los
intervalos para cesar gradualmente.
Si, en ñn, el cuerpo se pone azul y frío como
el hielo, y el globo del ojo hundido completamen-
te en la órbita, con voz apagada, respiración len-
ta^ difícil, aliento frío y ausencia del pulso, se
prescribirá : Carbo vegctalis, 1 2 glóbulos para 60
gramos de agua, y se dará una cucharada cada
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diez minutos. Después de una hora del empleo de
este medicamento sin resultado, se dispondrá
Hydrocyani acidum, tres glóbulos por cucharada
cada cuarto de hora.
Es muy frecuente en esta enfermedad un pe-
ríodo de reacciou que también es grave y puede
producir la muerte, exigiendo por lo tanto sumo
cuidado y tino en la elección de los remedios.
Cuando hubiesen desaparecido casi del todo los
vómitos, la diarrea, el frío, los calambres y la
cianosis (color azul de la piel), sobreviniendo ele-
vación del pulso, mirada como aturdida, lengua
roja, seca ó negra, se dará:
Bryo7zia, tres glóbulos por cucharada de dos en
dos horas. Si, por el contrario, hay delirio y gran-
de agitación, ojos brillantes, visiones, alucina-
ciones y palabras incoherentes, será preferible -5^-
Uadonna en la misma forma que la anterior.
Aconitum, está indicado si la piel se pone seca
y quemante y hay gran sed, pulso duro y frecuen-
te, dolor de cabeza y ojos vivos y muy sensibles
á la luz : se le administrará en la misma forma
que los anteriores.
Opiwn, si un susto ó terror han podido ser
causa determinante de esta enfermedad.
Chamomilla^ cuando las diarreas son biliosas y
van acompañadas de fuertes cólicos ó dolores de
tripas, y especialmente si ha coincidido su apari-
ción con algún disgusto ó rapto de cólera.
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Camphoraj si el cólera ataca de pronto con gran
desvanecimiento, sin vómitos ni diarrea, piel fría
y gran angustia, sofocación, suspiros y quejidos,
calambres musculares, lengua y aliento frío. Dos
gotas de la tintura cada media hora.
China, contra la sensación de malestar perma-
nente y abultamiento del estómago y del abdomen.
Mercurhís ^ contra las evacuaciones que contie-
nen mucosidades sanguinolentas, con fuertes pujos
y ardor en el recto, semejantes á la disentería.
Trisinum, contra las evacuaciones semejantes al
agua de arroz, lengua glacial, miembros fríos, ca-
lambres y súbita decadencia de las fuerzas.
Colchicuui, cuando los vómitos y la diarrea son
muy abundantes, con grandes tirones en la vejiga
y en el recto y sensación de gran frío en el estó-
mago.
Rhus toxicod¿7tdron, cuando hay insomnio an-
gustioso y de letargo, con delirios locuaces, ma-
nía de salir de la cama, calor de la piel seca, ojos
encendidos, sensibilidad á la presión en el estó-
mago y orina oscura,
Tabaciim, cuando dominan los síntomas respi-
ratorios amenazando sofocación.
Sécale cor?tittum, cuando hay deposiciones muy
violentas, acuosas, coa pocos ó ningunos vómitos,
extremidades frías como el hielo, calambres dolo-
rosos en las pantorrillas y piernas, con encorva-
miento y disminución de su sensibilidad.
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1
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Tarianis emeiiciis, cuando el PJiosphorus ó
el Carbo vegetalis no han dado resultado, en la
dificultad de tomar aliento, con ronquido de flema
que amenaza sofocación.
Iris versicolor oc\x^2i entre los americanos. en
esta dolencia un primer lugar sobre todos los me-
dicamentos, pero no describen los síntomas de la
enfermedad en que de él debe hacerse uso.
RÉGIMEN. — Debe ser severo en el curso de la
dolencia, por más que se vaya iniciando algún ali- ,
vio, y sólo cuando ya haya alguna seguridad se
empezarán áusar algunas cantidades de caldo solo
6 con alguna fécula, aumentando el alimento, á
medida que la seguridad sea mayor. No se permi-
tirá que el enfermo se baje de la cama á hacer sus
deposiciciones, y se tendrá sumo cuidado en no
quitarle ropas interiores ni por pretexto de sucie-
dad, por sudores ú otra causa.
La cuestión de profilaxis ó preservación del có-
lera ha preocupado á todos los médicos ; mientras
para unos la preservación sólo debe proponerse
evitar con cuidado las causas ocasionales que pue-
dan dar lugar á cólicos, diarrea é indigestiones,
que, corno accide?ite común, pueden servir de pun-
to de partida á la enfermedad, otros, y éstos son
muchos homeópatas, sostienen que debe tomarse
como preservativo una dosis cada día ó cada dos
del Veratrzwi, del Cupruní y del Arsenicum, al-
ternados uno cada día y en cantidad de cuatro
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glóbulos. También se ha recomendado llevar so-
bre la piel una placa de cobre, pero en España se
usan poco. El preservativo que recomienda He-
ring es llevar en las medias ó calcetines una pe-
queña cantidad de Azufre,
Colerina
CÓLERA ESPORÁDICO. DIARREA COLÉRICA
Esta enfermedad se presenta con borborigmos
de vientre y deposiciones acuosas ó blanquizcas,
más ó menos abundantes, sed y vómitos. Esta do-
lencia no es peligrosa, pero en tiempo de epidemia
colérica debe no descuidarse, y tomar los medi-
camentos siguientes :
Ipecaciíanha. Diarrea, acompañada de ruido de
gases en el abdomen, y cuando hay vómitos.
Pkospho7-i aciduni. Deposiciones acuosas y de
color verde -blanquecino, lengua viscosa.
Fídsatilla, cuando hubiera colerina serosa, blan-
quecina, abundante y tenaz.
Sulphir, en los mismos casos que en el ante-
rior, si bien alternando un día éste y otro Pulsa-
tilla,
Arse?ticufn. Si los medicamentos anteriores no
produjeran alivio; otros prácticos recomiendan el
Veratrttrn,
Cólicos.
Dolores más ó menos fuertes en diferentes par-
tes del vientre, especialmente alrededor del om-
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9S
bligo, adquiriendo el abdomen por lo común mu-
cha tensión. A estos síntomas acompañan muchas
veces vómitos más ó menos violentos. Por punto
general, en el cólico hay estreñimiento de vientre.
Se puede confundir con el cólico la inflamación
intestinal y la quebradura, pero se diferencia por
la fiebre en la primera y por el bulto hemiario en
la segunda.
Las causas son los desórdenes alimenticios, es-
treñimiento, manjares que desarrollen gases, et-
cétera ; también puede provenir de la invaginación
y contracción espasmódica de los intestinos.
El cólico bilioso se deja conocer por los sínto-
mas característicos de desórdenes del estómago,
gusto amargo, amarillez de lengua, náuseas, vó-
mitos, sed y cámaras biliosas,
Aco7zitiLm por la mañana cada hora y Nux vó-
mica por la noche, cuando hay dolores de retorti-
jón y terebrantes de los intestinos.
Bryonia cada media hora si el dolor se presen-
ta alrededor del ombligo.
Cocculus cada hora, cuando se siente el dolor
más arriba del ombHgo y es tan fuerte que casi
quita el aliento y dificulta la respiración, moles-
tando constantemente las náuseas.
\- Belladowia, cada quince minutos, hasta encon-
trar alivio, cuando los dolores son fuertes y hay
náuseas ó vómitos mucosos ó biliosos.
El cólico de piniorcs es una verdadera intoxica-
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99
cion que conviene neutralizarla con Belladonna y
Opiu/n.
Los cólicos causados por la acción del frío ^ por
haberse mojado los pies ó por traspiración supri-
mida, presentan gran dolor en el vientre, que pa-
rece en continuo movimiento, desasosiego, ojeras
azuladas, dolores en la espalda, náuseas, diarreas
de materias líquidas verdosas, exigen el uso de
Chainoinilla ó Ptdsatilla,
El cólico flatulento es muy frecuente en los ni-
ños y en los adultos que se alimentan mal ó que
se exceden en bebidas espirituosas.
El cólico flatulcn-to que va acompañado de sen-
sación de pesadez en el vientre, que está dolorido
al tacto y que hace un ruido como de crujido, con
las extremidades frías y gran dolor, exige el uso de
Nux vómica.
El cólico que procede de lombrices se manifies-
ta con náuseas, abundante secreción, sensación de
cosquilleo en la garganta, grande apetito, cansan -
cío general, diarrea, dolores en el vientre, repi-
tiéndose los ataques, particularmente hacia la me-
dia noche : se alivian con Mcrcuriíis ó CÍ7m.
Arjiica, también está indicado cuando hay do-
lores de vientre como de retortijón, vómito de los
líquidos que se han tomado, desmayo, frío del
cuerpo, postración general de fuerzas, ansiedad
y desasosiego.
Coccidus. Se emplea en los cólicos fiatulcTi-
)y VJ«^^^VIC
tos, especialmente cuando acometen de noche.
El cólico producido por estar sobrecargado de
alimentos el estómago y acompañado de diarrea,
se alivia de ordinario con unas cucharadas de café
muy cargado, y si no diese resultado, se dará
Pulsatilla ó Ipecacitanha.
Los cólicos en los niños de pecho tienen más
importancia y aun revisten una forma especial
que requiere distintos agentes para su curación.
Para los dolores cólicos debidos á indigestión
bastarán unas dosis de Chamo milla.
Si son flatulentos, Carbo vegetalis 6 Pulsatilla,
Belladonna. Cuando sin causa aparente el niño
está malhumorado, sin sueño y llora largos ratos.
Ipecacuanha. Cuando al cólico acompaña indis-
posición del estómago, especialmente con vó-
mitos.
Calcárea carbónica y Sulphtir, para los enfer-
mos de temperamento escrofuloso.
Coqueluche
TOS FERINA
Tos violenta ó convulsiva que viene por accesos
á intervalos más ó menos largos y que ataca prin-
cipalmente á los niños desde su nacimiento hasta
la segunda dentición.
Es enfermedad epidémica y contagiosa y espe-
cial de los niños desde los primeros meses hasta
los cinco ó siete años ; tiene dos períodos : el ca-
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tarral y el espasmódico. Empieza el primero por
un catarro ó resfriado común con todos sus sín-
tomas. Alguna vez es fuerte la calentura, hay fa-
tiga y tos, que al principio es seca y luego con
expectoración.
Los síntomas del segundo toman el carácter
espasmódico. Respiración frecuente, el rostro,
cuello y ojos se abultan, y existe ademas lagrimeo.
Aconitum. Al presentarse síntomas de fiebre.
Belladonna, Si la tos empeora de noche, ó si
hay indicios de congestión á la cabeza.
Ipecacuanha. Al principio, cuando hay fluxión
acuosa ó sanguínea por ojos y nariz, dolor en la
frente y sobre los ojos, ardor y tos sofocante.
Nux vómica. Tos seca con vómitos, agitación,
sangre por la nariz.
Drosera. Tos convulsiva sibilante y vómitos de
alimentos. Es medicamento que suele convenir en
todos los períodos, sobre todo cuando ha pasado
el estado febril.
Veratriim. Después de Drosera, si hay sudor
frío, viscoso ó glutinoso y gran postración.
Muchas veces suele desaparecer la dolencia si
en el primer período cambia el niño de aires.
Dosis ". Cuatro glóbulos en tres cucharadas de
agua para tomarlas durante el día ; á proporción
que ceda el mal se disminuye el número de las
dosis.
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Corea
BAILE DE SAN VITO
Esta enfermedad es apírética (sin fiebre), ca-
racterizada por un temblor continuo é involunta-
rio, extensivo á muchas regiones ó limitado á una
de éstas ó bien á ciertos músculos de la cara, en
cuyo caso el paciente, sin poderlo remediar, hace
gestos y contorsiones ridiculas y extravagantes.
Si la afección ocupa las extremidades inferio-
res, éstas se mueven en todos sentidos contra la
voluntad del paciente; la progresión es irregular
y parecida á la de un borracho, que describe
curvas en todos sentidos, ó bien á saltos.
Si invade los músculos del cuello ó la cabeza,
entonces el enfermo oscila de derecha á izquierda
ó se balancea de delante atrás. Si la afección es
intensa, el paciente está irritable y ríe ó llora sin
motivo; presenta ademas constante agitación ó
variabilidad de la fisonomía, rotación incesante
del globo del ojo é imposibilidad absoluta de
andar.
Esta enfermedad es más común en el niño que
en el adulto, y aun cuando sus causas ocasionales
son poco apreciables, se señalan sin embargo más
comunmente las emociones morales, el susto, el
espanto sobre todo, y las lesiones del sistema ner-
vioso.
Belladonna. Cuando las contracciones se inician
en las extremidades superiores, con sensación de
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hormigueo y entorpecimiento en éstas , movimien-
tos convulsivos de la boca, de los músculos de la
cara y de los ojos. En los niños, durante la denti-
ción, si tienen convulsiones, accesos de furor y tie-
nen congestión cerebral.
S¿ramomuj?i. Si hay inclinación de la cabeza
hacia atrás, tartamudez, ó ya pérdida de la pala-
bra, gritos y palidez del semblante.
Cuprum. Especialmente cuando las convulsio-
nes principian por los dedos de las manos ó de
los pies ó por los brazos.
Tarántula. Está muy recomendada en esta
enfermedad, prefiriéndola algunos prácticos ho-
meópatas á los demás medicamentos.
Chamomilla. Convulsiones en los niños de pe-
cho, si la madre ha sufrido algún susto ó los ni-
ños son muy irritables. También está recomendado
contra los movimientos convulsivos durante el sue-
ño. Todos estos medicamentos se darán en la pro-
porción de dos glóbulos por cucharada en los ni-
ños, y de tres ó cuatro en las edades sucesivas,
repitiendo con más ó menos frecuencia estas do-
sis según la agudeza é intensidad del mal. Cuan-
do sea crónica, las dosis podrán ser diarias ó cada
dos ó tres días.
La gimnasia, el baile, el andar* acompasado, en
una palabra, todos los ejercicios que exigen mo-
vimientos bien ordenados son de un buen auxilio
en el tratamiento del corea.
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Coriza
CATARRO NASAL. ROMADIZO DE CABEZA
Suele empezar el mal con escalofríos y sensa-
ción febril, dolor en la cabeza, especialmente so-
bre los ojos y á la raíz de la nariz, obstrucción
de ésta, íiuxion y lagrimeo. Si tales síntomas no
aparecen, la irritación se fija en los pulmones,
entonces recibe el nombre de catarro bronquial^
y si en la garganta, catarro laríngeo. (Véase estas
enfermedades.)
Así como la Pulsatilla nigricans es la que se
emplea en el tratamiento interno homeopático, de
la misma manera la Ajie^nona pulsatilla ó Pulsa-
tilla vulgar es la que se usa, preparada en dilución
por un procedimiento especial y administrada en
forma de olfacion, con superiores resultados al tra-
tamiento interno para hacer desaparecer el coriza
ó r077iadizo de cabdza: se vierten al efecto veinte ó
treinta gotas de la dilución en la palma de la mano,
se frota con la otra, y aproximadas á la nariz se
absorbe ó inspira para que la membrana pituitaria
perciba el medicameiito, y esto se repite cada me-
dia hora hasta encontrar alivio ,
Si á pesar de los grandes resultados en que ya
está comprobado satisfactoriamente el uso de esta
dilución continuara la molestia á algún paciente,
usará al interior :
Mcrcurius. Con preferencia cuando hay fre-
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cuente estornudo, escoriación de la nariz, escalo-
fríos> calor febril y sed.
Aconitum, Dolor de cabeza con peso en la fren-
te, fiebre con recargo y flujo nasal acuoso.
l^iix vómica. Sequedad con obstrucción de la
nariz, dolor de cabeza con peso en la frente, flu-
ye la nariz por las mañanas y está seca por la
noche , estreñimiento y sensación de cansancio.
Hepar, Cuando el Mcrciirhts no produjo resul-
tado, y también cuando esté obstruido un solo con-
ducto de la nariz, y cuando el dolor de cabeza au-
menta al moverse.
Pilis a tilla. Inapatencia, pérdida del olfato y del
gusto, pesadez de cabeza, alivio al aire libre.
Chamomilla . Después de la traspiración supri-
mida, estupor y peso en la cabeza, escalofríos,
mucosidades acres.
Dulcamara. Cuando la afección proceda de una
mojadura, si ocurre en tiempo de humedad y hay
dolores en los miembros, con sensación de frío y
entumecimiento.
Costra láctea ó de leche.
Esta afección impetiginosa se llama así por
ocurrir generalmente á los niños cuando maman
ó en la dentición. No es peligrosa, y los niños,
por lo demás, suelen estar sanos. Es muy impor-
tante la alimentación moderada por parte de la
madre.
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Rhus, Si la erupción se presenta rodeada de au-
reola roja, con fuerte picor por la noche.
SuIphíLr. Cuando la erupción se extiende por
todo el cuerpo.
Calcárea. Costras gruesas con pus amarillento,
DiUcainara. Cuando las costras se sitúan en la
cara, con bordes rubicundos y que sangran con fa-
cilidad.
Crup
GARROTILLO Ó ANGINA PSEUDO-MEMBRANOSA
Por lo común ataca á los niños hasta los cinco
años. Es enfermedad gravísima y de corta dura-
ción. Consiste en la inflamación diftérica de la
membrana mucosa del istmo de las fauces, farin-
ge, laringe ó tráquea, que segrega un humor que
cierra el paso á la salida y entrada del aire, for-
mando una falsa m.embrana que llega á cerrarlo
del todo, produciendo la muerte por sofocación.
Preceden al crup, de ordinario, algo de calen-
tura, tos, voz ronca característica y otros síntomas
catarrales. Estos pueden sólo durar pocas horas ó
hasta veinticuatro, que es lo más común; así como
la hora de agravación suele ser por la noche. En
algunos casos se presenta la enfermedad sin sín-
tomas precursores. El niño despierta con sensación
de como si se ahogara, ronquera, tos especial con
silbido, respiración jadeante. Esta tos adquiere la
forma de canto de pollo ó ladrido de perro (tos
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107
perruna); la espiración del aire es sibilante. Los
ataques de tos se van haciendo más frecuentes y
espasmódicos, respira cada vez con más dificultad;
cara rubicunda, bañada en sudor ; cerrados los pu-
ños, sacudimiento de los miembros, agitación del
pecho. Pulso acelerado, piel ardorosa, rostro lívi-
do, OJOS inyectados; busca una posición que le
alivie y no la encuentra.
Hay una especie de tos crupal que no debe con-
fundirse con el verdadero crup, y que consiste en
la inflamación pulmonar ó de los bronquios, ó bien
en un simple estado catarral de la laringe.
Aconsejamos que en esta enfermedad se llame
siempre al médico al instante, y hasta que llega
debe darse, desde que se notan los primeros sín-
tomas, una dosis de Aconitum cada cuarto de hora.
Los medicamentos más recomendados para ha-
cer abortar el mal si se caracteriza de crup , son los
siguientes :
Aconitujn corresponde al primer período, ca-
racterizado por la agitación, calor general, pleni-
tud del pulso, sed, voz ronca, dolor al tacto en la
laringe, deglución dolorosa, tos seca, perruna, con
silbido y ruido de estertor en la garganta, dificul-
tad en la respiración. Hay que dar este medica-
mento á menudo, á veces cada media hora.
lodiim. Es medicamento esencial cuando ya es-
tán formadas X'ss falsas ?ncnibranas y hay dificul-
tad de respirar é inminencia de sofocación, con
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loS
angustia y dolor en la laringe. Debe repetirse este
medicamento á menudo, según la urgencia, que
en general lo exige cada cuarto de hora.
Bromuin. Es aconsejado por los autores para
los mismos casos que el lodiini^ en las mismas do-
sis y á iguales intervalos.
Spongia. Está indicada en el más alto grado
del crup, cuando la respiración es en extremo di-
fícil y estertorosa y con silbido, el pulso débil y
las manos y los pies están fríos.
Bromum ó lodum. Es preferido por algunos
prácticos porque consideran que cuando la Spon-
gia da tan buenos resultados, es tan sólo debido á
la cantidad que contiene de estos metaloides, y
por eso los prefieren á aquélla.
Hepar sulphuris. Conviene en la terminación
de la enfermedad, cuando hay síntomas catarrales
más francos, ronquera, estertor mucoso, etc.; la
forma en que se ha de administrar es en tritura-
ción, á la dosis de 5 centigramos por hora.
E?yngium aquaticum. Cuando el medicamen-
to anterior no ha dado resultado.
Phosphorus . En los casos malignos y rebeldes,
y para evitar la sofocación, tres glóbulos disuel-
tüs en una cucharada de agua cada cuarto de
hora,
Tartarus emeticus. El cmp^ en que la tos es
seca, la respiración ronca, el rostro encarnado y
hay privación del habla; 10 centigramos de la
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segunda trituración en una cuchurada de agua
cada cuarto de hora.
Moschus. En el último período de la enferme-
dad, cuando todos los demás medicamentos han
sido inútiles ; si el rostro es pálido, la respira-
ción sibilante, el pulso débil y grande angustia,
tres glóbulos disuellos en una cucharada de agua
cada diez minutos.
Sambucus. Cuando hay tos áspera, sorda, sue-
ño inquieto y dolor en la laringe, las dosis de
hora en hora.
Cuprum sulphuricum. Si la tos es convulsiva y
si hay imposibilidad de hablar y ronquera: su
administración lo mismo que el Moschus.
Kali iodatum y Kali bromahivi. Cada día, por
la mañana y por la noche, contra la ronquera que
queda después de los accesos del crup.
Gelseviium. Cuando la respiración es ya casi
imposible y predominan calambres en la lengua.
Cuerpos extraños introducidos en el aparato
de la visión.
Después de extraidos cuidadosamente se dará
una dosis de Aconitum, y otra de Árnica seis
horas después. Si quedase algo de irritación se
dará al día siguiente una dosis de Sidphur,
Debilidad.
En un gran número de casos la debilidad es
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síntoma de otra enfermedad ; pero algunas veces
es el origen de muchos sufrimientos, sobre todo
cuando debe su existencia á excesos sexuales, á
enfermedades agudas, á pérdida de humores y á
otras causas debilitantes,
PJiosphori aciduvi y China. Cuando la debili-
dad es debida á excesos sexuales.
China y Calcárea carbo?iica. Cuando es á con-
secuencia de enfermedades agudas ó por pérdida
de humores.
En la debilidad de los jóvenes que crecen rá-
pidamente se administrará Phosphovi acidiim y
Calcárea carbónica.
Debilidad de la vista.
En todas las formas de la debilidad de la visla
deben examinarse cuidadosamente las causas que
puedan producirla.
Belladonna. Pupilas dilatadas ó insensibles á la
acción de la luz, con dolor presivo que se extien-
de á la órbita y frente.
Calcárea. Confusión como si se viese al través
de niebla, especialmente cuando se lee, intoleran-
cia de luz, pupilas dilatadas.
Mercurius. Ataques repentinos de ceguera; se
ven corpúsculos aun cerrados los ojos, gran sen-
sibilidad, dolor.
Cicuta virosa^ Coniíun 7naculatum, Phospho-
rus^ Chifla^ Digifalis^ Staphys agria y Sil i cea son
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medicamentos que sirven mucho en este padeci-
miento.
Dentición.
Son los fenómenos que se desarrollan en los
niños durante la formación, crecimiento y salida
de los dientes.
Cuando hay ardor ó hinchazón de las encías se
dará :
Aconituni. Si hay fiebre con desasosiego.
Bellado7ina. Cuando las pupilas están dilatadas,
el sueño es sobresaltado y hay señales de terror,
con calor urente en las manos y en la cabeza.
Chamo7nilla. Este es uno de los medicamentos
de más seguro efeclo en las indisposiciones pro-
cedentes de la dentición , saltos y tensión nervio-
sa de los miembros, rubicundez de una de las me-
jillas, indisposición del vientre y evacuaciones vis-
cosas ó verduzcas.
Ipecacimnha. Si se presentan vómitos.
Alercurius, Cuando hay mucha hinchazón de
las encías y salivación.
Graphiies. Si hay escoriación detras de las
orejas.
Sulphitr, Cuando hay rubicundez ó calor en las
nalgas.
Coffea. Se emplea si hay mucha excitación y
estremecimiento nervioso.
Calcárea. Favorece el desarrollo del sistema
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u^
óseo, y por consiguiente la formación y salida de
los dientes.
Dosis : Puede darse dos glóbulos para cada cu-
charadita de agua, repitiéndolo cada tres horas,
ó menos, si los sufrimientos lo exigen por su vio-
lencia, pues si no, bastarán dos ó tres dosis al día.
Desarreglos gástricos.
Niix vómica. Los desarreglos gástricos que di-
manan de intemperancia y abuso de los alcohóli-
cos se manifiestan por dolor de cabeza, como si el
cráneo hubiese sido lesionado, pesadez, disposición
al vómito, malestar del estómago, ansiedad, sen-
sación de frío, rostro pálido, gran cansancio y de-
caimiento general, contracción ó dolor de pesadez
en el estómago, que se extiende á la espalda, y
estreñimiento de vientre; sensación como si la
cabeza ó la frente tendieran á abrirse.
Ai'seniciwi. Si el dolor acomete inmediatamen-
te después de la comida, ó si es tan vivo que no
pertnite dormir.
Pulsatílla. Si procede de comer imprudente-
mente sustancias grasas y alimentos de difícil di-
gestión.
Opium. Si hay sensación como si el cerebro
estuviese desgarrado, con gran pesadez de cabeza,
dolores de latido y estreñimiento de vientre.
Ipecaaianha. Cuando predominan los vómitos
y proceden de una indigestión.
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Descenso de la matriz.
Procede de debilidad y relajación de los liga-
mentos que la sostienen ó de la inversión de las pa-
redes de la vagina. Es muy conveniente la posi-
ción de costado. En los principios puede bastar
Nux vómica^ seguida (i^ Bell ado mía ^ Sepia ó Cal-
carea. Hay muchos casos en los cuales no basta
la terapéutica, y se hace indispensable la coloca-
ción de un pesarlo, prefiriéndose los llamados de
aire.
Destete.
De doce á dieciocho meses, según el desarrollo,
es el tiempo propio de destetar á los niños.
La primavera y el otoño son las mejores esta-
ciones.
La madre tomará Pids aulla durante el destete.
Diarrea.
La diarrea es idiopática ó sintomática. La apa-
rición de la diarrea en algunos casos es crisis sa.
ludable, al paso que en otros es síntoma alar-
mante, porque indica la pérdida de fuerzas y una
rápida postración.
Dulcauíara. Es el medicamento recomendado
tn las diarreas producidas por la acción del frío,
humedad, particularmente en verano y otoño, y
cuando las evacuaciones son de un verde amari-
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liento, viscosas, agrias, que ocurren más bien de
noche, precedidas de cólico y seguidas de debi-
lidad.
China. Si es debilitante, sobreviene después de
comer y contiene alimentos sin digerir.
Bryonia. Cuando procede del calor ó de beber
cosa fría, ó hay evacuaciones fétidas, con flatulen-
ciay fermentación.
Chamo milla. Evacuaciones amarillentas ó ver-
dosas, gusto de boca ácido ó amargo, vómitos
biliosos, pérdida de apetito, sed. En los niños está
indicada si se observan flatos y evacuaciones con
color de huevo batido.
Ip'ecacuanha. Cuando hay indigestión de ali-
mentos grasos, evacuaciones acuosas, lengua
blanca, náuseas , vómitos agrios , dolores de
vientre.
Me7'ciirius . Se emplea cuando las evacuaciones
y también el cuerpo del niño tienen olor acre ó
la diarrea es sanguinolenta.
Belladonna, Cuando el niño está soñoliento y
tiene estremecimientos como si se asustase.
Difteria.
Es una enfermedad epidémica y contagiosa
que consiste en una inflamación gangrenosa acom-
pañada de producción de falsas membranas. La
parte en que se presenta con más frecuencia es la
garg^anta, produciendo muchas defunciones en los
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US
niños de dos á seis años. Cuando ha}^ dicha epi-
demia en ima localidad, á los primeros síntomas
de malestar en la garganta debe ser llamado in-
mediatamente el médico homeópata, porque en
un principio se puede evitar el desarrollo de la
enfermedad ; pero mientras acude el médico pue-
de administrarse :
Acojiitiini. Si hay calentura, agitación, dolor
de garganta y con tos mas ó menos seca ; y si á
las cuatro ó cinco dosis no se notase alivio, admi-
nístrese Beiladonna : algunos prácticos recomien-
dan el uso de dichos medicamentos alternados.
Mercurius cy anatas. Está indicado en el mo-
mento que se presenta la membrana falsa en las
fauces.
Lacl'.esis. Conviene cuando la difteria va acom-
pañada de gran sequedad en las fauces y la ru-
bicundez es de color rojo escarlata.
Disentería.
I.a disentería es una enfermedad epidémica y
contagiosa, caracterizada por evacuaciones fre-
cuentes de cámaras escasas, viscosas siempre y
muchas veces sanguinolentas, por el tenesmo ó
pujos y á veces por la inflamación, fisura ó esco-
riaciones del intestino recto. Se conocen varias
formas de esta mortífera dolencia, y los síntomas
que constituyen su diagnóstico son los siguientes:
conatos continuos á deponer, pujos con retortijo-
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u6
r
I nes violentos, sin deposiciones propiamente dichos,
" pues que no sale más que una corta cantidad de
mucosidad sanguinolenta con unos corpúsculos
parecidos á las ralladuras de queso ; ñebre. Estos
Sun los síntomas más constantes y que más la di-
ferencian de la diarrea.
Hay propensión en esta dolencia á la cronicidad,
y en este caso concluye con el enfermo por exte-
nuación y marasmo. Las causas predisponentes
endémicas son las localidades bajas, húmedas y
pantanosas, y las ocasionales, el uso de frutas ver
I des y acuosas, de legumbres cubiertas de rocío, las
I lombrices, las congestiones hemorroidales y la di-
I ficultad de la dentición,
^ Aco72¡tuiii> cuando la fiebre es fuerte, lo que es
r raro, con dos ó tres glóbulos por cucharada y to-
mando una cada dos horas ; pero es preciso reem-
plazarlo prontamente por uno de los medicamen-
tos siguientes :
Tslerciiriits corrosivus es el más principal, y
del que se pueden administrar tres ó cuatro gló-
I bulos por cucharada cada dos ó tres horas, según
I la violencia del mal,- pues corresponde perfecla-
F mente á las cámaias disentéricas.
Capsicum aiimntiii es el segundo medicamento
importante en esta enfermedad, pues como el an-
terior, puede combalir el tenesmo ó pujo, las pe-
queñas cámaras viscosas ó sanguinolentas, prece-
didas y acompañadas de cólicos, inflamación de
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117
vientre, sed y frío después de cada deposición,
desfallecimiento y debilidad extraordinaria des-
pués de las deposiciones.
A^iix vómica^ cuando en la disentería se obser-
van evacuaciones mezcladas con materias fecales
duras y gran tenesmo.
Colocy?ithis, está indicado por cólicos conside-
rables, con rubicundez y calor de la cara, por el
tiempo de la duración de éstos, por cámaras di-
sentéricas mezcladas con moco teñido de un verde
oscuro.
Ipecaaia}2ha, si los vómitos son predominantes
y cuando la pérdida de sangre en las deposiciones
es considerable.
Bclladonna^ si al principio de la enfermedad se
presenta afección reumática en la cabeza, dolores
de tripas muy violentos y que se repiten antes dj
cada evacuación, deposiciones mucosas ó sangui-
nolentas con fuertes pujos.
JMcrctiruis sol ií bilis, si los dolores de vientre
duran hasta después de las evacuaciones y si al
mismo tiempo existen dolores en las articulaciones,
especialmente si durante la noche se aumentan.
Bryoiiia, en el calor de estío después del res-
friamiento debido á helados.
Pídsatilla, cuando las evacuaciones van acom-
pañadas de algunas mucosidades sanguinolentas,
náuseas, vómitos, escalofríos cerca de la noche y
propensión al llanto.
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RJnis toxicodendron, cuaDdo la enfermedad eslá
muy adelantada y las deposiciones salen sin sen-
tir, es decir, involuntarias, especialmente durante
la noche.
Arse7iicu]}i. Evacuaciones pútridas^ involunta-
rias, gran debilidad, fetidez de la boca, aliento y
orinas.
Cardo vcgctalis. Si no cediese al anterior medi-
camento y en caso de resistirse dése China.
SiilpJiur, para las personas que padecen de al-
morranas y en los casos tenaces.
El régimen es muy importante en la disentería.
I. a dieta absoluta no conviene más que los pri-
meros días; en seguida se debe alimentar á los en-
fermos; la carne muy poco cocida, ó enteramente
cruda, es el alimento más conveniente, y en el que
se insistirá si se digiere bien, no ocasiona cólicos
y no se la encuentra en las evacuaciones.
Dispepsia
DIGESTIÓN DIFÍCIL. DESARREGLO
DE LA DIGESTIÓN
La dispepsia ó debilidad con dificultad en la di-
gestión estomacal comprende un gran número de
afecciones del estómago.
SÍNTOMAS CARACTERÍSTICOS. — Estreñimiento
habitual de vientre, angustias del estómago, agrios,
agua á la boca, ardores, náuseas, vómitos, pérdi-
da del apetito, debilidad general, pulso débil, len-
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ÍI9
gua cargada por la mañana, mal gusto de boca,
sensación de peso en el estómago, especialmente
después de comer, flalulencia. La masticación de-
tenida y cierto régimen en los alimentos son un
excelente medio de evitar indigestiones. Beber
agua por la mañana temprano en ayunas y al
acostarse es muy conveniente á los que padecen
esta indisposición.
A^iix vómica. Se dará cuando hay acedos, ma
sabor de boca, agua en ella, timpanizado el vien-
tre, y muy especialmente si hay vahidos y pesadez
de cabeza y cuando procede de una vida sedenta-
ria. En las dolencias habituales de estómago, cuan-
do hay un gusto amargo ó agrio de boca, dolor
y malestar después de comer, seguido al mismo
tiempo de vómitos.
Ckai?io)nilIa. Cuando hay gusto agrio en la bo-
ca ó vómitos de bilis, falta de sueño con desvelo,
rostro y ojos encendidos y ardorosos, si hay des-
orden y agrio del estómago con diarrea.
Pulsafilla. Por indigestión de alimentos pesados
ó grasos, y le seguirá Chanioinilla si no viene
alivio.
Arsepiicnni. Cuando hay sensación de ardor
en la boca del estómago, con vómitos de todo
lo que se come, y lo mismo de sangre y viscosi-
dad, especialmente si acompaña sequedad de bo-
ca, gusto agrio, dolor de tripas que se manifiesta
por un malestar, lengua cargada, saburrosa, au-
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sencia de sed y hambre, cuando parece como que
los alimentos dejan un gran peso en el estómago,
y hay predisposición para desarreglo ó dolor de
vientre, que acomete generalmente de noche, y en
particular si alguno de esos síntomas es producido
por comer pastas ó alimentos grasos.
Hepar. Conviene en la indigestión con náuseas
y eructos por la mañana, acumulación de muco-
sidades en la garganta, deposiciones duras, repug-
nancia á la grasa.
C/ii/ia. En la dispepsia por causas debilitantes,
con deseos continuos de estar echado.
Sulphur. En los casos crónicos, cuyos indivi-
duos repugnen la carne, leche y grasas, con deseos
de sustancias acidas.
Diviesos
FORÚNCULOS
Son unos tumores duros, circunscritos y de figu-
ra cónica, que proceden de la piel y presentan en
el centro una prominencia denominada vulgar-
mente clavo. Pueden sobrevenir de un vicio cons-
titucional, y muy frecuentemente forman crisis
después de las calenturas y enfermedades erupti-
vas, y no es raro que sean la terminación de erup-
ciones crónicas.
Acojiitinn, Cuando se presentan con fiebre é
insomnio ; pero si los diviesos fuesen insensibles
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y presentasen un color algo azulado, dése Niix
vómica.
Árnica. Antes de formarse pus se dará, y si la
inflamación creciese y los dolores aumentasen, se
usará Belladojuia.
Mercurius. Si la hinchazón estuviese dura y roja,
con prurito en el divieso.
Hcpar. Después de formada la materia; y cuan-
do toma el divieso un carácter maligno, Lachesis.
Sidphur. Puede prevenir la repetición de la
dolencia.
Silícea. Abrevia la supuración y cicatrización
del divieso. Algunos prácticos emplean al exterior
el Ccrato de silicea para la pronta cicatrización.
Dolencias é ¡ncomodidades de los pechos.
Para evitar no pocas molestias de los pechos
es conveniente, algunas semanas antes del parto,
lavarlos con agua fría y enjugarlos después. Si se
presentase alguna ligera escoriación ó dolor en
los pezones, se administrarán Hepar ó Sulphnr ;
y también da buen resultado aplicar compresas
empapadas en agua con Tintura de árnica.
Eclampsia
ACCESO NERVIOSO
La eclampsia es un ataque nervioso que se pre-
senta enel puerperio, y en los niños de corta edad,
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caracl erizado por su invasión brusca, marcha rá-
pida y un número variable de accesos convulsivos
acompañados de suspensión completa de la inteli-
gencia y de los sentidos. Presenta do? formas: la
común ó febril y la apirética ó sin fiebre.
La primera ofrece un movimiento febril muy
intenso que precede y acompaña á las convulsio-
nes, como se observa en los niños y en las muje-
res durante el embarazo y en el estado puerperal.
Respecto á la variedad en los niños, ya queda sen-
tado lo más esencial en el artículo Convulsiones.
La eclampsia en las mujeres es de mayor in-
tensidad, y la que se presenta en el puerperio es
sumamente grave, terminando casi siempre por
la muerte.
Las causas ocasionales de esta enfermedad,
tanto en los niños como en las mujeres, son de
mucha importancia, siendo las más principales, ó
el destete prematuro, ó indigestiones y cólicos, la
insolación y las emociones morales. Los síntomas
más esenciales que dan á conocer la eclampsia en
las mujeres son : ojos convulsos, inclinación del
cuerpo hacia atrás ó hacia los lados, sueño sopo-
roso, con cara encendida ó palidez repentina, mi-
rada extraviada, pupilas dilatadas, piel muy ca-
liente, emisión involuntaria de las heces ventrales
ó de las orinas, pérdida del conocimiento, con
convulsiones fijas ó movibles, gritos, respiración
entrecortada, delirio, pulso acelerado y fuerte, con
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iiiifc»
123
hinchazón de las venas del cuello y violentos la
tidos en las arterias de la cabeza.
La eclampsia de forma apirética está caracteri-
zada por los mismos síntomas que la anterior,
con la diferencia, sin embargo, de ser menos gra-
ve, carecer de calentura y tener más corta du-
ración.
En el tratamiento común á ambas formas la
Belladojina es uno de los más importantes é in-
dicados medicamentos por la mayor parte de los
síntomas que quedan descritos.
Hyoscyanius viene después, que rivaliza con la
B¿llado7ina, y aun cuando requiere los mismos
síntomas, se administrará cuando la primera no
haya podido dominar el cuadro y la enfermedad
haya adquirido mayor gravedad. Ambos se pue-
den dar á la dosis de dos ó tres glóbulos por cu-
charada cada media ó una hora según la inten-
sidad.
Strajiionium y Opiíini son los que siguen á los
dos referidos : el primero de ellos para cuando las
convulsiones y el delirio sean muy intensos, y el
segundo si es el sueño comatoso ó demasiado
profundo el que domina.
Aconituní, obrará muy bien dando unas cuan-
tas dosis si la fiebre es muy pronunciada desde el
principio del mal, para moderarla ó extinguirla.
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^
124
Embriaguez por bebidas alcohólicas.
Se administrará una infusión concentrada de
café sin azúcar ; se procurará que vomite, cuando
se comprenda que el estómago está aún cargado
de líquidos alcohólicos, ó se le hará aspirar amo-
niaco.
Ahix vómica. Corrige el catarro gástrico que
suele quedar después de la embriaguez-.
Aconitinii, si hay fenómenos congestivos cere-
brales.
Cocculus, Ignatia y Staphysagria son los medi-
camentos más indicados si dominan los espasmos,
particularmente en las personas débiles.
Emociones morales
SUSTOS
Son ciertas alteraciones bruscas y repentinas del
sistema nervioso y respiratorio en general, produ-
cidas por una causa moral, y que van acompa-
ñadas frecuentemente de consecuencias desagra-
dables, que se manifiestan inmediatamente ó más
tarde.
Coffea, si es debida á una sorpresa de alegría,
hay temblor, estado de síncope ó pérdida de co-
nocimiento, que sucede generalmente á las muje-
res y á los niños, y en particular si el enfermo
grita, llora ó ríe,
Opíuin, en los sustos ordinarios producidos por
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le M*§s
GTñgñnr
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le M*§s
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le M*§s
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129
á la primera dilución en gotas, y las absorbe con
la misma sustancia diluida en agua.
Hamamclis virginica. Es recomendada en los
casos en que los enfermos no experimenten buenos
resultados con el uso del Árnica.
Equimosis
CARDENALES
Las equimosis ( conocidas con el nombre vulgar
de card¿?ial¿s ) se manifiestan por unas manches
lívidas y negruzcas ó amarillentas que resultan de
1 extravasación de la sangre en el tejido dérmico,
..-í-ieralmente a consecuencia de golpes, y son dc-
bidfas á lesiones mecánicas que ceden ordinaria-
me]|ite con A}'?iica exterior é interiormente usada;
partí el exterior en la proporción de 20 gotas por
I2cp gramos para aplicar paños empapados en
agi^a templada, y para el interior 12 glóbulos en
seiA cucharadas de agua, y si esto no fuera sufi-
cie^ite, se usará el Rhus en la misma forma.
l(£n la equimosis senil ó de la vejez son prefe-
ribljes :
6^oniu;)i, Arsc72¡LUin, Bryonia ó Sidphury dos
o tres glóbulos por cucharada cada tres ó cuatro
ht.- irs.
Cíontra las equimosis conocidas con el nombre
áe J^úrpiira keuiorrágica el primer medicamento
es la Bryojiia.
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Erisipela.
Se entiende por erisipela una inflamación espe-
cífica del tejido de la piel con hinchazón de la par-
te afectada. Su sitio es p'^r lo regular en la cara,
cuello, cuero cabelludo, y pocas veces en el tronco
y en los miembros. La rubicundez que caracteriza
las erisipelas no es muy lívida y degenera en po-
cas horas en palidez amarillenta. No está circuns-
crita, sino que se difunde gradualmente por la piel.
La parte afectada está tirante, ardorosa y dolorida.
Procede, entre otras causas, de desarreglos del es-
tómago ó supresión repentina de sudor. Es frecuen-
te en las mujeres en la época del menstruo.
Aconitum. Si hay calentura, sed, piel ardorí
y fiebre. i
Belladonna. Si la rubicundez se extiende rasdia-
da, con mucho dolor, gran calor, agravaciciin al
moverse, principalmente cuando la inflamación
está en la cara, acompañada de hinchazón, d)¡olor
de cabeza, delirio, sed, piel ardorosa y seca.
Rhus. Cuando salen vejiguillas, mucha hinc.;ha-
zon y ésta se extiende hacia la cabeza. Es imijDor-
tantísimo en casi todas las formas de erisipehíi.
En los casos graves, especialmente si en la gar-
ganta hay dolor, hinchazón ó vejigas con tenc},en-
cia á supurar, se dará Lachesis después de loí-ia]i-
teriores. f
Pulsalilla, Cuando afecta el oido ó la piel) está
de color violado. i
\
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131
Bryonia. Cuando la inflamación se presenta al-
rededor de las articulaciones.
Erupciones.
Caiisticum, Graphites y Sulphur, cada uno una
dosis por semana en las erupciones de la cara y
cabeza que segregan un líquido claro y viscoso.
Mercuvius, una vez al día por espacio de cinco
para las erupciones de los labios.
Catisticttni y Staphysagria, una dosis cada dos
días del uno y después del otro.
Dulcamara, Lycopodium, Sepia y Sulphur, to-
mados en la misma forma que el anterior, cuando
la erupción está situada en las comisuras, ya bu-
cales ó ya palpebrales.
Rhus, cada día durante una semana cuando apa-
rece en la cabeza y la piel que la rodea está in-
flamada y ulcerada.
Arsmicuní, en la misma forma si no hubiese
dado resultado el anterior.
Calcárea carbónica, cuando los dos medicamen-
tos anteriores no hubieren producido efecto.
Sulphur, una dosis diaria por espacio de cuatro
días para las erupciones granulosas y en las esco-
riaciones superficiales.
Escarlata ó escarlatina.
Es una erupción caracterizada por manchas de
color de frambuesa en el cutis que empiezan por
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132
pequeños puntos rojos no prominentes en la cara,
luego en el cuello y por último en el pecho.
Cuando esta enfermedad es epidémica, Bellor-
do/ma es el medicamento recomendado como pre-
servativo, y al efecto se disuelven seis glóbulos en
dos cucharadas de agua y se toma una por la ma-
ñana y otra por la noche.
Es conocida esta fiebre por el color escarlata
de la piel, que desaparece comprimiéndola con un
dedo ; ese color se extiende por toda la superficie
del cuerpo, principiando en las parles que no es-
tán cubiertas, como son la cara, manos y cuello.
Siempre acompaña fiebre, y su intensidad está en
razón directa de la coloración de la piel, que que-
da seca tan luego como pierde el color ; cuando
empieza á crecer la palidez, se descama la piel y
se pone húmeda. La garganta se inflama poco ó
mucho durante el curso de la dolencia.
BeIlado?z72a previene también y cura la enfer-
medad. Cuando es epidémica, cada tres días se
dará una dosis á los niños que no hayan sido aco-
metidos.
Cuando la inflamación es mucha, se administra
una dosis de Acoititiun. Si la garganta eslá ulce-
rada, dése Merciirms.
Si toma la enfermedad mal carácter y hay pos-
tración, se da Arsenicum ; si hay somnolencia, es-
tupor ó convulsiones, Opiuní ; y si se presentan
desarreglos gástricos, Pulsa tilla,
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133
Esta enfermedad puede confundirse con el sa-
rampión por personas de poca experiencia ; y para
no incurrir en error, baste decir que ademas de la
diferencia que queda explicada en cuanto á las
erupciones, la escarlata ataca siempre á la gargan-
ta más ó menos, y cuando empieza no se mani-
fiesta con síntomas catarrales, lagrimeo y tos ca-
racterística que aparecen en la invasión de aquél.
Si la ulceración de la boca y garganta no cede
á la dosis de McvciLviits, se empleará LacJiesis.
Escorbuto.
Es una afección producida por la alteración de
la sangre y disminución de sus principios plásti-
cos, que da lugar á la aversión al trabajo, debili-
dad general, hemorragias espontáneas, tumefac-
ción de las encías y muchas veces la caida de los
dientes.
Es peculiar esta enfermedad á los que por cual-
quiera causa han estado privados largo tiempo de
provisiones frescas y vegetales, y han vivido en
sitios mal ventilados ó han sufrido las consecuen-
cias de pasiones de ánimo deprimentes, como su-
cede en las largas y penosas navegaciones.
.Las úlceras escorbúticas se diferencian mate-
rialmente de las demás. En vez de pus exhalan
un líquido claro, fétido, sanioso, mezclado con
sangre. Sus bordes son por lo general de color
lívido, esponjosos y tumefactos.
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134
Mercurius. Encías encendidas, fungosas, ulce-
radas, que sangran; hinchazón y ulceración de la
boca y lengua , aliento fétido , saliva sanguino-
lenta.
N'iix vómica. Dolores, latidos, demacración^
estreñimiento.
Arsejíicum Aftas, dolores urentes, gran debi-
lidad.
Sídphiir. Hinchazón en las encías, caida de los
dientes, gran debilidad y enflaquecimiento.
Al principio de la enfermedad convienen mu-
chas veces dos medicamentos muy importantes:
el primero es Carbo vegeta lis, y el segundo La-
chesis, los cuales se administrarán dos ó tres gló-
bulos por cucharada cada tres ó cuatro horas.
Si terminada la curación quedase en la boca
alguna excrecencia dolorosa, se prescribirá ñlií-
riatis acidum de la misma manera que los medi-
camentos anteriormente indicados.
Por último, es preciso que el enfermo respire
un aire puro y sano ; que tenga ropas de abrigo y
alimentos buenos ; debe procurarse ahuyentar la
melancolía del espíritu, distrayendo al enfermo
con medios apropiados, como la música, el canto,
la declamación, etc.
Escoriaciones.
Son unas soluciones de continuidad, espon-
táneas ó producidas por humores corrosivos que
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135
sólo interesan las capas superficiales de la piel.
Tanto para evitar como para disminuir esta in-
comodidad se requiere una extremada limpieza.
Deben bañarse los puntos donde se hallan con
agua fría y secarse con un lienzo suave. También
convienen unas gotas de tintura de Árnica dilui-
das en agua. Puede usarse igualmente el almidón
en polvo ó la harina de arroz.
BdIado}t7ia. Si la rubicundez é inflamación son
grandes.
Mercuriiis. Cuando la escoriación es muy ex-
tensa y dolorosa.
Trascurrido algún tiempo, si no se hubiera no-
tado alivio, pueden emplearse SulpJuir y Carbo
vegetalis.
Escrófulas
VICIO ESCROFULOSO. INFARTO DE LAS GLÁNDULAS
Esta enfermedad caracterízase por lesiones muy
variadas, pero mas especialmente por el infarto
crónico de los ganglios linfáticos, con supuración
ó ulceración de las partes inmediatas, residiendo
por lo general en las glándulas situadas bajo la
mandíbula inferior y en el cuello. Los síntomas
más notables de esta dolencia son : infarto é hin-
chazón enorme á veces de los ganglios situados
bajóla mandíbula inferior y en todo el cuello;
después de algún tiempo se reblandecen y ulceran
estos tumores, evacuando un pus seroso, mezclado
con grumos caseosos.
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136
Estos infartos pueden también presentarse en
las ingles, las axilas ó sobacos y las corvas. La
mayor parte de los enfermos están pálidos, dema-
crados y con diarrea : estos enfermos suelen ofre-
cer tubérculos en diferentes órganos.
Las causas más generales de esta enfermedad
son : la herencia como la más fundamental ; las
habitaciones húmedas, privadas del aire y del sol,
ó la permanencia prolongada en un frío húmedo.
Como esta enfermedad es altamente crónica en
su marcha ordinaria y curso más natural, sólo in-
dicaremos, como base del tratamiento, los tres re-
medios más principales con que debe combatirse.
Calcárea carbojiica^ Sulphur y Silícea en can-
tidad de dos ó tres glóbulos por cucharada ; deben
tomarse dando á los enfermos una dosis diaria,
por el orden en que van señalados. Los incidentes
que pueden surgir en el curso lento y de gran du-
ración de esta enfermedad pueden ser tan diver-
sos, que no es dable designar con seguridad los
agentes curativos más apropiados; sin embargo,
indicaremos :
Aco72Íhim. Si hav inflamación en los mismos tu-
mores y fiebre
Arse;2Íc2im. Si nay fiebre con recargos y sudores
por la noche y hay inapetencia.
Bellado?ina, Con ó sin fiebre, si la inflamación
tiene un carácter erisipelatoso,
Hepar sulpJniris, vSi en el período de supura-
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137
cion se presentasen dolores como de latidos ó pun-
zadas.
Mercurius. Antes ó después del anterior, con
los mismos ó parecidos síntomas.
Si las glándulas llegasen á supuración, deben
curarse con Cerato de silícea, y al interior glóbulos
de Silícea.
Los sujetos propensos á este padecimiento usa-
rán Sitlphiir^ una dosis cada tres días, para pre-
venir la dolencia.
Las aguas de mar y las sulfurosas pueden ser
un complemento y un auxiliar benéfico en muchos
casos de escrófulas.
El régimen es en esta enfermedad tan esencial,
que poco ó nada se adelantaría con la terapéutica
si se descuida la higiene. Habitaciones claras,
aireadas y bañadas del sol de Mediodía, alimen-
tos de carnes asadas y vino, la privación de las
legumbres y frutas verdes, respirar el aire puro y
disfrutar del sol, huir de los sitios húmedos y hacer
uso de la gimnasia, conducirán al enfermo á una
variación completa de su constitución orgánica.
Estreñimiento.
La forma más simple de esta dificultad y lenti-
tud en los intervalos de la defecación, cuando no
es habitual, ó cuando no procede de otras dolen-
cias, se caracteriza por el peso en el estómago, la-
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^
I3S
tidüs en el vientre, inapetencia, sed y sequedad
de boca : se alivia con Opium.
N'nx vómica. Si la dolencia es una consecuen-
cia de desarreglo en el estómago, causada por
alimentos pesados, ó de una diarrea imprudente-
mente cortada, presenta los síntomas siguientes :
inapetencia, mal gusto de boca, peso en el vien-
tre, dolores muy vivos, fiebre, pesadez de cabeza,
incapacidad para el trabajo, perturbación en el
sueño y respiración difícil,
Pulsatilla. Cuando estos síntomas existen en un
paciente de carácter apacible y tímido.
Bryonia. Cuando al empezar á comer se pier-
den las ganas, hay dolores ardorosos y tirantez en
el hígado, opresión en el pecho, con dolor cons-
trictivo como si sobre él hubiese un gran peso, y
el paciente es de temperamento sanguíneo é idio-
sincrasia biliosa.
MercuruLs. Cuando no hay pérdida del apetito,
pero sí mal gusto de boca.
Sulphítr. Está indicado en los casos de estreñi-
miento habitual, después de Nux vómica, espe-
cialmente si hay deseo frecuente pero ineficaz de
mover el vientre, distensión abdominal, incomo-
didad é incapacidad para trabajos intelectuales.
Fiebre simple.
SÍNTOMAS. — Esperezos, escalofríos seguidos
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139
de calor, pulso vivo, sensación dolorosa en la ca-
beza y miembros.
AconihuTi. Dos glóbulos cada dos ó tres horas,
según la violencia de la fiebre.
Fiebre inflamatoria.
wSÍNTOíMAS. — Frío viólenlo, precedido de laxi-
tud y seguido de gran calor, pulso vivo y lleno,
piel seca, lengua seca y saburrosa, pesadez en la
cabeza que bien pronto pasa á ser dolor pulsativo,
especialmente en la frente, cara rubicunda, ojos
brillantes, gran sed, agitación y desasosiego, res-
piración fatigosa, orina encendida, insomnio, re-
cargo por la tarde, disminución de síntomas pasa-
da la media noche.
Belladonna, después de una dosis de Aconiíitm^
y si no hay marcado alivio, Bryonia ó Niix vómi-
ca. A veces se cura sin necesidad de otros medi-
camentos que el Aco?2}t!n)i.
Fiebre catarral.
Cuando la irritación é hipersecrecion de las
membranas mucosas es más ó menos intensa, pero
suficiente para desarrollar fiebre, se manifiestan
los síntomas propios de una catarral. Esta fiebre
empieza con ligeros escalofríos por la tarde, pul-
so poco acelerado y blando, sed, agitación y gran
•debilidad algunas veces. Se manifiestan después
síntomas de irritación inllamatoria en las membra-
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140
ñas mucosas de la laringe, pecho y fosas nasales,
segregando un líquido acuoso y acre primero y
luego un moco espeso y viscoso ; la lengua está
blanca, alteración y disminución del gusto y olfa-
to, respiración difícil, orina encendida, turbia, y
dolor de cabeza gravativo, ó sordo y presivo, es-
pecialmente en la parte inferior de la frente.
Las causas de esta fiebre son : la supresión
brusca de la traspiración por una corriente de
aire, un cambio repentino de la temperatura y un
aire seco, fuerte y frío,
Aconiítctn. Al principio de esta enfermedad,
cuando ha sido producida por un enfriamiento ó
por un frío seco, y cuando la piel está quemante,
hay gran sed, sequedad, sensación de cosquilleo
y ardor en la faringe ó laringe y aun en el
pecho.
Auix vo7)iica, cuando á la tos seca y anhelosa
acompaña una sensación bastante dolorosa en la re-
gión umbilical, la cual está sensible á la presión.
MerciLvius merece la preferencia cuando hay
sensación de plenitud en la cabeza, con pulsa-
ciones que se notan hasta en la nariz y predomi-
nio del calor sobre el frío.
Chamoniilla está indicada cuando la fiebre
tiene la forma inflamatoria, hay poco frío, pero
sí calor intenso; hay alternativas de frío en imas
partes , de calor en otras, cuyo fenómeno se
observa más principalmente en las mejillas.
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Fiebre gástrica
SABURRAL BILIOSA
Esta fiebre ofrece entre sus numerosos sínto-
mas los siguientes, como más generales y fáciles
de observar : sensación de peso en la boca del es-
tómago, conatos al vómito, eructos de un olor
desagradable, vómito de alimentos y mucosida-
des teñidas de bilis, pulso agitado, frecuente,
aunque blando, orina turbia y sedimentosa.
Cuando predominan los síntomas biliosos, la
enfermedad es más intensa ; el calor es muy
vivo, quemante, la agitación más considerable,
mayor sed y la lengua se pone amarillenta. Cua-
tro son los medicamentos más generahuente in-
dicados en esta enfermedad.
Pulsatilla, cuando la afección se presenta brus-
camente, hay propensión á llorar, mucho frío,
poca ó ninguna sed, repugnancia á los alimentos,
especialmente calientes.
Nux vo?nica, cuando se observa fucrie calor en
la cara, sequedad en los labios, mucha sed, fuer-
te dolor frontal, lengua oscura ó cargada de mu-
cosidades, mal gusto, náuseas, amargor, estre-
ñimiento.
Bryonia. Estará indicada cuando á los síntomas
gástricos referidos se agregue un calor febril in-
tenso, que alterna con horripilaciones, grande de-
bilidad y exacerbación por la noche, inquietud
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^
142
y violento dolor en la frente, presivo de dentro
afuera.
Ipecacuanha. Cuando el estado gástrico más
predominante es el saburral, con inapetencia, náu-
seas, vómitos más ó menos repetidos y diarrea.
Fiebre intermitente
CALENTURAS, TERCIANAS Ó CUARTANAS
Tres estadios señalan generalmente el paroxis-
mo ó ataque de esta enfermedad: primero, frío;
segundo, calor, y tercero, sudor. Los síntomas
son extremadamente variables.
En unos casos es cotidiana y en otros terciana
ó cuartana.
Preceden al período de frío bostezos, dolor en
los ríñones, esperezos algunas veces, pesadez ó
dolor de cabeza. Las uñas se ponen azuladas y los
dedos entorpecidos, los escalofríos aumentan ó in-
vaden todo el cuerpo, temblor y castañeteo de
dientes, no calienta la lumbre ni la ropa, opre-
sión de pecho, estupor ó delirio. Suele durar de
media á tres horas.
El período de calor se caracteriza por el au-
mento de éste, pulso rápido, lleno, gran sed, piel
seca, rostro encendido, dolor de cabeza, opresión
de pecho. Suele durar de tres á doce horas.
En el último período sigue al calor un sudor
más ó menos copioso, con pulso menos frecuente
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H3
y disminución progresiva de los síntomas que cons-
tituyeron los anteriores estadios, hasta desaparecer
por completo la fiebre.
Los medicamentos que se emplean son :
Ipecacitaiiha^ cuando la fiebre empieza por esca-
lofríos intensos que se sienten en el interior del
organismo.
Caiisticnin ó Veratruui. Si después del frío en
lugar de calor viene sudor.
Sulphur. Si después del frío entra calor que no
es seguido de sudor, pero nuevamente de frío.
Filis ati lia. Frío seguido de calor, con sed, diar-
rea durante la fiebre, dolores de estómago, gusto
amargo, vómito de mucosidades biliosas, y Arse-
nicu/n si durante el frío aparece sudor sobre todo
el cuerpo.
Ntix vómica. Frío y calor simultáneos ó calor
exterior y frío interior, el cual no se alivia con el
calor, y China si el estado de la fiebre principia
con calor y después entra el frío.
Rhtis toxicodendron. Si en lugar del frío viene
escalofrío y no sucede el período de calor, sino el
de sudor.
Phosphori acidum ó Arseiticuiiiy si durante el
estado del frío la cabeza está caliente, la lengua
seca y el pulso frecuente.
Campho7'a^ está indicado cuando hay sudores
fríos, con gran desvanecimiento y el semblante
alterado.
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j\
144
Aconíticm, cuando hay grande pulsación de las
arterias y del corazón.
Los médicos americanos recomiendan como
muy eficaces Cactus graJidifionis cuando la fiebre
es diaria y se presenta á la misma hora, con gran
intensidad en el frío durante dos horas, á las que
sucede calor excesivo, mucha sed y sudor.
Etipatorium perfoliatiim, cuando antes del frío
hay gran sed que dura y continúa en el período
de frío, calor y después de haber bebido, y tam-
bién se usa este medicamento cuando hay paro-
xismos que van acompañados en el dorso y en los
miembros.
EiLpatoriiim piirpurciDn, cuando hay sed y do-
lores excesivos de los huesos durante el frío y el
calor, y cuando el frío comienza en la espalda y
se hace extensivo á todo el cuerpo,
Elateriuní, cuando hay muchos bostezos y do-
lores de cabeza y miembros durante el frío, y des-
pués calor con dolores excesivos por todo el
cuerpo.
El Fla72tago, cuya patogenesia no está aún bien
conocida, se ha mostrado eficaz en el tratamiento
de las intermitentes. Numerosas y recientes expe-
riencias así lo acreditan.
Su uso es de oportunidad en las fiebres que
empiezan por escalofrío y frío, siguiendo luego el
período de calor y fiebre que termina con sudor.
Se tomarán dos glóbulos disueltos en una cu-
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145
charada de agua á los primeros síntomas de cada
acceso, y se repetirá la dosis luego que éste haya
desaparecido, tomando ademas una por la maña-
na y otra por la tarde diariamente por espacio
de ocho días.
Chifii?mm siilpJmrictim, en la fiebre que no
viene acompañada de otras enfermedades ; des-
pués de haber remitido se da 5 centigramos de
trituración cada dos horas, y cuando se encuentre
mejoría se prorogan las distancias hasta que des-
aparezca completamente .
Cedrón es un buen medicamento para las inter-
mitentes que empiezan con indigestión y se agra-
van sucesivamente, ofreciendo en su marcha insi-
diosa síntomas anómalos. Se usan dos glóbulos
en un par de cucharadas de agua antes del acce-
so , otros dos tres horas antes del segundo ; mas
si ha sido dominada la periodicidad y existe aún
algún síntoma, se sigue tomando por algunos
días cuatro glóbulos por la mañana y otros cuatro
por la tarde.
EiLcalyptus globtilus. Se ha empleado con éxito
para combatir la fiebre intermitente cotidiana y
terciana.
Fiebre tifoidea
TIFUS
Como esta enfermedad es bastante grave y su
tratamiento debe ser dirigido por un médico, sólo
ao
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I4Ó
diremos lo más mdispensable para que pueda ser
conocida y no se retarde el aviso á aquél. Esta
afección aguda presenta entre sus síntomas más
notables los siguientes : fiebre intensa, acompaña-
da de diarrea ó estreñimiento, meteorismo (ruido
en el vientre), delirio, estupor y postración, dolor
más ó menos vivo y ruido en la fosa ilíaca dere-
cha (ángulo derecho del bajo vientre) cuando se
comprime con la mano un poco fuerte.
Si á estos síntomas se agrega que en la invasión
del mal ha habido epistaxis ( ó hemorragia por la
nariz), y que después de declarada la enfermedad
la lengua se pone oscura, negruzca, y que los
dientes ofrecen en su esmalte sequedad y ennegre-
cimiento, tendremos lo suficiente para presumir
con fundamento la existencia de la fiebre tifoidea.
Entre los muchos medicamentos que se recomien-
dan sólo mencionaremos la Bryonia y el Rhtts, por
ser los más generalmente indicados desde el prin-
cipio del mal.
El primero se usará si hay dolor de cabeza dis-
lacerante, náuseas, amargor de boca, dolores á la
presión en el vientre , pulso frecuente , estreñi-
miento. El segundo, casi con los mismos síntomas
que el anterior, pero que en vez del estreñimien-
to ofrece diarrea.
Baptisia ünctoria. Es el medicamento recomen-
dado por los médicos americanos, en el primer
período de la enfermedad, por producir sudor
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■- • \> -- 147
abundante, ejercer una influencia sobre la sangre
y sistema vascular, sobre los nervios sensitivos y
en las lesiones intestinales. Dosis: 10 gotas de tin-
tura por 400 gramos de agua, para tomar una cu-
charada cada cuarto de hora.
Fiebre amarilla.
La fiebre amarilla se distingue por los siguien-
tes síntomas : ligeros escalofríos, dolor de cabeza,
especialmente en la región frontal, vértigos, de-
bilidad de las piernas, dolor de riñones, piel ar-
diente, pulso febril muy frecuente, inquietud mo-
ral, locuacidad, calor excesivo, sed, vómitos, me-
jillas coloradas, ojos inyectados, lengua cubierta
de una ligera capa blanca, algunos dolores de
estómago, supresión de orina; y como síntomas
característicos, traspiración biliosa que produce
manchas amarillas bien apreciables en la camisa
del enfermo.
Aconiium, si los síntomas se manifiestan en la
cabeza, cuatro dosis, una cada dos horas.
Pulsatilla, cuando los síntomas son de los rí-
ñones : su uso en la misma forma que el anterior.
Bellado?t72a, en casos de meningitis.
Arseiiicum, si los síntomas se agravan.
MercuriuSy para los dolores agudos en el higa
do, ansiedad é insomnio.
Rhus toxicodendrojz corresponde al color ama-
rillo de la piel; ojos vidriados y hundidos, lengua
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148
seca y negra, labios secos y parduzcos, pulso débil
y vivo, delirio ó letargo, quejido constante, náu-
seas y vómitos, diarrea, parálisis de las extremi-
dades inferiores é inquietud constante.
Lachesis dirige su acción de preferencia al siste-
ma nervioso, y debe darse en el primer período de
la enfermedad.
Crotahts cas cav ella, en el segundo período,
cuando la enfermedad ataca al sistema vascular
y cuando se presenta demacración, hemorragias é
ictericia.
China es indispensable para combatir la debili-
dad profunda que dejan las pérdidas producidas
por I9S vómitos y las hemorragias, y muchas veces
contribuye á corregir estas mismas evacuaciones.
CajítJiaris, cuando á las hemorragias del estó-
mago, frialdad y calambres en los pies y manos,
ó insensibilidad general , existe supresión de
orina.
Phosphorus, Phosphoi-i acidiim, Digitalis, Nitrí
acidiim, Veratrum, Bryonia, Ntix vómica y Sul^
phur son medicamentos de que también se hace
uso en esta dolencia.
Flatulencia y ventosidades.
Suele ser casi siempre el síntoma de alguna
enfermedad ; pero puede subsistir por sí solo de-
bido al uso de bebidas ó alimentos fermentados.
Carbo vegeialis. En la flatulencia que se des-
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149
arrolla á consecuencia de alimentos flatulentos,
con abultamiento de vientre, como si fuera á es-
tallar, eructos de aire ; y si no bastase, tómese
China.
Ahix vómica. Cuando es debida á bebidas, ó
sea exclusiva por las mañanas.
Pulsafilla, Después de haber tomado alimentos
grasicntos.
Véase Cólico Jlatiilcjito .
Fluxión en el carrillo
FLEGMON EN LA CARA
El flegmon en la cara es producido general-
mente por dolor de muelas ó por un enfriamien-
to ; los síntomas son hinchazón más ó menos
grande en las mejillas, con dolores.
Los principales medicamentos son :
Belladonita. Dolores insoportables que produ-
cen desesperación, no dejando descansar por la
noche, con hinchazón y rubicundez de la piel
afectada, que se extiende á lo lejos como si fuera
erisipela. Si hay síntomas febriles, Acoj-iitum.
MercHvius. Si el flegmon es debido á las mue-
las cariadas, con dolores quemantes, gran saliva-
ción, dificultad al tragar, todas las muelas se
mueven.
Hepar. Cuando empieza la supuración, para
contenerla ó hacer que se verifique la absorción,
con dolores lancinantes, en forma de latidos y
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. ISO
escalofríos; si no cedieran zXHepar^ dase Silícea.
Este medicamento está también indicado cuando
la supuración del flegmon abierto no se agota.
Gastralgia
DOLOR DE ESTÓMAGO
La gastralgia, llamada vulgarmente dolor de
estómago, calambre ó cólico del mismo, es una
enfermedad caracterizada por un dolor vivo, lan-
cinante, dislacerante ó quemante, ó por un senti-
miento de presión, distensión ó meteorismo en la
región gástrica. Este dolor se extiende hacia el
dorso y los hombros; hay generalmente estreñi-
miento, eructos, náuseas, regurgitación délos ali-
mentos y también acedos y amargos ; grande an-
siedad, sofocación y aflujo de materia líquida ó
flemosa á la boca. En esta afección se conserva el
apetito ó todo lo más ofrece intermitencias sin
fiebre.
Las causas ocasionales más frecuentes son : las
afecciones morales fuertes, los enfriamientos, la
supresión del sudor de los pies y de las hemor-
ragias habituales ; pero sobre todo la repercusión
de los exantemas crónicos.
En las personas morenas, irascibles, sujetasal
estreñimiento, se prescribirá Ahix vómica tres ó
cuatro glóbulos por cucharada, cada dos ó tres ho-
ras, cuando la enfermedad es aguda, y aun de me-
dia en media hora en los fuertes accesos de dolor.
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151
Bryonia. Dolores presivos, que aumentan du-
rante las comidas ó después de ellas; dolores de
estómago con estreñimiento de vientre.
Carbo vegetalis después del anterior, cuando no
ha sido suficiente ó ha quedado ineficaz. Está tam-
bién .indicado cuando hay gases en el estómago,
con eructos y opresión de pecho. En las mujeres
nerviosas y delicadas se administrará CJia7no7nilla
ó Belladoniia, y Puhatilla á las personas rubias
y de un temperamento algo linfático : á los indi-
viduos escrofulosos ó propensos á ulceraciones y
enfermedades de la piel se administrará la Calca-
rea car b Ófrica y Sulphtcr.
Chifla, si hay debilidad ó presión del estómago
después de haber bebido ó comido.
Coffea^ si es producido por el abuso del café ó
licores ó en individuos nerviosos, impresionables,
con insomnio.
Arsenicwn, si hay escalofríos, diarrea, sed y re-
pugnancia á los alimentos.
BismutJmm, por último, cuando la dolencia se
ha resistido á los medicamentos ya dichos, y sobre
todo si el síntoma dominante es un dolor presivo
ó la sensación de un peso excesivo en el estómago.
Cuando la enfermedad no es verdaderamente
aguda bastará dar una dosis diaria del medicamen-
to indicado.
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(
I
152
Gastritis
INFLAMACIÓN DEL ESTÓMAGO
Puede producirse esta grave dolencia por lesio-
nes mecánicas, ingestión de venenos, por el uso
excesivo de estimulantes, por helados estando acá.
lorado, suspensión de diarreas biliosas, y por sim-
patía ó continuidad de inflamación de otros oré-
ganos.
Ardor constante, punzadas y dolor constrictivo
en el estómago, que produce dificultad de respi-
rar y á la presión, deseo de beber agua fría, y
cuando se toma aun en pequeña cantidad, se vo-
mita. Pulso pequeño, filiforme, de ordinario in-
termitente, cámaras y orinas escasas ó nulas.
Aconitum. Cuandp es violenta la fiebre, mucho
dolor, y en particular cuando procede de beber
helados.
Ipecactianha. Predominando los vómitos y
cuando procede de indigestión.
Pulsatilla. En indigestión, sobre todo por sus-
tancias grasas, frío del estómago ó por tomar he-
lados.
Arsenicum. Es quizá el remedio más importan-
te, y conviene cuando hay postración, palidez del
. rostro y las extremidades frías.
Veratriun. Sudores fríos, vómitos, dolores agu-
dos, calambres, postración y frío en las extremi-
dades.
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153
Nux vómica. Cuando procede del abuso de be-
bidas alcohólicas.
Gastrósis
INDIGESTIÓN. EMPACHO. SABURRA GÁSTRICA
Ó INTESTINAL
Esta enfermedad proviene generalmente de ha-
ber tomado alimentos en exceso, ó de un enfria-
miento.
Ipecacuanha. Cuando la lengua no está limpia
ó cubierta de mucosidades ; sequedad de boca con
repugnancia á todos los alimentos ; náuseas y vó-
mitos; retortijones y diarrea de materias amari-
llentas.
Nvx vómica. Si la lengua está seca y blanca;
sed ardiente ; gusto amargo ; náuseas ; estreñi-
miento, con gana frecuente pero inútil de depo-
ner ; atontamiento de cabeza con vértigos.
Pulsatilla. Lengua cubierta de mucosidades
blanquecinas ; gusto pastoso ó amargo ; repug-
nancia á todos los alimentos ; vómitos por la no-
che ; vientre duro y con flatuosidades ; diarrea bi-
liosa ; cefalalgia ; calofríos.
Chamo milla. Lengua encendida y resquebraja-
da; eructos y vómitos amargos ó agrios ; tensión
y presión en el epigastrio y en la boca del estó-
mago ; estreñimiento ó diarrea de materias ver-
dosas ; dolor y plenitud en la cabeza ; cara ca-
liente y encendida ; carácter susceptible.
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154
Arsejiicum. Si hay eructos acres ó amargos;
lengua seca, con mucha sed y gana frecuente de
beber, pero poca cantidad de agua; náuseas ó
vómitos ; retortijones ; ardor en el estómago y en
el vientre, con frío y angustia; ninguna deposi-
ción ó diarrea acuosa ó verdosa, ó en los casos de
un fuerte enfriamiento, ó haber bebido helados.
Bryo7iia. Cuando el cuerpo se ha enfriado ; len-
gua seca y amarillenta ó blanca ; vómitos bilio-
sos ; tensión y plenitud en la boca del estómago;
estreñimiento de vientre ; frío y escalofríos ; dolor
de cabeza presivo en los lados de la misma.
Aconittun. Sólo en los casos en que sobrevenga
ñebre, con fuerte dolor de cabeza.
Gota.
Tienen este nombre las lesiones anatómicas y
funcionales que se producen en las articulaciones
á consecuencia del reumatismo articular crónico.
La naturaleza de la acción inflamatoria no es
la misma en la gota que en el reuma, aun cuando
en apariencia se asemeja la una á la otra. Los
ataques de gota van precedido á veces de des-
arreglos gástricos. Puede atacar la inflamación á
cualquiera de las articulaciones pequeñas, pero
más generalmente acomete al dedo gordo del
pié. La piel se hincha, el dolor es fuerte y se
aumenta al tocarse ó moverse. La orina sale en
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I5S
corta cantidad y encendida, el paciente no puede
conciliar el sueño y está muy irritable.
Pulsatilla. Cuando quedan dolores de tirantez
en la rodilla, tobillo y dedos del pié, y parece
como que al andar se introduce im cortaplumas
(dolores lancinantes).
Arsemaim. Cuando los dolores suben desde el
tobillo á la cadera y parece como que arañan
tirando, y se mitigan con el movimiento.
Bjyonia. Está indicado si hay dolores lanci-
nantes en los miembros y articulaciones, con poca
hinchazón y dureza.
Belladonna después de Aconituni. Si la hin-
chazón es grande y la piel está lustrosa y en-
cendida.
Dulcamara después de Acojiitmu. Si la afec-
ción procede de haber tomado frío húmedo.
Sulphur, Arjiica y Rhus, En otros muchos
casos cuando, son ineficaces los demás medica-
mentos. Colchicuní, Guajacuní y Lycopodiuju son
también recomendables.
Grippe
INFLUENZA. CATARRO EPIDÉMICO
Esta afección se presenta bajo la forma de un
catarro epidémico.
Los síntomas que generalmente se presentan
son : pesadez de cabeza, dolor e/i las extremidades
y nuca, sueño intranquilo, lengua cubierta, seca y
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agrietada, fiebre con pulso lleno y duro, tos seca,
pérdida de apetito y otros desórdenes gástricos.
Aconituni. Cuando se presenta con carácter in-
flamatorio, tos seca, violenta y que conmueve
todo el cuerpo; si hay fiebre alta y propensión
á la bronquitis.
Belladonna. Congestión cerebral con delirio,
tos espasmódica, dolor de cabeza insoportable que
se agrava con la luz, el movimiento y la conver-
sación.
Bryonia. Dolores reumáticos en las extremida-
des y pecho que no permiten el más pequeño mo-
vimiento.
Mercurius y Ai' se ni aun. Están indicados, el
primero si hay coriza á la vez, con mucosidades
amarillentas, dolores de los miembros, abatimien-
to rápido de la energía muscular, sudores que no
alivian, lengua muy cubierta, y el segundo en
los mismos síntomas, excepto si las mucosidades
son acuosas y escorian la nariz y los labios, exce-
siva debilidad, con pulso frecuente, agitación con-
tinua é insomnio.
Véase Coriza, Bro7tquítis, Laringitis.
Hematemésis ó gastrorragia
VÓMITOS DE SANGRE PROCEDENTE
DEL ESTÓMAGO
Empieza ordinariamente esta enfermedad por
un dolor vivO; lancinante, fijo en el hipocondrio
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izquierdo; hay opresión, aturdimiento, sudores
fríos, palidez de la cara, frío en las extremidades,
la sangre es expulsada en mayor ó menor cantidad
y tiene un color sonrosado más ó menos oscuro.
Cuando la hematemésis no es un síntoma de
otra enfermedad, úlceras del estómago, cáncer del
píloro, etc., pueden señalarse como causas de ella
los golpes violentos sobre la región epigástrica,
los cuerpos extraños introducidos en el estómago
y la presencia de sanguijuelas vivas.
Cuando la causa ha sido traumática (golpes,
contusiones). Árnica exterior é interiormente usa-
da es el medicamento esencial ; fuera de estas cir-
cunstancias se podrá dar Aco?2Ítum en el caso de
una fiebre bien manifiesta.
Ipecacuanha, cuando en medio de la sangre ex-
pulsada hay alimentos ú otras sustancias, náuseas
continuadas ó si la causa ha sido una indigestión.
Arsenicum. En los vómitos negros, abundan-
tes, con sed ardiente y palidez del rostro.
Veratriiniy Nux vómica. Cuando el individuo
arroja la sangre mezclada con bilis y padece es-
treñimiento de vientre.
Cuando la cantidad de sangre vomitada es ex-
cesiva y frecuente ó se hubiese resistido á los me-
dicamentos anteriores se podrá con razón usar el
Ferrtim perchloriciLm á la dosis de cuatro glóbu-
los por cucharada de agua, y dando una cuchara-
da cada cuarto de hora. El hielo en pequeños pe-
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i
I5S
dazos y dado á ciicharaditas de café es de muy
buen efecto en la mayor parte de los casos. Todo
cuanto se dé al enfermo, tanto los sólidos como los
líquidos, será siempre frío.
La dosis en que deben administrarse es la de
tres ó cuatro glóbulos por cucharada cada dos,
tres ó cuatro horas, según la violencia del caso.
Hematuria
ORIN^A SANGUINOLENTA. HEMORRAGIA
POR LA URETRA
Esta afección consiste en la salida de sangre
por las vías urinarias, ya en chorro continuo y sin
dolores, ya con extraordinarios esfuerzos, dolores
y cTota á gota. Los síntomas más comunes con que
suele manifestarse son : malestar, escalofríos, con-
tinua necesidad de orinar, dolor obtuso en los ri-
ñones, con calor, ó bien presión dolorosa en el bajo
vientre. Generalmente esta dolencia es sintomática
de otras enfermedades, con especialidad en la in-
flamación de la vejiga. Para su tratamiento más
apropiado deberá tenerse presente :
Árnica, si la causa de la enfermedad es una
caida ó golpe sobre los riñones ; Tintura de cam-
pJiora (seis gotas en sei,s cucharadas de agua y
dándose una cucharada pequeña cada tres horas).
Pero si la hematuria no se relaciona con ninguna
causa apreciable, y hubiese ardor quemante en la
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159
uretra, con punzadas, orina ardiente, gota á gota,
con sensación de un hierro candente en el trayecto
de la uretra, tenesmo ó necesidad continua de ori-
nar, sin poder verificarlo, se prescribirá (aun
cuando haya mal de piedra) Cayttharis^ tres gló-
bulos por cucharada cada dos ó tres horas. Si estos
mismos síntomas son poco intensos, la orina está
turbia, rojiza ó purulenta, su chorro sale desparra-
mado y hay dolor quemante en la uretra antes y
después de orinar, se dispondrá Cafinabis sativa
en la misma forma. También podrán ser muy
útiles Pulsatilla é Ipecacuanlia,
Hemoptisis
SANGRE rOR LA BOCA
Se da este nombre á la hemorragia ó salida de
sangre por la boca, más ó menos abundante,
procedente de los pulmones. Cuando el flujo es
poco abundante el enfermo la esputa ; pero cuan-
do es grande la cantidad, la sangre llega á por-
ciones por la tráquea y el enfermo parece que la
vomita.
La sangre que procede del pulmón se diferen-
cia de la que tiene origen en el estómago en que
al salir va acompañada de tos y ademas en los
caracteres físicos que inmediatamente se recono-
cen en la vasija donde se recoge; es casi siempre
más ó menos espumosa y roja. En cambio, la
del estómago sale en golpe de vómito y es ne-
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i6o
gruzca y más ó menos coagulada y no aireada ó
espumosa como la del pulmón. El papel de tor-
nasol se enrojece si la sangre es del estómago,
mientras que la del pulmón no da reacción.
No se dice terminantemente que la sangre pro-
cedente del pulmón es siempre roja, porque puede
ofrecer un color negruzco en los casos de gangre-
na de estos órganos; así como también la del es-
tómago puede ser negruzca en los casos de cáncer
del píloro ú orificio que pone en comunicación
esta cavidad con el intestino.
Hemoptisis es un síntoma bastante común de
muchas enfermedades de los pulmones y del co-
razón. También se la observa como una hemor-
ragia supletoria en las mujeres cuya menstruación
esté suprimida; es asimismo un resultado de
grandes esfuerzos, ya de la declamación ó canto,
ya del juego de la barra, golpes ó caidas, etc.
Aconitum, cuando el pulso es muy frecuente y
la cara está encendida; conviene más especial-
mente en la hemoptisis sintomática de las enfer-
medades del corazón : la dosis es tres ó cuatro
glóbulos por cucharada.
Árnica, más principalmente cuando la causa
es mecánica.
Belladonna, si la tos fuese convulsiva agra-
vando la hemorragia, y ademas hubiese una titi-
lación ó cosquilleo continuo en la garganta.
Ipecacuanha en las grandes hemorragias, con
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i6i
poca tos y precedido el vómito de una sensación
de hervidero subesternal, náuseas y vómitos.
Arsefíicum, si hay ansiedad, agitación^ gran
calor del cuei-po y cuando la hemorragia es sinto-
mática de las enfermedades del corazón.
En enfermedades tan graves como ésta no debe
descuidarse el pronto aviso al facultativo.
Hemorroides
ALMORRANAS
Son unos tumores que forman las venas del
recto cuando se dilatan, á consecuencia de su
compresión ó de los alimentos ó bebidas estimu-
lantes y una vida sedentaria.
Ntix zwmica las alivia en el mayor número de
casos, en las personas de vida sedentaria y que
padecen de estreñimiento pertinaz de vientre.
Arsejiicwn si molesta el escozor; agravación
por la noche y con el frío ; alivio con el calor.
An1imo?ihi7)i también se emplea con buen re-
sultado cuando la secreción de las mucosidades
es blanco-amarillenta, con ardor, hormigueo y
grietas en el ano.
AconituDi. Si hay síntomas de congestión en
los vasos hemorroidales.
Carbo vegeta lis. Hinchazón voluminosa de las
almorranas ; flujo de sangre por el recto ; flatu-
lencia.
fíania-nielis . Hemorroides que fluyen sangre
11
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oscura, con mucho calor y ardor en el intestino.
Sulphur, Aseguran algunos prácticos que es el
medicamento más indicado para una curación
completa.
Nux vómica y Sulplnir. Evitan la propensión
de padecer almorranas, tomando tres días segui-
dos el primero y otros tres días el segundo ; se
descansa seis días y se vuelve á repetir ambos
medicamentos en la misma forma.
Heridas.
Se define la herida por una solución de conti-
nuidad hecha en las partes blandas por un instru-
mento obtuso, punzante ó cortante : para su trata-
miento es necesario lavar la parte y unir los bor-
des, teniendo un grande esmero en sacar los
cuerpos extraños de ellas, conservándolas en esta
posición para vendarlas con trapos ó vendas de
lino.
Aconitum. Si se presentase fiebre, y cuando
ésta desaparezca se usará Amica,
Mercurius. Cuando la herida presente sínto-
mas de supuración.
China. Para restablecer las fuerzas que hace
perder la hemorragia.
Lo que se ha dicho respecto á las heridas,
apliqúese á las contusiones.
Árnica. Puede en todos los casos usarse exte-
riormcnte en lociones y fomentos, en la propor-
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163
cion- de una parte de tintura y veinte de agua, y
al interior tres ó cuatro glóbulos por cucharada.
Por algunos prácticos empieza á usarse el Al-
godón ar?iicado, en vez de lociones y fomentos
de Árnica.
El Dr. Teste recomienda con preferencia al
Árnica la Tintura de kdum pahcstre para curar
las heridas causadas por instrumentos punzantes,
picaduras de abejas, avispas, tábanos, mosquitos,
aguijones de insectos y panadizos producidos por
pinchazos de agujas.
Herpes.
Se da este nombre á una enfermedad cutánea
específica que se distingue por el desarrollo de
mayor ó menor número de vesículas reunidas en
grupos, y cuando se rompe el líquido que contie-
ne se seca y forma costras.
El herpe está constituido por vesículas siempre
agrupadas de cierto modo. Estas vesículas nacen,
se desarrollan y se secan sucesivamente, reposan-
do sobre un fondo rojo y un poco hinchado, ter-
minando por la formación de costras más ó menos
espesas.
Los herpes pueden sobrevenir como un fenó-
meno crítico en las fiebres, ó como expresión de
un vicio constitucional. Las formas son bastante
numerosas, por lo cual nos circunscribiremos á
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104
dar á conocer la forma más com.im y los medica-
mentos más generales.
Mercurius , Rhus toxicodendron y Sepia son
medicamentos indicados en el herpe llamado la-
bialis, que ocupa los alrededores de los labios, las
comisuras de la boca, sobre todo la cara, el cue-
llo ó las extremidades del cuerpo, así como en
t\phlycte7toides^ que se distingue por presentarse
sobre una superficie roja ó inflamada de la piel en
placas más ó menos irregulares, y por el orden
que se prescriben se hará uso de cada medica-
mento dos dosis diarias de tres glóbulos cada una
por espacio de cuatro días.
Hepar s'ulphui'is, Dulcamara, Calcárea carbó-
nica y Baryta carbónica, se usarán si los medica-
mentos anteriores no hubieran dado resultado, y
también se emplearán para la curación del herpe
circinatus, llamado así por su forma de anillos
cubiertos de vesículas muy pequeñas, y en cuyo
centro la piel está intacta.
Sepia y Asterias riibens son los indicados para
el herpe iris.
Sulphur y Petroleum para el herpe tonsurans,
que ocupa el cuero cabelludo por capas más ó
menos grandes, cubiertas de pequeñas escamas
pulverulentas parecidas á la harina.
Belladonna, Mercurizts, Arsefzictím, Petroleum,
Ledum palustre, RJitis toxicodendron y Sulphur
son para el herpe vivo ó eczema^ que es una erup-
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i65
cion de pequeñas vesículas reunidas en gran nú-
mero y que al reventarse su líquido produce esco-
riación en la piel y grande picazón, que se exas-
pera con el calor de la cama y que generalmente se
presenta en las muñecas, brazos, muslos y piernas.
Rhtis ioxicode?idro7t, Merciirius, Dulcamara
y Clematis para el herpe crustáceo ó impétigo,
erupción de pequeñas pústulas.
Silícea^ si la picazón fuese viva, con punzadas y
hubiese supuración.
Ctiprum, Digitalis, Dulcamara, Sepia, Silícea
y Sidphur^ si se sitúa en la nariz.
Zona ó zóster.— Es un exantema de natura-
leza vesiculosa y herpética ; generalmente se pre-
senta en semicírculo y en forma de faja. Sus
síntomas son : pequeñas vesículas que reposan so-
bre un fondo rojo é inflamado, con ardor, punza-
das, picazón y fiebre; estas vesículas, que pueden
llegar á ser de la magnitud de una lenteja ó un
guisante, se rompen ó se cubren de una costra
amarilla y delgada que cuando cae deja una man-
cha violada en la piel ó una ulceración. Esta en-
fermedad es extremadamente rebelde, pudiendo
durar semanas y aun meses enteros.
Los medicamentos que, según parece, mejor han
correspondido en esta refractaria enfermedad son:
RJms toxicodendron y Clematis erecta^ que se
podrán usar á las dosis de dos glóbulos por cu-
charada cada tres horas,
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166
Crotontiglium. El Dn Teste dice que ha produ-
cido una rápida curación en varios casos de zona.
La limpieza, una alimentación adecuada á la
constitución del enfermo y el cambio del clima,
si es húmedo y pantanoso en el que vive, son los
medios generales y adaptables á las diversas for-
mas de esta afección.
Hipo.
Es una contracción espasmódíca, brusca é ins-
tantánea del diafragma, seguida de un movi-
miento de relajación y de la entrada repentina
del aire, que produce un ruido característico en la
laringe.
En esta incomodidad deben evitarse los sustos,
las palmadas, contener la respiración, etc.; me-
dios usados y recomendados entre el vulgo, pero
que son perjudiciales.
Puede tomarse un terrón de azúcar mojado en
agua para hacer desaparecer el hipo. Cuando el
hipo es muy violento se usará Belladonna ú
Opium, y NiLX vómica en el hipo que sobreviene
especialmente después de las comidas.
Histérico.
Generalmente aparece con risa, llanto y aun
gritos, ó constituyendo una transición repentina
de una á otra de estas manifestaciones, gesticula-
ciones violentas, disposición á morder ó arrancar
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i67
se el cabello, apareciendo algunas veces convul-
siones fuertes más ó menos extensas.
Aconitum, cuando ataca á una joven de com-
plexión robusta, dos glóbulos cada hora por es-
pacio de cuatro.
Belladonna, en la misma forma, si no ha dado
resultado el anterior.
Puls aulla, cada media hora, si la persona ata-
cada es nerviosa, delicada y propensa á palpita-
ción de corazón, ó la enfermedad depende de la
supresión del menstruo de resultas de un enfria-
miento.
Ignaiia, de la misma manera, cuando el ataque
ocurre en las personas durante el período mens-
trual, siendo éste difícil y con propensión á la
melancolía.
Opium, cada media hora, si parece haber estu-
por en los sentidos.
SulphuTy cada cuatro horas, si en los mismos
síntomas anteriormente citados no se hubiera en-
contrado mejoría con Pulsatilla.
Conium^ cuando la menstruación es muy esca-
sa ó está suprimida.
Ictericia.
Es una enfermedad caracterizada por la colo-
ración amarilla de la piel, de la conjuntiva ocular
y de la orina, y por la falta de color de las mate-
rias fecales, producida por la reabsorción biliar.
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168
Hay varias clases : aguda, crónica, infantil,
etcétera. Su duración es de algunos días ó varias
semanas. La enfermedad depende de desarreglos
en la secreción biliar, obstrucción de los conduc-
tos hepáticos ó imposibilidad de verterse en el
intestino duodeno ; se caracteriza por el color
amarillento de la piel y ojos, acompañada gene-
ralmente de estreñimiento ó diarrea. El gusto es
amargo, con propensión al vómito. Las causas de
la enfermedad pueden ser : enfriarse estando su-
dando, beber helados, abuso de purgantes, untu-
ras mercuriales, fiebres intermitentes, graves dis-
g^istos, etc.
China, Por abuso de mercurio y cuando hay
presión en el estómago, distensión del vientre,
vómitos, diarrea, gran debilidad.
Mercw'ius. En las personas tuberculosas cuan-
do se presentan síntomas de asma, dolor en el
hígado ó reuma de los músculos del pecho, ó pro-
viene de un catarro del duodeno.
Chavio milla. Cuando la causa es frío, afección
moral, y hay sensibilidad al aire libre.
Niix vómica. Inapetencia, gusto amargo y es-
treñimiento.
Bryo?iia. Cuando procede de un acceso de có-
lera ó furor, y Opiítm á consecuencia de un susto.
Sepia. Si el enfermo está sin apetito y tiene
fiebre, y la lengua está cubierta de una gruesa
capa blanca.
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i69
De ordinario la producen el uso de purgantes
en los recien nacidos y el frío. Suele presentarse
con estremecimiento. Chamomillay China, Mer-
curius ó Niix vómica deben emplearse.
Impresionabilidad é irritabilidad.
Sobrexcitación del sistema nervioso, con faci-
lidad de asustarse ó de acongojarse, con genio
violento, indómito y terco.
Chamomilla . Cuando el individuo está irascible
y violento,
Ignaiia. Si hay inquietud y tristeza.
Coffea. En los casos en que la pena le exalta.
Fulsatilla. Si el paciente está sosegado, con
inclinación á las lágrimas, y cuando en las muje-
res se retarda la menstruación ó es poca.
Ntíx vómica. En los casos en que con facili-
dad se asusta, ó de acongojarse, con disposición
de estar echado, cuando se está violento; y en las
mujeres las reglas se adelantan, duran bastante
tiempo, de un modo irregular.
inapetencia
PÉRDIDA DE APETITO
Generalmente proviene de desarreglos del es-
tómago y demás órganos digestivos ; pero algu-
nas veces es sintomática de otras afecciones.
Chamomilla, se usará cuando hay gusto insípi-
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170
do, acuoso y amargo, dos glóbulos disueltos en
una cucharada de agua una hora antes de comer.
Antimonmm crudtím, si hay náuseas ademas
de los síntomas anteriores, dos glóbulos media
hora antes de comer.
Ipecaciianha, á la misma hora que el anterior,
cuando hay gusto insípido y náuseas.
Bryo7iia, si el gusto de la boca es pútrido,
nauseabundo y el enfermo tiene deseo de bebidas
acidas.
Ignatia^ dos ó tres veces al día, si hay náuseas y
repugnancia á la leche y á los manjares calientes.
Lachesis, cuando el gusto es salado y metálico
y hay opresión en la boca del estómago, náuseas
y eructos ácidos después de haber comido, se
usará media ó una hora antes de comer tres veces
al día.
Ntix vómica, cuando hay eructos ácidos, len-
gua blanca, hipo frecuente, con opresión, tirantez
y dolores como de calambre en la boca del estó-
mago y el vientre se halla estreñido.
Pulsatilla, mal sabor de boca y dificultad al
tragar.
Rhus, cuando hay sabor amargo y sequedad en
la garganta.
Sidpkur, cuando hay sed constante.
China, es un medicamento muy recomendado
en esta dolencia cuando está exenta de complica-
ciones.
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171
Incontinencia de orina.
Es la salida involuntaria de la orina, producida
por la relajación del esfínter de la vejiga.
Puede proceder de debilidad de los músculos ó
parálisis parcial ó completa. En este último caso
la vejiga no puede retener la orina, que sale gota
á gota. Cuando sólo hay debilidad ó parálisis par-
cial, da lugar al padecimiento de emisión invo-
luntaria durante el sueño solamente.
Si la incontinencia de orina no tuviese lugar
sino de noche, se dará, principalmente en los ni-
ños rubios y de cabeza exteusamente desenvuelta,
£e¡/adonna ; y ú\tim2imeT\ie, la micción involun-
taria y nocturna, que ocurre con frecuencia en los
jóvenes de ambos sexos, hasta los quince y aun
veinte años, se combate muy bien con Sulphur .
Antimoniwn crudiim. En la incontinencia de
orina cuando sea provocada por la tos.~
Causíiciun. Cuando hay atonía, alternado con
Fhosphorus.
Nux vómica. En los individuos de edad cuan-
do hay tenesmo.
Insolación.
Es el efecto producido por exponerse al sol.
Cmnphora, administrado cada cinco ó diez mi-
nutos, seguido de Belladonna ó Acomium, son los
remedios indicados.
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172
Insomnio
DESVELO
El insomnio es la suspensión del sueño, resul-
tado muchas veces de ciertos estados morbosos,
los cuales habrá que combatir para corregir aquél;
pero suele ocurrir que el insomnio sea el síntoma
más principal y aun el único quizá, en cuyos
casos se tomarán en consideración, para dirigir el
tratamiento, las circunstancias siguientes : si la
causa del insomnio consistiese en la preocupación
de negocios ó asuntos espinosos ó delicados, se
usará :
Aco7titum, Si hay terror pánico con agitación y
visiones desde que se cierran los ojos, ó bien, si
hubiese algún sueño por la mañana ó por la tar-
de, si hubiese somnolencia sin poder dormir por
la noche, se dispondrá Bellado?ina.
Opium, si el medicamento anterior no bastase, ó
fuese debido á un susto el desvelo.
Coffea cruda. Será el medicamento en los
casos de insomnio producido por acontecimientos
agradables , por sobrexcitación , por vigilias ó
por el abuso del café.
Chamomilla, En los niños que se mueven mu-
cho en la cama y que se tapan los oidos con las
manos .
Ftüsatílla. Cuando se ha excedido en las co-
midas, afluencia de ideas.
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173
Niix voviica. Cuando ha habido exceso de be-
bidas alcohób'cas, abuso del café.
Se?zecio auretis. Los médicos americanos le re-
comiendan en el insomnio tenaz y el sueño in-
quieto y agitado.
Irritación de la boca.
Proviene frecuentemente de cierto desarreglo en
las secreciones del estómago, resultado algunas
veces del uso del mercurio.
Aconitiun. Cuando la lengua, la boca y las
fauces están secas, de color irritado y con mucha
sensibilidad. Dos glóbulos cada tres horas.
Belladomia. En la misma forma, cuando el
Aconitum no ha dado resultado.
Causticum. Cada tres horas, cuando aparece
una ulceración blanquecina.
Mercuritcs. Cada dos horas, cuando la lengua
está sucia, abunda la saliva y existen pequeñas
ulceraciones cenicientas en la boca,
Sulpliur ó Hepar sídphuris. Tres veces al día,
si la irritación procede del uso del mercurio.
Irritación de los labios.
Arsenicum ó Verati^tun álbum. Del primero
dos veces al día y al siguiente del segundo, cuan-
do los labios están secos y escoriados.
Ajitiinoniwn. Dos veces al día, cuando están
cubiertos de ampollitas.
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174
Sulphur. Una vez al día, después de haber to-
mado durante tres el medicamento anterior.
Laringitis catarral
CATARRO LARÍNGEO AGUDO
La irritación que se fija en la garganta se de-
nomina catarro laríngeo, y se presenta bajo los
síntomas de tos, ronquera, dolor en la laringe,
dificultad de respirar. En la mayoría de casos es
debido á la propagación de un catarro nasal á la
mucosa laríngea, ó por materias irritantes que
afectan á la laringe. También es producido por
influencias atmosféricas, dejando el cuello al des-
cubierto, ó á enfriamiento de los pies.
En los adultos sigue su curso el catarro casi
siempre sin fiebre; en los niños siempre con ella.
Los síntomas más importantes son : sensación de
aspereza, titilación y punzadas en la laringe, do-
lores al deglutir hasta la saliva, tos seca y algu-
nas veces tos espasmódica, voz ronca.
Belladonna. Tos intensa, seca; dificultad para
deglutir, dolor de cabeza fijo en la frente y sienes.
Biyonia. Tos seca, con dolor en la laringe al
toser, dolor en el costado, sed insaciable y expec-
toración escasa.
Aconiüim. Si hay síntomas febriles, sed, pulso
duro y frecuente, tos seca y cara encendida.
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175
Leucorrea
FLUJO BLANCO. FLORES BLANCAS
Muchas son las causas que pueden producirla.
Frío, repentina supresión del menstruo, cuando la
vagina ha sufrido por largo tiempo una posición
forzada, estreñimiento, ascárides intestinales, ex-
cesos sexuales, poco ó violento ejercicio : es tam-
bién síntoma de varias afecciones de la matriz.
En la curación de esta enfermedad entra por
mucho la condición física y mental; alimentos
nutritivos, pero poco estimulantes; ejercicio mo-
derado al aire libre, los pies bien abrigados, el
vestido ajustado al cuerpo^ sin que oprima ; tran-
quilidad de espíritu.
China, Está indicada en los casos en que la
enfermedad procede de causas debilitantes.
Ptdsatilla. Especialmente en la época del em-
barazo, cuando el flujo es espeso, lechoso, acre,
y hay indigestión.
Calcárea. Cuando Pídsatilla no ha causado
mejoría ; en las mujeres que mensíiúan con exce-
so ; cuando la afección sobreviene á un cambio de
vida.
Sepia. En las mujeres sensibles y delicadas, el
flujo es amarillento ó verdoso, más ó menos cor-
rosivo, generalmente acuoso, más abundante antes
ó después del menstruo, picazón.
Nttx vómica. Cuando procede de abuso de es-
VVgi^
176
timulantes ó alimentos indigestos ; flujo abundan-
te, sanguinolento, de carácter mucoso fétido, ca-
lambres en el vientre, estreñimiento.
SulpJnir. En casos obstinados, en erupciones
repercutidas, cuando el flujo es corrosivo y le pre-
cede cólico.
Lombrices.
Hay tres variedades principales de lombrices,
que se conocen con los nombres de vermicidares,
lumbricoides y tenia.
Las señales para conocer que existen son: pali-
dez del rostro, demacración, olor agrio del alien-
to, el niño rechina los dientes cuando duerme, le
pica la nariz y el ano, y tiene las pupilas dilata-
das. Las alteraciones que produce la presencia de
tales vermes en el tubo digestivo son muy varia-
das, y se citan como más graves las convulsiones,
epilepsias, etc.
Aco7iitiini. Está indicado cuando hay síntomas
febriles, irritabilidad moral, ardor y picor en
el ano.
Ignatia. Después de Acojzituní, cuando ceden
los síntomas febriles, y especialmente si hay pun-
zadas espasmódicas en los músculos del ano ó
picor interno en el mismo.
Ciña, Cuando los niños se frotan las narices,
tienen mal humor, accesos de llanto, insomnio,
deseo de objetos que rechazan cuando se les dan,
^ *• *•••**..• Hostodby Google
177
cara descolorida, ojeras lívidas, constantemente
piden de comer; dolores cólicos, orina blanca y
turbia é incontinencia.
Spigelia. Cuando los síntomas acometen siem-
pre á una misma hora.
Belladonna. Grande excitación nerviosa, deli-
rio por la noche, con saltos durante el sueño.
La tenia ó solitaria se combatirá con Sulphur
ó Gratzatum, en trituración baja, dos dosis dia-
rias por espacio de varios días.
Para el tratamiento de la causa que da lugar á
los ataques de lombrices, y para destruir la pre-
sencia y predisposición al desenvolvimiento de las
mismas, Sulplm?- y Mercurius, una dosis diaria
por espacio de ocho del segundo medicamento, y ""
del primero, ó sea StdpJiur, dos días nada más^
descansando otros dos.
RÉGIMEN DIETÉTICO. — Se prohibe el uso de
frutas, pastas y confituras.
Lumbago
DOLOR EN LOS RÍÑONES
El lumbago es muchas veces sintomático de
otras enfermedades ; pero si existe por sí solo es
un dolor violento, de carácter reumático, en la
región de los riñones ó ya en los lomos, como se
dice vulgarmente, periódico ó fijo, acompañado
alguna vez de calentura. Lo mismo puede proce-
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der de frío que de un esfuerzo ó de una postura
violenta.
Cuando la dolencia no está complicada con
otras enfermedades y procede de mojadura ó hu-
medad, es Didcamara el mejor medicamento, se-
guido de Bryojiia por dos ó tres días si el mai
continúa.
También se dará Bryonia si el dolor presenta
carácter reumático y se aumenta con el movi-
miento.
Ahi.x vómica. Si procede de exceso de cualquier
género ó de vida sedentaria, particularmente si el
dolor parece como causado por un golpe.
Cofculus se dará después si se notase como
parálisis hacia los ríñones ; pero si el dolor es á
consecuencia de una caida, golpe ó por levantar
un gran peso, se usará Avjtica; caso de ser insufi-
ciente, Rhus íoxicodendron, y si continúa obstina-
do, Biyonia.
También Rhus toxicodcftdron es el medica-
mento indicado cuando los dolores en los riñones
son de carácter reumático, que se alivian con el
movimiento y se empeoran con el reposo.
Mal gusto de boca.
Esta afección se enlaza ordinariamente con un
estado enfermo de las vías digestivas ó de otros
órganos; sin embargo, alguna vez es síntoma
único y aislado,
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179
Ahix voviica. En las personas habitualmente
constipadas, con gusto amargo.
Pulsatilla. Contra el gusto nauseabundo ó fé-
tido, gusto salado, y en las jóvenes mal menstrua-
das ó de temperamento linfático.
B)yonia. Gusto pastoso en las personas que
padecen de estreñimiento, ó gusto soso en las de
temperamento bilioso sujetas á constipación.
Males de cabeza.
Los dolores de cabeza son casi siempre sinto-
máticos, é indican, ó congestión sanguínea, ca-
tarro, desarreglos gástricos 6 jaqueca, etc., de-
biendo tratarse según la dolencia que los causa.
Las indicaciones más generales son :
SuIpJnir, Si el dolor de cabeza es de larga
fecha y está acompañado de latidos y ruido de
o id os.
Nnx vómica. Si el dolor fuese muy fuerte, em-
peorando por la mañana, y ademas fijo en un
lado.
Aconitiim. Cuando ocurre que el dolor de ca-
beza viene con dolores de tirantez en la frente,
sensación de quemazón en la cabeza, con frío en
lo restante del cuerpo ; es dolorosa la posición
supina, pero se alivia acostándose, aunque no es
posible el sueño.
Árnica. Cuando el dolor de cabeza es efecto
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de una contusión, y Staphys agria cuando el dolor
es matutino.
Belladonna. Si dichos síntomas están acompa-
ñados de sensibilidad del cuero cabelludo, abul-
tamiento de las venas de las manos y cabeza,
ruido de oidos y oscurecimiento de la vista.
Bryonia. Cuando hay mucha plenilud y pesa-
dez de cabeza, con presión penelranle hacia la
frente, se siente una sensación como si alguna
cosa se cayera, atravesando el cerebro, ojos vi-
driosos, embotamiento, contracción, rostro que se
pone pálido, predisposición irritable y quejum-
brosa.
Puhaülla wSi la sensación es como de aturdi-
miento, acompañada de color pálido en el ros-
tro, palpitación de corazón, falta de apetito y
gran sensibilidad de los ojos á la luz; cuando sen-
tándose en la cama ó al levantar la vista se au-
menta el dolor y el pasear lo alivia.
China. Cuando el dolor es intermitente y se
presenta todos los días á la misma hora^ o un día
sí y otro no.
R/lales del oído.
La inflamación del oido se presenta con dolo-
res muy agudos, fiebre, delirio, frío en las extre-
midades, convulsiones, etc. Sus causas generales
son : enfriamiento, intlamacion de un órgano cer-^
cano ó supresión de erupción cutánea.
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Pulsatilla. Es el específico en la generalidad
de casos.
Belladoima ó Aconitum. Cuando hay gran fie-
bre, convulsiones y se interesa el cerebro.
Merciirius ó Pulsatilla. Si hay derrame puru-
lento del oído.
Se presentan á veces dolores de oidos sin in-
flamación, y en este caso, si fuesen de carácter
reumático, se usará:
Pulsatilla. En dolores terebrantes (como de
barrena) , rubicundez, hinchazón y calor en los
oidos.
Belladonna. Dolores profundos, terebrantes.,
que se extienden á la garganta, con ruido sordo
en el oído, dolores fuertes en la cabeza y ojos.
Mercurius Dolores que se extienden á las
mejillas y dentadura, sensación de frío en el oido,
agravación en la cama, rubicundez inflamatoria
de la parte afecta.
Chamo7nilla Dolores cortantes, sensación de
obstrucción del oido.
Ntix vómica. Dolores que se extienden á la
frente, sienes y huesos de la cara, empeorando
por mañana ó tarde.
La sordera puede provenir de enfriamiento,
accidente mecánico, varias enfermedades, y pue-
de producirse sin dolor.
Cuando es consecuencia de sarampión, Pulsati-
lla; de escarlatina, Belladonna ; de viruela, Mer-
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l82
curius ; de fiebres, Veratrwn ; de supresión del
flujo del oido, Hepar ó Laches ¿s.
Calcárea y Caustictitn producen buen rebultado
en la generalidad de los casos.
Otorrea
FLUJO DE oídos
Cuando es de carácter purulento, Hepar, Mer-
curius, Calcárea; si es sanguíneo, Mercuritis,
Lachcsis, Sttlphur ; si corrosivo, Carbo vegetalis,
Hepar, Aíercurius,
Mareo.
Cuando se note la más pequeña propensión al
mal de mar ó mareo se administrará Cocculus,
dándose una dosis cada vez que se sienta la indis-
posición.
Arsenicimi, Cuando las náuseas excesivas van
acompañadas de sensación quemante en el estó-
mago y garganta.
Las personas que se marean en carruaje ó em-
barcadas, deben tomar Cocctihis desde algún día
antes de emprender un viaje, repitiéndolo luego
como queda dicho.
Dada la ineficacia de Cocculus y Arsenicunij se
empleará Staphysagria.
Si predominan los vómitos, ó, como acontece
en el mareo, hay inapetencia ó malas digestiones,
IpecacuafiJia será el medicamento preferido,
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IWenstruacion
REGLA. PERÍODO
Esta función aparece en las jóvenes á la edad
de la pubertad, y consiste en un flujo de sangre
que tiene lugar periódicamente todos los meses.
La duración de cada período, para que sea nor-
mal, ha de ser lo menos de dos días, y lo más
ocho. La menstruación puede faltar por comple-
to, ser muy abundante ó ir acompañada de mu-
chos dolores.
Amenorrea
FALTA DE MENSTRUACIÓN
Se entiende por amenorrea la supresión del
flujo menstruo , después de haberse presentado
algún tiempo con regularidad.
Pídsatilla, En las mujeres de constitución de-
licada, cuando procede de algún frío, de violen-
tas emociones, cuando acompañan síntomas dis-
pépsicos ó histéricos. Los síntomas generales son:
dolor en las caderas y parte inferior del vientre,
palpitación de corazón, pérdida del apetito, náu-
seas y vómitos, plenitud en la cabeza y ojos,
tristeza alternando con inmotivada alegi'ía, pali-
dez de la cara y labios.
Cocculus. Gran desarreglo del sistema nervioso;
dolores contractivos en el bajo vientre cuando la
paciente est4 muy débil,
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1 84
Phosphorus . En mujeres delicadas, cuando en
lugar de menstruación ocurre expectoración san-
guínea, con tos y dolor en el pecho; si hay he-
moptisis se administrará Nux vómica ú Opium.
Arseftictini. Cuando hay gran postración, hin-
chazón de los pies, tobillos, cara, especialmente
alrededor de los ojos ; palidez.
SulpIuLV. Después de Pulsatilla y cuando no
se ve resultado de los medicamentos expresados
anteriormente,
Bryonia. Cuando la supresión viene con vahi-
dos y opresión de la cabeza, dolores en el pecho
ó las caderas, tos seca, sangre por la nariz y es-
treñimiento.
Sepia. Complexión pálida, jaqueca nerviosa,
dolor de muelas, tristeza, dolores en los miem-
bros, cólico frecuente, dolor de ríñones.
China. En debilidad constitucional, emacia-
ción ó enflaquecimiento, dolores en el pecho, es-
palda y ríñones, palpitación de corazón, desarre-
glos digestivos y muchas veces flujo blanco.
Aco7titum. Cuando la repentina supresión del
menstruo produce congestión á la cabeza ó pecho;
un susto ó de alguna contrariedad.
Calcárea carbónica. En las jóvenes escrofulo-
sas que padecen cefalalgia, peso en las extremi-
dades y menstruación blanca.
Hamamelis. Epistaxis y gastrorragias, y hay
síntomas de plenitud venosa.
.^ ^iqst.edby Google
f
185
Cimici/uga. Menstruación suprimida por un
enfriamiento, con calambres uterinos y dolor en
la cabeza y miembros.
Dísmenorrea
MENSTRUACIÓN DIFÍCIL. CÓLICOS MENSTRUALES
Dolores en la región pélvica, que se presentan
de veinticuatro á cuarenta y ocho horas á la
menstruación, y desaparecen cuando aparece ó
persisten durante ella.
Belladonna. Dolores expulsivos que aparecen
y desaparecen repentinamente. La cara y los ojos
se ponen encarnados.
Bryonia. Dolores como de calambres en el
bajo vientre, con estreñimiento del mismo.
Fulsatilla. Si- los dolores se fijan en los ríñones
y caderas.
Chamoinilla. En las personas nerviosas.
Menorragía
MENSTRUO EXCESIVO
Si el flujo es excesivo y se prolonga más tiem-
po que el acostumbrado, se usará :
Ipeca ciiajiha. Si hay náuseas.
Chhta. Cuando se produce gran debilidad.
Pulsatilla. Cuando el flujo es á intervalos.
Belladonna. Cuando haya dolores en la matriz.
Árnica, Es un medicamento de mucha aplica-
ción, como en otras varias hemorragias.
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i86
j.gj2atia. Se usara durante el período interme-
dio de los flujos. Dos dosis diarias por cuatro
días, alternando por días con China si hay indi-
cación.
Menopausia
EDAD CRÍTICA. CESACIÓN DE LA MENSTRUACIÓN
La edad en que el período cesa varía de cua-
renta á cincuenta años. Por regia general los in-
tervalos entre cada menstruación son más largos,
hasta que desaparece por completo. En algunos
casos este cambio se hace sin alteración en la
salud ni desórdenes ; pero con frecuencia suceden
desórdenes y accidentes desagradables, que única-
mente el médico puede hacer bien la indicación
de los medicamentos.
Lachcsis y Pulsa tilla. Son los dos medicamen-
tos más recomendados para combatir las afeccio-
nes que se presentan en la edad crítica, y cuando
hay bocanadas de calor y rubicundez de la cara,
entonces se administra Calcárea carbónica.
IVletrorragia
FLUJO DE SANGRE POR LA MATRIZ
Esta enfermedad consiste en un flujo conside-
rable de sangre procedente de la matriz, durante
ó fuera üe la época menstrual, con expulsión de
coágulos sanguíneos más ó menos voluminosos.
Aunc^ue es machas veces un síntoma de otras en-
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i87
fermedades, también se la observa como esencial
en muchos casos de la edad crítica, úlceras del
cuello y cáncer de la matriz, etc. Puede ser de tal
modo grave en ciertas circunstancias, que sea el
síntoma predominante y que llame la atención
para un tratamiento especial.
Las metrorragias pueden ser intensas ó copio-
sas, medianas y poco considerables; en el primer
caso comprometen instantáneamente la vida, por
lo cual indicaremos los medios más principales y
de los que mejor resultado puede obtenerse. vSe
administrará:
Ar?iica en las metrorragias /z/t'r/d'j-, sobre todo
si son de origen traumático.
Sabina en las fuer les también, acompañadas
de cólicos uterinos.
Sccak cor?iutuni conviene en casos análogos,
pero sobre todo cuando la mujer está debilitada
por la pérdida de sangre: este es el medicamen-
to de las grandes hemorragias á consecuencia del
parto, y de las que acompañan á los pólipos de
la matriz.
Pudieran anotarse otras varias indicaciones,
así como también expresar las precauciones de
posición y aun los alimentos que debe tomar la
enferma; pero como la dolencia es bastante grave,
no debe descuidarse el aviso al facultativo, para
que con conocimiento de causa tome las medidas
convenientes,
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1 88
Neuralgias
DOLORES NERVIOSOS
Las neuralgias son neurosis caracterizadas por
un dolor excesivamente vivo. Las principales se
llaman ciática, gastralgia, hemicránea (jaqueca),
odontalgia.
Neuralgia facial ó prosopalgia; los síntomas
de esta neuralgia son : dolores en la cara, de los
cuales el uno es fijo, contusivo y v^a en aumento;
el otro es vivo y lancinante, parecido á trayectos
de fuego, á una torsión ó á una dislaceracion.
Estos dolores, que siguen el trayecto de las ra-
mificaciones del nervio trifacial, se reproducen
por intervalos más ó menos aproximados. Los
puntos dolorosos son en cada lado y forman cen-
tros de irradiación hacia la mitad del párpado su-
perior, por debajo del inferior y á los lados de la
barba.
Belladonna. Está indicada si la neuralgia es
violenta^ con palpitaciones y temblor de los
músculos de la cara, rubicimdez é hinchazón de
la mejilla, ó si los dolores ocupan la frente ó
í^r'cualquiera de los lados de la cara: dos ó tres
glóbulos por cucharada son las dosis más conve-
nientes.
Será preferible Colocy?ithis, en las mismas do-
sis, si el enfermo siente dolores de arrancamiento,
de punzadas ó de quemazón en la cabeza, en las
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(
sienes, en el oído y en las mandíbulas de uno de
los dos lados, especialmente el izquierdo. Si la
neuralgia fuese semilateral y los dolores de pre-
sión aumentan por el menor trabajo ó á la
aproximación de la tarde ó de la noche, Pulsati-
lla y Merciu'ius son los medicamentos más indi-
cados.
Cimicifuga racetnosa. En los enfermos neurál-
gicos y reumáticos, cuando el tejido muscular es
halla afectado.
Gelseinhim se?npervire?2S. Se recomienda en la
mayor parte de casos de neuralgias y sobre todo
en el calambre de los escritores, pianistas y baila-
rines.
Vcratrtitn viride. Es útil contra los dolores
neurálgicos en la espalda, y en los dolores inter-
costales causados por el frío.
N'ux voviica y CJiamomilla. Si los dolores se
agravan en la cama ó ¿urante la noche.
Spigelia. Si los dolores fuesen en los ojos.
Coffea. Si la neuralgia no consistiese más que
en ligeros estiramientos de los músculos de la cara,
con movimientos convulsivos de éstos^ á no ser
que el paciente acostumbre á tomar café, en cuyo
caso, en lugar de hacer uso de aquel medicamento,
lo hará de Causticiiin,
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190
Nostalgia
MAL DEL PAÍS
Es una especie de neurosis de la inleligencia
que consiste en una gran tristeza, con deseo
irresistibles de volver á su país.
Capsicum anmmiii y Zí?igiber. Estos dos medi-
camentos son los recomendados por la mayoría de
los prácticos cuando hay rubicundez en la cara.
Phosphori acidiíni. Si hay demacración, fiebre
lenta y sudores al amanecer, y no quiere comer.
HyoscyaviíLS. Si hay insomnio.
Obstrucción de la nariz.
Las ventanas de la nariz de los niños se obs-
truyen con frecuencia, y basta para aliviar esa in-
comodidad una dosis de A^iix vómica cada noche.
Ciiamomilla. Si hay mucha fluxión á la nariz,
Odontalgia
DOLOR DE MUELAS
Cuando hay dolores en los dientes ó en las
muelas, son más violentos por las mañanas y tar-
des, las encías están hinchadas, de color encendi-
do y ardorosas, con sensación como si aquéllos
se alargasen.
Belladojzna. Es el medicamento que en la ma-
yor parte de los casos da buen resultado.
Merairius, Cuando el dolor parece extenderse
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191
del diente ó muela cariados al inmediato y las
encías hinchadas y encendidas por los bordes, con
- flujo de saliva en la boca é hinchazón de la cara.
Cimicifuga racemosa. Cuando los dolores son
reumáticos y no han cedido al uso del MerciLrms,
Chanioniilla. En los dolores de muelas que pro-
ceden de frío y cuando es difícil señalarla muela
que duele, así como cuando esta molestia aparece
después de tomar café ó en cualquiera otra excita-
ción, y sensación como si los dientes ó ^uelas se
prolongasen, y en las mujeres antes de la mens-
truación.
RJiiis tox¡code7idro7i. Cuando el dolor se aseme-
ja al de una contusión.
Dulcamara. Si hay constipado ó el tiempo está
húmedo.
Auíx vómica. En los dolores violentos de mue-
las sin hinchazón de la cara, con dolores lanci-
nantes ó de tirantez y que se aumentan comiendo
ó exponiéndose al aire frío y se extiende el dolor
á todo el lado de la cara.
Aconitwn. Si hubiese fiebre; si el dolor fuese
después de un disgusto, ó causa un enfriamiento,
con inquietud y el enfermo eslá como loco.
Staphysagr'ia y Antimonium, y sobre todo Silí-
cea, producen buen resultado cuando hay dolor
en las muelas cariadas, sin hinchazón de la encía;
pero es preciso que se haga uso de los dos prime-
ros medicamentos cada media hora, cuatro dosis
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192
de uno, y si no basta se usa el otro. Una hila hu-
medecida en tintura de Camphora é introducida
en la caries, también hace ceder ordinariamente eP
dolor.
ArseiiiciLin. Para los dolores que principian ó
aumentan de noche y que molestan al enfermo con
gran inquietud; también en los casos que general-
mente acompañan á la menstruación ó que la pre-
ceden. '
Bryoi^ia, Cuando hay palidez de una mejilla é
inflamación de la otra y se alivia algún tanto al
echarse el paciente sobre el lado enfermo.
Pídsatilla. En las perturbaciones menstruales,
dolores con sacudimientos y golpes convulsivos
que llegan al oido y á los ojos, así como cuando
los dolores son reumáticos y van acompañados de
dolores de'^cabeza.
Mezerewn. Para los dolores que se aumentan
al comer y también durante la noche.
Glonomum. En los dolores con golpes convul-
sivos en los dientes, después de acaloramiento.
Phytolacca deca/zdra. Cuando vacilan ó se mué-
ven los dientes ó muelas.
Aniíca. Cuando el dolor es consecutivo á cual-
quiera operación quirúrgica en la dentadura.
Ti7ittira de Staphys agria. Se usa con buen
éxito cuando hay dolores de muelas ó dientes ca-
riados, enjuagándose con agua templada con lo
gotas de tintura por 6o gramos de agua.
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El mejor elixir dentífrico para las personas que
se tratan por el sistema homeopático es el reco-
mendado por Jahr y Hering, cuyo elixir no tiene
esencias, ni sustancias aromáticas, ni ácidos cor-
rosivos.
Oftalmía
INFLAMACIÓN DE LOS OJOS
Con este nombre se designa la inflamación de
la conjuntiva (membrana mucosa que revístela
cara interna de los párpados y tercio anterior del
globo ocular). Sus síntomas son: rubicundez del
globo ocular y de la conjuntiva; sensación como
si hubiese entrado arena bajo los párpados; ru-
bicundez de éstos, con ardor ó escozor; lagrimeo
continuo, sobre todo al aire libre; dolor de cabe-
za y fotofobia (dificultad de soportar la luz).
Para combatir esta afección suelen ser sufi-
cientes:
Acojtilum. Cuando hay gríin inyección en las
conjuntivas, horror á la luz, y en la oftalmía ca-
tarral.
Belladowj^. Si después de tomar cuatro dosis
de AcoTiihim no hubiesen cesado los dolores y
persistiese la fotofobia.
Pulsaiilla. Si proviene de una blenorragia su-
primida muy intensa, con lagrimeo y destilación
por la nariz.
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Merctcrms. Ulceras en la córnea, y en la oftal-
mía sifilítica.
EtLphrasia. Después de ñlercitriiis, cuando la
inflamación no cede, en dosis de dos glóbulos por
cucharada cada dos ó tres horas.
Los niños recien nacidos, y desde el primero al
sexto día, suelen padecer una oftalmía especial de
mucha gravedad, denominada purulenta, la cual
se caracteriza por tumefacción ó hinchazón de las
membranas mucosas de los párpados y supuración
viscosa sanguinolenta ; generalmente es producida
unas veces por las grandes impresiones de la luz
artificial, y otras por las enfermedades uterinas de
la madre.
La limpieza de los ojos con agua tibia es uno
de los mejores remedios, pero debe ser ayuda-
do por cuatro dosis de ]\Iercarms.^ que se darán
cada cuatro horas, y después dos mañanas segui-
das Hepar sulphiwis.
Sulphur. Se recomienda este medicamento para
prevenir las recaídas.
Orzuelo.
El orzuelo no es más que un pequeño forúncu-
lo ó divieso que se desarrolla sobre la cara inter-
na ó externa del borde libre de los párpados.
En los primeros momentos debe administrarse
Pulsaiilla, con lo cual suele bastar ; pero si hubie-
re mucha hinchazón ó dolor se dará Aconitwn.
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Belladonna. Cuando los párpados están hincha-
dos, con escozor y picazón, y se aglutinan,
Arsenicuin. Cuando hay hinchazón y sequedad
de los párpados ó lagrimeo corrosivo.
Merciirius. Si el orzuelo tiende á supurar, y si
no fuese bastante eñcaz, se dará Hepar,
Sidphur, Es conveniente cuando el individuo
tiene predisposición á ese. padecimiento.
Palpitación.
La palpitación ó irregularidad de los movimien-
tos del corazón en cuanto á la frecuencia é inten-
sidad es generalmente un grave síntoma de las
afecciones de esta viscera. La padecen los jóvenes
en la época de crecer, y los ancianos por la osifi-
cación de las válvulas del corazón. Procede tam-
bién de un desarreglo del sistema nervioso, á cau-
sa de una emoción violenta, abuso de licores, etc.
Es más común esta enfermedad en personas pic-
tóricas, en las mujeres en la época del embarazo
y por desarreglo del estómago y de las reglas, so-
bre todo en las jóvenes cloróticas.
Aconitum. Palpitación con angustia, calor ge-
neral, mucho malestar y debilidad de miembros,
jrespiracion difícil en la posición supina y conges-
[tion á la cabeza.
Arsenictim. Palpitación irregular muy violenta,
[particularmente de noche, al acostarse de lado.
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196
Belladon77a. PalpitacioD con angustia, sensación
de opresión, temblor y una especie de sensación
de hervor al subir escaleras, pulso intermitente,
que aumenta por el movimiento.
Lachesis. Palpitación con ansiedad ó decaimien-
to, náuseas, pulso irregular, especialmente en las
jóvenes.
Spgelia es también un medicamento muy útil;
y el Cactus grandiflortis reemplaza al Aconitum
con ventajas en las palpitaciones y otras enferme-
dades del corazón.
Panadizo.
El panadizo es la inflamación aguda de las par-
tes blandas que entran en la estructura de los de-
dos, acompañada de fuerte dolor. Si se acude tan
luego como se presentan las primeras señales de
la afección á sumergir el dedo en agua tan calien-
te como se pueda resistir, se evita el desarrollo;
si esto no se lograse, se administrará Mercurius.
Algunas veces basta para curarlo una dosis de
este medicamento, y cuando se ve que el panadizo
marcha al estado de madurez, harán menos dolo-
rosa é incomoda la supuración algunas dosis de
Hepar stilphuris.
RJms^ está indicado si se presentase inflamacioi
considerable de carácter erisipelatoso.
Rebajada ya la inflamación, está indicada Sili
rea, dos dosis al día, tanto para resolver el tumo
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del dedO; como para cicatrizarlo después de abierto
si ha supurado. Debe evitarse el abuso de cataplas-
mas y ungüentos. Todo lo más conviene un poco
de cerato simple para que no se adhieran las hilas
ó el trapo si hay sohicion de continuidad.
Si la afección se reproduce con frecuencia será
de gran provecho una ó dos dosis de Sulphur,
Pesadilla.
Sueño anormal en el cual quedan en estado de
vigilia algunas funciones de la inteligencia, des-
pertando ordinariamente con ansiedad y opresión
especial.
Procede ordinariamente de haber tomado ali-
mentos fuertes, cuyo efecto es menester primero
neutralizar, y se conseguirá con una dosis de
Nux vómica,
Aco7íitiim. Cuando algunos días antes se ha
sentido calor en la cara, palpitación de corazón y
dificultad de respirar.
Opium. Es muy eficaz cuando se observan los
síntomas siguientes : ronquido, boca abierta du-
irante el sueño, ojos á medio cerrar, rostro húaie-
'ido con sudor y expresión de ansiedad, y los
^miembros afectados con movimientos convulsivos.
En los casos en que estos medicamentos no
fueren suficientes se recurrirá á Sulphur.
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Pezones.
Los pezones están sujetos á varias alteraciones
en su textura, ya desde el período de la conges-
tión láctea (último mes de embarazo), ya también
en todo el tiempo de la lactancia, que es preciso
procurar evitar, á fin de que el niño y la madre
no sufran las incomodidades que les son propias.
Para impedir la manifestación de no pocas mo-
lestias de los pechos es conveniente, algunas se-
manas antes del parto, lavarlos con agua fría y
enjugarlos después, y también da buen resultado
la aplicación de compresas empapadas en agua
con tintura de Árnica. Si se presentase alguna
ligera escoriación ó dolores en los pezones se
administrarán Hepar ó Sidphur,
Cuando hay dolor en los pezones deben ba-
ñarse dos ó tres veces al día con agua en que se
pongan unas gotas de tintura de Árnica ó de Ca-
léndula; otros recomiendan la de Fliytolacca, cui-
dando siempre de lavarlos bien antes de dar de
mamar.
Chamomilla. Si los dolores son cortantes.
Silícea. Si empieza la ulceración ó supuración.
Los pechos agrietados ó doloridos, como suek/
acontecer en el primer período de la lactancia,'-.
se alivian tomando una dosis de Ar?2Íca^ ó apli-
cando á los pezones una parte de tintura por
cinco de agua en el momento que el niño deja de
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199
mamar. Antes de poner el niño segunda vez al
pecho es necesario pasar por éste una esponja
humedecida en agua templada, repitiendo varias
veces esta operación, porque cada vez que el niño
coge el pecho lo irrita. Se recurrirá :
Sulphnr y Calcárea, caso de ser ineñcaz el uso
externo de Árnica.
Grapliites. Se administra en mujeres escrofulo-
sas, cuando hay inflamación alrededor del pezón
ó en la aréola.
El glicerolado de Calíndula constituye una útil
aplicación en casos de grietas y escoriaciones de
los pechos.
Picaduras de insectos.
Dése inmediatamente una dosis de Árnica, ba-
ñándose la parte herida con una solución de la
referida tintura en agua. Si hay inflamación con-
siderable y se presenta rubicundez se administrará
Belladonna, y si no es bastante, lo cual será bien
raro, debe recurrirse á Uleracritts,
Si las picaduras fuesen producidas por abejas,
avispas, tábanos y mosquitos, ó hubiese heridas
causadas por instrumentos punzantes ó panadizos
producidos por picaduras de aguijones de insec-
tos ó pinchazos de agujas, en estos casos se usará
el Ldditm palustre, como se indica en la descrip-
ción de su tintura.
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^00
Pituitas
AGUAS DEL ESTÓMAGO
Expulsión de cierta canlidad de agua incolora
é inodora más ó menos grande, que sale del estó-
mago y sube á la boca, sin náuseas ni vómitos.
Ipccacua7iha y Pulsátil/a. Ambos medicamentos
son muy recomendados para combatir las pitui-
tas ; pero si éstas coincidieran por la mañana, se
dará Sidphir ; si por la noche, Carbo vegetalis ; si
es después de las comidas, Silícea,
Pleuresía ó dolor de costado.
Dolor pungitivo que aumenta con la tos y la
presión, que de ordinario va precedido de frío y
fiebre; empieza en un punto fijo de un costado,
del que se irradia á otras partes.
El dolor es agudo y punzante, como si á cada
inspiración se introdujese un puñal. El paciente
no es capaz, aunque lo intente, de hacer una ins-
piración sostenida y profunda; la respiración es
viva y anhelosa, el rostro encendido, ardorosa la
piel, pulso vivo y fiebre La presión aumenta el
dolor; al principio no se puede acostar de aquel
lado, y avanzando la dolencia no se puede echar
de ninguno, afectando la posición hacia arriba
(decül)ito dorsal). La orina en este período huele
mal y deja sedimento. Se presenta tos seca é in-
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completa, y cuando hay expectoración es clara. Si
fuese mucosa hay complicación con bronquitis; si
sanguínea, con pulmonía.
Aconitum y Bryonia son los especiales medi-
camentos : el primero mientras hay fiebre, altera-
ción y gran dificultad de respirar, y el segundo
cuando, habiendo remitido los síntomas anteriores,
queda, sin embargo, muy predominante el dolor.
Después que ha cedido el dolor, si continúa la
fiebre no obstante el uso del Acojiitum, se darán
unas cuantas dosis de Sulphur.
En la pleuresía falsa la tos es muy blanda.
Atendiendo á la gravedad de esta dolencia, y
que puede producir un fin desgraciado, no debe
descuidarse el avisar á un facultativo.
Preñez
EMBARAZO
Durante la época del embarazo suelen padecer
las mujeres multitud de afecciones y fenómenos,
como son, entre otras, los vómitos, estreñimiento,
diarrea, dolores de muelas, vahídos, jaquecas, ac-
cesos histéricos, varices, calambres, etc., y se han
de considerar como síntomas del estado de pre-
ñez Esto no ha de obstar á que se administren los
medicamentos apropiados.
Ipecaciianha. Cuando hay náuseas y vómitos,
las digestiones son malas, con dolores de estó-
mago.
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Pulsátil la. Deseos frecuentes de orinar, venas
dilatadas.
Belladonna. Convulsiones y espasmos nervio-
sos, dolor de cabeza.
Acojiititm, Pesadez general, pulso lleno, so-
focos.
Igjzaiia. Llanto sin causa apreciable, tristeza.
Conhtni maculatum. Manchas en la cara.
Opitim. Sueño pesado, astricción de vientre re-
belde.
Bryonia. Estreñimiento de vientre con dolores.
Algunos prácticos recomiendan como medica-
mento muy eñcaz la Síaphysagria. Véase al efec-
to lo que se dice en la descripción de esta tintura.
Pulmonía.
Es la inflamación del tejido pulmonar.
Atendida la inmensa gravedad que lleva consi-
go esta dolencia, sólo haremos ligeras indicacio-
nes para darla á conocer, pues el aviso al facul-
tativo es de urgente necesidad.
Ocurre muchas veces que antes de presentarse
los síntomas verdaderos y directos de la pulmonía
suele haber un período de dos áocho días, llama-
do prodrómico, constituido por síntomas genera-
les, tales como malestar, pérdida del apetito, en-
torpecimiento, frío más ó menos intenso, fiebre
con exacerbaciones nocturnas, alguna tos y opre-
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\
i
sion, lengua de aspecto gástrico y orina encen-
dida.
Viene después dolor en el costado de carácter
gravativo ó de peso, que se limita á un espacio
reducido ó se extiende lejos; la presión, la tos y
la dispnea ó dificultad de respirar aumentan su in-
tensidad. Este dolor no se presenta por lo regular
en la pulmonía de los niños y de los viejos.
Hay ademas tos seguida de esputos, viscosos
primero, rojizos después, y verdoso-osau'os ó se-
mejantes al jugo de regaliz ó de las ciruelas en
último término. La fiebre es intensa, la lengua
blanca, la sed viva, la cefalalgia más ó menos
fuerte, las orinas son escasas y alguna vez se pre-
sentan vómitos.
En la mayoría de los casos la cara está encen-
dida y el enfermo se encuentra echado con pre-
ferencia sobre el dorso ó sobre el costado afecto.
Tres son los medicamentos más principales con
los que puede dominarse el mal, hasta el punto de
hacer desaparecer la gravedad que le caracteriza.
Estos tres medicamentos son : Acoiiifiim^ Bryoiiia
y PJiospJioriis, Los dos primeros pueden adminis-
trarse alternándolos un día cada uno ; una cucha-
rada de agua cada tres horas, disueltos en ella dos
glóbulos del medicamento; el tercero, ó sea el
Phosphorus^ se administrará si hay complicación
de pleuresía y pulmonía, con ó sin derrame, res-
piración excesivamente penosa y acelerada, sudor
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204
abundante y que no alivia, y diarrea con postra-
cion. Ha solido ser eficaz en estos críticos mo-
mentos.
Opiwn. Si el enfermo se halla en un estado de
sopor.
Tartarus e/neticus. Cuando no puede expecto-
rar, con síntomas precursores de parálisis de los
pulmones, con fuerte estertor mucoso,
Rhus. Cuando se presentan síntomas tifoideos.
Quemaduras.
Son las lesiones producidas por la acción de los
cuerpos comburentes ó por los agentes químicos
que obran desorganizando los tejidos. Se admiten
varios grados, según su profundidad.
El algodón en rama colocado en capas sobre-
puestas, empapadas en tintura de Urtica ureris,
es el mejor remedio para ese accidente doloroso.
Si el algodón que se usase fuese de manta, debe
desunirse y aplicarse á la quemadura por la parte
lanuda Puestas aquéllas inmediatamente, mitigan
el dolor, evitando que se levanten ampollas, no
durando la curación más que cinco ó seis días. Si
no se tuviese á mano al;Todon en rama, se apli-
carán paños empapados en la referida tintura de
Urtica ur¿?is, colocando encima una venda seca
para evitar en lo posible la evaporación. No debe
aguardarse que se sequen, sino que constantemen-
te se han de estar humedeciendo, procurando que
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■ no
B se
205
no eslén fríos, sino tibios; si se presentase fiebre,
se dará Aconitzwi.
Si se desarrollan algunos síntomas de perturba-
ción en la cabeza, adminístrese Belladonna,
En la descripción de la tintura de Urtica urens
se expresan detalladamente sus efectos relativa-
mente á esta enfermedad.
Raquitis.
Esta afección por lo general es propia de los
niños de menos de cuatro años, estando caracte-
rizada por cabeza grande, frente abultada, pecho
saliente, costillas aplanadas, vientre voluminoso y
timpanizado, miembros flojos y endebles y una
debilidad general que se nota principalmente en
los órganos del movimiento. Los músculos se re-
lajan, los miembros parecen consumirse, las ar-
ticulaciones se abultan y el espinazo se desvía de
su dirección normal, produciendo en muchos casos
grandes deformidades.
Stdplnir y Calcárea carbónica, á la dosis de 2
decigramos diarios de la primera trituración, de-
berán usarse, en el orden que van expuestos, cada
uno por una semana, á razón de una dosis diaria
por la mañana en ayunas.
Calcárea phosphorica. Algunos prácticos prefie-
ren este medicamento á la Calcárea carbónica
para el reblandecimiento de los huesos, desviación
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2o6
de la columna vertebral y torceduras de los hue-
sos de las piernas.
Oleuní jecoris gad. morrh. En los niños escro-
fulosos una dosis de la segunda trituración.
Reumatismo.
Esta enfermedad es excesivamente movible,
sujeta á variaciones, recaidas, y que tiene su
asiento comunmente en las partes musculares y
fibrosas, por lo cual se distinguen dos formas:
muscular y articular. Cuando el músculo es el
afectado, ofrece un dolor vivo lancinante ó disla-
cerante , que se exaspera por el movimiento;
cuando el reumatismo muscular es poco intenso no
presenta fiebre.
Aconitiim y Avjiica^ administrado el segundo
cuando el primero no ha producido efecto curati-
vo, á la dosis de dos ó tres glóbulos por cuchara-
da cada cuatro horas en la forma aguda, y un día
del uno y otro del otro en la crónica.
Puhatilla. Si en las personas jóvenes, rubias
y altas es dolorosa la menor presión sobre los
músculos afectados y los dos medicamentos ante-
riores no han bastado. Estos mismos medicamen-
tos pueden administrarse cuando el músculo occi-
pito-frontal (cuero cabelludo ) es el más frecuen-
temente acometido del reumatismo.
Del mismo modo se procederá cuando el reu-
matismo reside en los músculos de las paredes del
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207
pecho, y se conoce con el nombre de pleurodinia.
El reumatismo articular se distingue por un
dolor más ó menos insoportable, que ocupa una ó
muchas articulaciones y ocasiona lo más comun-
mente hinchazón y rubicundez en las partes en-
fermas, y en su forma aguda presenta una fiebre
más ó menos viva.
Combatida la fiebre, si existe, con algunas do-
sis de Aconihcm, entran los muchos medicamen-
tos preconizados para esta forma reumática ; los
más principales, tanto en su forma aguda como
crónica, son :
Bryonia. Dolores presivos lancinantes, que
atacan de preferencia á los músculos más bien
que á los huesos, con imposibilidad de moverse;
inflamación local pálida, sudor general, frío y es-
calofríos.
Ehics Cuando procede de haberse bañado es-
tando sudando ; adormecimiento y parálisis de las
partes enfermas ; alivio con el movimiento y agra-
vación con la quietud.
Lycopodium y Sitlphur. En los casos rebeldes,
cuando los medicamentos antes indicados no ha-
yan producido resultado.
Se darán á la dosis de tres ó cuatro glóbulos
por cucharada cuando es aguda la enfermedad,
cada tres ó cuatro horas ; la misma dosis cada
veinticuatro ó cuarenta y ocho horas en la crónica.
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2o8 ^ "^
Ronquera.
Suele ser un síntoma de otra enfermedad pro-
ducida por una ligera inflamación ó hipersecre-
cion de la mucosa laríngea y bronquial, debiendo
por punto general administrarse los medicamentos
propios para la causa.
Chamomilla. Especialmente en los niños, cuan-
do hay acumulación mucosa en la garganta, tos,
empeoramiento por la noche, fiebre ligera.
Bellado?ina. Cuando hay falta de voz y dolor é
incomodidad al hablar.
Carbo vegeta lis. Ronqueras crónicas que se
agravan por la noche y después de haber hablado
ó cantado.
Drosera. Ronquera con voz baja y hueca.
Hepar. Cuando se han usado preparados mer-
curiales.
Hyoscyamus. Cuando hay tos con cosquilleo y
pérdida del habla.
Mercurius después de Pulsotilla. Cuando hay
mucho sudor, especialmente de noche, con cos-
quilleo en la garganta y completa pérdida de voz
y de habla.
Lachesis. Cuando la pérdida del habla sigue á
un ataque de apoplejía.
Nux vómica. En la ronquera que empeora por
la mañana, hay sed y tos fatigante, y también
para la pérdida de la voz de resultas de parálisis.
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\i
'^ 209
Pulsatilla, Cuando hay completa extinción de
voz, tos y fluxión de moco espeso y amarillento
por la nariz.
Phosphorus. En ronquera crónica con sequedad
en el pecho y la garganta. En los casos agudos
se dará una dosis cada cuatro horas. En los cróni-
cos de ocho á doce, y en ambos se dará otro me-
dicamento si no se notase algún alivio después de
tres dosis.
Cansticum, En las ronqueras crónicas ó afo-
nía dependiente de parálisis gloso-faríngea.
Dulcamara, si depende de paralización de la
lengua y si acontece en tiempo húmedo ó si re-
sulta de un resfriado.
Sabañones.
Se da este nombre á una inflamaci.m del der-
mis producida por los cambios bruscos de tempe-
ratura, que ocupa particularmente el dorso de los
dedos de las manos y los pies y muchas veces el
vértice de la nariz y los pabellones auriculares.
Al aparecer esta inliamacion va acompañada
de más ó menos picor y escozor, llegando á ulce-
rarse más tarde.
El tafetán de Árnica cubriendo el sabañón, y
im bañito de una cucharada de agua con cinco ó
■seis gotas de tintura de Árnica, bastan general-
mente.
Cuando es superficial la inflamación y la piel
U
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está reluciente y pica mucho, pueden administrar-
se Niix vómica ó Sulphur,
Si están muy doloridos y presentan un color
azulado, se emplearán Phosphorus^ Arseniciini,
Ch'uia y Rlius, y por algunos prácticos las tintu-
ras de Hamanidis, Lcdicín palustre ó TJiiiya,
aplicados con un pincel.
£1 Sidphur previene frecuentemente la apari-
ción de los sabañones.
Sarampión.
Es una fiebre eruptiva de carácter específico,
representada por la aparición de manchas rosá-
ceas que ocupon especialmente la cara, cuello, pe-
cho y abdomen, con síntomas catarrales.
Esta enfermedad puede dividirse en tres perío-
dos : el primero lo indican los síntomas de un ca-
tarro ordinario, tos seca, ronquera, alguna vez
dolor en la garganta, frío en la cabeza, frecuentes
estornudos, flujo de materia acre por la nariz, ru-
bicundez, calor, incomodidad de los ojos á la luz,
lagrimeo, hinchazón de los palpados y dolor de
cabeza. Segundo período : al tercero ó cuarto día
la fiebre aumenta estos síntomas, y se manifiesta
la erupción de manchas encarnadas, de tamaño
desigual, en la cara y brazos, que bien pronto se
apoderan de todo el cuerpo. La erupción es mayor
guando la fiebre es más alta, y gradualmente de-
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crece al sexto ó séptimo día, al descamarse la
piel, que es el tercer período.
Por lo común esta enfermedad procede con una
marcha regular en sus períodos, y sólo cuando la
calentura es más fuerte se requiere una dosis de
Aconitiim. Al propio tiempo los síntomas de cons-
tipado requieren Pulsatilla ó B/yomci. Si estos
medicamentos se administran antes de salir la
erupción, la prevendrán enteramente, pues que
de ella son un preservativo, como lo es la. Be//a-
donna de la escarlata.
En tiempo de epidemia de sarampión convendrá
dar una dosis cada tres días á los niños que aún
no han sido atacados. Se dará Bryonia en los casos
en que la erupción desaparece repentinamente y
en que ataca los órganos respiratorios. Belladonna
cuando hay tos seca, espasmódica, sed continua y
predisposición de ataque sanguíneo á la cabeza.
Si la garganta está inñamada y ulcerada y las
amígdalas se infartan, está indicado Mercurius.
China presta un gran servicio, restaurando las
fuerzas perdidas del paciente, con especialidad si
se presenta la diarrea, que tan común es después
de esta enfermedad.
Terminado el sarampión, pueden sobrevenir sín-
tomas tifoideos, que se deben combatir con Arsc-
7iicttm. Se administra Pkosphorus cuando hay
pérdida de conocimiento, diarrea, suma debilidad,
tos y propensión al vómito.
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212
En los casos comunes, sencillos y sin compli-
cación alguna, Pulsatillj es el mejor medicamen-
to, que sirve para todos los períodos.
Sarna.
Es una enfermedad caracterizada por la erup-
ción de vejigiiillas y por surcos subepidérmicos,
en los cuales se encuentra ó se anida un parásito
animal llamado accarits scabiei ó sarcoptes .
La erupción se presenta entre los dedos, así
como en las muñecas, y siempre ocupa el lado
del brazo que se halla en contacto con el cuerpo,
así como la cara interna de los muslos y los plie-
gues articulares de los miembros y en las partes
genitales. Jamás se presenta en la cara ó en el
cuero cabelludo, excepto en los jóvenes que du-
rante la noche se envuelven en sus cubiertas. Esta
erupción se acompaña de una picazón viva, volup-
tuosa, que se manifiesta principalmente por la
tarde y al principio de la noche, porque á esta
hora es cuando se pasea el accarns.
Son varios los medicamentos homeopáticos re-
comendados para combatir esta erupción ; pero
son tan inseguros en su acción, se obtiene algún
resultado con tal lentitud, que es la desesperación
de los homeópatas, obstinados en anonadarla con
los medios preconizados, tales como el Sulphw y
Mei'u tn-his.
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L 21
I El tratanuej.to usado eu esta eiirermedad por la
_.^ ledicna ordinaria la cura con nrucha frecuencia
. fluidamente, y consiste en fricción parasiticida
r eíT^i gi. -rolado de azufre, fricción general con la
rayzcla de glicerina y esencia de Menta ó de Za-
'Mnda 6 coa tintura de Ca;u^A,ra R,Mni.- mas
_ P<^ra que sea pronta y eficaz, debe sa- general la
Jncci07z.
Algunos prácticos homeópatas recomiendan con
entera confianza administrar la Lobelia ¡nflata por
.a mañana y Petroleum por la tarde.
Sarpullido.
Se presentan pequeñas vejiguiHas en la cara
cuello y brazos, llenas de humor acuoso. La lim-
pieza puede por sí misma impedir la erupción, que
va acompañada generalmente de picor, escozor y
calentura. Puede provenir de estar los niños en
parajes muy calientes 6 con ropas que los sofoquen
Hay varios nombres para esta erupción, que ofre-
ce poca variedad en sus formas.
Aconitum Si hay mucha calentura. •
R'im. Si la erupción fuese vesiculosa y con
gran prurito.
Sífilis
VENÉREO
La sífilis es una enfermedad virulenta constitu-
cional caracterizada por ulceraciones, induraciones.
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214
necrosis y caries; pero tiene por carácter distinti-j
vo el no desarrollarse nunca bajo la influencia dj
causas generales. í
El contagio es siempre necesario; en la sífllyi
adquirida, el mismo enfermo es el que está coín-
taminado ; en la hereditaria el engendrador es fl
que lo ha estado. [
Para evitar digresiones impropias de un trata--
dito de esta índole, apuntaremos únicamente las
ideas más generales y las formas más comunes en
que suele presentarse esta dolencia.
I. o Blenorragia sifilítica (Inflamación
aguda de la uretra del hombre), — Los primeros
signos perceptibles de la uretrítis blenorrágica se
presentan entre el segundo y séptimo día, raras
veces más pronto ni más tarde. Comienza ordina-
riamente por una sensación de prurito voluptuoso
en el orificio del conducto de la uretra, erecciones
casi continuas y conatos frecuentes de orinar. A
los tres ó cuatro días la emisión de orina se hace
muy dolorosa ; el prepucio y el glande están hin-
chados, rojos y muy sensibles (primer período).
Segundo período. Hay secreción por el con-
ducto de la uretra de un moco cristalino, albumi-
noso, que aglutina los labios del meato (abertura
del\glande)y que al instante se hace puriforme,
blanco ó verdoso y con frecuencia abundante. Un
dolor .ardoroso lancinante, en extremo tensivo, se
manifiesta durante el acto de orinar. Hacia el
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]
decimoquinto día es cuando los síntomas llegan
al más alto grado de intensidad, y puede presen-
tarse una ligera reacción febril.
Esta es la gonorrea acliva, pues la pasiva es-
tán opuesta á la precedente, que á no ser por la
evacuación uretral el mal pasaría sin percibirse.
La blenorragia coji encorvamiento del pene ( vul-
garmente llamada de garabatillo ) sólo ofrece de
particular el que las erecciones son mucho más
dolorosas y que el pene se encorva hacia abajo.
Tres son los medicamentos más esenciales para
combatir esta forma sifilítica : Caimabis sativa,
Cantharis y Merairius ; los dos primeros para la
forma inflamatoria, el tercero para combatir la
causa. Cannabis y Cantliaris se usarán dos glóbu-
los por cada cucharada de agua, para tomar una
cada tres ó cuatro horas. El Mercurius se usará
de 2 á 5 centigramos por dosis de la segunda ó
tercera trituración, tomando un par de veces al
día. El primer medicamento es más propio para
la blenorragia sin encorvamiento, y el segundo
para combatir ese síntoma.
2.0 Chancros (Ulceraciones sifilíticas). —
Entre las varias formas en que se presentan, la
más general es el simple, que se encuentra sobre
el cuerpo del pene, sobre las caras externa ó in-
terna del prepucio ó á los lados del frenillo; su
dimensión varía desde la de una pequeña lenteja
á la de una moneda de 2 reales. Mcrcttriiis es el
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2l6
medicamento que se considera más indicado en
las diversas formas de la afección ulcerosa primi-
tiva, así como de todos los accidentes consecutivos.
La dosis á que debe administrarse, por los prime-
ros ocho días al menos, es la de 5 centigramos
por la mañana y tarde de la piimera ó tercera tri-
turación.
3.0 Bubones sifilíticos. — Estos se forman
comunmente en las glándulas linfáticas de la in-
gle, siendo superficiales. Se asocian generalmen-
te al chancro primitivo en la segunda semana des-
pués de la aparición de éste, y se anuncian con
ligero escalofrío, seguido de un ligero dolor en el
pliegue de la ingle, que se extiende á lo largo del
muslo, dificultando la progresión. Se observa des-
pués la hinchazón de una glándula, que al princi-
pio está movible, que aumenta poco á poco de
volumen, llega á hacerse inmóvil, y la piel subya-
cente se enrojece y se pone dura. El bubón termi-
na de ordinario por resolución ó por supuración
El tratamiento del bubón sifilítico es el mismo
que el del chancro, á quien acompaña, y del cual
es su consecuencia.
Síncope
DESFALLECIMIENTO. DESMAYO
Es á veces un síntoma de enfermedad del cora-
zón ó puede depender de la disminución de ener-
gía ó acción cerebral sobre la economía.
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217
Las personas cuya constitución es muy delica-
da son muy propensas á desmayarse á la más
pequeña impresión, y aun á la vista de la sangre.
Los síntomas son : pérdida completa del cono-
cimiento, los latidos del corazón disminuidos y la
respiración casi imperceptible, con cara pálida,
sudor glutinante y los miembros fríos.
Los síncopes accidentales y no los sintomáticos
de enfermedades graves, son en los que indicare-
mos los medicamentos que se deben administrar.
Aconitiim, Si el síncope es debido á una emo-
ción viva, con fuertes latidos en el corazón, con-
gestión sanguínea. Si no sobreviniese alivio á la
hora de tomar las dosis á ciertos intervalos, se
dará Opiíun.
Coffea ó C/uunoniilla. Para sujetos nerviosos
y muy impresionables, ó si es por alegi'ía.
BeIladon?ia, cuando el desmayo ataca á una
joven de complexión rosada.
Piihatilla, cuando coinciden con palpitaciones.
Igíiatia, cuando es por miedo.
Veratriini, cuando es causado por dolor.
China y PliospJiorus. En los desfallecimientos
que provienen de grandes pérdidas ó á conse-
cuencia de enfermedades de mucha duración. Una
dosis por la mañana y otra por la noche, mi día
del primero y otra del segundo.
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2l8
Somnolencia
SOÑOLENCIA
.iTTcIniacion irresistible ádormirse/qne padecen
algunos individuos, á ciertas horas, gozando al
parecer de buena salud. En Homeopatía se obtie-
nen buenos resultados con los medicamentos si-
guientes :
Opiu?n. Soñolencia durante el día, con cara
encendida, respiración difícil, movimientos con-
vulsivos de los miembros.
Calcárea carbónica. Soñolencia por la maña-
na, ó á primera hora de la noche ; y si es por la
tarde, China.
Carbo vegetalis. Si se presenta después de
comer, y si es antes, Antimoniíim cruduní,
Beliadonita. Contra el sueño soporoso, con mo-
vimientos y estremecimientos convulsivos de los
miembros: si no se aliviara dése Opiítm.
Chamomilla. Sobre todo en los niños, con
mucha agitación y calor febril.
Sudor de los pies.
Proviene generalmente de una erupción cutánea
descuidada y casi siempre desconocida. Debe de
tenerse cuidado de lavarse los pies con agua tem-
plada dos ó tres veces por semana.
Baryta carbónica y Kali carbonicwn. Son los
medicamentos indicados cuando el sudor es fétido.
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219
Silícea y lodum. Cuando el sudor es corrosivo,
Stdpkur j Lycopodium. Son recomendados am-
bos medicamentos para obtener-eimiudias ocasio-
- nes la curación de la dolencia.
La supresión súbita del sudor produce acciden-
tes graves, por lo que es urgente restablecerla,
particularmente cuando se siente frío glacial en
los pies, en cuyo caso Silícea es el medicamento
recomendado.
Supresión y retención de orina.
Ambas afecciones producen síntomas semejan-
tes, siendo muy diferentes. En la supresión no
hay orina (anuria), porque los riñones no la se-
gregan. Es un síntoma grave. Puede proceder la
supresión de inflamación de los riñones cuando
la acompañan náuseas, vómitos, dolor en la re-
gión lumbar, timpanitis, deseo frecuente de orinar,
y si sale algo de orina es con dolores agudos.
En la retención se segrega y no se evacúa al
exterior porque la retiene alguna causa, como
piedra, inflamación ó estrechez de la uretra, pará-
lisis de la túnica muscular de la vejiga, infarto de
la próstata, etc.
Es sintomática de muchas enfermedades, como
sucede en el último período del tifus y de la fiebre
tifoidea.
Aconiium. Cuando con inflamación de los ríño-
nes ó vejiga hay fiebre considerable. Cantharis^
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después de Aconitum^ cuando remiten los sínto-
mas febriles.
La retención de orina ocurre en los niños recien
nacidos con más frecuencia, y basta algunas veces
poner un paño caliente por encima del empeine,
dándole una dosis de dos glóbulos de Nux vómi-
ca. Si no se nota alivio adminístrese :
Pídsatilla. Una dosis cada hora ó menos, hasta
que se obtenga mejoría.
Supresión de la leche.
Es la falta de secreción láctea producida más ó
menos repentinamente, ya por el espasmo de los
conductos galactóforos, ó por los riegmones de la
glándula, ó por causa de tumores ó por debilidad.
Pulsatilla, Cuando la supresión es seguida de
congestión local, acumulación de sangre á la ca-
beza. Pero si á estos síntomas acompañasen fiebre
considerable y excitación nerviosa, se usará Aco?ti-
tiun y Coffea.
China y Calcárea carbónica. Si la supresión
fuese por debilidad.
Bryonia ó Dulcamara, Si procede de haberse
resfrido.
Opium. Cuando es debida á consecuencia de una
fuerte emoción.
Rhiís toxicodetidro7i. Previene la supresión y
4un suele reproducir la secreción,
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r
Tina.
Es enfermedad específica de la piel, producida
por un hongo llamado Tricophito7i tojisiirans,
que ataca á los folículos pilosos y las capas su-
perficiales y profundas del epidermis, produciendo
la caida del pelo.
Esta dolencia es propia de la niñez y muy con-
tagiosa. La causa más frecuente de su trasmisión
es el uso de peines, almohadas, gorras y todo lo
que ha estado en contacto con la cabeza de un
tinoso. Ordinariamente, ademas de proceder de
constitución escrofulosa, acomete á los niños de
las clases pobres que tienen menos aseo y cuidado.
Cuando se presente bajo la forma de costras
secas sobre el cuero cabelludo, ó tina con espesas
costras que destruyen el pelo, con materia y pi-
cazón violenta por la noche, ó en tina periódica,
que se presenta cada año, están indicados RJnis y
Arse/iicuui.
Hepar. Si las costras se extienden á la cabeza,
cara y cuello y son muy dolorosas al tacto, con
prurito, y hay supuración fétida, con sordera.
Sulphur. Cuando hay espesas y amarillentas
costras en el cuero cabelludo, con secreción de
pus espeso y fétido, acompañado de gran picor y
sensibilidad dolorosa de las raíces y del cuero al
tocarlo.
Dulcamara, Está indicada cuando á la dolen-
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222
cia acompaña infarto de los ganglios del cuello,
palidez del rostro y soltura de vientre.
Calcárea. Es también un buen remedio en los
casos rebeldes de tina, sea de carácter húmedo ó
seco.
Lycopodhc?n. Es recomendado por algunos prác-
ticos contra la tina reciente.
Tos.
Es una espiración brusca producida por la ex-
citación de las vías aéreas ó por la presencia de
mucosidades en las mismas.
Puede provenir la tos de irritación de las vías
aéreas, ó ser simplemente catarral, ó síntoma de
enfermedad en los pulmones, ó simpática por el
desarreglo de alguna otra función. Asi, no sólo
hay tos producida por dolencias del pecho, sino
también por la dentición, dispepsia, lombrices y
otras causas. Puede ser seca cuando no va acom-
pañada de expectoración, y húmeda cuando va
seguida de esputos de distinta naturaleza.
El carácter de la tos y el grupo de síntomas
que la acompañan guiarán para conocer el asien-
to y gravedad de la dolencia y su adecuado re-
medio.
Aconitum. Tos violenta, fiebre ardiente, dolor
del pecho, respiración difícil, pulso lleno, sed.
Bryo?iia, Luego que la fiebre ha cedido por
Aco?2Ítum; tos pesada y seca, punzadas en los la-
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L
223
dos, cabeza ó pecho; afecciones inflamatorias del
pecho, con expectoración mucosa estriada de san-
gre ; dolor en los vacíos mientras se tose.
Bollado mía. Tos que se parece á la de la co-
queluche, se reproduce al menor movimiento y
hay una irritación insoportable en la garganta que
apenas deja respirar, dolor de cabeza como si fue-
se á estallar, dolor en la nuca.
Mercw'his. Tos catarral, acuosa la nariz, diar-
rea, sangre por las narices, tos seca que empeora
de noche, expectoración sanguínea.
Ipecacuanha. Tos espnsmódica con mucha ó
ninguna expectoración, de ordinario náuseas y
vómitos, empeora de noche y al aire libre, opre-
sión al respirar, cosquilleo en la laringe.
Niix vómica. Tos seca, fatigosa ó espasmódica,
empeora por la mañana, dura todo el día, opre-
sión del pecho por la noche, sensación de seque-
dad y calor en la boca ; la excita cierto cosquilleo
y como si arañasen en la garganta; dolor de ca-
beza, sensación de contusión alrededor del estó-
mago, alguna vez vómitos. Conviene á personas
de temperamento sanguíneo ó bilioso.
Hepar. Tos seca, ronquera, se excita al movi-
miento, empeora de noche, se agrava por exponer
al frío cualquier miembro. Debe alternarse con
Phosp horas.
Phosphorus, Tos seca, que se excita echándose
sobre el lado izquierdo, cosquilleo en la garganta,
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224
ronquera, dolor como de escoriación en el pecho.
Siilphw, En casos rebeldes, cuando el comer ó
la respiración la provocan, expectoración de moco
espeso ó fétido, dolor de cabeza, dolores en el
pecho y vientre. Es uno de los mejores medica-
mentos para la tos rebelde sin fiebre.
Chamomilla. Tos seca, cosquilleo en la gar-
ganta y pecho; empeora de noche ó mañana y
tarde, se agrava hablando ó durante el sueño, al-
guna vez con fiebre.
Dulcamara. Cuando la tos proviene de un en-
friamiento, gran secreción de mucosidades ; se
agrava si se está sentado y se alivia paseando.
Hyoscyanms. Tos seca, espasmódica, cosquilleo
en la garganta ; se aumenta estando acostado y se
alivia sentándose.
Ignatia. Particularmente en personas de carác-
ter suave, tos con sacudimiento, sensación como
de una pluma que toca la garganta; empeora des-
pués de comer, al acostarse y levantarse ; tos seca
con fluxión de la nariz.
Terceduras y contusiones.
Son las primeras una ligera distensión de los
medios que unen entre sí dos ó más huesos, de
tal suerte que éstos se separan muy ligeramente
de sus relaciones normales, y coníusion el efecto
producido por un cuerpo más ó menos redondeado
que obra sobre las partes blandas, dislacerando ó
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22;
rompiendo los tejidos que se hallan por debajo de
la piel sin causar su rotura; cuando ésta se verifi-
ca se llama herida contusa.
Apliqúense paños de hilo mojados en tintura
de Árnica, echando veinte gotas para 120 gramos
de agua, procurando no se sequen aquéllos, ó
apliqúese el Algodo?z aniicado ^Yiwm^ci^o con agua
templada, y dése Ar pilca al interior. Si sobrevinie-
ra fiebre adminístrese Acopzituni.
Antica. Produce alguna vez inflamación de ca-
rácter erisipelatoso. Las personas que se hallen
expuestas á esa particularidad deben usar, en vez
de Arjiica, Rhus toxicodcndrojz.
Cuando después de una tercedura hay dolor
tensivo y cojera se tomarán mías dosis de RJms,
Pulsaülla ó RtLta,
Tortícolis.
Esta afección es debida casi siempre á un en-
friamiento ó al reumatismo, y consiste en la con-
tracción espasmódica del músculo esterno-cleido
mastoideo, seguida de dolor é inclinación del cue-
llo hacia un lado, con imposibilidad en los movi-
mientos de la cabeza.
Bryojiia y Rhus. Son los medicamentos indica-
dos cuando es debido á enfriamiento, y Árnica á
mala posición del cuello durante la noche.
Cimiciftiga racemosa. Si el dolor no permite á
la cabeza el más ligero movimiento ; sobre todo
15
^
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226
en los individuos reumáticos y en las mujeres que
padecen desarreglos de la menstruación.
Tristeza.
Ignatia, Para la tristeza profunda en que el
amor propio lia sido ofendido, para una indigna-
ción concentrada, y para la tristeza ocasionada de
un amor desgraciado, sobre todo si una de las
mejillas se pone colorada.
Staphysagria, Si está contrariado en sus espe-
ranzas el enfermo, irritable, miedoso, temeroso
del porvenir, duerme por el día y está despierto
por la noche.
Hyoscyamiis. Cuando se está celoso, violento en
sus movimientos, de genio furioso, buscando pen-
dencia por el más mínimo pretexto.
Lachesis. Si el individuo habla mucho, cam-
biando bruscamente de conversación, agravándo-
se después de comer ó durante la vigilia,
Belladoiina, En los casos en que se produce un
desarreglo intelectual, y si no cediera adminístre-
se Hyoscyamus.
Ulceraciones.
Se llama ulceración ó úlcera toda solución de
continuidad de los tejidos que tiende á extender-
se y que está sostenida por un vicio general. Las
úlceras son de varias clases, no pudiendo ocupar-
nos de determinarlas todas por impedirlo el ca-
rácter y los límites de este trabajo ; indicaremos,
í
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227
sin embargo, los medicamentos más principales
que deben emplearse.
Calcárea carbónica, Pulsaiilla y Sidphttr com-
baten las formas varicosa, callosa y escrofulosa.
Silícea, Cardo vegefalis, Arseniciun álbum y
Lachesis corresponden á las úlceras llamadas
fistulosas, fungosas y cancerosas.
Todos estos medicamentos pueden administrar-
se á cucharadas por mañana y tarde á la dosis de
dos ó cuatro glóbulos.
La Higiene representa un papel tan impor-
tante, que está al nivel si no supera al de los
agentes farmacológicos. Mucha limpieza general,
y muy particularmente en la parte afectada, ali-
mentación esmerada y en consonancia al tempe-
ramento linfático, que es el que más se presta á
este género de enfermedades, y un clima, ya de la
benéfica influencia del Mediodía, ya seco y airea-
do si el país es montañoso, en el Norte. Cuando
las ulceraciones sean decididamente crónicas, la
medicación debe guardar armonía con la natura-
leza del mal, es decir, el vicio ó diátesis general
que las sostienen, y, por lo tanto, las dosis se
administrarán cada veinticuatro ó cuarenta y ocho
horas según los casos.
Urticaria.
Se llama así esta erupción por parecerse á las
picaduras de la ortiga.
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228
Cuando aparece precede insomnio, ardor, pi-
cazón en los puntos afectos; éstos cambian de lu-
gar con intervalos de pocas horas.
Procede de una traspiración suprimida, de des-
arreglo de los órganos digestivos, abusos de lico-
res, y también de tomar ciertos alimentos dema-
siado fuertes. Otras veces aparece sin causa cono-
cida. El método usual de curación ha sido dar su-
doríficos, por haberse observado que termina la
enfermedad por traspiración. Sólo es necesario
combatir el frío y dar uno de los medicamentos
que se mencionarán. Muchas veces la erupción se
presenta con síntomas alarmantes, como opresión
en el pecho, dificultad de respirar, dolor de cabe-
za, náuseas, diarrea y agitación general, y suelen
ceder á Ipecacna?zha repetida tres veces al día.
En los niños se presenta la erupción en forma
de vesículas del tamaño de cabezas de alfiler, y
produciendo una constante irritación, en particular
por la noche, si se expone el enfermo al calor ó
al frío.
Chamomilla y Sulphur, Son medicamentos que
pueden ser útiles, precedidos de Aconititm^ si hay
mucha calentura, dejando pasar de doce á ocho
horas antes de recurrir á ellos. Está indicado Nux
vómica para cuando la dolencia se debe al des-
arreglo del estómago y las manchas parecen pica-
duras de ortigas, formando granitos pequeños,
que producen una irritación excesiva. Cuando á
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!_
229
estos síntomas acompaña diarrea, falta de apetito
y plenitud' de estómago se dará Pulsatilla.
Dulcamara y RJms. Están indicados cuando la
causa es haber tomado frío, ó la afección aparece
en tiempo húmedo.
Bryonia. Es también muy eficaz en la urticaria.
Vértigos ó vahídos.
Son dependientes en general de la plenitud de
estómago, de las pérdidas ó evacuaciones debili-
tantes, de las bebidas espirituosas, de los remedios
narcóticos y de las caidas ó golpes en la cabeza
que producen congestión ó anemia.
Nux vómica, Chamojuilla y PídsatiUa se em-
plean cuando proceden de exceso de bebida ó ali-
mentos.
Belladonna. Cuando se sienten molestias en la
cabeza.
China, Cuando reconoce por origen la debi-
lidad.
Phosphoncs. Cuando hay vómitos y dolor de
cabeza.
Opinm. Cuando aquéllos provienen de un susto.
JMercurius. Si se presenta por la tarde acompa-
ñado de oscurecimiento de la vista.
Verrugas.
Son éstas unas producciones carnosas que re-
sultan de un desarrollo anormal del sistema capi-
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230
lar, y que se elevan y parecen vegetar en la super-
ficie de un órgano.
Estas excrecencias (vulgarmente llamadas coli-
flores, crestas de gallo, puerros, condilomas), si
son estrechas por su base y prolongadas por arriba,
desaparecerán haciendo uso del Lycopodhiin dos
dosis al día de tres glóbulos cada una, disueltos en
una cucharada de agua, repitiendo éstas por espa-
cio de ocho días, al cabo de los cuales se suspen-
de la medicación por otros ocho días, y si pasados
éstos todavía no se hubieran caido, se vuelve á re-
petir el mismo medicamento en igual forma y ma-
nera.
Si las verrugas fuesen lisas, chatas ó no pedicu-
ladas, se usará Dulcamara y Sulpliiir^ ocho días
del primero, dos dosis diarias, y al día siguiente
de concluir, una dosis de cuatro glóbulos de Sul-
phur por la mañana en ayunas, repitiendo al día
siguiente y no volviendo á tomar más medicamen-
tos por espacio de quince días.
Rhíís^ CheIido?2Í2Wi ?najus^ CaiLsiiaim^ Nitri
acidrim son también medicamentos muy indicados
si los anteriores no hubieran dado resultado al-
guno.
ínterin se hace uso de cualquiera de los medi-
camentos mencionados, conviene tocar las ver-
rugas tres ó cuatro veces al día con un pincel em-
papado en la tintura de Thuya occidcntalis.
í
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231
Viruela.
Es una enfermedad precedida de fiebre, y ge-
neralmente de varios síntomas gástricos que la
acompañan, vómitos y dolor en los lomos, que
consiste en una erupción de granos al principio
(pápulas), que contienen una serosidad que des-
pués se convierte en pus (pústulas umbilicadas).
Ocupa al principio el rostro, cuello, pecho, y des-
pués los brazos, el tronco y últimamente las ex-
tremidades inferiores, de manera que cuando apa-
recen en éstas se encuentran ya las de la cara en
estado de supuración. Los períodos de esta erup-
ción están bien marcados y se denominan desde
que aparece: i.°, invasión; 2.0, erupción; 3.°, su-
puración; 4.°, descamación. La incubación no se
manifiesta por síntoma alguno.
La fiebre eruptiva remite extraordinariamente
después de bien establecida la erupción, y se re-
crudece nuevamente á los tres ó cuatro días de tal
estado, para establecerse la supuración, después
de la cual cesa y viene el período de descama-
ción.
Los medicamentos que figuran en el tratamien-
to varían según el período á que correspondan.
Aconituin. Cuando haya gran fiebre, mucha
sed, calor aumentado y agitación.
Coffca. Cuando en el cuadro anterior sobresal-
u ga ó descuelle la gran agitación y el desvelo, como
\
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232
sucede principalmente en los niños, se repetirá con
alguna frecuencia hasta dominar su estado.
Bellado72jia. Cuando las dificultades de apare-
cer la erupción se hacen sentir en el cerebro por
gran dolor de cabeza, delirio con horror á la luz
é inyección de las conjuntivas.
Opium, Si el estado anterior va acompañado de
profundo coma ó letargo.
Mercitruis. En el período de supuración, ó cuan-
do hay diarrea al fin de la descamación.
Arseniciun. Cuando hay angina, habiendo in-
vadido la erupción la garganta y la boca, estando
la angina en su ultimo período, ó cuando hay sín-
tomas de enteritis, inflamación intestinal, que se
desenvuelven algunas veces por la repercusión de
la erupción, es decir, por su desaparición repen-
tina.
Bryojtia. Antes de la aparición de la erupción,
con náuseas, vómitos, etc., ó bien después si hay
hidropesía abdominal.
Fiílsa tilia. Cuando hay dolor de cabeza, opre-
sión del pecho y escalofríos.
Chamoniilla. Se usa para combatir algunos sín-
tomas accesorios ó concurrentes de desasosiego é
imposibilidad de dormir, con propensión á diarrea.
HyoscyamiLs, Para combatir los mismos síntomas
si no existe la propensión á la diarrea.
RJnts toxicodcjidrojt. Cuando la erupción es im-
perfecta y las viruelas se esconden fácilmente en
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J
i
J
i_
233
el cuerpo, llenándose de un licor linfático en lugar
de virus, ó también quedando enteramente vacías.
Opium. Si el enfermo se despierta con dificul-
tad y ronca ó respira con trabajo.
Hydrastis ca7tadeiisis. Sirve para limitar la pro-
pagación de esta enfermedad y para la curación
de la misma.
Verah'ttm viride. Disminuye las congestiones
cerebrales y los síntomas inflamatorios que acom-
pañan á las viruelas confluentes, con pulso latente,
la piel seca y dolores de los miembros.
China. Contra la diarrea que sobreviene en los
casos de erupción de mal carácter.
Chamomilla, Rhtis y Aí'seniai/n Suelen estar
indicados en el período de descamación, y tam-
bién cuando por efecto de algún enfriamiento en
este período se declara el edema ó la anasarca.
Baptisia ti neto ría. Se recomienda asimismo
cuando la fiebre toma un carácter tifoideo.
La Sarracenia purpurea, según algunos prác-
ticos, empleada en cualquier período del curso de
la viruela, modifica los síntomas concomitantes;
pero otros prácticos reprueban su uso porque no
han encontrado los resultados satisfactorios ante-
dichos.
Cimicifuga racemosa. Aunque un médico de
los Estados Unidos dice haber curado muchos ca-
sos sin perder un solo paciente, como no descri-
be los síntomas, ni cita casos excepcionales, como
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234
cada uno de los demás medicamentos, nos limita-
mos tan sólo á citarle.
Expuesta la enfermedad de la viruela y su tra-
tamiento más adecuado, parece natural consignar
algunas ideas y observaciones sobre su medio pro-
filáctico ó preservativo y sobre la vacunación ó re-
vacunación.
Há ya algunos años que se viene combatiendo
la inoculación variolosa, tomando por fundamen-
to la frecuente trasmisión de gérmenes fatales que
llevan consigo agentes destructores de la salud y
aun de la vida.
Hechos hay que confirman esta aserción. Y
también es muy cierta la gravedad de los acci-
dentes de la viruela natural, con lo que ocurre en
la mayoría de los casos de la vacuna; por tanto,
aunque pudiéramos con excesivas razones emitir
nuestro juicio sobre la vacunación, dejárnoslo libre
para que cada uno haga en este punto lo que
crea y quiera. Materia es ésta bastante delicada,
y un buen criterio podrá resolver asunto de tanta
importancia.
Los que sean partidarios de la vacunación pue-
den y deben recomendarla después de los cuatro
ó seis meses del nacimiento, así como á igual
fecha por lo menos para aquellos de quienes se
tome la linfa ; porque observando por un lado las
buenas condiciones de salud del niño de quien se
haya de extraer el pus, así como el tiempo prefi-
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235
jado, se habrán puesto los medios más seguros
para evitar una vacunación sifilítica, puesto que
consignado está en la Ciencia que la sífilis here-
ditaria se desarrolla casi siempre antes de esta
época. Es igualmente conveniente no mezclar
sangre con la linfa vacuna.
La revacunación sólo será conveniente en casos
de epidemia, porque también es dudosa la dura-
ción de la inmunidad de la vacuna.
Aunque tampoco queremos consignar nuestra
opinión sobre la eficacia ni sobre el razonamien-
to empleado en favor de los preservativos, no
obstante, como en el cólera, en esta enfermedad
lo preferimos, lo usamos y lo recomendamos. Al
efecto, durante una epidemia de viruelas la mucha
experiencia ha enseñado que el preservativo res-
ponde cumplidamente ; así es que deben tomarse
ocho días seguidos dos glóbulos del Vacci?iutii ó
V^ario¡Í7iti?n , porque indistintamente usan los
prácticos uno ú otro, si bien damos preferencia al
Vacciniini, y otros dos en la misma forma tres
horas después de haber tomado alimento, ó un
papel de los contenidos en la caja que se anuncia
en el Catálogo, dividiendo cada papel para dos
veces, disueltos en una cucharada de agua por la
mañana en ayunas. Se descansa quince días y
vuelven á usarse otros ocho días en la misma for-
ma, descansando después otros quince, y así su-
cesivamente mientras dure la epidemia.
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236
En los casos en que no se quiera vacunar al
niño porque no sean partidarios de este procedi-
miento, todos los años en la primavera se le
administrará el preservativo por espacio de ocho
días nada más, en la misma forma y manera que
arriba va expuesto.
Viruelas locas.
Empieza con fiebre, y á los dos días sale una
erupción semejante á las viruelas. Primero apare-
cen en la espalda y en seguida se llenan, forman-
do una eminencia puntiaguda que no está depri-
mida. Generalmente desaparecen al quinto ó sex-
to día sin dejar señal.
Se diferencia de la viruela verdadera por no
ofrecer el período de supuración.
El tratamiento más adecuado es Aco7titum cada
cuatro horas ínterin persiste la fiebre.
Faltando ésta, Merciirius y Belladoiina cada
cuatro horas si hay desvelos y extravío de las
ideas.
Vómitos.
Consisten en la salida involuntaria, brusca, re-
pentina y con intermitencia de las materias alo-
jadas en el estómago. Son debidos á veces á ha-
ber comido alimentos grasos ó de mala calidad, á
las enfermedades del estómago, al desarreglo de
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237
gases, al aflujo de la bilis, á los cólicos en gene-
ral, al tabaco.
Ptdsatilla. Es el medicamento apropiado en
este caso, y al propio tiempo observar mucha
moderación en comer y beber. Si persistiesen las
náuseas y empacho en el estómago, no habiendo
producido efecto Ptdsatilla, se dará Nux vómica
ó Ipecacicanha.
Chaniomilla. Está indicada si algún arrebato
de ira ó análoga inquietud han sido la causa, pro-
duciendo una fiebre biliosa.
Los pesares suelen producir también esta inco-
modidad, en cuyo caso se usará Ignatia, Puede
repetirse la dosis á las veinticuatro horas si no
bastó la primera.
Los niños están muy propensos á esta dolencia
por el abuso de alimentos. Cuando se les presen-
ta con estreñimiento, déseles Nux vómica, y
cuando con diarrea, consúltese Pídsatllla y Cha-
mo milla.
Cuando después de la comida se vomita el ali-
mento por debilidad del estómago, se empleará
Arse7ticum; si la materia del vómito es negruzca,
Ipecacuanha, y cuando sale con algo de sangre y el
vómito vaya acompañado de frío, dése Veratrtmi,
Las náuseas de las embarazadas se curan en
casi todos los casos con Staphysagria ó Ipeca-
cua?tha.
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238
Vómito negro.
Se halla como epidémico más frecuentemente
en las costas de Levante de América, en las de
Oeste de África y en las del Brasil.
Ataca más generalmente al sexo masculino de
constitución vigorosa.
Se manifiesta dicha enfermedad con acceso de
fiebre amarilla, con vértigos, dolores en el dorso
y en los miembros, escalofríos y desfallecimiento;
estos síntomas son poco duraderos, entrando en
una reacción (la circulación de la sangre es más
vehemente), pulso frecuente, rostro y ojos encen-
didos, con dolores fuertes de cabeza, dorso, en los
lomos y en los miembros, acompañados de bilis
agria. La superficie del cuerpo y también la boca
están secas, con mucha calentura, acompañada
de delirio.
En este estado permanece el enfermo veinticua-
tro horas.
Después se encuentra mejor y se queja única-
mente de dolor en el estómago, malestar y desfa-
llecimiento , pero trascurridas pocas horas se
agrava.
En el estómago se experimenta un dolor muy
sensible, vómitos de color oscuro, piel y ojos lle-
gan á ser amarillos, y trascurridas veinticuatro
horas con los síntomas anteriores entra el vómito
negro de que esta enfermedad toma su nombre.
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L
239
Algunas veces el vómito es solamente de sangre
pura, otras veces es graso.
Aconihunj se administrará en los primeros sín-
tomas dos glóbulos disueltos en una cucharada de
agua cada hora; después de algunas dosis entra
en reacción, es decir, si el enfermo se acalora
acompañado de sudores, dése cada dos horas, y
se prosigue con este método hasta que la enferme-
dad haya cedido.
Veratrtim albíim, en la misma dosis y á los
mismos intervalos, si hay sed ardiente, palidez de
cara y frío general, con sudores, vómitos negros
y abundantes.
Ai'seiticitm, cuando la diarrea no cesa y si en-
tra gran desvanecimiemto y flojedad; cuando hay
vómitos de un líquido negruzco ó moreno, 5 centi-
gramos de la primera trituración cada media hora
hasta que el enfermo se alivie.
Bclladojtna^ cuando hay delirio, calor en la ca-
beza y en los ojos, horror á la luz ó fotofobia, do-
lor de cabeza y en la frente : dos glóbulos cada
hora.
Camphoraj tiene gran eficacia si existe gran
desvanecimiento y flojedad.
Carbo vegetalis, conviene también en el trata-
miento de la enfermedad, así como preservativo,
si bien en esta forma no está indicado.
Crotalus horridus, lo recomiendan los médicos
americanos en los casos malignos, dos glóbulos
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240
de la 12.^ dilución cada cuarto de hora, pero fal
tan indicaciones detalladas.
Mercurhis sohibilis , Fhospkortcs, Colocyntis y
Lachesis son empleados también por el orden
que van trascritos, dos glóbulos cada hora por es-
pacio de cuatro, del primer medicamento, sigue
después el segundo y luego el tercero cuando la
diarrea no ha cesado con los medicamentos ante-
riormente prescritos.
Arseniciun, seis glóbulos disueltos en un vaso
de agua, tomando cada día dos dosis en cantidad
de una cucharada, se recomienda de preservativo
contra el vómito negro.
La dieta ha de ser severa y las bebidas han de
ser mucilaginosas, azucaradas.
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MEDICAMENTOS DE CAUSA
TNDICACIONES TERAPÉUTICAS QUE ES PRECISO
LLENAR CON PREFERENCIA, ATENDIENDO AL
AGENTE PRODUCTOR DE LA ENFERMEDAD
Algunas veces una misma causa morbosa en-
gendra padecimientos distintos, según las condi-
ciones de cada individuo, es decir, su tempera-
mento, constitución, idiosincrasia, profesión, gé-
nero de vida, estado de salud, pareciendo en ta-
les casos exigir medicamentos diferentes. Pero
ocurre con frecuencia que se da el medicamento
que corresponde á la causa, aun cuando parezca
que no se halla indicado por los síntomas ; el pa-
decimiento desaparece ó se simpliñca de tal modo
. que es mas fácil curarlo luego con los remedios que
estén más indicados. Así, por ejemplo, puede su-
ceder que un susto produzca á un individuo un
accidente nervioso, á otro una indigestión, á otro
unas tercianas, y no obstante ser tan distintos unos
de otros estos padecimientos, todos tres se curarán
113
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242
con Ophwi^ ó se pondrán en vía fácil de curación,
por ser éste el medicamento que corresponde á la
causa; al paso que si se prescinde de él, los ma-
les se resistirán aun cuando se den otros que estén
al parecer más indicados. Por esta razón es muy
importante empezar por el de causa cuando ébta
se la pueda descubrir, lo cual no siempre es po-
sible.
Con el objeto de facilitar la elección del reme-
dio en estos casos, vamos á enumerar algunas cau-
sas morbosas y los medicamentos que les con-
vienen.
CAUSAS MORBOSAS
Alimentos flalulentos
(verduras, ensaladas,
legumbres, féculas)
Alimentos grasos.. .
— indigestos.
— secos. .
— crudos. .
— dulces. . ,
Ácidos, vinagre, etc
Alegría
Aceite
Ajos
Baños, lociones.
Café.
Cambio de tempera-
tura
MEDICAMENTOS
Bryonia, Arsejiictim.
Pilis a ti lia.
lodnm.
Calcárea.
Riíta graveolens.
Ignatia amara.
A?itimonium crudinn .
Coffca.
Pulsa ti I la.
Sa badil la.
Rh US, A 71 ti m o 71 i u m
crzíduf/i.
Á^ux voinica, Ig7zatia,
ChaiJiomilla.
Arse72Ícu)ii.
'::^
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CAUSAS MORBOSAS
MEDICAMENTOS
Carne atrasada. .... Pulsatilla, Cardo vege-
talis.
— ahumada Calcárea,
— fresca Cansticiim,
— de embutidos, . B¿lladon?ia.
— de puerco. . . . Pídsatilla, Carbo vege-
talis, Sepia.
Celos Hyoscyainiis,
Disgustos, contrarieda-
des. . Ignafia , Chamomilla.
Embriaguez Nnx vómica.
Esfuerzos físicos. . . . Árnica montana.
Excesos venéreos.. . . Phosphori acidum,
Niix vómica, Calca-
rea.
Frutas Arse7iicitm , Bryonia,
China, Pulsatilla.
Golpes, contusiones. . Árnica mo?itana.
Huevos Ferritm.
Humedad D nica mar a, Rhiis, Ve-
ratrtim.
Indignación Colocyiithis, StapJiysa-
gria.
Insolación Bclladonna, Camphora
Ira, cólera Chamomilla, Bryonia,
A'ux vómica.
Leche Calcárea, A^itri aci~
dum, Coniíim, Sepia,
SulpJiur.
Legumbres secas. . . . Bryonia, Lycopodiiun.
Licores Ntix vómica, Opitcm,
Lachesis.
Mercurio (Abuso del). Hcpar, Nitri acidum,
Aurtím.
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CAUSAS MORBOSAS MEDICAMENTOS
Miedo, terror. .... Ophi7?i, Ignatia.
Miel Natrum.
Moluscos Lycopodhun.
Pan Bryo7iia, Ptds aulla.
Pescados Plumbuvi,
Pimienta Arsenicimi, Cma.
Queso' Colocyizthis.
Quina (Abuso de la\ . Ipecacitaiiha , Árnica,
Ferr^uii .
Tabaco (Por haber fu-
mado) Igfiatia, Fulsatilla ,
Spoiigia , Siaphysa-
gria
Té Selenin77z,
Trabajos intelectuales. A^7íx vómica, Ignalia,
Calcárea, Sepia,
Vapores de carbón. . . Ar-nica.
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LIGERA DESCRIPCIÓN
ALGUNAS TINTURAS
INTRODUCIDAS
POR LA TERAPÉUTICA HOMEOPÁTICA
PARA EL USO EXTERNO
Tintura de Ar7tica nionta?ia,
— Caléndula.
— Ledu7ii palustre.
— Rhus toxicodendron,
— JRíita graveolens.
' — Staphys agria,
— Thuya occidentalis,
— Urtica urepis.
Tintura de Árnica montana.
Las flores de árnica tienen un olor aromático
fuerte, que llega á excitar el estornudo, y el sabor
es acre y amargo ; la raíz es muy acre y más
activa.
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246
Habita esta planta en las altas montañas de
Europa. En España se encuentra muy abundante
por los Pirineos, y también en las montañas de
Burgos, Galicia, Santander, Moncayo, Aragón y
Cataluña.
Hahnemann, en su Materia medica pura, dice:
ff A pesar de los dogmas artificiosamente cons-
truidos, á pesar de las definiciones escolásticas,
las distinciones y las sutilezas á que la Medicina
ordinaria ha recurrido, jamás ha llegado á descu-
brir la propiedad específica de esta planta ó á
encontrar un remedio seguro contra las afecciones
debidas á causas traumáticas, como son los golpes
ó contusiones, las distorsiones, desgarramiento de
las partes sólidas del cuerpo, etc. El vulgo tuvo
que encargarse de este cuidado, y después de in-
numerables é iniltiles ensayos encontró, por fin,
el remedio que buscaba en el Árnica. Hace dos
siglos que un médico llamado Fehr anunció este
descubrimiento de la Medicina doméstica. Desde
entonces el Árnica fué conocida con el nombre de
Panacea lapsa? uní (de las caidas).»
Si Hahnemann puede reclamar la introducción
en la Medicina moderna de' algunos medicamen-
tos, son, entre otros, sin duda alguna, el Árnica
y el Acónito.
Nadie duda que anteriormente á éste, ambos
tenían carta de naturaleza, pues produciéndose en
sus comarcas respectivas, eran coleccionados y
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247
clasificados por los botánicos, figurando sólo en
las obras de éstos entre otras varias plantas ; pero
aun cuando se conceda que en ciertos casos hayan
llamado la atención de los médicos y los hayan
aplicado empíricamente, habrán curado en algu-
nas ocasiones, pero la mayor parte de las veces
han producido en sus manos resultados funestos.
Los profanos, con su instinto médico, los han
empleado también desde tiempo inmemorial, es-
pecialmente el Ariiica^ en las contusiones ; así es
que en Alemania la llamaban Wimdkrant ó plan-
ta de heridas, y varios médicos antiguos, en par-
ticular Gredmg, escribieron sobre el Acónito, en-
salzando sus virtudes en el reumatismo y otras '
afecciones ; mas para la gran mayoría de los mé-
dicos de piincipios de este siglo, el Árnica, lo
mismo que el Acónito, estaban proscritos de la
práctica médica, y si líahnemann no hubiera ha-
blado de ellos, no serían conocidos más que de
los botánicos De todos modos, suprimida como
estaba el Árnica en las farmacopeas, habría pa-
sado inadvertida, y el Acónito sólo habría sido
conocido por los toxicólogos como un veneno pe-
ligroso que no era prudente manejar.
La administración interna del Árnica, que se
emplea por la escuela alopática, es otra usurpa-
ción que se ha hecho á la Homeopatía ; pero como
se acaba de consignar, antes de Hahnemann, no
sólo apenas era conocida de unos pocos médicos,
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24^'
sino que se tenía por lo menos como inútil, ya
que no peligrosa, su administración.
Hoy, por fortuna, la tintura de Ar?iica es de
todos conocida y se encuentra en todas las farma-
cias alopáticas^ aunque preparada de una manera
distinta á la que exigen sus resultados ; y por sen-
sible que sea decirlo, en no pocas de aquéllas
adulterada. Como muchos no creen en la necesi-
dad de la pureza de su preparación, tal cual lo
ordena la escuela homeopática, cuando precisa-
mente debe ser así para obtener de ella sus bené-
ficos efectos, limítanse á ofrecerla y aun á despa-
charla descaradamente con pretensiones de verda-
dera é inmejorable. Sucede esto principalmente
allí donde se quiere especular con la candidez del
vulgo mediante anuncios estupendos, en los que á
vuelta de fascinadoras y maravillosas curaciones,
se citan textos de monjas, religiosos, pastores y
demás gentes que están muy distantes de conocer
_ esta y otras clases de preparaciones, puesto que
exigen estudios especiales y detenidos.
Tampoco debemos pasar aquí en alto que por
querer el vulgo preparar por sí la citada tintura,
ha dado lugar á que inconscientemente crea po-
seer conocimientos suficientes para terminar bien
tan delicada operación. Al efecto, acude al co-
mercio en busca de lo necesario, sea bueno, me-
diano ó malo, según es mucha, escasa ó nula la
condición moral del vendedor, cosas ambas que
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249
por regla general no se encierran en la conciencia
médico-farmacéutica; de consiguiente, se ha pro-
visto anticipadamente de plantas de menor valor,
con las cuales burla la ignorancia ó buena fe del
comprador. Ha llegado á tal punto el grado de
falsificación en estos tiempos, que es rara, muy
rara, la droguería que posee y expende la verda-
dera Ar77Íca mo7it(iJia de linneo ; en cambio, es
demasiado común que den por ella la biula mon-
ta?ia, que tiene también la propiedad de excitar el
estornudo. Drogueros hay que, no contentos de
tal suplantación , dan por Árnica los Doronicos, y
especialmente el llamado Matalobo, y otros la Ca-
lendula; y por las calles de Madrid llega el escán-
dalo á tal extremo, que gritan Árnica los vendedo-
res, cuando lo que llevan es el Senecio vulgar, cu-
yas propiedades son completamente distintas.
Si después de tales explicaciones y de estos an-
tecedentes aún hay incautos que prefieran adqui-
rir una planta en sustitución de la que piden y pa-
gan; enhorabuena, que á nadie culpen sino á sí
mismos de su torpeza ó terquedad. Por nuestra
parte quedamos satisfechos de haber manifestado
las adulteraciones del árnica, y pasemos ahora á
ocuparnos de sus aplicaciones.
Si se recibe un golpe en la cabeza por efecto de
una caida ó de otro modo cualquiera, que produz-
ca atolondramiento, quedándose el paciente como
muerto durante un rato y delirando al volver en
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250
sí, hay que temer una conmoción cerebral ó la
muerte al venir la reacción; y hay ocasiones en
que es tan fuerte el choque, que el paciente no
volvería en sí si no se le socorriese prontamente.
El Ar?tica es un gran remedio en estos casos
para moderar la reacción; previene los efectos con-
secutivos á la congestión del cerebro y hace que el
herido vuelva en sí.
Debe conducirse al enfermo á un sitio tranquilo
y oscuro, no hacer ruido cerca de él y adminis-
trarle Ar?2¡ca interior y exteriormente, y aun por
olfacion. Si sobreviene fiebre, se administra el Ár-
nica al interior, una dosis de hora en hora, y
cuando ya se han tomado algunas dosis de ésta,
se hace uso de la BeIlado?tna.
Este medicamento es muy útil en las contusio-
nes, caidas, golpes ó heridas contundentes, y en
las magulladuras, aun cuando la piel esté dislace-
rada.
También lo es después de fuertes ejercicios cor-
porales, en cuyo caso se usa con provecho friccio-
nando las extremidades con el Árnica diluida en
agua, que proporciona el mas pronto descanso.
En la debilidad muscular originada por el exce-
so de ejercicio produce el mismo resultado, así
como también cuando por la misma causa se for-
man ampolla ó vejigas en los pies ó en las manos
al hacer gimnasia, remar, etc. En los sabañones
que no están ulcerados, en el dolor de los callos
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{ 251
ptoducido por la presión del calzado y en el que
resulta después de cortados aquéllos, una loción
con Aj-nica diluida en agua alivia prontamente los
dolores.
También es muy eficaz el Arjiica en las heridas
peligrosas por caidas ó instrumentos contundentes,
contra el dolor que sobreviene á consecuencia de
la extracción de los dientes ú otras operaciones
quirúrgicas que han comprimido violentamente las
partes sensibles, como, por ejemplo, después de
la reducción de las luxaciones, fracturas, etc.
Alivia, ademas, los dolores de gota; pero si se
usa como fomento debe tomarse interiormente.
En cuanto á su empleo en las contusiones, di-
remos cuatro palabras.
Toda contusión tiene sus grados diferentes se-
gún su intensidad ; las hay ligeras que apenas afec-
tan en nada los tejidos, y las hay que producen
una desorganización casi completa de éstos : si son
graves, van acompañadas de equimosis, produci-
dos por la rotura de los vasos capilares, y la gran
extensión de estos equimosis, que es á veces de
dos decímeti'os alrededor del punto contundido, y
la sensación de dolor que producen es de todos
conocida, así como sus consecuencias, fatales mu-
chas veces, y que en ocasiones exigen los recursos
de la Cirugía. En estos casos el Árnica, aplicada
en tintura ó diluida (pero siempre preferible la
disolución acuosa más ó méuos concentrada^^ es
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252
un remedio excelente y cuyos benéficos resultados
se comprueban todos los días, no igualándola en
propiedad curativa ningún otro medicamento de
los conocidos para estos casos.
Muchos otros ejemplos podríamos citar en cor-
roboración de estas verdades ; entre ellos, los lidia-
dores de toros no hacen excursión alguna sin que,
como primera necesidad, vayan provistos de esta
tintura; otro tanto sucede en los grandes talleres
y centros donde los golpes son frecuentes.
Manera de usarla. — Veinte gotas de la
tintura por cada 120 gramos de agua son suficien-
tes para usar en fomento.
Siempre que la contusión sea de alguna impor-
tancia, conviene tomar al interior una cucharada
cada cuatro horas de la disolución de una gota de
tintura en medio .vaso de agua, ó haciéndolo más
de tarde en tarde á seis, ocho y más horas, según
vaya cediendo el padecimiento.
Por algunos prácticos empieza á usarse el Algo-
don ar7ticado en vez de lociones y fomentos de
tintura de árnica, humedeciendo aquél, y se aplica
sobre la parte enferma.
Tintura de Caléndula.
Aun cuando ha sido empleada antiguamente la
planta como vulneraria por los campesinos y por
algunos médicos alópatas empíricamente contra
los vómitos, cardialgias^ induraciones escirrosas y
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253
hasta en ulceraciones carcinomatosas, su uso alo-
pático se ha abandonado.
A esta planta se la ha llamado también Ver-
riícaria, por su importancia en la curación de las
verrugas y los callos, colocando las hojas sobre
aquéllas ó éstos.
El conocimiento de sus usos se debe principal-
mente á algunos homeópatas alemanes, que han
probado por experimentos repetidos que debe usar-
se con preferencia al Árnica, cuando la parte he-
rida está cortada ó dislacerada más que magulla-
da, y para combatir los efectos de toda clase de
golpes y contusiones, y en particular/(2;-<2 acelerar
la cicatrización de las heridas.
Algimos de los ensayos sobre el uso de esta
planta se deben al Dr. Thorer, quien asegura que
posee la propiedad de disminuir la supuración en
los casos de violencias físicas.
La tintura de Caléndula, primeramente introdu-
cida por el Dr. Schneider, de Fulda, merece espe-
cial atención como remedio para las heridas.
Su preparación especial, hecha tan sólo con la
flor, se debe al farmacéutico Fluggé, el cual, yen-
do en un carruaje, cayó de él y se magulló una
pierna, produciéndose una herida profunda: se
aplicó inmediatamente compresas empapadas en
la tintura, y á los seis días la herida estaba com-
pletamente curada.
A un carpintero que con un hacha se hizo una
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254
gran herida en el pié, se le aplicaron compresas
empapadas de esta tintura, y á los seis días su
herida curó también perfectamente.
Otros muchos casos notables podríamos referir,
pero sería muy prolijo para este pequeño libro;
causa por la cual nos limitamos á recomendar que
en todos los casos en que las partes carnosas han
sido destrozadas, y que no pueden unirse los bor-
des de la herida con tafetán de árnica ó emplasto
aglutinante, se debe aplicar la tintura de Calen-
dula en fomentos, previniéndose así por completo
ó disminuyéndose notablemente la formación de
supuraciones, tan penosa en los casos de heridas
graves.
Las heridas dislacerantes no deben tocarse mu-
cho con los dedos, porque de hacerlo así, la infla-
mación será mayor; si sangran, debe contenerse
la hemorragia como en los casos generales, y si
son secas, se pueden lavar con agua templada y
cubrir la herida con un trapo fino, que se conser-
vará constantemente humedecido con fomentos de
Artiica, si es que está más magullada que cortada,
y si ]a incisión ó cortadura es la que predomina
sobre la contusión, se deberán preferirlos fomen-
tos con la tintura de Caléndula.
Manera DE USARLA. — Veinte gotas de esta
tintura en 120 gramos de agua bastan para los
fomentos : puede hacerse más fuerte doblando el
número de gotas de la tintura ó usándola pura,
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255
pues no hay que temer el exceso de ella ; y si la
hemorragia es considerable, empléese el Algodón
de caléndula en vez de los fomentos.
Tintura de Ledum palustre.
El Ledum pahistre fué utilizado en la antigüe-
dad empíricamente por los médicos suecos. Los
pampesinos del Canadá, de Noruega y de la La-
cón ia usan la hoja en lugar del té. Se ha usado
también en decocción para extinguir las pulgas en
los bueyes y en los cerdos. Linneo, á quien debe-
mos el conocimiento de este hecho, dice que la
misma decocción, tomada al interior, ha curado
violentas cefalalgias y una especie de aitgina, con-
tra la cual los demás medios fueron ineficaces.
Westring manifiesta también los buenos resultados
que le produjo este medicamento en una angina
epidémica y contagiosa muy mortífera, que se ca-
racterizaba por tos convulsiva y rápida y conside-
rable tumefacción de las glándulas amígdalas, muy
dolorosa y acompañada de fiebre lenta.
El uso de esta planta parece que disminuye con-
siderablemente la temperatura de la sangre.
Usada en fomentos, dicen Mérat y De Lens que
cura la coqueluche, lepra, sarna y tifia. Se le atri-
buyen cualidades narcóticas y es á propósito para
calmar las fiebres exantemáticas.
Las tradiciones alopáticas son, sin embargo,
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256
■muy vagas y escasas; el empleo de este medica-
mento había caído en desuso completo hasta que
Hahnemann publicó su patogenesia.
El Dr. Teste asegura que este remedio en tin-
tura es para las heridas causadas por instrumentos
punzantes, lo que la de Árnica para las Qontu-
siones.
Una de las cualidades más notables del Leduní
es el poder especial que posee para curar instan-
táneamente los efectos de las picaduras causadas
por los mosquitos; bien entendido que lo que mo-
difica y quita en el acto es el picor y escozor que
producen, mas no la inflamación, que se disipa
gradualmente.
Las picaduras de abejas, tábanos y avispas se
curan también prontamente con el uso externo de
este remedio, así como las mordeduras de ratas,
gatos y caballos.
Los sabañones, á consecuencia de un frío gene-
ral del cuerpo, con aspecto azulado de la piel, se
curan también con la tintura de Ledum.
Con el Ledum se han curado varios panadizos
producidos por pinchazos de agujas y picaduras
por aguijones de insectos, una violenta mordedu-
ra de una rata de agua en el índice de la mano
derecha, una herida grave que recibió una señori-
ta que estando bordando se cayó y se atravesó
la mano con la aguja de boi^dar ; no hubo pér-
dida de sangre, pero observó un frío intenso que
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257
acompaña generalmente y caracteriza la fiebre del
Ledum, curándose en seis ó siete días.
Conviene advertir que si el instrumento punzan-
te, el aguijón de la avispa, de la abeja ó del tá-
bano quedan dentro de la herida, es necesario sa-
carlos después de la primera aplicación del Lcdtun.
Manera de usarla. — Veinte gotas de la tin-
tura en 120 gramos de agua, para mojar compre-
sas de lienzo que se aplican sobre la parte enfer-
ma, renovándolas siempre que se sequen, hasta la
extinción del mal.
Tintura de Rhus toxicodendron.
La Medicina antigua ha querido utilizar esta
planta, pero siempre á ciegas y empíricamente.
Dufresnoy, médico de la Armada y profesor
de Botánica en Valenciennes, se sirvió de ella con
éxito en las costras herpéticas y en \djs, parálisis.
Otros varios médicos de Bruselas, entre ellos Ver-
deyen, Kok y Van Baerlen, obtuvieron resultados
análogos, Pontingon, profesor de la Escuela de
INÍontpeller, curó en quince días un paralítico con
el extracto de esta planta, y Gonan restableció
en algunas semanas á un hemiplégico.
A pesar de estos resultados, el Rhus siguió la
misma suerte del Árnica; se hicieron de él gran-
des elogios, se le atribuyeron prodigios, y por úl-
timo fué abandonado.
Uno de sus efectos curativos más decididos fué
Yí
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. 258
demostrado por Hahnemann en la epidemia de ti-
fus del año 1813, ea la que no perdió un solo en-
fermo, en tanto que perecieron muchos de los que
fueron tratados de diferentes maneras.
Las verrugas se han curado tocándolas diaria-
mente con la tintura de Rhiis.
Lns terceduras también se curan en pocos días
con la aplicación de este remedio.
Es curativo para los sabañones, callos y torce-
duras de las articulaciones cuyo dolor se aumente
con los movimientos, más principalmente de no-
che en la cama.
Se emplea asimismo contra el reumatismo cuan-
do el dolor se aumenta y se siente mayor rigidez
al mover las articulaciones, después del descanso
y al despertar por la mañana^ administrándose en
estos casos al interior en glóbulos.
Manera de usarla.— Veinte gotas de la tin-
tura en 120 gramos de agua para fomentos.
Tintura de Ruta graveolens.
Empíriawunte se emplea esta planta contra la
epilepsia, el histerismo, la hidrofobia, la debiUdad
de la vista (por exceso de lectura), las hemorra-
gias nasales, úlceras fétidas de las encías, cólicos
flatulentos (en los histéricos), inercia de los intes-
tinos, etc., etc.; pero hoy día ha caido en desuso
entre los alópatas. El vulgo la ha usado como des-
infectante.
Hlstedby Google
259
Homeopáticamente preparada su tintura, es no-
table por sus propiedades en la ceguera produci-
da por enfermedad del nervio óptico.
Es también específica en las lesiones mecánicas
de las articulaciones de las muñecas y tobillos, y
en las parálisis reumáticas de estos órganos y en
las úlceras por decúbito.
En las neuralgias intermitentes que parten de
los ojos y se ramifican por las regiones supraor-
bitarias y parietales, siguiendo el trayecto de las
ramas nerviosas, ha dado también buenos resul-
tados.
Es útil después del Árnica, y cuando ésta ha
concluido su acción en los dolores contusivos de
antiguas lesiones traumáticas que afectan una for-
ma periódica.
Manera DK USARLA. — Se usa en fomentos,
en la proporción de 20 gotas de la tintura en 120
gramos de agua.
Tintura de Staphysagria.
Las aplicaciones de las semillas de Staphysagria
están reducidas á muy insignificante número. Dios-
córides recomendaba la masticación de las semi-
llas en la odontalgia. Schulz, habiendo querido
en una ocasión en que padecía ^olor de dientes
ensayarla en sí propio, fué tal la excitación que le
produjo, que creyó volverse loco. Hoy día se ha
abandonado su uso in la Medicina alopática, y es
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26o
más, apenas se conoce por los médicos de la an-
tigua escuela.
La aplicación de la tintura de la semilla, ho-
meopáticamente preparada, es altamente recomen-
dable contra el marco. El Dr. Teste, en una
nota (página 337), se expresa en estos términos:
«Habiendo comprobado en varias ocasiones, y en
mí mismo, los síntomas del mareo producidos por
esta sustancia, me hicieron pensar que podría ser-
vir como remedio á esta molestia, y al efecto, de-
seoso de comprobar el hecho, preparé loo pocio-
nes de 125 gramos, conteniendo cada una tres
gotas de una dilución de Staphysagria, las cuales
se distribuyeron en el espacio de algunas semanas
entre otras tantas personas propensas al mareo y
que marchaban hacia Inglaterra, América, etc.
Desgraciadamente, y á pesar de las más forma-
les promesas y de las mayores instancias de mi
parte, no pude obtener sino imperfectamente co-
nocimiento del resultado del mayor número de
ellas. Sin embargo, lo que llegué á saber de posi-
tivo fué que de veinte personas, siete encontraron
en la Staphysogiia una inmunidad completa, y
según ellas maravillosa, contra una molestia que
hasta entonces no habían podido conjurar (muchos
de estos individuos habían ensayado sin resultado
el Cocculus y el Arsenictnn) ; ocho experimenta-
ron un alivio muy pronunciado, tal como el no
tener vómitos, lo cual jamás les había sucedido, y,
dby Google
251
finalmente, en los cinco restantes el medicamento
no produjo efecto alguno, j>
La tintura de Staphysagria se usa también con
buen éxito á la dosis de una gota en 6o gramos de
agua, para tomar una cucharada cada cuatro ho-
ras, contra los dolores de cabeza matutinos, vérti-
gos, prurito del cuero cabelludo, caida abundante
del cabello, y para la caries de los dientes ó mue-
las, odontalgia con hinchazón de la mejilla y do-
lor violento, sienc o preferible á la disolución de
la tintura en agua, dos glóbulos ea una cucharada
de agua, repetidos cada quince minutos. Es muy
conveniente en estas afecciones de la boca enjua-
garse al mismo tiempo cada quince ó veinte mi-
nutos con una disolución de I o gotas de la tintura
en 1 20 gramos de agua.
En las cortaduras ó incisiones hechas con ins-
trumento cortante se^ propina asimismo con pre-
ferencia á la de Árnica, empapando las hilas ó
compresas en una disolución de 20 gotas por 90
gramos de agua, y tomando á la vez al interior
una cucharada cada tres horas de la disolución de
4 gotas por 200 gramos de agua.
Por último, algunos prácticos homeópatas ase-
guran que de todos los medicamentos conocidos,
\\ Staphysagria reúne mayor probabilidad de ser
útil y conveniente para curar las náuseas de las
embarazadas, á la dosis de dos glóbulos en una
cucharada de a?ua cada cuatro horas.
dby Google
202
Tintura de Thuya occldentalis.
Antiguamente se ha usado en los Estados Uni-
dos el agua destilada de esta planta, para comba-
tir la hidropesía, y la misma agua destilada, exte-
riormente, para los dolores de los músculos.
En ciertos casos de reumatismo, cuando los do-
lores son desgarradores y tensivos como de dislo-
cación, con sensación de debilidad, con hinchazón
encarnada, lustrosa y punzante al contacto, una
fricción de lo gotas de tintura de Thuya diluidas
en 30 gramos de agua calma los dolores.
Cuando casi todas las articulaciones de los
miembros inferiores y superiores están atacadas
de dolores tractivos con entumecimiento y temblor,
si hay calambres en aquéllos, se da una fricción de
partes iguales de tintura de Thttya y alcohol.
También está muy indicada la tintura de lliu-
ya para los callos de los pies y de las manos, los
sabañones, las verrugas y los condilomas vené-
reos: en fricciones, lociones y con hilas empapa-
das en la misma y renovadas cuando se sequen.
Asimismo produce excelentes resultados en úl-
ceras procedentes de operaciones indebidas, que
muchas veces se practican para arrancar ó extir-
par las excrecencias arriba dichas.
En las úlceras que reconocen el anterior origen
s€ aplicará la Thttya en las dos últimas formas de
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263
que hemos hablado, sin descuidar administrarla
en glóbulos al interior.
Las dosis ó proporciones cuantitativas en que
puede- administrarse exteriormente la Tlmya es la
de 12 gotas para 6o gramos de agua.
No hay que olvidar el uso externo de esta tin-
tura, porque si las úlceras presentaran el carácter
irritativo é inflamatorio^ se puede emplear en po-
mada preparada con I2 gotas de aquélla en 5 gra-
mos de vaselina ó de glicerina^
El mejor antídoto para la Thuya es el alcanfor.
Tintura de Urtica urens.
Alopáticamente se ha usada la planta contra
las afecciones reumáticas, la gota, el cálculo y
arenillas, el sarampión, la viruela, catarros cróni-
cos, asma húmedo y contra la pleuresía.
Preparada la tintura con arreglo á las prescrip-
ciones para el tratamiento homeopático, se consi-
dera específica para la curación pronta y rtidical
de las quemaduras, y algunos prácticos hasta la
recomiendan también paj-a las contusiones y he-
ridas.
En todos los casos de quemaduras ó escaldadu-
ras, una de las primeras diligencias debe ser pre-
servar del aire la superficie lesionada, para lo
cual se usa el algodón en rama ó la tela de algo-
don de tejido compacto.
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204
Las quemaduras pueden ser producidas por só-
lidos calientes y escaldaduras ó quemaduras pro-
ducidas por líquidos.
Si se han encendido las vestiduras, lo primero
que hay que hacer es sofocar el fuego, lo cual se
consigue fácilmente envolviendo al individuo en
mantas ó con sus propias vestiduras, teniendo cui-
dado de no hacer aire á su alrededor y de echar
al paciente en el suelo, porque la posición vertical
favorece la combustión.
Dominado el fuego, quítense suavemente las
vestiduras del rededor de la superficie quemada,
y si se hubiese pegado alguna porción del vestido
á la piel, no hay que arrancarla, sino cortar con
cuidado la tela que la circunda.
Si el individuo se ha escaldado, como las ropas
están mojadas, se quitan con facilidad ; pero hay
que tener cuidado de no arrancar la piel, que á
veces suele pegarse á ellas.
El tratamiento hade ser de dos modos : uno que
podemos llamar mecánico, y otro específico; el
primero tiene por objeto prevenir al acceso del
aire á la lesión ; el segundo auxiliar á la naturale-
za para que devuelva con más prontitud la salud
á las parles afectadas.
El tratamiento de las quemaduras y escaldadu-
ras no difiere más que bajo el punto de vista de la
mayor ó menor profundidad de la lesión; así es-
que su división natural es la siguiente : tratamien-
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J
265
to de las quemaduras superficiales, y tratamiento
de las profundas.
Cuando la lesión es superficial y sólo la piel
está afectada, tómese un pedazo de algodón en
rama ó tela de algodón un poco mayor que la su-
perficie lesionada, empápese bien con tintura de
Urtica urens y apliqúese sobre la parte quemada,
cubriendo luego el algodón con un pedazo de hule
de seda ó en capas adicionales de algodón ó tela
seca, y véndese para evitar el contacto del aire.
Luego que se seque, mójese de nuevo con la tin-
tura, sin quitar ó levantar el algodón que está
aplicado á la quemadura, y úsese al interior un
glóbulo de Cant/iaris, disuelto en una cucharada
de agua, y repítase cada hora.
Tan luego como cese el dolor, ó bien al cabo
de ocho horas (según la extensión ó la gravedad
de la quemadura), se puede examinar la parte, y
si es necesario se continúa el mismo tratamiento,
ó se procede como diremos más adelante.
Si la lesión ha penetrado profundamente, lo
cual se conocerá en que la piel está quemada y
negra, procédase como acabamos de decir.
La capa de algodón más próxima á la parte
quemada deberá conservarse bien mojada y no
quitarla por lo menos en veinticuatro horas.
Para. las quemaduras de la boca ó de la gargan-
ta producidas por la inhalación de vapor ó por
tomar bebidas ó alimentos demasiado calientes,
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266
se echarán en medio vaso de agua tres gotas de
la tintura de Árnica ó de la de Urtita urens para
tomar cada diez, quince ó veinte minutos.
Dada á conocer en España la tintura de esta
planta por el Dr. Somolinos, fué empleada con
gran éxito en la campaña de África^ para la que,
entre otros donativos que éste hizo, figuró uñ cre-
cido número de frascos de ella, cuyos provechosos
resultados se comprueban en los capítulos xxxiil
y XXXVI de la Historia Médica de la citada guerra
de África, refiriéndose en ella varios casos de cu-
ración.
Modo de usarla. ~ La tintura de Urtica
urens varía en el modo de usarla, según sean
las indicaciones que debe llenar.
En las quemaduras de primer grado, caracteri-
zadas por la rubicundez de la piel, sin inflamación
ni ulceración, ó inflamación ligera, se emplea
para fomentos el algodón en rama empapado en
la tintura.
En las de segundo grado ^ caracterizadas por la
existencia de ampollas ó vejigas, hay que emplear
la tintura mezclada ó diluida en partes iguales de
agua.
Y en las de tercer grado, que se diferencian de
las anteriores en que la piel se ulcera y los tejidos
se destruyen, exige el uso de la tintura en la pro-
porción de una parte de ésta por cuatro ó cinco de
agua.
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207
En todas ellas se continuará el uso del algodón
en rama empapado en la mezcla hasta la comple-
ta curación.
Por último, en las heridas causadas por arma
de fuego, la aplicación de la tintura en estado de
pureza por medio de los fomentos no debe cesar
hasta que desaparezcan completamente los do-
lores.
?
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rA
ADVERTENCIAS GENERALES
SOBRE LOS ENVENENAMIENTOS
Se da el nombre de eavenenamiento al conjun-
to de accidentes graves producidos por la acción
de cierLas sustancias llamadas venenos, ya se in-
troduzcan por las vías digestivas, por las respira-
torias, ó se inoculen por la piel y pasen al torrente
circulatorio.
Como en casi todos los envenenamientos é in-
toxicaciones se ignoran generalmente los síntomas
ó signos si no se tiene conocimiento de algunas
circunstancias particulares, describiremos, al efec-
to, aquellos que suelen presentarse.
Percibe el paciente respiración con olor nausea-
bundo, tiene en la boca sabor desagradable, ácido
y con ardor que parece como que le quema la
garganta y el estómago, siente seca la boca y es-
pumosa, las encías y los labios bajos de color,
pero blanquecinos ó amarillentos, el color general
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I
209-
de la cara pálido y aplomado, la fisonomía alte-
rada, pérdida de la vista, del oido y agitación
general, tiene eructos, náuseas y vómitos más ó
menos frecuentes de materias biliosas y sanguino-
lentas, que cuando caen en el suelo ó en la vasija
que los arroja parece que hierven, y si se moja en
ellas el papel de tornasol, le hace cambiar de co-
lor; el pulso casi siempre es frecuente, pequeño
y contraido, la respiración anhelosa ó difícil, sed
ardorosa, y cuando hay sudores fríos, la emisión
de la orina es lenta.
Debe avisarse á un médico con urgencia, y
mientras estimular al enfermo para que vomite,
salvo los casos en que está contraindicado el vó-
mito, cuales son aquellos en que el veneno es
corrosivo y conviene neutralizarle, si es posible,
inmediatamente.
Debe procurarse no administrar el contraveneno
químico sino en caso de absoluta necesidad, cuan-
do existe en el interior del estómago una fuerte
cantidad de sustancia tóxica.
Las sustancias vegetales tienen en el alcanfor
un antídoto dinámico que neutraliza la acción de
todas ellas, y cada una tiene ademas, en particu-
lar, sus antídotos especiales, según los diferentes
efectos que produce consecutivamente.
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MODO DE COMBATIR
LOS PRINCIPAL-ES ENVENENAMIENTOS
En todo envenenamiento las indicaciones que
hay que seguir son: expeler la sustancia venenosa
casi siempre; basta 5 centigramos de tártaro emé-
tico en 120 gramos de agua, repitiendo dicha do-
sis tres ó cuatro veces con intervalo de algunos
minutos, y al mismo tiempo se le da á beber mu-
cha agua tibia; si el vómito no fuera rápido y su-
ficiente, se titilará la campanilla y se pondrán la-
vativas purgantes. Minutos después de administra-
do el emético, si el enfermo ha vomitado bastante,
hará uso del antídoto químico necesario para
trasformar el veneno soluble por veneno compues-
to insoluble, y, por último, hacer uso de los medi-
camentos necesarios ó antídoto dinámico, que ya
al efecto van consignados en cada sustancia para
curar los padecimientos consecutivos que han de
restablecer la salud.
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271
Las referidas sustancias venenosas son muchas ,
porque todo medicamento administrado intempes-
tivamente y á dosis demasiado fuertes se conside-
ra como veneno. Aquí, sin embargo, no hemos de
ocuparnos sino de los venenos más conocidos y
comunes y más al alcance de los profanos, indi-
cando los medios que es preciso emplear para evi-
tar una desgracia. Dividiremos los venenos en tres
clases : minerales, vegetales y animales.
Prímera clase: venenos minerales.
Ácido sulfúrico {aceite de vitriolo).
— NÍTRICO (agua fuerte).
— CLORHÍDRICO (espíritu de sal fumante).
No debe darse vomitivo alguno ni excitar- ni fa-
vorecer los vómitos.. Administrar cuanto antes una
cucharada grande de magnesia disuelta en una
taza de agua, y 4-epetir la dosis hasta que -cese el
ardor, los dolores y la gana de vomitar. A falta
de buena magnesia, agita de Jabón en gran can-
tidad.
Neutralizado el veneno, debe darse á beber al
enfermo algún líquido mucilaginoso y administrar
Aconitiim, Bryo?tia, Pulsatilla ó ITepar, según los
síntomas que se presenten.
■Cloruro mercúrico. (Sublimado corrosivo,
solimán. )
Los mejores remedios contra este envenena-
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272
miento son agua con clara de huevo, alternada con
agua azucarada y también leche.
Los padecimientos consecutivos, propios de la
acción del mercurio, se corrigen con Hepar sul-
phuris, Nitri acidum, lodum ó Fcrrum, según
los cuadros de síntomas que se presenten.
Arsénico. ( Acido arsenioso y sus prepara-
dos.)
El contraveneno químico es el hidrato de óxido
férrico en estado gelatinoso ; pero como éste no
se encuentra en todas las farmacias, puede em-
plearse el hierro dializado administrado en más ó
menos cantidad, según la del veneno ingerido^
pero en general á cucharadas : son convenientes
también la magnesia calcinada, el agua cojt clara
de huevo y leche, y el agua azucarada en partes
iguales con agua de cal.
Para los efectos consecutivos son principalmen-
te Ipecacuanha, China y Veratrum, según el ca-
rácter de los síntomas.
Cobre (Sub acetato de). (Verdete, carde-
nillo. )
Los contravenenos son : agua muy cargada de
clara de huevo (cuatro claras por 400 gramos de
agua), la magnesia calcinada (15 gramos por 360
de agua) y el óxido férrico dializado administrado
á cucharadas.
Los medicamentos que principalmente pueden
convenir para curar los padecimientos consecuti-
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273
Vos, son: Belladonna, ChÍ7ta, Mercurius, Nux
vómica.
FÓSFORO.
La primera indicación es promover el vómito
titilando la campanilla con un poco de tabaco
ó mostaza encima de la lengua. Luego debe ad-
ministrarse infusión concentrada de café, y más
larde ruagnesia calcinada^ 15 gramos en un vaso
de agua. No deben darse sustancias grasas, acei-
te, ni leche.
Los efectos consecutivos indicarán^ tal vez,
N'iix vómica 6 Lache sis y aun Phosplioriis.
Plomo (Sales de). (Extracto de saturno, al-
bayalde.)
Importa provocar cuanto antes vómitos y depo-
siciones. Es conveniente el sulfato de magnesia 6
de sosa^ á cucharadas, y el agua albuminosa.
Para los padecimientos consecutivos están indi-
cados principalmente Opuní^ Belladomta, Nux
vómica^ SulpJiur^ según los síntomas que se pre-
senten.
Petróleo. (^Aceite mineral.)
El que inadvertidamente beba alguna cantidad
de esta sustancia debe procurar vomitarla en se-
guida, y beber luego ^ con frecuencia, agua con
azúcar, tisana de cebada ó emulsión de goma, y
despueá leche aguada. Tomar algunas dosis de
Ipecacuanha, y luego, si es preciso, Aconitum y
Nux vómica,
18
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274
Tufo de carbón.
Las personas que se han atufado conviene que
respiren aire puro, y debe dárseles á oler vinagre.
Luego tomarán café, y si el atufamiento ha sido
tan fuerte que les haya embargado los sentidos,
habrá que recurrir después á O/iiim y Bella-
do7ina .
Segunda clase : venenos vegetales.
Aguarrás. (Esencia de trementina )
Esta sustancia produce una violenta irritación
en todo el tubo digestivo. Debe darse á beber en
abundancia agua tibia azucarada, alternada con
agua ligeramente albuminosa ó solución de goma
arábiga, 15 gramos de ésta por 400 de agua.
Los efectos consecutivos se combatirán, según
la forma en que se presenten, con Bellado?t?2a^
Bryonia, Cantharis ú Opium.
Solanáceas. (Belladona, estramonio, taba-
co, etc , y sus alcaloides, atropina, nicotina, etc.)
Después de provocar la expulsión del veneno
por medio del vómito, debe darse como contrave-
neno una poción iodurada á medios vasitos (agua
500 gramos, ioduro potásico 2 gramos, iodo i
decigramo). Son de recomendar el vinagre y el
café.
La intoxicación se combatirá mediante el Opium,
Nux vómica , Camphora^ según el cuadro de sín-
tomas,
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275
Cicuta.
Es fácil confundirla con el perejil y comerla en
aderezo con las viandas. Débese en seguida pro-
mover el vómito y dar luego, si la cantidad inge-
rida fuese mucha, la poción iodurada. Es conve-
niente también la infusión de café.
Los efectos consecutivos se combaten con Opiwn,
Belladoiina ó Camphora, según el carácter que
presentan .
Nuez vómica y Estricnina.
Después de haber hecho vomitar al enfermo con
el emético y purgar con aceite de almendras dul-
ces ó con el de ricino, se administrará interior-
mente á vasitos, como contraveneno, una disolu-
ción de ioduro potásico iodurada, también una
mfusion concentrada de agallas ó un cocimiento
bastante cargado de corteza de encina.
Las molestias consiguientes se tratarán con
Opíum.
Opio.
Los síntomas por los que puede venirse en co-
nocimiento del envenenamiento por el opio, son:
vómitos espontáneos casi siempre, estado apoplé-
tico, estertor, pulso lleno y lento, pupilas con-
ti-aidas, convulsión tetánica ó de rigidez. Cuando
la dosis del veneno no ha sido demasiado fuerte,
puede haber delirio y alucinación.
La primera indicación, si aún se llega á tiempo,
es la de evacuar el veneno, valiéndose al efecto
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276
de la titilación en la campanilla con las barbas
de una pluma ó agua caliente ; se administra des-
pués la dtsolucio7i iodurada (en la forma como se
prescribe para las solanáceas ) , de la que se da-
rán, unas cuantas dosis; acto continuo se prescri-
birá Bellado7ina en tintura, á gota por cucharada,
y se insistirá en su uso hasta que la pupila se di-
late. Si faltasen estos medios ó hasta que pudie-
ran proporcionárselos, pueden usarse el café ne-
gro y los ácidos.
Setas venenosas.
Es urgente provocar el vómito y las deposicio-
nes de vientre. Debe darse agua tibia en abun-
dancia, una cucharada de sal en un vaso de agua,
titilar las fauces. No hay que dar á beber ácidos, -
éter ni alcohol, mientras no se haya evacuado el
veneno.
Para después se aconseja el café en infusión, y
si se desarrolla la intoxicación con enfriamiento
general y lipotimias, está indicada la tintura de
Camphora.
Tercera clase: venenos animales.
Abejas (Picaduras de).
Débese extraer el dardo ó aguijón si ha queda-
do en la herida, y luego tocar ésta con ácido fé-
nico.
■ Si la picadura es en sitio delicado, como labios
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277
ó párpados, hay que limitarse á aplicar agua fría.
Si las picaduras fuesen muchas y se hubieren in-
flamado, ya no conviene aplicarles cosa alguna, y
sólo atender á los síntomas generales. Estos exi-
gen : Apis fnellifica, una dosis cada hora ó dos ho-
ras; y si sobreviene fiebre y mucha inflamación,
Aco7iitu?ii alternando con Ar?iica. Con agua tibia
y unas gotas de tintura de Árnica pueden lavarse
luego las picaduras, y más eficaz aún la tintura
de Lediiin palustre aplicada en estado de pureza
sobre la picadura.
Cantáridas 'Por las).
Los síntomas del envenenamiento por las cantá-
ridas se observan habitualmente por la ingestión
en el estómago de este veneno, ya á consecuen-
cia de un error, ó ya cuando se ha tomado á altas
dosis, como afrodisiaco ó estimulante. Los sínto-
mas más comunes son: sensación de quemazón,
intensa sed con espasmo de la garganta é imposibi-
lidad de tragar, vómitos y diarrea sanguinolentos,
dolor atroz en los ríñones y en la vejiga, estrangu-
ria, supresión de las orinas ú orinas ensangrenta-
das, debilidad del pulso, resfriamiento general,
estado lipomatoso, convulsiones con hidrofobia.
Frecuentemente se observa una satiriásis en extre-
mo violenta, terminada en ciertos casos por la gan-
grena del pene.
Hacer vomitar á los enfermos ; administrar be-
bidas mucilaginosas; abstenerse de leche y aceite;
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278
dar tintura de Camphora por gotas sobre azúcar
cada cuarto de hora primero y todas las horas des-
pués. Si el enfermo no puede tragar, fricciones
con el alcanfor, inhalaciones alcanforadas, baños
generales tibios.
Mariscos (Por los). Por la car/ze y /¿nevos de
ciertos pescados.
Los síntomas de estos envenenamientos son sen
timiento de ahogo, dolor de estómago, sed ardien-
te, vómitos, sensación de hinchazón en la cabeza
y los ojos. En los casos más graves, hinchazón en
la lengua, sofocación, delirio, convulsiones, pulso
pequeño, sudores fríos, lipotimia, urticaria, y aun
evacuaciones ventrales.
Hacer vomitar, administrar éter, aguardiente,
espíritu de alcanfor ó agua avinagrada. El alcan-
for es el mejor antídoto.
Perro ú otro animal rabioso (Mordedu-
ra de).
Ks preciso lavar copiosamente á chorro con
agua tibia la herida, empleando desde luego al in-
terior, cada cuatro horas, una dosis de Belladon-
7ia y observando los fenómenos subsiguientes, para
usar, según ellos, los medicamentos que están in-
dicados, que podrán ser Belladonna, Lachesis,
Hyoscyatmis, Stramoniíun é Ilidrofobinum.
Serpientes (Mordedura de).
También esta clase de heridas deben lavarse
abundantemente, frotarlas con ajo, sin perjuicio de
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279
emplear al interior Lachesis ó Ai'senicujn, según
las indicaciones. Contra los desmayos que sobre-
vienen se emplea un poco de vino cada cuarto de
hora ó un poco de café caliente.
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índice alfabético
MATERIAS QUE CONTIENE ESTE LIBRO
Páginas.
Aborto 64
Abrigo 40
Absceso caliente ó flegmonoso 66
Abscesos 66
— fríos 67
— por congestión 68
Acné 68
Afta diftérica 69
— eritematosa 69
— foliculosa 70
— membranosa 69
— ulcerosa 7°
Aftas 69
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2S2
Páginas.
Aguas del estómago 200
Ahogos 80
Alferecía 127
Aliento fétido 71
Alimentación ♦...,, 36
— de los niños 52
Almorranas 161
Alopecia 72
Amenorrea , 183
Amigdalitis 73
Anemia 73
Angina pseudo-membranosa 106
Anginas 73
Apoplejía 74
Árnica montana (Descripción para el uso
externo de la tintura de ) 245
Asfixia de los recien nacidos. 76
— por congelación. 77
— porgases deletéreos de las letrinas. 79
— por sumersión ó de los ahogados. 79
Asma 80
Ataques de bilis 81
Baile de San Vito 102
Barros en la cara 6S
Biliosidad 81
Blefaritis 83
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283
Blenorragia sifilítica .* . 2.14
Bocio 83
Breve y sucinta exposición de las bases
constitutivas de la Medicina homeopá-
tica 9
Bronquitis aguda 84
Bubones sifilíticos 216
Cabeza (Males de) 179
Caida del pelo 72
Calambres en las pantorrillas 84
Caléndula (Descripción para el uso ex-
terno de la tintura de) 252
Calenturas, 142
Callos 85
Capacidad higiénica que deben tener los
dormitorios 42
Carbúnculo 86
Cardenales, 129
Catálogo de las cajas con medicamentos
homeopáticos y demás objetos usados
en Homeopatía. 299
Catarro bronquial agudo.. ....... 84
epidémico 155
— laríngeo agudo 174
Catarro nasal 104
Cefalalgia 87
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284
Págtnas.
Cesación de la menstruación 186
Chancros 215
Ciática 88
Clorosis 90
Cólera 91
— epidémico 91
— esporádico 97
— morbo asiático 91
Colerina 97
Cólico bilioso 98
— causado por la acción del frío. . 99
— flatulento. 99
— por hallarse el estómago sobre-
cargado de alimentos 100
— que procede de lombrices .... 99
Cólicos 97
— en los niños de pecho 100
— menstruales 185
— por indigestión 100
Contusiones 224
Convulsiones 127
Coqueluche 100
Corea , 102
Coriza 104
Costra láctea 6 de leche 105
Crup 106
Cuartanas 142
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28s
Páginas.
Cuerpos extraños introducidos en el apa-
rato de la visión 109
Debilidad 109
— de la vista -. - no
Dentición 1 1 1
Derrame cerebral 74
— pulmonar 75
Desarreglo de la digestión 118
Desarreglos gástricos 112
Descenso de la matriz 113
Descripción de algunas tinturas para uso
externo 245
Desfallecimiento 216
Desmayo 216
Destete 113
Desvelo 172
Diarrea 113
— colérica 97
Dientes (Dolor de) 190
Difteria 1 14
Digestión difícil 118
Disentería H'S
Dismenorrea 185
Dispepsia 118
Diviesos 120
— en los párpados.. 194
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286
Páginas.
Divisiones del gramo y su equivalencia
al sistema antiguo 63
Dolencias é incomodidades de los pechos. 1 2 1
Dolor de cabeza 179
— de costado 200
— de dientes 190
— de estómago 150
— de garganta 73
— de muelas 190
— de oídos 180
— en los ríñones 177
Dolores nerviosos 188
Dormitorios (Capacidad higiénica que
deben tener los ) 42
Eclampsia 121
Eczema 165
Edad crítica 186
Ejercicio 40
Embarazo 201
Embriaguez por bebidas alcohólicas. . . 124
Emociones morales 124
Empacho 153
Enfermedades en general é indicación
de los principales remedios (De las). . 64
Ensueño, (V. Pesadilla.) 197
Enteritis 126
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287
Páginas.
Envenenamiento por el ácido clorhídrico
ó espíritu de sal. , . 271
— por el ácido nítrico ó
agua fuerte 271
— por el ácido sulfúrico ó
aceite de vitriolo. . . 271
— por el aguarrás 274
— por el arsénico 272
— por el cloruro mercúri-
co ó sublimado corro-
sivo 271
— por el cobre y sus sales. 272
— por el estramonio.. . . 274
— por el fósforo 273
— por el opio 275
— por el petróleo ó aceite
mineral 273
— por el plomo y sus sales. 273
— por el tabaco 274
— por el tufo del carbón. 274
— por el verdete cardenillo 272
— por la atropina 274
— por la belladona. ... 274
— por la carne y huevos de
ciertos pescados. . . 278
— por la cicuta. ..... 275
— por la estricnina. . . . 275
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288
Envenenamiento por la nuez vómica. . . 275
— por las cantáridas., . . 277
— por las setas. , , , . . 276
por las solanáceas.. . . 274
— por los mariscos. ... 278
Envenenamientos (AdVertencias genera-
les sobre los). . . . 268
— ( Modo de combatir los
principales) 270
Epilepsia * . . . 127
Epistaxis ó flujo de sangre por la nariz. ., 128
Equimosis ó cardenales 129
Equivalencia aproximada del peso de
agua á cucharadas. ............ 62
Erisipela 130
Erupciones 131
Escarlata 131
Escarlatina 131
Escorbuto 133
Escoriaciones 134
Escrófulas 135
Estomatitis 69
Estreñimiento 137
Excrecencias 229
Falta de menstruación 183
Fiebre amarilla 147
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289
Páginas.
Fiebre catarral 139
— gástrica 141
— inflamatoria. 139
— intermitente 142
— sabiirral biliosa 141
— simple 138
— tifoidea 145
Flatulencia 148
Flegmon en la cara . 149
Flegmones 66
Flores blancas i*¡^
Fluxión en el carrillo 149
Flujo blanco 175
— de oidos 182
— de sangre por la matriz 186
— — por la nariz , 128
Forúnculos 120
Garrotillo. 106
Gastralgia 1^0
Gastritis 1^2
. Gastrósis 153
Gastrorragia 156
Glándulas infartadas 135
Gota 154
Granos en la cara 68
Grietas en los pechos 198
19
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290
Páginas.
Grippe 155
Hematemésis 156
Hematuria 158
Hemorragia cerebral 74
— por la nariz 128
— por la uretra 158
Hemoptisis 159
Hemorroides 161
Heridas 162
Herpe circinatus 164
— crustáceo 165
— eczema 165
— iris 164
— labialis 164
— phlyctenoides 164
' — que ocupa el cuero cabelludo. . , 164
— situado en la nariz 166
— tonsurans 164
— vivo 165
— zona 165
Herpes 163
Higiene de la niñez 47
— en general con aplicación al mé-
todo homeopático (De la).. , 33
Hinchá'^on de los párpados 82
Hipo 166
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29 1 ^
Páginas.
Histérico 1 66
Ictericia 167
Impétigo 165
Impresionabilidad 169
Inapetencia 169
Incontinencia de orina 171
Indigestión 153
Infarto de las glándulas 135
Inflamación aguda de la uretra 214
— del estómago 152
— de las amígdalas 73
— de los ojos 193
— de los párpados 82
— intestinal 126
Influenza I^^
Insolación 171
Insomnio iy2
Intermitentes 142
Introducción V
Irritabilidad 169
Irritación de la boca 173
— de los labios 173
Jaqueca 87
Laringitis catarral 174
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29^
Páginas.
Ledum palustre ( Descripción para el uso
externo de la tintura de), ..... . 255
Leucorrea 175
Lista de los medicamentos más principa-
les incluidos en esta edición y de sus
antídotos 5^
Lombrices 176
Lumbago i77
Lumbricoides ' 176
Luz 43
Mal del país 190
— gusto de boca 178
— parto 64
Males de cabeza I79
— del oído 180
Mareo . 182
Medicamentos de causa 241
Menopausia 186
Menorragia 185
Menstruación 183
— difícil 185
— (Cesación de la) 186
Menstruo excesivo 185
Método para usar los medicamentos y ré-
gimen que debe observarse 58
Metrorragia 186
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293
Pádnas.
Modo de combatir los principales envene-
namientos 270
Molestias de los pechos 198
Mordedura de animal rabioso 278
— de perro rabioso 278
— de serpientes 278
Muelas (Dolor de) 190
Neuralgia facial ó prosopalgia 188
— semilateral 189
Neuralgias 188
Neurosis i88
Nostalgia 190
Obstrucción de la nariz 190
Odontalgia. 190
Oftalmía 1 92
Oido (Males del) 180
Opilación 90
Orina involuntaria ,, 171
— sanguinolenta 1^8
Orzuelo 194
Otorrea i32
Palpitación loq
Panadizo iq5
Papera g^
Pechos (Grietas en los) 198
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2g4
Páginas.
Pérdida de apetito 169
Período 183
Pesadilla I97
Pezones 198
Picaduras de abejas 277
— de insectos 199
Pituitas 200
Pleuresía 200
Pleurodinia 207
Pobreza de sangre 73
Preñez 201
Producciones carnosas 229
Pulmonía 202
Quemaduras 204
Raquitis 205
Regla 183
Respiración corta 80
Retención de orina 219
— del menstruo 183
Reumatismo 206
— articular 207
Rhus toxicodendron (Descripción para el
uso externo de la la tintura de). , . . 257
Romadizo de cabeza 104
Ronquera 208
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29S
Páginas.
Ruta graveolens (Descripción para el uso
externo de la tintura de) 258
Sabañones 209
Saburra gástrica ó intestinal. . ..... 1^3
Sangre por la boca I59
— por la nariz 128
Sarampión 210
Sarna 212
Sarpullido 213
Sífilis 213
Síncope 216
Staphysagria (Descripción para el uso ex-
terno de la tintui-a de) 259
Somnolencia ó soñolencia 218
Sudor de los pies 218
Sueño y vigilia 44
— anormal 197
Supresión de la leche 220
— del menstruo 183
— de orina 219
Sustos 124
Tenia 177
Tercianas 142
Thuya occidentalis (Descripción para el
uso externo de la tintura de) 262
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296
Páginas.
Tifus , . . 14^
Tinturas para uso externo ( Ligera des-
cripción de algunas ) 245
Tina 221
Terceduras y contusiones 224
Tortícolis 225
ios 222
— ferina 100
Tristeza 226
Tufo de carbón 274
Tumores inflamatorios 66
Ulceraciones 226
— sifilíticas 215
Urtica urens ( Descripción paral el uso ex-
terno de la tintura de ) . 263
Urticaria 227
Vahídos 229
Venenos animales 276
— minerales 271
— vegetales 274
Venéreo 213
Ventilación 41
Ventosidades 148
Vermiculares , 176
Verrugas 229
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297
Páginai
Vértigos 229
Vestidos de los niños 50
Vicio escrofuloso 135
Vigilia y sueño 44
Viruela 231
Viruelas locas 236
Vómito negro 238
Vómitos 236
— de sangre procedente del estó-
mago 156
Voz apagada . 208
Zona ó zóster i6t ,
FIN DEL índice
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CATALOGO
OTROS OBJETOS QUE SE DESPACHAN
EN LA
FARMACIA HOMEOPÁTICA
la, pxirsaexst esta.Tolecid.a, ©anu Elsp©,üa,
DE LA SEÑORA VIUDA
DEL
DOCTOR SOMOLINOS
MADRID
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dby Google
Al reimprimir hoy esle Catálogo nos propor-
ciona la ocasión de demostrar nuestro agradeci-
miento á todos los que nos han honrado con sus
pedidos, tanto médicos como aficionados á la
doctrina homeopática, favoreciendo nuestro esta-
blecimiento de Farmacia, cuya propiedad conser-
vo bajo la dirección de mi hermano el doctor don
Jaime Pizá Rosselló, quien desde el año 1869
viene elaborando dichos preparados en esta Far-
macia.
La moralidad, escrupulosidad y diligencia ca-
racterísticas siempre en esta casa, continuarán
rigiendo todos nuestros deberes profesionales en
lo sucesivo, y en virtud de ello esperamos sigan
favoreciéndonos los profesores y el público, en la
seguridad de que serán pronto y cumplidamente
satisfechos sus deseos.
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302
IVIODO DE HACER PEDIDOS Y PAGOS
Para evitar á nuestros nuevos favorecedores la
carta preguntándonos el modo de hacer el pago
de sus pedidos, les indicaremos pueden hacerlo
acompañando á la carta en que nos comuniquen
sus órdenes libranza del Giro Mutuo, letra de fá-
cil cobro ó sellos de franqueo, aumentando al pre-
cio consignado en el Catálogo el importe de los
sellos del certificado y franqueo, que es el dé wm
peseta aproximadamente. Cuando se nos pidan de
luio á tres medicamentos, los remitiremos sin cer-
tificar, en papeles á propósito, pegándolos al so-
bre de la carta -contestación, para que se coloquen
en los tubos que hayan contenido el mismo medi-
camento ; pero si se deseara recibirlos con segu-
ridad ó se pidiesen en tubos tienen que incluir,
ademas del precio de éstos (cuya mínima cantidad
es una peseta para cada uno), el importe del cer-
tificado y franqueo.
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303
CAJAS DE MADERA
FORRADAS DE CHAGRÍN, Ó FARMACIAS DE
BOLSILLO CON TUBOS DE 20 MILÍMETROS DE
LONGITUD Y 6 DE DIÁMETRO, VERTICALMENTE
COLOCADOS
Pesetas.
Caja de 24 medicamentos en glóbulos
de los más usuales, prescritos en la
última edición de La Salud 15
Caja de 36 medicamentos, los más usua-
les ó los que se indiquen 20
Caja de 45 medicamentos prescritos en
La Salud, más usuales de Hering,
Bruckner, Prost-Lacuzon 22 50
Caja de 60 medicamentos indicados por
Hering, Bruckner ó los de más uso de
Prost-Lacuzon, ó los más usuales. . , 30
Caja de 72 medicamentos arreglados á
las obras mencionadas 3250
Caja de 96 medicamentos prescritos por
Hering y los aumentados por el tra-
ductor, ó los que se designen. . . , . 45
Las cajas de 36, 45 y 96 tubos encierran un
frasquito con t'uitura de árnica ó con trituraciojí
de suJfaio de qii'uiiiia, y algunos papeles con azú-
car de leche; y las otras que no lo contienen
llevan en vez de aquél una pieza de tafetán de
ár}2ica, cuyo uso es tan frecuente para contener
las hemorrag-ias.
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304
FARMACIAS DE BOLSILLO
o BOTIQUINES FORRADOS DE CHAGRÍN, CON
TUBOS DE 20 MILÍMETROS DE LONGITUD Y 6
DE DIÁMETRO, HORIZONTALMENTE COLOCADOS
Pesetas.
Caja de 12 tubos, con los medicamentos
en glóbulos que se pidan, ó los más
usuales 10
Caja de 24, con los medicamentos más
usuales prescritos en La Salud^ ó con
los medicamentos más recomendados
para el tratamiento de la colerina y
del cólera 15
Caja de 36, con los medicamentos más
usuales, ó los que se designen 22 50
Caja de 45, con los medicamentos pres-
critos en La Salud, ó los de más fre-
cuente uso del Hering, Bruckner, Prost-
Lacuzon 25
Caja de 60, con los medicamentos más
usuales ó los señalados del Hering,
Bruckner ó Prost-Lacuzon 3^ 50
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305
Caja de 72, con los medicamentos pres-
critos en las anteriores obras ó los que
se pidan -31;
Caja de 102, con todos los medicamen-
tos señalados por Hering y el traduc-
tor, ó los de Bruckner, repitiendo los
de más uso 47 "ío
Caja de 150, con los medicamentos de
más frecuente uso á dos diluciones.. . 66 50
Todas estas cajas son de una forma que permi-
te llevarlas en el bolsillo, y contienen una cucha-
rita de marfil para poder sacar los tubos y los crió,
bulos de éstos. '^
'¿O
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3o6
CARTERAS DE CHAGRÍN
Pesftrts.
Cartera titulada La Salud, con el Ma-
nual del mismo nombre, los 24 medica-
mentos más usuales que se prescriben
en dicho Manual, en tubos de 22 milí-
metros de longitud y 6 de diámetro, y
un tarjetero 20
Cartera conteniendo 12 tubos de 40
milímetros de longitud y 8 de diáme-
tro, llenos de los medicamentos más
usuales ó los que se designen 22 50
Cartera conteniendo 24 tubos de 40 mi-
límetros de longitud y 8 de diámetro,
llenos de los medicamentos más usua-
les, los expresados en La Salud ó los
que se señalen 30
Cartera conteniendo 36 tubos de 35
milímetros de longitud y 8 de diáme-
fro, llenos de los medicamentos más
usuales 40
Cartera conteniendo 60 tubos de 20
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307 ^
Pesetas»
milímetros de longitud y 6 de diáme-
tro, llenos de glóbulos de los medica-
mentos más usuales ó los prescritos en
el Hering, Bruckner, Prost-Lacuzon ó
los que se pidan 37 So
Cartera conteniendo 6o tubos de 35 -
milímetros de longitud y 8 de diáme-
tro, llenos de glóbulos de los medica-
mentos más usuales 66 50
Cartera conteniendo 72 tubos de 20
milímetros de longitud y 6 de diáme-
tro, llenos de glóbulos de los medica-
mentos que se designen , 42 50
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308
CAJAS DE MADERA BARNIZADA
CON TUBOS DE 20 MILÍMETROS DE LONGITUD Y
6 DE DIÁMETRO, VERTICALMENTE COLOCADOS
Pesetas.
Caja con 45 medicamentos en glóbulos
de los indicados en La Saiud:
— de caoba ó ?iogal 30
— de ébano- ó palo satito 35
Caja con 60 medicamentos en glóbulos
de los prescritos por Hering:
— de caoba, nogal 6 de olivo 40
— de ébano ó palosanto. ....... 45
Caja con 96 medicamentos en glóbulos
de los señalados por Hering y el tra-
ductor, ó los que se señalen :
— de caoba, nogal 6 de olivo 57 5^
— de ébano ó palosanto 60
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309
CAJAS DE MARFIL
Pesetas.
Caja con medicamentos en glóbulos, en
40 tubos de 20 milímetros de altura y
6 de diámetro, colocados verticalmen-
te 70
CA.JA con medicamentos de glóbulos, en
45 tubos de 15 mi]íme^^os de longitud
y 5 de diámetro, horizontalmente co-
locados 70
Caja con medicamentos en glóbulos, en
60 tubos de 15 milímetros de longitud
y 5 de diámetro, horizontalmente co-
locados 80
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310
CAJAS DE MARFIL
CONSTITUIDAS SOLAMENTE POR DOS PIEZAS
Pesetas.
Caja conteniendo 24 tubos de 15 milí-
metros de longitud y 5 de diámetro,
colocados horizontalmente y llenos de
preparados homeopáticos en glóbulos
hasta la 30.^ dilución 60
Caja con medicamentos en glóbulos, en
45 tubos de 20 milímetros de longitud
y 6 de diámetro, horizontalmente co-
locados 100
Caja con medicamentos en glóbulos, en
60 tubos de 20 milímetros de longitud
y 6 de diámetro, horizontalmente co-
locados 125
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311
CAJAS CON FRASCOS
PARA TINTURAS Ó DILUCIONES
Caja de madera forrada de chagrín, con
19 frascos de 150 gotas de cabida, ver-
ticalmente colocados, llenos de las tin-
turas y trituraciones prescritas por He-
ring y el traductor, conteniendo tam-
bién una separación para papeles con
azuzar de leche y tafetán de árnica. . 40
Caja con igual número de frascos y cabi-
da, con diluciones hasta la 30.^. ... 35
Caja de nogal barnizado, con 24 frascos
de cabida de 5 gramos llenos de gló-
bulos ó diluciones de los m.edicamen-
tos más usuales 75
Caja de nogal barnizada con 50 frascos
de cabida de 5 gramos, I o de 75 y 6
de 25 gramos, con diluciones y tinturas. 1 60
Caja de nogal barnizada, con 88 frascos
de cabida de 5 gramos, 10 de 15 y 10
de 25 gramos, con diluciones y tintu-
ras 250
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512
CAJAS DE REPOSICIÓN
Pcso.tas.
Caja de madera forrada de chagrín, con
242 tubos de 35 milímetros de altura
y 8 de diámetro, colocados vertical-
mente, llenos de preparados homeo-
páticos en glóbulos de los medica-
mentos indicados en la 5.^ edición del
Manual de Jahr, á la dilución 6.^, 12.^
ó 30.^, teniendo repetidos á diluciones
diferentes : 8 frascos de 80 gotas cada
uno con tinturas y diluciones ; uno con
glóbulos inertes y otro con azúcar de
leche; encierra, ademas, varios tubos
vacíos de las dimensiones arriba di-
chas ; una pieza de 6 centímetros cua-
drados de tafetán de árnica y varios
papeles con azúcar de leche para po-
der dar el medicamento sin que los
glóbulos se caigan ó extravíen al abrir
el papel 1 70
Caja id. id., con 384 tubos de 40 milí-
metros de altura y 9 de diámetro, con
glóbulos de la mayor parte de los me-
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3^3
Pesetas.
dicamentos más usuales, conteniendo
igual número que el anterior de frascos,
tubos, tafetán de árnica y papeles con
azúcar de leche 221;
Caja id. id., con 480 tubos de 37 milí-
metros de longitud y 8 de diámetro,
con glóbulos de los medicamentos de-
signados en la 5.a edición del Jahr, á
dos diluciones, con igual número de
frascos, tubos, tafetán de árnica y pa-
peles que las anteriores 2'^t:
Caja de chagrin, con glóbulos de los me-
dicamentos designados en la 5.^ edi-
ción del Jahr, á tres diluciones, en 720
tubos de 35 milímetros de longitud y
6 de diámetro, colocados verticalmen-
te, con igual número de frascos, tu-
bos, tafetán de árnica y papeles que
las anteriores ^^^
Caja de palosanto ó caoba, con 766 tubos
de 55 milímetros de altura, colocados
verticalmente, llenos de glóbulos de
gran número de los medicamentos usa-
dos en Homeopatía, á dos diluciones ;
50 frascos de 200 gotas de cabida cada
uno, llenos de las diluciones más usua-
les; 10 del mismo tamaño y forma con
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1
f
/
314
Pesetas.
tinturas las más recomendadas ; 6 con
alcohol rectificado ; 6 con tintura de
árnica ; 6 con tintura de úrtica urens ;
6 con glóbulos inertes; 40 con 100
granos cada uno de las trituraciones
más usadas ; 6 con azúcar de leche
pulverizada ; algunos tubos vacíos, va-
rias piezas de tafetán de árnica de 6
centímetros cuadrados, y dos paqueti-
tos con papeles de azúcar de leche. . . 900
..Caja de madera maqueada, de todo lujo,
conteniendo igual número de tubos,
frascos y preparados que la anterior,
el Majzual de Hering empastado, últi-
ma edición, y una cartera La Salud^
arreglada al libro del mismo título. . 2.250
Si se pidiera que alguna caja de las menciona-
das se llenase con medicamentos á diluciones altas
de Jenichen's, se aumentará al precio consignado
25 céntimos de peseta por cada tubo de 20 mili-
tros y 50 céntimos á los de 35 milímetros.
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3^5
PREPARADOS HOMEOPÁTICOS
Posetas-
Aceite de árnica. Su uso fortifica el
bulbo del cabello é impide la caida
prematura de éste y la canicie; frasco. 2
Algodón arnicado, empleado en vez
de los fomentos de tintura de árnica en
las heridas y contusiones; paquete.. . i
Algodón de caléndula, usado en las
heridas dislacerantes, incisivas, etc.;
paquete i
Dilución de anemone pulsatila : se
ha usado con muy buenos resultados
para hacer desaparecer el coriza ó ro-
madizo de cabeza, empleándola en ol-
facion ; un frasco con TO gramos ó
200 gotas I 25
Frasco con 20 gramos ó 400 gotas.. , . 2
Diluciones, ate?iuacioiies ó dÍ7iamiza-
ciones, desde la primera de los medica-
mentos vegetales, y los minerales des-
de la 6.^ hasta la 30.^; un frasco, con
5 gramos ó 100 golas i 50
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316
Pesetas.
En cantidad de lo gramos ó 200 gotas. 2 50
— 20 — 400 — 4
— 30 — 600 — 5
Cuando se deseen estos preparados, al hacer el
pedido añádanse las palabras en líquido.
Pesetas.
Elixir dentífrico, para las personas
que se tratan homeopáticamente; fras-
co de cabida de 60 gramos 2
Espíritu de alcanfor de Hahneraann,
recomendado en los primeros síntomas
de cólera; frasco i 5*^
En frascos cuenta -gotas, con tapón es-
merilado, de 15 y 30 gramos, 2,50 y 4
Glóbulos de cualquier medicamento
hasta la 30.^ dilución, en cantidad de
200, colocados en un tubo de 35 milí-
metro de altura y 8 de diámetro,. . . l
En cantidad de 500 glóbulos, en un tubo
de 50 milímetros de altura y 9 de diá-
metro I 50
En cantidad de 900 glóbulos, en un tubo
de 65 milímetros de altura y 10 de
diámetro 2
Si se pidiese medicamento á alta dilución de
Jenichen's, su precio será doble del señalado á
uno de los tamaños anteriores.
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317
Tóelos los tabos irán colocados dentro de una
cajita de cartulina, y no se abona nada por ellos
cuando los traen á llenarlos.
Pesetas.
Preservativo contra el cólera asiático,
recomendado por el Dr. Pellicer; caja
con 2 tubos 2
Presevativo contra las viruelas; una
caja con 8 papeles i
Una id. con i6 15°
Tafetán de Ar?iica blanco, encarnado
ó negro, recomendado para contener
las hemorragias causadas por heridas;
una pieza de 6 centímetros o 50
Tafetán de Caléndula^ para los mismos
usos que el de árnica 05°
Tafetán de Rh-ns o 50
Tinturas madres de medicamentos que
puedan obtenerse en cantidad de 5 grs. 2
— _ 10 — 3
— — 20 — 4 50
— —30—6
Si se desean en frascos con tapón esmerilado,
se aumentará por el valor de éstos 50 céntimos, y
I peseta si se desearan en frascos-cuenta.
líay muchas tinturas que no se pueden despa-
char sin la correspondiente prescripción del facul-
tativo. Las de uso externo, sus precios son dis-
tintos.
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3tS
Pesetas.
Tintura de Amka mo^ttana, contra los
golpes, contusiones, heridas contun-
dentes, etc. ; frascos de 30, 60, 90 y
120 gramos 1,50, 3, 4 y 5
Tintura de Caléndula, para disminuir la
supuración en los casos de dolencias fí-
sicas; frascos de 20 y 30 gramos, 2 y 3
Tintura de Ledum pahistre, contra las
heridas por intrumentos punzantes, pi-
cadura de abejas, avispas y mosquitos,
ó panadizos producidos por pinchazos
de agujas; frasco con 10 gramos. . . 2
Tintura de Rhus toxicodendron, contra
las costras herpéticas, torceduras de
las articulaciones, etc. ; frasco con 20
gramos 2 50
Tintura de Ritta graveoleits, contra las
lesiones mecánicas de las articulaciones
de las muñecas y tobillos, úlceras por
decúbito; frasco con 10 gramos. ... 2
Tintura de Staphysagria, contra las cor-
taduras ó incisiones, dolores de cabeza
matutinos, caries de los dientes ó mue-
las, etc. ; frascos de 30 y 60 gra-
mos 2,50 y 5
Tintura de Thuya occide?ttalis, para
combatir ciertos casos de reumatismo,
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3'i9
Pesetas.
así como cuando las articulaciones es-
tán atacadas de dolores de tirantez ;
para los callos de los pies y de las ma-
nos, sabañones, verrugas y úlceras pro-
cedentes de operaciones indebidas; fras-
cos de lo, 20 y 30 gramos.. . 2, 4 y 5
Tintura de Urtka urens, para curar las
quemaduras ó escaldaduras; frascos
de, 1,50, 2,50 y 5
Trituraciones de los medicamentos mi-
nerales y algunos vegetales y animales
hasta la 6.^, en cantidad de 5 gramos
ó 100 granos , 2
En cantidad de 10 gramos. ...... 3
— 20 — 4
— 30 — ^
50
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320
SUSTANCIAS QUE SE EMPLEAN
EN LA PREPARACIÓN DE LOS MEDICAMENTOS
Y OTROS DIVERSOS OBJETOS
Pesetas.
Agua destilada ; frasco de 500 gra-
mos o 75
Alcohol de 90°, para la preparación de
las tinturas, con zumo de las plantas;
frasco de 500 gramos . 4
Alcohol rectificado de 60°, para la
preparación de las diluciones y tinturas;
frasco de 500 gramos 3
Azúcar de leche purificada y pulveri-
zada; paquetes de 30, 60, 250 y 500
gramos 0,50, i, 3,50 y 6
Cucharas de cristal ó de porcela-
na, para la administración de los me-
dicamentos: tamaño pequeño, media-
no y grande, . 2, 2,50 y 3
CucHARiTAS DE MARFIL, para sacar los
glóbulos de los tubos; una. . . , . , Q S^
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321
Frascos cuiínta-go-
TAS, de tapón esme-
rilado.
Para echar el núme-
ro de gotas que se quie-
ran del frasco cuenta-
gotas, basta hacer coin-
cidir las ranuras del
tapón con las del fras-
co, é inclínese éste lo
preciso para que entre
aire por el agujero que
tiene en el cuello y sal-
ga el líquido á goias
por el pico.
Precio de los de 5, 10 y 15 gramos 1,00 pésela.
— — 20 y 30 — 1,25 —
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322
Pesetas?. I
Frascos graduados con una línea que
marca las onzas y medias onzas, reco-
mendados para administrar con preci-
sión las dosis de medicamentos prescri-
tos por los facultativos, de 2, 4 y 8 on-
zas, 50 céntimos uno; docena.. ... 5
Frasco receptor, graduado con una
línea horizontal que marca las cucha-
radas de té, medianas ó de sopa, colo-
cado en un estuche forrado de chagrin. 10
Frascos vacíos, con sus correspondien-
tes tapones de corcho, de cabida de 5,
10 y 20 gramos; el 100. . . 20, 22 y 25
Glóbulos inertes de azúcar de leche
en cantidad de 30, 60, 250 y 500 gra-
mos 0,50, I, 4 y 7
Listas con todos los nombres de los me-
dicamentos homeopáticos, isopáticos y
resinoideos, para pegar á los tubos.. , o 50
ídem de otras clases o 25
Tubos con pié, graduados, ó sea medi-
da VOLUMÉTRICA que marca 100 go-
tas de agua destilada, 150 de alcohol
diluido y 200 de alcohol concentrado. 3
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Pesetas.
Vasos de cristal, graduados con una
línea horizontal que marca las cucha-
radas de sopa, medianas y de té ó pe-
queñas, y tapa, para conservar las do-
sis de medicamentos prescritos por los
facultativos
TUBOS vacíos
CON SUS CORRESPONDIENTES TAPONES
DE CORCHO
El 25. El 100.
De 20 milímetros de longitud
. 2 50
8 so
- 35 — —
3
10
— 40 _ _
3 50
II
— 50 ~ —
4
12 50
- 65 - - .
5
15
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324
LIBROS (^
Pesetas.
LA SALUD, MANUAL DE MEDICINA
HOMEOPÁTICA PARA USO DE LAS FA-
MILIAS, 5.^ edición i
PATOGENIAS ABREVIADAS de los
MEDICAMENTOS HOMEOPÁTICOS MÁS
USUALES, Ó Exposición de los efectos
que cada uno de ellos determina en el
organismo sano.. . 1
AMBOS TRATADOS, empastados en
UN solo tomo 3
Alvarez. Tratado de Terapéutica ho-
meopática, escrito bajo el punto de
vista actual de la Medicina y utilizan-
do los últimos adelantos de la litera-
tura homeopática 25
(1) Si desean se haga la remisión por correo tie-
nen que enviar, ademas del importe consignado, el
de los sellos del franqueo y sertiflcado.
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Pesetas.
BrUxNCKER. Medicina homeopática do-
méstica, traducida y aumentada en
i88r por el Dr. D. Paz Alvarez. Un
tomo empastado 6
EáPANET. Tratado metódico y práctico
de Materia médica y Terapéutica, tra-
ducido por D. Pío Hernández, 1862.
Dos tomos 10
García López. Cartas críticas sobre la
Medicina y los médicos, 187 1 3
García López. Lecciones de Medicina
homeopática ó Exposición crítica de
los sistemas médicos 7 5^
Hahnemann. Exposición de la doctrina
médica homeopática, ü Organon del
arte de curar, traducida por el Dr. San-
llehy 5 50
Hartmann. Tratado práctico de Tera-
péutica homeopática de las enferme-
dades agudas y crónicas, traducido por
D, Pío Hernández, 1863. Tres tomos. 1$
Hering. Medicina homeopática domés-
tica, ó Guía de las familias, traducida
por Alvarez Araujo, edición de 1875.
Un tomo empastado 7
Hysern. Método higiénico^ preservativo
y curativo del cólera morbo asiático,
1884 Folleto de 50 páginas. .... i
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Pesetas.
Jahr. Nuevo Manual ae Meujci..., .10-
meopátíca, traducido en 1876 por el
Dr. Riño y Hurtado. Cuatro tomos
empastados en dos 22
JoussET. Elementos de Medicina prácti-
ca, con el tratamiento homeopático de
cada enfermedad, traducido en 1869
por el Dr. Riño y Hurtado 15
Prost - Lacuzon. Formulario patogené-
sico usual, ó Guía homeopática para
tratar por sí mismos las enfermedades,
traducido en 1875 P*^^ ^^ ^^* Riño y
Hurtado. Un tomo empastado 7
Manual de Veterinaria, por Gunther
(en francés) 6
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